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INTEGRADOR
DIDÁCTICA GENERAL
Centremos nuestra atención en esta primera viñeta. Aquí podemos hacer alusión a una serie
factores íntimamente ligados a nuestro campo de interés donde los estudiantes son sometidos
a una exposición de conceptos rígida e inarticulada como hemos podido visualiza y vivir en
nuestro pasado. He aquí que reconocemos ciertos puntos críticos los cuales se contradicen
con las metodologías a implementar hoy en día:
Un modelo vertical “autoritario”, donde el aprendizaje se da como una obligación.
Podemos visualizar como se replica el modelo histórico hegemónico en el que la escuela fue
fundada y contextualizada para replicar ciertos comportamientos y patrones sociales. ¿A que
nos lleva esto? Sino a hacer alusión a que en un entorno rígido orientado sistémicamente no
se pude lograr un acompañamiento al proceso de formación del individuo. Surge entonces
una necesidad, donde, para fundamentar seriamente las decisiones y las prácticas
pedagógicas es necesario integrar los aportes de diferentes disciplinas, así como realizar
investigaciones en el campo específico de la enseñanza; y porque la reflexión debe
acompañar sistemáticamente todas las tareas relacionadas con la acción de enseñar
(Camilloni).
Entonces partiendo de estas críticas bien fundadas por Quino, nos lleva a recalcar la
importancia de los principios orientadores (Anijovich) que como hemos trabajados enuncian:
Propiciar el uso de los espacios, no solo el aula, sino desde el marco de toda la
institución.
La organización del trabajo contextualizada y organizada desde el espació y la
percusión de ciertos hábitos. Podemos reconocer hábitos positivos de trabajo, en la
tira cómica podemos notar como todos los estudiantes se encuentran en silencio,
centrando la atención en la exposición de la docente, pero sin que se produzca una
interacción u intercambio alguno, si bien se desarrolla un habito en función de la
tipología de las clases la actividad en si no resulta significativa, lo que nos lleva al
siguiente principio.
El desarrollo de actividades significativas, no solo en contenidos sino relevantes para
el estudiante dadas en forma explícita que contribuyan al desarrollo y autonomía de
los mismos. La clase que visualizamos, carece de un intercambio (retroalimentación
al docente) que pueda servir de indicador al docente como autoevaluación de sus
propios métodos. Y más aun no propicia una vinculación entre el docente y el alumno
que son forjadas dentro de un ámbito de trabajo conjunto e intercambios, para la
construcción conjunta del conocimiento.
Pero para poder contextualizar esta representación del aula es que debemos contextualizarnos
a la época que hace alusión. Antes de eso, creo que es de gran valor recalcar lo expuesto por
(Pascuale) en su articulo “El oficio docente hoy y su obstinación por enseñar”
“Es posible pensar en formas de enseñar que pueden ser concebidas como procesos de
búsqueda y construcción colaborativa, superando las concepciones de control social e
imposición jerárquica implícitas en visiones de enseñanza de orden técnico”
Encontramos estrechamente ligado esto al contexto social en el que la tira comica fue escrita
en la decada del 60’ y 70’ atravesando una serie de procesos y transformaciones sociales,
políticas y económicas que se manifestaron directamente en la educación. En donde los
medios visuales sirvieron como nave para representar la realidad en la que se estaba inmerso.
No alejándonos mucho de este contexto crítico a una situación áulica podemos complementar
lo expuesto con la siguiente caricatura que plantea lineamientos similares.
Partiendo de esta situación que se deben replantear cientos de alumnos, sabemos que el
aburrimiento, la ausencia de sorpresa y la lejanía de las propias necesidades suelen asociarse
a la apatía y a la falta de disposición afectiva positiva para el aprendizaje (Rebeca) Entonces
se señala como la buena práctica enseñanza a aquella con intencionalidades definidas y
explícitas, que promueve la interacción entre los alumnos y los docentes, y entre los propios
alumnos, y que transcurre en un espacio, tiempo y en un contexto.
Solo cuando esto esta presente es que se puede evaluar el proceso utilizándolo como un
recurso, no solo hacia al alumno sino introspectivamente. Como bien dice Camilloni “La
evaluación es un recurso indispensable para el perfeccionamiento de los dos procesos que
nos interesan, la enseñanza y el aprendizaje”. (Camilloni, LA CALIDAD DE LOS
PROGRAMAS DE EVALUACIÓN Y DE LOS INSTRUMENTOS QUE LOS
INTEGRAN)
Expuesto esto, cabe detenernos a analizar que ambas viñetas responden a métodos
conductistas de enseñanza donde la evaluación expuesta como antes citamos no siempre esta
presente.
Bibliografía
Anijovich, R. (s.f.). GESTIONAR UNA ESCUELA CON AULAS HETEROGENEAS. En R. Anijovich,
GESTIONAR UNA ESCUELA CON AULAS HETEROGENEAS.