H I S T O R I A M I L I T A R Y P O L I T I C A DE LOS S I G L O S XX Y XXI

DESPERTA FERRO N.° 32 7C

K a iserlictié^ aT arR j ............. ............

La última^ran ba t
Alemania y el duelo por Ja^ prem ácía n’aval
r->m
**» vUHfr /
^
Extra n.° 33: La resistencia francesa y eli nDía D
 Más de 25 años de experiencia

1898 Miniaturas
Perry Miniatures
libili!íl)UIÍ jfU'Á ZillgílíU

Victrix

Libros de Historia Militar

Operation Market-Garden. September 1944

Juegos temáticos D E PAVIA
A ROCROI
y wargames _^.v*ERCIOS ESPAÑOLES
Jul,.. Alb. Jr I. « o»«. «-CUBA
- annual
* "têrtlcdtôitSU
** *a*41
ia
K*
♦ +
* KURSK
1* M 1
IT *
!«.
n

¡NOVEDAD!
Cursos
de pintura
Servicio de pintura
de miniaturas

nvíos
lensajería 24h

Atlántica J
www.atlanticajuegos.com f p #
c/ Luna, 6
28004 Madrid
Tel: 915 231 767
 Editorial
Cuando se hizo a la mar a finales de mayo de 1916, la Grand Fleet portaba consigo las seculares tradi­
ciones adquiridas por la Royal Navy, pero también el pesado manto de la inactividad. La última gran
batalla naval en la que habían participado los buques de la flota británica, Trafalgar (1805), tenía ya
EDICIONES más de cien años de antigüedad. El toque de Nelson, la ruptura de la línea franco-española, el intenso
cañoneo, los buques capturados y la obtención de la supremacía marítima definiüva se habían convertido
Desperta Ferro Edicio n es SLN E
Paseo del Prado, 1 2 -1 .° deha.
en argumentos que, por repetidos, parecían tan deshilachados como antañones. No era poca cosa porque,
28014 Madrid por aquel entonces, las marinas de guerra se habían convertido en ansiosas devoradoras de recursos,
CIF: B-85964815 necesarios para botar inmensas moles de acero erizadas de cañones. Esto era especialmente cierto en
Tlf. 912204200 - 663 690 961 ©
mfo@despertaferro-ediciones.com Alemania, un país sin tradición de guerra naval que había hecho un inmenso esfuerzo para poder disputar
S infodespertaferro la supremacía, aunque solo fuera en el mar del Norte y en el Báltico, a los imbatidos británicos. Todo
Edita estaba a punto de ser posible.
Alberto Pérez Rubio
Aquel 31 de mayo de 1916, en plena Primera Guerra Mundial, fue la jornada decisiva. No solo
Javier Gómez Valero
Carlos de la Rocha había salido a la mar la Grand Fleet, sino que también había zarpado la Hochseeflotte del káiser Gui­
Coordinación de publicaciones llermo II. Buscaba una porción de la flota enemiga a la que derrotar sin saber que estaba a punto de en­
Jesús Jiménez Zaera contrársela entera. Primero se toparon los cruceros de batalla, que se trabaron en combate mientras los
jesusJimenez@despertaferro-ediciones.com
alemanes atraían a sus oponentes hacia una trampa bien urdida. Luego surgió sobre el horizonte la flota
Dirección
germana y fueron los británicos quienes viraron hacia el norte para atraer al enemigo hacia la suya
Javier Veramendi B
contemporanea@despertaferro-ediciones.com propia. Eran las 18.30 horas cuando el redoble del trueno se decuplicó, cuando cañón a cañón y torpedo
Consejo editorial a torpedo, rodeados del humo de las explosiones y del vapor de las calderas, se enfrentaron decenas de
Carlos García Santa Cecilia (BNE) acorazados, los buques artillados más poderosos hasta la fecha. Esta es la historia que queremos des­
David M. Glantz
Roberto Muñoz Bolaños (IUGM)
plegar ante nuestros lectores en este nuevo número de Desperta Ferro Contemporánea: por qué cons­
Michael S. Neiberg (USAWC) truyeron su flota los alemanes, cuáles fueron los juegos estratégicos que llevaron a todos aquellos buques
Fernando Puell de la Villa (IUGM) a surcar el mar del Norte, en qué lugar se desarrollaron los momentos más épicos y más decisivos de
Fernando Quesada Sanz (UAM)
aquel inmenso duelo a cañonazos y hasta dónde llegaron las consecuencias de aquella batalla desco­
Diseño y maquetación
Raúl Clavijo Hernández
munal, que también fue el último gran encuentro entre acorazados de la historia.
Ilustraciones
José Luis García Morán
www.despertaferro-ediciones.com
Pablo Outeiral
Felipe Rodna
Fotografía
AGE Fotostock
Bundesarchiv
Imperial War Museum
índice
Library ofCongress
Nicholas Jellicoe
Wikimedia Com mons 4 En portada
Desperta Ferro Ediciones ha hecho lo posible por localizar los
derechos de autor de todas las imágenes. Cualquier posible
omisión no es intencionada y se agradecerá cualquier
información sobre los mismos. 0 La Kaiserliche
Mapas
David Sancho Bello
Marine. Alemania y 38 Los flotas frente a frente por Nicholas
la búsqueda del Jellicoe
Colaboran
poder mundial 1898-
Keith Bird, Michael Epkenhans, Nicholas
Jellicoe, Christian Jentzsch, Jesús Jiménez,
Andrew Lambert, Marc Laurenceau, Iñigo
1914 por Michael 46 El desenlace nocturno por Agustín
Epkenhans Ramón Rodríguez González
Pereyra Urdíroz, Tobías Philbin, Agustín
Ramón Rodríguez González, Israel Sánchez
Vicente y Javier Veramendi B

Traducción
10 La Royal Navy en guerra por Andrew
Juan Aguilar, Javier Veramendi
Lambert
Revisión de estilo
Javier Gómez Valero 16 El HMS Dreadnought y la evolución
Suscripción y particulares del arma naval por Tobias Philbin
912204200-663 690 9 6 1 ©
suscripciones@despertaferro-ediciones.com

Distribución tiendas
912204200-663 690 9 6 1 ©
distribucion@despertaferro-ediciones.com

Distribución P ortugal y A mérica latina

Consultarwww.despertaferro-ediciones.com

Publicidad
912204200-601 469 6 3 9 ©
publicidad@despertaferro-ediciones.com

Imprime
52 D e r Tag, el enfrentamiento definitivo
Monterreina Com unicación por Keith Bird
Desperta Ferro Arqueología e Historia es una marca registrada.
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida ni total ni parcialmente ni registrada o tramitada en
ninguna forma ni por ningún medio sin permiso previo por
58 Reseñas de libros
escrito de la editorial. Desperta Ferro Arqueología e Historia no
se hace responsable de los juicios, criticas y opiniones expresadas
en los artículos publicados. La publicidad incluida en la revista no
26 Beatty contra Flipper, el combate entre 62 Y además, introduciendo el n.° 33, La
requiere aprobación explícita por parte de la editorial. cruceros de batalla por Christian resistencia frente al Día D por Marc
ISSN 2340-8820 Jentzsch Laurenceau
Depósito Legal: M-31323-2013

www.despertaferro-ediciones.com

marzo-abril 2019
Impreso en España /Printed in Spain
En portada E
l SMS König, uno de los acorazados más modernos de la Hoch­
seeflotte, fue una pieza clave de la fuerza de Scheer durante la
parte más dura de los combates en Jutlandia, tanto al situarse
en vanguardia mientras marchaban hacia el enemigo como al colocarse
el último de la fila durante la retirada. Es posible que la primera obser­
vación de este buque se hiciera desde la torre B del HMS Malaya, si­
tuado al final de la fila de acorazados rápidos de Evan Thomas durante
el giro efectuado por esta fuerza en tomo a las 17.00 horas del día de
la batalla. En todo caso, el testimonio transmite bastante bien la sorpresa
de los británicos.

Vi como los cruceros de batalla enemigos hacían un giro de 16

puntos (180°), y mire hacia el sur a ver si podía descubrir el
motivo de la maniobra. Entonces vi, apenas distinguible entre la
niebla, algún tipo de buque de guerra [era el SMS Rostock], pro­
veniente del sudeste. Avisé a mi comandante, pero no sabía qué
hacer. El suspense con respecto al significado de la presencia de
aquel barco recién llegado no duró mucho, pues muy poco des­
pués de su avistamiento vi que tras él venía una larga fila de
navios, que pronto reconocimos, eran dreadnoughts alemanes
de las clases König y Kaiser [...] Entonces la cuestión cambió
por completo. Nos estábamos acercando a la Hochseeflotte a
una velocidad relativa de 40 nudos.

Diez minutos después, el HMS Malaya empezó a recibir fuego

desde el SMS König, que llevaba disparando más o menos desde las
16.45 horas, primero contra los cruceros Tiger y Princess Royal, y
ahora contra el último buque de la fila británica, que a su vez respondió
con sus cañones, apoyado por los del HMS Warspite. El König logró
su primer blanco a las 17.17 horas, que dejó fuera de combate la torre
B del HMS Malaya (en los buques británicos, las torres se denominaban
A, B (proa) Q, R (centro) y X e Y (popa)). En los veinte minutos si­
guientes y con la ayuda de los otros tres buques de su división conse­
guiría un blanco delante de la torre X, otros dos en la batería de 6 pul­
gadas de estribor, dos más bajo la línea de flotación que provocarán
que el navio británico escore 4o a estribor, y otro contra el blindaje de
las piezas de seis pulgadas.
Mientras, el König navegó hacia el norte en pos de sus “fáciles” víc­
timas, hasta que se topó con la Grand Fleet. El primer acorazado británico
que abrió fuego contra él fue el mismísimo HMS Iron Duke, el buque in­
signia, a las 18.23. Durante siete minutos se abatió sobre el navio:

La aplastante artillería de una interminable fila de barcos pe­

sados, salva tras salva, casi sin pausa, una impresión de bruta­
lidad magnificada por la casi completa incapacidad para res­
ponder de los buques alemanes, pues entre el humo de
enmascaramiento y el de las chimeneas, apenas eran capaces
de ver a los dreadnoughts británicos.

Merced al huracán de fuego causado por la totalidad de la artillería

de doce acorazados que se abatió sobre él, el König encajó ocho im­
pactos en cinco minutos. No cabe duda que tanto el contralmirante
Behnke como el capitán Brüninghaus debieron de sentir un gran alivio
cuando Scheer ordenó que toda su flota virara de golpe hacia el oeste,
y una gran angustia cuando minutos después ordenó una nueva virada
hacia el este para volver al combate. A las 19.15 el acorazado estaba
de nuevo en combate, bajo el peso de una inmensa flota desplegada en
un arco cuyo punto focal era él, y volvieron a caer los proyectiles. A
las 19.32 empezó a escorar hacia babor, aún le quedaba más de media
hora de castigo antes de poder alejarse del grueso de la fuerza enemiga.
Al final de la batalla el König había encajado un total de diez im­
pactos de grueso calibre y seis de calibre medio -todo un mérito si te­
nemos en cuenta que los cruceros de batalla británicos habían estallado
por mucho menos-; y había perdido un oficial y cuarenta y cuatro
hombres muertos, más veintisiete heridos. Nada más llegar a puerto
fue enviado a Kiel para ser reparado. No volvería a entrar en acción
hasta la invasión de las islas estonias en octubre de 1917, y aquel sería
su último combate.

Ilustración €> Pablo Outeiral

 SUSCRIPCION PREMIUM
Todo Desperta Ferro en un solo paso
Ahora con más contenidos que nunca, regalos y ventajas exclusivas
UN AÑO DE CONTENIDOS PREMIUM
SUSCRIPCION ANUAL PREMIUM
M ES A M ES
Todos los números de nuestras cuatro cabeceras
39 Felipe V contra Europa
SU 24 Los últimos días de Pompeya A raueolo pía
1 DESPERTA FER R O ^ E S P E R T A FE R R O 1 DE5PEKTA FER R O

i ¡ i Araueolopía
ANTIGUAY MEDIEVAL 53 La Segunda Guerra Púnica (I). Aníbal en Hispania
DESPERTA FE R R O DESPERTA FE R R O DES PE R IA I 1 RIU A r d U e o lo P Ía
2 CONTEMPORANEA 33 Normandia (I). El asalto aerotransportado m m m
D ES P E RTA . F E R R O D E S P E RTA F E R RO DESPERO

ESPECIALES I XIX Los Tercios (VI). 1650-1704

B B 9 S 1 40 Montaña Blanca 1620
3H3HHH0BU 25 Los celtíberos

ANTIGUAY MEDIEVAL 54 Drácula

CONTEMPORANEA 34 La batalla de Brúñete 1937
más los cuatro próximos Especiales
41 Napoleón en Egipto
26 El románico en el Pirineo

ESPECIALES XX Panzer (III). 1942

ANTIGUAY MEDIEVAL 55 La conquista de Britania
CONTEMPORANEA 35 La batalla de Inglaterra

42 La Gran Armada y la empresa de Inglaterra

27 La Roma de Nerón

ANTIGUA Y MEDIEVAL 56 La cruzada albigense

CONTEMPORANEA 36 La Guerra de Filipinas 1896-1898

VENTAJAS PREMIUM EXCLUSIVAS

especiales i XXI La legión romana (VI). El siglo IV
43 La batalla de Antietam 1862
Regalo
28 Altamira y el arte rupestre
• Libreta ilustrada
ANTIGUAY MEDIEVAL 57 La batalla de Maratón /*//
Normandy 1944
37 La batalla de Caporetto 1917

i l l 44 La Guerra de los Segadores

SU 29 Marco Polo y la Ruta de la Seda
Descuentos
ESPECIALES XXII La Armada española (III). • 5% en Desperta Ferro Libros
ANTIGUAY MEDIEVAL 58 La Tercera Cruzada • 10% en Desperta Ferro
38 Normandía (II) Merchandising

¿Ya eres suscriptor? Pregúntanos cómo transform ar tu suscripción actual a Prem ium
*Gastos de envío: España gratis, UE 35€, resto del mundo 50€.

suscripciones@despertaferro-ediciones.com • 912 204 200 - 663 690 961

www.despertaferro-ediciones.com
OOOQO
B DESPERTA FERRO

La K aiserliche M arine
Alemania y la búsqueda del poder mundial 1898-1914
V
Michael Epkenhans - Zentrum für Militargeschichte Sozialwissenschaften der Bundeswehr

M íentelas q u e m u c h a s p o t e n c ia s h a b ía n e m p e z a d o a c o n s t r u ir s u s im p e r io s c o l o n ia l e s d e s d e e l s ig l o XVI,
A l e m a n ia e r a u n a r e c ié n l l e g a d a ; y a p e s a r d e q u e h a b ía s id o é l m is m o q u ie n a b r ie r a l a p u e r t a a l
e n t u s ia s m o c o l o n ia l d e s u s c iu d a d a n o s a l e s t a b l e c e r p o s ic io n e s e n Á f r ic a y en el P a c íf ic o a m e d ia d o s d e
LA DÉCADA DE1880, EL PROPIO BlSMARCK FUE SIEMPRE MUY RETICENTE EN ESTA CUESTIÓN. En CAMBIO, EL RECIÉN
NOMBRADO KÁISER GUILLERMO II FUE UNO DE LOS IMPULSORES MÁS IMPORTANTES DE UNA POLÍTICA COLONIAL MÁS
AGRESIVA, QUE TENÍA COMO OBJETIVO CONVERTIR A ALEMANIA EN UNA POTENCIA MUNDIAL, PUNTO DE VISTA QUE
DEFENDIÓ UNA Y OTRA VEZ EN SUS DISCURSOS.

l káiser no fue el único que defendió un cambio en la po­

E lítica exterior de su país, ya que muchos de sus contem­

poráneos consideraban que Alemania era una nación joven
y vigorosa que debía hacerse más imperialista a fin de mantener
tanto su estatus en el concierto de las grandes potencias como su
futuro en un mundo cada vez más global. Esta convicción se vio
reforzada por el empeño de las demás grandes naciones, a media­
dos de la década de 1890, por ampliar sus zonas de influencia en
Oriente Próximo y en Extremo Oriente; y porque la situación pa­
recía favorable para conseguirlo pues las tensiones entre los rivales
más importantes de Alemania -e l Reino Unido y Francia en
África, y el Reino Unido y Rusia en A sia- parecían colocar al
país en una posición privilegiada como tertius gaudens (“tercero
beneficiado”) entre las grandes potencias.
Todas estas premisas hicieron que pareciera más ventajoso
formar parte de la lucha por el poder global que conformarse
con ser una potencia continental.

LA EXPANSIÓN DE ALEMANIA
Los argumentos esgrimidos tradicionalmente para justificar las
políticas de dominio y proyección de poder en zonas alejadas de
la esfera de interés de Alemania, la necesidad de defender las
costas del mar del Norte o del Báltico o la pasión del emperador
por las cuestiones navales, son argumentos que solo explican en
parte el crecimiento de la Marina alemana desde 1870 y su expan­
sión a partir de 1890.
A partir de finales de la década de 1840, Alemania empezó a
experimentar cambios drásticos pues pasó de ser un país eminente­
mente agrario a mantener una economía industrial moderna, lo
que, por otro lado, implicó la necesidad tanto de mercados para
vender sus productos como de materias primas provenientes de di­
versas y lejanas regiones del mundo. Más importante todavía, el
censo alemán ascendió de los 33,7 millones de habitantes que
tenía en 1850 a 39,2 millones en 1870 y a 56,3 millones en 1900.
La progresión seguiría hasta que, en 1910, con 64,9 millones de
habitantes, se había convertido en el segundo país más poblado
de Europa. Este crecimiento implicó más gente a la que ali­
mentar, y mientras Alemania había sido, hasta mediados del
siglo XIX, un país agrario y por consiguiente autosuficiente
en este aspecto, posteriormente tuvo que importar cada vez
más comida. En 1914, justo antes de la guerra, las adquisi­
ciones de alimentos en el extranjero eran de entre el 20 y el
25 % de las necesidades. En plena era de rivalidades impe­
riales esta situación puso de relieve la necesidad de disponer
 OESPERTA FERRO j 7

◄ ALFRED PETER FRIEDRICH TIRPITZ (1849-1930), ennoblecido en 1900, con lo que su apellido pasó a ser Von Tirpitz, fue sin duda una de las per­
sonas más relevantes del cambio de siglo, sobre todo para las fuerzas navales de la Alemania imperial. Sin embargo, sus inicios no fueron muy
prometedores. Era un estudiante mediocre, del que se dice que se alegró cuando escuchó que carecía de inteligencia pues llegó a la conclusión
de que así no tendría que esforzarse en exceso. Su padre llegó incluso a temer que no consiguiera el acceso a los estudios universitarios, y en
cierto modo así fue pues, en 1865, con dieciséis años, decidió dejar la escuela e ingresar en la Marina, para lo cual hizo un esfuerzo extraordinario,
quedando el quinto de veinticuatro en el examen de ingreso. Sus ideas navales se forjaron mientras servía a bordo de diversos barcos. Formó
parte como cadete a bordo del SMS Niobe de un curso del que saldrían seis almirantes. No combatió durante la Guerra Austro-Prusiana de 1866
aunque acabó con el rango de guardiamarina. Entre 1870 y 1871 estuvo a bordo del SMS König Wilhelm, en teoría el buque de guerra más po­
deroso del momento. Se encontraba en la fragata acorazada SMS Friedrich Karl cuando estalló en España la rebelión cantonal de 1873, durante
la cual desembarcó al frente de mil doscientos soldados para unirse a las operaciones de asedio de Cartagena.Tras esta experiencia militar volvió
a Alemania, donde sirvió en diversas naves. Sus últimos años en el mar los pasó como oficial de artillería en el SMS Hansa y luego de la fragata
SMS Kronprinz, antes de ser transferido a la fragata acorazada SMS Kaiser. En 1878 su carrera dio un paso fundamental, pues fue nombrado
OFICIAL DE TORPEDOS a bordo del SMS Zieten, en plena carrera de desarrollo de esta nueva arma, cuya gestión se le encargó. Poco a poco
abandonaría el servicio a bordo para pasar a los más altos cargos, y a la política. Foto: E. Bieber.

de rutas marítimas seguras tanto para el transporte de productos
alimenticios como para mantener el flujo de importaciones y ex­
portaciones propio de una nación en expansión.
La prosperidad económica no solo era un fin por sí misma,
sino que, además, en una era de rápidos cambios políticos y sociales,
la riqueza parecía la mejor manera de garantizar la estabilidad
intema del país. Hay que tener en cuenta que las crisis económicas
que habían sacudido Europa a finales del siglo XIX y amenazado
el orden político y social existente, habían reforzado también la
convicción de los partidos socialistas de que solo las revoluciones
podrían mejorar la vida de la mayoría de la población. Alemania
no era una excepción en este asunto, aunque, a diferencia de algunos
de sus vecinos, todavía era una sociedad precontemporánea. Durante
las guerras de unificación que habían tenido lugar entre 1864 y
1871, las monarquías y las élites que habían dirigido el país durante
siglos habían sido capaces de conservar muchas de sus prerrogativas,
en política, en el ejército y a nivel social y, tras estas, se negaron a
ceder a la presión cada vez mayor de las clases burguesa y trabaja­
dora. Entonces consideraron que la solución que haría innecesarias
las reformas políticas y sociales era ejecutar una política social im­
perialista que tuviera como resultado la prosperidad económica y
el prestigio político, y que con ello abriera la expectativa de un
futuro brillante para todos.
POLÍTICA INTERNACIONAL Y PODER NAVAL
A ojos del káiser y de muchos de sus contemporáneos, “más bar­
cos” era la única manera de convertirse en una potencia mundial
y colonial, asegurar la estabilidad política en casa y defender los
intereses marítimos de Alemania. Guillermo II estaba completa­
mente convencido de la interrelación entre fuerza naval y poder
mundial y de que ambos eran el requisito previo para obtener au­
toridad y prestigio a nivel nacional, así como riqueza y estabilidad
social. La Guerra Sino-Japonesa de 1894-1895 y el obvio e inmi­
nente derrumbe del Imperio chino y su reparto entre las naciones
más importantes confirmaron esta convicción y espolearon sus
ambiciones.
Sin embargo, aunque el káiser era un entusiasta del poder
naval y estaba lleno de propuestas, es improbable que hubiera te­
nido éxito sin la presencia a su lado de un joven oficial, el almirante
Alfred von Tirpitz, quien fue capaz de sistematizar y desarrollar
estas ideas. Von Tirpitz había ingresado en la Marina imperial en
1865 y demostrado poseer, desde muy pronto, excepcionales cua­
lidades como organizador y como pensador estratégico y político,
virtudes que llamaron la atención de Guillermo II al principio de
la década de 1890. No cabe duda de que fue él quien, en su mo­
mento, proveyó la estructura ideológica imprescindible para ganar
los apoyos necesarios para expandir la Armada. Su carta al almi­
rante Stosch, exjefe del Almirantazgo, escrita a finales de 1895,
resume a la perfección su forma de pensar, formada por una
mezcla de convicciones político navales y social darwinistas.
Hasta 1866, nuestros intereses marítimos estaban total­
mente de rodillas; el comercio naval, la industria expor­
tadora, las colonias transoceánicas, las pesquerías, el pan-
germanismo transatlántico, la Marina. Todo lo que
quedaba de ello tenía un “carácter parasitario”. La situa­
ción todavía es así en gran parte. Desde mi punto de
vista, en el siglo que viene Alemania perderá con rapidez
su puesto de gran potencia si los indicados intereses ma­
rítimos no son promovidos enérgica y sistemáticamente
y sin pérdida de tiempo. En no poca medida porque esta
gran tarea nacional, y el beneficio económico que va
unido a la misma, son un paliativo contra los socialde-
mócratas, instruidos o no [...]. Los intereses antes citados
solo pueden tener buenos cimientos si se apoyan sobre el
poder, sobre todo el poder naval. De otro modo, en el fu­
turo nos faltará el valor para actuar. La “idea parasitaria”
debe cambiar en base al principio civis germanus sum.
Una de las dificultades de esto estriba en que el gasto en
potencia militar naval debe hacerse en el momento opor­
tuno, y con pleno conocimiento de las ventajas económi­
cas que reportará; pero será entorpecido por la estrechez
de miras y la mentalidad de tendero -que solo tiene en
cuenta el beneficio personal inmediato-.
LAS LEYES NAVALES
A pesar de que la década de 1890 fue todavía de transición, de
planes contradictorios y de derrotas políticas tanto en el interior
como en el extranjero, el káiser, con el apoyo de Von Tirpitz,
nombrado Secretario de la Reichsmarineamt (Ministerio de la
Marina Imperial), y de Bemhard von Bülow, un joven y ambicioso
diplomático que se convertiría en secretario de Asuntos Exteriores
en 1897 y en canciller en 1900, consiguió finalmente reorientar
la política exterior, naval e interior. Durante dos décadas las rela­
ciones internacionales y la construcción naval iban a dominar
todos los aspectos del gobierno de Alemania. Las demandas de
igualdad de derechos ( Gleichberechtigung ) y de un mayor “lugar
bajo el sol”, postuladas por Bülow en su famoso primer discurso
ante el Reichstag de diciembre de 1897 iban a resultar atractivas,
para muchos de sus contemporáneos, en los años por venir. La
ocupación, en ese mismo momento, de un puesto remoto en Jiaoz-
hou (Tsingtao), en la lejana China, y la compra de varias islas del
Pacífico a España solo un año después, demostraron inequívoca­
mente que el Gobierno iba por el buen camino.
8 1 DESPERTA FERRO

Sin embargo, los éxitos ultramarinos solo explican en parte
la rápida popularidad de la Kaiserliche Marine. Para ponerla en
boga en un país con una larga tradición histórica de pensamiento
terrestre, Von Tirpitz, con el apoyo de la Deutscher Flottenverein
(Liga Naval) que pronto llegaría a tener casi un millón de miem­
bros, organizó, una vez nombrado en 1897, una moderna campaña
propagandística. Oficiales de la Armada, profesores y docentes
empezaron a viajar por todo el país para explicar la “urgente ne­
cesidad de tener una armada”, tal y como había dicho el káiser;
y a la vez las propias fuerzas navales se pusieron a celebrar toda
clase de eventos públicos, como botaduras, visitas a maniobras
náuticas y falsas batallas navales en dársenas construidas espe­
cialmente, que a su vez excitaron la imaginación de cada vez
más personas.
En 1898 y 1900 el Reichstag decretó dos leyes navales que in­
crementaron en gran medida la fuerza de la Armada. Tres más las
seguirían, en 1906,1908 y 1912, que acelerarían el ritmo de cons­
trucción naval. Con el fin de lograr sus ambiciosos objetivos y su­
perar a España, los Países Bajos y justo entonces a Gran Bretaña
como potencia naval preponderante, Alemania empezó a construir,
en 1897-1898, una flota de alta mar cuyo principal arquitecto fue,
desde el momento en que fue nombrado secretario de la Reichs-
marineamt en 1897, el almirante Alfred von Tirpitz quien, como
Mahan, estaba convencido que solo una flota de combate podía
derrotar al enemigo con el fin de obtener el control del mar, y en
consecuencia la supremacía naval.
La flota programada por Von Tirpitz debía alcanzar, en veinte
años, los cuarenta y un acorazados, veinte grandes cruceros, cuarenta
más pequeños, ciento cuarenta y cuatro torpederas y setenta y dos
submarinos. Por supuesto, esta fuerza tan considerable sería inferior
a la Royal Navy, pero este estaba convencido de que los recortes fi­
nancieros y la falta de personal evitarían que Gran Bretaña superara
en mucho a Alemania y, en consecuencia, el margen de inferioridad
entre la Kaiserliche Marine y su futuro enemigo no excedería de
un tercio. Con buques de más calidad, tácticas superiores y tripula­
ciones mejor entrenadas, Von Tirpitz consideraba posible una vic­
toria contra la Royal Navy en el intangible triángulo acuático en
tomo a Heligoland. Sin embargo, una parte importante de su opti­
mismo se basaba en que los británicos solo serían capaces de con­
centrar la mitad de su fuerza, mientras el resto cumplía con sus
obligaciones en mares lejanos.
Leyes navales como estas no fueron en absoluto una rareza en
aquella época, pues muchos países, influidos por las ideas de Mahan,
habían empezado a construir sus propias flotas, aunque ningún Go­
bierno lo hizo tan sistemática y enérgicamente como Alemania.
Más aún, ninguno de ellos privó al parlamento del control sobre el
presupuesto al estipular que, eventualmente, la Armada se renovaría
automáticamente mediante la construcción periódica de tres grandes
buques cada doce meses durante un plazo de veinte años.
UNA ARMADA CONTRA EL REINO UNIDO
Entretanto, el káiser no dejaba duda alguna con respecto a que
la nueva orientación de la política exterior alemana iba contra
Gran Bretaña. En 1898 Von Tirpitz aseguró a Guillermo II que
una vez completada la Hochseeflotte las islas perderán “cual­
quier inclinación por atacarnos y, en consecuencia, concederán
a Su Majestad una influencia naval de tal calibre que permitirá
a Su Majestad llevar a cabo una gran política ultramarina”.
En principio, y desde un punto de vista estrictamente naval,
estas promesas parecían razonables ya que, debido a los compromisos
del Reino Unido por todo el mundo, la creación de una flota en el
mar del Norte daba garantías de éxito. Los británicos, siempre argu­
mentó Von Tirpitz, nunca iban a ser capaces de desplegar la totalidad
de su flota en sus aguas nacionales, ni tendrían fondos u hombres
para superar a la de Alemania en más de un tercio. Así, una relación
de tres a dos entre ambas fuerzas navales daría a los germanos, en
una guerra contra la Royal Navy, cierta probabilidad de éxito, sobre
todo si la guerra tenía lugar en algún sitio bajo el fuego de los
cañones de Heligoland, lo que otorgaría a la flota todavía más posi­
bilidades de derrotar al enemigo. Por otro lado, la posibilidad de
amenazar a Gran Bretaña con éxito no solo incrementó las tensiones
entre Alemania y sus vecinos, sino que también cambió el frágil
equilibrio de poder europeo. En vez de convertirse en un tertius
gaudens con capacidad para elegir a sus aliados en virtud de la
oferta más jugosa, Alemania no tardó en encontrarse aislada.
En las islas británicas, la preocupación, tanto por los objetivos
de Alemania en general como por su programa de construcción
naval en particular, aumentó poco a poco como resultado de ma­
lentendidos o de choques directos entre los intereses de ambas
partes en los asuntos internacionales. El resultado fue que, cuando
la Royal Navy empezó a desarrollar el HMS Dreadnought, un
nuevo tipo de acorazado, en 1905, y Alemania no solo se puso a
hacer lo mismo en 1906 sino que aceleró el ritmo de sus construc­
ciones en 1908, comenzó una carrera naval que tendría conse­
cuencias desastrosas para las relaciones entre ambos países. La
perdedora final de esta competición, que alcanzó su máxima in­
tensidad entre 1908 y 1912, fue Alemania, que pronto se encontró
aislada en el continente y, aunque el Gobierno imperial trató de re­
orientar tanto la política internacional como la política naval del
país, fracasaron debido a la fiera resistencia ejercida contra ello
tanto por el káiser como por Von Tirpitz. Al final, aunque se intentó
llegar a algún tipo de acuerdo en varias ocasiones, las cosas que­
daron igual mientras, durante aquellos años de crisis, Von Tirpitz
insistía ante el káiser en que no cediera ante la presión cada vez
más severa que se ejercía sobre él para que llegara a un acuerdo
político a cambio de un pacto de limitación armamentística que
no daba suficientes seguridades a Alemania. Desde su punto de
vista, la construcción naval seguiría ayudando a lograr los objetivos
que se habían previsto con el cambio de siglo.

► La llegada a DAR ES SALAAM (Tanzania), en 1907, de su excelencia BERNHARD DERNBURG, jefe del departamento colonial alemán de 1907
a 1909. Dernburg fue una de las figuras fundamentales del colonialismo alemán, ya que hizo todo lo posible por convertir una actitud basada
en la explotación destructiva en un proyecto económico y social viable. Para ello puso trabas al comercio de alcohol y armas, y a cambio quiso
enviar misioneros y médicos y promocionó la construcción de ferrocarriles. Sin embargo, ese auge económico solo pudo conseguirse aumen­
tando la explotación de la población local en las plantaciones. En 1907 Dernburg visitó dos de las principales colonias alemanas: Deutsch
Ostafrika y Deutsch Südwestafrika. Hay que decir que si bien Alemania llegó tarde al mundo colonial, desde 1884 el recién creado Imperio em­
pezó a asentarse en diversos territorios ultramarinos, de los que los más importantes fueron sin duda los africanos. La colonia más señalada fue
DEUTSCH OSTAFRIKA, creada por la Sociedad por la Colonización Alemana, fundada por un aventurado llamado Cari Peters, y que comprendía
los territorios que actualmente pertenecen a la parte continental de Tanzania, Ruanda-Burundi, Wituland (hasta 1890, era parte de Kenia) y la
región de Kionga, en el actual Mozanbique.También en África se hallaban los territorios conocidos como Deutsch Südwestafrika, en los actuales
territorios de Namibia (excepto la bahía de Walvis) y parte de Botswana; Kamerun, en la actual región de Camerún; y Togoland, que hoy es
Ghana y Togo. El expansionismo colonial alemán también llegó al Pacífico, con posesiones como Deutsch Samoa y, sobre todo, Deutsch Neu-
guinea, creada por la Compañía Alemana de Nueva Guinea de Adolph von Hansemann, en la que se integraban la parte nororiental de Nueva
Guinea y diversos archipiélagos, entre ellos el norte de las islas Salomón, Carolinas y Marianas, compradas a España en 1899, y las islas Marshall,
compradas, también a España, en 1885. Finalmente, es importante citar el puerto chino deTsingtao, también controlado por los alemanes, del
que zarpó la escuadra de Von Spee nada más iniciarse la Primera Guerra Mundial. ©b u n d e s a r c h i v b il d 146-2007-001 i / foto o . a n g / i 907 ca.

EL FRACASO FINAL
Sin embargo y por muy audaces que resultaran las afirmaciones de
Von Tirpitz, mal pudieron ocultar que, en vísperas de la guerra, la
reorientación de Alemania hacia el mar había fracasado, a pesar de
que el almirante hubiera obtenido la introducción, en 1912 y poco
después de la desastrosa actuación del canciller con respecto a
Francia de 1911 [N. del T.: en la llamada crisis de Agadir], de una
nueva enmienda a la legislación naval. Peor aún, el deterioro de la
posición del país en el continente reforzó la convicción entre los lí­
deres de Alemania de que el destino de la nación no dependía de la
Marina imperial sino, como siempre, del Ejército. Así, tanto en
1912 como en 1913 este fue expandido dos veces, mientras las
fuerzas navales pedían más fondos en vano. Más importante todavía
fue que justo antes de la guerra las fuerzas navales se dieron cuenta
de que sus premisas estratégicas también habían demostrado ser
erróneas, pues los informes obtenidos en las maniobras de la Royal
Navy dejaban claro que esta no iba a buscar una batalla nada más
comenzar la guerra, sino que en lugar de esto iban a establecer un
bloqueo a larga distancia que la Hochseeflotte no iba a poder
romper, salvo que quisiera arriesgarse a ser destruida.
En todo caso, por muy oscuro que pareciera el futuro desde el
punto de vista de Von Tirpitz, todavía quedaba por esclarecer si el
camino tomado por Alemania en el cambio de siglo llevaría o no al
abismo. De hecho, tras el fracaso de la misión Haldane de 1912, en
la que el canciller alemán y el secretario de Guerra británico trataron,
en vano, de encontrar una solución para la cuestión naval, hubo
dos años de distensión durante los cuales ni Grey (el secretario de
Guerra) ni Bethmann Hollweg (canciller de Alemania) juzgaron
inteligente referirse de nuevo al asunto. Como muestra de confianza,
un escuadrón británico participó en la semana de Riel de junio de
1914, por primera vez en diez años, y cuando este abandonó el
puerto alemán tras las maniobras, el almirante británico Warrender
comunicó por medio de señales a los buques de la Hochseeflotte
m i
DESPERTAFERRÜ 9
que estaban en puerto: “¡Amigos hoy, amigos en el futuro, amigos
para siempre!”. Tras años de conflictos, era un mensaje sorprendente
que al final resultaría ilusorio. Ambas flotas quedaron a la espera
de una batalla que decidiría quien era el vencedor en la rivalidad
sostenida durante la década anterior.
La decisión de ir a la guerra no sería, a pesar de todo lo dicho,
de Von Tirpitz, sino del canciller. Las razones por las que estalló la
contienda, y hasta qué punto se debió al grado de desarrollo de la
Armada aún es objeto de debate entre los historiadores.
B IB L IO G R A F ÍA
Berghahn, V. R. (1973): Germany and the approach o f war in 1914.
London: St. Martin's
Epkenhans, M. (2008): Grand Admiral Alfred von Tirpitz. Architect
o f the Geman Battle Fleet. Washington D.C.: Potomac Books.
Herwig, H. (1987): "Luxury Fleet". The Imperial German Navy 1888-
1918. London: Ashfield Press.
Seligman, M.; Epkenhans, M. et. al. Eds. (2014): The Naval Route
to the Abyss. The Anglo-German Naval Race 1895-1914.
London: Routledge.
E Bibliografía completa en www.despertaferro-ediciones.com
Michael Epkenhans es director de investigación
histórica en el Centro de Historia Miltar y Ciencias
Sociales de las fuerzas armadas alemanas en Postdam
(Militärgeschichtliches Forschungsamt, MGFA). Autor
de numerosas obras sobre historia de Alemania y de
Europa en los siglos XIX y XX, su principal área de investigación es la
historia militar de Alemania antes, durante y después de la Primera
Guerra Mundial. Es profesor en la Universität Postdam y editor de la
destacada revista de historia militar MilitärgeschichtlicheZeitschrift.
ID DESPERTA FERRO

La Royal Navy en guerra

Andrew Lambert —King's College London

El p r o b l e m a e s t r a t é g ic o a l q u e s e e n f r e n t ó e l R e in o U n i d o en 1914 e r a d e g r a n a m p l it u d . S us
INTERESES POLÍTICOS Y ECONÓMICOS EXIGÍAN UNA ACCIÓN GLOBAL, INTEGRADA Y EXTENSA, QUE PUDIERA
PROPORCIONAR A FRANCIA, E INCLUSO A RUSIA, UNA AYUDA RÁPIDA Y EFECTIVA Y QUE ADEMAS SATISFICIERA A
LOS DOMINIOS Y NO PUSIERA EN SU CONTRA A LOS PAÍSES NEUTRALES MÁS IMPORTANTES.

En 1914, la Royal Navy estaba bajo la dirección de Winston

or ello, la estrategia a aplicar se basaría en el control del

P mar, es decir, en su capacidad de utilizar los océanos para

cumplir objetivos tanto militares como económicos; y como
solo se podían diseñar planes concretos en respuesta al desarrollo
de los acontecimientos, gran parte de la planificación de preguerra
Churchill, primer lord del Almirantazgo, un político liberal de cua­
renta años que ya había mostrado tanto las cualidades como los de­
fectos que dominarían su extraordinaria carrera. Su energía, entu­
siasmo y capacidad para el debate, sus dotes literarias y su dominio
de la guerra, se veían puestos en jaque por una vena impulsiva, su
se basó en identificar problemas y anticipar posibles soluciones.
egocentrismo y su mal juicio. Churchill no estaba capacitado para
El punto de partida inicial fue defensivo, con ofensivas limi­
esperar a la defensiva, por lo que estableció un patrón estratégico
tadas que coadyuvaran a la defensa; sin embargo, el envío de la
propio, bastante simple: primera fase, despejar los océanos; segunda
British Expeditionary Forcé a Francia acabaría por ejercer una
fase, despejar el mar del Norte; tercera fase, despejar el mar Báltico.
influencia desproporcionada sobre la estrategia británica durante
El 31 de julio de 1914, antes de que se iniciara la guerra, Churchill
los primeros meses de la guerra.
envió varias planificaciones ofensivas al primer ministro Herbert
Asquith. En ellas se planteaba la posibilidad de establecer bases
ESTRATEGIA GLOBAL Y NAVAL
avanzadas en Dinamarca, Noruega y Suecia, con el objetivo de ase­
El dominio de la faceta naval de la guerra no dio al Reino Unido
gurarse el control del Báltico. Sin embargo, dada la importancia
la primacía en el proceso de toma de decisiones de la Entente,
fundamental que había tenido la violación de la neutralidad belga a
pues una vez que entró en la contienda dejó de poder elegir sus
la hora de que el Reino Unido entrara en la contienda, el Foreign
propias opciones con libertad, ya que las necesidades de la guerra
Office vetó la ocupación de territorio neutral y al final todos los
de coalición dictaron, cada vez más, cuál era la estrategia a seguir.
planes de Churchill fueron rechazados excepto uno, la toma de Bor-
Sin embargo, en agosto de 1914 el gabinete se vio en la posibilidad
de decidir entre una guerra total y una movilización masiva o una kum, la más occidental de las islas Frisias de Alemania.
La idea era establecer en ella una base que tendría como obje­
guerra limitada, una contienda “igual que siempre” en la que se
tivo apoyar a las flotillas que se encargarían de desgastar a la flota
utilizarían el poderío naval y la guerra económica para apoyar a
alemana a la vez que apoyaban la conquista de Schleswig y la
Francia y a Rusia con municiones y subsidios. Esta posibilidad de
destrucción del canal de Kiel. El plan asumía que estas acciones
elección fue algo único en la historia de la Gran Bretaña imperial
persuadirían a Dinamarca para que se sumara a la Entente y abrirían
e insular, cuya estrategia había estado dominada por las cuestiones
así el paso al Báltico. Sin embargo, los jefes de la Marina conside­
navales y las realidades económicas derivadas de ser un imperio
raron que la idea era una locura, la única sorpresa fue que, durante
global único, basado en el comercio y en el capital. La decisión
el debate, lord Kitchener, secretario de Guerra, aceptó guardar en
inicial fue a favor de la guerra limitada, y la actuación de la British
Expeditionary Forcé fue considerada como una intervención anfi­ reserva una división, disponible para ejecutar el plan.
Lo cierto es que la idea de Churchill ignoraba una cuestión vital:
bia, pero el fracaso de los ejércitos franceses y rusos en 1914 iba a
en nada servía a los intereses británicos que se provocara a Alemania
acelerar la movilización y la entrada en combate de las fuerzas te­
para que ocupara Dinamarca. Es más, tampoco Fisher estaba intere­
rrestres británicas en Europa, lo que a su vez iba a suponer una
sado en Borkum, que estaba muy lejos del Báltico, y solo apoyó el
“disminución significativa del poder económico [del país]”.
Í-S
proyecto de boquilla para asegurarse de que Churchill respaldara la
desaforada solicitud de barcos nuevos que había propuesto, con la
idea de volver del retiro para ocupar un puesto.
LA GRAND FLEET
La estrategia de la Entente se basó en la Grand Fleet británica, que,
junto con la Flota del Canal, encerraba a Alemania en el mar del
Norte y en el Báltico. En este contexto, el entonces vicealmirante
sir John Jellicoe reconoció que lo fundamental era mantener la su­
perioridad numérica, una forma de pensar que reflejaba un hecho:
que si bien la destrucción de la Hochseeflotte podía incrementar el
control británico del mar, ellos eran los que más tenían que perder
con una estrategia de búsqueda de la batalla decisiva. Bastaba con
ocupar una posición estratégica entre Alemania y los océanos para
mantener la iniciativa, la flota germana estaba atrapada.
Fase uno: despejar los océanos. En agosto de 1914, Alemania
tenía varios buques de guerra y navios mercantes auxiliares des­
plegados más allá del mar del Norte que amenazaban el tráfico
marítimo comercial británico y de sus aliados. Este desafío, si bien
tuvo una influencia importante en la planificación del Reino Unido
e hicieron falta varios meses para acabar con él, fue, esencialmente,
un fenómeno de corta duración. Los británicos no tardaron mucho
en cortar las comunicaciones de Alemania con el exterior y, en
1914, los buques propios capturados o destruidos por los alemanes
-un mero 2 % del tonelaje total- fueron fáciles de reemplazar, con
los capturados al enemigo, y de pagar por medio de la State War
Risks Insurance (Seguro Estatal de Riesgos de Guerra). Todo ello
aseguró que no cundiera el pánico en el sector naviero. Finalmente,
una combinación de planificación para la guerra global y una fuerza
abrumadora garantizaban que la guerra de cruceros terminara por
Navidad, lo que permitió que los británicos se concentraran en la
defensa de sus aguas territoriales.
Fase dos: despejar el mar del Norte. La flota alemana con­
cedió la iniciativa al enemigo desde el primer día, lo que permitió que
los británicos desplazaran su fuerza expedicionaria a Francia sin pro­
blemas. Una vez estabilizado el frente en el continente, la amplia su­
perioridad de la Royal Navy planteó la cuestión de cómo utilizarla
para derrotar a Alemania. Fueron las respuestas a esta pregunta las
que, al final, llevaron a la batalla de Jutlandia.
Cualquier posibilidad de intervención naval alemana había sido
sofocada por el exitoso barrido británico en la bahía de Heligoland
(véase “La batalla naval ante Heligoland. 28 de agosto de 1914” en
Despena Ferro Contemporánea n.° 31); con ello, y mientras se
desarrollaba la crisis del frente occidental, la Royal Navy denegó a
su enemiga el acceso al mundo exterior. Tal y como Fisher avisó a
Churchill “los movimientos de la flota alemana vendrán ordenados
desde el Cuartel General del Ejército (del mismo modo en que Vi-
lleneuve había sido obligado a zarpar de Cádiz por Napoleón)”.
Las únicas iniciativas que tomaron los asediados supusieron el em­
pleo de métodos modernos de negación del espacio marítimo al
enemigo, tendido de minas y ataques submarinos. Todos tuvieron
un éxito que, aunque poco significativo, dejó en los británicos una
desafortunada sensación de impotencia. Churchill deseaba asegu­
rarse la iniciativa mediante el envío de submarinos al Báltico; la
respuesta alemana demostró que el control de la mitad oeste de
dicho mar era una cuestión sumamente delicada.
Alemania esperaba ganar la guerra en el oeste mediante la des­
trucción militar de sus oponentes, pero tras la derrota en el Mame
(véase “El milagro del Mame” en Despena Ferro Contemporánea
n.° 1) ambos ejércitos iniciaron una carrera hacia el mar que acabó
por entremezclarse con el asedio de Amberes. Churchill, quien sabía
lo bastante de historia como para reconocer el valor que tenía el
gran puerto belga, envió a toda prisa, para defenderlo, una fuerza
improvisada integrada por reservistas de la Royal Navy. Si bien el
concepto estratégico resultó ser correcto, los británicos carecieron
de respuesta frente a los cañones de asedio alemanes, y la ciudad se
rindió el 10 de octubre.
El 3 de noviembre la flota alemana ejecutó un raid de minado
cerca de la localidad de Gorleston, lo que supuso ignorar la importancia
estratégica del litoral belga a cambio de ejecutar un ataque sin conse­
cuencias contra una localidad costera inglesa. En aquellas fechas, des­
conocedores de que los británicos habían conseguido descifrar sus có­
digos de radio -la “información de valor incalculable” de Churchill-
abandonaron la idea de evitar riesgos frente a la Grand Fleet. A partir
de entonces y aunque los objetivos germanos seguirían siendo oscuros,
el Almirantazgo iba a estar al corriente tanto de los movimientos de las
flotas alemanas como de las salidas al mar de los U-Boote.
Fase tres: ¿despejar el Báltico? Fisher fue llamado de
vuelta a finales de octubre de 1914 y ordenó de inmediato la creación
de una nueva flota en la que se incluirían monitores de poco calado
a pmeba de torpedos, cruceros de batalla que pudieran navegar en
aguas poco profundas y una hueste de minadores y de barcazas
motorizadas. También dio instrucciones a sir Julián Corbett (1854-
1922. Experto estratega naval, de origen civil, que colaboró con el
Almirantazgo durante la guerra) para que redactara un documento
sobre cómo utilizar la flota para tomar el control del Báltico, un
plan que, ambos acordaron, requeriría un desarrollo cuidadoso y
no podría ser implementado a corto plazo. La intención era que es­
tuviese listo para el caso de que el control pasivo del mar y el
bloqueo no sirvieran para arruinar a la economía alemana. Grandes
campos de minas mantendrían a la Hochseeflotte fuera del mar del
Norte mientras los británicos se acercaban al Báltico. La intención
del documento era asegurarse el apoyo del Consejo de Guerra a las
ideas de Fisher, pero este no tenía la intención de revelar los detalles
de su plan a los políticos.
Churchill enfureció. La idea báltica no iba a estar lista hasta
pasado bastante tiempo, demasiado para un hombre que ardía en
deseos de escuchar los cantos de sirena de la guerra y que estaba

◄ El crucero de batalla HMS Indomitable remolcando al dañado HMS Lion tras la acción del Banco de Dogger el 24 de enero de 1915. Litografía en
color de Charles Edward Dixon (1872-1934). La BATALLA DEL BANCO DE DOGGER puede considerarse como una especie de ensayo general
de la de Jutlandia, sobre todo de sus primeros compases, ya que en ella se enfrentaron tres cruceros de batalla y un crucero acorazado ale­
manes contra cinco cruceros de batalla británicos, además de diversos cruceros ligeros y destructores de ambas armadas. El origen de la ac­
ción fue, como venía siendo habitual, una salida de unidades alemanas con la intención de atraer a parte de las fuerzas británicas, cosa que
hicieron con éxito. Al principio el vicealmirante Hipper pensó que se había topado con un escuadrón de acorazados, y de inmediato dio la
vuelta hacia sus bases a fin de ganar tiempo para entender la situación. Sin embargo, lo hizo a 23 nudos, la velocidad de su barco más lento,
el SMS Blücher, un viejo crucero acorazado de 1907 aún en servicio, pero acorde a la que podían alcanzar los acorazados de la Royal Navy, y
no se dio cuenta de que sus perseguidores eran en realidad cruceros de batalla capaces de dar entre 25 y 26 nudos de andar, aunque Beatty
llegó a afirmar que en aquella ocasión alcanzaron la increíble velocidad de 28,5 nudos. Los británicos abrieron fuego a las 9.00 horas, y
pronto el SMS Blücher, el menos poderoso de los buques alemanes, que iba en cola, se convirtió en su víctima. Durante la batalla, que iba a
durar más de dos horas, los alemanes sufrieron la pérdida total del SMS Blücher y daños en el SMS Seydlitz, contra daños de relativa impor­
tancia en el HMSTiger y en el HMS Lion que, como podemos ver en la imagen, tuvo que ser remolcado. Los alemanes no sufrieron mayores
daños porque, una vez inutilizado el buque insignia del vicealmirante Beatty, su segundo, el contralmirante Moore, obedeció sus órdenes al
pie de la letra y concentró la totalidad de su fuerza en rematar al crucero alemán en vez de perseguir al enemigo derrotado. Por ello, sería
relevado nada más volver al Reino Unido. ©look&learn/bridgemanimages/agefotostockbat-llm976469
12 DESPERTA FERRO

▲ La batalla deJutlandia, 31 de mayo de 1916, MANEJANDO LOS TORPEDOS DURANTE EL COMBATE, por Félix Schwormstádt (1870-1938),
imagen de la obra The ImperialNavyin the World War, 1914-17. Cargados con 180 kg de amatol, los torpedos británicos podían recorrer 3800 m
a 45 nudos y hasta 9800 m a 27 nudos, características similares a las de los alemanes, cuyo modelo más grande tenía una carga explosiva de
245 kg de hexanita (había un modelo más pequeño que cargaba 200 kg del mismo explosivo) y podía navegar a velocidades entre los 28 y
los 35 nudos. En el aspecto técnico, el mayor temor de los británicos estaba en la creencia de que los alemanes habían conseguido eliminar
el rastro de burbujas que dejaban estos proyectiles al navegar y que permitían que los barcos los divisaran y maniobraran para esquivarlos,
pero no era cierto. Sin duda, la entrada en guerra de esta nueva arma causó un gran impacto, sobre todo a raíz del hundimiento, el 22 de sep­
tiembre de 1914, de tres cruceros acorazados británicos -HMS Hogue, HMS Cressy y HMS Aboukir- a manos del submarino alemán U9, co­
mandado por Otto Wedingen. A partir de entonces las emboscadas con submarinos se convirtieron en un temor constante, y a lo largo de la
guerra iban a avistarse decenas de torpedos inexistentes, además, esta arma resultó ser más efectiva como amenaza que como destructora
real de barcos. En Jutlandia ambas flotas llevaron a cabo repetidos ataques en los que se dispararon decenas de ellos, con un resultado bastante
pobre. Los alemanes perdieron el acorazado predreadnought SMS Pommern, el crucero ligero SMS Frauenlob y los torpederos V29 y V27, mien­
tras que resultaron dañados el crucero de batalla SMS Seydlitz, los cruceros ligeros SMS Wiesbaden y SMS Rostock y el torpedero V35. A cambio,
no deja de ser irónico que Jellicoe, que tenía mucho más miedo de los torpedos que Scheer, solo perdiera un destructor, el HMS Shark, y re­
sultaran dañados otro, el HMS Porpoise, y el acorazado HMS Marlborough. Foto: Library of Congress.

convencido de que esta se ganaría en un año. Así, impulsó el des­
arrollo apresurado de planes improvisados, como su documento
sobre la isla de Borkum del 2 de diciembre, exageradamente opti­
mista y basado en suposiciones injustificadas que Fisher no tardó
en desmontar. La experiencia de preguerra de Fisher sugiere que
no tenía la intención de utilizar la Grand Fleet en el Báltico, sino
que pretendía abrir el acceso a dicho mar en base a la esperanza de
que la simple amenaza sería suficiente como para provocar una ba­
talla. El papel de la flota recién creada sería atraer a la Hochseeflotte
antes de entrar en dicho mar. Fisher, como buen manipulador que
era, esperaba persuadir al alto mando alemán a actuar como a él le
convenía, cosa que ya había conseguido en varias ocasiones antes
de 1914. Una vez hundida su flota, el bloqueo del Báltico acabaría
con la economía alemana.
Así, mientras Churchill, por un lado, aceptaba la opción del
Báltico y presionaba a Asquith sobre ello el 29 de diciembre, por
otro, su memorándum describía una campaña en la que el riesgo
de un desastre naval era tan solo un poco más incierto que la in-
evitabilidad de ponerse en contra a potencias neutrales cuya im­
portancia era crítica. Lo que planteaba Churchill estaba muy lejos
de lo que pretendía Fisher, que era maniobrar para obligar a Ale­
mania a violar la neutralidad de Dinamarca, pero a pesar de ello el
documento mantuvo el plan en la agenda del gabinete, con la es­
peranza de que acabaría por filtrarse y alarmaría tanto a los alema­
nes como a los daneses. En todo caso, Fisher no tenía ninguna in­
tención de mandar a la Grand Fleet al Báltico, ni tan siquiera a la
nueva armada que quería construir, hasta que la Hochseeflotte no
hubiera sido reducida en gran medida, o destruida. Pretendía esperar
hasta que surgiera la oportunidad. Otros no mostrarían la misma
contención.
Lo cierto es que una operación en el Báltico, ya fuera una finta o
un ataque directo, parecía la única forma en que el poder naval britá­
nico podía influir estratégicamente en la guerra en el lapso temporal
elegido, y tal vez podría haber sido la única forma de evitar que el
Reino Unido tuviera que recurrir a la movilización total; incluso
podría haber resuelto el emergente problema de los submarinos.

OTROS PLANES: LOS DARDANELOS
Mientras su nueva armada estaba en construcción, Fisher dirigió
sus esfuerzos a la planificación de una operación combinada que
sirviera para asegurar la costa belga y cerrar las bases de submarinos
de Ostende y Zeebrugge, en la que se emplearían viejos buques de
guerra para dar apoyo al ejército. La costa belga era el único lugar
de Europa en que la Entente podía explotar su dominio del mar para
apoyar una operación militar terrestre que a su vez aliviara la carga
defensiva naval. Además, Fisher no excluía que esta acción pudiera
atraer a la Hochseeflotte a una batalla. Esta idea fracasó cuando el
rey de Bélgica se negó a poner sus tropas bajo mando británico, y el
Gobierno de las islas no quiso reforzar a la BEF, pues, en aquella
fase de la guerra, se negaba a implicarse en una estrategia continental.
En lugar de ello, la voluble mente de Churchill se había fijado en los
Dardanelos (véase Despena Ferro Contemporánea n.° 8: Galípoli,
1915), una operación a corto plazo que ofrecía enormes beneficios
estratégicos y políticos y que podía ser llevado a cabo antes de estar
listos para le ejecución de la acción en el Báltico.
Cuando, en noviembre de 1914, el Imperio otomano se unió a
las Potencias Centrales, Churchill convenció al Consejo de Guerra
para que apoyara un asalto contra los Dardanelos. Fisher estaba a
favor de una operación combinada y nada podía intimidar a Churchill,
quien decidió llevarla a cabo tras desdeñar las objeciones de lord
Kitchener sobre la carencia de tropas suficientes para asegurar los
estrechos. El 8 de enero de 1915 el Consejo de Guerra acordó
ejecutar este ataque. El 23, el combate en el banco de Dogger entre
cmceros de batalla fue un éxito rotundo -gracias a la inteligencia
radiofónica, el criptoanálisis y una potencia de fuego superior-, que
solo sirvió para reforzar la impresión de superioridad sin esfuerzo
nacida de la victoria de Heligoland, y la creencia de Churchill de
que podía enviar fuerzas considerables a los Dardanelos.
Mientras, Fisher, por su parte, se manifestó en contra: “Estando
ya en posesión de todo lo que una flota poderosa puede otorgar a un
país, debemos seguir disfrutando tranquilamente de las ventajas, sin
dispersar nuestra fuerza en operaciones que no pueden mejorar nues­
tra situación”. No estaba interesado en la acción por sí misma, y no
veía razones para apresurarse. Sin embargo, la razón política se an­
tepuso a sus consejos navales y tendría que consolarse con la idea
de que si el ataque fracasaba los buques podrían ser retirados con
rapidez, siempre y cuando no se desembarcaran tropas.
Entretanto, la Hochseeflotte se mantuvo quieta y los alemanes
recurrieron a su primera campaña submarina sin restricciones, que
demostraría ser difícil de contrarrestar, para negar el mar a sus ene­
migos. Mientras, con el control de las aguas y el bloqueo, los britá­
nicos pudieron, por su parte, asumir un papel de superioridad moral,
ya que sus acciones no implicaban la pérdida de vidas en el mar.
Mientras Fisher insistía en que el bloqueo era la única forma en que
el poder naval podía manifestarse en tierra, Corbett demostraba que
solo se podrían provocar batallas decisivas si se atacaban las líneas
comerciales alemanas, de las que la única vital era la que traía el mi­
neral de hierro desde Suecia. El impacto del bloqueo sobre Alemania
tuvo un resultado progresivo y, si bien la industria no se vio seria­
mente afectada por él antes de 1916, para enero de 1915 ya había
carencias de harina, una situación que empeoraría de modo gradual.
Sin embargo, la guerra económica era demasiado lenta para Churchill.
El 18 de marzo de 1915 el ataque naval franco británico contra
los Dardanelos fue repelido con la pérdida de tres viejos acorazados y
daños a otros tres, y si bien la baja de unos pocos buques de guerra de
más de veinte años no era una amenaza para el dominio naval de la
Entente, la acción había fracasado por falta de atención en los detalles,
DESPERTA FERRO 13
como por ejemplo que la flota carecía de munición de alto explosivo
y de dragaminas eficientes. En cambio, a Fisher y a los lores del mar
les preocupaba que la nueva operación pudiera drenar reservas de re­
cursos humanos y materiales de la Grand Fleet, y si bien no les im­
portaba la pérdida de unos pocos barcos viejos, si necesitaban hombres
entrenados para tripular los nuevos. En los días por venir Fisher vería
cómo su estrategia báltica desaparecía mientras Churchill enviaba
todos los buques y hombres disponibles al nuevo teatro de operaciones.
El fracaso de la ambiciosa operación del 25 de abril cosechó el
peor de los resultados posibles al dejar varados a miles de hombres
en suelo turco, incapaces de apoyar un ataque naval a través de los
estrechos pero necesitados de una armada ingente solo para darles
apoyo y suministro. Entretanto, Churchill, muy lejos de amilanarse
por el fracaso del ataque naval, había redactado, el 24 de marzo, un
memorándum para el gabinete en el que explicaba cómo iba a
ganar la guerra por medio de la ocupación de la isla de Borkum y
el desembarco de “un ejército de invasión británico de no menos
de quinientos mil efectivos en la localidad de Emden [...]”. Sin
embargo, dicho ejército no existía, y había llegado el momento de
que Churchill abandonara el Almirantazgo.
CAMBIOS EN EL ALMIRANTAZGO
La primera campaña submarina sin restricciones terminó con el
hundimiento del Lusitania en mayo de 1915, una catástrofe en lo
que a relaciones públicas se refiere que dio a la Royal Navy la
oportunidad para mejorar sus medidas antisubmarinas. Sin embargo,
ya nada podía hacer que siguiera en funciones el activo pero inestable
liderazgo naval. Fisher solo había aceptado la operación de los
Dardanelos si esta consistía en un golpe rápido y decisivo, pero
con las tropas desembarcadas varadas en la península, el golpe
rápido de Churchill se había convertido en un atasco a largo plazo
que comprometía los “planes [de Fisher] para el mar del Norte y el
Báltico”, que dependían de un rápido retomo de los buques y los
marinos implicados en la acción de Galípoli.
El irrevocable conflicto entre Fisher y Churchill emergió clara­
mente en la reunión del Consejo de Guerra del 14 de mayo de
1915. El problema no era solo que los ministros estuvieran com­
prometidos con la acción en Galípoli, sino que Churchill ignoraba
continuamente a Fisher al enviar “los nuevos monitores, que habían
sido diseñados para ser la pieza fundamental de los planes para el
mar del Norte” a la campaña del Mediterráneo. “Sin ellos, no se
puede llevar la ofensiva a aguas alemanas”. Fisher dimitió al día si­
guiente, y Churchill no tardaría en ser destituido.
La nueva junta, liderada por sir Arthur Balfour, un astuto y sereno
antiguo primer ministro, y por el almirante sir Herny Jackson, un
tranquilo y eficiente guerrero de despacho, no tenía ni un ápice de la
energía y el impulso de su predecesora. Además, Balfour no creía en
el Báltico, mientras que Jackson compartía las objeciones de Fisher
contra las operaciones navales puramente costeras. Así, ambos adop­
taron como estrategia básica la vigilancia de la Hochseeflotte a la
vez que se mantenía el control del mar, para lo cual iniciaron una
campaña de minado destinada a cerrar el Deutsche Bucht mientras
los monitores de la Dover Patrol bombardeaban Zeebmgge y Ostende
en agosto y septiembre, acción en la que infligieron algunos daños, y
se llevaban a cabo nuevos ataques, a finales de septiembre y primeros
de octubre, para apoyar la ofensiva del ejército en Loos.
Estas acciones son un ejemplo del destino que sufrió al final la
nueva flota diseñada por Fisher, que, si bien había sido creada para
actuar como una sola unidad, fue dispersada entre el Wash y los Dar­
danelos sin lograr concentrar fuerza suficiente, en ninguno de los es-
14 | DESPERTA FERRO

► El almirante SIR JOHN (JACKY) ARBUTHNOT FISHER (1841-1920),

quien tuvo gran importancia en el diseño de la estrategia naval britá­
nica durante la guerra, destacó mucho más, si cabe, antes de esta. En
1904 fue nombrado primer lord del Almirantazgo, donde inició refor­
mas de profundo calado. Para empezar, retiró alrededor de ciento cin­
cuenta naves del servicio activo, con la merma en puestos de mando
que ello supuso, y potenció el desarrollo del submarino como nuevo
tipo de buque, dos acciones que no le granjearon demasiados amigos.
Otra iniciativa suya fue la conversión de las calderas de los buques de
guerra del carbón al diésel, un cambio que mejoraba mucho las pres­
taciones de la flota, pero que suponía un grave problema estratégico
pues, si en las islas británicas había carbón en abundancia, no había
petróleo, una materia prima que se convirtió entonces en un ele­
mento clave a controlar en el mundo entero.También fue durante su
mandato como primer lord cuando se introdujeron en la Armada bri­
tánica los buques del tipo dreadnought. Hasta entonces, un acorazado
había sido un buque con una poderosa artillería media diseñada para
combatir bordada a bordada en una melé a corta distancia, cuyos ca­
ñones más pesados solo debían servir para rematar al enemigo. Puede
decirse pues que Fisher fue el inventor del combate a larga distancia.
Sin embargo, su proyecto más querido pretendía ir más allá del buque
pesadamente acorazado, Fisher hizo que entrara en servicio un nuevo
tipo de barco, muy artillado pero también menos blindado y muy rá­
pido, "la velocidad es su protección" el crucero de batalla, uno de los
grandes protagonistas de Jutlandia.Tras abandonar su cargo en mayo
de 1915, fue nombrado presidente del Comité de Invenciones e In­
vestigación del Gobierno hasta el final de la contienda. Falleció en
1920, con 79 años, de un cáncer repentino. Foto: Library of Congress.

cénanos en los que actuó, como para producir el efecto estratégico
deseado, pues nadie, en el Almirantazgo o en la Grand Fleet, compartía
su idea de utilizarla para amenazar las costas alemanas en el Báltico.
El 9 de enero de 1916, justo en el momento en que el enemigo
hacía llegar obuses pesados capaces de convertir las playas en insoste­
nibles, Galípoli fue evacuado. La operación de reembarque fue brillante,
pero supuso el final de una fase estratégica pues en abril de 1916 el ga­
binete envió los ejércitos recientemente reclutados a Francia con el ob­
jetivo de ganar la guerra por medio de una única campaña a pesar de
que sabían que el fracaso supondría la bancarrota de todo el sistema. El
“compromiso continental” fue un salto estratégico al vacío.
LA VÍSPERA DE JUTLANDIA
Tras una sucesión de salidas al mar con la intención de provocar
una gran batalla por medio de la ejecución de ataques aéreos y
operaciones de tendido de minas en el mar del Norte, Jellicoe
aceptó por fin la lógica subyacente en la guerra naval. Solo por
medio de una amenaza al control alemán del Báltico se podía
esperar influir en los movimientos enemigos, por lo cual
Preparó un plan que iba más allá de lo intentado hasta en­
tonces. Dos escuadrones de cruceros ligeros se desplazarían
al Skaw, punto al que debían llegar al amanecer del 2 de
junio. Desde allí avanzarían a través del Kattegat hasta el
Gran Belt y el Oresund, con un escuadrón de combate
avanzando tras ellos en apoyo. Se esperaba que un cebo
como ese no fallaría a la hora de atraer una poderosa fuerza
enemiga desde el Deutsche Bucht. Era muy probable que
dicha fuerza no llegara lo suficientemente al norte como
para poder asegurar un combate, pero al menos se podía
intentar atraerla hacia una trampa.
Dicha trampa consistía en un nuevo campo de minas y en sub­
marinos. Cabía la posibilidad de que las dos flotas se encontraran
antes de que estos planes pudieran ponerse en ejecución, y solo se
puede especular cual hubiera sido el resultado de una operación se­
mejante, pero la extraordinaria importancia del Báltico en los planes
de guerra británicos explican por qué Jellicoe estaba en el Skagerrak
el 31 de mayo, una fecha determinada por la presión ejercida por
“un Gobierno que necesitaba desesperadamente algunas victorias
espectaculares a fin de incrementar su decreciente autoridad”.
Dicho todo lo anterior, no resulta sorprendente que la decepción
fuese generalizada cuando la batalla naval que finalmente tuvo lugar
no fue un nuevo Trafalgar.
B IB LIO G R A F ÍA
Corbett, J. (1920-1922): The Official History o f Naval Operations.
3 vols. London: Longmans Green and Co.
Fisher, J. A. (1920): Memories and Records. New York: George H.
Doran Company.
Mackay, R. (1969): Fisher o f Kilverstone. Oxford: Clarendon Press.
Marder, A. (1970-1971): From the Dreadnought to Scapa Flow.
Oxford: Oxford University Press.
Offer, A. (1989): The First World War: An Agrarian Interpretation.
Oxford: Oxford University Press.
Wegener, W. (1989): The Sea Strategy o f the World War. Annapolis:
Naval Institute Press.
E Bibliografía completa en www.despertaferro-ediciones.com
Andrew Lambert es Laughton Professor of Naval
History en el Department of War Studies del King's
College, London, y director de la Laughton Naval
History Unit. Su investigación se centra en la historia
naval, estratégica y cultural del Imperio británico
entre las Guerras Napoleónicas y la Primera Guerra Mundial, y en la
evolución de los escritos de historia naval e historia de la tecnología.
Su último libro, Seapower States: Maritime Culture, Continental Empires
and the conflict that has shaped the modern world (Yale University Press,
2018), examina la construcción de la identidad cultural marítima.
DESPERTA FERRO EDICIONES
Especiales XVIII
La Arm ada española (II). La era de los descubrim ientos
La época de los descubrimientos es uno de los momentos clave
en la historia de la humanidad. Los viajes que emprendieron
por mar desde el siglo XV los navegantes de Castilla y
Portugal no solo transformaron radicalmente el conocimiento
que los europeos poseían del mundo, sino que, precisamente
por ello, marcaron el inicio de la primera globalización con la
interconexión de los continentes y, por ende, el inicio de la Edad
Moderna. Se trata de una empresa que ha fascinado desde sus
propios orígenes, cuando un puñado de marinos se lanzaban
a surcar la inmensidad de los océanos en pequeñas naves de
madera. La precariedad y la incertidumbre eran constantes en
singladuras que los alejaban durante años de sus hogares y del
mundo conocido, y de las que pocos regresaron. Estos marinos
han sido comparados, con justicia, con los actuales astronautas.
Con ocasión del quinto centenario de uno de aquellos hitos, el
inicio de la primera circunnavegación del globo, Desperta Ferro
presenta este número especial que profundiza en los entresijos y
las múltiples facetas de la empresa descubridora.

Novedad
Incluye tríptico La Armada española (II)
La era de los descubrimientos
Sevilla 1519 84 páginas + tríptico

Incluido
en tu suscripción
Premium

De motivaciones y medios. Génesis y significado de la era de los descubrimientos por Jesús Jiménez
E l descubrimiento de América y el reparto del mundo por Jesús Várela Marcos (UVA)
L a revolución cosmográfica en la víspera de los grandes viajes por Jesús María Porro Gutiérrez (UVA)
Las naves de exploración. Carabelas y naos por George Schwarz (Naval Histoiy and Heritage Command, US Navy)
Primus circumdedisti me. L a expedición Magallanes-Elcano y la conquista de los océanos por Salvador Bemabéu (CSIC)
Organizar los descubrimientos. Planificación y logística de los viajes de exploración por Mariano Cuesta Domingo (UCM)
Amazonas, cinocéfalos y patagones. Lo s mitos de los descubrimientos por María Alejandra Flores de la Flor
La disputa de las especias y la expedición de Loaísa a las M olucas por Mariano Cuesta Domingo (UCM)
Vida y muerte en los confines del mundo por Delphine Tempére (Université de Lyon)
E l tornaviaje y la exploración del Pacífico por Guadalupe Pinzón Ríos (Universidad Nacional Autónoma de México)
Pedro Sarmiento de Gamboa. Tragedia en el estrecho de Magallanes por Joaquín Zuleta Carrandi (Universidad de los Andes)
La búsqueda de la Terra Australis Incógnita por Annie Baert
Nueva Zelanda, ¿u n descubrimiento español? por Winston Cowie

A la v en ta en kioscos, librerías, tien das especializadas y

www.despertaferro-ediciones.com
oo©@©
16 OESPERTA FERRO

El HMS Dreadnought
y la evolución del arma naval
Tobias Philbin

UN NUEVO TIPO DE BUQUE

E
l acorazado fue el culmen de la tecnología naval, el epi­
centro de la estrategia marítima y, en tiempos anteriores El diseño del HMS Dreadnought no solo fue innovador, sino
al avión, los submarinos y las armas nucleares, la pieza también superior al de los acorazados de las otras grandes po­
más valorada y el elemento disuasorio estratégico definitivo. Por tencias de la época, además de ser extraordinariamente rentable.
ello, es importante comprender algunas cuestiones relativas a Según Oscar Parkes ((1990): British Battleships: Warrior, 1860
estos buques: el significado que tuvo el diseño del HMS Dread­ to Vanguard , 1950. A H istory o fD e sig n , Construction and Ar-
nought, el impacto que supuso en la innovación tecnológica naval mament. Annapolis: Naval Institute Press):
de su época, su importancia en la carrera armamentística global
y, finalmente y de modo más concreto en referencia a Jutlandia, Los diez cañones de 12 pulgadas [30,5 cm] montados
enumerar también las diversas clases de naves de guerra que par­ en uno de estos navios suponían la potencia de fuego
ticiparon en la batalla junto a los acorazados. de tres acorazados estándar del tipo predreadnought ,
ya que eran más rápidos, su artillería superaba en alcance
T El HMS DREADNOUGHT, que podemos ver en esta fotografía de 1907,
a todos salvo los más pesados de los modelos anteriores
fue el primer barco de la nueva era de los acorazados, y su nombre ser­
viría para definir a todos los grandes buques de combate que lo siguie­
ron, creándose la distinción entre predreadnoughts, barcos construidos
siguiendo los criterios imperantes antes de 1905 (pocas piezas de gran
calibre y diversas tipologías de artillería de apoyo, entre otras caracte­
rísticas), y dreadnoughts, los barcos que se diseñaron y construyeron

i
después, una tipología en la que también se pueden incluir los moder­ >>
nos cruceros de batalla. El HMS Dreadnought estaba armado con diez
cañones de 12 pulgadas (30,5 cm) instalados en cinco torres de artillería,
veintisiete de 12 libras (7,6 cm) y cinco tubos lanzatorpedos de 18 pul­
gadas (45 cm). Una de las razones del revolucionario cambio de arma­
i
mento de estos navios fue la aparición del torpedo, que obligó a las
naves de guerra a tratar de aumentar su alcance para poder batir al ene­
migo desde una distancia segura. Otro de los grandes avances intere­
santes que incorporó este buque fue el motor de turbina, que giraba
constantemente, a diferencia del motor de pistones de la época, ya que
estos perdían la inercia adquirida al final de cada tiempo, para volver a
empezar. Esta maquinaria le permitía alcanzar una velocidad de 21
nudos, tres más que los 18 de andar de sus predecesores, lo que suponía,
para mejor orientación, una diferencia de más de 5 km/h, lo suficiente
para sacar un barco de peligro. Además, el HMS Dreadnought fue un
barco de gran tamaño: 160,6 m de eslora, 25 de manga y un calado de
9 m, que permitía un mejor equilibrio entre blindaje (máximo de 305
mm en las torres o 279 mm en el costado) y armamento. En lo que a su
historial operativo se refiere, aunque sirvió como buque insignia tanto
de la flota primero como de diversas agrupaciones menores después,
durante la Primera Guerra Mundial no llegó a participar en ningún com­
bate artillero, aunque sí fue el primer acorazado en hundir un subma­
rino, el U-29 de Otto Weddingen, el 18 de marzo de 1915, al que embistió
y partió en dos. El 31 de mayo de 1916 estaba en Portsmouth en proceso
de reacondicionamiento, por lo que se perdió la gran batalla de Jutlan­
dia. Foto: IWM/Symonds & Co Collection.

con una tercera parte de su dotación en artilleros, y solo
eran un tercio más caros que sus contemporáneos con
una tripulación total numéricamente similar.
A fin de establecer una comparación, el SMS Nassau, primer
dreadnought construido por los alemanes, tenía -junto con los
demás navios de su clase- la misma potencia de fuego que los
nuevos acorazados británicos, y aunque era un poco más lento
estaba mejor protegido. Además, solo había costado un 33 %
más que el último predreadnought , de la clase Deutschland,
botado para la Armada del káiser.
Barco a barco, al igual que el SMS Deutschland y sus ge­
melos, no podían pretender enfrentarse a los modernos modelos
británicos de igual a igual, tampoco los predreadnought de la
Royal Navy podían alimentar pretensiones con respecto al
SMS Nassau o los demás buques de su clase. De modo similar,
en lo que a las escuadras se refiere, la alemana, que había sido
planificada por medio de una serie de leyes navales que habían
tenido que sortear tanto a la oposición política como las pre­
siones del Ejército, que necesitaba más dinero para enfrentarse
a la alianza ruso-francesa de cara a 1916, no iba a poder derrotar
a la británica. A pesar de que el almirante Von Tirpitz consiguió
convencer al Reichstag para que financiara los dreadnoughts
germanos, en Jutlandia los alemanes iban a enfrentar dieciséis
acorazados y cinco cruceros de batalla del nuevo modelo contra
los veintiocho acorazados (cuatro de ellos rápidos) y nueve
cruceros de batalla de los británicos.
En 1906 los acorazados eran el modo de medir el poder de
una nación y, mientras que para la Alemania imperial la aparición
del HMS Dreadnought supuso alterar su programa de construc­
ción, regular y predecible y asentado sobre un inestable compro­
miso entre las “modernas” ambiciones imperiales y el conflicto
de clases que se vivía a nivel interno, para el Reino Unido este
tipo de barcos fue la solución al problema de mantener su imperio
frente a unos competidores potencialmente hostiles, gracias a su
4 pasó de los 5500-6000 m de los ejercicios de preguerra a los
DESPERTA FERRO 17
superioridad técnica y a una eficaz gestión de costes. Sin embargo,
al final se convertiría en una de las causas de la Primera Guerra
Mundial, porque impulsó al Reino Unido a preocuparse por cues­
tiones continentales (Alemania) y a intervenir en una contienda
que tuvo un coste monetario y comercial tan alto que al final
condenó la propia perdurabilidad del imperio.
Dicho esto, también hay que indicar que, independiente­
mente de los intereses británicos y de sus cálculos imperiales,
la construcción de un buque como el HMS Dreadnought fue
un hecho inevitable. Italianos, norteamericanos y japoneses
también necesitaban, en mayor o menor medida, buques de
este tipo, aunque tan solo fuera para mantenerse a la par con
las innovaciones de otros países o para satisfacer sus propias
necesidades navales al mejor precio posible.
INNOVACIÓN: CAÑONES, TORPEDOS Y MINAS
Los alemanes tomaron una serie de decisiones políticas destinadas
a construir la mayor cantidad posible de buques, aunque fuera a
expensas de desarrollar y producir otras armas como submarinos,
aviones, minas y torpedos; mientras que los británicos, dirigidos
por lord Fisher, primero, y por el almirante Jellicoe en su calidad
de controlador de la Marina [N. del T.: Third Sea Lord and Con­
troller of the Navy, un puesto que, entre otras responsabilidades,
se encargaba del desarrollo científico y de la construcción de bu­
ques], después, tuvieron dinero suficiente como para construir
una cantidad de navios significativamente superior a la alemana
sin dejar por ello de desarrollar minas y torpedos. Este dato
tiene su importancia porque los dreadnoughts, que fueron dise­
ñados para luchar contra otros acorazados del mismo tipo, tam­
bién tuvieron que sobrevivir en un entorno naval en el que se
desplazaron y combatieron al enemigo sin dejar de sortear toda
una gama de amenazas submarinas y aéreas, estas últimas tam­
bién en desarrollo.
En lo que a la artillería se refiere, estos navios se constru­
yeron a partir de un solo tipo de armamento de gran calibre,
por oposición a la práctica anterior de montar en los barcos
una mezcla de piezas principales de calibre medio o pesado.
También aumentó, drásticamente, la distancia de combate, que
21 000 m de Jutlandia en 1916. Otro factor relevante fue el
peso y el tamaño de los proyectiles disparados en dicha batalla,
donde los buques británicos dispararon andanadas en las que la
suma del peso de los proyectiles iba de los 385 a los 905 kg,
mientras que las salvas de fuego alemanas fueron más ligeras,
aunque disfrutaron de mejores aparatos de puntería. En general,
los cañones británicos más pesados tenían una potencia de im­
pacto dos veces superior a la de los alemanes.
18 DESPERTA FERRO

Sin embargo, es posible que en Jutlandia el arma decisiva
fuera el torpedo -q u e junto con la mina fue una de las innova­
ciones navales más efectivas de la Primera Guerra M undial-,
aunque más por el miedo que impuso el potencial esperado del
mismo que por sus efectos reales. Una de las razones de su im­
portancia fue que estuvieron equipados con ellos tanto los aco­
razados tipo dreadnought como los cruceros, los destructores y
los submarinos; otra, que en 1914 era un arma barata que podía
hundir o paralizar un gran buque con un solo impacto, lo que
obligó a los jefes navales a tener muy presente esta amenaza a
la hora de calcular los riesgos de las operaciones.
En lo que a la longitud de su trayectoria se refiere, es inte­
resante indicar que al inicio de la era del HMS Dreadnought el
alcance del torpedo llegaba casi hasta los 5500 m, distancia
que desde 1905 se incrementó poco a poco a un ritmo equiva­
lente a la de los cañones. Posteriormente, según un ejercicio
antitorpedos ejecutado en 1912, la Royal Navy [Jellicoe] llegó
a la conclusión de que su alcance operacional (la distancia a la
que había que considerarlos una amenaza) llegaba hasta los
9150 m. Los modelos británicos más modernos, en proceso de
desarrollo, cubrirían espacios aún mayores, tendrían una preci­
sión mejorada y más carga explosiva. Sin embargo, para en­
tonces el gran problema era que para servir de algo los buques
lanzatorpedos debían posicionarse a distancias de combate muy
cercanas, pues el alcance efectivo real del arma era de unos
5500 m o menos, lo que significaba que los buques pesados
iban a tener muy pocas oportunidades de utilizarlos y, en caso
de materializarse alguna, el resultado iba a ser problemático
debido a la cercanía con el oponente. Durante la Primera Guerra
Mundial, los torpedos hundieron ocho predreadnoughts britá­
nicos, mientras que diversos acorazados y cruceros de batalla
del tipo dreadnought alemanes fueron alcanzados por estos
proyectiles, pero todos sobrevivieron.
En lo que a las minas se refiere, una de las preocupaciones
de los británicos fue que los torpederos o los cruceros ligeros
alemanes pudieran llevarlas a bordo para sembrarlas en el
camino de la flota británica durante las persecuciones, un
acontecim iento que no tuvo lugar en Jutlandia porque no se

Clase Von derTann(CB)

® f — ^ 27,75 923 i /
Tipologías de acorazados
y cruceros de batalla
En este cuadro y el de la página siguiente podemos ver cómo eran los barcos pesados de
ambas flotas que participaron en la batalla de Jutlandia distribuidos por clases (cuando se
construían varios buques con un mismo diseño se dice que pertenecen a la misma clase,
que recibe el nombre del primero de ellos). Tras la revolución provocada por el HMS Dre- De modelo arcaico, este navio, único en su clase,
tenía una torre a proa, otra a popa y dos laterales, es­
adnought, los ACORAZADOS siguieron siendo buques pesadamente armados y acoraza­
calonadas, con la de estribor más adelantada. Tenía
dos, no muy rápidos, diseñados para actuar en la línea de combate. El CRUCERO DE
dos chimeneas de poca altura, una tras el mástil de
BATALLA, en cambio, fue un concepto revolucionario. Se pretendía que fuera un crucero,
proa y otra en el centro.
es decir, un buque para navegar a larga distancia -cruzar los mares-; pero también que
pudiera servir en la línea de batalla. Para aunar armamento pesado, velocidad y autonomía, —^ 8 x 28 cm en montajes dobles

los británicos redujeron la protección, haciéndolos más ligeros con la idea de que la rapidez i —< 10 x 15 cm en montajes simples
16x8,8cm
era la mejor coraza. No funcionó. Los alemanes consiguieron un resultado parecido redu­
4 tubos lanzatorpedos de 45 cm
ciendo el calibre del armamento e instalando máquinas más potentes, lo que los diferenció
mucho de los acorazados. SMSVon derTann (1/1910)

Clase (Tipo* Clase Invincible (CB) Clase Indefatigable (CB)

país ^vel. máx. (nudos) dotación (h o m b re s )^ r ¡ 722(1032)
E E *2 - i
çtéspiaz^niento (t) blindaje < m m )p : / m i T 4 5 -1 8 0 J / f H \ f
j __h H it'¡ i á

manga m
planta

eslora m 160

Cuatro torres artilleras: proa, popa y dos ligeramen­ Equipado con una torre en proa, otra en popa y otra
te escalonadas a ambos costados. Dos chimeneas, en cada costado, estas últimas muy escalonadas.
elementos identificativos adelantadas justo por detrás del mástil de proa. Tenía tres chimeneas, una más grande junto al mástil

— 8x 12 pulgadas en montajes dobles de proa y otras dos delante y detrás de la torre de

16x4 pulgadas en montajes simples estribor.
armamento principal 1 x 3 libras — ^ 8 x12 pulgadas en montajes dobles
armamento secundario 5 tubos lanzatorpedos de 18 pulgadas 16x4 pulgadas en montajes simples
Navios que participan en la batalla de Jutlandia. HMS Invincible (111/1909) HMS Indomitable (VI/1908) 4 x 3 libras
Entre paréntesis, la fecha de puesta en servicio. HMS Inflexible (1/1909) 2 tubos lanzatorpedos de 18 pulgadas
En rojo, los que fueron hundidos en la batalla.
HMS Indefatigable (11/1911) HMS New Zealand (XI/1912)
* Tipos de navios: (CB) Crucero de batalla
(PDR) Acorazado predreadnought
(DR) Acorazado dreadnought
 DESPERTA FERRO | 13

esperaba una batalla entre flotas, pero que fue una posibilidad
muy real.
En su función habitual, la mina fue un arma barata y efectiva
para negar al enemigo el uso de un sector concreto del mar.
Esto significa que, una vez tendido un campo de minas, este li­
mitaba las opciones estratégicas y tácticas del contrario, incluso
podía llegar a disminuir o anular una estrategia de bloqueo cer­
cano, que se volvía insostenible con buques que eran muy vul­
nerables en su obra viva. También, obligaba a canalizar las
flotas alrededor de los campos de minas que hubieran sido de­
tectados pero no despejados y promovía la implementación de
un nuevo juego táctico de dragaminas contra minas, con la
consiguiente necesidad de proteger a los primeros con unidades
pesadas. Finalmente, estos artilugios tenían el potencial de crear
dificultades importantes para los submarinos, especialmente en
las aguas poco profundas del mar del Norte y del canal de la
Mancha. Algunos de los campos de minas tendidos durante la
guerra, tanto ofensivos como defensivos, tuvieron un éxito es­
pectacular.
LOS BUQUES DE JUTLANDIA: LA FLOTA BRITÁNICA
En Jutlandia se emplearon diversos tipos de barcos: acorazados
(del tipo dreadnought y predreadnought), cruceros de batalla
(del tipo dreadnought), cruceros acorazados y ligeros, destruc­
tores, torpederos (en este caso la versión alemana, más ligera,
del destructor británico), un portahidroaviones, zepelines y sub­
marinos. Muchos de ellos ya no existen hoy en día.
El orden de batalla de los buques británicos en esta acción
incluye dos grandes formaciones: la Grand Fleet y la Battle
Cruiser Fleet, que entre ambas desplegaron veinticuatro acora­
zados tipo dreadnought y nueve cruceros de batalla. De las di­
versas subunidades que las compusieron es especialmente des­
ta c a re el 5.° Escuadrón de Combate, cuyos buques sumaban
treinta y dos piezas de 15 pulgadas (38 cm), las más pesadas
que existían en ese momento, un arma para la que, en Jutlandia,
la Hochseeflotte no tuvo equivalente.
Más concretamente, la Grand Fleet zarpó formada por seis
divisiones de cuatro buques, cada una de ellas bajo el mando de
un contralmirante subordinado de modo directo al almirante Je-

Clase Moltke (CB) Clase Seydlitz (CB) Clase Derfflinger (CB)

Los buques de esta clase desplegaron una torre más
(cinco en total) que el Von der Tann, que se situó a
popa. Por lo demás, su estructura era muy similar.
10 x 28 cm en montajes dobles
wmr' 12 x 15 cm en montajes simples
12x8,8cm
4 tubos lanzatorpedos de 50 cm
SMS Moltke (IX/1911)
200
Unico de su clase y con una disposición de torres ar­
tilleras y chimeneas muy similar a los dos anteriores,
se trató de un buque con más eslora, con diversas
estructuras en torno a la chimenea de proa.
—^ 10 x 28 cm en montajes dobles
12 x 15 cm en montajes simples
12x8,8cm
4 tubos lanzatorpedos de 50 cm
SMS Seydlitz (V/1913)
210
Estos buques tenían cuatro torres alineadas, dos a
proa y dos a popa, armadas con un cañón más po­
deroso. Sus dos chimeneas (desiguales en el SMS
Derfflinger pero de la misma altura en el SMS Lüt-
zow), estaban situadas junto a los mástiles.
• ^ 8 x 30,5 cm en montajes dobles
— 12 x 15 cm en montajes simples
8 x 8,8 cm
4 tubos lanzatorpedos de 50 cm

SMS Derfflinger (IX/1914) SMS Lützow (VIII/1915)

Clase Lion (CB) Clase Queen Mary(CB) Clase Tiger (CB)

Cuatro torres artilleras: dos a proa, una a popa y otra
en el centro, entre la 2.a y la 3.a chimeneas. Tres chi­
meneas, más estrecha la de proa, todas entre los dos
mástiles.
8x13,5 pulgadas en montajes dobles
w "' 16x4 pulgadas en montajes simples
4 x 3 libras
2 tubos lanzatorpedos de 21 pulgadas
HMS Lion (V/1912) HMS Princess Royal (XI/1912)
____________________________ 200
Este crucero de batalla, único en su clase, fue una
mejora de los de la clase Lion, un poco más pesado y
con una manga ligeramente ampliada.
^ 8 x 13,5 pulgadas en montajes dobles
16x4 pulgadas en montajes simples
4 x 3 libras
2 tubos lanzatorpedos de 21 pulgadas
HMS Queen Mary (IX/1913)
También único en su clase, tenía dos torres proeles y
dos popeles, una de ellas más centrada y situada jus­
to a continuación de las tres chimeneas, muy juntas.
El barco tenía un solo mástil.
8 x 13,5 pulgadas en montajes dobles
12x4 pulgadas en montajes simples
2 x 3 libras en montaje antiaéreo
4 tubos lanzatorpedos de 21 pulgadas
HMS Tlger (X/1914)
2D DESPERTA FERRO
La característica fundamental de este acorazado
predreadnought fue sin duda su pequeño tamaño.
Además, tenía su armamento principal montado en
dos torres, a proa y a popa, y tres chimeneas.
— 4 x 28 cm en montajes dobles
^ 14 x 17 cm en montajes simples
18x8,8cm
6 tubos lanzatorpedos de 45 cm.
SMS Hessen (IX/1905)
Clase Bellerophon (DR)
160,32
Este buque tenía una torre proel, tres centrales, una
a cada lado a la misma altura y otra centrada más a
popa, y una torre popel. Tenía dos chimeneas iguales,
una detrás de cada mástil.
—^ 10x12 pulgadas en montajes dobles
^ 16x4 pulgadas en montajes simples
4 x 3 libras
3 tubos lanzatorpedos de 18 pulgadas
HMS Bellerophon (11/1909) HMS Temeraire (V/1909)
HMS Superb (V/1909)
Otro acorazado con sus cinco torres situadas longitu­
dinalmente, era distinguible por el mástil secundario,
situado a popa, y porque sus dos chimeneas, tras el
mástil principal, eran iguales y redondas.
—^ 10 x 13,5 pulgadas en montajes dobles
¡ — ■' 16x6 pulgadas en montajes simples
2 x 3 pulgadas
4 x 3 libras
4 tubos lanzatorpedos de 21 pulgadas
HMS Iron Duke (111/1914) HMS Marlborough (VI/1914)
HMS Benbow (X/1914)
También pequeños en comparación con los demás
barcos que combatieron en Jutlandia, estos acora­
zados tenían chimeneas más estilizadas que los de
las clase Brauschweig, y mástiles más altos.
— 4 x 28 cm en montajes dobles
i— 14x17 cm en montajes simples
22 x 8,8 cm
6 tubos lanzatorpedos de 45 cm
SMS Deutschland (VIII/1906) SMS Schlesien (V/1908)
j SMS Pommern (VIII/1907) SMS Hannover (X/1907)
SMS Schleswig Holstein (VII/1908)
Clase Saint Vincent (DR)
163,37
La distribución de las torres de este buque era igual
que en la clase Bellerophon. El elemento diferencia-
dor fundamental era un castillo sin alas laterales,
mástiles más pequeños y una chimenea de popa más
alargada que la de proa.
—^ 10x12 pulgadas en montajes dobles
—^ 2 0x4 pulgadas en montajes simples
4 x 3 libras
3 tubos lanzatorpedos de 18 pulgadas
HMS St. Vincent (V/1909) HMS Vanguard (11/1910)
HMS Collingwood (IV/1910)
El elemento más característico de este buque, úni­
co en su clase, que había sido construido para el
Gobierno brasileño y adquirido finalmente por el oto­
mano, aunque nunca se le llegó a entregar, son sus
siete torres artilleras: dos a proa, dos en el centro y
tres a popa, la de en medio sobreelevada.
—^ 14x12 pulgadas en montajes dobles
20 x 6 pulgadas en montajes simples
2 x 3 pulgadas en montaje antiaéreo
3 tubos lanzatorpedos de 21 pulgadas
HMS Agincourt (VIII/1914)
Estos acorazados desplegaron su armamento más
pesado en seis torres dispuestas hexagonalmente
(proa, dos a babor, popa y dos a estribor), lo que per­
mitió buques más artillados pero más cortos.
12 x 28 cm en montajes dobles
14 x 15 cm en montajes simples
16x8,8cm
6 tubos lanzatorpedos de 45 cm
SMS Nassau (X/1909) SMS Rheinland (IV/1910)
SMS Westfalen (XI/1907) SMS Posen (V/1910)
Clase Neptune (DR)
Único de su clase, tenía una torre proel, dos laterales
escalonadas, con la de babor más adelantada, y dos
torres a popa. Este barco tenía dos chimeneas, una
más aproada y otra en el centro.
—^ 10x12 pulgadas en montajes dobles
— ■ 1 6 x 4 pulgadas en montajes simples
4 x 3 libras
3 tubos lanzatorpedos de 18 pulgadas
HMS Neptune (1/1911)
Construido para los otomanos, este buque fue con­
fiscado el 31 de julio de 1914. Tenía cinco torres
longitudinales, un solo mástil y dos chimeneas, igua­
les y redondas, situadas justo a popa de este, muy
pegadas.
— 10 x 13,5 pulgadas en montajes dobles
16x6 pulgadas en montajes simples
2 x 3 pulgadas en montaje antiaéreo
6 x 6 libras
4 tubos lanzatorpedos de 21 pulgadas
HMS Erin (VIII/1914)

Clase Helgoland (DR)
167,2
Con las torres dispuestas en hexágono como sus
predecesores de la clase Nassau, los acorazados de
este tipo eran reconocibles por sus tres chimeneas,
bastante finas, situadas a media distancia de ambos
mástiles.
—^ 12 x 30,5 cm en montajes dobles
— 14 x 15 cm en montajes simples
14x8,8cm
6 tubos lanzatorpedos de 50 cm
SMS Thüringen (VII/1911) SMS Helgoland (VIII/1911)
SMS Ostfriesland (VIII/1911) SMS Oldenburg (V/1912)a
Clase Colossus (DR)
Muy similares al Neptune, los Colosus aumentaron
el blindaje mínimo. A la hora de reconocerlos, su es­
tructura es casi idéntica pero tenían un solo mástil,
a proa, y la primera chimenea se alzaba por delante
del mismo.
— 10x12 pulgadas en montajes dobles
w - " 16x4 pulgadas en montajes simples
4 x 3 libras
3 tubos lanzatorpedos de 21 pulgadas
HMS Colossus (VII/1911) HMS Hércules (VIII/1911)
Estos superdreadnoughts se distinguieron porque
solo tenían cuatro torres de artillería, dos a proa y
dos a popa, armadas con la mejor pieza de su época.
Tenían dos chimeneas iguales justo detrás del mástil
de proa, y un segundo mástil más atrás.
—^ 8 x15 pulgadas en montajes dobles
—^ 14x6 pulgadas en montajes simples
2 x 3 pulgadas en montaje antiaéreo
4 x 6 libras
4 tubos lanzatorpedos de 21 pulgadas
HMS Warspite (III/1915) HMS Barham (X/1915)
HMS Valiant (11/1916) HMS Malaya (11/1916)
Clase Kaiser (DR)
Con un aspecto más al uso, estos acorazados tenían
cinco torres: proa, dos escalonadas a los laterales y
dos a popa. Tenían dos chimeneas, situadas entre
otros tantos mástiles pero muy pegadas a estos.
—^ 10 x 30,5 cm en montajes dobles
—^ 14 x 15 cm en montajes simples
12x8,8cm
5 tubos lanzatorpedos de 50 cm
SMS Kaiser (VIII/1912) SMS Friedrich der Grosse (X/1912)
SMS Kaiserin (V/1913) SMS Prinzregent Luitpold (VIII/1913)
Clase Orion (DR)
De líneas muy simples, estos acorazados tenían to­
das sus torres alineadas. Dos a proa, una en el centro
y otras dos a popa. De las dos chimeneas, situadas
a ambos lados del único mástil, la de proa era más
pequeña.
10 x 13,5 pulgadas en montajes dobles
• " 16x4 pulgadas en montajes simples
4 x 3 libras
3 tubos lanzatorpedos de 21 pulgadas
HMS Orion (1/1912) HMS Monarch (IV/1912)
HMS Thunderer (VI/1912) HMS Conqueror (XI/1912)
El Cañada (clase Almirante Latorre), construido ini­
cialmente para los chilenos destaca por su mástil
proel, especialmente aparatoso. Por lo demás, se pa­
recía mucho a los King George V o Iron Duke, aunque
este barco montaba cañones de 14 pulgadas.
— r" 10x14 pulgadas en montajes dobles
16x6 pulgadas en montajes simples
2 x 3 pulgadas en montaje antiaéreo
4 x 3 libras
4 tubos lanzatorpedos de 21 pulgadas.
HMS Cañada (IX/1915)
DESPERTA FERRO ZI
175,4
Con esta serie la Kaiserliche Marine abandonaba de­
finitivamente las torres a los costados, aunque no la
central. Estos buques desplegaban, pues, dos torres
proeles, una entre las dos chimeneas y dos popeles.
Las chimeneas estaban más cerca que en el modelo
anterior, y la delantera era más ancha que la trasera.
10 x 30,5 cm en montajes dobles
—^ 14 x 15 cm en montajes simples
10x8,8cm
5 tubos lanzatorpedos de 50 cm
SMS Groser Kufürst (VII/1914) SMS König (VIII/1914)
SMS Markgraf (X/1914) SMS Kronprinz (XI/1914)
Clase King George V (DR)
De idénticas prestaciones que los Orion, los acora­
zados de la clase King George V tenían también la
misma disposición artillera. Se distinguían porque
sus dos chimeneas (más grande la proel) se hallaban
por detrás del único mástil.
10 x 13,5 pulgadas en montajes dobles
16x4 pulgadas en montajes simples
4 x 3 libras
3 tubos lanzatorpedos de 21 pulgadas
HMS King George V (XI/1912) HMS Centurión (V/1913)
HMS Ajax (V/1913)
Segunda apuesta británica por los cañones de 15
pulgadas, esta clase de buques, con dos torres a
proa y dos a popa, era distinguible por su única chi­
menea, situada a popa del mástil principal.
—^ 8 x15 pulgadas en montajes dobles
14x6 pulgadas en montajes simples
2 x 3 pulgadas en montaje antiaéreo
4 x 3 libras
4 tubos lanzatorpedos de 21 pulgadas
HMS Revenge (111/1916)
Otras tipologías
navales
El vicealmirante Scheer incluyó en su fuerza
dieciséis SUBMARINOS de diferentes clases
-fundamentalmente modelos oceánicos de
tamaño medio y sumergibles costeros muy
sigilosos del tipo UB-. Entre ellos podemos
destacar el U-32 (64,7 m de eslora; 6,3 de
manga y 3,6 de calado), un submarino oce­
ánico de la misma clase que el que podemos
ver en la imagen O / el U-43 (68,4 m de es­
lora; 6,4 de manga y 3,6 de calado) y el U-66
(69,5 m de eslora; 6,3 de manga y 3,8 de ca­
lado). El armamento principal de estos bu­
ques fue el torpedo, cuatro o cinco tubos, y
los cañones situados en cubierta. Algunos
de ellos dispusieron de emisor-receptor de
radio, pero solo funcionaban con la nave en
superficie.
Ambas escuadras emplearon DESTRUCTO­
RES, que en el caso alemán recibieron la de­
nominación de TORPEDEROS. Su función
fue similar en ambas flotas: atacar los gran­
des buques del enemigo con sus torpedos
mientras evitaban que el oponente pudiera
hacer lo mismo; además de tender cortinas
de humo para ocultar a la flota propia del
fuego artillero contrario. Entre los modelos
de torpederos hubo naves de diversos tipos
como el V-25 (78,33 m de eslora; 8,38 de
manga y 3,35 de calado); el G101 O (95,3 m
de eslora; 9,47 de manga y 3,84 de calado),
el B-97 (98 m de eslora; 9,35 de manga y 3,39
de calado) y el S-36 (79,6 m de eslora; 8,3 de
manga y 2,8 de calado). La letra correspondía
al astillero que los fabricaba: V para AG Vul-
can, G para Germaniawerft, B para Blohm &
Voss y S para Schichau Werke. Los británicos,
por su parte, emplearon fundamentalmente
cuatro tipos de destructores: los conductores
de flotilla, de las clases Marksman o Faulkner
(101 m de eslora; 9,91 de manga y 3,4 de ca­
lado), los de la clase Acasta, con una enver­
gadura máxima de (81,53 m de eslora; 8,08
de manga y 2,9 de calado), los de la clase Ad-
miralty M, de tamaño muy similar a los ante­
riores, y los de la clase del HMS Acheron Q
(77 m de eslora; 8 de manga y 2,7 de calado).
La diferencia fundamental entre los barcos
de ambas flotas fue la artillería: piezas de 8,8
cm en el caso alemán contra las de 4 pulga­
das (10,1 cm) en el caso británico. Además,
todos estos buques iban armados con torpe­
dos: dos tubos de 21 pulgadas (53,3 cm) en
el caso británico, contra cuatro o seis de 50
cm en el caso alemán.
La misión que desempeñaron LOS CRUCE­
ROS LIGEROS en ambas flotas fue doble:
por un lado, la exploración en agrupaciones
de buques de este tipo y, por otro, el lide­
razgo de las flotillas de destructores. Los ale­
manes desplegaron hasta siete clases
distintas de cruceros ligeros: Bremen, Gaze­
lle (los más pequeños, con 105 m de eslora),
Graudenz, Karlsruhe (en la foto O podemos
ver el SMS Rostock), Königsberg (los más
grandes, 151 m de eslora), Pillau y Wiesba­
den. Los británicos desplegaron cruceros li­
 OESPERTA FERRO | 23

i llicoe, comandante en jefe de la flota. La más pequeños y con menos armamento

geros de las clases Active, Arethusa (en la
foto O se puede ver el HMS Galatea, de esta
clase), Blanche, Boadicea (los más pequeños,
con solo 123,4 m de eslora), C -reconocibles
porque sus nombres empezaban con dicha
letra- y Town (los más grandes, con hasta
140 m de eslora), que solían llevar el nombre
de una localidad. En lo que al armamento ar­
tillero se refiere, los alemanes desplegaron
o bien piezas de 10,5 cm, diez o doce, o bien
ocho cañones de 15 cm; mientras que los
británicos cargaban entre seis piezas de 4
pulgadas (10,1 cm), diez de 5,5 pulgadas (14
cm) y nueve de 6 pulgadas (15,2 cm). Todos
dispusieron de tubos lanzatorpedos, dos o
cuatro, según los modelos, de los calibres es­
tándar: 21 pulgadas (53,3 cm) para los britá­
nicos, y 50 cm para los alemanes.
El CRUCERO ACORAZADO fue un tipo de
buque que en Jutlandia solo emplearon los
británicos. Se trataba de un híbrido entre la
idea del crucero, capaz de recorrer largas
distancias en alta mar para atacar las comu­
nicaciones del enemigo, y un buque lo sufi­
cientemente acorazado como para formar
parte de la línea de batalla. En realidad, en
Jutlandia estos buques sufrieron mucho
para aportar poco, pues su coraza no los
protegía suficientemente y ni su velocidad
ni su armamento eran rivales dignos para
los grandes dreodnoughts enemigos. En la
imagen O se puede ver el HMS Duke of
Edinburgh (154 m de eslora, 22,4 de manga
y 8,2 de calado máximo), armado con seis
piezas de 9,2 pulgadas (23,4 cm) y diez de
15,2 cm.
Los alemanes también desplegaron varios
ZEPELINES: L9 (que podemos ver en la foto
O ) L14, L16, L21 y L23. El primero, de 161 m
de largo podía alcanzar los 80 km/h; los
otros cuatro, más grandes, tuvieron 171 m
de largo y llegaban a los 88 km/h. Estas
naves podían llevar hasta 2000 kg de bom­
bas, pero su radio de acción se limitaba a
entre 22 y 26 horas, respectivamente. El pri­
mero que entró en servicio en la Marina im­
perial lo hizo en 1912.
i cifra total de piezas pesadas de artillería
desplegadas sobre el horizonte cuando
| los británicos cruzaron la “T” ante la es-
j cuadra del vicealmirante Reinhard Scheer
¡ ascendió a doscientas treinta, a las que
i hay que añadir los veinticuatro cañones
} adicionales de la fuerza de cruceros de
batalla del almirante Hood. Además,
- Scheer se enfrentó a cuarenta y ocho tu-
, bos lanzatorpedos, dos por cada uno de
1 los veinticuatro buques mayores de la
¡ Grand Fleet, que entre todos transporta­
ban casi ochenta torpedos. También los
cruceros acorazados y ligeros dispusieron
de torpedos, en total un centenar.
Entre los buques que equipaban las
\ fuerzas de cruceros de cobertura de la
< Grand Fleet se incluyeron ocho cruceros
J j acorazados, un buque mixto que había
sido desarrollado antes que el crucero
de batalla o el dreadnought con un doble
objetivo: proteger las rutas comerciales
y formar una cortina defensiva directa­
mente por delante de los acorazados. La
Hochseeflotte no dispuso de buques
equivalentes, obsoletos pero poderosa­
mente armados, pues la fuerza de cru-
i ceros acorazados alemana había sido di­
suelta antes de la guerra. Tres de ellos,
el HMS Warrior, el HMS Defense y el
HMS Black Prince, serían hundidos por
los alemanes durante los combates.
Entre las fuerzas de cobertura britá­
nicas se incluyeron también ocho cru­
ceros ligeros y dos destructores, además
. de las cinco flotillas de estos últimos
(que sumaban un total de setenta y dos
* unidades) distribuidas entre la Grand
» Fleet y la Battle Cruiser Fleet. Los des­
tructores eran barcos pequeños y rápidos
f armados con cañones de calibres medios
¡ o pequeños y torpedos cuya función fue
enfrentarse con los torpederos alemanes,
pesado, pero ligeramente más rápidos.
El otro gran contingente británico fue
la Battle Cruiser Fleet, compuesta por
tres escuadrones de cruceros de batalla
de tipo dreadnought , el tercero de los
cuales fue puesto bajo el control directo
de la Grand Fleet como fuerza de explo­
ración (a cambio del 5.° Escuadrón de
Combate, como se puede ver en el orden
de batalla, pág. 31). Los navios del primer
escuadrón estuvieron armados con piezas
de 13,5 pulgadas (34,2 cm), y los del se­
gundo y tercero con piezas de 12 pulgadas
(30,5 cm); todos llevaban torpedos.
Además, los británicos también dispu­
sieron de un portahidroaviones, el HMS En-
gadine, asignado a la Battle Cruiser Fleet,
del que despegaría un avión que si bien
avistó al 2.° Aufklärungsgruppe, fracasó a
la hora de transmitir la información.
LA FLOTA ALEMANA
La fuerza de superficie alemana llegó a
Jutlandia dividida en dos grupos de gran­
des buques: el l.erAufklärungsgruppe, con
cinco cruceros de batalla del tipo dread­
nought, escoltado por el 2.° Aufklärungs­
gruppe, formado por cruceros ligeros, y
varias flotillas de torpederos; y el grueso,
formado por acorazados de los tipos dre­
adnought y predreadnought, dieciséis de
los primeros y otros seis de los segundos,
escoltados por el 4.° Aufklärungsgruppe
-también formado por cruceros ligeros-
y varias flotillas de torpederos.
Estas unidades zarparon de sus bases
en el orden siguiente: submarinos, zepe-
lines, l . er Aufklärungsgruppe (con sus
unidades de acompañamiento), 3.er Ges­
chwader (grupo de combate), 4.° Auf­
klärungsgruppe y l .er y 2.° Geschwader,
todos ellos escoltados por las correspon­
dientes flotillas de destructores.

B IB L IO G R A F ÍA
Bennett, G. (1972): The Battle o f Jutland. London: David and Charles Newton Abbot.
Dodson, A. (2016): The Kaiser's Battlefleet German Capital Ships 1871-1918. Barnsley:
Seaforth Press.
Friedman, N. (2011): Naval Weapons o f World War One, Guns Torpedoes, Mines andASW
Weapons o f All Nations an Illustrated Directory. Barnsley: Seaforth Press.
Taylor, J. C. (1970): German Warships o f World War!. Garden City NY: Doubleday.

z Bibliografía completa en www.despertaferro-ediciones.com

Tobías R. Philbin obtuvo su doctorado en Historia Militar por el King's College,

London, en 1975. Sirvió en la U. S. Navy y ha sido funcionario en el U. S.
Department of Defense. Posteriormente dio clase en la University of Maryland y
en el Virginia Militari Institute. Es autor de cuatro libros, entre ellos Admiral
Hipper, the Inconvenient Hero. Vive en Lexington, Virginia.
CONTEMPORÁNEA
COMPLETATO COLECCIÓN

n .°l -68pp./7£ n.° 2 -6 8 pp. / 7 € n.° 3 - 68 pp. / 7 £ n.° 4 - 68 pp. / 7 € n.0 5 - 68 pp. / 7 C n.0 6 - 68 pp. / 7 € n.0 7 - 68 pp. / 7 € n .°8 -6 8 p p ./7 € n.° 9 - 68 pp./7 € n.° 10 - 68 pp./7 € n.° 11 - 68pp./7 € n.0 12 - 68pp./7€
1914. EL ESTALLIDO STALINGRADO (I). LA GUERRA DE MADRID, 1936 DEUTSCHES 1965, ESCALADA STALINGRADO (II): GALÍPOLI, 1915 LA GUERRA CIVIL INSURGENCIA EN EL DESEMBARCO LA BATALLA DEL
DE LA GRAN ELASALTODELA YOM KIPPUR 1973 AFRIKA KORPS AMERICANA EN ¡NI UN PASO ATRÁS EN VIZCAYA, 1937 IRAK (2003-2011) DE ALHUCEMAS, ATLÁNTICO
GUERRA WEHRMACHT VIETNAM EN EL VOLGA! 1925

n.0 13 - 68 pp. / 7 € n .°14-68p p ./7€ n .°1 5 -6 8 p p ./7 £ n.° 16 - 6 8 p p ./7£ n .° 1 7 - 6 8 p p ./7 € n.° 1 8 -6 8 p p ./7 € n.° 1 9 - 6 8 pp./7 € n .° 20 - 6 8 pp./7 € n .° 21 - 68 pp./ 7 C n .° 2 2 - 6 8 pp./7 € n .° 23 - 68pp./7 € n .° 2 4 - 6 8 pp./7 €
VERDUN, 1916 AFGANISTAN, 2001 LA BATALLA DE LA BATALLA DE LA SEGUNDA LA GUERRA RUSO- LA BATALLA DE LAWRENCE DE CUBA 1898 DUNKERQUE 1940 LA BATALLA DE RUSIA 1917
LAS ARDENAS (I) GUADALAJARA BATALLA DE JAPONESA LAS ARDENAS (II) ARABIA TERUEL REVOLUCIÓN Y
1937 JARKOV 1942 GUERRA

¡H H I ____ _____________________ ______

! ^ n2n , Æ P'/7 € n-° 2 6 ' 6 8 PP-/7C n .° 27 - 6 8 pp./7 £ n .° 2 8 - 68pp./7 € n .° 2 9 - 6 8 pp./7 € n .° 3 0 - 6 8 pp./7 € n .° 31 - 6 8 pp./7 € n .° 32 - 68pp./7 €
TOBRUK 1941 KAISERSCHLAGTT LA OFENSIVA BUDAPEST 1944-1945 EL CONFLICTO EL DESASTRE LA REVOLUCIÓN JUTLANDIA
1918 SOBRE VALENCIA DE SIRIA DE ANNUAL CUBANA
1938
ARQUEOLOGÍA__________________________________ HISTORIA MODERNA

n.°l- LA GUERRA DE FLANDES a ° l- LACAIDADEROMA I-

n.°2- ELESIALLIDO DE LAGUERRADE SECESÓN-AGOIADO LA GUERRA DE LOS TREM A ANOS
a°3- LA GUERRA DE SUCESION ESPANOLA
a °2 - LAAMENAZA CELTA n- 1812. LA GUERRA DE Ü \ INDEPENDENCIA
a°3- LA HERENCIA VIKINGA ffl- 1938. LA BATALLA DEL EBRO
n.°4- 1813 NAPOLEON CONTRA EUROPA a°4- LOS SmOS DE CONSIA.YI1NOPLA- UIITMOS EJEMPLARES IV-
n.05- EL JAPON DE LOS SAMURAIS MERCENARIOS EN EL MUNDO ANTIGUO - AGOTADO
a '5 - LAREPUBLICAEN PELIGRO V- LOS TERflOS EN EL SIGLO XVI
a°6- LEPANTO a °6- TALASOCRACIAS- AGOTADO VI-
il*7- VICKSBURG LA LEGION ROMANA (I). LA REPÚBLICA MEDIA - AGOTADO
n°8- LOS POLACOS DE NAPOLEÓN
a °7- AL-ANDALUS vn- LOS TERCIOS (II). 1600-1660
n '9- RICHELIEU CONTRA OLIVARES
a °8 - LOS DIÁPOCOS-AGOTADO vra- LA LEGION ROMANA (II). LA BAJA REPÚBLICA
a °9- RELIGION Y GUERRA - AGOTADO IX- LOS TERCIOS (III). NORTE DE ÁFRICA
n.°10 - 1714. EL FIN DE LAGUERRADE SUCESIÓN ESPANOLA a°10- EL IMPERIO ASIRIO X-
a 011- ELGRANJUEGO LA LEGION ROMANA (IR). EL PRIMER SIGLO DEL IMPERIO
a ° ll- EL IMPERIO ROMANO XI- LOS TERCIOS (IV). AMERICA, SS.XVI-XVR
a 012- LA CONQUISTA DE MÉXICO a°12- LOS MONGOLES xn-
a °0 - LA GUERRA FRANCO-PRUSLANA (I) - EL OCASO DE NAPOLEÓN III PANZER (I). 1939-1940. EL TRIUNFO DE LABLITZKRIEG
a 014- CARLOSVYLALIGADEESMALCALDA
a" 13- LA RECONQUISTA xni- LA LEGION R O M A N A R EL AUGE DEL IMPERIO
a°14- ESPARTA XIV- LAARMADA ESPANOLA (I). EL MEDITERRÁNEO, SIGLO XVI
a°15- LIBERTY OR DEATH! LA INDEPENDENCIA DE EEUU1775-1776 a°15- EGIPTO, EL IMPERIO NUEVO XV-
a 016- WATERLOO 1815 LOS TERCIOS (V). ASIA, SS. XVI-XVD
aT 6- LA ITALIA DE LOS CONDOTIEROS XVI- PANZER (II). 1941. DE ÁFRICAA BARBAJTROJA
a" 17- PIRATAS ENEL CARIBE aT 7- LA SEGUNDA GUERRA PÚNICA LN IBERIA xvn- LA LEGION ROMANA (V). LAANARQUIA MILITAR
a 018- ZUMALACÀRREGUIYLAPRIMERAGUERRACARLISTA aT 8- JUSTINIANOI EL GRANDE XVffl-
a 019- ELGRANCAPrTÀN LAARMADA ESPANOLA (II). LA ERA DE LOS DESCUBRIMIENTOS
a°19- CÉSAR CONTRA POMPEYO
a 020- GETTYSBURG1863 a°20- LA PRIMERA CRUZADA
a 021- RUSIA 1812(1) a* 21- FILIPO II DE MACEDON1A
a 022- FARNESIOEN FRANCIA a°22- LA CORONA DE ARAGÓN EN EL MEDITERRÁNEO
a “23- JARTUM
a 024-
a 025-
a°26-
a 027-
FEDERICO EL GRANDE EL AUGE DE PRUSIA
LA GUERRA DE LAS ALPUJARRAS (1568-1571)
RUSIA 1812(E).LABATALLADEBORODINÓ
GUSTAVO ADOLFO Y LA GUERRA DE LOS TREM A ANOS
a°23-
a* 24-
a°25-
a°26-
LA PRIMERA GUERRA JUDEO-ROMANA
EL NACIMIENTO DEL ISLAM
DE OCTAVIOAAUGUSTO
LOS VIKINGOS
SUSCRÍBETE
a°27- ALEJANDRO MAGNO (I)
a028- LAGUERRAFT^ANCO-PRISLANA(E)-BISMARKCONTRALAIHREPtRUCA a°28- LA CAIDA DE JERUSALEN
a°29- LAREBELIONJACOpiTA
a°30-
a 031-
LABATALLADEPAVIA
RUSIA 1812 (III). LA RETIRADA DE NAPOLEÓN
a ”29-
a°30-
JULIANO EL APÓSTATA
LAGUERRADE TROYA DESPFRTA FERRO
a°31- ¡CARTAGO DEBE SER DESTRUIDA!
a 032- EL SITIO DE VIENA1683 a°32- LAGUERRADE LOS CENANOS (I)-AGOTADO
a 033- BOLIYAR CONTRA ESPANA a°33- ALEJANDRO MAGNO (II). DE TIRO A SIWA
a°34- LA GUERRA FRANCO-INDIA a°34- LAGUERRADE GRANADA Mayo 2019 - n.° 33
a°35- SPINOLA Y LA GUERRA DE FLANDES a°35- SEPTIMIOSEVERO Normandía (I). D E S m iF A , FRRO
a 036- LOSSmOSDEZARAGOZA a°36- EL REY ARTURO timmuTO ;
a°37- LA CONQUISTA DEL PERL a°37- TIBAS VICTORIOSA
El asalto aerotransportado
a°38- LA GUERRA DE CRIMEA (IJ.BALACLAVA a°38- LA GUERRA DE LOS CIEN AÑOS (II) Julio 2019 - n.° 34
a°39- TEUTOBURGO La batalla de Brúñete 1937 N o rm an d ía (I)
a°40- ELCID El asalto ryegfttrsyifcporta
aT - LA CULTURA IBERICA a* 41- NUMANCJA Septiembre 2019 - n.° 35
a°2- LOS BAJOS FONDOS EN ROMA a°42- TAMERLÁN La batalla de Inglaterra
a°3- EL TESORO DE LA MERCEDES a°43- PIRRO (I). UN REY CONTRA ROMA
a°4- EGIPTO. EL LIBRO DE LOS MUERTOS a°44- PEDRO I EL CRUEL Noviembre 2019 - n.° 36
a°5- SICILIA GRIEGA. TIERRA DE DIOSES a" 45- LAS GUERRAS ASTUR-CÁNTABRAS La Guerra de Filipinas
a “6- EL CAMINO DE SANTIAGO LN LA EDAD MEDIA a°46- LA EXPANSION DEL ISLAM. EL CALEATO OMEYA
a°7- NEANDERTALES 1896-1898
a°47- ALEJANDRO MAGNO (III). GAUGAMELA
a°8- RICOS EN ROMA a°48- QADESH. EGIPTO CONTRA LOS HTITTAS Enero 2020 - n.° 37
a°9- SEFARAD. JUDIOS EN LA ESPAÑA MEDIEVAL a°49- LA GUERRA DE LOS CIEN ANOS (DI). AGINCOURT La batalla de Caporetto 1917
a°10- BABILONIA Y LOS JARDINES COLGANTES a" 50- ADRIANOPOLIS
a ° ll- LAMUJER EN GRECIA a°51- PIRRO (II). EL OCASO DE UN AVENTURERO Marzo 2020 - n.° 38
a°12- TARTESO a°52- ALMANZOR La batalla de Berlín, 1945 (I)
a ' 13- EL MUNDO VIKINGO
a° 14- GLADIADORES
a" 15- OPPIDA CRIDADES DE LA EUROPA CÉLTICA Suscripción anual por 6 números.
a° 16- VISIGODOS EN HISPANLA
a°17- CRETA MINOICA Gastos de envío: España gratis, UE 7€, resto del mundo 10€.
a°18- EL JESÚS HISTÓRICO
a°19- EJ. ORIGEN DE LA HUMANIDAD suscripdones@despertaferro-edidones.com
a°20- PICAROS EN EL SIGLO DE ORO
a" 21- LOSETRUSCOS 912204200-663690961
a* 22- AL-ANDALUS OMEYA
a°23- LOSMAYAS

A la ven ta en kioscos, librerías, tiendas especializadas y

www.despertaferro-ediciones.com
oo©@©
 DESPERTA FERRO LIBROS
Colección Segunda Guerra Mundial Colección Historia Antigua
O sg o o d
ARMAGEDÓN EN jo sia h

STALINGRADO
ROMALA CREACIÓN O PREVENTA
DEL ESTADO gastos de envío gratis
O PREVENTA

MUNDO
oferta válida para España
hasta el 28/3/2019
gastos de envío gratis
oferta válida para España
hasta el 28/3/2019

Abril 2019
Abril 2019 Roma. La creación
del Estado Mundo
Armagedón en Stalingrado
978-84-949540-1-6
978-84-949540-0-9
Páginas por determinar
928 páginas
15,5 x 23,5 cm
15,5 x 23,5 cm
Rústica con solapas
Rústica con solapas
P.V.P. 24,95 €
P.V.P. 29,95 €

Otros libros de la colección Otros libros de la colección

i \ HKFnMA<£r ivvwt'i n fnnorrr iv u is i
LA ISLA
DE LA
OASIS ESPERANZA
PERDIDO

Colección Guerras Napoleónicas Otros títulos

AUSTERLITZ POR DIOS

Y POR EL

O PREVENTA
KAISER
gastos de envío gratis
oferta válida para España
hasta el 28/3/2019

Abril 2019
Por Dios y por el Káiser.
Austerlitz. Napoleón, Europa El Ejército Imperial
y Rusia austríaco 1619-1918
978-84-946275-5-2 978-84-948265-5-9
Páginas por determinar 672 páginas
15,5 x 23,5 cm 15,5 x 23,5 cm
Rústica con solapas Rústica con solapas
P.V.P. 29,95 € a P.V.P. 29,95 €

Otros libros de la colección

A la ven ta en librerías, tien das especializadas y

www.despertaferro-ediciones.com
2G I DESPERTA FERRD

Beatty contra Hipper

El combate entre cruceros de batalla
Christian Jentzsch - Zentrum für Militärgeschichte und Sozialwissenschaften der Bundeswehr

E l 3 1 DE MAYO DE 1 9 1 6 , SCHEER IMPARTIÓ LA ORDEN DE ZARPAR A LA HOCHSEEFLOTTE. PRIMERO, HACIA LAS

2 .0 0 HORAS, LEVÓ ANCLAS LA FUERZA DE RECONOCIMIENTO -FORM ADA POR CRUCEROS DE BATALLA RÁPIDOS,
CRUCEROS LIGEROS Y DESTRUCTORES-A LAS ÓRDENES DEL VICEALMIRANTE FRANZ RITTER VON HlPPER; Y HACIA
LAS 3 .3 0 ZARPÓ DE WILHELMSHAVEN EL PROPIO SCHEER CON EL GRUESO DE LA FLOTA. DESPUÉS, EL CENTENAR
DE EMBARCACIONES DE TODO TIPO QUE CONFORMABAN LA FLOTA SE DIRIGIÓ HACIA EL NORTE, EN DIRECCIÓN AL
S k a g e r r a k .

n ese momento, ni Scheer ni el almirante británico John

E
Jellicoe sabían que su enemigo también había zarpado.
En el caso de la Grand Fleet, el hecho había pasado
completamente desapercibido al reconocimiento alemán, mien­
tras que en el caso británico, se habían dejado engañar por una
treta simple pero efectiva: para confundir al enemigo, el buque
insignia de Scheer, el Friedrich der Große, había cambiado su
señal de llamada y dejado la original en una estación radiotele-
gráfica terrestre, de tal manera que los británicos supusieron
que la flota alemana aún estaba en Wilhelmshaven.
CAMINO A LA BATALLA
La vanguardia alemana la formaba Flipper con sus fuerzas de re­
conocimiento. En cabeza navegaban, a 16 nudos de velocidad,
los cuatro cruceros ligeros del 2.° Aufklärungsgruppe y los tor­
pederos de la fuerza de reconocimiento, desplegados en una pan­
talla avanzada con forma de cuarto de circunferencia. Detrás, a
8 M [N. del T.: milla náutica, equivalente a 1852 m] de distancia,
seguían los cinco cruceros de batalla (Schlachtkreuzer ) del
l.er Aufklärungsgruppe, en el que se encontraba Hipper, cuyo
pabellón ondeaba en el Lützow.
A una distancia de 50 M navegaba el propio Scheer con el
grueso de la flota. El alma de su fuerza la formaban la 1.a y la
3.a Geschwader, con 16 modernos acorazados del tipo dreadnought,
con los más modernos en la 3.a, situada en cabeza, y los más anti­
guos en la 1.a. La retaguardia la formaba la 2.a Geschwader, com­
puesta por seis navios de línea predreadnought, menos potentes
en comparación. La distancia de estos escuadrones, que navegaban
en línea de batalla a 14 nudos de velocidad, entre sí, era de 3500 m,
y dentro de cada uno la distancia entre navios era de 700 m. Alre­
dedor de la Hochseeflotte, y a una distancia de hasta 8 M, marcha­
ban en descubierta seis cruceros ligeros y varios buques torpederos.
Otros veintiséis buques torpederos garantizaban una amplia pro­
tección contra submarinos.
Dividida en tres escuadrones de acorazados, uno de cruceros
de batalla, tres de cruceros y tres flotillas de destructores, la flota
de Jellicoe, proveniente del fiordo de Moray y de Scapa Flow, se
acercaba con veinticuatro acorazados modernos y tres cruceros de
batalla a la supuesta posición alemana. A vista de pájaro, la flota
de guerra británica, se asemejaba a los grandes convoyes de escolta
de la Segunda Guerra Mundial pues, como Jellicoe tenía que
formar casi el doble de grandes navios de guerra que Scheer, sus
buques navegaban en una formación compacta, compuesta de seis
líneas de batalla colocadas en paralelo y orientadas en el sentido
de la marcha. Una escolta de treinta y ocho destructores cubría la
formación principal como medida antisubmarina a corta distancia.
 OESPERTA FERRO 27

Y El HMS BARHAM, FOTOGRAFIADO EN LA BASE DE SCAPA FLOW, actuó durante la batalla de Jutlandia como buque insignia del contralmirante
Hugh Evan-Thomas -jefe del 5.° Escuadrón de Acorazados, los mejores buques de toda la flota-, a quien se acusó de no saber manejar correcta­
mente su escuadró durante las primeras horas de la batalla. Sin embargo, el fallo principal no fue de él, sino de las propias tradiciones de la Royal
Navy y, tal vez también, del capitán de corbeta Ralph Seymour, oficial de señales del vicealmirante Beatty. El sistema de transmisión de órdenes
por banderas indicaba que el buque insignia debía izar el código de banderas correspondiente a las instrucciones que se querían transmitir para
que fueran visualizadas por el resto de la flota, y arriarlas para que la instrucción pasara a ser ejecutiva. La orden debía ser repetida por otros
buques de la flota para asegurarse de que los más alejados podían verla bien. Durante los primeros compases de la batalla este método fracasó
en dos ocasiones: cuando Beatty viró hacia el sur en torno a las 14.30 para atacar a los cruceros de batalla de Hipper, los acorazados siguieron na­
vegando un tiempo hacia el norte, lo que los alejó mucho de la acción y redujo la ventaja de los británicos en un momento crucial de la batalla;
y cuando, en torno a las 16.41, Beatty ordenó que sus cruceros de batalla viraran hacia el norte para escapar de la Hochseeflotte, Evan Thomas
siguió hacia el sur hasta las 16.55, momento en que su escuadrón viró a su vez, con lo que quedó durante unos minutos a merced del fuego des­
tructor de los barcos de Scheer. Lo que parece que sucedió fue que durante el primer incidente Evan Thomas no llegó a ver las señales de su su­
perior, que no le fueron repetidas por el HMS Tiger, último buque de la fila de cruceros de batalla; y durante el segundo el oficial de banderas del
HMS Lion tardó mucho en arriar la orden para que los acorazados viraran hacia el norte. Pero ¿por qué el jefe del 5.° Escuadrón de Acorazados no
aplicó su propia iniciativa? Porque en la Royal Navy de entonces imperaba el criterio de SEGUIR LAS ÓRDENES A RAJATABLA, confiar en que el
mando sabía lo que hacía y jamás tomar una iniciativa. El origen de este proceder fue la absolución del vicealmirante Markham después de que
su barco embistiera y hundiera al HMS Victoria, el 22 de junio de 1893, al tratar de ejecutar una maniobra imposible. Aunque se perdieron 358
vidas, el consejo de guerra consideró que Markham había cumplido órdenes, y nadie esperaba que se diera cuenta cabal de lo que iba a suceder
y desobedeciera. Lo mismo hizo Evan Thomas 23 años más tarde. © r o b e r t H u n t ü b r a r y / m a r y E vans/ a g e f o t o s t o c k MEv-10530157

Esta formación permitía no solo el rápido despliegue para el com­
bate en cualquier dirección, sino que también ofrecía menos posi­
bilidades de ataque a los sumergibles enemigos que en el caso de
la larga línea de batalla por la que había optado Scheer. El miedo
de Jellicoe a los ataques de estas naves era tal que, adicionalmente,
hizo navegar a su flota en zigzag, con una velocidad general de 14
nudos y en dirección este-sudeste. Nueve cruceros ligeros garan­
tizaban el reconocimiento a corta distancia, de forma parecida a
como sucedía en la Hochseeflotte, mientras que ocho cruceros
acorazados formaban un cinturón de descubierta a 13 M por delante
del grueso de las propias fuerzas.
La segunda gran unidad británica navegaba con rumbo este
desde Rosyth, bajo el mando del vicealmirante Beatty, en dirección
al punto de encuentro acordado con la Grand Fleet, que debía ser
alcanzado a las 14.00 horas del día 31 de mayo. Sus seis cruceros
de batalla navegaban en dos filas, una al lado de la otra, seguidas
a 5 M por el 5.° Escuadrón de Combate, bajo el mando del con­
tralmirante Evan-Thomas, compuesto por cuatro veloces buques
de guerra del tipo Queen Elizabeth. A ello se añadían cuatro flotillas
de destmctores con veintinueve destructores y trece cruceros. Estos
últimos formaban la pantalla de reconocimiento de Beatty, que se
extendía a 8 M por delante del grueso de la flota, orientada hacia
el sudoeste.
En total se encontraban en el mar 251 navios, entre británicos
y alemanes, la mayor acumulación de buques de guerra modernos
en una zona marítima hasta la fecha. Sin embargo, mientras que el
almirante Scheer contaba solamente con encontrar unidades britá­
nicas pertenecientes al bloqueo, así como sus refuerzos corres­
pondientes, Jellicoe sabía que el enemigo atacaría con la mayor
parte de su flota.
PRIMER CONTACTO CON EL ENEMIGO
Scheer había recibido información acerca de actividades de una
flota. El U-32, por ejemplo, había comunicado la partida de varios
barcos británicos, mientras que la estación radiotelegráfica de
Neumünster había interceptado en la mañana del 31 de mayo la
notificación de que la Royal Navy había zarpado. Sin embargo,
el jefe de flota alemana no dedujo que por ello hubiera que contar
con mayor cantidad de unidades británicas en el mar del Norte.
Para él era impensable que el enemigo hubiera tenido noticia de
que toda la flota alemana había zarpado.
Así, dos enormes flotas avanzaban por los confines del mar
del Norte sin conocer con exactitud la posición de la otra. Fue
pura casualidad que, pasado el mediodía del 31 de mayo de 1916,
tuviera lugar finalmente el primer contacto con el enemigo por
parte de ambas escuadras, y precisamente en un momento propicio
 Q 0o

Zarpan las flotas

30 y 31 de mayo de 1916 Scapa Flow
1. er E scu ad ró n de Combate
4.° E scu ad ró n de Com bate
3. er E scu ad ró n de C ru ce ro s de B atalla
2. ° E scu a d ró n de C ru ce ro s
4. ° E scu ad ró n de C ru ce ro s Ligeros
D e stru cto re s

Fiordo de Moray
2.° Escuadrón de Combate
1.er Escuadrón de Cruceros
Destructores

AufklarungsstreitkrÉ

Edimburgo Battlecruiser Force

Rosyth
1. er Escuadrón de Cruceros de Batalla
2. ° E scu ad ró n de C ru ce ro s de B a ta lla
5.° E scu ad ró n de Com bate
1. er E scu ad ró n de C ru ce ro s Ligeros
Hochseflotte
2. ° Escuadrón de Cruceros Ligeros
3. er E scu ad ró n de C ru ce ro s Ligeros

M iddlesbrough

K ingston

B o r k u m ^ ']

Navios británicos
► Movimientos de navios británicos
- ^ - N a v io s alemanes
► Movimientos de navios alem anes B oston
Submarinos alemanes
Movimientos de submarinos alem anes
Dirigibles alemanes
Yarmouth <
► Movimientos de dirigibles alem anes
Lowestoft
Campos de minas británicos
Líneas de minas británicas
Campos de minas alem anes
Líneas de minas alem anas Harwich Roterdam
Bases navales británicas
Bases navales alem anas
Zonas de patrulla de los
Londres
submarinos alem anes

A m beres
 12°É
30 de mayo
15.40: el almirante S c h e e r emite la se ñ a l en cla ve "31. GG. 2490" para
indicar a las flotillas de su bm arino s que la a cc ió n de la flota tend ría
lugar al día siguiente, 31 de m ayo. La orden fue in tercep tad a por los
servicios de e scu ch a b ritán ico s, que ya so sp e c h a b a n de una posible
actividad alemana porque los m in ad ores habían estad o abriendo v ía s
en los campos de m inas en torno a Heligoland.
17.40: el Almirantazgo inform a a J e llic o e de una posible salid a de la
flota alemana. Se ordena a la arm ada que se d esp liegu e en los Long
Forties, a unos 160 km al este de la co sta de E s c o c ia .
20.00: el almirante Je llic o e ha salid o de S c a p a Flow con la Grand Fleet
y sus unidades de acom pañam iento. Al alba arru m bará h a cia el e ste a
15 nudos navegando en zigzag para e vitar un ataque subm arino.
22.00 a 22.30: los se is c ru c e ro s de batalla de B eatty, que han zarp ado de
Rosyth, pasan bajo el puente de Forth para e n trar en el m ar del Norte.
Los siguen, el 5.° Escu ad ró n de Com bate y el 1.er, 2.° y 3.er e s cu a d ro n e s
de cruceros ligeros, m ás otras un id ades de aco m p añ am ien to . Tam bién
HL navegan hacia el este, en zigzag.
31 de mayo
3.00 horas: los cru ce ro s de batalla de Hipper levan a n c la s.
Media hora antes del am anecer: los buques de B e atty in ician la n a v e ­
gación hacia el este, en form ació n de cru c e ro y naveg ando en zigzag,
con una variación de rumbo de 22,5 ° cad a diez m inutos.
Amanecer: el U32 está a punto de se r arro llad o por el cru c e ro lig e ­
ro HMS Phaeton. Poco d esp u é s trata de to rp e d ear al cru c e ro ligero
HMS Galatea, sin éxito. Luego inform a a Hipper de que ha avistad o dos
dreadnoughts, dos c ru c e ro s y m uch os to rp e d ero s.
itkräfte 8.00: la estación de e s c u c h a de N eum ü n ster inform a de que a la s 22.00
han zarpado desde S ca p a Flow dos e s c u a d ro n e s de dreadnoughts o de
buques de guerra.
8.32: en la flota de B e atty se produce un fa lso avistam ien to de un su b ­
marino alemán, toda la fuerza vira b ru scam e n te h a cia el norte d urante
veinte minutos.
8.44: el U66 informa del avistam ien to de ocho dreadnoughts b ritán ico s,
con cruceros y d e stru cto re s, al nord este de su p osició n.
Durante la mañana: es día de pago en la flota de c ru c e ro s de b atalla, los
hombres se alinean para re c ib ir su sold ad a y, poco d e sp u é s, su ració n
de ron. Pare ce un día de rutina.
11.30: el 2.° Escu ad ró n de Com bate del v ice a lm ira n te Je rra m se une a la
Grand Fleet desde el sur.
12.30: el Alm irantazgo inform a a J e llic o e y a B e atty: "N o h ay n o ticias
concretas del enem igo. Han hech o todos los p re p arativo s para zarp ar
a primera hora de esta m añ an a. S e cre ía que la flota había levado a n ­
clas, pero los radiogonióm etros sitúan al buque in sig n ia en el J a d e a las
11.10 de la m añana. A p aren tem en te no han podido e je c u ta r un re c o n o ­
cimiento aéreo, lo que los ha re tra sa d o ".
•Heligoland
fcrisias
famburgo
Wilhelmsh;
Brem en
Al emani a
13.30: la flota de B e atty se rep o sicio n a an tes de lle g ar al punto en i
debe virar h acia el norte para ir a u n irse a J e llic o e .
14.00: a bordo del S M S D erfflin ger se ordena lim pieza e in sp e c ció n de
los cañones.
14.15: Beatty ordena a su flota que vire h a cia el norte. "A lte re n rumbo,
los buques de vang u ard ia [de cad a co lum na] al m ism o tiem po, el resto
sucesivam ente, h a cia el norte por el e s te ".
14.20: el HM S G alatea inform a: "U rg e n te . Dos c ru c e ro s , p robablem ente
hostiles, a la v ista. D ire cció n e ste -su d e ste , rumbo d esco n o cid o . Mi [
sición es latitud 56 0 4 8 ' norte, longitud 2 1 ' e s te ".
DESPERTA FERRO 29
para la Kaiserliche Marine. Beatty acababa de ordenar a sus cru­
ceros de batalla el cambio de rumbo hacia el norte cuando, hacia
las 14.00 horas, el buque del extremo izquierdo de la cadena de
reconocimiento de Hipper, el crucero ligero SMS Elbing, divisó
el vapor de carga neutral N. J. Fjord, que navegaba bajo bandera
danesa. Como la misión principal alemana era la guerra comercial,
se encomendó a dos grandes buques torpederos, el B109 y el
B110, la misión de investigar el barco para comprobar si podía
tratarse de un navio mercante enemigo. Al detenerse, el mercante
expulsó el vapor sobrante de su caldera y llamó la atención de los
cruceros ligeros británicos HMS Galatea y HMS Phaeton, del
l.er Escuadrón de Cruceros Ligeros. Cuando los británicos se
acercaban al mercante, descubrieron a los dos buques torpederos
alemanes. El HMS Galatea informó del contacto enemigo de in­
mediato, tanto mediante banderas como por radio. El crucero
ligero SMS Elbing se apresuró en ayuda de los buques torpederos,
lo que dio lugar a las primeras operaciones de combate entre las
unidades de reconocimiento alemanas y británicas. Poco después,
el SMS Elbing notificó contacto con “cruceros acorazados britá­
nicos”. En aquel momento ambos bandos sabían que había fuerzas
enemigas en la zona marítima, pero carecían de toda información
acerca de su tamaño, posición y composición exacta.
La información no llegó al HMS Lion hasta las 14.32. Enton­
ces, Beatty ordenó cambiar el rumbo de los cruceros de batalla
hacia el sudeste y aumentar la velocidad. Sin embargo, debido a
fallos en la comunicación intema británica, la señal no llegó al
HMS Barham, por lo que el contralmirante Evan-Thomas no par­
ticipó del cambio de mmbo. Pasarían algunos minutos hasta que
Evan-Thomas notó que los rumbos se separaban, y entonces
ajustó el avance de su 5.° Escuadrón de Combate al de los cruceros
de batalla. Con todo, la distancia entre el HMS Lion y el HMS Bar­
ham había aumentado ya en unas 10 M e impedía que sus buques
pudieran intervenir a tiempo en un subsiguiente combate, a no
ser que Beatty disminuyese su velocidad, cosa que este no hizo.
Con ello se ignoraba en parte el principio militar de la concentra­
ción de fuerzas en el tiempo y el espacio. A partir de las 14.35 ho­
ras, y ante la inminencia de un combate, también Jellicoe ordenó
navegar a todo vapor.
Los desafíos a los que se enfrentaban ambos comandantes de
flota eran enormes. Los únicos medios de reconocimiento eran
los cruceros y buques torpederos de la vanguardia, pero estos no
podían vigilar más que una fracción minúscula de una gigantesca
región marítima. Incluso el mejor vigía no podía alcanzar con la
vista más allá de un radio de unas pocas millas náuticas. Otro
problema era el cálculo de la posición en alta mar. La única posi­
bilidad fiable para calcular la posición propia era la navegación
astronómica. Sin embargo, cuando, como sucedió ese mismo 31
de mayo de 1916, el sol no era visible, o lo era solo a duras penas,
era necesario calcular la supuesta posición propia a partir de la
velocidad que se llevaba y el rumbo que se había tomado, un pro­
cedimiento poco preciso que se denomina navegación por estima.
Al usar este sistema, el movimiento propio a través del agua es lo
único que se puede registrar con alguna seguridad, mientras que
a la corriente y al viento se les asigna un valor promedio, por lo
que inexactitudes relativamente pequeñas pueden conducir a enor­
mes márgenes de error con el paso del tiempo. Los cambios de
rumbo, especialmente en condiciones de combate, aumentan más
todavía las variaciones y, por eso, para los siguientes aconteci­
mientos ha de contarse con variaciones de hasta 25 M con respecto
a la posición exacta. La consecuencia inmediata de esto fue que
 los avistamientos de las posiciones de amigos y enemigos siempre
estuvieron plagadas de errores, lo que dificultó que los coman­
dantes se formaran una idea precisa de la situación, y los esquemas
del combate descritos en muchos libros no pueden más que re­
presentar valores aproximados reconstruidos a posteriori.
La característica fundamental de la batalla para todos los im­
plicados fue de caos y confusión. Ni Scheer ni Jellicoe sabían
exactamente dónde se encontraban sus escuadras más adelantadas,
por no hablar entonces de en qué lugar y situación se encontraba
el enemigo; una realidad a la que hay que añadir lo limitado de la
visibilidad pues una pequeña ranura en la torreta acorazada de
los gigantes de acero era la única posibilidad de percepción visual
de un campo de batalla en el que lo que podían ver ambos co­
mandantes de flota era, como mucho, los navios que navegaban
delante de su buque insignia, los destellos de los cañones enemigos
y las enormes columnas de agua provocadas por los proyectiles
que caían al mar. El humo de la pólvora y de las innumerables
chimeneas empeoraba la ya de por sí limitada visibilidad.
Por supuesto, tampoco existía aún una imagen de la situación
como las que son habituales hoy en día y que reproducen de
forma precisa la posición de las fuerzas propias y enemigas gracias
a la localización por radar. Lo único que ambos jefes de flota po­
dían hacer era trazar la información de los distintos informes de
avistamientos y avisos por radio que transmitían sus comandantes,
a menudo poco precisos y en parte contradictorios, sobre cartas
náuticas. El resultado se asemejaba más a un croquis aproximado
hecho por algún informante que a un auténtico mapa de combate
militar. El análisis de la situación se realizaba de una forma pare­
cida, y estaba siempre influido por las propias ideas que se tenía
acerca de lo que iba a ocurrir, así como por las propias decisiones.
Por eso, toda información que no correspondiera con las expecta­
tivas de los comandantes de flota se ocultaba o se ignoraba.
LA CARRERA HACIA EL SUR
A las 14.39 horas, el HMS Galatea avistó una gran nube de humo
al este-noreste, lo que hacía suponer la presencia de una flota. En­
tonces, Beatty se dio cuenta de que tenía la oportunidad de entablar
combate y, apenas media hora después de haber contactado, tomó
rumbo noreste con el objetivo de reconocer al enemigo con sus
cruceros de batalla. Hacia las 15.30 el humo de sus buques fue
descubierto por los alemanes y su presencia notificada como una
unidad británica formada por seis barcos. Ni Hipper ni Scheer su­
ponían en ese momento que hubiera más buques de guerra enemi­
gos en esa zona marítima, por lo que desde su perspectiva parecía
un golpe de suerte haber topado con un enemigo poderoso, aunque
inferior, que la Hochseeflotte podía destruir sin problemas. A con­
tinuación Hipper se preparó para entablar combate contra los seis
cruceros de batalla tomando un rumbo paralelo al de estos. A las
15.29 ordenó a la flota que cada nave se preparara para abrir fuego
contra todo navio enemigo que avistara por su banda de estribor.
A las 15.33 Beatty ordenó cambiar de la formación de marcha a la
formación de combate. Para variar de la formación en columnas a
la línea de batalla, el 2.° Escuadrón de Cruceros de Batalla tomó
temporalmente rumbo sur, lo que llevó a Hipper a adoptar una de­
cisión de graves consecuencias: mientras el almirante alemán ob­
servaba la situación, le surgió la oportunidad de atraer a los cruceros
de batalla británicos hacia el grueso de la flota alemana, lo que los
dejaría a merced de una aniquilación total. Por ello, mantuvo el ti­
món paralelo al enemigo y en dirección al sudeste. Poco después,
los navios británicos viraron y adoptaron un rumbo paralelo. Los
cruceros de batalla alemanes y británicos se habían encontrado
por fin, a unas 65 M, aproximadamente, al oeste de la costa de Ju-
Üandia.
La distancia entre los navios de ambas escuadras se reducía a
ojos vista. Aunque el alcance máximo de los cañones pesados de
sus cruceros de batalla era de 18 700 m, Hipper quería esperar a
encontrarse más cerca, para utilizar su artillería de forma más efi­
ciente. Por ello viró hacia el enemigo 22,5° a estribor. A las 15.48,
los cruceros de batalla alemanes abrieron fuego desde una distancia
de aproximadamente 13 000 m. Las condiciones de visibilidad
eran mejores en ese momento para los alemanes que para los bri­
tánicos ya que con el sol a la espalda de los cruceros de batalla de
Beatty, estos se perfilaban claramente contra el horizonte, de tal
manera que ofrecían un blanco perfecto para los artilleros alema­
nes, que además contaban con mejores instrumentos para estimar
la distancia. Al principio, debido a las condiciones de visibilidad,
la estimación de la distancia hasta los buques alemanes resultaba
muy complicada para los británicos. Beatty, de hecho, creía en­
contrarse aún fuera del alcance de sus cañones. Sin embargo, tras
la primera salva alemana, sus buques respondieron el fuego con
celeridad. Hipper se encontraba en una situación crítica, puesto
que los cruceros de batalla británicos eran claramente superiores
en artillería a los suyos propios. Mientras que las piezas artilleras
principales de los cruceros de batalla británicos la formaban ca­
ñones de 12 y 13,5 pulgadas (30,5 y 34,2 cm), los buques de
Hipper solo disponían de artillería del calibre 28 cm y 30,5 cm.
Además, Beatty disponía de un navio más que Hipper. Sin em­
bargo, la gran distancia que el error en la comunicación había ge­
nerado entre los cruceros de batalla y los rápidos acorazados de
la 5.° Escuadrón de Combate de Evan-Thomas se reveló ahora en
detrimento de Beatty, pues estos últimos no podían influir activa­
mente en el desarrollo del combate.
Como el grueso de la flota de Scheer se acercaba desde el sur-
sureste a una velocidad de 15 nudos y se encontraba ahora a 50 M
de distancia, no parecía que la situación de Beatty fuera a mejorar
pues el almirante Jellicoe aún se encontraba fuera del alcance de
la vista del enemigo, aproximadamente a 50 M al noroeste. Para
apoyar a Beatty, este envió desde la Grand Fleet al 3.er Escuadrón
de Cruceros de Batalla, bajo el mando del contralmirante Horace
Hood, en dirección al sudeste, pero la imprecisión de la navegación
de estima hizo fracasar el contacto con el enemigo y dicha fuerza
terminó demasiado al este. Sin embargo, esta circunstancia, causada
por la forma de navegación de principios del siglo XX, iba a
resultar beneficiosa para el transcurso posterior de la batalla.
Los cruceros de batalla británicos y alemanes intercambiaron
sucesivas salvas de su artillería pesada. En la nubosa tarde del mar
del Norte, las grises columnas de agua provocadas por los impactos
de proyectiles alcanzaban el tamaño de edificios. El SMS Von der
Tann, que era primer crucero de batalla construido por los alemanes,
se enfrentó en un duelo directo con el HMS Indefatigable hasta
que, hacia las 16.06 horas, los proyectiles de 28 cm del SMS Von
der Tann sellaron el destino del crucero de batalla británico: tras se­
guramente unos cinco impactos, una enorme explosión hizo pedazos
el barco después de que, muy probablemente, uno de los proyectiles
alemanes hubiera provocado un incendio de munición que se pro­
pagó hasta el depósito principal. De un total de 1019 hombres,
entre oficiales, suboficiales y tripulación, solo fue posible salvar a
dos. El buque insignia de Beatty, el HMS Lion, también había sido
alcanzado de pleno, y solo la rápida inundación de los depósitos de
munición pudo evitar una catástrofe como la del HMS Indefatigable.
Orden de batalla de las flotas combatientes

I FUERZAS BRITÁNICAS FUERZAS ALEMANAS

(mando operacional conjunto del almirante sir John Rushworth Je llico e ) (mando operacional conjunto del vicealm irante Reinhard S ch eer)
GRAND FLEET
HOCHSEEFLOTTE
Almirante sir John Rushworth Je llico e
Vicealm irante Reinhard S ch e e r
Jefe de Estado M ayor vicealm irante sir Cecil Burney (HM S Marlborough)
Je fe de Estado M ayor capitán Adolf von Trotha
Buque insignia: HMS Iron Duke (capitán F. Charles Dreyer)
Buque insignia: SM S Friedrich der Grosse (capitán Theodor Fuchs)
2.° Escuadrón de Combate (DR)
- 3.er G eschw ader (DR). Contralmirante Paul Behn cke (SM S König)
Vicealmirante Thom as Henry M artyn Je rram (HMS King George V)
- 5a. División. Contralmirante Behncke:
1. a División. Vicealm irante Je rram :
SM S König, S M S Groser Kurfürst, S M S Kronprinz, S M S M arkgraf
HMS King George V, HM S A jax, HM S Centurion, HM S Erin
6.a División. Contralmirante Nordmann:
2. a División. Contralmirante Leveson:
SM S Kaiser, S M S Prinzregent Luitpold, S M S Kaiserin
HMS Orion, HM S M onarch, HM S Conqueror, HM S Thunderer
- 1.er Geschw ader (DR). V icealm irante Ehrhard Schm idt (SM S Ostfriesland)
4.° Escuadrón de Combate (DR)
h T . División. Vicealm irante Schmidt:
Vicealmirante sir Frederick Charles Doveton Sturdee (HMS Bembow)
SM S Ostfriesland, S M S Thüringen, S M S Helgoland, S M S Oldenburg
3. a División. Contralmirante Duff:
2.a División. Contralmirante Engelhardt:
HMS Royal Oak, HMS Superb, HM S Canada
SM S Posen, S M S Rheinland, S M S N assau , S M S W estfalen
4. a División. Vicealm irante Sturdee:
- 2.° G eschw ader (PDR). Contralmirante Franz M auve (SM S Deutschland)
HMS Bembow, HM S Bellerophon, HM S Tem eraire, HM S Vanguard
3a. División. Contralmirante M auve:
1.er Escuadrón de Combate (DR) SM S Deutschland, S M S H essen, S M S Pommern
Vicealmirante sir Cecil Burney (HMS Marlborough)
4. a División. Contralmirante von D alw ig kzu Lichtenfels:
5. a División. Contralmirante Gaunt: SM S Hannover, S M S S ch le sie n , S M S Schlesw ig-Holstein
HMS Colossus, HM S Collingwood, HM S St. Vincent, HM S Neptune - 4.° Aufklärungsgruppe (CL). Comodoro L. von Reuter:
6. a División. Vicealm irante sir Burney: SM S Stettin, S M S M ünchen, S M S Frauenlob, S M S Stutgart, S M S Hamburg
HMS Marlborough, HM S Revenge, HM S Hercules, HM S Agincourt Fuerzas de torpederos. Comodoro A. M ichelsen (S M S R ostock)
1. er Escuadrón de Cruceros. Contralmirante sir R. K. Arbuthnot: 1. a Halb-Flotille de la 1.a Torpedoboots-Flotille. Teniente de navio
HMS Defence, HM S W arrior, HM S Duke of Edinburgh, HM S B la ck Prince A lbrecht (G-39): 3 torpederos
2. ° Escuadrón de Cruceros. Contralmirante H. L Heath: - 3.a Torpedoboots-Flotille. Capitán de fragata Hollman (S-53):
HMS Minotaur, HM S Ham pshire, HM S Shannon, HM S Cochrane 5 a y 6.a medias flotillas: 6 torpederos

4.° Escuadrón de Cruceros Ligeros. Comodoro C. E. Le M esurier: 5. a Torpedoboots-Flotille. Capitán de fragata Heinecke (G-11):
HMS Calliope, HM S Constance, HM S Comus, HM S Caroline, HM S Royalist 9.a y 10.a medias flotillas: 10 torpederos

3. er Escuadrón de Cruceros de Batalla. Contralmirante H. L. A: Hood: *- 7.a Torpedoboots-Flotille. Capitán de fragata Von Koch (S-24):

HMS Invincible, HM S Inflexible, HM S Indomitable 13.a y 14 a m edias flotillas: 8 torpederos

Cruceros ligeros de escolta: HM S Canterbury, HM S Chester. FUERZAS DE RECONOCIMIENTO

Destructores de escolta: HM S Shark, HM S Ophelia, HM S Christopher, Vicealm irante Franz von Hipper
HM S A casta Je fe de Estado M ayor capitán de corbeta Erich Raeder

Cruceros Ligeros en misión de comunicaciones: Buque insignia: SM S Lützow (capitán Victor Harder)

HMS Boadicea, HM S A ctive, HM S Blan ch e, HM S Bellona - 1 er Aufklärungsgruppe (CB). Vicealm irante F. Hipper:
SM S Lützow, S M S Derfflinger, SM S Seydlitz, SM S Moltke, SM S Von der Tann
Otras unidades:
HMS Abdiel (destructor-minador), HM S Oak (destructor) - ^Aufklärungsgruppe (CL). Contraalm irante F. Boedicker:
SM S Frankfurt, SM S Elbing, S M S Pillau, S M S W iesbaden
Fuerza de destructores. Comodoro J . R. Price H aw ksley (HMS Castor)
L Fuerzas de torpederos. Comodoro A. Heinrich (SM S Regensburg)
4.a Flotilla de Destructores. Cap. C. J. W intour (HMS Tipperary)
2. a Torpedoboots-Flotille. Capitán de fragata Sch u u r (B-98):
15 destructores
3. a y 4.a m edias flotillas: 9 torpederos
11. a Flotilla de Destructores. Cap. C. J . W intour (HMS Castor):
- 6.a Torpedoboots-Flotille. Capitán de corbeta Schultz (G-41):
15 destructores
11a y 12.a m edias flotillas: 8 torpederos
12. a Flotilla de Destructores. Cap. A. J . B. Stirling (HMS Faulknor):
- 9.a Torpedoboots-Flotille. Capitán de corbeta Goehle (V-28):
14 destructores
17.a y 18.a m edias flotillas: 10 torpederos
BATTLE CRUISER FLEET
FUERZA DE SUBM ARINOS
Vicealmirante sir Joh n David Richard Beatty
Capitán Hermán B au er (SM S Hamburg)
Jefe de Estado M ayor capitán Rudolf W alter Bentinck
16 subm arinos
Buque insignia: HMS Lion (capitán A. E. M ontacute Chatfield)

1 * Escuadrón de Cruceros de Batalla. Contralmirante sir 0. de B. Brock: FUERZA DE ZEPELINES

HMS Princess Royal, HM S Queen M ary, HM S Tiger Capitán de corbeta Peter S trasse r
5 aparatos el 31 de mayo y 4 el 1 de junio
2.° Escuadrón de Cruceros de Batalla. Contralmirante sir W. C. Pakenham :
HMS New Zealand, HM S Indefatigable

1. er Escuadrón de Cruceros Ligeros. Comodoro E. S. A lexander-Sinclair:

En rojo, los buques hundidos durante la batalla.
HMS Galatea, HM S Phaeton, HM S Inconstant, HM S Cordelia
En negrita, el buque insignia de cada unidad.
2. ° Escuadrón de Cruceros Ligeros. Comodoro W. E. Goodenough:
HMS Southampton, HM S Birmingham, HM S Nottingham, HM S Dublin (DR) A corazado dreadnought
(PD R) Acorazado predreadnought
3. er Escuadrón de Cruceros Ligeros. Contralmirante T. D. W. Napier:
(C B) Crucero de batalla
HMS Falmouth, HM S Yarmouth, HM S Birkenhead, HM S Gloucester
(CL) Crucero ligero
HMS Engadine. Cap. corbeta Robinson:
Portahidroaviones con 4 hidroaviones Short tipo 184 Orden de batalla completo en:
w w w .despertaferro-ediciones.com
13.a Flotilla de Destructores. Cap. J . U. Faire (HMS Champion):
12 destructores

9.a Flotilla de Destructores. Cap. de fragata M. L. Goldsmith (HMS Lydiard):

5 destructores 1 f
5.° Escuadrón de Combate. Contralmirante H. Evan-Thom as:
. J- tm- *rt iil X ^ . _
HMS Barham, HM S Valiant, HM S W arspite, HM S M alaya
1.a Flotilla de Destructores. Cap. C. D. Roper (HMS Fearless):
9 destructores
32 DESPERTA FERRO

Los alemanes tampoco quedaron impunes: el crucero de batalla
SMS Seydlitz recibió un impacto tan grave que hubo que recurrir a
su inundación parcial (adrizamiento) para evitar que zozobrara.
Casi al mismo tiempo, ambos comandantes ordenaron el ataque
de sus destructores y torpederos. Entre las líneas de los colosos de
acero se entabló entonces un enconado combate entre los barcos
de menores dimensiones de ambos bandos, mientras volaban sobre
ellos los pesados proyectiles de los cruceros de batalla, en el que
fueron hundidos el destructor británico HMS Nomad y los dos
torpederos alemanes V27 y V29. Entretanto, los modernos acora­
zados rápidos británicos se habían aproximado lo suficiente como
para poder abrir fuego contra los cruceros de batalla alemanes
desde una distancia de 17 400 m. Eran las 16.06 horas. El SMS Von
der Tann y el SMS Moltke recibieron entonces varios impactos de
los poderosos cañones de 15 pulgadas (38 cm); y más o menos al
mismo tiempo, el crucero de batalla HMS Queen Maiy intercam­
biaba disparos con el SMS Derfflinger y el SMS Seydlitz hasta
que, tras varios impactos, el brillo de un fuego centelleó a través
de todo el barco y un espeso humo cubrió el casco. Como sucediera
anteriormente al HMS Indefatigable, a las 16.26 horas el
HMS Queen Maiy explosionó con una enorme detonación. No
Hacia las 16.32 horas los vigías a bordo de los acorazados de
Scheer descubrieron en el horizonte a los grandes buques de guerra
británicos. En ese mismo momento, el crucero ligero HMS Sou­
thampton, que pertenecía al 2.° Escuadrón de Cruceros Ligeros,
que navegaba en vanguardia de las fuerzas de Beatty, divisó el
crucero ligero SMS Rostock y, poco después, los primeros navios
de la Hochseeflotte. Entre las 16.30 y las 16.38, se precipitaron,
en rápida sucesión, las noticias enviadas por el HMS Southampton.
La sorpresa de Jellicoe y Beatty fue también mayúscula, pues el
propio Almirantazgo, fiándose de las emisiones interceptadas por
la Inteligencia de Comunicaciones, les había comunicado que
Scheer continuaba en Wilhelmshaven con su buque insignia.
I
*
Blancos atacados a las 15.49 horas
H M S Lio n , H M S P r in c e s s R o y a l S M S LLitzow
H M S P r in c e s s R o y a l, H M S Q u e e n M a ry S M S D e rfflin g e r
H M S Q u e e n M a ry S M S S e y d litz
H M S T ig er, H M S N e w Z e a la n d el S M S M o ltke
H M S In d e fa tig a b le S M S Von d e r Tan n

solo la puntería, también la cadencia de fuego de los navios ale­

manes era considerable. El SMS Derfflinger, por sí solo, había
sido capaz de disparar cinco salvas en noventa segundos, la última
de las cuales había impactado en el Queen Maiy mientras estallaba.
Los restos del crucero de batalla se hundieron tan deprisa que los
Barham )
navios británicos que lo seguían tuvieron que sortear sus restos y Valiant )
solo pudieron salvarse nueve hombres de una tripulación de 1274. Warspite )
Para Beatty y el resto de testigos era simplemente inconcebible Malaya ]
observar cómo en el plazo de media hora se habían evaporado
casi literalmente dos de los navios más grandes de la Royal Navy, Lion}
mientras que sus enemigos mantenían el fuego. Fue probablemente Princess Royal )
durante estos minutos cuando Beatty profirió su famoso “there Queen M ary)
Tiger}
seems to be something wrong with our bloody ships today” (“parece irr*
que algo va mal con nuestros malditos barcos hoy”) que transmitiría
a la posteridad el capitán Alfred Chatfield, comandante del
V
HMS Lion. Con la pérdida del Queen Maiy, el equilibrio de fuerzas
se inclinó del lado de Hipper: cinco cruceros de batalla alemanes
se enfrentaban ahora a cuatro británicos. Sin embargo, no pudieron
sacar partido a esta inesperada ventaja, porque entretanto todos los
acorazados rápidos del 5.° Escuadrón de Combate se habían puesto
O 14.15: el S M S Elbing d ete cta al va p o r N. J . Fjord y en vía dos torpederos a ins* ©
al alcance y disparaban contra ellos. Hipper hizo virar sus navios
p e c cio n a r. de:
hacia el este para destrabarse del enemigo, ahora numéricamente © 14.18: el H M S G a la te a d ete cta a los to rp e d ero s a le m a n e s junto al N. J. Fjord de:
superior. Mientras, el grueso de la Hochseeflotte y los cruceros de y a v is a al H M S Lion. De inm ediato ab re fueg o , junto con el H M S Phaeton, contra ho'
batalla de Beatty se dirigían los unos hacia los otros a una velocidad e llo s. ©
relativa de más de 30 nudos. 0 14.32: B e a tty ord en a a s u s c ru c e ro s de b atalla que vire n h a cia el HM S Galatea; HIV

A partir de las 16.20 horas, Scheer timoneó en dirección al
oeste con el fin de cortar la retirada de los cruceros de batalla, pero
enseguida viró de nuevo hacia su rumbo norte original para apoyar
a sus unidades de reconocimiento ante el nuevo equilibrio de fuer­
zas. En la percepción de la situación de Scheer, Hipper se encon­
traba en combate ahora con seis cruceros de batalla y cinco acora­
zados y, aunque la situación que suponía era errónea, debía
los a c o ra z a d o s , sig u en h a cia el norte h asta que se dan cu e n ta y viran a su vez. ^ arr
0 14.39: el H M S G alate a inform a de que ha avistad o b uq u es ale m an e s.
0 15.00: el H M S Engad ine envía un hidroavión para re c o n o c e r la flota enemiga. ] ©
0 15.15: el H M S N e w Z e a la n d a v ista a la flota de Hipper. A la s 15.25 lo hará el Lion1 flot
0 15.30: H ipper ord ena a su flota que vire h a c ia el s u r y red u zca el andar para que se i
los c ru c e ro s lig e ro s pued an a lc a n z a rlo s . ciói
0 15.32: B e a tty m anda su flota p ara el co m b ate , pero no ab re fuego a pesante ©
que el enem igo e stá a su a lc a n c e . tall¡

reaccionar asumiendo la certeza de tales cifras ya que no podía 0 15.48: H ipper o rd ena ab rir fueg o co n tra los b ritá n ico s. ©
© 15.49: B e a tty ord en a ab rir fueg o. A la s 15.55 ord en a in cre m e n tar el ritmo de el n
verificarlas mediante otros métodos de reconocimiento. Aun así,
d isp aro y a v is a a J e llic o e de que se ha topado con fu e rz a s e n em ig as. sigi
los cuatro acorazados rápidos de Evan-Thomas sí suponían un re­
© 15.56: B e a tty o rd ena a la 13.a Flotilla de D e stru c to re s que ataque al enemigo, ©
fuerzo considerable contra Hipper, y mientras que en ese momento pero esta no lo h a c e . Tam b ién Hipper ord en a a s u s d e stru cto re s que ataquenal ©
Jellicoe podía ya dar por hecho que la Hochseeflotte se encontraba enem igo. cer
muy próxima, el jefe de esta, por su parte, seguía sin tener certeza © 16.00: el H M S Lion re c ib e un im p acto crítico que le vu e la la co ra za superiorde ©
acerca de a qué fuerzas enemigas se enfrentaba en realidad. la to rre Q. vire
© 16.06: el H M S In d efatig ab le se hunde. ©
© 16.06: el 5.° E scu a d ró n de Com bate ab re fueg o co n tra los cru ce ro s de batalle Flot
a le m a n e s. El H M S B a rh a m y el H M S V alian t so b re el S M S M oltke, y el HMS Wars- ©
pite y el H M S M a la y a co n tra el S M S Von d e r Tan n . cru<
 OESPERTA FERRO 33

A las 16.38, Beatty avistó por su parte los primeros navios
de la Hochseeflotte. Como sus propios buques no estaban a la
altura de la potencia de fuego concentrada de la flota alemana,
viró hacia el norte, con lo que consiguió atraer la flota de guerra
de Scheer hacia la Grand Fleet. Además, los cruceros de batalla
de Beatty eran más rápidos que los acorazados alemanes, de tal
manera que consiguieron evadir el fuego enemigo sin perder
más barcos mientras que, al mismo tiempo, Jellicoe se acercaba
a la posición de la Hochseeflotte alemana con su buque insignia,
el HMS Iron Duke, veintitrés acorazados más y tres cruceros de
batalla. Sin sospechar nada, el jefe de la flota alemana cayó en la
trampa cuyo cebo habían sido las escuadras de Beatty.
Sin embargo, a pesar de la intervención del 5.° Escuadrón de
Combate desde la perspectiva alemana parecía que todo salía
según previsto. La imagen de la situación que tenía Scheer, quien
desde el SMS Friedrich der Große podía distinguir cinco acora­
zados y una escuadra de cruceros de batalla, indicaba que unidades
enemigas comparativamente más débiles habían entablado com­
bate con el grueso de la Kaiserliche Marine. A las 16.46 horas,
los acorazados de la Hochseeflotte abrieron fuego sobre el ene­
migo, que replicó diez minutos después. La tan anhelada victoria
marítima alemana parecía encontrarse al alcance de la mano pues
mientras que la Royal Navy ya había perdido dos cruceros de ba­
talla y un destructor, en el bando alemán solo faltaban dos buques

2.° Aufkärungsgruppe
El combate entre los cruceros de batalla
X 14.15-17.10 horas, 31 de mayo

•*>

N avio a le m án
N avio b ritá n ico s
A c o ra z a d o
A c o ra z a d o predreadnou gh t
C ru c e ro de b atalla
C ru c e ro a c o ra za d o
C ru c e ro ligero
D e stru cto r/to rp e d ero
P o rta h id ro a vio n e s
N avio d estru ido

MANIOBRAS
Por tipo de m aniobra
— * M a n io b ra s p rin c ip a le s
M a n io b ra s m e n o re s
© 16.24: estalla la to rre Q del H M S Q ueen M ary. D os m inutos Por c la s e de navio
después un nuevo im pacto a lc a n z a la s a n ta b á rb a ra y el buque se — ► A c o ra z a d o s a le m a n e s
desintegra. “ P are ce que algo va m al co n n u e stro s m ald itos b a rc o s — A c o ra z a d o s b ritán ico s
hoy". — ► Otros n a vio s a le m a n e s
© 16.28: una inm ensa co lu m n a de fueg o su rg e de la to rre Q del — ► O tros n a vio s b ritán ico s

HMS Lion. De no h ab er sido porque un im p acto a n terio r había Por horas

arrancado la coraza su perior, podría h ab erle p asad o com o al H M S De 14.15 a 15.15
Queen Mary. ^ De 15.15 a 15.48
De 15.48 a 16.30
© 16.33: el cru cero ligero H M S Southam p ton a v ista a la H o c h s e e ­
De 16.30 a 16.48
flotte: "Flota de com bate e nem ig a a v ista d a h a c ia el S E . El enem igo
- De 16.48 a 17.10
se dirige al norte. Mi p osició n e s 56° 34' norte, 6o 20' e s te ". S u p o si­
ción es errónea.
©16.40: los d estru cto re s b ritá n ico s a ta c a n a los c ru c e ro s de b a­
talla alemanes. Hipper en vía s u s propios to rp e d e ro s a la refrie g a.
© 16.41: Beatty ordena a s u s c ru c e ro s de batalla que vire n h a cia
el norte en su cesión. Evan T h o m a s no ve la s b a n d e ra s de s e ñ a le s y
sigue hacia el sur con el 5.° E scu a d ró n de C om bate.
©16.48: la H ochseeflotte ab re fuego.
© 16.50: los aco razad o s de Evan T h o m a s, con rum bo sur, y los c r u ­
¡x ^ \ 6 .a División
ceros de batalla de Beatty, con rumbo norte, se cru za n . ^ 'S©
©16.55: Evan Thom as ord ena a su 5.° E scu a d ró n de Com bate que ,v \ v * A l.a División ©
vire hacia el norte.
2.a División
© 16.55: los d estru cto res H M S M o re sb y y H M S O n slo w , de la 13.a f .
Flotilla, perseveran en el ataqu e a los c ru c e ro s de batalla a le m a n e s. ,3.a División
©17.00: algunos d e stru cto re s de la 9.a Flotilla a ta c a n tam b ién a los
v \ 4 .a División
cruceros de batalla a le m an e s.
 B LIN D A JE
■Cinturón blindado principal: 100 mm a proa O y 3 popa
O / 300 mm a la altura del castillo o
■Las casamatas de las piezas de 15 cm tenían una protec­
ción vertical de 150 mm en el costado O y 35 mm en el
techo © . El grosor aumentaba a 230 mm en las barbetas
(© , protección circular).
■Las torres de mando estaban protegidas por 350 mm de
blindaje la de proa O ' y 200 mm la de popa © .
■Las torretas de artillería tenían un perímetro con un grosor
de 250 mm © , un techo de entre 100 © y 70 mm © y
230 mm de blindaje en la base circular ©
■El blindaje de las cubiertas © iba de los 30 a los 80 mm,
dependiendo de la zona.
Otra medida de protección adicional fueron las redes anti­
torpedo o que se pueden ver aquí desplegadas y que se
pegaban al costado del barco cuando este navegaba. Final­
mente serían retiradas pues, en combate, los destrozos cau­
sados hacían que estas colgaran en el mar, a ambos lados
del buque, y podían enredarse en las hélices.
© Felipe Rodna

C A R A C T ER ÍS T IC A S T ÉC N IC A S
■Eslora (largo): 200 m
■Manga (ancho): 28,5 m
■Calado (profundidad): 9,29 m
■Puntal (se trata de la altura desde la quilla hasta el puente): 13,88 m
■Desplazamiento: 24 9 8 8 1,28 5501 a plena carga
■Velocidad según diseño: 26,5 nudos
■Velocidad máxima alcanzada: 28,1 nudos
■Alcance: 4200 mn (7778 km) a 14 nudos
■Combustible: carbón, podía llevar hasta 36001. En 1916, justo a tiempo para
la batalla de Jutlandia, se montaron unas calderas extra que quemaban aceite
de alquitrán, para dar más potencia al buque
 Crucero de batalla SMS Seydlitz
Nombrado en honor del general de la caballería de Federico I de Prusia Friedrich Wilhelm Freiherr von Sey-
dlitz-Kurbach, El SMS SEYDLITZ nació en las mesas de diseño con el nombre de Proyecto J, en medio de un
intenso debate sobre cuál habría de ser el futuro de los cruceros de batalla: combatir junto a la flota, lo que
implicaba más blindaje; o enfrentarse a los cruceros de batalla británicos. Esta fue la opción elegida. Otra de
las cuestiones a las que se enfrentó el diseño de este buque fueron las restricciones económicas. No podía ser
más caro que sus predecesores, y se llegó incluso a considerar la posibilidad de construir un tercer navio de la
clase Moltke, opción que finalmente se desechó. Construido por Blohm &Voss con el número 209 de casco, se
puso la quilla el 4 de febrero de 1910, el buque fue botado el 30 de marzo de 1912 y entró en servicio el 22 de
mayo del año siguiente.
El armamento principal del Seydlitz eran 10 cañones de 28 cm SK L/50, montados en torretas dobles (en la fase
de diseño se pensó en montar torretas triples, pero la ¡dea se desechó) denominadas A, B, C, D, E (© , © , © ,
© y © ) . El barco transportaba 87 proyectiles para cada pieza.
Su armamento secundario se componía de 12 cañones de 15 cm SK L/45, seis en cada costado © con unos
150 proyectiles para cada uno; así como de 12 piezas de 8,8 cm SK L/45, pero estas fueron desmontadas pos­
teriormente, y quedaron solo dos piezas antiaéreas de 8,8 cm en el castillo de proa. En la imagen podemos ver
una fase de transición en la que se han eliminado las que iban en la proa © , pero aún siguen montadas las
que están a los lados de la torre D © , las del castillo de proa © y las del de popa © . Además, este crucero de
batalla disponía de cuatro tubos lanzatorpedos © de 50 cm, uno a proa, otro a popa y dos a cada costado.

H ISTO R IA L DE COM BATE

■Batalla de Heligoland, 28 de agosto de 1914.
■Bombardeo de Yarmouth, 2 de noviembre de 1914.
■Ataque a Scarborough, Hartlepool y Whitby, 16 de diciembre de 1914.
■Batalla de Dogger Bank, 24 de enero de 1915.
■Batalla del golfo de Riga, 8 al 20 de agosto de 1915.
■Bombardeo de Yarmouth y Lowestoft, 24 de abril de 1916.
■Batalla de Jutlandia, 31 de mayo de 1916.
■Hundido por su propia tripulación en Scapa Flow, una vez terminada la guerra, el 21 de junio de 1919.

MOTOR
El motor del SMS Seydlitz tenía 27 calderas navales del tipo SchuIzThorneycroft, tres más que su predecesor, capaces de dar una presión total de 16 atmós­
feras. El barco dispuso de dos juegos de turbinas Parson, situadas en dos salas de máquinas, delantera y trasera, distribuidas en tres partes cada una. En la
sala más a proa se situaban las turbinas de alta presión, que daban propulsión a los ejes de hélice exteriores (con una sala en el centro para acumular ma­
quinaria auxiliar); mientras que en la que estaba más a proa se ubicaban las turbinas de baja presión, que daban potencia a los ejes interiores. Cada uno de
los cuatro ejes del barco acababa en una hélice cuyas palas tenían un diámetro de 3,88 m. La dirección se lograba por medio de dos timones.

◄ Tras la batalla, el SMS SEYDLITZ ENTRÓ EN WILHELMSHAVEN en muy mal estado, tras haber recibido 25 impactos de proyectiles y un torpedo, y
haber escapado milagrosamente, durante la acción nocturna, a un encuentro con tres acorazados británicos, a los que engañó con señales de luces
para hacerles creer que era uno de los suyos antes de escabullirse en la oscuridad. El buque llegó al Horns Reef en torno a las 3.40 horas del día 1. En
aquel momento cargaba tanta agua que su quilla rascó el fondo. Poco después llegó el crucero SMS Pillau para guiarlo de vuelta a casa, pero a las
15.30 horas la situación era tan crítica que se pensó en ir transbordando a los heridos, ya que el buque cargaba unas 53001 de agua (una quinta parte
de su desplazamiento). Lo único que mantenía el barco a flote eran sus cámaras de torpedos. No tardaron en llegar, sin embargo, dos barcos bomba,
que empezaron a aliviar su carga en agua de mar, lo que permitió que otros tantos remolcadores acabaran por traerlo a puerto sano y salvo. Llegaron
al estuario del Jade en la madrugada del 2 de junio, y al día siguiente entró en dique. Foto: IWM.
3G DESPERTA FERRD

▼ La DESTRUCCIÓN DEL CRUCERO DE BATALLA HMS QUEEN MARY, que podemos ver aquí fotografiada desde el destructor HMS Lydiard
y con el HMS Lion navegando en la parte izquierda de la imagen, apenas unos minutos después del hundimiento del HMS Indefatigable,
supuso un gravísimo impacto para los marineros de la fuerza de cruceros de batalla de Beatty. Según Edward Roymon-Jones, navegante del
HMS Tiger, que iba justo por su popa "la impresión que me llevé entonces fue que toda una salva había caído sobre su torre central, de modo
que esta estalló, así como todos los demás explosivos que había a bordo del barco. Hubo, claramente, dos explosiones en el lapso de apenas
una fracción de segundo, de las que la segunda, con sus llamas y su humo, fue mucho más potente que la primera. Por supuesto, ambos es­
tallidos se mezclaron en apenas un instante, una altísima columna de llamas rojas vino seguida por una gran masa de humo negro, del que
salieron restos volando en todas direcciones, la explosión fue tremenda". Nada más producirse la catástrofe, el HMS Tiger iba a tener que
hacer un giro brusco para esquivar los restos del desgraciado navio. Hubo apenas un puñado de supervivientes. "Todo parecía ir muy bien
hasta las 16.21, cuando un proyectil pesado impactó contra la torre Q y puso fuera de combate el cañón derecho. Seguimos disparando con
el izquierdo durante dos o tres minutos, hasta que tuvo lugar la más terrible de las explosiones, que partió el buque en dos a la altura del
mástil de proa. Nuestro cañón izquierdo se desencajó de la torreta y la parte trasera cayó en la cámara inferior. El cañón derecho también se
deslizó de su lugar. La torreta estaba llena de metal volando en todas direcciones, y murieron varios hombres. Debajo de donde yo estaba,
se incendió una gran cantidad de cordita, y varias personas murieron asfixiadas por el gas". El origen de la deflagración fue un impacto
certero en la torre, que debido a que los artilleros acumulaban muchos sacos de cordita para poder disparar más deprisa, provocó una gran
bola de fuego que, como por la misma razón no siempre se cerraban bien las compuertas de seguridad, se transmitió a la santabárbara. Con
el HMS Queen Mary los británicos perdieron el mejor de sus barcos en lo que a puntería se refiere, ya que estaba equipado con un aparato
de control de fuego Pollen. Su pérdida era equivalente a la de dos buques de la clase Indefatigable.

torpederos y, excepto el SMS Seydlitz, apenas había ningún navio
alemán dañado. En definitiva, hasta ese momento, para Hipper y
Scheer la batalla discurría favorablemente para los alemanes.
LA CARRERA HACIA EL NORTE
Con la idea de que su potencia de fuego sería superior, Scheer au­
mentó la velocidad de la Hochseeflotte hasta los 17 nudos y la
sostuvo hasta que, a las 16.58 horas, ordenó velocidad máxima y
viró 45° a babor. Un nuevo problema de comunicación por parte de
Beatty provocó que una vez más Evan-Thomas conociera demasiado
tarde la orden de viraje (hacia el norte), así que mantuvo el timón en
su antiguo rumbo mientras que su superior ya se retiraba ante el
enemigo. Sin embargo, esta vez los problemas de comunicación
británicos iban a costar vidas pues mientras los cruceros de batalla
se alejaban de Scheer, los Queen Elizabeth británicos se dirigían
hacia la Hochseeflotte. Los acorazados alemanes del 3.®Geschwader
ya no podían alcanzar a los cruceros de batalla de Beatty, pero a
cambio pusieron la mira en los acorazados de Evan-Thomas. Poco
antes de las 17.00 horas, el 5.° Escuadrón de Combate viró hacia es­
tribor para poner rumbo al norte, pero mientras los navios se hallaban
en plena maniobra, fueron alcanzados gravemente por la artillería
alemana. Todos los barcos recibieron impactos, el HMS Malaya
llegó incluso a estar bajo el fuego enemigo durante 25 minutos y re­
cibió cinco impactos graves en el proceso. La consecuencia de ello
fueron 63 marinos muertos y 69 heridos. Sin embargo, el combate
contra los acorazados de Evan-Thomas no tuvo un éxito espectacular,
como el que había sucedido al comienzo de la batalla; y la Hochse­
eflotte tampoco consiguió dañar los sistemas de propulsión de algu­
nos buques individuales para provocar una disminución en su velo­
cidad y aislarlos del resto, de tal manera que la situación se desarrolló
más y más a favor de Jellicoe y Beatty. Este último incluso consiguió
alejar lentamente a Hipper hacia el noreste con sus rápidos cruceros
de batalla.
Durante la tarde, las condiciones de visibilidad se pusieron en
contra de los alemanes porque, aunque los barcos de Beatty seguían
encontrándose al oeste, ahora la luz deslumbraba las miras telescó-
picas alemanas, y no a los navios británicos, que incluso se encon­
traban a contraluz. Hacia las 17.15 horas fue alcanzado el equipo
de radiocomunicación del buque insignia de Hipper, el SMS Lützow,
lo que iba a dificultar enormemente la comunicación con el jefe de
la flota, que ahora iba a tener que hacerse con banderas y señales
luminosas.
El éxito de Beatty en alejar los cruceros de batalla alemanes
consiguió evitar que estos descubrieran a la Grand Fleet (y el humo
de sus chimeneas), que se acercaba desde el noroeste. Incluso en
ese entonces, los comandantes alemanes todavía ignoraban que la
Hochseeflotte se dirigía directa a la trampa de Jellicoe. Además, la
alta velocidad de los navios empezaba a pasar factura: los paleros
y fogoneros estaban agotados y no habían recibido ningún alimento
desde el mediodía; y era necesario limpiar las calderas, que estaban
llenas de escoria, motivos que habían hecho disminuir gradualmente
la velocidad de los acorazados de modo que la distancia con sus
propios cruceros de batalla aumentó de nuevo. Por otro lado, estos
últimos tampoco iban a poder mantener la velocidad máxima du­
rante mucho más tiempo. Hacia las 17.40 el grueso alemán viró de
nuevo para arrumbar al norte.
Poco a poco la situación se puso en contra de Scheer, pues
hacia las 17.40 horas el crucero ligero SMS Frankfurt, que se en­
contraba al noreste y pertenecía al 2.° Aufklärungsgruppe, se topó
con el crucero ligero HMS Chester que acompañaba al 3.er Escua­
drón de Cruceros de Batalla del contralmirante Hood. Gracias a
que los alemanes ya habían observado con anterioridad las señales
de reconocimiento británicas, el crucero germano hizo hábilmente
uso de ellas para sorprender al HMS Chester y abrir fuego sobre él
a 5500 m. Debido a las imprecisiones de la navegación por estima,
en aquel momento Hood se encontraba a unas 14 M al este de
Hipper, arrumbado hacia el sudeste, pero acto seguido su escuadrón
viró rumbo noroeste y, a partir de las 17.56, atacó a los cruceros li­
geros alemanes, que fueron sorprendidos a su vez. El SMS Wies­
baden y el SMS Pillau recibieron varios impactos que hicieron
que el primero se quedara atrás incapaz de maniobrar o de retirarse.
Precisamente en este buque se hallaba como miembro de la tripu-
 DESPERTA FERRO

lación el poeta Johannes Kinau, más conocido como Gorch Fock.
Aunque un ataque de los torpederos alemanes obligó entonces a
Hood a desviarse hacia el noreste, y Hipper escapó hacia el sur. La
consecuencia de estas maniobras fue que Hood, que en realidad se
encontraba demasiado al este, consiguió que la Grand Fleet siguiera
oculta a Hipper. Entretanto, los cruceros de batalla de este habían
recibido veintiún impactos directos, mientras que en el caso britá­
nico ascendían a veintisiete, dieciocho de ellos contra el 5.° Es­
cuadrón de Combate de Evan-Thomas por culpa de los problemas
de comunicación bajo el mando de Beatty.
En general se puede considerar que desde la perspectiva alemana
esta primera fase de la batalla había transcurrido de forma positiva.
Aunque los jefes de ambos bandos padecían el problema de una
visión de la situación imprecisa y poco coherente, la comunicación
del comandante con sus subordinados era más fluida en el bando
alemán, lo que puede suponer una diferencia abismal en una situa­
ción de combate. Hasta entonces solo tres escuadrones británicos
tenían contacto con los cruceros de batalla de Hipper, y si bien Je-
llicoe seguía sin saber dónde se encontraba Scheer exactamente,
este ni siquiera sabía nada de la presencia de Jellicoe y sus cruceros
de batalla batían en retirada ante la presión concéntrica que sufrían
desde el nordeste y noroeste. Para mayor confusión, hacia las 18.00
Scheer recibió la noticia de que se habían divisado acorazados al
nordeste del SMS Wiesbaden, pero se trataba de 3.erEscuadrón de
Cruceros de Batalla. En el croquis del combate realizado por el jefe
de la Hochseeflotte a las 18.15 horas -cuando los buques de Hood
ya habían entrado en combate con los alemanes- se puede ver
cómo este suponía la línea enemiga en dirección oeste-noroeste,
con un rumbo general noreste, pero en lugar de navegar en un
rumbo paralelo al enemigo, la Hochseeflotte se dirigía en realidad
en un ángulo de casi 90° hacia la Grand Fleet, que estaba en proceso
de despliegue.
El jefe alemán no iba a darse cuenta de la verdadera situación
hasta poco después, pero para entonces Jellicoe ya podía desatar
toda la potencia de fuego de la Grand Fleet contra la inferior Hoch­
seeflotte. Comenzaba la fase del combate principal.

B IB LIO G R A F ÍA
Brooks, J. (2016): The Battle ofJutland. Cambridge: Cambridge
University Press.
Epkenhans, M., Hillmann, J. et. al. eds. (2015):Jutland World War
Is Greatest Naval Battle. Lexington: University of Kentucky Pres.
Jentzsch, C. (2018): Vom Kadetten Bis Zum Admiral: Das Britische
Und Das Deutsche Seeoffizierkorps, 1871-1914. Berlín: De
Gruyter.
Philbin, T. R. (1982): Admira! vori Hipper The Inconvenient Hero.
Amsterdam: B.F. Gruner.

z Bibliografía completa en www.despertaferro-ediciones.com

El comandante C h ristian Je n tzsch se licenció en

Historia en el año 2000 por la Helmut-Schmidt-
University Hamburg. Entre 2002-2008 fue piloto y
oficial de helicópteros en la 5.a Ala Aérea de la Marina,
en Kiel. Entre 2011 y 2015 fue profesor de Historia
Militar y Naval en la Academia Naval Alemana, en Flensburg. El tema de
su tesis doctoral fue un estudio comparativo sobre los segundos
oficiales al mando en la Marina alemana y la Royal Navy británica entre
1871 y 1914. Actualmente trabaja en el Zentrum für Militárgeschichte
und Sozialwissenschaften der Bundeswehr, en Potsdam.
o 17.10: B e a tty ord en a a E v a n -T h o m a s que fo r­
me a su popa, por e strib or, p ara p ro teg er a los
c ru c e ro s de b atalla . S e g ú n B e a tty, los a c o r a z a ­
dos n ave g aro n m ás h a c ia el o e ste © , m ie n tra s
que otros au to re s, en tre e llo s el re d a c to r de e ste
artícu lo , so stie n e n que cum plió la ord en y n aveg o *
por el fla n c o e ste ©
0 17.15: los c ru c e ro s lig e ro s de G o odenough se
sitú an a popa de toda la fo rm a ció n b ritá n ica .
0 17.15: el S M S Lü tzo w e s a lc a n za d o y p ierd e su
equipo de ra d io c o m u n ic a c io n e s .
O 17.17: situ ad o en re ta g u a rd ia , el H M S M a la ­
ya re c ib e un du rísim o c a stig o , s e is im p a cto s en
ve in te m inutos.
0 17.36: el H M S C h e s te r a v ista v a rio s b uq u es
en em ig os. No re c o n o c e n al S M S F ran k fu rt, que
vien e a co m p añ ad o por dos to rp e d e ro s. U no s
m inutos d e s p u é s, el buque a le m án a v ista a los
b ritán ico s.
0 1 7 . 4 0 : el g ru e so de la flota a le m a n a arru m b a
al norte.
O 17.40: m uy d añ ad o , el H M S C h e s te r s e ale ja
h a cia el norte.
0 1 7 . 4 6 : el H M S Lion a v ista la G rand Fleet.
0 1 7 . 5 3 : E L H M S In vin c ib le a b re fueg o co n tra el
S M S W ie s b a d e n .
© 17.55: J e llic o e trata de a v e rig u a r lo que tien e
delante preg untand o al H M S M arlb o ro u g h qué
puede ve r, pero e ste solo tie n e co n ta c to v isu a l
con el Lion.
© 17.55: el H M S In fle xib le y el H M S Indom itable
ab ren fueg o a su ve z co n tra el S M S W ie s b a d e n ,
que qued a inm ovilizado.
© 17.55: los d e s tru c to re s a le m a n e s a ta c a n a los
b a rc o s de Hood.
© 18.00: S c h e e r e s inform ado de que h a y a c o r a ­
zad o s b ritán ico s al n o rd e ste , en rea lid ad son los
c ru c e ro s de b atalla de Hood.
© 18.00: el H M S S h a rk y el H M S A c a s ta a ta c a n
a los c ru c e ro s de b atalla de Hipper, que vira h a c ia
el sur.
© 18.10-18.20, el 1.er E s c u a d ró n de C ru c e ro s trata
de c ru z a r la proa del H M S Lion. El H M S D e fe n c e
y H M S W a rrio r lo co n sig u e n , y e n tran en co m b a ­
te de inm ediato. El H M S D uke of Edin b u rgh , no.
S e d e s c o n o c e co n p re cisió n la d errota del H M S
B la c k P rin c e d u ran te la b atalla.
© 18.15: E m p ie z a el d e s p lie g u e de la G ran d
F le e t.
© 18.17: El H M S M arlb o ro u g h e s el p rim er
aco ra za d o b ritán ico en ab rir fueg o co n tra los
a le m a n e s.

10 km

5 millas náuticas

Llega la Grand Fleet

17.10-18.20 horas, 31 de mayo

Las flotas frente a frente
Nicholas Jellicoe
ras el escaso éxito del combate con los cruceros de batalla
T enemigos, Beatty atrajo a Hipper -seguido de cerca por
el grueso de la flota alemana comandada por el almirante
Scheer- hacia el norte, donde esperaba encontrarse con Jellicoe.
Mientras lo hacía, hizo virar sus barcos poco a poco hacia estribor,
para así ocultar la llegada de los buques de la Grand Fleet, a la
que avistó a las 17.56 horas. En aquel momento, si bien llevaba
una hora sirviendo de cebo para que los navios alemanes nave­
garan hacia el grueso de la flota propia, llevaba fuera de contacto
desde las 16.45, por lo que Jellicoe tenía muy poca información
sobre la ubicación exacta del enemigo.
¿DÓNDE ESTÁ LA FLOTA ALEMANA?
En aquel momento crítico de la batalla en que iban a encontrarse las
dos fuerzas navales, Jellicoe era incapaz de calcular con precisión
cómo desplegar sus fuerzas para obtener la máxima ventaja, y era
muy consciente de que un error en la elección del momento adecuado
suponía la posibilidad de caer bajo el fuego de los alemanes sin poder
responder con toda la potencia de una andanada completa de su
propia flota.
Cuando, a las 16.41 horas, Jellicoe ordenó izar la señal “combate
entre flotas inminente” para las unidades de su fuerza, ya había reci­
bido varios informes relativos a la posición de Scheer: dos enviados
por el comodoro Goodenough, uno del HMS Champion (buque líder
de la 13.a Flotilla de Destructores), uno enviado por Beatty y otro del
Almirantazgo. Sin embargo, los comunicados de Goodenough eran
engañosos porque la posición y el rumbo del HMS Southampton
(buque insignia de este) eran erróneos y las horas de recepción estaban
desordenadas; algo parecido a lo que sucedía con el del HMS Lion
(buque insignia de Beatty), cuya posición tampoco era correcta, ade­
más de que su informe indicaba la presencia de “entre veintiséis y
treinta acorazados”. El comunicado del HMS Champion, por su
parte, sugería que el enemigo se retiraba y, al final, la información
más precisa resultó ser la enviada por el Almirantazgo, en la que se
indicaba la posición de la flota alemana a las 16.30, pero que no se
emitiría hasta las 17.45, mucho más tarde.
Entretanto, Jellicoe se estaba poniendo nervioso y, a las 17.55
horas envió un mensaje al HMS Malrborough: “¿Qué puede ver?”.
Pera desde dicho buque solo se podía ver al HMS Lion, que navegaba
a la cabeza de los cruceros de batalla. A las 18.01 horas Jellicoe
envió una comunicación a Beatty: “¿Dónde está la flota enemiga?”.
La respuesta de este: “Cruceros de batalla enemigos dirección sudeste”
no resultó demasiado útil por lo que a las 18.10 Jellicoe insistió en su
pregunta, a lo que Betty contestó que la flota de combate enemiga
estaba en “dirección sur-sureste”. Esta respuesta no fue recibida en el
buque insignia.
Al parecer, en realidad Beatty había perdido el contacto con la
flota enemiga a las 16.40 horas, y no lo recuperó hasta las 18.01. En
consecuencia y en base a la información que terna, a las 18.15 Jellicoe
ordenó izar dos banderas: la que ordenaba mantener la velocidad y la
que indicaba que la flota debía virar hacia el sureste por el sur. “Equal
Speed Charlie London” fue su orden de despliegue. Poco después, a
las 18.18 el HMS Lion preparó un informe, despachado a las 18.27,
en el que se indicaba: “Flota de combate enemiga a la vista en direc-
DESPERTA FERRO 39
ción sur, el buque más cercano está a 7 M”. Para entonces los acora­
zados británicos ya llevaban diez minutos en combate.
EL DESPLIEGUE Y LOS COMBATES PREVIOS
A pesar de la carencia de información, Jellicoe sabía que tenía que
desplegar su flota desde la formación de navegación, en forma de
caja, a una extensa línea de batalla -una táctica que no había cam­
biado desde los tiempos de Nelson- que permitiera apuntar contra
el enemigo tantos cañones como fuera posible. Para ello, cada co­
lumna de acorazados iba a tener que hacer un viraje de 90 °, en su­
cesión, tras la estela de su jefe de división, quien a su vez tenía que
seguir la popa del último navio de la columna vecina hacia el ala en
que se ordenara el despliegue. Según el método empleado, esta ac­
ción podía tardar entre cuatro y veinte minutos.
La decisión de desplegarse hacia babor tenía sus implicaciones,
pues significaba que la flota tardaría algo más en entrar en combate,
pero también la colocaba en una posición de tiro ventajosa, pues
los buques alemanes iban a quedar silueteados sobre el horizonte
occidental mientras que los de Jellicoe quedarían ocultos por la ne­
blina y la oscuridad de su trasfondo oriental. Además, como el
viento soplaba desde el oeste, el humo de los cañones británicos se
desplazaría hacia el lado opuesto al combate, con lo que no moles­
taría a la visión, y la flota se situaba así en una mejor posición para
bloquear el regreso de los alemanes hacia sus bases por el estrecho
de Skagerrak. En cambio, un eventual despliegue hacia estribor
hubiera supuesto acercarse al enemigo mucho más deprisa, y poder
disparar contra el mucho antes, pero hubiera incrementado el peligro
de que los alemanes “cortaran la T” a Jellicoe.
Este despliegue por babor ha sido descrito como “alejarse del
enemigo”, una frase engañosa que implica que el almirante británico
carecía del espíritu agresivo de Nelson. ¿Fue una decisión tomada
sobre la marcha? En realidad, no, pues Jellicoe ya había redistribuido
la capacidad artillera de la Grand Fleet desde el lado de estribor de
la formación en caja al de babor. Así, si en 1914 los barcos que
ocupaban las dos columnas más a estribor de la formación tenían
el 51 % del peso total de la andanada de la flota, en 1916 el peso
combinado de los proyectiles disparados por las tres columnas de
estribor era de menos del 45 % del total.
Tras recibir la orden, 144 capitanes dirigieron sus barcos para
ejecutar la compleja maniobra. Algunos tuvieron que decelerar con
rapidez, incluso detenerse o salirse de la fila, pero no hubo una sola
colisión. Además, mientras la línea británica se estiraba como una
larga serpiente, recibió algunos tiros largos que habían superado la
línea de cruceros de batalla y cayeron en medio de los acorazados,
que estaban detrás.
Por delante de Jellicoe navegaba el 3.CTEscuadrón de Cruceros
de Batalla (Hood), con los cruceros ligeros HMS Chester y
HMS Canterbuiy en avanzadilla por ambas alas. Cuando el sonido
del cañoneo entre los cruceros de batalla (de Hipper y Beatty) llegó
hasta su ubicación, el HMS Chester fue a investigar y se topó con
los barcos del 2.° Aufklärungsgruppe (cruceros ligeros SMS Frank­
furt, SMS Wiesbaden, SMS Pillau y SMS Elbing). El británico, un
barco sin foguear pues acababa de entrar en servicio, recibió dieci­
siete impactos, un severo vapuleo, y tuvo suerte de sobrevivir, aun-
 ▼ La GRAND FLEET, comandada por el almirante Jellicoe, llegó a la zona de combate en torno a las 18.00 horas del 31 de mayo. En aquel mo­
mento, el comandante en jefe británico se enfrentó a otra de las tradiciones de la Royal Navy, no hablar si no te dirigen la palabra. Había re­
cibido muy poca información de Beatty, al frente de los cruceros de batalla, y por supuesto prácticamente ninguna de los capitanes de los
barcos que habían combatido, salva a salva, contra el enemigo. Esto no hubiera sido grave si las CONDICIONES DE VISIBILIDAD no hubieran
sido tan m alas:"[...] variaba según la dirección [en la que uno mirara] y la ubicación -relataría un testigo-. Parece que, pasadas las 18 00
horas, la visibilidad media no alcanzó nunca más allá de los 11 000 m y, en general, fue menor. En casos excepcionales, en algunas direcciones
se podían ver objetos, durante un breve lapso de tiempo, a distancias de hasta 14 500 m, pero a la vez y en otras direcciones se reducía a
1800-2700 m .Teniendo en cuenta el alcance de la artillería y de los torpedos, el futuro parecía augurar una batalla a ciegas. Y no solo la luz
del atardecer, las nubes, los jirones de niebla y las cortinas de humo dificultaron la visión del enemigo aquella tarde, sino también las ma­
niobras propias. Mientras atraían a la Hochseeflotte hacia el norte, los cruceros de batalla británicos habían ¡do virando hacia el este para
ocultar la llegada de la Grand Fleet, pero a la vez se encontraron justo entre el despliegue de esta y los barcos alemanes cuando llegó el mo­
mento de entrar en acción, con lo cual bloquearon el fuego de algunas de las naves propias. El propio Beatty había dejado clara, antes de
zarpar, su intención de ocupar su lugar en la línea de batalla, que en principio era la retaguardia, desplazándose entre ambas flotas, ya que
le parecía demasiado pusilánime pasar por detrás de los barcos amigos. Fue lo que hizo aquel día, aunque para situarse en vanguardia.
Ultima prueba de los problemas de visibilidad que sufrieron ambas escuadras fue el testimonio de oficiales como Reginald Foort:"Fu¡ el en­
cargado del Dumaresq (un aparato que sirve para medir el rumbo y la velocidad relativos) en lo alto del mástil de proa del HMSTemeraire
durante la acción, de modo que pude ver muy bien todo lo que pasaba alrededor durante la batalla, y no recuerdo a los cruceros de batalla
situados entre los barcos enemigos y la Grand Fleet durante la acción. Sin duda no estaban allí cuando estalló el HMS Defence, en nuestro
costado de estribor, ni mientras disparábamos contra un barco enemigo de tres chimeneas del tipo Wiesbaden, ni cuando hicimos salvas
de 12 pulgadas (30,5 cm) contra la fuerza de destructores del enemigo". Foto vía Nicholas Jellicoe.

que perdió dos oficiales y treinta y tres marineros muertos, además
de resultar heridos otros tres mandos y treinta nueve hombres. Uno
de los heridos de muerte fue el joven artillero Jack Comwell, de 16
años, que recibiría la Cruz Victoria, la condecoración al valor más
importante de Gran Bretaña, por su actuación en este combate.
Mientras el Chester estaba bajo ataque, cuatro destructores se
colocaron en el costado de estribor de los cruceros de batalla para
protegerlos. A las 17.50 horas, uno de ellos, el HMS Shark, disparó
varios torpedos contra el grupo de exploración alemán. Diez minutos
después, mientras se posicionaba para tratar de efectuar un nuevo
lanzamiento, un proyectil impactó contra uno de sus tubos lanza­
torpedos, que estaba cargado, e hizo estallar el torpedo. A pesar de
que su buque estaba muy dañado, el comandante Loftus Jones se
negó a recibir asistencia de su gemelo el HMS Acasta, y siguió en
combate hasta que, tras haber sido torpedeado, su destructor empezó
a hundirse. Jones también recibió la Cruz Victoria, como Comwell,
a título postumo.
Entretanto, el HMS Acasta, que había seguido su propia ruta,
viró para atacar al SMS Lützow a corta distancia. El fuego alemán
era formidable e, inevitablemente, el destructor resultó alcanzado.
En general, estos ataques de los destructores nunca llegarían a co­
brarse barcos enemigos, pero llevaron a Scheer a pensar que Jellicoe
estaba mucho más al sur de donde se encontraba en aquel momento.
A las 17.53 horas, el HMS Invincible, que había acudido en
ayuda del Chester, abrió fuego contra uno de sus atacantes, el
SMS Wiesbaden, que ocupaba el puesto de cola en la fila de cru­
ceros ligeros del 2.° Aufklärungsgruppe. Este, tocado justo cuando
viraba, acabó por detenerse en zona de nadie y, a partir de ese mo­
mento, cada uno de los buques británicos que pasó cerca lo tomó
como blanco. Sorprendentemente, iban a dispararse doscientos
proyectiles contra él antes de que se hundiera. Uno de los que mu­
rieron a bordo de este crucero ligero fue Johann Kinau, más cono­
cido como Gorch Fock, el alias que usaba como escritor y poeta.
Solo habría un superviviente a bordo del SMS Wiesbaden, Hugo
Zenne, quien más adelante informaría detalladamente sobre lo su­
cedido en el barco.
Entretanto, en otro punto del campo de batalla y durante la
fase de despliegue de los acorazados, el l.er Escuadrón de Cruceros
de sir Robert Arbuthnot (cruceros acorazados HMS Defence,
HMS Warrior, HMS Black Prince y HMS Duke of Edinburgh)
pasó por delante del HMS Iron Duke y, sin aviso previo, trató de
cruzar a toda prisa, peligrosamente, por delante del HMS Lion de
Beatty, que en ese momento navegaba con su escuadrón en paralelo
con el costado combatiente de la línea de batalla británica con la
intención de situarse en la vanguardia de esta, donde se hallaban
los cruceros de batalla de Hood. Tanto su nave, HMS Defence,
como el HMS Warrior lo consiguieron, el HMS Duke of Edinburgh
y el HMS Black Prince no. Poco después, Arbuthnot, a bordo de
su buque insignia, divisó al SMS Frankfurt y ordenó abrir fuego
contra él. Con las naves de Bödicker (2.° Aufklärungsgruppe) en
retirada el SMS Wiesbaden, muy dañado ya por el fuego del
HMS Invincible, quedó a la vista del HMS Defence, que reorientó
su fuego contra él. Al instante, el crucero ligero recibió apoyo de
otros barcos alemanes, entre ellos el SMS Friedrich der Große y el
SMS Lützow. Solo hicieron falta dos andanadas hasta que un pro­
yectil impactó contra una de las santabárbaras secundarias del
HMS Defence, que explosionó justo frente a la línea británica. Se
perdieron los 903 hombres de su tripulación, entre ellos el propio
 O 18.20: el H M S D e fe n c e h a c e exp lo sió n .
Q 18.26: el H M S In vin cib le ab re fueg o co n tra el S M S Lüt-
zo w , ap oyad o por el H M S In fle xib le . M ie n tra s, el H M S
Indom itable lo h a c e co n tra el S M S D erfflin g er
0 18.30: toda la Grand F leet ha entrad o en co m b ate, salvo la
1.a D ivisión , en va n g u ard ia.
0 18-31: un p ro yectil del S M S D e rfflin g e r h a c e b lan co en la
to rre Q del H M S In vin cib le , que e sta lla en una in m en sa bola
de fueg o. A l principio , los b ritán ico s p ien san que el buque
destruido e s ale m án .
0 1 8 . 3 4 : S c h e e r ord en a: "V ira d a de co m b ate de 180° a e strib o r". La flota g erm a n a in icia su prim er giro.
0 1 8 . 3 7 : H ipper ab an do na el S M S Lützow , que ya no s irve com o buque in sig n ia. Su cap itán re cib e la orden
de vo lve r a W ilh e lm sh a v e n com o pueda.
0 18.40: los d e stru cto re s de M ic h e ls e n tien d en una pantalla de humo y d isp aran torped os p ara d efen der
a s u s a co ra za d o s.
0 1 8 . 4 5 : el 2 o E scu a d ró n de C ru ce ro s Lig e ro s de G oodenough e s la ú n ica fu e rza b ritán ica que tiene a la
vista a los a le m a n e s, o cu lto s por el humo y la s n e b lin as.
0 1 8 . 5 4 : m uy d añ ado , el S M S W ie s b a d e n co n sig u e d isp a ra r uno de s u s to rp e d o s, que h a c e b lan co en el

5 millas náuticas aco ra za d o H M S M arlboroug h.

Arbuthnot, quien había estado jugando al tenis con lady Jellicoe
en Cromarty justo el día antes.
El HMS Warspite, que navegaba en el último puesto de la fila
formada por el 5.° Escuadrón de Combate de Evan-Thomas, se en­
contró con problemas cuando su timón, que se había quedado atas­
cado en posición de giro de 10° hacia estribor, obligó al barco a
trazar un círculo que lo llevaba de vuelta hacia el aplastante fuego
de los alemanes. Todo lo que podía hacer su capitán, Edward Phill-
potts, era acelerar la velocidad para salir del peligro lo más deprisa
posible. Mientras arreglaba su timón el buque iba a dar dos vueltas
en redondo, durante las que encajó trece de los veintisiete impactos
que lo alcanzaron durante la batalla. Mientras se producía este in­
cidente, el HMS Warrior también fue objeto de un fuego denso,
pero aprovechó que la mayor parte de los cañones enemigos estaban
concentrados en el HMS Warspite para retirarse.
Ambos buques conseguirían abandonar la batalla, pero mientras
que el HMS Warspite pudo cumplir la orden de volver a puerto re­
cibida a las 21.07 de la noche, el HMS Warrior se hundió a primera
42 DESPERTA FERRO

hora de la mañana siguiente cuando el portahidroaviones HMS En- totalmente inutilizado para seguir como buque insignia igual que
gadine, que lo había remolcado hasta entonces, fue incapaz de hasta entonces, ya que la mayor parte de sus antenas de radiotrans­
seguir. Estaban a 160 M de Aberdeen. Tras fracasar los valientes misiones habían sido desunidas.
esfuerzos llevados a cabo para salvar el barco, 675 oficiales y ma­ Mientras, el SMS Derfflinger siguió con su fuego hasta que su
rinos pertenecientes a la tripulación fueron transferidos al HMS En- tercera salva impactó en la torre Q del HMS Invincible y la defla­
gadine. El pecio no iba a ser descubierto hasta agosto de 2016, cien gración descendió directamente hacia la santabárbara del buque,
años después. que explosionó en una inmensa bola de fuego tras la que solo que­
daron dos trozos del casco en vertical por encima del agua. El fe­
LOS ACORAZADOS EN LA BATALLA nómeno se explica porque solo había 55 m de profundidad, y
Con la vanguardia alemana a unos 11 000 m del enemigo, la línea como el casco del barco tenía una eslora de 173, cada una de las
de batalla, si bien se había concentrado un poco, tenía 9 M de largo, secciones, clavada en el fondo, asomaba 30 m por encima de la
lo que significa que, en ese momento, los únicos buques a distancia superficie. En el agua, los supervivientes del Invencible vitorearon
de ataque eran los de la 5.a y 6.a divisiones del contralmirante a los otros dos cruceros de batalla cuando pasaron junto a ellos, y
Behncke, cuyo fuego, durante el despliegue británico, cayó muy luego llegaron los dreadnoughts de la Grand Fleet, que pasaron
cerca del HMS Hercules primero y del HMS Vanguard y HMS Re- sin detenerse porque pensaban que aquellos supervivientes eran
venge después. alemanes. Hubo que esperar hasta las 18.40 para que el destructor
A las 18.23 horas abrió fuego el HMS Iron Duke. Primero so­ HMS Badger recibiera la orden de recoger a los náufragos, pero
bre el SMS Wiesbaden, pero sobre las 18.30 dirigió sus cañones para entonces solo quedaban seis: Hubert Danreuther, el oficial de
hacia un blanco más importante, el SMS König. En unos pocos artillería, que además era ahijado del compositor Richard Wagner,
minutos había hecho blanco en su objetivo siete veces, empezando y otros cinco. Hood y el capitán del buque, A. L. Cay, así como
desde la tercera salva. En esta acción, el buque insignia recibió el 1019 tripulantes, habían muerto.
apoyo del HMS Benbow, el HMS Colossus, el HMS Orion, el
HMS Monarch y el HMS Thunderer, pero de muy pocos buques ▼ CARL FRIEDRICH HEINRICH REINHARD SCHEER (1863-1928), a
la izquierda, y JOHN RUSHWORTH JELLICOE (1859-1935), a la de­
más de los que formaban la vasta línea de dreadnoughts británica,
recha, fueron los dos contrincantes que se enfrentaron en Jutlan-
pues la visibilidad era muy escasa. También atacaron entonces a
dia. El británico era cuatro años mayor que su rival, y había entrado
los alemanes, con torpedos, los cruceros ligeros HMS Falmouth en la Marina en 1872, con tan solo trece años, mientras que el se­
y HMS Yarmouth, así como el destructor HMS Ophelia. gundo lo haría en 1879, con dos años más. Scheer fue una persona
Sin darse cuenta siquiera de su presencia, la flota de guerra popular, aunque también se ganó el apodo de "el hombre de la
alemana navegó directamente hacia la fuerza de Jellicoe, de modo máscara de hierro" por ser un disciplinario estricto."Uno no podía
encontrar un camarada mejor -escribiría el almirante Adolf von
que a las 18.30 horas todas las divisiones británicas, excepto la
Trotha-. Nunca era ceremonioso con los oficiales jóvenes, pero era
1.a, habían entrado en combate. Los germanos se enfrentaron en­ impaciente y siempre tenía que actuar a toda prisa. Esperaba de
tonces a una formidable potencia de fuego, una andanada de su Estado Mayor que tuviera los planes y las órdenes de operacio­
121 000 kg disparada por más de 230 cañones, la mitad de los nes redactados hasta el último detalle [...]. Era un comandante por
cuales eran del calibre más pesado, 15 pulgadas (34 cm). En los instinto y de decisiones instantáneas al que le gustaba que se le
diez minutos siguientes consiguieron, entre todos, acertar a los presentaran todas las opciones y que luego, algunas veces, elegía
una que nadie había tenido en cuenta previamente. En combate
acorazados y cruceros de batalla alemanes con una docena de
proyectiles, y no pasó mucho tiempo antes de que la fuerza de
Scheer empezara a tambalearse ante la repetición de impactos. El
Lützow, por ejemplo, había recibido veinte cañonazos y se esco­
raba 4,5°.
Eran las 18.20 horas cuando Hood avistó los buques de Beatty,
que navegaban hacia el este, más allá de la fuerza principal, a 26
nudos. Entonces, el HMS Invincible hizo un viraje de 180 grados
hacia estribor que lo colocó en posición delante del HMS Lion,
justo cuando los buques de Hipper estaban a tan solo 8200 m. A
las 18.26 horas, el HMS Invincible abrió fuego contra el SMS Lüt­
zow, apoyado por el HMS Inflexible mientras el HMS Indomitable
apuntaba todas sus piezas de 12 pulgadas (30,5 cm) hacia el
SMS Derfflinger. Situadas a popa de estos tres, las naves de
Beatty abrieron fuego a su vez contra la retaguardia de la línea de
cruceros de batalla enemigos.
Poco tiempo después el SMS Lützow tenía problemas, y a
bordo del SMS Derfflinger el capitán Johannes Hartog tuvo que
ordenar detener el buque para cortar las redes antitorpedo, que lle­
vaba a rastras y que amenazaban con enredarse en las hélices. En
tomo a las 18.30 horas, el HMS Invincible disparaba contra el
SMS Lützow con tanta eficacia que Hood felicitó a Hubert Dan-
reuther, su oficial de artillería, diciendo: “Su fuego es muy bueno.
Siga tan rápido como pueda. Cada disparo hace efecto”. Siete mi­
nutos después, Hipper iba a decidir abandonar el crucero de batalla,

LA PRIMERA VIRADA DE SCHEER
A pesar del éxito obtenido contra el HMS Invincible, Scheer se dio
cuenta de que lo atraían hacia el centro de la “T” de los británicos,
que hasta entonces habían conseguido hacer blanco veintitrés veces
contra sus buques de vanguardia. Ocho en el SMS König, proyectiles
de 13,5 pulgadas (34 cm) del HMS Iron Duke y del HMS Monarch
que le habían provocado daños serios; solo dos en el SMS Markgraf,
pero uno de ellos, procedente del HMS Orion, que apenas lo había
rozado, había doblado un árbol de hélice y puesto uno de los
motores fuera de combate; el SMS Lutzöw había recibido no menos
de diez impactos, la mayoría con origen en los cruceros de batalla
de Hood y uno de ellos, devastador, proveniente del HMS Invincible
o del HMS Inflexible, acabaría por provocar la pérdida del buque;
y los ya muy baqueteados SMS Derfflinger y SMS Seydlitz habían
sufrido más daños todavía, sobre todo por el fuego del HMS Indo-
mitable. A cambio, los acorazados de Scheer solo habían sido ca­
paces de apuntarse dos impactos en el crucero de batalla HMS Prin-
cess Royal, mientras que los de Hipper acertaban cinco veces, todas
en el HMS Invincible.
En tomo a las 18.34 horas el almirante alemán ordenó “Ge­
fechtskehrtwendung nach Steuerbord” (“virada de combate de 180°
era totalmente frío, y muy claro". JELLICOE, en palabras del autor
del presente artículo, fue "un profesional consumado, cauto, mo­
desto y analítico, y también un hombre que se fijaba en el resultado
de las cosas. Hablaba con un realismo y una franqueza que a me­
nudo se malinterpretaban". Un ejemplo de esto último fue una de
sus exposiciones ante el Gabinete de Guerra. "Era necesario -afir­
maría después- ser muy exagerado con el Gabinete de Guerra
sobre el asunto del peligro de los submarinos, incluso a pesar del
riesgo de ser acusado de pesimismo, porque era muy difícil, du­
rante la primera mitad de 1917, que se dieran cuenta de la magni­
tud del problema". Uno de sus contemporáneos dijo de él que era
"un hombre de gran habilidad y con fuerza de carácter, pero era un
desarrollador y no un innovador". Poco antes de fallecer Reinhard
Scheer se planteó la posibilidad de que ambos se reunieran para
hablar sobre la batalla, sin duda hubiera sido un debate interesante,
pero nunca tuvo lugar. Foto vía Nicholas Jellicoe.
DESPERTA FERRO 43
a estribor”). Entonces, los buques alemanes ejecutaron medio giro
completo sobre su propio eje. Primero el SMS Westfalen, que era
el último de la fila, y luego los otros veintiuno, cada uno de ellos en
el momento en que el barco que estaba a su popa había abandonado
la línea en ejecución de la maniobra. Fue como un derrape con el
freno de mano, mientras los torpederos de Michelsen tendían una
densa pantalla de humo y disparaban sus torpedos, que fueron avis­
tados por los británicos a las 18.40 horas.
En aquel momento, la línea de combate británica ya estaba
completamente desplegada. Treinta y tres grandes buques: seis
cruceros de batalla seguidos por los veinticuatro navios de la Grand
Fleet y, en retaguardia, los tres superdreadnoughts de la clase
Queen Elizabeth. Sin embargo, justo cuando Jellicoe había com­
pletado por fin su despliegue, no había rastro del enemigo. Peor,
el almirante británico estaba ciego pues nadie que pudiera ver lo
que pasaba informó. Si en ese momento hubiera decidido perseguir
a Scheer en medio de la niebla el resultado podría haber resultado
decepcionante pues la distancia que tenía que recorrer para alcan­
zarlo era demasiado grande como para superarla sin disponer de
una ventaja significativa en velocidad. Más adelante, Scheer llegaría
a decir que, si Jellicoe le hubiera seguido, su virada en combate
habría sido considerada como una derrota, y tras la guerra sostuvo
que volvió para salvar al SMS Wiesbaden y, también que al sentir
que la presión disminuía pensó que debía tratar de tomar la inicia­
tiva. Sin embargo, la explicación sobre el SMS Wiesbaden carece
de credibilidad, ya que los torpederos eran mucho más adecuados
para la tarea. Por otro lado, seguir hacia el oeste habría alejado a
su flota de sus bases y convertido la vuelta a casa en un viaje más
largo y peligroso.
Situado por delante de Jellicoe, el 3.er Escuadrón de Cruceros
Ligeros de Napier no hizo nada por localizar al adversario; el l.°
de Alexander Sinclair estaba muy mal posicionado, en la reta­
guardia de la formación, como para hacer algo útil y solo el 4.° Es­
cuadrón de Cruceros Ligeros de Charles Le Mesurier actuó, des­
plazándose hacia el sudoeste para buscar al enemigo, un esfuerzo
que la falta de visibilidad hizo fracasar. Tan solo los cruceros de
batalla, gracias a su velocidad punta, hubieran sido capaces de
mantener el contacto con la flota alemana, pero un fallo en el gi­
rocompás del Lion provocó que este buque hiciera un giro com­
pleto de 360° en el que se perdieron seis minutos vitales. Quedaba
el 2.° Escuadrón de Cruceros Ligeros de Goodenough, que a las
18.45 horas navegó hacia el sur, donde consiguió avistar a los bu­
ques enemigos, que se retiraban, y recibió un fuego denso a pesar
del cual mantuvo el rumbo. Los cruceros consiguieron incluso
observar la segunda virada de Scheer, de la que informaron a
Jellicoe a las 19.00 horas: “Urgente. Prioritario. Flota de combate
enemiga arrumbando al este-sudeste. El enemigo está al sursu-
doeste de mi posición. Cantidad desconocida. Mi posición lat.
57° 02’ N, long. 0o 07’ E”. Entonces, Jellicoe ordenó un viraje
de 34° hacia la última posición conocida del enemigo, y luego
un segundo que alteró el rumbo hasta los 45° y colocó a la flota
con rumbo sur, navegando en escalón, con cada división ha­
ciendo la cobertura a la siguiente.
EL SEGUNDO INTENTO ALEMÁN
A las 18.55 horas el almirante alemán ordenó a su flota que hiciera
una segunda virada, una vez más por estribor, y envió a sus barcos
donde imaginaba que había estado el final de la línea de batalla
de Jellicoe. Poner a los menos acorazados y más dañados cruceros
de batalla en vanguardia fue “algo [que] simplemente sucedió,
 Despeña Ferro Ediciones
La segunda y la tercera virada de Scheer 19.10

18.55-19.25 horas, 31 de mayo

MANIOBRAS
Por tipo de m aniobra Navio alemán
0 Esc. de Cruceros Ligeros
— * Maniobras principales Navio británico
* Maniobras menores Acorazado *
Acorazado predreadnought
P o r c la s e de navio S//; i
Crucero de batalla / ' S „ 19.10 • 9.00
— ► Acorazados alemanes Crucero acorazado
Southampton \Indomitable C *
— *■ Acorazados británicos ** Crucero ligero ^Inflexible ^
“ ► Otros navios alemanes — Destructor/torpedero New Zealand
12.a Fl.de Destructores
Otros navios británicos
k «i V^Tiger
Por horas
^ P rincess Royal
H a sta la s 19.00 )ootsF|^_-—
3 a Torpedoboots ■— 1920\ a V ’\
Heredes ^ 19.00 'i11»"
De 19.00 a 19.10 ©
De 19.10 a 19.20 * O
— De 19.20 a 19.25 fiMenÿV S \
Friedrich der Grosse 19.10 A m h U « , W\ar\borougn v ^ V,
//M oitié- ^ 19.20 \

J%///S eydlitz 5.a y 6.a

Torpedoboots FI.
\mo
J jf 19.20
Derfflinger_
19.10 s X 3L S s y y f \
^ “'TonderTann
V * ......::: • 19.10
-*^Moltke
/Seydlitz
k i'Y .n o o 1925 VDerfflinger Erin /
Vi \ v f e ........ Centurion
Regensburg Ajax {
King George V
4.° Esc. de Cruceros Ligeros /indomitable
lü t z o w / - 1920
19.20«/inflexible
19.25 /N e w Zealand
■/Tiger
5 millas náuticas
/ P rin c e ss Royal
/ / L io n
19.25

O '■8-55: Un fallo en el g iro co m p ás del H M S Lion h a c e que los c r u c e r o s de batalla

e je cu ten un v ira je de 360°.
0 18.55: el alm iran te alem án ordenó a su flota que h ic ie ra una se g u n d a vira d a ,
una ve z m ás por estribor.
0 19-00: el 2 o E scu a d ró n de C ru c e ro s Lig e ro s em ite: "U rg e n te . P rio ritario . Flota
de com bate enem iga arru m ban d o al e s te -s u d e s te . El enem ig o e stá al s u rsu d o e s te
de mi p osició n. Cantidad d e s c o n o c id a . M i p o sició n lat. 57° 02' N, long. 0o 07' E ".
0 19.00: a c a u s a de la s d ife re n te s v ira d a s , los b a rc o s a le m a n e s se c o n ce n tra n en
una zona red u cid a, lo que p ro vo ca p ro b le m as p ara la m an io b ra.
0 19.13: S c h e e r ord en a: "C ru c e ro s de b atalla, co n tra el enem ig o, ¡denlo to d o !",
lanzando a los buques de H ipper a la que s e rá co n o cid a com o "la c a rg a de la m uer­
te . Por su erte para los a le m a n e s, no p erd erán ningún buque du ran te la m ism a.
0 19.15: con el S M S König a solo 10 900 m, el fueg o b ritán ico e m p ieza a cau sar
g ra v e s d añ o s a la H o ch se e flo tte .
O 19.15: se lan zan al ataq u e tre c e to rp e d e ro s de la 6.a y 9.a flo tillas.
19.19: S c h e e r ord en a que su flota vire de nu evo p ara a le ja rs e del enemigo.
A lg u n o s b a rc o s , m ás ca s tig a d o s , ya han em p ezado a virar. La fila ale m an a se des­
o rd en a.
0 19.21: La G ran d F lee t vira h a c ia el s u d e s te p ara a le ja rs e de los to rp e d ero s ene­
m igos.
© 19.22: J e llic o e en vía al 4.° E s c u a d ró n de C ru c e ro s Lig e ro s co n tra los torpederos
g e rm a n o s.
© 19.23: a ta c a n los to rp e d e ro s de la 3.a Flotilla, pero e stá n d em asiad o al norte. Se
va n a e n fre n ta r a la 12.a Flotilla de D e s tru c to re s b ritá n ica .

como dijo la virgen cuando se quedó embarazada”. Hipper, com­
pletamente superado al principio, decidió mover su insignia del
SMS Lützow al SMS Seydlitz (ninguna de las torretas del
SMS Von der Tann tenía capacidad de fuego, y el SMS Derfflinger
también estaba muy dañado, tras haber encajado una veintena de
proyectiles pesados).
Con este cambio de rumbo, Scheer volvió a correr el peligro
que suponía que los británicos le cruzaran la “T ” y, de hecho, a
las 19.15 horas, con el acorazado de vanguardia a solo 10 900 m
de la línea británica, el fuego de esta se hizo peligrosísimo. El
SMS König, el SMS Großer Kurfürst, el SMS Markgraf y el
SMS Kaiser recibieron impactos. El SMS König recibió uno justo
bajo la torreta central que la llenó de gas y de humo; el
SMS Großer Kurfürst encajó cuatro veces en dos minutos e
incluso el SMS Kaiser, que era el cuarto buque de la fila, fue al­
canzado. A los cruceros de batalla les sucedió casi lo mismo.
Desde el HMS Marlborough observaron cómo cuatro de sus ca­
torce salvas hacían blanco en el Seydlitz, que solo consiguió
acertar dos veces al HMS Colossus; en el SMS Derfflinger ya no
funcionaba ninguna de las piezas en casamata de 150 cm cuando
otro proyectil de 15 pulgadas (38 cm) desgarró una de sus torretas
de popa; y el SMS Lützow fue alcanzado una vez más y, con su
batería principal anulada, fue incapaz de seguir en la lucha. Por
segunda vez la línea alemana empezó a ceder por vanguardia.
Eran las 19.12 horas cuando el comandante en jefe alemán de­
cidió preparar su tercera virada. A las 19.13 emitió la orden: “Größe
Kreuzer. Ran an der Feind. Voll einsetzen!” (Cruceros de batalla,
contra el enemigo, ¡denlo todo!), y los cuatro gravemente dañados
buques alemanes cargaron hacia el frente a 20 nudos en una acción
que fue conocida como “la carga de la muerte”. Seis minutos des­
pués, la señal de Scheer para que la flota virara de nuevo se hizo
ejecutiva. Su línea estaba tan apiñada que el SMS Ostfriesland ma­
niobró sin esperar y el SMS Friedrich der Große tuvo que virar
para hacer espacio mientras el SMS Kaiserin era comprimido hasta
ser expulsado de la fila y el SMS Markgraf, seguido por el
SMS Großer Kurfürst, se dirigía hacia el sur para tratar de evitar el

fuego concentrado de los británicos. En vanguardia, el SMS Kónig
emitió tanto humo como pudo para proteger a los demás.
LA GRAND FLEET GIRA EN DIRECCIÓN CONTRARIA
Jellicoe había esperado que los destructores cubrieran la retirada
alemana, y estos tenían un arma que se había convertido en una
amenaza muy creíble: sus torpedos de 50 cm, que portaban una
carga de hexanita de más de 200 kg y, además, al igual que los tor­
pedos británicos, eran rápidos, capaces de andar a 35 nudos durante
5000 m, aunque a diferencia de lo que pensaba Jellicoe errónea­
mente, no eran menos visibles que los propios.
Eran las 19.12 horas cuando, desde el puente del HMS Iron
Duke, pudieron observar cómo los grupos de destructores alema­
nes se reunían en torno al SMS Regensburg. Los comodoros
Heinrich y Michelsen habían reaccionado de inmediato al mensaje
de Scheer porque, al menos uno, Heinrich, ya había empezado
antes a prepararse para proteger la eventual retirada de la flota.
Este desencadenó su primer ataque a las 19.15 con los trece tor­
pederos que quedaban de la reducida fuerza combinada de las
flotillas 6.a y 9.a. Entonces, los británicos se concentraron en
repeler el ataque de estos barcos, primero con su armamento se­
cundario y luego con el primario. El primer buque que lo hizo fue
el HMS Royal Oak a las 19.15. A las 19.22 horas Jellicoe ordenó
al 4.° Escuadrón de Cruceros Ligeros de Le Mesurier que “proce­
diera a la mayor velocidad y atacara los torpederos enemigos”,
pero el fuego de sus barcos no fue tan efectivo y el propio como­
doro iba a estar a punto de ser cazado cuando cuatro torpedos pa­
saron exactamente por debajo de su nave. Llegados a este punto,
resulta curioso que la Grand Fleet no tuviera una fuerza de des­
tructores y cruceros ligeros bien preparada para proteger el lado
combatiente de la formación, y que hubiera que ordenar a Le
Mesurier que defendiera la línea de combate.
Nada más salir de la cortina de humo, el torpedero G41, situado
en el pico de la formación en V que avanzaba hacia los británicos,
recibió el impacto de un proyectil de 6 pulgadas (15 cm) cuando
se hallaba a 6400 m de la línea enemiga. Al instante, su comandante
el capitán de fragata Max Schultz ordenó disparar los torpedos y
luego viró para alejarse a toda prisa bajo el fuego británico de
largo alcance. Entre las 19.22 y las 19.24 horas los alemanes dis­
pararían veinticuatro torpedos, todos se perdieron en la distancia.
Tras Schultz llegó la formación liderada por el V28, que también
resultó dañado por el impacto directo del proyectil de una batería
secundaria. Sin embargo, todos los atacantes consiguieron disparar,
dieciocho torpedos entre las 19.26 y las 19.28 horas, y dos más en
tomo a las 19.30. Desde una distancia de 6400 m, los veinte pro­
yectiles se precipitaron hacia la formación británica, sobre todo
contra los buques de la 6.a División (HMS Marlborough, HMS Re-
venge, HMS Hercules y HMS Agincourt), mientras los trece agre­
sores se retiraban a toda prisa bajo una cortina de fuego que hundió
uno de ellos y dañó otros cuatro de gravedad. A las 19.23 horas se
adelantó una tercera oleada formada por los cinco torpederos res­
tantes de la 3.a Flotilla. En aquel momento la visibilidad era casi
nula a causa de las cortinas de humo químico, los piques de los
proyectiles en el agua y los bancos neblinosos propios del mar del
Norte, de modo que encontraron pocos blancos. De vuelta junto al
SMS Regensburg, el comodoro Heinrich decidió no lanzar más
ataques ya que su objetivo fundamental, reducir la presión sobre
el grueso de la flota de combate, se había cumplido. Ordenó izar
la señal “seguid al líder” y congregó a todos los torpederos que
aún no habían atacado.
DESPERTA FERRO 45
Estos ataques obligaron a Jellicoe a ejecutar una maniobra de
giro, que comenzó a las 19.22 horas, que lo alejaba de la flota alemana,
una acción que había sido prevista, para el caso de un ataque con tor­
pedos, dos años antes de la batalla. Primero fueron 22°, y luego otros
22°, hasta que toda su fuerza hubo virado 44° hacia babor y se alejó
de los torpedos. Al ejecutar esta maniobra la silueta de los buques se
reducía de ser la totalidad de la eslora a tan solo la manga. En el caso,
por ejemplo, del acorazado HMS Malaya, un objeto de 197 m de
largo pasaba a tener una silueta reducida de 28 m, por proa o por
popa. Además, al virar hacia babor los acorazados podían aprovechar
su velocidad máxima para alejarse más allá del alcance de los torpedos,
mientras que arrumbar hacia el ataque habría proporcionado la misma
ventaja en lo que al tamaño del blanco se refiere, pero habría acelerado
la velocidad de llegada del torpedo.
Aun así, de los treinta y un torpedos disparados, veintiuno con­
siguieron alcanzar la línea británica, donde algunos pasaron muy
cerca de sus objetivos, pero ninguno hizo blanco. El HMS Revenge
tuvo que virar hacia babor para evitar dos torpedos, de los que el
primero pasó a 9 m de la proa y el segundo a 18 de la popa; el
HMS Hercules y el HMS Agincourt rompieron la línea al virar 60°
mientras dos peces de acero pasaban a ambos lados del segundo;
otro torpedo cruzó entre el HMS Iron Duke y el HMS Thunderer;
uno más pasó cerca de la popa del HMS Collingwood; otro siguió
la estela del HMS Neptune y dos más no impactaron en el HMS Va-
liant por muy poco, pues uno pasó a 18 m de la proa y otro a 4,5 de
la popa. Incluso el HMS Marlborough avistó tres torpedos, y ma­
niobró para evitarlos.
Los británicos habían tenido suerte de que ningún buque resul­
tara alcanzado, pero Jellicoe había perdido el contacto con Scheer,
cuyos buques, en aquel momento, se encontraban en bastante mal
estado pues en los veinticinco minutos transcurridos entre las 19.05
y las 19.30 horas habían encajado treinta y siete impactos contra
dos aciertos sobre el HMS Colossus, ambos provenientes del
SMS Seydlitz.
Al caer la noche, el almirante británico preparó con cuidado su
flota, a la que desplegó en una formación nocturna diseñada para
minimizar el riesgo de nuevos ataques con torpedos mientras el ca­
mino de vuelta de Scheer quedaba, al parecer, bloqueado.
B IB L IO G R A F ÍA
Brooks, J. (2016): The Bottle o f Jutland. Cambridge: Cambridge
University Press.
Irving, J. (1966): The Smoke Screen o f Jutland. London: William
Kimber.
Marder, A. J. (1966): From the Dreadnought to Scapa Flow, Vol 3,
Jutland and After, May to December 1916. Oxford: Oxford
University Press.
Tarrant, V. E. (1999): Jutland: The German Perspective. Leicester:
Brockhampton Press.
Temple Patterson, A. (1969): Jellicoe. London: St Martin's Press.
z Bibliografía completa en www.despertaferro-ediciones.com
Nicholas Jellicoe, autor de Jutland. The Unfinished
Battle y creador de la web www.jutlandl 916.com, es
nieto del almirante sir John Jellicoe, comandante en
jefe de la Granel Fleet en Jutlandia e hijo de quien fue
el último primer lord del Almirantazgo. Actualmente,
está escribiendo un nuevo libro: The last Days of the High Seas Fleet,
sobre el autohundimiento de la flora alemana en Scapa Flow en 1919.
46 DESPERTA FERRO

Ei desenlace nocturno
Agustín Ramón Rodríguez González - Real Academia de la Historia

T ras el d u r o y l a r g o c o m b a t e d u r a n t e la s h o r a s d e l u z , a la H o chseeflotte n o l e q u e d a b a s in o
RETIRARSE A SUS BASES LO ANTES POSIBLE, VISTA LA GRAN SUPERIORIDAD DE LA CONCENTRACIÓN ENEMIGA,
MIENTRAS QUE, EN EL OTRO BANDO, JELLICOE NO QUISO ARRIESGARSE A UN PELIGROSO COMBATE NOCTURNO Y
TODO LO FIO AL NUEVO DÍA, QUE LE PODRÍA DAR LA OPORTUNIDAD DE APLASTAR A SU INFERIOR ENEMIGO. PESE A
TODO ELLO, SE PRODUJERON NUEVOS Y CONFUSOS COMBATES NOCTURNOS.

a puesta de sol de aquel 31 de mayo se produjo a eso de El grueso británico navegó con los acorazados agrupados en

L las 20.00 horas, y la visibilidad, que había sido problemática

durante la jornada, desapareció por completo una hora
después, lo que obligó al cese del ya errático cañoneo mutuo. En
aquel momento, las opciones eran muy distintas para las dos flotas
enemigas.
Para Scheer la única posible era la retirada y la vuelta a sus
bases, pero descartada la ruta del norte, por el Skagerrak, le quedaban
tres derrotas distintas: la de Heligoland, peligrosa por los campos
de minas propios y enemigos, no bien conocidos y delimitados; la
de contornear las islas Frisias; y la de arribar a Homs Reef, al sur-
sudeste, la más corta y finalmente la escogida, que aunque tal vez
fuera la que suponía mayor riesgo al tener que sortear la persecución
de la flota enemiga, era la más deseable por el mal estado de alguno
de sus buques y por la urgencia por volver a sus bases.
Por su parte, Jellicoe tomó nuevamente su prudente táctica de
no arriesgar su superior flota en algo tan incontrolable como un
combate nocturno y prefirió dirigirse hacia el sur, a la espera de en­
contrarse con la flota alemana fuera aún de sus bases al amanecer
del día siguiente y aplastarla en un combate artillero convencional.
cuatro columnas, con el 4.° Escuadrón de Cruceros Ligeros en
descubierta por la proa y el 2.° Escuadrón de Cruceros por babor.
Otro escuadrón de cruceros ligeros, el 2.°, se situó a popa de
Jellicoe, y los dos restantes (l.° y 3.°) siguieron destacados con
Beatty, que navegaba en paralelo a 15 M por estribor de Jellicoe.
En cuanto a los destructores, se situaron a unas 5 M por detrás del
grueso de Jellicoe en prevención de un ataque de sus homólogos ale­
manes contra el grueso, para contraatacar el enemigo si se presentaba
la ocasión, y para evitar confusiones entre buques propios y enemigos
en medio de la oscuridad. Finalmente, el jefe británico destacó al mi­
nador HMS Abdiel para que colocara sus artefactos cerca de Homs
Reef, en previsión de que fuera el destino final de la flota alemana.
Scheer, por su parte, mantuvo su formación en línea de fila, si
bien ordenó replegarse a los obsoletos predreadnoughts de la
2.a Geschwader, que habían quedado en cabeza. Mientras que en
lo que a los cruceros de batalla se refiere, Hipper, que había aban­
donado su muy averiado buque insignia, el SMS Lützow, trans­
bordó al SMS Moltke mientras sus cuatro buques quedaban final­
mente separados: el SMS Moltke y el SMS Seydlitz cerca de la
cabeza de la línea y los averiados SMS Derfflinger y SMS Von
der Tann al final. La vanguardia la ocupó el 2.° Aufklárungsgruppe,
mientras que el 4.°, al que se le ordenó navegar a estribor del
grueso, por error terminó haciéndolo por babor y algo retrasado.
Como consecuencia de los movimientos de ambas flotas, los
alemanes acabaron por cruzar la popa de ambas columnas británi­
cas, no sin que estallaran confusos y deshilachados combates noc-

i
 DESPERTA FERRD 47

tumos entre los destructores o torpederos y cruceros ligeros de
ambos bandos, con apenas presencia de algún buque pesado britá­
nico separado del grueso y con la intervención de varios alemanes,
implicados en los combates fragmentariamente.
TÁCTICAS Y MEDIOS DE COMBATE NOCTURNO
El principal problema para los británicos -que también sufrieron los
alemanes, pero a una escala menor-, volvió a ser, como durante los
combates diurnos, el fallo de las comunicaciones. Esto se debió a pro­
blemas y averías en los equipos, a las emisiones desde las estaciones
terrestres alemanas de la cercana costa que interferían los mensajes y,
especialmente, a la mala gestión de sus equipos de transmisiones, no
solo dentro de la flota, sino incluso desde el Almirantazgo, pese a que
en este podían descifrar los mensajes alemanes gracias a la información
ofrecida por los rusos, que la habían obtenido del naufragio del crucero
ligero SMS Magdeburg a los pocos días de comenzar la guerra. A
causa de ello hubo informes vitales que llegaron demasiado tarde, no
llegaron en absoluto o indujeron a confusión. También los alemanes
sufrirían este problema, pero a una escala menor.
Otra dificultad, también común a ambos bandos, fue que, de
noche, y con numerosos cambios de rumbo, les resultó difícil co­
nocer exactamente la posición de su buque o agrupación.
Las ventajas de los alemanes fueron varias: sus proyectores podían
ser rápidamente apagados (y evitar así delatarse) gracias a que tenían
persianas; disponían de un sistema de luces de colores para reconocer
si el buque avistado era amigo o no, mientras que los británicos utili­
zaban señales en morse que podían ser copiadas por sus enemigos y
replicadas; tenían, en general, mejor entrenamiento para el combate
nocturno que sus oponentes, especialmente entre los buques mayores;
y por último, dispusieron de proyectiles iluminantes, recurso del que,
sorprendentemente, carecían los británicos, lo que les prestaba una
gran ventaja, pues les permitían “iluminar” sus blancos sin delatarse.
A cambio, los británicos tenían ventaja en lo que a cruceros ligeros
y destructores o torpederos, protagonistas de estos combates, se refiere.
Sus cruceros solían ser más grandes y potentes que los de sus enemigos,
con una artillería principal de 6 pulgadas (15,2 cm) contra la de 10 cm
de sus oponentes. El caso se repetía en los destructores, pues los bri­
tánicos iban armados con piezas de al menos 4 pulgadas (10 cm),
mientras que las de los torpederos alemanes eran de 8,8 cm. Por
último, los británicos disponían de los grandes destructores llamados
“conductores de flotilla”, buques mucho más potentes y voluminosos
que los de los germanos. La ventaja británica en este campo fue aún
mayor porque Jellicoe dispuso de veintiséis cruceros ligeros y setenta
y ocho destructores contra los once cruceros y sesenta y un torpederos
germanos, cifras que se redujeron de cara al combate nocturno por las
bajas sufridas durante el día, por hundimiento o avería, pero que no
variaron la correlación de fuerzas; todo ello sin olvidar que muchos
de los barcos germanos habían lanzado ya sus torpedos.
PRIMEROS CHOQUES
Scheer ordenó al comodoro Michelsen, con insignia en el cru­
cero ligero SMS Rostock, lanzar un ataque con sus torpederos
sobre el grueso enemigo, con el fin de distraerlo y alejarlo de
la flota alemana, pero lo cierto es que tanto esta fuerza como la
del comodoro Heinrich, con insignia en el SMS Regensburg,
estuvieron poco acertadas debido a errores en su propia situación
relativa, de modo que la mayoría de los barcos volvieron a sus
bases tras cortas e irrelevantes escaramuzas.
A eso de las 21.40 horas, el SMS Frankfurt y el SMS Pillau,
del 2.° Aufklärungsgruppe al mando del contralmirante Bödicker,
toparon con el HMS Castor y los quince destructores de la 11.a
Flotilla, los cruceros ligeros alemanes lanzaron un torpedo cada
uno, sin resultado, y ambos bandos se separaron.
Hora y media más tarde, la misma fuerza británica se encontró
con el 4.° Aufklärungsgruppe, al que se habían agregado los cru­
ceros ligeros SMS Elbing y SMS Rostock. Los alemanes copiaron
la clave de reconocimiento británica y estos, ingenuamente, se de­
lataron al responder. Siguió un duro cañoneo mutuo en el que el
HMS Castor recibió diez impactos directos, que le causaron catorce
muertos y veintitrés heridos, contra los cuatro que recibió el
SMS Hamburg, que provocaron la muerte a catorce personas y
heridas a otras veintitrés, lo que dejó en evidencia la importancia
de la superioridad británica en el calibre de los cañones.
Tras este combate, los cruceros alemanes se alejaron para a toparse,
a las 22.20 horas, con los cuatro cruceros del 2.° Escuadrón de Cruceros
Ligeros al mando de Goodenough. Esta vez, el avistamiento fue
mutuo, pero al encender sus proyectores, el HMS Southampton y el
HMS Dublin se convirtieron en el blanco preferente de sus enemigos.

◄ El 2.° Escuadrón de Combate de la flota alemana, formado por ocho ACORAZADOS PRE-
DREADNOUGHT (son reconocibles siete: SMS Preußen, SMS Hessen, SMS Deutschland,
SMS Hannover, SMS Pommern, SMS Schleswig-Holstein y SMS Schlesien, de los cuales el
primero no combatió en Jutlandia). Estos buques fueron el talón de Aquiles de la Hoch­
seeflotte. Conocidos como FenfMinuten Schife (barcos de cinco minutos), la percepción
de que estas naves ya no eran útiles para el combate tenía su origen en el hundimiento
del SMS Blücher, un viejo crucero acorazado, en la batalla del banco de Dogger. Su prin­
cipal problema era su lentitud, que reducía el andar de la totalidad de la Hochseeflotte a
un máximo de 17 nudos, en condiciones óptimas. Bien cierto es que también los britá­
nicos habían sacado al marasuspredreadnought, los acorazados de la clase King Edward
Vil, durante los primeros meses de la guerra, pero también hay que indicar que en aque­
llas misiones la Grand Fleet esperaba ser la persecutora, es decir, que podía dejar atrás a
aquellos viejos mastodontes, o simplemente retirarse, sin correr el riesgo de que fueran
acometidos y cercados por los alemanes. Algo parecido debía suceder en Jutlandia, aun­
que a favor de los alemanes. Scheer llevaba la iniciativa y esperaba ser él quien persiguiera
al enemigo, una previsión que, sumada la insistente solicitud de los capitanes de los viejos
acorazados germanos y al hecho de que él mismo había comandado esta fuerza al prin­
cipio de la contienda, lo animó a incorporarlos a la flota con la idea de dejarlos atrás en
caso de persecución, pero al final fueron los alemanes quienes tuvieron que retirarse ante
una fuerza muy superior y, en torno a las 2.10 horas, uno dos torpedos provocaron la pér­
dida más importante sufrida por la escuadra alemana en esta batalla."!...] justo en el
centro del SMS POMMERN apareció una mortecina y rojiza bola de fuego, que se ex­
pandió hacia proa y popa y se elevó por los mástiles en grandes lenguas de rojo fuego,
junto con una nube de humo negro y muchas chispas. Entonces se vio como los extremos
del buque se elevaban como si se le hubiera roto la espina dorsal, justo antes de que la
niebla se cerrara y nos hiciera perderlo de vista". Foto: K. Koch. U. S. Defenseimagery.mil
La retirada alemana
19.25-22.50 horas, 31 de mayo
El primero recibió dieciocho impactos que causaron treinta y seis
muertos y cuarenta heridos, graves averías y un incendio; y el segundo
ocho impactos, tres muertos y veinticuatro heridos. En venganza, y
aparte de los daños causados por la artillería británica, un torpedo del
HMS Southampton alcanzó al SMS Frauenlob, que se hundió con la
pérdida de casi toda su dotación, incluido Hoffman, su comandante.
5.a Torpedoboots Fl.
De trescientos veinte hombres, solo se salvaron cinco.
La revancha germana se produjo poco después, cuando sobre
las 23.00 horas los acorazados SMS Thüringen y SMS Ostfriesland
». Q .........—W55«y _
20.35 ,
Lü^ cjvv - se toparon con el obsoleto crucero acorazado HMS Black Prince
vw 5 a Torpedoboots Fl. 20.35 V i" - ^ ^ * * **
<f%----- O ’« b . que, averiado durante los combates nocturnos, hizo la señal de re­
s, ; Castor y 20f ^ < " conocimiento, para ser fulminado por los dos dreadnoughts con
11.* Fl. Dest. ¿ 4 > * ' pérdida de toda su dotación de 857 hombres y de su comandante.
° *¿1 \ o : # - :
i L A 4 .a F L O T I L L A D E D E S T R U C T O R E S
L ¡ Alrededor de media hora después, los doce destructores británicos al
2035 Navio alemán
v Navio británico mando del capitán de navio John Wintour, con insignia en el “con­
Acorazado ductor de flotilla” HMS Tipperary, se toparon con la flota alemana.
Acorazado predreadnought
Crucero de batalla De nuevo los británicos se delataron con sus señales de reconoci­
Crucero acorazado miento, y el HMS Tipperaiy fue acribillado. Se hundiría a las 2.00
Crucero ligero horas tras sufrir una cifra de bajas de ciento cincuenta muertos sobre
Destructor/torpedero
Navio destruido
una dotación de ciento noventa y siete hombres. Sin embargo, al
virar para romper el contacto los cruceros alemanes quedaron sobre
el rumbo del acorazado SMS Posen, que no pudo evitar embestir y
MANIOBRAS averiar seriamente al crucero ligero SMS Elbing, que quedó en tal
Por tipo de maniobra estado que tuvo que ser abandonado por su dotación y rematado por
— * Maniobras principales sus propios torpederos para que no cayera en poder del enemigo.
— * Maniobras menores
Otro destructor, el HMS Spitfire, que se había quedado sin
Por clase de navio
— ► Acorazados alemanes torpedos, cañoneó valientemente y a bocajarro a los acorazados
— ► Acorazados británicos alemanes e hizo blanco en el puente de mando del SMS Olden-
— ► Otros navios alemanes burg, donde hirió gravemente a su comandante, el capitán Wilhelm
— ► Otros navios británicos
Hópfner, y mató a ocho hombres, tras lo cual fue a su vez embes­
Por horas
tido por el SMS Nassau, cuyos cañones no podían alcanzarlo a
Hasta las 19.25
De 19.25 a 19.55 tan corta distancia pues no podían bajar tanto el alza. El coman­
De 19.55 a 20.35 dante británico, Eyre Trelawney, había ordenado rumbo de colisión
De 20.35 a 21.35
para evitar lo peor, y ambos buques chocaron de refilón, con los
De 21.35 a 22.55
consiguientes daños y no menos de treinta muertos, en la dotación
británica, por once muertos y dieciséis heridos entre los alemanes.
nderTannV Pese a las averías, ambos barcos lograron sobrevivir al encuentro
22.55 ,
König y volver a sus bases.
Grosser Kurfürst Los avatares no habían terminado para la flotilla británica.
Kronprinz1 Poco después, sus buques fueron iluminados por las bengalas
Markgraf alemanas. El HMS Broke fue alcanzado repetidas veces, perdió
Kaiser^
Kaiserin' cuarenta y siete muertos y treinta y seis heridos y, averiado en el
Prinzregent Luitpold timón, embistió a su compañero el HMS Sparrowhawk, al que
Indomitable V FriedrichderGrosse> seccionó la popa. El HMS Garland, que era el siguiente buque de
Inflexible ^ la fila, pudo evitar a los dos buques unidos por el abordaje, pero
New Zealand}
el HMS Contest chocó con ellos y los separó. Las averías del
Tiger}
Princess Royal} HMS Sparrowhawk fueron de tal magnitud que tuvo que ser
Lion} abandonado y rematado sobre las tres de la madrugada, pero los
20 km
otros dos destructores consiguieron volver a sus bases pese a sus
daños y bajas.
10 millas náuticas

0 19.35: tras los ataques de los torpederos alemanes, el almirante Jellicoe ordena O 20.20: el HMS Castor y destructores británicos y el 4.° Escuadrón de Cruceros
a la flota que vire hacia estribor y vuelva hacia el enemigo. Ligeros atacan al 3.er Geschwader. Se topan con los torpederos de la 5.a Torpedo-
O 19.40: Beatty informa al jefe de la Grand Fleet. Los buques alemanes "están en boots Flotille.
dirección NO-O de mi posición, a unas 10-11 millas". 21.00: la oscuridad es completa.
O 19.50: Scheer ordena a sus predreadnoughts que se pongan en cabeza del 0 2 1 .0 1 : la Grand Fleet vira hacia el sur y adopta la formación nocturna.
avance. 0 2 1 .1 3 : el SMS Lützow se pierde de vista en retaguardia.
0 19-50: la 5.a Flotilla de torpederos ataca a los británicos. 0 2 1 .1 4 : Scheer ordena a la flota que vuelva a casa con los cruceros de batalla en
20.00: se pone el sol. retaguardia. "Rumbo SSE 3A E. Velocidad 16 nudos".
0 2 0 .00: los británicos arrumban directamente al oeste para volver a contactar 0 2 1 .5 0 : Scheer ordena a los predreadnoughts que ocupen el final de la fila.
con el enemigo. 0 2 1 .59: primer combate nocturno.
0 2 0 .1 2 : Beatty vuelve a tener a la vista la flota de Hipper. Ocho minutos después 0 2 2 .0 5 : segundo combate nocturno.
los cruceros de batalla británicos abren fuego contra el enemigo. 022 .15: tercer combate nocturno.
 Los alemanes cruzan la retaguardia británica
23.00 horas, 31 de mayo-3.00 horas, 1 de junio

O 23-00: el HMS Black Prince se topa con los acorazados SMS Ostfriesland y SMS Thürin-
gen, que lo destrozan.
0 23.20 a 23.30: los alemanes se están acercando a la retaguardia de la Grand Fleet.
0 23.30: cuarto combate nocturno. La 4.a Flotilla de Destructores se topa con los alemanes.
O 0-15: quinto combate nocturno, combate contra el HMS Petard y el HMS Turbulent.
0 0 .3 0 : la escuadra alemana cruza la estela de la Grand Fleet.
0 1 .4 5 : sexto combate nocturno. La 12.a Flotilla de Destructores ataca la columna alemana.
O 2.10: hundimiento del SMS Pommern.
0 2 .2 0 : se ordena el hundimiento del SMS Lützow, incapaz de seguir navegando tras haber
embarcado 80001 de agua.
0 2 .3 5 : séptimo combate nocturno. El HMS Moresby, que navega a la popa del HMS Obdu-
rate, avista varios buques alemanes a unos 3500 m y dispara un torpedo, que falla por poco
aISMSVonderTann.

20 km
U - -
10 millas náuticas

MANIOBRAS
Por tipo de maniobra
— * Maniobras principales
— * Maniobras menores
Por clase de navio
— ► Acorazados alemanes
— ► Acorazados británicos
— ► Otros navios alemanes
— Otros navios británicos

HMS Moresby
HMS Obdurate

Los alemanes también se llevaron su parte. El crucero ligero
SMS Rostock, buque insignia del comodoro Michelsen, encajó
un torpedo lanzado por sus enemigos que le provocó catorce
muertos y seis heridos. Tuvo que ser evacuado, y rematado por
tres de sus propios torpederos, mientras lo escoltaban de vuelta a
la base, a eso de las 3.45 horas.
Los británicos no cejaron y volvieron al ataque, pero el fuego
alemán, preciso y demoledor, hundió a los destructores HMS For­
tune y HMS Ardent, con la perdida de sesenta y siete y setenta y
ocho muertos respectivamente. En el segundo tan solo se salvaron
su comandante, Arthur Marsden, y un cabo señalero.
Sobre las 0.15 horas los británicos se enfrentaron a otro de­
sastre, cuando dos destructores de la 13.a Flotilla que habían per­
dido contacto con su unidad se encontraron con la línea alemana.
El HMS Turbulent fue sorprendido, cegado por los iluminantes
estrella y embestido por el acorazo SMS Posen, que lo hundió
junto con noventa de sus tripulantes (los trece restantes fueron
salvados por los alemanes). Su compañero el HMS Petard logró
escapar, aunque alcanzado por el fuego enemigo y tras perder
nueve muertos y seis heridos.
LA 12.a ESCUADRILLA BRITÁNICA
Sobre las 0.30 horas de aquella dura noche la escuadra alemana
cruzó por fin la estela de sus enemigos, con rumbo ya al sur-
sudeste, pero los británicos todavía iban a apuntarse un éxito.
La 12.a Flotilla de Destructores, al mando del capitán John Bu-
chanan Stirling con insignia en el HMS Faulkner, muy retrasada a
causa de diversas maniobras y alarmas, se hallaba a unas 10 M del
grueso de Jellicoe, que seguía hacia el sur, cuando a eso de las 1.45
horas divisó entre las sombras unas siluetas que correspondían a la
2.a Geschwader, la de los obsoletos predreadnoughts, y decidió ata­
carla. Para ello y en virtud de la táctica más adecuada, ordenó invertir
el rumbo por contramarcha y lanzar los torpedos. Serían las 2.10
horas y los alemanes no se habían dado cuenta de nada cuando uno
o más de los doce torpedos disparados desde una distancia de unos
3000 m alcanzaron al acorazado SMS Pommem, que estalló y se
partió en dos. Con la pérdida de toda su dotación, de 844 hombres,
fue, para los alemanes, la mayor catástrofe de toda la batalla.
Aún hubo más, cuando el destructor británico HMS Maenad,
que por diversos problemas con su escuadrilla no había podido
disparar sus torpedos, lanzó por fin uno de ellos, que alcanzó
al torpedero alemán V4, que se hundió tras sufrir dieciocho
muertos y cuatro heridos, salvándose el resto de la tripulación
al ser recogida por sus compañeros. Otras fuentes, sin embargo,
indican que la pérdida del buque alemán se debió al choque
con una mina, propia o enemiga, que iba a la deriva.
A cambio de estos éxitos, la 12.a Flotilla solo había sufrido
cinco muertos y dos heridos al ser alcanzado el HMS Onslaught
por el tardío fuego alemán, que evidentemente se resintió del can­
sancio y la tensión de tantas horas de combate. Aquel fue el último
combate, al menos de cierta importancia, de aquella terrible noche
para unos y otros.
Durante las horas nocturnas los alemanes perdieron también el
muy averiado crucero de batalla SMS Lützow, cuyas inundaciones
 El regreso a puerto Navios británicos perdidos
1-6 de junio C ruceros de batalla: H M S In d efatig ab le ,
H M S Queen M ary, H M S In vin cib le
C ruceros acorazados: H M S B la c k P rin ce ,
H M S W arrio r, H M S D e fe n ce
S3 Destructor líder de Flotilla: H M S T ip p e rary
Destructores: H M S S h a rk , H M S S p a rro w h a w k ,
H M S A rd e nt, H M S Fortune, H M S N om ad,
H M S N estor
8.00 - 2/VI 4 .1 5 -2/V I

¿ IMA
tn , 8.45 - 1/VI 1
-
m

- . 7.00 - 1/VI
m/
24.00 - 1/VI

12.00- 1/Vlj
ÉS) 12.00
2/VI
Edimburgo 7 .0 0 -1 /V lê *

. i Vf
\ • 4 .0 0 - 1 /V l\^ v
N ew castle o
ríoly^l

1.25 -2/V I
!ji.30/l/VI
M iddlesbrough

K ingston
100 km

■*** ■ Buques británicos

' 31/V-1/VI
— ► Movimientos de buques británicos
Buques alem anes
— ► Movimientos de buques alem anes
Posibles rutas de retirada para Sch ee r
- - Submarinos alem anes
Movimientos de submarinos alem anes 9.30 - 1/W
Yarmouth
Patrullas de submarinos alem anes
Low estoft
Dirigibles alem anes
■•••► Movimientos de dirigibles alem anes
Campos de minas británicos / m fà à m
30/V-2/VI 05*
Líneas de minas británicas
52° N
Harwich R oterdam
■ i Campos de minas alem anes O
..........Líneas de minas alem anas
B ase s navales británicas
Londres
e* B ase s navales alem anas
Barco s hundidos
V*
>A m beres
O El HMS Warspite llega a Rosyth durante la tarde del 1 de junio, tras haber
intentado embestir a un submarino alemán al que detecta no lejos del puerto.
O El crucero acorazado HMS Warrior, muy dañado durante los combates, llega
ala altura del portahidroaviones HMS Engadine en torno a las 18.40 horas del 31
de mayo. Este lo toma a remolque a las 19.45 y, a pesar de que el crucero tiene
problemas de motor, a las 21.30 ambos barcos han alcanzado los 8 nudos. Sin
embargo, el buque sigue embarcando agua durante toda la noche, y a las 8.00
horas del día 1 de junio se ordena el abandono. Se salvan 675 marinos, que tienen
que ser distribuidos equilibradamente por el portahidroaviones pues hay riesgo
de que vuelque. Poco después, el HMS Warrior se hunde a 160 M de Aberdeen.
O A las 3.50 horas del 1 de junio, la Fuerza Harwich zarpa para dirigirse hacia la
Grand Fleet, pero al final se limita a destacar algunos destructores para acompa­
ñar al HMS Marlborough y vuelve a su base.
La flota de cruceros de batalla llega a Rosyth a primera hora del 2 de junio.
8 El HMS Engadine llega a Rosyth el 2 de junio por la mañana.
N av io s a le m a n e s p e rd id o s
Crucero de batalla:SMS Lützow
Acorazado predreadnought SMS Pommern
Cruceros ligeros: SMS Frauenlob, SMS Elbing,
SMS Rostock, SMS Wiesbaden
Torpederos: V48, S35, V27, V4, V29
O El grueso de la Grand Fleet llegó a Scapa Flow en torno a mediodía del 2 de
junio. De inmediato, se ordena que los barcos recarguen carbón, municiones y
suministros, con el fin de que estén listos para zarpar de inmediato.
O Pasadas las 2.00 horas de la madrugada del 1 de junio, el HMS Marlborough
recibe la orden de volver a Rosyth. A las 4.00 se le une el crucero ligero HMS
Fearless, y en torno a las 15.00 ocho destructores de la Fuerza Harwich. A las
23.30, un accidente provoca una vía de agua y el acorazado empieza a hundirse.
A las 0.47 del día 2 parece sentenciado, y el capitán está a punto de ordenar
su abandono, pero al final consiguen empezar a evacuar el agua. Poco después
Jellicoe ordena que el barco se dirija al Humber, donde llega durante la jornada.
Tras algunas reparaciones de emergencia, parte hacia el Tyne el día 6 de junio.
O El 3 de junio por la mañana el HMS Malaya marcha a Invergordon para entrar
en el dique flotante.
0 También el 3 de junio el HMS Barham parte hacia el sur, a Devonport, también
para ser reparado.
O E S P E R T A FERRO 5I
eran ya imparables por lo que fue evacuado y rematado por sus es­
coltas; y sufrió graves averías el acorazado SMS Ostfriesland, cuyas
bajas ascendieron a un muerto y diez heridos tras chocar con una
mina, lo que no le impidió regresar a su base.
BALANCE Y JUICIO
Con las primeras luces del día, Jellicoe ordenó finalmente a su
flota, muy desperdigada, que invirtiera el rumbo y pusiera proa
hacia el norte. La de Scheer ya estaba a salvo en sus bases.
Las bajas en los combates nocturnos fueron bastante más
equilibradas que en los del día anterior. Los británicos perdieron
un crucero acorazado y cinco destructores, aparte de averías en
otros buques, a cambio de un predreadnought , tres cruceros li­
geros y tres torpederos los alemanes -sin contar el ya sentenciado
SMS Lützow-, con un saldo total ligeramente favorable a los
británicos que, sin embargo, habían fracasado en impedir la re­
tirada alemana, o al menos causar grandes pérdidas a la flota
enemiga, lo que ha añadido argumentos a la larga y compleja
polémica sobre la batalla.
La decisión de Jellicoe de no exponer a sus grandes buques
a los azares de un combate nocturno parece apropiada a la ma­
yoría de los autores, pues era realmente exponer demasiado para
un resultado incierto, pero bien podría haber arriesgado de ma­
nera más decidida a sus muy superiores en número y potencia
cruceros ligeros y destructores para causar grandes daños a la
flota enemiga. Hundir o averiar gravemente varios de los grandes
buques enemigos al coste de un puñado de unidades ligeras era,
indudablemente, una buena opción. Sin embargo, predominó la
táctica conservadora de que lo mejor para ellos era que la situa­
ción no variase, lo cual puede ser considerado muy realista,
pero también muy lejano de lo que habían preconizado Nelson,
Mahan o incluso Corbett. También debió de pesar su inferior
entrenamiento nocturno.
Aquellos confusos combates en la oscuridad fueron objeto
de una profunda autocrítica a causa de la excelente ocasión per­
dida, como se demostró cumplidamente apenas veinticinco años
después, cuando los buques de la Royal Navy demostraron
cuánto habían adelantado en esas tácticas, aparte de la decisiva
aportación del radar.
B IB LIO G R A F ÍA
Campbell, J. (1986): Jutland: an analysis o f the fighting. London:
Conway Maritime Press.
Gardiner, R. ed. (1985): Conway's All the World's Fighting Ships
1906-1921. London: Conway Maritime Press.
Sierra, L. de la (1984): El Mar en la Gran Guerra (1914-1918).
Barcelona: Ed. Juventud.
Steel, N.; Hart, P. (2006): Jutland 1916. London: Cassell books.
z Bibliografía completa en www.despertaferro-ediciones.com
Agustín Ramón Rodríguez González es doctor en
Historia por la Universidad Complutense de Madrid y
académico correspondiente de la Real Academia de la
Historia. Reconocido especialista en historia naval
española, ha publicado hasta la fecha sobre la cuestión
38 libros y otras doscientas publicaciones entre artículos y capítulos de
obras colectivas, centrándose en la evolución técnica de los buques de
guerra y sus tácticas, así como en su utilización estratégica.
52 DESPERTA FERRO

E n a g o sto de 1914, c u a n d o e s t a l l ó l a g u e r r a , l o s j e f e s y o f ic ia l e s d e l a K a i s e r l ic h e M a r in e
ESPERABAN CON ILUSIÓN LA LLEGADA DE D ER TAG , EL DÍA EN QUE LA SEG
ENFRENTARÍA CON EL REINO UNIDO, EL PODER NAVAL PREDOMINANTE.1 MIENTRAS, AL OTRO LADO DEL MAR DEL
N orte, la R oyal N avy t a m b ié n in ic ió l a c u e n t a a t r á s d e u n s e g u n d o T rafalgar, q u e e x t e n d e r ía l a
DURACIÓN DE UN PERIODO DE SUPREMACÍA NAVAL QUE YA DURABA SIGLOS. IMBUIDAS DE LAS TEORÍAS NAVALES
DE MAHAN, AMBAS MARINAS CREÍAN EN UNA BATALLA DECISIVA ( ), UN ÚNICO Y
VIOLENTO ENFRENTAMIENTO ENTRE PODEROSAS FLOTAS DE GUERRA QUE DECIDIRÍA EL “ CONTROL DEL MAR” .2

E
n 1897, el káiser Guillermo II, un entusiasta de la Ma­
rina, había nombrado al almirante Alfred von Tirpitz
para que gestionara el caro proceso de construcción de
una flota y ejecutara el “plan” que cumpliera con las ambiciones
navales y de poder mundial de Alemania. Durante este proceso,
Von Tirpitz enfatizó la necesidad de tomar la iniciativa estraté­
gica, con la idea de que solo una batalla lo más temprana
posible, encabezada por los acorazados, que eran el símbolo
del poder naval de una nación, podría permitir la adquisición
de una “supremacía naval permanente”.3
DE LA BATALLA DECISIVA A LA FLOTA EN POTENCIA
En este contexto, uno de los muchos mitos de la batalla de Jutlandia
(o Skagerrakschlacht, para los alemanes) es que esta fue la cul­
minación de las estrategias británicas y alemanas, que tendían a
buscar un choque decisivo.4 Sin embargo, ambas partes habían
contado con que el adversario se comportaría tal y como esperaban
sin entender que tenía alternativas, y ambas se llevaron una des­
agradable sorpresa.5
En 1897, la estrategia ofensiva propuesta por Von Tirpitz en
1894 y expuesta en el Memorando del Servicio IX, se convirtió
en su Seemachtideologie, una ideología político-militar basada
en los principios del imperialismo mahaniano en la que el objetivo
era la “ilusión de una batalla”. En contra de los teóricos que acep­
taban la batalla definitiva como una realidad, Von Tirpitz la con­
sideraba una idea virtual que, junto con la teoría del riesgo y la
idea de una flota de dos tercios (con respecto a la Royal Navy),
tuvo como resultado una temprana doctrina de la disuasión, según
la cual la amenaza de una batalla decisiva se convertía en el espe­
jismo de un combate que obligaría al Reino Unido a aceptar los
objetivos imperialistas nacionales de Alemania.6 Las contradic­
ciones y falacias de esta estrategia de Von Tirpitz llevaron a Ale­
mania a un cul-de-sac estratégico que iba a atrofiar el pensamiento
estratégico, operacional y táctico del país desde 1897 hasta 1945.7
Para apoyar su planteamiento, Von Tirpitz sostuvo con tozudez
la falsa idea de que la tradición ofensiva de la Royal Navy la obli­
garía a atacar a la flota de guerra alemana en el interior, o cerca, del
Deutsche Bucht, y a ejecutar un bloqueo a corta distancia que per­
mitiría que los alemanes desgastaran poco a poco las fuerzas ene­
migas. Desde el punto de vista de Von Tirpitz, esta forma de actuar
de los británicos llevaría a un “equilibrio de fuerzas” y a la creación
de las “condiciones favorables” para una batalla decisiva.8Aunque
le puso el orgulloso nombre de Hochseeflotte, la estrategia de Von
Tirpitz limitaba las operaciones de esta fuerza al mar del Norte y al
Báltico, y le hizo argumentar que la Marina solo podría “desplegar
su mayor potencial militar entre Heligoland y el Támesis”.9 Sin
embargo, en 1912 la asunción de Von Tirpitz de que la Grand Fleet
británica iba a establecer un bloqueo a corta distancia en vez de
uno lejano, estaba desfasada.10Cuando, durante unos ejercicios na­
vales, Von Tirpitz preguntó al almirante Friedrich von Ingenohl,
comandante de la flota, qué haría la Armada si los británicos “no
venían”, no obtuvo respuesta;11 y cuando el almirante August von
Heeringen, jefe del Admiralstab (Estado Mayor del Almirantazgo),
se enteró de que un bloqueo a distancia tendría como probable re­
sultado unas bajas prohibitivas, advirtió de que si los británicos
mantenía su flota alejada “el papel de nuestra hermosa escuadra de

r'-mí ,

aátlÉimm.. . ■«

D er Tag
El enfrentam iento ^ «

definitivo
Keith Bird- Kentucky Community & Technical College System
 alta mar en tiempos de guerra será muy triste, y serán los submarinos
los que tengan que hacer el trabajo”.12
Mientras que los oficiales todavía creían en una batalla ideal a
“todo o nada” (Entscheidungsschlacht), las enigmáticas órdenes de
operaciones de julio de 1914 dejaron claro que Alemania debía evitar
una batalla contra la Grand Fleet, más numerosa, hasta que sus unidades
ligeras y la guerra de minas pudieran conseguir “igualar” las fuerzas.
Esta guerra de desgaste (Kleinkrieg) crearía “condiciones favorables”
para la batalla (salvo que las oportunidades de un gran encuentro se
presentaran por sí solas).13 Sin embargo, determinar cuáles eran esas
“condiciones favorables” significaba, “casi necesariamente”, evitar
que tuviera lugar esa batalla decisiva, mientras que, a diferencia del
aspirante alemán, los británicos podían ejecutar una política de espera
gracias a su ventaja geográfica y su superioridad numérica.14
La idea de “flota en potencia” preconizada entonces por el káiser
-que estaba en contra de correr riesgos- y sus líderes políticos y na­
vales, frustraba, sin embargo, a los oficiales. Estos no solo deploraban
la inacción de los grandes buques, sino que la consideraban un
fracaso institucional y personal que amenazaba tanto su estatus
como el futuro de la Marina.15 El propio Von Tirpitz advirtió repeti­
damente que “una escuadra ‘clavada’ en puerto podía convocar
todos los males del mundo marítimo, incluso [proféticamente] mo­
tines”.16 Además, los oficiales tuvieron que esforzarse para acos­
tumbrarse a la espera y para justificar su contribución real a la con­
tienda en comparación con sus expectativas de preguerra, en agudo
contraste con los sacrificios que hacía el Ejército (y en embarazoso
recordatorio del papel marginal de la Armada en las guerras de uni­
ficación). Este conflicto, que afectó a todas las fuerzas navales, pro­
vocó el derrumbe de su identidad corporativa y modificó la autoes­
tima y el honor de los oficiales, además de suponerles una pérdida
de prestigio.17 Finalmente, el inesperado ataque británico contra las
patrullas navales alemanas en Heligoland el 28 de agosto de 1914,
con el apoyo de sus cruceros de batalla, y las elevadas bajas sufridas
por los alemanes, tuvo consecuencias “fatales” al incrementar la in­
seguridad del káiser y de los jefes navales, que temieron más bajas
prematuras importantes. El agrio debate sobre las opciones disponi­
bles ante esta situación tuvo como resultado una “estrategia de la
provocación” diseñada para aislar a los elementos de la Grand Fleet
para que la flota propia pudiera disponer de superioridad local.18
EN BUSCA DE UNA NUEVA ESTRATEGIA
Durante el otoño y el invierno de 1914-1915, Ingenohl ejecutó
varias salidas contra la costa oriental británica con órdenes restric­
tivas que limitaran los riesgos, pero la pérdida del Blücher en
Dogger Bank tuvo como resultado su reemplazo por el vicealmirante
Hugo von Pohl, que resultó estar más dispuesto a poner a prueba
los límites de las contradictorias instrucciones recibidas y a ejecutar
operaciones de “bajo riesgo”. Sin embargo, aunque Von Pohl ejecutó
siete salidas de la flota en un radio de 120 M desde Heligoland,
ninguna de ellas provocó un combate y la inquietud respecto al
despliegue de la flota continuó.19 Entretanto, quienes favorecían la
idea de forzar un combate en el mar del Norte, fundamentalmente
oficiales jóvenes, habían ganado influencia gradualmente y, a me­
diados de enero de 1916, apoyaron el nombramiento del almirante
Reinhard Scheer como tercer comandante en jefe de la flota.20 Este,
aunque anteriormente se había mostrado “satisfecho” con lo que
un oficial había llamado “ociosidad y espera” de la Marina, se
sentía cada vez más concernido por la financiación futura de la ex­
pansión de la flota, y temía que esta fuera relegada a una mera
“fuerza costera” si no era capaz de encontrar un papel más viable y
visible que justificara su contribución a la guerra y su papel en la
ruptura del bloqueo económico.21 Sin embargo, mientras planificaba
seguir operando por motivos de prestigio, también quería evitar
cualquier combate contra la superioridad del “grueso británico”.
Otro de los factores -poco estudiado hasta ahora- que influyó
en las decisiones de Scheer fue la creciente preocupación por que
los británicos hubieran descifrado los códigos navales alemanes;22
y el hecho de que las flotas germanas hubieran sido sorprendidas
por las enemigas en demasiadas ocasiones y la falta de resultados
de la primavera de 1915 llevó a la “casi completa abstención de
ejecutar más operaciones”. En 1934 un informe secreto alemán
sobre el espionaje de las comunicaciones en la guerra naval alabó
al servicio de desencriptado británico por su “dominio del mar del
Norte”. Como observó uno de los autores del documento: “Los
efectos estratégicos de la inteligencia de radiocomunicaciones bri­
tánica y nuestra mediocre utilización de la radio no podían haber
sido peores”, tras lo cual añadió que la Armada “jugaba, a efectos
prácticos, con su mano a la vista”.23 La importancia de este tipo de
espionaje añade otra dimensión al debate sobre la falta de actividad
de la Hochseeflotte,24 pues contribuyó a que aumentara la presión
de quienes, dentro de la Marina, estaban a favor de la guerra sub­
marina sin restricciones como único modo de obligar a los británi­
cos a pedir la paz.
En 1916, la lista de estrategias “prácticas” de la Armada para las
operaciones en el mar del Norte dio prioridad a la guerra submarina
contra el comercio y, aunque Scheer las consideraba esenciales para
el honor de la institución y sus ambiciones futuras, las “vigorosas”
acciones de la flota quedaron relegadas al último lugar. En una reu­
nión mantenida con el káiser en febrero, Scheer argumentó en contra
de una gran batalla con la Grand Fleet, que era superior, ya fuera en
su propia costa o en el Deutsche Bucht, en lo que fue una continua­
ción de la política que reflejaba la incapacidad de la Marina (su

◄ Un submarino alemán rescata a un GRUPO DE NÁUFRAGOS tras la batalla de Jutlandia. El último gran enfrentemiento naval de la historia dejó
una cifra de BAJAS relativamente escasa, si tenemos en cuenta el tamaño de las escuadras que se enfrentaron. Los británicos sufrieron 6094
muertos -entre ellos dos contralmirantes: Arbuthnot, del 1.er Escuadrón de Cruceros, y Hood, del 3.er Escuadrón de Cruceros de Batalla-, 674 he­
ridos y 177 capturados. Los alemanes tuvieron 2551 muertos y 507 heridos. Estas cifras, por supuesto, no están exentas de crítica. Por cruel que
pueda resultar, para ambos contendientes resultaron mucho más graves las pérdidas en barcos: 113 0 001 por parte británica (tres cruceros de
batalla, tres cruceros acorazados, un gran destructor conductor de flotilla y siete destructores) contra 62 0001 por parte alemana (un acorazado
predreadnought, un crucero de batalla, cuatro cruceros ligeros y cinco torpederos). Hasta aquí, podría decirse que la victoria moral era de los
alemanes, o así lo sintieron muchos en aquel momento, pero si se observa el estado de combate en que quedaron ambas flotas, la cosa cambia
mucho. Los británicos no solo volvieron a casa con una flota con capacidad de combate superior a la de los alemanes, sino que para finales de
julio, en apenas dos meses, ya habían reparado casi todos los buques dañados durante la batalla: HMS Tiger el 1 de julio, HMS Barham el 4, HMS
Malaya el 10, HMS Warspite el 20 y HMS Pñncess Royal el 21. Quedaba el HMS Marlborough, que quedaría listo el 2 de agosto, y el HMS Lion, en
condiciones el 13 de septiembre. A los alemanes les resultó más difícil superar la fase de reparaciones, ya que si bien el SMS Helgoland quedó
listo el 16 de junio y en julio salieron de los diques varios barcos más -el SMS Groser Kurfürst el 16, SMS Markgraf el 20, SMS König el 21, SMS
Ostfriesland el 26 y SMS Moltke el 30-, aún quedaban buques muy importantes por reparar, como el SMS Von der Tann, que quedó listo el 2 de
agosto, el SMS Seydlitz, el 16 de septiembre, y el SMS Derfflinger el 15 de octubre. Otra baja importante de Jutlandia fue el propio almirante
Jellicoe, que tuvo que enfrentarse a las críticas de la opinión pública y de los políticos por no haber logrado un segundo Trafalgar, y a las de algunos
de sus compañeros, que enjuiciaron como pusilánimes algunas de las maniobras ejecutadas por él, como alejarse de la flota alemana durante el
gran ataque con torpedos de finales de la tarde. Finalmente abandonaría el mando de la Grand Fleet para ocupar el puesto de primer lord del mar,
dejando el mando de la flota a Beatty, uno de sus críticos, © friedro/coleccióninterfoto/agefoítostockinf-00599622

“impotencia”) para desarrollar otras opciones.25 Si bien en privado
admitía que sus opciones estratégicas eran limitadas y aunque creía
que solo la guerra submarina podría ejercer alguna presión sobre los
británicos, también consideraba que la ejecución de golpes rápidos
contra la costa o el comercio del enemigo con la participación activa
de todos los medios (submarinos, minas, zepelines) apoyados por la
escuadra demostrarían que esta era “absolutamente útil e indispen­
sable” y dejaría claro “su derecho a existir” a la vez que evitaba que
el enemigo “pusiera trabas” a la guerra submarina.26
Scheer esperaba que una presión “ofensiva continua” obligaría
a los británicos a “abandonar su actual compás de espera” y a
luchar, lo que crearía oportunidades para la flota.27 Así, a pesar de
que el káiser insistía en la precaución, recibió el apoyo necesario
para incrementar la actividad de las fuerzas de superficie en marzo
y abril28 y, el 24 y el 25 de este último mes, planificó un raid de los
cruceros de batalla contra la costa inglesa (Yarmouth y Lowestoft)
que se ejecutaría con el apoyo de los acorazados, los zepelines y
los sobmarinos -desplegados con anterioridad cerca de las bases
de apoyo británicas- para que ejecutaran labores de reconocimiento.
Entretanto, su condena de las exigencias norteamericanas para
que se detuviera la guerra submarina sin restricciones, que suponían
un duro golpe para el éxito en la guerra comercial y la pérdida de la
razón fundamental que justificaba el valor estratégico de la flota
como fuerza de apoyo, tuvo como consecuencia la decisión de des­
plegar más submarinos en operaciones de escuadra, empezando
con la salida hacia el estrecho de Jutíandia29 que, a diferencia de las
anteriores, iba a desembocar en la largamente esperada batalla entre
las fuerzas de superficie de ambos contendientes.
◄ JOHN TRAVERS CORNWELL manejando una de las piezas secun­
darias del HMS Chester, imagen procedente de The Year 1917lllus-
trated, publicado en Londres en 1918. La batalla de Jutíandia dejó
condecoraciones para ambos bandos. Por parte alemana tanto Hip-
per como Scheer obtuvieron la orden Pour le Mérite; mientras que
en el bando británico se otorgó la CRUZ VICTORIA a combatientes
de menor rango: el comodoro Bingham, del Néstor, que sobrevivió;
el capitán de fragata Jones, fallecido; el comandante Harvey, de los
Royal Marines, muerto a bordo del HMS Lion; y el artillero John Tra-
vers Comwell, del HMS Chester. Este buque, trágicamente atrapado
por el fuego de varios cruceros ligeros alemanes, se enfrentó a un
enemigo superior con una tripulación novata. Los que más sufrie­
ron fueron los artilleros de las piezas de 5,5 pulgadas (14 cm), ya
que no disponían de protección blindada. "Un oficial informó de
que en el pasillo central de municionamiento, estos heridos [...]
permanecían sentados fumando, con los ensangrentados muñones
de sus piernas sujetos por torniquetes ante ellos. Una hora o así des­
pués, la mayoría estarían muertos a causa del shock". Uno de los he­
ridos fue Comwell, un muchacho de 16 años cuya misión era recibir
las instrucciones de tiro para transmitirlas a los artilleros de su pieza.
"John Travers Comwell, del HMS Chester, fue herido de muerte du­
rante la primera fase del combate -escribiría el propio Beatty- Sin
embargo, permaneció, solo y en el lugar más expuesto, esperando
órdenes tranquilamente hasta el final de la acción con los servidores
de la pieza muertos y heridos a su alrededor". Fue enterrado en el
cementerio de Manor Park con tan solo una estaca para marcar el
lugar, y así hubiera permanecido si el Daily Sketch no hubiera recu­
perado la historia poco después: "Inglaterra se sorprendería de
saber [...] el herioco muchacho de la victoria naval ha sido ente­
rrado en una fosa común". Solo entonces se le otorgó un funeral de
Estado y la preciada condecoración, © foto: classicvision/agefootstock/x y 2-
1285325
Así, a pesar de lo que se piensa, Scheer nunca buscó una
“batalla decisiva” sino seguir con los intentos fallidos de obtener
un equilibrio de fuerzas a la vez que se evitaba una batalla total
con un enemigo superior.30 Tal y como indica Michael Salewski,
decano de los historiadores navales alemanes, la batalla fue un
“encuentro interpretado metódicamente” pero “con tanta lógica
como azar”.31
EL RESULTADO DE LA BATALLA DESDE EL
PUNTO DE VISTA ALEMÁN
A pesar de lo que han afirmado algunos especialistas, la batalla
de Jutíandia no fue un acontecimiento inconcluyente. La mejor
evaluación de su importancia la hizo un periódico norteamericano:
“La flota alemana ha atacado a su carcelero, pero sigue presa”.32
Desde el punto de vista británico, la sombra de Trafalgar era alar­
gada y de inmediato comenzó un debate sobre el fracaso de la
Royal Navy a la hora de ejecutar lo que querían tanto los políticos
como la opinión pública, y exigía la tradición naval. Como la­
mentó, posteriormente, el almirante Beatty “no hubo ocasión de
mostrar ante el mundo una victoria militar clara”.33
Los alemanes, por su lado, no tardaron en contar su versión
sobre las elevadas pérdidas sufridas por la Royal Navy, y de in­
mediato estipularon que la batalla era una victoria moral del poder
naval germano.34 Cuando la Hochseeflotte volvió a puerto, el
káiser celebró que esta “gloriosa victoria” rompiera el “halo de la
supremacía mundial británica” y las “tradiciones de Trafalgar”.35
Pero, como mucho, había sido una victoria táctica en la que los
alemanes habían hundido catorce buques británicos (entre ellos
tres cruceros de batalla) y causado unas bajas que ascendían a
6094 muertos, a cambio de 11 naves propias (incluido el crucero
de batalla Lützow, buque insignia del almirante Hipper, y un aco­
razado predreadnought) y perdido 2551 vidas.36 Además, en lo
 que a tonelaje se refiere, las bajas británicas habían sido signifi­
cativamente más elevadas.37 Tal y como dijo el káiser, que citaba
a un oficial japonés, los alemanes les han dado un “repaso”.38
Pero, más allá de la euforia y de la masiva campaña de propaganda
que animó brevemente la moral de la Marina y reflotó su dañada
imagen, ni la situación estratégica ni el empate naval habían cam­
biado. El “triunfo de la victoria de Skagerrak” no supuso ningún
cambio en la posición militar de Alemania, o en el bloqueo.39
Uno de los primeros estudiosos de la batalla consideró que esta
había sido “más inútil que las que estaban teniendo lugar en
tierra”, un “anacronismo delirante”, reminiscente de la Edad
Media en la que “por el honor caballeresco, se luchaba en una ba­
talla y luego ambas partas volvían a casa”.40
Para Scheer, Skagerrak fue una victoria pírrica con un inme­
diato, y desgraciado, efecto en el transcurso de la guerra naval y
en el futuro de la Marina. Tal y como afirmó en su informe privado
para el káiser (4 de julio de 1916), “ni el resultado más afortunado
[de una acción de la flota] [...] obligará a Inglaterra a buscar la
paz en esta guerra ” [enfatizado en el original]. Scheer no solo
admitía abiertamente el limitado efecto estratégico de la flota,
sino que también consideraba que la posición geográfica del Reino
Unido y su superioridad material impedían que el bloqueo eco­
nómico pudiera ser derrotado. Solo la guerra submarina sin res­
tricciones contra el comercio británico sería capaz de llevar a un
“final victorioso” de la guerra.41 Más aún, tras Jutlandia, Scheer
se quedó con solo siete acorazados disponibles, pues el plazo es­
timado para la terminación de las reparaciones de los que habían
sido dañados fue hasta agosto, mientras que la Grand Fleet aún
tenía 24 buques listos para combatir.42
LAS CONSECUENCIAS DE JUTLANDIA
Tras la batalla, Scheer, que ya había abandonado por completo la
idea de buscar un encuentro decisivo, trató de mantener a la flota
en combate por simple prestigio y para defender su honor y su
futura existencia. En agosto, con la mayor parte de los buques
listos de nuevo para zarpar, ordenó una primera salida tras Jutlandia
contra la costa británica (en Sunderland) con la esperanza de
atraer a la trampa a una porción destacada de las fuerzas británicas.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos que se llevaron a cabo para
mantener el silencio radiofónico, los británicos interceptaron los
mensajes alemanes y solo una oportuna acción de reconocimiento
avisó a Scheer con tiempo para evitar el contacto con toda la
Grand Fleet. Volvió a desplegar la flota en octubre de 1916, con
el fin de atacar la navegación enemiga al este de Dogger Bank,
pero los británicos, avisados una vez más por las intercepciones
radiofónicas, eligieron no combatir y, entre el mal tiempo y el
torpedeamiento del crucero ligero München, los alemanes tuvieron
que dar por terminada la operación.43
Sin embargo, el incremento de la actividad de la flota no apa­
ciguó el malestar. A finales de septiembre un oficial se quejaba
de esos compañeros que se mantienen “sentados, dedicándose a
la política, tratando, de un modo deshonesto, de promover la
guerra submarina [.. .][como medio para] ocultar las locuras eje­
cutadas al desarrollar la flota y emplearla en la guerra. Esta pro­
paganda inadmisible pone en evidencia su mala conciencia”.44
Sin embargo, en febrero de 1917 iba a tener éxito por fin la pro­
paganda de la Marina a favor de la guerra submarina sin restric­
ciones.45
A primeros de 1917, Scheer, dando continuación a su interés
por la guerra económica, desplegó fuerzas para atacar los con­
voyes británicos a Noruega con la esperanza de que estos desta­
caran algunos acorazados para escoltarlos; y ordenó una salida
de la Hochseeflotte el 23 de abril, pero errores de inteligencia
impidieron que el convoy objetivo fuera localizado y la fuerza
volvió a puerto.46 Durante este mismo periodo, el abismo abierto
entre los oficiales y las tripulaciones de los barcos se ensanchó,
un distanciamiento que llegó al culmen con la ejecución de dos
marineros por traición en agosto de 1917. En vez de centrarse
en el mal trato que daban los oficiales a los marinos de clases
bajas o en el empeoramiento de las condiciones de vida, la Ma­
rina echó la culpa de la creciente crisis de moral a la influencia
de los partidos de izquierdas.47 El envío, en octubre de 1917,
por parte de Scheer, de un importante destacamento de la flota
para apoyar la ocupación anfibia de las islas dominadas por los
rusos en el Báltico fue un paliativo muy bienvenido contra el
creciente descontento.48
En otoño de 1918, con conocimiento de que el Ejército había
solicitado un armisticio, la planificación operacional de Scheer,
en la que se afirmaba que la Marina no lo necesitaba,49 reflejó el
“egocentrismo” de esta arma. En sus consultas con el nuevo Go­
bierno, el almirante dio fin a la campaña submarina pero empezó
a preparar una “ofensiva final de la flota”. La intención de aquellos
ataques, contra Flandes y el estuario del Támesis, era forzar una
batalla contra la Grand Fleet en la costa holandesa.50 Ya fuera una
“cabalgata hacia la muerte” o una “rebelión de los almirantes”
contra el Gobierno y las negociaciones del armisticio; o, como
argumentan algunos de sus defensores, una “última oportunidad”
defendible militarmente para dañar al enemigo y conseguir una
mejor posición en la mesa de negociaciones; no se esperaba que
esta acción diera a Alemania ventaja militar alguna.51
Mientras que las tres “viradas en combate” ( Gefechtskehr­
wendung) alemanas y el “alejamiento” de la Grand Fleet durante
la acción de Jutlandia sugieren la presencia de una inesperada
falta de valor por parte británica a la hora de enfrentarse a una ba­
talla masiva, Scheer tenía la determinación de luchar sin tener en
cuenta las bajas.52 En aquel momento, el almirante estaba prepa­
rado para aceptar la cultura naval del autosacrificio, moldeada
por el ejemplo del glorioso Götterdämmerung de Spee en la
batalla de las Malvinas en diciembre de 1914. Este hundimiento
con las “banderas ondeando” y el heroico hecho de armas del
Skagerrak reforzaron la convicción de que “no hacer nada era
como fracasar” y exigían que se actuara. Ante la inminencia de la
derrota, Scheer compartía la arraigada creencia apocalíptica de
que solo una “última batalla destructiva” justificaría el renaci­
miento de la Armada y la restauración de su honor perdido y su
prestigio.53 Sin un sacrificio heroico y con poco que mostrar en lo
que a la contribución a la guerra de esta arma se refiere, el liderazgo
naval creyó que estaban en juego la imagen que los oficiales
tenían de sí mismos, y su estatus futuro.
Sin embargo, los motines que se extendieron por la Hoch­
seeflotte evitaron que se llevara a cabo esta operación final, y
mostraron hasta qué punto se habían equivocado los jefes de la
Marina a la hora de evaluar el abismo existente entre los ofi­
ciales y sus tripulaciones. La izada de banderas rojas en lugar
de la enseña imperial se convirtió en un símbolo de la respon­
sabilidad de la flota en la revolución nacional, en el derroca­
miento de la monarquía y en la fundación de la república; y se
convertiría en una mancha vergonzosa que iba a perdurar hasta
afectar a la Bundesmarine54 de la República Federal bien entrada
la segunda posguerra.
5G DESPERTA FERRO
DESPUÉS DE LA GUERRA
Aunque los jefes navales acabaron por admitir su responsabilidad
en la ruptura de la disciplina y en el consiguiente derrumbe, el pe­
riodo revolucionario que duró hasta 1920 culminó con una serie
de “traumas” que llevó a los oficiales que quedaban a “jurar en si­
lencio”: “Nunca más”.55 El mantenimiento de la disciplina en 1945
y el apoyo de la Marina al Tercer Reich, en el que se incluía la ex­
pectativa de acabar por hundirse o rendirse con las “banderas on­
deando”, y el hundimiento provocado de barcos y submarinos de
aquel año, contrastan agudamente con los días finales de la Kai-
serliche Marine.56
Entretanto, tras la abortada salida de octubre y la humillante es­
cenificación del intemamiento en Scapa Flow (que también para los
británicos supuso un amargo recuerdo de que habían fracasado en el
cumplimiento de su deber y de sus tradiciones), el autohundimiento
de la flota en junio de 1919 podrían haber servido al interés de la
Marina por salvar el honor de la flota y crear las bases morales para
su reconstrucción, pero este “glorioso capítulo” representaba una
“victoria sobre los británicos” tan solo “desde el punto de vista britá­
nico”.57Tal y como observó uno de los principales historiadores ale­
manes, el deseo de venganza (el intento de combatir en una batalla
final contra Gran Bretaña), el virulento antirrepublicanismo de las
fuerzas navales tras 1918 y su versión de la puñalada en la espalda
contra la “invicta” Armada marcaron el inicio de una nueva fase: la
“laiga espera” hasta la inevitable conclusión de la “batalla inacabada”
y la recuperación del honor perdido.58 Las altas expectativas militares,
políticas y de expansión económica promovidas por Von Tirpitz para
la Marina llevaron a una gran decepción y a una extendida descon­
fianza para con esta arma durante y después de la guerra. Sin embargo,
tras 1918, esta, centrada en su Seemachtideologie, descartó cualquier
estudio objetivo de su pasado y rechazó cualquier responsabilidad o
crítica.59
Si bien la Hochseeflotte tuvo, durante la Primera Guerra Mun­
dial, un papel estratégico como flota en potencia (en apoyo de las
operaciones submarinas, de minado, en defensa de la costa y al
evitar que los rusos recibieran ayuda a través del Báltico), se había
prometido, y esperado, mucho más que lo que se consiguió final­
mente.60 “Pocas veces -escribió Michael Salewski- una organiza­
ción ha caído desde tan alto, desde una posición tan orgullosa”.61
Aunque la batalla de Jutlandia se incluyó en la historia naval oficial
como una “justificación” de la “estrategia de riesgo” de Von Tirpitz
y de la indiscutible superioridad de sus barcos y tácticas, las exi­
gencias del káiser no llevaron a “hacer jirones la tradición de Tra­
falgar”; y la batalla tampoco fue la antesala de “un nuevo capítulo
de la historia mundial”.62
Después de 1918, el liderazgo naval se adhirió rígidamente
a sus objetivos originales y se negó a renunciar a la agenda
marcada por la Seemachtideologie y a su incorrecto pensamiento
estratégico. El refuerzo de la unidad interna y la guarda celosa
de la independencia del servicio, siguió “entorpeciendo” el pen­
samiento naval.63 Aunque Scheer no había seguido el ejemplo
de Spee, el autoproclamado “éxito” de Jutlandia fue celebrado
como parte integrante de la cultura y la identidad de la Marina
e impulsó la creencia de que habían conseguido cumplir su ob­
jetivo final de convertirse en “los iguales de Inglaterra”.64
En consecuencia, tras 1945 y una vez establecida la Bun-
desmarine en 1956, la memoria del Skagerrak-Tag se limitó al
ámbito naval, donde acabó por adquirir un significado renovado
que se plasmó en el nuevo simbolismo adjudicado al monumento
naval de Laboe, que pasó de referirse a la batalla de Jutlandia
para ser una conmemoración internacional de todos los que pe­
recieron.65A partir de la década de 1990, la reunificada Deutsche
Marine (el nombre es de 1995) consiguió con éxito iniciar una
nueva etapa de su enfrentamiento con el pasado, y pulir un poco
más sus propias tradiciones y su identidad.66
En 2018 el nuevo Traditionserlass (Decreto sobre las tradi­
ciones) enfatizó las seis décadas de historia de la Bundeswehr
como “referencia central” de sus tradiciones;67 entretanto, desde
2015 la renovación de la Marineschule de Mürmik/Flensburg
reconocía los sesenta años de existencia de la Marina de la Bun­
desrepublik y quitaba énfasis a las fuerzas navales de las guerras
mundiales. El resultado de esta evolución fue una reorientación
de los sombríos memoriales de los caídos en el mar en 1914-
1918, establecidos en 1923 para simbolizar el llamamiento a la
venganza y un renacimiento del impulso hacia el poder naval
alemán.68
Noventa y tres años después, la ofrenda floral y las coronas
funerarias arrojadas sobre el pecio del HMS Invincible desde el
puente del HMS Duncan y el FGS Brandemburg marcaron el
inicio oficial de la celebración del centenario de 2016. Estos
actos fueron acompañados de plegarias en memoria de los que
se perdieron en la batalla y a favor de la paz y del entendimiento
entre las naciones, así como por el alivio de las carencias y su­
frimientos provocados por los conflictos actuales.69 Hoy en día,
como fuerza expedicionaria de paz que protege los intereses de
Alemania, la OTAN y la ONU, la Deutsche Marine se ha con­
vertido en un instrumento de estabilidad global. Ejerce el poder
naval, no los mitos del poder naval.
B IB L IO G R A F ÍA
Epkenhans, M.; Huck, S. (eds.) (2017): Der Erste Weltkrieg zur See.
Oldenbourg: De Gruyter.
Epkenhans, M.; Hillmann, J. et. a i, (eds.) (2015): Jütland World
War l's Greatest Naval Battle. Lexington:The University Press
of Kentucky.
Jones, M. (2014):"Graf von Spee's Untergang and the Corporate
Identity of the Imperial Germany Navy", en Maritime History
and Identity: The Sea and Culture in the Modern World. Redford,
D. (ed.) London and New York: I. B. Tauris.
Rojek, S. (2017): Versunkene Hoffnungen. Die Deutsche Marine im
Umgang mit Erwartungen und Enttäuschungen 1871-1930.
Oldenbourg: De Gruyter.
Salewski, M. (1970): "Selbstverständnis und historisches
Bewußtsein der deutschen Kriegsmarine" Marine Rundschau.
49, pp 65-88.
E Bibliografía completa y notas en www.despertaferro-ediciones.com
Keith W. Bird es doctor en Historia y Ciencias Políticas
por la Duke University. Ha sido rector durante diez
años del Kentucky Community and Technical College
System (KCTCS), del que es rector emérito desde
2009. En la actualidad ejerce de conferenciante sobre
historia social, política, militar y tecnológica de Alemania, reseñador
para publicaciones científicas, jurado de manuscritos para United
States Naval Institute Press y miembro del consejo editorial de Military
Affairs. Entre sus obras destacan Weimar, the German Naval Offícer
Corps and the Rise of National Socialism (Grüner, 1977), German Naval
History: A Guide to the Literature (Garland, 1985), Erich Raeder: Admiral
ofthe ThirdReich (Naval Institute Press, 2006).
 EDICIONES Si ESCULTURA HISTÓRICA
ESPACIO FERRER - DALMAU

COLECCION DE ESCULTURA HISTORICA

C/. VALENZUELA, 7
ESCI ALFONSO XII
Pu e r t a d e A lc a la
28014 - MADRID
TLF.91 316 22 42
■
W . I

www.edicionesesculturahistorica.es

Ag o r a h is t o r ia
SÁBADOS 2 2 :0 0 - 2 3 :0 0

capitalradio*
W W W .AG O RAH ISTO RlA.CO M w w w .c a p i t a l r a d i o . e s

FACEBOOK.COM/AGORAHISTORIAPROGRAMA

103.2 FM M A D R I D I1102.3 FM B A R C E L O N A || 89.2 FM B IL B A O || 100.7 FM V A L E N C IA || 103.2 FM A L IC A N T E

58 DESPERTAFERI
m
ESTEBAN PÉREZ BOLÍVAR
ISBN: 978-84-948224-5-2
Páginas: 389
Autor: Esteban Pérez Bolívar
Editor: Ediciones Salamina
Web editor:
www.edicionesplatea.com
Reseñador: Javier Veramendi B
ISBN: 978-1-5267-37281
Páginas: 424
Autor: Nicholas Jellicoe
Idioma: inglés
Editor: Seaforth Publishing
Web editor:
www.seaforthpublishing.com
Reseñador: Javier Veramendi B
El Mediterráneo en la Segunda Guerra Mundial
No hace mucho que Esteban Pérez Bolívar nos regaló con su magnífico libro sobre la X Flo­
tilla MAS, aquellos marinos italianos que, en sus lanchas torpederas o en sus torpedos sub­
marinos, por poner algunos ejemplos, aterraron a sus enemigos por todo el Mediterráneo en
dos guerras mundiales; y por ello no deja de ser una buena noticia la publicación del que
hoy se reseña. Lo más importante de esta obra, antes de bucear en sus apartados, es que no
se trata de un libro al uso sobre las campañas navales mediterráneas entre 1939 y 1944, sino
que se trata de una recopilación sobre cómo se hizo la guerra en el Mediterráneo. El libro se
lanza al ruedo con una descripción acertada del escenario: mareas, salinidad del agua, vien­
to s... ¿Cómo era posible que los submarinos italianos recorrieran el estrecho de Gibraltar
casi como si fuera su propia casa? La razón se explica desde el primer capítulo: las corrientes
submarinas del Mediterráneo son especiales. Más adelante, el autor hace, y resulta pertinente,
un corto esbozo sobre la guerra en dicho mar desde la Antigüedad hasta nuestros días, inclu­
yendo la Segunda Guerra Mundial que aborda con una larga tabla de acontecimientos. No
hace falta más, pues como ya hemos dicho antes, no es un libro cronológicam ente ordenado,
no es la narración de una serie de acontecimientos, sino la explicación de cómo sucedieron
las cosas. Esta es sin duda la parte fundamental del libro, y por suerte la más larga. En tres
partes: operaciones antisubmarinas, operaciones submarinas y operaciones de superficie, el
autor nos va desgranando, por ejemplo, los métodos de detección de submarinos, nos explica
cómo funcionaban las bombas subacuáticas o las cargas de profundidad, da el paso a los tor­
pedos comparando los de los tres contendientes principales o nos sintetiza cuáles eran los
diferentes tipos de vigías que oteaban el horizonte a bordo de un buque de superficie.
Llegados a este punto, no debe pensar el interesado que no hay acción en este libro, pues
cada apartado viene sazonado con combates concretos en los que tendremos ocasión de su­
m ergirnos a bordo del submarino Sciré, participar en la Operación Abstención o atacar
Tarento a bordo de un destartalado Swordfish. Casi nada.
Jutland. The Unfinished Battle
Los ritm os de publicación de las editoriales no siem pre nos perm iten poder incluir en este
apartado una reseña que tenga que ver con el tema tratado, pero en este caso hemos
tenido suerte. Ante todo, es fundam ental indicar que N icholas Jellicoe, autor del libro,
está tan cerca como pueda estar un historiador del tema al que ha dedicado su obra, pues
es nieto de sir John Rushworth Jellicoe, alm irante que com andó la flota británica en Ju-
tlandia, e hijo del honorable George Jellicoe, últim o prim er lord del A lm irantazgo. Se
trata pues de historia vivida desde la infancia, y se nota en el libro. El texto parece
dividirse en dos partes bien diferenciadas: la batalla, seguida en sus diferentes fases tanto
a través de la pluma del autor como de diversos testim onios, y los sucesos posteriores,
pues com o bien dice el título del libro, la batalla de Jutlandia no term inó el 1 de junio de
1916. La prim era consecuencia de este com bate fue que los alem anes abandonaron las ac­
ciones de superficie y reanudaron la guerra subm arina sin restricciones, que a punto
estuvo de darles la victoria pero que al final fue portadora del desastre pues provocó la
entrada de los Estados Unidos en la contienda. La segunda fue que la flota alemana
acabaría por autohundirse en Scapa Flow, tras haber sido internada tras la rendición, sin
haber com batido de nuevo al enemigo. Pero sin duda el aspecto más enjundioso de esta
batalla fueron las querellas posteriores, las discusiones para ocultar los errores propios,
atribuirlos a otro o desvelar las equivocaciones ajenas. D iferentes narrativas, cartas, in-
tervinientes y críticas sobre las m aniobras de los escuadrones, la falta de acom etividad de
la flota británica, la pérdida fulm inante de tres grandes barcos orgullo de la Royal Navy,
el giro hacia el este para esquivar los torpedos alem anes y otras diversas cuestiones son
las que han convertido el com bate de Jutlandia en un acontecim iento sin zanjar, y merced
a las diferentes visiones del mismo, así seguirá por un tiempo. En este contexto, el autor
no hace, com o tal vez debería pensarse, una defensa num antina de su antepasado. “Los
errores de Jellicoe y de B eatty”, se titula uno de los apartados, lo cual ya nos da una pista.
 Sin duda, lo que el autor siente es un genuino interés por aquellos acontecim ientos, que
ya se plasm ó en su m om ento en The B attle of Ju tlan d C en ten ary In iciativ e
(w w w .jutlandl916.com ), una m agnífica página web llena de inform ación sobre la batalla
y que puede verse en cu alq u ier m om ento en The B attle of Ju tlan d A nim ation
(https://w w w .youtube.com /w atch?v=U _U ryFjK U sM ), donde se hace una corta y fiel des­
cripción de los acontecim ientos, narrados por el propio Jellicoe.

Asedio. Historia de Madrid en la guerra civil (1936-1939)

Continua la producción historiográfica sobre la Guerra Civil española porque, con razón y
por fortuna, a pesar de lo mucho escrito hasta la fecha, sigue habiendo cuestiones que per­
manecen atascadas y se renuevan los enfoques hacia lo que queremos preguntarle al pasado,
por reciente que sea, a la luz de las preocupaciones del tiem po actual. En este marco se
ubica A sedio, una obra colectiva vinculada al proyecto de investigación “Madrid: capital,
frente, retaguardia y ciudad en guerra (1936-1939)”, que recoge diecinueve trabajos sobre
la historia del Madrid en guerra de investigadores provenientes en su mayoría de la Uni­
versidad Com plutense de Madrid, pero también de otras instituciones españolas e interna­
cionales. Parte de la consideración de que Madrid como sujeto continuado durante toda la
contienda y en todas sus dim ensiones -m ilitar, estratégica, política, so cial- no ha recibido
la atención merecida, excesivam ente centrada, en palabras del coordinador de la obra, el
profesor Gutmaro Gómez Bravo, en los aspectos m ilitares durante la batalla de Madrid
(noviem bre de 1936- marzo de 1937). La obra articula sus capítulos m onográficos en cuatro
ISBN: 978-84-669357-0-8 bloques temáticos. El primero alude a Madrid como capital y, por tanto, su evolución como
Páginas: 612 objetivo de la política de guerra desde la sublevación hasta el final de la contienda. El se­
Autor: Gutmaro Gómez gundo trata de la ciudad como frente propiam ente dicho, no solo circunscrito a los meses
Bravo (coord.) de la aproxim ación directa de los sublevados a la capital. El tercero, en directa relación con
Editor: Ediciones lo anterior, aborda la dinámica de retaguardia en sus aspectos de reconstrucción del Estado,
Complutense m ovilización y violencia política. Y el cuarto recoge la gestión y el curso de la vida en la
Web editor: ciudad más allá de los “actores tradicionales” beligerantes (abastecim iento, menores, uni­
www.ucm.es/ediciones- versidad, patrimonio). El resultado de la obra de conjunto no puede ser más satisfactorio
complutense porque el fresco de contenidos que propone es globalizador en dos sentidos. En el eje cro­
Reseñador: Jesús Jiménez nológico refleja la evolución de una ciudad que se transform a a lo largo de la guerra y que
sale de ella siendo algo distinto a lo había sido. En el vector sociológico, explica el Madrid
de los com batientes y de los no com batientes, de los m ovilizados y los desm ovilizados, de
las instituciones vinculadas al esfuerzo de guerra y a las que han de operar al margen, o a
pesar, de ella. En resumen, si en la bibliografía sobre la Guerra Civil española Madrid
aparece unas veces como sede del poder, otras como objetivo m ilitar y siempre como un
elemento abstracto y estático, en A sedio se nos ofrece una imagen orgánica, contextualizada
y cam biante del Madrid de 1936 a 1939.

Trafalgar Editions
i : i : i;, le. Sf EDITORIAL ESPAÑOLA D E JUEGOS
c: k . t k , h . t: '
Y LIBROS D E HISTORIA
i5 u tT b « y i
Í H E s y V .W |
¡Aliado!: ¿serás capaz de parar el desembarco alemán? ¿los echarás de Narvik?
¡i t? k. i.: * !Alemán!: ¿podrás tomar Noruega en el menor tiempo posible?
k\Vt '-si irJ ¿la Kriegsmarine podrá desembarcar los suministros necesarios
'■sík. k~ & ti. í sin sufrir pérdidas imposibles?
“ r z ~ r. ~ r. ¡¡¡Esto y mucho más lo tienes en N o r u e g a 1940!!!
|Oam> Dw O» Om* imam, cm M.
¿A q u é esperas?

w w w .tr a fa lg a r e d itio n s.c o m © @TrafalgarEd © trafalgareditions

 LO RD MORAN A n a t o m ía d e l v a lo r
ANATOMIA DEI VALOR
EL ESTUDIO CLÁSICO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
ACERCA DE LOS EFECTOS PSICOLÓGICOS DE LA GUERRA
Finalizados los eventos celebrados este año para conmemorar el centenario del final de la Primera
Guerra Mundial, no llevaría tiempo realizar un exhaustivo recopilatorio de las crónicas, ensayos y
diarios que durante los últimos cuatro años se han publicado a lo largo y ancho del mundo editorial.
En este caso me acerco al estudio que Ediciones Arzalia ha recuperado recientemente de la investigación
publicada por el médico militar Charles McMoran Wilson en 1945, en referencia a los efectos psico­
lógicos provocados por la guerra. Si bien su trabajo aborda sustancialmente sus experiencias en las
trincheras de Francia durante la primera, en sus páginas también incluye algunas referencias a la
Segunda Guerra Mundial, sobre todo en el apartado correspondiente a la guerra aérea. Como oficial
médico destinado en la batalla del Somme, el autor se hace una serie de preguntas con las que afrontar
la realidad de los efectos de la contienda en los soldados y sus oficiales, no solo con el fin de recuperar
y tratar a aquellos que sufrían heridas mentales y consecuencias psicológicas durante el transcurso de
los combates, sino también para profundizar en las razones previas, si las hubiera, que provocaban se­
mejante situación, y estudiar la posibilidad de prever y prevenir uno de las causas que produjeron gran
ISBN: 978-84-172412-5-4 número de bajas a lo largo del enfrentamiento, especialmente en la dura batalla en las trincheras. Con
Páginas: 296 esta premisa, lord Moran, quien fue médico personal de Winston Churchill, analiza factores como la
Autor: Lord Moran gestión del miedo en las largas esperas previas al combate, el sufrimiento psicológico frente al
Traductor: Alicia Frieyro bombardeo continuo del enemigo y el temor provocado por el lanzamiento de gases en el frente,
Gutiérrez pasando por la soledad y tensión del piloto de aviación o de la tripulación de los bombarderos antes,
Editor: Arzalia Ediciones durante y en el regreso de sus misiones, así como por la exposición al miedo de los tripulantes de los
Web editor: barcos de guerra y su convivencia en lugares cerrados y minúsculos. En todos estos casos y algunos
www.arzalia.com más, analizados mediante argumentaciones explícitas o la aportación de extractos de su diario personal,
Reseñador: íñigo Pereyra lord Moran, apunta directamente a nociones y experiencias con las que instrumentar la detección de
Urdíroz la presencia del miedo, la definición del concepto de cobardía, el tratamiento de los tiempos de
descanso y recuperación del soldado, la selección de la tropa o la utilización de la disciplina en su for­
mación. La virtud de la compostura, la valentía o la capacidad de liderazgo se rompían con facilidad
en situaciones que llevaban al militar a niveles importantes de tensión y monotonía, o ante la suscep­
tibilidad a caer herido en combate. Las conclusiones son variadas y a veces controvertidas. Su
condición británica, por supuesto, aboga por la elevada condición del ejército al que pertenece. Sin
embargo en algunos momentos del texto se filtran ciertos detalles pacifistas, entremezclados con el
Johann Chapoutot
concepto supuestamente patriótico del soldado que debería dar la vida por su país. La formación, edu­
LA REVOLUCIÓN cación o solidez mental de la tropa son otros de los factores que no pueden pasar desapercibidos en la
CULTURAL NAZI pléyade de conceptos englobados en este interesante estudio realizado por uno de los, considerados en
su momento, mejores especialistas en el conocimiento de los efectos psicológicos de la guerra en la
mente humana. Todo lo cual justifica con creces la reedición de esta publicación.

L a r e v o lu c ió n c u ltu r a l n a z i
El nazismo y el Tercer Reich suscitan muchas preguntas difíciles de responder, pero quizá la más es­
pinosa de todas sea la siguiente: ¿cómo pudo una sociedad deshumanizarse hasta el punto de ver a los
demás como algo menos que humano? Esto mismo es lo que se pregunta el francés Johann Chapoutot,
profesor de Historia Contemporánea en la Sorbonne de París, que huye de todas las interpretaciones
Alianza editorial anteriores sobre el tema y ha dedicado una obra entera a la noble tarea de arrojar luz al respecto. Con
ello no pretende crear opinión, sacar conclusiones o establecer paralelismos de ningún tipo. Solo
ISBN: 978-84-918124-2-5 busca “comprender por qué y cómo unos hombres pudieron ver a otros hombres a través del cristal de
Páginas: 293 un acuario”, y si con ello consigue que nosotros también lo hagamos, eso que ganamos todos. ¿Somos
Autor: Johann Chapoutot quienes realmente creemos ser o lo que la sociedad ha hecho de nosotros? ¿Acaso no es el “hombre”
Traductor: íñigo Sánchez- una construcción? ¿No hemos sido foijados, moldeados y encarrilados desde el nacimiento hacia
Paños formas de ser y pensar concretas, dependiendo del ambiente que nos rodea y de la educación recibida?
Editor: Alianza editorial Si algo ha enseñado la Segunda Guerra Mundial al común de los mortales es que se puede hacer que
Web editor: todo un país acepte lo inaceptable. Hoy en día sabemos que es posible alterar la conciencia colectiva,
www.alianzaeditorial.es que las escalas de valores se crean y se destruyen a conveniencia de las religiones, los partidos, los re­
Reseñador: Israel Sánchez gímenes y las circunstancias. Hitler y los suyos no inventaron nada nuevo, pero lo pusieron de relieve
Vicente porque obraron el milagro en muy poco tiempo y porque desataron con ello la última gran guerra.
 Pero ¿qué estrategia siguieron para lograrlo? Ahí es donde entra el título de esta obra. En La revolución
cultural nazi Chapoutot nos muestra con rigor y método teutones que, cuando se quiere forzar un
cambio de paradigma, hay que destruir por completo el anterior. Resulta indispensable alienar, aculturar
y confundir a la población para borrar de su memoria aquello que no es deseable en función de los
nuevos objetivos y, a partir de ahí, reescribir según la nueva hoja de ruta. La creación de un nuevo len­
guaje es también importante, porque ayuda a la identificación de la comunidad y se puede edificar un
nuevo orden. Conceptos como el del Volkskórper, cuerpo del pueblo, son logros especialmente desta­
cabas que encaman, en sí mismos, todo lo que da respuesta a las dos cuestiones que citábamos al
principio. Si el pueblo alemán es un organismo, y no un conjunto de personas con conciencia propia,
resulta lógico y hasta saludable que se defienda de gérmenes, parásitos y enfermedades, que tampoco
son ya grupos de personas, sino un problema sistèmico. El mayor logro de esta obra, y también lo que
la hace absolutamente recomendable, es ir mostrando paso a paso cómo se desarrolla un proceso de in­
geniería social por medio de la propaganda masiva, la destrucción de los valores tradicionales, la
coacción, los cambios educativos y la manipulación de la historia y el lenguaje. A través de sus páginas
somos testigos de cómo se transforman las mentes y las conciencias para que, llegados al punto óptimo,
solo reste cambiar un par de palabras aquí o allá para que los enemigos no sean seres humanos, sino
plagas, la eugenesia pueda ser entendida ya no como algo atroz, sino sostenible, la poligamia se
convierta en una necesidad para la pureza racial y el asesinato sea solo una mera cuestión de higiene. Y
si al terminar uno quiere hacer paralelismos con la actualidad, será solo cuestión suya.

O p e r a c ió n T ifó n
Operación Tifón es el segundo título publicado por Ediciones Salamina, correspondiente a la trilogía
escrita por el historiador David Stahel y dedicada a las operaciones alemanas del frente mso durante
1941. Este volumen analiza la campaña militar del mismo nombre, llevada a cabo a lo largo del mes
de octubre, en la que bajo el mando del mariscal Fedor von Bock, tres millones de efectivos se
DAVID STAHII lanzaron en dirección a Moscú, con la intención de lograr su capitulación antes de la temida llegada

«gocé* uto
Lamarcha de Hitler sobre Moscú, octubre de 19
del “general invierno”. Stahel profundiza en los diferentes factores que se sucedieron durante aquel
mes. Nos encontramos con una operación militar de gran envergadura, comandada por la inspiración
del llamado “poder de la voluntad germana”, liderada por la arrogancia de Hitíer, secundada por la
propaganda de Goebbles y comandada por la perseverancia de los generales alemanes. La ofensiva
presumía de velocidad y de la preparación de sus tropas y, en los primeros días, embolsó y destruyó
en Viazma y Briask, a un buen número de ejércitos soviéticos. Sin embargo, su tenaz resistencia a ren­
dirse frente a los alemanes, provocó que el avance hacia la capital se ralentizara en exceso. Con todo,
el frente alemán contó con otros factores en contra. En primer lugar, la excesiva extensión de las líneas
ISBN: 978-84-948224-6-9 de suministros. Las municiones, el combustible y los recambios, escasearon conforme avanzaba
Páginas: 404 octubre. Por si fuera poco, Hitler en su arrogancia, ordenó alargar las alas de sus divisiones con la in­
Autor: David Stahel tención de avanzar al norte, hacia Kalinin y al sur, hacia Kursk, desbaratando la concentración bélica
Traductor: Hugo Cañete alemana. Especialmente complejo fue el avance y conquista de Kalinin que colocó a los alemanes en
Carrasco una delicada situación frente a los contraataques comandados por Konev. En el sur, a pesar del avance
Editor: Ediciones Salamina de Guderian contra Tula, una orden de Hitíer le robó alguna de sus divisiones, paralizándolo definiti­
Web editor: vamente. En el centro del frente, Stalin hizo de Zhukov su gran paladín. Moscú se convirtió en una in­
www.edicionesplatea.com mensa fortaleza y el líder soviético se comprometió a su defensa, logrando afianzar su liderazgo. Por
Reseñador: íñigo Pereyra contra, Hitíer y Goebbels en un intento vanaglorioso de celebrar la pronta rendición de Moscú,
Urdíroz crearon en la ciudadanía y en la propia tropa, una temprana sensación de ocasión pérdida y desasosiego.
Con la gradual aparición de la rasputitsa y la presencia del fango, el factor ruso denominado “país” o “te­
rreno”, terminó por entorpecer sin remedio el avance de las divisiones panzer. Con la definitiva
llegada de la lluvia, el barro, el frío y las primeras nieves, el frente alemán perdió fuerza hasta
estancarse, momento en el que Hitler ordenó la suspensión momentánea del avance, con la idea de dar
descanso a sus tropas y reanudar el ataque días después. Los soviéticos, tras haber sacrificado en
Viazma y Briask cientos de miles de hombres, habían recuperado tiempo y confianza con la llegada
de nuevas reservas. Tal como apunta Stahel, estas dos grandes victorias alemanas fueron el detonante
de su posterior derrota ante Moscú. Si asumimos la total desconexión del alto mando alemán con las
condiciones reales del terreno y la situación del frente, podemos concluir que gran parte de la causa de
la postrera derrota ante Moscú, se debió a la arrogancia y ceguera demostradas durante aquel mes de
octubre, y alentadas por la tradicional devoción germana por la ofensiva.
 La resistencia frente al Día D
Mark Laurenceau
o resulta fácil definir ni los contornos exactos de la or­
N ganización ni las acciones de las redes de la resistencia
francesa, ya que su principio organizativo se basaba en
el secreto y en la ausencia de archivos. Dicho esto, está acredi­
tado que los resistentes tuvieron un papel esencial durante la
Operación Overlord (véase, sobre esta cuestión, Olson, L (2018):
La isla de la esperanza. Madrid: Desperta Ferro Ediciones),
iniciada el 6 de junio y que fue el primer paso del asalto a la
Festung Europa. Según el general William Donovan, jefe del
Office of Strategic Services (OSS, Oficina de Servicios Estraté­
gicos, la agencia de información norteamericana), el 80 % de la
información útil obtenida de cara al desembarco de Normandía
fue suministrada por la resistencia francesa. En estas circuns­
tancias, su papel, a menudo mal conocido, merece que se le
preste más atención.
EL ORIGEN DE LA RESISTENCIA EN NORMANDÍA
La ocupación alemana de la región comenzó en junio de 1940,
cuatro años exactos antes del Día D, y las primeras acciones fran­
cesas de resistencia tuvieron lugar de inmediato, como por ejemplo
la destrucción, el 22 de junio, del cable telefónico que conectaba
el aeródromo de Boos y el cuartel general alemán en Rúan. El ar­
tífice de esta acción, Etienne Achavanne, de 48 años, fue detenido,
y fusilado el 4 de julio. En los meses siguientes vieron la luz las
primeras redes, que de inmediato se adaptaron a las realidades de
la ocupación. Por ejemplo, decidieron organizarse para evacuar a
los aviadores aliados caídos sobre Normandía, o atacar las líneas
de comunicación, como los ferrocarriles. Con estos objetivos
nació el grupo Morpain, iniciado por Gérard Morpain cerca de El
Havre; o la rama normanda de la red Alliance.
Normandía no era un terreno ideal para organizar zonas de re­
fugio (“maquis”), ya que en su geografía no hay regiones monta­
ñosas de difícil acceso, como en los Alpes o en los Pirineos, pero
aun así se establecieron algunos lugares secretos en las grandes
zonas boscosas de la región, como el maquis de Champ-du-Boult
(comandante Berjon) y el maquis Surcouf (comandante Leblanc).
El 16 de febrero de 1943, el Gobierno de Vichy instauró el Ser­
vice du Travail Obligatoire (STO, Servicio de Trabajo Obligatorio),
que obligaba a miles de franceses a trabajar para la Alemania nazi.
Esta ley empujó a numerosos voluntarios a integrarse en la resis­
tencia, que tan solo en Normandía llegó a alcanzar unos efectivos
de alrededor de diez mil hombres y mujeres, de los que dos mil
eran combatientes. Frente a este repentino aumento de fuerza, los
alemanes reaccionaron por medio de su policía secreta, la Gestapo
(Geheime Staatspolizei, Policía Secreta del Estado), que a finales
de 1943 organizó diversas redadas contra las principales redes,
como Alliance y Zero-France.
Otro de les problemas a los que tuvo que enfrentarse la resis­
tencia francesa fue el lastre que suponía, a nivel interno, la mul­
titud de organizaciones y comités existente, cuya cuantía diluía
en parte el esfuerzo de oponerse a la ocupación. La ausencia de
unidad de mando no permitió que los resistentes desarrollaran
todo su potencial de actuación, y las oposiciones políticas, re­
gionales y nacionales, fundamentalmente entre comunistas y
gaullistas, pero también entre las agrupaciones locales y las que
tenían apoyo británico, minaron las relaciones entre combatientes.
A pesar de estas diferencias, a partir del 1 de febrero de 1944
todas estas redes y movimientos consiguieron fusionarse al fin
para dar a luz a las Forces Françaises de lTnterieur (FFI, Fuerzas
Francesas del Interior)
LAS RELACIONES ENTRE LA RESISTENCIA
NORMANDA Y LOS ALIADOS
Cuando los aliados, a raíz de la Conferencia de Teherán el 28 de
noviembre de 1943, empezaron a preparar su “invasión” de la
Francia ocupada, la resistencia aún les parecía, con razón, una
organización bastante nebulosa, por lo que, a priori, decidieron
preparar sus operaciones militares sin tener en cuenta el potencial
militar de las redes existentes. Así, si bien aceptaron gustosos
analizar la información transmitida desde Francia, dar alguna
responsabilidad a los resistentes en la ejecución de acciones tác­
ticas esenciales estaba fuera de lugar y estas se reservaron en ex­
clusiva para las fuerzas convencionales aliadas. De hecho, el ge­
neral De Gaulle, representante de la Francia Libre, ni siquiera
fue tenido al corriente de los preparativos concretos de la Opera­
ción Overlord.
Por otro lado, los servicios de información aliados sí imagi­
naron toda una serie de acciones clandestinas a realizar por la re­
sistencia para facilitar el desarrollo de las operaciones militares
desde el mismo Día D. Estos planes de sabotaje (con nombres
como Tortuga, Azul, Violeta, Rojo o Verde) fueron coordinados
por el Bureau Central de Renseignements et d ’Action (BCRA,
Oficina Central de Información y Acción), que era el servicio de
información y operaciones clandestinas de la Francia Libre.
La comunicación, elemento clave de la resistencia, recibió
una atención especial, y se diseñaron numerosas estratagemas,
tanto entre los propios resistentes como con los aliados, para
que fuera efectiva. Por ejemplo, los mensajes con destino Lon­
dres eran enviados por paloma mensajera o a través de emisores
de radio, mientras que los aliados difundían numerosas infor­
maciones para las redes gracias a los “mensajes personales”
emitidos por Radio Londres, de la British Broadcasting Corpo­
ration (BBC).
Debido al carácter secreto de la organización, los resistentes
carecían por completo de medios contracarro y de ametralladoras
pesadas, situación que los aliados trataron de resolver por medio
del lanzamiento en paracaídas de armas y equipos. El Spécial
Operations Executive (SOE, Agencia de Operaciones Especiales)
también se dedicó a enviar medios a Francia: agentes especiali­
zados en transmisiones y demoliciones, y más armamento. Esta
organización británica para la ejecución de operaciones especiales
que había sido creada por Winston Churchill, también actuó en
países neutrales, como España. Con el nombre de Jedburgh y or­
ganizados en equipos de tres personas, los grupos de agentes en­
viados por esta agencia tuvieron como misión apoyar y aconsejar
a los resistentes europeos, informales de las actuaciones de los
aliados, preparar el suministro de armas, municiones y otros equi­
pos, así como instalar un sistema de comunicación viable. Además,
los Jedburgh tenían la capacidad, si era necesario, de tomar el
mando de las unidades de resistencia locales.
En este contexto y de cara al desembarco, los aliados no iban
a limitar sus preparativos a Normandía exclusivamente, sino que
planificaron acciones que serían ejecutadas por toda Francia con
el fin de ralentizar el progreso de los refuerzos alemanes. Por
otro lado, prefirieron evitar el sabotaje sistemático de las infraes­
tructuras y dejar intactas las que pudieran resultar útiles a los
ejércitos de liberación. Con este fin, la resistencia recibiría con­
signas muy precisas.
LA INFORMACIÓN APORTADA POR LA RESISTENCIA
Los principales acciones bélicas ejecutadas por la resistencia nor­
manda antes del inicio de la Operación Overlord fueron funda­
mentalmente de obtención de información. Mientras por un lado
tomaban millones de fotos de las futuras playas de desembarco, los
aliados recibieron también, de la resistencia, numerosa información
sobre el terreno, las infraestructuras, el material y la moral de los
ocupantes.
A primeros de 1942 los alemanes habían iniciado la construcción
del Atíantikwall con el fin de oponerse a un eventual asalto anfibio
aliado desde Inglaterra. En él erigieron miles de posiciones defen­
sivas, principalmente con mano de obra local. En Normandía, los
resistentes que se hicieron contratar en las diferentes obras, dibujaron
en secreto los planos de estas instalaciones, y algunos aprovecharon
incluso para poner trozos de azúcar en las hormigoneras para reducir
la solidez del hormigón de los búnkeres que se construían sobre la
costa. Posteriormente, las copias de estos planos llegarían al Reino
Unido, para ser analizadas y poner al día los datos en poder de los
servicios de inteligencia.
Además, la información obtenida por la resistencia también
permitió a los aliados conocer lo mejor posible las unidades ger­
manas presentes en Normandía. Se enviaron órdenes de batalla e
historiales de las divisiones situadas en la zona hasta el nivel de
compañía, que sirvieron para poder hacer una estimación de su
valor en combate. Por ejemplo, los resistentes informaron a Londres
de la llegada, a partir del 15 de marzo de 1944, a la región de Cal­
vados, de la 352.a Infanteriedivision, una unidad aguerrida tras
largos meses de combate en el frente del este que iba a ser una dura
adversaria para las fuerzas aliadas.
LA RESISTENCIA EN EL DÍA D
Para aumentar las posibilidades de éxito de la Operación Over­
lord, las redes de resistencia francesas recibieron toda una serie

◄ Miembros del MAQUIS DE LA TRESORERIE, un caserío cerca de Boulogne sur Mer, fotografiados el 14 de septiembre de 1944 por las tropas ca­
nadienses. El interés de la imagen radica en varios factores, uno de ellos, las armas que portan los resistentes. Desde el principio, la resistencia
francesa se dividió en dos sectores importantes: la RESISTENCIA-INFORMACIÓN Y LA RESISTENCIA-ACCIÓN. No siempre hubo acuerdo entre
ambos, ya que mientras los primeros se dedicaban fundamentalmente a suministrar datos a los aliados, los segundos, en su mayoría con origen
en el Partido Comunista Francés y muy influenciados por los métodos guerrilleros soviéticos, trataban de golpear al ocupante y a los colabora­
cionistas siempre que fuera posible. El conflicto estaba, por supuesto, en que la acción de los segundos, que solían ocultarse en zonas poco ac­
cesibles, provocaba las represalias alemanas, acciones que desbarataban la operativa de los primeros, incluso muertes en sus filas cuando sus
efectivos, que sí llevaban una vida normal, eran seleccionados para ser fusilados. A pesar de las diferencias, 1944 vio un aumento de las acciones
directas, en parte por el incremento en el envío de armas y en parte cuando se supo que se acercaba la invasión. Así, a pesar de que van armados
es difícil saber a cuál de las dos ramas pertenecieron los protagonistas de la fotografía. También hay que recalcar que durante la liberación la re­
sistencia se hizo mucho más visible de lo que había sido hasta entonces, en parte por la apuesta de Eisenhower, que llamó a la movilización
general, pero también a causa de la euforia reinante. Los correos empezaron a circular armados, por ejemplo, y en varias ocasiones los resistentes,
montados en coches, se metían en los huecos entre unidades (de varios kilómetros) de las columnas alemanas portando banderas francesas.
GA DESPERTA FERRD

► FRANC-TIREURS Y SOLDADOS ESTADOUNIDENSES se ponen de acuerdo durante la campaña de Normandía. El movimiento Franc-Tireurs et
Partisans (FTP, Francotiradores y Partisanos) fue, precisamente, la organización de resistencia-acción organizada por el Partido Comunista Francés.
Esta, si bien se integró en las FFI y fue la más activa a la hora de tomar las armas contra los alemanes tras el Día D, siempre mantuvo un alto grado
de independencia. En lo que a los ALZAMIENTOS se refiere, la falta de tropas entrenadas y numerosas tuvo a menudo consecuencias dramáticas.
En Bretaña la 3.a División de Fallschirmjäger aplastó a los resistentes; en Picardía y en el norte, así como en el valle del Sena, en el Morvan o en
Lorena y los Vosgos, los resistentes fueron dispersados sin demasiadas bajas. No sucedió lo mismo en Tulle, una de las grandes tragedias, donde
Georges Guingouin desencadenó una insurrección que consiguió tomar la ciudad el 8 por la tarde, pero al día siguiente los alemanes contraata­
caron y la recuperaron -iban a vengar a sus 69 muertos ahorcando a 99 habitantes de la ciudad y deportando a otros 150—; o en Oradour sur
Glane, donde ni tan siquiera hizo falta que la ciudad se sublevara. Más suerte tuvieron los resistentes de Mauriac, en Périgord, que consiguen ex­
pulsar a los alemanes y fundar la República de Mauriac, que sobrevivirá desde el 19 de junio hasta el mes de agosto, cuando se integró en el te­
rritorio francés liberado. Las localidades Annonay y Aubenas o los departamentos del Ain o del Jura serán escenario de otros tantos alzamientos
reprimidos por las fuerzas alemanas. En general, puede decirse que las acciones fracasaron por ser demasiado prematuras, porque no había sol­
dados aliados lo suficientemente cerca como para dar el relevo a los insurgentes.

de órdenes para entrar en acción, sobre todo por medio de los
mensajes personales de la BBC. Cada frase en clave tenía como
destinatario una red concreta, que conocía su significado y la
fecha en que tenía que ejecutar su misión. El objetivo era llevar
a cabo sabotajes diversos y desorganizar a las fuerzas alemanas.
Así, entre el 1 y el 3 de junio de 1944 viajó por las ondas la pri­
mera parte del verso de Charles Trenet: “Les sanglots longs des
violons de l’automne junto con otros 160 mensajes per­
sonales. Estos códigos significaban que determinados resistentes,
en este caso la red Ventriloquist, ubicada en Sologne, debían
estar listos para llevar a cabo sus acciones de sabotaje. El 5 de
junio de 1944, a las 21.15 horas, se difundió la continuación de
estos mensajes: “[...] Bercent mon coeur d ’une langueur mo-
notone”. Los resistentes tenían entonces cuarenta y ocho horas
para llevar a cabo las destrucciones encomendadas. Muchos de­
dujeron que la Operación Overlord se llevaría a cabo en las pró­
ximas dos jornadas. Los planes desencadenados fueron los si­
guientes:
Plan Violeta: ejecutado por ingenieros voluntarios de Postes,
Télégraphes et Téléphones (PTT, Correos, Telégrafos y Teléfonos)
pertenecientes al servicio de Lignes Souterraines á Grande Dis-
tance (LSGD, Líneas Subterráneas de Larga Distancia). Estas ac­
ciones de resistencia tuvieron como objetivo paralizar los medios
de mando de las fuerzas alemanas durante tres días, del 5 al 7 de
junio. Más en detalle, se llevaron a cabo las actuaciones siguientes:
tras haber seccionado los cables en varios puntos del mismo re­
corrido, se aislaron sus extremidades para complicar la búsqueda
de averías con aparatos de medición a distancia; y se volaron
postes de telefonía en las curvas. Raymond Abdon, resistente y
habitante de Villebaudon, en el departamento de la Manche, fue
uno de los que respondió a la llamada. Participó en la destrucción
de líneas telefónicas al norte de Saint Lo, con consecuencias no­
tables, como por ejemplo la baja calidad de las comunicaciones
por cable alemanas entre el 6 y el 8 de junio de 1944, que obligó
a los defensores a utilizar sus aparatos de radio y a enviar comu­
nicaciones no cifradas que pudieron ser interceptadas y aprove­
chadas, en parte, por los aliados.
Plan Verde: el blanco de estas acciones clandestinas fueron
los transportes de tropas y municiones de los alemanes. Para ello
se atacaron diversas obras de ingeniería, redes ferroviarias y de­
pósitos. En dos días fueron destruidas, solo en Normandía, no­
venta y ocho locomotoras, y sistemáticamente saboteados los
cambios de agujas, plataformas giratorias, talleres ferroviarios y
grúas de carga.
Plan Azul: contra las líneas de alta tensión, se implemento a
partir de la noche del 5 al 6 de junio de 1944. Más concretamente,
las instalaciones objetivo de estos ataques eran las que suministraban
electricidad al sistema ferroviario y a las zonas costeras.
Al alba del marte 6 de junio de 1944, tras el impacto causado
por los primeros bombardeos y combates, los miembros de las
redes de resistencia se dirigieron, espontáneamente, al encuentro
de las fuerzas aliadas, a veces con el fin de servir como guías y ex­
ploradores. Su excelente conocimiento del terreno fue de gran valor,
tanto para las tropas desembarcadas como para las unidades aero­
transportadas.
Sin embargo, los aliados desconfiaron de la información ob­
tenida de la población local y, ante todo, trataron de asegurarse
de que sus interlocutores no eran colaboradores que operaban
como agentes dobles. También, varios normandos que fueron al
encuentro de los soldados que venían a liberarlos fueron atacados
por error, como le sucedió a Michel Vallavieille, de 24 años y fu­
turo alcalde de Sainte Marie du Mont, que fue blanco de los dis­
paros estadounidenses en el sector de la playa Utah y dado por
muerto; o Gustave Joret, agricultor, quien el 7 de junio, en Surrain,
dio información a los aliados pero fue herido, ese mismo día, por
un soldado norteamericano mientras se dirigía a un refugio sub­
terráneo durante un bombardeo. Murió de sus heridas el día 12.
En total, en la noche del 5 al 6 de junio la resistencia ejecutó un
millar de sabotajes. Los riesgos que corrieron aquellos hombres
durante estas acciones fueron especialmente elevados porque la
mayoría no tenía conocimientos militares para enfrentarse a un
ejército entrenado, aguerrido y mucho mejor equipado. Se estima
que la cifra de bajas entre los resistentes al atardecer del 6 de junio
de 1944 ascendía a 124 muertos, heridos, desaparecidos o prisio­
neros. El carácter repentino y masivo de estos sabotajes, por otro
lado, sorprendió por completo, y ayudó a desorganizar, a las fuerzas
alemanas.
EL DRAMA DE LA PRISIÓN DE CAEN
Durante el Día D, los alemanes detuvieron y enviaron a la prisión
de Caen a varias decenas de resistentes. La intención de los car­
celeros, mientras se preocupan tanto por los bombardeos aéreos
como por evitar que las fuerzas aliadas llegaran a la capital de
Baja Normandía, era evitar que los prisioneros se fugasen para
unirse a los atacantes. Para ello, al principio consideraron la po­
sibilidad de trasladarlos en tren hasta una penitenciaría de la re­
gión parisina, pero las líneas están tan dañadas que resultaba
imposible desplazarlos por este medio. Entonces, la Gestapo de
Rúan dio orden de matarlos. Ochenta y siete personas, de las
que el más joven solo tenía dieciocho años, fueron fusiladas, en
grupos de seis, en el patio de la prisión a lo largo del final de la
mañana e inicio de la tarde. A continuación, los cuerpos fueron
arrojados a una fosa común. El 29 de junio, mientras las fuerzas
anglocanadienses pugnaban por tomar la ciudad, los cuerpos
fueron exhumados y cargados en un camión cuyo paradero aún
es desconocido.
 LA R E SIST E N C IA D U RA N TE LA BATALLA
Tras el desembarco, los resistentes siguieron suministrando da­
tos a los aliados hasta la finalización de la batalla por Norman-
día. A primeros de julio, con el frente estancado y los comba­
tientes enfrascados en la dura guerra del bocage, resultaba
difícil obtener información sobre el enemigo, por lo que, a
través del SOE los aliados solicitaron a la resistencia que su­
ministrara la mayor cantidad posible. Entre el 12 y el 21 de
julio, treinta y un miembros de esta aportaron información que
los norteamericanos aprovecharon de inmediato, por ejemplo
para bombardear concentraciones de blindados en la parte sur
del departamento de la Manche, donde el 25 de julio, por medio
de la Operación Cobra, romperían por fin el frente alemán.
Entretanto, y con el fin de limitar la llegada de refuerzos
alemanes a Normandía, un grupo de comandos franceses fue
lanzado en paracaídas sobre Bretaña para ejecutar una serie de
operaciones paralelas. Durante el mes de junio operaron en la
región los Cooney Parties llamados Lost y Grog, y en agosto,
Derry [N. del T.: unidades formadas por paracaidistas franceses
que debían apoyar a la resistencia en diversas acciones de sabo­
taje]. También participaron en la misión 538 paracaidistas del
Special Air Service (SAS, Servicio Aéreo Especial). Estas uni­
dades se encargaron de coordinar las diversas redes de la resis­
tencia para que pudieran luchar con eficacia contra el ocupante.
A modo de conclusión, podría decirse que la debilidad es­
tructural y la falta de medios fueron, paradójicamente, una de
las bazas de la resistencia francesa, ya que los alemanes tuvieron
que esforzarse mucho para averiguar cuál era su organización
y hasta dónde llegaban exactamente sus numerosos dispositivos,
sin conseguir acabar nunca con sus actividades.
El general Eisenhower, comandante en jefe de los ejércitos
aliados en Europa y futuro trigésimo cuarto presidente de los Es­
tados Unidos, tuvo que elegir entre una mejor coordinación de
las acciones de la resistencia francesa en general o privilegiar una
acción a ultranza de la misma en el momento en que se desenca­
denó la Operación Overlord. Sus temores con respecto al éxito
del asalto lo llevaron a elegir los sabotajes masivos, aunque se
corriera el riesgo de dañar la infraestructura de una organización
potencialmente útil para la continuación de la guerra.
Es imposible cuantificar el impacto exacto de la resistencia
durante el desembarco de Normandía, pero no cabe duda que
tuvo un papel importante en el éxito de los ejércitos aliados.
Según Eisenhower, tuvo un valor inestimable durante la liberación
de Europa en 1944. Sin su ayuda, los combates en Francia hubieran
durado más tiempo y habrían ocasionado más bajas entre los
combatientes.
B IB L IO G R A F ÍA
Beevor, A. (2010): La batalla de Normandía. Barcelona: Crítica.
Laurenceau, M. {20*18): JourJHeureparHeure. Nonant: éditions
OREP.
Olson, L (2018): La isla de la esperanza. Madrid: Desperta Ferro
Ediciones.
Ruffin, R. (1994): Résistance NormandieetJourJ. Paris: Presses de
la Cité.
= Bibliografía completa en www.despertaferro-ediciones.com
M arc L a u re n c e a u es un destacado especialista en el
desembarco de Normandía. Creador del sitio
www.dday-overlord.com, interviene de forma
regular en diversos medios para explicar el desarrollo
del Día D y sus consecuencias. Gran conocedor de la
problemáticas militares del desembarco y autor de una obra de
referencia sobre el tema, ha tenido la ocasión de entrevistar a
numerosos veteranos, que le han transmitido tanto el lado humano
como información precisa sobre los combates durante la batalla.
 PROXIMOS NUMEROS
DESPERTA FERRO ■ DESPERTA FERRO

ALMANZOR FELIPE V
T ie r r a d e n a d ie : g e o e s tra te g ia y f ro n te r a
CONTRA EUROPA
por Eduardo Manzano Moreno (CSIC) F e lip e V y e l re s u rg ir e sp a ñ o l por
A lm a n z o r, u n a p e rs o n a lid a d fu lg u ra n te Christopher Storrs (University of Dundee)
por Ana Echevarría Arsuaga (UNED) L a s c a m p a ñ a s d e S i c i l i a y C e r d e ñ a por

L a s c a m p a ñ a s m ilita r e s d e A lm a n z o r por Giancarlo Boeri

Alejandro García Sanjuán (UH) In g la te r r a , F r a n c i a y e l e q u ilib rio d e

C u a n d o la s c a b e z a s v o la b a n : la s h u e s te s p o d eres por Frederik Dhondt (Universiteit

a m iríe s por Josep Suñé (UB) Gent)
L a e s p a d a d e l i s l a m por Jesús Lorenzo L a lo g ís t ic a d e la e x p e d ic ió n a S ic ilia por
“ E l d í a e n e l q u e B a r c e l o n a v a a m o r i r y\ Eduard Martí Fraga (UIC)
L a c a m p a ñ a c o n tr a lo s c o n d a d o s A l b e r o n i , v a lid o d e F e l i p e V por Rosa
c a ta la n e s por Virgilio Martínez María Alabrús Iglesias (UAO)
Enamorado (UMA) L a b a t a l l a d e F r a n c a v i l l a por Giancarlo

L a c r i s i s d e l c a l i f a t o por Maribel Fierro Boeri

(CSIC) E l f r e n t e c a t a lá n y la g u e r r illa

Y además, introduciendo el n.° 53, E l por Núria Salles (UPF)

a u s tr ia c is t a

T ra ta d o d e l E b r o : c a s u s b e l li d e la Y además, introduciendo el n.° 40,

por Enrique
S e g u n d a G u e r r a P ú n ic a T r a n s ilv a n ia e n la G u e r r a d e lo s

T r e i n t a A ñ o s por Dénes Harai

Hernández Prieto (USAL) Núm ero 39
(Université de Pau) a la venta en abril 2019

REVISTA DE ARQUEOLOGIA E HISTORIA DEL MUNDO. DE LA ANTIGOEDAD A NUESTROS DU

M O ESPERTA FERRO ■ F

DESPERTA FERRO Arqueología U i ic st inor nS ao

cc r M °

NORMANDÍA (I). LOS ÚLTIMOS DÍAS

FT A S A T T O DE POMPEYA
AEROTRANSPORTADO U n d í a e n P o m p e y a por Fabrizio

L a p la n ific a c ió n d e l d e s e m b a rc o Pesando (Università Napoli L’Orientale)

a e ro tra n sp o rta d o por Mike Haskew V iv ir c o n la s d iv in id a d e s . L a d e v o c ió n

L a L u ftw a ffe e n F r a n c ia e n 1 9 4 4por por Lara Anniboletti

d o m é s tic a
Dan Zamansky (Università degli Studi di Roma “Tor
por
E l a rm a a e r o tr a n s p o r ta d a a lia d a Vergata”)
John Greenacre (University of Suffolk) L a im a g e n tra s la c e n iz a . F r e s c o s y s u s
L a 8 2 . ay la 1 0 1 .a d iv is io n e s s a lt a n
c o n te x to s d o m é s tic o s por David Vivó
so b re F ra n c ia por Marc Laurenceau (UdG)
A s a lto b r itá n ic o m á s a llá d e l r ío O r n e
P o m p e y a : a ñ o s 6 2 a 79. U n a c iu d a d en
por Mark Hickman por Joaquín Ruiz de
re c o n s tru c c ió n
La por John
b a ta lla d e C a r e n t a n

McManus (Missouri University of Arbulo (URV-ICAC)

G r a f it o s y p in t a d a s : la s r e d e s s o c ia le s
Science and Technology)
T á c tic a s d e c o m b a te p a r a c a id is ta por en Pom peya por Fernando Lillo
Mike Haskew Redonet
Y además, introduciendo el n.° 34, E l A p o c a lip s is . L a e r u p c ió n d e l V e s u b io

B a t a l l ó n L i n c o l n e n B r ú ñ e t e por por Michele Stefanille (Università

Chris Brooks N úm ero 33 Napoli L’Orientale) Nùm ero 24
S o r p r e n d i d o s p o r l a m u e r t e por Maria
a la venta en mayo 2019 a la venta en abril 2019
Paola Guidobaldi (Museo Nazionale
Etrusco di Villa Giulia)
Y además, introduciendo el n.° 25, P e r v i v e n c i a s d e l m u n d o c e ltib é ric o

por Pedro R. Moya-Maleno (UCM)

A la venta en kioscos, librerías, tiendas especializadas y

www.despertaferro-ediciones.com
OQ© 0©
 I • • • • • • •

Las mej

PARA TUS COLECC

y / / / / / / / / / / / / / / / / / '''

O Vitrina horizontal
Vitrinas murales Medidas 8 0 x6 0 x1 6 cm
3 baldas de vidrio templado de 4 mm.
2 puertas de vidrio con cerradura
Fondo de espejo
Color Roble
Ref. 4924175

I 109,90€ IVA Incluido

O Vitrina vertical
Medidas: 5 0 x 9 6 x 2 0 cm.
5 baldas de vidrio templado de 4 mm
1 puerta de vidrio con cerradura
Fondo de espejo
Burlete de silicona antipolvo
Color Roble
Ref. 4924180

1 2 9 ,9 0 c IVA Incluido

ip
OINFO
en nuestra web L,
www.retif.es U J

O Vitrina columna simple

Medidas 4 0 x4 0x1 60 cm
3 baldas de vidrio templado de 5 mm.
Puerta de vidrio con cerradura
Zócalo y techo blancos
Ref. 46500

84,69€ IVA Incluido

O Vitrina columna doble

Medidas 8 0 x4 0 x1 8 0 cm
A
3 baldas de vidrio templado de 5 mm.
2 puertas de vidrio con cerradura
Zócalo blanco
• Ref. 46399
Ld*
O o 229,89€ IVA Incluido
V

NUESTROS CENTROS EN ESPAÑA:

RETIF
A C o ru ñ a , A lic a n te , A s tu ria s , B a r c e lo n a -B a d a lo n a ,
B a r c e lo n a -G ra n V ía , B a r c e lo n a -S a n t B oi, B ilb a o , Q > t ie n d a
G iro n a , M a d r id -A lc o b e n d a s , M a d r id -A lc o rc ó n ,
M a d rid -S a n F d o . d e H e n a re s , M a d r id -C /V a lle h e r m o s o ,
M á la g a , P o rriñ o , S a n ta n d e r, S ev illa, V a le n c ia , V a lla d o lid ,
mas próxima
www.retif.es
Z ara g o za .

i
 ARMAGEDÓN EN
STAUNGRAPO
c iV lil

TETRALOGÍA DE STALINGRADO ■VOLUMEN

David M. Glantz con Jonathan M. House

«Ningún trabajo anterior iguala, ni

siquiera se aproxima, a la exactitud,
el detalle y la nueva interpretación
que ofrece es te libro. La tetralogía es
armagedón en
una adición esencial a la biblioteca de
cualquier investigador sobre la Segunda
Guerra Mundial. Es, de hecho, una obra
STAUNGRAPO
monumental». ^ M Tr;i1l||i1|l|ll||l<1"11
■ ívw id M.
David M.Glantz
Slavic Review
Jonathan M. House

«Una lectura obligada para todos los

que buscan entender la Segunda Guerra
Mundial y sus consecuencias».
Journal ofM ilitary History

O PREVENTA
r w ] gastos de envío gratis
1/ \ l oferta válida para España
hasta el 28/03/2019

Abril 2019
Armagedón en Stalingrado
978-84-949540-0-9
Páginas por confirmar
15,5 x 23,5 cm
Rústica con solapas
P.V.P. 29,95 €

Otros títulos de la colección

www.despertaferro-ediciones.com