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Fabián Alejandr o Campagn e

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en la España moderna

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J libroo

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1/72
Campgne, fabián
Srix hispánica : demonología crisrbna y cultura folklóriD en
la Epaña moderna . - la ed. - Buenos Aires : Promereo Libros.
2009.
387 p.; 21xl5 cm.
,
ISBN 978-987-574-366-3 Indice
1. Historiografía. l. Título
CDD 907.2
PreL1ci() ..................... ..................... ..................... ... ·................ 9

Primna parte. Historiografía. Demonología uistiana y cultura folklóríca


en el contexto europeo

Capítulo 1. Un aqucbrre de historiadores. L,.1 mitologí,1 del d1bat en


la historiografía de la caza de brujas .................... .................... ....... 17

l . Fl romance de b bruja y d historiador ..................... ... , ... . .. ... 1"1


2. Occidente desquiciado: las hogueras de la modernidad ................. 26

3. Europa exótica: el descubrimiento del sah·aje interior ................... 37

4. Los padres fundadores: demonios ilustrados, brujas iluministas ........ ,¡ +

5. Racionalistas y románticos: las primeras escaramuzas .................... 53

6. Brujería y rito: la extrnordinaria fortuna de Margaret Murray .......... 68


7. Brujería y mito: la reYolución historiográfica de Carlo Ginzburg ..... 105
© De esta edición, Prometeo Libros, 2009
Pringles 521 (Cll83,-\EI), Buenos Aires, Argentina 8. La polémica que no cesa: debates)" perspeetirns actuales .............. l 26
Tel.: (54-11) 4862-6794 / Fax: (Y+-11) 4864-3297
Segunda parte. Estudios <le caso. Demonologfo cristiana y cultura
\Vw,v. prometeoeditorial.com
folklórica en el mundo ibérico

Capítulo 2. Arqueología de la bruja. Terrores nocturnos y demonio:'


infanticidas en la España moderna ..................... ..................... ...... 151
Hecho el depósito que marca la Ley 11. 723
1. Infanticidio y brujeria en el contexto europeo ..................... ...... 151
Prohibida su reproducción total o parcial
Derechos reservados 2. Anomalías ibéricas: el complejo de la bruja peninsular ................. 158

3. Los alcances geográficos del complejo mítico de la bruja .............. 173

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4. A,·atares del Doble: vampiros, hadas, pesadillas y aparecidos ......... 179
5. La bruja como demonio nocturno en la España de los
siglos Xlll a XV ........................................... ........................ 204
6. La bruja como demonio nocturno en la España de los
siglos XIX y XX ........................................... ....................... 21 ¡

7. A modo de conclusión: de los Pirineos a los Alpes ...................... 2 ¡ 8 Prefacio


Capítulo 3. Santa Catalina y el saludador. Autopsia de un complejo
mítico ibérico
. ··········································· ····························· 225
1. Los saludadores: sanadores carismáticos en suelo ibérico .............. 228 ¿Hacia donde volaban las brujas de antaño? La respuesta posee la
simplicidad del axioma: las brujas volaban al aquelarre. El sabbat, sin em-
2. Saludadores, chamanes y licántropos ...................................... 247
bargo, encierra más problemas que los que la fábula sugiere. La sacrílega
3. Los saludadores y los sistemas arcaicos de posesión .................. : . 260 asamblea configuró durante más de dos siglos un no-lugar ficcional, un
4. Saludadores y sanpaolari: el sustrato mediterráneo ...................... 272 espacio ,irtual que legitimó la persecución masiva de un crimen imaginario,
una represión judicial que costó la vida de 50.000 personas aproximada-
5. A modo de conclusión: la busqueda del sujeto histórico ............... 276
mente, acusadas de integrar una inédita, novedosa y fantasmática secta de
Capítulo 4. El hálito de fuego. Mitología popular y poder adoradores del demonio. De hecho, el sabbat configuró una de las más
taumatúrgico en el mundo rural ........................................... ....... 283 exitosas objetivaciones de la crispada teología tardo-escolástica, un rol de
l. La bruja y la eucaristía ........................................... ............ 285 privilegio sólo compartido con el teatro de la posesión diabólica. Factores
como el poder de nominación de la ideología demonológica, la aplicación
2. El saludador y la máscara ........................................... ......... 300
del método inquisitorial a la extirpación de la disidencia ideológica, y la
3. La captura del símbolo ........................................... ............ 307 confianza fanática en la capacidad del tormento para dilucidar los crímenes
4. A modo de balance ........................................... ........_........ 332 secretos, contribuyeron a otorgar entidad plena al paradigma de la brujería
como delito colectivo.
Bibliografia ........................................... ................................ 335
La magnitud de la cacería judicial que tuvo lugar -entre los siglos XV
Índice analítico ........................................... ............................ 367 y XVII, y el carácter bizarro de los hechos que los magistrados laicos y
eclesiásticos atribuyeron a los acusados de adorar al demonio en el sabbat,
obsesionó desde siempre a los historiadores de la brujería moderna. Desde
las primeras décadas del siglo XIX, investigadores positivistas y románticos
plantearon la posibilidad de la existencia de algún fenómeno histórico real
detrás de la gran caza de brujas renacentista. De hecho, resultaba difícil ad-
mitir que la Europa de Leonardo y Miguel Ángel, Maquiavelo y Montaigne,
Copérnico y Galileo, Shakespeare y Cervantes, se hubiera abocado, sin más,
a la desquiciada persecución de fantasmas inexistentes, al exterminio de
una imaginaria estirpe de demonios con forma humana. Muchas respuestas

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se han dado desde: entonces al interrogante sobre los fundarnentos reales la existencia de un constante intercZrrnhlo ele trazos flntantPsj de una
de la represión judJcial de la brujerl2 ternprano El incren 1 ento inocultable circulación de temas:· rnr1ti1;" tcntre b mitologi'a eruclit1 del
del trabajo en arc:hi,·os, la acunn1bción de rnono<Jr-J.fi',t-::;
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1
,. lJ aquelarre :· los complejos folkióricos rcralmente exí,tentes en el c1rnpo
sofisticación de las herran1ientas teóricas al alcance de los estudiosos-del europeo pre.industrial.
fenón1eno, han perrnitído descart2r rnuchos de los rnoclelos interoreta- I- os• ensayos que inte·•ran el libro c1ue el lector tiene ahorr1 entre sus
e,
ti,·os pretéricos. Ya n,1die acepta la ,-ersión radiczilizada del r2cion;lisrno n1anos se pl~ntean con10 objf>tiY<:\ prccisarnente, contribuir J. clesc-:ntrei=i~1r
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-L"'" meo, qi,t: coi ,,1deraoa a .a caza de orups como el mero producto las relaciones existentes entre cris::ti:ina Y cultura fo11.:1orica
de una insanía co1ecti,·a 11JrODJ.crad0
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en un escenario específico -Españzi ;· el rnunclo ibér}co- ;· én un
orquestada desde arriba, sin la participación de las con1uniclacles ele base y deterrnin,1do: los de la prirner2 rnoclernid::d. Para ello, la prin1era
al margen de las cre,:ncias pop u lares - por la población europe~ parte ele Srrix Hisponica se dedica ai análisis de 1" de la L:aza
del periodo. De igual rnanera han caído en el clesc 1~,;,{·,; 1·-Lo
... s..) •• • '-'-
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L de bruj,:is europea, manteniendo como hilo conductor los debz,tes en
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teonas que 1n1zig1n:io-1n 1a per~1~tencia e.le :itJ\·icos cuitos pa<¿anos, ele 2.nti- torno a la ri9ulsin1a y con1plf'j:t del sabbat continental. La sc-
quisin1c1s relígiones prehistÓrjC';i.s en la Europ,1 i '--' cristiana de vunda ¡)arte inch1Ye una seriF de cstudi(J.S rlf'. c.:iso ~n tnrno a dos
b ,
conlienzos de la era 1noderna. Por últin10, rc~ulta en ex~ren10 recluccio oaracliomáricas del folklorP ibérico 1r;1clicionai: la Y el ,0h:d 1rl
nista atribuir toda la responsabilidad por la irn1pcinn del estereotipo del '.-\ poc~ <1ue el especialista se aboca al análisis del complejo de la bruja
sabbat a la clen1onización de cornplEin., de
' J oeninsular detecta una sunerposición id in~incr&sica ele
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n11toiogL1s:: arczucas ciuc alud1:in a co ectiYos rituzdes <1uc se pcr pone a prue 1:Ja l. a.s n1as
' ei:1Dor:1n:i-::
' ) ) 'hETLH1ne11t:is
.. . ' .
tc,nr1cJs ;·
las noches bajo la presidencia de una orninosa fic:ura rectora, aún cua~clo al alcance de los historictdnres de la cultura conten1porá.nens. En eft·_·cto,
se sitúe dicho bricoloc92 teológico en el marco ele la teoría del complot, el problPn1:1 de l:t profunda del e~trrentjpo de L1 ll"iCrICJ
del sólido p1ncligma.del.encmigo-interior instalado en Occicleme en los no puede abordarse sin recurrir al apmo ele otra, di,ciplina,, lh,nnil.1, a
siglos finales del ;\feclioe\·o.
cubrir las lagunas, los silencios, que la historia acadirnica. no no
~ '
Cabe reconocer, sin en1bar2:o, que este últüno rnocleln interpretati\·o osa interpe1ar. El :;:11udJ.clor, por su p:irte, es una de las figuras rnás irre-
ha tenido en las décadas recien;es el mérito de numero~as in;·es- ductiblemente locales del folklore . pues re,uln
tigaciones, que permitieron sacar a la luz una cultura europea profunda, imposible detectar su presencia más allzi del iheroZ1rneric1nr 1 .\ún
ignnnda -desechada- durante mucho tiempo por los refo;·em~s instin 1 . cu~nclo los sa1mbdores no inregraron Je m,rnera permanente el sistc:rn;i
cionales de la historiografía académica. Cada. \·e~ más la cultura \·ernácula de
' la
' 1L1ru_jena
' pnp1n:1r
1
espJ_n0!?J.,
- 1 l · ... gran parte d' e l1J. trcl a---1
curante ,l :\l<-ler¡n
i ,u
_ ; , __ --

la 'nitología :· el fulklore paneuropeos se n1eh·en un objeto de estudi~ hicieron de ia. detección de hruj2s )' <le la neutra1ización de una
recurrente en los departamentos de historia de las universidades europeas de sus actividades más representativas y lucrativas, más allá de su conven-
y americanas. Esta intensa colaboración que los historiadores de la caza cional virtud para curar la hidrofobia y de su espectacular dominio sobre
de brujas vienen manteniendo con otras disciplinas del inmenso arco de el fuego, El complejo del saludador constituye un tema particularmente
las humanidades y las ciencias sociales -la crítica literaria, la lingüística, apropiado para encarar el estudio de las interacciones entre demonología
la antropología cultural, el folklore, la mitología comparada, la historia cristiana y cultura folklórica, pues sus trazos específicos exigieron hasta sus
de las religiones- ha contribuido tanto a relativizar la tesis que hacía de la mismísimos límites a dos de los más pretenciosos dispositivos teológicos
satanización del folklore pre-cristiano la causa excluyente de la emergencia diseñados por el pensamiento cristiano tradicional: el modelo de supers-
de los constructos demonológicos tardo-medievales, cuanto a demostrar tición agustiniano y el discernimiento de espíritus.

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STRI:-: HN',-\'!JC.-\. PREF.'.CIO

Esbo zos prel imin ares y vers ione s redu


cida s de los capí tulos 2, 3 y 4 del Patri cia Lvsaght, del UniFersisv Colle9e
pres ente libro han apar ecid o en revis Dublin; a José L;ds de las Her~ ,, de
tas espe ciali zada s edita das por la Uni- la Univer~icl;d Je Salamanca; a Rog
versiclaJ de Salam,mca, la Folklore Socie er Cha rtíer , de l'Ecole des homes ewde
ry de Lond res, la ,lfo[J)W foJományos · s
en sCien · ¡ . G 'b B r 11 ~ cle1 Dcpart111c1d of
ces socw
Alwdémia de Bud apes t, y la UniYersi< es, a a or a a, • " :J
fahno!o3y and Calw tal
lad Naci onal de San Mar tín, con los .fr:thr,p,,h9y de la Unirersity ef Sze[Jecly; )'
sigu iente s títul os: "El sanador., e! párr a Rob erto Dist efan o, de la ~acultacl
oco y el inq,1isidor: los salu chJu res y de Ciencias Sociales de la Univ ersid ad
las fron teras de lo sobr enat ural en la de Buen os Aires. Qme ro finalizar con
España del Barr oco" (St,·dia Historica. una men ción espe cial para mi amig a
Histo rie ,lfoJ ema, 29, 2007 , pp. 307- Ycole ga Fernan<la Gil Loza no, quie n,
3+ 1); "Cha rism atic Heal ing on lberi an lueg o ele mis incu rsion es por la histo
Soil: AnJ \uto psy oí a Ivíythical Com plex ria agra ria de_ Fran cia e Ingl aterr a, me
in Early Mod ern Spain" (Folklore, insis tió para que volü era a escr ibir sobr
118: l, 2007 , pp. 44-6 4 ); "\Vi tch or
Dem ou? fairi es, Y1mpires ancl l'iigh t- e 1as brnp s.
mare s in Early Mod ern Spain'' (Acta
Etlmographico Hung arica , 53:2 , 2008 , Buenos Aires, septiembre de 2009 .
pp. 381- 4 ! O); "La másc ara del salud
ador . Hist oria de un com bate por lo
sobr enat ural en la Esp:iña <lel Barr oco"
(Eodcm mraque Europa, 3:+- 5, 2007 ,
pp. 229 268) . Dese o expr esar mi agra deci
mien to a los edito res y evalu-
ador es anón imos por las valiosas suge
rencic1s recib idas dura nte el proc eso
de publicación ele íos men cion ados
artíc ulos .
Part e del mate rial y de las idea s cont
enid as en Stá, ffispanica fuer on
p,ese ntac las y discu tidas en difr: rente
s eYentos acad émic os: las X}or nada s
lntercs<.uelus / D<'pcrtamrnws de Histo ria
(Ros ario, 7005 ); las V}mw das In·
rcrnncionales de Histo rio de Espar°w
(Bue nos Aire s, 2006 ); las.Jornadas sohre
el
R,•nachniu1t,, wro1,co
al Dr. .Í113,d CasLclfo11) (San Mar tín, '.100
6); el
S,wi naiio abLr w ,muu l del G1 upo
Je [stuJic s soúrc Rclii]ic'.lidad y E rcnue
1
}izac ión
(GERE), de la llníY ersid ad de Buen os
Aires (Bue nos Aires, 2008 ); y el J1J
Encuentro Aaualizacióv .Y D1scusi:m: "Jm,1
¡p11ario Socinl _y Disid ,nt:il l Reli3fosa.
Siolos !V-XVJIJ", orga niza do por el Insli
tulo de Hi~toria Antigua y Med ieva l
de la mism a casa de estu dios port eña
(Bue nos Aire s, 2008 ). Vaya tamb ién
mí reco noci mien to para los com ités orga
niza<lorcs y para los inve stiga dore s
que part icipa ron en esto s ewn tos acad
émic os.
Son mucho:; Íos colegas zirgentinos y
extrzinjeros a quie nes debo agra de-
cer su pred ispo sició n para leer borr ador
es de los difá ente s capí tulos , res-
púnd er mis insis tente s preg unta s, y reali
zar pert inen tes reco men daci ones
bibliográficas. Quis iera men cion ar, en
parti cula r, a José Emilio Buru cúa, de
la Univ ersid ad Naci onal de San Mar
tín; a mis colegas dd Dcp .irta mcn to
de Hist oria de la Facu ltad de Filosofía
y Letr as, Univ ersid ad de Buen os
Aire s: Mar ía Este la Gon zále z <le FauY
e, Carl osA stari ta, Judi th Farb erma n,
Patri cia de Fort eza, Patri cia Foge lman
, Mar ta Penh os y Sole dad Just o; a

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Primera parte
,
HISTORIOGRAFIA
Demonología cristiana y cultura folklórica en el
contexto europeo

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I

CAPITULO 1
Un aquelarre de historiadores.
La mitología del sabbat en la
historiografía de la caza de brujas 1

1. El romance de la bruja y del historiador.


A comienzos del siglo XXI, la historiografía de la caza de brujas europea
atraviesa por un período de esplendor. Lejos han quedado los tiempos en
los cuales la reconstrucción de la represión judicial de la brujería corría
por cuenta de eruditos archivistas, que mantenían una relación marginal
con los principales centros académicos y que publicaban colectáneas do-
cumentales o estudios regionales que priorizaban la descripción fáctica y
la reproducción de fuentes por sobre el análisis histórico. Al respecto nos
vienen rápidamente a la mente los nombres ilustres del alemán Joseph
Hansen, de los estadounidenses Henry Charles Lea, George Lincoln Burr,
Wallace Notestein y George Lyman Kittredge, del inglés Cecil L'Estrange
Ewen, y de los franceses Etienne Delcambre y Francis Bavoux. 2

1 El título <le! presente capítulo se inspira en el artículo de Michacl Bailey ami Edward
Peters, "A Sabbat ofDemonologists: Base!, 1431-1440", The Historian, 65:6 (2003),
pp. 1375-1395.
2 Joseph Hansen, Zauberwahn, lnquisilion, und Hexcnprozessen im Mittelalter und die

Entstehun9 der Grossen Hexenreifol9un9, Munich, R. Ol<lenbourg, 1900;Joseph Hansen


(ed. ), QJ!ellen und Untcrsuchun9en zur Geschichte des J-lcxcnll'ahns und der Hexem·eifol9un9cn
im Mittelalter, Bonn, C. Georgi, 1901; Henry Charles Lea, MaterialsTon;ard a History
eflVitchcreft, 3 vv., ed. by Arthur C. Howland, Filadelfia, University of Pennsylvania
Press, 1939; George Lincoln Burr, Narratfres ef thelVitcbcreft Cases, 1648-1706, Nue-
va York, Scribner's, 1914; Wallace Notestein, A History ef'Witchcreft in Ena]andfrom

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Dcn1on1 cristi:-111c1 y cultur:i folklóricJ. en d UJ!1ttxro europeo

La situación cornienza a c.1rrtbic1r tÍn1idan1ente en la rnitJd del En la década , media posterior a 1970 el renacido inte>rés por la caza
siglo XX. Los primeros trabajos de síntesis a L1 firnlinción de se consol por un bclo, con Li irrupción
la Segunda Guerra \ l undi:d a.parecen en torno 2 1960: Cdccia ,-1!12 1
de 10S
1

de! italiano Giuseppe Bonomo; Los ,· su del español Julio sicas monografías ele A.Jan .\lacfarlane ( 1
Caro Baroja; y Hexen und del zder:nJn Kurt BJ..sch\,·itz. 3 Pero Keith Tlwrnas ( 1971), H. C. Erik .\ íicldfort ( l 972), Paul Bo:,er; Stq1he11
el Yerdadero giro copernicmo tiene lugar a rÍnJlcs de decenio, con Nissenbaum(l \íonter(l ,A.lfredSoman(1977, 1978),
la publicacíón de una serie de auciaces e inno\·acloras a Roben !\lucliernbled ( 1978, 1 981), Gusta, ( 1980), ChristinJ
cargo ele Ca.rlo Ginzburg ( 1 q66), Hugh TreYor-Roper ( 1967) y Robert Lamer ( 1981 ), John Putn¿¡m Demos ( 1982) y Emrnmuel Le RO\ Lacluric'
\!androu ( 1968) ." (1983);;, por otro lado, con la ele (; pokmicosí
ensayos dedica.dos a rastrear los funrhrne-ntos rneclieYales de la den1ono-
looÍJ
:::,
radical •y a 1Densar los oríaenes
O
de la represión
~
ele Li
te1nnrano-n1oderna
1
-n1e refiero.• a las con tribu( 1nnes
de> Burton Russell (1 :\Jorrnan Cohn ( 1975 ), Richard Kieckhcfer

PJ.ul 1 T:rench andTrubner, 1919; Cecil L'Estrange E\\·l:n,l


.i

Tudor an3 Sruorr .1


concepr di la SlHcellerie Jons le duché cl2
1970; ).iicl1el ele Certeau} La poss2Ssicn J2 !
f orr:1ine-!\iu,ée Historique Lnrr~ine) 19+3~ 1951; Francis Julliard, l 9í0; KeithThomas, ,/

Ser\·ir, 19-l /; francís Honlis2s et rn


H. J562-168..f-: Thc Sl)~·il·;J
XIX. St:rnfnrcl, Stz-mfnrd Uni\·ersit;· Press, 1972; Paul B,J::cr
Las

The BorJcrl.n1J,
und Loening, 1 963. \ Volfgang
Sornan, '·Ic,s proces ele
primera síntesis sobre la G\Za ele
sin 32: + (l 9íí), pp. í90-S l+; .-\lfreel Sonrn1, .. The Parbment of Paris :rnd tlw Grcat
Witch Hunt (1565-16+01, S'xreenth 9:2 (] pp. 30--H; Rohcrt
ger, '"\Vitchcraft St11dies in :\u.~rri2, and S\\·itzerbnd)', en JonJthan Barry 1 l\iuchen1blcd "SorciE:res du C;-in1hré<;;i;:; L'0.ccultur:1.ti0n ch1 m0nde rurJl aux XVlc
1

.\íarianne Hester and Gareth Roberts ( eds.), 1Vitchcrcif,: in Ear-!f ,lfodcrn Europe: Studi~s et XV!Ie sii~cles", en AA.VV., Prophetes et sorcicrs dans les Pap-Bas. XV/e-XVII/e siecle,
in Culwre and Belief, Cambridge, Cambridge UniYersity Press, 1996, p. 69. París, Hachette, 1978, pp. 155-261; Robert Muchembled, Les derniers bíichers. Un 1·i-
4
Cario Ginzburg, / Benandantí. Stre9oneria e culti a9rari tra cinqucccnto e seicento, Turfo, llage de Flandre et ses sorcicres soux l.ouix XIV, París, Rarnsay, 1981; Gustav Henningsen,
Einaudi, 1966; Hugh Trevor-Roper, "The European Witch-Craze of the 16th and The Witches' Adrncate: Basque Witchcrcif,: and the Spanísh lnquisítion, Reno, UniYersity of
17th centuries", Encounter, 38:5 (! 967), pp. 3-25 and Encounter, 38:6 (1967), pp. Nevada Press, 1980 (edición en castellano: El abogado de las brujas. Brnjcrfa ,,asca e
13-34 (reeditado en H. R. Trevor-Roper, The Crisis eftbe Sei-·enceenrh Cenwry: Religion, Inquisición, Madrid, Alianza, 1983); Christina Larner, Enemies efGod: The!Vitch-hunt in
the Reformation and Social Chan9e, Nueva York, Harper, 1968, pp. 90-192; y en H. R. Scotland, Baltimore,The John Hopkins Unh-ersity Press, 1981; John Putnam Demos,
Trevor-Roper, The EuropeanWitch-Crazeefthe Sixteenth and Sei-cntcenth Centuríes and other ef
Encertaining Satan:Witchcrcif,: andThc Culture Ear!J' New England, Nueva York, Oxford
Essays, NueYa York, Harper, 1969, pp. 90-192); Robert Mandrou, Magistrats et sorciers University Press, 1982; Emrnanucl Le Roy Ladurie, La sorciere dejasmin, París, Seuil,
en France au XVIIe siecle. Une ana!J'se de psychologie historique, París, Pion, 1968. 1983 (edición en castellano: La bruja de jasmin, Barcelona, Argos Vergara, 1984).

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Historiografía. Demonología cristiana y cultura lolklórica en el contexro europeo
Fabián ,1/ejandro Campa9ne

(1976), Edward Peters (1978) y Franco Cardini (1979). 6 El simple listado


Robin Briggs y Stuart Clark, entre otros. 8 Finalmente, el comienzo del
de las editoriales universitarias líderes gue por entonces comenzaban a
nuevo milenio asiste a la irrupción de una tercera camada de investigadores
interesarse en la publicación de monografías sobre la brujería europea,
integrada por especialistas como Diane Purkiss, Malcolm Gaskill, Marion
basta para demostrar la realidad de la rernlución historiográfica a la que
estamos aludiendo. Gibson, María Tausiet, Armando Maggi, Walter Stephens, Michael Bailey,
Alison Rowlands, Gary Waite, Tamar Herzig y Jonathan Durrant, entre
En la década de 1990 el liderazgo del campo historiográfico recayó en
otros exponentes de u~ listado que resulta cada vez más abrumador. 9 Cabe
una nueva generación de académicos, quienes continuaron revolucionan-
8 A continuación incluyo solamente el texto más reconocido de cada uno de los
do las ilwestigaciones sobre la caza de bnrjas con la apertura de nuevas
especializaciones, relacionadas con los estudios de género, el folklore, el historiadores mencionados: Wolfgang Behringer, He.,cni-eifol9un9 in Bayern:Volksma9ic,
análisis del discurso, el psicoanálisis y la historia del arte. 7 Cab;ía ubicar Glaubense!far und Swatsrason in der Frühen Neuzeit, Munich, R. Oldenbourg Verlag,
1987; Brian Levack, TheH'itcb Hunt in Early J1odern Europe, Londres, Longman, 1987
:n esta cohorte a Wolfgang Behringer, Brian Levack, Gábor Klaniczay,
(edición en castellano: La caza de brujas en la Europa 11Joderna, Madrid,Alianza, 1995);
Eva Pócs, BengtAnkarloo, Pierrette Paravv Lvndal Roper James Sharpe Gábor Klaniczay, The Uses efSupernatural Po,rer: The Traniformation efPopular Religion in
.I' / ' '

;l/ediernl and Early-.lfodcrn Europe, Princeton, Princeton Unh·ersity Press, 1990; ÉYa
Pócs, Fairies and 1Vitches at the· Boundt1ry· ef South-Eascern and Central Europe, Folklore
6 Fellows Communications 243, Helsinski, Akademia Scientiarum Fennica, 1989;
Jeffrey Burton Russell, IVitchcreft in the 11IiddleA9cs, lthaca, Cornell UniYersity Press,
Pierrette Paravy, De la Chrétienté romaine a la Riformc en Dauphiné. É,,eques,fideles et
1972; Norman Cohn, Europe's lnner Demons:An lnquiry lnspircd by tbe GreatlVitch-Hunt,
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20

9/194
9/72 21
cristiZtnJ y cultur-1 ··-- 1'u :. _ · 1
. ,u KJunca en ei contcxro europeo
Fabián

rias generales, 13 las nhr0s de i+ las recopilaciones ele artículos


editados, 1; las colectáneJ.s Je docurnentos y fuentes prin1arias, Y ]os re._1-
Los ders. ! i ~ 1uy pocos trat:ido:-; no gozJn yct de
a un nun1ero
XX Jtraen
en lenaua n1oderna debidan1ente anotada lnor editores
~
: 1 ~Ennbién
de n:J_ne r a not:-1hle el análisis ele la.s representaciones
y del aguelarre
Pero lJ , ¡ ,
,ngente czintic1ctC1 de rnonovrafias
c~ar_ cuenta de la sofisticación adguiridzi~por la X\·¡ a X\ íl,

cie brujas en las últimas décadas • ...__


¡:n1 la" "1; J ]
oc"Llwll( corrió por cucnt0 de \Villi:un ?\1r;ntf'r, Bf'rgt .-\nkeislnn ;· ~tuart Cbrk.
é}(
"-·'- c.
alnmclan L,s histo- :+ Robert J\luclwmblecl, Une \'/fe- \'\'e

;) El proyecto rn~;;; r1n1hicins.:n en f'(;te scntidn


por Rriln Lene!,·

Breslaw
Nue,·aYork, Ne\\·York Press, 2002.
, C)xforcl,
1999. ;s Especial reconocin1iento rnerece h n1nnun7f'ntJl sc>riP de \·olúnrenf's a
12 Charles Zika The Ap ºn"· h ,r. la reproducción facsimilar de la mayor parte de los documentos editados sobre la
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2~~t;:
G d d p, . ' • 5 , 1 ne, uc as kluse·.,Jrr
o1Mrer mhEarlybl Modern Europe, 'Filadelfia, University of Pennsylvania P;ess,
' o ert uc em ed, Diable!' París Seuil 2002 O . . '
general de Sharpe, los distintos YO!Úmenes de la serie fueron editados por Marion
Gibson, Malcolm Gaskill y Peter Elmer. Merecen destacarse, también, otros em-
original, en el cual el análisis i . 'fi '. ' . tro trabaJo particularmente
. conogi a ico Juega un papel relevante es una mono rafía prendimientos recientes de menor envergadura, como las traducciones al inglés de
los tratados clásicos de Johann Weyer, Martín del Río }' Pierre de Lancre: Johann
lraescb1ern~e que aborda en perspectiva comparada el sari hindú Yla in;ineración rin~I de
UJas europeas· Pompa B · B . Weyer, Wirches, DeYils and Doctors in rhe Renaissance.Johann W1:_rer, De Praestigiis Daemo-
. anerJee, urnmgWomen:JYidows,1Virchcs, and Earl 'rf d
European Travelers in India Nueva York Palgr . , 1 ·¡¡ ~ 1 0 ern num, introduction and notes by George Mora, translated by John Shea, Binghamton,
' , · a\e" acm1 an, 2003.
22
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10/194
10/72
23
Historiografía' . Dei nono ¡og1a . . ,. cultura folkl, .
, cnst1ana I
~ • onca en e contcxro europeo fobián ,-llejandrü Campa9ne

-
Desde hace ,algunos a nos 1 l/ JI
e ,. a eus Maleficarum el texto fer1c h e e1e 1a increme nta de manera exponen cial la cantidad de docume ntos originales
e1emonolo gia po ·r . l suscitac
_. I '
o un renovad o interés P 1 1
. ~ s1 1\ a, 1a or parte e e os que pueden consulta rse por Internet . 21
1m·estigadores h <l cl .,
. ' que a re un ado en audaces hipótesi s sob re 1a cuest1on Tocio este fenomen al esfuerzo colectivo ha desembo cado en 2006 en
de la autoría edición inglesa del texto I . d
y en una nueva
los tiempos de Monta ue S 19 - ' a pnmera escle dos logros que coronan cuatro décadas de erudició n y trabajo sistemático.
'd·' 1 lb g ummers . Los Cahiers lausannoís d'histoire Me refiero, en primer lugar, a la publicación de la monume ntal Encyclo-
me ieva e a ergan ya c . d d
I . .' . as1 una ecena e monogra fías -editada s por pedia efWitchcreft: The Western Tradition, un esfuerzo colectivo que alberga
e equipo de Jovenes mvesti ad .
Baglian i- . -d 1 g ores ,que coordm a Agostin o Paravicini 758 artículos , redactad os por 170 expertos de 29 países diferente s; y
22

f . ,:.1enta as a a exhuma cion, publicac ión v comenta rio de en segundo lugar, a la aparición de 1vla9ic, Ritual, andWitchcreft, la primera
uentes me Itas sobre la caza de brujas en la región alp., ina wT:a b.'
- . . m 1ense revista académica que ha hecho de la caza de brujas europea una ele sus
magic, editcd by P. G. Maxwell-Stuart, Manchester, Manchester Unh· . .
. especializaciones excluyen tes. 13 Probable mente nada refleje con mayor
2000; On che lnconstan9, onl'itcl1es· Picrre De L '..,. bl D e1 Sil) Press,
1 ':J, . ancrc s ,a e,w el'!neo D
nstancc es 1 aill"ais
11 contund encia la centralid ad que el estudio del fenómen o disfruta actual-
, nges Et Demons 1612 edited b,·., G er1 11"Id S 1 1 ·¡¡·1ams t 1 ¡ b
'
and Gerhild Scholz Williams T, A .
e 10 z W1
' rans atec y Harriet Stone mente en el seno de la academia occident al, que el hecho de que uno de
, empe, nzona Center of Med·ie,·a¡ an d Renaissance
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Particularmente valiosa resulta la edició11 bT los
I 1 mgue e os cmco textos más f
do del sa , an iguos Barbara, ABC-Clio, 2006, 4 vols. Hasta la publicación de esta obra fundamental,
en os que se menciona el estereotipo demoniza Robbins,
entre finales ele la década de 1420 , _ . d , bbat, todos ellos redactados especialistas debieron conformarse con el texto clásico de Rossell Hope
} comienzos e la decada de 1440· e· . . s, 1959.
Ju The EnCJclopeJia ef'Vitchcrefr. and Dcmo11olo9y, Nueva York, Crown Publisher
sabbat. Edition critique des textes les plus anciens (1430 e 1440 '. ) reum.d·os 1ma91na1re M · emergadu ra son los encarado s por Michael D.
O -- Esfuerzos recientes de mucha menor
storero, Agostino Paravicini Bagliani t Kathrin Utz Tren; ' 1 por . , artm_e
pági-
Catherine Chene Lausana llni\',. ·t, 1 L · P, en co aborac1on por Bailey, Historical Dictionary efll'itchcrefr., Lanham, Scarecrow Press, 2003 (199
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. - a iers ausan1101s son: Pierre-Han Ch ff:at, La Sorce- Westport , Greenwo od Press, 2003 (359 páginas de texto).
1lene comme exutoire. Tensions et e .n- 1 D o
º'!J"ls ocaux: ommartin 1574 J578 L 23 La revista es editada por la Unil"crsity ef PcnnsJfrania, El primer número vio
la luz
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. a atete asse au.tsorciers al'evey (1448) de 2006. Actualme nte cada rnlumen consta de dos números de
Lausana 1995· S J . S b" en el verano boreal
' ' , an rme tro 1110, Franf·oise saunfe Jes.fiam mes.' Une Val a1san11e . ' ' s han sido Michael
accusee Je aparición semestral . Los primeros editores generales designado
sorcellerie au Xl'e siecle, Lausana 1996 _E , M .
' ' 'a a1er, Trente ans m·cc le diable. Une nouvelle D. Bailey y Brian P. Copenhaver; véase http:/ /magic.pennpress.org,
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11/194
11/72 25
Historiografía. De n1 i.\no ¡0_;1.1
, cristi ana)' cultur a folkló rica en el conte"--"-'1·0 curop
., ~o Fabián (ampo gnc

los dos edito r"'s o· era ¡es actua les. de


, .. ben . h, re\·1· ºt~ <lemonizado <lel sabh at, ning uno de ello,
Roper , una de bs más ~ " J)asL on d p¡.·,en t s ll
rec T . dio luga r a uria perse cnció n masiva
ono<...· l .
1< as e,pec . ..
1al1stas del. camp o ..hi,Lo, ea ne com o la que se inic:ia en Valais a parti r
f' a
L)
que ri. de 14 28. Otrzis cron olog ías rival es,
. nos ocup a. Una déca das atrá · e·t
· ', ' a en. .ctcn,
, .tanc1.a hut)i
, er·
. que prete nden situa r el com ienz o de
ogn
¡- 'CO
¡ b caza de bruja s en el segu ndo y en
simp leme nte inc:cinccbible. >
" resu ,ac o el últim o cuar to del siglo X1\', no han logra
do suste ntars e sobr e prue bas
2. Occ iden docu men tales sólid as. 29
. te de·q · · a d o: 1as hog uer as
s mci ln las déca das post erior es a 1+30, la casi
de la mod ern idad toralichd de los proc esos por
bruje ría, ente ndid a corn o crim en colec
tivo, tuvie ron luga r en los Alpe s
¿Qu é sabe mos sobr e· iJ. 0vr~n Occi dent ales: en el Delfü1ado franc és,
~
ª' ~aza e¡e b rups . euro ¡)ea, Gr · . 1 en terri tcirio del duca do Je Salwy,i,
tente esfu eno científic0. rle ll- j . en los princ ipale s canto nes suizo s Je la
-' <l . l . '
u ,a .1r o en ei apar t:ido . Jcias a persis- n:gio n. Habr á que espe rar hastJ el
oa resu ta posh 1 ¡ ante rior en J~ a~t · J·
. , . i it' e etern linar con sinau , · ",, ua l· estaH ido Je la !0udrric: c/';lrras en el extre
los alcan"AS d., ¡ '·¡· lar we ·i . ' , ¡ . ''· mo non e de FrJnci.:i, en 1459 ,
b I i..:.sioi. JS <lun ensw . para que b repre sión jurl.icial de la hruje
l ~~
l
~ as GJ . .,ren
- ,.re,~ o Jea d as rcprí"srva . s. Un exte11Ji<lo . nes . ' .
). rí;, se in.lep encli ce dehritiv:1meut..:
entre os e:me dalis ta. ..m,te
; ~os,e
. • · del esce nario que la había visto nac-: 30
p,n '4 78 , ~ pe1 ner 1u" ¡, e , , . 1.. l con~e1,,o · r. En 1473 , 1a tend t:nóa espa 1isin
~
., ' '1' " .. «cen a JHC ic1a que cshl la
,. , ' en el cant on de Vaiais, con, tituí rfa el <lel nut:vo ester eotip o _se cons olida con b rle,ig
Je repre sión de la b , . ' xi111e-r cas , ' nació n <lel dom inico Hl.'in·
. . ruJe . l . - o comp,nb::ido rich Krar ncr corno inqu isido r papal en
ra se hab ' , ,, J·J na com .
o cnrn cn colcc ti\O ,s L, .· h hs regio né's dé'l oeste y dd sur
esta prim era
na enc~n l o ya a final es de !427_26 L - ·1 g v pi. 1n1er a ooue -
-. . . º
del impN iO alem án; en 14-84-, Kr~m er
desa ta en Ravf 'nsbn rg la prim era
. , ., o~ ' me~e~ m1c1ales <le
. pc1 secu cwn <le la nuev ' ºe"'a· Je Zt(o1· caza de bruja s de enve rgad ura eu terri
<.t.;, '-,.-,l..
l a <l ore~ l 1 l torio germ ano, en b que picrr kn
~

prod. uje. ron un saldo <le 200 con< lenad la vida 48 prucesa<los. 31 Resu lta amp liam
' 0s ,·,l .,t1p ¡·.1c10 . Dar. e.1 k=go ue ue1.n on10
La. - ente cono cido el dese nlaec de la
cuc1 0nes cont inua ronh ~sta 1436 vi inten encif >n del clominiro en el S.:icro
tresc ienta s 27 Otro . ·f , 11 ', . , .... ,seJe · hnpe río: p¡;ra apoy ar 1os esfue rzos
. 1" . , ./ a ci ra t,)ta e e v1ct1mas alczim:a!'Ía
la P'"Ím"'r . ,. . 1 s l ep1soc ios c¡ne com las de Kram er, el Papa lnoc encio VUI publ
piten por ser cons idera dos com o ica en 1484 la bula Summis cleside-
' - a ~aza e e Drup s del rantes affeccibus, el Únic o docu men to
1390 cont ra <;;¡l,illi ·z. . ,.cont .
inen te son los rxoc es. ·¡ papal que ;ilnde de man era direc ta al
,- d ' ·, a .,mm y f ienn a Riaa ,
· '1::,''·is· ' '). ci1 JlllCJ
, . •
.os n11 anes es de
el ,
nuer n par:-i<ligrna de la bn1jé'rÍa com o
crim en cokc tivo; dos años desp ués
O e lv1atteucci Ji
rranc esco , csarr ollad o en Todi ,,n 14 apar ece en Spey er la prim eni edici ón
~·' -í8·,.2s s1ne . ' rnu~ 1. roo
aunq t ª · del Jhl/e us .lblef iraru rn, Ícon o Je la
proc esos italia nos se dete can m '
- - - - - - - -· · t, ucno s d e l os co•i1. .·· b , , , ie en estos
1
dernonologÍii radic al tar<l o-csc ohsti ca. ll
En 14-91, el mism o año en que
· ' pniic ntes ae. cster eotÍ' )O
.1

" Lindal Ro per comp. . •


Chris \Vick ham. 2r,e actua lmen te la ec1ici ón en»· Para esta discu sión ,·/,as<" Arno Borst , Borba
• g .. ,, ªl d e .Post and Presenr con
¡- 29
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12/72
J/JJ..
cristi:inJ ;· cultura LJ]klúrica en el contcxro europeo

serÍ;1 definiti,-Jn1c1it(·l 1 ,l ' 1


expLL~JUu ucl territorio alcrnán, el don1inico enYÍa pirenaicos de I'< a\·arra. 36 Esta prin1era oleaJ;:1 represi,·a española no ha
una carta J] · · l ¡ "1 b
mun1c1pa, e e 1,urern erg en b que se atribm·e b 'l e a ra1z
Dodido ser rcco11stru1J.1 en uetal
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1 . ]
J ci1¡ ·-<ll11c1Lc.:i
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1,_ie se11 . ._s -·1:,.

responsabilidad por b ejecución de al menos 200 sospechosos de br~jería


documentales ;:iprnpi"J¿¡:;_ La celebérrima junta ele_ te6bgos or~ani;,:ada
cluLmte :,u ciesem¡ic:iiu como inc¡uisidor papal. ' 3 :\unquc en Drinci¡)io la
·r e] . • 1 en Granada en 1526 con el objeto de deternlinar el caracter real o nna-
c11 r a puer e rc:,ultar irnpJdJnte, esL1mus mu:· lejos de las dimensiones ' ,los ª~\·u11tarn1entos
· ;bnJJer1
· ·¡ es, } e,1 »,lo,/, Ír -,,pcrs'iciones I'
_ginario ele -r
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1.1uc b r<cpresión judicial de la brujería adquirirá en Alemania en


lllJsi, Js
hechjceri'os del franciscano ?\·lardn de Castzilit~ga, publicado en Logro1l.o en
las ~primeras d~cacL, dci si,J]o
b
XVJI . 34
.\lientrJs el nuc, u p;.irc1d1gm;:i rcpresiYo encontraba una enconada re-
1 ::
'-.J-.,-,,
7 9 cons+-~t· 1\·ep la eYidencia Drincipa.l del aran in1pacto proYocado por
r,.Ll. \~., 11, i ' • ~ 31 ;_ l -'-

dQUellos rantasrnat.1cos procesos pirenaico~.


si5lencia en suelu g,:rrnJ110, L represión judicial de la brujería alcanzaba 1
P l . [ l ' '. Entre las décadas el~ 1520 ). 1570 la intensidad de la caza ele brujas se
~n e1 no1 e e e lta!1c1 un,1 intcn:oidJd inusitada. Verdadero canto del cisne
reduce de rnanera drarnática en territorio europeo. Se trata de un curioso
de b dec1Jente i11c¡ui:oición medie,·al, esta oleada represiva habria Dro- ' s1~
· l o ue
1 t • ,l l hiato de 1nedio 1
clurac1on,
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·- t e e1' cua1
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\"(.)CJUO cerc.:i ele do.') 111íl \-lctiinJs en el hintuJ_1ncl n 1iL.1né" ,. en la l=n jl;,..
f) . _ - e • . _ •. . - .,
1 •L1·cos reen11JL.1'-zadas DOr ¡Dersecuciones 'iudiciales de baja intensidad.
.LC ~• llcl c._ -501,
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-,unLm.1. --,enuos tr,1t:idos Je publicJdos por Bernardo ele Como . / ílde'bo.,__ri- - 1--,-·c;c".'"lr'-:"''
• ¡,- K _... , I,, ---~ C', • -- 1r- ,-, -¡- Reducidos a su n1111i1na exprcs1on, 110s JU1c1os
- . . . '
por 'b ru3er12 • 1
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; ¡.or -Jl '~' umcu -'¡Jrna en 1:,Uj ;' ;:,23, respecri,·;:imente, han ouecbdo
"l 1 • - l con lente de au111ento. 33 No resulta sencillo explicar este capricho de la
corno !Ch inaxrniuJ monumentos de un aaudo pico de 'eroci"ui,cl · J· · 1
~ ·uu JUUlCIJ.1 Sin e111bargo, es e,·idente que 1.1 re111i~i~n del fenó111eno coin-
1a:
- - 1

que i~o "h e1L1 J repetirse en suelo it,ilic1110 ni sic1uiera en tiempo de


1
·-'c'e
l
\.....1~on~ ~ l~u eaaudizwió,~
,.__ b -ª '- -'- del conílicto reliaioso
b 1Dro\·ocado ~por la irrupción
-
grandes Dcrsecuciu11t.._~s L·ontinentales posr·e~;o,·t~,,1 -1 1 :::'"";'o 3;..,. b-., ,
,l ,¡_,1_, c ,.JJJ. 1an11enen1J. .. -
del progra1na de reforn1a luterano. ¿Tenía sentido perseguir clernonios
déc.1J,1 J,c. 1 e; 'O1 ¡, -,. - 1,, 1 _ . ___ •. • 1 .

• • e ' -- - -d ld,-..1 ue DI UJa.::i pencLrJ por pr1111~ra ,-ez en territorio


1

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in 1a~b i11 a:·ios cuJ.ndo los res11)ectiYos ach·ersarios confesionales configuraban
' ,._, · --- ,._ Ld uc iu.s procc00.s 111c0Juos por 1J. _iusticia civil eni10 ° ,-a-¡·'e"
l ; • -· ,:::, , 1 ,") den1onios de carne y hueso a quienes n1asacrJr? 39
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tli de ;· en funcic',n <le los Jocurncnlos e,. •!l.•c'1, se hJ ~slimado dicien1bre ele 1S62, el conde lI1rich Yon I-!elfenstein en\·Ía a la hoguera 2 20
c¡ue los P'.º~bo~ por brujería, magia ritual :,· hechicería cclcbraclos en Europa con n1ujeres, acusadas de pro\·ocar las torn1c1itas <le grJnizo que unas serr1ana.s
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:;Jy~m,,i'.'.c,·.·. . , , SurDonne,
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Osear Di Simplicio, Autunno della stre9oneria. A!aleficio e magia nell'ftalia moderna Bo-
mpersticioso en la España de los si9los XV a XVIII, Madrid, Miño y Dávila, 2002, PP·
lonia, 11 M~ili~º· 2005, PP: 13-14; Giuseppe Bonomo, Caccia al/e sueghe, pp. 7;_84_
48) y SS.
Para un anahs1s del tratan11ento que la cuestión de la brujería recibe en Italia a fines
38 Dadd D. Bailey, Ma9ic and Supemition in Europe, p. l 52;Wolfgang Behringer, IVitches
d.el siglo XVI)' c~mienzos del siglo XVII, en tien~pos de las grandes psicosis bruje-
andlVitch-Hunts, -pp- 79-82.
nles que caracterizan a la Europa del Renacimiento tardío, \·éase Giovanni Romeo
39 Para una interpretación en este sentido véase André Brulé, Sorcellerie et emprise
lnquisitori, esorcisci e scre9he nclf'ltalia della Concror!farma, Milán, Sansoni, 2004(1990)'
pp, 3-108, 247-288. ' démoniaque a Metz et au Pays·messin, Xlle-XVllle siecle, París, L'Harmattan, 2006, PP·
77 y SS.
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Historiografía. Demonología cristiana y cultura folklórica en el contexro europeo Fabián Alejandro Campagne

ante~ habían destruid~ los sembradí os locales. -!O Durante el año siguiente De hecho, el índice que mejor señala que e~ las décadas finales del
el senor local_ord enana otras 43 ejecucion es, convirtie ndo a 'vViesensteig siglo XVI la caza ele brujas ingresaba en una fase de renovada intensida d,
en el escenario de la caza de brujas más intensa hasta entonces conocida es la explosión editorial que por entonces protagoni za el género demo-
en territorio alemán. 41 De todas formas, el suceso que realment e marcó nológico. En 1574, un editor veneciano reimprim e el Afalleus Maleficarnm
un cambio de tendencia definitivo , abriendo las puertas a las alucinadas por primera vez desde 1523. Le sigue otra edición veneciana en 1576. En
dimensio nes que la represión judicial de la brujería adquiriría a comienzo s la década de 1580 se reimprim e tres vect'ts en Frankfurt , y una vez más
del siglo XVII, fue. la persecuci ón que estalla en el principad o-arzobis pal en 1600. En Lyon se publica en 1584 y 159 5, y luego en otras 6 oportu-
d~ Trie~ (Treveris~ en 1585. 42 Se trata de la primera psicosis de grandes nidades durante el siglo XVII (la última edición tiene lugar en 1669).+6
d1mens10nes que tiene por escenario uno de los principad os católicos del El Tractatus de Binsfeld, que para muchos estaba llamado a reempbz ar
oeste de Alemania , llamados a convertir se en poco tiempo en el Iocus de al Málleus, fue reimpreso en 1591, 1596, 1605 y 1623; en traducció n
las más feroces cazas de brujas de la historia europea. Particula r impacto alemana fue editado en 1590, 1591 y 1592.f? La radical Démonomanie des
produjo en la opinión pública continent al la ejecución del Dr. Dietrich sorciers ele Jean Bodin conoce diez ediciom · entre 1580 y 1600, una tra-
Fladde, abogado, consejero imperial, y uno de los ciudadano s más ricos ducción latina que aparece en Basilea en 1S '1 y en Frankfurt en 1590, y
de la ciudad. 43 Tras una década de inclemen te brutalida d judicial, las cifras una traducció n italiana editada en Venecia en l S'39 y reimpresa en 1592 _+s
oficiales señalan la ejecución de 368 personas. 44 En 1589, los sucesos de Por aquellos años aparecen también las restant ts piezas claves del genero
Trier dieron lugar a la aparición del Tractatus de coefessio~ibu~ malef/cornm demonoló gico tardo-esco lástico: la Demonolatriae libri tres de Nicobs Rémy
et sagarum, del jesuita Peter Binsfeld, el primer tratado demonoló gico (1595), la Daemonolo9ie de Jacobo VI de Escocia ( 1597), las desmesur adas
de envergad ura desde la publicaci ón del Malleus Afolef/carnm más de cien Disquisitionum magicarum del jesuita Martín del Río (1599-1600), el Discours
años atrás. 45 exécrable des sorciers de Henri Boguet (1602), el Compendium malef/carum de
Francesco -Maria Guazzo ( 1608), y el difundido Tablea u de l'inconstance des
: Sobre la po~i~le relación entre !'os desastres climáticos de la pequeña edad glaciar mauvais anges et démons de Pierre de Lancre (1612). 49
} l_a persecu_c10n de las brujas_ ,·ease Wolfgang Behringer, "Climatic Change and A partir de 1580 las oleadas represivas de alta intensidad se multipli-
W1tch-Huntmg: The lmpact of the Little Ice Age on Mentalities", Climatic Chanae,
can en Alemania , Francia, Escocia, Dinamarc a, Suiza y en los Países Bajos
43:2 (1999), pp. 335-351.
41 Gary K. Waite,
españoles . Pero las psicosis brujeriles alcanzan también regiones hasta
Eradicatin9 the Devil's Minions, pp. 3, 144-153; Alison Rowlands
IVitchcr'!ft Narratires in Germany, pp. 25-26; H. C. Erik Midelfort, IVitch Hunting ¡~ entonces no afectadas. Inglaterra inicia la represión judicial de la brujería
Southn-estern Germa'!)', pp. 88-90. con la sanción del estatuto de 1563. 50 De hecho, en algunos condados del
-1i Johannes Dillinger, "Electorate oITrier", en Richard M. Golden
(ed.), Encyclopedia
eflVitchcrefc, vol. IV, pp. 1135-1136. 46 Christopher S. Mackay, "General Introcluction", en Henricus Institoris and Jacobus
·
43 Alan Charles Kors y
Eclward Peters (eds.), IVitchcrefc in Europe, 400-1700, . Sprenger, Malleus Maleficarum, vol. 1, pp. 170-171.
308-318; Rita Volmer, "Dietrich Fladde (1534-1589", en Richard M. Golden (e:.~, 47 Johannes Dillinger, "Peter Binsfeld (1546-159 8)", p.
124.
+s Robert Muchembled, "Terres de contrastes. France, Pays-Bas, Provinces-
Encyclopedía ojWitchcrefc, vol. II., pp. 378-379; continúa resultando ele utilidad la Unies",
consulta de uno de los textos clásicos de la historiografía de la caza ele brujas europea: en Robert Muchembled (ed.), Ma9íe et sorcellerie en Europe, pp. 108-109.
George Lincoln Burr, "The Fate of Dietrich Flade", Papers ef the ;lmerican Historical 49 Wolfgang Behringer, IVitches andlVirch-Hunts, p. 102.

Associacíon, 5 (1891), pp. 189-243. so James Sharpe, fnstruments ef Darkness, pp. 89-90. En rigor de verdad, el primer
44 Wolfgang Bchringer,
"Allemagne, 'mere ele tant de sorcieres'", p. 70. estatuto inglés contra la brujería fue aprobado en 1542; sin embargo, no se ha con-
41 Johannes Dillinger, "Peter servado ningún documento que demuestre la aplicación efectiYa ele la norma (lbid.,
Binsfelcl (1546-1598)", en Richard M. Golden (ecl.),
Encyclopedia eflVitchcrefc, ,·ol. I, pp. 122-124. pp. 28-30).

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Historiografía. Demonología cristiana ). cultura folklórica en el contexro europeo
Fabián Alejandro Campa9m

sudeste del reino (Essex, Kent, Surrey, Sussex, Hertford) las décadas finales
De todas formas, ninguna región europea igualará en intensida d y vio-
ele la era isabelina coincidirá n con la fase de mayor intensidad represiva en
lencia a las persecuciones que tendrán lugar én los principados eclesiásticos
la historia del país. 51 También en la España pirenaica los juicios por brujería del oeste alemán durante las primeras décadas del siglo XVII.;~ De hecho,
comienzan una vez más, hasta alcanzar su clíma:.: con el legendari o proceso entre 1585 y 1635, los celosos prelados contrarre formistas a cargo de seis
de las brujas de Zugarram urdí ( 1610-161 4), un episodio cuyo fenomenal diminuto s estados católicos -los electorad os de Trier, Colonia y Mainz;
potencial para transform arse en una represión de proporcio ~es gigantes- los obispados de Bamberg, Würzbur g y Eichstatt - condenar on a muerte
cas fue neutraliza do finalment e por el Santo Oficio. A pesar del número a cerca de ocho mil personas. 55 Esta cifra escalofriante equivale a 18% del
exiguo de víctimas -doce condenad os a la hoguera, de los cuales cinco total de víctimas provocadas por la caza de brujas entre 1428 y 1782. 56 Una
fueron relajados en efigie-, el proceso logroñés tuvo un papel clave en particular ferocidad caracterizó a Ferdinand Yon Bayern, príncipe-arzobispo
el colapso del estereotip o demoniza do el sabbat en España:'1 En los años de Colonia, quien entre 1624 y 1634 envió a la hoguera a 2. 200 condena-
finales de la década <le 1610, y a lo largo de la década de 1620, diversos dos por el delito de brujería; estas cifras convierte n al fanático elector de
indicios señalan la existencia de una intensa oleada represiva en Aragón Colonia en el máximo cazador de brujas de la historia europea. 57
y en Cataluña, impulsada en esta ocasión por la justicia civil. Aunque la A partir de los primeros años de la década de 1630 las persecuci o-
mayoría de los documen tos no se han conservad o, es probable que varios nes masivas adquieren carácter excepcion al en Occident e, y tienden a
centenare s de personas perdieran la vida antes de c¡ue la Inquisición lograra concentra rse en la periferia de la civilización euro-atlán tica. Dejando de
finalment e detener las ejecuciones. 53 lado los grandes episodios de posesión colectiva que afectaron a diversos
convento s femeninos durante las décadas centrales del siglo XVII, 58 las
;i James Sharpe, lnstruments ef Darkness, pp. 108 y ss.
54 Lyndal Roper, IVitch Craze: Terror and Fantasy in Baroque Germany, New Hayen, Yale
52 Gustav Henningsen, "The Context", en Gusta,· Henningsen (ed.), The Solazar
Unh·ersity Press, 2004, pp. 15-29; Robert Walinski-Kiehl, "Prince-Bishopric of
Documcms: lnquisicor Alonso de Solazar Frías anJ Othcrs on che Basc¡ue Witch Persecution,
Bamberg", en Richard M. Golden (ed.), Encyclopedia ef)Vitchcrefc, ,·ol. I, pp. 87-89;
I,.eiden, Brill, 2004, pp. 1-95; FabiánAlejandro Campagne, "Witchcraft and the Sense-
Ludwig Pelizaeus, "Electorate of Mainz", en !bid., vol. III, pp. 708-71 O; H. C. Erik
of-the-lmpossible in Early Modern Spain: Sorne Reflections Based on the Literature
Midelfort, IVitcb Hunlin9 in Soutbn-cstcrn Gcrn101~-, pp. 98-112.
ofSupersti tion (ca. 1500-1800)",HarmrdTbeolo9ical Reriew, 96: l (2003), pp. 57-61;
55 Wolfgang Behringer, "Allemagn
e, 'mere de tant de sorcieres'", pp. 74-75; Wolfgang
\.Yilliam Monter, Fronticrs efHeresy: Tbe Spanish lnquisitionjrom the Bosque Lands to Sici!J',
Behringer, IVitches andll'itcb-Hunts, p. 109.
Cambridge, Cambridge Unh"ersity Press, l 990 (cito por la edición en castellano:
; 6 Jonathan Durrant ha sugerido moderar esta cifra,
La otra Inquisición. L.a Inquisición española en la Corona de Arn9ón, Naraira, el País lasco llenndo el número de víctimas
pro,·ocadas por estos príncipados eclesiásticos a 6. 500 (Jonathan Durrant, Witcbcrefc,
y Sicilia, traducción de Felipe Alcántara, Barcelona, Crítica, 1992, pp. 318-324);
Gender and Sociecy in Early Modern Germany, p. 12, n. 36).
Manuel Fernández Nieto (ed.), Proceso a la brnjería. En torno al Auto de Fe de los brujos
57 El grado de responsabilidad
personal que le cabe a Fernando de BaYiera por el
Je Zuaarramurdi,l.O[Jroño, 1610, Madri<l,Tecnos, 1989, pp. 75- 139;Julio Caro Baroja,
estallido de la persecución en el territorio de su principado continúa siendo objeto
Inquisición, bmjería y cripcojudaismo, Barcelona, /\riel, 1970, pp. 181-315.
de debate. Aunque no caben dudas sobre su rígida actitud respecto del crimen de
53 Valérie Molero, 1lla9ie et
sorcellerie en Espa9ne au siecle des Lumieres, 1700-1820 , París,
brujería, algunos autores han sugerido que el príncipe-arzobispo no inició la cacería
L'Harmatt an, 2006, p. 91; Henry Kamen, "Spain", en Richard M. Golden (ed.),
judicial de brujas sino que reaccionó una Yez desatado el fenómeno. Véase Thomas P.
Encyclopedia ef1Vi1cbmift, vol. IV, p. 1070; Martí Gclabertó, La palabra del predicador.
Becker, "Ferdinand ofCologne (Wittelsbach, 15Tl-1650 )", en Richard M. Golden
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(ed.), Enqclopedia efJViccbcrefc, vol. II, pp. 362-363.
111-115 Henry Kamen, Tbe Phoenix anJ tbe Flame. Catalonia a11J tbe Counter Reformation,
58 Moshe Sluhovsky, Belicl'e Not Every
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32
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el

principales represiones tardías fueron los procesos ele .\ !atthe\\ Hopkins V\"]"
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en East :\nglia ( 16·t-5 y l 6+7)/ 9 la Gro,Js Háxc~ n1asacre de En Hungría, los juicios por brujería :t1can?an su n1J:·or intc,r1~íchd entre
brujJs" del señorío de Prattigau ( 165 2 v 1660;, b c.:in de brujas 1710\1750. PzirZJrnrnnces,!i,,
escocesa ( 16;8.- 1 1 ;6 la gran caza de brujas sueca ( 1668-1676); 82 la
1 habíctn e~t:ituto:-:; (}Uf' torn,1b2n in,·iJ.hle lJ. con

persecución de ]zi. hzinda de Zouberer J._1c.kl en ( 1673- 1 y ele h hrujrria cnmo delito cnlccrin·, instrucc-innes ele h
los míticos ¡)íocesos ele Salem, \ hss.:icl111s, trs ( 16921 0 é> Durante el siglo espzi11ola de 1h 14; 1:-1~ in.sr:·uccinnc.--; clcl S0n1.o ()fjz~io Rr,1rn:1nn de la rJ¡_~c:1cl1
ele 1 o lo dt,prnalinhc1n de m,,rwr;i e,pliciL, edicto fr,rnc~s ele
168.2; el edict0 prusiJno ele 1:' 1 -} ; e! c~c1n1to
f r Los proceSL.15 austriJ.CJ. ele 1766; el r1<1ci, 1n:11 .snFco de 1
en t:1 Siglo de las Luces las n1:1sí\·;:1_~ cr:1.n 1-111 fenón1l~no del
~9 \1Jlcoln1 G0.skíll, 11
pas.1do, las ejecuciones bJst:i !n_.;; albrirr:.':s de la
H:i.r\·arJ UniYersity Pr'--:ss, 2005.
centuri,1 sinuiente. 69 De hecho, la últirna por c·l crirnen
).bnfrecl Tschaiknl.T "CJ.nton of Gr:tnhlind('n (Gri."nns
1 , en Riclurd .\1. Golden ::, .

rn!. I!, pp. +s:;.+S6. de brujería en tt>rritorio europeo fne b. -\nrn Coldi en
1782, en el cant(½n .;;,ulzo d_e G1:iru;;;_
Tt~n1pus, 200.). Brian Lcra1.J:. se n1uestri en desacuerdo con Según las estin1acjonc..::: rnás rFcicntes> la cazJ. de bruj;¡.;; europcr1 h:-ihrla
sidera que los procesos de 16SS-16.)9 deben consicJerarse un proYocado )O.OílO YÍctírru.~. entrt: 1+27 Y 1782. 11 Cerca ele )Oc:,-o de estas
de b gran ele los .1ños í 661- 1662; cfr. BriJ.n P. Lc\·;::ick, l!
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Uxforcl, Chrcndon Press, 1993 (1990), pp. 233-311; Bengt \íuchémHcd
esc0ndin;:n·es et sorcier-.; du Nord", en Robcrt_ ~luchernt:l>l (cd ,en
m pp. 195-21-i
1,~urc: Sru.-!f,~n 71!r 1

Frankfurt,

Uni,·er,in· Press, 2002, pp. 236, ss.J; Robin


pp. 3'i2-3S+; \\"olfgang Behringer,
inglés: il'irchcr0,/l Pcrsccurions in Bararia· and Reason c:f 65 Brian Le\·ack ,;The Decline an<l En.d cf\\"itchrr::f~· Prnsecurinn:~", en Bengt :\nkar-
J

Scace in Ear!r Modern Europe, translated by J. C. Grayson and David Lederer, Cam- loo y Stuart Clark (eds.), Witchcr.efc and Ma9ic in Europe:The Ei9hreench and Nincteenth
bridge, Cambridge University Press, 1997, pp. 337-344); Robert Po-Chia Hsia, Ccntt1ries, Filadelfia, University of Pennsylvania Press, 1999, pp. 74-78,
Social Discipline in che Reformacion. Central Europe, 1550-1750, Londres, Routledge, 69 Lyndal Roper, IVitch Craze, pp. 222-246; Wolfgang Behringer, Witchcrefc Persccutions

J992, pp. 63 y SS. in Bamría, pp. 322-354.


M La cantidad de estudios sobre los procesos de Salem supera cualquier episodio de 70 Rainer Decker, Wicchcrefc and the Papacy, pp. 194-202; Elisabeth Korrodi-Aebli,
la caza de brujas europea. Particular interés revisten Mary Beth Norton, In che Dei·il's "Anna Goldi (1734-1782)", en Richard M. Golden (ed.), Encyclopedia efWítchcrefc,
Snare: The Salem IVicchcrefc Crisis ef 1692, Nueva York, Vintage Books, 2002; Bernard vol. II, pp. 450-451.
Rosenthal, Salem Sto,y: Readin9 che Witch Tria Is ef 1692, Cambridge, Cambridge Uni- 71Wolfgang Behringer, IVitches andlVitch-Hunts, p. 149. Para una aproximación aún
versity Press, 1995; Marylinne K. Roach, The SalemlVitch Trials:A Day-by-Day Chronicle más moderada véase Jonathan Durrant, Witchcrefc, Gender and Society in Earljr Modern
ef a Community Under Sie9e, Lanham, TaylorTrade Publishing, 2004 (2002); Frances Germany, pp. 244-245.

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His:toriogrzJía. Den1(!il()logi'J crbti<lna} culturzi. folkludce en el contexro europeo
Fabián ,llcjanJro

ejecuciones LU\ ieron lugar en territorio alcrnlm. Se trata de una cifra,


norte (2 .500 ejecucione s), los Países Bajos españoles (2 .500 ejecuciones ),
sin embargo, qu,, merece ponderarse . Ya hemos hecho referencia a la
Escocia (l .350 ejecucione s) y Dinamarca (1.000 ejecucione s). 77
fenomenal irh·idc:1kia yue u11 re<luci<lu rosario de pequeños principado s
Aunque larario por sexo de los proces;idos por brujería varía dramáti-
episcopales tu\·o en la cifra final de comlenado s. 72 A excepción del duca-
camente en función ele las distintas regiones europeas (oscilando entre un
do de Baviera -en sí mismo moc.kraJu en su pulítka de represión ele la
ínfimo 5 % ele hombres procesados en el obispado de Basilea, entre 1571
brujería~, los restJmtes elcctorJ<los bicos sólo produjeron un nútuero
:, 1670, y un sorprenden te 92 % de hombres procesados en Islandia, entre
relatiYame nle reducido de condenas a muerte; la mayoría ele las ciudades-
162 5 v 1685), cerca de 80 % ele las víctimas totales fueron mujeres. 78 No
lilm:s irnperi.des umbi~n quedaron al margrn ele las grandes psicosis bru--
obst;inte, los c;isi diez mil hombres ejecutados por el mismo delito expresan
jeriles. 73 FrJncia ¡nrecería ubicarse, en principi,.J, en el se:sundo lugar en
una re1Jid,id que no podernos ignorar; parafrasean do la feliz expresión ele
el listado de vÍCLirnas, con un total c1proximado de cinco mil ejecuciones .
Christina Lamer, la caza de brujas fue un fenómeno género-rela cionado
Sin embargo, est,1 cifra también exige una serie Je consideraci ones: más
antes que género-det erminado. 79
de 3 .000 de estas ,,entencias fueron dictadas por autoridade s ele provincias
francófonas que, sin crnbargo, no fueron incorporad as al reino de Francia 3. Europa exótica: el descubri 1niento del salvaje interior
hasta mucho después de füulizaJa la caza de brujas (el Franco Condado,
en 1678; Lorena. en 1766). 71 ,.\ excepción ele estas regiones, la repre- Los datos y las cifr:is despkg<ldos en el apJrLado anterior demuestran
sión judicial de la brujería no tunJ carácter cpiJ(,mico en las pnn incias ac;1badamentc que L1 represiélll de la brujería comu crimen colectiYo fue un
fr;mcesas; por el contr:;rio, la dinámica endémica parece haber siclo la fenÓmc:no ele extraordinari<ls dirnerniun e, en la Europa moderna. 80 ¿Cabe
norma. Normandía puede tom=irse como ejemplo paradigmá tico. con
"!bid., pp. 130 y 150. Cabe aclarar, sin embargo, <¡uc la se,eridad relativa ele cada
un centeuar de (jecucionc s sc1nci011,1das por el Parlamento entre 1560 y
persecución local varía sustancialme nte si se empica como criterio d:Eíficatorio la
1660. 7 ' Reab:aclc1s esL1s correccion es, el segundo lugar en el listado de reiadón existente entre b c;mtidc1<l dc- habit,mtes y el número de ejecuciones. De
víctimJs correspunc le a Suiza, con cerc1 de cuatro mil ejecuciones . 76 Otras dcuenLJ con c,ta m:é\'a escala-; dcjcndo de ladu de,, lraordinario caso de Liechtens-
regiones f'tiropcas con un ele1.ido 11Úrnno de muertos fueron Italia del tein--, lo:: ruat.rn prirnrros lugares en lo que a sen·ridad de h represión se r('ficre
eotarí11c ocup.dos por el Electu1Jdo cic Colunia, el ducJdo de Luxemburgo , el dü,aclo
de I oren.1 )' los cantones suizos (con nlores de 9 .O, 8 .O. 6.6 7 y 4 .O, respectivam ente,
suLre u11a ratio l / í UOO). :\lcmani:, en su conjunto aparece alwr.1 en el non·no lugar,
mientr,1' que FranciJ-teni cndu en cuenta los límites que la monarquía tenía ,mtes de
72 Para u1u concct:1 pon,Jc:ración del caráctur gcrmanocén trico de la moderna can
l 6SO - se posiciona en la Yig&sima posición, una de las últimas de todo el contexto
de hruj,1s ,·éJse l\lí, liad D. B.iílq, "ThcAgc utl\bgicL1n; : Pc:r iudiz2tion in thc Hist01-v
europeo.\. ease Robín Briggs, The fVitchcs ef L, 1 rain e, p. 5 2.
ofEmopean Magic", Riwul, an,lll' l: 1, 2008, pp. 22-23. 78 Laura Apps
73 Wullgang Behringer, , "Allemagne,
ancl Andrew Gow, 1)/,,le JVirches in Earlj· 11fodcm Europe, Manche,tcr,
'mere de tant ele sorcieres'", pp. 88-91, 95-
Mauchester Uni,ersity Press, 2003, pp. 44-45.
98
Christina Larncr, E1k'mies of God) p. 93: ('u-itchcr,~(t iras not sex-spec{/Íc, but ir was sex-
'" Robin Bríggs, Tl1elVi1cnes cf Lorr:1ine, Nueva York, Oxford Uni,·ersitY Press, 2007;
relatecf'.
Sonieres, diablcs et bDchers en Frnm:hc-Cw11é oux Xr!c et XVlfe
so Discrepo aqui con las afirmaciones ele hi,toriadore s como Rubín Briggs y Alison
cjccle, Eclitions du Cetre, f997, \V1ll1am Monter, !Vitchcreft in France and
füJ\I lands, consideran ,¡ue en función de la cantidad de regiones no afretadas
Switzerland. 67-87.
por el fenómeno, la caza de brujas debería cusidcrarse como un Yerdadero fraca--
'5 \.Villbm Monter, "Toads and Eucharists: The Male \.Vitches of Normandy, 1564-
so, como una excepción a b norma. Cfr. ALon Rowlands, íVitchcroft N,urati, in
1660"', Frene/o H1,L,rical Studies. 20:+, 1997, p. 573.
76 \Volfgang Bchringer,
Gcm,an,v, pp. 1-12; Robín Briggs, Witches cmd pp. 397 y ss. En un trabajo
!Vit.ehes andlVirch-Hunts, p. l 50.
posterior, Robin Briggs parece haber descartado el criterio meramente cuantitativo
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Historiografía. Demonología cristiana y cultura folklórica en el contexro europeo Fabián .~lejandro Campagnc

sostener que aquella cacería judicial no fue más que la masiva persecución listas variaron según las épocas: unos pocos defendieron la existencia de
<le un crimen imaginario? Detrás <le aquella desmesurada y noYedosa herejía verdaderos com·entículos de adoradores del demonio; algunos imaginaron
que parece emerger en los Alpes Occidentales durante el segundo cuarto la supervivencia de antiguas religiones paganas; otros señalaron la presencia
del siglo XV ¿existía algo más que un simple estereotipo satanizado elabo- de complejos folklóricos y mitologías arcaicas en el campo europeo prein-
rado por la alta cultura teologal? Aquella inédita secta ele adoradores del dustrial. Sin embargo, todos se han caracterizado por el mismo objetiYo
demonio, empecinada en arrebatar a la divinidad cristiana el dominio ele común: demostrar la existencia de un ethnos culturalmente irreductible en
la Creación ¿fue tan sólo una ficción, una construcción cliscursiv~ diseñada el interior mismo de la moderna ch·ilización euro-atlántica. Paradójicamen-
por demonólogos, inquisidores, juristas y magistrados seculares?¿ Resulta te, esta obsesión los acerca a los planteos de los demonólogos renacentistas.
posible imaginar que un modelo represirn que costó la vicia de 50.000 En efecto, no fueron los historiadores románticos los primeros en imaginar
personas no tuvo otro fundamento que la febril imaginación de algunos la emergencia de un salvaje dentro de Europa. 83 En uno de los fragmentos
fanáticos agentes de las iglesias y de los estados modernos? más célebres del 1i1bleau de l'inconstance des maurais angcs (1612), el feroz
De hecho, aunque los historiadores de la caza ele brujas han formulado cazador de brujas Pierre ele Lancre afirmaba:
innumerables preguntas durante los más de 150 años .de existencia del Qui me fait croire que la devotion & bonne instrnction de plusieurs bons
campo historiográfico, ningún interrogante dividió tanto las aguas como religieux ayant chassé les Demons & mauvais Anges du pays des Indes,
el referido a la posible existencia de algún fenómeno histórico real detrás du Iappon & autres lieux, ils se sont iettez afoule en la Chrestienté ( ... )
de la feroz represión de la supuesta secta de adoradores del demonio. Para Et de faict plusieurs Anglois, Escossais & autrcs rnpgeurs venant querir
plantear el problema en términos de un clásico artículo de M. J. Kephart, des vins en cette ville de Bordeaulx, nous ont assené auoir veu en leur
a partir del siglo XVIII los especialistas parecen haberse dividido en dos voyage de grandes troupes de Demons en forme d'hommes cspom·en-
colectivos principales: racionalistas y románticos. 81 Los racionalistas nie- tables passer en France. s-1
gan la existencia ele "brujas satánicas" de ninguna especie en la Europa de Expulsado de su ecosistema exótico, el "mal salvaje"ingresaba en Europa
finales ele la Edad Media. Los románticos, en cambio, consideran probable ele la mano de la conspiración organizada por Satán en persona. 85 ¿No eran,
la existencia ele "brujas" de alguna clase en tiempos de la gran represión
véase David Waldron, The Sign if the IVi_tch: Afoderniry and the Pagan Reriral, Durham,
temprano-moderna, y plausible la presencia de algún fenómeno real que
Carolina Academic Press, 2008, pp. 41-76.
teólogos, inquisidores y jueces laicos pudieron interpretar como "brujería 83 Kathleen Biddick, "The Devil's Anal Eye: Inquisitorial Optics and Ethnographic

diabólica". 82 Las hipótesis formuladas por este último universo de especia- Authority", en Kathleen Biddick, The Shock ifMediernlísm, Durham, Duke University
Press, 1998, pp. 106-107.
para la determinación de la tragedia proYocada por la caza de brujas, en beneficio s-1 Pierre de Lancre, Tablcau de l'ínconstance des maumis an9es et demons, ou il est amplcmcnt
de una aproximación de índole más decididamente cualitatirn; Yéase Robín Briggs, traicté des Sorciers, &_dela Sorcelleríe, París, Nicolas Buon, 1613, p. 37: "como la de,·oción
TheWítches if Lorraine, p. 369. e instrucción de muchos buenos religiosos alejó a los demonios y a los malos 5ngeles
81 M. J. Kephart, "Rationalists vs. Romantic5 among Scholars of\Vitchcraft", en
de las Indias, del Japón y de otros lugares, éstos se lanzan ahora multitudinariamcnte
Max Marwick (ed.), IVitchcrefr. and Sorceiy: Selecced Readings, Londres, Penguin, 1990 sobre la Cristiandad( ... ). Y de hecho, muchos ingleses, escoceses y otros viajeros
(1970), p. 326. que venían a comprar vino a esta ciudad de Burdeos, nos aseguraron haber ,·ísto du-
82 El reciente ensayo de David Waldron, que pasa revista a las transformaciones su-
rante sus travesías grandes bandadas de demonios en forma de hombres espantosos
fridas por el estereotipo de la bruja durante los siglos XVIII y XIX-de sírnholo del ingresando en el territorio de Francia" (la traducción del francés es mía).
ridículo a símbolo de rehelión-, fue publicado en el momento mismo en que concluía 85 Para un interesante análisis de la geopolítica del mal y del copos de la movilidad

la redacción del libro que el lector tiene entre sus manos. Por dicho moth·o no me diabólica véase Jorge Cañizares-Esguerra, Purítan Conquístadors: lberianizin9 the Ac-
ha resultado posible integrar sus hallazgos y conclusiones en el presente capítulo; lantic, J550-1700, Stanford, Stanford University Press, 2006 (cito por la edición

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Fabián Alejandro Campa9ne
Historiografía. Demonología cristiana y cultura folklórica en el contexro europeo

de vida, son como indios". 90 Ludovico <le Cotes, obispo de Ampurias, en


acaso, la sodomía, el canibalismo y la idolatría, los mismos delitos nefandos
Cerdeña, observaba en 1546 que era más fácil 'formare [allajede] 9li indiani
que las brujas compartían con los aborígenes americanos? 86
del Perú che non questi {sardij", porque con los indios bastaba solamente con
Con menor frenesí que los demonólogos, otros agentes del poder
enseñar ("docere"), mientras que en la isla había que extirpar conocimientos
religioso también creyeron detectar la existencia de una etnia parásita
'
erroneos ("dedacere") . 91 Segun · · d e Messina, 1a "vera
· · ' d e los Jesmtas
' 1a op1mon
alimentándose de la savia de la república cristiana.Abundan las referencias
India era la Sicilia". 91 En 1553, Juan de Polanco, secretario de Ignacio de
de predicadores populares que durante los siglos XVI y XVII ensayaron
Loyola, escribe el siguiente texto para consolar a un miembro de la orden
la comparación entre el campo europeo y la tierra de misión americana
que acababa de ser destinado a la inhóspita Córcega: "andasse con tutta la
y asiática. 87 En 1568, Don Andrés de Prada, canónigo de la catedral de
9enerosita del suo zelo perché al certo la Corsica 9li sarebbe India, Molucco e Gia-
OYiedo, considera que las aldeas asturianas "son unas indias que tenemos
ppone, dore facendo e patendo; sodiifarebbe pienamente al suo desiderio". 93 Los
dentro de España, donde se puede hacer un gran servicio de Dios, nuestro
prelados franceses pensaban de manera similar. Tras finalizar su primera
señor, porque la mies es aquí mucha y los obreros pocos". El mismo año,
·visita diocesana en junio de 1672, Etienne le Camus, obispo de Greno-
el licenciado Herrera dirige una carta a un antiguo compañero que reside
ble, formula la siguiente pregunta a su amigo Sébastien de Pontchateau:
en Roma, en la cual afirma: "no hay Indias donde vuestras mercedes van
"¿puedes creer que existen en esta diócesis aldeas enteras en las cuales
por tantos peligros de agua y otras mil miserias, que tengan más necesidad
muchos no han oído siquiera hablar de Jesucristo?"_ 9+ En otra misiva del 5
de entender la palabra de Dios que estas Asturias". 88 Hacia 1577, el jesuita
de febrero de 1575, Le Camus compara aquella región del Delfinado con
Gaspar de la Fuente realiza afirmaciones sugestivamente similares, aunque
el Lejano Oriente: quien quiera misionar en China no tiene más que visitar
varía el marco de referencia: "la gente [en Asturias] tiene grande necesidad Grenoble. En una tercera carta, el prelado describe a su obispado como
ele doctrina, por manera que la Compañía estará aquí muy bien empleada "pays de conquéte."9 5 Algunas décadas antes, el jesuita Julien Manoir, uno de
como en Indias del Japón". 89 Poco después, un jesuita anónimo repite el los grandes predicadores populares del siglo XVII, también se encuentra
. mismo diagnóstico para Andalucía: los habitantes de los pueblos cercanos con un panorama desolador en la isla de Ushant, en las costas de Bretaña;
a Huelva "viven en cuevas, sin sacerdotes ni sacramentos, tan ignorantes tras describir a la región como un fragmento regular del Canadá, confirma
que algunos no pueden hacer el signo de la cruz; en sus vestidos y forma que el viaje a la isla es tan peligroso que ninguno de sus habitantes recuerda
en castellano: Católicos y puritanos en la colonización de América, traducción de Pablo la visita de un obispo: "apenas pude encontrar una docena de personas que
Sánchez León, Madrid, Marcial Pons, 2008, pp. 139-143).
86 Un ejemplo clásico de la asimilación entre el sabbat de las brujas y las ceremonias
90 Citado por Henry Kamen, lnquisitioll and Society in Spain, Londres, Weidenfeld and
Nicolson, 1985 (cito por la edición en castellano.: La Inquisición española, traducción
indígenas es la ensayada por Jean de Léry en su Histoire d'un roya9efi1it en la tcrre de
de Gabriela Zayas, Barcelona, Crítica; 1988, p. 262).
Brésil ( 1578); véase Stephen Greenblatt, Jfarrclous Possessions: The mmder ef the New
91 Adriano Prosperi, 1i-ibunali della coscienza. lnquisitori, coefessori, missiollari,Turín,
ll'orld, Chicago, The Unh·ersity of Chicago Press, 1992, p. 16.
87 Dominique Julia, "Le réforme posttridcntine en France d'apres les proces-verbaux
Einaudi, 1996, p. 556: "formar en la fe a los indios del Perú que a estos sardos" (la
traducción del italiano es mía).
de visites pastorales: ordre et résistences", en AA. VV., La societa reli9iosa nell' eta mo-
92 Ibid., p. 558.
derna: atti de conve9no studi di storia socia/e e reli9iosa, Nápoles, Guida editore, 1973, ·
93 lbid., p. 557:"vaya con toda la generosidad de su celo, porque ciertamente Córcega
p. 388; Peter Burke, Popular Culture in Early Modern Europe, Nueva York, Harper and
Row, 1978, p. 208 (edición en castellano: La cultura popular en la Europa moderna, le parecerá la India, las Molucas o Japón, donde haciendo y padeciendo; satisfacerá
plenamente vuestros deseos" (la traducción del italiano es mía).
Madrid,Alianza, 1991).
94 Keith Luria, Territories if Grace: Cultural Chan9e in the Seventeentb-Centuiy Diocese ef
88 Citado por José Luis Gonzáles Novalin, "Historia de la reforma tridentina en la
Grenoble, Berkeley, University of California Press, 1991, p. 29.
diócesis de Oviedo", Hispania Sacra, 16:32 (1963), p. 325.
951bid., p. 53.
89 Ibid., p. 345.

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conocieran los misterios de la Trinidad o los 10 mandamientos". 96 En las si sabía el credo y la sah-e regina, dijo que no, y si sabía el pater noster y
costas del Mediterráneo la situación apenas mejoraba; en 1535, Adrien el aYe maría, dijo que sí; fuele mandado que lo dijese, dijo el ave maría
Bour<loise, fundador de la comunidad de sacerdotes de Saint-Nicolas-du- toda y el pater noster todo lo más pero no hicn sabido ( ... );preguntado
si sabía los diez mandamientos y los artículos de la fe y los siete pecados
Chardonnet, sostiene que en la isla de Camargue, en la desembocadura del
mortales y si sabía los cinco sentidos, dijo que no sabe nada de todo esto
Ródano, "muchas personas no habían visto a un sacerdote por diez o doce
ni parte dello; ( ... ) fue preguntado si soberbia o envidia o lujuria o matar
años, y en consecuencia, no pudieron asistir a misa, confesarse o comulgar
algún hombre o decirle palabras injuriosas baldonándole, si es pecado.
durante todo ese tiempo". 97 En la Inglaterra anglicana también resultaba
A cada cosa della, dijo que no sabe. 100
usual la comparación entre la periferia europea y las locaciones exóticas;
En muchas ocasiones, el grado de deformidad de las construcciones
en 1628, Sir Benjamín Rudyerd sostiene en la Cámara de los Comunes
míticas populares respecto del paradigma cristiano oficial era tan acentuado,
que en el extremo norte del reino, "where the prayers efthe common people are
que irremediablemente producía el asombro de los más experimentados
more like spells and charros than devotions", los habitantes no conocen sobre
predicadores populares. Sin llegar necesariamente a los extremos del culto
los dogmas centrales del cristianismo mucho más que lo que saben los
del lebrel San Guinefort, de la micro-sociedad cátara del Montaillou pire-
indios de América del Norte. 98
naico, o de la cosmología formulada por el molinero Menocchio Scandella,
Resulta tentador atribuir las afirmaciones de aquellos prelados y pre-
la cultura campesina provocaba más ele una sorpresa a los agentes de la
dicadores contrarreformistas al empleo consciente de la hipérbole como
religión oficial. 101 Mientras predicaba en el área <le Ginebra a comienzos
recurso retórico. Sin embargo, otra clase de fuentes confirman muchas de
del siglo XV, Vicente Ferrer descubre que la población local veneraba a
sus percepciones. A partir del análisis ele 458 procesos inquisitoriales con ·
San Oriente, cuyo fiesta principal se celebraba la mañana del día de Cor-
interrogatorio de doctrina impulsados por el tribunal ele Toledo entre 1540
pus Christi; cuando el valenciano preguntó por la identidad de aquel santo
y 1574, Jean Pierre Dedieu encuentra que 60 % ele los encausados no sabían
desconocido, obtuvo una respuesta sorprendente: San Oriente es el sol. 102
los diez mandamiento ni eran capaces de recitar las cuatro oraciones de
Cuando en la primavera de 1561 los estudiantes y profesores del Colegio
base. 99 El 18 de febrero de 1518,Juan de Rabe, vecino de la Mota, provincia
Romano salieron en misión por las aldeas de los alrededores de la ciudad
de Cuenca, respondía a los inquisidores de la siguiente manera:
eterna, constataron una situación similar: "no conocen otro dios que el sol,
preguntado si sabe qué año es el que ahora estamos, dijo que no sabe
aunque sabe que es el mes de febrero. Fue preguntado por su re\·erencia
100 Citado por William Christian Jr., Apparitions in late Mediera/ and Renaissance Spain,
96 Louis Chatellier, The Religion ef the Poor: Rural Missions in Europc anc/ che Formation ef Princeton, Princeton University Press, 1981 (cito por la edición en castellano: Apa-
Afodern Catholicism, c. 1500-c.1800, translated by Brian Pearce, Cambridge, Cambridge riciones en Castilla y Cataluña (Siglos XIV-XVI), traducción de Eloy Fuente, Madrid,
University Press, 1997 (1993), pp. 35-36. Véase también Mirades et sabbats:Joumal Nerea, 1990, p. 203).
du Pere Maunoir. Missioncs en Breragne, 1631-1650, presenté par Éric Lebec, París, Le 101 Jean Claude Schmitt, Le Saint Léi-rier. Guineforr, gul:risseur d' crifants dcpuis le XI/le siecle,

Éditions de Paris, 1997, pp. 31-53. París, Flammarion, 1979 (edición en castellano: La herejía del santo lebrel: Guinefort, ·
97 Louis Chatellier, The Religion ef che Poor, p. 34. curandero de niños desde el siglo Xlll, Barcelona; Muchnik, 1984); Emmanuel Le Roy
98 Citado por Keith Thomas, Religion and che Decline efMagic, p. 84: "donde las oraciones Ladurie, Montaillou, village aceitan, de 1294 a 1324, París, Gallimard, 1975 (edición
de la gente común se parecen más a conjuros y encantamientos que a de\·ociones" en castellano: Montaillou, aldea occitana de 1294 a 1324, Madrid,Taurus, 1981 ); Cario
(la traducción del inglés es mía). Ginzburg, Iljormaggio e i 1·ermi. JI cosmo di un mugnaio del '500, Turín, Einaudi, 1976
99 Jean-Pierre Dedieu, "Christianisation en Nouvelle Castille. Catéchisme, commu- (edición en castellano: El queso y los gusanos. El cosmos, segiin un molinero del siglo XVJ,
nion, messe et confirmation dans I'archeveché de Tolede, 1540-1650", Mélanges de Barcelona, Muchnik, 1981).
la Casa deVelazquez, 15 (1979), pp. 261-294. 102 Matthieu-Maxime Gorce, SaintVincent Ferrier, París, Pion, 1924, p. 181.

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Historiografía. Demonología cristiana y cultura folklórica en el contexro europeo Fabián Alejandro Ca,np<19ne

cuya autoridad se extiende por tocio el universo, a quien adoran recitando citan como fuente de autoridad indiscutida, los partidarios de este modelo
el Padre Nuestro y el Angelus siete veces al día"_, 103 interpretativo creen en la existencia real de Satán y del orden preternatural.
En síntesis, la evidencia agrupada en la presente sección parece con- Las brujas condenadas por las justicias laica y eclesiástica entre los siglos
firmar la aporía de "el mito de la Edad Media cristiana", formulada por XV y XVII eran miembros de una poderosa organización secreta, enemiga
Jean Delumeau a comienzos de la década de 1970. I0-1 Doce siglos después del estado y de la iglesia de Cristo.
de que la Iglesia romana emergiera de las catacumbas, la cristianización de Una segunda teoría consideró que el colectivo perseguido por los
la Europa cristiana parecía, todavía, una tarea pendiente. No puede sor- cazadores de brujas no era otro que el universo de pequeños productores
prender, pues, que muchos historiadores de la brujería moderna creyeran rurales oprimidos por el feudalismo. Desesperados por la intensa explo-
detectar fenómenos históricos realmente existentes detrás de la gran tación a la que los sometían el régimen señorial y el fisco estatal, muchos
represión de los siglos XV a XVII. Las restantes secciones del presente microfundistas campesinos tomaron la decisión <le tributar honores divinos
capítulo estarán dedicadas, por lo tanto, a la presentación y al análisis de al principal adversario del dios de sus enemigos. Este segundo modelo
los diferentes modelos interpretativos que, desde el siglo XVIII hasta el también postula la existencia de organizaciones efectivamente abocadas
presente, intentaron discernir las complejas relaciones entre demono- a la adoración de Satán durante el Medioevo tardío, pero a diferencia de
logía cristiana y cultura folklórica que contribuirían a explicar la súbita la escuela historiográfica anterior no defiende la realidad del demonio ni
generalización de la represión judicial de la brujería en los albóres de los del orden preternatural. Los condenados por el crimen de brujería no
tiempos modernos. eran más que hombres y mujeres que habían convertido al satanismo en
dispositivo clave de un programa político destinado a resistir la opresión
4. Los padres fundadores: demonios ilustrados, que los asfixiaba.
brujas iluministas Una tercera teoría sostuvo que los brujos condenados por inquisidores
y magistrados civiles eran los seguidores de un atávico culto pre-cristiano,
Si reducimos las discusiones y debates a su mínima expresión, las teo-
los adeptos a una religión prehistórica que desde tiempo inmemorial había
rías que sostienen la existencia de fenómenos históricos reales detrás de la
logrado sobrevivir clandestinamente en determinadas regiones del conti-
feroz represión judicial de la brujería moderna pueden reducirse a cuatro
nente. Este tercer modelo interpretativo comparte con los dos anteriores
escuelas fundamentales. Una primera tesis sostuvo la realidad efectiva del
la creencia en la existencia de comunidades rituales no-cristianas en la
mal encarnado por la sociedad de las brujas. Durante el Renacimiento
Europa del Renacimiento. Pero se diferencia claramente de ellos por el
europeo el demonio en persona lideró una conspiración de dimensiones
hecho de que la divinidad en cuestión no era el demonio judeo-cristiano
inéditas, destinada a subvertir de manera definitiva los fundamentos del
sino un numen pagano cuyo origen se perdía en la noche de los tiempos. La
ordo christiano. Como los demonólogos de antaño, a quienes a menudo
feroz represión judicial de la brujería se habría originado en un fenomenal
103 Louis Chatellier atribuye la confusión campesina a una mala interpretación de uno malentendido cultural. Los inquisidores del tardo-medioevo, sorprendidos
de los artefactos rituales predilectos de la piedad contrarreformada: las gigantescas por el hallazgo de aquellos dinámicos conventículos paganos, confundieron
custodias, plagadas de reminiscencias solares, que se utilizaban para transportar la a su dios con el diablo, y les atribuyeron un satanismo que sólo existía en
hostia consagrada durante las procesiones de Corpus Christi (Louis Chatellier, The su imaginación.
Religion efthe Poor, pp. 94-95). Finalmente, un cuarto modelo analítico defendió la persistencia de
104 Jean Delumeau, Le_ catholicisme entre Luther et Voltaire, París, PUF, 1971 (cito por la
complejos folklóricos ai:caicos en el campo europeo tardo-medieval,
edición en castellano: El catolicismo de Lutero a Voltaire, traducción de Miguel Cande!,
Barcelona, Labor, 1971, p; 190).
cuyo origen último remitiría a una hipotética civilización indoeuropea

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primor,licl. A diferencia de los tres modelos interpretativos zmtenorcs, ponsable de que las mujeres aleman;is pudienn por Pin envejecer en paz en
esta tesis no defiende la presencia de rE>ligiones, sectas o comentículos el territorio del lmperio.'Thom;is ius fue además el primer intekctml en
realmente existentes. Los fenómenos culturales rem,nentes con los c¡ue recurrir sistemáticament e a la historia para sustentar sus opinimws sobre el
los jueces civiles y eclesdsticos comenzaron a encontrase en los siglos fenómeno de b caza de hruj2s_ :06 Esta :,pelaci,\n a un Tigurnso estudi,J del
finales de la Edad Media no remitían a la esfera del :iw sino al uniYer- pasado resultaba todavía inusual en tiempos del lluminisrno temprano. En
so del mito. Degradados, deformados, dem,,,,i:,:a<los por la alta cultural rigor ele venbd,Thnmasi us se inspira en el rnennonita hohndésAr,:hon ie
teologal, ac¡uellos rcsillentes complejos fo!klóricos pre-cristianos fueron van Dale ( 1638-1708), "enemigo jurado de toda clase de superstición"

incorporados al discurso demnnológico tarclo-escoLístic o, dando origen al decir de sus contemporáneos . Este médico oriv:cdo de hbarlem había
al estereotipo del sahhat sobre el c¡ue se sustentó la gran caza de lirujas de p11lilicado a finales del siglo XVll De oratulis ( 168 ny De ('TÍíJin,: er rrogrcssu
id0Jarric1e et Stl[''!Stiti ccic (}6Q3\, obr;is fi_md2rn":nta]PS en ]a historia C1iJ es-
los siglos subsiguientes. 0

Nuestro sentido común historiogrfd'ico -con las sin1plificacioncs ccptÍCÍSrJHl en la línea qm: por entonces lrazab;i su cornp;1trioL1 Balth:1s.1r
extremas en las que siempre incurre todo sentido común- acostumbra Bekker. 101 Resulta e,idente la iníluc'ncia de V,m ¡ )ale sobreThomasi,.•, ; de
identificar estos cuatro modelos Íllterprctativos con los nornlires d,· hecho, el 1íi-ulo de su m:\.,:imo aporle histori 0 _;ráfico, Dis~2rratio de "'·i_qine
\lnnta;ue Sum:ners, Jules Michelet, Margaret \1.urray ;· Carlo Gimburg, ac prc:c;"es.m ¡-•x::s.;v:,: in:1uisitorii contra Sd9os (1712), se inspira claramen1c
respecfr.·amente . Sin embargo, todos estos esquemas analíticos tienen una en el segundo de los lihros del holand&s.Thorn:1sius rennió un, importante
larga histori,1, y muchos de sus postulados fueron formubdos ya durante selección de do,:11mentos origin:des, y recurrió al análisis histórico para
los siglos XVIII y XIX, en tiempos de los padres funci.dores ele la histo- fundan,entar sus hipót,"sis fr::,cbment: les. Fn primer lugar, que la ct1se ele
riografía de la caza de brujas. persecución judicial a la c¡ne fueron sometidas bs hn1jas rlurante b primera
Resulta difícil fechar con precisión el nacimie:nto de un campo historio- modernidad constituia la excepción antes que la norma en la historia de
gráfico profesional dedicado al estudio de la represión judicial de la brujería Occidente; y en segundo lugar, que los crímenes c¡ue se les atrib11ían cr:111
en la Europa moderna. :\lgunos se remontan a figuras del iluminismo die- una inwnción de quienes las j:1zgab1n. 103
ciochesco, corno ChristianThoma sius o Girolarno liirtarotti. Otros remiten Thornasins no solo parece haber sido el fundador del campo histo-
a eruditos decirronónicos, corno Georg Horst, Karl Jarcke, Jacob Grimm riogrc\fico dedicado a la caza de brujas europea. Tamhib fue el iniciador
o \\'ilhelm Soldan. A los efectos del presente ensayo, sin embargo, estos de la escuela racionalista, para la cual la represión judicial de la brujería
debates sobre los orígenes resultan irrelevantes por cuanto, sin importar constituía, de hecho, un interminable contimmm de proct>sos-crimin ales-
el punto de partida seleccionado, las cliscusione:s referidas a la existencia sin-crirnen. En ambos aspectos, su contirn11dor inmediato fue Ebcrhard
de algún fenómeno real detrás de la caza de brujas ocupan siempre un
106 Günter JcTouschek, "Chri,tian Tl;nrnasius (_1655-1728)", en Richard M. Gol den
lugar destacado en los aportes de los padre:s fundadores, más allá ele sus
(ed.), Encyciopcdio l'itchc,:), vol. 1\ p. 1116.
respectivas raíces iluministas, románticas o positivistas.
107 Jonathan Israel, The Dutch Repuhlic. !ts Rise, Grcatncss, and Fa//, 1477-18()6, Oxford,
\\'clfgan; I3ehringer considera que el frn,rlador de los estudios históric"s
Clarendon Press, 1995, pp. 925-928; Andrc11· Fix, follen ,fo;¡els. Bai,i,.,,ar fü:l·kN,
sobre la brujería europea es Christian Thomasius ( 1655-1728). Según Spirit Belief, and Confessionalism in the Sci·cntccnth Cenwry D11tch Rcpublic, Dordrccht,
Federico II de Prusia, este jurista protestante de origen sajón era el n;s- Kluwer .\caclemic p,,blishC"rs, 1999, p. 9; Stuart Clark, Thid::ing with Dcmons, p.

'°5'Nolfgang [khringer, "'Witchcraft Studies in Austria, Germany ancl Switzerland", p. 543, n, 6+.
,os Peter Maxwell Stuart, "The contemporary historical debate, 1400-1750", en
66. Sobre Thomasius ;' la Yertiente moderada del Iluminismo Yéase Jonathan Israel,
Radical Erilil''"'ent:Pº''cw phJ c~.i the !!c'ing qF :'-dern':; 1650-J 750, Nuc,aYork,
jonathan lhrry y 011·en D1,·ies (eck ), Pal¡r,nc 4d,•ac"cs in W,,-
0 -reft f-ís-,,riagr,,i'"',

Oxford UniYersity Press, 2001, pp. 9-15. p. 30.

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Historiografía. Demonología cristiana y cultura folklórica en el contexro europeo FabiánAlejandro Campa9ne

David Hauber (1695-1765), superintendente eclesiástico del pequeño de las hipótesis que más adelante caracterizarán a la escuela romántica y a
condado calvinista de Schaumburg-Líppe, donde cientos de personas habían su combate contra el cerrado escepticismo del paradigma racionalista. Las
sido condenadas a la hoguera por el crimen de brujería durante el siglo principales rnces que participaron en aquellas discusiones pertenecen a
XYll. Defensor de una concepción particularmente racional de pietismo algunas de las máximas luminarias de la Ilustración mediterránea: el biblio-
protestante, Hauber funda en 17 39 una publicación periódica dedicada a tecario de la corte ducal de Módena, presbítero LudovicoAntonio Muratori
la difusión de fuentes primarias relacionadas con la historia de la brujería. (1672-1750); el aristócrata, anticuario y poeta veronés Scipione Maffei
Esta Bibliotheca sfre acta et scripta ma9ica, verdadero equivalente dieciochesco (1675-1755); y el abate de Rovereto GirolamoTartarotti (1706-1761 ). 111
de los Materials Towards a History efWitchcreft de Henry Charles Lea, tenía De estos tres iluministas católicos, Tartarotti fue el más relevante en térmi-
una periodicidad bimestral, y a lo largo de sus 36 números dio a conocer nos historiográficos y el menos osado en materia teológica. 112 Inducido por
documentos de extraordinario importancia, como las bulas Super illius Muratori, el roveretano redacta en 1748 Del congresso notturno delle lammie,
specula y Summis desiderantes cdfectibus, el Malleus Maleflcarum, la retracta- un texto de enorme importancia en la evolución de las investigaciones
ción <le Cornelius Loos, un resumen del proceso del Dr. Dietrich Fladde, históricas sobre la caza de brujas europea. Cuestionado inicialmente por
el estatuto inglés de 1736, y extractos de los juicios que por entonces se la Inquisición veneciana, el libro pudo finalmente publicarse en 1749. En
estaban desarrollando en Hungría. La publicación llegó a su fin en 1745, Del congresso notturno, Tartarotti confirmaba la opinión que Muratori había
a raíz de la designación de Hauber como pastor de la comunidad alemana expresado en Dellaforza deÍlafantasia umana ( 1745): las brujas nunca habían
en Copenhague. Cabe destacar la dimensión política que la difusión de existido. La secta de adoradores del demonio había sido una invención de
aquellos documentos adquiría en un escenario como el Sacro Imperio, en· los inquisidores. Para demostrar esta tesis, el primer volumen del libro
el cual los procesos por brujería aún constituían un peligro potencial. Por contenía una historia de la creencia en la brujería desde los tiempos anti-
ello, no caben dudas de que el objetivo principal del editor de la Bibliotheca guos. En abierto desafío a Martín del Río y a sus Disquisitionum magicarum
era influir en la opinión pública protestante alemana. El principal colabo- (1599-1600), opus magnum de la demonología radical que acababa de ser
rador permanente de Hauber, Johann David Kohler, se desempeñaba como reeditada en Venecia en 1746, Tartarotti negaba que la mera ejecución de
profesor de historia en la Universidad de Gottingen. 109 las brujas probara la realidad de la conjura. De hecho, la leniencia empleada
Muy pronto, sin embargo, la Alemania protestante dejará de ser el por los tribunales ibéricos, italianos y franceses había tenido como resultado
centro de los debates sobre el pasado y el presente de la represión de la una dramática disminución en el número de ejecuciones durante el siglo
brujería, y las principales polémicas se trasladarán a territorio católico: XVII. Sin embargo, como ya ocurriera antes con Johann Weyer, Alonso
los estados alemanes meridionales, los dominios de los Habsburgo, y los de Salazar y Frías, Joseph Glanvill y Benito Jerónimo Feijóo, Tartarotti se
principados del norte de Italia. 110 Resulta de particular interés la polémica
in Bavaria, pp. 355-387; Brian Levack, "The Decline and End ofWitchcraft Prose-
italiana, pues en ella detectamos por primera vez la irrupción de algunas
cutions", pp. 68-73.
109Wolfgang Behringer, "Ebcrhard David Hauber ( 1695-1765)", en Richard M. Golden 111 Para una visión de conjunto de estos tres intelectuales véase Gian Paolo Romagnani,

(ed.), Encyclopedia eflVitchcreft, vol. II, pp. 476-477. "Sotto la bandiera dell'istoria": eruditi e uomini di lettere nell'ltalia del Settecento: Mqffei,
110 Sobre la influencia recíproca de los debates que tmieron lugar en estos ámbitos Muratori, Tartarotti, Verona, Cierre Eclizioni, 1999.
geográficos véase H. C. Erik Midelfort, Exorcism and Enliohtment:johann Joseph Gassner 112 Estudios específicos sobre la figura de Tartarotti pueden hallarse en Sergio Abbia-

and the Demons ef Ei9hteenth-Centur_y German_y, New Haven, Yale University Press, ti, "Girolamo Tartarotti ( 1706-1761 )", en Sergio Abbiati, Attilio Agnoletto e Maria
2005, pp. 32-58; 87-117; Gábor Klaniczay, "The Decline ofWitches and the Rise of Rosario Lazzati (eds. ), La stre9oneria: dia,,oli, stre9he, inquisitori da]Trecento ai Settecento,
Vampires uncler the Eighteenth-Century Habsburg Monarchy", en Gábor Klaniczay, Milán, Mondadori, 1984, pp. 298-331; Giuseppe Bonomo, Caccia alle streahe, pp.
The Uses efSupernatural Poll'er, pp. 168-188; Wolfgang Behringer, IVitchcreft Persecutions 417-445.

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Fa/-,ián 1/cjandro
en el con'exr o c:•iropeo
Historio grafía. Demono logía cristiana y cultura folkinrica

zo del pre-
sin avanzar hacia De los cuatro esquem as interpr cta,iYo s que en el comien
limitab a a desacr editar el paradig ma del compl ot diabóli co tica ele estndio s histf,ri cos
conjun to. 113 Por sente apartad o adscrih imos a la escuela rmn.Ín
una crítica más radical del comple jo demon olhgic o en su de Tartaro tti se
polémi ca: con sobre la brujerí a europe a, resulta eYiclcnte que la hipóte sh
esta excesiv a cautela , el abate se vio inmers o en una doble os con la figura
lado, y con los adelant a Yarios siglos al modelo que actualm ente asociam
los defrns ores Je la antigua demon ología positiv a. por un o, el Cangres so nertwn ,,
el histori ador italiano Cado Ginzbu rg. Sin emharg
pensadorE's ílustrn dos de annzad a, por el otro. J 1+ un antece dente
ma raciona - deJJe lammic fue a menud o incorre ctamen te citado como
Pero Tartaro tti no es un simple expone nte mas del paradig
por Marga rct
lista en la iínea trazada porTho masius y Haube r. El abate
es tambié n lmn directo de: las polémi ca~)' desacre ditadas tenrfas ;ivanzadas
Summ ers, de he-
Murray en la prime n mitad del siglo XX. Ji; Monta gue
1
la brujerí a
de los iniciad ores de la escuela román tica de estudio s sobre
n de c.sta
europe a. En efecto, en el Congresso nort11rno ddle /ammie ,Tartar
otti sostien e cho, fue uno de los princip ales respon sables de la genera lizació
to. 117 Sin ernh,ir_::i;<),

que el estereo i-ipo del sabbat surge a partir de !a fusión de elemen tos fol- lectura equivo cada del wp,,laL ro del abate de Rovere
0

de Dim1 se
klórico s derivad os de la creenc ia en los espíritu s y demon
ios de la noche, Tartaro tti jamiis afirma que los adhere ntes al antiguo culto
s efectiv amE'nt e celebra dos,
antiquí sima rnitolngfa popula r <1uc había lograd o sobrcv h·ir
en el imagin ario reunían en asamhle;is o partici paban en rituale
,mticri stimJ
colectiYO hast,1 muy c·n( rado el segund o miieni o crisfrm o: ni que la gra11 can de hrujas estab:1 di1·igida cnntra una secta
, · 118 '• · l
que a c.emur1 · ·
nza-
o. o contra un cu l to pagano supers titc; tan snin sugiere
Da quanto adunque sin qui dE"ttn due importanti cornllari io raccolg imend ón cid
non e ción de determ inadas c-rc1:ncias popula res contrih uyf, a la
II primo eche i1 moderno congresso norturno delle streghe altro l de la hru-
che un impasto delb Lilith degli ebrei, della Larnmia e delle Gellone <lei estereo tipo en torno <lel cual se on¡ues tó la represi ón judicia
siglos despué s, la tesis
greci, ddle strígi, Saghe e Volatiche dei latini e della brigata notturn a jería en el contin ente. Como Carlo Ginzbu rg <los
sino al elnsi\C.1
che colb scorta di Diana e di Ernclfacle si suppone \·a una volta per tutta de Tartaro tti no remite al arnbito concre to de la ritualid ad
l'Europa anclasse girando la notte. Il seconclo eche tutti gli uomini
~a,i
univer so del mito.
de
di ogni nazione harmo sempre riconosciuto per pure fandonie ed immil- En los primer os años dé'! siglo XIXre surge el interés por la histori a
ginazioni di cen elli leggieri cotali cose.' 1' te docum entos origin: iles
la caza de brujas, por la recons trucció n medhn
te supera do.
113 l\lichaela Va lente, Johann IVicr: Agli alhori della critica mzionale dell'occu
lco e del de un pasado c¡uc para entonc es se consid eraba definit inmcn
s históri cos
demoniaco, Florenc e, Olschki , 2003; lan Bostrí<lge, IVitchcrc!
ft nnd Its Por aquello s años se editan de manera simultá nea dos ensayo
Fabián Alejandro Cam- Ambos trahajo s
c.1650- c.1750, Oxford , Clarend on Press, 1997, pp. 73-77; sobre la repres ión judicfa l de la brujerí a en el contin ente.
Michel Foucaul1, es por los
pagne, Horno Cotholirns, Homo Superstitiosus, pp. 502-.531, apunt:1lan las cnn,·ic ciones de la escuela raciona lista: los crímen
Michel Foucaul t, La vida de !,;;
"Las dewiaci ones religiosas y el saber médico ", en sino a la imagin ación
edición y traducc ión de Ju Ha \'arela que se castigaba a bs brujas no remitfa n al nrnndo real
hombres infames. Ensayos sobre desviacion y dominación,
o Álvarez Uría, Buenos Aires, Altamir a, 1993, pp. 13-24.
y Fernand s ligerm" (la
arotti (1706-1761 )", en Richard M. Golden (ed.), comn produc to de los ernbu,t es y de la imagina ción de los cerebro
IH DriesVanysacker, "Girola moTart
traducc ión <le! italiano es mía),
Encyclopcdia ojlVitchcreft., vol. IV, pp. 1107-11 08. 116 Ronalcl H11tton, TheTrium,nh efthc M. n, p. 137. Para un ejemplo
0 •0 de esta clase de
115 Citado por Roman o Canosa e lsabella Colonn ello, Gli
ultimo roghi. La fine dellu
"Modem Theoríe s
p. 48: "De todo lo dicho bsta lecturas apresuradas del libro de Tartarnttí véase Lewis Spence,
caccia a/le streghe in Italia, Roma, Sapere 2000, 1983,
En primer lugar, que el modern o aboutW ítchcraf t", Oecult Reijcw, fí9:3 (1942), pp. 89-91.
aquí pueden extrarse dos corolari os importa ntes. 117 Juliette \\"ood, "ThE" ReclitY of\Vitr-h Cults Ré'asserted: Fertility
and Satanism", en
c¡uc una m¡,zcla de la Lilith hebrea,
congres o nocturn o de las brujas no es otra cosa Historiography, p.
sag;;, y volática s de los latinos, Jnnatha n Barry ,· Owen Dovies ( eds.), P.,/grave Adrnncc,
la Lamia y la Gello de los griegos , y las stn:ges, de Tartaro tti propues ta
Diana y Herodí as se creía, un poco 79. Curiosa mente. Julic•ttc- \.Vnod par<"ce compar tir la lectura
con la brigada nocturn a que bajo la guía de
h noche. En segund o lugar, que todos pnr :\lontag ue Sm11m,Ts.
por todo Europa , salía de recorri da por 118 Norman Cohn, Eur,cpe', ln~er Demons, p. 148.
nacione s siempre han conside rado tales cosas
los hombre s sabios de todas las
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1-listoriograffa. Demonología cristiana y cultura folklórica en el contexro europeo

de los magistrados laicos y eclesiásticos que las condenaban. Lejos estamos Extraordinary Populur Delusiuns anJ the MaJucss ef Crc,n-ds (Londres, 1841 ).
aquí de los supuestos de la escuela romántica avanzados por Tartarotti. Los aportes de la erudición del primer ochocientos alcanzarán su punto
Particularmente importante resulta el aporte del alemán Georg Conrad culrnina11te en l S+7, cuundo Johunn GeorgTheodor Grasse (181+-1872),
Horst ( 1769-1832), que en 1818 publica su Damonomagie en Frankfurt historiador de la literatura medieval y bibliotecario personal de Federico
am :\ \ain. 119 El libro de Horst supone un salto cualitativo en relación a los Augusto II de Sajonia, publique en Leipzig su BibliotLeca magica et pneu-
esfuerzos realizados durante el siglo precedente, pues el trabajo de archivo matica, la primera bibliografía de carácter científico dedicada a la materia
y el relevamiento de documentos inéditos tienen un papel central en su demonolugica tardo-medieval y temprano-mocle rna. 122
monografía. Horst ejercía como ministro protestante en Lindheim, Hesse,
5. Racionalistas y románticos: las primeras escaramuzas
una localicLd que fue escenario de tres grandes orocesos
l c._;
por bruJ;ería en .l

1663 y 1664. Su interés por el tema surge cuando d propietario de la En 1828, diez años después de la publicación de los trabajos de Horst y
torre en la que hdbían sido juzgadas las brujas le encarga un estudio histó- Garinet, se produce un nuevo hito en la historiografía de la caza de brujas
rico de los procesos. Con espíritu científico se aboca entonces al análisis y en la ernlución del paradigma romántico: me refiero a la publicación
de una abundante cantidad de fuentes originales. A comienzos del siglo del célebre artículo del profesor Karl Ernst Jarcke (1801 1852). Hace
XIX la caza ele brujas era un fenómeno del pasado en Europa, y este unos años, Dianc: ?urkiss creyó detectar condicionantes de género en las
clistam:ic1micnto cronológico facilitaba el tipo de abordaje desJpasionado feroces críticas que la inglesa Margarct Murray mereciera de parte de los
que había resultado tan difícil comeguir durante el siglo XVIII. La Difow- hi,Loriadorcs acadcmicos durante gran parte del siglo XX:
nomagíe comienza con las persecuciones impulsadas por Inoccncio VIII y read as grounding myth ofídentity, 1n'. might see thc dismissal ofMurray
culmina con el análisis de los procesos de la torre de Lindheim. Pocos años as the creation of a nanJtive in,, hich thc (rnale) tTuth of empirical history
despué,s Horst haría un segundo aporte deslc1cado a la historiografia de la is opposcd to ÜJC ii-r;1tion.1l f.mcies of a\\ ornan \Yho cairnol distan ce her-
sc lf' frorn the subjc:ct enough. The fact tJiat 1\lurray is a woman explains
. caza de brujas: entre 1821 }. 1826 publica en I\1ainz los siete ,olúmenes
and pcnnits lier confbtion with witchc;;; she cannot be separated from
de su 7,.JUber-/W,liothck, un compendio cJUC incluía la reproducción de pre-
thcm, cannot acbicn, critic.d distance from thcm. Enlightenmcnt men,
ciosos 11 Lmuscr.itos i11[:ditos. l'O TamLiLn en l 8 18 el erudito frJncés Jules
howes·cr, can achieYe such distance; thcir sceptical \\·itch-narratives
Garinet ( 1797-1877) da a conocer en París su propia irn-estigación sobre ae<¡uire thc force of a fanL1o;y of masculine completion. 1' 1
la repn:sión de los crímenes mf1gicos en Occidente_: la Histv.ire de la mugie
121 Las referencias a Georg Horst y aJc1lc:s Garinet fueron extraídas de ChristaTucza)·,
en France, depuis le commencement Je la Monarchie jusqu'a nos jours. Se trata
de una densa historia de los procesos franceses, que obtuYo una amplia "The NiHcteenth Century: Medie, :1lism and Witcl.craft", en Jonath,H1 Barry y Owen
DaYies (eds.), P:1lgral'eAJr:rnces in lhtchcreft Hútotic3mpliy, pp. 52-53.
difusión en el mundo anglosajón gracias al bestseller de Charies Mackay, 1' 2 Wolfgang Bchringer, "\\'itchcraft Studies in Austria, Germany and Switzerland",

pp. 65-66. El título completo del libro de Griisse es Bibliotheca et I'neumatica


der ll"Í,icnschefi!ich georclncte Bibhcsuphic dcr wichtigsten in das Gebiet des Zauber-, Wun-
der-, Geister- und Abcr9laubens mrzü9lich i:ilterer 7cit llérke (. . .)
119 El título completo dd libro es uamc,11omoq1eodcr Gesd,id,te des G/uubens c1n Zaubcrei
und dawJnische llun,ler: mit besond,:1cr BerücLichtisund eles He.scnprocesses seit den Zeiten zusammrnsestelh unel mit cinc:m d,'f,'pclten llc¡ji.,,er ver,dicn ton Dr. Joh~u, Georg Theodor
Imwccntius dcsAchten; nefot eincr Bcschrcibung eles Hexcut!wrms zu LindheÍ1'1 in derllcacrau, l Grasse, Leipzig, Englemann, 1843.
123 Oiane Purkiss, ThclVitch i11 Ilistory, p. 63: "leido como un milo de identidad fun-
Frankfurt arn Maín, W.ilmans, 18 l 8.
El títulu completo de la colección es Zaut,r-Biblictl1ck oder 10n Zaubcrd, Theurgie und dante, la postergaci6n de ;\\urra:· puede Yerse como la creaci6n de un relato en el
1lfonUk, Zaubcrcrn, Hezcn cual la ,·cnlad (masculina) de la historia empírica aparece enfrentada a las fantasías
Mainz.. Flurian Kupferberg, 1821-1826. írracionalc; de una mujer que no supo distanciarse lo suficiente de su tema de estudio.

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Fal,;án
Hístnriogr¿¡fÍ:t. Demonologfa cristiana y cultura fc,\klórwa en el cnntexro europeo

Es probable q11e Purkiss teng;i razón en un aspecto: a pesar de lo que Resulta evidente: que la tesis de Jarckc suponía la irn1pcifm de un nuevo
cierto sentido común hi,toriográfíc o pueda sug"'rir, J\\nrray no sólo no paradigma histor;, :;ráf:, o. De hech,J, el impac,,, que produjo su nove-
fue la prímPL, ac?dPmica que propuso que la caza de brujas temprano- doso aporte explica la :ip;iríción de nuevas vcrsic,nc's ele la misma teorÍJ,
moderna podría explicarse a partir de L1 superviv(•ncia de una antigua como b c¡ue en )9 rrnpus, Franz josef \J\onc (1796-1871 l, profesor
1 ,

religinn pagJn, en b Eurnpa del RenJcimíen,n , sine) qrn, foe pr.ícticament e ele historia clf' la Univenicfod de [leidelberg. /vhne, Llmhi/,n porLl\'OZ del
la última en un centinuum de intelectuales \'Jrones que propusieron b rnisnn conservaduri smo ~ntiliher,1l dei prinwr ochocie"cos, corrige los ª·T"Ctos
tesis antes que ella. El primero de estn, est,diosr,s es, ¡,:-ecis;,rnente, Karl de la tesis origina 1 '1lle Íié"rÍan ];,5 susceptibilid ad,, del {Tecíente naciona-
Ernst Jarcke, un joven católico converso que enseñaba derecho penal en lismo germano. tn <"freto, la insistencia de Jarcke en L, degené'rJción ,k la
b Uni\·crsidacl de Berlín. Ideológicame nte enemigo de las rernlucinnes antigua religión de íos l, 1,·barns contndeci:i los pstnen-c)s de recuperación
liberales, J,n-ckc oficiaba como Vllcero y apologista de los intereses de la de la cultura ¡,r·iinordi;d aL-rnan,1 impulsados p·,,r [ns progr:ima, polític, ,s
iglcsicl roni;ma decimonónic a. Fue entonces c¡ue decidió publicar en los de crn10 romántico. Franz Mone continuó acepn,,do b existencia de unzi
.lnnalcn der D,·utschc'n und .1usliindischT Crirpinal-R'C 1,rs-~flege, una revista autigua rcligió11 pre cTistbnc1 en d mundo g1-r1nanc, medie\al, p,-ro nc, la
describe cnmo reL-:20s la antlgu1 rnitolngi'a n.1:'"ional sino c0rr:o 1n•2 de-
especialinda en derecho, los éxtr;wtos de 1m j11 i,·io por bruje ria akinán del
siglo X\'11. Jarcke ,provecha los comentarin, al texto del docrnllento para rivación de i cul''."S m',1éricc"' helénicos Mient,·,:,; ,w'lnzolnn de rn~11 :ra1

dar a conocer su revolucionari a teoría: la hruj,TLi tern11ran,1-modcrna era, incontenible h.Jc:ia el cxtrcii10 occidentzil de Li península ct1roa,:L\1ica, hs
en realidad, el remanente degndadc de la antig,1a religión pJg:ma de los tribus germ:Í:iica, entr,inm en contYto c,,n poH ,dores de ,:,rigen griego
gerrnano,; cpe había logrado sobrevivir en el seno de las clases populares. en las rniirgem:s del Mar Negro. Fue entonces qtw los ,:sclaYo:.: helenos
Demonizado por los agentes del cri,tiani.,:n10 Yernácuio, aquel atávico difundieron entre los germanos los cultos de Hécate y Dionisos, que
p:igani<mo 2len1c1n reaccionó ante los ataques de la Iglesia medieval asu- fusionado, con hs creencias propi:is de los invasores dieron lugar a una
miendo de manera explícita la adoración del demonio. Esta transformació n relitón ba,1rla e,· Ía ack ··1cié,n de unJ deidad de aspecto caprino y en h
1

trajo como consecuencia la completa enajenación de la pobbción rural, celehnción de orghs noct1irn1, Una vez ilcanndo el t¡,rrítorio de lo c¡ue
que desde finales del J'vlediocvo comenzó a denunciar ante las autoridadtcs luego sería Alemania, el producto de esta sünhiosis cuhiral se m,,rtuY~,
a los practicantes de aquellos antiguos cultos deformados por la presión durante siglos como un culto subterráneo, prac;,~Jdo por lo, campe,inos
de la cultura dominante. Con esta teoría, el joven catedrático de derecho de hs region¡,s más apartad:is y por los estratos mcrginales de b poblacilm.
conseguía un brillante doble re 0 nltarln: ac<"rtaba 1a tesis racionalista que La tesis de ~1one siiva¡:1 1 1rdaba. así la pureza de b cultura alernana origi-
negaba existencia a la brujería prnpiamE'nte dicha y, simultáneam ente, ex- naria: la nueva religión del dios caprino fue vista con horror no sólo por
oneraba a los inqui.siclnres y magistrados seculares de toda responsahlid ad los cristianns ~ino también por los gennanns pag1nos. Los brujos y brujas
por el aniquilamien to de un culto antisocial y perverso. 124 perseguidos clurante la Edad Moderna enm los seguidores de ::iquelh per-
versa religión híbrida, y el S,,tán que presidía los supuestos aqtwhrres no
era más que una versión degracbda del Dionisos clásico. 125
El }ie:'ho de que !líurra" sea m11jer explica:· r·ermite su L,,,ón con las hrnjas; no
A poco que observarnos las hipótesis de Karl Jarcke y Franz Mone,
pudo separarse de ellas, no pudo lograr una distancia crítica. Los homhres ilustrados,
en cambio, pudieron establecer dicha distancia; sus eccép,' ':Ci nan, 0 •ivas hrujer'!~5 rápidamente descubrimos los pr;n,eros rif:steJlns ck 1,s mo:lelo:1 interpr>
adquieren la fuerza de una fantasía masculina de terminación" (la traducción del tativos que más adelante quedarán indefectiblE'mente asociados a bs figuras
inglés es legt"ndari2, de jules \íiche1et y \\argiret r-..brray Sin e,nbargo, aquella
JH Christa Tuczay, "The Nincteenth Century: Medienlisin and Wítchcraft",
p. 54;
Ronaid H11tton, TheTri1·c:c,~h ef ,he Moon, p.
136. 12 ' :\'orman Cohn, Europc's Inner Dem,~·, p. 1+9

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Fabián Alejandro Campa9ne
Historiografía. Demonología cristiana y cultura folklórica en el contexro europeo

década de 1830 fue también testigo de la irrupción de teorías sobre el Si Jarcke y Mone preanuncian a Michelet y a Murray, si Gorres hace
origen de la caza de brujas que preanunciaban los dos modelos restantes lo propio con Montague Summers , Jacob Grimm (1785-1'863) esboza
de la escuela romántica: los habitualm ente asociados con los nombres de -corno antesTar tarotti- algunas de las tesis sobre el origen del sabbat que
Montague Summers y Cario Ginzburg. Más aún que Jarcke y Mone, Johann Cario Ginzburg hará propias en las décadas finales del siglo XX. Políglota,
Joseph von Gorres (1776-18 48) ha sido considerado como uno de los lingüista y folklorista de renombre , Grimm es considerado el fundador
máximos apologetas del catolicismo alemán de la primera mitad del siglo de la germanística moderna . Para finales ele la década de 181 O, Jacob y
XIX. Los bruscos cambios ideológicos parecen haber sido una de las car- su hermano Wilhelm habían concluido ya la celebérri ma recolecci ón de
acterísticas principales de su personalidad: racionalista, liberal, republicano cuentos de hadas con la que habitualm ente se asocian sus nombres. En
y partidario de la Revolución Francesa, en la juventud; exponent e del más 1819, Jacob dio a conocer una pionera gramática alemana. Más adelante
cerrado ultramon tanismo, en la madurez. Confirma esta afición a los giros será designado profesor en la UniYersi<lad de Gottingen , de donde será
ideológicos su conversión del protestan tismo al catolicismo. Mientras expulsado por oponerse a los ~mbates antilíberales del rey de Hannover.
Du1;ante la Revolución de 1848 Jacob integró el parlamento de Frankfurt.
128
ejercía su cargo de profesor de historia en la Universidad de Munich, para
el cual había sido seleccionado por el rey Luis I de Baviera en persona, Pero la importan cia de Grimm en la eYolución de la historiografía de la
Gorres publica los cuatro volúmenes de la monumen tal Die christlíche Mystik caza ele brujas se relaciona con algunos pasajes de su monumen tal Deutsche
(1836-18 42), más conocida por su traducción francesa: La íl:!ystique di11íne, Mytholosie (1835), en los que sugiere que diversas creencias populares
naturelle et diabolíque (París, 1854-185 5). 116 Como los demonólogos de los pre-cristianas habrían contribui do a la construcc ión del estereotip o de-
siglos XVI y XVII, como los ilustrados católicos moderado s del siglo XVIII, monizado del sabbat. De hecho, creyó poder demostra r que en las actas de
como Montague Summers en el siglo XX, Gorres defiende la existencia los juicios por brujería resultaba posible identificar elemento s del atávico
real de Satán y del orden preternat ural. En el tercer y cuarto volúmenes paganismo germánico. En síntesis, para Jacob Grimm la imagen de la
de Die christliche Mystik, ofrece una visión dogmática del fenómeno de la bruja temprano -moderna derivaba de la fusión de las antiguas tradiciones
caza de brujas, que por momento s se asemeja a posturas como las de Jean paganas con los estereotip os heréticos medievales. Con posterior idad a su
Bodin, Martín del Río o Pierre de Lancre. Gorres interpreta como reales muerte, Grimm fue mal interpreta do en muchas oportunid ades, pues se lo
detalles del vuelo de las brujas y del aquelarre , y, al igual que Jarcke y consideró como uno de los precursor es de la teoría de Margaret Murray.
Mone, no expresa ninguna simpatía por las víctimas de la persecución, Sin embargo, el folklorista alemán jamás sostuvo que las brujas perseguidas
integrant es de una secta diabólica, impulsoras de un complot de cuya re- durante los siglos XVI y XVII eran las adherentes a un culto pre-cristi ano,
alidad el profesor de Munich no dudaba. De esta manera, se muestra como las seguidoras de la antigua religión de los germanos . 129 De todos modos,
precurso r del reverendo Montague Summers , quien en 1926 caracterizó cabe recordar que Grimm fue el primero en asociar a las brujas suplicia-
a la bruja como "a social pest and parasite; the devotee ef a loathly and obscene
creed; an adept at poiso11i119, blackmaíl, and other creepin9 crimes; a member ef a
1 das con las wise-women, especialistas carismáticas que en las áreas rurales
se desempeñaban como adivinas, sanadoras, herbolarias y neutralizadoras
poweiful secret organization inimical to Church and State".
127

116 Existe edición moderna de la traducción francesa de Die christliche ,Hystik: Johann mente bajos; integrante de una poderosa organización secreta enemiga de la Iglesia
Joseph von Gorres, La niystíquc dil'ine, naturclle et diabolique, traduction de Charles y del Estado" (la traducción del inglés es mía).
128 Wolfgang Behringer, "Jacob Grimm (1785-186 3)", en Richard M. Golden (ed.),
Sainte-Foi, preface de Claude Louis-Combet, Grenoble, Jérome Millon, 1992.
127 Montague Summers, The History efWitchcre ft and DemonoloBY, Mineola, Dover Enqclopedia efJVitchcreft, vol. 11, pp. 460-462.
129 Ronald Hutton, The Triumph ef the Afoon, p. 137; Norman Cohn, Europe's lnner
Publications, 2007 ( 1926), p. xiv: "una peste social y un parásito; devota de un credo
odioso y obsceno; adepta al envenenamiento, al chantaje y a otros crímenes igual- Demons, p. 148.
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Historiografía. Demonología cristian1 )' cultura :'olklo1· cz, en e! contexru c:urope,,

ele: maleficios. Portadnras de un sa!·,p,· locJl ciue htmdía sus raíces en la


1
·' llenr 1, a la 'l'':ebra 1v r la persistente cens11r,o napc;'°l;nica. 133 l\1ic+elet es
noche de los tiern¡xJs, encarnJban h cult:11":1 y las tradiciones alcm.rnas de un claro ejemplo de ascenso social en base a los p:itrones meritocráticos
antaño, conte<,<:Js pnr 1os age11tes clr,1 estad,_,: de 12., iglesias :11od ··:,;:is, vigentes en la Francia post-n·1·olu-;·,,·a ria. Escala con rapidez po '1:ones 0

Desde est:1 pcrsp1:ctíva, Grírnm h:1 sen·ido de inspiqcion a leorí:1s femini en el sistcrna ed11c,1ti\'O y en la lll!rocracia estaules: rn:wstro en b esn1,.J.1
norn1l, jefe ele la sección histórica del .--\rchi,o N1eim1.il, profesor en el
stJs radicales cc:;n,o las de Barh,ra Ebrenreich \ Oeirdre Engiish, quienes
a cnmienzos de b dt:cacb de 1970 sost\l\ i,Ton que las brujas c-nviadas ;1
c(111II'' de fr r, '"- 13+ r:)c:tensor:: ultr,,, ª de 11 gesta de 1789, \íichc1et hizo
7 7

de la Iglesia Católica y del estado 1bsolt1tista k,s hhncn'; princi¡)>iles ele su


lc1 hoguera eran TJyorit::riamen te CO",,dro:v,, nir2·vleras \' herbolri,1.s,
préclica intelectual. Des¡inulló un amarg,, desprecio haci:i los periodos
mujeres cuyo precioso conocimiento del cuer¡,o fen»·nino LT,\ obser\·Jdo
históricos en los cuales h;il1ían me( lrado dichas ín:<1 itucion,·s: la hhd Muli;i
con desconfianza y disgus10 por lns reprr'sentan\t', ele b 1i;1cientc corpo
y el .·b:ien R;¿; 's1e. Por el con r,·,1rio, m,rnifest:i bJ una 2clmiración sin resen·as
ración medica ¡wofesinrd. 131
por las é:¡iocas en Lis cual<·s el catolicismo y el 1holuti·::110 hahLrn ha!L::!o
i\nte e! .1h1YiÓn de teo,-í,•; rom'111\icas s,,l,re el nrigen ele Li caz.1 de bruj:1s
claros !ímité:s al despliegue de su malUica irfhenc',: el Pe,,y·imiicn" , y la
v ante el avance de tesis que Pnc;1rnal,r el m;Í, cerrc1ln con,,:n·adt:ris;n o
RcrniuciiJll Franc,:sa.' 35 Ütc' hecho, se ha atr; 1,:úcb :, .\ 1ichelc:t la in- e:ición
religioso, sólo qued:iban a los intclcctu;ilc, liber,tl,·s y ,mticlericales dos
rn isma ele Li noci(,n de Rcn1eimi, ·r1 lo com<> espcjn inn·rl ido del ¡\ leelion o,
altern2fr:as posihles:' 3 ' o ace¡,<iban los po,rn1ados románticos que de- prc,1;gios:,,,. ente :inificial". 136 La
"esa forma de ,. ida bi7lrra, 1" cnstru0-0 1,
fendían la existencia real de un colectivo rebelde en la Furopa d,· tina les
carrera docente de i\<lich,,lé't 11, !:? a su fin en 1 S1, cm lo el r/-girnen ck
ele la Erl:1d Meri iJ, pe,o ;nvirticnclo s,,, térmi ,_. ··s, con,,otandu ele n, ,n,era
Luis"- polec:: lo e,nnera de] Colh 0 - .fe fr -: .- a r:;;z 1e su excesiv entu-
0

po,i,iva a hs victimz1,, de h repre,iírn zmti-brujeril para transforrnarias en


siasmo por la R,,,, ,!uci-:1n de 1818 y pnr su neg:1\ÍYZ\ a prestar jur·anwritn
mártires de la lucha contra la oprcsi/,n fr1l(lal Y el oscuranfomo n:ligioso; d,: la República . .-\ ?jacl ~=mp~l'.SiY,11nc· ·e de
de lealtad al Presidente
o por el contrJ.rio, se 2bocaban a un proftn:do y e"h,1usti,·o trab'.tj,J de b cnseñauza superior y del acceso a los princip,1les archiYos nzHinn:1ks,
archin), para fundamentar con fuentes primari.-,, los postulados racio- Michelet inició la redacci6n ele um serie de ensayos difíciles ele cl-1,ificar:
nalistas que negJban b existencia de c,1alqu;pr fen/,,,,eno rcJl detrJs de f lnsecte (18:; 3 ¡, L'OiVinl (18 :;6), r.~
m 'IIT C ': .:9), L: ,.. mmc <1%0), b ¡lfer

la caza de brujas, y considerc,han zil complot diahólico como el producto ( 186 l) y La .MC1nt:1gne ( 1 868). Es en el marco ele esta serie dé' n1onogpf'í:1'<
de las fantasías de los demoné/ogos tc1rdo-eccolás 1 ;r-,,s. Julcs Mkhelet donde deben::-; ubinr La S.,rcÍere ( 1862), e1 ¡•rinci¡:'11 apo:-tic del\ k- 1.-elet
elegirJ la primer;i de estas estrategias; Wilhelm Gottlieh Soldan, opt1rc'1 a la historiografí;1 de b caza de hrujJs. En efcch ,, de rn;mera simultánea
por la sf'guncb. a la redacción de la, ']bras 01c:nores mtes ," -ncio::yJas, .\Lchelet conti-
Ju les Michelet ( 1798- 1874) mee en el seno de una familia rle h pec¡ueñJ ·
' 33Como resulta de esperar, la bibliografía sobre la Yich y obra de :\1ichelct resulta
bur;~_1esía p:1risinc1 rropiet:1ria ele 1v1 peq1 1Pño ernprend 1:'1~cnto editori1 l
i
mu;· exter. ,_. Entre l,.~ tral,,j- ,, más reciente,'" e:recen ff•nsult,rsr Arth"r \1itzi,, "" .
.-lhchelet, Hisrorion: Rchirrh and Romanríci,m in Ninctccnrh-Ccnwry Francc, New Ha,·cn,

° ChristaTuczay, "The Nineteenth Century: J\le:.':eya]l:,, 1nd\'''1,hcra''c", p. 54.


13 Yale Uniw,rsity Pi-ess, 1990; Osear A. l-laac,}':b ,J/',/-,,la, B,_,s,'.:·n, T"·,:·::c, 1982;
131 Barbara Ehrenreich and Dein1re English, mrches, :1-li,forc~, all(! .\'urses: ,, r-ÍÍSCOIJ' cf Ed,xard K,p 1on, Y . lct's ." c"Visio Romar Phílo 1 'y,zfi'.: :e,.lfc- ,~dlfo ...
Womcn f-Jcalcrs, Londres, \:Vriters an<l Readers Pnhlishing, 1973. Para una crítica a Amherst, llniwrsity of \hs,achusctts Prcss, 1977.
13 ª Richard Landes, "Jules \1ichelet (1798-1874)", en Richard :VL Gnlrlen (cd.1,
post1..1r¡1s cornn las de e~ns autnr2.s Yé~L~c D1Yid 1-1 :-::- 1ey, "H i:-;tc·,rians Dem,--;-,,:,)ogists:
The Myth of the Midwife-witch", Social /--lisrory of ,1/cdicine, 3: 1 ( 1990), pp. 1-26; Encyclopedia rjlVirchcraJr, rnl. lll, pp. 758-759.
135 Ronakl H'nton, The Tri<""¡'h ofthc ,]foon, p. 138.
Mern- Wies»2r-Hanh, "Mich··',·es", en Richard M. Golc!en (cd.' Ene· 1 ·¡,cdia
13 ,; Lucien Fd)\Te, "Hc)\v Juks Michclct in,·Pntcd the Renaiss.-:--:-~~", en Pc:ter Burkc
JV;,,/-:,efc, rnl. lll, pp. 762-763.
132 Ronald Hutton, The Tri11mph oJ rhc :lfoon, p. 137. (ed.), A New Kind qfHistory: Frorn rhel Vriring, oJ Fcbrrc, Londres, Routleclge, 1973, p. 265.

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Historiografía. Demonología cristiana y cultura folklórica en el contexro europeo Fabián .l!ejandro Campa911e

nuaba trabajando en su monumental Histoíre de France. Para financiar su tras perder un litigio judicial, el iconoclasta historiador se vio obligado a
tarea como investigador independiente se propuso entonces publicar un eliminar dos pasajes de las sucesivas ediciones: 143 un largo fragmento de la
texto decididamente sensacivnalista, una obra con ribetes escandalosos "Introducción", en el cual considera insípidos a los santos y a los dogmas
pensada para proporcionar a su autor los mayores ingresos con el menor cristianos; l-14 y un párrafo del capítulo X de la segunda parte, cuyo conte-
esfuerzo. 137 La Sorciere le insumió apenas dos meses de trabajo: la redacción nido explícitamente sexual fue objetado por los magistrados. 145
comenzó el 2 de febrero de 1862, y el capítulo final se completó el 31 de La contribución principal que Michelet realiza a la escuela romántica
marzo del mismo año. Para entonces sólo faltaba escribir la introducción, de estudios sobre la brujería se encuentra en los doce capítulos de la
el capítulo IX <le la segunda parte y el epílogo. 138 En estas circunstancias, primera parte de La Sorciere, en los cuales construye un relato poético
la investigación previa y el análisis de documentos quedaron reducidos a sobre el origen de la caza de brujas. El origen último del aquelarre se
remonta a las reuniones nocturnas de los siervos, quienes en los primeros
su mínima expresión. De hecho, el género literario al que pertenece La
siglos del segundo milenio se congregaban en espacios vírgenes, lejos de
Sorciere resulta elusivo. No se trata, en principio, de un libro de historia. 139
El trabajo oscila entre la ficción literaria -la novela histórica en la que por Hl Richard Landes, "Jules Michelet (1798-1874)", p. 759; Rosina Lajo y María Victoria

momentos se convierten los capítulos de la primera parte- y el ensayo Frígola, "Prefacio", pp. 19-20.
erudito, que se manifiesta en la mayor importancia que la consulta de docu- i.u Cito por la edición en castellano antes mencionada. Jules Michelet, La Bruja, pp.

mentos editados adquiere en la segunda parte. En cualquier caso, y a pesar 37-38: "Por el contrario, la Iglesia ha resultado impotente a la hora de engendrar.
¡Qué pálidos, diáfanos, transparentes, incoloros resultan sus ángeles! ( ... ) Muy di-
de las dificultades iniciales para encontrar editor, La Sorciere se transformó
ferente es el Satán que surge del seno ardiente de la Bruja, Yi,·o, armado, blandiendo
en un best-seller, un texto clásico que no ha dejado de reimprimirse hasta el las armas amenazador. Por grande que haya sido el miedo que ha inspirado, hay que
presente en los más diversos idiomas. 1-1-0 En este sentido, el ensayo cumplió confesar que sin él, nos habríamos muerto de pura monotonía. De todas las plagas
con el objetivo que se había fijado su autor: obtener dinero para financiar que azotan a esta época, el aburrimiento es quizás la más pesada. Cuando se intenta
sus investigaciones eruditas sobre la historia de Francia. Hl hacer hablar a las Tres Personas entre ellas, como turn la mala idea de hacerlo Milton,
el aburrimiento se eleva a lo sublime( ... ). Por el contrario, Satán, hijo de la bruja,
Un anticlericalismo sin contemplaciones y un odio exacerbado hacia
atreYido, es capaz de ser la réplica de Jesús. Estoy casi seguro de que a Jesucristo
el cristianismo en general, y hacia el catolicismo en particular, pueden
debía divertirle, cansado como estaba de la insipidez de sus Santos."
considerarse como los timbres distintivos de La Sorciere. Poco después de m !bid., pp. 293-295: "El extraño relato que sigue está sacado textualmente de las
la publicación del libro Michelet escribe en su diario: "he asumido una tres declaraciones( ... ). Hubiera deseado abre,·iarlo para que fuera menos penoso
nueYa posición que mis mejores amigos no han adoptado aún con clari- pero, abreviado, hubiera perdido importancia y utilidad( ... ). Helo aquí: Girard no
dad, la de proclamar la muerte provisional del cristianismo". 142 De hecho, tuvo piedad, cuando le dijo:Ya que rehusais ser revestida con los dones de Dios, será
necesario que os desnudéis. Deberíais hacerlo públicamente ante la faz de la tierra,
137 Ronakl Hutton, The Triumph ef the 1lloon, p. 140. pero lo haréis ante vuestro confesor que guardará silencio ( ... ) . Asustada y temblorosa,
138 Rosina Lajo y María Victoria Frígola, "Prefacio", en Jules Míchelet, La Bruja, tra- no discutió, se humilló ( ... ). Entonces el jesuita la azotó con la disciplina. Ya estaba
ducción de R-0sina Lajo YMaría Victoria Frígola, Madrid, Akal, 1987 (1862), p. 18. extrañada de que, en medio de tantas amenazas, le colocará un almohadón debajo de
139 Recientemente, este libro de Michelet ha sido objeto de una serie de interesan- - cada codo. Pero su sorpresa fue mayúscula cuando el juez, el padre irritado, la besó
tes estudios recogidos en Paule Petitier (ed.), 'La sorciere' de Jules Michelet: l'em'ers de impúdicamente de forma inesperada. ( ... ). La obligó a bajar del lecho, a postrarse a
l'histoire, París, Honoré Champion, 2004. sus pies y a que se desnudara por completo. Ella se resistía pidiendo a gritos clemencia.
"º Sobre las dificultades con los editores véase Rosina Lajo y María Victoria Frígola, Después, embargada por la emoción desfalleció y fue entonces cuando él la tm·o a su
"Prefacio", pp. 19-20. <liscrecióin. A pesar de estar desvanecida, ella sintió' cierta di,·ina dulzura' al contacto
141 Ronald Hutton, The Triumph ef the ,110011, p. 140. que duró muy poco. En el momento en que volvió en sí, la abrazó y le produjo un
142 Citado por Osear A. Haac,Ju/es Michelet, p. 138. La traducción es mía. dolor nuevo que ella no había experimentado jamás hasta entonces."

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Historiografía. Demonología cristiana y cultura folklórica en el contexro c·uropeo Fabián Alejandro Campagne

b mirada de sus señores, para honrar los resabios de paganismo que aún sus hijos pequeños. Los aspectos orgiásticos que tradicionalmente se han
sobrevivían. Pero a partir del siglo XIV, cuando las exigencias del sistema
1+6 atribuido al sabbat, sostiene Michelet, fueron producto de desviaciones
feudal se vueh-en desmedidas, cuando los sierYos dejan de ser campesinos posteriores en parte proYocadas por el ingreso de nobles en las asambleas,
miserables para convertirse en rebeldes desesperados, aquellas asambleas en parte interpoladas por inquisidores y teólogos. 151 Los participantes ele
nocturnas sufren una transformación cualitativa: la Jacquerie y la Misa estas bucólicas asambleas campesinas nocturnas, y muy particularmente
Negra derivan ele la misma fuente. 1+7 Como abierto desafío a la Iglesia de sus audaces líderes femeninas, fueron las brujas de los demonólogos, las
sus opresores, los siervos comenzaron a tributar honores divinos al Satán víctimas de la represión judicial temprano-moderna. La simpatía con la
judeocristiano, imaginado, al igual que ellos mismos, como víctima de que Michelet describe a la bruja resulta coherente con la fuerte empatfo
un señor opresivo e injusto, y simultáneamente, como encarnación de las por el género femenino que el historiador había manifestando en muchos
·potencias y \·irtucles del mundo natural. 1+s Las mujeres fueron asumiendo escritos anteriores. En 1849 sostuYo que el cristianismo pronto sería des-
un rol cada vez más importante en estas asambleas fraternas. Michelet, plazado por un~ nueva fe, construida en torno a la noción de maternidad.
al igual que antes Jacob Grimm, las consideraba depositarias ele un saber En 1850 y 1851 afirmó que la mujer era el verdadero corazón del cuerpo
tradicional, agentes de una medicina empírica basada en un profundo social, el agente capaz de salvar al mundo del flagelo del materialismo y del
conocimiento del mundo natural. De hecho, fueron las mujeres las que autoritarismo, la sacerdotisa de la reforma social. 151 En La Femmc (1859),
crearon la ritualidad característica del aquelarre brujeril. 1+9 Diseñado incluso, llegó a decir: "no me vengan a hablar de la igualdad de los sexos;
como una misa inYerti<la, durante el introito la sacerdotisa rendía hono- la mujer es superior". 153
res a Satán, para luego convertirse ella misma, durante el ofertorio, en d Pero la invención de una poética de la rebelión campesina no era la
altar viviente sobre el cual se realizaban las ofrendas que debían garantizar Única alternativa con la que contaban los partidarios del anticlericalismo
la fertilidad del suelo y obtener para ellos la libertad personal ele la que liberal para contrarrestar las teorías reaccionarias de historiadores como
carecían. 150 Los siervos asistían a estas asambleas fraternas sin armas y con Jarcke, Mone y Gorres. Ya hemos visto que una segunda opción consis-
tía en profundizar el trabajo de archivo, con el objeto de fundamentar
1+6 /bid., p. 142: "TodaYÍa hasta el año 1000, mientras el pueblo fabricaba sus santos y
de manera aún más sólida los postulados ele la escuela racionalista que
sus leyendas, la vida a plena luz tenía algún interés para él. Sus nocturnos aquelarres
no son más que un ligero resto de paganismo."
consideraban que la brujería había sido una invención sin fundamentos,
1+7 /bid., p. 14+: "Creo que esto se planteó de golpe: fue la explosión de una furia el producto de confesiones inducidas bajo tortura. Es en el marco de esta
lo que impulsó la impiedad a la altura de las cóleras populares. Para comprender lo última estrategia que surge la figura ele Wilhelm Gottlieb Soldan (1803-
que fueron estas cóleras, hay que recordar que este pueblo( ... ) había esperado y 1869), en abierto contraste con la metodología y los dispositiYos discursiYos
confiado en el milagro que nunca llegó. Lo llamó en vano en el día desesperado de de Jules Michelet. En un clásico artículo de comienzos de la década de
su necesidad suprema. Desde entonces, el cielo le pareció el aliado de sus feroces
1970, William Monter acuñó el término "Soldan paradigm" para resumir
verdugos, él mismo un verdugo. De aquí surgen la Misa Negra y lajaqucric."
t+s /bid., p. 146: "Se había levantado el altar para el gran siervo Rebelde, a Aquel a liberados (sin duda·s del seno de la Mujer) llevaban al Dios de la libertad, el suspiro
quien se perjudicó, el viejo proscrito injustamente expulsado del cielo, el Espíritu · y los votos de los siervos. ¿Qué pedían? Que nosotros, sus lejanos descendientes,
que creó la tierra, el Maestro que hizo germinar las plantas." fuéramos liberados."
1• 9 /bid., p. 145: "Creo que el aquelarre, en la forma de entonces, fue obra de la Mujer, 151 /bid., p. 154: "La masa venía en familia, con los niños. No se les despedía hasta el

de una mujer desesperada, tal como lo era la bruja de aquella época." primer acto, no para el banquete ni el oficio; y ni siquiera para este tercer acto. Esto
i;o /bid., p. 149: "Con toda seguridad, todos estaban emocionados, cuando sobre la prueba que había una cierta decencia."
152 Osear A. Haac,Jules Michclet, pp. 85 y ss.
criatura sacrificada, humillada, que se entregaba, se hacía la plegaria y la ofrenda para
,_ 153 /bid., p. 117.
la cosecha. Se ofrecía trigo al Espíritu de la tierra, que hace germinar al trigo. Pájaros
'i
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. . '
cn::;t1anJ. \' ci__;!: en el

blemenk el historiador estadounidense m,is erudito del


ele que SuLL1n :· lo:; resla.nt~s ele la escuela
,1---:i~Jn Jcaden1ica seria sobre LJ histo-- cc:i-i2-idcT0ba J la gran caza de curno el resultado ele
ria Je !a L)rujerÍd europea, c.11 clcLir \\~ulfgt1ng Behringer~ este hijo ele entre racioncdi~1no cierllífico Y

un p,.t:: ~ur 1u tcrJ.nu re\ ol ULiuiLl e1 e, '. n pu trctn::;fur n ¡_,111clo en la cu;iÍ se inserta la ele Lea, es una de 12s caracte-
a 10:;; pruu.::::;os judiciales en Lt Cuente· de los estudios sobrt'. bru- :-Í:-,Licas cli~linti\·,-1::; Jel liberalisrno nortearncricano de la mitad del
jena. h En el espíritu ele: \un Ranke <179S-1886J., en zibiert;i ochocientos.:\ diferencia de su contraparte gern1an2, que concentraba sus
Sir\ \'Jtc:r Scott, Jac.ub Gr; rnrn :· el 1ibera1is1no estadounidense t.)rnbién a~i
\ liLhelet, Suld,111 :::.cL:::lu \ u c1ue L> en L:1 rnateria cleblan al su CLHJta de responsabilidad por la reprc-
b~1.:::...1r~,.: en L1 rcct)11~lruLci~11 Je: Leche.,' firr:nen1ente establecidos sion ideológica ele los siglos precedentes. De hecho, al mismo tiempo c¡uc
Soldan trahajaba c:n su reYolucionaria la monumental
~-, que J. parlir entonces se con\·ertir1a en uno de de Georgc I3J.11~1·oft, eclirc1cla en diez Yolún1cnes entre 1S 34
los prini._:ip,1les 111.11-cJdurc::; cli::::t...:ur:::;i\ ·_ s del r~1'-·iunalista de la escuela al cah-inismo por el estallido ele los célebres procesos ele
Jfic..1 pur tl fundJJJ; dt: li( el tér111i11u aparece en el título Salem ele 169 2. · La tesis de Ru,croft inflm ,J claramente en d historiador
de 12 clue proL.--1Llcn1ente sea. L.1 Ltlti111J CC)nlribuLÍ(~jn pura al jrlandés \\~illiarn Leck:·, quien en su rhe Rise and thc

SolJJn": Tl1c Jj 1Lch CL1.2i: LhL· S1.\íc'LT1th uuJ Scir..:nri:,.:nLh (1865) presento la historia de b caza ele brnjas
_ 1i ' La Geschichre de Sol clan fue ::;i se tri.1LJrJ. de unJ. batalla. entre la intolerancia religiosa:· la ciencia

ac:tu . .ili¿,.H.L.1 pesr~m;_ rtL·111 en Jus upurtu11idades: por su ~:erno, Heinrlch


1
· el fin de la persecución de las

Hcppc, quien en 1SSO publica en Berlín Lí ediciz>ll ,.unucicb como Solclan- thc in .--\s1 con10 Bancroft a.cus2ba a los purita-
nos ele :-,.: ue\ a Inglaterra por la tragedia de Salem, Leck:,- consideraba que
Heppe: \" pur el periucli,L.1 :\L1x I3auer. ,1ue u1 1912 dc1.1 conocer en Hanau
los presbiterianos escoceses l1abian tenido similar respons2bilidacl en su
b \"CT:,Í~u Suld,m-Hcppc Rrncr, que es la c¡uc ha continuado edit,índosc
En un ensa;·o publicado en 1S6S, el académico de HJn-arcl J;rn1es
hasta el presente. 1
Russeli Lo11 cll cun,ideraba a b superstición como hija deformada de la fr::.
Lu::; 111:txin1CJ.:-; ht~rtJcrus dccin1u1L)l1icus Je \\~ilhcl1n ScJdan fueron tres
Y a ''la de prc~u11tJ.s durante la Edad i\1oderna co1no su
Ü1Lelcctu~1lcs de clin1e11iÍ~n lc;;endJrja: Henry Charles Lea, George Lincoln
Burr, Joseph Hansen. A.] decir de Ecl\\-ard Peters, el máximo estudioso ) ~ T
Lu:i- e::,LuJios de Ed\\·ard Peters sobre Henr\" Charles Lea son: "Hcnn
de su figura, Henn Chcirles Lea (1825-1909¡ es proba- Chade.s Lea and the '.-\LuJc: of ~LJn::,ttTs''', en. .\leal a T'
, 1 ne
sitian and che inquisitorial Mind, Nueva York, Columbia UniYersity Press, 1984, pp.
577-608; "Henry Charles Lea (1825-1909)", en Helen Damico y Joseph Zavadil
(eds.), Jlcdiercil Scholarship: Biographical SwJies ef the Formation ef a Discipline, NueYa
m William Monter, "The Historiography of European Witchcraft", pp. 435 y ss. York, Garland. 1995, rnl. I, pp. 89-99; "Henry Charles Lea and the Libraries Within
i;; Wolfgang Behrínger, "Wilhelm Gottlieb Soldan (1803-1869)", en Richard M. · a Library", en VV.AA., The Penn Library Collections at 250: From Franklin to the l·l'E1b,
Golden (e<l.), Enc_yclopedia '?Jll'itchcreft, vol. IV, p. 1060. Fila<lclfia, Unh·ersity of Pennsylvania Library, 2000, pp. 33-60.
1; 6 Un posible cquh·alente castellano podría ser la expresión "psicosis brujeril". °
16 Christa Tuczay, "The Nineteenth Century: Mcdicvalism and Witchcraft", p. 58.

157 Sobre Hugh TrcYor-Roper véase Raisa Maria Toi\'O, "The Witch-Craze as Holocaust: 161 Citado por Peter Elmer, "Science, Medicine and Witchcraft", en Jonathan Barry

thc Rise of Persecuting Societies", en Jonathan Barry y Owen Davies ( eds. ), Pal9mre y Owen DaYies ( cds.), Pal9ral'e Adrances in ll'itchcreft Historio9raphy, p. 34: "el primer
Adranccs in IVitchcreft Historio9raphy, pp. 90-102. triunfo del espíritu del racionalismo en Europa" (la traducción del inglés es mía).
158 Wolfgang Behringer, "Wilhelm Gottlieb Soldan ( 1803-1869)", p. 1060. 162 Christina Larner, Enemíes efGod, pp'. 34 y 202.

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Fahián :11.:jandro Campngnc
Historiografía. Demonología cristiana y cultura folklórica en el contexro europeo

peor faceta registrada". 163 En 1896, Andrew Dickson White sostuvo en biblioteca de su almo mater muchos documentos originales ele extraordi-
su J-listory ef Waifare ef Science with ThcoloB.Y in Chrisciondom, que los juicios nario valor. Entre aquellas fuentes primarias destacaba el manuscrito del
por brujería habían sido el resultado natural del dogmatismo teológico, y célebre proceso del Dr. Dietrich Flade, el alto funcionario del electorado
su declinación, una consecuencia directa del desarrollo de la ciencia mo- deTrier quemado en la hoguera en 1589. El juicio de Flade era el tema de
derna. Cabe aclarar que White era por entonces presidente del ílamante una disertación doctoral que Burr nunca pudo completar, a raíz del robo
College fundado en 1865 por Ezra Cornell en el estado de Nueva York, un de sus papeles privados durante la traYcsía europea. 166 A pesar de ello, el
centro de enseñanza superior no confesional, bajo constante ataque ele norteamericano dictó clases en la Universidad de Cornell hasta 1922.
fundamentalistas y sectarios a causa del espíritu secular que imperaba en Sus máximos aportes a la historiografía de la caza de brujas son The Fatc ef
sus claustros. I&+ Es en el marco de este microclima intelectual que Henry Dietrich Flade (1891) -una síntesis de la tesis doctoral nunca concl11ida-y
Charles Lea y su inmediato sucesor, George Lincoln Burr, realizarán sus Narratires ef the IYitchcrefr: Cases, 1648-1706 (1914). Por entonces, Burr se
aportes a la historiografía ele la caza ele brujas europea. Nacido en Filadelfia vio inmerso en una polémica con George Lyman Kittredge ( 1860-1941 ),
en el seno de una familia acomodada, Lea recibió una sólida formación catedrático de Harvard, y otro scholar asentado en las liberales unh-ersidades
intelectual que más tarde le permitiría leer textos en griego, latín, francés, de la costa este de los Estados Unidos. Aún cuando se mantuYo siempre
inglés, español, italiano, aleman ' le Supersrmon
' y holanc1'es. 165 Amene . . on dL an' dentro de los parámetros de la tradición racionalista, Kittreclge criticaba
ele J 866, un novedoso ensayo sobre la ordalía y la tortura bajomeclievales, la escasa importancia que sus colegas otorgaban a las creencias populares
los principales trabajos que el norteamericano publica en vida fueron dos a la hora de explicar el estallido de las psicosis hnijeriles. Como resultado
obras monumentales, que continúan consultándose hasta el presente: A de esta diferencia ele enfoques, el profesor de Harvard se mostraba más
History efthe lnquisition in the Middlc Ages ( 1888) y A History efthe lnquisition dispuesto a reconocer la participación de la población en la dinámica acusa-
in Spain ( 1906-1907). Lea murió sin haber podido completar su proyecto toria a nivel local, mientras que George Lincoln Burr tendía a caracterizar
más ambicioso: una gigantesca historia de la represión de la brujería entre a la represión de la brujería como un fenómeno exclusivamente impuesto
los siglos X1II y XVIII. De todos modos, el investigador Arthur C. Howland desde arriba. 167 Tras la muerte de su amigo Henry Charles Lea, Burr se
se encargó de ordenar las notas del gran erudito, para finalmente publicarlas dedicó a ordenar sus notas y apuntes sobre la historia de la brujería europea,
en 1939 en tres volúmenes, con el título ele 1lfoteriols 1oward a History ef con vistas a una posible publicación; como sabemos, fue finalmente Arthur
Wítchcreft. Los Materials, una colectánea integrada por transcripciones de Howland quien llevó a buen término el emprendimiento. La enorme
fuentes primarias (en algunos casos traducidas al inglés), y por las glosas del cantidad de libros y fuentes primarias reunidas por George Lincoln Burr
propio Lea, constituyen uno de los tesoros máximos del campo disciplinar integran actualmente la Cornell Unfrersi9' Library Witchcreft Collection. Los
que estamos describiendo. , materiales de Henry Charles Lea, por su parte, pueden consultarse en la
George Lincoln Burr (1857-1938), por su parte, se graclua en Cornell biblioteca de la Unil'ersi9' ef Penns_yfronia.
en 1881 y fue enviado a Europa en misión de estudios por el presidente-de El último gran representante decimonónico del "paradigma Soldan"
la universidad el mencionado Andrew Dickson White. Allí compró para la es el alemán Joseph Hansen ( 1862-1943), director del Stadtarchil' Kiiln, el
' .
archivo de la ciudad de Colonia. En 1900, Hansen publica en Munich su
16l Citado por Ronald Hutton, The Triumph ef rhe Moon, p. 133: "rhe early modcrn per-
Zauberwahn, lnquisition, und Hexenprozessen im Mittelalter, un denso estudio
sewrion ef presumed n-itches as its worst recorded aspect". !
164 Leland L. Estes, "Incarnations of Evil: Changing PerspectiYeS on the European
'
1
1. 166 Edward Peters, "George Uncoln Burr (1857-1938)", en Richard M. Golden (ed.),
Witch Craze (and the Influence ofDogmaticTheology)", Clio, 13:2 (1984), PP· '·
Encyclopedia oj1Vitchcrqfi:, Yol. I, p. 154.
136-137. ' 167 Ronald Hutton, The Triumph ef the Moon, p. 1 33.
ChristaTuczav,, "The Nineteenth Century: Medievalism andWitchcraft", p. 58.
165
t
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f h:01 iografía. Demonología cristiana y cultura folklórica en el contexro europeo

sobre la persecución de la brujería entre 1258 y l 526, una11imemcnte escuela racionalista. El paradigma hegemónico sostenía c1ue la represión
consiJe: aclo c:umo el más i1n j">rt.rn te apone en b materia cles<le la Ges- judicial de la brujería había siclo el producto ele una insanfo colecti\a pro-
chich1e de Solllclll ele l 843 . 16s h.ro su nombn: ha c¡ueJ.iJo inJic,Jubkrnent e pagada por la teología escolástica; las , íctimas inmoladas en las hogueras
asociado a una segunda obra, pul>licaJa al aüo siguiente: 0:_iellen uml Unter- no enc:arnab:u, ninguna religión alternativa al crisfrrnismo. Sin embargo,
mchu::._:1 zw C,_chic'c:c: les J-Lv ll'ah.,_.. una rcccupila,i~n de ,luc:umcntos en ocasion,1lmente se daban excepciones a la regla. Una de ellas remite a
la líne~ del inacabado proyecto ele Henry Charles Lea. Ambas colecciones Sigmund Freucl. En enero ele 1897, en una sugestiva carta enviada a su
docurn,.ntak,, la del c1lcmáll , la del norteJrnericano , couinúan lnsta el amigo Wilhelm Fliess, Freucl se confiesa seducido por la idea de que las
presente siendo objeto de fre~uenle consultJ por parte de los especialistas perversiones, cuyo negativo era la histeria, no serían más que resabios_de
en la historia de la can Je brujas. Harben es c.onside1 "do tarnbicn el u éc1dor un culto sexual primitirn, que en el Oriente ,unítico emerge transfigurado
de L1 de110111inad,1 noción iicumrilali\·a de brujería, una tcona que sostiene en las religiones sacrificiales ele Moloc y Astarté. Freud creía acercarse
que el milo ,id sabbat se tlc'sarroll:) de manera gradml durante los siglos
así a los orígenes de una reiigión del diablo extremadament e primitiva,
fln8leo Je! lVkJioevo, a partir d,• la [u,,ión de elementos de origen diferente
cuyos ritos continuarían celebr·ánclosc secretarnente hasta el presente.
en un único v no1uJoso estereotipo tarclo-escol/1,tico. El archi1 ista alemán
Ahora comprendo, sostuvo, la severJ terapia acloptacla por los magistrados
rnantu, () in¡enóOS cv:iL,1cto.c cc:11 lo:; especiali,Las norteamericano ,: aeoyó
c¡ue juzgaban a las brujas. Durante eerca de l O meses Freud continuó afe-
Lis investi¡1aciones de Burr durante su periplo europeo, y en l publicó
,_, . . . . . . .. 1· 1d L rrándose a la revulsiva teoría, para terrninar finalmente reconociendo su
una tr,1,lucciun alcm;inJ de l,1 lusto11c1 Je la 1n,¡u1s1uon mee 1e\·a e ca. 169·. derrota. Enfrentado a su incapacidad para cenar sus análisis con éxito, se
Hansen 1'.11Iece en 1943 durante un mi,/ ,1(:reo británico sobre la ciudad de
clej/i gamr por el escepticismo: resultaba imposilJte aceptar la realidad de
Colunizi, un Cinal par:iJójic.o para quien en 1933 h.1Lía renunciado a sus
la epidemia de abusos sexuales perversos perpetrados en menores de edad
c.:irgos públicos como protesta por la llegada de los nazis al poder. 1
c1ue cabía inferir si las reminiscencias extraídas a sus pacientes remitían
6. Brujerfa y rito: la extraordinar ia fortuna de a hechos reales. Si en enero de 1897 Freucl había sostenido literalmente
qnc sondeando el inconsciente ,e había encontrado con el salibat ele las
1\brga1-et l\1urray
brujas, para octubre del mismo año reconocía que ya no tmnaba en serio
.-\ pesar de íos esfuerzos cíe los alemanes Jarcke y .\1one, )' del extraor- el contenido ele bs reminiscenci;1s de sus pacientes. La renuncia de Freud
cliuario (:.ilo edi I uiíal de: /.a Sor,i,'1e de i\ \ichelcr, Lis tcw·Í:1s c¡uv :isimiL,ku1 a l:i hipnc,sis v a su teoría de la seducción modificó fundamentalmen te la
a las , idima, de la un de brujas con los adherenki" una ,lll Ligua re Lgión evolución puslerior del psicoanálisis, En los años siguientes, el austriaco
l', l"ana
~ s ' tudada
' , iuentc
...., :i cornie11zos <k la Ecbd lvloclcrna, no lograron suscribió los postulados ele la escuela racionalista, y para 1923 admitía
ii1~resiu:i.ir a lo3 ,círcuiu, acacl::micos, por er1L,mces J0mi1::1clus por la que las confesiones de las supuestas brujas eran el resultado de un seYero
163 C,il,c acLu dr que enll e: la ap,11.í,. iÓn ck los libro:; de Solcbll \' Hanscn se pul>licaron cuadro de neurosis, 171

eii iJion1c1. 01l·n1án ,:.;:.rus ensa\ us rele\-J.i1Les soL;·c la cazct d'-: bruj<l~ Lcn1prci,·1·...J-mode1T1~1, .-\lejacla de las claustros académicos, la escuela romántica de historiJ-
entre lo, c¡ue ckstaca la ruo;10gralia <le Si 6 rnun<l ,011 Riczlcr, Gcschich:.c Jcr fioenpro: dores de la brujería se refugió en diversos círculos umateurs del <ímbito
L,,: in K'.:,m, StuLt,;art, J. G. Cotta, 1896: al respecíu véa;e \\'olfga1tg Behrillger, anglosajón. FuerUl1 estos entusiastas ajenus a las cátedras universitarias los
JI Hchuo/i Persecutions in Bomrio, p. 3. que comenzaron a formular en la década ele 1890 mud1as de las teorías que
169\\'ul(:2,ang Bchringer, "\Vitchcraft Studics in Austria, Germany and S,, ilzcrbncl",
65-66. 1'' Sherrill .\iulhern, "SouYenir, de saLbc1ts
au XXe siecle", en Nicoie Jacques-Chaquin
Wolfgang Bchringer, "Jospeh l lansen ( 1862-1943), en Richard M. Golclen ( ecl.), et Maxirne Préaud (eds.), Le sabbut des sorciers, XVe-XVJlle sii\cfes, Grenoble, Jéróme
[ ::yclop,,L efJ,ViL.!ueft, ,ol. II, p. ¡. 11. .\íiilon, 1993, pp. 131-133.

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luego se atribuirían de manera exclu:-ente a I\brgaret ~íurra\ . .-\Ún cu,mdo jero consuetvrlinario ,- folklorisra aficinnado, Leland '"' inst;ii;i de manera
Murray se mostró siempre renuente a identificar las principales fuentes dchnitiva en ltalia en las últimas d(cadas del siglo XIX. Sus ideas pu líticas
ele: su poiémica teoría, las im estigaciones actuales nos permi,en afirmar siempre habían resuludo excesivam;·ntcc radic:i_les pJra los promedin, eu-
c1ue muy pocos de los elementos de su modelo resultan genuin,1mente ropeos. Dm:mte su juventud hab/a participado en Li Re1ulución ele 1848,
originales. Sólo una mujer se cuenta entre aquellos precursores de fines \' aunque no puede ,1,egurarse que durante 17uellos meses conociera a
del ochocientos: Matilda Joslyn (l 8?6-1898), luchadora incansabk \iicheler, sus respectin)s habirui hi5toriográficns tenían evidentes punto~
por los derechos políticos y sociales de las En 1893 ,iparece en en común; al igual (1ue el francés, Leland aborrecía a la f:dad Media, al
"iueva York y Chicago su libro ll'oman, Church, and thc Srate. ln,piracla en el focien R,\_;imen ;- al catolicismo romano. 176 Su interés por la hi,tori~ de la
brujería europea surge en Florenci,1 en l cuandn conoce a M;idrlalen;1,
activismo político antes que en la investigación erudita, la autor;; fusiona
b tesis ele Michelet con la teorÍJ, mm· en boga por entonces, clel carKter una campesina \agabunda oriunda de un distrito de la Rorn::iña ubicado
llllÍ\'CTsalmente lllcllriarcd de la sociedad prehisté,rica. l::n este> liLro, hs entre Rávcna y Forli, a orillas cid Adriátic". El norteamericano halla en
f:_. \\addalena un rcsenorio in;igotable ele encantamif'ntos, in,.-ocacinnes,
brujas devienen sacerdotisas paganas, portadoras de conocimientos an- !:' leyendas y cuentos ancestrales, que scrvir:m ele base ¡,ara sus lihn,s Frrnsrnn
cestrales en el arte de sanar, perseguidas por los liumbrcs de lgksia p,1rc1
Reman R. mains (189)) y l.<.gcnds (1895). Porentono:s, Lela11d
extirpar la antigua religión y complet;,r así la quiebra ele todo espíritu de
0

había llegado a la conclusión de que en muchos de los relatos folkk-ricos


independencia fernenino. Fn un giro de extrema andaci,.1, Gage se atrcn·
de la Italia central dos enticbdes mrrn inos;1s cmergícm siempre como patrn
a calcular en 9 millones el número total ele \-íctimas cl,c la uz:i_ de brujas.
nas de duendes, hruj;is v hadas, Aradii, forma italianizada de la Herodías
Carente de toda base docurnental, y a una distancia sideral ele las cifras
bíblica, y Diana, la diosa lunar de los rornanos: en otras palabras, las dos
actualmente propuestas p(x los especialistas, el dato fue recuperado por
divinichdes fenwninas c¡ue presidían las cabctlgatas en éxtasis descriptas
las feministas ele la segunda mitad del siglo XX: lo h,1llamos en un libro
por el Canon Episcopi en el siglo IX y por el penitencial de Burc,irdo de
de Mary Daly, de finales de la di,cada de 1970/71 y en una placa conme-
\Vorms en el siglo XL Leland comp;1rda la impresinn de qne la m:ivoría
rnorati\·a expuesta en el Museum eflrirchcrqft ancl 1lfa:Jic que funciona en la
de las creencias folklóricas mr,dernas drscendfan de bs antiguJ.s religiones
Isla de Man. 173
paganas; cada vez c¡ue una historia hacía referencia a un espíritu maligno, el
El segundo de los precursores de .\1urray fue el periodista norteameri-
norteamericano se esfor;:aba ¡)<X halLr en él ;i] sucesor directo de a huna
cano Charles Godfrey Leland ( 1824-1903). 170 Ronald Hutton ha siclo uno "'
ele las deidades del panteón clásico.
de los primeros especialistas modernos en identificar con precisinn las la fama con al lnnblicac.ión
Pero será en 1899 cuando Lelanci .dtará
muchas semejanzas que existen entre las teorías ele Leland y .\\urray. 17 ;Via-
de Aradia, un trabajo sustancialmente diferente a sus dos libros anteriores.
Arodin pretende ser la transcripción exact;i del Vanael, el liho sagr;iclo ele la
172 :\\ary Dah·, G_ynl F: +yJ.Y: Th: 1fecha.-thi:s efR c: 7':al Fe~, 1:' -m, Bo,ton, B~arnn Press,
1990 (1979), p. l 83. Para una discusión sobre el libro de Daly véase Diane Purkíss, religión secreta de las brujas. En el apéndice, el autor confiesa que clurante
Th.·11 itch in Hi•tory, pp.13-20. años había nido rumores sobre la existencb del texto, hasta que fimlmente
173 Jo Pearson, "WritingWitchcr0ft:The Historian's Hhtrw..-, the Proctitiorwrs' Past",, Marldalena h;illó rnu copi:i en 1897:
en _jonathan Barry y Owen Davies (eck ), Hisroriogrophy,
So long ago as the year 1886 I learned that there was in existence a
p. 229. manuscript setting forth the docrrines of Italian wit,hcraft (. _.). H;i,·ing
17 ' Sobre Leland véase Rosemary Guiley, The Encyclopcdia efWitches and
urged it on Maddalcna, my collector of folk lore, while she was lcacling
0

Nue,a York, Checkmark Books, 1999, pp. 199-200.


171 Ronald Hutton, Th2 Stations of the Sun .. 4 History ifthe Rit::a/Year '·" En9la,d, Oxfonl, Ancie~r Briti,h lsles:Th:;r Narurc ,md Le9.:,y. Oxford, Blacb,-cll, 1991, pp. 301-310.
Oxford University Press, 1996, pp. 422-425; Ronal<l Hutton, The Pagan of rhc ' 76 Ronald Hutton, The Triumph qf the Moon, p. 142.

:n
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34/72
o cLff(_,reu
Dcn1ono1ogía crbti.1na y cultura folk'.órica en el conte.-,i

s feudale s y ele la
or rcconcr dieron recurr ir para enfren tar la tiranía de los señore
a wan<lcring life in Tusc,111y, to make an effort to obtain
on J;:mmry 1, 189"7, Iglesia me<lie, ·al:
somcth ing of the kind, I at last receive d frorn her,
s, anJ al!
from Colle, Val d'Elsa, near Siena, the NIS entitled /\radia,
or thc Go;pcl _the result of it al! \1·as a Yast develop ment of rebels, outCilst
witchcr aft or sorcery for a religion ,
of the 'vVitches. 177 the discont ented, who adopted
secret meetin g, in desert places,
and ,\·izareis as their priests. They had
El manus crito estaba esuitu con la letra <le Madda lena, y Lcbml
afir-
the rnounta ins. To this
u <le algum fuente among ol<l ruins accurse d by priests ( ... ), or in
maba no poder determ inar si la mujer lo hab{a copiJd environ ed by an-
clav the d\,·eller m !taly rnay often flnd ,eclude d spots
anLes orales. El mis-
urigina i, o si se lo había dict:ido alguno ele sus inforn,
cíent chestmi t forcsts, rocks, ::mu w:ills, which suggest fit
places for the
hallazg o .\L1ckLilu1a
terio no pudo resolve rse, por e¡ ue poco despué s de! Sabbat, and somelim es still helieve d by traditio n to be sucl1.
An l also
desapa reció:" ! have not seen my,ollcck r since the 'Gc spel' ;ias sene to me"; a lo
0

belic\ e that in this Cospel of thc \Vitche s we have a trust\\ orth) out:ine
future rime te be l,e,:er
que agrega ba, con cierto desenc anto: "J hope at some at least ofthe doctrin e and rites obsen-e <l at these rneeting s. The adored
gonía, protago niz;iJa by
iiiforn,ecf'. 178 El lé.1119el cumicm :a con su propia cosmo fórbidd cn dcities ancl practice d forbidd cu dee<ls, inspircc l as much
17
por h1 triada Diana- l .ucifer- Araclia : º rebdlio n agaimt socictv as their m,·n passion s. 'it '·

ancl of the
Diana greatJ:-' loved her brother I .ucifer, thc god of the Sun descub ierto por
an<l Leland llegó incluso a sugeri r que el manus critO
or), \\ \\'as so proud of bis bcauty,
ldoon, the god of Light (SplcnJ 110
que demos traba b veracid ad de
e. Diana had by her brother a 1\L,dJ; ilena era el tipo Je eviden cia fáctica
,, ho for his pri<lc ,, as d1 i 1-cn frorn Paradis
diferen cias eYiden tes
of í\ra<lia (i.e. Hcrndiu s)."r, la teoría de Michd et. 13 ' En cL1a!,1uier caso, existen
daLtghter, to whom they gaye t.he na111e en que los siervos
cnt1·e ambas propue stas. Mientr as que Miche lct insist1a
Diana comisi ona a su hija para que enseñe a los hombr es al arte de la co11siJ eraha c¡ue
reLdd, ,s se reunían para ;,Jorar a S.1tán, el norte.1m eric<11
w
ic.o par<1 las brujas.
brujerí a. /\radia se convie rte así en un person aje mesi,Ín !cto brujas siff1plc rncnte \ t'ncralx rn a Diana: el sc1t:rnismo c¡uc
se ies atribm a
de la luna en
Es elh e¡ tücn les urci,:na celebra r rituale s periód icos a la luz era ua agrt·ga do intro<l ucido por los bumbr cs de Tglesia.
, rransfo 1·rnada en lu
h"nor de Diana, su madre. Con el paso del tiempo Pero las audacia s de Leland no conclu ían ª'-J.uÍ: luego
de la publica ción de
que Lcland denom ina la , eL,hi<1 la brujerí a de, ino una expres ión e todavía persist ía como
Arculio se auirnó a sosten er que la , ¿al1ia 1eJjgion
s y ciespos eídos pu-
de resiste ncia, una hen cimient a más a la '-j_ll<' rebelJe secta o socied ad s2crc:ta fragme ntaria en region es
apartad as Je Italia.

177 Ch,,rks Gu<lf1 ey LeLmd, ,kiJi,1. G- of 1hc) lítd,cs, Co,irno , l\:uc,·a York, 2007
( 1S99), !'· 61: "haci,, 1:·1S6 tomé ,011<,ci1 nicnto de la c>..i:,tcncia <le un manusc rito
1' 1/bid., p. 65: "el r, ,uhaJu de todo ésto fue un ,asto desarro llo ele rebelde s, margi-
c¡u,: cw1lc'nÍ a bs doctrina s de la it:ilian,1 ( ... ). Tr"s urgir a Madclalena, mi o ,J la hechice-ria
nales,· toda da.,,' Je Jesc.un tentos, c¡uiencs a,loptar un a la brujcrfa
recolec tora de folk-lor c, a qm· hiciera un esfuerz o por obtener o rccuper ,lf algo hn reunion es secretas
como su religión , va lvs brujvs cvu10 om sacerdo tes. l\bnten
rnic11tras ll, ,·al,,1 una \·id,1 err,mte por1i,sc ana, fi:ialmc:ctc recibí de parte por los sacenlo tcs
las , iejas ruims maldeci das
entc ele Colle,V al d'Elsa, en bs en lugares desierto s. en medio <le
suya, el I de enero de 1898, un manusc rito pnwcni hm·, en Italia, el Yiajero puede
cristian os ( .. ,), o bien en lac rno11Laíi<1s. Hasta el <lh de
,:crc,1nÍ;1'i de Siena, titubdo /\radia, o El de bs Brujas." de nogales ,
os, rodeado s Je Yiejos bosques
que el 'Eyonge lio' me fue enviado'·; toparse a rnemt<lü <.un lugdrcs apartad
· 7s lbíd., p. 8: "No he 1isto a mi n'cokcL úrJc desde para la celebra ción del y
rocas y muros, qu,~ parecen eseenar.ios ,1propiac los
''espero estar mejor infornn do en liempu futuro.' '
en este Evangelio de las
L tradició n, de hecho, así los conside ra todavía. Yo creo que
:i9 Sobre la leyend.1 de Aradia \ é,i:,c Ros,:ma
ry Guiley, Ihe [nl) clcFedi~ o/WLhes eme! la ductrin a v de los ritos que
Brujas tenemo s, al menos, un conlhbl c de
ll'itd,crefi, pp. 11- l 2. deidad,: s prohibid as que adoraba n, y los
a su herman o Lucifer, observa ban en aquellos cn,ue11trus. Las
:so Charles Godfrey Lcland, Aradia, p. 11: "Diana amó mucho tanlo b rehelion contra la socieda d
quien estaba tan orgullos o ele hechos prohibi dos c¡ue practica ban, inspirar on
dios de! Sol y de la Luna, dios ele la Luz (Esplen dor), son
corno sus propi:1s lbs tr;:,Juccioncs del ingles
fue cxpuk, do del Paraíso. Diana concibi ó un:1
su belleza que ll causa de su soLet Lia ,s, ]bid.' P· 63.
hija con su herman o, a la que llam¿ro n Aradia ( o HerodÍa c)."
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Historiogrofia. De,w·nolog•:t cristiane ,· rnltun i«iklórico c:n el contexro 2·,_·,·peo

Consideraba prnh;ible, incluso, que aún existieran en la Rom;:iña aldeas 1 l


ue m1__1r1do · una re11g1on
, n~rtur~ l , en el· seno <le ' i l,a;· protegL1 1a
'· ·' cr-1e ce1e:--ira
entei·as habít:idas por paganos. 183 fertilidad del ,uelo. 18 " Duraute la era cristi;rna la dei,bd masculina fi 1e é!dr¡u i
La teoría de Ldand h;, lló tan pocos a¡wyos corno antes había cosechado riendo mc1yor releY,mciJ, y fu.2 f' 1Ja la c;nc terrnin6 siendo id-cn°ifícad., con
la tesis de Michdet. Ningún o1ro folklorista halló resto a1gunn del supuesto el demonio y estigmatizada por im111isid01Ts y te/ilogos tanlo-mcdieYJ\: s.
fv::cgeli· de las Bn),1s. Resulta dificil acept1r, incluso, que ni las inquisiciones El 1n,1terr/1tíco inglés, sin embargo, se alejaha df' las mirad 1s de Michelet,
medieval y moderna-entren ach, 1 ara dPtectar la herejía en lo.e; L_;;ares n•'Ís Gage \ Ldand, cuando 2.firm1!v que la religión de h diosa 1 T1dre l,+ía
recónditos de! cont incnte~ ni la policía secretad,, los Estados Pontificios sido un culto primr1ívo, cruel y orgí:1stiu 1 , trazo,; q11e la entroniz;k·ión de
de>cimon6nicos -capaz de acornhr a loe carbc1,1rios; demás sociecbcks su consorte masculino no hahí1 hecho más que exacerbar. h, En síntc,is,
secretas liberales- jamás pudieran hJllar rastros de la existencia de una Pearson creía que las creencias y prácticas brujLcriles tanlo-medieYal1:s
religión pagana en el corazón mismo de la peni,.,ula. La autenticidad cld constitni?n rectn, fósiles del m1triarc1rl,_, prehi<órico, ,imihr,", a lo Tle
texto no puede, sostenerse. Nn quedan otra,. :1hernc1 1 Í\ <1s qm: supon,T c¡ue el podLrn halla;·se en lo:; fes1 i,:iles y en las cLwzas campesi11 ,s coni,·rnpod
!ángel fue fraguado por I\1addalena, o bien redan1do px el pn-¡,;n Lehnrl, neas. El sabbat :· los baiies folklóricc,, c:ran reliquias del mi,mo p1<1do
en el espíritu de las IT<Teaciones modernas de textos arcaicos inici:1das por remoto: las n~primidas por el cri;ti,1nismn se co1winiero11 en la bn,j- rfa 0

J1mes Macpberson o,n la segunda rnit,id dd ~iglo XVIII. is; de los df'monólogns; las toleradas por el cristia11ismo se transfnrmaron
Tras los pasos de los estadounidenses Mari],h Jos1yn Gage ; ChJrks en los fr,rival:cs Pstacinn::les mndernns. 188 Aunr¡ue l\\ichelet había ya he-
Godfrey Lehnd, pronto aparecerán precursores de Margarct Murriy en cho :1lgun11s precisinnes al respecto, parece quf' Pearson fue ta1nhén el
el Dropio Reino Unido. En 189 2, Georgc Law,ence Gn.,.,,me, presidente
--~ ~
orimero en suoerir
l b
que luan;; de Arco habría sido um de las 1 dtimc" de
J
l

de la folk-Lore Socie1.y -la rni,ma inst ituciim a la ,¡ne pertenecía l.e!and, aquclbs sacTrdotis;1s paganas, tesis c¡ue tiempo después se contaría entre
..
y cuyo eci1tor se nana ., ue
. , ergo d e ·¡ a pub'º¡¡cac1on 1 '.. ,
sug1no~·
que i,as
11ra,+1-, hs prop,wstas rnás aud2ces de \ íargaret MurnY 189
brujas renacentistas integraban una sociedad secreta de iniciados, a través Para comienzos del siglo XX, feministas, periodist:1s y folklorista,
de la cual diversos elementos dé la religi!,n prehi ,,óric1 hbfan sobrevh·ido úÍcionados habían reint,nclucidc- en los rnass 'r'e ;;a la., teorías de la escuda
hasta los tiernpos modernos: "t 10 e wirr·h is the rncce,1or ef thc Druid pritsrcs(, romántica c1ue la academia aleman~ y cstailoumdcn,,: lahfon dest<.'rr,do
sostuvo. Gomrne no h:1,aba su hip0tesis en ninguna evidencia documental; de los claustros uniYersitarios. En l ':l0-1, de hecl1ü, l.u SorcÍé're de ,r-,fo helet
simplemente remida-incorre ctamente- a Jacob Grimm, a quien asign1ha se beneficio ccr:: su primera tnducckr ingle<.1 :Hahr{, tom,,b el editor
haber demostrado el carácter esencialmente pagano de la brujería moder- britfoico un:i decisión semejante si no hnhicra considerado c¡nf' lo, tif'm-
na. ;ss Más rofistir·yfa resultaba la teoría del profesor Karl Pearson (18 :Í/ - pos eran propicins pan hs tenri:i.s que i1 sistfa,, Pn idcndkar a la brnj,,rÍa
1

1936), un especialista en estadística y matemática aplicada que enseñaba moderna con los restos de alguna olvidada religión primitiva?
en el UniversiS! Coll:-i]." de Lcndres, b misn1;i institnción en la que .\\urray La exhirnaciÓ,: de las expresi0 10 es dcrimon! nicas ele la escuela ro
1

desarrollaría su carrera más adelante. Pearson también era un folklorista mántica ya no nos permitf'n continuar considerando a Margaret Murray
aficinniido. En calidad de tal fusionó la tesis de Michelet con el m '"h,r-age (1863-1963) como respon,,hle exc:hyenre de la '!7115 bi-zrrn teor!7 sobro
paradigm, la teoría sobre el ubicuo matrian:ildo prehistc',rico: las brujas la brujería europea jamás formulad;,. Sin emhargn, no cabccn dud,s de qucc
medievales eran sacerdotisas de la diosa madre y de su consorte, el dios ,me/ her
186 Carnline Oates anJ juliettc \Vood, .·1 Co1'en uj'Scho:.-,·· Mar9:·_·r M11r 0 ~1·

183 Ronald Hutton, The Tri11mph rf the :lfo,m, p. 145. Wor~in9 Met 1'o. 1s, ArchiYe Series 1, Londres, FLS Books, í 9°8, p. 1 ~-
is+ !bid, p. 147. 137 Ronald Hutton, TheTriumph rfthc: 1/oon, p. 1S0.

185 /bid .• p. 149: ''la brnja es la sucesora de la sacerdotisa druida" ,raducci/,n. del 188 C.-,nline O ates and Jdietlé 'Y)od, .1 í·,ven of Scl,olars, 1 20.
inglés es mía). 189 !bid., p. 21.

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n1Zls con lrC1\ ~:r t icL.1 de to'"1c1s las ofre(_idcts por 1::sta residual se bJsc1ha en la adoración de unzi diYinidacl
XX. En efectu: durante mas de cincuenta años con rostro doble\' corna.n1entJ; n1ientras c1ue el ele estos tr:izos
la tc:uric1 Lle: L·11furecér d lo:) persuadir a gran aparece en el o Dianus latino, 1
~:; la segunda caracter1stica se
p:u te de Li e 11:c 11lo de nue·as religione"s
\ lJlU\ ÍlllÍc'Jl[U.S J.u•p,1gc1nu,. cJc.scredíto afectÓ ]a ele aquel clíos curnuJ0 los
de L.1 r lunJincnse \ se111Li<1 dud'-b sobre el status cientifico dores tanlo-meclieYales cunfundíeron a dicha deidad-\' e\·entualmente a
de lus 1nisn1CJ.,; f _;}kluristc1s.' f usiu11a11do en una Única sintesi::-: los a por~ los oficiantes gue lo encarnabJn por rncdio ele disfrzices terion1órficos---
LC,j Je SUS Y t0111andu en consideración el hecho con el Satán jucleo-cristiano. Sin ele constituir una secta
cun c1 uc1:--u del
l
la teona ele de adoradores era
1Le 1;.1c1rn:ra: las supuestas la Yerda.dcra a
en Inglaterra~; finales ele la L:cbcl \1eclia el cri,tío.11i,rnu tan sólo era un rótulo oficial en
en FLtnciJ. -- clu1 ~1r1te el muchas del continente. El culto a la. fertiliJc1d. e'.)ellci~dL1cntc
monote1sta, se caracterizaba por bas:i.da en
pre::;er\ Jl" con éxiL un ...1.t:1\-iLC culto ..1 L.-1 fcrtilid~h-1 de
1 , prehistórico, co1·ens o cOn\-cntículos de trece n1ie1T1bros.
Djc~llÍL cuh.: exlrJ.ÍJusde las rná.s diYcrsas clases incluYcndo,
crnL1 r en a rnonarcas Y nu1nl11,il;_11e:nte cristianos. Tanto
los con10 los fieles del dionisrno
en asarnblcJ.~ rna.siYas o "rhe Generol
, ;· en n::unio11cs de carácter 111!:s restringido o esbars, en las que ~e
or inli<.1biteJ parb uf tL.t..: ,__.uu11t 1· ; · . It can be resoh·íJn asuntos prosaicos en un 111-1rco dccidida111ente n1enos ritual.
tiln~s~ ~111d ~1p¡;c·d.Lc; Le'. tLc anciu1t
of \ \' esrcrn Bc.rcelona, Labor 1 1 "el cuho Jidnico abraza la creencia Y los rituales
en el tardo-n1edioen). La
\íurra,· ( l %3. ¡ , en Richard \l. Golden

un J.rticulu :)LbL.1nciJ.l en la rL\ considerarla como b


brif.i.L..lS ~~·bre .su liGru :..1:...u..:; .J.p..1rccicro11 en Ji._L,1 puLli ......1...:.i~n ...;JLu '>it:ran lejos de adherir antigua religión de Europa Occidental."
sin resen·as a su teoría, Por último, la mayoría <le los miembros <le la Folklore Society 193 lbid., p, 11.

manifestaran hacia sus métodos e hipótesis un política <le tácita y silenciosa reserva, 194 MargaretAlice Murray, The God efthe!Vitches, n.p., NuVision Publications, 2005

esto último en marcado contraste con el apoyo entusiasta que le dieron académicos (1933), pp. 21-22 (edición en castellano: El dios de los brujos, México, FCE, 1985).
<le otras disciplinas; por ello, <los jóvenes folkloristas contemporáneas formulan con 19 ; Margaret Ali ce Murray, TbeJVicch-Cult in 11-éstern Europe, p. 18, 38, 61, 81; The God

justa razón el siguiente reproche: "no one seems to fiel obli9ed to apolo9ize far Murray's ef the IVitches, pp. 24-25.
ideas at Unil'ersit)' Colle9e London, ll'here she tau9ht E9)'ptolo9y, or at the Royal Anthropolo9ical 196 Margaret Alice Murray, The God ef the IVitches, p. 12
lnstilllte, ef irhic/1 Murray was a member and re9ular contributor to its journals" (Caroline 197 Margaret Alice Murray, The IVitch-Cult in Western Europe, pp. 279-280,
Oates and Juliettc Wood, A C01·en ef Scholars, p. 7), 198 Margaret Alice Murray, The God ef the IVitches, pp. 127 )' ss.
191 MargaretAlice Murray, ThelVitch-Cult inH-éstemEurope, n.p., Filiquarian Publishing,
199 Margaret Alice Murray, The Witch-Cult in Hestern Europe, pp. 137, 160-1, 173: "la

2007 ( 1921 ), p. 1O ( edición en castellano: El culto de la brujería en Europa occidental, reunión general de todos los miembros de la religión."

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f- Iisturi(

El c3ltnJarlo . que regulaba la celebración de los cudtro historia. del


fr-.;tiYales de
011c> st" e,tiencle entre lTLl\"O Y no\·icrnbrc, una di\·i-
que no coincide ni con ]os solsticios ni con el calenclJ.rio
del hernisferio norte, lo que incljc2ría c1ue e1 del culto del
dios cornudo se rernonta a 1..n-11 anterior al dcscubriinicnto :nisrr10
(Je '
' la El Dianic cuh ce1ebrz:l):::. cin:ro clases de s0crificios: e1
,~- .
ofertorio de lo J. 10S nconto.s c¡uc- se 1nccn--
el sacrificio de 2nin12les \·Íctin1~1s corrientes
el sacrificío de seres procesos
particulJrn1ente de niños
.
1n '
l-irner ro the chrjuft1n

el rnás i~1port0nte de 1os rituales


el sacrificio del rey-sace::dote, que en tanto di\·inicbd

de una encarnación rná.s


C'abt: ob.serYar que el modelo interpreta ti Yo de :,iurr2;· ·ubic2 c11fáticarr1ente
en el centro de la escena a una deidad n1asculina, en rccrn de la
fc.:n1cnina -diosa rn2dre o diYinicb.d lunar- r'(1\·orccicla. por
autores corn.o Gage, Leland ). Pe2rsc,r.:. 2·;s
l.)e farnilia escocesa, ?\1argaret ~lurra:,- en 1a
que su padre se desempeñaba corn.o con 2rci2nte. 7

inn1ediatc cor:10 super\-i\'enci2. Je


de 1891 h1rla clerl\·2r el r(rrnin0

guía del Profesor Sir FlindE'Y" Petrie.


!biJ., pp. 1 i, 1_).),
lbiJ., p. 221.
202!bid., p. 224. del formulario "Degrees, wirh Dares" ["Grados académicos alcanzados, y fechas] con la
Jbid., p. 228: "usualmente un niño pequeño, ya sea un hijo de la bruja o una criatura
20 l frase "Can't remember" ["No recuerdo"] (Caroline Oates and Juliette Wood, A Coi·en
no bautizada; en otras palabras, alguien que no pertenecía a la comunidad cristiana" efSchalars, p. 91, n. 4).
(las traducciones del inglés son mías). 208 Hutton, TheTri11mph efthe Moon, p. 195.

204 !bid., PP· 232 y SS. 209 Margaret Alice Murray, ,1'0' First HundrcdYears, Londres, vVilliam Kimber, 1963, p.

205 Diane Purkiss, TheWitch in Hístory, p. 37. 104: "cuando súbitamente comprendí que el así llamado Diablo. era simplemente un
206 Jacqueline Simpson, "Margaret Alice Murray (1863-1963)", p. 796. hombre disfrazado sentí un sobresalto; casi me asusté al ver cómo todos los hechos
207 El primer grado académico formal obtenido por Murray fue un doctorado ho- registrados cobraban sentido, mostrándonos que las brujas eran adherentes a una
noris causa en 1931. Cuando en 1940 el Royal Anthropological lnstiture Archive encaró i;.•:, antigua y primitiYa forma de religión, y que los registros habían sido producirlos por
la tarea de censar a todos los antropólogos británicos, Murray completó la sección
í los miembros de una religión nueva y represiva" (la traducción <le! inglés es mía).

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Historiografía. Dcmonolog1a cristi,rna :· cultura folkluica en el contcxro europeo

c,:,rno prueba la exi,-lt'ncia J: l witch-L ,1lt, y :·c,nsi<lc r~> c¡ue el C.1 oser cra un etc.).:'" Una segunda explicacion del exito de ía Wnch-cult theory remite a
claro resabio malcría] Je los disfr,1ces utilizados por los líderes<le la antigua un hecho fortuito: en 1929, la Encyclopacdia Britannica encargó a Munay
rdigiui;. Dad:, b impc,nancL1 ,pe la in::Jesa u,orga en su au,cbiog1c1fia a !a redacción del artículo "Wirchcreft", oportunidad <¡ue la egiptóloga apro-
la súbita comprensión de c¡ue el diablo c¡ue participaba en el sabbat no era vechó para presentar su propia interpretación del fenómeno como si se
más que Lll1 hun1bre di,frazado --fonmilaciÓll sobre l,, cual descansa gran tratara de una teoría universalmente aceptacb. No cllben duelas de que el
parte de su leorÍL1-, no caben dudas de c¡ue la exhumación del Dorset Ooser enorme prestigio uniYersal de la enciclopedia en cuestión -en la cual el
debió iu;,n- un ¡:,:1pel cLi, e> en b clabor.L.iÓn fin,J de su mcdelo. ,,., El p;ii;1er artículo perduró durante cuarenta años- contribun_i a otorgar al ".lfurray
a\·,mce de la te01ía <le 1\lurra) se publica en 1917 en el Yolumen 28 de h paradigm" el aura de respetabilidad que los circules académicos le nega-
rc1·ista Folf:lorc. 211 La <lifusiém de la aucbz propuesta continuó luego con la ban. 215 Hubo c¡ue esper;:ir hasta la edición de 1969 par:t c1ue los responsables
::i¡.,ariü~n de L,re\·ísirnus pape: c:ri la S.vttish f-Jj,toric,d ;;erie" ( 19181 \ en ele la Britannica reconociernn que la síntesis encargada a su compatriota
Jfun ( 19 ! 8-1919). ' 12 finalmente en 1921,) no sin .1lguna polémica interna había sicniificado un severo lnaso en falso; el texto de Murrav fue entonces
.:::, ,
en el ~u10 del ,..umité cL, c<litu1 e'', la :orJ , ersh) P,css aceptó publicar reemplazado por nue·,as entradas asignadas a E. E. E, ans Pritchard, Keith
el primero de los l1 es libros dedicados por J\forray a b brujería europea: Thornas y Alan lvlacfarlanc, autores de teorías tan unidireccionales corno
Thc ff::.:1:-Cui; ú; ·ive.1i Ew,;¡, i1.i .\ partir de entu11,..es, y a pesar ele la la de .\1urray, pero que por entonces gozaban de un prestigio academico
decidida u¡)()sición de los piincipalc:; cxpu11l.'.ntes de la escuela racionalista dccídidarncnte superior. 21 c'
~entre los que c.ibe ~tií.ilar a lu,, expcrirnenLLlos George Lincoln Durr y Una tercera explicación ele la extraordinaria fortuna de la JVirch-cu/t
Gco1 ge L_\ 111,1n l(i ttre<lge , la sug,:s Lí \ a tc,,ría ele ,\ 1urray inicio Li carrcr,1 puede residir en el hecho de que b intc1·¡iretación se apoyaba en
que la lle:; ada a c·onvertirse en J., YÍsíi,,1 hegen/Jníca dé la brujería europea uno de lus muddos a11tropológicos rná, difuml idos del momento: la teoría
durante más de medio si¡,;lo. sobre el origen de las religiones dcsarrolbla por el antropólogo escocés Sir
¿Cónll) cxplic:,r d ext1 ;iurdü1c1rio suceso de Li interpretación tle lvLir- [arnes Frazer 11 SS,1-1941) en su monumental The (;c!Jrn BvvHl,. ' 11 Para este
garet :\1urray' Se c11Scnaron al respecto las m;Ís di\ersas ex¡Jlica1..1ones c:atedr,1tico de b Uni,·ersidad de Cambridge, la claYc para la comprensiÓ11
so,i,,lógic,,,. Se ha :;11gerid,, c¡ue l.1 1,,:ímil.1,·ión de b sockdad de bs bru¡11s de l.1s religiones arcaicas no se li.ilbbJ en el allírnismo ni en d toternis
a una .;ufisticacL1 v extendida urc;_anizacion secreta congeniabJ con el erhos rno, sino en los cultos a la feníli<lad. A. partir de la miríada de metáforas
com¡Jirati I u hercd.ido dt' Li seg11mb n1il11d del , "hocie11 tos; ¡.J1 udin· c1 n:l.Hiona,L1s con h estacionalidad del rnunclo rntural c¡ue resulta posible
detectar por todas partes la cxistenci:i de pequeña, células de cor1:-pira- detectar en los textos clásicos (el retorno de las est:1cioncs, la germina-
do1cs proCcsiunak;; opercmdo para sub1 otir lu., \·al ores de la sociedad ci(Jn vegetal periódica y, muy especialmente, la mnertc y resurrección de
organizada (anarquistas. uihili,us, fenic1nos, bolcheYigues, :ciunistas,
2 'J<1c:c¡ueL11c: Simp,u,1, ".MJ1garet Murray: \-\·¡w Bclincd H,-:r, and Why?", Folklure,
Caroline Oatcs ,md Julictle \V(;c)(I, A C.11 ,:,, ef Sclwlc1rs, pp. 19-20. 105 (l 994-), p. S1 ). J\unc¡ue algunos lccton. 'S pudieron cc¡uíp,u·ar los corens brujeriles
211 :,1. A. Niu1 r<ly, "(Jl'2_'.üllizatiu11_) ofV\-iL,_.hes ill C1eat Gri::::iin", Fc]k-Lore,
18 (1917,L cun célula., rc\·oluciuuarias. reJu!ta e, iJentc que este, lectura pulitica de la teori2
pp- 228 58. Trc;; ,1tios ckspués la autora publica uiu bre,·e nota en L, misma re, i.sta: de i\lnn :iy se consid,:rablerncntc de la:1 intenciones "ríginales de la egipt,'.Jloga
"\Vitcl1cs aml tlic Numlx1Thirteen" , Fo/k.f.01e. 31 (1')20), pp. 204-209. ingicsa.
212 :.i. A. Murray, "L 1,ilJ-Sacrifi,_e alliun,; Emupean \-\,,cLes", .lfon,
18 ,.1918), pp. h :\orman Cohn, [uicpe's Dem,::,,, p. lo2.
60-62; "\Vítches' Fcrtility Ritcs" ami "Thc Dc,il's Offícers ancl the \Vitches' Cmcns", 116 Wolfgang Behringer, "\Vitd1cirJft Studics in Austria, Gcrrnany and Switzerland",
Mcn. 19(19191,pp. oS-58, !31 140;'"TheDc,·il' of. thBernick",S., :ishHi_,. P· 67.
wriw; Reviell, 1S O9 l 8 ), pp. 3 l 0-321. Sobre la vida y obra de Frazer ,·éase Robert J\ckerman,
117
J. G. Frazer: His L.ife and
213 Caroline Oates and Julicttc \Voud. A Co1·c11 p. 12, Work, CanJgidgc, C11:nbridie Uni\ersity Press, 1987.

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Den1onología cristiJnJ y cultura f0iklóricc1 en el l'Ontcxru europeo

figuras diYinas o sen1i-diYinas), Frazer dedujo la generalizada existencia de


un lHÚ\·erso ritual orienta.do hacia Li de 1a fertilidad entre los n'tulo de un Jrti'culo :-::nhrc
pueblos prinlitiYOS. La tesis ~upnnÍJ. que l:is cu huras n1ás ,1rcaic:s :1cl-:1rab:n1
a núrnenes que representaban al esp1ritu \·iyificante del n1undo Yegetal, ;·
que por ello rnorían y renacían en forn1:i cíclica. Estas dcicL1dt>~ diferencias in1pnrtzint1·~ entre :nnbo~ rncck:ln~-;· rnientr:is que el
'
se encarnaoan en n-1onarcas que cleb1an ser incluía a la resurrección cn'.c-:ticct en.trc lo." :-iYatJrf:-; 1.L, 1J 111riiniriYJ
sacrificados ante.s de que sus facultades físicas) ele la fertilichcl, h
clispositiYos ritu'1les tenían corno objetiYo ine-li1cliblc en perrnanente conflicte_) cnn t-,] cristiin1ic:n10. \íurr:i.;· c\·itJbJ. ck: e.st1 n1Jner2
naturales por n1edio de las acciones ele jncli.Yidun., En otr;is las redadas del eY0lucic1ni.;,;n1<1· h ci1,:ilizJ.cit~n eurnpc2 no bJh1'1 ;1tr:1_Yf'.'<1clo
palabras, desde una perspecti\·a J.Cf'ndr:1da.rnente por tres e--:.t:idlns c;uo::sl\·os, puec.:to c-iue pc)r rn!is de un rnil.enio un antiguo
hornbre prin1iti\·o a un proto-racionalista, que careciendo de un adecu:tclo ritual n1a_gico hctl-n'a cncxiqidn crin un.1 re1inio.~:i
- ~
conocirniento de los u111brales de causc1lichd intentaba contrc)l;ir t'1 rnunclo te rnás sofisticada.
que lo rodeaba por n1eclio de ritos diseñc1d0s 111Cllte [HLl tal fin. respecto del tandem Fra?t==T- \inrr:i;·: b, histnri0c.lor:1 de lJ.
~\teo o agnóstico desde su n1isn1a juYentucl -~ien1pre 1110.nifestó hJ.cia ]as supuso que el antropólngc1 .:;p J. su tenrí:1, :· lo
religiones organizados la rnisr11a desconfian?a que luego cZ1racteriz:1ría a una reseña bihlingr~fica Th, 0

.\ 1argaret \ 1urray- el escocés llegó incluso a su;erir c;uc la de Cristo ele ia


tarnbi~n deriYaba de aquella sofisticada rnitolog1'a prirniti\·a La prin:t"ra lina cuarta Y ú1tin10 p-..,::rdicación df'l ~ucc_c:.0 loarzicln lnnr el
, j ::,

edición de The Golden Rnu9h ap:1reció en dos Yolúr11ent:s en 1890; para 1915, ele \íurra:,- se relaciona con ntro p•JIPmico e influyente intc-lect112l de la
la tercera edición contaba~'ª con 12 \·olúrnenes. En 1922, FrJ.í'.f'r primera mitad del siglo XX: \lontague Smmner, (18SCl 19+8¡_22.; A. clife-
una cc1rnpilación en un Único ton10, la misn1a que la editori:tl rnexicana renc1rt ele Fra.zer, en e-ste ca . .~n "f' trat:1 de un escritor cuy:1
fondo de Cultura Econón1icct publicó en c1.~telLn10 en 19++ con el título de cipa1 con1enzó a aparecer unos años después de la puh1icación del
Lo romo dorada. Caben pocas clucbs de que esta Ycrsión libro de ).íurra:T- Snnnners er0 11n f'XC~ntricn C'..l.tólicn caracteriz:vlo por
un obsesiYo interés por el rnundo ,ol•ren-1tur:il 125 S11s re.surn10n .s11
un año después ele la publicación de The /í·'itch-Cuh in ííCsrcrn debió
contribuir en gran medida a incren1entar la aceptación y respet::i.bi1ichcl the
ele la teoría de I\íurray. En efecto, aunque por entonces el e\·olucionista pp.17-23.
csc1uerna frazeriano de los tres e::;tndíos ci1.·i1i?2tnrios -- rnagi:i, religi6n y 222 Juliette \Vood, "The Rcalit;· of\\'itch C'uh~ Rezis5t'Ttec1: Fertiliry :,ind \2t2ni-::n1:' 1

ciencia - comenzaba a considerarse perirnir!o en los círculos p. 73.


la fortuna editorial de The Golden Bough no hacía más que comenzar: a las 223 Caroline Oates and Juliette Wood, A Co1'en ef Scholars, p. 16.
224 No existe aún una monografía académica relevante sobre la figura y la obra de
cuatro ediciones que habían tenido lugar entre 1890 y 1922, le siguieron
Montague Summers. No obstante, para un análisis de su leyenda y mito resulta útil
otras cincuenta y una entre 1922 y 1955 (de hecho, las ediciones en rústica
la consulta de Brocard Sewell, Montague Summcrs:A Afemoir, Londres, Cecial & Amelia
°
todavía continúan en catálogo). 22 Cabe aclarar que la antropología religiosa \Voolf, 1965. Sobre su producci6n véase Timothy D' Arch Smith, Montague S11mmers.
de Frazer produjo un impacto en Murray aún antes de que la inglesa deci- A Bibliography, Wellingborough, Aquarian Press, 1983. Por último, también merece
ser tenida en consideraci6n la autobiografía del propio Summers, The Gallanty Show:
218 ef
Caroline Oates and Juliette Wood, A Coven Scholars, p. 16. An Autobiogroph;', Londres, C. Woolf, 1980.
219 Ronald Hutton, The Triumph ef che Moon, p. 114. 125 Julian Goodare, "Montague Summers (1880-1948)", en Richard M. Golden (ed.),
220 Idem., p. 116. Encyclopedia ef}Vitchcreft, vol. IV, p. 1090.

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personalidad corno una mezcla <le fantasmas, sexo y religión ("a mixture c1· hombre-lobo- 231 su otro gran aporte a la historiografía de la caza de brujas
spooks and sex and Go,f'). 226 Tras cursar estudios en la Unh·ersidacl de Oxford ha sido la publicación de los grandes tratados demonológicos en ediciones
se ordenó como sacerdote de la Iglesia Anglicana. En 1908 se vio involu- modernas (particular importancia revistió la primera traducción inglesa
crado en una acusación ele inconducta sexual, evidentemente relacionada del Malleus Maleficarum, publicada en 1928) 232 ; relativamente eruditas y
con su reconocida homosexualidad, y el término "pederastia" formó parte confiables, las versiones de Summers continuaron siendo objeto de consulta
de los cargos formulados. Aún cuando fue absuelto, el episodio puso fin a hasta la reciente aparición de ediciones más actualizadas. 233
su carrera en la Iglesia de Inglaterra, por lo c¡ue en 1909 tomó la decisión Pero no es tanto por su erudición cuanto por su peculiar hermenéutica
de adherir al catolicismo. Su pretensión de conYertirse en presbítero de la de los textos que Montague Summers se convierte en una figura bizarra <le
Iglesia Católica no pudo concretarse, probablemente a causa del escándalo la historiografía de la caza de brujas. Más aún que Johann Joseph von Go-
sexual antes mencionado. De tocias formas, siempre antepuso a su nombre rres, criticado durante el siglo XIX por otorgar en sus análisis de fenómenos
.el título ele "Reverencio", y desde 1913 en adelante actuó y vistió como un sobrenaturales demasiada importancia a las explicaciones naturalistas, el
sacerdote católico. 227 Hasta 1926 combinó un cargo de maestro de escuela Reverencio Summers creía en la existencia del demonio y en la realidad
con estudios eruditos sobre la literatura inglesa del siglo XVII. Pero a partir del orden preternatural. Por lo tanto, aquella conspiración diabólica de
de entonces se transformó en escritor profesional, precisamente con la comienzos de la Edad Moderna, denunciada por inquisidores y magistrados
publicación de su primer libro sobre la historia de la brujería en Euro- seculares, debía considerarse como un fenómeno realmente existente:
pa. 228 Montague Summers siempre manifestó gran interés por lo oculto, "there was a clandestine or9anization hated by the Church" .1 3+ De hecho, se
y algunos testimonios de amigos de jmentud sugieren, incluso, que habría trataba de un complot muy antiguo, iniciado por los antiguos gnósticos y
participado en misas im·ertidas y rituales satánicos. 219 En su madurez, sin continuado durante toda la Edad Media por las organizaciones secretas de
embargo, la curiosidad juvenil cedió paso a una marcada obsesión por la herejes, a las que Summers otorgaba un carácter excluyentemente mani-
presencia real y amenazante de las fuerzas del mal en el mundo moderno. queo. 235 Por ello, "the beliefef J022 and 1661 is the same, because it is the same
Summers escribió cuatro libros sobre brujería: The J-listor_y efJVitchcreft and 231 Montague Summers, Thel'ampire, bis Kith and Kin, Londres, Kegan Paul, 1928; The
Demonolo9y ( 1926), The Geo9raph)' eflVitchcr'!.fi ( 1927), A Popular J-listory ?f IVere,ro!f, Londres, Kegan Paul, 1933.
IVitchcreft (1937) y IVitchcreft aniBJack Magic (1946). 230 Amén <le estos libros m Hcinrich Kramer and Jacob Sprenger, Malleus Maleflcarum, Londres, John Ro<lker,
-y de una serie de monografías dedicadas a los mitos del vampiro y del 1928. Aunque en ocasiones la traducción inglesa suele atribuírsele al propio Summers,
el responsable de la misma es J. Allen Ashwin. Amén del Malleus, Summers editó
también traducciones inglesas de las siguientes demonologías: Compendium ,l!alefl-
carum, de Francesco Maria Guazzo; Discours exécrable des sorciers, de Henri Boguet; y
226 Timoth D'Arch Smith, Montague Summcrs:A Talk, E<linburgh, Tragara Press, 1984, Demonolatriae libri tres, de Nicolas Rémy. También fue responsable de las ediciones
p. 22. Cita<lo por Julictte Woo<l, "The Reality ofWitch Cults Reasserted: Fertility modernas de The Discoverie efl Vitchcreft, de Reginald Scot, y de The Disco,·ery efll'itches,
an<l Satanism", en Jonathan Barry y Owcn Davics (cds.), Pal9rareAdmnces in I Vitchcreft de Matthew Hopkins.
Historiography, p. 77. m Para una visión crítica del manejo de la lengua latina por parte de Summers
127 Ronal<l Hutton, The Triumph ef tbe 1)/oon, p. 254. véase Juliette Wood, "The Reality ofWitch Cults Reasserted: Fertility ami Sata-
228 Julian Goo<lare, "Montague Summers ( 1880-1948)", pp. 1090-1091. nism", p. 80.
229 Gareth Me<lway, Lure ,f the Sinister: The Unnatural History if Satanism, Nue,;a York, 234 Montague Summers, The History ifll'itchcreft and DemonoloBY, p. 44: "existía una

NewYork University Press, 2001, pp. 380 y ss. organización clandestina odiada por la Iglesia."
230 Los tres primeros fueron publicados en Londres por la editorial Kegan Paul; el 235 lbid., p. 29: "Far we lwve seen that Witchcreft as it existed in Europe jrom the eleventh

cuarto, también una edición londinense, fue publicado por la editorial Rider. century was main!y the spawn if Gnostic heresey" (Pues hemos visto que la brujería tal

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oraanization." 236 Ello no significa que tocios los hechos fantásticos atribuidos en contadas ocasiones. 2-1-0 Con esta estrategia, el inglés conseguía un doble
a las brujas ocurrieran de la manera en que los describe la demonología efecto: con aportes del espiritismo moderno contribuía a demostrar la rea-
tardo-escolástica. La creencia en el vuelo nocturno debió originarse en lidad de la antigua demonología, y con aportes de la antigua demonología
la exageración de testigos decididos a potenciar el efecto de sus relatos, contribuía a satanizar al espiritismo moderno. En cuanto a la presencia de
o bien en el deseo de las propias brujas de alardear de poderes de los que Satán en los aquelarres, Summers consideraba que muchos de los detalles
en realidad carecían. 237 Las supuestas metamorfosis animales derivabaq_de contenidos en las descripciones de época "no admitían otra solución que
los disfraces y máscaras a los que con frecuencia recurrían los miembros la materialización de alguna poderosa inteligencia maléfica". 141 La teoría
de la secta. 238 Los malp.cia brujeriles no eran más que casos de envenena- del ectoplasrna contribuía a explicar la posibilidad de que espíritus des-
miento mediante el uso de drogas letales. 239 No obstante, el autor pronto encarnados ¡idquirieran una forma física observable y sensible al tacto. 2+2
abandona el naturalismo para sostener que, aunque poco frecuentes, las
intervenciones del demonio en el mundo de la materia son una realidad
que no puede negarse. Según Summers, las modernas sesiones de espiri- HO !bid., p. 124: "In many ef these instances it is plain that chere is no actualjlight rhro119h
tismo habían puesto de manifiesto la posibilidad real de la levitación, lo the air (. .. ). lt is very pertinenr, holl'erer, ro notice in chis connexion che actual lcl"icarion ef
human bein9s, ll'hich is, althou9h perhaps an unusual,yec by no means an unknmrn, pheno-
que demostraba que el vuelo de las bntjas pudo, efectivamente, tener lugar
menon in the séances ef modern spirirism, ...here both rhe leritacion efpersons (. . .) robles and
como existió en Europa del siglo XI en adelante fue principalmente el producto de chairs (. .. ) hare ocwrred a9ain and a9ain 11ndcr condicions which cannot possiblj• admir ef
la herejía gnóstica"). legerdemain, illusion or charlatanry" ("en muchas instancias resulta claro que no existe
236 !bid., p. 26: "la creencia de 1022 y de 1661 es la misma, porque se trata de la un vuelo real por los aires ( ... ).Parece pertinente, sin embargo, reparar en un terna
misma organización." conexo, la levitación de seres humanos, un fenómeno que, aunque inusual, no re-
237 /bid.,p: 5: "Thro119ho11t the whole records there are veryjell' instanccs when a witness defi- sulta en ningún caso desconocido en las sesiones del espiritismo moderno, donde la
nitel_y asserted that he had seen a witch carried through rhe air mo,mred upon a broom or scick levitación tanto de personas como de mesas y sillas ha ocurrido una y otra ,·ez, bajo
efany kind, and on every occasion there is patent and obvi11os e.rnggcrarion co secure an efJect. condiciones que no pueden posiblemente admitir ni juegos de manos, ni ilusionismo
Sometimes che witches themselres boasted ef chis means ef transport to impress their hearers" ni charlatanería").
("A lo largo de los registros escritos hallamos pocas instancias en las cuales un testigo 241 !bid., p. 97: "admits no solution sare by che materializarion ef ei•il intelligenccs ef

sostiene, en forma definitiva, haber visto a una bruja volando por el aire montada en power" ("no admite otra solución que la materialización de inteligencias de poder
una escoba o vara de cualquier clase, y en cada una de dichas ocasiones percibimos malvadas").
una patente y obvia exageración destinada a lograr un efecto. En ocasiones las mismas 242 !bid., pp. 95-96: "Miss Scatcherd, in a symposium, Surriral, 9il'es certain ef her oirn

brujas alardeaban de este medio de transporte para impresionar a sus oyentes''). experíences that 90 far to proveche parcial re-materializacion ef che dead by che utilizarion
238 !bid, p. 7: "There is ample proef rhat 'The Devil' ef the Sabbat was i•eryfrequentl_y a human ef che material subsrance and ectoplasmic emanations ef rhe li>'in9. And iJ disembodied spirits
bein9, the Grand Master ef the discrict" ("Existen muchas evidencias de que "el Diablo" can upon occasion, however rare, thus materialize, why not ei•il intelli9ences whose ,j]orrs at
del sabbat frecuentemente era un ser humano, el Gran Maestre del distrito''). En este corporeali9' are urgcd and aided by the lon9in9 thoughts and concentrated will power ef chosc
punto, curiosamente, Summers coincide con Margaret Murray. who eagerly seek rhem?" ("En un simposio, Miss Scatcherd ofrece algunas experiencias
239 /bid., p. 10: "When sorne person who had in any way annoyed che wirch was to be harmed propias que incluso permiten probar la re-materialización parcial de los muertos, a
or killed,it was obviously convenient, n-hen pracricq~(f, rofollo,r up che symbolism efrhc solemn partir de la utilización de la sustancia material y de las emanaciones ectoplásmicas
imprecation ( .. .)o/adose ef subly administered poison, which ll'011ld bring abom the desired de los vivos. Y si los espíritus desencarnados pueden, en alguna que otra rara oca-
result" ("Cuando una persona, que de una u otra forma había molestado a una bruja, sión, materializarse de dicha manera, ¿por quié no podrán hacerlo las inteligencias
debía sufrir un daño o la muerte, resultaba obviamente conveniente, cuando ,era malvadas, cuyos esfuerzos hacia la corporalidad se ven urgidos y ayudados por los
practicable, combinar el simbolismo de la maldición solemne( ... ) con una dosis de pensamientos anhelantes y el poder de voluntad concentrado de aquellas personas
veneno sutilmente administrada, destinada a producir el efecto deseado"). que desean ansiosamente contactarlos?").

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También los ataques de íncubos y súcubos, 2+ 3 las marcas diabólicas,2-i-+ y alejado a la brujería del mundo metafísico para introducirla en un niYel
el pacto con el demonio, constituyen fenómenos cuya posibilidad real no racional debatible por la comunidad científica moderna. 2-16
debería seriamente cuestionarse: ; Cuáles son las fallas del método de Murray que han prorncado el gene-
The existence of evil discamate intcllígcnces having bcen orthodoxly rali;ado descrédito en el cual se haya inmersa su teoría en el presente? Por
established, a realm which owns onc dúef, and it is reasonablc to suppose, de pronto, no puede negársele el mérito de haber sido la primera estudiosa
many hierarchies, a kingclom that is at continua! warfare wíth all that is en intentar fundamentar por medio de un corpus documental extenso una de
good, e,·cr striving to do eYil an<l bring man into bon<lage; it is obvious las premisas fundamentales de la escuela romántica: la existencia de algún
that if he be so detcrmine<l man will be able in sorne way or another fenómeno real detrás de la caza de brujas temprano-moderna. Sin embargo,
to get into touch with this dark shaclow world, andhowe,·er rare stich
a poco que se analiza con atención la metodología utilizada en TheTVitch-Cult
a connexion may be it is, at least, possible. It is this connexion with its
in Hhtern Europe, las falencias saltan a la vista. En primer lugar, la autora
consequences, con<litions, and attendant circumstances, that is known
as \Vitchcraft. m adopta una técnica hermenéutica particularmente riesgosa, que la polé-
mica con Montague Summers no hizo más que reforzar en publicaciones
Retornando a la identificación <le las posibles causas que explican el posteriores. En efecto, Murray descarta de las confesiones de los acusados
enorme suceso de Margaret Murray, resulta obvio que una teoría como reproducidas en panfletos_y tratados demonológicos, todos los elementos
la suya iino a encarnar lo que para muchos era un término medio 'ideal relacionados con la magia operativa y con los fenómenos sobrenaturales,
entre el escepticismo de la escuela racionalista y el crédulo realismo de para centrar el análísis de manera excluyente tn los aspectos rituales y en
Montague Summers. Frente a una explicación como la ensayada por el las prácticas cultuales que aparecen siempre en las descripciones del sabbat.
exonerado diácono anglicano, la propuesta de la egiptóloga emergía como Una vez aplicada esta estrategia ele decodificación, el "diablo con pezuñas"
un esfuerzo de secularismo racionalista. Si bien ambos coincidían en la descripto por las fuentes judiciales y teológicas emerge, en realidad, como
existencia de un fenómeno real detrás de la masiva represión judicial de un hombre disfrazado, calzado con zapatos diseñados para resaltar deter-
la brujería moderna, l\forray se encargaba de subrayar que aquél no había minados rasgos teriamórficos; las metamorfosis animales se explican por
tenido relación alguna con el mundo sobrenatural. A los ojos de muchos el generalizado empleo de máscaras rituales; la señal con la que el diablo
lectores contemporáneos, la inglesa tenía el mérito evidente de haber marcaba a las brujas era en realidad un simple tatuaje, utilizado para iden-
tificar a los miembros de la antigua religión; el mito del vuelo nocturno se
originaba en representaciones que actuaban las supuestas travesías aéreas,
o en visiones provocadas por ungüentos y plantas alucinógenas. También
l+l !bid., p. 90.
resulta en extremo discutible la severa descontextualización con la cual
1+>/bid., p. 75.
m !bid., pp. 62-63: "Habiendo sido establecida <le manera ortodoxa la existencia de Murray analiza materiales derivados de lugares y períodos diferentes -vi-
inteligencias desencarnadas mall'adas, un reino presidido por un Único jefe, y que cio metodológico que se acentúa en sus libros posteriores- y la marcada
resulta razonable imaginar organizado en varias jeran¡uías, un reino que está en tendencia a generalizar a partir de e,·idencias documentales insuficientes:
constante guerra con todo lo que es bueno, esforzándose siempre por hacerle mal y los conventículos de 13 miembros y los festivales que coincidían con la
por esclavizar al hombre; resulta obvio que un hombre, dotado con la dcterminac'l:\n celebración de los cuatros sabbats anuales, por ejemplo, sólo son mencio-
necesaria, logrará <le una manera u otra ponerse en contacto con este oscuro mundo nados en un único documento. 247
de sombras, y aún cuando rara, no podrá negarse que esta conexión resulta c~anto
menos posible. Es esta conexión y sus consecuencias, condiciones y circunstancias 1+6 Jacqucline Simpson, "Margaret Murray: Who BelieYed Her, and Why?", p. 90.
esperables lo que se conoce como Brujería" (las traducciones del inglés son mías). · 247 Jacqueline Simpson, "MargaretAlice Murray (1863-1963)", p. 796.
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..,.--

Historiografía. Demonología cristion:.1 y cultura folklórica en el contexro europeo ,1:. •.


Fnbian. llcjandrn
;

Pero la más seYera de las falencias metodológica s de Murr~y es, sin a la fer1ilicbd, sistem:Íticam ente califindo corno "thc old rcligion". 15 r, As/,
duelas, la constante manipuh1ción cie las fuc:ntes. En efecto, en alauna
b
de ias mientras que en el primé'r libro se ;iccptah1 que b ritididad ríe la :,ntigu
231
pf1gínas más célebres de E11rope's lnner Demons, el británico Norrnan Cohn religión incluía comportamie ntos antinórnicos y dcshorcks sexuales (se
( 1915-2007) terminó de desacreditar la propuesta de b inglesa recurriendo trataba de elementos que no guJrclah1n reLición cnn lo ,obren1tun l, )' por
a un sencillo expediente hasta entonces so,byado por los críti,,.5 de h fVitcf 1 . lo tanto, según el propio método de h ;111tora, deb/an consídé'rarse- cnmo
Ccilt theor.v. Me refiero a la contrastaciÓ! l de los documentos reproducidos prácticas reales), en The God ef the I íúch,:, desaparece toda rc:ferenci,1 a las
' · org¡ast1c1s. · I :imb"
., · -,,,~ 1en resu l ta c:•.·1
rn,,1 percLJir 1 ro e!·e 11.):n
·¡ · que e ·¡1·b ,u
por la autora con el contenido de la, fuentes originales. Cohn pone especial practicas
énfasis en la apertura de los eones que i'vlurray seiiala con la intcrpoL-wión apnnta de manera rn:\s clinTta ah erncwionéllidad del lectnr, n:curriu11lo
ele or:Ícter fe.sti,o va 1m tono :ebier-
de puntos suspensivos, Y así clescuhre que Lis oracione-s descartadas remi- 'I;:, de manera constame a cLscrincioncs
1 _,

ten siernpre a episodios fantásticos relatados por los acus;1dos de brujería: tarnentc celelir.1torio:
Yuelos nocturnos, metamorfosis animales, magia meteorológic a, ap1richn 1 Thn,nghn11t all the ceremnnies of ,he early reli;;ion there is an air cJ
ele espÍrítm fon1ili1res etc. Mecl.i.mte dicho p1·ocedimien to, la ,:gíptól,,g1 joyous gaity ancl cheerfol h1ppinf',s "hich cn;n the holv horror ,,f thc.;
lograba crear un efecto redlista que tornaba ¡>Lmsiblc la c1firmaci/,n ck ,pie
J;. Christian 1Tcorckrs cannot comp!etely ,H-'guisc. ':J
las brujas tan sólo celebraban inocuos banc¡uetes y festivales clestimdos ;1
honrar ;il dios de la fcrtili(bd; corno la rnenci/m ele aquellas hMañas pre-
l This ,,as unc!nubtedl:'-' the great a¡,peal of the Old Religion; the gud
was therc present with thc wonliippns, they rnulcl see hin1, they cou lrl
ternaturales hubiera destruido el espiritu naturJ1ísta que Murray deseaba I> speak rn him S\S frien el to fri¡,nd, ,, hcreas t he Christian God ,n, unscc,i

otorgar a los fragmentos c¡ue citaba, sirnplcrnente los omitía de manera and for aw,1y in Hcaven, and thc petitiouer rnnld m,,,er hc1 sure Üi;it ]fr:
1
sistemática. '+B
Tras la publicación de su prirncr libro Murray retomó sus estudios de
egiptología, hasta que en 1933 vohió a sorprender a la opinión pública
,,
¡ prayer ,,,ould reach tl:c dh ine ear. ,; 4

Por contraste con las audacias en las c¡ue incurre el libro ele 19 33, b
l monografía de 192 I aparece con'lo un ejemplo ele moclcraci/,n. En The
con la publicación de un segundo ensayo sobre la brujería europea: 1hc
God ef the ffirchcs, la académica inglesa cornpler;i el análisis del dir,s de b
God ef the W1tches. 2' 9 Existen algunas marcadas diferencias entre a1nhas
monografías. Mientras que el estilo de Thc Witch-Cu!r había sido árido \
' fertilidad. Estaríamos en presencia de la cli\"ini(LHl rnasculinzi rn;Ís antigua

académico, Thc God c!f the Witches fue planeado desde el inicio como
libro de difusión. El tono es más abiertamente anti-cristiano , y desde bs
primeras páginas se advierte una mayor tendencia a la idealización del culto
u;1
t, de la historia europea, cuya presenci;i puede rastrearse desde las pinturas

250 El términn remite, evidenremenk , a la +adiad~ Lelanc!; véa,e Jacq11,cJine Simpson,


"Margaret Alice Murray (1863-1963)", p. 797.
251 Margaret \!ice\ íurray, ThelVirch-Culr idlfa,m, Ecn'i'', pp. 253-271.

252 Jacqueline Simpson, "Margaret Murray: \Vho BclicYcd Her, and Why0", p. 9 3.

253 .\\arg2rct Alice Murny, Thc God .f ihc Tirches, p. 92: ".\ lo largo ele tocL, las

248 Norman Cohn, Europe's lnner Demons, pp. 155-159. El análisis de los apuntes
y pJpeles privados d~ .\lurray cnnfirma el prncec!irniento c!etect,:lo pnr Norrnm
l
A
ceremonias de la antigua religión existe un aire de gozosa alegría y risnE'ña felici-
dad, que indusn el samn horror de ins cronistas cri,tianos no puede pnr comp!· w
Cohn: en sus fichas priYadas la inglesa reproduce los fragmentos documentales sin
los cortes c¡ue lue20 introduce en sus libros :Caroline Oares and -]uliette Wood. d . J disfrazar."
i;, ¡,,;d.,¡, lJ9: "este era sin dudas el gnn atnct ivo de, la Vieja Reli;/•n; el +os e,, ha
~ .
Coren ef Scholars, p. 31 ). ' allí, presente, junto a sus adoradores, quienes podian verlo, hahbr con el de a1nigo
249 La recuperación del interés por la historb de la brujería europe2 coincicle cc,n ,u
J
.t( a amigo, mientrils que el Dios Cristiano era irn·isiblc v estaba lejns, en el Cielo, ¡;or
lo que el peticionante nunca podía estar seguro de c¡ue su oración llegaría a los ofrlns
jubilación como académica del Unii-ersity College London; en efecto, Murray deja su
cargo de .lssÍstanr Prefess,,r ef Egrrology en 19 3 5 (/bid., p.9).
l dj,inos" (12s traduccion>"s del inglés snn mías).
...
ffj
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Historiogra!Ia. Demonología cristiana y cultura folklórica en d contexro europeo F-abián Alejandro Campa9ne

rupestres hasta los festivales folklóricos modernos. Murrav i<lentific.:i todas religiosos y a un profundo desconocimiento de las fuentes primarias. m
las representaciones <le divinidades con cornamenta qu: aparecen en las Aunque gran parte de su producción relacionada con la historia de la
fuentes iconográficas del Cercano Oriente, de la Antigüedad clásica, y del brujería fue elaborada durante los periodos de descanso que le permitía
1vledioe,·o europeo, y las considera una prueba concluyente de la antigüe- la egiptología, su disciplina de origen, siempre sostuvo que la IVitch-Cu!t
dad y ele la omnipresencia del dios de la fertilidad. 155 Pero las páginas más theory representaba su principal aporte a la ciencia moderna. 260 Una de-
espectaculares del nue,·o libro son ac¡ucllas en las cuales la autora termina mostración ele la seriedad con la que tomaba su teoría sobre la brujería
de diseñar el escenario frazeriano, apenas esbozado una década atrás. El -v simultáneamente, otra muestra del carácter poco convencional de su
sacrificio del rey-sacerdote, encarnación suprema del dios de la fertilidad, p~rsonalidad- lo hallamos en la fascinación que suscitó en ella uno de los
cle,:iene ahora el rito principal ele b antigua religión, aunque con algunas más espectaculares crímenes no resueltos de la historia inglesa contemporá-
1:anantes respecto de la presentación anterior: con el paso de los siglos, la nea: el asesinato del granjero Charles vValton, en Mean Hill, Warwickshire,
figura del rey comenzó a ser sistemáticamente reemplazada por un dios en 1945. Tras una breve incursión detectivesca en el lugar de los hechos,
subrogante, por una dctima sustituto surgida del propio entorno cercano Murray concedió un reportaje al Birmin9ham Post en septiembre de 1950,
del monarca. Cuando el triunfo del cristianismo tornó imposible la celebra- en el que sostuvo que Walton había sido sacrificado por personas "n-ho
ción ostentosa de los antiguos rituales, los reyes -aquellos que aceptaban still beliere in a reli9íon practised in Britain before Christianity, ¡¡-/iom we call
oficiar corno dctima propiciatoria- o sus reemplazantes no tuvieron más devil worshippers". 261 No caben dudas, pues, del carácter extraordinario de
alternativa que orquestar sus propios asesinatos o sus propios suplicios. Tal la personalidad de esta im·estigadora, que luchó ardientemente en favor
habría sido el caso del rey normando Guillermo JI el Rojo, del arzobispo
Thomas Becket, de Juana de Arco, y de su colaborador, Gilles de Rais. 256 m Margaret Alicc Murray, 1)f_y First Hundred)'ears, pp. l 03 y ss.
160 ]bid., p. 204.
En 19 54, cuando contaba con 91 años de edad, Margaret Murray publica
161 Citado por Ronald Hutton, The Triumph ef the ,1/oon, p. 201: "(personas] que aún
su tercer libro sobre la brujería europea, The Dirine King in England, un
creen en una religión practicada en Gran Bretaña desde antes de la llegada <le! Cris-
texto cuyas evidentes exageraciones terminaron incomodando incluso tianismo, a quienes llamamos adoradores del demonio." Existen algunas dudas sobre
a sus mayores admiradores. 257 En efecto, la inglesa extiende s~ análisi; la Yeraci<lacl <lcl episodio. La cntre,·ista realizada a Murray habría salido publicada en
hasta incluir a los reyes de la dinastía Estuardo: toda ejecución O muerte la edición del Birminaham Post del 2 <le septiembre de l 950. La fuente príncipal de
Yiolcnta acaecida a un monarca inglés o a algún colaborador cercano entre la existencia <le esta nota es el libro Jlurder bJ IVitchcref, de Donald McCormick, un
popular autor de relatos sobre crímenes y asuntos relacionados. Ahora bien, cuando
los siglos XI y XVII, era interpretada como una prueba de la persistencia
Ronal<l Hutton intentó hallar la entrevista en el perío<lico mencionado no tuYo éxito
de la antigua creencia o de alguna de sus variantes modernas. 2ss
(The Triumph ef the Moon, p. 445, n. 133: "the date may hare been misprinted in·his book
Durante más de cuatro décadas Murray se negó sistemáticamente a {JlcCormick's], or che copy which I obiained ma}' hare bcen incomplcte" ["la fecha debió estar
responder a sus adYcrsarios, atribuyendo los críticas que recibía a prejuicios equi,·ocada en su libro, o la copia que yo obtu,·e <lcbió estar incompleta"]). McCor-
mick también sostiene que la propia Murray le habría confirmado que "sei-eral other
1
unsoh-ed murders in the recent past -especia]lj, ef children ,rho had been sexuallj• molested
;~ lbid., pp. 17-34. Para una crítica del análisis iconográfico propuesto por Murrav
before death- ,rcre likell'ise the ,rork ef'black' ll'itches" ('\·arios otros crímenes no resueltos
,·case Ronal<l Hutton, The Triumph ef the 11/oon, p. 197. '
en el pasado reciente -especialmente de niños que han siclo sexualmente abusados
' Margaret Alice Murray, The God ef thc1Vitches, pp. 121 y ss.
2 6

,-7 . ' ' antes de su muerte- eran probablemente obra de brujas 'negras"'; las traducciones
_, Margaret Alice Murray, The Di1,ine Kin9 in England, Londres, Sampson, Low an8 del inglés son mías). De tocias formas, en otra entredsta concedida al Sunday Dispatch
Marston, 1954.
en 1951, que Hutton pudo efectivamente localizar, Murray declaró que las pocas
m Julicttc Woo<l, "The Rcality ofWitch Cults Reasserte<l: Fertilitv an<l Satanism" brujas que todavía sobrevivían en la Inglaterra ele su tiempo eran mayoritariamente
p. 71. ' ,
"brujas blancas" (Hutton, op. cit., p. 201 ).

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Historiografí a. Demonología cri,;tiona ;· cultur;i folklórico cc el ,·, ntc·;- i el ;-e1eo

del sufragio femenino, c¡ue eligió una díscipiina com,·J la ,rorclo¡:;·· en 0 •0 teori1 se hasah~ en '' foc;;,:enL ,orn f·om : l:e b · kgr --nd :_,;' che': ow·- :;ge ,::,d
tiempos en que la misma no era una opción apro11iada pan las c,ujercs, y diro-cedj,,,,-1 th: ,ai:';1S st::1v cf •heir h ',to"':- ¡/ a--, 'ccdc---:ts"; objetó, ;1sí111 ismo,
c¡ue re;1lizó trabajo de campo en suelo egipcio rn la rrntic1 era de l lc>\v;ird la dudo.ca etimol!lgia que <"(Jt1Íperaba ;i Diana con Jam1s, y cuestionó un;,
Caner v Lord Carnavon. 2 é' Aunque b cutstíón continí12 cleb2rién,L,se, me'ndohgí a que er: oca,ione, leía bs f, nte, Je n:.,ner:, lit'."nl, '_;" en
resulta m:is que probable c¡ue la teoría de Murrav sea !a materia prima a ~ionc, la, ,om, 'Ía a rrof1mda, reint<"rprdJ Ci 1-::es. 26S"fambién reaccion,iro n
0

partir de la ctwl Gcr.1lcl Gardner dio origen al mcAimicnt o \ Vic-ci 2"', Li las voces prestigiosa' , de los decanos dd p:iradi:c'.m,i DCÍCHulisL1 : Georgc
rama m[1s e,,1 ,·ndicla del neo paganismo moderno, y b mas exitosa ele las Lincoln Rurr l,, hizo de,de h trih,na ,i:é la clmerican f-i;sto:'rnl P.'1'icn; y
nuevas relíL,ioncs funcbchs en el sirio XX. 26 + ?vlaroaret i\íunc1v falleció el
,.,) George L·man l< ittred;e de,,le lJ: ¡·ág'n1s el:: :u libro Wtc!c:/r i:: 0/d ::ti
<.,_) 0 j

13 de noviembre de 1963, a los cien año.s de edad. Ncw Er,i¡land, ecli 11do por h llni; c·rsíd:id ele l-hr, .inl, n 1cn9. :<,. El m ismn
A.ún cuando el descrédito del modelo interpretat irn de Murray no se año el historiJ,lor inglé,, Cecil L'E,,ran¡;,, E;, 2n ¡,nblio !Vit·h Hi·~:ing ":'d
gcnerc1liza de maner,1 clefiriitin hast:1 la d/.cad,1 de l 'J70, sus c,,ncl11jon cs
JV¡,-', Tr':, 1s, una i::':estigJció n que fue percihida por :-nuchns c:c·,10 una
mas auclrces merecieron se\·eras críticas desd,, ei n10m,·nto mismo ele Li
desafín im¡,lícit1J al modelo de :\1ur1:1y: en eli·do, tras imhg.ir cl1ll',mt 1 •
publicación de The Witch-Cvlr in li estem Etm,pe. De hecho, en la recensión
años en archh·us) f1..1Pntes prirnari:is
y pr( Cesns inédito,, L'E,tra:,.1ge E\\-1:'~n
1

dd lihro que la re1ista Fnlkl,r,, publica en 1922, el hi,to1i,1clo1 de Lis


no halló rastro alguno del snrue,t;_, cdto ;, la fenilícLd s, :übch por la
religiones W. B. l-falliday se encargó de pt1nnnb·:ir c¡uc gran parte de la
egiptóloga, ;\unc¡ue el histnriador inglés ,1pen 1: rep:1raba en b IVir, h c11 1,
161Diane Pmkiss, The il'ilch m H!Sf, 'r¡ , p. l 7. theory, \ hirray reaccioYJn pu1·1ic.nJo una &críe de: res,,ñas hihh- 6ráfi,·a~
Cabe scñabr sín en1b0.rgo, :1l;unc1~ evidentes 1_liferc."ndas t-·ntre lJ. teon'a ck \1u-
l(,;; 1
en las que clec:,ca!H'ic-1ha con d,:ros térrnino:-: hs ,,~ndtFione s y el método
rray y el moYimÍ<'nto \Vicca, b mennr de las cuales no resnl.ia ser b pr,pond,-r;inc·i1 ele su co 1e ga . ·>67
de una di,·inidad femenina en el neopaganism o ,·nr1te,r;1or ,-,.,o por oposición a la
0 Poco JfectJda pc,r bs dehtes 2cad(r:1icn , la fortuna de los libro, ele
deidad masudim descripta por· la ingles;, en sus monl)gr:ifí;;,,. Ganlner siempre· negó
Mnrray continúo en ascenso hsta 1lcan;:cr si' pico rnáxin10 de PºP'darida d
la influencia de Murray en la fundación de! 1nrwimi<"nto \\'icca; por el c,,ntnrio,
tras Li finalízaciéin de Ia Segunda G11erra ,l\.foncli~l. En los últimos <lÍiOS de
afirmaba c¡ue en 1939 él se había incnTorad•:J a t'" co,--.c ::a e:,::tc1~:c, que sesi,,naha
<lesde hacía años en el cr,nd:ido de H;impshire. Corno hs cc:rcrnnnías m,rn.--•· por la década de ] 940, The God of thc 'Vi1c 1,,:s se tr,rnsf'orrnó en un ~e·r sc 1!er.
aquel con,,,:nt1culo r,:,ulta',,n mor:: pa:-:,·ida, las· kscr'¡:,'1s P" :· lvkrriy e-- ,us l 1 :·os, Poco dc-nué·s, la ,'.efo,d U;;é,ers''j Pr,> ccmprn los derechos del lil-ro
la E'giptóloga tornó la declaración de G2rdncr corno una prueba más de la realidad para puhl,icar en l 9S2 una eclició~ en rústica. Diez iiños m6s tarde lnrÍa
de su teoría, ap;irentemen te no consciente de la posihi 1ic1.Hl in-,crsa: c¡11e G:1rdcer se lo propio con Thc Witrh-Cidt in Hcstcrn Europc:, c¡ue no se reeditaba desde
hubiera inspindo en la lecrnra de sus pr,,ayr·, par, fond:r su:'" éYim'~nto 'J:cq·-: 'ine 1921. M Las cpiniones fovorable, se Fivierc:n ,,,:is frecuentes. En 19+5,
Sirnpson, ''Margaret Alice Murray ( 1863-1963)" , p. 797).
Sir Georoe
o Clark ) una respetada figura del eswhlishmcn t uniwrsit:ir io bri-
26 " El ,olumcn de hiblingrafo
de<Jicdo al ne,T"ga,,i,rn o r'oderno re.,, lta ,·: alv-"- 0

m:idor. De todas formas, y amén ele los libros ele Ronald Hutton recurrentem ente 265 Folk-Lore, 33 (1922), pp. 224-230: "clornmento
s :irranc:idos del contexto de su
ciradns en este cipítuln, pueden consulr:irse bs siguientes m::,:-;_·:gr;J:"z:s: ~Tden :\. propia época y (ii,·0rci2dos d"'. un ai1álisis serin de sus antecedentes histó,-'cos"
Berger, A Communiry efl Vitchcs: Conf '11por--,~:· Neo-Pag::ism , ,d iV'"hcra/' 'n r'- - - Un'', 1 traducción del ii-~:és e, n:fa\.
Srates, Columhia, Uni\·ersity ofSouth Carolina Press, 1998; Sahim 11-bglíocco, IVirc:hing 266 George Lyma: Kittredgc: f!'itchcreft in 0/d and \'m England, Cambridge, Harnrcl
Cdttr.:· 0olk' .,,, an 1 .'1eo-P:c¿;oni:r, in,., ·--cric Filad.e !fia, University of Penr :-h-a:-'· Préss,
0
University Press, 1929, p. 56~.
2004. Continúa result:mdo ele utilicbd el d:isico clcTanya !\l. Luhrmann, Permasions. o{ 267 Folk-lore, 4-3 (1932), p 114-; Folk Lore, 45 (1934),
pp. 95-96; Man, 34 (1934), p.
rhclVitch's Crc~fi: Rir!1al :lf.-::;ic ~-~3fl'i~-~Lcref in P:·c_,;i.,nt~J:,, En._; 1-nd, Oxforrl, Bhr:sk\\·cl\ 63.
1988. Para una rápida introducción al tema Yéase \Volfgang Behringer, Wirches and t 268Norman Cohn, EwTc's h,er D::oons, ¡,. 152; Carolinc Oates 1nd Juliette \Vood,
¡¡·icch-Hunts, pp. 229-2+ l. A Caven of Scholars, p. 8; Ronald Hutton, The Triumph ef rhe Moon, p. 200.
l
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Historiograli'a. Demonología cristiana y cultura folklúrica en d conlcxro europeo fobián Alejandro Cump,19nc

tánico, publicó la segunda edición de un difundido manual uni,nsitario de la investigadora británica. 276 También por aquellos años prominentes
de hi~toria, en la cual el paradigma racionalista sobre el origen de la caza catedráticos ~omenzaron a manifestar públicamente su entusiasmo por la
de brujas -incluido en la primera edición- era ahora sustítuido por la tesis de Murray. En 1962 el erudito Sir SteYen Runcimann, reconocido
teoría de Murray. 269 El mismo año la historiadora Christina Hole publica especialista en,la historia de las cruzadas y del maniqueísmo medieval,
IVitchrn!ft in England, y aunque considera que en ocasiones la e,·idcncia aceptó prologar la segunda edición ele The Witch-Cuh in Héstern Europe, n:_-
presentada por Murray resulta insuficiente, acepta que su teoría constituye saltando el rigor y la importancia de la teoría defendida por la autora. 1 ' 7
un aporte relevante al campo historiográfico en cuestión. 270 Durante la Christopher Hill, referente ineludible de la historiografía marxista inglesa,
década ele 1950, los medios masirns de comunicación coilsi<leraban de reproduce la teoría de Murray en dos de sus libros más difundidos: Sociery
manera unánime a Murray como la máxima experta en la historia de la and Puritanism in Pre-Rel"olutionary England ( 1964) y Reformation to Industrial
brujería europea, como se deduce de la multiplicación <le notas y entrevistas Rerolution (1967). 278 En Les Paysans de Lan9uedoc, de 1966, densa monografía
periodísticas publicadas en aquellos años. 271 Su influencia se hace sentir que ejemplifica como pocas las ambiciones de la etapa braudeliana de la
también sobre luminarias literarias de la talla tic Aldous Huxley y Robert escuela de los Annales, Emmanuel Le Roy Ladurie equipara el sabbat de las
Graves. 171 Cuando en 1963 un crítico SC\"ero {le la IVitch-rnlt theory como brujas con las revueltas campesinas, y tras fusionar en un Único modelo las
el historiador norteamericano Rossell Hope Robbins -su Encyclopedia ef interpretaciones de Michelet y Murray señala: "iljaut restituer ala sorcellerie
ll'itchcreft ami DemonoloBJ' acababa de aparecer en 1959- fue i1witado a dictar son caractere ple{n et cru, de se1·e.idéolo9ique authcntiqucment campagnarde, vem1e
una serie de conferencias en suelo británico, los periodistas locales estaba du jond des á9es et dufonde des ámes.Alors elle n'apparaft plus seulement comme
tan acostumbrados a la teoría de Murray que tildaron de sensacionalista l'expression d'un vide spiritual, mais comme une 11ive réaction de la conscience
a la interpretación racional del estadounidense. 173 En 1965 la editorial paysanne". 279 En 1972, Jeffrey Burton Russell aplica una teoría similar a
Pclirnn Books tomó una decisión que por entonces no podía sorprender a la historia de la brujería tardomedieval; y aunque considera equivocado
nadie: en lugar <le reeditar la historia de la brujería de Geoffrey Parrin-
der, un texto crítico de la teoría de Murray publicado por primera vez 276Norman Cohn, Europe's lnner Demons, p. 153.
en 1958,m decidió reemplazarlo por una nueva edición de la historia de 277Norman Cohn, Europe's lnner Demons, p. 152; Caroline Oates and Juliette "\Vood·, A
_la brujería de Pennethorne Hugues, 275 decididamente farnrable a la tesis Coren ef Scholars, p. 8; Ronald Hutton, The Triumph ef the tlfoon, p. 276. Ya en el apén-
dice de su monografía de 1947, dedicada a losmodmientos maniqueos medieYales,
Runcimann se había mostrado farnrable a considerar la posibilidad de la persistencia
269
G. N. Clark, The Sercntecnth Cemwy, Oxford, Oxford Uni\·ersity Press, 1945, de una tradición secreta opuesta al cristianismo y perseguida por la religión ortodoxa
pp. 245 y SS. (SteYen Runcimann, The Jllediei-al ,lfanichce: a Swdy ef the Christian Dualist Heresy,
27
°Christim Hok, IVicchcrefr in England, Londres, Batsford, 1945, pp. 22 )' ss. Cambridge, Cambridge University Press, 1947, appendix).
271 Ronal<l lfotton, ThcTri11mph efrhc ,lfoon, p. 273 . . Christopher Hill, Socict:Y and Puritanism in Prc-Re,·olutionary Enaland, Londres, Secker
278

m Caroline O ates ami Juliette \Voocl, A Corcn ef Scholars, p. 29. and Warburg, 1964, p. 187; Reformation to Industrial Rerolution, Londres, Weidenfeld,
271
Ronal<l Hullon proporciona como ejemplos el Daib· ,llail, del 4 de septiembre de 1967, pp. 15-18.
1963, }' el Psychic Ne,rs, <le! 14 de septiembre del mismo aiio (Hutton, The Triumph ef 279 Emmanuel Le Roy Ladurie, Les Paysans de Lan9uedoc, París, Flammarion, 1969, p.
the 11/oon, p. 454, n. 2). Sobre Rossell Hope Robbins véase Walter Stephens, "Rossell 244. Se trata de una versión abreviada de la tesis doctoral originalmente publicada
Hope Robins (1912-1990)", en Richard M. Golden (ed.), Encyclopcdia ojlVitchcreft, por S.E.V.P.E.N. en 1966: "es necesario restituir a la brujería su carácter pleno y
YO!. IV, pp. 965-966. . crudo de sedimento ideológico auténticamente campesino, llegado desde el fondo
274
Geoffrey Pnrrinder, IVitchcreft: European and 1!.frican, Harmondsworth, Peliln/ de los tiempos y desde el fondo de las almas. La brujería, entonces, no se nos aparece
Penguin, 1958. meramente como expresión de un vacío espiritual sino como una viYa reacción de
275 Penncthorne Hughes, IVitchcreft, Londres, Pelican, 1%5 (1952). la consciencia campesina" (la traducción del francés es mía).
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Historiogr:ifía. Demonología cristiana y cultura folklórica en el contexro europeo
Fabián Alejandro Campagnc

el método y las conclusiones de Murray,2 80 insiste en la existencia real


En 1947, la Acaclerni,1 Finlandesa de Ciencias publica una sofisticada mo-
de colectivos rebeldes dedicados a la práctica de la brujería diabólica,
nografía del erudito Arne Runeberg: IVirches, Dcmon:; ancl Fcrrilicy Magic. 183
excrecencia de la explosión de movimientos heréticos característica del
Aunque terminará proponiendo una hipótesis diferente sobre el origen de
período. 281 La bruja era una rebelde contra la Iglesia y la sociedad feudal,
la caza de brujas, Runeberg afirma que las e\'idcntes exageraciones que
en un tiempo en que ambas instancias se superponían por completo; por
contiene la teoría de Mm-r<1y no deben impedirnos reconocer en ella un
ello, a la pregunta clave -"did an objective realit.y lie behind the phenomenom
núcleo duro de Yerdad. En particular, los ricos dct<1lles c¡ue caracterizan a
ef beliej?"- Russell respondía: las reuniones y asambleas festivas descriptas en las fuentes analizadas por
if one defines European witchcraft in a way that ( ... ) embraces ali the la inglesa, configuran un conjunto naturalista que resulta difícil atribuir a
supcrnatural elements asignecl to it by the lnquisitors ( ... ), onc is likely meras alucinaciones o a confesiones inducidas. Sin advertir que el efecto
to arrive ata negati\·e answer ( ... ). On the other hand if one places realista era provocado por la misma edición de documentos que décadas
witchcraft in the context of the worldwide phenomenom of demon más tarde re\'elaría Norman Cohn, el imestigador finlandés creyó poder
worship and witch belief, one will answer differently. As Arago obser-
afirmar que la existencia real de dichils asambleas debió configurar la ma-
Yed, 'Outside ofpure mathematics, anyone who pronounces the word
teria prima a partir de la cual se construyó el estereotipo del sabbat. ¿A
impossible is lacking in prndence. 282
que realidad remitían aquellas reuniones festivas? Para responder a este
Sin embargo, de todas las teorías sobre el origen de la caza de brujas interrogante, Runeberg se aparta de la teoría Je Murray y propone una
desplegadas entre la Segunda Guerra Mundial y la irrupción de Cario explicación más plausible desde la perspectiva de los procesos históricos
Ginzburg, dos reclaman una atención particularizada: la del fin bndés Arne reales. Desde los tiempos Je las primeras bandas de cazadores y reco-
Runeberg y la del estadounidense Elliot Rose. Aunque en su momento am- lectores surgieron especialistas en la manipulación de los espíritus de la
bas fueron consideradas como críticas agudas de la Wítch-Cult rhcory, en el naturaleza, que en tanto custodios de un arte secreto y poderoso tendieron
presente no podemos menos que considerarlas como expresiones acabadas a conformar colectivos organizados. Estas cofradías de magos y hechiceros
del paradigma romántico. Se trata, en definitiva, de construcciones hipoté- celebraban rituales específicos al margen de los festivales públicos, y el
ticas tan improbables como las avanzadas por la propia Margaret Murray. carácter secreto de muchas de estas actividades acentuó la evidente ambi-
280 Para la crítica al modelo de Murray véase Jeffrey Burton Russell, ll'icchcrefr in rhc güedad que rodeaba a sus misteriosos poderes: en efecto, así como podían
1HiddleA9es, pp. 36-37. asegurar la fertilidad del mundo vegetal y animal, también po<lían destruir
281 Unos años antes, Chadwick Hansen había sostenido una tesis similar para la Nuen las cosechas y la prole de sus enemigos. 284 Asimiladas al paganismo antiguo,
Inglaterra puritana, sugiriendo la posibilidad de que en torno a Salem Village deter- estas asociaciones secretas de especialistas en magia primitiva sobrevivieron
minados indi,·iduos se dedicaran efectivamente a la práctica de la brujería rlfahólica; al triunfo del cristianismo, y fueron objeto de una represión permanente
véase Chadwick Hansen, IVitchcrefr ac Salem, Nueva York, George Brazilier, 1985
durante toda la Edad Media. Resultaba inevitable, por lo tanto, que estas
(1969),pp.5, 189-197,226.
182 Jeffrey Burton Russell, Witchcreft in the Jlliddlc A9es, p. 20: "¿existía una realidad
víctimas de la persecución religiosa terminaran convergiendo con otros
objetíYa detrás del fenómeno de creencia?"; "si definimos a la brujería europea de grupos perseguidos por la Iglesia Medieval. La más prominente de aquellas
una manera que incluya todos los elementos sobrenaturales que le asignaban los alianzas fue la que los magos paganos establecieron con las comunidades
inquisidores, probablemente arribaremos a una respuesta negativa. Por el otro lado, cátaras refugiadas en los valles alpinos y pirenaicos_ Así nació la nueva
si ubicamos a la brujería en el contexto del extendido fenómeno de la adoración del 283 Arne Runeberg, IVirches, Demons and Fcrtility ,lfagic: Analysis ef rhcr Si9n!ficance and
demonio y de la creencia brujeril, nuestra respuesta será diferente. Como obser-;,a-
ilfuwal Relations in ll'csc-European Folk Rdigíon, Hclsingfors, Socictas Scientarium
ba Arago,, por fuera de las matemáticas puras, cualquiera que pronuncie la palati-a
Fennica, 1947.
imposible carece de prudencia" (la traducción del inglés es mía).
!bid., pp. 230-31.
284

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:\:\' sena transforn1ada. en la para. fun\..Lt11i(-':ntar L1 existencia de un prirn.itiYo culto a la fertilidad
de los XYI \ X\-JI. '"
En 1962, Ell!ot Rose, un acadén1ico Cd.í1J.lliciL'-'e fonnado en el
En diYersa.s seccic,nes
b e:,:isttncia ele gr ediLadu por L:i rnisr11a. l_Ini\·er-
sidad de lorouLu en la cual Rose dictaba clases ele Cue considerildo
del en s1J n1uin.ento con10 una reaccjÓn a !zi oue
l
el
d~ lLrn1Js durante la fase final del sabbat. no recuerda Ji,cfrut¿¡ba a comiu,zuo de los años '60: "rhcre ís,
hos
u1<1L1r dl n1uril)u111.Jo espíritu de la fertiliJJ.cl pzi.ra
rcnacin1ie.11tu de unJ encarnación n1ás a
pc:)~lr L1 111c1s exLJu::;tiYa crítica
UUI
1
1J lu, lrazus ele b obsesión por b fer- de seis extensos capítulos el ac<:1dE.:nliL·u ca11ctJiicnse discute
cerc1nonias de la ::-cctJ. por con
\ (' 11 e\ iJentes ,'.)obre la
is ro end''. Sorpresi\·znnente. sin
du11Jc pur Elliot Rose se embarca en una teoría propia sobre
ele la brujería curno crimen colecti\-o, lo ciue br uju Ía eurupea que, en última instanci¿¡, resulta tan
, ur en1__-dn1..1dur:1 lii::t(S1 iL:<l que L:1 teoría de la hi::::~uriJciura con10 la 1nersistencia de un culto en nleno
c,1bc n:_'1_·unL1r (1uc L1 c1.sir11iL.1¡__;iÜ11 inicial de la brujen'a Renacin1íento europeo. En efecto, el peso ;· la inilul~ncia del
cJ.rJ.cterístiLJs n1ás salientes de ron1(Íntico eran tan ünportantes 2 con1ienzos de la década de 1960 c1ue ni
J.S pc1 ~:ecuc·iunt:~ 1ncLi\t1S c1uc: cstal1~111 en el a.reo Jurc1nte dcsca.rta.r por
cuc11 to del siglo X\_ Sin la e\ idencia ducurnental funJ,..1n1entales de 1a escuela ron1cintica: L:1
prupone para sustentar la fusión entre p2- el título del an6nin10 Errcrc:_; (c.1+36- 1+31) es una de
g;:u1:1 :· cJtJ.ri:)n1c re,~~ultJ. tJn cnclc:blt: cu1lh) las pruebas que l\lurra;· ofrece i;}<:; poc2s fuc:nLes c1ue
la ];; entre h'L7Zczrii Y cát2.ros, en un
tiempo ampliamente aceptada, resulta actualmente un hecho discutido; no podría
descartarse, incluso, que en el noroeste italiano el término se usara también para
285 !bid., p. 86 designar a los nl<lcnses (Martine Ostorero, "Commentaire", clans L'ima9inaire du
286 J. R. Veenstra, Ma9ic and Dirination at tbe Courts efBur9undy and Trance: Text and Come.u sabbat, pp. 301-304).
ef Laurens Pi9no11's Contre les Devíneurs (1411), Leiden, Brill, 1998, pp. 92-93. 289 Elliot Rose, A Razar far a Goat: Problems in the History ef1Vitchcr'!Ji: and Diabolism,
287 Gabriel Au<lisio, Les"l'c:iudois": naissance, l'ie et mort d'une dissidence (Xlle-XVle siecle), Toronto, University ofToronto Press, 2003 ( 1962), p. 14: "existe entre las personas
Turín, Albert Meynier, 1989 ( cito por la edición en inglés: Tbe lláldensian Dlsscm: Per- cultas la muy extendida impresión <le que la Profesora Margaret Murray ha descu-
secution and Surriral, c.117O-c. l 57O, Cambridge, Cambridge University Press, 1999, bierto la \·erdadera respuesta al problema <le la historia <le la brujería europea, y de
pp. 73-78); Richard Kieckhefer, Europcan JVitch Trials, pp. 40-42; Martine Ostore~, que ha probado su teoría".
'Folatrer a1·ecles démons', pp. 174-182, 274-275;Arno Borst, Afedieralll0rlds, pp. 115- 190 /bid., p. 79: "personalmente creo que toda la teoría del sacrificio-humano de

117; Franck Mercier, Lal'c:iuderie d'Arras, pp. 87-90. Murray es una tontería de principio al fin."
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Fabián ,1/cjandro Campagnc
Historiografía. Demonología cristian~ y cultura folklórica en el contexro europeo

existencia de algún fenómeno real detrás de la represión judicial de la término. El Único dogma al que aquellas mujeres adherían era la comunión
brujería moderna. De hecho, Rose afirma que está dispuesto a descartar el con lo absoluto, la experiencia inmediata; el numen al que honraban era
noventa por ciento del contenido de las confesiones de las brujas-derivado una diYinidad inmanente al éxtasis mismo. 19~ Norman Cohn sostiene que
del método inquisitorial y del uso de la tortura- pero no la totalidacl. 191 la teoría de Rose refleja el Zeitgcist de los años '60 tan bien como la teoría
Por ello, A Razor for a Goat ya no nos parece tanto un ataque a la escuela de Murray reflejaba las fascinación con las tesis frazerianas característi-
de Murray cuanto un trabajo reYisionista en el seno de su mismo modelo ca de las primeras décadas del siglo XX; en efecto, A Razar far a Goat se
interpretativo. 291 El canadiense imagina qne la principal diferencia que lo publica en una era en la cual las experiencias psicodélicas comenz;ihan a
separa ele la egiptóloga es su mayor esfuerzo por historizar el fenómeno popularizarse de manera creciente. 195 Aquellas cormmidades informales
real existente detrás de la caza ele brujas. Mientras que Murray defien- de herbolarias y extáticas sufrieron un primer proceso de transformación
de la existencia de un culto inmemorial cristalizado, siempre igual a sí cuando comenzaron a recibir la influencia de diYersos cultos organizados: el
mismo, una religión primitiva que llega intacta a la Edad Moderna, Rose paganismo romano, el cristianismo. Fue entonces que el liderazgo del grupo
concibe a la sociedad de las brujas como el resultado de un continm1m de pasó a manos de witch-doctors, quienes impulsaron un proceso de antropo-
procesos históricos en el cual las rupturas tienen más relevancia que las morfización de la inasible divinidad original; estos chamanes masculinos
continuidades. De allí que el descalificativo "nonscnsc" vuelva a surgir en comenzaron también a personificar a la potencia sagrada wnerada por los
relación a la tesis que afirmaba que el cristianismo medieval habría sido un herbolarias. 296 Pero la tercera y definitiva etapa en la conformación de la
mero rótulo oficial superpuesto sobre un uniYerso rural mayoritariamente sociedad de las brujas se inicia en el siglo XIII. La responsabilidad le cupo
pagano. Los campesinos del tardo Medioevo podían desconocer muchos a los goliardos, estudiantes uniYersitarios que a pesar de];¡ formación y de
aspectos centrales de la religión cristiana, pero más ignorantes eran aún m !bid., pp. 139-146.
de los ritos y mitos del paganismo clásico; cuando los normandos desem- 295 Las posibles relaciones entre halucinógenos y la cazarle brujas interesaron a Yarios

barcaron en Inglaterra en el 1066 hallaron muchos rituales eclesiásticos estudiosos del fenómeno. Véase Hans Peter Duerr, Traumzcil: Ober die Grcnzc zwischen
no autorizados por Roma, pero ningún rastro de la existencia ele un culto IVildnis un Zi,·ilisation, Frankfurt, Syndikat Autoren-und Verbgsgesellschaft, 1978
(cito por la edición en inglés: Dreamtime: Cancerning the B011ndary betn-ecn ll'ildcrness
pagano organizado. 193 ¿Cuál era, entonces, la realidad que se escondía
and Civilization, translated by Felicitas Goodman, Oxford, Basil Blackwell, 1985, pp.
detrás de la gran represión judicial de los siglos XVI y XVII? Al igual que
1-15); Michael Harner, "The Role ofHallucinogenic Pbnts in Europcan \Vitchcraft",
Arne Runeberg, Rose se remonta a un indefinido pasado prehistórico, en Michael Harner (ed.), Hallucino9cns and Shamanism, Oxford, Oxford Univcrsitv
en el cual sitúa la emergencia de prácticas mágico-religiosas relacionadas Press, 1973, pp.125-150; G. R, Quaife, Godlj, Zeal an,l Furiom Ra9e: Thcll'itch in Earlj'
con la manipulación y consumo de plantas alucinógenas. Se trataba de un Afodern Europe, Beckenham, Croom Helm, 1987 (cito por la edición en castellano:
saber restringido, predominante manipulado por mujeres, que no guar- Ma9iay maleficio. Las brujas y eljanarismo religioso, traducción de Jordi Beltrán, Barce-
lona, Crítica, 1989, pp. 243-246). Cabe recordar que a fines de la década de 1960 vio
daba relación directa con ninguno de los paganismos formales con los que
la luz el polémico ensayo de Carlos Castaneda, The Teachin9s efDon Juan:AX1q11ill'ay ef
pudo haber convivido en diferentes épocas. Ligadas por su conocimiento Knowledge, Berkeley, llnh·ersity of California Press, 1968 (edición en castellano: Las
común, estas herbolarias participaban de rituales en los que celebraban enseñanzas de Don Juan, Una forma yaqui de conoi:imiento, México, FCE, 1972). Para la
la poderosa energía contenida en hierbas como el acónito y la belladona. polémica respecto del papel que el envenamiento con cornuezulo de centeno pudo
No se trataba de una experiencia religiosa en el sentido convencional del tener en el episodio de Salem de 1692 véase linda R. Caporael, "Ergotism:Thc Satan
loosed in Salem?", Science, 192 (1976), pp. 21-26; N. P. Spanos, "Ergotism and the
291 !bid.' p. 172. Salero Víllage witch trials", Science, 194 (1976), pp. 1390-1394; M. K. Matosian,
292 Richard Kieckhefer, "Foreword", en !bid., p. Yii. "Ergot and the Salem witchcraft a!Tair", American Scientist, 70 (1982), pp. 355-357.
296 Elliot Rose, ,1 Razor.far a Goat, pp. 146-147.
293 Elliot Rose, A Razarfar a Goat, p. 61.

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103
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en reL1i.._1on ccn1 thc111sch·cs or not, thl.'.\ ;uulJ still Jnc1ine to thc belicf thJt
12 oferta de cargos exi:)Lente lu.) cuncL_·t1<:tbJ. J. un.a Yida errante, en la cuJ.l the De\·il, zis thc onl:: sourcc of
trdlc1l.:ia11 de obtener ele L1 alfabetización Y ele los conuciinicnto., , a11<l d1cTef~_)re thJt J. cult ofthc l)c\·il \\·as \\·hat \\·ere
leaders of these rnalefic2"·
unJ secta, 1<usc J.firrna Los cu11leniclos en las teon2s de A.rne Runebenr \ Elliot
::o.
UUL pur Euru¡>c1 iniciaron un proceso ele Ro.se nu.s ;__:u11fir11L111 c1ue a n1,__:Ji'-1clos de la dt~caJa de 1960 el peso de la
ell LJ:-; n~ilL.Lll}lc:'.) ordenes 111c11Jicantes. Fueron ele ~iargaret \íurra\· rc~u1L'-1bJ. t.c111 aLru111ddor que ni sus
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ir1tc1·11a,__·i,J11~1l de :
Ln ~lCOS 111J_.S aLclTllllU'.) e.:-:ca.u¿u-
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a ::-u influcnLÍ<l. En ta1ll0
re:sentiJos pur .su para insertJ.rse en las , la ii"iLch-Cuh rheu1) por entonces tanto a sus
de pc,der eclesiástico, los que tornaron contJcto con aquellos co1no a sus detractores.
Cur111c1lc2! Je hcd_)uL.-1rias extátic:i..". trJ.nsforn1ándose en hcleres
_\ ra1z de la inten ele lo:-c 7. Bruierfa
J
Y mito: la revolución historio 0crráfica de
,

Cado Ginzburg

En 1966, tres años


l11Ler11aL·iu11L1l1llL'l l te Gnc· c1
eclilorial EinJ.u,ii puGlic.a 1 e
~: J. L.1 pr~k-~il.:d de :-;c1;.__-rJ.rncntL1lt:::s cuino el cxc)rci~111l)--deriYa.clo de una ele L--ls
SciccuLo. Se trataba del libro de Car lo C_;ínzburg, un jO\Tn historiador
é.irJélh.:;, cltric·,1lcj n1ct1urcs-, lu:S fueron del
' ' • . 1 .· . '. 1 . . l es el e nacido en Turin en 193 9. La historia ele aouellos
crccitnte qut: L1 Jd()L1c1on uc :)JL.1n cu1nc-11zo c1 c1u(._1u1r1r en '10s rltua
• l

friulanos c1ue creían defender L1s cosechas de la co111u11id,.1J con1batiendo


lJ::; hcLLi1,::t:LJ~.~Lu11l;ién fuc1 en 12s ceren:cnids
en éxtasis contra las dio a un trabc1jo pionero, menos sofisti ·
cu1110 la 1ni.sa negra_\- e] (~:-_,'--·ulu
caoo pero docun1entado que algunas del
autor. De con el descubrimiento de lo, expediente, uisitor-iJlt:s
en los cuales basó su , Ginzburg sacJ.ba a la luz el que por c:n-
ton.ces era el unico caso ricar11ente docu1nentado de una creencia popular
sólo parcíahnente asilriibcla por la cristia-

;.;, lbid., p. 170: "ellos, en tanto personas más o menos educadas y racionales, nece-
297 lbid,, pp. 155-159. La fuente príncipal <le Elliot Rose para el fenómeno de los sitaban creer que el culto era un culto del diablo, porqu~ no podían creer en ningún
goliar<los es Helcn Waddell, The ll'andcrin9 Scholars, Londres, Constablc, 1927. De otro poder sobrenatural al cual la Iglesia no tuviera un mejor acceso que ellos. Ello
este libro obtiene Rose la información sobre la condena eclesiástica de 1291, Sin nos obliga a asumir, por supuesto, que estos chamanes eran mitad charlatanes, mi-
embargo, el propio canadiense reconoce que \Vaddell no llega nunca a sostener la tad creyentes, víctimas paq::iales de su propio engaño; ésta es, después de todo, una
existencia de una organización internacional de clérigos ambulantes; se trata, por condición mental muy común, En cualquier caso, ya sea que se tomaran a sí mismos
lo tanto, de una arriesgada hipótesis aYanza<la por el propio Rose, sin <lemasia<los en serio o que no lo hicieran, siempre debieron sentirse naturalmente inclinados a
fundamentos a la vista (A Razorfar a Goat, p. 156). creer que las personas engañadas por ellos estaban a<loran<lo al demonio, como la
298

199

lOO
!bid.' p. 162.
lbid., pp. 167-168.
/bid,, p, 169. - única fuente de poder espiritual maligno, y que un culto al diablo era lo que nece-
sitaban impulsar como líderes espirituales de aquellas hechiceras." (las traducciones
del inglés son mías).

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Fabián Alejandro Campagne
Historiografía. Demonología cristiana y cultura folklórica en el rnntexro europeo

a combattere con lo stri9oni". 304 Dos días antes, la esposa de Gasparutto había
na. Los componentes del complejo mítico en el que creían los hombres
realizado otro aporte clave a la configuración del complejo mítico: antes
y mujeres que se hacían llamar benandanti se desprende rápidamente de
de producirse aquellas experiencias ex-somáticas, su marido entraba en
los testimonios que los inquisidores franciscanos obtuvieron durante los
un trance muy profundo del cual resultaba imposible despertarlo. En una
primeros interrogatorios. El 21 de marzo de 1575, el presbítero Bartolo-
oportunidad lo sacudió en más de diez ocasiones, sin conseguir resultado
meo Sgabarizza, primer denunciante de los benandanti, reproduce ante los
alguno. Esa misma noche, cuando despertó del trance, Paolo confirmó ante
agentes del Santo Oficio veneciano una conversación que había mantenido
su esposa el aspecto teriamórfico que el alma exterior adoptaba durante
poco tiempo atrás con Paolo Gasparutto, un campesino de la comunidad ele
las travesías: cada vez que abandonaba el cuerpo, el espíritu del bcnandantc
Iassico. El labrador había realizado ante el párroco la siguiente confesión:
lo hacía bajo la forma de una pequeña laucha. 305 En el transcurso de otros
"11 giovedi di wtte le quattro tempore de anno erano iforcciati a andar insieme con
interrogatorios los procesados admitieron que eran reclutados por un líder
questi stre9oni in piu campagne, come a Cormons, avanti la chiesa di lassico, et
·que se les aparecía en sueños, y que los miembros de la compañía "siamo
insino su la campagna di Verana". Cuándo el sacerdote preguntó qué hacían
in gran moltitudine, et a lle ro/te siamo cinque milia et pasano". 306 Aunque las
Gasparutto y sus amigos en dichos lugares, Paolo respondió: "libramos
fuentes resultan menos concluyentes al respecto, Ginzburg cree también
combates, jugamos y saltamos". 301 Del interrogatorio que el 27 de junio
poder identificar la existencia de una segunda variedad de benandanti; los
de 1580 sufre Battista Moducco, pronto descubrimos que dichos combates
miembros de este grupo, integrado mayoritariamente por mujeres, no
no tenían lugar corporalmente sino en espíritu: "lo sonno benandante perche
se especializaban en los combates en éxtasis sino en los contactos con
vo con Ji altri a combattere ( . . .) invisibilmente con lo spirito et resta il carpo".
el mundo de los muertos: podían ver a los difuntos, dialogar con ellos,
Los benandanti combatían en nombre de Cristo y los brujos en favor del
transmitir sus mensajes y, eventualmente, participar en espíritu de sus
diablo; empleaban como armas ramos de hinojo y tallos de sorgo, respec-
procesiones nocturnas. 307
tivamente. Del resultado de la batalla dependía el futuro de las cosechas:
Los inquisidores venecianos detectan el mito agrario por primera vez
"se noi restiamo vincitori, quello anno eabondanza, et perdendo ecarestía in que/
. / 1a {'racu 1ta d de separar el alma en último cuarto del siglo XVI. De allí en adelante, los benandanti pade-
el
¿por que' a1gunos campesinos
anno" . 303 teman
cerán tres oleadas represivas principales: I 575-1581, 1619 y 1634- ¡ 650.
del cuerpo? ¿Quiénes podían tomar parte en estos eventos marciales? El
A lo largo de aquellos años los magistrados eclesiásticos se esforzaron por
3 de octubre de 1580, Paolo Gasparutto responde ambos interrogantes:
descalificar la creencia, asimilando sus principales trazos morfológicos al
los destinados a ejercer como benandanti eran los nacidos con la cofia ,
estereotipo satanizado del sabbat. Para mediados del siglo XVII el hiato
es decir, envueltos de manera total o parcial en la membrana amniótica,
estaba colmado, y si bien la asimilación llegó demasiado tarde como para
que no terminaba de rasgarse durante el parto. De hecho, la madre de
desatar una caza de brujas, los inquisidores consiguieron finalmente que
Gasparutto había hecho bautizar la cofia al mismo tiempo que la criatura,
los propios benandanti admitieran el carácter diabólico de sus acciones.
y años después se la había entregado con la recomendación de que la con-
Lejos de combatirla, ellos mismos pertenecían a la secta de los brujos: la
servara hasta alcanzar la vida adulta, cuando "sarei andato con Ji benandanti
meta de sus trm-csías nocturnas no era otra que el sabbat. En síntesis, la
coacción física y la presión psicológica h,1bían logrado que los acusados
302 Cario Ginzburg, / Bcnandanti, pp. 207-208:"los juen~s de todas las cuatro témporas

del año eramos obligados a ir junto con estos brujos por muchas campiñas, como 304 !bid., p. 229: "irás con los benandanri a combatir contra los brujos."
Cormons, delante de la iglesia de lassico, y hasta la región de Verona." 305 !bid., p. 225. .
303 !bid., p. 217: "soy benandante porque voy con los otros a combatir, invisiblemente,
306 /bid., p. 217: "somos una gran multitud, en ocasiones hasta cinco mil o m6s."
con el espíritu, mientras el cuerpo permanece"; "si nosotros salimos vencedores, 307 !bid., pp. 53-60.
aquel año será de abundancia; y si perdemos, será de carestía."
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en e1 con~exro europeo

el d,, \'ista ele] represor. La un atJYico rnito agrario apenas cristiani1aclo. El segundo de los rnéritos
del libro ts el de haber presentado una ,wlución relati\·amente consistente
Í()lkl01·ico~ al dílen1a ftu11._L1c.:iu11Jl del par ron1ántico. unJ. respuesta. sólida al
interrogante sobre la existencia de fenorncnos reales detrás de 13 caza de
te111prLuic-n1oderna; el e'.)LLh.liu ele caso perrnit1a clen1ostrar c1uc
el fenómeno con el que algunos cazadores de brujas pudieron h:1berse
c1ue e11 ¡_J friuli L.1 brujc:rÍJ diJLólicz1 :)C Jifundié> {_t p{_1rtir de 1a dc:fo11naciL)n encontr,ido no remitía a la esfera ele las sociales sino al uni\·erso
,1g1 _11 iu ..1.ntcric_)r: el aqucL1rre p1 ~ÍLLiC.<lll1C'.llLe Jc2c·uno'-·ido
1 de las crf-'.cnciJ.s populares.
en el ultin10 cuJ.rto Jcl X\'I, fi11cJlrntntc Lull todc) Por ello, causa particular sorpresa c¡uc en los JI'ios inmediatamente
Je L1 11L1110 Je L1 .s;<:.1L..n1ÍL.<lción de un a. .)U puLlicación, los pocos acc1clén1ico.s que pudieron acceder
a la lectur;1 del original italiano aI como un emer-
reconoce el propio Ginzl;:..1rg, el
al debate acJ.dén1ico "rhis
L-,.}~-LiLUijL' UiJ
n1irren in a
un Ginzbut·g e:::bu/.J con10 al pasd1 Ll c1ue Yeint:e . fue el historiador norteamericano E. \\'illiam \íonteL 3 ' En
__;~ Jc·::,puC::; ter11 in)rÍJ jcndu la hipl>tesis principal de 1969 :\luntcr puLlicó un artículo en francés:" una antologlJ de fuentes,;·
>,_ inJucL1blc cunc~\.iÚn ¿-ntn~: lu::, Lr:iL1n3onti Y los chan1anes siberianos ('il
1
en an1l_10:--; obserYaba. que lc1 docurnentación halL1cla por Ginzburg
aportaba de rnanera inesperada nue\·a e\·jJencia en faYor ele 1a anti;ué!.
,, '

no rec1oe tF1tam1ento tesis de \1urra:·_ 3 i 3 En 19/2~ Jefffe;· Burton Russell rechazaba l:i. tesis que
ulterior en lu ciuc
¡
re:::-L1 del cnsaYo.
' defendfa la intacta supen·i\·encia de lm3 religión prehistórica en pleno
Lus 111('.ritus del prilner libro de Ca.rlo C~inzburg se X\ ~I. pero cc.i1i::;iJcraba que J L,enondonti apo;·aba con firr11eza
lugar, su in\ e~ligación puso por
tions rhesis". en particular la continuidad, hasta nnty
,Ll entonces dc~cuiLL1du del prc;Cc:)0 de: cu11:::-truc- entrado el segunJo rnilenio, de creencias ;· práctjcas relacionadas con la
Jcl s0.Lb,1t. En el cL1:::u de lu~ !.:-c..::~ ..::;·..!u;-,·Li, al rnenos, la
fertilidad; por ello. concluía, "ne ht c1·idence has ffi'T 1:-een
no puede mera-
n1c1nc cunsii.._h_· L1L::-t: con10 el pruJ uc:tu \._le u na. .f1':.:ci~11 cun:::s ~r uilLl por la
c·ul Lura teulug~1l. El saGb2t que 5e describe en los pnJ,-..:e::c\s friulc1nos · Jacquelinc Simp,0n, "\\'itches and \\'itchbustcrs'', Folklore, l 07 ¡_ l 996), p. 1l.
es un producto eminentemente híbrido, la resultante de un siniestro 311 Cario Ginzburg, "Preface to the English Edition", en Cario Ginzburg, The Ni9ht
diálogo entre inquisidores y campesinos: los primeros, publicistas del Ba1tles:IVitchcr'!ft and A9rarian Cults in the Sixteenth and Sel'enteemh Century, translated
discurso demonológico tardo-escolástico; los segundos, portadores de from the second Italian edition by John and Anne Te<leschi, Baltimore, The John
Hopkins University Press, 1992 (1983), p. xiii: "esta monografía dedicada a un área
308 !bid., pp. 142-203. periférica (el Friuli), escrita en un idioma que aún hoy resulta periférico (el italiano)"
309 !bid., p. xii: "resulta naturalmente imposible extender por simple analogí~ esta (la traducci6n del inglés es mía).
conclusión a otras regiones de Europa; aún así, aunque parcial y circunscripta, la 313 E. W. Monter, "Trois historiens actuels de la sorcellerie", Bibliothéque d'Humanisme

misma puede constituir una hipótesis para ulteriores investigaciones". et Renaissance 31 (1969), pp. 205-207; E. W. Monter (ed.), EuropeanlVitchcr'!ft, Nueva
310 !bid., p. xiii: "el problema de la conexión, indudable, que existe entre los benandanti York,John Wiley & Sons, 1969, pp. 158-164. Citados por Cario Ginzburgen "Preface
y los chamanes" (las traducciones del italiano son mías). to the English Edition", p. 173, n. 1.

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rhar exürcl". Dos años despu¿_,s, I I. C. Erik \1icielfort pensaba de
n1anera ~in:i1ar: los be;1anJ:Jnri eran el Único culto brujeril cuya existencia
en la prirncra rnoderniJad había pndidc dcrn0.-:tr:1.rse de 1-::1;::nerJ. r-eh.:ci::.:·n-
te. ; \'orm,rn Cohn, por su parte, ,nstmo c¡ue Giil7burg se 0!
concluir c1uc los docun1entos friulanos den1ostrab2n la superYiYc:~nci:1 de '--{'l·idc1 dc·.-.;Lripción dl~ un:i fie-:;;r1
un culto a la fertilicbcl ancestral en el noreste italiano: no hJ.y nada en el ·-
ne.:i. pnr Ul1J. n1nJ. ct' (: h ,l.11\.Y~)
OCi.O -"- ·t-·[i,r•,
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t---:'. ,. rJ,rl,¡-,
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material anab;iclo que ju,titíc¡ue dicha conclusión. descartar pnr cnn1p 1eto ]i:1 •,
f>'(J'-stenc.,t:1 e1-e ·'r·-'lY
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¿Qué factores contribu::eron :1 est,1 inn1cdiJta identific:ición de J celebraclu,. pnr Ls corntmichdf', loc:ilc, 1i
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1111c1aci,
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319

respons:ihi!idJcl deberl.1 recaer en l:i_-:_ eYidcntc:s ,.711e [Yid~ntcrnente, en tien1pos de L1 p11hlil:J.ción de c::u prirner el
el texto de 1966, la menos importante de ];is cm les no es, precisZlrnentc, Ginzbura no tern1inaba de df'_.:;cc1rr,1r la posil1ilid..1d de b. e,i~tf'n1i:1 ele ri-
la utilización ele la 1Dalabra ''culto" en el subtítulo Y
,
en el cltJ li- tuales ar~aicos en el ce1rn¡,o eurnpen preindu,tri2l. Durante h rniYor p:rrte
br-o. 31 :- La inclusión de la expresión cuhi en la portada n1isn1a dt~ la del trabajn 711eda cL1ro q1A1e ln_-::. / fn:1n,_-!:-;nri :1f'irn1cil<ll1
1 de: cnrnb1te--::
-- no puede
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' . ; prnc..uc1rnos
C1e 1 . . cierto
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asornoro, 1 - t 0(10
soare - l
y procc,i()ne-s en éxtasis, en espíritu, nlientr;:-i.-., q¡s:: cuerpos
si la contra,t:irnos cnn el contenido efecti\CJ del ensa\·o. ¿\'o habrízi sido . Jes Fn sus '!ect10s. )c¡Jr_)
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n1iri una fórn1ula n1ás apropiada? En un fragrncnto del • ·• · 1 1 ' ' ] ·


autor juega con ia posIt,I,1c ,1rr ric :i 0 upen·n·cnc1c1, e
· · el cultiule,
-que luego Jdquirirla relatiYa fJ.rna- Ginzburg sostiene que la tesis d~ antiouas.
~
Sin en1ba1~go, a la hnra de ~]e2.Jr
~ ~- un subtítuln c1prnpi.1do pJr:_1 el
•\ í_,.,1 1rra\"
, ' ctur=ciue
_._ 1 forn11.,dacla de n1anera acrítica .Y olaaada de aflrn1i1cione.s
! :::,

arriesaadas,
. ._, contenía "un noccjo]o di 1·eriu/'. ;En
, - que consistía este núcleo Respecto de 1<t.:; :i_cusacinnes

de Ye;dacP Fl ',)ro¡·)io autor lo aclara en el ,nárrafo siguiente: la tesis ele lJ entre si, \·éase Ginzburg, ! henondnnri,
" ~
tipo setLJn:..-i, a
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sien1pre pareció n1ás sensata. allí donde identific::-ibJ. en
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1asorg1asce sJDD<lL... ane
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'¡· rl -~ l'"l n11tn;::. ~¡'.~ fprti.-_iir_l.,. rl,
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nia.nto pn:recr se trat:1 1

ch un ";nrico rir(i . 31 ~ Leido con Jtención, el sectario, que no f"xclu;·cn que


parece más cerca ele las anth~11as intuiciones de Tartarotti Y Grirr1n1 c1ut: 1
,:rc-t·nci:i t.rJ.dicinn:d, )",l fn YÍJs et_,. di'.'n1n :,j(1rL \"t:Tn.:;irnilrnente en 1:,l nn-sn de n1i.-:rc·-

l1allaban en d sabbat teologal elen1Pnrns de lJ cultura . que ele la ri0-::o, de~rn.:1yns''¡; respecto dP 1:--t~
niru de S Jños, ,·éase fl:-,fd .. nn_ 1 SS-
superYiYencizi de la religión prehistórica. defendida por ~Iurrziy; de hecho,

Jj gente :7C"C('n7f:Z¡jTIO[é! J.7 C fn i] c:-:.~rr!


31 "Jeffrey Burton Russell, IVitchcreft in che Middie.-iges, pp. +l-+2: "nunca se presentó
realmente questo, o meglio anche queseo. E por quanto non sia possibile r!farire scnz' o/ero, per
una evidencia más firme a favor de la existencia de la brujería" (la traducción del
inglés es mía).
analogía, tale conclusíone ai benandanri, non c'e
Jubbio che essa renda pi1Í phwsibile l'ipotesi
315 H. C. Erik Midclfort, "Were there really witches?", en R. M. Kingdom (ed.),
che traquesci ultimí si srolgessero raduni di tipo settario, si mili o poco diversi da q11clli descritri"
("disueltos los mitos y los embellecimientos fantásticos de las brujas, descubrimos,
Transition and Rel'O!ution: Problems and lssues ef European Renaissance and Reformation
casi con desilusión, una realidad mesquina, banal: una reunión de gente acompañada
Histoiy, Minneapolis, Burgess, 1974, pp. 203-204. Citado por Carlo Ginzburg en
de bailes y promiscuidad sexual. En cualquier caso, el sabbat deb!ó ser realmen~e
"Preface to the English Edition", p. 173, n. 5.
ésto, o mejor aún, también ésto. Y aunque no nos sea posible aplicar por analogia
316 Norman Cohn, Europe's !nner Demons, p. 283.
esta conclusión-a los benandandi, no hay dudas de que la misma torna más plausible
317 Carlo Ginzburg, J benandanti, p.xii.
la posibilidad de que en su seno se desarrollasen reuniones de tipo sectario, similares
318 Jbid., p. x: "la deformación de un antiguo culto a la fertilidad."
o no muy distintas de aquellas descriptas").
110 111
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euro1::co

terrr:in,. u-ur1 ¡>e:-::ando rr1ás que el resto de de 19; 1.; ' Un úi.o antes. _-'dan .\lacforlane
1 1 • •
<Je 1a 1ner"_1d sentenciJba: :,~ iurr<l\ Lunfu11Jiu L.:i que 1J crcio que ocurna con lo que
¿¡ la luz ele bs efe e ti\ anh'i 1t\.'. su,,_-;:,___l1u ." 322 Por entonces, l--Iill eliminab¿¡ de Li
iclenldic2cio11 toda referencia a la
inici~d t_:ntre I
no c1bcn d1..h.LL:, dt~ cp.1c c·o111u "cuiu en 12 edición. 323 En 197 ~, finJlrnente, la pub1icaci6n ele
serrono Y "noccic•lo d_j 1Erirct ele lnne;r [)t'Ili,.-1n.) ~upu::iu el de gracia de{initi\·o a la teoría clel cul_to a l:i.
desconocer. ferlilidad. De, el libro Je ~'<urrna.n C'ohn fue enteran1ente
no fueron L1s Única~
Jd'.) C(Jlllu L1s que cs~J.n1us n1c1;c·iun0.11Ju no el retor-
rnás extren1istas de la e::.cucL1 que negaban
JcJinitiYO cld o releqncia en la clinarnica de
En marco. tocb referencia la el liLru ele Cohn intentziba
tiliJ..1d, por l1iz..lirec tc.1 el ue l-Ut:'l"J., por 1-r12Li,,_::J_J;:i que dt..:1110strJr 1..1ue la~ <lllligud~ leyendas en torno a infanticidas, pro-
qu~ 1dcnlific,1r.sc ( pJ.1 derrotado. ce:;.jurH:>S 11u(,tu1-r1J.s Y hccli.i.ccr2.s L11nbién habían curnplido un
(le un rnodeio rvl Jcst(.1CJ.(Jo en la cu11~LruccíG11 del

gue el libro lnbÍJ tenido en el mundo


para la traduo...:ié)n en
Je: T/Je . En este nueYo prefacio, Ginzburg se
encargc1 de acL1ra.r que la tesi~ de ~lurr~1\" con::.L.1Ga Je dos seccjones
üe ucup'-1r C!uc li:1~L1 cntulh.c.-:- habfa. tenido en el seno claran1cnte: difcrenciables: la. prin1erJ., sostenía que la hundía sus
l __ l
íJ1.:'. lU:::. 1ent0s de hi~LurJJ. uni\·c:r~iL<1rius. Si durante las décadas de ra.iLeS en u11 cullo a la fertilidad: L1 que el sabbat descripto
re1uitL1 J. re uniu11cs efecti \ dn 1cn te celebradas.'' Tr-hor mí i1 or.k

ingresa en la fase de
la andthe - p.615.
1

322 Alan Macfarlanc, ll'itchcreft in Tudor anJ Stuart En9lanJ, p. 1O: "she mistook ,rlwt people
del campo de estudio y la generalización del trabajo de archivo fueron las
beliel'eJ to be happcnin9 far ll'hat actually did happcn". El resaltado es de Macfarlane
principales responsables del derrumbe dcfinith-o de la Witch-Cult theory. No
("ella confundió lo que la gente creía que sucedía con lo que realmente sucedía"; la
eran ya voces aisladas de académicos marginales las que reaccionaban ante traducción del inglés es mía).
los abusos metodológicos de la investigadora inglesa, sino la comunidad de m La segunda edición a la que nos referimos fue publicada en 1969. Ahora Hill cita
historiadores profesionales en su conjunto. 320 Las conclusiones de Murray como príncipal fuente de autoridad a la tesis todaYÍa inédita de Alan Macfarlane,
carecen de fundamento alguno, sostiene KeithThomas en su monumental que sería publicada en forma de libro al año siguiente. La edición castellana del
libro de Hill sigue los parámetros de la segunda edición re,isada: De la Reforma a
310 JacquelineSimpson, "MargaretAlice Murray (1863-1963)", p. 797; Caroline Oates la Rel'Olución industrial; 1530-1780, traducción de Jordi Beltrán, Barcelona, Ariel,
and Juliette Wood, A Coren ef Scholars, pp. 29-30; Ronald Hutton, The Triwnph ef the 1980, pp. 131-134.
Moon, p. 362; Diana Purkiss, The Witch in History, p. 62. 324 Norman Cohn, Europe's lnner Demons, capítulo 11.

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cristi,:qJ \

LJ rcducc:ión
lo5 el ''núcleo ele \·erdJ.d)' de la tesis
~ 1urTa\· zJ que 2ludí2 en el
l .
rr1ento nos concnnr con certe12 r¡ue '!os
se reunieran pa.ra celebrar los ritos que Jt'scribí2-n ,3n en 197G: un papcr
nueYo contexto italiana Luisa .\iuraro

cio como
de su n:sei1ct <le The
2.clarar su
los ataques , J rncdiados
de la década de
1
resu1t2 estudiar 12 ccrz0 de

par:i. cornienzos de los años no\·entJ.


cleciclirL,rnente en el terreno del nxÍn'J.cron.

·'Preface to the
la leche ele l.1s \·Jeas, o n1Pt:unorfn;.:p:~r,,"'
rnente c!ernostrabJ, aungue en forn1a no int(:n( inn0l, CTJ. el resulte1ba (-:,1 hec!:ei de r¡uc chr:antf'
mnntadcis v,hrc 2~cc>bc1-:: o
o ''ha~ta el

t1;,n Ekde
en el libro ele 19/2 no D2rccen ser las rn~1.:i
apropiadas para expresarlo. No caben dudas de que hs convicc;ones religiosas del
brujería folklórica rumana demostrarían la autenticidad de los escen:irios
historiador norteamericano han influenciado su visi6n respecto de la caza de brujas pre-cristianos basados en viajes oníricos, tr.1Yesías extáticas y combates
temprano-moderna. De hecho, Russell ha manifestado públicamente se creencia en rituales. 329 Una circunstancia particular contribuye al reforzamiento de
la existencia real del demonio; al respecto véase Jeffrey Burton Russell, Satan: The
328 Mircea Eliade, "Sorne observations on European \Vitchcraft", en Mircea Eliacle,
Earljr Christian Tradirian, Ithaca, Cornell University Press, 1994 [ 1981], p. 12: "/ am scill
inclined to beliei'e that the Devil exists and that his works are paiefuJ/_}, manifesr among t1s" Ocrnlrism, l!'icchcrcifr ami Culmral Fashions. Essays in Compararfrc Rcligions, Chicago, The
Unh·ersity of Chicago Press, 1976 (cito por la edición en castellano: "Algunas ohscn-a-
("Todavía me siento inclinado a creer que el Diablo existe y que su obra se manifiesta
ciones sobre la brujería europea", en Mircea Eliade, Ornltismo, bnjería y modas rnlrt1ralcs,
dolorosamente entre nosotros"; las traducciones del inglés son mías).
327 Christina Larner, Wicchcreft and Religion: Th_e Policics efPopular Belief, Oxford, Basil
traducción ele Enrique Butelman, Buenos Aires, Marymar, 1977, pp. 123-124).
329 /bid., p. 124.
Blackwell, 1985, pp. 47-48.

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1-listoriogralh. Demonología cristiana y cultura folklórica e,, el contexro europeo Fabián Alejandro Campa9nc

esta hipótesis: Rumanía siempre se mantuvo al margen de las persecu- ínYestigación que se basa en el análisis de una extensa serie de juicios por
ciones inc¡uisitoriales, de la caza de bruías o <le cualquier otro intento de bruíería desarrollados en el norte de Italia entre los siglos XIV y XVII.
aculturación violenta de los sectores populares. El segundo <le los com- En muchos de estos procesos, las confesiones de los inculpados hacen
plejos folklóricos rescatado por Elia<le es el <le los calusari. 330 En este caso referencia a una elusiva divinidad femenina -la "Señora del juego" que da
nos adeÍ~tramos directamente en el uni\'erso de los ritos efecth;amente título al libro-- que presidía los encuentros nocturnos que los inquisidores
celebrados. En efecto, los calusari no remiten a figuras mitológicas sino a se encargarían luego de demonizar. Según se desprende de los actos bizarros
cofradías de jó\'cnes especializadas en la celebración de rituales catárticos que los asistentes a las asambleas decían desarrollar en presencia de aquella
de carácter coreográfico-musical. Sus danzas acrobáticas, diseñadas para Domina Ludí, los conventículos no podían tener lugar sino en espíritu. Tal
generar la sensación de que rnlaban por los aires, tenían la YÍrtud de curar es el caso de los relatos de Sibillia Zanni y Pierina Bugatis, protagonistas
las enfermedades prorncadas por las hadas, tradicionalmente asociadas con de los procesos que abren la serie estudiada por Muraro. En 1390 ambas
los espasmos y calambres musculares. Sin embargo, los movimientos de mujeres fueron enviadas a la hoguera por la inquisición lombarda. Sibillia
aquellos jó\·enes no reproducían ningún baile con\'encional: ponían en acto había enfrentado ya un proceso similar seis años antes, dura~te el cual su ex-
la batalla que libraban con las hadas imisibles. Si los calusari triunfaban, los trañísima historia había asombrado al inquisidor dominico Fra Beltramino
·...,·~- enfermos sanarían <le sus dolencias. Para Eliade, la estilizada competencia di Cernuscullo. Por entonces, la Zanni había confesado su participación en
que los calusari libraban con las hadas puede considerarse una prolongación la compañía de Madona Oriente, a la que junto con otras personas asistía los
ritual de los combates en éxtasis en los que participaban stri&oí y benan- jueves por la noche. Oriente, a quien todos saludaban con una respetuosa
danti. 331 Los escenarios pre-cristianos que lograron sobrevivir en Italia o reverencia, tenía capacidad para predecir el futuro, conocía las virtudes
en Rumania no alcanzan para expH~ar el origen de la brujería occidental, secretas de las hierbas del bosque, y proporcionaba valiosos conocimientos
pero contribuyen a un conocimiento más profundo del proceso que dio que los miembros de la compañía comunicaban a sus vecinos y familiares.
nacimiento a los estereotipos demonizados posteriores. 332 Por último, Pero allí no acababan los poderes de la misteriosa figura femenina: cuando
el breve artículo del historiador rumano potencia lo que en el libro de los participantes del ágape saciaban su apetito, Madona Oriente tocaba con
Ginzburg no pasaba de ser una mención fugaz: la posible relación entre el una vara los restos de los animales sacrificados y los resucitaba de inme-
mito de los benandanti y el chamanismo euroasiático. Una lectura rápida diato. 334 Luisa Muraro detecta con sagacidad el sutil corrimiento que se
<le los documentos hindúes, sostiene Eliade, convencerá a cualquier lector produce entre los procesos de 1384 y 1390. Mientras que en el primero
<le que la brujería europea no puede haber sido una mera creación de la Sibillia fue condenada por creer que asistía a las reuniones presididas por
persecución religiosa; a excepción de Satán y de la inversión de los rituales Madona Oriente -es decir, por confundir fantasía y realidad-, en 1390 la
cristianos, todos los rasgos que se asignan a las brujas europeas -la capacidad pena capital le cupo por haber asistido a la sacrílega asamblea, por haber
de volar, la invisibilidad, la metamorfosis animal, la capacidad de matar a estado efectivamente allí. En apenas seis años el punto de ,ista de los
distancia- también definen a los yoguis y magos indo-tibetanos. rn inquisidores milaneses había mutado de manera radical. Para Muraro,
Menos inlluyente que la monografía de Elia<le pero más relevante para este siniestro salto cualitativo constituye "ilfatto inau9urale delia caccia al/e
el caso friulano resulta el libro de Luisa Muraro. La Sisnora del 9ioco es una streshe ." 335 Con esta conclusión la historiadora italiana avanzaba mucho más
allá de lo sugerido por J benandanti. Ginzburg había demostrado que, en una
330 Sobre los calusari véase Gail Kligman, Ciílu~: Spnbolic Traniformation in Romanian
Ritual, Chicago, The University of Chicago Press, 1981. ll4 Luisa Muraro, La Si9nora del 9ioco. La caccia alle stre9he interpretata dalle sue rittime,
331 Mircea Eliade, "Algunas observaciones sobre la brujería europea", pp. 126-127.
Milán, LaTartaruga, 2006 (1976), pp. 200-207.
332 !bid., p. 132. 335 !bid., p. 192: "el acto inaugural de la caza de brujas" (la traducción del italiano

m /bid., p. 112. es mía).

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Historiografía. Demonología cristiana y cultura folklórica en el contexro eüropeo
Fabián Alejandro Campagnc

región específica, el sabbat había surgido a partir de la satanización de un


mítico y el tipo de proceso inqui,itorial exhumados veinte años antes no
complejo folklórico pre-existente; sin embargo, se trataba de un aquelarre
constituían una situación aislada, y que por lo tanto, el caso de los benan-
muy tardío, que no había terminado de conformarse hasta mediados del
danti resultaba en extremo relevante para una mejor comprensión de los
siglo XVII. La cronología era el principal obstáculo que impedía extrapo-
orígenes del estereotipo del sabb,1t en el contexto paneuropeo.
lar la teoría para aplicarla al resto del contexto europeo. Pues bien, Luisa
El resultado de este nuevo esfuerzo intelectual fue uno de los libros
Muraro hallaba ahora una serie de juicios con características similares a
de historia mas ambiciosos y desmesurados jamás producidos por nuestra
los descubiertos por Ginzburg, procesos en los cuales la construcción del
disciplina. 337 ¿Por dónde comenzar la exposición <le un ensayo con estas
sabbat había emergido a partir de la demonización de un complejo mítico
características? En una de las innumerables reseñas bibliográficas dedica-
pre-cristiano, pero que no tuYieron lugar cuando la caza de brujas declinaba
das al libro, la historiadora Jane P. Daviclson sostiene que Storia notwrna
sino en los albores mismos de la gran persecución. Las ulceriori ricerche a
debería comenzar a leerse por la "Conclusión" antes que por la primera
las que aludía Ginzburg en el prefacio de J benandanti comenzaban a dar
página. 338 En efecto, es en aquella última sección donde hallamos resumida
sus frutos. La posible incidencia de la demonización de mitos arcaicos en
la hipótesis central del trabajo: en la imagen del ac1uelarre se distinguen
la construcción del estereotipo del sabbat era una hipótesis que parecía
dos filones culturales de procedencia heterogénea; por un lado, el tema
consolidarse con el paso del tiempo.
elaborado por inquisidores y jueces laicos, del complot urdido por una
Tras la publicación de J benandanti Cario Ginzburg no Yolvió a ocuparse
de manera inmediata de la brujería temprano-moderna. Sus cuatro libros secta o grupo social hostil; por el otro, elementos de origen chamánico
posteriores continuaron analizando problemas relacionados con la margi- enraizados en la cultura folklórica, como el vuelo mágico y las metamorfosis
nalidad religiosa y la historia de la cultura, pero ninguno de ellos encaró zoomórficas. La fusión entre ambos elementos fue tan sólida y duradera,
de manera directa la resolución de los interrogantes que había dejado afirma Ginzburg, porque entre los dos filones existía una afinidad sustancial
pendiente la monografía de 1966. 336 Finalmente, en 1986 el historiador y subterránea. 339
italiano regresa a las fuentes, y realiza un nuevo y sorprendente aporte a Por lo tanto, del discurso del propio historiador italiano se desprende
la historiografía de la caza de brujas: Storia notwrna. Una decifrazione del que Storia notturna se organiza a partir de dos hipótesis diferentes, clara-
sabba. Existe un evidente hilo conductor entre aquel acotado trabajo de mente separables: por un lado, la que sostiene que en el campo europeo
juventud y el abrumador ensayo de finales de los '80. En efecto, uno de los preindustrial sobrevivieron, hastá muy entrada la Edad Moderna, comple-
objetivos tácitos de Storia notturna era demostrar que el tipo de complejo jos folklóricos arcaicos asimilados de manera imperfecta por la ideología
cristiana, cuyos rasgos principales revelan una afinidad evidente con el
ll• Los libros de Ginzburg inmediatamente posteriores a / benandanti son: // nícode-
chamanismo euroasiático; por otro lado, la que afirma que estas creencias
mismo. Simulazione e dissimulazione reli9iosa nell'Europa del '500, Turín, Einaudi, 1970;
atávicas, al fundirse con la nueva teoría del complot que se consolida en
Giochi di pazienza. Un seminario sul"Bcnef!cio di Cristo", Turín, Einaudi, 1975, en cola-
Europa occidental a partir del siglo XIV, contribuyeron de manera clecisiYa
boración con Adriano Prosperi; lljorma99io e i rermi. 1/ cosmo di un mu9naio del '500,
Turín, Einaudi, 1976 (edicién en castellano: El queso y los 9usanos. El cosmos, se9<Ín un a la construcción del estereotipo demoniza<lo del sabbat. Es también por
molinero del si9lo XVI, Barcelona, Muchnik, 1981 ); lndagíni su Piero. Jl Batcesimo, il ciclo este motivo que Storia notturna puede considerarse como la fusión de dos
di Arezzo,la Fla9ellazione di l!rbino, Turín, Einaudi, 1981 (edición en castellano: Pesquisa
337 Se ha dicho, también, que Storia notwrna fue el máximo intento de poner en acto el
sobre Piero. El Bautismo. El ciclo deArezzo. La Fla9elación de Urbino, Barcelona, Muchnik,
"paradigma indiciario", descripto en el célebre artículo "Spie. Radici di un paradigma
1984). A estos cuatros libros se agrega una recopilación de artículos publicados con
indiziario" (A Ido Gargani [ed. ], Crisi della Ra9ione,Turín, Einaudi, 1979, pp. 59-106)
anterioridad en diferentes reYistas y colcctáneas: lvfiti, emblemi, spie, Turín, Einaudi,
1986 (edición en castellano: Mitos, emblemas, indicios. tlforFolooía e historia Barcelona y ensayado en menor escala en el libro Jnda9ini su Piero, de 1981.
338 Sixteenth Cenwry Journal, 23:2 (1992), p. 355.
Gedisa, 1989,pp.138-175). ;; ' '
339 Cario Ginzburg, Hiscoria nocturna, p. 219.

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U,_ en el

t:n Ulh. .>: pur un El de los libros interiores que i-..1 norrurna tiene
como objetini demostrar la filiación charntrniD ele muchos ele los trazos
de los fulkluricos cu,a clelllunización habria dado al este-
pu2ee11 u11~1 nJ-11 i \. L1
reotipo del sabbat. El punto ele del análi'.)i~ es la di\-ision del trabajo
c!e111J::-iJJu:; it1l:1)11 \·c11ier1tes.
c1ue Yeinte af1l~h c.Hllcs li,11JÍa detect)do en el seno de 1a con1unidad
El dl'. lu,. \....·ilr01nícnto
de bc'i'lc...:nc.Í...11Jti friulanos: en n1ientra.s c1ue los Lu1nbres se dedicaban
referencia.
izar-
ell Occi,l,,n-
se en nck.:Lurnas durante las cu,1le:c; L0n1J.L<..1n contacto con el
rr1unclo de los rnuertus. I\ p<lrtir de L1 e\ idc11Lia folklórica y etnográfica
de la C1·i:..·ti'"1;Hl.1J. lTn n1un·1enlc) c.1..1\ . C c11 L. c011scliJ~H...:iut1 de 10
que reúne par;1 la redacción ele Srorio nortunw, el italiano descubre que los
c1 fucru11 Lb ,.1Ltt:::-t..tL'lune::: lJ.nzc1Jt..ts
míticos en torno a batallas, tra\ esías \ cabalgatas en espíritu
agudo ele tensión
Sé de
tuJus
éxtasis nocturnas
últilllJ
hacÍdn lo gern1ano. 3..1.; De

X\.
: :.~u lerritoriu consLituÍ,.1 una. zonJ de frontera. entre las culturas
Y e,Ll\ c1, lo que explicaría la irreducible del
el ele111t..'nto cla\\~ para
complejo lucctl, en el c1uc se hJlL1L-1n presentes tanto las batalla~
carJ.cteristica de la 1
L..lS en espíritu. 3. .:. 6
r-:10Jcrna. ;..:..:.
Enlre lus con1uleios extáticos con instancias agonales,
' '
escen<.1rios lúdicos Y acti\-ida.dc:- rnasculi11<.b -eufrentJ.r.nientos,
cacerías-, resultan de interés los táhcsck los krc .5ni .ks
balcánicos, los mazzeri corsos, , los bálticos. F~ Tóclos ellos
n1Lu.. J1os rajgos cornunes cun lu.--, L,._,,-1J.nc'c_rnLi, pues L.1111Li-:n .'e
cc1rJcterizan por su 0uüe,.,uc,u para separar el cuerpo del aln1J. :- por p2r-
ticipar <le <letermiaa<los eYentos en espíritu. Poseen también alguna,
343 R. l. Moore, Tl,e Formation efa Persecutin9 Society: Poll'er al}(/ Dcriance in H~stern Europe,
950-1250, Oxford, Basil Black"·ell, 1987 (edición en castellano: La formación Je una diferencias respecto de los especialistas friulanos. El táltos, elegido por Dios
sociedad represora. Poder)' disidencia en la Europa occidental, 9S0-12S0, Barcelona, Crí- desde el vientre materno, no nace con la cofia sino con dientes; durante
tica, 1989). Cabe aclarar que Robert Moore ubica el surgimiento de la mentalidad sus experiencias ex-somáticas, su alma por lo general adopta la aparien-
persecutoria bajomedicval en el siglo XI, a diferencia de Cario Ginzburg que centra cia de un toro, y entabla combates con otros táltosok -a menudo, jóvenes
su análisis en las oleadas represivas de los siglos XIV y XV.
l++ Para una crítica aguda de la noción de mentalidad persecutoria véase David Nir-
HS Cario Ginzburg, Historia nocturna, pp. 230-231.
emberg, Communities efViolcnce: Pcrscwtion ef Minoritics in the Jliddle .·!ges, Princeton, lbid., p. 127.
3..,;

Princeton Uni\'ersity Press, 1996 (cito por la edición en castellano: Comunidades de m lbid., pp. 121-141.
348 Cesari Bermani, Volare al sabba. Una ricerca su/la stregoneria popo/are, Roma, Deri-
dolencia.La persecuci6n de las minorías en la Edad Media, traducción <leAntoni Cardona,
Barcelona, Península, 2001, pp. 11-28). · veApprodi, 2008, pp. 316-326.

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Historiografía. Demonología cristiana y cultura folklorica en el contexro europeo
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que se inician en la actividad, o bien representante s de otras regiones o sin ernhar¡,_o, en h noche del 'l l de julio al 1º de agosto, los mnzzcri de Li.s
nJcionaliclade s en los cuJles el destino de )Js cosechas n(1 Juega un p,r·el dikrente,-ald 2 2 s cornbaten t"n éxt3sis 2nrre .si, en rnn lid c11yo trofeo no
predorninant c. Durante sus tra1esfas en éxt:.sis el uíltos puede llegar hasta la son las cosecbF ,ino h cantidad de rnnertcs que sufrir.\ cJCb 1ldea rl11nn--
mismísim,, dh-;n;dad, r¡uien ío recibe con honnres y lo em-ia unc1 yez más a tc el año entrante. 353 Ahora hien, aunc¡uc hs cLf€"rei cia~ e,rf'cífi,·is e,,tre 0

la tierra con la mi,i/m de sanar él sus semej;rntes. H'i ErzsébetTóth , i111a r/i/w•: ben,mdanr;, táhoc,,k, r;:'cniks _,. mazz,,,,¡ nn ¡,ued,_T ignnnrse, las sc:neja1P.1S
procesada en] 728 por los tribum les m::¡;;arf'S, hbfo ··iciclo wn
:-res dientes formales son tales c¡ue l"';mit(·n suponer h exi,1e-nci,1 de ;i]gun;i rn1triz
dobles, portaba en su cuello ''la lLn·e de Dios" con la que k,bría lns cielc,s,
mitic:a ar1terior Ce la c"'.1al ~()dos f·1lns derivar1-1n.
viajaba en espíritu para encontr,irse con la Virgen 1\farL·,, recihh medicinas En cuanto ah, proc(·,ioncs en espíritu y las travesL1•; al 1mmclo de los
de manns del Fr:,pio Jesucristo y posefo un espiritu fomilí.v con apariencia muertos, los rastro, ';'le :-etlejan ,u pr;osenc;1 en Lis regir:,nes de prcclo-
de cli-:1gón; a raíz de estas ,,xpericnch, ,,xtr<1nrdir;;i-ias, la nrnjcr poclh c:,mH minin n·lt,1 v gern1an-ícn son :11'm ,l!lteriurcs a In, test.imonir,s rekridos
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a los enfermos, identificar a los ladrones, netFnlizar 1,1akf; jos, ercontrar
a· ·¡ os cornL')ate-'.) e·n e'xtas1·s
, . "e he ho irrllm"'°n en los reuistros
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tesoros ocultos, predecir los fa ]],,cimi(·ntos i11mirw11tes y protl'gl'r a ·•1.1 1lck:,
eurnpee_,.s con e 1 Celebe' rr;n,o ( "-on e-',,
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de los frecuentes terremotn, 350 Los kresni.~s, por su F2rte, r1c;cen la c0fí1 :matcrnatiza con indign:wión ,.1 las rnujrr,·, c¡1w ,1hn11,1ban ¡1,irnci¡1 1r ele
pero adoptan forn1:is 1ním1lcs propi,1s chir·,m-::c stic ''iajes en espíritu; en cab:ilgatas en e,;,írit,1 bajo h gufa de m,2 misreriosi r1ei(hd femenina, por
la Penínsub de lstri1, por ejemplo, d ahn1 cxttT:1a adq,1iere L1 apariencia cntorH·es idcntificvb con las figura; de Di;ma, l lnlda 1 i Her"dbs. •\ ¡1 artir
de una rn0sca. El krc··r;k se engarn en ingubr co,,-:t<:ite con las brujo.s: si
del siglc XI, l?,s referEncí,, ?, la, rroc, -me, n éxtasis .ce ,·uel, cn e.,:,,·e-
s,ile Ycnceclor, el granizo no d:üíará las co, 0,-Thas de su comunidad cl11ran1,, sermonario•; y ]il•n)s rL
macLnnen\f' frecuentes c:·n colcccioneo de
elaño entrante; tras ser derrotad;;s, hs brujas escr~n tr;insforrnacb s en enlretenin:ien re. También"'" mu1ti¡,liccic los rv:-inbres de h' hgun, recrr-ras
pañuelos blancos. Sin embargo, el ,1clYers:irio niéÍs frecuentes ele estos que pre-sidÍJn hs lravesiJs nocturn;1s: Ahunclia, Satia, Benso'tia, Pcrchta,
agentes benéficos es el kudlck o , :1cko n:e, ur: licár>ropo e¡ lle trrbién ha
Richelfa l'n1 re otr1s. 3H
nacido con Ia cofr1 151 En Eslm·cnia descubrimos otra variante del mito: los El pe~o que las experiencias ex-somática, , el bt;isis :: el tn 1,·_,·e tienen
kr2sniks suelen 1 uchar entre sí. 352 Los mozzeri de Córcega, por {i son en esta larga serie de complejos míticos, fue lo c¡uc llevo a C,m1hmg a
esencialment e cnadnres nr•cturnos y mensajeros ele la muerte: durante sostener que 2] hilo invisiblc qu"' liga ePtre si estas diferentes c:-e,"nci '' no
sus excursiones en espíritu giran el cuerpo de los animales c¡ue ultiman y es otro ql;e d chamanisrno siberiano, 355 Al respecto, el historiador it;1,lhno
por un instante perciben el rostro de los miembros de la comunidad que resulta claramente rribut,rio del m 0 delo Mí;';·pa EJi-,de. En etecto,,>
fallecerán en el transcurso de los doce meses siguientes; una vez al año, desde h pnblic;ición de Le (hamanismc et les Tcchniqncs Archoi,pcs Exra,e de/'
CJ,: apr0x1mac,on a ",no' 11 wn o
en 1951 ,,.J rn,1°''D·" j,np1;,,c, una estrategia
• 1 • '' j ~'.
143 Gábor Klaniczay, "l-Iungary:The Accusations and the Uni,·erse of Popular :\bgic",
pp. 2+~-246. cham~~i~:· ~:~ ·:t;r~!, ·~~rnponente e-xt~ticr; un lugar de- privilt!gío. A
Ji
330 É,-a Pócs, llcnrccn thc línng
ond rhc Dcad:.-1 Perspcctil'C anlVirchcs ancl Secrs in thc Ear0' la hora de d~finir el fenómeno, Eliade sosnwo: ''una primera de-riníciÓ:,
.ifodern -~Be, Budapest, Central European University Prcss, 1999, pp. 135 y ss. ~ '
de tan con,plejn +cnoFwno, · ' 1a Dl•ºl\OS
Y c¡mz?,º - - -,,.·entL,,1~,.,d ~-,r' ·¡:-,• 1-·.7 1
º' a, ,e 1a e,,d. C,1--
"' Christa Tuczay, ,lfogie 11nd :11agicr im 1lhttelalrer, Munich, DeutscherTasc henbuch
Verlag. 2003 (cito por la edición italiana: Esotc,' ·-o e -:¿;ia r 'HedL·:·o. Sr-:~--neri:.
esorcismi, sortilegi e incantesimi, traclnzione di Fabio Massimiliano Bondani, Roma,
353 Doroth; Carrington, Thc Dream,Hunrers cf Corsico, l .ondres, Pho<"nix, 1 000 ( 1995),
Newton Compton, 2006, p. 220¡.
332 Gábor Klaniczay, ''Shamanistic
pp. S7-72.
Elements in Central European \Vitchcraft", en i; 4 Carlo Ginzburg, Historia nocturna, pp. 8 3-102.
Gábor Klaniczay, Thc Uses ~f Supernarnral P,ll'er, pp. 13+-136.
m ibicl., pp. í61-171.
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• 1 I • d 1/ • )) 356 d
mamsmo es a tecmca e extas1s . Des e esta perspectiv a el chamán es identificar algunos procesos inquisitoriales similares a los padecidos por los
un especialista en una clase particula r de trance, durante el cual su alma benandanti, es decir, instancias judiciales en las cuales el aquelarre emergió
abandona el cuerpo para ascender al cielo o descende r al infierno, para luego de que los compone ntes de un determin ado complejo folklórico
entrar en contacto con las grandes di\'inidades cósmicas, con númenes fueran efectivam ente reducidos a los esquemas de la grilla demonoló gica.
intermed ios o con los espíritus de los muertos. En el transcurs o de sus Tal es el caso de la inquisición de Sibillia Zanni y Pierina Bugatis en el Mi-
excursion es los chamanes también podían dedicarse a capturar y devoh·er lán de 1390, del proceso que a comienzo s del siglo XVI sufre Zuan delle
las almas sustraídas de los cuerpos de los enfermos , a guiar a los muertos Piatte en el valle de Fiemme, 359 o del juicio que en 1587 enfrenta Chon-
hacia su morada definitiva, y a adquirir conocimi entos ocultos que luego rad Stoeckhlin en el arzobispado de Augsburgo 360 ( como contra-ej emplo
Yolcarían al servicio de su comunida d. Para la concreció n de estas traYesías negativo podríamo s incluir también el encuentro entre Nicolás de Cusa
el alma del chamán asumía con frecuencia características teriomórf icas. y las ancianas seguidoras de Richella, la Bona Domina) • Sin embargo,
361

La vocación del futuro amo del éxtasis solía declararse por medio de una esta serie reducida de casos -en los que el análisis de Ginzburg resulta
enfermed ad iniciática, y la primera serie de experienc ias ex-somáticas verdadera mente convince nte- no parece justificar la generalización de la
incluía casi siempre una instancia de desmemb ramiento v resurrecc ión hipótesis, hasta el punto de convertir al chamanis mo residual presente en
del cuerpo del aspirante. 357 ,
los complejo s folklóricos europeos en el principal responsable de la emer-
Ahora bien ¿consigue Ginzburg los ambiciosos objetivos que se plantea gencia del estereotip o del sabbat, excluyen do otros elemento s, de origen
en Storia nocturna? A pesar de los cuestiona mientos realizados al modelo tanto popular como erudito, que parecen haber tenido un peso mayor
intf.."rpretath-o de Eliade, la primera de bs hipótesis del libro-la que preten- en el diseño teológico de la brujería como crimen colectivo. En lugar
362

de establece r una relación entre el chamanis mo siberiano y los complejo s de imaginar que las creencias de las que eran portadore s Sibillia Zanni,
arcaicos que sobreviven en el campo europeo preindus trial- logró mayor
aceptación que la segunda, la que pretende relaciona r el origen del sabbat Review, 97:3 (1992), pp. 837-838.
m Giuseppe Bonomo, Caccia alle stre9he, pp. 74-84.
con la demoniza ción de dichas creencias folklóricas. Richard Kieckhefer
360 Wolfgang Behringer, Chonrad Stoeckhlin und die Nachtschar: Eine Geschichte aus des
fue tal vez el especialista que mejor logró sintetizar la reacción mixta
jrühcll Neuzeit, Munich, R. Piper, 1994 (cito por la edición en inglés: Shaman oJ
que la impactan te monograf ía del italiano proYocó entre sus colegas de Obcrstdoif: Chollrad Stoeckhlin and the Phantoms oj the Ni9ht, translated by H. C. Erik
profes_ión. En el libro de Ginzburg, sostiene Kieckhefer, el chamanis mo Midelfort, Charlottesville, University ofVirginia Press, 1998, passim).
residual pretende funcionar simultáne amente .como cxplanandum y como 361 Cario Ginzburg, Historia nocturna, pp. 88-89.

361 Al respecto remito aAlain Boureau, Satan hérétique. Histoire de la démonologic (1280-
explanans, es decir, como objeto de estudio (en este caso, ligado a una
supuesta cultura folklórica primordia l aún actiYa en la Europa moderna) 1330), París, Odile Jacob, 2004, pp. 61-157; Nancy Cacciola, Discerni1J9 Spirits: Dirine
and Demonic Possession in the Middle Áges, Ithaca, Cornell University Press, 2003, pp.
y como dispositivo explicatiYo (en este caso, en relación con el complejo
274-319; Jean-Patrice Boudct, Entre science et ni9romance.Astrolo9ic, dil'inatian et ma9ie
problema de los orígenes del sabbat). Es esta segunda estrategia la que el
dans !'Occidente médiérnl, pp. 431-508; Catherine Rider, Ma9ic and lmpotence in the
historiado r norteame ricano considera fallida. 358 En efecto, Ginzburg logra Middle A9es, Oxforcl, Oxford University Press, 2006, pp. 186-207; Maaike van der
356
Mircea Eliade, Le Chamanisme et les Techniques,lrchaique de l'Ex.iase, París, Payot, 1968 Lugt, Le rer, le démon et la l'ier9e: Les théorics médiél'ales de la aénération extmordinaire. Une
(2me. édítion) (cito por la edición en castellano: El chamanismo y las técnicas arcaicas étude sur les rapports entre théolo9ie,p/,j/osophie naturelle et médecine, París, Beller Lettres,
del éxtasis, traducción de Ernestina de Champourcin, México, FCE, 1992, p. 22). 2004, pp. 189-364; Dyan Elliott, Prol'in9110man: Fema/e Spirituality and lnquisitional
m/bid.,pp .45-129. ·
Culture in the Later MiddleA9es, Princeton, Princeton Unh·ersity Press, pp. 233-296;
m Estas opiniones de Kieckhefer. fueron vertidas en una reseña bibliográfica de Patrick S11yder, Représentatian de la jemme et chasse aux sorcieres, XI/e-XV/e siecle: lecture
Ecstasíes, la traducción inglesa de Storia notwrna, publicada en TheAmerican Historica/ des enjeux théolo9iques et pastoraux, Montreal, Fides, 2001, pp. 43-81.
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caza de europea.. Los
en
sus procesos el rol que los reL1tus de los ben.:_1n1.l.1r,._; t"~
presentl~. l)c

en el Friuli -el de c_·clit6 un

cual la

rnérito que el de ele un

el colorido c¡ue
del continl-·nte en las cuales 1a cultura ]cc:Jl se c:irJ.cterizabzi por una n1aYor
Yariedacl Y . ?ero :i1noriza a sostener que el
surge en el Je la derr1onizJ.ción ele los
cnrr1L•:1t.es y traYesÍJ.s en en el n1.1rco de una no\·eclosa teoría del
Y de: un::i creciente obsesión DOr tl
rior. En rc~i!idad, lJ. diná.rnica
Ín\-erso. tina Yez que la retroalin1e7tJc~/1n entre

suficiente flexibilicL1d corno D2r2

reuniones nocturnas

cult,ira folklórica por mucho por los historiadores de


1a rncvlernid2cl. El que dicho ~1ccrbo cultural no tuYiera pJr:.1 la
construcción del sabbat la relevancia que Ginzburg la atribuye, no reduce Ronald Hutton, "Shamanism: Mapping thc Boundaries" (pp. 20~-213); Gabor Kia-
niczay, "Shamanism andWitchcraft" (pp. 214-221 ); Willíam Monter, "Gendering the
el mérito de uno de los libros de historb más deslumbrantes de la segunda
Extended Family of Ginzburg's Benandami" (pp. 222-226); Rune Blix Hagcn, "Sami
mitad del siglo XX. Shamanism:The Artic Dimension" (pp. 227-233); Fumiaki Nakanishi, "Possession:
A Form of Shamanism?" (pp. 234-241 ).
8. La polémica que no cesa: debates y perspectivas 36-1 La primera versión inglesa del ensayo de Henningsen fue leida en 1985, en oca-

actuales sión de un congreso sobre brujería celebrado en Estocolmo. Esta ponencia es la que
cita Ginzburg en Storia nott11rna ( Historia nocmrna, p. 262, n. 1). Entre 1984 y 198 5,
El impacto provocado por la publicación de Storia notturna modificó versiones preliminares de la inwstigación sobre las donne dí fuori fueron publicadas
de manera sustancial el campo historiográfico dedicado al estudio de la en alemán, danés y húngaro. En 1987 aparece una versión en sueco.

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una reacción temprana a las hipótesis desplegadas en Storia notturna. M Las uniYerso feérico siciliano, v con ello expande los parámetros difusionistas
donne difuori eran unas peculiares hadas sicilianas, en las cuales ya había ginzburgianos hasta extre~·10s ingobernables. Ji<> Para el folklorista clina-
reparado el legendario folklorista Giuseppe Pitré a finales del siglo XlX. 366 ~1arqué; las hadas isleñas configuran una variante local de un extcndi,~lo y
El trabajo <le Henningsen se basa en el rele,·amiento de 65 procesos inc1uisi- anticruo "ilicJiterrancan and east European complex ?fslwmanistíc beli~fs". ' 11 El
toriales contra hombres y mujeres que afirmaban participar en éxtasis de las
hist~riador italiano, en can1bio, las incluye entre las anomalías geográficas
actividades nocturnas patrocinadas por estos númenes locales. La totalidad
detectadas durante su exhaustivo rastreo de mitos europeos. 371
de estas actuaciones judiciales fueron impul_sa<las por la oficina palermitana
Los historiadores húngaros Gábor Klaniczay y Eva Pócs se encuentran
del Santo Oficio español. Una proporción importante de las mujeres que
también entre los especialistas que más han contribuido a profundizar el
decían tener acceso al mundo feérico eran sanadoras carismáticas, especia-
conocimiento de las relaciones (1ue existirían entre el complejo chamánico
lizadas en la cura <le las dolencias prorncadas por los espíritus airados. De
siberiano y los estereotipos brujeriles europeos. 373 Klaniczay ha prestado
hecho, el término dona defuera se aplicaba tanto a estas curanderas locales
como a las hadas con las que entraban en contacto. 367 La figura femenina 370 Ent 1-c estos complejos míticos mediterráneos se encuentran los cxotica heleno~, la
que presidía aquellas procesiones nocturnas recibía diferentes nombres: J-JamaJslw marroquí, los jinn tunecinos y, e\·cntualmcnt..:, los calusari rum.inos; Yeasc
La Matrona, La Maestra, la Señora Griega, Señora Gracia, La Reina de las al respecto: Charles Ste,\·art, Dcmons anJ che Devil: illoral lma9inacion in ,lfodcrn Greek
Hadas, Doña Inguanta, la Sabia Sibila, Doña Zabella, entre otros. 368 Para Culwre, Princeton, Princeton llnh·ersity Prcss, 1991; Vinccnt Crapanzano, The J-la-
maJsha:A Swdy in Jforoccan fahnopsychiacry, Berkeley, llnh·ersity of California Press,
los inc¡uisidores sicilianos, la confusión entre fantasía y realidad configuraba
1973; Kacem Ben Hamza, The Ca,·c Dwcllcrs C?fl!atmaca: Ricual anJ Economic Decision-
delito <le herejía en el marco de la ,·enerable tradición representada por
11/akinB in a Cha119i119 Community (Ph.D. <lissertation,"Indiana Unh-ersity, 1977); Gail
el centenario Canon cpiscopi. El escepticismo del tribunal meridional no Kligman, Cúh,~·: Symbolic 1i-ai,ifórma1io11 in Rom,mian Riwal, passim. . .
impidió, sin embargo, el estallido <le una cacería judicial siJililar a la que 371 Gustav Henningsen, '"The Ladies from Outsi<le"', p. 207: "un complejo de creencias

afectó a los benandanti en el extremo opuesto del territorio peninsular. 369 cham.Ínicas mediterr.íneo y de Europa Oriental" (la traducción del inglés es mía).
En cualquier caso, y aunque más no fuera como espejo invertido del caso 372 Cario Ginzhurg, Jfocoria nocturna, pp. 103 y ss.
friulano, el episodio de las donne difuori parecía reforzar la hipótesis que 373 Los siguientes ~on algunos de los aportes realizados por estos especialistas hún-
otorgaba a los complejos folklóricos de matriz extática un papel relevante garos a la historia de la brujería europea: Gábor Klaniczay, "Shamanistic Elements in
<::entra! European \,Vitchcraft"; Gábor Klaniczay, "The Decline ofWitches and the Rise
en la elaboración de los estereotipos demonológicos. Henningsen detecta
ofVampires uncler the Eighteenth-Century Habsburg i'vlonarchy"; Gábor ~laniczay,
en Grecia y en el norte de África una serie de mitologías muy similares al
"\Vitch-hunting in Hungary: Social or Cultural Tensions?", en Gábor Klamczay, The
36
; Gustav Hcnningsen," 'The Ladies from Outsi<le': An Archaic Pattern of the Wit-
Uses ef St1pcmatural P,,,rer: Thc Traneformarion ef Popular Religion in Mediera] and E~rtl'-
ches' Sabbath", en BengtAnkarloo y Gusta\· Hcnningscn (c<ls.), Ear&· 11/odcrn fazropea¡¡ ,l/odcrn Europe, Princeton, Princeton Uni\·ersity Press, 1990, pp. 151-167; Gabor
IVitchcr'!Jt, pp. 205-206. Klaniczav, "Hunoary: The Accusations and the Unh·erse of Popular Magic"; Gábor
Klanicza~-: "Buch:,.; tardifs en Europe centrale et orientalc"; Gábor Klaniczay, "Le
166
Giuseppe Pitré, Usi e costumi, credenze e pre9iudizi del popo/o siciliano, Palenno,
Pe<lone Lauriel, 1389, Yo!. IV, pp. 153-177. sahbat r;conté par les témoins <les proccs de sorcellcric en 1--longrie", <lans Nicolc
167 Gustav Henningscn," 'The Ladies from Outside' ", p. 195. Jacr¡ucs-Cha,¡uin et l\faxime Préaud (eds.), Le sabbac des sorcicrs. XVe-Xl'llle siccles, pp.
368 !bid., p. 196. 227-246; É,·a Pócs, Betireen the Liring anJ che Dcad; Én Pócs, Fairies and ll'itchcs at
the Boundafl" of South-Eastcrn and Central Europc; Én Pócs, "Le sabbat et les mytholo-
369
Un análisis reciente <le la represión inquisitorial a la que fueron sometidas las donne
gies indo-~~,;opéennes", dans Nicole Jacques-Chaquin et Maxime Préaud (eds.), Le
dijom siciliana pue<le hallarse en Maria Sofia Messana, lnr.¡uisÚori, nc9romanti e sue9he
;abbac Jes sorciers. XVi:-XVllle sicclcs, pp. 23-32; Én Pócs, "Curse, maleficium, di\·ina-
nella Sicilia moderna (1500-1782), Palermo, Sellerio, 2007, pp. 550-573. Messana
tion: witchcraft on the borderline of religion ancl magic", en \Villero de Blécourt y
también intro<luce en la <liscusión a los uomini difora, un aspecto <le! complejo mitico
O\,·cn DaYies, "1cchcrafi Contiiwed, pp. 174-190; Éva Pócs, "Posscssion Phenomena,
siciliano <lescui<lado en la clásica monografía de GustaY Henningsen.
Possession-systems: Sorne East-Central Eurnpean Examples", en G.ibor Klaniczay y
128
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Historiografía. Demonología cristi~na y cultura folklórica en el contexro europeo
Fabián :llcjandro Campa_qnc

especial atención a las peculiaridades que caracterizan a los diversos com-


cosmología balto-eslaYa, del lado diYino de esta oposición de base hallamos
batientes en éxtasis, lo que le ha permitido concluir que el táltos húngaro
a un dios-del trueno y la fertilidad: Perkunas/Perun. En el bando opuesto
es la figura que posee el mayor número de trazos chamfoicos en toda
se encuentra Velnias/Veles, la serpiente del caos, que retiene las :igu:is o
Europa. 37+ Ello no obsta para que los tá!tosok posean también una serie de
las libera con violencia: si el dragón es derrotado, las aguas serán libera-
características que reflejarían ya un avanzado grado de desintegración de la
das y comenzará a llover. 375 A partir de la evidencia proporcionada por el
matriz chamánica originaria. Sus trances secretos y sus solitarias travesías
mito, Púes cree posible deducir la existencia de dos complejos riYales en
nocturnas contrastan con el carácter públi_co y comunitario de las cere-
el seno del mismo sistema ritual: los cha manes blancos, inici:idos del dios
monias siberianas. m Lo mismo ocurre con los mecanismos de selección
de las tormentas, y los chamanes negros, serYidores de su riYal mítica,
ele los futuros combatientes húngaros: a diferencia de lo que ocurre con
la serpiente/ dragón. Son los descendientes ele estos defensores del caos
los chamanes asiáticos, la elección por parte de un espíritu o divinidad
los que se convertirán en las brujas y brujos de los combates en éxtasis
patrocinadora tiende a perder importancia en beneficio de los signos
·históricamente comprobados; 379 en los ráltosok, en los benandanti o en los
peculiares de nacimiento, lo que indicaría que el tá!tos se encuentra ya en
kresniks, en cambio, resultaría posible identificar a los herederos de los
camino de perder su estatus público de protector y líder espiritual de la
chamanes blancos, defensores del dios de la lluvia y la fertilidad.
comunidad local. 376 Para Klaniczay, en síntesis, mientras que el chamanismo
Otro especialista que ha realizado un aporte indirecto aunque signifk:i-
clásico debería considerarse como un complejo religioso característico de
tivo al estudio de la relación brujería/ chamanismo es Claude Lecoutcux,
comunidades dedicadas a la caza y a la recolección, la brujería supondría
durante mucho tiempo profesor de literatura y civilización medieval en
un complejo de creencias más próximo a ~ociedades que basan su econo-
la Unircrsité de París IV-Sorbonne. A p:irtir de su profundo conocimiento de
mía en la domesticación de plantas y animales. A comienzos de la Edad
las fuentes literarias y de las lenguas germánicas medievales, Lecouteux
Moderna, la transición entre ambos sistemas todavía no había concluido
exhumó la rica mitología del Doble, un unh·erso de creencias que tiene
en Europa oriental, lo que explicaría el hecho de que en los procesos por
evidentes puntos de contacto con las concepciones chamánicas del alma,
brujería húngaros de la primera mitad del siglo XVIII, la figura del táltos
pero que también posee características propias que obligan a configurarlo
sufre un proceso de resignificación en función de los estereotipos bruje-
como un complejo mítico diferente. Para el pensamiento arcaico el alma
riles: el chamán se convierte en adversario de la bruja y la bruja adquiere
tiene carácter múltiple, pues la potencia que informa a los seres humanos
trazos chamánicos. 377
no se reduce a un único pneuma vital. Aunque entre los indonesios o los
Éva Pócs, por su parte, propuso una fascinante teoría para explicar el
pueblos nor-asiáticos el hombre podía llegar a tener hasta siete espíritus,
origen remoto del mito de los combates en éxtasis. El presunto chama-
el esquema que parece haber primado en muchas culturas siberianas )'
nismo báltico y eslavo puede relacionarse con un mito fundamental de
europeas es el de las tres almas. 380 La expresión más sofisticada de este
las mitologías indoeuropeas e indoiranias: el combate primordial entre
modelo tripartito es el que se desprende de las sagas y de las leyendas es-
el dios celeste de las tormentas y el infernal monstruo de las aguas. En la
candinavas. El noruego antiguo disponía de tres términos para denotar lo
Éva Pócs (eas.), Comm,micating ,rith che Spirits, Budapest, Central European Unh·ersity que la tradición judea-cristiana designaría como alma: hugr, hamr yjj, lgja.
Press, 2005, pp. 84-151 . El hu9r es el principio activo universal que se manifiesta en cada hombre,
m Gábor Klaniczay, "Shamanistic Elements in Central European \Vitchcraft", p.
la más impersonal de las alm:is múltiples; es también la fuerza vital que
144.
375 /bid., p. 145.
378 Éva Pócs, "Le sabbat et les mythologies indo-européennes", pp. 25-26.
376 /bid., p. 140.

377 /bid., pp. 145-146.


379 /bid.' p. 30.
180 Mircea Eliade, El chamanismo y las técnicos arcaicas del éxtasis,
p. 180.
130
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l-Iisloriogral'ía. Demonología crisliall,\, cultur.1 folkl,Jrica en el conlcxru europeo
'l [ubi.Ín. llc¡JnJw

abandona el cuerpo con b muerte. Lajj (qia es el espíritu familiar que Como veremos más adelante, la configuración de un complejo folklórico
:1comp:.i11a ,11 Lurnbre luJa su 1 :Ja. 'El hamr. pur úlrímo, e" un alma exte-
rior qut.' puede c1bamL111c1r el (udpo) produc.i1 efccos a clb:anci11, • Este
último dato nos permite detectar ya una primera cc1racterística distínt.i,a
del complejo 1nitico ,]. l Dob;, 11guelL. alm ..., c-xccd-:r,taria• pudían .1Lan-
donar de manera transitoria el em oltorio cor¡xxal c¡ue las cobijab11 sin
pro\·oc:11 por ello la r·1uerte el: 1 indi \ icluo. Situaciones especficas como

:1
similar'" al nfr,rno tiempo diferente liel charnc1nisrno siberiano, supu,o la
emergencia de un nueYo lente a tra\es del cual obsen·ar a los bcnoudonti
y a lo; restantes combatientes en éxtasis, un clis¡)Osíti\-o refinado que aún

no había sido plenan,ente desarrolL1do en tiempos en que Ginzburg se


aprestaba a redactar su monografía sobre el complejo agrario friulano. "'
Pero Stori,; :,itturnc1 no sólo generó reaccic)tkS entu.-i::istas. manifestl1Cio-
el suetíu o el trance L1cilitahan b liberación de c,tos espíritus duplicados. nes de apoyo, o imestigaciones complementaria s como las ele Henningsen,
También la muc:rrte Lc:'.raba uri ,·fectu cc1uh·"1c11tc. la segw1cla caracterís- f
1 Klaniczav, Pócs \ Lecouteux. Desde ei 1110mcnto mic1no de '<l pub]LJCiÓn,
tica central de la rnítolugb del Doble remite a la disolución de la rigida 1
el libro ~ereció también objeciones y cuestionamiento s. Robert 1\luchern
oposición materia/ espíritu c¡lle caracteriza a la n,etafisiu occidental. 1 bled, Ronald H utton, \ \'illem ele Blécourt y Frctnco ;-; Jrdon hzm formulado
Para el pens,,1nientu s:1rcaico, Lis alrn,1, externas er:m simultáneament e 1
cr.Íticas p11rlícularmente agudas a las hipótesis a\-anzadas por G1m:burg. Poco
entes irrn1<1ll:riales y corpóreos. La11z;:icbs sobre el lecho de un a<h ersario, tiempo clespub de b publicación del epus 1::,:~1 wm ginzburgiano, el histo-
v
:dguiru:1 un ¡Jc::'O c¡uc ,1cfixi,,ln parc1lí;:aba: ,,l mis1t10 tiempo, sin ernl,ar-

''
riador francés Robert :\ iuchernbled alJCÓ con el u reza t:mto b 1,ietoLdogía
go, podían ingresar en ur1a habitacit'.,n cerr:1dc1 a tra\·és de la mi, pec¡ucib corno las hi¡>Ótesis desplegadas en el libro. Acerc;ínclosc por momentos a
.1bertur.1 u onlkiO. De la mbu1.1 ma11c;ra, la, heridas c¡ue el ,ilma externa los pre,upucstr,s ele la escuela racio11.1lista clccim-,11i,nica. \\uchernblecl
n.:ciLía durante lus combJtcs en espíritu se 111a11íC,,staban en el cuerpo de sulira_ya que el sJbh:it es sirnplemc11te un Í1ffcnto fabric,Hlo por los tec'>lo
,u prupidariu. El terLer trazo l/1sico de la rnítulogb del DoLic ,e reLkiona 1 gos. A partir ele la cr11ubinación de estereotipos formulados en el ¡nsado
cun bs fonna, animziles que las aln1;1s externas podían aduptar durante las para Sl;ste11tar L1 dcrnonización de diferentes minorías rcligins,1s, la :1IL1
tr,11,·sías, 11 (xtasís, en tau tu c¡ue una cu,irta v {1ltinn c.11 ackrística remite 1 cultura teologal reYhiÓ un pJrJdigrn:1 c1ue oreda ele sustenco popular. El
a las 11urcas ,L nacimiento c¡u,1 señaL1b,m a ios indi, iduos ciut,1dos con la
sabliat era una noción extraña 11 h cultu1·;1 canipesina 1m:-indu,rrial. D,·
v
fa, ultad ck líber.ir ,1 Yol11nt.1d esto, alter-esos físicos ¡d,¡uicos. ¡\ partir
hecho, recalca \!uchcnil,led, los testigos que deponen contr,1 k)s SllJ)''-cstos
Je u1u e,tratc,i_1 de a<Jisis e:1 la cual el estudiu filok,c1 ico aclc1uiere un rol
.:=, 0 1 brujos y brnja, rn111ca mencion;:11; c·l aqudarre, mientras c¡ue lus pn•ccs,,r!o~
fw1d.1mental, Leloutcux !lega a L1 conclu-;íÓn ,pie much,1s de Li, figuras
sé,lo lo hacl'n cuando se \TTI for,.,Hlos p11r la tortura judicial. 3'' r\ rnenr,-;
Je! folklure p:rneuro¡JCo <leLcrian cumidenrse corno una rnrnife~tc1LiÓn
de que pretendan re\-j\·ir L:i ínaceptzible teoria de \largant Murn:,. los
m.'.is u mcnus estik·,1dc1 ele Lt mitulugía del Doble. Las had11s, las ¡i,,,,adilbs,
historiadores c¡m· sostienen la pcr,istenci:1 ele elementos deriv;Hlos ele 11n,1
los aparecidos, los 1 ,,mpirus y los licántropos, entre otros, no su ian sino
cxpresiém --disfraces, diría Lccouteux ele ac¡uclhs :ilrnas 111{1ltiplcs c¡uc en la FcloJ A!edi,1 Historhl del do/.,/c, Palma de Mallorca, Josl- J. de Ob11cta. 1\)99);
:1l:omp,ii"1:m a unct ¡x:r:,u1 u lud,t ~u Yi1L1, tfle son cr1 ;;i11das 1, cumplí r cli,ers;1s ,lu-clcl<.1 Ju ;¡;cnti!/cu :. De, cny,mce, lfoJen París, l'rcsscs ele ¡· ¡__ lni,-crsité de
misiuncs, u ,¡ue se liberan de m,u1cra dd111ith·a después ele la muerte. PJris-SorLu1011c, 199 ~, pp. S9- í 26; 1-31 -242: i 1.. loire ¡ :,mpil,,. !utops.2 J 'un mp he.
París, !mago, 19'.!9, 149-155; e, cohoncs ,le la nwt au
,,,:, Régis B, ,_-,·, Le __ ::Je Ju ,7,,uble. L, ,,:.wie c':,z les a,:,,,,,S Sca,,J;;;ares, P:ins, Bcr,,. París, lm,,,::;, 1999. ¡)p. 12S-l29; 161-162: 200-20+: 215-2161 Elle
!(''-,, pp. 3~. 39. /in(cul. 1:1ntóm,_-_;;, rercnants. nunpiu:s et Una París, Jos~ CÜrti,
382 lbiJ., pp. 49 54.
2006, pp. 14-22; 201-226.
38 !iiJ., pp 39-49.
b Claude Lccouteux. Fées, Sorcieres ,-, L-.11p-,q :cc:SQ!I ,1fr,·cnA_qc. 107-! 14.
Js+Claude Lecouteux. Fics. SorCÍercs et iss RoLcrt .\luchcmb!ccl, "Salanic i'vh-ths and Cultural Rcalit,·", en lkngt:\nkarloo,
París, Ima,¿,J, 1992. p¡J. 81-1 tl- (<.:<lkión en ,';ótc·llanu. !!adas, l:r:jasy ,nbresJ.+• Gmta\· Hcli11:ng.se,1 ,cds.), E:iriv Mo,ic, n Etm ! ,,;;, 1Vitckrc1fi, pn. 139-140.

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Historiografía. Demonología cristiana y cultura folklórit-.1 en el contexro europeo Fabián .llcjandro Campagnc

milenaria cultura folklórica no tienen más remedio que remitir a imao-i- en Occidente dos décadas después, con la publicación del relato de Yiajes
::.
narias orgías atávicas -como Mircea Eliade-, o a inferir la existencia de del holandés Nicholas Witsen. 390 Por otra parte, la descripción más antigua
primitivos complejos míticos a partir de las confesiones contenidas en los de un ritual chamánico nor-asiático producida por un testigo presencial
expedientes judiciales, como Cario Ginzburg. Aunque erudita y sutil, esta europeo remite al relato del inglés Richard Johnson, quien el primero de
última estrategia depende en exceso de asociaciones arbitrarias, extrapo- enero de 1557 asiste a una ceremonia en la costa noroeste de Siheria:
laciones cronológicas y descontcxtualizaciones extremas. 387 Muchemhled in the cnd he [thc shaman] hcrnmcth as it \1·cre mad, and folling down as
concluye su crítica difuminando las diferencias existentes entre los modelos he were dead, ( ... ) lying upon his b;ick I might percciw him to breathe.
de Murray y Ginzburg. El sabbat era una versión diabolizada ele prácticas, I asked them why he lay so, and they ::1ns11·ered me, 'Now doth our god
costumbres y creencias campesims realmente existentes en el mundo ru- tell him what he shall do ... 391
ral: no hay necesidad de imaginar vagas estructuras mitológicas o antiguos· Las célebres descripciones que Marco Polo yWillem yan Ruysbrneck
substratos folklóricos para explicarlo. Los elementos de la realidad social realizan en el siglo XIII, durante sus viajes al Lej;mo Oriente, tampoco
y de la cultura popular con los cuales la demonología escolástica fabricó permiten comprobar de manera fehaciente la supuesta antigiic(bd del
el estereotipo del sabbat no guardan relación alguna con supuestos cultos
complejo siberiano: la ceremonia presenciada por el italiano no tiene
pre-cristianos ni con complejos míticos residuales. 388
lugar en Mongolia sino en. el sudoeste de China, en tanto que el ritual
Aunque el historiador inglés Ronald Hutton no ha polemizado de ma-
mongol aludido por el flamenco no fue presenciado de manera dircct:i sino
nera directa con el italiano, su aproximación nominalista al fenómeno del
reproducido a partir de informes provistos por terceros. 392 Por último,
chamanismo siberiano contribuyó inevitablemente a relativizar algunos
cabe aclarar que la referencia al chamanisrno euroasiático más antigua que
de los supuestos en los que se basa el desciframiento de aquelarre ginz-
se conoce no se relaciona con ninguna etnia siberiana sino con un pueblo
burgiano. En efecto, para el historiador británico el chamanisrno es una
asentado en territorio europeo, los s:imi o bponcs: se trata de un fragmento
invención de la academia occidental: es ella la que ha creado el término
de la Historia Noffcgiac, un texto latino n·dactado c. 1170-1190, apcn:is
y el concepto. 389 Hutton ha impulsado la deconstrucción de la noción de
un siglo antes del episodio que Yan Ruysbroeck menciona de oídas. 393 En
chamanismo, contribuyendo a demostrar que la inmensa profundidad
síntesis, desde el estricto punto de vista de las fuentes históricas, el origen
temporal que habitualmente se asocia con el término resulta imposible de
del chamanismo siberiano no podría situarse más allá de los comienzos del
probar. Cuando Ginzburg sostiene que los intensos contactos que griegos y
segundo milenio después de Cristo. A pesar de las opiniones de legenda-
escitas mantuvieron en las costas del Mar Negro fueron la vía más probable
rios clasicistas como Francis Cornford o Eric Dodds, ninguna eYidencia
por la cual el complejo siberiano penetró en Europa, está suponiendo que
documental permitiría demostrar la presencia de chamanes entre los
el chamanismo existía en Asia Central en el siglo V a.C. con las mismas
antiguos escitas ni la existencia de influencias chamánicas en la cultura de
características que los etnógrafos modernos le asignan al fenómeno en el
siglo XX. Esta tesis, sin embargo, carece de todo fundamento documental.
La primera aparición impresa de la palabra de origen tungús "chamán" no
390 Ronald Hutton, Shamans: Siberian Spiríruality and theWcstcrn !magination, Londres,
Hamhledon and London, 2001, pp. vií, 32, 47.
se remonta más allá del año 1672, en que fueron editadas las memorias
391 Citado por !bid., p. 30: "al final, (el chamán] sé comportó como
un loco, cayendo
del exiliado clérigo ruso Avvakum. El término comienza a popularizarse
a tierra como si estuviera muerto; mientras peía sohre su espalda, pude percibir que
387 /bid., p. 141. respiraha. Les pregunté por qué yacía de dicha manera, y ellos me respondieron, 'ahora
388 lbid., p. 148. nuestro dios le está diciendo lo que debe hacer" (la traducción del inglés es mfo).
389 Ronald Hutton, "Shamanism: Mapping the Roundaries", Jl!agic, Ritual, 392 lbid., p. 29.
and!Virch-
creft, 1:2 (2006), p.209. 393 ]bid., p. 139.

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1li,turiografía. Dcrnunología cristia,u Y cultma folklúriG1 en el contcxro europeo

la Grecia arcaica.'º+ Rclati I izaJa la profundidad temporal del complejo chamanes cumplían en el momento en que comienzan a exis:ir registros
sil •crian,,, 1-Iuttcm enc1L1 luego un cuidadoso análisis ele las E>trat,···: ,5 escritos de sus actividades eran las ele san11dores y aclí,·inos, aunque en
LOdoiugicas :, de lo., ,lispo:i • os cli,cursi\üs desplegados. por ~1i·1:·~-a ocd:ioncs tambicn podí11n interceder ante los e,píritus en pos ,Je! bic;h:,-
Eliadc en Le Chomaniswc et les fcchni~ucs Arclwic¡ues de!' Extuse. El resultado tar ele los integrantes del clan; (!V) la mayoría ele estos especialistas eran
c.sta lectura e rltica le ¡krmitc (,.,ncluir ,¡ue el n:111.:i.11,J utilizb man,.:i-a hombres, ;,unque tambi~n existizi una irnpr1rtanle minc,ria de mujeres;¡\·)
sclccti 1a la e1 idencia etnográfica a su alcance, con el objeto Je realzar las en muchos, quizás en la totalidad de los casos, sus pcifurmanccs implicaban
Jcterísticas ele los e1peciali.,,.1s siberianos c1ue conlribuía11 a refo:z:ir el ingreso en un estado ele conciencia aiterado, ,1,mque no existe eYidé·,1-
Li identificación del clia;nanismo con el éxt:1si; v el ,uelo del alm 11 . 395 -~l cia firme c1ue permita confirmar c1ue los trances teman lugar en todas
du111inio de, los c:::¡.\íritu> :" las ti ~sías ex-s01T1¿·t~icas n.u eran JCthidz1.- las ceremonias ni que el éxtasis se comideraba una concliciérn necesaria

des c¡uc de fin Cm de manera exclu .n:nte a los ch111nanes ¡···1


.: mas' para la obtención de los objetin)s pcr·~eguidos. En síntesis, los cham;incs
· ·'
ex:,,ndid" de su, carí~mas era b funci.'in sanack,ra. 3% La adi, :IL1CIOI1, l..1 siberianos eran especialistas mágiu>-religíosu s que tenían la focultad de
cLri\·idc:c:a y el profcti,-:,10 ocu¡Jan en los regi:,Lro, un iguc1lrnente f
!
entrar en contacto con el mundo de los espíritus, con la finalidad práctica
de obtener resultados concretos en el mundo de la experiencia cotidiana.""'

,
destac1du Y ap,irecen, de liuho, en rebtus de y Ridizircl
Juhnson. El mi,1110
afcct1 t.11nbit'.:n utns
se'.~u
___;:, en L manipu Ldón la e\·' 1 .··
n,,LI 1c·a . '··,
1 clllOgrt.d¡C;J

ll\ anz,1das por Eliade, corno Lis referidas a


t iü privar a los trances :· a las experiencias ex-sumáticas del papel rele-
vante c¡ue tcnian en el esquema de Fliacle, la nuen definición ele llutton
L,, métod,,, de Scºl, ,:ció1, ,k los fu Luros especialistas, al e] esmernLrJmien to nos obHga a reflexionar sobre la com·eniencia ele reputar inmecli.\tam(ritc
a L1 rcbcii',ll del chtm.'in cun bs <.le'. lus rnu,.:rtos, al rol ele como chamánica cualquier experiencia ext[ltica recogida por el folklore

,
~
L, :;;ujerc, en el cu:npkjo mágico-religioso , y a L rígicia oposiuon entre :, b mitulugía europeas. De hecho. el brit,\nico llama h atención sobre Lis
} éxLhis 395 :\ partir ele est11 Ru11,dd I-lut ton pru¡,one importantes diferencias que separan a los chJm,H1,·s siberi:inos ele firruras
u• :rne\a ciclini,i:n del cLamani,mo siberiano. en la cual el éxtasis\. el como los l·,nandc1nli fi-iubnos, los táftosok húngaros y los magos ele- las q
nielo dd alrn:r un lu':'.ar menos prominente c¡iie el que tenÍat; en gzis esc;mclinarns. Los rituc1les chJmánicos se celeLrabm en público Y eran
d mu,klo d, 1 liistori,Hlor rurn,rno: (!) los p111;.;hL, nor-Jsiáticos poscÍJn Yolrn1Lirianwn1e inducidos J partir d<' un estado ele Yigik1 anteri()r. Los
agentes e,¡.•ccialLc1,.los e,1 b con,unicación con el mundo ele los es¡iíritus, 1: tr=mces de los c,,111batientes en espíritu itálicos, magiares y nórdicos, en
que e11 ,wasi(,11, rca]i;,,.1b,rn t1,1,csÍZh ,_x-som:'iticas al -:cn·icio de teneros: 1 carnhio, tenia11 un c11r:ícter cniinenll'menlc y secreto, tendían a
(H: ,imbo, 'jcti, rec¡u~rÍJ.n la celebraci,'m de riL'.talcs cl:·,:nná,icus de ca- pruJucirse durante el sueño, y pOI- lo general no comenzaban de manera
r;icter ¡,ublicu, a los qu,· asislÍ..ln -y en los c¡uc uc,1si,11H. S participab,rn los Los clus complejos m,ígico-rclígioso s se diferencian Lrnibién
YoluntJria:11 io
restaritc:> mie:u 1 ros de conwrii<lad., lll) la,, 1" incipc1les fuikiunes que los por C!Ll o moti\ ,J esencial: los pueblos siberiwos no creían en las bruias; ias
desgracias materiales se atribuían a la ira de los espíritus o a los chamanes
l',u a rni.1 dcfui,;,1 ,L L1 pruf!lt ,,licbd 1.J ,Flicion,1!111cnlc ª' ignada 1¡[ compkjo
p,
de las cumunicLides enemigas. +ot Aunque poseen e\·identes puntos de con-
cL;:uniu,i,u sibu i.d,O \·é,,s~ Car!..- Cinzburg. "Gli
e/; trocee. tacto con el kHÓmeno chamánico, los c(m1 L,1tienLes en éxtasis europeos
glí sciamani", en Cario Gi1vL11J g, !/
~t,06, 94-111. configur,1rían un complejo mágiu>-religiuso con características propias, 1111
"' Ron,dd Huttc,n, Sh,w ... : ,. Sibc! pp. 121 mundo de creencias que parece más cercano a la extendida mito logia del
123. 1
l
!bid.. 52. 399 !bid., P· 11 o.
3~ 1 lbhl., p. SS. +oo !bid., p. 145.
3"° !bid .. pp. 55, 6S-67, 74, 106. ,01 lbid., P· 1'1-2.

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Fa/,ián Alejandro Campagnc
Historiografía. Demonología cristiana y cultura folklórica en el contcxro europeo

t Doble descripta por Lecouteux, que a las dramáticas actuaciones públicas


protagonizadas por los especialistas siberianos. +oi
Un análisis claramente influenciado por la interpretación alternativa de
Willem de Blécourt es el que Wolfgang Behringer dedica a Chonrad Stoec-
El historiador y folklorista holandés Willem de Blécourt ha sido otro khlin, el pastor y domador de caballos quemado en la hoguera en 1587.
de los críticos recurrentes de la metodología y de las hipótesis de Cario Stoeckhlin era un sanador carismático, adivino y detector de brujas que
Ginzburg. En un incisiYo <1rtículo publicado en 1993, de Blécourt cuestiona prestaba sus servicios en el pueblo de Oberstdorf, en el principado episco-
el tratamiento dado por su colega al mito de los benandanti. A partir de la pal de Augsburgo.+06 La circunstancia que sella su destino se relaciona con
evidencia aportada por el libro del italiano, considera que los especialistas un relato sobre los orígenes de sus Yirtudes taumatúrgicas y antibrnjcriles.
friulanos eran primordialmente sanadores carismáticos, adivinos y neutrali- En efecto, como los benandanti, Chonrad afirmaba participar <le tr;wesías
zadores de malefi-cia. La tarea de los benandanti consistía en confirmar o da~ en éxtasis. Los viajes en espíritu habían comenzado tras la aparición ele un
voz a las suspicacias locales sobre el origen preternatural de determinadas mensajero divino: un serafín vestido de blanco, con mp cruz roja sobre la
dolencias físicas o desgracias materiales; en otras palabras, como muchos frente. El pastor cayó al suelo como inconsciente, tras lo cual su espíritu
detectores de maleficios en el campo europeo preindustrial, no hacían atravesó el Cielo y el Purgatorio bajo la guía de aquel ángel psicopompo. +o7
más que nombrar a la persona adecuada, aquella sobre la que ya recaían De allí en adelante los trances se repitieron durante las cuatro témporas, en
sospechas de brujería. +o 3 Las narraciones referidas a las travesías y batallas la proximidad de los solsticios y de los equinoccios. Cada vez que el ángel
en éxtasis no habrían sido más que una herramienta de legitimación de lo convocaba, Stoeckhlin nó tenía otra opción que participar de las travesías
aquellos servicios más prosaicos que los benandanti prestaban a sus vecinos en éxtasis. Estos viajes tenían ahora lugar en compañía de otros hombres
de comunidad, una estrategia publicitaria dirigida a sus potenciales clientes, y mujeres, a quienes el pastor denomina Die Nachtschar, los Fantasmas
un dispositivo destinado a instalar la sensación de que sus virtudes como de la Noche.+os Ante los magistrados que lo juzgan Chonrad confirma la
taumaturgos, clarividentes y detectores de brujas, derivaban del carácter existencia de otras dos procesiones en espíritu en las que él no participa:
anfibio de sus naturalezas.+o+ En otras palabras, los benandanti deberían la travesía de los bienaventurados y la travesía de las brnjas. 409 GrJcias al
considerarse como un emergente regional del cunning-man C?-mpesino, empleo de la tortura judicial, y a raíz de las evidentes semej:mzas formales
una figura clásica del campo europeo preindustrial que trascendía los que existían entre los Nachtschar y el sabbat de las brujas, la justicia laica
poderes limitados del curandero convencional, pues también era adivino, del obispado de Augsburgo demonizó con relativa facilidad el relato del
herbolario, exorcista y contrábrujo_+os pastor. En principio, el complejo mítico descripto por Stoeckhlin parece
..oi Respecto de la necesidad de diferenciar ambos complejos míticos en términos
una variante alpina del mito de los benandanti. Sin embargo, Rehringer
etnográficos véase Pierre Lemonnier, Le sabbat des luciolcs. Sorcellerie, chomanisme et encuentra que los Nachtschar no guardan relación con ningún otro com-
imagínaire cannibale en No11relle-Gvinée, París, Stock, 2006, pp. 366-367. plejo mítico conocido en Alemania meridional o en territorio snizo. No
->OJ Owen Da,·ies, Popular Magic: C,mningfolk in English 1-listor_y, p. 107. se encuentran trazos de la creencia en las crónicas de época, en otros
..o+ \Villem de Blécourt, "Spuren einer Volkskultur oder Damonísienmg? Kritische documentos judiciales, o en las colecciones de leyendas recopiladas por
Bemerkungen zu Ginzburgs 'Benandanti'", Kea. Zeitschrifc far Kultunrisscnschefren, 5
406Su caso es mencionado por Cario Ginzburg en / bcnandanti, como ejemplo de
(1993), pp. 17-30.
• 05 Las críticas de Willem de Blécourt al método y a las hipótesis formuladas por Cario
aquellos procesos en los cuales la demonizaci6n de complejos folklóricos preexistentes
Ginzburg se han ido radicalizando con el transcurso de los años. Al respecto véase tuvo un rol fundamental en la emergencia del sabbat tic bs brujas (Cario Ginzhurg,
Willem de Blécourt, "The return of the sabbat: mental archeologies, conjectural l benandantí, pp. 82-84).
histories or political mythologies?", en Jonathan Barry y Owen Davies (eds.), Palgra"e Wolfgang Behringer, Shaman
• 07 of Oberstdoif, p. 19.
Admnccs in Witchcrefr 1-listoriograph_y, pp. 125-145; "A Journey to Hell: Reconsidering
408 !bid., pp. 22-23.
409 Jbid., pp. 92-93.
the Livonian 'Werewolf' ", Magic, Ritual andWitchcrefc, 2: 1 (2007), pp. 49-67.
139
138
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L i

L
Lin intento ele reYisit)n ele b_.s tesi~ de GinJJurg rnercce uL;icarse
n:
J la par de los cuestíonznníento~ ensa;·0clos por Ronald Hutton. \\-i!lcn1
de Blécourt Y\\ Behringer. Se trata del libro que ei hi,toriaclor
italictno Fr,:-incü ><c11·Ju11 n€l Friuh
del Seicentc . .\16s ele treinta años debieron pJ.sar para que un hlstori2clor
destinado se decidiera J regresar J. los archi\·os friulanos. con el objeto ele consultar
los clocurncnto:s originzdes utilizziclos por C~ a fines de los años '60.
Durante tres décadas, Je hecho, el
1uILir:--c_· en las ir1,__·u11'.)istencias del relato: J. diferencia de L:is burgiano no h~tbl,1 sido puesto nunca en discusión,
dei J_, uuCLL·,rúcL- que el autor ele El queso
srou1r;
por entonces . El prograrna ¡·c\·i:--iuni-"ta ele
.!.J.!. sustenta
en unJ. Joblc : por un lado, el análisis de los pro-
cesos a 16:;0, m,fforítariarnente descart;idos
.lllO
por el otro, la
de los anos de
dicho uni\ cr.c:o ele creenci1s cun10 u1u dt.Ti el esquemJ explicatÍ\ o.,:' De los 61 procesos contra
en
Jdo:; de: lu.s cuntc:_\..tu2> incoados por los del Santo Oficio Yeneciano. 23 se
desarroll2nm con posterioridad 16.'iO: 38Só ele b muestra estaclístic1.
;:i

ficJción pu1 de los indi\·iduu:-i Y 1J.s co1nunicL1dcs que lo~ con.suinen, A.l mismo tiempo, sobre un total ele 89 fueron en b
circun~tJn{ i;1 c¡uc tor11-1 (_li\(_·u1 iLle rernitir :z...:n~te dichJY 1c\·c, 11 J~is 1nitad del siglo XVII: +OSo del total ele Tocla,ia rn
¿¡
170+-1106 b lnquisici6n local trataba expedientes relaciu1uclus con los
el rel:ito e¡ friuL.1110::; . . :. 16 lina atenta lectura de la nueYJ. serie de procesos
jdLTJr_~;c corno el eco de unJ. cultura 2nalizc1dos por Nardon pern1ite alcanzar dos conclusiones en
se pierde en b noche ele los tiernpos.+: 2 primer lugar, c¡ue el complejo mítico no se extingue con posterioridad a
el esc1uc1nJ Jiscilc.1Jo por Ginzburg;
en que los con1Lc1L. '.0 en (~xtasis uLupan un lugar secundario
que nu se en el complejo mítico. Y que l:i actiYidad Y la cleteccion de
cri:'._)t:1liz..1J,.ls en el pJ..::.J.Ju rcinutv.--:. 13 1 r. . 1 l • . 1
mui'::)iLiu constltu1an, por entonces, 1a prrnupai actnH..tau ue os v¿1,<.1H<.1<.1n-
•• 1 1 1 ¡ 1 1

ti locales. 417 Estas conclusiones parecían confirmar algunas de las dudas

"'º )bid., pp. 26-38. iniciales de Franco Nardon: ¿cómo lograron los inquisidores la extinción
411 !bid., pp. 137-138; 146-151. total del antiguo complejo agrario en el breYe periodo de tiempo que se
411 !bid., p. 138. extiende de 1634 a 1650? ¿Cómo consiguieron un resultado semejante sin
413 . ' d'111am1ca
Pa, ra una conccpc10n ' · de 1a cu 1tura campesina temprano-moderna,
+14 Franco Nardon, Benandanti e inquisitori nel Friuli del Seicento, Trieste, Edizioni
cuya influencia también se percibe en el análisis que Behringer dedica a Chonrad Universita di Trieste, 1999, p. 18.
Stoeckhlin, Yéase David Warren Sabcan, Porrer in che Blood: Popular Culture &..Villase 415 Andrea del Col, "Prcfazione", en !bid., pp. 8, 10.
Discourse in Early Modern Germany, Cambridge, Cambridge University Press, 1997 416 Franco Nardon, Benandanti e inquisitori nel Friuli del Seícento, p. 36.
(1984), pp. 61-112. 417 !bid., pp. 31, 36, 40, 83, 147, 160-162.

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Historiografía. Demonología cristiana y cultura folklórica en el contcxro europeo Fabián Alejandro Campagnc

hogueras ni condenas a muerte? ¿Cómo obtuvieron un éxito tan impor- procesos contra los benandanci en la segunda mitad de la década ele 1570,
tante con sólo 12 condenas a castigos más o menos se\·eros, sobre un total se haÜaba inmerso en una disputa jurisdiccional con el patriarcado de
muy superior de procesados?¿ Y por qué estos resultados no se alcanzan a Aquilea, un enfrentamiento paradigmático entre la justicia eclesiástica
finales del siglo XVI, cuando comienzan los primeros procesos contra los ordinaria-el tribunal episcopal-y la justicia eclesiástica extraordinaria: el
benandanti? 418 Nardon considera que la respuesta se encuentra en los inte- Santo Oficio. Según el punto de vista defendido por el vicario del patriarca
reses particulares de los inquisidores involucrados en las diferentes oleadas de Aquilea, )os inquisidores venecianos sólo debían entender en asuntos
represivas. El paralelismo entre inquisidores y etnógrafos sugerido por que implicaran claramente delito de herejía. Para poder participar del
Ginzburg debe rechazarse con énfasis.m Aún cuando aparezcan plagados programa de reforma de la cultura vernácula impulsado por el catolicismo
de re.latos coloridos de clara procedencia folklórica, los procesos jndiciales tridentino, el Santo Oficio local debía demostrar el carácter herético de
en general, y los expedientes inquisitoriales en particular, no pueden con- muchas de las creencias locales que pretendía suprimir. 412 Ello explicaría,
siderarse como el medio más adecuado para acceder al mundo de creencias sostiene Nardon, el interés absorbente que el inquisidor Giulio Columherto
campesinas realmente existentes en la Europa preinclustrial. 410 Y ello no d' Assisi dedica a los combates en éxtasis y a las experiencias ex-somáticas
sólo por la fenomenal mediación que implica la presencia de un agente en los juicios que se desarrollan entre 1575 y 1580. Así logró establecer
represor. Los procesos judiciales son dispositivos artificiales que reflejan el carácter herético de la creencia de los benandanti y triunfar en la disputa
de manera sistemática las intenciones, los objetivos, las prioridades de los
que lo enfrentaba con el poder episcopal; pero también así contribuyó a
magistrados involucrados. En ocasiones, incluso, se \·en condicionados por
otorgar al complejo agrario una importancia desmesurada en el seno del
los conflictos o rivalidades entre diferentes fueros o jurisdicciones. Los
mito friulano original.m Esta visión de los hechos resulta congruente con
expedientes recogen una verdad construida que es, además, el relato que
la escasa atención que en los primeros juicios reciben los servicios más
al tribunal le interesa establecer, la versión de los hechos que ha elegido
prosaicos que los benandanti prestaban a sus vecinos de comunidad-la rnra
demostrar. Por ello, en función del delito que los jueces decidan configu-
de enfermedades, la neutralización Je maleficios, la detección de hrujas, el
rar, las preguntas, los interrogatorios, las estrategias y los procedimientos
descubrimiento de objetos robados o escondi<los-, sustancialmente menos
se orientarán en diferentes sentidos, potenciando determinados indicios,
apropiados para la configuración del delito de herejí,1 que la creencia en
devaluando o ignorando otros. 421 El inquisidor que impulsa los primeros
los combates y procesiones en éxtasis. Por el contrario, los inquisidores
rn Ibid., p. 30. que entendieron en las oleadas represivas de 1619 y 1634-1650, cstaba,n
419 Para una aguda crítica a esta comparación e_ntre inquisidores, etnógrafos e historia- obsesionados con la teoría del complot difundida por la <lemonolog1a
dores, aunque con argumentos diferentes de los ofrecidos por Franco Nardon, véase
tardo-escolástica, y por ello, contradi~iendo incluso el escepticismo )'
Kathleen Biddick, "The Devil 's Anal Eye", pp. 105-108; 127-134. También resultan
la moderación sugeridos por las máximas instancias de los Santo Oficio
de interés las reflexiones de otros historiadores que, a propósito del método puesto
en práctica por Ginzburg en/ benandanri e Storia norrurna, no sólo cuestionan la asi- romano y veneciano, impulsaron la asimilación del complejo agrario al
milación entre inquisidores y antropólogos sino que sientan dudas sobre la capacidad estereotipo del sabbat; no puede sorprender, entonces, que en aquellas
misma de la práctica etnográfica para recuperar de manera efectiva la \"OZ de los otros; condiciones los detalles sobre combates y procesiones en éxtasis no emer-
cfr. Luisa White, Speaking with 1-ámpires: Rumor and Histo9• in Colonial Africa, Berkeley, gieran con el colorido con que lo hicieron en los expedientes de finales del
University of California Press, 2000, pp. 22-25; Florike Egmond and Peter Mason, siglo XVI. 424 Por último, los tardíos procesos inquisitoriales de la segunda
The Mammoth and che il-!ouse: .lficrohisrory and Morpholosy, Baltimore,The John Hopkins
University Press, 1997, pp. 67-82. 422 ]bid., p. 174.
°
41 Franco Nardon, Benandanti e inquisitori ne! Friuli del Seicenco, pp. 36-37, 176.
413Jbid.,pp.107-IIO.
421 lbid., pp. 39, 65.
424 Jbid., pp.113-115; 122-127.

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llU \() ILiLO L.1 nes al alcJncc de los estudio.sos JctuJ.les no se reducen a l2s \·ersiones rnás
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que aclue1lu::- rnLllcus Y \·isionarios cu1nplb.n en la sociedad cristianJ de
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rinuli, J3o1onia, ll ~\1ulino,

i'-lu los csqucn1as


. o c¡uc ÜJ\-ill Frs:1nkJurt1__:r d'-·Jic;:i J los pr0c~:,us ele
di~d-:,1.)iL·c.1, en el que el autor intenta dcn10.strar b
q1Je las E::11canuciuncj Jel n1<ll
de
Tzffuzzi en su reciente turno:
monograffa sobre la inquisición dominica en la Italia de fin,iies <leí siglo X V. Tarnzzi Abuse ín J-listory, Princeton, Princeton University Press, 2006, pp. 212-22+.
cree que no <lebe <lescartarse la posibili<la<l <le que grupos informales se reunieran en m Para un ejemplo al respecto Yéase \·éase Edward BeYer, The Rcalilies ef1 Vitcháeft and
regiones aparta<las, con el objeto de practicar rituales mágicos que incluyeran entre Popular Ma9ic in Early tlfodern Europe: Culture, Co9nition, ami freryday L!fe, Basingstoke,
sus ingredientes hostias consagradas o restos humanos, particularmente de niños. El Hampshire, Pal grave Macmillan, 2008, p. 187: "most n-itch suspects n-ere not shamans,
<lescubrimiento de estos conventículos podría haber contribuido, eYentualmente, a ef course, bue chere is el-'idence that significant elcments ef shamanism did exist in Europe in
la elaboración del estereotipo demonizado del sabbat; véase MiehaclTarnzzi, Renais- che early modern periocl' ("por supuesto, la mayoría de los sospechosos de brujería no
sance Inquisitors, pp. 204-208. Aún cuando la referencia al infanticidio y al empleo eran chaman es, pero la evidencia re\·ela que en la Europa temprano-moderna existían
de restos de niños en la elaboración de medicainentos remite a las im·estigaciones signifkativos elementos de chamanismo";_ la traducción del inglés es mía). Lamenta-
de Adriano Prosperi, la hipotesis parece tener puntos de contacto con la polémica blemente el ensavo de Bever fue publicado una vez finalizada la redacción del libro
teoría sobre los homicidios rituales judíos defendida por el historiador italiano Ariel que el le:tor tien: entre sus manos, y por ello sus conclusiones no han podido ser
Toaff; cfr. Adriano Prosperi, Dare J'anima. Storia di un iefanticidio, Turín, Einaudi, incorporadas plenamente en el presente capítulo.

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Fabián :llcjandro Campagne
Historiografía. Demonología cristiana y cultura folklóric-a en el conrexro europeo

diabólicas y creencias arcaicas, detrás ele la violencia desatada contra los


origen.m En un artículo dos años posterior, Wolfgang Behringer aqnza
perpetradores de un crimen imaginario, se origine en una resistencia
incluso más allá que la propuesta del historiador húngaro, y sostiene que
inconsciente a reconocer que en tiempos de Leonardo y Miguel Angel,
las experiencias extáticas de los dirigentes valdenses tardo-~edieYales
Maquiavelo y Montaigne, Copérnico y Galileo, Shakespeare y Cervantes,
poseen "trazos característicos de chamanismo" ("characteristic fearures ef
la civilización euro-atlántica se embarcó en una -¿inexplicable?- sangrienta
shamanism"); las cualidades chamánicas de aquellos líderes carismáticos
cacería de adoradores del demonio. ¿Qué razones continúan motivando
pueden funcionar como el tertium comparariónis capaz de explicar la extra-
el trabajo de los historiadores que rastrean fenómenos reales detrás de la
ña asimilación entre brujas y valdenses que se opera en los valles alpinos
durante el segundo cuarto del siglo xv.+io Menos convincente resulta el tortura y el suplicio ele decenas ele miles de inocentes? ¿Será tal vez la ne-
del gativa a reconocer el núcleo duro de violencia que caracteriza a la cultura
ambicioso intento de Ernma WilbvJ de demostrar que la mitoloo-ía ·~

familiar, que impregna el estereotipo de la brujería inglesa, deriva de los europea? ¿Será tal vez el temor de que el monstruo dormido despierte,
espíritus feéricos que los hechiceros benéficos o rnnningjolk empleaban de que la violencia sagrada se apodere una vez más ele Occidente, de qne
en sus rituales; aún cuando parece descartar toda continuidad histórica la caza de brujas reinicie la purga ritual interrumpida en un pasado no
directa entre la cultura folklór-ica renacentista y los complejos chamánicos demasiado remoto?+H
pre-cristianos, sugiere que las similitudes entre aquella y muchas prácticas
mágico-religiosas no europeas demostrarían que la creencia en los espíritus
familtires hunde sus raíces en el universo animista que primaba_en la isla
antes de la irrupción del cristianismo.+lt
La vigencia del paradigma romántico en sus sofisticadas expresiones
de comienzos del siglo XXI, merecería alguna explicación de orden so-
ciológico, un análisis similar al que ha recibido la fascinación de la cultura
norteamericana por los procesos de Salem,m o el atractivo que la figura de
la bruja legendaria representa para los modernos movimientos neopaga-
nos. 433 Es probable que los esfuerzos por descubrir rituales pre-cristianos
y mitologías atávicas, religiones neolíticas y complejos folklóricos, sectas
+l 9 Gábor Klaniczay, "The Process ofTrance, Heavenly and Diaholic Apparitions
in Johannes Nider's Formicarius", Discussion Papcr Series 65, Bucbpést, Collegium
Bmlapest/Institute for Ach·anced Study, 2003, pp.24-29; 80.
430 Wolfgang Behringer, "How Waldensians Became Witches: Heretics and their

Journey to thc Other \Vorld", en Gáhor Klaniczay y Éva Pócs ( eds. ), Comm1micatin9
with the Spiríts, pp. 181-182. También Gary Waite recurre al término shamanism para
caracterizar a los líderes carismáticos de los movimientos ,·aldense y anahaptista: Gary
K. Waite, Eradicaring the Devil's Minions, pp. 6-7, 12-13, 17, 4 7, 63 y ss., 135, 198.
+31 Emma Wilhy, Crmning Folk and Familiar Spirits: Shamaniscic Visiona,:y Traditions in
Ear!J' Jfoclern British IVitchcrefc and Magic, Brighton, Sussex Academic Press, 2005,
434Al respecto remito a Robert Rapley, IVicch Hunts: From Salero to Güantanamo Bay,
pp. 123-127.
Montreal, McGill-Queen's University Press, 2007, pp. 207-273.Véase también el pre-
m Marion Gihson, Wirchcrefc Myths in American Culture, Londres, Routle<lge, 2007.
facio a la segunda edición del libro <le Fra.nccs l·lill, A Del11sion ef Sacan, pp. XY-xviii.
433 Diane Purkiss, TheWitch in History, passim.

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Segunda parte
ESTUDIOS DE CASO
Demonología cristiana y cultura folklórica en el
mundo ibérico

j .....
,¡,,

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CAPÍTULO 2
Arqueología de la bruja.
Terrores nocturnos y de1nonios
infanticidas en la España n1oderna

l. Infanticidio y brujería en el contexto europeo

Cuando el especialista se interné\ en el análisis del estereotipo de la


bruja Yigente en la España temprano-moderna -tal como se desprende
de la literatura antisupersticiosa, de los manuales demonológicos, de los
procesos judiciales, de las fuentes literarias-, rápidamente surgen una
serie de peculiaricbdes que transforman a la bruja ibérica en un modelo
sui-generis en el seno ele la rica mitología pan-europea. Nos referimos a
la inextricable relación que, en la mayoría ele los czisos, la bruja española
guarda con figuras míticas como el demonio infanticida, el aparecido-
vampiro, el cortejo de las hadas y el espíritu de la pesadilla.
La bruja española es, en esencia, un agente maléfico especializado en
el asesinato de niños recien nacidos. Sin embargo, no reside aquí la origi-
nalidad a la que aludirnos. De hecho, entre los actos abominables que se
atribuían a las brujas en la Europa moderna, el infanticidio ocupó siempre
un lugar preeminente, junto con el sacrilegio, la idolatría, el canibalismo,
el incesto, la sodomía y el bestialismo. 1 Algunas excepciones regionales,
1
Véase Richard Kieckhefer, ''A,·enging the Blood of Children: Anxiety 0Yer Child
Victims ancl the Origins ofthe European vVitchTrials", en Alberto Ferreiro (ed.), The
De vil, Heresy andlVirchcrcifí in che Afiddle A9es: in Honor efJe[frey B. füme/1, Leiden,
Brill, 1998, pp. 9 l -109; María Tausiet, "Witchcraft as Metaphor: lnfanticide ancl lts
Translations inAragón in the Sixteenth and Seventeenth Centuries", en Stuart Clark

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Estudios ¡_Je c<-1~0. De11).u11ulogí.1 crbti.1n.1 y cultur.1 fulkll1ril'J. en d 111undo ibérico

particuLirmente en regiones periféricas, no logran alterar sustancialmente entre brujería e infanticidio reunía una serie de características que dife-
el ¡>atrón <¡ue describimos. 1 Sin ernb-1rgo, al sur de los Pirineos la relación rencian claramente a l-1 bruja continent,11 de su ec1ui1aknte cspaíiuLi. De
hecho, aunque en muchas regiones del continente bs brujas asesínab-111
( cd. ), Lt111yud9es '!fl l'uchch!}l: Su, rutii .:, JJi:vlv¿:JJ (lnJ .1/,::dniniJ in Eurly .lloJcrn Cu/cure, a los niños, sólo en suelo ibérico parecen haber hecho del puericidio su
N ue, a York, St. 1vlartin 's Press, 2001, pp. 179- 198.
ocupación casi excluyente.
2 En Din,unMca, por ejemplo, las brujas casi nunca eran rcspons:ihilindas por· b
¿Qué patrón seguía el accionar infanticida de la bruja europea en el
muerte de niños en el Yientrc materno, o de recién nacidos en sus cunas; en Jutlandia,
sobre 271 testimonios relacionados con muertes humanas 1ura el período 1609- estereotipo clásico construido por l.1 práctica jurídica y el discurso demono-
1687 sólo 6% guarda relación con el deceso de criaturas (jcns Christian V. Johansc, lógico temprano-modernc,s?Veamos algunos ejemplos. El 20 de noviembre
"Dcn;1urk: The~Sociolugy of 1\ccusations", en Bcngt Anbrloo )" Gusta,· Henn-ingsen de 1626, Margretha Bittelmayr fue decapitada en la ciudad de Eichstatt, en
[cds.], Early ,1/vJcm Eurvpcunll'it,h,n1ji: Ccmrcs uuJ I'c, iphcrics, Clarendon Press, Oxlord, el sur de Alemania. Su cadher fi.ie incinerado de inmediato, pues la mujer
1993, p. 356). Una situadón símiL.r se dab.1 en el sur de Suecia (l\:r Siirlin, 'll"ickcd
había sido condenada por el crimen de brujería; amén de los hechos de
,la,'; ll"itcl,crcJji un.l .11,,yh Trials in Súml,.:rn S11c,lrn, 1635-17:i../, Leiden, Brill, 1999,
p. 128: ':_{¿w childrcn wac d111V11:) che rictims, chere bcing no cqui1 .. il..:nL to thc r.,·uncincnldl apostasía que se le atribuían -profanación de la hostia consagrada, negación
phcnomcnon i.!f irítchcs whu arcJt..ketl k,bie:i and killed chcm" !"pocos ni1)0.-:; se conL.lban entre del bautismo cristiano, adoración del demonio- Ivlargretha también fue
las dctimas, pues no existía un e,¡uinlente del lenórm:no cuntinent,d de las bruj,1, hallada culpable de una larga serie ele maleficios letales: había cometido el
que atacaban y mataban a lu, infantes]; la traducción del inglés es mía). En la región asesinato de cuatro niños, había causado la muerte de tres \"acas, había pro-
dd Jura, William Munler descubre otra excepción al patrón general (E. Willi,1111
Yocado ,·iolentas tormentas locales, había inducido un irremediable estado
\lo11tcr, l l 'ic1.:hcru{t in Frnm_-c un~I Su iuctl,. mJ: Th..: BurilcrJ¡_¡nJ; JurúitJ Refu1 m.1Liun, lthaca,
1
ele locura en una joYen sirvienta, había untado un maléfico ungüento en las
Corncll Uni,·er;-ity Prcss, 1976, p. 126: "rn chis mvUJHdim;u:., dair_yin9 re9ion, Julll cm1·s
~fi~urc m0 rc prumincnt~r ..i11wn8 mlll~{iciLJ rhun dr.:.Ji.l 1,.,/iildre11" ["en esta región de n1ontaña, paredes del pueblo, y había ingresado en establos, bodegas y dormitorios
dcdic,1 da a la producción de lácteos, no era el asesinato de niños sino la muerte del con el objetiYo de dañar la propiedad y la íntegri(bd física de sus ,·ecínos
;¿anado l.1 consecuencia más promi11t.:nte de los malclkios]; la traducción del inglés de comunidad. 3 El 29 de rnavo
./
ele 1679 muere en la hocruera
.:::,
Péronne
;s 111 ía). Crísti11<.l Larner se n1ostraha igualtnente sorprcndid:i por el escaso nún1c:ro
de infanticidios registrados en las fuentes escocesas (Cbristina Larner, Encmics c,j"GuJ: en Eu,upc, Xl'e-Xl"//Ie ,icclc, Grenul,lc, Jéromc Millon, 1993, p. 156, 1 En las
T!,c 1f '11ch-! 11 rnt in Swtl,""1, Baltimorc, The John Hopkins Uni,·ersit;' Press, 1981, pp. descripciones del sabbat que se despren<kn de los interrogatorios lle,·ados a cabo
91, 151) 200: ~'eren II hen u bdb_y m:,1.,: beliercJ w be e:ulc.:JJ it 11t1s nvL Jj>L'Lid10· nwulcrcJJOr rhe por el Parlamento de París, Alfred Soman detecta qu,~ pr:ícticamente nunc, se hace
pwpusc. le uus duy up" ["aún cuando se creía que un niño había sido ,le,·orado, nunca alusión a niños de,·orados (Alfred Sornan, "Les proccs de sorccllcric au P.,rkmcnt
se decía ,¡ue habfa sido asesinado especialmente con dicho propósito, sino que las de París [ 1565-1640]", Annales, E.S. C., 32:4 !1977], p. 80 l ). En b ciudad de \'c:uecia
l,ruj:is habían dcsentarado una criatura ya muerta"\; b traducción del ingli:s es mía). propiamente dicha, Ruth l'v!artin encuentra sólo dos casos en los que el uso de niños
Las brujas de Lorena parecen aun,:ir los rttsgos de sus t..:(}Ui\'~1kntcs suiLos y escoceses: muertos forma parte signifícati,a de la denuncia (Ruth Martín, and The
aún cuan<lo en ocasiones tan1L>ien asesindbdn a lus uiiius, la n1agi..1 trH..:ll'.urulógica y Inc¡ui,itiu11 in lenice,/ 550-1650, Oxford, Basil Black\\"cll, 19S9, p. 205); no obstante,
los ataques contra las cosechas constituyen el 1.:kmcnto constante en la región; al Guidc> Ruggi<.'.ro, como antes Cai lo Ginzburg, dcinuc:,tra <1u-: en las árc:as rur:ilcs bajo
mismo tiempo, los dedos de los pequeños muertos sin bautinr e,-an empleados domiHiu de la República la creencia en la brujería infanticida estaba ampliamente
como canddas por Lis bruj,1s ("elles <11-úierll truis chundcllcs [ ... }et que c'estoícnt doi9ts difundida (Guido Ruggicro, Bin,/iny Passíom: Tales of,lloc9ic, ,llorrw9c, ond Poll"cr (lt che
Je petits er!}'unts mornéz er ,wn b.:1ptiscz" [tenían tres candelas, c1ue eran los dedos <le End ofche Renaissance, Nue,-a York, Oxford Uni,-ersity Prcss, !993, pp. 73-7+; 150-
niños pequeños rnuertos sin bautizarnJ), aunque la dctin1.1 no era nunca ascsinJ.da 155). Para un juicio temprano en c1uc se haya ausente toda referencia a b mt1c,rtc de
con tal propósito, sino desenterrada de su tumba ('elles jiirenc ,¡uerír /edite crifanc en a
niños Yéasc René Fílhol, "Proces de sorccllerie Bressuirc (.'\oút-Scptcmbrc 1475)",
Ja cymethier¡¿ ele leur eglise'' ["fueron a buscar al 1nenciona<lo niño al cen1enterio de su Reme híscori,¡ue de droú}ron~ais e.t émmger, 42 (1964), pp. 75-83.
3
iglesia"; la traducc'íi,n del fra,1cés es mía]). (Robín Briggs, "Le sabbat des sorcicrs en Jonathan Durrant, IVítchcraft, Gender and Socicty in Ear[r :llodcrn , Brill,
Lorraine", dans Nicolc Jac<¡ues-]a,¡uiu et Maxime Préaud [dirs.], Le sabbú! Jes sorciers Leiden, 2007, p. xiii.
75/194 1 53
E::itudiu::i de c,.1so. Ül'tllonologÍJ. crbtiJnJ. y culturJ folklórica en el mundo ibérico

Guguillon, vecina ele la aldea fbmcnca ele Bou\·ignies, por entonces bajo Augsburgo durante el siglo XVII, la mayoría de ellas comadronas, también
la suLeranía del rey ele Francia. Decidido a mantener vi\·o el recuerdo ele recurrían a pOtajes y bebidas. En ocasiones, el método podía prorncar
los crímenes cu111ctidus pur la bruj,1, el tribun::d señorial ordenó exponer un cluble asesin,ito: el veneno \·ertido en la sopa de la madre corrompía
públicamente los restos semi-calcinados de la infortunada. Péronne había también la leche materna, provocando así el deceso del lactante, s Rob in
sido sindicada cuno responsable de la muerte ele varios hombres, niños, Briggs extrae de los archivos ele Lorenc1 otro ejemplo paradigmático del
C aballos vacas v terneros· los 1·ueces también la conside1·aron partícipe modus operandí de las brujas modernas. En 1561, Alison de Monteigneiz,
' j '

de un cotnplot "puur nuíre aux graíns ec aucres Jruirs de la cerre, pour Jaire des vecina de Badonviller, confesó "que ung Jour elle entra en la maison dudit
bruines, des greles, des raminó, des mulots et souris_"+ Corno \·emos, entonces, Bfoise, emyron a heure de l'éspre, [oú] e/Je trourn ung petic er:féms aa3ez d' emyron
el inLmticidiu era st'.Jlo una más ele las muchas atrocidades que los cazado- demy ans (. . .); ladíte Alisan print de la pouldre c¡u'elle avoit avec elle et en bouta
res de brujc1s europeos atribuían a mujeres corno Margretlu Bittelmayr y ¿,Jicfr boulyes, puis se recire, et inconli11ent l' enf{ans moura arnnc qu' il j,.,t jour,
Péro1me Guuuillun
::,
en la Edad Moderna. Eswnt ledit enf[ans enterez, le díable !t~v fist retirer hors de ter re, et J' emporto
Según se desprende de los procesos incoados por los jueces laicos y ladiceAlison le prochain Jeudy (. . .) au lieu ou elles renoient leurs saba, la ou leclit
eclesiásticos, el método favorito al c¡ue las brujas continentales recurrían 9
enf{ansj,.,c routy par elles et le mangcrenr par ensemble". Aparece en este relato 'j
,1
para pro\·ocar la muerte de niños pequeños era el emcncn.nniento. Para otra característica recurrente del infanticidio brujeril: la exhumación del
ellu utilizaban toda clase ele poh·os, ungüentos y pociones.' En septiembre cadáver de la pequeña víctima para su posterior utilización en diversos t'
de 14'77, Antuinette, habitante de la aldea saboyana de Villars-Chabod, menesteres. Las brujas lorenesas asaban y deYoraban el cuerpo de sus pe-
confesó ante el Vice-lfü1uisidor General que había toe.ido la mano de la hija queñas víctimas. En otros casos, el cuerpo ele la criatura era utilizado para
de Louis Fabre con un ungüento que le hcibÍa L1cilitado el propio clic1blu: la confección del ungüento que las nwleficae empleaban para trasladarse por
la niña enfermó súbitam:nte, languideció durante quince días, y luego
s LynJal Ropcr, "\Vitd1craft ancl f<lnusy in Lu ly i\lodern Gerrnany", en Lyndal Ropcr,
falleció. 6 En abril de 1611, Barbara Rüfin, una anciana de 70 años, fue
OeJipus &,._rhe Del'il:ll'i!Chcraft, Se.1Uc1lity ,11,J Rdiyiun in EarlJ' 11/odern Europe, Londres,
arrestada por los funcionarios judiciales de Elhvangen, en el sudoeste de
Routleclge, 1997, p. 207.
Alemania· la acusab.111 entre otros crímenes, ele haber intentado emponzo- 9
Citado por Robin Bríggs, "Le sabbat des sorders en Lorrainc", p. 164: "un día ella
ñar con 11~ercurío el ali 111ento de su propio hijo. 7
Las brujas condenadas en entró en la casa de la mencionada Blaise, aproxill1adarncnte a la hora de las Víspe-
ras, [donde] encontró un niño de cerca de meJio año ele Yida ( ... );la mem:io!l,1da
.+ Rubcrt l\lucheinblcd) L.·:- Janicrs bU,:hcrs. Un rillu¿¡e ac Fli.1ulht: et sc5 sorciCres sous I.ouis
Alison tomó del poh·o que llevaba consigo y le arrojó las partículas, retirándose
aranos \" otros frutos de la tierra,
v¡ V' París ' Ramsav1' 1981 ' 1). 25: "para dañar los :::,.
.,\ j
luego; incontinente, el J1Íl10 murió antes de que se hiciera de día. Luego de que el
para producir lluvias, granizo, parásitos, ratas y ratones" (la traducción del francés
pequeño hubiera sido enterrado, el diablo hizo que lo retiraran de la tierra, para c1ue
es mía). la mencionada Alison lo lle,·ara el jue\·es siguiente al sitio en c1ue celebran el sabbat,
3 \\'olfg, ng Behringer, }Ít:.\cnrciful¿pwg in BL!j'Cr11:l'ulbmL1¿jic, GJ._rnbc11::,cjf:r unJ SlL.ld~~rÚ:i'ull
1
donde el niño fue asado y dernrado por los a,istcnlés" (la traducción del francés es
in Jer Frii/w, Nem.eii, Munich, R. Olclcnbourg Vcrlag, 1987 (cito por la ed1c1on en mía). Sobre el carácter peculiar de esta COllféSiÚn ,·éase Robín Briggs, IVi!Ches an,l
inglés: Jl'ilchcrefc PcrSClULivn 1n Bl1ruriu: I'upul1..1r Jt19ic, Rcli::Jivus ZeL1]0LJJ u11J Remvn ef_Srare Ncijjhboun: The Sv,i,,/ c1nJ Cu!tur<1/ Cvnte.,i o}' Eurupeun \Vitchcraft, N uc1· a York, Penguin
in EarlJ' ,lloJcrn Europe, translatcd by J. C. Grayson ami DaYid Lcderer, Cambridge, Books, 1996, p. 39: "chis i, in Jau a n,u.,¡ ul/u,,ul dement in Louc1ine confassions, Hhich
Camoridge Uni1ersity Press, 1997, p. 167). normaltv just describe a bul1l-1uet ar ll'hich che mear was unpli:a:,\1nl cmd U1b1..ilttJ. JVhen the
6Robert Rull'Liml, '" Fantastical ami DeYilishe Persons': Euro pean 'vVitch-beliefs in ef
il 11\. JS IlW)l cummun!y said to be thar
jlesh 1rns iJc,nified small bird/' ('éste es Je hecho un
Compar.1tiYe Perspecti,·e", en Bcngt Ankarloo )' Gustav 1-!enningsen (ecls.), Early elemento muy inusual en las confesiones lorenesas, que normalmente sólo describen
.lfvJcrn Eurvpew1) l'itchcraft, p. 162. un banquete en el cual la carne resultaba desagradable y sosa. En las ocasiones en
7 1-!. C. Erik Midclfort,.IVJLd1 Huntin9 in Svutl,wcstern Germany, 1561-1684:The Social
que se identiHcaba la carne ingerida, por lo común se decía que pro,·enía de aves de
aaJ ln!ellectual FounJmions, Stanford, Stanford University Press, 1972, p. 101. pequeño porte [la traducción del inglés es mía]),
76/194 155
154
el Jire. En 1587, \V.ilpurg,1 l lausmannin, comadrona de Dillingen, en la man9iare per wlifaccende."" A su Yez, los clusiHJS integrantes de la mítica
di(Jcesis de 1\ugsLurgo, utili,:Ó los c,td:\\en:s ele los+ 1 nit'íos J los que había sectzi piamontes;:i del barilorro, anatematizados también por San Bernardino
asesinado sirnult:mcJmente para ,unbus fines: b fabricación de unturas y en un sermón pronunciado en su ciudad natal, en agosto de 1 fabri-
la ,rntropof.1gia ritual.'" caban polYos con los cadheres de los niños ,¡ue rnatab.m con sus propias
r\unc¡ue nunca constittr1·eron el Único ingrediente posible para la con- manos; los poh-o,; eran disueltos en vino y el brebaje resultante, conscn·aclo
lección del ungüento diabólico, la grasa y los huesos de niños aparecen en el célebre barril, impedía gue los miembros de la secta revelaran los
11
mcncio11ados desde el origen mismo del estereotipo del sabbat. El asesi- rituales que practicaban.
16
Un siglo y medio más tarde, Johannes 'vVier y
nato de niños uo bautizadus ocup,1 ya un papel destacado en los supuestos Francis Bacon insistían sobre la importancia c¡ue la gras,1 de niño tenía para
prncesos (1ue h.ici;i 1-100 habría presidido Peter YOn Greyerz, juez secular de la contección ele! empl.isto diab{,lico. 17
la ciud,id de Berna y una de las fuentes principales utilizadas por Johannes Finalmente, si la bruja europea no hacía nunca del infanticidio su
11
Nicler para la redacción del quinto libro del Formicarius ; según relata el principal ocupación, tampoco mostraba una predilección excluyente por
propio Nider, JÍiit ins11pafu111c1 CU/ll/l)l/1/ÍS, ,/iuo /hrn iudice mihi referenre, quod el asesinato ele recién nacidos. Entre sus YÍctirnas podían contarse niños
in 1errt1 IJ¿mensium, XIII in_f.rn1es dernra1i essent ínrra pauca tempora a moleflcis, mayores, o incluso púberes. En 1662 ,Amy Denny, Yecina ele la parroquia de
13
quc1mubrem eciam publica iusricia satis dure esarsit in roles porricidas." De las Lm\·estoft, en el condado de Suffolk, y una de las últimas mujeres ahorcadas
actas del temprano proceso de Mattcuccia di Francesco, c1uemacla en Todi en Inglaterra por el crimen de brujería, fue sindicada corno responsable
el 20 ele marzo de 14-28, surge c¡ue la acusada inYOC<lba ,il demonio tras un- de la enfermedad c¡ue por entonces atormentaba a un conjunto de niñas y
tarse con grasa de buitre, sangre de murciélago y sangre de niño lactante.
14
jÓ\·enes, cuyas edades oscilaban entre los 20 meses y los 18 años. La Única
Las bruj,1s romanas dc:nunciaclas por Bernardino de Siena, actuaban de la muerte que se le endilgaba, de hecho, era la ele una niña de 1O años. ,s
misrnzi manera: "Ejime presa unu{i-a /'oltre (. . .) e pit1 onco conjé:;:;o, que ella
ureni nwrto el suo pruprio.figliul,1 (sic), e ul'eiwie jénro polrnre. de la qua/e dora

15
10
\Valter Stephens, Dcuwn /.u, as: 11 ú,hcraji, Sex anJ che Crisis of Bc!ief, Chicago, The CitJ.do por Franco i\lurinando, The PretJ1.J1a~} D,.:wvn::i: Beni..uJinu and che
llni,crsity of Chicago Prcss, 2002, p. 3. Social UnJt..>nrnrlJ ?_{Ecu(r Rcnuh::,unu~ ftutv, Chicago, Th1...~ Unin.:rsity Prcss,
1
' Jcffrcy llurton Russdl, ll'ach,r'!Ji in che .JJ¡JJ/c Ages, !thaca, Corncll llni,·ersit;, 1999, p. 26+: "Y cllln, a,¡uellas mujeres fue pn,sa Ull<l, ( .. ) ,¡uc indu,o n,lll'cs6 li.1bcr
Prcss, l 9S4 ( 1972), p. 251. a::.c~in.:idu a ~u propiu hijito, con d cuc1l confeccionó unos puh os t¡ue luego repartía
1
' ~\iclt.1cl D.1,id lbilcy, B.ittlini) Dcm,nb: ll'ir,hrnifi, Hcmy .in,/ R,J,,w in tl,c l.mc ,JJ¡JJ/e cumu alimento durante sus and.rnzas" (b tr,1Juccion del italiano es mía).
16
.ldc,., Fil.,dclfia, Pcnn,;yh,mi.1 St.itc Unin:rsity Press, 2003, pp. 23, +l y ss., 96. Cathcrinc ChC:ne, "Conn11enL.1irc a Jul1¡uu1es Nidcr, FU111Ji(d1 Ílü (]JI ri: 1/, cl1~1JJit12 -t
1
' Fr. loannis Nidcr, Fvrmicciriu, líber V, en Heinrich lnstitoris · Jacob Sprcngcr, ,lla- ellirrel; d1L1pitró 3, -1- a 7), dans L'illld¿jirldilc Ju mbbcn. É:lliriu11 criti(¡uc Ji.:::,' u:.\le::, le::, pfu¿s
l!c.-s ,J/.,/efium·m, Lugduni, Clanlii lloHgeatr, MDCLXIX, p. 315: "fue un hecho ele ancicns ( 1c/30 c.-/ e/e/O c.), reunid u,; por Martinc Ostorero, Agostino Para,·icini Bagliani
púLlíLu cunocimic:nto, tal como me lu refirió el rnencion,ido juez Pedro, que en un y Kathrin lltzTremp, Lausana, Uni,ersité de Lausannc, 1999, p. 240.
17
brc,-e lapso de tiempo la, l,ruja,; de la región de Berna dc,·oraron trece nit10s, y por Han.::; Pe ter Duerr, Tii.1w1ueil: Über die Grcnze zwúchcn f l'ildnis un Zi1 i/i:,dtiun, Frankfurt,
ello la ju,tícia públícc1 cc1,tígó con la debida dureza a tales parricicl.d' (la traducción Synclibt 1\utorc:n-und Vcerl.ig,;gescllschaft, 1978 ( cito por"b cdici{,n en ingk,: Drca-
dd latín es mía). rhc BounJdr¡, b.:Lnecn IF,JJane.ss um.l Ciril1zdrion, translatcd by Felicitas
11
Do1ncnico Al.:in1111oli, Pru(CS,3V td!d strcHd .1fdct.:uu.'i..i jj Froncesco, 20 mdrLtJ 1---128) Res Goodman. Oxford, Basil lllackwell, 1937, p. 2).
Tudcrtinac 8, lodi, 1969, p¡). 3Q-31; Claudio llondi, Stri:-:. ,1/cJicncsse, srrec9ne efarwc- i:; Gilbert Gcis and h·::in Bunn, A Tri al ?fJVicclies: A S1:1 c11t,:c11th~cent11~\' IFicchcr~i)t Prosc-
ch,crc nc/1'/wlia del /\ind.1cimcn10, Roma, Lucarini, 1989, p. 38. wrion, Londres, Routkdge, 1997, pp. 40-42, 55, 71-72.
77/194 157
E::ituJios de caso. Dc111011ologí.1 cri::iti.u1~1 y cultura folklórica en el 111u11du ibérico

20
Martillo ele fechiceras" • En 1538, la Suprema instruía con las siguientes
2. Anomalías ibéricas: el complejo de la bruja peninsular
palabras al inquisidor Valdeoli\·as, a cargo de la im·estigación de un nue\·o
Si comparamos las características descriptas en el apartado anterior, foco ele brujería en Vizcaya: "estad ach·ert1do ele no creer todo lo que dice
con el estereotipo popular de la bruja existente en la España de los siglos el Malleus maleficarum". n El 1vlalleus también aparece citado en el artículo
XV a XVIII, r:ipid,unentc detectarnos en suelo ibérico la presencia de una c¡ue Sebastián de Covarrubias dedica a la yoz bruja en su Tesoro ele la lengua
22
Í]CJura mítica altamente idiosincrásica. Esta cornbinaci6n ele rasgos extre- wstell,:ma o espaiiola (Madrid, 161 1). Por otra parte, las prácticas orgi,Ís-
"'
macL1me11te original no parece hallarse presente en 11i11gú11 otro rillc:Ón del ticas y la blasfema inversi6n de los rituales sacramentales que caracterizan
1
continente. Algunos de los trazos distintivos del complejo mítico español al sabbat de las brujas, son desarrolladas in exrenso en los primeros once 1
1
pueden rastrearse en otras regiones. Tal es el caso del \·ampirismo infan- capítulos del Tratado de las supersticionesJ hechicerías de Fray Martín ele Casta- 1

ticida y ele las metamorfosis animales, presentes en el estereotipo de la 23


ñega (Logroño, 1529); de hecho, LuAnn l-lomza demuestra que, aunque •
1

bruja italiana. 19 Pero la compleja imbricaci6n de elementos característica


de la bruja española solo aflora en plenitud cuando cruzamos la frontera
Castañega no cita al Malleus Maleficarum, desarrolla los mismos tópicos, y
en el mismo orden en que lo hace I-leinrich Kramer. l+ En la confesi6n -a
'i
¡

de los Pirineos. la postre considerada inverosímil-- que la vagabunda Beatriz Fernández 1


'1
Ello no implica que en España no pueda rastrearse la presencia del realiza en 1611 ante el Santo Oficio de Galicia, aparecen los ingredientes
estereotipo cbsico del s.ibbat, deri\·.:tdo de la demonología radical tarclo- típicos del sabbat continental: misas negras, ritos ele iniciación, acceso
2
escolástica. Desde comienzos del siglo XVI son comunes las referencias al carnal, adoraci6n de Satán, daños a las cosechas y muertes de niños. ' El
1lic1/l,·: ¡)J,,!ejíwrum. En 1515, Pedro Fernánclez ele Vi llegas, arcediano de
Bur~os, ciL1 Je rn<111era explícita el clásico tratado, al referirse al enigmático
t maleficium meteorológico y la muerte de animales domésticos eran cargos

cas; de las brujas ele Amboto: "y desta materia hay un tratado fecho en
'º "Memorias del Doctor don Pedro Fernández de Villegas, arcediano de Burgos",
,,
1\lcm.11ia ( donde hay muchas des tas tales nrngeres), el cual tratado se llama
CoJoín XIX, Madrid, 1851, pp. 433.43,._
21
lñaki Reguera, La ln,¡uí,í,íon esp,H1ula en el País J:,sco (El uíbw1c,l Je CJ/,,J,0, rc1, 1513-
1570), San Sebastián, Editorial T xertoa, 1984, pp. 204-205.
19
V.1n1pirisrno c_lue en ocJ.siones se cu1nbin.1 con caniL...1li.')1110; en Italia, por otra
" Tesoro de la lenH"" c,mdlunll, o espar1ulc1. Compue,w por el LíccnciaJo Don SebasLi,Ín de
parte, bs rneomorfosis animales eran predolllinantcmente !dinas; ,·éase Osear Di
Cobarruuias Orozco, edición facsimilar preparada por Martín de Riquer, Barcelona,
Sin1plicío, .-lULunno Jdlu scre:¿1onaid. Jlol~ficio e llid!:]id nell'Jw]J(l l/luJana, Bologia, ll
1943, pp. 238-239.
Mu lino, 2005, pp. 94-98; Carlo Cinzburg, I benunJ,rnií. Srre8onaiu e rnhi a9rari ira
23
Véase Fray Martín de Castañega, TrdtuJo de las supasLíci<me, l i,ecliicerías, ediciún
cín'-{uccenLO e seícenco, Turín, Einaudi, 1966, pp. 97-99; 120; 142-144; Christa Tuczay,
moderna con estudio preliminar y notas a cargo de Fabi.\n Alejandro Campagl!c,
,líc111íe unJ Magicr ím .líiueluher, Munich, DeutscherTaschenbuch Verbg, 2003 (cito
nel JfeJioe1v. Stregoncrio, t.:iurcismi, sortilcgí
Colección de Libros raros, olvida<los y curiosos, Bucnus Ai1 es, E,cultad de Filosofía
por la edición italiana: Esuu:rismv e md. ~ia.
Bon<lani, Ron1a, Ne\\·ton Con1pton) y Letras/ Llni,·ersidad de Buenos Aires, 1997, pp. 25-94. Una análisis reciente de la
e i1k-wllcsimí, tr..1duzio11e Ji fabio fvlassirniliano
primera parte de este texto puede verse en Fabi,\n Akjan<lro Campagne, "Witches,
2006, pp. 2 l ':1-220); Domenico Mammoli, P,,xessv ullc1 sue8c1 ,l/c1ueuccíc1 J; F,,111cesco, pp.
Idolaters and Fr.rnciscans:AnAmcrica11Translation ofEurupe,rn Radical Demonolugy
33, 35; Richard Kieckhefer, "An,nging the Blood of Children", pp. 94 y ss.; vValter
(Logroño, 1529- Hueytlalpan, 1553)", J-lisio,y ofRclitiíui!i, 44: l (2004), pp. 1-35.
Stephens, Demon l.ums, pp. 136, 261, 278-279, 285-286; Franco 1'vlorman<lo, The
l+ Lu Ann Homza, Reli,_qiom Auchoricy in ihe Spani,h Reuoifümce, Bahimore, The John
I'mxli.:r's Demons, pp. 59 y ss.; Cuido Ruggiero, BínJin¡J füssíuns, pp. 73-74, 150-155.
Hopkins University Press, 2000, p. 204. Los títulos del capítulo 5 de Castañega y de la
Sin c1nbargo, es en la C\'idcncia etnográfica n1eridional recogida por los especialist:is
quaestio 6 de la primera parte del ,1/aJJeus, por ejemplo, son virtualmente idénticos.
contemporáneos donde se perciben las mayores semejanzas entre la bruja itálica y 25
Jaime Contreras, El S,1uco Oficio Je /a ln,¡uisiliÓn de Galícíu (poJ,:r, socicJaJ, cu/cura),
el complejo cié la bruja ibérica temprano-moderno: Yéase Ernesto de lvlartino, Sud
Madrid,Akal, 1982, p. 688.
e mutiíu, Milán, Faltrinelli, 2003 (1959), pp. 72 y ss.
78/194 1 59
1:studius de 1..:.1:-:.u. Dc11iunuiu~ÍJ. u i:-,lÍ,111.1 \. cultur,1 l·olk!óri,:,1 en (._,¡ mundo ibéricn

frecuentes que tambi.'.:n se hacían a las lJrujas a1·agonc:sas ,· cata la1ns. '" E11 pueden aprouechar a dañar a las criaturas". iu La relación aparece también
ocasiones, l,u11bién ki!L1mos ejemplos de las formas de inLu,ticidio m;Ís en los procesos penales más antiguos.Ya en la década de 1460 los h<1bitantes
tradiciull,des. En 1525, María, \Tcina ele baldea n,t1·arra de lturen, "clixo de la aldea asturiana de JoYe acus<.1ron a Teresa Prieto porque ''había usado
( ... ) c¡ue (._.)mato u11<1 crea tura de la mujer del zapatero, unt,rndulc en la del oficio de bruxa"; según los testimonios, Teresa penetraba por las noche
barriga antes que pariese y que despues pario la dicha creatura muerta. La en las casas ajenas para hacer daño a los fieles cristianos, "mayormente a las
c¡ual, despues de enterrada la dcscnterro y le saco el coras·on, ¡nra hacer el criaturas". 31 Cualquier desusada seguidilla ele muertes infantiles daba de
dicho punto". El célebre reiato incluido por Fray l'rudencio de Sarnlcl\·al inmediato lugar al estallido de psicosis brujeriles, como la c1ue tu\'O lugar
en el capítulo XV de su Hisroric1 de fo Vich1 y f-Jcchus del Empcn1,lor Curios I' en Cuenca en 1519 32 • El mismo fenómeno se produce diez años después
(Valladolid, 1604-1606), también resulta extrem.:idamcnte con,·encioml. ', en Las· Palmas de Gran Canaria; de hecho, es en estos procesos de 1529
·rampoco podemos obYiar, finalmente, que el descripto durante que el término bn9a aparece por primera ,·ez en los documentos del Santo
el célebre proceso de las brujas de Zugarramurdi constituye um de la:; Oficio local. Los inquisidores canarios establecieron desde entonces una
expresiones m~s acabc1das del sabbat de las hrujas en toda su historia. :o
clara distinción entre brujas y hechiceras: a las primeras, les atribuían las
Sin embargo, siempre es posible detectar en el ibérico, c1Lm c'11 L,s
muertes de los recién nacidos. 33 Brujería e infa11ticídio aparecen también es-
narraciones\' en los testimonios en los cualc:s los trazos de: b clell!onologi,1
trechamente ligadas en una carta que en 1528 el lnc¡uisidor General Alonso
co 1wencion;I se encuentran en un primer plano, el conjunto de ,rnomalias
Manrique dirige al licenciado Sancho de Miranda, inquisidor de NaYarra,
que caracterizan al complejo mítico de L1 brujd penin~ular.
en la que afirma que en el obispado de Burgos la brujería es una plaga y
"Las brujas solo chupan a los niños". los asesinatos de criaturas frecuentes. H Otra muestra acabada del acotado
En primer lugar, la bruja ibérica se asocia de manera casi excluyente campo semántico que el término brnja abarcaba en la España renacentista
con el asesinato de criaturas recién nacidas. El título de b decimono,ena puede hallarse en el Libro del parto humano, que el doctor Francisco Núñez
,lubdd dd 'frocrndo de lo dirinanra de Lope ele Barrientos ( c. l ++O) -una de publica en Alcalá ele Henares en 1580. El capítulo trigésimo primero de
las más antiguas menciones del término bruja de que tu1cmos noticias--así la segunda parte del tratado, dedicada a "los casos y enfermedades delos
lo atestigua:" ... se dize que ay n1as mugeres que se llaman bruxas ( .. ) que 30
Lope de Barrientos, "Tractado de la adiYinanqa", en Fernando Alvarez López,
2,e, Vé.1se Ht:nrv Ka111t..::n, Tht! P/w¡;nix. ofül rh.: F!dmL: C~nc1llmid ,.wcl rh.: CounL·1 ,·lrrt: má9ica y lu:chicerÍa mi:Ji.:r..il. Tró· trar.._¡Jv) JI! mt1¿Jid en la corre de Juan JI, Valladolid,
Nt:\\· Ha, l'll, Y<1lc Uni, ersity Press, 1993, pp. 2+0-2+ 1 ( ,:dici,.Jn .:n castclbno: C1mbiv Diputación ProYincial de Valladolid, 2000, p. 151. Para otra edición moderna del
culiwal c'll /c1 ,ucic"J,,J Jd Si&lú Je Oro. Caroluííc1 y Ctrnil!u, .\T/.\T//, M:idrid, Siglo mismo texto Yi:ase Paloma Cuenca Muñoz: El Trc1cr,1Jú de lo Di, inon¡-a de Lupe Je Ba-

XXI, 1998). rrí en ros. La magia meJin-ul en la visión de un ubispu de Cuenca, Cuenca, Ayuntamiento l.
27 flurciil.-iu lcloate, L.1 BrujcrÍJ .::n Su.idrra_y 5tE Ducw11t.:nws, P,11nplon:i, Diput.1ciún forJl Je Cuenca, 1.994. lí
de: Na,·arra / Instituto Princípc de \liana (CS!C), 1973, documento 23, p. 26+. "Citado por Carlos Rico-/n·ello, "La brujeria en Asturias", en Brnjului"- Cunurcsú de
"Fr°'· Prudcncio de Sandmal, f-físrorid de lc1 l'úlc1 y flc·cl,vs ,Id Lrn·10c1<1<1u1 Cirios I', Bi- San Si:b,.,bti.111. Pom:n'-iu.s y CumunicCJcivncs, tb.Jrid, Sc1nin,1ri0s y Ediciones, 1975, p.
blioteca d.: Autores Españoles, i'vbdrid, 1955, tomo LXXX!. pp. 250-252. l 27. La re:i fue abuelta por la Chancillerü d-, \lalladulid ell instancia de apelación.
3
!'-1 Es de dc::.tacar la influencia t¡ue cu }u::, procesos <le Zug.1rr~1111urdi tuYo L:i c.1zJ. ck ' Ver al respecto Heliodoro Cordente Martinez, Brujería y hc"chiu:ría en d ubi,p..iJu Je
brujas impulsada en el Labourd por Pierre de Lancre, una ,k bs expresiones rn,\s Cuenrn, Cuenca, Diputación Pro\'incial, 1990, pp. 23 y ss.
33
rJ.dic..iliL<tdas de la dcn1011ologí<.1 ten1prano-1noderna; n:~.1sf: Custa,- Hcunin~::,t:n, Véase Francisco Fajardo Spinola, "Des Yols et asscmblécs des sorcieres dans les do-
TJ 1.:IViLLhi.::/.-lj1oldtc: Do.'}l¡utll'iu)1c'fl_1/l and rhc S¡.h11¡j_\}¡ fntJuisili,111 Reno, Llnin.:rsit\· of
1 CU!llents del' lnquisition canarienne", dans Nicole Jac,¡ues--Jaquin et Maxime Préaud
NcvadJ. Pn:ss, I 980 (cito !>or Ll edición en castellano: El l/,.; fo~ l,1 uj~E. Bru¡ . ·rÍll
. (dirs.), Le sabbac Jes sorcíers, XVe-XVJ/Je siccles, p. 299.
1\.1sca e fu,¡uhidÚu, tradu~LiÜn de i'vbri~J. Rcy~Hcnningscn. 1'bdrid, A_li,:1111:a, 1983, H Juan Blázquez !\·ligue!, Eros y Tánacos. Brnjcría, hechicería y supersliciÓn en España,
pp 21-35). Tolédo,Arcano, 1989, p. 53.

160 79/194
E::.lw.liu::. d1..: caso. Dcinonulug ía cristiJ.na} culturJ. folk!C>rlca en el rnundo ibérico

infantes rezien nascidos", es consagrad o a la descripció n del accionar in- casas y camas las pellizcan, de manera que reciben mucho daño. Y según
38
las señales que les quedan, son pellizcos de brujas".
fanticida de las brujus, con la misma minucio,ic lad empleada en apartados
anteriores para describir otras dolencias infantiles comunes: "la fiebre o De todas formas, la especialicLid recurrente de la bruja española no
c1lentura" . el "estreñün iento de vientre", las '\·!ceras en las enzias", "los eran los pellizcos ni las laceracion es: en la mayoría de los casos, mataba
dolores de tripas". El hecho de que un profesor de la Llniversidacl ele Alcalá a los niños succionán doles la sangre. En España, de hecho, la asociación
dedicara un capítulo entero de un manual de puericultu ra a la descripció n entre brujería y vampirism o era tan estrecha como la relación que ligaba
de estos agentes maléficos, es una de las pruebas más concluyen tes de la a la brujería con el infanticidi o. Las brujas ridiculizad as por Lope de Ba-
estrecl1c1 asociación que en la España de la época existía entre el término rrientos en las décadas centrales del siglo XV, ingresaban en las casas con
39
bnVa y la muerte de los neonatos_ló El esté:i-eotipo infanticida se fortalece el objetivo excluyent e de "chupar a los niños". Idéntico modlls operancli
con el paso del tiempo. En los Tratados médicos,jís icos J morc1b, que Diego caracteriz ará, un siglo más tarde, a los seres nocturnos descriptos por el
de Torres Villarroel publica en Madrid en 1794, leemos: "las brujas sólo Doctor Francisco Núñez, quien, a diferencia del obispo Barrientos , creía
·-
c l1upan a l os nmos, .
no c¡meren na(1a con l os l10111l )res" .
36
firmemen te en su existencia : "ay cierto genero de mugeres malignas,
Los procedimi entos a los que las brujas recurrían para provocar la muer- que se dizen bruxas ( ... ) las quales chupan la sangre de los niños, y los
te de los recién nacidos eran altamente específicos: solían pellizcar, morder, matan y ahogan ( ... ) y no es fabuloso auer muerto muchos niños". +o El
mutilar o golpear salvajeme nte a los niños de pecho. Daban prueba de ello vampirism o ocupó también un papel destacado en los célebres procesos
sus cadáYeres, cubiertos con hematoma s y cardenales . Durante la psicosis ele Zugarranr nrdi; en la anónima Relación Je! A lito, que Juan de Mongastó n
conquense ele 1519, el cai-pintero Sancho de Francos hall¿, muerto a su hijo imprime en Logroño en 161 O, se describe exhaustiv amente el procedi-
entre la una y las dos de la madrugad a; el bebé, nacido apenas quince dbs miento: "y a los niños que son pequeños los chupan por el sieso y por la
antes, tenía "la boca abierta e la lengua sacada e negra e socarraclc1 como un natura; apretando recio con las manos y chupando fuertemen te les sacan ,,,
carbone los labios de la boca denegrido s e los pechos todos acardenala dos y y chupan la sangre, y con alfileres y agujas les pican las sienes y en lo alto
las espaldas como sy le a\·ieran dado de ac,:otes". n Como una excepción del de la cabeza, y por el espinazo y otras partes y miembros del cuerpo; y por
estereotip o que describirn os, las brujas podían llegar también a molestar allí les van chupando la sangre, diciéndole s el demonio: chupa y traga eso,
a los durmiente s adultos con este procedimi ento: según el artículo sexto que es bueno para vosotras" !' En El Buscón de Francisco de Quevedo, los
de la demanda contra Isabel Caray, de Cosuenda , presentad a en 1591 por compañer os de escuela del protagonis ta atribuyen idéntica actividad a su
el fiscal del arzobispad o de Zaragoza, "en dicho lugar ay muchas personas madre, a quien toda Segovia tildaba de bruja, hechicera y alcahueta: "cuál
lisiadas y maltratada s de pellizcos, las quales de noche, estando en sus decía ( ... )queme quería mal porque mi madre le había chupado dos her-

3
Francisco N uñcz 1 L1bru intüu],..1Ju Jd purto lwww10, en d l¡uu! se cu11Li,.;nc11 rcm,.:,.]il>J /JH~\
;

reiló y rsudlcs p,1r,.1 d punu Jj[flu1ltu:.,u Je lds 11w9cres, con uuus mw.Jws secretos, r\k,:d.1
de !S María Tausiet, Pu11Lu1l.1 en los ojo5. Brujería y :-upc.:t:,LiciÓn c.:11 Jru9ún en el siglo _\'V!>
eJiciÚll muJernd ,éase Fabi.íuAkj< lnJro Carnp,1gnc Zaragoza, lo,tituciún Fernando el Católico, 2000, p. 352.
llenares, 1580, f. 159 "· Para Ulld
39
y Andrea [l.1u (cds. ), Te.110 y Cuncorduncius ,/dTr,au,lu Jcl p,Hto lwmunu dd du,Wr Frnncisco Lope de Barrientos, "Tractado de b adiYinanqa", en FernanJo Álvarez López, .frte
mágica y hechicería mediern/, p. 152.
\',úiu, 16'" Century Medica! Textos Series l 2, The Hispanic Seminary of ivledie1.1I 40
Francisco Nuñez, Libro intitulúJJ dél pano humunu, ff. 159v-160r.
Studies, Unin,rsidad de Wisconsin, Madison, 1997
·
"CIta d o por Gusta\' He11n1ngsen , The Sd!dzar Du1..."umi:ws: ln~¡,ii.sitvr Alunsv Je Solazar
36
Juan Fr,rnciscu Blanco, B1ujc1Í<1 y ot1vs ofi,ius pupuforcs de la magio, V..ilbdolid, Ám-
Frías ond Others on the Bosque IVitch Pcrsecurion, Leiden, Brill, 2004, p. 129; Manuel
bito, 1992, p. 32.
37
Citado pur 1-leliodorn Cordente Martíncz, Brujería y hechicería en el ubi,pudu de Fernández Nieto (ed. ), Proceso a la brujería. En tomo al Auto ele Fe ele lus brujus de Zuga-
númurdi, Luwo,,u, I 61 O, Madrid, Tecnos, 1989, p. 66.
Cuenca, p. 27.
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Estudius de caso. DL:nlu11olugL:i. 1..-rí:-.Lii.1n,1 y ,_tdlur.1 l~>lkl~H ic1 en el rnundo ibérico

manitas pequeñas, de noche".·" Aún los textos más escépticos confirman, destinada a establecer los niveles de supen·iyencia de los niños menores
por la negativa, la enorme difusión ele la creencia popular; tal es el caso ele cinco años en los países en \"Ías de desarrollo. Entre las enfermedades
del ritual diocesano publicado en Girona en 1550: "si exiscimm·ic mulieres infantiles "tradicionales", siste1n;Ític.J1nente mcnciun.iclas por Lt publ.1..:ión
cor11 crtíe in gattas, ve/ ali a animalia, ire de nocte rng!:}ere san!:Juine//J puerorum, local, se encuentra la "dmpadura de brujas", una fólk-iliness cuvos síntomas
e J

hui,modi, ,¡uod es impossible (sic) nisi deo, ideo jnuum creciere". +J remiten a cuadros crónicos ele desnutrición, parasitismo y anemia severa;
Aún en pleno siglo XVlll continuaban existiendo especialistas populares los habitantes de la colonia leonesa de Santa Cbra b im:i\c'.inab,111 como una
que lucraban sanando a los niños "chupados por las brujas", y no en las dolencia gra\·e, incurable, ante la cual los mismos cura1;deros resultaban,
recúmlitas aldeas de las provincias periféricas, sino en la misnu Madrid. En a menudo, impotentes. +6
la casa de Isabel Poveda, situada en la calle de Cedaceros, era continuo el
afluir de madres con hijos afectados por dicho mal. El proceso inquisitorial "Y no es fabuloso auer entrado en casas muy cerradas"
que se le siguió a la cur,mder.i permite conocer en detalle el ritual curatírn:
Otra característica de la bruja peninsular era su inYeteracb capacidad
!sctbel tomaba un pichón y lo abría, colocándolo en la boca ele! estómago del
para penetrar en las habitaciones más herméticamente cerradas, empleando
niií.o, recitando "sorguina, muhina, cruz en frente, freno en Yoca, que no
para ello el menor resquicio u orificio en puertas, ventanas y paredes. Dels
pares aquí ni en la Yilla toda"; al día siguiente, la sanadora proclamaba que
coefessors la vera guia espiriwal, un manual publicado en Barcelona en 15 35,
el cadá\·er del ave estaba lleno ele gusanos, y el niño curado ele brujerías_H
confirma -y anatematiza- la creencia: "si crcu dices ,Iones poden entrar dins fas
Entre los términos que el lexicógrafo Esteban ele Terreros y Pando incluye
casas essent les portes tanrndes, o pendre, e mator les criawres, esses
en su célebre Diccionario casteliano con las mees de ciencios y anes (Madrid,
nafrades dels propis pares, mares,Jalr e heretic. "+ 7 Sin embargo, el racionalismo
1786-1793), hallarnos la expresión "chupado de brujas": "se dice del que
está flaco y descolorido"_+; Resulta evidente (]Lle en las postrimerías del de los líderes religiosos peninsulares no lograba desterrar la difundida
creencia. Las psicosis brujeriles que asolaban los \·alles navarros son un claro
Setecientos la simbiosis entre brujería y vampirismo --sucedáneo folklórico
de la muerte por consumición- se mantenía incólume. La profundidad de ejemplo al respecto. En 1575, Miguel de O lagüe, de diez años de edad,
declara ante el vicario de Anocibar c¡ue "la dicha su tia Maria Johan ( ... )
las huellas que el habiws mítico puede dejar en el lenguaje cotidiano resulta
a menudo sorprendente. En 1983 se realiza en la periferia de la ciudad se suele entrar en casa alguna vez, de buelo por la ventana, otras veces por
de León, en el estado mexicano de Guanajuato, una encuesta sociológica los resquicios de las puertas"_+s El doctor Francisco Núñez subrava también
esta peculiar cualidad: "ay cierto genero ele mugeres malignas, q~1e se dizen
42 Francisco Je QucYedo, El Buscón, cJición de Carlos Vaíllo, texto establecido por
bruxas ( ... )y no es fabuloso( ... ) auer entrado en casas muy cerradas". 49
F. Lázaro Carreter, lhrcdon,1, Bruguera, 1980, libro primero, capitulo 11, p. 15. La
Entre las acusaciones que el Santo Oficio de Galícia recoge contra Inés
nm·ela, cuyo título completo es l li,toria Je lc1 ,·iJ.i Je/ Buscón, /l,11na,lu Don Pablos, ejempl,,
Je 1c1¿¡c1munJus y espeju J¿ cc1,c1hus, fue publicada en Zaragoza en 1626, aún cuando su Vermúdez, se incluye la de entrar por ventanas cerradas para maleHciar a
rcd.icción habría tenido lugar antes de 161 O.
6
-1- 3 Citado po:- !v1ard Gebbertó, L.1 ¡xdL1bn.1 lld fHt.:Jii.:dilv1. Cu11ut2n1~rmw _y-supct:-.tú...i.511 en ' René Jiménez Ornelas, "Marginalidad y mortalidad infantil", Rerisw ,1/exicana de
C1wluñc1 (si!:1/us XVII-XVIII), Llc:icla, 1Vlilenio, 2005, p. l 50: "c¡uicn pic11sc que mujeres Svciulo!:1Íc1, 50:4(1988),pp. 171-172, 179-182.
transformadas en gatas u otros animales, salen por las noches a succionar la sangre de +? Citado por Martí Gelabertó, La pulubra del pr¿c/ic<.1J,n, p. 149: "si cree que dichas
lus niñus, una transfonnaciún c¡ue por su naturaleza sólo resulta posible para Dios, mujere_s pueden entrar en las casas estando las puertas cerradas, y prender y matar
no cree sino insensateces" (la traducción del latÍn es mía). a las criaturas, que algunas veces son lastimadas por los propios padres y madres, lo
++ Juan BL\zc¡uez Miguel, Eros y T,Í11c1Ia5, pp. 87-88. que resulta falso y héretico".
--1-; Esteban de Terreros y Pando, Dicdunario castellano con las roces Je ciencias J artes +S F] orenc10
. Idoate,
1 p. 307.
La Brujería en Nuvurra )' sus Documcnws,
Madrid, Arco Libros, J 987, tomo l, voz "Chupado ele brujas". "Franc1sco
. N unez,
- Libro incitulc1J0 Je/ pc1rto humw1u, f. 159v.
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E:::,,tuJios de caso. Ocinonologí.1 cristiana y cultura folklórica en el mundo ibérico

°
sus enemigos. 5 Concluyente resulta al respecto el testimonio ele los pa· dor guipuzcoano Lope Martínez de lsasti afirmaba: "a otras [personas] les
elres ele un niño muerto en la localidad ele El Casar, provincia de Toledo, a aparecen ele noche gatos grandes, conejos y liebres y ratones con mucho
comienzos de la década de 1590: tras encender la lumbre, hallaron al niño ruido". 55 En el primer 1lfo11vrial de Salazar y Frías, fechado el 31 de marzo
arrimado a la pared, "quebrados los brazos y por los riñones, ton;:idos los de 1612, leemos: "alguna dize que solía yr \·olando en figura de mosca,
rostros, v arrancadas sus vergüenzas"; y se entenclio que las brujas lo habían y otra, que en figura de cuerbo". 56 La Relación del A uw, de 16 l 1 , provee
mataclo,~'por(llle ningunc1 persona humana, si no era bruja, le podía parar ele una variedad aún mayor: "y poniéndolos a tocios [el demonio] en distintas
aquella manera", estando la puerta del aposento cerrada.'' En el punto 29 figuras de perros, gatos, puercos y cabras, y a Graciana de Barrenechea
del tercer 11fc111vriul ele Alonso ele Salazar y Frías, redactado en octubre ele ( que era reina del aquelarre) en figura de yegua, se fueron a la casa de
¡ 61 3 , el sacraz
b
inquisidor manifiesta su incredulidad respecto ele los hechos Maria de Yruteguía". 57 Gracias a los papeles de la lnc1uisicion de Galicia
atribuidos a las brujas, entre los c¡ue cita "salir una mujer por donde no conservamos un testimonio sorprendente; a principios del siglo XVII,
cabe una mosca"_ 52 ·rambién las brujas aragonesas de Fago, juzgadas entre Alonso de Toro, vecino de Santa Olalla, en Orense, viendo pasar una nube
1657 y 1658, salían ele sus casas por los agujeros de las puertas cuando se de mosquitos comento: "aquellas son brujas que van a· destruir el pan de
53
dirigían al sabbat en los llanos ele Burdeos. la montaña". 58 Un Yiajero, que hacia 1746 acerto a pasar por el cortijo
Otro trazo distintivo de la bruja española, intrínsicamente relacionado en c¡ue vivía Gabriel Díaz, alías Leorro, Yecino de Alboloduy (Almería),
con la característica anterior, es su infinita capacidad de metamorfosis, el se ocultó tras unos matorrales al oír ruidos extraños que procedían de la
ilimitado alcance ele sus cualidades proteicas. En los testimonios abun- vi\·ienda; al cabo de un rato la puerta se abrio y vio salir a una zorra y a
dan las clásicas transformaciones en gato y en ave nocturna. En 1645 se un perro. Cuando al día siguiente comento el episodio con la esposa ele
procedio en Madrid contra cuatro mujeres acusadas ele la muerte ele un Díaz, ésta le confirmó que la zorra que había visto era una hechicera ele
niño: antes de acostarse, cerradas ya las puertas y ventanas, b madre del los alrededores, llamada Marisperga, y que el perro era su marido. 59 En
pe(¡ueño había oído revolotear cerca de su ventana algo que parecía ser un un proceso que la inquisicion toledana llevo adelante en 1780, los brujos
pájaro grande, "a modo de lechuza". A mediados del siglo XV!II, la Parn involucrados podían conYertirse en oso, cántaro o escoba. 60
de Toledo era tratada con respeto y cautela por sus vecinos, porque tenía
fama ele convertirse en pajarruco; refiriéndose a ella, decían: "¡cuidado "Sintio encima de si muy gran peso"
con un aletazo!". 54 En rigor ele verdad, parecía no existir forma animal Hasta aquí hemos señaL1do algunos trazos ampli-1menle difundidos ele la
que las brujas españolas no pudieran adoptar con solo desearlo. En su bruja española temprano-moderna.Aquí y allí emergen, sin embargo, otras
ReltJciÓn acerca de las malijiws de Cantabria (1618), el presbítero e historia- características extremadamente originales, cuya rareza intrínseca, irreme-
diablemente alejada del estereotipo construido por la alta cultura teologal,
50 Carmel o Lisón Tolosana, Las brnjc1s en la hisroria de España, Madrid, Ediciones Temas
resuena como un ineludible llamado ele atencion. El carácter exotico ele los
de Hoy, 1992, p. 303.
>1 Sebastián Cirac Estopiñán, Los procesos J,z l1t:chiccrías en la l114uisiciÓn Je C.ütilt1 la 55
Julio Caro Baraja, Brujería vasca, San Sebastián, T xertoa, 1985, p. 258.
Nuevc1 (Tribunales de Tuledo J Cuencc1), Madrid, CSIC, 1942, p. 189. 56
Florencia Idoate, La BrujerÍd en Nm't1rra )' sus Doi.-umcnws, p. 403.
"Citado por Manuel Fernán<lez Nieto (ed.), Proceso a la brujería, p. 79. 57
Citado por Manuel Fernández Nieto (ed.), Proceso a la brujería, p. 45.
si Ángel Gari Lacruz, "Lc:s sablMts en Aragón d' apres les <locuments et la tradition 58
Carmelo LísónTolosana, Las brujas en la hisroria de Esp,11,c1, p. 302.
orale", en Nicole Jac,¡ues-Chaquin et Máxime Préaud (dirs.), Le sabbar des sarcias, 59
Juan Blázquez Miguel, "Breve bosquejo de la hechicería almeriense en el siglo
XVe-XVIIIe siecles, p. 283. XVlll", Bolecín del fnstitutv de Eswdi0s. 1/me,iensó, S (1985), pp. 51-58.
s+ Sebastián Cirac Estopiñ.'m, Los procesos de hechicerías en la ln'{ui,ición de Casrillci la 60
Scbastián Cirac Estopiñán, Los procesos de hechicerías en la lrn¡uisición de Casrilla la
Nueve,, pp. 194-195. Nueva,p. !95.
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Estudios de caso. Dcmonulogíc1 l.:ristiana y culturc1 fulklúrica en el mundo ibérico

de la localidad una bruja "les quita el habla y atormenta estando en la cama


comportam ientos brujeriles que describire mos a continuaci ón, constituye n
indicios que nos punen en lJ pisl,l de las irreductib les peculiarid ades de la (.,. ), y dos mancebos osados por averiguar lo c¡ue eran se pusieron en la
cama de la moza a la que atormenta ban, con sus \·estidos y sus dagas en
bruja ihérica, impulsánd onos por una YÍa en h cual morfologí a e historia
deberán unir sus esfuerzos de manera in-emedia ble.
61 las manos, y est,wdo alerta cuando llegaría la mala vision, cuando se les

Una primera circunstan cia curiosa es la metodolog ía que la bnya emplea echo sobre la cama, pensando herirle con la daga, se hirio el uno de ellos
asimismo en el muslo". 'Todavía en 1801 hallamos testimonio s similares
6
-siempre en su carácter de acosadora nocturna- cada vez que, apartándo se
ele su \·ocación infanticida, decide atacar a personas adultas. Los teslimonio s en la document ación del Santo Oficio toledano: Josefa Galeote aseguró a

de los durmiente s coinciden en señalar que, en determina do momento , una doncella que era bruja, y c¡ue en las noches de los viernes se echaba
sobre un enfermo, a c¡uien hacía sufrir terriblem ente hasta las tres de la
sienten sobre sí un horrible peso que los oprime, que los ahoga, que los
mañana. 66
paraliza. Juan de Blecua, testigo en el proceso c1ue en 1534 se le sigue a
Otra de las armas de las brujas españolas era la capacidad de generar
Dominga Ferrer"La Coja", vecina de Pozán de Vero (Aragón), sostuvo que
un im·encible estado de sopor en los habitantes de las casas en las cuales
"una noche, stando ( ... ) en su lecho durmiend o, sin ti o encima ele sí muy
ingresaban . Esta irrefrenab le somnolen cia resultaba de enorme utilidad
gran peso, y que recordo cid sueño, y que se trobo encima de si a la dicha
62 para sus correrías infanticidas. Durante los procesos conquense s de 1519,
Domenica presa, y que tenia las manos a la gola, y que lo ahogaba". ]Vlás
el tejedor Sancho de Molina manifestó c1ue una década atrás tuvo que
anguslic1nte resulta aún el relato de Pedro Gil, en el marco del juicio por
abandonar el telar a raíz del sueño c¡ue lo liabía embargad o de manera re-
brujería c¡ue se le siguió a la aragonesa Susana Dalmau en 1591: "una no-
pentina; también su mujer manifestó que le había entrado un súbito deseo
che, estando este deposantc en la cama durmiend o, sintio un bulto como
de dormir, por lo que ambos se fueron a acostar junto con su pequeña de
de persona ern;:ima del, y c¡ueriendo se levantar, hazía fuer,;:a y no podia. Y
tres meses: a las dos de la mañana la mujer despertó sobresalta da y halló
clespues se levanto, y sintio el pesso encima las piernas, y este cleposante
a la niña muerta. En 1538, la Suprema advertía al inc¡uisiclor Valdeolivas
67
63
tiro un puí'íJ,;:o, y se dio en la pierna a si mismo". El asalto nocturno de
que el sueño "que se dice que echan las brujas cuando salen" se tenía por
la bruja adquiría en ocasiones connotaci ones sexuales explícitas. Así, en
algo muy engañoso. En junio ele 1595, Johana de Baraibar, de 12 años de
68

el marco de la psicosis brujeril desatada en Cuenca en l 519, Pedro ele Vi-


edad, declara en Pamplona c¡ue las brujas la azotaban salvajeme nte durante
llar de Olalla, clérigo que vivía en la calle de San Pedro, elijo que estando
las noches, y aunque llamaba a los gritos a su abuda, c¡ue dormía a su lado,
una noche durmiend o en su aposento, sintió una gran pesadumb re que
nunca lograba despertarl a antes del amanecer. La inducción de un sueño
69

lo acongojab a y notó como alguien le apretaba con las manos y le besaba;


profundo podía también facilitar la salida de la bruja de su propia casa.
el testigo saltó entonces de b cama, y al trasluz de la luna vio tres bultos
En abril de 1591, el procurado r fiscal del arzobispo de Zaragoza acusó a "' Ji
de mujeres que corrían. Lope Martínez de Isasti reproduce testimonio s
64

Catalina García, apodada La Dalmava: "entre otros hechizos y bruxerias


obtenidos en el País Vasco a comienzo s del siglo XVII: a muchas personas
que ha acostumb rado hazer ha sido hechar sueño a personas / en especial
61
Sobre la relación ~ntre morfología e historia véase Carlo Ginzburg, "Spie, Radici a las c¡ue con ella dormían en la cama para que adormecid as las tales ella
di u11 paradigma indiziario", en t\ldo Gargani (ed.), Crisi Je/la Ru¡Jiun.:, Turín, Ei-
Citado por Julio Caro Baroja, Brujería vasca, p. 258,
65
naudi, 1979, pp. 59- 106 ( edidim en castellano: "[ndicios. Raíces de un paradigma
Sebastián Cirac Estopiñán, Los procesos de hechicerías en la Inquisición Je Cascilla la
66
<le infcrcnci;:is indici . des'', en Jlliws, i.:mbli:mds, inJicius. ,lluifvlo9ít.1 e historia, Barcelona,
Nuel'a, p. 195.
Gedisa, 1989, pp, 138-175).
Heliodoro Cordente Martínez, Brujería y hechicería en el obispado de Cuenca, p. 34-
67
62
Citado por María Tausiet, fuIJLoña en los ojos, p. 348.
63 " lñaki Reguera, La Inquisición española en el País Vasco, p. 205.
!bid,, p, 353,
Florencio ldoate, La Brujería en Narnrra y sus DocumeuLos, p. 363,
69
6
+ Heliodoro Conlente Martínez, Brujería y hechicería en el obispado
de Cuenca, p. 32.

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E::illlllio:) <le caso. De1uo1wlugÍJ. cri::;tiana y cultura folklórica en el n1undo ibérico

se pudiesse lle\·,mtar". 70 Las ordenanzas sinodales del arzobispado de Tarra- a Tor de Laguna a beberse tres tinajas de vino en una bodega. Una noche,
guna, promulgalL1s durante las primeras décadas del siglo XVII, también María y Ana se untaron los muslos y las axilas, y al insldnte se hallarn11 en
alertan a la población sobre esta particular estrategia de los maleflchs, bruxos, la misma bodega con los otros. Otras noches iban a Peñarredonda, y al
echicers y echiceros locales: "unas l'eaadas infundint son en las mares arrebaten llegar orinab,rn y luego bailaban al sun de unos tamborcillos. 7 ' Gracias a un
deis seus mareixos pits las criaturas". 71 proceso aragonés de 1572, llega hasL1 nosotros el diálogo (¡ue mantuvieron
una madre y su hija en la taberna local.¿ Por l}Ué no hay brujas ahora?, se
"Se emborrachaban en las bodegas donde entraban"
preguntaba la más joven. La madre responde: aquella no era temporada
Poco a poco emergen trazos peculiarísimos, que revelan el carácter de brujas porque había poco vino en las bodegas; sólo cuando éstas están
extremadamente arcaico del complejo mítico que estamos describiendo. llenas "las broxas de las cubas ahogan las criaturas". 76
Muchas brujas manifestaban que no podían controlar la pulsión que las Son muchos los testimonios en los cuales las brujas aparecen realizando
obligaba a salir por las noches a matar recién nacidos. Su nefasta actividad conductas, en apariencia, muy extrañas. En el marco de los procesos in-
era vista como parte de un destino del que no podían escapar. En Cuen- coados en 1611 por el ayuntamiento de Fuenterrabía (Guipúzcoa), la niña
ca, en 1519, Agueda de Beamud le dijo a un criado del racionero Diego Isabel García afirmó que las monedas ele oro que las brujas le entregaban
Alonso de Cañete, que las brujas"venían de linaje y no podían evitarlo" 72 se transformaban al día siguiente en trozos de carbón_77 En un proceso
En 1590, Catalina Mateo contó a los inquisidores toledanos que, aunque navarro de 1576, el niño Beltrán Barberarena narró a los rn.1gistrados bs
intentó resistirse, no pudo evitar finalmente que las otras brujas la iniciaran actividades que los brujos realizaban en el sabbat al que lo llevaba su abuela:
en el oficio: "serlo habeis, aunque no querais", le dijeron. 73 "y en acabando de darn;:ar fueron este testigo y todos los sobredichos al
Algunos testimonios revelan que las brujas peninsulares sentían par- río de dicho lugar de Anocibar y estuvieron un rato allí, ]abando unos paños
ticular afición por el vino; por ello, durante sus correrías nocturnas no y haziencloles son con el dicho tambor". 78 En 1527, Agueda de Luna, de
dejaban de visitar las cavas y bodegas de las casas en las que penetraban. 15 años de edad, vecina de Hinojosa (Guadabjara), refirió a una amiga
Juana la Izquierda, otra de las acusadas en el proceso toledano de 1590, que la noche anterior, transformada en gato gracias a un ungüento, había
declaró que en el invierno, a la vuelta de Navidad, y porque las noches penetrado por la chimenea de su casa, y se había dedicado a esparcir las
eran más largas, andaban más que en verano y se emborrachaban en las cenizas de la lumbre, a cambiar de sitio las escudillas y a revolver todo
bodegas donde entraban. 7+ En 1644, los vecinos de Miraílores de la Sierra cuando había en la cocina; 79 Aguecla refirió también que cada vez que
acusaron ante el mismo tribunal a María Manzanares y a su amiga Ana de utilizaba aquel preparado su cuerpo permanecía muerto en el lugar, pero
Nieva, de 60 y 74 años respectivamente. Esta última declaró que, luego j
75
de una prolongada danza con muchas otras brujas, marcharon velozmente /bid., p. 194. jí
76
Citado por María Tausiet, "Witchcraft as Mc:tapl,or", pp. 188 y 195. La autora
70 María T,rnsiet, Un prucesu Ja brujcrÍu ubicrto en 1591 por el Aavbispu de Zur<IJúLu (con- interpreta el dicho como expresión metafórica de la muerte por asfixia, que las pro-
trü C..1Lulitw Gurda, vecina Je A:ñuuu;.,u), Zaragoza, Institución Fernando el Católico pi:is madres les provocaLan a sus liijos cuanJo se acost.1Lan co11 ellos estanJo ebrias.
(CSIC), 1988, p. 38. Creo que en el mJrco Jd complejo de la Lruja ibérica la expresión tarnLién adrnile
71 CitJ.Jo por Mar tí GelaLertÓ, L1 p<.1/<1bic1 Jd puJicuJur, p. l 26:
"en ocasiones ínfunJen la interpretación que estoy proponiendo.
sueño en las madres y arrebatan <le sus mismos pechos a las criaturas". 77
Julio Caro Baroja, Brujería [~sea, p. 231.
72 1-!eliodoro Cordente Martínez, BrnjerÍ<l .Y /,echiccrÍ-1 en el ubisp,1clu de Cuenca, p. 30. 78
Florencio ldoate, La Brujería en Navana .Y ,us Ducumrntos, p. 345. La LJ.slar<lilla es mía.
73 Sebastián Cirac Estopiñán, Los procesos de hechicwías en la lw¡uisidÓn de Castilla la 79
La asociación entre brujería y fenómenos pulwgeist es una característica presente en
Nuern, p. 190. muchos complejos folklóricos europeos; véase al respecto Gillian Bennett, "Ghost and
7
" !bid., p. l 90. Wítch in the Sixteenth an<l Seventeenth Centuries", Folklore, 97: 1 (1986), pp. 4-5.
84/194
E::itudiu:;; de CJ.SO. Deiuunu1ugíJ cristiana y cultura folklórica en el 111undu ibérico

80
su alnu se transforrn..iba en espíritu y podía trasladarse a cualc¡uier sitio. 3. Los alcances geográficos del complejo mítico
Aún los brujos de Zugarrarnurdi tenían tiempo libre para llevar adelante de la bruja
chanz;.1s y bromas pesadas; rc:fiere la Relación del Auco c¡ue, en ocasiones,
Esta asombrosa conjunción de caracteres se repite solamente en las
los sectarios aLamlonaLan el aquelarre bajo forma animal con el objeto
de asustar a los viajeros nocturnos: "salieron al camino a tres hombres áreas geográHco-culturales ligadas al espacio ibérico. Por ello, la hallamos
profusamente en las Islas Canarias, en Portugal, en Brasil y en Hispano-
( ... ),vecinos de Zugarramurdi ( ... );y haciendo mucho ruido entre unos
américa. Francisco Fajardo Spinola halló gran cantidad de casos ele niños
castaños en las hojas secas ele ellos que estaban ya en el suelo, los espama-
chupados por las brujas en los archivos ele la lm¡uisición canaria: dieciséis
run ( ... ) Y refieren otros muchos males _y burlas c1ue hicieron en la dicha
en el siglo XVI, dieciséis en el siglo XVII, ocho en el siglo XVIII. En pleno
forma". Bajo ciertas condiciones, podían repetir tra,·esuras semejantes en
siglo XIX se velaba por las noches a los recién nacidos hasta su bautismo, y
el interior de las casas: "el demonio en el aquelarre les decía las personas
c1ue no acostumbraban a echar la bendición a la mesa cuando comían y se mantenía prendida la luz por temor a las brujas.'+ En 1624, Sebastiana

cenaban, y 110 daban las gracias a Dios después de comer, para que fuesen Enríquez, de Lanzarote, declaró ante el \·isitador del Santo Oficio que un
a sus casas ( ... ); y echando sueño a las person-is que estaban en la casa, perro y un gato habían entrado por un orificio mientras dormía y se habían
danzaban _y baílabun en ella, ,¡uebrnbun plutos, y hacían otros daños y males arrojado sobre ella.» La visita a las caYas también era parte de las fechorías
semejantes". 81 nocturnas de las brujas isleñas. 86
Las oraciones podían funcionar, en étecto, como un efectiYo mecanis- En Portugal, brujería, Yarnpirismo e infanticidio también se hallaban
1, 'o protector contra los .1tac¡ues nocturnos ele las brujas. Pero no era el inextricablemente relacionados en la temprana modernidad. Como quiere
úwcu c¡ue existía. Los remedios aconsejados por el Doctor Núñez resultan Francisco Bethencourt, "quando se trata de maleficios a crianras, aplicase o
87
en extremo sugestivos, corno rápidamente descubre el especialista en el termo 'embruxar' e designase o presumfrel agente por bruxa". Todas las noches,
folklore y la mitología compar:idas: "desparzir adonde estJ.. el niño mucha al acostar a los nfüos, las madres recitaban conjuros específicos para evi-
ruda, y ( ... ) majar muchos ajos adonde estuuiere el niüo, o ponerlos en tar que "as bruxas chuxússc111 as crianras". 88 Era creencia muy difundida que
89
el cuello". 82 La ausencia ele luces encendidas facilitaban las depredaciones "nwitas críanras morriam porque as bru.rns as chupavam a tra1'és das nádegas".
noctunus de las maléficas. Durante la psicosis de 1519, toda Cuenca se Cuando las bruxas portuguesas atacaban a los adultos, se lanzaban sobre
iba a dormir con los candiles encendidos por temor a Lis brujas o x01guinus; los durmientes, aplastándolos e inmovilizándolos bajo su peso, tal como
Juana, mujer de Pascual Collado, declaró a los inquisidores que algunas
mujeres no osaban acostarse "hasta ciadas las doce o cantando el gallo de '" Francisco Fajardo Spinola, "De, ,·ols et asse1nl>l.'.:és Jes sorciere, <lam le, <locuments
miedo a las xorguinas". 83 de l'lnquisition canarienne", p. 304.
85
lbiJ., p. 304.
86
/bid., p. 309.
87
Francisco Bethc:ncuurt, O imuginá1 lo Jr.1 mJ.¿jid. Fciti.:cir<1s, su.luJaJvrcs e ni9rumt1nics
no século XVI, Lisboa, Projccto Universidade Abcrta, 1987, p. 32: "cuando ,é trata
de maleficios a niños ,e aplica el término emLrujar, y al presumible agente se lo
80
Helio<loro Cordente Martínez, Brujería y hechiaría en el ubhpuJu de Cuenca, p. 63. designa como bruja."
88
" Citado por Manuel Fernán<lez Nieto (e<l.), Prvcesv a la brujería, pp. 52-53. La José Pedro Paiva, Práticas e creI1rus mt19iu1s. O medo e a necessídade dos 1wiyicos na
bastardilla es mía. diocese de Coimbrú (1650-1740), Coimbra, Linaria Minerva, 1992, p. 125: "las brujas
82
Franci,;co Nuñez, Librn ímiwluJo Je/ parto hunwnv, fol. 160 v. chupasen a los niños".
83
Helio<loro Cordente MartÍnez, Brujería y hechicería en el obispúJo de Cuenca, p. 23. 89
/bid., p. 264: "muchos niños morían porque las brujas los d1upaLan por las nalgas."

172 85/194 1 73
Esru<lius de c..1so. Den1011olugí..1. -.,ri:::itiana} cultura fulklóric.J en el muw..lo íl>érico

Interroga da por su amo, la mujer reconoci ó su afición a las pociones ,


y
se <lespremle del siguiente testimon io: "se vynha hiia coma lomrar com ella
como reveló las virtudes soporÍfcr as de algunas de las hierbas (1ue manipula ba.
na cama (. . .) Jazendo nella com seu maryclo na coma e que ho nao semc_ya :
Pero el capitán rápidame nte orientó el interroga torio en otra dirección
hornem senon como estopas"
90
• En territorio lusitano las habitacio nes cerradas
"¿Cómo dicen todas las negras de casa c¡ue andas hecha bruxa y que te haces
e
tampoco podían detener a las bruxas: "saíam por qualquer buraco da coso
tigre y gato y botija y otras cosas 1". Guiomar niega los cargos, y atribuye
el
91 En 1760, Catarina Dias se autoadju dicó b muerte ele 300 niños
pelo ar". amiga
se poder ele metamor fosis a otros dos esclaYos, el cojo Bartolom é y su
ante los ifü1uisiclores ele Lisboa; durante sus s,ilidas nocturnct s, también
92
trazos pueden Catalina. Ambos solían entrar en trance luego ele colocar la cabeza entre
k1bb dedicado a derrama r el vino de las cavas. Los mbmos la
las piernas; cuando ello sucedía, sus :ilm;is abandona ban el cuerpo bajo
hallarse en los testimon ios pron:nie ntes de Brasil. En 1742 compcin:ce ante Diego Polo
forma de un tigre o de un perro. Ante semejant e confesión
el tribunal inquisito rial ele Lisboa, provenie nte de Minas Gerais, la esclava
exclama: "¡comu brn.rns era aquesto, y desa manera algunos muchach os a\TÍan
Luiza da Sih-a Soares; en la colonia, tras haber sido fernzmcn le torturada lo
muerto, y tu tambien, que tu me dei,iste de matar los nyños que nacieron en
por sus amos, había admitido su responsa bilidad en el asesinato de un niño, me pudieron morir!". 95 Resulta
cosa, porque c¡uatro muchach os ¡cómo se
en cuyo cL1c1rto había penetrad o en forma de m,1riposa, por la ranur<l de
9 particula rmente sugesliYo c¡ue el español sea quie11 introduzc a el término
una venl<lna, para chuparle la sangre por la nariz. l si
"bruxa" en el-tenso diálogo que mantiene con su sirvienta . En efecto,
La fusión ele mitologe mas que constituí a el complejo rnítico de la bruja relaciona dos con las
en un principio el episodio paree/a remitir a tópicos
ibérica también llegó a producir se en Hispanoa mérica colonial. El episo-
creencias ancestral es ele los escla\·os transterr ados, los condicio nantes
dio más extraord inario remite al proceso civil incoado en 1565 contra un
culturale s dispararo n en el amo asociacio nes diferente s. Para un español
numeros o grupo de esclavos africanos , residente s en Cartagen a de Indias.
de mediado s del siglo XVI solament e existía un término capaz de expresar
Los esclaYos eran propieda d del c.ipitán Diego Polo, a cuyos oídos llegaron io
la conjunci ón entre metamor fosis animal, opresión nocturna e infanticid
las persisten tes quejas c¡ue los negros lanzaban contra Guiomar , una de sus
epidémic o: bruxa. Pero habrá c1ue esperar a la confesión del cojo Bartolo- ,.
compañe ras de cautiveri o. Según el relato de los demmcia nles, Guiurnc1r
molest.ib a por las noches a los durmien tes aplastánd olos con el peso de mé, el otro sospecho so principal , para que el complejo de la bruja ibérica
su cuerpo, "entume ciendo los con hierbas y haciéndo les perder el seso"
_9+ emerja en todo su esplendo r. A diferenci a de Guiomar , el testimon io de
Bartolom é no sólo incluye leyendas africanas sino también muchos com-
ella
90
Francisco Bethenco urt, O ima&inJrio J.., 11w&ia, p. 124: "una cosa se lanzó sobre ponentes derivado s de la mitologí a hispánica : "quando él quiere se vuelve
como si fuera un hombre
1uíenlras y:icía con su marido en la cama, y que no la sentía
tigre y todo lo que quiere, que en este mundo es del Demony o, que por
sino como si se tratara de estopa"
91 ]bid., p. 166: "salían por cuak¡uier agujero de la casa y por el aire" (las tr.iduccion es esto se hace tigre y que tiene anyma ele culebra ( ... ) y se va hecho bruxo por

del portugués son mías).


el ayre, y se haze culebra y lo c¡ue quiere, y hecho ayre emra por las !'emanas
ien de las casas y donde ay nyños les chupa la sangre que tienen y se la beue
para
92
Laura <le Mello e Souza, ";\utour d'une ellipse: le sabbat dans le monde luso-brésil
96
del' Ancien Régime", en Nícol e Jac:c¡ues-C haquin et M.\xime Préaud (dirs.), Le sc1bbut biuir mucho ... J luego se mueren los niños a quienes chupa la sangre". Resulta
-
Jes sunicrs, Xl'e-XVllie siccles, p. 341. evidente que una esclava joven como Guiomar , no había logrado internali
e
93
L1ura de Mello e Souza, O Diabo e a Terra de Santa Crnz. Feitiraria e reli&iu,iduJ zar aún el complejo ibérico con la profundi dad con que lo había hecho el
Ilú Brasil culv11i<1/, San Pablo, Companh ia das Letras, l 986 (cito por la edicié!II
anciano Bartolom é, residente en Cartagen a desde 1545. Cabe pregunta rse,
pupulur
pupulor en
en castell.1110: El diablo en la tierra Je Santa Cruz. Hccl,ú.e1 lc1 y rcli&ivsiJc1J
de Teresa Rodríguez Martínez, Madrid, Alianza, entonces , cuáles fueron los canales por las cuales la mitologí a de la brujo
el Brc1sil wloniul, Yersión e,pañob
1993, pp. 319-320). 95
/bid., p. 127. La bastardilla es mía.
Gm-
9
Luz Ceballos Górnez, ffechicería~ brujería, e f11lJUÜii.,-iÚn en el Nun'u Reino Je
+ Diana 96
/bid., p. 133. La bastardilla es mía.
Universid ad NacionJ.l, 1994, p. 125.
nada. Un duelo Je in,c19iuwios, Bogotá, Editorial
86/194 175
174
E~tLH.liu~ de c.1s0. D\;'lli011ulugí...t cri.:,ti~u1,1 _\ Lultur..1 t0lkl6rica en el inundo ibéríco

llegú hast;i lus esclavos neogr<lHJdinos. Es muy prul>c1ble c1ue la principal Mayoritariamente mujeres, 1.is Llc1hu¿fpuchis se especializan exclusinmente
vía de difu,ion fueran los coloHizadures oriundos del norte de España. De en el asesinato de criaturas con menos de diez meses de v·ida, a c¡uienes
hecho, el cojo Bartolomé, el único c¡ue ckscribió ele manera espont:Ínea chupan la sangre hasta proYocarles la muerte. Si se encuentran con puertas
el cornplejo ibérico con todos sus detalles, recordó durante su primera cerradas, se transforman en hormigas o pulgas. En el interior de la casa
coHfesión que su llegada a la ciudad, veinte años antes, h.ibfa coincidido con adoptan siempre la forma de un paYo, pues sólo así pueden hipnotizar a los
el arribo de un nutrido contingente de navarros, guipuzcoanos y vizcaínos, adultos. Luego toman forma humana, pan lle,·ar a c,1bo su rutina ,·arnpírica.
liderados por el licencí-ido Migud Díaz de Armendáriz. 97 La tlahuelpuchi emite también un nho c¡ue induce un profundo estado
/vluchos de los timbres distinti,·os de la bruja ibérica persisten en de sopor en sus víctimas. El ajo y la cebolla son considerados los Únicos
f-lispcrnoamérica durante los siglos XIX y XX. En la década de 1890, b remedios eficaces contra esta depredadora nocturna. Tambi.:Cn las cruces
antropóloga Matilda Coxe Stevenson recoge entre los Zuñí de New Mexico confeccionadas con alfileres o los objetos ele hierro contribuyen a proteger
la siguieHte confesión de boca de un joven brujo: "J can assume rhe form of a los niños ele sus atac¡ues. Si una persona nace con estos poderes, no tiene
a <1nJ poss throu¿¡h the smollest hale to entera hollSe (. . .). 1 hm·e killed rwú
úl! forma de erradicarlos: "las rlc1/wdpuchis nacen con una rnaldic:ion c1ue ni
infanrs, three girls ond nvo boys". 91 Un estudio de comienzos del siglo XX
detecta en Chile la siguiente creencia: los brillantes y monedas obtenidos
Dios ni el diablo pueden borrar". 101 Las sernejanz:1s enlre la 1h,huclpud1i y
la brnja ibérica son tales que resulta imposible no adjudicar la mayoría de
.
' '
"'t
en la salamanca devienen huesos, guijarros y bolitas de estiércol a la luz sus rasgos a la influencia esp-iñob. De hecho, Nutini y Roberts no hallan
del día. 99 En los relatos orales que los folkloristas recopilan en el Noroeste ninguna figura dd panteón mítico pre-hispfoico que corresponda plena-
argentino persiste aún la creencia en las brujas que salen los viernes por mente con un a.gente maléfico tan altamente especializado. Al igu.11 que los
la noche a recorrer el vecindario cmwertidas en aves misteriosas; durante restantes person.1jes c¡ue hasta hace unas década, complet-iLan la galería de
sus andanzas pueden penetrar por cualquier rendija en la intimidad de las agentes sobrenaturales antropomórficos en la Tlaxcab rur,il, b tf,,lwelpuchi
habitJciones mejor cerradas. 100 fue producto de un proceso sincrético que se profundizó cuando los fran-
Pero la prueba más contundente de la persistencia del complejo mítico cisc.inos comenzaron a perder el control de las áreas rurales !lm·ohisp.Ínicas
de la brujt1 ibérica en la Hispanoamérica contemporánea, la proporciona el entre finales del siglo XVI y comienzos del siglo XVII. La carta que el
estudio de campo realizado por Hugo Nutini y John Roberts en el estado visitador de la parroquia San Diego Tlalocan dirige al obispo ele Puebla en
mexicano deTlaxcala. Ambos antropólogos detectan en las áreas rurales la
165 3 demuestra que, para mediados del siglo XVII, los principales entes
extendida creencia en un extraño personaje sobrenatural, la tfo!welpuchi.
sobrenaturales tlaxcaltecas -entre ellos, la 1/ahuelpuchi- ya estaban plena-
97
/bid.' p. 151 .
mente conformados, con apenas algun:is pequeñ.1s difertnci,1s ortogr.íficas J
98 /\!are Simmons, IVitcl1LrúJi in che Soutl11resc: Spanish and lndian Supcrnc1twolism on respecto de los nombres contemporáneos. 102 En este contexto, Nutiní y
ihe Ríu Gronde, Lincoln, University of Nebraska Press, 1980 (1974 ), p. 1 18: "puedo Roberts sostienen que la compulsión por el \·ampirismo infanticida debe
asumir la forma de un gato e ingresar en una casa a través del agujero más pequeño considerarse, definitivamente, UH traw ele origen europeo. llll Resulta obvio
( ... ). He matado a dos recién nacidos, a tres niñas y a dos niños" (la traducción del
señalar que los evangelizadores españoles recurrieron a figuras míticas de
inglés es mía).
99 Julio Vicuña Cifuentes, 1llitos y supersticiones.
su propio aceno cultural cuando debieron dar cuenta de algunos agentes
Rc,·u/)idus de la uadici..Ín oral chilena,
Santiago de Chile, Imprenta Universitaria, 1915, pp. 9 y 11 'º' Hugo G. Nutiní an<l John M. Robcrts, Blv0J,uckú,[J lritd,u,Ji: An Epistcmolu¡Jicvl
IO\> Adolfo Columbres, Seres solnenawwlcs Je lu cultuf<l pupulw úI[JClllinJ, Buenos Aires, Swdy ofAmhwpomurphic Supernawralism in Ru1Jl Tlcu,·alc1, Tucson, The University uf
Ediciones del Sol, 2003 ( 1984 ), pp. 131-132; Elena M. Rojas (comp.), Acerca Je Arizona Press, 1993, pp. 54-76.
/us relatos o,úles en la Provincia de Tuwmán, Tucumán, Facultad <le Filosofía y Letras- 'º' !bid., p. 97.
Universidad N<lcional de Tucumán, I 986, p. l 08. )Ol /bid., p. 114.

87/194 1 77
Estudius de cJso. Dén1u110lugí.1 LTÍ::.ti.u1.1 y udturJ t~)lklúric.1 en d llHHHiu ib.'.:rico

sobrenaturales pre-liisp:rnicos (sin ser del tocio conscientes, claro, de la sustancialmente más antiguo. ' 07 Sin embargo, las grandes semejanzas
exn·emacla originaliclacl que dichos estereotipos ibéricos ténÍan respecto morfológicas que existen entre ambas figuras no nos permiten descartar
de otros com¡;lcjos folklóricos europeos). Cuando en la segunda mitad la posibilidad de que el complejo ibérico ttn-iera una influencia clecisi\·a
del siulo XVI Frav l3ernanlino de S<1hc1gún debió definir las características en la conHguración final que la creencia local adc¡uirió tras la finalización
esenc:ales del nahua/ -que en el caso específico ele Tlaxcala fue otro de de la etapa de dominación española.
los agentes sobrenaturales que sobre\"ivieron hasta muy entrado el siglo Las peculiaridades del folklore filipino también aportan algunos indi-
XX-, recurrió al complejo mítico de la bruja española, adjuclicanclo a la cios sobre el contenido original del campo semántico del términu bruja.
figtu-a Yernácula el \·ampirisrno infanticida como timbre clistintinl: "el Una de las criaturas sobrenaturales más temidas por los habitantes del
nahualli propiamente se llama bruxo que de noche espanta a los hombres archipiélago es el oswon9. Se trata de una figura compleja, que se manifiesta
y chupa a los niños". llH La misma glosa, en la pluma de un e\·angelizar bajo diferentes formas. ,os En una de sus encarnaciones mas extemlicL1, se
prowniente de otra región europea, hubiera adquirido, sin eludas, un la representa corno un monstruo nocturno que devora las visceras ele sus
contenido diferente. víctimas. Suele ensañarse con las mujeres embarazadas, a quienes ataca
Los ecos del complejo de la bruja ibérica parecen haber alcanzado con la intención de succionar los fluidos vitales del feto. No caben eludas
t.imbién rc2:iones como Cerdeña y Filipinas, sometidas durante un período de que el arn'O/lfi filipino es una figura mítica idiosincrásica, independiente
prolongad: a la colonización española. El folklore de la isla mediterránea del complejo de la bruja ibérica. Sin embargo, resulta en extremo suges-
da cuenta de una peculiar amenaza infanticida: so stírbile. Según la creen- tivo el término con el cual la etní;i Ilok0 designaba esta m,rnifesL1ci.'rn del
cia Yernácula, la stírbile es una mujer capaz de transformarse en gato o en monstruo filipino especializada en el asesinato de niños pequeños: buruka,
mosca, metamorfosis que emplea para acercarse a los recién nacidos y un forma corrompicl<1 del castellano brujo. ' 09 Es probable c¡ue la primitiva
succion.irles la sangre.'º' En las leyendas recogidas por la etnógrafa Dolo- asociación del término ibérico con el VJ.mpirismo infanticida, facilitara la
res Turchi se aprcci-111 algunos trazos particularmente arcaicos de la figura utilización de la palabra europea para caracterizar a una figura mitica local
sarda. Por un lado, la suya es una dolorosa condición: no puede remediar especializada en la succión de fluidus y en el asesinato intrauterino.
1'ampirizar a los neonatos, pues ha sido predestinada a ejercer su maléfico
oficio por un nefasto destino imposible de torcer. Por otro lado, mientras 4. Avatares del Doble: vampiros, hadas, pesadillas
el espiritu de la stírbi/2 se desplaza en forma de mosca su cuerpo perman- y aparecidos
ece exánime, inmóvil, de tal forma que la mujer morirá si el insecto no
Muchos de los atributos de la depredadora nocturna descriptos en los
logra reingresar dentro suyo. 106 Resulta poco probable la existencia de
apartados anteriores pueden hallarse en forma aislada en otras regiones
un.i relación de filiación directa entre la stÍrbile y la brujo, pues muchas de
l.is característic.is del mito sardo parecen remitir a un fondo de creencias de Europa. Pero el hecho que caracteriza a la bruja española es la con-

'º Ya hemos Yisto que muchos <le los trazos característicos de la súrbile sar<la aparecen
7

iO½ fray Bern,lnlino de S.1hagúu, J-li.:.t.1.Hid t1enaul Je ]Li:; cvsd5 Je Nuc:1'd Es¡.Jt.1ñd, introduc- también en las brujas infanticidas italianas; véase Christa Tuczay, fau,cri,1110 e 111<19iu ne!
ción ' paleografía ,.:::.,olosario ,,y notas <leAlfn:do LópezAustin ,,y Josefina García Quinuma, ,lfeJiuevo, pp. 219-220; Domenico J\hmmoli, PruLóSO al/u suegc1 ,lfúlleuccia di Fnwcesco,
/\ladri<l,Alianza, 1988, vol. II, p. 598. pp. 33, 35; Richar<l Kieckhefer, "Avenging the Blood of Children", pp. 94 y ss.
io; AnJrca SJ.tt<l, "SS Súrbilc, tra stregonerL.1 e sLi..in1.111esilne)', S ..uJ¿811c1 Jl!editerranea 1 ,os Máximo Ramos, 'The Asn-ang Syncrasy in Philippine Folklore", Western folklore,
1 (1997), pp. 1-3. 28:4 (1969), pp. 238-248. Véase también Fenelb Cannell, Power and Imimacy in ,he
106 DoloresTurchi, Lea9enJe e rúcc0nli popularí della SarJe9na, Roma, Newton Comp-
Christúm Philippines, Cambri<lge, Cambridge Llnh·ersity Press, 1999, pp. 141-151.
109
ton, 1984,pp. 34-36. Maximo Ramos, "The Asw<1n9 Syncrasy in Philippine Folklore", p.241.

88/194 1 79
EC!tudiu:; de Lt'>U. Dernt,11uluuía cristiJ.n,L \" cultur<t l~_ilkll>1 ic,1 en d 111UJHlu ibérico
"' .

junción de todos ellos en una Única figura mítica sui 9encris. En síntesis: Con frecuencia atacaban a las personas en situdciünes explícit.uncnte lí-
la bruja ibérica era un agente maléflco nocturno, especializado en forma minarcs, durante el sueño, en el transcurso de un \·iaje, después del ¡)arto.
casi excluyente en el asesinato de niños recién nacidos. Recurría para ello Personihcaban m,iles espedficos -las pes,lllillas, id, lur1nentas de \·iento,
a laceraciones, mordiscos o mutilaciones, aunque con más frecuencia su la insanía, la fiebre, la peste, las cefaleas~ y casi siempre alonne11ldb,rn a
accionar inLrnticiela se ,isoc:iaha con el ,·,unpirismo y b succión ele sangre. los seres humanos en forma directa y cruda; rdr.uncnte jugabdn el rol de
PuseL1 la extraordinari,1 capacidad ele penetrar en aposentos herméticamen~ tentadores morc1les que la traclici011 cristiana asig1u a los malos espíritus.
te cerrados, aprovechándose para ello de los menores resquicios existentes Retozaban en el desierto y se sentían a gusto en los confines del rnundo
1
en puertas y muros. Estaha dotada con fabulosos poderes metamórficos, ordenado. Imaginados por lo general como espíritus etéreos, podían entrar l
que le permitían adupt<lr un<l gc1ma ctsí infinita de formas animales, o en una casa a tra,és de grietas u orificios, o bien pur dcbajcl de las puertas. 'i
1
l
transformarse incluso en objetos inertes. Cuando atacaba a los durmientes Actuando con nocturnidad y ale\osía, apL1st.1b,1n a lo:; humanus como una 1

adultos se lanzaba sobre ellos, apL1st:rndolos con su peso y pronJcándoles


un.i ,rngustíante sensaciún de par:1lisis y ahogo. En ocasiones, sus ataques
pared que se desmorona. DeYoraban a sus víctimas y bebían su sangre. Eran
criaturas sucias e impuras, que despedían un hedor repugnante.' 11 Rara- 'i
,j

adquirian características compulsh·as, como sí se tratara de un destino mente diferenciados con claridad unos de otros, entre ellos se distinguía,
,,,l
tdgico del cual le result,1k1 imposible escapar. También se le adjudicaban sin embargo, un grupo específicu dedicado al infanticidio. 111 Larnashtu, por
algunas conductas específicas: beberse el ,·íno almacenado en caYas y ejemplo, era una virgen estéril que atacaba a las mujeres embarazad,15, a
bodegas, espantar a los paseantes nocturnos, hacer la colada a la ,·era de las parturientas y a las nodrizas. Expulsada del cielo por su padre, el dios
arroyos y cursos ele agua, apagar b lumbre ele los hogares, orinar en el Anu, se dedicaba a matar a los pequeños tanto en sus cunas como en el
interior ele las casas, desordenar o destrozar los trastos que ktlLba en la vientre de sus madres. 113 Por ello se la sindicaba como responsable de los
cocina, y realizar regalos valiosos que, a la luz del día, se transformaban abortos espontáneos que iuterrurnpfan Li concepción. Algunos exegetas
en objetos sin valor. del mito sugieren que los infanticidius cometidos por Larnashtu no eran
En estos trazos del complejo de la bruja ibérica, y en particular en intencionales, pues derivaban de una irrefrenable pulsión por asistir a los
aquellos de apariencia más exótica, el especialista en el folklore medite- recién nacidos: en efecto, la leche que manaba ele sus pechos era un fluido
venenoso c¡ue irremediablemente prorncaba la muerte de los niños a c¡uie-
.
,,,,
rráneo y en la rnitología indoeuropea comparada rápidamente descubre los
caracteres básicos de una serie de figuras míticas cLiramente identificables: nes su frustrada m;iternidad inducía a nutrir y a alimentar.'" Con frecuencia ,.
111 Jeffrey Burton Russcll, ,,"
el demonio infanticida, el aparecido-,,ampíro, el cortejo de las hadas y Thc Dci-il: l'crccptiuns ef friljion1. lnti,¡uity to l'rimitirc Chris-
el espíritu ele la pesadilla, avatares específicos de la arcaica mitología del 1ic1uity, lthaca, Cornell Uni,·ersity Press, l 987 ( 1977), pp. 73 y 92; Norman Cohn,
Cu,mvs, Chaus c111J tl,cWu,IJ to Come: Thc ,lncimt Ruuts ef.lpoc<ilyptic Faich, Ncw Ha,·en,
Doble.
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,mrnJu ,·eniJero. Las anti9uas raíces de la je upuc,,lipti,c1, traducción de Bcttina Blanch,
El demonio nocturno infanticida
Barcelona, Crítica, 1995, p. 69).
En la Antigua Mesopotamia existían, al margen de las grandes di,·ini- "' JoAnn Scurlock, "Baby-Snatching Demons, Restless Souls and the Dangers of
dacles cósmicas, un sinnúmero de espíritus de la destrucción y del caos.''º ChildLirth: l->kdico-Magic<ll Mcans of Dealing witli Sorne of tite Perils of Motl,erhood
in Ancient Mesopotamia", fn,·u¿piiw, 2 (1991 ), pp. 137-185.
113
110
Mercedes López Salvá, "Demonios y espíritus en las religiones primiti,·as del Diane Purkiss, Ar che Bouom of the GarJen: A D,u k I-lisro,y i:f Fui, ic,, I-lubgublin,, unJ
Próximo Oriente", en Aurelio Pérez Jimlnez y Gonzalo Cruz Andreotti ( eds. ), Seres Other Truublcsome Thin9s, NueYa York, New York University Press, 2003, p. 32.
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180 89/194
Estudios de caso. DcrnunologíJ crbtian..1 _Y ..:ultur,1 folkl()ric<l en el mundo ibérico

119
se la representab.i portamlo cepillos o instrumentos para hiLclv, símbolos formas. No tengo otra misión que b destrucción de lus niños pequeños".
del universo doméstico al que amenazaba de manera constante. "
1
En un testamento ético redactado en Venecia en 1544, el rabino Eleazar
Es probable c¡ue los demonios mesopotámicos se encuentren en el el Grande ach·ertía a su hijo sobre los peligros representados por Lilith:
origen de las figuras similares que hallamos en otras mitologías del Medite- "nunca dejes a un niño sólo en su cuna, ni de día ni de noche, ni Lunpoco
rráneo oriental. 1161al parece haber sido el caso de la Lilíth hebrea. La Biblia pases la noche solo en tu morada. Pues en tales circunstancias Lilíth se
120
apodera del hombre o del niño con su fatal abrazo". El rabino l-Iayyim
sólo la menciona por su nombre en lsaías 34: 1, donde aparece rodeada de
sátiros, hienas y felinos salvajes. Sin embargo, este temible espíritu del
117 Vital ( 1542-1620) enseñaba que Lilíth podía tomar la forma de un gato, ele
desierto estabc1 llamado a convertirse en un personaje central dd folklore un ganso, o de cualquier otra ave de corral, por lo c1ue aconsejaba que se
judío posterior. Una antigua leyenda protagonizadd por el profeta Elias impidiera el ingreso ele anímales domésticos en las habitaciones en las que
resume el mortífero accionar de este peculiar agente infanticida. El santo descansaban las parturientas o los recién nacidos; también sugerfa tapar la
nrón intercepta al maléfico espíritu y lo interpela de la siguiente manera: nariz de los pequeños que reían durante el sueño, pues ellv podía indicar
"1\l.:ilvad.i Lilith, ¿hacía dónde te diriges a la cabeza de tu inmunda hueste?". que el monstruo estaba tratando de atraérselos mediante juegos y muecas
12
"Mí señor Elías" -responde el demonio-, "me dirijo hacia la casa de aquella siniestras. ' Los judíos marroquíes empledban objetos ele hierro-cuchillas,
112
mujer que acabd de dar a luz a un niño, a concederle el sueño de la muerte, espadas, tijeras-para neutralizar los ataques del espíritu asesino. El mito
a quitarle a su recién nacido, a beber su sangre, a succionar la médula de de Lilith como demonio infanticida cvntinuó obsesion,rnclo a las familias
sus huesos hasta dejar su cuerpo vacío".
118
El dominio de Salomón sobre tradiciomles hasta muy entrad.i la edad cvntempor,Ínea. De hecho, tod,ní.1
Lilith fue una de las características distintivas de la demonología árabe y ocup<1ba un lugar destacado en los exorcismos que las cumunidJdes hebreas
123
judía durante toda la Edad Media. Un manuscrito griego de los primeros instaladas en Medio Oriente practicaban a comienzos del siglo XX.
siglos de la era cristiana relata el encuentro entre el monarca bíblico y el Entre las muchas variantes griegas del ch.ild-killing demon, caníbal y
proteico demonio infanticida: "llegó hasta mí un espíritu con forma de vampiro, cobran particular importancia las figuras de Lamia, Gello y Morn10.
mujer. Entre los hombres me llaman Obizuth, me elijo, y de noche no La popularidad del primero de estos demonios fue tan importante que su
duermo, pues visito a las parturientas. Si tengo suerte, mato al recién nombre llegó a sustantivarse, tr,msfvrm.índose en sinónimo ele monstruo
nacido, pues soy un espíritu feroz con una miríada de nombres y muchas nocturno infanticida. Según una de Lis tr.idicioncs más difundidas, Lamia
era hija de los reyes Belo y Libia. Seducido por su virginal pureza, Zeus
la convirtió en su amante, provocando los celos üweteraclos de su esposa
University of lllinois Press, 2005, pp. 485,505. Hera. La venganza de L1 reina del Olimpo consistió en asesinar de manera
; ManfrcJ Lurkcr, T/,c Ruut!eJ1:1c Diaiuna,y uf GuJs anJ GoJJnscS, Dcvils, ,rnJ Dcmolli, sistemática la totalidad de la descendenci.i engendrada por Lamia. Desga-
11

Nueva York, Routlcdge, 2004, p. 109; Caro! Rose, Spirits, Fairies, Leprech,rnm~ onJ rrada por el dolor, la joven se ocultó en una cueva solilariJ. del desierto de
Gublins:An EncyclupcJid, Nueva York, W. W. Norton, 1996, p. 192.
Libia, donde se fue transformando en un ente 1i10nstruoso, especializado
116
Walter Burkert, Thc OrientuliLin¿J Rcrolutiun: Near Eastcm Injlw:nce on Greek Culwre
in che Early Ardwic ,l9e, CambriJge, Harvard University Press, 1991, pp. 82 y ss.;
119
David West, "Gello ancl Lamia: Two Hellenic Daemons of Semitic Origin", U9arit- Michele Klein, A Time ro Be Born: Cuswms and Fvlklv1c ofjcwish Birch, Filadelfia,
fvrsd,un9, 23 (1991), pp. 361-368.
Jewish Publication Society, 1998, p. 145.
117
Raphael Patai, The f-!ebrew Coddess, Detroit, Wayne State University Press, 1990 "ºJbiJ.,p.147.
'" ]bid., p. 148.
(3rd. ed.), pp. 222-223.
113
M. Gaster, "Two Thousdnd Years of a Charm against the Child-stealing Witch", '" lbiJ., p. 153.
lll Raphael Patai, The f-lebrew GvJJess, p. 240.
Folk-Lore, 11 :2 (1900), pp. 149-150. La traducción del inglés es mía.

90/194
E:-,ludio::. dt: 1.:..1.so. Üc1J1011ulugíc1 cristian,1 y udtur,1 fulLlúricJ. en el munJo ibérico

en el asesinato de recién nacidos. 1H Gel lo, por su parte, era una jo\·en de la aunque no parece tener relación directa con los espíritus semitas y grie-
isla de Lcsbos mue na en plena juventud, sin haber logrado concretar sus gos, puede considerarse como un peculiar a\·atar del child-kiliin9 demon,
ardientes a11belos de maternidad. Por dicho rnoti\·o, su espíritu vdgc1b.1 por que transformado en aye rapaz deambula por la noche en busca de recién
las noches con la intención de apoderarse de los niños recién naciclos. 12 ' nacidos a quienes devorar o varnpirizar. ' 30
Al igual (¡ue Lamia, Gello perdió identidad inch·idual para transformarse
en una variedad específica de demonio puericicla. Según una crónica del El cortejo <le las hadas
período bizantino, las i-Jelfoud2s podían penetrar incluso en aquellas casas
Aún cuando las hadas europeas deben formalmente considerarse como
cuyas puertas y vcnl<mas lMbÍan sido CL!Ídddosamente cerradas, con el ob-
una creación literaria de los siglos XII y XIII, h génesis del complejo míti-
jeto de estrangular a los criaturas pequeñas. 126 Mormo es el tercero de los
co que otorga sustento a su figura resulta en extremo problemática. 131 Al
gramlés demonios infanticidas griegos. Se trata de un personaje mítico poco
margen de algunos caracteres formales que las asemejan a los demonios
definido. En un principio parece haber sido, simplemente, una máscara
nocturnos infanticidas del área mediterránea, resulta indudable c¡uc su ori-
del dios 1-lermes, ennegrecida con cenizas para asustar a los niños desobe-
gen se halla en los espíritus sih·estres femeninos que según el pensamiento
dientes. Se trataría, por lo tanto, de un demonio ele las chimeneas, de un
arcaico pululaban por los bosques y espacios sah·ajes del continente. 132 Se
demonio ele la oscuridad. En las fuentes clásicas Monno siempre aparece
trata de las "a9restes jemitll1e, qum s_vlrnticos rncont", a las que Burcardo de
como una figura terrorífica a la (]lle las madres recurren para disciplinar
\Vorms alude en la primera mitad del siglo XJ. 'll Si en ocasiones podían
a sus hijos. Una fuente anónima la describe como una mujer de Corinto
premiar con dones y regalos a quiclléS las trataban con veneración y respeto,
que había de\·orado intencionalmente a sus propios hijos. 117
los espíritus feéricos del folklore estaban lejos de encarnar a las \aporosas
Muchos de estos espíritus malignos tienen su origen en indi\·iduos
e inofensivas figuras del estereotipo \·ictoriano. ii+ Quienes contrariaban o
que fallecen en forma prematura, antes de tiempo: los aoroi de la antigua
maltrataban a estos númenes seh·áticos, aún cuando no tm·ieran intención
l-lélade. 115 Tal era el caso de las personas muertas en plena jtl\"entud, de
las doncellas vírgenes, de las mujeres estériles. 129 También la strix latina,

L?-1- Pierre Grirn..11, Diu:ivnuria Je miwloffÍd aricf)u )' rvmdnLI, Paidós, Barcelona, 198+ 130
Ver Sabino Perea Yébenes, "Las striges: n1ujeres-pdj~1ros, lujuriosas) deYoradoras",
( 1963 ), pp. 303-304. Sobre Lamia I éasc l,:uubién Da, id W<11Lcr Lein\\"eber, "Witchcraft en Sabino Perea Yébenes, El sello de Dios ( 2). Caemuni.is Je la muerte. Nuac estudios sobre
,rnd La1I1i,1c in 'The Golclcn Ass'", fulk!.m, 105 ( 1994), pp. 77-82. magia y creencias popul<.1reS greco-rnwc111<1s, Madrid, Signifer, 2002, pp. 233-270; Alcx
'" Sobre Gcllo I éase Sar,1h lles Johnston, Rcsclcss Dcud: En,0un1crs BCL,rcen ihe Li1·in9 and Scobie, "Strigiform \Vitches in Roman and Other Cultures", fübulc1, 19 (1978), pp.
che D,,c1,l in Ancienc Creece, Berkeley, llniYersity of Californi:t, 1999, pp. 161-199. 74- 1O1; Anne-Marie Tupet, La Jfayiu Juns la poésie lacine /: Des origines ala fin du ri:9ne
116
/bid., p. 166. c/',lugu,Le, París, Les Belles Lettrcs, 1976, pp. 68-7S, 331-339, 376-39 l.
127
Diane Purkiss, Ar ihc Bu11um of the Ca,Jm, pp. 27-28. ''' Cfr. Claude Lecouteux, ,lu-,lelc, Ju .llcncilleux. Des cruyc1nccs du Aíuycn .·!ge, París,
1
" Sarah lles Johnston, Restlrn Dead, p. 127; Dianc Purkiss, ,-Ir thc B0uum uftl,c Carden, Presses de l'UniYersité de Paris-Sorbonne, 1995, p. 162.
pp. 71 y Tl; Christopher A. Faraone, "TheAg0nisLic Cuntcxt ofEarly Gr<:ek Bimling 132
Cfr. Laurcnce Harf-Lancner, Lesflcs uu .lluJcn. igc. Jlurjt.llw er ,llé!usinc. La n. .ússdnet: des
Spells", in Christopher Faraonc ami Dirk Obbink (eds.), ,líu9iku f-Iiera:.ln,icnl Creek fées, París, Honoré Champion, 1984, p. 2+; Claude Lecouteux, ;!u-Je/a e/u 11fen·eilleux,
,llc1gic and Rdigivn, Nueva York, Oxford llni1·ersity Press, 1997 ( 1991 ), pp. 3, 17, 22; p. 165; Diane Purkiss, At the Bouom of the Carden, pp. 12 y 51.
J. H. M. Strubbe, "Curscd be he that mm·es my bones", en /bid., p. 43. lll Burchardo ele Worms, Decretum, XIX, 5, en Migne, PL 140,971: ''mujeres agres-
119
El tópico se mantul'o l'igcnte durante siglos en el folklore europeo; véase al respecto tes, a las que llaman seh·áticas" (la traducción del latín es mía); al respecto Yéase
L'upcho S. Risteski, "Categories of the '[yj] Dead' in Macedonian Folk Religion", Laurence Harf-Lancner, Le monde eles Jées dans /'Occi<lcme mJJiérnl, París, Hachctte,
en Gábor Klaniczay y Eva Pócs (eds.), Christicm Demono/08.Y and Populur M_ytholu9_y, 2003, p. 1+.
Budapest, Central European University Press, 2006, pp. 207-210. 1
H Dianc Purkiss, At the Boccom of che Carden, pp. 220 y ss.
18.¡ 91/194
Estudiu.-, de caso. Dc1nu11ulugí..1 cri::,tí,ui,t y cultur,1 folklórica en d mundo ihérico

1 del bautismo. i+i Los objetos de hierro, y uno o dos candiles encendidos,
de molestarlos, rccihLm terribles castigos. E En dichas circunstancias , las
6 eran uniYersalment e considerados como los remedios más efectiYos contra
hadas ponían de manifiesto una conducta feroz y arbitraria_, i Tamhien 112
las hadas que sustraían a los pequeños de sus cunas.
1x1,lí,m clesanulLir hábitos Yampíricos. Algunas hadas celtas manifestaban
Las procesiones nocturnas, a menudo bajo la guía dé ,ilgu11c1 arcaica
una particular predilección por los fluidos humanos. En la Isla de Man se
divinidad femenina, eran otra de las características sobresalientes de las
creía que succionaban la sangre ele los durmientes que no habían tenido la
1 37 ·
aarestes.fiemrnae.
1+3 Aunque e 1 espac10 .
. era su ecosistema
. sa lvaJe natura l, en
precaución de dejar prepar,1dus recipientes con agua para agasajarlas. En
ocasiones visitaban el mundo de los humanos, penetrando subrepticiame nte
el fulklure escocés, la Baobhcm Sirh era un hada de extremacl;i belieza c1ue
135 en los hogares y viviendas. En las primeras décadas del siglo Xlll, Guillau-
bcbí;i b sangre de los hombres c¡ue aceptaban mantener coito con ella.
me el' Auvergne confirmaba en De unirerso creuwrorum haLer oído hablar de
En las MiJlunJs ingles<1s, las k1d,1s eran espíritus menos feroces que los
espíritus que en ciertas noches tomaban la forma de muchachos y mujeres
que pol>bban los espacios celtas: podían asustar a los paseantes nocturnos,
vestidos con ropas brillantes: presididos por Domina Abundia, visitaban los
castigar con pellizcos a las amas de casa descuidadas, robar la comicia de los
119 establos y bodegas para beber y consumir las viandas que los moradores
graneros, o cabalgar los caballos hasta dejarlos bañados en sudor.
habían dejado preparadas para ellos, a quienes en agradecimien to recom-
Como herederas de las parcas y de las marronac, las hadas tenían tam-
pensan con abundantes bienes materiales; cuando esperaban una de estas
bién una estrecha relación con el uniYerso ele los recién nacidos y de las
visitas, los habitantes de la casa abrían sus graneros y dejaban descubiertos
parturientas, aunque no siempre para proteger a las jó\-enes madres o a su
sus barriles_ 1++ Hacia 1280, el Roman Je la rose de Jean de Meung completa
prulc:. En efecto, Lts h.1dc1s se hallaban en el centro de los rebtos de chonge
el cuadro de la difundida creencia: "errant avec clame Habu!llle (. _.) entrem
lins, y se las sindicaba corno las principales responsables ele b sustracción y
dans les maisom, cur ni barres ni clés les arrétent, et ils pénerrent par les chatieres
secuestro de los recién nacidos'+º. Hasta no hace mucho tiempo, entre los
cc1mpesinos griegos continuaba Yi\·o el temor a los atac¡ues de las nereidas
durante las primeras semanas de Yida del recién nacido, en particular antes
i+i Richard and Eva Blum, The Dúll¡Jero,1; Hour: The Lure of Crisis anJ A{¡-srery in Rural
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92/194
186
Estudios de cJso. Dí.:111u11vluvÍJ. cTisti~rn~1 \' culturJ rulklhric,1 '-'n el mundo ibérico
"' -

et lojémes"_ is, Dos siglos antes, Burcarclo p habÍil reparado en la capaciclacl durante la noche ele San Juan_"; La hilandería y el peinc1do ele sus cabe-
ele penetrar en habitaciones cerradas, característica ele estas procesiones lleras er;rn otras práctic-1s habitu:ilmente rebciunadas con las l,,1,Lis_ En
nocturnas'+''. En el fülicrc1ticus de John of Salisbury ( e_ 1 156-1 159), la pro- el área franco-prnYenzal, las hadas regían b actiYidad del hilado ele lino
cesión noctui-na ele las hadas es descripta en el mismo fragmento que las y cáñamo_ " 3 En Asturias, las princip:des acti,-iclades de las yemas, hadas
lamias infanticidas, lo que demuestra que bs semejanzas formziles entre las benéficas locales, eran hacer la colacla, hilar con hilos ele oro y peinar sus
syl,mica,Jeminae y el clúM-killin9 dt:wun ya eran percibidas por los intelec- largas cabelleras_"+
tuales meclie,-ales 1+7 _Todavía a mediados del siglo XX, las 9ialoádes ~plural En muchos relatos folklóricos las hadas son explícitamente identificadas
de Gel/o, el antiguo demonio infanticida griego-- eran conocidas en la isla con los muertos_ Una antigua leyenda irlandesa narra L1 historia ele un jO\·en
ck Mykonos como "las buenas clamas", Úno ele los clásicos eufemismos imprudente c1ue en vísperas ele f-foflowc'en se encuentra con un cortejo
em1)l,,<1dus pc1r,\ referirse a las ludas sin nombrc1rbs_ i+, feérico que marcha hacia la teria_ Los es1)íritus lo inútan a participar del
La leycmLi atribuye a los espíritus feéricos una serie ele conductas este- festín, hasta que en un momento determinado el joven reconoce en una
reutip,Hlas; con frecuencia se las describe laYando ropa y haciendo grandes de sus anfitrionas a una ,-ecina c¡ue había muerto unos años antes. Cuando
1 9
col.1das junto a las fuentes o cursos ele agua_ " En Bretaña los folkloristas las hadas comprenden lo sucedido, se abJlanzan sobre el joYen para for- . $J
',1-t]
licrn detectado la creencia en "las lavanderas ele la noche", obligadas a batir zarlo a danzar con ellas_ El infortumdo resiste todo lo que puede, hasta
y retorcer la ropc1 hctsta el fin ele! mundo, como castigo por haber comc- que finalmente pierde el sentido_ Cuando a la mañana siguiente despierta
ticlu illfanticidio, trc1bc1jaclo en domingo, o enterrado a sus parientes en en medio ele un clescampaclo, encuentra que sus piernas y brazos están
forrn,\ indign,1_ 'iº El Livddo era Ulld poderosa acti,-iclacl femenina, asociada plagados de moretones y cardenales, pronicados por los dedos ele aquellas
a la especial potencia procreativa y destructiva de las mujeres; en el sur temibles criaturas nocturnas_'"
de francia, un proverbio sostenía que la mujer <1ue volvía ele la,·;1r la ropa
151 El aparecido-vampiro
en el arroyo podía comerse viYo a su esposo_ En Aragón, las laYancleDs J.
eran unas h,,das nocturnas y maléficas, cuya colada podía ,-erse tendida El aparecido-vampiro es otra ele las figuras clásicas ele b mitología po- f ,\le

pular paneuropea_ Para la mentalidad arcaica, los muertos no rompían por


i+; Cit.ido por Claude Lecouteux, Chasses fantas,ic¡ues e, cohortes de la nuir au A/oyen completo el cordón umbilical que los mantenía unidos a su microcosmos
A9e, París, !mago, 1999, p. 16: "deambulan junto a Dama Abundia (.--)y entran en nati,·o_ La casa continuaba siendo un espacio sacramental al que retornaban
las casas, dado que ni las barras ni las llaves las detienen, pues ingresan a tra,·és de periódicamente_ " 6 En Bretaña se pensaba que los difuntos constituían una
gateras y otros aberturas" (ld tr.1ducción del francés es mía)_ 1 J
sociedad ·conocida como Anaon_ Sus miembros ,-oh·ían de noche a ,-isitar
1 6 ji
" Burchardo de 'vVorms, Decretum, XIX, 5, en Migne, PL 140, 973.
los lugares en los que habían ,-ívido, y por ello no se barrían hs casas una
1 7
"lkmy Clurles Lea, 11/uteria/, Tu11urcl i.l l-Ii,10,y 4Wircl,rn,ji, Nu<:1J York, Thornnas
152
Yoscloff, 1957, ,ol. 1, p- 172_ lvbnuel l\,1artin Sánchez, Seres mÍtiL-us y pc1:;u1Liji.:5 J~wl..Ísricus e~p..11lulcs, 1\ladrid,

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Princcton, Princeton University Press, 1991, P- 162.
153
Emmanuel Le Roy Laclurie, La sorciere de Jasmin, París, Seuil, 1983 (cito por la
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0 15
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Cambridge, l-larvard UniYersity Press, 1994, p. 45_ Madrid,Akal, 1998, p. 225_

188 93/194
EstuJios de caso. Dciuunulugía cristiana y cultura folklóric.:i. en el rnundo ibérico

n,z que oscurecía; las almas de estos difuntos se reunían tres \·eces al año: En la mentalidad tradicional el aparecido no buscabJ. necesariamente
la víspera de Navidad, la noche de San Juan y la noche de lodos los Santos, dañar a los vi,·os; en ocasiones, regresaba para p1-oteger y colaborar con
7
desfilando en largas procesiones hacia los lugares de reunión. " su familia.
161
Pero en la mayoría de los casos sus intenciunes eran sinies-
En el folklore europeo, sin embargo, el aparecido o rercnc1nt no es un tras. Clauck Lecouteux propone una tipología prcwisional ele rc,nwnrs,
fantasma, una entidad meramente espiritual: es el caclher de un muerto cuyos nombres llevan implícito el accionar particular c1ue los caracteriza:
155
que sale de su sepultura para interactuar con los \·ivos. No se trata de I'appefeur (el que llama a los \·ecinos por su nombre), fe_frappeur (el que
1 9
un muerto-vivo sino ele un cadáver-animado . ' El aparecido habla, gruñe, golpea a las puertas de las casas), fe l'isíceur (el que ingresa en las viviendas),
1
grita, golpea; posee, en definiti\·a, tres dimensiones. Por ello, y dado que f'<!l[amé (el que devora a los \'ivos), /'appesarc (el que se arroja sobre las \
tiene un cuerpo, es posible matarlo. El verdadero fantasma, en cambio, personas c1ue pasan),/' érrangfeur ( el que ahoga a sus dctimas), fe máchcur ( el llÍ
l
es mudo, y se manifiesta habitualmente durante el sueño. El rcrenant, por c¡ue cle\-ora su propio suclariot"' El listado queda incompleto, sin embargo, €
.ri
su parte, puede aparecer bajo forma animal; esta es una creencia compar- si no agregamos otro ele los trazos distintivos ele muchos aparecidos folkló- j

tida por las antiguas culturas griega y escandinava, lo que demuestra que ricos: su afición por la sangre de los vin>s. La sed de los muertos conforma
160
estamos en presencia ele un fondo común indoeuropeo. un topos básico del pensamiento arcaico. En las diversas concepciones de la
muerte, el difunto no muere definitivamente, sino que adquiere un modo
il/ dU.\ Xll'e el Xl'lllc :,'il:cle:,;. Un!! dcJ Ll5Jit!ydc, París,
Je . 111 Delu1nedu, La pcur en OcciJcrn
elemental de existencia; y en la espera ele su retorno al circuito cósmico
fJprd, 197S (cito por l.1 cdiciún en ca,Lc:!lano: El mkJu en O,cidemc (siglos XIV-XVIII).
Unu ciuJuJ siciuJ,c, ,·ersiún c,btcll.rn.1 de Mauro f\rrniño, i'vladrid,Taurus, 1989, p.
o de su liberación cleHniti,·a, el alma del muerto sufre, y ese sufrimiento
163
130). es habitualmente expresado por la sed. Al mismo tiempo, los muertos
1
" Pc1ra la ligur,1 del f:rnL1'ma, entendido como un ente espiritual, como una manifes- están sedientos de todo rebosamiento biológico, y por eso atacan a los virns
tación del alma de los muertos c¡ue entra en comunicación con el mundo de los dYos, en los momentos en que la tensión vital ele las colectividades está en su
Yéase Owen OaYies, Thc /Jc1wJ1cJ::I Su,iúl Hiscory ef Ghom, fosingstoke, Hampshire, máximo esplendor: después del parto, después de la cosecha_ iu
Palg;rd,e Mc1cmillan, 2007, pp. 2 y ss. Para un tratamiento menos restricti,·o, que
analiza en conjunto tanto el fenúmeno de los fantasn1.1s corno el de los aparecidos
o re:, inientes (rcrcnu1lrs), ,·ease Peter G. Maxwell-Stuart, Ghoscs: A rfiscory of Ph()n- Para una visión diferente del problema de los aparecidos, centrada en las fuentes y en
cums, Ghuuls ,'lOchcr Spirics of che DeaJ, Stroud, Gloucestershire, lempus, 2007, pp. la ,·isiún eclesiástica, véase: Jean-Claude Schmitt, Les Rffenancs, les Virones et les ,llores
39-16+. Para una colección de fuentes traducidas al inglés, en b que se encuentran dans la Sociecé méJiérc1le, París, Gallirnard, 199+.
tanto relatos de fantasmas corno de reYcnants, Yéase f\nclre\\· Joyncs, ,llcJicrul Ghom
161
John Cuthbert Lawson, ,lfoJern Grcek Fv/klu,c anJ,Incicnc Greek Rcligion, Nueva York,
Siurics: An ,Inthvlu¡Jy ef A!ircJdes, 111offels and Prodigies, \Voodbridgc, Suffolk, Boydcll llnhersity Books, 1964 (1910), p. 395.
' Claude Lecouteux, /Jistoire Jes J:impires. Auwpsic d'un mrchc, París, !mago, 1999,
16
ancl Brewer, 2006 (2001).
b~ La figura del rcre11Jnl no se ajusta eslrictan1ente al dogn1a cristiano de b resurrección pp. 63-84.
de los muertos. De hecho, la pos.;;siún del cadin·er por un demonio era la explicación
163
Mircea Eliaclé, Tiuité d'hi;cuire Jes reli¡Jium, París, Payot, 196+ (cito por la c,liciún
canónica del fe,:ómeno dc1cb por la Iglesia Medieval. Por lo tanto, la intrusión dd en castdlano: TracuJu de hiscu, ia Je ]<1, 1cli¡Ji011es, traducción de Tomás Segovia, Mexico,
ap,1recidu en la literalurd clerical posterior al siglo XI debería explicarse a partir de Ediciones Era, 1992, p.! 87);f\lan Dundes, "TheVampire as Bloodthirsty Revenant:f\
la n<::cesidad de imponer y difundir la creencia en las almas Purgatorio; véase Jacques Psychoanalytic Post Mortern", enf\lan Dundes (e<l.), Thcll1mpirc:,1 Cuselwuk, Madison,
Le Goff, La /'-.'aiss,mcc Ju Purgacuirc, París, Gallimard, 1981, pp. 2+ 1 y ss. The University ofWisconsin Press, 1998, pp. 165, 170.
° Claude Lecouteux, Au-Jd,i Ju Jlcncillcux, pp. 184-185, 203,212,222. Lecoutcux "" Sabina Magliocco, "Witchcraft, Hcaling and Vernacular Magic in !tal(, en \Villem
16 1

ha tratado el terna más in extenso en un libro dedicado por completo a la cuestión: de Blécourt )' Ü\\·en OaYies (eds.)) JVicchcr0l Cunrinw.:J: Pupul,u :lfo¿Jic in .1/uJcrn Eurupl.':,
fümunies et Rffcnancs au ,lloycn A9e, París, !mago, 1996 (1986) (edición en castellano: Manchester, Manchester University Press, 2004, p. 159; Mircea Eliade, TiuwJu de
fontasnws y c1pareciJus en la EJaJ ,1/cJiu, Palma de Mallorca, José J. de Olañeta, 1999). hiswria de fas religiuncs, p. 316.
94/194
Estudius de c~bu. Dc111unulugí...1 cristi~1n,1 y culturJ. l~)lklúríc,1 en d mundo íhérico

En síntesis, el 1·arnpiro es e~cncialmente una 1·arieclad específica del para denotar alguna variedad específica de rerenant. 16 s Fueron las psicosis
rcrcnum paneuropeo.
105
Una colección decimonónica de relaws populares colectivas que estallan en Europa OrienL:d en el siglo XYlll, y los estereo-
prusianos recoge una historia que transcurre en la ciuclad ele: Breslau en tipos que la literatura romántica produce en Europa Occidental durante
1591. Su protc1gonisL1 es un zapatero acomodado que se quita la Yicla sin el siglo XIX, los que contribuyeron a difundir una imagen estereotipada
motiYo aparente. Poco después del deceso, un espectro con la apariencia del fenómeno. 169 Así, el éxito ele la producción literaria de autores como
del suicida comienza a acosar a sus Yecinos de comunidad. Acostumbra joseph Sheridan Le Fanu} Bram Stoker contribuyó a ocultar, en parte, el
introducir:se en el lecho de los durmientes, aplastándolos y sofocándolos origen arcaico y los trazos folklóricos específicos de un cornplejo mítico
17
con su peso. Se aferra a ellos con tal fuerza que por la nu11cUlcl las ,·íctirnas tradicional mucho más antín10.
:::,
u

pueden observar con cLiricbd las marcas c1ue los dedos del 1·isitante dejan Es en el folklore contemporáneo, sin embargo, donde detectamos
en sus brazos} piernclS. Ocho meses después del entierro las autoridades los lazos que unen al aparecido-vampiro con otras figuras de la mitología
locales deciden abrir la tumba del zapatero, encontr.ímlose con el cadáver arcaica europea. Los bebedores de sangre se caracterizan por una feno-
intacto, sin signo alguno de corrupción. Los responsables ele la exhuma- menal capacidad metamórfica. En Yalac¡uia podían co1wertirse en gatos,
171
ción proceden entonces a cercenar la cabeza, a mutilar los miembros, a perros, pulgas o arañas. En Serbia salían ele sus tumbas transformados en
16 172
extraer el corazón, a incinerar los restos en una pira purificaclora. b Por polilla o mariposa. También tenían el poder de inducir en sus dctimas
otra parte, en el capítulo 51 del Trairé sur les Apf>c1ritiüns des esprirs ec sur les un profundo estado de sopor que facilitaba sus ataques nocturnos. En una
,wupires ou les Rei-enans de Hongrie, de 11/oraríe, ere (1751), el benedictino leyenda eslava reproducida por i\!JcLime Blavatsky, una novia a punto de
Dom Augustin Calmet reproduce un relato de 1·ampiros procedente ele comprometerse despertaba tocias las mañanas con el cuerpo plagado de
i\loravia, en el cual el protc1gonislct también se comporta como un aparecido cardenales y laceraciones, como si durante el sueño fuera sometida a crueles
convencionc1l. 167 Tanto la n.irración prusiana como la mor.wa contribuyen golpizas. Las personas que la custodiaban por la noche irremediablemente
a demostrar que la leyenda del vampiro debe analizarse en el marco más
itis ClauJe Lecouteux, Histuin: Je::. J~u11pitcs, p. 68.
amplio ele la mitología del rerenunt. En el primer caso, la succión ele sangre 1" Sobre las psicosis cokcti, as del siglo XVlll 1 <':ase Gábur Kbniczay, "Tl1c Dedínc of
no se cuenta entre las acti1·icL1cles realizadas por el espectro y tampoco se Witches and the Rise ofVampires under the Eíghteenth-Century Habsl,urg i'>lunar-
utiliza el término vampiro para describir el accionar del acosador nocturno. chy'', en Gábor KlduicLay, The Usó L!.f Supc1 lldLUr...d Pu11 a: The ~r
Populor
Sin embargo, las precauciones que se toman con el cuerpo del zapatero Rdiyiun ín JlcJic1ul and Early-Modem Europc, Prínceton, Princeton llni,·ersity Press,
recuerdcrn el tratamiento que el folklore posterior recomendará otorgar ! 990, pp. 168-188. Sobre los estereotipos literarios del siglo XIX Yéase Ricardo
lborlucía y Valeria Castelló-Joubert (ecls.), liunpiriu. De !'úliJu,i c1 13ucnos
a los cadáveres sospechados ele vampirizar. El protagonbta del segundo
Aíres, :\clríana Hidalgo, 2003, pp. 9-2+.
relato tampoco bebe la sangre ele sus víctimas y sin embargo el benedictino 170
De todas formas, en los personajes literarios ele Carmí!L1 y del Conde Drácula
Calrnet lo llama vampiro, lo que probaría que antes ele emplearse para
se detecta la persistencia de ;:dgun.1s de bs características rnás arcaicas de la figura
designar a los bebedores de sangre humana el término pudo utilizarse del rercnanr-nmpiro: las metamorfosis anímales, la capacidad de introducírs~ en
habitaciones herméticamente cerradas, la inducción de un profundo estado de sopor
H,) Claude Lecoutcux, fli::,tviteJe:> l~1mpitó, p. 55. en sus víctin1as, etc.
171
tbb Paul [L,rber, lf,mpire,, Buric1l, ,,,,J Deuth: Fulklv1e anJ Realilj, Ne"· Ha,-cn, Yak Llni- Dudley \Vright, l\1111pircS unJlámpiri,m: Lc11cnd,jicw dtvw,J rhe IVin/J, Maplc Shacle,
,-crsíty Prcss, 1988, pp. 11 -13. Lethe Prcss, 2001 (1914), p. 3.
172
107
D0111 i\ugustin Caln1ct, Dis:iCJ toci.m .)UJ fr.> 1\111/pilc.s, les rei enunt,.; en corp:-.·, }¡;:; e.\uJmmu- Fricclrích S. Krauss, "South SlaYic Countenneasures against Vampíres", en :\lan
niJ,, ILS vupiru, vu 1·,unpirus, brucofo~u,:s, etc ( 1751 ), texte presenté par RolandVílkncuve, Dundes (cd. ), TI,¿ l,w1pi1c: -~ Cu,cbvuk, p. 68; reprínted from Globus, 62, ( 189 2), pp.
Grcnoble, Jérome Míllon, l 998, pp. 212-2 l+. 203-20+.

95/194 1 93
E:'}tutlius Je ca:,u. Dc1nonulugí.i cristiana y cultur.1 l'nlklíiric.1 en d inundo ibérico

segundo era un srri,'loi muerto. La primera, transformada en perro o en


eran ,·íctimas de un intenso sueño que no lograban controlar. El proble-
lobo, se dedicaba a succionar la leche de los anímales domésticos o la sanare
:o,
ma se solucionó cuando el arzobispo autorizc, la exhumación del cuerpo
ele los niños. Tras su rnuerte, se corl\'ertía en lo que nosotros caracteriza-
del Yampiro agresor. 173 Algunos r¿1·cnants se comportaban como duendes
ríamos como un Yampiro. En el folklore rumano, en síntesis, el vampiro
traviesos. En Rumania solían cortar leña y ayudar en las tareas del hogar,
era tma bruja muerta. " 1 En Alemani:i oriental, el cuerpo ele la bruja que
pero también de,·or.iban cuanta comida encontraban y desordenaban los
prm·ocaba problemas después ele muerta, recibL1 el mi,mo trJt.1rniento
enseres domésticos. 17 + En Bulgaria, proyectaban sombras ominosas sobre
que se otorgdbi, a los cacLí., eres de lus supu'-':;tos \'dllljliros. 182
!.:is paredes de las habitaciones, aterrorizaban a los ,·ecinos con aullidos y
gritos ensordecedores, e ingresaban en los hogares ,·acíos escupiendo san-
El demonio de la pesadilla
gre sobre el piso, re,oh iendo los muebles, y ensuciando con estiércol las
imágenes de los santos. 17 ; Entre los gitanos, los ,·ampiros 1·oh·ían a encender La cuarta figura ele la mitología popular europea a b que queremos
176
los fogones ap.1g<1dos, ,·oleaban los carromatos y rompían la vajilla. En hacer referencia es el espíritu de la pcsaclilb. l.Js características de la expe·
Croacia, la hospit..ilidad lograba propiciar a los Yampiros: si satisfacían su riencia onírica designada por la palabra pesadilla son una intensa sensación
apetito con las, itua!Lis que les dejaban preparadas, no atacaban a ninguno de opresión física y b con\'icción de una par6lísis inquietante, generaclons
de los li,1bitantes ele la casa. 177 En Europa Oriental tambi~n sugerían distraer de un miedo torturante, de un at,1c¡ue de angustia masiva, paroxística y
al acosador nocturno esp,11 ciendo dentro del ataúd o en los alrededores de cataclísmica, que conduce hacia un despertar brutal.
183
La pesadilla no
la tumba sustancíds gr.mulares imposibles de contar: mijo, arena, semillas es un sueño, en tanto no se sitúa clurZtnte el estaclío del ,ueño p:trcidojal
ele mostaz;:i o amapola, etc. 175 Muchos vampiros ahogaban a sus ,·íctimas o sueño REM. Aparece por lo general durante Li fase del sueño lento. El
hasta matarlas; ele hecho, la 1n.i.yoría de las personas que caían bajo suma- aislamiento y la regresión arcaica del sueño más profundo producen un
lign.i iníluem:i.i se quejaban ,istemáticamente de la persistente sensación estado ele Yicla ,·egctatiYa comparable al coma: el durmiente está o se siente
179
de sofoc,,ción que las embargaba durante la noche. Finalmente, la bruja paralizado e incapaz de la menor reacción; está como muerto, se siénte
y el Yampiro compartían muchos trazos en el folklore de Europ,1 Oriental. como muerto, circunstancia que engendra una angustia insoportable, de
En Rumania, ambos se introducían en los recintos cerrados ingresando pur una intensidad extraordinaria. Las "pesadillas" que logran alcanzar la etapa
el ojo de la cerradura. ,so El término strigoi se empleaba tanto para designar del sueño paradoja! no son entonces \·erdacleras pesadillas, sino sueños
a la bruja como al vampiro. Sólo que la primera era un srrigoi YiYo, y el de angustia. is+ Otra experiencia angustian te es la sensación de parálisis
' 73 Dudlcy \Vright, l~wpi1cs ,wJl'.,mpiti,m, p. 128. que algunos durmientes padecen durante el sueño. Cuando ello ocurre,
rn Agnes .Murgoci, "Th" Vampire In RoL1m,mia", en Alan Dunclcs (ed. ), Thc l'.1w¡,i1c A las personas mantienen una percepción realista del entorno en el cual se
C1,cbvuk, p. 18; reprinléd frorn 10/klvre, 37 (1926), pp. 320-34-9. encuentran. La experiencia incluye con frecuencia b sensación de una
¡,-, Dudley\Vright, Vi.1mpirc) t1nJl~1mpúhm, p. 106.
1
''' Paul Barher, l[JJnpircs, Bur1.1/, uud Dú1th, p. 25.
177
Dumles (ed.), Tl,cl\uupirc:A Cas,book, p. 58; rcprintcd from Easc Ewupécrn 0o1c1rto/_¡,
lbid., p. 63.
21 (1987), pp. 15-23.
' 7' Fclix Oinas, "Ea,t Eun,pc,rn V,unpires", en Abn Duncks (ed.), The 1;,mpi1e: A
i.si Harry A. Senn, ll~r,> ll'u!/u11JJ'.,unpir¿ in RumLlnid, Nuc\·a York, East Europcan ,\:ío-
Ca.,cbvuk, p. +9; reprintcd from juurnul ef I'upu/,Jt Culrure, 16 ( l 982), pp. 10S-l l+;
nographs, 1982, pp. 5, 11, 61,100, l 15-117.
Agnes i\1urgul:Í, "Thc V.11npJre In Roun1ani.1") p. 28; Paul 8:irbcr, l~wipiró, Bw illl, and
" Paul Barber, l'.,mpirc;, Burial, and De,nh, p. 20.
1
D.:,uh, p. 49.
'" Ernest Jones, Le ec1u,hcm,1r, París, Payot, 1973 ( 193 l ), pp. l S y ss.
!7-J Dudky \Vright, l~1111pi1ó onJ l~1mpirism, p. 3.
iS-+ Sophic Bridier) Le cduch.:m<.Jr. ÉruJ,: J~ u11.::~fi,yur,: n!rthique, París, Presscs du l' Université
iso Agnes l'v1urgoci, "·The V,.1111pire In Ruununia'\ pp. 18, 23. Lo n1ís1no ocurría en
de Paris-Sorbonne, 2001, pp. 119-122.
las leyendas scrbi.1s; Yéasc John V. A. Fine Jr., "In Ddense ofVampires", en Alan
96/194 1 95
F :iL ,lius de Gl.~u.
u l:.li,in.:i ;· cultura fulklurica en el 111wlllu itJérico

pr, ,u1<.:ia cxtr,1iía, am,'.naza11te y ominosa, imposible de definir. ' ,..\unque


15
0 resultar particularmente agrbi1 dS. En b suga Ynylinga, Drifa solicita la
ia iMr:ili,is durante el suc11u sueÍe rebcionarse con las pesadillas, se ti-;:ita ele ayuda de la hechicera Huld para matar a Vanlandi, el esposo que la ha
fc:1 / 1111 c 110 s diferentes. De hecho, la primera tiende a producirse durante abandonado. Vanlandi se siente entonces presa de un profundo sopor,
la fose del sueüo REM. Ello expli..:drÍa la <.:<tpacidad de percibir estÍmulos y se duerme. De inmediato, un espíritu maligno se arroja sobre él. El
sensoriales <.lue experimentan los durmientes afectados por la sensación infortunado aúlla ele dolor y exclama c¡ue una pesadilla cabalga sobre
ele inmuvilidctd, pues el est.1díu del sueño paradoja! se caracteriza por una su cuerpo. En vano sus hombres intentan ayudarlo: si cubren la cabeza
16
intensa activid..1d del sistema nervioso central. s ele Vanlandi, la pesadilla tritura sus piernas; y si sujetan las piernas, el
Según las creencias ancestrales, el responsable de pronJcar estas horri- ente agresor presiona sobre el cráneo. El infeliz muere de inmediato. 189
bles sensaciones -opresión, parálisis, ahogo- es un demonio que cc1bc1lga Los Trnden y A/ben del área germánica también atacaban de noche a los
sobre los durmientes, un ente que posee un peso y que se arroja sobre la durmientes. 190 A menudo estos seres eran considerados como víctimas
7
persona elegida para aplastarla, para :ihogarla, para agobiarla. " Para el ele un destino que los constreñía a realizar sus maléficas incursiones
pensarniento arcaico, L1 pesc1dilL1 puede también ser: a) Lm mucno mc1lign0, noctun1.1s. En Austria, por ejemplo, se creía que el ,J/b era el alma de
un aparecido agresivo; b) un espíritu 111,1ni pulc1du por una persona \"i,·a, una mujer maligna, que a la medianoche se veía obligada a abandonar
maléfica; c) el alma de una hechicera que, mo, ida por los pensamientos
su cuerpo para atormentar a las personas. 191 En Polonia, las pesadillas
de su propietaria, se lanza sobre su víctima para torturar la. 1·' ' e orno ta 1,
se atribuían a la strzy9a, una figura mitológica asociada con el alma de
el espíritu de la pcsadillJ conlurm:t uno de los complejos míticos más
los muertos. 192
cc1rc1cterísticus de L1 primiti1.1 mitulogía europea. Su leyenda :itra1·iesa el
Los etnógrafos y folkloristJs modernos han atestiguado la persistencia
continente de un extrcmu <l otro. En Lcandinavia, las pes.1clilbs podían
del mito hasta tiempos recientes. Así, en los Alpes saboyanos nos encon-
185 Da,·icl J. l-luffurcl, The Terror rhat Comes in che "-ii9hr:.-ln E.,p¿Iieu«:-Cenrered Sw,0' of tramos con la chauche-vielle: "la chc1ud,e- vielle érc1it une ,·ieille jemme, vilaine
Supcrnuwrul. Lsoult Ti-cidiciollS, Filadelfia, llni\ersity of Pennsylvani,1 Press, 1989, pp. et méchante, qui venait peser de tout son puicls sur les enfamts qui neJaisuieut pc1s
22, 25. leur priere ou qui ne roulaicnt pas ,lurmir. Elle p,.;suit, elle pesctit, elle pesciit". 193 En
i;:; 6 La scns.1cióa de pJrálbis durdnte el .:-;uciiu e.::i un fenÚ1ncuo n1cnos raro que las

pesadillas: entre 20 y +5 'fu de la, personas encuestadas en diferentes partes del mun- Katherine Morris, Sorceress or !Virch': The lmoge oJ Gender in Alediernl Jceland and
189

do afirniat1 h.il>cr experimenL1du c1lg0 semejante. En lo que respecta a las pesadillas No1thern Europe, Lrnham, Unil·ersity Press of i\merica, 1991, p. 85.
prnpiarnenle didic1s, en cc1rnl>io, los indi, iduos c¡ue reconocen haberlas padecido "º Claude Lecouteux, Les nuins er le, e/fa, uu Jlup:n,lue, París lmc1go, 2003 (1988), pp.
mciLm entre 5 y 20%; al respecto \bsc O,\en Da,·ies, ''Tlic: Nightmarc Expcriencc, 160-16 l ( edición en castellano: Enanos y elfos en la EdJJ Ale,lic1, Palma de J\lallorca,
Slcep Paralysis, and Wítchcrdft f\ccus,,\ions", Fu!Uorc, 114 (2003), p. 182. José J. de O lañeta, 1998).
1
137 Caro! Rose, Spírits, foiríes, l.eprechouns, ond Gublíns, pp. 10, 62, 102, 162, " Claude Lecouteux, Fées, Sorcieres et Loups-garous au :lloyen Híswire du double,
208,
París, !mago, 1992, pp. 116-118 (edidé,n en castellano: l-JJJus, h,i!nbw lobo en
212,236.
'" Ain~n de bs muiiografíc1s de Eri!c'>l Ju11cs y Suphie !3ridicr ya citadas, véase O,ven le, Edud ,1/édic1. Hist01ía Je/ d<>ble, P,!mJ de ilbllorca, José J. de Olúieta, 1999).
1
Da,·ies "The Nivhtmare Expcricnce, Sleep Paralysis, and\Vitchcrafti\ccusations ", pp. " Owen Davies, "Thc: Níghunare Experience, Sleep Paralysis, ami Witchcraft A.c-

¡ 0 .¡ _¡~o. llernd~,ll~rramursi, "Portrc1ils du rc,·enant de poids. Un apcr~u du cauche- cusations", p. 194.


193
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Curnc, in rhe Niulu, pp. 8,213, 219; Claudc Lecoutcux, A u-cid,, du ,lb,ei/b,.,, pp. 89- Joi5ren (1936-1981), París, Éditions Entente, 1995, p. 238: "la d1-tud1c-1·ielle era
115· Charles Stewart, "Erotic Dreams and Nightiuares fromAntiquity to thc Prescm", una ,·ieja Yi!lana y despreciable, que iba a aplastar con todo su peso a los niños que
Juu, ;,u/ uj"the Royo! ,ln1hrupuluuicc1l J,,,ritute, 8 (2002), p. 281; Caroline Oatcs, "Cheese no decían sus oraciones o que no querían dormirse. Ella pesaba, pesaba, pesaba" (la
Ghcs you Nightrnares: Ole! Hags ancl Heartburn", Fulklure, 114 (2003), p. 205. traducción del francés es mía).

97/194 1 97
Grecia hallamos al 1-rakhnás, un exotiká pcsaclillcsco, un demonio c¡ue salta moi, il m'erouffe", relata con angustia el protagonista del hecho. 2111 También
sobre el pccliu de lds person<1s mientras duermen; tiene la apariencia de un en Suecia el demonio de la pesadilla p,1raliza y asfixi:1 a sus dctimas: "sentí
niño pequeño con bonete rojo."" El é tle lu:, Vu,,gus es un hombrecito
s,J1i
un gr:rn peso sobre mí, como si algo rodara sobre mi cuerpo.¡'\ \·eces te-
feo y deforme, que viste un sombrero rojo, y realiza cabriolas sobre el nía la sensación de que alguien trataba ele taparme la boca v la nariz, ven
pecho de las personas dormidas; aunque es muy pequeño, es tan pes:iclo ocasiones sentía tal presión que me resultaba imposible re;lizar el m;nor
corno el plomo. 19 ; En Cornwall, las pesc1dilLis se atribuían a la hillo, un mo\·imiento. Una persona que es cabalgada por una pesadilla se angustia,
hdcb g,ig,mtesca que yacía sobre las personas aplastánclobs con su peso gime, lucha violentamente, pero aún así no puede mo\-er ni un 1, 1Lisculo.
111uerto, h,1stc1 e,i::;i c1uit,irles la respiraciÓtL ,% En los Pirineos occitanos, la
Fin:ilrncnte se despierta en mediu de se\erds p,dpiuciones, bañado en su
sc1rrn-mc1ucc1 ,1braLJ el \'ientn.c de los durmientes y b caucc1-1·iclho apbsta a las
propio sudor". 202 Las connut,1cio11es sexu<lles de los ataques pesddillescos
personas de edad. En los Pirineos españoles lnjuma es un genio nocturno
ocupan el primer pLrno en los rebtos liobmlcses: "ella se arrastrJ hasta la
que pron>ca pesadillas a los que duermen, sobre todo a los niños, apreL1n-
cama ele un hombre que le gusta mucho. Dicen c1ue se trata de utu mujer
doles la garganta. 197 La pesonw, duende ele la mitologí:i catalana, ren1eh·e
necesit;ida de un hombre. Puedc ingresar por cualquier lado, incluso a
los objetos de la casa y produce pesadillas; su forma más común es la de
tra,·és del más pequeño orificio". ' 03 En la mayoría de los c,1sos, el reme-
u11 perro negro, pesado como plo1no, que se introduce por el ojo de las
dio más eficaz para neutr,1lizar est:is arnet1,1Las 1,oclurnas es inducirl,1s a
cerr,iduras o se filtra por debJjo de las puertas: se complace en coloearse
contar alguna cosa incontable: granos ele are1u, semillas, los aoujeros de
sobre el pecho de Lis person,1s dur,111te el sueño. i9S Características similares
un tamiz - Ta m b"' . l, a lJllc., I"· 1UL po,cu
ten se pen,,1 _ , una putct1u,1
. exorc1zante
b .
tienen el p.:suJilleu asturiano. 199 En la rnitulogLi ele Lituania nos encontra-
200 de, _b_
PTan
, f ·
e 1cac1a. 201 L ·¡ ·' 1
a atn )uc1on e e esus se11o,1ci,mc:;; de opresi6n y pa-
mos con el ,lo¡yllis, "el que oprime a los durmientes". Un testimonio
ralis1s al atac¡ue de un espíritu m,iL'.Jicu parece haber siclo un fenómeno
recogido en las décadas recientes en el bajo Languedoc, hace referencia a
de alcance uni\·ersal, como lo demue,lran el f!c'f">bc111<1 de Zanzíbar 2º;, el
los constantes ataques nocturnos de un espíritu misterioso: "i/ se porte sur

19 ' CliMlcs StcwJrt, Dcmun, anJ rhe Deri/, pp. 216 y 253.
I'.?) Rol>in Briggs, Tl1d rlli.)1¿s ef Lundín.:, N ue\·a York, Oxford Llni\·ersity Press, 2007,
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· :j's tveB's
.... , Sk cp 1·1ca J Bne
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París, PUF, 1985, p. 55. deccmber 1995, página Única. · '
98/194 1 99
2 La mitología del Doble
J"b tsoy L10si.rno 2º6, el konishibari japonés 20 7, el howo poro samoano (", o el
h,kwú de la Isla de Santa Lucía 209 , entre muchos otros. Hasta aquí hemos presentadu pur separado cu,1tro figuras recurrentes
Las princip,iles mallifestaciones europe,ts del demonio de la pesadilla ele la mitología arcaica europea: el demonio nocturno infanticida, el cortejo
parecer~ deri;·ar, claramenle, de una figura miLol,,gica anterior, la mc1hr de las hadas, el aparecido-vampiro, y el espíritu de la pesadilla. /Vluchos
de los germanos, la morn de los eslavos. Ambos términos remiten a la raíz relatos, sin embargo, tanto aquellos provenientes del discurso erudito
indoeuropea *mer, de la cual derivan toda clase de pabbras evocadoras como de la narrativa popular, describen demonios nocturnos que reúnen
de la muerte, y mas precisamente, de la muerte lenta por manducación de manera simultánea en su figura los trazos de varios de los complejos
0 asfixia. 210 La etimología revela, pues, que el espíritu del tipo mor era en míticos antes mencionados. En múltiples ocasiones, ele un extremo al otro
el origen llll aparecido maléfico. Con el tiempo, sin embargo, e\·oluciu11Ó de Europa, el atacante nocturno es, ;_ti mismo Liempo, e:,pÍritu varnpíricu,
lncia formas 11.1.Ís complejas. Como lo demuestran las tradiciones noruegas, feérico, infanticida y pesadillesco. Genais deTilbury, letrado inglés y uno
las hechiceras podían despertar a los muertos y utilizarlos como vectores de los primeros folkloristas ele la Edad Media, afirma en su Oria imperiolio
ele sus nJt1le{icíu; la mahr que mata a Vanlancli, por ejemplo, bien puede (c. 1211) que muchas mujeres cleclarnn participar el,~ procesiones nocturnas
211 ,,
haber sido un muerto constreñido por una hechicera. En las creencias en cornpañía de las lamiae; cada vez que ingresan en una casa oprimen a
''·
serbias, croatas v búlgaras, la morn es el alma ele una persona viva que, en los durmientes, beben sangren humana, mueven a los recién nacidos de
trance o durant~ el s1.:eño, abandona su cuerpo, se introduce en el interior lugar en lugar, y provocan serias enfermeclades. 113 En este caso, las hadas
ele las casas por los más pequeños orificios y, bajo alguna forma animal, son también demonios infanticidas, \·ampiros y espíritus opresores.
se lanza sobre los indefensos durmientes. Las criaturas del tipo morn casi Varios siglos después, Martin \Veinreich ( 1548-1609), profesor en
siempre han nacido con los amnios, y por lo general resulta claro que la Breslau, relata en términos cuasi-etnográficos un episodio ocurrido en
morn muerta no es sino una variante ele quien en vida tU\'O las mismas Bendschin, en la frontera con Moravia. Johann Cuntze, un co!loci<lo ciu-
1 •
caractensttc;1s. - -
)¡)
dadano, regresa después de su muerte para acosar a sus vecinos: arranca a
los recién nacidos ele sus cunas, aplasta los senos de las parturientas, ahoga
!u&Shelley R. Adler, "Sud<kn Un<.:xpectcd NocturnJl Death Syndromt: among Hmong
con su peso a los durmientes, succiona la sangre ele los vivos, se escapa
IrnmigrJnts: Examining the Role of the 'Nightmare"', Journal oJ,lmcrícan Folklore,
de su tumba a través de pequeños orificios. m En este caso, el aparecido-
104 (1991), p. 57.
207 K. Fukada,A. Miyasita, M. Jnugami and K. IshihJra, "High Pre,·alence oflsolatcd vampiro es también espíritu pesc1clillesco y demonio infanticida. La fusión
Slecp Paralysis: KJnishibari Phcnorncnom in Japan", Sleep, 10 (1987), p. 280. entre vampirismo y opresión nocturna se confirma también en el caso ele
1 º' Caro! Rose, Spirils, foirics, Lcprcclwuns, and Goblíns, p. 155. la 1l1orn checa, el Alp germano o el ludak lapón, tres enticL1des pesadillescas
209 Robert C. Ness, "The Old Hag Phenomenon as Sleep Paralysis: A l3iocultural que succionan sangre humana. 2 "
Jnterprctation", Cuhwe, Medicine und Psychiuuy, 2 ( 1978), p. 35.
213
210 Jacc¡ues l3rill, Li/iih 0u lu 1Wre obscurc, París, Payot, 1991, p. 104. Gervaise ofTilbury, Oiiu lmpcrialiu, edited by Felix Líebrccht, Hanno,·er, Carl
Rümpler, 1856, c. 93, pp. 45-46 y c. 86, pp. 39-40. Citado por Hans Peter Broedel,
. lll Claudc Lecouteux, Au-JdJ Ju MerreiJ/eux, p. 96.

212 Eva Pócs, "Possession Phenomena, Possession Systems: Sorne East-Central Euro-
The Jhillcus Jfuleflcarum anJ thc C.Jnst1ucliun '!JlVachi.:reft: En(uuntcr::, with Ll1c Supcn1L1lurul
bemeen Theulu¡1,v and Popular Belief, Ph.D. diss, Llniversity ofWashington, 1998, pp.
pean Examples", en Gábor Klaniczay y Éva Pócs (eds.), Communiuilivn ll'ith rhe Spirirs,
319-320. Esta tesis ha sido editada como libro: The Mulleus Mal~flec,rwn unJ ihe Cons-
Budapest, Central [uropean Unh·ersíty Press, 2005, pp. 107- l 09; Eva Pócs, Bctwcen
iru<.líun ofil'hchu'![i.: Theolo!]J and Popular Belief, Manchestcr, Mand,ester University
thc Li,-ín.'} únd ihe DcuJ:,I I'crspeaive on !V1tches and Seeli ín ihe Ewtv Mo,ler n Age, Buda-
Press, 2004.
pest, Central European Llniversity Press, 1999, pp. 32-33; Eva Pócs, "Le sabbat et 114
Claude Lecouteux, Hiswire deslirmpires, pp. 163-174.
les rnythulogies indo-européennes", dans Nicole Jacques-Chaquin et Máxime Préaud 211
!bid.' p. 78.
( dirs.), Le scJbb,It des sorciers, X Vi:-XVI/Ie siecles, p. 31.
99/194 201
200
Estudius de cJ::,u. Dt.::1uunolugí~1 cri::,ti.:111..i. y LulLura l~Jlllúrica en el niundo ibérico

Las sirnilitudes formales v el carácter intercambiable ele sus caracteres


j en el transcurso de ceremonias públicas.
219
En la mayoría de los casos se
principales permite suponer la existencia ele un complejo mítico ma}or, trata de experiencias ex-somáticas ele carácter in,li, idual y pri, c1do, que
0
que otorga sentido a las distintas figuras indi\iduales del folklore indoeu- no son presenciadas por los restantes miembros de la co111unidad. " Por
ropeo. La respuesta a nuestro interrogante parece hallarse en la compleja otra parte, mientras que los chamanes prO\·ocaban de m;inera Yoluntaria el
y ricpísima mitología dd Doble. Para la mentalidad arcaica, el i!lrna es una éxtasis que culminaba en el vuelo del alma, los individuos que nacían con
entidad múltiple. Para los pueblos turco-tártaros y siberianos, el alma es la facultad ele liberar sus dobles físicos y psíquicos solían caracterizar esta
triple: el alma inferior reside en los huesos; un alma intermedia puede predisposición corno un destüw m.rnifiesto, como una obligación inelu-
221 Uno de los trazos
abandonar el cuerpo durante el sueño; una tercer alma se separa del dible; en ocasiones, corno una \·ercladera maldición.
cuerpo con la muerte, y se aparece a los humanos bajo la apariencia ele que mejor expresaba el carácter involuntario de las travesías extáticas de
un f.rntasrna. 216 Idéntica clasificación realizaban los antiguos escamlina\·os, los avatares del Doble eran las marcas de nacimiento con las que venían al
217
cuando dividían el alma en tres principios diferentes: lrngr, hamr yjyl9ja. mundo, los estigmas físicos que los señalaban como objeto de una elección
222
Con frecuencia, estos otros-yo físicos y psíquicos adoptan formas animales superior de la que no podían sustraerse. La más difundida de aquellas
durante sus travesías ex-somáticas. marcas de origen era la cofia, nombre que recibía la porción ele membrana
La libre circulación del Doble se consigue durante el éxL1sis o durante fetal que algunos niños conservaban sobre sus cabezas durante el parto.
el sueño. Por ello, una irresistible somnolencia desciende por lo común Los niños que venían al mundo tod,n Í.1 cubiertos por el saco amniótico
sobre las personas asaltadas por el doble espiritual de sus enemigos o por estaban destinados a disfrutar de dones especiales, entre los que destacaba
algún otro visitante nocturno.También la muerte, claro, libera a los dobles la habilidad de liberar sus alter-egos físicos y psíquicos. Encarn,,ciones de
espirituales. Los aparecidos son los dobles materiales de los muertos, el este rnitologema clásico eran los licántropos pan-eslávicos, los benandanti
otro-yo físico que se manifiesta en la realidad como un ser material y que 219
Emma \Vilby sostiene que a menudo se ha exagerado el carácter dramático o his-
puede, entonces, aplastar a los durmientes, succionar la sangre ele los vivos, triónico <le los trances de los cham.1nes. Sin embargo, aún continúa en pie el hecho
sustraer a los recién nacidos de sus cunas. Su materialidad no le impide, de ,¡ue la mayorí,1 de sus est.1dos <le conciencia alterados tenÍcrn lugar en público, ante
la ,iota de su, clienles o de sus vecinos de comunidad; cfr. Ernma \Vilby, Cunnin¿¡ Fulk
sin embargo, penetrar en ámbitos cerrados por los menores res(1uicios u
ullll himiliur Spirics: Shdmunistic l'i.)iun,,11y TrLIJitiuns in Ei..11iy ,l/uJcrn Braúh I Vitchcrefi LlllJ
orificios. Desde esta perspectiva, Claude Lecouteux ha sostenido que la
,llc,¿¡ic, Brighton, Sussex Aca<lemic Press, 2005, pp. 139-141; 178-180.
rnayorÍa de las figuras míticas del folklore paneuropéo -los elfos, los enanos, 220
RonJlJ Huttull, S/1<.1mi.11u: Sib¿riun Spirituuliry L111J tlJdVi:.)u:111 Jma¿Jim.1Lio11, Londres,
las hadas, los hombres-lobo, los aparecidos, los varnpiros, las pesadillas-· no Harnble<lon and Lon<lon, 2001, pp. 141-142.
218
serían sino avatares específicos de la proteica figura del Doble. 221
Dorothy Carrington, The Dream-Humers of Corsico, Londres, Phoenix, 2000
Como lo pone ele rn,rnifiesto el rnás elemental ,rnálisis <le los viajes extá- (1995), pp. 67, 88; Vicente Risco, "La procesión de las ánimas y las premoniciones
ticos, existen tanto evidentes similitudes como marcadas diferencias entre de muerte", Rerista de Di.1/ecwlogía y 1iciJiciunó 2 :2 ( 1946), pp. 389, 394,
el arquetipo del alma múltiple y el chamanismo siberiano. Las travesías de 408,412; Jean-J\!ichcl Doulet, Q,,,rnJ b JJwuns enlcruicni les cnfwlls, p. 146; Harry A.
los diferentes avatares de la figura del Doble no derivan ele trances inducidos Senn, Jf·~rc- Jlúlj ,._11hHlw1püe in Ru111uniu) p. 5; Jectn-Picrrc Pinics, Figures Je Ju s0rcclleric
lclllt)t(eJu,ienne, pp. 49, 242; Carmelo Lisón Tolosana, La Sanla Cump,uic1, pp. 29, 83;
216 Véase i1ircea [lia<le, Le ClwrnLrnhme. et le:i Tcdwú.¡_u(;s.An:hdi..¡uc Je l' Ex.tase, París, Payot, Richard and Eva Blurn, The Dc1,1¿¡crous Hour, p. 113; Eva Pócs, Becween che Liring and
1968 (cito por la e<licíón castellano: El cl,c1mc111Lmo y las cécnicas a1cc1i,c1s Jel éxtasis, the DeaJ, p. 75; Cario Ginzburg, / bcnu,,Jc1wi, p. 79; \Volfgang Bd,ringc:r, Shcllllú/J of
traJucción ele Ernestina <le Champourcin, México, FCE, 1992, pp. 75, 146, 180). ObersrJorj; pp. 2 3, 70.
217 Régis Boyer, Le mvnJe l/u Juublc. Le ma9ie chez les anciens ScLJnJinuvcs, París, Berg 121
Nicole Belmont, Les sié)n.:.S d.: l.:1 t1Llissc111...-c. EtuJL!s J.:s 1eprJ.:ienutiun.) .-,J'mbulil¡u.:s associées
lnternational, 1986, pp. 29-54. º''"' nc1i,sc1nces sin¿¡ulierc;, París, Plon, 1971, pp. 19-66;T. R. Forbes, "The Soc:ial History
218 Clau<le Lecouteux, Fées, Sorcieres et Loups-garous au Mayen Age, pp. 81- l 44.
ofthe Caul", Tl,eYalejuwJJc1J o[Biulo¿¡_y c1nJ .líeJicine, 25 (1953), pp. 495-508.

202
100/194 203
Estudios de caso. Dcmono!ugí,1 cristian:i. y cultura JO!klóric.1 en el mundo ibérico

friuLrnos, los tóhosok húngaros, los scrigoi rumanos, las moras serbias, los brujo española, antes de vehiculizar en la Península la fioura
:::, de la maléfica
kresniks eslovenos, y los mazzeri corsos. ' 23 Pero existían también otras asistente al sabbat construida por la demonología radical, dio nombre a una
11urcas de n.icimíento menos difundidas. Nacer sin el cartílago de la nariz, \·ariante local del espíritu nocturno -infanticida, pesadilksco, \·ampírico-
con dientes, con un pezón extra, o con labio leporino, eran estigmas que del atávico folklore paneuropeo? ¿Puede la historia aportar las pruebas c¡ue
delat:1ban a los futuros v<1mpiros en el mundo eslavo. 22 " En Europa, un poco la perspectiva morfológica sólo sugiere?
por todas partes, el noveno, el séptimo o el quinto hijo consecutirn del Veamos algunos indicios sugestivos. En primer lugar, resulta en extremo
mismo sexo estaba destinado a com·ertirse en hombre lobo -en caso de sorprendente el sentido que posee el vocablo brujo en la m,1s antigua de
fuera varón-y en pesadi1L1, en caso de fuera mujer. 22 ' He aquí una última las citas textuales conocidas. Se trata de un diccionario L1Lino-arábioo v
arábigo-latino, conservJclo en un códice clt finc1les del siolo XIII clur:nt~
constatación que pone de manifiesto que para la ment,ili,Lid arcaica, exis-
tían lazos invisibles entre las distintas expresiones del m;iléfico demonio mucho tiempo atribuido al arabista, teólogo y mi,icrnero catalán Ramón
,'.:) J
.,
nocturno y los diversos avatares ele la mitología del Doble. Martín (muerto c. 1287). En este texto, el \·ocablo hruxo aparece con un
sorprendente significado. En efecto, para el redactor catalán del diccio-
5. La bruja como demonio nocturno en la España de los nario, el término se usa en el sentido de sucubo. 226 Aunc1ue hasta el siglo
siglos XIII a XV XVI el vocablo no aclc¡uiere eLiramente el sentido dé demonio nocturno
La superposición de los elatos recogidos en los apartados anteriores femenino, resulta indiscutible su cercanía semántica con el más difundi-
reYelan que los trazos distintivos del complejo mítico ele la brujo ibérica do término ele incubo, cuya asimibción a la pesadilla )' a los espíritus del
y rle los demonios nocturnos ele la mitología paneuropea guardan entre tipo mohr aparece claramente atestiguada desde el siglo VIII en diversos
sí semejanzas formales asombrosas. ¿Podemos postular, entonces, que la manuscritos del área germánica. 227 De hecho, hasta que en el siglo XVI
haga su aparición el termino couchcnwr, el vocablo empleado en francés
"'E,·a Pócs, "Possessíon Phcuomcu.1, Po>Session Systems", pp. 107-109; Felíx Oinas, para designar a la pesadilla era "íncubo", como continúa siéndolo hasta la
"E<lsl Euro pe.in Vdmpires", p. 52; Cario GinLl,urg, Histo1 iú nuélw nu, pp. 121-140; 210- presente en italiano. 228 Al mismo tiempo, la leyenda del Íncubo también
211; Gábor Klaniczay, "Shaniauístíc Elements in Central European \Vítcbcraft", pp.
guardaba en el medioevo explícitas connotadones sexuales ---similares a
129-1 SO; Carlo Gin1burg, 1 brnwiJc1111i, pp. 11, 17-25, 58; Harry A. Senn, Were-ll'olf
u11JVi11npiie in Ro111uniu, pp. 5, 1O, 64-66, 111, 115; Mircea Eliade, "Sorne obsen·ations las que caracterizaban al espíritu de la pesadilla--, y como tal es analizada
on European Witchcraft", en Mircca Eliade, Occuhism,IVícchcrafi anJ Culw1c1I Fu,hiuns. por los teólogos en relación con la supuesta capacidad reproductiva de
Es,uys in Cump<1raLire Rel(4iom, Chi,:ago, The Uni,·ersíty of Chicago Prcss, 1976 (cito los demonios. 229
por la edición en castellano: "Algunas observaciones sobre la brujería europea", en
Mirc<:a [líade, Ocultismo, bruje1Íu J mo,l.1s ctilwrc1le,, traducción de Enrique Butelman,
l3uénosAin:s, Marymar, 1977, pp. 123-124); Dorothy Carrington, The Dream-Huncers 226
J. Coro111in.1s, Diu.iunJriu crÍriL'u eli111uló¿1ico de la le11¿Jw1 ca.ncllnna, Madri<l, Credos,
of Corsica, pp. 57-92. 1954, vol. I, pp. 530-532.
''' Raymoml T. McNally et Radu Florescu, Á la recherchc de Dracula. L'hiswire, la lé- 227
Claude Lecouteux, Jiu-dela du Mervei/Jeux, pp. 99 y 107; Sophie Bridier, Le cau-
9ende, le mythe, París, Robert Laffont, 1973, p. 160; Paul Barber, J¡11npircs, Burial, and chemar, pp. 30-31.
223
Demh, p. 31. María Tausiet, Ponzoña en los ojos, p. 349.
229
'" Willem de Blécourt, "Bc,ddíng the Nightmare", p. 239; Agnes Murgoci, "The Dyan Elliott, Fu/Jen BuJie;: Po/Juliu11, Se.,u,ilit.y, &_,Dem,mu/011;- in ¡/,e Jf1Jdle Ages, Fila-
Vampire ln Roumania", p. 20; Claude Lecouteux, f!iswirc des Vi.1mpi1cs, p. 59; Paul delfia, University of Pennsylvania Press, 1999, pp. 52-60; Charles Edward Hopkin,
Barber, Vimipircs, Buriul, cwJ Deuth, p. 30; Jean Dehuneau, El mi¿Jo en OcciJt:me, p. 145; The Share ofThu111as Aquilws in Lhe Grull'th of the IVllchcruji Del11sio11, Nueva York, AMS
Cristiana Bastos, "Bruxas e bruxos no nordeste algarvio. Algut11J.s representdyües da Press, 1984 (1940), pp. 138-139; Hans Peter Broedel, Thc .lfc1Ileus ,lfulefJ,:urum unJ
doenc;:a e da cura", Tn1bolhos deilntropolo11iu e etnalogíu, 25:2-4 (1985), p. 288. ,he Cons1ruuiun ofJVuchcruji, pp. 153-155.

204 101/194
E~tudius de caso. Dununulugí.1 cristiana y cultura !()!klóric1 en d inundo ibérico

La misma tendencia detectamos en el Tracrado de la divínan~a e sus es-


Un segundo indicio lo aportan las ,·ariantes textuales existentes en
peries, que son las esperies de la arre mogica, del obispo Lope ele Barrientos.
lus di\crsos m,muscritos del exitoso Libro de las confesiones, cid salmantino
De acuerdo con la crítica especializad.1, la composición de los tratados
Martín Pérez, compuesto probablemente entre 1312 y 1317. En el c.11)ítulo
antisupersticiosos del prelado puede datarse entre 143+ (,·ersión or;:il) y
5 3 de la tercera p.irte, Pérez reprueba la creencia en las mujeres "c¡ue salen
1437 (versión escrita) 2 H_ Otros autores creen ciue la composición de las
de noche e andan por los ayres e por las tierras e entran por los foracos e
obras se remonta al período en c¡ue Barrientos rigió la diócesis conquense,
comen e chup.in las criaturas"_!lº Aunque para la tran,cripción de la tercera
entre 1445 y 1469; para Paloma Cuenca Muñen, por ejemplo, la fecha
parte, los responsables de la edición moderna eligen un manuscrito que
ame quern sería 1454 235 • Lo que me interesa destacar ac¡uí es que la penúl--
utiliza explícitJmente el término "bru.rns" para referirse a estas mujeres,
algunos críticos no descartan que la yersión más cercana al texto original tima qiwesrio del TruauJu de la divinonra está dedicada a reprobar la misma

sea en realidacl una tra,lucción portuguesa del libro tercero. 2


31
En esta creencia anatematizada un siglo antes por Martín Pérez ( con la diferencia

,ersión, hipotéticamente más antigua, no se utiliza el término bruxa: de c¡ue Lope de B.irrientos emplea desde ull comielllO el término bru.w). El
"oos que creen e '!firrnun 'l"e us wu!heres se wrnan esrreiws e que saen de nouce contenido del fragmento refuerza nuestra interpretación sobre el sentido
e anJom pollos aares e por as rerras e que emran pos os ji.nacos e comen e ~ugam primigenio de la palabra bruja: demonio nocturno c1ue penetra "por los
as creawras poonlhe u,¡uclla peniren~ia". 231
No nos interesa aquí si el clérigo resquic;:ios e agujeros ele las casas" para "chupar a los niños". 236 Al mismo
de Salamanca transcribe creencias realmente existentes en el norte pe- tiempo, la peculiar redacción del título de la quues1io no puede ocultar la
ninsular o si, en cambio, no hace más que reproducir el estereotipo ele la sorpresa que genera en Barrientos un vocablo c¡ue, sin dudas, le resultaba
cabalgata nocturna ampliamente difundido en Occidente a partir de las exótico, noYedoso, casi desconocido: "c¡ue es, e que cosa es esto que se dize
transcripciones del C{Jnon episcopi realizadas por Burcardo de 'vVorms, !Yo que ay vnas mugeres que se llaman bruxas, las c¡uales creen e clizen que de
de Chartres y Graciano. 233 Lo c¡ue resulta sugestiYo es que en las Yersiones noche andan con Diana, deesa de los paganos, con muchas e innumerables
más mocl<:rnas del Libro de las confesiones el copista emplea el término bru:w mugeres caualgando en bestias( ... ), e que pueden aprouechar e dañar a
;,
para cle11otar la caba]g¿ta nocturna ele los espíritus ,·ampíricos e infanticidas, 1as cna . · 37 Como en e I caso de Martm
. t uras "' ' P'erez, no me parece relevante
lo que nos confirma, ll!l<l vez más, el peculiar campo sem:rntico que aquel si el obispo de Cuenca resume creencias populares realmente existentes
,ocablo aL.ircaba !.'.ll el corazón de la Península antes ele pasar a designar a o si reproduce discursos letrados estereotipados. 238 Lo destacable es, una
las adoradoras del demonio y a las participantes del sabbat. vez más, la estrecha relación que existe entre el por entonces novedoso
vocablo bruja, y un complejo mítico que ninguna relación parece guardar
130 1v1artín Pérez, Librv d,.; los cu1ifesiu11<:s. U11u ruJiu!:JtL!.fia "le la socicttlll mi.:tlicral
edición crítica, intruducción y notas por Antonio García y García et alii, Madrid,
lH Cfr. Textos _y CancorJanciLJs Je] Tru1ciJv Je uJil'ÍllLJnLO _y de ma9ia, edición semi paleo-
Biblioteca de Autores Cristianos, 2002, p. 608.
gráfica en microfichas a cargo de María Isabel Montoya, The Hispanic Semínary of
131 MarÍa Nic, es SáncheL GonúlcL de Herrero, "Estudio lingéií,ticu de los mambcritos
Medieval Studies, Madison, 1994, p. 10, n. 2.
base de la edición", en lbiJ., p. XL. 235
Paloma Cuenca Muños, El Tracrado Je la Di1·inanra de Lope de Barrienws, pp.
Bl O pcnitcw.:lltl Je Jfunim I'!:J'cL cm mcJit.Tu purLu3uCs~ edición crítica a cargo <le i\brio
23 y 29.
Martins, l.mitc1ni<1 Sacra, 2 (1957), p. 48: "a los que creen y afirman que las mujeres 13
' Lope de Barrientos, "Tractado de la adivinarn;:a", p. 152.
se vueh·en estrechas, y allJan de noche por el aire y por la tierra, y entran por los
m lbiJ., p. 151.
agujeros para devorar y chupar a los niños, impóngasele aquella penitencia" (la tra- 138
En esta quaestio, Lope de Barrientos reproduce en gr:m medida el texto del Canon
ducción del portugués es mía).
episcupi, por intermedio de la Summd Je puenitemia de Raimundo de Peñafort; véase
233 Fabián Alejandro Campagne, Horno Catholicus, Homo Superstitiosus. El discurso an-
al respecto Paloma Cuenca Muñoz, El TiuuuJo de la Dirinun~u de Lope ,le Barrienws,
1i,upasticios0 en la España Je los si9los XV a XVlll, Madrid, Miño y Dil\·ila, 2002, pp.
pp. 75-76.
471 yss.
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206
E:::.tudio:::. de lcbu. Dcmonolugí,l cri:::.llJ.ll.1 y udlur.1 fulklúriCJ. en el mundo ibérico

con el 1w·,1digma del complot diabólico o con la imagen del sabbat que por y ,·ampírico? Nuenmente un diccionario nos proporciona algunos indicios
9
la misma época estaba surgiendo en los Alpes Occidentales. 'J sugestivos_ El Tésoro de la len9ua castellano, de Cm·arrubias, cleflne la ,·oz
Dos décadas más tarde, el franciscano Alonso de Espina ataca en su Fur- ;or9ina de la siguiente manera: "clizen ser nombre ,·asc011gado, y que vale
w/iiium Fidei ( c. 1458-1460) la misma superstición reprobada por Martín tanto como la que hace adormecer o c1uitar el sentido, cosa c1ue puede
Pérez y por Lope de Barrientos: la creencia en que ciertas mujeres, a las acontecer y que con intervención del demonio echen sueño profundo en
c1ue de11orni1u bruxae, pueden recorrer por la noche ,·arios cientos de leguas los que ellas quieren para hazer mejor sus maldades"_ 2+l Al margen de la
en menos de cuatro o cincu huras, penetrando en las casas cerradas por los demonización ensayada por Covarrubias, la principal característica ele la
1nc11ures resc1uicios cun L1 intenci<;n de succiun,1r la sangre de los niños. xo19uina sería su capacidad para inducir un irrefrenable sopor en las YÍctimas
Espin,1 soslicm: que existe una clcisc pc1rticular ele demonios, especializados antes del asalto final. Estamos en presencia de uno de los principales trazos
en difundir estos cnga110s: "¡//1 11/u,lum riru, ctfe111inu, ,¡ui .\v1&uinc1e ,¡, e bnnae que caracterizan los ataques nocturnos ele los espíritus del tipo mahr y sus
2 0
nilyoriter 111111wpéwtur"_ + En Li creencia popular denostada por el francis- di,-ersos avatares: la pesadilla, los aparecidos, los vampiros, los demonios
cano, la brujc1 continúa asociada a los atac¡ues nocturnos, al inLmticidio y al puericidas. Es probable que la omnipresencia que el vocablo xorguina ad-
vampirismo. 2+i Pero el autor agrcg,1 c1demás el término .\u1uuin,1, de origen quiere en las psicosis brujeriles de Cuenca se explique por la importante
2
\ asco, lL11nado a tc11er en el futuro enorme fortu!la. De hecho, cuando en migración vasca que la ciudad recibe durante el siglo XV ++ Esta constata-
15 19 estalle en Cuenc,1 uno de los m:is i1uportantes pánicos ele la España ción se suma al indudable carácter pirenaico del término brujo, registrado
tempr,H10-moderna en torno a la figura ele la bruja infanticida ---la misma por primera ,,ez, recordemos, en el área catalana. Todo indica, pues, que el
ciudad en la que Lope de Barrientos detecta la creencia ochenta años antes-, complejo mítico arcaico que se halla en el corazón de la figura de la bruja
"xorguina" será el término casi excluyente con el cual se designará a las ibérica tiene su origen en el extremo norte de la Península, desde donde
misteriosas atacantes nocturnas. l+! ¿Es posible suponer, tal corno lo hemos se difundió por el resto del territorio, alcanzando incluso, tal como hemos
hecho con el vocablo bruja, que el termino xvrguinu también designaba en visto, las Islas Canarias y la América hispano-lusitana_
el origen una variante local del espírilu nocturno infanticida, pes,1dillesco Un último testimonio úene a confirmar que el campo semántico origi-
nal ele xo1Hui11c1 guarda cstrecln relación con los demonios ele la noche, con
1
'" Un rd<ltO sinóptico ,ubre la emergencia de la caza de bruj,1s en los Alpes Occiden-
los espíritus feéricos que ingresan en las casas herméticamente cerradas,
tales, en torno a la teoría ele la secta y al estereotipo demonizaclo del sabbat, puede
con los espíritus del tipo mahr que atacan a los niños, succion,m la sangre
hallJrsc e¡¡ Wolfg,rng Ikhringter, ll"ncl,c, úlhlli"n,h-f-Iun10:.-l Clul,,,l I!iswry, Can,Gridgc,
ele los vivos y ahogan con su peso a los durmientes. En 1489 se realiza la
Políty Press, 2004, pp. 61 y ss.
Hu Henry Ch,u-les Lea, Jla1c1 ;,,/, To,rurJ a I li,w,f ojl Viichcrafi, rnL I, p. 288: "ac1udlos primera traduccion al castellano de la Mélmine ele Jean el' Arras (la versión
cug..1Dán a los ho1nbrcs y a las n1.ujcres Yulgt.1.rrnente lla1nadas sorguinJs o brujas" (la francesa había siclo encargada por el Duque de Berry en 1392). A poco de
tladucción cld Litín es mía). comenzar el extenso relato, Jean el' Arras enumera las principales carac-
'" Resulta tambíen en extremo sugesli\"J la descripción que Espina hace de los terísticds ele las entidades feéricas a cuya cbse pertenece la protagonista
espíritus y demonios ,¡ue se dedican a acosar a los dnrrnientes por las noches, pues del romance. De acuerdo con el carácter interc,1mbi-1ble de muchos de
rnuchos de sus tra:zos distinti\'üS -en pai-ticular1 b capacidad para ingresar en vi-
estos espíritus de la noche, el narrador los designa de cli\·ersa manera:
' it:mlas herméticamente cerradas por dentro- reaparecerán décadas más tarde en
"ces créotures nocwrnes que d' aucuns appellem lurim, d' aurres les etresJéaiques,
los aL"¡ucs nocturnos atribuidos a las brujas ibéricas; véase Alisa Meyühas Ginio, La
lle lll_foi. L.1 visivn llu wuni..lc cl':Honso Je Espinu, muiu.: t:spdjnvl (?-1-4-66), París, l-J.3 Tesoro Je la lengra casrellana, voz jor9ina.

Cerf, 1998, pp. 173-174. m Carlos Roberto Nogueira, "A rnigra,,:iio do Sabbat: A presen,;a 'estrangeira' das
l+1 Hcliocloro Cordente Martínez, Brujería y hechicería en el uÚLpuJu de Cuenca, pp- bruxas européias no in1aginário ibérico", E,puciu, Tiempo y Forma. Historia ,1fvJcr11d,
23-44_ V (1992), p. 23.

208
103/194 209
b,tudiu:,- de casu. DcmunologL.1 t.ri~tiLi.n,1 ~· cultura folklDricJ en d mundo ibérico

d'oucres les bonnes domes". Los secuestros de niños, el ingreso c:n recintos Súcubos, duendes, hadas, sopor irrefrenable, tra,·esías en éxtasis, \ io-
perfectamente cerrados y las resu,-recciones rituales con claras connota- lación de espacios cerrados, vampirismo, resurrecciones chamánica, ...
ciones charnánicas, son las características principales --tornadas del clásico Los imlicius aportJdus por di\ersos testirnu11ius peninsulares en torno al
relato de Gen·ais de Tilbury- que Jean el' Arras atribuye a estas hadas o significado primigenio de los términos bru.rn y xorguinc1, producidos entre
duendes: "J¿s luLins se JJJlllllfa:-.tenL la 1a1it, entrcnt dans les maisons sans ouiTir fes las décadas de 1280 y 1480, cubren ele m,rnera casi perfecta el espectro
purees ni les ¿¡ifoncer, enle,•enl les e11J;11lls, les estropient ou les JetLent dans lefeu, et de acti\id,1des atribuidus a los espíritus nocturnos ele la arcaica mitología
qu,mcl ils s' en rnnt, ils les luissem en oussi bon ne saneé qu'ils les avaiem trourés". 2+; paneuropea. La evidencia histórica viene a reforzar, entonces, los elementos
Pero un siglo después, cuando el anónimo traductor vuelca este mismo apurtaclos por el análisis murful<'>gico y por la rnitulugía compar"da.
fragmento al español, introduce en el texto una serie de cambios notables.
En la versión c:istellana Je 1489, los duendes y criaturas feéricas del texto 6. La bruja como demonio nocturno en la España de los
de Jean d' Arras se transfurm,m en xorgui,ws: '\les tas !Lunan algunos e clizen siglos XIX y XX
que sean sorgujnas. E otras suelen dezir que son estas la[s] fadas. Otras las
llaman buenas dueñas". La versión castellana del fragmento es, entonces, En la cuarta y en la quinta sección del presente capítulo hemos recurrido
mucho más c¡ue una simple traducción: es una glosa. El tr,1duclor busco a los aportes ele los métodos morfológico e histórico, respecti\·amente.
los \'ocablos más apropiJclos para dar cuenta de los espíritus nocturnos En la presente sección emplearemos ambos en forma sirnult.ínea. Diver-
descriptos en el rom<l11ce original, y creyó halLir en el término xor9uina, sos indicios históricos nos permiten suponer que, antes de emplearse en
perfecto sinónimo de bruju, b p,1Libra cuyo cJmpu sem.Íntico mejor cubría España para designar a las hechiceras de manera general, y a bs asistentes
el fenómeno aludido por Jean el' Arras. La enumerJción de Lis acti \ idades al ac¡uelarre diabólico ele manera particular, los términos bn9a y xorguina
de las sor¡;ujnus, asimiladas por el traductor a las hadas y a los duendes do- designaban algún a\·atar pirenaico ele la arcaica figura del demonio nocturno
mésticos, reJfirma el carácter de acbptación que posee la versión castellana -espíritu feérico, infanticida, bebedor de sangre y vector ele pesadillas-,
ele la historia de Melusina. En efecto, mientras que en la versión francesa expresión de la atávica mitología del Doble. Si éste es el caso, deberíamos
no liJbí..i alusión algunJ al varnpil·ismo, el texto de 1+89 incorpora dicho poder detectar estos mismos trazos en el estereotipo de la bruja contem-
trazo, característico del complejo mítico ele Li bruja peninsular: "las quales poránea, tal como se desprende de los múltiples relatos y leyendas que
van de noche e entran en las casas syn hazer ninguna avert[u]ra en puerta etnógrafos y folkloristas han recogido en el campo español a lo largo de
nj ventana e lievan los njños ele la cama o ver~o. E dizen majormente las los siglos XIX y XX. Si la figura de la bn9a-cowo-demoni o-nocturno, clara-
viejas que los lllestan al fuego e les beuen la sangre e quanclo dellos se parten, mente detectada en el MedioeYo tardío, logró mantener su individualidad
los clexan sanos como eran antes".
246
. durante el apogeo del estereotipo dernonizado del sabbat construido por
la alta cultura teologal, sus trazos arcaicos deberían emerger con mayor
'" Jean d' Arras, .l/é/u,ine, mis en franr¡ais moderne par Michele Perret, París, Éditions intensidad aún tras la finalización de la gran caza de brujas y tras la Yirtual
Stock, 1991, p. 16: "criaturas nocturnas a las que algunos llaman duendes; otros, 2 7
extinción de la demonología positiva tardo-escolástica. +
hadas; y aún otros, buenas damas"; "los duendes se manifiestan de noche, entran en
las c<1,as sin abrir bs puertas ni forzMbs, secuestran a los niños, los dejan tullido, 0 m Sobre la crisis de la demunulogL r.1diCdl ,éase Fabi;'u\1\1':jamlrv Canipagne "\.Vitch -
los arrojan al fuego, pero cuando se retiran, los dejan en tan buen estado de salud craft and the Sense of the lmpossible in Early Modern Spain. Sorne reílections based
comv los h.ibían encontrado" (bs tr.Hluccionc, dd francés son mías). on 1he Literature of Superstition (c.1500-1800)", f-lan-ard Tliculu¡fi,ul Rcvic11, 96: 1
" Hiswria de la linda Melosina, edition, study and notes by Ivy A. Corfü, Maclison
2 6
(2003), pp.25-62; Fabián Alejandro Campagne, J-lowu Catholicus, J-/omo Supcrniriosus,
(Wísconsin), The Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1986, p. 4. La bastardilla pp. 522-539; lan Bostriclge, ll'i1,ho'!Ji w,J ils Tr..msfurn1c1lious, c.1650-c. 1750, Oxfonl,
es mía. Clarendon Press, 1997, passim; Romano Canosa ed lsabella Colonnello, Gli ulrimi
210 104/194 211
E::.ltH.liu~ de caso. DcmuHulugÍd cristi,m,1 ~· cultu1 a fulk.lu1 iL'd -:11 d niundu ibérico

Resulta evidente que a medida que annzamos en el tiempo la especi- estigmas de nacimiento."º Como las ludas y los espíritus acuáticos de los
fici<Ld semántica originaria de la palabra bruja comienza a difuminarse. bos(1ues, la bruja del relato también aparece asociada con la hilandería.
Durante los siglos XVIIJ y XIX, por ejemplo, el lenguaje cotidiano emplea En 1921, Barandiarán recoge en Ataun otro cuento ele brujas sugerente:
"bruja" y "hccl1icer.1" como términos e<¡uivalentes, como sinónimos inter- "a una alhóndiga de Vizcaya iban todas las noches dos brujas a beber el
cambic1blcs, continuando con una tendencia que se inicia ya en la moder- sabroso vino de allí. Se metían por el agujero ele la llave, convertidas en
nid<ld temprana. 245 Sin embargo, los trazos más arcaicos del complejo de hormigas".2 51 Como la procesión nocturna ele las hadas medievales, como
la bruja il>órica logr,1ron sobrevivir al paso ele los siglos, tra11sfurmc1dos las brujas acusadas ante la Inquisición toledana, las protagonistas de este
en un persistente sul>strato mítico popular. De hecho, h información ob- relato visitan_ cavas y bodegas, adoptan fornus animales y penetran en
tenida sobre el terreno por los etnógrafos y folkloristas contemporáneos lugares cerrados a través ele pequeñas aberturas. En Liguinaga, de hecho,
confirma esta presunción. José Miguel de Barandiarán recoge en 1937 se decía que las belaauileak entran en las casas por el menor orificio que
el siguiente relato dé l>oca de una informc1nte del pueblo vasco ele Alzai: °'
presentan los muros y puertas. 2 También es bastante general en el País
"En una casa de Barcus se nwríun w,los lus niños. Un dL1 llll carpintero iba Vasco la creencia en que las brujas se reúnen junto a los arroyos y remansos
temprano (muy de mañ,rna) al trabajo. Ve delante a una mujer que iba que sirven de lavaderos; Barandiarán la detecta en Vizcaya, Guipúzcoa,
hilando a la luz de Li luna cLira. [Ve entonces] <l la mujer soltar tocias las Álava, Navarra, Labourd y Souk. 253 Un relato ele 1926, que el informante
ropas del cuerpo y echarl.:is allí. Más no veía sino un goto. Entonces él elijo había oído de boca de su abuelo, fusiona las figuras de la bruja, el hada
para si que ac1uella era bcloguile, bruja". El prntdgonisld de la historia se laYanclera y el rrickster doméstico: "un hombre de Bedayo, ( ... ) al llegar
apodera de la ropa, y la bruja confiesd entonces su delito: "he estado en al lugar en que el camino se cruza con el río, oía el ruido que el golpear
tal casa a matar al séptimo niño". Para cerciorase de lJ Yeraciddd del relato de la ropa de la colada produce. ~¿Es esta hora de hacer esa labor?, elijo
el ho111bre acude con la familia en cuestión y pide que le dejen ver al pe- él. Maurizio, responde ella. Agarra esta ropa para retorcerla ( ... ).
queño. Allí descubren que la cridtura estaba muerta. "Entonces el hombre Una cosa negra le ofreció la bruja ( ... ) . La agarró Maurizio con sus manos
les elijo lo c¡ue h;1bía visto, y bautizaron otra Yez a b lx:lu¡Juile; pues era y era un manojo de árgomas con pinchos. ··--¡ Qué áspera es esta ropa!,
belaf]Uile por no estar bien bautizada". 149 El agente maligno es aquí el doble exclamó. ~Sí, ¡ja, ja, ja!, dijo ella, y se alejó". 254 También en los relatos
zoomorfo de la bruja, y su accionar infanticida es producto de un destino orales aragoneses, recogidos por Ángel Gari Lacruz a fo1ales de la década
nefasto, que tiene su origen en una versión cristianizada de los antiguos de 1960, aparecen simultáneamente descripciones ele reuniones de brujas
y de hadas-lavanderas. En El Turbón, un dicho local resume la confluencia
roghi. La.fine Jdla cucciu lllle streghe in Italia, Roma, SJpere 2000, 1983, P""im; Roy entre ambos complejos míticos: "En El Turbón las brujas extienden la ropa
Porlt:r, "\Vitchcrc1ft anJ Magic in Enlightment, Ro111cmtic anJ LiLeral Thought", en blanca al sol". En otros lugares, los topónimos de brujas y lavanderas apa-
Bengt Anbrloo and Stuart Clark (eds. ), 1Vitchcrafi and 1)logic in Europe: The Eighre-
recen separados, pero muy próximos unos de otros. El Castillo de Pega,
enrh and Nineteemh Cenwries, Filadelfia, University of Pen11,ylva11ia Press, 1999, pp.
250
191-282. Franyois Delpech, "La 'mc1rquc' U<:s sorcieres: logic¡uc:(s) Jc lJ ,tigmc1li:,;ation dia-
2 5 bolique", <lam Nicole JJcques-Ja,¡uin el Maxime Préaud [din.], Le subbul Jes sorciers,
"Dos ejemplos al respecto, entre muchos otros posibles, son los casos analizados
por Lara Semboloni, "Cacería de brujas en Coahuila, 1748-1751. 'De villa en Yilla, XVe-XVlfle siecles, pp. 347-368.
251
sin Dios ni Santa María"', fforuria ,l!exicunJ, 54:2 (2004), pp. 325-364, y por María José Migud de Barandiarán, Brujería y brujas en los rcl,llu, pupulurcs vascos, pp.
T...1usieli Lus pos¡;svs Ji: Ióso:, ( 1SJ2-18 ].:J.). Brujcríu y jusliciu populat en cicmpu:, Je re1vluchÍn, 53-54.
252
Zaragoza, Instituto Aragonés de Antropología, 2002, pp. 29, 126, 142, 144. !bid., p. 91.
153
9
2-t José lvliguel Je B.1ran<lidrán, Brujería y brujas en lvs tdatu) rupuluti.:s vascos, San Se- !bid., p. 89.
l,astíán, Txertoa, 1998 (1983), pp. 34-35. La bastardilla es mía. lH /bid., p. 113.

212 105/194 213


ultur..i rulkl(;rlc.1 Cll el lllUJldu ilh'.:rico
E.-;tudios de CJ.SO. Demonu lugí..1 1..ri::.ti.:u1J. ~; '-

las partur ientas


muy cerca ele las En Galicia, por su parte, las mciyus rnn<l,111 el lecho de
en Bonan sa, era un lugar de reunió n de brujas , y estaba g.1lli11a, cabra, abe-
la ropa la\·,HL1 al sol. Mucho s de toman do diversa s formas anirn,11<.:s: rnusca nlón, gato,
grutas de las encant adas, que extend ían du a comien zus de
res a los topó- jorro, araña, pulga. El siguien te es un reLilu oral recogi
los topóni mos ele hadas son, sugest i,·amen te, muy anterio a luz una mujer,
n tambié n en bs Isbs la década de 1970: "al lado ele la cama donde estaba ciando
nimos de brujas. " Estos trazos origina les se detecta
2
o que la c¡uema se. Si no, el niño
ían en los remoli nos aparec ió una araña. Le pidiero n al médic
Balear es: los ibiceno s decÍall que Lis brujas se escond tó si creían que
de Santa Eublia , y c1ue podían tendr/a enferm edades incurab les. El médic o les pregun
de l)(Jl,u, lllle la,·ab.in b rop.1 lnjo el puente taron t¡ue no, que
ier resquic io que aquella araña transm itía alguna enferm edad. Le contes
meters e en el cuerpo de la gente entran do por cualc1u uno de los apelati\·os
256 era a meiga". El vampi rismo se percib e tambié n en
dejasen libre, incluso la mella ele un cliente. 261
en los tiempo s ele antaño ,
u de la pesadilla a frecue ntes ele la bruja local: chuchona. Como
En el Pa/s Vasco, las figuras ele la brnja y del espírit úa visitan do cavas y
u11 inform e de 19+2, ,melaba por la bruja ele b leyend a gallega contem poráne a contin
mem,d o resulta n interca mbiabl es. Segt'.1n de la cerrad ura. 262
erada por tocios bodega s, e introd uciénd ose en las casas por el orificio
la región ele Sara una mendig a llc1m,1<L1 iv\c1ri-Terexa, consid del compl ejo ibérico :
,1nte n.:c,1lc,1ba, por Tambi én conser va mucho s de los trazos más arcaico s
cornuoúiyúi. Pero t,ullhién la ll.rnub,111 ln,,¡w/J,J. El iuforrn acudía n a peinar se y a
"lngumzi quita la en la aldea de Bealo, en Pontev eclra, las maléfi cas
si fuera necesa rio, las caracte rística s ele esta Liltimc1 figura: Juan. 263 De la amplia
o sorsiñ, ele hecho, acumu la Ln·arse en la fuente Pinseir a durant e la noche de San
respii-ación". " El czimpo semán tico del términ
7
Lisón Tolosa na se des-
ntos deri,i! dus tanto encues ta realiza da en el campo gallego por Carme l o
ni,·eles c1r(1ueolúgicos en los que detect amos sedime el sentido ", "quitan la salud" y "secan
dcrnon ulugb r,lllical: prende que las meigas "hacen perder
de L1 arcaica mitolo gía pire11aica como de l,1 rnodern;1 ivo que se las consid ere
se atribuy e el podei- a los niños" . Tambi én resulta en extrem o sugest
el nJcabl o puede remiti r tanto a las mujere s a las que una mujer que tienen
asisten tes al <l(luela rre. 158 Pero tambié n demonios, "reves tidas del demon io"; cuando les mira
de aojar-h c1cer b¿3iLko--- comu ,1 las de la simbio sis entre
cabelle ras a la orilla por meiga dicen ''i,iume o demo", expres ión acabad a
describ e a ciertos genios que aparec en peinan do sus 26 ón gallega supone
Mari (diusa- madre folklor e tradici onal y demon ología radical . + La tradici
de los ríos, y a los espírit us noctur nos al sen-ici o de conceb ida de maner a consec utiva;
e se hace referen cia que será bruja la séptim a o novena hija
del atá,·ico panteó n pirena icu, a c¡uien hc1\Jitualment apadri nada por una
que habita Mari están para evitar dicho destino nefasto , la niña debe ser
corno "la Dama" o "la Señora '). Las c.JYernas en las los nombr es de la
irns que hace a la luz del de sus herma nas mayor es, y bautiza da con alguno ele
llenas de oro y piedra s precio sas, pero los <lonc1t 261
nte gigant e Sagrada Familia.
día se comie rten en carb<'m. Es de notar que Sugo1, la serpie
259
arruga da que suc-
impera sobre las La giiaxa asturia na, por su parte, es una vieja seca y
que en alguno s relatos aparec e como esposo de Mari, 66 de allí los versos
260 cicma la sangre de sus víctim as, especi alment e niños/
h.i,bs o !LJminuk. "diz q'anda de noche
del cancio nero astur puhlica dos en la década de 1880:
¿Si el mío la bruxa
255
Angel Gctri L.1cruL, "Les s,1bL.1ts en i\r~1gón d'aprCs les clocun1
ents et 1a traditiuu por todo el llugar, comen do los neños que gordos tán
orale", pp. 286-28 8. ÍJ, pp. 21, 23-24.
Carlos Alonso del Real, "La brujería en Galicia", en Brnjulu¡J
261
Arín, 1986, p. 186.
6
Juan G. Atienza, Cuíc1 Je las brujas en Espoiia, Barcelo na, NigraT, :ea, 2006, pp. 67,
Xosé Ramón Mariiio Ferro, L,1 lm1jcIÍ,1 e11 G,ilicic1,
" 262

Brujería y brujd> lu:-. rddtos pofwl...11cs roscos, p. 144.


237
José 1\rligud de BJ.r~111di~ir:u1, LH
146-147 .
en el País Vdsco ,·éase la síntesis de Anton Erkorck a, Be9izkoa .
'" Sobre el mal d, , ,¡o
Juan G. Atíenza, Guí,1 Je las brujas en España, p. +O.
263

El 111c1/ J,: uju eulie los ,meas, Ekain, Bilbao, 1995. hiswria Je España, p. 317.
+ Carmel o Lisón Tolosan a, Las brujas en la
16
1u11,u.,i,cu., c,pc111olc,, p. 192; Oli-
"
9
Manuel Martín Sánchez , Seres wÍ!icu,y 26
Mariño Ferro, La bnyeríc1 en Calicia, p. 53.
, p. 30; José Miguel de ' Xosé Ramón
Yier de Marliave et Jean-Cl aude Pertuzé , fünd,éun p_yrénéen miwlug1'.1 JcAsrnrias, Gijón,
Miguel l. Arrieta Gallaste gui, Gentes .Y sercS nd9icu, de ],1
266
pvpuf,.He s 1'uscm, p. 25.
B.1ranlli..ir&n, füujCJ-Íu )' b1ufds en los re!LllOS Trea, 1995, p. 168.
aude Pertuzé , Pc111théu1 1 p. 34.
'ºº Olivier de Marliave et Jean-Cl
106/194 215
tamien chupará?". º' No hay obslkulo para la giiaxo: por allí por donde "en \·erano, al recoger la paja, a v-eces las brujas la echaban para atrás"; en
p,1se u11 soplo de aire, pas.1rá ella taml>ién. ''" El pueblo ídentihca a la bruja Saucelle, "por las n~ches enti·aban por el humero de la casa v el agujero de
a,turi,rna con la cvruxo, la lechuza. 269 Entre 1935 y 1950, Julio Caro Baroja la puerta".' Para ev-itar este ultimo contratiempo, en Masueco de la Ribera
recoge en persun.1 una serie de cuentos de brujas en Vera de Bidasoa. Para se tapaban por la noche estos oritkios con cruces y escapularios.27; En
culucar sus hechiz.os, Lis mal vc1,Lis .1dopt;:i!J.111 formas de animales -ratas, Cataluña, por otra parte, los amuletos ele hierro mantienen alejadas a las
gatus, asnos-o incluso de !tierb.1s y hoj.1s secas. 270 "!-fabía en Sumbita, cuenta
brujas, al igual que ocurre con las hadas y otros demonios nocturnos ele
otro de los i11form.1ntes de Caro Baroja, una chica rubia muy guapa que la mitología popular europea. 276 En Asturias valen a este efecto casi tocios
tenÍJ e11 su c;1sa u11 caballo. Tod.1s Lis mc1ii,1nas los parientes se encontraban 277
los instrumentos de hierro, el ajo y las hojas de ruda.
cun c1m, el cab.illo aparecía sudoroso y cms.1do. Se pusieron a espiar por
Por último, Vicente Risco recoge en su descripción de las procesiones
la noche y \·ieron que la muchacha salío por el ojo de fo cerroduro, mvnto,la
de muertos en el noroeste peninsular un relato procedente de Lugo, en
en el coballo" 271
el cual detectamos un detalle inc1uietante: la bruja que cierra la proce-
Pur tierras de Leirn reaparece la afición de las brujas por el vino. En
sión nocturna es coja. rn De allí también el dicho gallego: "nunca falta un
Quintanilla <l,, SollamJs un lwmLre notaba que la cuba <le 1·ino que tenia 279
cojo en una Compañ.l''. La cojera, al igual ,1ue el munos;mJ,ilismo )'
e11 Lt bodega disminuia rápicbrnente, aunque la cava permanecía siempre
las extremidades zoomorfas, caracterizan en el relato mítico a los héroes
cerr,1d;i. Una noche fin;ilmente de1'eló el misterio: era un corro de bruj,lS
dotados ele la facultad de viajar hasta el mundo de los muertos y retornar
9 ue penctrc1La11 por el agujero de la cerradura para catar el vino_ 271 Las
a \·oluntacl, expresión estilizada ele los inconmensurables poderes de las
brujc1s ,isturianils también visitan de noche las bodegas de los caserones,
273 técnicas arc¿¡icas del éxt;isis. 280 Tarnbién caracterizan, de un extrc1110 .11 otro
súlu que para saciarse con los cántaros repletos de miel. En la comarca
de Europa, a las más diversas variantes locales ele la inagotable mitología
ele Laciana, entre Asturias y León, los 1·ecinos evitaban cierta fuente por la
del Doble. 281
noche, por miedo a ser mordidos, arañados o vampirizados por- las brujas. m
En la provincia de Salamanca, la tradición oral atribuye a las brujas las si- 275
Ju.in Fr<lnciscu I3bnco, Brujcn't1y orru.), ?ficivs pvpuluri::,, Je !J mLJ¿Jia, pp. 67 y 140.
guientes travesuras cotidianas: en Calzada de Béjar se dice que "se comen " Joan An1ades, "Brujas y brujos. Para un estudio sobre las diferencias entre las
6

el chorizo y se beben el vino ele la gente"; en Aldearrubia "desordenan brujas catalanas y las asturianas", Bvbín Je/ lnsritulo de E,tu,lic1s.-lswri,11ws, 3 2 ( 19 57),
las cosas y las hacen desaparecer"; en Navalrnoral de Béjar se dice que p. 45+.
277 Juan Luis Rodríguez-Vigil Rubio, Bw.ws, Jubos e fo,¡uLidÓll. El pr0,c,u Je ,!na Jl.1IÍ<1
7
"' C:Jrlus Ricu-An:llu, "La brujería en Asturias", pp. 129-130. García, la Lobera, ÜYiedo, Ediciones Nóbcl, 1996, p. 104.
168
[hirn ,\\Jrtínez, Brnje1Ía ,i,turiuna, León, Editorial EYerest, 1987, pp. 25 y ss. m Vicente Risco, "La procesión de las ánimas y las premoniciones de muerte", p.
269
Juan G. :\tienn, Guía Je Ju, brnju, en España, p. 57.
391.
270
Julio Caro Ihrujct, Lu, bruj,,, J ,u ,nu¡¡,/0, Madrid, Alianza, 1990 (1961 ), p. 290. n 9 ;\b11ud !v1artÍn Sánchez, Se1¿s rnhicui y p.:1~ondjr.:sfuuliÍstú:us úptlllvle:i, p. 407.
271
!bid., p. 288. b bastanlilL1 es mía .
'' fran~uis Delpech, "En torno al diablo cojuelo: demonología v fulklore", en María
0

.?7.? César .N1oran> "Notas folklóricas leonesas'', Revista Je Diuli:ctufufjÍú y TraJiciones


Tausiet y JarnesAmelang (e<ls.), El dioblv en la EJ.1J J/0dernc1, Madrid, Marcial Pons,
füpulc1w, 4:1 (1948), pp. 72-73.
200+, pp. 99-131; Carlos Gonzáles Sanz, "El diablo en el cuento folklórico", en !bid.,
273
Constantino Cabal, La miwluví.1 .1sturiana. El sacerdocio Je/ Jiablo, Madrid, Dipu- pp. 144 y ss.; Franqois Delpech, "Camino del infierno tanto ancla el cojo como el
tación de Asturias, 1928, pp. 72 73; J. M. Fernán<lcz-Pajares, Del Fvlklvre ,le Pajares, ,·iento. Monosanclalisme et magie <l'amour", en J. P. Dm·iols y A. Molinié-Bertrand
Oviedo, Real Instituto de Estudios .i\sturianos, 1984, pp. 68-69; Eh·iro Martínez, (eds.), Enjers et JL1mn..1tiuns dans le munJi.: hispunil¡ui: et hispLI11tJ améiiccún, París, PUF,
Bruje1Íd d::.turiww, p. 87.
1996, pp. 175~ 191; Carlos Ginzburg, Hiswria nocwrna, pp. 173 )' ss.
-' FraHciscu Rúa Allcr y Manuel Rubio Gago, La piedra celeste: crecnci.1, popuf.1w
2
' Tal es el caso de muchas variantes <le! chi/J-kil!ing demon (Diane Purkiss, Ar rhe
2 1

levnesm, León, Diputación Provincial, 1986, p. 170.


Botwm of the Carden, pp. 36-37), <le las Jonui difuorn sicilianas (Gustav Henningsen,

216 107/194 217


Estudius de CJ.SO. De111t..mulugí.1 cristi-1.na -:.- cu!tur.1 folklhricJ. en el lllUtHlo ibérico

del campesino asesinaba niños y atacaba al ganado doméstico. Las sospechas


7. A modo de conclusión: de los Pirineos a los Alpes
parecieron conHnnarse la noche en que Rarnonct encendió los candilc:s
!-lasta ac1uí hemos centrado nuestro análisis en el complejo de b bruju de la recámara en c1ue dormía, descubriendo no sólo que su mujer estaba
i!Jhic<l. En efecto, el Yocablo resulta común a los cli\·ersos n,rnances hisp:Í- ausente sino que la puerta ele b li.1bitc1ción estaba cerrada por dentro. La
nicos, puc:s con ligeras variantes lo encontramos en portugués, castellano, justicia ciYil consideró que el homicidio había ocurrido de manera fortuita,
ar<lgonb y catal.ín (bruja,bru:rn,broxa ,brui.rn). El origen del término resulta y condenó al rústico a la pena de destierro. 2S+Trn1bién hallamos rastros del
desconocido, aum¡ue no c,1ben du(bs ele que se trata ele u1n palabra apegada complejo ele la bruja ibérica en el testimonio de 1\larie clu Cornau, hija
por completo al terruño pirenaico. De hecho, no podemos obYiar que se la de una de las condenadas por el implacable Pierre de Lancre. Decidida a ~·
encuentra también más allá del territorio peninsuLu-, en los dialectos gas- colaborar con la justicia, Marie aportó a los magistrados los nombres de '{

coues y l,rngue<loci,mos: b,ouclw, breisha, briisa, brcisso. Las formas occitanas los asistentes al sabbat mencionados por su madre. Luego de que dos de ' .
'l
·\.

postuLm una base bru.\O, 1nientras que la hispano-portugue sa corresponde las acusadas a1nenazaran públicamente a la delatora, la joYen comenzó a
a bru.rn, )' b catalana a cuall¡uiera ele las dos. Según Corominas, ello lle\·a a experimentar el acoso nocturno de las supuestas brujas, que se acercaban
suponer una base común con diptongo, brou.rn, simplificada di\·ersamente hasta su lecho para golpearla y sofocarla con su peso, al tiempo que inducían
al romanizc1rse. 232 En comecue11ci.i, si en el origen el Hlcablo cbba cuenta en su esposo un estado de irrefreruble sopor: ''sunim ,¡udque clwse dans son
de una 1·<lrianle local de los espíritus del tipo 111c1/,r -aparecidos agresi1·os, licr, ne sraict s;- e' es1 une son:i~re o ,¡uoy ,¡uy se jeito úJ1111ne une í]rússe cl1c11ye sur
vampíricos, infanticidas y opresores nocturnos-, los trazos de la bru¡a-como- elle et la pinso syfort m, bras gouche, sans que son mmy qt~I' estoict couché pres
elle se peust cffeiler". ' La 11/émuire del Pddre Colom, referida a las misiones
23
Jc111onio-no,wrno deberían poder rastrearse a ambos lados ele los Pirineos,
en b vertiente francesa tanto corno en la esp,1ñob. impulsadas en el Béarn entre 1608 y 1612, reproduce los perjuicios que
Una Yez m:Ís, son muchos los indicios que confirman nuestra presun- la población local atribuía al accionar de las ;icosc1doras nocturnas: "la 1wí1,
elles [les sorcieres de Luce¡] s'introduisem duns les m<1Lu11s, enlerem les perits
ción. En 1562, las brujas de Seix, en el dep:irtarnento deAric:ge, sofocaban
enfonts Je leurs berceaux er les couchcnt par rerre au milieu Je la ch<1wbre; elles
a los niños sometiéndolos a una fuerte presión sobre el pecho; los jueces
lourmemem les meres e1 les nuunices remplisscmt leurs corps de marques naires ou
de Li región desconocían por eutonces los modernos tratados de demono-
253 jounes". 256 Los testimonios del PadreArnilha, otro misiuneru del ,iglo XVll,
logía, lo que enfatiza el carkter local ele la creenci.1. En 1609, el bearn,'s
subrayan estas características ele la l,rujería meridional: los bebés eran
R<lmonet de Lola asesinó a su mujer mientras creía ultimar a una bruja
ahogc1dos en su cuna por las brujas, )' los pequeños cadá\·eres sangraban
metamorfoseada en cabra. Toda la comunidad loe.ti .ifirnuba que la esposa
"The Ladies from Outside", p. 202), ,le: l«s lwbs alpi1us (:\]ice Joistcn et Christian
Franc;ois Rordes> Sorciers et Sur¡_'i~r..:s. I'1(h-Js tic :,urcdlt:ríc t:n Glb<--VjllC LL A9·) BLIStJUC)
Abry, f.trcs.firntustú¡ucs Je:-.,,l/pcs, p. 26), de L1:::; nereid.b y vlras cx0rihí gricgJ.s (Char-
Toulouse, PriYat, 1999, p. 123.
les Ste\\·art, Dcmvns anJ 1/,c Dcril, pp. 166 y 181 ), ,le b, l,a,bs y duendes pirenaicos
,s; lbiJ., p. 109: "llegó una cc,s,1 lusta su lc~hu, no sabía si era una bruja o qué era,
(Oli,·ier ele: Marlia,·e et Jc.i11-Claudc Pcrtuz~, fümhéun ti rénécn, pp. 90 y 152), de los
,¡ue se lanzó como una carga pesada sobre ella, y la pellizcó muy fuerte en el brazo
Jips> perros \',llllpiros de la n1itul0gí.:i cat~iL111a (lvbnucl J\brtín S.ínchcz, Seres mícicos
izquierdo, sin c¡ue su marido, c¡ue dormía a su lado, pudiera despertarse" (la traduc-
)' pasvnujesfa111ásticus e,pc1iíules, p. 429), ele la Liliw si1mcra (Jcffrcy Burton Russell,
ción del francés es mía).
The De.-il, p. 93) y de la Reina de Saba, según b tradición musulmana (María Tausict,
' Citado por J. B. Labonk, Les 'b,oucl,c,' en Béarn, Gascogne et Pa;-s Bosque (/-Jiswirc et
26
"F\,·.1tare.,; del I\Ltl: el di;ib]o en las brujas", en María Tau si et y James Amclang ( cds. ),
folk-Lore), Bouht:t, La Décou\Tance, 2005 ( 1936), p. 13: "por la noclie, ¡las Lruj,t.,; de
El Jic1blu C1l L, EJuJ JfuJmw, pp. 59-60).
Lucq} se introducen en las casas, extraen a los niños pequeños de sus cunas y los dcj::m
l$l I, pp. 530-531.
J- Coru1niu~1.s, Dú:civndriv aÍticv ctilnol ..)yh-u, ,·ol.
2s 3Je..111-Fra11<;ois Le Nail, "Procédurc.s contre des sorcilrcs <le Scix en 1562", Bulli..'lin en el suelo, en medio de la habitación; atormentan a las madres y a las nodrizas, lle-
nando sus cuerpos de marcas negras y amari!Lis" (la traducción del francés es mía).
de la société llfié9evise, 31 ( 1976), pp. 186, 20 l.
108/194 219
:218
E::itudio::i d~ Ldsu. Dcniunulugi-1 crblid!lcl y ,.ullurct fulk!:>1 iLa en el rnun,Ju ib'2rico

2 7
cuc1mlo Lis culp.:ibles pasc1ban por delante. ' En l 879, el folklorista bearnés e1 ow: pones clases". La Fumée actuaba, en esencia, corno un espíritu de la
l lilc1rion It1rthety confirma c¡ue la pubLición local continuaba creyendo pesadilla: "un soir, narra el informante de Pínies, je couc/wis oree ma soeur,
que bs brujc1s ingresaban en las casas cerradas ,, tra,·és de los orificios de on emendu du bruil dom l'esrnlier, pui5 quclqu'un qui mumair. lóut d'un coup
pic<lpurtes y cerraduras; por ello rcllen,1bc111 dichas hendijas con hinojo, ma soeur o semi une main sur so poitrine et c¡uelqu'un !w parlair en contr~)aisam
mientras repetían el siguiente conjuro: "si posser por le rrou, ceuc nuil, quelque so mix.)e l' oi reconnu ec j' oí dit: e' est la fw,,éd". 2"' El poder metamórfico de
.:,un:icr rcuL,j.lits-rou bien sentir,jCnouíl, ec d' entrer j/ aura peur". ls"l;::; las brujas languedocianas es tan inmenso corno el de las brujas ibéricas .
Las encuestas et11ogr.ílkas modernas demuestran la persistencia de Pueden transformase, por ejemplo, en cordero, en oveja, en carnero, en
estJs creenci<1s hasta el presente. En el departamento del' Aude, la mosque liebre, en ganso, en caballo, en v:i.ca, en perro, en gato. m Algunos relatos
es u11c1 Ílgura mític.1 que ad(¡uiere de dfa la apariencia de una mendicante guardan una estrecha semejanza formal con las hazat'ias atribuidas a las
y se com iertc en brujc1 por IJs noches; para protegerse de sus asaltos se mei9as gallegas. Cerca de Rouffiac-d' Aude, los cuatro hijos de una arren-
recomienda obstruir los agujeros de la cerradura. Si a pesar de tocio logra dataria habían muerto sistemáticamente a las pocas horas ele nacer. En el
penetrar en una casa, se la debe conjurar con la fórmula "piedsur lafeuille, cuello de los niños hallaban siempre signos de estrangularnicnto . Cuando
et rn-t-en por lo cl,eminéc" ( curiosamente, la misma fórmula que emplean nació la c¡uinta criatura, un huésped que dormitaba junto a la chimenea
Lis ha<l,1s cuando corren a esconderse ante la proximi<l,1d de algún ser "vit une énorme omignée descendrc de la cheminée et se diri9cr ,·ers la chc1wbre
hurn,mo). '" Como ocurre a rnenu<lo con los a\'alares del Doble, las Hws'/ues
1 de la jermiere. Il tiro son sobre et ji-appo l'oroignée, lui armchcmt une pmre". Al
son l'ÍclimJs de un destino funesto. A mediados del siglo XIX, lus h,1bitantes día siguiente comprobaron que la bruja infanticida era la propia hermana
293
de la Jfontd¡Jlle Nuire creían c¡ue quienes l'enían al mulldo el día en que tenía de la parturienta. Los brujos y su contrapartida benéfica, los ormicrs,
lugar un,1 batalla, tendrían la f.icult.1d de desprender a 1oluntad el alma del eran considerados como víctimas del destino, seres malditos condenados
cuerpo, experimentarían L1 necesicLid de atormentar a las personas durante a desplegar sus poderes por haber nacido en un día nefasto. La cojera es
el suerio, y se transformarían en bruj,1s b,1jo el nombre de mus,¡ues.
290
otra de las características físicas de la breish: "d' une personne qui boítoit on
La encuesta c¡ue Jean-Pierre Pinies realiza en el Bas-Languedoc a fines de disoiL: re¡JorJe il morche cummc un sorcier". Otro kslimouío confirma este
la década de 1970, termina de demostrar la presencia del mismo complejo parecer: "cl,u,¡ue fui que mc1 pc1u1·re múe r';} uil un boíreux (. . .) elle diSCJit: <;a,
0

29
mítico en ambas vertientes piren,licas. La bruja domina de tal manera los e' en est un". +

elementos, c¡ue se identifica con las nubes y con el ,·iento. Puede transfor-
291
rnarse en una brisa, en un soplo de aire, y de tal manera atraviesa los muros Jean-Pierre Pinies, fi!)wes J.: fc1 sur,ellcrie lu11,9ueJu,ien11e, pp. +O y 94--95: "podía

más gruesos. fo Fumée, un reputado brujo (bréish) del departamento ele entrar en las casas a través de las n:ntanas y de Lis puertas ccrr,1dJsn; "un,t tar<le,
yo estaba acostada junto a rni hermana, cuando escuchi~ un ruido en la escalera, y
l' Aude, recibía tal apodo pon¡ue ";/ pournit eJJlfer Juns le, moisons ouxjenétres
luego alguien que subía. De repente, mi hermana sintió una manO sobre su pecho, y
m E1n1nanucl Le Roy L1duric, L, bruja Je Jasmin, p. 39. oyó que alguien le hablaba fab,ando su rnz. Yo lo reconocí y dije, ¡es la Fumée!" (la
288
I-Iilarion Barthety, Lu svnellaie en Béarn ec Juns le I'uys Bt1st¡uc:: .:.uivit: Jt P1'-.1Lú¡u..:s Je traducción del francés es mía).
s01cclleric et supcrslitiolli pupulc1i1cs, flouhet, La Déu.>unancc:, 2004 (1879), p. 62: "si !9![bid., pp. 87 )' SS.
pasar por el orilkio, esta noche, alguna Gruja c¡uiere, haz sentir tu pn:sencia, hinojo, "'lbiJ., p. l 39: "vio una enorme araña descender de la chimenea y dirigirse hacia la
y de entrar ella miedo tendrá" (la traducción del francés es mía). habitación de la arrendataria. !El huéspedj lanzó su sable y golpeó a la araña, arran-
,,., Oli,·ier de Marlia,e et Jcan Claude P<::rtnzc':, Pu111héu11 ppé11é.:11, p. 146: "un pie sobre cándole una pata" (la traducción del francés es mía).
b hoja, y vete por la chimenea" (IJ traducción del francés es mía). "'lbiJ., p. 42: "de una persona que cojea se dice: mir.t, ca111ina como brujo"; "cada
.;''Ju Adolphe Je Chesnd> Dic1iu1wuitc de::,, Supasririuns, ern:urs, prJjué}J:;, et lrLiJilions
pupu- vez que mi pobre madre veía a un cojo decía: ahí tienes, ahí va uno !un brujo]" (las
laires, París, Petit-Montrouge, 1856, p. 658. trdducciones del francés son mías).

220 109/194 221


También se detecta en el Bas-Lmguecloc una sup,:rposición tal entre es de alguna forma su alter e90; y es así que los golpes dados al animal o
los ataques nocturnos ele los muertos y de las brujas, que en ocasiones al objeto-brujo, se imprimen sobre el propio cuerpo del agresor.,% El
re,ulta difícil diferenciar unos dl: otras. Lo mismo ocurre con las brujas siguiente relato, recogido en 1962, sinktiza el accionar ele los brujos en
v las h;:iclas: Jean-Pierre Pinies confirma c¡ue, en la mayoria ele los casos, la localidad de Fressinieres, en el departamento francés de Ham-Alpcs, en
:nte la menci{m ele la p.1ldbra brcish los i11formc111ks n.:spundc·n con his- el antiguo Delfinado: "Je sorLicr rcnaír serrcr les ucn.í dans leur lir.11 cwruit dons
torias de hc1d.1s. Al igual c¡ue en Espaiü, L1 toponirnict es ric.1 en apcbli,·os la 1nciisun par le ch,lliére, sous lujurme d' un clicJt. On /'emcn,lc1i1 monter au bas Ju
relacirnudos con a,arnlilcds de brujas c¡ue a menudu ,e cunfunden con los lit; f"G roufail Cú/Jl!ll~ un panier, ra l11Ul1lllil SUf Ja poilrine Cl f"O l'OUS Scrrair Q ne
29
lugcires fn:cuent.1dus por los espírilus feéricos. ' Un lé,timonio recogido pos poui-oir respirer".
199
En todo menos en el nombre, este sorcier-cauchemor
en la década de 1930 (Li cuenta también de la creenci,1 en los combates de los Alpes occidentales recuerda el accionar de la breish languedociana,
en éxusis, como aquellos protcigonizaclos por los uílwsok, los krcsniki, de las brouches gasconas, ele la brn10 aragonesa, de la bru.rn lusitazu, de la
los rnc1zzcri, los bcn,rnJc1nti, los striuoi o los lic:rntropos. En NarLund, una xorguina vasca. Detrás de cada una de estas figuras míticas detectamos la
ju1 en sufría frecuentes crisis nen·iosas, que se desataban cada ,·ez que se presencia de un antepasado común, el maléfico acosador nocturno, el
encontraba en presencia de una Yecina con fama de bruja. Un día, la jon'n espíritu infanticid<l y pesaclillesco del tipo mohr, una figura uniYersal de la
soiíó (1ue se trenzc1bc1 en singuLir comb,1te con ,1(1uella mujer, a quien logró primitiva mitología pc1neuropea, un a,·atar paradigrnStico de la mitología
arañ;1rle la cai-a. Al día siguiente, b m,1L1 Yecina apareció con el rostro cu- del Doble de la cual la bruja pirenaica no sería sino un exitoso y perdurable
Líenu de r.1sguiíos. De allí en adeLuite, Li jm en nunca m~s experimentó a,·atar regional.
a(¡uellas extraiías crisis nerviusas. 196 La comparaciún entre los r'-'Litus del
siglo XX y Lis creencids compcirti,Ls a comienzos del siglo XIV por los
anti0uos hc1bitc1nles dtaros de Montaillou, demuestra que el mito ele las
exp:ril'.ncic1s cx-sorn.Ílic.1s y la cuncepciÚn múltiple del alma soportó con
297
éxito el paso ele los siglos.
TOlLn ía en las estribciciunes de los Alpes Occidentales podemos ha-
lL1r, en pleno siglo XX, la creenCÍcl en la bruja-como-demonio-noccurno, aún
cuc1ndo estamos ya fuera del área en la que se emplea el término bnya
v sus deri,·c1dos. En Saboya, por ejemplo, el sorcicr es un hombre que
;)uede metamorfosedrse en animal -perro, rana, gato- o en un objeto
inanim,,clo: bol,ii1c1 de hilo, pelota de bn:1. Persigue a las personas durante
el sut.'.IÍU (surcier-cc1udicrni,n), altera su salud y prm·oca la muerte. Con b
metamorfosis del brujo, sostiene Charles Joísten, aparece la noción del
Doble. La forma --animada o inanimada- en la que el brujo se convierte
29
' íbiJ., pp. 32, 5+, 165,250, 25+.
2
% lbiJ., p. 139. m Alice Joisten et Christian Abry, Errcsfanrnsriques de, ,lipes, pp. 129-130.
297
En1111anucl Le Ruv LaJuric, ,J/umdillou, 1 i!lJ¿¡.: ,le 129-1- l1 1324, París, G.1-
01.-ciwn,
'" lbiJ., p. 14 3: "el brujo iba a aplastar a las personas en sus lechos. Entraba en las casas
llinurd, 1975 (cito l;or L1 edición en c:istclbno: .JlvnLL1ill.1u, dtl..:d uL'dldfld il.: l .?94 a por la gatera, bajo la forma de u11 gato. Lo oíarnos inst,,L,rsc debajo de la cama; luego
J 32../, traducción de l\lauro 1\rmii\o, i\bdrid, Taurus, 1988, pp. 549-582); Claude giraba como una canasta, se te subía sobre el pecho, )' presionaba hasta impedirte
Lecouteux, Fécs, Sorcieres et Loups-3arous, pp. 72-76. respirar" (la traducción del francés es mía).
110/194 223
CAPÍTULO 3
Santa Catalina y el saludador.
Autopsia de un co1nplejo n1ítico ibérico

Los saludadores, sanadores carismáticos especializados en la cur:1 ele la


hidrofobia, conforman unu <lte los complejos míticos más origin,iles ele b
península ibérica. Si bien el núcleo de su leyenda gira en torno ele la rabiá
canina, los s;ilu,Lidores tenían ta1l!l,ién otras característius extraordinarias,
que en ocasiones dejaban su virtud taumatúrgica en un segundo plano. En
efecto, los saludadores también eran amos del fuego, adi,·inos consumados
y cazadores de brujas.
El misterio rodea la figura de estos curanderos carismáticos. Durante
siglos, detractores y defensores pretelldicron en Yano explicar las fabulosas
proezas que los saludadores realizab,:m ante sus pasmados auditorios. La
ambigüedad intrínseca del origen de sus poderes exigió hasta sus mismÍ·
sirnos límites al discurso antisupersticioso c¡ue informaba la manualística
española del período moderno. ¿Se trataba de personas dotadas con una
contextura natural priúlegiacla' ¿Eran agentes eliabólicos que realizaban
sus proezas remitiéndose a un orden preternatural ele causalidades? ¿O
eran santos Yernáculos que administraban una aracia arotis daw otorgada
por la diYinidad misma? 1
El origen del mito también se hunde en las sombras. Son escasas las
referencias inequíYocas a la figura del saludador anteriores a las primeras
décadas del siglo XVI. En el listado ele saludadores al servicio del concejo
ele Murcia el primer caso se remonta al año 1480. Se trataba, sin embargo,
1
Sobre esta cuestión ,·éasc Fabián 1\lejanclro Carnpagnc, f-Iomo Cuihulicus, f-Iomo
Supcrsticiosus. El
tfiiL"urso Llll(i.:.upcr:;!iciv:::o en la f:.,pd1lu de los siglos XV a XVIII, l\L.11..lrid,
Miño y Dhila, 2002, pp. 37-133.

111/194 225
Estudios de ca:;o. Dc111011ulo,JÍ.1 cristitma y cultura folkl(\rk\1 en d n1undo ih('rico
'° -
De allí en más, el complejo del salucLdur continuará enric1ueciéndose con
de un saludador ele lobos, a c1uien el poder municipal recurrió p:ii-;1 acabar
nuc,·os elementos hasta finales del siglo XIX, pare, comenzar lentament e
con una plaga que asolaba las huertas y campos locales. /\.nte la falta de re-
1 a diluirse en b segunda mitad del siglo XX.
sultados concretos , sin embargo, se lo despick el 7 de marzo de 1480.
Finalment e, la originalid ad de la bgura del saludador vueh-e extrema-
La literatura antisupers ticiosa anterior al 1500 parece ignorar por
damente arduo todo intento de estudio comparatiY o o análisis morfolóoi co
completo a los s,iludador es. Así, no se encuentra n rde1·encia s a ellos en
destinado a reducir al tipo o a los anteceden tes un complejo mítico"\,:m
el exhaustin ) Libro de las confesiones del salmantin o 1vlartín Pérez ( c. 1312-
altamente idiosincrásico. Los cronistas españoles y extranjero s daban cuenta
1317)3, en los sermones ele la campaña castellana de San Vicente Ferrer
ele la excluyent e originalid ad ibérica del fenómeno . Los saludador es sólo
7

( 1411-1412)", en los tres tratados antisupers ticiosos que Lope de [farríen-


XV', o en el "lrocwws existen en España, sostiene A. Jom·in en Le royogeur J' Europe, ot, sont les
tos redacta para Juan ll de Castilla a mediados del
rnyages ele Fronce, d'Jralie el de ,lfolchc, el'Espagne et de Portugal (París, 1672).
8

e.,4uisiiissimu., ele supcrslilionilws ele Martín ele Arlés o r\nclosilb (Lyon, 151 O).
En el siglo XVIII Benito Jerónimo Feijóo insiste sobre la misma cuestión:
En contrapos ición con este sugestiYo silencio, el mito emerge de manera
"solo en España hay esta clase de Cur::mcleros ( ... ) entre los Escritores de
abrupta, ya plen,11nente conforma do, en los discursos antisupers ticiosos ele
Teología Moral solo los Españoles tocan la question ele si el modo de curar
comienzo s del siglo XVI, señalando rnu sugestiYa solución de continuida d
6 ele los S:ilmLidores es comprehe ndido en las obsen·acio nes supersticio s:is.
en la que los historiado res no parecen haber reparado hasta el presente.
Los clem-Ís no h:iblan de ellos pon1ue 110 los conocen; ó si :ilguno li.1LL1 es
2
Juan Torres Fontcs, "El saludador", en Hamén<1jc a )usé Bollcsrcr, Murcia, Hijos ele citando á Autores Españoles , y suponiend o ser nuestros naciollciles dichos
.Antonio Zamora, 1972, pp. 131 138; María del Carmen Zamora Zamora "Apnwc- 9
curancleros". En efecto, :1un,1ue vari;:is caractei-Í,licas del s,tludador pueden
cl1amicntos forestak, en la co111c1rca del campo de Cart.:igc-1,,1 dur.rntc b Edad J\ledia",
hallarse en muchas otras figuras del folklore y la mitología p::meurnpec1s, la
Scripta No.-a. Rerista EleLCrcÍniu1 de Gevw<lfic1 y Ciencias Sociales, l 3 ( 1997).
fusión ele sus componen tes en un complejo Único sólo se detecta en España
3
Véase Nlartín Pérez> Libro Je las cu1ife,.,iuncs. Una h1JivcJh!fid de h1 ,.,od,.-Jdll meJit:i al
e,p,lliu/<1, ediciún crítica, introducció n y notas por Antonio García y García cr alii, y Portugal, y por lógica extensión , en Hispanoam érica.'º Individual mente
Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 2002. 7
En Europa, el complejo mágico-reli gioso más cercano al de los saludadores ibéricos
4
Véase Pedro M. Cátedra, Scrmún, socicJuJ_y lilt!fdlUrd en fo Edod ,1/cJia. San l'"iccnce Fcrrcr
parece haber siclo el culto de San Huberto, un santo nacido en las cercanías de Ueja
en Castílfo (1-J l / - /-4 / J), Salamanca, Junta de Castilla y León, 1994.
&.. a mediados del siglo VIL Los farnili,ires de San Huberto se decían dotados del poder
5
Los tres textos son el TrL1L·t1..1tlu (.le caso J']orcuna, el Tracwllo del llormir &_Jespcrcar
rnodernas reproducen de sanar o preYenir la rabia con sólo tocar a las personas. Sin embargo, parecen haber
Je! soñar, y el Traccoclo Je la Jii·inara e sus espcrics. Dos cdicionc:;
al
carecido ele los restantes trazos característi cos de los saludadores ibéricos; Yéase
los tratados en conjunto: Textos y Conco1JLrncias del ?idldtÍv de lllÍi1i11dnza) ' Je nwgío, t, París, Pican!, 1887; Marc Bloch, Les
respecto Henri Gaidoz, La ra9e er Saim-Huber
ediciún semipaleog r.ífica en microfichas a cargo de María Isabel rvlontoya, Thc His- de Strasboura
rois rh,1w11c1wr9es, Strasbourg, Publication s de la Faculté des Lettres
panic Seminary of MedieYal Studies, Madison, 1994; Fernando Ah·arez López, .1rre
Dipu- 1924 ( cito por la edición en castellano: Los rc_rcs raumururgos, traducción de Marci~
m'18i._·t1 y licchio:ríu rncJi.:r<.Jl. TrcS trdtdJus Je n1t13iu en la rorte Je Juon /1, V~tlL1dolid,
el Lara, México, FCE, 1988, pp. 167, 348-350).
tdción Prm inda! ck Valladolid, 2000. Una tercera edición reproduce Únicamente
Citado por J. M. Díez Borque, La so,iedJd óp<.1110/c1 y los riajeros del sis/o XVJ/, Madrid,
5

de fo di, i11u11,-a: Paloma Cuenca Muñoz, El Ti·ocwdo de l., Dírinonp de Lope Je


Ti·Jdudu
Sociedad General Española ele Librería S.A., 1975, p. 159.
8drric1nus. l.d 1l1dtJÚl JHt:Jit::rLil i:11 lo ri.:.iJ11 J¿ w1 ubispu de CuenCt1, Cuenca,
Ayuntainicn to
' Fray Benito Geronimo Feyjoó y Montenegr o, Tearro Cririco Unil"ersal O Discursos
ele Cuenca, 1994. toino
rurios en tuJu l-Jéllero Je J11Jlcrias, puru Je)'Cn!:fLlilu Je errvrcs L\JJJJUn.:s, lv1adrid, 1777,
6
Refiriéndos e a los ,aludadun:s , Martí Gelabertó sostuYo recienteme nte c1ue "desde III, pp. 4-5.
la Edad Mcdi,1 se tiene conocimien to de la existencia ele estos in,li,·icluos". Sin embar- cspa-
~o Luis Sánchez Granjel, "Aspectos médicos de la literatura antísupcrsti cíosa
go, no aporta evi,lencia hibliogr[1fica ni documenta l alguna para sostener semejante y Medicina, Salamanca, Uniwrsidad de
nola ele los siglos XVI y XVII", en ffumuni,mo
afinnaciÚn; cfr. lvLirtí Gclabertó, Lo pt1/._1bm Jcl pr.:JiühÍur. c._,nudrrJ:JI muy supersciciÓn Salamanca, 1968, p. 66.
en Cu1c1/wic1 (.,i9los XVJJ-XVl/J), Lleida, Milenio, 2005, p. 281.
112/194 227
considerados, muchos ele sus trazos pueden adscribirse a algunos ele los intlu_:.·cntc: Rcprob,,,..ión de los s11pcrs1icion,·sy hcchiccríos (AlcaLí de Henares,
1
crr:l!ldes sistemas cultur;iles a los c1ue en última instancia se reducen la
',. 1530'). 'Ac¡uí cl aragonés cleclica un ca¡,ítulo completo a los s«lu,L1dores,
;oralidad ele los complejos míticos arcaicos europeos. Como knómcno en lu c¡ue probahlement e constitup u110 de los m,Ís antiguos tr,1tamiéntos
ele conjunto, sin embargo, el complejo del saludador parece, en principio, extensos del mito. De hecho, Ciruelo se siente en la necesidad de justificir
irreductible a cualc¡uier esquema mítico preconcebido. la decisión de dedicar tantas páginas a la cuestión, lo c¡ue reafirma la sen-
Por todos estos moti1·os, la mitología de los saludadores ibéricos no ha sación de c¡ue nos encontramos ante una creencia relati,·amentc nm·edos:i,
sido clenusiado frecuentada por los historiadores. A menudo se los mencio- que había logrado en poco tiempo una rápida y enorme difusión en la
na en monografías sobre religiosiclad local, reprol>ación ele su1)c:1·,ticiu11es Península: "mas porc¡ue las pabbras y cerimonias ele lus salu(bdures tienen
o medicina popuLir. Pero hasta el presente no parece haberse intentado alguna espccial icbd clifcrenciacla delos cm psalrnaclores ( ... ) , )' \·eernos c¡ue
un análisis de conjunto del fenómeno. El presente cpítulo sc propone, nrnclu gente se D tras ellos a se sJludar ( ... ), ha me parecido de hazcr
entonces, realizar la disección de uno de los complejos mágico-religio sos este capitulo especial contra los conrnnes saludadores". 14
más ori"inales
::e
ele la ciYilización ibérica temp1·ano-mo derna. El capítulo ele Ciruelo, c¡ue ele alguna manera adquiere un carácte1·
fundacional para el complejo del saludador, establece las seis car,1eterÍsticas
1. Los saludadore s: sanadores carismático s en suelo prínci¡xilcs ele b \·ersión canónica del mito: 1- "!el s,drnbdur] se emple:i en
ibérico quci-cr sa11c1r, o presen-ar a los hombres y hcstias y ganados del nul ele la
rauia"; 2- ",ana con su saliua de la boca o con su ,1lientu"; 3- "son fimiliarcs
Una ele las referencias más antiguas al mito del saludador ;:ipa1-cce en
ele sancta Cathalina, o de sancta Quite-ria,)' que estas sanctas le han dado
el sintético trc1tamienlu de la materia antisupersticio sa que Pedro Ciruelo
11 Yirtud pan sanar de la rauia"; 4- ''han sc hecho emprimir en alguna parte
incluye en su ,Irte Je bien corifesar ( 15 H-) : "los saludadores, c¡ue se dizen
ele su cuerpo la rueda de sancta Cathalina, oh sc:íi,1] de sancta Quiteria";
de s,1;1cta Quiteria, o sancta catherina, c¡ue mas Yercbcleramen te son mi-
nistros del diablo, sc1ludan a personas, o a otros animales conti·a b rauia, 5- "acliuin;in algunas cosas secretas dt: lo que esta ausente en otro luoar
.::,
y
,'
12 tarnbien de los acaescimiento s ya pasados sobre algunas personas, y aun
o mordedura d,, perro rauioso". La referencia, incluida en la sección
dedicada a las hechicerías y sortilegios, resulta extremadame nte brew. de cosas c1ue les han de acaecer"; 6- "algunos tornan un carbon o hierro
el núcleo duro de la creencia: desde un encendido en la mano !y] lo tienen por un rato. Otros se Jayan la mano en
Sin embaroo b , en ella se detecta

principio los sdlucLidores fueron, ante todo, especialistas en la cura de mor-


dcdurds proYocadas por los perros rabiosos. Unos años más tarde, Ciruelo
amplía el tratamiento del problema antisupersticio so en su celebérrima e "LJ kcha de la edición príncipe ele L, R,p1ui"1c·icin de Ciruelo continúa siendo matc-
\<:~1::,c \\:i t.'rnic,1 .\Litl'O Ri¡Jol!, "SuLrc u11,1 ,:dki(;n
riJ. d-:: llis.___·u::,i~n li<l::.lJ. d pre.sen te;
11
,\lgunus JuloJ·<:s d,m l SO I como f'u:l1J <le ,:diLiÓn: Stuart Clark, ThinLii,::J "i1h Dcwun;: ignota de la R.:¡)/ubc1liÚn Je supcrsrícionc.:; dd n1acstl'o Ciru('lc/', D)udwi.,-, 22 (2002),
[/,,: U,c1 ujli'iid,,rc,ji in h,rly JfoJw, Ewu¡x, Oxford: Clarcndon Press, 1997, p. 498; pp. +37-+59. P.lrJ rnucl1us Lililié,lllus, la cdi,i,>11 rn,Ís c\lll>cn·ad:i scrí:i la que
y ) u mismo, siguicmlu a Cbrk: FJbi.ín Alejandro Campagnc, Humu Cmholicus, Hamo se encuentra en la llispanic Sociery d,: Nu,:,·a York (s.l, s.i., 78 fols. + 2 hs). El lugar
Supa,Litiosus, p. 32. Lou Ann Homza considc:ra, sin embargo, que la fecha correcta es de publicación más probable de esto edición ¡>Jr,:cc habccr sido Alcalá de: Hcnar:s,
1514, y que la confusión surge por un tratado de tíwlo similar, Arte pura bien wnfas<1r, y daño, 1530; ,éase Felipe Díaz Jimcno, /-íoclc,yjórwnu en la ,le/ siglo Xl-1,
pul,licado por un ,111Ónimo monje jcrfmimo poco después ele 1500: Lou Ann Homza, i\ladrid, Fundación llnin:-rsitJria Esp,,ñob, 1987, p.1 OO. En cualc1uicr caso, la m:\s
Rdi::Jious.luthurit)' in the Sp,wi,h Rcnaissance, Baltimorc,The John Hopkins llni,·ersity antigua de las ediciones extensas conscnadas ,:s b salmantina (k 1538: Lou :\nn
Prcss, 2000, p. 152. Homza Religfous Aurhoric_r in che Spd1iij'h Rcnais.)·once, p. 199.
1

"Pedro Ciruelo, Arre Je bien l-+Pedro Ciruelo, RcprubdL.iJn ~le !LJs supco.Lid,mc.-. y hcchizcrias. Libio mi~¡· wily nt:..-i:s..,o 1io
1548; fol. XYii \', a r,,JJ, los bueno, chrisric1nos, Medina del Campo, 1551, fol. xxxYiii r.

113/194
Estudios Je caso_ De 1110110 lugb. cristian;i y cultura l~)lklórica L'.11 el rnundu iLt'.:1 ko

agua O
azeyte hiruiendo. Otros mielen a pies descalzos \'!U bai:ra ele hierro La \'ersión canónica del complejo del saludador pronto se vio modi-
a;dienclo ... Otros entran en un horno encendido y fuerte"." ficada por la incorporación ele nue,·os atributos originales, que en poco
Re~uha e,·icknte que no estamos en presencia de empíricos o ensolmoclo- tiempo conformMon un repertCJrio ele trazos llul:mtes c1ue contribuyó a
res corrientes. De la reLiciÚn de: la Repruboción de Ciruelo extraemos algunos modificar ele manera recurrente las versiones posteriores de la creencia. 20
otros elatos destacados. No sólo curaban enfermos; también saludaban a Una referencia notable al complejo del saludador aparece en el jordín de
hombres y animales con carácter preYentÍ\'O. Diseñaron algunas prácticas jtores curiosos (Salamanca, 1570), del humanista Antonio deTorquemada. El
cuasi-sac;amentales, que los transformaron en agentes acti,·os ele una he- episodio tiene corno protagonista al padre del autor. El extenso memornte
terodoxa paraliturgia vernácula, en competencia directa con los agentes incluye la cletallacla descripción del accionar ele un misterioso curandero,
ele la reliuiún oficial: "saludan el pan y lo mambn guardar por rel1c1u1as: y aporta dos ,,ariantes interesantes a la mitología del saludador. En primer
con mc1s cleuocion que el pan bendito de los sacerdotes de la yglesia en los lugar, el don de clarividencia-ya mencionado en el fr<lgmento fund<lcional
dominaos". 16 fiiHlmente, Ciruelo deja entender que en muchas diócesis y ele Ciruelo- e,·oluciona aquí hasta convertirse en un ejercicio abierto de
com:ej:s los salucLidores actuab.rn libremente, con el co1isentimiento ele las segunda vista; en efecto, el sanador puede ,·er la enfermedad en el interior
autorichdcs civiles y eclesiásticas: "todos los perlados y juezes que permiten del padre de Torc¡uemada cuando éste no manifiesta aún síntoma alguno,
en sus diocesis que anten estos publicos saludadores, pecan mortalmente cuando no tiene siquiera conciencb ele haber sido mordido por un perro
' · » 17
rabioso:
si no los castigc1n y echan el e la tierra .
Ciruelo no fue el primer reprobador de supersticiones en dedicar un '"Dezidme, señor: ¿a Yos os h:i mordido algún perro'' Mi padre, que ya
capítulo completo al feuúmeno ele los saludadores. Lo mismo había hecho, casi lo tenía oh·idado, le respondió: 'Un perro salió a mí pocos días ha,
un par de años antes, el franciscano Martín ele Castañega en su fanodo de y me quiso morder; pero, ¿por c¡ué lo preguntáys?' (. _.). 'Pregúntooslo
los supersticiones y hechiceríos (Logroño, 1529). Su descripción, sin ~n1ba1;: porque ( ... ) yo soy saludador y esse perro que dezís que os sacó sangre
go, resulta extrenlclclamente pobre desde el punto ele ,·1st~ etnog,rahco. de la pierna, esta va ra\'iando ( ... ).Y para que entendáys que digo verclad,
El interés excluyente de Castañega era demostrar el caracter licito ele! el perro tenía tales y tales señales', diziendo las mesmas que mi padre
hada Yisto, de que no quedó poco mara,,illado".
accionar de los saludadores; que atribuía a \'irtudes naturales ocultas en
su aliento o saliva, descartando todo orden ele causalidad sobrenatural o La segunda variación que incorpora el relato de Torquemada es la des-
preternatural. De hecho, Ciruelo y Castañega inauguran dos vertientes cripción de un ritual de sanación más sofisticado que el simple empleo
opuestas de la teología moral española: la ele los detractores y la ele los del aliento y la saliva. En efecto, el saludador pica con un cuchillo filoso
, ,· 19
defensores ele esta peculiar estirpe ele sanaclores cmsmat1cos. la nariz del padre de Torquemada y extrae tres gotas de sangre, que coloca
en una escudilla. Media hora después "miraron la sangre que estava en el
plato, c¡ue no la havían quitado de su presencia, y hallaron en cada una
1; !bici, ff. xxxviii r - xxxix r.
16
!bid., fol. xxxix r.
17
!bid., fol. xi r.
1s Fray Martín Je Castañega, Trocado de las Superscicioncs y flechizcrias'. edición con la mcdici11c1 e,p,iiíulc1 (siglos XIV-XVJJJ), Buenos Aires, Facultad ele Filosofía y Letras-
estudio preliminar y notas de Fal.>ián Alejandro Campagnc, Buenos /\¡res, Facultad llni,·ersi<lad de Buenos Aires, 200 l, pp. 247-290.
de Filosofía y Letras/Uni\'ersidad de Buenos Aires, 1997, pp. 95-98. 'º Se trata de un fenómeno similar al que los hagiógrafos detectaron en la e\'olución
19 Sobre esta polémica véase Fabián Alejandro Campagne, "Entre el rniLigro y el pacto de las leyendas de los santos cristianos. Sobre el concepto de trno flotante \'éase
diabólico: saludadores y reyes taumaturgos en la Españ.1 rno,krna", en María Estela Hippulyte Deld,.iyc, Le, I!:ac11Jcs hu11iui:Jraphi,1ucs, Bruxelles, Société des Bollandistes,
González de Fauve (ed.), Ciencia, poder e ideolq¡ía. El saber)' el hacer en la erolución de 1955 (l 905), p. 23.
114/194 231
230
cristi,u1,1 Y cultur,1 t'ulk!orica en d 111U1hlu ib~·ríco

( ... ), un gusano ,·inJ, bullendo. Y entonces el saludador le dixo: ' ... ,·c1s que este rasgo espectacul ar tm·o un car,1ctcr netamente coyuntura l (duró

ac1uí tocio el da110 que el perro os haYÍa hecho". '


2 poco tiempo -finales del siglo XVI, comienzos del siglo XVII- v afectó

La transición entre los siglos XVI y XVII a¡)ona un testimonio Yaliosu particular mente a los saludadurc s del Le1"Jt1le penins:1L1r) cont 1:ibu 1ó a

sobre la co11t.rn1i11,1~·ión de la creencia con elementos extraídos de otros increment ar ele manera exponenci al el prestigio e influencia locales de,esta

coiuplejus míticos pancurope os. En las Di,'cJui,,i1iunum mc1¿Jicc1rum (Lm·aina, peculiar estirpe de taumaturg os rurales. La i11muni,Lid a las heridas er;i

1599-1600 ), el jesuita Martín del Río agrega nue1·os trazos a la leyenda del otro de los rasgos novedosos subrayado s ¡>ur Nc11 arro: algunos saludadore s
s,1lmbdur. En primer lugar, afirma que los s,dmL1dores se reconocen entre se decían capaces de doblar como un arco la hoja de una,espc1da, apoyando
la punta sobi-e el ¡)echo)' la ernpu11acltffJ contra la pared. '
1 ;r
sí con sólo mir;irse, pues perciben ele inmediato las marcas de n;-icimiento i
que lle,·an grabadas en sus cuerpos: "diwn1 Jlci!lirc1liwr ,·num sc1lut,uurc111 oh Sin embargo, el ejemplo más acaLado de la extraordin aria plasticidad

ulus .ú.. ilut . .aurj[n1..., cur9nusLi, lit't.:l curn prius TH11h.¡u1...1rn ,,icJcrint, quv..l :-.idnurn ...1licuius del mito del saludador, de su infinita capacidad para incorpora r trazos
nu1c1c i/Jis e\ dc1.::mu11c . 12 En segundo lugar, Del Río ser'iala que los ajenos a su leyenda, es su asociación tardía con la expuLi(Jll de demonios

séptimos hijos en la continua generació n de 1·arones están destinados a v el exorcismo popular. En 1653, el focal del ar-zobis1)aclo de Zaraooza
..., -

conn:nirs c en salu,Lidor cs según la creencia popular: ~{i.,llunrur Jum pu1c1n1 denuncia ante la Inquisició n al saludador Pablo Borao. Se lo acusab; de

honc l'im wn,pc1crc :;cp1imo cuique filio, si mo:;culinum or,linem_fe míncus par tus exorcizar mujeres aún cuando nunca había sido consagrad o sacerdote ni

nun irllarupcrir " _'3 De todos los trazos incorpora dos con posteriori dad a recibido las Órdenes menores. Borao intentó neutrali;a r los cargos alu-

las primeras cri,tali;:ac iones del mito, ninguno alcanzará en el futuro un diendo a su profunda piedad per-sonal: se confesaba v comulaab a todos los

éxito cump;l!'cl!ik al de esta identificac ión entre los septenario s y b figura días, y curaba por medio ele la oración mental c¡ue p;.acticab ~unto con los
del s,1lu,.L1dor. posesos. También afirmaba haber visto a la Virgen María "se le apareció
El complejo folklórico continuó incorpora ndo elementos que pro- ahuyentan do los demonios "-, a muchos santos v ánreles, y a las almas del
.J ,_; .J

. 26 p ronto con1eso
!)urga t ono. e ' .
e 1ongen
1
c e sus poderes sanadores : "se jac-
fundiuron b ,tlteración de la versión canónica instabd:i a comienzos del
siglo XVI. En el 1ribunol de supcrsrición lmlirw (lluesca, 1631), el presbí- taba tenía un Christo en el paladar, en la mano derecha la rueda de Santa
tero aragonés Gaspar Navarro menciona una nueva y sugesti,·a facult,Hl Cathalina y en la espc1lda un quadro figura11du la Sanlis,ima Trinidad como
la pintan, clizenlo diezioyho testigos". Sostenía c1ue su saliYa tenía virtud
27
del s,ilud.idur ibérico: su inn,lla capacidad para detectar brujas. Nayarro
al'irmc1ba al respecto: "dizen c1ue conocen las Brujas, y Bnijos, como en para curar toda clase de enfermeda des, y pur ello solía trazar cruces con
algunas ocasiones se han ,·isto, que la gente ignorante y necia han lleu;-iclo la lengua sobre el vientre de las mujeres afectadas por maleficios . Borao

algunos Saludador es a ciertos lugares, para que les dixessen quien eran atribuía poderes similares al semen y a la orina, según un patrón arcaico
2
Brujas, o Brujos( ... ), y estos dizen, esta y ac¡uella son Brujas .. _"_ + Aun- que confería a los íluidos corporales b virtud de transmitir la gracia que
habitaba el cuerpo del taumaturg o. En prisión confesó que muchas de
28

21
Antonio deTun1uen1~H.L1,JuJ/n ll<J_florcs curiusds) en Obt"di L·,...JJnpf...·rd:,, Bibliotec1 Castro, las formulas contra los demonios que incluía en las filacterias que confec-
J\!J<lrid, Türncr, l 9'J+, torno!, pp. 731-732.
p. 40: " !bid., fol. 93 r.
22
l\1artino del Rio) Dist¡uhiLiiJnw11 Jlldf:]Ú.:arum libri scx, LoYanií, 1599, turnuCJ priinus,
saludadores" .
16
!vi.iría Tau~iet, Abtdüdubra Omnipvtt:u::,_ Jfu.¿Ji-1 wban..i en en la [J,.,¡J .llvJi.:nw,
"dicen <1ue un saludadur es n.:cunucído de manera mtural por los otros
Ma<lri<l, Siglo XXI, 2007, p. 157.
1l IhiJ., p. 41: "píc11Sc111 '!'"' este poder compete al séptimo hijo, sí un parto femenino
17
lbiJ.' p. 15 l.
nu i11terru1npe la st11..:c::.iún de Yan.Jnc-s".
H Gaspc1r N,Wcirro, Trihi ndf Jt' Supi:rsth.-i/)[J L1..lint1. E.\plur...1Jur Jd snbcr, asrucia,y
poJer dd ;, Cabe aclarar, sin embargo, que en d caso de Pablo Borao todo índica que el cu-
Dcmvniu; en 1..JUC se cont!t..·nd !0 l¡ue suele cut r:.:r por bu.:nv i:n Hcchizo:,·,A,,¡ucr,.h (. .) _ y scm,;jdmcs randero se aproYechaba de estas creencias arcaic~s para abusar sexualment e de sus
,1cci0J1c, rulgurc,, Hucsca, 1631, fol. 91 v. pacientes; ,·éase María Tausiet, Abrc1cuJc1bru Omníp.;wi,, pp. 15 3- J 55.

232
115/194 2 33
fo!klórica en el mundo ibérico
EstuJius de caso. Den1on.0lugL1 cristiana y cultura

el texto fetiche de la ncido del caráct er


cionab d las hdbfa hdlla<lo en el Jfullcus Maleficarum, debajo de la lengua o una rueda sobre el pecho. Conve
de~¡iués compa reció atribuy e el hecho al peligro c¡ue implic a-
29
demonologL1 radical tanlu-e scolást ica. Treint a años artificial_ de esta señales , Feijóo
Yeneg;is, un s;iluda- parece que los que usan este artifici o, es
ante el tribuna l inquisi torial <le Z<lragoz,1 Juan José de ba 1mpnm 1rlas en la boca: "me
parte del cuerpo antes que en la
dor 01·iun<lo de Estamb ul. L;i rebció n <le causa ele 1685 confirm a que el natura l que imprim an la rueda en otrJ
so, y molest o; y me confirm a
gravad o en el peeho, y que buca, por ser dc1uello mucho rnc11us pdig1·o
cur,m<lero afirma ba poseer un enorm e Cristo r Don Franci sco
ido y medirí a una en esle pens.1m iento el caso pdctic o c¡ue refit:rt: el Docto
"dezia entr.:iría en un orno quand o estuvie ra mas encend pecho" . Más allá de
Ribera , ele un Saludc1dor que trnÍd dicha rueda en el
H
pies descalz os". Pero
barra Je yerro encend icb con las manos o con los a, los san:ido res
ejercía sobre los malos espírit us: la consaLida referen cia a Santa Quiteri cl y a Santa Catalin
nd<la se compa raba con el domin io que n solían invoca r la protec ción ele otras
hecho bajar a los ele b rabia diecioc hescos tambié
"lubía salud.i do a una mucha cha espirit ada y ( ... ) había El saluda dor Joseph Ignacio del Castill o,
e] tenía gracia y figuras de la mitolo gía cristian a.
demon ios al tobíllo del pie y los había atado allí, [porqu rabia recurr iendo a San Cosme
cncarc ebdo en Zamor a en 1771, curaba la
poksta d sobre los demon ios". 3° n por un peculi ar
el siglo XVlll de- y a San Damiá n; Del Castill o se c.1rc1cterizaba tambié
La literat ura antisup erstici osa produc ida durant e os, les mordía las
Jt:1Úni1 no Feijóo nos métod o ele sanació n: soplab a sobre los perros enferm
muestr a que el milo contin uaba e,·oluc ionand o. Benito las herida s. 5
orejas, y luego succio naba la sangre c1ue m.1naba de
3
(lvfadrid, 1726-1 740).
prt:sen ta nuevas variant es en el Teatro CrÍtico Unfrers,,/ Más de dos siglos despué s ele lds prirna as <lt:scri pciont: s detalL:tdas del
s sanado res residía
En primer lugar, para el benedi ctino la virtud <le aquello mito, las proeza s con el fuego adc1uieren una dimen
sión decidi damen te
que usan los Saluda dores" /
en su alit:nto , en "el soplo fuerte y frío de
espectacular.Ya no se trataba solame nte, como en tiempo s de Ciruel o, de in-
a un lugar centra l en las
la curaci ón por medio de la saliva, que ocupab gresar en un horno caldea do o de tomar con la mano carbon es encend idos:
se diluye aqui por
clescri pcione s renace ntistas ele Ciruel o y Castañ ega, en los albores del Siglo <le las Luces los saluda dores podían exting uir con
onal compl exión
compl eto. El bened ictino invertí a tambié n la tradici la lengua un ascua encend ida o apagar con un soplo el fuego más intenso .
ía la cura ya no era
física del cuerpo del saluda dor: el hálito que produc Las míses-en-scene orques tadas por aquello s sanado res
ambu! dntes habían
sanaba ; tambié n prornc aba la muerte el saluda dor
cálido, sino frío. El aliento no sólo deveni do hiperb ólicas demos tracion es ele poder. En
1696,
que he dicho, habia yo J'v1ureia, solicita ndo
de los animal es enferrn os: "del Saluda dor famoso Fulgen cio Sevilla ele,·ó un memor idl ante el concej o de
oído contar que, quand o quería , con un soplo derriba
ba muert o a
qual-
oficio en la ciudad . Para demos trar su virtud
autoriz ación para ejerce r su
de Pablo Gonzá lez,
c1uiera animal rabioso ". Como lo demue stra el caso
32 an impo-
que los ediles quisier
estaba dispue st~ a pasar cualqu ier prueba
a mediad os del siglo no
proces ado por el tribuna l ifü¡ui, itorial de Logroñ o nerle. La ordalia fue presen ciada por varios regido res y por el escriba
tambié n podía ocasio nar la muert e de las person as ió en medir con los pies
XVIII, el potent e hálito mayor ele la ciudad . La primer a prueba consist
deceso ele un niño,
hidrofó bicas ~Gonz ález se consid eraba respon sable del 33 descalz os una _barra -~e ~ierro al rojo; la segund a, en lamerl
a con la lengua .
consen timien to ele sus padres • dor a sueldo por
al qu<= liabía saluda do en Barcel ona con el Fulgenc10 Sevilla saho airoso, y fue contra tado como saluda
s del llumin i,mo: a la en los archivo s de la
Las marcas de nacim iento se diversi fican en tiempo
36
el ayunta miento local. Juan Blázc¡uez Migue l halló
r, se agrega una cruz
señal ele Santa Catalin a, presen te en el cielo del palada Critico Unii-ernd, p. 6.
:; Fra:' Benito Geróni mo Feijóo y Monten egro, TcJtIO
en Espagne au si/:cle des Lumieres p 136
19
/bid., p. 163. Valene Molero , Magie e, sorc"elJerie
3 Madrid , Alian~a,.198~, p. 189.
~ Francis co J. F,iores Arroyu do,
/bid., p. 149. El diablo en España,
JO
Unfrersal, p. caso de saludad ores contrat ados por los concejos - - Jes u
- espano
J> Fray Benito Geróni mo Feijóo y Monten egro, Teatro Critico Este
. . no fue el urnco ~

:iles; véase Josl Miguel


31
Jbid., p. 9 º'.1ualm ente autoriza dos a ejercer por las autorid ades episcop
la Murcia del siglo XVIII. Númer o,
des Lumii:res, I 700-1820, París, Saez y Pedro Marset, "Profesionales sanitari os en
nvaléri e Molero , ,lfo¡Jíc et surcdlcric en Lpd¡Jne au sii:cle La palabra del
Asclepio, 45 (1993), p. 73; Martí Gelabe rtó,
L'Harm attan, 2006, p. 141. evoluci ón)' distribu ción",
116/194 2 35
234
Inc¡ui,iciún el sorpru,dc-nté ,·jem¡)lo dd salud.idur Fra11Lisco Gamlía, que su madre la ,·irtud taumatúrgica que le permitía tratar la hidrofobia y toda
h;;cia 1758 residía en Oli,·a, Val0:11eiJ. A los mordidos 1)0r c<1nes rabiosos clase ele enfermedades contagiosas. Afirmaba que cuando ella muriera el
les 111(,straba Ll Cruz de Cara1·ac,1--otra innm·ación sígnica que perduraría don pasaría a su hijo ~ele acuerdu con la irn etc rada lrc1diciún que estipulab:i
c:un (;:-;ilo hasta muy entrado e, siglo XX.--, recitaba una oraci[lll ele su que los sanadores carismáticos sólo podían comenzar a ejercer su oficio
ap.u-enle auturí.1, cscarlub,i la herida con un alfiler, y luego succionaba el una yez que se produjera el fallecimiento del progenitor que les trans-
1l·nenu. La ge.,lu,ditL1d l,ruiuatúrgica ele Gandía nos confirma c1ue b ,·irtucl mitía la gracia. La oración que Isabel Gil utilizaba con los seres humanos
de lus s,ilucLidures ya no parecía concentrase de manera excluyente en su aludía a la Santísima Trinidad, a Jesús de Nazarerh y a Santa Quiteria, por
sali1·,1 n aliento. Peru rnJ:; abru111,1dur resultab,1 su domino sobre fuego. En cuya Yirtucl esperaba librar a los dolientes del mal ele ojo, de la rabia y ele
,·arias oporluniLLides el pueblo entero lo habí,1 ,·isto ingresar en el horno toda ponzoña corrompicb. Para bendecir al ganado utilizaba un conjuro
y retirar lus panes recién cLiboradus; en una ocasión, un médico ele b lo- diferente, que incluía una inrncacíón al arcángel Gabriel. 39 Durante más
calidad lo dcscubriú cuniicndu un pescado dentro clel mismo fogón. Las
37 ele treinta años la curandera ejerció su oficio en la jurisdicción conc1uense,
curnu11id.1dL,s rurales sulí,rn tr:msformar el dominio suhre el fuego en el y gracias al prestigio alcanzado -o al temor que sus ambiguos poderes
ritu de pc1Sc1je t¡uc scñ,1L1b,1 la irrupción de un nueY0 sanador carismático. prorncaban- las villas ele Fuentes, 1í'ijueque y Viruega le entregaban dos
,\sí ucurri/J cun Antolín i\bgd,deno, procesado por la Inquisición logroñesa fanegas ele trigu al año para ,¡ue santiguara a los animales clel término.+0 De
en 1760: u1,rndo contab.i con 14 o 15 años sus Yecinos lo liabían ublig,1do hecho, la caída en desgracia ele la salucbdura comenzó cuando el concejo
,1 u1ninc1r con los pies descal:ws sobre una barra ele metal ardiente, con de Fuentes interrumpió el pago del estipendio. La mujer reaccionó ele
el argumento ele c1ue todo buen saludador debía poder hacerlo sin sufrir manera airada, y a los pocos dí.is un enorme mastín hidrnfóbico inumpió
cL<11u alguno. Js en la aldea, mordiendo y contagiando a la mayor parte de los canes del
Aunque el arte de sanar el mal de la rabia parece haber siclo una compe- vecindario. El párroco, que debió sacrificar a su perro a raíz del episodio,
tencia exclusiYamentc n1<1,culina, un proceso inquisitorial tardío demuestra terminó clenunci,mclo a la curandera ante el Santo Ollcio. Los inquisidores
que, en ocasiones, el oficio también podía ser ejercido por mujeres. En condenaron a Isabel Gil a permanecer tres años en la cárcel de la peni-
julio de 17 5 5, el tribun.11 de Cuenca condenó por supersticiosos los ritos tencia. Allí debía instruirse en la sana doctrina cristiana y prepararse para
y conjuros c1ue b sexc1gc11aria salucl.idora Isabel Gil utilizaba ¡xira curar la una confesión general, Tocios los días debía salir de su prisión para rezar
rabia y predecir el pur,·enir. Estc1 Yecina ele i\lira del Ríu l1c1bL1 liereclaclo ele el rosario y el Safre Regina en una ermita cercana. El tribunal también la
desterró por cuatro años ele los lugares en los cuales había ejercido su
pp. 3-~5-3-+7; Ju~ui 13bzqucz ~\1igucl, YccL1 en su rli_ffc~ri.i: tleslÍc los pnmeros
Toledo, .,\rcano, l 9SS, p. 81; .,\nLoniu P,c-
oficio, y ordenó a los curas locales c¡ue condenaran desde el púlpito los
p,,blc1d0ros h,i,1c1 Id Cucu<1 d.: rnc1c1.>c:uc10m
ñ::ificl Ran1Ón) "Cara y cruz de b rnedicina rnurcíana dd setecientos: Pén iu.:nci,1 dd supuestos poderes de los sanadores populares.+ 1
,JludJdur",Jlw8éldlld, 71 (1987), pp. 73,81. En Portugal, el mito del salud.idor adt1uirió algunos rasgos extremada-
37 Juan Bh)z(iuez Nliguel, Eros y T"ÍIJdLUS. hcthíu:1Íd _y t.:Il Españn} mente originales, lo que nos permite sostener la existencia de una espe-
Toledo, Arcano, 1989, p. 21 +. Episodios cu mu i:stc poknci,,kn el l"c:,Ligio d<: esta cífica Yersión lusitana del complejo. En una primera fase, los saludadores
e,Lirpc: de s,rn,idores. De: hecho, a fines del siglo XV!l los ,alc1d,"lurcs llegan al .,\lcázor portugueses parecen haberse especializado ele manera casi excluyente en
real: en J696 un rc'lloll,br,1du saludador manchego fue llamado a palacio para tratar
la curación del ganado enfermo; sólo lentamente extendieron su accionar
el llldi inc:urablc c¡uc afcctJb.1 a la reina lll,1drc, i'-L,ri,rn,1 de Au,Lria; 1·éasc Carrnclo
Lislln Tolosana, Dcmu1lio3 )' e.\urr..:i:,,mo.-, en el de oro, l\t:idrid, A.ka!, 1990, p. 20; "!bid., p. 142.
0
Du,¡uc de l'v\aura, Su¡,cn1icioncs de los siglos XVI y XVIJ y hechizos ele Carlos 11, l\ladrid, " Sebastián Cirac Estopiñán, Los procesos de hechicerías en la ln~ui,ición de Castilla la

Calleja, s/ f ( 1950 ?), pp. 57,58. Num1 (Tribunc1les de Toledo y Cuenca), Madrid, CSIC, 1942, p. 63.
41
3'Valérie Mulero, 1llc,8ic et sorcdlcric en Lpc1gnc c1u ,ii:dc des Lurnic,"', p. 139. }bid., p. 24+.
117/194 2 37
Estudios de Cd:::,O. Deinonolugl..1 cri:::,ti,.m,1 y cultur.1 fulllóric.1 en el rnwHlu ibérico

Tal era el caso del labrador Jorge Anes Castro, un saludador de la aldea
a los seres humanos. El prucedi111iento que empleaban ta111bié11 tenía rasgos de Porches Alvarve que tenía entre sus clientes al conceJ·o de Evora ;va
::::,) )

particulares. A diferencia de lus ,;alucbdores españoles, que otorgaban a la mismísima familia real; según narraba el propio curandeíro, una Yez que
la sali, et un papel destacado en los rituales curatiYos, sus colegas lusitan~~ los dolientes le describían el mal que los afectaba "a noyre seguyme sonha
bendecían aaua con sal e hisopealun al ganado con una rama de laurel. 7
os reweclios que ha de dar a cada hum".+ Los sueños servían también corno
[l térniino :ludaclor no era el único empleado en Portugal para referirse investidura simbólica de los taumaturgos locales. Muchos cornenzab,m
3
a estos taumaturgos campesinos. También se los denominaba brnN,leiru/ sus carrera, a partir de una serie recurrente ele imágenes proféticas. Así
0 benros_H Desde finales del siglo XVII
se generaliza en todo el país el uso ocurrió con el mencionado Anes Castro: el descubrimiento de su voca-
del vocablo curandeiro, que en el habla común comienza a desplazar al ción tuvo lugar a los trece o catorce años, cuando guardaba bueyes en el
término más arcaico ele saludador; la practica inquisitorial, sin embargo, campo y repetidamente soñaba que bendecía a un niño en el desierto.+
3

continuó siempre estableciendo un matiz diferencial entre arnbcts p<ilabrás, En ocasiones, el contacto con lo sobrenatural cristiano resultaba aún más
resen<rndo J.¡ expresión .,uluduclor para aquellos que afirmaban curar por explícito, y las apariciones reempbz:iban a los sueños. Un ejemplo acabado
un don di\'ino adc1uirido desde la cuna.+' es Gaspar Martins, quien recogiendo agua junto al pozo se encontró con
La originalidad del saludador portugués no se agota en las especifici- "hüa 11wlher l'iscída ele bwllc¡uo cúm hüu 11wle9ua duguoa na maú es,1uerclu a na
dades lingüísticas. Desde el siglo XVI se especializó en la ident'.fic~ción de dircila rrazia hum ramo dullicrim e com a mao dircirn (. .. ) bemzera tres vezes a
jcili<:círus y en la neutraliución de maleficia. Con frecuencia atnbma el on- 111cJle9u Ju9uoa". Martins creía que la deslumbrante aparición era Nossa Sen-
aen <.le Lis enferrned..1des misteriuscts al espíritu ele los muertos. PedroAnes, hora da Luz.+9 El papel ele las apariciones adquiría aún me1yor importancia
:<1ludadur del término de Suusel, diagnosticó la dolencia que aquejahél a una en la diócesis de Coimbra. En 1656, el bento Pedro Fernancles se presentó
llilÍd recurriendo a un recipiente ele agua con sal, que él mismo bendijo por espontáneamente ante un \'isitador eclesiástico para dar cuenta del origen
medio de soplidos y ele la señal de la cruz. Gracias al ritual descubrió c¡ue la ele su poder. En la noche del 23 al 24 ele junio ele 164-0, poco antes del
causa de la enfermedad era el alma de la madre de la pec¡ueña, enfurecida canto del gallo, vio como un resplandor descendía desde el techo de su
coH el resto de la familia que se negaba a cumplir un voto religioso c1ue vivienda y se posaba a la vera del lecho; inmerso en la luz enceguecedora
6
]a niujer habfa formubdo cuando todavía vivía.+ Los bemdeiros lusitanos Fernandes reconoció a San ]ocio Baptista, quien le elijo: "nl(lo o que curares
demostraban una capacidad de contacto con el mundo de los espíritus de será bem urentura,l,J e {tudo o que} vires nos olhos de causas donadas sera salm".
que carecían sus colegas españoles. Confirma esta presunción el hecho de Antes de partir, la misteriosa aparición marcó a Fernandes con una señal
que muchos saludadm·es 1·ani1culos diagnosticaran las enfermedades y en la boca, "que era wna marca de Deus". 50 En ocasiones específicas, la \'isión
prescribieran los tratamientos por medio de la interpretación ele los sueños. daba lugar a espectaculares travesías en éxtasis. En 1697, Ben to Assurn;:ao,
un niño sanador nacido en la aldea de Punla, obispado de Coimbra, explicó
,, Francisco Bethencourt, "Portugal: A Scrupulous lm¡uisitiun", in Bengt Ankarloo a los inquisidores c¡ue había recorrido el cielo y el infierno bajo la guía ele
and Guslav Henningsen ( cds. ), Ec1rly J/v,lcrn Eurupcdn ll'ilchcr,ji: Centres ond Pcriphaic,,
nossa Senhora, con quien dialogaba tres veces por semana ~los miércoles,
Oxford, Clarendon Press, 1993, p. 410, 1
sábados y domingos. ' Como en España, las señales de los saludadores
+3- Francisco Bethencuurt, () inw9inÚriu Ja Jllllf:Jiu. Feiticeirus, st1luJ ..iJvn:s e nigrumont.:s nv

,éculu XVI, Lisboa, Projecto U1ii,·ersidadeAberta, 1987, p. 55. +] !bid.' p. 62


++Ju.:,é I\:Jro P..iiva, Pr.ílicus e ltcnr...1s mu¿Jicu:i. O meJo e a nec¿s..-,jJuJe Jus n1i.ÍI]i.:u:i na diocese ª'!bid., pp. 139 140.
Je Cu,mbru (!650-17aJU), Coimbra, Linaria Minen-a, 1992, p. 78. +
9
/bid., p. 140.
+sTimotlt1· D. \Valkn, Ductu/5, Fulk .lfcdicine und thc fn,¡uiiition. Thc Rcpréisiun ofJL1sical 202-203.
so José Pedro Paiva, Prá,icus e cien~c1, mc1sicds, pp.
f-!culins ;,; /'orwsc1l Jurius 1/,e Enli9hunen1, Leiden, Brill, 2005, p. 49. "Timothy D. Walker, Doaors, Fulk Mcdidne und the lnquisilion, pp. 357-358.
ª6 Francisco Bethencourt, O irnusináriu Ju musi", pp. 54-55 -
118/194 239
E::.tudios de casu. Oe1n0110lugí..1 ..:ri::,Li.1nJ. y ndlur.1 iUlklúrit.:J en el muitdlJ iLérico

portugueses eran variadas. Maria Barradas tenía una cruz en el ciclo ele la El complejo mítico del saludador arrib,1 finalmcnre al siglo XIX." Para
boca, a la que se sumaba una segunda señal c1ue aparecía sólo los \·iernes: entonces, la cantidad de elementos incorporados del siglo XVI en adelante
un Cristo crucificado. Joao Manuel, del pueblo de Midoes, tenía una cruz confornulJan \-ercLidcrJs cap:io gcul~gicas de deusidad di\·ci-sa. Al mismo
en la palma de la nuno izquierda. Pero la mayor inno\ ,1ció11 la aporta tiempo, la riqueza de los mitologem<ls l¡ue rode,iban el nLicleo originario
1\L:trtinho Afonso en 1702: se consideraba bem<J porque k1bía llorado tres ele la crcenciJ daban lugar a un número cc1si infinito de cumbin.1ciones
veces en el vientre de su madre. 52 posibles. Los nichos cultur,1les locc1lcs también dejaban su impronta en la
Los Pirineos no fueron obstáculo para al avance del singul<lr folklore configuración vernácula del mito. A medi,1dus del siglo XIX, por ejem-
del saludador. Muchos testimonios dan cuenta de la presencia del mito en plo, Santa Quiteria había desplazado por completo a Santa Catalina como
el sur de Francia. 53
En 1770, el concejo cleOlette, en el Haut Conflent, protectora de los sc1ltdc1,l0rs en los Pirineos Orientales: antes de soplar y
intentó contratar los servicios de Jean Sah·aclor, un curandero del cantón succionar sobre b herida, los s,1ludadores pirenaicos daban a besar a sus
ele Thuir que se presentaba como saludador -término que las fuentes pacientes una cruz llamMla de Santa Quiteri<1; de hecho, nunca empezaban
francesas reproducen en castellano. 54 A mediados del siglo XIX muchos su carrera pública sin antes acudir a una iglesia en la c1ue fuera venerada
sc1lud,1dores galos prnspcr.1b<1n en el departamento de Py,énécs-Oriemules, la santa -una ele las más frecuentddds era la antiquísima ab.1dí:1 de Bcsalú,
vendiendo subscripciones a personas interesadas en recibir su asistencia en Girona. ;s
ante un e\entual ataque de perro o lobo rabioso. 55 Cabe aclarar que las De todos modos, y a pesar de los trazos nueYos incorporados en los
influencias culturales no circulaban en una Única dirección; los folkloristas siglos precedentes, en casi todas las referencias decimonónicas siempre
dedmonúnicos confirman que en el Rosellón espJiiul el complejo ibérico resulta posible identificar \·arias ele las características ele la \·ersión canó-
pudfa asumir algunos trazos míticos de indudable origen francés: "le vulgaire nica descripta por Pedro Ciruelo en la década ele 15 30. El 6 de marzo ele
u,,ure ,¡u'il:; [les saluJuJms} om une marque clistinctire au palais de la boucl,e 1842, Vicente de la Fuente publica en el Semt1ll<1tio Pinwrescv Lpuíi0/ el
t.UIIHni: . ou
une cro1x une fi eur de l__ys" . 56 artículo '1La rabia y los saludadores", en el que se describen los atributos
de un celebre saludador contemporáneo; tenía tres señales de nacimiento
impresas en el cuerpo: "l<l rueda de Santa Catalílla perfectamente formada
en la parte superior, Ó cielo de la boca", "una cruz en el pecho, á nutii-iwre"

"lbíd., pp. 203-20+.


y "una cabeza de perro perfectamente formada eJ1 el ambés". Como en el
;i [n t:1 presente resulta <lificil <letenninar en qué momento el mito del saludador pasado, sin embargo, la proeza que más asombraba a los contemporáneos
ibérico penetra en territorio francés. Fuentes de finales del XVI atestiguan b era el señorío sobre la materia ígnea: "trajeron al punto una gran ascua; el
<cxistcncia Jd término sulueur, aplicido a lus familiares de S,rnt,, Ca1,ilim que afirmaban saludador la cogió con sus callosas manos, y la partió en dos trozos mane-
tc11cr dumi11iu sobre el fuego; Yéase Valérie Molero, Magie et sorcdlcrie en Lpu¡Jne au jándola sin ciar señales de dolor. En seguida dejó una parte de ella sobre
síecle ,b Lumieres, pp. 128-129. un pL1to y principió a echarle su hálito y a lamerla, cuidando siempre de
" Matth<:ew Ramsey, I'rvfessio1wl unJ I'apulur Medicine in Francc, 1770-1830: The Social
llu1/J vf,l/cdical Practice, Cambridge, Cambridge UniYersity Prcss, 2002, p. 32.
" lbíd., p. 288.
36 Joseph Sirven) ''Les ::;aluJ~1tlurs», SvciéLé ªtJI hvl.:> sci.!nt.ifiquc et lirtéraire Jes Pyrénées- ;i Al respecto, véase Enrique Perdiguero, "Magical Healíng in Spain ( 1875-1936):
oricn1,,les, l + ( 186+), p. 116. Citado por Marc Bloch, Los reyes tc1urnc1tur11u,., pp. Medica! Pluralism and the Search for f-legemony", in \Villcm de 13léwurl and Owen
271-280: "el migo asegura que [los saludadores] tienen una marca distintin tn el Davies (eds.), ll'itchcreft CvwinucJ: P0pul,1t Mc1¡Jic in J/,,Jcrn Europe, 1'Lmchcster, Man-
paLidar de la boca, con la forma de una cruz o de una flor de lis" (la traducción del chester Uni,·ersity Press, 2004, pp. 137-138.
francés es mía). " Joscph Sir Yen, "Les saludadors", pp. l 16- l l 8.

2.:¡.o 119/194
alentar sobre ella, al tiempo ele irla á tocar con la lengua". ;o De la Fuente el s.ilwL,dor permaneció en ella; pero éste, t\ándosc cen su supuesta mila-
priorizaba así los aspectos más misteriosos ;· espectaculares del accionar grosa Yirtud antírr;ibiosa, se empeiió en ciue el t,11 perro esttn-iese suelto
del salucLdur. Lo mismo hacía el escritu1· costumbrista José Selgas y Ca- ( ... ). An,Lrndo, pues, de ólJ 11unaa, le rnurdi~, al 11,i,rno s,1lu,L1dur
1-rasco. De hecho, en su nO\·ela El saludoclor, ¡rnLlicada en Madrid en 1887, en la cara, y n,elto a su casa, murió a consecuencia de esta herida a los
el protc1gonist,, ,1dquiere climen,iunes decíclidarnente sobrenaturales; amén cu aren ta y seis dias,,. 62
de sus cuns,1l,idos poderes -el dominio sobre fuego, la cura de la rabia- el En la década de 1880, el fulklorista toledano Eugenio OlaYarría y
autor le atribuye L1 c;ip,1cicLiJ de: dominar los elementos a su antojo: "ima-
Huarte nos proporciona la más exh::iusli\·a síntesis !'íi1becular del complejo
crinaos que cle(iene el ravo en medio de las nubes y el trueno en medio ele
b e • ; del saludador:
los aires, que suspende el torrente que se precipita, y apaga el incendio
El conoce a simple Yista, si el enfem10 que le prcsrntan está efectinmcntc
que ruge, con sola su presencia. Eso hace, porque eso es lo mismo que
amc11.11.<1do de hidrofubi.1; é, mulianle UllJ bcndic.km, y más comúnmente
detener el furor com ubh o de un animal o ele un hombre herido por el
algunos esputos c1ue arroja en unct joLin.1 de agua, YC éll ccl fondo b figura
60
puñal de la hidrofohi:i". del perro, y en su .ispc<:to conoce si cst.1ba o no Ltl>io,o; ( ... ) quita á la
Sin emh,irgo, los rebtos rnás com e11cionales continuaban enfatizando el herida, por medio de la succión, el Yirus venenoso c1ue dejó en ella el
cari,rna taunutúrgico ele los saludadores. La No1icia de las Cosas ,lfrn1urc1bles animal;( ... ) ,·a de pueblo en pud,lo bendiciendo los ganados que se le
de Guip,ízcoa ( 1868), del jurista e historiador \·asco Pablo de Goros:1bel, presentan reunidos en la era y saludálldolos con su aliento en nombre
nos pruporcion:i la siguiente síntesis: los saludadores vascos tienen virtud de Dios( ... ). El saludctdor es un hombre que nació en Viernes Santo, á
par.1 curar las mordeduras de los perros rabiosos; goza de este concepto las tres en punto de la tarde, hora precisa en c1ue murió JesL1s, ( ... )en
el séptimo hijo \·aró11 de una fc11nilia; acostumbran realizar una incisión en testimonio ele lo cual tiene una cruz perfectamente grabada en el paLi,Lir.
la mordedura y "chu¡xm en ella todo cuando pueden la sangre inficionc1(b Tres ,·eces lloró en el vientre de su madre, b ct1al tuYo buen cukL1do dé
del ,·eneno"; por último, "para dar a este acto cierto aire de religiosid..id, callarse el suceso maravilloso. Hay algunos que tienen el poder de Yer
im ocan con tm.1 cruz a la Santísima Trinidad, así que a varios santos y santas, abiertas to(bs las sepulturas cuando entran en un cementerio el día ] "
concluyendo con dar tres Soplos". 61 Los saludadores no sólo curaban la de Noviembre( ... ). Generalmente se cree que poseen doble \·ista, que
hidrofobia ,ino que ellos mismos se consideraban i1ununes a las mordeduras saben ya, con antelación, cuándo y c¡uién le "ª á irá buscar para asistirá
algún enfermo, y pueden coger un hiccrro ardiemlo y tenerlo en la mano
<le los animales enfermos:
sin quemarse.6 3
"citaré un caso ocurrido con José Antonio Je lraula, afamado saludador
de la aldea de Goyaz. Se sabe que este empírico curandero fue llamado, y Como vemos, el mito continuaba incorporamlu de manera const,mte
fue a Vizcay.1 el aiio de 1860 a curar a un hombre que había sido mordido nuevos elementos, sin desprenderse por ello de sus trMOS originarios.
por un perro rabioso( ... ). Había en la casa del mordido un perro de Constatamos, por ejemplo, que en la síntesis de Ol.i1 arría se atribuye a
malas condiciones, a quien sus farnili.in:s c¡uisieron tener .itado, mientras los saludadores haber nacido el Viernes Santo y ser capaces de ver a los
muertos en sus sepulturas, caract:erÍslicc1s típiecis de otra figura del folklo1·e
19 Citado por Juan Francisco Blanco, /JrujaÍll y O1r0_s uficio, pc>pulc11es Je l.1 mci¡Jíu, Valla-
peninsular: el zahorí. 6+
dolid, Ámbito, 1992, p. 254.
60 José Sel gas y Carrasco, El sc1luJc1clc1r, Madrid, 1887, p. 219. Citado por Frn,ceisco 62
fbíJ., p. 360.
J. Flores,\rroyudo, El Jú1blo en Espciña, p. 191. 63
Eugenio Olavarría y Duarte, "Supersticeiones españulas de medicina popular", en
61Pablo de Gurusábel, Notícíu Je la5 Cvsus Jfrmurnbles Je GuiptÍ,cuu o DcsetipciÚ11 de la George William Black, MeJicína p,,pulcir, Barcelona, Alta Fulla, 1982 (1889), pp.
prvrind.J y lle sus hlll>ituJuri:s: e_\posiciÚn tlc h1s institucii.Jncs,ji,cros, pririlc;JiJs, 330-33 L
leyes: n:seña Jd 9obia11u civil, eclesi,Llico )' militur: iJcu Jt: la uJminhuuciÚn J¿ justicia, ere., 6
" En el siglo XVII, los propagandistas de la monarqub intentaron explotar la

To losa, Imprenta de E. López, 1899, tomo l, p. 359 circunstancia de que el rey Felipe IV hubiera nacido un Viernes Santo, tratando
120/194 2.¡3
fines del sialo
¡\ ::::,
XIX el médico \. folklorista asturiano Eladio Garcí:i
./
limeño condenó a ,·arios sanadores carismáticos c1uc ponaban cruces en
]oYe logró entrevistarse con la madre ele un precoz saludador de dos ai'íos el pecho,. en el ciclo ele b boca. 66 La inc1uisicíón no\ ohispana supo ser aún
y medio ele edad. El niño era el séptimo hijo varón consecuti\·o Y cw·,d,a más implacable: en 1659 fue ejecutado en 1vléxico el saludador Francisco
hericL1s y llagas con solo sopL1rlas. García Jove relata la experiencia en sus López de Aponte, especializado en la cura de dolencias oftalmológicas.
Errores populares de Asturias (Oviedo, 189 l ): "un sencillo cam1)esino nos Solía acercar a su boca el hisopillo con el ,1ue limpiab,1 los ojos de sus
condujo a aquel caserío tan ,·isitaclo por enfermos de lejanos concejos que pacientes, pues en su ,·aho residía la Yirtud sanadora. También se decía
acudían ( ... ) a buscdr salud en los residuos org.ínicos de un desgraci;1du zahorí, y se atribuía el poder de leer los pensamientos ajenos. 67 En el siglo
niño l¡ue, anémico y r<1c¡uílico, se dcs,11-rollaL"1 imperfectarnenttc en la mísera XVlll la leye1,da del s:du,Lidor era bien conocida en el Tucumán coloniJl.
\'i\ icmLi de ac¡uel escondido 1rncLlu". El cronista alude ac¡uí a las \·irtudes Durante el proceso por hechicería que el c,1bilclu de S,mtiago del Estero
curativas atribuidas a las secreciones del pequeño curandero: la salín le sigue en 1761 al zc1mbo :\!arcos Azuela, el juez ,¡uiso saber qué \ irlud
sanaba las enfermuL1des de los ojos; la leche c¡ue íluía del pcclio mc1lcrno tenía el acusado en el aliento y en el tactu; 65 el ,·0111¡,lejo mítico aparee,~ de
cuando el niño se desprendía quitaba el dolor ele cabeza; la orina hacía manera explicita en el aleg<1tu del c1l)(>g..1clu de Azuela, cuya estrategia era
desaparecer toda clase dolores, por rebeldes que fueran. La madre supo asimilar las prácticas de su defendido a la 9rncia armis clara que se atribuía
c1ue su hijo tendría poderes especiales pon¡ue lo oyó llorar en el \·ientre en a los salucbdores españoles:
dos o¡)(Jrlunidadcs: "un día, no lo oh icLré mientras Yi\·a, el Yeintiuno ele
ha esto tarnhien se agrega y parece muy del caso ,¡ue los ,,dudadorc·s dd
septiembre, día de San Mateo, sentí agitarse el nuern ser en mis enlr,1iías
Rcynu de bp,ui.1 con el ,,licnlo cuntc:11idu ,:n "' suplo rnaun al aninul 1n,is
y le oír llurar perfectamente ( ... ). El día once de diciembre del mismo rcbu2ilu c¡uc pt1<..kl."i..-'. l1J.JS de ra\ iJ. y Iu nü::.;1no a í../Uctk¡uicr pcrLonJ. razional
ai10, kill.ín<lome a la orilla del río, lavando ( ... ), oí por segunda 1·ez llorar liziado de este achac1uc, (. .. ) llcga1l<lo a tc111Lo ,u ,·inud c1c. con un soplo
al niño". AlribuLm al pequeño marcas ele nacimiento en la lengua y el o po1,icndo bs manos enzima .ipagan una \·arra de fierro acaYado de salir
pal.1dc1r: "lo primero que se apresuró a enseñarnos la solícita madre, fue b de la fragua y aun \·icndo esta y otras pruebas c¡e. pan:ccn irn¡m,iLlc, no
bóYeda del paladar y la lengua de su hijo, allí estaban( ... ) una rugosidad se les cmb,1raza y por ser nazidos con esa gracia. 69
de la mucosa palatina en for111a tra11s\·ersal sobre la línea blanc1uecina de la
A finales del siglo XIX, los saludadores proliferaban también en la
unión de los dos maxilares superiores, simulando una cruz, y unas líne:1s 70
campaña rioplatense. Daniel Granada, etnógrafo y filólogo español
o cortes semicirculares en la lengua, que eran las letras misteriosas( ... ).
afincado en Monte\·icleo, describe con detalle la creencia y considera a
'¿Qué dicen esas letras?', pregunté yo. -'Dios', me contestó ella, con
los saludadores como los precursores inmediatos del tarodíós y del mono-
tono sentencioso". 65
Como no podía ser de otra manera, el complejo del saludador se 66
José Toribio Medina, f-Iisroria Je! Tribu/le,/ del Sonro (:f/cio de lo ln,¡uisiciJn de Limo,
difunde también por Hispanoamérica. En el siglo XVII el Santo Oficio Santiago dé Chile, 1887, p. 389.
67
de fortJkcer con dio el c.irisma rc.d; , ~a,c Andrcw \V Kl'.ill, lim:uli11:J rhc Socr.:cl: .-\ntonio García-Molina Riquelme, "El Auto de Fe de México de 1659: el s,ilu,L,dor
lmpo::iLare, l1ll¡uisilion anJ rhe BuimJdries t.:frhe Supc11wturJI in Guhli:11.lgc Spain, Leiden~ loco, López de Apontc", Re,i,ra Je fo lu,¡uisición, 3 ( 1994), p. I 85.
Brill, 2005, p. 42. Según la leyenda, por haber nacido en dicho día Felipe IV podía <>il Ju<lith Farbern1an, La:; so/amaneas de Lorenzo. ,llogie1,. hcchiccríu )' curJ11J¡;_1 ¡_)mu en el
Yer a los ase::.in..idos tal co1no estaban en el mon1ento de su n1uerte; por eso, para T,_,cum,Ín colonial, Buenos Aires, Siglo XXI, 2005, p. 222.
es,¡uiYar tales ,isione, cJue le habían asaltado en su juYentud solía caminar erguido y ",lrchiro Genero! de la Pro,·incia de Sc1nlic1JO ,Id Esrero, Tribunales, lcg. 13, exp. 105 2
con los ojos orientados hacia el delo;\ éase Eh·iro J.Vlartínez, B1ujuí.i CHlw idnu, León, (1761), fol. 188-189 (foliación pri,·ada). Agradezco a mi colega Judith Farbennan
hcrcst, 1987,p.141. su gen.:::ro::.idad p~1ra compartir conniigo este docun1cnto inédito.
6 70
Citado por Jesús Callejo y José Antonio lniesta, Testi1:1os J,I p10Ji1:1io. PJ,lacS owlws
' José Pedro Barrán, 1l!t:Jíci1w )' sociedad en el Uru¿.Ju,~r ~Jd Nol'ecienros, l\!1onteYidco,
y insólitos, Madrid, Anaya, 2001, pp. 44-46. Ediciones de la Banda Oriental, 1994, tomo I, p. 3+.

121/194 2 45
f:-:,tudius tk CJ.SO. Di.;111u11ulugí.1 cristic1n,1 y cultura folkll>1 ica t.:ll d rnundo ibérico

s,mta, ,·ariantes locales del curanderismo rural.


71
Granada da cuenta de 2. Saludadores, chamanes y licántropos
un célebre s,ilud.iJor c1ue ,·ida en la pro,·incia argentina ele Entre Ríos en
En un artículo reciente la historiadora y etnógrafo húngara É,·a Pócs
tiempos de Juslo José ele llí·quiza: los pobLidores locales lo consideraL,rn
71
sostuYo c¡ue los diYersos complejos míticos que atra\·iesan la
retub,ulo, es decir, inmune a las balas de plomo. A comienzos del siglo
europea pueden reducirse, en última instancia, a tres sistemas cultu1·a-
XX los etnógrafos detectan en Chile la figura del Perspicaz, curandero
les posibles: el chamanismo, la mitología del Dublc, y los fenómenos de
y adivino que nacía con una cruz impresa en el palada1·, y a quien se oía posible reducir el complejo del saludador ibérico a zilguno
posesión."
llorar en el ,·íentre materno muchas veces antes de nacer; el folklorista
de estos modelos paneuropeos'
Julio Vicuña Cifuentes no tenía dudas al respecto: "el Perspicaz chileno es
el Saludador español". 73 Chamanes y saludadores
Durante el siglo XX se asiste a la implosión del complejo del saludador.
[11 ninguna región se percibe con tanta clari<.lc1d este fe11Ómeno como en Desde la década ele 1970, la palabra "chamanismo" se ha transformado
Cataluña. El s:1ludador mantiene incólumes algunas de sus características en una de los términos más citados por antropólogos e historiadores ele
trzidicion,des: cura la r.1Lia; nace el Viernes Santo, o bien a las doce en las religiones. Aunque se ha iustaLtdu la sensación de que el chamanismo
punto de las noches de N;i\·icLid o de S:m Juan; tiene mu cruz en el p,1lad,ir; constituye un atávico sistema de creencias, se trata en realidad de un fenó-
toca el fuego sin quenurse; apaga incendios con siete soplos, llora en el meno cups referencias históricas inequí,ocas apenas se rernonldll algunos
siglos antes del ¡)resente. El término "chaman" es de orio-en turwús v su
cbuslrn materno. Pero los folklorist.1s detectan también otros s,rnadures 0 ~ 'J

primera aparición impresa se remonta a las memorias del clérigo ruso


populares c1ue ..isumeH algunos de los rasgos que tradicionalmente habían
correspondido a la figur.1 del saludador. Los cateríus, por ejemplo, son los AvYakum, editadas en 1672. Veinte años después, el holandés Nicholas
n<lcidos el día de Santa Catali11,1: tienen una rueda en el paladar y curan \.Vitsen lo introduce en Occiclente. 76 Por otra parte, nu existen testimonios
quemddurJs h<lciendo signos o todndolas. Los xucladors nacen el día de directos inec¡uÍ\-ocos Je! charn,mismo siberiano anteriores al relato del
SaH Judc1s; tienen unc1 m,mcl1,1 roja en el interior de las fauces y curan toda inglés Richard Jolmson, que describe una ceremonia -proh1blemente de
cbse Je heridJs -por gangrenmas '-1 ue fueran- medi,mte un procedimiento origen samoyedo- que presenció el primero de enero de 1557, en Li custa
de succión. Los sctens son los séptimos hijos consecuti\·os del mismo sexo: noroeste de Siberia. 77 [! Único pueblo europeo que en tiempos históricos
tocan el hierro al rojo vin> sin ,1uemarse, pueden c.:ier de grandes alturas parece haber practicado un charnauismo de tipo siberiano fueron los sami
sin hacerse daño, y curan principalmente las quemaduras y las mordeduras o lapones, A escala mundial, la m,1s antigua referencia segura al chamanis-
ele perros. 7+ mo euroasiático remite, precisamente, a un episodio relacionado con los
sami; el relato aparece en la / fowtit.1 Non'e¡Jiue, un texto latino escrito c.
71
D,miel Granc,J;i, Supcnliciuucs Jd Ríu Jo]" Plaw, i\lunte,icko, A. Barrcíro y Ramos,
1896, pp. 385-386. Granacb constata, sin embargo, que el nacimiento del futuro
LdLuJiús o mu1w::.unta no venía acornpaña<lo ni precedido de ninguna circunstancia
Véase Eva Pócs, "Pussession Phenomena, Possession-Systems: Sorne East-·Central
75

necesaria o fatal European Examples", in Gábor Klaniczay and É,·a Pócs ( eds. ), Cummunicdtiun II ith ,he

n /bid., p. 390. Spirits, Budapest, Central Euro pean University Press, 2005, p. 132.
76
73
Julio Vicuña Cifuentes, 1J./iros y su¡xr,tidvues. Re,·v8 iJu, Je la t1uJiciÓn oral chilena, Gloria Flaherty, Sh.tm.111ism anJ the Ei8 /,u:ewh Cencwy, Princeton, Princeton Llni-

Santiago de Chile, lmprenl.1 Llnín,rsitaria, 1915, p. 79. versity Press, 1992, pp. 21-42; Vilmos Voigt, "Shaman: Person or WorJ", in Mihaly
7
" Juan Am,1des, Fvlklvr.:: de Catdlw,;·", Barcelona, Selecta, 1969, tomo lll, pp. 944-
Hoppál (ed.), Sh,Hlldnirnr in Eurasía, Gotinga, Herodot, 1984, p. 14.
77
949; Joan Guíllamet, Bruüaia a Cc1tdlur,y,r. Barcelona, Edicions La Paraula ViYa, Ronald Hutton, Sh.tmuns: Sibetiun Spúíw.1/itr and theWestern lrfü111in<.1Liou, Londres,
Hambledon and London, 2001, pp. 30-32.
1983, pp. 29-32.

246 122/194 247


¡ I 70- l ] 90, y describe ceremonias que los merc.1deres noruegos habrían csfuerz;:i por señalar las diferencias entre el chamán \' el poseso: el ¡Jrimern
obscn·ado dur,mte ,us contactos con aquellos.'' domina sus espíritus, sin transform,u se nunca en su instrum,'nto: armc1uc
El clic1m,mi,mo ingresa de manera clefiniti\·a en el mundo ,1eaclémico
se encuentran ck1manes ,erdacleramente poseídos, btos co11otitu1cn, en
uccidc11tal con el lcgemLu-iu estudio de Mircea Eliade, Li! Cl1c1111c1nisme ec
realiclacl, excepciones aherrantes. 8 '
/es Tcchníc¡ues Archaiqucs de l'Extase (Paris, l 95 l ). En efecto, siguiendo las
Aun cuando sus parámetros continúan ,igentes en di\·ersos :írnhitos
huellas de los trabajos pioneros de \Vacla, Sieroszewski, \Valdemar Bogoras,
académicos, el modelo de Eliade no ha dejado ele suscitar críticas en !Js
Waldemar Jochelson, y S.M. Shirokugoroff, entre otros, el historiador ru-
últimas décaclas_s+ Antropólogos e historiadores -tales como /vlichael
mano sentó las bases de un modelo que, en las décadas siguientes, alcanzaría
Taussig, Cristiano Grott:melli, i\licl1el Perrin, Caroline Humphrey, Florike
un éxito exlr.1ordinario'". Según Eliacle, "una primera definición de tan
Egmond, Peter Mason y Nicl1ulas Sarmders, entre otros- han llamado
6
cu!llplejo fc11Úmc110, y quizás menos a\·enturacla, serÍJ ésta: chamanismo
b atención sobre los peligros que entraña la reificación ele categorías, la
es la técnica del éxtasis".'" El charnán es el especialista en una clase parti-
naturalización de constructos teóricos que terminan incorporados en una
cular ele trance, durante el cual su alma ,1oandu11a el cuerpo para ascender
linguafranca cuyos ,ocablos pierden con el tiempo toda especi!Jciclad, y en
al cielo o descender al infierno, para entrar en contacw con las grandes
consecuencia, su capacidad inicial para ciar cuenta ele la di\·ersiclacl ele las
di,ini(L1des cósmicas, con númenes intermedios o con los espíritus de los
culturas locales." Una ele las críticas más agudas del modelo de Eliacle ha
muertos. Durante sus Yiajes en espíritu se dedica a capturar y de\·olwr
el almJ sustraída de los cuerpos enfermos, a guiar a los muertos hacia su SJ //,iJ., p. 2 3
morada definiti\·a va adquirir conocimientos ocultos. Para realizar estas Las escuelas antropológicas suda1ncricanas se cncucntr~1n entre las n1J.s i-cJ.ciJ.s J.
s--1

tra\esías extáticas: ;I almc1 del cl1am.Ín asume con frecuencia características rc,isar los postulados dél rnocklo ele- Eliacle; cfr. :\na 1\-l. Llamazarcs, ",.\rte charn:\nico:
teriumórficc1s. La yocación del futuro chamán se declara por medio ele ,isioncs cid uni,·erso", en Ana i\bría Lbrnazan'.s y Carlos i\LirtÍJ1ez Sarasob (ecls.),
El li.:n::1ut1Jt! Je los Jioses. Arte, chumu.ni:,mo )' co::.mo1·isúJl1 en SuJJm~1 i._·o, Buenos
una enfermedad iniciátic:1, y la primera serie ele \·iajes extáticos incluye
Aires, Biblos, 2004, p. 81; Judith Farberman, l.<1., s,,lc111w1,us Je l.orcnza, pp. 239-2+3;
siempre instancias ele desmemoramiento y resurrección del cuerpo del
José Antonio Pérez Gollán e lnés Gordillo, "Vílca Uturuncu. Hacia una arc¡uología del
aspirante. 81 En toda la inmens:i área que comprende el centro y el norte
u::io de alucinógcnus en las socic<ladcs prehispánicas de los Andes dd Sur", Cuicuiko,
de Asia, la Yida mágico-religiosa de la sociedad gira alrededor del charnán l:l (199+), pp. 99-140.
-aun(1ue también se observan fenómenos similares, típicamente chamá- ~
5
Para ./ldicluel Taussig la ''1nigración del alrna" se h;i tr.1n.sfornw1..lo en un n1cro este-
nicos, en América, Indonesia y Oceanía. 82 En su mc1¿1nw11 opm, Eliade se reotipo y el '\..:l1JillJ.ni.::.u10'' en "rln:IVi.::,lctt:t prujL'Uion qfi.1 Sibcriun 1wmc'' (,\lid1aclTaussig,
Sl1dm.wi:,m, CJ/uni..1lis111 duJ thcll '1JJ .Jli..irL c1 Siu,b· in Tc1 ror dnJ fli:L1li111:1, CliiL·a.go, Chícago
78 R. Grambo, "Sha111.i11ism in Nor\\·egian Popular Legcnds", in i\lil,al; Hoppál (ecl.), llni,·crsity Press, 1987, p. ++8 ). Par.1 el cc¡uipu de c,pc'Li.ili,t.,, iuli,rnos líder.idus por
S!Jc1111uni;111 in Euru,iu, pp. 391-392; Ro11ald Hutton, Shc1111un,: Sibcri.m Spiricuulity ,11,J Crbli,u,o Grottanclli el chamanisrno es, al igual ,¡uc: el totemismo, el fetichismo, o
thellbtcm !mu1:1inuliun, p. 138. el -1.nin1isn10, un~1 i11,t:1h..:iÓn~ o rncjur at'.in, u11-1 UJl1::,lruu.iún dl.'. ]u::, Jl:íln. ,p(Jlugos y de
79Citamos a continuación el 111c11:1nw11 ºP'" ele cada de los áutorcs mencionados: \VaclaY los historiadores de la religión (Cristiano Grollanclli, Pictro Clemente, F.,Liu Dei,·
Sieroszewski, Yakuri, San Petersburgo, 1896; \Valdemar Bogoras, The Chukchcc, t\lessandro Sin1onicc:1, "Discussione su 'Storia notturna ,n, 0:h1J.:1 ni di Sroria, 17: 3-+
Leiden, 1908; Walclemar Jochelson, The Koryak, Leiden, 1908; S.M. Shirokogoroff, 11991 J, p. 106). Según Michel Perrin, las diYersas definiciones de cham;rnismo no
P,ydwmentul Cumples oJ ,he 7i_m8 us, Londres, l 935. hacen más que combinar una serie de términos imprecisos extraídos de: la psicología
su Mircea Elia<le, Le Clwnwnisme e1 les T.:chnú¡ucs,lrchui,¡uc de J' Exrnse, París, Payot, 1968
-trance, éxtasis, estado psíquico extr,10rdi1l.1rio-· y de la l,i,loria ele las
(2me. é<lition) (cito por b e<lición en castellano: El chw11011i,1110 y las cécnicas arcaicas
-carisn1a) profetis1no, r11i::iticis1no- con duncntos arbitrdriJ.111...::nte J.rraoc.1dus de su
del éxrasis, traducción ele Ernestina ele Champourcin, México, FCE, 1992, p. 22). contexto sociocultural específico (i\-lichel Pcrrin, Les pracicicns du 1c, e: un e.,emple de
" ]bid., pp. 45 Y SS. ch,1m.11,i,me, París, PUF, 1992, pp. 103-104). Para Carolinc Humplirey, "sh.wi.rni,m
"Jbid., capítulos IX y X. is not one thing, bue man/' (Caroline Humphrey, "Shama11ic Practiccs al1(1 thc Statc in
123/194
111u11du ibérico
Estudios de caso. Ül.'lllunulu gÍJ cristian:i. :· cultur..1 folklóric .1 c..:n el

a santos Ycrnácul os fueron descripto s como "chaman es cristiano s" -en par-
siclo formulad a por el hi,turiMl ur británico Ronalcl Hutton. La cuidados en
b categu1Ía cns,1yada por Hutton pretende restituir a tindar, los que manifest aban una extrema facilidad para levitar, Yiajar
dccunstru cci.'.,n de como
su e,pecific idad histórico -etnográ fka. Para ello éxtasis o realizar proezas taumatúr gicas. ss Peter Burke caracteri zó
la noción de cl1,ll11,llli:;mo
cumrncnialised shámans a los charlatan es y curander os populare s italianos
propune uuc1 nue,·c1 definici<m del fenómen o, e,tructur acla en torno a tres
en de los siglos XVI y XVII. ss Mu chus hi,toriad ores ele la caza ele brujas sos-
compone ntes esenci,de s: ,1) lus ch.1m,mt.:s li,m ,ido agentes e,pcciali¿ ados e
en algunds ucc1sionc s tuvicrun , cou mc1yures o menores matices, la existe!lci a de Ulld indudJ.bl
la comunic. 1ción cuu el 1numlo de los espíritus ; sólo corno construc ción de
ligazón entre el estereoti po dd S<lbbat -cunceb ido
dichos cont;:1ctos podían rec1uerir el ,·iajc del alma y las tra,·esías en éxta-
ia la alta cultura teologal- - y los complejo s míticos ele raigambr e ehamánic a
sis; de hecho, ninguna e,·idencia confirma que los estados ele concienc 9 el
que aún sobrevid an en el campo europeo tempr,rn o-moder no. u En
alterada tm·ieran lugar siempre o se los considera ra impresci ndibles para
m,'is reciente de estos aportes, un destacad o especiali sta en la materia
lograr la comunic ación en cuestión; b) el contacto con el mundo espiritua
l
contcnid u dr;:Hnático y las continL1a asimiland o de manera inec¡uí,·oca los Yiajes en éxtasis -·en este
se lograba durdnte pcifvrw,11Jc"cs públicas ele alto
el
ceremon ias tenían lugar ante la ,·ista de numeros o público asistente ; c) ss Jcan-Michcl Sallmann, Naplcs ce ses saints a1'3//e bc1ru,¡uc, Paris, PUF, 1994-,
p. 374-;
objeti,·o de la comunic ación con los espíritus tenía un carácter eminen- Dadd Gentilcore , From Bishop ro I Virch: The Sysrem of 1he Sacrd in Early ,Jfo,lcrn Tcrm
Lucctta
temente práctico y el poder del chamán siempre estaba al senicio de
la d'Owrnto, Mancheste r, Manchest cr Llnh·ersity Prcss, 1992, pp. 171-172;
Rico, Torino,
comunid ad. 86 Scaraffia, La :o,df1La Jt:t]li impJs:-,il,ili.Viu;nJ..: e .)i8nifiulli Ll,:lld 1.L1 u:r..iu1h.: a 5d11ld
Rosembcr g & Sellicrs, 1990, pp. 84--87; Jean-Micliel Sallrnann, "h11Jge et fonLLion clu
Desde que Carlo Ginzbu1·g publicara J benandanri ( 1966) y Storia nor-
saint dans la région de Naples a la fin dn XVII!c sicck", .IJJ/,,,iiJcs de J'École
Fran,aise
wrna ( 1986), la histori,1 ac.idc':mica se ha ,·isto seducida
por el modelo
87 de Rome, 91:2 (1979), p. 864-.
chamánic o, ignor.md o muchas de bs críticas antes menciona das. Diwrsos
Pctcr Burke, "Ritmls ofHcaling in Early Mudcrn ltaly", in Pctcr Burkc, The Hiswrical
89

dlion, Ca,nbridgc)
, f-/iswry AnrlHupulu¿Jy <:fEarlj' ,l!odern fui!): E.-;._~¡-j on Pc1{1..pliu11 ._rnJ Cumwun!L
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c111d 1he Src11c, Ann Arbor, Unin,rsity oí Michigan Press, 199+, p. 208 ); a
raran1ente se los \'eÍJ co1no unJ catcgorí.1, sino que se los
rccordab.1 Lon10 indiYi-
9
° Christa Tucny, ,llagie und .llagier im ,l/irrelalter, Münchcn, DcutscherTaschcnbuch
Verlag, 2UU3 (cito por la cdiciún it.1liana: Esu1c1ismo e m,wic1 ¡¡e/ .llcdive,o. Sueilvncria,
duos (C1ruline I lumphrey ami llrgungc Onon, Shdmuns ,rn,1 Eldcrs, Oxford, Oxfonl
ano Bondani, Ron1a,
hacer csorcismi, ::.unil.:¿ji e iw:untói11ú , traduzioll e Ji Fabío l'\b::.::.intili
llni1<:rsity Press, 1996, p. 183). Tras preguntar se hasta qué punto se justifica u11d
Ne\\-tOn Comptun, 2006, pp. 212-227); \\'ulfgang !3d,ringcr , Chv111<1d Stoc,:Hilin
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J'!finitiun ic. Thcl"C llll~V be catuin dL·mc1/ls in 1hcs( cvnsLn1crs rh.n can bcJOunJ wich srrikin9
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.llousc: Jliuohis1ory w1d Morphub) ', 1.laltimorc, The Jolm Hopkins llni,crsity an<l Gusta,· Hcnningse n
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Elements in Central ·European 'vVitchcraft", in The Uses of Supcrnc1;u1ul
l'ower: The
la cunfianza acrítica depusilacL , en b acti, iclad ch;im.ínica corno categoría explicati,·a
Trun~F)nll,._llion ef Popular Religíon in ,,l/i.:.li,..Tdl anJ Eartv-Jf,Ah:rn
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[eds.], El Princeton llniYer:sity Press, 1990, pp. 129-1 SO; Mircca Eliade, "Sorne obsen-atio
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por la edición en castellano: "Algunas obserncio ncs sobre la brujería europea",
'
/ Bcndnd(mti.
87
Los tL1tos de L.1s ediciones origin.ilcs son 1us siguientes: Cario Gin%burg, de Enrique Butelman,
Turín, Einaudi, 1966; Sroria NouunkL Mircea Elia<le, Ocultismu, brujería y modc1s culwrulcs, traducción
Strc!)O!laúi e cuhi u9ruri tr.J dnL/Uúenw e sein:nLO,
Buenos Aires, Maryrnar, 1977, pp. 109-14-3).
UIJcl dw{,c1úo11e del Sabba, Turín, Einau<li, 1986.
124/194
caso, los atribuidos a los líderes, ,1ldenses en los Al1x:s occidentales - con \' comprobó c1ue el pescado gue lle,·aba en su mano se había secado por
el chamanismo euroasiático.
91
completo.9ºTodo ello configura una ,·erdaclera estética del brillo, según la
Desde esta perspecti,·a, ¿existen elementos para c1ractcrizar como cha- cual el conocimiento cb·ino o espiritual es siempre de naturaleza re;plan-
111cl!1cs a los sdll!lL,dures ibéricos'.lc,rnando particularmente en cuenta las deciente, y el poder cosmológico es inherente a la materia c¡ue reluce. 97
marcas de nacimiento, Franqois Delpech respondió de manera atfrmati,·a a En el dominio del fuego hallamos, entonces, un claro punto de contacto
la pregunta."' L1 cue,tiún merece, sin ernbMgo, un análisis más cuidadoso. entre el chamanisrno y el complejo ele! s;du,Lidor. Sin embargo, ¿alcanza
Del conjunto ,le: trc1zos del sahHLidur, tres 1)odrían caracterizarse como este Único rasgo para caracterizar como charnanes ibéricos a los saluda-
cercanos al modelo cl,am:u1icu: el dominio sobre el fuego, los sueños y dores? En rigor de Yerclacl, el dominio sobre el fuego no es m,1s que un
,·isiones íníci,Íticos, y los Yagídos intrauterinos. trazo epifcnoménico en los clin,rsos modelos chamánicos; en ningún caso
Sun innuu1eraLlcs los registros etnográficos en los c¡ue los charnanes constituye una característica central del complejo siberiano. En su análisis
aparecen rn.1ni¡>uLmdu l.1 rn,1teri,1 ígnea sin consecuencias físicas de ningum sobre la ca/da de las rusúlii, el propio Eliade enumera nue,·e característi-
clase. 93 Los 1,ílwsul húngarus dumin,1krn el fuego y apagaban con facili(bcl cas principales del charnanismo, entre las que no incluye d dominio del
los incendios_~+ En cierto sentidu, el domi11io sobre el fuego y la incine- fuego."' Por otra parte, en muchos ejemplos etnogrMicos la insensibilidad
rJción podLrn equiYaler a lllM i1,iLi,,ci{m ritual. En Sudamérica, quienes ante el calor es reemplazada por una insensibilidad equi,·alente ante al frío
extremo. 99
sobre,·iv/an a la descarga de un rayo estaban destinados a com-ertirse ;:n
ctn-anderos carismáticos. º En el Bajo Langucdoc, un ernle,·inc1irc loc1l des-
9 La im·estidura simbólica por medio de sueños, apariciones y Yiajes exd-
ticos puede considerarse otro punto de contacto entre los chamanes y los
cuhriú sus poderes el día en c¡ue sintió súbitamente c1ue sus dedos ardían
saludadores ibéricos. El primer contacto entre el chamán y el espíritt; que
<JJ \Vulf'g._rng Bchringcr, "ll(_J\\ \\'._1ldcn~ians Decan1c \Vitchcs: Ht.:n.::tie:; andTbcir Jour- suscita su \·ocación tiene siempre carácter íniciático. En ocasiones adquie-
ni..:y to the Other\Vorld", in Gábor Klaniczay ~1w.l É\·~1 Pé>cs (cd:,;.), CvnwiwiiLdcin8 wilh
re, incluso, un carácter hierogámico ~-el espíritu protector se transforma
thc Spirits, Budapest, Ccnlrjl Eurupc·.rn Uni,·crsity Pn:ss, 200S, pp. 176-132.
en la esposa celeste del d1arnán-, del que se pcrciLen claros rastros en el
42
frJ.IH,·oi~ Dclpcch, ''L1 '111Jn.1t11..~· d.::,, sorL·iCrc:'.l: lugit¡uc(s) ele la ~tignutís:.1tiun dí:.1-
buli(¡uc'\ t..'H 0!iculc J._1utLll.:~-Ch¡1(¡uin C't i'd:i.xirnc Pr(,aud (dirs.), L.: .,dLLu Lló sorcicr~-
,·/nculo c¡ue los héroes y las hadas mantienen en el cuento maraYilloso. 100
e11 Ewu¡>c, .ílc-.\TJJJ sicclcs, Grc1,uLlc, Jérórnc ,\\ilion, 1993, p. 366: "le 1wrcur qui c1
% Jcan~Picrre Pinies, Figures de la :;VICC.Jlél ir.: BrCish, cuJerinc1ir<?, armiCr,
._1,,¡iuJ la 1,:vnlinuiLJ J.: ce
cr Íi.J trd11:J111i:;:;iu1i J,: UV_)'dílt.J:s jusqu\1 f'é¡JL)LJUt: muJ..:rn.: .:sr
París, Éditions du CNRS, 1983, p. 153.
:;,lll.'J Jouu: le didmu1ú::,111c, Ju11L les sorciers d'une Jh1rl, Je:;· sdlu,l1.hlu1cs J'auue pL1n sonc largc-
"Nichobs Saunders, "La 'estética del brillo"', pp. 138-139.
l!JL'tilrribuldiri:s» ("el \Tctor ciuc hc1 d~cgur~Hlo la conti11uid,1d y la tran:':irnisión de esk 98
l\lircea [1i,1<Je, Di: Z.1lmu,\Ís l:: Ccn::1is-K.hdIL ÉtuJn CúlllJ)llfd{ ir.:s :,'[!{ er lc2fvlklurc
si~ll'ltD. de cn.:encias ha::-tc1 la. ~puc,1 n101..kr11a es sin du<bs el cha1n.1nísn10, del cu;::d 1
Lis Lruj,b por un ljdu y los salu,Lidurcs por el otro, son ampliamente tributarios"; Je la Ddcic et ,le l'Euru¡>c OrientJ!e, Paris, Payot, 1970 (cito por b edición en inglés:
b traducLi(>ndel fr~uH..:és es n1ía). Zd!wv.\i:.: Thi.: l{wLhin¿J Cod. CumpJ.rJ.ti,.: SruJi . :s in el,.: duJ fufIJ,.)JC ef Ducia-.,;anJ
9
~ ~brg,u\;l Stutley, ShLJmdnísm: ,·In lnrr,.,t!uaion, London, Routlcdgc, 2002, pp . .25,
Easwn Eurnpe, Chicago, The Llnin:rsity of Chicago Press, 1972, p. 193).
99
l O); Ernc:sto de !VLlrtiuo, Il mu11J0 11ll1HIL0. Prvl<.'HOIIJL'!Ji a uud sroria Jd J/Jd:)hmu, Torino, Ronald Hutton refiere qHe el im·cstigador so,·ihico A. A. Popo,· ,·io como se le
l\tulv Buringhicrí, 194-8 (cito por b cdici/;n fr.1nces-1: Le m,mJc 1//dHiL¡ui:. Parap:;ychoh~qic, congebban los dedos, rnicntr,is tonuLd fvtos a un d1c11nd11 ng~ui,b~lll t¡ui.: u-,1b.1j:-1bzt al
el hi,ioire, París, /vlarabout Llnin,rsité, 1971, pp. 15-81 ); Mircea Eliadc, El aire libre con una temperatura cercana a los 50 grados bajo cero, y ,·istiendo sola-
d1cJJ1J...Wi:>1l1v y ld.> ré(.-niu1s dtCLÚCdJ del éxcasis, pp. 173, 2-l-1, 266, 263,287. n1ente unJ. ligera prenda de cuero (Ronald Hutton, Sl1c1w,.,1u;i: S/[1¡;1 io~ S¡>il ilui.1lity and
:n C,\bur Kbnicz,:.1y. "t·lung.J.r)' ;Thc 1\Lcll~hlliu11s clnd tl1l'. Uni, cr:::.(; of Popular ldJgic", en rhell1éstern l111d:Jilldiúm, p. 97).
100
fkngt :\IJkarloo y Gu~ta,, Henningsen ( cds), Earti· .J/uLl,:En Eurupct1u IVirchcffJi:, p. 2+5. CL:n1di.; Lccouteux, Fées, SorciÚes et Loups-qarous au _.}[~\:en .·lqc. Hisroire du J,nil,lc
7; Ar111cUHJu Pércz Je Nuu.:i, .líd¡:Jid)' cl1c1md11ís11w cu fo mi.:Jii.,'Jnd popt1ld1 tld N.O. argcncino, Paris, !mago, 1992, pp. 81-82 (edición en cas;clbno: Hod,:,, brujci, y hu111b1,.;, lobo en I,;
Tucurnfo, Editorial llni,·ersitaria deTucurnán, 1989, p. 57. EJaJ ,lfeclia. Hisioria del doble, Palma de Mallorca, Jose J. de Obñeta, 1999).

2-52 125/194
La Virgen y lus sc1ntos cristianos c1ue se manifiestan a algunos saludadores indio del pueblo ele Aconquija a c1uien solían consultar los jueces seculares
equivalen en términos estructurales a las ludas y ninfas que secuestran, ele la ciudad ele San Miguel ele Tucumán, en el actual territorio argentino,
101
crían v l)rote<Jen a los protaaonistas ele los romances medien.les. Las
j b b ' sostu\·o que la gracia se le había anunciado "desde él 1·ientrc ele su madre",
h.1cL1s y los s,mtos cristianos constituyen, de hecho, uno de los rostros mas
donde h,1bí,1 hc1bL1do antes de nacer. 111 + Entre los cun:i del i,tmo de Panamá,
fn.:cu:ntes de los muertos, de lus ancestros de quienes los héroes :id,¡uieren uno ele los signos que inclic,1b,rn el nacimiento de un futuro ne/e (chamán)
•e· 10'
su identidad y sus put 1eres espec111cos. · era, precisamente, el llanto intrauterino. \(Ji
Este segundo rasgo, sin embargo, tampoco justifica una identificación Ninguno ele los tres trazos analizados hasta aquí permite por sí mis-
plt: 11,1tntre sc1lucL1dures )' ch:1111anes. En el complejo del salucbdor ibérico, mo fundamentar la identificación entre los salucbclores y los chamanes.
bs , isio11es v los sueños iniciáticos, aunque ricos en clctalles simbólicos,
j De hecho, los principales rasgos del modelo chamánico se encuentran
se li111itan de manera exclusi\·a a los casos portugueses. N unu fueron un ausentes del complejo del saludador ibérico: los saludadores no caían en
rasuo
b
distintivo de los s,ilud.1dores españoles. De hecho, las apariciones y trance, no entraban en contacto directo con el mundo ele los e,píritus,
las experiencias ex-somáticas parecen haber siclo una característica pro- y no realizaban complejos rituales de carácter público al sen·icio de la
pia de los curanJéiros portugueses en general, pues aparecen con mucha propia comunidad.
frecuencia en historias ele sanadores carismáticos que no se asumían como
saludadores. 103 Es probable, pues, que en el caso ele los bentos lusitanos Los saludadores y la mitología del Doble
estemos en presencia ele una configuración específicamente local ele la
rasoos idiosincrásicos que no pueden considerarse La creencia en el carácter múltiple del alma humana parece haber siclo
creencia , con alounos
b b
un rasgo uni\·ersal ele la mentalidad arcaica. Muchas culturas sostuYieron
como características centrales del complejo ibérico.
que los hombres estaban simultáneamente habitados por \·arios principios
El último rasgo c¡ue parece sugerir una relacié,n estrecha entre saluda-
Yitales, algunos ele los cuales podían alnnclonar transitoriamente el cuer-
dores y ck1manes es el llanto intrauterino.También en este caso se trata de
po sin ocasionar por ello la muerte ele la persona. Entre los malayos los
un trazo c1ue se incorpora tanlLunente a la creencia. Si bien se encuentra ya
hombres poseían, al menos, dos espíritus vitales 6, cifra c1ue se elevaba
10
consolidado en las relatos del siglo XIX tardío, no aparece con certeza en 107
a tres entre los pilagá del Chaco argentino, y a cuatro entre los yolmo
los testimonios de los siglos XVI y XVII. Una ele las primeras referencias
de la región de Helarnbu, en Nepal. \OS Para los pueblos turco-tárt:iros y
inequÍ\'oc;1s surge del testimonio ele un bento portugués ele comienzos del
siberianos el alma es triple: un espíritu inferior reside en los huesos; un
siglo XV!II. No puede clesc,1rtarse, incluso, que la tardía incorporación de
alma intermedia puede abandorur el cuerpo clunnte el sueño; una tercera
este rasgo se deba a la influencia americana. En 1688, el adi\·ino Pablo, un
entidad se libera con la muerte, y se aparece a los vi\·os bajo la forma ele
JOt Carlos Ah·ar, El rCJ ,Jnuru y su 11w11J0. D1(.,-dunt.1[io Je 111iluluijÍd arrúrica, l\.·ladrid,
"" Judith farbu-man, Lis ,c1lwn,rncc1, de Lorenzo, p. 225.
Ali,111za, 1991, pp. 1 14-1 15, rnz: Dama del lago. 105
José lv1anuel Ren~rtc Con1a, "Ch.11n..1ni~1n . /', t:n Bn9u!,Jyt1. Cun::1róu J,: Sdn Sr:kJSLi,Ín.
102
Diane Purkiss, A, ,he buuum ef ihe Carden: A Dark f-fisrory of foiries, Hubycblins, and
Ponencias y cumunic·c1ciunes, Madrid, Scmin,1rios y Ediciones, 1975, pp. 302-303.
Other Truub/e;ume Thin9s, NueYa York, NewYork UniYcrsity Prcss, 2003, pp. 69-70, 106
Carlos Laderman, "The poetics of hcaling in Malay Slwnanislic Perfonnanccs",
79, 102;1.:,kThompson, "Husti11g tl1e Dead:ThanatopicAspects of thc lrish Sidhc", in
in Carlos Laclerman and Marina Rosernan (eds.), Tl,c Pc,júrmc1uce of f-Ieúliny, Nuna
Gábor KLrniczary ancl ÉYa Pócs (eds), CumllH111i,c1tiny 11'ith the s¡,irits, pp. 193-203. York, Routlcdgc, 1996, p. 116.
Timotl1y D. \V1lkcr, Ducwrs, folk Jfcdicinc an,l rhc ln,¡uisition, p. 278; Pai,·a, Pr,íriws
3
"'
'º7 Anatildc Icloyaga Molina, "La bruja Pilagá", en Scripra EchnuluyiL,1, 5:2 (1978-
e crcrn;as nwgh:ds, p. 79; CristíJnJ. Bastos, «Bruxas e bruxos no nordeste algar\"io. 1979), p. 1000
Aluunas rCj)resentacoes da doern;:a e da cura", Ji,1bc1/h0s de .·tntr<>p<>lu::1i.1 e cuwluyi,,,
" . , 'º' Roben R. Desjarbis, "Prcsence", en Carlos Laderman and Marina Roseman ( cds. ),
25:2-4 (1985), pp. 292-293. The Perjú, mc1nce of flealin9 , p.145.
126/194
una ,·isión. '"" Pero en ningulla cultu1·a la crcéncia alcanza la sofisticación Doble ~uanla estrechos lazos con el modelo chamánico, las tr,1\-esías dd
c¡ue se ¡>,:r,:il,e u1 !J,; ,c1gc1s cscandi1uns, en Lis que el alma humana aparece alma libre son experiencias ext;Íticas pri,·adas, indi, iduales, c¡ue 1w tienen
cscimlíd:1 én tres principios diferentes: hugr, hamr Y_fl9ja. El ¡)rimero es lugar durante ceremonias púLlicJs ni pretenden 11ecesari,1me11te prestar
el princi1)io élCtinl uniYérsal que se 111anificsta en c.Hb hombre. l-fc1rnr es el un serYicio al resto de la comunidad. 11 +
alma illlcrior; tiene cierta entíd.,d física, y puede desprenderse del hombre '. Existen elementos que nos permitan suponer que el complejo del
mientras su cuerpo permanece inmerso en un trance profundo. lf 19)0 es el saludador ibérico .......guarda alguna
......
relación con la mitolcwía
.::- del Doble' Dos
al111c1 exterior, simbolizada por la placenta, que de,·íene espíritu guardí;Ín trazos indiYiduales de la figura del saludador parecen tener puntos de
o a,uJJ1pai1.111te, y ~ude m:rnifestarse cluranle el sueño. 111 ' contacto con la creencia en el alma múltiple: las marcas de nacimiento y
Con frecuencia, d alma libre -el ohcr-cgo físico o psíquico- adopta la mitología del séptimo hijo Yarón.
formas animales duramc sus tra,-csías ex-somáticas. El éxtasis, el suc110 o Las 1narcJs ele 11<1cirniento eran, en efecto, u1u de las señ.iles princip.1les
la muerte potenci.u1 la libre circubción del Doble.''' Los aparecidos serían, c1ue caracterizaban .d íi1diYiduo dutado cCJ11 b LicuL,d de liber:ir J, ulumacl
entonces, los dobles materiales ele los muertos, el otro-yo físico c1uc se su alma extcriur. Algunos i111e,tigddures h.m puslulaclo un origen común
manifiesta en b reJlidad como un ser concreto, y c¡ue de esa manera puede para la mitología de la marca de 11.1cimie11to c,iri,rn.Ítica, que se ;emontaría
agredir de cliYersas maneras a los ,·iyos. Desde esta perspectiYa, Claude a un conjunto de at.1vicas rc1nesentJcio11cs indo-iranias . 1 " Sin emban,o
::, '
los
Lecouteux ha sostenido que la mayoría de las figuras del folklore paneu- cliferenles cumplejos rníticos europeos p:irecen hJber cuntadu con sistemas
ropeo --los elfos, los enanos, bs hadas, los hombres-lobo, los Jparecidos, de señales específicos, lo que desaconsejaría la apresurada reducción de la
los Yampiros, las pesadillas-- no serían sino a,·atares ele b proteicz, flgura totalidad ele los estigmas a un tipo Lmico. La rnMca de nacimiento específica
2
del DoMc.' ' Tamhién lo serÍJ una f'igura mitológica aún 111,1s .ircaica: el es- c¡ue caracterizaba a los cli,·ersos avatares de la mitulogí.:i del Doble era h
píritu del tipo mor. En efecto, en las creencias serbias, croatas y búlgaras, colh. El niñu c¡ue nacía ern uclto de manera parci,d u tu tal en L1 rnernbrJllJ
Li moro es el alnu de una persona ,·i,·a c1ue, en trance o durante el sueño, amniótica estaba destinado a disfrutar de dones especiales: clariúclencia,
abancluna su cuerpo, se introduce <=n el interior ele las casas por los más sanación, segunda Yista, inmunidad ante el fuego, el agua y las l,eridas; 116 a
pc:c1uc:ou, uríf'íc-íu, y, Laju .ilguna fori11,1 animal, se bnza sobre los durmien- ello se sumaba -desde una perspectiYa no siempre Yenturosa- la capacicbd
tes indefensos. 113
Fin.limen te cabe acLirc1r c1ue, aún cu,mdu L mítulugL1 del de liberar sus alrer-cyos físicos o psíquicos. 117 13,,sÍ ocurría con los licántropos
y ,·arnpiros paneslavos, los benondanti friulanos, los striyvi rumanos, las
¡u') _\lírcc.1 Fli,1dc 1 1:.1 d1dI11dIÚ.:,Jfü> y }d.:, l¿d1i~·~is ort,iica:; dd éxrdsis, p. 180. moras serbias, y los kresniks eslm·enos, entre otros.' 18
iiu !<.Cgis Boycr Le wouJc ilu ~luul1lc. Le
1
md::.fÍC chc1 les ancicns Sc..inslindri.:si I\1ris 1 Bcrg
4
Ii 1tvr 11,1tiu1ul, l 986) pp. 3 2- 5 3; Kzithcrinc ?vlorris 1 Sorccrcss url 1'icch? 711c i11w9c ?.f~¡cn,lcr !! Ronald Hutton) ShuJJJLlflj: Sil,cridn Spirirualir_y and che ll~.)Lc.'1I1 l111d::JÍI1...lliv11, pp.
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127/194 2 57
E::.tu<lius de caso. Dernonología cristiana y cultura folklórica en d inundo ibérico

Los s<llutLidures ibéricos, en cambio, nacían con un sistema de marcas ( con mucha frecuencia, la flor de lis). Parece que inicialmente los septena-
diferentes. En l.i versión cdnÓníc.1 del complejo, el saludador ,·enía al mundo rios sanaban toda clase de dolencias, y que sólo a raíz de la influencia del
con la rue(L de Santd Catalina o con la cruz ele Santa Quíteria, estigmas mito de la taumaturgia real tendieron cada Yez más a especializarse en la
que con el tiempo adquirieron formas cada vez más variadas ~cruces, cura ele escrófulas. 121 Resulta sugesti,u que en un espKio liminar como el
perros, la palabra Dios. No existen referencias a saludadores nacidos con Rosellón, los saludadors locales pudieran tener tanto "une marque disrinctive
los amnios. Y sí bien es cierto que la leyenda les atribuía inmunidad ante uu palais de lcL boucl,e co111111<0 une croix" -típica de los saludadores españoles-
el fuego y hcricl.1s, y el don ele segunda vista, los especialistas ibéricos c_a- como "une.fleur de Iys", característica de los septenarios franceses. 122 Ello
recÍ<ln del príncip<ll trazo distintivo del complejo del Doble: la capacidad explica también el hecho de que durante los siglos XVII y XVIII nu todos
de liberar a voluntad el alma externa durante el trance o el sueño. Las los saludadores ibéricos se consideraran séptilllos hijos; que en su 7rairé
tra,esÍ<ls en éxtasis no fueron nunca parte del repertorio de lus salmLidures Je superstítions ( 1679), Jean Baptiste Thiers use el térlllino scLlu,lc,dor para
design::ir a los famili<lres de Santa Catalina que no eran séptimos hijos; 123
peninsulares.
Aún así, no caben dudas de que la creencia en el Doble influyó ele que en sus Op1ísculos y doctrinus prácticas (Logroño, 1754 ), el Padre Cala-
manera notable en la evolución histórica ele la leyenda del saludador. De tavud
J
atribuva
J
a los que nacen séptimos "en la continuc1cld :e,veneración ele
hecho, a ella se debe la incorporación del mitologema del séptimo hijo varones" una especial gracia para curar L11nparones, la guta cor,il y el mal
en el complejo ibérico. En efecto, este trazo era otra de las marcas de na- de corazón, sin relacion.irlos coa los salud,1dores ni con la híclrufobi.1; 12 +
cimiento que caracterizaban a determinados avatares de la mitología del que a mediados del siglo XIX, Pablo Gorosábel afirme que "la gracia [de los
Doble. En Europa, el quinto, el séptimo o el noveno hijo consecutirn del saludadores], según ellos, es hcreditari<l en ciertas f.1mili.1s de la prO\ incid,
mismo sexo devenía vampiro; en el siglo XV, en Picardía, se transformaba aunque los c¡ue desempeñen este oficio no sean precisamente los séptimos
en loup-garou o en wud,emar.
119 hijos Yarones"; 125 o que en la Catalufr1 del ,iglu XX lus etnógr.1fus pudiesen
Es prub<lble que esta fusión entre el complejo del salmblor y la mito- distinguir claramente a los ScLludcLdors de los sctens. 126
logía del séptímu hijo se deba a la influencia francesa. ,\!lende los Pirineos, No podemos negar, sin ernbargo, que en circunstancias específicas la
los séptimos hijos consecutivos del mismo sexo eran considerados como irnbrioción entre arnb.:is rnitologÍ<ls contribuyó a transformar al saludador
curanderos natos. 120 A menudo se percibían en ellos estigmas de nacimiento en la contracara positi,·a del licántropo -un clásico avatar del complejo del
Doble. 127 Según Teófilo Braga, el último hijo de una serie de siete varones
,\ludmik, 1991, pp.
210-211 ); Cario Ginzburg, / Bendl1'lcrnti, p. 11, 17-25, 58, 229;
121
Gábor Klaniczay, "Shamanistic Elemcnts in Central Europcan \Nitchcraft", p. 134. Marc Bloch, Los reyes t<.1umatwyos, p. 274.
122
Los uíhüsok húngaros parecen en principio una excepción al patrón que comentarnos, !bid., p. 276, n. 146: "una marea distintiva en el palJdar de la boca con la forma
pues suelen nacer con dientes o dedos supernumerarios antes que con la cofia; según ele una cruz o de una flor de lis."
123
Klaniczay, ello es evidencia de que el wlws está más cerca del chamán siberiano (¡ue /bici., p.280, n. 156.
1
ningún otra flgura mítica de la Europa Oriental (!bid., p. 140). " Pedro de Calatayud, "Doctrina II. Dd comercio de las brujas c:o!l los cklllonios y de
119 Claude Lecouteux, /-!iswire d..:s lfonpires. Auwpsie d'u11 ":)'Lhe, París, !mago, 1999 sus n1alcficios", en O¡.nÍ:ffulus y Juctrinu~ phÍ,.:Licu;; Jcl puJ1c I'cJru Je C.1luluJuJ, Logroño,
p. 59; Harry A. Senn, 11\:re- lfol{ w,d l~impirc in Rom,rnic1, pp. 111, 115; Rayrnond 1754, tomo 111, pp. 225 y ss.
125
T. McNally et Radu Florescu, Á la recherche de Dracula. L'hiswire, la léycncle, le m_rihe, Pablo de Gorosábel, Noticia Je las Cusus Jlcmoruble, ele Guip,ízcoa, p. 362.
126
París, Roben Laffont, l 973, p. 160; Cristiana Bastos, "Bruxas e bruxos no nordeste Joan 1\mades, Folklore de Catc1luny<.1, pp. 944 y ss.
117
Sobre las características cxtáticas de los hombres lobos Yease Caroline Oates,
alaanio, p. 288.
11; Matthew Rarnsey, Profes;io,wl w,cl Pvpuf,ll Medicine in Fronce, pp. 247-248.Tarnbién "Metamorfosis y licantropía en el Franco Condado, 15 21 164 3", en Michel Feher,
se atribuía Yirtudes sanadoras al noYeno hijo: Marcelle Bouteíller, Sorciers el jetcurs de Ramona Naddaff y Nadia Tazi (ecls.), Frc1¡Jmc11Los pc1ra u11<.1 hiswria del wcrpu hw"""",
Maclrid,Taurus, 1990, tomo 2, pp. 362-363.
sort, París, Pion, 1958, pp. 197-198.
128/194 259
,..si~li.uiJ. y 1.. ullu1 ,1 !'ulk!(;ric.1 en el mundo ihéricn

c:csnsecutin)s de, e 11 í,1fvL,i,húw.:n, a menos de que lo apadrinara su hermano la mayoría ele los casos, la invasión ele los cuerpos por parte de entidades
,na,-or v se lo hautizarzi con el nombre de Benro, es decir, el mismo término espirituales se expresa a partir de metáforas de posesión. 131 En estas formas
" _, , . J 2S
c¡ue en Portugal se utilizaba para designar a los saludadores. de circumpo:;:;cssio, ios espíritus poseen a sus víctimas cu,u1do cahalgan o se
montan sobre ellas (el demonio de la pesadilla);rn cuando las golpean o
3. Los saludatlores y los sistemas arcaicos de posesión abofetean, pro\-ocíndoles toda clase de paráli,is o dolores musculares (el
toque de las haclas); 133 cuando bs seducen o contraen nupcias con ellas (el
Ni el modelo chamánico ni la mitología del Doble parecen poder explicar
áyamí de los chaman es gol des); 1H cuando las arrastran y cargan por los
de manera s,1 tisfoctoria la original síntesis que constituye el complejo del
aires, depositándolas maltrechas en lugares alcj,1dos (la caza infernal/";
saludador, Nos resta aún considerar un tercer complejo mágico-religioso:
cuando las secuestran y obligan a participar de sus procesiones nocturnas
los sistemas arcaicos de posesiÓrL (la Sonra Compaño gallega). 136
Especialistas como É\-a Pócs o Gio\·anni Pizza l,an colll! ilJL1ido a re\-d,ar
A la luz de las metáforas características ele los sistemas arcaicos de po-
la existencia de sistemas arcaicos de posesión c1 ue no guardan rclac10n
sesión, los trazos originales del complejo del saludador ibérico adquieren
directa con d concepto de posesión diabólica propio de b demonología
un sentido diferente, coherente y unificado. De hecho, si retornamos a la
crisfrrna. 12 '' Los elementos indiYiduales que constituyen b noción arcaica
síntesis inicial de Pedro Ciruelo, ele inmedi.:ito resalta una circunstancia
de posesión se encuentran dispersos en di\·ersos sistemas ele creencias, por
que el reprobador de supersticiones enfatiza en más de una oportunidad:
lo que nunca llegan a c(J11slituir representaciones acab,1éLs, equiva,lentes
desde el momento de su irrupción, los primerus saludadores se dijeron
a las sut'isticaclas construcciones de la alta cultura teologJl. Antropologos
familiares de Santa Catalina y ele Santa Quiteria.
e lii,turiadores deben ser capaces de iluminar los espacios en los que se
Catali11.1 de AlejcrndrÍa fue una de bs figuras m:1s pupuLu-es de Li mitolo-
esconden las cunccpciunes no cristi,u1JS ele posesión; los especialistas, ('.e
gía cristiana tardo-medieval. 137 Junto con Santa Margarita y Santa Bárbara
hechu, no siempre lwrg::iron en los lugares apropiados. 130 La primera diti-
111
cullad parc1 eciptur,1r lusfolk-possc.,sion ·'J'Slcnh se deriva del hecho de que en ÉYa Pócs) "Possession Phenon1ena, Possession--Systen1sn, p. 9 l
1

13
~ Sophie
Bri<lier, Le cui1Lhcmur. ÉwJc J'unl!_fi9we myLhh¡uc:) Par is) Presses <le l'Unin~rsité
1 " Citado por Daniel Granada, Su¡xnciciuu,:sJcl Río Je lo Plow,
p. 583.Véasc también de Paris-Sorbonne, 2001, pp. 74 y ss.; Ü\\-en D,n-ies, "Thc nightmarc expericnce,
al respecto Francisco Vaz da Sih·a, "Iberian se,·entli-born chil<lr,cn, "-ere\\-oh·es, and sleep paralysis, and 1,itchcraft accusations", folklore, 114:2 (2003), pp. 181-203;
the dragon slaycr: A case stu<ly ill the cornparati,·e interprctation ol syrnbol1c praxis \Villem Je Blécourt, "Bt:<lding Ll,c nightn,,,rc: somatic expcrience and narrative
aJJd fai,')taks", Fulklorc, 114:3 (2003), pp. 335-353. meaning in Dutch and Flemish legcnd te:,ts", lhi<l., pp- 227-245; Charles Stcwart,
129 En este sentido debemos destacar también los estudios recientes que
ponen el "Ero tic drcams and nightmares frorn at1ti,1uity to the present", Jo urna/ of rhc Royal
énLisis en formas de posesión alternati,-as a la invasión diabólica, como la posesión ,lwhrJpulu¡Ji,a/ lnsrirute, 8:2 (2002), pp, 279-309.
di, ill,l O LI posesión pur los espíritus de los muertos; ,-éasc David Lcdcrcr, "Li,·ing ,vith lll Gusta,- Henningscn, 'The Laclies from Outsidc", P- 200;
tlic De aJ. Gbosts Íll 1\!odcrn Bavaria", in Kathr;-n A, Echl-anls (ccL), ¡¡;;,c11 ufreo,ll'irchcs, 13
-+ i\liru:J EliJdc, El cht.1mi.1ni::illlu )' li.1s l¿cnkd.;' arcaicas clel éxtasis) pp. 75- 79.
dJd ¡¡~111 Jcring Spiric.,;: Tit1..litivndl Belief dnJ Fulklur.: in Eortv .!futf,.;rn ~wup.:, Kirks,·illc, JE CL:i.u(.k Lecoutcux, Chosses f.1nt1..bth¡ucs et cohurtt.::, de la nuir LW A/oyen Age) París,
Trurnan State Uni,-ersity Press, 2002, pp. 25-5 3; Mo,he Sluhovsky, 'Disccrning Spirits !mago, 1999, pp. 142-144.
in Earh- 1\\o,lern Eurnp~", ill Gál>or KLmicz,iy :rnd Éva Pócs (eds.), Cummuni,,lfill¡j II ilh 136
Can11elo Lisón TOlosana, La 5dnW Cumpu!Jd. Funtd;,/i.1:-:i reales. R.:~dhldJóJ~rntiLticas,
_' - . pp. 5 3-70·, Nancv
rh e Sp1r1t:;, ( _, Caciola
, ~, Di,co llÍ/ld0 S,,irirs: Dirine c1uJ Dcmuuic fosscssion Madrid,Akal, 1998,pp. 125-156.
t
;,, r/,c ,l/;Jcllc ,l.ves, Id,aca, Corndl Uni1crsity Prcss, 2003, pp. 31-78. 137
Aunque en 1969 la Iglesia Católica remo,·ió del calendario litúrgico a Santa Ca-
1io Giunnlli Pizza, 'The Virgill and the Spickr: Re,-isiting Spirit Possession in Southern talina de Alejandría, sobre la base ele su dudosa existencia y del marcado contenido
[uropc", in Cristina Papa, Gíovanni Pizza and Filippo lvL Zcrilli (eds:), fnconrri di fantástico de su leyenda, todavía resulta posible hallar altares dedicados a su figura
cwvlu¿Jid eurvpcd! Eurupt:trn [thnuluuy J/,:;,::tin;1s, N:1pok~, Edizioni Scientitiche ltah.1nc, en muchos templos y catedrales del rnun<lo católico_ La Iglesia Ortodoxa, por el
1998, pp. 58-59. contrario, aún celebra la fiesta ele la supuesta mártir egipcia; véase Christine vValsh,
129/194
Ec:,tuJio::. <le ct.1::;;o_ Di.:1nu1wlug,í,1 crisLíJ.n.l y <.-Ultur.1 t'ulkl{)rica en el rnundo ihé1-ico

11 nos
númene s la rueda de Santa Catalina . " La datación de íconos rumano s y napolild
integr,1l,a el selecto grupo <le los catorce san Los auxili:iclores, los ,,ersión oral en
13 lc:yencla permite sostene r que la leyenda de Catalina existe ya en
su
más eficaces del panteón tradicio nal. º La Yc:rsión ,i,1¿,plic a de:
a un texto
ada por el siglo VIII. Sin embarg o, la versión escrita más antigua remite
b conside raba hija de un rey pagano de Chipre: o Egipto, martiriz Basilio II
139 an- bizantin o de comienz os del segundo milenio : el Menologion de
orden de Maximi no en las primera s décadas del siglo IV. Las circunst ia
fueron la defensa fanática ele su \'irginida cl ( c. 1000), El núcleo de la fabula parece remonta rse a la escueta referenc
cids c¡ue desenca denan su muerte dislinvu ida v
dor- y que la Hiscoria eclesiástica de Eusebio de Cesárea dedica a una
-c¡ue Li lle\ aron a rechaza r las propues tas matrimo niales del empera ::, )

la irrefren able lujuria


cincuen ta anónima dama alejandr ina c1ue se atrevió a desairar
su extt·aon linaria intelige ncia -que le permiti ó derrota r a los fenómen o
del empera dor Maximin o. '" No c:1bién dud.is de c¡ue el incipien te
2
solar. De
filósofos qu,, intentar on convenc erla del cariicler di1·ino del astro
de las cruzada s, el "re-desc ubrimie nto" de la tumba sinaíta en la
década de
en la justa intelectu al sino que logró lama-
hecho, Catalin,1 no sólo venció fueron
a 1030, y el traslado de las supuesta s reliquias a la ciudad ele Rouen,
romano condenó
siYa com'tTs ión de los sabios paganos . El airado príncipe caracte-
riz los factores que desenca denaron la explosió n de popular idad que
L l,oguera ,t los fr.1c.1sados filósofos, y ordenó la ejecució n de la emperat
13 ión por la
de la rizó a Catalina de Alejand ría a partir de entonce s. " La fascinac
y del jefe de su ejército , también conYert idos por la infalible retórica Otoño de
del empera dor diseño entonce s el diabólic o figura ele la virgen sabia alcanzó su punto culmina nte durante el
princesa alej.mdr ina. Un asesor s e
la Edad Media, corno lo demues tra la irrupció n de versione s alemana
ad:t: dos ruedas de molino
mecanis mo en el cual Catalina iba a ser martiriz cido
o debían inglesas del relato, llamada s a compcctir con el texto can6nic o reprodu
erizadas de clavos de gran tamaño, que ,1l rotar en sentido contrari
por la Legenda ,!urea de Jacopo da Voragine. IH El hecho de que
la mártir
o, pues un
desgarr ar el cuerpo de la joven. El suplicio fracasó, sin embarg a Juana
princesa egipcia fuera también una de las dos santas que se le aparecie ron
ángel irrumpi<'> en escend destroz, mdo la infern,il ma(¡uinaria. La 1+s
su prestigi o e influenc ia continen tales.
amc:nte tr.:isLtlb dos de Arco contribu yó a potenci ar
egipcid fue finalme nte decapit. ida, y sus restos milagros
la Capilla
rio l]Ue Esta fama extraord inaria justificó su inclusi6 n en los frescos de
al monte Sinaí, domle más tarde su fundaría el célebre monaste
de Ale-
parece re- Sixtina -en la represen tación del Juicio Final, de hecho, Catalina
lleva su nombre_ 1+ De allí en mas, la rueda -símbol o solar que
0
mente
m6 en su jandría y la Virgen María son las Únicas figuras femenin:is positiva
miLir a la divinilL.td pagana desprec iada por Catalin a- se tr,rnsfor
s que peregrin aban hasta el lejano 1 · ", p. 3~5,
Frarn;:01s. De lpee h , "L a ' marque ' <les sorc1ers - n. 35. Sobre la génesis del
clásico emblem a. Por ello, los cristiano "

sobre sus mantos Christine Walsh, The Culr oj'Sc.


monaste rio egipcio se consagr aban a la santa bonl.im lo culto de Santa Catalina en la península del Sinaí ,·éase
Karherine oJAlexand ria in Earlj· t!lediernl Europe, pp. 39-46.
an<l the De-
Bruce A. Beatíe, "Saint Catherin e of Alcxandr ía: Tradition al Themes
142

The Culr of Sr. Kud,ainc ofJkrnnJ ríu ín Earlj' ,lfcJic1·c1/ Ew0¡Jc·. Church, füirh ,11"1 Cu/cure Hagiogra phic Narrati,·e ", Spcculum, 52 :4 ( 1977),
las peculíari<la<les c1ue ,·eloprne nt of a Medie·al German
in rhe 1lfeJicrc1/ ll'est, Al<lershot, Ashgate, 2007, pp. 1-2. Para
Yéasc: Gary Marker, !mee, ic1l pp. 788-789.
el culto de Sauld Catalina a,k¡uíríó en Europa Oriental
1 3
·
" "Sar1et ae C a tl 1<1nn,1e · · · et n1Jrtyrus trJ.Ib l .1t10· el 1nir..1cu1..1 rutu111,1gensia sacc.
Sainr:The Cult ~J'Sr. Cmherine and the Dd1rn of Femalc Rule in Russia,
DcKalb, Northcrn \'lrguus

XI", ,h,hra Boll"nJi-rnc1, 22 (1903), pp. 423-438; Christine \V,ilsh, Tl,e Cult vf' Sr.
illíuoís UniYersíty Press, 2007, capítulos 2 a 5. Europe, pp. 63 y ss.
K,uhaine oJAkw11J1 ic1 in Ec1rly .lleJieral
138 El grupo se completa ba con San Acacío, San Blas, San Cristóbal , San Ciríaco, San
y San Vito. IH Gail Ashton, Thc Gamc1lion of !Jclllity in Late .l/cJic1·dl JicJ¡Jiº;JI"PJ,F SpeukinH the
Dionisio, San Erasmu, San Eustaqui o, San Jorge, San Gil, San Pantaleón "Saint Catherin e of
London, Routledg e, 2000, pp. 17-23; Bruce A. Beatie,
139 Véase al respecto la difundida ,·ersión de la leyenda reproduc ida por Jacopo da Saint,
translated by Alexandr ia", pp. 785-786.
Vuragiue en la Lc;jcnJu .!urca: Jacobus de Voraginc , Thc Go/Jcn Legcrnl, 145 d, 1973 ( cito
pp. 707 -716. Georges et Andrée Duby, Les proces de Jeallne J'hc, Par is, Gallimar
Granger Ryan aml Helrnut Rippcrgc r, Nuc,·a York, Arno, 1969, traducció n de SerYicio de
de su funda- por la edición en castellan o: Los procesos de Juana de Arco,
, w El com-cnto si11.1Ít.1, inínterru mpicLun ente habitado
desde el momento
llui,ersid ad Je Grana<la /Uni,·ersí tat de Vakncia,
niás antigucts de la cristianda d; \'éase Sarah Traducc.:iún Universit ario, Granada,
ción, se ~11t.:uentra entre las casas de oración
York, Harper Collins, 2007, p. 355. 2005 pp. 26, 42, 52 y ss).
Gallick, The Bi9 Buok efllómen Sainrs, Nueva
130/194
[~,tudiu') d\_~ caso. Dununu!o~ÍJ. cri:-tiJ11.1 \' ui lturc1 folklórica en d mundo ih~rico

1 6
i,kntif'ic·aclas por los críticos modernos. + La piedad popular ratificaba francc'sa. ';u Durante siglos li! locali<Lid gala afirmó poseer las reliquias de
e,k ,iLi,il <k pri\ ilegio: en la diócesis d,: Grenoble, por ejemplo, Catalina la santa, hasta que un estallido iconoclasta hugonote prO\ocó finalmente
era el personaje sagrado más popular después ele la madre de Cristo. i+,y la dcstnicción de las pruebas mate1-ialcs. A diferencia de Santa Catalina, la
aunc1ue no se trata de una santa especítkamente barroca, durante el siglo hidrnfohia ornpó siempre un lugar destacado en la leyenda de la doncella
X VII continuó inspiramlu a pintores como Bernardo Ca,·allino ( 162 2- g,,llega, pues la tradición afirmaba c1ue Quiteria solía visitar a los enfermos
1654 ), c1ue resignificarun el mito inserLÍmlolo en la tradición de la mística de rabia para infundirles dulzura y sereniclacl. Otra \·ersión de la fábula
fernenin-1 --el tc)pico del ma1ri111011io celestial fue uno ele últimos trazos sostiene que el perro del pastor que delató a Quiteria enfermó de rabia al
incorpuraclus a la leyenda. i+s Los múltiples patrun,1/.gos atribuidos a Cata- lamer la sangre ele la santa; el animal rnonlió luego a su clue110, quien arre-
lina de Alej,rnclrL1 contribuyen a dernostr,ll' la intensa circularidad cultural pentido ele su traición se libró del mal invocamlo el nombre' de la flamante
c1ue caracl<:rizabd su figur<1: si por un lado era protectora de las doncellas mártir. En cualquier caso, en muchas regiones del norte peninsular llegó
núbiles, de las jó,·enes estudiantes, ele los notarios, de los carreteros y ele a constituir una costumbre lanzar a los perros rabiosos pan empapado con
los alfareros, su asocidción con Lis lides dcadémicas y con el conocimiento el aceite de la lámpara c¡ue ardía ante la imagen de la biena,c:nturc1,b. La
letrado la co1l1'irtiero11 Limbién en patrulla de la Eicultad de Teología ele monumental Flos sanccorum del jesuita Pedro ele Ribadaneyra, editada por
19 primen ,-ez Madrid en 1599, permite acceder al mito tal corno se conocía
Paris y en uno de los príncipales referentes ele la orden dominica. + La
presencia de Santa Catalina en suelu ibérico es un fen¿mcno arnpli,11nente en el Península Ibérica a comienzos de la Edad Moderna. Quiteria nace
comprobado. En Cataluña, por ejemplo, era protectora de los estudian- en el actual territorio de Galicia, y fue una de las nue,·e hijas engendradas
tes, y e11 AmLiluda, patrona de la ciudad de Jaén. Pero por moti,·os no por Lucio Catelio SeYero -un poderoso funcionario romano local- y su

del todo dilucid.idos, fue en su carácter de abogad.1 contr<1 la rabia c1ue la esposa Calsia. Horrorizada por la asociación tradicional entre los partos
múltiples y la inmodestia femenina, Calsia instruyó a la partera para que
figura de la mártir egipcia arraigó con i11temiddd ele un extremo a otro
ahogase a las niñas en el río más cercano. Pero la mujer se compadeció y
del territorio peninsular.
entregó las criaturas a diversos hogares campesinos. Cuando alcanzaron la
Santa Quiteria, la otrc1 gran patrocinadora ele los saludadores ibéricos,
edad adulta fueron reconocidas y aceptadas por sus padres Yerdaderos. Sin
es u11 personaje rnítico menos definido '-lue Cat.ili11c1 de Alej,mdría. Sin em-
embargo, pronto surgió un nueyo frente de conflicto a raíz de la conver-
bargo, durante mucho tiempo fue una figura extremadamente popular en
sión de las jóvenes al cristianismo. Decidida a conservar para siempre su
Purtug,11, Españ.i y el sur de Francia. Resulta imposible determinar tanto
virginidad, Quiteria se negó a contraer nupcias con el candidato elegido
la fech;:i de su martirio -la tradición sitúa su suplicio en algún momento
por su padre, quien finalmente ordenó su decapitación como castigo por
de los siglos IV o V- como el lugar ele los hechos -se disputan el pri\·ile-
la desobediencia y el abandono de la religión de sus mayores. Ribadaneyra
gio Majarliza, en la provincia ele Toledo, y Aire-sur-Odour, en la G,1sconia
deja en claro que para finales del siglo XVI la asociación de Santa Quiteria
con la cura de la rabia estaba solidamente establecida:
1 6
+ Cynd,ia Stollhans, "Michelangeb's Nude Saint Catherine ofAlexandria", l l\n11c1n's En To ledo tiene una Capilla esta gloriosa Santa junto al Monasterio ele
3rr}uurn,,l, 19:1 (l'198), pp- 26, 30. la Concepción, y en un lugar, que es jurisdicción de la misma ciuclacl de
1
° Keith Luria, Iúritofies ?__fGru1.,t:: Cuhurul Chr-1n¿jt: in che Sen:nceenrh-Ccncury Díocese ?.f
Grenuble, Berkeley, Uni,·crsify of California Press, 1991, pp. 152-153_ "
0
A New Dicrionary o¡· Saines,
compíle<l by Donalcl Attwater, edited ami reYised by
l-l-~ r\1..1rgarett~1 S..ilingcr, "A Barü(flC Painting of Saint Cathcrine", The ,J/Luupl1lir,rn John Cumming,Tunbridge Wells, Burnes an<l Oates, 1993, p. 265;A B.,ok cj',h,: Saines,
Jluseum oJ.-11/ Bullclin, 1:10 (1943), pp. 296-299. edited by the Benedictíne monks, Whitefish, Kessingcr Publishing, 2003 ( 1921 ), p.
H Ann M. Roberts, "North Mcets South in the ConYent: The Altarpíece of Saint
9 228; Keith Luria, "Rural and Village Piety", in Peter Matheson (ed.), Rcfurmmion
Catherinc of Alexandria in Pisa", Zeirschrifí fiir Kunsrgeschichre, 50: 2 ( 1987), p. 190. Christianity, Minneapolis, Fortress Press, 2007, p. 53.

131/194
EstuJiu::. de caso. Dcmunulugí,1 Lri~tíana y cultura t(J!klóric.1 en el inundo ibé1·ico

santos cristianos sellaban la piel ele los taumaturgos carismáticos: en pleno


Toledo, y se llama Marializa, hay una Iglesia antigua de su nombre. El
lugar está al pie de unas sierras, en las cuales es antigua tradición, c1uc siglo XX, una 9uarícrice ele Castellamrnare di Stabia, Campania, atribuía
YiYiÓ solitaria, junto a una fuente, que oy 11:unan unos la Fuente santa, los poderes que poseía al hecho de que durante su trance iniciático Santa
y los más la fuente de Santa Quitcria: donde se dice fue degollada, y Rita la había tocado en la boca."+
en la Iglesia ya did," scpultada: y del agua Je la fuente se n::n cada dia Por medio de las marcas los espíritus hacían suyos a los agentes huma-
mc1rc11·illas, bd,icmlola enfermos, e im·ocanclo a Santa Quitcri:i, curan nos con los que entablaban contacto, y los transformaban en seres dotados
de 1.1rias énfcnnuLidcs, espccictln,cntc de calenturas, y tullidos: y a la con una fisiología específica. El estigma que se desplegaba sobre la carne
Iglcsi.1 .1eude mud,.1 g,:ntc huidv, de perros rabiosos, de c¡uc es particular manifestaba que el protegido participaba ele la naturaleza del espíritu pro-
abogada; y hc1lLrn remedio.'" tector; su condición corporal ya no era la misma: se había transfigurado
Las Rclc1cio11e, Topo1:1n}fica, confirman que el culto de la heroína gallega en una entidad que compartía con los seres espirituales algunos de sus
tenía una presencia real en la meseta castelbnci temprano-moderna. Sobre rasgos ontológicos. Tocado -poseído- por un espíritu, se había rnelto, en
un total de 42 santos y advocaciones mencionados en las encuestas, Vvilliam parte, un espíritu. Parte de la esencia del numen que lo patrocinaba im-
Christian Jr. identifica 36 1otos ofrecidos a la santa -lo que la ubica en el pregnaba para siempre su anatomía, se asentaba en lugares específicos de
lugar decimotercero ele la lista- y 15 ermitas erigidas en su memo1ic1, lo su geografía corporal para no abandonarla nunca más. El sujeto se ,·olvía
1 propiedad -seniclor- del espíritu, porque algo ele la naturaleza ele éste
que la coloca en la decimoquinta posición. "
Tanto Santa Catalina ele Alej:rndría corno Santa Quiteria ocu¡nban un había quedado para siempre en el cuerpo ele aquél.Y las marcas corporales
estaban allí para recordárnoslo. Marcados desde la cuna por Santa Catalina
lugar destacado en el complejo mítico del sc1ludc1dor. En efecto, aquellos sa-
o Santa Quiteria, los saludadores estaban desde entonces habitados por el
nadores ibéricos venían al niundo con las señ<lles ele ambc1s mártires impre-
espíritu de ambas heroínas. Su carne se volvía vehículo de lo sobrenatural
sas en el cuerpo: en el pc1bcl:rr, bajo la lengua. No estc1mos en presencia de
cristiano. Por ello se los consideraba familiares de las mártires: b metáfora
un rasgo cpifenoménico: los estigmas corporal<.:s er:m otra de Lis mctáfords
parental subrayaba la identidad ontológica que fundamentaba las metáforas
de los sistemas arcaicos de posesión. La piel devenía pergc1mino: al marcar
de posesión.
a sus servidores con seííc1les morfológicamente diferenciadas, los espíritus
Los sistemas arcaicos de posesión permiten dar cuenta de los rasgos
trazdban sobre ellos una firma intemporcil c¡ue expresaba la tr,msformación
originales del saludador desde una perspectiva nueva y diferente. En efecto,
metafísica del sujeto maiTado. El lenguaje del tatuaje corporal alcanzaba por
en el mundo mediterráneo abundan los complejos míticos en los que sana-
igual a los servidores de Dios y a los agentes del Diablo. In un juicio por
ción, posesión y culto a los santos aparecen profundamente imbricados. 155
brujería sustanciado en Finbndid, en 1665, la acusada confesó que desde
154
fü primer viaje al Blakulla llevaba en su cuerpo la marca de los dientes del Alfonso M. Di Nola, Lo specchio e l'olio: le rnpernizioni italbni , Ron1a, Laterza,
153 l 993, p. 40.
l10mbre de negro que la había mordido en ambos pechos. También los
is; Con frecuencia, los fenómenos ele posesión y trance ocupan un lugar destacado
en las expresiones populares del culto a los santos en el área mediterránea; al res-
151 Pedro de Ribadaneyra, Flvs s.Jllctúrum de las 1id<1s Je los sancos, Barcelona, 1790,
pecto véase Sabina Magliocco, "Witchcraft, Healing and Vernacular Magic in Italy'',
tomo lll, pp. 133-134.
152 William Christian Jr., Local Rdi¡Jiún in Sixceenth Cenwry Spain, Princeton, Prin-
en Wíllem de Blécourt y Owen Davies [eds.], IViichc,~fa CvniinueJ, p. 157. "popu/J,

ceton Uni,·ersity Press, 1982 ( cito por la edición en castellano: Reli¡Jiu,iJ_,J local en
saines' wlts afien had lll their core both a promise oJ de1•u1io11 in exchan9e for health,
anJ l1ll ecsracic cumponcnt rhat could inrvfrt: Ju11cin::J, J1 wwnÜlfj, unJ c.\.LruvrJi11Jt)' ~[forts
la España de Fe/ipe JI, traducción de Ja,·ier Calzada y José Luis Gil Aristu, Madrid,
on beha![ ef che saine tlwc resulted in pdrticipdnts ucl1icl'i11f) ,._¡JtcrnJ.li: staces ef concivusness,,
Nerea, 1991, p. 95).
153 Antero Hcikkinen y Timo Kervinen, º'Finland: The Male Domination", en Bengt
("a menudo el culto a los santos populares incluye en su núcleo tanto una promesa
de de,·oción a cambio de la buena salud, como un componente extático c¡ue puede
Anbrlou y Guslav Henningsen ( eds.), far/y MvJan Europcun ll'itchcrafi, p. 329.
132/194
E:;,tudíu'.) de caso. Dt.'.Illí..JllUlugid crbtLmJ _\ uiltur.:i fulklúric.1 en 1..'.l lllUJHiu ibérico

Tal es el caso de la u11c1su:11urio griega, la f:l,rnwdsha marroquí, y el t,1ru111ismo El empleo de la saliva adquiere también un nue,·o sentido desde la
itabno. En primer lugar, la característica insensiLilidacl al fuego de los ¡)erspecti,·a de los sistemas arcaicos de posesión. La potencia sagrada que
s,dudadures ack1uiere un sentido diferente a la luz de estos dramáticos habitaba el cuerpo del taumaturgo podía transmitirse a otras personas
sistemas de poscsi¿n_ Puscídos 1)or S,rn ConstJntino, los an05tcnarides de por medio ele los fluidos y secreciones corporales: la saliYa, la sangre, el
la i\!Jceduni,1 gricg,1 lugran caminar y danzar sobre brasas ardientes sin semen, la leche. La baroko ele los santones del maraboutismo mahgrebí se
,ufrir daiio <llguno; Sotiri<1, un..t ele las informantes del antropólogo Loring trasladaba de padre a hijos por medio ele! semen, y ele los sanadores a los
D,mfurth, dej;:i en cbro la estrcclu relación entre posesión e inn1lnerabi- enfermos por medio de la sangre. Por este motivo, los miembros de la
liclacl: "che Suint has control 01·er you thcn. Ifyou are in cha1[¡e yourse!J;you'J/ get Hc1m,dslw salpicab;rn y unt~lHn con su sangre las partes enfermas del cuerpo
burnecl''. 116¡\]go similar ocurrÍJ con los adeptos a la t/um<1,L/,a marroquí, una
del paciente; en ocasiones, mojaL,111 trozos ele pan en sus propias heridas
l1crn1,rnclad religiosa patrocinada por Sicli Ali ben ljamclush y Sidi Ahmed
y se los daban a comer a los dolientes. De esa manera, la bc11c1J.:u del santo
Dghughi, dos sc111tune, lo...:ales de finc1les del siglo XV!I y comienzos del
re\"Ítalizaba a los enfermos. De la misma mc111era, la Yirlucl de Santa CaL.ilina
siglo XVIII: 117 habitados por la baraka --la cualidad y esencia de los san-
y Santa Quiteria se transmitía a los pacic::ntes por medio de la sali,·a, porque
tos c1ue los protegían-, los miembros ele la cofradía entraban en estados
las marcas que atestiguc1ban que algo de la esencia de bs sa11t.1s lic1bitalx1 de
ele trance clur,mle los cuales bebían agua hirviendo, tragaban espinas de
manerJ penn<lnente en el cuerpo del s,1ludaclor, ,e c11cunlTaban, precisc1mente,
cactus, enc,u1tc1L:.i11 serpientes venenosas, o se producían tajos en la cabe-
en su boca. Por ello, si los cofr.:icles m:i.rroc¡uíes rnoj,tlHn trozos de pan con
za. 1 " Poseídos por un espíritu sagrado, los participantes de estos rituales
su sangre, los saludadores hacían lo propio con su saliYa. 160
L:il,Lrn ad(1uirido, en parte, una naturaleza espiritual, en sí misma ígnea
Los pacientes de los saludadores, los enfermos de rabia, también pue-
y ,·efulgente; sus cuerpos, transfigurados por la entidad que los habitaba,
den analizarse desde la perspectiva ele los sistemas arcaicos de posesión.
h.1Lí.m dejado atrás la debilidad c¡ue manifestaba la carne humana librada a
El propio discurso médico tardorneclieYal empleaba con la hidrofobia
sus propios medios.¡\] igual c1ue San Constantino o Sidi Ali, Santa Catalina
un lenguaje cercano a los fenómenos de posesión. En el Serwm papale
y Santa Quiteria transmutaban la esencia material de aquellos a quienes
el padovano Gulielrnus de Marra atribuía al spiritus
de renenis ( c. 1362),
poseian, com·irtiéndola en una sustancia espiritual a la que ni el hierro ni
del perro agresor el hecho de que en la orina de los enfermos de rabia a
el fucgu poclí.rn cl.1iic1r. La fisiología pneurnática característica ele las personas
menudo se percibieran pequeños fragmentos de grasa o carne con forma
lul,itc1,h, por enti,bdcs espirilu,ilcs explica tarnLién algunas anomalías del 161
de cachorro; en el mismo sentido, Gulielmus afirmaba que el enfermo
complejo del salud.1dor: f:n la Cat,iluiia rural, por ejemplo, los solu,lc1durs y
los se1c11s podí.rn caer al suelo desde gran altura sin hacerse daño alguno. 159
16
°Cabe destacar ,¡ue muchus santos cristi,mos ~exitosos o fracasados- t,unbién cura-
implicar danza, toque de tarnbures, y esfuerzos extraordinarios en nombre del ban mediante la salin, según el precedente del propio Jesucristo (Jlc,r,us 8, 22-25):
santo c1uc llc1«n a lus panici¡iantes a alcanzar estados de conciencia altcrnati,·os"; la tal era el caso de Santa Colette de Corbie en la primera mitad del siglo XV (Peter
traducción del inglés es mía). Dinzelbacher, "Sante o streghe. Alcuni casi del tardo medioe,u", en Gabriella Zarri
1
;& Luring 1\l. D~1nf0rt1i: Fírew._d/.:.rnt/ LWJ Religious rlealin¿.;:Tlic, lni.1.>t..:n._11 i.1 ?fGtee(e i.mJ rhe
red. L Fi1uiuné e SUULicJ
[{¡_] wcJiu¿rv eJ e[d moderna, Turin, Rosenberg & Sellier, 1991)

p. 46
.lm,:ri(~an FircwLilkwf} .lluri:mcnt, Princeton, Princeton UniYersity Prcss) 1989,
p. 79); del toledano Fray Andrés de la Rosa en la segunda mitad del siglo XVI (Juan
.:iicli Ali ben H,1111dush y Sidi Ahmed Dghughi son dos figuras características dd BI:1L(JUCZ Miguel, Erusy TJllcaos, p. 2+3); o de la mística Madame Acarie en el París de
ma1·abutismo, el culto a lus santos que tradicionalmente ha sido consicleraclo como mediados del siglo XVII (Sophie 1-!oudarcl, "Mystics or Visionaries? Oiscernment of
uno de lus timbres distintit ,os del Islam maghrebí. Spirits in the First Part of the Seventecnth Century in France", en Gábor Klaniczay
'"Vincent Cra¡nnzano, Tl,e tfc1rnc1J,hc1:A Study in Moroccan Ethllupsy,hiacry, Berkeley, y Én Pócs [eds.], Cvmmu11icc1tin¿J 11ich the Spirits, p. 76).
UniwrsityofCaliforniaPrcss, 1973,pp. 1-3;48; 167. 161
Lynn Thorndike, A Hi,tury ef;l/v8 ic unJ fapc, imcmal Science, Nue,·a York, Columbü
,;,, )oan Guillamet, Bruiwria a Cc1tc1lun_yc1, p. 32. llnin::rsity Press, 193+, vol. Ill, p. 53 l.
2.6K 133/194
[!)tudius de ca~o. Dcn1unu}uoía
b
crbtLu1J. Y
j
cultur,l fulklórica en el mundo ibérico

de rabia tendía a atacar a dentelladas y mordiscos a las demás personas del animal agresor, y la cura del mal adquiría las características de un
166
porque su naturaleza se había n1elto canina.
162 exorcismo coreico-music al.
Uno de los indicios más claros de que la práctica del saludador ibfrico ¿Existe alguna e,·idencia histórica que confirme que a comienzos ele la
constituía una forma arcaica de exorcismo lo hallarnos en otro de sus Edad Moderna los campesinos ibéricos podían llegar a asimilar la hidro-
trazos característicos : la cura por medio del aliento y del soplido. Con fobia canina con un estado de posesión específico? Un temprano proceso
mucha frecuencia, la rnentalicbd arcaica concebía a la enfermedad en tér- inc1uisitorial, incoado por el tribunal de Cuenca a comienzos del siglo XVI,
minos pneumáticos, y al proceso de sanación como una lid agonal entre aporta valiosos elementos en fa,·or de una respuesta afirmatiYa. En 1514
el espíritu del curandero y el espíritu de la enfermedad. Entre los warao irrumpe en la villa manchega ele El Provencio Ynés de Moratalla. Pocos días
de Venezuela, por ejemplo, el chamán utilizaba su aliento para enviar a antes,Ynés había sido mordida por un perro rabioso en la aldea ele Minaya,
sus espíritus auxiliares y ponerlos en contacto con la entidad espiritual donde habitualmente residía, y como consecuencia del ataque sus padres
invasora (hebu). El sanador recurría al humo del tabaco -más denso que el creían que la joYen estaba poseída. Muchos vecinos, entre los que se contaba
fétido aire del hebu-para fortc1lecer el poder de sus fluidos pneumáticos y la esposa del titular del señorío local, daban fe de las crisis nerviosas, los
163
expulsar al demonio invasor del cuerpo del enferrno. Un procedimiento gestos bizarros, el súbito enrojecimient o y la hinchazón ele miembros que
167
similar fi.ie observado entre los chiriguanos de la provincia argentina de afectaban a la infortunada campesina. Ynés había sido trasladada a El Pro-
Salta: el chaman instalaba al paciente junto a un brasero, arrojaba humo vencio precisamente porque el teniente de cura de la villa, Garcí Sánchez,
168
tenía fama de eficaz exorcista. Los inquisidores conquenses irrumpie-
de cigarrillo sobre su tórax, y silbaba suavemente para conectarse con el
ron en escena luego de que el vicario parroquial decidiera manipular el
dios del Yiento. 16+ Es interesante recordar que Martín del Río y Benito
comportamie nto de la energúmena para potenciar su prestigio e influencia
Jerónimo Feijóo afirmaban que los saludadores ibéricos consumían vino
con idéntico objetirn: para fortalecer la potencia y densidad de su hálito locales. Pero lo (1ue aé¡uí nos interesa es la confirmación de que para los
169

sanador. 165 campesinos españok:s de la primera modernidad la rabia no era una dolen-
También resulta sugestiv.i la costumbre de los saludadores portugueses cia corriente. De hecho, como ocurría en el mundo mediterráneo con los
de rociar a hombres y animales con agua bendecida con un poco de sal, síndromes pro,·ocados por las diversas alimañas ponzoñosas, la hidrofobia
los mismos sacramentales a los que el catolicismo atribuía Yirtud pro- podía ser considerada una forma peculiar de posesión, consecuencia del
170
tectora contra los demonios impuros. Finalmente, hallamos una última accionar agresivo de un violento espíritu invasor.
confirmación de la relación mítica entre em·enenarnien to y posesión en
166
Véase al respecto los estudios clásicos de Ernesto de /vlartino, La tcrru Jd rinwrso.
dos complejos míticos característicos del Mediterráneo occidental: el ta-
Contributo a una storia reli¡Jiosc1 del Sud, lv1ibno, ll Saggiatorc, 1961; Clara Gallini, La
rc1ntismo apuliano y el ar8ismo sardo. En ambos casos, las personas mordidas
ballerina ruriupinta. UnJ festa di !fU<1ri¡Jivne in Sarde11no, Nápoles, Liguori, 1988.
por cierta variedad <le arácnido se consideraban poseídas por el espíritu 167
Sara T. Nalle, GuJ in La Jlc111cha: Rcli!Jiuu, Ref~nn <1nJ the People o[Cuenca, 1500-1650,
Baltimore, The John Hopkins UniYersity Press, 1992, pp. 19-20.
"' /bid., p. 534.
163 Charles L. Briggs, "The mcaning of nonsense, the poetics of ernbo'1iment, ancl
168
Adeliua SarriÓn ivlora, B..: ..uas y enJi.:mv11iuJas .. lluji:tó hi.:tcroJvxas ante Ju 1111.JtúsiciJn,

the produclion of Pº"-er in \Varau hc:.1ling", en Carol Laderman y Marina Roscman siglos XVI a XIX, Madrid, Alianza, 2003, p. 14+.
169
/biJ.,pp. 146-154.
( cds.), Thc Pc,jurmúllCC v_f ilec1lin¡J, pp. 198- 199.
161
Carlos i\!1artínez S<lr.isola, Nue::,trvs pi.1isi.1nvs lus inJiu.). l'iJa, hLun ia _y destino de las
170
Para una identificación entre posesión y rabia canina similar a la que propongo
com11nidadcs inJÍ¡Jcnas en Ju A1!Jentinc1, Buenos Aires, Emecé, 1992, p. 542.
en el presente capítulo véase Florence Chave-Mahir, Une paro/eª" service de l'uníté.
16
' Martillo dd Rio, Dis~11isitiu1111m lllJ¡Jicc11111JJ, p. 40; Fray Benito Gerónimo
Feyjoó L' exorcisme des possédés dans /' E3/ise J'Occidem (.\'e-X/Ve siecle),These doctoral e, Université
Lumiere-Lyon 2, 2004, pp. 171-170.
y 1v1ontenegro, Tearro Critic"u Universal, p. 2.
134/194
-L S<1ludadores y sanpuuluri: el sustrato mediten·iineo ·'sin medicamentos. por medio (it:I poder de San Pablo Apóstol,
qu,· ¡·,T1h1.rn desde d momento mi,mo ,kl 11.1cirnicnto". 17 i Desde Roberto
LJ b. (lu111t1tlsh~1 y c-l L:rc111li.\J1hJ tienen en cornún con la
dfld.)li.:n..1 1 L1,
<ilw c·n 1325 s,,licitó licencia fJ,1ra su oficio en L, ciudad de
del salud,H.lu1· su 1-cicKi/m con el culto J los s:rnrns y con los
h,1:;tJ f':10)0 Ciarall,)-quc ckrcí'a en los.-\lirunos en b dl:cada de
,i,Lclll,\S Jrcaicos de poscs1on ..)in embargo, en otro a,pectu se a¡nrtan
italianos siguieron el n1isn10
r,vlicalmente de L:i creencia ihéTícz,: los tres complejos se bJsJn en una
tocaban las heridas con ,us rnanos \' las untaL.:m ,:un saliLl: en
fu 1·ma de exorcismo coreico-mu,ical, c¡ue no guarcb relación alguna con el
oc,1siones, humedecían trozos de pan en la boca :, se los lblnn a comer a
mito del s,iludador. ¿Es posible hJllar en el Mediterráneo algún complejo 176
sus pacientes. Lú, fallliliarcs de Sama Catillina, Santa Quite ria _1· S:m Pablo
mitico semejante a la creencia ibérica, que al mismo tiempo mantenga una
companÍJn aún un último trazo distíntinl: todos ellos se: uJ11:,ideraban
reiacion cla\·e con los sistemas arcilícos de posesión'
inmunes a b ponzoña que ínocuLb,rn los perros rabiosos y L, ser¡Jientes
En b Italia temprano-moderna operaban los o paoliC1ni,
n·ncnosas. Ello permitía a los especiali,tas iulianos lllulll,1r i1I11uctantes
s:inadures carismáticos con características extremacLunente similares a
misc--cn-.ffcncs -companbles a las c¡uc urg,rni,:.1b:rn los s:ilud,,dures cu,111do
las de los saludadores ibéricos. ' 71 Los sunpuolori sanaban a las personas
prctendím ckrnustrar su purtentosu domíllÍO subrc el fuego. En c1bril ele
munlid,1s pur serpientes y otras ,1limañas ponzoñosas, como Lis tarántulas
172 En el imaginario colecti\·o estas dolencias ocupaban el Gíacomo Antunío Dolci, prior del Colegio ele Físicos \·eneciano,
y escorpiones.
c1uedó tan impresionado con las habilidades del ,c1npc1uluru Bartolomeo
:nismu e::ip.:tciu simbólico q~e las mordeduras de los perros rabiosos. A.sí
Riccio, c¡ue recomendó a las auturidc1dc,s s,rnitzirias cu1ffertir la licencia
ocurría en el discurso médico: en el Serwm popale de renenis, por ejemplo,
del sanador en un príúlegio por diez años; junto con el prior del Colegio
el tratamiento del veneno ele la tarántula precedía a la descripción ele la
de Apotecarios, Dolci hc1Lía \ istu corno Ricciu ma1lÍpulaba las serpientes
hidrofobia. 17 ' El mismo carácter intercambiable adquirían estos males en la
comen a,Lis ¡Dr:1 la ebboracii,n de antídutos: el cur,mdero llegó incluso a
rclioiosilL1cl pupular: los bentus portugueses, por ejemplo, se especializaban
b !7' / introducir b cal>eza ele los ofidios dentro de su propia boca. En la década
símultá11eamente en "murdeduras de répreis e de caes donados". "Pero aqu1 no
de 1650, Jacopo Sozzi asombró ele maner;1 similar a lus 111iernLrns de la
aeaban las semejanzas. Si los saludadores ibéricos eran familiares ele Santa
,-lccu,lc111ic1 ele! Cwcmo: tomo una ele las \ íbor:i:; más feroces, la uLligó a
Catalina y Santa Quiteria, los sanpaolari lo eran del apóstol San Pablo. Si
\'aciar no sólo su \·eneno, sino toda su espuma y sali\·a dentro de un vaso
aquellos venían al mundo con ruedas o cruces impresas en la boca, los
de Yino, y luego se bebió el líc¡uidu crnponzoñaclo sin consecuencia alguna
taunuturgus italianos alardeaban de marcas con forma ele serpiente bajo la
para su salud. 177
lengua, en los brazos, bajo la rodilla o en las piernas. A.l igual que ocurría
'Iodu indic1 que el complejo itakuiu es más antiguo c¡ue su contraparte
en el caso de los s<lludaclores ibéricos, la virtud de los sunpuulari cleri\·aba
ibérica. La primera mención impresa a los su11pc1uluri parece hallarse en
del poder que les transfería el espíritu que los patrocinaba: al decir de las
el Lib.:llus el.: renenis, ele Ferdinamlu Ponzetti (Ruma, 1521 ); sin embargo,
constituciones del Protomedicato siciliano, trataban las mordeduras ele
en Italia se detectan desde mudiu antes referencias a sanadores carismá-
171
D,11 ·id Gcntilcore, JIculas cJnJ llcc1hn3 in E,Jfly ,l/uJcrn lwly, /IL.nchc:stcr, !Vlanchester ticos port.i<lures de caracterLtic<ls similares. Algunos, como los marsos,
llni1ersíty Press, 1998, pp. 107-108. se remontan a la antigüedad clásica. Otros, como las dinastías ele serpari
172
Fran,;:ois Delpech, "La 'marque' des sorcieres", p. 361
173 175
Ernesto Je lvb.rtino, La rcrru J¿] rimorsu (cito por L-i e<liciún en c;1::;tell.1n0: La rierra Da1'id Genrilcore, Medica! Charlacanism in Early .llu,lc,n lt<19', Nue,·a York, Oxfurd
Jd rcmurdimicntu, traJucr...:ión de Juan Vi vaneo, Barcelona, Ediciones Belbterra, 1999, Unil·ersíty Press, 2006, p. 175.
176
p. 255). /bid., p. 176.
17
{ Jos~ PcJro PaivJ., PrJticu:; e crenr.1.-. rni.11JiCJS, p. 102. 177
!bid., pp. 177-179.

135/194 273
Estudios de cJ~o. De1uunu!(wÍ,1 Ll"i~tíJ1L1 \" cultur.1 fulklúrica en el mundo ibérico
" .

o ciuralli, parecen haber surgido en la baja Edad Media. rn ¿Fueron los de serpicnk.Así, en la Libia Cirenaica h.ibrían habitadu los psylos, los mar-
saludadoré:S una acLiptacíÓn local de los s<1npoülari y ele sus precursores márides y los garamantes; lus opliiógcnes, por su parte, se situ.1ban, según
clásicos? La e\·idencia actual no alcanza para demostrar esta hipótesis ele el caso, en las costas del mar de Mármara, en Asia Menor o en Chipre. 132 La
manera fehaciente. En cualquier caso, no puede negarse que los inter- tradición mediterránea tambit':n asignaL.i YÍrtudes semejantes a sanadores
cambios culturales entre ambas penínsulas se potenciaron a partir ele la carismáticos individuales. En el E1w1uelio Jcl Pseudú- Iúrn,Ís, un texto apócrifo
segunda mitad del siglo XV.
179
de finales del siglo II d. C. c¡ue recopila anécdotas sobre la infancia de Jesús,
Los modernos sonpoolc1ri parecen derivar claramente de figuras míticas se narra el siguiente episodio: "mientras Jacobo recogía la paja, una víbora
anteriores. Los marsos, un pueblo montañés que habitaba en las regiones lo mordió y cayó al suelo como muerto. Y viendo esto Jesús, sopló sobre
que actu.iln1ente conforman Umbría y los Abruzzí, eran uni\·ersalmente la herida, y Jacobo c¡uecló curado, y la víbora murió". ,si
cumiderados como fascin;idores de serpientes; capaces de destruir con su !.os relatos de los vi.ijeros europeos dan cuenta de la enorme dimensión
saliva los efectos ele sus letales mordeduras. Según Plinio, descendían de un espacio-temporal de la creencia. En su Relotion de voy1f}esfaits dons la Turquie,
hijo de Circe y Odiseo. Otros creían que la ciencia de los marsos deri\·aba la ThéboiJe &._lo Bculwrie (Lyon, 1686), el sacerdote Jean Coppiu nos dejó
de una divinidad local, Angitia, que Senius identificaba con Medea, la una descripción de los santones del Asía Menor: "o dcmis-nus, ils cúntre}ónt }¿s
hipnotizadord de dragones; según la leyenda, tras huir de Cólquida Medea enragés et manuent des serpents en vie". En 1829, en Egipto, Etienne Geoffroy
habÍJ. buscado refugio en la región <lel lago Fucin ( actúa! lago Celan o). Las Saint-Hilaire fue testigo de festividades musulmanas durante las cuales los
execn-aciones arl1ueológicas desenterraron en las márgenes del lago esta- modernos psylos, "ajfectunt J¿s mw1iercs d'insends', se lldcÍ.:rn morder varias
tuillas de bronce que representan a una mujer portando una serpiente en veces por cobras venenosas. En Le Nil, Éf}ypte et Nubie (París, 1853), Maxime
una de sus manos; ello pJrece prob.ir la existencia de un persistente culto du Camp afirma hdber presenciado una ceremonia ele inmunización contra
a la diosd Angítía en la región, impulsado por sacerdotes que aprendieron el veneno de serpiente, c¡ue implicaba dejarse morder por un animal joYen,
de los marsos y ele sus vecinos el arte ele amaestrar serpientes y curar sus y luego diversas practicas rituales, como suplar sobre la herida y depositar
mor<lecluras. iso Durante siglos, de hecho, generaciones de sanadores itálicos en ella saliva. Finalmente, en su "ffotoire de serpen1s duns J' Euypte oncienne et
se dijeron descendientes de los antiguos marsos. isi moderne" ( 194 7), Louis Keimer afirma haber visto en Luxor "des lwmmes du
En cualc¡uier caso, cabe suponer que los complejos míticos italianos peuple brondissont des poignées Je serpents et les devoront o bel/es dents; on croit
184
fonn.ib,rn parte de un fondo ele creencias mediterráneo más :rntiguo. Plinio, que cet octe confcre une sor1e d'i11J111uniré".
Luc:mo, Plutarco y Estrabón mencionan pueblos inmunes al Yeneno <le
ofidio, naciones enteras dotadas con la capacidad ele curar las mordeduras

iJ Gentilcurc, /-b,lcn und /-Iculing in Em0, ,l/udcrn Iia0,, p. l 06.


173 Üdl
182
En el siglo XVll, lus arcl,irns Je b Inquisición Jan cuenta de b existencia de
179 Anne-Marie Tupet, La Mugie duns la poésie latine, p. 189.
183
saluJaJures en Sicilia (Gustav Hennigoen, "The LaJies frorn Outside", p. 199). Los "Historia de la infancia de Jesús según Santo Tomás", en Erunl)eli.1s Apócrifos,
testimonios del siglo XVl!l, por su parte, confirman la existencia de formas ele ta- traducción de EJmunJo González Blanco, Buenos Aires, Hyspamérica, 1985,
rantismo en la Penínsul.i Ibérica; véase Pilar León, "MedicalTheu1 iés ufTaranLism in tomol,p. 101.
18
[igl1tcenth-century Spain", in Peregrine Horden (ed.), Music os ,1/eJicine: The J-lisrory ' Anne-Marie Tupet, La Magie Jans la latine, p. 190: "medio desnudos, reme-
ef,1/u,íc Tl,ernpy Since .lnli,Juity, Aldershot, Ashgate, 2000, pp. 273-292. dan a los enfermos de rabia y comen serpientes ,·ivas"; "adoptan la apariencia Je los
iso Anne-Marie Tupet, Lu ,llul)ie dans la poésie latine I: Des oril)incs a la fin du regne insanos"; "hombres del pueblo blamli,,ndv puñados de serpientes y de,·ur,\mlulas a
J',luguste, París, Les Belles Lettres, 1976, p. 197. dentelladas; ellos creen que dicho acto les confiere una suerte de inmunidad" (las
18 ' D<l1·iJ Gentilcure, Heulas und /-Iealing in Early Afodem !ta0,, p. 106. traducciones del francés son mías).

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Estudiu::- de caso. DcH1u11ulugíd u i:-,ti;rnJ ;· cultura l(1lklóric .1 en'-.¡ rnundu íhérico

5. A modo de conclusión: la búsqueda del sujeto en sus personas el sujeto mítico del saludador! En una aguda crítica del
histórico tratamiento dado por Cario Ginzburg al mito de los bcuc1uclc1uti, \Villem de
Blécourt sostm·o que éstos eran, antes que nada, sarudores carisrn&ticos
La e\ idencia apurl<ltL1 en el c1p,1rudu anlu iur lDreC(': sugerir c¡ue el y neutralizadores de maleficia. Las narraciones referidas a sus tra\·esías y
cumplejo del s:ilud..idur ibérico remite a un arcaico fondo ele creencias batallas en éxtasis no eran sino un medio de legitimar aquellas otras ha-
mediterráneas, relacionado con la inmunidad ante !Js picaduras o mor- bilidades, una estrategia para potenciar su influencia y pr·estigio locak:s,
deduras ele anirnJles ponzoñosos -arácnidos, reptiles, perros rabiosos-, una tecnología publicitaria destinada a fascinar a sus potenciales clientes,
c1tribuidc1 a deterrninaclos grupos étnicos y a cienos agentes carismáticos. is, instalando la sensación ele c¡ue sus Yirtudcs taumatúrgicas y sus dotes an-
En el l\lediterrancu occident.:il, en algún momento posterior, la creencia
tibrujeriles deri,·aban del carácter anfibio ele sus naturalezas. 186
se fusiona con el culto a los s:rntos, adquiriendo características propias.
La tesis de Blécourt nos trae a colación la referencia con la c1ue Antonio
Es pruLJble c¡uc los saluLLclures ibéricos y los sun¡;u,,lori itálicos cleri\·en
de Torquemacla culminaln la reflexión solm': los salu,L1clurc:s en su jardín de
u1 forma p,u·,ilcla de a,¡ucl proceso de fusión. ,\l mismo tiempo, esta im-
flores curiosas. El hurnanista rescataba las dutcs taurnatt1tgicas del sc!lud,idúr,
bricc1cit'.,11 con Li mitulugL1 de lo:, s,rntus cri,tianus dúll', a clidw, sanc1dores
pero condenaba como supersticiosos los restantes trazos espectaculares
con c1lgu11as c:1r:1cterísticas propias ele los sistemas arcaicos ele posesión.
que rodeaban su figura, en partinilar su dominio del fuego: "podrb ser que
Los estigm<ls corpor,dcs subra;'aban c¡ue parte ele la esenci:i del espíritu
algunos, fingiendo ser saluelaclores, no lo siendo, se: ayudassen de ac1uello [ele
prc,U:ctor habitab:i ele m,mcra permanente en el cuerpo del taumaturgo
las proezas con el fuego]". " 7 Medio siglo después, Gaspar Navarro sostenía
elegido. Otros complejos mágico-religiosos, corno el modelo chamánico
un punto ele vista semejante. Los saludadores realizaban las proezas con
)' la mitulogía del Doble, sólo parecen poder dar· cuenta ele determinados
el fuego "y otros muchos ernbaymientos que hazen delante ele las gentes,
rasgos epifenoménicos del complejo ibérico, la mayorb de ellos de incor-
para que les tengan por santos, y piensen que ellos tienen Yirtud espiritual
poración tardfa.
para sanar las enfermedades"; 183 Nanrro preguntaba, desafi:tnte: "para
A lo largo del presente ensayo, nuestro objeto de estudio ha sido el
tener gracia de Saludador o serlo, ( ... ) ¿de qué sin-e, sin auer necessidad,
folklore del saludador. C1bría p!J11tear ahora un nuern interrogante, c1ue
entrar en vn horno de fuego?". 189 Torquemacla y Navarro se adelantaron
11u remite tanto al complejo legendario cuanto a los sujetos históricos:
varios siglos a la intuición ele \Nillem de Blécoun: la itffestidura simbólica
¿c¡uiénes fueron los ;,Jlucbdores históricos, los hombres c1ue encarnaron
de los especialistas carismáticos requería ele mitos y ritos que permitieran
'" ,>,J respecto, resulta particularmente sugcsti,o que muchas crónicas espJíiobs
construir en torno de sus personas identidades sacralizadas, generadoras
rccv11ucicran a los grJ.tH.les er,:u1gyli1.J.dvrcs ct111crk,111us una inn1uní(_b<l sirnibr a
ele una confianza y de un temor reYerenciales. Los combates en éxtasis o el
las mordeduras d" Lis alimaíic1s ponzoñosas. Hacia 1S60, Fray Juan ele San Pedro,
parc1frasc,rndo liter.1lrncnle al Salmo 90, ,·ersículo 13, atril,uyc a lus predicadures dominio del fuego cobran sentido, entonces, en función de los servicios más
dguslinus el poder de '\;,11ninar sobre b serpiente y el basilisco" (Fray Juan de San prosaicos que ac¡uellos especialistas carismáticos prestaban a ni,,el local.
Pedro, La ¡,um,,uc•u del Jí.'.uhmiu: Crónica de los primeros ;_18u.-,·ci11u:; en el Norre del Perú Al margen de los complejos míticos c¡ue los constituían como figuras
(1560), J\L1L1ga, Algazara, 2007 [ 1992], p. 212). El jesuita Juan Eusebio Nierembcrg ele poder, los benanclami y los salucbclores históricos pueden considerarse
a:-:,ignaba la n1is111d , jnuJ sobrenatural a :;-.us cotupJ.ñcrus de orden José <le Anchieta
6
y Marcid de Lorenzana; el primero, enviado al Brasil en 1553, di,frut,1ba paseando " \Nillern de Blécourt, "Spuren ciuer Volbkultur udcr Diirnunisierung? Krirische
descalzo por la seln, mientras que al segundo, arribado al Paraguay en 1609, el Yeneno Ben1erkungcn zu Ginzburgs 'Bcnandanti"', Kco. '"'""'"""'" Kuhun1 «wn,r1>>1trn S
de la:::, :::,erpicntcs nu le hacía 111t.:lL.1 (Jurgc C~1ñizJ.res-EsgucrrJ., PuriLan Cu!k¡ui::.tt.1Ju1.,·: (1993), p. 2+.
187
/L,criuuizin9 th.:, ILl,wli,·, 1550-1700, Stanfonl, Stanford Uni,·crsity Press, 2006; cito .-\ntonio dcT0n1uc1n:1dJ.,J11Ji'11 (_Ljlutt!S t11rios.:.1s, p. 730.
188
pur Li c<lición en ca~tdbno: en la ,:uluniLudÓn Jc.tl111Jrica, traducción Gaspar Na\'arro, Tiibin.J! dt: SuFr.:rsthiÚu Ladina) fol. 91 r.
<le Pablo Sánd1ez Leún, Madrid, l\Lm:ial Pons, 2008, pp. 190; 194-196). 1S
9
fbíJ., fo]_ 92 \".

137/194 277
E:::,tLH.liu::; de C.JSU. Oc1nunolo,JÍ~1 Lri:.,ti.uu y uiltur.1 i~>lklórica en el 111Lu1do ibérico
" .

como emergentes particulares de Ull,\ cLísica figura de la cultura campesi- Una ,·ez inst.1lada b creencia en los s.:u1..idores de la rabia a comienzos del
na europea, en el amplio espacio c1ue se despliega enu·e el Atlántico y los siglo XVI, muchos cunning-men ibéricos debieron sucumbir a la tentación
190
Urales: los cunnin9-men o wise:folk. No existen en cspúíol equh·alentes de encarnar en sus personas el sujeto mítico del saludador. Transformán-
exactos del término inglés, por cuanto los cunnin9-men eran mucho más dose en portadores de sus rasgos más espectaculares, pudieron contribuir
c¡ue simples sJnJdores: también eran adivinos, exorcistas, herbolarios, a reforzar a nivel local la legitimidad sobre la cual sustentaban los variados
191
detectores de brujas y neutrJlizadores de maleficios. En ocasiones, la sen·icios que prestaban a las comunidades rurales. Ello explica también
religiosidad local misma llegJba .1 girar en torno a sus personas, en abierta la peculiar e,·olución del complejo del saludador, y la incorpUI Jción pos-
192
competencia con los agentes de la religión oficial. Muy a menudo, los terior de elementos deriYados de otros complejos mágico-religiosos. Al
cu11nin¡J men restringían sus ctcli, icLides a los clielltes pro,·enientes ele otras igual que el dominio sobre el fuego o la adivinación de los e,·entos pasados
comu11icL1des, puesto que b ambigüedad que los rodeab.1 los com·ertía en y futuros, la mitología del séptimo hijo varón contribuyó a refo1·zar la
193
Lla!lcos potenciales de las acusaciones de hechicería. Aquí reside otra id,·ntidad carismática de los wise,men, relacionando su ach·enimiento con
de las diferencias príncipales entre los wise-men europeos y los antiguos marcas de nacimiento particulares. También permitió considerar a los
clumanes siberianos. 19+ saludadores como contraparte positi,·a de ciertos avatares de la mitología
del Doble negativamente connotados, como las brujas, los hombres-lobo,
las pesadillas.
190
RunalJ Hutton, Shumutb: Sibi.:1 idu Spiritudli~y dJJJ che Ilbrern !111d.!:}i111..lliun, p. 137.
La superposición de rasgos extraonli11.1rios que los cunning-rn¿¡¡ cargJban
191
Sobre los cun11in9folk o wíse:fólk ,·ease Owen Da,·ies, Pupulu1 .lfu¡Jic: Cwwin9:folk
sobre sus identidades construidas, contribuye a explicar una de las mayores
in English f-liswry, Lundun, l·L11nolcdon, 2007, pc1ssim; Ernma \Nilby, Cwrni119 Folk
anomalías en la evolución del complejo del saludadur: su transformación
t1nd f,_rniiliur Spit its: Sh1.1mL111Ltil. r1Sivnu1y T!dt.!iliuns in E ..utv .J/vJ,:rn Brití.:;Ji I Vitl..'hcrLift and
Jfo¡Jic, Brigliton, Sussex Academic Press, 2005, pp. 26-45; FL111,;uis l3ordes, Sorciers coyuntural en cazadores de brujas, durante un breve lapso de tiempo y
el P.,lj'i Bas4ue, Tuuluuse, Pri\·at, 1999, pp.
er SurtiCres. ProcCs J¿ .sofl...dlc1ic en Cu:.1...v¿¡nc en un espacio acotado. 19 ' Cabe recordar aquí que la detección de brujas
162- 167; Roliin Briggs, ll'uches un,/ Nei9hburs: The Social c1u,l Culw1c1/ Context of Eu- y la neutralización ele hechizos parece haber sido la principal especialidad
196
rvpec1ll ll'HducJjí, Nueva York, Viking, 1996, pp. 122-126; 171 174; 277,281; Jean de los wise-men paneuropeos. Desde comienzos del siglo XVI, regiones
LHTél-S.1:iJa, Les mot,~ la more, les sorts, París, Gallimard, 19T7, ¡;,1;sim; Al<ln Macfar- como Navarra y Cataluüa habían conocido cazadores de brujas que no se
!J11e, IVHd,uef¡ in TuJur crnJ Swwt En9lcrn'1:A Re9io1wl c1nJ Cump,mllire Swdy, Prospect 197
identificaban con los saludadores. Pero en las décadas de 1620 y 1630,
l leiglits (lllinois), WaYeland Press, 1991 (1970), pp. 115-135; Kcith Thomas, Reli9ion
unJ thc: D,:t..linc ef.-llLtfjiC: StuJies in the I'vpuldr Bdiefs in Sixrceml1 dnJ Se1,:11tccntl1 C.:11twy 1
" Para un estudio cümp.ir:ido del cu1111in9 111c111 europeo en su rul de c.1zodor de
En¡jlc1nJ, Londres, Penguín, 1991 (1971 ), pp. 212,251; Roben Muchembled, Culcure brujas ,·éase Jac,¡ueline Simpson, "Witches ancl Witchbusters", folklv,e, 107 ( 1996),
pupulain: et cu hure Jcs élites Jons Ju FrdnLc motlanc (X J.é-XVI!lc si Celó), París, FL:unmarion 1
pp. 5-18.
1978, pp. 109-116. 196
Owen Davies, Pupulc1r .l!J9i,·: Cun1Jir1¡J:fólk in English f-liswry, pp. 80, 96, 102, 187;
192
Guido Ruggíero, "Tbe vVütlléll Pricsts of L1tis:in:1: i\pollunia /IL1diaJ and tbe Ties según Daúes, ~\r is axiomaric thac whun:n:1 there were 11'itches rhere ll'Cn.' cwwing folk"
That Bind", in Guido Ruggiero, BinJio9 A.,,,iunes:Tules of J1!a9ic, Alarrío9e anJ Power ar che (lbiJ., p. x). De todas formas, la afirmación contraria también resulta cierta: "allí
E11J uf the Rcnaüsunce, Nueva YNk, Oxford UniYersity Press, 1993, pp. 130-174. donde hJbía cunní1J9-mcn comenzaban a aparecer las brujas". En efecto, la peligrosa
i)l RulJin l.lriggs, / hcll"itches uf Lvrruiuc, Nuev<l York, Oxfurd U11in:rsity Press, 2007, combi11dción entre las ansiedades colecti1as y el accio,ur de los ,nsejolk era uno de
pp. 199, 206-210. los principales factores que prorncaba el estallido de picos agudos de represión de
" Para un estudio de caso acerca de la Yecindad conceptual c1ue a menudo carac-
19
la brujería en el campo europeo pre-industrial.
terizaba al par de opuestos cunni119 julklbrujas en la mentalidad tradicional véase 197
Para un ejemplo navarro de la década de 1520 Yease Fr<111ci,co Idu,1te, L1 B, 11jeríc1 en
Timothy R."fongherlini,"' l low du yo u know she's a witch?': Witches, Cunning Folk, Narc1rra y sus Dv,umeutos, Pamplona, Dipuldción Foi-al de Na1<1na/ln,tituto Prí1i..:ipe
and Crnnpetitíon in Denmark", Western Fvlklore, 59 (2000), pp. 279-303. de Viana, 1978, p. 260; para Cataluña vease Henry Kamen, Tho Phucrtix ,rnJ rlw Flumc:

138/194 2 79
Esludil1S dt.' cJSO. DvllHHlulugí..1-.rbtíJ.l!,1 ~· cultuLt !'o!kllH·ica en t.·1 mundo ibérico

algunos salu,Lidures también comcnz,1ron a curn¡)lir dicho rol. .-\sí res- Como \-emos, en la fil_'.ura ele ivlascarón hallarnos un Yerdadero ombligo
pondí,m, sin duela, a las ansiedades colccti\-as gencrJclas por las frecuentes ritual, c1ue concentra en su persona la casi totalidad de rdsgos au iLuilJles
brujcriles c¡ue por entonces afectaban al Le,·ante español.'"' El caso al complejo del salucbdor ibérico. Pero también ejemplifica ele m,rncra
del angunés r\ndr(:s Mascarón, ¡lrocesaclo por la lnc1uisición a comic:nm,; paradig111.ític,1 la figura m,1s aL,1rc.Hlura del cunning-mon paneuropeo. Como
ck la di-cada ele 1620, dernuestn la coyuntural adaptación ele los pockrcs ellos, Mascarón bendecid hombres y animales, neutralizaba 111,deflcin, cle-
tradicionales del s,dudador a la detección de brujas. A los magistrados tect,1ba bruj-is, curabc1 enfen11ccbdes. Como ellos, era un puco ~acerdotc,
laicos solía decirles ''c¡ue la persona a c1uien diese mayor soplo, ac¡uel erJ un poco taumaturgo, un poco acli\·ino. Como ellos, construía su iclenti-
bruxo, o bruxa". Un testigo, c¡ue en julio de 1620 lo ,-io en acción en la clacl ele manera dinámica, según las exigencias de las r,:giones por las c1ue
\-illa ele Bielsa, "le hoyó decir c¡ue ( ... )Dios le había dacio ac¡uella gracia atraYesaba. Como ellos, asumía poderes y facultades extraordinarios para
para hacerlo, por ser hijo seteno ele su madre, varón ( ... ).Y así publica- legitimar los más prosaicos senicios c1ue ofrecía a lus ansiosos campesinos
mente saluda a muchos ... , y a los ganados.Y c1ue le oyó decir c¡ue conoscía c¡ue contrataban sus servicios.
a las l3ruxas. Y (llle decía c1ue haría c1ueclar a las Bruxas en la yglesia, y se
pomlrL1 en un horno encendido y c¡ue no se quemaría.Y dice el testigo \·io
c1ue \·isítaba enfermos y los saludaba( ... ).Y c¡uc: preguntándole el testigo
como conoscía a las Brnxas, elijo c¡ue, en Yiendo la c¡ue era bruja, se le
encendían las carnes". Sobre el inicio ele su \·ocación, el propio Mascarón
explicaba lo siguiente: ''se puso a hacer este olieio porc¡ue le clixeron los
saludadores c¡ue tenía \·irtud para saludar y curar la rabia, y c¡ue tenía la
rueda de Santa Catalina debno la lengua, porc¡ue les había dicho era hijo
seteno( ... ), y c¡ue le enseñaron lo c1ue había ele hacer para cu1·ar la rabia".
Corno en otros casos, su condición ele séptimo hijo precedía y prm·ocaba
el descubrimiento del estigma. Mascarón dejaba para el final los sen-icios
específicos que prestaba a las comunidades rurales: "y que también bendice
el pan y la sal y el agua, diciendo ( ... ) Señora Santa Quiteria libra del mal
a c¡uien comiere este pan y sal, y le hecha agua bendita. Y c¡ue estando una
lechona rabiosa en el lugar de Santa Cilia, la soplo en la Yoca y luego se
había muerto (_ .. )Y c¡ue en Bielsa había hecho algunas curas a personas
. y ace1"t e " . ' 99
. esta ban em bn1xacIas el ancIo l es una \·ene. l a e1e nno
c¡ue elec1an

CaJluniJ ,wJ thc Coumcr Rcfo1111c11iu1,, Ne\\· Han::n, Yak Uni,·crsity Pn:ss, 1993, pp.
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siglo XVII, Z.1rago1.a, Diputación General de Aragón/Departamento de Cultura y


Educación, 1991, pp. 351-352.
139/194
CAPÍTULO 4
El hálito de fuego.
Mitolog ía popular y poder
taumatú rgico en el mundo rural

Incubado en el medioenJ tardío, el temor a confundir significantes y


a malinterpreta r significados adquiere en la modernidad ternpr:ma carac-
terísticas patológicas. La obsesión con la capacidad de Satán para mimeti-
zarse, para confundirse con la divinidad misma, se transforma en uno de
los timbres distintirns ele la cultura del período, hasta la remisión de la
1
demonología radical en la segunda mitad del siglo XVII. La figura de la
2
máscara atraviesa todos los escenarios sociales imaginables. La sociedad ele
3
corte transforma a la simulación en la condición del éxito aristocrático. A
1
Para la crisis y remisión de la demonología radical tardo-escolástic a ,·éase Roy
Porter, "\Vitchcraft and Magic in Enlightmént, Romantic ancl Liberal Thought", in
fkngr,.\nkarloo ancl Stuart Clark (cds.), ll'lléhcrefi. anJ Aíu¿Jie in Ewupe: The Ei1Jh1ee1!lh
c111J ,Yi11c1ee1J1h Centuries, Filadelfia, LlniYcrsity of Pennsyh·ania Press, 1999, pp. 193 y
ss.; Roben Muchemblcd, Une his1oire Ju clic1blé, XI/-XXe ,ice/e, París, Seuil, 2000, pp.
199-2+7; J\ndrew Fix, fü//en ,ln¿Jels: Buhh,,;c1r Bekker, Spiri1 BclicJ: c111J Cv1,fa,;iv11c1lism
in che Se,emecmh Cenwry Dwcl, Repu/;/ic, Dordrecht, Klu\\er Acadernic Publishers,
1999, pp. 3-12; lan Bostridge, ll'i1chcrefi. and ics 1íw,sfo111J<1Lio1Js, c. 1650-c. J750, Ox-
fonl, Clarendon Press, 1997, passim; H. C. Erik Mi<lelfort, E.rnni,m ,mJ E11li11h111Jclll:
Jc1hc1nn )oseph Gassner anJ 1he Demuns c:f Eí11h1eemh-Ce11wry Germany, New Ha,·en, Yale
Llni,·ersity Press, 2005, pp. 27 y ss.
'Véase Fernando R. Je la Flor, fü,ioncs)rías.Secrelv ycli,ímuldci<fo en el Bunv,u hispanv,
Madrid, Marcial Pons, 2005, pp. 129-1 39
3
VéaseAntonio Álvarez-Osorio Alvariño, "Proteo en el palacio: el arte ele la disimu-
lación y la simulación del cortesano", en Migud Morán y Bernardo J. Carda (eds.),
El ,ll,dricl deVel,ízquez y CaUerón:Villa y corle en el siglo XVJ/, Ma<lrid,Ayunta miento de

140/194
pesctr de ,ilgu1us furiosas reacciones, el nicodemismo justilka el disimulo di\·ersos actores sociales -sanadores carismáticos, párrocos rurales, aspi-
ell 111,lleriJ religiosa.+ El poder cullslituido sufre los lll.1\·ores desYelos para rantes a santos, inguisidores- buscaron com·enir la leyenda del saludador
diferenciar entre falsos mendigos y pobres n:rcbderos.' Potenciado por en un dispositi\·o más del proceso ele formación de subjeti\·iclades, en una
lus pugru111<ls y las expulsiolles masi\·as, el criptujudaísmu obsesiona a los herramienta cultural habilitacb pai-:1 construir de manera simultanea la
fanáticos religiosos en la península ibérica.6 identidad propia y el ser ele los otros.
En este contexto, en el gue la \·enlad parecía confundirse tan Lícilmente
con la mentira, surge en la España renacentista un nuew> escenario del 1. La bruja y la eucaristía
combate por la asignación de sentidos, un nueyo campo ele batalla por la
En El rírere J el enano, Slarnj Zizek afirma: ''Ya en 1956, Lacan propuso
c:iptura del síml,ulo. Se trata ele! complejo mítico ele! saludador, una creen-
una definición bre\·e y clara del Espíritu Santo: 'El Espíritu Santo es la en-
cia irreductiblemente ibérica, que desafió hasta sus mismísimos límites a
tracb del significante en el mundo"'. 7 Zizek )' LaGin resumen ac¡uí uno de
las rn,1s sofisticadas herramientas teológicas -el modelo de superstición
los trazos más originales del cri:,tiani,mo. Entre to,b:; las gr:,udes religione,
agustiniano, el dis,:ernimiento de espíritus-, incapaces de asignar un signi-
ficado ine(1uh·oco a la creencia. ,\ute la írnpusihilid,1d tebrica de determinar con tendencias monoteístas, el cristianismo es la Única que imagina su
si detr,Ís de la rnáscar,1 del s.iludador se escondía el rostro de Dios o del génesis como un proceso de desencantamiento del mundo. s En el origen,
demonio, el complejo mítico se transformó en objeto ele disputa, en un el dios de los cristi,rnos es una di\·inidad materializada. No necesita ,er
esp,icio sensible para el trazado de aguelL1s fronteras de lo sobrenatural buscado, porque no se esconde. La Encarnación de b PaL1bra, un asatar
que L:rnlo oLsesiull.ib.in a los hombres de la primera modernidad. Los más de la di\·inidad que, enamorado de la materia, toma cuerpo, señala una
distancia inconmensurable entre la deidad \·eterotestamentaria, un numen
i'vladrid y fun,laci~m Caja J\bdrid, 2000, pp. 111_-l 37; Gabricla F. CanaYese, "Ética
trascendente que no puede nombrarse, gue no puede decirse, y la deidad
y estctica de la ch ilidad ban-oca. Coacción exterior y gobierno de la imagen en la
e\·angélica, un dios-hombre, un dios-nombre. Con el Verbo encarnado, la
primera rnmkr11idad hi,p,\llica", CJJoderno, ,le fliscoriu de Esp,,,,a, 79 (2003-2004),
pp 167-188. búsc1ueda de lo sobrenatural cesa: en el mundo de la materia, la diYinidad
1
V{J.:,e Perez Z~1gorin, ll'~~,r->· t!_{Í)'ing: D1.Y>imutlli<Jn, Pi:1.:,,..'LlllÍuu ~wJ C.H!,(U1miLJ in Earlj· queda encerrada en el Cuerpo-Dios.
,1/0,b n Eur,,¡;e, Cambridge, l·Lin-ard l.lni,·ersity Press, 1990; Cario Ginzburg, /1 nicode- Pero el numen materializado deviene deidad metafísica. CoII,umados
mi.)wu. SimuldLionc e Ji:-.)imu!L1Lfrme rdiyiusd ncll'Ewupd J.:/ '500,Turín, Einaudi, 1970. el suplicio, la resurrección y la ascensión, la diYinidad encarnada se desva-
:; Véase Pedro Fraile, El rifjildnlc iJc la awloyo. La de los espacio:; Je conuol en los nece y el Espíritu Santo ocupa su lugar. Así da comienzo la búsgueda. En
.,/l;,!1e, d,:l ,c1¡;hc1liswu, Llcida, Milenio, 2005, pp. 56 y ss; José .c\ntonio MaraYall, Lo tanto espíritu puro, el nueYo aYatar del ser supremo cristiano adc1uiere una
liw<1wu ¡;iuue;w desde la historia social (Siglos XV/y XVII), ;\ladrid,Taurus, 1986, pp.
identidad fantasrnática. Lo Uno parece ausentarse. "Se lo llc\·aron", afirman
52 5-590.
6
\ ' ~~be Jc1iJ11l.' Conlrcr.1s, ''Los orígcw. .:-s de b. irn.1uisici~>11 desde el problen1a con,·cr-
so: wu lii::itoria de signific~Hlos y repi-c.su1uciuncs", en Agustino Borru1neo (ed.), 7
SlaYoj Zi?..ek, Die Puyc unJ llcr Zwc1fj. Das Chri)tcnlut!l zirisi..hcn A:rri:r:>iun und Subrer-
flu,¡ui.'iizionc . .,lui lld Si111pujio intcu1dúo1wli: Cicta Je/ l~llicdnu, 29-31 orrobre 1998, sion, frankfurt, Suhrbmp Vcrlag, 2003 (cito por la cdiciún en castellano: El rírcrc _y
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ta11y.1l1u, T!1t: Ori¿¡ins '!ÍL!t.:: fu,--1ui:,úivn in F!Jl.:cmh Century Spain, NueYa York, Randon1 Paidós, 2005, p. 19).
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del siglo .\T, traducción de AJJgd Alcalá Gal\'C: )' Ciriaco Morón Arroyo, Barcelona, :-...:n. hdwemenr du monde. Une hiswir.: poliliquc de la rclígivn, Paris, Gallimard, 1985
Crítica, 1999, pp. 761 768); Joseph Pércz, flisroria ele una cra9eclia. l.a ex¡)UUón ,le los (cito por la edición en inglés: The Disenchantmcnr cf che l Vorlt!: A Pohrical f-Iiswry ef
judíos de Españo, Barcelona, Crítica, 2001 ( 1993), pp. 88-106; Julio Caru Boroja, Las Reli!lion, translated hY Osear Durgc, Prínccton, Princcton llni,·crsity Press, 1997,
Jorn>ds cumplejcis ele la riclu reli!/iusu, Madrid, Sarpe, 1985, pp. 505-521. pp. 101 y ss).
141/194
Estudios de caso. Den1on0lvgí.i cristiana y cultura rolkiórica en d rnundo ibérico

los místicos. 9 "¿Adónde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido?", Nostálgicos de la deidad humanada, los herejes espiritualistas se rebela-
preguntan los santos. 10 La invisibilidad, la inmaterialidad de aquella deidad ron contra el desencantamiento del mundo. La gesta ele Pentecostés, la
inasible desatan, entonces, una frenética l,úsc¡ueda del signific,wte, de los irrupción del Espíritu, debía combinarse con la era del hombre-dios, con

objetos, espacios y tiempos capaces de determinar la presencia real del el tiempo del dios materializado, anterior a su inmolación y a su triunfo.
ente desencarnado. Por lo tanto, si con su Ascensión el hombre-dios parecía Interrumpieron la búsqueda del Espíritu Santo, pues lo hallaron en el inte-
iniciar una nueva experiencia de desencant<1miento del uni,·erso, desde un rior mismo ele sus cuerpos. Reemplazaban así la Encarnación perdida con
comienzo los cristianos se mostraron empeñados en frustrar sus designios. una nueva encarnación. El hombre-dios se ,·olvía plural. Los implacables

Así, las sucesivas cosificaciones de lo sobrenatural -los sacramentos, las magistrados eclesiásticos tuvieron entonces que oír definiciones cada ,·ez

rclic1uias, las imágenes, los altares, los sepulcros- no serían sino frenéticos más audaces de boca de los herejes deificados. "Dentro ele cinco años",
intentos por devoh·er a la tierra al dios fugitivo, una marcada preferencia anunciaban los amaurians, "tocios los hombres serán espirituales, de tal
por el avatar de los orígenes (el hombre-dios) en perjuicio del avatar del modo que podrán decir 'Yo soy el Espíritu Santo' y 'antes ele c¡ue Abraham
existiera, existo yo', del mismo m'?do que Cristo pudo decir 'Yo soy el hijo
triunfo ( el dios-espíritu). 12
Este combate por la captura de los significantes y ele los sentidos nunca ele Dios y antes de que Abraham fuera, yo existo"'. La ominosa profecía

adquirió mayores dimensiones que durante el crucial período de la historia se hará realidad en los albores del siglo siguiente: durante la Pascua del año

de la cultura occidental que se inicia con el segundo milenio. A partir del 1300, la -autoproclamada- papisa Maifréda di Pirovano celebró una misa

siglo Xlll, de hecho, las primeras escaramuzas se transforman en guerra solemne en honor de la difunta Guglielma di Mibno, a c1uien sus seguidores
declarada. El pretendido monopolio de la Iglesia latina como intérprete consideraban la encarnación del Espíritu Santo; la líder ele aquellos herejes
excluyente del EspÍritu Santo, su pericia y destreza para la identificación lombardos planeaba celebrar una segunda misa para Pentecostés, jornada
de significantes, fue por entonces contestado desde el interior mismo del en la cual se esperaba la resurrección de Guglielma. 13 A111c1urions, herejes del
colectivo cristiano, como probablemente nunca lo fuera antes ni lo sería Libre Espíritu y guglielmitas pueden considerarse, por lo tanto, fund,1clores
después. Dos fenómenos expresan mejor c¡ue ningún otro las pretensiones de un linaje que en la primera moclerniclacl contará con representantes
del Yerho y del gesto rebeldes, el desafío de las interpretaciones hetero-
doxas del Espíritu, el reto de la captura no autorizada del significante. Me
refiero a las herejías espiritualistas y al misticismo femenino.
Desde los inicios del siglo XIII hacen su aparición las primeras manifes-
11 Herbert Grundrnann, que dedica un capítulo completo a la herejía del Libre Espíritu:
taciones de lo que luego se conocería como la herejía del Libre Espíritu.
Rcli¡Jiuus M,m:menu in ihe ,l/iJJ/cA3es, Notre Dame, Uni,·ersity ofNotre Dame Prcss,
9Michd de Certeau, La Jáblc mys1i4ue. XV!e-XVIle siecle, París, Gallirn,ml, 1982 (ciw 1995, pp 153-185.
por la e<liciún en castellano: La fiíbulu mística, siglos XVI-XVII, traducción de Jorge " Citado por Norman Cohn, The Pursuic ef thc .llillcnium: Rcrnlutivnu,y ,l/1llcn,ni,H1s
Lúpa Moctczuma, M.':xico, Uni,ersid<lll ll>eroamericana, 1993, p. 12). und .llp1icul Anarchisrs efche Middld3es, Oxford, Oxfonl University Press, 1957 (cito
10 La referencia rL'niite, por supue~to, al desgarr.idur interrogante con el que con1icnza por la cJiciÓn en castellano: En pus Je/ A!ilcniu. Ri:ruluciu1w1 ios milawrútds )' d1Jt1flJt1is1as
místicos de la Edad 1Jleclia, traducción de la tercera edición inglesa por Ramón Alaix
el Cáncico espiriwal <le San Juan ele la Cruz.
11 Un.1 i11tro<lucció11 c1l problema <le las sectas espirituc1li,Las tarclo-medienlcs puede Busqucts, Madrid, Alianza, 1989, p. 154).
hallarse en Robert E. Lerner, The Heresy ofthc Free Spirir in the Later MiddleA3es, Notre
13
Los pronósticos no se cumplieron, y en el mes de septiembre la papisa y <los de
sus seguidores n1orfan en la hoguera; Yéase Barbara Ne,vn1an, Frum l'irili: 1Vum{..rn ro
Dame, University ofNotre Dame Press, 1991 (1972); Malcolrn Larnbert, 1lledieral
f!i:re::.y: Pupulur ,llv1·cmeni)Ji·um che Gregorian R~JVrm ro the Refurmulivn, Oxford, Black-
JlomunChrist: Swdies in Jledievul Religioll w,d Lirerawre, Filadelfia, UniYersíty of Penn-

well, 2002 (1977), pp. 200-207. Véase también la traducción inglesa del clásico ele sylnnia Press, 1995, pp. 182 y ss.

142/194
tan ilustres como los alumbrados e,¡iaíioles," los an.dia¡Hi,tas alem:incs 1· sin embargo, las santas -ignoradas, reprimidas la mayoria- no fueron
hubudcses, i:, y lo:-, ru11Lcrs ing:lc~cs. ii·, mujeres cuya fama de santidad remitiera a una muerte heroica o a obras
De: manera casi sirnult511ea la rebclié,n ckl 1érbo l'cmcnino. Sé ele misericordia extr,wrdinarias, sino místicas y visionarias l1ue basaban
trata del kuúme110 c¡uc 1\udr~ V.H1d1ez caracterizar,1 como un:i ,·c:rdadera su prestigio en misteriosos dones sobrenaturales: éxtasis, arrobamientos,
im a:,ié,n rnÍslic,L 11 Esta nue,·a furm::i de santi,L1d era más fenwnina c¡ue estigmas, levitaciones, profecías. Como los herejes espiritualistas, la in-
masculina, y parecÍa n:sistir cu,tl,¡uic:r intento de asimibciún a un urclu vasión mística pretendió poner fin a la búsc¡ueda del dios desencarnado,
bien definido. En la lglcsi,1 primiti, ,l, los rostros c:spccít'icos ele Li s;rn¡id."l encerrando al Espíritu Santo en los límites estrechos de sus propios
femenina habLrn siclo los de las m:irtires; y en el alto mecliuc,·ü, los ck las cuerpos. El anonadamiento, la disolución del alma en la sustancia divina,
abadesas y soberanas piaclosas. 15 En los últimos siglos de la Ecbcl i\ledia, suponía una nueva y atrevida experiencia alc1uímica, destinada a la fijación
del significante elusi\·o.
en :\la'.)Llir H<unilton, Ncrc)y dnJ No resulta casual, entonces, la coincidencia temporal entre ambos
Conil,1 idge, James Cbrke, 1992. fenómenos. 19 Mari e el' Oignies, la primera santa mística reconocida, falle-
i; lln<1 ~int~·tiL-.1 y cbrd introducci~>!l a la eclcsiologb ;· doctrina c.spirituali.st:ts del ce en 1213 ;20 Amaury de Ben e, el catedrático de la Sorbonne a c¡uien se
::u1,1h~1pli~1uu rcn~1centisto puede halL.1rs1..: en.~\. T. Van Dcurscn, J-lcr kupi:r9dtl 1-dn di:
atribuye la introducción de la herejía espiritualista en Occidente, muere c.
Cuu,!cu L:u11, ;\ssen ancl AmstcnLrn1, \'.rn Gorcum, 1978-1981 (cito por b edición
1206-1207. 2 1Resulta patente la desorientaciún de los ageutes de la religión
1.:ll illglt':s: PJ,...ii11 Li1cs in t.1 Cof.J._,u Cu!twL', Jt:liyiun ,rnJ Socicr_r in Sc1-,::nfc,.;mh-
institucional ante el desafío de la religiosidad carismática, atestiguada por
C.:n1wy f lullc>nJ, Cambridge, Cambridge llnin::rsity Prcss, 1991, pp. 30+-31 S). Sobre
bs pautJS de organízacíón de Lis cu111u11i,Lidcs an.,baptistas d:asc James i\l. Stayér, el escaso suceso 9ue las místicas lograron en el plano del procedimiento
··.\nal>.1¡,ti,t Mora,·ia, 1526-1622: Cu1n111u11it.u Í,lll Christi.initr in One Countr;·", in de canonización. En la Italia de finales del siglo Xlll y comienzos del siglo
J~1n1cs I\L Stayer, Tlit Gcnn.in A:~1-ú111L 'Jl:u dfhLlndlJdj)Lhl CJ1wnunit_y <:fGuu,.L, i\1outrcal, XIV, por caso, las tres figuras más relevantes en el ámbito de la espiritua--
:. le Gil! Qucen's Uní, cr,ity Prcss, 1991, ¡,p. 139-159. La referencia ineludible sobre lidad mística eran Margherita di Cortona, Angela da Foligno y Chiara da
el Lc111a cüntinÚJ. :,icndo) por ::,upu\_:::,lü, el cL1sico de Georgc \Vi!kirns, The Radical Montefalco, que fallecen respectiYamente en 1297, 1309 y 1308; las dos
Rcfurnwic,n, Filadelfia, Thc \Vestcrninstc:r Prcss, 1962 ( edición en castclbno: La Re-
primeras no fueron objeto de ninguna encuesta de canonización durante
J,unc> Mliu1l, México, FCF, 1983).
16
Para b espinosa cuestión de los ramcrs ingleses ,·éase Chrisrophcr Hill, Thc llor/J
19
Tw 11,.;J Upjitlc Dlm 11: RdJiu.d /Jcd5 (lw i11y tl1..: E11ulijh JC.:1 olwiu!1, London, Tcn1plc Sn1ith, Aunque la mística femenina alcanza su mayor desarrollo a partir del XIV, sus
1972 (cito pur Li edidÚn en C'1::.tclLutu: [! 111twJ,J trdS!Ot n,hÍo. [ / iLÍ1-'d1 i._i pvputu c.\u.:wi)W primeras manifestaciones se producen durante el siglo Xlll; véase Caroline \Valker
en ti lC::1 oliniÚll i11,9lcjd ,ld _,;iylo X J'// tr~11..luü.:i<'.1u de i\iaría del Carn1cn Ruiz ele Eh·ira,
1
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143/194
E:'.)tudios ele c,tso. Deniunulug,ÍJ. cristiJ.n,1 y cultura folklórica en d n1Lmdo ibérico

la Edad Media; la tercera será ele\·ada a los altares en 1881, aún cuando más eficaz superación de la metafora. El pronombre c¡ue daba inicio a la
su prucesu h;1bía cumenzadu en l 3 19 . --
" . frase resaltaba la infinita compasión de la di\·inidad, su deseo de acercarse
Herejes v místicos habían liberado al espíritu cli\·ino de las ataduras un- a los hombres, de compartir con ellos su destino, de permanecer en el
, lE ' .
puestas por b iglesia gregoric111a. La institución debb recapturar a _sp1r1tu mundo." Consumada la Ascensión, el desencantamiento del universo no
S mto, encerrc1rlo nuevamente tras los muros de b fortaleza ortodoxa. Una
0 había sido, pues, tan profundo cumo se supunía. M.iterialmenle h.ibLrndo,
ele las primeras reacciones de la religión uficic1l apunta~á a acabar con el el Verbo humanado estaría simultáneamente presente, de allí en más, a la
significante fluido. La teología escolástica extremó los estuenos por anclar diestra del Padre, y en cada porción de pan consagrado. 26 Allí, y sólo allí,
en la materia, de una yez y para siempre, a la elusiYa dn m1dc1d cristiana, debía hallarse la fusión entre lo numinoso y lo material.
por definir una nueva y clefinitiYa neo-encarnación c¡ue contribuyera a Resulta en extremo sugestini, de hecho, que el discurso hagiográfico
, ·
deslegitimJr los intentos ele captura ensaya dos por m1st1cos 1 · )ju
y 1ere1cs. -, na subraye que la eucaristía bajo las dos especies era el único alimento que
,·ez rniis, las coincidencias crunulúgicas nos abruman. En 1215 se reune el Santa Mari e d' Oignies consumía en sus últimos días de vida. Esta inedia
JV Cuncilio ele Letran, escenario elegido por la Iglesia latina para definir, sacramental sin precedentes ¿no parece acaso sugerir que el significante ca-
con una precisión nunca antes lograda, la presencia real y concreta del di~s rismático -el cuerpo ele la mística-- no garantizaba la presencia real del dios
encaniddo en la eucarística. Medicmte la ingeniosa-milagrosa- clisyunc1on cristiano sin el aporte del significante institucional -la hostia consagr;da? 27
de la forma y la sustancia Je la materia ritual cunsc1gracla, la transubstanci~-
Curiosamente, este mismo proceso de domesticación se repite en Yarias de
ción se convirtió en el más acabado, el más ambicioso intento ele la teolog1a
las místicas c¡ue más tarde alcanzarán el privilegio de los altares --negado
ortoduxa por ofrecer al colectiYo cristiano una re-materialización plausi-
a la inmensa mayoría de las beatas y Yisionarias." La misma tensión entre
ble del liumbre-dios. !+ Los padres conciliares confirmaban c¡ue la Palabra
significantes rivales se percibe en el lecho de agonía de Gregorio XI: con la
encarnacb nunca se había retirado plenamente. Aquella deidad enamorada
hostia consagrada entre sus manos, el pontífice moribundo se arrepiente de
de la materia se había corporizado por segunda Yez en el sacramento ~u-
la atención prestada a las visionarias y profetas que lo indujeron a retornar
carístico. Por ello, elesde el nwmcnto mismo en c¡ue Cristo exclamó "Este
a Roma, abriendo así las puertas al inminente Cisma de Occidente. 29 Una
es mi cuerpo", la eucaristía devino el demusti·ati\·o por antonomc1sia, la
vez más, la materia eucarística desplazaba al cuerpo místico como locus
" Andre Vauchez, La sainteté en Occident aux derniers siécles du ,Huyen Age, pp.
611-612. 15
Arn1anclo Nlaggi, In rhe Cvmfhll!)' efDt!mvns: U11naum.1l Ri:in9s, Lo1-c, auJ lJc'llLÍlJ in ihe
23 Coinu lo deinw.:slra el ejernplo de ~brguerite Pun.~te, ejecutada en b hoguera en ltalian Renc1i,s,mce, Chicago, The University of Chicago Prcss, 2006, p. xi.
1 31 O, la distinción entre herejía espiritu.ili~t.1 y n1isticisn10 fcn1cni110 se difu,nin~t en 26
Para un hrilla11té anilbis de las ret,cioncs entre eucaristía y Encarnación Yéase Lee
la práctic~1. Jv1.irguerite, de hecho, con1enLÓ siendo un._1 Leguin~t con Yocación rnística1 Paln1er\Vd11Jd, Thc Euchurisl in t!1c Rifu11Ihlliu11:lncdllJüliJ11 and Liruray, Ca111bridge,
pero atra,·..:só la frontera Je la ortuduxi" cuando pretendió c~m·crtir en permanente la Cambridge University Press, 2005, pp. 40-44, 160-163, 256-262.
unión entre Dios y stis clcoiJ,1s, sus esposas celestiales. La n11st1ca 01 tudoxa c,t1pulaba 27
Pctcr Dinzdbadier, "San te o strcghe. Alcuni ca,i dd tanlu mcdioc,, o", p. 75. Dinzd-
,
el carácter temporario, ""
dleatorio} extraordinario de las fusiones · rmst1cas e
' · -(1 3 11'1 e l
bacher propone, ,in elllhargo, una interpretación diferente de la inedia sacramental de
sufrimiento <¡m, pro,uuhan las recurrentes separaciones del Esposo-, que alcia:'ª el Mari e d' Oignies: se trataría de una respuesta bnzaJa de,de el campo de la onuduxia
peligro de b deificación en c1ue cayó finalmente la autora de Le 3/iroir Jcs ,imfilcs ames; a la endura -suicidio por inanición- practicada por las perfectas cátaras.
,·éase Barb.,ra Ne\\rn,111, Frum J'irile l lumc1n ro llumc1nChrisr, pp. 151-152. " Un ejemplo tardío es el de Santa Rosa de Lima: Frank Graziano, llúunJs c:f Lore:
'" Miri Ruhin, Corpus Chrisri: The Euchari,1 in Lace ¡)/eJiernl Culture, Cambridge, The ;1/ysrical 1llarriage oJ Saine Rose oJ Lima, Oxford, Oxford Uni,·ersity Pr..:ss, 2004,
· ¡ge LI n1\·ers1ty
Ca1n l )rll · ., 1997 ( 1991) , l)')
· p re::;::;, 1 - -? 3 J\' ss . ,· Pictro Redondi ' Galileo p. 46.
ereríco,Turín, Einaudi, 1983 (cito por la edición en castellano: Galileo herérico, traduc- 29
Nancy Caciola, Discerning Spirirs: Di,·ine and Demonic Possession in rhe Jf¡Jdle Ages,
ción de Antonio Beltrán Marí, Madrid, Alianza, 1990, pp. 242-268). lthaca, Cornell llnh·ersity Press, 2003, p. 289.
144/194
i:,L (i,os de ca~o- fh_·rnunulugí...1 cristiJ.nJ y culturJ. folklé)ric:i. en el rnundo ibérico

,,·•erial priúlegiaJo de la presencia diYina en el mundo. 3° Como la here- La construcción ele una nueva demunología ele corte positivo !Jnzó
e,pirituc1list,1, cumo b invasión mística, la transubstanciación cliseñad,1 inéditos desafíos a la corporación teulógica, no menos complejos c1ue el
P"r ia religión instiluciollal puede ser consideL1da, entonces, como una mecanismo diseñado para dar cuenta ele la presencia real de: la sustancia
propuesta para ddr por Íln,diz.HlJ la búsqueda. Gracias a la manipuL1cilm divina en la eucaristía. Desafiando el parecer mayoritario del pensamiento
de la rnct.1física aristotélica la trascendente di\·inidad suprema del judeo- cristiano del primer milenio, Tomás ele Aquino impuso la tesis ele la abso-
cristianismo se tornaba inmanente al mundo. luta inmaterialidad ele las inteligencias separadas, la incorporeidad plena
Pero la fijación del Cuerpo-Dios en la materia eucarística no alcanzaba de las naturalezas angélicas. 32 Según Dyan Elliott, la eles-encarnación ele
pc1ra solucionar el des,1fíu de lds neo-encarnaciones carismáticas. No bastaba ángeles )' demonios, que no se lullaba ,·i1 tualmente inscripta en el dis-
con d encierro del Es¡>Íritu. Las prnpuestas ri,·ales debían ser aniquilc1das. curso teológico preúo, fue una exigencia impuesta por las necesidades
Y para ello, para (re)capturar a un Espíritu, la institución se vio obligacb ele la polémica anticátara, una herramienta para restar argumentos a la
a liberar a otro. Es así que, paralelamente a los procesos culturales antes coluricla cusmología al6igcnse, <¡ue cunsidera6a c¡m: lus humbres eran los
seii<lLidos, el siglo X!ll sera también testigo ele la consolidación de dos mismos ángeles caídos, encerrados en prisiones corporales tras el fracaso
disciplinas hasta entu1tces dormidas: la angelología y su re,·erso, la de- de la rebelión luciferina. 33 En cualquier caso, la audaz decisión ele Tomás
monologb31 El hálito que los hermanos del Libre Espíritu o las beatas de Aquino creaba nuevos problemas. Si las sustancias separadas carecían
Yisionarias habían creído capturar en sus prupias forldkzas curporales no por completo ele cuerpo ¿cómo explicar su capacidad para producir
era tan sólo un numen falso, una ilusión, una mentira. Detrás ele aquellos efectos reales en el munJo material? La des-encarnación de los númenes
rastreadores de lo diYino yacía un espíritu Yerclaclero, una ,·oluntad real- intermedios, imaginada para restar argumentos a la doctrina dualista,
n1ente existente: Satán. Lejos de haber caplur,Hlo al espíritu de Dios, los corría el riesgo de arrojar por la borda a la figura misma del demonio,
herejes y visio11c1rius k1LLm sido presa, habían sido capturados, seducidos en un momento en que su presencia en el rnumlu se requería más que
por el espíritu del Enemigo. nunca. La angelología tomista puédc ser vista in toto como una biología
teológicamente informada, un brutal esfuerzo intelectual por volver plau-
sible el accionar de los espíritus puros en el mundo ele la materia. l+ Así,
30 Resulta en extremo sugestiva la costumbre de los gugli<.:l111itas milaneses de consa-
el silogismo aristotélico se puso al servicio del teólogo, para demostrar la
orar hosli,is culuc:ándu!Js sobre la tumba ele Guglielma cli Milano, a quien Yeneraban
b -
coino euc1n1.1cil>11 del Espíritu Santo; ,·éase Barbara Ne,\·n1an, Frum l'irili: llúmi.w ro "Véase DaYid Keck, .lnuels ,rnJ ,1nucluluuy in ,he MíJdle ,iges, Nue,·a York, Oxford
Wum,mC/,ríst, pp. 187, 191. Cabe recordar, también, que unu de lus argumentos que llniYersity Press, 1998, pp. 71-114; Tiziana Suarez-Nani, Les anaes et la phílusuphíe.
el im¡uisiclvr Andrés Juan Gaitán utilizo a mecliaclus de la década ele 1620 para alejar Subjecririré ec_funaivn co:,molo¿Jiqyi: Jes .rnbstJ1ki::s séparées d lafln du XII/e si€cle, París,
la tumba de Rosa de Lima del altar mayor de la iglesia dominica, fue que el cuerpo Vrin, 2002, pp. 27-32; Renzo Lavatori, Gli an9eli. Storia e pensíero, Génova. Marietti,
de la n 1í.stica coinpetÍ<l :.1bicrtan1c11tc con la eucarisLÍa, pu.:s los fieles ({lle acwJÍJn a 1991, pp. 146-152; Jean-/vlarie Vernier, Les an9es chez Sc1ím Thunws d ',!quin. París,
,eHer,u-lu ds1ball la espalds1 ,11 sagr&io y no preslab,u1 la dd,icla re,·erenci,1 a la hostia Nom·elles Éclitions Latines, 1986, passim.
consagr,da; ,éase Frdnk Grc1Li,rno, llounJ, of l.ore, p. 115. ll Dyan Elliott, "On Angelic Disernbodiment and the Incredible Purity of Demons",

ll Vc:Jse Luther Lillk, Th,, Deril:. I .1íJ,kll'1thuut a Face, Londres, Reaktion Books, 1995 in Dyan Elliott, Fallen Bodies: Pullutiun, Se.\t1c1lity, c1nJ Demunulu!IJ' in the Afiddle Ases,
( cito por la edición en castellano: El Díablo. Una mJs1.:ura )Í!l rostro, lv1a<lrid, Síntesis, Filudelfia, Uni,·ersity of Pennsylvania Press, 1999, pp. 127-156.
2002, pp. 97-140); Rol,ert Mucl1e1ubled, Une histoíre ,lu Ji.1ble, XII-X.Ye siecle, pp. 19- H Hans Peter Broedel, The tlfc1lleus ,l/11/efLnum w,J rhe Cun,uuctiun uflVirchaef¡: En-

52; Renzo Lavatori, !/ JíJ1u!u uc1fde e 1J¡]Íune, Bolonia, Eclizioni Dehoniane, 2001, councers H'ith rhe SupcniJLural bdwecn Theology unJ Pvpulu1 Belief, Ph.D. dissertation,
pp. 96-118; Jerórne Baschet, "Satan ou la niajesté malefiquc dans les rniniatures de Ll11i,·ersity of"Waslii11gton, 1998, p. 156. Esta tesis ha sido editada como libro: The
la Hn du Muyen Age", en Nathalie Nahert (dir.), Le mál et le diable. Leurs .fi9ures a la .lfc11leus Jfuleflcarum w,J the Comtruction ofH'irchuef¡: Theolu¿JJ anJ Pupular Belíef, Man-
.fin Ju 1'luycn A9e, París, Beachesne, 1996, pp. 187-210. chester, Manchester University Press, 2004 .
145/194
2 93
E:::.tudius de caso. De111unulogÍc1 1..:ristiana y cultura fulklóricd en el mundu ib~rico

eficJcía Je la virtud ele IllOYimiento local (que sustentaba la capacidad de La angelología escoLística disei'ió ele m,rner;_¡ exitosa un demonio
sinrnldneam ente inmaterial "v efoctirn una lle!, -- ·
las natur.ikzas angélicas para trasladar objetos materiales) o para explicar · , ' l am1enta potente V ex-
35
Lis cc1pacid..ides <1matori<1s de Íncubos y súcubos ( orientacbs a diseñar una traordinaria mente plástica, destinada a clesleoitima r icleolóoicam e~te a
l . l l I b
embargo,
b
la estrateaia
contra-econ omía <le la reproducció n hurnan.1 destinada a subYertir la lógica os enemigos e e a ortoc oxia religiosa. Pronto, sin
16
elegida generaría cc~nsecuencias no deseadas para los interpretes genuiI:os
sagrada del matrimonio sacramenta l).
El arduo problema de la reconciliaci ón entre trascenclenci:i e inmanencia del .illabeto ch~mo. S1 el demonio era un espíritu inmaterial poderoso, capaz
37
se traslad.1ba ahora a la demonologí a. lrwisibilizad os, inmaterializ ados, de producir efectos reales en el mundo ele la materia, ¿cómo podrían los
los espíritus del mal debían ser buscados, como alguna vez lo había siclo la hombres cl1scermr entre la cli\·inidacl y su ach-ersario? ¿Cómo evitar repro-
divinidad metafísica. Los posibles significante s que permitirían sostener ducir. el, error de ac1uellos herejes y Yisionarios que confundiero n a Dios
su presencia real en el mundo debían fijarse en la materia. Por lo tanto, con Satan? \In exemplum clásico de fínales del siglo XIII, reproducido en
sobre los fundamento s angelológic os del Aquinate la demonologí a tardo- la Pnmera Cronica General de EspC1ñC1, da perfecta cuenta del carácter agonal

escolástica derivó, casi inexorablem ente, hacia el radicalizado estereotipo que a los OJOS de los hombres adquiría el enfrentamie nto entre los órdenes
preternatur al y sobrenatura l. Tras abandonar el paganismo, la emperatriz
del s.1bb:1t. 38 La bruja era al demonio lo que la eucaristía a la divinidad:
Helena duda entre abrazar el judaísmo o el cristianismo . Su hijo Constan-
el más ambicioso ensayo de cristalizació n del significante. Si la presencia
tmo orgamza entonces un debate con representan tes de ambas religiones.
material del dios cristiano alcanzaba su consumació n más perfecta en la
Durante la cont1encl~, Zanbri, líder de la judería romana, desafía al Papa
hostia consagr.Hh, ningún artefacto cultural lograba materializar al dia-
San S1h·estre: no sena con argumentos dialécticos sino con milagros que
blo con b eficacia con que lo hacía el aquelarre. Por ello, la sistemática
las duelas de la emperatriz madre se disiparían:
profanación del sacramento del altar durante la celebración del sabbat
convertía a la sacrílega ceremonia en una guerra semiótica de facto, en un E_ dixo Zanbri: "ac¡uel. deuedes creer que es uerdadero Dios que non puede
nrnguua_ cnatura soflrir el su nombre, assi cucmo ucredes agora c¡ue lo
combate a muerte entre dos significante s rivales particularm ente ambi-
39 no soffnra este toro". E llegosse luego al toro et díxol yaque nombre
ciosos y sofisticados .
all ore1a; et comcw;:o el toro a dar grandes bramidu;;, et cayo en tierra
Vé.1sc: \V,tlter Stcphens, Demvu Lv1crs:l l'11c/,u,!Jí, Ses, JnJ the Crisis of Belief, Chicago,
¡; muerto. Et sant Siluestre (.,.) dixoles: '\·aron es 5 ,1bios ele Roma, ( ... ) yo
The Uni1c:rsity of Chic:ago Press, 2002, pp. 32-124; /vLi,,ike van der Lugt, Le 1er, le uos mostrare que lo que ac¡ucl nombro a la oreia del toro non fue nombre
JJ111un a !u ri1..·r3e: L::. rhéu1 io mé(liJr.1ló J.: l..1 c1Jw!ruliun exudurJiudili:. Une érwle sur les de Dios, mas nombre del diablo; ca lhesu Cristo el nuestro uenladero
rcippuns entre 1/1éulv9ie, ph1lvsuphie nciwrelle el méJecine, París, 13cllcr Lettres, 2004,
pp. 189-357. Mercicr, Ldi;.,uJaíe J',lrras. Una chasse au, sorci/:res a f'Automne du Jloyen Jge, Rennes,
36
Kathleen Biddick, "The De1il's Anal Eyc:: lm¡uisitorial Optics ancl Ethnographic Presses llrnYersitaires ele Rennes , 2006 , [ll) . 114-116·, Jean- p atnce
- · 13 ouc¡et Enrre

Authurity", in Kathken Bidclic:k, Tlic Shu,k ,J.l!eclie1ülis11l, Durham, Duke University :--·~·~cncc Cl :iiJrum,1ncr: .. 1.Hrulu¿¡ii:, Jú·inJLiun et magie dans l'Occidi:nle mdJiért1! (.\;le-Xr{~
1

siecle), Pans, Publications de la Sorbunne , --?006 , l)J) . 481 \': 483·, ¡,'-ene' f·¡¡- 1 "P roces'
Press, 1998, pp.114-116. 1 10

de sorcellerie aBressuire (Aout-Se1)tembte 1475) , Rd· 1w'.h-l)Wu~¡ui: · J e J ruJL· fi,1uncms· er


37
Hans Pcler I3roecld, The :l!,11leu, .IJc1l~jíuHw11 a1:J ihe Cu11,uuctiun ,JIVillhmiji, pp.
141 )' SS. érranger, 42: l ( 1964), p. 79; Martine Osturero, "Folúlfcr ..i,·ec fe., dJwon, ". Sc1bb,u el ::Jume
uu.1su1ciersalé1ey(l4-18),Lausana,Uni,·ersítédeLausanne 1995 j) ??7-L'·lllh18111UlrC: · ·
38
Charles Edward Hopkin, The Share vfTlw11ldS ,l4uin,1s in 1he Gru111h of ihe 11'11cl,,rofi . .
i · , • -- ,

du ,c1bku. E,llllun criríque Jes iexces l,:s¡,lus cinden-,) (1430 e. _¡.,.,O ) · ·. '1 ·
Delusiun, Nueva York, AMS Press, 1984 ( 1940), pp. 174-184. +-t c. , reun1s par 1v art1ne

Ostorero, Agustino Par.11ícini 13agliani ). Kathrin Utz Tre 111 ¡) , e-., 11 cu],¡ ·,
39
Las reféíencias a la prufan<1CÍÓll de la eucaristía por parte de brujas y demonios .... >orauon con

Uni,·ersité de Lausanne, 1999, pp. 291, 347, 349, 371.


son innurnerables . Si nos circunscribin 10s a las fuentes 1116.s tcn1pranas podemos Cathcrine Cl~ene, Lausana,
lMllar algunos ejemplos interesantes en Sih·ia l3ertolín y Ezio Emerico Gerbore, La Para una 1·1swn general de la relación entre brujería y sacrilegio eucarístico vé
Wa!ter Stcphens, Dcmv11 Lorers, pp. 221-232. ase
srreguncrici nellu Vi.11le J',-lvs1>.1 meJieiule, Quart (AO), Musumeci, 2003, p. 74; Franck
146/194 2 95
Estudíos de caso. DcmoHulugí.i cri-.;tiana y cultura f(Jlkl()rica eii d rnurn.lu ibérico

Dios no rn,1ta tan sol..uncnte la cosa uiua, antes foze resucitar las muertas. intelectual, capaz de or<lcnar la foresta de sí!llbulos en c¡ue se lubía trans-
Mas este pudo m.:itar el toro et non poclra fozer ,·iuo ( ... ). Mas si quier formado la cristiandad latina desgarrada por el Cisma de Occidente: el
c1uel creamos que fue nombre de Dios aquel qucl dixo, digdgelo otra discernimie nto de es¡}1 r1·tL1s . I- a d·IScreuo
1
·
· b011011e-
· ··O pru · ·
spnnuum era un
uez, et tornelo uiuo; si !lo temernos que fue llol!1L1 e del diahlo" ( ... ). instituto hermenéuti co que hundía sus raíces en el mismísimo canon
E Zarnbri dixo <¡uc lo non pvdric fazer de ninguna manera, mas que lo neotestame ntario. Dos breves fragmentos de las misivas apostólicas
resuscitasse sant Siluestre ( ... ). E desc¡ut.: l..1 or,1cio11 fue acabada, llegosse conformaba n el anclaje bíblico de la teoría: / Juan 4, I-3 y/ Corintios 12,
sant Siluestre ,¡] toro e dixo a grandes uozes: "nornlm.: de rnalcliciun et de
8_-10. El primer texto es un advertencia : "no os fiéis de todo espíritu,
muerte, assi como entraste pur ],¡ orcia dcsle toro, assi sal ,,gora por el
smo examinad los espíritus a ver si son ele Dios. Por ésto distinguiréi s el es-
mancbto de NuestTo Senor Ihesu Cristo el Nazareno c¡ue fue cruc:ifigado.
píritu ele Dios: Todo espíritu, que confiesa a Jesús, el Cristo, venido en
E tu, toro, leuc111latc en el su nombre muy quedo et muy manso et ue 43
carne, es de Dios". El texto paulino es, en cambio, un listi<lo de dones
poral busto de las uacas onde ueniste, et no fagas mal a ninguno". E a
estas paLrnras de sa11t Siluestre leuantosse el toro."º espirituales : "Así el Espíritu da a uno palabra de sabiduría; a otro, palabra
de ciencia, según el mismo Espíritu; a otro la fe, en el mismo Espíritu;
Aún cuando el discurso teológico trazaba un hiato inconmensu rable
a otro el don de curaciones en el Único Espíritu; a otro, el don de obrar
entre los ordenes sobrenatura l y preternatur al, rech.1zando en el plano
milagros; a otro, profecía; a otro Jiscernimíem o de espíriws; a otro cliversiclad
doctrinal L1 tentaci<'m rr1c1J1iquea, los ef<:ctos práclic:os de Li demouologí. 1
de lenguas y a otro la interpretaci ón de las mismas". Aunque no existe
44

escolástica rozaban peligrosam ente la lógica del dualismo. La violencia


consenso respecto del sentido exacto de estas afirmacione s, el examen de
excluyente del demonólog o ¿no seria secretamen te politeísta? El odio
espíritus propuesto por los autores de ambas epístolas parece remitir a un
fanático hacia los que construían una deidad diferente ¿no parece acaso
ejercicio exegético destinado a identificar y descifrar las manifestaci ones
testimoniar (¡ue M¡uellos monoteístas secretamen te creían c¡ue no e,taLan
de la voluntad divina en el mundo cotidiano. Desde esta perspectiva , el
luchzmdo contra los simples creyentes de una di\'inidacl inexistente, sino
don de diakriseis pneurnalun al que se refiere el redactor de la Primera Carta
que su batalla era un enfrentamie nto entre diferentes dioses, la lucha de
1 a los ,Corintios constituiría un ejercicio de transformac ión interior al que
su dios contra dioses falsos que sin embargo existían como tales?' Para 5
estanan llamados todos los cristianos. + Nada indica que la probatione spi-
algunos historiadore s, de hecho, el estertotipo del sabbat no fue sino un
rituum tuviera en el origen relación alguna con la figura del demonio. Sin
compromis o con el dualismo: los mismos demonólog os que le negaban al
embargo, los versículos aludidos pronto comenzarÍa n a ser interpretad os
demonio status di\·ino inventaron la ficción de una contra-relig ión orga-
42 a la luz de un tercer fragmento. En II Corintios 11, 13-14, Pablo de Tarso
nizada c¡ue lo adoraba como clios.
Para comienzos del siglo XV, la estrategic1 i<leológica elegida para re- ale,cciona a los cristianos de la antigua metrópolis griega: "éstos son falsos

primir a los cazadores ele espíritus que negaban a la Iglesia su monopolio apostoles, obreros engañosos que se disfrazan de Apóstoles de Cristo. Lo
cual no es de extrañar, pues turnbidn Satanás se disfraza de Ánael de luz". El
46
iuterpretati rn, obligó a los teólogos a recuperar un antiguo dispositírn
discernimie nto ele espíritus se fue conviniend o, entonces, en una herra-
-.o Púmeru CrJuicu Ccncrul Je Espuñu, lfll.: 1n...wJV cumpv11i.:r :i!fonso el Sabíu )' St:: cunLllwub,.i
bc1jo Sc1nch0 !Ven 1289, edición de Ramón Mc11(:ndez Pida] et alii, Barcelona, Credos, 43 La Santa Biblia, traducida de los textos original..:, en c,¡uipo bajo la dirección del
1955, pp. 189-190. Dr. faaristo Martín Nieto, Madrid, Ediciones Paulinas, 1980 (21' edición), p. 1431.
La bastardilla es mía.
41
Slavoj :Z:.izck, El !Ítere _y el enano, p. 38.
+i !bid., p. 1343. La Lastardílla es mía.
41
Geoffrcy Rohert Quaile, CoJly Ze<1l ,rnJ Furiuus Ra¡Jc:Tl,cWad , in L11ly ,JfoJ,:rn Eu-
rope, Nueva York, St. Martin's Press, 1987 (cito por la edición en castellano: Jfu9iu "André Munzinger, Disccmin9 thc Spiriu:Thculuc1irn/ aihi Ethicúl Hcrmcncutícs in Paul,
_y ""'l,jicio. l..1., brujm y dJanutisnw reli9ioso, traducción de Jorcli Beltrán, Barcelona, Cambridge, Cambridge University Press, 2007, pp. 191 l96.
46
La Santa Biblia, p. 1355. La bastardilla es mía.
Crítica, 1989, p. 31 ).
147/194 297
ele París: Heinrich von Freimar (m. 1340), Heinrich von Langenstein (m.
rnienta deslina<la a diferenciar las manifestaciones divinas ele las diabólicas,
1397) y Pierry el' Ailly (m. 1420). +9 Sin embargo, el principal aporte co-
en un nue\'o dispositivo al sen·icio del perenne combate contra las fuerzas
rrió por cuenta de Jean Gerson (m. 1429), guíen en las primeras décadas
del mal. En el mismo sentido se explica su tr.:insforrnación en un carisma
del siglo XV produjo tres tratados sobre la materia: De Di,tinctiune J'ernrnm
más restringido, en un don gue la di 1·inidacl 0Lurgc1Lic1 a algunos pucus
Visionum a Fa/sis ( 1401 ), De Probarione Spiriwum ( 1415) y De cXJminuliune
elegidos. Aún cuando algunos textos o autores -el Pci,tvr de f-Iamas, en el
doctrinarnm ( 1423). so En efecto, en aguella civilización gue veía doble, en
siglo 11; San Atanasiu, en el siglo IV- sugirieron la pusibilitbd de diseñar
ague] mundo dotado con dos papas y dos reyes de Francia, no podía sor-
una técnica específica al alcance de cualguier cristiano virtuoso, t<:rminó
prender gue uno de los principales protagonistas del Concilio de Constanza
triunfrn<lo la I isión de Agustín de Hipona, para guíen la ,licil:1 í,éis pnéumc1wn
47 fuera también la figura clave en la refonnulación del antiguo y venerable
resultaba imposible sin una a,íslcncia especial de la gracia sobren:itural.
dispositivo hermenéutico. si
Sin embargo, su conversión definiLiv:i en uno de los chdrís111c1Lu miL1grosos
más apreciados por el colectivo cristiano fue obra de los Padres del de- Acabados los tiempos en que milagros como los del Papa San Silvestre
sierto: inmersos en una lucha cotidiana con un enemigo incansable, gue o charísmata como los ele los eremitas del desierto transparentab:m ele
adoptaba la apariencia de las figuras más sagradas para inducir a los santos manera eficaz las diferencias entre los efectos producidos por Dios y por
ermitaños a abandonar su radical ascetismo, la prul>miune spiriwum devino el demonio, la teología tardo-escolástica debía extremar sus esfuerzos
una gracia gratis data, un don prodigioso gue permitía desenmascarar al para suplir con artilugios discursivos y grillas conceptuales la perdida
demonio, identificar de inmediato su presencia detrás de los infinitos luminosidad de la Iglesia primitiva. En última instancia, la di,;uttio spiri~
disfraces a los que recurría.+ 8 wum no expresaba otra cosa que una profunda d!ffidentia spirítuum, una
Un milellÍO más tarde, la irrefrenable invasión de místicas, visiouarios insoportable crisis de confianza de la corporación teologal, gue había
y profetas, la audacia con la cual la religiosid.id carismática desafiaba los liberado un espíritu para (re)capturar otro, pero gue ya no se sentía tan
fundamentos de la religión oficial, Yolvieron a coloc,tr en la agenda de la capaz de poder diferenciar con clariclacl los efectos gue ambos producían
intelligcntziu cristi,ma la discusión sobre las milagrosas estrategias herme- en el mundo de la materia. si
néuticas de la Iglesia primitiva. Sin embargo, las urgencias disciplinadoras
+9 Moshe Sluhovsky, Bclicvc ,wr E, é!J Spiric: l'u,,c,siun, Mprid,m, unJ Di,,cmmcnl in D.11ly
(_¡ue por entonces ocupaban al poder religioso no requerían b reactivación JluJcm Cachvliéism, Chicago, The Unil·ersity of Chicagu Press, 2007, pp. 173-179;
de un clwrisma dormido, l<l recuperación de una graciJ sobrenatural ex- Nancy Caciula: Disccrnin¡¡ Spirits: Dil'i11c c111.I Dcmvnic Pvssc;;i<>n ín Lhc :11,JJ/c,lges lthaca;
traonlin<lria e infn:cucnle. Lo gue se necesitaban era el diseño de una nue,·a pp. 284-314; Dyan Elliott, PwvincJ ll'umun: Fema/e Spiriruc1liiy and In,¡uisitiunc1/ Culrure
tecnología escolástica, la formulación de un saber práctico al alcance de los in the Later MiJdfeAges, pp. 256-263.
0
agentes de un poder en collstallte movimiento: inquisidores, confesores y ' El análisis más completo de los aportes de Jean Gerson al rediseño de la discrerio
pre,licadores. Por ello, en el otoño de la Edad Media la alta cultura teologal spi, iwum se encuc:ntra, a mi entender, en la toda da inédita tesis doctoral de vVendy

se vio obligada a resignificar, a refundar el discernimiento ele espíritus. Lu\·~ Anderson, Free Spirils, Prcsumptuvu::. IVi/Jnen, unJ Fu]s¿ Pruphets: The Dlicc1nrnenl ef
Spirits in rhe Lare MiJJleAges, Ph.D. dissertation, Tl,e Uni,,ersity of Chicago, 2002,
Dejando de lado los lejanos antecedentes de Bernard de Clairvaux.. (m.
pp. 234-299.
1153) y Richard of Saint Víctor (m. 1173), la reinvención de la discretio
" Una síntesis del rul <¡Ue le cupo a Jea¡¡ Gersun en el Coucílio de Conslanza puede
spirituum fue impulsada por un grupo de catedráticos de la Universidad
hallarse en [frian Patrick McGuire,Jean Gerson and the Last :llcJiaul R,jormc1Lion, Uni-
versity Park, The Pennsylvania State Unhersity Press, 2005, pp. 240-283.
n Henry Ansgar Kelly, Sc1rc111:cl Bi011r.,phy, Cambridge, Cambri<lgé Uni,crsity Press, 52
El carácter infinitamente proteico del demonio, que e11 ldnto espíritu desencar-
2006, p. 302. nado pod,a adoptar la apariencia que deseara, contribuía a potenciar la ansiedad, la
Da,i<l Brakkc, Dcmc>fü anJ thc .llc1ki1111 of thc Munk: Spirituul Cv111bc1L in Early Christian-
·• 3
desorientación y la sensación de in<lefcnción en que estaba inmersa la alta cultura
í~y, Cambridge, Harvard University Press, 2006, 36-42; 80-93.
148/194 2 99
Estudios de caso. Demo11ulugL, cristi:im Y cultura folklórica en el mundo ibérico

2. El saludador y la máscara sario, a Satán. En este contexto, el interrogante resultaba ineludible: ¿los
saludadores eran agentes <le Dios o instrumentos del Demonio' ¿santos
En el prólogo <le su monog1 afía dedicada al Anticristo en b Inglaterra vernáculos o hechiceros diabólicos?
ckl siglo XVII, Christoplier Hi!I smtíene <y1e ciertas creencias colectivas, Estos sanadores carismáticos e,pecializadus ell b cura de la hidrof0Li<1
,·istas desde el presente, pueden parecernos retrospectivamente callejones conforman uno de los complejos míticos más originales de la Península
sin salida, en particular aquellas respecto de las cu:t!es una cultura histórica Ibérica, pues si bien el núcleo de su leyemL giraba en tornu de la cura ele
determinada no logra alcanzar nunca conclusiones definitivas. 53 Sin em- la rabia canina, tenían también otras características sobresalientes. En la
bctr\c'.u, estas creencias i1ucab,1d:.is merecen la atención de los historiadores Reprubc1c·ión de las superniciones _y hechiceríos (Alcal.í de 1-Ienares, 1530:'), el
profesionales por varios motivos. En primer lugar, porque fueron tomadas teólogo aragonés Pedro Ciruelo resume las principales características de
en serio por los actores sociales y los agentes culturales <le! pasado. Y en la versión canónica de la creencia: los saludadures sanaban o preservaban a
segundo lugar, pon1ue suelen constituir, precisamente por su carácter hombres y animales del mal de la rabia; la virtud curativa que desplegaban
informe, invalorables puertas de acceso a los problemas claves de las ci- residía en la salín o en el aliento; se clr -:ÍJ.n Lunikires ele Sanl,l Catalind de
vilizaciones pretéritas; al igual que el aleph borgeano, concentran en un Alejandría y ele Santa Quiteria, de quienes obtenian la virtud para sanar la
bpacio limitado un universo completo. hidrofobia; nacían con las señales de ambas santas impresas en el cuerpo,
El mito del saludador es una de las creencias colectivas ele la España
particularmente debajo de la lengua o en el cielo del paladar; conocían el
moderna que mejor reúne estas características. Irrumpe en las primeras
pasado y adivinaban el porvenir de las personas; y tenian un asombroso
déc:icLis del siglo XVI, en L1 rnás absoluta y extraña solución de continuidad.
dominio sobre el fuego, que les permitía tomar con las manos cualquier
Le allí en más, una leyenda en apariencia simple, tenninÚ tr,msforrn.\ndose
materia sólida candente, caminar sobre barras de hierro al rojo vivo, o
en uno de aquellos callejones sin salida a los que hace referencia Christo-
ingresar en hornos encendidos sin sufrir daño alguno. 5" La versiún clá,ica
pher I-lill. Ni los teólogos ni los im1uisidores lograron nunca alcanzar una
del complejo pronto se vio modificdda por la incorporación de nuevos
conclusión definitiva sobre la máscara del saludador. Los más elaborados
atributos originales. Para comienzos del siglo XVII, ld figura del sc1ludador
dispositivos intelectuales fracasaron a la hora de asignar un sentido inequí-
comenzó a relacionarse estrechamente co11 el mitulugern.i del séptimo hijo
voco a su figura. En tanto sanadores carismáticos, portadores de poderes
en la continua generación de varones." Unas décadas más tarde, muchos
extr--iordinarios emergieron como una nueva y perturbadora encarnación,
de estos taum.:ilurgos comenzaron a ofici-1r como cazadores de brujas. 56
como un nuev; signif:cante de b presencia del Espíritu invisible. Como
Un aspecto pJrticular de la creenciJ transfont1Ú <11 complejo del salu-
los herejes espiritualistas y los místicos visionarios del medioern tardío,
dador ibérico en objeto de interés por parte de los teólogos y los inqui-
buscaron -y hallaron- .. en sus propios cuerpos la presencia de lo sobre-
sidores, entrenados en el dificil arte de la discretio -di/fidentia-- spirituum.
natural cristiano. Pero p,ira entonces hacía siglos ya que la religión oficial
De,de el momento de su irrupción, los primeros saludadores se dijeron
b-tbía vetado toda neo-encarnación que trascendiera la transubstanciación
familiares ele Santa Catalina y de Santa Quíteria; de hecho, venían al mumlo
eucarística. Todo significante rival remitía, por defecto, al espíritu acker-
s-+ Pedro Ciruelo, ReprubucúJn Je las super:;LiciJnc.-; )' hechizer1l1s. Libro 111t:,y util J1 necessario
tu.Jlooal en el Medioe,·o tardío. De hecho, no resulta casual que por entonces el de- a rvJ0s los Luenus christianos, Medina del Campo, l 55 1, ff. xxxviíi r xxxix r.
55
muni~ fuera la (mica figur<l de la mitulogí.1 cristi.rna <JU<.: careciera de Ulld iconografía J\:Lirtino del Ríu, DiitJuisiÚonum mLI9k,nu111 libii sex, Lo\'ctHii, 1599, to1nus prünus,
prupi,,, dd,nida, fija, estereotipada; véase al respecto Lutber Link, El Diablo. Una p. 41.
56
pp. 146--147, 213, 22S.
11,,Í,um¡ ,in ru,tro, Gaspar N<l,·.i1T0, 7i ib111...il J¿ Supt:r.:,tidun L.1tli11d.
51 Christopher Hill, Antidirht in Seventeenth-Cemwy
Enylc1nJ, Londres, Verso, 1990 Dc1110nio;en 1.¡ue .:,e cunJcm.1 lo ..¡ue sud.: con..:t pu1 lucnu en
(1971), pp. 1-3, 176-177. acciones vul9ares, Hu esca, 1631, fol. 91 v.

300 149/194 301


E;,tudius de caso. Deniu11ulu,g1a crbtizrn.1 y cultur.i tolKlúrJCJ L:n u rnunoo lDcnco

con las señales de ambas mártires impresas en el cuerpo. No estarnos en del sanador carismático? Para desesperación ele teólogos e inquisidores,
presencia ele un rasgo secundario. Por el contrario, los estigmas corporales ni el modelo ele superstición agustiniano ni la Jiscrerio spirituum de Jean
eran una de las principales metáforas ele los sistemas arcaicos de posesión. Gerson lograron ofrecer una respuesta cabal a estos interrogantes. Am-
La primera dificultad tlue la captura de los jvlk-possession ~ysrems presenta bos modelos se sustentaban sobre el triple umbral de causalidades que
a los especialistas es, precisJ111ente, el hecho de que en la mayoría ele los informaba el sentido de lo imposible del cosmos cristi,mo trc1dici01ul. El
57
casos Li posesión se expresa en términos metafóricos. En estas formas de discernimient o de espíritus y L1 reprobc1ción de supersticiones tenícin como
circumpo,scssio, los espíritus poseen a sus víctimas cuando cabalgan sobre principal 0bjetivo determinar si los efectos predicados por un agente u
ellas con el objeto de sofocarlas; cuando las tocan, prorncándoles paráli- objetu específicos prU\'enían de ,ilgunos ele los tres umbrales Je lo posible
59
sí:; localizadas o espasmos musculares; cuando las arrastran por los aíres reconocidus: los órdenes natur,11, preten1<1tural o sobrendtural. En el caso
hasr'a lugares lejanos; cuando las obligan a participar en sus procesiones de las experiencias vividas por místicos y profetas, la probütioné ;piriruum
nocturn..ts. debía precisar si los éxtasis y visiones eran provocados por la divinidad
En consecuencia, a la luz de estos sistemas primitiHis de posesión el misma --en cuyo caso se trataba de fenómenos milagrosos, prnpios del
origen de los poderes del s.1lu,L<lor adquiere un sentido radicalmente ordv sobrenatural; si se tratab..t de phlcstifjiu Ji.J¿monum, ilusiones diabólicas
diferente. Al marcar a sus sen·idores con señales morfológicar nente radicadas en la perturbación de los sentidos exteriores o en la manipul..tción
difcn:nciadas, los espíritus de las santas cristianas c1uc los cobijan trazan de las imagenes interiores -en cuyo caso se tr..ttaba de fenómenos preter-
60
,ol>n: sus cuerpos una firma intemporal, que expresa la transformació n naturales, originados en la intervención de las inteligencias separadas; o si
metafísica del sujeto elegido. La huella que se despliega sobre la carne se tratdbJ. de alguna dolencia física o mental ~en cuyo caso, las apariciones
manifiesta que el protegido participa de la naturaleza ele! espíritu pro- y arrob..tmiento s deriv..tban de alguna disfunción organica o defecto inte-
tector; su condición corporal ya no es la misma: se ha transfigurado en lectual.61 El mismo razonJmiento seguía el reprobcidor de supersticiones
una entidad que comparte con los entes espirituales algunos de sus rasgos
ontológicos. Señalado -poseído- por un espíritu, se ha n1elto, en parte,
59
Fahian 1\lejdndrv Carnp:1gnc, "Witchcraft ami the Sense-of-tbe-lm possiblc in Early
Modern Spain: Some RellecLions Base<l on tbe Literature of Superstition (c.1500
un ser espiritual. Parte de la esencia del numen que lo patrocina se asienta
-- 1800)", J-lanc1rJ Theulu¡Jiwl Rci-ie11, 96: 1 (2003), pp. 25-62.
en lugares específicos de su geografía corporal. Y las marcas corporales 60
Para el probkrna de Lis reL1ciom:s entre objcli, i<lad, autenticidad e imaginación en
están allí para recordárnoslo . Por eso, los salucbclores serán siempre los la demuuología moJerna ,·éase Stuart Clark, 1:mírícs uf ihe EJ e. I'i,iun in Ec1rb· .1/uJan
18
protegidos de Santa Catalina y Santa Quiteria. Europcdn Cuhurc, Oxfonl, Oxfonl University Press, 2007, pp. 123-160; Claudia Swan,
La estrecha relación entre las marcas de nacimiento y el mundo ele los Ar1, S,icnu:, ,mJll'i1chacyí in Early ,lfoJern f-!u!lc1nJ:jc1ec¡ue, de Gheyn lf (1565-1629),
espíritus no podía pasar desapercibida a los agentes de la religión oficial, Cambridge, Cambridge University Press, 2005, pp. 175-194; Sabine MacCorrnack,
detectores profesionales de significantes rivales. ¿Cuál era la inteligencia Rdi¿Jivll in rlw.~lnJó:Vi.>ivn ,.11d lwu¿Jinutivn in ELir!J· Cvlonia! Pcru 1 Princeton, Princeton

separad¿¡ c¡ue había transformado en pergamino la carne del saludador, UniYersity Press, 1991, pp. 15-35, 225-240.
haciéndolo suvo desde el vientre materno? ¿Cuál era el numen invisible
61
Para la relación entre melancolía y demonología véase Roger 13artra, Cuhw,,y melc1n-
)
culíc1. Las cnfamcJ._¡Je, Jcl ulmc1 en lc1 E>pc11,c1 Jd Si3lü de Oro, Barcelona,Anag rama, 2001,
que había encarnando una parte de su naturaleza espiritual en el cuerpo
pp. 49-63; Sidney Anglo, "Melancholia and 'vVitchcraft: The Debate between 'vVier,
Én Pócs, "Poss<:ssion Phenomena, Possession-Systems: Sorne East-Central Euro- Bodin, ami Scot", en Brian Le\'ack (eJ. ), ,Irti eles u1111'1tchchjí, Mu¡JiC ,11,d Dcnwnúlv¡J):
pean Examples", en Gábor Klaniczay y Éva Pócs (eds.), Cuwnwniwli¡J with the Spirirs, Thc filac11we uJW11d1creft, Nueva York, GarLncl Publishing, 1992, pp. 137-156; H.
Bu,bpest, Central European University Press, 2005, p. 91. C. Erik Midelfort, "Johann Weyer and the Transformation of the lnsanity Defense",
ss fdbian Alejandro Campagne, "Cll<ll·ismatic Healing on lberian Soil: An Autopsy of in Robert Po-Chia Hsia (ed.), The Gc11nc1¡¡ People and che Rcformarion, lthaca, Cornell
a Mytl1iCdl Complex in Early MoJcrn Spain", Folklore, 118: 1 (2007), p. 53. University Press, 1988, pp. 234-6 l; Michel Foucault, "Las desviaciones religiosas y el

302 150/194
Estudios de caso. Demunulogía cristi:ma y cultura folklórica en d mundo ibérico

a la hora de determinar si los efectos predicados por un artefacto cultural la historia de b Jiscrerio spirituum concierne, precisamente, a la figura de
cleterrnia.1<lo pru1·cnÍ.1n de sus virtudes naturales intrínsecas, ele L11nilagrosa Jean Gerson, uno ele los princip,ile, recreadores del .intiguu clisp:)siti\·o.
62
intervención de la divinidad o del ilegítimo accionar de los ángeles caídos. Entre las moti1'aciones que lo indujeron a redactar sus tratados sobre la
El procedimiento se complicará aún más a partir del segundo tercio del materia se contaba la de arrojar dudas sobre la supuesta santidad de !frígida
siglo XV!l, cu:mdo la Inquisición rnediterranea configure explícitamente ele Suecia. Décadas más tarde, pretendió utilizar su propio modelo en de-
rn1.1 cu<1rla 1·ariante: la simple si1nulaciÓn, la farsa, la estafa, tras la cual no fensa del origen divino de las re\·elaciones de Juana de Arco. Sin embargo,
63
cabía hallar enfermedad o pacto dic1búlico, sino artificio humano. aplicando las premisas del di,cernimiento de espÍt·itus formuladas por el
Las premisds sobre las que se su,lentab,:in tanto el discernimiento ele propio Gerson, el colectivo de teólogos alcanzó en ambos casos consen-
espíritus como el modelo antisupersticioso resultclbc1n claras desde una sos contrarios a las opiniones del canciller de la Surbunne; los destinos
perspectiva discursiva. Como admitía el teólogo dominico Francisco ele de la mística sueca y de la visionaria francesa así lo re1·clan: el altar para
Vitoria en teoria resultaba sencillo establecer diferencias entre el accio~ la primera, la hoguera para la segunda. 66 Al decir del historiador israelí
nar de [os santos y de los hechiceros, aún cuando ambos pudieran realizar Moshe Sluhonky, "el discernimiento de espíritus no fue nunca un asunto
)rmli(:iO:i similares: "ec1Jcm opcrJ possum fieri a magis er C1 non mogis, tomen meramente teológico. Por el contrario, siempre fue una práctica social,
'
non ese
~ ..
J~Dícile intclliiJerc Jij)cremiam i,ila lllUiJlllll ec non magum . m em-
~+ s· caracterizada por procesos interconectados de exámenes y auto-exámenes
bargo, la traducción de tales modelos teológicos al .Ílltbito de las prácticas negociaciones y ambigüedades, caos e incoherencias". 67 , '

sociales resultabc1 mucho m,Ís compleja. 65 Una de las mayores paradojas en En lo que se refiere al discernimiento ele los espíritus que estaban
detrás ele los efectos predicados por los saludadores, los reprubc1dures de
saber médico" y "Médicos, jueces y brujo, en el siglo XVll", en Michcl Foucault, La
supersticiones españoles no lograron alcanzar siquiera un mínimo acuerdo.
1
,¡Ja ,L.: los hombres 11!.farnies. Er1:H~¡:u:; _..,ubre Jc:)l'id....iony ~JuminL1dÓ11, edición y traducción de
Martín de Castañega y Pedro Ciruelo, que escriben sus tratados antisu-
Julia Vare Id y Fernando Aharez U ría, iv!ontevideo, Editorial Altarnira, 1993, pp. 13~
46; Valcria Marchetti, "La simulazione di santíta nella riflessione medico-legale del sec. persticiosos ele manera casi simultánea ( l 529 y 15 31 , respectirnmente ),
XVll", en Gabridl<l Zarri, Fin:úuuc e su11títJ m.1 mcJiucl'O eJ cd 1JwJ.:1uu, pp. 202-227. llegan a conclusiones opuestas. 68 Para el primero, los saludaclo;-es curaban
62 Fabián Alejandro Carnpagne, "El rosario del soldado o el cU1nbatc por el sentido. gracias a una virtud natural contenida en su saliva; 69 para el segundo, se
La polémica en el seno del discurso antisupersticíoso (Espaüa. Siglos XV-XVII!)", trataba de homines superscitiosi que curaban gracias a un pacto cum Jaemo-
fu¡¡Jc1ción, 5 (2001-2002), pp. 353-372.
6J ,:\ndrew \V. Keitt, lnrcntina d1t Sucri:J: JmposLUJ'C, lrllJLÚf,Í[ion, dnJ rli.: RJw1,LuiC5 ef [he Stuan Clark, ¡;_,,,itie; ef che Eye, 204-235; Caciola, Nancy: Discerni11¡j Dil·inc

Supcnwwrul in GulJcnJae Spuin, Leidc:n, Brill, 2005, p. 143;Anne Jacobson Schutte, anJ De¡¡wnic Posse»iun in che11liddleAges, pp. 31-125, 176-222.
66
Preteme efJ-Iolincss, lnquisitiun, anJ GenJcr in che Republic '!f)'e,,ic"e, 1618-1750, BalLiwore, Dyan Elliott, "Seeing Double: Jolw Gerson, the Disccrnmcnt of Spiríts, and Joan
The John Hopkins University Press, 2001, passim; Gabriella Zarri (ed.), Finzione e of Are", .~merican Hiscorical Review, 107: 1 (2002), p. 27.
67
Moshe Sluhovsky, "Discerning Spirits in Early Modcrn Europe", en Gábor Klaniczay
strntitá tra meJioi;vu ed euí muJallLJ, ptb.\Ílll.
Francisco de Vitoria, De JJW[-Ji.J, 1ª. parte, q. 3, n. 7) en Obu.b de Frurn.·üco Je Vitoria. y Eva Pócs (eds.), Cummunicutin9 11i,I, che Spirir,~ ¡). 53. La traducción del inolés es mía.
6+
., "'
Rdi:cdunes Teolóaicos, edición crÍLica del texto L1tino, versión españuL.i e intro<lucción º" La fecha de la edición príncipe de la Rcprob<1ciÓ11 de Ciruelo continúa siendo mate-
por leófilo Urdanoz, lVbdrid, Bihliutcca de Autores Cristianos, 1960, pp. 1257-1258: ria de discusión hasta el presente. En cuak¡uier caso, la más antigua de las ediciones
"aunque tales obras pueden ser realiudas tanto por los magos corno por quienes no extensas conservadas es la salmantina de 1538; véase Lou Ann Homza, Aeli¡Jious
Jo son, no resulta sin embargo dificil comprender la diferencia entre unos y otros" ,lwlwrity in che Spanish Re11c1issance, Baltimore, The John Hopkins Unh·ersitv Press
2000, p. 199. , '
(la traducción dd btín es mía). 69
65 Para an análisis de las dificultades que suponía la traducción de las especulaciones
fray Martín de Castañega, Trarado de las Supersticiones y Hechizerias, edición con
teológicas a la esfera de las prácticas sociales véase Moshe Sluhovsky, Relieve noc Every estudio preliminar y notas de fabián Aleja1Klro Carnpagne, Buenos Aires, facultad
Spiril: Pvssessiun, My,licism, 011.l Disc"emmenc in Eorly JluJern Cc1tfwlicLm, pp. 169-229; de Filosofía y Letras/Universidad de Buenos Aires, l 997, pp. 95-98.

151/194 305
E:::-tudiu:-. dt.· ca:-o. Dciuunulugi::t cristiJ.na y cultur~1 fo!klórica en el mundo ibérico

·b U-'>.. 7" Lc)s in"'s vi'ancles teólovos Martín del Río exclamara: "¡Es francamente difícil distinguir el pacto con
n1 - , u :::, · , b
del ¡1edoclo fracasaban como colegiales
·
cu;inclo se enfrentaban con el problema de los saludadores . El dominico el demonio del efecto natural o milagroso!" 7+.
Francisco de Vitoria lo confesaba sin pudor: "para resoh·cr la cuestión de
3. La captura del símbolo
los saludadores , digo t¡ue no yeo cbro que se ha de creer o decir acerca ele
ellos"il. El je,uita Martío del Río traducía en términos prácticos la con- Ante la imposibilicbcl de alc.rnzar conclusione s de carácter general, el
fusión ele Vitoi·ia: los saludadores no pDLlÍ,rn ser comlenadus ni aprob.1dos complejo del saludador se transformó en objeto ele disputa, en una eficaz
en términos universales. Los trihun,iles episcopales debí.1n analizar caso herramienta para trazar nuevas fronteras entre lo di,·ino y lo diabólico, lo
por caso. 72 Sólo así resultaba factible descubrir si sanaban recurrier,do a natural y lo sobrenatura l, lo católico y lo supersticios o, lo ortodoxo y lo
remedios natLn-ales, a una_gracía 9ratis dora o a un pacto con el demomo: heterodoxo . Transforma das en significante s líquidos, fluidos, las marcas
'\liliycnta c.wmincnl, an m1turcilibus rtanwr remcdiis, on l'ero pcr grnriom 9rnris de Santa Catalina y Santa Quiteria devinieron campo ele batalla cultural,
,,73
doto, c1n per puctum cwn ,lc1cmunc upc1e11wr en el cual los J.gentes irnulucrado s pujaron por JJ(¡minar al espíritu encar-
Del Río transparent aba Lis cau,,ts por las cuales el significante se tor- nJ.clo que hacía pusiLle las hazañas del sJludador. A poco que se obsern la
naba en el caso del s,1luda<lor, irreductible a cualquiera de los modelos realidad cultural ibérica de la temprana modernidad , es posible detectar
teol6vicos vi ventes. Junto con d vuelo de las LrL1jc1s, la virtud taurn::rtúrgica al meno.s tres ensayos ele captura del significante , tres intentos sucesi,·os
b b ~ .-
de los reyes, y los éxtasis, ision.irios de místico&'y profetas, el cymplejo el por imaginar la materializac i/,n de lo sobrenatura l cristiano en el cuerpo
sc1lud.idor era una de las pocas creencias colectiva_s que encerraban en su del saludador.
seno la toLilid'ad de los umbr.ilcs de posiLilitL,d reconocidos por la demo-
nología y put;.la fí!u~ofía natural renacentista s. No es de extrañar que ante Primer ensayo: el curandero y el saludador
construccio11es cultur<1les _tan intrínsicarn ente ambiguas un teólogo como Cuando el complejo del salucl.rdor iberico irrumpe en el imaginario
espúíol, los primeros en sucumbir a la tentación de encarnar en ,us perso-
nas el nueYo sujeto mítico fueron los sanadores carismático s que ofrecían
70Fabián Alej,lllJro Campagnc, "Entre d milagro y d pacto.di.ibúli co: salud.iclures y
reYes taurnaluraos en la Espaíü rno<lcí·pc1", en Mar"íá l:stela Go1,zález ele Fauve (ed.), sus servicios en las áreas rurales. Se trata de la expre,ión peninsular de
.' - J '°J J ' [/ ,] /.1 ,:r·~--'' 0 ,"/a ci-v/;,ciJn J,: lii 111dici11q opu11,,lu (siglos una figura clásica del campo europeo preindustri. il: el cunning-mcm o wise-
CléllUU, pu cr e 1 CV o¿pu. t: L .• _.. · ,, ? · . "
X/1'-X l'JII), Ilurnosi\ires, facultad <le Filosofía y Letras/U-ní~ersicla_d <le Bu-~11usA1rc,c;, m~n.75_ Lo_s wnningfo!k ·no eran simples curanderos o herbolarios . Amén
2001,pp.253 -257. •·
71
'• , . ·.
Francisco de Vitoria, De mtJgúi, p. 1 ~59: '~-t,J. :>vl~aionc;~/li~w1!~'.iii Je :>'Jlu(d,lvribu},
, ~-l- 1v~:1. i P· J_l 5: "}fu.: pilC!WlJ drimum Ji.'}LCflJt.:te d J1dlur...1li rd mirdcu/J.5.¡J q}:du, Jffldllwum
Lc:rlt'. nvn suth mihi ,. - 0 nsti.1l uhl 5,: 11 tii:nJum~ dUl, pru11trnl{'-wJ¡.1t.:~}it" (?> tra.<~~!,..'.t.:i~11 del l~)tÍn
esr"la t,i;a.ducción del latín es mía.
4 ,
·.;. 75 Ron~!l~ \ru.ttuu, ShumüfJ.'}: SibaiJll Spititu~iliL_y ..mJ rhi; l lbtttn_ lwdfjilldliuu, Lon<lres,
es n1Ía. , l
~~~ ., !" f·lan,bl~clon ancl London, 2001, p. 1 37. Par:i ui,« 1 i,iún gu1crdl sobre lus ,wwin¡Jjolk
72T0 d,.i\'Ía en u11d fed1d tan t~1rdL1 cun10 .1698 l!1s Cv,iürllu~hif,~~s
. G.1·1·i)t!~~?,~:!(:a_s~ 0_\\·en ·Da\it.:s, Puf'U]dr
J~ Zurt1tJDLd consideran '-lue Li autoriza~íÓy\ 1ur,u.:jei¡_\..'er ~f:liL\~
J~ ::,.ilw.Ld,u\~ ~lt~ntrq_
· l !Jj1'1¡kd.u¡t, ;:ioo7, Emnid Wilby,
in En::1h)i llistozy, Londres,
Je ca,Lt cliúcesis era una .itril.,uci[Jll cxduyq1tc Jd obíspcf¡~·".·aL 1u.111cb1~1os aJos curas Shc1111c1ni,Lic
i!i::,Iu11dJ.J'lfrudiü9n::: in ,llodern Bruüh l Vitchcrefr. cmJ 1llagic, Brighton, Sussex Aca-
y sus regentes que no pcnuit..1n en :::ius p~\l~(lUiJ.'.:¡ s-1lud=¡?rct} ::>Ulu~s..· , .
liccnci.1 nuc:slrd por escritv". Ciudo por M'V·ía Tausiet, .lb1c1cc1Jc1b1c1 U1~111po1C1h.-.llc1¡J"' 152/194 qemk Preis, 2005, pp. 26-45; Robín Briggs, IVitches and Neighbors: The Social cmd
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urbc1nc1 en ZcJrJ¡JJZa en /.i Edad 1Hoderna, Madrid, Siglo XXI, 2007, p. '1'39. _ _
7i '" , • 1 l o!~ T\: .. ,.,;, ;,;,,.,.,,,, rn,,.,;,._Jt"ur11 n i9· '\... x,11ni11l'llil de n1ancra dili~ic11tC
;,:; l ,~fiiin,li._; E T . ;11g,Lcdini, ... l-lu,,· do you kno,,· ':>!it ·, -1 \ \ 1t~ L: . \\'il~ Lt:.'.), Cun-
4 Sl
E.sludiu~ de caso. Uc1nuuulugí,1 cristi,1n;1 ;" culturZl fulkléH"iCJ. en el 1t1w11.lu ibérico

de sanar hombres y animales, adi,·inaban el ponenir, recobr;:iban objetos A escala europea, los ..-Lejolk a,umían con frecuencia identidade s míti-
perdidos, descubrían tesoros escondido s, identificab an a las brujas, neu- cas p1·esLigiosas que contribuía n a potenciar los aspectos c:1rism6.ticos ele su
tr<1liL,1km hechizos, expuls<lb,u, demonios , inducían c1rnores ilícitos. 76 En oficio. \Volfgang Behringer atribuye esta táctica a los líderes de las pequeñas
tanto consumad os pegormers y eficaces histriones , sus actuacione s públicas comunida des valdenses ele los Alpes Occidenta les, que legiLim.1ku1 su fama
consistían en una sucesión de efectos de alto impacto, destinados a provocar de santidad y sus Yirtudes taumatúrg icas a partir de las tra,·esías en éxtasis
el dsornbro de su auditorio. Los poderes que se atribuían y los misterioso s que se les atribuían. so Según la tesis del historiado r y folklorista holandés
rituales que administra ban, habilitaban el montaje ele una suerte de teatro vVillem de Blécourt, algo sirniL,r ocurría con lus célebres b~nc1ndc1mi friula-
de autoridad , que siempre los tenía corno protagonis tas excluyente s.77 No nos. En una aguda crítica del anó.lisis del 1nilo realiz.ido por Carlo Ginzburg,
existe en castellano un equivalen te exacto ele los términos cunnin9-man y De Blécourt sostuYo que los bcnc1n,lcmti eran, antes que na(b, sanadures
cunnÍllf] "·omc1n, c1ue desde la segunda mitad del siglo XV se incorpora n de populares y neutraliza dores de hechizos. Las narracione s referidas a sus
manera corriente en el inglés oral y escrito.· 7s No obstante, Owen Davies travesías y batallas en éxtasis eran ,impleme nte un medio para potenciar
considera que los wnnin9:fó !k pueden asimilarse a otros especialist as euro- aquellas otras habilidade s, un ardid p:ira arnpli.ir su influencia y présligio
peos regionales : en Francia, el equi,·alen te local serían los Je, in-9uérisscu rs, locales, una mise-en-scene orientad.i a seducir a sus clientes y \·ecinos, ins-
désenrnDreurs, dJ.icnsoneleurs y lei-eurs de sorts; en Holanda, los toverdol:ter y los talando la sensación de que sus Yirludes taumatúrg icas y antibrujer iles
Jui1eli>,wnas; en Dinamarc a, los klo9e folk; en Alemania, los He.,enmcisiers; derivaban ele sus experienci as e:,-somátic as. 8 ' Se trataría del fenómeno que
, en la Península Ibérica los curcwclcir<>s y los saludadore s. 79 los folklorista s ;rnglos.ijones denomina n dcts c!f 0,1e11;;iun, b puesta en acto
) ' ;

\!Jn ¡\\Jd'.irLllle , Jl"¡¡c/cu,ift in TuJur anJ Swarr Eil¡jl,wJ: A ReviuJ1c1! c1JJcl Cump<.11,lli>e de narrativas tradiciona les, de complejos legendario s asumidos y actuados
1
Swdy, Pros pe et l--kights, lllinuis, vVan,land P,-ess, 1991 ( 1970), pp. 1 l 5- 1 35; Keith en la vida real por actores sociales concretos ; en tales circunstan cias, no
Thomas, RdilJiun unJ 1he Decline of 1lla9ic: SwJies in che Pu pu lar Bdiej; in Si.,1ce111h ,wJ son los hechos los que se convierten en narración , sino los relatos los que
Sc,cu1eeJ1Lh CculwJ E11¡jlc1nJ, London, Pcnguin, 1991 ( 1971 ), pp. 212-25 l; Robert devienen mapas de acción colectiva. 82 De hecho, ele un extremo a otro del
Muchemble d, Culwre pupulc1ire et ,ulwre eles éli,es clcms la huuce rnu,bne (Xlé-.YVll/e continente se detectan leyendas protagoniz adas por héroes que entran en
siecles), París, FIJmm,irio ,i, 1978, pp. 109-116; Fran~ois Bordes, S01,iers el Su1Lic1cs. contacto con habitantes ele mundos ¡)aralelos -hadas elfos trolls ánoeles
Pru,i:s Je sundlcrie en Gu.,Cú::Jne et PaJS B,1,c¡ue, Toulouse, PriYat, 1999, pp. 162-167; ' '
demonios , los espíritus ele los muertos- y creencias que postulan' que b
los
'

JeJ.IH1e Fa,-ret·-Saa<la, Les mots, la nwH, les sorts, l\1rís, G.1lli111~H"d, 1977, fAh'>im.
76 Ü\\cll D,nies, Pupulc1r ,)fu::Ji,: Cu11nin::1Jolk in English ,¡ue les pJgJl.,Jn los concejos Cdll1pesiuos) y Jetectdl.,dn LrujJs y malc:ficiJJos -<los
H,story, pp. Yii, xi, 10-1 l,
14, 93-118. rasgos que el hi:,loriJdur inglés atril.,uirÍJ a los n-isejolk; véase al respecto Owcn
77 Tomo la expresión ihec1cer of ,uuhu1 ítJ del Davies, "Charmers ancl Charmillg in Engbnd Jud \>Vales from the Eighteenth to the
análisis que DaYid Frankfurter dedica al
accionar ritual de los dcnuminad os "expertos en la identificaci ón del mal": fril ln- T\\-entieth Century", Folklore, l 09 (1998), pp. 41-52.
t.:dnJute:Rumon 1?fD1Jmv11ic Couspi1ut.J w1tl St1t..i1licilbuse in Hisro1y, Princcton 1 Princcton 80
\VulfgJug Bd,ringer, "How vVJldensians Became Witches: Heretics andTheir Jour-
University Press, 2006, p. 38. ney to the Other World", en Gábor Klaniczay y ~va Pócs (ecls.), CummunicJt iu9 wilh
78 Owen D.1,·iéS, I'upul,u .lfo¡jic:
Cunníngjolk in English Hístory, p. ix. che Spirirs, pp. 178-182.
JbiJ., p. 163. La distinción entre rnnning men y chu1mcrs propuesta por Owen Davies, " vVillem ele Blécourt, "Spuren einer Volkskultur oder D:imonisíer ung? Kritische
en cambio, parece remilir a ull fenómeno m.:ram<2nte insular. En el resto de Europa, Ben1erkung en zu Ginzburgs 'Benandanti"', Kea. Zeil:;chrift fiir Ku1Lwwú::;en.s1..11eften,
5
lus espccialbtd s carisn1ático s J.CÜ\'o.S en el n1u1H.lu rur.:il poseían de 1i1,.rnera sin1ultánea (1993), p. 24.
los trazus dislinth·us Je lus .:wwúi¿J-mcn y las caráctcrístic as que Owcn Da\'iS atribuye " Stephen Mitchell, "A case of witchcraft assault in early ninctcenth- century En-
a los ch,mneu ingleses. Los saludadores ibéricos, por caso, poseían sus poderes tau- gland as ostensi,·e action", in vVillem de Blécourt and Owen Davies (eds.), IVirchcrafi
n1atúrgk:os desde la cuna ··--un rasgo que Davis atribuiría a los ew..:.1ntadores- CvntinucJ: Pupulu1 Jft1gic in .,HuJc:rn Europe, Manchester , Manch~ster University
, pero Press,
simultineam ente cobral><ln por sus servicios (como lo demuestran los estipendios 2004, pp. 21-22.
153/194
f:,nH.liu:, de C,lSO. Denionolugía crblíana y cultura t'ulklórka e.11 el rnu1H.lu ib~rico

poderes de los wnnin8 jolk deri,-án de la familiaridad qne los especialistas c¡ue parece aludir b utilización ele la palabra "reliquia"_ El objeto ensali1-ado
83
c.1risll ,iLi,:os esl,1Llecen con lus entes sobrenaturales_ era mucho más que un artefacto destinado a ri1-alizar con los sacramentales
Una cuicLtdusa lectura de los documentos nos induce a pensar qne una ortodoxos_ Lo que realmente parecía alarmar al teólogo era la elección
táctica similar se esconde detrás de los cunning-men ibéricos que asumían del pan como Ychículo de fetichización del poder del saludador_ Para un
,-oluntariamente la identidad de saludadores_ Refuerza esta hipótesis la guardián del discurso ortodoxo, semejante elección no podía significa sino
const.1tación de los fuertes lazos que existían entre el complejo del salucL1- un desafío orientado hacia el Único significante material al c¡ue la religión
dor y el panteón de santos cristianos_ Pedro Ciruelo no dudaba al respecto: oficial asignaba Yirtud para encarnar el ser di1-ino: el pan eucarístico_ Otro
"se han liecho imprimir en alguna parte de su cuerpo la rueda de sancta episodio, recogido por el presbítero Gaspar NaYarro en su Tribuudl Je Supers-
Catlialinc1, o L1 seii.11 de sc111cta Quiteria, y assi con es1c1fiuuidc1 su111iclc,,/ tr;1en tición Ladina (f-Iuesca, 1631 ), echa aún más luz sobre el verdadero terreno
a la simple guite eng,.llüd.1 tras si"_ s, Lo mismo ocurría con el dominio del en el que se desarrollaba esta guerra de símbolos: "crean que c¡uanto mas
fueuo v la extr.1onJin.1ri.1 resistencia ante el calor extremo: "otros entran en vsan [los saludadores] de cosas santas, mas supersticiosos son (-,,),como
"' J
un horno encendido y fuerte, y ansi ele otros muchos embaymientos que sucedió a un cierto saludar en Ypre, que curaua ele todas enfermedades, con
hazen delante delas gentes simples, para que los tengan por sanctos,y pi.:nscn las palabras de la cor1Sc18racion"_ 88 Se confirma aquí la afirmación de Guido
83
,¡ue tollos tienen l'irtu/espiriwal para los sanar ele sus enfermedades" - :\ Ún Ruuuiero sobre el carácter ele la relioión local eH la aldea friuLrn,t de Lati-
o~ 0
ac¡uellos que <lefernlí.111 específic.imente los aspectos taumatúrgicos del sana: "para los campesinos ele Latisana, y pre,umiblcmente para la mayorí.1
accionar del sc1ludador -su virtud para curar la r.1bia-, sospechaban que los de los habitantes del campo europeo preindustrial, el cristianismo no era
restantes trazos epifenoménicos -el dominio del fuego-- no eran más que simplemente un;i rdigiÓH de s:icerdotes, templos y sacramentos formales;
dispositivos publicitarios destinados a reforzar la identidad sobrenatural a era una religión ele lo cotidiano, c1ue relacionaba Íntimamente la esfera de
la que aspira ban 1os cunnin8-111w 1'b'encos_
- S6
, lo trascendente con la vida social y privada ele las personas"-89
Para los teólogos e inquisidores, los especialistas rurales asurman la La incorporación de nuevos trazos a la ,-ersión canónica dd mito facilitó
parafernalia que rodeaba la figura mítica del saludador para construir en las estrategias de apropiación de la figura clel salucladur, aún por parte de
torno de sus personas una identidad sacralizada_ De hecho, una costum- aquellos que no ejercían el rol de s.inadores carismáticos o cunning-men a
bre generalizada entre quienes asumían el rol ele saludadores era la de niYel local. La identificación entre los taumaturgos populares y los séptimos
humedecer con su saliva trozos ele pan, que luego debían guardarse corno hijos varones impulsó verdaderos empremlirnientos familiares destinados
objetos sagrados; según la crónica ele Ciruelo, "saludan el pan y lo mandan a encarnar en los jóvenes del linaje el sujeto mítico clel salud.idur_ 90 El fe-
guanLir por relit¡uias, con mas J,ouOLion que el pan bendito de los sacerdotes de
la yulesio en los Jominaos''. 87 Estarnos ac¡uí en presencia de un conjunto de 83
Gaspar Navarro, Trilwnal de Superstición Ladina, foL 93 ,-_ La bastardilla es mía_
prácticas que trascienden el mero fenómeno de b paraliwrgia popular, al 89
Guido Ruggiero, "The Women Priests of Litisana: Apolk,ni.i Madiaa and the Ties
That Rind", in Guido Ruggiero, Bi¡¡Jiu::J Passions: Tales of Jfagic, Jf,1rri,,¡Je cmd Power ar
s3 O\\·en D<lvies, Pvpulur Jfo11íc: Cu11ni11¡jfulk in EniU, flisw,y, P- 182_ che En,/ef d1e Renaissunce, Nueva York, Oxford University Press, 1993, P- 132_ La
si PcJro Cirudo) Reprobi..uit)n Je lus ~upcnticiun,.;:, y hechizerias, fól. xxx,-iii v. La bas- traducción del inglés es mía_
tanlill<l es mÍ.L 90
Sobre la atribución de poderes taum,1túrgicu, a lo, c¡uit,tos, séptimos o nm ..:nos
85 Jbid,, foL xxxix r_ La b.istardilb es mía_
hijos consecutivos del mismo sexo véase Matthew Ramsey, PrJj:s,ionc1/ cL11,l I'upulur
.-,.; .r\utunio de Türtiueina<la,JuJfo d2 jluri.;:; cu1 iu:,ds, en Obrds w111p1eu,i,, edición y pró- Medicine in France, 1770-1830:The Suci,i/1101/J ef,l/eJi,·ul Pruui,e, Carnlnidge, Cam-
lugo de Lina Rodríguez c ac l10, Matlne-11· , urner, 1994 , t orno l , ¡) - 730_ La bast,mlilla bridge University Press, 2002, PP- 247-248_ Owen Davies encuentra referencias a
es mía. cwwin¿J-men y 1vise-wumcn ingleses c1ue afiru1ctL~1n ser los séptiinos hijos de un séptin10
" /bid_, foL xxxix La ba,tardilla es mía_
154/194
r_ hijo: Owen Davies, Popular Ma9ic, Cwrniu11Jolk in En91ish Hiswry, PP- 50, 59, 70_

310 311
L,tudios de caso. De1no110lugÍ~i cri::.,LiJ.tu y cultur~t !Olk!Uríe,:1 en el 111undo ibérico

nómeno ack1uirió dimensiones paneuropeas. En el condado de Somerset, Éxitos aislados corno el de Gaspar Na,·arro no ,dc;inzab<ln para asegurar
la carrerd como sanddur de escrófulas del séptimo hijo ele \Nilliam Gilbert a los símbolos y significantes ortodoxos una Yictoria definitiva. De hecho,
comenzó de la siguiente rnanera: en 1637, la sobrina de Henry Poyntynge, para comienzos del siglo XVIII la p.1noplia de 111itologemas a los quepo-
un vcntlc11wn local, p<l<lccí,1 de adenomas tuberculosos; en un libro de autor dían recurrir los progenitores que aml>icion,tl,,m para sus hijos una carrera
anónimo, titul<ldo ,lli/ WSds nowblc., de d:fcrcnccs clases, el hacendado había corno sanadores carismáticos era extremacLimcnte amplia y Yariacla. En
leído c¡ue la <lolcnci.:i podía curarse recurriendo al tacto de los séptimos ocasiones, de hecho, ni siquiera resultaba necesario recurrir a la paLibra
hijus vdrooes, por lo c¡ue decidió em iar a la niña a casa de los Gilbert para "saludador", pues bastaba con atribuir a u11 deterrni11,1do niño los trazos
c¡ue el más pequeño de los hern1anos la tocara. La sobrina de Poyntynge característicos del complejo ibérico. Así ocurrió con Rayrnumlo Jacinto
se conYirtiÓ <lsÍ en Li primera paciente de ac¡uel fLrn1ante cur,mdero local. Honorio, un bisoño curandero ele cinco años ele edad. El pequeño era hijo
Un último dato completa la din!imica del proceso ele construcción iden- de Don Joseph Francisco ele Deza, regidor de la ciucLid de Orense, que en
tilc1ria del nuno taun1c1turgo: su dbuela patern.1 había pronosticddo c¡ue
171 O recurrió al tribunal de Santiago de Compostela para neutralizar los
si n<lCÍa varón, el niño tendría virtud sanadora por ser el séptimo vástago
atac¡ues del comisario inquisitorial local. En el término orensano se creía
consecuti,·o del mismo sexo. 91
que R<lymtmclo tenía la facultad Je sanar muchus lll,iles rnc:di,mte su aliento,
En España, el mitologcma del séptimo hijo desencadenaba similares
92
la imposición de manos y el signo de la cruz. Tres I icrnes consecutiYos había
procesos colectivos de construcciÓt1 de identid,ides. Al respecto, Gaspar
cmlado comu un grillo mientras aún estaba en el 1·ientre ele su madre. Los
N;ivarro relata un episodio c¡uc tuvo lugar cuando ejé:rCÍa como párroco
padres detectaron vc1rios marcas Je nacin,icnto gr,ibadas en el cuerpo de
rural en Aragón:
la criatura: una cruz en el paladar, un.:i corona de espinas o rueda de Santa
conocí una muger en el tiempo que [yo] era Cura, c¡ue estaua preñada, y Catalina sobre la lengua, un corazón confeccionado con cinco estrellas en
aui.i p.irido scys hijos consecutiuamcnte, sin aucr tenido en el intermedio
la planta del pie izc¡uierclo. Raymunelo manifestó sus poderes por primera
hij-1 ninguna( ... ), y dezia a la gente simple, y migar, que dcsseaua parir
vez a los dos años de edad, cuando salvó de la muerte a un recién nacido
el seplinw hijo: porque tendría gracia de Saludador( ... ). Al fin sucedió
aquejado por una severa inflamación de garganta; el precoz sanador lo-
en efecto, que pario un hijo, y luego se puLlico por el lugar, que auia
nacido con señal de Salucbdor, y oyendo yo esto, dixe por el lugar, que gró la cura soplando sobre la parte afectada. 9' Las eslr,1tegias parentales
no cn:yessen que era Saludador, sino que los Hecl1izeros & Hechizeras anatematizadas por párrocos contrarreformistas )' agentes inc¡uisitoriales
auian impresso aquella señal, o lo que es mas cierto, que el meismo continuaron en vigencia hasta muy entrado el siglo XIX. Así lo demuestra
Demonio, por el pacto que tiene con ellos, secreta e inuisiblemente, el testimonio del jurista e historiador vasco Pablo de Gorosábel, recogido
con algunos medicamentos y aguas causticas, auia impresso aquella se- en su Noticia de las Cusas Memurubles de Guipózcoa ( 1868): "no es menor la
ñal ( ... ). Estendiuse lo c¡ue yo dezia por el Pueblo, y llego a noticia de fe c¡ue la gente vulgar de esta provincia tiene en la virtud de los llamados
la mesma madre, de tal manera, que como ella lo entendio, de alli en saludadores, para curar las mordeduras de los perros nbiosos. Goza este
adelante no se hal,lo palabra del caso, y el hombre viue oyen día, y no concepto el séptimo hijo varón ele una familia, a quien, por lo tanto, los padres
trata, ni piensa en ser SaluJaJur. 93
no dejan de dedicar a semeJanre oficio, que al mismo tiempo ele ser lucrativo,
91 Man: Bloch, Les ruis ,haumc1tu1ges, Str;i,bourg, Publicaliuns de la Faculté des Lettres no deja ele ser de cierta reputación y categoría entre los crédulos y hon-
ck Strasbourg, 192·1 (cito por Ll edición en castellano: Los reyes Lllumc1wr9us, traducción rados aldeanos". 95
ele Marcos Lara, Mhico, FCE, 1988, p. 274).
92 Francisco Vaz da Sih·.1, "Iberian seventh-born chil<lren, werewolves, and the "Valérie Molero, Jfc1yic e, sorcellaie en fspuyne c1u .,ii',le ,/e, l.u111icr,:;;, 1700-1820, París,
dr,1gon slayer: A case study in the comparatin: interpretation of symbolic praxis and L'Harn1dltan,2006,pp.131 132.
95
fairytales", Fo/klvre, 114:3 (2003), pp. 335-353. Pablo ele Gorosibd, Noticia de las Cv,us Jfe1110rubles de o De;cri¡xivn Je la
93 Gaspar Navarro, Tribrnul de Supenlicivn LaJfou, fol. 91 r. La bastardilla es mía. fhH·incia y Je sus habilaJures: expu.'liLiÚn
Ji.: lus inslicuci011es,ji.1i!roS, prfrile:JiuS, urJcnunLus y
155/194
312 31 3
En oc.isiom:s no c,r.in los p.idrcs, sínu lus mismos s,dlllLdorcs en ejerci-
estando caliente el horno,)' curar a una 1m1gcr que tenia un grande mal,
cio lus c¡uc, cu11tribuLrn a la reproducción del colecti\u <le sanadores caris- mas a\"ia de seis años ( ... ). Y que avia diez Jriu, c¡uc: se de,pi,liu dél did,u
máticos. ,\si se deduce del proceso inquisitorial contra Andrés rvlascarón, ,\lurales y comenzó a hacer el olkiu de salud,ido, 1,ilicrnlu,c: ,k Lis dicbs
uno de lus más celebres saludadores de la primer,1 rnit,1d del siglo XVII: letras y patente del Santo Oficio. Y ansi le daban en los lugares lo que
Je c:clcid +O ;:uº1us, y c¡uc n.isei,, en Sah·aticrra, en las mout;iñas de Aragón, a\"ia menester de comida y dinero. Y andubo por el Reyno de Valencia,
y desde: edad de 12 arios se crio en Zaral',OZJ, a donde se casú y lu n:sididu Aragon, Na,·arra y Cataluña, curno salu,Lidur, salud.,rnlo hombre y
;. , ue l,abia usado el oficio de sastre y c~chero. Y que desde el año 1617, rnugeres y los ganados. Y que pasó a Francia y Italia y Sicília, y en todos
1
hc1ce el oficio de s,1luc!Jclor, y con ocasii,n cid uÍlciu de s;.lucL1elur había lus lug,m.:s prcscnt.iba did,as letras)' saludaGa ...
arn!Jclu pur los lugares del Reyno de Aragon. r que se puso a hacer este También los zahoríes ibéricos recurrían a estrategias similares, como lo
cfLiv pvrl¡ut! le Ji.\crun lus Sdlu,LzJures tJUL tt:uid I inuJ p..ird :JdluJ..11 y curar de
demuestra el proceso que la inc1uisición sevillana le inicia a Luis Fernández
rabia, y que tc:niJ. L1 rueda de Santa Catalina debaxo la lengua, porque les
Pérez en 1735 -98
lidbid Jithu 1.¡ut: era hijo sereno, i·arón, ele su maJre, )' que le e11:iol . .1rv11 lo que
En ocasiones, los cur,rnderos que, se autuproclan,aban s,1luLbclores re,·e-
/1c1bic1 ,le h&er paru cur<.11 de rabia.96
laban de m.inera detalL:i<la bs artimaüas a las c¡uc: recurrÍcm para encarnar
La historia de Yi<la de Fr,rnci,,co C1sabo11J, otro legendario taumaturgo
el mito. Tal es el caso del zapatero Gabrid Monteche, procesado por el
ele principios del siglo XVII, nos rncla um tercera ,í,1 pcirJ la apropíJción
tribunal inquisitorial de Zaragoza en 1619:
de la i<luitiéLd de sd]U<.L1dor. El episodio hace honor a la mejor picaresca
J,ia hecho ufficiu de sJluJJdur llluchus Jñus, H11gic:ndu que tenía drtud
,·en 1.í.culc1: un documento falsificado, un nio.o mendigo, un solcL1clo errante,
para curar murclc:duras Je perros L\\ io,us y para ,:ur,u· de otras enfer-
v un cuHJ·unto de hechos c:ir-cunstanciales, contribu,eron a dar inicio a u1n
J J medades y liGrar lu, términu, de piedra, dizknJo c1ue tenÍ.l en un bra.,:u
exítos,1 carrera; de manera tJUe en esta oc,1si6n no fue siquiera necesario
la rueda ele Santd C1tJ!ina y en otro bra,;:o una cruz, las quales se a\"ia
recurrir al remani<lo tópico del séptimo hijo Yarón: hecho con una aguja para engai'íar y dar a entendc:r que a1·i.1 n,1cido con
[Fr,rnciscu Casa bona] fue preso en cárceles secretas a 7 de Agosto de ellas. Y que las enseñava a muchus para que creyesen que tenía ,·irtud
1623, ( ... ) y dedarú ser de eclJd de 21 arios, eristi,mu, iejo, y exercitaba ( ... ) y que asimismo da,·a a entender que era hijo se timo y que tenia
el olkío de saludador. Y c¡ue siendo ele ucho arios, estando en Li cíucL,d ,·irtud y gracia de Dios. 99
ele ZarJouza se puso a senir a un solclJdo llamado l'vlur<llcs, cabo de
b ' Monteche admitió que engañaba a sus pacientes introduciéndose un
escu,1drd de un capitán fümado Felipe ele Vera, y c¡uc andubo rn11 el
gusano en la boca y haciéndolc:s creer (¡ue lo extr::1Ía de la herida durante la
año y medio por C;istill-i y se fueron a embarcar a CartJgcna, a durnle
se c1uecló. Y c:1 clid10 Morall'.s le dio una pro, isiún que decía era ele los cura. También reveló la técnica c1uc empleaba p::1r::1 ingresar en los hornos
lnc¡uisídurl'.s ele Aragón, y le avia dicho se mudase el nombre, llamando- encendidos: "entrava muy dep.risa, tapada la cara, entrando bestido y de
se Seb.isti,rn Ferrer como lo dice la pru,isiun y que cun ella h.ilL,ria de rodillas y de codos, y luego se salia, y assi no se qucma\'J y solo se calentava
comer en cualc¡uier lugar que lleg<lse sJlud;mJo las personas y animales. el bestido sin ofenderle el fuego". Todo lo que hada era "falso, enbeleco y
Y c¡ue se lu Jvi.i dicho el dicho Mor;ilcs por parecerle que tenia gracia ele
97
saludador por aYerle Yisto en Huesca entrar en un horno por una torta !bid., pp. 354-355.
" María Jesús Torquernada, La Inquisición y el cliablo. Supa,Liciones en el si9lo XVI!/,
}¿yes: n:scñt1 Jd yvbicrnv ciril, edeshÍ:.Licv f miÍitdr: iJi:LI Je Ju uJminiStrd...iÓn J,: juc,lÚ."id, etc,
Sevilla, Universidad de Se\·illa, 2000, pp. 179-185. El procesado afirmaba c¡ue su
Tolusa, lrnprcnt.i de E. López, 1899, tomo 1, p. 359. La b,1stc1nlilla es mía. habilidad para adi,,inar los secretos ínti1JJus ele las personas y para descubrir tesoros
96 An~el Gari Lacruz, BrujerÍd e Inquisidón
en el :lltu ,ha¿JÚn en In prímcrn miwJ Jd :ii9lo ocultos, derh·aba de una gracia especial que Dios le habfa otorgado por haber nacido
y J'J/ wZaravou Diputación General de Aravón/ Departamento de Cultura)' Educa-
~ ' b ' b un viernes santo junto a la pila de agua bendita.
ción, 1991 , p. 351 . La b,istarclilla es mía. 99
Citado por l\·\arÍa Tausiet, ,lbrucaclubra Omnipvt,:ns, p. 136.
156/194
31.¡
Estudios de caso. De111u11olugí,1 crí::.tiaih\ ,. Lultur:i l~Jlklú1 ica en el muw..lo ibérico

mcnlirc1 estafar y sacar dineros". Decidido a arrastrar en su desgracia


¡xir;t sentido de la interioridad y ele la propia agencia; y es en la relación entre
103
al cukcLi10 de s,111,Hlores po¡)UL1res, Monteche concluyó su confesión afir- ambos extremos donde el Yo renacentista debería ser buscado.
mando que "todus los c¡ue amL11 ,lll saludando hai;:ian lo mismo, engdoamlo
100 Segundo ensayo: el párroco y el saludador
v fo1viendo
j b
que tienen :::ioracia
>
])articular de Dios".
La ingeniería montada por familiares, pícaros y sanadores carismáticos La fabricaciém de nucwJs san,1dores cari,máticos no fu" el {111ico proceso
remite de inmedic1to a lo (¡ue los especialistas tienden a considerar como una de sclfJashionin9 que se generó en España en torno del complejo mítico del
de las características distintivas ele la cultura renacen Lista: u11 considerable saludador. La discretio spiritm1m y el discurso antisupersticioso li-,bLm fraca-
incremento en b lubilit.L1d para controlar la propia identidad, la percepción sado en sus intentos por clemonizar in toco la creencia rival. Sin embargo,
de c1ue eran los individuos los que estáb,in; hasta cierto punto, a cargo de algo debía hacerse con la exitosa estirpe ele los sanadores de la rabia. Pa-
la con::,trucciÓn de su prupia imagen, la que podía ser concebida, moldeada rafraseando a Julia Kristen, los s,ducL1dores constituían un objeto cultural
101
y presentad;i a los otros como sí se tratara de una entidad diferenciada. cuya misma proximida,l di sistema hegemónico amenazaba con socavar las
Scl,ulurs como Stephen Greenbbtt y John Martín han polemizado ,obre el ficcicJnes identitarias domin:llltes en materia religiosa.'°" Enfrascados en
grzi<lu de ,rntonomía ,1tribuiLle a este proceso de constnicción social de la el combate cuntra los significantes paralitúrgicus grc1bJdos en el cuerpo
subjcti1 idJt.l. i\nte el énfasis excesiYo puesto por Greenblatt en el carácter del ach-ersario, algunos agentes de la religión oficial decidieron entonces
fabricado y perfurrnJti1·u del propio ser, c1ue en tanto artefacto cultural se cambiar de estrategia: desde finales del siglo XVI, Lu,caron encarnar en
equipara por momentos con el texto literario, !\Lirtin propuso analizar el sus personas el idiosincrásicu sujeto mítico del s.1lucL1dor. De tal manera,
Yo renacentista en términos de una constante tensión entre interioridad copiaron, imildrun, reprodujeron \'arius de los trazos epifcnom.':nicos de
y exterioridad; 102 aunque proteico, el cuerpo renacentista tenía una clara aquel primer ensayo exitoso de captura del espíritu divino.
autoconciencia de su carácter poroso, constantemente sujeto a una hues- La facultad mirnetica ha sidu definida como L1 naturaleza que la cultu-
te de fuerzas exógenas: las influencias astrales, las simpatías y antipatías ra emplea para crear una segunda naturaleza, una herramienta capaz de
sublunares, las naturalezas angélicas, la gracia sobrenatural. Siguiendo la corroer la alteridad, de saturar natur<lleza y artificio, de garantizar a la
tesis de Martín, las ebbor,HlJs estrategias para la fabricación de nueYos copia el carácter y el poder del original, de otorgar un status de realidad
saludadores no pueden analizarse separadamente de las ansiedades por a lo realmente construido, de hacernos creer que no vivimus ficciones
sino hechos. 105 La mímesis se ubica, precisamente, en el núcleo de uno
bs fronter.:ts del propio cuerpo, expresadas en artefactos culturziles como
ele los graneles dispositivos culturales del cristianismo tradicional y del
el discernimiento de espíritus. Lo propio ele la cultura renacentista no
catolicismo moderno: el culto a los santos. Impuesta probablemente desde
habría sidu la posmoderna concepción del se!f-Jd,ioniniJ propuesta por
abajo en tien1pos de la Iglesid primitiva, la figura del santo terminó siendo
Greeublatt, sino un discurso en el cual la preocupación por una identidad 106
finalmente aceptada como una forma sublimada de la imiratio Chrisci. De
porosa y fragmentada se equilibraba de manera constante con un fuerte
103
John Jeffries I\1<lrtin, 1H_yrhs ef Rendic,:.,i_rnce luJiriJuuli::;m, p. 18.
100
!bid.' p. l 37.
10
' Julia Kriste1·a, The Po1rers of Horror: ,fo Essay on ,lbjecli0n, Nue1a York, Columbia
1º' Eva Kushner, "The Emergence of the P¡ir,1doxical Self", in Jon,itl,,u, Hart (ed.), University Press, 1982, p. 4.
J111c1,¡ínín¡J Cuhwe: Essays in Early M,>clern flisto~V and Li1auuue, Nueva York, Garland 'º' Michael Taussig, ,Jfimesis and ,llrerí,J: ,! Parcicular Hiswsv of che Senscs, Nueva York,
Puhlishing, 1996, p. 45. Routledge, 1993, pp. xiii-xv, niii, 8.
102 Steplicn Greenblatt, Rc11i._1i.'>suni.:e S¿lf-FLl::.hiuning: Frum .Hure w Skiki.::.pcarei Chicago,
106
Aron Gurevich, ,lfedícr,,l Pupulur Culiure: P1,,blerns of Bdíef und Pacep1iu11, translated
The Clii,:,1go llni ,·-,r,ity Press, 1980, pp. 1-3; Jolm Jeffries /\ brtin, ,)0.ihs ~f" Rrn,ússunce Ly János M. B.1k and PaulA. Holling,wurth, CamLri,lge, Cambridge llni,·ersity Press
/¡¡Jfríduufom, B,1si11gstoke, !-lampshire, Palgrave Macmillan, 2004, p. 16. and Editions de la iv\aison des Sciences de l'Homme, 1995 (1988), p. 45.
157/194
317
E~ttH.liu:-i de cJ.su. Dcmunulug_ÍJ. cristiana y cultu,·a folklórica en el mundo ibérico

hecho, la justificc1ei<'.,o misrna de la existencia del culto de dulía pasaba por yores tormentos que [el santo] sentía era Yerse honrado ele los hombres /v

ofrecer a lus fieles rnoddos imitables, una superficie espejada en la cual con opinión de santo. Para esto pedía a Dios ( ... ) que muriese domlc no
reílejarse. Aún los santos exitosos se construían -o se dejaban construir fuese conocido, para que ni en vida ni en muerte le honrasen". 111

por sus h.ig)ógrafos- como nuevas versiones de antiguos mudelos; Rosa de Para principios del siglo XVII, los curanderos c¡ue encarn¿¡han el mito

Lima, la primer.1 santcl americana, representa un ejemplo paradigmático: del saludador habían logrado conformar con éxito un sistema cerrado de

fue siempre imaginada como una nueva Catalina de Siena, hasta el grado santidad c¡ue se sustentaba, al igual c¡ue el estereotipo canónico, sobre un

de c1ue finc1lmente terminó siéndolo. 107 Pero por ello mismo, por el pres- conjunto de rasgos externos fácilmente imitables. En consecuencia, la

tigio, por el puder, por la iníluencic1 que rodeaban a quienes logrcil>an en mímica como recurso para reducir el desafío de la otredad se com·irtió en

1·ida encarnar ideales tan positiYJmente connotados, fueron muchos los una estrategia al alcance de los propios agentes de la religión oficial, c¡ue

que sucurnbieron a la tentación de asumir la máscara del santo. De hecho, disputaban con los saludadores el monopolio ele lo sagradu en las áreas
si el ejercicio heroico de las virtudes cristianas resultaba diHcil ele repro- rurales. 112 !LilLunos un ejemplo pc1r.1digm.ítico en el PorrucÍih> Je ángd¿sy
ducir, los trazos exteriores del estereotipo -ruilc1gros, éxtasis, estigrnas, combare de demonios, publicado en 1652 Fray Francisco de Blasco Lanuza.

mortificaciones, profecías, Yisiones- eran fáciles de copiar. Como quiere Un saccrdute a cargo de la p:irroc¡uia de la Nuza, en el obispado aragonés
Gabriclla Zarri, la santidad simulada se transforma en una presencia re- de Jaca, comenzó a dirnlgar la noticia ele que había recibido el poder ele
le\·ante cuando se difunde un tipo de santidad imitable. 10> La difusión c¡ue curar el mal ele la rabia por intercesión de Santa Quiteria:
alcanzó el fenómeno de la santid.icl simuLida obligó al catolicismo moder- ay un lugar en esle OGispa<lo de lacea, que se dice: la N uza; y algunos de
no a incurrir en ílagrantes contradicciones, como la de desincenti1·ar Li sus Parrochas, en siglos precedidos, 11<1 ,in impuLv cc/c,1i,il, cc,mcn~c1ron a
imitación de un p,mteón ele figuras que existÍ<ln sólo para ser imita,Lis. 109 JLJr bentlidunes svbre los lwmbtcs J1 dtiimJ/e:-. mvIJillus ,le pt.:Itth rdbit>:ú>:>, inuo-

La fama pública, uno de los requisitos imprescindibles para iniciar cual- cunJv la intercó ion d¿ S. ~Jiteriu. Vieron que todos ::-.~1n<IUJD; y cou)cnqo a
diuulg<1r,e la gracia que en ellos se expcrirncntaua; de tal manera, que
c¡uier proceso de Cdnonizaci.'.m, se vio fuertemente condicioncHla por la
acudían los infectos de tan penoso y mona! :ichac¡ue ( ... ) a recebir por sus
prohibición de toda m.rnifestación pública de santidad no autorizada por
manos el remedio. Quandu entro el Retor precedente al que aora ,·iue,
la institución. Se llegaba así a la pa1·adójica situación de que muchos santos
no hallo escrito ni el origen de tal gracia, ni sabia aueriguar si era gracia
exitosos terminab,m siéndolo, precisamente, porc¡ue escondían los trazos concedida a los Panochos de aquella familia; que fueron muchos años
que permitían construirlos públicamente como tales. Carlos Borrorneo
111
-asediado constantemente por fieles que demandaban sus exorcismos o José luis Sánd1ez Lora) El Diseña Je ld SdrniJ..iJ. L1 tlcji¿JUJJ,_-iÜ11 Je SLlnjuun de la
Cruz, Huelva, UniYersidad de l-lueh·a, 2004, p. 90.
deseabcm tocar sus vestidos- no ocultaba su disgusto cuando se YeÍa forzado 112
De hecho, el espíritu de competencia loc.il con frccuenci.1 inducía a los sacerdotes
a desplegar sus poderes a la Yista de todos, atormentado por el creciente
catolicos a transgredir la frontera c¡u<' separi!La la rcligion ofici.11 de 1.i cultura folklo-
númern de imitc1dores dispuestos a remedar los milagros \'erdacleros. 110 ríca. En u11 trabajo ya clásico, l\lary O 'Neil sostirnc 'l"" el 20 % de las acusaciones de
Según el proceso de canonización de San Juan ele la Cruz, "uno de los ma- superstición ime,tigadas por la lnquisíció11 de Modena entre 1580 y 1600, implicaban
107 Fr.rnk Grazi.rno, 11\,unJsofLore,pp.44,61, 166, 179-181. de rn,rncra Jirecta a sacerdotes y clérigos católicos: M.iry O'Neil, '"Sa,:crd,Hc m·,·ero
1
w.s Gabriella Zarri, ¡('Vera' s.1ntit.i, sin1tdata' s.1ntila: ipotesi e riscontrf\ en Gabridla
Strione: Eccksiastical ancl Superstitious Remedies in Sixteenth-Ccntury ltaly", en
Zarri (cd.), FinLiunc 2 su11LiliÍ Lrd meJioeru cJ aá mvJanu, p. 12.
Ste,·en L. Kaplan (ed.), UnJentunJing Po¡!Ul,1! Culwre: Eurvpe j,um thc ,l/1cUle clgcs to
iu, Ü<l\ id Gcntilcurc, Fium Bishvp tvll'ucli: The Sysiem of the S<1ucd in Ea1ly .lfoJcrn Terra the Nineteenth Cencmf,.. Berlín y Nuen York, Mouton, 1984, p. 56. Para un ~jernplo

d'Ouonw, Manchcster, Manchcster UniYersity Press, 1992, p. 164. de s<lcerclotes usurpando las funciones de los dai11s-9ué1 isseurs del ducado de Lorena
110
Adriano Prosperi, "L' ekmcnto storico nellc: polcmicl1e sulla samita", en Gabrielh Yéase Robín Briggs, The IVitches oJ Lvrrc1inc, Nuen York, Oxford UniYersity Press,
2007, pp. 182-190.
Zarri (ed.), Fimivnc e sc1ntitá tru wcJioern ed etá m0derna, pp. 109-110.
158/194
31 9
Estudios Je caso. Demonología cristi.111.1 Y cultura folklórici ,,,1 el mundo ib,\rico Fabián ,1/ejondro ( ampa8nc

como por suc<cssion del apellido y genealogia propria de los la Nuzas; o copiaron hasta el último de los trazos distintivos de sus rivales locales: se
si era anexa al oficio. Viose instado de muchos que JCudían a n:ocdiir su decían descendientes ele los antiguos marsos, rnanipulahan a los ofidios
bendicion como acostumbrauan , y guiado de sola congctura pr011;il,]c,
sin daño alguno, curaban sus mordeduras untfodolas con saliva, y lleva-
· la grac,a
puso en practica · c¡uc n·a 1mcn r·e 1·icne' 113 .
ban desde el nacimiento la imagen de una serpiente grabada en el brazo
La única dificultad que encuentra Blasco Lanuza en la estrategia acul- derecho. 115
turizadora ensayada por los párrocos de la Nuza, es la deter'rninación del Pero es en España donde hallamos el ejemplo más extraordinario de
,·erdadero depositario de la milagrosa virtud sanadora: la sede parroc1uial, la facultad mimética puesta al servicio de la recuperación del terreno
la persona del sacerdote, el sacramento del orden sagrado, el linaje familiar. perdido. Me refiero al franciscano Andrés de la Rosa, quien a diferencia
En cualquier caso, el extraordinario ejemplo de estos sacerdotes aragoneses de otros aspirantes a santo no construye su identidad a partir de alguno de
permite sostener que no todos los párrocos contrarreform istas opta han por los estereotipos ortodoxos. Por el contrario, los rasgos m.í, salientes de su
la estrategia ele confrontación ensayada por Gaspar Navarro, que mediante figura reproducen detalladament e los trazos distintirns del complejo del
una hábil manipulación ele la opinión local había logrado abortar el plan saludador. Andrés de la Rosa intentó ir entonces más allá que los párrocos
pergeñado por la madre ele un septenario. Para re-capturar el Espíritu, aragoneses, que en el siglo siguiente bmcarían neutralizar a los saludadores
para domesticar el significante rebelde, los párrocos de la Nuza decidieron sin aspirar a la santidad personal. Nacido en 1554, en el pueblo toledano de
reemplazar por completo la figura snpersticios:i del saludador. 11 + Si los es- Carmena, Fray Andrés tomó el hábito franciscano en el conYento de Santa
píritus que operaban en el cuerpo del saludador eran efecti\·amente Santa Ana de Jumilla, en Murcia. Corno los saludadores, como los sanpaolori,
Catalina y Santa Quiteria, ¿cómo negar la posibilidad de que sacerdotes como muchos héroes carismáticos del folklore y la leyenda, Fray Anclres
consagrados, dotados del poder de hacer presente a la diYinidad misma portaba un estigma de nacimiento: una mancha en el rostro con forma
en la eucaristÍa, no pudieran también vehiculizar la potencia sobrenatural ele rosa. 116 Advierte sus poderes cuando su orden lo traslada al convento
de dos númenes inferiores de la mitología cristiana? de Yecla, donde vivirá el resto de sus días. La primera curación c111e obró
La estrategia impulsada por estos párrocos aragoneses invertía el sen- benefició a una tal Antonia Marco, quien estaba a punto de perder el brazo:
tido de aquella otra apropiación sígnica, ensayada por los saludadores que la mujer sanó luego de que el franciscano recitara unas oraciones, santiguara
mandaban guardar los trozos ele pan humedecidos con su saliY,l. Ahora eran
el miembro enfermo y aplicara cuidadosamen te su saliva por todo el brazo.
los sacerdotes católicos los que contra.itacaba n en el terreno del enemi-
Como en el complejo del saludador, la virtud de Fray Andrés residb en su
go. De hecho, no estamos en presencia de un fenómeno exclusivamen te
sali\·a. El convento franciscano de Yecla se transformó en un territorio de
español. Una crónica ele 1678 da cuenta de los poderes del Padre Paolo
gracia. 117 El fraile llegó a recibir a más doscientas personas en un solo día.
Ciarallo -arcipreste del pueblo de Bisegna, en el Abrnzzo Lllteriore- y
de los varones ele su linaje; para combatir la influencia de los sanpoolari o "' OaYi<l Gentilcore, J-lealers and Healing in Ear0- ,1/ndcrn lr"0·, Manclwster, Manchester
serpari itálicos, contrapartida local de los s;iludadores ibéricos, los Ciarallo llniYersity Press, 1998, p. 106.
'"Véase Frarn;:ois Delpech, "La 'marque' des sorcieres: logic¡ue(s) de la stigmatisa-
11JFray Francisco de Blasco Lannza, Pmrocinio de angeles y comhme de demonio, .. Es una tion diabolic¡ue", en Nicole Jacc¡ues-Chaquin et Maxime Préaud (dirs.): Le sabbat des
ilustracion de ¡05 bcn:.ficios que ho?en los J"lngeles de la Guardia l1 los homhrc:;... Y wmhicn de sorciers en Europe (Xlé-XVII/e siecles), Grenoble, Jéróme Mil!on, 1993, pp. 34 7-368;
las a 1·rucias,y imaginaciones Je los clemonin,;, Real Monasterio de San Juan de la Peña, Nicole Beln1ont, Les si9nes de la nai,;rnnce. Érude Jes rcprés-::nrorhms ~ymholiques assocíles
1652, p. 882. aux naissances sin9ulieres, París, Pion, 1971, pp. 19-65.
," Fobián Alcjanclro Campagne, H amo C.at ho J·,cus, ,'-/. omo .\ upen·r·c·o·u·
, , 1 1. El discurso an-
117
P~1ra 1a noción de "territorio de gracial)Yéase Keith Luria, Tcrritories ~fGrace: Culturo/
risupcrsticioso en la España de los si9los XV a XVlll, Madrid, Miño )' Dhila, 2002, PI'· if
Chan9e in the Se,·enteenrh-Cenw ry Diocese Grcnohlc, Berkeley, llni,·ersity of California
+19-420. Press, 1991, pp. 93-9+.

320 159/194 321


Estudios de caso. Den1onología crbti.:i.n,1 ~; cultur,1 t'olklóricJ. en el inundo ibérico

El legajo y Li encuesta correspondientes fueron redescubiertos en I 982,


Se especializaba en el cáncer de pecho. Las mujeres sanadas mantenían vi\·a
en el conn:nto franciscano de Valencia. 1 ' 1
su emoción cuando narraban lo sucedido cuarenta años más tarde, durante
el proceso ele beatificación del franciscano; ante el requerimiento de las Tercer ensayo: el in(1uisidor y el saludador
autoridades apostólicas, descubrían sus pechos y mostraban la señal de la
La audaz utilización de la facultad mimética por parte de Frav Andrés
cruz que se mant<"nía indeleble sobre la piel desde el momento mismo en
de la Rosa y de los párrocos de la Nuza señala un claro esfuerzo ;de cleri-
<¡ue Fray Andrés la trazara. Curaba también otros males. Lamiendo)' san-
calización de lo sobrenatural cristiano. 122 El arsenal rebelde -la salí 1·a, L.s
tiguando, prestaba su asistencia durante los partos difíciles. A las mujeres
marcas de nacimiento- eran rcsignificados en los cuerpos de los sacerdotes
afectadas por terribles flujos de sangre les colocaba vendas bien ensali\·adas
consagrados. Se trataba de una táctica c¡ue invertía el proceso de demoni-
alrededor del vientre. Lo mismo hacía con los tumores oculares y con las
zación sobre el que se sustentaban los modelos de la díscrcrio spiriwum \. de
inflamaciones genitales. Al igual c¡ue otros sanadores tradicionales, Fr:1y
la reprobación de supersticiones. Lejos de negar sentido a los signos ri\'.ales
Andrés tenía el don de la adi\'inación. Emanah;i de su cuerpo un olor a
118 se los potenciaba, gracias a un proceso ele fusión con el orden sa~raelo.
rosas que impregnaba cualquier lugar por el que pasaba. Cuando murió
Tal como ocurría con la transubstanciación, el fraile de Yecla v los-curas
a los setenta años, un calor repentino brotó ele su cuerpo y gotas ele sudor ' . ;
aragoneses o frec1an a sus fieles versiones aceptahles de la neo-encarnación
de grandes dimensiones humedecieron su frente, revehndo una natural<"za
119 del Espíritu. Como en el caso de las estrategias ensayadas contra b herejía
ígnea equiparable a la de los mismos saludadores.
La fioura de Frav Andrés de la Rosa rcsult;iha ambigua desde la pers- espi~itualista y la im·asión mística, se i1witaln a los cristianos a interrumpir
"' '
pecti\·a ele los modelos ele santidad impulsados por la Contrarreforma. Por
- la busc1uecb del significante.
Ni Andrés de la Rosa ni los párrocos del obispado de Jaca se habrían
un lado, hacía gala de un pron-:rbial humildad: jamás levan taha b vista del
visto obligados a recurrir a aquellas maniobras bizarras, si los teólooos
suelo, se alimentaba a base de pan y agua, dormía en el suelo, caminaba
e inquisidores hubieran cumplido su tarea, si hubieran dernonizado :in
descalzo, evitaba montar en carretas o cabalgaduras, portab:i un cilicio,
contemphciones la figura del saludzidor ibérico. No pudieron hacerlo, sin
se flagelaba con frecuencia. Sin embargo, sus <lotes taumatúrgicas atraían
embargo, porque la sutil concentración de la materia sanadora en la saliva
multitudes: lejos estamos aquí de la pudorosa resen-a manifestada por
del taumaturgo incorporó el orden natural al esquema de causas pbusihlcs.
Carlos Borromeo o Juan de la Cruz. Tal vez por ello b orden tomó abrup-
120 Ante la imposibilidad de alcanzar conclusiones de carácter uni\·ersal la
tamente la decisión ele suspender el proceso de beatificación del fraile.
teo log1a
' moral y el discurso cl<"m<mológico propusieron a las autoridades
'
episcopales una solución de compromiso: cada saludador constituía un
caso aparte; sólo tras un concienzudo exanwn se poclrb determinar si sus
11 s Jti;1n Blázquez i\:hguel, Eros y TánaW5. Brujcrín, hechicería)' .•1upentirihn en E~r<1ñe1,
pod~res de1:ivaban ele una virtud natural, de una gracia divina o de un pacto
Toledo, r\rcano, 1989, pp. 243-2-H.
119 Tzrn,híén los ch:nn;ines siheri::-rnos exp('rin1C'nt;:ih;1.n en oc;:lsiones un gr:in calor du- cl1abohco. En consecuencia, fueron muchos los saludadores que lograron
rante el trance, y por eso podfon jugar con las brasas y con el hierro candente; Yéase 121
r\ partir del redescubrimiento del proceso de beatificación Juan Blhquez Mioucl
Mircea Elíadc, Le Chamanismc cr les Tcchni,¡11cs :lrchaíq11e Je l' Exrose, Par is, Payot, I 968
escribió una biografía del franciscano: Juan Bláz<1ucs Miguel, Froy Andrés de¡., tosa.
(2n1e. é·ditíon) (cito por la edición en castellano: El chamani_,;mo y los récnicns arcoicas
El Padre Sanco JeYecla, Yecla, Ayuntamiento de: YccLi, I 982.
del éxwsis, tradt1cción de Erncstina de Charnpot1rcín, lVléxico, FCE, 1992, p. 201 ). 122 Andrcw \V. Keitt, lnrcniin¿¡ thc Sacrcd, p. ! 63; Fabi:\n r\J,,j.rndro Carnpognc, f!omo
120 Sirnilares inconYcnicntes retrasaron el proceso de canonización de Giuseppc da
Ccnhol1cw-, Hnmo \11pcnririorn<; 1 p. 4-45; Pctcr Rurke, "How tobe a Counter-Reforni:ition
Copertino, otro fraile franciscano con trazos carisrn:\tícos similares a los de r\ndrés
Saint", in !\:ter Burke, The Hisrorical .-lnthr0p,1lo¡/J'
--' orEarf;--
:J 1/o.l.:rn /mir
.,, ' Combridaº
.:::,C,
de la Rosa. Giuscppe da Copertíno falle-ce en 1661 y es canonizado en 1767; ,-éase
Cambridge Uni,-ersíty Prcss, 1994 (l 987), p.50.
DaYid Gentilcore, From B;,h0p /O lVitch, pp. 176- 177. 160/194
322
Estudios de caso. Demonolog1,1 lTi:-.ti,H1J y cullur,1 rolklórica vn vi mundo ib/-ríco

p,is.ir la pnti:ba, ad,¡uiricm lo derecho a ejercer su ol1cio en u11 co11cejo mundo en nombre di.: sulud.Jdori:s,} tlcffos se c11f 1cnd.: ro,lo lo ,¡uc en cm: c<-1pi
123 . .
municipal o en una diocesis determina da. rulo hcmD;; cscrípto (-lJfHra lt)S comunt:s rc1/11.fudorcs, no J.: ouu~ liomhrcs ..,1111¡)/c;;
Pero los teólogos y los inquisidor es terminará n respondie ndo a la intm- y buenos que por renLura tienen ol9una gracia e,peciul di:: Dios paro sonor con
ción ele los agentes del catolicism o ,·ernáculo , diseñando nuevas estrategias buena deuocion, poniendo la mano y rezando buenas oraciones .. lfos
discursiva s destinadas a cristalizar el significant e. Así clab,1 comienzo al
y juezes los dcuen
de,"[()s ".F rn10· pocos en el mundo y por esso los prelados
son ciclos ,·nns y c¡ualcs de los otros y no
tercer ensayo de apropiació n del complejo mítico del saludador. En esta bien examinar para Yer qualcs
dcxJr ansi andar a quiernpiera saludando y cnsalmando"' 1"
ocasión, sin embargo, el discurso hegemóni co se propuso cambiar de
táctica. Las primitivas aplicacion es de la discrecio spirirnum y del discurso Desde una pcrspectÍ\ 'a excesiYam ente intelectua lista, Ciruelo defendía
antisupers ticioso al complejo del saludador tenían como objeti,·o,d emo- la tesis gue identificab a la santidad personal con la gracia gmtis daur. Con
nizar su figura. Ahora, por el contrario, emulando la agudeza empn:1ca de ello pretendía alejar del complejo del salmbdor la posible ctiologfri sobre-
aquellos frailes y párrocos descriptos en el apartado anterior, los teologos natural de sus virtudes, cerrando el abanico ele posibilida des contenido en
y los inquisidor es se propusier on capturar la figura del s:iludador,
ence-
la discretio spiriwum, y facilitando en consecuen cia la demonizac ión ele los
~rándola tras los muros infranquea bles de la fortaleza ortodoxa. taumaturg os populares . La intención ele la maniobra ensayada por Ciruelo
En efecto, a partir de una flagrante rnanipnbc ión de la noción ele grncia resulta transparen te: los santos ,·erdadero s son muy pocos en el mundo,
sratis daca, el discurso oficial logró finalmente construir una 1~ue,·a imagen
por lo que los portadore s de gracias 9ratis darnc, entre los cuales deben
del saludador, nn modelo abstracto a partir del cual debena medirse b contarse los verdadero s sanadores carismátic os, también lo son.
ortodoxia de los saludadore s realmente existentes . La estrategia se detecta
Aunque heterodox a, esta interpreta ción restrictiva de las gracias so-
en ciernes en los tratados antisupers ticiosos más antiguos. Afirmaba Pedro
brenatural es tuvo una amplia difusión, como lo demuestra el manual de
Ciruelo a principios de la década de 1530:
confesores que Jaime de Corella publica en Madrid en 1690:
La sexta razones contra estos malditos engañadores del mundo: es c1ue
Preguntase: Padre, acúso~e que en otra ocasión me mordió un perro
quando ellos saludan los ganados y bestias de todo rn pueblo o concejo,
rabioso y yo llamé a un saludador, c1ue con el aliento y hazcr la señal de
no llegan todos a ellos con la mano ni con su aliento, ni les ponen todo de la cruz, me dio salud.
su saliua, sino de lexos los miran y santiguan, diziE"rnloks ciertas palahrJs
( ... ). y ya está probado que toda sanidad que se procura de hazcr con Contesta: ¿Y este saludador era persona ,irtuosa y de buenas costumbres?
solas p;ilahras es peccado de supersticion ( ... ). Excepro ,¡111rndo e,ro ha?en ?reguntase: Padre, sí, era persona honesta y por tal reputada.
hombres sancros sier11os de Dios, de quien se cee que tienen virtud y gr:ic1a
especial de Dios para ello,)' no de los borrnrhoncs ricio.ws que andan por el Contesta: Lo cierto es que aunque el n1lgo dize que los saludadores tienen
,·irtud, no dexa de ser materia muy sospechosa( ... ) Lo que dizen los
123 Véase lv1artí Gelabertó, La palahm del rrcdicador. Cnnrmrr1?formil )' .mpcrsriri/in en doctores en este punto es que si la persona c¡ue cura es pía y Yirtuosa, y no ·
eora l una
- (·· ~, Milenio , 2005 ) pp. 282-283; José l'vligucl Sáez
)18 ¡os ,\'Vll --YVIII) , Llcich
se halb en su modo de curar vana circunstancia, se puede permitir." '
y Pedro Marset, "Profesionalt's sanitarios en la l\1urcia del, siglo XV!II. N~~1ero'.
-, " , .,t·',[ / epi·o ) 4S (1993), , p · 73·, Sebast1an Cirac_ Estopman,
·' )' ( 1·IStn·¡)UC1on
eYO lUCIOn
_ Lo,, La argumenta ción de Ciruelo tenía defectos úsibles: desde el punto de
rroresos Je hechicerías en la lnq11isición de Casrilla la Nucril (Trihunales de Toledo J Cuenca), vista de la teología moral no existía razón para suponer que la divinidad
~bdrid, CSIC, 1942, P· 63; Juan Blázquez Miguel, lec/a en Sil /-lisrorio: rlc,·,le los pn· otorgaba gracias especiales de carácter sobrenatu ral solamente a hombres y
meros pobladores ha_;;ro ]0 Guerra ele lndcpcndcncia, Tole-do, Arcano, 1988) p. 81; A_ntorn_o
Peñaficl Ramón, "Cara y cruz de la medicina murciana del setecientos: Pen1,·enc1~ 11+ Pedro Ciruelo, Reprahación de las supcrsticicnc
s y hcchizeria,, fol. xi r. La bastardilb
71 (1987) , 1op · 73-81 ·, Francisco
ele l sa luclad01·" , ;JI, urge rana , J. Flores Arroyuelo,
., El
es mía.
diablo en fapaña. Madrid, Aliama, 1985, p. 189. Abracadabra Omniporcm, p. 142.
161/194 '" Citado por María lausiet,
32.¡
325
[:,tudios de caso. Dcrnono logl.1 \,ri">ti.1 11 .1.: 1.,uhur.1 lolh:lont ,1 en el rntl!HIO llhºI Ju>

implic ado un fuerte


mujere s Yirtuo sos. Sosten er la tesis contra ria hubien c1mcl1~yi:ntc, es, sm cmhar.90 1 un inllicio rcl1cnh·n1c (le ,:;i mi
I irruJ de ohrar tules

condic ionam iento a l.i ornni1mtenci.1 diYina, un desafío


,d \·olunt ,irismu de de Dio)· o dd (lcmonw . Por CS<\ cu.11Hlo los que hac-cn esta:;;
mdr.1ri/Ji.1s es
tambié n la t.',gic.1 del reputarse por
matriz nomin alista que de maner a crecien te inform ab;i cos<1s son hombre de vida reproh ahk, más bien han dé
116
::, ios de la diYinidad resulta ban siempr e
· <l en1 onolo' gi·co . Los desian
(l.1scurso hechice ro, c¡ue por poseed ores de las grací.:is gratis
(L«la,. 128

el pLrn de sah·aci ón
mister iosos, y no podía negars e la posihili<lad de que Así corno el métod o inc1nisitorial se había impue sto
corno un derech o
reputa dos por santos.
contem plara utiliza r para sus tínes a individ uos no ele excepc ión a las reglas clásicas conten idas en el Dí3esw , Vitoria intro-
de ligar las gr~c1as
Sin embar go, en algo acertab a Ciruel o: la posihiliclad ducía una contra -norm a en la doctrin a ele la teologí a moral, destina da a
os estánd ares de condu cta moral suporn a un de la rabia: como antes
oratis dadas a los más elevad clescalifü:ar al espírit u familia r de los sanado res
u encarn ado en el cuerpo del crimen excepw m. 129
~amin o posible para clerica lizar el espírit las brujas, los saluda dores se tornab an agente s ele un
carne,_ \)ara mYentar con el demon io~ el
saluda dor, para captur ar al signifi cante grabad o en su Por la graved ad del delito implic ado --la connin 'ncia
traducc 1on a la esfera la norma . La solució n pre-
un nueYo compl ejo mítico que tornar a inviabl e su mbirrfo m del juez suplan taba la objetiYidad de
de las práctic as sociale s reales.
_ _ ,
,·ia propue sta por Pedro Ciruel o rozaba b herejía donati sta, c¡ue ligaba la
Para lograr este objetiYo, para comba tir al elusiYo enemi go que res1stla
eficacia sobren atural de los sacram entos a b pureza pcrso1 ul del ofician te;
o ortodo xo, la doc- a -postu lada como
los esfuerz os de clemon ización ensaya dos por el discurs resulta sugesti H) c¡ue en su comba te contra la simoní
Li. _1_ J omni¡~otencia r;idical ele la refor-
trina de las gracias sobren aturale s dehía se reform u hr herejía desde comien zos del segund o mileni o- el ala
n 1deolog1ca de ¡ sacram ental ele los
de la di\"iniclad debía limitar se, en aras de la descali lil,h.:1" ma gregor iana tambié n preten diera neg<1r la eflcaci,:
la parJlit urgia popub r.
uno de los más exitoso s desafío s constr uidos por pcr Ji,ri¡,lin on cr orcrm pos,idcnwr.
ará la lógica del '" Francisc o dé Vitoria, De mogia, p. l 259: "Ncc gra1iae
traslad
Para ello, un teólog o sutil como Franci sco de Vitoria SeJ, <n air Aposrolus: Omncs gratías operawr unus ce í,lem
spintus, di,·iclcns síngulis prow mir.
rdinari as: aunque
métod o inquisi torial al discur so sobre las gracias extrao 1
lfa9i awem alii ab aliis acripi11nr 011r orcem, autj{icu
harem. Ec licec bona, auc mala rica non
ar de ,·ida moral no bastab a para negar a cicndi lrni11m10di mimhili a sir a Deo~
la ausenc ia de un elevad o estánd sic omnino :fficax. si8n11m er ar¡p1mcn t11m an riaus_fa
s, podía al menos com·er tirse . ll1hlc (71ú hace ºF•~rmnur, si prorsus sínr homincs
los saluda dores su caráct er de agente s divino rel a docmonc , ramcn ese magnum in,lici11m
diabóli co de sus malefici, c¡uam f:)taliGru m fD,;,:;cswrcs". La bastardilla del
en un vehem ente indicio (ma3num indiciu m) del origen improba rac 1·irae, crcdcn,/i potius
texto castella no es mía.
conden aba por
podere s. Al igual que el Santo Oficio , el domin ico Vitoria 129
en mJticre de sorcelle re", en
117
Véase Jacc¡ues Vida!, "L'arbit raire des jugcs d'Eglise
sospec ha : , Le sabbat des sorcicrs en Euro pe (.\'le-.\' VII/e
Nicole Jacr¡ues -Chaqui n et Maxim e Préaud
que, como )' supcrníciÓn en .·Jro/lán en
no se alcanzan las gracias por la disciplina o por el arte, sino siec/cs), pp. 7 5-86; María Tausict , Ponzoña en los ojo,. Bru¡cría
las proc/11ce 11no y el mim10 E,plriw, repar- ión Fernand o el Católic o, 2000, pp. l 85-215 ; Chris-
dice el Apóstol: Todas la, grocias el siglo XVI, Zaragoz a, Instituc
unos re, The John Hopkin s
tiéndolas a cada uno como quiere. En cambio , los magos reciben tina Lamer, Enemics of God:The IVirch Hunc in Scocloncl, Baltimo
sea ar911mcnro Llni,·ersity Press, 1981, pp. 66-68; James Sharpc, lnscrumc
of
nts Dorknc,dVüchcruji ín
de otros esta facultad. Y a11nq11e la h11ena o mala rida no
·ania Pr,:ss, 1996, pp. 213-23 4;
Eartv Modern En9lnn,l, Filadelfia, Uniwrs ity of Pennsyh
en la demono logía mo-
12 Un interesa nte análisis de la influenc ia del nomina lismo
6
\VoHg,mg Bchringer, f-fc.n'rn·c!JO!,gung in Rc~·crn:Viilkmwgic,
(;/aubcnscifcr und Swmffh'> on
in che Ncirl VinU: The lmpacr of (cito por la edición en
derna puede hallarse en Fernan do Cervan tes, The Dei-il ín der Friihcn Ncuzeír, Munich , R. üldenb ourg Vcrlag, 1987
Press, 199+, pp. 2+_, 29, 108- ,1 12
Diahalism in Ncw Spain, New Haven,Yale UniYersity inglés: 1hcchm1fi Pcncc,nian in BC1rnrio: Popular ,líogic, Reli9iou
s Zwlotry and Rcmon ~f.'icncc
. El ,·/,·al,lo "" n el i\'11crn
. ,l/11ndo. El impC1cto ,le/ diohalwno a cra,·es de Ledcrer , Cambri dge,
. ·' en ca.st e IJ,no·
(c1..l1c1on .. 0

ín Ear[v ,Jfoclern Europe, tnnsbt cd by J. C. Grayson and David


1996). _ _ Rrían Le,·ack, ThelVirch f-lunr
la colonización, Hc-rder, Barcelo na, Cambri dge llni,·ers ity Prcss, 1997, pp. 215, 231, 312);
E11ropC1, Milán, Bompia ni, 199:, (cito
121véase !talo Mereu, Scoria dell'into lleranza in
ín Ear[v ,lfo,lern Europe, Londre s, Longma n, l 987
(cito por b traducc ión castella na
en Europa, traducc ión de Rosa
por la edición en castella no: Historia Je la inwlcran cia de la segunda edición en inglés: La caza de hruJas en la Europa moderna , traducción de
).
Rius v; Pere Sah·at ' Barcelo na, Paidós, 2003, pp. 125-151 1995, pp. l 08-117 ).
162/194 José Luis Gil Aristu, Madrid , Alianza ,
l:srudios de caso. Lh'ff1onoIog1:i (Th\Lt11,1 _, <..Ullur,1 101K101 H:.1 l·11 t·1111u11t111111111lu

claYe ele la Yirtud persoi1c1l, sólo que ,1ltor.1 l()grab,rn imbricM "¡rnreza ,le Buscando consolidar estJ estrategia dt'. control ct>ntrc1lizado de lo
costumbres" y'\ inud sanadnra" con argumentos más s/,lidus. En ,:!'ccto, sagrado, el Santo Oficio impuso una última condici{,n a los tc1um,1turgos
al limitar la ~ausJ!idad diYina directa -el don subrcnatural-- et! primer populares c¡ue aspiraran a pasar el examen de los inquisidores: la gratuidad
aru¡Jo ele saludadores -el de los Ycnladeros s;:mtos-, desligaban
b e
la noción de los servicios prestados. Tanto el origen divino de la complexión natural
de uaracia amcis
.
daca de la fiaura
b
del saludador. Si éste efectiYarnente cu- de su saliva como la virtud personal que se les exigía, demandaban un
raba, lo hacía por una complexión particular de su naturaleza, no por el ejercicio desinteresado del carisma sanador. Si la condición ele santidad
reaalo de un don sobrenatural. Ahora resultaba posible ligar l.1 pureza ele: personal había vuelto poco plausible la existencia de los Yercladeros salu-
b
costumbres a la virtud sanadora de los taumaturgos pnpularc:s, puesto c¡ue dadores, la gratuidad del ministerio taumatúrgico la tornaba virtualmente
ya no se trataba de una gracia gratis dada; y en consecuencia, la ausencia imposible. ii+ El encierro del complejo mítico en los límites estrechos del
de comportamientos y conductas exteriores asociadJs al estereotipo de discurso ortodoxo se había consumado_
la santidad personal tornaba teológic:unente plausible la asociación entre
el demonio v el saludador. IH Como sostiene Timothy \Valker, "índced, f-foly Ojfice per,onnel seemed to hare hccn rhc
El objeti:o ele los inquisidores locales erJ el mismo c¡ue el de los intentos most agírated -eren unnen·cd- when they occasionolly cncounrcrccl saliufod0rn ll'ho
anteriores ensayados en España: lJ apropiación del complejo del salucbclor; no spec!fic sum in recurn for rheir sen·ices, asseuin9 clwt it iras un,ccmlyjCTr a man

sólo c¡ue ahora la formulación alcanzaba una consistencia intelectual de que solicir rcm11ncration" (Timothy D. \Valker, Docrors, Folk 1llcdicine ami rhe lnq11ísition, p.
67): "de hecho, el person;,I del Santo Ofi,io parece haberse sentido particularmente
carecían los esfuerzos previos. En efecto, con el texto de Dos Salud(l(lnrcs el
agitado -incluso irritado- cuando o,;isionalmcnte se encontraba con s;,l11dadores
Santo Oficio portugués logró fabricar un saludador abstracto, un estereo-
que no pedían dinero a cambio de sus scrYicios, afirmando que para un hombre de
tipo estrechamente relacionado con los parámetros de santicbd personal
Dios resultaban impropio solicitar una remuneración"; la traducción del inglés es
v pureza de costumbres propugnados por la moral tridentina, de manera mía). Tampoco cobraba nada a sus clientes el curandero Gerónimo d,: Solané, más
132
de tornar prácticamente inviable la encarnación real de la nuevJ figura. conocido como el Tata Dios, quien en 1872 pro,·ocó una masacre ele inmigrantes en
La estrateaia transformaba al carisma de sanacif)n en una tJutología, pues Tandil, en la pro,·incia argentina de Buenos Aires; Yéasc John Lynch, Massacre in the
b
lo ligaba de manera indisoluble a la virtud personal y a la doctrina de la Pampa<, 1872, Norman, UniYersity of Oklahoma Press, 1998 (cito por la edición en
Iglesia. La carga de la prueba se había invertido: no sólo los milagros no castellano: ;)forncrc en las pampas. La moranza de inmigran/es en Ton.lil, 1872, traducción
eran ya prueba de santidad, sino que ellos mismos necesitaban pruebas <le María Teresa La Valle, Buenos Aires, Emecé, 2001, p. 116). Es necesario ;,chrar,
sin embargo, que los sanadores carismáticos que af\rm;,han no cohrar nada por los
adicionales para ser aceptados corno tales. 133 Por ello, lejos de considerar a
sen·icios prestados con frecuencia participaban de los sistemas locales de recipro-
la totalidad ele los saludadores como agentes diabólicos, como querían los
cidad equilibrada, lo que implicaba que muchas de sus tareas eran remuneradas
teólogos del siglo XVI, los inquisidores portugueses los calificaron in ww
en especie; ,·éase Sabina Magliocco, "\Vitchcraft, Hcaling and Vernacular Magic in
como agentes divinos. Para ser considerado saludador, un curandero rural ltaly'', en \Villem de Blécourt y Owen Da,·ics (eds.), 1Vitchcmfi Conrinuc.l, p. 163;
debía encarnar en su persona la ascética pureza del santo contrarreforrnado Owen Davíes, Popular 1lla3ic: C,mningjolk in English f-Iistory, p. 86. Estas estrategias
-como Fray Andrés de la Rosa en la segunda mitad del siglo XVI. de intercambio no mercantili?aclas que se practicaban en las comunidades rurales
pre-industriales permitían inüsibilizar, a los ojos de los inquisidores, el carácter in-
u2 Resulta .suucstiYo
b. que esta misrna ccuJdÓn C"ntre dones sobrenatur,.iles y Yirt11d teresado de las curas practicadas por los rnnnín[J- mcn campesinos. 1 os estudiosos del
personal también sirYiera para tornar im·iable otro complejo mítico que durante chamanismo siberiano detectaron casos de especialistas loc-ales qne recibían por sus
siglos ,ksaf\ó exitosamente a la religión oficial: d don taunnttirgico de los monarcas sen'icios pagos en dinero o diezmos regulares, pero también hallaron practic;,ntes
fr;nceses; véase Jeffrey \V Merrick, The Tlcrncraliwrion ~f the French Monarchy in rhe que debían contentarse con la celebración de un festival en su honor o con el respeto
Eighteenrh Century, Baton Rouge, Louisiana State Uni,·ersity Press, 1990, p. 20. y la gratitud de sus comunidades (Ronald Hutton, Shamans: Síherion Spiri111oliry nnd
ill Andrew W Keitt, Jnvenring rhe Sacred, pp. 180.18 l. the Western lmagínation, p. 100).
163/194
330 33 1
FohúÍn. l lcjmhÍro Compngnc
Estudios de caso. Üf'monolog_í,:i cn-.,1u11,1 ~ cultura folklórica en el mundo iL:-rico

buenos, los santos y los servidores de Dios~ y quicm:s cur-m por i·irt11d
sacerdotes simoníacos. 110 El recurso ,il derecho de excepción propuesto
humana natur.il -a<1ucllos c1ue manipulan los clem,·ntos n,ituralcs corno es
por Francisco de Vitoria resultab-1 una ,·i.i menos lr-iumática. se suspendía
debido, y curan los ata<¡ues humanos que se producen naturalmente; por
la vigencia de la doctrina sin negar abiertamente sus postulados.
Esta estrategia alcanzará un grado mayúsculo ele perfección a finales fuera ele estas dos vías de sanación, no existen otras lícitas a las que pueda
recurrirse: no existen otras formas posibles de salll(bdores. En un breve
del siglo XVll, gracias a un nuevo reglamento sobre los saludadores for-
mulado por la Inc¡uisición portuguesa.T anto Ciruelo como Vitoria habían párrafo los jueces del Santo Oficio portugués recuperan semánticamen te

impulsado con sus maniobras la clemonización del ach·ersario; para facilitar la figura del saludador, aplicándola sucesivamente a la divinidad a los
ángeles, a los santos y a los médicos profesionales. '
la tarea ele la discrerio spiri/llum, anulaban uno de los tres umbrales ele po-
Llegado a este punto, el texto introduce en el razonamiento a los salu-
sibiliclael potencialmen te vigentes detrás de la figura del salUébdor: el ordo
dadores realmente existentes. De acuerdo con la clasificación precedente
sobrenatural. El objetiYo explícito de ambos teólogos era la desaparición
¿en qué grupo debían ubicarse aquellos que afirmaban poseer desde el naci-
de la creencia, la destrucción del mito. Hemos visto, sin embargo, que
miento una especial virtud curativa contra el mal de la rabia? Comparados
algunos agentes vernáculos de la religión oficial ensayaron una estrategia
con la divinielad, los taumaturgos populares no podían ser saludadores sino
diferente, buscando encarnar en la persona de los sacerdotes consagrados
la ficrura del s;iluclador. Al igual que Ciruelo)' Vitoria, pretendían ligar así en sentido impropio, puesto que la virtud curativa que afirmaban poseer
b .
la gracia gratis daw a la santidad de la persona o del ministerio otíciantes; se originaba en una específica complexión del temperament o natural -en
pero a diferencia de aquellos, no perseguían la supresión de la creencia, no este caso, residente en la saliYa-- que sólo Dios provee. La argumentació n
pretendían suprimir su memoria: en todo menos en el nombre, Andrés de era revolucionaria . Los inquisidores portugueses se ubicaban aquí en las
la Rosa y los párrocos ele la Nuza asumieron los trazos del saludador. antípodas de la estrategia ele dernonización de los saludadores: la virtud
El Santo Oficio lusitano annzará con audacia en la misma dirección. En de los verdaderos sanadores era una combinación de los órdenes natural
1690, la Inquisición portuguesa aprobó un documento titulado Dos Saluda- y sobrenatural, o mejor aún, del potenciamien to del primero por obre,
dores. Se trata de un texto extraordinario , que lleYa hasta sus mismísimos del segundo. Por consiguiente, tanto los médicos profesionales como
131
límites el ensayo de apropiación clerical del complejo del saludador. A los saludadores populares pertenecían al grupo de los agentes sanitarios
diferencia de Fray Andrés y de los curas aragoneses, los inquisidores portu- que curaban por vía natural. La diferencia estribaba en que los primeros
gueses asumirán incluso el nombre mismo del ac!Yersario. De hecho, el do- curaban gracias al conocimiento adquirido por medio del razonamiento
cumento comienza afirmando que Dios es el Único saludador ,·erdaelero. La conjetural y de la experiencia práctica, y los segundos afirmaban hacerlo
aplicación del término saluelador a la diYiniclad misma llevaba la táctica de por medio de una virtud innata.
(re )captura del Espíritu hasta ni Ye les nunca antes alcanzados. La ingeniería Es aquí que Dos Saludadores invoca al demonio. El Enemigo puede curar
elestinaela a la apropiación plena del significante continuaba luego con una recurriendo a ambos procedimiento s naturales: por rneelio de la aplicación
maniobra que superaba los intentos pre\'ios ensayados por los agentes del activa de medicinas, corno los profesionales diplomados; o bien invistiendo
catolicismo español. Existen dos tipos ele salueladores, según el parecer de elesde el nacimiento a determinados cuerpos con las virtudes necesarias
los inquisidores portugueses: quienes curan por virtud divina ~los ángeles ele un saluelaclor. Por ello, el Santo Oficio culminaba recomendanel o a sus
jueces estudiar de manera individual a caela uno ele los salueladores de
13 °Kathleen G. Cushing, Refimn ond rhe Popocy in che Elcrcnrh Ccnrwy: Spiriwaliry anJ
wcial chan9e, Manchcstt:r, ivbnchestcr llniYersity Press, 2005, p 96. nacimiento, para identificar aquellos (_1ue por su virtud personal puelieran
" 1 Para lo que sigue me baso en la descripción del documento rcalinda
porTimothy estar realmente dotados con una complexión natural extraordinaria otor-
D. \Nalker, Doctors, Fo/k Medicine anrl rhc lnq11isírion: The Rcprcssion of ,lla9irnl Hca/in9 ín gada por la divinidad. Los teólogos lusitanos recuperaban aquí la noción
Port119al d11rin9 rhe Enli9hrmenr, Leiden, Brill, 2005, p. 298.
164/194
J:-,studiu:-:. de CJSO. Ut::nlO!lO logu \T!:,li,l!l.-1 :· Ull!l!L)
l()]¡..,_¡011c,l l'II CI lllt!IIU<J IIJU IL{)
Fahián ,HcjanJ,o Campugnc

clan' de Li \·irtud wrson,il , sólo qt1Lc ,1liora logr,ih,m imbrica r


1 "pun,za de Buscand o consolid ar esta estrateg ia de control ccntr,ilizc1do
de lo
costun1 1)1.es-" v. "··i·tti(l
,i 'lll'clc1r
.,, " ·"
" ('011 anrurnc
, ::, ntos más sl,lidos. En decto, sagrado , el S,rnto Oficio impuso una última co11dició11 ,1 los taumatu
al .limitar la ~ausalic bd dí\·ína directa -el don sobrena tural- dl primer rgos
popular es que aspirara n a pasar el examen de los inquisid ores: la
grupo de saludad ores -el de los Yerdade ros sant~s~ , desligab an grattlÍÓ d
la noción de los servicio s prestado s. Tanto el origen divino ele la complex ión
.· . natural
ele grac1a grou·5 data ele la fiaura ::, del salll(bdo r. '.::>1 este efectiva mente cu- de su saliva como la virtud persona l que se les exigía, demand
raba, lo hacía por una complex ión particul ar ele su naturale za, aban un
no por el ejercicio desinter esado del carisma sanador. Si la condició n de
santidad
regalo de un don sobrena tural. Ahora resultab a posible ligar la
pureza d~ persona l había vuelto poco plausibl e la existenc ia de los ,·enlade
costumb res a la virtud sanador a ele los taumatu rgos popular es, ros salu-
pu<'sto qik dadores , la gratuida d del minister io taumatú rgico la tornaba virtu;ih1
va no se trataba de una gracia gratis Lbda; y en consecu encia, 1ente
la ausencia imposib le. 1H El encierro del complej o mítico en los límites estrecho
de compor tamient os y conduct as exterior es asociada s al estere~t s del
ipo de discurso ortodox o se había consum ado.
la santidad persona l tornaba teológic amente pbusibl e la asoc1ac1
on entre
el demoni o v el saludad or. 'H Como sostiene Tirnothy \Valker, "inJeeJ,
rloly Ojfice pcrsonncl seemed to harc bccn che
El objeti;o de los inquisid ores locales era el mismo que el de los intentos mosr n9irared -eren unnerrcd- ll'hcn rhcy oa\1sion(1l!r cncounrcrcd
1'iilwladorcs H'ho nskct!Jñr
anterior es ensayad os en España: la ;ipropia ción del complej o del no specific swn in rcrurn far rheir serrices, assenin9 dwr ir iras
saludad or; un;;;ccm6'for a nurn ?Í Gcd co
sólo que ahora la formub ción alcan?ab a una consiste ncia intelectu solicit rcmuncration" (Tirnothy D. \Valker, Doctor<, Fo/k :llcdicinc
al de que ancl thc lnqui<itíon, p.
carecían los esfuerzo s preYios. En efecto, con el texto de Dos Soludodo 67): "<le hecho, el personal <le] Santo Oficio parece haberse sentido
rcs el partirnla rrncntc
Santo Oficio portugu és logró fabricar un saludad or abstract o, un agita<lo -incluso irritado- cuando ocasiona lmente se encontra
estereo- ba con saludadn n's
que no pedían dinero a cambio de sus senicios , afirmand o gue
tipo estrecha mente relacion ado con los parámet ros de santidad para un hombre de
persona l Dios resultaba n impropio solicitar una remuncra ciém"; la traducció
, "Za de costumb res pro 1ugnado s ¡1or la moral n del inglés es
) pun: 1 tridenti na, de manera mía). Tampoco cobraba na,b a sus clientes el curander o Gerónim
.,
de tornar práctica mente inYiable la encarna c1on real de la nue,. .. . ,i, o de Solané, más
a h~rn a. conocido como el Tata Dios, quic·n en 1872 proYOCÓ una masacre
de inmigran tes en
La estrateg ia transfor maba al carisma de sanación en una tautolog Tandil, en la proYincia argentina <le Buenos Aires; ,·fase John Lynch,
1a, pues ,lfossacrc in che
lo ligaba de manera indisolu ble a la úrtud persona l Y, a la doctrm:: Pampas, 1872, Norman, llniYersit y ofOklabo rna Press, 1998
i de la (cito por la edición en
¡ lesia. La caroa de la prueba se había inYertid o: no solo los milagro castellan o: 1Jla.mcre en las pnmpa.;;_ La mnronzn de inmigronfe.;; en
g s no Tandil, 1872) tr;iducciÓn
·-
b . ¡ l '
prue b a de saritidad , sino que ellos mismos necesita )an prue
. de María Teresa La Valle, Buenos Aires, Emecé, 2001, p. 116). Es
eran }"- )as necesario aclarar,
. sin embargo , que los sanadore s carismáti cos que afirmaba n no
adiciona les para ser aceptad os corno tales. 133 Por ello, lejos de cons1c'.e ,obrar nada por los
rar a
la totalida d de los saludad ores como agentes diabólic os, como serYicios prestados con frecuenci a participa ban de los sistemas
quenan los locales de rccipro·
cidad equilibra da, lo que implicaba que muchas de sus tareas
teólogo s del siglo XVI, los inquisid ores portugu eses los calificar eran remunera das
on i~ roro en especie; Yéase Sabina Magliocc o, "\Vitchcr aft, Healing and Vernacul
como agentes divinos. Para ser conside rado saludado r, un curande ar Magic in
ro I ural ltaly", en Willem <le Blfrourt y Owcn Da,·ics (eds.), IVitchcrafi
debía encarna r en su persona la ascética pureza del santo contrarr Continucd , p. 163;
eformad o Owen Davies, Popular Magic: Cunnin&f olk in Fnglí,·h Hiswry, p. 86.
Estas estrategia s
-como Frav Andrés de la Rosa en la segunda mitad del siglo XVI.
, <le intercam bio no mercantil izadas que se practicab an en las comunid
ades rurales
pre-indus triales permitía n in\'isihili ,ar, a los ojos de los inquisido
,i, Resulta sugesti,·o que esta misma ecuación entre dones sobre~arnralf'.S y \Írtu<l teresado de las curas practicad as por los rnnnin&-men campesin os.
res, el carácter in-
personal tambifn sin·if'ra para tornar inYiable otro comple'.o Los estu<liosos dd
m1t1co que <luranre chamanis mo siberiano <letectaron casos <le especialis tas locales que
desafió exitosam ente a la religión oficial: el don taumatur g1co de recibían por sus
los monarca , sen·icios pagos en dinero o <liezmos regulares , pero también hallaron
practican tes
francese S; \ ·e' ase Jel-freY.1 \V• Merrick , The Desacralízmion of the French Monarchy in the que debían contenta rse con la celebraci ón de un festiYal en su honor
• •
Eighteent h Century, Raton Rouge, Lo\11s1ana State Llnners1 t
• , • , ? o con el respeto
1 Press, 1990, p. _O. y la gratitud <le sus comunid ades (Romld Hutron, Shamans: Siherian
133 Andrew W. Keitt, lnrcnrin[J thc SacrcJ, pp. 180.181. Spirituali ty anJ
che Western lmaginari on, p. 100).
165/194
33º
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4. A modo Je balance No sólo son saludadores \·erdackrns los hombres pi,1dosos aprob<1dos
por L1 l1H11lisición. El fiscal tambit·n et1estio11,1 la cc1rc1cteri/dción de lus s<1-
Tr,is un arduo esfuerzo, los tthlogos y los inquisidores lograron fí
ludadores como "hombres campestres y de poca enseñanza" realizada por
nalrnente capturar al signifiCJnte, neutralizar en tl'rminos discursin>s
el abogado defensor, con el argumento de que los \'erdaderos saludadores
una exitosa mattrializació n de lo sobrenatural cristiano, (1uc a despecho
no cobran por sus serYicios, sino c1ue tan sólo reciben "aquello c¡ue buena·
de su aparente simpleza había ofrecido mayor resistencia que la herejía
mente [se] les da [como] limosna en nombre de Dios". Si los saludadores
espiritualista O que la im·asión mística; (1ue incluso había os.:i(~o desafiar
españoles fueran todos rústicos e iletrados, como quiere el defensor de
en su propio terreno;:¡] significante material excluyente, ,1 h urnca neo·
Azuela, se YerÍan obligados a Yender sus curaciones para subsistir, pero
encarnación ortodoxa: la eucaristía. "en aquellos reynos [no se permite) gente ociosa buscar con gracia para
·Tuyo eficacia práctica f'Ste
l tercer ensayo de apropizición impulsado
. mantenerse en este modo de saludadores". 137
por la alta cultura teologal peninsular? Algunos indicios rc\·cl~n que en
Pero a pesar de éxitos coyuntur~les, como los obtenidos por la jus·
covunturas represivas específicas la nuen estrategia resultaba funcional.
ticia civil en el Tucumán colonial, todo indica que el ensayo de captura
Er:J 761, el cabildo de S,rntiago del Estero inició un proceso por hechi· impulsado por los inquisidores llegó demasiado tarde. Lo demuestra, de
cerÍa contra el zambo Marcos Azuela, reconocido curandero, z,di\·ino y
hecho, la persistencia del mito del saludador en el campo ibérico durante
contrabrujo del Tucurnán wlonial. us En su alegato, el ,,bogado defensor los siglos XIX y XX. 133 De los tres intentos de captura del complejo del
pretendió desincriminar al a~·usado, asimilando el oficio de Azucb a la gracia saludador analizados, es probable (¡ue en el largo plazo el mayor éxito
de ncteimiento que la crcenda atribuía al sujeto mítico del saludador. En su correspondier a al más antiguo, a la apropiación del sujeto mítico <."nsayada
cuntundente respuesta, el pro,curador fiscal desestimó los argumentos de por los cunning·men y los curanderos rurales. El segundo intento de captura,
su colega, siguiendo una línea :de razonamiento extremadame nte similar a impulsado por los agentes locales de la religión oficizil, quedó reducido
la desarrollada por los inquisidores portugueses en Dos )a/udadores: a un número insignificante de experimentos locales. En cuanto al tercer
queriendo este [cl ahogado défensor) comparar a los hcchizeros diaholicos ensayo, defendido por los inquisidores ibéricos, no pasó de ser un brillante
con los saludadores, quando estos son por especial gracia qe la di,·ina y sutil ejercicio de agudeza intelectuaL
omnipotencia les a conferido ¡)ara los Ycnenosos animales c¡e contrami- A pesar de los denodados esfuerzos de la religión oficial, la nostalgia por
nai, su artificioso Yeneno a los cuerpos humanos( ... ), y esto corno es la encarnación perdida, por la deidad materializada, por el hombre-dios,
que para ello son aprobados por el Santo oficio de la ynqnisicion y con volvía improbable la interrupción de la búsqueda, el fin de los intentos de
su respectiva lizencia pasada esta por los caYildos de las jurisdicciones captura de los significantes materiales que hicieran presente a la divinidad
ordinarias donde transitan se les permite, y andan con un diYino señor ausente, al dios desencarnado , al dios metafísico, al dios de Pentecostés, ·
cruzificado que traen colgado ar cuello y con essc y aquellas Palabras como aconsejaba, como exigía, la institución que reclamaba para sí la
que dizen ( ... ) soplan ( ... ),pero es advertencia que esta gracia la tienen
captura definitiva del Espíritu divino.
aquellos que nazen en Dias qe Dios por su alto fin dirigio para quitar el
137
Yeneno de animales ponzoñosos. '_3 6 !bid., fol. 189.
8
JJ Véase Eugenio Olavarría y Duarte, "Supersticiones Españolas de medicina popubr",
en George William Black, Medicina pop11lor, Barcelona, Alta Fulla, 1982, pp. 330·33;
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o 131 133 13'7 -;,,
u 141-+, 203,222, 2SO,
aparecidos: 132, 179, 190(n), 191,202,209,218,256. 257,277,309. ' '
aquelarre: 9, 11, 17, 22, 55-6, 61-2, 87, 100, 108, 118-9, 125-7, 133-4, 160, bentos: 238-+0, 254, 260, 272.
167, 172,211,214, 294 (ver también sabbat).
bcnzcdcíros: 238.
Aradia: 71-4, 91 (n).
Berna: 156.
Aragón: 32,166,168,171,188,218,280,312,314,319,323.
Bernard de Clairvaux: 298.
argísmo: 270.
Bernardino de Siena: 156-7.
Arlés o Andosilla, Martín de: 226.
Binsfeld, Peter: 30- L
Asturias:40, 161,189, 198,216-7,244.
Bissi, Roberto: 273.
Assurn;ao, Bento: 239.
Bittelmayr, Margretha: 153-4.
nswang: 179.
Blasco Lanuza, Fray Francisco de: 319-20 .
.Augshurgo: 125, 139, 155-6.
Bla,-atsky, Helena: l 93.
Austria: 35, 197.
Baobhan Sirh: 186.
t\1-nkum: 247.
bodegas y cavas: 153, 170-1, 180,187,213, 215-6.
261.
Bodin, Jean: 31, 56.
1\zuela, Marcos: 245, 332-3.
Boguet, Henri: 31, 85(n).
Bacon, Francis: 157.
Borao, Pablo: 233.
BarnbE'rg: 33.
Bourdoise, Adrien: 42.
B·,ncroft, George: 65.
Brasil: 173-4, 276(n).
haraka: 268-9.
breisch: 221-3.
Bar:rndiarán, José Miguel de: 212-3.
Breslau: 201.
Barberarena, Beltrán: 171.
Bretaña:41, 188-9.
Barcelona: 165,234.
Brígida de Suecia: 305.
BarBdas, /Vlaría: 240.
Bugatis, Pierina: 26, 117, 125-6.
Barrencchea, Graciana de: 167.
Bulgaria: 194, 200, 256.
Barrientos, Lope ele: 160, 163, 207-8.
BurcarclocleWorms:71, 185,188,206.
Bartolomé (alías El Cojo; esclavo): 175-6.
Burgos: 158,161.
Basilea: 3 l, 37.
Burr, George Lincoln: 17, 64, 66-8, 80, 95.
Baviera: 36.
buruka: 179.
Beamud, Agueda de: l 70- l.
Calatayud, Pedro de: 259.
Béarn: 218-20.

184/194
J!!-U.\ f-11'>1'\"sJC-\

Calmct, Durn r\ugustín: 192, cirrnmposses,io: 261, 302.

rn/mari: 126, l 29(n ). Ciruelo, Pedro: 228-31, 23+-5, 2-11, 261,301,105,110, 32·1 8.
Canadá:41 Cisma de Occidente: 291,297.
Canarias (Islas): 173,209. cofia (saco o membrana amniótica): 106, 115, 121-2, 203,257, 258(n).
canibalismo: 40, l 51, l 58(n). Cohn, Norman: 19, 90, 99,103, l 10, l 13,120.
Canon Episcopi: 71, 123,128,206, 207(n). Coirnbra: 239.
Cantabria: l 66. cojera: 217,221.
Capilla Sixtina: 263. Colette de Corbie: 269(n).
Cara\'aca (cruz de): 236. Colonia: 33, 37(n), 67-8.
Carlos Borromeo: 318, 322. comadronas: 58, 155.
Caro Baraja, Julio: 18, 112, 2 l 6. Corno, Bernardo de: 28.
Cartagena de Indias: 174-5. Compaña, Santa: 2 l 7, 261.
Casa bona, Francisco: 314. compulsión homicida (de las brujas y espíritus nocturnos): 170, 177-8, 180,
197,203,212,215, 220-l.
Castañega, Fray Martín de: 29,159,230,234,305.
Constantino: 295, 268.
Catalina de Alejandrfa, Santa: 225,235, 240(n), 241,246,259, 261-9, 272-3,
301-2, 320. Coppin, Jean: 275.
Catalina de Siena: 318. Córcega: 41, 121-2, 204.
Cataluña: 32,217,246,259,264,268,279,315. Corella, Jaime de: 325.
cátaros: 99-100, l0l(n), 222, 291(11), 293. Corominas, J.: 218.
caterius: 246. Cortona, Margherita di: 289.
cauca-vielha: 198. Covarrubías, Sebastíán de: 159,209.
Cerdeña:41, 178,270. Coxe Stevenson, Matilda: 176.
cerradura (ojo de la): 194, 198, 215-6, 220. Croacia: 194, 200, 256.
Chaco argentino: 255. cruz en el paladar: 234, 240(11), 243-4, 246, 259(n), 266,301,313.
charnanisrno: 116,119, 123-5, 127, 130-1, 133-6, 145-6, 202, 247-50, 252-3, Cuenca: 42, 161-2, 168, 172, 207-9, 236-7, 271.
331 (n). cuna: 255.
chon3clins: 186. wnnin3-men: 138, 146, 278-9, 281, 307-8, 310-11, 33l(n), 333.
chormers: 308(11), Cuntze, Johann: 201.
child-killin3 demon: 183, 185, 188, 217(11). cumndeiros: 254, 308.
Chile: 176, 246. Cusa, Nicolás de: 125.
chirigmnos: 270. d'Ailly, Pierre: 299.
chupado por las brujas: 160, 162-4, 206-7, 216. da Silva Soares, Luíza: 174.
Ciarallo, Paolo: 273, 320.
185/194 37 1
37º
Srn1\ I-11,1•1x10

dab rsos: 200. Dolci, Giacomo :\ntonío: 273.


D.ilm,1t1, Susana: 168. donnc d1_{iwn: 127 8.

Daly, Mary: 70. Dorset Ooser: 79-80.


de Blécourt, Wíllem: 133, 138-41, 277, 309, 331 (n). du Camp, Maxíme: 275.
de Cotes, LudoYico: 41. Egipto: 79, 262, 275.
de Espina, Alonso: 208. Ehrcnreích, Barbara: 58.
ele la Fuente, Gaspar: 40. Eichstatt: 33, 153.
ele la Rosa, Fray Andrés: 269(n), 321-3, 328,330. Eliade, Mircea: 115-6, 123-4, 134, 136-7, 248-9, 253.
del Castillo, José Ignacio: 235 _ EHas: 182.
del Río, Martín: 23(n), 31, 49, 56,232,270, 306-7. Elhangen: 1 54.
Delfinaclo: 27, 41,223. Emilia Rornaña: 28, 71, 74.
delle Piatte, Zuan: 125-6. ende,·inaires: 252.

demonio: 9, 26, 38, 39, 44-5, 49, 54, 75, 77, 85-6, 88, 93(n), 98(n), I 00, 10S(n), English, Déirdre: 58.
l 14(n), 145,147,153,156,163, 167, 172, 190(n), 206,209,215. Entre Ríos: 246.
demonio nocturno infanticida: 151, 180, 182-3, 201, 204-5, 207-8, 211, 223. Escandinavia: 137, 196, 256.
demonología radical: 19, 27, 49,158,205,211, 214-5, 234,283. escla,os: 55, 174-6.
Denny, Amy: 157. Escocia: 31, 34, 37,186.
devin-3uérisseurs: 308, 319(n). escrófulas: 259,312.
Deza, Joseph Francisco de: 313. espíritus familiares: 90, 146.
di Franceso, Matteuccia: 26, 156. espíritus feéricos: 146, 185,188,209,222.
diablo: 4S, 69, 79-80, 86(n), 89, 105(n), 106, l 14(n), 154, 155(n), 177,228, estigmas de nacimiento: ver marcas de nacimiento.
266.
eucaristía: 285, 290-4, 320, 332.
Diana: 50-1, 71-3, 95,123,207.
Europa Oriental: 35, 129(n), 130, 193-4, 258(n), 262(n).
dianic rnlr: 76-7, 78, 83.
Evangelio de las Brujas: 71-4.
Dias, Catarina: 174.
Evangelio del Pseudo-Tomás: 275.
Diaz, Gabriel (alias Leorro): 167.
Évora: 239.
Dickson White, Andrew: 66.
exorcismo: 104-, 183,233, 270-2, 318.
Dinamarca: 31, 37, 152(n), 308.
exoriká: 198, 218(n).
Díonisos: 55.
éxtasis (combates, tra,·csfa, ,:11): 71 l Oo 107 ! l 1 1 15-6 P 1-:l
discernimiento de espíritus/ discrerio spírír1111m: 11,284, 297-9, 301, 303-5, 316-7, 126,1 Hoi,n7<1+1,1+3,211,222,'2.i9, '2s1,'2s8,'n1,.ic>:J~ '
323-5 (,·er también probnrione spiriwum).
familiares (de santos cristianos): 227(n), 229, 240(n), 259, 261, 267, 172 l.
Doble (mitología del): 131-2, 138, 179-80, 201-4, 211-12, 217,220, 222-3,
301.
247,255-60,276, 279.
Feijóo, Benito Jc:rúmmo: 22"1, 23+, 306, 326-8.
186/194
37 2 373
SI RIX Hhl'A>ilt:.\

García Jm·e, Eladio: 244.


Felip<" IV: 24 3 4(n).
Gardner, Gerald: 9+.
Fernández, Pedro: 239.
Garinet, Jules: 52-3.
Fernández de Villcgas, Pedro: 158.
Gasparutto, Paolo: 106-7.
Fernando de BaYiera: 33.
Gdlo: 50, 183-4, 188.
Ferrer, Dominga (alias La Coja): 168.
Filipinas: 178-9. Gcrson, Jean: 299, 303, 305.
Gen·aisdeTilbury: 201,210.
Finlandia: 266.
Gil, Isabel: 236-7.
Fladde, Dr. Dietrich: 30, 48.
Gil, Pedro: 168.
flor de lis: 240, 259.
Gilbert, William: 312.
Foligno, Angela da: 289.
Ginebra: 43.
folk-possession systems: 260, 302.
Ginzburg, Carlo: 18, 46, 51, 56-7, 98, 105, 107-13, 115-21, 123-7, 133-4,
Folklore Society: 76.
138-9, 141-2, 144-5, 153,250,277,309.
Francia (reino de): 27, 31, 35-6, 37(n), 59-60, 76, 154, 299, 308, 315.
Girona: 164,241.
Francia (sur de): 100, 188, 240, 264.
Giuseppe da Copertino: 322(n).
Franco Condado: 36.
Glam·ill, Joseph: 49.
Frankfurt: 31, 52, 57.
Glarus: 35.
Frazer, Sir James: 81-3.
Goguillon, Péronne: 153-4.
Freimar, Heinrich rnn: 299.
goliarclos: 103-4.
Freud, Sigmun<l: 69.
Géildi, Anna: 35.
Friuli: 108-9, 121, 126.
Gomme, George Lawrence: 74.
fuego (dominio sobre el): l l, 225, 235-6, 240(n), 242,246, 252-3, 257-8, 268,
González, Pablo: 234.
273,277,279,301,310,315.
Gorosábcl, Pablo de: 242, 259, 3 l 3.
jjlgja: 131, 202, 256.
Géirres, Johann Joseph von: 56-7, 63, 85.
Gage, Matilda Joslyn: 70, 74-5, 78.
gracia <le salmbdor: 233-4, 237,255,259,277,280, 306(n), 312, 31+-6, 319-
Gaitán, Juan Andrés: 292(n),
20, 323, 332-3.
Galeote, Josefa: 169.
graciagraris daca: 225,245,298,306, 324-5, 328,330.
Galicia: 159, 165,167,215,217,265,313.
Granada: 29.
ganado (saludadores de): 237-8.
Granada, Daniel: 245-6.
Gandía, Francisco: 236.
Grasse, GeorgTheodor: 53.
Garay, lsabel: 162.
Grecia: 128, 136, 188, 198.
García, Catalina (alias La Dalmava): 169.
Gregorio lX: 291.
García, Isabel: 171.
Grenoble: 41, 264.

187/194 375
374
Grimm, Jarnh: 46, 57-8, 62, M, 7+, 110. Horst, Georg: 46, 52-3.
¡¡ii.1rn: 215 6. hnrnn !'º"': 200.
Guazzo, Francesco J\laria: 31. Hueh·a: 40.
Guipúzcoa: 171,213,242,313. hugr: 13 l, 202, 256.
Guillaume d'Auvergne: 187·. Hungría: 35,48, 122,130,192.
Guiomar (esclava): 174-5. incubo: 205.
hacbs:71, 116, 128-9, 132,151, 179-80, 185-9,201 2,210-11,213-14.217, infanticidio: l44(n), 151, l52(n), 153-5, 157, 160-l, 163,173,175,181,188,
220,222,253-4, 256,261,309. 208.
Halliday,W.B.: 94. Inglaterra: 31-2, 34-5, 42, 76-7, 84, 93(n), 98(n), 101-2, 157,186,300.
Ho/lnin,'cn: 189. Inguma: 198,214.
/:famnd,ha: 268-9, 272. Inocenc:io Vlll: 27, 5 2.
lwmr; 131-2, 202,256. Inquisición: 28, 32, 35, 49, 68, 111, 117, 125, 141, 14+(n), 167,173,213,233,
236,245, 274(n), 280,304,315, 319(n), 328,333.
Hansen, Joseph: 17, 64, 66-8.
inquisidores: 63, 75, 85, 98(n), 106-8, 117,119,128, 141-3, 161,170,172,
Hauber, Eberhard David: 48, 50.
!74, 237,239,271,285,298 ,300,303,310,314, 323-+, 328-33.
Hausmannin, Vvalpurga: 156.
Islandia: 37.
hebu: 270.
Italia: 26, 28, 35-7, 48, 71-3, 116-7, 144(n), 153(n), 158(n), 272-3, 289,315,
Hécate: 55. 320 1.
Helena (emperatriz): 295. Izquierda, Juana la: 170.
herejía: 38, 74, 100, 128,143,327. Jaca: 319,323.
herejía espiritualista: 286, 287(n), 289, 290 (n), 323m 332. Jac:obo VI: 31.
Hermas: 298. Jaén: 264.
Herodías: 50, 71, 72(n), 123. Jarcke, Karl Ernst: 46, 54-7, 63, 68.
Herrera, Licenciado: 40. Jean d'Arras: 209 !O.
hexcnmcísten: 308. Jean de Meung: 187.
hidrofobia: 11, 237, 242-3, 259, 265, 269, 271 301. Joao Manuel: 240.
hierro (amuletos de): 177,183,187,217. John of :;c1bbury: 188.
hilandería (como actividad feérica): 182,189, 212-3. Johnson, Richard: 135-6, 247.
billa: 198. Jouvin,A.: 227.
Hispanoamérica: 174, 176, 227, 244. Ju:;n de la Cruz: 286(n), 318,322.
Holanda: 308. Juana de Arco: 75, 92,263,305.
Honorio, Raymundo Jacinto: 313. kanishíbari: 200.
Hopkins, Matthe\v: 34, 85(n). Kephart, M.J.: 38.

188/194 377
Kittncdge, Gcorge Lynnn: 17, (,7, 80, 95. Logroño: 29, 159,163,230, 23+, 259.
kl,\,¡cflk: fü8. Ló¡wz de A ponte, Francisco: 2·15.
kokma: 209. Lorena: 36, 37(n), 152(n), 155, 3 l 9(n).
Kreimer, Louis: 275. Lorenzana, Marciel de: 276(n).
kresniks: 121-3, 131,204,222,257. Lucifer: 72.
kudlak: 122. ludak: 201.
La Nuza (parroquia): 319-20, 323, 328. Luna,Águedade: 171.
Labourd: l 60(n), 21 3. Lyon: 31,226,275.
Lacan, Jacques: 285. llanto intrauterino: 243-4, 246, 249, 252, 254-5.
Lamashtu: 181. Mackay, Charles: 52.
Lamia: S0(n), 183-4, 188,201. Maddalena: 71-4.
laminak: 214. Madrid: 159, 162, 164,166,234,265,325.
Lancre, Pierre de: 31, 39, 56, l 60(n), 219. Maffei, Scipione: 49.
Langenstein, Heinrich rnn: 299. Magdaleno, Antolín: 236.
Languedoc: 198,220, 222-3, 252. mah~ 200,205,209,218,223.
lannrkría (como actividad feérica): 180, 188-9, 213. Majarliza: 264,266.
L'Estrangc Ewcn, Cecil: 17, 95. mal de ojo: 214(11), 237.
Lea, Henry Charles: 17, 48, 64, 66-8. maleficios: 58,122,138, 143-4, 152(11), 153, 173(n), 233,278.
Le Camus, Etienne: 41. Malleus Maleficarum: 24, 27, 30-1, 48, 85, 158-9, 234.
lechuza: 166, 216. Manoir, Julien: 41.
Lecky, William: 65. Manzanares, María: 170.
Lecouteux,Claude: 131-3, 138, 190(n), 191,202,256. marcas de nacimiento: 132, 203-4, 232, 234, 244, 252, 257-8, 267, 269, 272,
Leland, Charles Godfrey: 70-5, 78. 279,302,313,323.
León: 216. Mari: 214.
Letrán (IV Concilio de): 290. Marie d'Oignies: 289, 291.
licántropos/licantropía: 121,132,203, 222(n), 247,257. Marruecos: 129(n), 268.
Lilith: 50(n), 182-3. Marsos: 273-4.
Libia: 183,275. Martínez de lsasti, Lope: 167-8.
Lima: 245. Martins, Gaspar: 239.
Lisboa: 174. Mascarón, Andrés: 280-1, 314.
Lituania: 198. masque: 220.

lohishómcn: 260. Mateo, Catalina: 170.

189/194
378 379
STI\IX l lhl'\'CIC\

Maximino: 262 · 3. Nepal: 255.


mazzeri: 121-3, 204, 222. Ne" i\\cxico: 176.
Mediterráneo: +2, 267, 270-2, 274, 276. Nicler, Jobnnes: 2+(n), 156.

mei9a: 215,221. Nieremberg, Juan Eusebio: 276(n).


Melusina: 21 O. Nueva España: 177-8, 245.
Menocchio Scandella: 43. Nueva Granada: l 74-6.
Mesopotamia: 180. Nueva Inglaterra: 25(n), 34, 65, 98(n).
metamorfosis brujerilcs: 86, 89-90, 115-6, 119, L,8, 166, 175, 178, l 93(n), Núñez, Francisco: 161,163, 165, 172.
222. Nuremberg: 28.
México: 164, 176-8, 2+5. Nutini, Hugo: 176-7.
Michelet, Jules: 46, 55, 57-64, 68, 70 l, 73-5, 97. Ola,·arría y Huarte, Eugenio: 243.
Milano, Guglielma di: 287, 292(n). opresión nocturna: 175, 195-6, 199,201.
místicas: 289,291,298. Orense: 167,313.
Moducco, Battista: 106. Ovieclo: 40,244.
Mone, Franz Josef: 5.S-6. Pablo (adivino): 254.
monosandalismo: 217. País Vasco: 168, 212-4.
Montaillou: 43, 222. Países Bajos españoles: 31, 37, 154, 31 1.
Montcche, Gabriel: 315-6. Pamplona: 169.
Montefalco, Chiara da: 289. pan saludado: 230, 265, 269, 273, 310-11, 320.
Monteignez,Alison de: 155. Panamá: 255.
MonteYideo: 245. paoliani: 272.
mora: 200-201, 256. parálisis (sensación de): 180, 19 5, 1% .
/vloravia: 192, 201. Pearson, Karl: 74-5, 78.
Monno: 183-4. peinado (corno actividad feérica): 18 9, 2 l +.
Muratori, Ludovico Antonio: 49. pellizcosdebrujasyhadas: 162-3, 186,189,193.
Murcia: 225, 235, 321. Pérez, Martín:
Murray, Margaret: 46, 51, 53-5, 57, 68, 70, 74-6, 78-83, 88-90, 92- 103, 105, pesadilla (demonio de la): 132,151, 179-81, 195-202, 204-5, 209,211,214,
109-10, 112-1.S, 133-+. 221,256,261,279.
Nachtschar: 139-40.
pesadílleu; l 98.,
Nardon, Franco: 13 3, 141 -4. pesamu: 198.
Navarra: 29, 160-1, 213,279,315. Pirineos: 29,152,158,198,218, 240-1, 258.
Na,·arro, Gaspar: 232-3, 277, 311-13, 320. Pf~kunas/Perun: 131.
nereidas: 186, 218(n).
190/194
STRIX H1SP.\:SIC.\

Perspicaz: 246. rueda de Santa Catalina: 241,246,258,263,280,307, 313-5.


Pirnnno, Maifreda di: 287. Rüfin, Barbara: 15+.
Pócs, ÉYa: 20, 129-31, 133,247,260. Rumania: 116, 194.
Polanco, Juan de: 41. Runeberg,Arne: 98-100, 102, 105, 109.
Polonia: 197. rnsalii: 253.

Pontevedra: 215. Russell Lc"vcll, James: 65.


Ponzetti, Fenlinando: 273. Ruysbroeck, vVillem rnn: 135-6.
popobmm: 199. sabbat: 9-11, 17, 24(n), 27, 32, 40(n), 46, 50, 57, 63, 68-9, 73, 75, 77-8, 80,
86(n), 89, 97, 99-100, 107-8, 110, 11 l(n), 113, 118-21, 124-7, 133-4,
Porete, Marguerite: 290(n).
139, 143-4, 153(n), 155(n), 156, 158-60, 166,171, 205-6, 208,211,219,
Portugal: 173-4, 227, 237-8, 260, 264, 328-33 l. 251,296.
posesión (fenómenos de): 9, 33, 136, 190(n), 247, 260-1, 266-72, 276,302. Saboya: 27, 154,197,222.
Poveda, Isabel: 164. Sacro Imperio Romano Germánico: 27, 29, 48.
Poyntynge, Henry: 312. Sahagún, Bernardino de: 178.
Prada, Andrés de: 40. Saint-Hilaire, Etienne Geoffroy: 275.
Prieto, Teresa: 161. Saint Víctor, Richard of: 298.
probatione spirirm,m: 297-9, 303 (ver también discernimiento de espíritus). Salamanca (ciudad): 206,216,231.
Que,edo, Francisco de: 163, l 64(n). salamanca (mito folklórico del NO argentino): 176.
Quiteria, Santa: 228-9, 235, 237, 241,258,261, 264-9, 272-3, 280, 301-2, Salazar y Frías, Alonso de: 49, 166-7.
307,310, 319-20.
Salem: 25(n), 34, 65, 98(n), 146.
Rabe, Juan de: 42.
sali,·a: 330-1, 233-4, 236,238,244,269, 273-5, 301,305,310, 320-1, 323,
Ravensburg: 27. 329,331.
recién nacidos: 151, 152(n), 157, 160-2, 170,173, 176(n), 178, 180-6, 201-2, Salomón: 182.
313.
Salta: 270.
RelacionesTopográficas: 266.
saludadores: 11, 225-30, 232-43, 245,247, 252-5, 258-61, 264, 267-70, 272-3,
Rémy, Nicolas: 31. 276-7, 279-80, 301-2, 305-6, 308, 310-11, 3 l 3-17, 319-33.
rcrenonts: 190(n), 191, 194. Sah·ador, Jean: 240.
Ribadaneyra, Pedro de: 265. Salzburgo: 34.
Riccio, Bartolomeo: 273. samio lapones: 135,247.
Risco, Vicente: 217. San Atanasio: 298.
Rosa de Lima: 291 (n), 292(n), 318. San Huberto: 227(n).
Rose, Elliot: 98, 101-5. San Pablo: 272-3, 297.
Rosellón: 240, 259. San Pedro, Fray Juan de: 276(n).
Ruclyercl, Sir Benjamín: 42.

191/194
Srn1x H1w.,:-,1c1
Fobián _,! lcjondro Campo[]nC

San Silvestre: 295-6, 299.


Spina, Bartolomeo: 28.
sanadores y especialistas carismáticos: 138, 146, 225, 228, 230, 237, 245, 252,
Stoeckhlin, Chonrad: 126, 139-40.
254,267,272,275-7,285,300-1,307,308(n),209-11,313,316-7,322(n ),
325, 331 (n). Stoker, Bram: 193.
Sandornl, Fray Prudencio de: 160. strigoi: 115-6, 194-5, 204,222,257.

sangre (bebedores de): 163-4, 174-5, 177-8, 180-2, 186, 191 -3, 195, 201-2, strix: 184.
208-11, 215. füZJ8ª: 197.
sanpaolari: 271-4, 276, 320-1. sucubo: 205.
Santa Rita: 267. Suecia: 34-5, 152(n), 199,305.
Santiago de Compostela: 313. sueños iniciáticos: 107,239, 252-4.
Santiago del Estero: 245, 332. Sugo1: 214.
sarra-ma11rn: 198. Suiza: 26, 31, 34, 36, 43.
Satán: 39, 45, 55-6, 6l(n), 62, 73, 77, 87, 104, 116,159,283,292,295,301. Summers, Montague: 24, 46, 51, 56-7, 83-8, 344.
Scot, Reginald: 85(n). s,írhilc: 178, 179(n).
Scott, Sir Walter: 64. tacto real: 259, 330(n).
SegO\·ia: 163. tálros (pi. rá/rosok): 121-3, 130-1, 137, 204, 222, 252, 258(n ).
segunda vista: 231, 243, 257-8. Tan<lil: 33 l.
selfjashioning: 316-7. tarantismo: 268, 272.
Sel gas y Carrasco, José: 242. Tartarotti, Girolarno: 46, 49-52, 57,110.
séptimo hijo: 204, 212, 232, 242, 244, 246, 257-9, 279-80, 301, 311-14. Terreros y Pando, Esteban: 164.
Serbia: 193, 200, 256. Thíers, Jean Baptiste: 259.
serpari: 273, 320. Thornasius, Christian: 46(n), 47, 50.
Sevilla, Fulgencio: 235. rlahuclpuchi: 176-7.
setens: 246, 259, 268. Tlaxcala: 176-8.
Sicilia: 41, 274(n), 315. Toledo: 42, 166, 264-6.
Sidi Ahmed Dghughi: 268. Tomás de A.quino: 293.
Sidi Ali ben f:lamdush: 268. Toniuemada, Antonio de: 231, 277.
slogutis: 198. Torres Villarroel, Diego de: 162.
Soldan, Wilhelm: 46, 58, 63-5, 67-8. rorerdokrer: 308.
Solané, Gerónimo de: 331 (n). transubstanciación: 290, 292, 300, 323.
sopor irrefrenable: 169, 177, 193, 197, 202, 209, 211, 2 l 9. TreYor Roper, 1-lugh: 18, 64,112.
sotré: 198. Trier: 30, 33, 67.
Sozzi, Jacopo: 273. trnden: 197.

192/194
STRi~ HbP.S'<lC\ Fabián .He1ondro Campognc

Tucumán: 245, 255, 332-3. \Vürzburg: 33.


Urquiza, Justo José de: 246. Xorguinas: 164, 172, 208(n), 209- l l, 223.
Valais: 26-7. .rncladors: 246.

Valac¡uia: 193. yanas: 189.

valdenses: 100, lOl(n), H-6, 252,309. Yecla: 321, 323.


Valencia: 236,315, 323. Ypres: 31 1.
Valladolid: 160, 16l(n). zahoríes: 243,245,315.
vampiros: 132, 179, 192, 194-5, 201-2, 204,209, 218(n), 256-7. Zamora. 235.
van Dale, Anthonie: 4 7. Zanni, Sibillia: 26, 117, 125.
Vanlandi: 197,200. Zanzíbar: l 99.
lémderie d'Arras: 27. Zaragoza: 162, 164(n), 169, 233-4, 306(n), 314-5.
recchia reli9inne: 72-3. Zizek, Slarnj: 285.
Vclnias/Veles: 131. Zugarramurdi (brujas de): 32, 160, 163, 172.
Venecia: 31,49, 163(n), 183. zuñi: 176.
Venegas, Juan José ele: 234.
Venezuela: 270.
Vicente Ferrer: 43, 226.
Viernes Santo: 240, 243, 246, 31 S(n).
\Tillar de O lalla, Pedro ele: 168.
vino (afición de las brujas por el): 170-1, 174, 180, 213, 216.
von Greyerz, Peter: 156.
Voragine, Jacopo da: 263.
rrakhnás: 198.
nielo del alma: 119,136,203.
vuelo nocturno: 56, 86, 87(n), 89, 306.
warao: 270.
Weinreich, Martín: 201.
\Vicca: 94.
\Vier, Johannes: 157.
\Viesensteig: 29-30.
wisejolk/ wise-men: Yer cunning-men.
Witsen, Nicholas: 135, 24 7.

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