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DOMINGO DE LA SEMANA XXXIV

Vísperas De la solemnidad.

25 de noviembre

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY UNIVERSAL. (SOLEMNIDAD)

V. Dios mío, ven en mi auxilio.


R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 HIMNO 1 (CANTADO)

He pensado cuántas cosas quisiera decirte, cuántas cosas quisiera entregarte, cuántas veces me he
quedado muy triste, al darme cuenta que he vuelto a fallarte. Cuando veo que eres tan bueno
conmigo porque caigo y Tú estás para levantarme, no consigo entender tu grandeza, pero es
simple, yo soy hijo y Tú mi Padre.
Gracias por ir a mi lado y por ser mi camino, gracias por ser compañero y porque eres mi
amigo gracias por darme tu mano y porque vamos juntos gracias por dejar las huellas de tus
pasos junto a los míos.
Quisiera poder abrazarte y en tu oído volcar mis secretos, pero para sentirte muy cerca no
necesito que bajes del cielo. Porque sé que conoces mi alma tú le das vida, sin tu amor yo me
muero, yo soy tuyo y entero me entrego en tus manos y te digo te quiero.

 SALMO
Antífona 1: Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha.» Aleluya.
Salmo 109, 1-5.7

Oráculo del Señor a mi Señor:


«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.» El Señor a tu derecha, el día de su ira,
Desde Sión extenderá el Señor quebrantará a los reyes.
el poder de tu cetro: En su camino beberá del torrente,
somete en la batalla a tus enemigos. por eso levantará la cabeza.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, Gloria al Padre…


entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:


«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec.»
 SALMO 110
Antífona 2: El Señor, piadoso y clemente, ha hecho maravillas memorables. Aleluya.

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;


bendeciré tu nombre por siempre jamás.

Día tras día te bendeciré


y alabaré tu nombre por siempre jamás.

Grande es el Señor, merece toda alabanza,


es incalculable su grandeza;
una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.

Alaban ellos la gloria de tu majestad,


y yo repito tus maravillas;
encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias.

El Señor es clemente y misericordioso,


lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus creaturas.

Que todas tus creaturas te den gracias, Señor,


que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas;

explicando tus proezas a los hombres,


la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.

Gloria al Padre…
.
 CÁNTICO DEL APOCALIPSIS
Antífona 3: Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.

Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro
Dios, porque sus juicios son verdaderos y justos.
R. Aleluya.

Aleluya.
Alabad al Señor, sus siervos todos,
los que le teméis, pequeños y grandes.
R. Aleluya.

Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de
todo, alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
R. Aleluya.

Aleluya.
Llegó la boda del Cordero,
su esposa se ha embellecido.
R. Aleluya.
 LECTURA BREVE 1 Co 15, 25-28

Cristo debe reinar hasta poner todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo
aniquilado será la muerte. Porque Dios ha sometido todas las cosas bajo sus pies.
Mas cuando él dice que «todo está sometido», es evidente que se excluye a aquel
que ha sometido a él todas las cosas. Cuando hayan sido sometidas a él todas las
cosas, entonces también el Hijo se someterá a aquel que ha sometido a él todas las
cosas, para que Dios sea todo en todo.

 RESPONSORIO BREVE

V. Tu trono, Señor, permanece para siempre.


R. Tu trono, Señor, permanece para siempre.

V. Tu cetro real es cetro de rectitud.


R. Permanece para siempre.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


R. Tu trono, Señor, permanece para siempre.

 CANTO EVANGÉLICO: MAGNÍFICAT.


Antífona: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra», dice el Señor.

Mi alma glorifica al Señor, mi Dios,


gózase mi espíritu en mi Salvador.
El es mi alegría, es mi plenitud,
El es todo para mí.

Ha mirado la bajeza de su esclava,


muy dichosa me dirán todos los pueblos
porque en mí ha hecho grandes maravillas
El que todo puede, cuyo Nombre es Santo.

Su clemencia se derrama por los siglos


sobre aquellos que le temen y le aman,
desplegó el gran poder de su derecha,
dispersó a los que piensan que son algo.

Derribó a los potentados de sus tronos,


elevó a los humildes y a los pobres,
los hambrientos se saciaron con sus bienes
y alejó de sí, vacíos a los ricos.
Acogió a Israel, su humilde siervo
acordándose de su misericordia,
como había prometido a nuestros padres,
a Abraham y descendencia para siempre.

Gloria al Padre…

Antífona: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra», dice el Señor.

 PRECES

Oramos a Dios expresando una plegaria de agradecimiento, luego de cada acción


de gracias cantamos juntos: “Demos gracias al Señor, demos gracias, demos
gracias al Señor”.

 PADRE NUESTRO

 ORACIÓN

Señor de poder y de misericordia, que has querido hacer digno y agradable por
favor tuyo el servicio de tus fieles, concédenos caminar sin tropiezos hacia los
bienes que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

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