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Actualmente esta parafilia ha cobrado más popularidad entre los jóvenes, al tomase
como un juego para sentir el orgasmo de una manera más intensa. Además, se ha
dado mucha difusión a la asfixia erótica en las redes sociales. A esta práctica suele
denominarse breathplay (juego con la respiración) o edgeplay (juego de borde, o
juego riesgoso), y generalmente incluyen la participación de un compañero.
Lo que hoy es un fetiche sexual se utilizó por primera vez a principios del siglo XV
como un tratamiento para la disfunción eréctil, después de observar firmes
erecciones en reos ejecutados en la horca. Sin embargo, siempre se ha conocido la
peligrosidad de esta técnica. Probablemente el primer caso documentado de este
tipo de muerte sea el del compositor y contrabajista checo Frantisek Kotzwara en
1791. También es famoso el fallecimiento del príncipe francés Luis Enrique José de
Borbón-Condé en 1830.
Todas las personas que practican la asfixia erótica tienen riesgo de muerte. Según
investigaciones, desde mediados de la década del 90 al menos 82 niños y
adolescentes han muerto por realizar juegos de ahorcamiento en patios de las
escuelas. Entre adultos el riesgo también es alto, especialmente cuando la
convierten en una práctica sexual recurrente. Se estima que en Estados Unidos la
hipoxifilia le cuesta la vida a más de mil personas anualmente.
Aunque pareciera tener su atractivo, la asfixia erótica siempre es peligrosa pues es
muy difícil saber cuándo detenerse en una actividad tan al borde del peligro, y el
cuerpo puede quedarse sin el oxígeno necesario para cumplir con sus funciones.
Los daños se presentan de esta manera:
Escatología Telefonica.
El amor o afición excesiva y enfermiza a las llamadas telefónicas obscenas se
denomina Escatología telefónica
El sujeto realiza este tipo de llamadas para excitarse sexualmente, y suele
masturbarse mientras las realiza. Estas llamadas las hace a personas con las que
no tiene relación alguna, a veces simplemente lee la guía telefónica y marca un
número al azar.
La Escatología telefónica pertenece a un tipo de trastornos sexuales
denominados Parafilias, y dentro de estas se encuadra en las parafilias no
especificadas.
Para aclarar, una llamada telefónica obscena es una llamada no deseada en la que
el que llama intenta molestar o asustar al receptor, normalmente usando lenguaje
sexual u obsceno. Se debe diferenciar que las llamadas deseadas en las que se
usa lenguaje sexual explicito se considera sexo telefónico.
El hacer llamadas telefónicas obscenas para disfrutar sexualmente es conocido
como “escatología telefónica” y es clasificado como una manera de exhibicionismo.
Es normalmente clasificado como una parafilia desde el punto de vista médico,
aunque desde el punto de vista de la persona que recibe las llamadas sueles ser
considerado una forma de acoso sexual. En algunos estados (de EEUU) hacer
llamadas obscenas es una falta de clase.
Normalmente, a los que reciben llamadas obscenas se les suele recomendar que
simplemente cuelguen, y que denuncien el hecho a la compañía telefónica y/o la
policía. Incluso donde no se pueden identificar las llamadas, las llamadas son
registradas por la compañía telefónica, con lo que el número del acosador puede
ser descubierto. De todos modos, muchos de los que normalmente realizan
llamadas obscenas usan cabinas o teléfonos móviles de prepago, y en esos casos
hace falta una investigación más exhaustiva.