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Influencia del currículo oculto en la producción y reproducción de desigualdades sociales en

las prácticas de aula costarricenses

Florlenis Chévez Ponce


Costa Rica
Universidad de Costa Rica

Resumen

En el ámbito educativo existe la necesidad de reflexionar sobre la práctica que cotidianamente se


lleva a cabo en las instituciones y, en concreto, en el aula. En este estudio, se analiza la
producción y reproducción de las desigualdades sociales mediante el currículo oculto. Las
técnicas de entrevista en profundidad a la docente, grupos de discusión con estudiantes y
observaciones de las clases permitieron establecer los hallazgos iniciales, los cuales muestran que
el lenguaje docente (verbal, no verbal y paralenguaje), los juegos de poder en el aula, el temor de
estudiantes, la interacción, comunicación y las creencias y normas que se imponen en el aula son
aspectos centrales del currículo oculto en la reproducción de desigualdades sociales.

Descriptores: desigualdades sociales, currículo oculto, poder, lenguaje docente, comunicación,


normas, creencias

1. Introducción

El sistema educativo costarricense propone favorecer el eficaz y dinámico cumplimiento


de los objetivos del proceso educativo; coordinando los distintos niveles que lo integran:
educación preescolar, educación general básica y educación diversificada. Para orientar estos
niveles educativos, se aprobó la Política Educativa Hacia el Siglo XXI, en 1994, la cual enfatiza
que la educación, entre otros propósitos, debe buscar la movilidad social que caracterizó al
sistema educativo en períodos anteriores. También subraya como fin educativo el de disminuir las
brechas existentes entre áreas rurales y urbanas, entre instituciones marginales y no marginales, y
entre quienes asisten a instituciones de educación pública o privada.

En Costa Rica, “en secundaria, los años críticos para la reprobación (al igual que en el

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caso de la exclusión) siguen siendo el sétimo y el décimo, es decir, los que marcan la transición
entre ciclos” (Segundo Informe del Estado de la Educación, 2008, p. 56). El sétimo año se
convierte en un espacio clave para investigar la reproducción de las desigualdades a partir del
currículo oculto pues no solamente marca la transición entre ciclos sino también un fuerte cambio
en las prácticas educativas de las instituciones al pasar del II al III Ciclo, o, de la primaria a la
secundaria.

El Tercer Informe del Estado de la Educación (2011, p. 45) indica que “la estructura
curricular en secundaria no cambia desde los años setenta y tiene notables desequilibrios entre
contenidos y actividades, poca articulación entre ciclos y materias, y una aplicación homogénea y
descontextualizada”. Asimismo, Garnier, Wachong y Mora (2010) señalan que en Costa Rica, el
56% de la población estudiantil que deserta en la educación secundaria corresponde a sétimo año.
Los aspectos anteriores evidencian una situación problemática que requiere de mayor análisis
para identificar sus consecuencias en relación con la producción y reproducción de desigualdades
sociales en las prácticas de aula.

Al referirse a la educación secundaria, en relación con el tema de la exclusión y el


abandono de estudiantes, se han identificado factores como “problemas con los docentes, temor a
los exámenes, fallas pedagógicas y falta de una transición adecuada a sétimo” (Gaete y Jiménez,
2013, p. 113). Así, el discurso subyacente a las medidas globales adoptadas en el país ha
invisibilizado la práctica de aula como eje de investigaciones. Lo anterior muestra que la
escolaridad para estudiantes en situación de pobreza no es suficiente para salir de esta condición
puesto que no se evidencia un proceso de movilidad social individual.

En educación, los diversos países de América Latina orientan las políticas educativas a
que toda la población con edad escolar tenga acceso y permanezca en los centros educativos. No
obstante, aspectos como la pobreza, la exclusión, el trabajo infantil y la juventud que se encuentra
en riesgo social se convierten en elementos generadores de limitaciones para su permanencia en
el sistema educativo (Gutiérrez y Puentes, 2009).

En Costa Rica, el Tercer Informe del Estado de la Educación 2011 muestra que en el
sistema educativo, se torna conflictiva la permanencia del estudiantado en los centros de
enseñanza e indica que, entre los aspectos que tienen influencia en esta problemática, están los
siguientes: relación con personal docente y otros actores de la comunidad educativa, la

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metodología de enseñanza que se utiliza en las lecciones y el acceso o no a programas de apoyo
como becas estudiantiles. El Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y
el Caribe (2010) señala que, en Costa Rica, en la educación secundaria, la problemática de las
desigualdades sociales es grave, ya que solamente un 49,3% de jóvenes que ingresan a este nivel
educativo logra graduarse.

Esta investigación, se encuentra en proceso, para ser finalizado en enero del 2016, el
estudio está fundamentado en la tesis central de qué en las prácticas de aula, se produce y
reproduce desigualdades sociales mediante el currículo oculto que se desarrolla cuando los
docentes imparten sus lecciones en los centros educativos. Por ello, las ideas centrales que se
establecen para defenderlas en la ponencia están relacionadas en los elementos presentes en el
currículo oculto, los cuales conllevan a que estudiantes vivencien desigualdades sociales en las
aulas. Así, el objetivo general que orienta la investigación es el siguiente:

Explicar cómo se manifiesta la producción y reproducción de desigualdades sociales


mediante el currículo oculto en las prácticas de aula.

Las preguntas de investigación, se refieren a elementos propios del currículo oculto que se
evidencian en el aula.

1. ¿De qué manera el personal docente toma en cuenta las necesidades, expectativas y
los intereses del estudiantado para el desarrollo del currículo y la participación en el
aula?

2. ¿Qué tipo de manifestaciones –verbales y no verbales– de docentes producen y


reproducen desigualdades en el aula, producto del currículo oculto?

3. ¿Puede, la producción y reproducción de desigualdades sociales en el aula explicar y


contribuir a la exclusión escolar?

Estas tres preguntas permitirán la explicación sobre ¿cómo se devela la producción y


reproducción de desigualdades sociales en la práctica de aula mediante el currículo oculto?

2. Reflexión teórico – metodológica

La desigualdad social es uno de los temas recurrentes de la agenda de los gobiernos y de


los organismos financieros multilaterales, además, la temática se ha convertido en centro de
atención a lo ancho de todo el espectro político, aunque con derivaciones de muy diferente signo
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ideológico y efectos prácticos, por ello, el inicio de este bosquejo de conceptos parte de una
definición de desigualdades sociales entendidas como un fenómeno complejo en el cual se
visualizan varios tipos de desigualdades e intervienen en ella distintos tipos de factores, las cuales
se relacionan y se retroalimentan con la discriminación, la etnia, el género, el lugar de
procedencia, la residencia, lo socioeconómico, en fin atañen los diferentes ámbitos de la sociedad
(Vilas, 2007).

En correspondencia con la definición de desigualdades sociales, el término guarda


relación con el concepto de distribución y puede agregarse socialmente quienes tienen niveles de
ingreso parecidos y quienes no los tienen, quienes alcanzan el nivel universitario y quienes no
alcanzan el nivel de la educación primaria. Marchesi (2000) indica que es evidente que los
sistemas educativos han sido incapaces de reducir las desigualdades iniciales, más bien, se
observa que estos tienden a reforzarlas; es decir, que el funcionamiento del sistema educativo
tiene una notable influencia en los niveles de desigualdad educativa, en esta relación destaca el
concepto de vulnerabilidad, pues es el estudiantado que se encuentra en esta condición quien
mayormente es el afectado por la interrelación que se da entre las desigualdades sociales y las
desigualdades educativas.

Las desigualdades sociales según Willis (1988), se observan en los procesos de enseñanza
y aprendizaje en relación con la cultura que se produce y reproduce a partir de las interacciones.
Por otra parte, este autor indica que según lo que ha investigado la educación no estaba por la
igualdad, sino por la desigualdad y que las normas que se implementan en la escuela son vividas
por quienes fracasan. Además, agrega que la cultura que se produce y reproduce no se genera del
currículo oficial sino de las interacciones, y manifiesta que el proceso educativo no persigue la
igualdad, sino más bien refuerza las desigualdades.

Por su parte, Foucault (1986) señala que el poder en las aulas se relaciona en la
escogencia de algún tema, donde los que han obtenido mayor calificación son quienes determinan
el trabajo que se realiza en el aula. En este ejemplo, en las lecciones, se observa cómo las
opiniones o argumentos de algunos estudiantes dejan de lado la participación del grupo,
generando evidencias de poder en las relaciones que se presentan entre quienes forman parte de
los grupos conformados.

Para Bernstein (2001), el marco de referencia del estudio de lo que ocurre en el aula lo

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basa en el proceso de transmisión y de interacción dentro del aula y en otros espacios educativos,
para este aspecto provee un sistema teórico que faculta anticipar la mera recogida de datos y da la
posibilidad de realizar un reagrupamiento de los hechos y el planteamiento de las hipótesis
relacionados con el desarrollo cognitivo y lingüístico y el futuro del estudiantado con la relación
que se establezca con el contexto inmediato donde se desarrolla.

Apple (1986) analiza las estructuras educativas, ya que manifiesta que tienden a
reproducir desigualdades sociales, para ello ha analizado el currículo oculto de las escuelas como
mecanismos de reproducción de los valores y de la ideología hegemónica. Además, apunta que el
currículo establecido no es inocente, neutro y desinteresado, sino, en su proceso de selección
refleja intereses específicos de los grupos que mantienen el poder, por ello, se inclinan por
establecer los procedimientos por los cuales se dirige la enseñanza y como se legitiman unos
contenidos sobre otros.

En este panorama teórico de las desigualdades sociales, Reygadas (2009) manifiesta que
en estas median la capacidad del individuo, la interacción entre los espacios colectivos y las
estructuras más amplias. Ante estos planteamientos, es preciso señalar que en el ámbito
educativo, se debe considerar al individuo y grupo, ya que con las interacciones y comunicación
dentro del aula tanto en forma personal así como en conjunto se generan relaciones que pueden
influir en la formación del estudiantado. En esta investigación interesa estudiar las desigualdades
sociales en educación, por lo que se considera la vivencia de la población adolescente en los
centros educativos específicamente, la realidad en el nivel local del aula.

Ante la construcción de las desigualdades sociales, se debe considerar que los procesos de
enseñanza y aprendizaje tienen lugar en un contexto donde intervienen factores sociales,
ideológicos, políticos, culturales y económicos los cuales influyen directamente en la población
estudiantil en general. Por lo que existe la necesidad de esclarecer los elementos que desde esta
teoría se pueden constituir para precisar la problemática que vive el estudiantado en los centros
educativos. Así en las prácticas de aula, se debe reflexionar sobre las diversas realidades que
convergen en ella, de manera que como lo apunta Giroux (1979) se rompa con las relaciones de
poder como las pautas que se deben seguir, para impartir las lecciones y los modos ejercidos de la
autoridad.

En relación con el currículo oculto, se considera el aporte de Apple (1986) quien analiza

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las estructuras educativas, ya que manifiesta que tienden a reproducir desigualdades sociales,
para ello ha analizado el currículo oculto de las escuelas como mecanismos de reproducción de
los valores y de la ideología hegemónica, Fernández (2003) y Jackson (2010) concuerdan en que
el profesor hace valer más su opinión por encima de la que hace cualquier otra persona del grupo,
dejando de lado la experiencia que puede tener el estudiantado, además, conlleva un conjunto de
reglas, normas que rigen aspectos de la vida escolar como los sentimientos, valores y
comportamientos.

En el tema del currículo oculto, Apple (1986) indica que el currículo oculto implica
diversos intereses, formas culturales, luchas, acuerdos y compromisos que se establecen en las
prácticas educativas. Los autores Gimeno y Pérez (2002) señalan que “el currículum oculto de las
prácticas escolares tiene una dimensión sociopolítica innegable que se relaciona con las funciones
de socialización que tiene la escuela dentro de la sociedad” (p. 152). Además, indican que hacer
una distinción entre la faceta oculta –referida a las condiciones que se evidencian en las aulas– y
la manifiesta –las pretensiones declaradas y aceptadas– permitirá entender mejor los procesos de
cambio o el inmovilismo de las instituciones y de las prácticas escolares.

En las relaciones que se establecen en el ambiente escolar, Cárdenas y Ponce (2009)


muestran que se parte de un currículo explícito y, ligado a éste, se encuentra el currículo oculto
en el cual se visualiza el manejo del espacio, las relaciones de autoridad, el clima y una serie de
condicionamientos que hacen evidente una dimensión sociopolítica innegable. Es ahí donde la
desigualdad social, dentro de la escuela, se constituye en el vínculo entre las prácticas del
profesorado, sus representaciones sobre adolescentes, el grupo social de pertenencia y sus propias
trayectorias sociales y profesionales.

Las autoras Acaso, Baker y Ng (2008), en relación con el concepto de currículo oculto,
emigran hacia el concepto de pedagogías invisibles en el que resaltan que la parte visual juega un
papel preponderante en lo oculto detrás de las imágenes. Al contemplar este posicionamiento,
indican que el currículo visual es un discurso de la transmisión y apropiación de las normas
institucionales, valores y creencias que se derivan de las imágenes visuales que aparecen en
escuelas y son asimiladas por los grupos estudiantiles a través del aprendizaje inconsciente.

En la metodología, se utiliza la teoría fundamentada, ya que como señalan Corbin y


Strauss (2002) con esta teoría se puede desarrollar nuevas teorías, pues permite tener presente el

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conocimiento de lo natural y comprender el mundo social desde los datos. Esta propuesta es
relevante, al permitir la orientación del hacer y el ser de la práctica educativa, de manera que
mediante el análisis de los datos se podrá entender si lo que ocurre en el aula, durante las
interacciones que se desarrollan en este proceso mediante los aspectos ocultos del currículo que
producen y reproducen desigualdades sociales.

Así, en relación con las prácticas de aula y las desigualdades sociales en educación, la
teoría fundamentada es de relevancia, pues permite explicar lo que ocurre en el contexto donde se
realiza la acción y donde se establece esa práctica discursiva, de manifestaciones, de hechos, de
expectativas en que los estudiantes involucrados no son ajenos a lo que se produce detrás del
discurso y las relaciones que se presentan entre quienes forman parte del contexto en el que se
lleva a cabo la investigación.

Para el acercamiento del estudio, se propone que el objeto de estudio está supeditado a las
condiciones de verlo como un fenómeno complejo en el cual convergen varios tipos de
desigualdades y en el que intervienen distintos tipos de factores y está constituido por los
elementos que se observan durante el desarrollo del currículo oficial establecido y lo que está
oculto tras su puesta en práctica.

3. Discusión

Sobre desigualdades sociales, en el sistema educativo costarricense, se brindan resultados


obtenidos de estudios a partir de cuestionarios de contextos que se aplican en las pruebas
estandarizadas a nivel nacional e internacional, encuestas de hogares que en general apuntan al
aspecto socioeconómico como uno de los que más influye en las desigualdades sociales en el
ámbito educativo. Por otra parte, cabe señalar que proyectos educativos vigentes en el país como
el uso de las tecnologías, la enseñanza de un tercer idioma y la participación del país en pruebas
internacionales están en función de la macroeconomía, pues se trata de responder a los
organismos internacionales que invierten en estos proyectos; así se le da valor a los aspectos
globales del sistema educativo.

Se ha identificado la omisión de exploraciones que ahonden en el estudio del desarrollo


del currículo en las instituciones educativas, para entender qué sucede en las prácticas de aula,
por lo que ha quedado fuera de la investigación la cotidianidad de las interacciones que se
generan en el aula. Así, el discurso subyacente a las medidas globales adoptadas en el país ha

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invisibilizado la práctica de aula como eje de investigaciones. Por consiguiente, estos elementos
son relevantes para enfatizar estas prácticas como eje central para el estudio de las desigualdades
sociales en educación en el ámbito educativo costarricense.

El tratamiento de las desigualdades sociales en educación toma diversas aristas que


permite presentar los debates actuales en esta temática. Una de estas formas, se refiere a la
interrogación y el cómo repensar los efectos de las desigualdades sociales, las estructurales y las
dinámicas que impactan en el proceso educativo.

Asimismo, en investigaciones sobre desigualdades sociales existe la necesidad de


considerar a todos los actores presentes en los procesos educativos, las expectativas que tienen
tanto docentes como estudiantes frente a las relaciones de poder y el saber que se genera en las
aulas, así como las diferentes formas de relaciones y comunicaciones que se desarrollan en los
centros educativos. Desde este posicionamiento es indispensable reflexionar de qué manera se
posicionan los docentes frente a las desigualdades sociales.

4. Aportes

Desde el punto de vista teórico, el aporte del presente estudio para el sistema educativo
costarricense, se visualiza en la articulación de las teorías sobre desigualdades sociales y los
elementos propuesto por la teoría curricular en la búsqueda de evidencias de la producción y
reproducción de desigualdades sociales en el estudiantado, mediante el currículo oculto que se
genera en el desarrollo de las prácticas de aula. Además, como aporte teórico, se establece un
modelo para el análisis de las desigualdades sociales en el ámbito educativo.

En el aspecto metodológico, el aporte de la investigación expone una noción espontanea


relacionada con el desarrollo del currículo oculto, acciones que permitieron el establecimiento de
categorías con un referente contextualizado a partir de los datos obtenidos. El proceso de trabajo
llevado a cabo mediante el uso de la teoría fundamentada y con la implementación de las técnicas
utilizadas, dejan un aporte que puede ser replicado para ahondar en otras asignaturas y contextos
educativos, de manera que se pueda obtener evidencia empírica y que con ello se amplié el
panorama de la influencia del currículo oculto en el alumnado, en la reproducción de
desigualdades sociales.

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5. Hallazgos iniciales

El proceso de análisis de los datos, a partir de las técnicas de entrevista en profundidad a


la docente, grupos de discusión con estudiantes y observación de lecciones, permitió identificar
en la información aspectos repetitivos, por lo que una vez alcanzada la saturación teórica se
procedió al retiro del campo estudiado, para el análisis de la información, se siguieron las fases
de la Teoría Fundamentada: codificación abierta, codificación axial y codificación selectiva,
posteriormente, se establece una matriz condicional, para finalizar con un modelo teórico que
permita el análisis de las desigualdades sociales producidas y reproducidas en las prácticas de
aula.

La codificación abierta, permitió registrar datos que se refieren a varios aspectos


obtenidos con las diferentes técnicas realizadas, lo cual fue generando un panorama de la
información, según lo expresado por los participantes. Se registró manualmente línea por línea
los datos obtenidos, considerando manifestaciones, palabras o frases de los participantes y
finalmente, se descubrieron los datos, generando las primeras dimensiones y sus propiedades
surgidas a partir de la información derivada de las técnicas utilizadas.

El lenguaje docente fue la dimensión que se registró constantemente en los datos; tanto
desde el punto de vista del estudiantado, así como de la docente. Desde esta dimensión, se
registraron propiedades que permiten tener evidencia empírica de cómo el lenguaje docente
genera desigualdades sociales en el estudiante. En esta dimensión, se registraron las
características de tres tipos de lenguajes que utiliza el docente al desarrollar sus lecciones
(verbal, no verbal y paralenguaje) a su vez, no solo se refleja la realidad, sino que se evidencia el
papel crucial que juega en la construcción de la misma, al conjugarse elementos o conceptos
universales, con los propios de la concepción del mundo de cada persona envuelta en la
comunicación. En la medida en que el lenguaje permite la construcción de significados resulta la
conformación de la realidad para cada uno, se informan las identidades y proporcionan los
códigos culturales para percibir y clasificar al mundo.

En esta investigación en particular, se evidencia el juego de poder entre los participantes


del grupo, en donde la docente asienta su poder, pero, los estudiantes contrarrestan este poder
mediante acciones como escaparse de las clases, hacer actividades contradictorias al proceso que
desarrolla la docente en el aula, acciones que a la postre influyen negativamente hacia ellos

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mismos. Además se evidencia: la expresión oral, en forma directiva, hacia ciertos grupos de
estudiantes; expresiones de silencios y pautas que atemorizan al estudiantado, así como gestos de
represión cuando la docente se dirige hacia algunos estudiantes. Por otra parte, se desarrollaron
gestos de simpatía por parte de la docente cuando se dirigida a estudiantes que terminaban antes
sus trabajos y presentaban sus tareas, e indiferencia ante determinados estudiantes generalmente
hacia quienes no lograban terminar sus trabajos y no realizaban sus tareas, el tono de voz
utilizado por la docente manifestó control, poder y autoridad.

El patrón de comunicación en el aula, se concibe como una relación asimétrica, por lo que
el rol de los actores está delimitado. En general en el estudio, se evidenció poca interacción del
docente con los estudiantes, e interacción entre estudiantes, que mostraron las siguientes
características: gritos, manotazos y malas palabras. La comunicación que se presentó entre la
docente y el estudiantado, fue directiva, no se evidenciaba claridad de ideas en la expresión de los
contenidos y las instrucciones de trabajo, en este proceso de interacción comunicativa se observó
desinterés y una actitud pasiva por parte de los estudiantes.

En este sentido, es fundamental que este tipo de patrón en las prácticas de aula, cobren
relevancia en los procesos educativos, ya que mediante este se debe fortalecer las relaciones
interpersonales, entre los miembros que conforman el grupo de trabajo, lo que permite conducir o
acortar la distancia afectiva.

En relación con la práctica de aula, se registró la usencia de actividades planeadas:


iniciales, de desarrollo y cierre, la conformación de grupos sin criterios claros, el estudiantado
indicó que sentían temor y vergüenza ante los controles que ejercía la docente cuando realizaban
sus trabajo o tareas asignadas, un aspecto que se resaltó constantemente, fue el trato diferencial
por prácticas pedagógicas a estudiantes aventajados y expresiones negativas mediantes gestos por
parte de la docente ante estudiantes de menor avance.

En relación con las normas, valores y creencias durante las lecciones la docente estableció
pautas y normas con una posición unidireccional. Por su parte, el estudiantado, se sintió
amenazado mediante boletas y firmas de cuadernos con tareas, trabajos de clase y extraclase
asignados, ya que si no se cumplían con la cantidad de sellos se le rebajaba puntos. El clima de
aula, presentó elementos de represividad, y silencios cuando se hacían preguntas durante las
clases.

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En los procesos que se desarrollan en el nivel micro del aula, se llevan a cabo diversas
relaciones en la cuales se conjugan distintas realidades. De esta concepción se desprende el
énfasis dado al proceso de desarrollo de normas y pautas culturales, asignación de roles y
establecimiento de divisiones sociales jerárquicas. De manera que en el desarrollo del currículo y
tras este las acciones que se observan en el currículo oculto, en esta categoría, se observó las
reprimendas sobre estudiantes que no eran capaces de terminar sus trabajos o tareas asignadas.
Así, cuando algunos estudiantes recibían privilegios sobre otros estudiantes, el grupo que no era
parte de estas recompensas, se sentía frustrado, preocupado y con una actitud de desmotivación,
vergüenza y sentimientos de culpa y temor.

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