Está en la página 1de 4

¿Qué preguntas nos pueden impugnar durante el interrogatorio?

Las preguntas impugnables son aquellas que, conforme a nuestro ordenamiento, estarían
prohibidas, por lo que podrán ser vetadas por el juez u ser objeto de impugnación de contrario.
Para facilitar su examen, vamos a categorizar esta modalidad de preguntas desde una perspectiva
genérica, es decir, de aplicación para cualquier jurisdicción, puesto que a pesar de que los
ordenamientos civil y penal establecen determinadas prohibiciones, lo cierto es que existen una
serie de preguntas que la práctica forense considera impugnables por lo que afectarían a todos los
órdenes.

Interrgatorio

Preguntas capciosas.

Son aquellas que, debido a la forma de su elaboración, inducen a error al testigo, favoreciendo con
ello al interrogador. El fundamento de su prohibición en nuestro ordenamiento reside en que la
información suministrada por el testigo al contestar es ajena a su voluntad narrativa, pues procede
de un error o confusión derivado del formato de la pregunta.

P.-¿Qué hacía usted en el botellón?

R.-Pues pasando el rato con mis amigos.

P.-¿Y qué estaban haciendo? ¿Tomando alcohol?

R.-Si, tomarnos unos cubatas y echar el rato, claro.

P.-¿Y quién de ustedes llevaba la droga con la que se traficó?

Pregntas impertinentes.

Son aquellas que no guardan relación sustancial con el hecho que se está juzgando, por lo que no
aportan relevancia alguna a la solución de la controversia.

P.-¿Qué hacía usted en el botellón?

R.-Pues pasando el rato con mis amigos.

P.-¿Y qué estaban haciendo? ¿Tomando alcohol?

R.-Si, tomarnos unos cubatas y echar el rato, claro.

P.- ¿Y por qué bebían?

Preguntas inútiles.

Aquellas pruebas que, según reglas y criterios razonables y seguros, en ningún caso puedan
contribuir a esclarecer los hechos controvertidos. Dicho de otro modo, son las que no resultan
adecuadas para el esclarecimiento de los hechos controvertidos.
P.-¿Leyó usted el contrato en todos sus términos?

R.-Sí.

P.-¿Y firmó usted el contrato?

R.- ¿Lo firmó en todas sus páginas?

Preguntas coactivas

Son preguntas en las que el interrogador, mediante el empleo del lenguaje verbal y no verbal,
hostiga y presiona al testigo, coartando así su libertad para formular sus respuestas. Estamos
hablando por tanto del empleo de un componente agresivo sobre el testigo que, dependiendo de
diversas circunstancias concurrentes, limitará su capacidad de emitir testimonio.

Estas preguntas plantean muchas dudas a efectos de su admisión ya que esta decisión dependerá
de factores como la persona del testigo examinado, el aporte de su testimonio o trascendencia del
mismo, la presumible falsedad de la declaración que se está evacuando, la importancia del asunto
que se está debatiendo, etc.

P.-¿Entonces usted no vio al acusado salir corriendo del bar?

R.-No, no lo vi.

P.-Pero como puede usted decirnos que no lo vio ¿No se da cuenta que mentir en juicio está
penado con la cárcel?

P.-¿Va a usted a seguir ocultando los hechos o va a decirme la verdad?

P.-Por favor, deje de proteger al acusado y conteste a mi pregunta

Preguntas poco claras

Son preguntas defectuosamente formuladas que impiden al testigo entender cuál es el objeto de
la misma y que podrían incluirse entre las preguntas capciosas. Aquí encontramos las preguntas
confusas (formulación poco clara), ambiguas (sugieren diversas cuestiones poco claras) y vagas
(amplitud excesiva acompañada de falta de claridad). El fundamento de la prohibición de estas
preguntas reside en que, nuevamente, se pretende evitar que se incorpore a la actividad
probatoria una información aportada erróneamente por el testigo como consecuencia de una
mala formulación de la pregunta por parte del interrogador. Por lo tanto, lo que se pretende al
proscribir estas preguntas es que la información que ingrese en el procedimiento derive del
conocimiento del testigo y no de un error o confusión.

¿Y entonces la realidad fue que al entrar en el bar Luis estaba agresivo porque vio a María, y
donde la había visto? (confusa)

¿Qué había en común entre María y Luis? (ambigua)


¿Cómo era el acusado antes de la agresión? (vaga)

Preguntas compuestas

Son aquellas preguntas que introducen dos o más cuestiones en la misma pregunta, de forma que
su enunciado se compone de dos preguntas que podrían realzarse de forma independiente.
Debido a tal duplicidad, introducen un factor de confusión en el testigo al tener que responder dos
preguntas de una sola vez, lo que hace a estas preguntas potencialmente capciosas.

¿Entonces, cuando llegó Luis en el Renault al parking del bar, llevaba consigo el bate de béisbol?

Pregunta que contienen valoraciones, opiniones o conclusiones.

La información que ingresa en juicio como consecuencia de la declaración del testigo se


circunscribe a los hechos que ha percibido con sus sentidos o que conoce, por lo que toda
información por la que el testigo realice valoraciones, conclusiones u opiniones sobre los mismos
son irrelevantes para la decisión del caso. Por lo tanto, si al testigo se le pregunta sobre una
valoración o conclusión, lo que está haciendo es especulando sobre los hechos objeto de la
prueba.

¿Entonces cree usted que Luis se encontraba fuera de sí y que no sabía lo que hacía?

¿Piensa Vd. que María fue al bar con el propósito de provocar celos en Luis?

Esta regla, centrada en la declaración de testigos legos, tiene sus excepciones, dado que a mayor
experiencia del testigo en determinada materia, mayores opciones habrá de relajación de esta
regla.

Preguntas repetitivas

Son aquellas preguntas que, realizadas más de una vez durante el interrogatorio, versan sobre una
materia que ya ha sido respondida por el testigo. Las preguntas repetitivas pueden tener un origen
voluntario, es decir, que el interrogador es plenamente consciente de la repetición o involuntario,
en cuyo caso, es un error a la hora de interrogar.

Centrándonos en el primero de los supuestos, la pregunta repetitiva estaría prohibida cuando el


interrogador, a través de la repetición, pretende lograr alguna inconsistencia en la declaración del
testigo respecto a lo ya declarado. En este caso la pregunta sería potencialmente capciosa, dado
que lo que se pretende es inducir a error respecto a lo ya declarado anteriormente.
P.-¿Dónde se encontraba usted sobre las 22,30 horas?

R.-Sentado en el interior del bar junto a la ventana.

P.-¿Estaba sentado para ver si se aproximaba María?

R.-No.

P.-¿Peo usted sabía que María podía venir?

R.-Claro.

P.-Entonces, ¿no estaba pendiente de la llegada de María junto a la ventana?

R.-Ya le he dicho que no.

Pregunta que tergiversa la prueba

Son preguntas a través de las que el interrogador asume que son ciertos determinados hechos
sobre las que no ha habido prueba en juicio, o que, existiendo la prueba, esta no se ajusta a la
información de la pregunta. Esta pregunta es inadmisible por capciosa, ya que tergiversan el
contenido de la prueba ya ingresada o la inventan con el fin de inducir a error al testigo. Por otro
lado, no hemos de olvidar que las preguntas que formulan los abogados no pueden considerarse
pruebas.

P.-¿Entonces, usted estaba en la ventana esperando la llegada de María?

P.-¿Podría explicarnos por qué esperaba a María en la ventana?

R.-No, ya le he dicho que estaba sentado allí solamente tomando una copa.

En conclusión, es fundamental que a la hora de preparar los interrogatorios, nos cercioremos de


que no estamos empleando preguntas susceptibles de ser prohibidas o impugnadas, lo que nos
ahorrará muchas incomodidades y, simultáneamente, nos permitirá realizar un interrogatorio
fluido y centrado en lo que realmente interesa: obtener un testimonio acorde con nuestros
objetivos.

También podría gustarte