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Tome XII  1902 3.4me Livraison

ACTES DE LA

SOCIETE SCIEN1 1FÎOUE


DU CHILI

 ACTAS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA DE CHILE


i DOUZIÈME ANNÉE
I PROCÉS-VEKUAUX DES SÉANCES GENÉRALES ET ANNEXES
 Feuilles D E
NOTES ET MEMOIRES
 Feuilles 177—250

SANTIAGO
IMPRENTA CERVANTES
CALLE DE LA HANDERA, 50

Dici
Diciem
embr
bre
e îl
île
e 1902

». -o- -<I>^ -* >O

Les Actes pa
para
raiiss
ssen parr livraisons bimestrielles
entt pa
>0
 

LA RELIJION
EN LOS  

PUEBLOS PRIMITIVOS;
EL CULTO DE LA PIEDRA EN CHILE I CÓMO SE HALLABA
DIFUNDIDO POR EL GLOBO
 Conferencias dadas en l a Soci ed
edad Científica de Chile)

POR

ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

discurso preliminar
Señores:
El presente trabajo tiene por objeto se
secu
cund
ndar
ario
io ar
arro
ro
jar un
una
a mi
mira
rada
da sobre el espíritu o pensamiento relijioso
de los pueb
pueblo
loss pr
prim
imit
itivos i por primordial, esbosar una
ivos
pajina de la historia de nuestros antepasados, que has
ta hoi ha permanecido velada por la oscura noche de los
siglos transcurridos.
En estos tiempos últimos, el hombre apenas habia
dejado su cuna i apenas habia dado unos cuantos pasos
en el camino que habia de conducirle a su desarrollo
futuro; i, como todos lo loss se ress racionales, buscando adap
sere
taciones que satisficiesen sus necesidades i objetos de
que servirse, halló a su paso la piedra, e hizo de ella sus
útiles domésticos, lo loss in inst
stru
rume
ment
ntos
os que semejasen las
voces aun inarmónicas de la Naturaleza, los que habian
de ayudarle en la ru ruda
da ta tare
reaa de procurarse lo
loss al
alim
imen
ento
toss
por medio de la caza i la pesca, sus armas para defen-
Tomo xii 13
 

i78

derse agredir sus adornos personales todo lo que le


i

fuese útil en una palabra.


La razon de que estaba dotado aunque in incculta en
absoluto i

tracciones leleinspiraba abst


ab stra
racc
ccio
ione
nes
s me
ment
ntal
ales
es estas abs
condujeron a imajinar un sér a quien debia
o de quien derivase su oríjen: inventó un Dios i fué
tambien personificado en la piedra.
La Pi
Pied
edra
ra-D
-Dio
ios
s nació en los primeros dias de la hu
manidad i subsiste aun en algunos pueblos como objeto
de culto a pesar de dell tr
tran
ans
scu
curs
rso
o de los siglos i de las
transformaciones que la civilizacion ha operado en el es
píritu humano.
La historia i la jeolojía han llamado al larguísimo
período en que la piedra fué el primer fa fact
cto
or soc ocia
iall la
Edad de Piedra.
Es sobre estos ti tiem
empo
pos s qu e hemos estudia
que iad
do durante
largos años de viajes por todo el pais que venimos a
hacer una investigacion i a evocar el espíritu o pensa
miento relijioso del pu pue ebl
blo
o qu
que
e lo habitara.
Por felicidad para nuestro propósito no nos han faltado
documentos que nos hablasen con elocuencia de aquella
remotísima época documentos que han traspasado los
siglos i de los cuales nos hemos aprovechado; el ello
los
s se
será
rán
n
utilizados un dia tambien por la historia cuando tornan
do su vista a aquella época oscura trate de describir la
sociedad que en tan remotas edades pobló estas co
marcas.
Los documentos cuya existencia certificamos son las
prop
pr opia
ias
s pi
pied
edra
ras
s las piedras sagr
sagrad
adas
as qu e se hallan de
que dess
parr
pa rram
amad
adas
as po
porr gran parte del pais i contra las cuales
si la mano destructora del tiempo nada ha podido hasta
hoi la del ho
homb
mbre
re ha co
come
menznzad
adoo por hacer desaparecer.

¿ Procediendo en el órden espuesto tr trat


atar
arem
emos
os so
sobr
bre
e el
estado relijioso de los pu
pueb
eblo
los
s pr
prim
imiti
itivo
vos
s en primer lugar
para llegar por fin al objeto principal de este estudio.
 

LA RELIJION EN LOS PUE


PUERLO
RLOS
S PRIM
PRIMITIV
ITIVOS
OS '79

EL SENTIMIENTO RELIJIOSO EN LOS PUEBLOS PRIMITIVOS


En el es
esta
tado
do ac
actu
tual
al de las investigaciones practicadas
por los viajeros, por los misioneros que han pasado su
vida entre las razas primitivas, subsiste aun la anarquía
vid
en las apreciaciones sobre el culto de los pu pueb
eblo
los
s qu
quee no
han
ha n al alca
canz
nzad
adoo las ventajas de la civilizacion. Miéntras
unos informan que hai mu much
chas
as cocole
lect
ctiv
ivida
idade
dess salvajes
que carecen de to todo
do cu
culto i hasta de las mas débiles ma
lto
nifestaciones de una relijion positiva, ot otro
ros
s so
sost
stie
iene
nenn que
el sentimiento relijioso i sus ma manif
nifes
esta
taci
cion
ones
es es
este
tern
rnas
as se
hallan vivos, latentes i muchas veces tanjibles en el pen
samiento de todos estos pueblos.
Pueblos hai innumerables que carecen de ministros
depositarios del culto, de templos donde éste se practi
ca, de ce cere
remo
monia
niass es
esta
table
bleci
cida
das
s en los ritos o prácticas
reli
re liji
jios
osas
as;; pe ro si es cierto que están privados de estas
pero
mani
ma nife
fest
stac
acio
ione
ness eseste
tern as de la adoracion a las divinida
rnas
des concebidas o imajinadas por ellos, no es esto una
prueba de la ausencia ni del pensamiento ni del senti
miento relijioso.
Los templos, los ministros, lo los
s ri
rito
toss i los símbololos
s de
las relijiones, de los pueblos que han alcanzado o han
llegado a un alto grado de cultura, son creaciones que
responden a necesidades sentidas por la civilizacion re
lativa de las colectividades en donde se hallan; los sal
vajes tienen po porr te
temp
mplo s a la naturaleza que lo
los los
s ro
rode
deaa ( I ),

(i) Hablando Ratzel de la relijion de los polinesios en su magnífica


si
obra La
Las s11Ra
Raza
zass hu os soI,n de muchas clases debiendo, empe
Los huma
mana
nas,
s, to
tomo
mo p áj.
áj. 56
560,
0, dice a este respecto lo
guiente: lugare
lug ares
s sag
sagrad
rados
ro, tenerse en cuenta, que cuando se habla de templos no siempre se
ha d e e nte
nten
nd er
er que son edificios, pues dada la omnianimacion de
mundo con es espí
píri
ritu
tus
s tutute
tela
lare
ress i ot ro
ros, toda la nat ur uraleza puede ser
considerada como templo. Si Sin
n ne
nece
cesi
sida
dadd de templos ofrécense sacrifi
cios
cios de
dela
lant
nte
e de lolos
s ár
árbo
boles, en la orilla del mar i en los bordts de los
les,
volcanes .
E. Renan en sus Esludios de Historia re reli
liji
jios
osa,
a, páj. 34, escribió: »Ei
páj.
 

i8o ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

por ministros a los que consideran depositarios de la


ciencia de la adivinacion de la medicina de la hechice
ría i de todo ese conjunto de prácticas i cr
cree
eenc
ncia
iass de que

son intérpretes
intelijencia por los
la que han descollado
fuerza por el valor en
entr
o tre
e el
por ello
lalos
s por la
audacia;
sus ritos i sus símbolos son las ceremonias que en la
adivinacion en la hechicería i en las demas artes em
plean
No pues razon para
hai exijir como pruebas de la
posesion de un se
sent
ntim
imie
ient
nto
o relijioso i de practicar las
operaciones del culto a los pueblos que han subido ape
nas un paso en los peldaños de la civilizacion los múlti
ples resortes de que se valen los pueblos cultos para
hacer las manifestaciones de sus cre creenc
encias
ias ela
elabor
borada
adass en
el transcurso de muchos siglos i di dict
ctaada
dass co
com
mo reglas
por la parte docente e n las socied
sociedade
ades s avanza
ava nzadas
das
Los pueblos salvajes sienten i piensan con su sentir
i pe
pens
nsarar pr
prop ioss influidos por el medio que los rodea; sus
opio
actos los determina su manera de ser i las necesidades
que a ellos los impulsan i sus ma mani nife
fest
stac
acio
ione
ness es
este
tern
rnas
as
están en cocons
nson
onan
anci
cia
a coconn los dictados de su mente
Estas son la regla el móvil que determinan todas sus
acciones
Acaso influye en los juicios errados que sobre el sen
timiento relijioso de los salvajes se emiten la circuns
tancia de no concebir la idea de Dios como la concibe el
hombre civilizado que en contacto con ellos lo loss juzgan
»E1 hombre dice un grave i sesudo autor al salir de
las manos de la naturaleza ha si sido
do do
dota
tado
do de una inteli
jencia mui d é bil para llegar de un salto a un conoci
miento neto i preciso de la divinidad; mucho ménos
habria popodi
dido
do co comp
mpre
render los dogmas místicos de las
nde

altar sobre el cual los patriarcas sa sacr


crif
ific
icaban en honor de Jehová no
aban
era materialmente mas que un mo montnton
on de piedras i sin embargo con
siderado en su si
sign
gnifi
ifica
caci
cion
on rerelij
lijiosa como símbolo del Dio
iosa ioss abstrtra
acto
i sin forma de la raza semítica aquel monton de piedras va vali
lia
a ta
tant
nto
o
como un templo de Gr Grec
ecia
ia»
»
 

LA RELIJION EN LOS PUEBLOS PRIMITIVOS 181

relijiones su
supe
peri
rior
ores
es,, po
porque el dogma es la obra de la
rque
ciencia, de la razon, que esplica su resultado   i).
El salvaje tiene sus divinidades propias en la medida
de su intelijencia; por eso ha imajinado un dios en la
piedra, en el árbol, en el mar, en el rio, en el monte, en
sus fetiques, en los cuales va envuelta acaso una idea
superior, una idea abstracta, del que el objeto, la piedra
i el fetique es solo la forma o representacion esterna.
Interesante es, pues, hacer una investigacion, escrutar
dentro de las opiniones emitidas el pensamiento relijioso
de los salvajes, i hacer ver la desemejanza de las opinio
nes que sobre esta materia aun existe.
Abramos a Joly, que nos ha dado su hermoso libro
V homme avant les metaux, i alli encontraremos las afir
maciones de Livingstone, Samuel Baker, Mo nnat, Dal-
Mon
ton, de Lichstenstein. Estos viajeros nos aseguran que
hai en el interior del Africa, de América i en otras par
tes, poblaciones enteras que carecen de toda idea de la

divinidad, de templos i de toda relijion; que no tienen


ni conciben el menor presentimiento de una vi vida
da fu
futu
tura
ra
ni ninguna nocion de moral.
El doctor Monnat dice, hablando de los mincopies o
habicantes de las islas Andaman: »Se cubren de lodo i
se tatuan, pero no llevan vestido alguno. Parecen en
efecto desprovistos de to
todo
do se
sent
ntim
imie
ient
nto
o de pudor i mu
chas de sus costumbres semejan a las de lo
los
s br
brutos.. No
utos
tienen ni idea de un Ser Supremo, ni relijion, ni creen
cia en una -v
-vid
ida
a fuiura...n
Otro viajero moderno, Samuel Baker, afirma que el
negro del Africa central carece de la mas lijera nocion
- del Ser Supremo, causa primera del Universo, i su in
telijencia se niega o no alcanza a concebirlo. El senti
miento de la adoracion le es desconocido. No posee
ninguna idea o representacion de una divinidad cualquie
ra. Para él la inmortalidad es puramente jenealójica; la
supervivencia del ser individual no tiene lugar mas que
para los niños. Si ejecuta algunos actos supersticiosos,

  i) N. Joly, L hom
homme
me av
avan
antt les metaux, cap. VII.
 

i8«

si inmola algunos pájaros, es para buscar en sus movi


mientos convulsivos los pronósticos relativos a los inte
reses vulgares de la vida, aunque ninguna idea relijiosa
adherida a estas la de un
vaya
hechicero ha inventadopr prác
ácti
tica
cas,
i que s,una
que
qu eobsecada
imajinacion
tradicion ha
mantenido.n Livingstone afirma que entre los bechua-
nas i demas pueblos del Africa central, existe ausencia
absoluta de cultos, de ídolos i de toda idea relijiosa.
Mas recientemente aun, sir Messenger Bradley habla
de una tritribu
bu auaust
stra
ralia
liana
na que vive sobre los bordes o ri
veras de un lago, en una comarca situada por los 35o
lat. S. i 139o 39 de long. E. i cuya lengua es monosilá
bica,  consistente en gritos mas o ménos comparables a
los de los animales; no tiene supersticion alguna, ni la
mas re remo
motata id
idea
ea de una vi vida
da fu futu
tura
ra..
En fin, la Co Comi
misi
sion
on CiCien
entí
tífica de Méjico nos ha dicho
fica
que los indios de los alrededores de Santiago, cuyos ca
racteres físicos recuerdan los de lo loss chinos i mogoles,
carecian de toda idea relijiosa ántes del arribo a ese pais
de los conquistadores.
 Muchos escritores que son autoridad en la materia,
ha dicho John Lubbock, consideran qu quee ni
ning un pueblo
ngun
está desprovisto de relijion. A pesar de esto semejante
afirmacion no se acuerd rdaa con los testimonio s de nume
ios
rosos
rosos obs
observ
ervado res dignos de fé. Marinos, comerciantes
adores
i filósofos, misi
mision
oner
eros
os cacató
tóli
lico
coss i protestantes, en los
tiempos pasados como en los actuales tiempos, en todas
las partes del globo, concluye Lubbock, están de acuer
do para constatar que hai pueblos privados de toda es
pecie de relijion. 11 Aun hai qu que e ag
agre garr a las respetables
rega
opiniones anotadas la del profesor Brocea quien en un es
crito que rebosa de bu buen
en se
sent
ntid o i de buena fé científi
ido

ca, une su opinion con la de muchos de los miembros


mas distinguidos de la Sociedad de antropolójica de Parts,
espresándose asi:  Es para mí fuera de duda que existe,
en las razas inferiores, pueblos sin culto, sin dogmas, sin
ideas metafísicas, si
sin
n cr
cree
eenc
ncia
ias
s colectivas, i, por consi
guiente, sin relijion (l).n Agreguemos todavia a lasopi-

(1) N. Joly, obra i capítulo citado.


 

LA RELIJION EN LOS PUEB


PUEBLO
LOS
S PR
PRIMI
IMITIV
TIVOS
OS 183

n iones emitidas la de Robertson, quien ha afirmado ha


ber descubierto en América mu much
chas
as tri
tribu
buss que no tenian
nocion alguna de la existencia de un Ser Supremo i nin
ceremonia
gunaLas af
afirm
irmac
acio
ionerelijiosa
ness hehech
chas(1).por tan considerables o emi
as
nentes observadores, bien que respetables, no por eso
tienen el carácter de absolutas; porque estas afirmacio
nes están contradichas por viajeros i sabios de no menor
talla científica.
Citaremos en primer lugar a Ratzel, que en sus pro
fundos estudios consignados en su no nota
table
ble obra Las Ra
obra
zas
za s hu
huma
mana
nass ha afi firrmado lo contrario de cuanto se ha
dicho del salvaje americano.  No existe pueblo alguno
americano sin relijiotin, ha dicho.  Esta se compone de
la creencia en uno o varios seres Supremos i en una
porcion de espíritus de segunda fila, de las leyendas acer
ca de la creacion que por aquell os fueron referidos, i de
llo
la idea de otro mu mundndo o di
divi
vidi
dido
do jeneralmente en suprate-
rrenal o en el que tienen las almas su residencia, pero
del cual pueden regresar a la ti
tier
erra
ra co
como
mo espíritus o al
mas reenjendradas. La idea de un solo Dios aparece va
gamente manifestada por la adoracion que al cielo o al
sol se concede (2).»
D. G Brigton se espresa diciendo:  Todos los indí-
jenas de América poseen -un sentimiento de lo sobrena
tural i están convencidos de que cuando trabajan ro-
déan
dé anle
les
s mu
mult
ltitud de fuerzas invisibles pero poderosas
itud
que, si qu
quie
iere
ren,
n, pu
pueden molestarles o ausiliarles en sus
eden
faenas. En cada pecho hai un altar consagrado al Dios
desconocido (3) .
I todavia para contradecir la afirmacion deRobertson,
he aquí lo sentado por D Orbi bign
gny y: Aununqu
que
e muchos
autores, dice éste en L
 Homme Americaine, hayan ne
gado toda relijion a ciertos americanos, es evidente para

(1) De Quatrefages, L espece humaine, cap. XXXV, páj. 353.


(2) Obra ci
cita
tada
da,, to
tomo
mo II,cap. VIII, páj. 91.
(3) Citado por Ratzel en su obra Las Razas humanas, tomo II,
cap. VIII, páj. 91.
 

184 ALEJANDRO CAÑAS P1NOCHET

nosotros que todas las naciones, aun las mas salvajes,


han tenido alguna (i)
D Orbigny, agreda Quatrefages, en su precioso libro
 

to, dandoL detalles


titulado Espece humaine,
sobre los desenvuelve
dogmas aceptadospensamien
este entre to
das las ra raza
zass am
amer
erica
icananass de Sud-América, manifestando
sus creencias en una vida futura, at ate
est
stig
igua
uada porr las
dass po
cere
ce remo
moni nias
as fú fúne
nebr
bres
es (2).
El autor citado, Quatrefages, nos advierte de que to
dos loloss er
erro ress de concepto en que han incurrido algunos
rore
viajeros al juzgar de la manera de ser relijioso de algu
nos pueblos primitivos han sido el resultado de incom
pletas observaciones: así nos cita a Wallis, quien, des
pues de un mes de in inttimidad con los tahitianos, declaró
que estos insulares carecian de todo culto, mientras
tanto el hecho es que el ello
loss me
mezzcl
clan
an el culto hasta con
los mas insignificantes actos de su vida doméstica o pri
vada (3).
Ratzel no noss trtra
asc
scribe el juicio del misionero Tindall,
ribe
que habia vivido largo tiempo entre los hotentotes na-
maquias, de los que escribió que  en punto a relijion,
el espíritu de este pu pue ebl
blo
o pa parece una pájina en blancon,
rece
lo cual ha de interpretarse en el sentido de que no
tenian la menor idea de cosas relijiosas, no siendo sufi
ciente para este misionero el hecho de que  su idioma
contenga es espr
pres
esio
ione
ness paparara las ideas Dios, espíritus i aun
diablon (4) i Quatrefages, insistiendo en los errores que
hemos enunciado i cómo estos van cediendo su lugar a
una ju just
sta
a apr prec
ecia
iacion del sentimiento relijioso de los
cion
pueblos considerados como ateos, dice:   Poco a poco la
luz se hace i es así co com mo suc uces
esiv
iva
ame
mentnte loss australianos,
e lo
los melanesios, los bosquimanos, los hotentotes, los

(1) Citado por De Quatrefages en Vespece humaine, cap. XXXV,


P¿j- 353-
(2) Citado por De Quatrefages en L espece humaine, cap. XXXV,
páj 353-
(3) Citado por De Quatrefages en L espece humaine, cap. XXXV,
Paj- 353-
(4) Ratzel, La
Lass Ra
Rasa
sass humanas, tomo I, páj. 21.
 

LA RELIJION EN LOS PU
PUEB
EBLO
LOS
S PR
PRIMI
IMITIV
TIVOS
OS

cafres, lo
los
s be
bech
chua
uana
nas
s han debido ser eliminados del nú
mero de los pueblos ateos i ser reconocidos como reli-
jiosos (i). II
Esta luz va proyectándose tambie ien
n sobre el estado
mental relijioso de otras razas, a las cuales se juzgaba
sin id
ide
eas mora rale
les
s que fuesen consecuencia del senti-
timiento qu
quee in
insp
spir an las creencias en alg
iran lgun
una
a re
reli
liji
jion
on..
Hoi dia se conoce la teogomía de nuestros araucanos, que
han desmentido las afirmaciones de cuantos con lijereza
los habian juzgado bajo este respecto como incapaces de
concebir, por su ignorancia o barbarie, p de alimentar
ningun pensamiento concordante con el sentimiento re
lijioso; i aun todavia de los indios de la Tierra del Fue
go, colocados acaso sin mucha razon, en la escala mas
baja de cu cuan
anta
tas
s ra
raza s pueblan la tierra.
zas
Hace cerca de 25 años que el reverendo Mr. Bridges,
de la Mision ev evan
anjé
jéli
lic
ca que en el sur de esta isla, en
que
Ushuwaia, desde hace mas de 30 se halla establecida
propagando las creencias relijiosas i los dones de la ci
vili
vi liza
zaccio
ion
n enentr
tre
e aquellos sasalv
lvaj
ajes
es,, que decia en una con
que
ferencia, respecto de estos indios:  No reconocen un
Creador, ni tienen idea del futuro, ni esperan nada des
pues de la muerte. 11 Agrega, sin embargo, como que
ello
el loss en
entrtrev
evieran un mas allá despues de la muerte i que
ieran
hai una mansion hasta adonde las almas vuelan, que
tienen en su lengua una palabra para espresarla muerte:
Cagalulo, cuyo significado es volar i subir, lo cual, agre
ga el misionero, pareceria encerrar la idea de un estado
espiritual posterior (2).
Un misionero italiano, de la Mision salesiana de la
isla de Dawson, acaba de publicar un Pequeño Diccionario
de la lengua ona, i en esta paciente recopilacion nos su

ministra una idea sobre el pe


pens
nsam
amie
ient
nto
o re
relij
lijio
ioso
so de esta
raza, que es una de las tres que viven en la Tierra del
Fuego.

(1) De Quatrefagks, L espece humaine, cap. XXXV, páj. 350.


(2) Conferencia de Mr. Bridger dada en 1884 en la Sociedad Jeo-
gráfíca Arjentina.
 

ALEJANDRO CAÑA
CAÑAS
S PI
PINO
NOCH
CHET
ET

Este misionero ha entrevisto en los fueguinos, no id idea


eass
claras i definidas de un sentimiento relijioso, sino jérme-
nes de ideas, vagas, indeterminadas, informes, en estado
de crisálida, de fufutu
turo
ro dedesa
sarro
rrollo
llo..
A la Divinidad la co n cibe n ello
loss co
com
mo una idea nebu
losa pero suprema, a que han dado forma llamándola
Joiuen o Dios, de quien nada dicen, porque sienten sin
duda sin po
pode
derr es
espre
presasarr las ideas que en su in incu
cult
lta
a men
ente
te
se anidan.

Hé aquf como se espresa el misionero:

 De la Divinidad tienen una idea mas que vaga, os


curísima; si es que con tal nombre se quiere llamar el
Kain-Sort, una especie de espantajo colorado i chis
peante fuego delos ojojos
os,, que se les aparece, segun dicen,
que
saliendo de las aguas. Del Jowe n, que dicen Dios, no
saben decir nada completamente, aunque muchas veces
se lo preguntásemos (i).m
Se ha avanzado un paso en el te terr
rren
eno
o de est
sta
abl
blec
ecer
er la
verdad al respecto del estado mental relijioso de los fue
guinos. En aquellas mentes oscuras, en las que nadie
habia penetrado, va vivisslu
lum
mbr
brá
ánd
ndos
ose e cicier
erta
ta cl
clar
arid
ida
ad que
induce a la creencia de que en el fondo hai ideas, si con
fusas al parecer, que podrán ser cl cla
aras así que esos seres
casi embrutecidos, ha
haya
yann ad
adqu
quir
irid
idoo la facilidad o posibi
lidad de revelarse.
Falta aun que consignar la mas importante de las opi
niones, las de un ho
homb
mbrere em
emin
inen te por su saber, que ha
ente
estudiado el pasado i el presente de la humanidad, que
ha ido hasta la cuna de esta, que ha interrogado las len
guas primitivas para deducir de ellas el pensamiento re
lijioso de los pueblos que las hablaron i que ha consig
nado intitulado
libro Oríjen i investigaciones
el resultado de sus Desarrollo de la e n un precioso
Relijion; refié-
rome al em emin
inen
ente
te or
orie
ient
ntal
alista Federico Max
ista Müller,

(i) Pequeño Diccionario del idio ma Fueguino-Ona, escrito segun


idioma
nuestras noticias por el Padre de la Mision sal
salesi
esiana
ana,, rev
reverendo N.
erendo
Beauvoir.
 

LA RELIJION EN LOS PUEBLOS PRIMITIVOS 187

muerto hace poco, sentida intensamente en el mundo


sabio su desaparicion, acaso irreparable.
En una pajina de esta obra, Müller escribió lo si

guiente:
 En los tiempos en que escribia De Brosses   i ) la
cosa que parecia sorprendente era que el negro poseyera
algo que pudiera ll llam
amararse
se mo morarali
lida
dadd o relijion. Hemos
aprendido a juzgar de esto, grac
graciaias
s es
espepeci
cial
alme
mentnte e a los
trabajos de lo los
s mi
misi sion
oner
eros
os que  han pasado su vida en
medio de los sa salv
lvaj
ajes
es,, qu
que e han aprendido su lengua, ga
nado su confianza i que, a pesar de gran número de
prejuicios, han hecho plen
plenaa jujust
stic ia a lo
icia los
s bu
buenenos
os aspec
tos de su cacará
ráct
cter
er.. Po
Podedemo
moss decir, sin riesgo de equivo
carnos, que, a despecho de todas las investigaciones, no
se ha encontrado en parte alguna sér humano que no
esté en posesion de algo que le sirva de relijion, o, va
liéndonos de la espresion mas jeneral, que no crea en
algo mas allá de lo que puede ver con sus ojos.
»No pudiendo entrar en el detalle de los diversos tes
timonios ququee prprue
uebaban n este hecho, se me permitirá citar
las conclusiones a que, en este punto, ha llegado otro
mitólogo, M. Tiele, tanto mas, cuanto que en varias
cuestiones sus opiniones difieren mucho de la las
s mias as..  El
acerto de que hai naciones o tribus sin relijion se apoya
en una observacion inexacta o en un unaa con onfu
fussio
ionn de
ideas. Todavia no se ha encontrado nacion o tr ib u des
provista de la creencia en seres superiores, i los viajeros
que han afirmado su ex exis
iste
tenc
ncia
ia ha han n sido mas ta tard
rde e re
refu
fu
tados. Así, pues, es lejltimo el acerto de que, en el sen
tido mas jeneral de la palabra, la relijion es un fenómeno
universal de la humanidad. n  2)
A lo que podemos añadir el si sigu
guieient
nte
e pepens
nsamamieient
ntoo de
V. de St
Stra
raus
us::
dero ateismo,  Lasiempre
es
falta completa de relijion, el verda
resultado de una civilizacion
lta

  1) Uno de los hombres mas nonota


tabl
bles
es dedell siglo de Voltaire, de quien
era corresponsal. Escribió diversas obras, entre las cuales figuran su
Teoría del Fetiquismo i la Del culto de l os oses /etiques o paralelo de la
os di os
antigua relijion del Ejipto con la relijion actual de la Nigricia.
 2) Obra citada, leccion tercera, páj. 83.
 

i88 ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

elevada que va minándose i materializándose, nunca


consecuencia de una ruda cultura primitiva: en esta se
encuentra, aun en el estado de mayor depravacion, la

jnecesidad reli
reliji
jios
osa
a qu
que
ie confusa
corr
corres
espo
pond
nde
e esta
a una facultad reli-
iosa, por incompleta que sea. n  i)
Lo espuesto anteriormente son los factores con que
ha de resolverse el problema de si ha habido i si hai
pueblos que han carecido o carecen de relijion; i contra
balanceadas las opiniones emitidas, nos parece que la
verdad resalta del lado en donde están los que afirman
que todos los pueblos han tenido desde su orfjen una
relijion.
II
¿FUÉ EL FETIQUISMO LA RELIJION PRIMITIVA?

Establecido lo anterior, llega el caso de averiguar cuál


de todas las formas de relijion es la mas baja i qu que e pu
pued
edee
considerarse como el principio de toda relijion.
Max Müller trae en su libro sobre este punto las si
guientes líneas:  Consúltense las obr bra
as es
escr
criita
tass en los
últimos cien añaño
os sob
obre
re la historia de la relijion, i se en
contrará por lo ménos un punto en el cual están todos
en sorprendente acuerdo, cual es que la forma mas baja
de la relijion es el fetiquismo; que bajando mas, ya no
hai nada que se pueda designar con tal nombre, i que.
por consiguiente, se puede considerar el fetiquismo como
el principio mismo de la relijion. n  2 2))
Max Müller, que disiente de esta opinion, agrega:
 Siiempre que encuentro tan sorprendente acuerdo, se
 S
mejante unidad en la idea i hasta en la espresion, sos
pecho algun misterio i pienso que hai que remontar
hasta la fuente i ver en qué circunstancias i con qué fin
se ha producido la teoría que se ha impuesto universal-
mente con tatant
nta
a fa
faci
cili
lida
dad.
d. »

 1) Citado por Ratzel, Las Razas humanas, tomo I, páj. 21.
i
 2) M. Müller. Orijen desarrollo de la Relijion, leccion segunda,
páj. 61.
 

LA RELIJION ICN LOS PUEBLOS PRIMITIVOS 189

No acepta Max Müller la prioridad


fetiquismo,del
<orno han pretendido, sin probarlo, to
todo
do cuan
cuanto
tos
s se han
ocupado ántes de él en buscar los rastros que en el espí
ritu humano han trazado las relijiones; niega, por el con
trario, esa prioridad, ququee co
corr
rres
espopond
ndee a otra forma del
culto; i resumiendo su pe pens
nsam
amieient
nto
o dedesp
spues de discutir
ues
tan imimpo
port
rtan
ante
te pupunt
nto,
o, escribe:  sostengo que en
Africa, como en cualquiera otra parte, el fetiquismo es
una corrupcion de la relijion; t Y mas adelante, al
terminar su lilibr
bro
o vo
volv
lvie
iend
ndo
o su vista al hácia atras, dice:
 Arrojemos una última mirada sobre el camino reco
rrido, camino que han seguido hace millares de años
nuestros antepasados arios, establecidos en las riberas
de los Siete Rios, en viaje de investigacion de lo infi
nito, de lo invisible, de lo di
divi
vino
no..
 No partieron, como se ha imajinado, del culto de los
fetiques. El fetiquismo no hai que buscarlo en el princi
pio, viene mas tarde. En los documentos del pensa
miento relijioso en la India no se encuentra la menor
huella de fetiquismo; es mas, digo que no habia sitio
para él como no lo hai para el lia
ias
s ántes del granito, ni
siquiera en el graniton  i).
No se ha encontrado solo Max Müller en la cuestion
de orljen de las relijiones al negar la preexistencia del
fetiquismo.  Mr. Amadée Thierry hace notar en su
Historia de la Francia que los ce celt
ltas
as de
debi
bier
eron
on tener
dos relijiones diferentes, una que recordaba el politeis
mo griego i se derivaba de los fenómenos naturales; la
otra fundada sobre el panteismo, presentaba la mas
asom
asombrbros
osaa co
confo
nform
rmidad con las creencias del Oriente,
idad
que es el druidismo, pero esta relijion, por mas espiri
tualista que fuese, alterada por la ignorancia, no pudo
i
sofocar
d n culto
ebió coel preexistente
el tiempo
de la na
confundirse con natu
éltura
erale
n leza
uza este
esteri
rior
or
n fetiquismo
grosero, que todavia se hallaba en vigor en el siglo VI
de nuestra eran  2). En Francia, como se ve, el fetiquismo

 1) Muller, obra citada, pájs. 338 i 339.


 2) Brunet des Bai
Bains,
ns, His
Histor
toria
ia de la Arquitectura, páj. 57.
 

190

fué posterior a otra relijion espiritualista del pueblo celta


i el
ello
lo co
conc
ncue
uerda con las opiniones de Müller.
rda
Pero ¿qué era lo que De Bro ross
sses
es llam aba fetique? El
ama
mismcosa lo va a decir:  Estos fetiques divinos nao cada
o nosque son
otra el primer objeto material que place
nacion o a cada particular elejir i hacer consagrar en ce
remonia por sus sacerdotes; es un árbol, una montaña,
el mar, un pedazo de madera, una cola de leon, una
piedra, una concha, sal, un pez, una planta, una flor, un
animal de cierta especie, vaca, ca cab
bra
ra,, ele
leffan
ante
te,, car
arne
nero
ro,,
en fin, todo lo que se pued
pu eda
a im
imaj
ajin
inar
ar semejante a esto.
Estos son ot otro
ross ta
tantos dioses, cosas sagradas i tambien
ntos
talismanes para los negros que les tributan un culto
exacto i respetuoso, dirijiéndoles sus votos, ofreciéndo
les sacrificios, paseándolos en procesion, si de ello son
susceptibles o ll llev
eván
ándo
dolo
loss so
sobr
bre
e si con grandes muestras
de veneracion i consultándoles en todas las ocasiones
graves. Hai en cada pais, agrega, el fetique jeneral de la
nacion, teniendo ademas cada particular el suyo que es
el propio i pénate. Cada ciudad está bajo la proteccion
de su propio fetique, al que se adorna a costa del público
i se le invoca para el bien comun, n  1  1))
III
EL CULTO DE LA PIEDRA; CÓMO ESTABA ESTENDIDO
POR EL MUNDO

Entre los objetos que, segun De Brosses, han alcan


zado los honores de fetiques i de recibir la adoracion
consiguiente a la divinidad, sr. ha encontrado, como se
ha visto, la piedra.

La piedra,
producto
ha sido despues del sol, el cielo i la luna, el
de la Naturaleza que acaso ha recibido mas
esplícitas manifestaciones por mas co
i cons
nsid
ider
erab
able
le nú
núme
mero
ro
de adeptos.
El culto de la piedra lo hemos en
enco
cont
ntra
rado
do eseste
tend
ndid
ido
o

 1) M. Müller, Orijen i desarrollo de la Relijion, | áj=. 69 i 70.


 

LA RELIJICN EN LOS PU
PUEB
EBLO
LOS
S PR
PRIM
IMITI
ITIVO
VOS
S 191

por el viejo mundo en América i en muchmuchas


as is
isla
las
s de la
Oceanía que ninguna re rela
laci
cion
on ha
habi
bian
an ma
mant
nten
enid
ido
o con los
pueblos de los con
contine
tinente
ntes.
s.

Veamos cómo tan estraño culto estaba difundid idoo por


el globo
Lubbock en su importante libro titulado Los oríjc
nes de la civilizacion nos dice a este propósito lo si
guiente:
Hermes o Termes o Mercurio er era
a ad
ador
orad
adoo por los
griegos i romanos en forma de piedras derechas. El
culto a Termes procedia de la costumbre de marcar los
límites o término de las propiedades por medio de pie
dras de la forma espresada.
Los bá bárb
rbar
aros
os re rend
ndia
ian
n ta
tam
mbi en culto a las piedras.
bien
Cerca del lago Baikal hai una roca sagrada que se
mira como morada predilecta de un espíritu maléfico i
era mui temid idaa consiguientemente por los naturales.
En la India domina el culto de las piedras sobre todo
en las tribus aboríjenes.
Los asagas de Maisur adoran un dio ios
s lla
lammado Bhu
ma Devan representado por una piedra informe.
Dos rudas castas de esclavos de Tulava en la India
meridio
mer idional
nal los
los bak
bakada
adarara i los betadara adoran una di
vini
vinida
dadd be bené
néfi ca llamada Bina
fic representada por una
piedra que guardan todas las cosas.
El dios de cada aldea kond se representa por tres
piedras.
Los sontals del In Indo
dost
sta
an cenentral adoran una famosa
tral
coli
co lina
na llllam
amad
adaa Marang Born. En tiempos de sequía van
a la cima de este monte sagrado i of ofre
rece
cenn sa
sacr
crif
ific
icio
ios
s a
una ancha piedra pla lanna tocando los tambores i supli
cando a su dios que les envie la lluvia.
Los árabes hasta el tiempo de M ah ahoorn
rnaa ad
ado
ora
raba
ban
n un
unaa
piedra negra; los beni zequif la ro
roca
ca ll
llam
amad a El Lat; los
ada
fenicios una divinidad re repr
pres
esen
enta
tada
da po porr una piedra in
forme.
El dios Heliogábalo era simplemente una piedra de
figura cónica.
En Tespias habia una piedra que era mirada como
 

192

una divinidad i lo
los
s be
beoc
ocio
ios
s ad
ador
oraban a Hércules bajo la
aban
misma forma.
En Irlanda en el siglo V el rei Laogario adoraba un
pilar de piedra que fué derribado por Sa
San
n Pa
Patr
tric
icio
io..

Los irla ndeses adoraban otra piedra en Clogher bajo


lan
el nombre de Kermand kelstach.
En el Jura habia una piedra sagrada a cuyo alrede
dor soli
lia
a dar vueltas el pueblo en la direccion del sol.
En algunas de las Hébridas el pueblo atribuia poder
oraculoso a una gran piedra negra.
Hasta fines del siglo XVIII en ciciert
ertos
os dis
distri
trito
tos
s mon
tañosos de Noruega sol olia
ian
n con
onse
serv
rvar
ar los aldeanos pie
dras de forma redonda que ve vene
nera
raba
ban
n co
como
mo sus paganos
ante
an tece
ceso
sore
res
s ad
ador
orab
aban
an sus ídolos.
Caillié vió cerca de la aldea de N pal una piedra negra
sagrada sobre la cual todo pa pasa
saje
jero
ro de
deja ba como ofren
jaba
da un hilo de la tela con que se cubria.
Bruce indica que lo loss ab
abisisin
inio
ios
s paganos adoran un ár
bol i de igual suerte una piedra.
Los tahilianos creen que uno de sus dioses Tepapa
ha sido una roca.
En las islas Fiyi se ven cerca de Viena toscas piedras
sagradas a las cuales se hace a ve vece
cess ofr
fren
enda
dass de ali
mentos. Otra piedra hai sobre un arrecife cerca de Na-
loa que los na natu
tura
rale
les
s lllla
ama
man n ta
tam
ma i una te terc
rcer
era
a ce
cerc
rca
a de
Thocova en Titi Lebu llamada Lovekaveka. que se
considera como la morada de una diosa a quien se pro
vee de alimento. La residencia de O Rewan es una pie
dra grande que como la de Naloa tiene do dos
s mujeres
que son otra
otras
s tant
tantas
as piedras grandes procedente la una
de Yandua i la otra de Yasawa.
En las cos
costas
tas mer
meridio
idional es de Vanua Levu se ve una
nales
piedra grande que h a ca ido sobre otra mas pequeña; di
cen que representan lo
los
s dioses de dos ciudades de esa
costa combatiendo uno contra otro; i las ciudades ha
ciendo suyos los agravios respectivos vi
vien
enen
en lu
luch
cha
and
ndo
o
lardos años ha.
En los grupos de Apamama i Tarava en Micronesia
 

LA RELIJION EN LOS PUEl


PUEltL
tLOS
OS PR
PRIMI
IMITI
TIVO
VOS
S  93

se adora al dios Tabueriki bajo la forma de una piedra


plana de coral, de estructura irregular. i

Los naturales de Tanna veneran piedras, i la princi


pal divinidad de Tokelau se suponen que ha tomado
cuerpo en una piedra. Los indíjenas de Sumatra i los
del estrecho de Torres tenian así mismo piedras sa
gradas.
Prescott dice que un in indi
dio
o dadaco
cota
ta recoje toda piedra
redonda, de cu cual
alqu
quie
iera
ra es
espe
peci e que sea, i la pinta; luego
cie
va a unas cuantas varas de su vivienda, arranca la hierba
en un diámetro como de uno a dos pies; col olo
oca al
allí
lí su
piedra o su dios como él dice; le hace una ofrenda de
tabaco i de plumas, i le suplica que lo libre de cierto pe
ligro soñado o imajinado por él probablemente.
Los monitaris ántes de acometer una gran empresa
soli
so lian
an ha
hac
cer of
ofre
rend
ndas
as a una pie
piedr
dra
a sa
sagrada llamada Mih-
grada
Choppuish, i en entr
tre
e lo
los
s na
natc
tche
hess de la Luisiana una piedra
cónica.
En la América Meridional, los peruanos, segun Gar-
cil
ila
aso de la VeVega
ga,, guguararda
daba
bann piedras en sus casas tra
tándolas como dioses i of ofre
reci
cién
éndo
dole
less sac acri
rifi
fic
cio
ios
s de cacarn
rne
e
i sangre humanas
  i).
Ratzel dic
ice
e que acaso pueden considerarse como ido
los las dieziocho pi pied
edra
rass la
larg as i cubiertas de corteza
rgas
que Flinders encontró en la isla Pellew del golfo Car-
pentaria.
Del mismo autor tomamos las noticias siguientes:
Las rocas de la isla de Pascua tan fantásticamente
quebradas i rajadas dan oríjen a to toda
da clclas
asee de leyendas.
En Hawai los mares poblados de ar arre
reci
cife
fess so
son
n tenidos
como campos de batallas de los di dios
oses
es luluch
chad
ador
ores
es que,
el dia, hubieron de soltar los
sorprendidos
Así mismo la luz del dia que salió demasiadopeñascos
por pronto,
obligó a lo s d io se s cre a do res
res d e las islas a dejar sin
concluir su obra en las peñas. De esta suerte fueron
creadas las Marquesas durante la noche por los dio ios
ses

  i) Lubboqk, Los orljenes de la civilizacion, cap. VI, pájs. 262 i si


guientes.
TOMO XII M
 

194 ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

nocturnos, quienes al ver despuntar la aurora, hubieron


de dejar incompleto su trabajo en aquellas eststér
éril
ile
es ro
cas. Sorprendidos poreldia, vi
viér
éron
onse
se ta
tamb
mbie
ien
n obligados
los espíritus de Ulitea a dejar caer en Taloo la montaña
que allí se ve i que habian robado en otra isla.
A estas leyendas de piedras i pepeña
ñasc
scos
os apapor tó nuevos
ortó
elementos el olvido de los au
auto
tore
ress de las numerosas es-
tátuas de piedra de la isla de Pascua i de otr tros
os is
islo
lote
tess
que han sido atribuidas a los dioses.
En las islas hawayanas existe un ve verd
rdad
ader
ero
o cucult
lto
o de
las piedras. Los pescadores de Linai adoraban las pie
dras verticales i en Hawai no podian ta tall
lla
ars
rse
e íd
ídol
olos
os sinino
o
de determinadas rocas. De estos paises son tambien las
piedras de lluvia que se ponen al fuego cu cuan
andodo ll
llue
ueveve
mucho i se riegan en tiempos de sequía.
El Tui Tokelau o rei de Tokelau ad ador
orad
adoo co mo Dios,
como
está representado por una piedra envuelta en un pedazo
de tela.
En Méjico era mui comun el culto a los ídolos de pie
dra. Las destrales, las puntas de lanzas i los cuchillos,
denominados allí cuñas de trueno, nacieron al golpe del
rayo contra la tierra i cuya veneracion está estrechamente
relacionada con los mitos de la creacion del hombre  i .
Segun Max Müller, ateniéndose a los datos suminis
trados por Matthews, los hida tsass del Missouris adoraban
hidatsa
los guijarrales i los peñascos aislados, las colinas, los ce
rros, etc., todo lo que no ha sido hecho por mano del
hombre.
Pausanias, agrega el mismo autor, no noss en
ense
seña
ña que las
imájenes de los dioses en los an anti
tigu
guos
os ti
tiemposs de la Gre
empo
cia eran piedras brutas, de las cuales algunas se conser
vaban en su tiempo  dos siglos ántes de nuestra era .
Nos habla de treinta piedras cuadradas  ¿hermes? que
se encontraron en Feres ce cerca de la estatua de Hermes
rca
i que el pueblo adoraba dando a cada una el nombre de
Dios.
Los tespienses, que adoraban a Eros como el primero

 i Ratzel, f^as razas humanas, tomo I, pájs. 539 i siguientes.


 

LA RELIJION EN LOS PU
PUEB
EBLO
LOS
S PR
PRIMI
IMITIV
TIVOS
OS 195

de los dioses, tenian una imájen de él, urja piedra bruta.


Así era tambien la estátua de Heracles en Hyetos, »se-
gun la moda an antitigu
guan
an,, ag
agrega el mismo historiador.
rega
En Orchómenes describe un templo de las Gracias en
que er
eran
an ad
ador
orad
adas as bajo la forma de piedras br brut
utas
as ca
caid
idas
as
del cielo en tiempos de Et Eteo
eocl
cles
es..
En Roma para se serr af
afor
ortu
tuna
nado
dos s en las espediciones
militares, se invocaba a pi pied
edra
rass qu e se decia habian cai
que
do de
dell cie
ielo
lo   i  .
Por fin, leemos en Renan lo siguiente sobre el culto
de la piedra:
11En el antiguo cult
ltoo hebre
reoo se encuentra mas de un
dato sobre la relijion fenicia: en la ép époc
oca
a pa
patr
tria
iarcal se ve
rcal
a los abrahamidas aceptar como sagrados los lugares i los

objetos que los cananeos tomaban como tales, árboles,


montañas, fuentes, betyles o beth el, nombre con que se
designaban las piedras sagradas, a las que se atribuia vir
tudes divinas  2 .

En escursion prolija fati i acaso


fatigo
gosa
sa pa ra cuantos fijen
para
su mirada en el cuadro descrito, hemos llegado a mani
festar la forma en que, por el mundo, ha estado es
tendido el culto de la piedra, i como todo cuanto se ligue
al sentimiento se adhiere con fu fuer
erza
za en oc
ocas
asio
ione
ness in
inve
venn
cibles, así este fetiquismo su
subs
bsis
isti
tió
ó du
dura
rant
nte
e la
larg
rgos
os si
sigl
glos
os
propagado como se hallaba e incrementado, si se me
permite la espresion, en el pensamiento relijioso de las
sociedades primitivas, como la ünica relijion verdadera.
El culto de la piedra subsistió con mucho ardor en
Europa muchos siglos despues de implantado el cristia
nismo, i para eliminarlo sin conseguirlo, delas manifes
taciones públicas al ménos, menester fué el esfuerzo
simultáneo de las dos potestades que en la Edad Media
obra
ob raban con mayor eficacia: el poder civil i el poder de
ban
ja Iglesia.

 1 Oríjenes i desarrollo de la Relijion, Leccion se


segu
gund
nda,
a, pá
páj.
j. 102
i 103.
 z Estudios de historia relijiosa, rap. II, páj. 71,
 

196 ALEJANDRO CAÑAS PINOCHFT

En Franciala Iglesia celebró cuatro concilios: el de


Arles en 452; el de Tours, en 567; el de Nantes, en el
siglo VII,
i el de Leptine, en 743, en lo
loss cu
cua
ale
less se con
denó el culto de la piedra i se fulminaron pe pena
nass es
espi
piri
ri
tuales rigurosas coconntra cuantos continuasen en esta
cua
práctica.
La capitular de Aquisgran i varios Sínodos celebra
dos en Alemania llegaron a la misma prohibicion.
En Inglaterra el arzobispo de Cantorbery, Teodorico,
en el siglo VII, condenó el mismo culto.
I como prueba de que el culto de la piedra habia
echado profundas raices en todas las capas sociales del
pueblo ingles, están la capitulacion del rei Edgardo en
el siglo X i las pragmáticas de Canuto I un siglo des
pues, contra estas manifestaciones paganas  1 .
La subsistencia de este cult
lto
o irirrracional manifi
fie
esta el
poder de adherencia ququee adq
dqui
uier en las ideas cuando se
eren
han practicado durante largo tiempo, máxime si esas
ideas son espresion del sentimiento relijioso, que lleva
envue
en vuelto
ltoss in
inte
teresess del presente i de un futuro o mas allá
rese
desconocido.
Si contra esta conviccion popular la accion del cristia
nismo, la de una propaganda contraria, las de una pena
lidad rigurosa nada pudieron, qué mucho que subsista
todavia en muchas partes hasta hoi, que se contrapone
solo la ac
acci
cion
on dé bill de una civilizacion mal dirijida i por
débi
esto de casi nu nulo
loss reresu
sult
ltad
ados
os..

En Chile el culto de la piedra ha existido i existe aun


entre los descen
descendiente
dientess de nuestros aboríjenes; i, circuns
tancia particular, por la supervivencia de las creencias
relijiosas que superviven en las masas populares, ese
culto lo practican tambien aq aque
uell
llo
os que por contacto con
que
la civilizacion araucana, no se han visto libres de su na
tural influencia.

 1 Lubrok, Los oríjenes de la civilizacion, páj. 202 i siguientes;


Bkunet des Baines, Historia de la Arquitectura, páj. 57.
»
 

LA RELIJION EN LOS PUE


PUEBLO
BLOS
S PRI
PRIMITI
MITIVOS
VOS 197

Vamos a citar algunos casos perfectamente compro


bados, en confirmacion de nuestros asertos.
En la costa del departamento de Arauco, en la sub-
delegacion de Yani i en un sitio próximo a la ca cale
leta
ta ho
hoii
llamada Yanes, sobre el camino que conduce a este sur-
jidero, se leleva
vant
nta
a un a piedra llamada Güpalcura  piedra
una
encantada de figura informe i de color oscuro, de altura
de un memetrtro
o set
eten
enta
ta i cinco centímetros sobre el nivel
del suelo en que yace. A esta piedra, que al decir de los
supe
su pers
rsti
tici
cios
osos
os ca
camp
mpes
esino
inoss de esos lugares, proyecta luz
en las noches oscuras i llo llora
ra cu
cubri
brién
éndo
dose
se de lágrimas en
las prolongadas sequías que han de arr rrui
uina
narr lo
los
s campos
i los sembrados, se le hacian i todavia se le hacen obla

ciones por los pasajeros, consistentes en flores del campo,


i cuando de éstas no halla a la mano, matas de hier
bas o ramas de los árboles mas próximos, que asi la pie
dra vela porque las lluvias caigan cada i cuando las se

menteras
Esta
Esta cotengan
cost
stum
umbr ene
brenece
cesi
es sida
dad
clar
cl d de
ara
a maellas.
mani
nife
fest
stac
acio
ion
n de la supervi
vencia del culto que se ha rendido a la piedra, que no
ha desaparecido i que está aun adherido al sentimiento
de la masa de la po
pobla
blaci
cion
on ca
camp
mpes
estr
tre.
e.

En el boquete de la Cordillera de los Andes por Cura


Cautin i Lonquimay, se halla entre este sitio i Malalca-
huellu, del lado Norte de la via, una enorme piedra pi
zarrosa, que se avanza al camino, que casi lo intercepta
i que permite seguirlo por una parte desgastada por el
tráfico.
Esta piedra ti
tien
ene
e mu
much as escavaciones, en forma tu
chas
bular algunas i otras de irregular faccion.
Llámanla los indios Retricura i dicen de el ella
la es
esto
toss i la
jente sencilla que por allí trafica, que esta piedra es mi
lagrosa i que está oculto dentro de su masa Dios, a
quien llaman Padre Retricura.
Los qu
que
e viviajan por ese boquete, que son los que van
ajan
i vienen de la Arjentina, dejan al Dios Retricura sus

ofrendas dentro de los hoyos, consistentes éstas en di


 

J 98 ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

ñero, cigarros, pan, carne, etc., i si nada de esto llevase


el transeúnte, le dejará como único tributo una ramita
tierna de algun árbol inmediato, pero si siem
empr
pre
e al
algo
go..
Es persuacion jeneral entre los indios, lo
loss ar
arri
rier
eros
os i
demas iente ignorante qu que
e qu
quien pasase por frente a la
ien
piedra sin dejarle una ofrenda, tendria viaje desgra
ciado, se le manquearia o empantanaria su caballo o le
sobrevendrian desdesgra
gracia
ciass per
person
sonale
ales.
s.
De las ofofre
rend
ndas
as su
suel
elen
en apoderarse, en especial del
dinero o comestibles, los indios a título de préstamo, que
devuelven relijiosamente o aquellos que no creen en las
condiciones milagrosas del peñasco.
Si el préstamo no fuese devuelto, aseguran lo loss in
indi
dios
os
que caeria una nevazon bajo la cu cuaal todo pereceria  1 .

Del culto rendido a la piedra de Re


Retr
tric
icur
ura
a pasaremos
a esponer el que se tributa a otra piedra, de quien hasta
ahora
nocida naque
die laha de
dadMalalcahuellu
o noticia, acasopor
porque
cuyo essitménos
io hai co
un
tráfico ca
cadda dia mas crecido.
Quien va por el territorio de Mulchen siguiendo el
camino que conduce al boquete de Callaqui, de paso
para la Arjentina, se encuentra en el corazon de la cor
dillera con el rio Agrio, para llegar en seguida a la la
guna Agria, en donde el rio desagua. Hácia el Norte de
esta laguna i sobre una meseta que el camino atraviesa,
se halla la piedra Curalhue  Piedra de Animas o del
Diablo que tiene, como la de Malalcahuellu, muchas
escavaciones tu tubu
bula
lare
ress he
hech
cha
a por mano de hombre. Su
contestura física es de granito.
El plano sobre la cual reposa es horizontal i la piedra
se eleva sobre este nivel un metro, teniendo no ménos
de dos de diámetro.
Los indios dicen que esta piedra tiene su calcu, que
es, segun ellos, un espíritu invisible, capaz de hacer bien

 1 Los señores don Rodolfo Lenz i don Tomas Guevara han hecho
mencion de la piedra de Re Retr
tric
icur
ura
a en sus importantes estudios sobre
la raza i la lengua araucanas.
 

LA RELIJION EN LOS PU
PUEB
EBLO
LOS
S PR
PRIM
IMITI
ITIVO
VOS
S I99

i mal que no
noso
sotr
tros
os he
hemo
mos
s tr
trad
aduc
ucid
ido
o impropiamente por
brujo.
Cuantos viajan por el boquete indios arri
arrier
ero
os ch
chil
ile
e

adoracionjente
nos o arjentinos i demas sencilla pagan tributo a
esta piedra de primero en especies en se
guida.
Consiste el primero rendido por solo los indios en
darr vu
da vuel
elta
tas
s al
alre
rede dorr de la piedra en uno i otro sentido
dedo
pron
pr onun
unccia
iand
ndoo papala
labr
braas suplicatorias o peticiones para
que la piedra les procure un viaje feliz.
Viene en seguida lo que los indios llaman el mari-
mari o el depósito en los hoyos de las ofrendas que con
sisten en carne pan harina dinero cigarros etc. i si el
viajero no tu tuvi
vies
esee de estas especies debe depositar en
las escavaciones un pedazo de cuero de su montura.
La falta de tributo hace el vi viaj
aje e dedesg
sgra
raci
ciad
adoo pues la
piedra se enoja i el caku que la custodia no proteje al
viajero mezquino.
Estas prácticas del culto de las piedras en Chile ofre
cen coincidencias mui especiales con la las
s del cu
culto
lto re
rend
ndid
ido
o
en otras partes i que he hemo
moss de
desc
scrit
rito
o mas arriba.
Así hemos visto que en las montañas del Jura en
Francia el pueblo da daba
ba vu
vuel
elta
tas
s alalre
rede
dedodorr de sus piedras
sagradas en ciertos dias del año; que los viajeros ofre
cian a las mismas piedras en la aldea de N pal un hilo
de la tela de sus vestidos; que los habitantes de Fiti-Lebu
depositaban en la piedra Lovekaveka morada de una
diosa to
toda
da cla
lase
se de alimentos i que l os indios dacotas
hacian iguales ofrendas a las piedras redondas o sus
dioses en tabaco i plumas.

En Chiloé de dell cul


ulto
to de la pi
pied
edra
ra qu
qued
edan
an cla
lara
ras
s ma
mani
ni
festaciones en la supervivencia de prácticas por demas
orijinales en las costumbres reüjiosas de algunos isleños.
En la costa occidental de la isla grande de Chiloé
desagua un rio de escaso caudal en el verano conocido
con el nombre de Chepu. En el lecho de este ri rio
o sue
uele
le
encontrarse por los que las buscan con interes unas
 

200 ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

piedras de forma ovoides, que se hallan pa


pare
rea
ada
dass, po
porr
que son varon i hembra, distinguiéndose el sexo por el
tamaño respectiv o, pues el de mayor desarrollo es el
ivo
las o
macho.
Estas Se
piedras,denomina copucas
que al decir de los cupucas.
isleños se ocultan en
las mayores profundidades del rio nombrado, se encuen
tran en algunas islas del archipiélago del grupo que for
man el departamento de Quinchao, en poder solo de las
personas de mas considerable fortuna, porque ellas tie
nen la virtud de atraer las ri riqu
quezezas
as pa
para
ra quien las posee.
I quien las tiene ha hace
ce mi
mistster
erio
io de poseerlas o por te
mor de ser robado de ellas o po porq
rque
ue pupudi
dier an perder
eran
la virtud singular que Ies es característica.
Para ha
hace
cerr fru
fruct
ctífe
ífera
rass las sementeras o los papales, se
les ofrece en holocausto sacrificio de flores del sembrado,
quemándolas sobre ellas ántes de la salida del sol i con
ignorancia de dell du
dueñ
eñoo del papal, pues de no observarse
con rigor estas condiciones, la ofrenda careceria de todo
alcance, pues no seria gratulatoria a ellas   i).
Al decir de algunos, las copucas carecen de toda vir
tud sino están compuestas, es decir si carecen de cierto
carácter que en virtud de ci cier
erta
tass ce
cere
remo
monia
niass les impri
men algunos hábiles o curiosos, nombre con que en el
Archipiélago son co cono
noci
cido
doss loloss brujos o hechiceros que
tan numerosos son allí, segun lo as aseg
egur
uraa aq
aque
uell as senci-
llas

  i) En las islaislass ori


orient aless del departamento de Quinchao se prac
entale
tica ununa a ce
cere
remo
moniniaa llamada El encanto, en la cual intervie ien
nen las pie
dras copucas, que por ser mui orijinal la consignamos a continuacion:
Los en encacant
ntad
ador
ores
es so
sonn ci
cier
erto
toss ho
homb
mbreress i mujeres viejos ququee pr
prep
epar
aran
an el
encanto pa para
ra qu
que e pr
prod
oduz ca ab
uzca abun
unda
dant
ntes
es frfrut
utos
os -la se
seme
ment
nter
eraa de papas, i
proceden así: Re Reun
unenen mamaririsc
scos
os i en especial caracoles, en canti tid
dad de
12 pares; recojen 12 pares de palitos o leña que bota el mar; 12 pali
tos de los caminos; 12 de las cuatro esquinas i del centro del cercado
que va a ser sembrado; 12 pares de fl flor
ores
es de los campos i 12 pares de
lass mismas de árboles fr
la fru talles. La leña i los palitos se queman para
uta
quemar con el ello
loss lo
loss mar
aris
isccos i las flores, i una vez reducido todo a
cenizas, se agrega a ést as as polvo de las copucas i de millaunllin, que
Fon
Fo n ot rass piedras » virtuosas.» La mezcla de estas cenizas se polvorea
otra
por loloss encantadores sobre las papas destinadas a la siembra i esto las
vuelve est estrem
remada
adamen
mente te fru
fructí
ctífer
feras.
as.
 

LA RELIJI0N EN LOS PÜEB


PÜEBLO
LOS
S PR
PRIM
IMIT
ITIV
IVOS
OS 261

llas jentes. Esta afirmacion se halla contradicha al pare


cer po
porr opi
pinion mas jeneralizada, de que estas piedras
nion
poseen de por sí su poder i virtudes, sin que para ello
sea menester sujestion o accion estraña.
Como dioses lares o tutelares, las copucas gozan de
las mayores consideraciones en las familias que han al
canzado a la felicidad de poseerlas: se las mantiene a
salvo de toda profanacion, de toda irreverencia o desa
cato, guardadas en el mas abrigado, oculto i decente re
trete.
Nadie las ve ni las toca, sino en lo
loss mo
mome
ment
ntos
os preci
sos o cuando su poder virtuoso o _sobrenatural les sea
impetrado.
Tenemos en las piedras copucas de Chiloé las mismas
de que habla Garcilaso de la Vega que er eran
an ado dorrad
adas
as
por los peruanos i a las que les of ofre
reci
cian
an sasacr
crif
ific
icio
ioss de
sangre i carne humanas, que las guardaban en sus casas
i las trataban como dioses
No es estraña esta semejanza  i . del culto de estos dos
pueblos; el ser lim imít
ítrrofe
fess de
debi
bia
a establecer relaciones de
idea
id eass en
entre ellos, aceptar sus pr
tre prác
ácti
tica
cas,
s, al go de su lengua
algo
que en muchas palabras se confunden, sus cr cree
eenc
nciias rere--
lijiosas, su culto i sus dioses.
¿No será dato de antiguas rel ela
aci
cio
one
ness enentr
tre
e el pue
blo aymara i el araucano, de una union primitiva dees-
tas razas, el que se confundan en el sentimiento relijioso,
el mas difícil de inspirar, el que mas se adhiere al hombre
i que abandona solo despues de lu luch
chasas de siglos por sus
tituirlas por otras mas elevadas?
No es esta cuestion del momento, que acaso un dia
sea tratada, cuando reunidos todos los factores que la
ilustren se pueda entrar en todas las consideraciones que
ella ofrece.
Hasta aquí to todo
do cuan
cuanto
to co
conc
ncie
iern
rne
e a las manifestacio
nes de
dell cu
cullto actual de la piedra o sea la comprobacion de

 t Esto nonoss ha
hace
ce recordar tambien de las piedras brontoütas que
como los dakotas, los peruanos las adorarab
ban ta
tam
mbie
ien
n como hijas del
dios del trueno: Ratzel. Las rasas humanas, tomo II, cap. VIII, pá-
jiña 93.
 

ALEJANDRO CAÑA
CAÑAS
S PIN
PINOC
OCHE
HET
T

la supervivencia de esta an anti


tiqu
quís
ísim
ima
a pr
prác
ácti
tica
ca re
reli
liji
jios
osa
a en
nuestro pais; en las siguientes líneas probaremos que
este culto se hallaba antiguamente estendido por casi
territorio, las
todo el valiéndonos
tanjibles que yacen por todas para
partes, ello
aun de pruebas
inmóviles, en
los propios sitios en que esas piedras recibieron los ho
nore
ress del culto. \
Allí las hemos visto, sobre ellas hemos meditado en
cuanto a las funciones que en remotísimas edades des
empeñaron i allí están i estarán para atestiguar su pasado
i hasta papara
ra co
comp
mpro barr una vez mas cómo los dioses
roba
mueren cuando, teniendo base deleznable, la luz de la
razon i la filosofía llegan hasta ellos para examinar los
fundamentos de su existencia.
I ya que sobre este tema nos hemos comprometido
desde años há i ya que sobre él actualmente discutimos,
bien será que reunamos en estas pájinas cuanto haya
sido motivo de nuestras observaciones.
Comenzaremos por órden cronolójico, enumeraremos
todas las piedras-dioses i las describibiiremos co
con
n los deta
lles que motivaron nuestras anotaciones, como medio de
ilustrarlas suficiente i convenientemente.

Guiados por datos que no noss ha


habi
bian
an co
comu
muni
nica do  i nos
cado
dirijimos al puerto de Papudo, desde el pueblo de La Li
gua, en donde me hallaba, en la mañana del domingo 27
de Setiembre de 1896, con el fin de observar una piedra
que tenia algunas estrañas escavaciones.
A pesar de que uno de nuestros compañeros de escur-
sion era co
cono
noce
cedo dell camino, a poco de ha
dorr de habe
bern
rnos
os aleja
do del pueblo tomamos uno distinto, en direccion al
SO. que nos ha habr
bria
ia ll
llev
evad
ado
o al puerto de Zapallar ántes
que a Papudo.
A las dos o mas horas de marcha en la direccion es-
 1 El ilu
ilust
stra
rado
do ca
caba
ball
llero al
ero alem
eman
an do n Ott
don Otto
o Ham
Hameck
eckerer nos sum
suminis
inistró
tró
la primera no
noti
ticcia de la exi
xist
sten
enccia de esta piedra, lo que nos puso en el
punto inicial de las investigaciones que narramos a este propósito. Le
debemos a él to todo
doss lo
loss de
desc
scub
ubrim
rimie
ient
ntos
os ar
arqu
queo
eolójiccos que en seguida
lóji
hemos hecho.
 

LA RELIJION EN LOS PUEBLOS PRIMITIVOS 20^

presada nuestro guia se apercibió de que habia erra rad


do
la ruta pues en lugar de ir siguiendo una pirca que cierra
una seccion de la hacienda de Pullalli recorríamos un

estenso potrero del Sur de esta propiedad que nos aleja


ba del puerto a que nos dirijíamos.
La casualidad nos favoreció sin embargo en forma
inesperada.
Errando por el bo bosq
sque
ue para buscar dire
para rec
ccio
ion
n conve
niente nos alcanzó un labriego de aquella hacienda que
la conocia por entero i que yendo para Papudo nos ofre
ció guiarnos. En aquel mismo sitio la casualidad nos
puso frente a frente de varias piedras con iguales esca
vaciones a las que íbamos a observar en Papudo i esto
daba a nuestra escursion una importancia que estábamos
mui léjos de haber imajinado.
El sitio en que esas piedras se hallaban es conocido
con el nombre de Las Ollitas.
Las piedras que tenian labradas las concavidades
eran nueve que se hallan sobrepuestas en un pretil de
rocas que semeja cimientos de una fortaleza perfecta
ment
me nte
e or
orie
ient
ntad os de Oeste a Oriente
ados de 66 metros de
estension i formaban cuatro grupos: el primero de dos
piedras el segundo de tres el tercero de dos i el cuarto
de dos tambien.
Las dos piedras del primer grupo tienen seis escava
ciones tubulares en las cuales como en las de Retricura
i Curalhue se depositaban las ofrendas.
Esas escavaciones tienen las profundidades de 6 1 2
16 i 17 centímetros i sus diámetros son de 15 23 25
26 i 27 centímetros; aparte una escavacion principiada
o incipiente.
Las del se
segu
gund
ndo
o gr
grupo tienen seis concavidades tam
upo
bien tubulares de profundidades de io 12 i 13 centí
metros i de 14 18 i 19 de diámetro; aparte dos escava
ciones
ciones com
comenz
enzada
adas.
s.
El tercer grupo tiene una escavacion de 12 centíme
tros de hondura por 16 de diámetro i otra concavidad
principiada.
El cuarto grupo tiene tres concavidades de 24 27 i
 

ALFJANDRO CANAS PINOCHEt

38 centímetros de hondura con lo


los
s di
diám
ámet
etro
ros
s de 10, 19 i
30 centímetros.
Estas piedras están lijeramente inclinadas hácia el
Sur i a pocos metros del estero de las Ollitas, al cual
han dado su nombre las piedras (1).

La piedra sagrada de Papudo está emplazada a corta


distancia de la poblacion del puerto i en la la
lade
dera
ra me
meri
ri
dional de una colina, por cuya base se desliza un arroyo
que nace en una ve vert
rtie
ient
nte
e cu
cubi
bierta de árboles silves
erta
tres.
La pi
pied
edra porr su aspecto o color blanquesino, es un
ra,, po
cuarzo, que se eleva por casi un metro sobre la super
ficie del suelo i tiene un volumen, segun nuestra apre
ciacion, como de dos metros cúbicos.
En la cara superior se hallan las cacavi
vida
dade
des,
s, he
hech
cha
as,
como las de todas las pipied
edra
ras
s qu
que
e hemos observado, por

mano de hombre, comunicadas unas con otras por re


gueros o ca
cana
nalet
letas
as como para que por ellos corriera un
como
líquido.
Estas concavidades en número de 13, son de profun
didades respectivas de 2, 2x/2, 3, 4, 6, 13, 16 i 18 centí
metros, i los diámetros de las tu tubu
bula
lare
res
s de 13, 15, 18,
20, 23, 24 i 25 centímetros, variando las de fo
form
rma
a ob
oblo
lon
n
ga entre 11 i 24^. Una de forma perfectamente tubu
lar tiene una canaleta en el borde, como para echar agua
en ella.
Las tierras en que están ubicadas estas piedras, como
las de las Ollitas, forman parte integrante de las de Pu-
llalli, que es
estu
tuvi
vier
eron
on ha
hast
sta
a 110 hace muchos años, habi
tadas por un
una
a nu
nume
mero
rosa
sa poblacio
ion
n indij ena, que hoi, por
ije
permuta de sus primitivos dominios, se h.tlla radicada

(1) El nombre de este lugar, el del est er er o i el de las piedras mis


mas (i Ollitas
Ollitas ) no es de significacion indeterminada: la tradicion oral
ha conservado esta d en
en omi
omin
n aci
acio
on corr
corree cta
cta al traves de los siglos, en
la raza indíjena que ha desaparecido de esos lugares i en lo los
s ac
actu
tual
ales
es
moradores en seguida. El verse alimen tos depositados co
alimentos como
mo of ofre
rend
ndas
as a
la piedra en esas horadaciones sujirió la idea sin d ud uda de la olla.
 

LA RELIJION EN LOS PU
PUEB
EBLO
LOS
S PR
PRIM
IMITI
ITIVO
VOS
S 20J

en lo llamado Comunidad de Valle Hermoso situada


en la vertiente meridional de la serrania de Longotoma
hasta el rio de La Ligua.

El 3 de Octubre de 1896 estábamos en Petorca ese


pueblo pobre que yace por allá entre algunos contra
fuertes de los Andes. Nuestras investigaciones nos
condujeron a encontrar una piedra sagrada por algunas
razones importante.
Hácia el S. E. de este pueblo despues de tra trasm
smon
onta
tarr
cerros escarpados por senderos al parecer intransitables
se llega despues de dos horas bien andadas a una emi
nencia por do dond
nde
e tr
tra
afi can raras ve
fic vec
ces lo
los
s que tr
tra
as de
des
de scu
cubr
brim
imie
ient
nto
os me
meta
talí
lífe
fero
ros
s es
escr
crut
utan
an las peñas i suben
hasta adonde alcanzan los pájaros.
Un cateador nos condujo al cerro i quebrada de los
Higueras; en la cumbre del primero hallamos la piedra
que tantos peligros nos habia hecho arrostrar i a su
vista nos sentimos pagados de los sustos e impresiones
que nos habian impuesto los numerosos accidentes del
camino.
El altísimo cerro de los Higueras era digno templo
levantado por la naturaleza para ser coronado por aquel
hermoso peñasco que ha habi
bia
a re
reci
cibi
bido
do por las indelebles
señales que tiene impresas larguísimas manifestaciones
del culto.
Aquel cerro alejado de las tierras que podian ser ha
bitadas en no ménos de ocho kilómetros está despro
visto de toda vejetacion i la vi vida
da an
animimal
al ha de
debi
bido
do se
serr allí
imposible; lo difícil de llegar hasta él i la elevacion de
su cúspide son circunstancias estas con aquellas que au
torizan la presuncion de que la Piedra Dios no podia es
tar en relacion con ni ning
ngun
unaa ex
exij
ijen
enci
ciaa o manifestacion de
la vida
vida ordi
or dina
naria
ria.. Fué aquello un santuario indíjena
adonde iba la po poblbla
aci
cion
on qu e habitaba el valle del rio
que
Petorca a re rend
ndir
ir cu
cult
lto
o a la piedra i a dejarle sus ofren
das.
Esta pi
pied
edra
ra sa
sagr
grad
ada
a es un monolito en forma de cono
truncado i botado en el sentido de su largo: tiene 6 me
 

206 ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

tros de lado 3 en la base i 2.50 metros en el estremo


opuesto quque
e co
corr
rres
espo
ponde al vértice. La altura de sobre
nde
la tierra es de 1.35 metros en el costado Norte i de 1.05

en el cost
La co stad
masa adoodeSu
Sur.
lar.piedra es un basalto amarillo pálido en
la superficie i anaranjado oscuro en los lados.
La su supe
perf
rfici
icie
e susupe riorr de este monolito está dividida
perio
en dos partes una que abarca próximamente la tercera
parte i la inferior que ocupa el resto. Al lado de la supe
rior se halla otra piedra tableada independiente al pare
cer colocada allí en forma de asiento.
Las escavaciones están como en las anteriores des
critas diseminadas por casi toda la piedra: hai 8 en la
superficie superior i 6 en la inferior; en todo 14. Las
profundidades de estas son las siguientes: 5 8 16 18
20 21 22 25 26 28 i 29 centímetros.
Los di diám
ámet ross de las concavidades todas oblongas
etro
son de 20 x 25 20 x 22 12x11 16 x 13 23 x 24 18 x
17 29 x 25 2 1 x 20 22 x 18 20 x 22 14 x 15 27x17.
Entre estas hai dos esescacava
vaci
ciones mui juntas que tie
one
nen una boca superfi ficial que les es comun i otra con
cia
una canaleta como para echar por ella agua dentro del
tubo; acaso sea para propinársela de un arroyo próximo
al dios de la piedra como en las demas se le ofrecian
alimentos; acaso para poner en relaciones al dios de la
piedra con el dioso jenio de la vertiente.

Enla provincia de Coquimbo las manifestaciones del


culto de la piedra son numerosas. Ademas de las que
hemos observado en nuestros viajes por ese va
vast
sto
o te
terr
rrii
torio se nos comunicaron noticias de la existencia de
piedras sagradas en muchas partes. Así en la hacienda
de Quile
Ovalle comolugar de Punitaqui
en la Chacarilla
en el departamento de
subdelegacion del Carrizal
en el mismo departamento existen de estas piedras.
En el interior de Tongoi a tres leguas del mar en el
lugar de la Angostura de Camarones a orillas del estero
de In
Inom
ombr
bre
e de Tongoi que lo ha dado al puerto i a las
tierras de la vastísima estancia nuestras investigaciones
 

LA RELIJION EN LOS PU
PUEB
EBLO
LOS
S PR
PRIM
IMITI
ITIVO
VOS
S 207

nos llevaron el 24 de Febrero de 1897 al conocimiento


de tres piedras sagradas
Yacen estas en el lado Sur de la garganta formada
por do
dos
s se
serr
rran
anías pedregosas cubiertas de agrios peñas
ías
cales de granito rojo al abrigo de un en eno
orme monolito
rme
el mayor talvez en aquel hacinamiento de rocas
La mayor de las tres mide 2 60 metros de largo por
1 20 de ancho i está emplazada en medio de las otras
dos que soson
n me
menonore
res
s
Tiene aquella 24 concavidades tubulares cuyas pro
fundidades son respectivamente de 5 6 7 8 9 10 11
12 13 i 14 centímetros con
co n di
diám
ámet
etros de 9 io 11 12
ros
13 14 i 15 centímetros
La segunda piedra tiene 4 escavaciones de las cuales
2 son incipientes de 2 cen
entí
tíme
metr os de profundidad cada
tros
una; la tercera piedra tiene solo una concavidad
Como casi todas las piedras que hemos observado
tiene la mayor de éstas dos escavaciones mui cerca o
separadas una de otra por cortísima distancia con una
boca que les es comun
La inclinacion de estas piedras es hácia el Norte o para
el lado en que el estero de Tongoi corre hácia el mar

A poca distancia de Ovalle descubrimos en Noviem


bre del mismo año de 1897 dos piedras sagradas en la
quebrada del Injenio a orill
lla
as del arroyo que corre por
esa quebrada; ámbas son pequeñas i casi de igual tama
ño: 0 80 x 0 70 m la mayor; 0 80 x 0 60 la menor
Aquella ti
tien
ene
e tr
tres
es escavaciones de 7 12 i 17 centíme
tros de profundidad por 10 14 i 16 centímetros de diá

metro; i ésta una sol


sola
a esc
escava
avacion de 0 04 x o 10 m Todas
cion
estas concavidades son tubulares
La inclinacion de estas piedras es en el sentido de la
corriente del fondo de la quebrada

Cerca de los baños termales de Socos en el mismo


departamento de Ovalle se halla
lan
n dos piedras sagradas
 

ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

situadas al lado Oeste de la quebrada del Jigante   r por


cuyo fo
fond
ndo
o co
corr
rre
e un arroyo.
La mayor en dimensiones tiene 2.20 por 1.80 metros
a
l i

delasegunda
superficie1.20
en porcara que tiene las horadaciones;
0.60enmetros.
Aquella tiene 9concavidades de iguales profundidades
i diámetros l segunda escavacion de
 o. 12 xo. 12
a
i 1

profundidad diámetro iguales a las de l anterior.


i
a

Todas las horadaciones son tubulares.

Lade nuestra coleccion, que tiene un


una
a so
sola
la escavacion
en forma de un cono invertido, cuyo vértice está en e
l

fondo, tiene centímetros de profundidad por un diá


1 1

metro igual en al boca. Fué recojida por nosotroross de en


medio de un campo que está sembrado de unos veinte
montículos de conchas de otros tantos de tierra, la pa
i

recer ruinas de antiguas habitaciones indíjenas, como a


l
e
ocho de Tongoi, que
riega quilómetros del re valle
mar, noen
e rio de este missmo
mi nomb
mbre enfrente
l
i de la
lass cas
asas
as
de l estancia. Uno de estos mo mont
ntíc
ícul
ulos
os,, me
medi
dido
do,, dio
a

2.50 m. de alto por 17.54 m. de diámetro en a base,


l

no sie
iend
ndoo av
aven
entu
turado suponer una altura doble orijina-
rado
ria, s se tiene en cuenta a alta
l antigüedad de estos
depósitos revelada por sus dimensiones por los útiles
i

de casa fragmentos de objetos de alfarería peruana, tan


i

peculiar por su ornamentacion, que entre las conchas se


encuentran en abundancia. Fueron las ruinas que hemos
mencionado ha habi
bita
taci
cion
ones
es de
delalass guarniciones del ejército
de Yupanqui que quedaron en los valles de los territo
rios del Norte custodiando las conquistas hechas en
nuestro pais, ique las abandonaron repentinamente
cuan
cu ando
do cocorr
rrie
iero
ron
n Perú
l
a defender la Inca, que habia
a

sido ap
apri
risi
sion
ona ado poporr le conquistador Francisco Pizarro,
i los depósitos de conchas, los despojos hacinados de su
alimentacion diaria.
El Dios representado en esta piedra, acaso fué le
 1 Estas piedras fue
fueron
ron obs
observ adass por don Leonidas Banderas Le
ervada
Prun, aquien debe
de bemo
moss estoss datos.
esto
 

LA RELIJION EN LOS PUEBLOS PRIMITIVOS 209

de la guarnicion porque como hemos dicho los perua


nos rindi
die
eron cult
lto
o a la piedra i le rinden hasta hoi en
las numerosas apachictas que se encuentran en los ca
minos i en las serranías del Perú i Bolivia o el dios tu
telar de la tribu que allí habitaba.
De las piedras que hemos observado es ésta la de
meno
me nore
res
s di
dime
mensnsio
iones: tiene medida diagonalmente
nes: en
la cara superior o 48 met. 0.29 de ancho i o. 1 1 de altura
máxima.

En el fundo Quebrachal a 10 o 12 quilómetros al


interior del puerto de Los Vilos encontramos una de
estas pie
piedra
dras
s sag
sagrad as. Se halla emplazada en la base de
radas.
la se
serr
rran ía que forma el ribazo Norte del rio Chonchalí
anía
del cual dista pocos metros teniendo por el lado Oeste
la quebrada del Maiten.
El dueño de las tierras tiene las casas del fundo en
aquel sitio en forma tal clausurado el huerto que la
piedra mencionada ha quedado de dent
ntro
ro de
dell cer
erca
cado
do..
La piedra es lijeramente convexa en su cara superior
afectando la forma de un trapecio li lije
jera
rame
mentnte
e ir
irre
regu
gulalarr
pues la base tiene un desarrollo de 2.18 metros lo los
s la
lado
dos s
1.70 i 1.80 i 1.60 metros el lado opuesto a la base.
Dentro de las dimensiones an ano
ota
tada
das haii 21 cavidades
s ha
afectando 19 de ellas la forma oval o elíptica i 2 tubula
res de las cucuaale
less un
una
a ti
tie
ene un desgaste en la boca como
para que se escurriese algun líquido por allí.
Como en otras en esta hai 4 que están pareadas de a
2 con boca comun i otras 4 tambien pareadas en forma
tal que solo las separa el filo en que las escavaciones
han sisido
do he
hech as.. Los diámetros i profundidades respec
chas
tivas de las cavidades elípticas u ovales las anotamos a
continuacion:

TOMD XII  5
 

a 10 ALEJANDRO CAÑA
CAÑAS
S PIN
PINOC
OCHE
HET
T

Diámetros Profundidades

23 x 16 centímetros 6 centímetros
11 7 11
24X
25 x
15
16 11 47 11
26 x 16
x 17
11 8t
6
11
11
27 11

27 x 20 11 8 n
28 x 14 n 6 11

29 x 15 11 6 7
29 x 18 n 7 n

29x25 11 7 ti

30 x 14 11 6 7 11

30 x 19 11 7 11

30 x 20 11 11 n

30 X 22 11 8 11

31 x 17 11 7 11

3» X25 11 8 n

33 x 10 11 5 11
33x 17 11 6 11

37x24 11 10 11

Las dos cavidades ovales tienen estas dimensiones:

20 11 10 11

31 x 18 11 8 11

El diámetro mayor de esta últim


ima
a fué tomado midien
do la canaleta de que hemos hablado que ha de haber
servido para verter líquidos dentro de la cavidad
En una superficial escavacion que se practicó en la
tierra que rodea la piedra encontramos fragmentos de
conchas de moluscos del mar que acaso pertenecieron a
las ofr
fren
enda
dass de alimentos que los aboríjenes llevaban a
su dios i que eran depositadas en las cavidades

El 15 de Noviembre de 1896 estábamos en Quilpué


La razon determinante de nuestro paseo a aquel pueblo
fué el estudiar las piedras sagradas que habia dado a
conocer el ilustrado caballero aleman doctor don Fran
 

LA RELIJION EN LOS PUEI1LOS PRIMITIVOS

cisco Fonck, a quien las ciencias i las letras d ben im


portantes producciones ( i ).
Al espíritu ilustrado i observador del señor Fonck no
podia ocultarse la importancia que para esbosar aque
lla época oscurísima de nuestro lejano pasado habia ian
n de
tener las piedras de que venimos hablando, i de aquí el
estudio que sobre ellas emprendió.
A mededia
ia hora de camino (4 kilómetros) de Quilpuése
hora
halla el fundo llamado El
Retiro, perteneciente al caba
llero don José Ramon Sánchez, i allí, cercano a un es
tero de invierno, se estiende un terreno rocalloso, en
donde encontramos trece piedras sagradas, de las que el
señor Fonck ha descrito cinco. Es por el número de es
tas Piedras Dioses que hemos llamado a este lugar el
Olimpo de los dioses de piedra.
Descollaba entre todas estas un peñon colosal de gra
nito gris, destruido en gran parte para construcciones,
cuando visitamos aquel sitio. Felizmente el señor Fonck,
que lo habia vivist
sto
o cu
cuan
ando
do aun estaba ileso, anotó sus
peculiaridades, i de éstas nos aprovecharemos en esta
ocasion.
Este peñasco, que para sus ideas sobre las funciones

(1) El señor Fonck, en union de don Hugo Kunz, han hecho un a d es es


cripcion de algunas de estas piedras en un est stu
u dio
dio ti titu
tula
lad
d o Id
Ide as para
e as
la Historia de la Edad de Piedra en Ch Chile
ile ce
cent
ntra l. I. os espresados se
ral.
ñores ha han
n cr
creido que las funciones principales que desempeñaron estas
eido
piedras fueron las de morteros para moler el maiz crudo que debia
servir para la preparacion de la ch chic
ich
ha . S in
in esc
sclu
luir
ir esta idea, creen que
tambien en las cavidades se calentaba el a gu ara el cocimiento de
gua p ara
la comida diaria, arrojando dentro de ellas pie piedra
dras s cali
calient
entes,
es, i agregan
para sintetizar sus opiniones a este respecto:  Podemos, pues, repre
sentarnos que las tales piedras con sus hoyos de di dive
vers
rsa
a forma servian
principalmente para usos de co coci
cina
na.. Er
Eran
an,, pu
pues
es,, pi
pied
edra
rass de menaje de
cocina.»
El error de los espresados autores procede de la falta de observa
cion, pues ell osos no habian podido estender su vista a un radio mas
dilatado en el pais, ni obobse
serv ar los hechos actuales, ni recojer las tra
rvar
diciones que aun se co cons
nser
erva
van,
n, ni comparar estas piedras con las que
se, han estudiado en Europa i a las cuales se ha asignado la cualidad
de piedras sagradas. A haber los espresados e il ilus
ustr
trad
ados
os cacaba
ball
ller
eros
os
podido tener mas dilatadas proyecciones sobre este particular, otra
habr
ha bría
ía si
sido
do seguramente su opinion.
 

SU ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

que estas piedras desempeñaron llamó el señor Fonck


curacahuin o piedra de fiestas o de reuniones bulliciosas
tenia 29 cavidades de las cuales eran 5 tubulares i 24
oblongas u ovales. Los diámetros de las primeras con
sus profundidades los anotamos a continuacion:
Diámetro Profund.

Núm. 1 10 cent. I cent.


11 2 12 11 2 11
11
• 3 15   2 11
11 4 15   2 11
11 5 17 11 2 11

de las ovales las siguientes:


• Diámetro Profund.

Núm. 1 25 x 17 3 cent.
11 2 I4X 19 2 n
n 3 20 x 13 2 11

11 4 24 x 18 5 n
it 5 32 x 13 2-5 11
11 6 13x10 1.0 11
n 7 25X 15 3-5 11
11 8 22 X 14 11

9 I4X18 i-5 11
11 10 25X 14 3-5 11
n 11 14 X 12 1.0 11
11 12 20 X 12 3° 11
11 13 I2XII 1.0 n
11 14 I4XI9 2.0 11
ti 15 20 X 10 4.5 11
11 16 20 x 14 2.0 11
11 17 31 x 17 4-5 11
n 18 1;
n 19 4X
25X21
7 1.0
3-o 11
11 20 28 x 24 6.0 11
21 25 x 17 3-o n
11 22 16x17 2-5 11

23 20 x 17 4.0 11
11 24 25x 15 5-5 11
 

LA~RELI)ICN EN LOS PU
PUE6
E6L0
L08
8 PRlM
PRlMlt
ltlV
lVOS
OS 4l

Ninguna de las pied


piedra
ras
s sa
sagr
grad
adas
as que hemos estudiado
que
escrupulosamente en todos sus detalles, alcanza a las
profundidades de las escavaciones que ésta tenia, pues
se veian aquí desde 2 ce cent
ntím
ímet
etro
ros
s ha
hast
sta
a de 10, 20, 30,
40, 50 60 ce
cent
ntím
ímet
i etro
ros,
s, co
como
mo era la anotada bajo el nú
mero 20.
Dada la naturaleza del gran peñasco o la dureza de
su masa, es de presumir un trabajo penosísimo i mui
prolongado para llevar a cabo tan profundas escavacio
nes, careciendo, como carecia el hombre de aquellos
tiempos, de in
inst
stru
rume
ment
ntos
os ad
adec
ecua
uado
dos
s para el objeto.

La segunda piedra anotada por cuyas, el señor Fonck i


medi
me dici
cio
one
ness com
omo o las que mas adelante describiremos,
fuer
fu eron
on hehech
chas
as tambien por nosotros, tienen 14 concavi
dades, de las cuales 3 son tubulares, 2 afectan la forma
elíptica en la boca i las otras 9 ovales alargadas.
Las 3 primeras tienen las siguientes dimensiones:

Núm. 1 9 cent. diám. 0.5 <ent. profund.


11 2 14 11 11 6-5 11 n

n 3 16 n II 0. 1 1 n n

Las 2 segundas:

Núm. 1 27 x 16 cent. diám. 0.9 cent. profund,


'
It 2 26 X 14 11 11 5-5 11 11

Las 9 ovales:

Núm. 1 28 x 14 cent. diám. 4-5 cent. profund.


n ? 21 x 14 11 11
30 11 11

 
3 17x11
22 X 12
11
11
11
11
2-5 n 11
4 3-o 11 11
  5 15 X IO   n 1.0 11 11
6 20 X 12 11 11 3-o 11 11
.1 7 22 X 12 11 11 3-o 11 11
.1 8 I 2 X 80 11 11 0.5 11 11
11
.. 9 25 X [4 .1 11 5-0 11
 

214 ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

La tercera de las piedras anotadas por el doctor Fonck


tiene 9 calidades de estas 4 son tu tubu
bula
lare
ress i 5 ova
les en la boca

Las tubulares tienen estas dimensiones:

Núm 1 11 cent diám 05


cent profund
11 2 14 11 11 09 n 11
11 3 17 11 11 o 10 11 11
n 4 20 11 11 0 12 o 11

Las ovales:
Núm 1 15 x 9 cent diám o 10 profund
n 2 17x11 11 n 0 30 II
n 3 20 x 12 11 11 o 12 11
II 4 22 X 14 11 11 O 3O 11
m 5 25 x 14  1 1 o 5 II

La cuarta de las piedras observadas por el doctor


Fonck ti
tie eiss cavidades de la cuales 2 son tubulares
ene sei
i las otras 4 ovales

Las primeras tienen estas dimensiones:

Núm 1 14 cent diám 65 profund


11 2 18 11 11 o 11 11

Las 4 restantes:

Núm 1 14x16 cent diám o 1 profund


11 n 11 n
 1
221x13
3 24 x 13   35
2 5 11
11 4 30 X 12 11 11  
30 11

La quinta de las piedras estudiadas por el señor


Fonck tiene 5 cavidades todas ovales con las siguientes
dimensiones:
 

LA RELIJION EN LOS PUEBLOS PRIMITIVOS


-

Núm. i 17x10 cent, diámetros 1.5 de profund.


it 2 20 x 10 11 n 2.0 11 11

11 20 x 12 11 11 2.0 11 11
3
11 4 21 x 12 ti 11 4.0 11 ti

11 5 22 x 14 ti 1,
3.0 n ti

Demas de las anteriores anotaciones, el señor Fonck


ha recojido de aquel mi
mism
smoo sitio 7 piedras de cortas di
itio
mensiones, que ha llevado a su hogar, que es un museo
de curiosidades prehistóricas i que ha clasificado, por su
forma, como morteros.
Hé aquí las indicaciones de estas piedras que califi
camos de sagradas como aquellas:

Tamaños Diámetros Profundi


de las piedras de las ca
cavid
vidad
ades
es dades

Núm. I 37 x 34 cent. 26.5 x 24.5 cent. 17 cent.


n 2 43X36 11 18 II 13  
11 3 45x32 11 20 x 22 II 11 11

n 4 32 x 33 >  i 22 II 16 o

11 5 30x40 11 30 x 20 II 3-5
11 6 70 x 60 II 24 II 12 11

N 7 26 x 31 II 20 x 18 N 14 N

Las ocho piedras que van en segu


seguidida
a, qu
quee pertenecen
al grupo de Quilpué, no fueron descritas por el señor
Fonck; en nu
nues
estr
tra
a vi
visita a aquel si
sita siti
tio
o an
anot
otam
amos
os las par
ticularidades que conceptuamos dignas de ser tomadas

en cuenta.
La primera de éstas tiene 4 cacavi
vida
dade
dess ov
ovales i 5 tu
ales
bulares, con un desgaste en la boca 3 de éstas que, como
en otras ya descritas, han de ha
habe
berr se
serv
rvid
ido
o para propi
nar por esa parte agua u otro líquido, acaso como ofren
da gratulatoria al Dios.
Los diámetros i profundidades de las ovales son los
siguientes:
 

ilb ALEJANDRO CAÑA


CAÑAS
S fc
fcIN
INOC
OCHE
HEtt

Diámetros Profundidad

Núm. i 40x28 cent. 19 cent.


11 2 26 x 2 1 11 7 11
11 3 17 x 19 11 4 11
Ii 4 28x16 n 3 11

Los de las tubulares, los que se anotan en seguida:

Diámetro Profundidad

Ndm. 1 28 cent. 19 cent.


11 2 23 II 15 »
11 3 l8 I. 16 11
11 4 24 II 18 n
11 5 19 II 6 ..

Tiene ademas esta piedra una ca


cavi
vid
dad comenzada de
corta profundidad.

 La
La seg
segund
unda
a per
perten
tenecie
eciente
nte al grupo de nuestra perso
nal observacion, es una piedra volcada intencionalmente,
pues de otra manera no puede esplicarse ni las escava-
ciones que contiene ni que un accidente casual hubiese
invertido la forma en que oriji jin
nariamente yacicia
a este
pesá
pe sádo
do pe
peña
ñasc
sco.
o.
Observada por uno de sus estremos que ha quedado
algo levantado, se ven, inincl
clin
inán
ándo
dosse ha
hast
sta
a casi tocar el
suelo, do
doss ca
cavid
vidad
ades
es que no nos fué posible medir.
Otra piedra tambien volcada se halla cercana a esta,
en la cual se ve una cavidad de 35 centímetros de diá
metro i de 20 de hondo, que medimos con alguna difi
cultad.

cenLaa situacion
quie
qu ien
n pr
preo
en queelestos
eocu
cupa
pa dossdemo
do
estudio mono
noli
este lito
toss yacen indu
importante tema
de la teogonia primitiva de nuestros aboríjenes, a inqui
rir sobre las razones o cau aussas que han influido en la
inversion de su estado primitivo.
A quien observe co con
n detenimiento el sitio en que
estas piedras se hallan, no se le presenta la causa o cau
sas naturales que ha haya
yan
n pro
produ
ducid
cidoo el trastorno de estas
 

LA kELIJION EN LOS PU
PULU
LULO
LOS
S PR
PRIM
IMltl
ltlVO
VOS
S ll)
piedras hasta quedar con la faz en que soportase el tra
bajo de escavacion casi po porr co
comp
mple to oculta.
leto
No puede haber in inffluid
ido
o en ello un movi vim
miento de
tierra, ni auntin terremoto, porque el tamaño, la forma i
el sitio que ocupan, indican que esto ha sido imposible.
Ni necesidades de la industria agrícola, ni de ninguna
forma o ramo alg lgu
uno, porq ue el terreno cuajado de
rqu
piedras de todos tamaños, empotradas en el suelo, hace
inadecuado aq aqueuell
llo
o pa
parara toda especulacion vinculada al
producto d e las tierras.
¿Son esas volc
vo lcad
adur
uras
as re resu
sulta do de una resolucion hu
ltado
mana?
¿Fué esa accion irreverente con el Dios que esas pie
dras representaban?
¿Seria el castigo inflijido a dioses poco complacientes
o sordos a las peticiones de los que les re rend
ndia
ian
n cu
cult
lto?
o?
¿O seseri
ria
a rereso
solu
lucion de los que asistieron a los tiempos
cion
en que los dioses del Olimpo indíjena fueron derribados
como cayeron los del Olimpo clásico?

La cuarta piedra tiene casi forma circular, siendo su


superficie convexa. Tiene seis cavidades, cinco de ellas
tubulares i una oval en la boca. Las me
menc
ncio
iona
nada
das
s di
dier
eron
on
las siguientes cifras:

Núm. i 13
cent, diámetro 5
cent, profund.
11 2 12 11 n 4 11  
11 3 17   10   11
11 4 20   11 14  < »
11 5 13 n 11 3 11 11

dosLaescavaciones
sesta tiene poco volumen en su cara superior ha
muii anc
mu ncha
has
s en forma ovoidea.

Núm. 1 34x27 cent. diám. 22 de profund.


11 2 32 x 24 11 n 19 11 11

La sétima es una pie


ied
dra parada de frente, como de
1.50 metros de altura por 1 de ancho i 0.50 de espesor,
 

2l8 ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

Contiene esta piedra que hace recordar el menhir de


Saint Urnel en Finisterre anotado por Cartaillhac en
su France Préhistoriquc ci
cinc
nco
o ca
cavi
vida
dade
dess abiertas o la
bradas horizontalmente a diferencia de las de demmas de que
hemo
he moss tr
trat
atad
ado
o que están en si
situ
tuac
acio
ion
n ve
vert
rtic
ical
al..
De estas ci
cinc
nco
o es
esca
cava
vaci
ciones tres están formando un
ones
triángulo i las otras dos hacen línea recta con dos de las
anteriores. Las tres primeras son estrechas de 0.05 cen
tím
ímeetros de diámetro en la boca; la cuarta tiene 0.07 i la
quinta o. 10. Todas son de corta profundidad.

El valle del Mataquito estenso i fértil como que lo


baña el caudaloso rio de este nombre estaba habitado
en los tiempos de la conquista de este paispor numerosa
poblacion desde que allí los frutos naturales necesarios
para la alimentacion humana dedebi
bier
ero
on ser siempre abun
dantes.

En eldediaCuricó
vincia el va
valle
llecomenc
me
moncio
como iona
estr
es nado
tremdoadam
emad es estimado
amen
ente a prolo
te ferazen i lpor
mismo la poblacion oriunda es bastante densa.
Aun se hallan algunos tipos de la raza aboríjen en
este valle sie ien
ndo éstos relativamente numerosos en la
costa de Vichuquen en donde el rio arroja al mar sus
aguas.
Las mamani
nife
fest
stac
acio
ione
ness dedell cu
cult
lto
o de la piedra existen en
esta rejion del valle i acaso se hallan mas numerosos
indicios en Vichuquen en cu cuyo
yoss ca
camp
mposos se han recojido
muchos objetos de pi pied
edra
ra pe pert
rten
enec
ecie
ient es a los tiempos
ntes
prehistóricos.
En el valle del Mataquito i como a 32 kilómetros de
la ciudad de Curicó está el campo llamado Palquibudi i
25 kilómetros mas al Oeste siguiendo la ribera derecha
del rio se en encucuen
entr
traa asasen
enta da la aldea de la Huerta
tada
cabecera de la comuna de igual nombre; i en ambos lu
gares se hallan piedras sagradas de las que la tradicion
oral
or al ofr
frec
ece
e cl
claaro
ross te
tessti
tim
mon
onioioss de esta condicion.
La de Palquibudi tiene la particularidad de su confor
macion regular pues su medida da 2 metros de largo
1.50 de ancho por 0.80 de alto.
 

LA RELIJION EN LOS PUEBLOS PRIMITIVOS 2 ig

Entre los moradores es llamada i conocida por la Pie


dra de los Platitos, por te
tene
nerr la
labr
brad
adas
as en su parte hori
zontal cav
avid
ida
ade
dess de 12 centímetros de boca, otros
9
tantos de profundidad; asi co
como
mo ot
otra por
ra mayor de 20 centí
met
etro
ros
s de di
diám
ámet
etro
ro por 15 de profundidad.
Como todas las descritas, esta piedra se encuentra
cerca del rio Mataquito, lo que, como hemos dicho, da
motivo para presumir en la creencia de ex exis
isti
tirr re
rela
laci
cion
on
entre el dios de la piedra i el jenio o divinidad de las
aguas.
Mas notable que la de Palquibudi es la que se halla
en las inmediaciones de la Huerta, llamada tambien o
conocida por el nombre de Piedra de los Platitos, como
la anterior.
Por su forma  1 primitiva ha sido entre las piedras
descritas, la de que tratamos, la mas interesante. Afec
taba la figura ovoidea perfectamente regular su cara su
perior, que era lisa; sus costados era ran
n vevert
rtic
ica
ale
les
s i sin
hendiduras; su cicirc
rcun
unfe
fere
renc
ncia
ia al
alca
canz
nzab
aba
a co
como
mo a 6 metros
lo que daba a la cara 2 metros de largo por 1.50 de an
cho, i la masa contenida en las an ante
teri
rior
ores
es ind
indic
icac
acio
ione
nes,
s,
se le
leva
vant
ntab
aba
a de
dell sue
uelo
lo 0.
0.80
80 centímetros.
I como todas las piedras sagradas, esta que describi-

 1 Hasta hace tres años esta piedra estaba intacta i era por sus
particularidades visitada i admirada por cuantos llegaban por e so
sos lu
gares;; poste
gares posteriorme
riormente
nte ha sido quebrada en siete partes por la mano
ignorante de unos mineros, que pa part
rtía
ían
n pi
pied
edras para tapias de unas
ras
viñas, i que la han dejado fragmentada.
Ya hemos dicho que igual suerte ha corrido la piedra mas nota
ble del grupo de las de Quilpué, llamada Curacahuin, por el doctor

Fonck.
A este paso de la ignorancia, en breve estas i otras piedras que son
monumentos históricos, arc rch
hiv
ivo
o s d el
el pasado, habrán desaparecido, i
por esta razón creemos que ha llegado el tiempo de hacer práctico el
acue
ac uerd
rdo
o ce
cele
lebr
brad o por el 2° Congreso Científico Latino- Americano de
ado
Montevideo, de solicitar de los gobiernos americanos que d ict icte
e n u na
na
lei que declare de propiedad nacional todos los objetos que tengan
algun interes antropológico o etnográfico que se encuentran disemina
dos en los re
resp
spec
ecti
tivo
vos
s pa
países d e la
íses las
s na cio
cion es representadas en el Con
n es
greso.
 

420 ALEJANDRO CANAS flNOCHEf

mos, se hallaba situarla a orillas de un arroyo, que ha


tomado su nombre de la misma piedra.
Diseminadas en la cara de la piedra se hallaban 12
cavidades perfectamente tubulares de 18 centímetros de
diámetro por 10 de profundidad.
Ademas, en forma -mas desarrollada se hallaba otra
escavacion, que tenia 36 centímetros de djámetro por 10
de profundidad.
Como todas las cavidades descritas, las de estas pie
dras han sido trabajadas con suma prolijidad, ya que no
era natural que en forma tosca se hiciese lo que se prac
ticaba en honor de la divinidad.
La tradición oral, bien conservada en el valle de Ma-
taqu
ta quit
ito,
o, as
asig na a esta i otra piedra manifestaciones espe
igna
ciales i elocuentes de dell cul
ulto
to que le rendian los pueblos
primitivos.
Representantes últimos de las ra raza
zas
s au
auto toct
cton
onas
as de
esas comarcas, recuerdan el culto que se tr trib
ibututab
aba
a all
llíí a
la piedra, i sus palabras in info
form
rmat
ativ
iva
as so n hoi los últimos
son
ecos de voces que se apagan o mueren en nuestros oidos,
al traves de innumerables siglos, de lo que ocurriera en
tan lejanos dias  1 .
La informacion es fidedigna por la calid idaad del testi
monio, por la concordancia de lo los
s sucesos por los an
i

tece
te cede
dent
ntes
es hi
hist
stór
óric
icos
os que la abonan.
Estas informaciones nos dicen que hasta no mui reti
rados tiempos, en cierto dia del mes de Junio de todos
los años, los indios de la costa de Vichuquen se venian
al valle de Mataquito, a cuyos naturales se unian para
celebrar sus fie iestas i rendir el culto a sus dioses.
stas
Consistian estas manifestaciones en cantos i danzas al

rededor de las piedras, que comenzaban por la que se


encuentra cerca de la Huerta, que acaso por su especial
forma i por lo de rereci
cibi
birr ma
mani
nife
fest
stac
acio
ione
nes
s preferentes

 1 Estos datos han sido suministrados por lo los


s in
indi
dios
os centenarios
Mateo Navarro  El Hueñe   i María Antonia Reyes, que nacieron en
le de Mataquito i donde viven aun. La india Maria Antonia tomó
el val le
participacion en su mocedad en las danzas en honor de las piedras,
 

LA RELIJION EN LOS PUEBLOS PRIMITIVOS 221

fuese considerada de mas al alto


to valo
valorr en lajerarquia de la
teogonia indíjena del valle.
Las danzas eran ejecutadas por grupos por la concu
rrencia, que debia ser numerosa dada la densidad de la
poblacion aboríjen, i dada la atraccion que en todos
ejercen las fiestas de carácter relijioso, i los cánticos
acompañaban a los grupos danzantes, ni mas ni ménos
que como en Francia los que hasta hace poco rendian
cierto culto a las piedras i de lo que Sebillot nos ha dado
estensas i prolijas noticias  i .
Así que todos habian cumplido con este deber, se
despedian de su dios por medio de una rendida jenufle-
xion i se dirijian en seguida cantando hácia otro gran
peñasco que a co corta
rta di
dist
stan
anci
cia
a se ha
hall
lla
a há
háci
cia
a el Oriente.
Tiene este peñon el nombre de Piedra de la Zorra i
recibia, por medio de danzas i cantos, de los mismos in
dios, iguales manifestaciones de su culto.
Probable es que la ro rome
meri
ria
a al
alc
can
anza se a Palquibudi i
zase
hasta que comcompre
prendi ese otras piedras del valle, pues in
ndiese
dici
dicios
os cl
clar
aros
os inspiran la sospecha de que en Mataquito
el culto de ellas estuviese mui esparcido  2 .

Las manifestaciones del culto por medio del canto i


del baile corresponden a los grados primero i secunda
rios de la civilizacion, i mui especialmente aquellas que
se hacen por medio de la danza.
Los pu
pueb
eblo
los
s sa
salv
lva
ajes i las colectividades que no han
jes
salido del estado de barbá bárrie bail
ila
an sus alegrías i sus
pesares, su amor i su odio i hasta su majia i su relijion,
como
co mo di ce Tylord.
dice
Todos sabemos que el pueblo de Is Isra
rael
el ba
bail
ilab
aba
a en
alianza; la
derredor del arca de la que en Bolivia
mita e insensible raza aymara baila en torno de las indó imá-

  1  Le cuite des pierres en France, § 4.


 2 En una de las piedras en la Orilla de los González, ^n el mismo
valle, se ha encontrado una moneda antigua de plata, que acaso fué
ofre
ofrend
ndaa he
hech
chaa al dios de la piedra i que co
cons
nser
erva
va don José A. Garces,
don
dueño de esas tierras.
 

222 ALEJANDRO CASA


CASAS
S PI
PINO
NOCH
CHET
ET

jenes de su culto; que los quichuas del Perú Colombia


Ecuador i Bolivia hacen igual cosa pa para
ra es
espr
pres
esar
ar sus
sentimientos relijiosos en sus numerosos santuarios; que
en Chile la
las
s da
danz
nzasas en presencia de las imájenes de An
dacollo de Sotaquí. en Coquimbo; de Sotoca Chiapa
Camina Sibaya etc. en Tarapacá; de la Vírjen de la
Peña en Arica se observan periódica por no decir fre
cuentemente.
I esta universalidad i uniformidad en la espresion del
sentimiento relijioso por medio del baile nos indica que
este acto llegó a ser una de las mas el eloc
ocue
uent
ntes
es ma
mani
nife
fes
s
taciones de
dell cul
ulto
to..
Todos cuantos hayan ojeado la historia de los pue
blos antiguos recuerdan que las procesiones relijiosas del
Ejipto iban a los templos cantando i bailando; que el
Coro Cretense ba bail
ilab
abaa lo
los
s hi
himn
mnos
os en honor de Apolo; que
los sacerdotes salios de Roma bailaban golpeando sus

escudos en la las
s fi
fies
esta
tas
s an
anua
uales
les de
dedi
dica
cadadass a Marte; que el
baile de los seis era ejecutado aun en tiempos de Felipe
1 1 1 delante del altar mayor de la catedral de Sevilla; que
cuando los servidores de Vishnu en la India lavan i vis
ten la imájen de este dios i la colocan en el sitio prefe
rente de un templo celebran en su honor una lucida
fiesta con músicas i bail es de muchachas para divertir a
ile
la divinidad etc. etc.
La humanidad por todas partes como hemos dicho
así en el período inicial de su existencia i hasta en las
edades próximas a su total desarrollo ha espresado el
sentimiento de su culto entre otrarass formas por medio
del baile le.. Así al parecer rendian el suyo a sus divinida
des los aboríjenes de Chile durante la Edad de Piedra
las de los
c omo
om o hace
ha cen
n presumirlo prácticas periódicas
indios del valle del Mataquito; las vueltas i revueltas que
al rededor de la piedra Curalhue dan los indios que tra
fican por el lugar que dejamos descrito i que es super
vivencia de la costumbre de las danzas; las que en la
actualidad ejecutan los araucanos en sus fiestas relijio
sas de los guillatunes para pedir a sus divinidades los
 

LA RELIJION EN LOS PU
PUEB
EBLO
LOS
S PR
PRIMI
IMITIV
TIVOS
OS

salve de calamidades públicas de que se sienten amena


zados etc

El domingo 8 de Agosto
de 1897 estábamos en Angol
en do
dond
nde
e nu
nues
estr
tras
as investigaciones sobre todos los obje
tos de piedra que pudieran servir para dar luz a los le
janos i oscuros tiempos de la Edad de Piedra nos lle
varon al conocimiento de una de esas piedras sagradas
que vevení
nía
amo
moss obs
bser
erva
vand
ndo
o de
dessde ha
haci
cia
a algun tiempo
A tres quilómetros al poniente de esa ciudad se es
tiende un fundo rústico perteneciente a don Manuel A
Jarpa llamado El Retiro que cruza dejando planicies
fértiles por ambas riberas el rio Picoiquen
El fundo en jeneral es de lomajes como que se halla
emplazado en los contrafuertes de la próxima cordillera
de Nahuelbuta que se levanta por el Oeste muchos de
los cuales vienen a terminar en las orillas del espresado
rio formando puntas o morros mas o ménos escarpados
allí do
dond
ndee eststo
os concluyen
Uno de los morros mas elevados es el que lleva el
nombre de Morro del Retiro de formacion esquistosa
bajo la capa de terreno ve veje
jeta
tall que en gran parte lo cu
que
bre por lo que sus estratas con las lluvias i demas reac
cion
ciones
es na
natu
tura
rale
les
s se han formado en graderias de cuatro
o mas gru
grues
esos
os pepelda
ldaño
ños
s au
aunq
nqueue inaccesible la cúspide
por ellos
Casi en la eminencia del morro hállase la piedra sa
grada plana en la cara superior de poco relieve por sus
costados pero que se estiende como por dos metros
cuadrados de superficie
En la cara superficial se ven 9 cavidades siendo 7 de
ellas de escasa profundidad o mas bien superficiales
pues so
solo
lo ti
tien
enen
en 2 centímetros miéntras sus diámetros
son:
2 de 8 centímetros
2 de 7 m

3 de 6 11

Las otrasdos son una de 45 centímetros de diámetro


por 10 de hondura i la otra de 17x6 Afecta la primera
 

ALEJANDRO CAÑ
AÑAS
AS P INO
INOC
C HTt
HTtT
T

de éstas la forma de una fuente aunque de tina hondura


algo exajerada.
Como todas las piedras de que he
hemo
moss he
hecho mencion
cho
ésta se ha
hall
lla
a ub
ubic
ica
ada ce
cerc
rca
ana a un
una
a co
corr
rrie
ient
nte
e la de Pi
coiquen citado.
La situacion de esta piedra sagrada corresponde a la
descrita co
como
mo en
enco
cont
ntrada en la cordillera de los Higue
rada
ross ce
ro cerca de Petorca: el hallarse la de Angol como aque
rca
lla del Norte sobre una eminencia o sobre la cumbre
de un morro le da esta particularidad el ca cará
ráct
cter
er de sa
grada: el cerro es un ve
verda
rdade
dero
ro sa
sant
ntua
uario
rio levantado por
la naturaleza para que sirviese de morada a un dios.

El 2 de Febrero de 1897 nos hallábamos en Collipu


lli i un paseo por las márjenes del Malleco nos ofreció
la suerte de encontrar en la ribera Norte del rio un poco
al Oriente del pupuen
ente
te qu
quee pe
perm
rmit e franquearlo a los que
ite
se hácia el interior de los territorios araucanos
unadirijen
entre las de las mas imimpo
port
rta
ant
ntes
es pi
piedrass que hasta
edra
hoi hemos observado.
La forma de la mas pequeña de éstas que se halla
casi inmerjida en el agua es casi circular como lo dicen
sus diámetros de 1.50 x 1.30 metros con una sola cavi
dad de 30 centímetros de hondura por 18 de diámetro;
lo qu
quee qu
quie re decir que es de forma tubular.
iere
Próximas a las mencionadas se hallan en la caja o le
cho del ri
rio
o ot rass piedras con escavaciones que acaso
otra
hayan sido trabajadas por la mano del hombre o por el
roce de las aguas que por aquel sitio corren con cierta
fuerza.

La piedra segunda que es mui notable tiene grandes


dimensiones de 7 x 6 metros sinuosa i áspera en su cara
superior i de estructura granítica su masa.
Por el costado del Sur la roca está en gran parte in
merjida en las aguas que aun en la estacion en que éstas
disminuyen cubren algunas de las cavidades en ella prac
ticadas: la inclinacion jeneral de la roca es hácia el rio
participando de igual inclinacion todas las escavaciones.
 

LA RELIJION EN LOS PU
PUEB
EBLO
LOS
S PR
PRIMI
IMITIV
TIVOS
OS

Sube a 19 el número de cavidades de las cuales 7


son de alguna consideracion i 12 de escaso desgasta.
La de mayores dimensiones se encuentra en el ángulo
formado por los lados Sur i Oriente de la piedra i tiene
31 centímetros de hondura por 26 en la boca; es tubular
como su único diámetro lo enuncia; dista del agua 50
centímetros i ha sido labrada en una pendiente peligrosa.
En el ángulo del estremo opuesto siguiendo la direc
cion de las aguas hai tr tres
es ca
cavi
vida
dade
des
s de 16 centímetros
de profundidad i 10 de diámetro con una boca comun
de forma angular para todas. Estas tres cavidades han
sido trabajadas i permanecen constantemente debajo del
agua i la bo
boca
ca ún
únic
ica
a por la cual el agua penetra en to
das acaso sea aquella por la cual se propinara al dios de
la piedra el líquido elemento.
No distante de éstas hácia el Oriente hai otra cavi
dad constantemente debajo del agua de 40 centímetros
de hondura x 12 de diámetro la forma de
por
su boca es oblonga.
19 pues
En diversos lugares de la roca hai seis cavidades uni
das de a pa
pare
res porr canaletas al parecer destinadas para
s po
que por ellas se escurriese el líquido que allí se propi
naba. Las dos unidas mas importantes tienen 22 x 30
centímetros de hondura i di diám
áme
etr
tro
o ca
cada
da una.
Dos otra
rass hai a manera de fuentes de 0.15 de pro
fundidad por 0.40 de diámetro la mayor i 0.16 xo.31 la
de me
meno
nore
ress di
dime
mensnsio
ione
nes.
s.
No es esto lo mas importante que tiene esta roca
como va a verse por la descripcion de ot otro
ros
s de
deta
talle
lles.
s.
Por el la
lado
do or
orie
ient al se alza por todo ese costado un
ntal
reborde o respaldo como de 30 centímetros de altura
en el que se han practicado dos co cort
rtes
es se
semi
mi es
esfé
féri
rico
cos
s
que ll
que lleg
ega
an hasta la base de dell re
rebo
bord
rde
e o sea hasta la cara
superficial de la piedra; i desde esos puntos parten rec
tamente hácia el centro de ésta regueros o canales
labradas en la las
s ro
roca
cas
s que van a terminar en sus respec
tiva
tivas
s cacavi
vida
dade
dess de 10 centímetros de hondura por 25 de
diámetro. Una tercera cavidad labrada mas abajo de 15
cen
entí
tíme
metrtros
os de prpro
ofu
fund
ndid
idad
ad po porr 40 de diámetro de for
TOMO XII l6
 

22Ó ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

ma oval, se ve tambien comunicada con una de és ésta


tass en
la forma que las anteriore
ress con los cortes del reborda.
La im
impr
pres
esiion que deja en el espíritu la at
que aten
enta
ta ob
obse
serr
vacion de este enorme monolito, es que ha servido para
los sacrificios que se ofre
reccieron al dios de la piedra o al
jenio d e la s aguas que bañan, com omo o he
hemmos dicho, la base
i uno de los estreñios de esta roca. De aquí el que la ha
yamos llamado Piedra de los Sacrificios-
Esta co conjnjet
etur
uraa flfluye naturalmente ob
uye obsser
erva
vand
ndo
o los de
talles tan especiales de esta roca. Los cort rtes
es reredo
dond
ndea
ea
doss de
do dell re
rebo
bord e han de haber servido para ajustar a ellos
rde
el cuello o pescuezo de las víctimas que se inmolaban;
las canaletas o regueros, para que por ellos se escurriese
la sangre i las cavidades, para que sirvieran de reci
piente.
¿Qué ot otrara fu
func
ncio
ionn de ménos im impo
port
rtan
anci
cia
a popodr
dria
ia espli-
car el árduo trabajo de cortar, aunque groseramente, la
roca
ro ca du
durírísi
sima
ma en for forma
ma sem
semi-e
i-esfé
sféric
ricaa en el reborde late
ral, la de abrir las canaletas, una de las cuales tiene 8o
centímetros i la otra 70 de largo, i ambos de 20 de an
cho por 4 de profundidad, si no fuera la importante de
las prácticas del culto?
Aunque haya habido autores, como el do domi
mini
niccan
ano
o fr
frai
ai
Alon
Al onso
so Fe Fern rnán
ándedezz  1), que no fué chileno ni nunca es
tuvo en Chile, que afirman que lo loss ind
ndiios chihile
leno
noss sacrifi
caba
ca bann hohomb
mbre ress a sus divinidades; aunque esta opinion
haya sido re repe
peti
tida
da poporr otro cronista de la orden francis
cana posteriormente, i aunque Herrera diera a entender
en sus Décadas, sin decirl rlo
o terminantemente, que en
Chile se practicaban sacrificios, el silencio que sobre
punto tan importante, guardado por los demas cronistas
de la conquista, nos induce a re rese
serv
rvar
ar so
sobr
bree esta ma
teri
teria
a nu
nues
estro juicio.
tro
Documento de alta significacion consideramos la exis
tencia, la forma, ubicacion i detalles de  a piedra que he
mos descrito para establecer el hecho de los sacrificios;

 1) En su Historia eclesiástica de nuestros tiempos, citada por Medina


en sus Aboríjenes.
 

LA RELIJION EN LOS PUEBLOS PRIMITIVOS 237

pero no podríamos deducir de él que hubiese corrido por


sobre esta roca en holocausto de los dioses de la teogo
nia indíjena sangre humana cuauand
ndoo sol
olo
o ha podido ser
ésta ara de sacrificios de animales domésticos o salvajes
ofrecidos al dios de la piedra.
Una roca con semejantes o parecidas indicaciones es
descrita por el viajero Ernest Desjardins quque
e cons
nsig
igna
na
Medina en su importante libro citado i que sesegu
gun
n aq
aque
uell
atestigua un culto sanguinario en las tribus peruanas a
tres leguas al sur de Albancay que tiene como la que
hemos descrito regueros i cavidades que evidentemente
sirv
sirvie
iero
ron
n com
omo o depósitos de la sangre de las víctimas.
 No se puede afirmar» concluye el viajero citado des
pues de hahabe
berr he
hech
cho
o la descripcion de esta piedra  con
la sola impresion que deja este monumento que sirviese
para sacrificios humanos; pero no se puede negar sin
embargo que no haya sido regado con la sangre de las
víctimas cualesquiera que ellas hayan sido. 11
Todo lo anterior por lo que concierne a la Piedra de
los Sacrificios.

Entre las leyendas populares de que han sido tema


las piedras la siguiente recojida tambien por nosotros
en los campos de su oríjen es una de las mas intere
santes:
En la ri
rib
bera sur del rio Pellugue cerca de su desem
bocadura en el mar tierras que hoi están comprendidas
entre las que forman el nuevo departamento de Chanco
se encontraba hace algunos años una roca alta volumi-
minosa rasgada de ar arri
riba
ba abajo con una protuberancia
en uno de sus lados en la que los se senc
ncill
illos
os la
labra
brado
dore
res
s i
pescadores de la co
coma
marcrcaa ve
veian la figura de un niño que
ian
su madre cargaba a sus espaldas. Esta roca era llamada
la Piedra Verban.
Esta piedra singular gobernaba segun los labriegos
del lugar todos los elementos i en es
espe
peci
cial
al pro
propin
pinab
aba
a a
su voluntad las ll
lluv
uvia
ias
s cu
cuan
ando
do las cr
crei
eia
a be
benénéfic
ficas
as..
Sucedia no obstante que ya fuese por olvido de la
Piedra Verban ya por errada apreciacion de las necesi
 

228 ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

dades que hubiesen en aqaque


uell
llos
os ca
cam poss de una lluvia
mpo
que ésta tardaba en caer i en regar las sementeras; i
entonces para recordarle que tenia el deber de ser mu
muni
ni
fiscente i siempre vijilante se presentaban ante ella los
mas crueles campesinos i con lazos de cu cuer
eroo la az
azo
ota
taba
ban
n
con la mayor severidad hasta que manifestaba recordar
sus deberes por la aparicion de nubes que pronto deja
ban caer abundantísimas aguas.
Creencia jeneral era que quien azotaba la Piedra no
regresaba a su casa sino mojado por una copiosa lluvia.
Tanta fué la crueldad con que se trató a la Piedra
Verban que al fin huyó de la comarca atravesó la cor
dillera de los Andes i errante por el mundo durante lar
gos años regresó a Chile i hoi se ha hall
lla
a ra
radi
dica
cada
da en las
orillas del lago Villarrica.
Los pelluganos dicen que la huella que sobre el suelo
deja en su camino la Piedra Verban nunca se borra i
esto les ha permitido saber en su ha
recorrido muchas tierras. que peregrinacion

VI

SEMEJANZAS

En Francia en donde el culto de la piedra llegó a


echar profundas. raices como que allí pa para
ra es
esti
tirp
rpar
arlo
lo la
Iglesia celebró los concilios de Leptine Nantes Arles i
Tours cocommo he mos dicho i de donde se di
hem dice
ce ex
exis
istir
tir aun
en los Pirineos han sido
ido hall
halla
adas
das much
mu chas
as piedras de las
que nos hemos ocupado en describir.
Segun M. F. Pommerolde que Paris deescrito
ha en la Revue
de fécol cP anthropologie Julio de 1 901 un
estudio descriptivo de las estudiadas por él en el depar
tamento del Puy de Dóme existe en el Museo de To
losa
losa toda una série de estas piedras; así co
toda mo en el Mu
como
seo de Nancy pudo estu
estudi
diar
ar otra
otras.
s.
Las descritas por él son diez pertenecientes 4 al
 

LA RELIJION EN LOS PUEBLOS PRIMITIVOS 229

Museo de Tolosa 6 al grupo de Nadaillat i 1 llamada


de la Main mort en el Puy-de-Dóme.
Tratando sobrelas funciones que en leja
lejano
nos
s ti
tiem
empo
pos
s
desempeñaron estas piedras se espresa Pommerol de la
manera siguiente:
»La historia i la epigrafía nos dicen que es esto
tos
s al
alta
tare
res
s
tenian cada uno una divinidad: uno de los que hemos
desc
de scri
rito
to es
esta ba dedicado a Venus. Se practicaba sobre
taba
ello
ellos
s li
liba
baci
cion es i se hacian ofrendas. Se vertia en las ca
ones
vidades aceite vino leche que se consagraba o arrojaba
al fuego. Otras veces eran la manteca i la grasa las que
flameaban. Las pequeñas cavidades indican que a me
nudo estas operaciones se limitaban a simples libaciones
o un
unci
cion
ones
es.. De
Derr
rram
aman
ando
do los líquidos en la superficie del
altar i dejándolos allí se pensaba que visible por mucho
tiempo la ofrenda seria mas eficaz para el dios o diosa
que se invocaba.
 Esta práctica de las ofrendaslas li
iliba
bac
cio
ione
nes
s ha atr
tra
a
los tiempos medios a pesar
vesado la antigüedad i todos los
de la oposicion de la cler
clerec
ecía
ía i las condenacio ion
nes de los
concilios.11
Mas adelante continúa:
i>Las piedras de que vengo hablando se remontan
hasta la época neolítica i han llegado ha has sta no
nossot
otro
ross
atravesando todos los períodos de la civilizacion i deben
esplicarse o interpretarse de la misma manera. Ellas
han servido para recibir las of ofre
rend
ndas
as sól
ólid
idas
as o líquidas
destinadas a la sat
satisfa
isfacci on del dios local del jenio o del
ccion
hada. En ocasiones ha habr
brán
án si
sido
do a lolos
s ma
mane
ness de lo
los
s mu
muerer
tos ofrecidos los alimentos; porque en esos tiempos de
primitiva barbarie o de la aurora de la civilizacion se
el alma de los muertos i el de las
figuraba que
divinidades te
teni
nian
an ne
nececesi
sidad de comer i be
dad espíritu
bebe
berr com
omo o los
simples mortales. .

••Se ha emitido la idea agrega Pommerol observando


estas piedras que ell lla
as han servrviido para sacrificios i se
ha preguntado si la sangre humana o la de animales no
habrá corrido en las edades pasadas a cont ntin
inua
uaci
cion
on de
importantes acontecimientos sociales o relijiosos por las
 

2 3° ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

cavidades para derramarse enseguida sobre la roca sa


grada cocommo so
sobr
bree un altar grosero. n
Aunque parezca fuera de lugar lo que diremos del
Brasil despues de haber terminado la descripcion de las
piedras de Chile de nuestra personal observacion dire
mos por razon ilustrativa siquiera cuatro palabras:
Rodolfo Cronau viajero e historiador aleman publicó
en 1891 co con
n mo
moti
tivo
vo de la próxima celebracion de
dell cu
cuar
artoto
cen
ce ntenario del descubrimiento del Nuevo Mundo una
reco
recome
mendndab
able
le ob ra que tituló América.
obra
Dotado de cualidades especiales de investigador es
crutó personalmente durante sus largas esploraciones el
pasado de este continente tratando de dar solucion a
tantos problemas et etno
nogr
gráf
áfic
icos
os qu e han sido estudiados
que
por los naturalistas por los arqueólogos i por lo
loss hi
hissto
riadores i muchos de los cuales permanecen aun sin ser
n sueltos.

sil En
visitó e hizo practicar escavaciones en uno de losBra
sus viajes por las costas de Santa Cat
Catalina del
nu
merosos sambaquiso colinas de concha de que se encuen
tra
tra se
semb
mbra do ese territorio i en la pájina 25 del tomo
rado
primero de su obra nos ofrece un dibujo de una de las
piedras en que nos hemos ocupado que tiene 14 cavi
dades en la cara superior i una en el costado a la vista.
Se ve que as asíí como en Chile i en Europa tambien en
como
el Brasil era objeto del culto la piedra i que las ofrendas
aquí como en todas partes debieron consistir en alimen
tos i en líquidos que habria de consumir la divinidad.
líq

VII
DEDUCCIONES

Hasta aquí nuestras personales ob


obse
serv
rvac
acio
ione
ness de las
piedra
piedrass qu
que
e at
ates
esti
tiguan Ta existencia en tiempos remotos
guan
del es
estr
tra
año cu
cult
lto
o re
rend
ndid
ido
o a ellas.
El aspecto de éstas mú múlt
ltipl
iples
es as
aspe
pectos de sus formas
ctos
 

LA RELIJION EN LOS PU
PUEB
EBLO
LOS
S PR
PRIM
IMITI
ITIVO
VOS
S 23 1

de su manera de es tarr o de yacer nada ofrecen de parti


esta
cular al que las contempla con interes buscando los se
cretos del rol importante que en la imajinacion de los
pueblos pr prim
imit
itiv
ivos
os ococup
upar
aron
on..
Renan que ha ex exam
amin
ina
ado cua uant
nto
os sit
itio
ios
s se relacionan
con los oríjenes de la relijion cristiana i el paganismo
griego i que ha interrogado a los que la antigüedad con
side
sideró
ró co
como
mo sagrados no vió en ellos motivos especiales
que hiciesen suponer que las di divi
vini
nida
dade
des
s huhubi
bies
esen
en te
teni
nido
do
en ellos sus moradas: la laguna Estijia o el lago del
Averno na nada
da de esestr
trao
aord
rdin
inar
arioio o especial tiene para que
hubiese traspasado los siglos como morada de Pluton i
en el que Caron el cruel barquero de las almas ejercia
sus fúnebres funciones: solo es aquello un bonito paisaje
que rorod
dea una la lagu
guna
na pepequ
que eñaña.. El Olimpo morada de
los
lo s di
dios
oses
es de lo
los
s cu
cultos griegos no es mas que una mon
ltos
taña pedregosa de la Tesalia i sin encanto o poesía algu
na. La selva de Dodona tan celebrada por los oráculos
de Júpiter i de cuyos árboles que propronun
nuncia ban oráculos
ciaban
por si mismos se si
sirv
rvió
ió Hé
Hérc
rcul
ules
es en su espedicion a la
Cólquida en la conquista del Bellocino de Oro nada que
merezca los honores de su celebridad contiene.
Solo el tamaño de las piedras la las
s ca
cavi
vida
dade
des
s que he
mos descrit o i la situacion que ocupan respecto de los
ito
rios o corrientes sujieren algunas reflexiones en que
vamos a entrar.

Parece que lo los


s ho
homb
mbre
ress primitivos de Chile al rendir
culto a la piedra imajinaron un sér o jénio o espíritu
dentro o envuelto en ella. Las ofrendas que se deposi
taban en las cavidades que la las
s an
anun
uncian los restos que
cian
ellas encontramos en conchas de moluscos en la im
de
port
po rtan
ante
te pi
piedra de Quebrachal i las que hoi dia ofrecen
edra
los indios de Arauco al dios Retricura i la piedra Cural
hue son
so n ma
maninife
fest
stac
acio
ione
ness de la supervivencia de una
prá
práct
ctic
ica
a qu
quee ha traspasado los siglos.
Estas ofrendas no eran simples manifestaciones de
respeto a las divinidades de su culto sino que consistian
en especiales alimentos que habian de consumir siquiera
 

232 ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

éstas con ser espirituales se limitasen al espíritu sabor


o esencia de las ofrendas.
n Los dioses de sencilla antigüedad diccho Renan
ha di
participan de las necesidades i placeres de lo
loss ho
homb
mbre
res:
s:
comen i beben. n
I esto mismo vemos tanto en las relijiones de los sal
vajes am
amer
eric
ican
anos
os como en los dioses del Olimpo griego
como
que se estasiaban en banquetes i los mas sensuales pla
ceres.
El trascurso de los siglos ha operado modificaciones
en aquella práctica: las dá
dádiv
divas
as co
cons
nsis
iste
tenn en la actuali
dad no solo en alimentos sino en otros obj bje
eto
toss qu
quee son
gratos al hombre como monedas alimentos tabaco etc.
por suponerse sin duda que todo es gratulatorio aun
que no hagan uso los espíritus de ellos.
A riesgo del peligro de que sean id ide
eas mododer
erna
nass la
concepcion de algunos pueblos salvajes i aun semi-civi-
lizados de la existencia de espíritus en los objetos
culto vamos de su
a citar algunos siquiera sea como base de
deduccion ya que creemos que en esta materia nada
fijo es da
dado
do af
afir
irma
mar.
r.
 Cuando se pregunta a un sacerdote tahiliano dice
Tylor en su obra citada acerca de su ídolo esculpido en
madera es espl
plic
ica
a qu e su dios no está siempre en la imá-
que
jen sino que solo vuela a ella de vez en cuando en for
ma de pájaro sagrado i a ve vece
cess sa
sale
le de
dell ídolo para entrar
en el cuerpo del sacerdote i pronunciar por su boca
divinos oráculos.
 Viajeros modernos han vi vissto marinos norte-america
nos bogando en sus canoas por sitios peligrosos tirar
un trozo de tabaco i dirijir una plegaria al dios del rio
para que los dejase pasar.
 Sábese tambien que algunos leñadores africanos al
dar el primer hachazo en un árbol corpulento echan un
poco de aceite en el suelo a fin de que el espíritu del
árbol cuando salga rabioso se detenga a lamerlo i a
ellos les dé tiempo de huir. 11
He ahí el espíritu el jenio envuelto en la materia
 

LA RELIJION EN LOS PU
PUEB
EBLO
LOS
S PR
PRIMI
IMITI
TIVO
VOS
S 233

dentro de ella com


omoo aca
caso
so ta
tamb
mbie
ien
n lo co
conc
ncib
ibie
iera
ra el hom
bre en las edades primitivas

No ha podid
ido
o pasar desapercib
ibiida la circunstancia
repetida en cada vez de la ubicacion de las piedras sa
gradas: como lo hemos manifestado todas estas piedras
yacen a in
inme
medi
diac
acio
ione
nes
s de co
corr
rrie
ient
ntes
es de agua todas in
clinadas en el sentido de la situacion de los arroyos o
rios La Piedra de los Sacrificios del Malleco se halla
en parte bañada por las aguas del rio así como total
mente cubierta por las mismas aguas la piedra del lado
que la acompaña
En medio del lecho de este rio se ven otras pie
dras con cavidades co cons
nsta
tant
ntem
emen
ente
te ba
baña
ñada
das
s por las
aguas así que éstas se han aumentados o por la lluvia o
por el deshielo en la cordillera
Estas circunstancias tan repetidas o producidas en
cada ocasion así co como
mo las ideas morales que dominan
en la in
inc
cul
ulta
ta me
ment
nte
e de los pueblos salvajes que rinden
culto a todos o casi todos los objetos que les impresio
nan como el sol la luna el mar los lagos i lagunas los
árboles los rios i arroyos etc nos inducen a pe pens
nsar
ar qu
que e
relacionaran al dios de la piedra con el de los rios i
arroyos cercanos
En la teogonia primitiva todo estaba estrechamente
relacionado: el dios de las colinas con el de los árbole less
que e n estas crecian; el de los lagos lagunas
i con el de
los rio
ioss o esteros que de estos nacian o en ellos desa
guaban; el sol i la luna con todos los dioses porque
todos recibian o la luz o el calor que los fecundaba
La ubicacion de las piedras dado este encadenamien
to de relaciones debia suponerlas ta tamb
mbie
ien
n en
entre el jenio
tre
que animaba o guardaba las aguas i el de la piedra
próxima
No ménos fundamento a la idea de esas relaciones
ofrecen las señales impresas a algunas cavidades en las
cuales es evidente se propinaba a la piedra por ellas
agua de la cer cercan
cana
a cor
corrien
riente
te
 

234 ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

> De aquí, del últ


ltiimo contact
cto
o
de la piedra i el agua,
surjian sin duda las relaciones que hemos sospechado i
que se esplican por los estraños conceptos de criterio
que el hohomb
mbre
re na
natu
tura
rall abrigó respecto de todo cuanto
le rodeaba.
Hoi por hoi, ap
apén
énas
as po
podedemo
moss es
espl
plic
icar
arno
noss lo que ayer
no mas sucedia i lo que sucede en muchas partes aun.
* Parece, a quien observa tan estrañas id idea
eass an
anid
idad
adas
as en
la mente humana, que quienes las concebian no debian
ser ho
hom
mbrbre
es co mo nosotros, capaces de observar, discu
com
tir i discernir, sino esespí
píri
ritu
tuss in
inci
cipi
pien
ente s, elementales,
tes,
dotados de una sensibilidad esquisita, pero de una capa
cidad de apreciacion estremadamente ele eleme
mentntal
al ta
tamb
mbie
ien.
n.

Los rigores con que er


era
a tr
trat
atad
ada
a la Piedra Verban que
gobernaba loloss ele
lem
men toss i propiciaba las lluvias, segun
ento
la fé lo habia establecido, es práctica ridicula al parecer,
pero que mirada bajo este solo aspecto tiene símiles en
las relijiones elevadas.
Sin ningun exámen, solo estim
ima
ando como un hecho
grotesco, actos de igual naturaleza se ven en el culto a
loss sa
lo sant
ntos
os que reverencia la Iglesia Católica.
Sabido es por todos que las mujeres ca cató
tóli
lica
cass ti
tien
enen
en
por abogado o patrono a San Antonio, a quien castigan
en lo que hahan
n coconv
nven
enid
ido
o en ser su imájen, si no les da
el marido que le han pedido.
Della Valle, segun Müller,  i) refiere que lo loss ma
maririno
noss
portugueses ataban la imájen de San Antonio al bauprés
i de rodillas se dirijian a ella en estos términos:  Oh,
San Antonio, tened la bondad de quedar ah ahíí ar
arri
riba
ba hasta
que nos hayais dado un tiempo favorable para nuestro
viaje, n
Frezier habla de un capitan español que ataba tam
bien al mástil una imajencita de la Vírjen María, decla
rando que estaria colgada ahí hasta que diera un viento
favorable.

 i))
 i Pájina 105 de su °bra Orijen i desarrollo de la Reltjion.
 

LA RELIJION EN LOS PUEBLOS PRIMITIVOS 235

Kotzebue asegura que los napolitanos dan de latiga


zos a sus santos si son recalcitrantes a sus oraciones.
Cristóbal Litran, escritor español i traductor de Re
nan, asegura ha
habe
berr ac
acon
onte
tecido en Galicia que se apa
cido
leaba una imájen de Cristo crucificado, durante una pro
cesion, implorándole al mismo tiempo el beneficio de
una lluvia.
¿I habrá algo mas ridículo e irreverente de la altísima
personalidad moral e histórica de la Vírjen María, que
el nombre de Notre Dame de Ride Cul con que fué co
noc
no cid
ida
a un
unaa capilla en la Béljica walona?
Qué no se ha dicho de ridículo i depresivo de la per
sona
so nalilida
dad
d momora
rall de San Antonio volviendo a él
En nuestros templos ya no se cuenta la vida del santo
sino que se dan a conocer leyendas risibles que justifican
lo que Renan ha dicho de todas las relijiones (i).
La leyenda del santo, relatada a los cr crey
eyen
ente
tes
s para pon
para
derar su elocuencia, les asegura qu quee pr
pred
edic
ican do na vez
ando u
en Jénova, los pescados del mar levantaron por sobre las
aguas su sus
s ca
cab
beza
zass para oirlo; que estando para ser ajus
tici
ticiad
adoo so
sobr
bre
e el cadalso un cr
crim
imin
inal
al de
devo to suyo, clamó
voto
al santo para que lo favoreciese en aquel trance, i que,
con admiracion de la muchedumbre que quedó estupe
facta, se vió al santo bajar de los cielos, cojer al criminal
i llevárselo consigo.

¿Para qué referir los casos del viajero devoto del san
to, que son aun mas inverosímiles, si lo espuesto com
prueba nuestro aserto?
En las pájinas del paganismo helénico el ridículo so
brenada por encima de sus relaciones poéticas i mara
villosas. V
Háse visistto en otras relijiones una pasion concebida
como la de Pasiphae, que se enamora de un toro i busca
i se injenia por encontrar, hasta hallar, un medio como

(1)  Debiendo representar las relijiones de la maman


ne ra
ra ma
mas
s completa
todas las fa
face
ces dell espíritu humano, i siendo lo burlesco uno de los
s de
aspectos bajo lolos
s cu
cual
ales
es concebimos la vida, lo buburl
rles co es un ele
esco
mento esencial en todas las relijiones. ti Estudios de historia reiijiosa,
p. 53 citada.
 

236 ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

saciar su erótico deseo poniéndose en contacto con su


amado?
decir de Attis se mutila solo
de Qué
habe
haberr sid
ido que
o infiel a Cibeles arrepentido
I para decirlo todo allí están los espectáculos simbó
licos de los Misterios de Elleusis de la desesperada
Ceres en busca de su hija Proserpina que fué robada
por Pluton i llevada a lo loss in
infie
fiernos.. Todas las inciden
rnos
cias de este mito todo lo hecho por la diosa las escenas
seri
se rias
as co
como
mo las mas
mascar
carada
adass burl
burlesc
escasas i obscenas apasio
naron vivamente la imajinacion ardiente del pueblo
griego el que tomaba parte en ellas con el mis ism
mo inte
res que el mimito
to de
deci a empleado por Ceres para encon
cia
trar a su hija.
Hé aquí el ridículo; ese ridículo que acompaña hasta
las relijiones mas cultas; el ridículo que hallamos aun en
las manifestaciones de culto de la piedra.

VIII
EL OLIMPO DE LOS DIOSES DE PIEDRA

El culto de la piedra como todos los cultos conoci


dos habia
habia co
conce
ncebi
bido
do una mansion en dodond
nde e de
debi
bian
an mo
rar los dioses adonde debian ir despues de la vida sus
adeptos o los practicantes de sus misterios.
En las rereli
liji
jion
ones
es qu e nacieron durante el período en
que
que la huma
humani nida
dadd tuvo
tuvo la fecundidad relijiosa o en que
se jeneraron las relijiones existentes esas mansiones
fueron imajinadas como necesidad imprescindible de su

propia
Así laexistencia.
relijion cr
cris
isti
tian
ana
a creó a la Gloria o al Cielo como
creó
asiento de la Corte celestial.
La mahometana al Paraiso poblado de hurles.
Los cultos griegos al Olimpo.
El del pueblo aboríjen de Chile despues de crear su
teogonia espiritual o incorpórea la isla de la Mocha.
Los adoradores de la piedra en Chile tuvieron tambien
 

I
LA RELIJION EN LOS PU
PUEB
EBLO
LOS
S PR
PRIM
IMITI
ITIVO
VOS
S 237

su Olimpo en Quilpué, como lo dejamos insinuado, con


la gradacion de categorías inventadas en las relijiones
clasicas, a que corresponden los tamaños diversos de las

piedras i los distintos números de sus cavidades.


Las catorce piedras sagradas emplazadas en una pro
min
inen
enccia de
dell campo, formaban el mas numeroso grupo de
las divinidades imajinadas por el pueblo aborljen; i la
mayor de ellas, de di dime
mens
nsio
ione
ness ve
verd
rdad
adereram
amenentete mega-
líticas, ho hoii de
deststro
roza
zada
da i acaso sin de deja
jarr ve
vest
stij
ijio s, corres
ios,
pondia sin duda al dios de mayor autoridad i poder en
la teogonia de la Edad de Piedra: a él, como hemos
visto, se ofrecia mayor número de ofrendas, comprobada
esta circunstancia por el mayor nú núm
mereroo de cav avidida
ade
des
s es
cavadas en su masa.
No se esplica de otro modo la agrupacion de tantas
piedras en ese sitio con un número tan considerable de
depó
de pósi
sito
toss paparara las oblaciones. N
Estas so sola
lass ci
circ
rcun
unststan
anci
cias
as auauto
toriz
rizar
aria
ian
n pa para
ra pre
presu
sumi
mir,
r,
si otras no concurrieran a est establ
ablece
ecerr con
contra ria evidencia,
traria
que allí d e bió h ab e r una poblacion crecida, desde que
cada cavidad correspondia a una tribu.
I miéntras tanto, ni en el sitio que hem hemosos den
denomiominad
nadoo
el Olimpo   1  , ni en sus alrededores, ni por donde quiera
que se mire, habia frutos naturales de alimentacion, ni
para un cor orto
to nú
núm mer
eroo de pobladores.
Las tierras de Quilpué, por otra parte, secas por falta
de riego, son lomajes por estremo ingratos; lo loss ár
árbo
bole
les
s
escasos, nunca se agruparon en forma de bo bosq
squeuess ca
capa
pa
ces de producir el combustible para un una a di
dimi
minu
nutata pobla
cion; el agua indispensable solo se obtenia en invierno,
cuando las lluvias da dab ban caudal al estero que ordinaria
mente en otras estaciones permanecia, como permanece,
exhausto; los animales terrestre
res
s i las aves de lolos
s ai
aire
res
s
debian ser raros, donde no habia para el
ello
los
s el
elem
emen
entotos
s de
vida; el mar, siempre pródigo para dar al hombre lo que
en su seno ha creado, estaba léjos.

 1 Hasta en su aspecto o carácter físico este sitio se parece al


Olimpo clásico: seco, desprovisto de vejetacion, pedregoso, sin poesía,
sin encanto alguno, es esa prominencia del terreno.
 

ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

Sien Quilpué por ese conjunto de circunstancias la


vida no era posible a una ag agru
rupa
paci
cion
on re
regu larr fuerza es
gula
convenir en que si aq
aque
uell co
conj
njunto de ro
unto roca
cass co
conn ta
tant
nta
as es
cavaciones respondia como así era en efecto a las ma
nifestaciones o exijencias de un culto estas manifesta
cion
ci es no podian hacerse diariamente ni por consiguien
ones
te por una poblacion al allí
lí ra
radi
dica
cada
da..
Estas dedebi
bier
eron
on se
serr ne
nececesa
sari
riam
amen
entete periódicas.
No será pues aventurado establecer teniendo en
consideracion la semejanza de cier ciertas
tas ritu
rituali
alidad
dades
es en las
costumbres de los indíjenas que por el mes de Junio
en los dias de la luna nueva como los indios de Vichu
quen i Mataquito los de los valles del Mapocho del
Aconcagua del Maipo i los regados por sus tributarios
acud
ac udir
iria
ian
n to doss los años a Quilpué a celebrar con dan
todo
zas cantos i ofrendas el poder i la bo bond
ndad
ad de
desu
suss dioses.
Muchos objetos estraidos en escavaciones hechas por
el doctor Fonck i fragmentos de útiles de alfarería de
igual
igu al pr
proc
oced
eden cia dan mayor fuerza a esta presuncion
encia
de afluencia de jente al rededor del Olimpo de los dio
ses de piedra.
Acaso alguna relacion con la ubicacion del Olimpo
tenga el significado del nombre de ese sitio. Quilpué es
palabra desnaturalizada en el uso de tan largos años; la
orijinaria con la cual se enuncia una idea concreta afin
de culto es Quilhué que significa mansion de los peucos
i es sabido que este pájaro es sagrado por tener la
vision del porvenir en la teogonia de nuestros abo borrí
jenes: Mansion de pájaros sagrados; i acaso tambien los
hombres de aquellas edades relacionando el jenio o dios
de las piedras con las aves sagradas cuyos eran aquellos
sitios depositaban sus ofrendas en las cavidades de las
piedras en honúr de sus dioses de los qu
que
e pa
part
rtici
icipa
paba
ban
n
los peucos.
 

LA RELIJICN EN LOS PU
PUEB
EBLO
LOS
S PR
PRIMI
IMITI
TIVO
VOS
S 239

IX

SUPERVIVENCIA DEL CULTO DE LA PIEDRA EN FRANCIA

Para dar cima a los propósitos que han inspirado el


presente estudio, fáltanos aun hacer una corta escursion
en uno de los paises en que el culto de la piedra ha
estado mas estendido i donde, por esta causa, se ven
todavia muchas prácticas re rela
laci
cion
onad
adas
as co
con
n él.
En esta escursion podremos ver hasta dónde pueden
llegar las aberraciones del espíritu humano, cuando se
adhiere el sentimiento relijioso i a qué estremos pueden
conducir los erro
rorres cuando echan raices en la conciencia.
En Francia, i sobre todo en las antiguas provincias
de Bretaña, del Poitou, de la Normandfa, Orleans, Isla

de Francia, la Picardía, Provenza i el Languedoc, etc.,


han exisisttido las mas estra
rañ
ñas prácticas de este culto.
I a fin de dejar fuera de dudas la supervivencia de
estas creencias, vamos a copiar lo que un autor frances,
P. Sebillot, nos ha dic
ich
ho recientemente  1):  Se puede
ien
concluir, ha dicho, que es
esta
tamo
moss mu
muii di
dist
stan
ante
tes
s de conocer
todas las prácticas en uso; pero por las con
consta
statad
tadas
as hasta
aquí es suficiente para demostrar que existen aun en
Francia vestijios mui aparentes de un culto de las pie
dras, mas antiguo que el druidismo, que le ha sobrevi
vido i que despues de dieziocho siglos de cristianismo
subsisten siempre. n
I mas adelante agrega el autor:  Es incuestionable
que muchos años ántes de nuestra era, los pueblos de
la Gaula creian, como muchas agrupaciones contempo
ráneas poco avanzadas en evolucion, que ciertas rocas,
en razon de sus masas, de sus formas, de su bizarría,
constituian las habitaciones de seres sobrenaturales que
Ies com
omun
unic
ica
aba
ban
n un
unaa sue
uerte de poder. Esta id
rte idea
ea su
subs
bsis
iste
te

 1) Le culte des


pierres en Fr
Fran ce.. — De la Revue de VEcole
ance
d1Aníhropologie de Paris, de Mayo i Julio del corriente año.
 

240 ALEJANDRO CAÑAS PINOCHE

aun en Francia, i numerosas leyendas contemporáneas


nos refieren que alg unas rocas enormes, de un aspecio
lgu
singular, han sido habitadas por hadas i mas raramente
ido
por duendes... 11
Las formas o maneras de espresion del culto a las
piedras eran variadas i de todas vamos a hacer una so
mera
mer a man
manifes
ifestac
tacion
ion..
Consistian estas en el resbalon i la friccion; en la as
cension i estacion sobre la piedra; en el pasaje a traves de
la piedra o bajo de ella; en danzas i en ofrendas.
El resbalon  la glissade est está
á car
caract
acterizada por el con
erizada
tacto, a veces brutal, de una parte de la persona del
creyente con la piedra, a la cual éste atribuye cualidades
virtuosas.
Los casos mas típicos que se hayan observado, están
en relacion con el amor i la fecundidad.
En el norte de PIIe-et-Vilaine, una série de enormes
el nombre de
peñascos ecriantes
ha recibi:doallí van las jóvenes Roca
Rocass Cl
queCla
amo
moro
rosa
deseansas
s
ca
 Roches
sarse prontamente; se trepan hasta la cúspide de la que
elijen i se dejan caer hasta la base, resbalándose por
ella.
En Mellé  Ile-et-Vila
Ile-et-Vilaine ine la Roca Clamorosa estaba
llena de cavidades; sobre la del mismo nombre en Mon-
tault se ve
veia
ian
n nunume
mero roso
soss vestijios de las niñas que allí
habian ido a pagar a la roca su tributo; las cuales, en
seguida, en secreto, ocultas a todas las miradas, deposi
taba
ta bann so
sobr
bree la piedra un pedazo de tela o cinta.
En las del valle del Ubayett  Bajos Alpes las jóvenes
deseosas de encontrar marido i obtener la fecundidad, se
dejaban resbalar sobre una antigua roca sagrada situada
en el pueblo de Sa Sain intt Ou
Oursrs  1 .
En alg unos pueblos del Aisne se encontraba una
lgu
piedra de estas que se llamaba Piedra del Matrimonio,
sobre la cual la desposada estaba obligada a montar el
dia de sus nupcias. Sentada en la cúspide sobre un zueco

 1 Hecho citado por el honorable Ministro de Francia en Chile,


M. Girard de Rialle, en su obra intitulada Mythologie comparé.
 

LA RELIJION EN LOS PU
PUEB
EBLO
LOS
S PRIM
PRIMITI
ITIVO
VOS
S 241

se deslizaba sobre él a lo largo de la pendiente. De cómo


hubiese llegado hasta el suelo con facilidad o con dificul
tad a la derecha a la izquierda o al medio se deducian
los presajios que se espresaban en lengua arcaica; i si
durante el resbalon ocurrria la aventura de que el zueco
se quebrase se gritaba al oido del ma
marid
rido
o iró
irónic
nicam
amenente
te::
Elle a cassé son sabot ella ha quebrado su zueco que
equivalia untónces como equivale actualmente a la dama
ha perdido su virginidad.

La friccion que como el resbalon se fundaba sobre


las virtudes de las piedras consistia en el frotamiento de
la parte posterior del suplicante del vientre del ombligo
i hasta de las papart
rte
es je
jeni
nita
tale
les
s pe
perf
rfec
ecta
tame
ment e desnudas
nte
contra la piedra. Se escajian para esta práctica las piedras
naturales o las arregladas por mano de dell ho
homb
mbre
re que pre
sentasen las apariencias de un falo en el cual las mujeres
ejecutaban esta especie de sacrificio.
En Carnac las jóvenes que deseaban un marido se
desnudaban completamente i se iban a frotar el ombligo
en un menhir especialmente utilizado con este objeto;
miéntras tanto los novios permanecian a una distancia
respetuosa del sitio en que la ceremonia se verificaba.
Aun lo s casados se entregaban a estas prácticas. En
los
Finisterre los recien desposados se iban al pié del men
hir de Plouarzel que presenta sobre ambas fases opues
tas a la altura de un metro próximamente una protube
rancia redonda. Despues de estar en parte desvestidos la
mujer de un lado i el marido del otro se frotan el vientre
sobre las respectivas protuberancias. El hombre preten
de frotándose en esta forma que tendrá hijos varones
numerosos; la mujer que será la dueña directora de una
casa de huéspedes.
Hácia me
medi
diad
adoos de
dell siglo pasado las mujeres del pais
de Luchon para obtener la fecundidad se frotaban con
tra un me
menh
nhir
ir si
situ
tuad
ado
o en la mononta
taña dell Bourg d Oueil
ña de
que abr
bra
aza
zaban con el mayor fervor.
ban

Subi
Subirs
rse
e so
sobre las piedras notables
bre por algunas parti-
TOMO XII 17
 

242 ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

cularidades o difíciles de ser trepadas, sentarse sobre


ellas a veces para obtener de la piedra favores análogos
a los obtenidos por el resbalon i la friccion, era lo que se

llamaba la ascension.
Las pe
pers
rson
onas
as que deseaban casarse en breve tiempo
que
debian subirse a la cima de la piedra Colombiers, depo
sitar allí una moneda i saltar en seguida de alto abajo.
Aquel que puede subir a la cúspide del menhir de
Saint Samson, está seguro de casarse dentro del año.
Para obtener este resultado es menester que la jóven
suba a la piedra con cavidades de Saint-Etienne en Co-
glés, sobre la cual haya cu cummpli do tambien clandestina
lid
mente el rito de la friccion, que permanezca allí en
equilibrio i que no se avergüence de esto delante o en
presencia de los peregrinos de Saint-Eustache.
Algunas piedras es esta
taba
ban
n as
asococia
iada
dass a la antigua cos
tumbre del matrimonio, i habia una como la Piedra del
la los
matrimonio
dos debi
debian
an badeilar
bail ar el dia  Cher
Gracay de sus sobre
bodas. cual desposa
En los Bajos-Alpes se llllam ama a Pi
Pied
edra
ra de los Esposos a
una roca de forma cónica, hácia la cual los mas próxi
mos parientes del ma marid
rido
o cocond
nduc
ucia
ian
n a la es
espo
posa
sa dedesp
spue
uess
de la ceremonia relijiosa. Allí se sentaba esta, poniendo
el pié en una escavacion practicada a este efecto, tenien
do o conservando el pié iz izqu
quie
ierd
rdo
o su susp
spen
endi do.. En esta
dido
posicion recibia las felicitaciones de las do doss fa
fami
mililias
as..
Las mujeres estériles iban a buscar la fecundidad a
ciertas piedras: en Decines  Ródano muchas se agrupa
ban en otro tiempo sobre un monolito qu que
e ya
yaci a en me
cia
dio del campo en el lugar de Pierrefrite; en Locronan,
se aco
cost
sta
aba
bann sosobr e unas piedras e igual cosa hacian
bre
sobre el Jumento de Piedra, de San Roman, que es un
peñasco de colo
colosal
sales
es dim
dimens
ension
iones.
es.

Muchas piedras eran miradas como poseedoras de


influencias sobre el destino o la sa
sant
ntid
ida
ad de las personas,
porque presentaban un agujero natural o artificial. El rito
mas orordi
dina
nari
rio
o co
cons
nsis
isti
tia
a en introducir en esta abertura o
 

LA RELIJION EN LOS PU
PUEB
EBLO
LOS
S PR
PRIMI
IMITIV
TIVOS
OS 243

perforacion la cabeza, la mano u otro cualquier miembro


del suplicante.
En el Aisne, donde se veia un cierto número de estas
piedras, se pasaba la cabeza por el agujero para interro
gar el porvenir i las jóvenes para ver cuándo podrian
casarse.
Los campesinos atribuian una im impo
port
rtan
anci
cia
a pa
part
rtic
icul
ular
ar
a los juramentos o promesas cambiados al travez de la
abertura del menhir de Droché  Indre-et-Loire i las
esponsadas no qu qued
edan
an tr
tran
anqu
quilas si
ilas sino
no cu
cuan
ando
do las prome
sas de matrimonio han sido hechas al travez de la
piedra.
Era costumbre en Fouvent i en otros pueblos vecinos,
que cuando nacia un niño, despues de su bautismo, lo
llevasen sus parientes a la Piedra agujereada de Fou-
vent-Haut  Haut-Saona i lo hiciesen pasar por el agu
jero: era a esta operacion que se daba el nombre del
bautismo de la piedra, que preservaba al niño de toda
suerte de enfermedades i le procuraba felicidad durante
toda su vida.
En el Aller se colocaba la cabeza de los niños en la
abertura practicada en un sepulcro de la iglesia de San
Menoux, i se depositaba una ofrenda sobre la piedra a
fin de que nunca estos fuesen imbéciles.
No léjos de Courville  Eure-et-Loire las madres,
para co
cons
nseg
egui
uirr que sus hi
que hijo
jos
s pe
pequ
queños marchasen solos,
eños
hacian pasar los pies de ellos por la abertura de una
piedra agujereada, que se encuentra en la capilla de la
Magdalena.

La ronda al rededor de las piedras, que cuando no


era in
indi
divi
vidu
dual
al to
tommab
aba
a la forma de una danza o de una
procesion, era un unaa ce
cere
remo
moni a tan eficaz como las ante
nia
riorm
riormen
ente
te de
desc
scrit
ritas
as i era ejecutada con las mi
mism
smas
as in
inte
ten
n
ciones.
En la Auvernta, antiguamente, el dia del matrimonio,
los desposados iban a dar vu vuel
elta
tas
s ba
bail
ila
and
ndo
o al rededor
dell mo
de monu
nume
ment o megalítico llamado la Piedra desabrida
nto
 

244 . ALEJANDRO CAÑAS PINOCHKT

 fade
 fade ,m
,mié
iént
ntra
rass que los invitados formaban un círculo
que
en torno de la roca.
Hácia 1880, no léjos de Carnac, lo
loss ca
casa
sado
doss que ha
bian tenido un matrimonio estéril, iban a un menhir
próximo, el dia de la luna llena, a rondar en torno del
menhir; se despojaban en seguida de sus ropas i la mu
jer se echaba a toda carrera, siempre en el mismo senti
do, como empeñada en escapar de la persecucion de su
marido, hasta que terminaba por rendirse. Los acompa
fiant
fiantes
es ha
hacia
cian
n la guardia por los alrededores pa
para
ra im
impe
pe
dir a los profanos que fuesen a perturbar esta singular
práctica, que subsiste aun.
A fines del siglo XVIII, cada año, el 15 de Agosto,
antes de la salida del sol, las mujeres de Croisic, aban
donaban sus casas; cojidas de la mano, formando cade
na i prorrumpiendo en grandes gritos se dirijian hácia
la Piedra larga, en torno de la cual bail ila
aban toda la

mañana.
En una época mas reciente, loloss di
dias
as de fiesta patronal,
los jóvenes de ambos sexos, venian a danzar cerca de la
Piedra agujereada, ya nombrada, i en la de San Juan,
en rededor de las cuales se encendia fuego artificial.
En.Locronan, los pepere
regr
grin
ino
os qu e allí van, hacen tres
que
veces la ronda al rededor de la roroca
ca so
sobr
bree la cual está el
cuerpo de San Roman.

Los que iban a implorar a las piedras la fefeli


lici
cid
dad o
la salud o el amor, depositaban sobre ellas amenudo,
despues de cumplidos los ritos principales, las ofrendas
destinadas al jenio que elello
loss ha
habi
bian
an invocado.
Las ofr
fren
enda
dass er
era
an he
hech
chaas de objetos de diversas es
pecies i estas correspondian a la naturaleza de la peti
cion. Así las jó
jóvvenes que iban a Mellé,  Ul  Ule
e et-
et-Vil
Vilain
aine
e
despues de practicar el re
resb
sbal
alon
on de
debi
bian
an dejar sobre las
piedras un pedazo de tela o de cinta; las que saltaban
desde la cúspide de la piedra Colombiéres para casarse
en el año, dejaban una pieza de moneda.
Se halla de tiempo en tiempo sobre la piedra San
Martin de Breche  Indre-et-Loire , centavos, frutas, .
 

LA RELIJION EN LOS PUEB


PUEBLO
LOS
S PR
PRIM
IMITI
ITIVO
VOS
S 245

pan queso ofrenda de los que le at atrib


ribuy
uyen
en pr
prop
opie
ieda
dade
dess
sobrenaturales.
Es acaso supervivencia de una antigua costumbre en
desuetud la de que en la isla de leu los mu much
chac
acho
hos
s re
re--
cojiesen hasta no hace mucho al azar del camino dos
piedras pequeñas que en seguida iban a depositar sobre
un monolito situado entre el pueblo i el puerto dicién-
dole:  i Abuela mia aquí teneis pan i tocino n
Las ofrendas depositadas en las piedras con cavida
des tenian por fin obtener salud i curacion de las enfer
medades i consistian en algunas monedas que se depo~
sitaban en ellas.
Los pasajeros depositaban co como
mo of ofre
rendas un centavo
ndas
flores i frutas.
En ciertas épocas como por San Juan i Navidad los
creyentes iban a en ence
cend
nder
er ve
velas a la Piedra agujereada
las
de Traves.

Los fragmentos de cie


iert
rta
as piedras tenia ian
n sobre el
amor la jeneracion 1 la felicidad una influencia análoga
a la que se atribuia a las rocas naturales o a los mega-
litos.
Por todas partes constituían un verdadero amuleto: Se
decia en Picardia que las muchachas que se casarian en
el año serian aq aque
uell
llas
as qu
quee llevasen una piedra i un ramo
de mastuerzo sobre su pecho.
Como
Co mo esesta
tamo
mos s persuadidos de que no hai dicho o he
cho que no tenga su raiz en un pasado cercano o remoto
encontramos en aquella prevencion que en estilo de bro
ma se hace al que va a ver el mar por primera vez de
que se eche una piedra en la boca para que el mar no se
salga i lo persiga de haberse te teni
nido
do ta
tamb
mbie
ienn a la piedra
como amuleto que libraba de los peligros.
Para
Pa ra fa
faci
cili
lita
tarr los partos las mujeres creyentes lleva
ban fragmentos de una piedra que existió en Avesan en
la Gironda.
Nues
Nu estr
tra
a memedi dici
cina
na supersticiosa re reco
cono
noce
ce ta
tamb ien vir
mbien
tudes a las piedras en parecido sentido. Para procurar a
las nodrizas abundancia de leche se les aconseja cojer
 

246 ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

tres piedras del medio de las corrientes depositarlas en


agua a modo de infusion i beberse ésta por ias mañanas.
En la Bresse las madres jóvenes para calmar los
gritos de sus hijos de pechos les dan a tomarviñas polvos de
una piedra que se halla en medio de unas en el
lugar de San Clemente; i en Saint Cenery sur Cere en
el Limousin se rapa un menhir para procurarse polvo
de la piedra con el que se cura el cólico de los niños.
En nuestros muchos viajes por el Archipiélago de
Chiloé visitamos la isla de Cahuach en el grupo de las
de Quinchao. En esta isla vimos una piedra como de
dos metros cúbicos de volumen con un alto de una i con
la cara superior casi plana conocida con el nombre de
Piedra Funda porque so sobr
bree ell
lla
a se fundó el cristianis
mo i se verificaron las primeras ceremonias relijiosas en
la isla. Contiene por el lado norte algunos grabados de
oríjen i significados cristianos como una cruz un libro
un cá
cáli
liz.
z. Co
Como
mo notásemos algunas partes desgastadas i
en forma áspera interrogamos a los na natu
tura
rale
less in
indi
dios
os que
nos acompañaban i éstos nos dijeron que aquellas rae
duras er eran
an ca
caus
usadas por los que usaban el polvo de la
adas
piedra en brevajes para cu cura
rarr ci
cier
erta
tass enfermedades.

X
CRITERIO CON QUE FUÉ APRECIADA LA PIEDRA

EN LA ANTIGÜEDAD

Nuestros hábi
hábito
toss an
anal
alít
ític
icos
os a que hemos llegado en
esta edad de reflexion mas avanzada que nos inducen a

inquirir la esplicacion de todos las hechos sociales cien


tíficos i relijiosos de cualquiera naturaleza que sean nos
llev
llevan
an co
como
mo de la mano a buscar las razones que tuvo
el hombre primitivo para re
rend
ndiir cul to a la piedra.
ulto
La adoracion de la piedra nació en la época corres
pondiente al estado de in
infa
fanc
ncia
ia dedell jénero humano por
aquello dias en que el hombre ciego por su falta de es
 

LA REJION EN LOS PU
PUEB
EBLO
LOS
S PR
PRIMI
IMITIV
TIVOS
OS 247

periencia i por su ignorancia semejaba al estado del


niño.
En esa edad no habia para el niño nada pudiera
llamarse relijion. que
Los cultos con sus prácticas i sus dogmas vinieron
despues con la organizacion de las sociedades en que
nacieron las dis distin
tinta
tass cocomu
munio
nione nes s relijiosas cada una de
las cuales los tubo propios.
El hombre de aquellos dias no planteaba problemas
no discutia ni bu busc
scab
abaa so
solu
luc
cioione
ness: no ra razo
zona
nababa..
Para él todo se redujo a observar s observaba
 
a

obedecer asus impresiones i a satisfacer sus necesida


des siendo una de estas acaso entre las morales l mas
a

apremiante por ser innata a


l de cre^r en un ser supe
rior i rendirle culto.
Los impulsos de su alma irreflexivos como eran de
s. De aquí e culto que rindió
l
terminaron todos su suss ac
acto
tos.
á la piedra. Pretender encontrar en otra parte las razo
l
nes que hiciesen na naccer en eespíritu del hombre las ideas
de un culto tan estraño seria como querer hallar en a
l

atmósfera l huella de los pájaros que l atraviesan en


a a

distintas direcciones.
Porque es ne nece
cesa
sari
rio
o co
conve
nvenir nir en que por mas estraño
l
que nos parezca l adopcion
a
por e hombre de lapiedra
como objeto de su culto que nada sabemos del criterio
con que en las edades primitivas fuese estimada l piedra.
a

Juzgando con nuestras ideas actuales aplicando a


a
l

piedra
l
e criterio con que a
l apreciamos por s us co nd i
ciones físicas su culto nos parece no tener asidero ni en
l
e sentimiento ni m¿nos aun en arazon humanos.
l

Nada juzgamos mas fuera de razon ninguna aberra


l
cion imajinamos mas inconcebible que laque induce a

hombre a tomar por un dios una piedra informe.


  sin embargo la apreciacion de l piedra
a
ha sido
trasmontadas aquellas edades motivo de una profunda
evolucion en las opiniones de los fi
fillósofos i de los natu
ralistas subsistiendo respecto de ella por centenares de
años id idea
eas
s di
diam
amet
etra
ralm
lmen
ente
te opuestas alas que hoi se
profesan.
 

248 ALEJANDRO CAÑA


CAÑAS
S PI
PINO
NOCH
CHET
ET

Vamos a dar de esto una prueba.


Simonin, en su precioso libro titulado Les Fierres,
nos dic
ice
e al respecto de las piedras lo siguiente:
 El oríjen de todas las piedras, de todos los minera
les se esplica hoi dia de la manera mas simple, sea por
fenómenos ígneos o eruptivos en los que el fuego desem
peña el rol principal, como en las erupciones volcánicas
que se operan aun a nuestra vista; sea por fenómenos
acuosos, sedimentarios, en los que el agua interviene
principalmente como ajente de disolucion o de trasla
cion: por esto vemos depositarse lo loss se
sedi
dime
ment
nto
os que
arrastran los aluviones de nuestros rios i corrientes en
el fondo de loloss mares o de los lagos.
 La jeolojía ha penetrado en el laboratorio de la na
turaleza i proyectado la luz allí donde no habia ántes
mas que dudas, divagaciones o tinieblas.
»¿No se admitia aun en el siglo último  siglo XVI 1
 
1

a
l
como
piedras brotaban inocentes
en las mas
i crecian? edades de litolojía, que las
 Se habia imajinado tambien un jugo lapidifico o ép
treo resucitado las ideas de Demócrito Aristóteles,
i i

que habian asignado las piedras un alma vejetativa.


a

 En este crecimiento, sino en lealma de las piedras,


creyeron firmemente Tournefort, sabio notable del siglo
XVI I miembro de al Ac Acad
adem
emia
ia fr
fra
anc
nce
esa aun lemismo i

Linneo, que aprovechó del ilustre Tournefort muchos de


suss co
su cono
noci
cimi
mien
ento
toss i clasificaciones botánicas. El axioma
del gran sueco Lapides crescuvt  La  Lass piedras crecen) ha
pasado como uno de los grandes errores l posteridad.
a
a  

Otros sabios habian ido mucho mas léjos todavía en


sus hipótesis, diciendo que las piedras provenian de jér-
men enes
es co
como
mo las plantas pretendian haber descubierto
i

no solamente al simiente de estas plantas, sino hasta las


flor
flores
es de
dell co
cora
ral.
l.
No nos asombremos, aunque no faltaria razon para
ello, de tales opiniones, pues aun hoi dia muchas perso
nas admiten l vida
a
vejetativa de las rocas. Los lapida
rios hablan seriamente de los jugos los cuales son a

debidas las gemas, los ar


i arqu
queó
eólo
logo
goss ase
segu
gura n que es
ran
 

LA RELIJI0N EN LOS PUE


PUEBLO
BLOS
S PRI
PRIMITI
MITIVOS
VOS 249

por razon del crecimiento de las piedras que el Forum


de Roma i los templos del Ejipto i de Asiria están ente
rrados muchos metros bajo el nivel del suelo. Estas
opiniones hacen recordar las de Aristóteles que habiendo
oido decir que se habia encontrado en la isla de Elba i
en la
las
s ca
cant
nter as de Paros algunos útiles de casa embuti
eras
dos bajo los minerales de fie ierrro o mármol citaba victo
riosa
riosame
ment
ntee es
esto
tos
s de
desc
scub
ubri
rimi
mien
ento s como las pruebas mas
tos
concluyentes del crecimiento de las piedras.
Theofrasto el alumno preferido de Aristóteles insistió
sobre estas ideas del maestro. En su Tratado dividiólas
piedras en piedras machos i piedras hembras atribuyendo
a estas últimas las mas atrayentes cualidades como la
belleza el color i el brillo.
En la Edad Media intervienen los alquimistas i con
ellos las piedras nobles e in inno
noblbles
es.. Se atribuyó a ciertos
mine
mi nera
rale
les
s ininfl
flue
uenc
ncia
ias
s fafavo
vora
rabl
bles
es i a otros in
infflu
lue
encias de

desgracias. Los unos causan enfe ferm


rmeedades en los ojos
acercan o alejan la caidade los rayos del cielo; con algu
nos se obtienen fácilmente los favores de Vénus¡ mién
tras ot
otro
ros
s vu
vuel
elven a esta diosa por estremo esquiva.
ven
¿Por qué nos sorprenderá tan es estra
traña
ñas
s ab
aber
erra
raci
cion
ones
es?
?
Estas ideas subsisten aun en muchas jentes i es deber
de la ci
cien
enci
cia
a co
comb
mbat
atir
irla
las
s ha
haci
ciendo predominar la verdad
endo
i que tome ésta el lugar qu que
e ocupa el error. m
cupa

CONCLUSION

No creemos despues de esta vasta esploracion


que
hecha en las creencias de pueblos primitivos debamos
insistir en ma
mayo
yore
res
s co
comp
mpro
roba
baci
cion
ones
es para demostrar hasta
para
adonde ha ido el espíritu humano en materia de cultos.
I por mas que nos estrañemos de que un objeto ina
nimado haya llegado a ser un obj bjet
eto
o re
reli
liji
jioso tenemos
oso
que convenir en que en el curso de todas las etapas
recorridas en su desarrollo por la humanidad apénas si
habrá habido error que no haya sido acojido por ella.
La oscuridad que la ignorancia i la supersticion han
TOMO XII l8
 

ALEJANDRO CAÑAS PINOCHET

proyectado en la co conc
ncien
ienci
cia
a hu
huma
mana
na por tan prolongados
tiempos nos im imaj
ajin
inam
amoos ququee habian desaparecido con las
cla
clari
rida
dade
dess con que ha
con habi
bia
a ve
veni
nido
do a alumbrar al mundo el
Siglo de las Luces
Los errores han cedido es cierto en las conquistas
que la verdad ha hecho pero aun fa falt
ltan
an mu
much
chos
os siglos
para que al ménos en materia de cultos se diga la últi
ma palabra

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