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BOLETÍN

DE LA

ACADEMIA ARGENTINA
DE LETRAS
TOMO LXX, enero-abril de 2005, N.o 277-278

Buenos Aires
2006
ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS
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Don Alejandro Nicotra (Córdoba, Rep. Argentina)
Doña Luisa López Grigera (España)
Don Susnigdha Dey (India)
Doña Gloria Videla de Rivero (Mendoza, Rep. Argentina)
Don Dietrich Briesemeister (Alemania)
Doña Nélida E. Donni de Mirande (Rosario, Rep. Argentina)
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Don Francisco Darío Villanueva Prieto (España)
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BOLETÍN DE LA ACADEMIA ARGENTINA
DE LETRAS
Director: Pedro Luis Barcia

Consejo Asesor
Federico Peltzer, Carlos Alberto Ronchi March, Alicia Jurado,
Gloria Videla de Rivero, Gregorio Salvador, Manuel Seco,
Alonso Zamora Vicente, Humberto López Morales

SUMARIO

CELEBRACIÓN: DÍA DEL IDIOMA


Donni de Mirande, Nélida, El español, una lengua policéntrica ........................... II
Quiroga Salcedo, César Eduardo, Las buenas palabras y las adivinanzas eróticas
de Cuyo ...................................•.............•..•..................•........••....•........................ 17
Zorrilla, Alicia Maria, El idioma de nuestros días. De «nada», demasiado .......... 21
Barcia, Pedro Luis, Fray Francisco de Paula Castañeda y el Quijote .................. 31

ARTÍCULOS
Clemente, José Edmundo, Prehistoria de la so/edad ............................................. 47
Peltzer, Federico, Centenario de Jean Paul Sartre ................................................ 53
Barcia, Pedro Luis, Rubén Daría, entre el tango y el lunfardo .............................. 93
Zuleta, Emilia P. de, Editores españoles y poesía argentina ...•............................ 119
Zorrilla, Alicia Maria, El bálsamo de Fierabrds para los hablantes de español .... 133
MartorelJ de Laconi, Susana, Estudio comparativo entre Trenes del Sur,
de Carlos Aparicio, y E"ante en la sombra, de Federico Andahazi ................. 153
Cruz, Jorge, Posteridad de Miguel Cané ............................................................. 167
Sanguinetti, Horacio, El siglo de un político: Miguel Cané ................................. 185
Chibán, Alicia, La /ira argentina: el giro satírico JI popular en
el espacio elegíaco ................................................................................•......... 197

COMUNICACIONES
Requeni, Antonio, Julio Veme y la Argentina ...................................................... 213
Barcia, Pedro Luis, Un corpus de lectura. Cien de las mejores obras
maestras universales ........................................................................................ 217

NECROLOGÍA
Contribución a /a bibliografía de Adolfo L. Pérez Zelaschi ................................ 241
CRÓNICAS
Zorrilla, Alicia María, Gramática de la Lengua Española.
Nueva edición. Tercera reunión de la Comisión interacadémica coordinadora ...... 245

ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA


Observaciones de la Academia Argentina de Letras a las enmiendas, adiciones y
supresiones (abril 2002 - mayo 2003) al Diccionario de la Real Academia
Española. Letras B (segunda parte) - C ............................................................ 255

REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS


Palabras tratadas en el seno de la Comisión "Habla de los argentinos" durante el
primer cuatrimestre de 2005 .............................................................................. 263

NOTICIAS ................................................................................................................ 287

Normas editoriales para la presentación de trabajos destinados al


BOLETÍN de la Academia Argentina de Letras ................................................ 291

PUBLICACIONES DE LA ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS

El contenido y la fonna de los trabajos publicados en este Boletín son de


exclusiva responsabilidad de sus autores.
Los textos incluidos en este Boletín podrán reproducirse con previa autorización
escrita de la Academia.

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DIreCCIón Postal: T. Sánchez de Bustamante 2663. Cl425DVA Buenos Aires
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BOLETíN
DE LA

ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS

TOMO LXX enero-abril de 2005 N.O 277-278

DÍA DEL IDIOMA·

EL ESPAÑOL, UNA LENGUA POLICÉNTRICA

Existen problemas de mucho interés respecto del español moderno,


entre ellos, el llamado de la unidad de la lengua, el de la lengua
estándar o el de la norma lingüística, problemas todos que podrán
plantearse mejor si se tiene una idea más precisa de cómo el español
ha pasado a ser una lengua multinacional. Esta situación no es,
obviamente, una singularidad de nuestra lengua. Han existido lenguas
internacionales desde la Antigüedad y hoy varias comparten ese carácter
con el español. Desde este punto de vista, la lengua española pertenece
a la categoría de hechos lingüísticos conocidos como 'extensión de
lenguas' o de lenguas trasplantadas, con características particulares en
cada caso, aunque los procesos que les han dado origen sean similares.
Son muy diferentes, en efecto, para dar solo un ejemplo, las historias
del inglés y del español de América y la disparidad entre la extensión
de la lengua española y la de la inglesa son, en último término, la
disparidad entre las historias de Inglaterra y España.
La extensión del español, proceso que lo llevará a convertirse en
la lengua de tantas naciones, se inició en el movimiento histórico de
las navegaciones y los descubrimientos geográficos a finales del siglo
XV; movimiento que forma parte de la expansión de las lenguas
europeas por todo el mundo, y como resultado del cual, América

•Acto celebrado en la 31." Exposición Feria Internacional del Libro, Sala Javier
Villafañe, el 23 de abril de 2005.
12 NÉLIDA ESTHER DONNI DE MlRANDE BAAL, LXX, 2005

quedó casi totalmente europeizada al trasplantarse la lengua primero a


Canarias y luego al suelo americano. En el último tercio del siglo
XVI, los establecimientos españoles de América habían logrado todas
sus grandes dimensiones, y el mundo colonial se había estabilizado.
De este mOGO, "surge del otro lado del Atlántico una nueva e inmensa
área de la lengua española. En adelante, el dominio del español estará
constituido por estas dos partes, la antigua región europea y la nueva
extensión americana"l. Esta circunstancia conduce, naturalmente, a
distintas situaciones a lo largo de la evolución histórica del español,
en la que prevalecieron o coexistieron distintas normas aun en la
misma Península, ya que no debe olvidarse que el castellano desde sus
comienzos admitió distintas normas: en la Edad Media, la norma
cortesana toledana, es decir, de Castilla la Nueva, luego se impuso la
influencia de Castilla la Vieja según las normas cortesanas sucesivas
de Valladolid y de Madrid, con ciertas características diferentes que
produjeron los cambios lingüísticos de los siglos XV y XVI. Por otra
parte, frente a esta norma cortesana, cambiante según factores políticos
y socioculturales, se alzaba una norma disidente, la andaluza, fruto de
una koiné, o lengua común resultante de la unificación entre variedades
dialectales de los contingentes que protagonizaron la Reconquista del
mediodía de España y el árabe, una norma que fue reductora y
simplificadora de fenómenos, sobre todo, fonológicos. El idioma se
trasplantó a América, donde desde el principio hubo puja de normas,
la castellana y la andaluza, con el triunfo de una de ellas (andaluza)
sobre la otra (castellana) en casi toda América, por el peso demográfico
de pobladores procedentes de Andalucía y de Canarias, y su gran
prestigio económico y sociocultural. La posterior historia de cada región
determinó las diferentes modalidades de uso de cada zona americana,
que datan ya de la época de la Colonia, antes del proceso
independentista americano, según creo que es posible afirmar después
del examen de documentos americanos de distintas épocas, al contrario
de lo que sostienen muchos estudiosos del tema, quienes piensan que

'Tallo seftalado por GUITARTE, GUILLERMO. "Del espaftol de Espafta al espaftol de


veinte naciones: la integración de América al concepto de lengua espaftola". En
HERNÁNDEZ, C. y otros, El español de América, l. Salamanca: Junta de Castilla y
León, 1991, pp. 65-86 (p. 66).
BAAL, LXX, 2005 EL ESPAÑOL, UNA LENGUA POLICÉNTRICA 13

es a partir de la independencia que habría empezado la diversificación


de la norma castellana en América. Teniendo en cuenta lo que sabemos
sobre la puja y/o coexistencia de normas en la Península y en América,
con sus diversas procedencias, podría decirse que el castellano,
generalizado como español en la época imperial, fue siempre una
lengua policéntrica, aunque esto no fuera reconocido por los gramáticos
y filólogos hasta épocas recientes. Una lengua que presenta esta
característica es aquella que tiene varios centros de difusión de normas
prestigiosas de igual nivel, y está conformada cada norma por el
conjunto de usos lingüísticos con aceptación social en una comunidad.
Se opone a esto el concepto de monocentrismo, según el cual una
lengua determinada cuenta con un solo centro de prestigio lingüístico.
Ahora bien, el español es una de las lenguas más extendidas en la
actualidad y con mayor cantidad de hablantes, por lo tanto, presenta
una gran complejidad para quien emprende su estudio. El principal de
los problemas para afrontar es el de su variedad dentro de un marco
unitario, de una unidad esencial de estructuras comunicativas. Esto
significa que como toda lengua histórica, revestida de concretizaciones
históricas determinadas, es heterogénea, no homogénea. Y lo f':S al
menos en el sentido dé que presenta diversos sistemas dialectales, o
variedades, con normas conformadas por usos lingüísticos aceptados
socialmente. Estas variedades se integran en un suprasistema, o
diasistema, que llamamos lengua. Y también su heterogeneidad deviene
del hecho de que cada hablante dispone, en alguna medida, de sistemas
parcialmente diferentes según las circunstancias comunicativas, la
índole de los actos de habla, la estrategias empleadas en el hablar, etc.
Por otra parte, la extensión en el espacio geográfico, la estratificación
social de los hablantes, la incidencia de las situaciones de uso en el
estilo del discurso, las evaluaciones subjetivas de los hechos idiomáticos
(creencias y actitudes ante la lengua), regidas tanto por factores
propiamente lingüísticos cuanto extralingüísticos, dan como resultado
la variación de una lengua de acuerdo con distintos ejes: diatópico
(geográfico), diastrático (social), diafásico (estilístico) y también
diacrónico (histórico), eje este último en el que se insertan los procesos
de cambio a 10 largo del tiempo, precedidos siempre por etapas de
coexistencia de formas idiomáticas rivales. Esta variación es inherente
en las lenguas y ajustada a patrones regulares de comportamiento
dentro de un sistema ordenadamente heterogéneo.
14 NÉLlDA ESTHER DONNI DE MlRANDE BAAL, LXX, 2005

La organización de la diversidad idiomática es un dato fundamental


cuando se trata de una lengua como la española, transmisora de una
cultura ampliamente extendida en el espacio y en el tiempo, y que al
agrupar modos de hablar en parte diferentes, descubre en cada uno de
ellos un entrámado de relaciones lingüísticamente significativas, donde
se unen los ejes constitutivos de una misma realidad, en la que el
medio ambiente humano se mide según una doble motivación,
geográfica y social, a lo que se aftaden el condicionamiento de la
situación comunicativa y la tradición histórica, cuyos límites puede el
hombre trascender abriéndose a los cauces del cambio. Por todo ello
es que, respecto del español, sería erróneo hablar de uno de España y
otro de América, con preeminencias de uno sobre otro según quien lo
trate. En verdad hay distintas variedades, con sus correspondientes
normas, en el marco de una unidad estructural esencial. Y juntos,
españoles y americanos, poseemos este idioma, "sin preeminencias y
sin servidumbres, igualados en el uso y hermanados en el amor,,2.
Poseemos una lengua que siempre está cambiando porque se abre
a nuevas realidades, a nuevos ámbitos y a nuevas cosas que deben ser
nombradas. Nuestro idioma fue evolucionando y cambiando las normas
a que se ajustan sus variedades, en cada momento histórico, hasta
llegar a la situación actual, y esto no solo en Hispanoamérica, que es
''un mosaico dialectal", como se ha seftalad03, sino también en la
Península. El resultado de los procesos de evolución histórica y
extensión geográfica es que hoy existen en el mundo de habla hispánica
variedades nacionales, regionales y aun locales, con usos y normas
prestigiosas, aunque parcialmente diferentes. Pero evolucionar, cambiar,
no significa que se llegue, y en esta era de gran influencia de los medios
de comunicación masivos, menos que nunca, a la fragmentación, a la
anarquía, porque las viejas normas son sustituidas por las nuevas que
se instauran según otros principios y a partir de nuevas síntesis
culturales y nuevas realidades, como expresión de nuevas gentes, cuyas

2ALVAR, MANUEL. "El espadol de dos mundos". En HERNÁNDEZ, C. y otros, El


español... pp. 141-154 (p. 143).
'LÓPEZ MORALES, HUMBERTO. "Rasgos generales". En ALVAR, MANUEL, dir., Manua/
de dialect%gla hispánica. E/ español de América. Barcelona: Ariel, 1996, pp. 19-27
(p. 20).
BAAL, LXX, 200S EL ESPAÑOL, UNA LENGUA POLlCÉNTRICA 15

aspiraciones, creencias y actitudes pueden cristalizarse en renovados


cánones nonnativos. La lengua nos pertenece a todos los que la hablamos
a uno y a otro lado del océano, y ella nos une sin que perdamos identidad,
a pesar de las variaciones, de las nonnas parcialmente diversas, de las
distintas referencias, porque, por sobre todo esto, hay una unidad de
lengua y de cultura que nos enlaza a tantos pueblos.
La existencia de diversas nonnas confonnadas por usos prestigiosos
está en estrecha vinculación con las creencias, actitudes e ideales
lingüísticos de los propios hablantes. Brevemente señalaré que para
muchos estudiosos habría que hablar de dos grandes nonnas peninsulares
del español: la castellana (de Castilla la Vieja, Castilla la Nueva y otras
áreas menores) y la meridional o andaluza, que en la fonna que presentaba
en los siglos XVI y XVII, en especial en Andalucía occidental y en su
metrópoli, Sevilla, influyó decisivamente en la índole de la lengua que
por esa época se confonnaba en América. Hoy, algunos consideran una
variedad idealizada del castellano de Castilla, más precisamente, el habla
culta de Madrid, como el estándar nonnativo, aunque en realidad no es
el único, ni aun en España y menos en América que, como dije, es un
verdadero mosaico de variedades y nonnas nacionales y regionales, y
ya desde el comienzo de su conquista y colonización presentó una puja
entre las nonnas lingüísticas castellana (cortesana) y la sevillana, y esta
última es un ideal que nunca se perdió por haber sido Sevilla, para
mucha gente, el puerto que se abría hacia el Nuevo Mundo. En cuanto a
las hablas de las islas Canarias, pueden ser estimadas como un puente
entre Andalucía y América. Por todo lo que vengo señalando es que la
lengua española constituye un claro ejemplo de policentrismo lingüístico,
por sus varios centros de irradiación de nonnas con prestigio social. No
hay que olvidar que la historia de una lengua y de sus nonnas es, en
realidad, una parte de la historia sociocultural de una comunidad, nación
o grupo de naciones.
Sin embargo, la variedad lingüística fonna parte de una unidad
idiomática esencial. Y aunque quizá la idea de la unidad del mun?o. de
habla espafiola existe solo en algunos espíritus, y nunca haya eXIstIdo
de otra manera, es una ilusión de la que han participado muchos d~ los
mejores espíritus hispánicos, y que aun siendo una tenue realIdad
cultural, nos recuerda el aspecto noble y universal del mundo de los
que hablamos español.
Nélida Esther Donni de Mirande
LAS BUENAS PALABRAS
y LAS ADIVINANZAS ERÓTICAS DE CUYO

Con motivo del III Congreso Internacional de la Lengua Española,


reunido en Rosario, en noviembre de 2004, alcanzó cierta resonancia
mediática la intervención de un artista que hacía referencia a las buenas
y a las malas palabras en el idioma, y esto a pesar de no haber sido el
tema principal que se había propuesto el orador, que era el humor. A
los analistas de la lengua, este tema no los admira ni sorprende; tampoco
asombra a los críticos, escritores y poetas, miembros todos de un
gremio cuyo eje de ocupación reside en la palabra, en vivir pendientes
de las frases, atados a los significados, a las sonoridades de las palabras,
a sus implicancias y conexiones. En el fondo, pergeñando los intríngulis
del pensamiento y los meandros de la inteligencia.
Después de Aristófanes, Plauto y Ovidio, de los textos goliardescos
de la Edad Media y de Las mil y una noches; después de Bocaccio,
Chaucer, de la Celestina y la picaresca completa, ¿qué palabras o
imágenes verbales pueden sorprender a los estudiosos? Es difícil
escandalizar a un literato. Y si un lingüista se escandaliza, no es lingüista.
Existen modos más o menos rigurosos de entender el problema.
Es indudable que sobrevuela un concepto, que podemos llamar vulgar,
o si se quiere, de la pedagogía familiar, de lo que son las buenas y las
malas palabras, dentro del cual las malas pueden ser calificadas -según
los ámbitos- de impropias, soeces, procaces o inconvenientes.
Expresiones en el fondo, desubicadas o poco generosas con el medio o
las circunstancias. Reconocemos voces o giros tabuados, a veces
proclives a la oralidad, otras, refugiadas en los textos escritos. Pero
siempre hay modos de acceso, generalmente dependientes del conte~to.
La expresión directa puede llegar al desparpajo o al cinismo, de manera
que es más fácil increpar con términos inocentes o neutros, haciendo
~eferencia socialmente prohibidas, o usando de la alusión mediante la
Imagen poética en la que la evocación ocupa un papel destacado.
18 CÉSAR EDUARDO QUlROGA SALCEDO BAAL, LXX, 2005

Todo esto depende, al menos, de las coordenadas de tiempo y


lugar. En el Archivo Nacional de Santiago de Chile, se encuentra una
Real Provisión de 1644 para que las justicias de Cuyo remitan los
autos obrados contra el vecino Jorge Antúnez Machado, imputado de
haber pronÚflciado "palabras mal sonantes" contra una autoridad. Casi
un cuarto de siglo después, en 1567, el corregidor don Antonio de la
Massa recibe real provisión, por la cual debía tomar información sobre
las "palabras desacatadas" que el sargento Juan de Oro Bustamante
habria dicho en la ciudad de San Juan, a cinco años de fundada'. O
sea, dos casos de desmesura, de falta de respeto, la vieja figura del
desacato. Ahora se diría juicios por injurias. Todo varía, pero en el
fondo, se admite el sentido y el poder de la palabra.
Ya en época republicana, en 1904, el tradicionalista peruano, don
Ricardo Palma, debió obsequiar a su amigo Carlos F. Basadre una
copia mecanografiada de un grupo de 27 textos escritos hacia fines del
siglo XIX, los que se han impreso de manera restringida y oscura.
Recientemente, a una centuria de redactadas, las conocemos como
Tradiciones en salsa verde, legibles en páginas digitalizadas 2• Palma
tenía motivos para temer su publicación en 1904, los mismos que tuvo
el sabio alemán Robert Lehmann Nitsche en La Plata, seis afios después,
en 1910.· En una edición conmemorativa del Centenario de la Argentina,
la Universidad de La Plata publicó Adivinanzas rioplatenses (Buenos
Aires, Coni, 1911) pero cuando debió incluirse el capítulo de las
piezas eróticas, la publicación anuncia que el contenido había sido
"suprimido", es decir, objetado, o sea, socialmente censurad03•

IAcEVEoo, EOBERTO OSCAR. Documentación histórica relativa a Cuyo. Mendoza:


Instituto de Historia, Universidad Nacional de Cuyo, 1963.
2Después de un largo camino y de reproducciones adulteradas, estas tradiciones
han sido editadas en Internet por Fidel Dolorier de la Universidad de Berkeley, a
partir de un texto corregido, con prólogo y selección de Francisco Carrillo y de Carlos
Garayar.
3E! capítulo suprimido en 1910 fue impreso en Leipzig, en 1923, por el
investigador sajón bajo el seudónimo de Víctor Borde, y dado a luz en castellano por
el bibliófilo Julián Cáceres Freyre, con el titulo de Textos eróticos del Rfo de la Plata,
Buenos Aires, 1981. Nosotros lo dimos a conocer en el II Congreso Nacional de
Lingüística el mismo 1981, bajo gobierno militar, sin escándalos y gran algarabía de
los especialistas (Actas, t. V, III, 53-6\).
BAAL, LXX, 2005 LAS BUENAS PALABRAS ... 19

Nuestra época hace gala de haber eliminado muchas barreras


sociales, nos ufanamos de haber eliminado ciertas moralinas puritanas,
formas que antaño estuvieron tabuadas o contenidas en cauces ahora
inexistentes. Una de ellas, hasta nuestra niñez, fueron las adivinanzas.
Como me he criado compartiendo dos polos sociales no siempre
compatibles, el de la alta sociedad de mi provincia y el humilde ámbito
agrícola de los pueblos cordilleranos, debo confesar que me he
aprovechado de los dos contextos en los que, hasta el momento, me
manejo a satisfacción, como en mi casa.
y las adivinanzas tuvieron en esos ámbitos un papel diferente, en
las reuniones urbanas, muy controladas, según los escenarios, a través
de visajes de padres a hijos, en prevención de si se disparaba alguna
chocarreria. O en los velorios suburbanos, por algún deudo circunspecto
por si la algazara llegase a esfumar el clima de tristeza. Pero en las
reuniones campestres, esos límites eran escasos, minimos o inexistentes.
Hemos reunido en nuestras correrías cuyanas casi dos millares de
piezas adivinancísticas, sin contar las variantes de un mismo texto.
Hemos publicado aquellas inocentes e ingenuas que hacen al decoro del
aula, un millar de piezas que ayudan al niño a iniciarse en el camino de
la comprensión simbólica. La colección nos ha dado muy buen resultldo.
Pero no hemos podido publicar todavía, y lo anhelamos vivamente, un
grupo de 153 composiciones que hemos denominado adivinanzas
eróticas, a faÍta de una mejor definición. Las hemos estudiado, analizado,
incluso clasificado, pero nunca hemos quedado conformes porque la
realidad lingüística camina por delante de nuestras elucubraciones.
Frente a la sensualidad de la época presente, aquellos resultan
textos ingenuos, inocentes, siempre desprovistos de malignidad. Son
piezas mañosamente urdidas, con juegos de palabras y alucinantes
imágenes alusivas que rondan el mundo de la sexualidad.
Por fm, armamos seis grupos, en cinco de los cuales distinguimos
dos partes, el texto propiamente dicho y la solución, uno erótic.o (o
escatológico), el otro inocente u obsceno, según las soluciones. Pero reItero,
no logramos una completa conformidad. Pongamos algunos ejemplos.

Una niña linda y bella


todos la besan
ninguno duenne con ella.
La bombilla del mate.
20 CÉSAR EDUARDO QUIROGA SALCEDO BAAL. LXX. 2005

No hay mayor gusto


que tenerlo junto
y es un placer
tenerlo que meter.
También es un contento
tenerlo adentro.
Pero es un pesar
tenerlo que sacar.
E/ dinero.

Como vemos, el juego lingüístico es pennanente, como corresponde


a piezas poéticas de la cultura popular. La sugerencia, la alusión, la
descripción simbólica acusan el ingenio necesario para hacer reír, sonrojar
o taparse la cara. Sin embargo, en la mayoria de los ejemplos, en un
porcentaje elevadísimo, no se trata de palabras soeces o malsonantes,
agresivas o en sí mismas inconvenientes. Las imágenes son las
ambivalentes, es verdad, no las palabras, de manera que la simple y
familiar antinomia (o si se quiere, dicotomía), de buenas y malas
palabras, no puede aplicarse aquí.
Por lo que la cuestión debe instalarse en un plano superior donde
campean otros conceptos, criterios de análisis y sutiles matices.
Ingredientes que, mientras más complejos, incrementan el mundo
cultural de la lengua en que la pieza se proclama. En este caso, el
matizado mundo de la lengua de Cervantes.

César Eduardo Quiroga Salcedo


EL IDIOMA DE NUESTROS DÍAS
DE «NADA», DEMASIADO

Decía el buen Sancho que «las aventuras y desventuras nunca


comienzan por pOCO»I. ¡Qué bien nos vienen estas palabras para hablar
de la lengua tan aquejada de desventuras que comienzan por mucho, a
causa de las múltiples batallas a que la sometemos, y no precisamente
«por vía de encantamento»2!
Todos los años, celebramos el Día del Idioma, y cada año que
pasa, se habla y se escribe con mayor descuido, casi podría decirse,
con una sincera ignorancia. Más aún, se demuestra una creciente apatía
por todo 10 -que se relaciona con nuestra lengua, como si sólo fuera
suficiente comunicamos. Algunos hablantes no la sienten y ponen
más maña y destreza ,en derribar vocablos que en elevarlos montados
en un Clavileño hacia las nubes del decoro.
Lo lamentable es que cada año decimos lo mismo: que la lengua
se ha degradado, que a nadie le importa hablar bien, que se desvirtúan
los significados, que se desprecian las normas porque tiranizan los
delicados cerebros, y que reinan las palabras malsonantes o palabrotas,
que han dejado de serlo para convertirse en muletillas desganadas, que
ya no ofenden los oídos de personas piadosas o de buen gusto. Muchos
nos dan la razón; coinciden en que hay que predicar con el ejemplo,
pero la realidad nos muestra que se vuelve a las mismas incorrecciones,
e, incluso, algunos prefieren seguir hablando como saben y regresan
airosos y tranquilos a su vida permisiva, a su hedonismo, a ser
devorados por el consumismo, en fin, a adorar un materialismo sin

'CERVANTES SAAVEDRA, MIGUEL DE. Don Quijote de La Mancha, Primera Parte,


Cap. XX. Madrid: Real Academia Española, Asociación de Academias de la Lengua
Española, 2004, p. 182.
2Jbídem, Cap. XLV, p. 467.
22 ALICIA MARIA ZORRILLA BAAL, LXX, 2005

límites. Demasiados -ismos para tantas carencias, para desidia tan


eficaz. El hombre se va quedando tan vacío de contenidos que ya no
puede hablar y cuando trata de expresar algo no pocas veces mueve a
risa o dejl} pensativos a sus interlocutores porque no comprenden qué
ha querido decir. Estos ejemplos bastan para corroborar los lamentables
dislates: Efectivos de la circuncisión primera llegaron rápidamente al
lugar (por «circunscripción»); Había una anomalidad en los
movimientos de una panadería (por «anomalía»); Salió para dar un
saludo póstumo; Esto es demasiado terrible como para agregarle
dec/aracionismos (por «declaraciones»); Tuvimos que retroceder para
atrás; Viene de una de las provincias del interior del país; Hubo colas
para comprar aires acondicionados (por «aparatos de aire
acondicionado»); Los monos comen esos frutos y luego los mastican
en la boca; Así lo ha dicho el legislador que me predijo (por «que
habló antes que yO»); Está denunciado por coimas (<<Lo denunciaron
por coimas»); El menor fue abusado por un vagabundo (abusar es
ve¡bo intransitivo: «Un vagabundo abusó de un menoT»); El tren estaba
completamente parado; El asesino yacía totalmente muerto; Hay que
controlar los boliches porque hay peligro de vida; Este jardín puede
ser comestible, con frutos y hortalizas que nos aportarán una
gratifican te recompensa; Las profecías de Nostradamus. Un libro con
más de mil predicciones divididas en cien cuartetas (por «expuestas o
expresadas») o Lo operaron de bizcosidad (<<porque bizqueaba o
padecía estrabismo»).
Después de este ejemplario nada ejemplar, no sorprende, pues,
que el hablante ya no tenga muchas palabras para decir y que
transparel)te esa poquedad verbal con la pegadiza, aliviadora, atlética
y tan posmoderna palabra nada, con la que responde con ligereza a
alguna pregunta o reflexiona en voz alta para llenar sus silencios y
poner de relieve su sintaxis resquebrajadiza:
Pregunta la periodista:

-¿Cuándo llegaste a Mar del Plata?

Contesta la modelo:

-Acabo de llegar... y nada... tengo una prueba de ropa ... y nada ...
BAAL, LXX, 2005 EL IDIOMA DE NUESTROS DÍAS 23

Otros testimonios del coloquio:

-Nada... , que ya nació mi hijo y aquí está.


-Pero bueno ... nada... tenia que probar...
-Vinieron todos a casa. .. nada .. una simple reunión familiar...
- y bueno... nada .. tipo ... eso... ¿vistes? ..
-Estoy sufriendo la ciática... nada .. los años no vienen solos...

Esta inocente palabra de cuatro letras, siempre deshabitada por


ignorancia, siempre a prueba de lenguas humanas y siempre también
puesta a prueba, merece una mención en el Día del Idioma. Su biografía
es sencilla. Comienza a usarse en 1074. En sus orígenes, carece de
cargas negativas, pues procede dellatin [rem] natam, 'cosa nacida'
(empleada ya en la antigua lengua familiar latina con el sentido de 'el
asunto en cuestión'; 'el caso que se da'): Rem natam nonfecit, 'cosa
nada no hizo', 'no hizo el asunto', es decir, 'no hizo nada'. Y así nos
lo demuestra Cervantes en el Capítulo VII de la Primera Parte del
Quijote, cuando don Alonso Quijano, desorientado, busca el aposento
donde estaban sus libros y como no lo encuentra, a pesar de que
revuelve los ojos por todo, le pregunta al ama, y ésta le contesta:

-¿Qué aposento o qué nada busca vuestra merced? Ya no hay aposento


ni libros en esta casa, porque todo se lo llevó el mismo diabl03•

Según Corominas, «debe dejarse abierta la posibilidad de que


bajo la influencia de nadie (homines nati), la locución res nata,
empleada en frases negativas, tomara el valor pronominal e indefinido
que es propio de nada»4. En catalán, se dice no ha quedado ni res, y
en castellano, no ha quedado nada. Res y nada proceden de res nata,
'la cosa nacida'. Pero los catalanes han elegido res, y los castellanos,
nada para significar lo mismoS. En un texto del siglo XXI, se usa aún
la locución latina:

SEd. cit, p. 71. .


'Diccionario critico etimológico castellano e hispánico, Volumen IV, Madrid,
Gredos, 1981.
sJÁUREGUI, JosÉ ANTONIO. «La llave de las palabras» [en línea]. Dirección URL:
<http://www.el-mundo.esIlarevista/num198/textos/palabras.html> [Consulta: 4 de marzo
de 2004].
24 ALICIA MARÍA WRRll.LA BAAI., LXX, 200S

...y allí muy cerca, como una presencia definida, intacta, a pesar de
tanto hoyo, tanta res nata que nos consume como aspirinas, tanta
burbuja chocando en nuestras manos, flota la esperanza, el comienzo
de la Historia, la verdadera, donde la excepción es la regla y los
milagros son el pan de cada día6•

A pesar de que alguna vez se dijo «el nada», hoy, según el


Diccionario académico, es un sustantivo femenino que significa 'no
ser, carencia absoluta de todo ser'; 'cosa mínima o de muy escasa
entidad'. Como pronombre indefinido, denota 'ninguna cosa, negación
absoluta de las cosas, a distinción de la de las personas'; 'poco o muy
poco'; como adverbio de negación, se usa para decir 'de ninguna
manera, de ningún modo'.
Las nadas que, sin darse cuenta, acumulan los hablantes día a día
conforman el antipoema que desintegra los silencios necesarios; el
adverbio no casi es un símbolo, pues resume esa obstinada negación
del escuchar que conlleva la enérgica negación del decir y contribuye
aún más a imponer distancias entre lo que deberían expresar las almas:

La nada no es nada.
No somos nada.
Nada por delante, nada por detrás.
Nunca, nadie, nada.
Casi nada.
Sombras nada más ...
Nadie dice nada.
S610 sé que no sé nada.
Nada se inventa de la nada.
Contra eso no se puede hacer nada.
No tenemos nada que esconder.
¡Nada más alejado de la verdad!
No hay nada como no hacer nada.
No cuesta nada.

6«La nada», domingo 8 de febrero de 2004, Metanauta [en linea]. Dirección


URL: http://metanauta.blogspot.com [Consulta: 4 de marzo de 2004].
BAAL, LXX, 2005 EL IDIOMA DE NUESTROS DÍAS 25

Ganar dinero por no hacer nada.


No está nada mal.
Soñar no cuesta riada.
Peor es nada.
Nada de aire, nada de polvo, nada de luz.
Nada de alcohol; nada de azúcar; nada de sal.
¿Llevo tres días sin nada que decir o llevo tres días sin decir nada?
Nada más nada es igual a nada.
Todo de nada es nada.
Nada es lo que parece.
Nada hay más perfecto que el amor.
¡Nada de cuentos!
Verás que nada es amor,
que al mundo nada le importa ...
Nada de cosas imposibles.
Nada es imposible para Dios.
Pero no cree en nada.
Hablar por hablar no cuesta nada.
Un hombre solo no vale nada.
Esto no es nada nuevo.
Vivimos en el país de no pasa nada.
¡Música y nada más!
¡Nada, nada queda en tu casa natal!
¡Nada, nada más que tristeza y quietud!
Veinte años no es nada.
Nunca hace nada.
No hay nada que lo haga feliz.
¿Cuál es el colmo del que no hace nada?
No saber nada, nada de nada.
Nada tiene tanto éxito como el fracaso.
No hay nada peor.
No hay nada que festejar.
y aquí no ha pasado nada.

Hay páginas de la Internet que se titulan «Nada» y «Mucho de


nada», y están vacías, o llenas de nada. Tal vez, sea ésta la palabra de
nuestros tiempos, la que mejor representa la moral neutral, la ~alta de
compromiso frente a los valores que deben guiar nuestras VIdas; el
26 ALICIA MARtA ZORRIT..LA BAAL. LXX. 2005

obrar desapasionado; la necesidad de reconocimiento social, aunque


sólo se esgrima como logro una superficialidad patética; el cubrirse
con una máscara para ocultar la inmadurez progresiva, dispuesta a
legalizar el.repudio al saber y la vida placentera. Nada para permitirlo
todo. Nada para demostrar que se codicia el éxito en favor del dinero,
es decir, triunfar para ganar, no para ser mejores, más ricos
espiritualmente. Nada para merecer nada. ¿Y las palabras? Entre la
nada y las llamas. ¿Dónde hay un tiempo y un espacio para las palabras?
¿Dónde hay palabras para poblar tantos espacios? Ellas, también
inmersas en ese exuberante facilismo, signo de nuestros días, adolecen
de incoherencia humana. Ne quid nimis traducía Publio Terencio (190-
158 a. C.) al latín las palabras de Solón (640-558 a. C.), uno de los
siete sabios de Grecia, para expresar que todo exceso es dañino. De
nada demasiado. Nosotros le agregamos a la sentencia una coma, que,
desde su pequeñez, transforma el significado, y, además, signos de
exclamación: «¡De nada, demasiado!». Sí, demasiadas nadas para nada.
Celebramos el Día del Idioma, pero no celebramos el idioma.
Nos quedamos en los umbrales del sintagma. ¿Para qué continuar si lo
demás son sólo palabras? El idioma ni se introduce por la carne ni
hace fuerte impresión en el ánimo. El idioma no está de moda. Muchos
lo tratan como a un saldo porque no es «divertido» o «simpático»,
adjetivos que hoy navegan de boca en boca hasta para calificar un
cuaderno. Hay un rechazo consciente al esfuerzo y al compromiso; la
vida va convirtiéndose en un programa de evasión, y esto se advierte
en las palabras mal elegidas, en oraciones inconclusas que esperan del
interlocutor prótesis salvadoras, en monosílabos repetidos hasta el
hartazgo, acompañados de sonrisas para cubrir la soledad de los huecos.
Ya decía Unamuno que hay gente que subraya tanto lo que dice, que
parece que habla siempre en bastardilla. No faltan quienes hasta omiten
todas las tildes en sus exámenes, escritos con letra de imprenta
mayúscula, para unificar criterios de burricie. Sin duda, creen que ésta
es la manera más segura o más cómoda de no equivocarse y de ocultar
su inapetencia respecto de las reglas de acentuación.
Dice bien don Quijote:

-Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro, si no hace más


que otro'.

'Capítulo XVIII, Primera Parte, ed. cit., p. 163.


BAAL, LXX. 2005 EL IDIOMA DE NUESTROS DÍAS 27

Poco somos, pues poco hacemos por mejorar lo que nos diferencia
de los animales, es decir, por hablar y escribir, y, menos aún, por
intentarlo con cierto esmero.
Afirman que, cuando uno habla, debe procurar que las palabras
sean mejores que el silencio. Lamentablemente, en muchos casos, el
silencio es más convincente y correcto que las palabras, pues éstas se
enredan de tal manera que pierden sus significados y sus relaciones
sintácticas. Algunos ejemplos lo corroboran:
• Se desconoce la sinonimia:

El ascensor bajaba cuando descendía.

• Los verbos irregulares se convierten en regulares:

A mi hermano lo mantenimos toda la vida.

• Los verbos irregulares se cargan de nuevas irregularidades:

Cuando'trajieron detenido al ladrón, dijieron que vivía en Haedo.

• Repeticiones irreflexivas:

Son cien mil finnas que tienen que finnar.

• Neologismos innecesarios y hasta absurdos, y omisión de


preposiciones:

No hay necesariedad que usted me crea.

• Ausencia completa de comas, que tergiversa los significados:

Cuando este producto se aplica directamente sobre la piel el efecto es de


4. a 6 horas y aplicado sobre la ropa de dos semanas aproximadamente.
y lo podés usar debajo de tu colonia habitual.

• Años de experiencia en informática soft, pero poquísimo estudio


de la acentuación española, del uso de coma y punto 'j coma, de
28 AUCIA MARÍA ZORRlLLA BAAL, LXX, 2005

las conjunciones, las mayúsculas y las reglas de concordancia


revela el texto siguiente:

Un Súperkit Todo en Uno que incluye los mas actualizados Programas


Contables version completa y en idioma Español, estos programas
fueron minuciosamente seleccionados porgue poseen compatIbilidad
con mas mayoria de las monedas de Habla Hispana como; Argentina,
Perú, México, España, Centro-América, Colombia, Uruguay, Paraguay,
Chile, etc. Todos los programas son 100% utilizables, NO TIENE
VENCIMIENTO y NO TIENE LIMITACIONES DE USOn Son todos
programas versiones FULL FULL

Menos mal que nos advierten que está escrito «en idioma
Español» ... ; sin duda --como sentencia Sancho-- «de sabios es
guardarse hoy para mañana y no aventurarse todo en un día»'. ¡Hubiera
sido extremada aventura escribir todo el texto con corrección!
Decía Borges que le gustaban las palabras, que le gustaba
estudiarlas, pero esperaba que hubiera algo más allá de ellas. ¡Qué
dificil encontrar ese algo y ese más allá cuando no se reflexiona sobre
el idioma, y el estribillo de una de esas canciones de moda nos golpea
con una opaca realidad lingüística «<nada, nada, nada / nada de nada,
nada de nada / nada, nada, nada / nada de nada, nada de nada / no hay
nada en el sol»9) que luego quiere transformarse en poema: «Días
tontos que pasan, / como que no pasa nada, / y, como que no pasa
nada, / no pasa nada. / Días tontos que pasan, / en los que no pasa
nada, / nada de nada, / y, siempre en la nada. / Días tontos que pasan, /
sin que pase nada, / absolutamente de nada, / ¡qué aburrimiento!, no
pasa nada. I Días tontos que pasan, I ¿por qué hay días que no pasa
nada?» 10.
Sin duda, nada tarda tanto como aquello que no se empieza, pero
cuánto puede decir el verdadero poeta con esa palabra nada cuando

aCapítulo XXIII, Primera Parte, ed. cit., p. 212.


9«Nada de nada» [en linea]. Dirección URL: <http://www.lochness.com.ar/
paginaS/nada.html> [Consulta: 26 de febrero de 2005].
IO«Poemas de Amor en CuentoWeb», Interpoesía.com [en línea]. Direcci6n URL:
<http://www.cuentoweb.comlartic1e.php?sid=1613> [Consulta: 24 de marzo de 2005].
BAAL, LXX, 200S EL IDIOMA DE NUESTROS olAs 29

ésta se estrecha íntimamente con su sensibilidad, cuando nace en estado


de veneración:

... todo se quema, el universo es llama,


arde la misma nada que no es nada
sino un pensar en llamas, al fin humo:
no hay verdugo ni víctima ..
¿y el grito
en la tarde del viernes?, yel silencio
que se cubre de signos, el silencio
que dice sin decir, ¿no dice nada?,
¿no son nada los gritos de los hombres?,
¿no pasa nada cuando pasa el tiempo?
-no pasa nada, sólo un parpadeo
del sol, un movimiento apenas, nada,
no hay redención, no vuelve atrás el tiempo,
los muertos están fijos en su muerte
y no pueden morirse de otra muerte,
intocables, clavados en su gesto,
desde su soledad, desde su muerte
sin remedio nos miran sin mirarnos,
su muerte ya es la estatua de su vida,
un siempre estar ya nada para siempre,
cada minuto es nada para siempre... \1

Sí, por la palabra, el hombre deja de ser animal. Pero ¿qué es la


palabra que tanto usamos y que tanto olvidamos? <<Nada --dice Ortega
y Gasset-, un poco de aire estremecido que desde la confusa mañana
del Génesis tiene el poder de la creación» 12 •

Alicia María Zorrilla

llpAZ, OcrAVlO. «Piedra de sob), La estación violenta, en Libertad bajo palabra.


Obra poética (1935-1957), Sexta reimpresión, México, Fondo de Cultura Económica,
1985, pp. 251-252.
l2«1ntroducción» [en línea]. Dirección URL: <http://www.monografias.coml
tn:.h~tn..",l nl1.-.. ..... _" _ _ . _'L.o......-.l",,-- r,... ___ .l ..... "'JI ..t ........... n_n. A.:o. "nn,1
FRAY FRANCISCO DE PAULA CASTAÑEDA
Y EL QUIJOTE

Expondré aquí una síntesis de un nuevo capítulo integrado en mi


libro El "Quijote" en la Argentina, que ha ido creciendo incesantemente
con nuevos aportes que he descubierto por la investigación y la
compulsa de fuentes y documentos.
Me referiré a la presencia del Quijote en las columnas periodísticas
del Padre Castañeda, un franciscano impar e insólito, en muchos
aspectos. Su figura ha sido envilecida por una cerrada facción política
de su momento, que, con una intencionada deformación ideológica,
desvirtuó la personalidad de este patriota notable, y lo convirtió en un
loco, un desequilibrado vociferante, una suerte de energúmeno de
incontinencia verbal.
Eso, en vida suya (1776-1832). En la historia, la ignorancia de
muchos mantuvo y repitió, con fidelidad tradicional entre nosotros,
digna de mejor causa, esta imagen deformada, desvirtuada, del noble
varón de notable entereza, defensor infatigable de sus principios, que
sostenía con argumentación sólida y vivacidad urticante. No era hombre
de ser arreado con boleadora de marlo, como se dice en mi provincia.
Fue una rara avis. A caballo entre dos siglos, el XVIII y el XIX,
participa activamente en la etapa independentista argentina, con una
posición valiente y asumida. Fue orador sagrado en la doble ocasión
de la liberación de los ingleses, 1806 y 1807. Cuando nadie quiso, en
1811, pronunciar la homilía del aniversario del 25 de Mayo en templos
porteños, por temores políticos, fray Francisco produjo una notable
pieza oratoria. Cuando nadie reparó, en medio de las rencillas políticas
de la hora, en "el día de los tres gobernadores", en la mu.erte de
Belgrano, la voz única, aislada y justiciera fue la de este fraIle, con
una elegía de tono popular: "Yace en eterno reposo / el cadáver de
32 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

Belgrano ... "'. Para subrayar su originalidad, digamos que fue un unitario
antirrivadaviano, entusiasta de la Revolución de Mayo, a la que no
quería que se la inficionara del pensamiento de Rousseau, y crítico de
la refoI1D.a religiosa que emprendió don Bernardino. Su posición
antifederativa y antimontollera -posiciones que identificaba- fue
drástica. Combatió contra el sector oficialista que exhibía una
vanguardia de polemistas duros, como Pedro Feliciano Cavia, Juan
Crisóstomo Lafinur, Pedro Agrelo y Juan de la Cruz Varela. Castañeda ,
se enfrentaba solo contra todo un equipo que lo zahería y atacaba
cotidianamente desde cuatro o cinco periódicos, alguno fundado sólo
para atacarlo, como Cuatro Cosas. Pero no lograban acallarlo ni el
dicterio, ni la calumnia, ni el escándalo. Hombre limpio moralmente,
"santo varón" lo llamó Juan María Gutiérrez, nada sospechable de
clericalismo, por supuesto. Sin cola de paja, podía enfrentar cualquier
desafio solo y sin otras armas que su pluma suelta, su cultura, letrada
y popular a la vez, y su inteligencia zumbona y bienhumorada.
Sus posiciones firmes y combativas le valieron el destierro político
en tres ocasiones, como ejercicio de una forma autoritaria para sacarlo
de la escena política de la hora en la que este periodista argentino se
expresaba a través de las bocas de sus más de veinte periódicos que
escribía, íntegramente, él solo. Lo que los unitarios padecerían bajo
Rosas -el exilio obligado- se lo aplicaron antes a Castañeda, los
partícipes de sus mismas ideas unitarias.
Este intelectual cultísimo lefa en cinco lenguas modernas y tenía
un acabado dominio del latín; frecuentaba en su idioma original a
Voltaire y a Rousseau, a Mazzini y a Locke; era conocedor de la
filosofia moderna y de la tradicional cristiana, y asiduo de Ovidio y de
santa Teresa de Jesús; y entre los hispanoamericanos, su dilecta sor
Juana Inés de la Cruz. Fue entre nosotros un adalid presarmientino de
la educación popular. Juan María Gutiérrez, en su Origen y desarrollo

lEn el Suplemento al Despertador Teofilatrópico Místico Político ... , Buenos


Aires, n.o 3, sin fecha (10 de agosto de 1820): finnado como "Doña Gaucha de
Chascomús".
2Bastaría hojear los principales trabajos que le han dedicado a su figura y obra
estudiosos de nuestra historia, para levantar los cargos malintencionados que le endilgan
y recomponer el perfil espiritual y cultural de Castañeda. SALDIAS, ADOLfO. Vida y
BAAL. LXX. 2005 FRAY FRANCISCO DE PAULA CASTAÑEDA Y EL QUIJOTE 33

de la enseñanza pública superior, retrae, entre otras, una frase elocuente


del franciscano, que cifra su conciencia de la necesidad de la educación
popular:

Tengo a mi devoción hasta siete personas escogidas que son otros


tantos incendiarios públicos con los cuales pienso sitiar esta populosa
ciudad y asaltarla y tomarla por hambre de educación y de enseñanza
(p. 202).

Servata distantia, y atenuando el paralelo exagerado de Saldías,


para estimación, con otro franciscano, Rabelais, Castañeda es también
creador incontenible de voces. Su léxico de factura personal es
curiosísimo y aún no ha sido objeto de estudio. Doy una muestra para
abrir el interés: gauchifar, chotifar, jederifar, bobines, carajas.
caraferos, sorbonistas, sorbonícolas, sorbonegros, chimengos,
chimongos, eh imingos, puterbos, jacuinos, sarabuytos. jedrifragos.
prendósojos, etcétera.
Hombre con gran sentido del humor, deslenguado cuando la
ocasión lo requería, vehemente, de lengua filosa y suelta, escribió en
prosa y en verso, con una expresión criolla muy personal, no gauchesca.
Se decía hijo natural de "las musas mancarronas montoneras,,3.
Dice Antonio Zinny, la mayor autoridad en el campo hemerográfico
argentino:

escritos del P.Castañeda. Buenos Aires: Amoldo Moen y hennano, editores, 1907,
304 p.: OTERO, PAciFICO (fray). El Padre Castañeda. Su obra ante la posteridad yen
la historia. Buenos Aires: Cabaut y Cía., editor, 1907; CAPDEVILA, ARTURO. La santa
furia del padre Castañeda. Cronicón porteño de frailes y comefraíles. donde no
queda títere con cabeza. Buenos Aires: Espasa Calpe, 1933; Col. Austral, 810. FURLONG,
GUILLERMO SJ. Fray Francisco de Paula Castañeda. Un testigo de la naciente patria
argentina. 1810-1930. Buenos Aires: Castafteda, 1994.
Las referencias de J.M. Gutiérrez están tomadas de esa obra; cito por la ed. de
Buenos Aires: La Cultura Popular, 1915, pp. 203 Y ss.
'Véase La Lira argentina o Colección de las piezas poéticas dadas. a luz en
Buenos Aires durante la guerra de la Independencia. Edición crítica, estudIO y notas
de Pedro Luis Barcia. Buenos Aires: Academia Argentina de Letras, MCMLXXXII.
La frase sobre las musas figura en el Despertador... , Buenos Aires, n.o 7, domingo 4
de junio de 1820.
34 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

El Padre Castañeda fonna por sí solo una época en la literatura


periodística del Río de la Plata y, por consiguiente, muy digno de ser
conocido.

En nuestro país, es el primer argentino que prueba una


frecuentación finne y sostenida de la novela cervantina. Y es el primer
periodista que se vale more político de episodios y pasajes del Quijote.
Esta es una contribución sumamente original en el panorama de la
presencia de la novela mayor de Cervantes entre nosotros.
En rigor, la primera vez que se menciona la novela cervantina en
nuestra prensa es en el fundacional Telégrafo Mercantil. Rural, Político,
Económico e Historiógrafo del Río de la Plata. En el n.o 37, del
domingo 27 de diciembre de 1801, folio 309, en una página que se
intitula graciosamente: "Corrección de erratas que no ha cometido
Enio Tullio Grope, en sus papeles remitidos", porque señala los errores
que cometió el cajista con sus escritos. El colaborador frecuente de la
publicación apunta, a propósito de la crítica al género dfamático:

[... ] sin embargo, que inmediatamente en el año de 1605 publicó el


insigne Cervantes la primera parte del Quijote donde por casi todo el
capítulo 48 empieza a vituperar ridículamente el drama Español,
diciendo: 'Si estas (comedias) que ahora se usan, asi las imaginadas
como las de historia, todas o las más son conocidos disparates, y
cosas que no llevan pies ni cabeza... porque habiendo de ser la
Comedia, según le parece a Tullio, espejo de la vida humana, exemplo
de las costumbres, e imagen de la verdad, las que ahofra se representan
son espejos de disparates, exemplos de necedades, e imágenes de
lascivia... que todo esto es en perjuicio de la verdad, y en menoscabo
de las historias. y aun en oprobio de los ingenios Españoles, porque
los extranjeros, que con mucha puntualidad guardan las leyes de la
Comedia, nos tienen por bárbaros e ignorantes, viendo el absurdo y
disparates de las que hacemos [...]' 4.

4EI texto intercalado -cita que entresaca pasajes del discurs(r está tomado de la
Primera Parte, cap. XLVIII; son palabras del canónigo sobre cuestiones de libros.
Citaremos siempre por: CERVANTES, MIGUEL DE. Don Quijote de la Mancha. Edición
del IV Centenario de la Primera Parte. Madrid: Real Academia Espaftola, Asociación
de Academias de la Lengua Espaftola, 2004, 1250 p.; la mencionaré como ed.
académica; lo citado, p. 495.
BAAL, LXX, 2005 FRAY FRANCISCO DE PAULA CASTAÑEDA y EL QUIJOTE 35

Señalemos que esta es la primera inserción de una cita quijotil en


un texto argentino. La hace don Eugenio del Portillo (1760-1843),
cuyo seudónimo era el citado: Enio Tullio Grope. El autor de los
remitidos solía escribir sobre cuestiones de teatro. Y es a un par de
estos artículos, defonnados por los tipógrafos, que defiende en el
escrito que incluye la citación del Quijotes.

Los hombres de la generación de Mayo y del proceso de la


Independencia no registran lecturas del Quijote. No aparece la obra en
ninguna de las "librerías" personales que supo acaudalar San Martín.
Tampoco se registran menciones a lo cervantino en el epistolario de
Belgrano, ni en los escritos políticos y piezas oratorias de Bernardo de
Monteagudo.
Aisladamente, se señala una relación concreta en Mariano Moreno,
quien, al parecer, "anotó cuidadosamente un ejemplar del Quijote, el
cual conservaba con religiosidad su hijo", dice Adolfo Saldías6• No he
dado con ese ejemplar que, de hallarse, resultaría altamente interesante.
Otro personaje que, por propia boca, declaró su frecuente lectura
del Quijote es el deán Funes. Cuando le preguntaron cómo pennanecía
leyendo tranquilamente cuando su presencia le era solicitada en
cuestiones de Estado, respondió:

Es precisamente por esto: cuando deseo meditar en paz y calma de la


conciencia, respecto de cosas que hacen a la comunidad, recorro algunos
pasajes del Quijote y encuentro lo que he menester'.

Tampoco he hallado referencias quijotescas en la correspondencia


de Rivadavia, y en otras figuras de su entorno. No cabe duda de que
fue Castañeda el primero que se valió del Quijote para expresarse, Y
aun para combatir políticamente, revelando un dominio neto de la
novela, y no meras alusiones a lugares comunes.

S"Sobre la necesidad que hay en Buenos Ayres de un Teatro de Come.dias" (n.o


15, del 19 de septiembre de 1801) y "Sobre el teatro" (n.o17, del 26 de septtembre de
1801).
·SALOIAS, ADoLFO. Cervantes y el "Quijote" (1893). Prólogo de Leonor Gorostiaga
Saldías. Buenos Aires: Dunken, 2004, p. 142.
'Citado por Saldías, ob. cit., p. 142.
36 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

Castañeda aporta al diarismo de su época lo que Adolfo Saldías


ha llamado "la irradiación del espíritu de Sancho en el periodismo"8.
y el mismo autor apunta:

Se lo podría llamar Sancho-Bicho moro; que las puntas de su pluma


escorcía como las ronchas mortificantes que deja el insecto de nuestras
campiñas (p. 142).

Fundó y escribió más de dos docenas de periódicos. Por lo menos


en dos de ellos, recurrió al Quijote con intenciones políticas. Lo hizo
desde su destierro en Kakel Huincul, al borde de la línea de la frontera
interior con el indio, Allí, aislado, le prohíben evangelizar a los
aborígenes pampeanos y administrar los sacramentos. Pero veamos la
gestación en él de la forma peculiar de lectura de textos clásicos,
adaptados a la realidad nacional, en lo que resulta originalísimo.
En los autores argentinos de su época, hay intentos de adecuación
y apropiamiento de la materia clásica para expresar situaciones o
circunstancias argentinas o personales, pero de distinta manera que se
da en Castañeda. En casi todos los autores del periodo independentista,
el esfuerzo de aproximación de figuras mitológicas, episodios
paradigmáticos, nombres consagrados, era para levantar nuestra materia
en la comparación o en el acercamiento. La asociación de Chacabuco
a la batalla de Maratón o Aníbal y su cruce de los Alpes, con San
Martín, aupaban lo nuestro hacia planos universales superiores,
dignificándolos. En Castañeda, se trata de una asociación que devela
la falta de dimensión o de grandeza de las realidades políticas argentinas
contemporáneas. Veamos una muestra. Él está confinado a la frontera
interior, en la provincia de Buenos Aires, y recuerda unos versos de la
Eneida:

Nec venit in mentem quorum consederis arvis?


Hinc Getulae urbes, genus insuperabile bello.
et Numida infraeni congunt, el inhospita Syrtis ... IV, vv. 39-41.

80b. cit., p. 142.


BAAL, LXX, 2005 FRAY FRANCISCO DE PAULA CASTAÑEDA y EL QUIJOTE 37

Son palabras de Ana a su hermana Dido, referidas a la fundación


del nuevo reino. La traducción de Alfredo Meyer -he optado por una
versión argentina en verso, frente a otras notables, como la de Miguel
Antonio Caro, para aproximarla a la de Castañeda- dice:

¿Y no ves las ventajas de este enlace,


al mirar de tus reinos el terreno,
y hacia qué pueblos tu frontera yace?

Por un lado los Númidas sin freno


Y urbes gétulas de raza
Imbatible en la guerra; y allí el seno

De la inhóspita Sirte, allá te abraza


El desierto sediento ... 9

Nuestro autor adapta la escena clásica a la realidad personal en


medio de la pampa frente a los indios y a la realidad nacional, respecto
de la presencia portuguesa amenazante:

¿No adviertes cuáles son estas comarcas


en que te estableciste? De una suerte
están los Pampas, gente no domada
en la guerra; Lusitanos te cercan
y además, los chacuacos, gente brava!o.

Clara acomodación donde se sustituye a los númidas por los


pampas, a los gétulos por los portugueses, e incorpora una tribu o
nación nada virgiliana: los chacuacos, que el autor había definido en
otro sitio: "es término provincial de Sud América para significar a un
pícaro que nada tiene sino su bolsa para meter lo que agarre con su
brazo"! l.

"Versi6n poética y notas de Alfredo R. Meyer. Buenos Aires: Ediciones Epheta,


1992, pp. 177-178.
IOSuplemento del Despertador Teofilantrópico ... Buenos Aires, n.o 21, 18 de
septiembre de 1822.
IIDespertador Teofilantr6pico... Buenos Aires, n.o 3, domingo 7 de mayo de
1920.
38 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

De igual manera, lector de Ovidio, compara su situación con la


del latino exiliado junto al Mar Negro, y alterna la lectura de las
Pónticas, con la Biblia y el Quijote,
Allá, aJ !Oargen de la cultura libresca, en contacto diario con la
"barbarie" indígena, en el borderland de la cultura occidental, cristiana,
europea, y española, Castañeda sostiene en sus manos el Quijote, Uno
piensa que usará el libro como una vía de escape y olvido, de la
realidad salvaje y hostil que tiene enfrente, y que otea desde el fortín
en que él vive su exilio, Es decir, una forma de sumirse en la literatura
para evadir la realidad, Muy por el contrario, y esto es su aporte
personalísimo: Castañeda no realiza o ejerce una lectura evasiva, sino
insertiva, de cara a la realidad política del país, Lo ejercita como una
forma de retomar contacto con la política a través de la ficción, Lo
que hace es leer los actos diarios de la política argentina, desde la
novela cervantina inventa el procedimiento de aplicar episodios y
pasajes del Quijote a las realidades políticas argentinas contemporáneas,
Este evidencia que estimaba la obra de don Miguel como de valor
r.temporal y universal, y ratifica la potencia paradigmática del libro,
de notable poder alusivo a situaciones humanas universales, de todo
tiempo y lugar,
Es evidente que Castañeda no es un degustador elitista y puro
de lo literario, Ya, con la asimilación de la situación de Ovidio lejos
de Roma, condenado al ostracismo junto a los bárbaros, y de su
propia realidad presente, y de apropiación de las palabras de Ovidio
para su expresión personal, muestra que su ánimo "es" Ovidio:
Barbarus hic ego sum, quia non intel/igor ulli, .. , y nuestros indios
pampas son sus getas.
El primer periódico en el que aplica el recurso o procedimiento
dicho es en La Matrona Comentadora de los Cuatro Periodistas l2 • En
el n.O 5, del 16 de noviembre de 1821, La Comentadora ... incluye lo
que llama "Pasaje de historia profana". Se trata de un fragmento del

'2Publicó 13 números, entre noviembre de 1820 y 1822. Los ejemplares no


llevaba fechas; las conocemos porque, en una colección privada, figuran manuscritas.
BAAL. LXX. 2005 FRAY FRANCISCO DE PAULA CASTAÑEDA Y EL QUIJOTE 39

Quijote en el que Sancho habla de limpiar la ínsula Barataria de


burladores 'J • El vocablo "burlador" tiene acepciones más graves en el
siglo XVII y en el XIX, de Castañeda, que en nuestros días, pues
supone los urdidores de engaños, los que desestabilizan las instituciones
sociales; como es el uso de El burlador de Sevilla, cuyas acciones van
más allá de la violación de doncellas, y suponen irrespeto por el
compromiso, la palabra empeñada, el deber incumplido, tomar en
solfa lo trascendente, etcétera.
En su "bajada" argentina contemporánea, Castañeda presenta un
"Retazo de historia argentina, correspondiente a la historia profana
que antecede". Y, trazada la escena local, procede a la aplicación:

En los diez años que llevamos de ínsula Barataria, los treinta Sanchos
que fueron depuestos no supieron imitar la conducta gubernativa del
escudero.

Castañeda, digamos de paso, también es el primero que identifica


el país con Barataria. No debe olvidarse que el topónimo proviene de
"barato", que equivale a "engaño". Es "el país de los engaños" o "país
de las trápalas", o, como otros lo llamarán, Trapalanda. Martínez
Estrada hubiera suscrito las palabras del sacerdote, con ser él un
comefrailes.
Sobre fines del siglo XIX, Eduardo Sojo, periodista y autor teatral
español radicado entre nosotros, compuso un sainete: Don Quijote en
Buenos Aires, donde identifica nuestra actual Ciudad tan Autónoma,
con la ínsula sanchesca. Pero con la advertencia oportuna: no hay
intendente adecuado para la ínsula, le falta un Sancho.
Nuestra ínsula Argentina lleva diez años de vida (1810-1822) y
los sanchos -quitémosle la mayúscula ennoblecedora, en este caso-
gobernantes no han sabido limpiar la patria de burladores y de
tramposos.
En el número 6 de La Matrona Comentadora ... , retoma el
procedimiento. Esta vez transcribe un pasaje del Quijote, en el que se
muestra la irascibilidad de Sancho frente a las prohibiciones
gastronómicas que le impone Pedro Recio de Tirteafuera. El pasaje en

"Y. Segunda Parte, cap.'XLYII.


40 PEDRO LUIS BARCIA BAAL. LXX. 2005

cuestión pertenece a la Segunda Parte, cap. XL VII (pp. 900 a 902, de


la edición académica panhispánica).
En la "Moralidad correspondiente a la historia que antecede",
trasmuta la figura de Pedro Recio en otro Pedro: Pedro Cavia, enemigo
político de Castañeda.
El franciscano llama "retazos" a estos pasajes o trozos selectos que
entresaca de las obras, en este caso el Quijote, y que él zurce, hilvana y
cose, con habilidad sartoria, al ritmo de sus intenciones políticas. Otra
matrona ha de darse a la labor de costurera y asumirá el apellido de 10
que urde: Doña María Retazos, como se verá más adelante.
En el n.o 8, injiere un nuevo "retazo cervantino". Esta vez se trata
del episodio de Andresillo, del Quijote l4 , donde el caballero libera al
muchacho que castiga Juan Haldudo y, no bien desatiende la escena,
el patrón vuelve a azotar a Andrés. Lo que pone en evidencia la
dificultad para administrar justicia con efectos sostenidos. Concluida
la transcripción del pasaje quijotesco, pasa a la "Moralidad", y apunta:

La maldición de los caballeros andantes es para los federimontoneros;


son Panzas los que gastan su queso y su pan en mantener cuervos; y
niños Andreses los que quieren lograr el pan escribiendo lo que no
saben ni entienden (... ) Este niño Andrés ha sido Buenos Aires en el
año 20, pues por haber tolerado a los federales, hasta hoy sigue atado
a la encina y sufre tantos azotes.

El otro, de los dos periódicos suyos, en que Castafieda se vale del


Quijote para garrotear a los enemigos políticos, es el citado Doña
María Retazos, papel que apareció desde el 27 de marzo de 1821 al 1
de agosto de 1823. En el n.o 12, del 20 de septiembre de 1822, a poco
de regresar del destierro que le impuso Rivadavia en Kakel Huincul,
retoma el sistema de lecturas asimiladas: el libro ilustrador, la realidad.
El contexto histórico, para este episodio, supone que se está llevando
adelante una campaña que se ensafia contra clérigos y frailes, inclusive
con ánimos de degüello. Denuncia Castafieda que El Lobera y El
Centinela, dos órganos oficialistas, encabezan la operación de
soliviantar los ánimos contra los eclesiásticos para favorecer las medidas
que quieren implementarse. Califica la actitud a lo Quijote: "eso de
I·V. Primera Parte, cap. IV.
IAAL. LXX, 2005 FRAY FRANCISCO DE PAULA CASTAÑEDA y EL QUIJOTE 41

nsultar y maltratar al sacerdocio es propio de gente escuderil y villana"


p. 191). Para contraste, señala que "nuestros héroes": Martín Rodríguez,
:Jueyrredón, Balcarce, Rondeau, Rosas, Vidal, nunca han usado la fuerza
:ontra los clérigos o gente conventual, por ir desannados. En este nuevo
:aso se trata de comparar lo nacional con el final del cap. XXX, en el
lue un clérigo critica duramente a don Quijote, en su presencia.
\-fortificado, el caballero (cap. XXXI) le señala al religioso que no
listingue planos en su discurso y, en segundo lugar, que no ha de
'eaccionar frente a gente de iglesia, que viene desannada: "Las mujeres,
os niños y los eclesiásticos, como no pueden defenderse, no pueden ser
lfrentados" (p. 795, ed. académica), dice con palabras de don Quijote ls .
Castañeda invita a sus lectores: "Abrid el poema de Cervantes"
p. 191) Y darán con situaciones que pueden revertirse sobre el presente
)ara ilustrarlo y esclarecerlo.
La última vez que hallo la presencia del Quijote en las páginas
)eriodísticas de Castañeda se da en otro periódico suyo, el
f)espertador Teofilantrópico Místico Político, nO 73, del viernes 13
le septiembre de 1822*.
Es uno de los tratamientos más interesantes.
Como en todas las ocasiones, el periodista parte de hechos
:oncretos y del día de la vida política argentina. La libertad de imprenta
~n Buenos Aires, dice Castañeda, ha sido abolida por decreto
rivadaviano, que ha herido de muerte su función: la de Quijote en la
caballería periodística de su país. Desannado de su pluma-lanza e
impedido de transcurrir con libertad, busca la fonna de salida revisando
historias que 10 aleccionen, y da, nuevamente, con el salutífero Quijote.

La historia de lo pasado es en cualquier tribulación un documento que


llena de esperanzas y de consuelo a los atribulados: el Suplementarista y
yo recorrimos una por una las historias para encontrar alivio en nuevo
quebranto, pero todas las historias nos parecían mancas y caducas, o
fuese porque nosotros fuésemos los que caducábamos, o porque no hay
historia que sea puntual, o porque nunca lo pasado es tan vivo como lo

• Parte de este material es el que se reproduce.


"V. Doña María Retazos, de Francisco de Paula Castañeda. Estudio preliminar
de Néstor T. Auza. Buenos Aires: Tauros, 2001. Contiene la reproducción facsimilar
42 PEDRO LUIS BARCIA BAAL. LXX. 2005

presente, hasta que, de una en otra, dimos de ojos en una historia


puntualísima, en la única verdadera, que es la que nos dejó el discretísimo
CervanJes: en ella vimos el héroe de la Mancha vencido por el Caballero
de la Blanca Luna, que era un monigote incauto y cándido, sacristán de
la iglesia del Toboso, graduado de Bachiller en Osuna, y vencido por el
manchego en un bosque, bajo el título de Caballero de los Espejos.
Vimos también que el balandrón le impuso al manchego la pena de
que no manejase la espada, no por el espacio de cuatro años, sino por
el espacio de un ailo contado desde la fecha en que aquel bravo adalid,
por una casualidad imprevista, fue revolcado en las playas de la gran
Barcelona, teatro de sus glorias.
¿Qué más podíamos desear?, dijo el Suplementarista: lo que hizo el
héroe de la Mancha sea una ley inviolable para nosotros, y no se dirá
jamás que hemos degenerado un punto la andante caballería; diciendo
esto, tomó en sus manos el precioso libro, y puestas las antiparras, y
dando de narices en el capítulo 47 de la segunda parte, leyó en voz
alta el párrafo siguiente (p. 1064 del Despertador).

Las alusiones traspuestas son claras. Como es recurso habitual de


Castañeda, él se presenta como un personaje de su periódico, "Fray
Francisco"; "Don Teofilantrópico", otro y el "Suplementarista", un
tercero. Tal vez en esto también pueda verse una elemental proyección
de los juegos cervantinos con los personajes en sus planos de ficción.
El campo de batallas es el de las hojas de periódicos. Don Quijote-
Castañeda, en algunas de sus hipóstasis periodísticas, que ha vencido
antes al Caballero de los Espejos-Bachiller Carrasco-Pedro Cavia (con
alusión al.cap. XII, de la Segunda Parte), ahora ha sido derrotado, por
decreto falaz y traidor, por el Caballero de la Blanca Luna-Carrasco-
Cavia. Y busca una forma de seguir su tarea en el mundo. Halla, en
páginas de la novela, una sugerencia de nueva salida, en la que
"pudiéramos ser jueces de paz, o quizá también de primera instancia,
o juris, o fomentadores de pleitos para introducir el orden y la paz
entre tantas familias que se entregan como ratones a los gatos" (p.
1066, Despertador). Propuesta de un nuevo camino para traer orden,
justicia y paz al país argentino, desnortado, de 1822.
Las referencias del pasaje citado contienen una alusión compuesta
de dos pasajes de la novela, articulados a distancia. El primero es del
capítulo XL VIII, de la Segunda Parte, en que se cuenta cómo la pareja
andante llega a un sitio, camino de Zaragoza, en que topa con doncellas
puebUto, donde en dos por tres pudieramos ser
ó jueces de ~, ó quizá iambien de primera
instancia, ó juris, 4) fomentadores de pleyfos
para introducIr el órden, y la paz entre tanto&
familias que se entregan como ratones á los
gato...
Amigo, me respondió: eso ya es mudar
de medio, y salirnos de la andante caballeria;
&ea V. Quijotiz, y yo I>ancino: lo demas corre
de mi cuenta, y se verá que despues del mane
cbego, y del héroe -Je la bal'ainloia, no babl'ú'
otroll dos héroes comparables á nosotros; porque
aunque es 'ferdad quo el héroe (10 Ka(luelhuill-
eul mete ruido, pel"O ya todos saben que mos es
el ruido que las nueccs.
Admití pues la nue\'a nomenclatUloa: y
en un atadito cargué la biblia: un libl°itO do
meditaciones de }'ro Luis de Granada: el salo
cerdote perfecto del P. Molina, y á .Jlunín
pensamientos teológicos: por lo que bace ú, li..
bros de política no cargué mas clue á la in-
signe política, y admirable doctora Sor '}'cre-
\la de Jesus: mi compañero iba adelante, y yo
lo seguia con poso trémulo sin saber cual se-
ria mi deatinobasta que al llegar al anoyo del
'rigre, que media entre lna Conchas, y el pue-
blo de S. Fernando hizimos alto: media pica
de sol no ma..¡ se divisaba en el Occidente, y
mi corazon estaba lleno de tinieblas ó fueso
por el cansanoio, ó por ignorar los plimes de
mi conductor, 6 porque la vejez cansada, y
la fatiga de caminar á pie todo el dia me ba..
bian pucsto tal quo yo mismo no podia enten..
derme.
En esto mi companero mh'ándomc con
unos ojos compasivos me dijo: D. Quijotiz uguar-
dem~ y. aquí, que voy ó. buscar posllda: va-
ya V. oon Dios senor Pandno, le respol1dí, y
quiera Dios que V. vuelva antes (lue crezca
tnnto la marea que amanezca yo voyo.mlo en
el Paran á. como todo~ los que se ahogan: ó. las
dos hOl'as volvió mi PanclDo muy alegre con
la agradable noticia de que teníamos posada,
y buena posada 011 la casa que fue de Da. J ua-
na Limn: yo que estaba transido ya dG fl'io
por hnber estado tanto tiempo en la humedad
snqué fuerzas de flaqueza, y cargando mi ata-
do pasé ó. pie el arroyo del Tigre que me dió
por la cintura dejando mis ~apatos en el fan-
go; despues do haber pnsado otros pequeños
baDados entramos pOLo lns calles que tambien
estaban llenas de agua pero con suelo duro de
al'ena, y asi es que pude lavarme plll'a llegar
con alguna decencia.
Los dueños de la casa. nos estaban aguar-
dando, y cuando vieron entrar ó. los dos viejos
no sabian que hllcel'Sc por agasajarnos: el amo
de la casa era un D. l\{ariano Uomero Pineda
y ni'acamonte, hombro que á. 511 cal'idad junta-
ba una paciencia inalterable, y se ocupaba. en
enseñar 6 10er , escribia' y rezar a todos los niñOl
del pueblo: habia sido alcalde de primer voto
en la oiudad de Mercedüs, donde perdió todas
sus conveniencias IL rigor de los montoneras,
que asolaron la otra bonda: SIJ esposa era
una Doña Catalina Viñiales dosocndienta
de fidalgo8 que juntaba con un cal'iDo extre-
IDO!O un oran, y trabajo contÍDuo en lo econ6-
BAAL. LXX. 2005 FRAY FRANCISCO DE PAULA CASTAÑEDA Y EL QUIJOTE 45

y mancebos vestidos de pastores, con el deseo de representar una


égloga de Garcilaso y otra de Camoens. Habitan una "Arcadia fingida
o contrahecha" (p. 996). Pero Quijote no quiere permanecer entre
ellos, y sigue su camino, después de un infeliz episodio con una
manada de toros que lo pasa por encima. Amo y escudero atraviesan
la Arcadia simulada y a sus pobladores ocasionales sin que les influya
en su destino. El segundo pasaje (cap. LVII, al que alude Castafieda,
con error, como 47), más adelante, se da en el diálogo de ambos,
cuando de retomo pasan nuevamente por la supuesta Arcadia. Entonces,
Quijote propone una nueva salida, abandonando la caballería, y
asumiendo la figura y los hábitos de pastores, con el nutrimiento de
las novelas del género. El pasaje transcripto es el siguiente, reducido
aquí a lo esencial del planteo:

Éste es el prado donde topamos a las bizarras pastoras y gallardos


pastores que en él querían renovar e imitar a la pastoril Arcadia,
pensamiento tan nuevo como discreto, a cuya imitación, si es que a ti
te parece bien, querría, ¡oh Sancho!, que nos convirtiésemos en pastores,
siquiera el tiempo que tengo de estar recogido. Yo compraré algunas
ovejas y todas las demás cosas que al pastoral ejercicio son necesarias,
y llamándome yo 'el pastor Quijótiz' y tú 'el pastor Pancino', nos
andaremos por los montes, por las selvas y por lo prados, cantando
aquí, endechando allí, bebiendo de los líquidos cristales de las fuentes,
o ya de los limpios arroyuelos o de los caudalosos ríos (p. 1061,
edición académica).

Castañeda asocia a Don Teofilantrópico, el protagonista del


periódico, con Quijótiz, y al Suplementarista -otra publicación del
fraile era el Suplemento del Teofilantrópiccr-, con Pancino. Hablan
pues el Suplementarista-Pancino y Teofilantrópico-Quijótiz.

Amigo, me respondió, eso es ya mudar de medios, y salirnos de la


andante caballería; sea usted Quijótiz, y yo Pancino: lo demás corre de
mi cuenta, y se verá que, después del manchego, y del héroe de la
Barataria, no habrá otros dos héroes comparables a nosotroS.
Admití pues la nueva nomenclatura: yen un atadito cargué la Biblia,
un librito de meditaciones de Fr. Luis de Granada, El sacerdote peifecto,
del P. Molina, y a Jamin: Pensamientos teológicos. Por lo que hace a
46 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

libros de política, no cargué más que a la insigne política y admirable


doctora sor Teresa de Jesús. Mi compañero iba adelante, y yo 10
seguía con paso trémulo sin saber cuál sería mi destino hasta que al
llegar al arroyo del Tigre, que media entre Las Conchas y el pueblo de
San Fernando, hicimos alto. (p. 1066)

Pancino busca posada para pasar la noche, y la hallan en casa de


un tal Mariano Romero Pineda y Bracamonte, que había sido alcalde
de Mercedes, en la Banda Oriental, y de doña Catalina Viñuales. En
esa casa comienzan una tertulias con matronas de la zona para lectura
de obras de Santa Teresa, comentadas por Quijótiz. Así pasan los
días, hasta que la noticia de la reimplantación de la libertad de
prensa los devuelve a Quijótiz y a Pancino, a su original condición
de Quijote-Teofilantrópico y Sancho-Suplementarista, y dejan las
localidades bonarerenses, rumbo a Buenos Aires.
Así funciona el recurso adoptado por el franciscano. Recurre a un
procedimiento de paralelismo entre ambas historias: una ficticia, la
quijotesca; y una real, la nacional. Ilumina esta con aquella, y vuelve a
un uso peculiar de la literatura, en esta especie de lectura traspuesta o
indirecta. El Quijote es su piedra de toque, es su llave aperitiva para la
interpretación de la política argentina. Vertu aperitive de la cié, dijo
Pascal. Y es aplicable a la literatura. No solo abre la vía hacia la
lectura del meollo de la política nacional sino que se convierte en
instrumento hermenéutico para sondearla y entenderla mejor.
A no dudarlo, el mejor conocedor del Quijote, entre nosotros,
hacia 1820, y durante la revolución independentista, fue fray Francisco
de Paula Castañeda. y su lectura sub specie política del Quijote es el
aporte más novedoso de todo nuestro siglo XIX. Hemos de aguardar
hasta el último tercio de ese siglo para dar con otro autor que aproxime,
con intencionalidad crítica, el libro clásico al campo de la política:
Alberdi y su Quijote en la Patagonia. Es lástima que el tiempo haya
esfuminado muchos de los hilos de la red de alusiones a figuras y
situaciones de la hora política que las páginas del franciscano contienen,
con lo cual su lanceta acerada y su aguijón cáustico se embotan
parcialmente para nuestro conocimiento actual.

Pedro Luis Barcia


ARTÍCULOS

PREHISTORIA DE LA SOLEDAD

Aunque la infonnación resulte escandalosa, o llamativamente


periodística, hemos envejecido centenares de milenios desde 1849;
hasta entonces, la antigüedad total de la humanidad retrocedía sólo
unos pocos siglos. Seis mil afios ilustres y solemnes salidos
directamente de la creación religiosa del mundo, ocurrida poco antes
del publicado diluvio. Para mayor exactitud, el 23 de mayo de 4004,
confonne al prolijo calendario del prelado británico Asher. A veces, la
historia es una hipótesis de la nostalgia. Hijo del desobediente Adán,
aquel viejo fundador de pueblos, el hombre se jactaba con legítimo
orgullo de su imagen y semejanza con el Supremo Creador. Una larga
fila de generaciones bíblicas convalidaba el ilustre blasón. Pero, en
1849, nuestro "pasado terrenal" se hunde en fechas remotas y
dubitativas, como si los resortes que sostenían nuestra seguridad
hubieran sido liberados de golpe. La humanidad inicia de pronto un
veloz racconto: 40.000, 150.000, 650.000, 850.000 afios de prehistoria
son rescatados cinematográficamente por el vértigo instrumental de la
antropología, y todavía continúa el retroceso. Ahora ya sin heráldicas
presuntuosas; ahora ya con la humilde certidumbre de parecernos, con
mayor nitidez, a los primates inferiores de la escala zoológica. La
historia también es una pesadilla de la imaginación.
Mucho antes de nuestra incipiente biología, el paisaje estaba
pobladó de agresivos gliptodontes, brontosauros, protoceraptos y lejanos
amonites. Porque en el comienzo no fuimos el comienzo. Hace millones
de afios aún no habíamos sido programados, y una impaciente fauna
recorría estas mismas tierras que nosotros seguimos creyendo vírgenes.
O que seguíamos creyendo vírgenes hasta que, en 1849, un obstinado
francés publicó Antiquités ce/tiques et antédiluviennes. Desde entonces,
48 JOSE EDMUNDO CLEMENTE BAAL, LXX, 2005

el origen laico del hombre se pierde en sedimentaciones y estratigrafías


geológicas, igual al delgado hilo de agua hundido en los ásperos
laberintos de la sed.
En verdad, antes de 1849, otros incrédulos habían sospechado de
la imaginativa datación bíblica. Leonardo (cuándo no), Bernard Palissy
y Jean-Jacques Scheuchzer adelantaron distraídamente sus dudas; pero
las vacilantes desconfianzas quedaron neutralizadas por la fuerte imagen
del homo diluvianus imperante. Nada "debía" sobrepasar el texto del
Génesis, cuna oficial de la Creación. Cuando en 1849, Boucher de
Perthes exhibe testimonios más contundentes, expuestos con fanatismo
irrefutable, el diluvium tremens cede ante la clara realidad de la
investigación, y nace la ciencia del remoto pasado.
"Cet Ouvrage, imprimé en 1847, n'a pu, en raison des
circonstances, étre publié qu'en 1849", avisa el frente-portada de
Antiquités ce/tiques el antédiluviennes; luego en el prólogo, los editores
ate:1úan la referencia antédiluviennes afirmando que trata de
"instrumentos y signos muy antiguos, descubiertos de 1837 a 1846, en
las sepulturas célticas y en los terrenos diluvianos". Des terrains
diluviens ... ; una manera elegante y cauta de encubrir la tesis que habría
de acabar, precisamente, con la antonomasia de la leyenda diluviana
para la primera edad del hombre, y documentar su largo currículum,
que hoy llega a los albores del homo laber. Antigüedad del cuerpo y
del alma. Ochocientos cincuenta mil años de esperanzas en divinidades
desaparecidas. ¿Cuántas veces el temor metafísico del hombre se habrá
refugiado en desconocidas y olvidadas creencias, falsas y verdaderas?
¿O somos nosotros, recién llegados, los únicos merecedores de
salvación? Boucher de Perthes elude preguntas angustiosas; le basta
con mostramos que el hombre viene del desolado pretérito, sin otro
testimonio que las huellas de sus manos todavía evidentes en los
huesos y pedernales utilizados en su urgente lucha por sobrevivir.
Lucha que pareciera ser, al cabo, su vocación más constante. ¿Acaso
toda religión no corrobora in aeternum ese impulso instintivo?
Los prejuicios científicos salieron igualmente al paso. Herbert
Kühn recopila: "Es la primera obra que reproduce hachas de la era
Glacial. La Academia parisiense nombró una comisión para examinarla,
constituida por los científicos entonces destacados: Cordier, Dufresnoy
y Rochette. Todos rechazaron la obra, por unanimidad" (El despertar
de la humanidad). La lucha es una prueba de la sabiduría.
BAAL, LXX, 2005 PREHISTORIA DE LA SOLEDAD 49

"Yo tenía las herramientas del hombre anterior al diluvio, pero


solamente yo sabía que las poseía", escribe en su diario, con esa
melancolía serena de los solitarios. Tal vez, el reconocimiento público
hubiera tardado mucho más si no fuera que al destino le gustan las
ironías. Quien se jactaba de su parentesco directo, por parte de madre,
nada menos que con Juana de Arco, y, por tanto, de una ferviente
enemistad con los inmoladores ingleses, recibe incondicional ayuda y
respaldo de Joseph Prestwich y de John Evans, de la Sociedad
Geológica de Londres. Luego, el eminente Charles Lyell (The antiquity
01 man) corroborará definitivamente los sedimentos pleistocenos
encontrados por Boucher de Perthes. Desde entonces, una nueva
dendrocronología recorre los anillos ocultos de la historia.
Quince años rastrea tierra, arenisca, lodo y cuanto yacimiento de
grava encuentra en las canteras de Moulin-Quignon, a las puertas de
Abbeville, en busca de las pruebas de su hipótesis. Trabajos que
justifican a Francia como capital universal de la prehistoria. Frederick
Zeuner certifica:

La carriere du Moulin-Quignon es la verdadera cuna del paleolítico,


ya que a partir de ese lugar Boucher de Perthes describió por primera
vez los utensilios humanos en relación con los mamíferos extinguidos
(Geocronología).

Actualmente, la cultura lítica inferior lleva los nombres nacionales


de chelense (Chelles-Abbeville), acheulense (Saint-Acheul, suburbio
de Amiens) y musteriense (Le Moustier, municipio de Peyzac,
Dordogne). Igualmente, el Paleolítico superior baja su cronología del
auriñaciens (Aurignac, Haute-Garonne), solutrense (Solutré, Saone-
et-Loire) y magdaleniense (La Madeleine, Dordogne). La cultura del
Cuaternario se escribe en francés en las clasificaciones historiográficas
porque un ciudadano luchó para cambiar el viejo academicismo de sus
compatriotas por otro más adaptado al hombre moderno.
Quizá, Boucher de Perthes no haya sido víctima de la época ni de
sus connacionales. El siglo XIX estaba muy preparado para cualquier
sorpresa; en cuanto a los franceses, les costaba ver en este buen mozo,
elegante, mujeriego, al reposado sabio precursor de una de las ciencias
de mayor erudición y dificultad. Jacques Boucher de Cravecoeur, de
Perthes por real cédula, nacido el 10 de septiembre de 1788, en Rethel,
50 JOSÉ EDMUNDO CLEMENTE BAAL, LXX, 2005

departamento de Ardennes, era hijo de familia noble y acomodada,


cuyos ancestros tenían el escudo familiar de una santa. Su adolescencia
y su madure~ fUeron impacientes. Quiso ser marino de abordaje y terminó
en un tranquilo puesto de administrador de aduana; quiso ser violinista
y terminó en entusiasta bailarín de valses vieneses; quiso ser héroe de
los ejércitos napoleónicos en la campaña italiana y terminó en amante
de Paulina Borghese, hermana del Emperador. "Pueden imaginárselo
todo: duelos, noches pasadas en un armario, paseos románticos, cartas
inflamadas, desgarramientos y triunfos en los salones", completa Néstor
Albessard (El origen de la humanidad). Administrador, diplomático,
autor teatral, novelista, arqueólogo y paleontólogo aficionado; sociólogo,
librecambista, su obra escrita pasa de la veintena, sin incluir un sugestivo
"Diccionario de las pasiones y de las sensaciones". A los 52 años
encuentra su vocación y su soledad. Muere a los 80. Hoy un pequeño
monumento lo recuerda en el íntimo cementerio de Abbeville.
He dudado mucho antes de incluir a Boucher de Perthes entre mis
}-,éroes de la soledad; por no ser justamente un desconocido, en el sentido
bibliográfico de la palabra. Ninguna obra documentada en prehistoria
discute su nombre. Pero un viaje al yacimiento fosilífero de Iscrugualasto
decidió mi vacilación. Ahí supe que la soledad puede no ser la del
protagonista; sino ser la de los otros, por él descubierta. El tiempo
olvidado de los otros. Seres cuyo rostro ni podemos imaginar y que, sin
embargo, sentimos su voluntad en nuestro pulso, en nuestra sangre.
Caminaba aquella tarde por el llamado "Valle de la Luna"; el suelo
arenoso cedía a mis pies, como alfombra espesa que obliga al silencio.
Una circunferencia geográfica de varios kilómetros, blanca y ondulada,
cerraba mi' asombro. Sabía que estaba pisando el lecho arcilloso de un
lago triásico. Ciento sesenta millones de afios me contemplaban. A
nivel de la tierra, frutos de una naturaleza impulsiva, brillaban los restos
mineralizados de quietos dinosaurios, Huesos que se partían en trozos
pequeños cuando los tomaba, escapando violentamente a mi codicia de
cazador intruso. Sentí un profundo vértigo; tenía en mis propias manos
las pruebas de la historia inicial de la Tierra. De la Tierra sola. Cristalizada
en milenios. Mineral soledad.
Yo estaba en el mundo y era dueño existencial de mi tiempo;
solamente que ese poder era ilusorio. Flamígero como el borde
crepitante de la llama. Porque el paisaje tranquilo empezó a cambiar y
mi cuerpo a perder su nitidez, como si un fantasma me empujara
BAAL, LXX, 2005 PREHISTORIA DE LA SOLEDAD 51

contra una pared invisible. Las luces amarillentas del atardecer


acentuaron el espejismo. Una galería de animales monstruosos
despertaba en las columnas erosionadas por el insistente viento creador,
tomando movimiento de las sombras. Los antiguos habitantes del lago
se acercaban. Carnívoros teriodontes, al acecho criminal; desconfiados
decinodontes me apuntaban con sus mandíbulas en forma de pico.
Quería escapar; imposible. Otros me aguardaban en la única salida,
levantados sobre sus patas traseras; desafiantes. La fauna local crecía
y crecía en la alucinada puesta de sol. Me sentí atrapado por el infinito.
Ciento sesenta millones de años reduCÍan mi pobre tiempo a una
despreciable partícula borrosa. El espectro era yo.
También el más remoto de los hombres era todavía un espectro.
Un largo guión lineal lo separaba de Ischigualasto. Apenas hace 850.000
años que nuestro antepasado decano hizo su aparición. De esos años
hemos recuperado en detalle los últimos 40.000; Lascaux y Altamira
salvadas para la memoria. ¿Y antes? Nada sabemos de la vida del
anciano Australopiteco; como tampoco nada sabíamos hasta 1849 de
las flamantes cuevas paleolíticas, ahora familiares a nuestra admiración.
Sin prejuicios. Boucher de Perthes agilizó los músculos ópticos de la
comprensión. Este fue su mérito. En el principio fueron las gravas de
las canteras de Moulin-Quignon; después el pretérito fue abordado por
otros navegantes, hasta completar la enorme comarca de la soledad,
desde donde viene la historia del hombre; este simple fantasma del
tiempo. Peregrino del olvido. Dios que muere.

José Edmundo Clemente


CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE

Se cumplen en este 2005 cien años del nacimiento de Jean Paul


Sartre. Con tal motivo, en Francia y en buena parte del mundo, se han
llevado a cabo conmemoraciones, encuentros, seminarios y congresos,
además de los innumerables trabajos realizados por especialistas, tanto
en el campo de la filosofia como en el de la literatura y aun en el de la
política. Las opiniones han variado, como era de esperar: ya laudatorias
hasta el extremo de considerarlo el pensador más importante del siglo
(lo que parece excesivo aun como hipérbole), ya con reservas en
cuanto al valor de sus aportes en los campos antes nombrados. No
deben adoptarse los extremos y sí, más bien, y como homenaje a su
memoria, tratar de poner en claro los alcances de su obra y la
gravitación de su vida pública, tanto en los tiempos a menudo
turbulentos que le tocaron, como hoy, a veinticinco años de su muerte.
En un juicio de Joseph Majault a propósito de Mauriac, aquél
observaba:

Al principio se empezaba con la novela con el objeto de descubrir la


filosofia del autor; ahora es la filosofia la que establece y explica los
personajes, y hasta la propia estructura de la novela.

Adhiere John Cruickshank a esa opinión. Y añade (a fines de los


años sesenta):

Sin duda, ésta es una de las razones por las que tantos novelistas
franceses de los últimos veinticinco años no sólo reciben, sino que
necesitan de manera manifiesta una considerable dilucidación que
implique términos filosóficos l .

ICRUICKSHANK, JOHN. "La novela francesa contemporánea". En El novelista como


filósofo. Buenos Aires: Paidós, 1969, pp. 22 Y ss., Y cita de Majault en nota 2.
54 FEDERICO PELTZER BAAL, LXX, 200S

Enseguida se nos ocurren los nombres de Sartre y de Camus, pero


la observación vale, no sólo para las novelas, sino también para su
teatro, y lo mismo sucede con otros escritores como Gabriel Marcel.
Sartre' está íntimamente asociado al existencialismo, a tal punto
que es imposible comprender su obra si no se la juzga iluminada por
aquél. Pero ocurre que el existencialismo, como posición filosófica,
no ofrece una total coincidencia entre quienes lo sustentan. Sartre es
uno más entre los existencialistas, aunque quizá por su relevante obra
literaria y sus actitudes en la vida pública haya contribuido más que
ninguno a popularizar el término. Conviene ahora formular un mínimo
repaso del existencialismo para situar a Sartre dentro de esa
denominación.

El existencialismo
Cabría preguntarse por qué apareció esta corriente del pensamiento
en el siglo XX, aunque algunos estudiosos exploran sus orígenes en
tiempos más lejanos.
Dicho siglo padeció dos catástrofes únicas (y ojalá no conozcamos
una tercera): las dos guerras mundiales. Toda guerra mundial supone
riesgo extremo, tensión permanente, que a menudo precede a su
estallido, y luego revisión de valores y penosa reinstalación del llamado
a la vida. En el caso de la guerra del 14, el optimismo con que se
envió a los hombres a la lucha ("la última de las guerras") se vio
pronto defraudado. Hoy, tras la segunda -mucho más cruenta-
cualquier.a sabe que, salvo que las armas nucleares destruyan
completamente el mundo, ninguna guerra será la última, y el universo
de paz y justicia con que soñaban algunos de los firmantes del Tratado
de Versailles es una utopía más. En un mundo desprovisto de ilusiones,
surge el existencialismo.
Si quisiéramos caracterizarlo en forma somera, podríamos señalar
que es un regreso al Yo-concreto como persona. El impulso de esa
concepción quizá deba buscarse en el fracaso del idealismo en los dos
últimos siglos. La "atmósfera" dentro de la cual nos desenvolvemos
incita a vivir la aventura individual hasta sus últimas consecuencias y
como suprema aspiración. Si a ello se le suma la realidad que
contemplamos (guerras, hambre, dolor irreparable, abuso e injusticia
BAAL. LXX. 2005 CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE 55

por doquier), es explicable que el hombre se sienta solo y desprovisto


de amparo. Pareciera que sólo quedan para él dos caminos: o adaptarse
a la soledad y al abandono en que se encuentra, para tratar de vivir a
pesar de ellos ('1lay que imaginar a Sísifo dichoso "), o caer en la
desesperación donde la pendiente no puede remontarse. Tal vez la
razón de ser de cierto existencialismo podría encontrarse precisamente
en la última actitud. Quizá no haya ninguna filosofía que, como ella,
tenga tanto para decirle al hombre desesperado, aunque no por eso
debamos concluir en que el existencialismo es una filosofía de la
desesperación.
Quizá, en su sentido general, podríamos señalar que el
existencialismo es una reacción de la filosofía en procura del hombre,
opuesta a la filosofía de las ideas y de las cosas. No interesa tanto la
existencia en toda su extensión, como la existencia del hombre
individual. Se propone como punto de partida estudiar lo individual y
concreto, por oposición a lo universal y abstracto. Para el
existencialismo, lo universal no existe ni tiene entidad fuera de lo que
personalmente conceptuamos. Es menester interesarse por el individuo
humano, no ya el hombre en general como una abstracción entre los
individuos de la especie. Debe buscárselo en su concreta realidad,
constituida por sus problemas diarios, lo que viven los hombres
cotidianamente, a través de grandes o pequeños actos que jalonan
cada vida. Es un existir fluyente y la existencia es acción. Así se
explica la denominación de esta filosofía2 •
La filosofía tradicional, desde los griegos hasta Husserl, se proponía
el estudio de las esencias, lo universal, los objetos correspondientes a
nuestras nociones abstractas. El existencialismo centra su estudio en
lo concreto. Su método no es nuevo, sí lo es el enfoque adoptado: el
análisis del Yo-existente de una manera inmediata. Es menester dejar
de lado, al menos en una etapa inicial de nuestro conocimiento, todo
presupuesto histórico o teórico para que no vicie a priori 10 que la
realidad vaya mostrando.
Puede hallarse un punto de partida para el existencialismo actual en
dos troncos: uno es el filósofo francés Maine de Biran (1766-1824),

2MOUNIER, EMMANUEL. Introducción a los existencialismos. Madrid: Guadarrama,


1967, pp. 12-13.
56 FEDERICO PELTZER BAAL, LXX, 2005

quien, contra el sensualismo que degrada al hombre, afirmó la autoridad


de la existencia comprometida; el otro es Kierkegaard (1813-1855),
cuyo pensamiento tuvo gran influencia en la Europa nórdica. Reaccionó
contra el sistema absoluto de Hegel, al que opuso el "existente
absoluto". De ahí, a su vez, parten dos grandes ramas: una se inserta
en el tronco cristiano, que supone exaltar la dignidad de la imagen de
Dios y su encamación en Jesucristo. Establece la primacía del problema
de la salvación sobre las actividades puramente especulativas del saber
y la utilidad. El existencialismo de tal orientación no sería otra cosa
que un nuevo lenguaje del cristianismo. Reconoce vínculos con Scheler,
Jaspers, los rusos Chestov y Berdiaeff, la rama judía de Martín Buber
y Bergson, y los filósofos y escritores franceses Péguy, Claudel y
Gabriel Maree!. La otra rama, en cambio, se apoya en Nietzsche y en
sus profecías sobre el hombre del futuro, después de "la muerte de
Dios". De ella nace un nuevo estoicismo, en el cual el hombre es
exaltado al enfrentarlo con su soledad fundamental, con la nada, fondo
sin fondo de la experiencia. Aquí se inscriben el existencialismo que
podría llamarse neutro, a través de Heidegger, o directamente ateo,
como en Sartre y sus discípulos3 •
En un manual publicado hace afias, Tristán D' Athaide abordó un
temprano análisis del existencialismo como filosofia de nuestro tiempo,
aunque su estudio parece comprender más precisamente al
existencialismo ateo. Sefialó tres rasgos fundamentales de nuestra
época: primero lo que llamó "el espíritu de uniformidad". El mundo
moderno perdió la unidad que le daba la secular creencia acerca de la
existencia. de Dios y pretendió reemplazarla con la uniformidad, que
es su caricatura porque, mientras la unidad es equilibrio en la diversidad,
la uniformidad es supresión de esas diversidades. Cabe recordar aquí
la "mala igualación" de que habló Scheler. Segundo, la actitud de
espera y de inquietud permanente, algo que se verifica en muchísimos
hombres, y se revela incluso en síntomas fisicos. Estamos a la espera
de algo, no sabemos de qué o de quién. En otro tiempo, el hombre
sabía cuál era el objeto de su espera; hoy duda. De ahí el afán constante
por la novedad en todos los ámbitos: la ciencia, el arte, la política,
hasta la moda. La sola espera parece encerrar un sentido. Tercero, la

'MOUNIER, EMMANUEL. Ob. cit., p.l3-19.


BAAL, LXX, 2005 CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE 57

exaltación de la vida, que siempre se agudiza en tiempos de crisis.


Cuando la vida se ve amenazada por catástrofes que el hombre no
puede conjurar, las fuerzas de aquél, sobre todo las más primitivas
(como el instinto) se exacerban. Entonces se erige la vida en valor
supremo, porque no hay fundamento para remitirse a otra4 •
Cierta literatura confirma esta caracterización. En cuanto a la
espera sin objeto, la celebérrima Esperando a Godot, de Samuel
Beckett, parece buen ejemplo. Acerca de la exaltación de la vida,
parte de la obra del sueco Par Lagerkvist (sobre todo, La eterna sonrisa)
y las novelas del cretense Nikos Kazantzakis (en especial Zorba, el
griego) ilustran esa valoración extrema.
Para el existencialismo ateo, antes mencionado, el hombre es
concebido como una realidad absurda y sin sentido, cerrada sobre sí
misma y sin relación posible con el mundo de los demás o el de las
cosas que lo rodean. No hay trascendencia, niega o ignora a Dios y es
imposible establecer reglas o principios de moralidad. En esta postura
cabe situar a Sartre y, por supuesto, a su discípula Simone de Beauvoir.
Con estos breves antecedentes, creo oportuno abordar las ideas de
Sartre, en cuanto se diferencian de otras concepciones existencialistas.
Ante todo, algunos datos sobre su persona.

El hombre Sartre
Nació en París, en 1905. Las familias paterna y materna pertenecían
a la burguesía media. El padre era marino y su estada en Indochina le
hizo contraer unas fiebres que le causaron la muerte cuando su único
hijo era muy pequeño. "Me salvó del superego", dice aquél. Fue
educado por la madre y por el abuelo materno, con quien vivían. En
realidad fue el abuelo quien más influyó, porque la madre era débil y
estaba supeditada a su padre. Su infancia, entonces, fue lo que
podríamos llamar "una infancia espiada". En Las palabras refiere
cómo eran celebrados sus progresos, en particular, por ese abuelo-

4D' ATHAIDE, TRISTÁN. El existencialismo. filosofía de nuestro tiempo. Buenos


Aires: Emecé, 1949, pp. 9-21.
'QUlLES, ISMAEL. Sartre y su existencialismo. Buenos Aires: Espasa Calpe, Austral,
1952, pp. 24-25.
58 FEDERICO PEL TZER BAAL. LXX. 2005

padre, un hombre liberal, muy siglo XIX, imbuido por principios que ya
no tenían vigencia. No es de extrañar que el niño Jean-Paul tuviera
problemas de adaptación dentro del hogar y fuera de éste, así los continuos
cambios de colegio, cada vez que algún maestro o los compañeros no
parecían comprender los méritos de aquél. Observaba por entonces ciertas
costumbres religiosas, aunque sus creencias no eran tales sino, más bien,
hábitos propios de su época y de su clase. Dice, en Las palabras:

Necesitaba un Creador y me daba un gran patrón; los dos eran uno,


pero yo lo ignoraba. Yo servía sin calor al ídolo farisaico, y la doctrina
oficial hacía que se me quitaran las ganas de buscar mi propia fe6 •

Aquel niño que "siempre tenía hambre" (de puro bueno, al decir
de la abuela), pronto manifestó su amor por la lectura. Devoró la
biblioteca del abuelo, instalada en el piso de arriba; con ella sustituyó
a los amigos, innecesarios según la madre, porque siempre estaba
alegre y tenía todo lo que quena... Su hipersensibilidad a menudo le
hacía ver visiones -o proyecciones- que rechazaba. La religión mal
digerida le inspiraba repulsa. Un día le encargaron en el colegio una
composición sobre la "Pasión de Cristo". La presentó, aprobada
previamente por toda la familia, pero sólo obtuvo la medalla de plata.
Lleno de despecho, atribuyó a Dios su fracaso y lo maldijo. Con los
años, reflexiona:

Acabo de contar la historia de una vocación fallida. Necesitaba a


DIOS, me lo dieron, pero lo recibí sin comprender que lo buscaba. Al
no poder enraizar en mi corazón, vegetó en mí durante algún tiempo y
después se murió. Hoy, cuando me hablan de Él, digo con la diversión
sin pena de un viejo enamorado que se encuentra con su vieja
enamorada: hace cincuenta años, sin ese malentendido, sin esa
equivocación, sin el accidente que nos separó, podía haber nacido
algo entre nosotros'.

Quizá lo que sintió Sartre en aquel momento fue el impulso de su


confesado orgullo al sufrir un fracaso que no podía concebir en él. El

·SARTRE, JEAN PAUL. Las palabras. Buenos Aires: Losada, 1966, p. 20.
'Las palabras, pp. 68-69.
BAAL, LXX, 2005 CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE 59

orgullo se irá convirtiendo en uno de sus rasgos distintivos. Querido y


estimado por la familia y los amigos, se sentirá indispensable:

Nací para colmar la gran necesidad que tenía de mí mismo; hasta


entonces sólo había conocido las vanidades de un perro de salón;
empujado hacia el orgullo, me volví el Orgulloso. Como nadie me
reivindicaba seriamente, elevé la pretensión de ser indispensable para
el universo'.

El niño así caracterizado se dedica, cuando cuenta con los años y


la energía suficientes, a escribir relatos y algunos novelones, además
de poemas que repasará más tarde con indulgente complacencia, Dice:
"Se escribe para sus vecinos o para Dios. Yo tomé el partido de
escribir para Dios, con la intención de salvar a mis vecinos,,9. Y como
el abuelo demostraba cierto desdén por esa actividad incipiente, confiesa
más adelante que no sabe si, en último término, los muchos libros
escritos no serán un modo de justificarse ante él.
Casada por segunda vez su madre, la familia se instala en La
Rochelle, donde permanece hasta 1921. Los profesores admiran la
inteligencia del nuevo discípulo, pero también subrayan su carácter
enredador. Ya bachiller, vuelve a París y cursa en la Escuela Normal
Superior (1925-29), donde obtiene el grado en Filosofia. Cumple con
el servicio militar y luego se desempeña como profesor en Le Havre.
Viaja esporádicamente por Alemania y recibe lecciones de Husserl y
Heidegger. En 1936 aparece La imaginación y, en 1938 -fecha crucial-,
publica La náusea. En 1943 obtiene su mayor notoriedad con la
aparición de El ser y la nada. En el mismo año escribe Las moscas,
recreación del mito griego ("La Orestíada"), aunque notoriamente
apartado de éste por su desenlace. Sigue el resto de su obra teatral y
las tres novelas agrupadas bajo el título de Los caminos de la libertad
(el proyecto original abarcaba cuatro). En 1947, con El existencialismo
es un humanismo, ensaya una defensa de su ideario. Profesor del
Liceo -Pasteur, fue movilizado al producirse la invasión alemana.
Desempeñó servicios auxiliares y cayó prisionero, pero consiguió

'id_, p. 73.
9Íd., p. 118.
60 FEDERICO PEL TZER BAAL. LXX. 2005

evadirse. Mientras enseñaba en el Liceo Condorcet, publicaba artículos


en periódicos de la Resistencia. Retirado de la enseñanza, a la que sólo
dedicó en adelante algunos cursos aislados, viajó por diversos lugares
de Europa acompañado por Simone de Beauvoir, con quien anudó una
larga e intermitente relación, tan extraña en sus vaivenes sexuales como
fmne en el afecto y en el intercambio intelectual. En La fuerza de la
edad y, sobre todo, en La ceremonia del adiós, Mme. Beauvoir ha
relatado los pormenores de esa relación y, fundamentalmente en la
última, la penosa etapa final, signada por la declinación fisica y mental
del escritor y por su entrega a algunos discípulos aprovechados.
Se ha dicho, quizá con razón, que Sartre nunca pudo evadirse de
su clase, la burguesía, a pesar de los ataques que le dirigió. También
que su virulencia no es sino un modo de justificarse por depender de
ella. Como dice Jolivet:

Desde este punto de vista, la autenticidad o coincidencia consigo, de


la que Sartre hará el principio de su moral, aparecerá en el plano
especulativo, como una expresión del debate de Sartre consigo mismo
y la forma mágica de una catarsis o una rehabilitación lo .

Es duro para juzgarse: a menudo se llama inconstante. La


inestabilidad en el interés se une en él a la fidelidad ideológica y
también afectiva. Al examinar su escritura con ojos de grafólogo,
alguien ha concluido que permaneció fijo en el estado autoerótico; sin
embargo, no se le puede negar rigor para consigo ni lealtad para con
los demás, Esa lealtad lo llevó a reivindicar a su compañero de escuela,
Paul Nizan; también a pronunciar algunas de las más nobles palabras
que se dedicaron a Albert Camus, al ocurrir su muerte, pese a la
áspera polémica que sostuvieron y la consiguiente separación.
Asimismo debe reconocerse su ambición como creador. Asegura
que no le importan las criticas, a condición de que le reconozcan que
su último libro representa un progreso comparado con los anteriores.
Esa persecución de lo nuevo lo llevó a polemizar con violencia y
también a sostener puntos de vista totalmente opuestos a los que había

10
JOLlVET, RÉGlS. Sartre. Buenos Aires: Columba, ! 963, p. 16.
BAAL, LXX, 2005 CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE 61

profesado, cuando su honradez lo exigía. Así ocurrió al condenar la


invasión de Hungría por las tropas rusas, en 1956.
Eligió la rebelión (yen esto hay cierta coincidencia con Camus).
Por ella pretende modificar un mundo donde las injusticias se legitiman
o se disfrazan con falsas razones, cuando no se remiten a una instancia
eterna donde quizá hallen remedio. A pesar de esta alusión irónica a la
fe de muchos, en las últimas páginas de Las palabras, confiesa, perdida
la fe, cierta nostalgia por l¡l dimensión religiosa:

En mí la certeza del más humilde creyente se volvió la orgullosa


evidencia de mi predestinación. Predestinado, ¿por qué no? ¿No es un
elegido todo cristiano? Yo crecía, hierba silvestre, en la tierra de la
catolicidad, mis raíces chupaban sus jugos y los convertía en mi savia;
de ahí provino una ceguera lúcida que padecí durante treinta años.
Una mañana, en 1917, en La Rochelle, esperaba a unos compañeros
que me tenían que acompañar al colegio. Tardaban. Al poco rato no
supe qué inventar y decidí pensar en el Todopoderoso. Saltó en el azul
en el acto y desapareció sin darme explicaciones. "No existe", me dije
con una extrañeza educada, y creí arreglado el asunto ll .

Señala después cómo tuvo que evadirse también del Espíritu, y


hacerlo a través de una obra literaria, en muchos aspectos desoladora,
pero merced a la cual espera permanecer entre los hombres ... mientras
haya hombres. En esa obra encuentra un sentido para su existencia:

Lo que me gusta de mi locura es que me ha protegido desde el primer


día contra las seducciones de la "élite". Nunca he creído ser el feliz
propietario de un talento; se trataba únicamente de salvarme. Nada en
las manos, nada en los bolsillos; salvarme por el trabajo y la fe. Como
consecuencia, mi pura opción no me ha elevado por encima de nadie.
Sin equipo, sin herramientas, me he metido entero en la tarea para
salvarme entero. Si coloco a la imposible salvación en el almacén de
los accesorios, ¿qué queda? Todo un hombre, hecho de todos los
hombres y que vale lo que todos y lo que cualquiera de ellos 12 •

II~ARTRE. Las palabras, p. 161.


"Id., p. 163.
62 FEDERICO PELTZER BAAL, LXX, 2005

Sartre padeció una dolorosa decadencia fisica, a la que se añadió


la ceguera. Queda dicho que las referencias a su última etapa han sido
consignadas, quizá con excesiva crudeza, en el libro que le dedicó su
ex amante y compañera intelectual, Simone de Beauvoir 13 •

La filosofía de Sartre
Su filosofia, una forma del existencialismo, ha sido expuesta sobre
todo en El ser y la nada, pero también se encuentran sus huellas a
través de su obra literaria. Aquel libro propone un enfoque ontológico,
aunque su método es el de la Fenomenología. Sartre erige en pilar de
su doctrina la libertad. Al proclamarla se anula la idea de una necesidad
exterior a nosotros, cuyo reconocimiento derivaría en una estabilidad,
particularmente en el terreno de los valores. Según su pensamiento, el
principio de toda existencia reside en una opción profunda, gratuita,
por la cual a cada instante elegimos absolutamente. Los personajes de
Sartre se desembarazan de toda naturaleza dada por anticipado y de
toda determinación impuesta; se asumen a partir de su libertad y esperan
así llegar a una verdad inaccesible para el hombre común, alienado
por leyes y principios que lo transforman en cosa. Tal actitud, llamada
por él "la trampa" (la denominación puede dar lugar a equívocos)
supone lo que hay de consentido en la negación del mundo burgués.
Los "tramposos" se deslizan en la náusea, es decir, el sentimiento del
absurdo radical del mundo, por oposición a los seres embrutecidos en
la vida pulce y los principios tranquilizadores. A estos últimos los
llama despectivamente "los puercos".
Las condiciones de esa trampa exigen eliminar del pensamiento
todo lo que hay en él de timidez, construcción social, tradición familiar
o imperativos morales heredados. Hacerlo aporta una revelación: que
todo puede acontecer, que no hay leyes ni normas invariables, pues
sólo cuentan la existencia, lo gratuito y contingente, el absurdo. La
"náusea" es el resultado de tal verificación. Ante este espectáculo
quedan sólo dos salidas para el hombre: a) la metafisica, que importa

\3BEAUVOlR, SIMONE DE. La ceremonia del adiós. Buenos Aires: Sudamericana,


1983.
BAAL, LXX, 2005 CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE 63

el reconocimiento de la absurdidad total de la existencia y la realidad


humana; b) la locura, esfuerzo desesperado para ocultar lo anterior
mediante la magia, en nombre de un universo superior, de un dios
construido a golpes de arbitrariedad, de todo lo cual sacan provecho
"los puercos". La trampa es una obligación de valor y lucidez para no
continuar ocultándose, como aquéllos, y tranquilizándose en la
gratuidad de la existencia. Mientras que "la náusea" condiciona la
revelación de la libertad con una función aniquiladora, la libertad
aparece como algo positivo, porque se injerta en la posibilidad misma
de la trampa. En el ser hay una especie de grieta o fisura que permite
al hombre ser una cosa distinta de lo que es, ser consciente. La trampa
es la experiencia y la condición de la libertad, una especie de limpieza
por el vacío, una ascesis cuyo fin es el acto de elegirse a sí mismo sin
más razón que esa elección; o sea el acto de coincidir absolutamente
consigo l4 •
Distingue Sartre, en El ser y la nada, entre el "en sí" (en soi), y el
"para sí" (pour soi) y, a través de esta distinción, fundamenta ~u
filosofía. El primero, revelación específica de la náusea, es el ser
mismo. Lo describe como algo masivo, opaco, tenebroso, compacto.
De él no podemos decir sino que es, sin razón, injustificable, excesivo
y absurdo hasta la eternidad. Todo intento por explicarlo, es también
absurdo. No proviene de Dios, porque Dios no existe y, además, la
idea de creación carece de sentido l5 • El "para sí" es sinónimo de
conciencia, espíritu, realidad humana. Nuestra conciencia es lo que
define la existencia; por lo tanto, sólo el hombre existe, pues sólo él
tiene conciencia. Las cosas son, pero no existen. La conciencia nace
de un relajamiento, de una fisura que se produce en el ser, y en esa
fisura se introcuce la nada, determina un juego similar al de ciertos
mecanismos y produce el vacío. El "para sí" es una especie de
pudrimiento del ser compacto e inalterable. No hay explicación
valedera para este surgimiento del "para sí" dentro del "en sí". La
conciencia -señala- es un hecho tan inexplicable y absurdo como los
demás; es "la gran aventura del en sf', lo que no explica tampoco p.or
qué el "en sí", pétreo, inmóvil, intenta fundarse y erige su contmgencla,

"JOLIVET, RÉOIS. Sartre, pp. 18-22.


ISSARTRE, JEAN PAUL. El ser y la nada. Buenos Aires: Losada, 1968, pp. 31-37.
64 FEDERICO PEL TZER BAAL, LXX, 2005

el "para sí". Quizá aquí radica el defecto fundamental de su sistema,


por lo demás de una lógica perfecta. Hay que admitirlo a priori, como
cosa probada; de no hacerlo, todo se desmorona. El "para sí" singular
(el nuestro), es un hecho contingente, en tanto podría no ser lo que es.
Fluye esta conclusión: somos contingentes. El "para sí" tiene conciencia
de su carácter gratuito, de estar ahí sin otra razón que la de hallarse
sujeto a nuestra experiencia fenomenológica. La conciencia pura no
existe: siempre tenemos conciencia de algo; sólo por tal medio puede
volverse conciencia de sí. De ahí la defmición: la conciencia es lo que
no es ella. Es algo. La vida interior tampoco existe sino como refugio
de lo que Sartre llama "la mala fe". Lo que las psicologías clásicas
llamaban nuestra interioridad desaparece en beneficio del exterior, el
mundo, las significaciones y el yo mismo, siempre en función de
un mundo objetivo sin el cual se desvanecería l6 •
Contra las ideas de Heidegger, para Sartre la nada no es, se
introduce en el ser como un gusano. La conciencia la hace surgir,
porque ella es una falla de la nada o un vacío en el seno del ser;
además, porque aniquila al ser. Toda conciencia es negación: no soy
la cosa de la cual tengo conciencia, soy lo que no soy, lo soy en la
manera de no serlo. Es propio de la realidad humana segregar la nada.
El hombre como conciencia o "para sí" es nada aniquilante. La libertad
nace de otra nada y se identifica con ella. El hombre, originariamente,
no es algo definido, una naturaleza preexistente o una esencia dada; es
pura posibilidad sin determinación alguna, libre, con una libertad
creadora de las esencias y las verdades, lo que Descartes atribuía a
Dios. Sartre, al negarlo, lo coloca en la mera realidad humana. Ésta se
halla condenada a ser libre, a diferencia de las cosas, para las cuales la
esencia precede a la existencia. El hombre, al hacerse existir, engendra
su esencia. Me elijo a mí y mi elección no es irrevocable, sino que la
realizo en cada uno de los momentos de mi vida. De tal modo, y por
mi elección, decido la suerte del mundo. Por lo tanto, soy responsable
tanto de mí como del mundo del cual participo, y nada me permite
declinar esa fatalidad que al ser libre pesa sobre mí. La libertad es, así,
una verdadera maldición que sobrellevamos los humanos, pues hace
que la existencia jamás pueda ser una estructura estable que repose

I'SARTRE, lEAN PAUL. El ser... pp. 123-159.


BAAL, LXX, 2005 CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE 65

sobre ella misma, sino que es un desequilibrio perpetuo, un


desgarramiento permanente de cada unO de nosotros.
Al estar en el mundo de mi libertad, entablo relaciones con los
otros y ellas asumen la forma de un conflicto. Por mi mirada, que
fracasa en su intento de apoderarse de la subjetividad de los otros, los
transformo en cosas; en consecuencia, los suprimo como otros. Pero
el mismo proceso realizan ellos conmigo. Toda mirada, toda relación
con los demás, al suprimirles su libertad, es enajenante y homicida.
Toda relación humana está en permanente peligro en el mundo;
involucra lo que se llama un "conflicto de trascendencia". Coagulo
con mi mirada al otro, pero a su vez aquél, al mirarme, me coagula.
Nos transformamos mutuamente en cosa, sin por ello apoderarnos de
la subjetividad de nadie.
Los valores son creaciones de mi libertad, gratuitos e
injustificables. Los produzco sin otra razón ni ley que el ejercicio de
mi libre elección; algo que realizo a cada instante y me lleva a obrar.
De ello surge que, en verdad, no hay sino un valor firme: la libertad.
El hombre se justifica a sí mismo, pero esta justificción no es sino un
aspecto de su libertad, la cual es sin razón. Por ende, el hombre es
también sin razón, absurdo, como el resto: "El hombre es una pasión
inútil", dice. No sólo porque Dios no existe, sino porque las elecciones,
los valores, confluyen en el absurdo y en la nada donde todo se iguala.
La mejor expresión para definir esta filosofia quizá sea nihilismo.
Sartre no cree en el infierno, pero en cambio cree en la nada, que en
cierto sentido 10 reemplaza. Todo existe en función de la nada, aunque
él pretende que ella tampoco existe. Sin la nada sólo queda el "en sí",
pétreo, inmutable e impenetrable, el cual, sin poder impedirse ser, no
existe. El ser no es la existencia; sólo el "para sí", que abarca la
conciencia, lleva a existir. Para explicar la existencia, la nada ha tomado
el lugar de Dios. El existencialismo de Sartre -dice Jolivet- es una
teología del absurdo.
En el sistema de Sartre, la negación de Dios no es un razonamiento
metódico sino una posición a priori que no le preocupa demostrar. La
fisura de aquél se advierte al intentar una teoría de los valores: ello
pone en tela de juicio todo el sistema. El supremo valor -queda dlchC;
es la libertad, pero ésta es también absurda. Puede aceptars~, mas
bien, que es una condición de los valores porque hace pOSible la
continua elección que importa existir. Pero elegir es realizar un acto, y
66 FEDERICO PEL TZER BAAL, LXX, 2005

ese acto incluye a la razón, que es quien elige. De tal modo, razón y
libertad se implican mutuamente. Sartre señala que puede haber libertad
de elegir io necesario. Cabría objetarle: ¿cómo seré libre al elegir lo
necesario, por ejemplo una obligación moral absoluta, cuando también
sostiene que la libertad se reniega cuando se aplica a fmes absolutos?
La libertad -según él- estaría exceptuada de esta condena a los fines
absolutos; es el único y último fin al que el hombre atiende. Luego, la
lógica permite deducir que la libertad es un fin absoluto y, por
consiguiente, si se admite como tal reniega de sí misma en cuanto
único fin, En El ser y la nada, considera a la libertad como una
maldición, una fatalidad, y no un valor que podríamos erigir entre
otros muchos. Sin embargo, toda libertad se define con relación a un
fin determinado; es un medio que empleamos para algo. La libertad,
por 10 tanto, debe ser especificada. Por ejemplo: si se trata de libertad
para alcanzar la perfección, es sinónimo de virtud. La libertad, tal
como Sartre la concibe, excluyente de subordinación a valores
absolutos, está vacía de contenido. Simone de Beauvoir admite la
debilidad de aquella concepción. Por eso trata de completar a Sartre:
quererse libre es también querer libres a los otros. Pero esto no es una
fórmula abstracta, sino que señala a los demás el cumplimiento de
acciones concretas. Sin embargo, con tal aclaración se aproxima a una
fórmula también vacía de contenido. La libertad de los otros, en efecto,
deberá por lógica ser similar a la mía: una libertad sin contenido,
dentro de la cual cada uno puede asumir su propia subjetividad. Si
defino los contenidos, si planteo la necesidad de acciones concretas,
prejuzgo sobre la subjetividad de los otros, los enajeno. Promover por
una acción definida la libertad de otro es, en el existencialismo
sartreano, una empresa rigurosamente contradictoria: no puedo
inmiscuirme en la subjetividad de los otros porque, al hacerlo, invado
un terreno que les es propio: el de la determinación de sus libertades.
Podría apelarse a la elección necesaria. Pero, si elijo lo necesario,
no lo hago en cuanto tal (lo que sería absurdo) sino dándole un sentido
a esa elección: elijo tal cosa, que es necesaria, porque es buena. De
otro modo, la necesidad sufriría, no sería yo el factor activo sino
pasivo. Condenado a ser libre, puedo elegir la libertad, pero a condición
de justificar esta elección por otra cosa que no sea su necesidad, sino
su bondad; por ejemplo, porque la libertad es la condición de la
grandeza humana. Pero entonces ya estoy afirmando un absoluto que
BAAL, LXX, 2005 CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE 67

da sentido a la libertad. Mi libertad se funda en una idea del hombre


que determina un deber y no ya una necesidad, en tanto que -para
Sartre- la razón de elegir la libertad reside en que ésta es una fatalidad.
La moral de Sartre se resiente por tales contradicciones. No obstante,
dispersa en su obra (no escribió un libro en que específicamente tratara
el problema moral), puede caracterizársela como algo en que el hombre
debe asumir su situación, ser plenamente lo que es, coincidir consigo.
En otras palabras, una moral de la autenticidad, la elección por la
elección misma. So pena de mala fe, debe identificarse en la vida y en
la acción con los valores que se le presentan. Pero la mala fe es tan
libre como la buena fe. ¿Qué ganamos con reconocerla, si la libertad
es el valor absoluto? La pregunta no tiene respuesta, a menos que
Sartre admita, por encima de la libertad, una exigencia absoluta de
verdad, en cuyo caso aquélla no sería el valor absoluto, sino que
dependería de una norma superior a ella, por ejemplo, la búsqueda de
la verdad. Con lo cual toda su filosofia se derrumba.
Su existencialismo no puede, sin destruirse, aspirar a la moral,
como dice Marc Beigbeder. Si para él, por definición, la actividad
humana jamás está acabada, puesto que la existencia es una finitud
hacia el infinito y no puede estar condicionada a un acabamiento
último que le conferiría su plena significación, todos los actos del
hombre son medios para un fin que no existe y que es imposible
precisar. Estos medios, no subordinados a fines, adquieren categoría
de absolutos en un contexto doctrinal que niega, precisamente, todo
absoluto. Dice Jolivet:

Era previsible el fracaso de una moral que parte del postulado de la


absurdidad fundamental de la existencia. Pretender fundar un orden en
el absurdo, o en el seno del absurdo, es una empresa que no puede
sostenerse mucho tiempo sin revelar su contradicción interna. Era,
desde el comienzo, desesperada 17 •

Queda así sujeta a examen la filosofia de Sartre, que algunos


consideran de un pesimismo atroz, aunque él lo niega: una filosofia

17JoLlvEr, RÉGls. Sartre, p. 54. En todo el análisis que antecede, sigo la línea del
mismo autor en su exposición y critica de la doctrina sartreana.
68 FEDERICO PELTZER BAAL, LXX, 2005

que reconoce el esfuerzo estéril del hombre para alcanzar una meta
imposible. Su mérito principal consistiría en haber despertado la
inquietud dé sus contemporáneos, refugiados en "la buena conciencia",
la moral de principios y valores establecidos. Esa empresa de
demolición que acometió podría justificarse como una necesidad
personal del joven enredador que descubrieron sus maestros y a la
cual antes me referí.
Subraya otra vez Jolivet:

Sartre, herético nato en toda la línea, y a menudo con toda razón,


habrá tenido al menos el mérito de obligar a sus contemporáneos a la
reflexión, de llevarlos a reformar muchos juicios discutibles y a
apuntalar mejor tesis siempre válidas. Su crítica obstinada ha hecho
que ahora, como lo deseaba Kierkegaard para el porvenir cristiano,
todo se haya vuelto más difícil. La "buena conciencia" filosófica,
moral o política, ha dejado de ser una coartada, un derecho o una
facilidad. Se pondrá pues, en el activo de Sartre, el haber realizado
esta limpieza en el vacío.

y añade que cualquiera sea el juicio que su obra merezca, traduce


una razón exigente, una lógica intrépida, un vivo sentido crítico y un
asombroso poder dialéctico. Su lado negativo reside en que no pudo
formular una moral sólida. Sartre se mostró mejor destructor que
constructor. Su existencialismo, tomado como sistema y como él 10
pregonó, padece de ambigüedades, siempre oscilante con su vaivén
pendular ·entre el absurdo, que dice no a todo, y el compromiso, que
procura embarcar al hombre en una empresa de mejoramiento
universal 18 •
Iris Murdoch critica 10 que podría llamarse la proyección de esta
filosofía, porque toda filosofía digna de tal nombre tiene proyección
en el mundo donde es formulada. Observa que ella importa una especie
de pragmatismo. Nuestro ser es lo que hacemos, nuestro mundo es un
mundo de tareas; pero, cuando se trata de concretar éstas, sólo propone
resultados en el orden de la política: liberar al hombre de la opresión,
lo cual naturalmente es plausible. La acción que propugna no es ni

18JOLlvET, RÉGlS. Sartre, pp. 81-82.


BAAL, LXX, 2005 CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE 69

una concepclOn renovada de nuestras tareas diarias ni un seguro


programa revolucionario, El mundo de Sartre carece de perspectiva
histórica, el futuro se reduce, para él, al de cada proyecto individual.
Se aferra al valor de éste, puesto que describe la situación de un ser
desprovisto de verdades generales y atormentado por un deseo y una
aspiración absolutosl 9 ,

Sartre escritor
Es ocioso insistir sobre la popularidad que Sartre alcanzó hace
cincuenta años, en Francia y en el extranjero. En su país quizá sólo
Bergson, a fines del siglo XIX, y Gide en los primeros treinta años del
XX, pudieron igualársele. Pocos escritores disfrutaron de un reinado
semejante, hoy sin duda en vías de declinación. No se puede negar
que, en su momento, asumió el peso de un compromiso al que trató de
corresponder con su mayor altura. Ello sin poseer un estilo de calidad
relevante. Dice Gaetan Pi con: "No encontramos la gracia de los dioses
en ninguna de sus frases y es posible que Sartre sea el primer gran
escritor sin estilo..20 • Por lo tanto, la clave de su éxito debe buscarse
entre su pensamiento, cuajado en la obra literaria, y lo que sus
contemporáneos necesitaban oír en un tiempo de crisis profunda.
Dicha obra se compone de novelas, relatos, piezas teatrales y
algunos guiones cinematográficos; en resumen, literatura que aspira a
crear seres vivos. En ella campea un mundo personal, reconocible.
Ese mundo es el del héroe atrapado por una realidad que él califica de
obscena, viscosa e indiferente, un compartimiento sin salida. A puerta
cerrada, El muro, son títulos que dan idea de esa situación. Los colores
de la atmósfera en que aquél se desenvuelve son sombríos; más, a
menudo linda con lo repugnante. ¿Habrá una complacencia con lo
sórdido? A primera vista pareciera que sí; aunque quizá ocurra lo
contrario y haya en el fondo del hombre Sartre un anhelo de pureza
que lo neva a desembarazarse de aquel modo de lo ruin y lo oscuro.

'9MURDOCH, IRIS. Sartre. Buenos Aires: Sur, 1956, pp. 152-154.


2OplCON, GA~TAN. Panorama de la Iiteraturafrancesa actual. Madrid: Guadarrama,
1958, p. 84.
70 FEDERICO PELTZER BAAL, LXX, 2005

Sus personajes, con distintos matices, coinciden con su posición


filosófica: viven la libertad. Pero ésta a menudo se une a lo rastrero, el
fracaso, lo' inútil. La libertad es en ellos la comprobación de que sobre
el hombre no gravitan coacciones de ningún tipo. Si repasamos los
personajes de Los caminos de la libertad, advertimos que se presentan
ante ellos ocasiones en que el ejercicio de la libertad asumida no
apunta a la edificación de ningún valor positivo, no se aplica a un alto
ideal ni a una bella empresa; es la libertad por ella misma, desnuda.
Son personajes sin espesor, ansiosos por desplegar una libertad vacía;
no viven, son títeres manejados mediante hilos, y es dificil imaginarlos
como realmente existentes. Ese vacío sólo adquiere consistencia
humana cuando el erotismo entra en juego, pero es un erotismo triste,
en cuyo ejercicio nunca canta la vida, porque sólo conduce a nuevas
comprobaciones del fracaso humano.
Cabría sospechar que a Sartre le falta poder creador, eso que los
auténticos novelistas y dramaturgos poseen y les permite moldear sus
figuras y hacerlas vivir sus conflictos. Quizá la razón sea otra: los
personajes de Sartre están demasiado atados a su ideario y sólo se
liberan cuando se deja oír la voz ciega del instinto. En los demás
planos se advierte enseguida que sirven hasta el exceso como
ilustraciones para una filosofia determinada. Apwlta Iris Murdoch:

Entre sus personajes no hay atormentadas confesiones o enredos


derivados de la incomprensión recíproca. Chocan los unos con los
otros en un plano exterior. Nunca están profundamente relacionados
entre se l .

Parecen cumplir un programa: mostrar al héroe novelesco o teatral,


mostrar seres libres pero simultáneamente presos en una trampa similar
a la nuestra. Por eso no los caracterizan cualidades propias (sean éstas
vicios o virtudes), sino que proceden como agentes más o menos
reflexivos situados en una posición confusa. El interés estaría
concentrado en la calidad de sus dudas o su insinceridad. Era de
esperar ese resultado en un autor que proclama la existencia de una
radical soledad entre los seres humanos, ya que es imposible penetrar

2IMuRDOCH, IRIS. Ob. cit., p. 46.


BAAL, LXX, 2005 CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE 71

en el mundo de los otros y ni siquiera el amor basta para quebrar esa


subjetividad infranqueable. Observa Marill Albén!s:

Con excepción de ciertos portavoces de la ontología o la moral


sartreanas, como Roquentin o como Orestes, todos los personajes de
Sartre no son más que la ilustración de ese esfuerzo por satisfacerse de
sí que representan todas las cobardías humanas.

Son los mismos que Malraux y Bemanos, antes que Sartre,


condenaron y apostrofaron en sus novelas, pero haciéndolos vivir como
criaturas de ficción 22 • La unidad de sus concepciones filosóficas mueve
a Sartre a crear personajes y a concebir situaciones pobres en matices;
sólo cobran color cuando los lleva a vivir sus miserias. El pensador
mata al creador. Sintetiza Grenszmann: "Jamás nos muestra Sartre al
mundo desde una cara hermosa; nunca estalla un grito de júbilo en la
creación,m. ¿Testigo de un mundo trágico y terrible? Es verdad; pero
también ese mundo tiene otra cara, por lo menos en ciertos instantes.
Para que resulte verosímil sería necesario dejarla asomar alguna vez.
Eso precisamente es lo que omite.

Función de la literatura: el doble compromiso


Sartre no fue el inventor del "compromiso literario", pero sí su
eficaz difusor. Sus ideas sobre la función de la literatura y los papeles
que acuerda al autor y al lector aparecen en artículos que después
reunió bajo el título de ¿ Qué es la literatura?24.
Señala que todo escrito tiene un sentido, aunque éste diste mucho
del que el autor soñó para su trabajo. El escritor, haga lo que haga,
está comprometido con su época y hasta en su retiro más recóndito.
No cabe lavarse las manos: "El escritor tiene una situación en su

22MARILL ALBÉRÉs, RENÉ. La rebelión de los escritores de hoy. Buenos Aires:


Emecé, 1953, p. 116. .
2lGRENSZMANN, WILHELM. Problemas y figuras de la literatllra contemporanea.
Madrid: Gredos, 1963, p. 189.
24SARTRE, JEAN PAUL. ¿Qué es la literatura? Las citas que siguen corresponden al
mismo texto. Buenos Aires: Losada, 1962. (Se cita la página entre parénteSIS).
72 FEDERICO PEL TZER BAAL, LXX, 2005

época; cada palabra suya repercute, Y cada silencio también". Los


escritores .que pasan de largo por ella con pretensión de sobrevivir o
pretenden adelantarse para el futuro, "se han dejado robar sus vidas
por la inmortalidad". Escribimos para nuestros contemporáneos -dice-
y no sabríamos qué hacer con una rehabilitación póstuma; es aquí
donde los pleitos se ganan y se pierden:

No nos haremos eternos corriendo tras la inmortalidad; no seremos


absolutos por haber reflejado en nuestras obras algunos principios
descarnados, lo suficientemente vaCÍos y nulos para pasar de un
siglo a otro, sino por haber combatido apasionadamente en nuestra
época, por haberla amado con pasión y haber aceptado morir
totalmente con ella.

La obra escrita es un hecho social, y el escritor, antes de tomar la


pluma debe estar totalmente convencido de su responsabilidad. Para el
escritor, vivir y escribir es lo mismo, no porque el arte salve la vida,
sino porque la vida se expresa en empresas y la empresa del escritor
es escribir. Debe, pues, aceptar el lema de la industria: crear necesidades
para satisfacerlas. Así, las necesidades de justicia, libertad, solidaridad.
Tratará de responder a ellas con su obra (pp. 37-38).
Se formula tres preguntas. Primero qué es escribir. El escritor
trabaja con significados. El imperio de los signos es la prosa. Excluye
a la poesía del compromiso porque el poeta utiliza a las palabras como
cosas y ~o como signos. El prosista, en cambio, no puede dejar de
comprometerse; la prosa es utilitaria. Definiría al prosista como el
hombre que se sirve de las palabras. La prosa es una actitud del
espíritu. Cabe preguntarse con qué finalidad se escribe, puesto que
hablar es actuar: toda cosa que se nombra no es completamente la
misma; ha perdido su inocencia. El escritor comprometido sabe que la
palabra es acción; revelar es cambiar y no es posible revelar sin
proponerse un cambio. La función del escritor consiste en obrar de
modo que nadie pueda ignorar el mundo y que nadie, ante el mundo,
pueda decirse inocente. Aun el silencio encierra un sentido, como la
pausa en la música.
La segunda pregunta es por qué escribir. ¿Tal vez para sentimos
esenciales en relación con el mundo? Pero ocurre que el objeto creado
se nos escapa. Cuanto más conciencia tenemos de la actividad creadora,
BAAL, LXX, 2005 CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE 73

menos la tenemos de la cosa creada. El objeto literario es un trompo


extraño que sólo existe en movimiento. Para que exista es necesario
un acto concreto que se denomina la lectura y, por otro lado, sólo dura
lo que la lectura dure. Fuera de esto sólo tenemos trazos negros sobre
el papel. El escritor no prevé, no conjetura: proyecta. Va hasta los
límites de lo subjetivo, pero no los franquea. Puede eso sí, calcular el
efecto de sus palabras, pero se trata del efecto sobre los demás. No es
verdad que se escriba para sí mismo, sería el mayor de los fracasos.
La operación de escribir supone la de leer como su correlativo
dialéctico, yesos dos actos conexos necesitan dos agentes distintos.
Lo que hará surgir ese objeto concreto e imaginario, que es la obra del
espíritu, será el esfuerzo conjugado del autor y del lector. Sólo hay
arte por y para los demás. Es necesaria, por lo tanto, la colaboración
del lector, aunque el autor lo guíe. La lectura es creación dirigida. Si
la creación no puede realizarse sin la lectura, el artista debe confiar a
otro el cuidado de terminar lo comenzado, ya que un artista sólo
puede percibirse esencial a su obra a través de la conciencia del lector.
Toda obra literaria es un llamamiento y ha de ser realizada por la
libertad del lector en lo que ésta tiene de más duro. El escritor acude a
la libertad del lector para que ella colabore en la producción de la
obra. Por eso rechaza el concepto de Kant, aplicado al arte, como
finalidad sin fin. El llamado del autor al lector, y la lectura por parte
de éste, hacen que la obra exista. Escribir es, a la vez, revelar al
mundo y proponerlo como una tarea a la generosidad del lector. Todo
el arte del autor consiste en obligarme a crear lo que él revela y, por lo
tanto, a comprometerme. Entre los dos asumimos la responsabilidad
del universo. Aunque la literatura sea una cosa y la moral otra muy
distinta, en el fondo del imperativo estético discernimos un imperativo
moral. La obra de arte es un acto de confianza en la libertad de los
hombres, un reconocimiento mutuo entre la del autor y la del lector.
La tercera pregunta es para quién se escribe. A primera vista
podría decirse que para todos los hombres, para el lector universal.
Pero hablar de valores eternos es peligrosamente fácil. Aquéllos apenas
tienen carne. Ya que las libertades del autor y el lector se buscan y se
influyen a través del mundo la elección del autor de un aspecto del
mundo decide quién va a se; el lector; recíprocamente, el escritor, al
elegir su lector, decide su tema. El escritor es un mediador por
excelencia y su compromiso es la mediación. Critica todas las
74 FEDERICO PELTZER BAAL, LXX, 2005

posiciones, los clásicos, la literatura burguesa, hasta el surrealismo.


No es posible escribir sin cierto público creado por las circunstancias
históricas y sin cierto mito acerca de la literatura, que depende, en
buena parte, de las exigencias del público. El escritor está en situación,
como los demás hombres, pero sus escritos, como todo proyecto
humano, encierran, precisan y dejan atrás esa situación, la explican y
la fundamentan. Un carácter esencial y necesario de la libertad es
estar situada. La literatura de una época está alienada cuando no ha
llegado a la conciencia explícita de su autonomía y se somete a los
poderes temporales o a una ideología; en pocas palabras, cuando se
considera un medio y no un fin incondicionado. El escritor tendrá la
libertad de decirlo todo, pero no basta con otorgarle ese privilegio.
Hace falta que el escritor escriba para un público que tenga la libertad
dI! cambiarlo todo, abolir toda dictadura, suprimir las clases, renovar
los cuadros, derribar el orden en cuanto tienda a congelarse. En pocas
palabras, la literatura es, por esencia, la subjetividad de una sociedad
en revolución permanente. La tercera respuesta será -aunque Sartre
no 10 diga expresamente-: se escribe para los contemporáneos al
servicio de la revolución 25 •
Tal posición, a pesar de las numerosas salvedades de quien la
sustenta, entraña sin duda riesgos; en primer término el de someter al
arte a fines que le son ajenos, aunque sus procedimientos sean los de
siempre. No es de extrañar que hayan aparecido críticas, incluso desde
el campo de los escritores, reacios a tolerar la subordinación a un
tiempo'() a una "situación" determinada, cuando no a una ideología.
Sólo para recordar a dos de sus contemporáneos, y desde posiciones
distintas, cabe la mención de Robbe Grillet, teórico del llamado
"nouveau roman" y novelista él mismo. A propósito de la novela (el
género que Sartre considera más proclive para el compromiso), señala
que hoy el arte se plantea desde dos posiciones extremas: o bien no es
nada en sí, y en tal caso puede ser puesto al servicio de todas las
causas revolucionarias, como los tractores o los ejércitos, o bien
continúa existiendo en tanto que arte y entonces (por 10 menos para el
artista) es la cosa más importante que existe. En este siglo hemos
asistido al fracaso de la pretendida posición moral de Sartre, en 10 que

"Ob. cit., pp. 86-149.


BAAL. LXX. 2005 CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE 75

al arte se refiere; bastaría remitirse a los resultados del realismo


socialista. En resumen, para Robbe Grillet, el compromiso no es de
naturaleza política; consiste en la conciencia que el escritor debe tomar
acerca de los problemas actuales de su propio lenguaje, la convicción
de su extrema importancia y la voluntad de resolverlos interiormente.
Ahí radica la posibilidad de sobrevivir como artista y también, por vía
de consecuencia, aunque oscura y lejana, de servir a alguna causa,
quizá la de la revolución26 •
También Camus, sobre todo en la conferencia de Upsala (tras
recibir el Premio Nobel), sostuvo puntos de vista que importan por lo
menos una corrección al ideario de Sartre. Según él, hoy vivir es vivir
peligrosamente y el combate se libra en el interior del artista. Si antes
dudaba de su talento, hoy duda de la necesidad del arte. ¿No es éste un
lujo mentiroso? Vivimos en una sociedad que se maneja con signos,
los del dinero. Tal sociedad artificial adultera la verdad carnal del
hombre. A ella corresponde la fórmula del arte por el arte, el arte de
una sociedad abstracta. Pero si alguien no tiene derecho a la soledad y
al aislamiento es precisamente el artista. El arte no puede ser un
monólogo. Hasta el artista solitario y desconocido que aspira al
reconocimiento póstumo, afirma su vocación profunda: al considerar
imposible el diálogo con sus contemporáneos, apela a un diálogo más
vasto, uno que abarque otras generaciones. Critica, como Robbe Grillet,
la posición del realismo socialista; éste sacrifica el arte a un fin extraño
a su esencia, pero que considera superior en la escala de valores.
Pretende prometer que cuando la justicia se instaure, el artista resucitará.
Pero apunta en forma lapidaria: la barbarie nunca es provisional. Si
la mentira del arte por el arte pretendía ignorar el mal, la del realismo
socialista, que reconoce la presente desdicha de los hombres, traiciona
esa desdicha para exaltar una felicidad futura de la que nadie sabe
nada. "El arte es, en cierto sentido, una rebelión contra el mundo, en
lo que éste tiene de fugitivo e inacabado". No es, ni el repudio tota.l, ni
la aceptación total de lo que existe; es, al mismo tiempo, repudIO y
aceptación. Por eso no puede ser sino un desgarramiento perpetuamente
renovado. El profeta, el religioso y el político pueden juzgar de un

"'ROBBE GRILLET, ALAIN. Pour un nouveau romano París: Les éditions du minuit,
1963, pp. 33-39.
76 FEDERICO PEL TZER BAAL. LXX. 2005

modo absoluto; el artista no puede: "La meta del arte no es legislar ni


reinar, sino. comprender. A veces reina a fuerza de comprender". El
artista, al témino de su camino, absuelve en vez de condenar. No es
juez sino justificador; es el abogado permanente de la criatura viva,
porque ella está viva. La misión del escritor, hoy, es hablar por quienes
no pueden hacerlo, por los que sufren, cualquiera sea la condición de
quienes los oprimen; para él no hay verdugos privilegiados. Para él no
hay otra paz que la que se encuentra en el centro mismo del combate27 •
Sartre tradujo, sin duda, su compromiso en la obra literaria, tanto
en lo que hace a su filosofia como a su posición política. Dos de sus
obras, quizá las mejores, revelan su concepción del ser y su apelación
a la libertad. Son ellas su novela La náusea y su obra teatral Las
moscas, esta última, recreación de la tragedia clásica que afecta a la
dinastía de los Atridas.

Ser y conciencia: la náusea metafórica


Dentro de la concepción filosófica de Sartre, el movimiento del
ser que importa el "para sí" constituye una impotencia. La plenitud
radica en el ser "en sí", con todo 10 que tiene de contingente y absurdo.
Tal plenitud, en verdad, se parece mucho a la muerte. Aquel ser opaco,
lleno de sí, está de más en el mundo; todos los que a él se acercan
experimentan un estado especial: la náusea. Observa Emmanuel
Mounier:

La náusea es el mal que acomete al hombre que quiere poseer el


mundo, en el mismo momento en que siente el vértice ontológico de
la variedad ofuscadora de esta posesión28 •

Al percibirlo, según Sartre, no lo hace por una vía intelectual


discursiva, sino por una experiencia similar a la intuición. Merced a
una súbita iluminación advierte que la realidad que 10 rodea, los otros
hombres, las cosas, se hallan simplemente ahí, como una masa

27CAMUS, ALBERT. "Conferencia de Upsala". En El revés y el derecho. Buenos


Aires: Losada, 1962, pp. 79 Y ss.
2'MoUNIER, EMMANUEL. Ob. cit., pp. 32 Y 56-57.
BAAL. LXX. 2005 CENTENARIO DE lEAN PAUL SARTRE 77

petrificada. El hombre es un ser contingente y la contingencia es lo


absoluto, la gratuidad perfecta. Una intuición fundamental, el absurdo,
provoca la náusea. El hombre es así una realidad sin esencia ni ra~ón
alguna; existe aunque no sepamos para qué; está ahí, es así. A esto se
llama su facticidad. Ésta excluye tener una esencia propia, las cosas
son, y nosotros somos igualmente. Podemos a cada momento revertir
cualquier tipo de facticidad sin que nos sorprenda. Esta facticidad se
manifiesta a lo largo de la novela de Sartre.
La náusea muestra el universo tal cual es, desde la mirada de
Roquentin, su protagonista. No es una novela de tesis, pretende mostrar
una experiencia vivida:

La novela metafisica aparece aquí como una variante de la novela


pura. Sartre no prueba, muestra; muestra un universo y una existencia
humana que no dejan ningún asidero a nuestro sueño de necesidad y
de rigor 9 •

Si partimos de que toda novela desenvuelve una historia, La náusea


no es tal. Podría definírsela como una situación que sirve de pretexto
para exponer lo que poco a poco experimenta Roquentin. La técnica
empleada es directa: el mundo viscoso y la realidad ruin son presentados
con vivos trazos y un lenguaje que no hace concesiones. Por lo demás
todo está dicho a la manera de una novela clásica, sólo que falta
espesor y autonomía en los caracteres, complejidad en el mundo,
peripecias en la anécdota. Una serie de escenas desarrolla la
experimentación sobre sí mismo que ejercita Roquentin. Surgen, como
un telón de fondo, los temas de la filosofía sartreana, los mismos que
guardarán un orden sistemático en El ser y la nada.
Publicada en 1938 por Gallimard, tras vencer serias dudas, semeja
un desordenado diario donde Roquentin vuelca las situaciones
fundamentales de su existencia, aunque aquéllas, objetivamente
consideradas, no tienen nada de excepcional. No son los episodios los
que gravitan sobre el destino del protagonista, sino el contenido que
de ellos extrae Roquentin. Éste no tiene más guía que su yo. En su
retiro, en Bouville (una ciudad puerto que podría ser El Havre), donde

29PICON, GA~TAN. Ob. cit., p. 86.


78 FEDERICO PELTZER BAAL, LXX, 2005

trabaja en un estudio histórico sobre un personaje sin mayor interés,


no vive nÍnguna experiencia humana profunda, ni con la patrona (que
satisface sus apetitos sexuales), ni con el Autodidacto, ni en el fugaz
reencuentro con su ex amante. Como observa Grenszrnann, para Sartre
los demás no son nunca "tú"; son "el otro" o "los otros", objetos que
sirven de pretexto para meditar sobre sí mism030 •
Su primera experiencia ocurre cuando intenta arrojar una piedra
chata al mar. Siente un miedo extraño o algo por el estilo y concluye
en que todos los cambios conciernen a los objetos3l • Lo ha invadido el
temor ante las cosas, espera que sean ellas las que cambien y así
conservar la ilusión acerca de la identidad de su yo. Pronto le ocurrirán
experiencias similares: el roce con un picaporte, o con los cubiertos,
el apretón de manos de un extraño. Se ha producido un cambio, y
prefiere que sea él quien lo sufre, porque le es más fácil dominarse a
sí mismo que vigilar los objetos exteriores.
A Roquentin le pesa la soledad en que vive. A medida que
experimenta esa carencia y descubre la inutilidad de su investigación
histórica, aumenta el temor abismal ante su condición. Un día, en un
café, a pesar de sentirse protegido por la concurrencia, vive plenamente
la experiencia de la náusea: giran los colores a su alrededor, no sabe
dónde está, siente ganas de vomitar. A partir de entonces la náusea no
lo abandona y se presenta en diversos momentos. Observa:

La Náusea no está en mí; la siento allí, en la pared, en los tirantes, en


tooas partes a mi alrededor. Es una sola cosa con el café, soy yo quien
está en ella32.

No se trata de un estado subjetivo, motivado por razones


personales. La náusea es una realidad disponible para cualquiera, no
bien se toma conciencia del mundo y de las cosas que rodean al
hombre. Una náusea que fuera ocasionada por el rechazo de un objeto
o por una situación intolerable sería redimible. Lo trágico -en su
caso- reside en que la suya es inmotivada, si por tal se entiende que

lOGRENSZMANN, WILHELM. Ob. cit., p. 191.


"SARTRE, lEAN PAÚL. La náusea. Buenos Aires: Losada, 1951, p.17-18.
J2La náusea, p. 34.
BAAL, LXX, 2005 CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE 79

no tiene raíces en la propia subjetividad, sino sólo en su condición de


hombre. Alguien pone en el tocadiscos un viejo "rag time" de la época
de la primera guerra: "Sorne of these days". La melodía le acuerda
cierto bienestar, es como un tiempo distinto, conocido desde siempre
y que no aniquila; a su influjo la náusea desaparece, el contacto con
las cosas se interrumpe y cesan los ataques.
La sensación de discontinuidad, de total sometimiento a lo que es
ahora, se vincula con la proclamada naturaleza contingente del hombre.
Roquentin siente que, sin el presente, no sería. A propósito de unas
fotografías que le muestra a su amigo el Autodidacto, éste deduce que
ha viajado mucho y vivido aventuras. Roquentin no lo cree. Hubiera
deseado, sí, vivir instantes únicos. Su anhelo recuerda a aquellos
"instantes de la eterna armonía" de que hablaba Kirilov, el personaje
de Dostoiewsky. Sólo que Kirilov los refería a un plano metafísico,
una especie de comunión entre la críatura y el universo. Roquentin, en
cambio, la relaciona con una plenitud del ser, pero consigo, una relación
justificante.
Al igual que todo hombre, Roquentin no puede detener el devenir:
tampoco intenta hacerlo. Vive los hechos de su vida como una sucesión
que, al producirse, va conformando su ser. La aventura cobra sentido
con el final; el hombre con su muerte. Cada día le depara la evidencia
de una vida frustrada, desprovista de la gran aventura que soñó la
víspera. El hombre es ser que pasa.
Anny, su antigua amante, le propone por carta un encuentro en
París. A raíz de ello evoca esa relación, que no satisfizo a ninguno de
los dos. Anny es de esas mujeres que continuamente desnudan su
insatisfacción; quiere ser adivinada y con cada gesto le insinuó antes a
Roquentin que no podía complacerla. No obstante aquél acudirá a la
cita que, una vez más, será un fracaso. Visita el museo de Bouville y
lo conmueve un cuadro "La muerte del célibe", porque ve en él un
anuncio de su futuro. Si~e el pasaje que todos los críticos han elogiado,
en que describe con mordacidad los retratos de los burgueses de la
ciudad: son los conformistas, los que aceptaron vivir en lo que llama
"la mala fe". Dos días después abandona su ensayo histórico. M. de
Rollebon, el personaje que investigaba, era su "alibi':' su c?ar:ada. Le
queda la existencia desnuda, sin pretextos: "La eXistencia liberada,
desembarazada, refluye sobre mí. Existo. Existo. Es algo tan dulce,
80 FEDERICO PELTZER BAAL, LXX, 2005

tan lento .. ,':33. En varias páginas de singular densidad irrumpe como


una marea el sentido de la propia existencia en la conciencia del
personaje. Comprende su puro existir. Siente que su cuerpo, sus actos,
su pensamiento tienen una entidad sobre la cual puede reflexionar. El
existente se le hace conciencia. Tras esa revelación poco queda por
hacer. Agotado, anota en su diario: "Nada. He existido".
En un almuerzo con el Autodidacto, ambos discuten sobre el
sentido de la existencia. Para aquél están los hombres, es preciso
luchar por ellos, embarcarse en un partido, una causa. Roquentin lo
aprueba, con gestos, pero con su pensamiento condena las diversas
especies de humanistas que ha conocido. Son los farsantes, los puercos.
Minuciosamente se dedica a destruir el optimismo de su interlocutor:
no es posible odiar a los hombres, pero tampoco amarlos. No le creen.
Entonces lo acomete la náusea, más violenta que otras veces.
Viaja en tranvía, toca el asiento, éste lo rechaza. Lo nombra, a
manera de exorcismo, pero no puede unir la palabra que designa y la
cosa nombrada. Baja del vehículo y penetra en el jardín público: "Y
de un solo golpe, de un solo golpe, el velo se desgarra, he comprendido,
he visto"34. Lo que ha visto es algo que se incubaba en él. La náusea
es ahora un estado permanente y ya no la soporta. No es un estado
pasajero; la náusea es él. Las palabras se han desvanecido y, con ellas,
la significación de las cosas. Nunca había presentido, hasta entonces,
lo que quería decir "existir". Los objetos lo incomodan porque existen
con demasiada fuerza. Están donde están de un modo arbitrario, y él
siente la arbitrariedad de esa relación. Las cosas que lo rodean están
de más, pero él también está de más. Entonces nace en su pluma una
palabra: absurdo. Ella contiene la clave de la existencia, de la náusea,
de su propia vida: "En realidad todo lo que pude comprender después
se reduce a este absurdo fundamental,,3s. Lo que ve en el jardín se le
revela como una abundancia de existencia, pero también se le muestra
su gratuidad; puesto que todas perecen, todas existen para nada.
Concluye: "Todo lo que existe nace sin razón, se prolonga por debilidad
y muere por casualidad,,36.

l3La náusea, p. 124.


34La náusea, pp. 154-155.
3sÍd., p. 158.
36Íd., p. 163.
BAAL, LXX, 2005 CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE 81

Roquentin es el hombre del absurdo por antonomasia, pero con


plena lucidez de su estado. Como los héroes de Dostoiewsky lleva sus
elaboraciones hasta las últimas consecuencias. Tiene la dimensión
metafisica, pero le falta la vena religiosa, la que mueve a plantear el
problema y luego afinnar o negar (Murdoch). Señala esta crítica otro
parentesco: Roquentin vive el absurdo como los héroes de Kafka,
aunque José K. no es un metafisico: padece el absurdo, pero no lo
analiza. En cambio, el personaje de La Náusea es reflexivo y analítico:

[... ] José K. cree en el sentido de las actividades corrientes y en la


comunicación de los seres hwnanos; trata de aprovechar las actividades
que el mundo le ofrece con esperanza siempre defraudada. El héroe de
Sartre, después de su experiencia, lo busca tan sólo en la inteligencia
de las melodías y de las figuras matemáticas. La situación en que se
halla Roquentin se manifiesta como la situación de un filósofo, en
tanto que la de K. es la de cualquier ser hwnan0 37 •

Abandonado el proyecto de investigación sobre Rollebon, deposita


una breve esperanza en su encuentro con Anny. Éste también fracasa.
Al regresar a Bouville para recoger sus cosas, tiene la experiencia de
su libertad inútil: "Soy libre, pero esta libertad se parece un poco a la
muerte,,3R. Vida y libertad son, pues, igualmente superfluas. Todo
fracasa, nadie gana, sólo existe, como las cosas. Estamos arrojados a
un mundo caracterizado por objetos horribles. La existencia es temible
a causa de su gratuidad y su falta de sentido. El existente descubre que
lo es, pero que su proyecto vital no cuajará nunca, será un hacerse
perpetuo que interrumpirá la muerte sin haber culminado la tarea.
Después, la disolución, el olvido, la nada. Pasa las horas en una
especie de despedida. Llegó sin saber, se va lúcido y sabedor. Ha
perdido un mundo coherente, pero falso. En cambio sólo ha
encontrado esa desolada lucidez. Ve con mayor claridad, como en
las noches ásperas del desierto. Se desprende prolijamente de los
seres que poblaron su mundo de Bouville. Le queda un porvenir
vacío: treinta años, una renta ...

37MuRDOCH, IRIS. Ob. cit., pp. 28-29.


'8La Náusea, p. 189.
82 FEDERICO PELTZER BAAL, LXX, 2005

Todavía le cuesta despedirse. Madeleine pone por última vez en


el tocadiscC1S'el "rag time". El mundo familiar se le aparece en toda su
fealdad. Se había resignado a la existencia, la música lo pone en
conflicto. Nuevamente se plantea el problema entre el ser y el existir,
la inútil carrera de este último en procura de un ser inasible. Imagina
una historia para ese "rag time" que opera con tanta sugestión sobre
él: lo compuso un judío abrumado de dificultades, lo canta una negra
oprimida a causa de su raza. La música y el canto los salvan, "se han
lavado del pecado de existir". No por completo, pero tanto como le es
dado a un hombre. Esa imaginaria salvación la aplica a sí mismo.
¿Cómo? Por una obra. Su existencia inútil, gratuita, acaso tenga sentido
a través de ella. No imagina ya un libro de historia (como el que se
propuso); tendría que ser "bella y dura como el acero y que avergonzara
a la gente de su existencia"39. Así nace el libro que quizá mañana le
sirva de justificación.
Otra vez Iris Murdoch: para Roquentin, si consideramos nuestra
vida de momento en momento, el sentido de lo que hacemos pierde
significación. Sin embargo, es preciso restaurar éste. Pero ¿podemos
evitar la mentira al hacerlo? Observa con asombro a los burgueses de
provincia; lo enfurecen los adornos con que han revestido y justificado
sus actos para ocultar la desnuda realidad de la existencia. ¿Qué
ocurriría en caso de desecharlos? El hombre quedaría al margen de la
sociedad, lo cual, para un existencialista sartreano, puede ser un paso
recomendable, porque aleja de la "mala fe" y acerca a la sinceridad.
Sin embar'go, La Náusea no da respuesta alguna a los problemas éticos
que plantea. Es una especie de poema maldito o de aborrecimiento,
cuya moral negativa es ésta: "Sólo los farsantes piensan que ganan".
y su moral positiva es: "Si deseamos comprender alguna cosa es
menester que la miremos desnuda,,40. No hay salvación en La Náusea,
aunque sí toma de conciencia, iluminación. Hacer el libro no es salvarse,
sino más bien, tener una prueba tangible de lo aprendido: "Más allá de
nuestros autoengaños está la dura y desnuda verdad que debemos
afrontar para ser verdaderamente hombres,,41.

J9La Náusea, p. 213.


4OMuRDOCH, IRIS. Ob. cit., pp. 15-32.
4IMuRDOCH, IRIS. Íd.
BAAL, LXX, 2005 CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE 83

Para Marill Albén!s, Sartre ha hecho una pasión del deseo de


liberarse de la hipocresía. Cuando poco después concrete su obra
filosófica, la conciencia asumirá el papel de Roquentin; el "en sí", la
cosa, el de los burgueses de Bouville. Su rehusamiento es menos
trágico que el de los héroes de Malraux o Anouilh, cuando dicen no a
la farsa que deberían representar. Es lúcido y nada placentero; se
define como el poder de elegir. Éste se pondrá en ejercicio en la obra
posterior42 •

El hombre y sus fantasmas. El descubrimiento de la libertad


Si algún testimonio fuera necesario para afirmar la perennidad del
mito, bastaría con echar una mirada al teatro del siglo XX y reparar en
los numerosos autores que lo han recreado, adaptando las versiones
tradicionales a la sensibilidad y el espíritu de los contemporáneos. Así
ocurre también con Sartre y su drama Las moscas.
Escrito en 1943, en plena ocupación, arrebató a los compatriotas
por la apología de la libertad que entraña. Pero su sentido trasciende
lo anecdótico, pues en él, Sartre desarrolla un tema filosófico explícito
en El ser y la nada:

Estoy condenado a existir para siempre allende mi esencia, allende los


móviles y los motivos de mi acto; estoy condenado a ser libre. Esto
significa que no podría encontrarse a mi libertad otros límites que ella
misma, o, si se prefiere que no somos libres de cesar de ser libres43 •

El mito griego refiere cómo Agamenón, al regresar de la guerra


de Troya, fue asesinado por Egisto y Clitemnestra, para vengar los
agravios de aquél y asegurarse el trono. Ese crimen será purgado por
la pareja cuando Orestes, hijo de la reina, instigado por su hermana
Electra, mate a Egisto y a su madre. Su acción desencadena la cólera
de las Furias o Erinnias encamaciones del remordimiento, quienes
perseguirán a '¡os parricid~s hasta que por mediación de Atenea a~u~llas
se amansen y se transformen en Euménides. Los tres grandes traglcos

42MARlLL ALBÉRES, RENÉ. Ob. cit., p. 116.


4JEI ser y la nada, pp. 544-545.
84 FEDERICO PELTZER BAAL. LXX. 2005

griegos se qc;uparon del tema, con espíritu diferente y versiones propias.


Las tres señalan la evolución de la justicia bárbara, propia de un
pueblo primitivo, cuando la venganza quedaba en manos de los
particulares, porque el Estado no había cimentado aún las instituciones
encargadas de hacer justicia44 •
Sartre transforma substancialmente tal situación y le da un nuevo
sentido. La suya es verdadera recreación. En ella importa menos el
asesinato de Cliternnestra y la venganza de Orestes y Electra; lo que
interesa es el arribo redentor del héroe, quien trae un mensaje en
cierto sentido pedagógico: los habitantes de Argos, agobiados por la
culpa, aprenderán que son libres. Cuando se conoce esa verdad, las
Furias que simbolizan el remordimiento nada pueden contra ellos.
Algunos consideran a Las moscas como la mejor pieza de Sartre,
aunque A puerta cerrada es más rigurosa; La puta respetuosa, más
diestra; y Las manos sucias, más accesible. Las moscas emociona
porque el autor ha volcado en ella todo su ser, su pasión, su cólera y
su desprecio. No es sólo una exposición magistral, o un manifiesto en
boca de un impostor acalorado; es un grito soberbio, humano, a pesar
de sus tiradas abundantes y de cierta insolencia provocadora45 • Orestes
deja de ser un instrumento sometido a la fatalidad que le imponen los
dioses; tampoco es un niño enfermizo, como en la trilogía de O'Neill;
es un héroe portador de un nuevo ideario que se propone a los seres
humanos: un hombre en la plenitud de sus posibilidades. Al sustraerse
al supuesto poder de los dioses, al usar su libertad en plenitud, se
transforma en redentor de sus hermanos, en ejemplo para imitar.
La llegada de Orestes, acompañado por el Pedagogo, coincide
con la fiesta de los muertos. Es una expiación colectiva, inventada por
Egisto para que todo el pueblo participe de la culpa que, en verdad,
sólo atañe a él y a su mujer. Júpiter, que es un personaje más, explica
a Orestes que, de tal modo, su reino perdura. Por eso ha permitido que
Egisto viva aún. Sl;irtre ha usado la denominación romana del dios (no
Zeus), quizá para secularizar el conflicto, denigrar el impulso religioso

44Ver MURRAY, GILBERT. Eurípides y su época. México: F.C.E., 1951, pp. 120-
123. BOWRA, C. E. Historia de la literatura griega. México: F. C. E., 1950, pp. 80-81.
·'BOlSDEFFRE, PI ERRE DE. Métamorphose de la liuérature, Tomo 1. París: Alsatia,
1953, pp. 239-240.
BAAL, LXX, 2005 CENTENARIO DE lEAN PAUL SARTRE 85

e identificarlo con los intereses del dios:' todo es superstición, mentira,


hedor de carroña. Para Júpiter, los dioses son una emanación del
miedo humano, por eso necesita fomentarlo. Orestes no tiene aún
conciencia del papel que ha sido llamado a desempeñar, pero el dios
presiente en su llegada un peligro.
En El ser y la nada, Sartre había expuesto la teoría según la cual
hemos sido arrojados a una situación y somos encaminados a un
proyecto, el más genuinamente nuestro. El hombre, en otras palabras,
no puede sustraerse a su lugar en el mundo y entre sus contemporáneos.
Aparece en escena Electra. Como en la tragedia clásica, ha sido
reducida a condición servil y está llena de odio. Desprecia a Júpiter y
comunica a Orestes cómo ha sido humillada. También aparece
Clitemnestra, pero ya no es la reina dura de otras versiones. Se acerca
más bien a la de Eurípides. Ambas mujeres exponen sus razones. La
reina no se arrepiente de su crimen: vivir es gastarse, sobrellevar los
propios crímenes y los remordimientos. La actitud de Electra en la
fiesta de los muertos es un desafio: mientras todos gimen, ella baila.
Poco a poco va ganando adeptos entre el pueblo. Júpiter, atento al
peligro, hace caer una piedra y cierra el sepulcro de los muertos. Egisto
destierra a Electra. Orestes (a quien llaman Filebo) le propone huir y
revela su identidad. A partir de entonces asume plenamente su misión.
Orestes ya no se considera un extranjero: ha comprendido que
debe obrar, será un "ladrón de remordimientos". El Orestes sartreano
acepta su papel redentor y levanta la antorcha de la rebelión.
La escena en el palacio de los reyes muestra a Júpiter en diálogo
con Egisto. Éste es la imagen del cansancio y la esterilidad absoluta.
Júpiter viene a prevenirlo porque está en peligro. Egisto alude a su
crimen, con el que no cree haber servido a nadie. El dios responde que
sirve a sus designios, porque 10 expía: le gustan los crímenes que se
pagan, no los de la nueva generación, ingratos y estériles como la
cizaña y que no acarrean remordimientos. (Recordemos al "acto
gratuito" de Lafcadio personaje de Los monederosfalsos).
Júpiter revela a Egisto su secreto en dos tiempos. Primero: "El
secreto doloroso de los dioses y de los reyes: que los hombres son
libres. Son libres, Egisto. Tú lo sabes y ellos no". .
Egisto replica, él sabe que sólo merced al miedo se ~os~lene:
"Dios todopoderoso, ¿quién soy yo sino el miedo que los demas tienen
de mí?".
86 FEDERICO PELTZER BAAL, LXX, 2005

y la coherente respuesta de Júpiter: "¿Y quién crees que soy yo?".


Para Egísto, Orestes sabe que es libre; entre todos los hombres, él
lo sabe. Entonces -observa- no bastará cargarlo de cadenas, porque
un hombre libre, en una ciudad, es como una oveja sarnosa en un
rebaño. El dios debe fulminarlo. Júpiter concluye:

Una vez que ha estallado la libertad en el alma de un hombre, los


dioses no pueden nada más contra ese hombre. Pues es un asunto de
hombres y a los otros hombres -sólo a ellos- les corresponde dejarlo
correr o estrangularl0 46 •

La "condena a la libertad" se convierte en el privilegio de la


condición humana. Los dioses se disipan, y sólo las otras libertades
pueden actuar. Así queda formulado el principio que da sentido a la
tragedia.
Egisto muere sin defenderse y pronto se escuchan los ayes de
Cliternnestra.
Aquí comienzan a separarse los dos hermanos. Para Electra, nada
podrá borrar la culpa del parricidio. Para Orestes, ese acto fue bueno,
porque fue el suyo, "y cuanto más pesado sea de llevar, más me
regocijaré, pues él es mi libertad". En aquel momento aparecen las
Erinias, bajo la especie de moscas insoportables.
Refugiados en el templo de Apolo, las moscas acosan a Electra,
no a su hermano. Él es libre, ha alcanzado un grado más alto que ella,
como una escala superior en su condición ontológica. De nada valen
sus razonamientos; Electra huye del asilo.
Aparece Júpiter para negociar la salvación de los hermanos a
cambio de un poco de arrepentimiento. Ores tes le hace notar su error:
lo creó libre, apenas creado dejó de pertenecerle. Lo que sigue contiene
la idea substancial de la obra. Para Júpiter la libertad es una sama que
le pica, un exilio. Orestes lo reconoce: si volviera a él se salvaría de la
angustia, pero tiene su camino; y si hay miles que conducen al dios, él
debe seguir el suyo. La naturaleza tiene horror a los hombres; también
lo siente así el dios. Júpiter admite que sólo cuando se parecen a

46SARTRE, JEAN PAUL. Las moscas. En Teatro, Buenos Aires: Losada, 1955, pp.
55-57.
BAAL, LXX, 2005 CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE 87

Orestes, 10 cual es un modo de aceptar su debilidad. Para Júpiter, Orestes


sólo podrá conducir a los hombres a la desesperación. Ha llegado el
hombre que debía anunciar su crepúsculo. Para Orestes, le es imposible
ahorrar a los hombres la desesperación que lleva consigo, porque
también es el destino de ellos. Cuando Júpiter le pregunta qué harán
con ella, responde: "Lo que quieran; son libres y la vida humana
comienza del otro lado de la desesperación"47.
Esta inquietante y paradojal sentencia llama a una pregunta: ¿de
dónde procede esa desesperación, así consubstanciada con la naturaleza
humana? La respuesta es una: de la verificación del absurdo de la
existencia. Cabe todavía preguntarse: ¿qué fuerza tiene la afirmación
de Orestes, que así deja sin respuesta al dios? Tal vez esto: la
comprobación del absurdo desespera. Pero después los hombres sin
mala fe asumen aquél y viven. Los que saben lo hacen del otro lado de
la desesperación.
Zumban las moscas en tomo a Orestes; desdeñan en cambio a
Electra, porque aquél es su presa. La multitud acude, Electra rehúsa
escapar con su hermano y se entrega arrepentida. Orestes reivindica su
crimen, sus muertos son sus muertos, las fieles moscas los abandonan
por él. Entonces refiere la parábola del flautista de Scyros, el que
arrastró con su música a todas las ratas que infestaban la ciudad. Sale
del templo de Apolo, seguido de las moscas y pasa indemne entre la
multitud.
Pocas veces como en esta obra, el mito ha sido puesto al servicio
de una idea; también -hay que hacerle justicia a Sartre- al destino del
hombre. Quien era instrumento de los dioses, en la tragedia clásica, se
yergue frente a Júpiter, lo desafía y no sucumbe ..Orestes no od~a,
aunque obra con pasión al servicio de una causa. ElIge y es al elegIr.
Más que en La náusea, hallamos una ilustración de la libertad como
atributo humano. Vencer al dios significa sacudir su tutela, aunque
ello no exima de la angustia y, menos aún, de la desesperación.
Aquí aparece la concepción existencial de Sartre, encamada por
Orestes: la existencia es anterior a la esencia y el hombre va formando
esta última con la suma de sus actos. El hombre es proyecto y libertad;
en cada momento debe elegir, y al hacerlo dispone de una libertad

"Las moscas, p. 73.


88 FEDERICO PELTZER BAAL, LXX, 2005

absoluta, gadie puede torcerla ni ayudarla. La necesidad de actuar es,


sin embargo, perentoria, obedece a una ley psicológica. Dice Marill
Albéres:

Si el hombre no actuara, no se situaría, su conciencia estaría vacía de


él y, por lo tanto, no sería. Así Sartre es llevado a uno de los postulados
esenciales del existencialismo: el hombre no es más que la suma de su
actos. Terrible claridad que concede todo poder al hombre, salvo el de
no elegir"8.

Orestes, al llegar a Argos, descubre y les descubre a los demás el


don de la libertad humana, un error de los dioses, como se ha visto.
Sin embargo, esto no basta para proporcionar una salida. La libertad
(o la conciencia de ella) no soluciona el problema del hombre, criatura
que vive, sufre y muere ("sobre todo muere", diría Unamuno). La
muerte clausura ese proyecto vital que somos, nos aniquila el ser,
porque ya no puede crearse, en el concepto sartreano, a través de
ningún acto. Quizá Orestes debió plantearse hasta el fin una segunda
pregunta, tras resolver la primera: ¿cómo hacer que el hombre liberado
de culpa, de remordimientos, de sumisión a Dios, satisfaga su anhelo
de supervivencia; o, todavía más, halle un sentido para luchar por el
amor, el altruismo, la generosidad, hasta el sacrificio, en un mundo
que sólo le brinda la evidencia del absurdo? El resultado es el que
apunta Gaetan Picon: "La libertad como salida, como salvación, es
decir como pasión, no llega a rasgar las brumas de este universo
agobiante,,49. Por eso Sartre brinda más una visión del mundo que un
mensaje de vida. Sirve en cuanto niega, y por cierto lo hace con
perfecta lucidez; no sirve en la medida en que no reemplaza lo negado.
Sartre es un quitador de inocencia, y esto, a veces, resulta necesario,
por duro que parezca; pero no propone una salida, sino apenas un
pensamiento para la madurez a la que despierta y luego abandona
desolada.
Podría aceptarse a Las moscas como saludable liberación del
miedo: Júpiter sería su encarnación. Es un dios que exige terror y

48MARILL ALBÉRES, RENÉ. Ob. cit., p. 117.


49PICON, GAHAN. Ob. cit., p. 92.
BAAL. LXX, 2005 CENTENARIO DE lEAN PAUL SARTRE 89

remordimiento porque (apunta Gérard Mourgue), en concepto de Sartre,


la humanidad no parece haber abandonado un estado de infantilismo
que requiere la tutela de los dioses. El mensaje es claro: "Frente a las
firmes decisiones Dios nada puede; ha creado al hombre libre, poco
importa que esta libertad se haya vuelto contra él"so.
Si la libertad es el antídoto contra la angustia que el hombre lleva
en sí como experiencia ante la nada y la muerte, ninguna de las dos es
la única experiencia; así, el sentido de ciertos actos, sobre todo el
anhelo de perdurar,
Cabe repetir la pregunta: ¿para qué esta "horrible" libertad que no
sirve como medio al hombre para hallar un rumbo, sino que está allí
como un sello, pero que no resuelve ningún enigma, ni traza normas
para su ejercicio, una libertad para el absurdo? Al leer la obra de un
hombre sin duda lúcido y, a menudo, jugado por causas nobles (y de
ahí su magisterio y su popularidad), cabe preguntarse el porqué de su
descenso a los infiernos, a las llagas del corazón humano, si no intenta
rescatarlo. Parece decir, con un dedo acusador: "Eres esto y esto, y
toda esta carroña vil... Pero eres libre. Usa de tu don, el secreto de los
dioses. ¿Cómo? Sin remordimientos. ¿Para qué? Para estar vivo. Una
vida que no te acarreará complacencias ni compensaciones, porque es
absurda. Tú y los otros sois libres para nada".

Conclusión
Dentro de la inmensa gama de matices de lo humano, cabe concebir
hombres que sientan la vida como Sartre. Lo que no resulta tan
explicable es su afán proselitista: llevar a su misma convicci~n, a
sabiendas de que es desoladora, quizá porque "la mala fe" lo obseSIOna.
La mala fe que es transacción, autoengafio. Pero ¿lo es siempre? ¿No
hay otra "mala fe" en esta moral de la autenticidad que no es capaz de
proporcionar una norma de vida o un sentimiento que nos impulse a
perseguir algo más que un horizonte vacío?
Moeller relaciona el conflicto de Sartre con su historia personal:
el huérfano cuya madre ha vuelto a casarse, que se siente de más; el

~OURGUE. GÉRARD. Dieu dans la /ittérature d'aujourd'hlli. Paris: France Empíre,


pp. 2S y ss.
90 FEDERICO PELTZER BAAL, LXX, 200S

adolescente que no ha descubierto el mundo de la carne en un ambiente


de amor y se ha quedado con una sexualidad que acaso lo horrorice.
Por eso el amor de la pareja está siempre degradado en su obra; jamás
la carne, iluminada por la unión profunda, la generosidad y la ternura,
canta en él. También el hombre y la mujer son "el otro" en su obra
literaria, como en sus elucubraciones de El ser y la nada. Y lo esencial
del amor es suprimir esta barrera y hacer del otro uno mismo, "una
sola carne", como leemos en la Biblia. Observa:

De un lado hay el sentido de la vida terrestre; del otro el gusto de la


nada. La diferencia es enorme, pues colora el resto: todos los grandes
pensadores han tenido el sentimiento de lo trágico, de la soledad, de la
nada que es el hombre; pero sufrían por este sentimiento, sentían su
angustia; testigos: Lucrecio, Pascal, Nietszche, Malraux, Camus. Sartre
tiene el gusto de la nadasl •

Quizá la popularidad de Sartre -lo que debería ser su victoria-,


constituya su fracaso, cuando se advierten sus resultados. Una doctrina
puede medirlos, en parte, por el calibre de sus deformaciones. Los
jóvenes que llenaron los cafés y las calles de la "rive gauche" durante
años, no seguían sus lecciones ni comprendían lo medular de su
pensamiento: se limitaban a vivir el sinsentido, a ejercer la "libertad"
concebi9a como la satisfacción del impulso inmediato, desnudo de
todo valor, vacío de cualquier horizonte. Dolorosa contrapartida de
una empresa que aspiró a ser una redención.
Volvamos al punto clave. Dice Gaetan Picon:

Para hacernos vivir esta libertad como liberación, sería necesario que
Sartre nos indicara cómo debemos llenar este margen vacío, que
afladiera a la libertad que consiste en rechazar, la libertad que consiste
en adherir y creer. Sus héroes no se comprometen porque crean en
algo más que en su misma libertad; escogen por escoger, no para
actuar o para amar 2•

'lMOELLER, CHARLES. "Jean Paul Sartre, o la negación de lo sobrenatural". En


Litera/ura del Siglo XX y Cristianismo. Tomo 11. Madrid: Gredos, 1959, pp. 61-63.
"PICON, GABTAN. Ob. cit., p. 92.
IAAL, LXX, 2005 CENTENARIO DE JEAN PAUL SARTRE 91

Si volvemos nuestros ojos a un contemporáneo, Albert Camus,


remos la diferencia entre esa acción libre, en estado puro, y la acción
,rientada por algo. Fluye una conclusión: lo que sobra en Roquentin,
:n Orestes y en los demás personajes de la galería de Sartre, es lucidez,
L menudo heroica; lo que falta -jY qué carencia irreemplazable!- es
lada más y nada menos que el amor.

Federico Peltzer
RUBÉN DARÍO, ENTRE EL TANGO Y EL LUNFARDO'

Tal vez la enunciaclOn del tema de este aporte pueda parecer


efectista, y lo sería, si no respondiera a realidades verificables. Es
obvio que la obra dariana no se movió o situó entre ambas materias --el
tango y el lunfardo- en oscilación sostenida. Sólo abordo aquí algunas
relaciones circunstanciales y contactos intertextuales que merecen
atención.
El espíritu aristocrático es el que se manifiesta en el mayor caudal
de la obra dariana, expresada en lenguaje decantado, selecto, en parte
neológico, y se distancia tanto de la jerga del latrocinio como de las
letras de la canción popular porteña. Claro que existe otra realidad; el
registro verbal de Darío es enorme, asombra verlo moviéndose en tan
diferentes niveles de lengua, tanto en prosa como en verso, barajando
vocablos y expresiones de diversas canteras, pero siempre natural y
sabiamente allegados en la inclusión contextua!. Si algo caracteriza al
autor es una ausencia de disonancia en la incorporación de términos o
modismos varios en su fraseo. Destaca su capacidad de "aclimatación",
de "apropiamiento" de léxico y expresiones provenientes de los más
diversos planos de la realidad.
Mis consideraciones versan sobre dos aspectos. Uno de ellos
atiende a lo que Darío toma, ocasionalmente, del lunfardo y sus
consideraciones sobre esta jerga. Y comprende dos niveles: lo que
Darío toma del lunfardo e injiere en su prosa, y otro, las consideraciones
que el niCaragüense destina a esta peculiar jerga lingüística.
El otro aspecto estima lo que Darío genera en los poetas tangueros,
en las letras del tango, lo que resulta un fenómeno curioso. Darío

'Una primera versión de este trabajo fiJe publicada en un folleto, fuera.?e


comercio: BARCIA. PEDRO LUIS. Rubén Daría, entre el tango y ellllnfardo. PresentaclOn
del Dr. Gilberto Bergman Padilla, Managua, Consulado del Uruguay, 1997,50 p.
94 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

motiva a los letristas a incorporar a sus textos alusiones, evocaciones,


guiños y'hasta variaciones sobre su poesía.

Darlo y el lunfardo
Tal vez la primera presencia de un lunfardismo en la prosa de
Darío se da en un escrito de 1893: "El linchamiento de Puck"'. Allí
escribe:

No bien la mariposa hubo pedido conocerlo, la turba


de gorriones que puebla los árboles, los mochuelos
atorrantes y las palomas pudibundas y amorosas, dijeron [... f.

Como se advierte, está bien manejado el adjetivo en el texto


dariano. Los mochuelos, que duermen durante el día, vagan por las
noches, Además, contrasta esta vida noctívaga con la de las palomas
"pudibundas", lo que cargaría con una connotación de «desvergüenza»
o falta de pudor a los mochuelos. Debe advertirse que todo el texto
está transido por un ligero humor.
Al año siguiente, 1894, Darío retoma el uso de atorrante y derivados,
lo que señala la preferente dilección del poeta por el término lunfardo,
En su artículo "lean Richepin. A propósito de Mes paradises"3, que
recogerá como capítulo de Los Raros (1896), escribe sobre el último
libro del peculiar autor francés:

'De la serie "Mensajes", en La Tribuna, Buenos Aires, 12 de septiembre de


1893; recogido en MAPES, E. Escritos inéditos de Rubén Darío. Nueva York: University
of Iowa, 1938; en Cuentos completos, de E. Mejía Sánchez. México: Fondo de
Cultura Económica, 1950; última edición, aumentada con textos y notas: Cuentos
completos. Edición y notas de Ernesto Mejía Sánchez. Estudio introductorio, por
Raimundo Lida. Adiciones y cronología, por Julio Valle-Castillo. Managua: Editorial
Nueva Managua, 1967, pp. 254-255.
2EI adjetivo y sustantivo atorrante, proviene de "atorrar", dormir. Luego pasa a
significar "vago", que deambula sin oficio. Como se sabe, el origen del vocablo es
"cuestión disputada". Más tarde toma otros matices. V. GOBELLO, JosÉ. Nuevo
diccionario lunfardo. Buenos Aires: Corregidor, 1994. Del mismo autor, su
Aproximación al lunfardo. Buenos Aires: Ediciones de la Universidad Católica, 1996.
'En La Nación, Buenos Aires: domingo, 29 de abril de 1894, p. 4. Ver BARCIA,
PEDRO LUIS. Escritos dispersos de Rubén Darío. La Plata: Universidad Nacional de La
Plata, Instituto de Literatura Iberoamericana, 1968, tomo 1, pp. 47 Y ss.
BAAL, LXX, 2005 RUBEN DARÍO, ENTRE EL TANGO y EL LUNFARDO 95

Voluntariamente encanallado, canta a la canalla, se enrola en la turba


de los perdidos, repite las canciones de los mendigos, los estribillos de
las prostitutas; engasta en un oro lírico las perlas enfermas de los
burdeles; Píndaro atorrante, suelta las alondras de sus odas desde el
arroyo [... ]; el coro de las nueve hermanas, ya en ritmos tristes o en
rimas joviales, se expresa en argot.

Más adelante, agregará: "Las canciones trascienden a olores


tabernarios, decididamente, ese duque vestido de oro tiene una tendencia
marcada al atorrantismo" (p. 84). El adjetivo y ahora su derivado,
atorrantismo. Siempre que incluye el lunfardismo, éste y otros, Darío
lo destaca en bastardilla, más que nunca alusiva a lo bastardo del
origen. No lo funde con el resto de la frase, queda allí, subrayado, al
tiempo que incluso. Precisamente este ensayo destinado a Richepin y
a su peculiar literatura que incorpora las voces del bajofondo parisino,
dará pie a Antonio Dellepiane para preguntarse por la relaciones
posibles entre la literatura de los malditos y decadentes y el argot, o
las diversas jergas de la delincuencia. Richepin es para Darío un raro
impar en su galería iconográfica curiosa. Es simpática la expresión
con la que lo bautiza: "Píndaro atorrante", que allega todas las
connotaciones de la lírica milenaria griega y los vahos del suburbio
porteño.
En otra página suya, del 16 de mayo de 1894, sobre Brysson,
Darío incorpora otro lunfardismo:farra. "Tiene su hogar en Venezuela.
Se casó con una venezolana a bordo de un buque de guerra. Su oficina
está en cada país de América en que hayafarra"s.
Ese mismo año de 1894 aparece el folleto de Antonio Dellepiane,
Contribución al estudio de la psicología criminal. El idioma del delito
(Buenos Aires, Amoldo Moen, 1894)6. Se sabe que este es uno de los

'Cito por Los Raros. Buenos Aires: Espasa Calpe, 1952, p. 77-78. Acaba de
aparecer un muy completo estudio sobre este libro dariano: ARELLANO, JOROE EDUARDO.
«Los Raros»: una lectura integral. Managua: Instituto Nicaragüense de Cultura, .19?6.
'FARRA: "Distracción, diversión, francachela, orgía", dice Dellepiane .en su lIbnto,
v. n. 6.
•Antonio Dellepiane (1864-1939), jurisconsulto de gran predicame~to, e.n la
Argentina, catedrático universitario autor de numerosas obras sobre temas Jundlcos,
históricos y filosóficos. Su actuaciÓn como miembro de la Comisión de Cárceles le
96 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

trabajos primeros sobre el lunfardo, muy citado y poco visitado, salvo


por los especialistas. Consta de un estudio preliminar y un breve
diccionario lunfardo-español. En la introducción, destina el capitulillo
VII a un tema curioso: "El argot en la literatura: el argot criminal y el
lenguaje de los decadentes". El autor define su plano específico de
tratamiento:

la relación de semejanza o diferencia que existe entre las jergas


criminales, por una parte, y el vocabulario de los decadentes y
simbolistas, por la otra.

y se lanza a hacer consideraciones sobre

los sectarios de esta novísima escuela literaria (la de los decadentes)


que se caracteriza por su aficción decidida al empleo de palabras
raras, exóticas, sonoras, nuevas muchas veces, sintéticas, descriptivas
y sugestivas, casi siempre. La factura de sus frases, por lo regular, es
atormentada, abundando en metáforas violentas, en periodos enfáticos
y altisonantes. Por lo que hace al fondo de sus obras, singularizanse
los escritores a que aludimos por una tendencia manifiesta a los asuntos
eróticos, a los cuadros libidinosos, a la obscenidad, a la pomografia.

La simplificación, por un lado, y la exageración, por el otro, se


asocian en esta deformación caracterizadora. Si bien es cierto que,
acto continuo, descree de la posibilidad de que exista alguna similitud
entre ambos argots, el de la delincuencia y el de la decadencia -"las
palabras de ambos argots, si es posible aplicar es~a palabra al
vocabulario de los decadentes"-, pues difieren en la motivación que
los origina, en las leyes de su formación y en la fisonomía que exhiben.
Pero si se consideran, dice Dellepiane, no ya los términos aislados,
sino el conjunto de esos términos, las frases, la elocución: "está fuera
de duda de que existe entre ambas cierta analogía". Y se explaya en

pennitió estudiar la realidad de ese ambiente y de los reclusos. Producto de esta


experiencia es su librito, del cual anticipó parte en La Nación, 1 y 2 de junio de 1894.
Hay reedición de El idioma del delito. Buenos Aires: Editorial Fabril, 1967, Col. Los
Libros del Mirasol; citaré por esta edición.
BAAL, LXX, 2005 RUBÉN DARÍO, ENTRE EL TANGO Y EL LUNFARDO 97

un parágrafo, avecinando a las páginas de la célebre Degeneración, de


MaxNordau:

Estos rasgos comunes entre la literatura decadente y la literatura original


han inducido a algunos espíritus a suponer una analogía de cerebración.
un parentesco psíquico entre los representantes de uno y otro grupo.
Ambas literaturas serán así, la manifestación clara y patente de una
neurosis común, de un desequilibrio mental idéntico existente entre
los simbolistas y los crimínales (p. 65) ..

Como se advierte, Dellepiane ha desplazado la identificación de


decadentes y simbolistas, lo que no siempre ocurría en el plano de la
crítica coetánea. Pues bien, afirmada esta base, pasa a probarla y lo
hará, en el texto, con la apelación a la obra poética de Jean Richepin
y, en nota, con mención a la de su crítico y selector hispanoamericano:
Rubén Darío. Merece hacerle espacio a las estimaciones del
jurisconsulto y estudio de la lengua can era -de "cana", cárcel-
argentina:

Corrobórase la hipótesis expuesta por el prurito que se revela en los


decadentes de emplear en sus composiciones palabras y frases del
argot criminal: afición que ha llevado a alguno de ellos hasta a escnbir
composiciones enteras en la lengua del delito (p. 65).

y cita los casos de Vilon, de Gill, La muse de Bibi, o Las chansons


des gueux del dicho Richepin. Y en nota al pie desliza el
emparentamiento dariano con la fauna decadente:

Un escritor americano, muy estimable, por cierto, cuyas tendencias


decadentistas son bien conocidas, a poco de establecerse entre nosotros
ha incorporado ya a su vocabulario algunos términos de nuestro
iunfurdo.

y menciona, con certera precisión de relevamiento: "atorrante",


"atorrantismo" y "farra", tomados, precisamente de los artículos ~~e
aquí he citado, y publicados en 1894 en La Nación, donde tamb~en
colaboraba Dellepiane. Si este hubiera alcanzado a leer trabajOS
posteriores de Darío, en donde reincidiría en su "atorrantismo" léxico,
98 PEDRO LUIS BARCIA BAAL. LXX. 2005

hubiera ac;;~ntuado más aún su tesis de la discutible relación entre los


dos argots.
No obstante, en sus dudosas aproximaciones léxicas, Dellepiane
advierte que no se siente inclinado a ratificar la opinión del parentesco
jergal en todos los casos y aspectos, pues:

Los rasgos de semejanza que hace un instante apuntábamos, se explican,


a nuestro entender, más que por una afinidad psicológica, por la
tendencia exagerada de los decadentes hacia lo raro, lo exótico y lo
extravagante (p. 66).

En efecto, Darío le hizo calle a Richepin y le abrió las puertas de


su belvedere de raros, dos años después.
El jurisconsulto argentino señala una curiosidad: en tanto los
literatos decadentes se apropian, y usan, de algunos vocablos de "la
jerga especializada de la furca y la ganzúa", como la llamó Borges,
los criminales hacen poco caso y uso de su jerga en las canciones y
poemas que componen.

La literatura criminal, en efecto, desdeña el argot, o, por lo menos, lo


tiene relegado al papel de un simple condimento de la frase, sirviéndose
de él con gran parsimonia (p. 66)'.

Lo que nunca se imaginó Dellepiane es que se daría el camino


inverso:' si Darío supo asumir algunos escasos vocablos y dichos
"lunfas", a su vez la poesía lunfarda y las letras tangueras incorporarán
las apelaciones a poemas rubenianos y, aun, incluirían fraseos y motivos
darianos en su seno. Cuando Dellepiane editó su librito sobre el léxico
lunfardo, Darío publicó, en dos sitios casi simultáneamente, una
recensión de él, con el título de "El idioma del delito. El Diccionario
lunfardo-español de Dellepiane", en las páginas de la Revista de
América, que dirigía con Ricardo Jaimes Freyre, y como "El idioma
del delito. Un libro curioso", en La Razón de Montevideo8 •

'La expresión fue usada por Borges en su conferencia de 1927: "El idioma de
los argentinos", recogida en el libro de ese titulo. Borges coincide en los conceptos de
Dellepiane en este punto.
8DARlo, RUBÉN. "El idioma del delito. El Diccionario lunfardo-español de
Dellepiane", en Revista de América, Buenos Aires, a. 1, N.O 2, 5 de septiembre de
BAAL, LXX, 2005 RUBÉNDARíO,ENTRE EL TANGO Y EL LUNFARDO 99

En su nota crítica, Darío exhibe cierta erudición sobre el argot,


citando bibliografia francesa, como el estudio de Jules de Maethold
sobre eljargon de Francois ViUon, y las apuntaciones de fray Martín
Sarmiento en sus Memorias, en las que sostiene que el origen del caló
y de sus congéneres es el gitano, Darío desestima que el origen del
lunfardo -y de toda jerga delicuencial- sea otro que el de querer
ocultar el contenido de la comunicación entre los del hampa frente a
la policía o a la víctima, como había descartado Dellepiane.
Señala que el carácter cosmopolita de Buenos Aires explicaría la
diversidad de palabras de origen extranjero en el lunfardo porteño. Y,
a la nómina de lunfardismos generados en el caló español, agrega un
par no registrado por Dellpiane: "el de buten, de donde debe derivarse
el de rebute, con significación de «notable», «admirable»; y servicio
lila, que no es otro que «el tío lila» de España". Este rescate dariano
descubre que tenía un oído atento al registro del hablar lunfardo. José
Gobello, en su Nuevo diccionario lunfardo (Buenos Aires, Corregidor,
1994) trae bute, de buten, y remite a de bute, en su acepción de
"excelente; óptimo, de la mejor calidad". Y cita a dos autores que
usan de buten, Félix Lima y Gómez Bas. En cambio no registra Gobello
lo de "servicio lila", que apunta Darío como escuchado en el habla
porteña hacia 1894.
Es curiosísimo que Darío no diga una sola palabra acerca de las
consideraciones que hace Dellepiane sobre las relaciones entre el argot
delictivo y la lengua de los decadentes. Pero más sorpresivo aún resulta
que no acuse que su nombre es mentado en el estudio preliminar del
librito, ligado a esta tendencia decadente a incorporar frases y vocablos
lunfardos en prosa y verso, máxime cuando Dellepiane ilustra su caso
con ejemplos concretos tomados de artículos publicados en el diario
del que ambos eran colaboradores.
Pasarán veinte años desde el de la aparición del libro de Dellepiane.
Darlo reside entonces en París y dirige literariamente una revista
ilustrada, el Mundial Magazine. En el N.O 38, de junio de 1914,
publicará un artículo suyo titulado: "Los miserables. Los gueux

1894, pp. 38-39. Había anticipado la misma reseña con otro título: "El idio,?a del
delito. Un libro curioso", en La Razón, Montevideo, a. XVI, N.O 4650, 4 de septiembre
de 1894.
100 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

franceses,.Jos tramps yanquis, los atorrantes argentinos..9 • Los tres


tipos humanos, más allá de la geografia, son de la misma familia: la
de los vagabundos sin amparo, hijos de la privación. Al gueux lo
evoca en la Corte de los Milagros de Notre Dame de París, de Víctor
Hugo; halla su voz en los Testamentos de Villon y en sus baladas de
jargon. El tramp norteamericano conlleva una nota que no siempre se
da en los otros dos: su tendencia criminal. A nuestro atorrante, Darío
le destina el último tercio de su trabajo.

El "Atorrante"
El "atorrante" argentino ha llenado antes la población, a medida que
ha ido en aumento la vida europea, por decir así.
La inmigración ha ayudado entonces, como en los Estados Unidos, al
desarrollo de esa plaga, que poco a poco fue menguando.
Que la miseria toma creces en Buenos Aires, es cosa innegable.
Que también existe como en todas las grandes ciudades la industria
del mendigo, es verdad. Peroj- a la falsa miseria está la verdadera,
que ciertas buenas personas conocen.
La primera toca a la policía; la segunda a la caridad LA NACIÓN, el
gran diario de Buenos Aires, publicó hace años una comunicación del
señor Ignacio Orzali, en que se leen estas palabras. "Los que
voluntariamente nos hemos impuesto la obligación de visitar a los pobres,
nos damos cuenta exacta de la gran miseria que hay en nuestra rica
capital. No se trata del atorrantismo, sino de verdaderos pobres, de
familias necesitadas que no tienen qué comer, y que en la noches crudas
del invierno tiritan de frio. No tienen ni cama, ni colchones, ni frazadas,
ni nada con qué poder hacer entrar en calor sus cuerpos; duermen en el
suelo como los animales, siendo ésta la causa principal, si no· la única,
de las enfermedades que padecen". Y hoy pasa lo mismo.
El atorrante duerme a la bartola, se quema la sangre con venenosos
aguardientes, y así pasa las noches heladas. O si no, se deja morir

9En Mundial Magazine, París, a. V, vol. VII, N.O 38, junio de 1914, pp. 105-
1 lO, con ilustraciones de Ribas, entre ellas una de un atorrante fumando. Sobre lo
publicado por Darlo en Mundial Magazine, v. Darío, Las repúblicas
hispanoamericanas. Edición y estudio de Pedro Luis Barcia. Buenos Aires: Embajada
de Nicaragua, 1997, esp. pp. 10 Y ss.
BAAL, LXX, 2005 RUBÉNDARlo, ENTRE EL TANGO Y EL LUNFARDO 101

acariciado por la pereza, o por el desdén de la vida, y amanece comido


de caranchos, o ahogado en el río, o tieso y abandonado entre los
muelles, o en cualquier oscuro rincón.
Desilusionados italianos, franceses, ingleses, españoles, rusos, hombres
de todas partes, componen ese vago ejército. Viven, se alimentan, y
mueren cínicamente, es decir, como los perros.
A esta clase de ilotas debe dirigirse la mirada del sociólogo, pues
encierra un amargo problema Y a los pobres enfermos, a los verdaderos
necesitados, víctimas de la desgracia, la bondad de las manos generosas.
Rubén Darío

Darío, en el seno de su ensayito, ha citado un suelto de La Nación


donde se distingue entre los que cultivan el atorrantismo, como escribe
el diario, y los verdaderos pobres, que han llegado a ese estado por no
tener qué comer, ni con qué abrigarse, ni dónde dormir.
El artÍCulo dariano y la nota bibliográfica sobre el libro de
Dellepiane son poco o nada conocidos de quienes se han ocupado de
la obra del nicaragüense, por eso le hes hecho sitio de rescate.
Sin lugar a dudas, entre menciones ocasionales de algún otro
lunfardismo, fue el vocablo atorrante el dilecto de Dano. Se comprende,
porque lo asocia a un tipo humano que él vio por las calles porteñas,
deambular silencioso y sin rumbo, en las noches en que el poeta
retornaba de peñas y de redacciones, o de "inquerida bohemia", o
farra para decirlo "lunfardianamente".

Darlo en el tango
Hasta aquí la presencia del lunfardo en la obra de Rubén. Ahora
cabe atender a la proyección que la obra rubeniana ha tenido en la
poesía escrita en chamuye canero o, más particularmente, en algunas
letras dt: tango.
Insospechadamente, aparece la obra de Rubén como cantor de la
calle Florida (cuyo elogio hizo el poeta en un par de poemas)lO, en un

'''DARlo, RUBÉN, poemas "Del campo", recogido en Prosas profanas: «fonnada


de rosales tu calle de Floridaj mira pasar la Gloria, la Banca y el Sport». Y en el
poe!na: "Porteña" (Poesías completas. Madrid: Aguilar,l968, p. 964): ::Ayer el
paVImento sonoro de Florida I sintió trotar el tronco de potros de Inglaterra ....
102 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

soneto nacta menos que de La crencha engrasada, de Carlos de la Púa,


como se sabe, seudónimo de Carlos Muñoz del Solar. En el poema
"Citroen" -que contiene alusiones poco mentables académicamente-,
en que trata de la evolución de una mujer de "mina" a "bacana":

Después, con más chiqué y con más tacto,


en la aliviada que te dio la guita
te divisé montada al artefacto
que Lola Mora en el balneario imita.

y ayer, en el Florida matutino


que cantara Rubén en verso fino,
te campanié de nuevo embelesado... 11

Aquí se trata sólo de una mención a un poema de Darío, donde el


adjetivo "fino" califica el verso rubeniano, distinguiéndolo, sin desdén
ni desdoro, del verso "canyengue" que maneja el autor de La crencha
engrasada, que en este poema es paladino y casi carente de
lunfardismos, que, en cambio, arrecian y hacen casi ininteligible el
resto del libro, si no recurrimos al lexicón final.
Repárese en detalle recurrente, tanto en la poesía lunfarda como
en las letras de tango: Darío es "Rubén" para sus colegas en registro
popular, lo que estrecha los campos y apunta al afecto y cierta nota de
intimidad que el nicaragüense suscitaba en nuestros tangueros y nuestro
mes ter de lunfardía.
A vaneemos otro grado en las relaciones de la poesía de Rubén y
la poesía tanguera. Veamos la letra de "Aquella cantina de la ribera"
(1926), de José González Castillo, del tango al que puso música Cátulo
Castillo, estrenado en el teatro Liceo, en el seno de la obra teatral, del
mismo nombre, de Federico Martens y Amoldo Malfatti, y grabado
con posterioridad por Carlos Gardel, el 30 de noviembre de 1926,
acompañado por las guitarras de Ricardo y Barbieri. En el texto se
insinúan reminiscencias de un poema dariano:

""Citroen", en Carlos de la Púa. La crencha engrasada, Buenos Aires, s.e., s.a.;


p.36.
BAAL, LXX, 2005 RUBÉN DARlo, ENTRE EL TANGO Y EL LUNFARDO 103

Como en el mar, el humo de niebla las viste


y envuelta en la gama doliente del gris,
parece una tela muy rara y muy triste
que hubiera pintado Quinquela Martín.
Rubias mujeres de ojos de estepas,
lobos noruegos de piel azul,
negros grumetes de la Jamaica,
hombres de cobre de Singapur l2 •

La lectura del tango retrae, en la primera estrofa citada, el recuerdo


de la antologizada "Sinfonía en gris mayor", que parece moverse detrás
de la escena, coincidente con algunos elementos de paisajes distantes
como el de la Boca, en el tango, y en el mar tropical en "Sinfonía". Pero
hay un verso que denuncia una concreta intertextualidad:

"Sinfonía": Ya todo lo envuelve la gama del gris.


Tango: Y envuelta en la gama doliente del gris.

La segunda estrofa del tango que he citado ("Rubias mujeres de


ojos de estepas ... ") tiene también reminiscencias rubenianas, pues sus
referentes, Jamaica, Singapur, lobos noruegos, están muy lejos del ámbito
de la poesía tanguera y son más propios de un poema modernista.
En "La novia ausente", tango con letra de Enrique Cadícamo y
música de Guillermo Barbieri, se nos evoca el paseo de la pareja de
novios que vagan en la tibieza de la noche:

Al raro conjuro
de noche y reseda
temblaban las hojas
del parque, también,
y tú me pedías
que te recitara
esta "Sonatina" que soñó Rubén: 13

'2Puede leerse la letra en: Contursi, Manzi, et al. Letras de tangos. Selección (18~?-
1981). Edición de José Gobello. Buenos Aires: Ediciones Nuevo Siglo, 1995, ColecclOn
Biblioteca de la Cultura Argentina, dirigida por Pedro Luis Barcia, t. S, pp. 98-~9.
IlCADlcAMO, ENRIQUE. Cancionero. Buenos Aires: Torres Agüero edItor, 1977,
pp. 18-19.
104 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

y el cantor procedía al recitado de la primera estrofa del célebre


poema: "¡La princesa está triste! ¿Qué tendrá la princesa? .. ", que, no
obstante, se transcribía íntegramente. Y asociaba, en la evocación de
la amada muerta, con aquel pedido de recitado del poema dariano,
Otro tango de Cadícamo, "De todo te olvidas" (1929), registrado
por Ignacio Corsini con música de guitarras, y que también grabó
Gardel, muestra vestigios rubenianos. La letra del tango cruza,
intertextualmente, el poema de Evaristo Carriego, "Cabeza de novia",
con la "Sonatina", entretejiendo ecos de ambos textos. Véase algún
ejemplo:

De un tiempo a esta parte, muchacha te noto


muy pálida y triste. Decí: ¿qué tenés?
Tu carita tiene el blancor del loto
y yo francamente, chiquita, no sé ...
¿Qué pena te embarga?
¿Por qué ya no ríes con ese derroche de plata y cristal?
Tu boquita donde sangraron rubíes,
hoy muestra una mueca, trasuntando un mal...

El piano está mudo ... tus ágiles manos


no arrancan el tema del tango tristÓTL .. 14

Pero el caso más interesante, sin lugar a dudas, lo propone la obra


de Celedonio Flores. El poeta Flores, inicialmente, distinguió dos
formas de poesía, de acuerdo con sus destinatarios. En "Chapaleando
barro" (1929), escribe:

... y no vas a creer que escribo


en este lenguaje rante
por irlas de interesante
ni por pasarme de vivo.

14 CADlcAMO, ENRIQUE. Ob. cit., pp. 24-25.


BAAL, LXX, 2005 RUBÉN DARía, ENTRE EL TANGO Y EL LUNFARDO 105

Sino por que no hallo bien,


ni apropiado ni certero,
el pretender que un carrero
se deleite con Rubén.

Vuelve al manejo íntimo de la apelación "Rubén", lectura grata


para Flores, pero, con neta conciencia del receptor, sabe que el lenguaje
exquisito del nicaragüense no sería comprendido por el público simple
e iletrado. Por eso, renuncia a una entonación dariana, en favor del
hombre de pueblo.
Antes, Celedonio Flores, en "La musa mistonga" (1926) había
contrastado las dos formas de poesía y recepción. Contraponía, en
rigor, la poética de Darío a la de Carriego, que Cadícamo -{:omo
mostré- había allegado en "De todo te olvidas".

La musa mistonga de los arrabales,


la mistonga musa del raro lenguaje
que abrevó en las aguas de los madrigales
y al llegar al pueblo se tornó salvaje.

La que nada sabe de abates troveros


que hilvanaron dulces endechas de amores,
pero que por boca de sus cancioneros
conoce la vida de sus payadores.

La que nada sabe de los caballeros


de acción en las lides de los cintarazos
pero sabe caso de jugarse enteros
un par de malevos a prueba de hachazos.

Que ignora la gloria de un día vivido


bajo la fragante honda de Versalles,
pero sale alegre cuando ha anochecido
a ver los muchachos jugar en las calles.

Que ignora la cuita de la princesita


que pecó indiscreta con el rubio paje,
pero que se apena porque Milonguita
ha dado un mal paso y llora su ultraje.
106 PEDRO LUIS BARCIA BAAL. LXX. 2005

Que.no se ha enterado que en una pavana


se lucieron reyes de blasón y rango,
su amigo el malevo hace filigranas
en el duro piso y al compás de un tango l '.

El juego intertextual se da entre poemas de Carriego: "En el


barrio", "El guapo", "El alma del suburbio", y "Era un aire suave ... ",
de Darío. El texto va contraponiendo las dos musas a través de
elementos que evocan los espacios culturales de cada uno: abates
troveros / payadores, lides de caballeros / hachazos de malevos,
Versalles / el barrio, princesita / Milonguita, pavana / tango, y así
parecidamente.
Flores alternó con Carriego y con Darío en sus lecturas dilectas.
El repaso de sus poemas muestra versos darianos infiltrados entre el
fraseo del pueblo reo y popular que toma la voz en sus poemas. En
unas declaraciones sobre su poesía, Celedonio Flores dice de sus versos:

Quise escribirlos delicados, sutiles, finos, pero había grandes contras


en aquel camino. ¿Cómo te ibas a tirar contra Amado Nervo o Rubén
Darío? El naipe no daba pa 'tanto, hermano l6 •

José Barcia advierte que en Flores se dieron los dos lenguajes. Y


recuerda que en un libro de comercio, Celedonio iba copiando los
poemas. preferidos de Banchs, Lugones, Delmira Agustini, Amado
Nervo, Maturana, y en la lista no faltaba el nombre de Rubén, "adorado,
idolatrado por Celedonio y por sus feligreses de estrofas vacilantes,
pero henchidas de ripios y de amores de alta temperatura,,17.
De toda la producción de Flores, es el poema "Sonatina" el que,
sin lugar a dudas, muestra un más firme y decidido grado de
reelaboración. Ya no se trata de ecos, vestigios, infiltraciones,
reminiscencias. Estamos frente a un caso que expresa voluntad de

¡'FLORES, CELEDONIO. Cancionero. Buenos Aires: Torres Agüero editor, 1977,


pp. 38-39.
16RosSLER, OSVALDO. "El Negro Cele". En El Mundo, Buenos Aires, domingo 26
de junio de 1966.
I'BARCIA, JosÉ. Tangos. fangueros y fangocosas. Buenos Aires: Editorial Plus
Ultra, 1976.
BAAL, LXX. 2005 RUBÉN DA RÍO. ENTRE EL TANGO Y EL LUNFARDO 107

rifattura en clave lunfarda. En el siglo XVI, se hablaba de "poesía a lo


divino", "Garcilaso a lo divino", procedimiento por el cual se partía
de un soneto o poema de amor profano para elaborar, a partir de él y
con juegos de sinonimia, lo más fieles posible, otro soneto que estuviera
enderezado a lo religioso. Aquí no se trata, obvio, de lo profano a lo
divino; ambos planos son profanos. Se trata de planos de poética:
transvertir un poema modernista en un poema lunfardo, con los
necesarios ajustes, adecuaciones y asimilaciones del caso. Es una forma
de trasvase, de traducción: de la lengua requintada y las situaciones
convencionales, transidas de alusiones culturales prestigiosas propias
de la poesía dariana a la lengua lunfarda y a las situaciones vulgares
de la cotidianeidad. Versión a lo lunfardo.
Para poder concretar una comparación acabada de ambos textos
homónimos, la "Sonatina" de Darío y la "Sonatina" de Celedonio
Flores, necesitaría mucho mayor espacio del que aquí dispongo. Baste
decir, en lo general, que las cinco primeras estrofas de ambos poemas
se corresponden y se hacen eco, en sus distantes niveles, ajustando a
cada contexto los detalles de la "princesa" a los de la "bacana". La
estrofa final del poema de Flores no guarda correspondencia con el
dariano. La forma estrófica es común a ambos textos, en la combinación
de sus alejandrinos con dos hemistiquios, dispuestos en sextina, con
rima aguda el 3.° y el 6.°.

Sonatina
La bacana está triste, ¿qué tendrá la bacana?
Ha perdido la risa su carita de rana
y en sus ojos se nota yo no sé qué penar;
la bacana está sola en su silla sentada,
5 el fonógrafo calla y la viola colgada
aburrida parece de no verse tocar.

Puebla el patio el berrido de un pebete que llora,


tiran bronca dos viejas y chamuya una lora,
mientras canta "Pagliacci" un vecino manghín;
10 la bacana no ríe, la bacana no siente,
la bacana parece que ha quedado inconsciente
con el mate ocupado por algún berretín.
108 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

" ¿Piensa acaso en el coso que la espera en la esquina?


¿En aquel que le dijo que era muy bailarina
15 con tapín de mafioso, compadrito y ranún?
¿Es aquel que una noche le propuso el espiante?
¿Es aquel cajetilla, entallao de elegante?
¿O es aquel caferata que es un gran pelandrún?

¡Oh, la pobre percanta de la bata de rosa


20 quiere tener menega, quiere ser poderosa,
tener departamento con mishé y gigoló,
muchas joyas debute, un peleche a la moda!
Porque en esta gran vida el que no se acomoda
y la vive de grupo, al final se embromó,

25 Ya no quiere la mugre de la pieza amueblada,


el bacán que la shaca, ya la tiene cansada,
se aburrió de esa vida de continuo ragú;
quiere un pibe a la gurda que en el baile con corte
les dé contramoquillo a los reos del Norte,
30 los fifi del Oeste, los cafishios del SÚ,

"¡Vamos, vamos, pelandra, -dice el coso que llega-


esa cara de otaria que tenés no te pega,
levantate ligero y unos mangos pasá"!
Está el patio en silencio, un rayito de luna
35 se ha colado en la pieza, mientras la pelandruna
saca vento de un mueble y le dice: "¡Tomá!"18

Como el lector advierte hay frases enteras calcadas en su estructura


y adaptadas en el léxico, hay otras que son ecoicas del poema dariano
pero con adecuación a la entonación y fraseología lunfardas, Se trata
de una "ambientación" que va del palacio al conventillo, del príncipe
al "coso", pero por supuesto, no hay una equivalencia línea a línea ni

l8FLORES, CELEDONIO, "Sonatina", Ob, cit., pp. 104-105. V. Prosas profanas y


o/ros poemas. Presentación de Gilberto Bergman Padilla. Edición, estudio y notas de
Pedro Luis Barcia. Buenos Aires: Embajada de Nicaragua, 1996.
BAAL, LXX, 2005 RUBÉN DARÍO. ENTRE EL TANGO y EL LUNFARDO 109

elemento a elemento. El Genette de Palimpsestos calificaría este caso


como uno de intertextualidad por imitación satírica, que vira a lo
caricaturesco. No es una transposición burlesca, porque late en el
fondo de la situación del conventillo, un drama entre la "bacana" y sus
sueños de escapismo, contrastados con la exigencia del "coso" que la
explota. Es un cuadro de dura realidad sociocultural, recurrente en las
letras de tango y la poesía arrabalera, que reflejaban lo cotidiano.
La lectura de "Sonatina", de Flores, en clave de parodia exigía,
por parte del receptor, una competencia básica: conocer el texto de
Darío. Esto era pan comido para los lectores argentinos de la década
de los veinte. El poema dariano cursaba en antologías, alentaba en las
recitadoras, se reiteraba en las fiestas escueleras. Lo difícil era no
conocerlo.
"Sonatina" fue el poema de Darío que más se ha proyectado en
letras de tango y en poesía lunfarda, lo que constituye por sí un
homenaje, aun en la ironía o en la parodia. Otro texto de gran difusión
porteña, ya en vida de Darío en Buenos Aires, fue el soneto
"Margarita" 19, también incluso en Prosas profanas. Ahora bien, la
proyección de este poema es más difusa en las formas de la poesía
popular que considero. Por lo demás, se entrecruzan con el poema,
otros dos aportes para la intertextualidad: el folletín de Dumas, muy
consumido entre nosotros, y la obra de teatro lírico, reiterada en cada
temporada teatral. Hay textos citables que podrían asociarse al soneto
dariano, por ejemplo, "Griseta" (1924), de José González Castillo y
Enrique Delfino; "Margarita" (1929), de Gabino Coria Peñaloza y
aun, "Margarita Gautier" (1935), letra de Jorge Nelson.
Pero no hay, al menos no hallo, "presencias" probables, en el
sentido estricto del vocablo, "que se puedan probar"; a lo más, son
"probables" en la acepción argentina de "posibles,,20.

'!>Yer mi edición de Prosas profanas, cit. en n. 18. En cuanto a los tango~:


"Griseta", en GOBElLO, J. Letras de tangos, ob. cit., p. 76, vv. 14-22, y "MargarIta,
en la misma obra, pp. 160-161. . . .
2ODejo de lado, p.e., la coincidencia de motivos literarios entre !~ poesla danan~
y la lunfarda y la tanguera, por tratarse de presencias comunes. a la hnca de todos los
tIempos. Asi, el tópico del ubi sunt, rastreable en la poesia danana, tanto. como en la~
letras de tango: "Tiempos viejos" (1926), de Manuel Romero y Fran~lsco Ca~aro.
"¿Dónde están los muchachos de entonces?", v. 9. "¿Dónde están las mUjeres aquellas,
110 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

En este trabajo, he pretendido ofrecer, en su segunda parte, sólo


un muestreo de la presencia dariana en la poesía popular. Queda por
estudiar esta presencia en la poesía de difusión popular y de entonación
afectada, ni tanguera ni lunfarda, que generó colecciones enteras de
folletos entre nosotros.
Mis señalamientos tienden a mostrar grados de relación entre los dos
ténninos del título: menciones, inclusiones puras, juegos intertextuales
varios, reelaboraciones declaradas, alusiones e insinuaciones. Esta
diversidad de vías de presencia dariana consolida la idea de popularidad
sostenida a través de los años en el medio argentino. Esta proyección,
finne y matizada, de la materia de Prosas profanas (1896) -libro del
que hoy celebramos su cumplesiglos- en el seno de nuestra poesía
lunfarda y tanguera es una de las fonnas más curiosas de perduración
de lo dariano en nuestras expresiones culturales. Hemos considerado
otras proyecciones, en otros registros de poesía, en nuestro estudio
"Rubén Darío y la literatura argentina".
Hay una suerte de "clasicidad" en esta presencia dariana trasvestida
en palabra de tango y arrabalera. Casi todos los ejemplos de esta
contaminatio son de tangos y de poesía lunfarda de la década de los
veinte, y la mayoría, sobre fines de dicha década. Ya no estaba el
prestigio personal del poeta, vecino entre los porteños por casi cinco
años (1893-1898). Pero su poesía seguía viva aún en estos niveles de
la cultura, y 10 que más sorprende es que el "Rubén", como dicen los
textos, que se recuerda y al que se acude es el de Prosas profanas,
pese a' que sus notas de aristocratismo, exquisitez, léxico insólito,
apelaciones culturales, artísticas, plásticas, literarias, etc., estén en
aparente contrapelo con la cultura popular del tango y el mester de
lunfardía. Esto es un fenómeno curioso que echa por tierra
simplificaciones fáciles de sociólogos de la cultura y la literatura que
se mueven con reduccionismos y maniqueísmos fáciles.

minas fieles de gran corazón?", vv. 13-14, V. GOBELLO. Ob. cit., p. 121, por sólo dar
un ejemplo.
En nuestros días, con lúdico escarceo erudito, Jorge Rivera practicó una versión
a la gurda de Odas de Horacio, en poesía lunfarda: De Quid multa gracilis ... Y, 5,
crea "Pirra la diquera" y de Poscimur. Si quid vacui ... Y, 32, "La viola del sabalaje".
V. Breviario de poesía lunfarda. Selección y prólogo de Eduardo Romano. Buenos
Aires: Andrómeda, 1990, pp. 245-247.
BAAL, LXX, 2005 RUBÉN DARÍO, ENTRE EL TANGO Y EL LUNFARDO 111

Le hubiera sido grato y simpático a Darío escuchar estas letras en


boca de recitadores de boliche o cantadas en cafetines porteños, viendo
cómo sus versos alabeados se transmundaban de ámbito y atmósfera,
manteniendo su viva capacidad sugestiva.
Las vías de contacto, y contaminación -"De la contaminación
nace la vida", decía Pasteur- de la materia cultural hinnana pueden ser
imprevisibles. El rastreo de ellas, por humilde que sea, revela grados
de permeabilidad, de porosidad de lo humano, al tiempo que ratifican
el poder penetrativo de la palabra poética, pues como decía el Rabí
Sem Tob de las letras: "saetas que traspasan todas las armaduras". Así
es, y que así sea.
Pedro Luis Barcia

Apéndice 1
Léxico lunfardo mencionado en el trabajo
a la gurda: en abundancia, de importancia.
atorrante: de "atorrar", dormir. Derivados: atorrantear: vagar sin
oficio, ociosamente y sin preocupación. Atorrantismo: condición
de atorrante. Atorranta: mujer que se entrega con facilidad. Atorro:
acto de dormir, sueño. El vocablo es de origen desconocido, según
José Gobello, ob. cito
bacana: muy rica, lujosa.
berretín: ilusión, esperanza acariciada sin fundamento; fantasía.
bule: de bute: excelente, óptimo, de la mejor calidad. Proviene del
caló español.
caJerata: canfinflero, rufián que explota una sola mujer.
campaniar: campanear: hacer de "campana", ayudante del ladrón que
se coloca en acecho o sigue a alguien con el propósito de dar la
alarma dei caso. Vigilar en resguardo de quien e~~ cometiendo un
robo. Observar, examinar atentamente pero con dISImulo.
chiqué: simulación.
farra: diversión, jarana, juerga. .
gigoló: joven que se hace mantener por una mujer mayor que el.
guita: dinero, plata.
manghín: pedigüeño. . .
mishé: hombre maduro que paga los favores de una mUjer Joven.
pe/eché: de "pelechar": mejorar la indumentaria.
112 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

pelandra: holgazana.
ragú: apetito, hambre.
rana: astuta, traviesa.
rante: aféresis de "atorrante".
shaca: de "shacar", sacar dinero a alguien mediante ardides falsas °
promesas. Robar.
tapin: "pinta", al revés. Alude al buen aspecto, a la apariencia de una
persona, bien vestida y arreglada.
vivo: astuto, hábil para engañar o para evitar el engaño. Ingenioso.
Ladrón.

Apéndice 11
El idioma del delito
Un libro curioso
Por Rubén Darío

Desde que La Nación publicó en sus columnas los artículos que


constituyen el prólogo del recién aparecido Diccionario lunfardo-
español del señor D. Dellepiane, la impresión general fue muy favorable
para el autor. En ello ha habido completa justicia. No sino aplausos
merece el laborioso, estudioso e inteligente catedrático de la Facultad
de Derecho y Ciencias Sociales, que hoy ofrece una buena aunque
ligera contribución para el estudio de la psicología criminal. En su
libro -libro de base científica- interesante y hasta ameno, está escrita
su introducción en un estilo claro y elegante y contiene muy curiosas
noticias.
En estos últimos años, en que la ciencia penal ha tomado tanto
vuelo, la jerga de los delincuentes ha sido estudiada con bastante
detenimiento y cuidado por algunos especialistas.

Distinto para cada país -dice el señor Dellepiane-, y a veces para cada
ciudad dentro de un mismo país, recibiendo en Francia el nombre de
argot, el de gergo en Italia, en España el de bribia, germania hampa o
caló y el de lunfardo en la República Argentina, este lenguaje ha sido
objeto, en los últimos tiempos, de análisis prolijos.

¿Cuál es el origen de las "lenguas del delito", en Europa?


Al decir del R. P. M. Fr. Martín Sarmiento, sería el errante rebaño
de los gitanos. "Además de estos idiomas, escribe el citado religioso,
BAAL, LXX, 2005 RUBÉN DARlO, ENTRE EL TANGO Y EL LUNFARDO 113

hay otro inventado en Espafia, que llaman jerga, gennania, o jerigonza;


y es el que hablan los gitanos (o egipcianos), que en Italia llaman
zíngaros, y en otras partes bohemios.

Estos son unos hombres errantes y ladrones, que hablan aquel lenguaje
o fingido o corrupto, del que primero hablaban los de este gremio; y
por haber venido de Alemania, o Gennania, llamaron acá en España, a
su lenguaje gennania. Como están tolerados en España estos gitanos,
y ya se meten a aquella vida muchos castellanos forajidos, se comunicó
insensiblemente al idioma castellano muchas partes de sus voces
bárbaras21 •

y Quevedo:

Tiene nuestra lengua española varias especies que dialectos llaman los
griegos, y algunos no poco ridículos y bárbaros, y entre los que lo son
no sé si se podrá reputar por primero la que vulgannente llaman
jerigonza, que siendo este apellido por sí tan genérico, que contiene la
habla de los gitanos y otros que los muchachos fingen o inventan,
denota también aquella que los rufianes han compuesto para entenderse
entre sí, sin que los otros los entiendan. Xargon la dicen los franceses,
y curiosos y atentos más a nosotros que nosotros mismos, nos dan de
ese lenguaje copiosos diccionarios. Gennania la llaman también sus
profesores, teniendo uno y otro nombre bárbaro origen, como era
fuerza, que no de otra suerte 10 fuesen sus inventores, aunque a mí me
agradan poco los que les fingen nuestros eruditos 22 •

El idioma del delito presenta, claramente, muchas afinidades de


origen en los países latinos, como puede notarse hasta por los mi~mos
nombres de los distintos dialectos, jerga, jargon, argot, gergo, tIenen
una misma base fonética. Muy aceptable paréceme la opinión del
padre Sarmiento, sobre que gennania venga de Gennania, por haber

"Obra póstuma del Rvdo. P. M. Fr. Martín Sarmiento. Benedictino: M,emorias


para la historia de la Poesía y poetas españoles: dada a luz por Monasteno de S.
Martín de Madrid. MDCCLXXV.
22QUEVEDO. El Parnaso Español.
114 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

llegado de esta región a España los vagabundos importadores de la


jerigonza. Adviértase que ésta llámase en Alemania rothawxllch, que
quiere decir extranjero y mendigo.
Jules de Marthold en su admirable monografia sobre el Jargon de
Villon, estudia el origen de la palabra, notando que cada sabio
«distillateur es-Iettres», lo ha extraído de una raíz distinta. Menage de
la palabra "barbarophoion", empleada por Homero en el verso 867 del
canto JI de la ILIADA; y de la barbáricas usada por Salustio en el
sentido de extranjero, y por Plauto, Tácito, Virgilio, Lucrecio, Columela
y Claudiano para expresar toda cosa salvaje e inculta; Furetier, refutado
por Granval en su Cartouche, de argos; Duchat -en sus notas sobre
Rabelais, de Ragot, pillo y célebre del tiempo de Luis XII; Clavier del
ergo escolar-; y muchos de groecum. "¿Por qué no? ¿No viene caballo
de equies?"23.
Rabelais usa el vocablo jarbooonnogs; Moreliere, el P. Bonhour
Condillac, emplean jorgon para caracterizar lo incomprensible, lo
rebuscado y lo pretencios024 •
En la Inglaterra se le llama al argot Slang, en Holanda divantail,
en Asia balaibalan, en la República Argentina lunfardo. En España el
nombre indica el paso del gitano; en Alemania da idea de mendicidad
y de extranjerismo.
Lunfardo en la jerga argentina significa ladrón.
¿Por qué surgen las jergas criminales en distintos países a la vez?
"Porque en todas partes la ley de la consolidad tiene iguales efectos".
En tiempos de Cicerón los plebeyos no usaban el mismo lenguaje que
los patricios. El orador ilustre y Varron, citan ejemplos del dialecto
popular. El contrario de Catilina no habla de lo mismo que cualquier
pecador de Ostía, o juglar de los arrabales. No sería de esta opinión
Fluvio Blondo; mas otras autoridades hay que la sustentan.
El jargon de la época de Villon se formó entre los ladrones, pillos
y rufianes, como el de los jaques y sujetos de la pampa en la España
de Quevedo y los distintos argots que hoy se hablan en el mundo
criminal. Gentes que forman una banda, una agrupación, que obran

2JMarthold-Prefacio de las Six ballades du Jargon el Les cinq du manuscril de


Stockolony de Milre Francois Villon.
¡4Ibíd.
BAAL, LXX, 2005 RUBÉN DARÍO, ENTRE EL TANGO Y EL LUNFARDO 115

con fines secretos, tienen que usar por lo mismo, secreto lenguaje. En
los delincuentes el secreto se impone, por estar siempre temerosos de
la justicia; así lo primero que buscarán para comunicarse serán aquellas
palabras que designen a sus natos enemigos y perseguidores; y luego
el vocabulario se irá enriqueciendo con nuevas palabras que se
necesiten.
Dice el señor Dellepiane que es inexacto que el delincuente haga
uso del argot en presencia de la persona a quien va a hacer víctima de
una bribonada, o de los empleados de la policía. En primer lugar
cualquiera que haya estudiado de visu los centros peligrosos de las
grandes ciudades, y que se haya arriesgado a penetrar en los lugares
que frecuenta la gente que habla caló, sabe que ésta emplea casi
siempre su jerga de la cual ha hecho su idioma habitual, y sobre todo
cuando tratan de ponerse de acuerdo dos o más pillos para embaucar o
desvalijar al primo, como dicen en España, que se les presenta. E~to,
lo mismo en el Quatier Maubert de París, que en Whitechapel, que en
los barrios bajos de Madrid y el Bowery o Thompson Street de New
York. Y no digo delante de un agente de policía, sino delante de los
mismos jefes superiores y jueces, hablan los pillos en su jerigonza, lo
cual puede comprobarse en cualquiera de las obras de Macé, por
ejemplo. Un francés amigo nuestro nos agrega: "11 y a des criminels
qui parlen leur argot jusque so le lunette de Deibler".
Si los criminales emplean el argot en sus canciones, es cabalmente
porque ellas son compuestas para que circulen "en los presidios y en
su mundo especial",
Lombroso ha comparado el argot con los idiomas de las tribus
salvajes, y Letourneau ha hecho igual cosa con la poesía de los
decadentes. ¿Por qué? Por el uso de lo que llama el sabio italiano
automatismos onomatopéyicos, y por el gusto por la metáfora.
Siguiéndo esta opinión encontraríamos que todas las literaturas
presentan muestras de decadentismo, y afinidades con las jerigonzas
criminales, pues la onomatopeya, las alteraciones Y la afición a la
imagen se encuentran en donde quiera que haya tenido clllti~o el arte
de la palabra. En cuanto al empleo de la metáfora para designar los
objetos, lo comparten los delincuentes con otras asociaciones secretas
como la de los francmasones. Estamos pues, muy de acuerdo ~o~ el
señor Dellepiane cuando opina que "el parecido entre el argot cnmmal
116 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

y los idiomas salvajes, es más aparente que real, y que en el fondo


existen caracteres diferenciales importantísimos entre unos y otros».
Lo que sin duda alguna es de una verdad incontestable, es que el
argot de los criminales es un tecnicismo profesional, y las observaciones
que a este respecto hace el señor Dellepiane, son de un observador
sagaz y penetrante.
Los francmasones, que forman un verdadero ejército, tienen un
vocabulario de militares, según puede verse por los nombres que dan
a los objetos; sobre todo, los que emplean en las tenidas de mesa. Los
marinos usan términos cuyos significado metafórico se relaciona con
el ejercicio de la profesión del delito.
Hay que saber que en el argot francés, para el caso, no todas las
expresiones son groseras y bestiales, según la palabra de Tarde. Hay
entre los criminales varios argots, por decir así: tienen ellos su lengua
alta, y su lengua baja. Oigamos lo que dice uno de ellos, el célebre en
los anales de la policía parisiense, Bernardo Pastilla:

Al lado de expresiones groseras y canallas, hay otras que son precisas


de bonne compagnie. empleadas por los grecs, estafadores, falsarios,
cloroformistas, ladrones del gran mundo, todos gentes finas, flexibles,
inasibles, porque están siempre en camino, y no practican ni el robo
brutal, ni el vulgar robo con fractura, y cuya marcha ascendente se
persigue multiplicando sus medios de acción.

Esos altos pillos, tan criminales como los de baja estofa y mala
facha, no piensan ni se expresan con la manera bárbara de sus colegas
inferiores, y, por lo tanto ¿no obra en ellos acaso la herencia regresiva
que conduce a la primitiva barbarie? Encontramos una cita de Jolly:
"Los seres que designa el argot parecen casi no tener alma. El alma
misma se llama la falsa, y la conciencia la muda". Sin embargo,
nótese en los siguientes ejemplos algo que revela en la jerga criminal,
el conocimiento y comprensión de ciertas verdades metafísicas. En el
argot francés Dios es el terrible y el Temible. la frente, es la inspirada.
la lengua, la mentirosa. El alma se expresa por esta palabra: affe.
El señor Dellepiane estudia las bases principales en las lenguas
criminales: homofonías y asonancias, onomatopeyismo, reduplicación,
barbarismos, neologismos, arcaísmos y alteraciones fonéticas del idioma
común. y observa más adelante, con gran tino, que el carácter
BAAL, LXX, 2005 RUBEN DARlo, ENTRE EL TANGO Y EL LUNFARDO 117

eminentemente cosmopolita y los hábitos poco sedentarios de la


población criminal, obligada a cambiar de sitio continuamente por las
persecuciones policiales y también por el espíritu de aventura que la
domina, ha dado lugar a la introducción en los diferentes argots de
una multitud de barbarismos y neologismos.

Ya hemos visto como en España fueron los introductores de la germania


los gitanos. En tiempo de Villon los ingleses incorporaron por la
frecuente comunicación con Francia, muchas palabras jargon. La misma
lengua nacional estaba por aquellos tiempos "bollleversée disloqllée,
deformée par ¡'importation, d'en bas, corromplle vocables de toute
provepnnces, (sic) anglaise, italienne, allemande, espagnole, flamande,
maniere de patois composite vraiment babeliqlle".

Los criminales de todos los países tienen una especie de santo y


sefia, con lo cual se conocen o relacionan. Es una especie de volapück,
el que ellos usan, y acaso tienen baterios, y signos como algunas
sociedades secretas, a juzgar por la respuesta de un criminal conocido,
a una autoridad:

El lenguaje semafórico, dijo, universalmente adoptado por la naciones,


permite a los marinos de todos los países entenderse entre sí; los
ladrones cosmopolitas tienen también señales de reconocimiento, con
objeto de ponerse en relación con sus cómplices, agentes y conductores.

En todas partes las jerigonzas de los delincuentes contienen


palabras extranjeras. En Inglaterra abundan los vocablos hebreos y
alemanes, y hay no pocos de otras naciones. Ejemplo: mujer, es dona,
del italiano; nmo, kinchen, del alemán Kind; ladrón, ganoph, del hebreo
ganeph~ engafio, sh/enter, también del hebreo, o como dirían los que
hablan el thieves latín, del sheeng. Entre las palabras del argot de
Francia, hay muchas de origen español, como agoua, agua; mirante,
espejo; mendigo, en su propio significado; frío, miedo; la vecindad, la
facilidad de comunicaciones hacen que los criminales franceses ganen
la frontera de España y viceversa. Así se explica el porqué hay tanta
relación entre la lengua verde francesa y la bribia o caló ~spañol. El
lunfardo a su vez tiene en su relativamente corto vocabularIo, muchas
118 PEDRO LUIS BARCIA BAAL. LXX. 2005

voces extranjeras, siendo como es Buenos Aires, quizás más que New
York, la ciudad cosmopolita por excelencia.
El señor Dellepiane cita como importadas de España, guita, parné,
jamar, cadrillo, lima, najar, pisante, timba, conviene a saber: dinero,
comer, ladrón, camisa, huir, pie y casa de juego. Hay que agregar el
de butén, de donde derivarse el de rebute, en significación de notable,
admirable; y servicio lila, que no es sino el tío lila de España. Palabras
francesas, o de origen francés; las hay aunque no tanto como italianas.
Los argots se modifican con el tiempo. El caló que se habla hoy
en España no es en todo por cierto el mismo que se hablaba en tiempo
de los jaques, ni siquiera el de la época del Tío Canillitas, como distan
mucho el villonesco, y el argot más reciente, de Eugenio Sue, que se
ha1.Jlaba en los tapisfrancs, de ser eljars que se oye hoy en La Villete,
Menilmontant, La Glaciére, Belleville y Chez le Pére Lunette en el
Chateau Rouge, etc., etc., últimos caboulots que pronto desaparecerán
en la gran capital.
La Razón. Año XVI, N. 4650
Montevideo, 4 de septiembre de 1894
EDITORES ESPAÑOLES Y POESÍA ARGENTINA

En trabajos anteriores he analizado la presencia de los españoles


exiliados a partir de 1936 en libros, periódicos y revistas que se
publicaron en nuestro país l . En esta ocasión abordaré una perspectiva
diferente que se presenta con mayores dificultades y, por lo tanto,
debe ser juzgada como aproximación a un tema que requeriría algunas
exploraciones previas que hasta el presente no han sido encaradas.
La primera dificultad surge ante la propiedad del enfoque. ¿H~sta
qué punto y dentro de qué límites pueden ser consideradas empresas
editoriales españolas aquellas que fueron encabezadas en un primer
momento por españoles o que se españolizaron hacia 1937? ¿Se abrieron
a la producción poética argentina por impulso de aquellos editores o
debido a la presencia de argentinos que tuvieron influencia como
asesores o, aún más, codirigieron colecciones dedicadas a un género
que tradicionalmente quedaba postergado frente a otros más
"productivos", a juicio de editores y libreros? Procuraré aclarar, en lo
posible, la interacción de estos factores.
En mis libros Relaciones literarias entre España y la Argentina
(1983) y Españoles en la Argentina (1999) he procurado resumir la
situación inicial y sus desarrollos posteriores.

Hacia fines de la década de los veinte, la relación entre la industria


.editorial española y el mercado del libro argentino se hallaba a punto
de entrar en crisis debido a factores culturales y económicos 2•

'ZULETA, EMILlA DE. Relaciones literarias entre España y la Argentina. Madrid:


Cululra Hispánica, 1983; Íd., Españoles en la Argentina; El exilio literario de 1936.
Buenos Aires: Atril, 1999.
2Íd., Españoles en la Argentina... , pp. 55 Y ss.
120 EMILlAP.DEZULETA BAAL. LXX. 2005

En es~ mercado, relativamente pequeño, la presencia española


pujaba con una industria argentina en lento desarrollo desde los
primeros años del siglo XX hasta culminar hacia la década de los
treinta con discusiones que abarcaban problemas muy heterogéneos,
desde las ediciones fraudulentas, los derechos de autor y, sobre todo,
la necesidad de encarar un sistema de distribución que, desde nuestro
país abarcara por entero el mercado en lengua española. Ya se había
superado la mediatización del "puente francés" que había dominado
durante décadas la producción, distribución y venta de literatura escrita
originariamente en español y aquella otra traducida, que la superaba
en volumen y que contaba con un público lector amplio y seguro.
Poco después estalla la Guerra Civil española y con ella se inicia
lo que Pierre Lagarde3 llama "la grande chance" y otros denominan
"la edad de oro" de la industria editorial argentina que duraría no más
de una década, entre 1938 y 1952, con un pico espectacular en 1942,
con 33.778 volúmenes publicados.
Posteriormente hubo ciclos de despegue, tanto en la producción
como en la distribución, que llevaron al libro argentino a toda América,
y ciclos de depresión originados en factores económicos y políticos.
El traspaso de la industria en español hacia América, a raíz de la
Guerra Civil se dio, primeramente, mediante la transformación en
editoras argentinas de las casas españolas que funcionaban como
distribuidoras o librerías: Sopena, Labor, Espasa-Calpe y otras.
Resulta particularmente interesante el caso de la nombrada en
último término en la cual durante un tiempo la casa española coexistió
con su sucursal en la Argentina. En abril de 1937, por idea de uno de
sus gerentes españoles, Gonzalo Losada, y la aprobación del otro,
Julián Urgoiti, se transforma en Espasa-Calpe Argentina. Ninguno de
los dos era exiliado: Losada había llegado a la Argentina en 1928 y
Urgoiti a mediados de la década de los treinta. Urgoiti irá
posteriormente a Sudamericana. En tanto Espasa lanza la Colección
Austral bajo la conducción de Guillermo de Torre. Su primer título

lGARcfA, EUSTASIO. Desarrollo de la industria editorial argentina. Buenos Aires:


Fundación Interamericana de Biblioteco1ogía Franklin, 1965, pp. 52 Y ss. LAGAR DE,
PIERRE. La politique de /' Édition du livre en Argenline. Toulouse-LeMirail: serie A.
T. XV, 1980.
BAAL, LXX, 2005 EDITORES ESPAÑOLES Y POEsíA ARGENTINA 121

fue La rebelión de las masas, de José Ortega y Gasset, lanzado el 30


de septiembre de 1937, con una tirada de 6000 ejemplares y con
numerosas ediciones posteriores. Reproducía esa colección la dirección
ecléctica que había imperado en la Colección Universal de la misma
editorial que en España había dirigido Manuel García Morente.
Espasa-Calpe Argentina tuvo su colección de "Poetas" y en Austral
se publicaron libros y antologías de españoles y de argentinos4 •
En agosto de 1938, Gonzalo Losada junto con Guillermo de Torre
y Atilio Rossi se separaron de Espasa para fundar la editorial Losada,
acompañados por Pedro Henríquez Ureña, Francisco Romero y Amado
Alonso. Fue Losada integrante de un sistema que, sin configuración
formal u oficial, dio acogida a los escritores españoles exiliados en la
Argentina. En menos de un mes ya habían aparecido dieciocho títulos,
once de ellos en la Colección Contemporánea, diseñada en su origen
por Guillermo de Torre como ya 10 había hecho antes con la colección
Austral de Espasa-Calpe.
Sucesivamente surgieron otras colecciones mientras que se iban
sumando al equipo inicial otros colaboradores españoles, como Luis
Jiménez de Asúa, Francisco Ayala y Lorenzo Luzuriaga. Pero, sin duda,
el peso mayor en materia literaria recayó en el dominicano Henríquez
Ureña y en el español Guillermo de Torre, quienes seleccionaron
innumerables obras y contribuyeron a delinear la pluralidad de una
política editorial que tuvo en cada colección sus figuras dominantes y
una singular apertura a autores incipientes, pero de calidad probada.
En la colección "Poetas de España y América", dirigida por
Guillermo de Torre y Amado Alonso, y más tarde, "Poetas de ayer y
de hoy" fueron publicadas obras del grupo español de poetas del 27,
Alberti, Salinas, Cemuda, Aleixandre, aunque la figura central fue, sin
duda, Rafael Alberti, exiliado en Buenos Aires, que tuvo una relación
personal y muy estrecha con Losada.
Pero en Losada también publicaron sus obras muchos poetas
argentinos. En los primeros cuatro años aparecieron allí libros de
Miguel A. Camino, Arturo Capdevila, José Pedroni, Oliverio Gir~ndo,
Conrado Nalé Roxlo, que iban desde un moderado postmodermsmo
hasta las prolongaciones de la vanguardia. Precisamente en ese año

'OLARRA JIMÉNEZ, RAFAEL. Espasa-Calpe. Buenos Aires: Dunken, 2003.


122 EMILlA P. DE ZULETA BAAL, LXX, 2005

1942, s~ incorpora, al elenco de Losada, Franci~co Luis Bernárdez


con la primera edición de sus Poemas elementales a los que seguirían
en 1943 sus Poemas de carne y hueso, y durante esa década El buque
(1945), El ángel de la guarda (1949) Y otros. Pero, sin duda, fue La
ciudad sin Laura (1938) su auténtico best seller que se sigue reeditando \
constantemente.
En la misma colección publicó Jorge Luis Borges sus Poemas
(1922-1943) cuando ya iba ocupando el centro del canon de la literatura
argentina, paso previo a la universalización de su figura y de su obra,
fenómeno que, en sus comienzos, produjo una cierta perplejidad entre
nosotros, sus compatriotas. Pronto Borges pasó a ser el "escritor-
estrella" de la editorial Emecé.
En los años siguientes ingresan al elenco de poetas editados por
:"'osada los últimos cultores de la vanguardia y los integrantes de la
generación del cuarenta: Oliverio Girondo, (1942); Ricardo Molinari,
Mundos de la madrugada (1943) y Esta rosa obscura del aire (1949);
González Carbalho, Solo en el tiempo (1943) y Canciones de la primera
noche (1949); Vicente Barbieri, Número impar (1943) y El río distante
(1945); Oiga Orozco, Desde lejos (1946); Eduardo Jonquieres,
Crecimiento del día (1949); Eduardo González Lanuza, Oda a la alegría
(1949); César Fernández Moreno, Penumbra (1951); María Elena
Walsh, Baladas con ángel (1952); Rubén Vela, Veranos (1957).
Ya en la década de los sesenta, crece la cantidad de libros de
poesía argentina publicada por Losada, fenómeno que en parte se
origina en los apoyos económicos concedidos por el Fondo Nacional
de las Artes que favoreció a los autores, pero también a ésta y a otras
editoriales como Sudamericana y Emecé.
En 1967, Oiga Orozco publica bajo el sello de Losada, y dentro
de la breve colección Prisma, La oscuridad es otro sol. Al año siguiente,
1968, Oliverio Girondo, que ya había publicado en Losada En la
masmédula, edita sus Obras completas que permiten apreciar la
trayectoria de este poeta que a partir de su vanguardismo inicial sigue
experimentando en lo poético y en lo lingüístico. También fue editada
por Losada la gran figura de la generación del cuarenta, Enrique Molina,
aunque él renegara de esa adscripción, y reivindicara su surrealismo
acreditado en su obra y en la fundación de la revista A partir de cero,
junto a Aldo Pellegrini. Premiado por su primer libro, Las cosas y el
delirio (1941), en la colección Poetas de ayer y de hoy, Losada publicó
BAAL, LXX, 2005 EDITORES ESPAÑOLES Y POEsíA ARGENTINA 123

veinte años después Amantes antípodas (1961), Fuego libre (1962) y


Las bellas furias (1966).
Otros poetas "cuarentistas" publicaron en 1965, en esta editorial:
Antonio Requeni, Manifestación de bienes; Eduardo Lozano, De nacer
y morir; Eduardo Jonquieres, Zona árida; Alberto Girri, Poemas
elegidos. Al año siguiente aparecieron Memoria del tiempo, de Horacio
Salas, y Cantos de la edad de oro, de César Rosales. En 1968 se editó
Poesía inminente, de Horacio Armani; Esa piedra cruel, de Romualdo
Brughetti, y Oro de América, de Héctor V. Villanueva. Apuntemos
que Losada también publicó obras de poetas provincianos como la del
mendocino Alfredo R. Bufano, Colinas del alto viento (1943), y la del
sanjuanino Antonio de la Torre, Mi padre labrador (1966).
En sus ediciones de lujo (Colección Cumbre), no se incluyeron
libros de poetas argentinos, sino de españoles, como Machado, León
Felipe, Alberti y el chileno Pablo Neruda. (Neruda como Miguel Ángel
Asturias y Alberti fueron autores a tiempo completo de Losada ... ).
¿Qué sentido tiene una editorial que no publica poesía? Fue la
interrogación retórica del editor al presentar la parte del catálogo
correspondiente a la colección Poetas de ayer y de hoy: la respuesta
está presente en los numerosos títulos que llevan su sello.
En resumen, esta larga enumeración de títulos y autores es
solamente una selección incompleta de la oferta de poesía que puso la
editorial a disposición de los lectores de habla hispana. La he limitado,
además, a la etapa en que puede presumirse la acción directa de dos
españoles: Gonzalo Losada, muerto en 1981, y su excelente asesor
literario Guillermo de Torre que había muerto en enero de 1971.
Posteriormente la editorial se reestructuró varias veces y, en el ciclo
más reciente ha reeditado sus clásicos y, entre ellos, a algunos de sus
poetas.
La segunda de las grandes editoriales fundadas en aquella Edad
de Oro éon intervención española fue Sudamericana, que encabezaron
Julián Urgoiti y Antonio Pérez Llausás. El primero, hijo de Nicolás
Urgoiti, empresario español de la Papelera Española, de Espas~-.Calpe
y de los diarios madrileños El Sol y La voz, como ya he antIcIpado,
había representado a Espasa-Calpe y participado .~uego .en su
reorganización como empresa argentina. El segundo, hIJO Y meto de
libreros y editores de Barcelona, había tenido allí diversas empresas
publicitarias y editoriales. Exiliado en Paris, luego de un breve lapso
124 EMILlA P. DE ZULETA BAAL. LXX. 2005

en Cuba 'f Colombia fue contratado por el empresario español, residente


en Buenos Aires, Rafael Vehils, para la organización de una nueva
editorial.
A fines de 1938 se constituyó su primer directorio integrado por
argentinos -Enrique García Merou, 01iverio Girondo, Victoria Ocampo,
Carlos Máyer, Antonio Santamarina, Alejandro Shaw, entre otros-, y
algunos españoles. A fines de 1939 comenzó a funcionar Sudamericana
bajo la dirección de dos gerentes, Urgoiti y López Llausás y, al poco
tiempo, se le fusionó la antigua Librería del Colegio.
"El talento poético ha hallado siempre en esta casa una acogida
cordial", se dice en el catálogo 1939-1969, y, en efecto, junto a los
géneros dominantes que fueron la novela y el ensayo, Sudamericana
publicó mucha poesía.
Tuvo un lector experto en narrativa, Francisco POITÚa; el mismo
López Llausás elegía los escritores "de la casa", y presumimos que, en
materia de poesía argentina, debieron influir Oliverio Girondo y Victoria
Ocampo, sobre todo en los primeros tiempos cuando la editorial
funcionaba como "afluente de Sur"s. Luego, durante varios años asesoró
en Sudamericana Enrique Pezzoni, traductor y crítico experimentado en
poesía. Secretario de la revista Sur entre 1969 y 1973, trabajó en
Sudamericana entre 1974 y 1988. En 1965, a raíz de la muerte del hijo
de López Llovet, había ingresado a la empresa su nieta, Gloria
Rodrigué, actual directora. López Llausás había muerto en julio de
1979. .
Registramos, ante todo, que bajo el sello de Sudamericana fue
publicada en 1941 la Antología poética argentina, de Jorge Luis Borges,
Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares, obra clásica a la cual hay que
recurrir como antecedente de un ciclo y anticipo de otro, el más variado
e interesante del siglo con su liquidación del parnasianismo modernista,
con la aparición de las primeras modalidades elegíacas e intensas de
la generación del cuarenta y la reelaboración de las vanguardias.
En Sudamericana apareció la tercera edición de Cielo de tierra,
de Francisco Luis Bernárdez, publicado inicialmente en 1937.
De María Elena Walsh salió su primer libro que figura entre los
hitos fundamentales de los cuarenta, Otoño imperdonable (1947),

SCAVALLI, ALEJANDRO. "Años de Gloria". Miami: Labrusa, 2003. (Reportaje a


Gloria Rodrigué).
BAAL, LXX, 2005 EDITORES ESPAÑOLES Y POES!A ARGENTINA 125

seguido por Baladas con ángel (1951) Y sus poesías para niños que
durante años salieron bajo este sello.
Silvina Ocampo, la gran poeta inclasificable, publicó en
Sudamericana sus Poemas de amor desesperado en 1949 y H.A.
Murena, La vida nueva en 1951.
César Femández Moreno contribuyó a la llamada poesía nacional
de nuevo cuño con Argentino hasta la muerte de 1963; y en 1967
publicó Los aeropuertos.
A la llamada generación del cincuenta perteneció, en sus
comienzos, Rodolfo Alonso, de quien Sudamericana editó su libro
Hablar claro, en 1964, con sus poemas de diálogo con la vida y con el
lector. Al año siguiente, 1965, Jorge Calvetti ganó el Premio de la
Municipalidad de Buenos Aires con su obra Imágenes y conversaciones,
que se publicó con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes. Esta
institución también apoyó Los trabajos y las noches (1965), de
Alejandra Pizarnik, Primer Premio Nacional de Poesía, lírica sugerente
y hermética que progresa en intensidad en Extracción de la piedra de
la locura (1968). Poeta muerta en la juventud, su producción sigue
manteniendo su vigencia, sobre todo, entre una elite de iniciados.
En 1966, que ya he señalado antes como de multiplicación de las
ediciones poéticas, Sudamericana publicó De los opuestos, de Elizabeth
Azcona Cranwell; Las leyes del júbilo, de Ángel Bonomini;
Heptamerón, de Leopoldo Marechal, que reúne poemas suyos
representativos de una fase de sobriedad lírica en el concepto y en la
forma. En el mismo año se editó Envíos, de Alberto Girri, cuyos libros
aparecieron en diversas editoriales. A la colección Índice de
Sudamericana pertenece su Antología poética, con selección y prólogo
de Enrique Pezzoni, cuya calidad de critico de poesía ya he señalado
antes.
Lysandro Z. de Galtier, hoy más recordado por sus traducciones
poéticas (por ejemplo, nada menos que la versión al francés de A~i~al
deJondo, de Juan Ramón Jiménez ... ), también escribió poesía ongmal
y profunda: Sudamericana le publicó Penumbra lúcida en 1968. ,
En los años siguientes aparecieron en esta editorial libros de Jose
María Castiñeira de Dios Norberto Silvetti Paz, Rubén Vela y de
otros poetas de los cuare~ta y de los cincuenta, lo cual exc;de ~l
marco de esta exposición. Pero anotemos que el libro de poesla ~?s
voluminoso que editó Sudamericana fue de un poeta español: la verSIOD
126 EMILIA P. DE ZULETA BAAL, LXX, 2005

definitivá de Cántico, de Jorge Guillén (1950, 335 páginas), seguida


por los tres volúmenes de Clamor, Maremagnum, (1957), ... Que van a
dar en la mar (1960) y A la altura de las circunstancias (1963). Se
trata de cuatro volúmenes cuyas características materiales respetan
todas las exigencias del gran poeta español6 •
La tercera editorial donde cumplieron una breve pero intensa
actividad los exiliados españoles en Buenos Aires, fue Emecé, fundada
por dos gallegos, Luis Seoane y Arturo Cuadrado, quienes iniciaron
allí, en 1940, la publicación de varias colecciones dedicadas a la poesía
y a la prosa gallega, pero también a temas americanos y argentinos.
Las primeras ediciones de Emecé llevaban nombres gallegos, Doma y
Hórreo. La primera, dedicada a la poesía y la narrativa, de excelente
d:agramación e impresión -a cargo de la imprenta López-, contenía
viñetas de Seoane, una de ellas representando la barca gallega llamada
doma. En casi todos los casos, los volúmenes incluían láminas y
dibujos suyos y, a veces, de otro artista gallego residente en Buenos
Aires, Manuel Colmeiro.
Seoane y Cuadrado pronto se retiraron de Emecé y fundaron en
abril de 1945 la editorial Nova, que conservaba en los primeros tiempos
características parecidas a las de Emecé.
En cuanto a esta última, tuvo un rápido crecimiento y sus grandes
colecciones de narrativa y ensayo, su serie de novelas policiales del
Séptimo Círculo se difundieron por todo el mundo hispánico. Pero
también editó mucha poesía argentina, ya independizada de sus editores
españoles y, por tanto, fuera de los límites del presente trabajo. Ya
antes mencioné a Borges como su escritor-estrella, y al respecto
recordaremos que en el aniversario de los veinticinco años de la editorial
se incluyó un homenaje al gran poeta argentino con la edición de su
Obra poética 1923-1964 (1964), con ilustraciones de Héctor Basadúa,
Norah Borges, Horacio Butler y Raúl Soldi.
En cuanto a la editorial Nova, tuvo varias colecciones: "Pamba"
luego traducido por "Paloma", de poesía; "Harreo", de prosa; "Mar
dulce", de sesgo americanista.

·ZULETA, EMIl..IA DE. "El texto bien leído: lectura y continuidad lírica". En Claridad
en el aire; Estudios sobre Jorge Guillén, Edición de Francisco Javier Diez de Revenga
y Mariano de Paco. Murcia: Caja Murcia, 1994, pp. 369-382.
BAAL, LXX, 2005 EDITORES ESPAÑOLES Y POEStA ARGENTINA 127

Cuadrado y Seoane encabezaron, además, las ediciones "Botella al


mar", primero bajo el sello de Nova y desde 1946 independientemente.
Desde el comienzo, "Botella al mar" se destacó por la belleza de
sus ediciones que se abrieron pronto a la poesía argentina de aquellos
años. Una notable edición, de gran calidad, es un Libro de tapas
(1953)", de Seoane, publicado por "Botella al mar", al cuidado de su
autor y de Manuel López, encabezado por un poema de Lorenzo Varela
y una introducción donde el pintor describe su relación con la imprenta
Nos de Santiago de Compostela y, luego, con "Botella al mar" y con
la imprenta López. A continuación se reproducen las tapas de los
libros editados durante ese prolongado período, con excelente calidad
de impresión y color.
Luis Seoane había nacido en 1910, en Buenos Aires; fue criado y
educado en Galicia, donde se dio a conocer como pintor, grabador y
dibujante. Alcanzó a colaborar en Nos, la prestigiosa revista
compostelana dirigida por Vicente Risco, y más tarde lo hizo en Yunque,
que salía en Lugo bajo la conducción de Cuadrado y Anxel Fole.
Arturo Cuadrado, nacido en Denia (Alicante), en 1904, también
criado y educado en Galicia, combatió en la Guerra Civil y luego se
exilió en Francia y, posteriormente, en la Argentina en 1940.
Fundador de "Botella al mar", desde 1975 la codirigió con
Alejandrina Devescovi, pero realmente su conducción de la editorial
se prolongó hasta su muerte en 1998. Su biografia es difícil de
establecer debido a los datos fantasiosos, "invenciones de la memoria"
que él mismo aportaba. Pero su vida se justifica plenamente en esos
cuarenta laboriosos años y las tres mil obras publicadas. Era requisito
formal -no siempre cumplido- el haber publicado por lo menos un
primer libro de poesía, y las ediciones las pagaban sus autores'.
Es una editorial -salvo unas pocas excepciones-, dedicada a la
poesía, tiene su propio stand en la Feria del Libro de Buenos Aires y
representó para muchos de aquellos poetas primerizos la iniciación en
el camino hacia otras editoriales. Mencionaré, entre muchos otros
nombres conocidos de poetas que publicaron en "Botella al mar:', ~os
siguientes: Enrique Molina, Alberto Girri, Santiago Kovadloff, Cnstma

'RODRfGUEZ, EDGARDO NELSON. Rostros de Cuadrado. Buenos Aires: Alborada-


Botella al Mar, 2003 .
• Al final del presente trabajo se incluyen algunos ejemplos de este Libro de
lapas, de Seoane.
128 EMILIAP.DEZULETA BAAL, LXX, 2005

Piña, Frascisco Madariaga, Ulises Petit de Murat, Rubén Vela, Nicolás


Cócaro, Alejandra Pizamik, Juan José Hemández, González Carbalho,
Federico Peltzer. Casi al borde de la "edición del autor", sin embargo,
editar en "Botella al mar" añadía prestigio y no era desdoroso,
Ya en la década de los noventa se publicaron dos importantes
antologías: la primera, Poetas en "Botella al mar"; Antología 1946-
1996, encabezada por un prólogo de sus dos directores, Arturo Cuadrado
y Alejandrina Devescovi, y con uná tapa de Luis Seoane, Jarra y
alcauciles. En ese año del cincuenta aniversario, hubo también un
homenaje simbólico: cincuenta botellas lacradas que contenían cada
una un poema fueron arrojadas desde un barco de la Armada al mar
argentino, a 120 millas de la costa, donde se separan varias corrientes.
Tras la muerte de Cuadrado en 1998, se publicó otra antología:
Mar azul, Cielo azul, Blanca vela; Homenaje a Arturo Cuadrado
(1999): setenta y cuatro poemas, algunos de poetas muy conocidos,
otros menos, integran este mapa de las múltiples direcciones de la
poesía argentina de la segunda mitad del siglo XX.
Después de este recorrido por autores, obras, editores, cumple
recordar, una vez más, la función decisiva que tuvieron en el Buenos
Aires de los años cuarenta las revistas dirigidas por españoles,
La de consulta necesaria dado el enfoque de este ensayo es Correo
Literario (1943-1945), donde, pese a la condición de españoles de los
miembros del grupo fundador -Arturo Cuadrado, Luis Seoane, Lorenzo
Varela-, domina netamente la producción de los poetas argentinos. A
la cabeza, los del grupo Martín Fierro y sus coetáneos. Eduardo
González Lanuza, Córdova Iturburu, Nicolás Olivari, Ricardo Molinari.
En segundo lugar, los poetas de la generación del cuarenta, cuyas
voces de lirismo elegíaco estaban surgiendo durante ese mismo trienio
en que se publicaba Correo Literario: Vicente Barbieri, Enrique Molina,
Miguel Ángel Gómez, Héctor Villanueva, León Benarós, Manuel J.
Castilla. En tercer lugar publicaron allí otros poetas de diversas
promociones difícilmente encasillables, pero de primera importancia
en la historia de la poesía argentina del siglo XX.
Algunos ya eran ampliamente conocidos, como el entrerriano Juan
L. Ortiz, otros iniciaban su carrera literaria, como Alberto Girri.
Finalmente quedan numerosos nombres de escritores que ocasionalmente
cultivaban la poesía, y los de poetas conocidos, sobre todo, por su
militancia en la extrema izquierda, como José Portogalo y Juan José
Manauta.
BAAL, LXX, 2005 EDITORES ESPAÑOLES Y POEsíA ARGENTINA 129

Arturo Cuadrado publicó en la revista, entre junio de 1944 y julio


de 1945, unas notas tituladas Poesía de la poesía. Este título define
bien el carácter que tuvieron: la lectura de poesía -uno o varios libros,
según los casos-, como punto de partida para el ensayo lírico, paráfrasis
libre de la creación ajena o digresión propia engendrada por su estímulo.
Las abundantes reseñas de libros de poesía de autores argentinos
-en esta como en otraspublicaciones-, reflejan bien la intensa y
polifacética actividad editorial de Buenos Aires. Se publicaba mucha
poesía, en contraste con lo ocurrido posterionnente. No era difícil
hacerlo y vencer así el maleficio de lo inédito como decía Antonio
Machado. Y ello fue mérito, en gran parte, de los editores españoles
que hemos mencionado y de sus numerosos compatriotas que trabajaban
en la prensa periódica y radial.

Emilia de Zuleta
r
I
EL BÁLSAMO DE FIERABRÁS
PARA LOS HABLANTES DE ESPAÑOL

Como este año celebramos el IV Centenario de la publicación de


la Primera Parte del Quijote, de don Miguel de Cervantes Saavedra, y
esta obra es un tesoro histórico, social, semántico y sintáctico, bueno
es anclar en tino de sus capítulos, que guarda -si se nos permite- la
metáfora de nuestro padecer lingüístico, para que se cumpla la teoria
borgesiana de la lectura como reescritura. Se trata del Capítulo X, de
la Primera Parte. Después de la rigurosa pendencia con el colér:co
vizcaíno, don Quijote, «la flor y la nata de la gentileza, el amparo y
remedio de los menesterosos, la quintaesencia de los caballeros
andantes»" pierde la mitad de la oreja. A pesar de ello, le quedan
fuerzas para poner la punta de la espada en los ojos del vencido y para
amenazarlo con cortarle la cabeza si no se rinde. Uno de los fragmentos
de ese Capítulo X dice así:

-La verdad sea -respondió Sancho- que yo no he leído ninguna historia


jamás, porque ni sé leer ni escrebir; mas lo que osaré apostar es que
más atrevido amo que vuestra merced yo no le he servido en todos los
días de mi vida, y quiera Dios que estos atrevimientos no se paguen
donde tengo dicho. Lo que le ruego a vuestra merced es que se cure,
que le va mucha sangre de esa oreja, que aquí traigo hilas y un poco
de ungüento blanco en las alforjas .
.:.Todo eso fuera bien escusado -respondió don Quijote- si a mí se me
acordara de hacer una redoma del bálsamo de Fierabrás, que con sola
una gota se ahorraran tiempo y medicinas.

'CERVANTES SAAVEDRA MIGUEL DE. Don Quijote de la Mancha, Primera ~arte,


«Capítulo XXIX», Madrid, 'Real Academia Española y Asociación de Academ,as de
la Lengua Española, Santillana Ediciones Generales, 2004, p. 296.
134 ALICIA MARIA ZORRlLLA BAAL, LXX, 2005

-¿Qué redoma y qué bálsamo es ese? -dijo Sancho Panza.


-Es un bálsamo -respondió don Quijote- de quien tengo la receta en
la memoria, con el cual no hay que tener temor a la muerte, ni hay
pensar morir de ferida alguna.
y ansí, cuando yo le haga y te le dé, no tienes más que hacer sino que,
cuando vieres que en alguna batalla me han partido por medio del
cuerpo, como muchas veces suele acontecer, bonitamente la parte del
cuerpo que hubiere caído en el suelo, y con mucha sotileza, antes que
la sangre se yele, la pondrás sobre la otra mitad que quedare en la
silla, advirtiendo de encajallo igualmente y al justo. Luego me darás a
beber solos dos tragos del bálsamo que he dicho, y verásme quedar
más sano que una manzana.

Esta descripción quijotesca con efectos especiales se asemeja al


estado en que se encuentra nuestra lengua en la boca y en la pluma de
muchos hablantes desidiosos que no comprenden que comunicarse
significa mucho más que hablar o escribir. Hablamos y escribimos
todos, pero ¿cómo lo hacemos? Si en una batalla a don Quijote le
parten el cuerpo por la mitad, en la guerra campal que se libra al
comunicamos, las oraciones reciben mandobles, y no pocas quedan
descuartizadas sintáctica y léxicamente, es decir, sin ilación alguna y
compuestas con palabras que sabe Dios de dónde vienen. Los causantes
de este estropicio gramatical merecen, como algunos romanos, un
linguarium ('la mordaza') o multa que, en ciertas ciudades de Roma,
debían pagar los representantes públicos por haber hablado demasiado
y mal. Don Quijote le pide a Sancho que, en caso de que quede
maltrecho, junte con sutileza, es decir, con primorosa habilidad, y con
exactitud, las dos partes de su cuerpo y que luego le dé a beber el
bálsamo de Fierabrás, bebida maravillosa que aparece en gestas y
novelas medievales2 • El trabajo de Sancho equivale a nuestra buena
disposición e inteligencia para enmendar los errores y colocar las
palabras en el justo sitio, y el «bálsamo», a la gramática normativa
que rige el buen vivir de nuestro idioma y que es -como aquél- el
medicamento compuesto de sustancias aromáticas, que se aplica como
remedio en las heridas, llagas y otras enfermedades. Las «sustancias

2Ibídem, Primera Parte, «Capítulo X», p. 92.


BAAL, LXX, 2005 EL BÁLSAMO DE FIERABRÁS... 135

aromáticas» son las reglas que debemos saber para gozar de buena
salud lingüística, remedio seguro para recomponer oraciones
descalabradas y descarriadas, o reanimar palabras agonizantes. La
«redoma» o vasija que contiene el bálsamo son los libros a los que
hay que acudir siempre porque la corrección es signo de cultura, y
ésta debe revelarse a través de todas las palabras que usamos. No
podemos conformarnos con «hilas y un poco de ungüento blanco»,
con los que Sancho quiere curar a don Quijote. No es suficiente.
Debemos aspirar al bálsamo de Fierabrás.
En ese mismo Capítulo, don Quijote reprende a Sancho porque
éste lamenta no darle buena comida; el fiel escudero no sabe que «es
honra de los caballeros andantes no comer en un mes» o hacerlo
frugalmente, pues casi siempre se la pasan «en flores», es decir, en
ayunas. Por eso le dice: « ... no quieras tú hacer mundo nuevo ni sacar
la caballería andante de sus quicios»3. Entonces, Sancho le responde:

-Perdóneme vuestra merced [... ], que como yo no sé leer ni escribir,


como otra vez he dicho, no sé ni he caído en las reglas de la profesión
caballeresca ...4

Si trasladamos estas reflexiones al tema que nos ocupa, diremos


que ningún hablante puede sacar la lengua de sus quicios, aunque con
la suya haga lo que quiera, ni ignorar, como Sancho, las reglas que la
sustentan. Por eso cuando un cabrero que por allí pasaba le narra el
cuento del pastor Grisóstomo que muere de amores por la endiablada
moza Marcela, el Caballero de la Triste Figura no admite que .
distorsione las palabras, es decir, que haga «mundo nuevo», y lo cornge
con la verdad, pues, para don Quijote, el decir una palabra por otra es
lo mismo que mentir:

-Principalmente decían que sabía la ciencia de las estrellas, y de lo


que pasan allá en el cielo el sol y la luna, porque puntualmente nos
decía el cris del sol y de la luna.

'Ibídem, pp. 94-95.


'Ibídem, p. 95.
136 ALICIA MARtA ZORRlLLA BAAL, LXX, 2005

-Eclipse se llama, amigo, que no cris, el escurecerse esos dos luminares


mayores -dijo don Quijote.
Mas Pedro, no reparando en nmerías, prosiguió su cuento diciendo:
-Asimesmo adevinaba cuándo había de ser el año abundante o estil.
-Estéril queréis decir, amigo -dijo don Quijote.
-Estéril o estil-respondió Pedro--, todo se sale allá. [ ... ]
y quiéroos decir agora, porque es bien que lo sepáis, quién es esta
rapaza: quizá, y aun sin quizá, no habréis oído semejante cosa en
todos los días de vuestra vida, aunque viváis más años que sarna.
-Decid Sarra -replicó don Quijote, no pudiendo sufrir el trocar de los
vocablos del cabrero.
-Harto vive la sama -respondió Pedro--; y si es, señor, que me habéis
de andar zaheriendo a cada paso los vocablos, no acabaremos en un
año.
-Perdonad, amigo -dijo don Quijote-, que por haber tanta diferencia
de sarna a Sarra os lo dije; pero vos respondistes muy bien, porque
vive más samas que Sarra ... 6

Como advertimos, el famoso español don Quijote, «luz y espejo


de la caballería manchega»7, también trata de ayudar a los flacos y
menesterosos de la lengua para que no la maltraten y conciencien el
valor de decir bien porque «la discreción es la gramática del buen
lenguaje, que se acompaña con el USO»8. Por eso, en otra ocasión, le
dice a Sancho:

-¿Adónde vas a parar, Sancho, que seas maldito? -dijo don Quijote-.
Que cuando comienzas a ensartar refranes y cuentos, no te puede
esperar sino el mesmo Judas que te lleve. Dime, animal, ¿qué sabes tú
de clavos, ni de rodajas, ni de otra cosa ninguna?
-¡Oh! Pues si no me entienden -respondió Sancho--, no es maravilla
que mis sentencias sean tenidas por disparates. Pero no importa: yo

'Un refrán espaftol dice Más viejo que la sarna por 'muy viejo'.
6Don Quijote de la Mancha, Primera Parte, «Capítulo XII», ed. cit., pp. 104-
105. Se refiere don Quijote a Sara, mujer de Abraham, que vivió ciento veintisiete
aftoso
7lbídem, «Capítulo IX», p. 85.
8Ibídem, Segunda Parte, «Capítulo XIX», ed. cit., p. 694.
BAAL, LXX, 200S EL BÁLSAMO DE FIERABRÁS... 137

me entiendo, y sé que no he dicho muchas necedades en lo que he


dicho, sino que vuesa merced, señor mío, siempre es friscal de mis
dichos, y aun de mis hechos.
-Fiscal has de decir -dijo don Quijote-, que no friscal, prevaricador
del buen lenguaje, que Dios te confunda9 •

Como para muchos hablantes de nuestro siglo, para el cabrero


Pedro, las correcciones de don Quijote son niñerías, y se siente
mortificado por ellas. Y en ese yo me entiendo, de Sancho, se resume
la soberbia y el egoísmo de quienes no entienden que también pueden
ser altruistas con las palabras. Escribe con acierto Fernando Lázaro
Carreter:

«Resulta forzoso innovar en el idioma para vivir con nuestro tiempo;


pero debemos esforzamos -la escuela, la universidad, las acaderr..ias,
los parlamentos- por evitar que se nos hagan más indistintos los
conceptos y más chicos los cerebros»lO.

La oreja le duele cada vez más a don Quijote, y uno de los


cabreros que lo acompañan pone fin a su pena con un nuevo remedio:

y tomando algunas hojas de romero, de mucho que por allí había, las
mascó y las mezcló con un poco de sal, y, aplicándoselas a la oreja, se
la vendó muy bien, asegurándole que no había menester otra medicina,
y así fue la verdad 11 •

Pero el maltrecho caballero no ceja hasta preparar el precioso


bálsamo:

-'-Levántate, Sancho, si puedes, y llama al alcaide desta fortaleza y


procura que se me dé un poco de aceite, vino, sal y romero para hacer
el salutíf~ro bálsamo; que en verdad que creo que lo he bien menester
ahora, porque se me va mucha sangre de la herida que esta fantasma
me ha dado.

9lbídem, Segunda Parte, «Capítulo XIX», ed. cit., p. 693.


IOEI nuevo dardo en la palabra, Madrid, AguiJar, 2003, p. 151. .
IIDon Quijote de /a Mancha, Primera Parte, «Capítulo XI», ed. cit., p. 102.
138 ALICIA MARIA ZORRILLA BAAL, LXX, 2005

Levántóse Sancho con harto dolor de sus huesos y fue ascuras donde
estaba el ventero; y encontrándose con el cuadrillero, que estaba
escuchando en qué paraba su enemigo, le dijo:
-Señor, quienquiera que seáis, hacednos merced y beneficio de damos
un poco de romero, aceite, sal y vino, que es menester para curar uno
de los mejores caballeros andantes que hay en la tierra, el cual yace en
aquella cama malferido por las manos del encantado moro que está en
esta venta.

El ventero lo provee de cuanto quiere, y don Quijote hace el


bálsamo:

... mezclándolos todos y cociéndolos un buen espacio, hasta que le


pareció que estaban en su punto. Pidió luego alguna redoma para
echallo, y como no la hubo en la venta, se resolvió de ponello en una
alcuza o aceitera de hoja de lata, de quien el ventero le hizo grata
donación, y luego dijo sobre la alcuza más de ochenta patemostres y
otras tantas avemarías, salves y credos, y a cada palabra acompañaba
una cruz, a modo de bendición; a todo lo cual se hallaron presentes
Sancho, el ventero y cuadrillero ...

Luego, el caballero andante bebe lo que queda en la olla donde ha


cocido el brebaje y comienza a vomitar:

... y con las ansias y agitación del vómito le dio un sudor copiosísimo,
por lo cual mandó que le arropasen y le dejasen solo. Hiciéronlo ansí
y quedóse dormido más de tres horas, al cabo de las cuales despertó y
se sintió aliviadísimo del cuerpo y en tal manera mejor de su
quebrantamiento, que se tuvo por sano y verdaderamente creyó que
había acertado con el bálsamo de Fierabrás y que con aquel remedio
podía acometer desde allí adelante sin temor alguno cualesquiera ruinas,
batallas y pendencias, por peligrosas que fuesen.

Sancho, por imitar a su amo o, tal vez, por probar el vino que
contiene el mejunje, bebe 10 que queda en la olla, que no es menos
que lo que ha bebido don Quijote:

Es, pues, el caso que el estómago del pobre Sancho no debía de ser
tan delicado como el de su amo, y, así, primero que vomitase le dieron
BAAL, LXX, 2005 EL BÁLSAMO DE FIERABRÁS... 139

tantas ansias y bascas, con tantos trasudores y desmayos, que él pensó


bien y verdaderamente que era llegada su última hora; y viéndose tan
afligido y congojado, maldecía el bálsamo y al ladrón que se lo había
dado. Viéndole así don Quijote, le dijo:
-Yo creo, Sancho, que todo este mal te viene de no ser armado
caballero, porque tengo para mí que este licor no debe de aprovechar
a los que no lo son.
-Si eso sabía vuestra merced -replicó Sancho--, ¡mal haya yo y toda
mi parentela!, ¿para qué consintió que lo gustase?
En esto hizo su operación el brebaje y comenzó el pobre escudero a
desaguarse por entrambas canales, con tanta priesa, que la estera de
enea sobre quien se había vuelto a echar, ni la manta de anjeo con que
se cubría, fueron más de provecho. Sudaba y trasudaba con tales
parasismos y accidentes, que no solamente él, sino todos pensaron que
se le acababa la vida. Duróle esta borrasca y mala andanza casi dos
horas, al cabo de las cuales no quedó como su amo, sino tan molido y
quebrantado, que no se podía tener l2 •

Nuevamente aprovechamos el texto para señalar que el bálsamo


equivale a nuestra normativa: bien le aprovecha a quien recurre a ella
porque cree en ella, o como dice don Quijote, porque es auténtico
caballero andante, que, en nuestro caso, significa ser hablantes o
escritores responsables ante el idioma que nos pertenece. En cambio,
el que la prueba por imitación, pero sin fe -como Sancho-, nada
obtendrá, sino «borrasca y mala andanza», pues mal puede saber el
que no quiere aprender.
Sirva esta introducción de homenaje a la gran obra cervantina y
de pórtico a nuestros padeceres lingüísticos, que incentivan hoy estas
palabras.
En Medicina, la diátesis es la predisposición orgánica a contraer
una determinada enfermedad. Desde el punto de vista etimológico,
etifermedad proviene del latín infirmitatem (in-, 'no', y jirmus, 'fuerte,
firme, robusto, sano'). El enfermo es, pues, la persona que no está
sana y a la que le falta firmeza, precisamente, por sus padecimientos.
Sin duda, hay enfermedades del cuerpo o físicas, y del alma o

12Ibldem, Primera Parte, «CapItulo XVII», pp. 148-150.


140 AUCIA MARÍA WRJULLA BAAL, LXX, 200S

espirituales, pero también del intelecto, del habla y de la escritura; no


son orejas que sangran como la de don Quijote, pero sí oraciones
heridas de muerte. En la jerga médica, las dolencias del cuerpo reciben
el nombre de patologías. Así nos lo indica este ejemplo referido a la
fibrosis quística: Esta patología es la enfermedad genética hereditaria
más frecuente entre las personas de raza blanca. El Diccionario
aCl;ldémico desmiente esta sinonimia entre patología y enfermedad, y
dice que patología es 'la parte de la Medicina que estudia las
enfermedades' o 'el conjunto de síntomas de una enfermedad'. Por
supuesto, la Real Academia Española se ciñe a la etimología, ya que
pato- es un prefijo que proviene del griego y significa 'dolencia o
afección'. Las dos definiciones del vocablo patología no corresponden
a enfermedad, para la cual destina el sustantivo masculino morbo.
Tres morbos graves trastruecan los cánones dialogísticos, impiden que
la comunicación sea fluida y la convierten en seudocomunicación.
Intelecto, habla y escritura quieren demostramos, con sus deslices,
que la lengua padece de insuficiencia gráfica, morfosintáctica y léxico-
semántica. No es así. La lengua española goza de buena salud. Los
hablantes somos los enfermos, los que adolecemos de taxativa incultura
lingüística. y decimos taxativa porque no admite discusión. Las
pruebas, al canto. Analicemos algunos ejemplos:

Ejemplo 1:
Estuve enferma, pero, por suerte, no hice fiebre.

Entre las cincuenta y ocho acepciones del verbo hacer, no hay


una que se adecue a este despropósito. Afiebrarse, verbo registrado en
el Diccionario académico, denota 'empezar a tener fiebre', pero no es
lo que quiso expresar la joven señora. En español, se dice no tuve
fiebre.

Ejemplo 2:
Al no producir efectos secundarios en los pacientes de enfermedades
cardiovasculares, ~ un producto totalmente seguro.
BAAL, LXX, 2005 EL BÁLSAMO DE FIERABRÁS... 141

¿Cómo puede existir un paciente «de» enfermedad cardiovascular?


De acuerdo con la semántica de la preposición de, llegamos a estas
conclusiones:
1) el pobre paciente no posee la enfermedad (como cuando decimos
la novela de Vargas Llosa), la sufre;
2) no viene o sale de esa enfermedad (como cuando Viene de Entre
Ríos);
3) no está hecho de ella (como una manta de lana);
4) no está contenido en ella (como un plato de tallarines);
5) no es su asunto o materia (como una clase de Gramática);
6) no es su causa u origen (como Murió de tifus);
7) no es su naturaleza., condición o cualidad (como mujer de agallas);
8) no lo determina como 10 hace la aplicación de un nombre apelativo
(como en mes dejunio o ciudad de Buenos Aires).
Según este análisis, lo correcto es pacientes con enfermedad~s
cardiovasculares. El verbo producir tampoco se adecua al significado
de esa oración, pues denota 'engendrar, rendir frutos, redituar interés'.
Entonces, la precisión señala que el medicamento no causa efectos
secundarios.
La construcción de la oración exige el reemplazo del verbo ser
con el verbo considerar: Al no causar efectos secundarios -equivale a
Como no causa efectos secundarios ... - en los pacientes con
enfermedades cardiovasculares. se considera un producto totalmente
seguro. El adverbio totalmente ('enteramente, del todo') nos
desconcierta por lo superfluo, pues no existe medianía en la seguridad:
o es seguro o no lo es. Este sintagma adjetival podría formar pareja
con aquel tren que estaba completamente parado o con el hombre
totalmente muerto de tantas noticias policiales.

Ejemplo 3:
También se ha demostrado en estudios comparativos que otros
medicamentos conteniendo esta droga, poseen grandes riesgos y una
eficacia tan s610 del 68 al 72%.

El gerundio es un derivado verbal, o forma no personal de~ verbo,


muy querido por médicos y abogados. Para muchos profeSIOnales,
142 AliCIA MARÍA ZORRlLLA BAAL, LXX, 2005

más que una palabra es un salvavidas que les permite flotar en el


bravío mar de la sintaxis española. Muy equivocados están. No los
salva de su peligrosa condición de náufragos porque el gerundio no es
una muletilla ni un comodín y, como toda palabra bien nacida, aspira
a que le den su lugar en la oración, a que respeten su linaje. No tolera
ser adjetivo como en este ejemplo (otros medicamentos conteniendo),
sino adverbio; podemos decir, por ejemplo, Habló conteniendo las
lágrimas, pues responde a la función adverbial (¿cómo habló?), pero
no debe construirse junto a un sustantivo. En este caso, tendrá que ser
reemplazado con una .construcción de carácter adjetivo (otros
medicamentos que contenían esta droga).
Hay una observación más respecto del verbo poseer, predicado
del sustantivo medicamentos. De acuerdo con el significado que se
registra en el Diccionario académico, sólo debe aplicarse a personas,
no a objetos. Además, ni su significado'3 se adecua al contenido de la
oración, porque los medicamentos no poseen grandes riesgos, los
ocasionan. Luego, deberá repetirse el signo de porcentaje junto a cada
número, no basta con indicarlo junto a la última cifra. La oración
corregida es, pues, la siguiente: También se ha demostrado en estudios
comparativos que otros medicamentos, que contienen esta droga,
ocasionan grandes riesgos y tienen una eficacia tan sólo del 68% al
72%.

Ejemplo 4:
Entre más operaciones de reemplazo de válvula del corazón se realicen
en un hospital, más probable es que los cirujanos de éste inserten la
válvula aórtica que se considera más segura para la mayoría de pacientes
mayores. según una nueva investigación'4.

U'Dicho de una persona: Tener en su poder algo'; 'saber suficientemente algo';


'tener relación camal con otra'; 'tener una cosa o ejercer una facultad con independencia
de que se tenga o no derecho a ella'; 'dominarse a sí misma, refrenar sus impetus y
pasiones'.
''Noticias de Medicina [en línea], viernes 29 de abril de 2005. Dirección URL:
http://www.e-medicum.comlnoticiasDeIDial > [Consulta: 29 de abril de 2005].
BAAL, LXX, 2005 EL BÁLSAMO DE FIERABRÁS... 143

En nuestro medio, este texto resultaría extraño, pues el resultado


de la investigación subestima indirectamente la idoneidad de la labor
médica en centros privados ( ...que se realicen en un hospital ... ) y
comienza con un vulgarismo: *entre más operaciones, en lugar de
cuantas más operaciones. Un lector inexperto, quizá, se horrorice
porque después de muchas pruebas, se llega a la operación exitosa, y
esas pruebas pueden significar muertes. Azorado se detendrá en el
sintagma más probable y recordará que probable denota 'verosímil,
que se funda en razón prudente', pero lo probable no es lo seguro.
Además, el texto se refiere a la mayoría de pacientes mayores,
catalanismo que debe ser subsanado con la mayoría de los pacientes
mayores. A pesar de la mejoría, persiste la disonancia que resulta de
la repetición de la y: mayoría/mayores. La redacción con las
correcciones debe ser la siguiente: La práctica hospitalaria permite a
los médicos consolidar su saber acerca de la mejor manera de llevar
a cabo las operaciones de reemplazo de válvula aórtica en pacientes
mayores, en lo que respecta a su inserción adecuada.

Ejemplo 5:
Recomiendan prueba de diagnóstico para trastorno del hierro.
La economía verbal no siempre es buena consejera. No debe
hablarse de *trastorno del hierro, menos aún de una prueba de
diagnóstico que sirva para trastornarlo -la preposición para lo dice
claramente-, sino del trastorno causado por la absorción y el
almacenamiento de mucho hierro. Decir *trastorno del hierro es
concederle a este metal entidad humana, pues trastornar se usa
frecuentemente con la denotación de 'quitar el sosiego'; 'perturbar el
sentido', más que con el.signi~cado de 'volver algo de a?ajo arrib~, o
de un lado a otro' o de 'mvertlr el orden regular de algo. La oraClOn
correcta es: Recomiendan una prueba de diagnóstico para verificar
cuáles son los trastornos ocasionados por la absorción y el
almacenamiento de mucho hierro.

Ejemplo 6:
Si de la preposición para se trata, hay mensajes que alborot~n e
injurian los significados. No falta quien entra en una farmacIa y
144 AUCIA MARÍA WRRlLLA BAAL, LXX, 2005

pregunta: «¿Hay vacuna para la varicela?»; «¿Lleg6Ia vacuna para la


gripe?». Otros se atreven a pedir *veneno para las hormigas, para las
ratas, para los ratones, para las cucarachas y hasta repelente *para
arañas y murciélagos. Tal vez, cumplen el encargo de ayudarlos a
apurar su muerte.
La televisi6n ya no oculta nada, y azorados escuchamos a un
médico que dice: «Trabajamos para el envejecimiento facial». Pero
aquí no termina el escándalo, pues en la Internet se promociona un
«drenaje facial para envejecimiento cutáneo»; un seminario se titula
«Tratamiento Top para el Envejecimiento Cutáneo»IS, y el ins6lito
Tema 3 de un Curso de Especializaci6n en Cirugía Plástica lleva por
título «Cirugía del Envejecimiento Faciab)16, como si éste fuera una
p3rte del cuerpo, significado que refrenda este otro sintagma: «para
corregir los cambios ocurridos en el envejecimiento faciab). No
conformes, ofrecen tratamientos antiedad, medicamentos antiedad,
píldoras antiedad, vacuna antiedad 2005, terapia antiedad,productos
corporales antiedad, base humectante antiedad, milagroso suero
antiedad, crema antiedad antioxidante, la crema de Susana Giménez
antiedad, cremas antiedad de alto impacto, antiedad para perros y
para gatos, y hablan de un hotel antiedad, de experiencia antiedad, de
belleza antiedad, de servicios estéticos antiedad, de reportaje especial
antiedad, de ocho genes antiedad, de veintidós trucos antiedad, de
una nueva coenzima antiedad, de soluciones antiedad, de dieta antiedad
y de investigación antiedad. ¿Por qué usan el anglicismo (antiage,
antiaged, antiaging) en lugar de nuestro eficaz adjetivo rejuvenecedor/
rejuvenecedora, o de los sustantivos antiarrugas o antienvejecimiento.
Edad no es sin6nimo de vejez; es -según el Diccionario académico-
'cada uno de los períodos en que se considera dividida la vida humana'.
El prefijo anti- denota 'opuesto', 'con propiedades contrarias'
(anticongestivo, antitusígeno, antivirus). La palabra así usada significa
'contra la edad', que no es lo mismo que decir contra las consecuencias
de la edad avanzada. Entonces, si nos quitan la edad, ¿qué nos queda?
Por eso, cuando leemos Lucha antiedad: Estrategias de éxito para

ISDirección URL: <www.escue1adeshiatsu.com.ar/mujer.htm> [Consulta: 28 de


mayo de 2005].
16Dirección URL: <www.google.com.ar/search?> [Consulta: 28 de mayo de 2005).
BAAL, LXX, 2005 EL BÁLSAMO DE FIERABRÁS... 145

seguir siendo joven, agregamos en el más allá. Como broche de oro,


una receta casera: <<Para el envejecimiento facial: colocar una cebolla
cortada en redondo, embebida en vinagre. Colocar unos minutos sobre
la piel». Después de esos imperativos espurios -«colocar, colocam-,
sólo Dios sabrá lo que queda de la pobre cara.
La prensa tampoco es ajena a estas impertinencias lingüísticas.
En un diario catamarqueño, aparece un titular sorprendente: Tomó
veneno para encontrarse con su novia l7 • El fin, ¡justificaría los medios?
Parece que beber un licor espiritoso para estimularse, para adquirir
valor, ya no surte efecto.
Un aviso recomienda de forma incompleta: Haga yoga como ayuda
para la presión arterial. ¿Querrá decir para controlar la presión
arterian
Reflexionemos ahora sobre estos espejos del delirio sintáctico y
léxico:

En caso de caspa, se utilizará shampoo para la caspa en lugar de


shampú para cabello graso.

Caspa más caspa, mucha más caspa. Que no crea el docto


dermatólogo que por usar la palabra inglesa shampoo -luego
semiespañolizada shampú en la misma oración- la caspa desaparecerá.
Deberá recomendar, entonces, un champú contra la caspa en lugar de
un champú contra el cabello graso.
Lo mismo ocurre en los siguientes textos, donde se escribe lo
contrario de lo que se promociona:

Loción para la caída del cabello, seborrea y reposición del cabello.

La preposición para anuncia <<tres virtudes» en una sola loción, a


fm de que el usuario goce de todas las experiencias: caída del cabello;
seborrea o aumento patológico de la secreción de las glándulas sebáceas
de la piel, y nuevo crecimiento del cabello, es decir, otoño, invierno y

nCatamarca al día, Catamarca, II de mayo de 2005 [en línea]. Dirección URL:


<http://www.catamarcaaldiacom.ar/index.php?ID=3618> [Consulta: II de mayo de
2005].
146 AUCIA M.AIÚA WRRILLA BAAL, LXX. 2005

primavera. La voz reposición no es la adecuada en este contexto porque


nadie vuelve a poner nada en la cabeza del desdichado que usó el
producto ni a reemplazar lo que le falta, salvo que, ante el fracaso, no
le quede otro camino que el del trasplante capilar. Entonces, la oración
correcta es: Loción contra la caída del cabello y contra la seborrea.
No podemos dejar de repetir la preposición contra porque, de lo
contrario, se cae también la seborrea. Además, aunque es redundante,
podemos agregar con intención optimista, como para animar a los
calvos no resignados: Estimula el crecimiento del cabello.
La preposición para continúa haciendo estragos en el cabello y
propicia una redacción que no puede refrenarse por lo violenta:
• Para la caída del cabello: Rallar una cebolla y usar el jugo
mezclado con jugo de limón y una gota de aceite y diente de ajo
machacado. Aplicar por la noche protegiendo con una toalla y a
la mañana lavar con agua fresca.
• Para la caída del cabello ll: Mezclar medio litro de vino blanco
con varias ramas de perejil y una yema de huevo batido, dejar
reposar al sol durante 2 semanas y aplicar al cuero cabelludo,
dejando actuar 10 minutos y enjuagar.
Quien lee <<ramas de perejil» creerá que esta planta herbácea vivaz,
de tan sólo siete decímetros de altura, es un árbol; pero se lleva los
aplausos <<una yema de huevo batido»: si se bate el huevo, ¿cómo se
extrae la yema? ¿Habrá querido decir, acaso, «batida»? Y si no hay
dos semanas seguidas con sol, ¿no tendrá reposo?

Ejemplo 7:
Crema rejuvenecedora para el cutis y las anugas.

Cuando leemos este aviso, podemos preguntamos si las arrugas


están fuera del cutis. Si cutis es la 'piel que cubre el cuerpo humano,
principalmente la del rostro', y las arrugas aparecen en la piel, con
nombrar el cutis es suficiente. Además, el adjetivo que acompaña al
sustantivo crema lo dice todo: Crema rejuvenecedora para el cutis.
No es necesario agregar arrugas; sin nombrarlas, el adjetivo
rejuvenecedora ya indica que las tenemos. Pero si de arrugas se trata,
la publicidad se esmera hasta tal punto en hablar de ellas, que engendra
textos electrónicos como éste:
BAAL, LXX, 2005 EL BÁLSAMO DE FIERABRÁS... 147

Formula para arrugas de calidad inteinacionaI I8

Ya la palabra inicial formula, sin tilde, desacredita el aviso, lo


estigmatiza. Otra vez la preposición para promociona la formación de
arrugas, pero no cualquier tipo de arrugas, sino las de calidad
internacional. ¡Sorprendente discriminación creada por un anacoluto
inoportuno! ¿Habrá arrugas de calidad nacional, regional o local? Sin
duda, la inconsecuencia en la construcción de la oración altera su.
significado. Aquí conviene decir un refrán quijotesco: ...cuando la
cabeza duele, todos los miembros duelen l9 • Una palabra fuera de lugar
descalabra todo sentido. Cuesta tan poco decir Fórmula de calidad
internacional contra las arrugas. Después, agrega:

Disminuye expresión de arrugas y pliegues.

El verbo, bien conjugado, nos pone en tema, pero las arrugas no


pueden expresarse; en todo caso, transparentan despiadadamente nuestra
edad. ¿Se referirá el luminoso autor del aviso, quizá, a las arrugas de
expresión, mejor llamadas arrugas gesticulares o de gesticulación?
Entendemos que así es. Si reflexionamos sobre el uso de la lengua en
este mensaje, suponemos que ha querido decir: Disminuye las arrugas
gestuales y los surcos.

Ejemplo 8:
La agencia estadounidense del medicamento (FDA) ha aprobado una
vacuna para la gripe en forma de spray...20

De acuerdo con lo que hemos dicho, no se aprueba una *vacuna


para la gripe, sino contra la gripe, para evitar la gripe o para
prevenirla. Aún más, la vacuna no puede tener *forma de spray; su

IILaboratorio demwcosmético, 14 de mayo de 2005. .


I'Don Quijote de La Mancha, Segunda Parte, «Capítulo lb), ed. CIt., p. 563 ..
20Dirección URL: <www.praxis.paginadigital.com.ar/vacun.asp> [Consulta. 11
de mayo de 2005].
148 ALICIA MARÍA ZORRILLA BAAL, LXX. 2005

envase tendrá atomizador o pulverizador, dos palabras muy nuestras


para reemplazar el anglicismo.

Ejemplo 9:

El siguiente texto de carácter computacional corrobora lo explicado


antes respecto de la preposición para y la existencia de una prosa
telegrama o anoréxica, a que nos empuja la búsqueda en la Internet:

Si busco alguna información relacionada con veterinarias, pero no tan


general, por ejemplo los lugares donde se da la vacuna para la rabia,
colocaré (<veterinara vacuna rabia». (Las preposiciones pueden obviarse,
pues se encuentran en todos los temas). Y si deseo encontrar algún
lugar específico agregaré el mismo como referencia: (<veterinaria vacuna
rabia Capital Federah)21.

Ejemplo 10:
El uso indebido de para alterna, en estas construcciones, con el
de la preposición de:

La mayoria de los estados de EU no reconocen la vacuna de rabia para


hurones, debido a que todavía hacen falta más estudios oficiales que
certifigue la duración exacta de inmunidad en hurones. Esto significa
que aun si su hurón está debidamente vacunado, será sacrificado g
alguien reporta haber recibido una mordedura a las autoridades. No
obstante, el tener el registro de la vacuna puede persuadir a la persona
agredida de no reportarlo, además de protegerle de la posibilidad de
contraer la rabia (incluso los hurones más mimados y vigilados pueden
escapar)ll.

llDigila/ wooo [en linea]. Dirección URL: <http://www.digita!works.can.arldigimlworks-


siteJhmamientaslheml3niba.php?idc=5&nombre=C"/0C3%B3mo%20busc3'%20en%20Intmet>
[Consulta: 11 de mayo de 2005].
llVacunación [en linea). Dirección URL: <http://personales.ciudad.com.ar/ferret/
vacydesp.htm> [Consulta: 11 de mayo de 2005).
BAAL, LXX. 2005 EL BÁLSAMO DE FIERABRÁS... 149

Parece impensable que los pobres animalitos reciban una vacuna


de rabia. El fragmento presenta una abreviatura indebida, la de los
Estados Unidos (*EU por EE. UU.), un grave error de concordancia
( ...más estudios oficiales que certifique... ), un anacoluto que mueve a
risa ( ...si alguien reporta haber recibido una mordedura a las
autoridades) y un caso de leísmo ( ...protegerle de la posibilidad de
contraer la rabia ... ).

Ejemplo 11:
Muchas veces la relación de la persona con la enfermedad es tan
estrecha, tan familiar, tan afectiva, que se escriben oraciones como ésta:

Te agradeceré si podés aconsejarme sobre la alimentación para los


divertículos23 •

Como si tuvieran boca, lengua y dientes, los divertículos tienen


que alimentarse debidamente. El sustantivo divertículo proviene del
latín y denota 'desviación de un camino'. El autor de esta oración
desvió tanto el camino que no advirtió que debía expresarla así: Te
agradaceré si podés aconsejarme acerca de la alimentación que deben
ingerir las personas que tienen divertículos.

Ejemplo 12:
Investigadores han encontrado una forma de transformar células madre
neurales en células productoras de insulina, un descubrimiento que
podría conducir un día a una posible cura para tratar a la diabetes, .@
enfermedad del azúcar en la sangre.

Como la diabetes no es una persona, debemos tratar la diabetes,


no *a la diabetes; además, ésta no es *la enfermedad del azúcar en la

23WONS,VIVlANA. SOS Nutrición, Año XVIII, N.O 953, Buenos Aires, 11 de


mayo de 2005 [en línea]. Dirección URL: <http://www.mia.uolsinectis.com.ar/
edicion 0953/505 nutrícion.htm> [Consulta: 11 de mayo de 2005].
150 ALICIA MA1ÚA ZORRILLA BAAL, LXX, 2005

sangre, pues tener azúcar en la sangre no es una enfermedad; todos


tenemos algo. Además, ninguna enfermedad tiene sangre que contenga
azúcar; es la enfermedad ocasionada por el aumento del azúcar o de la
azúcar en la sangre, ya que la palabra es de género ambiguo (masculino
y femenino). Nuevamente, la economía verbal conduce a la
impropiedad. Parece una oración seca de carnes, enjuta de rostro y sin
dientes, como don Quijote.

Ejemplo 13:

El glaucoma es una enfermedad que ~ cuando aumenta la presión


dentro del ojo por una falla en el drenaje natural del humor acuoso.

No es feliz el uso del verbo ocurrir. La oración debería decir. El


glaucoma es una enfermedad que se origina en el aumento de la
presión dentro del ojo por una falla en el drenaje natural del humor
acuoso.

Ejemplo 14:
A medida que envejecemos, se necesitan nutrientes adicionales. Huesos,
articulaciones, energía y vitalidad.

La primera oración es correcta, pero la segunda parece una


explicación de aquélla. ¿Son esos los nutrientes que necesitamos? Sin
duda, no lo son, pero debe buscarse una redacción adecuada para
evitar esa ambigüedad.

Ejemplo 15:
... algunos pacientes con componente ansioso importante pueden
presentarse inquietos, agitados y con un habla rápido y nervioso.

No cabe duda de que decir con componente ansioso importante


tiene un empaque que no reemplaza el sintagma algunos pacientes
muy ansiosos, pero ¡cuántas palabras nos ahorraríamos y con qué
claridad expresaríamos lo que tenemos que comunicar!
BAAL, LXX, 2005 EL BÁLSAMO DE FIERABRÁS", 151

El habla no puede ser rápido y nervioso porque habla es un


sustantivo femenino. El artículo el que suele acompañarlo no es
masculino, sino artículo femenino del español antiguo (illa > ela > el'
> el). Este artículo se usa ante sustantivos que comienzan con a tónica.
En este ejemplo, el adjetivo indefinido un se apocopa por analogía, no
por cacofonía, pues es posible decir correctamente una habla. Entonces:
... algunos pacientes muy ansiosos pueden presentarse inquietos,
agitados y con un habla rápida y nerviosa.

Ejemplo 16:

Vea nuestros productos de efectividad comprobada y obtenga


información importante sobre alimentación de los expertos de nuestro
Consejo Médico.

Nuevamente la falta de orden de las palabras en la oración cambia


su significado. La oración correcta es: Vea nuestros productos de
efectividad comprobada y obtenga de los expertos de nuestro Consejo
Médico información importante sobre alimentación.
Hace un momento, dejamos a don Quijote casi sano después de
beber el «santísimo» bálsamo de Fierabrás y a Sancho, molido y
quebrantado, entre borrasca y borrasca, como la que padecimos nosotros
en medio de esa aventura cotidiana de errores que nos declaran en
emergencia lingüística. Por la gravedad de nuestros errores,
necesitamos, sin duda, medicina intensiva, es decir, vigilancia y
tratamiento inmediato y constante. Pero Dios que da la llaga, da también
el remedio, y nunca es tarde para rehacer el camino y aprender a
cuidar de nuestra lengua desde ese meditado silencio que predice el
despertar de cada palabra hasta la eternidad terrenal de sus significados,
hasta comprender que es poesía tanto en el más sencillo diálogo como
en el más sesudo trabajo intelectual. Comunicarnos bien significa pe~~
bien, sentirnos bien, gozar de buena salud espiritual. Hablar y escnbrr
bien es trabajar arduamente en «la formación del espíritu»24 para
recuperar los valores que sostienen nuestra condición de hombres,

24GUIITON, lEAN. Nuevo arte de pensar, 8,· edición, Santafé de Bogotá, San
Pablo, 1997, p. 8.
152 ALICIA MARíA ZORRILLA BAAL. LXX. 2005

para cele~rar agradecidos el don de comunicarnos, para decir con don


Quijote: « ... podrán los encantadores quitarme la ventura, pero el
esfuerzo y el ánimo será imposible»25.
No hay ya batallas imaginarias ni libros de caballerías mentirosos;
no hay encantamientos ni «malaventurados caballeros andantes» con
sus buenos escuderos; no hay más lanzones que quieran atravesar los
límites del aire, ni compasivas Maritornes, ni toscas Dulcineas, ni
Princesas Micomiconas, pero, ante nuestros ojos, queda encendida la
palabra que los guarda para multiplicarla y compartirla como el pan
que sigue dándonos vida y reviviéndonos.

Alicia María Zorrilla

2SDon QlIijote de La Mancha, Segunda Parte, «Capitulo XVII», ed. cit., p. 677.
ESTUDIO COMPARATIVO
ENTRE TRENES DEL SUR, DE CARLOS APARICIO,
Y ERRANTE EN LA SOMBRA, DE FEDERICO ANDAHAZI

1. Introducción
En la última obra de Federico Andahazi titulada Errante en la
sombra, recién presentada en la Feria Nacional del Libro, subtitulada
por el autor Novela musical, me llamó la atención precisamente el
subtítulo, ya que a lo largo de la historia del teatro se puede observar
el sincretismo entre éste y la música en géneros, como la ópera, la
zarzuela, el drama lírico y otras combinaciones más actuales, como
las revistas musicales de Hollywood y, a pesar de que célebres novelas
románticas francesas, como Los miserables, Nuestra Señora de París
y otras, han sido convertidas en espectaculares musicales e invadieron
los escenarios del mundo y de nuestra patria; y también el cine ha
atrapado en sus redes no solo novelas, sino hasta los poemas de gesta
como las epopeyas homéricas, las leyendas de los países nórdicos y
nuestro Cid; al colocar Anahazi el mencionado subtítulo, creo que no
ha pensado en imitar estos géneros, sino en algo original: que el tango
canción -la mayor parte de las veces por él creado- alterne con la
narración tradicional como tipo textual.
La contratapa del libro dice textualmente:

El autor de El anatomista plasma aquí una nueva forma narrativa. Con


indudable maestría Andahazi ofrece a un tiempo el placer de la lectura
y el de asistir en directo y en primera fila a un inéditQ melodrama
musical tanguero.
154 SUSANA MARTORELL DE LACONI BAAL, LXX, 2005

En el acto me vino a la cabeza la obra Trenes del Sur de mi


compatriota y comprovinciano por adopción Carlos Aparicio', publicada
en 1988, pero compuesta mucho antes, ya que en 1968 por esta obra,
recibió el Primer Premio del Certamen de Novela de la Dirección de
Cultura de Salta con un jurado integrado por Marta Lynch y Abelardo \
Arias, entre otros. En esta obra, el tango va parafraseando, glosando
las distintas situaciones, sentimientos, estados de ánimos, lugares, etc.
Mi propósito en esta investigación ha sido observar cómo actúa el
tango, como tipo textual, en el avance de la diégesis en ambas novelas.

2. Desarrollo
1.. 1. Rememorando
Existen discrepancias acerca del origen del tango. El Diccionario
de la Real Academia registra el término por primera vez en 1869
como "reunión y baile de gitanos" hasta que en 1899 se sustituye por
"fiesta y baile de negros o de gente del pueblo", en América. Como
"baile de sociedad argentino" no lo registran los diccionarios de Bayo,
Garzón, Segovia y Granada. Lo que indica que no es esencialmente
rioplatense en su origen. Como se lo relaciona con negros, tal vez
tenga que ver con la palabra tangtl o tuñgu, de Nigeria central. Pero
son solo conjeturas, como así también su potencial origen
onomatopéyico de "tang", tañido grosero de tambor (Cfr. en Corominas
y Pascual, 1983).
Según Ulises Petit de Murat, "tango y Buenos Aires son la misma
cosa". Dice que la palabra aparece en Buenos Aires a fines del siglo
XVIII en la designación de la Casa y Sitio del Tango en la Parroquia
de la Concepción y también en un estribillo del candombe del barrio
del Mondongo donde comenzó el baile a alternar con mazurcas y
polcas. Tango, propiamente dicho, es aquel que comienza a bailarse
hacia 1880 en los Corrales Viejos (Parque Patricios). Se expande luego
por las carpas de la Recoleta, de Barracas, y Santa Lucía, y los

'El titulo viene con seguridad de "Volver", tango de Gardel y Le Pera, de los
siguientes versos: [oo.] Sentir / que es un soplo la vida / que veinte años no es nada /
que febril la mirada / errante en la sombra / te busca y te nombra".
BAAL, LXX, 2005 ESTUDIO COMPARATIVO... 155

bodegones de La batería. Según Abel Posse (2003), el tango se definió


como música autónoma en 1890, desprendiéndose de la habanera, el
candombe y la milonga.
Como el lunfardo, su origen es marginal. En 1903, Fray Mocho, y
Lugones en 1916 (en El Payador) pronosticaban su desaparición. Por
esa misma época, Carlos Ibarguren y Enrique Larreta, entre otros, lo
denigran.
En el Río de la Plata, el tango baile estaba recluido en el lupanar.
En la primera década del siglo XX, nace el tango música, no baile,
cuyos principales exponentes son: "El choclo"2, "El entrerriano,,3 y
"El porteñito,,4.
Mientras en la Argentina y en el Uruguay, el tango estaba
confinado en los bailongos; en París hacía su entrada en los grandes
salones. Le Figaro del 10 de enero de 1911 decía: "Lo que bailaremos
este invierno será una danza argentina, el tango-argentin ... es graciosa,
rítmica, variada". Tampoco lo admiten Inglaterra, ni Alemania, cuand0
se conoce su origen prostibulario. Igualmente, Italia y España.
Las orquestas que difunden esta música en Paris son las de los
gitanos por los cafés ~onciertos y tés- danzantes, ambientes mundanos,
pero finos. Alcanzó a ser vedette en la noche de París, donde concurrían
hacendados y polistas argentinos. El académico y poeta Richepin lo
considera importante como para ser tratado en la Academie.
Después de su triunfo en París, los salones argentinos le abrieron
la puerta; pero el gran puntapié al tango se lo da Carlos Gardel, en
1917, cuando graba "Mi noche triste", de Pascual Contursi, primer
tango con letra y primera letra con argumentos. Carlos Gardel, en su

2José Luis Rocallo, pianista de la Guardia Vieja, lo estrenó una noche de 1905
en el restorán El Americano en la cortada de Carabelas. Tuvo varias letras, entre ellas
la de ViIloldo, la de Ángel D'Agostino y la de Discépolo de 1947.
'Su autor fue Rosendo Cayetano Mendizábal, que lo toca en "lo de Laura" como
música prohibida.
'''El porteñito" fue compuesto por VilIoldo en 1903, aunque se dice que ~a para
esa fecha se lo ejecutaba en los piringundines del Bajo y de la Boca. Los primeros
registros cantados son de 1907, grabados en un antiguo Víctor de 1907, por EusebIO
Gobli y Andrée Vivianne en Odeón.
STrata del hombre abandonado y de la mujer perdida, isotopía de todos los
tangos por venir.
156 SUSANA MARTORELL DE LACONI BAAL, LXX, 2005

época, fue un Bing Crosby y un Maurice Chevalier, un artista de fama


internaciónal. Lo escucharon Jacinto Benavente, Eduardo de Windsor
y muchos notables europeos. Conquistó París, Madrid y New York6 •
y así el tango con altibajos causados por el rock and rol/, el buggi
buggi, el jazz, el bolero y otras músicas que la globalización llevó a
todas partes y a nuestro país, por supuesto, se mantuvo como nuestra
música nacional, y hoy en día llega a integrarse en el "tango-tecno",
junto con el "tango-cámara". Este último es más cercano al tradicional;
en cambio el "tango tecno" es un col/age donde aparece la música
electrónica, junto con sonido de bandoneones, compases de Piazzolla y
de Pugliese y la voz de Goyeneche. Una mezcla de elementos tangueros
con la electrónica. Nuevamente, la Europa que adecentó el tango, nos lo
envía modificado con mucho de rock y de modernismo.
El día nacional del tango es el 11 de diciembre, fecha del
nacimiento de Carlos Gardel y el de Julio de Caro, dos de sus más
grandes cultores. Un gran luchador de la música popular, académico
de la Academia del Lunfardo y del Tango y ciudadano ilustre de
Buenos Aires, Ben Molar, en 1965, asoció las dos figuras hasta que,
en 1977, se firmó el decret0 7 •

2.2. El tango y la literatura


Los escritores contemporáneos a la eclosión del tango de comienzos
del siglo XX, como José S. Álvarez y Lepoldo Lugones -como ya
dijimos- lo denigraron. Los del grupo Boedo, reunidos alrededor de la
revista Claridad, como César Tiempo y Álvaro Yunque, se ocuparon
de las penurias de los pibes pobres y criticaron a los niños bien. Esto
alejó al tango del patriciado porteño.
La postura cambia más adelante, por ejemplo: Leopoldo Marechal,
en Adán Buenosayres (1948), trata el tema tanguero con burla para el

6Entonó a diario la canción "El carretero"; en París y en New York, el estreno de


"Cuesta abajo" fue sensacional. La proyección de la película se paraba para volver a
repetir las escenas donde cantaba Gardel.
'Carlos Gardel, el Zorzal criollo, nació el II de diciembre de 1890. Representa
la voz del tango. Y Julio de Caro, nacido el 11 de diciembre de 1899 representa la
música del tango.
BAAL, LXX, 2005 ESTUDIO COMPARATIVO... 157

malevaje; Erneto Sabato, en Sobre héroes y tumbas, se vale del tango


y de la figura de Gardel en algunas especiales circunstancias de su
novela, y fue el promotor de un libro sobre tango: Tango. discusión y
clave (1911); Roberto Arlt, en Eljuguete rabioso (1926), cuando alude
al tango, lo hace despectivamente. También Julio Cortázar, en Los
premios y en Rayuela, hace mención; pero no glorifica al tango.
A partir de los años 50, el tango cobra prestigio como tópico de'
una poética popular, y son muchos los escritores que lo abordan de
una u otra forma. Así: Bernardo Kordon en Alias Gardelito; Joaquín
Gómez Bass en Barrio Gris; Manuel Puig en Boquitas Pintadas 8 ;
Pedro Orgambide en Un tango para GardeP.
Hasta Borges, detractor del tango en sus épocas juveniles, ya en
su madurez no lo ataca. En un acto, en 1969, en la Secretaría de
Cultura, llega a decir:

[... ] Lo importante es este hecho curioso: el hecho de que mientras


públicamente -contra la barbarie, contra el gaucho a veces, contra el
indio- estamos fundando un gran país, también se está creando, se
está ardiendo, está engendrando en la sombra, algo que nos hará
famosos en el mundo, y ese algo es el tango [ .. .].

Abel Pos se, uno de los grandes narradores de la Argentina actual,


en su novela La reina del Plata (1988)10, no solo hace uso del primer
verso del tango "Buenos Aires" para titular su novela, sino que la
protagonista o coprotagonista, Marina, es el símbolo de esa ciudad (la
Reina del Plata). Su nombre sabe a mar. La obra está salpicada de
canciones y bailes que -de alguna manera- parafrasean el argumento
y la situación. Los tangos son el elemento bailable, con su letra, que

SEI título Boquitas Pintadas lo extrae del tango foxtrot que ~ardel canta en la
película Tango en Brodway: "Deliciosas criaturas perfumadas I qUiero el beso de sus
boquitas pintadas [... ]". . ., .
"En él, un hipotético sobreviviente de Medellín habla de un dlano médlto de Le
Pera.
IO"La reina del Plata" es el primer verso del tango "Buenos Aires", cuya letra es
de Manuel Romero y la música de Manuel Jovés. Carlos Gardel lo grabó para Odeón
en 1923. Se estrenó en el sainete En el tango de París, de Manuel Romero, entonces
lo cantó Carlos Morganti.
158 SUSANA MARTORELL DE LACONI BAAL. LXX. 2005

más abunda. Así: "Buenos Aires, la Reina del Plata" (de Romero y
Jovés), "Silbando" (de José González Castillo y Cátulo Castillo),
"Barrio" (de A. Troilo y Manzi), "La que nunca tuvo novios" y
"Madame Ivonne" (de Duque Cadícamo y E. Pereyra, con Troilo y
Grela como intérpretes), "Adiós muchachos" (de Vendani y Sanders).
Muchos de estos tangos están ligados a la vida quilombera: "Dar la
lata"; "El choclo" (de Santos Discépolo y G. Villoldo); "Cambalache"
(de E. Santos Discépolo) y "Adiós muchachos" (de Vendani y Alberto
Sanders) y otros más.
Se puede decir que es el primero en usar el tango y otras canciones
como tipo textual. Es decir, no como simple referencia, sino como
parte de la estructura narrativa de la novela.

2.3. Tipos textuales y transtextualidad


Según Todorov (1982), los modos del relato son dos: el narrativo
y el representativo. El primero está conformado por secuencias en
estilo indirecto que transmiten la información al lector; el segundo es
el diálogo, conformado por enunciaciones en estilo directo. Cada uno
de ellos tiene sus características fundamentales, como por ejemplo, el
uso preferencial de algunos tiempos verbales: la narración o "mundo
narrado" (Weinreich, H., 1974): el pretérito perfecto simple y el
imperfecto; el segundo, el diálogo, o "mundo comentado" según este
autor: el pretérito perfecto compuesto y el presente. A estos dos tipos
textuales literarios se agrega la "descripción", también un "microtexto"
(como la narración y el diálogo) que se incrusta como relax y ayuda a
la ambientación.
Ahora bien, en las novelas que estudiamos aparece además como
microtexto muy importante el tango, con diferentes funciones en cuanto
al desenvolvimiento de la diégesis. Pero, además de esta función
narrativa, debemos considerar que se trata de la inclusión de un texto
con autor propio (el tango) dentro de un macrotexto (la novela) con
otro autor. Es decir, se trata de lo que se llamó "intertextualidad", o
"transtextualidad" (Guntte, G., 1982).
Este fenómeno de la apropiación de otros textos, fue muy común
en la época renacentista en la que el ideal estético consideraba que la
creatividad no consistía en la novedad temática. Lo cual daba pie a la
apropiación de otros textos.
BAAL, LXX, 2005 ESTUDIO COMPARATIVO... 159

Así lo demuestra Dámaso Alonso (1974) en su estudio del Polifemo


de Góngora, donde observa cómo la estrofa 61 del poema gongorino
glosa otra de las Metamorfosis de Ovidio 11 •
Yo misma (Martorell, 1991) al analizar La tierra en Armas del
salteño Juan C. Dávalos y del español Ramón Serrano, observé en ella
elementos de La Guerra Gaucha de L. Lugones. Es decir, hay cierta
transtextualidad que evidencia que sus autores habían leído la obra de
Lugones.
Al hablar del tango como tipo textual me refiero a la letra de éste,
al tango canción por cierto, cuya música sigue el compás del 2 X 4.
Por lo tanto nos encontramos con un tipo especial de poesía
anisosilábica que tampoco puede ser medida en pies métricos; pero
muy musical al seguir el compás de la música.

2.4. «Errante en la sombra», de Federico Andahazi


Este libro de Federico Andahazi 12 , aparecido en el 2004, casi al
mismo tiempo que El cantor de tango, de Tomás Eloy Martínez, es
producto de la eclosión tanguera de los últimos años.
Nacido en Callao y Corrientes, aunque pertenece a la generación
del rack, fundamentalmente del nacional, con Charly García; sin
embargo, a Andahazi lo atrajo siempre el tango y la personalidad del
Zorzal criollo, Carlos Gardel, que aparece desmitificado en su novela.
Un Gardel misterioso -como en realidad fue- humanizado por su
amor a Ivonne. Por su final trágico, la obra se acerca mucho a una
tragicomedia.

liLa estrofa 61 de la fábula de Polifemo y Galatea es la siguiente:. "Vien~o. al


fiero jay4n, con paso mudo correr al mar la fugitiva nieve / (que a tanta Vista el hblco
desnudo / registra el campo de su adarga breve) y al garzón viendo, cuantas mover
pudo I celoso trueno, antiguas hayas mueve / tal, antes que la opaca nube rompa /
previene rayo fulminante trompa". . " , .
La estrofa de la Metamorfosis es la siguiente: "Me vi~et at que ACls: Video qUI
exclamat 'et ista I ultima sit faciam Veneris con cordls vestrae / tanta que vox,
" . A .. , (XIII v
quantam Cyclops iratus habere I debuit, iIla fuit; clamore perhorrUlt etne , .
874-877). .
12Andahazi es portefto. Nacido en 1963. Licenciado en PSlcologl a . Se hace
famoso con El anatomista (1996).
160 SUSANA MARTORELL DE LACONI BAAL, LXX, 2005

Según sus palabras, quiso enlazar tangos ya hechos con un


argumento; pero no pudo. De allí que él creara a la mayoría (treinta y
nueve de los cuarenta y tres que aparecen en el índice de canciones).
Solamente se prestan a su propósito: "Corrientes y Esmeralda" 13 ,
"Mi noche triste"l\ "Sentencia,,15 y "Ninguna"16.
Andahazi intenta en su obra -y lo logra- reemplazar a menudo
los tipos textuales (o "modos del relato") esenciales en la novela: la
narración y el diálogo por tangos. Los personajes cantan tangos y, a
veces, lo bailan.
La historia de amor está enredada por una situacíón que solo se
resuelve con la muerte: un triángulo amoroso, dos hombres enamorados
de una sola mujer. Uno es el protagonista Juan Molina "el mejor
cantor de tangos, después de Gardel", como dice el autor empírico que
aparece en la obra, de cuando en cuando, además del narrador
omnisciente normal en todo el relato. Como recurso para el narrador,
a veces aparecen los personajes con el fluir de la conciencia manifestado
frecuentemente con los tangos, todos ellos al estilo de los de la década
del veinte.
La protagonista femenina es Ivonne, una polaca que luce como
francesa en la época de las "gan¡:onnieres" y los "cabarés". Es una
refinada prostituta -cuya apariencia desmiente- sensual, delicada y
fina. Víctima de las circunstancias de su vida y de un macró (André
Seguin), verdadera protagonista de un tango sentimental como
"Malena"17, o "María"18 o "Rosicler"19, féminas adoradas por sus
supuestas virtudes, siempre víctimas, siempre bellas y sutiles. Nada
que ver con las que abandonan y explotan al hombre como en
"Margot,,20, o "Milonguera"21, y muchos más.

"De E. Flores y F. Pracámico, 1933.


14De P. Contursi y S. Castriota, 1917.
'SDe C. Esteban y P. Mafia.
16De H. Manzi y R. Femández Siro, 1942.
"De H. Manzi y L. Demare.
"De C. Castillo y A. Troilo.
19De Garela Jiménez y 1. Basso.
20De C. Flores y J. Ricardo (Soria).
21De José María Aguilar.
BAAL, LXX, 2005 ESTUDIO COMPARATIVO... 161

Aparece Carlos Gardel casi como "una sombra", desdibujado,


como amante de Ivonne. De él dependen sentimentalmente los otros
dos. Es casi un dios para ellos 22 • Están unidos por un hilo invisible.
A medida que la novela avanza, los tangos se multiplican para
expresar la desesperación de Juan Molina, cuando Ivonne desaparece
del cabaré -se va a vivir con C. Gardel-, y también, cuando sufre la
falta de amor y de compañía de parte de éste. Después de muerta
Ivonne -Juan Molina la mata en circunstancias que deben intuirse-,
Molina canta desesperadamente en su locura y en las cárceles de
Caseros, Las Heras y, finalmente, en Devoto, donde se suicida.
El tango se convierte en refugio de la desazón y desesperación del
enloquecido cantor y parece con su frecuencia acelerar la acción -<:omo
una tragedia griega- hasta llegar a su culminación con la muerte de
éste.
El tango al final ocupa todo el espacio narrativo como metáfora
de la propia novela. Una historia de amores frustrados.

2.5. «Trenes del Sur», de Carlos Aparicio23


Esta novela difiere de la anterior analizada, en cuanto a que por
su temática sería el otro polo. Es una historia de amor ingenuo y
también desesperado de un adolescente. Podríamos decir una novela
de iniciación. Y, mientras aquélla se desenvuelve en "La reina del
Plata", Buenos Aires; ésta tiene como fondo y materia de descripción
el paisaje andino del norte del país: La Quiaca, en Jujuy.

22Tanto admira Juan Molina a Gardel -mitificado desde su infancia- que no


aprovecha la ocasión para debutar en el famoso cabaré Annenonville con tal de estar
cerca de Gardel -como chofer- y de su amada Ivonne. Prefirió antes ser luchador que
no verlos.
A su vez Ivonne, amiga de Juan Molina, no sabe nada de su amor por ella y
-aunque mimada por todos-, prefiere ser humillada por la falta de amor de Ga.rdel,
pero estar cerca de él. Él, sin saberlo, la sostuvo con su canto en los hOrribles
primeros ailos de su llegada a la Argentina. .
23Carlos Aparicio nació en La Quiaca (Jujuy), en 1935, ~ero desde muy mño, en
1948, vino a Salta, donde vive actualmente. Es autor de libros de poesla, ?e dos
volúmenes de cuentos y de esta novela, Trenes del Sur, entre otras obras .. E.s, mIembro
correspondiente en Salta de la Academia Argentina de Letras. Rec~blO ~nuchos
reconocimientos, como, por ejemplo, innumerables premios por su obra hterana.
162 SUSANA MAR TORELL DE LACONI BAAL, LXX, 2005

Otra .gran diferencia que quiero hacer notar es que, aunque fue
publicada en 1988, fue escrita mucho antes: en 1968 ya estaba hecha.
En ese año recibe por ella el Primer Premio del Certamen de Novelas
de la Dirección de Cultura de Salta. Esto quiere decir que antes que
Andahazi y Eloy MartÍnez -actuales- y que Posse dentro de la década
de los 80, Carlos Aparicio, escritor salteño por adopción, tuvo la idea
de incluir como forma textual que glosa y parafrasea todas las
situaciones que se presentan, y los sentimientos -especialmente el del
primer amor ingenuo- en el tango canción de todas las épocas. Son
ciento veinte tangos cuyas letras, total o parcialmente, son incluidas
en la narración. Algo así como un Alma que canta, que él leía en su
infancia, a disposición de la novela. No tiene parangón con ninguna
otra obra tanguera. Un escritor del norte, que se piensa que debía cantar
bagualas o música folclórica local, ama desesperadamente -como lo
demuestra- al tango. Ninguno de los otros autores supo como él escoger
la letra que le convenía, de acuerdo con el desenvolvimiento de la
novela.
Aunque es también gran poeta del vers0 24 , no compuso ninguno
de los tangos que aparecen en la novela. Son ciento veinte tangos
canciones de los mejores incluidos seguramente en El alma que canta,
El canta claro y Cantando -viejos libritos que manejábamos todos en
esa época-, compañeros del protagonista niño y luego adolescente que
se inicia en el amor. Un amor platónico, pero amor al fin.
Ésta no es una obra de amores turbios, como la de Andahazi, sino
de primeros amores, de iniciación, los amores de un niño, profundos y
puros; pero no por ellos menos atormentadores e inquietantes. Hay
gran similitud entre ambas novelas en cuanto a que éstos son frustrados.
Es de marcado carácter autobiográfico y la voz del autor empírico
aparece frecuentemente. El narrador en primera perso~a, en continuos
monólogos interiores, va desarrollando su historia. Estos no tienen
solamente forma narrativa sino que ofrecen frecuentes diálogos en
estilo directo libre y descripciones minuciosas y sentidas del paisaje
pueblerino natal, y de la vecina ciudad fronteriza boliviana. También,

24As! lo demuestran sus tres libros de poemas: El grillo ciudadano (1968),


Pedro Orillas (1965) y Andamios (1968); plaquetas como Coplas al vino (1968);
poesías como "Canto al carnaval", Primer Premio, en 1958, de la Dirección de Cultura
de Salta.
BAAL, LXX, 2005 ESTUDIO COMPARATIVO... 163

de las comidas regionales. Las vías del tren internacional están siempre
presentes, de allí Trenes del Sur, título de la obra. Éstas 10 obsesionaban
permanentemente y visitaba la estación todos los días. Vías que un día
se llevaron a Luva -bella e indiferente niña, objeto de su amor
desesperado- y otro 10 transportarían a él ya su familia (su padre y su
hermano) al sur, a Salta, específicamente. Trenes que al final de la
obra traerían de vuelta al padre vencido y convertido en contrabandista.
El fragmento del tango "La vi llegar"25, que encabeza la obra,
dividida en dos partes, sintetiza el argwnento de toda la parte primera26 .
Ésta ocupa casi toda la obra, veintitrés de los treinta capítulos.
El tango actúa aquí en general como el coro griego: refleja estados
de ánimo y es también catarsis. Por ejemplo: tristeza, cuando sus
padres se van a Salta, canta y silba caminando por las vías: "No te
apures Carablanca,,27 y "Abandono"28; ansiedad, cuando desea ver a
Luva-su amor imposible-, cuando la extraña: "Me quedé mirándola"29,
"Nada más que un corazón"30, "¿Qué será de ti?,,3!, "Corazón no le
hagas caso,,32; "En carne propia"3l, "Garúa"34, "Trenzas,,3s, "Tengo
miedo"36, "Cuando callan los recuerdos,m, "Para qué te quiero tanto"38,
y muchos otros. La mayor parte de los ciento veinte tangos glosan su
amor imposible, tierno y desesperado. El desencanto, en "Volver,,39,
"Sueño de barrilete"40; rara vez alegría y nostalgia a la vez:

25Tango de E. M. Francini y J. Centeya. .


u."y el bandoneón, 1 rezongo amargo en el olvido, 1 lloró su- voz 1 q~e se perd~ó
en la densa bruma, 1y en la desesperanza, 1 tan cruel como ninguna, Ila VI partIr / sm
una palabra del adiós".
27Tango de Garza y Bahr.
28Tango de Mafia y Manzi.
29'fango de Miró y Spina.
»rango de Sucher y Bahr.
'ITango de Blanco y Nelson.
'2Tango de Malerba y Manzi.
"Tango de Sucher y Bahr.
34'fango de Troilo y Cadícamo.
35Tango de Pottier y Expósito.
36'fango de Aguilar y Flores.
"Tango de Rossi y Cadícamo.
38Tango de Larenza y Castillo.
39'fango de Gardel y Lepera.
""Tango de Blázquez.
164 SUSANA MARTORELL DE LACONI BAAL, LXX, 2005

"Charlemos,,41; a veces simplemente parafrasea la situación, cuando el


niño se duerme, y Angélica, la mucama -nueva Libertad Lamarque-
le canta "Yo también soñé,,42.
Nada escapa al tango. Así, cuando el padre fracasa y se dedica en
su pueblo natal al contrabando de frontera, aparecen: "El último
guapo,,43, "Cómo se pianta la vida'''''', "Sur,>4S, "Balada para un loco,>46,
y otros.
De pronto el lector se escucha cantando tangos, como en la obra.
Aparicio consigue que el narrador empatice con el receptor de la
lectura. En definitiva, toda la obra es canto, un gran homenaje al
tango.

3. Conclusión
Ambas obras, Trenes del Sur y Errante en la sombra, a pesar de
sus treinta y seis años de diferencia, se asemejan bastante en cuanto a
que en ambas el tango es la vedetle y forma parte del texto narrativo.
Se diferencian por ser de intenciones diferentes: de turbios amores
la una, y transparente y pura la otra. Una se instala en Buenos Aires,
la Reina del Plata; otra, en las antípodas: en Jujuy; en la selva de
cemento una, en las ásperas montañas y cristalinos ríos la otra.
La función del tango como tipo textual es también diferente en
ambas: en Errante en la sombra es parte del texto narrativo y hace
avanzar la diégesis; en cambio, en Trenes del Sur se mantiene al lado
de la narración: la parafrasea y expresa en general estados de ánimo.
Mi intención ha sido poner en evidencia, sin desmedro de ninguno,
cómo dos autores en diferentes épocas y en ambientes distintos
confluyeron en sus intenciones y resultados.

Susana Martorell de Laconi

41Tango de Rubinstein.
42Tango de Canaro y Amadori.
43Tango de Aznar - Riel.
"Tango de Viván.
4STango de Troilo y Manzi.
46'fango de Piazzola y Ferrer.
POSTERIDAD DE MIGUEL CANÉ

"He crecido leyendo libros tan bellos como claros.


Mi espíritu se ha enamorado de la luz y vive en el
horror de las tinieblas ".
Miguel Cané

Miguel Cané fue, en su tiempo, una personalidad de enorme


prestigio, no sólo por su obra de escritor y periodista, sino también
por su actividad en la política, la docencia universitaria, la diplomacia,
y por sus condiciones de refinado hombre de mundo. Había sido
legislador, ministro, fundador de la Facultad de Filosofia y Letras, y
embajador en países de América y de Europa. Con posterioridad se lo
reconoció como uno de los hombres más típicos de la llamada
generación del 80, integrada por personajes nacidos, en su mayoría, en
la década iniciada en 1840. Tal el caso de Santiago Estrada (1841) y
su hermano José Manuel (1842), Pedro Goyena (1843), Eugenio
Cambaceres (1843), Eduardo Wilde (1844) y Lucio Vicente López
(1848). Miguel Cané, el más joven del grupo, nació al comienzo de la
década siguiente, en 1851. Dos precursores fueron Lucio Victorio
Mansilla (1831) Y Nicolás Avellaneda (1836), Y se advierten las huellas
de esta generación en dos personalidades ulteriores: Martín Garcia
Mérou (1862) y Joaquín V. González (1863).
Contemporáneamente, pero menos típicos, dejaron sentada su
presencia los narradores Eduardo Gutiérrez (1851), Eduardo L.
Holmberg (1852), Manuel T. Podestá (1853), Antonio Argerich (1855),
Francisco Sicardi (1856), José Sixto Alvarez (el popular Fray Mocho)
(1858), Carlos María acantos (1860) y José María Miró (Julián Martel)
(1867); los poetas Carlos Encina (1838), Ricardo Gutiérrez (1838),
Olegario Víctor Andrade (1839), Gervasio Méndez (1848), Rafael
Obligado (1851), Jorge M. Mitre (1852), Adolfo Lamarque (1852),
168 JORGE CRUZ BAAL. LXX. 2005

Almafuerte (1854), Calixto Oyuela (1857), Alberto Navarro Viola


(1858), Adolfo Mitre (1859), Domingo D. Martinto (1859), Francisco
Soto y Calvo (1860), Joaquín Castellanos (1861) y Enrique Esteban
Rivarola (1862); los dramaturgos Nicolás Granada (1840), Martín
Coronado (1850) Martiniano Leguizamón (1858) y Gregorio de
Laferrere (1867); los historiadores Paul Groussac (1848), José María
Ramos Mejía (1849) y Adolfo Saldías (1850), el cronista Pastor S.
Obligado (1841) y el periodista Bartolomé Mitre y Vedia (1845).
Corresponde añadir a sus coetáneas Eduarda Mansilla de García (1838),
Josefina Pelliza de Sagasta (1848) y Ema de la Barra de Llanos (que
firmaba con el seudónimo de César Duayen) (1861), quienes, dada su
condición de mujeres, tenían una participación mucho menor en el
círculo intelectual.
La lista es extensa y, no obstante, incompleta, pero da cabal idea
de la categoría de las figuras de la mencionada generación, cuyo
paradigma reúne al político, el diplomático, el personaje mundano y
refinado (se contó entre los fundadores del Jockey Club de Buenos
Aires), al conversador, al orador y, naturalmente, al escritor. Miguel
Cané fue el que, con toda naturalidad, representó mejor ese paradigma.
y por representarlo mejor, padeció los estigmas que acompañaron al
modelo: la calificación, o descalificación, de fragmentario, diletante,
frívolo, galicista e indolente.

El personaje por encima del escritor


De todos modos, en vida y en esa pléyade de notables, Cané fue
uno de los más apreciados y gozó de la alta consideración de sus pares.
En sus Recuerdos Literarios, publicados en 1891, Martín García Mérou
lo recuerda con devoción. Había sido secretario suyo en sus comienzos
diplomáticos y leal amigo a lo largo de la vida de ambos, que se apagó
en 1905. García Mérou había recibido de Cané alientos y reconvenciones,
pues el autor de Juvenilia lo trataba como a un discípulo dilecto, a quien
había que orientar y preservar. Analizando la índole de su paternal
maestro, García Mérou distingue dos aspectos en Cané.

Se ve en ellos -dice- un talento ligero, juguetón, alegre, capaz de


comprenderlo todo y abarcarlo con igual facilidad, con tendencias
BAAL. LXX. 2005 POSTERIDAD DE MIGUEL CANÉ 169

artísticas decididas y un fondo de filosofía mundana, propio del que


ha vivido mucho en la sociedad y el contacto de los hombres. ( ... )
Pero hay otra faz de su intelecto -distingue- que él nos oculta por una
especie de coquetería incrédula: la faz seria, pensadora, un poco ingrata,
si se quiere, pero necesaria para penetrar en todo un orden de
especulaciones morales y políticas, en el amplio sentido de la palabra,
que son las que hoy preocupan al mundo moderno.

García Mérou sabía que a Cané le atribuían frivolidad.

Este reproche -refuta- es el que, con pena, he oído dirigir a Cané por
los que no conocen como yo al hombre íntimo, que está muy lejos de
ser un sonriente, un complacido; y que, por el contrario, penetra a
fondo en la sociedad y en la vida, medita con madurez e independencia,
se engolfa en los estudios más áridos y los domina con admirable
constancia, y cuando olvida la faz amable del hombre de mundo, se
muestra tal cual es en realidad, grave sin afectación, envuelto en una
nube de tristeza, desengañado desde temprano y tal vez con pocas
ilusiones en el porvenir.

Sin embargo, el mismo García Mérou advertía que, en su opinión,


los libros de Cané no reflejaban "la verdadera forma de su espíritu".
Por esa razón, concluía, "los críticos que lo juzgan y consideran
únicamente como hombres de letras, amenguan su personalidad". En
este testimonio se basa Belisario J. Montero (Miguel Cané. Impresiones
y recuerdos. De mi diario, 1928) para afirmar:

La importancia y representación intelectual de Miguel Cané, así como


su eficiencia en el medio político y social en que figuró, están muy
arriba de su producción literaria, por más fina y atrayente que ésta sea
en su manera sutil y encantadora. Representa un valor superior a la
manifestación fragmentaria que aparece en los varios tomos publicados;
puesto que, además de eso fue político, administrador, estadista,
catedrático, orador, y especialmente hombre de mundo.

Ernesto Quesada (1858), otro contemporáneo, lo juzga con


severidad. En 1893, en su libro Reseñas y críticas, escribe sobre En
viaje, y dice sin contemplaciones:
170 JORGE CRUZ BAAL, LXX, 2005

Es lástima que el autor de En viaje no tenga el 'fuego sagrado' del


viajero, porque habría podido llegar al máximum de intensidad en la
observación y en la descripción de sus viajes.

En otro párrafo no vacila en apiadarse de Cané en estos términos:

y es lástima grande que con tan brillantes cualidades, no sea el señor


Cané más que un diletante en las letras. Se nota que aquel autor no
siente en sí la vocación del escritor; escribe como unpis al/er,

es decir, a falta de otra cosa mejor. Y Quesada concluye su tan poco


benévolo juicio diciendo que Cané escribe de vez en cuando "como
una calaverada de gran señor", Es verdad que suaviza su dureza
atribuyendo la actitud de Cané a la presión de la política, como se ha
hecho a menudo. El autor de Juvenilia parece no haberle guardado
rencor a su critico, pues en 1901, acaso con ingenuidad que oculta
ironía, le agradece su comentario. Con referencia a un requerimiento
de Quesada en el sentido de que Cané escribiera más, el aludido
responde:

Me pide usted un libro: está concluido, firmado casi, allá en el rincón


autónomo del cráneo, que piensa en esas cosas mientras se defiende
pleitos. No quisiera que fuera amargo; por eso no lo he escrito aún.
Quiero que se acentúe en mi espíritu cierta tendencia a la tolerancia,
que he conseguido conquistar con esfuerzo sobre algunas violencias
de temperamento, y sobre la que cuento mucho. No estoy lejos del
diapasón buscado; cuando el acorde me suene en armonía con mi
deseo, me pondré al trabajo.

Los jóvenes al ataque


Pero los ataques a Cané se desencadenaron inmediatamente
después de su muerte. Los jóvenes intelectuales que se revelaron a
principios del siglo XX, obedeciendo a una reacción habitual entre
generaciones sucesivas, lo consideraban con hostilidad acaso porque
lo reconocían como el exponente más peculiar de un modo de ser y
escribir que les provocaba rechazo. En su libro Amigos y maestros de
BAAL, LXX, 2005 POSTERIDAD DE MIGUEL CANÉ 171

mi juventud, primer tomo de sus tan interesantes memorias, Manuel


Gálvez se refiere a esa actitud de fastidio. Lo dice casi medio siglo
después y francamente, según es habitual en el autor de Nacha Regules.
"El escritor en quien nosotros más nos encarnizábamos era Miguel
Cané".

Probablemente -añade más adelante-, todos nos habíamos divertido


con las graciosas aventuras de los personajes rememorados por Cané.
Pero era preciso caerle al gran escritor. Era moda, entre los muchachos,
abominar de su literatura, y lo hacíamos con la inconsciencia, la
incomprensión o la insinceridad de los veinte años. Suele creerse,
erróneamente, que la juventud es sincera: la juventud también se rige
por conveniencias, resentimientos, envidias, entusiasmos ficticios e
intereses de pequeños grupos.

Detestaban a Cané -registra Gálvez- no sólo por su afirmación de


que no veía escritores jóvenes por ninguna parte, sino también por
alguna de sus ideas políticas y por haberse sumado a quienes, alegando
defender la moral y las buenas costumbres, censuraron, en ocasión de
su estreno porteño, la ópera Iris, de Pietro Mascagni, cuya protagonista
es una ingenua bailarina japonesa, objeto del asedio de un joven rico y
caprichoso que la hace raptar y finalmente la entrega al dueño de una
casa de té. Iris, maldecida por su padre, termina por arrojarse a un
precipicio. La actitud de Cané indignó a los jóvenes.

Éramos 'hombres libres' -explica Gálvez-, y todos, el que más y el


que menos, estábamos influidos por las ideas socialistas o anarquistas,
contrarias a la moral tradicional.

Además, el prestigioso escritor y político se había negado a


colaborar en la revista Ideas, fundada en 1903 por Gálvez y Ricardo
Olivera, aduciendo que con los colaboradores que el joven director le
había mencionado ya tenía bastante. En boca del que, por afinnación
posterior del director desairado, era por unanimidad reputado como
"el primer escritor de su tiempo", la ofensa era grande. Recuerda
Gálvez los maltratos de Juan Pablo Echagüe y de Alberto Gerchunoff
y la desconsiderada reacción de este cuando murió Cané en un artículo
titulado "¡Al fin solos!".
172 JORGE CRUZ BAAL, LXX, 2005

Yo -sigue Gálvez- dije contra el maestro varias cosillas aquí y allí; y


años después, en mi primer libro en prosa, El diario de Gabriel
Quiroga, me expresé de él con una injusticia e inexactitud que no
tardé en reconocer.

En el mencionado primer tomo de sus Recuerdos de la vida literaria,


el autor hace un completo acto de contrición y reconoce los altos méritos
de Cané y la vasta influencia que había ejercido en su tiempo.

Elogios necrológicos
Con motivo de su fallecimiento, ocurrido el 5 de septiembre de
1905, Roberto J. Payró 10 despidió en La Nación con palabras de
admiración al caballero y al escritor. Payró tenía motivos para disentir
dI;: Cané por lo menos en algunos aspectos de su obra de político. Un
año antes se había decretado la Ley de Residencia, que otorgaba al
Poder Ejecutivo la facultad de expulsar del país a todo extranjero
considerado indeseable. En 1905 entró en vigor, en medio de
enardecidas polémicas. Cané había propiciado la ley y, por 10 tanto, se
había visto envuelto en las controversias. Como lo ha expresado el Dr.
Horacio Sanguinetti en un artículo publicado por La Nación el 5 de
septiembre de 2005, " ... lo que rescata a Cané de ese traspié es que
resultó el primer crítico de aquel desatino". En cuanto a Payró, hombre
de ideas socialistas, estrenó el 18 de julio de 1905 su drama Marco
Severi, que presenta el caso de un italiano que en su país, impulsado
por la' miseria, ha cometido un delito, huye a la Argentina, donde
rehace su vida, pero al descubrirse su identidad está a punto de ser
expulsado. El indulto 10 salva y un juez exclama admonitorio: "Hay
que enmendar esa ley". Sin embargo, como 10 recuerda el Dr.
Sanguinetti, esa ley siguió vigente hasta que el presidente Arturo
Frondizi la derogó, más de medio siglo después.
En la nota necrológica, Payró da rienda suelta a ponderaciones
habituales en los obituarios, y excediéndose en sustantivos y adjetivos,
dice que Cané

ha producido para la naciente literatura argentina joyas que resplandecen


con luz propia junto a las más preciadas, y flores cuyo perfunle no
podrá desvanecerse nunca.
BAAL, LXX, 2005 POSTERIDAD DE MIGUEL CANÉ 173

y añade que

con esa posteridad luminosa de los hijos de su espíritu vivirá también


su nombre, famoso ya entre los famosos de los primeros intelectuales
argentinos, los precursores y los iniciadores.

El escritor apenas fallecido

tuvo -prosigue Payró- el cetro literario, que no cayó de sus manos


hasta la hora de su muerte: días antes aún, levantaba toda una reputación
con una "arta, sancionaba a un escritor con una frase.

El autor de Pago Chico vinculaba a Cané con la ilustrada


generación romántica.

Miguel Cané, sin nada de romántico, y con su espíritu avanzado y


progresista, tenía mucho en su exterioridad y sus maneras, de aque:la
brillantísima sociedad porteña de 1830, tan culta y tan celosa de las
formas ( ... ) para quien la amable conversación sobre temas artísticos
y de actualidad era la diversión más agradable y buscada.

Payró advierte que en tiempos de Cané no existía la carrera literaria


propiamente dicha y que, por lo tanto, a pesar de que el éxito lo
acompañó desde la aparición de sus primeros escritos, la actividad del
escritor derivó hacia otros rumbos. "Miguel Cané -aventura- hubiera
podido ser un Taine, un Renan; pero sobrevino fatal, ineludiblemente,
la política".
La observación de Payró parecería equivaler a un elogio, dado el
rango de los personajes que menciona, pero, en verdad, señala una
limitación y hasta encubre un reproche. Cané hubiera podido ser un
Taine o un Renan, pero no lo fue. El malogro de esa halagado:a
posibilidad quedaría atenuado por el impedimento aducido, es deCIr,
la inexistencia de la carrera literaria como profesión en la sociedad
argentina de la época, y la necesidad, por parte del escritor, de aplicar~e
a otras actividades: en el caso de Cané, la absorbente política. Sm
embargo, el reparo sigue en pie, y la alusión a 10 que Cané ~o?r~a
haber sido no ha dejado de acompañar, como una sombra, al. JUlClO
suscitado por el autor de Juvenilia a 10 largo del siglo de su smgular
174 JORGE CRUZ BAAL. LXX. 2005

posteridad. La nombradía del escritor ha permanecido inalterable


gracias a su célebre Juvenilia, pero la critica se ha mostrado reservada,
a veces desdeñosa y en ocasiones hostil.

La prosa "ligera" de un escritor "en viaje"


Ricardo Rojas, en su Literatura argentina, publicada entre 1917 y
1922 Y reeditada en 1948 con el título de Historia de la literatura
argentina. le dedica un estudio en el capítulo titulado "Los prosistas
fragmentarios", donde afirma que Cané es "por sus calidades y
defectos", una de las personalidades más representativas de la
generación de 1880. Habla del "armonioso temperamento de escritor
ameno, cuya genuina aptitud mental fue malograda en parte por su
ambiente" y añade que

dejó al morir varios volúmenes formados por páginas elegantes pero


fragmentarias, nacidas las más en el ocio de las legaciones, y cuyos
títulos describen, por sí solos, el temperamento de su autor y la índole
de su vida literaria: Ensayos (1877); En viaje (1884); Charias literarias
(1885); Notas e impresiones (1901); Prosa ligera (1903).

El insigne historiador de nuestra literatura juega con estas


denominaciones al decir:

Tomada en su conjunto la producción de Cané podríamos decir que


está constituida por los 'ensayos', las 'notas' y las 'impresiones' de un
escritor 'en viaje' que escribe en 'prosa ligera' 'charlas literarias'. Es
el propio Cané quien me sugiere esta definición nada epigramática, y
ella nos encamina a reconocer mejor el mérito de su obra dentro del
cuadro en que su mismo autor la circunscribe, pues, a pesar de la
forma fragmentaria y de la aparente frivolidad, descúbrese la unidad
de un temperamento y la elegancia de un estilo.

Rojas le reconoce, además, aptitudes para la novela, pero como


Cané no concluyó ninguna, cargaría con otra frustración: la de haber
fracasado como novelista. Y ello por culpa asimismo de "las presiones
del rudimentario ambiente social, más propicio a otras formas de
BAAL, LXX, 2005 POSTERIDAD DE MIGUEL CANÉ 175

inteligencia". Y refIriéndose a Juvenilia, insiste en que "libro de tal


jerarquía es indicio de lo que su autor hubiera podido ser y hacer en
otro ambiente y con vocación más enérgica". Finalmente, en pro de la
homogeneidad de esta obra fragmentaria, propone reunirla en tres
tomos: uno, breve, de cuentos; otro, voluminoso, de crítica, y el último,
de viajes. En suma, del examen a que lo somete Ricardo Rojas, Cané
resultaría un escritor malogrado.

Dispersión, pereza, diletantismo


Otros críticos no ahorran reparos. Nicolás Coronado, famoso hace
años por la severidad de sus crónicas dramáticas, apunta (Introducción
de Charlas literarias, un volumen incluido en la colección La Cultura
Argentina, 1917) que Cané y los hombres de su generación

ponían un punto de vanidad en aparecer como entregados por simple


pasatiempo a las tareas literarias, para las cuales aprovechaban de
paréntesis abiertos a su disciplina habitual, que era la política,

y estima la obra de Cané "no muy abundante en frutos excelentes".


Destaca a Juvenilia por sobre el resto de la obra, que

es fragmentario y ligero, apareciendo aquí y allá alguna página


interesante por su vivacidad y colorido, sin que escaseen giros y lugares
comunes de pésimo gusto, lo que es de extrañar en quien se distinguía
por su ingénita elegancia y don de gentes.

Subraya que fueron las memorias juveniles su único libro orgánico


y que si

no dejó grandes demostraciones de su capacidad para el trabajo literario,


fue porque a él, como a otros argentinos ilustres, los azares de una
época llena de agitaciones le obligaron a dispersar su talento en la
política y en el periodismo, impidiéndole realizar la obra que
seguramente había imaginado ...

Para Aníbal Ponce (La vejez de Sarmiento, 1927) hay en C~é una
"deliciosa" indolencia, en la cual "parece traducirse la voluptuosIdad de
176 JORGE CRUZ BAAL, LXX, 2005

la pereza criolla", "No quiso ser nunca un hombre del oficio y conservó
siempre por sus libros el desdén afectuoso de quien se tolera una
debilidad. Y es que era fundamentalmente un perezoso, capaz de
soportar un largo viaje por visitar un museo ( ... ) pero sin fuerzas
suficientes para emprender una obra reflexiva, sostenida, paciente,
laboriosa". Un crítico de gran autoridad, Roberto F . Giusti (1887)
(Historia de la Literatura argentina, dirigida por Rafael Alberto Arrieta, .
Peuser, 1959), reitera las apreciaciones corrientes sobre el diletantismo
de Cané, su galicismo mental y de lenguaje, sobre su cultura literaria
más brillante que sólida, su dispersión y su falta de perseverancia.

Fue, como otros de sus contemporáneos, sobre todo, un chroniqueur,


cuando el periodismo era tratado por los escritores de talento como un
género literario que el siglo XIX ilustró en todas partes del mundo ...

En cuanto a Juvenilia, "no es un libro extraordinario, pero sí un libro


feliz". Sin embargo, hacia el final de su estudio, el distinguido crítico
parece reaccionar contra esta persistente proclividad desmerecedora cuando
afirma: "La frivolidad y el escepticismo de Cané se han vuelto lugares
comunes de la crítica superficialmente generalizadora". Un estudioso
más reciente, Adolfo Prieto, insiste en los regateos (Diccionario básico
de literatura argentina. Centro Editor de América Latina, 1968). Juzga
a Cané "incapaz de un esfuerzo verdaderamente sostenido, y proclive a
las tentaciones del diletantismo", pero, por lo menos, encarece el mérito
de otras páginas de Cané, que no son las de Juvenilia.

Más que la fácil atracción de Juvenilia, pueden interesar hoy algunas


de las páginas en las que Cané recogió impresiones de sus múltiples
viajes o en las que asentó sus juicios sobre el arte contemporáneo o
sobre la configuración de nuevas situaciones sociales.

En general, los críticos revisionistas y sociológicos de las últimas


décadas no han sido favorables a los hombres del 80. En cambio de
leerlos desde las circunstancias históricas dentro de las cuales esos
escritores se desenvolvieron, los leyeron desde sus propios prejuicios
ideológicos y políticos. Así los distorsionaron. Sin embargo, hay
excepciones destacables. En la Historia de la literatura argentina,
publicada por el Centro Editor de América Latina (1980-1986), una
BAAL, LXX, 2005 POSTERIDAD DE MIGUEL CANÉ 177

obra elaborada por varios especialistas, la profesora Susana Zanetti ha


trazado una semblanza justa y equilibrada del personaje y analizado
su obra con acierto y ecuanimidad. Señala la propensión comunicativa
y docente de Cané, que no escribe para las muchedumbres como sus
admirados Dickens y Shakespeare, pero amplía su auditorio e incluye
en él al lector culto porteño.

Hay a menudo en sus artículos el deseo de modificar el público de


Buenos Aires, de influir en sus gustos aprovechando la difusión propia
de un periódico.

Reconoce también que Cané

contribuyó a la renovación del lenguaje literario hispanoamericano


encabezada por Darío, a quien Juan Valera, el famoso escritor y
académico español reprochó los mismos defectos de afrancesamiento.

La tendencia galicana que provenía de la generación romántica


pasó a la del ochenta y luego a los modernistas.

Juvenilia, obra clásica


Condenado Cané a suscitar nostalgias de lo que en literatura no
hizo y se supone que debió hacer, conviene reaccionar contra esas
apreciaciones más bien vanas, impertinentes; y apreciarlo por lo que
realmente hizo, que fue mucho y excelente, de acuerdo con sus
posibilidades y circunstancias. Su libro más célebre es, quién lo duda,
Juvenilia, un clásico de nuestra literatura cuya notoriedad y hasta
popularidad lo ha lanzado más allá del círculo de lectores cultos o
especializados. "Juvenilia -dice Ángel Acuña en «Orígenes de la crítica
argentina». La Nación, mayo de 1945- representa y traduce. lo que
tenía de más propio y personal el talento de Cané: su capaCIdad ~e
evocación, su imaginación y memoria afectivas, la agilidad en histonar
episodios basados en estados y disposiciones de la sensibilidad:'. El
libro fue adaptado al cine y al teatro (dramatizado por Pedro E. PICO Y
Raúl Casariego, 1921) Y ha sobrepujado largamente a, todas las
memorias estudiantiles. Antonio Pagés Larraya, en un capItulo de su
178 JORGE CRUZ BAAL. LXX. 2005

Sala Groussac (1965), lo sitúa por encima de todos los relatos


argentin9s de ese tipo.

En Juvenilia superviven los sentimientos y las esperanzas que todos


ellos expresaron con menos fortuna literaria. Por eso Jllvenilia es
también su propia posteridad y parte de la íntima historia espiritual del '
país.

Florencio Escardó, en La casa nueva, "evocaciones del Colegio


Nacional de Buenos Aires" (1963), titula su prólogo de este modo:
"Envío preliminar entre rencoroso y humilde a Don Miguel Cané,
autor de Juvenilia, rendido homenaje a una obra insuperable en su
género, a pesar de las faltas que puedan subrayársele, sean los muchos
galicismos que le marcó Américo Castro, sean las disminuciones que,
según se ha oído, le propinaron algunos críticos. El mismo Castro
incita a admirar el libro -o 'librito', como él dice-, su arte 'grácil y
auténtico' ,

el talento vivaz de su preclaro autor, que tan seguro de sí y tan abierto


a toda incitación noble se nos muestra; tan rebelde a cuanto estima
indignidad o hipocresía.

En su juicio general, el eminente filólogo y crítico español no


deja de sucumbir a la rara tendencia a pensar en un Cané posible. Esta
es su curiosa reflexión:

Formado en un ambiente distinto, es probable -me figuro- que Cané


hubiese llegado a ser un hombre de ciencia, a quien no se le habría
ocurrido rememorar sus peripecias escolares.

De nuevo la caprichosa idea de que Cané podría haber hecho


más, algo mejor u otra cosa.

El ensayista
Los restantes libros del padre de Juvenilia, los más olvidados,
resultaron de su actividad periodística, en la cual el autor -como la
mayoría de nuestros escritores desde los primeros años independientes-
BAAL, LXX, 2005 POSTERIDAD DE MIGUEL CANÉ 179

s.e había iniciado desde muy joven. En Ensayos (1876), su primer


lIbro, se descubre como crítico sustancialmente subjetivo.

Los elementos y factores que conforman su inteligencia -dice Ángel


Acuña en el artículo citado- determinan ya su orientación crítica. Su
subjetivismo lo inclina, desde luego, al impresionismo, a la escuela de
France y Lemaitre, libre, espontánea, movediza y ligera, como su
espíritu.

Cané se manifiesta preocupado por la inexistencia de una literatura


nacional, debido a la falta de estímulo; teme los avances del positivismo,
lamenta la' disparidad entre la materialista generación presente y la
heroica generación de los padres, y manifiesta su devoción por
Sarmiento. En este libro deja consignada una muy citada apreciación:

Lo bueno, lo generoso se va, las ideas elevadas no encuentran ya eco


en nuestra sociedad. Sin embargo hay el deber sagrado de propend'!r
al retomo de los días serenos del reinado de lo bello. Nuestros padres
eran soldados, poetas y artistas. Nosotros somos tenderos, mercachifles
y agiotistas.

El autor era un joven de 26 años que daba a conocer, con cierta


timidez, sus tanteos literarios, sus escarceos de principiante. Tal es el
sentido de la palabra "ensayos" que titula al libro. Entre ellos incluye
"Los músicos de la montaña", uno de sus cuentos más característicos.
Años después apareció En viaje (1884), rico en páginas estupendas.
Así como su admirado Sarmiento había detallado en Viajes por Europa,
A/rica y América, las etapas de su itinerario, Cané registra su recorrido
europeo, su paso por las Antillas francesas y sus impresiones de
Venezuela y Colombia, el Mar Caribe, el río Magdalena, el salto de
Tequendama, el canal de Panamá, y más al norte, Nueva Yor~ Y el
Niágara. América, su naturaleza, los hombres de letras y la SOCIedad
se revelan al lector con toda la animación de la prosa y la particular
visión del escritor. Charlas literarias (1885) descubre el entusiasmo del
autor por Shakespeare y por Dickens; su admiración por el actor italiano
Ernesto Rossi, que en Buenos Aires ofreció algunas de sus ~amosas
interpretaciones shakespearianas; señala la obra y la pers.onalI~ad de
cuatro poetas argentinos contemporáneo suyos: GervaslO Mendez,
180 JORGE CRUZ BAAL, LXX, 2005

Olegario V, Andrade, Ricardo Gutiérrez y Carlos Encina; su veneración


por el crítico e historiador de la literatura Juan María Gutiérrez, a quien
en Prosa ligera llama "mi maestro y amigo de ilustre memoria"; su
pasión por la música y particularmente por la ópera y el drama musical
de Wagner. Cané anuncia su volumen siguiente, Notas e impresiones
(1901), como "notas de carácter artístico, político y social, tomadas en
Europa, durante los años 1896-97, bajo la impresión de los sucesos
mismos que las motivaban. La importancia de algunos de esos sucesos
me ha hecho pensar que las páginas que les fueron consagradas pueden
conservar, quizá, algún interés. Reflejan, por otra parte, en sus múltiples
aspectos, Wl momento intenso de vida europea". El melómano registra
en este libro su viaje a Bayreuth, la Meca del arte wagneriano, donde
anota no sólo las impresiones que le sugiere la Tetralogía sino las que le
suscitan la ciudad alemana, el edificio del teatro y la heterogénea
concurrencia. En todas las crónicas, Cané prodiga comentarios y
digresiones llenos de interés, inteligencia y gracia.
De 1903 data Prosa ligera, en cuya primera parte, titulada
"España", da cuenta de una visita al poeta Gaspar Núñez de Arce e
incluye un trabajo sobre "La cuestión del idioma", a propósito de un
controvertido libro de Luciano Abeille, El idioma nacional de los
argentinos. La segunda parte se titula "En la tierra", donde figuran las
narraciones "Tucumana", "En el fondo del río", "De cepa criolla", "A
las cuchillas" y "Aguafuerte". En "Recordando", la tercera parte, se
destacan la rememoración de su estreno diplomático y su evocación
de "Sarmiento en París". Póstumo apareció un tomo titulado Discursos
y conferencias, donde se leen dos disertaciones trascendentales: "El
espíritu universitario y el método científico" y "La enseñanza clásica".
El primero lo pronunció en la Facultad de Filosofia y Letras de la
Universidad de Buenos Aires, de la que fue fundador y decano, con
motivo de la transmisión del decanato. En el segundo, pronunciado en
ocasión de una colación de grados en dicha Facultad, encarece la
importancia de los estudios clásicos. La sección titulada "Perfiles"
contiene, entre otros trabajos, semblanzas de Juan Martín de
Pueyrredón, Sarmiento, el Dr. Malaver y Carlos Pellegrini, su gran
amigo, lo mismo que Lucio V. López y Aristóbulo del Valle, a quienes
les tributa su póstuma despedida.
A estos libros hay que añadir el volumen que contiene la traducción
del Enrique IV de Shakespeare, la primera en lengua española, y el
BAAL, LXX, 2005 POSTERlDAD DE MIGUEL CANÉ 181

e~dito estudio que la precede y que Cané dedicó a la memoria de


Anstóbulo del Valle. "El me lo aconsejó, en días amargos y sombríos,
para disciplinar mi espíritu inquieto y angustiado". Paul Groussac
calificó al prólogo de "magistral" y al referirse a esta monografia,
Rafael Alberto Arrieta ha dicho que, juzgada

con criterio histórico, fue una contribución inusitada a los estudios


literarios de la critica argentina, y debe recordársela con justiciera
estimación.

Otro de los proyectos eruditos de Cané fue dedicarle un minucioso


estudio al pintor Velázquez, que se contaba entre sus mayores
predilecciones. Y aunque no fue intención del autor publicarlas, hay
que destacar las cartas de Cané, dirigidas unas a sus hijos, otras a
colegas y amigos, instantáneas del hombre íntimo, interesantes también
desde el punto de vista lingüístico. Según lo caracterizó Raúl H.
Cast¡lgnino en Miguel Cané, cronista del ochenta porteño (1952),
Cané se perfiló en su obra como "prototipo del porteño" y "cronista
por antonomasia".

"Releamos a Miguel Cané"


Miguel Cané leyó y escribió constantemente a lo largo de una
vida que no fue larga; aunque, para la época, en verdad, no fue de las
más cortas: cincuenta y cuatro años. Eduardo Wilde vivió hasta los
69; pero la mayor parte de sus amigos y compañeros de generación no
alcanzaron la cincuentena. De Cané, a un siglo de su muerte, sólo nos
queda la obra literaria. El resto son memorias de contemporáneos a
los que damos fe sin poder comprobar sus aseveraciones, o juicios de
historiadores sobre temas archivados en el pasado que nos tocan sólo
indirectamente. No podemos confinnar el aserto (un tanto a~biguo)
de su discípulo y amigo García Mérou acerca de que sus hbros no
reflejan la verdadera "fonna de su espíritu", ni certificar, como afinna
Belisario J. Montero, que su importancia intelectual y su la~or política
y social están por encima de su producción literaria. Aun SI esto ~uera
cierto, no tenemos otra para vía para juzgar a Cané, que a traves de
sus libros, y a pesar de tantas opiniones restrictivas, son ellos los que
182 JORGE CRUZ BAAL, LXX, 2005

lo han situado en sitio prominente en nuestra literatura. Juvenilia fue


el libro afortunado que le aseguró la fama, como La gran aldea se la
aseguró a Lucio V. López. No escribió poemas debido a su confesada
"inhabilidad absoluta en la métrica", y, por lo tanto, no se sumó al
grupo lírico de la época, en gran medida al margen de la generación
del 80. A pesar de las demostradas condiciones de narrador, no escribió
novelas, como sus coetáneos Podestá, Argerich o Sicardi. Fue un
periodista, un articulista de alto vuelto, un ensayista que durante toda
su vida se ocupó de temas muy diversos, sobre todo de arte y literatura,
reunidos en los volúmenes recién enumerados.
En ese variado conjunto descuella En viaje, pero en todos ellos se
encuentran páginas atrayentes; reveladoras, ante todo, de la idiosincrasia
del autor, de sus simpatías y diferencias, de su humor, y elocuentes,
también, acerca de la sociedad de su tiempo, de sus hábitos, de sus
teadencias. Para el historiador de la cultura y de la política esas páginas
son factores valiosos de conocimiento. Y son, sobre todo, excelentes
páginas literarias escritas en el estilo coloquial, conversado, de las
personas cultas de entonces. De ahí ciertos descuidos, de ahí los
galicismos que se le han imputado. Como dice Juan Carlos Ghiano
(Constantes de la literatura argentina, 1953):

Fuera de los aciertos temáticos, hay en su prosa una fidelidad estilística


que resulta familiarmente nuestra. Tal acierto deriva de la soltura
sintáctica y de la originalidad designativa, dentro de una casi constante
sencillez.

El carácter misceláneo de su obra, el fragmentarismo, fue, como


señala Ricardo Sáenz Hayes en su fundamental libro sobre el autor de
Juvenilia (Miguel Cané y su tiempo, 1955) una característica de la
mayor parte de los hombres de su generación "obligados a proyectarse
en actividades muy diversas y contrarias entre sí". En cuanto al
diletantismo, no lo incomodó a Cané este comportamiento que tanto
se ajustaba a su condición de enamorado de la belleza en la pintura, la
música )' la literatura, sin ser pintor, músico ni profesional de las
letras. El mismo se consideró diletante y aplicó el término a los
miembros de su generación. La supuesta frivolidad de Cané (rebatida
por García Mérou) fue sólo una manifestación exterior del hombre de
mundo, acaso más visible pero sin duda menos genuina y honda que
BAAL, LXX, 2005 POSTERIDAD DE MIGUEL CANÉ 183

su costado serio, reflexivo, escéptico. Su galicismo fue también un


rasgo generacional, proveniente de una educación adquirida en autores
franceses que entonces constituían la avanzada cultural. En cuanto a la
indolencia, su actividad múltiple la desmiente. De todos modos, lo
que importa afirmar es que estas reservas que se le han formulado a lo
largo de su secular posteridad en nada desmerecen sus calidades
literarias. De ahí que, a pesar de los retaceos de la crítica, Cané haya
conservado un lugar único e intransferible en el conjunto de las letras
argentinas.
Manuel Mujica Lainez, que entendió como pocos a Cané y a su
generación, nos exhortó a volver al escritor:

Releamos a Miguel Cané. Ningún homenaje mejor podremos tributarle


( ... ) Pero no releamos sólo a Juveni/ia. Vayamos a sus otros libros ( ... )
Porque -yeso se olvida o se diluye en la frialdad de las enumeraciones-
Cané ha compuesto otros libros fuera de Juvenilia, libros importantes,
más importantes, en verdad, que la propia Juvenilia. (Miguel Car.é,
Colección Los Homenajes, Ministerio de Educación y Justicia, 1957).

Jorge Cruz
EL SIGLO DE UN POLÍTICO:
MIGUEL CANÉ

"Hubiera podido ser un Taine, un Renán -afirmaba Roberto J. Payró


en la nota necrológica de Miguel Cané en La Nación, el 6 de septiembre
de 1905-, pero sobrevino fatal, ineludible la política ... Es decir, la
política absorbente, la política activa que exige la dedicación total y
exclusiva de la persona. Y Cané, que no podía ser excepción so pena
de condenarse a la inercia propia y al desdén ajeno, se alistó también".

En efecto, Cané fue un escritor de raza; quizá fragmentario y


diletante, pero dotado de un estilo propio, de gracia alada e ingenio
fecundo. No era un literato profesional. Escribía cuando no tenía otra
cosa que hacer, o cuando se aburría como en Colombia, donde alumbró
lo mejor de su obra. Porque, en efecto, le "sobrevino la política".
Nadie podría, en la generación del 80, eludirla, pues todo estaba por
hacerse y todos hicieron de todo: los diputados eran poetas, los poetas
eran hombres· de acción, y cualquiera ostentaba una formidable
formación humanista porque la educación, en pleno despegue, era
rigurosa y en S'lma, no los estafaba. Y porque a nadie se le ocurría
ostentar la propia ignorancia como un trofeo. Y Miguel Cané resultó
un verdadero arquetipo de su generación.
Nacido en Montevideo, durante el exilio paterno, el 27 de enero
de 1851 (en vísperas de Caseros), sufrió la herida insanable de perder
a su ilustre padre, cuando contaba 12 años. Su familia estaba lejos de
la opulencia, pero bien articulada y relacionada socialmente, suplió
con eso la cortedad de su bolsa. El talento despierto del niño, atendido
por la educación pública y gratuita entonces en plena expansión y hoy
en retirada, hizo el resto y conformó a un hombre sagaz, refinado.' de
conocimientos vastísimos sensible a la belleza y a la justicia, con Idea
de servicio, orgulloso de' su ciudad y de su patria, pero abierto a las
incitaciones culturales del mundo.
186 HORACIO SANGUINElTI BAAL, LXX, 2005

El Colegio Nacional de Buenos Aires y la Facultad de Derecho lo


infonnaron y también templaron su espíritu, y conoció el éxito. Vivió
con desahogo aunque sin traspasar, en materia económica, un aurea
mediocritas. no obstante las posibilidades que habrá tenido para lucrar,
siendo poderoso. Y en tiempos de crisis, estuvo siempre en la brecha.
Apoyó, por ejemplo, el proyecto de Leandro N. Alem para reducir las
dietas legislativas, en un 10 ó 15 por ciento.
Talento plural, dispuesto a atender los más variados menesteres
porque sus tiempos así lo exigían, fue, simultáneamente en muchos
casos, abogado, intendente municipal, legislador, profesor, director de
correos, periodista, decano, canciller, ministro del Interior, ejecutivo
de bancos, miembro del Consejo de Educación, diplomático ostensible
o secreto... Hoy se lo recuerda, primordialmente, por la deliciosa
Juvenilia, que para el Colegio es algo así como literatura particular.
Su acción política resulta ejemplar, especialmente la brillante
actuación parlamentaria. Sin embargo, se le cuestiona por elitista y
hasta por "represor", la autoría de la ley de residencia; pero sobre
todo ... en virtud de una gran ignorancia de su conducta. Interesa pues
recapitular la tarea que cumplió como diputado provincial y nacional,
y senador por la Capital.
Inicialmente adherido al autonomismo, estuvo siempre del lado
de los "buenos". Acompañó al presidente Nicolás Avellaneda, a
Belgrano, y nunca dejó pasar lo que estimó abusos o errores, aun de
sus mejores amigos. Sus intervenciones parlamentarias, fonnalmente
muy bellas, abordan temas de una actualidad alannante y revelan, a un
siglo vista, la recurrencia de nuestros males.
Su sentido de responsabilidad era extremo. Yo mismo, al recorrer
los diarios de sesiones, esperaba pillarlo alguna vez en falta, detectar
una ausencia que me aliviase la tarea de leer por 10 menos algún acta.
Pero siempre lo encontraba allí, omnipresente, omniparlante,
discurriendo con altura, dignidad y una elocuencia sencilla, austera y
galana. Los legisladores no contaban entonces con la actual parafernalia
de asesores y secretarios. ¡Ni siquiera tenían despacho propio! Y sin
embargo, estudiaban los temas y exponían con honda convicción y
conocimiento.
BAAL, LXX, 2005 EL SIGLO DE UN POLlTIco: MIGUEL CANÉ 187

El otium divos
La actividad frenética a la cual Cané estaba habituado, cesó de
golpe cuando partió como Ministro Residente de la República, a
Venezuela y Colombia, Seguiría después por París, Viena y Madrid.
Distrayendo sus ocios, viajó por el Magdalena, por el Caribe, por
las Antillas. Vio el Tequendama. Observó y meditó sobre la humana
condición, sobre poderosos y sometidos. Recurrió a sus clásicos, sus
románticos. Pero se aburría mortalmente, había "leído todos los libros".
Por fortuna ese tedio iba a engendrar sus mayores aciertos literarios:
En viqje, un admirable relato de costumbres, paisajes, gente, pero
sobre todo Juvenilia, donde a la festiva memoria y al sabor de la
nostalgia, se suma un canto al esfuerzo intelectual y moral, del cual
proviene toda posibilidad de servir a los otros.
Su estima por la formación clásica nunca fue desmentida. Pocas
veces se nota tan irritado y sarcástico al diputado Cané, como cuando
la Comisión de Hacienda propone suprimir los cursos de griego de la
Universidad de Córdoba! y "en todos los Colegios del Interior -
incluso el Montserrat, dice el diputado Plaza-, porque los ha considerado
completamente inútiles". Cané interroga, conteniéndose, "cuáles serán
los motivos especiales que animan al Sr. Diputado por Salta para
abrigar esta antipatía tan marcada hacia el griego". Y ante la mediocre
respuesta, lo crucifica afirmando que se explica por qué su contenedor
no confesaba las razones: "Son tan pobres esas razones, que era mejor
ocultarlas", y logra que la Cámara restablezca la partida suprimida en
comisión.

La educación, ayer (y hoy)


Con tremenda energía aborda Cané los proyec~os r~lativos a
presupuesto educativo y salario docente. "Las eXIgenCIas de la
educación - clama2-, deben estar arriba de todo".

IDiario de Sesiones de Diputados, 15 de octubre de 1880, p. 428. En las citas se


respeta la ortografia de época.
'Diario de Sesiones de Senadores, 3 de julio de 1900, p. 121.
188 HORACIO SANGUINEITI BAAL, LXX, 2005

El cargo pedagógico mejor remunerado en esos felices tiempos,


era el de ~ector del Colegio Nacional de Buenos Aires. Cobraba 190
pesos, bastante más que los 125 que percibían los rectores de los otros
colegios. Digamos de paso, que un ministro de Guerra ganaba 750
pesos, seis veces más que el rector de la universidad, y 200 un coronel
auditor.
También abre fuego Cané contra la pretensión desatinada de
transferir los colegios nacionales a las provincias, tal como se haría en
la década de 1990, provincias cuya capacidad financiera y su interés
en educar resultan siempre dudosos.
Entre otros, Alem y Pellegrini están por el traspaso, invocando
razones crudamente crematísticas. Cané, que aún no ha escrito
Juvenilia, estalla:

De este debate que acaba de tener lugar, se comprende que la Cámara


tiene deseos de que el Colegio Nacional de Buenos Aires en el estado
en que se encuentra, esto es, de primer establecimiento de la América
del Sud -porque lo es- continúe prestando los excelentes servicios, lo
que es imposible si no se le dota del personal de profesores necesario,
indispensable, para que la enseñanza se lleve a cabo con total
regularidad.
Me consta que, en el último año, ha sido rechazado un número inmenso
de jóvenes que deseaban ingresar en ese colegio.

y el Colegio sigue siendo Nacional.


Las comunicaciones, achicando el desierto, eran una necesidad de
su época -y de la nuestra- que desvelaba a Cané. Ninguna historia de
nuestros ferrocarriles, el gran medio vincular que los países del primer
mundo perfeccionan y nosotros hemos destruido, podrá escribirse sin
mencionar a Cané y su constante interés y ocupación.
y como prueba de sus exigencias a los concesionarios, también
propone3 que las empresas ferroviarias creen, alrededor de cada estación,
un centro urbano que pueble el desierto. Son los que hoy estamos
despoblando.

3Senadores, 1903, p. 67.


BAAL. LXX. 2005 EL SIGLO DE UN POLÍTICO: MIGUEL CANÉ 189

y por si no bastase, otro tema de crucial actualidad: el agua, las


obras hidráulicas en una provincia sedienta, San Luis, los estudios de
un canal que conectase los ríos Salado y Dulce, la dotación a las
ciudades de Mendoza, Santa Fe y otras capitales de provincia, exaltando
las conveniencias higiénicas del agua potable y los desagües.
Por añadidura, su enérgica intención de "favorecer la rápida
construcción del Sanatorio para tuberculosos" en Santa María, Valle
de Punilla, Córdoba (1899). El dictamen de comisión tuvo aceptación
gracias a la insistencia de Cané. Y el Sanatorio de Santa María fue
uno de los más importantes del país, un centro de alivio y salud. Hoy
aún, sus extraordinarias instalaciones prestan servicio público.

Periódicos y libros. Su americanismo


Como para que nada faltase al repertorio de temas permanentes
que él aborda, en la sesión del 20 de agosto de 1903, cuestiona la
censura teatral previa. Y triunfa en el intento de eximir de impuestos a
los libros, impuestos odiosos, pues no son artículos de lujo o "artículos
lucrativos; vengan los libros de derecho, los libros que difunden la
educación,.las ideas, las luces".
Se manifiesta "franca y lealmente proteccionista" (l de qctubre
de 1877), y reclama un presupuesto equilibrado.
En materia internacional, el americanismo de Miguel Cané va
unido al servicio de los intereses del país, la solidaridad con los débiles,
la desconfianza por el imperialismo en todas sus fonnas.
En el conflicto del Pacífico, toma partido por Perú y Bolivia,
denuncia "las conculcaciones del derecho público en materia de guerra"
(30 de mayo de 1879), exige explicaciones al Canciller para que aclare
la imprecisa actitud del gobierno durante los primeros episodios. .
Su desconfianza hacia los Estados Unidos es pública y notona.
Cuando el Ejecutivo aspira a mostrar nuestros progresos agrícolas e~
la Feria de Saint-Louis, en la sesión del 24 de octubre de 1903, Cane
se encrespa:

llevar esa demostración precisamente al rival más temible que t~nem.~s,


a aquel que no olvida ni descuida medio, ya sea por su leglslaclOn
aduanera o por sus gestiones diplomáticas, para tratar de cerrarnos
190 HORAero SANGUINETTI BAAL, LXX, 2005

todos los mercados posibles; a aquel que nos ha de combatir


comitantemente, llevarle una prueba de que podemos competir con él
en ese terreno, me parece, de una candidez insuperable.

En cambio, con sobrecogedora visión de futuro, se adelanta casi


un siglo al Mercosur:

Yo comprendería la conveniencia de fundar y mantener con


perseverancia, con constancia, un museo de productos agrícolas en el
Brasil.

y en la misma ruta, pide simplificar trámites burocráticos aduaneros


con el Uruguay.
El3 de noviembre de 1903, Colombia -que él conocía bien-, fue
desmembrada y se creó la República Independiente de Panamá,
rápidamente reconocida por Estados Unidos. Cané vuelve a protestar
contra los métodos del gigante del Norte.

La ciudad bienamada
El tema municipal le apasiona. Ama con transporte a Buenos
Aires, ciudad que lo enternece y lo enorgullece.
Un admirable proyecto de Cané, aprobado el 20 de mayo de
1899, por el cual le debemos gratitud, fue la expropiación de los
terrenos "alrededor de la Manzana en que se edifica el palacio del
Congreso Nacional". Imaginemos lo que sería nuestro airoso Congreso
sin la perspectiva de la plaza, agobiado por la abigarrada profusión
edilicia que lo ahogaría. i Yeso que no logró la plaza que proponía,
sobre Combate de los Pozos!
Le irrita la concentración urbana en torno a Plaza de Mayo. Quizá
el aporte más admirable de Cané a la calidad de vida de nuestra jungla
urbana sea el subterráneo, que se iniciaría gracias a su insistencia.
y cuando en vísperas de la crisis del 80, hay disturbios, turbamultas
y cortes de calle, ad portas del Congreso, expresa su repudio a ese
atentado institucional.
Cané pulsa todos los temas. Sabe honrar a los próceres. Es el
único diputado, el 8 de octubre de 1879, que alza su voz en apoyo de
BAAL, LXX, 2005 EL SIGLO DE UN POLITICO: MIGUEL CANÉ 191

Domingo F. Sarmiento, y objeta su renuncia como Ministro del Interior.


Veinte rulos después, como senador, logra instalar en Palermo la estatua
de Sarmiento, de Auguste Rodin, magnífica obra de arte, bastante
discutida entonces.
Poco a poco, se desinteresa de las falsas lealtades de capilla. En
su última arenga, recomienda al pueblo sabiamente:

Así, poco importa que votéis, ciudadanos, por un republicano, un


roquista, un radical o un autonomista, siempre que os fijéis en el
hombre que con vuestro voto queréis llevar al congreso, en sus
antecedentes y en la garantía moral que éstos ofrecen. Llevad muchos
hombres buenos, llevad hombres puros y probados, que el caráct~r
vale cien veces más que la inteligencia y mil veces más que la habilidad.

Batalla contra la corrupción


Ideológicamente, es siempre coherente y riguroso, un político
liberal con preocupaciones sociales. Acepta las inversiones extranjeras,
pero bajo los controles del caso:

Entre nosotros, sefior Presidente, el sentimiento público, empieza a


creer que hay una especie de gobierno oculto más fuerte que el gobierno
visible y ostensible de nuestro país: el gobierno de los capitales
extranjeros organizados en Londres para la explotación de la República
Argentina, como una hacienda, como una/armo

y el 28 de septiembre de 1900, propone colonizar tierras fiscales


en parcelas razonables, y no "hacer aquellas concesiones vastas, especie
de latifundio".
También se enoja contra la inmoralidad que representan los
mediocres nombramientos diplomáticos (3 de noviembre de 1900):

¿De dónde viene que un pueblo inteligente como el nuestro no quiera


comprender los servicios que el cuerpo diplomático está llamado a
prestar a un país bien organizado? ¿Vendrá tal vez, señor Presidente,
que se apercibe de que estas personas nombradas no responden por su
conducta a esas mismas necesidades?
192 HORACIO SANGUINEITI BAAL. LXX. 2005

y cuando surge una mera sospecha de prevaricato en el Senado (9


de octub¡;e de 1900) su reacción es tremenda:

Ayer, a las 3 de la tarde, la Comisión del Interior ha tenido conocimiento


por un señor diputado, que un representante de la empresa Norton
había ofrecido a otro senador del Congreso contribuir con el dinero '
necesario para terminar obras públicas en su provincia, en caso de que
desistiera de la oposición que se anunciaba haría dicho señor senador
al proyecto en discusión.

y sin más trámite retira el dictamen favorable de la comisión.


¿y puede creerse que protesta por una sospechosa venta de armas,
que entregadas a Rosas antes de Caseros, no fueron pagadas entonces,
y se pretende cobrar un cuarto de siglo después (11 de julio de 1877),
o por el riesgo de explosiones en buques de guerra o en depósitos que
no ofrecían garantías mínimas de seguridad?4

Derechos humanos

Cané fue de los primeros, si no el primero, en denunciar un caso


internacional de violación de derechos humanos. En efecto, Lorenzo
Latorre venía usurpando militarmente el poder en el Uruguay y había
instaurado un "Gobierno Provisorio de la República", dado a múltiples
excesos.
Como diputado nacional, Miguel Cané denuncia el 6 de julio de
1877, la detención y desaparición en el puerto de Montevideo de un
ciudadano argentino, Carlos Marina. Tras ser bajado por la fuerza,
subrepticiamente, del Vapor de la Carrera, su cadáver flotará en el Río
de la Plata, dos semanas después.
El 10 de septiembre del mismo año 1877, Cané denuncia otra
detención ilegal, la de Francisco Esteves, arrancado nocturnamente de
su lecho y tratado con inaudita sevicia. El gobierno uruguayo negará
todo, pero al menos el joven diputado logra movilizar a nuestra cancillería
que entabló "las reclamaciones diplomáticas correspondientes", y
presuntamente, tales hechos no se repitieron ... hasta muchos años más
tarde.
4Ídem, p. 408.
BAAL, LXX, 2005 EL SIGLO DE UN POLíTICO: MIGUEL CANÉ 193

y si cree, como San Martín, que la presencia de un solo militar


afortunado -en este caso, supervisando un comicio- hace peligrar los
derechos del pueblo, lo justifica en la sesión del 27 de agosto de 1879,
cuando asegura:

todos sabemos que en las Repúblicas Sud Americanas no hay nada


más peligroso ni más terrible para la suerte de las libertades públicas
que el militarismo pueda imponerse, sea de una parte o sea de otra.

En materia jurídica, este abogado un tanto hedonista tiene, como


legislador, arrestos admirables: procura protección a los hijos ilegítimos,
en un tiempo en que la sociedad y el Código Civil los discriminaban
salvajemente5, se ocupa del Derecho Penal, y auspicia mayores sanciones
contra el abigeat06, hoy creciente flagelo en nuestros campos, proyecta
una ley reglamentaria del ejercicio de la abogacía, que se trata el 28 de
julio de 1903, con modernas previsiones que apuntan a la práctica
profesional correcta, ética y eficaz, incluyendo la atención gratuita C:e
los pobres. Su aporte legislativo principal es en materia laboral, derecho
entonces incipiente. Anticipándose aun a Alfredo Palacios, proyecta
amplias normas de protección a la infancia y la maternidad.
Por supuesto, una vida tan rica y expuesta como la de Cané,
siempre ofrece flancos débiles, cuando no notorios desaciertos. Hay
un tema candente en su vida parlamentaria, un ingrediente que resulta
dificil digerir: el proyecto de Ley de Residencia, la Expulsión de
Extranjeros.
En efecto, este hombre culto y generoso, siempre preocupado por
la gente, por los desamparados, los ancianos, los niños, capaz de
compartir una cena "en serio", una comida copiosa en un restaurante
de calidad con dos pequeños mendigos, este lúcido y amable intelectual,
es el autor de una de las leyes represivas cuya aplicación fue ~ás
injusta, arbitraria y riesgosa para nuestro sistema republicano. Lo mejor
que podemos decir en su descargo es que ese proyecto fue un acto de
imprudencia.

'Senado, 1899,p. lOO.


"ídem, página 881.
194 HORACIO SANGUINElTI BAAL, LXX, 2005

Nosotros no somos enemigos de las huelgas, nosotros no podemos ser


enemigos del trabajador que está laborando nuestras tierras,
fecundando nuestro suelo y en quien todas nuestras esperanzas están
fundadas -sostiene y agrega con evidente ingenuidad, que los
extranjeros honrados y valiosos para este país aluvional- serán siempre
defendidos por un poder más alto que el Poder Ejecutivo, que el Poder
Legislativo, que el Poder Judicial, ese poder será el poder social, el
poder de la opinión pública.

Tan objetada, la Ley de Residencia subsistió más de medio siglo.


Aún los gobiernos de Y rigoyen y de Perón la mantuvieron, y no fue
derogada sino en épocas de Arturo Frondizi. Aquella ley, cualquiera
fuesen las intenciones de Cané, se aplicó de un modo vergonzoso, y
en muchos casos, incluso sin aplicarse, constituyó una latente amenaza
contra extranjeros de bien.
Esta aplicación aberrante fue reconocida y denunciada por el propio
Cané, y esto lo honra y lo reivindica de su error. Su inteligencia y su
perspicacia no podían dejar de advertir el crecimiento del monstruo
que de buena fe había contribuido a crear.
En el discurso acompañando la gran campaña popular de Carlos
Pellegrini, elide marzo de 1904, precisamente para que lo sucediese
en su banca, Cané se refirió a las desigualdades económicas y abogó
porque la sociedad abordase con presteza y justicia el problema de la
miseria:

Es en vano aferrarse a las antiguas ideas de resistencia y contra la


reivindicación de derechos inviolables, apelar al gendarme, como en
la vieja historia humana. ¿Creéis acaso que esas huelgas que a cada
instante estallan entre nosotros, responden todas a maniobras de
agitadores sistemáticos o descontentos caprichosos y sin base? Pues
ése es, señores, el nudo que debemos desatar, el eje único alrededor
del que debiera girar toda la política del momento. Las huelgas, las
reivindicaciones sociales legítimas, señores, no se resuelven apelando
a la ley de residencia, que es una ley concebida y sancionada contra el
crimen y no contra el derecho; no es movilizando el ejército y
haciéndoselo odioso a aquellos cuyo sudor fecunda nuestra tierra y
crea la riqueza nacional.
BAAL, LXX, 2005 EL SIGLO DE UN POLíTICO: MIGUEL CANÉ 195

Fue su última actuación pública, el testimonio de cómo se afinnaba


en la mejor dirección republicana, y por ser su testamento cívico
cobra mayor dimensión, un aliento casi socrático y lo salva
definitivamente.
Poco después y sin que nadie pudiese preverlo, porque a sus
cincuenta y cuatro años se conservaba lozano y activo, un ataque
cardiaco como del rayo, semejante al que derribó a Amadeo Jacques,
lo apartó definitivamente el 5 de septiembre de 1905. Murió de pie,
trabajando, lleno de proyectos y labores.
Así debemos recordarlo. Muchos de los males que señaló subsisten.
Muchas de las soluciones que propuso, conservan actualidad. Y nuestra
escuela, bien puede hacer lema de la exhortación final de Juvenilia:

Yo diría al joven, que tal vez lea estas líneas paseándose en los mismos
claustros donde transcurrieron cinco años de mi vida, que los éxitos
todos de la tierra arrancan de las horas pasadas sobre los libros en los
años primeros.

Horacio Sanguinetti
LA LIRA ARGENTINA:
EL GIRO SATÍRICO Y POPULAR EN EL ESPACIO ELEGÍACO

La Lira Argentina, publicada en 18241, integra la serie de "álbumes,


ramilletes, parnasos, liras y guirnaldas", recopilaciones fundacionales de
las nacionalidades y, a la vez, de la historia literaria hispanoamericanas2•
Por sus rasgos dominantes, su volumen se presenta como un
repertorio homogéneo y monocorde, con una serie limitada de motivos
recurrentes, uniformado por la estética neoclásica y por el impulso
patriótico3 . Sin embargo, la crítica no ha dejado de advertir, por debajo
de esos predominios, una cierta variedad y amplitud ausentes en la
otra Colección de poesías patrióticas, que no vio la luz en su tiempo4 •

ILa Lira Argentina o colección de las piezas poéticas dadas a luz en Buenos
Aires durante la guerra de su Independencia, "Estudio preliminar" y notas de Pedro
Luis Barcia. Buenos Aires: Academia Argentina de Letras, 1983. Citamos por esta
edición.
2Sobre estas condiciones de La Lira ... , véase en Bibliografía: BARCIA, PEDRO
LUIS (1983); ACHUGAR, HUGO (1997) y GONZÁLEZ ECHEVARRIA, ROBERTO (2002).
3Ello ha dado pie a juicios parciales sobre la recopilación, como el de Juan
Bautista Alberdi: "La guerra presentaba diferentes fases: la poesía sólo expresaba una.
Se combatían las ideas, las instituciones, los intereses y las lanzas: se luchaba en los
Congresos, en la Prensa, en la sociedad, en los campos de batalla, y la poesía sólo
cantaba estos últimos combates; se combatían dos civilizaciones, y la poesía sólo veía
españoles y americanos; luchaban el pasado y el porvenir, la poesla sólo cantaba el
presente". (Páginas Literarias. Obras Selectas. Tomo 2. Buenos Aires: Librería de la
Facultad, 1920, p. 121).
'Hoy inédita pero el Dr. Pedro Luis Barcia está preparando su próxima
publicacíón. La compilación original responde al proyecto rivadaviano de 1822, que
no llegó a concretarse, pues -según la documentación existente- sólo se habrian
editado de ella algunos pliegos. Quizá contribuyó a su arrumbal11:ie."to ~a publicación
de La Lira ... , que en cierto modo respondla a aquel proyecto, por inICIativa privada de
Ramón Olaz.
198 ALICIA CHIBÁN BAAL, LXX, 2005

En su "Estudio preliminar" de La Lira... , Pedro Luis Barcia


reconoce .en ella tres grandes líneas clasificatorias de los poemas -la
"militante y militar", la de celebración civil y la satírica.
Es nuestro propósito abordar los textos de fray Francisco de Paula
Castañeda, que se ubican en esta última vertiente, para constatar cómo
el fervor patriótico, encauzado por los poetas neoclásicos -mayoritarios
dentro de la compilación- hacia la construcción de un origen prestigioso
y ejemplar para fundar la nueva identidad colectiva, con Castañeda
tiende hacia la fustigación, en pos de enmendar los desvíos de los
primeros pasos en la vida independiente.
El mismo editor Ramón Díaz declaró su propósito de "redimir del
olvido" las formas líricas que acompañaron y alentaron la marcha
hacia la Independencia, pero también

[aquellos rasgos poéticos] con que, en algunos períodos dificiles de


esa misma marcha, la sátira quiso embargar también los encantos y
chistes del lenguaje poético para zaherir las acciones de algunos, que
otros de nosotros mismos reputaron contradictorios con el grande objeto
de nuestra emancipación (p. 7).

Justamente, la vena satírica de Castañeda es la que nos permitirá


advertir, en La Lira... , los varios modos por los cuales se desestabiliza
el orden homogéneo y se crea un espacio en el que asoma la
discordancia y la heterogeneidad. Es lo que trataremos de comprobar
más precisamente dentro del campo acotado de la producción de
carácter elegíaco.
¿Cuál es el lugar desde donde habla Castañeda? Fundamentalmente
el del religioso pero también el del político de la pluma. Y asume esta
misió'1 con la contundencia que le da el proyectarla hacia una dimensión
trascendenteS -se parangona, por ejemplo, con Juan el Bautista en
tanto víctima del poder de Herodes, y con el San Pablo de las epístolas
más duras-o

SNéstor Auza advierte la "profunda vertiente teológica" en la que se sustenta el


pensamiento de Castañeda, aunque muchas veces quede encubierta por las chanzas y
burlas de su estilo. Cfr. AuzA, NÉSTOR. "Estudio Preliminar" de Doña María Relazos,
ed. facsimilar. Buenos Aires: Tauros: 2001, p. 22.
BAAL, LXX, 2005 LA liRA ARGENTINA: EL GIRO SATIRICO y POPULAR... 199

Su voz -diseminada en voces, como veremos- se ubica en el


escenario de la patria que siente mancillada y desviada por federales,
anarquistas, demagogos y patriotas devotos de los "filósofos impíos"
como V oltaire y Rousseau, quienes permanentemente reciben su
reprobación, y ello desde un innegable conocimiento de sus doctrinas 6 •
Esa situacionalidad le impone el camino y el medio: la corrección
de los "escándalos públicos" por vía de la sátira ("Castañeda poseía
una pluma que si a veces era tal, otras era una daga y, no pocas veces,
tenía el poder del garrote,,7) y de una sátira desbordada a la cual, sin
embargo, el franciscano percibe como caridad y justifica en el plano
más profundo de su fe:

( ... ) el Evangelio es una sátira inimitable, y Jesucristo es el satírico


por excelencia y sus sennones, sus hechos, sus parábolas, sus ejemplos,
son 10 exquisito de la sátira. Más digo: Jesucristo, agonizando en la
cruz, Dios muerto de amores, Dios depositado en un sepulcro ( ... ) es
una sátira que reprende nuestro egoísmo, y nos estimula a que, dejando
la impiedad y los deseos criminales, vivamos sobria y justamente en
este mundos.

Desde 1820 Y dentro de un contexto en el que eran corrientes las


calumnias y los ataques personales en la prensa9 , Castañeda creó y llevó

"En el decir del propio Castañeda, en el N.O 9 de Doña María Retazos, del 7 de
agosto de 1821: "Yo he leído todas las obras de Voltaire, de Juan Santiago y de otros
filósofos impíos cuya erudición es inmensa en fábulas, y en historietas, pero siempre
ha sido para mí un asombro el que tratando de todas las materias, y aun empeñándose
en ridiculizar a los frailes, y a las beatas, no obstante jamás caen en la tentación de
internarse en los misterios de la teología mística [ ... ]" (citamos por la edición facsimilar
que consignamos en la Bibliografia, p. 188).
'FURLONG, GUILLERMO, S.J. Vida y obra de Fray Francisco de Paula Castañeda.
Un testigo de la naciente patria argentina. 1810-1830. Buenos Aires: Castañeda,
1994, p. 33.
'Cihldo por FURLONG, GUILLERMO. Vida y obra". p. 66.
'Habría que tener en cuenta, además, que la importancia adquirid.a por. el
periodismo en los tiempos posindependentistas, se vincula con la nueva arllcul~clón
que se produce en las relaciones entre literatura y público lector, y con el surgimiento
de la opinión pública, "instancia que se caracteriza por su capacidad de lntervemr con
mayor o menor vigor en la vida nacional, tanto en el rumbo de los gran~~s problemas
cuanto en los asuntos de la vida cotidiana" (CORNEJO POLAR, ANTONIO. La literatura
hispanoamericana.,,", p. 13).
200 ALICIA CHIBÁN BAAL, LXX, 2005

adelante -él solo- la publicación de numerosos periódicos -muchos de


los cuales aparecían en forma simultánea- de nombres tan sorprendentes
e inauditos como los de sus ficticios colaboradores. Éstos no fueron
sino las máscaras, detrás de las cuales el propio Castañeda apenas se
disimulaba para insistir en sus expresiones -generalmente polémicas y
batalladoras- desde distintos lugares y voces,
En este sentido, conviene recordar que

tras pasar de la representación dramática a la forma literaria, la sátira


conserva muchos aspectos de sus orígenes antiguos y, sobre todo, la
heteroglosia que rompe con las convenciones de los distintos géneros
elevados (la épica, la tragedia, etc.) y mezcla con prepotencia palabras
escogidas ironizadas y expresiones plebeyas, tonos, estilemas, metros
de naturaleza variada 10.

Los periódicos que Castañeda funda como de producción femenina


-Doña María Retazos (1821-1823)11, La verdad desnuda (1822) y La
Matrona comentadora de los cuatro periodistas (1821-1822)-
competían con los masculinos El Desengañador Gauchipo/ítico (1820-
1822), el Despertador Teofilantrópico l2 (1820-1822) y el Suplemento
( 1820-1822).
Al igual que los de los periódicos, resultan también
humorísticamente llamativos los nombres de las mujeres que fmnaban
los escritos, que tanto podían sintetizar sus propósitos fustigadores
como constituir un repertorio de dichos y giros del habla popular:
Doña Deseosa de saber verdades, Doña No doy cuartel a nadie, Doña
Estén los godos quietos, Doña Maldito sea Juan Santiago (Rousseau),

'OMARCIIESE, ANGELO Y JOAQUIN FORRAD ELLAS. Diccionario de retórica, crítica y


terminología literaria. 6." edición. Barcelona: Ariel, 1998, p. 361.
"En cada número, este título se completaba así: "de varios alltores trasladados
literalmente para instrucción y desengaño de los filósofos incrédulos que al descuido
y con cuidado nos han enfederado en el año veinte del siglo diez y nueve de nuestra
era cristiana. En La Lira argentina se incluye la "Tercera comedia de Doña María
Retazos", aparecida en el N.· 8 de este periódico, del21 de julio de 1821.
I2SU título completo era: Despertador Teofilantrópico Misticopolítico dedicado
a las matrol7as argentinas y por medio de ellas a todas las personas de su sexo que
pueblan hoy lafaz de la tierra y la poblarán en la succesión (sic) de los siglos.
BAAL, LXX, 2005 LA LIRA ARGENTINA: EL GIRO SATÍRICO Y POPULAR... 201

Doña A veces nos falta la paciencia. Doña Con el tiempo ha de ser


peor, Doña Mala tos siento al viejo, Doña Cuán Fácil es sorprender la
Buena Fe de las señoras, etc,
Las composiciones de Castañeda que integran el corpus de La
Lira... fueron extraídas de sus periódicos y, por consiguiente,
recontextualizadas dentro del espacio dominado, como decíamos, por
los poetas neoclásicos. Refiriéndose a éstos, Leonor Arias Saravia
advierte una "impostación" de la voz,

particular modalización del discurso poético, [que] de consuno con la


temática común, dan lugar, previsiblemente, a una producción poética
de carácter uniforme, en la que los matices y hallazgos originales no
cuentan demasiado 13 •

Nosotros podríamos agregar, a partir de 10 que venimos


exponiendo, que con Castañeda se pasa de aquella "impostación" de
una voz única, a la "impostura", a la ficción de una variedad de VOCéS
que intentan desplegar una heterogeneidad en los sujetos del decir.
Son intentos no cumplidos cabalmente ni sostenidos, es cierto, pero al
menos operan una fractura y más de un desvío en la uniformidad del
discurso hegemónico de La Lira ...
Así dialogan, aunque ficticiamente, la voz femenina y la masculina;
lo "popular" contrasta con lo "culto" y a ello se suma el trasladar al
interior del parnaso argentino, las "guerras de opinión" propias del
ámbito periodístico y reveladoras de discordancias y enfrentamientos
de las voces/ideologías en la vida política: Castañeda comparte el
espacio de La Lira... con Bartolomé Hidalgo, a quien había atacado
en sus periódicos por sus adhesiones federales y artiguistas, y con
Juan Cruz Vare la, el poeta "oficial" con el cual se enfrenta -en una
batalla de convicciones y de versos- a raíz de la Reforma Eclesiástica
promovida por Rivadavia y duramente repudiada por el franciscano.
Más aun: la misma voz autoral que, según veremos, la mayoría de
las veces se impone por sobre las ficciones de las voces múltiples, no

"ARIAS SARAVIA, LEONOR. "La impronta conflictiva en los escrit~res .de la


Independencia". En ROYO, AMELlA Y ELENA ALTUNA, comps. Literafllra e Imagmarw
político. De la colonia a nuestros días. Córdoba: Alción, 2005. En prensa.
202 ALICIA CHIBÁN BAAL, LXX, 2005

proviene de un sujeto monolíticamente constituido; antes bien, éste


exhibe su "omplejidad y aun sus contradicciones, que bien pueden dar
cuenta de los conflictos y las heterogeneidades de la vida social. En
este sentido, son muchas las contradicciones que obran en Castañeda:
por ejemplo, se enrola en la defensa de la Revolución de Mayo pero
se opone virulentamente a sus mentores "ilustrados" franceses. Y
también llega a convivir con sus fervores revolucionarios, un marcado
hispanismo, que lo llevó a reiterar que "somos españoles"'4.
Habiendo dado cuenta de algunos de los modos por los que
Castañeda introduce su impronta modificadora en el territorio de La
Lira... , nos interesa profundizar estas comprobaciones atendiendo a
las incidencias de lo satírico y lo popular en un espacio circunscripto
dentro de la recopilación poética: el más general de la lírica referida a
la muerte y, en una segunda instancia, el del cauce de la elegía en la
poesía patriótica.
La composición LXXV de La Lira ... -"Oda"- reproduce la que
en El Despertador ... se titula "Breve resumen de lo que se ha de
hacer, y no se ha hecho, dirigido al Sr. Ministro de Estado. Oda".
Una primera discordancia se da entre esta pieza que se entrega
como oda, y su apertura paródica de la situación comunicativa y de
los gestos propios de la poesía popular:

Oye, Livorio, escucha los trinados,


que en mi guitarra, bien o mal formados,
acompañan mi acento
para dar a entender mi pensamiento (p. 331).

Pero nos interesa sobre todo comprobar cómo la fustigación y las


amonestaciones al funcionario -manifestaciones de la sátira como ironía

14Es verdad que esta postura otras veces se atempera y propicia una mirada más
atenta a las luces y sombras de la historia. Unas décimas "Al manifiesto del Señor
Don Fernando VII", publicadas en el Despertador... y recopiladas en La Lira ... bajo
el seudónimo "La Gaucha de Chascomús", concluyen así: "Un blasón esclarecido / os
confiesa la razón, / y es la Santa religión / que nos dieron tan sublime, / más, a
tmeque de esta ¿dime / no usurparon mi nación?" (p. 318).
BAAL. LXX. 2005 LA LIRA ARGENTINA: EL GIRO SATÍRICO Y POPULAR... 203

"con víctima"15- después de desplegarse en estrofas desiguales, rematan


el poema por la inversión del canon elegíaco clásico: al lamento,
su~lanta . ~a imp~ecación y el deseo de la muerte; al panegírico, la
cahficaclOn derugrante; y, obviamente, quedan abolidos el registro
serio y la religación afectiva como disposición pasional básica:

Muérete pues, amigo,


muérete que cantando te lo digo;
y yo en tu sepultura
sobre piedra morena, fría y dura
grabando el epitafio,
lograré hacer que seas el adagio
de los sepultureros
que en la losa leerán estos letreros:

"Aquí yace un pardito,


el más cultipetizo, el más bonito
de nuestros gobernantes:
¡ojalá hubieras muerto mucho antes!" (p. 333)

Un desvío aún más contundente se halla en las pagmas del


Desengañador Gauchipolítico ... Se trata de un "responso burlesco"
dirigido a José Miguel Carrera, uno de sus tantos opositores políticos,
y que esgrime una retórica similar a la de dos composiciones incluidas
en La Lira ... , cimentadas en el juego fónico y rítmico que Bernardo
Canal Feijóo (1969: 166) asoció al posterior sistema poético del
"negrismo" centroamericano l6 :

'5Dice Castañeda: "[ ... ] se ha hecho público ya el que yo soy un hombre sin
caridad que en vez de hablar en general contra los vicios. como hacen todos los
predicadores de este mundo, yo al contrario, no sólo ataco a los individuos con todos
sus pelos y señales, sino que también los nombro, ofendiendo a sus familias. sus
amigos, y al pueblo todo, a quien tengo en continuo sobresalto, porque si hoy pego
con unos, mañana pegaré con otros" (citado por FURLONG, GUILLERMO. Vida y obra ....
p.63).
'·Dentro de La Lira ... "El teruleque" (p. 347) y "El anchopiteco" (p. 352)
responden a ese estilo que llevó a Canal Feijóo a decir: "¿Cómo no pensar, ante esos
insólitos intentos líricos, quizás paródicos, del padre Castañeda, aventurados hace un
siglo y medio, en los "sones" afro-caribes encumbrados a tan netas alturas de la
204 ALICIA CHIBÁN BAAL, LXX, 2005

Carrera de mis pecados, Chilo-Chilote, Ratón-Kirie-lé, Kirie: leisón


Tú !los robas los ganados, sin justicia y sin razón, Kirie-lé, Kirie:
leisón [ ... ]17.

Al pasar a la poesía de cuño patriótico dominante en La Lira ... , se


comprende que una de sus líneas fundamentales -junto con la celebratoria-
sea la de la elegía dedicada a los próceres de la Independencia.
Todas las acciones --escriturarias o ceremoniales- encaminadas a
dotar de un relato, de una épica a la comunidad emergente, debían
prestigiar sus orígenes, y en ellos no podían faltar las figuras heroicas
ni sus sacrificios y sus muertes.
En otra oportunidad estudiamosl 8 la frondosa "corona fúnebre
tejida por la muerte de Belgrano"19 en La Lira ... , e integrada por
composiciones de Esteban de Luca, Juan Cruz Varela y Juan
Clisóstomo Lafinur, además de sonetos anónimos. Y demostramos
cómo en ellos operan, conjuntamente, dos paradigmas que concurren
al proceso heroizante, reforzándose mutuamente: el reclamado por la
lírica neoclásica y el del canon elegíaco, a cuyas secuencias y tópicos
responden con fidelidad.
Ahora bien, para ponderar las coincidencias y diferenciaciones de
este corpus con el de los poemas elegíacos dedicados por Castañeda al
mismo prócer, interesa tener en cuenta que, en el escenario habitado
por los "hombres de Mayo", el fraile privilegia a Belgrano como

literatura escrita por Nicolás Guillén entre otros poetas centroamericanos de nuestros
días? Por donde cabría proclamar al incoercible fraile en rango de anticipadísimo
precursor en un género que no estaría llamado a ningún porvenir en la historia de las
letras de su patria ( ... ) y alcanzarla en otras tierras tan alta jerarquía, en relación sin
duda con el proceso de ascenso del negro a elevados niveles del tumo histórico en un
nuevo siglo". (CANAL FEIJÓO, BERNARDO. La leyenda anónima argentina. Buenos Aires:
Paidós, 1969, p. 166).
Por otra parte, resulta de importancia la observación del mismo crítico con
respecto a la exclusión de las voces marginales en el registro literario culto. Nuevamente
Castaiíeda implantaría su voz personal y disidente dentro de La Lira ... , pues allí
"sería inútil pretender auscultar el acento indio, siquiera como es posible auscultar el
acento negro en los innominados paródicos 'sones' del padre Castañeda." (CANAL
FEIJÓO, BERNARDO. La leyenda anónima ... , pp. 166-167).
17Citado por FURLONG, GUILLERMO. Vida y obra ... , p. 70.
liNos referimos a nuestro trabajo consignado en la Bibliografia.
IOBARCIA, PEDRO LUIS, "Estudio preliminar...", p. LXVII.
BAAL, LXX, 2005 LA URA ARGENTINA: EL GIRO SATÍRICO Y POPULAR... 205

intelectual, batallador y, sobre todo, como hombre piadoso, y en esto


opuesto a Castelli, Monteagudo, Rivadavia y Moreno.
Por otra parte, la lectura de aquellas composiciones de Castañeda
conduce a la historia del proceso de consolidación de la imagen heroica
de Belgrano, hasta su ingreso definitivo al panteón patrio. Su muerte
acontece el 20 de junio de 1820 y --comenta Furlong- ni La Gaceta ni
El Argos (periódicos afines al sector rivadaviano) informan el suceso.
Es Castafieda quien da la noticia en el Despertador Teojilantrópico ... ,
lo que posiblemente haya sido el motivo de que se celebraran los
funerales los días 27 y 28 de junio en la iglesia de Santo Domingo.
Ellos no complacen, sin embargo, al franciscano, que denuncia su
dimensión no acorde con la estatura del héroe.
La Lira... incluye una carta en verso de la "Gaucha de Morón"
(LXXVI), fechada en julio de 1820 y dirigida al Señor Teofilantrópic020 ,
en la que lamenta

[ ... ] el triste funeral, pobre y sombrío,


que'se hizo en una iglesia junto al río
en esta capital al ciudadano
Brigadier general Manuel Belgrano (p. 335).

A lo largo de esta pieza -que tiene el mérito de ser la única elegía


escrita en la inmediatez de la muerte del prócer- se pueden reconocer
secuencias y tópicos propios del canon elegíaco clásico, como la
"laudatio" o el panegírico que recompone "la imagen en vida" del
difunto y genera todo un sistema encomiástico. En efecto, los versos
repasan los "heroicos hechos y servicios, / nobles virtudes, grandes
sacrificios" (p. 335) que jalonan su biografia hasta su enfermedad y
muerte.
La "Contestación" del Teofilantrópico a este poema21 incluye a su
vez, motivos propios de la "consolatio", cuando se tiende

200bviamente ambos seudónimos desdoblan la voz del propio Castañeda. En la


C?lección de poe;ías patrióticas, esta pieza aparece con el título "En honor de
Belgrano". . . . o 17 12 de
2 1Aparecida en El Despertador Teofilantroplco ... , Buenos AIres, N. ,
agosto de 1820.
206 ALICIA CHIBÁN BAAL, LXX, 2005

esperanzadamente hacia el futuro, aunque la originalidad e "impureza"


de la elegía de Castañeda imprimen a esos motivos una torsión
novedosa, El consuelo no proviene de la tópica esperada -apoteosis o
bienaventuranza del difunto, o bien reencuentro con él en el mundo
futur0 22-, pues se fundamenta en que, cumplida la utopía de la patria
pacificada, podrán por fin gestarse los pasos de una "elegía heroica en
acción": se hará consciente la ausencia de Belgrano, se le erigirá un
monumento y, año tras año, se renovarán la celebración y su memoria.

Mas día llegará, y es mi consuelo,


que gozándose paz en nuestro suelo,
la patria, su gobierno y su excelencia
demostrarán con hechos que la ausencia
del general Belgrano es tan sensible
como el volver a verle es imposible.
y en su honor y memoria un monumento
suntuoso elevarán por complemento
que publique a la faz de la nación
del amor de la patria el galardón.

y una vez en cada año, con canciones


de tan heroica vida, las acciones
recordará enlutado el Sud-indiano,
al pie del monumento de Belgrano (p. 339)23.

Hasta aquí, es indudable la coincidencia de ambos textos de


Castañeda con el resto de las elegías belgranianas de La Lira ... , pero
resulta que, en ellos, la herencia de la tradición "culta" se entrecruza
con formas, léxico y actitudes propios del sistema poético popular,

22Cfr. ZONANA, VfcrOR GUSTAVO. Orfeos argentinos. Lirica del '40. Mendoza:
EDIUNC, 2001, p. 71.
23De más está decir que este designio, impulsado vehementemente por Castañeda,
se cumplió con los pasos dados a partir del primer aniversario de la muerte del prócer
hasta su entronización definitiva en el panteón patriótico argentino. Hemos dado
cuenta de este proceso en nuestro trabajo consignado en la Bibliografia.
BAAL, LXX, 200S LA LIRA ARGENTINA: EL GIRO SATIRlCO y POPULAR... 207

como el decir volcado sobre sí mismo, ~obre el acto lingüístico que se


está realizand0 24 :

quiero en verso escribir sobre un suceso (p. 334); Las causas de


olvidarnos de Belgrano / son muy justificadas en lo humano, / y a
referirlas voy, según lo veo (p. 338).

Esa modalidad cercana a lo popular proviene, sobre todo, de la


situación dialogal que entablan los dos poemas -la del intercambio
epistolar entre la "gaucha" y el periodista, En este punto resulta evidente
que esos enunciadores se expresan en registros no del todo divergentes
entre sí, lo cual nos lleva a considerar los modos de asunción de lo
"popular" por parte de nuestro autor. Esta categoría aparece en sus
textos, indiscutiblemente, en un sentido lato, como diferenciada de la
literatura culta producida en su momento y atenida a los cánones de la
estética neoclásica. Castañeda, escritor de una elevada formación, se
aviene en gran medida al estilo llano y directo del nivel coloquial.
Interesa recordar que en 1829, desde el Despertador
Teofilantrópico, .. , recriminaba a los otros periodistas por la no inclusión
en sus gacetillas de las poesías populares compuestas sobre el 25 de
Mayo, lo que le dio ocasión para el elogio de éstas, alejadas de todo
"artificio y pompa", y opuestas a aquellas composiciones "llenas de
mitología, para ponderamos oscuramente lo que se ponderaría mejor
con sólo explicarse claro" (p, 174). Hay, pues, admiración en el poeta
por el estro popular, lo cual no implica que en las composiciones que
reclamaban la imitación de ese estilo, lo cumpliera cabalmente. Baste
el ejemplo que trae el mencionado periódico, a continuación de las
palabras que hemos citado: ofrece un "romance", incorporado en La
Lira... (LXIX)2S que representa el espacio enunciativo propio del sistema
popular, y no faltan en él las apelaciones al auditorio ni la referencia a
gestos típicos de dicho sistema, como templar la guitarra o hermanar
bebida' y canto. Sin embargo, este registro se desestabiliza por la

24Para un desarrollo de esta modalidad del discurso poético popular, véase DOMA,
RAÚL. Entre la voz y la letra. Puebla-México: Plaza y Valdés, 1997.
2sCastaileda se presenta como recopilador de esta pieza, pero, tras de ella, hoy la
crítica no duda en reconocer su pluma.
208 ALICIA CHIBÁN BAAL, LXX, 2005

presentación "heterodoxa" del poema como "Romance endecasílabo",


en lo cual ~stribaría la decisión de cantar "en verso nunca oído,,26; y a
ello se suma el aunar giros populares con cultismos y aun con
expresiones latinas:

Junto a un ombú morrudo y sauce tierno


de mi guitarra templo el instrumento,
y aunque me apura el frío del hibierno
con agua sacra ordeno ya mi acento [ ... ) (p. 304)
[oo.] dimos el encontrón, y en un laus Deo
la marina cayó, y Montevideo [oo.) (p. 307)27

Baste este ejemplo, entre los muchos que podríamos dar, del
registro transgresor y no homogéneo de la lírica de Castañeda. Ahora
bien, retomando a nuestras elegías, decíamos que interesa atender a la
falta de correspondencia estricta entre quien enuncia y su modo de
hablar.
" [oo.] es dentro del espacio de la voz donde se produce ia irrupción
del sujeto", dice Raúl Dorra y advierte en la poesía imitadora del
estilo popular, cómo se construye la "imagen de una voz" que está
asociada "con un tono mental, con un carácter, un modo de ser y de

26SU título completo es "Romance Endecasilabo. Cantado en el Pago del Pilar,


por un mozo aseado, que punteaba perfectamente la guitarra. tenía buena voz y se
producla con suma gracia" (LXIX). Críticos como Canal Feijóo, Oiga Femández
Latour y Pedro Luis Barcia no han dejado de llamar la atención acerca de este rasgo
transgresor del poema. habida cuenta de que el metro correspondiente al romance es.
tradicionalmente, el octosílabo. Para Canal Feijóo, Castafieda afirma, con este gesto.
"la vocación popular de su intento". Y en el mismo sentido, su expresión "Yo canto
en melodías a lo vivo". implicaría su brotar "del sentimiento y la experiencia. con el
lenguaje de la convivencia real, en franca contestación a ese virtual 'Yo canto en
melodías a lo muerto' que venia a configurar la engolada poética de los poetas
urbanos, con su retórica de falsillas y sus resecas alegorlas de Museo" (CANAL FEIJÓO.
BERNARDO. La leyenda anónima .... p. 159).
27Canal Feijóo entiende que esta hibridez de los versos de Castafieda atenúa la
contradicción "entre el pathos patriótíco -indudable-- y el lenguaje. huecamente
académico, tan manifiesta en la poética culta" (CANAL FEIJÓO, BERNARDO. La leyenda
anónima ... , p. 160).
BAAL, LXX, 2005 LA liRA ARGENTINA: EL GIRO SATIRlCO y POPULAR... 209

estar situado en el mundo,,28; de allí que se obtenga un "efecto de


presencia" del sujeto hablanté9 • .
Estas consideraciones nos permiten advertir, por ejemplo, que la
voz del primer poema no construye una presencia "gaucha" y que la
oposición femenino/masculino se sustenta escasamente en el diálogo
poemático, por algunas circunstancias tradicionalmente atribuidas a la
cotidianeidad de la mujer, en el primer caso, y por los requiebros y
cortesías del varón, en el segundo:

A vos, Despertador, cuyos papeles


me gustan mucho más que los pasteles
morrudos, que me vende ña Dolores
cuando por oír la misa voy a Flores [oo.] (p. 334)

Señora de Morón, si mis escritos


a Usía le parecen tan bonitos,
más bonita es para mí en Usía
ésa su generosidad y bizarría [oo.] (p. 338)

Sin embargo, como sucede con tantos hablantes ficticios de


Castañeda, según lo referimos, esas voces son absorbidas por
enunciaciones en última instancia monologantes. Éstas provienen de la
voz autoral decidida y poderosa, que interfiere el espacio de los dos
poemas en diálogo, para encaminar los variados registros poéticos hacia
el señalamiento de circunstancias puntuales de la vida pública y aun
hacia el ataque político. Bajo una u otra máscara asoma la omnipresente
intención de Castañeda, que no pierde la oportunidad de infamar ~ sus
enemigos públicos ("que de una vez se ausente, o muera / con su Lopez
y Alvear, el ñor Carrera, / verdugo por renombre y apellid0 30 , / Y
verdugo también porque lo ha sido.", p. 338).

Z8DoRRA, RAÚL. "El libro y el rancho. Lecturas del Martín Fierro". En


SCINARTZMAN, JULIO, dir. Historia crítica de la literatura argentina. La lucha de los
lenguajes. Vol. 2. Buenos Aires: Emecé, 2003, p. 254.
29Remitimos a los esclarecedores aportes de este crítico, que consignamos en la
Bibliografía, acerca de las representaciones de la voz en la retórica gauchesc::. .
lOEI nombre completo de este controvertido actor político de la IndependenCIa,
nacido en Chile, en 1786, era José Miguel Carrera Verdugo.
210 ALICIA CHIBÁN BAAL, LXX, 2005

Las diversas líneas se aúnan, pues, en motivaciones idénticamente


patrióticas: el afán por la entronización del héroe independentista y la
sátira política, sentida como una corrección construt:tiva del presente.
Por último, y sin salir de nuestro campo de análisis, pero sí del
corpus de La Lira ... , no podemos dejar de aludir siquiera brevemente,
al poema que hemos consultado en el Despertador Teofilantrópico ... 3\,
"Prosiguen las poesías rústico patrióticas. Un gaucho llora la pérdida
irreparable del general Belgrano". Contra lo que cabria esperar, la
elegía destierra toda modalidad "rústica" o "gauchesca":

¡No es la patria insensible á los quebrantos!


¡Yo advierto su semblante doloroso!
¡Yo la veo desecha toda en llantos!

Lloran unos á ese hombre generoso,


Intrépido campeón americano
Que en la tumba ha logrado su reposo;
Lloran por que triunfando del hispano
Murió para vivir en nuestra historia
Como un gran Adalid; como un Belgrano [ ... ]

Queda claro que la formalización elegíaca y el registro


predominantemente culto desmienten el anuncio del título y confmnan
el carácter irregular y heterogéneo reiterado en las composiciones de
Castañeda, que bien pueden, por ello mismo, dar cuenta de las
complejidades y espesores del dificultoso tiempo inaugural de nuestra
biografia colectiva.
Alicia Chibán

Bibliografia citada
ACHUGAR, RUGO. «Parnasos fundacionales: letra, nación y Estado en el
siglo XIX». En Revista Iberoamericana. Siglo XIX: Fundación
y fronteras de la ciudadanía. Vol. LXIII, N.O 178/179 (enero-
junio 1997), pp. 13-31.

JIDespertador Teofilantrópico ... , Buenos Aires, N.· lO, 25 de junio de 1829.


BAAL, LXX, 2005 LA LIRA ARGENTINA: EL GIRO SATÍRICO Y POPULAR... 211

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Argentina o colección de las piezas poéticas dadas a luz en
Buenos Aires durante la guerra de su Independencia. Buenos
Aires: Academia Argentina de Letras, 1983.
CASTAÑEDA, FRANCISCO DE PAULA. Despertador Teofilantrópico
Misticopolítico dedicado a las matronas argentinas y por medio
de ellas a todas las personas de su sexo que pueblan hoy la faz
de la tierra y la poblarán en la succesión (sic) de los siglos, N.O
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212 ALICIA CHIBÁN BAAL, LXX, 2005

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COMUNICACIONES

JULIO VERNE y LA ARGENTINA·

No es extraño que Julio Veme, que situó sus más de ochenta


novelas en prácticamente todas las regiones del mundo, así como en el
aire y en las profundidades de la tierra y del mar, hiciera transcurrir
algunos de sus "Viajes extraordinarios" en nuestro país.
Una de sus primeras novelas, Los hijos del Capitán Grant, escrita
en 1867, poco después del éxito de su inicial Cinco semanas en globo,
narra la búsqueda del Capitán Grant -perdido años atrás- que
emprenden el escocés Lord Glanevan, el simpático francés Paganel, el
flemático mayor Mac Nabbs, los hijos del capitán y varios marineros
que desembarcan en el puerto chileno de Talcahuano, cruzan la
cordillera de los Andes y realizan la travesía de la pampa argentina.
Los personajes viven diversas peripecias y en el trayecto se les une
Thalcave, un aborigen que oficiará de guía. La descripción de la llanura
se ajusta bastante a la realidad, aunque el novelista incurre en
exageraciones como cuando, durante una inundación, hace refugiarse
y pasar varios días a todos los expedicionarios en la copa de un árbol
denominado ombú. El ombú se caracteriza por la anchura de su fronda,
pero no es para tanto. O cuando los hace vadear el impetuoso río
Vivoratá. Todos los que hemos ido a Piar del Plata pasamos, poco
antes de llegar a la ciudad, junto a ese escuálido arroyito que, como
Quevedo dijo del Manzanares, es apenas "un aprendiz de río".
En otra de sus novelas, los protagonistas llegan a las islas Malvinas,
las Georgias y las Sandwich del Sur. Se trata de La esfinge de los
hielos, de 1897, donde Veme relata un viaje a la Antártida en busca de

·Comunicación leída en la sesión N.O 1208." del 14 de abril de 2005, al evocarse


el centenario de la muerte de Julio Veme.
214 ANTONIO REQUENI
BAAL. LXX. 2005

una montaña con propiedades magnéticas. El narrador recuerda que el


nombre d:.e las Malvinas, ya entonces ocupadas por los ingleses, a
quienes califica de "usurpadores", proviene de los marinos de Saint-
Maló (por eso "Malouinas") que llegaron con Bougainville. Esta novela
tiene la particularidad de ser, según el confesado propósito del autor,
la continuación de Aventuras de Arthur Gordon Pym, de Edgard Allan
Poe, escritor que admiraba.
La tercera novela con escenario en nuestro país fue su última
creación, pues se publicó en 1905, el año de su muerte. El faro del fin
del mundo se desarrolla en la Isla de los Estados, en el Canal de
Beagle, zona que hasta no hace mucho fue prenda de un litigio con
Chile. Verne se inspiró en el faro de San Juan del Salvamento, instalado
en 1884 y declarado monumento histórico en 1976. César Fernández
Moreno, en su libro Julio Verne y América, apenas menciona la novela
y dice, erróneamente, que se desarrolla en Tierra del Fuego. El hecho
de hallarse el faro en la zona más austral del planeta inspiró a Verne la
novela, para cuya redacción se procuró previamente un copioso material
informativo. Su descripción, como la que hizo José S. Álvarez, Fray
Mocho, en los relatos de En el mar austral, sin haber estado nunca
allí, posee también bastante semejanza con el escenario verdadero.
Julio Verne cuenta la historia de unos bandidos que se apoderan
del faro y hacen falsas señales a los barcos para provocar su naufragio
y proceder al saqueo. Si bien el autor francés se equivocó al suponer
que esas latitudes "no despertarán las miras codiciosas de Chile por
considerarlas rocas enormes, casi inhabitables", apoyó tácitamente la
posición argentina al afirmar que si un faro había sido instalado por
los argentinos en el Atlántico, era necesario que los chilenos instalaran
otro en el Pacífico para las embarcaciones que buscaban el estrecho de
Lemaire, luego de cruzar el Cabo de Hornos, con lo cual se anticipaba
a la tesis de "la Argentina en el Atlántico y Chile en el Pacífico".
Podrian señalarse otras interesantes observaciones del novelista
bretón, como cuando critica las campañas de pesca indíscriminada
que aún hoy ponen en peligro uno de los más ricos recursos naturales
de nuestro país. Existen constancias de que Verne leyó mucho sobre
esa áspera geografia; inclusive se carteó con un argentino, el tucumano
Joaquín de Zavalía, antes de ponerse a escribir la novela.
BAAL, LXX, 2005 JULIO VERNE y LA ARGENTINA 215

La circunstancia de que Julio Verne situara entre nosotros algunos


frutos de su prodigiosa imaginación es un motivo de orgullo, en este
año del centenario de su muerte, para los muchos lectores argentinos
--como quien ahora les habla- cuya lectura constituyó en la infancia
un deslumbramiento y una inefable fuente de felicidad.

Antonio Requeni
UN CORPUS DE LECTURA'
CIEN DE LAS MEJORES OBRAS MAESTRAS UNIVERSALES
Sugeridas para 3.° de EGB y Polimodal

A usted. colega, que construye desde el aula,


cada día, un espacio esperanzado de país.

1. Fauna y tipología de estáticos y simuladores


La situación general de la educación en nuestro país, en los niveles
de EGB y Polimodal, no es grave. Es gravísima. Lo repetimos con
tristeza pero sin desánimo. La toma de conciencia es el primer paso
para la recuperación. Principio quieren las cosas y la radiografia es la
llamada de atención para la restauración de la salud. A eso vamos.
Frente a esta realidad indiscutible se han dado diferentes reacciones.
Ensayo con ellas una suerte de tipología de las actitudes inoperantes.
Identificarlas es preciso para que usted sepa quién no va hacer nada
por nosotros y por los chicos, y no confundimos pensando que los
tenemos de compañeros en la labor de rescate de los valores educativos.
l. Los apocalípticos, que condenan con iracundia todo y denuncian
una satanización general. Proponen hacer tábula rasa con todo y
comenzar de nuevo. Por ejemplo, anular la Ley Federal de Educación.
Esta especie me recuerda el consejo del médico catalán, que nos
cuenta Juan Bemet, a la madre que le lleva su hijo con muchas
deficiencias: "Señora, haga otro nuevo".

'Versión transcripta de la primera exposición oral, de las tres ofrecidas, dictada


el jueves 10, en el marco del 42. o Curso de Rectores, del CONSUDEC, del 8 al 1I de
febrero de 2005. Publicada en: Buenos Aires, CONSUDEC, 2005, Colección Tercer
Milenio, 36,14 pp.
218 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

2. Los elegíacos, que se lamentan por lo que hemos perdido,


tienen ojos en la nuca y "manejan mirando el espejo retrovisor", como
dice Mc Luhan. Lloran por la leche derramada y los bienes perdidos.
El llanto sostenido sobre la desgracia concluye en un placerse en la
jeremiada, sin salir del quietismo.
Habría que recordarles aquella frase del teatro de Lorca, cuando
la vecina le dice a la mujer dolida y llorosa sin salida: "Mujer, ten
caridad de ti".
Estas dos actitudes -reiteradas en congresos y jornadas- son
estáticas, no generan el menor cambio. Sí dan cierta tranquilidad al
vociferante y al lloroso respecto de que han cumplido con su deber en
esta cuestión.
Podríamos denunciarlas como ingenuas si no fuera que resultan
perniciosas. Está probado, por la verificación más elemental, que ni el
insulto condenante ni el llanto lastimero cambian la realidad. A lo
sumo, como dije, son catárticos para el que los ejerce. Pero la realidad
es una señora que no se inmuta por quien no trata con ella y la mira de
lejos y solo la define. Únicamente se modifica cuando una mano
operativa actúa sobre ella a la luz de un proyecto bien definido. En
esta hora vacía de proyectos viables, urge rescatar lo que llamamos
"la cultura del proyecto'" .
Los dos primeros tipos de esta galería responden por igual a la
actitud de no moverse para no comprometerse. No hacen nada. Y si
dan un paso de acción se arrepienten, como cifra la conclusión cómoda
y lamentable del rabino del poema "El Golem", de Borges: "Y la
inacción dejé, que es la cordura".
A las dos categorías anteriores, les sumamos otras más.
3. Los gatopardistas. Recordemos la obra de Lampedusa, o la
película con Burt Lancaster, don Fabricio, y su sobrino, Alain Delon.
En medio de revueltas y cambios de sistema, el tío calma al muchacho:
"Cambiemos algunas pocas cosas para que todo siga igual". Es la
cultura de la simulación del cambio, del parche.
Se hace como que se hace. Los argentinos son expertos en
variantes: decir y no hacer, hacer otra cosa de la que se dice, hacer lo
que no se dice, etc.

'BARCIA, PEDRO LUIs. "La cultura del proyecto". En La Nación, Buenos Aires,
sábado 29 de marzo de 2003, Suplemento Utopía, p. I\.
BAAL, LXX, 2005 UN CORPUS DE LECTURA... 219

El gatopardismo tiene dos razones que lo generan:


3.1. El oportunismo político, que se vale del arte de la simulación
de cambios en el campo educativo. Pero nada es medular, sino
maquillaje; ni siquiera chapa, solo pintura. El hacer olas con cambios
se paga con rédito político.
3.2. La carencia de proyecto disimulada en improvisaciones, con
el venerado "repentismo" porteño, que manotea medidas de cualquier
estante.
El dilema es de hierro (y es aplicable a todo nivel directiv:o):
usted sabe lo que hay que hacer pero no lo hace, y, por tanto, traiciona
su función al no ejercer la autoridad que asumió; o, usted no sabe qué
debe hacer. Lo que debe hacer es renunciar. Porque si un ciego guía a
otro ciego, los dos dan en el pozo, dice la Escritura. Y si el ciego guía
instituciones, los efectos son catastróficos. El recurso manido es apelar
a asesores. Un legislador del siglo XIX (Sarmiento, Avellaneda, Mitre)
tenían un secretario pero ningún asesor, porque sabían qué debían
hacer. Hoy los responsables se rodean de asesores para ver sin alguro
acierta en el clavo. Es la misma situación del médico inexperto que
pide todos los análisis por si alguno viene con algún informe que lo
oriente hacia dónde debe actuar.
4. Los falsos generalistas. Los verdaderos generalistas, reclamados
por Edgar Morin, escasean como tréboles de cuatro hojas. Se sabe,
son personas fundamentales en la cultura contemporánea por su
percepción de totalidades y su mirada abarcadora e integradora. Los
que sí abundan son los nefelibatas, "habitantes de las nubes", diría
Aristófanes, que confunden la perspectiva sobre 10 adveniente con la
vaguedad indefmida y la visión de conjunto con la enunciación gaseosa.
Los falsos generalistas en el campo de la educación se mueven como
los diplomáticos, poniendo ya un paño frío, ya un paño caliente, sin
que sepamos, finalmente, por qué baraja se juegan. Es dificil disentir
de ellos porque sus enunciados son latos e imprecisos, inasibles e
inapelables. Son parientes de los adeptos a la New Age, donde todo se
asocia con todo y no hay límites entre las realidades.
A esta laya de gente parece que se refería Thomas Carl,Yle, ~n ~u
novela Sartor Resartus, cuyo protagonista tiene un título umve.rsltano
de "Doctor de cosas en general". Parece egresado argentmo. El
generalista es instrusivo y opinólogo. El intrusionismo es un mal
endémico: el que tiene boca y articula frases opina sobre el mar y sus
220 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

orillas en educación. No se meten con la física cuántica ni con


antropología, pero sí con lo educativo. Tienen lo que en nuestro país
se llama "una idea general".
No proponen ninguna medida concreta, ninguna delimitación de
cuestiones. Y practican la argumentación, frente a cualquier propuesta
de cambio definido, de que ella es muy puntual, muy particular, que lo
que hay que cambiar son las estructuras. Eso significa postergar la
acción hasta la Parusía, pero por la tarde.
Son esterilizantes para cualquier iniciativa. Sus postulados, como
los argumentos filosóficos del obispo Berkeley, no admiten la menor
réplica ni producen la menor convicción.
5. Los confusionistas. Son los que hablan caliginosamente, con
abundante jerga críptica, que se alza como muro de humo ante Juan
Pueblo o Juan Maestro. Parte de la reforma educativa se expresaba en
este nivel. Tanto que animé a dos profesoras a componer un léxico
donde se allanaran todos los vocablos jergales de lingüística, retórica,
gramática, etc., para uso de maestros, que se editó y prologué: Las
palabras de la lengua. Vocabulario de las ciencias del lenguaje para
niveles medio y superior, de Grillo, María del Carmen y Patricia Nigro.
(Buenos Aires, Magisterio Río de la Plata, 2001). Fue una forma de
asistencia docente a los docentes apampados frente a la catarata de
nomenclatura no explicitada. Aconsejo a los educadores, maestros y
profesores, que no se desanimen frente a los textos abstrusos y casi
ininteligibles. Muchos no los entienden, pero ¡guay! de decirlo, a ver
si queda uno como opa frente a los demás. No se sume al cabeceo
afirmativo de los que no entienden pero simulan. En este campo sugiero
adoptar el lema de Torcuato di Tella, que hallé en un libro suyo poco
conocido, Diccionario del político exquisito (Buenos Aires, Emecé,
1998, p. 8): "Si no lo entiendo al tercer intento de lectura, el idiota es
él, no yo". Porque está claro que quien escribe sobre educación y para
educadores tiene su primer compromiso con la claridad, que no solo
es "la cortesía del filósofo", como decía Ortega, sino "la exigencia
indeclinable del docente".

2. Planteo previo a la propuesta


Trazada la galería de la fauna de los que no hacen nada y de los
que simulan hacer algo, para que se los reconozca con rapidez, a
BAAL, LXX, 200S UN CORPUS DE LECTURA... 221

primera vista, Y no nos hagan perder tiempo, vamos a las propuestas


concretas. Serán tres, una por cada charla. La de esta exposición se
referirá a la necesidad de disponer de un corpus de lecturas
fundamentales de entre las que pueda elegir para perfeccionar la lectura
comprensiva, supuestamente consolidada en el segundo ciclo de EGB,
despertar el gusto por la lectura, generar el hábito lectural y contribuir
a su cultura.
Se sabe, por informes oficiales, que asciende a más del 60% el
número de los egresados del Polimodal que no ejercitan la lectura
comprensiva con efeciividad2 •
Las consecuencias sociales, laborales y para la continuación de
estudios en los niveles superior y universitario son lastimosas y cruentas
para los egresados con esta seria carencia limitativa. En lo laboral, ya
se sabe, una vez que el muchacho o la chica que aspiran a un empleo
reciben un formulario con instrucciones para su llenado, todo se les
hace problemático y harto dificil; lo entregan incompleto o mal
conformado y pierden la oportunidad de trabajo. ¿Quién es eí
responsable? Nadie, aparentemente, porque el ministro de turno está
en su cargo desde solo hace un par de años o es más reciente, y la
incapacidad lectural de los egresados data de seis o más años, cuando
él no estaba en funciones. Y los que anteayer y ayer estuvieron no
asocian el fracaso del muchacho a la falta de evaluación instalada
durante una década en la que se sucedieron tres o cuatro ministros
diferentes. El planteo se sigue practicando con aplicación. Me recuerda
a la tribu de los yahoo, de la que habla Borges en "El informe de
Brodie", que no asociaban el acto del coito de la pareja humana con el
nacimiento de la criatura, nueve meses después. No establecían ninguna
relación de causa-efecto, ni tendían puente relacional alguno entre
cópula e hijo. En consecuencia, no había sentido de paternidad y, con
ello, no había sentido de responsabilidad, en ninguna de dos ~e las
acepciones de este vocablo: buscar respuestas a las cuestIOnes
(responso, en latín), que es lo que hace a un hombre responsable,

2Polimodal es una palabra centáurica, por decirlo prestigiosamente, o. mi~tonga,


por decirlo a lo popular: mitad griega, "poli", y mitad latina, "modal". SI fu~os
pitagóricos, y entendiéramos que en el nombre de la cria~ está su ser ~ destinO,
todo se explica. Es algo no integrado, a medias toro y a medias hombre, híbndo.
222 PEDRO LUIS BARCIA BAAL. LXX. 2005

aunque no alcance las respuestas; y, en segundo lugar, la asunción de


las consecuencias que generan nuestros actos.
Recuérdese el caso del magnate e industrial norteamericano
Iaccoca, cuando apoyaba las campañas a favor de la lectura
comprensiva. Los congéneres se burlaban de él al atribuirle
preocupaciones humanísticas. "Nada de eso, decía el ejecutivo, si un
obrero no lee correctamente no puede entender el manual de
instrucciones para el manejo de la máquina a su cargo y la estropea o
no hace bien el trabajo". Eran muy concretas razones pragmáticas las
del acaudalado varón de empresa.
En la base de todo el problema está la deficiente enseñanza de la
lectoescritura. El planteo lo hemos hecho, en todas sus proyecciones,
a la Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires,
cuando con bien recibida apertura de criterio consultó a la Academia
Nlcional de Educación sobre su Plan 2004-20073 •
Estamos en presencia de una situación grave:
a) En la mayoría de las escuelas y de los colegios, sobre todo en los
oficiales, no hay corpus propuesto, selecto y definido de lecturas
valiosas, dispuestas graduadamente para el crecimiento espiritual
y cultural del alumno.
b) En la mayoría de los casos, se ha excluido el libro y se manejan
con esos muñones textuales que se llaman fotocopias,
descontextuados de la obra de origen.
c) Se trabaja con textos sin valor literario ni densidad semántica, ni
trascendencia humana general. Es escasísimo el tiempo destinado
a la lectura para diluirlo con obritas insignificantes, versitos ñoños,
o textos de chicle: esos que remedan el movimiento masticatorio
pero no dejan ninguna nutrición; en los que se hace como si se
leyera, pero sin ningún provecho.
d) Con el tiempo se fue distendiendo la exigencia de lectura de
ciertos textos fundamentales (Facundo, El Matadero, etc.), a partir
de la falacia del respeto a la responsabilidad y a la libertad del
alumno y con el argumento de que lo obligatorio es autoritario.

'Con fecha 8 de julio de 2004, entregamos a la ANE nuestras opiniones sobre la


propuesta bonaerense, que, junto con las de otros académicos, fue elevada a la Dirección
General.
BAAL, LXX, 2005 UN CORPUS DE LECTURA... 223

La responsabilidad no es un valor congénito en el muchacho,


debe cultivárselo y motivarlo para que lo encame en su conducta
cotidiana. Yeso se logra a partir de exigencias y verificaciones
constantes de consignas y cumplimiento de ellas.
En cuanto a asimilar lo obligatorio a lo autoritario, segunda falacia
repetida, debería repensarse que la cultura del facilismo es la
responsable de casi todos lo males en nuestro país. Cualquiera
sabe que la cuesta abajo es más fácil que el ascenso, pero el
tobogán no educa, sino que la cuerda con nudos para subir es la
que fortalece el cuerpo.
Los que predican los dos principios anteriores no han estado frente
a alumnos en un aula. Son teóricos de gabinete, de escritorio.
Basta que uno procure componer una clase con la participación
activa de los alumnos, después de haberles indicado la lectura de
un texto con la debida anticipación e insistencia, para toparse con
la cruda realidad de que solo un 5% lo ha leído. Y la clase, al
pozo.
Estos teóricos son de la especie que alzan tronos a los principios
y luego andan pidiendo cadalso para las conclusiones.
e) Aprendí en la "colimba" (corre, limpia, barre) que orden impartida
y no verificada es inexistente. Lectura indicada y no evaluada es
un gesto inútil como timbre de panteón.

3. Necesidad de un corpus selecto de lecturas


a) El tiempo dedicado a la lectura en la programación oficial es
ridículamente estrecho. Es efecto de una desaprensión pedagógica
(no meta aquí la cola la teoría de la conspiración que sostiene que
hay una intención en sacar a nuestros muchachos y chicas pavotes
y manipulables) o una torpeza de oso ciego. De cualquier manera,
los efectos son arrasadores.
b) El ñúmero de alumnos por clase suele ser muy alto para ~~e
pueda hacerse un seguimiento efectivo y una atenclOn
personalizada del rendimiento y proceso lectural de cada uno.
c) Luego, urge elegir, con mucho rigor, qué textos se darán como ?e
lectura obligatoria, y cuáles de lec~ ampliatori~ o complementana,
etc., pues no podemos darnos el lUJO de perder tIempo.
224 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

d) Los textos elegidos deben nutrir con médula de león a los


muchachos y chicas, y no ser maquillaje y mero entretenimiento.
Como instruía Rabelais para el acceso a su propio texto: "La
educación consiste en roer el hueso duro para sorber el tuétano
nutricio". Textos con médula, no con aire. En uno de los libros
que propongo, se visita el país de los aerófagos: los que se
alimentan de aire. Pobre gente. ¡Pobre gente, no!, como si
habláramos de otro mundo. En qué otra cosa se convierte a nuestros
alumnos al darles lecturas insustanciales, tratándolos como si
fueran idotas. Porque no nos engañemos, hay dos extremos en la
estimación del alumno por parte de algunos docentes y autoridades
educativas: o se lo ve como un enano o como un bobo.
e) Los objetivos concertados de una buena selección de textos
cumplirá varios objetivos:
1. Despertar y consolidar la conciencia de la necesidad del
dominio de la lengua como el mejor medio de comunicación
inventado por el hombre y atención vigilante a su cuidado
2. La voluntad de acrecentamiento incesante en la destreza, en el
manejo del sistema lingüístico.
3. El desarrollo gradual de la imaginación.
4. La formación del gusto estético.
5. La inteligencia de comprensión de varios sentidos en un texto.
6. La satisfacción del goce sostenido por la lectura.
7. El desarrollo de la flexibilidad comprensiva y la tolerancia.
8. El valor del diálogo, para la convivencia social y la vida
democrática.
9. La formación de una conciencia moral.
10. El sentido de la tradición humana y de las innovaciones de las
generaciones.
11. La formación de una actitud integradora respecto de lo
nacional, lo hispanoamericano y lo universal.
12. Facilitar el sentido de pertenencia y la identidad cultural
nacional.
y tantos valores más, que se apoyan en la lectura y hallan en ella
el principal alimento y estímulo·.

'v. mi tercera exposición sobre "Los valores de la lectura", en este 42. 0 Curso
de Rectores, del CONSUDEC, el viernes II de 2005.
BAAL, LXX, 2005 UN CORPUS DE LECTURA... 225

4. Propuesta de un corpus de lecturas para 3. 0 de EGB y Polimodal


Se trata de una propuesta revolucionaria y respetuosa.
Revolucionaria ("re-volución", es girar en tomo a un eje) porque nace
de dar vueltas en tomo de sí e ir viendo qué ocurre en el dintorno,
considerar cuál es la situación del contexto en que estamos parados. Y
"respetuosa", porque a esa realidad circunstante la hemos observado
con detenimiento ("re-spectum", mirar dos veces).
Desde la Reforma Educativa no se nos propuso ningún corpus
básico de lecturas literarias que orientara a los docentes para la elección
de textos por incluir en la programación. Cuando consultamos
oficialmente, el primer año de la reforma, sobre esta situación, desde
el Ministerio nacional se nos contestó que se daba una libertad electiva
a los maestros y profesores. Noble enunciado, si no disfrazara una
falacia. Para poder elegir con acierto y eficacia probada los textos
literarios y culturales convenientes para la docencia, hay que tener
competencia y autoridad en el terreno. En todo recurrimos a expertos
(para arreglar la plomería, el televisor, sacarse una muela) pero para
esta tarea, y para casi todas las educativas, se parte del supuesto falso
de que no es necesaria una especial preparación: todos estamos bien
capacitados y dotados para ello. Esto recuerda el enunciado surrealista
de Breton: "Tout le monde Presiden!". ¿Qué formación real les hemos
dado a los maestros de la EGB para proceder a esta selección, a los
profesores del Poli modal? Poca, o ninguna. Ellos hubieran preferido,
sin lugar a dudas, cierta orientación en el difícil arte de la elección.
Pero no, se los liberó en la pampa. Y el efecto no podía ser otro:
quedaron apampados ("empampados", decían los argentinos del siglo
XIX). Porque lo que dice Güiraldes de la pampa es aplicable a muchos
terrenos de la vida intelectual, cuando uno se enfrenta con una vastedad
ilímite de ofertas para elegir de entre ellas: "La pampa es un callejón
sin salidas para el flojo", y para el neófito, agreguemos; pues .no se
trata solo de coraje, entusiasmo o buena voluntad. Entonces se dIO una
infeliz consecuencia: los docentes se vieron movidos a componer su
"antojología", con la mejor de las voluntades, pero no siempre con el
mejor de los efectos, librados como estaban a sí mismos.
Es curiosa esta propuesta de "libertad" de elección,cua~do las
autoridades educativas en otros terrenos nos tratan como mños de
pecho, a los que hay que indicar, taxativamente, qué pasos dar, de qué
226 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

longitud, etc" y operan, como Platón en la mal llamada República,


controlando hasta qué canciones de cuna deben entonar las nodrizas.
Son dificlles de evitar las tentaciones platónicas, en esta acepción, en
materia educativa. Recuérdese cómo, después de estimular a la libertad,
nos acotaron, con absoluta inflexibilidad, hora a hora, el desarrollo de
cada contenido, temas y subtemas, a través de las desgraciadas y
nocivas resoluciones de aplicación de la ley. En otro espacio ocurría
lo contrario, el lema en el terreno de la selección de lecturas, acordes
con una formación integral seria y programada, era "haga usted lo que
se le antoje", en ámbito familiar diría "lo que se le cante". Y en esto
de cantar, vuelvo a lo mismo, hay gente que tiene oído, que ha educado
la voz, que ha ensayado y practicado muchas vigilias, y, en la otra
vereda, está parada gente con oído cero o por completo desafinado.
Es imprescindible que para la formación cultural integral del
al'lrnno (desarrollo de la imaginación, enriquecimiento de la lengua,
apreciación de sentidos, desarrollo creciente de aptitudes y estrategias
comprensivas, educación estética, etc.) por un lado, y para la
consolidación de la identidad cultural argentina y la apertura a lo
humano general por el otro (ejemplo de Adán Buenosayres), sea
imprescindible la constitución de un corpus de lecturas.
El vocablo "corpus" es polisémico. Aquí lo uso como designación
de un conjunto selecto de obras literarias y de pensamiento, de varios
autores, de diferentes lenguas y de tiempos diversos, organizados en
una propuesta conjuntas.

El corpus de lecturas, que incluyo en apéndice, es una propuesta


concreta basada en: a) una larga experiencia docente, ejercida en todos
los niveles de la educación, desde el primario al posgrado, a lo largo
de cuarenta años; b) una aplicación y ejercitación concreta en varios
colegios comunes y especiales, a lo largo de un cuarto de siglo; c) una

SNo uso el vocablo "canon" aunque puede hacérselo sinónimo de "corpus", en


una de sus acepciones. El grecismo "canon" se ha hecho centro de encontradas
disputas y ha generado una vasta bibliografia teórica y aplicada sobre él. Por estar en
el ojo de la tormenta, conviene dejarlo de lado, particularmente, por el carácter de
dogmático con que algunos lo han usado, retomando uno de sus usos originarios en la
tradición escriturlstica hebrea y luego cristiana.
BAAL, LXX, 2005 UN CORPUS DE LECTURA... 227

frecuentación dialogada con grandes maestros argentinos y extranjeros


sobre este tema; d) una frecuentación reflexiva de vasta bibliografía;
e) la compulsa de diversas experiencias aplicadas en nuestro país y en
otros, en el terreno de selección de corpus.
No se trata, pues, de una improvisación. He meditado mucho
sobre las razones de inclusión o exclusión de cada uno de los libros
que consideré. He llamado a la lista, para bautizar a la criatura: Cien
de las mejores obras maestras universales. Digo "Cien de las
mejores", y no, como abusivamente dicen algunos antólogos, caso de
Menéndez Pelayo: "Las cien mejores poesías de la lengua española".
Mi enunciado es una manera clara y prudente de evitar hacer del
corpus una tabla de la ley, intangible. Otro colega podrá proponer
otro corpus con diferencias selectivas. Lo que sí es seguro es que
coincidiremos en más del 50% del contenido, porque la mitad de los
libros propuestos son obras inevitables, felizmente inevitables.
Hay que salir al paso de un argumento muy reiterado en nuestros
días, en todos los terrenos, manejado, especialmente, por aquellos que
no han propuesto nada y saben que no podrán hacerlo, por
desconocimiento del vasto campo en el que hay que elegir. Me lo
enunciaba un periodista hace unos días: "Usted propone su lista ¿pero
por qué va a aceptarse esta lista generada por una sola persona, en
lugar de buscar el consenso de medio centenar o más de personas?
Deberíamos convocar a una discusión sobre esta cuestión a un número
grande de docentes, en un debate abierto".
Primera cuestión: este corpus se pro-pone, se lo pone por delante,
como en oferta, a los docentes. Usted lo toma o lo deja, o toma de él
lo que le parezca. Nadie obliga. Me ha llevado tiempo, que es lo que
más me cuesta donar, el elaborarlo y lo he hecho con voluntad de
servicio, de asistencia a mis prójimos colegas docentes que: o son
inexpertos porque recién comienzan, o han sido extraviados por tantas
contramarchas de propuestas, o no tienen tiempo sufíciente para pensar
y repensar -como a uno se le da a esta altura de la vida, con cierto
espaci~, porque la tarea del aula, y las del aula proyectadas en casa,
no le dejan resquicio sino para dormir algo. Ahora bien, si un número
de docentes lo adopta es por dos razones: a) porque advierte la seria
~arencia de un corpus, se da cuenta de su necesidad imperi?~a y no
tiene propuestas reales de ninguna naturaleza. La dese~peraclOn lle~a
a agarrase del clavo ardiente. 0, b) por todo lo antenor y, ademas,
228 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

porque reconoce en uno a persona autorizada para aconsejar o sugerir


en este terreno, lo que es un valor agregado. Del viejo, el consejo; así
de simple:
Segunda cuestión: el enfermo está en terapia intensiva (que es el
caso de la ausencia de corpus en 3.° de EGB y Polimodal), y la
propuesta de esa índole de gente con "iniciativa" es la de llamar a
todos los médicos de la comarca para consulta compartida. O lo matan
los trescientos galenos que lo examinan, con tanto manoseo, sondeo y
auscultación, o se muere en tanto espera que "se decida,
consensuadamente, acerca de los procedimientos convenientes para la
terapéutica apropiada que no sea contradicha por los distintos sectores
de la opinión médica", Son formas de no decidir nada. En este terreno,
más vale pocos y entendidos que muchos "opinólogos". Se sabe que si
todos los niños nacen con un pan debajo del brazo, los argentinos
nacemos con una cuchara para meterla en todos los platos, Tráiganme
Cinco personas que se hayan ocupado de pensar en este problema los
últimos cinco años, pero no gente que en su vida se planteó la cuestión
y se la convoca para que "empiece a pensar". Estamos luCidos con esa
convocatoria de opinantes que concurren en blanco, vírgenes mentales
respecto del problema6•
Esta gente es apta para las mesas redondas de cierta televisión
que nos muestra en cámara, como algunos convocados empiezan el
gesto del pensamiento, al menos, con esfuerzos de parto complejo. Es
la teoría romántica del pueblo delirando en la plaza para generar el
cantar de gesta. Es irreal. En esto cuentan los antecedentes. Pero, ya
se sabe, según el monótono pero cierto monorrimo:

6Recuerdo cuando José María Castiñeira de Dios tuvo la excelente idea de


editar, desde la Secretaría de Cultura de la Nación, la "Colección Identidad Nacional",
de ciento un títulos, compuesta por autores argentinos, me convocó para colaborar en
su preparación. En tres tandas, envié por fax los listados hasta llegar a cien. De esas
listas, se adoptó el 90%. El conjunto de autoridades convocadas a reunión llevó un
título o un par de títulos al cónclave. Esa es una realidad que veo repetida de continuo.
Esto hace que uno se tenga fe, como se dice, y que no está caminando fuera de la
huella, ni improvisando propuestas. Y lo reafirma en los intentos.
También, oportunamente, ordené los cien títulos de la Biblioteca de la Cultura
Argentina, que diseñé y dirigí para el sello Nuevo Siglo y que se vendieron como pan
caliente, en los quioscos, hasta el número diez, en que se paró todo porque se fundió
la empresa. Esto es currículo específico sobre nuestro tema.
BAAL, LXX, 2005 UN CORPUS DE LECTURA... 229

En lengua y educación
todos juegan opinión,
sin mediar la reflexión:
con pura improvisación.

Tercera: es muy saludable que otros propongan su corpus meditado.


Una profecía fácil, se va a verificar lo dicho: más de la mitad de
coincidencias con el listado propuesto.
Cuarta: el mecanismo kafkiano de postergación infinita de
soluciones (se dice que si Kafka hubiera nacido entre nosotros hubiera
sido un autor costumbrista) es uno de los hábitos argentinos.
Podría haber ensayado, y no es mala idea, algo parecido a lo que
hizo César Femández Moreno cuando seleccionó cien poemas de su
padre, Baldomero: propuso 99 y dejó la n.O 100 en blanco para que
lector situara allí su preferida, no incluida en el conjunto por el antólogo.

5. Criterios para la selección del corpus


Veamos, sintéticamente, los criterios en que se apoya mi selección.
1) Cubre un espectro de tres mil años de vida histórica del hombre,
desde la Biblia a García Márquez.
2) Integra obras de muy diversas culturas, compuestas en lenguas
muertas y vivas: llíada, Odas, de Horacio; La divina comedia, el
Quijote, Fausto, etc.
3) Asocia, en convivencia, cosmovisiones diversas, y aun encontradas
entre sí: Antígona, de Sófocles, y Todo verdor perecerá, de
Eduardo Mallea; Esperando a Godot, de Beckett, y Crimen y
castigo, de Dostoievsky; El príncipe, de Maquiavelo, y Utopía,
de Tomás Moro, etc.
4) Incluye las más grandes obras de la literatura universal y del
pensamiento y algunas de las mayores de la literatura
hispánoamericana y argentina.
5) Propone situaciones de complementación, al allegar obras
confrontadas, como Facundo y El gaucho Martín Fierro; o autores
de pensamiento no asimilable, como Martínez Estrada y Borges;
Utopía y Un mundo feliz. .
6) Aconseja la lectura de clásicos antiguos, clásicos de Am.énca,
clásicos contemporáneos y argentinos, para poder aprecIar la
230 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

pennanencia de los grandes temas que cuestiona al hombre y los


divers9s enfoques y reelaboraciones que épocas y creadores les
han dado,
7) Estos cien libros son clásicos por varias razones: porque son aptos
para la "clase", porque sus contenidos nos cuestionan, aunque
tengan una edad de dos mil años (Ortega y Gasset), porque
muestran pennanente actualidad y lozanía (Ezra Pound).
8) El centenar comprende obras de distintos géneros clásicos: épica,
narrativa -cuento y novela-, teatro -comedia y tragedia-, lírica,
ensayo, historia, etc.; y de géneros erróneamente llamados
"menores", como la ficción científica, el relato policial, etc.
9) Es un listado balanceado en proporciones, en cuanto a lo antiguo
y lo moderno, lo escrito en otras lenguas y en español, etc.
10) Se trata de obras enteras, de libros completos, no de selección de
cantos, capítulos o partes. No hay ninguna versión reducida o
abreviada, con jibarismo textual: obra de reducidores de cabezas
"civilizados", o cultivadores de las secciones de Reader's Digest:
"Los clásicos para ser leídos en una hora",
11) He elegido las traducciones más consagradas de cada obra no
escrita en español. En un solo caso sugiero una versión actualizada
respecto de la lengua (Cantar de Mio Cid).
Estimo que, a lo largo de los seis años del lapso comprendido
entre el 3.° de EGB y el Polimodal, se podrían leer unos 48 libros: 5-
6-7 y 10-10-10, respectivamente. De modo que de entre cien libros
propuestos, los docentes pueden elegir la mitad, y dejar la otra mitad
como corpus ampliatorio, para sugerir su lectura a los alumnos que se
interesen por explorar el campo espontáneamente.
La propuesta de estas "Cien de las mejores obras maestras
universales" se ofrece para que los docentes espiguen de entre ellas
las que les resulten adecuadas a edades e intereses de los alumnos,
para la integración de contenidos programáticos, en razón de
detenninados objetivos, etc, Disponer de este conjunto sugerido pennite
varias fonnas de combinatoria, a lo largo de los seis años finales del
proceso educativo obligatorio. Pero queda claro, por supuesto, que la
caja de herramientas no hace el trabajo sola. Esta Biblioteca de las
Cien Obras alcanzará su verdadera significación trascendente solo en
manos del docente que sepa valerse de ellas mediante la elección
BAAL, LXX, 2005 UN CORPUS DE LECTURA... 231

apropiada y adecuada y la práctica del 'Comentario de textos, como vía


efectiva para incorporar al alumno en una participación activa en la
compresión y en el análisis de cada texto, A la propuesta de rescate del
comentario de textos y su ejercicio en el aula, destiné otra exposición'.
Como dice, con variantes, el Cantar de Mio Cid:

Estas son las nuevas en tomo a esta cuestión.


En este lugar se acaba esta razón.
Deo gracias.

Posdata

En una exposición pública, en noviembre de 2004, hablé sobre la


necesidad de disponer de un corpus de lecturas y mencioné la nómina
de las Cien de las Mejores Obras Maestras Universales. El Ministro
de Educación de la Nación, presente, retuvo la referencia y, concluido
el acto, me pidió que le hiciera llegar el corpus. Así lo hice y, a poco,
me solicitó que el Pleno de la Academia Argentina de Letras lo
considerara. El Pleno le dio su aceptación, y algunos académicos
aportaron nuevos títulos opcionales, que se agregaron al listado. Y, así
conformado, con el plácet del Pleno, volvió a manos del Ministro. Los
textos incorporados a los cien originales fueron los siguientes:
l. Aristófanes. Lisístrata. Trad. De la Coec. Dirigida por Carlos
Gusal, Ed. Gredos.
2. Bach, Richard. Jllan Salvador Gaviota. Traducción de Carol y
Frederick Howell, Editorial Pomaire.
3. Cané, Miguel. Jllvenilia.
4. Casona, Alejandro. Los árboles mlleren de pie.
5. Cervantes, Miguel de. Novelas ejemplares. Esp.: "La gitanilla" y
"El coloquio de los perros".
6. Emerson, Ralph. Hombres representativos. Traducción de Jorge
Luis Borges, Ed. Jackson.
7. Pérez Galdós, Benito. Trafalgar.
8. Hesse, Herman. Demián. Traducción de Mariano S. Luque, Ed.
Aguilar.

'''El comentario de textos", 11 de febrero de 2005, en el marco del 42. 0 Curso de


Rectores. CONSUDEC.
232 PEDRO LUIS BARCIA BAAL. LXX. 2005

9. Jiménez, Juan Ramón. Platero y yo.


10. Plutar-co. Vidas paralelas. Selección editada por colección Sepan
Cuántos ... , de Ed. PoITÚa.
El Ministerio envió a consideración de sus asesores el listado.
Tuve un fructífero y cordial cambio de opiniones, sobre diversos y
posibles reajustes a la lista, con la asesora doctora Margarita Eggers
Lan, a lo largo del proceso de elaboración de una listado definitivo
que adoptaría el Ministerio. Comparando las dos listas hallo una
coincidencia de 70 títulos entre ambas propuestas, lo que es un saldo
altamente positivo.
Sugerí al Ministro que, con la lista final, creara una Biblioteca de
Cien de las Mejores Obras, y le diera a la colección un formato común,
que se instalara con unidad de propuesta en las escuelas a las que el
Mi:listerio destinaría la edición. Y le recordaba, a propósito, la
Biblioteca creada por Sarmiento para las escuelas públicas. Fue esta
una noble empresa sarmientina, pero mal organizada y ejecutada por
los colaboradores del gran hombre. "El reparto no obedeció a método
alguno. La elección de las obras fue generalmente inadecuada", dice
Leopoldo Lugones al referirse a esta empresa de Sarmiento, en su
Historia de Sarmiento. No obstante, los tomos de aquella biblioteca se
dispersaron por las escuelas de la patria y si, como dice el latino,
Habent suafata Iibe/li, con más razón las bibliotecas y las colecciones.
Lugones da un hermoso testimonio de su niñez, a las ocho años, como
lector que descubre la biblioteca de Sarmiento, en un punto perdido en
el país interior. Sus palabras son estas:

No hay educación popular posible sin bibliotecas. Lo sabe (Sarmiento)


por experiencia amarga el antiguo lector de librotes casuales. 'Los
libros piden escuelas; las escuelas piden libros. Las escuelas lanzan un
contingente preparado para leer, pero que no leen por falta de libros',
dice.
En 1882 vivía con mis padres en el Ojo de Agua, villorrio casi
fronterizo, entonces, de Santiago del Estero. La escuela local conservaba
restos de una de aquellas bibliotecas: los consabidos tomos en tela
verde, con el escudo argentino, dorado sobre la cubierta. Prestóme
cierta vez el maestro uno de esos libros: La metamorfosis de los insectos.
Aquello fue la primera luz de mi espíritu, la surgencia de la honda
BAAL, LXX, 2005 UN CORPUS DE LECTURA... 233

fuente que venía a revelarme el amor de la naturaleza por me.dio de la


contemplación científica. Y yo sé que esto ha constituido mi
determinación profunda de mi vida intelectual. Mi predilección por
las ciencias naturales, que contribuí a instituir como fundamento de la
enseñanza, débolas a ese estudio juvenil.
( ... ) Durante la noche, mientras andaba sumisa y hábil la costura
materna, el padre leía otro libro de la descabalada biblioteca: La
Jerusalén libertada, del insigne Torcuato. Y recuerdo que me conmovió
hondamente la leyenda de la selva encantada, con sus árboles sangrantes
y sus láminas de pavoroso dibujo. Así conocí la poesía y vino a mi
alma la Italia melodiosa, en aquella aldea serrana, bajo el silencio
fecundo de la noche campestre.
( ...) A cuántos otros espíritus no habrán revelado cosas semejantes los
libros dispersos de aquella empresa prematura. ¿Y no es, acaso, una
justificación, que el grande hombre despertara con ella en el niño
desconocido la noción de la belleza y de verdad, puesta ahora pOi el
biógrafo a la tarea de narrar su vida heroica ... ?
(Edición de Buenos Aires, Academia Argentina de Letras, 1988, pp.
191-193).

Estas palabras del cordobés, el hombre de cultura más integrada


que ha dado la Argentina, ponen bien en claro la responsabilidad y la
validez de estas empresas culturales, como la que asumirá el Ministerio
de Educación, con la instauración, en cada escuela del país, de una
Biblioteca que ofrecerá su centenar de tomos a cada muchacho o chica
que quiera abrevar su sed de lecturas. Ojalá que la oferta noble se vea
recompensada con la creciente frecuentación de los jóvenes lectores.

Pedro Luis Barcia


CORPUSDELE~TURAS
CIEN DE LAS MEJORES OBRAS MAESTRAS UNIVERSALES

PROPUESTA PARA ALUMNOS


DEL 3° DE EGB Y POLIMODAL

1. Alighieri, Dante, La Divina Comedia. Traducción de Ángel J.


Battistessa.
2. Anónimo. El Lazarillo de Tormes.
3. Anónimo. Cantar de Mio Cid. Versión moderna en verso, de
Pedro Salinas, o en prosa, de Alfonso Reyes.
4. Antología de /a literatura fantástica, de J. L. Borges, A. Bioy
Casares y Silvina Ocampo.
5. Antología de la poesía argentina. Puede ser la de Horacio Armani (Ed.
Aguilar). Tiene que cubrir parte del siglo XIX y todo el siglo :XX.
6. Antología de la poesía hispanoamericana. Editor José Olivio
Jiménez, Madrid, Alianza Editorial.
7. Aristóteles. La Política. Traducción de M. García Valdés, en la
colección Los clásicos de Grecia y Roma, dirigida por Carlos
García Gual, Ed. Gredos.
8. Aristóteles. Ética Nicomaquea, Traducción de J. Palli Bonet, en
la colección dirigida por García Gual, Ed. Gredos.
9. Asturias, Miguel Ángel. El Señor Presidente.
10. Bacon, Francis. Ensayos. Selección de Luis Escobar Bareño. Ed.
de Aguilar.
11. Balmes, Jaime. El criterio. Es un excelente ensayo que enseña a
reflexionar a los muchachos.
12. Balzac, Honorato de. La obra maestra desconocida. Traducción
de Roger Pla.
13. Beckett, Samuel. Esperando a Godot. Traducción de Ana María
Moix, Tusquets.
14. Bioy Casares, Adolfo. La invención de More/.
15. Bocaccio, Giovanni. Decamerón (selección de algunos cuentos).
Trad. de Caridad Oriol Serrer, Ed. Bruguera.
16. Borges, Jorge Luis. Ficciones.
17. Bradbury, Ray, Crónicas marcianas. Traducción de Francisco
Abelenda, Ed. Minotauro.
236 PEDRO LUIS BARCIA BAAL. LXX. 2005

18. Calderón de la Barca, La vida es sueño. El alcalde de Zalamea.


19. Carpentier, Alejo, El reino de este mundo o Guerra del tiempo.
20. Carroll, Lewis, Alicia en el país de las maravillas, A través del
espejo. Traducción de Julio Cortázar.
21. Cervantes, Miguel de. El Quijote. Ed. Interacadémica de Alfaguara
(ver propuesta al Ministro).
22. Chesterton, Gilbert Keith. El candor del Padre Brown. Traducción
de Alfonso Reyes.
23. Chesterton, Gilbert Keith. Ensayos. Selección de Hillaire Belloc.
Trad. en la colección Sepan cuántos ... , n.O 478, México, Ed. PoITÚa.
24. Conan Doyle, Arthur. Aventuras de Sherlock Holmes. Traducción
de José Frances. En la colección Sepan cuántos ... , n.O 341, 343 Y
345, de Ed. PoITÚa. Hay varias traducciones buenas.
25. Cooper, Fenimore. El último de los mohicanos. Traducción de F.
Cuesta. Hay traducciones en la vieja Biblioteca de La Nación, de
media docena de obras de Cooper, y son buenas.
26. Córtazar, Julio. Cuentos (la selección de la Biblioteca personal de
Jorge Luis Borges, n.o 1) .
27. Chéjov, Antón. Cuentos. Traducción de Alianza.
28. Darío. Cantos de vida y esperanza.
29. Defoe, Daniel. Aventuras de Robinson Crusoe. Trad. de Carlos
Pujol. En la colección Clásicos Universales Planeta. Hay una
española con revisión de Cortázar.
30. Denevi, Marco. Rosaura a las diez.
31. Del Campo, Estanislao. Fausto.
32. Di Benedetto. Zama.
33. Dickens, Charles. Oliver Twist. Traducción de Manuel Ortega y
Gasset. O Canción de Navidad. Traducción de José Méndez
Herrera, Ed. Aguilar.
34. Dostoievsky, Fiodor. Crimen y castigo. Traducción de Clásicos
Planeta, o la de POITÚa, colección Sepan cuántos ... Es buena la
traducción de EDAF.
35. Dumas, Alejandro. El conde de Montecristo. Traducción de la
colección Sepán cuántos ... , n.o 108, de Ed. POITÚa, México.
36. Faulkner, William. "Una rosa para Emily". Este es el único caso
de propuesta de una pieza breve suelta. Es clásica y en ella está
todo el autor.
37. García Lorca, F. Bodas de sangre y Romancero gitano.
BAAL, LXX, 2005 UN CORPUS DE LECnJRA... 237

38. García Márquez, Gabriel. Cien años de soledad.


39. Goethe, J.W Fausto. Traducción de José María Valverde, Editorial
Clásicos Planeta.
40. Graves, Robert. Los mitos griegos. Ed. Hyspamérica, colección
Biblioteca Personal de Jorge Luis Borges, n.o 15. (La edición
completa en dos tomos, de Alianza de Bolsillo, es preferible, pero
es más bien de consulta y ampliación).
41. Güiraldes, Ricardo. Don Segundo Sombra.
42. Gutiérrez, Eduardo. Juan Moreira.
43. Harnmett, Samuel Dashiell. El halcón maltés o Cosecha roja.
Col. El Séptimo Círculo.
44. Harte, F. Bret. Cuentos del Oeste. Traducción de la colección
Biblioteca Emecé de Obras Universales, de Emecé Ediciones.
45. Henríquez Ureña, Pedro. Cien de las mejores poesías de la lengua
castellana (selección).
46. Hemández, José. Martín Fierro.
47. Homero, I/íada. Traducción de Emilio Crespo Güemes, de la
colección dirigida por Carlos García Gual, Ed. Gredos.
48. Homero, Odisea. Traducción de José Manuel Pabón, colección
dirigida por Carlos García Gual, Ed. Gredos.
49. Huxley, Aldous. Un mundofeliz. Traducción de Ramón Hemández,
Plaza y Janés.
50. Isaacs, Jorge. María.
51. James, Henry. Otra vuelta de tuerca. Traducción de José Bianco,
Ed. Emecé.
52. Kafka, Franz. La metamorfosis y otras piezas. Biblioteca Personal
de J. L. Borges. O la versión del tomito de Emecé Ediciones,
colección La Pajarita de Papel.
53. Kipling, Rudyard. E/libro de la selva, colección Sepan cuántos ... ,
n.O 504; o Re/atas, de la Biblioteca Personal de J.L.Borges, n.046.
54. La Biblia. Antiguo Testamento o Testamento hebreo: Génesis,
Sapienciales, Salmos de David, Cantar de los Cantares. Nuevo
Testamento: Evangelios según san Mateo y san Juan.
55. Las mil y una noches (selección). La mejor versión es la de Juan
Vernet, Ed. Planeta. Son tres tomos. Antología de textos
"adaptados", la versión de Galland, de la Biblioteca Personal de
J.L.Borges, n.o 52.
238 PEDRO LUIS BARCIA BAAL. LXX. 2005

56. Lope de Vega, Fuenteovejuna. Selección de poesía lírica,


básicamente sonetos.
57. Lovecni.ft, HP. Los mitos de Cthulu. Traducción de Alianza
Editorial.
58. Lugones, Leopoldo. Cuentos fantásticos.
59. Mallea, Eduardo. Todo verdor perecerá y La vida blanca.
60. Mansilla, Lucio V. Una excursión a los indios ranqueles.
61. Maquiavelo, El Príncipe. Traducción de Luis Navarro, Ed.
Marymar.
62. Marechal, Leopoldo. Adán Buenosayres.
63. Martínez Estrada, Ezequiel. Radiografia de la pampa.
64. Maupassant, Guy de. Cuentos. La traducción de la edición de
Alianza Editorial.
65. Mellville, Herman. Moby Dick o la Ballena Blanca. Traducción
en la colección Sepan cuántos ... , n.o 506; o Benito Cereno. Billy
Budd y Bartleby, el escribiente, en la Biblioteca Personal de
J.L.Borges, n° 21.
66. Montaigne, Miguel de. Ensayos (selección). La mejor antología
es la versión de Enrique Díez Canedo, Editorial Calleja; puede
elegirse también de la versión de Constantino Román y Salamero,
Editorial Aguilar.
67. Moliére. Tartufo o El misántropo, ambas en el n.o 144 de la
colección Sepan cuántos ... , Editorial PoITÚa.
68. Moro, Tomás. Utopía. Traducción de Emilio García Estébanez.
En la colección Grandes Obras del Pensamiento, n.o 18, Editorial
Altaya. Hay varias buenas: la de la colección Sepan cuántos ... , la
de Marymar.
69. Mujica Lainez, Manuel. Misteriosa Buenos Aires.
70. Núiíez Cabeza de Vaca, Alvar. Naufragios.
71. Ortega y Gasset, José. La rebelión de las masas.
72. Orwell. George. 1984. Traducción Rafael Vázquez Zamora,
Ediciones Destino. Si se elige otra, deben atender a que tenga el
apéndice sobre "La neolingua".
73. Palma, Ricardo. Tradiciones peruanas. Selección.
74. Pascal, BIas. Pensamientos. Selección. Traducción de Osear
Andrieu. Fondo Nacional de las Artes.
75. Platón. Apología de Sócrates. El Banquete. Col. dirigida por Carlos
García Gual, Ed. Gredos.
76. Poe, Edgar A. Cuentos. Traducción de Julio Cortázar.
BAAL, LXX, 2005 UN CORPUS DE LECTURA... 239

77. Prado, Pedro. Alsino.


78. Quiroga, Horacio. Cuentos. Antología.
79. Racine, J. Fedra. Traducción de Manuel Mujica Lainez. Fondo
Nacional de las Artes.
80. Rulfo, Juan. El llano en llamas o Pedro Páramo.
81. Sabato, Ernesto. El túnel o Sobre héroes y tumbas.
82. Sainetes y grotescos criollos. Antología (Mateo, de A. Discepolo,
He visto a Dios, de F. Defilippis Novoa, etc.)
83. Saint Exupery, E. El principito. La traducción de Emecé Ediciones.
Vuelo nocturno. Traducción de Editorial Lohlé.
84. Sarmiento, Domingo F. Facundo.
85. Shakespeare. Hamlet y Macbeth. Traducción de José María
Valverde. Romeo y Julieta, traducida por Pablo Neruda.
86. Shelley, Mary. Frankestein. El nuevo Prometeo. Traducción de
Manuel Serrat Crespo.
87. Sófocles, Edipo Rey. Antígona. Traducción Asella Alamillo, de la
colección dirigida por Carlos García Gual, Editorial Gredos.
88. Stevenson, Robert. El extraño caso del doctor Jekyll y mis ter
Hyde y La isla del tesoro, las traducciones de la Colección Austral,
de Espasa Calpe, n.o 776 y 7, respectivamente.
89. Swift, Jonathan. Los viajes de Gulliver. Traducción de la Biblioteca
Personal de Borges.
90. Talmud. Sabiduría de Israel. Selección de lo sapiencial. La
traducción de Ángel María Garibay, de la colección Sepan cuantos,
n. ° 51, Editorial PoITÚa.
91. Tirso de Molina. El burlador de Sevilla.
92. Tolstoi. 1. La muerte de Ivan Illich. Es excelente la selección
tolstoiana y la versión que prepararon para México P. Henríquez
Ureña y otros: Cuentos escogidos. México: Universidad Nacional,
1923. Atención a estas ediciones que respondían a un proyecto
nacional muy bien diseñado.
93. Twain, Mark. Las aventuras de Tom Stm-yer. Ed. POITÚa, colección
Sepan cuántos ... , n.o 209.
94. Unamuno, Miguel de. Del sentimiento trágico de la vida.
95. Verne, Julio. Veinte mil leguas de viaje submarino. O Viaje al
centro de la tierra, colección Sepan cuántos ... , n.o 114 y 116,
respectivamente, Ed. PoITÚa.
240 PEDRO LUIS BARCIA BAAL, LXX, 2005

96. Virgilio, Selección. Horacio, Selección. Traducción de Agustín


Millares Carlos. Clásicos Jackson, vol. IV.
97. Wells, Herbert G. La máquina del tiempo. El hombre invisible.
Traducciones de Neslie Manso de Zúñiga y Julio Gómez de la
Serna, respectivamente. Ed. Plaza y Janés. O la de la Biblioteca
Personal de J. L. Borges, n.O 14.
98. Wilde, Osear. El retrato de Dorian Gray. Traducción de Santos
Mauro, Fabril. O Cuentos y narraciones, Biblioteca Emecé de
Obras Universales.
99. Chertudi, Susana. Juan Soldao. Selección de cuentos folclóricos.
EUDEBA
lOO. Leyendas argentinas. Selección de lírica folclórica.

Pedro Luis Barcia


CONTRIBUCIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA
DE ADOLFO L. PÉREZ ZELASCHI
(1920-2005)"

Los Montiel. Buenos Aires: Editorial Manuel Láinez, 1939. [novela].


Hombres sobre la pampa: cuatro cuentos de la tierra. Buenos Aires:
La Peña, 1941. 128 p. Notas: Primer premio del certamen literario
"La Peña".
Contenido: Seca en el oeste. - La tierra se venga. - El maestro.
- La raíz de la tierra.
Cantos de labrador y marinero. Buenos Aires: Ateneo Popular de la
Boca, Ediciones de la Carabela, 1945. 91 p. (Serie de Poesía).
[poesía]. Notas: Primer premio del certamen de poesía del Ateneo
Popular de la Boca.
Más al/á de los espejos. Buenos Aires: Cámara Argentina del Libro,
1949. [cuento].
Notas: Premio Cámara Argentina del Libro. Faja de Honor de la
Sociedad Argentina de Escritores.
El terraplén: novela. Buenos Aires: Emecé, 1955. 222 p. (Novelistas
argentinos contemporáneos. Novelas, cuentos y relatos). Notas:
Premio Emecé. Premio trianual de Literatura de la Provincia de
Buenos Aires.
La puerta amarilla. Buenos Aires: Ediciones Luar, 1958. 78 p.
(Colección cuentos de América; 3).

'Se excluyen del presente detalle bibliográfico las contribuciones siguientes:


cuentos y poesías publicados en revistas, artículos, conferencias, traducciones, cuentos
recopilados en antologías, artículos periodísticos y entrevistas.
242 CONTRIBUCIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA ... BAAL, LXX, 2005

Contenido: La puerta amarilla. - El niño. - Los dos Gollán. - El


otro:'- Eso. - El hermano. - El condenado. - Los camiones. -
El héroe. - Fuga.
El caso de la muerte que telefonea. Supervisión: Julio Vacarezza.
Buenos Aires: ACME, 1966. 127 p. [novela].
Con arcos y ballestas. Buenos Aires: Ediciones Paulinas, 1967.201 p.
(Colección Narrativa americana "Hoy"; 6). [cuento].
Con Guiye, sesenta: cuentos. Buenos Aires: Troquel, 1968.232 p.
Contenido: Guiye. - Las uvas. - Alias el gringo. - Los fierros.
- Felisa. - El muerto. - Lito. - Tierna. - Atorrante y perro. - El
hombre del Botánico. - El vendedor de canarios. - Don Bisonte.
- Doña Evelia. - El mamado. - Las botas del general. - La
nevada. - Lázaro. - José Nunca. - El batallón perdido. - Pibe
pavimento.
Presidente en la mira: novela. Buenos Aires: Emecé, 1969. 230 p.
(Novelistas argentinos contemporáneos. Novelas, cuentos y
relatos).
Canto fragmentario de Newpolis. Buenos Aires: Emecé, 1974. 99 p.
[poesía].
De los pequeños y los últimos. Buenos Aires: Losada, 1976. 161 p.
(Novelistas de nuestra época). Notas: Premio Fondo Nacional
de las Artes, género Cuento, 1974.
Contenido: Los pasos. - El protocolista. - Historia de un libro
perdido. - El reencuentro. - A las seis, dos tés. - El difunto Vargas.
- El adolescente. - El enviado. - Julia. - La llamada. - Gayina.
Hombre des-hibernado. Rosario: Centro, 1976.23 p. (El folleto popular;
6). Notas: Ilustración de Durañona.
Divertimiento para revólver y piano. Con un prólogo puesto al final
sólo apto para seis lectores. Buenos Aires: Editorial Ofra, 1981.
123 p. (Es candado de oro). [cuento].
Contenido: Las señales. - El banquero, la muerte y la luna. -
Contrapunto para los ángeles malos. - El testigo de cargo. - El
caso del versículo bíblico. - El piola. - El espía. - Fuga. -
Prólogo puesto al fmal.
BAAL, LXX, 2005 CONTRIBUCiÓN A LA BIBLIOGRAFÍA... 243

Nicolasito: vida del hombre de las siete madres. Barcelona: Plaza &
Janés, 1981. 352 p. Notas: Segundo Premio "Plaza & Janés" de
novela argentina.
La ciudad. Buenos Aires: Corregidor, 1982. 401 p. [novela]. Notas:
Premio diario "El Día-Corregidor", para novela.
Obra poética. Buenos Aires: [El autor - Impr. Tall. Gráf. Argen-
Press]. 1984. 137, [5] p. Notas: Edición fuera de comercio.
Contenido: l. Rimas de Fuentecallada. - n. Los rios del otoflo.
- III. Mitos. - IV. Poemas numerados.
Alcira. Orihuela: Caja de Ahorros de Alicante y Murcia, 1986. Notas:
Premio de novela corta "Gabriel Sije", 1985.
El barón polaco y otros cuentos. Buenos Aires: Emecé, 1985. 246 p.
(Escritores argentinos. Novelas, cuentos, relatos).
Contenido: El barón polaco. - La bronca. - La audiencia. -
Carolina y el teléfono. - La carta del hijo. - El diputado. -
Arquímedes. - Los fariseos. - Don Luis. - El seflor Sánchez no
está. - El restaurante. - El hermano. - El perdón. - El Marqués.
- Los dos Gollán. - El héroe. - Los monstruos. - Las torres.
Cuentos para el llavero. Buenos Aires: Tu llave, 1988. 74 p. Notas:
También incluye cuentos de Carolina de Grinbaum.
Mis mejores cuentos policiales. Buenos Aires: Ediciones Lucanor,
1988. 202 p.: iI.
La bestia del mar. Buenos Aires: Pleamar, 1989. 145 p.: iI. [cuento].
Contenido: Qtamesh. - La bestia del mar. - La iluminación. -
El coloso. - Shamahs. - Buena suerte, papá. - El comisario de
la manzana. - Los camiones. - Los tigres. - Fuga. - Acecho. -
La tercera cruz. - En la noche y la niebla.
El tuerto. Orihuela: Caja de Ahorros del Mediterráneo, 1989. Notas:
Premio de novela corta "Gabriel Sije", 1986.
La Atlántida, Los bárbaros y Odas libres. Cuenca: Ed. del
Ayuntamiento de Cuenca, 1990. [poesía]. Nota: Premio Ciudad
de Cuenca "Fray Luis de León", 1988.
244 CONTRIBUCIÓN A LA BIBLIOGRAFÍA ... BAAL, LXX, 2005

Deolindo, el de Puntarrieles. Madrid: Fundación de los Ferrocarriles


Espa1ioles, 1995. 125 p. Nota: El libro recopila distintos cuentos
de varios autores relacionados con el II Premio Narraciones
Breves "Antonio Machado" (1978). El cuento de Pérez Zalaschi,
ganador del Premio, motiva el título de la obra (pp. 11-22).
Cien cuentos para cien días. Buenos Aires: Plus Ultra, 1996. 225 p.
Suma LX: obra poética 1938-1998. Buenos Aires: Vinciguerra, 1998.
428 p. (Colección Metáfora).
Contenido: Sonetos. - Canciones. - Romances y baladas. -
Elegías. - Poemas numerados. Primera parte. - Poemas
numerados. Segunda parte. - Rescate filial del recuerdo de mi
padre. - Odas libres. - Otras odas libres (1980-1993). - Canto
de recuerdo y enumeración de la provincia de Buenos Aires. -
Cívicas (1960-1990). - Canto fragmentario de Newpolis.
Cantos de labrador y marinero. - Las últimas (1996-1998).
CRÓNICA

ASOCIACIÓN DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Gramática de la Lengua Española


Nueva edición
TERCERA REUNIÓN DE LA COMISIÓN INTERACADÉMICA COORDINADORA

La Antigua Guatemala (Guatemala), 13 a 17 de marzo de 2005

ASISTENTES
COMISIÓN INTERACADÉMICA

D. Víctor García de la Concha


Director de la Real Academia Española
Presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española
D. Humberto López Morales
Academia Puertorriqueña de la Lengua Española
Secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua
Española

***
D. Ignacio Bosque, Ponente de la nueva Gramática de la Lengua
Española
Real Academia Española

***
246 ALICIA MARIA ZORRILLA BAAL, LXX, 2005

D. José G. Moreno de Alba, representante del área lingüística de


México y Centroamérica.
Director de la Academia Mexicana de la Lengua
D. José Luis Samaniego Aldazábal, representante del área lingüística
de Chile.
Secretario de la Academia Chilena de la Lengua
D.a Alicia Zorrilla, representante del área lingüística del Río de la
Plata.
Academia Argentina de Letras
D. Rodolfo Cerrón-Palomino, representante del área lingüística
andina.
Academia Peruana de la Lengua
D. ,luan Carlos Vergara Silva, representante del área lingüística del
Caribe continental.
Academia Colombiana de la Lengua
D.a Amparo Morales, representante del área lingüística de las Antillas.
Academia Puertorriqueña de la Lengua Española
D. Odón Betanzos, representante del área lingüística de los Estados
Unidos.
Director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española
D. Guillermo Rojo, representante del área lingüística de España.
Secretario de la Real Academia Española

COLABORADOR RESPONSABLE
DE LA SECCIÓN DE FONÉTICA y FONOLOGíA

D. José Manuel Blecua


Real Academia Española

ASESORES

D.a Ángela Di Tullio


Universidad del Comahue (Neuquén, Argentina)
BAAL, LXX, 2005 GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA 247

D. Julio Borrego
Universidad de Salamanca (España)

INFORME

Sábado 12 de marzo.· A medianoche, llegué a Guatemala con el


doctor José Luis Samaniego Aldazábal, secretario de la Academia
Chilena de la Lengua, y con la doctora Ángela Di Tullio, de la
Universidad del Comahue. Nos trasladamos a La Antigua Guatemala
y nos alojamos en el Hotel Posada de Don Rodrigo. La Antigua
Guatemala, antes Santiago de los Caballeros, es una ciudad colonial,
rodeada por tres volcanes: Fuego, Agua y Acatenango. En 1979 fue
declarada Patrimonio de la Humanidad. En el actual Museo Colonial,
se fundó la primera Universidad de Centroamérica.

JORNADAS DE TRABAJO

domingo 13 de marzo. Por la mañana, visitamos La Antigua


Guatemala.
Primera reunión en el Hotel Posada de Don Rodrigo
16.30 -19.30 Plan de la reunión
La modalidad
lunes 14 de marzo. Segunda reunión en el Centro de Formación de la
Cooperación Española, también conocido en la ciudad con el
nombre de Antiguo Colegio de la Compañía de Jesús. Este
Colegio fue fundado en 1582 como centro cultural y de estudios.
Allí se impartieron Filología, Filosofía y Retórica.
9.00 -11.00 El género
11.15 -13.00 El número
13.30 La Real Academia Española ofreció un almuerzo a la
Academia Guatemalteca y a la Comisión interacadémica. Asistió
el ministro de Cultura y Deportes, licenciado Manu~l Sal~ar
Tesagüic, y el director de la Academia Guatemalteca, bcenclado
Mario Antonio Sandoval.
16.00 -17.45 La derivación verbal
18.00 -19.30 La derivación adjetival
248 AUClA MARÍA ZORRILLA BAAL, LXX, 2005

martes 1~ de marzo. Tercera reunión en el Antiguo Colegio de la


Compañía de Jesús.
Centro de Formación de la Cooperación Española
9.00- 11.00 El pronombre I
11.45 -13 .15 El pronombre II
16.00 -17.30 Construcciones comparativas, superlativas y
consecutivas
17.45 -19.50 Construcciones comparativas, superlativas y
consecutivas
El ponente, doctor Ignacio Bosque, me encomendó la revisión
de su trabajo sobre el voseo y el envío a Madrid de las
observaciones correspondientes.
20.00 El Ayuntamiento de La Antigua Guatemala nos declaró
Visitantes Distinguidos y nos entregó los diplomas
correspondientes. Luego se sirvió un vino de honor.
miércoles 16 de marzo. Cuarta reunión en el Antiguo Colegio de la
Compañía de Jesús.
Centro de Formación de la Cooperación Española
Se aprobó por unanimidad el Índice definitivo de la Nueva
Gramática Académica de la Lengua Española.

NUEVA GRAMÁTICA ACADÉMICA DE LA LENGUA


ESPAÑOLA

ÍNDICE APROBADO POR LA COMISIÓN INTERACADÉMICA


(LA ANTIGUA GUATEMALA, MARZO DE 2005)

1. CUESTIONES GENERALES

1. La gramática. Sus partes. Unidades fundamentales del análisis


fonológico~ morfológico y sintáctico

2. FONÉTICA Y FONOLOGÍA

2. Introducción. Conceptos generales de fonética y de fonología


BAAL. LXX. 2005 GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA 249

Fonética y fonología. Fonemas y a1ófonos.

3. La producción de los sonidos del habla


Fonética articulatoria. El aparato fonador. La descripción
articulatoria de las vocales. La descripción articulatoria de las
consonantes.
Correlatos articulatorios de los elementos suprasegmentales.
La estructura de los sonidos del habla: fonética acústica. Acústica
de la producción del habla. La descripción acústica de las vocales.
La descripción acústica de las consonantes. Características acústicas
de los elementos suprasegmentales.
La transcripción fonética.

4. El sistema vocálico
Los sonidos vocálicos. Los fonemas vocálicos.

5. El sistema consonántico (1): las consonantes obstruyentes


Los sonidos consonánticos. Los fonemas consonánticos.

6. El sistema consonántico (II)

7. La sílaba (1)
Estructura silábica: Elementos (ataque, núcleo y coda/rima). La
distribución de las vocales en la sílaba.

8. La sílaba (11)
La distribución de las consonantes en la sílaba.

9. Prosodia (1)
La función de los rasgos prosódicos. El acento.

10. Prosodia (11). El ritmo. La entonación.


250 ALICIA MARIA ZORRlLLA BAAL. LXX. 2005

El rit!Do del español. La velocidad de elocución y las pausas. La


entonación.

3. MORFOLOGÍA

11. El género

12. El número

13. La flexión verbal. Clases de verbos regulares e irregulares.

14. La derivación apreciativa

15. La derivación nominal


Descripción de los principales sufijos nominales (-dor, -dura,
-miento, -eza...).

16. La derivación adjetival y adverbial

17. La derivación verbal. La parasintesis

18. La composición y la prefijación

4. SINTAXIS

4.1. LAS CLASES DE PALABRAS Y SUS GRUPOS SINTÁCTICOS

19. El sustantivo. El grupo nominal (esta última parte, sin redactar)

20. El adjetivo. El grupo adjetival


Clases de adjetivos. Posición del adjetivo en el grupo nominal.
Modificadores y complementos del adjetivo.

21. El artículo
Fonna y significado. Detenninación y referencia. Presencia y
ausencia del artículo. La genericidad.
BAAL, LXX, 2005 GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA 251

22. El pronombre personal (1)

23. El pronombre personal (11)

24. Los demostrativos

25. Los posesivos

26. Los cuantificadores. Indefinidos y numerales


Clases de expresiones cuantificativas. El ámbito de los
cuantificadores.
Las construcciones partitivas. La cuantificación de grado. Clases
de numerales.

27. El verbo (1): el tiempo y el aspecto


Descripción del sistema temporal. Tiempos simples y compuestos.
Sintaxis de los tiempos. La concordancia temporal.

28. El verbo (11): las perífrasis verbales


Perifrasis aspectuales y modales. Perífrasis de infinitivo, gerundio
y participio. Perífrasis verbales frente a locuciones verbales.

29. El verbo (I1I): el modo


Indicativo y subjuntivo. Las alternancias modales en las
subordinadas sustantivas, relativas y adverbiales.

30. El verbo (IV): las formas no personales: el infinitivo

31. El verbo (V): las formas no personales: el gerundio y el participio

32. El adverbio y la preposición. Sus grupos sintácticos


Clases sintácticas y semánticas de adverbios. Relación entre
adverbio y preposición. Estructura y significado de los grupos
preposicionales.

33. La conjunción. Las construcciones coordinadas


252 ALICIA MARIA ZORRILLA BAAL, LXX, 2005

34. La interjección. Grupos sintácticos exclamativos

4. 2. LAS FUNCIONES

35. El sujeto

36. El complemento directo

37. El complemento indirecto

38. El complemento de régimen preposicional

39. El atributo (1): Clases de expresiones predicativas. El atributo


en las oraciones copulativas

40. El atributo (11): Construcciones semicopulativas. Los complementos


predicativos

41, El complemento circunstancial


Clases sintácticas y semánticas de complementos circunstanciales.
Límites entre el complemento circunstancial y otras funciones
sintácticas.

42. Las funciones informativas

4.3. LAS CONSTRUCCIONES SINTÁCTICAS FUNDAMENTALES

43. Oraciones activas, pasivas, medias e impersonales


Pasivas reflejas y de participio. Estructura y uso de las
construcciones con se. Otras construcciones impersonales.

44. La modalidad (1): Los actos del habla. Las construcciones


imperativas

45. La modalidad (11): Construcciones interrogativas y exclamativas

46. Las construcciones comparativas, superlativas y consecutivas


BAAL, LXX, 2005 GRAMÁTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA 253

47. La subordinación sustantiva

48. La subordinación relativa


Relativas explicativas y especificativas. El antecedente de los
relativos. Las relativas preposicionales y adverbiales. Los
relativos indefinidos.

49. La subordinación adverbial: subordinadas temporales, locativas y modales


Diferencias entre la subordinación adverbial propia e impropia.
Subordinadas propias y relativas sin antecedente expreso.
Construcciones con cuando, mientras, donde, como, etc.

50. La subordinación adverbial: subordinadas causales, finales e ilativas


Construcciones con porque, para que, como (causal), luego, etc.

51. La subordinación adverbial: subordinadas condicionales y concesivas

Construcciones con si, aunque, aun cuando, por {mucho/más.. .} que... , etc.

52. Las construcciones negativas


9.00 -11.00 Los sonidos del habla
11.15 -13.15 Las vocales. Las consonantes 1
13.30 El Grupo Prensa Libre, cuyo vicepresidente es el
licenciado Mario Antonio Sandoval, ofreció un almuerzo a la
Comisión interacadémica.
16.00 -18.30 Construcciones activas, medias, pronominales y
pasivas (Se revisó sólo una parte del capítulo).

Se revisó el nuevo Índice, y se determinó que falta redactar


veintidós capítulos. El doctor Ignacio Bosque se comprometió a
redactar seis capítulos más para la Cuarta reunión de la Comisión
interacadémica, que se realizará en Avila (España), del 28 de
noviembre al 4 de diciembre de 2005. El doctor José Manuel
Blecua dijo que podría presentar cuatro capítulos nuevos en esa
reunión.
254 ALICIA MARIA ZORRILLA BAAL, LXX, 2005

19.45 Nos trasladamos al Hotel Casa de los Sueños, donde


asistimos a un concierto de marimba, especie de xilófono o
xilofón construido con madera de hormigo, que es instrumento
nacional de Guatemala. Luego nos ofrecieron una cena de
despedida.

jueves 17 de marzo. Por la mañana, recorrimos la ciudad. A las


13.30, nos trasladaron al aeropuerto de Guatemala.

Alicia María Zorrilla


ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA

Enmiendas, adiciones y supresiones al Diccionario de la Real


Academia Española aprobadas por la Corporación

(Abril 2002-mayo 2003)

Letra B (Segunda parte)


C) Voces o acepciones no usuales en la Argentina, con indicación
de incorporación, de enmienda o con simples observaciones al
documento enviado por la Real Academia Española
bofetada.... [Adición de acepción}. 113 bis. coloq. Accidente aparatoso.
Se pegó una bofetada con el coche. [Solo documentación de
España].
PROP. AAL: piña•... [Adición de acepción}. coloq. Arg. Accidente
aparatoso. U. con los verbos pegar o dar.
Crónica. Buenos Aires, 02.06.2004: [... ] si me pego una piña en
el auto y me tengo que hacer una cirugía reparadora, veré.
PROP. AAL: piñazo .... [Adición de artículo}. m. coloq. Arg.
Trompada.
Los Andes. Mendoza, 07.05.2002: [... ] me empujaron, escupieron
y me pagaron un piñazo en el ojo.
2. coloq. Accidente aparatoso.
Clarín. Buenos Aires, 07.01.1997: UN «PIÑAZO» DE FANGIO: Juan
Manuel Fangio II se despistó ayer en el óvalo de Miami, cuando
probaba el chasis Reynard con motor Toyota.
256 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL, LXX, 2005

bofetada .... [Adición deforma compleja). 11 no tener alguien media,


o ni" media, -. frs. coloqs. En una confrontación, ser fácil de
vencer, incapaz de ofrecer resistencia. [Solo documentación de
España].
OBS. AAL: No se emplea en la Argentina.
bombero, ra. [Enmienda al artículo). ... 11 de bombero.loc. adj. coloq.
Dicho de una idea, de un comportamiento, etc.: Descabellados,
absurdos. [Solo documentación de España].
OBS. AAL: Esta expresión no es usual en la Argentina.
bombilla •... [Adición de forma compleja). 11 encendérsele,
i1uminársele, o prendérsele, la - a alguien. frs. coloqs.
Ocurrírsele súbitamente una idea. [Solo documentación de
España].
PROP. AAL: lamparita .... [Adición de forma compleja). 11
encendérsele O prendérsele, la - a alguien. Arg. frs. coloqs.
Ocurrírsele súbitamente una idea. Cf. DiHA, 2003.
KOCIANCICH, VLADY. La octava maravilla. 1982. En CREA: Nos
paramos aquí y a mí se me enciende la lamparita. A los
argentinos no nos frena nadie cuando tenemos una buena idea.
VISHNIVETZ, BERTA. Eutonía. Educación del cuerpo hacia el ser.
1994. En CREA: [... ] de pronto se me prendió la lamparita, y
entendí de qué se trataba.
bombillo.... [Adición de acepción). 11 2 bis. En ciertas cerraduras,
mecanismo móvil en el que se introduce y se gira la llave para
accionar el pestillo. [Solo documentación de España].
OBS. AAL: No se emplea en la Argentina, donde el uso dominante
es botón.
<www.datagraffic.com.ar/patri cio sic a talo gol
2nivel.asp?ldN2=304> [CONSULTA: 12.07. 2004]: Cerradura
Segurex, modelo AW50, con llave y botón, modelo TULIP,
terminación Acero, apta para oficinas, con 2 llaves.
borrachuzo, za. [Adición de artículo). adj. despect. coloq. Que se
embriaga habitualmente. U. t. c. s. [Solo documentación de
España].
OBS. AAL: No se emplea en la Argentina.
botel •... 11- de metraUa. [Enmienda a la acepción deforma compleja).
m. Tubo de metal u otra materia cargado de balas o pedazos de
hierro que se dispara con caÍión u obús.
BAAL, LXX, 2005 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 257

OBS. AAL: No se emplea en la Argentina. Por otra parte, a partir


de la definición, pareciera tratase de un artefacto en desuso.
botel • . . . 11 estar algo en el -. (Enmienda a la forma compleja). 11
estar alguien o algo en el -. fr. coloq. Ser considerado como ya
convencido o ganado. [Solo documentación de España].
OBS. AAL: No se emplea en la Argentina.
botel • . . . 11 tener algo en el - (Enmienda a la forma compleja). 11
tener a alguien o algo en el -. fr. coloq. Darlo por convencido o
conseguido. [Solo documentación de España].
OBS. AAL: No se emplea en la Argentina.
PROP. AAL: bolsillo•... 1I en el - (Adición de forma compleja).
loco adv. coloq. Arg. Convencido o conseguido.
Página!12. Buenos Aires, 26.04.2004: [ ... ] pareció que el equipo
de Bilardo se iba a ir al descanso con el 2-1 en el bolsillo, pero
faltaba lo mejor de esa primera etapa.
botel •... (Adición de forma compleja). 11 - de humo. m. Recipiente
que al ser lanzado expele un gas irritante que afecta a los ojos y
a las vías respiratorias.
OBS. AAL: No se emplea en la Argentina.
PROP. AAL: botel •..• (Enmienda a la adición deforma compleja).
11 - de humo. m. Artefacto, de uso militar o policial, que al ser
lanzado libera, sobre el lugar donde cae, un gas irritante que
afecta los ojos y las vías respiratorias.
PROP. AAL: granada ... (Adición de forma compleja). - de gas
lacrimógeno. Arg. bote de humo.
Río Negro. Río Negro y Neuquén, 07.04.2004: [... ] un policía
aparentemente ebrio activó una granada de gas lacrimógeno en
el interior de una bailanta.
PROP. AAL: granada ... (Adición defonna compleja). -lacrimógena.
Arg. bote de humo.
Clarín. Buenos Aires, 07.10.1996: [... ] un suboficial fue
hospitalizado con quemaduras en las manos por el efecto de una
granada lacrimógena que le fue desprendida del equipo por los
manifestantes.
brasero .... (Adición de forma compleja). 11 - eléctrico.m. Aparato
eléctrico con forma de brasero que calienta por medio de una
corriente que pasa por una resistencia. (So)o documentación de
España].
258 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL, LXX, 2005

OBS. 1AL: No se emplea en la Argentina.


bronce .... [Adición deforma compleja). 11 ligar alguien -. fr. coloq.
Ponerse moreno tomando el sol. [Solo documentación de
Espafia].
OBS. AAL: No se emplea en la Argentina.
bucha. [Adición de artículo). f. Hembra del buche 1 • [Solo
documentación de España].
OBS. AAL: buche como "m. Borrico recién nacido y mientras
mama" (DRAE, 2001) no se emplea en la Argentina. En cuanto
a la redación del artículo, esta Academia estima preferible "f.
Borrico hembra, recién nacida y mientras mama".

D) "oces que no se emplean en la Argentina y a las que, por su


registro de habla o ser claramente localistas, convendría incluir
marca diatópica o diacrónica. Al igual que con otras voces jergales,
esta Academia considera conveniente que se consulte al resto de
las Corporaciones hermanas para poder precisar la extensión
geográfica y vigencia de su empleo. Tampoco parece conveniente
introducir todas las expresiones jergales y vulgares, a menos que
esté contemplado en la planta del Diccionario.
beato, tao ... 118. [Enmienda a la acepción). coloq. peseta (11 moneda
española).

E) Voces o acepciones usuales en la Argentina, con indicación de


incorporación, enmienda o simple observación al documento
enviado por la Real Academia Espafiola.
barquinazo. [Enmienda a la acepción). m. Tumbo o vaivén recio de
un carruaje.
PROP. AAL: barquinazo. [Adición de acepción). fig. Arg. Vaivén,
cambio de rumbo. U. m. en pI.
Los Andes. Mendoza, 24.08.2004: [ ... ] resulta gratamente
sorprendente en una Argentina tan habituada a barquinazos e
improvisaciones.
barra.... 11 4. [Enmienda a la acepción). Signo gráfico (f) que sirve
esencialmente para separar. Se emplea para delimitar versos
BAAL, LXX, 2005 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 259

escritos en una misma línea o para señalar el cambio de línea


original en la transcripción de textos antiguos. Tiene también
valor de preposición, p. ej., en 80 km/h, Y se emplea como
sustituto del punto en algunas abreviaturas; p. ej., en c/c. Se usa
igualmente para separar las distintas páginas de una dirección
electrónica, y sirve para indicar la existencia de dos o más
opciones posibles; p. ej., en Querido/a amigo/a. INF. NORM. En
este último caso, se recomienda restringir el uso a circulares,
anuncios y algunos textos de tipo técnico.
PROP. AAL: barra. ... 11 4. [Enmienda a la acepción}. Signo
gráfico (1) que sirve esencialmente para separar. Se emplea para
delimitar versos escritos en una misma línea o para señalar el
cambio de línea original en la transcripción de manuscritos
antiguos. Tiene [...] técnico. (Resuelto en la sesión del 14 de
octubre de 2004).
barrabasada. [Enmienda a la acepción). f. coloq. DesaguisaGo,
disparate, acción que provoca gran daño o peIjuicio.
PROP. AAL: [Enmienda al artículo}. f. coloq. Desaguisado,
disparate. 11 2. Acción conscientemente realizada que provoca
gran daño o peIjuicio.
bonito1, tao ... [Adición deforma compleja.] 11 ¿te parece bonito?, o
te parecerá bonito. exprs. coloqs. U. para reprender a alguien.
[Solo documentación de España].
08S. AAL: También se emplean en la Argentina.
<www.epsín.com.arllibro2/positivo.htm> [CONSULTA 19.05.2004]:
Si mi madre estuviera presente, me diría... «¿Te parece bonito
estar perdiendo el tiempo leyendo cuando hay una canilla que
gotea?».
borracho, chao ... [Adición de acepción). 11 5 bis. m. bizcocho
borracho. [Solo documentación de España].
08S. AAL: En la Argentina este adjetivo se aplica de manera
general a las masas y bizcochuelos embebidos en licor.
borracho, chao ... [Adición de forma compleja). 11 ni -. loco adv.
coloq. U. para reforzar un rechazo o una negativa. No se pierde
un acto cultural ni borracho.
PROP. AAL: mamado, da. (Adición de forma compleja). 11 ni -.
loe. adv. coloq. Arg. ni borracho.
260 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA BAAL, LXX, 2005

Clarín. Buenos Aires, 16.05.2003: Con el ex presidente ya fuera


de carrera, el puntano se encargó de que quedara claro que «ni
mamado» -según resaltaron sus voceros- hubiera votado a
Menem o a Néstor Kirchner en el ballottage.
PROP. AAL: pedo [Adición de forma compleja). 11 ni en -. loe,
adv. vulgo Arg. ni borracho.
Olé. Buenos Aires, 05.07.2004: «Ahora, ni en pedo iría. Ni que
me pusieran toda la plata del mundo», le dijo a un amigo.
brinco •... [Adición de forma compleja). 11 darle a alguien un - el
corazón. fr. coloq. darle un vuelco el corazón (11 sentir de
pronto sobresalto).
PROP. AAL: salto .... [Adición de forma compleja]. 11 darle a
alguien un - el corazón. fr. coloq. Arg. darle un vuelco el
corazón (11 sentir de pronto sobresalto).
PRADO, MANUEL. La guerra al malón (1907]. Buenos Aires:
Biblioteca del Suboficial, 1934, 59: El corazón me dio un salto
dentro del pecho, la sangre se me subió a la cabeza y juro que,
en aquel momento, no hubiese cambiado mi uniforme mugriento
de cadete por la túnica de un príncipe.
bromat. ... [Adición deforma compleja]. II-s aparte. expr. coloq. U.
para manifestar que se habla en serio, después de haber estado
bromeando. [Solo documentación de Espaiía].
08S. AAL: También se emplea en la Argentina.
La Nación. Buenos Aires, 12.08.2002: A Marina López, hoy
administradora del circo, su esposo, Domingo Ferrari, le lanzaba
los cuchillos. Bromas aparte, Ferrari también fue locutor y
presentador en el circo.
broma! .... [Adición deforma compleja]. 11 estar de -. fr. Bromear,
conducirse sin seriedad. 11 2. U. para manifestar incredulidad.
¿Que te han despedido? Estás de broma. [Solo documentación
de Espaiía].
08S. AAL: También se emplea en la Argentina, aunque no es
demasiado frecuente.
broma! .... [Adición de forma compleja). 11 fuera -s, o fuera de -s.
exprs. coloqs. bromas aparte. [Solo documentación de Espaiía].
08S. AAL: También se emplean en la Argentina.
Página/12. Buenos Aires, 10.06.2001: Fuera de broma: pensar
primero en que Raphael es un cantante del género melódico,
BAAL, LXX, 2005 ACUERDOS ACERCA DEL IDIOMA 261

pensar después en quiénes y cómo son y qué hacen los colegas


de Raphael, volver a pensar en Raphael.
broma l • . . . [Adición deforma compleja). " menos -5. expr. coloq. U.
para cortar de modo tajante algo que se está discutiendo. [Solo
documentación de España].
OBS. AAL: También se emplea en la Argentina, aunque, al parecer,
con cierta tendencia al desuso.
bugui-bugui. (Adición de artículo). ... m. Música basada en el blues.
originalmente pianística, que repite con insistencia las frases y
las notas. 11 2. Baile que sigue esta música, de moda durante la
primera mitad del siglo XX. [Solo documentación de España].
OBS. AAL: También se documenta en la Argentina.
BAVIO ESQUIÚ, MIGUEL: Juan Mondiola. Buenos Aires: Imprenta
Chile, 1954, 85: Las minas de ahora quieren mambo, conga y
bugui-bugui.
burgués, sao ... (Adición de acepción). 11 5 bis. despect. Persona Je
mentalidad conservadora que tiende a la estabilidad económica
y social.
PROP. AAL: burgués, sao ... (Adición de acepción). " 5 bis.
despect. Persona de mentalidad conservadora. (Resuelto en la
sesión del 14 de octubre de 2004).
REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS

Palabras tratadas en el seno de la Comisión "Habla de los


argentinos" durante el primer cuatrimestre de 2005

alto, tao [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. adj. -


apuntar alto. fr. fig. coloq. Aspirar a alguien o a algo valorado
como muy importante (picar alto).
Los Andes. Mendoza, 20.05.2002: Ahora, después del descan-
so tenemos que prepararnos para apuntar alto en el Apertura.
Rodríguez, 1991, p. 33.
apadrinador. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. m. rur. Jinete que, montado
sobre otro caballo, acompaña al domador y lo asiste duran-
te la doma.
UBAllES, R. Boleando chimangos. Buenos Aires: Francisco A.
Colombo, 1942, 160: Para eso, el apadrinador, que ya estaba a
prudencial distancia con su caballo maestro, obligaría al salvaje
a seguír el derrotero señalado.
Segovia, 1911, p. 412; Saubidet, 1943, p. 18; Villafuerte, 1961,
t. 1, p. 66; Santillán, 1976, p. 27; Barcia, 1978, p. 24; Haensch,
1993, p. 45; Gatica de Montiveros, 1995, p. 36.
bajoneo. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. m. coloq. p. USo Depresión cir-
cunstancial, bajón.
PADRE CESCHI. "Bajoneo". En: El independiente. La Ríoja,
03.06.2004: Así: bajoneo. Sin comillas, aunque la palabra no es
aceptada por la Academia. [... ] Cada tanto a mí también me
viene un bajoneo. Sobre todo cuando pasan ciertas cosas que
me afectan.
bizcochuelo. [ADICIÓN DE ARTícULO].m. Torta esponjosa, sin co-
bertura ni relleno, hecha con un batido de harina, huevos y
azúcar que se cocina al horno.
aCAMPO, SllVINA.Los días de la noche. Buenos Aires: Sudameri-
cana, 1970, 54: Ella, que iba a hablarle en términos duros,
cambió el tono y el sentido de sus palabras bruscamente, pen-
sando en los bizcochuelos [... ] que haría con esos huevos.
Diario de Cuyo. San Juan, 19.08.2003: Quienes no toleran las
bebidas alcohólicas, tienen una opción casera y tentadora para
humedecer el bizcochuelo a la hora de preparar una torta: el
almibar de cacao.
264 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXX, 2005

Rojas, 1976, t. 1, p. 63, Haensch, 1993, p. 84.


bloc. [ADiéIÓN DE ARTÍCULO). m. En motores de explosión, pieza
que contiene uno o más cilindros, y por cuyo interior hue-
co circula el líquido refrigerante.
La Nación. Buenos Aires, 06.10.2001: [.. ] versión con caja au-
tomática de cuatro velocidades y con el motor de mayor poten-
cia: el Delta 2.7 litros V6 DOHC, con bloc y tapa de cilindros
totalmente de aluminio.
brasero. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. Artefacto de uso doméstico,
hecho con un recipiente metálico sostenido por tres patas,
en el que se coloca carbón para hacer fuego o cocinar.
AMORIM, ENRIQUE. Corral abierto. Buenos Aires: Losada, 1956,
49: Vino el reuma y debió empuñar la plancha, la plancha que
se calentaba en el brasero.
Segovia, 1911, p. 164.
centímetro. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. Cinta métrica.
PUIG, MANUEL. La traición de Rita Hayworth. Buenos Aires: Jorge
Álvarez, 1970, 190: [ ... ] mi papá me pegó, el sastre gallego,
jugador, con el centímetro a latigazos.
Dellepiane Cálcena, 1971, p. 355.
cinta. [ADICIÓN DE SUBENTRADA). f.-
- de freno. f. Tejido de amianto y fibras metálicas, que se
coloca sobre la zapata del freno. (ferodo).
Caras y Caretas. Buenos Aires, 29.08.1925: Use cintas para
frenos FERODO FRICTION L1NINGS.
BOLETIN OFICIAL MUNICIPAL. Trelew, N.O 270, 02.03.2004: [ ... ] provi-
sión de los siguientes repuestos: una tuerca, una zapata con
cinta de freno, un cilindro de freno, una abrazadera, un retén
de bancada.
colar. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. prnl. En fútbol y otros deportes,
ingresar velozmente un jugador con la pelota en zona rival
por entre la línea de la defensa.
El Ciudadano. Rosario, 19.04.2004: Maxi López se coló entre
los defensores y aportó su importante grano de arena para que
el Clausura siga bien caliente.
cucarachero. [ADICIÓN DE ARTicuLO). m. coloq. Persona que, en
casas o edificios, se dedica a la eliminación de insectos.
BAAL, LXX, 200S REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 265

<www.caesar.org.ar/infot/elrol delosprofesionalesenel
controldeplagas.htm> [CONSULTA: 06.09.2004: [u.] pareciera que
la legitimación social de nuestra profesión pasara exclusiva-
mente por el cambio de un rótulo: de «cucarachero» a «Opera-
dor de Control de Plagas», simplemente como una estrategia
de mercadeo.
cuchara. {ADICIÓN DE ARTÍCULO]. f. En fútbol, toque o golpe suave
dado a la pelota con el empeine, por 10 general para elevar-
la. U. m. en la loco de cuchara.
Clarín. Buenos Aires, 12.08.2002: [...] después de que la defen-
sa de Newell's se durmiera y permitiera que en un tiro libre
Andrizzi, en vez de patear, le hubiera hecho un pase de cucha-
ra por arriba de la barrera a Silvia González para el primer gol.
cuentapropista. {ADICIÓN DE ARTÍCUW]. adj. Que trabaja por cuenta
propia, autónomo. U. m. C. S. como
La Voz del Interior. Córdoba, 21.02.2003: La precariedad dAI
empleo en el sector cuentapropista es otro de los datos rele-
vantes del informe.
La Nación. Buenos Aires, 18.05.1986: En los años sesenta, los
cuentapropistas se orientaron principalmente al sector industria
y construcción.
Ávila, 1991, p. 121, Rodríguez, 1991, p. 359, Haensch, 1993, p.
222.
despelotado, da. {ADICIÓN DE ARTÍCULO]. (De despelotar). adj.
coloq. Dicho de una persona: Irresponsable, descuidado.
U. t. C. S.
La Voz del Interior. Córdoba, 20.10.2001: [... ] era exactamente
como deseabas que fuera: un argentino cordial, un político com-
prensible y un anfitrión despelotado.
embolante. (ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. coloq. Que produce
embole.
Clarín Rev. Buenos Aires, 22.06.1975: [... ] hay gente a la que
uno nunca le pasa bola o pelota (la ignora), precisamente por-
que es gente embolante (hartante).
Haensch, 1993, p. 248. . .
embolar. {ADICIÓN DE ARTÍCULO}. tr. coloq. Molestar, fashdlar,
aburrir. U. m. C. prnl. .
Rev. Noticias. Buenos Aires, 14.02.2004: Ahora, a mi, me gus-
ta tener amigas mujeres. Los varones me embolan ... nunca me
divierto tanto con ellos como con las mujeres.
266 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXX, 2005

GOQ~1I0, 1991, p. 37,100, Haensch, 1993, p. 248.


embole. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. coloq. Molestia, fastidio, aburri-
miento.
Página/12. Buenos Aires, 30.06.2004: Después, se sabe, la
soledad, el embole, la evidente sensación de que Mr. Smith
encontró en The Cure el vehículo definitivo para su música,
llevaron a uno de esos actos de volvemos-aunque-nunca-nos-
fuimos.
Haensch, 1993, p.248.
encargue. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. m.-
estar de -. fr. coloq. Estar embarazada.
PASTEKNIK, ELSA LEONOR. Mitos vivientes de Misiones. Buenos Ai-
res: Plus Ultra, 1977, 110: [... ] cuando yo estaba de encargue
de Walter, de dos meses, escuché a eso de las dos o de las
tres de la mañana que tocaban tambor.
Santillán, 1976, p. 188, Figueroa, 1991, p, 127, Haensch, 1993,
p.252.
engrampar. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. tr. Sujetar o unir algo con
grampas.
Rfo Negro. General Roca, 12.05.2003: La estructura de hierro
irá por dentro de la columna vertebral y de algunas copias de
huesos en las patas. [... ] Hay que elevar la réplica y engrampar
los distintos sectores en los que dividirá todo el esqueleto.
Rojas, 1981, t. 2, p. 191, Haensch, 1993, p. 255.
escorchar. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. tr. coloq. Fastidiar, molestar.
U. t. c. intr.
CORTÁZAR, JULIO. El examen [1950]. Buenos Aires: Sudamerica-
na-Planeta, 1986, 174: «Cómo escorchan con los análisis», dijo
uno de los del fondo.
Meo Zilio, 1970, p. 91; Teruggi, 1974, p. 62; Santillán, 1976, p.
201; Rojas, 1981, t. 11, p. 196; Catinelli, 1985, p. 68; Aguilar,
1986, p. 38; Ávila, 1991, p. 168; Gobello, 1991, p. 105;
Rodríguez, 1991, p. 118; Haensch, 1993, p. 263.
escorchón, na. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. adj. coloq. Que escorcha.
PUIG, MANUEL. La traición de Rita Hayworth [1968]. Buenos Aires:
Jorge Álvarez, 1970, 76: Dele preguntarme si entendía y yo le
decía «sí, sí» y para mis adentros le decía «escorchona».
Rojas, 1981, t. 11, p. 196; Gobello, 1991, pp. 105, 106; Rodriguez,
1991,p. 118; Haensch, 1993, p. 264.
BAAL, LXX, 2005 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 267

escruchante. [ADICIÓN DE ARTÍCULO}. como lunf. Ladrón que prac-


tica el escruche.
BAmSTElLA, MARIO y EDMUNDO RIVERa. "P'al nene" [1952]. En: Las
letras del tango: Antología cronológica 1900-1980. Coordina-
ción y prólogo por Eduardo Romano. Rosario: Fundación Ross,
1995, 406: Y la vas de gran troesma, I de lancero y escruchante,
I de balurdo y asaltante, I no sé con qué pretensión.
Meo Zilio, 1970, p. 108; Coluccio, 1979, p. 83; Gobello, 1991, p.
106; Rodríguez, 1991, p. 119; Haensch, 1993, p. 264.
vAR. => escrushante.
Dellepiane, 1894, p. 72; Meo Zilio, 1970, p. 108; Rojas, 1981, t.
11, p. 197; Haensch, 1993, p. 264.
vAR. => scruchante.
Meo Zilio, 1970, p. 108; Santillán, 1976, p. 880; Rodríguez,
1991, p. 119.
VAR. => scrushante. Meo Zilio, 1970, p. 108.
escruche. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. lunf. Robo que se efectúa
forzando puertas o ventanas.
DE LA PÚA, CARLOS. La crencha engrasada: poemas bajos. Bue-
nos Aires: Trazo, 1928, 42: Vivirás mientras siga copando la
patriada, I un taura arrabalero que despreció la yuta, I mientras
se haga un escruche sin que salga mancada I mientras taye la
grela de la crencha engrasada, I mientras viva un poeta, un
ladrón y una puta.
Meo Zilio, 1970, p. 108; Santillán, 1976, p. 880; Rojas, 1981, t.
11, p. 197; Gobello, 1991, p. 106; Rodríguez, 1991, p. 119;
Haensch, 1993, p.264.
vAR. => escrucho.
ALVAREZ, JOSÉ s. Cuentos con policías. [c 1906] Buenos Aires:
Sur, 1962, 95: Es necesario tener una afición desenfrenada a
lo ajeno, para dedicarse al escrucho. .
Meo Zilio, 1970, p. 108; Santillán, 1976, p. 880; Gobello, 1991,
p.106; Rodríguez, 1991, p. 119.
vAR. => escrushe.
<www.clubdetango.com.ar/radio/escruche.htm> [CONSULTA:
28.03.2004]: «Escrushe» o «Escruche» °«Scruce». Según
Chiappara, palabra que proviene del italiano «scroscio».
Gobello, 1991, p. 106; Haensch, 1993, p. 264.
vAR. => escrusho.
268 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXX, 2005

Dellepiane, 1894, p. 72; Meo Zilio, 1970, p. 108; Haensch, 1993,


p.264.
vAR. ~ scruche.
PAGANO, JOS~ H. La biblia rea. Buenos Aires: Cadel, 1957, 40:
Pardales responde presto I «scruches, lanceas, pecas, I
escolazos, pungas, cuentos» I y otras clases de laburo I soy un
artista completo.
Meo Zilio, 1970, p. 108; Santillán, 1976, p. 880.
VAR. ~ scrucho.
ALVAREZ, JOS~ s. Cuentos con policías. [c 1906] Buenos Aires:
Sur, 1962, 85: Entre los lunfardos hay cinco grandes familias:
[oo.] los que cuentan el cuento, o hacen el scrucho, vulgarmente
llamados estafadores.
Meo Zilio, 1970, p. 108.
escrucho. [ADICIÓN DE ARTÍCULO}. m. lunf. escruche.
escrushante. [ADICIÓN DE ARTÍCULO}. m. lunf. escruchante.
escrushe. [ADICIÓN DE ARTÍCULO}. m. lunf. escruche.
escrusho. [ADICIÓN DE ARTÍCULO}. m. lunf. escruche.
felipe. [ADICIÓN DE ARTÍCULO}. m. Pan de tamaño mediano, alarga-
do, con miga esponjosa y corteza crocante.
BIOY CASARES, ADOLFO. El sueño de los héroes. Buenos Aires:
Losada, 1954, 192: En un almacén de Montes de Oca al seis-
cientos desayunaron con un café con leche completo, con felipes
y medialunas.
Catinelli, 1985, p. 69, Gobello, 1991, p. 115, Rodríguez, 1991,
p. 132, Haensch, 1993, p.275.
garuar. [ADICIÓN DE FORMA COMPLEJA}.
que te (o les) garúe finito. expr. fig. coloq. Saludo de
despedida humorístico y a veces irónico.
P~REZ ZELASCHI, ADOLFO L. Nicolasito: vida del hombre de las siete
. madres. Barcelona: Plaza y Janés, 1981, 113: [oo.] soy mujer de
palabra: dame lo que te dije y que te garúe finito.
gasolero. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. Dicho de automóviles,
motores o maquinarias: Que usa gasoil como combusti-
ble. U. t. c. s.
La Nación. Buenos Aires, 17.11.1968: Además, una gran parte
del reparto en mercaderías de distinto tipo se hace con camio-
nes a nafta, pues el gasolero no se presta para la detención
continua.
Haensch, 1993, p. 295.
BAAL, LXX, 2005 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 269

gomita. [ADICI6N DE ARTÍCULO). f. Banda elástica.


Página/12. Buenos Aires, 30.07.2004: Avery perdió un ojo: uno
de los escritores le tiró con un clip de metal con una gamita, el
juego más frecuente en el departamento creativo.
guarangada. [ADICI6N DE ARTÍCULO). f. Grosería, hecho o acción
descorteses.
ROSSI, VICENTE. Cosa de negros. Buenos Aires: Hachette, 1958,
85: Es raro que haya escapado a los cronistas rosistas, que si
el loco era tan paisano como lo pintan (igaucho nunca!), no
había aprendido sus habilidades de corral y ranchería [ ... ], sus
guarangadas de fogón y enramada.
Garzón, 1910, p. 233, Segovia, 1911, p. 221, Vidal de Battini,
1949, p. 243, Selva, 1951, p. 71, Granada, 1957, t. 2, p. 40,
Santillán, 1976, p. 263, 527, Rojas, 1981, t. 2, p. 227, Avila,
1991, p. 184, Gobello, 1991, p. 134, 135, Rodríguez, 1991, p.
149, Haensch, 1993, p. 306.
hielera. [ADICI6N DE ARTÍCULO). f. Recipiente para servir los cubi-
tos de hielo.
La Nación. Buenos Aires, 31.05.2001: La recordada celebra-
ción terminó en una batahola donde abundaron las agresiones,
la rotura de sillas y mesas, además del robo de equipos musi-
cales, manteles, paneras, hieleras y todo tipo de vajilla.
hinchahuevos. [ADICI6N DE ARTÍCULO]. adj. vulgo hinchapelotas.
U. t. c. S.
La traición de Rita Hayworth. Buenos Aires: Jorge
PUIG, MANUEL.
Alvarez, 1970, 183: [... ] quedemos amigos, no importa todo lo
que pasó la hinchahuevos y como despedida me encaja los
libros.
Rodriguez, 1991. p. 156, Haensch, 1993, p. 317.
hinchapelotas. [ADICI6N DE ARTÍCULO). adj. vulgo Dicho de una
persona: Que molesta o irrita. U. t. C. S.
SABATO, ERNESTO. Sobre héroes y tumbas. Buenos Aires: Fabril,
1963, p.45: [ ...] el resto son nada más que hinchapelotas, hijos
de puta o cretinos.
Gobello, 1991, p. 138, Rodríguez, 1991, p. 156, Haensch, 1993,
p.317.
ingrediente. [ADICI6N DE ARTÍCULO). m. pI. Conjunto de peque-
ñas porciones de alimentos que, en bares o confiterías,. se
sirven en platos pequeños para acompañar a una bebida
(tapas).
270 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXX. 2005

COSSA, ROBERTO.Los días de Julián Bisbal. Buenos Aires: Talía,


1966, 84: Desde el interior llega Beatriz con una bandeja. Trae
botellas de vermut y varios platitos con ingredientes.
BAAL, 1967, n.0123-124, p. 266, Rodríguez, 1991, p. 160,
Haensch,1993,p.328.
juguera. [ADICIÓN DE ARTÍCULO}. f. Electrodoméstico con el que,
por centrifugado, se obtiene el jugo de frutas o de verduras.
Clarín. Buenos Aires. 21.04.1982: Las jugueras [...J aprovechan
al máximo el jugo de frutas y verduras, conservando el valor
vitamínico que esos alimentos tienen.
Haensch, 1993, p.338.
legüero, ra. [ADICIÓN DE ARTÍCULO}. adj. rur. Se dice del animal
que puede andar varias leguas sin cansarse.
CARRIZO, JUAN ALFONSO. Cancionero popular de La Rioja. Buenos
Aires: A. Baiocco, 1942, 161: En la punta de la loma I tengo
una chancha legüera.
Cáceres Freyre, 1961, p. 118; Villafuerte, 1961, 1. 11, p. 22;
Haensch, 1993, p. 349; Gatica de Montiveros, 1995, p. 176.
lenguado. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. Nombre de varias especies
de peces de aguas saladas, o de baja salinidad, que viven
sobre los fondos de fango. Su cuerpo es largo y aplanado
(Paralichthys spp.).
GUGLlELMINI, HOMERO M. La galería de los espejos. Buenos Aires:
Kraft, 1953, 152: Cuando mi día de pesca era fructuoso, y
lograba traer a la cocina algunos lenguados, rayas o borriquetas
-ijeneralmente de regular tamaño-, Casilda los convertía en
sabrosísimos manjares.
manyaoreja. [ADICIÓN DE ARTÍCULO}. adj. despect. coloq.
Obsecuente, adulón, que trata de agradar a otra persona
para obtener algún beneficio. U. t. c. s.
<www.paginadepoesia.com.ar/nveron.html> [CONSULTA:
15.03.2005J: [ ... J vos sabés que hay manyaorejas que adulan
para después ortivarte ...
Meo Zilio, 1970, p. 30; Teruggi, 1974, p. 33; Rodríguez, 1991,
p. 191; Haensch, 1993, p. 378.
VAR. ~ manyoreja.
BAVIO ESQUIÚ, MIGUEL. Juan Mondiola. Buenos Aires: Imprenta
Chile, 1954, 58: [ ... ] pongo prudente distancia entre miorganis-
mo yesos manyorejas del laburo a los que la fatalidad por ser
pobre te obliga a soportar.
BAAL, LXX, 200S REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 271

Teruggi, 1974, p. 33.


membretado. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. adj. Dicho del sobre o del
papel: Que posee membrete.
SZICHMAN, MARIO. "El retorno del anciano fantasma". En: Crisis.
Año 1, n.o 10. Buenos Aires: Editorial del Noroeste, febrero de
1974, 26: Saqué una hoja membretada del cajón central del
escritorio y diagramé el plan en dos patadas.
morfar. [ADICIÓN DE ARTicULO]. tr, vulgo Comer.
SILBERSTEIN, ENRIQUE. Cuentos en Corrientes y Paraná [1965].
Buenos Aires: La Campana, 1982, 28: -Después ... Esperate.
Dejame morfar que tengo un hambre bárbaro.
Dellepiane, 1894, p. 87, 92, Meo Zilio, 1970, p. 115, Teruggi,
1974, p. 112, 113, Santillán, 1976, p. 472, Coluccio, 1979, p.
136, Rojas, 1981, t. 2, p. 293, Ávila, 1991, p. 232, Figueroa,
1991, p. 19, Gobello, 1991, p. 174, Rodríguez, 1991, p. 203,
Haensch, 1993, p.402.
naftero, ra. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. adj. Referido a un automóvil:
Que su motor emplea nafta como combustible. U. t. c. s.
Clarín. Buenos Aires, 01.02.1994: [...] sus concesionarias po-
nen en vidriera al primer auto eléctrico cuyas prestaciones son
realmente comparables con cualquier coche deportivo con un
típico motor nafiero.
Haensch, 1993, p.411.
onda. [ADICIÓN DE SUBENTRADA]. f.-
de -. loe. adj. coloq. A la moda. U. m. en la fr. estar de
onda
Clarín. Buenos Aires, 06.12.1989: Sin olvidar que el blanco
siempre está de onda y que, entre las combinaciones top, como
en la ropa y en la decoración, están el negro con blanco, y el
negro con beige.
pachanguear. [ADICIÓN DE ARTÍCULO}. intr. coloq. p. USo Asistir o
participar en una pachanga.
<www.juegosdegue.com.ar/nota s/notarolcrazy 1 /
notarolcrazv1.html> [CONSULTA: 06.09.2004]: [...] otros amigos, a
quienes yo quería enganchar, me miraban con cara de horror,
diciéndome que nunca se encerrarían una noche en la que
pudieran pachanguear en algún otro lado.
pachanguero, ra. [ADICIÓN DE ARTicULO}. adj. coloq. p. uso Rela-
tivo a la pachanga.
272 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXX, 2005

La VQ'? del Interior. Córdoba, 24.01.2004: El grupo pachanguero


actuará en la noche del Chaqueño Palavecino y seguramente
habrá música compartida.
paragolpe. [ADICIÓN DE ARTicULO). m. En automotores, pieza de
metal o de plástico resistente que cubre por debajo de los
faros la parte delantera o trasera de la carrocería para pro-
tegerla de roces o choques.
La Voz del Interior. Córdoba, 18.07.2004: En el Especial entre
Santa Rosa y San Agustín, Petter Solberg dejó definitivamente
la carrera ... y el paragolpe trasero de su Subaru.
Haensch,1993,p.445
vAR. => paragolpes.
CORTÁZAR, JUuo. Todos los fuegos el fuego [1966]. Buenos Aires:
Sudamericana, 1991, 31: Con los paragolpes rozando el Simca,
el 404 se echó atrás en el asiento, sintió aumentar la velocidad,
sintió que podía acelerar sin peligro de irse contra el Simca ..
Santillán, 1976, p. 566, Rojas, 1981, t. 2, p. 321.
paragolpes. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. paragolpe.
pasacasete. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. Aparato que se utiliza para
la reproducción de un casete sonoro.
Clarín. Buenos Aires, 15.08.1993: [... ] mató a dos personas que
le habían robado el pasacasete.
Rodríguez, 1991, p. 226, Haensch, 1993, p. 447.
paspa. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). (Del quechua). f. NO. coloq.
Paspadura.
MARTiNEZ, LEONARDO. "Entonces". En: La Tecla Eñe. Rev. Digital.
Buenos Aires, dic. 2003: [...] comulgábamos, 1 las rodillas callo-
sas y escamadas I con una paspa dura y seca.
Lafone Quevedo, 1927, p. 183; Lizondo Borda, 1927, p. 266; Di
Lullo, 1946, p. 236; Selva, 1951, p. 81; Casulla, 1964, p. 44;
Santillán, 1976, p. 579; Avila, 1991, p. 250; Haensch, 1993, p.
449.
paspado, da. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. vulgo Tonto, torpe.
<www.canalla.com/Gente/Pizarron1201.htm> [CONSULTA:
07.09.2004]: Escuchando los comentarios del ruso Ramenzoni
y no los de más de un paspado periodista.
Esteva Sáenz, 1963, p. 354; Rojas, 1981, t. 11, p. 324; Figueroa,
1991, p. 280; Rodríguez, 1991, p. 227.
BAAL, LXX, 2005 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 273

paspadura, [ADICIÓN DE ARTlcULO].f. Agrietamiento o irritación


de la piel, ocasionados por el aire frío, la sequedad o el
contacto con sustancias irritantes.
Para Ti. Buenos. Aires, 10.09.1977: Alivie ahora esas mismas
paspaduras [... ] calmando la irritación y el paspado.
Segovia, 1911, p. 256; Lafone Quevedo, 1927, p. 183; Lizondo
Borda, 1927, p. 266; Vid al de Battini, 1949, p. 291; Solá, 1950,
p. 253; Sánchez de Bustamante, 1951, p. 230; Selva, 1951, p.
81; Cáceres Freyre,1961, p.147; Villafuerte,1961, t. 11, p.164;
Casullo, 1964, p. 44; Teruggi, 1974, p. 91; Santillán, 1976, p.
580; Rojas, 1981, t. 11, p. 324; ÁVila, 1991, p. 250; Rodríguez,
1991,p.227;Haensch,1993,p.449.
pasparse. [ADICIÓN DE ARTicULO]. (Del quechua p 'aspay, agrie-
tar). prnl. Agrietarse la piel por el contacto con sustancias
irritantes o por los efectos del frío y la sequedad.
LEGUIZAMON, MARTINIANO. Calandria: costumbres campestres [1896].
Buenos Aires: Solar/Hachette, 1961, 63: Y al que de puro
angurriento / coma, sin pelar, la breva ... (Riendo.) / iLo apuren
los... címarrones / y se le «paspe» la jeta!
La Voz del Interior. Córdoba, 12.07.2004: David Camargo tam-
bién oía cómo esas voces ajenas desnudaban su intimidad
acaso más insignificante, convertida de la noche a la mañana
en una pista de su supuesta depravación (<<Los slips me lasti-
man porque me paspo», explica él).
Segovia, 1911, p. 256, Lizondo Borda, 1927, p. 267, Vidal de
Battini, 1949, p. 147, Solá, 1950, p. 253, Sánchez de
Bustamante, 1951, p. 230, Selva, 1951, p. 81, Granada, 1957,
t. 2, p. 139, Villafuerte, 1961, t. 2, p. 164, Rojas, 1981, t. 2, p.
325, Catinelli, 1985, p. 89, Gobello, 1991, p. 194, Rodríguez,
1991,p.227,Haensch, 1993, p.449.
pasticho. [ADICIÓN DE ARTicULO]. (Del it.pasticcio) m. Comida de
mal aspecto, por lo general debido a una mala cocción o a
la mezcla poco esmerada de sus ingredientes.
<WWW.Duertoazul.com.arlrecetas.htm> [CONSULTA: 05.08.2004]:
[... ] revuelva las tres cosas sin hacer una masa, es decir solo
encárguese de que la manteca esté bien fría y que no se haga
un pasticho; solo revuélvalo delicadamente.
2. fig. coloq. Embrollo, mezcla desordenada de ideas o cosas.
<www.axxon.com.ar/not/140/c-1400028.htm> [CONSULTA:
15.11.2004] Los puristas siempre han terminado por calificar de
274 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXX, 2005

«pas.tjcho» cualquier intento de combinar las presencias de dos


personajes de universos diferentes.
Meo Zilio, 1970, p. 36, Teruggi, 1974, p. 62, Gobello, 1991, p.
195, Rodríguez, 1991, p. 227.
piso. [ADICIÓN DE ACEPCIÓN).m. En un edificio de departamentos,
el que ocupa la extensión total de una planta.
LOUBET, JORGELlNA. Mi barrio, mi país, el mundo. Buenos Aires:
Corregidor, 1978, 21: No alcanzó a terminar la lista; persuasivo,
el marido le recordaba la dicha de poseer tan espléndido piso.
Haensch, 1993, p.483.
portación. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). f.-
- de cara. Acción y efecto de criminalizar a alguien, o
atribuirle carácter sospechoso, por tener rasgos físicos, as-
pecto en general o comportamientos que un sector de la
sociedad discrimina.
La Capital. Rosario, 15.12.2004: Los policías mencionaron que
lo llevaban como sospechoso de un robo en una barriada don-
de no es extraño «caer demorado» por portación de cara.
2. Por ext., cualquier valorización prejuiciosa, sea
ponderativa o descalificatoria.
Rev. Semanario, 15.09.2003: «Parece que los actores peca-
mos por portación de cara, la gente piensa que tenemos plata y
es mentira, vivimos al día», dice con bronca.
postular. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). tr. Proponer a un candidato para
un.cargo. U. t. c. prol.
El Pueblo. Villaguay, 04.08.2004: [ ... ] ahora mudó de partido y
se presenta para el mismo cargo, pero como candidato del
Frente Entrerriano para la Victoria, que postula para goberna-
dor al justicialista José «Conde» Ramos.
publicitar. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. tr. Dar carácter público a un
hecho, especialmente a través de los medios de comuni-
cación.
La Nación. Buenos Aires: 03.09.1966: Suponía jugar con algo
intangible; no se trataba de «vender» un producto envasado;
algo material: esto era publicitar saber, cultura.
Ávila, 1991, p. 276; Haensch, 1993, p. 498.
2. Realizar propaganda comercial.
Clarín. Buenos Aires, 23.03.1983: A las ofertas que proponen
las grandes tiendas [... ] o que se publicitan en los diarios, se
BAAL, LXX, 2005 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 275

suman las que ofrecen los comercios de las distintas barriadas


~ las de las fábricas de venta directa al público.
AVila, 1991, p. 276; Haensch, 1993, p. 498.
punga. {ADICIÓN DE ARTÍCULO]. f. coloq. Hurto, esp. el que se hace
en los bolsillos.
PAGANO, JOSÉ H. La biblia rea. Buenos Aires: Cadel, 1957,32: Que
una Ley dicte el Congreso I creando escuelas de cacos, I pa'
«pungas», «lanceas», «atracos»,1 «peca», «escolazos» y anexos.
Dellepiane, 1894, p. 92; Garzón, 1910, p. 407; Salazar, 1911,
p. 50; Segovia, 1911, pp. 269, 587; Meo Zilio, 1970, p. 98;
Teruggi, 1974, p. 149; Santillán, 1976, p. 751; Coluccio, 1979,
p. 165; Gobello, 1991, pp. 151,211; Rodríguez, 1991, p. 251;
Haensch, 1993, p.501.
2. coloq. m. Carterista o ladrón.
La Voz del Interior. Córdoba, 17.06.2001: El punga o punguista,
como sabemos, es el carterista o sea el que sustrae el cuero al
gilastro, gilastrún o giliberto.
Dellepiane, 1894, p. 92; Coluccio, 1979, p. 165; Gobello, 1991,
p. 151,211; Haensch, 1993, p.501.
3. coloq. Objeto robado por el punguista.
Dellepiane, 1894, p. 92; Teruggi, 1974, p. 149; Santillán, 1976,
p. 751; Rodríguez, 1991, p. 251; Haensch, 1993, p. 501.
pungar. {ADICIÓN DE ARTÍCULO]. tr. coloq. punguear.
pungueada. {ADICIÓN DE ARTÍCULO}. f. coloq. punga, hurto.
<www.la16.com.arlreportajes/entrevistajpbalzano.htm> [CONSUL-
TA: 04.06. 2004]: Accidentes muchos pero nunca son mi culpa.
y asaltos no, pungueadas miles.
MeoZilio, 1970, p. 99; ROdríguez,1991, p. 251.
punguear. {ADICIÓN DE ARTÍCULO} tr. coloq. Hurtar.
CAMBACÉRES, EUGENIO. Pot-pourri (Silbidos de un vago) [1881].
En: Obras completas. Santa Fe: Castellví, 1956, 49: El súbdito
napolitano Giácomo Piazzetta se pungueó dos naranjas de un
puesto del Mercado del Centro.
Meo Zilio, 1970, p. 98; Santillán, 1976, p. 752; Gobello, 1991, p.
211; Rodríguez, 1991, p. 251.
VAR~ pungar.
<www.laspeores.com.arllp/modules.php?name=News&file=
article&sid=210> [CONSULTA: 07.09.2004.]: [...] perseguido por cua-
tro pelotudos que te quieren pungar el gorrito de Racing Club.
Meo Zilio, 1970, p. 98; Rodríguez, 1991, p. 251.
276 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXX, 2005

VAR. ::;:? punguiar.


<www.psicofxp.comlforums/historial/topic/121368-52.html> [CON-
SULTA: 07.09. 2004.]: Habrán agarrado al zochori que estaba a
pleno punguiando en Ballester.
Meo Zilio, 1970, p. 98; Santillán, 1976, p. 752; Rodríguez, 1991,
p.251.
punguiar. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). tr. coloq. punguear.
punguista. [ADICIÓN DE ACEPCIÓN] l. adj. coloq. De la punga.
Clarin. Buenos Aires, 18.05.2000: En la Boca, el ingreso visi-
tante por calle Brandsen suele ser territorio punguista.
Segovia, 1911, p. 269, 587.
punguístico, ca. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. coloq. Relativo a la
punga.
Meo Zilio, 1970, p. 98; Santillán, 1976, p. 752; Haensch, 1993,
p.501.
punta. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. f.-
- florecida. Deterioro de las puntas del cabello que se
manifiesta al crecer éstas bifurcadas. U. m. en pI.
La Nación. Buenos Aires, 22.07.2004: Sin embargo, se reco-
mienda cortarlo [el pelo] una vez por mes para sacar las puntas
florecidas.
puntaje. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. ID. Cantidad de puntos obtenidos
en una competencia.
Olé. Buenos Aires, 31.07.2004: Después, cambió un poco la
historia, aunque el Ajax mantuvo su puntaje.
Haensch, 1993, p.501.
puyo. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. adj. NO. Se dice de la manta o del
poncho de lana, gruesos y cortos y por lo común tejidos a
mano. U. t. c. s. m.
VIUAFUERTE, CARLOS. Fiestas religiosas en Catamarea. Buenos
Aires: El Llastay, 1957,35: Es la feria de Catamarca. Se ven-
den tejidos, ponchos, mantas, puyos, [ ... ] peleros, color de
vicuña.
Lafone Quevedo, 1927, p. 197, Aramburu, 1944, p. 64, Di Lullo,
1946, p. 255, Solá, 1950, p. 277, Sánchez de Bustamante,
1951, p. 235, Granada, 1957, t. 2, p. 171, Villafuerte, 1961, t. 2,
p. 222, Casullo, 1964, p. 62, Fidalgo, 1965, p. 45, Santillán,
1976, p. 751, 761, Coluccio, 1979, p. 166, Rojas, 1981, t. 2, p.
368, Ávila, 1991, p. 280, Haensch, 1993, p. 500.
BAAL, LXX, 2005 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 277

quebradura. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). f. Fractura de un hueso.


GUDliÍlO KRAMER, LUIS. Aquerenciada soledad [1940]. Buenos Aires:
Centro Editor de América Latina, 1967,70: Debía ser muy juerte
el dolor de la quebradura y los tajos, porque aunque el mocito
apretaba las carretiyas, le salía a modo de un quejido.
Di Lullo, 1946, p. 256.
quemar. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). tr. coloq. Herir o matar a alguien
con un arma de fuego.
ANDERSON IMBERT, ENRIQUE. Vigilia [1934]. En: Vigilia. Fuga. Bue-
nos Aires: Losada, 1963,65: Voy a meterle bala. Un paso más
y lo quemo.
Santillán, 1976, p. 767, Gobello, 1991, p. 213, Rodríguez, 1991,
p.257, Haensch, 1993, p. 505.
quiebre. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. Cese de la actividad de una
empresa o comercio, motivado por la imposibilidad de cum-
plir con las obligaciones contraídas.
La Nación. Buenos Aires, 23.03.1997: [Informaciones periodis-
ticas]lo vincularon con el quiebre de una empresa.
2. Acción y efecto de romper una relación o la tendencia
de un comportamiento.
Clarín. Buenos Aires. 02.10.2000: Una de las principales se-
cuelas de la crisis económica, para las pequeñas y medianas
fábricas argentinas, es el quiebre en la cadena de pagos.
3. Ruptura del equilibrio emocional de una persona.
Clarín. Buenos Aires, 23.05.1997: [De la Secretaría de Seguri-
dad bonaerense] no confirmaron haber conocido ese supuesto
«quiebre» de Prellezo ante el psiquiatra.
radioemisora. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). f. Estación de radiodifusión.
DRAGHI LUCERO, JUAN. Cuentos mendocinos. Buenos Aires: Tro-
quel, 1964, 58: [ ... ] explicó en su sesudo mensaje, leído por
todas las radioemisoras locales, que lo que daba era una corta
~ubvención a los clubes.
Santillán, 1976, p. 787, Rodriguez, 1991, p. 261, Haensch, 1993,
p.512.
raspadita. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). f. Juego de azar en donde el
participante, al raspar una fina película que cubre el cartón
recibido, conoce inmediatamente su suerte.
278 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXX, 2005

Tiempo Fueguino. Río Grande y Ushuaía, 13.07.2004: Pero


incluirá una raspadita con más de 350 premios. Desde mañana
estará a la venta en toda la provincia.
Haensch, 1993, p.515.
rebaje. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. En automotores, reducción de
la velocidad que se realiza con la caja de cambios.
Gente. Buenos Aires, 29.05.1975: En medio de esto, el joven
Carballo hizo un rebaje, puso la tercera y trató de quedarse
atrás.
Haensch, 1993, p.518.
relator. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. En programas radiofónicos,
persona que tiene a su cargo la narración de un encuentro
deportivo.
GOROSTIZA, CARLOS. El puente [1949). Buenos Aires: Sudamerica-
na, 1971, 10: [ ... ) juega con la pelota y la lanza al aire, abriendo
los brazos y embolsándola cuando cae. Habla como un relator
deportivo.
Haensch, 1993, p. 524.
revirado, da. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). adj. coloq. De mal carácter
o de reacciones destempladas, perturbado. U. t. c. s.
GUDlrilo KIEFFER, EDUARDO. Guía de pecadores. Buenos Aires:
Losada, 1975, 171: Y ya estaba en la calle, en patas con esta
risa que todavía me dura, cómo no me va a durar, mirá que el
mundo está lleno de locos y los más revirados me tocan a mí.
Rojas, 1981, t. 3, p. 391, Ávila, 1991, p. 297, Rodríguez, 1991,
p. 271, Haensch, 1993, p. 530, RHA, 1995, p. 35.
rifar. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). tr. coloq. Desprenderse de alguien o
de algo, despreciando su valor.
Los Andes. Mendoza, 25.07.2002: Iglesias quiere rifar el poder.
Santillán, 1976, p. 767; Rodríguez, 1991, p. 272; Haensch, 1993,
p.532.
2. En algunos deportes colectivos con pelota, desprenderse
de esta en un pase o en un remate carentes de precisión u
oportunidad.
Clarín. Buenos Aires, 06.08.2000: Belgrano fue prolijo a la hora
de tener la pelota. Fue inteligente para retroceder sin ella y
nunca la rifó.
rompehuelgas. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). como desp. coloq. Traba-
jador que no se adhiere a una huelga.
BAAL, LXX, 2005 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 279

Noticias. Buenos Aires, 26.04.2003: Allí conoce a un activista


norteamericano que lucha contra los abusos de los empleadores
y trata de concientizar a los trabajadores. Entre éstos hay de
todo: gente que está dispuesta a la lucha, delatores y rompe-
huelgas.
Rodríguez, 1991, p. 273.
sacón. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. m. Abrigo, especialmente el de
mujer, más largo y amplio que el saco.
GONZALEZ ARRILI, BERNARDO. Buenos Aires: 1900 [1951]. Buenos
Aires: Centro Editor de América Latina, 1967, 83: Sin mayor
discriminación era también payasada la chuscada del tony que
enrolla alfombras y luce desproporciones: zapatos sobrados,
sacones sin fin, sombreros chiquitos.
Rojas, 1981, t. 111, p. 397; Haensch, 1993, p. 538.
sacramento. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. m. Factura rectangular que
se recubre con azúcar.
Santo oficio de la memoria. Buenos Aires:
GIARDINELlI, MEMPO.
Grupo Editorial Norma, 1991,435: Eso le voy a decir y tomá
otro mate y yo me mando este vigilante y después este sacra-
mento con mucha azúcar.
Haensch, 1993, p.538.
saltona [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. f. Langosta cuando todavía no
vuela.
BARBIERI, VICENTE. El río distante: relatos de una infancia. Buenos
Aires: Losada, 1945, 184: [... ] en filas perfectamente ordena-
das, avanzaban, subían, en incansable marea, las saltonas,
aún no volaban, y eran las peores.
Segovia, 1911, p. 282; Saubidet, 1943, p. 363; Rodríguez, 1991,
p. 281; Haensch, 1993, p. 541.
salvavida. [ADICIÓN DE ARTÍCULO] como salvavidas, persona.
salvavidas. [ADICIÓN DE ARTÍCULO] como Persona encargada de la
seguridad en una playa o pileta de natación, bañero.
Diario El Zonda. San Juan: 12.02.2004: [... ] un salvavidas que
se encontraba en el club de surf, dijo que no podía creer lo que
estaba viendo.
Haensch, 1993, p.541
v AR => salvavida.
<www.certezajoven.com.ar/demente/matdmetelilustraciones/
salvavidas.htm> [CONSULTA: 07.09.2004]: Un día tres jovenes de-
cidieron ir al río. Solo uno de ellos sabía nadar, era salvavida.
280 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXX, 2005

Haensch,1993,p.541
2. m. co)oq. Pliegue de gordura que se forma en la cintura.
El Día. La Plata: 26.08.2003: [... ] les preocupan el cuello y los
mofletes, y el «salvavidas» alrededor de la cintura.
Haensch, 1993, p.541
saque. [ADICIÓN DE ACEPCIÓN). m. Golpe fuerte e inesperado que
suele darse con el puño.
CENTEYA., JULlÁN. MLa rechiflada EN: <www.clubdetango.com.ar/
ft

lunfardeando/poesias/jc-rechifla.htm> [CONSULTA: 17.08.2004]:


Siempre te rechiflás,/ por cualquier cosa la broncás I y te da el
ataque. I Mirá, un día de estos I te via dar un saque I y vas a
quedar en cama I bien marmosa.
Saubidet, 1943, p. 364, Rojas, 1981, t. 3, p. 403, Gobello, 1991,
p. 228, Rodríguez, 1991, p. 282, Haensch, 1993, p. 544.
scruchante. [ADICIÓN DE ARTicULO). m.lunf. escruchante.
scruche. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m.lunf. escruche.
scrucho. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m.lunf. escruche.
scrushante. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m.lunf. escruchante.
semipiso. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). m. En un edificio, departamen-
to que comparte con otro similar la totalidad de un piso.
SORRENTlNO, FERNANDO. Imperios y servidumbres. [1972] Buenos
Aires: Torres Agüero, 1992, 17: Cuando me instalé en mi
semipiso -tengo un semipiso en la avenida del Libertador,
amueblado a todo confort, un semi piso a nivel ejecutivo-, cuan-
do me instalé en mi semipiso, decía, encontré al vecino tonto
en el ascensor.
Haensch, 1993, p.547.
servir. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). tr. rur. Fecundar el macho a la
hembra.
<www.chinchilla.com.ar/eldorado/jaulas.htm> [CONSUL-
TA:17.08.2004]: Las jaulas están diseñadas de forma tal de pe-
der utilizar el sistema de familias poligámicas donde el macho
puede servir a sus hembras cuando lo desee sin necesidad de
que el criador esté atento al celo de los animales.
Barcia, 1978, p. 185, Haensch, 1993, p. 548.
solera. [ADICIÓN DE ARTÍCULO). f. Vestido femenino de verano,
escotado y sin mangas.
El Mundo. Buenos Aires, 24.11.1963: Vestidos o soleras de
algodón liso o fantasía. Varios modelos y colores.
BAAL, LXX, 2005 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 281

Vidal de Battini, 1949, p. 278, Santillán, 1976, p. 893, Rojas,


1981, t. 3, p. 411, Rodríguez, 1991, p. 291, Haensch, '1993, p.
553.
tambor. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. m. Recipiente metálico de gran
tamaño, y por lo general de forma cilíndrica, que sirve
para almacenar líquidos.
Hombres del viento. Relatos de La Patagonia.
PEIÍIA, HÉCTOR.
Buenos Aires: Editorial Galerna, 1981, 65: Estaba sentado so-
bre un tambor de antisárnico y lo miraba con ojos inexpresivos.
Rodríguez, 1991, p. 299.
tanque. [ADICIÓN DE ACEPCIÓN]. m. En los automotores, depósito
de combustible.
Diario de Cuyo. San Juan, 04.07.2004: En aquellos autos que
utilizan gas se debe revisar que el equipo esté calibrado. [.... )
del mismo modo que tampoco se debe dejar mucho tiempo la
nafta en el tanque sin utilizar porque se vence y puede ocasio-
nar problemas de arranque.
taradez. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. f. coloq. Falta de inteligencia,
tontería.
El Mundo. Buenos Aires, 18.02.1966: Gracias a la taradez con-
génita de las autoridades económicas latinoamericanas, van
ganando por varios cuerpos los monetaristas.
Rojas, 1981, t. 3, p. 422, Rodríguez, 1991, p. 300, Haensch,
1993, p. 569.
termotanque. [ADICIÓN DE ARTÍCULO]. m. Calefactor para agua,
por lo común domiciliario, compuesto por un recipiente
donde se junta y desde donde se distribuye el líquido, y
una fuente de calor que lo mantiene a la temperatura de-
seada.
La Nación. Buenos Aires:14.03. 2003: [oo.] continúa la campaña
con el fin de recaudar donaciones que serán destinadas a com-
prar un termotanque de 180 litros y pintura para reformar el
servicio de emergencias.
282 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXX, 2005

En DiHA dice Debe decir:

blanca. f. coloq. Cocaína. blanco, ca. adj.-


f. coloq. Cocaína.
G. Díaz, La cueva del
G. Díaz. La cueva del chancho.
chancho. Buenos Aires:
Buenos Aires: Galerna, 1982,
Galerna, 1982, 212: En
212: En San Sebastián lo metieron
San Sebastián lo metie-
preso a Marcos por traficar con la
ron preso a Marcos por
blanca.
traficar con la blanca.
Rodríguez, 1991, p. 49.
Rodríguez, 1991, p. 49.
en blanco. loe. adj. y adv. En
regla, conforme a la ley.
La Opinión. Rafaela, 11.04.2004:
El repunte económico de los úl-
timos meses permitió recuperar
el 60 por ciento de los empleos
en blanco perdidos durante la
crisis de 2001 y 2002, con un to-
tal de más de 300 mil puestos de
trabajo reactivados en 2003.

lungo, ga. (Del italiano). adj.


lungo, ga. (Del italiano).
coloq
adj. colóq. Se dice de la
Largo, extenso, prolongado
persona alta y, general-
mente, delgada. U. t. c. s. VACAREZZA, ALBERTO. Tu cuna fue un
conventillo. En: El sainete criollo
E. Silberstein, Cuentos, (antología). Buenos Aires: Hachette,
1982, 136: -iDe aquí se ve 1957,358-359: El tango [es] la ale-
mejor! -Estás loco. Si ahí gría / de aquel que pega la vuelta /
tenés a ese lungo que te tapa después de una cana lunga.
todo. 2. Se dice de la persona alta y,
Teruggi, 1974, p. 60; Santillán, generalmente, delgada. U. t. c. s.
1976, p. 385; Catinelli, 1985, SILBERSTEIN, ENRIQUE. Cuentos,
BAAL, LXX, 2005 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 283

p. 79; Gobello, 1991, p. 160; 1982, 136: -¡De aquí se ve mejor!-


Rodríguez, 1991, pp. 181, Estás loco. Si ahí tenés a ese lungo
373; Haensch, 1993, p. 361; que te tapa todo.
RHA, 1997, p. 95. Teruggi, 1974, p. 60; Santillán, 1976,
p. 385; Catinelli, 1985, p. 79;
Gobello, 1991, p. 160; Rodríguez,
1991, pp. 181,373; Haensch, 1993,
p. 361; RHA, 1997, p. 95.
hacerla lunga. fr. coloq. hacerla
larga.
<www.teragiatanguera.com.ar/Carta
s%20~%20resguestas/mensaies 20
04.htm> [CONSULTA: 07.09.2004):
Bueno, no quería hacerla tan lunga.
Era solamente para comentar que
los envíos del amigo whitense me
parecíeron excelentes, y para enviar
un enorme saludo.
Meo Zilio, 1970, p. 28; Teruggi,
1974, p. 60; Gobello, 1991, p. 160;
Rodríguez, 1991, p. 154; Haensch,
1993, p.361.
saberla o sabérsela lunga. fr.
coloq. Saber mucho de la vida.
El Cronista Comercial, Buenos
Aíres, 06.04.1995: El General, que la
sabía lunga, salia decir que el que
duerme la siesta tiene dos mañanas.
Gobello, 1991, p. 160; Rodríguez,
1991, p. 277; Haensch, 1993, p.
361.
284 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS BAAL, LXX, 2005

plato.m.- plato. m.-


- playo. Plato de - playo. Plato de poca profun-
poca profundidad didad (plato llano).
(plato llano). Nación, 05.05.1998: Dividir la
Nación, 05.05.1998: masa en 8 o 10 porciones, esti-
Dividir la masa en 8 o rarlos por separado, dejarlos
10 porciones, estirar- descansar 10 minutos y cortar
los por separado, de- discos del tamaño de un plato
jarlos descansar 10 playo.
minutos y cortar dis- Segovia, 1911, pp. 263, 367;
cos del tamaño de un Santillán, 1976, p. 683; Haensch,
plato playa. 1993, p. 487; RHA, 1997, p. 123.
Segovia, 1911, pp.
263, 367; Santillán,
- sopero. Plato hondo.
Nación, 03.02.1998: Pasar la
1976, p. 683;
preparación a un bol y conservar
Haensch, 1993, p.
dos horas en la heladera. Servir
487; RHA, 1997, p.
en plato sopero, bien fría, con al-
123.
gunas almendras tostadas y
- sopero. Plato uvas.
hondo. RHA, 1997, p. 123.
Nación, 03.02.1998: ser un -. fr. coloq. Ser algo o
Pasar la preparación
alguien muy divertido.
a un bol y conservar
do~ horas en la hela-
NOVIÓN, ALBERTO. De mí no se ríe
nadie. Buenos Aires: Argentores,
dera. Servir en plato
1935. (Argentores: Revista Tea-
sopero, bien fría, con
tral. Año 2, n.o 62, junio 27 de
algunas almendras
1935), p. 39: Gerardo. -¿No se
tostadas y uvas.
da cuenta el plato que sería si us-
RHA. 1997, p. 123.
ted la enamorara bien para des-
pués largarla por la baranda?
GIARDINELLI, MEMPO. Santo oficio
de la memoria. Buenos Aires:
Grupo Editorial Norma, 1991,
152: Cuando íbamos al centro
era un plato verlos. Se paraban a
discutir en las veredas de La
Prensa o de La Nación.
BAAL, LXX, 2005 REGISTRO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS 285

Aguilar, 1986, p. 86, Haensch,


1993, p. 487.
rebotar. tr. fig. coloq. rebotar. intr. Salir despedido un
Rechazar a una per- cuerpo luego de haber chocado
sonao un proyecto, contra una superficie dura.
prueba o propuesta. GÜIRALDES, RICARDO. Raucho:
U. t. c. intr. momentos de una juventud con-
Tribuno, 11.04.2001: temporánea [1917]. En: Obras
La historia de Fran- Completas. Buenos Aires: Eme-
cisco Maita, de 32 cé, 1962, 170: El tercer garbanzo
años, también es pa- rebotó en su cabeza.
recida: fue «rebota- 2. tr. coloq. Rechazar un pro-
do» en Bahía Blanca yecto, prueba o propuesta, o a
porque el sindicato una persona. U. t. c. intr.
también se puso firme Tribuno, 11.04.2001: La historia
en defender el trabajo de Francisco Maita, de 32 años,
de los afiliados de su también es parecida: fue «rebo-
provincia. tado» en Bahía Blanca porque el
Rojas, 1981, t. 111, p. sindicato también se puso firme
383; Rodríguez, 1991, en defender el trabajo de los afi-
p. 265; Haensch, liados de su provincia.
1993, p. 519. Rojas, 1981, t.1I1, p. 383; Rodrí-
guez, 1991, p. 265; Haensch,
1993, p. 519.
3. coloq. Ser devuelto un che-
que, generalmente por falta de
fondos.
E/ Tribuno. Salta, 13.10.2001:
«Pero hemos pasado un mal ra-
tO», declaró anoche el presidente
de la Asociación de Clínicas del
Interior, Daniel Julián, tras seña-
lar que ayer, nuevamente, «nos
hicieron rebotar el cheque por el
35% que quedaba para terminar
de cobrar la cápita por junio».
i Haensch, 1993, p. 519.
NOTICIAS

Honras y distinciones
El académico Santiago Kovadloff fue distinguido por el Gobierno de
Portugal con la orden del Rey Don Enrique el Navegante en el grado de
comendador, por los servicios prestados a la difusión y el conocimiento de la
literatura de Portugal, en un acto que se realizó el 15 de abril.
El Presidente, académico Pedro Luis Barcia, fue elegido Miembro
Correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española.

Fallecimientos

El 20 de enero falleció, en Buenos Aires, el académico honorario, don


Adolfo Pérez Zelaschi. Fue elegido miembro de número el 26 de junio de
1986 para ocupar el Sillón Rafael Obligado. Su recepción pública se llevó a
cabo el13 de junio de 1989 y fue recibido por el académico Horacio Arrnani;
el recipiendario disertó sobre Construcción de una Novela. Don Adolfo Pérez
Zelaschi pasó a la categoría de honorario el 11 de julio de 2002.
El 17 de noviembre de 2004, falleció el académico correspondiente don
Luis Gómez Macker, con residencia en Chile.

Acto del Día del Idioma


El 23 de abril, en la Feria del Libro, la Academia Argentina de Letras
realizó un acto para celebrar el Día del Idioma. Hablaron los siguientes
académicos: Alicia Zorrilla sobre El idioma de nuestros dias. De nada.
demasiado; Nélida Donni de Mirande, El español. Una lengua polícéntrica;
César Quiroga Salcedo, Adivinanzas eróticas. De las buenas palabras, y el
Dr. Pedro Luis Barcia en torno a Fray Francisco de Paula Castañeda y el
«Quijote».
288 NOTICIAS BAAL, LXX, 2005

Portal de la .Aéademia Argentina de Letras


Se creó un nuevo sitio de Internet de la Academia con dominio propio,
este es: www.aa1.edu.ar. En este sitio se actualizaron las bases de datos de la
Biblioteca y se hicieron modificaciones en el diseño de ésta. También se
crearon nuevas direcciones de correo electrónico para mejorar la atención.

m Congreso Internacional de la Lengua Espafiola


El Ministerio de Educación se hará cargo del envio de los diplomas a los
docentes participantes del m CILE. Estos diplomas se enviarán acompañados
con una carta de la Academia, de la Asociación de Academias de la Lengua
Española y del Instituto Cervantes, en la que se les agradece su presencia. A
esto se agregará una carta del ministro de Educación Ciencia y Tecnología,
Lic. Daniel Filmus.

Representación de la Academia
La académica Alicia Zorrilla participó de la reunión interacadémica de
la Gramática, que se llevó a cabo entre el 12 y el 17 de marzo inclusive, en
Guatemala. A su regreso presentó el informe correspondiente.
El académico José Luis Moure participó de las reuniones mensuales
regulares de la Comisión de Terminología y del Grupo de Coordinación
Terminológica del !RAM (Instituto Argentino de Normalización), que integra
como miem6ro en representación de la Academia.
El académico Horacio Armani participó como jurado del Concurso de
literatura de la Ciudad de Buenos Aires, bienio 1998-1999, poesía, en
reemplazo del académico José Maria Castiñeira de Dios.

Comunicaciones

En la sesión 1208.·, el académico Antonio Requeni leyó una


comunicación titulada Julio Veme y la Argentina.

Labor académica

Se envió la lista de libros recomendados para la EGB y el Polimodal al


ministro de Educación Ciencia y Tecnología, Lic. Daniel Filmus.
BAAL, LXX, 2005 NOTICIAS 289

La Fundación Litterae, que dirige la académica Alicia Zorrilla, ha firmado


un convenio con la Fundación del Español Urgente, por el cual esa Institución
avala la carrera de Corrector de Textos que se dicta en la Fundación Litterae
así como todos los cursos y carreras que allí se desarrollan.
En la sesión 1208.·, el Cuerpo académico tomó conocimiento de la
declaración del Honorable Senado de la Nación, de fecha 16 de diciembre de
2004, que dice: "El Senado de la Nación declara: Su beneplácito por la
decisión de la Academia Argentina de Letras de llevar adelante el proyecto
del primer Diccionario académico de americanismos que, en cuatro años
prosperará en un cuerpo inicial de cien mil registros con distintas acepciones".

Visitas

El 28 de febrero visitó la Academia el profesor de la Universidad de


Sofia, de Tokio, Norio Shimizu que fue recibido por el Presidente, Dr PedrJ
Luis Barcia.
En la sesión 1208.·, del 14 de abril, estuvieron presentes los académicos
correspondientes Ana Virkel y César Fernández, quienes informaron sobre el
desarrollo de sus trabajos y proyectos.

Memoria y Balance

En la sesión 1209.·, del 28 de abril, el Cuerpo académico consideró y


aprobó la Memoria y el Balance para el ejercicio del 2004 y el Presupuesto
general de gastos para 2005.

Donaciones

El Presidente entrega para la Biblioteca el libro Voces del quechua en


Salta, de la académica correspondiente Susana Martorell de Laconi.
De la académica Alicia Jurado, un valioso ejemplar, en francés, de la
obra de Julio Verne Cinq semaines en ballon, y Como vivido cien veces, de
Cristina Bajo.
Del secretario general, Rodolfo Modern, Marcel Proust - César Franck.
Iluminaciones, de Ricardo Ahumada; El soneto. Ese indeseable deseado, de
Osvaldo Guevara, y Verdades y mentiras de la ficción, de Daniel Dessein.
Del académico José Luis Moure, la Revista Biblioteca, de la Biblioteca
Nacional.
290 NOTICIAS BAAL, LXX, 2005

De la acaQ.émica Emilia de Zuleta, su libro De mar a mar. Letras


españolas desde la Argentina.
Del Dr. Carlos Dellepiane, una cinta grabada con una conferencia del
Dr. Rafael Lapesa, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de
Buenos Aires. año 1962.
NORMAS EDITORIALES PARA
LA PRESENTACIÓN DE TRABAJOS DESTINADOS AL BAAL
1. Los artículos propuestos (originales e inéditos) se enviarán al Director
del Boletín (Dr. Pedro Luis Barcia -T. Sánchez de Bustamante 2663-
C1425DVA-Buenos Aires-Capital) en una copia en papel (tamaño A4) a
dos espacios y en soporte informático (disquete: 3,5). Se incluirá, ade-
más, el nombre del autor (o autores), dirección postal y correo electróni-
co, situación académica y nombre de la institución científica a la cual
pertenece(n).
2. No se aceptarán colaboraciones espontáneas, si no han sido solicitadas
por el Director del Boletín. Los artículos serán sometidos a una evalua-
ción (interna y externa) por el Consejo Asesor.
3. El Consejo Asesor se reservará los siguientes derechos:
- pedir artículos a especialistas cuando lo considere oportuno;
- rechazar colaboraciones por razones de índole académica;
- establecer el orden en que se publicarán los trabajos aceptados;
- rechazar (o enviar para su corrección) los trabajos que no se atengan
a las normas editoriales del Boletín.
4. Los artículos enviados deben ser presentados en procesador de textos
para PC, preferentemente, en programa Word para Windows.
5. Los autores de los trabajos deberán reconocer su responsabilidad inte-
lectual sobre los contenidos de las colaboraciones y la precisión de las
fuentes bibliográficas consultadas. También serán responsables del co-
rrecto estilo de sus trabajos.
6. Cláusula de garantía: Las opiniones de los autores no expresarán necesa-
riamente el pensamiento de la Academia Argentina de Letras.
7. El (los) nombre(s) del (los) autor(es) se señalarán en versalita, y se opta
por el orden de entrada siguiente: autor, nombre (GÜlRALDES, RICARDO).
8. La lengua de publicación es el español; eventualmente, se aceptarán
artículos en portugués.
9. El articulo propuesto no sobrepasará las veinte (20) páginas de extensión. En
casos particulares, se podrán admitir contribuciones de extensión superior.
10. En caso de ilustraciones, gráficos e imágenes, tanto en papel como en
soporte informático, es necesario comunicarse previamente con el Con-
sejo Asesor del Boletín.
11. La letra bastardilla (cursiva o itálica) se empleará en los casos siguientes:
292 NORMAS EDITORIALES ... BAAL, LXX, 2005

a). para los' títulos de libros, revistas y periódicos;


b). para citar formas lingüísticas (p. e.: la palabra mesa; de la expresión
de vez en cuando; del alemán Aktionsart; el sufijo -ón).
12. Las comillas dobles (inglesas o altas) se emplearán para citar capítulos
de libros, artículos de revistas, contribuciones presentadas en congresos
y colaboraciones editadas en periódicos.
13. Los títulos de novelas, cuentos y poemas se escribirán entre comillas
dobles españolas o latinas (angulares) en los casos siguientes:
a). cuando estén incluidos en un texto compuesto en cursiva (p. e.: en las
citas bibliográficas de libros);
b). cuando se encuentren citados en artículos de revistas, capitulos de
libros, ponencias de congresos y colaboraciones en periódicos (p. e.:
BORELLO, RODOLFO A. "Situación, prehistoria y fuentes medievales:
«El Aleph» de Borges". En Boletín de la Academia Argentina de
Letras. Tomo 57, n.O 223-224 (1992), pp. 31-48).
14. Las comillas dobles (altas o inglesas) también se utilizarán para las citas
de textos que se incluyen en el renglón (p. e.: el autor señala constante-
mente el papel de "la mirada creadora" en ámbitos diversos).
15. Las citas de mayor extensión (cuando pasen los tres renglones) deberán
colocarse fuera del renglón, con sangria y sin comillas. Si se trata de
versos, se separarán por barras (1). Para comentar el texto citado se
emplearán, en todos lo casos, corchetes ([ J). La eliminación de una
parte d~ un texto se indicará mediante puntos suspensivos encerrados
entre corchetes ([oo.J).
16. Las notas bibliográficas al pie de página se escribirán (sin utilizar la
forma automática del procesador de texto) con número arábigo volado.
17. Para expresar agradecimientos u otras notas aclaratorias acerca del tra-
bajo, se utilizará una nota encabezada por asterisco, la que precederá a
las otras notas. Dicho asterisco figurará al final del título.
18. En el texto de las notas bibliográficas, se evitará el empleo de locuciones
latinas para abreviar las referencias (tales como op., cit., ibid., etc.). Se
recomienda, por su claridad, repetir la(s) primera(s) palabra(s) del título
seguida(s) de puntos suspensivos (p. e.: ARCE, JOAQUlN. Tasso ... , p. 23).
19. La bibliografía consultada se redactará al final del trabajo, luego de las
notas, según los criterios expresados a continuación.
BAAL, LXX, 2005 NORMAS EDITORJALES... 293

EJEMPLOS DE LAS NOTAS BffiLlOGRÁFICAS y LA BffiLlOGRAFÍA CONSULTADA

Libros (un autor):


QUEVEDO, FRANCISCO DE. Poemas escogidos. Edición, introducción y notas
de José Manuel Blecua. Madrid: Castalia, 1974. 382 p. (Clásicos
Castalia; 60).

con subtítulo:
ARCE, JOAQuíN. Tasso y la poesía española: repercusión literaria y confronta-
ción lingüística. Barcelona: Planeta, 1973. 347 p. (Ensayos/Planeta).

nueva edición, colaboradores y volúmenes:


CERVANTES SAAVEDRA, MIGUEL DE. El ingenioso hidalgo Don Quijote de la
Mancha. Edición y notas por Celina Sabor de Cortazar e Isaías Lemer;
prólogo de Marcos A. Morínigo. 2.a ed. correg. y actual. Buenos Ai-
res: Huemul, 1983, 1973.2 v. (Clásicos Huemul; 71).

dos autores:
PICHOIS, CLAUDE y ANDRÉ M. RoussEAu. La literatura comparada. Versión
espaíiola de Germán Colón Doménech. Madrid: Gredos, 1969.241 p.
(Biblioteca Románica Hispánica. IlI. Manuales; 23).
MORLEY, S. GRISWOLD y COURTNEY BRUERTON. Cronología de las comedias de
Lope de Vega: con un examen de las atribuciones dudosas, basado
todo ello en un estudio de su versificación estrófica. Versión espaiíola
. de María Rosa Cartes. Madrid: Gredos, 1968. 693 p. (Biblioteca
Románica Hispánica. I. Tratados y Monografias; 11).

tres autores:
DELACROIX, SAMUEL; ALAIN FOUQUlER y CARLOS A. JENDA
294 NORMAS EDITORIALES... BAAL, LXX, 2005

más de tres autDres:


OBIETA, ADOLFO y OTROS. Hablan de Macedonio Fernández, por Adolfo de
Obieta, Gabriel del Mazo, Federico Guillermo Pedrido, Enrique
Villegas, Arturo Jauretche, Lily Laferrere, Miguel Shapire, Leopoldo
Marechal, Manuel Peyrou, Francisco Luis Bemárdez, Jorge Luis Borges
y Gennán Leopoldo García. Buenos Aires: Carlos Pérez, 1968. 127 p.

Editor o compilador:
AIZENBURG, EDNA, ed.
DISKIN, MARTÍN y FERNANDO LEGÁS, eds.
RODRÍGUEZ SERRANO, MARÍN, comp.

Autor institucional:
ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS. Academia Argentina de Letras: 1931-2001.
Buenos Aires: Academia, 2001. 63 p.

Sin autor identificado, anónimos y antologías:

Enciclopedia lingüística hispánica. l. Madrid: CSIC, 1959.

Capítulo de libro:

FILLMORE, CHARLES, "Scenes and frames semantics". En ZAMPOLLI, A., ed.


Linguistic structures processing. Amsterdam: North-Holland, 1982,
pp. 55-81.
COSERIU, EUGENIO. "Para una semántica diacrónica estructural", En su Princi-
pios de semántica estructural. Madrid: Gredos, 1977, pp. 11-86.

Artículo de revista:
MOURE, JOSÉ LUIS. "Unidad y variedad en el español de América
(Morfosintaxis)". En Boletín de la Academia Argentina de Letras,
Tomo 64, n.o 261-262 (2001), pp. 339-356.
BAAL, LXX, 2005 NORMAS EDITORIALES". 295

LAPESA, RAFAEL. "La originalidad artística de «La Celestina»". En Romance


Phi/ology. Vol. 17, n.o 1 (1963), pp. 55-74.
CARILLA, EMILIO. "Dos ediciones del «Facundo»". En Boletín de Literaturas
Hispánicas. N.o 1 (1959), pp. 45-56.
GHIANO, JUAN CARLOS. "Fray Mocho en Buenos Aires". En Revista de la
Universidad de Buenos Aires. Año 3, n.o 4 (1958), pp. 569-578.

Manuscrito:
PERLOTTI, ANA M. Una aproximación a la metafisica de Jorge Luis Borges.
MS. 103 p.

Tesis:
MOSTAFA, SOLANGE. Epistemologia da Biblioteconomia. Sao Paulo: PUC-SP,
1985. 300 p. Tesis de doctorado.

Congreso:
Congreso de Academias de la Lengua Española (8.°: 1980: Lima). Memoria.
Lima: Academia Peruana de la Lengua, 1980. 626 p.

Artículo de congreso:
BATTISTESSA, ÁNGEL 1. "La lengua y las letras en la República Argentina". En
Congreso de Academias de la Lengua Española (8.°: 1980: Lima).
Memoria. Lima: Academia Peruana de la Lengua, 1980, pp. 540-546.

Artículo de periódico:
LOUBET, JORGELlNA. "La estrella fugaz". La Gaceta. Suplemento Literario.
Tucumán, 21 de febrero de 1993, p. 4.

Reseña:
HWANGPO, CECILIA P. Reseña de Análisis lingüístico del género chico andalllz
y rioplatense (1870-1920) I Miguel Calderón Campos. Granada: Uni-
296 NORMAS EDITORIALES... BAAL. LXX, 2005

versid3d.de Granada, 1998. 545 p. En Hispanic Review. Vol. 69, n.o 3


(2001), pp. 381-382.

Documentos en Internet:
artículo de revista:
JiAMMERsLEY, MAR1YN y ROOER GOMM. "Bias in social research" [en línea].
En Sociological Research Online. Vol. 2, n.o 1 (1997).
http://www.socresonline.org.uk/socreonline/2/1I2.html [Consulta: 29
abril 2002].

periódico:
CUERDA, JOSÉ LUIS. "Para abrir los ojos" [en línea]. El País Digital. 9 mayo
1997, n.o 37l.
http://www.elpais.es/pI19970509/cultura [Consulta: 18 junio 1998].

otros:

WALKER, JANleE R. MLA-style citations of electronic sources [en línea].


Endorsed by the Alliance for Computer and Writing. Ver. 1.1. Tampa,
Florida: University of South Florida, 1996.
http://www.cas.usf.edulenglish/walker/mla.html [Consulta: 12 mano
1999].
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Abril de 2006
PUBLICACIONES
DE LA ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS

Boletín, órgano oficial de la Academia Argentina de Letras, 70 tomos. (1933-


2005), 278 números.
ANEJOS DEL BOLETÍN DE LA ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS
Anejo 1: Homenaje a Jorge Luis Borges. (1999). Agotado.
SERIE CLÁSICOS ARGENTINOS
1. Juan María Gutiérrez: Los poetas de la revolución. Prólogo de
Juan P. Ramos. (1941). Agotado.
lI. Olegario V. Andrade: Obras poéticas. Texto y estudio de
Eleuterio F. Tiscornia. (1943). Agotado.
III-IV. Ca1ixto Oyue1a: Estudios literarios. Prólogo de Á1varo Melián
Lafinur. (2 tomos, 1943). Agotados.
V-VI. José Mármol: Poesías completas. Tomo 1, Cantos del Peregrino.
Texto y prólogo de Rafael Alberto Arrieta. Tomo 11, Annonías,
Poesías diversas. Notas preliminares de Rafael Alberto Arrieta.
(Tomo 1, 1946 - Tomo 11, 1947). Agotados.
VII-VIII. Calixto Oyuela: Poetas hispanoamericanos. 2 tomos. (Tomo 1,
1949 - Tomo n, 1950). Tomo 1: agotado.
IX-X. Paul Groussac: Mendoza y Garay.Tomo 1, Don Pedro de Men-
doza. Prólogo de Carlos Ibarguren. Tomo n, Juan de Garay.
(Tomo 1, 1949 - Tomo II,1950). Agotados.
Xl. Rafael Obligado: Prosas. Compilación y prólogo de Pedro Luis
Barcia. (1976). Agotado.
XII. Juan María Gutiérrez: Pensamientos. Prólogo de Ángel J.
Battistessa. (1980). Agotado.
XIII. Martín Coronado: Obras dramáticas. Selección y prólogo de
Raúl H. Castagnino. (1981).
)(IV. Joaquín Castellanos: Páginas evocativas. Selección y prólogo de
Bernardo González Arrili. (1981).
XV. La Lira Argentina. Edición crítica, estudio y notas por Pedro
Luis Barcia. (1982).
XVI. Juan Bautista Alberdi: Escritos satíricos y de crítica literaria.
Prólogo y notas de José A. Oría. (1986).
SERIE ESTUDIOS ACADÉMICOS
1. William Shakespeare: Venus y Adonis. Traducción poética direc-
ta del inglés, precedida de una introducción y seguida de notas
críticas y autocríticas por Mariano de Vedia y Mitre. Prólogo de
Carlos Ibarguren. (1946). Agotado.
II. Arturo Marasso: Cervantes. (1947). Agotado.
III. Gonzalo Zaldumbide: Cuatro grandes clásicos americanos.
(1948). Agotado.
IV. Bartolomé Mitre: Defensa de la poesía. Introducción y notas criti-
cas por Mariano de Vedia y Mitre. (1948). Agotado.
V. Dalmacio Vélez Sársfield: La Eneida. Prólogo de Juan Álvarez.
(1948). Agotado.
VI. José León Pagano: Evocaciones. Ensayos. (1964). Agotado.
Vil. José A. Oria: Temas de actualidad durable. (I970). Agotado.
VIII. Carmelo M. Bonet: Pespuntes críticos. (1969). Agotado.
IX. FermÍn Estrella Gutiérrez: Estudios literarios. (1969). Agotado.
X. Jorge Max Rohde: Humanidad y humanidades. Estudios literarios.
(1969). Agotado.
Xl. Ricardo Sáenz-Hayes: Ensayos y semblanzas. (1970). Agotado.
XII. Osvaldo Loudet: Figuras próximas y lejanas. Al margen de la
historia. (1970). Agotado.
XIII. Carlos Villafuerte: Refranero de Catamarca. (1972). Agotado.
XIV. ·Alfredo de la Guardia: Poesía dramática del romanticismo.
(1973). Agotado.
XV. Leónidas de Vedia: Baudelaire. (1973). Agotado.
XVI. Miguel Ángel Cárcano: El mar de las Cicladas. (1973). Agotado.
XVIl. Rodolfo M. Ragucci: Voces de Hispanoamérica. (1973). Agotado.
XVIII. José Luis Lanuza: Las brujas de Cervantes. (1973). Agotado.
XIX. Bernardo González Arrili: Tiempo pasado. Semblanza de escri-
tores argentinos. (1974). Agotado.
XX. Carlos Villafuerte: Adivinanzas recogidas en la provincia de
Catamarca. (1975). Agotado.
XXI. Osvaldo Loudet: Ensayos de crítica e historia. (1975). Agotado.
XXII. Orestes Di Lullo: Castilla: Altura de España. (1975). Agotado.
XXIII. Jorge Max Rohde: Angulas. (1975). Agotado.
XXIV. Alfredo de la Guardia: Temas dramáticos y otros ensayos. (1978).
Agotado.
XXV. Eduardo González Lanuza: Temas del "Martín Fierro". Prólogo
de Bernardo Canal Feijóo. (1981).
XXVI. Celina Sabor de Cortazar: Para una relectura de los clásicos
españoles. Presentación de Raúl H. Castagnino. (1987).
XXVII. Sarmiento -Centenario de su muerte-o Recopilación de textos
publicados por miembros de la Institución. Prólogo de Enrique
Anderson Imbert. (1988).
XXVIII. Estanislao del Campo: Fausto. Estudio preliminar de Ángel J.
Battistessa. (l989).
XXIX. Raúl H. Castagnino: El teatro en Buenos Aires durante la época
de Rosas. 2 tomos. Noticia preliminar de Amelia Sánchez Garri-
do. (1989).
XXX. España y el Nuevo Mundo. Un diálogo de quinientos años. Tex-
tos pertenecientes a miembros de la Institución. Prólogo de Fe-
derico Peltzer. 2 tomos. (1992).
XXXI. Ant9nio Pagés Larraya: Nace la novela argentina (1880-1900). (1993).
XXXII. Paul Verdevoye: Costumbres y costumbrismo en la prensa ar-
gentina desde 1801 hasta 1834. (1994).
XXXIII. Ángela B. Dellepiane: Concordancias del poema Martín Fierro.
2 tomos. (1995).
XXXIV. Raúl H. Castagnino: Misceláneas de lo literario. (1998).
XXXV. Carlos Orlando Nállim: Cervantes en las letras argentinas. (1998).
XXXVI. Horacio Castillo: Ricardo Rojas. (1999).
XXXVII. Osear Tacca: Los umbrales de "Facundo" y otros textos
sarmientinos. (2000).
XXXVIII. Horacio Castillo: Darío y Rojas. Una relación fraternal. (2002).
XXXIX. Federico Peltzer: ... En la narrativa argentina. (2003).
XL. Horacio Castillo: La luz cicládica y otros temas griegos. (2004).
XLI. Federico Peltzer: El hombre y sus temas. (En algunos narrado-
res europeos de los siglos XIX y XX). (2004).
XLII. Carlos Orlando Nállim: Cervantes en las letras argentinas. Tomo
11. (2005).
XLIII. Lecturas cervantinas. Ciclo de conferencias pronunciadas con
motivo del IV Centenario del Quijote. (2005).
SERIE ESTUDIOS LINGüíSTICOS y FILOLÓGICOS
1. Pedro Henriquez Ureña: Observaciones sobre el español en Amé-
rica y otros estudios filológicos. Compilación y prólogo de Juan
Carlos Ghiano. (1976). Agotado.
Il. María Luisa Montero: Vocabulario de Benito Lynch, con la cola-
boración de Silvia N. Trentalance de Kipreos. Premio Conde de
Cartagena (1980-1982), de la Real Academia Española. (1986).
IlI. N~ida E. Donni de Mirande: Historia del español en Santa Fe
del siglo XVI al siglo XIX (2004).
IV. Ana Ester Virkel: Español de la Patagonia. Aportes para la
definición de un perfil sociolingüístico. (2004).
V. Pedro Luis Barcia: Los diccionarios del español de la Argentina
(2004).
SERIE HOMENAJES
1. Homenaje a Cervantes. (1947). Agotado.
11. Homenaje a Leopoldo Lugones. 1874-1974. (1975). Agotado.
111. Homenaje a Francisco Romero. 1891-1962. (1993).
IV. Homenaje a Oliverio Girondo. 1891-1967. (1993).
V. Homenaje a Alvaro Melián Lafinur 1889-1958 y Olegario V.
Andrade 1839-1882. (1993).
VI. Homenaje a Pedro Salinas. 1891-1951. (1993).
VII. Cuatro Centenarios (José A. Oría, Bernardo González Arrili,
Jorge Max Rohde, Pedro Miguel Obligado). (1994).
VIII. Homenaje a Vicente Huidobro 1893-1948 y César Vallejo 1892-
1938. (1994).
IX. Homenaje a Edmundo Guibourg. 1893-1986. (1994).
X. Homenaje a Juan Bautista Alberdi. 1810-1884. (1995).
XI. Homenaje a José Hernández 1834-1886 y Ricardo Güiraldes
1886-1927. (1995).
XII. Homenaje a Federico Garda Lorca. 1898-1936. (1995).
XIII. Homenaje a Roberto F. Giusti. 1887-1978. (1995).
XIV. Homenaje a Celina Sabor de Cortazar. 1913-1985. (1995).
XV. Homenaje a Domingo Faustino Sarmiento. 1811-1888. (1995).
XVI. Homenaje a Arturo Capdevila 1889-1967 y Osvaldo Loudet 1889-
1983. (1995).
XVII. Homenaje a Alfonso Reyes. 1889-1959. (1995).
XVIII. Homenaje a Alfonso de Laferrere. 1893-1978. (1995).
XIX. Homenaje a Juana de Ibarbourou y Sor Juana Inés de la Cruz.
(1996).
XX. Homenaje a Ezequiel Martínez Estrada. 1895-1964. (1997).
XXI. Homenaje a Victoria Ocampo. 1890-1979. (1997).
XXII. Homenaje a Esteban Echeverría (1805-1851). Academia Argen-
tina de Letras y Academia Nacional de la Historia. (2004).
Serie PRÁCTICAS Y REPRESENTACIONES BIBLIOGRÁFICAS
l. Alejandro E. Parada: Bibliografia cervantina editada en la Ar-
gentina: una primera aproximación. (2005).
Colección LA ACADEMIA Y LA LENGUA DEL PUEBLO
1. E/léxico del tonelero, César E. Quiroga Salcedo y Gabriela Llull
OtTenbeck. (2004).
11. El léxico del telar, Isidro Ariel Rivero Tapia. (2004).
OTRAS PUBLICACIONES
Discursos Académicos
1. Discursos de recepción: 1933-1937 (1945).
11. Discursos de recepción: 1938-1944 (1945).
111. Discursos y conferencias: 1932-1940 (1947).
IV. Discursos y conferencias: 1941-1946 (1947).
Augusto Malaret: Diccionario de americanismos. (Suplemento). 2 tomos.
Tomo 1 (1942). Tomo 11 (1944). Agotados.
Leopoldo Lugones: Diccionario etimológico del castellano usual, (1944).
Agotado.
Leopoldo Díaz: Antología. Prólogo de Arturo Marasso. (1945). Agotado.
Carlos Villafuerte: Voces y costumbres de Catamarca. 2 tomos. Tomo 1
(1954). Tomo II (1961). Agotados.
Baltasar Gracián: El discreto. Texto crítico por Miguel Romera Navarro y
Jorge M. Furt. (1959). Agotado.
Martín Gil: Antología. Selección y prólogo de Arturo Capdevila. (1960).
Ricardo Sáenz-Hayes: Ramón J. Cárcano, en las letras, el gobierno y la
diplomacia. (J 860-1946). (1960).
Arturo Capdevila: Alta memoria. Libro de los ausentes que acompañan. (1961).
Agotado.
Arturo Marasso: Poemas de integración. (1964); 2." edición (1969).
IV Congreso de las Academias de la Lengua Española. (1966). Agotado.
Enrique Banchs: Obra poética. Prólogo de Roberto F. Giusti. (1973).
Reimpresión (1981).
Enrique Banchs: Prosas. Selección y prólogo de Pedro Luis Barcia. (1983).
Jorge Vocos Lescano: Obra poética. 2 tomos. Tomo 1: 1949-1977. (1979).
Tomo Il: 1978-1987. (1987).
Carlos Mastronardi: Poesfas completas. Prólogo de Juan Carlos Ghiano. (1981).
Bernardo González Arrili: Ayer no más. "Calle Corrientes entre Esmeralda y
Suipacha". "Buenos Aires, 1900". Palabras preliminares por Raúl H.
Castagnino. (1983).
Carlos Mastronardi: Cuadernos de vivir y pensar. (1930-1970). Prosa. Prólo-
go de Juan Carlos Ghiano. (1984).
Atilio Chiáppori: Prosa narrativa. Noticia preliminar y selección de Sergio
Chiáppori. (1986).
Dardo Rocha: Teatro. Advertencia preliminar por Amelia Sánchez Garrido. (1988).
Leopoldo Lugones: Historia de Sarmiento. Estudio preliminar de Juan Carlos
Ghiano. (1988).
Nicolás Avellaneda: Escritos. Prólogo de Juan Carlos Ghiano. (1988).
Pedro Henríqu~z Ureña: Memorias-Diario. Introducción y notas por Enrique
Zuleta Alvarez. (1989).
Jorge G. Borges: El caudillo. Prólogo de Alicia Jurado. (1989).
Vícto: Gálvez (Vicente G. Quesada): Memorias de un viejo. Estudio prelimi-
nar de Antonio Pagés Larraya. (1990).
Academia Argentina de Letras: Léxico del habla culta de Buenos Aires (PILEI).
Prólogo de Carlos Alberto Ronchi March. (1998).
Academia Argentina de Letras. 1931-2001. Guía informativa. (2001).
Índice del Boletín de la Academia Argentina de Letras. Desde 1935 hasta 1982.
Reflexiones sobre la lectura. Ensayos breves escritos por académicos. Edito-
rial Dunken. (2003).
La Academia en Internet. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y
Universia. (2004).
Humberto López Morales: Diccionario Académico de Americanismos. Pre-
sentaéión y planta del proyecto. (2005).

Acuerdos acerca del idioma:


Tomo 1 (1931-1943), Tomo II (1944-1951), Tomo III (1956-1965), Tomo IV
(1966-1970), Tomo V (1971-1975), Tomo VI -Notas sobre el habla
de los argentinos- (1971-1975), Tomo VII (1976-1980), Tomo VIII-
Notas sobre el habla de los argentinos- (1976-1980), Tomo IX (1981-
1985), Tomo X -Notas sobre el habla de los argentinos- (1981-1985),
Tomo XI (1986-1990), Tomo XII -Notas sobre el habla de los argen-
tinos- (1986-1990). Tomos 1 y I1: agotados.
Registro del habla de los argentinos. (1994). Agotado.
Dudas idiomáticas frecuentes. Verbos. (1994).
Registro del habla de los argentinos. Adenda 1995. (1995). Agotado.
Dudas idiomáticas frecuentes. (Versión ampliada). (1995). Agotado.
Registro del habla de los argentinos. (1997).
Disquete 3 ~ (2) Dudas idiomáticas frecuentes. Verbos. (1997). Agotado.
Dudas idiomáticas frecuentes. (Versión que incorpora normas de la "Orto-
grafia", de la Real Academia Española, ed. 1999). (2000).
CD-ROM Registro de Lexicografia Argentina. (2000).
CD-ROM Dudas Idiomáticas Frecuentes. (2001).
Diccionario del habla de los argentinos, Editorial Espasa. (2003).
CD-ROM Acuerdos acerca del idioma. Serie: Notas sobre el habla de los
argentinos. Vol. I (1971-1975); vol. 11 (1976-1980); vol. III (1981-
1985); vol. IV (1986-1989). (2004).

Novedades
Boletín de la Academia Argentina de Letras. Tomo LXX, enero-abril de
2005, N.O 277-278.
Carlos Orlando Nállim: Cervantes en las letras argentinas. Tomo 11. Serie
Estudios Académicos. Vol. 42. (2005).
Lecturas cervantinas. Ciclo de conferencias pronunciadas con motivo del IV
Centenario del Quijote. Serie Estudios Académicos. Vol. 43. (2005).
Alejandro E. Parada: Bibliografia cervantina editada en la Argentina: una
primera aproximación. Serie Prácticas y Representaciones Bibliográ-
ficas. Vol. 1. (2005).
Humberto López Morales: Diccionario Académico de Americanismos. Pre-
sentación y planta del proyecto. (2005).

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