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Devocionales

07DIAS

DEVOCIONALES - 07 DIAS Espiritualidad Saludable / Caleb Fernandez Pérez

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DEVOCIONALES - 07 DIAS Espiritualidad Saludable por Caleb Fernandez Pérez se encuentra
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DIA01 Aprovechando bien
el tiempo

“aprovechando bien el tiempo, porque los días


son malos” (Efesios 5:16)
Los griegos usaban por lo menos tres palabras
para designar tiempo: Aión, Kairós y Krónos.
Aión indicaba el tiempo de largo plazo. Kairós in-
dicaba una ocasión adecuada o una oportunidad.
Y Krónos es el tiempo medido por el reloj: segun-
dos, minutos y horas.
Mientras atravesamos el palco de la historia,
somos convocados a responder a cada una de es-

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tas dimensiones del tiempo. El Aión reclama
nuestra entrega y rendición, la aceptación de
nuestra finitud. Exige humildad: agradecer a
Dios la oportunidad de entrar en la existencia y
encarar la aventura de vivir como un privilegio,
como una gota que se alegra en participar del
mar. El Kairós exige atención y prontitud, pues
tal es la oportunidad como un cometa que pasa
en velocidad atroz, quien pestañeó, perdió el es-
pectáculo. Exige sabiduría: aprovechar la oportu-
nidad que Dios nos presenta. El Krónos es el
más cruel, que corre sin parar empujándonos ca-
da vez más cerca de la muerte. Es el tiempo con
medida, y cada persona tendrá la suya, en el mis-
terio de la economía divina. Exige responsabili-
dad: un inagotable cuidado y buena administra-
ción.
Debemos caminar a la sombra de la eterni-
dad, agradecidos por el privilegio de existir y vi-
vir. En la danza de las oportunidades, camine-

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mos con sabiduría para recoger cada fruto en su
propia estación. Mientras corre el tiempo, vivi-
mos. Mientras nos empuja para el fin de nuestra
medida, vivimos. Vencemos la muerte viviendo
bien. Es mejor morir viviendo que vivir murien-
do.

Oración: “Señor, te pido que me ayudes a


aprovechar el tiempo que me das, en el nombre
de Jesús, amén”.

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DIA02 Búsquedas
interminables

“Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que


cree en mí, como dice la Escritura, de su inte-
rior correrán ríos de agua viva” (Juan
7:37-38).
Todo ser humano posee un vacío existencial
que la Biblia lo compara con la sed. Claro, que
no se trata de una sed física, sino de una sed de
la existencia misma, del sentido de la vida, de
sentirse de alguna manera valorado o realmente
amado.

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En esta búsqueda por llenar este vacío o sa-
ciar esta sed, los seres humanos se tornan rehe-
nes de búsquedas interminables, de hecho, para
Jesús, quien bebe de cualquier agua tendrá sed
otra vez, quien insista con esta búsqueda siem-
pre continuará buscando sin encontrar satisfac-
ción completa. Inclusive el profeta Jeremías pre-
senta muy bien esta idea en Jeremías 2:13: “cava-
ron para sí cisternas, cisternas rotas que no retie-
nen agua”.
Estas búsquedas interminables se pueden ca-
racterizar por la búsqueda del éxito profesional,
prosperidad financiera, belleza física, eterniza-
ción de la juventud, símbolos de status, relacio-
nes, entre otras formas de búsqueda. Sin embar-
go, este vacío existencial sólo puede ser llenado y
esta sed sólo puede saciada en una relación direc-
ta e íntima con Dios.
No sólo aquellos que no conocen a Dios, nece-
sitan de esta agua, sino particularmente todos
aquellos que ya lo conocen y aún no han experi-
mentado completamente el sabor de esta agua
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maravillosa que nos conduce a la satisfacción y
bienestar plena, a vivir una vida en abundancia y
experimentar una espiritualidad saludable, fres-
ca y saciada, sin las máscaras de nuestras religio-
sidad.

Oración: “Señor, ayúdame a tener este en-


cuentro con el agua viva, en el nombre de Jesús,
amén”.

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DIA03 El problema de
nuestra mente

“transformaos mediante la renovación de vues-


tra mente” (Romanos 12:2)
¿Qué pasa con la mente humana? ¿Por qué
nuestras mentes necesitan ser renovadas? Algu-
nos piensan que el único problema de la mente
humana es que no tiene acceso a todo el conoci-
miento que necesita. Así que la educación se vuel-
ve el gran instrumento para alcanzar la reden-
ción, tanto personal como social. Pero, si las per-
sonas simplemente tuvieran más educación, no

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utilizarían sus mentes para inventar estafas ela-
boradas, colusiones sofisticadas, y complejos es-
quemas de malversación, etc.
La mente humana no es una computadora
procesadora de datos que luego los muestra fiel-
mente al corazón para que éste dé una respuesta
emocional apropiada. La mente tiene una opi-
nión, un punto de vista, una conducta, una orien-
tación, una actitud, una “inclinación” que es hos-
til a la supremacía absoluta de Dios.
¿Cuál es la solución, entonces, para nuestra
mente? ¡La Obra del Espíritu Santo! Él hace una
obra que permite que nuestra mente deje de ser
hostil a Dios y nos capacita para contemplar la
realidad desde la perspectiva de Cristo. Para rea-
lizar esta tarea, el espíritu debe obrar en dos di-
recciones: De afuera hacia adentro, exponiendo
la mente a la verdad que exalta a Cristo, es decir,
nos lleva a escuchar y a leer Su Palabra. Y de den-
tro hacia afuera, rompiendo el endurecido cora-
zón que ciega y corrompe nuestra mente.

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Debemos someternos al Espíritu Santo en su
preciosa e importantísima obra. Perseguir la ver-
dad que exalta a Cristo, y rogar para que nos per-
mita abrazar humildemente esa verdad.

Oración: “Dios, envía tu Espíritu para que


haga Su obra en mi, en el nombre de Jesús,
amén”.

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DIA04 ¡No quiero que
modifiquen mi vida!

“Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá”


(Juan 4:16)
La vida nos ha moldeado de tal forma que
frente a cualquier propuesta que nos demande
un cambio de mentalidad y actitud frente a la vi-
da recurrimos a respuestas evasivas o defensi-
vas, con tal de que no desestructuren lo que nos
ha costado mucho tiempo y esfuerzo construir.
La mujer samaritana es el ejemplo de cómo
podemos utilizar planteamientos diversos en res-

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puesta a Jesús para que no modifique nuestra vi-
da. En la historia de esta mujer (Juan 4:3-26), ve-
mos que la vida la fue colocando en una situa-
ción que le impedía ver a Jesús como la esperan-
za para su vida. Esta mujer era incapaz de perci-
bir que estaba delante del Dios todopoderoso, de
aquel que trasciende cualquier tipo de culturas y
religiosidades.
Personas en crisis, angustias, dificultades,
búsquedas, frustraciones sólo consiguen ver a
Dios actuando cuando la solución a sus proble-
mas viene a la luz. Están incapacitados de ver a
Dios en medio de sus problemas. Lo que muchas
personas no perciben, es que la obra que Dios es-
tá haciendo en nosotros, es inmensamente ma-
yor que la que puede hacer por nosotros.
Jesús es fascinante. Su sabiduría es tan gran-
diosa, que Él sólo necesitó una frase para traer a
la luz el lado más oscuro de aquella mujer: “Ve,
llama a tu marido, y ven acá”. Eso desestructuró

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a esta mujer que había tenido cinco maridos y el
que tenía en ese momento ni siquiera era su ma-
rido. ¿Cuál es la pregunta que tiene el poder de
desestructurar tu vida?

Oración: “Señor, no quiero poner más excu-


sas, haz tu obra en mi, en el nombre de Jesús,
amén”.

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DIA05 Rupturas necesarias
y nuevas aventuras

“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu


tierra y de tu parentela, y de la casa de tu pa-
dre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti
una nación grande, y te bendeciré, y engrande-
ceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré
a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren
maldeciré; y serán benditas en ti todas las fami-
lias de la tierra” (Genesis 12:1-3)
Dios coloca las cartas claras sobre la mesa e in-
vita a Abram a hacer rupturas dolorosas e impor-
tantes para él. Dios le pide que salga de la tierra

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donde vivía y que corte con la estructura y el siste-
ma de vida del que formaba parte. Le pide tam-
bién que deje su parentela, pues ellos servían a
dioses extraños y vivían en idolatría. Dios quería
que Abram conociese al Dios único y verdadero.
Para que surjan nuevas etapas en la vida, es
preciso que cortemos con lo que nos impide al-
canzarlos. Nuestra vida no es estática, sino diná-
mica. Vivimos con las consecuencias de nuestras
decisiones, sean buenas o malas. Y en el ámbito
espiritual, que en definitiva afecta las demás
áreas de nuestra vida, Dios nos llama a hacer rup-
turas necesarias para que las nuevas etapas co-
miencen saludables y para que Dios comience a
obrar en nosotros desde la novedad de vida. No
conseguiremos avanzar en un proyecto con Dios,
sin desvincularnos de nuestro pasado.
Pero, Abram no solamente fue llamado para
una ruptura, sino para una aventura incierta y
desconocida. Una aventura que sólo sería revela-

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da a medida que caminara en obediencia a Dios
– su parte era confiar y obedecer. En otras pala-
bras, Dios le pide a Abram que vaya con Él, sin
ninguna garantía, ni certezas de cómo estaría en
los siguientes años. La única certeza que tenía
era que Dios había hecho una promesa: “guiarlo
hasta cumplir Su voluntad en él”.

Oración: “Señor, dame la valentía para ha-


cer rupturas necesarias para creer en tus pro-
mesas, en el nombre de Jesús, amén”.

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DIA06 ¡Corre tras las virtudes!

“Huye también de las pasiones juveniles, y si-


gue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los
que de corazón limpio invocan al Señor” (2 Ti-
moteo 2.22)
El apóstol Pablo escribió estas palabras a Ti-
moteo para advertir contra aquello que permiti-
mos que nos envuelva al punto de no poder op-
tar o decidir salir por nosotros mismos. Esta con-
dición, a la que la Biblia llama de “pecado” nos
hace ser esclavos, porque estamos sometidos a

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su control y debajo de su poder. Es por eso que
frente a esta situación, el consejo es “huir”. Pero,
¿hacia dónde?
Tenemos dos caminos: Huimos despavoridos,
espantados, sin rumbo, sin saber exactamente a
donde nos dirigimos (muchos hacen esto, y por
eso vuelven a caer en lo mismo); o seguimos el
camino seguro que la Palabra de Dios nos indica.
Notemos que el texto menciona dos verbos
que nos permiten hacer la siguiente oración: ¡Hu-
ye de los vicios, Sigue tras las virtudes!. Eso signi-
fica que debemos huir constantemente de las ten-
dencias pecaminosas, y perseguir firmemente las
virtudes como la justicia, la fe, el amor y la paz.
Es decir, buscar ser justos estando en perfecta co-
munión cumpliendo con Dios, confiar humilde y
dinámicamente en Dios, amar profundamente a
nuestros amigos (e incluso a nuestros enemi-
gos), y descansar comprendiendo sin perturba-
ciones el perfecto plan de Dios para nuestras vi-
das.

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Y dice más: hazlo junto... “con los que de cora-
zón limpio invocan al Señor” (v.22). La mejor for-
ma de huir de algo que no te hace bien, es estar
con las personas correctas. Recordemos que el
modo de huir de algo es correr hacia el lado con-
trario. La manera de apartarnos del mal es co-
rrer hacia el bien.

Oración: “Señor, quiero huir del mal y correr


hacia el bien, en el nombre de Jesús, amén”.

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DIA07 La espiritualidad
del equilibrio

“Por esto, mis amados hermanos, todo hombre


sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo
para airarse; porque la ira del hombre no obra
la justicia de Dios. Por lo cual, desechando toda
inmundicia y abundancia de malicia, recibid
con mansedumbre la palabra implantada, la cu-
al puede salvar vuestras almas. Pero sed hace-
dores de la palabra, y no tan solamente oidores,
engañándoos a vosotros mismos” (Santiago
1:19-22)
Tener una espiritualidad cristiana saludable pre-

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cisa llevar consigo el concepto de equilibrio para
mantenerse vigente, influyente y sobrio. Si quere-
mos tener una buena espiritualidad debemos equili-
brar diversas actitudes y realidades que dicen mu-
cho de nuestra relación con Dios, con los demás y
con uno mismo.
En este sentido, nos dice, si queremos tener una
buena espiritualidad debemos saber oír, callar, y es-
perar, tres virtudes cristianas que necesitamos
aprender. La espiritualidad cristiana es esencial-
mente una fe del oído. La misma Palabra nos dice
que la fe viene por el oír. Quien no sabe oír va a te-
ner dificultad de escuchar a Dios y sus hermanos, y
tendrá dificultad con su espiritualidad.
Por otro lado, debemos desechar “toda inmundi-
cia”, es decir, toda impureza moral que viene de
nuestro carácter, que son los valores, los principios
que gobiernan negativamente mi vida. Si quere-
mos tener una fe cristiana genuina, ella no es medi-
da por las bendiciones que conseguimos orando, si-
no es medido por la pureza de nuestro carácter y

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por nuestra capacidad de mostrar una ética correc-
ta y ejemplar.
Por último, la espiritualidad cristiana saludable
nos invita a salir de la pura teoría y comenzar a po-
nerla en práctica. Santiago nos dice, si nosotros no
salimos de la tesis, no tendremos cristianismo.

Oración: “Señor, ayúdame a equilibrar diver-


sas actitudes y realidades para con Dios y los que
me rodean, en el nombre de Jesús, amén”.

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Devocionales
07DIAS

© 2013 www.valparaisoipch.cl
Caleb Fernández Pérez, es graduado en teología por el Seminario Presbiteriano JMC, Sao Paulo, Bra-
sil y Licenciado en Teología por la Escola Superior de Teologia de la Universidad Presbiteriana Macken-
zie, Sao Paulo, Brasil; es pastor de la 1ra Iglesia Presbiteriana de Valparaíso, Chile; profesor de Homiléti-
ca, Exégesis de libros proféticos y Ética Cristiana en el Seminario Teológico Presbiteriano José Manuel
Ibañez Guzmán en Santiago, Chile. Autor de varios libros: Habacuc, de la crisis a la esperanza; Rut, Más
que una historia de amor; Hageo, Reconstruyendo nuestra espiritualidad, publicados por Ediciones Pu-
ma. Esposo de Ester y padre de Paula y Rebeca.

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