Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Primer Lugar
Categoría de Fianzas
INDICE
RESEÑA. ..........................................................................................................5
1
A) Concepto de acto jurídico....................................................................... 41
B) Elementos de existencia de la fianza, para ser un acto jurídico eficaz: .......... 42
i) En cuanto al Consentimiento. ............................................................... 42
ii) En cuanto al objeto ............................................................................ 44
C) Elementos de validez de la fianza como acto jurídico.................................. 44
i) Ausencia de vicios del consentimiento.................................................... 44
ii) Licitud en el objeto, motivo o fin determinante de la voluntad. ................. 46
iii) Formalidad exigida por la Ley. ............................................................ 46
iv) Capacidad........................................................................................ 47
2
F) ¿Puede darse la renuncia en forma tácita? ................................................ 71
G) ¿Con qué formalidades deberán documentarse las renuncias? ..................... 71
H) Reglas de irrenunciabilidad por imposibilidad jurídica de la renuncia............. 72
2.6.- La simulación....................................................................................... 72
A) Concepto. ............................................................................................ 72
B) Clases. ................................................................................................ 75
3.1.- Formalidades mínimas que debe contener el texto de una póliza de fianza. ... 77
3.2.- Cláusulas esenciales. ............................................................................ 77
A) En cuanto al consentimiento................................................................... 77
B) En cuanto al objeto. ............................................................................ 778
C) Comentarios sobre los requisitos esenciales en los textos de las pólizas de fianza. 78
3.3.- Cláusulas naturales en la póliza de fianza................................................. 83
A) Cláusula referente a la oposición al beneficiario de las excepciones inherentes a la
obligación principal. .................................................................................. 84
B) Cláusula referente a la oposición de la compensación que proceda a favor del fiado. 84
C) Cláusula referente a la confusión. ........................................................... 86
D) Cláusula referente a la remisión de adeudo o quita. ................................... 86
E) Cláusula referente a la novación.............................................................. 88
F) Cláusula referente a la prescripción. ........................................................ 88
G) Cláusula referente a la necesidad de rescindir un contrato, para efecto de .... 90
acreditar la exigibilidad de la obligación fiadora. .......................................... 990
H) Cláusula de renuncia a invocar los beneficios de orden y excusión. ............ 991
I) Cláusula de renuncia a los efectos de la transacción. .................................. 92
J) Cláusula de extinción de la fianza por vía directa........................................ 92
K) Cláusula de reducción por liberación hecha a uno de los fiadores. ................ 93
L) Cláusula de extinción de la garantía por hechos imputables al beneficiario..... 93
M) Cláusula respecto de la extinción de la fianza por prórroga o espera. ........... 95
N). Cláusula referente al plazo de caducidad de la obligación del fiador............. 96
O) Cláusula referente a la extinción proporcional de la fianza (proporcionalidad).96
P) Cláusula de extinción de la fianza por cumplimiento o por existir resolución favorable al
fiado. ...................................................................................................... 98
Q) Cláusula respecto de la subiudicidad administrativa o judicial...................... 98
R) Cláusula de sujeción a una vía específica.................................................. 99
S) Cláusula condicionante al pago de primas............................................... 100
T) Cláusulas de extinción de la fianza por sustitución del deudor.................... 101
U) Cláusulas de no extinción de la fianza por sustitución del acreedor............. 102
3.4.- Cláusulas accidentales en la póliza de fianza........................................... 102
A) La obligación fiadora, pura y simple....................................................... 103
B) La obligación fiadora sujeta a condición. ................................................ 103
C) La obligación fiadora sujeta a término.................................................. 1033
3.5.- Otras cláusulas relacionadas con los textos de las pólizas. ........................ 104
A) El compromiso asumido por el fiador en una póliza de fianza, para emitir subsecuentes
renovaciones.......................................................................................... 104
B) Cláusulas que protegen de las fluctuaciones monetarias y económicas........ 107
i)Concepto.......................................................................................... 107
ii) Cláusulas de indexación en fianzas emitidas en moneda extranjera. ........ 107
3
iii) Cláusulas de indexación, mediante la emisión de fianzas en UDIS. ......... 114
C) Cláusulas que resuelven conflictos surgidos con motivo del tiempo. ........... 115
i) Cláusulas de vigencia y la posibilidad de vigencias menores al plazo de la obligación
principal (pólizas anuales y contratos multianuales).................................. 115
ii) Cláusulas de retroactividad de la obligación fiadora............................... 117
iii) Cláusulas de retroactividad de la ley. ................................................. 119
D) Cláusulas que resuelven el conflicto espacial de validez de la póliza. .......... 120
E) Cláusulas de pago a primer requerimiento o primera demanda. ............... 1222
F) Transcripcion de reglas tratándose de las fianzas que garantizan operaciones de
crédito. ............................................................................................... 1233
i) Concepto de operaciones de crédito. ................................................. 1233
ii) ¿Qué ocurre si no se transcriben las Reglas en el texto de la póliza?...... 1244
iii) Cláusulas que deberán insertarse en el texto de la fianza. ..................... 125
3.6.- Incongruencias en los textos de las pólizas. ........................................... 126
A) En cuanto a fechas.............................................................................. 126
B) En cuanto a cantidades...................................................................... 1288
C) En cuanto a fiados. ........................................................................... 1311
D) En cuanto a beneficiarios. .................................................................... 132
E) En cuanto a riesgos y obligación afianzada. ............................................ 133
4
RESEÑA.
El tema resulta interesante para quien en forma consuetudinaria o aún en forma esporádica
tiene contacto con la problemática que se genera ante lo obscuro y confuso de la redacción de
los textos de las pólizas de fianza.
Este instrumento de garantía que debería generar una tranquilidad en quien la tiene (en su
carácter de beneficiario), se ve trastocada por la complejidad de su interpretación y definición
de alcances, y en ocasiones, ante las vicisitudes que tiene que enfrentar el beneficiario para
obtener el resarcimiento de los daños que le ocasionó el incumplimiento de la obligación
principal garantizada.
Sin embargo, consideramos que este instrumento aún hoy goza de amplia eficacia y utilidad,
dadas sus características de operación, lo cual implica generar una cultura más adecuada a lo
esperado del producto.
Una de las formas de lograr lo anterior es mediante la correcta redacción de los textos de las
pólizas de fianza, sin embargo, esta redacción también deberá verse reflejada en trabajo
legislativo, básicamente en una Ley Federal de Instituciones de Fianzas que en forma precisa
establezca los límites de la voluntad de las partes en la redacción de los textos de las pólizas
de fianzas, así como las cláusulas naturales y accidentales que en los textos se prevean.
Asimismo, este trabajo legislativo deberá incluir mecanismos y fórmulas de solución a los
conflictos que al intérprete se le pueden presentar de existir incongruencias entre la voluntad
interna y la declarada por el fiador, así como respecto de lagunas que las partes no hubieren
previsto.
Esto es importante, ya que actualmente se piensa en la “buena o mala fe” conque se pueden
conducir algunas de las instituciones del sector, sin embargo, pensar en esa razón para
justificar la dificultad con que se hacen efectivos los derechos que derivan de una póliza, es
dejar de ver el problema real, y que consiste en la gran disparidad de normas así como en la
falta de normas sustantivas que delimiten los alcances de la voluntad de las partes al celebrar
el contrato de fianza, ya que el alcance e interpretación de los textos de las pólizas de fianza el
intérprete lo busca no en una ley particular, ni siquiera en la voluntad expresa contenida en la
póliza de fianza (la póliza de fianza, por sí misma no puede prever todas las reglas bajo las
cuales se celebra el contrato, de ahí la necesidad de cláusulas naturales claramente ordenadas
y sistematizadas); sino que se tiene que buscar en un sin fin de cuerpos normativos que
contienen insertas las normas aisladas que, al aplicarse supletoriamente, permiten al
interprete concluir sobre los alcances e interpretación del propio texto de una póliza de fianza.
5
sus alcances.
Las primeras cláusulas de los textos de las pólizas de fianza, deben dejar precisados estos
elementos esenciales, y en ocasiones, es el primer escollo que debe pasar quien tiene en sus
manos una póliza de fianza, puesto que ante la falta de normas claras de la forma y términos
en que debe expresarse la voluntad del fiador para precisar el objeto y su consentimiento, se
generan interpretaciones para uno y otro lado, contribuyendo ello a la pérdida de confianza en
la fianza, como instrumento de garantía.
Las segundas cláusulas que deberá contener todo texto de póliza de fianza, lo constituyen las
cláusulas que con el carácter de cláusulas naturales, las afianzadoras “tienen” por puestas en
cada una de las pólizas de fianza (aunque no se inserten), y en las cuales se encuentran
ocultas diversas causales de extinción.
La importancia de estas radica en que dentro de éstas se incluyen aquellas que se refieren a
las diversas causales de extinción de responsabilidad del fiador frente al beneficiario, las que
inclusive se aplican en forma supletoria de cuerpos diversos a la propia Ley Federal de
Instituciones de Fianzas p. ej. Código Civil Federal, Código de Comercio, Código Fiscal de la
Federación, etc.
Finalmente, un tercer grupo de cláusulas que pueden insertarse en los textos de las pólizas, lo
constituyen aquellas cláusulas que con el carácter de accidentales, se insertan en los textos de
las pólizas sujetando la eficacia de la obligación fiadora a la realización de algún
acontecimiento futuro de realización cierta o incierta.
Asimismo se pretende dar una opinión sobre aquellas cláusulas que el sector ha consagrado
con base a la inamovilidad, y que en realidad son objeto de renuncia en las operaciones
comerciales, sin que ello signifique merma a la posición financiera ni a sus derechos subjetivos
de las Instituciones de Fianzas.
No podíamos pasar por alta algunas menciones a los distintos métodos de interpretación,
puesto que éstos son aplicables, con toda pulcritud, al desentrañamiento de la voluntad del
fiador y del propio obligado solidario, puesto que lo contenido en la póliza de fianza no es otra
6
cosa que la voluntad interna del fiador, que constituye la medida de la obligación asumida a su
cargo.
Esta voluntad es precisamente la que tenderá a descubrir quien intente conocer el alcance de
cada póliza de fianza, por lo que se mencionan en forma ordenada las reglas de interpretación,
desde el ángulo de la póliza claramente redactada hasta aquella en la cual el texto de la póliza
es confuso y admite varias interpretaciones, hasta llegar a aquella en la cual el texto es tan
confuso que no permite conocer el alcance obligacional.
7
CAPÍTULO PRIMERO.- LA FIANZA.
1.1.1.- Su concepto.
En este caso, al ser el contrato en el que participa un fiador, evidentemente nos evoca al acto
jurídico que genera derechos y obligaciones al fiador. Sin embargo, el papel de las otras partes
del contrato no queda muy clara, puesto que en esencia, un contrato tiene dos partes, no tres
y por tanto, la figura de la fianza no corresponde a la noción tradicional del contrato por
cuanto que no aparece claramente identificado quienes son las dos partes que intervienen en
el contrato: Fiado, fiador o beneficiario.
Nos detenemos en el tema, puesto que precisamente es el concepto el que nos ubicará en la
concepción de esta figura y nos ayudará a entender la serie de vínculos jurídicos que nacen
entre las partes y con motivo de éste.
Los conceptos han variado a lo largo del tiempo, ya sea que se considere a éste desde la
perspectiva del contrato suscrito entre el fiado y el fiador, así como si se considerara desde la
perspectiva del acto celebrado entre fiador y beneficiario.
A) “La fianza es un contrato en virtud del cual una persona, llamada fiador, se
compromete con un acreedor a pagar por un deudor en caso de que éste no lo haga.”1
Este concepto coincide básicamente con el que nos aporta el Código Civil Federal vigente, en
su artículo 2794.2
Continúa señalando el autor en cita que por fianza entiende aquél contrato celebrado entre dos
partes (fiado y fiador) y en virtud del cual éste último se compromete con el acreedor de su
deudor al pago de una prestación, en caso de incumplimiento de éste.
Lo anterior en virtud de que este “compromiso” frente al beneficiario, surge del acuerdo previo
que celebraron el fiado con el fiador.
1 Treviño García, Ricardo. LOS CONTRATOS CIVILES Y SUS GENERALIDADES. Editorial Mc Graw Hill. Serie Jurídica.
5a. Edición. 1995. México, D.F. p. 667.
2 Artículo 2794.- “La fianza es un contrato por el cual una persona se compromete con el acreedor a pagar por el
deudor, si éste no lo hace”.
8
deudor, si éste no lo hace, y el acreedor está de acuerdo con dicha manifestación.”3
Resalta su carácter de contrato entre fiador y acreedor, ya que al ser un acto jurídico que se
da entre acreedor y fiador, en opinión de este autor, “....No se requiere que el deudor
manifieste su voluntad, pues el Código Civil permite que la fianza se constituya, aun contra la
voluntad del mismo (Art. 2796 del CÓDIGO CIVIL FEDERAL)....”4
Como se aprecia, entre este concepto y el primero mencionado hay una gran diferencia,
puesto que para el último concepto, el contrato se suscribe entre el fiador y el acreedor, es
decir, el acuerdo se da entre fiador y beneficiario.
Como se aprecia de las dos últimas concepciones, se tienen como elementos de la fianza, la
voluntad del fiador en asumir la obligación de pagar si el deudor no lo hace, resultando
intrascendente la voluntad del deudor o del propio beneficiario puesto que es el fiador quien
quiere y toma la obligación.
G) El Maestro Rojina Villegas9 lo define en los siguientes términos: “El artículo 2794 del
Código civil vigente define la fianza como un contrato por el cual una persona se
compromete con el acreedor a pagar por el deudor, si éste no lo hace.
Es necesario competer esta definición, indicando el carácter accesorio del contrato de
4 Idem.
6 Escriche, Joaquín. DICCIONARIO RAZONADO DE LEGISLACION CIVIL, PENAL, COMERCIAL Y FORENSE. Editorial
Miguel Angel Porrúa. 1998. México, D.F. p. 255.
7 Lozano Noriega, Francisco. CUARTO CURSO DE DERECHO CIVIL CONTRATOS. Asociación Nacional del Notariado
Mexicano, A.C. 6a. Ed. México, D.F. 1994. P. 365.
8 Lorenzetti, Ricardo Ruiz. TRATADO DE LOS CONTRATOS. Tomo III. Rubinzal-Culzoni Editores. Buenos Aires Arg. P.
485.
9 Rojina Villegas, Rafael. DERECHO CIVIL MEXICANO. T. VI. Ed. Porrúa. México, D.F. 6a. Ed. 1997. P. 249.
9
fianza, por ser fundamental para las relaciones jurídicas que engendra, y precisar qué
es lo que se obliga a pagar el fiador en el caso de incumplimiento del deudor.
De acuerdo con lo dicho, la fianza se define como un contrato accesorio, por el cual una
persona se compromete con el acreedor, a pagar por el deudor, la misma prestación o
una equivalente o inferior, en igual o distinta especie, si éste no lo hace.”
Como se aprecia, esta definición es más completa puesto que incluye dos elementos
importantes, la posibilidad de que el fiador pague menos que el fiador y que puede ser en la
misma o en distinta especie.
H) Para Ramón Sánchez Medal 10(al referirse a la fianza civil), “....es el contrato por el
que una persona, llamada fiadora, distinta del deudor y del acreedor en una
determinada obligación, se obliga con este último a pagar dicha obligación, en caso de
que el primero no lo haga”.
I) Por su parte Julien Bonnecase11 señala que “La fianza es un contrato en virtud del
cual una persona se obliga, con un acreedor, a pagarle, en caso de que su deudor no
cumpla por sí mismo la obligación....”
Con relación a la anterior definición estimamos que la misma no alcanza a ser lo suficiente
amplia como para incluir la posibilidad de que pueda obligarse el fiador en términos de lo
dispuesto por el artículo 2800 del Código Civil Federal, cuyo texto prescribe:
ARTICULO 2800.- Puede también obligarse el fiador a pagar una cantidad en dinero, si
el deudor principal no presta una cosa o un hecho determinado.
Se afirma que no puede responder adecuadamente a este supuesto la definición que nos da el
maestro Sánchez Medal, en virtud de que en este supuesto la obligación a cargo del fiador,
prácticamente es propia y no del fiado, cuyo papel es únicamente generar, con su
incumplimiento, la obligación de pago a cargo del fiador.
En efecto, conforme a esto, el fiador es el que asume la obligación de pagar una cantidad
determinada si el deudor no cumple con una obligación de dar o hacer; obligación cuyo objeto
no es propiamente cumplir con la obligación incumplida por el deudor, sino otra diversa, la
contenida en el texto de la fianza.
En tal virtud no puede afirmarse tan categóricamente que cuando una persona (llamada
fiadora), se obliga con el acreedor a pagar la obligación del deudor, lo haga siempre mediante
la celebración de un contrato de fianza.
J) Por su parte, para el maestro Ramón Concha Malo12 la fianza “....es una relación
jurídica entre un sujeto llamado fiador, y otro llamado acreedor, por medio de la cual, el
primero se obliga con el segundo a responder por la deuda de un tercero, llamado
deudor principal, para el caso de que éste incumpla.”
10 Sánchez Medal, Ramón. DE LOS CONTRATOS CIVILES. Ed. Porrúa. 11a. Ed. México, 1991. P. 445.
11 Bonnecase, Julien. TRATADO ELEMENTAL DE DERECHO CIVIL. Cárdenas Editor y Distribuidor. Tomo II. 1985. P.
580.
12 Concha Malo, Ramón. LA FIANZA EN MEXICO. Futura Editores. 1998. México, D.F. P. 13.
10
K) Finalmente Enneccerus Lehmann13 nos describe que en virtud de éste “....el fiador
se obliga a responder al acreedor por la deuda de otro y, por lo tanto, el contrato de
fianza se concluye por lo regular entre el fiador y el acreedor.
Y sin embargo es concebible también un contrato concluido entre el deudor y el fiador a
favor del acreedor, que otorgue inmediatamente a éste un derecho.”
Para estos efectos, es importante también considerar que en virtud de este acuerdo de
voluntades, surge entre el fiador y el beneficiario una norma particular, siendo correcta esta
denominación, puesto que “....La palabra norma suele usarse en dos sentidos: uno amplio y
otro estricto...(que)...corresponde a la que impone deberes o confiere derechos...(a las partes
en un acto jurídico concreto como puede ser un contrato)...”14
Al respecto se15 aclara que esto de responder no necesariamente significa que sea de la deuda
de aquél, ya que como se aprecia, en términos del invocado artículo 2800 del Código Civil
Federal, puede pactarse por el fiador una cantidad determinada (que no necesariamente debe
coincidir con alguna obligación concreta del deudor) ante el incumplimiento.
La fianza de empresa, por definición es una fianza mercantil, puesto que expresamente le
reconoce este carácter el legislador, al tenor de lo dispuesto por el artículo 2 de la Ley Federal
de Instituciones de Fianzas.
ARTICULO 2o.- Las fianzas y los contratos, que en relación con ellas otorguen o
celebren las Instituciones de Fianzas, serán mercantiles para todas las partes que
intervengan, ya sea como beneficiarias, solicitantes, fiadas, contrafiadoras u obligadas
13 Enneccerus Lehmann. Derecho de las Obligaciones. Vol. II. P. 462, Cit. P. Ramón Concha Malo. Ob. Cit. P. 12, a su
vez citado por Ruiz Rueda, Luis. La fianza de empresa a favor de tercero. P. 45.
14 García Maynez, Eduardo. INTRODUCCION AL ESTUDIO DEL DERECHO. Ed. Porrúa. 53 Ed. 2002, México, D.F. P. 4.
15
11
solidarias, excepción hecha de la garantía hipotecaria.
“Se define la fianza de empresa como aquella que otorga de forma habitual y profesional una
sociedad mercantil...de forma onerosa –mediante el pago de un premio o prima -, sobre la
base de la solvencia del sujeto afianzado, recuperabilidad de lo pagado, en su caso, con un
control por parte del Estado no sólo en cuanto al nacimiento de la empresa otorgante –
autorización para operar -, a su funcionamiento y desarrollo –por considerarse que operan de
cierta forma con el crédito público -, sino también en cuanto al cumplimiento de las
obligaciones contraídas al expedir dicha garantía.”16
En cuanto a su definición, Ramón Concha Malo coincide plenamente con la señalada con
anterioridad.17
Sobre el particular, nuestros tribunales también han producido diversas ejecutorias en las que
confirman este criterio.18
Ahora bien, estos criterios, actualmente han recibido otras interpretaciones, sobre todo
tratándose de créditos fiscales, obra pública, adquisiciones o servicios públicos y en algunos
casos también tratándose de fianzas penales (de libertad o de reparación del daño), ya que
derivado de la interpretación de las figuras de la caducidad y prescripción a las fianzas que
garantizan obligaciones fiscales, los Tribunales, ha definido aplicable al Código Fiscal de la
Federación, dándole el carácter de un crédito fiscal, inclusive sometiéndolo a las causas de
extinción previstas en aquél ordenamiento y alejándola del ordenamiento que le es natural.
16 Cárdenas Camacho, Alejandro. ENCICLOPEDIA JURÍDICA MEXICANA. Tomo IV. Ed. Porrúa. México, D.F. 2002. P.
53.
18“Sexta Epoca. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: Tercera Parte, VIII.
Página: 45. FIANZAS OTORGADAS A FAVOR DEL ESTADO. OBLIGACIONES MERCANTILES. De acuerdo con el artículo
12 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, las obligaciones derivadas de las fianzas y los contratos que en
relación con ellas se celebren serán mercantiles para todas las partes que intervengan, ya sea como beneficiarias,
solicitantes, fiadas, etcétera, por lo que una fianza otorgada a favor del Estado no es de naturaleza distinta a la
otorgada a favor de particulares, por el sólo hecho de que para su cobro se utilice la vía económica coactiva....”
“Quinta Epoca. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: CXXIX. Página: 136.
FIANZA, ORIGINA CREDITO MERCANTIL Y NO FISCAL...las recurrentes no indican, salvo su deseo pragmático de
obtener el beneficio unilateral de la celeridad en el pago por el uso de una vía propia de la soberanía del Estado, qué
motivos jurídicos son los que han de prevalecer para hacer que las fianzas otorgadas a favor del Estado deban de
hacerse efectivas en una vía privilegiada, cuando en tales casos el propio Estado no interviene como autoridad, sino
como mero beneficiario de una pura relación contractual. En segundo lugar, porque las facultades otorgadas por la
Constitución al legislador ordinario para dictar norma sobre las constituciones jurídicas establecidas y cuya existencia
supone al legislador constituyente, no abarcan las de trastornar la naturaleza de dichas instituciones, esto es, la
facultad de desnaturalizarlas, ni las de sustituir por otros sus elementos esenciales. Acontece que mediante una simple
declaración legislativa se pretende cambiar una obligación contractual de naturaleza mercantil en un crédito fiscal, lo
cual contraría nuestro pacto fundamental, que sólo autoriza al H. Congreso de la Unión para legislar en materia de
comercio....”
Estos criterios actualmente se encuentran derogados al resolverse las cuestiones relacionadas con caducidad y
prescripción de la fianza, ya que para estos efectos se le ha dado un tratamiento de crédito fiscal, al derivado de la
fianza.
12
resultará aplicable el Código Fiscal.
a) “ARTICULO 95.- Las fianzas que las instituciones otorguen a favor de la Federación,
del Distrito Federal, de los Estados y de los Municipios, se harán efectivas a elección del
beneficiario, siguiendo los procedimientos establecidos en los artículos 93 y 93 bis de
esta Ley, o bien, de acuerdo con las disposiciones que a continuación se señalan y de
conformidad con las bases que fije el Reglamento de este artículo, excepto las que se
otorguen a favor de la Federación para garantizar obligaciones fiscales a cargo de
terceros, caso en que se estará a lo dispuesto por el Código Fiscal de la Federación:....”
El Código Fiscal prevé no intereses, sino actualización y recargos para créditos fiscales, por
tanto a estos conceptos a los que nos remite el legislador.
Como se aprecia, en la visión del legislador y en la visión de nuestros tribunales, existe una
tendencia a desmercantilizar la fianza, para convertirla en un crédito fiscal.
Por otro lado, no estimamos correcto que se aprecie la naturaleza fiscal o mercantil de una
figura de derecho privado, en función de que el acreedor del fiador opte o no por una vía de
cobro específica, ya que se llega así al absurdo de considerar que si el beneficiario requiere por
vía del artículo 95 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, entonces no le resultará
aplicable la Ley especial; por otro lado, si el beneficiario no utiliza esta vía de cobro, entonces
sí estará sujeta la fianza a la reglamentación especial.
Ahora bien, en cuanto al tema, estos vaivenes de los órganos legislativo y judicial, tienen
importancia para el tema, puesto que en la medida en que los criterios cambian se provoca
inseguridad jurídica, tanto para un extremo de la relación jurídica como para el otro, en virtud
13
de que ambas partes, tanto fiador como beneficiario, en lugar de estar a criterios
perfectamente definidos, se atienden a “armar” de mejor manera sus sofismas a efecto de
lograr el beneplácito de los tribunales, obviamente esto implica que el problema se identifique
con la forma y términos en que se obligó el fiador, cuando en realidad este problema deriva de
las diferentes visiones de la fianza que crean los órganos señalados.
Conforme a ello, a fin de encontrar el sano equilibrio entre las Instituciones de Fianzas y los
beneficiarios de las mismas, es importante que las reglas sean uniformes y no se encuentren
sujetas al “subir y bajar de la marea.”
Una forma de resolver este problema, desde luego lo será la labor legislativa, la que deberá
tomar la tarea de definir en una Ley del Contrato de Fianza las reglas que deberán predominar
cuando la voluntad de las partes no sea clara en cuanto al alcance del objeto de la fianza, la
forma de perfeccionarse el consentimiento, los medios de prueba de este consentimiento, así
como las causales de extinción de la responsabilidad del fiador.
Por los problemas que genera la dispersidad, lo más conveniente sería contar con la regulación
propia a un contrato típico (contrato de fianza de empresa), puesto que éste es considerado
por nuestra legislación como un contrato atípico, al cual le resultan aplicables normas
supletorias que deben ser tomadas de los diversos contratos con los cuales tiene alguna
semejanza.
El lugar ideal para establecer la regulación de este nuevo contrato típico, sería una Ley del
Contrato de Fianza de empresa.
14
1.1.4.- Justificación de la supervivencia del contrato de fianza.-
Durante la vida de este contrato de garantía, se ha visto como un defecto el alto nivel técnico
requerido a fin de lograr que sea un medio eficaz de garantía, llegando inclusive a ser criticado
en cuanto a su utilidad, en razón de que llevado a extremos, la operación de las instituciones
de fianza se vuelve complicada para quien intenta hacer valer algún derecho en contra de
éstas.
A) El personal que atiende las áreas encargadas de la decisión de los reclamos, son
especialistas en el “rechazo”, en virtud de que para estos abogados resulta de
explorado derecho el identificar aquellas causales que conllevan a la improcedencia de
la pretensión del beneficiario.
Sin embargo, pese a esta problemática de sector, es dable pensar que aún tiene un gran
campo de aplicación.
Se puede apreciar que este instrumento de garantía sigue siendo la base de la contratación
pública, así como de la actividad industrial y de transformación por factores eminentemente
económicos y de realidad nacional, ya que el descartar la misma implica someter a la planta
industrial y comercial a los rigores de las garantías independientes, las que tienen costos
elevados e inconvenientes para la situación financiera del común de las empresas en México.
Resulta en un imperativo el contar con un patrimonio alterno que pueda hacer frente a las
15
consecuencias del incumplimiento de la obligación, papel que juega el fiador.
Lo anterior se confirma de lo señalado por Lorenzetti20, para quien “....en el Derecho de los
Contratos se estudia la garantía como un reforzamiento del crédito del acreedor, agregando un
obligado mas al deudor originario....”
Asimismo, en virtud de que “Todo acreedor enfrenta un riesgo de incumplimiento del contrato
contra el cual se previene de maneras diversas, y un riesgo de insolvencia, ya que por más
que logre obtener una sentencia que declare su derecho a obtener el cumplimiento, precisa de
un patrimonio solvente. El contrato de fianza se concentra en la prevención del riesgo de la
insolvencia. El supuesto para el cual está diseñado este contrato es el incumplimiento de las
obligaciones de dar sumas de dinero, el que una vez configurado pone en acción la
garantía...(sobre bienes del deudor)...y si es insolvente, los del fiador.”21
En este punto es preciso señalar que independientemente de lo legítimo que sea para una
persona jurídica determinada el reconocimiento del derecho por parte de algún tribunal, el
ejercicio de acciones no tendría razón alguna de ser si no es por que existe un patrimonio
donde hacer efectivo este incumplimiento.
Conforme a ello, se puede concluir que la fianza de empresa se justificará en la medida en que
la misma sea un instrumento idóneo para lograr que los diversos acreedores logren, mediante
ella, resarcir las consecuencias que en su patrimonio produjo el incumplimiento de obligaciones
del fiado.
Tal finalidad sólo se podrá lograr en la medida en que cada parte en el contrato de fianza,
tenga pleno conocimiento y certidumbre del alcance que sus obligaciones y derechos tienen, y
que los mismos se expresen en forma clara en los documentos en los que consta la emisión de
la póliza de fianza.
En este punto no quisimos hablar en particular de quienes forman parte del contrato de fianza,
puesto que entraríamos a la discusión de si es un contrato celebrado entre fiado y fiador,
beneficiario y fiador, o si es un contrato celebrado entre los tres.
La respuesta a esto, la dejaremos para más adelante, cuando veamos los comentarios que
hacemos a la fuente de la obligación fiadora.
Por lo pronto habría que considerar como partes en la operación, a todos aquellos sujetos que
intervienen en la formación de este contrato de garantía y del cual deriva el derecho del
beneficiario a reclamar las consecuencias derivadas del incumplimiento a cargo del deudor.
21 Ibídem. P. 479.
16
Dentro de los sujetos que participan encontramos a la afianzadora, al fiado, al beneficiario, al
solicitante, al contragarante y al obligado solidario.
La sociedad anónima, que autorizada en términos de ley, asume para sí la obligación de pagar
la obligación principal o una cantidad de dinero determinada, para el caso de que el deudor en
el contrato principal incumpla con una obligación.
Es la persona jurídica que conforme lo dispone el artículo 2794 del Código Civil Federal, asume
para sí la obligación de pagar la obligación principal o una cantidad de dinero determinada,
para el caso de que el deudor en el contrato principal no preste un hecho o lo haga en forma
distinta a la debida. Esta obligación se asume frente al beneficiario de la póliza de fianza.
Según Escriche22, es “....El que toma sobre sí la obligación agena...(sic)...para el caso de que
no la cumpla el que la contrajo....”
Como se establece en la ley, no cualquiera puede ser afianzador, puesto que tratándose del
fiador empresa, requiere contar con los requisitos exigidos por la Ley Federal de Instituciones
de Fianzas.
Joaquín Rodríguez y Rodríguez23, señala que “....la fianza mercantil es de empresa; es decir,
para ser fiador mercantil es indispensable ser institución de fianzas debidamente autorizada
para practicar esta operación....”
Dentro de estos requisitos se encuentran los que se refieren a que deberá estar constituida
como sociedad anónima, y contar con autorización del Gobierno Federal. “....Han de ser
forzosamente sociedades anónimas de capital fijo....”24
ARTICULO 5o.- Para organizarse y funcionar como institución de fianzas o para operar
exclusivamente el reafianzamiento, se requiere autorización del Gobierno Federal, que
compete otorgar a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público....”
En tal virtud, tendrá prohibido el otorgamiento de fianzas mediante pólizas y con publicidad a
las personas físicas o morales que no tengan esta autorización.
“ARTICULO 3o.- Se prohibe a toda persona física o moral distinta a las Instituciones de
Fianzas, autorizadas en los términos de esta Ley, otorgar habitualmente fianzas a título
oneroso.
23 Rodríguez y Rodríguez, Joaquín. DERECHO MERCANTIL. T. II. Ed. Porrúa. 21a. Ed. México, D.F. 1994. P. 246.
24 Idem.
17
En cuanto a fiadores extranjeros, la regla se aplica de modo tal que podrán operar cuando se
trate del otorgamiento de una contragarantía en una operación de institución de fianzas
constituidas con autorización del Gobierno Federal o cuando las mismas se emitan en
reafianzamiento de la responsabilidad asumida por una institución de fianzas.
“ARTICULO 4o.- Se prohibe contratar con empresas extranjeras fianzas para garantizar
actos de personas que en el territorio nacional deban cumplir obligaciones, salvo los
casos de reafianzamiento o cuando se reciban por las Instituciones de Fianzas de
nacionalidad mexicana, como contragarantía.
“ARTÍCULO 4o.-...
...
Sin embargo, cuando ninguna de las Instituciones de Fianzas facultadas para operar en
el país, pueda o estime conveniente realizar determinada operación de fianzas que se le
hubiera propuesto, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, previa comprobación de
estas circunstancias, otorgará una autorización específica para que la persona que
necesite la fianza la contrate con una empresa extranjera, directamente o a través de
una institución de fianzas del país....”
De las norma en mención, resalta la problemática de definición del supuesto, puesto que el
legislador no fue claro al definir como se acreditaría el supuesto de que las instituciones no
puedan o estimen conveniente, será que se necesita una carta de todas?, será necesario
llevarlas a través de un apoderado ante la Secretaría de Hacienda a que manifiesten su
imposibilidad o su negativa a emitir la fianza? Si se acredita esto, ¿Cuantas será necesario
contar con su manifestación de imposibilidad o su negativa?
En este punto sentimos que el legislador pudo haber sido más preciso o inclusive debió prever
un procedimiento específico en el cual bastare para acreditar el supuesto el comunicado que
remitiera el solicitante o el fiado a las instituciones y la que estuviere interés que compareciere
a manifestar tal situación ante la propia Secretaría de Hacienda en un plazo perentorio, a fin
de no detener la obtención de la garantía por parte del fiado.
B) El fiado.
En la relación jurídica que se establece, es el deudor, por el cual el fiador asume una obligación
frente al beneficiario de la fianza.
Conforme a ello, el fiador es el sujeto obligado a satisfacer la pretensión del acreedor, objeto
de la garantía y cuyo incumplimiento es el evento actualizador de la responsabilidad del fiador.
En la relación jurídica que nace del contrato principal, el fiado es el obligado principal, es el
18
deudor.
Así, en un contrato de obra cuyo cumplimiento se encuentra garantizado con fianza, será el
fiado el contratista.
Puede ser fiado una persona física o una persona moral, requiriendo en ambos casos la
capacidad general para contratar.
Sobre el particular comentaremos el artículo 2797 del Código Civil Federal, que prescribe:
El tenor del artículo referido, no implica que pueda contratarse la fianza por un fiado incapaz,
sino que por el contrario, lo que significa es que como el fiador no es incapaz, a él no le
favorecerá esta causal de nulidad, la que le podrá oponer desde luego el fiado al momento de
realizar las gestiones de garantizamiento o recuperación, sin embargo, el fiador no podrá
oponerlas al beneficiario.
Tratándose del fiado, no opera la restricción prevista por el artículo 24 de la Ley Federal de
Instituciones de Fianzas, en virtud de que tratándose de personas físicas o morales, bastará un
poder para actos de administración, en virtud de que la fianza, por disposición legal puede
emitirse aún sin necesidad de la autorización del deudor.
Inclusive puede afirmarse que para efectos de vincular jurídicamente al fiado, la cuestión de
los poderes o facultades es intrascendente puesto que la fianza puede otorgarse aún sin el
consentimiento del deudor26, en cuyo caso, de otorgarse en estas condiciones, obviamente no
se contará con autorización de persona facultada.
En este último supuesto, establece el Código Civil Federal27 que aún contra la voluntad del
deudor, si el fiador emite una póliza y la paga, tiene acción en contra de éste para exigir el
reembolso de aquello por lo que hubiere alcanzado su utilidad en el pago del fiador.
De ahí que se afirme que no es requisito de definición el que tengamos un poder por parte del
fiador, sin embargo, ya en un aspecto procedimental, la ley prevé entonces dos vías para
poder obtener el reembolso de las cantidades pagadas:
i.- Una primera vía ordinaria, la cual es precisamente la que quedará legitimada para el
fiador de no contar con poderes o con documentación para acreditar la vía.
25 Idem.
26 “Artículo 2796.- La fianza puede constituirse no sólo a favor del deudor principal, sin en el del fiador, ya sea que
uno u otro, en su respectivo caso, consienta en la garantía, ya sea que la ignore, ya sea que la contradiga.”
27 “Artículo 2828.- El fiador que paga debe ser indemnizado por el deudor, aunque éste no haya prestado su
consentimiento para la constitución de la fianza. Si ésta se hubiere otorgado contra la voluntad del deudor, no tendrá
derecho alguno el fiador para cobrar lo que pagó, sino en cuanto hubiere beneficiado el pago al deudor.”
“Artículo 2830.- El fiador que paga, se subroga en todos los derechos que el acreedor tenía contra el deudor.”
19
ii.- Una segunda vía ejecutiva, la cual es la prevista por el artículo 96 de la Ley Federal
de Instituciones de Fianzas, la que resultará improcedente de no contarse con el
documento firmado por un apoderado con, cuando menos, poder para actos de
administración, por parte del fiado (que conlleva la facultad general para contratar).
Se ha discutido si para estos efectos, el documento donde consta la obligación principal, puede
considerarse como aquél a que se refiere este artículo, sobre el particular opinamos que el
documento aquí referido no es otro que el que suscribe el fiado con la institución y que más
adelante mencionamos como “contrato de afianzamiento”, por virtud del cual el fiado asume
frente al fiador, las obligaciones previstas en el mismo, puesto que inclusive la norma en
comento también menciona a otros de los sujetos que firman este contrato de afianzamiento y
que no son parte del contrato principal que celebra el fiado con el beneficiario.
Ahora bien, podrá ser fiado una persona distinta del deudor?
Es decir, si la expresión de voluntad del fiador es clara, en el sentido de la obligación que del
fiado se garantizó y la misma coincide con la obligación que el deudor incumplió, luego
entonces, resulta clara la actualización del a obligación a cargo del fiador.
C) El beneficiario.
El beneficiario, es el titular del derecho que deriva de la emisión de la fianza, cuyo contenido
es exigir del fiador el cumplimiento de la obligación fiadora.
Es el acreedor del deudor, “....Acreedor en el contrato de fianza puede serlo cualquiera que lo
sea en la obligación afianzada; la ley declara que también puede fiarse al que es fiador, es
decir, la obligación derivada de la fianza se convierte a su vez en obligación principal....”28
Es el sujeto, que conforme a los procedimientos previstos por los artículos 93, 94, 94 bis y 95
de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, puede exigir del fiador la obligación asumida
mediante la emisión de la póliza de fianza.29
29 La judicatura ha hecho distingos de las diferentes formas de extinción de la fianza, partiendo precisamente de una
distinción entre los tipos de beneficiarios de las pólizas según se aprecia en el criterio que se contiene en la siguiente:
Novena Epoca. Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL OCTAVO CIRCUITO. Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta. Tomo: X, Julio de 1999. Tesis: VIII.1o.35 A. Página: 867. FIANZAS, CLASIFICACIÓN DE LAS.
ATENDIENDO A LOS BENEFICIARIOS DE LAS MISMAS Y A LA PROCEDENCIA O NO DE LAS INSTITUCIONES DE
CADUCIDAD Y PRESCRIPCIÓN.- De una interpretación armónica de los artículos 93, 93 bis, 95, 120 y 130 de la Ley
Federal de Instituciones de Fianzas, se desprende la existencia de cuatro grandes categorías o rubros en que pueden
clasificarse las fianzas, atendiendo a favor de quién se otorgan o expiden y a la procedencia de las instituciones de
caducidad y prescripción, siendo estas: 1) Cuando el beneficiario sea cualquier persona (procedimiento ordinario o
20
Puede ser:
i) Sujeto de derecho público.- Puede ser cualquier dependencia o entidad del sector
público federal, estatal o municipal.
ii) Sujeto de derecho privado.- Puede ser cualquier persona física o moral, con
capacidad de goce y de ejercicio.
Esta figura puede tener lugar con motivo de la ejecución misma de un contrato, y a cuya virtud
se integre un nuevo titular de los derechos del mismo.
Por definición, no puede ser beneficiario el propio fiado, sea persona física o persona moral, sin
embargo es posible que sea fiado una sociedad de la cual el beneficiario sea accionista. Es
decir, el incumplimiento será imputable a la sociedad, mientras que el derecho a reclamar la
fianza será a favor del beneficiario (persona física). Tal supuesto es posible dada la existencia
de la personalidad jurídica, que serán diferentes en este supuesto. Sin embargo, se presta a
conductas ilícitas e inclusive fraudulentas, en virtud de que el beneficiario tendrá un interés en
que se dé el incumplimiento de la obligación. En sus casos más extremos, este tipo de
operaciones se utilizan con el fin de obtener un lucro indebido a cargo de la afianzadora.
general, según tesis 33/96 de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación), situación regulada en los
artículos 93, 93 bis y 120, párrafos primero a tercero de la Ley Federal de Instituciones Fianzas, caso en el cual la
exigibilidad de cobro requiere de una etapa previa de reclamación, siendo el único caso en el que puede operar la
caducidad. Sin embargo, una vez constituido el derecho para hacer efectiva la póliza, podrá quedar sujeto a
prescripción si el acreedor no la interrumpe con su actuación. Esta prescripción se actualiza al transcurrir el plazo legal
para que prescriba la obligación garantizada o, en su defecto, el de tres años, lo que resulte menor, liberándose la
institución de fianzas en este evento, de su obligación de pago. 2) Cuando los beneficiarios sean la Federación, el
Distrito Federal, las entidades federativas o los Municipios, por conceptos genéricos, pueden optar por el referido
procedimiento ordinario o por el privilegiado. Este segundo se rige por los artículos 95 y 120, párrafo tercero, segunda
parte, de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas. En este segundo evento, actualizados los supuestos en él
contemplados, la autoridad ejecutora puede proceder a requerir directamente el pago a la afianzadora. No opera la
caducidad y sólo puede darse la prescripción. 3) Cuando la fianza se otorgue ante autoridades judiciales del orden
penal, caso asimilable y análogo al procedimiento privilegiado. En este evento, el procedimiento se rige
preferentemente por el artículo 130 y supletoriamente por lo dispuesto en los artículos 95 y 120, tercer párrafo,
segunda parte, todos ellos de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas. En este caso tampoco puede operar la
caducidad, pues no existe la fase de reclamación que es privativa del procedimiento ordinario. 4) Cuando la fianza
tenga por objeto garantizar el cumplimiento de obligaciones fiscales a cargo de terceros, aplica el artículo 143 del
Código Fiscal de la Federación y se denomina procedimiento excepcional. En consecuencia, resulta claro que la etapa
de la "reclamación" que establecen los artículos 93, 93 bis y 120 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, sólo
tiene razón de ser dentro del procedimiento ordinario o general que desarrollan los dos preceptos primeramente
mencionados, puesto que determinan el inicio del mismo y, en ese aspecto, la caducidad a que se refiere el artículo
120 sólo atañe a los casos subsumibles en los citados numerales, pero no cuando se esté en el evento de aplicación
del artículo 95 del mismo ordenamiento legal. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL OCTAVO CIRCUITO. Amparo directo
347/98. Fianzas Fina, S.A., Institución de Fianzas, Grupo Financiero Fina Value. 4 de marzo de 1999. Unanimidad de
votos. Ponente: Jean Claude Tron Petit. Secretario: Gilberto Serna Licerio..
30 ARTICULO 2029.- Habrá cesión de derechos cuando el acreedor transfiere a otro los que tenga contra su deudor.
21
De lo anterior se concluye que en el texto de las pólizas de fianza deberá cuidarse que las
mismas no podrán emitirse por un fiado que tenga la misma personalidad jurídica del
beneficiario, puesto que tal evento deviene en un imposible jurídico.
D) El solicitante.
Dentro del contrato de fianza, el solicitante es aquél sujeto, persona física o moral, que sin ser
el sujeto obligado frente al acreedor, tiene interés en que el fiador asuma frente al beneficiario
la obligación fiadora para el caso de incumplimiento a cargo del deudor.
Como se señalaba, puede ser persona física o moral, con capacidad general para contratar.
Por ello, no es necesario que cuente con facultades para actos de dominio, bastando por ende
tener facultades para actos de administración.
En términos del artículo 96 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, este sujeto asume
obligaciones como si fuera obligado solidario, aunque por definición la ley le dé otro
tratamiento.
Al respecto puede ocurrir que exista sociedades para actuar con el carácter de obligados
solidarios, respecto de pólizas emitidas por otras empresas. Este problema básicamente se
circunscribe a las limitaciones que en estatutos tienen algunas sociedades.
Para ser solicitante, no se requiere que las sociedades tengan dentro de su objeto social tal
actividad o giro, puesto que en su caso, la responsabilidad solidaria que se les imputa, no
deviene de un acto de sus representantes (que pudiere ser ultravires según su escritura), sino
que se trata de una responsabilidad solidaria impuesta por la ley, al tenor de lo dispuesto por
el citado artículo 96 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas. En tal virtud, éste no
requiere dentro de su objeto la posibilidad de actuar como obligado solidario.
E) El obligado solidario.
Según Escriche31, “....se llaman solidarios los deudores, cuando dos o más se han impuesto la
obligación de pagar uno por todos la cosa o cantidad que deben en común, de manera que
cualquiera de ellos pueda ser compelido al pago total.”
22
remisión, operadas a favor de uno de los deudores, extingue la obligación....”32
Puede ser fiado una persona física o una persona moral, requiriendo en ambos casos la
capacidad general para contratar.
Ahora bien, podrá ser obligado solidario una persona distinta del deudor?
La respuesta obligada es sí. Por definición lo que se busca es incluir en la relación jurídica a
alguien que apuntale la solvencia del fiado, como sería el caso de un obligado solidario, es
decir, un patrimonio diferente al del propio fiado que permita al fiador tener bienes o activos
sobre los cuales ejecutar las responsabilidades del fiado.
También puede ocurrir que una misma persona se obligue por una determinada sociedad y al
mismo tiempo se obligue como obligado solidario, tal supuesto sólo es posible cuando actúa
con dos personalidades jurídicas, en cuyo caso, dada la existencia de la personalidad jurídica
de cada uno de ellos, es viable que ambos se obliguen, uno como fiado y el otro como obligado
solidario, p. ej.: en el caso de que un accionista se obligue para con su empresa, firmando en
lo personal y como representante de la sociedad.
Este contrato, según se describe más adelante por Carbajal Moreno, es un contrato previo al
de fianzas, que se limita a constituir el acuerdo por virtud del cual se arreglan las relaciones
entre el fiador y el deudor (fiado y obligados solidarios).
Sin embargo, en la doctrina, este contrato se identifica con el propio contrato de fianza, a cuya
virtud, el fiador asume la emisión de una póliza de fianza.
A nuestro modo de ver, es el documento a que se refiere la primera parte del artículo 96 de la
Ley Federal de Instituciones de Fianzas:
32 García Mendieta, Carmen. Diccionario Jurídico Mexicano. Tomo P-Z. Editorial Porrúa. México, D.F. P. 2997.
23
Y por otro lado, lo vemos perfectamente distinguible del que consigna la obligación del fiador,
referido en el artículo 117 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas:
La trascendencia de esta distinción es que es será el segundo de estos actos jurídicos el que es
objeto de esta monografía, ya que la obligación del fiado frente al fiador, no trasciende en
forma directa en el texto de la póliza de fianza.
Su materia más común puede ser el acuerdo sobre los procedimientos convencionales que
pacten tanto el fiado como el fiador, para resolver sus controversias y la forma de hacer
efectivas las garantías de recuperación, y cuyo fundamento es el artículo 103 bis de la Ley
Federal de Instituciones de Fianzas, cuyo parte conducente transcribimos:
“ARTICULO 103 Bis.- Las Instituciones de Fianzas podrán convenir libremente con el
solicitante, fiado, obligado solidario o contrafiador, procedimientos convencionales ante
tribunales o árbitros, para resolver sus controversias y la forma de hacer efectivas las
garantías de recuperación a favor de la afianzadora, independientemente de lo
establecido en esta Ley....”
En la práctica éste transcribe básicamente las normas naturales que rigen la relación jurídica
que nace entre fiador, fiado, obligados solidarios, solicitante o contragarante.
Estos convenios, no son referidos a la primera parte del artículo 96, sino que son referidos al
artículo 117 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, puesto que en ellos se contienen
normas regulatorias de los derechos y obligaciones asumidos por las Instituciones de Fianzas.
24
Estos no constituyen pólizas numeradas, puesto que su carácter es el de un marco de
referencia a las pólizas que posteriormente se emitirán por parte de las Instituciones de
Fianzas, conteniendo normas generales a los cuales se sujetan el fiador y el beneficiario, con
motivo de las obligaciones particulares que se asumen mediante la emisión de pólizas de
fianzas (individualizaciones de este contrato marco).
No debe haber obligaciones a cargo del fiador en éstos, ya que su materia debe versar sobre el
acuerdo sobre los procedimientos convencionales que pacten tanto el beneficiario como el
fiador, para hacer valer sus derecho, y cuyo fundamento es el artículo 103 bis de la Ley
Federal de Instituciones de Fianzas, cuyo parte conducente transcribimos:
“ARTICULO 103 Bis.- .... Asimismo los derechos y obligaciones de la afianzadora frente
al beneficiario de las pólizas, podrán sujetarse a procedimientos convencionales para su
efectividad.....”
Este punto se refiere a la definición de si éstos forman parte integrante de la póliza o no, al
respecto tal cuestión es importante puesto que si éstos forman parte de aquella, entonces
deberá ser acreditado su existencia en los mismos términos del artículo 117 de la Ley Federal
de Instituciones de Fianzas.
Consideramos que sí forman parte de las pólizas de fianza, razón por la cual en cualquiera de
los procedimientos que se enderecen contra el fiador, estos deberán exhibirse junto con la
propia póliza de fianza que los individualiza.
Tal afirmación también es aplicable a los procedimientos que siga el fiador frente al fiado, dado
que así lo exige el artículo 96 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas en cita, al exigir
que se exhiba una copia simple de la póliza de fianza, en cuyo caso, en estos procedimientos
deberá exhibirse una copia simple tanto del contrato marco como de la inclusión en virtud de
la cual se asumió obligaciones por parte del fiador.
Se estima que es una de las cláusulas que deberán incluirse en los textos de las pólizas, a fin
25
de dejar sentadas las bases bajo las cuales se sujetarán el fiado y el beneficiario en la
definición de las obligaciones del fiador, es decir, en cada endoso de inclusión o póliza emitida
al amparo de un contrato normativo, deberá mencionarse expresamente que la misma se
emite sujeta al marco normativo impuesto por el contrato marco celebrado entre fiador y
beneficiario.
Por otro lado, es importante considerar que en su suscripción el fiado no participa, por lo que
resultará importante para efectos de su oponibilidad al mismo, que quede constancia en la
propia declaración del fiador, los términos en los que ésta fue emitida.
De otra forma, el fiado podrá oponerse respecto del pago hecho, puesto que el fiador tendrá
que justificar que la póliza base de cualquier acción frente a él, se encontraba sujeta a un
convenio de afianzamiento que la propia póliza no menciona.
También es importante su mención puesto que es importante reducir el riesgo de que pueda
interpretarse como una derogación a las reglas pactadas en éste, puesto que una póliza de
fianza, dada en forma general puede implicar la aplicación de las cláusulas naturales al
procedimiento del reclamación o a la interpretación de la póliza, por lo que es importante dejar
claramente señalado este punto.
Lo anterior toma inclusive trascendencia cuando algunos beneficiarios han pretendido que los
contratos marcos contengan normas interpretativas y de definición de alcance que inclusive
prevalezcan aún en el caso de que las pólizas de fianza individualizadas prevean otra cosa.
Estos contratos normalmente prevén la cláusula de prevalencia del contrato marco, sobre el
texto contenido en la propia póliza de fianza que individualmente se emita, siendo tal cláusula
contraria a lo dispuesto por el artículo 117 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas.
Al respecto es de recordar que la norma en cita prescribe que el fiador sólo asumirá
obligaciones mediante el otorgamiento de pólizas numeradas, sin que tal descripción la cubran
los contratos de afianzamiento a que nos referimos, resultando por ello, ilegítimo el considerar
que prevalecerá el texto de obligaciones asumidas en éstos convenios normativos, por encima
de las pólizas numeradas que individualizan una operación de garantía mediante fianza.
Para ser congruentes con lo señalado en el punto anterior no queda mas que confirmar que en
este supuesto, debe prevalecer el texto que la afianzadora incluyó en la póliza de fianza, y que
26
su obligación fiadora deberá ser prevista en base a este texto exclusivamente.
Esta interpretación desde luego no corresponde con la que pretende darse por los beneficiarios
de las pólizas, quienes realmente pretenden que el tenor de estos convenios se considere parte
integrante de los textos previstos por las pólizas de fianza.
A fin de satisfacer esta que puede ser una legítima pretensión, deberá incluirse en los textos
de las fianzas la remisión a estos contratos a fin de determinar el objeto, alcance e
interpretación de las pólizas de fianza.
Lo anterior encuentra además su fundamento en que estos acuerdos son ajenos al fiado (al no
ser parte en los mismos), por lo que no le son oponibles. Si el fiador y el beneficiario
pretenden que estos convenios le sean oponibles deberán hacer constar en el propio texto de
las pólizas, la prevalencia de éstos aún contra texto expreso de las mismas.
1.4.1.- Concepto.
La obligación fiadora es aquél vínculo jurídico en virtud del cual puede exigiese del fiador un
dar o un hacer, “....La fianza como garantía es concebida como un poder de agresión sobre los
bienes del fiador, pero no previene el incumplimiento.”34
“La obligación básica del fiador la asume frente al acreedor y consiste en el compromiso de
pagar la obligación garantizada, una vez que sea exigible y no haya sido satisfecha por el
fiado. Ello requiere que la obligación sea pura, o que siendo condicional se haya cumplido la
condición, o si es a plazo que haya llegado el término previsto.”35
27
Independientemente de la consideración de unilateral, estipulación o contrato, la obligación
fiadora constituye un vínculo personal que une al fiador y al acreedor, de modo tal que éste
último pueda exigir del primero un dar o hacer.
Se distingue la obligación fiadora en que la responsabilidad que resulta a cargo del fiador se
actualiza una vez que se ha dado el incumplimiento.
En su caso puede pensarse que sea subsidiaria, inicia granizando y termina pagando.
El objeto de la obligación fiadora puede ser un dar. “En el Digesto se recoge una frase de Paulo
en el que se indica que ‘la sustancia de las obligaciones consiste, no en que haga nuestra
alguna cosa corpórea o una servidumbre, sino en que se constriña a otro a darnos, a hacernos
o a prestarnos algo.”37
Sobre el particular, Ramón Concha Malo38 señala que “La obligación fiadora puede tener por
objeto un dar o un hacer, pero....un no hacer no, ya que en todo caso, el fiador responde por
el cumplimiento de una deuda ajena...podrá darse el caso de que el objeto de la deuda
principal sea un no hacer, pero siguiendo el principio de resolución de las obligaciones de no
hacer, la obligación fiadora tendrá por objeto un dar....”
Continúa señalando el autor en cita que “No existe obstáculo...para que la obligación fiadora
tenga por objeto un hacer, en aquellos casos en los que la deuda principal tenga el mismo
objeto, ya que en caso de incumplimiento de una deuda de hacer, cabe su cumplimiento por
37 López Monroy, José de Jesús. Diccionario Jurídico Mexicano. T. I-O. Editorial Porrúa. México, D.F. p. 2241.
28
otro....”
Tal criterio es el que sustenta el legislador en el Artículo 122 de la Ley Federal de Instituciones
de Fianzas, cuyo texto prescribe:
Para tal fin la ley prevé determinados procedimientos, los cuales también pueden ser objeto de
convenio entre las partes en el propio texto de las pólizas.
Mencionamos las principales tesis que tienden a explicar la fuente de la obligación fiadora,
puesto que las mismas son importantes para comprender cual es el acto jurídico sujeto a
interpretación e integración, a fin de conocer el alcance y contenido de la obligación fiadora.
A) Tesis que considera que la fuente de la obligación del fiador es una declaración unilateral de
voluntad.
En cuanto a su naturaleza jurídica, “La fianza de empresa surge como una simple declaración
unilateral de voluntad que realiza la afianzadora con motivo de un contrato solicitud que le es
propuesto por el deudor o un tercero.”39
Al referirse a la declaración de voluntad, Díaz Bravo40 señala que “....No cabe duda sobre que
una de las principales manifestaciones mercantiles de esta fuente de obligaciones es la relativa
a la emisión de títulos de crédito. La teoría contractualista, que ha tratado de reclamar para sí
la fuente de la obligación cambiaria del suscriptor, con la pretensión de que el contrato se
celebra frente a un tomador, el que al inicio es determinado y posteriormente desconocido, ha
caído en desgracia; lo propio puede decirse de la corriente híbrida, con arreglo, a la cual la
obligación cambiaria es de naturaleza contractual en su origen y después, al circular el título,
encuentra como fuente la declaración unilateral de voluntad de suscriptor, pues no es
explicable que una obligación que surge de un contrato se convierta, por voluntad de una de
las partes –el acreedor- al transmitir el documento, en una simple declaración unilateral, si se
tiene en cuenta todos los derechos en él incorporados, sin modificación alguna; luego, las
obligaciones del suscriptor siguen siendo las mismas y sólo se ha operado una sustitución de
39 Cárdenas Camacho, Alejandro. ENCICLOPEDIA JURÍDICA MEXICANA. Ob. Cit. T. IV. P. 53.
40 Díaz Bravo, Arturo. CONTRATOS MERCANTILES. Editorial Oxford. Colección Textos Jurídicos Universitarios. 7a. Ed.
México. 2002. P. 22.
29
acreedor.”
Lorenzetti señala que “....no son contratos, ya que no hay consentimiento entre fiador y
acreedor. La causa fuente de la obligación no es un contrato, sino un acto jurídico unilateral
del fiador....”42
Continúa explicando que “La promesa bilateral es celebrada entre el deudor y fiador,
configurándose un contrato a favor de tercero....El acreedor es beneficiario de la estipulación y
una vez aceptada y notificada esa decisión al fiador, aquél tiene acción directa contra el
estipulante y el promisario para perseguir el cumplimiento de la fianza otorgada,
constituyéndose un contrato de garantía perfecto.”43
Sobre esta tesis Concha Malo estima que es inviable, puesto que permitiría que el fiador
pudiere oponer al beneficiario las excepciones que tuviere en contra del deudor, sin que tal
posibilidad sea jurídicamente viable, también encontramos opinión jurisprudencial en este
sentido.44
B) Tesis que considera que la fuente de la obligación del fiador tiene lugar en dos momentos.
Conforme a lo cual, “’.....En la fianza onerosa mercantil...para llegar al mismo fin, son
necesarios dos actos jurídicos distintos, aún cuando relacionados entre sí –relación causa a
efecto, podría decirse- o sean, el contrato para la expedición de la póliza de fianza que celebra
el solicitante y la Institución de Fianzas y la póliza de fianza propiamente dicha, que aquella
otorga al beneficiario, quien asume la posición de acreedor de la fianza civil.’....”45
43 Ibídem. P. 498.
44 FIANZA, PÓLIZA DE. TIENE CARÁCTER UNILATERAL..- -...en los casos de fianza otorgada en póliza por una
institución legalmente facultada para ello, tiene el carácter de unilateral...no requiere la manifestación de voluntad
coincidente entre acreedor y fiador, o entre éste y el fiado, porque de una póliza únicamente se generan obligaciones a
cargo de la afianzadora, y la relación contractual entre quien solicita la expedición de una póliza de fianza y la
institución afianzadora se perfecciona al expedirse la póliza...no es requisito que en las pólizas conste la firma del
solicitante o del fiado, en tanto que la póliza es el documento que surge como objeto de la relación contractual entre
ellos y la institución de fianzas, y únicamente contiene la declaración unilateral de la afianzadora de constituirse en
fiadora, y por ende, dada la naturaleza jurídica de la fianza, su expedición y contenido corresponde a la institución,
quien se obliga a responder del cumplimiento de una obligación principal. TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA
CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 10773/99. Rosa María Juárez Hernández. 24 de febrero de 2000.
Unanimidad de votos, mayoría en relación con el contenido de esta tesis. Disidente: Víctor Manuel Islas Domínguez.
Ponente: Neófito López Ramos. Secretario: José Álvaro Vargas Órnelas.
45 Comité de Instituciones de Fianzas de la Asociación de Banqueros de México. Cit. P. Hernández Hernández, Claudio.
RELACIONES ENTRE LA AFIANZADORA Y EL BENEFICIARIO EN LA FIANZA DE EMPRESA. Tesis Escuela Libre de
30
C) Tesis de Concha Malo.
Concluye Ramón Concha Malo que la fianza de empresa tiene su origen en una obligación
abstracta, derivada del negocio jurídico que le ha servido de antecedente, mediante la
declaración de voluntad del fiador.46
En opinión de Rock Fernández47, “’La fianza mercantil...es un acto jurídico en el que hay
manifestación de voluntad con un fin determinado, y constituye un convenio, al que
deberemos llamar, con ciertas reservas contrato mixto, pues como institución nueva está
sujeta a una serie de consideraciones legales....Según nuestro criterio, la fianza mercantil se
puede dividir en los siguientes momentos o etapas: I. La invitación que hace la institución de
fianzas al publico...II. La solicitud del cliente a la institución...III. La aceptación de la
institución....IV. La expedición de la póliza, lo cual viene a ser la declaración expresa de la
compañía...Estos diversos momentos...vienen a comprobar lo que anteriormente habíamos
expuesto: que la fianza mercantil es un contrato mixto, pues existe la manifestación de
voluntades....”
Posición respecto de la cual Concha Malo opina que no existe ningún obstáculo para aceptarla,
sin embargo limita su efecto a los casos de la fianza de fidelidad y al reafianzamiento.
Aclarando que para los demás casos esta posición no es viable, ya que el acreedor es ajeno al
otorgamiento de la garantía, y es más bien el deudor el que comparece a solicitar la expedición
de una póliza de fianza.
Lorenzetti49, señala que “....la garantía tradicional tiene su fuente en un acuerdo de partes...es
un contrato celebrado entre el fiador y un tercero”, aunque no nos aclara cual es el tercero,
que dejó de serlo al celebrar el contrato, sin embargo más adelante en su obra, aclara para
definir que “- Es un contrato...- Celebrado entre fiador y acreedor.”50
50 Ibídem. P. 486.
31
F) Tesis de Cervantes Altamirano.
En opinión de este autor51, “la fuente de la obligación del fiador...no es más que una
declaración unilateral de voluntad hecha en ejecución de un contrato, pero desvinculada
después del mismo, pues se hace directamente ante un acreedor determinado que sólo tiene
interés en beneficiarse con dicha declaración”.
G) Tesis que considera que la fuente de la obligación del fiador un doble contrato.
Exísten diversas tesis a las que agregaremos la que menciona Aguilar Carbajal52, “Estimo que
lo que acontece es que no se ha observado el contrato en su totalidad. Claro que entre fiador y
acreedor el contrato aparece como unilateral; pero se olvida que previamente el deudor ha
celebrado un contrato preparatorio con el fiador, por el cual éste se obliga al otorgamiento de
la fianza....”
“Uno de los aspectos...es sostener que existen obligaciones sin deuda, uno de cuyos ejemplos
es la fianza. Más allá de los debates teóricos que suscita esta tesis...puede señalarse que la
fianza es una obligación causada por un contrato, distinta de la obligación principal del deudor,
pero con la cual está vinculada por el principio de accesoriedad. De modo que si bien no es una
responsabilidad por una deuda incumplida, el incumplimiento de la deuda originada en la
obligación principal es el elemento activante de la responsabilidad del fiador.”53
H) Tesis que considera a la fuente de la obligación fiadora, por lo general, una estipulación
dada en virtud de un contrato celebrado entre fiador y fiado.
“....la fuente de la obligación fiadora es un contrato celebrado entre el fiado y la fiadora con
estipulación a favor del tercero acreedor, quien es un mero beneficiario de tal
estipulación....”54
“Quinta Epoca.
Instancia: Segunda Sala.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación.
Tomo: CXXXI Página: 732.
52 Aguilar Carbajal, Leopoldo. CONTRATOS CIVILES.- Ed. Hagtman. 1964. México, D.F. p. 253.
55 Ibídem. P. 10.
32
FIANZAS ESTIPULACIONES A FAVOR DE TERCERO...no es contrario ni opuesto
a la razón, que dos partes contratantes estipulen (o convengan o pacten) que la
prestación objeto de la obligación creada por el contrato sea en provecho o a
favor de un tercero ajeno al contrato... en los contratos se pueden hacer
estipulaciones a favor de tercero...las fianzas a favor de la hacienda pública
que otorgan las compañías, son, en primer lugar, contratos...Por otra parte...
estas empresas, solamente pueden otorgar fianzas a título oneroso y para ello
es indispensable que haya contrato que cree provechos y gravámenes
recíprocos, como lo establece el artículo 1838 del Código Civil. No puede en
consecuencia, ser otra la fuente de la obligación de la institución fiadora; no
puede nacer de una declaración unilateral de voluntad, porque ésta sólo puede
crear obligaciones gratuitas a favor del destinatario de esa declaración y
nunca crear deudas a cargo del mismo. En segundo lugar la estipulación a
favor de tercero no constituye una fuente de obligaciones distinta del contrato
sino que por el contrario, es una parte del mismo...Este contrato bilateral y
oneroso denominado fianza de empresa, nunca se concierta entre la fiadora y
la hacienda pública. Esta nunca llega con la institución de fianzas a un acuerdo
de voluntades, en virtud del cual la compañía asuma la obligación de fiadora y
el fisco la contraprestación consistente en el pago de la prima. Ese acuerdo de
voluntades que hace nacer las obligaciones recíprocas, se efectúa entre la
fiadora y el fiado, estipulante de la fianza. ...”
I) Opinión personal.
El tema de la fuente de la obligación fiadora ha sido ampliamente discutido por los autores que
han estudiado este punto, sin que a la fecha se hubiere llegado a conclusiones definitivas ni
tampoco a soluciones integrales para los problemas diversos que genera la operación de la
fianza.
Podemos ver que de los que mejor desarrollan y sistematizan sus conclusiones son Ramón
Concha Malo56 y a Claudio Hernández Hernández57, sin embargo la crítica que podemos hacer a
todas las tesis que mencionan es que no consideramos viable el método utilizado en la
búsqueda de la fuente, ya que los autores parten de las partes en cada tipo de fianza, para
encontrar la naturaleza de la obligación fiadora para ese tipo de fianza, así las de fidelidad
tendrá una fuente su obligación y las de obra otra diversa, en función de quien la solicita o
quien no lo hace, en función de quien la acepta y quien no necesita aceptarla.
En su lugar la pretensión debería ser encontrar la fuente de la obligación fiadora que sea
común a todos los tipos de fianzas, es decir, realizar un análisis de los que sean elementos
comunes en cada tipo de fianza y en base a ella realizar las conclusiones pertinentes.
No estimamos correcto que se pueda afirmar que la fuente de la obligación sea, en unos casos
un acto jurídico y en otros, uno diverso puesto que lo que es común es precisamente aquello
que permite identificar a las figuras, de modo tal que si se abstrae a la fuente común de la
fianza en todas sus variantes, se estaría identificando sin elementos adicionales que
33
confundieren a quien trata de encontrar el carácter de la fuente de ella.
Sobre esta base, consideramos que la noción de la fuente de la obligación fiadora que más se
ajusta a estas premisas es la que considera a la obligación fiadora, como una declaración de
voluntad, emitida por el fiador, en forma de policitación recepticia, independientemente de la
voluntad del fiado, y la cual requerirá de la aceptación del beneficiario para producir sus
efectos vinculantes para el fiador (esto explica inclusive la figura de la anulación58 muy común
en el medio afianzador).
A este respecto, hemos de resaltar que la póliza de fianza, en este orden de ideas será el
documento probatorio de esta policitación, la cual es recepticia, puesto que va dirigida a una
persona determinada, la aceptación del acreedor se da en forma consensual, en virtud de que
el legislador sólo impuso al fiador formalidades para efecto de externar su voluntad, para el
beneficiario opera la regla general del artículo 78 del Código de Comercio.
Ahora bien, la razón por la cual el fiador realiza esta policitación es intrascendente para los
efectos del contrato de fianza, dado que sea con el consentimiento o si el consentimiento del
deudor, la fianza puede emitirse, la policitación puede externarse (por tanto no es un acto en
ejecución de otro acto).
Por otro lado, independientemente de su aceptación o no, el policitante está obligado en los
términos de la oferta hecha y por el contenido de la misma.
Tal afirmación aparece como contradictoria, sin embargo se entenderá en virtud del principio
34
de accesoriedad de la fianza, en cuyo concepto, según explica Escriche, “....La fianza es un
contrato accesorio, pues sólo tiene por objeto asegurar el cumplimiento de otras convenciones;
y no induce obligación contra el fiador sino en defecto del deudor principal.”59
Tampoco es una obligación plural, ya que “....la obligación del deudor tiene su causa en un
contrato y la del fiador en otro distinto.”60
Se mencionó con anterioridad que “La obligación del fiador es de carácter subsidiario; es decir,
que debe pagar cuando no lo haya hecho el deudor. De aquí, que tenga el derecho de oponer
todas las excepciones que sean inherentes a la obligación principal, pero no las personales del
deudor....”61, esta nota es la que nos permite robustecer la convicción de que la obligación del
fiador no deriva a su cargo, en los mismos términos que la del deudor, sino que su obligación
es diversa y es precisamente la de realizar el pago como tercero.
“Es una obligación de carácter personal del fiador...Es una obligación distinta de la del deudor
principal, puesto que no estamos frente a un caso de coobligación.
i) Ambas obligaciones pueden tener un objeto distinto, puesto que la del deudor
principal puede ser un hacer y la del fiador un dar. Artículo 2800 del Código Civil
Federal.
ii) La obligación fiadora puede ser inferior a la principal. Artículo 2799 del Código Civil
Federal.
iii) Ambas obligaciones pueden sujetarse a modalidades distintas, sin que ello las afecte
o modifique recíprocamente. Artículos 1938 y 1953 del Código Civil Federal.
vi) El pago del fiador extingue la obligación accesoria de fianza, pero no la obligación
principal.
35
vii) ...tan es distinta la obligación fiadora de la principal, que aunque el deudor principal
hubiere renunciado...(a diversas causales)...no es obstáculo para que el fiador haga
valer sus excepciones.
Por el contrario opera la subrogación a favor del fiador, el cual, con fundamento en lo
dispuesto por el artículo 122 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, ocupará frente al
deudor, el mismo lugar y con los mismos privilegios que tenía el acreedor, subsistiendo por
ello esta obligación.
Es accesoria, porque no existe por sí misma, sino que depende de una relación preexistente
entre un deudor y un acreedor, salvo algunas excepciones.63
La obligación fiadora no toma sustantividad, sino que la misma es accesoria a la principal, por
lo que el fiador podrá oponer a ésta todas las excepciones.
En tal virtud cualquier cláusula que en este sentido se inserte en el texto de una fianza, deberá
ser considerada inexistente.
64 Ibídem. P. 675.
36
del deudor; en cambio, si la prestación de garante es en mayor o menor medida distinta de la
del deudor e independiente de la que le prometió al acreedor, la ligadura con el crédito
garantizado debe necesariamente disminuir, pudiendo dicho crédito quedar, incluso,
totalmente relegado.”65
En nuestro derecho no se prevé pero se alerta sobre la nota que señala Lorenzetti66 y que se
da “Cuando alguien se obligare como principal pagador, aunque sea con la calificación de
fiador, será deudor solidario...La calificación que las partes adjudiquen a este vínculo indicando
que es una fianza, no es válida si el presunto fiador se ha obligado como principal pagador...La
ley...(no la vigente en México)...califica al principal pagador como codeudor solidario, pero se
ha señalado que subsisten algunas analogías con la fianza. Si el crédito es indeterminado la
fijación de su monto debe hacerse con intervención del deudor principal...Para que exista la
figura del principal pagador debe pactarse expresamente, siendo esta cláusula de
interpretación restrictiva...En tales casos, si en lugar de ‘principal’ se utilizan los términos de
‘liso y llano pagador’ o ‘fiador pagador’ no se aplica la regla del artículo 2005....(que prevé la
solidaridad del fiador)...”
Por su parte Bonnecase67 señala al referirse al carácter accesorio de la fianza concluye que la
misma es principal, y que lo accesorio lo constituye el derecho derivado de la misma, ya que
“....Se ha pretendido distinguir los contratos principales y los accesorios, lo cual es un error
debido a que se confunden los pretendidos contratos accesorios con los derechos accesorios.
En efecto, la fianza y la constitución de hipoteca han sido consideradas como contratos
accesorios. Pero lo accesorio es la obligación del fiador...”
Por el contrario, el Maestro Rojina Villegas68, contradice lo que señala el jurista francés, al
afirmar que “....El carácter accesorio de la fianza debe considerarse como su principal atributo
en virtud del sinnúmero de consecuencias jurídicas que se derivan del mismo.69
66 Ibídem. P. 490.
37
1.4.6.- Alcances de la obligación fiadora.-
Se afirma que constituye una norma individualizada, ya que “Son particulares aquellas normas
que han sido establecidas por las partes que intervienen en un negocio jurídico, por ejemplo
un contrato, para regular las relaciones recíprocas entre dichas partes, sus recíprocos deberes
y derechos subjetivos.70
En la fianza de empresa, no existen los beneficios de orden y excusión, por lo que esta
cláusula en el texto de cualquier fianza es indebida, según se dispone por el artículo 118 de la
Ley Federal de Instituciones de Fianzas.
“....El orden jurídico positivo consta no sólo de normas generales...sino que consta también de
normas particulares (las establecidas en los negocios jurídicos tales como contratos....)....”72
Generalmente el alcance obligaciones de los textos de estas fianzas, implican la asunción por
parte del fiador de la obligación de garantizar el debido cumplimiento de un contrato
determinado y ante cuyo incumplimiento genera a cargo del fiador la obligación de pago
correspondiente.
En cuanto al monto a que podría ascender la indemnización en este punto, existen dos
obligación principal es divisible y se lleva a cabo un cumplimiento parcial de ésta, en la misma proporción debe
extinguirse la obligación de la fiadora; por el contrario, si la naturaleza de la obligación es indivisible o las partes o el
juzgador así lo determinan, dicha obligación no podrá considerarse cumplida si no se realiza en su totalidad....”
70 Recasens Siches, Luis. INTRODUCCION AL ESTUDIO DEL DERECHO. Editorial Porrúa. México, D.F. 12 Ed. 1997. P.
174.
71 Ibídem. P. 208.
72 Ibídem. P. 213.
38
soluciones que menciona Alejandro Velasco73.
La primera tiene su fundamento en lo dispuesto por el artículo 2800 del Código Civil Federal y
a cuyo tenor la obligación del fiador se circunscribe a pagar una cantidad para el caso de que
el deudor no cumpla con su obligación.
La segunda tiene que ver con el carácter indemnizatorio de la fianza, y a cuya virtud, el fiador
se obliga a pagar los daños y perjuicios que se impusieran al fiado con motivo del
incumplimiento del contrato garantizado.
Respecto de esta última se presentan inclusive dos subvariantes las que se hacen consistir en
los supuestos en el que se hubiere pactado una pena indemnizatoria ante el incumplimiento y
el supuesto en que no se hubiere pactado nada.
En el primero de los casos, la pena operará por el sólo incumplimiento (la responsabilidad del
fiador será por otro tanto), en el segundo deberá existir condena que imponga estos daños y
perjuicios (la responsabilidad del fiador será por el equivalente a esos daños y perjuicios).
Sobre este punto, es importante considerar que la precisión de este punto incide en el
elemento objeto de la fianza, puesto que este objeto precisamente constituye el contenido de
la obligación del fiador, por lo que el fiador deberá asentar expresamente en el texto de la
fianza el alcance de la cobertura que su fianza otorga.
Por su parte, el beneficiario deberá cuidar que la póliza que reciba tenga estas precisiones, ya
que con la frase “para garantizar el cumplimiento de todas y cada una de las obligaciones”, no
se alcanza a determinar con toda pulcritud la forma y términos en que el fiador responderá
ante el incumplimiento (sea pagando una pena o pagando lo que el fiado deba o simplemente
el monto de la garantía).
Este tipo de fianzas considera dos figuras básicas en el gasto del anticipo otorgado, la
inversión y la amortización del anticipo.
Por la primera se entiende por la cobertura en virtud de la cual se “....responde por el destino
que dé el fiado a los recursos entregados por el beneficiario, es decir garantiza que el fiado
utilice el dinero para lo que le fue entregado, que le dé un uso acrode con la finalidad de dar
73 Velasco Oceguera, Alejandro. ALCANCE OBLIGACIONAL DE ALGUNAS POLIZAS DE FIANZA EMITIDAS POR
INSTITUCIÓN AFIANZADORA. Tesis Escuela Libre de Derecho. México, D.F. 2001. P. 65.
39
cumplimiento a la obligación asumida por el fiado.”74
Por amortización se entiende que “....el deudor, mediante la ejecución parcial de su obligación
tome a cuenta del pago total a que tiene derecho, por esa ejecución parcial, un porcentaje con
cargo al monto de anticipo que le fue entregado, por lo que del valor del total de su ejecución
parcial, únicamente recibirá un pago equivalente al porcentaje no mermado por el anticipo ya
entregado inicialmente.”75
Sobre este punto, es importante considerar que la precisión de este punto incide en el
elemento objeto de la fianza, puesto que este objeto precisamente constituye el contenido de
la obligación del fiador, por lo que el fiador deberá asentar expresamente en el texto de la
fianza el alcance de la cobertura que su fianza otorga.
Por su parte, el beneficiario deberá cuidar que la póliza que reciba tenga estas precisiones, ya
que es común que la fianza se emita para garantía de la debida inversión del anticipo, cuando
en realidad el esquema financiero que pactó el fiado con el beneficiario es de inversión de
anticipo.
Esta cobertura corresponde con la que tiene el fiado de responder al acreedor de la falta de
calidad de los bienes o de los vicios ocultos que se presentaren; viene a responder de la
responsabilidad que tuviere con motivo de las acciones tendientes a la reparación de estos
defectos en la calidad (pago del diferencial o gastos de reparación de los vicios ocultos.).
Ahora bien, en la mesura de esta responsabilidad es importante tener presente el alcance que
se le pretende dar cuando las partes no han pactado calidad específica en los bienes objeto de
la operación afianzada. Ante este supuesto, el fiado se obliga, conforme se dispone por el
artículo 88 del Código de Comercio, a cumplir con calidad media.
Tal cláusula natural del contrato principal, es importante tenerla presenta al redactar la fianza,
dado que esta será la medida también del derecho del beneficiario frente al fiador, en virtud
del principio de accesoriedad de la fianza.
Por otro lado, nuestro Código de Comercio no proporciona un concepto de lo que se entiende
74 Ibídem. P. 84
75 Ibídem. P. 85.
40
por calidad, sin embargo, podemos inferir una interpretación del tenor del artículo 87 del
Código de Comercio, conforme al cual se entiende por calidad los atributos específicos que
tiene un determinado bien, que lo distinguen de otros del mismo género y especie. Es decir,
son atributos que acrecientan su valor o lo disminuyen, siendo del mismo género y especie, p.
ej. hablando de perfumes, si se trata de una marca francesa “x” y una marca francesa “y”, los
dos son perfumes (género), los dos serán franceses (especie) sin embargo en cuanto a calidad
pueden ser diferentes uno de otro.
Por lo que se refiere a los vicios ocultos, éstos se refieren a defectos propios de los bienes que
los hacen impropios para su uso convenido o que disminuyen su valor.
De las ideas expresadas con anterioridad, resulta evidente que la fianza es un acto jurídico, y
como tal le resultarán aplicables todas las reglas propias a los demás actos jurídicos.
Bonnecase dice que “....es una manifestación exterior de voluntad...cuyo fin directo es
engendrar, fundándose en una regla de derecho, en contra o en provecho de una o varias
personas, un estado...una situación jurídica general y permanente...que conduce a la
formación...o a la extinción de una relación de derecho....”76
Ahora bien, al ser la fianza un contrato, estas consecuencias serán la creación de derechos y
obligaciones, según se prescribe por el artículo 1793 del Código Civil Federal.
ARTICULO 1793.- Los convenios que producen o transfieren las obligaciones y derechos
76 Cit. P. Borja Soriano, Manuel. TEORIA GENERAL DE LAS OBLIGACIONES. Editorial Porrúa. 10a. Ed. México, 1985. P.
84.
41
toman el nombre de contratos.
Lo trascendente de su clasificación como acto jurídico y como contrato deriva de los elementos
que deberá satisfacer en su formación a fin de que pueda producir plenamente los efectos, así
como de los métodos de interpretación que podrán aplicársele a efecto de poder llegar a
desentrañar el sentido y alcance obligacional de sus cláusulas.
Dentro de los elementos de existencia de todo acto jurídico encontramos los previstos por el
artículo 1794 del Código Civil Federal:
i) En cuanto al Consentimiento.
Es “....la voluntad del deudor para obligarse y como concurso o acuerdo de voluntades....”78
De otra forma, al haber disparidad en éste puede dar lugar al nacimiento de ineficacias de la
póliza tales como la inexistencia o la nulidad de la misma.
Esta cuestión es trascendente porque, “....tenemos casos en que existe una apariencia de
consentimiento que motiva la inexistencia del contrato. Esto ocurre en los siguientes
supuestos: 1° Cuando las partes sufren un error respecto a la naturaleza del contrato. 2°
Cuando sufren error respecto a la identidad del objeto. 3° En los contratos simulados.” 79
42
Como ejemplos del primer caso señalaremos: el caso en que se solicite una fianza de
cumplimiento para un contrato de obra, cuando en realidad el contrato celebrado es de
compraventa.
Como ejemplo del segundo caso mencionaremos los casos en que se emite una garantía de
cumplimiento y lo que se reclaman son vicios ocultos. Sobre este punto hemos de mencionar
algunas pólizas dadas para garantía de obligaciones fiscales a cargo de un fiado, sin que las
mismas señalen un crédito particular. En este tipo de asuntos el criterio del Tribunal Fiscal ha
sido el de considerar inexistente la póliza, en virtud de que no puede estimarse como una
garantía general la emitida por el fiador, sino que por el contrario es una garantía individual
cuyo objeto no puede ser determinado por la falta de precisión del objeto.
Como ejemplo del tercer caso lo tenemos en aquellos casos en que las partes manifiestan ante
el fiador la celebración de un contrato (que no existió), con el objeto de que cuando se
documente el incumplimiento se reclame la fianza y se obtenga un lucro indebido o se intente
que el fiador responda de créditos previamente vencidos.
Esta inquietud surge de que la fórmula que expresa “garantía de todas y cada una de las
obligaciones” en realidad no tiene una precisión objetiva y puede dar lugar a diversas
interpretaciones, en ocasiones contra la real intención de las partes en el contrato de fianza.81
81 En ocasiones nuestros tribunales han resuelto sobre la base de considerar la existencia de una pena convencional
tácita pactada entre fiado y beneficiario. Sexta Epoca. Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la
Federación. Tomo: Cuarta Parte, XXVIII. Página: 216. FIANZAS, ALCANCE DE LAS. Establecido el principio de que el
fiador no puede obligarse a más del contenido de la obligación principal, existe otro principio que corre parejo con
éste: el fiador no puede obligarse a más, pero puede obligarse más; es decir, puede ser más enérgica la obligación del
fiador que la del deudor principal, y por ello se permite al fiador otorgar fianza o hipoteca, sin que esto signifique que
se obliga más sino con mayor energía. Por tal razón el artículo 1710 del Código Civil de 1884, de contenido idéntico al
artículo 2800 del Código Civil en vigor ha sido interpretado por esta Suprema Corte de Justicia en el sentido de que se
refiere a una pena convencional, esto es, que en lugar de liquidar los daños y perjuicios el fiador se obliga a pagarlos
en una cantidad alzada puesto que uno de los objetos de la pena convencional es evitar la liquidación de daños y
perjuicios en caso de incumplimiento del contrato; pero el fiador tiene a su favor la excepción que surge de la
reducción de la pena convencional en proporción del cumplimiento parcial del contrato, toda vez que el artículo 1844
del Código Civil vigente establece: "si la obligación fuere cumplida en parte, la pena se modificará en la misma
proporción". Amparo directo 7333/58. Angel Piña. 7 de octubre de 1959. Unanimidad de cuatro votos. Ponente:
Manuel Rivera Silva.
43
ii) En cuanto al objeto
“En la fianza podemos hablar de un objeto directo o indirecto. El objeto directo viene a ser la
obligación subsidiaria que contrae el fiador y que consiste en pagar por el deudor, si éste no lo
hace. El indirecto consiste en la obligación de dar que sume el fiador, relativa al pago de cosa
debida.”82
Sin embargo, en la delimitación del objeto debe considerarse que “....la fianza puede ser
otorgada en garantía de una obligación futura, sin que sea necesario que su importe se limite a
una suma fija, pudiendo referirse al importe de las obligaciones que contrajere el deudor. …si
las partes celebran un contrato sobre una obligación que aún no nació, no saben cuál es el
riesgo asumido y, por lo tanto, se trataría de un compromiso peligroso. Por esta razón...la
fianza debe ser determinada aunque la obligación afianzada no lo sea...El objeto de la fianza
puede ser una obligación que aún no existe...pero debe tener siempre un objeto
determinado...Con razón critica Borda una jurisprudencia que consideró legítima una fianza
otorgada para todas las operaciones que el afianzador realizara con determinada persona,
aunque el crédito fuera incierto y no se estableciera límite de cantidad....”84
“El objeto directo de la fianza consiste en crear la obligación subsidiaria del fiador de pagar por
el deudor, si éste no lo hace. El objeto indirecto consiste en la prestación que deberá pagar el
fiador, la cual puede ser una cosa o un hecho, iguales o distintos de los debidos por el obligado
principal, pero sin poder exceder de su valor en este último caso.”85
Son los que permiten la plena eficacia del acto y ante cuya presencia el acto no resulta
inexistente, sino sólo anulable, salvo el caso de la nulidad por ilicitud en el objeto, cuyo efecto
es la nulidad absoluta.
“El contrato de fianza, para su validez, debe estar exento de cualquier vicio del
consentimiento, es decir, no debe haber error, dolo, mala fe o violencia. Tiene aplicación las
reglas generales contenidas en los artículos 1812 a 1823 del Código Civil...(Federal)... Los
vicios del consentimiento original la nulidad relativa (Articulo 2228 del Código Civil Federal)”86
En este sentido aún y cuando se trate de fianza de empresa, la misma es susceptible de
44
incurrir en estos vicios del consentimiento87, por lo que la redacción de los textos deberá ser
congruente con la obligación garantizada, de modo tal que no quede duda sobre la real
intención de la Institución de Fianzas.
En este punto es de resaltarse que la pericia no debe ser entendida como un presupuesto para
aplicar un criterio rigorista en perjuicio de la institución, tampoco la impericia debe ser
considerada como una patente de corzo a la impunidad por parte de los beneficiarios.
El justo equilibrio es aquello que deberá buscarse para encontrar la verdadera intención de la
afianzadora al emitir una determinada póliza de fianza.
“....El fiador debe conocer que garantiza la obligación de un incapaz, pues de otra manera
habría un vicio, un error, el desconocimiento de la incapacidad del deudor principal por parte
del fiador, quien podría nulificar su obligación porque el consentimiento ha sido manifestado en
forma viciada: hay un vicio del consentimiento que produce la invalidez de la obligación del
contrato de fianza.”88
El efecto de estos vicios es la anulabilidad de la fianza, la que podrá ser invocada por el fiador,
sin embargo, la carga que tiene por delante es el acreditamiento de estos errores en que
incurrió sea por actos o por omisiones del deudor o del propio beneficiario.
87 Novena Epoca. Instancia: CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO NOVENO CIRCUITO. Fuente: Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XVII, Enero de 2003 Tesis: XIX. 4o. 7 C. Página: 1781. ERROR COMO
VICIO DEL CONSENTIMIENTO. AUNQUE RECAIGA SOBRE EL MOTIVO DETERMINANTE DE LA VOLUNTAD, NO SIEMPRE
PRODUCE LA INEXISTENCIA DEL ACTO JURÍDICO IMPUGNADO (ARTÍCULO 1278 DEL CÓDIGO CIVIL DEL ESTADO DE
TAMAULIPAS). El artículo 1278 del Código Civil para el Estado de Tamaulipas dispone que el error de hecho o de
derecho invalida el contrato cuando recae sobre el motivo determinante de la voluntad de cualquiera de los que
contratan, si en el acto de la celebración se declara ese motivo o si se prueba por las circunstancias del mismo
contrato que se celebró éste en el falso supuesto que lo motivó y no por otra causa. Sin embargo, el error de hecho a
que se contrae esa norma, considerado como vicio del consentimiento en materia de contratos y de cualesquier acto
jurídico no incompatible con la naturaleza de los mismos, en términos de lo dispuesto por el diverso artículo 1338 del
propio Código, no siempre produce la invalidez o inexistencia del acto jurídico impugnado, aunque recaiga sobre el
motivo determinante de la voluntad. Para ello debe considerarse el tipo de error de que se trate, que según las
numerosas opiniones doctrinarias puede ser de tres clases: a) Error obstativo, obstáculo, destructivo o determinante
de la voluntad; b) Error vicio, dirimente o nulidad; y, c) Error indiferente o accidental. Ahora bien, para concluir si el
consentimiento se vio o no impedido en su formación (error-obstáculo) y, por ende, que el acto jurídico es
"inexistente" a la luz del dispositivo legal a estudio, es imprescindible partir de la base de que no haya coincidencia en
el concierto de voluntades de ninguno de los intervinientes del acto, ya en su naturaleza, ya en la identidad de la cosa.
Mas cuando la voluntad sí llega a manifestarse (error vicio o nulidad), de tal manera que el acto existe y, por ende,
produce sus efectos legales, pero su autor o uno de los contratantes sufrió un error de tal naturaleza que de haber
sido conocido no hubiera celebrado el acto, esto es, cuando la voluntad se desvió a causa de ese error (como cuando
se alega haber firmado un acta de nacimiento bajo la falsa creencia de que se trataba de una partida de bautizo), no
puede sostenerse que el acto jurídico correspondiente se afecte de "inexistencia" por la falta de consentimiento,
precisamente porque la voluntad sí llegó a exteriorizarse. En cambio, sí puede afirmarse que se está frente a un
"consentimiento viciado" a causa de tal error de hecho que origina la nulidad relativa del acto con todas las
características que le son inherentes, o sea, es confirmable, prescriptible, sólo invocable por quien tenga interés
jurídico y siempre produce efectos jurídicos provisionales, que se destruirán en forma retroactiva al ser pronunciada la
nulidad por el Juez. CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO NOVENO CIRCUITO. Amparo directo 257/2002.
Asbjorn Hansen. 20 de septiembre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Arturo Amaro Cázarez, secretario de
tribunal autorizado por el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal para desempeñar las funciones de Magistrado.
Secretario: Juan Gabriel Sánchez Iriarte.
45
no se manifiestan en ese sentido al fiador.
Sobre este punto es importante que para evitar la posibilidad de que se caiga y se invoque el
error como causa de nulidad de la fianza, deberá el fiador manifestar claramente si la
obligación ya se encontraba vencida al momento de emitir la fianza o si la operación era de
crédito.
Puede inclusive presentarse la situación de que el fiador se hubiere obligado a más, lo que
ocasionará (como en el caso del error aritmético), el ajuste correspondiente.
“El contrato...debe tener como fin el garantizar una obligación lícita, pues de lo contrario
resultaría afectado de nulidad (absoluta o relativa) por razón de que es un contrato accesorio
que sigue la suerte de lo principal; así, si la obligación principal es ilícita, dicha ilicitud pasará
también a la garantía, y al decretarse la nulidad de la obligación principal garantizada, dicha
nulidad, por consiguiente, afectará también al contrato de fianza.”89
Por tal razón no podrán ser objeto de garantía obligaciones que tengan que ver con
operaciones prohibidas por la ley y que constituyan conductas ilícitas en que incurran los fiados
o los beneficiarios.
Quinta Epoca
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XXI
Página: 1,327
46
Amparo civil directo 4194/25. Gómez Rodrigo. 12 de noviembre de 1927. Mayoría de
siete votos. Disidentes: Manuel Padilla, Teófilo H. Orantes y Francisco Díaz Lombardo.
La publicación no menciona el nombre del ponente.
Conforme lo dispuesto por el artículo 117 de la ley Federal de Instituciones de Fianzas, la ley
exige determinada formalidad para la emisión de las pólizas de fianza, las que deberán
emitirse numeradas y en papelería oficial de las Instituciones de Fianzas.
La papelería oficial debe ser entendida como aquella utilizada en forma habitual por la
Institución de Fianzas, para la emisión de pólizas, no resultando por ello incluida en este
concepto, aquella papelería que sirva para correspondencia comercial y demás papelería que
no se utilice para la emisión de pólizas.
Sin esta formalidad la póliza no tiene efecto y por lo mismo no será susceptible de generar
derecho alguno a favor del beneficiario.
Por tal razón deberá cuidarse que las obligaciones que emitan los fiadores precisamente se
documenten en estos instrumentos.
iv) Capacidad.
En cuanto a capacidad, sin que resulten aplicables las normas previstas por el artículo 2802 del
Código Civil Federal, por tratarse en este otro caso de la fianza de empresa, bastará que el
fiador esté constituido como sociedad anónima y que cuente con la autorización
correspondiente para operar como institución afianzadora.
47
CAPÍTULO SEGUNDO. LA EXPRESIÓN DE VOLUNTAD DE LA
INSTITUCIÓN DE FIANZA Y EL LÍMITE DEL DERECHO DEL
BENEFICIARIO.
A) Concepto.
“Al contratar la fianza, la institución afianzadora debe expedir un documento que se llama
póliza, pues sólo puede asumir obligaciones mediante el otorgamiento de pólizas
numeradas....las pólizas son documentos que deben contener las indicaciones que fijen la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público....El artículo 85 de la Ley que venimos citando dice
que las Instituciones de Fianzas deberán presentar ante la Comisión Nacional de Seguros y
fianzas, para efectos de registro y vigilancia la documentación que utilicen respecto de la
oferta, solicitud o contratación de fianzas o la derivada de ésta, así como de reafianzamiento,
cuando menos treinta días antes de su utilización o puesta en operación.”92
Por tal razón se señala que la póliza es el documento continente de la voluntad del fiador,
puesto que en éste se contiene la expresión de voluntad, y es a éste que deberemos remitirnos
a fin de encontrar el sentido de las palabras del fiador.
B) Naturaleza jurídica.
Sin embargo, el que sea constitutivo no debe confundirse con que sea considerado un título de
crédito, y que deba exhibirse para hacer valer cualquier derecho que derive de éste (sea al
ejercer los derechos que tenga el beneficiario contra el fiador; sea al ejercer los derechos que
tenga el fiador contra el fiado u obligados solidarios).
En ocasiones se cae en confusiones cuando por ejemplo se exige por parte de los Tribunales
competentes, ante el ejercicio de las acciones que intentará el fiador contra el fiado, que
92 Vázquez del Mercado, Oscar. CONTRATOS MERCANTILES. Editorial Porrúa. 5a. Ed. México. 1994. P. 35.
48
exhiba el original de la póliza, cuando por la misma operación éste original obra en manos del
beneficiario.
Por otro lado, también se genera este equívoco del tenor de lo dispuesto por el artículo 117 de
la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, al señalar que “....El beneficiario, al ejercitar su
derecho, deberá comprobar por escrito que la póliza fue otorgada.”
Como se aprecia, la carga impuesta al beneficiario es la de acreditar por escrito que la fianza
fue emitida.
Esto, desde luego no puede llevarnos a la conclusión de que la póliza se considere un titulo
valor, ya que no lleva inmerso el valor, sino que solamente sirve a modo de prueba de la
existencia del acto que le dio origen.94
Al no ser un título de crédito, sino un documento causal, el beneficiario tiene otros medios de
convicción mediante los cuales acreditar su existencia, la única condicionante que le impone el
legislador es que sean documentos.
94 En apoyo citamos el siguiente criterio: Novena Epoca. Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA
CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo: XVI, Julio de 2002.
Tesis: I.3o.C.352 C. Página: 1297. ESPECIAL DE FIANZAS. EN EL JUICIO RELATIVO EL FIADO NO PUEDE RECONVENIR
AL ACREEDOR (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 118 BIS, PÁRRAFO QUINTO, DE LA LEY FEDERAL DE INSTITUCIONES
DE FIANZAS). De acuerdo con el artículo 118 bis de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, la finalidad primordial
de los contratos de fianza es la de otorgar seguridad jurídica a la parte acreedora, en el sentido de que en caso de que
el deudor principal incumpla con sus obligaciones, recupere el crédito otorgado a través de un tercero denominado
fiador; es decir, que en aras de salvaguardar los intereses de los acreedores que arriesgan inversiones y que
directamente benefician la circulación económica del país, el legislador previó evitar toda contienda futura entre el
acreedor y el deudor con la expedición de una fianza, pues esa es la naturaleza esencial de ese tipo de contrato; por
eso, no hay razón para dejar de atender al sentido del mencionado artículo, cuando dispone que al fiado se le
denunciará la radicación del juicio seguido contra su fiador con la finalidad de que allegue pruebas al sumario que
puedan beneficiar a los intereses de la parte fiadora, quien es la única responsable frente al acreedor; por ello, si el
deudor principal no comparece al juicio para el indicado objeto, la sentencia que se dicte le para perjuicio. En
consecuencia, si el propósito de los contratos de fianza es evitar que el acreedor tenga que exigir directamente al
fiador el cumplimiento de la obligación contraída, es claro que el párrafo quinto del precepto legal en análisis, no
puede ser interpretado en el sentido de que el deudor principal está facultado dentro de ese juicio para reconvenir
determinada acción al acreedor pues, considerar lo contrario, atentaría contra la naturaleza del juicio especial de
fianzas, toda vez que implicaría que la póliza de fianza perdiera su carácter de elemento de prueba preconstituido de
la existencia de la obligación de responder por el incumplimiento a las obligaciones garantizadas. TERCER TRIBUNAL
COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo en revisión 2803/2002. Ingeniería, Constructora y
Arrendadora Nacional, S.A. de C.V. 9 de mayo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López Ramos.
Secretario: Óscar Rolando Ramos Rovelo.
49
C) Alcance obligacional.
A fin de entender claramente el alcance de la obligación del fiador, debe diferenciarse el objeto
de la fianza de las características de la obligación afianzada: la fianza importa la asunción de
un riesgo, cuyo objeto es diferente al cumplimiento que debe dar el fiado.
Así, “Pueden garantizarse con fianza toda clase de obligaciones lícitas, ya sean principales o
accesorias, de dar, hacer o no hacer; líquidas o no líquidas, presentes o futuras, puras o con
modalidades. Puede afianzarse también, la obligación proveniente de la fianza misma, art.
2796...(del Código Civil)....”96
Lorenzetti97 describe las siguientes obligaciones que pueden ser objeto de fianza: -
Obligaciones civiles o naturales, obligaciones accesorias o principales, derivadas de un
contrato, de la ley, o de un hecho ilícito, cualquiera sea el acreedor o deudor y aunque el
acreedor sea persona incierta pudiendo inclusive recaer sobre obligaciones con valor
determinado o indeterminado, líquido o ilíquido, inmediatamente exigible o a plazo, o
condicional, formales o no formales.
Bonnecase98, señala que “....La fianza puede garantizar toda clase de obligaciones, y no sólo
aquellas cuyo objeto es una suma de dinero. En lo que se refiere a las obligaciones de hacer, la
fianza garantiza los daños y perjuicios que pueda ocasionar su incumplimiento.....”
En opinión de Marcel Planiol99, “....La fianza puede aplicarse a toda obligación, cualquiera que
sea su objeto, pero, de hecho, sirve sobre todo para garantizar el pago de las deudas de
dinero. Respecto a las obligaciones de hacer, el fiador garantiza los daños y perjuicios que
pueda deber el deudor, en caso de incumplimiento.”
Resulta entonces que la obligación que puede ser objeto de garantía con la fianza puede ser
cualquier obligación, salvo los casos en los que expresamente lo prohiba la ley, con
independencia de: los sujetos, los objetos, la causa, el monto, el tiempo, la forma y la
coercibilidad en caso de incumplimiento de la obligación.
96 Ibídem. P. 254.
97 Ibídem. P. 499.
99 Planiol et Ripert. TRATADO ELEMENTAL DE DERECHO CIVIL. Tomo VI. Cárdenas Editor y Distribuidor. 2a. Ed.
México, D.F. 1991. P. 24.
50
Por otro lado, al hablar del alcance de la obligación no solo es importante considerar aquello
que queda dentro de la cobertura sino también aquello que no se incluye en la misma.
Tal criterio es ampliamente reconocido por nuestros tribunales, teniendo como única cortapisa
precisamente aquellos casos en los cuales la voluntad de las partes no quedó claramente
expresada, solucionándose esta situación en la forma en que más equitativo lo estime el
órgano jurisdiccional.100
Al ser un documento privado, responde al siguiente concepto: “....El que, autorizado por las
partes interesadas, pero no por funcionario competente, prueba contra quien lo escribe o sus
herederos.”101, por tal razón al momento de requerir cualquier derecho con cargo a la misma,
es importante que el mismo sea reconocido por el fiador.
100 Octava Epoca. Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: XV, Febrero de 1995. Tesis: I.3o.A.583 A. Página: 168.
FIANZA OTORGADA PARA GARANTIZAR EL INTERES FISCAL. NO DEBE HACERSE EXTENSIVA HACIA CONCEPTOS QUE
EN LA RESPECTIVA POLIZA NO ESTEN EXPRESAMENTE MENCIONADOS COMO OBJETO DE GARANTIA, AUNQUE
PARTICIPEN DE LA MISMA NATURALEZA JURIDICA QUE LA PRINCIPAL OBLIGACION GARANTIZADA. Las fianzas
otorgadas por compañías legalmente autorizadas para ello son actos jurídicos de naturaleza mercantil en los que,
conforme a lo dispuesto por el artículo 78 del Código de Comercio, predomina la voluntad de las partes contratantes,
respecto de las contraprestaciones a que se obliguen aquéllas. Por tanto, para hacer efectiva la fianza otorgada por
alguna de las aludidas compañías debe atenderse únicamente a los términos literales de las respectivas pólizas, sin
que sea válido exigir el pago de conceptos que no hubiesen sido expresamente garantizados, aunque éstos pudieran
tener la misma naturaleza que la principal obligación objeto de garantía....Consecuentemente, si en una póliza de
fianza otorgada para garantizar determinado interés fiscal no consta que aquélla comprenda a la actualización de las
respectivas contribuciones como otro concepto a garantizar, entonces al hacerse efectiva tal fianza no deberá exigirse
a la afianzadora que cubra las cantidades correspondientes a dicha actualización, por no constar que aquélla se haya
obligado a responder por ésta, que para efectos de la fianza constituye otra obligación contractual, aunque legalmente
tenga atribuida la misma naturaleza que la obligación fiscal original (artículo 17-A del Código Fiscal de la Federación).
Sobre el particular debe tenerse presente, por una parte, que la autoridad fiscal ante quien se constituya una fianza
está facultada para no aceptarla, previo requerimiento al interesado, si no reúne las características que deba satisfacer
según está dispuesto en el artículo 68 del Reglamento del Código Fiscal de la Federación....”
Séptima Epoca. Instancia: Segunda Sala Fuente: Apéndice de 1995 Tomo: Tomo III, Parte SCJN
Tesis: 466 Página: 339
FIANZAS. SU INTERPRETACION. El artículo 117, inciso c), de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas establece que
las pólizas que expidan las compañías autorizadas contendrán las estipulaciones que convengan a las partes,
agregando que no podrán contravenir lo establecido en esa ley ni en la mercantil. Esta última, por su parte, tiene
como supletorio el derecho común, de acuerdo con los artículos 2o. y 81 del Código de Comercio. Con base en esa
supletoriedad, para fijar la interpretación de las pólizas de fianza es aplicable el artículo 1851 del Código Civil vigente
en el Distrito y Territorios Federales, conforme al cual, si los términos de un contrato son claros y no dejan lugar a
duda sobre la intención de los contratantes, se estará al sentido literal de sus cláusulas; precepto, este mismo, que en
su segundo párrafo dispone: "Si las palabras parecieren contrarias a la intención evidente de los contratantes,
prevalecerá ésta sobre aquéllas".
Séptima Epoca: Contradicción de tesis. Varios 360/72. Entre las sustentadas por el Primer Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer
Circuito. 14 de noviembre de 1973. Cinco votos.
51
Es un documento privado ya que se otorga entre particulares sin la intervención de ningún
funcionario público, en el que se hace constar un acto jurídico.
Díaz Bravo102 critica en forma insistente que en el derecho de hoy en día existe un
impresionante “....documentalismo mercantil, que campea sin obstáculo alguno en todas las
manifestaciones de la actividad comercial y abarca desde los simples y pequeños boletos,
billetes, fichas o contraseñas como requisito sine qua non para abordar el metro...en todo
caso, la carencia del documento coloca prácticamente al acreedor en la imposibilidad de
reclamar su derecho.” Sin embargo, pese a tal crítica, es importante considerar que la
presunción de validez de su contenido derivada del invocado artículo 117 de la Ley Federal de
Instituciones de Fianzas, permite concluir que para acreditar su derecho el beneficiario le basta
con acreditar su emisión, y al hacerlo así tiene la posibilidad de que se tengan por ciertas las
obligaciones previstas en el texto de la misma.
Como documento, la póliza se describe como “todo escrito en que se halla consignado algún
acto”103; “...todo escrito en el que se hace constar una disposición o convenio o cualquier otro
hecho para perpetuar su memoria y poderlo acreditar cuando convenga....”104.
Lo anterior, no obstante la exigencia de acreditar por escrito su emisión, dado que el tenor del
artículo 94 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, no es la de considerar a la póliza de
fianza como documento constitutivo de la acción, ya que el mismo podrá iniciarse y acreditar
su existencia dentro del procedimiento correspondiente.
Ahora bien, en cuanto a la exigencia del artículo 1061 del Código de Comercio:
103 Definición de Cervantes dada por Mateos Alarcon, Manuel. LAS PRUEBAS EN MATERIA CIVIL Y MERCANTIL
FEDERAL. Cárdenas Editores y Distribuidores. 1a Reimpresión. México, D.F. 1991. P. 121.
104 Idem.
52
...
III. Los documentos en que el actor funde su acción y aquellos en que el
demandado funde sus excepciones. ...
IV. Además de lo señalado en la fracción III, con la demanda y contestación se
acompañarán todos los documentos que las partes tengan en su poder y que
deban de servir como pruebas de su parte; y, los que presentaren después, con
violación de este precepto, no le serán admitidos, salvo que se trate de pruebas
supervinientes, y
Art. 1061....
...
III. ....Si se tratare del actor, y carezca de algún documento, deberá acreditar en su
demanda haber solicitado su expedición con la copia simple sellada por el archivo,
protocolo, dependencia o lugar en que se encuentren los originales, para que, a su
costa, se les expida certificación de ellos, en la forma que prevenga la ley....
Se entiende que las partes tienen a su disposición los documentos, siempre que
legalmente puedan pedir copia autorizada de los originales y exista obligación de
expedírselos. Si las partes no tuvieren a su disposición o por cualquier otra causa no
pudiesen presentar los documentos en que funden sus acciones o excepciones, lo
declararán al juez, bajo protesta de decir verdad, el motivo por el que no pueden
presentarlos. En vista a dicha manifestación, el juez, ordenará al responsable de la
expedición que el documento se expida a costa del interesado, apercibiéndolo con la
imposición de alguna de las medidas de apremio que autoriza la ley....
En la práctica de las afianzadoras existen diversos documentos mediante los cuales el fiador
asume obligaciones frente al beneficiario, desde los documentos principales (pólizas
numeradas) hasta los documentos adicionales a las mismas.
Sin embargo, se ha llegado al extremo de que los documentos principales llegan a ser
contratos de orden normativo denominados pólizas maestras o globales, mientras que los
documentos adicionales se emiten a modo de verdaderas pólizas de fianza.
El problema que para el fiador, puede presentarse en la práctica es que por ejemplo: En el
procedimiento previsto por el artículo 96 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, si se
adjunta una copia simple de la póliza, comúnmente un documento de inclusión, (sin incluir una
copia del convenio de afianzamiento o de la póliza global o maestra), se estaría intentando la
acción sin cumplir con el presupuesto procesal que la Ley exige, puesto que no se estaría
adjuntando una copia simple de la póliza de fianza (sino sólo de un documento adicional a la
misma).
Por su parte también, para el beneficiario puede presentarse en la práctica es que al momento
de hacer valer su derecho frente al fiador, no cuenta con un tanto del documento que contiene
53
la póliza maestra y promueve con base en el documento de inclusión (acreditando su emisión
en términos del artículo 117 de la citada Ley), sin embargo, dado que esta póliza no contiene
todas las obligaciones y derechos que a su favor derivan de la póliza de fianza global, corre el
riesgo de ver debilitada su posición ante la falta de acreditamiento de los presupuestos
procesales.
En tal virtud, a efecto de evitar ambos riesgos es importante considerar que la obligación
concreta de pago que emite el fiador a favor de un beneficiario deberá documentarse en un
documento de los referidos por el artículo 117 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas y
sólo sus modificaciones podrán asentarse en documentos adicionales.
También que para que los contratos normativos o de afianzamiento resulten oponibles tanto al
fiador como al beneficiario, deberán ser mencionados expresamente en los textos de las
pólizas de fianza.
En ocasiones inclusive puede darse una interpretación al texto y otra diversa a la voluntad real
de las partes.
Cuando se presentan estas diferencias entre lo que el fiador estipuló en su texto, de lo que en
el fondo quiso decir (sea a su favor o en su perjuicio), surge la problemática de determinar
cual de las dos voluntades es la que deberá prevalecer: la expresada en la póliza de fianza o la
que el fiador en el fondo quiso externar.
Planiol106, justifica esta posición al considerar que en este caso la obligación del fiador se
traduce en una mera obligación natural, respecto de la cual no puede exigirse el cumplimiento,
pero que si se cumple entonces no había lugar a la repetición.
54
Por su parte Ripert107, considera que en virtud de esta subsistencia de la obligación del fiador,
cambia su naturaleza de fianza, para convertirse en una forma de obligar al fiador a título
principal, tomando a su cargo la obligación incumplida. No aclaran, la causa ni la razón de esta
mutación.
Al respecto, Lozano Noriega, descarta ambas sin llegar a ofrecer una solución clara en este
punto.
Por su parte el legislador ha considerado esta forma de solución la más adecuada al prever en
el segundo párrafo del artículo 1851 del Código Civil Federal, que prevalecerá la voluntad
interna por sobre la declarada.108
Asimismo, nuestros tribunales se han inclinado por esta tesis al afirmar que prevalecerá la el
querer interno de las partes en un contrato, a lo expresado por ellas..109
107 Idem.
108 Octava Epoca. Instancia: SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: I, Segunda Parte-1, Enero a Junio de 1988. Página: 309.
FIANZAS. SU INTERPRETACION DEBE REGIRSE POR LA VOLUNTAD DE LAS PARTES CONTENIDA EN LA ULTIMA
PRORROGA. Toda vez que la fianza es un contrato que debe regirse por la voluntad de las partes, cuando existan
diferentes prórrogas que modifiquen a la fianza original, debe tomarse en cuenta la voluntad de los contratantes
expresada en último término. SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 896/88. Fianzas Atlas, S.A. 15 de junio de 1988. Unanimidad de votos. Ponente: José Alejandro Luna
Ramos. Secretario: Agustín Tello Espíndola.
109 “Séptima Epoca. Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: 1 Cuarta Parte
Página: 14. ASOCIACION EN PARTICIPACION, PRUEBA DE LA EXISTENCIA DEL CONTRATO DE.... el contrato de
asociación en participación debe constar por escrito y que no estará sujeto a registro; pero...tiene forzosamente que
llegarse a la conclusión de que esa formalidad no es un elemento "ad solemnitatem", sino solamente "ad probationem"
y, consecuentemente, que la existencia del contrato puede demostrase por cualquier medio de prueba que ponga de
manifiesto la intención de las partes para celebrarlo, así como que para la apreciación de dichos medios probatorios,
debe estarse a la preeminencia de la voluntad, sobre su expresión material; esto es, a la voluntad interna, sobre la
voluntad declarada. Amparo directo 1072/67. Julio Granados Onofre. 22 de enero de 1969. Cinco votos. Ponente:
Enrique Martínez Ulloa. Sexta Epoca, Cuarta Parte: Volumen LII, página 76. Amparo directo 2287/59. Primo Martínez
Sánchez. 16 de octubre de 1961. Mayoría de tres votos. Relator: Mariano Azuela. Volumen XVIII, página 30. Amparo
directo 2977/57. José Salas Bretado. 8 de diciembre de 1958. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: José López Lira.
Volumen II, página 46. Amparo directo 6066/56. José Lunardi A. 23 de agosto de 1957. Cinco votos. Ponente: Mariano
Ramírez Vázquez.
“Quinta Epoca. Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: XLV. Página: 4584.
ERROR COMO VICIO DE LA VOLUNTAD. La doctrina ha planteado dos tendencias para apreciar el error, como vicio de
la voluntad de los contratantes: una, que ha concedido preeminencia a esa voluntad y otra, que se atiende
especialmente a la manifestación de ella, tal y como aparezca objetivada en los contratos celebrados; la primera ha
sido sustentada por los autores franceses, quienes la sintetizan en la forma siguiente; implicando, en efecto, la noción
de contrato, el concurso de dos voluntades internas, lo que hay que interpretar son esas voluntades; todo lo que las
acompaña, textos, palabras, escritos, no son más que los despreciables vestigios del proceso por el que se han dado a
conocer; y la segunda, que se expresa en los siguientes conceptos: entre la voluntad expresada y la voluntad interna,
no puede haber participaciones: es la primera la que debe prevalecer y la única que debe tenerse en cuenta, ella es la
que origina el contrato.... Amparo civil directo 4487/31. Fernández Poppert Amelia. 9 de septiembre de 1935.
Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Luis Bazdresch. La publicación no menciona el nombre del ponente.
55
2.3.- LA INTERPRETACIÓN DE LA PÓLIZA DE FIANZA.
A) Concepto.
B) Alcances de la interpretación.
La interpretación de las pólizas de fianza, como de cualquier acto jurídico, es esencial, puesto
que “....sin interpretación, no hay en absoluto ninguna posibilidad de que exista de hecho ni
funcione en la práctica ningún orden jurídico.”111
Esta noción no siempre ha sido aceptada, puesto que inclusive en la historia de la humanidad
han existido épocas en la cual no era aceptada la interpretación de las normas jurídicas, nos
referimos a las escuelas exégetas.
Ahora bien, la diversidad de métodos se justifica en función de la prioridad que en las diversas
épocas se le daban a los distintos elementos que permitían encontrar la solución a lagunas que
existían en la interpretación y aplicación de los contratos.
110 Tamayo y Salmorán, Rolando. ENCICLOPEDIA JURÍDICA MEXICANA. T. IV. Ob. Cit. P. 658.
56
de descubrir la norma contractual. Lo mismo que en el caso de las leyes, en el de los
contratos, testamentos...”114
Este elemento es importante en la búsqueda del querer del fiador inserto en el texto de la
fianza, dado que por más que se trate, nunca será posible insertar todas las cláusulas en el
texto de la fianza que permitan considerar que no quedan lagunas que las partes no previeron.
Por ello, uno de los principales elementos que puede utilizarse en la búsqueda de la voluntad
del fiador lo es la propia voluntad del beneficiario, puesto que es su necesidad de garantía,
aspiración precisamente lo que permite concluir sobre la intención final del fiador al emitir la
fianza.
Es claro, que la fianza se da para satisfacer una necesidad específica en una operación
comercial, esta necesidad no es la que pueda tener el fiador respecto del cobro de primas,
desde luego que sí lo es aquella que se vincula con la necesidad que tiene el beneficiario para
protegerse ante el incumplimiento de una obligación.
Por ello, siempre será trascendente en la búsqueda de la voluntad del fiador, la propia
voluntad del fiador.
Esto desde luego no implica que se admita que puedan considerarse incluidas en la cobertura,
obligaciones no consentidas por el fiador, sino que lo que se admite es que no puede pensarse
en que el fiador, al emitir una póliza, lo haga sin considerar en su cobertura una garantía
mínima de los riesgos que tenga el beneficiario ante el incumplimiento del fiado.
En la práctica, es común que al fiador se le presente un contrato, inclusive sin firma (por estar
aún en estudio), para efecto de trámite de la póliza, firmándose después el contrato celebrado
con el fiado. Ante el evento del incumplimiento, es lógico que no existirá una correspondencia
completa entre la fecha de celebración del contrato con aquella prevista en la póliza de fianza
(a modo de identificación del contrato).
Sin embargo, esto no quiere decir que no se encuentre garantizado el contrato celebrado por
el beneficiario con el fiador, dado que resultará evidente que su voluntad (del fiador) fue
precisamente que la póliza sirviera de garantía del contrato efectivamente celebrado y por ello
deberá entenderse la póliza de fianza, considerando este contrato y no aquel que se menciona
en el texto de la fianza.
57
En efecto, cuando el documento fuente no coincide con el objeto de la garantía, podemos estar
frente a situaciones que afectan o los elementos de existencia del la fianza como sus
elementos de validez ocasionando con ello posibles causas de inexistencia o de nulidad de la
póliza, con la consiguiente desventaja en perjuicio del beneficiario de la fianza.
En principio podría pensarse que tal diferencia resulta imputable al fiador, sin embargo es de
resaltar que quien acepta o no la póliza de fianza es el beneficiario y es por ello que este es
uno de los primeros cuidados que debe tener el beneficiario al recibir una póliza de fianza,
verificar que la misma tenga correspondencia en cuanto a objeto y partes del contrato principal
garantizado.
Nuestro tribunal según se puede apreciar en la siguiente tesis que se transcribe, ha externado
su opinión en el sentido de que la voluntad del fiador contenida en la póliza puede también ser
interpretada, de modo tal que produzca los efectos buscados por las partes, atendiendo a los
términos y condiciones del contrato principal, por lo que de haber diferencias entre la fianza y
el documento fuente (como ocurrió en este caso), prevalece el sentido del documento fuente.
Sexta Epoca.
Instancia: Segunda Sala.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: Tercera Parte, CXXX. Página: 24.
“El literal; que quiere atenerse al significado de las palabras de la ley, y que constituye un
imposible, porque interpretación literal es un absurdo...”115
58
García Maynez116opina que si “....el texto legal puede ser claro, tan claro que no surja ninguna
duda sobre el pensamiento de sus redactores. En tal hipótesis, debe aplicarse en sus
términos....”
“...trata de indagar cuál fue de hecho lo que el autor de la ley pensó, quiso decir y quiso lograr
con la norma por él elaborada....”117
García Maynez118, refiere a este método como interpretación lógica, en la cual el intérprete
debe descubrir el espíritu de la ley, para controlar, completar o restringir su letra, buscando el
pensamiento del legislador en un cúmulo de circunstancias extrínsecas a la fórmula y sobre
todo en aquellas que presidieron su aparición.
Y señala respecto de este método los siguientes medios auxiliares: examen de trabajos
preparatorios, exposiciones de motivos y discusiones parlamentarias, que dentro de nuestro
derecho es muy pobre dada la dificultad de llegar a discusiones fructíferas en las cámaras;
análisis de la tradición histórica y de la costumbre, a fin de conocer las condiciones que
prevalecían en la época en que la ley fue elaborada.
“Consiste, respecto de los casos que no parecen de hecho haber sido previstos por el
legislador, en indagar, tomando como base el espíritu y los criterios que animaron al
legislador, cual habría sido la voluntad de éste si efectivamente hubiese pensado en esos
casos; es decir, que consiste en no averiguar lo que el legislador pensó sobre determinado
punto que no tuvo a la vista, pues de hecho no pensó nada, sino en adivinar o imaginar lo que
habría pensado e intentado si hubiese tenido en cuenta tal punto.....”119
Sobre estos García Maynez120 señala dos principios fundamentales: el primero referido al
argumento en contrario, conforme al cual si el texto legal encierra una solución restrictiva, en
relación con el caso a que se refiere, puede inferirse que los no comprendidos en ella deben
ser objeto de una solución contraria; el segundo se refiere a que todos aquellos casos en que
existe una misma razón, debe aplicarse la misma disposición. “....establecer primero las
semejanzas entre un caso claramente cubierto por la ley y otro no previsto por ésta, investigar
entonces cuál es el criterio con el cual la ley enfoca el caso que previó y, finalmente, aplicar
ese mismo criterio al caso no previsto....”121
59
iv) Método objetivo.-
“....que consiste en ir a la caza del sentido que radica en la ley misma, en sus ideas y en las
consecuencias por ésta implicadas, fundándose en la suposición de que la acción creadora
humana...posee la virtualidad de dotar a sus productos de un sentido más profundo y de más
largo alcance de que el ...legislador columbra; así pues, ese método se propondría desentrañar
el sentido de las ideas contenidas en la ley, y construir con éstas un sistema acaso no
desenvuelto en todas sus partes por el legislador, tratando de ese modo de sacar nuevas
consecuencias a medida que se presentan nuevos casos, nuevas situaciones sociales no
previstas por el legislador.”122
v) Método histórico.-
“....que intentaría conseguir luz buceando en los antecedentes, para hallar lo que se reputa
como el más auténtico sentido de una institución.”123
Por su parte, también nuestra Carta Magna consigna principios fundamentales bajo los cuales
los tribunales están obligados a regir su práctica interpretativa, en concreto, “El párrafo tercero
del artículo 14 Constitucional no es sólo regla de interpretación sino de integración. Tiene
indudablemente el defecto de referirse de modo exclusivo al acto por el cual un negocio es
fallado, como si los problemas hermenéuticos, en esta materia, únicamente pudieran
presentarse cuando el juez dicta sentencia. La regla contenida en el artículo 19 del Código Civil
es más completa, ya que el citado precepto alude...a la interpretación y la integración de leyes
civiles...(dentro de las cuales se encuentra, la norma particular que deriva de un contrato de
fianza)...”124
“El párrafo cuarto del artículo 14 de la Constitución Federal dice...que en los asuntos del orden
civil la sentencia deberá ser conforme a la letra de la ley. ¿Quiere esto decir que las leyes
civiles han de interpretarse de manera puramente literal o gramatical? En nuestra opinión, la
primera parte del párrafo cuarto debe entenderse así: el juez civil ha de resolver, de acuerdo
con la ley, las controversias de que conoce, cuando aquélla prevé la situación jurídica
controvertida. Expresado en otro giro: el juez está ligado a los textos legales si éstos le
brindan la solución que busca.” En el mismo sentido diversas tesis.125
122 Idem.
123 Idem.
125 Séptima Epoca. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: 59 Tercera Parte.
Página: 29. FIANZA, CONTRATO DE. INTERPRETACION. El artículo 117, inciso c), de la Ley Federal de Instituciones de
60
Este primer criterio es considerado por nuestro Código Civil Federal, en sus artículos 1851 y
1852.126
127
En el mismo sentido diversas tesis de los órganos competentes:
Ahora bien, cuando el sentido de la voluntad es dudoso, debe el intérprete echar mano de
todos los recursos a su alcance, intervienen entonces las llamadas interpretación histórica,
interpretación lógica e interpretación sistemática. A ello aluden las palabras ‘o a la
interpretación jurídica’.
A este problema se refieren los artículos 1851 segundo párrafo, 1853, 1854 y 1855 del Código
Civil Federal.129
Fianzas, establece que las pólizas que expidan las compañías autorizadas contendrán las estipulaciones que convengan
las partes, agregando que no podrán contravenir lo establecido en esa ley ni en la mercantil. Esta última, por su parte,
tiene como supletorio el derecho común, de acuerdo con los artículos 2o. y 81 del Código de Comercio. Con base en
esa supletoriedad, para fijar la interpretación de las pólizas de fianza es aplicable el artículo 1851 del Código Civil
vigente en el Distrito y Territorios Federales, conforme al cual, si los términos de un contrato son claros y no dejan
lugar a duda sobre la intención de los contratantes, se estará al sentido literal de sus cláusulas; precepto este mismo
que, en su segundo párrafo, dispone: "Si las palabras parecieran contrarias a la intención evidente de los contratantes,
prevalecerá ésta sobre aquéllas.". Contradicción de tesis. Varios 360/72. Entre las sustentadas por el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Primer Circuito. 14 de noviembre de 1973. Cinco votos. Ponente: Jorge Saracho Alvarez
126 “ARTICULO 1851.- Si los términos de un contrato son claros y no dejan duda sobre la intención de los
contratantes, se estará al sentido literal de sus cláusulas....” Por su parte el ARTICULO 1,852.- “Cualquiera que sea la
generalidad de los términos de un contrato, no deberán entenderse comprendidos en él cosas distintas y casos
diferentes de aquéllos sobre los que los interesados se propusieron contratar.”
127 Sexta Epoca. Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: Cuarta Parte, LXXXVIII.
Página: 34. POLIZA GLOBAL DE FIDELIDAD ABIERTA. Cuando se trate de esta clase de pólizas, su pago definitivo no
deberá subordinarse a la existencia de una sentencia penal ejecutoriada contra el afianzado, por el delito o delitos
amparados en la póliza, porque así se desprende de una correcta interpretación del contrato de fianza base de la
acción y por la autonomía de la jurisdicción civil, respecto de la penal; además, si la compañía de fianzas no solicita
por escrito la colaboración del beneficiario y la aportación de mayores pruebas para el proceso, el pago de la póliza
que haga dentro de los sesenta días posteriores a la reclamación respectiva, demuestra que cuando pagó, estuvo
convenida de que se cumplieron todas las condiciones pactadas para la exigibilidad de su obligación y sólo podrá
alegar error, si de los datos, elementos y pruebas que se le entregaron, o de la investigación privada que practicare,
se desprendiere ese error, bien por conducta dolosa de la beneficiaria, por la demostración de su mala fe, o por la
omisión de algunos elementos de convicción necesarios para la procedencia del pago. Amparo directo 6475/63.
Compañía de Fianzas Interamericas, S. A. 16 de octubre de 1964. Cinco votos. Ponente: Rafael Rojina Villegas.
128 Sexta Epoca. Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: Cuarta Parte, LXXII.
Página: 37. ARRENDAMIENTO, OBLIGACIONES DEL FIADOR EN EL. Si en el contrato de arrendamiento el fiador
renuncia de una manera clara y precisa a los beneficios de orden y excusión, y en el mismo contrato se expresa que la
fianza no se extinguirá por prórroga o espera que sin consentimiento del fiador conceda el arrendador al arrendatario,
debe entenderse que se trata de los derechos que consagra el artículo 2846 del Código Civil, y no de los consignados
por el artículo 2488, si aquél y no este es el que se cita en forma expresa. En tales condiciones, la renuncia
únicamente puede estimarse válida por lo que ve a la prórroga o espera concedida en relación con el pago de rentas,
durante el tiempo de vigencia del contrato, y no puede ampliarse a los derechos que comprende el artículo 2488, el
cual tiene relación con una cuestión distinta, puesto que se refiere a la prórroga del contrato y a la tácita reconducción
y máxime si sobre este particular no se demuestra que exista ningún convenio en contrario. Por lo anterior, se debe
considerar que el fiador no está obligado a pagar las cantidades que por concepto de rentas causadas con
posterioridad a la conclusión del término fijado en el contrato, quede adeudando el arrendatario. Amparo directo
2854/59. Luz de la Flor viuda de Hamdam. 10 de junio de 1963. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: Mariano
Ramírez Vázquez.
129 “ARTICULO 1851.- ...Si las palabras parecieren contrarias a la intención evidente de los contratantes, prevalecerá
61
Ahora bien, respecto de la posibilidad de “....recurrir a la costumbre. Las reglas contenidas en
el Código Civil...revelan que ésta sólo puede ser tomada en cuenta, como pauta de solución de
los conflictos, cuando la ley expresamente lo autoriza...”130, según se puede ver en el artículo
1856 del Código Civil131, y sólo cuando la ley así lo permita de modo tal que no puede existir
una costumbre derogatoria de la ley.
“Otro problema planteado por el párrafo cuarto del artículo 14 Constitucional consiste en
determinar si las lagunas de la ley pueden llenarse por analogía....ya hemos demostrado que
la analogía no es método de interpretación, sino de integración, y que no ha de confundirse
con los principios generales....las lagunas de la ley civil pueden llenarse analógicamente, en
cuanto a la base del razonamiento por analogía es un principio general de derecho, que habría
que formular en estos términos: la justicia exige que dos casos iguales sean tratados
igualmente. Pero como el artículo 14 no habla expresamente de la analogía, como método de
integración, sino que alude en bloque a los ‘principios generales del derecho’, infiérese de aquí
que el juez civil no está obligado...a recurrir en primer término a ella...”132
Establece el artículo 1858 del Código Civil Federal que : “Los contratos que no estén
especialmente reglamentados en este Código, se regirán por las reglas generales de los
contratos; por las estipulaciones de las partes, y en lo que fueren omisas, por las disposiciones
del contrato con el que tengan más analogía de los reglamentados en este ordenamiento”.
Por su parte, establece el artículo 1859 del Código Civil Federal que: “Las disposiciones legales
sobre contratos serán aplicables a todos los convenios y a otros actos jurídicos, en lo que no se
opongan a la naturaleza de éstos o a disposiciones especiales de la ley sobre los mismos”.
131 ARTICULO 1856.- El uso o la costumbre del país se tendrán en cuenta para interpretar las ambigüedades de los
contratos.
62
Al comentar este punto García Maynez134 señala que “El artículo 14 Constitucional...dice que
‘en los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a...los principios
generales del derecho’. Si se acepta que la equidad es un principio general, el más general de
los principios del derecho, tendrá que admitirse que desempeña entre nosotros papel
supletorio...en los casos en que no hay ley aplicable a una situación especial, y el juez ha
agotado los recursos de la interpretación jurídica...debe inspirarse...en principios de equidad.”
Ahora bien, esta posible aplicación de la equidad debe darse con los límites del caso, ya que so
pretexto de actuar con equidad, “’Queda excluida...la posibilidad de aplicar un principio general
en contradicción con un principio particular’. En consecuencia, una resolución dictada de
acuerdo con criterios de equidad, en ningún caso deberá oponerse a los preceptos legales
existentes. Por la misma razón, el juzgador no está autorizado para corregir, so pretexto de
que su generalidad es fuente de injusticia en una situación concreta, las normas del derecho
positivo.”135 Sobre estos límites también ya se ha pronunciado la Suprema Corte de Justicia de
la Nación.136 Por otro lado, también transcribe en la obra que se cita la siguiente opinión del
máximo tribunal contenido en una tesis cuyo rubro no se indica “Mientras haya normas legales
de aplicación al caso, no hay por qué tratar de corregirlas, sustituyéndolas por un criterio
subjetivo; mientras la ley no haya reconocido positivamente los dictados de la equidad, éstos
no constituyen el derecho, y los jueces cometerían grave error si quisieran modificarla en
obsequio de aquélla....”
Consideramos plenamente aplicable a la contratación de la fianza, las ideas que sobre los
contratos bancarios transcribe Bonfanti137al señalar que “.....la buena fe recíproca que debe
existir entre los contratantes. Naturalmente que todos los contratos están regidos por el
principio de la buena fe, se encuentren o no normados en el derecho positivo respectivo; pero
es indudable, como lo señala Garrigues, que conforme a los usos el contrato bancario sea, en
mayor medida que ningún otro, un contrato de buena fe, basado en la recíproca confianza’.
Agregaríamos que la confianza hace al correcto funcionamiento del sistema financiero del país,
constituyéndose en la piedra angular sobre la que se fundamentan los institutos de este
133 Idem.
135 Idem.
136 Novena Epoca. Instancia: DÉCIMO TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER
CIRCUITO. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo: XVI, Noviembre de 2002. Tesis:
I.13o.A.66 A. Página: 1,119. CADUCIDAD. EL CUARTO PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 67 DEL CÓDIGO FISCAL DE LA
FEDERACIÓN, VIGENTE A PARTIR DEL PRIMERO DE ENERO DE MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y OCHO, TIENE COMO
FINALIDAD LA EQUIDAD FISCAL DE LAS PARTES QUE INTERVIENEN EN EL PROCEDIMIENTO RESPECTIVO. El que a
través de una reforma legislativa el artículo 67 del Código Fiscal de la Federación establezca que la figura jurídica de la
caducidad se interrumpe con la interposición del medio de defensa legal idóneo, significa que, además de que una vez
concluido dicho medio de defensa, puede reiniciarse el cómputo de la citada caducidad dentro del propio procedimiento
instrumentado, existe equidad entre las partes, en cuanto a la certeza y legalidad de las actuaciones acontecidas en el
mismo, toda vez que además de que el actor podrá contar con los medios legales idóneos para impugnar las
actuaciones de la autoridad fiscalizadora, a fin de que se emitan todas ellas conforme a derecho, también lo es que la
autoridad fiscal puede defenderse y sostener la legalidad de sus actuaciones, a efecto de cumplir su función primordial
que es la recaudación fiscal, la cual se genera logrando el cabal cumplimiento de todas las actuaciones
procedimentales y fiscales que la lleven a ello, ya sea a través del propio procedimiento o mediante los medios de
impugnación previstos en los ordenamientos legales aplicables al caso. DÉCIMO TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN
MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 6/2002. Dracco Internacional, S.A. de C.V. 31 de
enero de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Rosalba Becerril Velázquez. Secretaria: Carolina Acevedo Ruiz.
63
derecho...."138
A este respecto se deberá considerar la voluntad de las partes las que pueden plasmar la
voluntad.
Señala Aguilar Carbajal, al referirse a las cláusulas derogativas del régimen legal del contrato
que “....Pueden presentarse diversos casos y de diversa intensidad. A).- Las partes
contratantes pueden estipular, en su contrato la derogación de normas dispositivas o
supletorias. B).- Pueden las partes preparar las cláusulas generales de contenido esencial del
contrato,....C).- En ocasiones elaboran...esquemas contractuales redactados íntegramente por
las partes, sin remitirse siguiera a las normas legales....”139
“La costumbre es un uso implantado en una colectividad y considerado por ésta como
jurídicamente obligatorio; es el derecho nacido consuetudinariamente, el jus moribus
constitutum.” según Du Pasquier, citado por Eduardo García Maynez141
Geny (citado por García Maynez)142 la define como “un uso existente en un grupo social, que
expresa un sentimiento jurídico de los individuos que componen dicho grupo.”
En la práctica el alcance obligacional del texto de una póliza de fianza se interpreta de acuerdo
a los usos mercantiles, que son según Geny, “ ‘....de las prácticas, generales unas, otras
locales o profesionales, que concurren de un modo tácito en la formación de los actos jurídicos,
especialmente los contratos, y que, en virtud del principio de la autonomía de la voluntad, se
142 Idem.
64
sobreentienden en todos esos actos, inclusive, con algunas reservas, en los de carácter
solemne, para interpretar o completar la voluntad de las partes’. Algunos autores consideran
que los usos no son sino una variedad de la costumbre jurídica.”143
En la interpretación e integración de un texto, de conformidad por lo dispuesto por el artículo
10 del Código Civil Federal, prevalece el tenor de la ley, ya que “contra la observancia de la ley
no puede alegarse desuso, costumbre o práctica en contrario”.
Sin embargo, es importante considerar en esta interpretación por equidad los límites que la
propia legislación Civil impone, al considerar en su artículo 1857 que:
ARTÍCULO 1857.- Cuando absolutamente fuere imposible resolver las dudas por las
reglas establecidas en los artículos precedentes, si aquéllas recaen sobre circunstancias
accidentales del contrato, y éste fuere gratuito, se resolverán en favor de la menor
transmisión de derechos e intereses; si fuere oneroso se resolverá la duda en favor de
la mayor reciprocidad de intereses.
Si las dudas de cuya resolución se trata en este artículo recayesen sobre el objeto
principal del contrato, de suerte que no pueda venirse en conocimiento de cuál fue la
intención o la voluntad de los contratantes, el contrato será nulo.
Por su parte el artículo 1796 del Código Civil Federal; que prescribe que “Los contratos se
perfeccionan por el mero consentimiento, excepto aquellos que deben revestir una forma
establecida por la ley. Desde que se perfeccionan, obligan a los contratantes no sólo al
cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a las consecuencias que...son
conforme a la buena fe, al uso o a la ley.”
Esta norma es aplicable, al tenor de lo dispuesto por el artículo 113 de la Ley Federal de
Instituciones de Fianzas, cuyo tenor es:
Conforme a ello, es justo llegar a descubrir la voluntad interna del fiador, sin que ello implique
que se tengan que imponer obligaciones que no resulten de la naturaleza o las buenas
costumbres y en caso de duda deberá interpretarse el contrato en función de la mayor
reciprocidad de intereses.
En el mismo sentido existen diversos criterios, dentro de los cuales destacan los siguientes:
“Sexta Epoca.
Instancia: Segunda Sala.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación.
Tomo: Tercera Parte, XLI. Página: 37.
65
expresamente sólo se habló del "interés fiscal", ya que los contratos, en los términos
del artículo 1796 del Código Civil, no obligan únicamente a cumplir lo pactado de modo
expreso, sino también a las consecuencias que según su naturaleza, son
conformes a la buena fe, al uso o a la ley.
Sexta Epoca.
Instancia: Segunda Sala.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación.
Tomo: Tercera Parte, CVIII. Página: 103.
La interpretación de los actos jurídicos, como medio para encontrar el sentido de la voluntad
de las partes, no puede realizarse arbitrariamente, sino que la misma se encuentra constreñida
por tres principios generales:
En virtud de este, el contrato de fianza debe interpretarse de modo tal que produzca sus
efectos, que son la garantía que otorga el fiador para el caso de incumplimiento de la
obligación del fiado.
66
Este principio, desde la misma emisión de la póliza debe ser considerado, puesto que dado que
por la práctica es común otorgar la garantía inclusive cuando entre fiado y fiador aún manejan
proyectos del contrato definitivo, el cual, posteriormente será requisitado por ambas partes.
En efecto, es común que la póliza de fianza se emita en base a un mero borrador del
documento fuente, cuando la póliza se pacta como un requisito para la firma del contrato
definitivo, en estos casos suele ocurrir que al firmarse por el fiado y beneficiario la versión
final, ésta tenga cambios que hagan diferente la obligación presentada al fiador de aquella que
finalmente se pactó.
En este caso, empezaríamos a señalar que al ser un contrato distinto al presentado al fiador,
debe considerarse inválida la expresión de voluntad del fiador contenida en la póliza de fianza,
sin embargo, si de las obligaciones originalmente presentadas y las finalmente acordadas no
existe una modificación sustancial, deberá concluirse en todo caso que la fianza deberá
producir sus efectos, como si hubiere sido emitida para garantía del contrato finalmente
celebrado.
Por cambio sustancial se entiende aquel que incida sobre el objeto o que haga más gravosa la
obligación a cargo del fiado.
En virtud del principio señalado, si los términos en que se emite la fianza son claros, no debe
intentarse interpretación alguna, fuera de la exegética, dado que debe prevalecer la voluntad
expresa cuando coincide con la voluntad interna.
Para determinar el nivel de claridad de la póliza es pertinente tener presentes los comentarios
que hacíamos en el capítulo de alcance obligacional de la obligación fiadora, puesto que en las
pólizas de anticipo, calidad o judiciales, es evidente cuando existe claridad y cuando no.
En cambio, tratándose de las pólizas que garantizan cumplimiento, es difícil delimitar la zona
de las pólizas con texto claro y aquellas que no lo tienen, puesto que al utilizar la fórmula
“para garantía de todas y cada una de las obligaciones”, no deja claramente asentado ni el
alcance de la cobertura, ni las obligaciones concretas del fiado que se incluyen en ésta, ni las
responsabilidades a cargo del fiado que toma el fiador, pudiendo encontrarnos con
cumplimientos parciales en donde surge la pregunta ¿Procederá el reclamo de la póliza en su
totalidad o sólo se reclamará proporcionalmente? ¿En qué proporción? ¿Cómo se cuantificará
esta proporción tratándose de obligaciones cuyo incumplimiento no es cuantificable?
Respecto de este punto es evidente que el intérprete debe considerar, con apoyo en este
principio, que el fiador está obligado a cumplir con la garantía otorgada, sin embargo, debe
quedar al prudente arbitrio del interprete la cuantificación de la indemnización a cargo del
fiador para el caso del incumplimiento.
En este caso deberá tenerse presente el tenor del texto de la póliza de fianza, para tratar de
encontrar la voluntad del fiador, la cual deberá limitarse a lo expresamente pactado por el
fiador o que resulte de la naturaleza, de los usos y prácticas comerciales.
Ahora bien, si la póliza garantiza obligaciones concretas del contrato como penas
67
convencionales o daños y perjuicios derivados del incumplimiento, debe limitarse la garantía a
estos conceptos. 144
“...parte del supuesto de que en todo contrato de tracto sucesivo o con cumplimientos
diferidos en el tiempo, debe entenderse implícitamente consignada la cláusula...por virtud de
la cual el juez está facultado para reducir o suprimir totalmente las obligaciones de un deudor
en la medida en que acontecimientos imprevisibles al celebrar un contrato, vengan a modificar
las circunstancias de tal manera que el cumplimiento resulte excesivamente oneroso.”145
144 “Octava Epoca. Instancia: CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: XI, Marzo de 1993. Página: 241.
CONDICIONES PACTADAS EN LA POLIZA DE FIANZA, DEBE ESTARSE A LO DISPUESTO EN ELLAS...tratándose de
pólizas de fianza debe estarse al sentido literal de sus cláusulas, sin que pueda dársele otra interpretación que cause
perjuicio a los asegurados... CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 2524/92. Fianzas México, S. A. 19 de noviembre de 1992. Unanimidad de votos. Ponente: David
Delgadillo Guerrero. Secretaria: Clementina Flores Suárez.”
“Sexta Epoca. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: Tercera Parte, CXXXIV.
Página: 44. FIANZA...NO HA LUGAR A INTERPRETAR EL CONTRATO CUANDO LOS TERMINOS DE LA POLIZA SON
CLAROS. No es de tomarse en consideración la exposición de la fiadora en los agravios, en torno de la doctrina de la
interpretación de las pólizas y de los términos gramaticales, si no ha lugar a interpretar lo que aparece en el texto
claro y preciso, como lo es la forma, circunstancias y alcance en que se obliga en su fianza...Amparo en revisión
2950/63. Fianzas Monterrey, S. A. 15 de agosto de 1968. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: Felipe Tena Ramírez.”
“Octava Epoca. Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: XV, Febrero de 1995. Tesis: I.3o.A.583 A. Página: 168. FIANZA
OTORGADA PARA GARANTIZAR EL INTERES FISCAL. NO DEBE HACERSE EXTENSIVA HACIA CONCEPTOS QUE EN LA
RESPECTIVA POLIZA NO ESTEN EXPRESAMENTE MENCIONADOS COMO OBJETO DE GARANTIA, AUNQUE PARTICIPEN
DE LA MISMA NATURALEZA JURIDICA QUE LA PRINCIPAL OBLIGACION GARANTIZADA-...predomina la voluntad de las
partes contratantes, respecto de las contraprestaciones a que se obliguen aquéllas. Por tanto, para hacer efectiva la
fianza otorgada por alguna de las aludidas compañías debe atenderse únicamente a los términos literales de las
respectivas pólizas, sin que sea válido exigir el pago de conceptos que no hubiesen sido expresamente garantizados,
aunque éstos pudieran tener la misma naturaleza que la principal obligación objeto de garantía...TERCER TRIBUNAL
COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO. Revisión fiscal 1693/94. Afianzadora Insurgentes,
S.A. (Recurrente: Secretario de Hacienda y Crédito Público y otra autoridad). 24 de noviembre de 1994. Unanimidad
de votos. Ponente: Genaro David Góngora Pimentel. Secretario: Jesús García Vilchis.”
“Sexta Epoca. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: Tercera Parte, XCVIII.
Página: 20. FIANZAS, CAUSALES NO PREVISTAS EN LA POLIZA DE. Si del examen de una póliza de fianza se
comprueba que la garantía se otorgó previniendo dos posibilidades: que el fiado dejara de prestar servicios por
voluntad propia, o que lo hiciera por causas ajenas a ella, y estas últimas se señalan específicamente y consisten en
ser dado de baja por mala conducta, o por reprobar los exámenes finales del curso de entrenamiento, es evidente que
si el fiado dejó de prestar servicios por causa ajena a su voluntad, pero no fue por ninguna de las señaladas con
anterioridad, sino por demostrar poco espíritu para el servicio, este concepto no fue garantizado por la fianza aludida,
por lo que no es procedente la exigencia del crédito respectivo. Revisión fiscal 351/62. Afianzadora Cossío, S. A. 6 de
agosto de 1965. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: Pedro Guerrero Martínez.”
68
2.4.- LA INTEGRACIÓN DE LA PÓLIZA DE FIANZA.
Por integración entiende el maestro García Maynez146 al comentar que: “....la interpretación
sólo resulta posible cuando hay preceptos que deben ser interpretados. Pero puede
presentarse el caso de que una cuestión sometida al conocimiento de un juez no se encuentre
prevista en el ordenamiento positivo. Si existe una laguna, debe el juzgador llenarla. La misma
ley le ofrece los criterios que han de servirle para el logro de tal fin. Casi todos los códigos
disponen que en situaciones de este tipo hay que recurrir a los principios generales del
derecho, al derecho natural o a la equidad. Pero la actividad del juez no es, en esta hipótesis,
interpretativa, sino constructiva....”
Sobre el particular, nuestro legislador permite la integración al tenor de los artículos 1853,
1854, 1855, 1856 y 1857 del Código Civil Federal, mediante los cuales da herramientas al
juzgador para desentrañar la voluntad de las partes que no puede encontrarse en virtud de
existir lagunas que lo impiden.
La solución final es la contemplada en el artículo 1857 del Código Civil Federal, mediante el
cual se resuelve a favor de la mayor reciprocidad de intereses.
La integración es dable tratándose del texto de una póliza de fianza, pero sólo sobre elementos
accidentales o cláusulas naturales, dado que las cláusulas esenciales, por su importancia no
pueden ser objeto de integración.
Es común que en los textos de las pólizas, los beneficiarios soliciten al fiador renuncia de
derechos que se le reconocen al fiador; sin embargo, estas renuncias no son válidas en todos
los casos.
Sólo procederán las renuncias de aquellos derechos que se consideran referidos al interés
privado147, por el contrario, no podrán ser renunciados aquellos derechos que van referidos al
interés público.148
147 Se define como de Interés privado, el conjunto de pretensiones tuteladas por el derecho que tiende a satisfacer
las necesidades específicas de determinados individuos y grupos sociales. Cornejo Certucha, Francisco M. Diccionario
Jurídico Mexicano. Tomo I-O. p. 1779.
148 Se define como interés público, el conjunto de pretensiones relacionadas con las necesidades colectivas de los
miembros de una comunidad y protegidas mediante la intervención directa y permanente del Estado. Cornejo
Certucha, Francisco M. Diccionario Jurídico Mexicano. Tomo I-O. p. 1779.
69
ARTICULO 6º.- La voluntad de los particulares no puede eximir de la observancia de la
ley, ni alterarla o modificarla. Sólo pueden renunciarse los derechos privados que
no afecten directamente al interés público, cuando la renuncia no perjudique
derechos de tercero.
ARTICULO 1o.- La presente Ley es de interés público y tiene por objeto regular la
organización y funcionamiento de las instituciones de fianzas; las actividades y
operaciones que las mismas podrán realizar; así como las de los agentes de fianzas y
demás personas relacionadas con la actividad afianzadora, en protección de los
intereses del público usuario de los servicios correspondientes.
Sin embargo, consideramos que esta afirmación debe ser vista con los límites propios a la falta
de técnica legislativa que existe en la sistematización de las normas que rigen esta figura.
Recordemos que la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, básicamente contiene dos grupos
de normas: las referidas a la estructura orgánica, financiera y de operación de las Instituciones
de Fianzas y las referidas a los derechos y obligaciones que derivan del contrato de fianza en
las relaciones entre fiado, fiador y beneficiario.
Conforme a ello, puede afirmarse que dentro de este cuerpo normativo se encuentran normas
que regulan relaciones entre particulares y por otro lado también se encuentran normas que
regulan la satisfacción de necesidades colectivas o tutela a las mismas.
Las primeras serán aquéllas referidas a los derechos y obligaciones que derivan del contrato de
fianza en las relaciones entre fiador, fiador y beneficiario, que por definición y al encontrarse
derecho de particulares en juego, son estimadas de interés privado y por ende renunciables.
Las segundas, son las referidas a las relaciones de subordinación entre las Instituciones de
Fianzas y el Estado, por lo que serán consideradas de interés público y por ende
irrenunciables.
Son renunciables, todos los derechos que a favor del fiador derivan de otras normas y que sólo
se refieren a las relaciones particulares entre el fiador y las demás personas que tienen
relación con la operación de la fianza.
70
D) ¿Y si se renuncia algún derecho que no podía ser renunciado?
Las renuncias deberán darse satisfaciendo los requisitos del artículo 7 del Código Civil Federal:
Las renuncias, por definición sólo pueden darse en forma de renuncia, no de sumisión o
aceptación, tampoco pueden darse en forma tácita, ya que sólo expresamente puede tenerse
la seguridad del derecho que se renuncia.
Serán expresas las renuncias, cuando éstas se den cumpliendo los requisitos previstos por la
fracción I del artículo 1808 del Código Civil Federal:
ARTICULO 1803.- El consentimiento puede ser expreso o tácito, para ello se estará a lo
siguiente:
I.- Será expreso cuando la voluntad se manifiesta verbalmente, por escrito, por
medios electrónicos, ópticos o por cualquier otra tecnología, o por signos
inequívocos, y
Dadas las características de las pólizas de fianza y de acuerdo al tenor del artículo 117 de la
Ley Federal de Instituciones de Fianzas, las renuncias deberán constar en el propio texto de la
póliza, sin que sea válido presumir renuncias que el fiador expresamente no hubiere pactado
en la misma.
71
H) Reglas de irrenunciabilidad por imposibilidad jurídica de la
renuncia.
Resulta la imposibilidad jurídica, al tenor del artículo 1828 del Código Civil Federal:
Serán irrenunciables aquellos derechos que deriven a favor del fiador y que sean consecuencia
natural de la obligación garantizada y cuya realización constituya un obstáculo insuperable
para la renuncia solicitada al fiador, p ej.: tratándose de obligaciones de pago y garantía de
pago, es evidente que el fiador no podrá renunciar a la reducción de la obligación del fiado ni
de la propia, en la medida en que la obligación principal se cumpla, dado que la extinción
parcial la obligación del deudor y del fiador es consecuencia directa e inmediata de una norma
que rige a la obligación principal.
2.6.- LA SIMULACIÓN.
Al mencionarse el tema del consentimiento del fiador, se resaltaba que uno de los principales
problemas ante los que se presenta la actividad del sector es el de la simulación, que llega a
afectar en forma esencial la póliza emitida, por afectar uno de los elementos esenciales de la
misma: el consentimiento.
A) Concepto.
La definición de simulación la proporciona el artículo 2180 del Código Civil Federal, el cual
prescribe:
ARTICULO 2180.- Es simulado el acto en que las partes declaran o confiesan falsamente
lo que en realidad no ha pasado o no se ha convenido entre ellas.
Ferrara149 la conceptúa como “...hacer aparecer lo que no es, mostrar una cosa que realmente
no existe...simular es hacer similar, dar aspecto y semejanza a lo no verdadero....”
Por su parte nuestros tribunales han definido a la simulación en los siguientes términos:
“Sexta Epoca.
Instancia: Tercera Sala.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación.
Tomo: Cuarta Parte, CXII.
Página:153.
149 Ferrara, Francisco. LA SIMULACION DE LOS NEGOCIOS JURIDICOS. Traducida de la 5a. Ed., Orlando Cárdenas
Editor, S.A. de C.V. 1997. Irapuato, Gto. P. 59.
72
intencional entre "la voluntad interna" y la "voluntad declarada". Lo interno que es lo
querido y deseado entre las partes, esta en oposición a lo externo o declarado, que
conscientemente no es lo querido por ellas.
Octava Epoca.
Instancia: QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación.
Tomo: I, Segunda Parte-2, Enero a Junio de 1988
Página: 678.
Como se aprecia, la noción de la simulación va de la mano del error del fiador, el cual, por
razón de maquinaciones o simplemente de mala fe del fiado, cae en el error respecto de la
realidad de la operación garantizada, pudiendo esta no existir o ser diferente a la planteada.
Esto es así dada la propia naturaleza de acto jurídico que tiene la celebración del contrato de
fianza, ya que la voluntad real de las partes es el elemento fundamental de la supervivencia
del acto.
Esto nos lo resalta Georges Lutzcesco150, al señalar dentro de las condiciones de eficacia del
acto jurídico lo siguiente: “Desde luego nos hace pensar en la distinción relativa a la
discriminación que debe hacerse entre los sucesos que han reunido el carácter de hechos
jurídicos...El elemento que puede servirnos de criterio es la intención: el hecho jurídico será,
pues, un acto jurídico, si la manifestación de voluntad se ha realizado con la ‘intención’ de
quien se obliga. Esta intención podrá estar fundada, en el deseo de gratificar, o en el de recibir
una cosa a cambio de otra del mismo valor; el acto tomará de esta suerte, el carácter de
disposición a título gratuito, o el de disposición a título oneroso....Debe admitirse que el acto
jurídico es, ante todo, un acto de voluntad.”
Continúa señalando el autor en cita que el acto jurídico para ser eficaz requiere condiciones,
las que son: “....debe...haber surgido del consentimiento de la parte que se obliga. Y el
consentimiento debe...manifestarse respetando dos clases de condición: no debe ser dado por
error, sorprendido por dolo, o arrancado por violencia...(entre otras)....”151
150 Lutzcesco, Georges. TEORIA Y PRÁCTICA DE LAS NULIDADES. Ed. Porrúa. 7a. Ed. México, 1993. P. 29.
73
Ahora bien, también es importante resaltar la dificultad de la prueba de la simulación, puesto
que si bien es cierto es un acto positivo, no es dable su prueba directa, sino que siempre se
acreditará mediante prueba indirecta o indiciaria, ya que la apariencia del acto es lo que
aparece ante los ojos del fiador y de terceros, por lo que el acto que subyace deberá
acreditarse mediante la prueba de la intención de ocultar el mismo.
Sobre este punto se han emitido diversas tesis que destacan la prueba presuncional como la
reina para esta clase de ineficacias.
“Quinta Epoca.
Instancia: Segunda Sala.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación.
Tomo: LXXIII. Página: 2568.
Tratándose de una póliza de fianza obtenida bajo la apariencia de actos simulados, los eventos
más comunes de simulación ocurren:
c) Las partes pretenden que con la fianza, se garanticen adeudos anteriores, sin que el
74
fiador lo sepa, para lo cual las partes celebran un aparente nuevo contrato cuyo objeto
podrá coincidir o ser diferente al anterior, con la particularidad que aún estará
pendiente de vencimiento, aunque en la realidad ya se haya incumplido.
d) Las partes disfrazan el objeto del contrato, de modo tal que llegan a ser realmente
contratos de inversión, prestamos o recompensa y se ocultan bajo la apariencia de un
contrato de arrendamiento, obra, prestación de servicios, etc. (fianzas de cumplimiento
y anticipos).
e) Las partes celebran el contrato, ocultando al fiador que el beneficiario y el fiado son
parte de un mismo grupo económico, de modo tal que el incumplimiento del fiado,
favorece a éste último y al mismo beneficiario, quien con la indemnización que pueda
realizar con cargo a la fianza resarcirá este daño. En este punto, se vuelve esta figura
una forma de lucrar a costa de las Instituciones de Fianzas, puesto que al ser un mismo
grupo, la disposición del fiado y la indemnización por la fianza, coinciden en el mismo
beneficiario de estos recursos.
f) Existen casos de simulación, en las que se ha desarrollado técnica por parte del
propio beneficiario, quien busca la garantía de las instituciones de estos riesgos, bajo
los siguientes esquemas: (1) Anticipos que son en realidad prestamos, y cuya
amortización o inversión sólo puede darse en moneda de curso legal, no puede darse
por vía de ejecución de obra o del contrato; (2) Aparentes penas convencionales, que
en realidad se dan por el 100% del valor del contrato y cuyo fin real es reembolsar a
quien prestó dinero al fiado, en el caso de que este incumpla, constituyendo éstas
fianzas de crédito y (3) Garantías de cumplimiento cuyo objeto es el destino de
recursos a un fin determinado, con la obligación del fiador de pagar para el caso en que
no se cumpla con este destino.
Todos estos eventos afectan sustancialmente la obligación que pudiere derivar a cargo del
fiador, por lo que las mismas, en caso de actualizarse, deberán traer, necesariamente, como
consecuencia la inexistencia de la fianza.
Por tal razón estos puntos deberán ser analizados exhaustivamente a efecto de que en la
redacción de los textos de las pólizas no se presente un problema que conlleve a la
inexistencia de la póliza, al existir error en la voluntad externada por el fiador.
B) Clases.
La segunda se da cuando el acto subyacente existe, aunque es diverso al que manifiestan las
partes y por lo mismo no existe una congruencia entre la obligación principal y la obligación
garantizada.
75
ARTICULO 2181.- La simulación es absoluta cuando el acto simulado nada tiene de
real; es relativa cuando a un acto jurídico se le da una falsa apariencia que oculta su
verdadero carácter.
76
CAPÍTULO TERCERO.- CLÁUSULAS QUE PUEDEN CONTENER LAS
PÓLIZAS DE FIANZA.
El texto de una póliza de fianza, cumple la función de externar la voluntad del fiador en el
sentido de cómo y por cuanto está asumiendo obligaciones frente al beneficiario de la póliza.
Serán aquellas que describirán el objeto mismo de la garantía y que permitan conocer en
forma clara la expresión de voluntad del fiador en el sentido de asumir la obligación por el
fiado.
“La ley dice que las cláusulas esenciales se considerarán puestas aunque no se expresen;
disposición que no es correcta pues, por ejemplo, en el caso de la compraventa, el precio y el
bien objeto del contrato deben especificarse en forma concreta”.152
Estas cláusulas son irrenunciables, ya que su falta provoca la imposibilidad jurídica del
nacimiento del contrato....” 153
Tratándose de una póliza de fianza, necesariamente deberán insertarse en su texto y serán del
siguiente tenor:
A) En cuanto al consentimiento.
Siguiendo a Ramón Sánchez Medal,155 se deberá cuidar que los textos de las pólizas de fianza
cubran los siguientes supuestos:
Deberá externarse en los mismos, una “....voluntad...seria y precisa, ya que una promesa por
simple juego o de broma....(que sería el caso de no entender la obligación que se pide
garantizar)...no constituye la voluntad de obligarse....” Por otro lado, debe cumplirse con que
152 Pérez Fernández del Castillo, Bernardo. DERECHO NOTARIAL. Editorial Porrúa. 4a Ed. México, 1989. P. 239.
153 Idem.
77
la “....voluntad se exteriorice...”, puesto que el fiador empresa, conforme se dispone por el
artículo 117 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, no puede asumir obligaciones en
forma tácita, sino sólo lo hace en forma expresa mediante la emisión de pólizas numeradas;
finalmente, deberá buscarse que esa voluntad externada en la póliza, coincida con la voluntad
interna del fiador, que se logrará mediante el cumplimiento de la obligación de proporcionar al
fiador todos los elementos que le permitan el conocimiento y la evaluación de riesgo respecto
de la operación cuya garantía se solicita.
B) En cuanto al objeto.
“En la fianza podemos hablar de un objeto directo o indirecto. El objeto directo viene a ser la
obligación subsidiaria que contrae el fiador y que consiste en pagar por el deudor, si éste no lo
hace. El indirecto consiste en la obligación de dar que sume el fiador, relativa al pago de cosa
debida.”156
Sin embargo, en la delimitación del objeto debe considerarse que “....la fianza puede ser
otorgada en garantía de una obligación futura, sin que sea necesario que su importe se limite a
una suma fija, pudiendo referirse al importe de las obligaciones que contrajere el deudor. …si
las partes celebran un contrato sobre una obligación que aún no nació, no saben cuál es el
riesgo asumido y, por lo tanto, se trataría de un compromiso peligroso. Por esta razón...la
fianza debe ser determinada aunque la obligación afianzada no lo sea...El objeto de la fianza
puede ser una obligación que aún no existe...pero debe tener siempre un objeto
determinado...Con razón critica Borda una jurisprudencia que consideró legítima una fianza
otorgada para todas las operaciones que el afianzador realizara con determinada persona,
aunque el crédito fuera incierto y no se estableciera límite de cantidad....”158
En la práctica las Instituciones de Fianzas tiene previamente numerados los documentos en los
que se incluirán las pólizas de fianza, resultando en ocasiones que utilizan dos o más
documentos o pierden algún número consecutivo por algún error en la impresión, de modo tal
que la póliza se imprime en el siguiente número consecutivo, resultando de ello diferencias
entre el número que identifica a la póliza de fianza del número que le corresponde al
78
documento en el que se contiene.
Es decir, puede ocurrir que para imprimir la póliza número 1 se utilicen los documentos de folio
1 y 2 (por ser extenso su texto). En ocasiones puede confundirse el intérprete de la póliza
sobre el número con el que se identifica ésta.
Por lo anterior, deberá ser clara la fianza al distinguir el número de póliza que le corresponde
del número de documento o documentos en los que se transcribió.
Las Instituciones de Fianzas otorgan las fianzas mediante folios numerados, en los que se
contiene la póliza de fianza.
Por otro lado, cuando se emiten endosos a las pólizas de fianzas, se presenta la situación de
que el número de documento que identifica al endoso no coincide con el que identifica a la
póliza inicial, trayendo esto la consecuencia de que ante los órganos jurisdiccionales estos
endosos (que pueden ser de ampliación, modificación, etc.), toman individualidad respecto de
la póliza original y son interpretados en ocasiones, como incrementos a la suma afianzada.
Esto genera la problemática de duplicar las coberturas y propiciar un lucro indebido del
beneficiario, por lo que se sugiere que se inserte, a modo de protección para la Institución de
Fianzas, en el documento del endoso el objeto del mismo, y las condiciones finales en que
quedará la fianza inicial (incluyendo las modificaciones del endoso).
En este punto se resalta que el nombre deberá coincidir con aquél que figura como deudor en
el contrato principal o en el documento fuente, dado que cualquier diferencia puede dar lugar a
problemas de identificación y de presunción de inexistencia de la obligación.
A modo de ejemplo señalamos casos en los que se emite una fianza por un fiado determinado,
sin que este sea el que finalmente celebre el contrato principal. En este supuesto y conforme al
principio de accesoriedad, no existirá tampoco la obligación a cargo del fiador, al no existir la
obligación a cargo del fiado que describe la póliza de fianza.
En este punto se resalta que el nombre deberá coincidir con aquél que figura como acreedor
en el contrato principal o en el documento fuente, dado que cualquier diferencia puede dar
lugar a problemas de identificación y de presunción de inexistencia de la obligación.
A modo de ejemplo señalamos casos en los que se emite una fianza por un beneficiario
determinado, sin que este sea el que finalmente celebre el contrato principal. En este supuesto
y conforme al principio de accesoriedad, no existirá tampoco la obligación a cargo del fiador, al
no existir la obligación a favor del beneficiario que describe la póliza de fianza.
Sin embargo, a diferencia del punto anterior la regla mencionada tiene su variantes, cuando se
utiliza la leyenda y/o y además se inserta un beneficiario sustituto.
En estos casos, dado que se distingue quien resulte beneficiario de quien tiene la legitimación
para realizar el cobro de la fianza, es posible que exista un beneficiario diverso al acreedor del
crédito frente al deudor, p. ej.: fianzas que garantizan reparación del daño. El beneficiario real
79
es la víctima del delito y quien tiene la legitimación para hacerla efectiva es el Juzgado que
conoció del procedimiento, por conducto de la autoridad ejecutora competente.
Este dato permitirá conocer el monto máximo por el cual el fiador asume la obligación frente al
beneficiario.
Este monto debe describirse de modo tal que no quede duda de la cantidad máxima que el
fiador llegará a pagar para el caso de incumplimiento de la obligación, así como la moneda de
pago de su obligación.
Es deseable, a efecto de precisar con claridad el derecho que tendrá el beneficiario frente al
fiador, es decir, señalar claramente el alcance obligacional y la forma en que el fiador
indemnizará al beneficiario ante el incumplimiento: Si se hará efectiva la fianza en términos
del artículo 2800 del Código Civil Federal, si la fianza se hará efectiva por los daños y
perjuicios que resulten del incumplimiento, si se hará efectiva por las penas convencionales o
si se hará efectiva por los saldos que resulten a cargo del fiado ante el incumplimiento.
Un caso muy claro de esta situación se presenta en los casos de garantía de anticipos y sus
accesorios, en los que la fianza se reduce en la medida en que tuvo lugar la inversión o
amortización del anticipo, sin embargo, en virtud del incumplimiento y de la falta de inversión
o amortización, resultarán a cargo del deudor intereses, los que reinstalaran el monto original
garantizado, inclusive hasta llevarlo a su límite original.
La identificación corresponderá al número que las partes del mismo le hubieren dado y su
denominación deberá corresponder a la que le hubiere sido presentada al fiador.
80
Es importante en este punto que la denominación corresponda con el clausulado del contrato,
dado que no debe el beneficiario de la póliza asumir que porque el fiador asentó en el texto de
la póliza la garantía sobre un contrato determinado, que no tendrá razones posteriores para
invocar el error si la denominación que le fue proporcionada no corresponde con el clausulado
del mismo.
Por tal razón puede no corresponder en su fecha el contrato celebrado con aquél descrito en el
texto de la póliza, sin que ello implique merma de derechos del beneficiario, siempre y cuando
existan otros elementos para vincular la póliza fianza con el contrato cuyo incumplimiento se
pretende vincular a la misma.
x) Descripción de la obligación del fiado así como el objeto del contrato principal.
Lo anterior deberá hacerse en forma amplia, puesto que no bastará para cumplir con esta
precisión el señalar la fecha o la denominación del contrato, puesto que como comentábamos,
comúnmente se presenta al fiador para el trámite de la fianza un borrador o proyecto del
contrato que finalmente se celebrará y como consecuencia de ello es común que no
corresponda la fecha que el fiador plasma en su texto con la fecha en que realmente se celebró
el contrato.
Por ello, deberá identificarse el contrato en cuanto a su objeto y partes a fin de ampliar los
medios para interpretar y encontrar la voluntad del fiador.
Ahora bien, tratándose de operaciones de crédito, es importante que forme parte del texto de
la fianza la descripción de la obligación del fiado frente al acreedor que consiste básicamente
en el pago de una cantidad cierta.
La inserción en el texto de esta precisión impide que se considere que al fiador le fue ocultada
la naturaleza de la obligación del fiado frente al beneficiario de la fianza.
81
Este dato es importante cuando se trata de obligaciones ya vencidas al momento de la emisión
de la póliza de fianza o de vencimiento cercano a la fecha de emisión, ya que con esta
precisión el beneficiario tiene seguridad respecto de que el fiador asumió la garantía de una
obligación en tales condiciones.
Con esta precisión en el texto de la fianza se evitará que el fiador caiga en el error y que la
póliza emitida se encuentre afectada de nulidad.
Por su parte, de ser interés del beneficiario el que el fiador asuma una obligación retroactiva,
también deberá constar esta circunstancia en el propio texto de la fianza.
En caso de que las partes no hubieren previsto a partir de cuando empezará a computarse esta
cobertura, deberá prevalecer el criterio de considerar como margen temporal el que
corresponde a la fecha de emisión de la póliza, salvo que del texto de la propia fianza se
desprenda que el fiador tenía conocimiento que la obligación cuya garantía le fue solicitada
tenía como fecha de vencimiento una fecha previa a la de emisión de la propia póliza de fianza.
Por vigencia del contrato principal se entiende el plazo dentro del cual estará surtiendo efectos
entre fiado y beneficiario.
Es importante que dentro del texto de la fianza se inserte el plazo de vigencia de la misma,
para seguridad del fiador, cuando se trate de obligaciones de tracto sucesivo o cuya ejecución
pueda darse diferida en el tiempo respecto de una póliza de fianza revolvente.
Así un contrato de arrendamiento de dos años, con una póliza sin vigencia cerrada, continuará
en vigor y produciendo efectos, durante el plazo mismo de los dos años.
Así un contrato de suministro, con una póliza sin vigencia cerrada, continuará en vigor y
produciendo efecto, durante el plazo mismo del contrato de suministro.
82
Por otro lado, también resulta importante la vigencia de la póliza para efecto de definir a partir
de cuando inicia el cómputo del plazo de caducidad previsto por el artículo 120 de la Ley
Federal de Instituciones de Fianzas.
La vigencia de la póliza de fianza deberá constar expresamente, cuando las partes pretendan
que la caducidad de la obligación a cargo del fiador se compute a partir de la terminación de
esta vigencia (a falta de otro plazo pactado).
Por otro lado, cuando las partes busquen que la caducidad de la póliza de fianza se dé a partir
del día en que incurrió en incumplimiento el fiado, no deberá mencionarse la cláusula de
vigencia de la póliza de fianza.
“La Ley considera implícitas en los contratos una serie de cláusulas derivadas de normas que
supletoriamente son aplicables al contrato por que dependen de su tipo o naturaleza. Son
cláusulas supletorias que se pueden renunciar o cambiar siempre y cuando la renuncia se haga
en términos claros, precisos y no vaya en contra de las leyes de orden público y de las buenas
costumbres.”159
Al no existir una Ley del Contrato de Fianza, casi todas las normas supletorias que se aplican a
la figura en estudio derivan de otras fuentes, inclusive diversas a la propia Ley Federal de
Instituciones de Fianzas.
83
En efecto, al no conocer el beneficiario (dada su dispersidad), las causales de extinción que
afectan a la póliza de fianza, ve truncado su interés legítimo para hacer efectiva una póliza de
fianza.
“El fiador puede oponer al acreedor todas las excepciones inherentes a la obligación principal y
a la fianza, mas no las que sean personales del deudor, tal y como lo preceptúa el artículo
2812 del Código Civil.”160
Al extinguirse la obligación del fiador, al mismo tiempo que la del deudor y por las mismas
causas que las demás obligaciones (artículo 2842 del Código Civil Federal).
Por tanto cuando las partes no pactan lo contrario, debe entenderse como cláusula natural del
contrato de fianza, la posibilidad del fiador a oponer al beneficiario las excepciones que tenga
el fiado frente a éste último.
Esto prevalece inclusive, aún cuando el deudor hubiere renunciado a las excepciones, según se
dispone por el artículo 2813 del Código Civil Federal.
ARTICULO 2185.- Tiene lugar la compensación cuando dos personas reúnen la calidad
de deudores y acreedores recíprocamente y por su propio derecho.
“El fiador puede utilizar la compensación de lo que el acreedor deba al deudor principal, pero
éste no puede oponer la compensación de lo que el acreedor deba al fiador (artículo 2199 del
Código Civil Federal).
“La razón de que el fiador sí pueda utilizar la compensación de lo que el acreedor deba al
deudor consiste en que, cuando las personas reúnen las cualidades de acreedor y deudor
recíprocamente y por su propio derecho, opera la compensación por ministerio de ley y...se
extingue la obligación principal con todas las correlativas. Dichas consecuencias están
previstas en los artículos 2185 y 2194 del Código Civil para el Distrito Federal...(actualmente
84
Código Civil Federal)....”161
La consecuencia será la que previene el artículo 2186 del Código Civil Federal:
Ahora bien, de haberse renunciado este derecho por parte del fiado, tampoco podrá el fiador
invocar este beneficio.
Por tal razón, cualquier pago que realizara el fiador con motivo de renuncia unilateral a la
compensación, sin que la misma se corresponda con la renuncia relativa al fiado, conllevará a
pagos de lo indebido que no le resultarán oponibles al fiado.
Ahora bien, en virtud del principio de la accesoriedad, no podrá ser obligado el fiador a
responder del importe de la garantía, puesto que la renuncia será nula al no haber sido
correspondida por la consiguiente renuncia de la compensación por parte del fiado.
Este supuesto se actualiza cuando el beneficiario, es al mismo tiempo fiado del fiador en otra
operación diversa, y tiene saldo con la Institución de Fianzas, con motivo de la procedencia y
pago del reclamo. El saldo que a su favor deriva como beneficiario, se compensa con el
importe que con el fiador tiene como fiado. La acción de reembolso se iniciará no ya contra ese
beneficiario-fiado, sino contra el otro fiado que no es el beneficiario.
161 Idem.
85
Puede también el fiador pactar con el beneficiario, mediante la inserción de una cláusula en
este sentido, que la compensación sólo proceda respecto de adeudos derivados del mismo
contrato objeto de la garantía o en su defecto, aplicaría la regla general en el sentido de que
procederá la compensación respecto de cualquier saldo líquido y exigible que exista entre
ambas partes. En este sentido, deberá estar correspondida esta cláusula, con la
correspondiente a renuncia del fiado.
“Si se confunden en una misma persona las cualidades del acreedor y deudor se extingue la
obligación principal, y por consiguiente, la fianza; pero si la confusión cesa, la obligación
renace y también la garantía (Art. 2206 del Código Civil Federal).
En consecuencia, la fianza se extinguirá, pues no tiene ningún sentido que el fiador, sea
acreedor y deudor de la misma persona.
Esta cláusula, se tiene como natural en el contrato de fianza, por lo que no necesita inserción
alguna para que opere. Por otro lado, no es dable renuncia a la misma, por razón de que
cualquier renuncia implicará la actualización de la imposibilidad jurídica, por ser contrario a
una regla que naturalmente debe regir su actualización.
86
aprovecha a los otros (Artículo 2211 del Código Civil Federal).162
b).- Las derivadas de sucesiones en las que estén involucrados derechos a favor de
menores;
e).- Las de carácter civil que tengan como beneficiario a personas físicas o morales que
no se dediquen a actividades empresariales; ....”
Conforme a ello, no es dable pacto alguno sobre las posibles indemnizaciones a cargo del
fiador, sino sólo hasta que se hubiere generado ésta, por ello no puede insertarse en el texto
de la fianza tasa alguna que sea diferente a la que prescribe el artículo 95 bis de la Ley Federal
de Instituciones de Fianzas.
En tal virtud la cláusula que refiera a los intereses deberá señalar solamente que se estará a lo
dispuesto por el artículo 95 bis de la ley Federal de Instituciones de Fianzas y cualquier pacto
en contrario será nulo.
87
E) Cláusula referente a la novación.
Respecto de esta cláusula no es válida renuncia alguna y por ello, no operará en los textos de
las pólizas la que se pretenda hacer, dado que resulta en un imposible jurídico; no obstante,
como se señalaba puede el fiador dar su consentimiento a continuar garantizando la nueva
obligación.
La prescripción de la obligación puede ser opuesta por el fiador, aunque el deudor hubiere
renunciado a ella (Artículos 1147 y 2813 del Código Civil Federal).
Lo anterior constituye una excepción al carácter accesorio de la fianza, pues es lógico suponer
que si el deudor renuncia a la prescripción, no se extingue la obligación, ni tampoco la fianza,
que es un contrato accesorio; pero el legislador ha querido establecer una excepción más al
carácter accesorio de la fianza, por una razón de justicia, con el objeto de que el fiador no
resulte perjudicado en la renuncia a la prescripción que haga el deudor....”164
En los textos de las pólizas de fianza, no es dable insertar cláusula alguna referente a renuncia
de la prescripción, puesto que la misma no es renunciable.165
163 Idem.
165 Sexta Epoca. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: Tercera Parte,
CXXVIII. Página: 19. FIANZAS, PRESCRIPCION DE LAS. TRANSCURRIDO EL TERMINO, ES PROCEDENTE, SIN QUE SEA
OBICE QUE LA POLIZA DIGA QUE ESTARA VIGENTE HASTA QUE SE ORDENE SU CANCELACION. Es inconcuso que las
88
Sin embargo, ello no obsta para que el fiador pueda renunciar a la prescripción que a su favor
derivare. 166
Sobre este punto al existir, por lo general, un plazo de tres años para que se actualice la
prescripción de la obligación fiadora, puede ocurrir que se actualice antes esta causal de
extinción que la propia del vínculo jurídico que une al fiado con el beneficiario, bajo estas
condiciones ¿podrá el fiador renunciar a la prescripción ganada y exigir el reembolso de lo
pagado?
Por su parte, habrá que considerarse que actualmente los criterios de los tribunales,
tratándose de fianzas que garantizan obligaciones fiscales a cargo de terceros, han intentado
homologar los plazos de prescripción con los de la obligación principal.167
acciones derivadas de la fianza prescriben, atento lo dispuesto por el artículo 120 de la Ley Federal de Instituciones de
Fianzas, si el requerimiento de pago lo hace la Tesorería de la Federación cuando ha transcurrido el término necesario
para que opere la prescripción, al ser exigible el crédito al fiado y a la fiadora. No es obstáculo para la anterior
conclusión el hecho de que en la misma póliza se haya estipulado que estaría en vigor hasta en tanto la oficina
beneficiaria autorizara mediante oficio su cancelación, porque el artículo 117, inciso c), del ordenamiento citado, al
hablar de que las pólizas contendrán las estipulaciones que convengan las partes, a continuación expresa que no
podrán contravenir lo ordenado por esa ley, ni por la legislación mercantil, conforme a cuyos principios solo puede
renunciarse a la prescripción ganada, pero no al derecho de prescribir en el futuro. Amparo en revisión 2535/61. La
Guardiana, S. A. Compañía General de Fianzas. 15 de febrero de 1968. Cinco votos. Ponente: José Rivera Pérez
Campos. Tesis relacionada con la jurisprudencia 243/85, publicada en el Apéndice al Semanario Judicial de la
Federación, Tercera Parte, Segunda Sala, página 425, tesis de rubro "FIANZAS, RENUNCIA DE LA DISPOSICION
CONTENIDA EN LA FRACCION I DEL ARTICULO 130 DE LA LEY FEDERAL DE.".
166 ARTICULO 1141. LAS PERSONAS CON CAPACIDAD PARA ENAJENAR PUEDEN RENUNCIAR LA PRESCRIPCION
GANADA, PERO NO EL DERECHO DE PRESCRIBIR PARA LO SUCESIVO.
167 Novena Epoca. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo: XII,
Octubre de 2000. Tesis: 2a./J. 91/2000. Página: 286. FIANZAS OTORGADAS EN FAVOR DE LA FEDERACIÓN PARA
GARANTIZAR OBLIGACIONES FISCALES A CARGO DE TERCEROS. LA PRESCRIPCIÓN A FAVOR DE LAS INSTITUCIONES
GARANTES SE RIGE POR LO DISPUESTO EN EL CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN....acorde a lo que ha sustentado
esta Segunda Sala (jurisprudencia 33/96), para la efectividad de las pólizas de fianzas expedidas a favor de la
Federación para garantizar obligaciones fiscales a cargo de terceros se actualiza un procedimiento especial en el que
no se requiere la presentación de una reclamación ante la afianzadora, sino que se limita al requerimiento de pago y a
la orden de remate, en bolsa, de valores propiedad de la institución de fianzas, en caso de que el pago no sea
voluntario. Luego, si para que empiece a correr el término de la prescripción conforme al artículo 120 de la referida
Ley Federal de Instituciones de Fianzas, es necesario que se presente la reclamación y si en el procedimiento especial
no se requiere la presentación de esa reclamación para cobrar la póliza, es claro que en estos casos no resulta
aplicable el artículo 120, sino que opera la remisión del Código Fiscal de la Federación (artículo 146) para estimar
actualizada la figura de la prescripción. Lo anterior es así, porque si bien la Ley de Instituciones de Fianzas fija el
término para que se actualice la prescripción, no es técnico ni jurídico que tal término opere en el caso de excepción
que en ella misma prevé. Además, la locución "hacer efectiva" que se usa en el citado artículo 95, indica que la
remisión del Código Fiscal de la Federación, se refiere a todo lo que es necesario atender a fin de lograr el cobro de la
fianza, entre lo que se incluye, desde luego, la prescripción, pues obviamente, tal figura atañe al cobro de lo
garantizado en la fianza. Contradicción de tesis 49/2000. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Primero
y Segundo del Décimo Cuarto Circuito. 13 de septiembre del año 2000. Mayoría de cuatro votos. Disidente: Sergio
Salvador Aguirre Anguiano. Ponente: Juan Díaz Romero. Secretario: Silverio Rodríguez Carrillo. Tesis de jurisprudencia
91/2000. Aprobada por la Segunda Sala de este Alto Tribunal, en sesión pública del trece de septiembre del año dos
mil.
89
G) Cláusula referente a la necesidad de rescindir un contrato, para
efecto de acreditar la exigibilidad de la obligación fiadora.
Sobre esta cláusula, ha existido interés por parte de diversos organismos públicos, sobre la
posibilidad de que el fiador renuncie a su derecho a exigir que se le acredite la rescisión del
contrato. Sin embargo, se estima que dada la necesidad de seguridad jurídica, y por tratarse
de un presupuesto de la acción de cobro de la garantía, no es dable renuncia al ejercicio de
este derecho.
Por tal razón, los contratos de afianzamiento así como los textos de las pólizas no deberán
considerar válida renuncia a este respecto.
“ Novena Epoca
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XV, Abril de 2002
Tesis: I.3o.C.292 C
Página: 1263
Amparo directo 7403/99. Fianzas México Bital, Grupo Financiero Bital. 25 de agosto de
2000. Unanimidad de votos. Ponente: José Álvaro Vargas Órnelas, secretario de tribunal
autorizado por el Consejo de la Judicatura Federal para desempeñar las funciones de
Magistrado. Secretaria: Miriam Aidé García González.
90
Novena Epoca
Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL OCTAVO CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: X, Julio de 1999
Tesis: VIII.1o.37 A
Página: 866
Amparo directo 347/98. Fianzas Fina, S.A., Institución de Fianzas, Grupo Financiero
Fina Value. 4 de marzo de 1999. Unanimidad de votos. Ponente: Jean Claude Tron
Petit. Secretario: Gilberto Serna Licerio.”
Por su parte también sirven de soporte a esta afirmación los artículos 62 de la Ley de Obra
Pública168 y Servicios Relacionados con las mismas y 129 del Reglamento de la Ley de Obra
Pública y Servicios Relacionados con las mismas169.
Derivado del tenor del artículo 118 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, esta renuncia
es innecesaria, sin embargo en la práctica algunos beneficiarios solicitan su inserción en los
textos de las pólizas que contienen las fianzas emitidas por las Instituciones de Fianzas.
Por su parte, el artículo 2952 expresa: ’El fiador sólo queda obligado por la transacción,
168 “Artículo 62.- En la suspensión, rescisión administrativa o terminación anticipada de los contratos deberá
observarse lo siguiente:
...
II. En caso de rescisión del contrato por causas imputables al contratista, una vez emitida la determinación respectiva,
la dependencia o entidad precautoriamente y desde el inicio de la misma, se abstendrá de cubrir los importes
resultantes de trabajos ejecutados aún no liquidados, hasta que se otorgue el finiquito que proceda, lo que deberá
efectuarse dentro de los treinta días naturales siguientes a la fecha de la comunicación de dicha determinación, a fin
de proceder a hacer efectivas las garantías... “
169 “Artículo 129.- ...
...
Los trámites para hacer efectivas las garantías se iniciarán a partir de que se dé por rescindido el contrato.”
91
cuando consiente en ella’. Sin embargo, aún cuando no otorgue su consentimiento, la misma le
favorece en la medida en que extingue la obligación principal.
Por ello, resulta en una cláusula que no puede insertarse en el texto inicial de la fianza, puesto
que no puede consentir respecto de un acto jurídico aún inexistente.
La fianza “....Se puede extinguir ...por cualquiera de los medios de extinción, sin que se
extinga la obligación principal ya que ésta puede existir a pesar de la extinción de la fianza,
pues lo principal subsiste cualquiera que sea la suerte que corra lo accesorio."170
En la práctica se cae en el equívoco de que al insertarse en los textos la frase: “esta fianza
estará en vigor durante la substanciación de todos los procedimientos y sólo podrá ser
cancelada con autorización expresa del beneficiario” se está renunciando por parte del fiador a
las causales de extinción de esta garantía.
Por el contrario, esta cláusula resulta inútil, puesto que podemos afirmar que el fiador, por sí,
no puede optar por cancelar la fianza (no existe la figura de la revocación o del disenso
unilateral), por lo que para que se cancele deberá necesariamente consentir el beneficiario,
siendo esta última cláusula natural de la póliza de fianza.
Esta cláusula natural opera en los casos en los que existe coafianzamiento, y en virtud del
cual:
ARTICULO 116.- Hay coafianzamiento cuando dos o más instituciones de fianzas del
país otorgan fianzas ante un beneficiario, garantizando por un mismo o diverso monto e
igual concepto, a un mismo fiado.
Conforme a ello, operará la liberación de uno de los cofiadores, “Cuando el acreedor libera a
uno de los fiadores sin el consentimiento de los otros, dicha liberación aprovecha a todos hasta
donde alcance la parte del fiador a quien se ha otorgado....”171, según se previene en el
92
artículo 2844 del Código Civil Federal.
Cuando por culpa o negligencia del acreedor, el fiador no pueda subrogarse en los derechos,
privilegios o hipotecas del acreedor, queda libre de su obligación frente a éste, según se
dispone por el artículo 122 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas.
También opera en aquellos supuestos en los que el fiador ejerce el derecho a cumplir con la
obligación de hacer que incumplió el fiado, sin que el beneficiario le permita este derecho.
Esta cláusula es natural de la póliza, sin embargo dado que existe la posibilidad de celebrar
convenio sobre la responsabilidad contractual entre las partes, es dable realizar convenio en
contrario por parte del fiador y del beneficiario.
Por otro lado, también puede renunciar el fiador al derecho a sustituirse en el cumplimiento de
la obligación, cuando para el beneficiario sea de extrema importancia que sea el fiado el que
ejecute la obligación a su cargo.
La prórroga o espera concedida al deudor por el acreedor, sin consentimiento del fiador,
extingue la fianza (artículo 119 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas).
172 “Séptima Epoca. Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER
CIRCUITO. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: 121-126 Sexta Parte. Página: 81. FIANZAS. ESPERA
CONCEDIDA AL FIADO... se puede entender que la prórroga es la prolongación de un plazo, y suele operar antes de
que el plazo se cumpla, mientras que la espera es la concesión a posteriori de un plazo para cumplir con una
obligación ya vencida. Pero en ambos casos se requiere la prueba del acto de voluntad del deudor para conceder la
prórroga o la espera, pues en ninguna de las dos situaciones se puede afirmar, en principio que la prórroga o la espera
operen o se constituyan por una sola conducta omisa o de abstención, por parte del acreedor... En consecuencia, el
hecho de no cobrar un adeudo fiscal inmediatamente no puede hacer surgir un convenio ni una resolución de espera,
por la sola omisión del cobro... PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 64/79. Afianzadora Serfín, S.A. 3 de mayo de 1979. Unanimidad de votos. Ponente: Guillermo Guzmán
Orozco.”
“Séptima Epoca. Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: 10 Cuarta Parte
93
Independientemente del sentido que se estime válido, ambas figuras para actualizarse deberán
implicar un impedimento procesal para exigir el cumplimiento forzoso de la obligación a cargo
del deudor, puesto que no puede pensarse en estas figuras cuando estamos en presencia de la
mera inactividad del acreedor en el ejercicio de sus derechos, tampoco se actualizarán cuando
estemos ante meras pláticas conciliatorias que no constituyan una barrera para el ejercicio de
sus acciones.
La causal de extinción de la póliza ante este supuesto es cláusula natural de la póliza, sin
embargo, dado que en la misma sólo se afectan derechos particulares puede ser objeto de
convenio entre los particulares. 173
Existen dos variantes del convenio: el primero en el que se conviene que serán automáticas las
prórrogas sólo cuando no excedan de determinado plazo; el segundo cuando se otorga
anuencia total a las prórrogas o esperas concedidas.
El primero de estos convenios conlleva a su vez dos posibilidades, que puedan otorgarse
diversas prórrogas dentro de los límites temporales que se señalaron o que puedan otorgarse
las prórrogas necesarias, siempre y cuando, cada una de ellas, individualmente consideradas
Página: 16. ARRENDAMIENTO, EXTINCION DE LA FIANZA EN EL (LEGISLACION DEL ESTADO DE GUERRERO)... para
que se extinga la fianza...únicamente exige que se demuestre que hubo una prórroga o una espera concedida al
deudor por el acreedor, sin consentimiento del fiador, sin que importen, para el caso, las razones o motivos que el
arrendador haya tenido para conceder a su arrendatario tal espera. Amparo directo 7393/68. Bienes Urbanos de
Acapulco, S.A. 22 de octubre de 1969. Cinco votos. Ponente: Ernesto Solís López.”
“Sexta Epoca. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: Tercera Parte, CXXV.
Página: 18. FIANZA ADMINISTRATIVA. EL TERMINO QUE SE CONCEDE AL DEUDOR PRINCIPAL POR REQUERIMIENTO
DE PAGO NO CONSTITUYE MOTIVO DE EXTINCION DE LA FIANZA. No debe confundirse la prórroga o espera derivada
de convenio entre el fiado y el fisco para el cumplimiento voluntario de la obligación garantizada, con el término para
el cumplimiento de la obligación derivado de un requerimiento de cobro, que es independiente del convenio y de la
fianza que garantiza su cumplimiento; por lo que ese término de cumplimiento por requerimiento de pago no puede
regirse por el artículo 119 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, al no constituir prórroga o espera concedida
por el acreedor al deudor sin el consentimiento del fiador, que produzca la extinción de la garantía, sino por el Código
Fiscal que regula los procedimientos fiscales. Revisión fiscal 689/65. Compañía de Fianzas Lotonal, S. A. 15 de
noviembre de 1967. Cinco votos. Ponente: Octavio Mendoza González. Véase Semanario Judicial de la Federación,
Sexta Epoca, Tercera Parte: Volumen CI, página 22, tesis de rubro "FIANZAS. PRORROGA AL FIADO SIN
CONSENTIMIENTO DEL FIADOR.". Volumen CI, página 23, tesis de rubro "FIANZAS, PRORROGA O ESPERA EN LAS."
“Sexta Epoca. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: Tercera Parte, CI. Página:
23. FIANZAS, PRORROGA O ESPERA EN LAS. El argumento que haga valer la autoridad en el sentido de que la
prórroga al ser concedida posteriormente al vencimiento de la obligación no extingue por tal razón la fianza, carece de
fundamento, en primer lugar, porque si se distinguen prórroga y espera, se verá que la primera tiene lugar cuando no
se ha cumplido el plazo de la obligación y la segunda cuando dicho plazo se ha vencido. Resulta así muy claro que al
hablar de "prórroga" concedida posteriormente al vencimiento de la obligación, la autoridad se está refiriendo a una
espera. Por consiguiente, la argumentación se reduce a afirmar que puesto que hubo espera, y no prórroga, no se
extinguió la fianza. La anterior afirmación carece de fundamento, pues la hipótesis se encuentra prevista
expresamente en el artículo 119 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, que establece que la prórroga o espera
concedida por el acreedor al deudor principal, sin consentimiento de la institución de fianzas, extingue la fianza, y si no
existió el consentimiento de referencia, la fianza debe considerarse extinguida. Revisión fiscal 308/59. Compañía de
Fianzas México, S. A. 25 de noviembre de 1965. Unanimidad de cinco votos. Ponente: José Rivera Pérez Campos.”
173 Sexta Epoca. Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: Cuarta Parte, CXXV.
Página: 16. ARRENDAMIENTO. EXTINCION DE LA FIANZA POR PRORROGAS AL FIADO. NO OPERA, SI EL FIADOR
RENUNCIO EXPRESAMENTE AL BENEFICIO QUE OTORGA EL ARTICULO 2846 DEL CODIGO CIVIL. Cuando el fiador ha
firmado un contrato de arrendamiento que contiene la renuncia del derecho que establece el artículo 2846 del Código
Civil, la prórroga o espera concedida al deudor por el acreedor no extingue la fianza, por lo que si se le demanda el
pago de las rentas que su fiado dejó de cubrir, no puede acogerse al beneficio que tal precepto le otorga, por el hecho
de que el arrendador no haya ejecutado la sentencia que condenó al inquilino tanto al pago de las rentas como a la
desocupación del inmueble. Amparo directo 2039/66. María del Paso viuda de Samará. 8 de noviembre de 1967. Cinco
votos. Ponente: José Castro Estrada.
94
no excedan del término límite que se pactó.
Conforme a lo anterior, en el caso de que sea objeto de modificación la regla general prevista
por el artículo 119 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, deberá hacerse mediante la
inserción en el texto de la póliza, de una cláusula que defina si el beneficiario podrá otorgar
prórrogas irrestrictamente o si las mismas deberán darse limitadas a alguna temporalidad; y
en este segundo caso, si esta temporalidad deberá ser considerada para cada prórroga que se
otorgue o si la misma será común a todas las prórrogas otorgadas.
La caducidad de la fianza es la sanción impuesta por la ley en virtud del no ejercicio del
derecho a reclamar la fianza, se encuentra prevista por el artículo 120 de la Ley Federal de
Instituciones de Fianzas y tiene básicamente dos supuestos: El primero, tratándose de fianzas
con vigencia determinada; en segundo lugar, tratándose de fianzas con vigencia
indeterminada.
Tratándose de ambos supuestos puede ser materia de cláusula expresa inserta en el texto de
la póliza, la modificación del plazo previsto por el citado numeral, sea en pólizas de vigencia
determinada como indeterminada, dado que al darse la misma razón es lógico que se concluya
en la aplicación de la misma disposición.
Ante la falta de cláusula sobre el particular, y dado su carácter de cláusula natural, se aplicará
sin más la regla prevista por el citado artículo 120 de la Ley Federal de Instituciones de
Fianzas.
Ahora bien, la conveniencia de insertar la cláusula en los textos de las pólizas deriva de que
este tema ha sido objeto de diverso tratamiento atendiendo al beneficiario que formula el
95
reclamo.
Esto es, tratándose de beneficiarios que utilizan la vía del artículo 93 de la Ley Federal de
Instituciones de Fianza, la judicatura les ha aplicado sin más la regla prevista por el invocado
artículo 120 de la Ley.
Por el contrario, tratándose de beneficiarios que utilizan la vía del artículo 95 de la Ley Federal
de Instituciones de Fianzas, la judicatura no les ha aplicado la regla prevista por el invocado
artículo 120 de la Ley.174
Conforme a esta, al extinguirse la obligación garantizada, la misma suerte correrá la del fiador.
Esta cláusula tiene también el carácter de cláusula natural, sin embargo puede haber renuncia
de ella por parte del fiador, siempre y cuando el fiado también hubiere renunciado a ella, de
modo tal que la consecuencia será el pago del monto total de la garantía ante cualquier
incumplimiento.
“Sexta Epoca.
Instancia: Segunda Sala.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación.
Tomo: Tercera Parte, XL. Página: 44.
Octava Epoca.
96
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL
PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación Tomo: III, Segunda Parte-2, Enero a Junio
de 1989 Página: 1009.
Novena Epoca.
Instancia: SEPTIMO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo: I, Junio de 1995.
Tesis: I.7o.C.2 C. Página: 451.
Ahora bien, la renuncia referida deberá ser expresa, señalándose en el propio texto de la póliza
que el fiador acepta renunciar a la proporcionalidad, lo anterior toda vez que esta renuncia no
puede presumirse.
97
Octava Epoca.
Instancia: CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación Tomo: XIII, Junio de 1994 Página: 623.
Sin embargo, tal redacción desde luego que no puede implicar la renuncia a la
proporcionalidad, puesto que las renuncias, como se comentaba deben ser expresas, y por
otro lado, si lo que se garantiza es el cumplimiento total, este supuesto no se actualizará
cuando ha tenido lugar sólo el incumplimiento parcial.
Se actualiza en aquellos casos en los que el deudor cumple con su obligación, mediante la
entrega de la cosa debida o la realización del hecho prometido, también cuando un tribunal
competente resuelve sobre la imputabilidad del incumplimiento al beneficiario, liberando al
deudor de responsabilidades frente al acreedor.
Es también una cláusula natural del contrato de fianza, y en virtud de ella, al extinguirse la
obligación principal, igual suerte correrá la accesoria.
Sobre el particular, y dado que el supuesto que la genera implica la extinción de la obligación
del deudor, la misma no es renunciable y por ello la obligación del fiador debiera correr la
misma suerte.
De renunciarse por el fiador, cualquier pago que llegara a realizarse sería considerado
indebido, puesto que el fiado no tendría obligación alguna de reembolso, al no tener obligación
de pago alguna frente al acreedor.
98
respecto de su responsabilidad en el incumplimiento.
Es una figura que nuestros tribunales han considerado en forma ordinaria como suficiente para
efectos de detener la acción de cobro del beneficiario en contra del fiador, cuando menos hasta
que desaparezca esta condición, como puede apreciarse del siguiente criterio.
“Séptima Epoca.
Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: 91-96 Sexta Parte Página: 93.
Ahora bien, su oponibilidad es una cláusula natural del contrato de fianza, y no puede ser
materia de renuncia, puesto que esta causal tiene relación con el ejercicio legítimo del derecho
a la defensa que está utilizando el fiado, de modo tal que si el fiador renuncia a esta defensa,
su condición no tendrá porque perjudicar al deudor, quien podrá oponerse al pago, como si
fuere pago de lo indebido (el realizado por el fiador ante la renuncia a la subiudicidad).
Est aplica tanto a instancias formalmente judiciales como administrativas, siempre que las
mismas sean instancias materialmente judiciales.
Esta regla no debe aplicarse en forma irrestricta, dado que la misma no tiene vigencia
tratándose de la subiudicidad administrativa (recursos no jurisdiccionales, sino de
responsabilidad), puesto que éstos recursos no buscan la definición de una situación jurídica
dada entre beneficiario y fiado, sino que su fin es sancionar a determinados funcionarios
públicos por actos y omisiones que constituyen actos ilegales.
En tal virtud, de la subiudicidad administrativa se puede afirmar que sí puede ser objeto de
renuncia, debiendo constar ésta expresamente en el texto de la póliza respectiva.
Aunque el procedimiento mediante el cual se hará efectiva una póliza de fianzas, tiene el
carácter de cláusula natural, subsiste la costumbre de insertar en los textos de las pólizas el
99
procedimiento bajo el cual se hará efectiva éstas.
En las pólizas emitidas ante autoridades públicas, comúnmente en los textos de las pólizas se
inserta la sumisión al procedimiento de ejecución previsto por los artículos 95 de la Ley Federal
de Instituciones de Fianza.
Sin embargo, recientemente, para las pólizas emitidas para estos beneficiarios públicos, se ha
insertado en el propio texto de la fianza, la sumisión al procedimiento del artículo 93 de la Ley
Federal de Instituciones de Fianzas, siendo que en el caso concreto, esa inserción va en contra
de una norma específica de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, ya que la decisión de
optar por uno u otro procedimiento no corresponde al fiador, sino al beneficiario cuando éste
es una autoridad pública de las referidas por el artículo 95 de la Ley Federal de Instituciones
de Fianzas.
Los tribunales han dado solución a este conflicto resolviendo en el sentido de que prevalece la
vía que el fiador estipuló en la propia póliza de fianza, y por ello es de cuidar en cada emisión,
que se esté considerando en la redacción del texto la vía que el beneficiario optó, cuando éste
tiene la posibilidad de hacerlo.
Tratándose de que se tenga que recurrir a la vía del artículo 93 de la Ley Federal de
Instituciones de Fianzas no se requerirá aclaración alguna.
Ahora bien, contrario a lo que se señala en líneas anteriores, se acostumbra que en fidelidad,
al ser una póliza emitida en interés del beneficiario, sea éste el que pague las primas.
Tal variante no contraviene la regla, puesto que más bien es una excepción que confirma ésta,
dado que al ser la póliza una obligación del fiador para con el acreedor, es independiente de lo
que hubiere ocurrido en las relaciones internas entre fiador y fiado.
100
T) Cláusulas de extinción de la fianza por sustitución del deudor.
ARTICULO 2055.- El deudor sustituto queda obligado en los términos en que lo estaba
el deudor primitivo; pero cuando un tercero ha constituido fianza, prenda o hipoteca
para garantizar la deuda, estas garantías cesan con la sustitución del deudor, a menos
que el tercero consienta en que continúen.
La norma en mención deja una laguna que sería el objeto de la cláusula a prever en una
póliza, ya que son dos los supuestos del artículo 2051 del Código Civil invocado: el primero la
cesión con liberación del deudor y el segundo la cesión sin liberación del deudor.
Respecto del primero de los supuestos, no tenemos duda alguna de que el sentido de la norma
es que el deudor se libere cuando ha habido una liberación del deudor sin obligación residual a
su cargo, y que en este caso al extinguirse la obligación principal (del deudor) lo mismo ocurre
con la del fiador.
Por otro lado resulta lógico ya que el fiador al emitir su obligación, lo hace considerando la
solvencia y persona del deudor, por ello, al operar la cesión, es lógico que su garantía se
extinga cuando no será éste el que deba dar cumplimiento a la obligación y cuyo patrimonio
sea el que responderá al acreedor del cumplimiento de la obligación.
Sin embargo, por lo que se refiere al segundo supuesto, aquél en el que pese a la cesión, la
obligación del deudor subsiste, por convenio expreso del deudor, también debiera, por efecto
de la accesoriedad, subsistir la obligación del fiador.
En efecto, en el caso de que el deudor principal continúe obligado, el fiador también debería
continuar obligado frente al acreedor, independientemente de que hubiera o no acuerdo de
voluntades al respecto.
Para mayor claridad, sería deseable que en estos casos esta cláusula natural y sus límites
quedaran expresamente plasmados en el texto de las pólizas.
En tal sentido esta cláusula al insertarse en el texto de una póliza, deberá prever:
101
U) Cláusulas de no extinción de la fianza por sustitución del acreedor.
A este respecto valdrá la pena resaltar los dos posibles supuestos que se encuentran inmersos
en esta cláusula natural y que son:
En ambos casos opera la sustitución de acreedor frente al deudor, sin embargo en el primero
de los supuestos este cambio se refiere a todos los derechos derivados del contrato, y en cuyo
caso, frente al fiador se cede un derecho contingente que es el que pueda derivar con motivo
del también posible incumplimiento.
En el segundo de los casos, la cesión se refiere primordialmente a los derechos que contra el
fiador tiene ya el acreedor con motivo del incumplimiento del contrato.
Esta cláusula es natural del contrato de fianza y por tal razón no es necesaria su inserción en
el texto de la póliza, sin embargo, es importante considerar que el fiador puede tener derechos
que hacer valer frente al beneficiario original (como puede ser su responsabilidad como fiado
en otras operaciones) y que con motivo de la compensación afecten su derecho en esta
operación cedida.
En tal virtud, es importante que, cuando se dé esta cesión, sea comunicada al fiador para que
se haga la aclaración al texto correspondiente (mediante endoso) y se prevea en el mismo si la
cesión de derechos la acepta el fiador, con reserva o sin reserva de derechos contra el
cedente, en las operaciones que con el fiador tenga como fiado.
102
“Las modalidades que pueden afectar la constitución de la fianza, son de dos órdenes:
Las modalidades relativas a la obligación principal, que se reflejan en la fianza , pueden ser la
condición, el término, la pluralidad de sujetos o de objetos o la indivisibilidad de la
obligación.”178
Estas modalidades son las que afectan el vínculo jurídico que nace entre acreedor y fiador, las
que deberán constar expresamente en el texto de la póliza de fianza.
Se trata de una obligación asumida por el fiador sin sujetarla ni en cuanto a su nacimiento ni
exigibilidad a ningún acontecimiento futuro de realización incierta.
En principio diremos que “....la obligación fiadora no es condicional, puesto que nace y existe
desde el momento en que se asume, sin quedar supeditada en cuanto a su existencia a que
incumpla el deudor principal, artículo 1938 a contrario sensu.179
La condición se encuentra definida por el artículo 1938 de Código Civil Federal, en los
siguientes términos:
Las condiciones pueden ser suspensivas o resolutorias, de tal manera que entretanto no se
cumpla la condición suspensiva, no nace la obligación del fiador y, por consiguiente no podrá
exigirse al fiador la prestación pactada. Es decir, si no se realizan estos eventos, la fianza no
tuvo una cobertura o vigencia real.
El término se encuentra definido por el artículo 1953 de Código Civil Federal, en los siguientes
términos:
178 Rojina Villegas, Rafael. T. VI. Vol. II. Ob. Cit. P. 289.
103
ARTICULO 1,953.- Es obligación a plazo aquella para cuyo cumplimiento se ha señalado
un día cierto.
Los términos pueden ser suspensivos o resolutorios, de tal manera que entretanto no llegue el
día cierto, no resultará exigible la obligación del fiador.
Antes que nada debemos limitar las menciones que hacemos respecto de esta cláusula que se
incluye en el texto de las pólizas, puesto que no se refiere a cualquier obligación asumida por
el fiador.
En efecto, sólo tiene razón de ser respecto de aquellas obligaciones que tengan una ejecución
diferida en dos o más años y que cada año constituya un objeto distinto de la obligación a
cargo del deudor.
Es decir, aplica en contratos cuyas obligaciones estén delimitadas claramente por espacios
temporales, de modo tal que no se incluya en la cobertura del primer período de vigencia, las
consecuencias totales que en su caso derivarían del incumplimiento y que por razón de
operación del contrato principal requieren de subsecuentes renovaciones.
En este caso concreto, la fianza del primer año, puede emitirse por el importe que satisfaga la
pretensión del beneficiario por ese primer año, sin embargo, dentro de su objeto de cobertura
no estará las pretensiones del beneficiario por el segundo año.
En este punto surge la pregunta respecto de la validez de las cláusulas en virtud de las cuales
la Institución de Fianzas se obligue a emitir las pólizas que cubrirían las responsabilidades del
fiado para el segundo o tercer período.
Esta cláusula impone claramente una obligación al fiador, cuyo contenido y objeto no coinciden
con las correspondientes a la obligación fiadora, ya que en este caso la obligación no es de
garantizar sino de hacer, de otorgar para el siguiente período la fianza correspondiente.
Como se aprecia, esta cláusula deviene en ajena al contrato de fianza, y por lo mismo no
puede constituir un evento de incumplimiento generador de la responsabilidad que implica la
actualización de la obligación fiadora, dado que, en su caso, a lo que daría lugar es a la
responsabilidad a cargo del fiador (no como fiado sino como un deudor general), de responder
de los daños y perjuicios que cause al beneficiario con motivo del incumplimiento de su
obligación (que no fiadora) de emitir la nueva póliza de fianza.
104
Evidentemente, puede pensarse que el monto de los daños y perjuicios pueden cuantificarse
en el importe mismo de la garantía que dejó de recibir, sin embargo, la determinación de
daños y perjuicios no deberá estar a lo dispuesto por el artículo 117 de la Ley Federal de
Instituciones de Fianzas, sino al tenor de lo dispuesto por los artículos 1910, 1915 1934 del
Código Civil, que regulan la figura de la responsabilidad civil derivada del incumplimiento de la
obligación asumida por el fiador.
Esta cláusula en ocasiones es solicitada, a fin de lograr que la institución de fianzas emita en
forma seriada los siguientes períodos de vigencia de una póliza, cuando la obligación a cargo
del fiado es por periodos mayores al de la vigencia de la fianza.
Sin embargo, conforme se comentaba con anterioridad, a lo único que debiera darle derecho al
beneficiario es al pago de daños y perjuicios (no a la ejecución de la fianza), ante el
incumplimiento del fiador.
Esto no es contradictorio con el tenor del artículos 117 de la Ley Federal de Instituciones de
Fianzas ni con el artículo 78 del Código de Comercio, puesto que evidentemente la naturaleza
de la obligación que asume el fiador, no es propiamente la de garantizar el segundo período,
sino la de emitir un nuevo documento que garantice el segundo período.
Al no emitirse este nuevo documento, conforme al citado artículo 117, no se está asumiendo la
obligación fiadora por aquél segundo período, y por ello, no es ésta la que se incumple, sino
que únicamente se está incumplimiento la obligación previa consistente en emitir la póliza de
fianza que debería haber sido el continente de la obligación fiadora.
Es decir, no nace la obligación fiadora por el siguiente período, al no haberse emitido esa
póliza de fianza, por lo que se incumple una mera obligación de hacer a cargo del fiador, mas
no la obligación fiadora a su cargo.
Como se aprecia, al incluirse estas cláusulas aparentemente hay una distorción al principio del
pactas sunt cervanda, sin embargo, el conflicto no es con este principio, puesto que en
realidad, el beneficiario tiene una expectativa diversa a la que en realidad es posible.
105
Medal181, quien afirma que si bien es cierto a la fecha este principio se encuentra limitado en
función de la intervención del estado en la formación y ejecución de los contratos, con miras a
la salvaguarda de intereses sociales, también lo es que no se encuentra truncado.
Continúa afirmando que pese a las reglas de policía establecidas por el legislador, la voluntad
de las partes para contratar sigue siendo básica en todo acuerdo de voluntades y por ello, la
suscripción de una póliza de fianza no debe ser la excepción, puesto que no existe norma
alguna que imponga al fiador la obligación de asumir obligaciones en forma desmedida.
Como se aprecia, la mejor forma de resolver este conflicto es no incluir este tipo de cláusulas o
si se hace, deberá consignarse claramente en el texto de la póliza que la obligación asumida
por la afianzadora, independientemente de haber sido solicitada por un año solamente, será
renovada para los subsiguientes en el entendido del beneficiario que en caso de
incumplimiento a esta obligación, su derecho será el poder demandar a la afianzadora el pago
de daños y perjuicios con motivo del incumplimiento de su obligación de emitir por el nuevo
período.
Ahora bien, por rigor científico es importante resaltar que han existido resoluciones que
concluyen considerando que la obligación del fiador puede consistir en un hacer y por lo tanto
serían contradictorias al argumento que se expone.182
182 Séptima Epoca. Instancia: TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: 45 Sexta Parte. Página: 27. FIANZA. OBLIGACIONES DEL FIADOR
DE CONFORMIDAD CON EL ARTICULO 573 DEL CODIGO DE PROCEDIMIENTOS PENALES PARA EL DISTRITO Y
TERRITORIOS FEDERALES. La correcta interpretación del artículo 573 del Código de Procedimientos Penales para el
Distrito y Territorios Federales, conduce a considerar que el fiador, desde que se constituye como tal, adquiere la
obligación de presentar al reo cuantas veces lo ordene el Juez, aunque la ley, teniendo en cuenta la dificultad que
eventualmente puedan tener los fiadores para presentar al fiado, establece con criterio benévolo, que podrá
concedérseles un término hasta de quince días para ese efecto. La obligación de presentar al reo, que adquieren los
fiadores desde un principio, deriva de la naturaleza misma de la fianza, cuya finalidad esencial es evitar que el reo se
sustraiga a la acción de la justicia, lo cual se garantiza mediante el compromiso de un tercero que se responsabiliza de
que el procesado permanecerá al alcance del juzgador. El carácter de fiador no se agota, pues, con el otorgamiento del
billete de depósito correspondiente, sino que implica la asidua vigilancia para que el reo no se sustraiga a la acción de
la justicia y de ello tienen pleno conocimiento los fiadores porque lo establece la ley en el precepto mencionado.
Además, un elemental criterio jurídico conduce a considerar que aquel deber es intrínseco a la fianza y que el hecho de
que el fiador no presente al fiado oportunamente, engendra, también por naturaleza misma de la fianza, la
consecuencia jurídica consistente en hacer efectiva la garantía. La invocación de imposibilidad material para presentar
al reo es, por lo tanto, inadmisible. Tener en cuenta ese principio en los casos como el que se estudia, conduciría a la
106
B) Cláusulas que protegen de las fluctuaciones monetarias y
económicas.
i)Concepto.
No constituyen una violación al principio rebus sic stantibus, en virtud de que desde el
momento de su emisión el consentimiento de voluntad de las partes se da sobre la obligación
mesurada en la medida del valor de referencia, no en función del valor en moneda nacional.
Respecto de estas tenemos dos tipos: Las cláusulas de indexación en pólizas pactadas en
moneda extranjera, a pagarse en moneda nacional y las cláusulas de indexación en pólizas
pactadas en moneda extranjera, a pagarse en la moneda pactada.
La regla general es que las Instituciones de Fianzas no pueden emitir pólizas, en moneda
extranjera, según se dispone por el artículo 138 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas.
ARTICULO 38.- Las Instituciones de Fianzas sólo podrán expedir fianzas por las cuales
se obliguen a pagar como fiadoras en moneda extranjera, conforme a las reglas de
carácter general que al efecto dicte la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, oyendo
previamente la opinión del Banco de México, así como de la Comisión Nacional de
Seguros y Fianzas, las que determinarán el límite de retención por la acumulación de
responsabilidades por fiado.
Las reglas de que se trata sólo podrán autorizar este tipo de operaciones, cuando se
relacionen con el cumplimiento de obligaciones exigibles fuera del país, o que por la
naturaleza de dichas obligaciones se justifique que su pago se convenga en moneda
extranjera.
La propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público, podrá autorizar que las inversiones
relacionadas con operaciones en moneda extranjera, se constituyan en esta clase de
moneda.
deformación absoluta de la fianza para gozar de la libertad provisional, debilitando la institución en tal forma que
dejaría de cumplir sus finalidades primordiales y, en consecuencia, se la despojaría de todo sentido, abriendo, por otra
parte, la vía a fiadores irresponsables que al amparo del principio de imposibilidad material desatenderían su deber de
vigilancia. Así pues, el requerimiento hecho al fiador para que presente al inculpado dentro del término de quince días
con el apercibimiento de que, de no hacerlo, se haría efectiva la fianza, no le causa agravio alguno en sus intereses
jurídicos. TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo en revisión 114/72. Armando de
Amezaga. 29 de septiembre de 1972. Unanimidad de votos. Ponente: Víctor Manuel Franco.
107
Sin embargo, la regla no es general puesto que sí se prevé la posibilidad de emitir fianzas en
moneda extranjera en los siguientes supuestos:
ARTICULO 4o.- Se prohibe contratar con empresas extranjeras fianzas para garantizar
actos de personas que en el territorio nacional deban cumplir obligaciones, salvo los
casos de reafianzamiento o cuando se reciban por las Instituciones de Fianzas
mexicanas como contragarantía.
Sin embargo, cuando ninguna de las Instituciones de Fianzas facultadas para operar en
el país, pueda o estime conveniente realizar determinada operación de fianzas que se le
hubiera propuesto, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, previa comprobación de
estas circunstancias, otorgará una autorización específica para que la persona que
necesite la fianza la contrate con una empresa extranjera, directamente o a través de
una institución de fianzas del país.
Un segundo supuesto se da en aquellos casos en los que, de conformidad con la circular F 4.1
emitida por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (7 de septiembre de 1995), se autoriza
la emisión de pólizas de fianza en moneda extranjera, en los siguientes términos:
Un tercer supuesto, que absorbe el anterior es el contenido en la circular F 4.2. emitida por la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público (8 de abril de 1997), según la cual, procede la
emisión de pólizas de fianza en moneda extranjera, en los siguientes términos:
b.- En los casos en los que se tenga que garantizar la entrega de productos o el
cumplimiento de contratos derivados de licitaciones internacionales, cuyos insumos de
importación se cotizan en moneda extranjera, o bien al tipo de cambio en que se pacte.
Se entiende que la regla se aplica tanto a nivel federal, como local o municipal, ya que la
circular no distingue, y si no lo hace, nosotros tampoco podremos hacerlo.
De ahí que esta autorización opere para cualquier contrato celebrado con cualquier nivel de
gobierno.
108
Ahora bien, para identificar a las entidades y organismos, que conforman el gobierno, habrá
que remitirnos a la correspondiente Ley de la Administración Pública184 que corresponda a cada
nivel, para en esa norma encontrar a los legitimados para participar como beneficiarios en este
tipo de fianza.
a.- En cuanto a los fiados: Admite la fianza cuando éstas garanticen subcontratos de
negocios provenientes de licitaciones internacionales, en donde el beneficiario principal
(dueño de la obra) sea una entidad o dependencia del sector público.
Es decir, podrá emitirse una póliza frente a un beneficiario particular, por un fiado particular,
cuando ese subcontrato forme parte de un contrato del cual este beneficiario sea a su vez
contratista y el beneficiario de este último sea una dependencia o entidad del Sector Público.
b.- En los casos en los que los insumos sean de importación y coticen en moneda
extranjera.
Un quinto supuesto se da en los términos previstos por las Reglas Generales para Operaciones
de Fianzas y Reafianzamientos en moneda extranjera de fecha 30 de junio de 2000, las que
permiten a las Instituciones de Fianzas, cuando en esa moneda se hubiere contraído la
obligación por el fiado, asumir responsabilidades en moneda extranjera, en los siguientes
casos:
109
de licitaciones internacionales cuyos insumos de importación se coticen en moneda
extranjera y en donde finalmente el beneficiario principal sea una entidad o
dependencia del Sector Público, y
Cómo se aprecia existe la obligación de registro, sin embargo en la Ley no se aclaró a qué día
se cerraba la cotización o si por el contrario tendría que actualizarse conforme la fluctuación
cambiaria.
Estimamos que deberá aplicarse lo dispuesto por el artículo 8 de la Ley Monetaria en vigor que
prescribe:
ARTICULO 8°.- La moneda extranjera no tendrá curso legal en la República, salvo en los
casos en que la Ley expresamente determine otra cosa. Las obligaciones de pago en
moneda extranjera contraídas dentro o fuera de la República para ser cumplidas en
ésta, se solventarán entregando el equivalente en moneda nacional, al tipo de cambio
que rija en el lugar y fecha en que se haga el pago.
Ahora bien, de la norma en comento también surge la duda de la moneda de pago en que
podrá el fiador liberarse de su obligación, ya que sólo refiere a las fianzas emitidas en moneda
extranjera sin aclarar si las mismas son in obligationem o in solutionem.
A este respecto tiene aplicación el tenor de lo dispuesto por el invocado artículo 8 de la Ley
Monetaria, conforme a la cual el fiador podrá liberarse de su obligación entregando el
equivalente, a la fecha de pago, de moneda nacional.
Díaz Bravo se refiere a las obligaciones asumidas en moneda extranjera y al respecto señala
que “....como ...podrá apreciarse, la conformación del régimen jurídico mexicano de la moneda
tropieza con algunas dificultades, ante la falta de claridad...Al comentar el artículo 8 de la Ley
110
Monetaria, Vázquez Pando lo moteja de ‘...bastante complejo, confuso, inconstitucional e
injusto
Sobre el tema de las obligaciones en moneda extranjera, nuestros tribunales han emitido
diversos criterios de los cuales transcribimos los más trascendentes:
“Novena Epoca
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XIII, Junio de 2001
Tesis: III.3o.C.125 C
Página: 691
CONTRATOS. NO SON NULAS LAS CLÁUSULAS QUE ESTABLECEN QUE PARA EL PAGO
DE OBLIGACIONES PACTADAS EN MONEDA EXTRANJERA SE FIJE UN TIPO DE CAMBIO
DISTINTO AL OFICIAL...si en un contrato las partes voluntariamente pactan un tipo de
cambio distinto al que oficialmente sostiene el Gobierno Mexicano, con la finalidad de
que una de ellas no se vea perjudicada por situaciones futuras, si bien pudiera resultar
desventajoso, ello se prevé al momento de contratarlo, ya que al fijar un tope al aludido
tipo de cambio se contempla que éste pueda resultar superior; sin embargo, ese
convenio sólo afecta el interés de quienes así lo acordaron, pero no se está en presencia
de una disposición de orden público como lo es la referente a que en el país sólo la
moneda nacional tendrá curso legal, por lo que si bien el artículo 8o. de la ley citada
previene que se deberá pagar "el equivalente en moneda nacional, al tipo de cambio
que rija en el lugar y fecha en que se haga el pago"...TERCER TRIBUNAL COLEGIADO
EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO.
Amparo directo 3545/2000. Financiera Kapital Haus, S.A. de C.V., Sociedad Financiera
de Objeto Limitado. 31 de enero de 2001. Mayoría de votos. Disidente y Ponente: María
de los Ángeles E. Chavira Martínez. Secretaria: Jacqueline Brockmann Cochrane.
Novena Epoca
Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: VII, Marzo de 1998
Tesis: II.1o.C.161 C
Página: 775
Amparo directo 257/97. Nili Miller Fux. 23 de octubre de 1997. Unanimidad de votos.
111
Ponente: Ricardo Romero Vázquez. Secretaria: Adriana de los Ángeles Castillo Arceo.
Séptima Epoca
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Apéndice de 1995
Tomo: Tomo IV, Parte SCJN
Tesis: 204
Página: 140
Séptima Epoca:
¿Cómo debe expresarse en el texto de la fianza la cobertura, a fin de que se entienda que la
fianza será pagada a la cotización de la moneda extranjera al día en que se realice el pago y
no a un día diverso?
112
No basta la mera mención en el texto de la póliza en el sentido de que la fianza está emitida
en moneda nacional, al tipo de cambio de la moneda extranjera, puesto que esta leyenda ha
sido interpretada por nuestros tribunales en el sentido de que el fiador asumió la obligación en
moneda nacional, al tipo de cambio del día de la emisión y por tanto cumplirá su obligación
fiadora en esos términos y hasta por ese monto.185
De ser la intención del beneficiario que la fianza emitida sea pagada por el fiador al tipo de
cambio del día en que se tenga que realizar el pago, así deberá ser convenido con el fiador,
mediante la inserción en esos términos de la cláusula correspondiente.
185 Séptima Epoca. Instancia: Tercera Sala. Fuente: Apéndice de 1995. Tomo: Tomo IV, Parte SCJN. Tesis: 299.
Página: 202. OBLIGACIONES EN MONEDA EXTRANJERA. LA SEGUNDA PARTE DEL PRIMER PARRAFO DEL ARTICULO
8o. DE LA LEY MONETARIA CONTIENE UNA DISPOSICION PERMISIVA. El primer párrafo del artículo 8o. de la Ley
Monetaria contiene dos disposiciones, la una que es prohibitiva o taxativa al ordenar que la moneda extranjera no
tendrá curso legal en la República, y la otra que es permisiva y supletiva al dar cabida a que se contraigan
obligaciones en moneda extranjera y señalar una forma de solventación. En efecto, puede suceder, siempre en el
mundo de la autonomía de la voluntad, que en la concertación de un acto jurídico, los contratantes hayan omitido
manifestar expresamente cómo habrán de regularse determinadas peculiaridades del contrato que han celebrado
como, cuando arrendador y arrendatario desatienden la hipótesis de que llegado el momento de cumplir la obligación,
el segundo pueda pagar no sólo en moneda extranjera, según lo acordado, sino también en su equivalente en moneda
nacional al tipo de cambio que rija en el lugar y fecha en que se haga el pago. A ello obedece que los ordenamientos
jurídicos contemplen en su contenido a los llamados preceptos supletivos que, como su nombre indica, suplen los
olvidos de los contratantes. Séptima Epoca: Amparo directo 6519/85. Infratec, S. A. de C. V. 27 de octubre de 1986.
Unanimidad de cuatro votos. Amparo directo 11910/84. Constructora y Perforadora Tláloc, S. A. 16 de febrero de
1987. Cinco votos. Amparo directo 11911/84. Constructora y Perforadora Tláloc, S. A. 16 de febrero de 1987. Cinco
votos. Amparo directo 8003/85. Geohidrológica Mexicana, S. A. 13 de abril de 1987. Unanimidad de cuatro votos.
Amparo directo 393/86. Grutec, S. A. de C. V. 13 de abril de 1987. Unanimidad de cuatro votos.
Quinta Epoca. Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: CXXII. Página: 1,067.
FIANZAS, MONEDA EN QUE DEBEN PAGARSE. Si una compañía de fianzas especifica en su póliza que se constituye
fiadora para garantizar la devolución de una cantidad dada como anticipo, en moneda nacional o su equivalente en
una moneda extranjera, el cual se determina en su monto, el sentido literal de tal expresión no deja lugar a dudas de
que la intención, por lo menos de la compañía afianzadora, fue de obligarse en moneda nacional hasta la cantidad
fijada en dicha moneda, máxime que las compañías afianzadoras operan regularmente en moneda mexicana y solo por
excepción en extranjera, y de haberse querido pactar en esta se hubiera estipulado expresamente, además de que la
prima correspondiente también se pago en moneda nacional, y en la solicitud de la fianza, textualmente se dijo que se
solicitaba el otorgamiento de una fianza por una cantidad en moneda nacional. Amparo civil directo 3452/52. La
Comercial e Industrial Mexasturca, S. A. y coag. 12 de noviembre de 1954. Mayoría de tres votos. Disidentes: Hilario
Medina y Gabriel García Rojas. Relator: José Castro Estrada.
Novena Epoca. Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo: III, Abril de 1996. Tesis: I.3o.C.91 C. Página: 363.
COMPRAVENTA. PRECIO PACTADO EN MONEDA NACIONAL, AUN CUANDO SE HUBIERA MENCIONADO EN EL
CONTRATO RELATIVO, LA CONVERSION DE SU MONTO A DOLARES AMERICANOS. Cuando en un contrato de
compraventa el precio se fijó expresamente en una cantidad determinada en moneda nacional, mencionándose
además que de acuerdo a la cotización del dólar al momento de celebrarse dicho acuerdo de voluntades, esa cantidad
ascendía a un determinado número de dólares americanos, señalándose además la opción de que el comprador pagara
en esa moneda extranjera o en su equivalente en pesos mexicanos; e incluso, asentándose igualmente en ese
contrato que el importe total era la cantidad de dólares correspondiente; todo ello no es suficiente para desvirtuar la
consideración de la Sala responsable, de que las partes pactaron el precio en moneda nacional y no en dicha moneda
extranjera, puesto que se considera que si realmente esa hubiera sido la intención de los contratantes, no hubieran
mencionado la cantidad respectiva en moneda nacional, sino que únicamente hubieran precisado el precio en dólares y
sobre todo se hubiera establecido en el contrato, que se cubriría dicho precio en esa moneda o en su equivalente en
pesos mexicanos al momento de hacerse el pago, por lo que de acuerdo con ello no hay elementos para determinar
que el precio de la venta relativa sea en dólares americanos. TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 1383/96. Francisco Molina Velasco y otra. 14 de marzo de 1996. Unanimidad de
votos. Ponente: José Becerra Santiago. Secretario: Miguel Vélez Martínez.
113
iii) Cláusulas de indexación, mediante la emisión de fianzas en UDIS.
Díaz Bravo señala que “....El legislador mexicano expidió un Decreto que permite indiciar las
obligaciones mercantiles, incluso las consignadas en títulos de crédito, salvo cheques,
mediante el empleo de las llamadas unidades de inversión (UDIS), que no son más que una
moneda de cuenta cuyo valor en la moneda de curso legal, el peso, se determina
periódicamente por el Banco de México en función del incremento o reducción del índice
nacional de precios al consumidor....”186
Al respecto, en opinión del citado autor187, son inválidos los contratos celebrados y cuyo objeto
se encuentra en UDIS, conforme a lo siguiente:
“...
a) El sistema monetario mexicano reconoce como unidad monetaria exclusiva el peso...
b) Las obligaciones de pago asumidas en nuestro país sólo pueden consignarse en
pesos o ‘en los casos en que la ley expresamente (lo) determine’ en moneda
extranjera: ’Las obligaciones de pago, de cualquier suma en moneda mexicana se
denominarán invariablemente en pesos.
c) ‘Las prevenciones de los dos artículos anteriores no son renunciables y toda
estipulación en contra será nula’.
d) Como se ha podido apreciar, nuestro máximo estatuto monetario no prevé la
asunción de obligaciones más que en pesos o en moneda extranjera....”
Sin embargo, respecto de los textos de las pólizas de fianza se aplica esta regla con la
siguiente salvedad.
Por ello, no es dable que el fiador asuma una obligación sujeta a una actualización que la
llevará a montos mayores de lo que representaba la obligación principal.
Sin embargo, es dable que una vez vencido el plazo que tiene el fiador para el pago de la
reclamación (artículo 93 y 94 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas), se actualice el
importe adeudado por el fiador, en virtud de así preverlo el artículo 95 bis fracción I de la Ley
Federal de Instituciones de Fianzas.
114
este artículo y su pago se hará en moneda nacional, al valor que las Unidades de
Inversión tengan a la fecha en que se efectúe el mismo....”
“Novena Epoca.
Instancia: Segunda Sala.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo: XIV, Octubre de 2001.
Tesis: 2a. CLXXXVIII/2001. Página: 437.
Por vigencia se entiende el período dentro del cual se podrán generar obligaciones a cargo del
fiado que serán oponibles al fiador.
Dentro de este concepto se pueden distinguir dos tipos de contrato principal: contratos con
vigencia cerrada y contratos con vigencia abierta.
Los primeros corresponden a contratos los cuales las partes pactan un plazo dentro del cual el
contrato surtirá efecto, mientras que los segundos comprenden aquellos contratos que surtirán
efectos hasta el agotamiento de los mismos.
Conforme a ello, también pueden las partes al momento de tramitar una póliza de fianza,
redactar el texto de manera tal que la fianza asuma obligaciones por una vigencia determinada
o una vigencia indeterminada.
De lo anterior dependerá el período dentro del cual se podrán generar obligaciones a cargo del
115
fiado que serán objeto de la garantía, quedando en consecuencia fuera de cobertura todas
aquellas obligaciones que se hubieren generado fuera de esos períodos.
¿Es posible que la vigencia de la póliza sea menor a la del contrato principal?
En este supuesto, quedarán incluidos en la cobertura todos los suministros (hasta el monto de
la fianza) que se hubieren dado precisamente dentro de este período, independientemente de
la fecha en que resulte exigible el pago al deudor (la fecha de exigibilidad inclusive puede ser
posterior a la fecha de término de la vigencia).190
188 Séptima Epoca. Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: 88 Sexta Parte. Página: 44. FIANZA, INTERPRETACION DE LA,
QUE PRECISA TERMINO DE VIGENCIA. Si en la póliza de fianza se precisa como término de vigencia la de un año a
partir de su expedición, no existe problema de interpretación sobre la voluntad de las partes, y aun cuando la fianza se
haya otorgado en relación con el escrito de inconformidad del fiado, no puede estimarse que haya quedado supeditada
a la condición suspensiva de la resolución de dicha inconformidad o del juicio respectivo, si del texto de la póliza no se
viene en conocimiento de que haya quedado sujeta a la indicada condición. TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN
MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 163/76. Compañía de Fianzas México, S.A. 22 de
abril de 1976. Unanimidad de votos. Ponente: Gilberto Liévana Palma. Secretario: José Raymundo Ruiz Villalbazo.
Sexta Epoca. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: Tercera Parte, CXVII.
Página: 72. FIANZAS PENALES, EL TERMINO DE SU VIGENCIA NO ESTA CONDICIONADO POR EL TIEMPO QUE DURE
EN LIBERTAD EL REO. No es cierto que los términos de una fianza resulten contradictorios, si aun cuando la garantía
fue para caucionar la libertad provisional del reo, en los términos del artículo 20 constitucional, esta obligación se
limitó por la afianzadora, y así lo aceptaron las partes, al término de un año, puesto que no existe disposición legal
que prevenga que las fianzas penales que otorgue una afianzadora, deban ser necesariamente por el tiempo que dure
la libertad del reo, puesto que puede existir la sustitución de garantía o del fiador, en términos del artículo 2805 del
Código Civil.. Revisión fiscal 181/61. Afianzadora Mexicana, S. A. 3 de marzo de 1967. Cinco votos. Ponente: Pedro
Guerrero Martínez. Sexta Epoca, Tercera Parte: Volumen CXVI, página 54. Revisión fiscal 169/61 Afianzadora
Mexicana, S. A. 17 de febrero de 1967. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: Octavio Mendoza González.
189 Sexta Epoca. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: Tercera Parte, CXXX.
Página: 25. FIANZAS, PRORROGAS DE LAS. SE REFIEREN A UN PERIODO DETERMINADO QUE NO SIGNIFICA
CONTINUIDAD DE LA OBLIGACION POR LOS PERIODOS ACUMULADOS. Si el objeto de la expedición de la fianza fue
para garantizar el pago de las responsabilidades pecuniarias en que pudiera incurrir el fiado en el desempeño de sus
funciones como agente aduanal, precisándose que tales responsabilidades serían durante el período de un año, y el
requerimiento de pago deriva de una denuncia que ante la Dirección de Aduanas se presentó respecto a importaciones
hechas al amparo de documentos suscritos por el fiado en fecha más de tres años anterior, es fácil advertir que se
exige a la fiadora el cumplimiento de una obligación no garantizada, pues si en el texto de la póliza de fianza se
precisa el período de tiempo que cubre la misma, durante el cual queda garantizada la actuación del fiado, no es
correcto pretender que con ella se cubran responsabilidades en que incurrió el fiado con anterioridad. Por otra parte,
resulta indebido estimar que por el refrendo subsista la fianza original, si cada fianza tiene un objeto de garantía
dentro de un determinado período de vigencia, que expresamente señala, por lo que debe considerarse que si la
obligación de fiar se prorroga por cada año sucesivo, para hacerse exigible dentro de los tres siguientes, cada prórroga
se refiere a un período determinado, y no puede significar continuidad o subsistencia de la obligación por los periodos
acumulados. Revisión fiscal 459/62. Compañía de Fianzas México, S. A. 29 de abril de 1968. Cinco votos. Ponente:
Octavio Mendoza González.
190 Octava Epoca. Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: IV, Segunda Parte-1, Julio a Diciembre de 1989. Página: 257.
FIANZAS. RESPONSABILIDAD DE LA FIADORA. NO SE EXTINGUE POR CUMPLIRSE EL TERMINO DE LA FIANZA, SI LA
OBLIGACION SE HIZO EXIGIBLE DURANTE LA VIGENCIA DE LA GARANTIA. La fijación del término de la fianza, en la
póliza respectiva, constituye una manifestación unilateral de voluntad de la fiadora que, de modo cierto, establece el
tiempo determinado por el que ha querido obligarse frente a la acreedora. Pero ello no debe interpretarse en el sentido
de que, cumplido el referido término, se extingue toda responsabilidad de la fiadora, pues, tal forma de entender las
cosas no sólo resulta lesiva para el acreedor, sino que además va en contra de lo dispuesto por la Ley Federal de
116
Ahora bien, en el supuesto en que no se hubiere pactado vigencia alguna, se considerará de
vigencia indeterminada la fianza, quedando en consecuencia sujeta al término de vigencia del
contrato principal o a su agotamiento por cumplimiento del fiado.
Esta cláusula tiene por objeto que el período de cobertura o de vigencia se retrotraiga en el
tiempo, para que se inicie la cobertura de la fianza, no el día de su emisión, sino otro previo
que se deberá expresar en el propio texto de la fianza.
Este tipo de cláusula, en principio podría verse riesgosa para el fiador, sin embargo la misma
no siempre se solicita con el fin de generar la asunción de responsabilidades ya vencidas para
el fiador.
Inclusive hay ocasiones en que la vigencia llega a estar ya vencida cuando se emite la fianza,
es decir, se emite el día de 12 de julio de 2003, a fin de garantizar la ejecución de una obra
que tuvo lugar del 1 de enero de 2002 al 31 de diciembre de ese mismo año.
Esta práctica, desde luego que va contra el espíritu del legislador, puesto que en el caso
concreto no pensó en la póliza de fianza, como un documento más que integrar a los
expediente de obra, sino que pensó en ella como un medio de garantizar al Estado en caso de
incumplimiento de las obligaciones asumidas.
Ahora bien, no siempre estas fianzas retroactivas se solicitan con el fin de “integrar” un
expediente, ya que en ocasiones, se solicitan con vigencia retroactiva a su emisión por tres
razones diversas:
117
b) El beneficiario sabe que el fiado incumplió con su obligación, y como se han
generado consecuencias del incumplimiento busca que el fiador tome estos riesgos y así
se lo manifiesta.
c) El beneficiario sabe que el fiado incumplió con su obligación, y como se han generado
consecuencias del incumplimiento busca que el fiador tome estos riesgos y se lo oculta.
Estos tres supuestos, se estudiarán la luz de la definición que de la fianza nos da el artículo
2794 del Código Civil Federal, en el que se aprecia que la fianza se emite bajo el supuesto de
que el incumplimiento es un evento que puede tener lugar en el futuro, no en el pasado, es
decir, no se refiere a que el incumplimiento haya tenido ya lugar, sino que pueda tener
lugar.191
En este orden de ideas, es de concluirse que para ninguno de estos tres supuestos debe
considerarse válida la emisión de la póliza y debe considerarse nula por error (provocado) en
el fiador.
Es decir, en el supuesto caso en que se lograra “burlar” el filtro que la institución y se lograra
ofuscar su conocimiento de las cosas emitiendo la fianza aún cuando la obligación ya estuviere
vencida, tal caso constituye precisamente una de las causales de nulidad relativa de la póliza
de fianza, el error del fiador.
Más adelante comentaremos algo más acerca de la simulación, restando sólo mencionar que
esta cláusula en los textos de las pólizas no debe generar al beneficiario la expectativa de que
la afianzadora dictaminará procedente el reclamo sin más, puesto que la misma no implica una
renuncia al derecho a hacer valer la nulidad para el caso de que el fin de la retroactividad de la
vigencia tenga como única finalidad el incluir dentro del período de cobertura, incumplimientos
anteriores.
Por ello, aunque se incluya en los textos de la fianza, debe considerarse con la mesura
correspondiente, puesto que no implica esta cláusula un allanamiento del fiador a la garantía
191 Quinta Epoca. Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: CIV. Página: 2313.
FIADOR, OBLIGACIONES DEL. Si la fianza se extendió para garantizar el pago de mercancías objeto de un contrato de
compraventa y no se expreso que abarcaría las operaciones ya celebradas, debe estimarse que el fiador solo respondía
de las operaciones futuras. ahora bien, aunque una letra de cambio aceptada por el comprador, por el valor de
mercancías objeto del contrato, se haya extendido con posterioridad al otorgamiento de la fianza, no puede
considerarse que el fiador deba responder del pago de esas mercancías, si esta acreditado plenamente, con las.
118
de incumplimientos previos a su emisión.
Ahora bien, si el beneficiario es precisamente lo que busca, más vale que así lo plantee y de
esa forma, se genere una póliza con una cláusula en la que expresamente el fiador asuma la
obligación ya vencida que tiene el deudor.
Una de las cuestiones más arduas que pueden surgir, estriba en saber si una convención
particular puede aplicarse a situaciones jurídicas o de hecho concretas nacidas bajo el imperio
de una ley anterior.
Es conocido el principio en virtud del cual, a ninguna ley se le dará efecto retroactivo en
perjuicio de persona alguna.
Sin embargo, este principio, según Du Pasquier192, no es la regla general, que constituye una
regla moral de la legislatura, pero no se funda en la naturaleza de las cosas y por tanto es
válido concluir que en ocasiones el legislador mismo ha hecho caso omiso de ella atendiendo al
interés que se halle en juego.
Por otro lado, también es de concluir que lo mismo que la retroactividad implica perjuicios para
alguien, también la irretroactividad genera este perjuicio, por lo que su aplicación deberá
hacerse basado en la equidad, en cada caso concreto. 193
193 Un ejemplo de esta solución sería el supuesto que refiere la tesis que a continuación citamos: Novena Epoca.
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO. Fuente: Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XV, Abril de 2002 Tesis: I.3o.A.17 A. Página: 1,264. FIANZAS,
CADUCIDAD DE. APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 120 DE LA LEY FEDERAL DE INSTITUCIONES DE FIANZAS, CONFORME A
LA REFORMA DEL CATORCE DE JULIO DE MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y TRES. El artículo 120 de la Ley Federal de
Instituciones de Fianzas, establecía hasta antes de la reforma de catorce de julio de mil novecientos noventa y tres (en
vigor a partir del día siguiente), que las acciones derivadas de la fianza prescribían en tres años, interrumpiéndose la
prescripción por el requerimiento escrito de pago o, en su caso, por la presentación de la demanda. Conforme al texto
de las reformas del aludido precepto, en los casos de afianzadoras obligadas por tiempo indeterminado, operará la
caducidad cuando el beneficiario no presente la reclamación de la fianza dentro de los ciento ochenta días naturales
siguientes a partir de la fecha en que la obligación garantizada se vuelve exigible. Ahora bien, el artículo cuarto
transitorio del decreto de reforma señala que los procedimientos derivados de las reclamaciones contra una institución
de fianzas con motivo del otorgamiento de pólizas de fianza, que se hubieren iniciado antes de la vigencia de la
reforma, continuarán su trámite hasta su conclusión en los términos establecidos en la ley reformada. Así las cosas,
las reclamaciones de pago de una fianza que se hubieren iniciado antes de la entrada en vigor de la reforma
continuarán su trámite hasta su conclusión, aplicando las normas previstas en la ley antes de su reforma, en tanto que
si el reclamo de pago se hizo al amparo de la nueva ley, la autoridad goza únicamente de ciento ochenta días
naturales para ello. Lo anterior, dado que independientemente de la naturaleza jurídica que tengan las figuras de la
prescripción y caducidad, la norma transitoria claramente indica que únicamente aquellos asuntos que se encuentren
en trámite al momento de la reforma se regularán por la ley anterior, hipótesis que excluye los negocios cuyo
procedimiento inicie después de reformada la ley, mismos que se regirán por los nuevos artículos. TERCER TRIBUNAL
COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 2943/95. La Guardiana, S.A.,
119
Obviamente se aclararía la problemática al pactar expresamente las cláusulas que las partes
pretenden se mantengan incólumes durante toda la vigencia y ejecución del contrato de
fianza, a efecto de evitar soluciones equitativas que puedan vulnerar derechos adquiridos por
las partes.
Ahora bien, por tratarse de supuestos de los cuales no tienen conocimiento las partes, no es
común que forme parte de regulación en una cláusula contractual.
Dentro de las cláusulas que el fiador puede considerar en el texto de su fianza, se encuentran
aquellas que definen entre éste y el beneficiario: las leyes sustantivas que se aplicarán en caso
de conflicto y los tribunales ante los cuales las partes someterán sus controversias.
Estas cláusulas por no atentar contra normas de orden público194, pueden ser materia de
convenio expreso, por lo que deberán constar en el propio texto de la póliza.195
Compañía General de Fianzas. 23 de noviembre de 1995. Mayoría de votos. Disidente: Carlos Alfredo Soto Villaseñor.
Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos. Secretaria: Guadalupe Margarita Ortiz Blanco.
194 Sexta Epoca. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: Tercera Parte, CVIII.
Página: 104. FIANZAS, RENUNCIA DE LA DISPOSICION CONTENIDA EN LA FRACCION I DEL ARTICULO 130 DE LA LEY
FEDERAL DE. La disposición contenida en la fracción I del artículo 130 de la Ley Federal de Fianzas, que establece que
el requerimiento debe ser personal o mediante oficio con acuse de recibo, cuando la autoridad judicial se encuentre
fuera del Distrito Federal, se estableció en beneficio de las afianzadoras y ellas pueden señalar convencionalmente otro
domicilio para ese fin. Como la renuncia de ese derecho no perjudica al interés colectivo, sino sólo mira el interés
particular de las propias afianzadoras, es claro que tal circunstancia hace renunciable dicho precepto. Volumen C,
página 24. Amparo en revisión 6322/62. La Guardiana, S. A. Compañía General de Fianzas. 25 de octubre de 1965.
Cinco votos. Ponente: Felipe Tena Ramírez. Volumen CI, página 23. Amparo en revisión 1989/64. La Guardiana, S. A.,
Compañía General de Fianzas. 11 de noviembre de 1965. Unanimidad de cinco votos. Ponente: Octavio Mendoza
González. Volumen CI, página 23. Amparo en revisión 7923/63. Compañía de Fianzas Lotonal, S. A. 4 de noviembre
de 1965. Unanimidad de cinco votos. Ponente: Octavio Mendoza González. Volumen CIII, página 43. Amparo en
revisión 6800/63. Compañía de Fianzas México, S. A. 24 de enero de 1966. Cinco votos. Ponente: Octavio Mendoza
González. Volumen CIV, página 17. Amparo en revisión 7929/62. La Guardiana, S. A., Compañía General de Fianzas 9
de febrero de 1966. Cinco votos. Ponente: Pedro Guerrero Martínez.
Sexta Epoca. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: Tercera Parte, C. Página:
24. FIANZAS. RENUNCIA AL DOMICILIO PARA NOTIFICACION. La irrenunciabilidad de la disposición contenida en la
fracción I del artículo 130 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, se establece en beneficio de las compañías y
ellas pueden señalar convencionalmente otro domicilio para ese fin. En efecto, como la renunciabilidad de ese derecho
en lo absoluto perjudica el interés colectivo, y sólo favorece al particular mercantilista de las propias afianzadoras, es
claro que tal circunstancia despoja a aquel precepto de atributo alguno de orden público. Amparo en revisión 6322/62.
La Guardiana, S. A. Compañía General de Fianzas. 25 de octubre de 1965. Cinco votos. Ponente: Felipe Tena Ramírez.
Sexta Epoca. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: Tercera Parte, XCVI.
Página: 71. FIANZAS, DOMICILIO CONVENCIONAL PARA REQUERIMIENTO DE PAGO DE. Cuando en una póliza de
manera inequívoca la compañía afianzadora renuncia al fuero de su domicilio y se somete al de la autoridad de otra
circunscripción ante quien se expide la póliza señalando para oír notificaciones a su agente en esa circunscripción, aun
admitiendo que la renuncia del fuero se refiera exclusivamente a que sea demandada en el domicilio legal, el simple
hecho de que, además de dicha renuncia, se haya estipulado precisamente que aceptó la afianzadora el ser notificada
por conducto de su agente, en el lugar en que se otorgó la fianza, es suficiente para que jurídicamente deba aceptarse
tal manifestación, que no es contraria a la naturaleza del contrato de fianza, ya que la voluntad de las partes es la ley
suprema en los contratos; tanto más cuanto que, de no respetarse esa cláusula, lo convenido por la quejosa sería
doloso y nadie puede invocar en su provecho su propio dolo. Amparo en revisión 4611/64. La Guardiana, S. A.,
Compañía General de Fianzas. 18 de junio de 1965. Cinco votos. Ponente: Octavio Mendoza González. Sexta Epoca,
Tercera Parte: Volumen LXXXII, página 19. Amparo en revisión 6470/59. Compañía de Fianzas México, S. A. 16 de
abril de 1964. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: José Rivera Pérez Campos.
195 Sexta Epoca. Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: Cuarta Parte, CXIII.
120
Sobre el particular se aclara que es importante distinguir de la renuncia expresa al fuero y a
las leyes aplicables, de lo que es la mera renuncia tácita a las leyes y tribunales. La primera de
ellas, es la que produce el efecto del sometimiento del fiador, la segunda no; por tal razón
deberá realizarse en los términos que describe el criterio que a continuación se transcribimos:
Octava Epoca.
Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación.
Tomo: IV, Primera Parte, Julio a Diciembre de 1989. Página: 269.
Competencia 73/89. Suscitada entre los jueces Tercero de Primera Instancia del Ramo
Civil de La Paz, Baja California Sur, y Vigesimonoveno de lo Civil del Distrito Federal. 18
de septiembre de 1989. Cinco votos. Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretario:
Filiberto Méndez Gutiérrez.
En ocasiones, las Instituciones de Fianzas insertan múltiples domicilios a los cuales someten la
jurisdicción, sin señalar a favor de quien corresponde el derecho a elegir el tribunal
competente.
Se ha interpretado esta cláusula en el sentido de que la misma en válida y que el derecho a
121
elegir, dentro de los que se señalan en la póliza de fianza, corresponde al beneficiario (por ser
éste quien inicia la acción).
Sin embargo, también se han pronunciado algunos tribunales en el sentido de resolver que la
sumisión múltiple no es válida, por razón de generar incertidumbre entre las partes.196 En
efecto, estos tribunales señalan que de hacerse la sumisión a un tribunal, ésta deberá ser
precisa, sin dejar lugar a dudas, situación que no se satisface cuando el fiador expresa dos o
más tribunales competentes en el texto de su póliza.
Estas cláusulas resultan contrarias a lo dispuesto por los artículos 93 y 95 de la Ley Federal de
Instituciones de Fianzas, en virtud de que conforme a éstas “....se elimina la posibilidad de que
al beneficiario de la garantía le sean invocadas por el garante causales atinentes a la relación
subyacente que originó su emisión.”197
En efecto, de acuerdo a su propia una fianza en estos términos participa más de la naturaleza
de una carta de crédito o algún otro tipo de garantía independiente que con la misma fianza,
ya que habría de ser pagada por su emisor frente al reclamo de pago escrito del beneficiario,
efectuado dentro del plazo previsto en la póliza.
También resultan contrarias a los principios rectores de la fianza, dado que rompen con el
196 Octava Epoca. Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: IV, Primera Parte,
Julio a Diciembre de 1989. Tesis: CLIII/89. Página: 269. SUMISION EXPRESA. LA DESIGNACION PRECISA DEL JUEZ
QUE EXIGIA EL ARTICULO 1093 DEL CODIGO DE COMERCIO ANTES DE SU REFORMA DEL 29 DE DICIEMBRE DE 1988,
NO IMPLICABA QUE NECESARIAMENTE SE TUVIESE QUE IDENTIFICAR LA JURISDICCION DE UN SOLO LUGAR. El
artículo 1093 del Código de Comercio antes de su reforma del 29 de diciembre de 1988 preceptuaba: "Hay sumisión
expresa cuando los interesados renuncian clara y terminantemente al fuero que la ley les concede, y designan con
toda precisión el juez a quien se someten". Si el suscriptor de un pagaré una vez que formula la renuncia en cuestión,
acepta someterse a la jurisdicción del tribunal que elija el tenedor del documento, de entre cinco diferentes
jurisdicciones, que guardan relación con su domicilio, el lugar de pago y la tasa de interés que ha de causar el
documento, resulta operante esa sumisión expresa, pues la precisión radica en que el tribunal al que, surgida la
controversia, se someterá el suscriptor será aquel que elija el tenedor del documento, necesariamente de entre las
cinco jurisdicciones señaladas, no pudiendo ser cualquier otra. A mayor abundamiento tal precisión no implica que
obligatoriamente se tuviese que identificar los tribunales de un solo lugar, ya que tal requerimiento únicamente busca
que habiendo renunciado los interesados al fuero que la ley les concede, no se genere un caso de controversia un
vacío o incertidumbre respecto a la autoridad jurisdiccional competente, siendo la única limitante a tal precepto la
derivada de las convenciones internacionales de las que ha sido signatario el gobierno mexicano, consistente en que el
pacto de prórroga de jurisdicción no sería válido si implicase de hecho un impedimento o denegación de acceso a la
justicia. Competencia 17/89. Suscitada entre los jueces de Primera Instancia de lo Civil del Tercer Distrito del Estado
de Nuevo León y Trigésimo Cuarto de lo Civil del Distrito Federal. 18 de septiembre de 1989. Cinco votos. Ponente:
Salvador Rocha Díaz. Secretario: Alejandro Sosa Ortiz.
197 Riva, Jorge L. GARANTIAS INDEPENDIENTES. Ed. Depalma. 1999. Buenos Aires, Arg. P. 1.
122
principio de accesoriedad, en virtud de que para estas garantías independientes prevalece el
principio de independencia, conforme al cual “La independencia de las garantías abstractas se
manifiesta tanto respecto de la relación entre el ordenante y el emisor como en la del
ordenante con el beneficiario. El deber del garante es el de pagar frente a un requerimiento de
pago escrito del beneficiario, acompañado de los documentos previstos en la garantía. Ese
garante no puede resistir el cumplimiento invocando defensas relativas a la relación
subyacente entre el ordenante y el beneficiario, diferenciándosela en esto de la fianza común
civil y comercial, en la cual, aún siendo solidario o principal pagador, el fiador puede invocar
defensas que podría esgrimir el afianzado.”199
Conforme a lo anterior, las cláusulas que se inserten en el texto de las pólizas y que refieran al
pago a primer requerimiento no serán válidas, al ir en contra de lo dispuesto por los artículos
93 y 95 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, ya que ambas normas, en su respectiva
especialidad, obligan al beneficiario a formular su reclamo documentando la existencia y
exigibilidad de la obligación fiadora (facultando por ende a la Institución de Fianzas a rechazar
el reclamo de no cumplirse con lo anterior), y por otro lado, según se comentaba en el
apartado relativo a las cláusulas naturales del contrato de fianza, que la afianzadora se
encuentra obligada a hacer valer al beneficiario las excepciones que contra éste tenga el
deudor, además de las propias que tenga el fiador (bajo la riesgo de realizar un pago de lo
indebido si no hace valer estas excepciones).
Por lo anterior, no es dable que las Instituciones de Fianzas inserten en sus textos estas
cláusulas de pago a primer requerimiento, puesto que no existe en nuestro sistema posibilidad
legal de que sean oponibles al fiador.
Las reglas no definen esta figura, sino que se limitan a señalar en la Primera de ellas lo
siguiente:
“PRIMERA.- Se faculta a las instituciones afianzadoras del país para otorgar fianzas que
garanticen operaciones de carácter crediticio, exclusivamente cuando se trate de:
199 Ibídem. P. 48
123
financiero.
6. El pago de créditos otorgados por instituciones financieras para la exportación e
importación de bienes y servicios.
7. El pago de créditos obtenidos para la adquisición de inmuebles, financiados por
entidades del grupo financiero al que pertenezca la afianzadora de que se trate.
8. El pago derivado de créditos para la adquisición de activos fijos o bienes de consumo
duradero.
9. El pago de créditos derivados de programas especiales de apoyo a la micro y
pequeña empresa que ejecuten instituciones nacionales de crédito.
Los demás casos que impliquen operaciones de crédito quedarán prohibidos a menos
que esta Secretaría los autorice expresamente o los incorpore a las presentes reglas
para ser operados regularmente por las instituciones de fianzas.
El común denominador en todas las operaciones referidas es que la obligación del deudor
frente al acreedor es la de reembolsar una cantidad determinada de dinero, siendo éste el
único medio para cumplir con su obligación.
En efecto, difieren estas figuras de todas aquellas otras obligaciones en las que el deudor debe
hacer, no hacer o dar (distinto a numerario), y sólo en caso de incumplimiento de su obligación
se traducirá en el pago de daños y perjuicios, ya que como se aprecia, en las operaciones de
crédito, el objeto primordial de la obligación es la de entregar la cantidad pactada.
Las reglas no son ley, son normas formalmente administrativas y materialmente legislativas; y
por tal motivo se ha discutido sobre si su aplicabilidad deriva de la autoridad formal de las
mismas o si es necesaria su inserción en el texto de las pólizas.
124
Instituciones de Fianzas.”
Esta postura encuentra su fundamento en lo dispuesto por el artículo 3 del Código Civil
Federal:
En lo personal estimamos que para efectos de ser oponibles necesitan ser transcritas en el
propio texto de la fianza, solución que nos parece la más conveniente a fin de evitar
interpretaciones que lleven al beneficiario o al fiador a tener expectativas de derecho que no
puedan materializarse.
g. Puede haber pacto considerando que la falta de pago por el deudor de alguna de las
parcialidades convenidas no dará derecho al beneficiario a reclamar la fianza de crédito por la
totalidad del adeudo insoluto (si no se pacta sobre este punto se hará exigible en su totalidad),
125
conforme a la regla décimo cuarta.
A) En cuanto a fechas.
i) Se debe cuidar en los textos de las pólizas que las fechas coincidan en forma precisa
con los documentos finales que las partes celebren, puesto que de otra forma se
presenta la problemática de acreditar los extremos de exigibilidad de la obligación.
En caso de que se presente esta situación, la póliza deberá interpretarse unas cláusulas por las
otras, de modo tal que si es posible de los otros elementos de la misma, concluir que el
contrato, aunque diferente en fecha, es el mismo, luego entonces no deberá oponerse esto al
beneficiario.
Ahora bien, a fin de prevenir esto, se sugiere tramitar el endoso correspondiente que prevé el
artículo 117 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, en el que se haga la aclaración de la
fecha del contrato principal garantizado.
ii) Se deben cuidar las cláusulas de cancelación automática y la caducidad, de modo tal
que sus plazos no se venzan antes de que se venza la obligación del deudor o que
tampoco sea concomitante con esta.
Ocurre en ocasiones que el texto de la póliza prevé en forma expresa una fecha de cancelación
automática, la que coincide exactamente con el lapso que tiene el fiado para cumplir con su
obligación y con un plazo a esa misma fecha para formular cualquier reclamo.
Esta cláusula genera una trampa al beneficiario, en virtud de que la misma hace nugatorio el
derecho del beneficiario a formular su reclamo, dado que si lo presenta antes del día de
cancelación de la reclamación o del día que tenga como último para que no se actualice la
caducidad, la reclamación será improcedente, puesto que el fiado aún no tiene plazo vencido
para el cumplimiento de su obligación.
Por otro lado, si el beneficiario formula su reclamo, al día siguiente de aquél en que debió
cumplir el fiado, tampoco sería procedente su reclamo al haberse actualizado la caducidad
convencional.
Lo que sugerimos en cuanto a este punto es que las pólizas de fianza deben prever un primer
período de vigencia, dentro del cual el fiado puede asumir obligaciones ante el acreedor, un
segundo período de vigencia, dentro del cual el fiado puede cumplir con su obligación y
126
vencido éste, surge el período para formular el reclamo correspondiente y sólo hasta pasado
éste debe autorizarse la cancelación automática de la póliza de fianza.
Es decir, no debe proceder la cancelación automática, sino hasta que hubiere transcurrido
cuando menos el plazo de caducidad pactado o el de 180 días naturales contados a partir del
vencimiento de la vigencia de la fianza (en fianzas de vigencia determinada) o del
incumplimiento de la obligación del deudor (en fianzas de vigencia indeterminada).
iii) Se debe cuidar cualquier contradicción en los plazos de caducidad, así como la
aclaración de las fechas o eventos en que ésta iniciará a computarse.
Existen básicamente tres eventos a partir de los cuales inicia el cómputo de caducidad: Cuando
las partes pactan en evento o un tiempo determinado a partir del cual inicia el cómputo;
cuando termina la vigencia de la póliza (en fianzas de vigencia determinada) y cuando existe el
incumplimiento (cuando así lo hubieren pactado en fianzas de vigencia determinada o cuando
sean fianzas de vigencia indeterminada).
Respecto del primero, hay que cuidar que el texto exprese claramente la fecha en que termina
ésta. Cuando la vigencia dependa de un evento futuro de realización incierta, y no de un
término preciso, es que se trata de una fianza de vigencia indeterminada, aplicándose el
segundo de los supuestos.
Este prevé que el plazo de caducidad comenzará a correr a partir del incumplimiento.
Sobre este punto es deseable que los textos de las pólizas señalen claramente que estiman
como incumplimiento, ya que en contratos de tracto sucesivo (arrendamiento) el
incumplimiento se aprecia evidente, ante cada mensualidad que adeude el fiado,
computándose esta caducidad en forma mensual para cada vencimiento.
Lo anterior sin perjuicio de considerar también como fecha de incumplimiento aquella que
corresponda a la fecha término de la obra o inclusive la fecha que corresponda a la de la
rescisión del contrato correspondiente.
127
A este respecto es válido considerar cualquiera de los dos como evento generador del
incumplimiento, sin embargo esto se traduce en una verdadera trampa para el beneficiario
quien de reclamar ante el incumplimiento de los plazos menores, obtendrá un dictamen de
plazo pendiente de vencer (el mayor), y al mismo tiempo de reclamar ante el incumplimiento
del plazo mayor, es probable que se le indique la extemporaneidad del reclamo dado que el
mismo debió darse ante el primero de los incumplimientos.
No cubre esta expectativa la mención “....de que se deberá formular el reclamo, ante el
incumplimiento de las obligaciones garantizadas....” puesto que, como mencionábamos, no
aclara a que incumplimiento se está refiriendo, al incumplimiento parcial del contrato o al
incumplimiento total del mismo.
De no pactarse nada se aplicará al cómputo la regla de días naturales prevista por el artículo
120 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas así como por la regla décimo cuarta de las
Generales para Fianzas que Garantizan Operaciones de Crédito.
De no pactarse nada en el texto de la fianza, se aplicarán las cláusulas naturales que para esta
figura se prevén en la Ley Federal de Instituciones de Fianzas (180 días naturales) o en las
Reglas para Fianzas que Garantizan Operaciones de Crédito (180 días naturales).
B) En cuanto a cantidades.
En este supuesto, proponemos como solución basada en la equidad, y ante el hecho de que las
cláusulas de la póliza se interpretan unas por otras, que se considere como límite de la fianza
el monto que coincida con la obligación a cargo del fiado en el contrato principal (no la
principal, sino aquella que resulte a cargo del fiador).
Lo anterior con fundamento en lo dispuesto por el artículo 2799 del Código Civil Federal, que
prescribe:
Artículo 2799.- El fiador puede obligarse a menos y no a más que el deudor principal. Si
se hubiere obligado a más, se reducirá su obligación a los límites de la del deudor. En
128
caso de duda sobre si se obligó por menos o por otro tanto de la obligación principal, se
presume que se obligó por otro tanto.
Ahora bien, en caso de que la fianza se haya dado en términos del artículo 2800 del Código
Civil Federal, y no sea posible determinar con precisión el importe de las obligaciones a cargo
del fiado y que deriven del incumplimiento, deberá estarse a las consecuencias de este
incumplimiento y que resulten conforme a la buena fe y a los usos en la operación concreta
que se garantizó.
Puede ser viable la aplicación analógica de este artículo, por así permitirlo el artículo 113 de la
Ley Federal de Instituciones de Fianzas, con relación al artículo 2 del Código de Comercio.
Sin embargo, aún esta solución deja lugar a dudas, por lo que sugerimos que a fin de resolver
estos posibles conflictos se inserte una cláusula en los textos de las pólizas que exprese lo
siguiente:
“En caso de diferencias entre lo escrito y las cifras en números, se solucionará conforme
a lo siguiente:
Regla 1.- De ser una la cantidad expresada con letras y otra o otras las expresadas con
números, prevalecerá la cantidad expresada con letras;
Regla 2.- En caso de que hubieren varias cantidades expresadas con letras y otra o
otras expresadas con números, valdrá la póliza por el importe de la menor de las
expresadas con letras.”
ii) La cantidad con letra y la cantidad con número son mayores a la cantidad por la que
se protegió la póliza.
Para entender este problema es necesario antes comentar que es práctica común de las
Instituciones de Fianzas operar a través de agentes, en todas las plazas de la República
Mexicana.
200 “ARTICULO 16.- El título de crédito cuyo importe estuviere escrito a la vez en palabras y en cifras, valdrá, en caso
de diferencia, por la suma escrita en palabras. Si la cantidad estuviere escrita varias veces en palabras y en cifras, el
documento valdrá, en caso de diferencia, por la suma menor.”
129
folios firmados en blanco (que la Ley denomina “pólizas sin requisitar”), en virtud de la
problemática que su manejo generaba, subsistiendo tal problema sólo respecto de aquellos
referidos por el artículo 86 bis 1 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas202.
La afianzadoras entrega a los agentes sendos folios firmados en blanco, para que sea el agente
el que llene los espacios en blanco (fiado, beneficiario o monto de las pólizas) y que de esta
forma se integre el texto de la póliza de acuerdo a cada operación que se vaya emitiendo.
Como una forma de control y a fin de evitar que los agentes excedan en las facultades que les
son dadas, se inserta en el texto de los folios en blanco o sin requisitar, una cifra de
protección, con una leyenda que dice “Esta fianza no es válida si su monto excede la cantidad
de...(el monto de protección)....”
Esta situación no generaría problemas de no ser que estos folios en ocasiones son utilizados
para operaciones diversas a las que se autorizaron o para afianzar operaciones de monto
mayor al que considera el monto de protección, de buena o mala fe por parte del agente, ya
que ante la llegada de una operación trascendente para las compañías, estas o el agente,
toman la decisión de utilizar esos folios protegidos.
Ante esto, en uno y otro caso, se genera un conflicto con el beneficiario, quien en ocasiones
piensa tener la cobertura por el monto de la fianza, por así expresarlo el folio que en sus
manos tiene, cuando en realidad la operación se encuentra mellada por un límite máximo de
responsabilidad impuesto por fiador.
Por lo mismo, si la prima fue determinada en base al monto de protección, sería igualmente
incorrecto considerar que el monto de la garantía se establezca por el monto que excede al
límite protegido.
...
VI.- Entregar a los agentes directamente o a través de interpósita persona, pólizas o contratos que establezcan
obligaciones para la institución sin requisitar, firmados previamente por funcionario, representante legal o persona
autorizada para tal efecto, salvo lo establecido en el artículo 86 Bis-1 de esta Ley;...”
202 Artículo 86 bis 1.- Las fianzas para garantizar la libertad caucional de las personas podrán otorgarse mediante
pólizas o contratos que establezcan obligaciones para la institución sin requisitar, firmados previamente por
funcionario, representante legal o persona autorizada por la institución de que se trate, debiendo llevarse un registro
específico de su numeración y de los agentes que las reciban.
Para los efectos previstos en este artículo, así como en los artículos 60 fracción VI y 89 bis-1 de esta Ley, se
entenderá que la póliza o contrato se encuentra sin requisitar cuando carezca de los datos relacionados con el fiado,
beneficiario, obligado solidario o monto de la fianza.”
130
responsabilidad por indebido actuar del agente.
En su caso, este indebido actuar del agente podrá ser sancionado y perseguido por el fiador,
sin embargo, basándonos en un principio de buena fe, no podemos considerar legítimo el pasar
esta responsabilidad al beneficiario de la póliza.
Finalmente, se propone que en los textos de las pólizas no se incluyan estas leyendas de
protección, puesto que como mecanismo resulta ineficiente y da lugar a conflictos que de otra
forma no se presentarían.
Estos errores e imprecisiones deben cuidarse puesto que ante la existencia de esta declaración
del fiador en el texto de la póliza, puede ser interpretado como una asunción plena de la
obligación, de conformidad con el artículo 2800 del Código Civil Federal.
En este caso, no siempre exísten bases para invocar la reducción al monto de la obligación
principal, ya que el fiador puede, de acuerdo a la norma señalada, asumir la obligación de
pagar una determinada cantidad para el caso de que el deudor no cumpla con la suya.
Conforme a ello, es imperativo que los textos de las pólizas guarden una correcta relación con
la obligación que el fiador quiso asumir frente al beneficiario y por los montos que resulta
legítimo, de acuerdo a las obligaciones a cargo del fiado.
C) En cuanto a fiados.
Este supuesto se refiere a aquellos casos en los que lisa y llanamente nos encontramos frente
a un error mecanográfico o de identificación, en el que el sujeto obligado en el contrato
principal (fiado) se identifica de forma diversa a como lo hizo en el contrato y ante el fiador.
En este caso, bastará que el fiador pueda acreditar la identidad para que tenga todas las
acciones y derechos que le corresponden en términos de la Ley Federal de Instituciones de
Fianzas y demás legislación aplicable.
131
En cuanto a la redacción del texto, de conocer los distintos “alias” de un fiado, es importante
considerar el insertarlos al momento de elaborar la póliza o tener elementos para vincularlos al
momento de hacer exigible la fianza, ya que el hecho de que una persona se identifique con un
nombre al momento de celebrar el contrato principal y otro en la expresión de fiado en el texto
de la póliza, no implica necesariamente la inexistencia de la fianza, cuando por otros medios
sea posible identificar que son la misma persona.
Este supuesto se refiere a aquellos casos en los que efectivamente no existe una coincidencia
entre el fiado-deudor y la persona que realmente celebró el contrato, en cuyo caso, ante la
inexistencia de la obligación del fiado, la del fiador correrá con la misma suerte.
A fin de solucionar este supuesto, es de sugerir que los contratos se celebren con quien
efectivamente los va a ejecutar (deudor), y cuidar que el texto de la póliza se mencione a la
persona que efectivamente es parte en el contrato principal.
Se resalta que en caso de celebrarse el contrato con un sujeto diverso al fiado, implica
prácticamente que la obligación principal por la que nació la fianza no existe, en su lugar existe
una diversa, y en consecuencia el fiador no podrá ser obligado a responder del incumplimiento
de un sujeto diverso a su fiado.
D) En cuanto a beneficiarios.
Este supuesto se refiere a aquellos casos en los que lisa y llanamente nos encontramos frente
a un error mecanográfico o de identificación, en el que el sujeto acreedor en el contrato
principal (beneficiario) se identifica de forma diversa a como lo hizo en el contrato y ante el
fiador.
Este supuesto se refiere a aquellos casos en los que efectivamente no existe una coincidencia
entre el beneficiario-acreedor y la persona que realmente celebró el contrato, en cuyo caso,
ante la inexistencia del crédito del acreedor, la del fiador no nacerá frente a él.
132
A fin de solucionar este supuesto, es de sugerir que los contratos se celebren con quien
efectivamente actúa en su carácter de acreedor, y cuidar que el texto de la póliza se mencione
a la persona que efectivamente es parte en el contrato principal.
Se resalta que en caso de celebrarse el contrato con un sujeto diverso al beneficiario, implica
prácticamente que la obligación principal por la que nació la fianza no existe, en su lugar existe
una diversa, y en consecuencia el fiador no podrá ser obligado a responder del incumplimiento
del fiado, por un sujeto diverso al legitimado efectivamente a reclamar el incumplimiento.
Ahora bien, como no siempre es evidente si una operación cae dentro de las de crédito o no es
que algunas instituciones acostumbran imprimir, a modo de “póliza de adhesión” en sus
formatos, la cláusula de nulidad de la póliza si la operación cuya garantía se solicita
corresponde a una operación de crédito.
Esta leyenda, estimamos no debe ser suficiente para liberar de responsabilidades al fiador,
puesto que de pensarlo así, sería tanto como legitimarlo a que no realizare análisis alguno de
la operación y con la salvaguarda que le da su reserva de nulidad, emitiera las pólizas sin los
más mínimos recaudos.
203 “ El artículo 39 de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, establece que la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público mediante disposiciones de carácter general, determinará los tipos de fianzas que por su naturaleza deban
considerarse como peligrosas o con características especiales...
....
El otorgamiento de fianzas que garanticen operaciones de crédito, eventualmente entraña mayor responsabilidad para
las compañías afianzadoras y que de no sujetarse a normas técnicas especiales, pueden derivar en situaciones que
lesionen de manera irremediable su estabilidad financiera....
...
PRIMERA.- Se faculta a las instituciones afianzadoras del país para otorgar fianzas que garanticen operaciones de
carácter crediticio, exclusivamente cuando se trate de:
1. El pago derivado de operaciones de compraventa de bienes y servicios de distribución mercantil.
2. El pago total o parcial, del principal y accesorios financieros, derivados de créditos documentados en títulos inscritos
en el Registro Nacional de Valores e Intermediarios.
3. El pago derivado de contratos de arrendamiento financiero.
4. El pago de financiamientos obtenidos a través de contratos de crédito garantizados con certificados de depósitos y
bonos de prenda expedidos por un almacén general de depósito.
5. El pago derivado de descuentos de títulos de crédito o de contratos de factoraje financiero.
6. El pago de créditos otorgados por instituciones financieras para la exportación e importación de bienes y servicios.
7. El pago de créditos obtenidos para la adquisición de inmuebles, financiados por entidades del grupo financiero al
que pertenezca la afianzadora de que se trate.
8. El pago derivado de créditos para la adquisición de activos fijos o bienes de consumo duradero.
9. El pago de créditos derivados de programas especiales de apoyo a la micro y pequeña empresa que ejecuten
instituciones nacionales de crédito.....”
133
Estimamos, que aún estos textos deben interpretarse de modo tal que se encuentre la real
voluntad del fiador, de forma que si fue su voluntad interna garantizar una operación de
crédito, debe asumir la responsabilidad que le resulta a su cargo, por otro lado, si no pudo
percibir que era una operación de crédito, por razón de alguna simulación de cualquiera de las
partes, es legítimo que invoque la nulidad, exista la reserva en su formato de póliza o no.
Por lo pronto, y a fin de evitar un exceso en la reserva que realizan las afianzadoras, se
considera lo más conveniente que esta leyenda no se utilice, por razón de que genera más
confusión en el beneficiario que tranquilidad, además de que no es del todo justa en razón de
que su inserción implica el deseo de obtener el lucro por la prima, con la reserva
correspondiente para el caso de que al fiador se le haga exigible la responsabilidad.
134
CONCLUSIONES.
Para evitar tal dispersión e inseguridad, la redacción de los textos es de suma importancia,
puesto que ante la falta de precisión legislativa, los límites que establezcan las partes serán las
herramientas más eficientes para desentrañar la voluntad de las partes al celebrar esta
operación.
Por ello, la forma de redacción de los textos, debe ser tal que permita claramente precisar:
a) Los elementos y consecuencias que las partes consideraron al celebrar las cláusulas
esenciales, de modo tal que no exista duda sobre lo querido por ellos.
b) Las renuncias y demás variantes que las partes asumieron, respecto de las cláusulas
naturales.
Situaciones que se generan, en virtud de que las cláusulas insertas comúnmente no cumplen
con los requisitos que expresamos a lo largo de esta investigación y cuyo tenor se limita a
fórmulas generales carentes de precisión.
Se torna más grave esta problemática en virtud de que al momento de la emisión, es poco lo
que se discute sobre la amplitud o claridad del texto de la póliza, por lo que ante la poca
información de que dispondrá el beneficiario o el propio fiador, se generan expectativa irreales
de cobertura, derivado de la falta de límites precisos en torno a sus derechos y obligaciones.
Obviamente la posición del beneficiario y del propio fiador, mejoraría si en cada póliza se
insertaran las cláusulas que deberán regir esta operación y sus correspondientes
modificaciones, y que éstas fueran suficientes para que no pueda existir el error.
Todo lo anterior, y dada la complejidad de insertar en cada póliza todas las cláusulas, nos hace
sentir que el camino final es el de la creación de una Ley del Contrato de Fianza, en la que se
incluyan y adapten las reglas bajo las cuales se deberá interpretar e integrar la figura en
comento.
135
BIBLIOGRAFIA.
LIBROS.
Aguilar Carbajal, Leopoldo. CONTRATOS CIVILES Editorial Hagtam. 1a Ed. 1964 México, D.F.
307 p.
Becerra Bautista, José. EL PROCESO CIVIL EN MEXICO. Editorial Porrúa. 12a Ed. 1986. México,
D.F. 809 p.
Bonfanti, Mario A. CONTRATOS BANCARIOS. Editorial Abeledo Perrot. Buenos Aires, Argentina.
1993. 424 p.
Bonnecase, Julien. ELEMENTOS DE DERECHO CIVIL. Tomo II. Cárdenas Editor y Distribuidor.
2a Reimpresión. 1998. Tijuana, B.C. 678 p.
Borja Soriano, Manuel. TEORIA GENERAL DE LAS OBLIGACIONES. Editorial Porrúa. 10a Ed.
1985 México, D.F. 732 p.
Concha Malo, Ramón. LA FIANZA EN MEXICO. Futura Editores, S.A. 1998. México, D.F. 247 p.
García Maynez, Eduardo. INTRODUCCION AL ESTUDIO DEL DERECHO. Editorial Porrúa. 53a.
Ed. 2002. México, D.F. 444 p.
136
García Mendieta, Carmen. DICCIONARIO JURIDICO MEXICANO. Tomo P-Z. Editorial Porrúa. 6a
Ed. 1993. México, D.F. 3272 p.
Gaudemet, Eugene. TEORIA GENERAL DE LAS OBLIGACIONES. Editorial Porrúa. 2a Ed. 1984.
México, D.F. 534 p.
Hernández Moreno, Alfonso. EL PAGO DEL TERCERO. Bosch, Casa Editorial, S.A. s/f. Barcelona,
España. 272 p.
204
López Monroy, José de Jesús. DICCIONARIO JURIDICO MEXICANO. Tomo I-O Editorial Porrúa.
6a Ed. 1993. México, D.F. 2302.
Lorenzetti, Ricardo Luis. TRATADO DE LOS CONTRATOS. Tomo III. Rubinzal-Culzoni Editores.
Buenos Aires, Arg. 942 p.
Lutzcesco, Georges. TEORIA Y PRÁCTICA DE LAS NULIDADES. Editorial Porrúa. 7A Ed. 1993.
México, D.F. 412 p.
Mateos Alarcon, Manuel. LAS PRUEBAS EN MATERIA CIVIL MERCANTIL Y FEDERAL. Cárdenas
Editor y Distribuidor. 1a Reimp. 1991. México, D.F. 694 p.
Pérez Fernández del Castillo, Bernardo. DERECHO NOTARIAL. Editorial Porrúa. 4a Ed. 1989.
México, D.F. 394 p.
Planiol, Marcel et Georges Ripert. TRATADO ELEMENTAL DE DERECHO CIVIL. Tomo VI.
Cárdenas Editor y Distribuidor. 2a Ed. 1991. México, D.F. 541 p.
Planiol, Marcel et Georges Ripert. TRATADO ELEMENTAL DE DERECHO CIVIL. Tomo IV.
Cárdenas Editor y Distribuidor. 2a Ed. 1991. México, D.F. 627 p.
Riva, Jorge L. GARANTIAS INDEPENDIENTES. Ediciones Depalma. 1999. Buenos Aires, Arg.
146 p.
Rodríguez y Rodríguez, Joaquín. DERECHO MERCANTIL Editorial Porrúa. 21a Ed. 1994. México,
D.F. 430 p.
Rojina Villegas, Rafael. DERECHO CIVIL MEXICANO. Tomo V. Volumen I. Editorial Porrúa. 7a
204
137
Ed. 1998. México, D.F. 613 p.
Rojina Villegas, Rafael. DERECHO CIVIL MEXICANO. Tomo V Volumen II. Editorial Porrúa. 7a
Ed. 1998. México, D.F. 736 p.
Rojina Villegas, Rafael. DERECHO CIVIL MEXICANO. Tomo VI Volumen II. Editorial Porrúa. 6a
Ed. 1997. México, D.F. 743 p.
Sánchez Medal, Ramón. DE LOS CONTRATOS CIVILES. Editorial Porrúa. 11a Ed. 1991. México,
D.F. 616 p.
Treviño García, Ricardo. LOS CONTRATOS CIVILES Y SUS GENERALIDADES. Editorial Mc Graw
Hill. Serie Jurídica. 5a Edición. 1995. México, D.F. 778 p.
Vázquez del Mercado, Oscar. CONTRATOS MERCANTILES. Editorial Porrúa. 5a Ed. 1994.
México, D.F. 587 p.
LEYES Y CODIGOS.
LEY DE OBRAS PÚBLICAS Y SERVICIOS RELACIONADOS CON LAS MISMAS. Editorial Delma.
México, D.F. 2002.
LEY GENERAL DE TÍTULOS Y OPERACIONES DE CRÉDITO. Editorial Sista. México, D.F. 2002.
138
REGLAS Y CIRCULARES.
TESIS PROFESIONALES.
205
139