Está en la página 1de 1

TITULO

IDOLATRAS
El segundo mandamiento parece estar menos preocupado
con la incapacidad de representar adecuadamente a Dios y
más con las implicaciones de sus esfuerzos. La religión de la
«Fértil Medialuna» en el período del AT era primariamente
la adoración de espíritus que controlaban las fuerzas de la
naturaleza. Su representación, sea por objetos simbólicos,
por ejemplo, las maṣṣēḇāh y ʾašērāh, o por imágenes,
implicaba que los espíritus estaban ligados y en una manera
controlados por las cosas materiales que ellos gobernaban. El
culto a Jehová, carente de imágenes, anunciaba no solamente
que era más grande que la naturaleza, sino también que no
pedía ser atado por ella. La mayoría de las palabras hebreas
usadas para los símbolos del culto pagano o del culto
degenerado de los israelitas expresan repugnancia o
aversión, hecho que no se nota bien en nuestras traducciones,
y servían para condenar el culto que estaba tras ellos. Véase
Dioses.
Esta actitud yace tras el uso del NT. Salvo en Hch. 7:41, el
énfasis raras veces está, si es que lo hay, en la imagen sino
en la deidad que simbolizan. Esto permitió a los escritores
evitar en gran medida el uso de zeos para referirse a las
deidades paganas. Ef. 5:5; Col. 3:5 no sugieren que algún
objeto tangible haya llegado a ser un objeto más deseado que
Dios, sino que la creación estaba usurpando el lugar del
Creador.

También podría gustarte