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1.

DEFINICIÓN: DISFGIA

La dificultad para tragar significa que el proceso de mover los alimentos o los líquidos de la
boca al estómago requiere más tiempo y esfuerzo. La disfagia también puede estar asociada
a dolor. En algunos casos, puede ser imposible tragar.

La dificultad ocasional para tragar, que puede producirse cuando se come demasiado rápido
o no se mastica la comida lo suficientemente bien, no suele ser motivo de preocupación.
Sin embargo, la disfagia persistente puede indicar una enfermedad grave que requiere
tratamiento.

La disfagia puede ocurrir a cualquier edad, pero es más frecuente en adultos mayores. Las
causas de los problemas para tragar varían, y el tratamiento depende de la causa.

Peligroso: porque provoca complicaciones nutricionales y respiratorias (2) que ponen en


riesgo la vida del paciente.

Restrictivo: porque más allá de la necesidad de nutrirnos, el consumo de alimentos está


cargado de significados, emociones y ligado a acontecimientos sociales que no tienen que
ver con la estricta necesidad de comer. Por esto, el sufrir disfagia es una privación, no ya de
nutrientes que pueden ser aportados por otras vías de alimentación; sino de experiencias
sensoriales, emocionales y sociales que aíslan más a la persona.

Fisiopatología de la disfagia

Según la etapa de la deglución alterada, vamos a observar distintos defectos en el proceso


deglutorio, con independencia de la causa que lo determine.

Desde esta perspectiva podemos dividir los síntomas y signos resultantes según la etapa
afectada:

a) Trastornos que afectan la fase oral preparatoria de la deglución: reducido cierre


labial, dificultad en el movimiento de la lengua para formar el bolo, disminución en el
rango o coordinación de los movimientos de la lengua para controlar el bolo, falta de
sensibilidad oral, reducido rango de los movimientos laterales y verticales de la mandíbula
y falta de tensión bucal.

b) Trastornos que afectan la fase oral de la deglución: la lengua empuja los alimentos
fuera de la cavidad oral, movimiento de anterior-posterior de la lengua reducido y
desorganizado y tensión bucal disminuida.

c) Trastornos que afectan la fase faríngea de la deglución: retardo y/o ausencia del
reflejo de la deglución, inadecuado cierre velo faríngeo, disminución de la perístasis
faríngea, parálisis unilateral de la faringe, disfunción rinofaríngea, y reducida elevación y
cierre laríngeo.
d) Trastornos que afectan la fase esofágica de la deglución: reducida perístasis
esofágica. A su vez, dependiendo del momento en que se produzca el pasaje de contenido
alimentario a la vía aérea, en relación al reflejo de la deglución, se reconocen tres tipos de
aspiración:

 Previo al reflejo de la deglución: el bolo entra en la faringe antes de que se


desencadene el reflejo de la deglución. Las causas se relacionan con control lingual
reducido y retardo o ausencia del reflejo de la deglución.
 Durante el reflejo de la deglución: la aspiración puede ocurrir cuando hay un
reducido cierre laríngeo, como consecuencia de una parecía uní o bilateral de cuerda
vocal. Esto puede resultar de un trauma laríngeo o torácico, por ejemplo, por una
prolongada intubación endotraqueal.
 Después del reflejo de la deglución: la aspiración puede ocurrir cuando residuos
que han quedado en la faringe, escurren hacia la vía área atraídos por la fuerza de
gravedad o por rebalse. Las causas pueden ser una reducida perístasis, parálisis
unilateral o bilateral de la faringe, reducida elevación laríngea o disfunción
rinofaríngea.
2. TIPOS DE DISFAGIA

1. Disfagia orofaríngea: cuando las dificultades se originan entre la boca y el


esofágico superior. Estas pueden ser valoradas y tratadas por un equipo de
rehabilitación. En esta consideramos dos grandes grupos:

Disfagia Orofaríngea Estructural: producida por aquellas enfermedades que ocasionan


alteraciones en la anatomía de los órganos.

 Tumores y neoplasias de cabeza y cuello.


 Malformaciones congénitas craneofaciales.
 Traumatismos craneofaciales

Disfagia Orofaríngea Neurógena: producidas por déficits neurológicos y/o


neuromusculares.
 Daño cerebral adquirido: ACV, TCE, Anoxia o Hipoxia cerebral, Infecciones del
SNC, otras encefalopatías.
 Enfermedades Neurodegenerativas: Demencias, Parkinson, Esclerosis
 Múltiple, ELA.
 Disfagia en el anciano
 Enfermedades Neurodegenerativas: Distrofias, Miastenia Gravis, etc.
 Parálisis Cerebral.
 Las causas de la disfagia orofaríngea incluyen las siguientes:

Trastornos neurológicos: Determinados trastornos, como la esclerosis múltiple, la


distrofia muscular y la enfermedad de Parkinson, pueden provocar disfagia.

Daño neurológico: El daño neurológico repentino, como el que se produce por un


accidente cerebrovascular o por una lesión en el cerebro o la médula espinal, puede afectar
la capacidad para tragar.

Divertículo faringoesofágico (divertículo de Zenker): Es un pequeño reservorio que se


forma y acumula partículas de alimentos en la garganta, con frecuencia justo arriba del
esófago, y provoca dificultad para tragar, sonidos de gorjeo, mal aliento y tos o carraspeo
reiterado.

Cáncer: Ciertos tipos de cáncer y algunos tratamientos oncológicos, como la radioterapia,


pueden ocasionar dificultad para tragar.

2. Disfagia Esofágica: las dificultades se originan entre el esfínter esofágico y la


entrada al estómago. Debe ser estudiada y tratada por el gastroenterólogo.
La disfagia esofágica se refiere a la sensación de que los alimentos se pegan o se quedan
atascados en la base de la garganta o en el pecho después de empezar a tragar. Estas son
algunas de las causas de la disfagia esofágica:
Acalasia: Cuando el músculo esofágico inferior (esfínter) no se relaja adecuadamente para
permitir que los alimentos ingresen al estómago, puede provocar que los alimentos regresen
a la garganta. También es posible que los músculos de la pared del esófago estén débiles,
una afección que suele empeorar con el tiempo.

Espasmo difuso: Esta afección hace que el esófago se contraiga varias veces de manera
descoordinada y con mucha presión, en general, después de tragar. El espasmo difuso
afecta los músculos lisos de las paredes de la parte inferior del esófago.

Estenosis esofágica: El estrechamiento (estenosis) del esófago puede provocar que los
pedazos grandes de alimentos queden atrapados. Los tumores o el tejido cicatricial, que
suele producirse por la enfermedad por reflujo gastroesofágico, pueden provocar
estrechamiento.

Tumores esofágicos: La dificultad para tragar suele empeorar progresivamente si existen


tumores esofágicos.

Cuerpos extraños: A veces, los alimentos u otros objetos pueden obstruir, de manera
parcial, la garganta o el esófago. Los adultos mayores que tienen dentadura postiza y las
personas que tienen dificultad para masticar los alimentos pueden tener más probabilidades
de que un pedazo de alimento se quede atascado en la garganta o en el esófago.

Anillo esofágico: El estrechamiento de la parte inferior del esófago puede provocar


dificultad para tragar los alimentos sólidos de manera intermitente.

Enfermedad por reflujo gastroesofágico: Las lesiones a los tejidos esofágicos provocadas
por el ácido estomacal que retrocede hacia el esófago pueden causar un espasmo o
cicatrices, así como el estrechamiento de la parte inferior del esófago.

Esofagitis eosinofílica: Esta afección, que puede estar relacionada con una alergia
alimentaria, se debe a una superpoblación de células llamadas eosinófilos en el esófago.

Esclerodermia: La presencia de tejido similar a una cicatriz, que causa la rigidez y el


endurecimiento de los tejidos, puede debilitar el esfínter esofágico inferior, lo que provoca
que el ácido retroceda al esófago y ocasione acidez estomacal frecuente.

Radioterapia: Este tratamiento oncológico puede provocar inflamación y cicatrices en el


esófago.

3. SÍNTOMAS
Los signos y síntomas asociados con la disfagia pueden ser los siguientes:

 Dolor al tragar (odinofagia)


 Imposibilidad de tragar
 Sensación de que los alimentos se atascan en la garganta o en el pecho, o detrás del
esternón
 Babeo
 Voz ronca
 Regreso de los alimentos a la boca (regurgitación)
 Acidez estomacal frecuente
 Regreso de los alimentos o del ácido estomacal a la garganta
 Adelgazamiento repentino
 Tos o arcadas al tragar
 Tener que cortar los alimentos en trozos más pequeños o evitar determinados
alimentos debido a los problemas para tragar

4. CAUSAS
Tragar es un proceso complejo, y existen diversas afecciones que pueden interferir en él. A
veces, no es posible identificar la causa de la disfagia. Sin embargo, esta suele pertenecer a
una de las siguientes categorías.

5. COMPLICACIONES
Las complicaciones más frecuentes que nos podemos encontrar cuando una persona tiene
disfagia, afectan a dos aspectos principalmente:

 Complicaciones a nivel respiratorio: Como consecuencia del atragantamiento en


ocasiones el alimento pasa a los pulmones por broncoaspiración, produciendo daño
en los pulmones y en algunas ocasiones infecciones respiratorias, algunas graves
como la neumonía que pueden comprometer la vida del paciente. Y en ocasiones
episodios de asfixia.

 Complicaciones nutricionales: La persona con disfagia orofaríngea evita comer y


beber llevándole a una situación de desnutrición y deshidratación. A ello se une el
hecho de que muchos pacientes tienen dificultad o enlentecimiento de la ingesta por
lo que comen menos. Además, es posible que los cuidadores subestimen la cantidad
de alimentos desperdiciados durante este proceso, sobreestimando por lo tanto la
cantidad de alimentos ingeridos por los pacientes con disfagia. Por lo tanto, la
pérdida de apetito, la deshidratación, la desnutrición y la pérdida de peso son
consecuencias potenciales serias de la disfagia.

6. FACTORES DE RIESGO

Estos son los factores de riesgo de la disfagia:

 Envejecimiento: Debido al envejecimiento natural y al desgaste normal del


esófago, además de un mayor riesgo de padecer determinadas afecciones, como un
accidente cerebrovascular o la enfermedad de Parkinson, los adultos mayores
presentan un mayor riesgo de tener dificultades para tragar. Sin embargo, la disfagia
no se considera un signo normal de envejecimiento.
 Algunas enfermedades: Las personas que presentan ciertos trastornos neurológicos
o del sistema nervioso son más propensas a tener dificultad para tragar.
7. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS

Radiografías con contraste: videofluoroscopia (exploración radiológica dinámica de la


deglución de bario en distintas consistencias y volúmenes. Permite estudiar en tiempo real
todas las estructuras que participan en las cuatro etapas de la deglución) y esfigmograma
barritado (útil para descubrir lesiones orgánicas muy evidentes como el divertículo de
Zenker).

Endoscopia de faringe, laringe y esófago: Es el mejor método para descubrir lesiones


orgánicas que cursan con disfagia orofaríngea. Es preciso realizarla en todos los pacientes
sin diagnóstico etiológico, siendo de primera elección si se sospecha una neoplasia tras la
anamnesis. Es la prueba más útil para evaluar la mucosa esofágica, permitiendo un
diagnóstico preciso de lesiones malignas y benignas.

Manometría esofágica: valora la capacidad de relajación del EES, alterada en la acalasia


cricofaríngea, que acompaña a menudo al divertículo de Zenker. Actualmente el empleo de
la manometría de alta resolución permite caracterizar con mayor precisión las alteraciones
funcionales de la región faringoesofágica.

pHmetría esofágica: su máximo rendimiento diagnóstico viene dado cuando la endoscopia


es normal (ausencia de esofagitis) y en pacientes con síntomas atípicos de reflujo
gastroesofágico (síntomas laríngeos, dolor torácico o asma de origen no aclarado).
Pruebas de laboratorio (útiles para detectar, por ejemplo, hipertiroidismo y colagenosis).

8. TRATAMIENTO
El tratamiento de los pacientes con disfagia suele requerir un abordaje multidisciplinar en el
que intervienen diversos médicos y especialistas (gastroenterólogos, cirujanos, logopedas,
otorrinolaringólogos, dietistas, internistas, geriatras…) que colaboran de forma conjunta.
Este tratamiento incluye una serie de medidas generales, actuaciones dirigidas a corregir o
hacer más segura la deglución y el tratamiento de la enfermedad de base que originó la
disfagia (tratamiento de un tumor, del reflujo gastroesofágico, de la alteración de la
motilidad esofágica, etc.). La disfagia debida a lesiones estructurales es susceptible de
tratamientos invasivos como la dilatación endoscópica y la cirugía. La disfagia debida a
alteraciones funcionales o mixtas requiere tratamientos conservadores que mejoren la
función deglutoria y disminuyan el riesgo de aspiración. Es estos casos el tratamiento se
basa en el incremento de la seguridad y de la eficacia de la deglución mediante las
modificaciones dietéticas necesarias y la rehabilitación de la deglución mediante maniobras
y ejercicios que mejoren la coordinación y fuerza de los músculos que intervienen en el
proceso de deglución.

Los objetivos principales en el tratamiento de la disfagia son:

 Corregir las alteraciones de la deglución.


 Prevenir las complicaciones respiratorias.
 Conseguir y mantener un buen estado nutricional.
 Mejorar la calidad de vida del paciente.

La conducta más adecuada en todo paciente disfágico es favorecer al máximo la
alimentación por vía oral (que puede ser parcial, total o terapéutica, es decir, con estricta
supervisión y apoyo fonoaudiológico) reservando la alimentación enteral por sondas
(nasogástrica, nasoyeyunal o gastrotomía) para pacientes con disfagia severa intratable y
para pacientes comprometidos de conciencia. Cuando se autoriza la alimentación por vía
oral de un paciente con disfagia, el equipo de manejo de disfagia debe establecer las
medidas terapéuticas en forma personalizada con el fin de minimizar el riesgo de aspiración
alimentaria.

La dieta se convierte en un elemento muy importante en la evolución del paciente evitando


la desnutrición, deshidratación y la depresión del sistema inmunológico. Existen una serie
de factores relacionados con la disminución de la ingesta en la disfagia:

 Dependientes de la disfagia: pérdida de alimentos por boca y nariz; vómitos de


alimentos “deglutidos”, interrupción por atragantamiento y tos; disminución del
volumen de los bocados; fatiga de la musculatura orofaríngea; aumento del tiempo
de comidas.

 Dependientes del paciente: rechazo de la ingesta por ansiedad; depresión; pérdida


del valor social de las comidas; pérdida del apetito.

 Dependientes de la preparación culinaria: dilución de nutrientes para facilitar la


deglución; exclusión de alimentos de la dieta; alimentos inapropiados para la
disfagia; monotonía; ausencia de alimentos sólidos; deficiente presentación.

A continuación mencionaremos algunas recomendaciones dietéticas para el manejo del


paciente con disfagia:

 Intentar programar las comidas en los momentos en que la persona se encuentra más
descansada. La fatiga muscular y/o cansancio extremos aumentan el riesgo de
aspiración. Por tanto, las comidas más abundantes las hará en la mañana que tendrá
más apetito y estará más descansado.
 Procurar estimular sensorialmente la vía olfativa
 Se recomienda no estar más de 30 minutos comiendo
 Es recomendable preparar platos únicos y nutritivos
 Evitar las bebidas alcohólicas y gaseosas
 Comer en un entorno agradable y tranquilo sin prisas
 Masticar bien los alimentos
 Cuidar la higiene bucal para evitar las infecciones y utilizar un dentífrico suave. Si
el paciente utiliza prótesis dentales estas deben estar bien colocadas y ajustadas.
 Repartir las comidas en 5 ó 6 tomas diarias. Fraccionando la alimentación se
asegura en mayor medida la ingestión necesaria de alimentos. Se distribuirán los
alimentos siguiendo en lo posible las apetencias del paciente
 Mantener una correcta posición: sentados, sin cruzar los pies que deberán estar
apoyados en el suelo, con la espalda hacia delante
 Descansar después de cada comida en una butaca durante un tiempo inicial de
digestión
 Ingerir líquidos entre las comidas y durante ellas, al menos entre 1,5 y 2 litros
diarios para mantener una hidratación óptima
Según el tipo de disfagia el médico puede recomendar diferentes tipos de consistencia para
los líquidos que es necesario consumir:

 Consistencia líquida: se refiere a los líquidos finos como el agua, las infusiones, el
café, refrescos.
 Consistencia de tipo néctar: sería como la que tendría un zumo de tomate o de
melocotón.
 Consistencia de tipo miel: como su nombre indica, el líquido tendría una
consistencia similar a la de la miel. Al decantarse, caería en gotas.

Los alimentos un poco ácidos servidos con limón, pueden provocar automáticamente el
reflejo de deglución Para facilitar la deglución se recomienda tomar alimentos ligeramente
fríos.

BIBLIOGRAFÍA
 https://www.dacer.org/documentos/disfagia.pdf
 https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/dysphagia/symptoms-
causes/syc-20372028
 http://fonoaudiologia-disfagia.blogspot.com/p/fisiopatologia-de-la-disfagia.html

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