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Capítulo 01
Capítulo 02
1 Cuando alguna persona ofreciere oblación a Jehová, su ofrenda será flor de
harina, sobre la cual echará aceite, y pondrá sobre ella incienso,
2 y la traerá a los sacerdotes, hijos de Aarón; y de ello tomará el sacerdote su puño
lleno de la flor de harina y del aceite, con todo el incienso, y lo hará arder sobre el
altar para memorial; ofrenda encendida es, de olor grato a Jehová.
3 Y lo que resta de la ofrenda será de Aarón y de sus hijos; es cosa santísima de las
ofrendas que se queman para Jehová.
4 Cuando ofrecieres ofrenda cocida en horno, será de tortas de flor de harina sin
levadura amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite.
5 Mas si ofrecieres ofrenda de sartén, será de flor de harina sin levadura, amasada
con aceite,
6 la cual partirás en piezas, y echarás sobre ella aceite; es ofrenda.
7 Si ofrecieres ofrenda cocida en cazuela, se hará de flor de harina con aceite.
8 Y traerás a Jehová la ofrenda que se hará de estas cosas, y la presentarás al
sacerdote, el cual la llevará al altar.
9 Y tomará el sacerdote de aquella ofrenda lo que sea para su memorial, y lo hará
arder sobre el altar; ofrenda encendida de olor grato a Jehová.
10 Y lo que resta de la ofrenda será de Aarón y de sus hijos; es cosa santísima de las
ofrendas que se queman para Jehová.
11 Ninguna ofrenda que ofreciereis a Jehová será con levadura; porque de ninguna
cosa leuda, ni de ninguna miel, se ha de quemar ofrenda para Jehová.
12 Como ofrenda de primicias las ofreceréis a Jehová; mas no subirán sobre el altar
en olor grato.
13 Y sazonarás con sal toda ofrenda que presentes, y no harás que falte jamás de tu
ofrenda la sal del pacto de tu Dios; en toda ofrenda tuya ofrecerás sal.
14 Si ofrecieres a Jehová ofrenda de primicias, tostarás al fuego las espigas verdes,
y el grano desmenuzado ofrecerás como ofrenda de tus primicias.
15 Y pondrás sobre ella aceite, y pondrás sobre ella incienso; es ofrenda.
16 Y el sacerdote hará arder el memorial de él, parte del grano desmenuzado y del
aceite, con todo el incienso; es ofrenda encendida para Jehová.
Capítulo 03
Capítulo 04
Capítulo 05
1 Si alguno pecare por haber sido llamado a testificar, y fuere testigo que vio, o
supo, y no lo denunciare, él llevará su pecado.
2 Asimismo la persona que hubiere tocado cualquiera cosa inmunda, sea cadáver
de bestia inmunda, o cadáver de animal inmundo, o cadáver de reptil inmundo,
bien que no lo supiere, será inmunda y habrá delinquido.
3 O si tocare inmundicia de hombre, cualquiera inmundicia suya con que fuere
inmundo, y no lo echare de ver, si después llegare a saberlo, será culpable.
4 O si alguno jurare a la ligera con sus labios hacer mal o hacer bien, en cualquiera
cosa que el hombre profiere con juramento, y él no lo entendiere; si después lo
entiende, será culpable por cualquiera de estas cosas.
5 Cuando pecare en alguna de estas cosas, confesará aquello en que pecó,
6 y para su expiación traerá a Jehová por su pecado que cometió, una hembra de
los rebaños, una cordera o una cabra como ofrenda de expiación; y el sacerdote le
hará expiación por su pecado.
7 Y si no tuviere lo suficiente para un cordero, traerá a Jehová en expiación por su
pecado que cometió, dos tórtolas o dos palominos, el uno para expiación, y el otro
para holocausto.
8 Y los traerá al sacerdote, el cual ofrecerá primero el que es para expiación; y le
arrancará de su cuello la cabeza, mas no la separará por completo.
9 Y rociará de la sangre de la expiación sobre la pared del altar; y lo que sobrare de
la sangre lo exprimirá al pie del altar; es expiación.
10 Y del otro hará holocausto conforme al rito; así el sacerdote hará expiación por
el pecado de aquel que lo cometió, y será perdonado.
11 Mas si no tuviere lo suficiente para dos tórtolas, o dos palominos, el que pecó
traerá como ofrenda la décima parte de un efa de flor de harina para expiación. No
pondrá sobre ella aceite, ni sobre ella pondrá incienso, porque es expiación.
12 La traerá, pues, al sacerdote, y el sacerdote tomará de ella su puño lleno, para
memoria de él, y la hará arder en el altar sobre las ofrendas encendidas a Jehová;
es expiación.
13 Y hará el sacerdote expiación por él en cuanto al pecado que cometió en alguna
de estas cosas, y será perdonado; y el sobrante será del sacerdote, como la ofrenda
de vianda.
14 Habló más Jehová a Moisés, diciendo:
15 Cuando alguna persona cometiere falta, y pecare por yerro en las cosas santas de
Jehová, traerá por su culpa a Jehová un carnero sin defecto de los rebaños,
conforme a tu estimación en siclos de plata del siclo del santuario, en ofrenda por el
pecado.
16 Y pagará lo que hubiere defraudado de las cosas santas, y añadirá a ello la quinta
parte, y lo dará al sacerdote; y el sacerdote hará expiación por él con el carnero del
sacrificio por el pecado, y será perdonado.
17 Finalmente, si una persona pecare, o hiciere alguna de todas aquellas cosas que
por mandamiento de Jehová no se han de hacer, aun sin hacerlo a sabiendas, es
culpable, y llevará su pecado.
18 Traerá, pues, al sacerdote para expiación, según tú lo estimes, un carnero sin
defecto de los rebaños; y el sacerdote le hará expiación por el yerro que cometió por
ignorancia, y será perdonado.
19 Es infracción, y ciertamente delinquió contra Jehová.
Deuteronomio 25
17 Acuérdate de lo que hizo Amalec contigo en el camino, cuando salías de Egipto;
18 de cómo te salió al encuentro en el camino, y te desbarató la retaguardia de todos los
débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y trabajado; y no tuvo ningún
temor de Dios.
19 Por tanto, cuando Jehová tu Dios te dé descanso de todos tus enemigos alrededor, en la
tierra que Jehová tu Dios te da por heredad para que la poseas, borrarás la memoria de
Amalec de debajo del cielo; no lo olvides.
HAFTARIOT VAYIKRA
Capítulo 15
1 Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su
pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová.
2 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al
oponérsele en el camino cuando subía de Egipto.
3 Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él;
mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y
asnos.
4 Saúl, pues, convocó al pueblo y les pasó revista en Telaim, doscientos mil de a pie,
y diez mil hombres de Judá.
5 Y viniendo Saúl a la ciudad de Amalec, puso emboscada en el valle.
6 Y dijo Saúl a los ceneos: Idos, apartaos y salid de entre los de Amalec, para que no
os destruya juntamente con ellos; porque vosotros mostrasteis misericordia a todos
los hijos de Israel, cuando subían de Egipto. Y se apartaron los ceneos de entre los
hijos de Amalec.
7 Y Saúl derrotó a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, que está al
oriente de Egipto.
8 Y tomó vivo a Agag rey de Amalec, pero a todo el pueblo mató a filo de espada.
9 Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado
mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo
quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron.
10 Y vino palabra de Jehová a Samuel, diciendo:
11 Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no
ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda
aquella noche.
12 Madrugó luego Samuel para ir a encontrar a Saúl por la mañana; y fue dado
aviso a Samuel, diciendo: Saúl ha venido a Carmel, y he aquí se levantó un
monumento, y dio la vuelta, y pasó adelante y descendió a Gilgal.
13 Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he
cumplido la palabra de Jehová.
14 Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que
yo oigo con mis oídos?
15 Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor
de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios, pero lo demás lo
destruimos.
16 Entonces dijo Samuel a Saúl: Déjame declararte lo que Jehová me ha dicho esta
noche. Y él le respondió: Di.
17 Y dijo Samuel: Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe
de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel?
18 Y Jehová te envió en misión y dijo: Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y
hazles guerra hasta que los acabes.
19 ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho
lo malo ante los ojos de Jehová?
20 Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la
misión que Jehová me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los
amalecitas.
21 Mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para
ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal.
22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como
en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que
los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la
obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha
desechado para que no seas rey.
24 Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; pues he quebrantado el
mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz
de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado,
25 y vuelve conmigo para que adore a Jehová.
26 Y Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo; porque desechaste la palabra de
Jehová, y Jehová te ha desechado para que no seas rey sobre Israel.
27 Y volviéndose Samuel para irse, él se asió de la punta de su manto, y éste se
rasgó.
28 Entonces Samuel le dijo: Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha
dado a un prójimo tuyo mejor que tú.
29 Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es
hombre para que se arrepienta.
30 Y él dijo: Yo he pecado; pero te ruego que me honres delante de los ancianos de
mi pueblo y delante de Israel, y vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu Dios.
31 Y volvió Samuel tras Saúl, y adoró Saúl a Jehová.
32 Después dijo Samuel: Traedme a Agag rey de Amalec. Y Agag vino a él
alegremente. Y dijo Agag: Ciertamente ya pasó la amargura de la muerte.
33 Y Samuel dijo: Como tu espada dejó a las mujeres sin hijos, así tu madre será sin
hijo entre las mujeres. Entonces Samuel cortó en pedazos a Agag delante de Jehová
en Gilgal.
34 Se fue luego Samuel a Ramá, y Saúl subió a su casa en Gabaa de Saúl.
35 Y nunca después vio Samuel a Saúl en toda su vida; y Samuel lloraba a Saúl; y
Jehová se arrepentía de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel.
BRIT HADASHA VAYIKRA
Mateo
Capítulo 01
Capítulo 02
1 Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del
oriente a Jerusalén unos magos,
2 diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella
hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
3 Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.
4 Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les
preguntó dónde había de nacer el Cristo.
5 Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
6 Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un guiador,
Que apacentará a mi pueblo Israel.
7 Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos
diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;
8 y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y
cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
9 Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el
oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el
niño.
10 Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.
11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo
adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
12 Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes,
regresaron a su tierra por otro camino.
13 Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a
José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece
allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para
matarlo.
14 Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto,
15 y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el
Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.
16 Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y
mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos
sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos.
17 Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo:
18 Voz fue oída en Ramá,
Grande lamentación, lloro y gemido;
Raquel que llora a sus hijos,
Y no quiso ser consolada, porque perecieron.
19 Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños
a José en Egipto,
20 diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque
han muerto los que procuraban la muerte del niño.
21 Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel.
22 Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo
temor de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de Galilea,
23 y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que
fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno.
Capítulo 03