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Tabla de Contenidos
Capítulo I.
INTRODUCCIÓN E INFORMACIÓN GENERAL
Se busca realizar una analogía objetiva entre el régimen jurídico de Argentina como país
seleccionado en la segunda parte de este trabajo y Colombia que fue el primer país del
cual se realiza la exhaustiva investigación.
jurisprudenciales que ha tenido esta problemática dentro del Consejo de Estado y por
Colombia.
5
Por otro lado, se buscará de manera paralela analizar estas mismas especificaciones en
Argentina, buscando una comparación entre ambos países y así determinar un modelo de
Argentina.
problemática en Argentina.
Exponer las consecuencias pecuniarias a las que fue expuesto el Estado por la
responsabilidad que emana del error judicial en los últimos ocho años.
6
Capítulo II.
HIPOTESIS
En Argentina al igual que acá en Colombia y en diferentes partes del
mundo, por el año 1933, con el caso “Devoto1”, admite la doctrina se logra fortalecer el
reconocimiento del instituto en ámbito del derecho público argentino, si bien en aquella
oportunidad utilizando normas y principios del derecho privado para justificar la
obligación de responder por parte del Estado. El mismo tribunal de justicia, siguiendo
esta senda, dicta sentencia en la causa “Ferrocarril Oeste de Buenos Aires c/ Provincia de
Buenos Aires s/ indemnización de daños y perjuicios” revistiendo el mismo suma
importancia, toda vez que el fundamento que brindó para responsabilizar al Estado fue la
figura de la “falta de servicio”.
En Colombia la Responsabilidad Estatal directa también vino a surgir por el siglo XX, se
comienza a considerar como persona jurídica al Estado, sus agentes y funcionarios, como
una misma unidad, con la Ley 167 de 1941 la competencia para conocer de las acciones
de reparación interpuestas contra el Estado, pasa de la Corte Suprema de Justicia siendo
el primer ente encargado de estos temas, al Consejo de Estado el cual hasta la actualidad
se mantiene con dichas funciones.
Título 1: JUSTIFICACION
En materia de la Responsabilidad del Estado por hechos de errores en la
administración de justicia es importante abordar la teoría de las cargas publicas bajo la
idea de la no disposición o sufrimiento por parte de un individuo al quedar incorporado o
inmerso en un proceso penal por el cual se le está imputando una medida de
aseguramiento que atenta contra su libertad por concepto de conductas punibles que se
encuentren bajo los criterios del Articulo 414 de la Ley 2700 de 1991 y que además tiene
un conexidad con el principio del interés general en cuanto a que se requiere salvaguardar
la seguridad e intereses sociales. La responsabilidad objetiva del Estado en la privación
injusta de la libertad quedara evidenciada bajo el fallo en firme que absuelva al individuo
de cualquier conducta penal, para que la persona tenga derecho a la reparación de
perjuicios por daños sufridos en cabeza del Estado.
1
CSJN del 22/09/1933, Fallos 169:111 y J.A., Tomo 43, con nota del doctor Rafael Bielsa titulada
“Responsabilidad del Estado como poder administrador”.
7
Capítulo III.
MARCO
Responsabilidad del Estado: Para entablar el concepto mencionado nos vamos a dirigir
en primera instancia a la Constitución Política de Colombia como norma suprema la cual
establece la responsabilidad estatal de la siguiente manera:
Artículo 90: “El Estado responderá patrimonialmente por los daños antijurídicos que le
sean imputables, causados por la acción o la omisión de las autoridades públicas. En el
evento de ser condenado el Estado a la reparación patrimonial de uno de tales daños,
que haya sido consecuencia de la conducta dolosa o gravemente culposa de un agente
suyo, aquél deberá repetir contra éste”.
2
Véase a LIBARDO RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ. (2015). Derecho Administrativo General y
Colombiano. Bogotá - Colombia: Temis S. A., págs. 645.
8
1° Que sea cierto o real, es decir que efectivamente se haya lesionado un derecho del
perjudicado, como son los daños presentes y los futuros reales, de tal manera que se
excluyen, en consecuencia, de los daños futuros eventuales.
2° Que sea especial, es decir, que sea particular a la persona o personas que solicitan la
reparación y no a la generalidad de los miembros de una colectividad.
3° Que sea anormal, es decir, que debe exceder los inconvenientes inherentes al
funcionamiento del servicio.
4° Que se refiera a una situación jurídicamente protegida, pues es lógico que quien se
encuentra en situación ilegal debe correr los riesgos que ella produce.
3
Sobre el tema de los elementos de la responsabilidad véase Libardo Rodríguez R., Derecho
Administrativo General y Colombiano, Bogotá - Colombia, Edit Temis, 2015, págs. 646.
9
Daño Especial: La administración debe responder por los daños causados por una
actividad completamente legitima, tanto desde el punto de vista sustancial como del
procedimiento, cuando esos daños pueden ser calificados de especiales. Esta concepción
del daño especial se fundamenta en el principio del derecho público de la igualdad de los
ciudadanos ante las cargas públicas, según el cual, cuando un administrado soporta las
cargas que pesan sobre los demás, nada puede reclamar al Estado; pero si en un momento
dado debe soportar individualmente una carga anormal y excepcional, esa carga
constituye un daño especial que la administración debe indemnizar. 5
4
Véase Libardo Rodríguez R., Derecho Administrativo General y Colombiano, Bogotá – Colombia, Edit
Temis, 2015, págs. 664 y ss..
5
Véase Libardo Rodríguez R., Derecho Administrativo General y Colombiano, Bogotá – Colombia, Edit
Temis, 2015, págs. 669.
6
Véase Sentencia Corte Constitucional 782 del 2005.
10
Conducta Punible: En el artículo 9 de la Ley 599 del año 2000 más conocido como el
Código Penal Colombiano se establece el concepto de conducta punible de la siguiente
manera:
Artículo 9: “Para que la conducta sea punible se requiere que sea típica, antijurídica y
culpable. La causalidad por sí sola no basta para la imputación jurídica del resultado.
Para que la conducta del inimputable sea punible se requiere que sea típica, antijurídica
y se constate la inexistencia de causales de ausencia de responsabilidad”.
7
Desde el punto de vista jurisprudencial véase Corte Const., Sentencia SU-222 de 2016.
11
8
Desde el punto de vista jurisprudencial véase Corte Const., Sentencia T-283 de 2013
12
Capítulo IV.
ESTADO DEL ARTE
Los autores que se abordarán en este documento investigativo serán enumerados para
lograr mayor bagaje conceptual en consecuencia del tema seleccionado para este trabajo
y la analogía en relevancia a la información general más importante acerca de
responsabilidad Estatal encontrada y estudiada en sus textos:
9
Desde el punto de vista jurisprudencial véase Sentencia 2004-00410- 16 de mayo de 2016., Consejo Edo.
10
Carlos Marcelo Lamoglia. (25 de octubre del 2015). La responsabilidad del Estado en Argentina: breve
comentario a su régimen legal. JUSTITIA, I, 36. 15 de noviembre 2018, De Universidad Santo Tomas Base
de datos.
13
El autor nombra de manera clara que la responsabilidad del Estado no es algo que logre
ser reconocido solo en Argentina sino además en diferentes partes de Latinoamérica,
como lo son México, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, entre otras constituciones que
contienen regulaciones precisas sobre la obligación que tiene el Estado de reparar a sus
administrados por ocasionarles un daño, esto además justificado bajo la Unión Europea.
existe una contradicción entre las reglas insertas en el Código y aquellas que establece la
Ley 26.944, pues esta última establece que Las disposiciones del Código Civil no son
aplicables a la responsabilidad del Estado de manera directa ni subsidiaria. Una
hermenéutica más integral del ordenamiento jurídico, nos lleva a postular que aquello que
el legislador limitó es la aplicación de las disposiciones del “título” –como dice el
Código– vinculado a la “responsabilidad” y, no “todas” las disposiciones del Código, ello
porque de tal forma se imposibilitaría, en caso de ausencia de regulación en la Ley de
Responsabilidad del Estado, recurrir a determinados institutos que, consagrados en la
norma civil, resultan de aplicación a distintas ramas del derecho por formar parte de una
teoría general de la ciencia jurídica (v. gr. enriquecimiento sin causa, buena fe, entre
otras). El Alto Tribunal de la Nación, al evaluar la aplicación de los principios de la
legislación de fondo en cuestiones de índole administrativa, ha manifestado que aquellos
resultan aplicables, “siempre que la solución no esté prevista en el ordenamiento jurídico
específico y en tanto aquellos principios y reglas resulten compatibles con el régimen
jurídico estructurado por las normas especiales”
supuestos de “casos fortuitos o fuerza mayor” –salvo que sean asumidos por el Estado
expresamente por ley especial– y también limita su responsabilidad cuando “el daño se
produjo por el hecho de la víctima” o “de un tercero” por quien el Estado no debe
responder (art. 2° de la ley). Tales eximentes ya eran pregonados en distintos precedentes
jurisprudenciales con anterioridad destacando que verificados los supuestos de caso
fortuito o la actitud asumida por la víctima con relación al daño la obligación de
responder por parte del Estado desaparecía o se relativizaba, debiendo en cada caso
cotejar la incidencia de estos en la ruptura del nexo causal. Al detenerse en su aplicación
la doctrina afirmaba que “no se excluye la responsabilidad estatal en los casos en que el
daño haya sido ocasionado no solo por la actividad de la administración, sino también por
el hecho de un tercero, o la acción de la propia víctima o un supuesto de caso fortuito. En
tales casos, corresponde exonerar parcialmente a la administración de su responsabilidad
y hacerla responder proporcionalmente a su participación en el evento dañoso”. En este
punto, como en la mayoría de los casos, será el juez quien resolverá lo más justo de
acuerdo con las circunstancias fácticas que se verifiquen, entendiendo que aquellas reglas
de interpretación que cuentan con suficiente aprobación jurisprudencial pueden servir de
base para arribar a una solución equilibrada.
En este caso, la mayoría de la Corte Suprema hizo lugar a la demanda deducida para que
se condene a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires a indemnizar al actor por la
revocación de la autorización que le fuera concedida para habilitar un inmueble como
hotel alojamiento por horas, y estimó que no era procedente la indemnización del lucro
cesante.
Sin embargo, sostuvo que, si bien en el caso el sacrificio de los intereses particulares se
hacía en el interés público, sin que paralelamente el patrimonio de la administración se
15
viera acrecentado, solo resultaba atendible el interés negativo, que limita el resarcimiento
de los daños que sean consecuencia directa e inmediata de la confianza del actor en que el
acto revocado sería mantenido (daño emergente), pero que excluía todo otro valor o
ganancia frustrada.
El máximo tribunal, mediante el voto de los jueces Belluscio, Fayt y Bacqué, se remitió a
lo dictaminado por la procuradora fiscal Reiriz y revocó la sentencia de la instancia
anterior en cuanto había hecho lugar al reconocimiento de lucro cesante. La actora había
iniciado demanda contra la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, por nulidad del
acto que había dispuesto el cese de expendio de combustible en el negocio que explotaba,
impugnando la legitimidad de la norma que le daba sustento. En efecto, la Ordenanza
27.455 había modificado el cuadro de prevenciones contra incendio del Código de
Edificación, prohibiendo destinar un inmueble a vivienda en los casos en que en el piso
bajo se encontrara una estación de servicio.
Así, indicó que se había producido una legítima afectación de los derechos de un
particular, sacrificados por razones de interés público.
Por Decreto 2686/83 se había adjudicado a la actora la licencia para la explotación de una
estación de radiofusión sonora. Posteriormente, por Decreto 899/94 se dejó sin efecto la
adjudicación a la actora de la explotación de la frecuencia. La Corte Suprema confirmó la
sentencia de la instancia anterior que rechazó la demanda de nulidad de acto
administrativo y del resarcimiento de daños y perjuicios.
También se recordó que los jueces deben actuar con suma prudencia cuando se trata de
resarcir daños causados por actos administrativos dispuestos por razones de interés
general, verificando si tales daños efectivamente se han producido y si son consecuencia
directa e inmediata del obrar del Estado. Asimismo, se señaló que la extensión del
resarcimiento debía atender a las características particulares de cada situación,
entendiendo que no hay, como principio, fundamento para limitarlo al daño emergente
con exclusión del lucro cesante; y, analizando la concreta prueba producida en la causa,
entendió que no se había probado en el juicio la concreta privación a la actora de ventajas
esperadas de acuerdo con probabilidades objetivas estrictamente comprobadas.
Los daños causados por la actividad judicial legítima del Estado no generan derecho a
indemnización.
11
JAIME VIDAL PERDOMO Y CARLOS MOLINA BETANCUR. (2016). Derecho Administrativo.
Bogotá - Colombia: Legis.
17
Durante el siglo XIX, la influencia de la teoría de la soberanía del Estado hacía que este
se considerara irresponsable por los daños que causara en ejercicio de sus funciones. Esta
concepción doctrinal fue desgastándose poco a poco, hoy día tanto por la evolución
doctrinal como por la evolución jurisprudencial se ha comenzado a admitir que el Estado
es responsable por los daños que cause incluyendo cuando este es pasivo de ese régimen
en términos más severos que los particulares mismos.
La primera postura construida por el autor se fundamenta en que, así como el hombre
responde por los daños que causan sus órganos, así también las personas jurídicas deben
indemnizar los perjuicios causados por sus órganos, ahora bien, como todos los
individuos que sirven a una persona jurídica no pueden ser sus órganos, el problema se
desplaza hacia el conocimiento de aquellos cuerpos o personas que pueden considerarse
órganos del Estado. Cuando el evento dañoso provenga de ellos, se hablará de
responsabilidad directa, cuando de otras personas vinculadas al Estado se trate será
responsabilidad indirecta.
Siguiendo los pasos que devengan lo conceptos e ideas anterior mente referidos en cuanto
a el establecimiento de la responsabilidad de un Estado y sus órganos, en conjunto con la
teoría de la falla del servicio y las cargas públicas, veremos a continuación otro de los
autores referidos en este documento ilustrando lo que más nos importa para este
desarrollo investigativo.
18
Teniendo en cuenta lo fundado con el autor Jaime Vidal Perdomo, con la mención más
importante de su libro para este trabajo la FALLA DEL SERVICIO, seguimos con la
idea planteada de Enrique Gil Botero acerca del nuevo paso a una concepción del
derecho, fundada en lo que se ha llamado la era del daño bajo la premisa de la no
causación dañina, teniéndosele como un principio general en materia de responsabilidad
patrimonial.
Es cierto que el daño puede generarse de un acto o hecho ilícito, pero esto no implica que
sea un requisito necesario para que se diga consumado el daño, sino más bien el deber de
saber si quien lo sufre debe soportarlo o no.
12
ENRIQUE GIL BOTERO. (2006). Temas de Responsabilidad Extracontractual del Estado. Bogotá-
Colombia: Comilibros.
13
Sección Tercera, sentencia del 10 de septiembre de 1993, expediente N°6144
19
Uno de los ejemplos empleados por el autor para explicar esta teoría previamente
expuesta la divide en la perspectiva tradicional de lo que implica el nexo causal
refiriéndose así a la causalidad de la conducta omisiva frente al daño antijuridico, y por la
cual se ha desarrollado la jurisprudencia acentuando que desde el punto de vista
normativo, el derecho puede asignar consecuencias jurídicas por la abstención en virtud
de que “la omisión es un concepto normativo porque solo tiene sentido cando la
inactividad del individuo se mira con referencia a una norma que demandaba una
actividad.
Por lo anterior y en referencia con la relación, conexión o causalidad que debe existir, se
puede afirmar que el Articulo 90 de la Constitución Política es lógicamente proposicional
en cuanto a que en su primera parte se recoge lo expuesto cuando señala: “El Estado
responderá patrimonialmente por los daños antijuridicos que le sean imputables…”, hasta
allí la norma contempla los tres elementos de la responsabilidad patrimonial que
configuran una responsabilidad objetiva, el daño antijuridico, imputación y el deber de
reparar. La segunda parte de la norma refiere que: “causados por la acción y omisión de
las autoridades públicas”, esto constituye ni más ni menos que la imputación como ya se
vio.
Las ideas de este autor se tomaron en cuanto puesto que va en contrario a la concepción
clásica causalista natural de quienes siguen aferrándose a buscar la causa del daño para
mitigar de responsabilidad a la institución que lo produzca, concepción a la que se ha
14
Consejo de Estado Sección Tercera, sentencia de septiembre 11 de 1997, expediente N°11764
20
De esta manera nacen dos fenómenos que a la luz de este estudio serán importantes para
la investigación, concebidos bajo el daño material (a. daño emergente o afectación del
interés negativo, cuando un bien de contenido económico salió o saldrá del patrimonio de
la víctima; b. lucro cesante o afectación al interés positivo que se traduce en un bien de
contenido económico que debía ingresar y no ingreso ni ingresara al patrimonio de la
víctima) o daño inmaterial (afectación de bienes carentes de contenido económico, pero
que son igualmente protegidos por el ordenamiento jurídico).
La transición que realiza este autor en su libro comienza por dar una ubicación al lector
de manera jurídico-política no solamente en Colombia sino en otros países como lo son,
Francia, España, Alemania, Estados Unidos, entre otros pero que para nuestra realización
solamente nos servirá como meras menciones y analogías ya que principalmente nos
importa como el hecho de un legislador puede constituir la responsabilidad del Estado en
un país como Colombia.
“Se garantiza la propiedad privada y los demás derechos adquiridos con justo título, con
arreglo a las leyes civiles, por personas naturales o jurídicas los cuales no pueden ser
15
Consejo de Estado Sección Tercera, sentencia de noviembre 10 de 1997, expediente N°12.125
16
ERIC LEIVA RAMIREZ. (2010). Responsabilidad del Estado por el hecho del legislador. Bogotá-
Colombia: Ibañez.
21
Este numeral implicaba que solo por medio de sentencias judiciales se podría realizar la
expropiación de una propiedad privada siempre y cuando este estuviera conforme a la ley
acerca de la protección y primacía del interés social sobre el interés particular. Además,
esta sentencia debía contener una indemnización previa. Con todo esto, el legislador es
quien tendrá la facultad de terminar en qué lugar se deberá conceder la indemnización
mediante el voto favorable de la mayoría absoluta de los miembros de una y otra cámara.
“Ninguna ley que establezca un monopolio podrá aplicarse antes de que hayan sido
plenamente indemnizados los individuos que en virtud de ella deban quedar privados del
ejercicio de una industria licita. Ningún monopolio podrá establecerse como arbitrio
rentístico y en virtud de la ley.”
Estos acápites de artículos que condensan la indemnización por un daño sufrido por la
culpa del legislador cuando este creara una expropiación también daría paso a el
desarrollo de indemnización cuando el legislador creara una ley que fuera en contra de la
constitución pero que al no tener quien la impugnara generara daño el cumplimiento de
esta para sus ciudadanos. Bajo esta idea se dice que, aunque las sentencias de
inexequibilidad tuvieran un efecto hacia el futuro luego de presentar su demanda, ello no
impide que se declare responsable al Estado.
El autor además para ser más preciso cita en un ejemplo al autor Fernando Garavito quien
en su estudio de inexequibilidad de la ley, sostiene que las sentencias verdaderamente si
tienen efectos retroactivos, salvo en el caso que se estén vulnerando derechos adquiridos
bajo el imperio de la ley declarada inconstitucional, o afecten situaciones ya consumadas
plenamente, o contradigan decisiones judiciales que han pasado bajo la autoridad de la
cosa juzgada.
usado por la cláusula general del artículo 90, comprende todas las ramas del poder
público, incluida por supuesto, la legislativa.
En segundo lugar, el Estado Colombiano tiene una función tutelar respecto de los
administrados bajo un marco jurídico que funciona a la idea de generar un resultado
justo. La combinación de estas premisas se orienta a que todo interprete de la
constitución juzgue la labor del Congreso y la responsabilidad que puede ser exigida en el
ejercicio de sus funciones, para permitir su responsabilidad y no para excluirla.
Finalmente podemos concluir que con base a todo lo expuesto, la Constitución se encargó
de consagrar la responsabilidad patrimonial del Estado, para garantizar a los particulares
las herramientas procesales para hacerla efectiva. Así el artículo 89 de la Constitución
Política de Colombia le ordeno al legislador los recursos, acciones, mecanismos o medios
y demás procedimientos necesarios para que puedan impugnar por la integridad del orden
jurídico, y por la protección de sus derechos individuales, de grupo o colectivos, frente a
la acción u omisión de las autoridades públicas.
Capítulo V.
DESARROLLO ARGUMENTACIÓN
El sistema penitenciario y carcelario para el mes de abril del 2013 tenía una capacidad de
75.726 cupos y una población penitenciaria y carcelaria de 116.274 personas. De estas
solo el 69.5 % es decir 80.828 eran personas condenadas y el resto eran personas que se
encontraban en una detención preventiva.
Con el fin de dar solución a estos problemas, el Ministerio de justicia y de Derecho ha
elaborado un documento titulado “Doce pasos para hacer frente a la crisis del sistema
penitenciario” en el cual señala los diferentes tipos de soluciones y pasos que debe
adoptar el Estado colombiano para realizar una privación de la libertad y hacerles frente a
los problemas del sistema.
De esta manera podemos traer a colación un cuadro, el cual tiene como principal
funcionamiento en este trabajo ilustrar el auge que este inconveniente ha traído para el
Estado determinando que entre los años 2000 al 2018, el monto total de las condenas ha
ascendido a $1.021.921.723,001; cifras que han sido distribuidas de la siguiente manera:
Lo anterior refleja los altos costos que debe asumir el Estado por errores del ente
acusador, y deja una importante inquietud sobre la vulnerabilidad de los ciudadanos
frente al poder punitivo del Estado.
En consecuencia, a esto la jurisprudencia del Consejo de Estado fundamento está bajo las
nociones de la falla del servicio judicial y el daño especial causado por una privación
preventiva e injusta. Vale decir que, en los eventos en los que a una persona sometida a
detención preventiva en un proceso penal se le declara inocente debido a que no fue
posible probar su autoría o participación en la comisión delictiva, bien sea porque se
demostró plenamente su inocencia o bien sea en virtud del in dubio pro reo, la privación
de la libertad se reputara injusta. Con base a esto lo que determinara si esta privación es
justa o injusta será la sentencia en firme que defina la responsabilidad penal sin
considerar las actuaciones legales que hayan tomado las autoridades de persecución penal
en el curso del procedimiento.
Desde ese punto de vista nos estamos rigiendo solamente en una discusión netamente
procedimental y de desarrollo de la actuación y cabe resaltar que hasta este punto nuestra
coyuntura se involucra solamente con el Derecho Penal y no se tiene presente el
contencioso administrativo.
La ley 600 del año 2000 conocida como Código de Procedimiento Penal, indica que la
procedencia de la detención preventiva se evalúa como fundamento de al menos dos
indicios graves de responsabilidad que se encuentran basados en las pruebas producidas
durante todo el proceso.
De esta manera se consideraría improcedente dicha detención cuando la prueba indicara
que el imputado se podía considerar o se consideraba inmerso en alguna de las causales
de ausencia de responsabilidad penal.
Ahora bien, fundando estas ideas en el Derecho Penal podemos encontrar varias clases de
privación injusta de la libertad por las cuales se podría generar la responsabilidad del
Estado. Esta razón explica que tanto las autoridades judiciales como las autoridades de
orden administrativo, especialmente la Policía Nacional y, en algunos casos, las Fuerzas
Militares, son titulares de la responsabilidad estatal.
17
Corte Constitucional de Colombia, Sentencia C - 744 del año 2001.
Corte Constitucional de Colombia, Sentencia C - 177 del año 2001.
Corte Constitucional de Colombia, Sentencia C - 282 del año 2002.
26
1. Legal y justa: Como sería el caso de una captura declarada legal que tiene como
consecuencia la imposición de la medida de aseguramiento privativa de la libertad y la
posterior condena del infractor. Este es el modelo que no genera responsabilidad estatal.
2. Ilegal: La que se presenta cuando la captura no se llevó a cabo con observancia de los
requisitos legales y da origen a responsabilidad por funcionamiento defectuoso de los
órganos estatales, como la Policía o el CTI. Esta situación genera responsabilidad
estatal por falla del servicio.
3. Injusta: La que da origen a responsabilidad cuando la Fiscalía no es capaz de demostrar
plenamente la responsabilidad penal del privado de la libertad. Esta actuación genera un
daño antijurídico para quien la padece debido a que se configura uno de los títulos de
imputación de responsabilidad estatal a título de falla del servicio o daño especial.
4. Legal e injusta: La que se presenta cuando los fiscales y jueces imponen la medida
de aseguramiento con el cumplimiento estricto de los requisitos legales, pero, en el
curso del proceso el imputado, acusado o condenado, resulta absuelto.
Anterior mente en este trabajo se hablo acerca de los regímenes de falla del servicio
(Presunta y Probada) y el daño especial.
En la presente parte de este ensayo nos fundamentamos en la falla del servicio probado y
el daño especial que son los principales títulos de imputación en la responsabilidad del
Estado por privación injusta de la libertad.
En el caso de la falla del servicio entenderemos esta como la ya referida acción y omisión
del Estado que consiste en el incumplimiento de las obligaciones a cargo de la
administración. El régimen de falla del servicio probada es un régimen subjetivo que
18
Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado. (2013). Privación Injusta de la Libertad: Entre el
derecho Penal y el derecho Administrativo. Documentos Especializados, I, 64. 26 de Sep/18.
27
Al lado de la falla del servicio encontramos la noción de daño especial entendido como el
que causa el Estado por una acción u omisión que debe ser lícita (la acción u omisión
debe ser lícita, pues si es ilícita encajaría en el régimen de falla del servicio), buscando el
interés general. Algunos tratadistas también analizan este régimen con fundamento en el
equilibrio de cargas públicas, lo cual significa que bajo el principio de igualdad existirán
casos en los que la primacía del interés general impone a una persona una determinada
carga más pesada que la que soporta el resto de los administrados, quienes se benefician o
se beneficiarán de esa actuación lícita del Estado.19
La diferencia de este régimen objetivo con la falla del servicio estriba en que en el daño
especial no se examina la conducta del agente estatal y solo se debe probar que hubo una
actuación u omisión del Estado en pro del interés general y que esa conducta ha causado
un daño antijurídico. Para que se estructure la noción de daño especial resulta propicio
demostrar que:
Nuestra próxima cita la vamos a realizar sobre el autor Gustavo Cuello Iriarte que en
compañía de Adriana Cuello Hermida y Jenaro Andrés Puerto Valencia realizan un libro
titulado el Daño especial que para nuestra investigación y relato será prudente resaltar
con el fin de traer a colación la contextualización histórica de cómo se desarrolla dicho
concepto en Colombia y a la luz de que aspectos jurídicos.
Los autores de este libro comienzan mencionando que surge un postulado moderno de
Derecho público en cuanto a la responsabilidad estatal acerca de la obligación de
indemnizar a los particulares por los perjuicios que este le cause que se acentúan de la
siguiente manera:
19
Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado. (2013). Privación Injusta de la Libertad: Entre el
derecho Penal y el derecho Administrativo. Documentos Especializados, I, 64. 26 de Sep/18.
20
Gustavo Cuello Iriarte; Adriana Cuello Hermida y Jenaro Andrés Puerto Valencia. (2009). EL DAÑO
ESPECIAL. Bogotá-Colombia: Instituto de Estudios del Ministerio Publico - PGN.
28
Para dar fundamento a este principio con consagración legislativa, inicialmente se acude
a la equidad y a reglas éticas. Así se soportan en Alemania los denominados “daños
procesales” y “daños de guerra”. Los primeros provenientes de “las detenciones
preventivas de acusados inocentes” (leyes de 20 de mayo de 1898 y de 14 de julio de
1904). Los segundos para atender a los ciudadanos que “dentro y fuera del territorio
alemán sufrieran daños físicos durante la conflagración europea, aunque no pertenezcan a
la clase de personas con derecho a protección por haber prestado el servicio militar”.
Otra corriente que cita el autor pero esta con una concepción menos amplia, se inclina por
“la garantía constitucional de la propiedad”; que la toma como “salvaguardia de la
situación económica del ciudadano frente al poder público”; frente a esto la deducción
principalmente es la indemnización del Estado no solo en los casos en que arrebata
derechos privados por el procedimiento de expropiación forzosa, sino, en general, por
todo perjuicio que ocasión un acto de autoridad en el patrimonio del ciudadano.
Una tercera posición y la más relevante para nuestra investigación consiste en el
“principio de igualdad jurídica” según el cual no se permite una carga desigual para los
ciudadanos explicada así:
Una cuarta corriente estimo que el deber de indemnizar debía restringirse a los casos en
que “la ley o un derecho consuetudinario lo ordenen expresamente” el autor enmarca esta
cuarta categoría bajo la obra de derecho Administrativo, publicada en Francia por Tesirer,
que formula la concepción del Daño Especial como la fuente de la responsabilidad del
Estado, de tipo objetiva y basada en la desigualdad ante las cargas públicas.
Concluyendo esto podemos decir que La Gran Colombia fue el primer Estado en el cual
el legislador consagro su responsabilidad bajo el título de imputación del daño especial.
Y esto se volvió una constante en nuestro derecho positivo.
29
El autor Héctor Reyes otorga para esta investigación otro punto de vista referente a las
malas elecciones de los servidores públicos y al permisivo hecho de dejarlos actuar de
manera incorrecta, tipificando esto como una falla del servicio, pues no se concibe un
servicio público eficiente, acorde con el interés general, manejado por personas corruptas.
Por esto la jurisprudencia del Consejo de Estado determina que: “El Estado falla cuando
con sus actuaciones, hechos positivos o negativas o vías de hecho, desconoce los
derechos de los particulares o deja de proteger los mismos o permite que algún miembro
de la comunidad o cualquier persona vulnere dichos derechos”.
Además, añade que quien haya sido indemnizado mediante proceso penal o de
responsabilidad civil no podrá solicitar ante lo contencioso administrativo la reparación
del daño.
1. El que tenía que responder era el propio juez por establecerlo así el Artículo 40
del Código de Procedimiento Civil.
2. Atentaba contra el principio de cosa juzgada.
3. El error judicial solo genera responsabilidad personal del funcionario judicial por
sus “errores inexcusables”, inician una falla personal y no estaban cumpliendo las
funciones legales del servicio existiendo una responsabilidad personal y no
estatal.
21
Héctor Darío Arévalo Reyes. (2011). Responsabilidad del Estado y de sus funcionarios. Bogotá-
Colombia: Ediciones Doctrina y Ley Ltda.
30
este”: para los efectos señalados en este artículo, se presume que constituye culpa grave o
dolo cualesquiera de las siguientes conductas:
22
Consejo de Estado Sección Tercera, Sentencia de febrero 3 de 1994.
23
Corte Constitucional de Colombia, Sentencia c-037 de 1996.
31
Lo que ha conllevado todos estos casos es que la doctrina además afirme que la
responsabilidad es una obligación patrimonial a cargo del Estado que consiste en el
DEBER de reparar las lesiones ocasionadas por la falla en la administración.
La demanda fue presentada el 27 de agosto del 2000 por José Crisanto Tique, María
Floremia Ducuara de Tique, quienes actúan en nombre propio y de sus hijas menores Flor
María Tique Ducuara y Reina Marince Tique Ducuara, en ejercicio de reparación directa
prevista en el artículo 86 del C.C.A.
Así para lo que nos va a servir la citación de esta sentencia es para explicar que no solo
aquellos perjuicios patrimoniales o pecuniarios son los únicos que debe pagar el Estado,
sino que además que este responderá por los perjuicios que no se pueden calcular en
dinero como lo son los morales, la vida en relación, daños psicológicos entre otros.
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Consejo de Estado Sección Tercera, 27 de noviembre de 2017; 73001-23-31-000-2008-00518-01
(37815).
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De esta forma, los daños MORALES, son aquellos que exclusivamente lesionan aspectos
sentimentales, que originan angustias, dolores internos y psíquicos, que lógicamente no
son fáciles de describir o definir.
Capítulo VI.
CONCLUSIONES
En tal condicion, frente a cualquier daño antijuridico que sea imputable a una autoridad
pública, con ocasión al llamado derecho de libertad consagrado en el Artículo 13 de la
Constitución Política asi:
“Artículo 13. Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma
protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y
oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o
familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica. El Estado promoverá las
condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de
grupos discriminados o marginados. El Estado protegerá especialmente a aquellas
personas que, por su condición económica, física o mental, se encuentren en
circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra
ellas se cometan”.
Artículo 70. Culpa exclusiva de la víctima: El daño se entenderá como debido a culpa
exclusiva de la víctima cuando ésta haya actuado con culpa grave o dolo, o no haya
interpuesto los recursos de ley. En estos eventos se exonerará de responsabilidad al
Estado.
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Lista de referencias:
Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado. (2013). Privación injusta de la libertad:
entre el derecho penal y el derecho administrativo. 2018, de Agencia Nacional de
Defensa jurídica del Estado Sitio web:
https://www.defensajuridica.gov.co/gestion/publicaciones-
andje/Documents/privacion_injusta_libertad.pdf
file:///C:/Users/steff/Downloads/1537-3621-1-PB.pdf
https://revistas.uexternado.edu.co/index.php/derest/article/view/4582/5377