Hoy en día se habla mucho sobre feminismo, machismo, igualdad de género y
este tipo de temas controversiales que separan a la sociedad en diferentes grupos de acuerdo a la opinión o pensamiento que cada uno tenga sobre esto. Últimamente se comenta mucho sobre feminismo, una doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres. Es decir, este movimiento surge para alcanzar la igualdad de la mujer frente al hombre, con el propósito de tener las mismas oportunidades y no verse o sentirse vulnerable frente a ellos. Este movimiento también tiene como propósito enseñarles a las personas que todos somos iguales, hombres y mujeres, y que ambos merecemos las mismas oportunidades y necesitamos el mismo respeto. Si bien, el acoso existe en ambos géneros, se presenta con mayor incidencia en las mujeres. Hoy en día, son más los casos de mujeres acosadas por hombres que al revés. Por ejemplo, los últimos meses se han estado evidenciando casos de acoso por parte de hombres hacia mujeres en los campus universitarios, hombres que se acercan, comienzan a hablar y de un momento a otro se tornan agresivos, de esta forma intimidan a la mujer y provocan sentimientos de vulnerabilidad. Así mismo, he conocido casos de amigas que se han sentido acosadas por profesores de la universidad, hombres que han actuado de manera inadecuada con ellas y que dicha conducta las hizo sentir incómodas e impotentes, ya que, tenían miedo de defenderse o actuar de manera grosera por el hecho de que estaba en juego su calificación. Y así son muchos los casos en los que se ve envuelta una mujer por acaso a manos de los hombres. En ese orden de ideas, la invitación es a creer en la igualdad de género, y no sólo a creer, sino a aplicarla en nuestras vidas, a ponerla en práctica. El concepto de igualdad de género parte de la idea de que todas y todos somos iguales en todos los aspectos: políticos, económicos, sociales, educativos, y que, por ende, tenemos los mismos derechos. Todos podemos hacer algo, así sea muy poquito, para promover la igualdad de género a través de la educación. Todos tenemos experiencias personales, positivas o negativas, respecto al impacto de género en nuestras vidas, de manera que podemos hablar con confianza basada en la experiencia al enfrentar la discriminación basada en género. Podemos convertir el ambiente académico en algo acogedor y seguro para todas las mujeres y hombres y promocionar los derechos de cada uno a la educación y al respeto.