CRITICA DEL ARTE Etimológicamente el término crítica deriva del verbo griego crino, que significa juzgar.

Aquí se
refiere a un juicio, valor o crítica sobre el Arte. En la edad media se relacionaba a los términos kritikos, criticus, pero
se desplazaron hacia la medicina para referenciar una enfermedad crítica. En 1942 se recupera el término antiguo.
Las primeras exposiciones artísticas regulares se organizaron en Francia, por la Academia, a partir de 1673 con el
nombre de Salones. En ella podían exponer solo los miembros de la Academia. En el siglo XVIII, se permitirá la
entrada libre a todo el mundo. La crítica de arte como mediación entre los productos artísticos y su recepción social.
Para Diderot la Crítica como un elemento clave en la clasificación y jerarquización de obras, así como en la formación
del gusto del público. El Salón despliega una actividad expositiva, de presentación pública de obras singulares, que
vienen a solicitar un principio de ordenamiento por el que el público naciente pueda situarse ante ellas sin quedar a
la deriva. El juicio crítico es ante todo un juicio del presente artístico.
Baudelaire dará un impulso renovado a la crítica de arte. Sumará la necesidad de estar dotado de temperamento
artístico. La crítica debe ser parcial, apasionada y política; debe adoptar un punto de vista exclusivo que abra al
máximo los horizontes". La cual considera una actividad de incidencia filosófica es el estudio de la literatura y las
artes en su particularidad, el trabajo crítico sobre al presente, lo que permite elaborar una autentica filosofía del arte.
De lo concreto a lo general, y no de lo general a lo concreto. A partir de Baudelaire la crítica de arte se amplía hasta
ser considerada teoría de la actualidad, filosofía de la cultura. A la crítica le había correspondido en exclusiva la
dimensión conceptual y axiológica, inaccesible al artista que produce sus obras en una onda irracional del entusiasmo
y la inspiración.
Cuando el carácter de proceso de las obras conlleva un despliegue dinámico continúo de nuevos sentidos estéticos,
el trabajo de interpretación está abierto a las reconstrucciones y a las nuevas formulaciones como las obras mismas.
La crítica se ve así reducida a excesivos comentarios, la utilización indiscriminada de paráfrasis rechazando en
absoluto una concepción de la crítica como interpretación. Hoy en día la figura del crítico de arte va siendo sustituida
por la presencia persuasiva en los medios de un trasiego de opiniones con alto grado de superficialidad y banalidad,
que se imponen al público receptor de forma más represiva y totalitaria, habitualmente reducida a una mera y vaga
descripción de la propuesta artística que se debería encuadrar y valorar, formulada en términos vacíos e hiperbólicos,
con la intención de ir dejando en los lectores no solo el elogio de las obras o los artistas, sino la idea de la importancia
de la crítica y del propio crítico que la firma.
En definitiva es una actividad filosófica lingüística que se desarrolla como dialogo, no atañe a un personaje especial
o figura social.