Está en la página 1de 19

Los inicios

No se sabe a ciencia cierta la procedencia de los primeros colonizadores del


archipiélago japonés, aunque se supone que fueron los ainu los primeros en asentarse en
esta zona, alrededor del año 3000ac. Otras teorías sostienen que las corrientes
inmigratorias procedieron mayormente de Siberia oriental o de las islas polinesias.

Los períodos históricos se resumen en la siguiente tabla:

10.000ac -
Jomon  
300ac
Yayoi 300ac - 300 弥生
Kofun 300 - 710 古墳
Nara 710 - 794 奈良
Heian 794 - 1185 平安
Kamakura 1185 - 1333  
Muromachi 1333 - 1568 室町
Azuchi
1568 - 1600  
momoyama
Edo 1600 - 1868 江戸
Meiji 1868 - 1912 明治
Taisho 1912 - 1926 大正
Showa 1926 - 1989 昭和
Heisei 1989 - 平成

 Japón actual
 Vocabulario
 Cronología

Jomon (10000-300ac)

Las culturas paleolíticas del Japón prehistórico dieron paso hacia el 10000ac a la cultura
neolítica denominada Jomon. Tenían habilidades en cerámicas muy decoradas,
modeladas a mano y cocidas a temperaturas bajas, cuyos restos se han encontrado por
todo Japón, y viviendas sofisticadas o chozas. Su economía estaba basada
aparentemente en la caza, en la pesca y en la recolección, quizás con técnicas muy
primitivas. La sociedad del período Jomon parece que era bastante igualitaria, con pocas
divisiones sociales.

Yayoi (300ac - 300)

Al finalizar el período Jomon, una nueva cultura, que comenzó en Kyushu, se fue
extendiendo lentamente hacia el este e imponiéndose de forma gradual. La cultura
Yayoi era más avanzada, introdujo la técnica del cultivo encharcado del arroz, el tejido,
cerámicas cocidas a altas temperaturas y herramientas de hierro. La mayoría de las
innovaciones Yayoi, especialmente el hierro y el bronce, fueron introducidas
probablemente desde China a través de Corea. La sociedad Yayoi era más compleja y
socialmente estratificada que la Jomon. El advenimiento de la cultura Yayoi no implicó
cambios raciales, por lo que, probablemente, fue más un proceso de difusión cultural
que una conquista étnica.
Las crónicas oficiales chinas de la dinastía Han contienen la primera mención
registrada de Japón. Indican que en el año 57 d.C. "el estado de Nu en Wo" envió
emisarios a la corte imperial y recibió un sello de oro (después encontrado en Japón en
1748). Nu era aparentemente uno de los numerosos estados que ocupaban el
archipiélago japonés (denominado Wo en las crónicas chinas). Las crónicas también
muestran una sociedad bastante desarrollada con una organización jerárquica, marcada
por un comercio de intercambio y unos escribas profesionales que escribían en chino.
La mención de una reina llamada Himiko -también nombrada en las crónicas japonesas,
que extendió su autoridad desde la capital (denominada Yamatai) sobre numerosos
estados, alrededor del año 200 d.C.- hace suponer que el Japón de la cultura Yayoi
podría haber tenido una sociedad matriarcal con reinas sacerdotisas que reunían un
poder considerable.

Kofun (300 - 710)

El período Kofun recibió este nombre por el "gran kofun" (en japonés, 'túmulo') que
marcaba las tumbas de los emperadores y nobles japoneses, lo que demuestra que el
principal rasgo de este período fue la unificación de Japón bajo la casa imperial. De
acuerdo con las crónicas, el emperador Jimmu, con su poder establecido en Kyushu,
dirigió a sus ejércitos hacia el norte y extendió sus dominios hasta Yamato, una
provincia en el centro de Honshu, que dio su nombre a la casa imperial y después a todo
el antiguo Japón; sin embargo, los restos históricos y arqueológicos contradicen las
fechas tradicionales que reciben estas hazañas.

Nara (710 - 794)

Tradicionalmente, las capitales imperiales niponas se trasladaban después de la muerte


del soberano siguiendo rituales sintoístas. En el año 710, la capital cambió de Asuka a
Heijo-kyo (actual Nara) y la costumbre desapareció. Bajo el emperador Shomu (reinó
desde el 715 hasta el 756) y su consorte Fujiwara, Japón experimentó un gran
florecimiento cultural. El Gran Buda (finalizado en el 752), construido en el que es
todavía el mayor templo de madera del mundo, simbolizó la devoción al budismo del
Japón Nara. Se establecieron conexiones extensivas con la dinastía Tang de China y
Japón se convirtió en el extremo oriental de la Ruta de la Seda. Posteriormente, el
sistema ritsu-ryo fue modificado en el 743 para alentar el desarrollo de las nuevas tierras
de labor mediante la concesión de los derechos completos de propiedad a cualquiera que
los explotara. Esta medida permitió que las grandes familias y templos vieran el camino
abierto para asegurar su independencia y poder.
El período Nara fue prolífico en hitos de tradiciones nativas: la realización de dos
historias nacionales, Kojiki y Nihon shoki, la compilación de la primera gran antología
poética, el Man'yoshu ('Antología de Innumerables Hojas') y la proliferación del arte
budista. El sistema ritsu-ryo funcionó bien, pero el poder secular de los grandes templos
fue incrementándose de forma gravosa para la casa imperial. Por último, en el 784, el
emperador Kammu (reinó desde el 781 hasta el 806) se separó de la influencia de los
templos de Nara al trasladar la capital imperial primero a Nagaoka-kyo y tres años
después a Heian-kyo (posteriormente Kyoto), que hasta 1868 fue la capital de Japón.

Heian (794 - 1185)

Denominado así por la nueva capital, este período introdujo a Japón en 350 años de paz
y prosperidad. Hacia el siglo IX, la corte de Yamato gobernaba todas las islas
principales de Japón excepto Hokkaido, aunque las campañas de pacificación
prosiguieron para someter a los habitantes aborígenes del norte de Honshu. Sin
embargo, durante el siglo IX, los emperadores comenzaron a retirarse del gobierno
activo; delegando los asuntos de gobierno en sus subordinados, se retiraron de la vida
pública y, a la vez, se les consideró más como abstracciones que directores de la vida
nacional, en parte debido a los onerosos deberes rituales impuestos al emperador como
cabeza del culto estatal sintoísta. El retiro de los emperadores estuvo acompañado por el
aumento de poder de la familia Fujiwara cuyos miembros y en el año 858, se
convirtieron en los amos virtuales de Japón y mantuvieron su poder durante los tres
siglos siguientes monopolizando los altos cargos cortesanos y controlando a la familia
imperial mediante el matrimonio de sus hijas con emperadores generación tras
generación, a los que se les animaba a retirarse pronto en favor de los sucesores
infantiles dominados por los regentes Fujiwara. En el 884, Fujiwara Mototsune pasó a
ser el primer dictador civil oficial (kampaku). El más destacado de los dirigentes
Fujiwara fue Fujiwara Michinaga, cuyas cinco hijas se casaron sucesivamente con
emperadores y desde el 995 hasta 1028 dominó la corte.
El período de supremacía Fujiwara estuvo marcado por el gran florecimiento de la
cultura japonesa y por el crecimiento de una civilización muy influida, pero no
dominada, por la china, que fue su origen. El Kokinshu ('Antología de poemas antiguos
y modernos'), primera de las grandes antologías poéticas imperiales, fue compilado en
el 905. Se considera que la dictadura de Michinaga fue la época de esplendor de la
literatura japonesa en la que destacaron las cortesanas Murasaki Shikibu y Sei
Shonagon, dos de las grandes escritoras de la época. Las principales sectas del budismo,
el Tendai y el Shingon, consiguieron una inmensa riqueza y poder y se convirtieron en
mecenas de las artes. El carácter del gobierno también cambió bajo los Fujiwara
aumentando la centralización de la administración al tiempo que el país se dividió en
grandes estados nobiliarios de carácter hereditario, libres de impuestos o unidos a los
grandes templos budistas. La mayoría de los campesinos estaban dispuestos a unir sus
tierras a estos estados para escapar de los impuestos excesivos de las tierras públicas
que les habían repartido, por lo que los grandes dominios privados se extendieron por
todo el país.
La hegemonía Fujiwara decayó después de la muerte de Michinaga en el 1028. A
mediados del siglo XI, los Fujiwara perdieron el monopolio de las consortes imperiales
y los emperadores retirados se convirtieron en el núcleo de un nuevo sistema de
'gobierno de claustro', por el que los emperadores abdicaban después de realizar votos
budistas y dejaban la administración en favor de los emperadores reinantes. Mientras
tanto, en las provincias surgieron grupos locales de guerreros o samurai que defendían
a sus dueños aristocráticos favoreciendo la creación de un sistema profeudal. Los
dirigentes de estos grupos solían ser miembros de los clanes Taira y Minamoto, ambos
fundados por príncipes imperiales, o de grupos aristocráticos similares que habían
buscado nuevas riquezas y oportunidades fuera de Kyoto. Los guerreros Taira
adquirieron su fama y poder en el suroeste; los Minamoto, en el este. En el siglo XII, los
dos grandes clanes militares extendieron su poder a la corte, iniciando una lucha por el
control de Japón.
En 1156, una guerra civil (el Disturbio Hogen), estalló entre los emperadores retirados y
reinantes y las ramas asociadas de la familia Fujiwara, dando entrada a los clanes
militares. Después de la segunda guerra, el Disturbio Heiji (1159-1160), los Taira
aplastaron a los Minamoto y tomaron el control de Japón, antes en manos de los
Fujiwara. El dirigente Taira, Taira Kiyomori, fue nombrado ministro jefe en 1167 y,
modelando sus políticas en las de los Fujiwara, monopolizó los cargos de la corte con
los miembros de su familia y casó a su hija con un príncipe imperial; su hijo pequeño
Antoku se convirtió en emperador en 1180. En el mismo año, un dirigente superviviente
Minamoto, Minamotono Yoritomo, erigió su cuartel en Kamakura, en el este de Japón,
y comenzó un levantamiento que después de cinco años de guerra civil, en la batalla
naval de Dannoura (1185), cerca de lo que hoy en día es Shimonoseki, en el mar
Interior, derrotó y expulsó a los Taira. Yoritomo se convirtió en el dirigente de Japón,
finalizando la era de administración imperial e inaugurando una dictadura militar que
dirigió Japón los siete siglos siguientes.

Kamakura (1185-1333)

Enfatizando la casi completa ruptura entre las formas de gobierno civil y militar,
Yoritomo permaneció en Kamakura, y utilizó su cuartel de campo, el bakufu (en
japonés, 'gobierno de tienda'), como núcleo de su nueva administración. En adelante, el
feudalismo japonés se desarrolló hasta que fue más fuerte que la administración
imperial. Yoritomo nombró guardias y administradores que dirigieran las provincias y
los estados hacendados en paralelo con los gobernantes y propietarios oficiales. En 1192
creó el cargo del Seiitaisogún ('gran general bárbaro dominado'), por lo general
abreviado como sogún, el comandante militar en jefe, con autoridad para actuar contra
los enemigos del emperador en cualquier momento. Mediante esta red militar, Yoritomo
era ya el dirigente virtual de Japón, así como dirigente titular de su sogunado, ante el
que el emperador y su corte carecían de poder. Kamakura se convirtió en sede del poder
real, gobierno verdadero, mientras que Kyoto permaneció como la corte titular sin
ningún poder.
En 1219, la familia Hojo, mediante una serie de conspiraciones y asesinatos que
eliminaron a los herederos Minamoto y a sus seguidores, pasaron a ser los dirigentes
militares de Japón. Ningún Hojo fue sogún; en su lugar, la familia nombró sogunes
figurados, a veces niños pequeños, mientras un dirigente Hojo gobernaba como shikken
(regente), con poder real.
A pesar de la conclusión violenta de la larga paz Heian, el Japón Kamakura fue fértil
culturalmente. La trágica caída de los Taira se inmortalizó en una epopeya bélica, el
Heike monogatari ('Los relatos del clan Taira', c. 1220). La tradición poética clásica
quizás alcanzó su punto más alto con la compilación realizada en 1205 del Shin
kokinshu ('Nueva antología de poemas antiguos y modernos') por Fujiwara Teika bajo
el emperador Go-Toba. Las nuevas formas de budismo, especialmente las escuelas de la
Tierra Pura y Zen, se extendieron y alcanzaron mayor popularidad que las sectas más
antiguas. Las sectas Zen y los dirigentes militares honrados estimularon la escultura
vigorosa de Unkei y sus sucesores.

Muromachi (1333-1568)

Desde 1333 hasta 1336, Daigo II Tenno intentó restaurar la administración imperial.
Sus ideas reaccionarias predestinaron su fracaso y Ashikaga Takauji se sublevó, instaló
su propio candidato a emperador y expulsó a Daigo de Kyoto, que se refugió en
Yoshino; sus seguidores se trasladaron a Yoshino, una región al sur de Nara, en
Honshu, y establecieron una corte rival. En 1338, Takauji se convirtió en sogún y erigió
su propio bakufu en Kyoto. El distrito Muromachi de Kyoto (que pasó a ser la sede del
sogunado de Ashikaga), dio su nombre al período de su gobierno. La guerra civil entre
Daigo y sus sucesores y los emperadores controlados por los Ashikaga continuó durante
56 años. Por fin, en 1392, un enviado Ashikaga persuadió al emperador verdadero en
Yoshino para abdicar y renunciar a las insignias imperiales sagradas. Con sus
candidatos reconocidos como emperadores de derecho, los sogunes Ashikaga fueron, en
teoría, los dirigentes legítimos de todo Japón, aunque nunca pudieron ejercer el control
absoluto sobre los poderosos daimio. El tercer sogún Ashikaga, Yoshimitsu, se
distinguió por su enérgico gobierno y por patrocinar la obra Zeami de teatro no. En
general, el período Muromachi fue uno de los más refinados temas artísticos y literarios.
Esta época también vio el desarrollo del budismo como fuerza política; durante algunos
siglos, los monasterios budistas habían sido tan ricos y poderosos que fueron grandes
fuerzas en el país, cambiando la tendencia de los enfrentamientos medievales con sus
ejércitos fuertes y sus monasterios fortificados.

Azuchi-Momoyama (1568-1600)

El vibrante pero caótico Japón del período de los Estados Opuestos fue finalmente
reunificado en el siglo XVI, en el período Azuchi-Momoyama, una época corta de
intenso cambio, que recibió este nombre por los magníficos castillos (aunque pronto
destruidos) de las dos figuras principales, Oda Nobunaga y Toyotomi Hideyoshi. Su
esplendor, realzado por las brillantes pinturas de Kano Eitoku, representa el vigor de la
época. Oda, un general descendiente de los Taira, inauguró el período sometiendo a
otros daimio y entrando en Kyoto en 1568 para nombrar un sogún afín, que fue
expulsado de Kyoto en 1573 cuando intentó adquirir mayor autonomía. Oda acabó con
el poder de los monasterios entre 1570 y 1580 y anuló el budismo como fuerza política;
combinó la sabia administración de las tierras sojuzgadas con la persecución implacable
a sus oponentes. En 1582 Oda murió a manos de un vasallo agraviado y Toyotomi
Hideyoshi -un campesino que se había convertido en uno de los comandantes de Oda-
tomó el poder y hacia 1590 unió todo Japón bajo su mandato. El último sogún Ashikaga
abdicó en 1588, y Hideyoshi aseguró su gobierno mediante una administración
sistemática: las tierras se midieron y los impuestos se racionalizaron en función a la
producción de arroz; los campesinos fueron confinados a sus poblaciones y desarmados.
Convencido de que el cristianismo ponía en peligro su régimen, Hideyoshi comenzó a
perseguir a los cristianos japoneses. Sin embargo, nunca estableció el control completo
sobre los daimios y fracasó en sus intentos de ocupar Corea en 1592 y en 1597.
Hideyoshi murió en 1598 y sus vasallos pronto rompieron su juramento de lealtad a su
hijo menor y comenzaron a pelearse por la sucesión. Finalmente, en 1600, Tokugawa
Ieyasu venció a sus rivales en la batalla de Sekigahara, y se convirtió en el dirigente
indiscutible de todo el país.

Edo (1600-1868)

Ieyasu se nombró sogún en 1603, redujo al heredero de Hideyoshi a un humilde cargo


provincial y estableció su capital en Edo (después Tokio) que se convirtió en un corto
período de tiempo en la ciudad más grande de Japón y experimentó un gran desarrollo
cultural, económico y político. Ieyasu se retiró como sogún titular en 1605 para
concentrarse en consolidar el gobierno de su dinastía que culminó en 1615 cuando tomó
el castillo de Osaka de la familia Toyotomi. En 1615, Ieyasu promulgó también nuevos
códigos legales, que establecieron la organización feudal planeada por Hideyoshi y
proporcionaron a Japón unos 250 años de paz.
Según los códigos de Ieyasu (el denominado sistema bakuhan), los feudos daimio (han)
y sus administradores, así como el emperador y su corte, se pusieron bajo el estricto
control Tokugawa. Cada daimio estaba dirigido por un gobernador supremo dentro de
su feudo, que debía jurar fidelidad al sogún, dejar a su familia como rehenes en Edo y
asistirle personalmente en años alternativos. Las confiscaciones de tierra realizadas
después de la batalla de Sekigahara convirtieron a la familia Tokugawa en la más rica
de Japón, ya que pasó a controlar la cuarta parte de la tierra del país, bien de forma
directa o a través de sus vasallos inmediatos. Se estableció una jerarquización de los
daimio de acuerdo con sus relaciones con los Tokugawa y los más sospechosos de estos,
como los grandes feudos occidentales de Satsuma y Choshu, fueron vigilados por
feudos fieles estratégicamente localizados. El derecho de confirmar la propiedad de
cada daimio en lo sucesivo fomentó el poder del sogunado. Las clases sociales se
estratificaron de forma rígida en cuatro grupos principales: guerreros, campesinos,
artesanos y mercaderes. Los samurai componían la aristocracia guerrera y gozaban de
varios privilegios mientras que los campesinos se organizaron en grupos y poco a poco
quedaron fijados a la tierra, pagando impuestos en dinero o especias y otros servicios
feudales. La forma de feudalismo establecida por Ieyasu y los sucesivos sogunes
Tokugawa se mantuvo hasta el final del período feudal a mediados del siglo XIX.
Otro resultado de la dominación Tokugawa fue el aislamiento impuesto a Japón repecto
a Occidente. Los comerciantes portugueses, españoles y holandeses habían visitado
Japón cada vez más a menudo en el siglo XVI; los sogunes Tokugawa consideraron el
cristianismo como potencialmente subversivo y, desde 1612, se persiguió a los
cristianos. A los españoles se les denegó el permiso de desembarcar en Japón después
de 1624 y, en la década siguiente, una serie de edictos prohibieron el comercio exterior,
e incluso la construcción de grandes barcos. Solamente se permitió permanecer en
Japón a un pequeño grupo de holandeses, restringidos a la isla artificial de Dejima en el
puerto de Nagasaki y limitando sus actividades. Continuó el comercio con China,
aunque con una regulación ajustada.
Durante los dos siglos siguientes las formas del feudalismo se mantuvieron estáticas. El
bushido, el código de los guerreros feudales, se convirtió en el estandarte de la
conducta para los grandes señores y la clase acomodada de los samurai que actuaron
como sus partidarios y administradores. La cultura de Edo, cerrada a la influencia
exterior, fue muy activa y produjo el teatro kabuki, el arte de Honami Koetsu y la
escuela Ukiyo-e, y la literatura de Ihara Saikaku y Matsuo Basho. El confucionismo
pasó a ser la nueva ideología del gobierno, lo que provocó una fuerte reacción
tradicionalista y una defensa del nacionalismo proimperial.
A pesar de esto, las nuevas condiciones sociales y económicas de las islas durante el
siglo XVIII comenzaron a indicar el inevitable colapso del rígido feudalismo. La
población creció rápidamente y agotó hasta el límite los recursos agrícolas. Las
comunicaciones internas, el comercio y la economía monetaria aumentaron y se
desarrollaron gracias al aumento de la riqueza de los daimio, mientras que los
mercaderes ricos aumentaron su poder social y político, constituyendo el grupo más
importante de la jerarquía social Tokugawa. Durante el siglo XVIII, Edo, con un millón
de habitantes, era la mayor ciudad del mundo, centro de una de las economías más
avanzadas y prósperas del mundo preindustrial. A la vez, los disturbios del campesinado
se hicieron más frecuentes bajo la presión de la carencia de alimentos.
El nacimiento de la conciencia japonesa del mundo exterior se reconoció en 1720,
cuando el sogún Yoshimune revocó la proscripción de los libros europeos. A principios
del siglo XIX, las visitas de los europeos, en su mayoría comerciantes y exploradores,
se hicieron cada vez más frecuentes, aunque la prohibición era todavía oficial. Los
libros y las ideas extranjeros se empezaron a filtrar en Edo, como el pigmento azul de
Prusia y el sistema de perspectiva utilizado por los artistas Ukiyo-e. Estados Unidos
estaba ansioso por firmar un tratado de amistad y, si fuera posible, de comercio con
Japón, con el fin de asegurar la liberación de los balleneros estadounidenses retenidos
en la costa japonesa y abrir los mercados japoneses. En 1853, el gobierno
estadounidense envió una misión formal a Japón, dirigida por el comodoro Matthew
Calbraith Perry al mando de una escuadra de guerra. Después de extensas
negociaciones, y ante la amenaza militar estadounidense, Perry y los representantes del
emperador firmaron el Tratado de Kanagawa (1854), que abría varios puertos a Estados
Unidos y admitía la presencia de un cónsul estable en la capital. En 1858, se alcanzó un
acuerdo comercial al que siguieron otros con varias potencias occidentales bajo presión.
Los tratados daban considerables privilegios a los occidentales, como la
extraterritorialidad, y la debilidad del sogunado al realizar esas concesiones fue causa de
gran resentimiento entre la población. Los jefes militares japoneses comprobaron lo
anticuado de su armamento en comparación con el occidental y no presentaron, en
principio, ninguna resistencia. No obstante, inmediatamente se desarrolló un
sentimiento contra los extranjeros y los ataques a los comerciantes foráneos empezaron
a ser comunes en la década de 1860. Los dirigentes de este movimiento xenófobo y
antioccidental eran jóvenes samurai de Satsuma, Choshu y de otros grandes feudos
occidentales, simpatizantes de la restauración del poder imperial bajo el lema sonno joi
('venerad al emperador, expulsad a los bárbaros'). Con el apoyo del emperador que
residía en Kyoto, iniciaron ataques militares y navales a los barcos extranjeros
fondeados en los puertos japoneses; los intentos del sogúnado para contenerlos fueron
inútiles, pero este movimiento fue sofocado por la propia reacción occidental, que en
1864 bombardeó Shimonoseki como represalia. La evidencia de la hegemonía militar
occidental hizo que los señores de Choshu y Satsuma tomaran la iniciativa y
propusieran nuevas estructuras gubernamentales para enfrentarse a la amenaza
imperialista de Occidente. Según un plan de compromiso, el último sogún, Tokugawa
Yoshinobu, dimitió en 1867 mientras que los radicales proimperiales decidieron forzar
la situación, rodearon el palacio imperial de Kyoto el 3 de enero de 1868 y proclamaron
la restauración imperial.
 

Meiji (1868-1912)

Los ejércitos de los feudos de Satsuma, Choshu y Tosa, que ahora componían las
fuerzas imperiales, sometieron a los seguidores de los Tokugawa, poco después
aseguraron la Restauración Meiji. El joven emperador, Mutsuhito, recuperó la posición
de verdadero dirigente del gobierno y adoptó el nombre de Meiji Tenno ('gobierno
ilustrado') para designar su reinado, aunque su función principal consistió en actuar
como talismán de la soberanía mientras varios dirigentes de Choshu y Satsuma
monopolizaron las posiciones ministeriales alrededor del trono que legitimaba la
transformación de Japón. La capital real fue transferida a Edo, denominada ahora Tokio
('capital oriental'). En 1869, los señores de los grandes clanes de Choshu, Hizen,
Satsuma y Tosa rindieron sus feudos al emperador y, después de varias entregas
realizadas por otros clanes, un decreto imperial de 1971 abolió todos los feudos y en su
lugar creó prefecturas administrativas centralizadas, con los antiguos señores como
gobernadores.
Durante este período, Japón logró mantenerse al margen del imperialismo europeo que,
en esa época, había engullido a otros países asiáticos. Mediante una imitación
concertada de la civilización occidental en todos sus aspectos, se propusieron hacer de
Japón una potencia mundial, bajo el lema fukoku kyohei ("enriqueced el país, fortaleced
el Ejército"); oficiales franceses se encargaron de la remodelación del Ejército, los
marinos británicos reorganizaron la Armada y los ingenieros holandeses supervisaron
las nuevas construcciones en las islas. Se enviaron varios especialistas japoneses para
analizar los gobiernos extranjeros y para seleccionar sus mejores características que se
aplicarían en Japón; se redactó un nuevo código penal a imagen del francés, se
estableció un Ministerio de Educación en 1871 para desarrollar un sistema educativo
basado en el de Estados Unidos, que fomentaría una ideología nacionalista y la
exaltación del emperador a partir del desarrollo del sintoísmo. El país experimentó un
rápido crecimiento industrial bajo la supervisión del gobierno. En 1872, se decretó el
servicio militar universal y, unos años después, en 1877, un decreto abolió la clase de
los samurais, no sin un trágico enfrentamiento entre los soldados y los samurais en
Satsuma.
La oligarquía Choshu-Satsuma impuso cambios desde arriba en el sistema político y no
fueron el resultado de las demandas políticas del pueblo. El campesinado continuó
sufriendo la mayoría de los gravosos impuestos estatales y las revueltas continuaron en
el siglo XX. No obstante, se intentó crear un régimen constitucional que reforzara el
país y mejorara su situación general. Se organizó un gabinete a imagen del alemán en
1885, con Ito Hirobumi como primer ministro, y se creó un consejo privado en 1888,
ambos responsabilidad del emperador. La nueva Constitución, redactada por Ito tras una
investigación de las constituciones de Europa y Estados Unidos, se promulgó en 1889 y
establecía una Dieta bicameral formada por la Cámara de Pares con 363 miembros y
una cámara baja con 463 miembros elegidos por los ciudadanos que pagaban impuestos
anuales directos no inferiores a 15 yenes. Se salvaguardaron cuidadosamente los
poderes del emperador al que se le permitía promulgar decretos leyes, tener la potestad
para declarar la guerra o alcanzar la paz y disolver o suspender la actividad de las
cámaras. La Constitución ofrecía más libertad y seguridad a los propietarios que el
sistema Tokugawa, además de posibilidades para discusiones políticas, pero no dejó
claros los límites del poder ejecutivo. Posteriores ordenanzas confirmaron la
importancia de los ministros del Ejército y de la Armada, cuyos titulares debían ser
oficiales en servicio, los cuales, de forma paulatina, adquirieron derechos de veto sobre
la formación de gabinetes y una gran influencia política.
El Imperio también se embarcó en una política exterior expansiva. En 1879, Japón había
tomado las islas Ryukyu, protectorado japonés desde 1609, y las designó como
prefectura de la isla de Okinawa. La lucha por el control de Corea fue el siguiente paso
en la expansión japonesa. Los conflictos con China en Corea finalizaron en la Guerra
Chino-japonesa (1894-1895), en la que las modernizadas fuerzas niponas derrotaron
pronto a los chinos. Según los términos del Tratado de Shimonoseki de abril de 1895,
China cedía a Japón Taiwan (Formosa) y Pescadores, además de una gran
indemnización monetaria. El tratado otorgó la península de Liaodong, en el sur de
Dongbei Pingyuan (Manchuria), a Japón, pero la intervención de Rusia, Francia y
Alemania obligó a Japón a aceptar una indemnización adicional en su lugar.
El decisivo triunfo japonés indicó al mundo que estaba emergiendo una nueva y fuerte
potencia en el Lejano Oriente. Como preliminares para establecer negociaciones de
plena igualdad con las grandes potencias, Japón, en 1890, había revisado sus códigos
criminal, civil y comercial siguiendo modelos occidentales desde donde demandar la
revocación de las cláusulas de extraterritorialidad de sus tratados, lo que se consiguió en
1899. En 1894, Estados Unidos y Gran Bretaña fueron las primeras naciones en
reconocer la libertad comercial del Imperio Japonés.

Taisho (1912-1926)

El emperador Meiji falleció en 1912 y le sucedió el emperador Taisho. En agosto de


1914, tras el estallido de la I Guerra Mundial, Japón envió un ultimátum a Alemania,
solicitando la evacuación del territorio de Jiaozhou (Kiaochow), en el noreste de China.
Cuando Alemania se negó a cumplirlo, Japón entró en la guerra del lado de los aliados.
Las tropas niponas ocuparon las posesiones alemanas de las islas Marshall, Carolinas y
Marianas en el océano Pacífico. En 1915, el Imperio presentó las Veintiún Demandas a
China, que solicitaba privilegios industriales, mineros y ferroviarios y que obligaba a
China a no alquilar ni ceder ningún territorio costero frente a Taiwan a ningún país que
no fuera Japón. Estas peticiones, algunas de las cuales fueron rápidamente garantizadas,
fueron la primera declaración de una política de dominación sobre China y el Lejano
Oriente. Un año después, en 1916, China cedió los derechos comerciales de Mongolia
interior y el sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria) a Japón.
Como resultado del acuerdo de paz de la I Guerra Mundial, Japón recibió las islas del
Pacífico que había ocupado como mandato de la Sociedad de Naciones, organización de
la que el emperador nipón fue uno de los miembros fundadores. Japón también recibió
el territorio de Jiaozhou, pero fue devuelto a China como resultado del Tratado de
Shandong (Shantung), realizado durante la Conferencia de Washington en 1922. Esta
conferencia también dio como resultado el cambio de la alianza anglo-japonesa por el
Tratado de las Cuatro Potencias, por el que Japón, Francia, Gran Bretaña y Estados
Unidos se comprometían a respetarse los territorios del océano Pacífico y consultarse si
se amenazaban sus derechos territoriales, y el Tratado de las Nueve Potencias (Bélgica,
Gran Bretaña, Países Bajos, Portugal, Japón, Francia, Italia, China y Estados Unidos),
en el que los signatarios respetaban la integridad territorial y la soberanía de China. Un
tratado adicional entre Gran Bretaña, Estados Unidos, Japón, Francia e Italia acordó
limitar los efectivos navales: la Armada japonesa se limitó a 315.000 toneladas.
Con la adopción de los tratados de Shandong y de las Nueve Potencias, Japón demostró
una actitud conciliadora hacia China, a pesar de los intereses comerciales japoneses en
ese país. Las relaciones con Rusia, que se habían vuelto tirantes tras la Revolución Rusa
de 1917 y la posterior invasión de Siberia y el norte de Sajalín por los japoneses en
1918, se hicieron más amistosas después de que Japón reconociera el régimen soviético
en 1925. Esta actitud menos agresiva por parte de Japón se debió en parte al éxito de
grupos liberales en la política interior, estimulados por la victoria de las naciones en la I
Guerra Mundial.
El primer ministro de uno de estos partidos políticos recién creados, Hara Takashi, tomó
posesión de su cargo en 1918 y, a pesar de su asesinato en 1921, la era Taisho se
recuerda como la época de experimentos democráticos. Las demandas para establecer el
sufragio universal masculino obligaron al gobierno a promulgar en 1919 una ley que
duplicaba el electorado, alcanzando la cifra de 3 millones. En 1923, la región de Tokio y
Yokohama se convulsionó por un gran seísmo, pero la rapidez con que se reconstruyó la
zona demostró el vigor de la nueva sociedad industrializada. Las protestas democráticas
aumentaron su intensidad y, en 1925, se garantizó el sufragio universal masculino, de
manera que el electorado creció repentinamente a 14 millones de votantes. Reflejando el
interés creciente en el establecimiento de un régimen democrático, durante la década de
1920, la tendencia política se orientó hacia gabinetes donde no se encontraban
miembros de la oligarquía o dirigentes militares. Sin embargo, este movimiento tuvo
una corta duración.

Showa (1926-1989)

En 1926, Hiro-Hito, nieto del emperador Meiji, subió al trono. Adoptó el nombre de
Showa ('brillante armonía') como designación oficial de su reinado, pero cuando el
general barón Tanaka Giichi se convirtió en primer ministro en 1927, se reanudó la
política agresiva hacia China. La fuerza que impulsó este cambio de política residía en
la expansión de la industria japonesa, cuyo rápido crecimiento desde el inicio de la I
Guerra Mundial (1914) requería nuevos mercados para una producción cada vez mayor.
Además, la población de Japón se había duplicado desde 1868 y cada vez era mayor la
necesidad de ampliar espacio y recursos. El colapso del mercado de la seda
estadounidense en 1929 arruinó a muchos campesinos e incrementó la presión para
realizar una acción drástica.

La ocupación de Dongbei Pingyuan (Manchuria)


A finales de la década de 1920 Japón consiguió dominar la administración y los asuntos
económicos de Dongbei Pingyuan (Manchuria), a pesar de las protestas chinas. El 18 de
septiembre de 1931 tropas japonesas, alegando que los saboteadores chinos habían
causado una explosión en el Ferrocarril de Dongbei Pingyuan (Manchuria) del Sur de
propiedad japonesa, embargaron los arsenales de Shenyang (Mukden) y de varias
ciudades vecinas, obligando a las tropas chinas a retirarse del área. Actuando sin la
aprobación oficial del gobierno japonés y bajo la influencia de sociedades secretas que
consideraban que los intereses nacionales estaban por encima de directrices políticas, el
ejército de Guangdong extendió sus operaciones hacia el interior de Dongbei Pingyuan
(Manchuria) y, en cinco meses aproximadamente, invadió toda esta región. Se
estableció entonces en Dongbei Pingyuan (Manchuria) un Estado títere conocido como
Manchukuo; Puyi, último emperador de China, fue coronado emperador de Manchukuo
en 1934 como Kang De.
La ocupación de Dongbei Pingyuan (Manchuria) permitió a los derechistas radicales
hacerse con el gobierno e imponer un régimen represivo contra los sectores más
liberales; el vizconde Saito Makoto formó el denominado gabinete nacional compuesto
principalmente por hombres sin afiliación política. Las repercusiones internacionales de
la ocupación de Dongbei Pingyuan (Manchuria) hicieron que la Sociedad de Naciones,
actuando con la autoridad del Pacto Briand-Kellogg, creara una comisión para
determinar si había que imponer sanciones como potencia agresora; la respuesta de
Japón fue abandonar la organización en 1935. Para consolidar su presencia en China,
Japón desembarcó tropas en Shanghai, en el norte, el Ejército japonés de Dongbei
Pingyuan (Manchuria) se anexionó la provincia de Chengde (Jehol) e intentó ocupar las
ciudades de Pekín y Tianjin. Incapaz de resistir la superioridad de las fuerzas japonesas,
China firmó una tregua en mayo de 1933 en la que se reconocían las conquistas
japonesas.

La acción del Ejército mostró el poder que las autoridades militares tenían en la política
japonesa. En 1936, el Imperio firmó un acuerdo anticomunista con Alemania y, un año
después, un pacto similar con Italia. El establecimiento de un gobierno casi
completamente militar, con la cooperación de los zaibatsu (trusts industriales
familiares), supuso el desarrollo de una política exterior agresiva.

La guerra con China


El 7 de julio de 1937, una patrulla china se enfrentó a las tropas japonesas, cerca de
Pekín. Utilizando el accidente como pretexto para comenzar las hostilidades, el Ejército
japonés de Dongbei Pingyuan (Manchuria) se desplazó hacia esta área, reiniciando las
hostilidades con China, aunque la guerra nunca se declaró formalmente. Después de que
una fuerza japonesa ocupara con rapidez el norte de China y que, a finales de 1937, la
Armada nipona bloqueara casi toda la costa china, el ejército avanzó hacia el interior del
este y del sur de China en 1937 y 1938, y capturó Shanghai, Suzhou (Soochow),
Nanjing (Nanking), Qingdao (Ts'ing-tao), Cantón (Guangzou) y Hankou (Hankow),
obligando a los chinos a replegarse hacia el oeste. Las protestas de gobiernos
extranjeros y por los maltratos de las tropas japonesas a los residentes extranjeros en
China y la usurpación de sus propiedades privadas fueron ignoradas por el Imperio. A
finales de 1938, los japoneses fueron frenados en las montañas del centro de China,
donde los chinos realizaron una lucha de guerrilla contra los invasores.

Mientras tanto, en Japón se había establecido una economía de guerra dirigida por el
gobierno. En 1937, un gabinete encabezado por el príncipe Konoe Fumimaro concedió
toda la dirección de la guerra a los dirigentes del Ejército y de la Armada.

El estallido de la II Guerra Mundial


El comienzo de la II Guerra Mundial, en septiembre de 1939, dio a Japón una nueva
oportunidad para extenderse por Sureste asiático, después de haber alcanzado varios
acuerdos diplomáticos. En septiembre de 1940 Japón estableció una alianza tripartita
con Alemania e Italia, el denominado Eje Roma-Berlín-Tokio, que aseguraba ayuda
mutua y total durante un periodo de diez años. Sin embargo, Japón consideró que el
pacto firmado en 1939 entre Alemania y la URSS había liberado al Imperio de cualquier
obligación contraida en la alianza anticomunista de 1936. Por tanto, en septiembre de
1941, Japón firmó un pacto de neutralidad con la URSS, que garantizaba la protección
del norte de Dongbei Pingyuan (Manchuria). Un año antes, con el consentimiento del
gobierno francés de Vichy, controlado por los alemanes, las fuerzas japonesas ocuparon
la Indochina francesa. Al mismo tiempo, Japón intentó obtener acuerdos económicos y
políticos en las Indias Orientales Holandesas.

Estas acciones provocaron el embargo de petróleo estadounidense e incrementaron la


hostilidad entre ambos países, bastante fuerte desde la invasión japonesa de China en
1937. En octubre de 1941 el general Tojo Hideki se convirtió en el primer ministro
japonés y ministro de Guerra, lo que no favoreció la normalización de las relaciones.

El ataque a Pearl Harbor


El 7 de diciembre de 1941 sin aviso y mientras todavía se estaban celebrando
negociaciones entre los diplomáticos estadounidenses y japoneses, varias oleadas de
aviones japoneses bombardearon Pearl Harbor, en Hawaii, la principal base naval
estadounidense en el Pacífico; poco después se lanzaron ataques simultáneos contra
Filipinas, las islas de Guam, isla Wake y Midway, Hong Kong, Malasia británica y
Tailandia. El 8 de diciembre, Estados Unidos declaró la guerra a Japón, al igual que el
resto de los poderes aliados, excepto la URSS.

Un año después del éxito de estos ataques por sorpresa Japón mantenía la ofensiva en el
Sureste asiático y en las islas del Pacífico Sur. El Imperio designó el Este asiático y sus
alrededores como la 賎 ran Esfera de Coprosperidad de Asia Oriental・e hizo efectiva
la propaganda del lema 羨 sia para los asiáticos・ Además, los elementos nacionalistas
en la mayoría de los países de Asia oriental daban apoyo tácito, y en algunos casos real,
a los japoneses, porque vieron un camino aparente para liberarse del imperialismo
occidental. En diciembre de 1941, Japón invadió Tailandia, a cuyo gobierno obligó a
firmar un tratado de alianza. Las tropas japonesas ocuparon Birmania, Malasia británica,
Borneo, Hong Kong y las Indias Orientales Holandesas. En mayo de 1942, las Filipinas
cayeron en manos japonesas. Volviéndose hacia Australia y Nueva Zelanda, las fuerzas
japonesas desembarcaron en Nueva Guinea, Nueva Inglaterra (ahora parte de Papúa-
Nueva Guinea) y las islas Salomón. Un destacamento especial japonés también invadió
y ocupó Attu, Agattu y Kiska en las islas Aleutianas frente a la costa de Alaska, en
Norteamérica. Al final, la guerra se convirtió en una lucha naval por el control las vastas
extensiones del océano Pacífico.

El cambio de tendencia
La marcha de la guerra comenzó a cambiar en 1942, cuando una fuerza naval y aérea
aliada contuvo la invasión de la flota japonesa en la batalla del Mar del Coral entre
Nueva Guinea y las islas Salomón. Un mes después, una gran flota japonesa fue
derrotada en la batalla de Midway. Utilizando operaciones combinadas de unidades de
tierra, mar y aire bajo el mando del general estadounidense Douglas MacArthur, las
fuerzas aliadas avanzaron hacia el norte y expulsaron a los japoneses de las islas del
Pacífico Sur. En julio de 1944, después de la caída de Saipan, la base nipona más
importante en las islas Marianas, los dirigentes japoneses fueron conscientes de que
habían perdido la guerra. Tojo fue obligado a dimitir y se debilitó así la influencia de la
oligarquía militar. En noviembre de 1944, Estados Unidos comenzó una serie de
importantes ataques aéreos sobre Japón. A principios de 1945, después de la batalla de
Iwo Jima los estadounidenses llegaron a 1.200 km de Japón. Durante ese mismo
periodo, las fuerzas aliadas al mando del almirante inglés Louis Mountbatten, primer
conde Mountbatten, vencieron a los ejércitos japoneses en el Sureste asiático. En los
siguientes cuatro meses, desde mayo a agosto, los bombardeos estadounidenses
devastaron las ciudades niponas, sus comunicaciones y su industria, culminando el 6 de
agosto de 1945, con el lanzamiento de la primera bomba atómica sobre la ciudad de
Hiroshima; dos días después, el 8 de agosto, la URSS declaró la guerra a Japón, y, el 9
de agosto Estados Unidos lanzó una segunda bomba atómica sobre Nagasaki, mientras
que las fuerzas soviéticas invadieron Dongbei Pingyuan (Manchuria), el norte de Corea
y Karafuto. Los poderes aliados habían acordado durante la Conferencia de Potsdam
que sólo se podría aceptar del gobierno japonés la rendición incondicional. Venciendo
la parálisis del gobierno, el emperador Hiro-Hito insistió en la rendición. El 14 de
agosto, Japón aceptó los términos aliados y el emperador se dirigió a la nación por
primera vez en un mensaje radiofónico comunicando la rendición japonesa, a pesar de
un intento de los militares de sabotear la emisión en el último minuto. La rendición
formal se firmó a bordo del acorazado estadounidense Missouri, en la bahía de Tokio, el
2 de septiembre.

La disolución del Imperio


Los aliados designaron a los estadounidenses para mantener tropas de ocupación en las
islas japonesas. Japón fue despojado de su Imperio; Mongolia interior, Dongbei
Pingyuan (Manchuria), Taiwan y Hainan fueron devueltas a China, la URSS, retuvo las
islas Kuriles y Karafuto (que de nuevo se denominó Sajalín) y el control de Mongolia
Exterior; Port Arthur y el Ferrocarril de Dongbei Pingyuan (Manchuria) del Sur se
colocaron bajo el control conjunto de la URSS y China. Estados Unidos, bajo el
fideicomiso de las Organización de las Naciones Unidas (ONU), ocupó todas las islas
que habían sido antiguos mandatos japoneses del Pacífico Sur.

El 11 de agosto de 1945, después de que los japoneses se rindieran, Douglas MacArthur


fue nombrado comandante supremo de las tropas que ocupaban Japón. Representantes
de China, la URSS y Gran Bretaña formaron el Consejo Aliado para Japón, con sede en
Tokio, para asistir a MacArthur. De las cuestiones exteriores de la política de ocupación
se pasó a ocupar la Comisión del Lejano Oriente, con sede en la ciudad de Washington,
representada por Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Soviética, Australia, Canadá,
China, Francia, la India, los Países Bajos, Nueva Zelanda y Filipinas. Un cierto número
de antiguos dirigentes japoneses fueron juzgados por crímenes de guerra por un tribunal
en el que había representantes de once países, que se reunió en Tokio el 3 de mayo de
1946 y se cerró el 12 de noviembre de 1948.

El final de la era Showa


No hubo resistencia a la ocupación estadounidense de las islas japonesas. Se estableció
que los objetivos de la política de ocupación eran, básicamente, la democratización del
gobierno japonés y el restablecimiento de una economía industrial de tiempo de paz que
cubriera la demanda de la población japonesa. MacArthur ejerció su autoridad a través
del emperador y de la maquinaria de gobierno existente estableciendo la disolución de
los grandes trusts industriales y bancarios, cuyos fondos fueron embargados en 1946; en
1947, se puso en marcha un programa de reforma agraria, diseñado para dar a los
campesinos la oportunidad de adquirir la tierra que trabajaban, y se organizó un
programa educativo siguiendo modelos democráticos. Las mujeres consiguieron el
derecho a voto en las primeras elecciones tras la guerra (en abril de 1946), y 38 de ellas
fueron elegidas para la Dieta japonesa. Posteriormente, la Dieta acordó un borrador de
una nueva Constitución inspirada en la estadounidense, que en mayo de 1947 se hizo
efectiva.
La rehabilitación de la economía japonesa fue más difícil que la reorganización del
gobierno. La escasez de alimentos se había suplido con importaciones de productos de
los aliados, en particular de Estados Unidos, y los severos bombardeos durante la guerra
casi anularon la capacidad industrial de Japón. A principios de 1949, la ayuda dada a
Japón costó a Estados Unidos más de 1 millón de dólares al día.

A comienzos de mayo de 1949, varias industrias niponas sufrieron varias huelgas, en


especial la industria minera del carbón. El gobierno y MacArthur acusaron al Partido
Comunista, que había conseguido 3 millones de votos en las recientes elecciones
nacionales, de instigar los paros laborales con fines políticos, por lo que el gobierno
realizó una investigación a gran escala de las actividades comunistas ante la protesta del
delegado soviético del Consejo de Control Aliado mientras MacArthur acusaba a la
URSS de fomentar el desorden en Japón a través del Partido Comunista y de una
"indiferencia cruel" en la repatriación de los prisioneros de guerra japoneses. La Unión
Soviética anunció en abril de 1950 que, excepto 10.000 criminales de guerra, todos los
prisioneros (94.973) habían sido devueltos a Japón; de acuerdo con las cifras japonesas
más de 300.000 prisioneros permanecían todavía bajo la custodia de la URSS.

Las negociaciones aliadas durante 1950 para llegar a un tratado de paz con Japón
estuvieron marcadas por diferencias básicas entre Estados Unidos y la Unión Soviética
en varios aspectos, especialmente si China participaría en la redacción del documento.
En mayo, se eligió al estadista estadounidense John Foster Dulles, consejero del
secretario de Estado, para preparar los términos del tratado. Después de un año de
consultas y negociaciones con todos los países afectados, el 12 de julio de 1951 se
alcanzó un tratado preliminar. La URSS mantuvo que el documento favorecía la
reaparición del militarismo japonés. El gobierno estadounidense invitó a asistir a la
conferencia de paz a 55 países, entre los que no se encontraban ni la China Nacionalista
ni la República Popular China.

La conferencia de paz comenzó en San Francisco a principios de septiembre, con la


ausencia de la India, Birmania y Yugoslavia que sí habían sido invitadas. Después de
varias discusiones, 49 países, entre ellos Japón, firmaron el tratado; la URSS,
Checoslovaquia y Polonia se negaron a hacerlo.

El Tratado de Paz, 1951


Según los términos del tratado, Japón renunció a todos sus derechos sobre Corea,
Taiwan, las islas Kuriles, Sajalín y las islas que fueron antiguos mandatos y abandonó
cualquier reivindicación sobre China y Corea; se reconoció el derecho de Japón a
defenderse y a entablar acuerdos de seguridad colectivos, y Japón aceptó en principio la
validez de las reparaciones de guerra, que pagaría en bienes y servicios en vista de la
insuficiencia de los recursos financieros del país.

Al mismo tiempo, Estados Unidos y Japón firmaron un acuerdo que establecía la


permanencia de las bases militares estadounidenses en territorio nipón para proteger al
país desarmado de agresiones externas o disturbios internos de importancia.

Mientras tanto, MacArthur había sido relevado de su cargo en abril de 1951, aunque se
mantuvo la ocupación del país. Estados Unidos cesó su ayuda económica a Japón a
finales de junio, pero el efecto perjudicial de esta acción sobre la economía nipona fue
compensado en gran parte por el pedido de material militar para la guerra de Corea por
parte estadounidense. Los problemas económicos del país procedían en parte de la
pérdida de mercados exteriores después de la guerra, en especial en China. Estados
Unidos reconoció la importancia del mercado chino y, en octubre, permitió a Japón
desarrollar un comercio limitado con China.

El 28 de abril de 1952 entró en vigor el tratado de paz y se restableció la soberanía


completa en Japón. Según los términos del tratado, las tropas estadounidenses
permanecieron en Japón como fuerzas de seguridad. El gobierno japonés estableció
tratados de paz o renovó las relaciones diplomáticas durante 1952 con Taiwan,
Birmania, la India y Yugoslavia.

En 1952 se debatió ampliamente la cuestión del rearme. El gobierno se mostró poco


dispuesto a comprometerse en favor de la reconstrucción de las defensas del país,
debido a las dificultades económicas y los obstáculos legales; la Constitución de 1947
establecía la renuncia a la guerra 叢 ara siempre・

Ese mismo año, la Dieta aprobó un proyecto de ley para suprimir las actividades
subversivas de grupos organizados. En las elecciones generales del 1 de octubre, las
primeras desde el final de la ocupación, Yoshida Shigeru, dirigente del Partido Liberal,
que había encabezado el gabinete desde 1949, fue nombrado primer ministro de nuevo.

Las relaciones exteriores de posguerra: Estados Unidos


En abril de 1953, el primer ministro Yoshida, tras perder el voto de confianza de la
Dieta imperial, convocó elecciones anticipadas, que fueron ganadas por los liberales, lo
que permitió a Yoshida ser reelegido primer ministro.

Durante 1953 el gobierno estadounidense intentó además asegurar el país contra una
posible agresión comunista y animó activamente el rearme de Japón. En agosto, los dos
países firmaron un tratado de ayuda militar que estipulaba las provisiones para la
fabricación de armas japonesas de acuerdo con especificaciones estadounidenses. En
una declaración conjunta en septiembre, el primer ministro Yoshida y Shigemitsu
Mamoru, dirigente del Partido Progresista, recomendaron oficialmente el rearme
japonés con carácter defensivo. Las negociaciones con el gobierno estadounidense
permitieron en marzo de 1954 la firma de un pacto de defensa mutua.

La política de colaboración próxima con Estados Unidos del primer ministro Yoshida
estuvo sujeta a una fuerte crítica por los disidentes del Partido Liberal durante la
segunda mitad de 1954, que crearon el Partido Democrático de Japón, cuyo dirigente,
Hatoyama Ichiro, fue elegido primer ministro gracias al apoyo socialista, a cambio de
celebrar en febrero de 1955 elecciones nacionales.

El Partido Democrático no consiguió la mayoría parlamentaria en esas elecciones, pero


con el apoyo liberal, Hatoyama volvió al cargo de primer ministro. El Partido
Democrático y el Partido Liberal se fusionaron en noviembre de ese año, dieron al
gobierno la mayoría absoluta en la Dieta e inauguraron el monopolio del poder del
Partido Liberal Democrático (PLD).

Las relaciones exteriores de posguerra: URSS


En octubre de 1956, la Unión Soviética y Japón acordaron finalizar el estado técnico de
guerra que existía entre los dos países desde agosto de 1945. El acuerdo estipulaba el
restablecimiento de relaciones diplomáticas normales, la repatriación de los prisioneros
de guerra japoneses que permanecían en la URSS, la firma de tratados de pesca
negociados a principios de año, el apoyo soviético a la entrada de Japón en la ONU y la
devolución a Japón de ciertas islas pequeñas en la costa meridional. El 18 de diciembre,
la Asamblea General de la ONU votó por unanimidad la admisión de Japón en las
Naciones Unidas. Dos días después, Ishibashi Tanzan, ministro de Industria y Comercio
Internacional, sustituyó a Hatoyama como primer ministro. A la vez que mantenía
relaciones estrechas con Estados Unidos, Ishibashi intentó extender el comercio con la
URSS y China como medida para reducir el desempleo.

En febrero de 1957 el primer ministro Ishibashi dimitió de su cargo y fue sustituido por
el antiguo ministro de Asuntos Exteriores, Kishi Nobusuke. En el mismo mes, se
firmaron varios acuerdos para finalizar con el estado de guerra con Checoslovaquia y
Polonia. En noviembre, Japón acordó pagar 230 millones de dólares a Indonesia como
reparaciones de la II Guerra Mundial y cancelar la deuda comercial indonesia.

Japón se convirtió en miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, en


enero de 1948. El primer ministro Kishi disolvió la Cámara de Representantes en abril,
y se celebraron elecciones al mes siguiente.

Política interior
En octubre de 1958 el Partido Socialista propuso una huelga para protestar por un
proyecto de ley gubernamental que estipulaba el incremento de poder de la policía y que
fue retirado después que 4 millones de trabajadores apoyaran la huelga de protesta. Las
elecciones de junio de 1959 para la mitad de los escaños de la Cámara de Consejeros
dieron la victoria al PLD.

En enero de 1960, y pese a las numerosas protestas populares, se firmó un nuevo tratado
de seguridad con Estados Unidos en Washington y se anunció que en junio de ese
mismo año el presidente estadounidense Dwight David Eisenhower realizaría una visita
a Japón. Sin embargo, el aumento de las protestas obligó a cancelar la visita, porque se
temía por la seguridad de Eisenhower.

El primer ministro Kishi dimitió el 15 de julio y le sucedió Ikeda Hayato, el nuevo


presidente del PLD, cuyos miembros obtuvieron la mayoría en las elecciones a la
Cámara de Representantes celebradas en octubre.

En 1963 el gobierno intentó enmendar una disposición constitucional para aumentar el


presupuesto de las Fuerzas Armadas japonesas; al no obtener la aprobación mayoritaria,
el primer ministro Ikeda disolvió la Dieta y convocó elecciones para el 21 de
noviembre. La mayoría de su partido se redujo a 13 escaños.

Crecimiento económico
La economía japonesa ocupó el primer puesto mundial por su tasa de crecimiento en
1964. En su desarrollo comercial, el gobierno japonés estableció un acuerdo con China
por el que cada país establecería oficinas de enlace comercial no oficiales en la capital
del otro; mientras, se acordó con la URSS la venta de una planta de fertilizantes como
pago a los créditos soviéticos. El primer ministro Ikeda dimitió como primer ministro a
finales de octubre por razones de salud y fue sucedido por el antiguo ministro de Estado
Sato Eisaku (hermano del anterior primer ministro Kishi Nobusuke), también
perteneciente al PLD. Los XVIII Juegos Olímpicos se celebraron en Tokio en octubre,
lo que supuso una mejora de sus infraestructuras.

En marzo de 1965 el ministro de Asuntos Exteriores de Corea del Sur pasó a ser el
primer coreano que obtuvo una audiencia con el emperador japonés desde la II Guerra
Mundial. Durante su visita los gobiernos de Japón y Corea del Sur alcanzaron un
importante acuerdo de relaciones mutuas. A finales de la década de 1960, Japón fue el
escenario de manifestaciones generalizadas y a veces violentas llevadas a cabo por los
estudiantes radicales que protestaban por el apoyo nipón a la política exterior de Estados
Unidos. Las relaciones entre ambos países entraron en un periodo de estancamiento en
1971, en 1972 Okinawa fue devuelta a Japón.

En la década de 1960 Japón superaba a todas las naciones de Europa Occidental en el


producto nacional bruto y seguía a Estados Unidos como potencia industrial mundial.
La Exposición Mundial de Osaka, que tuvo lugar en 1970, demostró que el país había
restablecido su posición en el comercio internacional: en 1971 Japón era el tercer país
exportador más importante del mundo, después de Estados Unidos y de Alemania
Occidental (ahora parte de la unificada República Federal de Alemania), y el quinto en
importaciones.

Cambio de gabinete
Aunque el PLD continuó sosteniendo las riendas del gobierno, a lo largo de toda la
década de 1970 fueron muy frecuentes los cambios de gobierno, consecuencia de la
aparición de facciones dentro del partido. En 1972, Tanaka Kakuei, que sucedió al
primer ministro Sato en julio, tomó medidas para mitigar el desequilibrio comercial con
Estados Unidos. También realizó una visita a China y acordó reanudar las relaciones
diplomáticas con ese país inmediatamente, al igual que con Taiwan. En noviembre de
1974 Tanaka dimitió en favor de Miki Takeo, cuyo gobierno sufrió la recesión
económica mundial que se produjo en 1973 al dejar de recibir el petróleo procedente de
países árabes; la economía de Japón, muy dependiente del petróleo y de otras materias
primas, mostró entre 1974 y 1975 un crecimiento cero.

Ese mismo año, la lucha entre facciones desgarró al PLD, que no consiguió aprobar la
mayoría de sus principales proyectos de ley en la Dieta. El partido recibió un nuevo
golpe en 1976 cuando se descubrió que la Lockheed Aircraft Corporation, una
compañía estadounidense, había pagado al menos 10 millones de dólares en sobornos y
honorarios a los políticos e industriales japoneses desde la década de 1950. Miki
convocó elecciones para diciembre, en las que su partido perdió por primera vez su
tradicional mayoría en la cámara baja. Miki dimitió y Fukuda Takeo fue elegido primer
ministro. En diciembre de 1978 le sustituyó Ohira Masayoshi, también miembro del
PLD. Tras el fallecimiento de Ohira durante la campaña electoral de 1980, Suzuki
Zenko fue elegido para sucederle. Acosado por el faccionalismo existente en las filas
del PLD, Suzuki dimitió de forma inesperada en noviembre de 1982. Nakasone
Yasuhiro le sustituyó como primer ministro y como dirigente del partido. El PLD, que
sufrió un revés en las elecciones a la Dieta de 1983, consiguió en cambio una mayoría
abrumadora en 1986; Takeshita Noboru fue elegido en noviembre de 1987 para sustituir
a Nakasone.

A principios de la década de 1980 Japón hizo frente a la congestión urbana, a la


contaminación ambiental y la improductividad de la agricultura, a pesar de lo cual tuvo
la mayor tasa de crecimiento económico y la menor inflación de las naciones
industrializadas. El crecimiento económico comenzó a estabilizarse a mediados de la
década de 1980, debido en parte a que la fuerza del yen frente al dólar estadounidense
había encarecido las exportaciones, que disminuyeron.

Heisei (1989 - )

El emperador Hiro-Hito falleció en enero de 1989 y le sucedió su hijo Aki-Hito


inaugurando el período denominado Heisei ('de la paz conseguida'), que pronto se
mostró como una época de convulsión y reforma. En abril Takeshita dimitió a causa de
un escándalo por soborno; su sucesor, Uno Sosuke, también dimitió por el mismo
motivo en julio y fue sustituido por Kaifu Toshiki. Los demócratas liberales ganaron las
elecciones parlamentarias de febrero de 1990 a pesar de que la Bolsa de Tokio había
empezado un descenso que duraría hasta mediados de 1992, cuyo índice Nikkei perdió
casi dos tercios de su valor. Incapaz de hacer frente al malestar económico y sin la
confianza de los miembros conservadores del partido, Miyazawa Kiichi, otro político
veterano, sustituyó a Kaifu a finales de 1991, mientras que el Partido Socialista cambió
su nombre por el de Partido Socialdemócrata. En 1992, se aprobó una legislación que
permitía la participación de las tropas japonesas en las operaciones de paz de la ONU,
antes considerado como inconstitucional.
Sobre un fondo de tensión continua con Estados Unidos por cuestiones comerciales, la
confianza en el gobierno continuó su descenso mientras que los japoneses se vieron
frustrados con el estancamiento de la economía nipona y la corrupción gubernamental.
En junio de 1993 varios miembros del PLD, dirigidos por Hata Tsutomu y Ozawa Ichiro
se escindieron para formar el Partido Renovador de Japón. En las elecciones de julio los
demócratas liberales perdieron su mayoría y finalizó así un dominio del gobierno
japonés que duró 38 años. Se formó una frágil coalición de siete partidos, mientras que
el PLD pasó a ser el principal partido de la oposición. Hosokawa Morihiro, un antiguo
demócrata liberal y dirigente del Nuevo Partido de Japón, fue elegido para encabezar el
gobierno, llevando a cabo un programa de reforma electoral, que en enero de 1994 entró
en vigor.
Perseguido por las acusaciones de aceptar un préstamo ilegal en 1982 y acosado por la
tensión de mantener a los demócratas liberales en la coalición, Hosokawa dimitió en
abril de 1994; ese mismo mes, la coalición de los siete partidos eligió a Hata como
primer ministro. Poco después los demócratas liberales se retiraron de la coalición y
dejaron a Hata sin la mayoría necesaria en la cámara baja de la Dieta, por lo que Hata
dimitió a finales de junio. El dirigente del Partido Socialdemócrata, Murayama
Tomiichi, fue elegido primer ministro, en coalición con sus antiguos enemigos, los
demócratas liberales, de manera que se convirtió en la primera figura de izquierdas que
dirigía Japón desde 1948. Los partidos reformistas de la oposición se reagruparon en el
Partido de la Nueva Frontera, de centro derecha.
El 17 de enero de 1995 un terremoto devastó la ciudad de Kobe, con un balance de
5.000 muertos y cientos de miles de desahuciados. El 20 de marzo el metro de Tokio se
vio afectado por la difusión indiscriminada de gas sarín: murieron doce personas y
resultaron afectados miles de ciudadanos. Las investigaciones comprobaron la
culpabilidad de la secta Aun Shinri Kyo. La coalición gubernamental sufrió un revés
importante en las elecciones locales de abril; por otro lado, el Partido de la Nueva
Frontera consiguió los gobiernos de varias provincias importantes. Mientras, se
mantenían los problemas económicos provocados por el fuerte valor del yen, que
amenazó la recuperación económica y desató una fuerte deflación de los precios.
En las elecciones legislativas celebradas en octubre de 1996, cuyo nivel de participación
no superó el 60%, la más baja en la historia reciente del país, el PLD obtuvo 239 actas,
a tan sólo 12 escaños de la mayoría absoluta. Los otros dos partidos que habían formado
la coalición de gobierno con el PLD sufrieron severos reveses (el Partido
Socialdemócrata pasó de 30 a 15 escaños y el pequeño Sakigake de 9 a tan sólo 2
diputados. Entre los partidos de la oposición, el Partido de la Nueva Frontera
(Shinshinto) perdió 4 de los 160 asientos con los que contaba, el recién formado Partido
Demócrata mantuvo sus 52 diputados, y el Partido Comunista casi duplicó su números
de representantes en la Dieta, pasando de 15 a 26 diputados. En estas elecciones se
introdujo la nueva normativa electoral incorporada en 1994; mediante ella, y con el fin
de acabar con la gran fragmentación partidista existente e incorporar el bipartidismo en
la política japonesa, se establecía la posibilidad de elegir a 300 miembros de la Dieta
mediante el sistema mayoritario, votando a un candidato, no a una lista de partido. Los
200 diputados restantes se eligieron mediante el sistema proporcional.

Japón actual y perspectivas futuras.

(En construcción)

Vocabulario:

(En construcción)

También podría gustarte