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MARX, PRODUCCIÓN, SOCIEDAD Y ARQUEOLOGÍA 7

TRABAJOS DE PREHISTORIA
62, n.o 1, 2005, pp. 7 a 26

MARX, PRODUCCIÓN, SOCIEDAD Y ARQUEOLOGÍA 1

MARX, PRODUCTION, SOCIETY AND ARCHAEOLOGY

VICENTE LULL (*)

RESUMEN. material objects which make any society real: the archaeo-
logical research.
La vida social se produce. La vida social es anterior al
hecho de pensarla. Basándose en elementos procedentes del Palabras clave: Marx. Producción social. Arqueología.
socialismo utópico, la economía británica y, sobre todo, la
filosofía de Hegel, Marx propuso categorías dialécticas para Key words: Marx. Social production. Archaeology.
pensar y explicar cómo se produce la vida social, y nosotros
en ella. En este artículo se exponen las líneas básicas del
pensamiento de Marx a partir de una lectura y análisis de sus ¿Qué hace un arqueólogo hablando de Marx?
propios textos, y se argumenta la pertinencia de la relación Alguien podría preguntarse si no sería mejor un fi-
entre dicho pensamiento y la investigación de la sociedad lósofo o un economista. ¿Por qué desde la arqueo-
a partir de los objetos materiales que la hicieron posible: la logía?, ¿por qué partir de las cosas físicas, nuestras
investigación arqueológica. cosas físicas?
Los arqueólogos trabajamos sobre cosas tangi-
bles que constituyen la síntesis concreta de las
ABSTRACT relaciones sociales. Han sido producidas por la re-
lación entre seres humanos, y entre éstos y la natu-
Social life is produced. Social life takes place before the raleza. Las cosas materiales son perfectos indica-
fact of thinking about it. Drawing upon elements coming dores de esa relación y del estado y el estadio de
from utopian Socialism. British economy and, especially, dicha relación. Constituyen el rastro de migas de
Hegel’s philosophy, Marx proposed a set of dialectic ca- pan que nos indica la salida del bosque confuso,
tegories addressed to thinking and to explaining how so- oscuro e inabarcable, que nos estremecía en nues-
cial life is produced, including in these dynamics the pro- tros primeros cuentos o, si se prefiere, el tejido del
duction of ourselves. In this paper, the guidelines of Marx’ hilo de Ariadna en la historia interminable del co-
thoughts are shown starting from the reading and analysis nocer y del conocernos.
of his own texts. Also, the pertinence of the relationship bet- Los objetos arqueológicos no son otra cosa que
ween Marx and the research of society is argued through the aquellos restos del mundo social a los que una dis-
ciplina errática y titubeante como la nuestra, quizás
como todas, prestó atención y capturó de un mun-
(1) Este trabajo resume dos de las contribuciones que presen- do repleto de ellos, un mundo que probablemente
té en Santiago de Compostela, en el marco de un seminario sobre
Arqueología y Marxismo organizado por el IEGPS (CSIC). El reiría esa selección, si pudiera.
encuentro fue planteado como un diálogo para cotejar los diver- Los objetos de que nos apropiamos o que recu-
sos puntos de vista de dos admiradores de Marx, Antonio Gilman
y yo mismo. Lamentablemente no ha sido posible satisfacer el peramos para el mundo suelen ser considerados
propósito inicial de presentar conjuntamente nuestras contribucio- relevantes por los arqueólogos, generalmente sin
nes. No obstante, y gracias a la oportunidad que me brinda TP, mediar explicación que justifique tal prejuicio. En
aprovecho la ocasión para dar a conocer, al menos, lo esencial de
mi aportación al encuentro. cualquier caso, no importa cuáles sean los afortu-
(*) Departament de Prehistòria, Universitat Autònoma de nados en salir del silencio de lo real para incorpo-
Barcelona. Campus de Bellaterra, Edifici B. 08193 Bellaterra
(Barcelona). Correo electrónico: lubio@arrakis.es.
rarse al sentido de lo percibido; sean cuales fueren,
Recibido: 19-VII-04; aceptado: 10-IX-04. constituyen la relación social misma objetivada:

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son y no son a la vez aquéllo que compartieron y debemos mirar (y del que podemos tirar para enten-
guardaron o, si se prefiere, aquéllo que cancelaron der nuestra existencia). Los objetos son efectivos,
y superaron. conforman la auténtica otredad que nos constituye
Los objetos arqueológicos, como todos los ob- como sujetos y que evita que ocupemos el lugar de
jetos, no son meramente productos, y menos lo son los objetos pacientes que sólo existen en las men-
de una pertinaz voluntad social metafísica. Tampo- tes alienadas.
co pueden ser considerados resultado exclusivo de Los objetos, a diferencia de las palabras, concre-
las posibilidades materiales de las sociedades. En tan hechos, son fruto de relaciones, medien o no
suma, no son meros productos pasivos ni tampoco palabras en ellas. Los objetos obligan a las palabras
instrumentos sumisos en manos habilidosas que a ponerse en marcha y trabajar. Con la palabra todo
median en la producción social, sino sujetos deter- se puede decir, aunque al final todo pueda quedar
minantes que habilitan gestos, pensamientos y ac- como antes de empezar a hablar. Las palabras sirven
ciones que marcarán el rumbo y la instrucción de para todos y para todo, son básicamente afectivas y,
nuevas manos y pensamientos, pensamientos que por sí mismas, no cambian las cosas efectivamente.
se erigirán en punto de partida del conocimiento de Suelen caminar metafórica y condicionalmente. Las
una historia que colaboran activamente a construir. palabras necesitan hacerse cuerpo. Por eso se pro-
Los objetos han sido hechos con la misma intensi- nuncian. Sin embargo, el cuerpo al que aspiran está
dad con la que nos hacen (2). modelado antes por la relación (a la vez cuerpo y
La relación Marx, materialismo, dialéctica his- lugar imposible de suplantar, aunque referente de lo
tórica y arqueología parecería constituir y delinear que se puede o se quiere decir, y del silencio de la
el sentido de nuestra opción investigadora y justi- vida, que le da a la palabra el criterio necesario). Por
ficar toda esta charla que versa sobre Arqueología eso, la palabra necesita ser compartida para mos-
y Marxismo. Sin embargo, antes de continuar debe- trarse y, a la vez, decir algo de la relación que la
mos aclarar que el binomio Marx-Arqueología no genera, facilita, ampara o rechaza; la palabra nece-
tiene por objeto domar los objetos arqueológicos sita ser compartida para hacerse relación. La rela-
desde una perspectiva dada, pues contra los crite- ción es la voz del silencio que da lugar a la palabra.
rios positivistas o empiristas y mecánicos los obje-
tos se rebelan y trascienden cualquier dimensión
conceptual única (exclusiva) que pretenda agotar- ¿POR QUÉ MARX?
los.
Los objetos arqueológicos abarcan todas las di- Porque no le bastaban las palabras ni las cosas
mensiones de lo social, desde la material hasta la por sí mismas y porque entendía que el significado
estética; responden a requisitos certeros, sean eco- de los sujetos y los objetos variaba al paso de las
nómicos, sociales, políticos o morales; manifiestan relaciones humanas, integradas en un proceso his-
las prácticas que los procuraron y las que colabora- tórico social de todas y cada una de las sociedades.
ron a edificar; vacían o llenan de contenido la vida Porque entendía que la materialidad social consti-
social. Se muestran conservadores o revoluciona- tuía el lugar de encuentro físico y metafísico en tér-
rios pero, ante todo, y para la desesperación de minos crudos, el principio y el fin (objetivo), el
muchos arqueólogos, son sinceros, se niegan siste- ámbito real del mundo humano.
máticamente a ser tomados en vano y a ser sustitui- Ante la insatisfacción que producía la intermina-
dos por ideas que pretendan suplantarles (concep- ble redundancia de la reflexión del pensamiento
tos que desean usurpar su lugar). Al final, vuelven ensimismado (3) y contra la mecánica física e
a mostrar inexorablemente el camino de su realidad inapelable del estar a merced del mundo en su pro-
y acaban con todas las perspectivas interesadas de ceso implacable de caída libre, Marx adopta la in-
una investigación histórica (generalmente sobrein- versión materialista de Feuerbach desprendiendo
terpretada), porque, ante todo, los objetos son ver- de ella todo mecanismo contemplativo, perezoso y
daderos y constituyen el referente más fiable al que
(3) Algo parecido a lo que nos toca vivir hoy en día gracias a
(2) Marx nos recuerda en su Introducción a la Contribución las llamadas a la autorreflexión como medio para liberar y revita-
crítica de la Economía política de 1857 que «La producción no lizar la arqueología, y también a la tendencia de tomar el pensa-
produce, pues, solamente un objeto para el sujeto, sino también miento arqueológico de otros como objeto de nuestra
un sujeto para el objeto”, y que ”no es, por tanto, sólo el acto fi- reflexión...¿arqueológica aún? En suma, situaciones ambas, en el
nal por el que el producto deviene producto, sino también otro, siglo XIX o en el XXI, que tienen en común el que «el ombligo
por el que el producto deviene productor” (1857/1989: 188-189). dicta la agenda».

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cobarde, y nos habla de la praxis constituyente de nombran, a pesar de que seamos nosotros los úni-
razón con la misma fuerza e interés que postula por cos que les interrogamos; o quizás nos regocijemos
la razón grávida de praxis. Por ello el punto de par- cuando insinúen alguno de nuestros sentidos o con-
tida marxiano considera que el pensamiento es pro- serven algo que nos es común. Esa oportunidad no
ducido socialmente y es a esa génesis a la que de- nos la podemos perder.
bemos atender en primer lugar.
La vida es anterior al hecho de pensarla, la vida
es objetiva. Aunque pensar aparente ser cosa de ¿DE DÓNDE SALE MARX?
sujetos, el sujeto mismo no se construye a sí mismo.
El sujeto es construido en conciencia cuando su El primer ámbito del que emerge y, para mí, el
propia consciencia está en construcción fuera de sí. más importante, es el que concluyó Hegel. Marx
Lo que hace objetivo al sujeto tampoco es su volun- surge de la tradición del idealismo filosófico ale-
tad, sino aquello que la precede: las condiciones mán en la versión dialéctica hegeliana y la de sus
objetivas de la vida social que contribuyeron estruc- críticos, los neohegelianos, sobre todo Feuerbach
turalmente a edificar el sujeto social. No se debe con su inversión dialéctica y su materialismo light.
entender con ello que sólo somos un recipiente neu- El comienzo de la subversión de Marx consiste en
tro que se llena, sino que el recipiente (yo-nosotros- proponer una cama redonda aparentemente impo-
todos) que nos comprende se construye también a sible entre la filosofía alemana y otros dos ámbitos
partir de materia social. aparentemente contradictorios: el socialismo utó-
Para el materialismo, el mundo está compuesto pico francés y la economía política británica.
exclusivamente de objetos sensibles, aunque no Marx aprovecha el impulso de todas estas ten-
necesariamente tangibles (los conceptos, proposi- dencias para cuestionarlas, darles la vuelta y efec-
ciones, categorías y teorías no son físicos) integra- tuar una crítica certera a estos tres posicionamien-
dos en sistemas materiales. Todos los sistemas tos, precisamente por ser sólo posicionamientos,
materiales son cambiantes y, por tanto, cambiables. elucubraciones del pensar que dejan las cosas como
Todo objeto material está involucrado en algún estaban o las aceptan tal cual se cree que son. Marx
proceso. La materia es dinámica, la transforman o otorga a la dialéctica una dimensión desconocida
se transforma. Marx convendría que una teoría es hasta entonces, le da cuerpo material, y aplica una
materialista cuando en su génesis, constitución e crítica dinámica a todos los lugares transitados por
implicaciones median referentes reales y materia- la burguesía, que pasa de convertirse en revolucio-
les, da cuenta de ellos y pretende transformarlos. naria a finales del siglo XVIII a reaccionaria en los
Ahí tenemos los arqueólogos un anclaje defini- albores del nuevo siglo. Las piernas con las que
tivo que hay que aprovechar. Las materias del pa- camina Marx concretan dialéctica y materialismo
sado fueron los actores, el público y el teatro de la en una fusión que, al avanzar, las trasciende.
vida real y de las representaciones que los seres Su obra está protagonizada por un ser cuya exis-
humanos hicieron de ella en otros tiempos y luga- tencia precede y exige toda consciencia, un ser que
res. Como historiadores, deseamos ver y conocer debe negarse para avanzar, y negar luego esa nega-
esa obra gracias a la arqueología, y asistimos a ella ción para saberse; no para restaurar el sentido so-
con la expectativa de que aquellos objetos, además cial original sino para revolucionarlo (4). En un es-
de hablar de nosotros en cierta manera, como todas cenario de lucha de clases, el protagonista será el
las cosas humanas, nos guiarán hacia los otros. Los proletariado, constituido por todo aquel que nada
otros, aquéllos que nos esperan en forma de obje- tiene que perder, pues privado de su propio ser per-
tos, materia e imágenes todavía ocultas bajo tierra manece encadenado a las necesidades de otro. El
o encarceladas en vitrinas heladas que difícilmen- proletariado constituía el sujeto social más capaci-
te permiten adivinar el trato que sufrieron, el cuerpo tado para cambiar las cosas, porque componía la
que constituyeron y el lugar que ocuparon en la mayoría social y ocupaba el lugar más alejado del
sociedad; esos objetos nos propondrán incluso lo beneficio social. Se trata, aunque no lo parezca, del
que representaron, y hasta nos veremos obligados mismo proletariado que, tras mejorar sus condicio-
a atender lo que evocan en nosotros, desde la emo- nes de vida gracias a una lucha tenaz, ha detenido
ción hasta el conocimiento. Probablemente nos
(4) «Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de
asustemos cuando no nos veamos tras aquéllo que diferentes modos; aquí se trata de transformarlo» Marx (1845/
manifiestan o cuando descubramos lo poco que nos 1988: 590).

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su andadura hacia la libertad real tras infundados movimiento diciéndose a sí misma, situando el
e inducidos deseos de libertad formal, y que proba- concepto en su lugar, detrás de los elementos y de
blemente reemprenda la marcha después de la mas- los lugares o ámbitos que lo producen.
carada que le ha privado del papel revolucionario El marxismo está cargado de razón, pero no de
en la historia que Marx le otorgaba. una razón especulativa que nos ilumina para girar
nuestras vidas, sino de una razón anclada en la rea-
lidad social que la produce, y que por ello permite
EL MARXISMO ES MÁS QUE MARX (procura las condiciones para) superar las dificul-
tades que la sinrazón va materializando. Por ello, si
Incluso diría que más que lo que él mismo supo- alguien supone que el marxismo es una razón para
nía. Es más que una filosofía, pues supone la supe- la praxis, debe presuponer también que la razón es
ración de la filosofía especulativa y anuncia el fin un lugar producido por la realidad social, ya que
de la misma. Propone en su lugar una ciencia a par- sólo así puede resultar propicia para trasformarla.
tir de un giro radical desde el idealismo especula- Al hilo de lo anterior, debe quedar claro que el
tivo al materialismo realista. Pero es más que una marxismo no es una doctrina, aunque muchos de-
ciencia, porque para conocer la realidad atiende a seen que lo sea. No parte de una serie de preceptos
la dialéctica de la materia en su despliegue, en su que ubican a la idea o al deber-ser precediendo al
historia. Aunque pueda parangonarse con una cien- ser y a la existencia, y que únicamente reclaman
cia realista, pues todo es realidad de un movimiento disciplina de él. El marxismo coloca a la vida social
del que hay que dar cuenta, el marxismo no entien- en el origen de su reflexión y procura distinguir
de la realidad como naturalismo, sino como socie- nítidamente, aislar lo que hay de especulativo en el
dad que construye su propia naturaleza, a la vez que juego de las palabras, mientras se afana por dar
procede de la naturaleza misma, siempre guardán- cuenta del linaje del sentido material de las oracio-
dose y siempre superándose mutuamente. El mar- nes que las palabras intentan componer.
xismo presupone, por tanto, una ciencia objetiva, “No es la conciencia la que determina la vida,
dado que el lugar del objeto es el lugar de nuestra sino la vida la que determina la conciencia” (Marx
propia conciencia, pero no parte de la realidad sólo y Engels 1845-46/1988: 18); la vida en tanto mate-
para conocerla, sino para transformarla. Su objetivo ria manifestándose cuando el Verbo no había naci-
no es el desarrollo del pensamiento, sino del vivir do y procurando luego su advenimiento.
social todo. Por ahí se constituye en una política.
Pero también es más que una política, pues pro-
cede de las posibilidades materiales del conocer en ¿QUÉ PODEMOS APRENDER LOS
cada momento histórico. Por eso, entiende la polí- HISTORIADORES DEL MARXISMO?
tica no a partir de supuestas esencias de lo humano
o del espíritu que a modo de imperativos éticos de La historia siempre supera situaciones sin dejar-
lo justo, lo bueno, lo recto, se dicen sin poder mos- las totalmente de lado. La historia no es un criterio
trarse, sino desde la praxis. Una política que proce- o noción de devenir que camina inexorablemente
de de la praxis social para vislumbrar, dado el caso, por encima de los seres humanos respondiendo a no
y proponer, cuando sea posible, soluciones median- se sabe qué causalidades o casualidades, ideas o
te una acción revolucionaria capaz de transformar espíritus. La historia está más cerca y a la vez es
el mundo. más concreta; la historia somos nosotros haciéndo-
Cualquier marxismo se ve a sí mismo dentro de nos mutuamente, produciéndonos y produciendo la
ese moverse de la realidad social; inmerso en esa vida social al incorporar a ella todo aquello con lo
dialéctica del devenir y observa que todo cambia y que topamos.
se supera guardándose, al modo de Hegel. Es la Para muchos historiadores, Marx facilita simple-
conciencia real de ese despliegue y, a la vez, el des- mente una teoría del camino de la Historia, una es-
pliegue mismo. El marxismo se propone todo, y, en pecie de “resumen del recorrido” que, como todos
consecuencia, no puede quedar reducido a una filo- los modelos, idealistas por definición, se tira con el
sofía de la praxis que derive otra vez en filosofía, paso del tiempo al cubo de las hojas de ruta de obli-
política, ética o ciencia, que constituyen únicamente gado incumplimiento. No es una teoría del camino
aspectos de una realidad social todavía por conocer. lo que Marx nos proporciona, sino un método sus-
El marxismo atiende a la propia realidad en ceptible de dar cuenta de cómo y por qué nos pro-

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ducimos socialmente en cada momento, y en qué se mismo y cambiante universo tangible, real y pen-
diferencian nuestras maneras de realizarnos, dife- sable que habitamos y que pretendemos conocer
renciarnos y moldearnos. para darle sentido a nuestra propia existencia.
Marx y Engels ya advirtieron en La ideología Con el paso del tiempo se amontonan el trabajo
alemana que las premisas de las que partían no eran acumulado, las relaciones reales y las ideologías,
arbitrarias, ni dogmáticas, sino premisas reales: deseos, ilusiones o desengaños, mientras la produc-
“son los individuos reales, su acción y sus condicio- ción de la historia misma avanza firme y pertinaz
nes materiales de vida, tanto las que se han encon- desde lo concreto de su realización.
trado ya hechas como las engendradas por su pro-
pia acción” (Marx y Engels 1845-46/1988: 11).
Somos los humanos los que producimos nuestras LAS CATEGORÍAS MARXISTAS
realidades: “al producir sus medios de vida, el hom-
bre produce indirectamente su propia vida mate- Para los idealistas, el ser humano pasa de hones-
rial” (Marx y Engels 1845-46/1988: 17). to a ladrón, de trabajador a propietario con la mis-
La historia, en todos sus desarrollos, está forma- ma sencillez que pasa de niño a adulto, de estar tris-
da por “las distintas generaciones de individuos que te a reír. El ser humano es toda esa expresión
mantienen relaciones mutuas (...), (están) condicio- contenida y está facultado para todo lo que mani-
nados en su existencia física por quienes los han festará, y aunque la manifestación no se produzca,
precedido (...), (y) recogen las fuerzas de produc- el idealismo la presiente. A los idealistas les ocu-
ción y las formas de intercambio por ellos acu- pa más que un niño será adulto que les preocupa el
muladas, llegando de ese modo a sus propias re- que llegue a serlo. Acostumbrados a homologar lo
laciones mutuas” (Marx y Engels 1845-46/1988: vivido con lo pensado, tienden a ignorar con la
500) (5). misma precisión que aquel niño puede morir. Los
La historia nos produce y a la vez se reproduce idealistas nos han convencido de la fuerza de la idea
con y a través de nosotros, si bien constituimos tam- para escapar de la inevitabilidad de la muerte, y
bién renovadas fuerzas productivas, medios de pro- cuando aceptamos la propuesta de las ideas infini-
ducción originales y objetos de trabajo mutuo de los tas caemos en el abismo de la eternidad, de lo inefa-
que la vida social antes carecía. Por ello, en esa ble, de los conceptos clave del cónclave de las ca-
nueva andadura de nuestra historia, experimen- tegorías absolutistas. Marx nos lo advierte.
tamos distintos modos de respuesta a las nuevas Las categorías marxistas son dinámicas. Cobran
exigencias y necesidades que nuestra presencia sentido y se expresan en la realidad, en la activi-
proporciona y con las que inevitablemente nos to- dad, y no a partir de una estructura formal defini-
pamos luego. Incorporamos, como sociedad, otros toria y definitiva. La actividad social misma esta-
modos de producir para sobrevivir mutuamente, e blece la ocupación que los objetos y los sujetos
intentamos superar con ellos las contradicciones sociales asumen en cada uno de los momentos y
materiales precedentes. A su paso, vamos compren- lugares en los que se realizan (como objetos de
diendo que el propio entendimiento sigue el mismo trabajo –OT–, fuerza de trabajo –FT–, medios de
proceso y respeta las mismas pausas y vibraciones producción –MP– o bien como productos –P–).
que cualquier otra producción de la realidad social: Las categorías marxistas intentan mostrar esos
“La producción de las ideas, las representaciones y momentos y lugares de la producción sin prejuzgar
la conciencia aparecen, al principio, directamente que deban atravesar algún orden prefijado ni obe-
entrelazadas con la actividad y el trato material de decer a ningún nombre propio. El nombre es una
los hombres, como el lenguaje de la vida real” instantánea que fija para nosotros la realidad en
(Marx y Engels 1845-46/1988: 17). una posición y situación (postura y disposición)
La historia se produce a partir de las condiciones dadas, insuficientes para captar el movimiento, la
objetivas acumuladas y expresadas por quienes nos dinámica de la cosa. Esa foto que disparamos para
precedieron, por las necesidades que aquéllos en- incorporar-nos el mundo, puede alterar nuestros
gendraron y satisficieron y por la producción de sentidos hasta el punto de que otorguen a nuestra
otras soluciones y relaciones que generamos en ese capacidad de fotografiar (y de construir cámaras
fotográficas cada vez más precisas) el protagonis-
(5) En este texto, Marx todavía utiliza formas de intercambio
como sinónimo de la categoría relaciones sociales de producción,
mo del origen de la realidad, o peor todavía, dár-
más utilizada posteriormente. selo a la idea, esa esencia fantasmagórica que dis-

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curre por nuestro cuerpo utilizándolo como cámara dicionalmente un medio de producción, ocupa el
fotográfica particular para retratar los paisajes que lugar de un objeto de trabajo cuando reavivamos
ella disponga. sus filos en una operación de mantenimiento nece-
Marx no utilizaba categorías en el sentido ejecu- saria para que continúe siendo cuchillo. Además, un
tivo de cosas exclusivamente nuestras que aporta- cuchillo es por definición un producto y sus filos
mos al mundo, y que al final se confunden con las pueden servir para medir el estado de la fuerza de
otras cosas, cosas tangibles y sensibles, que aqué- trabajo.
llas intentaron hacer comprensibles. Para él, decir Las categorías marxistas no componen el solip-
categorías no era fijar categóricamente significa- sismo de que todo remite a todo, porque todo per-
dos, ni fijar significados consistía en darles un con- manece contenido en el sujeto consciente. En ellas,
tenido positivo y estático. Las categorías marxistas el todo remitido nunca ocupa ni atiende completa-
intentan seguir el paso de aquellas otras cosas en su mente al todo remitente, pues entre ambos no acon-
transcurrir, en su realidad. Dan autoridad a la reali- tece una intención sino que se efectúa una relación
dad y no se someten al poder de la idea. Deberemos activa y pasiva que los transforma, diluye y tras-
estar atentos, pues las categorías pueden hacernos ciende. Se trata de categorías que adquieren las dis-
confundir la perspectiva estática de su manifesta- tintas dimensiones de lo real. Pretenden decirse
ción con las actividades que refieren y que cobran mostrando los diversos momentos que los sujetos
sentido en la relación productora de objetos y suje- y objetos procuran y asumen en el despliegue de las
tos, y en la producción que esos agentes procuran a propias actividades productivas, tan afectados por
su vez. Es la actividad la que determina en qué mo- el despliegue mismo como determinantes al fin.
mento de su desarrollo cada cosa está manifestán- Marx no pretendía elaborar una nueva represen-
dose categóricamente. Es la producción la que re- tación del mundo, ni ofrecer categorías estáticas
parte lugar y actividad a objetos y sujetos sociales, que antepusieran la filosofía a la historia. Las cate-
y la que da contenido a las categorías marxistas. gorías marxianas son siempre categorías históricas;
Así, el objeto de trabajo no es el absoluto que los son en tanto se manifiestan históricamente. Ellas
fisiócratas proponían al ser tierra o al ser humano. mismas sufren las modificaciones de ese ajuste con
El barro es un objeto de trabajo para el ceramista lo real.
como lo es el mineral para el metalúrgico, pero El interés de Marx consistía en deducir de lo
ambas materias primas son un producto a su vez material aquellas categorías sociales que mostraran
para el cantero que extrae esos recursos de la tierra, ajustadamente su despliegue, implicasen historia y
una tierra que actúa como objeto de trabajo y tam- se refiriesen a ella. Así, “modo de producción”,
bién como medio de producción para el campesino “formación económico-social”, “relaciones socia-
o para el rentista. La mujer es objeto de trabajo en les de producción”, “formas de propiedad” o “fuer-
la gestación como el esclavo en manos del amo y, a zas productivas” constituyen recipientes dinámicos
la vez y en otro momento, ambos constituyen me- que la historia colma según su despliegue y el del
dios de producción para el macho dominante o para proceso del conocimiento marxiano. Las preguntas
el capitalista. Los medios de producción no son que pretendían plantear y responder eran bien con-
exclusivamente las herramientas, también lo son la cretas: ¿cómo operamos los seres humanos en la
renta para el capital y el capital para el burgués. vida social?, ¿bajo qué condiciones y necesidades?,
Una misma cosa puede atravesar todas las cate- ¿cómo producimos nuestra vida material?, ¿qué
gorías. La tierra es un objeto de trabajo para el cam- tareas nos relacionan efectiva y concretamente?,
pesino y su principal medio de producción, pero la ¿de qué lugar emergen nuestras ideas y símbolos?,
tierra también es una fuerza de trabajo, como el ¿qué actividades atesoran desarrollos estéticos?
agua o la lluvia si las apreciamos así en algún mo- ¿qué condiciones podemos superar y bajo qué fuer-
mento de la historia. Por otra parte, la tierra es siem- zas?, ¿cuál es el lugar de lo político en cada momen-
pre un producto de sí misma en su actualización to? Las categorías marxianas apelan a lo concreto
permanente. Los seres humanos, física y emocio- que aluden, y no a la lógica formal que las reviste.
nalmente, somos un producto social y constituimos Como veremos inmediatamente, las categorías
la fuerza de trabajo imprescindible de toda socie- marxianas cambian de denominación y/o carácter
dad humana. En otros momentos seremos un medio a lo largo de la propia obra de Marx. Dado que su
de producción para el empresario o el objeto de tra- objetivo era comprender el contenido real de la his-
bajo de los cazadores de esclavos. Un cuchillo, tra- toria manteniéndose ajeno a toda valoración ética

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o estética, sus conceptos pretenden seguir el paso trabajo y no al revés. De ahí que Marx viera nece-
que aquélla obliga. Para ello, deben abandonar toda sario adjetivar a partir de ese momento el trabajo
presunción especulativa del deber ser. Es la misma (“trabajo social”, “trabajo socialmente necesario”;
historia la que pronuncia sus categorías. Sin embar- incluso acuña “trabajo productivo”, redundancia
go, Marx nos confunde en ocasiones como cuando aparente, que no real). El papel definitorio y gené-
utiliza como recursos retóricos ciertos conceptos rico del trabajo como lo humano necesita de la pro-
que no han alcanzado todavía la precisión y concre- ducción para adquirir el carácter social e histórico
ción de obras posteriores. En cualquier caso, se trata de su realización.
de un problema irrelevante si lo comparamos con
los debates categoriales o categóricos del marxis-
mo del siglo XX (6). Alienación y explotación

Si la transferencia del concepto trabajo al de


Trabajo y producción producción es sutil, no lo es menos la que Marx
efectúa entre las categorías “alienación” y “explo-
Una rápida ojeada a estas categorías ilustra lo tación”. Para el Marx de 1841, Epicuro fue el pri-
que acabo de reseñar. Hasta 1844, Marx considera mero en concebir “la apariencia como alienación
el trabajo, en tanto actividad vital esencial del respecto de la esencia, apariencia que se manifiesta
“hombre”, el concepto clave de lo humano. Poco a en su propia realidad como tal alienación” (Marx
poco, con la atemperación del naturalismo y el hu- 1841/1988: 73). Posteriormente, experimenta la
manismo latentes en los Manuscritos de París, el influencia de Feuerbach, para quien el hombre se
concepto va a refugiarse en la producción. Con La aliena cuando toma por ajeno aquéllo que es cons-
ideología alemana (1845-46), producir se convier- trucción propia: el hombre crea sus fantasmas y
te en el ámbito social real que recubre al trabajo luego se somete a ellos (Fernández Buey 1998: 51).
determinado, perdiendo éste su carga esencialista Hegel, en cambio, parte del principio de que la rea-
y expresando, al amparo de la producción, una ac- lidad se explica por su propio movimiento interno
tividad social efectiva y concreta. La producción, de alienación. La alienación hegeliana no es apa-
a partir de 1857 con la Introducción a la Crítica de riencia ni ilusión, sino mediación o proceso por el
la economía política y los Grundrisse (1857-58), es cual el ser se constituye en objeto. Es una realiza-
definitivamente más real y social que esencial o ción, un hacerse cosa, paso imprescindible para
genérico era el trabajo en 1844. La producción su- hacerse de verdad y para ser dueño de sí mismo, una
braya además que es la sociedad la protagonista de vez separada la escisión entre el ser sólo sujeto y el
su producción real y efectiva, frente al esencialis- ser sólo objeto (Sacristán 1983: 285). La alienación
mo de nuestra especie representado por el hombre es el segundo momento de la dialéctica, el movi-
genérico feuerbachiano. miento del ser hacia el no ser, su cuestionamiento
El trabajo entendido como esencia vital huma- y negación. Es la mediación necesaria, el modo de
na alude a todas las actividades realizadas por hom- salir de sí para realizarse y recobrarse al punto de
bres o mujeres, individual o socialmente; es decir, cobrar autoconciencia.
cualquier actividad humana puede llegar a enten- En cambio, lejos de los anteriores lugares abs-
derse como sinónimo de trabajo. En cambio, si el tractos (“estar fuera de sí”), psicológicos (“en
trabajo se implica y explica en el universo de la tránsito de”) o antropológicos (“sometimiento a
producción social, hay que concluir que esa misma principios simbólicos recreados”), desde los Ma-
producción es la que le otorga el sentido social al nuscritos de París (1844) Marx entiende alienación
como una doble apropiación real que sufre el pro-
(6) Después de Marx, sus categorías sufren itinerarios ines- ductor bajo el capitalismo: alienación de la cosa o
perados, inaugurados por el propio Engels tras la muerte de su
amigo y recorridos por la vanguardia de la revolución soviética o alienación del trabajador con respecto a su producto
por los filósofos de la crítica europea centro-occidental. La confu- y autoalienación, en tanto pérdida real de sentido
sión se instaló definitivamente en el marxismo cuando sus catego- de su propia actividad (trabajador por cuenta ajena).
rías se plegaron a los requisitos de diversas ideologías que preten-
dían (desde la razón y sus formas) apuntalar el deber ser del No obstante, seguirá utilizando el término hasta El
pensar revolucionario o sus contrapuntos contestatarios. Tanto Capital, redimensionándolo con el contenido de
unos como otros aportaron el desconcierto, las consignas, los pre-
ceptos y la disciplina necesarias para adulterar la alternativa revo-
explotación. Explotación apuntaba directa y cruda-
lucionaria original. mente al proceso de usurpación práctica de los

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14 Vicente Lull

medios de vida de la gente en condiciones históri- ponde por completo el producto excedente del tra-
cas concretas y por una clase definida de indivi- bajo social. Se trata de una propiedad que se carac-
duos. Marx rompe así definitivamente el hilo me- teriza paradójicamente por una ausencia legal de
tafísico de su dependencia hegeliana. propiedad.
La segunda forma de propiedad presupone tam-
bién a la comunidad como su sustrato, pero la pro-
Formas de propiedad / modos de producción piedad comunitaria ya esta aquí separada de la pro-
piedad privada y su fundamento no está en el
El tercer binomio que ejemplifica todavía mejor campo, sino en la ciudad; el campo se presenta
el aterrizaje marxiano en la realidad concreta de la como territorio de la ciudad. Se trata de una comu-
vida material y el definitivo adiós a vocablos aliña- nidad guerrera de propietarios y de predominio ur-
dos de connotaciones inmutables y volitivas, es el bano. Es polimórfica y presenta muchas variantes
formado por la traslación inmediata entre formas de locales, aunque la mayoría de las aseveraciones
propiedad/modos de producción. Ambas catego- marxianas tengan por base a Grecia y Roma.
rías son utilizadas por Marx para distinguir etapas La tercera forma de propiedad corresponde a lo
concretas del despliegue de la historia. Sin embar- que reconocemos como feudal y que contiene pro-
go, la segunda da el contenido a la primera, aunque cesos específicos en los que el campo vuelve a
la primera se utilice desafortunadamente para de- constituirse en el punto de partida. La comunidad
nominar el objeto de estudio. En 1845, denomina es reunión, no unión. En ella, la propiedad pública
Formas de propiedad (7) a los diferentes estados es simple complemento de la propiedad individual.
y estadios de la división del trabajo (8), que a su La propiedad del individuo no está mediada por la
vez dependen del modo de producirse la sociedad comunidad; es la comunidad la que existe en cuanto
misma (9). relación de sujetos independientes.
Diez años más tarde (Grundrisse) matiza las En toda la propuesta marxiana, los Modos de
formas precapitalistas sugeridas cambiando la de- producción se convierten en el fundamento de las
nominación de “tribal” por la de “comunitaria”, y formas de propiedad, aunque éstas sirvan para de-
reconsiderándola como una forma de apropia- nominarlos. Las formas de propiedad tienen el de-
ción y utilización comunitaria del suelo. Esta uti- fecto de enfatizar como definitivo y definitorio de
lización tendría una segunda expresión en las las sociedades el ámbito juridico-político, mientras
formas asiáticas, caracterizadas, esta vez, por un que los modos de producción otorgan el protagonis-
propietario supremo o único situado emblemática- mo a la esfera económico-social de la cual emergen
mente por encima de las pequeñas comunidades, aquéllas.
a modo de una unidad soberana a la que le corres-
(7) La primera forma de propiedad es la tribu, la segunda ¿Cómo se produce el paso de la historia?
(que alude a Grecia y Roma) está representada por la antigua pro-
piedad comunal y estatal, y la tercera corresponde a la propiedad ¿Se puede hablar de lógica de la historia?
feudal o por estamentos (Marx y Engels 1845-46/1988: 13-16).
(8) “Cada etapa de la división del trabajo determina también Desde la perspectiva marxista, la historia se debe
las relaciones de los individuos entre sí, en lo tocante al material,
el instrumento y el producto del trabajo” (Marx y Engels 1845- a algo y procura algo y, por tanto, exige empiria
46/1988: 13). para observar y teoría para explicar.
(9) “Este modo de producción no debe considerarse solamen-
te en el sentido de la reproducción de la existencia física de los Los acontecimientos históricos despliegan (de-
individuos. Es ya más bien un determinado modo de la actividad sarrollan) una lógica interna. Los hechos, vistos
de estos individuos, un determinado modo de manifestar su vida, desde esta perspectiva, no acontecen aleatoriamen-
un determinado modo de vida de los mismos. Los individuos tal
y como manifiestan su vida. Lo que son coincide, por consiguien- te o mediante concatenaciones circunstanciales e
te con su producción, tanto con lo que producen como con el igualmente fortuitas, sino que son producto de las
modo en cómo producen. Lo que los individuos son depende, por
tanto, de las condiciones materiales de su producción” (Marx y condiciones materiales y situaciones concretas en
Engels 1845-46/1988: 12). las que expresa su propio desarrollo. Como todo
“Nos encontramos con el hecho de que, a determinados indivi- producto, la historia consume un objeto de exigen-
duos que se dedican a un determinado modo a la producción, con-
traen entre sí estas relaciones sociales y políticas. La observación cia y de necesidad. Tanto si son producidos como
empírica tiene que poner de relieve en cada caso concreto, empí- si se producen, los acontecimientos históricos res-
ricamente y sin ninguna clase de embaucamiento y especulación,
la relación existente entre la estructura social y política y la pro-
ponden a una exigencia social que los hace necesa-
ducción” (Marx y Engels 1845-46/1988: 17). rios y que es ajena a voluntades particulares.

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MARX, PRODUCCIÓN, SOCIEDAD Y ARQUEOLOGÍA 15

Si la historia fuera simplemente una sucesión de rial) y provocaron a corto y medio plazo cambios
hechos, sólo exigiría un estudio empírico que se re- sustanciales en las ideas filosóficas, morales y po-
duciría a la crónica y que haría innecesario el méto- líticas, caldo de cultivo necesario para el asalto
do. Para el marxismo, el despliegue de los aconte- efectivo al poder.
cimientos es el que manifiesta una lógica; no es la Este análisis de la realidad procede de ciertas
lógica la que obliga el curso de la historia. El pro- premisas que fueron tomadas por Marx de la Filo-
ceso de la historia trabaja desde unas condiciones sofía de la Historia de Hegel, antes de ser evalua-
que a su vez generan efectos y así secuencialmen- das y criticadas. Para Hegel, “la historia es el deve-
te, obligada parcialmente por unos factores determi- nir que sabe, (...) que se mediatiza a sí mismo”
nantes que la decantan hacia diversos rumbos. Un (Hegel 1807/1999: 472). El historiador contempla
estadio de la historia es, por tanto, un producto ne- el despliegue fáctico para reflexionar y razonar
cesario del estadio anterior que portaba en su seno sobre el proceso de esa inacabable sucesión de
los factores que hicieron necesaria su superación. acontecimientos, estados, situaciones, grupos e in-
La historia es un proceso general con estadios y dividuos que van variando o cambiando al ritmo
momentos particulares según el modo de operar de que se destruyen y construyen. La historia, por ello,
las condiciones objetivas materiales y subjetivas es dialéctica; va permaneciendo al ritmo que pro-
resultantes de la sociedad como un todo. Para el cura su propia superación. Sin embargo, también
marxismo, el factor principal es el modo de operar resulta teleológica, pues apunta hacia la libertad del
mismo o modo de producción que determina en espíritu que toma forma en la aspiración de los se-
última instancia las soluciones sociales particula- res humanos de sentirse libres.
res. La historia no responde a un proceso exclusi- En Hegel, la libertad a la que se aspira se diluye
vo, aunque existan factores determinantes en todo en libertad para pensar. La libertad a que se alude
cambio social cuya intervención obliga a seguir (10), difícilmente supone libertad para elegir la
ciertos itinerarios; fundamentalmente, para Marx, vida, ni tampoco reclamar las condiciones materia-
la historia es la historia de la lucha de clases. les para vivirla. Quizás Hegel pensó que en momen-
Probablemente, la formación del capitalismo sea tos de máxima racionalidad, una vez desplazados
el modo de operar más sencillo de explicar, pues se los egoísmos y las pasiones al ámbito de los medios
trata de un modo de producción que emerge en unas de producción de libertades, los seres humanos no
condiciones y relaciones sociales feudales contra- extraerían beneficios particulares, ni disfrutarían
dictorias que, poco a poco, cobraron autonomía y con la explotación y el sufrimiento de los otros. Para
relevancia a consecuencia de los diferentes flujos Hegel, la historia es un proceso que se despliega a
de las fuerzas productivas atesoradas por una bur- sí mismo; es el proceso del ser en tanto espíritu que
guesía emergente. Este fue el mundo que Marx in- retorna a sí mismo tras realizarse (obtener concien-
vestigó durante buena parte de su vida y que culmi- cia de lo real). Su realización está en la media-
nó en El Capital. ción (11) (en lo que no es) que se hace necesaria
El esquema de la formación del capital puede para ese retorno. Así, la historia constituye el pro-
resumirse, en pocas palabras, aludiendo a un cam- ceso real a partir del cual el espíritu cobrará auto-
bio en las condiciones materiales de la producción conciencia. Si efectuamos la inversión hegeliana,
(transformaciones en las fuerzas productivas – como hizo Marx siguiendo a Feuerbach, y cambia-
FFPP–), que combinaron mal con unas relaciones mos el sujeto de la historia hegeliana, el espíritu,
sociales de producción (RSP) preexistentes y ago- por el sujeto real marxiano, los seres humanos (tal
tadas. El capital vindicó el fin de los privilegios y como producen su vida) (12), resulta fácil entre-
feudales y, por otro lado, exigió participar en el
acceso desigual y en la concentración de la rique- (10) Desde Kant y para todo el idealismo posterior, la liber-
za, hasta que las condiciones objetivas de la vida tad para pensar es el requisito para acceder a la libertad para
obrar. Así lo transmite Hegel y abre el optimismo político de que
material se capitalizaron en otras manos, las suyas. las ideas, realizadas en palabras, pueden cambiar las cosas. El
La burguesía adquirió así la capacidad de deman- hilo se estira imprudentemente con los neohegelianos y, ya deshi-
dar trabajo asalariado y asaltar el poder político en lachado, desconcertado y prescindiendo de objetivos, se integra
en las interpretaciones posmodernas.
condiciones antes inexistentes. De esta manera, el (11) Ese es el contenido hegeliano de Entfremdung (alie-
capitalismo, en tanto modo de producción especí- nación).
(12) Poco se habla de la influencia fichteana en Marx y,
fico, muestra que los primeros cambios se produje- cuando se hace, casi siempre se alude exclusivamente a cuestio-
ron en la infraestructura de lo social (la base mate- nes de Estado y Sociedad. Pero Fichte ya sugería desde 1794 que

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ver que, aunque la perspectiva del análisis ha cam- vamente. Sin embargo, cuando son otros los que se
biado radicalmente, el entramado dialéctico hege- realizan mediante un modo de operar específico,
liano se mantiene como armazón de la propuesta esas mismas maneras de producir nos niegan, e
marxiana sin menoscabar la original perspectiva igualmente, tendemos a negarlas. Por ello, no sólo
que inaugura Marx, incluso frente a Feuerbach. son las maneras de producir, sino la sociedad en
Marx abraza la dialéctica porque la realidad es cuanto a esas maneras, los protagonistas de esa
la dialéctica misma, y ejercitar la dialéctica es el determinación. Son las maneras de producir socie-
único modo de conocerla. La realidad es dinámica dad lo que socializa las maneras de pensar la so-
y todas las categorías del pensamiento, en conse- ciedad. Si una relación social particular se multipli-
cuencia, también. El pensar está zurcido a la rea- ca y se expande, y esa relación se hace común, el
lidad y ambos se mueven dialécticamente. La rea- disfrute o beneficio que se obtenga de la misma
lidad se autorreproduce en el ámbito social a partir afirmará o negará sus valores y se pensará o no en
de la producción de éste. La producción decide las ellos según el lugar desde el que se sufra o benefi-
relaciones sociales con la misma intensidad que cie esa producción. La sociedad, en tanto real, y las
éstas la reproducen y hacen frente a las condiciones maneras en cuanto formas de la realidad, funda-
naturales específicas, productoras y producidas, mentan dos pensamientos: el que afirma y el que
que se nutren de las distintas maneras con que se niega la producción.
afronta esa tarea y que van cambiando junto a aqué- Kant decía que la insociable sociabilidad (13) es
lla. Aunque las maneras de producir pusieron el el origen del Estado inevitable, una provocativa in-
rumbo, las maneras de pensar tienen mucho que ducción del somos así. Marx supera a Kant y pres-
decir en el eterno dilema de mantenerlo o cuestio- cinde de la intuición errada al considerar que esa
narlo. Ambas caminan juntas, se gestan y nutren de pretendida naturaleza humana la hemos fabricado
los pies a la cabeza en el mismo camino. socialmente, pues nos hacemos de todas las formas
Las maneras de pensar tienden a comprender posibles y por eso estamos así en cada modo de
primero y luego a justificar las maneras de produ- producción, y en ningún caso somos así.
cir que las gestaron, sobre todo si esa producción
nos sostiene y nos realiza materialmente y subjeti-
¿CÓMO SE PRODUCE LA SOCIEDAD?
las relaciones sociales eran relaciones dialécticas entre individuos
y entre ellos y lo colectivo, de alguna manera instituido como tal La primera cuestión para dilucidar es ésta: la
(en grupos, naciones o estados). Fichte entendía los actos sociales
como relación de experiencias, creencias y conocimientos, como sociedad se produce, no se muestra o acontece ahí
transpersonales y característicos de todo lo que es social y moral. como lamentan los existencialistas; el acontecer
En oposición a las concepciones individualistas de Rousseau y
Kant, él fue el primero en descubrir la realidad de lo social y en
mismo también se produce. El acontecer es (ocurre
llamar la atención sobre el aspecto colectivo de los actos sociales; en) la actividad de la materia. No hay protagonis-
el primero en descubrir la intervención de los nosotros, de los mos en esa producción primera, pero sí factores,
grupos, de las naciones, en tanto que sujetos colectivos, del cono-
cimiento y de la moralidad. Aunque Fichte siempre aluda a la rea- condiciones y secuencia de presencias: los factores
lidad social y al ideal moral como un todo, lo social constituye la y las condiciones primigenias son los materiales
categoría integradora, pues “la sociedad es una meta en sí. Gra- que procuran realidad al acontecer y a lo que acon-
cias a ella se produce un perfeccionamiento de la especie”. La
actividad creadora de la humanidad/sociedad se manifiesta en la tece, y la secuencia se concreta al paso de la mani-
Acción-Acto, una participación social que precede a la concien- festación de las presencias materiales empujadas a
cia y la procura. La participación en lo transpersonal es la carac-
terística de todo lo que es social y moral, y no puede ser reducida la realidad por la actividad misma que las engendra.
a una separación o identificación entre el yo, el otro y nosotros La materia en movimiento se produce y nos produ-
(véase al respecto Gurvitch 1965: 63-73). ce. Es el punto de partida, el origen.
El idealismo había tratado la actividad humana de una manera
abstracta, mientras que el materialismo burgués se interesaba bá- El intenso y extenso encuentro de la conciencia
sicamente por el aspecto sensible que capta el objeto. Marx, en con el mundo tampoco acontece simplemente. Ese
cambio, concede a la actividad social aquel carácter que insinua-
ba Fichte (participación en lo transpersonal, conciencia basada
en la acción), pero iba más allá al desprender de él su modo sub- (13) Kant, en 1784 (2000: 46-47), entiende como insociable
jetivo y entender la praxis como una actividad primariamente sociabilidad el antagonismo de los hombres, una inclinación a
objetiva (aquéllo que se produce y se manifiesta allí, con nosotros formar sociedad que va unida a una resistencia constante que
dentro). La primera aportación en esa dirección se puede rastrear amenaza continuamente en disolverla. Esta disposición reside en
en aquella participación fichteana que, aunque se diluya entre la naturaleza del hombre, cuya inclinación para vivir en sociedad
consideraciones de intencionalidad y aspiración volitivas y ro- y ser reconocido en ella choca con el querer disponer de todo
mánticas, no deja de sorprendernos como referente primigenio de como le plazca. No puede prescindir de unos congéneres a los que
la praxis marxiana. tampoco soporta.

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MARX, PRODUCCIÓN, SOCIEDAD Y ARQUEOLOGÍA 17

acontecimiento también se produce y tiene su his- del objeto y concentrada en el sujeto; incapaz de
toria, una historia de la que desconocemos cómo y observar con nitidez el escenario en el que las co-
por qué tuvo comienzo. Pero algo sabemos de cuan- sas se producen y las cosas que producen el escena-
do atendimos al mundo por primera vez. Difícil es rio; replegada en su propio ensimismamiento y ale-
tomar conciencia de algo cuando no se recuerda, jada del lugar que la produjo.
pero los otros vienen en nuestra ayuda y gracias a Toda mirada bipolar tiene por objeto afirmarse
ellos evocamos aquella mirada. El hecho de encon- contra el otro hasta que al fin se manifiesta incom-
trar ahí a la sociedad cuando atendemos al mundo petente para dar el paso definitivo, el paso del dis-
por vez primera no define el encuentro ni su proce- cernimiento sensible al criterio de la noción social.
so de existencia. Nuestra primera mirada es todavía Esa mirada no basta para saber o saber-se. Ella
una mirada indistinta y borrosa, de corto alcance, misma procede de miradas sociales que crean opi-
que restringe el mundo al tacto, evidencia de la que nión y proponen ideologías al ser acumuladas me-
hasta cierto punto no nos desprenderemos jamás. diante palabras oportunistas que la actualizan per-
Un tacto que poco a poco va enfocando el escena- petuamente.
rio y produciendo el primer balbuceo de la concien-
cia. La sensibilidad de lo otro acude con premura y
mayor definición que la conciencia de sí. LA NOCIÓN SOCIAL
Antes de cobrar conciencia, el escenario al que
atendemos nos parece natural, no sabemos de otro. El criterio social se construye en nosotros, en
La naturaleza, como mundo integrado, invade todos tanto comunidad, al ritmo de la producción de la
los pliegues que nos constituyen. Los animales in- vida social y en la cantidad y cualidades que ésta
corporamos una mayor movilidad y nuestro trasiego oferta. La producción social provoca distintas for-
produce nuevas redes de articulación de la materia, mas de entendimiento y conocimiento con la posi-
anteriormente imposibles. Sobre ese material orgá- bilidad e intensidad como con las que edifica casas
nico y sensible se constituye la primera intuición de y cosas, cuchillos y gobiernos, políticas y estéticas.
la conciencia: la escisión de la otredad o el aperci- La sociedad total es un conglomerado de elementos,
bimiento de un extraño ser discriminador que pare- formas y funciones con objetos y sujetos sociales en
ce definir todo lo que nos rodea, la naturaleza. construcción, que producen y se autorreproducen
El escenario de la naturaleza que percibimos sobre el sustrato material del trabajo acumulado
extraño y distante, próximo y distinto, disonante e (14) y que incorporan sus propias posibilidades
íntimo, extrañamente propio y a la vez otra cosa y actualizadas. El despliegue de la noción no es inde-
otro ámbito, permanecerá para siempre el lugar de pendiente al de los agentes de la producción y a su
nuestra mirada. Un lugar que primero deificamos y historia. La noción se produjo y materializó en tra-
luego replegamos y restringimos a nuestra medida, bajo acumulado y se actualiza en los agentes, con
medida que se confunde con nuestra mirada. Una ellos y para ellos. En cada momento de su produc-
mirada inevitablemente mediada que, cuanto más ción, la noción conoce lo que puede saber y, por
próxima al escenario, más discriminatoria se mani- ello, es conciencia reintegrada (reintegra la concien-
fiesta y, cuanto más alejada de la representación de cia) a la vida real que la precede y la auspicia. La
la materia en el mundo, más ilusoria deviene y pre- noción engendra conocimiento cuando sabe la his-
tende suplantar con la imaginación lo que los sen- toria del proceso material que la colocó ahí. La no-
tidos se manifiestan incapaces de evaluar. La mira- ción se muestra así capaz de ubicar el lugar de los
da, ahora, es una mirada mediada por esa realidad; factores y las condiciones de la vida social.
cuanto más próxima, más analiza y deja de ver el
conjunto; cuando más alejada, más sueña lo que es
incapaz de sentir. En ella se observan los polos (em- FACTORES Y CONDICIONES DE LA
pirismo e idealismo) del conocimiento vulgar. El PRODUCCIÓN DE LA VIDA SOCIAL
primero sólo ve cosas, el segundo sólo la idea de las
cosas. El primero proporciona la certeza sensible, La naturaleza produce toda clase de cosas y si-
la opinión que se mira al ombligo ignorante, el en- tuaciones. Cosas individuales o relacionales en tesi-
gaño de la apariencia. El segundo, se cree la mira-
(14) Toda la producción social se edifica sobre el trabajo acu-
da que es, incapaz de salir de sí y autorreferencia- mulado previamente, y cobra vida concreta y diversa en modos de
da, y se construye una mirada abstraída, distraída operar particulares.

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Fig. 1. La constitución social: socialización y naturali-


zación.
Fig. 2. El despliegue de las Fuerzas Productivas.
turas disgregadoras, integradoras o terminales. Las
cosas e individuos, sus relaciones y situaciones, en Las FFPP no configuran un circuito de retroali-
tanto factores de la producción de la vida social, mentación, sino un sistema dialéctico de superación
contribuyen (a partir de ellos, con ellos, contra ellos en el que OT1+FT1+MP1 proporcionan P1 que se
o por ellos) a que se produzca sociedad, a la vez que constituye en un nuevo OT, punto de partida de otra
toman cuerpo y se realizan en ese proceso protago- secuencia de implicaciones (OT2+FT2+MP2=P2), y
nizado por la actividad social. así sucesivamente en un movimiento espiral perma-
Estos factores, una vez mediados socialmente, nentemente abierto aunque no necesariamente pro-
devienen sujetos y objetos sociales que se erigen en gresivo (Fig. 2).
las condiciones materiales del desarrollo de la pro- No es extraño que el desarrollo de las FFPP ocu-
pia vida social. Dado que una condición es una pro- para en Marx el lugar central del desarrollo social
piedad de las cosas, éstas, como los individuos y se constituyera en causa, determinación o condi-
mediados socialmente, se convierten en agentes ción última de la vida social. Las FFPP expresan la
sociales al socializar las relaciones de apropiación determinación y la posibilidad material de existen-
de la naturaleza y al naturalizar esa misma relación cia misma de los sujetos y objetos sociales hasta el
de apropiación (Fig. 1). punto de resultar difícil ubicar el papel concreto que
juegan en la producción que amparan y procuran.
De hecho, toda actividad particular aporta a la pro-
EL DESPLIEGUE DE LAS FUERZAS ducción general las FFPP que ella misma actuali-
PRODUCTIVAS za permanentemente (16). La producción misma es
la principal FP de cualquier comunidad que preten-
Los sujetos y los objetos sociales (15), como da constituir realidad y permanecer siendo.
condiciones de la vida social y a la vez productos de Algunas propuestas neomarxistas han sucumbi-
la misma, ejercen la actividad propia de las fuerzas do a la tentación humanista de situar las relaciones
productivas (FFPP) ocupando en la producción dis- sociales de producción (RSP) al mismo o incluso
tintos lugares: objetos de trabajo (OT), fuerzas de superior nivel de relevancia que las FFPP en la
trabajo (FT), medios de producción (MP) o produc- constitución del modo de producción de las socie-
tos (P). Tanto los objetos como los sujetos sociales dades. Sugieren que ambas categorías expresan
cobran indistintamente esas dimensiones según el mediante una autoimplicación dialéctica un modo
despliegue histórico concreto de las FFPP. Las de producción determinado en casos y momentos
FFPP procuran la producción misma (son lo que concretos de la historia (17). Entienden que las
produce y lo producido) y adquieren en cada mo-
mento de su manifestación aquellas dimensiones. (16) Toda actividad es una fuerza productiva de la pro-
ducción.
(15) Simultáneamente, naturaleza socializada y sociedad na- (17) Se suele olvidar que las relaciones sociales a las que Marx
turalizada. se refirió por primera vez fueron denominadas restringidamente

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MARX, PRODUCCIÓN, SOCIEDAD Y ARQUEOLOGÍA 19

RSP son características de las relaciones entre su- materias sino nociones, criterios, cuentos y fanta-
jetos (individuos/sociedad) que soportan la orga- sías, encaminados a reproducir la vida social y que
nización social del trabajo, mientras se olvidan de no debemos confundir con tecnologías, a menos
las verdaderas relaciones sociales que procura que queramos reducir toda actividad social a la ac-
la actividad misma del trabajo y que preceden y tividad laboral (21).
exceden a la mera organización. Las FFPP son Las RSP están contenidas en las FFPP y poco
consideradas a su vez como características de las tienen que ver con el azar de las decisiones indivi-
relaciones entre sujetos y objetos (sociedad/natu- duales. Se trata de RSP concretas que reproducen
raleza). Esta concepción reduce las FFPP a tecno- la sociedad en los sentidos que las FFPP permiten.
logías, manifestaciones concretas del mundo labo- Las FFPP constituyen el ámbito real donde la varia-
ral, como si las tecnologías no expresaran a su vez ble RSP cobra realidad, el soporte en el que se ex-
las relaciones entre sujetos que suponen y com- presan y el universo que las excede, al comprender-
prenden a los objetos que procuran tales tecnolo- las y posibilitarlas.
gías, a la vez que establecen otras relaciones no tec-
nológicas que actúan también como FFPP de la
vida social. En otras palabras, las RSP y las FFPP LA PRODUCCIÓN
neomarxistas convergen en la historia desde distin-
tos ámbitos de gestación. Las RSP (relaciones su- La producción es la actividad en que las FFPP se
jeto-sujeto) serían las que determinan trabajo y manifiestan, la actividad que nos consume y nos
convivencia desde un lugar ubicado fuera de la alimenta. Vivimos en producción permanente. La
producción misma (sic), mientras que sus FFPP producción se expresa en las coordenadas que per-
(relaciones sujeto-objeto) traducirían desarrollos miten las FFPP, en tanto límites y posibilidades de
materiales, obviando que la producción de cosas es la realidad misma de la producción. La producción
productora también de relaciones sociales. reintegra las FFPP sociales y las transforma en ob-
Se trata de lecturas que sobreinterpretan algún jetos individuales de consumo. Dado que la socie-
texto marxiano (18) y olvidan que las RSP están in- dad se produce de todas las formas posibles, redu-
sertas en las FFPP, son ellas mismas FFPP. Son cir la producción al factor económico implica
condición necesaria, pero no suficiente (19) para simplificar la realidad social y explicar su historia
dar cuenta de las FFPP (20). Las FFPP, al contener a partir de lo que aparentan ser sus elementos cons-
en su seno las relaciones sociales, no sólo procuran titutivos individuales, sin advertir que la adición de
los mismos no implica relación y, por tanto, no
como relaciones de intercambio (por ejemplo, en Los manuscritos constituye, cuerpo social alguno.
de París y en La ideología alemana). Sólo a partir de la Introduc-
ción de 1857, escrita para encabezar la Crítica de la Economía Po-
La vida social no es un producto alienado de su
lítica y que no vio la luz hasta el siglo XX, encara las relaciones de producción. La vida social es la propia producción
producción como relaciones sociales de amplio espectro. de sí misma. Toda producción social aporta mucho
(18) En varios pasajes, Marx identifica las FFPP con la tie-
rra y, la fuerza de trabajo, con los seres humanos. Con ello, y
probablemente sin preterderlo, remarca el aspecto economicista (21) Marx es responsable de ello al partir del individuo y su
que tomó posteriormente esta categoría. En ocasiones, también condición, y apelar a la liberación de esa condición para lograr
relega el impacto de la cooperación social de la producción a una sociedad libre, cuando hubiera sido más acertado apelar a las
unas vagas relaciones sociales que parecen proceder de otro si- relaciones de partida para lograr unas libertades relacionales de
tio que no precisó antes de 1857. Algo similar ocurre con su llegada. El punto de partida de la sociedad real no es el individuo,
desafortunado uso del término propiedad para denominar a los a quien Marx concede retóricamente el protagonismo social, sino
distintos modos de producción, o con la alusión a pueblo por so- la relación que incluye al individuo. En muchos de sus textos,
ciedad en algunos pasajes de su Crítica de la filosofia del Esta- insiste en que no se refiere al individuo sino al ser genérico
do de Hegel. (Menchs), pero cuando habla de libertad vuelve a mentar al indi-
(19) Como sucede con el individuo al respecto de las relacio- viduo, al modo ilustrado. Algo similar sucedía en Fichte y su in-
nes sociales. La relación social no se efectúa a instancias de la sistencia en el YO-nosotros o en lo transpersonal y transubjetivo
voluntad de los individuos. Aunque el individuo sea necesario para dar nombre a lo relacional social. La unidad mínima de ex-
para que acontezcan, su presencia no determina el tipo de relación presión social no es el individuo, sino la relación entre individuos.
que se produce. La relación es una realidad externa que incluye al Ese es el campo social verdadero. Quizás Marx insiste en el indi-
sujeto, aunque pueda parecer que sólo proceda de él. El individuo viduo cuando se espanta ante la propuesta hegeliana de 1820 (He-
es necesario para que se produzcan, pero insuficiente para que se gel 1820/1993) que le parece sitúa al individuo en el fondo de un
efectúen. ente abstracto (el Estado y sus instituciones); ente que, a los ojos
(20) Sólo la relación que supone la creación de individuos de Marx, minimiza o niega al individuo real (que paradójicamen-
podría apelar al mismo rango de relevancia que las FFPP, ya que te también es abstracto). La libertad del individuo es un problema
la producción de individuos, en tanto producción básica, es posi- político de primer orden que suele arrinconar o descuidar la liber-
ble a partir de una relación social biológicamente determinada, al tad relacional, el lugar desde el cual el individuo toma conciencia
menos hasta el momento. y le sitúa ante sí mismo.

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20 Vicente Lull

más que el producto logrado, entidad incapaz de


expresarla con nitidez. El producto acabado nunca
manifiesta certeramente la producción concreta que
lo procuró, aquéllo que se encuentra un poco en to-
dos los productos y en ninguno totalmente. Me re-
fiero a la producción social misma que transciende
la mecánica concreta de los materiales y que, en
cambio, contagia a la totalidad de los objetos y su-
jetos sociales, imprimiendo en todos y en ninguno
el sello de esa manera concreta de convivir y rela-
cionarnos.
La producción de nuestra propia vida individual Fig. 3. La producción originaria.
se produce relacionalmente. Los humanos somos
engendrados mediante una relación social básica tener activos a los sujetos sociales proporcionán-
sujeto-sujeto que cambiará probablemente cuando doles los medios consuntivos que requieren. La
nuevas relaciones sujeto-objeto proporcionen otras producción es social en un primer momento porque
vías de reproducción biológica. Además, la produc- es relacional e individual en el último, el del con-
ción social de nuestra vida expresa, desde el co- sumo. Estos dos polos de la producción expresan
mienzo, una participación desigual de los sexos. una oposición socio/individual muy marcada que
Una diferencia biológica de partida que suele olvi- requiere de una mediación para ser superada: la
darse convenientemente y que retomaremos más distribución.
adelante. Alrededor de esta producción emerge Para ilustrar cómo se pudo llegar a tender ese
toda la producción social. puente de equilibrio entre lo producido socialmente
La producción total de una sociedad se efectúa y lo consumido individualmente, utilizaremos la
mediante diversas prácticas y relaciones sociales información arqueológica. Gracias a la investiga-
específicas en forma de actividades, trabajos o ta- ción prehistórica denominamos caza por acoso a
reas concretas que aportan nuevos sujetos y obje- una de las primeras actividades humanas para la
tos, nuevas FFPP, a una sociedad que los consume obtención de alimentos y que aún se sigue practican-
para cobrar las energías necesarias que le permitan do en lugares remotos o adornando pasatiempos
reiniciar un nuevo ciclo productivo y continuar su anacrónicos. Podemos incluso imaginarnos, gracias
andadura. Es aquéllo que concreta formas, funcio- a las evidencias acumuladas, al pequeño grupo que
nes y cosas (situaciones, relaciones y objetos), que participa colectivamente en esa tarea que le repor-
permite que vivamos y convivamos o que nos ma- tará el abastecimiento de la energía perdida. La fuer-
ten; aquéllo que produce lo aparente y lo real; aqué- za invertida colectivamente permitirá cobrar la pre-
llo que edifica los materiales, el lenguaje, el con- sa para reponer las energías gastadas. En las
cepto y el criterio, los significados y el sentido de proximidades o en el lugar donde concluyeron su
nuestra vida en cada momento de la historia. trabajo participarán de los beneficios del producto
Toda producción, en tanto relación efectiva en- a la manera que la producción misma dictaminó:
tre objetos y sujetos, incluye unas relaciones de conjuntamente. Difícilmente será excluido en el
producción subjetivas y objetivas que se manifies- momento individual del consumo a nadie que haya
tan a la luz de la producción misma, relaciones que participado en el momento social de la producción.
se manifestarán en las formas, maneras y posibili- Entre ambos momentos, el festín compartido no
dades que la producción permita. La producción requerirá de reparto alguno, sino que bastará con la
social aporta, por fin, productos de todo tipo (cosas presencia de los comensales. La distribución del
y conceptos) con los que pretende cubrir las nece- alimento, al estar subsumida en la participación en
sidades del consumo individual de sus miembros, la actividad, se adecuará al ritmo de esa realidad
necesidades que han sido recreadas socialmente a social productora y producida. La participación en
partir del umbral mínimo de la subsistencia de la la producción determina la repartición. La distri-
vida misma. bución no existe como tal; más bien es una especie
La primera conclusión que podemos extraer de
la producción es que acontece en un ámbito social (22) “Mi propia existencia es actividad social” (Marx 1844/
de relaciones (22), cuyo objeto no es otro que man- 1968: 146).

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MARX, PRODUCCIÓN, SOCIEDAD Y ARQUEOLOGÍA 21

de adistribución oportunista. Nadie le puede negar La división de tareas no llegará a desarticular


nada a nadie (Fig. 3). la estructura social de la que parte (no devendrá
social) hasta que la contradicción no se exprese ma-
terialmente. Mientras la distribución continúe an-
La división de tareas y la división social clada en los márgenes que determina la producción
del trabajo constitutiva de esa sociedad, ahora sólo social (an-
tes económico-social), el colectivo podrá seguir
La participación de los sujetos sociales en dife- reproduciéndose sin superar la contradicción, y esa
rentes tareas supone el primer indicio de escisión de ilusión de futuro anclada en la realidad del pasado
las esferas económica y social, antes invisibles. La producirá mecanismos sociales e ideológicos que
división técnica del trabajo acontece, según diver- se escaparán de la esfera estrictamente económica,
sos factores contingentes, en el seno de sociedades aunque procedan de ella y de sus necesidades. Así,
comunitarias, aquéllas cuyos mecanismos de distri- mientras se produce segmentariamente en esa esfe-
bución representan un correlato de la participación ra (23), el campo social, distanciándose de la eco-
en la producción, como la de nuestro ejemplo ante- nomía en sentido estricto, intenta producir sociedad
rior. La formación social resultante, ante el giro de con unos alimentos que no se bastan solos para so-
la producción, no cambia sus prácticas habituales, brevivir materialmente.
ya que la comunidad, en tanto trabajo social acu- La división de tareas no supone necesariamen-
mulado, puede poner trabas a una asimetría en el te un cambio social dirigido al acceso desigual del
acceso a los recursos, más acorde con los nuevos consumo individual que reclaman las actividades
tiempos marcados por la producción de universos diferenciadas, siempre que la comunidad apele a su
particulares segmentados en diversas actividades, primera constitución. Las relaciones sociales de la
aunque integrados en la misma comunidad. Los producción, aunque abiertas ahora a distintas acti-
mecanismos de distribución continuarán siendo vidades, continuarán aplicando a los individuos de
aquéllos que determinaron la repartición indiferen- toda la sociedad los mismos recursos. La realidad
ciada del producto (los que constituyeron la comu- del sujeto social en cuanto a su participación en el
nidad misma), aunque la distancia en las relaciones producto global no cambia en cantidad, pero en
sociales se vaya ahondando cada vez más. Las vie- calidad varía, se enriquece y se cuestiona (con un
jas formas sociales se mantendrán mientras la co- tímido no es así). Se ha producido una aceleración
munidad no entre en una crisis provocada por las progresiva en la constitución del sujeto social que
nuevas formas económicas que hagan perder rea- recibe su parte correspondiente de una producción
lidad y sentido a aquéllas. La vida comunitaria y que no reconoce propia de su trabajo, pero sí de su
cooperativa anterior que edificó unas RSP comuni- comunidad.
tarias choca en las nuevas formas de producir con El nuevo sujeto social se beneficia de dos mun-
protagonistas de ámbitos particulares diversos en el dos. Por una parte, del particular y subjetivo de su
mismo mundo compartido. Estos nuevos campos realización concreta, gracias a la tarea y relaciones
de la producción con sus recién inauguradas esfe- en las que está inserto, y, por otra, del abstracto de
ras de relación particulares y con sus productos di- la actividad de los otros que sabe concreto por los
versificados exigen la presencia de la distribución productos ajenos procedentes de actividades en las
para llegar a todos los integrantes de la comunidad. que no participa (que desconoce efectivamente).
Ha hecho acto de presencia la contradicción Con la distribución, el individuo cobra una di-
entre la producción total, ahora segmentada en uni- mensión subjetiva de lo social que amplía su uni-
versos particulares de expresión, y unas relaciones verso particular de intereses al que le reducía el
de distribución heredadas, cargadas de mecanismos mundo de su actividad; dimensión facilitada por las
paritarios cada vez más alejados de las maneras nuevas relaciones que procura la diversidad (el dis-
concretas en las que se realiza la producción. Este tinto papel de los agentes en la sociedad y de su
desajuste irá abriendo el campo de las relaciones relación con los objetos). Este retorno del consumo
sociales hacia lugares alejados de las actividades individual a la producción social mediado por la
económicas, a la vez que redimensionará las rela-
ciones sociales extraeconómicas resultantes como (23) Para dar sentido a estas relaciones sociales en el seno de
nuevas FFPP específicas en la construcción de la la distribución, Marx veía en ellas relaciones de intercambio (véa-
se nota 6); es decir, presuponía que la distribución era el lugar
vida social. donde el intercambio de toda relación social se producía.

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22 Vicente Lull

Cuando las relaciones sociales se separan de la


actividad laboral que las produce, las comunidades
humanas se abren a nuevas expresiones y experien-
cias sociales. Allí donde el trabajo social, la produc-
ción, se ha diversificado en un contexto en el que
los sujetos y los objetos sociales permanecen uni-
dos en el reparto y diferenciados en la participación,
se amplía el horizonte de la producción y se redi-
mensiona la valoración de lo social hacia caminos
insospechados.Cuando los mecanismos sociales no
responden al modo de su producción, la distribu-
ción tiene que vérselas por primera vez con el de-
ber ser. Con la distribución y las nuevas relaciones
Fig. 4. La producción mediata. La distribución. objetivas y subjetivas que engendra, se incorporan
a la sociedad valoraciones contrapuestas, opiniones
distribución social constituye para el sujeto una diversas y se vive incluso de modos diferentes. Las
primera noción del ámbito político, que se mani- nuevas relaciones dan paso a la cooperación o a los
fiesta deudora del desarrollo de la división social agravios. Nace una historia plural que atiende esa
del trabajo, un ámbito nuevo que añade diferencias manifestación de diferencias, que puede abolir el
de experiencias y pensamientos (gesta ideologías universo común sobre el que se ha construido. Los
contrapuestas, manifiesta simbolismos distintos de sujetos, ahora también políticos, intentan manio-
los universos particulares, incorpora nuevas per- brar en cómo debe producirse la vida social, ma-
cepciones y valores y desarrolla nuevas formas de niobras que implementarán estrategias y dividi-
comunicación). rán más los ámbitos de la producción/consumo,
El retorno a la producción social desde este nue- y que siempre fracasarán si no toman en conside-
vo individuo se produce ahora desde un lugar dife- ración los límites y las posibilidades que demarcan
rente al tradicional y desde un sujeto que posee las FFPP.
ahora una conciencia subjetiva y privativa de lo Este retorno del consumo individual a la produc-
social (conciencia de la diferencia) que, en contras- ción social, mediado ahora por la política, puede
te con las otras, procura el advenimiento del ámbito adquirir también un feo giro. El individuo, cons-
estrictamente político de la sociedad. ciente del papel de los otros y del suyo propio en la
La distribución que emerge de la división social sociedad, sabedor de su lugar particular, puede
del trabajo genera el lugar de la política, de la éti- contribuir a la reproducción social conjunta o, por
ca, el arte y las ideologías (Fig. 4). Tienen cabida en el contrario, vindicar la realidad presente, eviden-
él nuevas historias, pues lo que le sucede a la comu- ciar la contradicción marcada por desigualdades en
nidad ya no es una sola cosa, sino muchas; no todos la aportación que la nueva producción misma ex-
sus miembros producen activa y colectivamente presa. Es el paso para reclamar, junto con otros que
una comunidad, sino una historia plural con unos se encuentran en la misma situación (un mismo
sujetos que viven con gente que no trabaja con ellos universo particular de percepciones), que están
y quieren saber de la gente que vive a su lado, pero siendo perjudicados por un bien común en el que
no con ellos. Ese intercambio social de la distribu- creen colaborar en mayor medida. Con esa posibi-
ción dará lugar a esa primera relación política que, lidad, alterna la contraria explicativa: es probable
junto a la producción de individuos (24), abocará en que el divorcio o cambio de signo en la producción,
una asociación de comunidades, ampliándose a la que quizás deberíamos denominar políticas de la
vez relaciones e intercambios. producción, se deba a agentes sociales que están
siendo beneficiados por la distribución cooperati-
(24) El matrimonio pasa por ser la primera institución políti- va, igualitaria y colectivista, cuando su trabajo per-
ca, al menos abstractamente. Marx insistió en 1844 en la natura- dió peso en la reproducción del grupo. Ahora (qui-
lidad social de esa actividad primigenia (entre hombre y mujer),
concretamente en los Manuscritos de París, también denomina- zás desde el Neolítico en ciertos lugares ...) estos
dos Manuscritos: economía y filosofía. Marx insistió, por otra individuos cuentan con las condiciones objetivas
parte, que el fin esencial de la producción es la existencia del
hombre (Marx 1844/1968: 165), que procede de la intensidad y
suficientes (cargados de armas y tiempo libre) para
posibilidad material de aquella relación. dar sentido a sus vidas reclamando un lugar antes

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MARX, PRODUCCIÓN, SOCIEDAD Y ARQUEOLOGÍA 23

impensado, la apropiación por la fuerza de los su- de y se erigen en medios de la reproducción futura.
jetos y los objetos sociales producidos mayoritaria- Por ello, la reproducción biológica debía ser consi-
mente por otros y fundamentalmente por otras. Sea derada trabajo social y constituir la dimensión pri-
como fuere, los caminos concretos que la produc- mera de la vida social. El segundo motivo procedía
ción social toma deben ser investigados en la his- del ocultamiento generalizado del protagonismo de
toria y no determinados desde ninguna teoría social. la mujer en dicha producción, acompañado de un si-
Con la división social del trabajo se inició un lencio interesado en cuanto a que esa disimetría
camino sin retorno en el desarrollo de las socieda- entre los sexos provoca desigualdades reales (28)
des. El momento en el que la división ya alcanza que se suelen parapetar tras algunos eufemismos
todos los ámbitos de la producción abre las puertas como naturalidad o neutralidad de la reproducción.
de la sociedad a diversas patologías (desde la des- La producción de objetos integra la consecución
igualdad a la explotación). Para Marx, la división de alimentos y la fabricación de implementos que
social del trabajo se produce cuando la división de tenían su origen en las necesidades nutricionales y
tareas se enreda contradictoriamente con las rela- de cobijo, y los medios para superarlas. El abanico
ciones sociales preexistentes y las adecúa a los nombrado por esta producción abarca la mayoría de
nuevos tiempos. Se trata de contradicciones que, las actividades tradicionalmente consideradas eco-
cuando las superamos, nos fortalecen, pero cuando nómicas y destinadas al uso, amortización o consu-
no podemos con ellas dejan muchos muertos por el mo de objetos sociales; objetos destinados a ello o
camino. Ahí comienzan las manifestaciones del que median para lograr otros que satisfagan las
individuo contra la sociedad (25), de la propiedad, necesidades sociales, exigencias de las relaciones
el excedente, la explotación o la división en clases. sociales para permanecer manifestándose.
La producción de mantenimiento pretendía in-
cluir todas aquellas manifestaciones de la vida so-
LAS TRES PRODUCCIONES DE LA VIDA cial que, aun siendo productivas, quedaban silen-
SOCIAL ciadas por la economía política tradicional y en la
mayoría de las teorías económicas actuales. Nueva-
En 1996, en el marco de una publicación conjun- mente, se trataba de sacar a la luz otra evidencia.
ta, sugerimos las que considerábamos las tres pro- Muchos colectivos sociales, básicamente formados
ducciones primordiales de la vida social (26): la por mujeres, se hallaban detrás de la mayoría de las
producción básica, la producción de objetos y la actividades de mantenimiento de objetos y sujetos.
producción de mantenimiento de los sujetos y los Ese detrás se diluía en servicios o en trabajos no re-
objetos sociales. conocidos socialmente, desde la formación de los
Esta matización a la propuesta marxiana original sujetos sociales en la infancia y adolescencia, al
respondía básicamente a una doble motivación. La cuidado de los ancianos o las labores de manteni-
primera residía en restablecer el punto de partida miento de infraestructuras y de medios de produc-
social en la reproducción biológica o producción ción. La calidad de la vida social depende en gran
básica (27), la que consumiendo las FFPP acumu- parte de la producción de mantenimiento, mientras
ladas por nuestra especie estaba destinada a propor- que desde presupuestos políticos interesados se ha
cionar la posibilidad de la sociedad misma. Los in- negado el papel primordial que representa. Actual-
dividuos pueden ser considerados sociales en tanto mente, y en la que es para muchos la mejor de las
expresan el resultado de una relación que les prece- sociedades, la sociedad neoliberal capitalista, pue-
de observarse que esta situación, lejos de mejorar,
se reproduce exponencialmente tras la ocultación
(25) En 1690, Locke (1985: 39) resumió el fundamento del
ensalzamiento del individuo frente a la sociedad, al reconocer y el ahorro de los costes laborales que implica el
como propiedad exclusiva el fruto de su trabajo e ignorar inten-
cionadamente el peso del trabajo acumulado por el esfuerzo de to-
dos. El individuo parte para él de una tabla rasa social permanen- (27) Al hilo de lo que Marx ya sugirió en dos ocasiones en
te. Esta apología de (falsa) igualdad de oportunidades pasa por Los Manuscritos de París (1844): “La demanda de hombres regu-
silenciar que los individuos poseen un umbral de salida desigual la necesariamente la producción de hombres, como ocurre con
sancionado por la herencia, institución que reparte privilegios di- cualquier otra mercancía” (las cursivas son suyas) (1844/1968:
simétricos en las condiciones materiales de partida. 52) y que el fin esencial de la producción es la existencia del
(26) Se trataba de un texto presentado al Congreso de Ar- hombre (1844/1968: 165).
queología Social Iberoamericana celebrado en La Rábida (Huel- (28) “Sólo el sobretrabajo de las mujeres permite un incre-
va) y que fue publicado por vez primera en México y, posterior- mento de la producción de hombres y mujeres” (Castro et al.
mente, en España (Castro et al. 1998 y 2001). 2001: 18).

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24 Vicente Lull

trabajo doméstico. Probablemente, en los inicios ria. Si la producción social determina en última
del desarrollo social facilitó su ocultación el hecho instancia las condiciones objetivas, a la par que
de que las actividades de mantenimiento aparentan conforma las condiciones subjetivas de los sujetos
depender de los sujetos y objetos facilitados por las sociales, las prácticas sociales ponen en juego “real-
otras dos producciones de la vida social, al consti- mente” aquellos puntos de partida y ponen en cues-
tuir sus productos (sujetos y objetos sociales) la tión los límites de las posibilidades de la producción
materia prima de la producción de mantenimiento, social: las prácticas requieren la producción para
pero en la actualidad ningún análisis económico ser posibles y la producción necesita practicarse
ajustado puede desatender esa realidad. para realizarse.
La noción de lo producido acompaña a todas las Las prácticas sociales manifiestan desde las so-
actividades productivas e incorpora a la producción ciedades concretas el desarrollo de los modos de
y sus cometidos su comprensión misma. Es por ello operar de la sociedad en general. Producción y
que el conocimiento y su producción no constitu- prácticas representan dos planos necesarios de la
yen una cuarta producción. El conocimiento de lo investigación histórica. Dado que las sociedades
que se produce acompaña a la actividad misma. La pueden distanciarse en sus prácticas sociales y
noción de producción parece abstracta, algo que aproximarse en la producción social que las define,
navega por encima de los objetos y objetivos pro- la investigación no debe descuidar el estudio de las
ducidos y productivos cuando por el contrario es manifestaciones por el de las causas ni viceversa,
bien concreta y está más acá, en la misma actividad porque ambas establecen una relación dialéctica.
productiva, ella misma ámbito de conocimiento En otras palabras o en conceptos menores, la pro-
replicante, de sujetos, objetos, fines, recursos y ducción trata de las estrategias de la vida social,
necesidades. El lenguaje, factor decisivo en el co- mientras que las prácticas expresarían las tácticas
nocimiento, también es un producto social relacio- reales que se ejecutan y que, a su vez, transforman
nal. Sin relación no hay lenguaje, ni conceptos sin las estrategias mediante su propia actividad.
actividad. El conocimiento y su producción no Ya dijimos en otro lugar (Castro et al. 1996) que
constituyen una producción exclusiva, sino ligada la investigación social tiene, por tanto, dos líneas de
a las actividades sociales que lo proporcionan. interés: (1) la producción social como soporte de la
Si la producción posibilita la vida social, las vida social y (2) las prácticas sociales mediante las
prácticas sociales la concretan. que se expresa y que, como actividad real, modifi-
Las prácticas sociales son la expresión activa ca. En cualquier caso, la investigación histórica
de la producción de la vida social, la manera y los debe evitar que las numerosas formas de expresión
lugares donde se expresa esa producción, el acon- o prácticas sociales se confundan con los escasos
tecer de la producción en sociedad. Si la producción modos de producir lo social e intentar explicar, si
de la vida social implica actividades de algún tipo, es posible, qué abanico de relaciones se abren o
las prácticas manifiestan los elementos decisivos pueden tener cabida en un modo de producción
constructores de esos tipos. Representan y expre- social.
san la realización de la producción de la vida social La producción de la vida social en su operar se
en el mundo concreto de su actuación. Las prácti- manifiesta en prácticas concretas. Prácticas que
cas son actividades concretas, el cómo (la manera) pueden entenderse como un producto de la situa-
y el dónde (el lugar) del por qué de la producción de ción y relaciones de las FFPP y que como tal pro-
la vida social y que, a la vez, otorga contenido his- ducto se consume o se integra en el trabajo acumu-
tórico a ese porqué. lado socialmente.
Las prácticas sociales son la manifestación his- Las prácticas sociales son los medios o instru-
tórica de una producción que, sin esa expresión, no mentos de la producción social (hay muchas mane-
hubiera existido. Es la apariencia real de algo que ras de producir filos para cortar, muchas maneras de
se expresa materialmente de esa forma y constitu- cortar y muchas dimensiones del cortar; el cortar
yen la expresión fenoménica de los modos de repro- mismo cobra el papel de asesinar cuando siega una
ducción social. vida). La producción depende de su uso social y este
Las prácticas sociales establecen y restablecen uso se materializa en la práctica. Las prácticas
los lugares que ocupan las relaciones entre los agen- sociales constituyen experiencias relacionales en-
tes sociales (sujetos y objetos), el trabajo acumula- tre sujetos y objetos sociales, y dan como resulta-
do y las contingencias que pueda brindar la mate- do vivencias, convivencias y conciencias. Estas

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MARX, PRODUCCIÓN, SOCIEDAD Y ARQUEOLOGÍA 25

experiencias se construyen desde tres ámbitos pri- cuando se instaura definitivamente la división so-
mordiales: socioparental, socioeconómico y socio- cial que engendra excedente, propiedad y explota-
político. ción. En esta situación, las prácticas políticas pro-
Las prácticas socio-parentales incluyen activi- tagonizan el devenir de la sociedad y llegan a
dades destinadas a la gestación, al amamantamien- determinar el cauce por el que deben desarrollar-
to, a la realización de aquellas tareas relacionadas se los otros dos ámbitos de prácticas. Construyen
con el mantenimiento de la fuerza de trabajo de una para ello ideologías adecuadas que alejan defini-
comunidad (en particular, de aquellos individuos tivamente al individuo del ámbito original de sus
que, por impedimentos físicos, son incapaces de relaciones, llegando a establecer un campo políti-
valerse por sí mismos temporal o permanentemen- camente correcto como único reconocido y tolera-
te, como los niños y los enfermos) y a la formación do. El Estado liberal constituye la institución que
de niños y niñas en tanto que hombres y mujeres, en realizará el divorcio definitivo entre el hacer y el
lo que constituye la primera socialización de la pensar, al proponer la libertad formal sobre la li-
condición sexual de los sujetos sociales. bertad real relacional.
Si las actividades enumeradas se hallan realiza- Al fin, y en tanto principio, la producción de la
das por individuos ajenos a la esfera socio-paren- vida social en su operar compone y manifiesta
tal, las prácticas resultantes son consideradas so- prácticas concretas que siembran el mundo de ma-
cio-políticas (infra). Las prácticas socio-parentales teriales tangibles y sensibles. La arqueología cuenta
implican, por tanto, la producción básica y la con los materiales suficientes para establecer las
producción de mantenimiento de los individuos so- prácticas sociales que contienen y expresan los
ciales. objetos y, a la vez, para sugerir el universo de las
Cuando esas prácticas, denominadas general- producciones por el que pudieron ser llevadas a
mente tareas domésticas, recaen en individuos aje- cabo tales prácticas y adquirir las formas que ma-
nos a la esfera socio-parental, son consideradas nifiestan.
socioeconómicas (servicios y hospitales) o políti-
cas (escuelas). Las prácticas socio-parentales impli-
can la producción básica y una producción de man- AGRADECIMIENTOS
tenimiento de los individuos sociales realizadas en
el ámbito privado. Dejo constancia del agradecimiento a mis com-
Suelen constituir un lugar para la explotación de pañeros Rafael Micó, Cristina Rihuete Herrada y
la mujer, más que un lugar de realización. Estas Robert Risch por la lectura crítica y los valiosos
prácticas suelen realizar tareas no reconocidas la- comentarios que realizaron a este texto, de cuyos
boral y políticamente en las sociedades patriarca- eventuales errores u omisiones no tienen, por su-
les. Todas las fuerzas productivas se resumen a las puesto, ninguna culpa.
de la mujer (FT, el OT y el MP en la gestación y, a
su vez, FT primordial para el mantenimiento de
sujetos).
Las prácticas socio-económicas constituyen BIBLIOGRAFÍA
actividades vinculadas con la producción de obje-
tos sociales y con la producción de mantenimien- CASTRO , P.; CHAPMAN, R.; GILI, S.; LULL, V.; MICÓ,
to de los mismos. Suministran alimentos e imple- R.; RIHUETE, C.; RISCH, R. y SANAHUJA YLL, Mª.
mentos a la sociedad. Los productos de estas E. 1996: “Teoría de las prácticas sociales”. Complutum
Extra 6 (II): 35-48.
prácticas son arteusos y artefactos (Lull 1988) que
CASTRO, P.; GILI, S.; LULL, V.; MICÓ, R.; RIHUETE,
exigen saberes sociales específicos y habilidades C.; RISCH, R. y SANAHUJA YLL, Mª. E. 1998: “Teo-
que pueden ser adquiridas en cualquiera de los tres ría de la producción de la vida social. Un análisis de los
ámbitos de prácticas. mecanismos de explotación en el sudeste peninsular
Las prácticas socio-políticas son las que, me- (3000-l550 cal ANE)”. Boletín de Antropología Ame-
diante acuerdos o imposiciones, están destinadas ricana 33: 25-78.
a establecer las formas políticas e ideológicas de – 2001: “Teoría de la producción de la vida social. Un
ordenación social. Este ámbito afecta en cierta me- análisis de los mecanismos de explotación en el su-
dida a los otros dos cuando se origina en la socie- deste peninsular (3000-l550 cal ANE)”. Astigi Vetus 1:
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