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DELIA LERNER*

ENSEÑAR EN
LA DIVERSIDAD

Conferencia dictada en las Primeras


Jornadas de Educación Intercultural de la
Provincia de Buenos Aires, Argentina:
“Género, generaciones y etnicidades en
los mapas escolares contemporáneos”. Di-
rección de Educación Intercultural, La
Plata, Argentina, 28 de junio de 2007.

1. Nosotros y los otros

En las primeras líneas de su libro sobre la con-


quista de América –historia ejemplar que él
elige para trabajar sobre el problema del
otro–, el gran lingüista e historiador Tzvetan
Todorov (1987) dice:
Quiero hablar del descubrimiento que el yo
hace del otro.[…] Uno puede descubrir a los
otros en uno mismo; podemos tomar concien-
cia de que no somos una sustancia homogénea
y radicalmente extraña a lo que no es uno mis-
mo: yo es otro. Pero los otros también son
yos: sujetos como yo, que sólo mi punto de
vista separa y distingue verdaderamente de
mí, porque es desde mi punto de vista que to-
dos ellos están allí y sólo yo estoy aquí. (To-
dorov, 1987: 13)
Una anécdota escolar me servirá para
expresar mejor lo que quiero compartir con
ustedes en este primer punto: en el primer él no era el único “diferente” del grupo, que él
año de nuestra investigación didáctica sobre y yo teníamos algo en común, los dos éramos
alfabetización inicial, en uno de los prime- “otros”, mirados desde la perspectiva de los de-
ros grados en que trabajábamos, había un más integrantes del grupo. Los demás eran to-
chico que perturbaba mucho el funciona- dos venezolanos y se veían únicamente como
miento del grupo: nos interrumpía, se apo- “nosotros”, no estaban colocados para nada en
deraba del micrófono que usábamos para el lugar de “otros”. Pero nosotros sí. Creo que,
grabar las clases y se ponía a cantar una can- de alguna manera, Doménico ya sabía que no-
ción en el grabador… No había forma de sotros también podemos ser “los otros” para los
“engancharlo” con el aprendizaje. Un día, demás.
antes de entrar en el aula, le pregunté: “Do-
ménico, ¿tú te diste cuenta de que yo no soy Era yo quien tenía que tomar la iniciativa de
venezolana?, soy argentina, vengo de otro tender un puente entre los dos, porque mi posi-
país. ¿Y tú? Te pregunto porque me parece ción era más ventajosa. Él necesitaba que pasa-
que tú también hablas de una manera dife- ra algo que lo ayudara a actuar como alumno (y
rente que los otros chicos, y como yo tam- como buen alumno). Y ese algo tenía que pro-
bién hablo diferente…”. Él me miraba aten- ducirlo yo, porque era “otra” para el grupo pero
tamente, un poco sorprendido. Me contó tenía la ventaja de estar del lado de los adultos,
que era mexicano. Y fuimos entrando juntos de los docentes. Pude tender el puente porque
a clase. Me quedé en su grupo mientras rea- tenía poder.
lizaban la actividad de escritura que había- Uno mismo puede estar del lado del poder o
mos propuesto y él también se quedó; por del otro lado. Cuando cursaba 5º año en la Es-
primera vez, pasó un rato bastante largo in- cuela Normal y transitaba el primer bimestre de
tentando escribir. Pude comenzar a entender prácticas de la enseñanza en un tercer grado, se
cómo estaba pensando en el sistema de es- dio una situación que me marcó mucho. Cuan-
critura. Ese día, Doménico dejó de pertene- do terminaron mis prácticas, la maestra (que era
cer a la categoría de los “bloqueados”, una la regente del Departamento de Aplicación, y
categoría que en realidad mostraba cuán era considerada como la mejor maestra de la es-
bloqueados estábamos nosotros, los inte- cuela) me dijo: “Mire, Lerner, usted es muy in-
grantes del equipo de investigación, porque teligente, pero no sirve para la Educación. De-
(en el caso de unos pocos chicos, dicho sea díquese a otra cosa.” Y me puso “deficiente”.
en nuestro honor) no lográbamos entender Me costó recuperarme, porque para ese enton-
cómo conceptualizaban la escritura. Pues ces ya había decidido estudiar Ciencias de la
ese día, Doménico se reveló: escribía silábi- Educación. Años después, cuando comencé a
camente, solo con vocales, con valor sonoro leer bibliografía sobre fracaso escolar, y conocí
estable. Como ya teníamos algunas ideas el debate entre la teoría del déficit (individual o
acerca de las intervenciones que ayudaban a familiar) y la teoría de la diferencia, repensé es-
avanzar a los chicos que tenían ese estado de ta historia. Para la maestra, yo era “otra”, en es-
conocimientos acerca de la escritura, pudi- te caso porque enseñaba de una manera diferen-
mos entablar un diálogo entre la enseñanza te de como ella entendía la enseñanza y, como
y el aprendizaje. Doménico avanzó sin prisa era diferente, era deficiente.
pero sin pausa como “escritor” y dejó de ser
el “chico terrible” con el que no sabíamos En síntesis, a cualquiera de nosotros le pue-
qué hacer. Pocos días después, a la salida de de tocar ser “otro” en ciertas circunstancias so-
la escuela, me llamó y me presentó a sus pa- ciales. Ser “otro” implica ser diferente en algún
dres. Supe entonces que era huérfano y que sentido (o, simplemente, hacer algo diferente).
había sido adoptado por una pareja italiana, Y toda diferencia puede ser considerada como
bastante mayor. déficit, depende de quién tenga el poder y de
cómo lo use (consciente o inconscientemente).
Creo que Doménico logró involucrarse En la relación docente-alumno, esta cuestión es
en el aprendizaje sólo cuando descubrió que crucial.
2. El aula: un conjunto ¿Cuál es la “moraleja” que podemos extraer
de personas diferentes de todo esto? El sector social de origen no de-
termina mecánicamente las posibilidades de
aprendizaje de los chicos. Encontramos diversi-
Si hay algo semejante en todas las aulas, es pre- dad en todos los sectores sociales.
cisamente que en todas reinan las diferencias.
En escuelas de clase media, nuestra experiencia Por supuesto, algunas generalizaciones son
y nuestras investigaciones sobre la enseñanza y productivas como puntos de apoyo para prever
el aprendizaje del sistema de numeración y del la enseñanza: por ejemplo, saber que los chicos
sistema de escritura muestran con claridad que del grupo con el que estamos trabajando han te-
en un primer grado coexisten habitualmente nido menos contacto con lectores y escritores
chicos que han hecho recorridos muy diferen- que chicos de otros sectores sociales es impor-
tes, que han dotado de sentidos diferentes a ca- tante para intensificar la lectura en el aula, para
da uno de esos objetos culturales, que se en- brindar acceso a aquello a lo que pueden tener
cuentran en diferentes estados de conocimiento menos acceso fuera de la escuela. Pero es fun-
con respecto a ellos. Lo mismo ocurre en otros damental que esas generalizaciones no se trans-
sectores sociales. Otros ejemplos venezolanos: formen en prejuicios. Lo esencial, más que ca-
racterizar lo que les sucede a los niños de tal o
cual sector social, es pensar en Doménico, en
● Estábamos en el tercer mes de clase de pri- Luis Darío, en Rosa María… en esas personas
mer grado, en una escuela ubicada en lo más singulares que están aprendiendo en nuestras
alto de un cerro (en la zona más pobre ya aulas.
que, en los barrios marginados, los servicios Cada uno de nuestros alumnos pertenece a
disminuyen a medida que se sube el cerro). una familia que ocupa una cierta posición so-
Yo estaba explicando una actividad y mis cial, pero esta posición social no determina me-
ojos se cruzaron con los de un chico que es- cánicamente ni las circunstancias específicas
taba mirando fijo hacia la etiqueta de una ca- vividas por cada familia ni la forma en que ca-
ja que yo tenía en la mano. Lo miro interro- da sujeto interpreta esas circunstancias. En este
gativamente y él me dice: “Ay, perdón, es sentido, me gustaría citar a Bernard Charlot
que desde que aprendí a leer, tengo que leer (2005), epistemólogo y sociólogo, director del
todo lo que veo, no puedo evitarlo”. Así fue grupo E.SCOL, que desarrolla desde hace más
como nos enteramos de que Luis Darío ya sa- de una década (en Francia y últimamente en
bía leer. Brasil) investigaciones vinculadas con la desi-
gualdad social frente a la escuela, centradas en
● Una nena de ese mismo grupo escribía desde
la relación de los alumnos con el saber y cuyos
muy poco después del comienzo de las clases
resultados ponen en evidencia la necesidad de
en forma silábico-alfabética, es decir que es-
tomar en cuenta al sujeto y trascender así las
taba notablemente más avanzada en la cons-
fronteras tradicionales entre la sociología y la
trucción de la escritura que casi todos sus
psicología. Él señala:
compañeros. ¿Cómo se explicaba esto? Al
entrevistar a la mamá, nos enteramos de que Evidentemente, hay una posición social objeti-
ella trabajaba como auxiliar en una peluque- va, pero también hay una posición subjetiva.
ría y quería formarse como peluquera. Lleva- Las dos son, a veces, completamente diferentes.
ba todos los días revistas a su casa y su hija, La posición subjetiva es la que adopto interpre-
Rosa María, que hacía las veces de “clienta” tando la posición objetiva. Puedo ser hijo de in-
para que ella pudiera practicar diversos pei- migrante analfabeto y estar orgulloso de eso, así
nados, le sostenía la revista. La mamá iba se- como puedo sentir vergüenza; puedo ser hijo de
inmigrante y tener como proyecto mostrar a los
ñalando en el texto las instrucciones y las iba
otros (mis semejantes) que también nosotros te-
llevando a la práctica. Rosa María seguía con nemos valor. Hay diferentes maneras de ser hijo
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la vista el señalamiento y sacaba sus conclu- de inmigrante. Lo que va a tener una eficacia en
siones... De este modo, fue aprendiendo mu- la historia escolar del individuo no es directa-
cho sobre la escritura, y también aprendió mente la posición objetiva del padre, sino lo que
que leer tiene sentido para el desarrollo de la el hijo hace con su interpretación de esta posi-
8 propia vida. ción. A esto llamamos posición subjetiva social.
Ella implica todo un trabajo de interpretación, de ciales y en otros lugares, que fue diferente en el
producción y de transformación del sentido.1 pasado y que puede ser diferente en el futuro.
(Charlot, 2005: 20; el énfasis es mío) Le corresponde a la escuela abrir a los jóvenes
En una conferencia sobre “Educa- las ventanas del espacio y del tiempo.
ción y Culturas” dictada en el pri- Es un gran desafío para la ins-
mer Foro Mundial de Educación titución escolar. Aceptar que la
de Porto Alegre en octubre de diversidad en el aula es la regla
2001, donde Charlot sostuvo y no la excepción, reconocer
una tesis contrapuesta a la la singularidad de los sujetos
globalización neoliberal –la en el interior de cada grupo
de mundialización en solida- social o cultural –sin legiti-
ridad–, se preguntaba: mar prejuicios producto de
¿Respetar las diferencias cul- generalizaciones mecánicas–,
turales es organizar escuelas apreciar el valor que para noso-
culturalmente diferentes o es tros tiene la cultura de los otros…
acoger la diversidad cultural en
una escuela para todos? Por mi parte, El desafío es fuerte porque acep-
prefiero esta segunda opción. Puedo com- tar la heterogeneidad es difícil para la ins-
prender que pueblos que fueron históricamente titución escolar, dada su concepción básica-
explotados, masacrados, negados en su dignidad mente homogeneizadora. Como nos recuerda
y en su valor cultural adopten la primera opción, Emilia Ferreiro, la escuela pública de las nue-
exigiendo que sus ancestros y ellos mismos sean vas naciones americanas tuvo, desde su funda-
culturalmente rehabilitados. Pero la mundializa- ción, dificultades para trabajar con la diversi-
ción-solidaridad implica una escuela que haga dad. Y añade:
funcionar, al mismo tiempo, los dos principios de
la diferencia cultural y de la identidad como ser La escuela pública, gratuita y obligatoria del
humano, los principios de derecho a la diferencia siglo XX es heredera de la del siglo anterior,
y del derecho a la semejanza. (Id. sup.: 136) encargada de misiones históricas de suma im-
portancia: crear un solo pueblo, una sola na-
Hace notar luego que lo que se les negaba a ción, liquidando las diferencias entre los ciu-
los negros sudafricanos en el apartheid no era la dadanos, considerados como iguales ante la
diferencia, sino la semejanza, la identidad funda- ley. La tendencia principal fue equiparar igual-
mental entre blancos y negros como seres huma- dad con homogeneidad. Si los ciudadanos eran
nos. Y lo mismo sucede en otros casos. La dife- iguales ante la ley, la escuela debía contribuir a
rencia solo es un derecho si se afirma con base generar esos ciudadanos homogeneizando a los
en la semejanza, en la universalidad del ser hu- niños, independientemente de sus diferencias
mano. iniciales.
Por otra parte, Charlot considera fundamen- Encargada de homogeneizar, de igualar, mal po-
tal el conocimiento o reconocimiento de otras día esta escuela apreciar las diferencias. Luchó
culturas por parte de los alumnos. Señala que la no solo contra las diferencias de lenguas sino
idea de Goethe según la cual “quien no conoce también contra las diferencias dialectales en el
ninguna lengua extranjera no conoce a fondo su habla, contribuyendo así a generar el mito de un
propia lengua” (ibíd.) puede ser extendida a la único dialecto patrón para tener acceso a la len-
gua escrita. (Ferreiro, 2001: 80)
cultura: quien nunca se encontró con otra cultu-
ra reconociéndola como legítima, no sabe que su En consecuencia, concluye E. Ferreiro,
cultura es una cultura; la vive como si fuera la
única posible, la naturaliza, no tiene la distancia […] El desafío debe ser asumido por quienes te-
suficiente para tomar conciencia de que se trata nemos la obligación de llevar siempre adelante
de una cultura. En otras palabras, la cultura de los procesos de toma de conciencia, es decir, por
LECTURA Y VIDA

los otros no es solo para los otros, es también los investigadores. Es indispensable instrumen-
para nosotros. tar didácticamente a la escuela para trabajar con
la diversidad. Ni la diversidad negada ni la di-
En consecuencia, es preciso que la escuela versidad aislada, ni la diversidad simplemente
permita a los alumnos comprender que la vida es tolerada. Pero tampoco la diversidad asumida
diferente “del lado de afuera”, en otras clases so- como un mal necesario, o celebrada como un 9
bien en sí mismo, sin asumir su propio drama- seguir un itinerario complejo, desarmar una bi-
tismo. Transformar la diversidad conocida y cicleta con motor y volver a armarla y sea inca-
reconocida en una ventaja pedagógica: ese me paz de hacer una ficha de matemática? ¿Dónde
parece ser el gran desafío para el futuro. (Íd. está la deficiencia?
sup.: 89-90; las bastardillas son de la autora; las
negritas, mías.) En relación con los migrantes, se suponía
Ahora bien, saber que para la escuela no es que la enseñanza debía tener lugar solo en fran-
fácil trabajar con la diversidad obliga a pregun- cés, para que la lengua materna no obstaculiza-
tarse qué condiciones es necesario crear para ra el aprendizaje de la nueva lengua. Incluso se
que todas esas personas singulares –en cada una aconsejaba a los padres no hablarles a los hijos
de las cuales se cruzan múltiples rasgos cultura- en lengua materna, para que estuvieran obliga-
les, familiares, personales…– puedan efectiva- dos a hablar en francés. Sin embargo, las inves-
mente aprender. tigadoras pensaron que, lejos de constituir un
obstáculo, el desarrollo de la lengua materna de-
bía favorecer el aprendizaje del francés:
3. Condiciones didácticas Ya habíamos notado en otros lugares que los hi-
jos de inmigrantes universitarios o refugiados
3.1. Compartir el poder lingüístico políticos (por ejemplo, portugueses o griegos)
eran bilingües y a los 4 años se desempeñaban
Como ustedes saben, la relación entre lenguaje mucho mejor en las dos lenguas que los niños
que hablaban un solo idioma […]. (Vial, Stam-
y poder es estrecha. Hablar en la variedad dia-
bak et. al, 1986: 107)
lectal prestigiosa en un lugar y en un momento
determinados es ejercer un poder. No hace falta Entonces, oponiéndose a los defensores de
decir que es esta variante la que predomina en la teoría de la deficiencia sociocultural de los
la escuela. chicos de clase baja –migrantes, para colmo–
Voy a dar un ejemplo extremo, porque no se decidieron hacer una experiencia en un jardín de
trata de variedades de una misma lengua sino de infantes al que asistían niños españoles, portu-
lenguas diferentes. En relación con esta cues- gueses y yugoeslavos. Utilizando situaciones de
tión, no puedo dejar de citar los trabajos del juego, emprendieron una investigación que in-
CRESAS, el Centro de Investigación de la Edu- tentaba determinar el nivel alcanzado por los ni-
cación Especializada y la Adaptación Escolar ños en su lengua materna y en francés. Permí-
de París, que dependía de la “Subdirección de la tanme leerles el relato que hacen las autoras de
Infancia Inadaptada” (denominación que expre- lo que sucedió entonces:
sa por sí misma la posición dominante en esa Al principio, los niños se rehusaron absoluta-
época), la cual “preocupada por prevenir la ina- mente a admitir que eran españoles, porque se-
daptación y por prestar apoyo pedagógico a los gún decían “todos los españoles son idiotas”.
deficientes”, creó este Centro de investigación Sus reticencias cedieron poco a poco ante la in-
en mayo de 1969. sistencia de Mercedes, una maestra española
(circunstancia verdaderamente increíble para los
El equipo de investigación que produjo ese niños). Aunque nunca les hablamos en francés,
libro extraordinario e injustamente poco cono- los niños continuaron respondiendo en este idio-
cido que es El fracaso escolar no es una fata- ma durante muchas semanas. Luego, a medida
lidad (1986) trabajaba en comunidades donde que fue aumentando su uso del español, mejoró
había muchos inmigrantes. Al analizar los pre- su comportamiento escolar general: la violencia
juicios imperantes, las investigadoras se pre- y la inhibición dejaron paso a una actitud coope-
guntaban: ¿Por qué tildan de deficiente lingüís- rativa y participativa. Además, progresaron ma-
tico a un niño que hace las compras y sirve de nifiestamente en su manejo del francés.
mediador a toda su familia? ¿Por qué un niño
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Frente a la magnitud de los cambios, la directo-


del Maghreb, capaz de llenar los formularios de ra de la escuela –muy atenta al buen desarrollo
Seguridad Social y desenmarañar cuestiones de los niños, cuyas familias, condiciones de vi-
administrativas harto complicadas, no sabe re- da y futuras dificultades escolares conocía bien–
solver un problema? ¿Cómo se explica que un preguntó si no se podía hacer lo mismo con to-
10 niño pueda cruzar todo París en subterráneo, dos los otros niños extranjeros.
Una docente portuguesa se presentó espontá- y francés a niños sumidos en el mutismo. En vez
neamente... y se repitió el “milagro”. Niños que de eso, toda la escuela había aprendido canciones
en la escuela no hablaban ni en portugués ni en portuguesas y yugoeslavas. Los padres venían a
francés se incorporaron paulatinamente al gru- la escuela una vez por semana, como mínimo, y
po, se mostraron más activos o calmos y empe- eran recibidos por personas que hablaban su
zaron a concurrir a clase con alegría. Un día, un idioma y les servían de intérpretes a ellos o a la
niño recién llegado exclamó sorprendido al ver escuela. De este modo, se estableció cierto diá-
que Clotilde, la maestra, se dirigía a él en portu- logo, las relaciones entre las familias y la escue-
gués: “¡Pero tú hablas como mi madre!”. (Íd. la cambiaron, las madres o los padres vinieron a
sup.: 108) presenciar las clases y los niños hablaron (a ve-
ces, demasiado). (Íd. sup.: 109)
Desde la perspectiva de los niños, era sor-
prendente que la maestra, representante de “los Según este grupo de investigadores, para dar
otros” pudiera parecerse a “nosotros”. La pre- respuesta a la diversidad cultural y lingüística
sencia de una maestra portuguesa en la escuela no había que atender de manera especial a “los
posibilitó la realización de una reunión de pa- diferentes” sino modificar las actividades esco-
dres que desempeñó un papel determinante en lares para todos los alumnos, franceses e inmi-
las relaciones franco-portuguesas dentro del es- grantes. Esto suponía producir algunos cambios
tablecimiento, tal como lo muestra el relato de en la organización de la escuela y, sobre todo,
la directora: suponía crear instancias periódicas en las que se
invertían los papeles en relación con el poder
Todos los padres estaban reunidos en mi despa-
lingüístico: era la directora y no los padres la
cho; al principio se mostraron un poco intimida-
dos, Clotilde estaba sentada en un sillón y yo en que necesitaba pedir traducción. Padres e hijos
la sillita que reservo para los niños. El debate tenían oportunidades de hablar en su propia len-
fue muy animado. Hablaban en portugués; los gua en el contexto escolar y también de recurrir
padres se expresaban con gran claridad, le ha- a intérpretes. Todos tenían oportunidad de cono-
cían muchas preguntas a Clotilde y ella les res- cer manifestaciones culturales de “los otros”.
pondía. Un poco aislada en mi sillita, yo alzaba
la mano de vez en cuando y pedía que me tradu- Las investigadoras señalan la importancia
jeran lo que decían, con lo cual provocaba la hi- que tuvieron para ellas (como para nosotros) los
laridad general. […] A partir de esta reunión estudios de W. Labov (1969). Él demostró que la
memorable, ningún alumno portugués tuvo pro- “privación verbal” de los negros norteamericanos
blemas insuperables ni dificultades que requi- es un mito a partir de un conjunto de estudios
riesen la intervención de los especialistas. realizados en Harlem y de transformaciones
metodológicas en las situaciones de indagación
[…]
que –junto a un análisis lingüístico profundo–
El agregado cultural de la embajada de Yugoes- le permitieron rebatir las afirmaciones de la Psi-
lavia envió un maestro que hablaba el serbo- cología Escolar norteamericana de la época.
croata para que se desempeñara como animador
de un taller sabatino. La música, cantos, danzas
y cuentos yugoslavos sumergieron a los niños 3.2. Compartir la responsabilidad
–asistían todos aquellos que así lo deseaban– en
un ambiente distinto, a tal punto que cuando la
del aprendizaje
madre de un pequeño nacido en Sloboda quiso
retenerlo en casa un sábado por la mañana, por- Al estudiar “los universales de las situaciones de
que ese día ella no trabajaba fuera del hogar, el enseñanza”, Charlot señala:
niño replicó: “Hoy es sábado; no vamos a la es- Solo se puede enseñar a alguien que acepta
cuela, vamos a Yugoeslavia!”. aprender, que acepta comprometerse intelectual-
En 1981 ingresaron a la escuela primaria los mente. El docente no produce el saber en el
alumnos yugoeslavos y portugueses que habían alumno, él hace algo (da una clase) para que el
participado en esta experiencia: ninguno fracasó propio alumno pueda encargarse de lo esencial:
LECTURA Y VIDA

(en tanto que sus otros compatriotas fracasaron el trabajo intelectual.


como de costumbre). Todos aprendieron a leer Un profesor puede querer “entrar” en la cabeza
normalmente en francés. del alumno para obligarlo a comprender (para
¿Qué había ocurrido? Nosotros no nos había- hacer el trabajo en su lugar), pero eso es imposi-
mos dedicado a ”enseñar” castellano, portugués ble. (Charlot, 2005: 76)
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¿Qué es lo posible entonces? La cuestión puedan comparar las diferentes estrategias
tiene dos caras. que han puesto en acción;
Por una parte, la enseñanza considera e in- ● enseñando las cuentas convencionales a la luz
cluye los esquemas de asimilación de los alum- de las estrategias elaboradas por los chicos.
nos, tiende puentes entre sus conocimientos
La construcción de estrategias por parte de
previos y los que se quiere enseñar.
los sujetos no solo permite tender ese puente
Esto es válido siempre, en cualquier contex- fundamental. Plantear situaciones que promue-
to didáctico. Cuando el grupo de alumnos per- van la construcción de estrategias de resolución
tenece mayoritariamente a grupos sociales por parte de los alumnos es siempre imprescin-
“desfavorecidos” que tienen menos poder, es dible porque subyacen a ellas propiedades esen-
aún más importante. ciales de las operaciones, que constituyen –des-
de nuestra perspectiva– el núcleo del contenido
Lo sabemos desde hace mucho tiempo, al
a enseñar. Cuando estas propiedades (distributi-
menos desde los estudios de Carraher, Carraher
va, asociativa…) se enseñan separadamente de
y Schliemann en Recife, que dieron lugar a la
los procedimientos de resolución construidos
publicación de Diez en la vida, cero en la es-
por los sujetos, permanecen como conocimien-
cuela y, en nuestro país, desde la investigación
tos aislados, repetitivos, no funcionales.2
de Emilia Ferreiro sobre El cálculo con dinero
en situación inflacionaria. En los dos trabajos La segunda cara de esta segunda condición
se puso en evidencia cuánto sabían los chicos didáctica es: la enseñanza toma como eje la ne-
que trabajaban o los chicos de villa del manejo cesidad de involucrar al alumno como sujeto
con dinero; se mostró que podían usar estrate- cognitivo.
gias de cálculo mental muy económicas (como
Como ha señalado Brousseau, “la relación
las que nosotros usamos en el supermercado pa-
didáctica se establece esencialmente cuando un
ra calcular aproximadamente cuánto vamos a
profesor acepta que se le delegue la responsabi-
gastar), siempre y cuando las situaciones de in-
lidad social de hacer aprender un saber dado a
dagación favorecieran que ellos las usaran. Se
un alumno que a priori no tiene ninguna nece-
mostró también que estos mismos chicos fraca-
sidad de aprenderlo, ninguna razón y ningún
saban cuando la situación se planteaba como
deseo de hacerlo”. Es responsabilidad de la en-
“cuentas de lápiz y papel”. En el caso de la in-
señanza entonces hacer vivir el saber en el au-
vestigación realizada en Buenos Aires, tuve
la preservando su sentido, y apelar al alumno
oportunidad de plantear situaciones similares a
para que entable una relación con el saber posi-
chicos de clase media de las mismas edades,
cionándose como sujeto cognitivo. El problema
que se manejaban mucho mejor con las cuentas
didáctico crucial es generar condiciones para
convencionales, pero que sabían mucho menos
que el alumno pueda comprometerse con el
acerca del dinero y tenían más dificultad en ela-
aprendizaje.
borar estrategias de resolución en las situacio-
nes más cercanas a las extraescolares. Esta condición, imprescindible en todas las
aulas y para todos los alumnos, adquiere un ma-
Ahora bien, ¿cómo tender puentes entre los
tiz específico cuando pensamos en enseñar en la
conocimientos previos de los chicos y los cono-
diversidad.
cimientos que queremos enseñar? Contesto con
el mismo ejemplo aritmético: Los trabajos realizados por Charlot y sus
colaboradores (1993) en Francia mostraron
● generando situaciones problemáticas a
que la intención predominante en alumnos
partir de las cuales los chicos puedan
de medios populares –muchos de ellos
producir estrategias propias para
hijos de migrantes– es estudiar para
resolver operaciones;
aprobar, no para aprender. Si bien
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● planteando situaciones donde este proceso se da sobre todo en


ellos puedan construir va- la escuela secundaria, también
rias estrategias diferen- tiene una cierta presencia en
tes para resolver cada la primaria. Además, hay
problema, donde algunos chicos que no
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entienden por qué están en la en el aula como sujeto cogniti-
escuela, alumnos que están pre- vo, para que entable una rela-
sentes físicamente, pero no “en- ción personal con el saber. Es-
tran” en las lógicas específicas to será posible en la medida en
de la escuela. que las situaciones didácticas
tiendan a otorgarles a todos
Estos investigadores pro-
los chicos el poder de produ-
curaron también comprender
cir conocimiento.
qué significa para un alumno
aprender. Para algunos, es ha- ¿Cómo hacerlo? Pistas im-
cer lo que el docente les pide portantes sobre cuáles son las
(portarse bien, ser prolijo…) y condiciones e intervenciones
pasar mucho tiempo con libros didácticas han sido elaboradas
y cuadernos, por lo cual espe- hace ya mucho tiempo, a par-
ran una retribución –una buena tir del estudio de caso realiza-
nota–. Ellos hacen una fuerte do por G. Brousseau (1986)
distinción entre el aprendizaje con Gaël, un niño de 8 años
en la escuela y fuera de ella: que se encontraba en situación
aprender en la escuela es oír y de dificultad en el aprendizaje
repetir, en tanto que aprender de la matemática. El contenido
en la vida es tener experiencias enseñado era la sustracción y se
y reflexionar sobre ellas. El buen planteaban en relación con ella dife-
alumno es definido por ellos sin referir- rentes situaciones problemáticas.
se al aprendizaje. En cambio, para los que
realmente son buenos alumnos, aprender es ad- Lo que sorprende en el caso de Gaël es la
quirir conocimientos, entrar en nuevos domi- imposibilidad de sostener una convicción frente
nios del saber, comprender mejor el mundo y a una opinión contraria de otro. Es suficiente
sentir placer al hacerlo. con una contra-sugestión para provocar la duda
y una respuesta casi automática: “no sé”. Se
Charlot y sus colaboradores subrayan que la producen reiteradamente diálogos como el si-
idea de que se aprende “oyendo y repitiendo” guiente:
hunde sus raíces en una situación de domina-
ción. Son los dominados los que deben escu- –Si te digo que no está bien, ¿pensás que
char, hacer lo que se les manda, son los que re- tengo razón? –pregunta el investigador.
ciben una retribución por el tiempo de trabajo y –No sé.
para ellos lo más importante es aprender lo que
les posibilita la supervivencia. Y agregan: –Un chico decía que el resultado podía ser
47, ¿qué te parece?
Para adquirir el saber es preciso entrar en una
actividad intelectual, lo que supone el deseo de –Tal vez tenga razón.
hacerlo. Y a partir de ahí se puede plantear de otra
manera la cuestión sociológica: el deseo de –¿Pero qué pensás, tendrá razón o no?
aprender lo que se puede aprender en la escuela –No sé.
y la facilidad para entrar en las normas de las ac-
tividades escolares no son las mismas en todas El investigador interpreta que el niño evita el
las clases sociales. Pero, si los chicos de los me- conflicto refugiándose en una posición de depen-
dios populares no están condenados al fracaso, dencia y de sumisión. En el plano del conoci-
si la escuela no es impotente ante la desigualdad miento, la dependencia ofrece el beneficio nada
social, es porque un sujeto, aún cuando sea do- despreciable de la seguridad: el conocimiento es
minado, no se torna jamás en un objeto social.
siempre el conocimiento de otro y uno sólo tiene
LECTURA Y VIDA

Queda por saber lo que el sujeto hace con la po-


sición en que nació, con aquello que la sociedad que reproducirlo, entonces se suprime el riesgo
hizo de él. (Charlot, 2005: 56; el énfasis es mío.) de ser puesto en cuestión en un debate sobre la
verdad. Una única justificación es suficiente: “lo
Queda por saber –agrego yo– qué podemos hago como me enseñó la maestra”: la autoridad
hacer desde la escuela para que el alumno opere ocupa el lugar de la verdad. 13
De este modo, la relación con el conoci- mismo que lo ha alcanzado, para arriesgar solu-
miento es superficial, el niño no moviliza sus ciones, para confrontarlas con lo que hay en la
propias posibilidades cognitivas. Se acomoda a caja. Comienza a gustarle el juego de prever y
relaciones institucionalizadas que solo deman- verificar, aun en los casos en que no gana. Cada
dan de su parte ritos que no lo comprometen. vez se compromete más con la anticipación, que
supone poner en acción un modelo implícito.
La actitud de Gaël –señala Brousseau– es
consecuencia de una articulación entre la si- Es así como la elección de una situación
tuación didáctica habitual de la clase tal como apropiada produjo la ruptura a la que se apunta-
él la percibe y su relación defensiva con el co- ba. Por supuesto, esta ruptura es provisoria y no
nocimiento. No se puede atribuir toda la res- ha cambiado aún la relación que Gaël establece
ponsabilidad a las actividades usuales en la en- con el conocimiento. Sería necesario que este
señanza de la matemática porque entonces sería juego con el conocimiento pudiera instaurarse
difícil comprender el éxito de otros chicos en regularmente y proseguir en las circunstancias
esas mismas actividades. Podemos pensar más didácticas ordinarias.
bien que la forma en que usualmente se plan- Las decisiones que se toman luego obligan
tean las situaciones didácticas “le conviene” en paulatinamente a Gaël a evaluar diferentes po-
la medida en que le permite escapar a la cons- sibilidades: es él quien debe decidir si un resul-
trucción de conocimientos. tado es verdadero o falso. A través de estas
El proyecto de enseñanza que se elabora en- transformaciones del rol del alumno –que habi-
tonces intenta introducir una ruptura en las con- tualmente no incluye la evaluación–, se va lo-
cepciones de Gaël sobre la situación didáctica, grando que él prefiera la verdad al confort de un
planteándole una situación que exigirá de él an- consenso con el maestro (es decir, a la depen-
ticipar, asumir responsabilidades, comprome- dencia); se va logrando que él mismo elija la ve-
terse con el objeto de conocimiento. Se trata del rificación, a pesar de la angustia que puede pro-
“juego de la caja”, donde se presentan proble- ducirle constatar su error.
mas de sustracción como el siguiente: se sabe
De este modo, las condiciones de la situa-
que hay 52 piezas (fueron previamente conta-
ción didáctica propuesta impiden que el niño to-
das), que 19 son redondas y las restantes son
me las respuestas del discurso del maestro y
triangulares, ¿cuántas piezas triangulares hay?
propician que, frente a la incertidumbre, el
Se juega varias veces, conservando la estructu-
alumno tome decisiones y elabore respuestas
ra del problema y variando las cantidades. Cada
propias: que tantee, que se arriesgue a anticipar,
vez, hay que asumir el riesgo de anticipar un re-
que apueste poniendo en juego una convicción,
sultado, sin hacer la cuenta, y luego verificarlo
que verifique y saque conclusiones a partir de
contando o bien recurriendo a otro procedi-
sus errores, que evalúe cálculos de otros… Son
miento de cálculo.
estas condiciones las que permiten que este chi-
Gäel tiene dificultades en tomar en conside- co y muchos otros se involucren en el aprendi-
ración los datos e incluso las consignas. Res- zaje como sujetos cognitivos. Como señala
ponde al azar. Varias veces “apuesta” también al Brousseau:
azar y luego verifica, comprobando su error. Po- No se trata de hacer un discurso moralizante so-
co a poco, comienza a controlar lo que hace y a bre esto sino de obtener esos comportamientos
autocorregirse. Dice: “Hay un secreto, pero ten- de manera efectiva. Hemos tratado de habituar-
go que encontrar cuál es”. lo a definirse, a reconocerse, a complacerse en
la posición de constructor del conocimiento y de
El resultado al que se apunta es considerado responsable de su convicción ante los hechos o
por primera vez como una relación necesaria: ante el otro. (Brousseau, 1986: 273)
Gaël se da cuenta de que existe una estrategia
que permite ganar con seguridad. La anticipa- El caso Gaël es históricamente el primero
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ción comienza a funcionar, así como el examen que evidencia la construcción de la noción de
a priori de varias soluciones posibles. A partir de devolución, una noción que ha sido reelaborada
la segunda sesión, el niño comienza a aceptar las luego pensando en el trabajo del aula en didác-
reglas del juego: se hace cargo de un objetivo y tica de la matemática y también en didáctica de
14 pone en acción los medios para verificar por sí la lengua.
Ahora bien, para que los alumnos puedan ● la interacción cognitiva en pequeños grupos;
operar como sujetos cognitivos y comprometer-
● el trabajo personal en la construcción del co-
se con el aprendizaje, es imprescindible tam-
nocimiento.
bién asegurar otras condiciones, que solo podré
enunciar brevemente. Por su importancia para comprometer a todos
y cada uno de los alumnos con el aprendizaje, la
articulación de diferentes formas de organiza-
3.3. Superar la ficción de que el tiempo ción de la clase –colectiva, grupal, individual–
del aprendizaje coincide con el tiempo ha sido objeto de un análisis específico (Lerner,
de la enseñanza 2002) y se le dedica particular atención al dise-
ñar los proyectos de lectura y escritura (ver, por
Para aprender, los aprendices necesitan dispo- ejemplo, “Escribir para convencer”, en Lerner
ner de un tiempo propio en el cual puedan apro- et al., 1997).
piarse de los conocimientos. Tiempo propio no
quiere decir tiempo individual. Como han dicho
Chevallard y otros, “para que el individuo 3.5. Explicitar periódicamente los
aprenda, es necesario que el grupo aprenda” conocimientos elaborados en y por la clase
(1997: 99). La producción del conocimiento se
hace siempre en grupo –“en tribu”, dice Cheva- Revisar lo que se ha hecho, evocar lo que se ha
llard–, también en el caso de la investigación aprendido y conceptualizarlo, hacer balances
científica. periódicos de lo que se sabe y de los interrogan-
tes que están planteados, elaborar conclusiones
Ahora bien, en el interior de la cooperación provisorias y reconocerlas oficialmente como
intelectual –para que realmente esta exista–, es conocimientos compartidos... son intervencio-
imprescindible que haya un trabajo personal de nes esenciales para el aprendizaje de todos y, en
cada uno. Tomar conciencia de esto obliga a de- particular, para ayudar a aquellos alumnos que
tener el “desfile de contenidos” y a prever el se han “perdido” en algún momento del proceso
tiempo necesario para el aprendizaje, al menos a reencontrarse con el conocimiento que se está
en relación con los saberes o las prácticas de las construyendo, a reinsertarse en el trabajo que se
cuales es esencial que los alumnos se apropien. está llevando a cabo (Perrin Glorian, 1993; Sa-
dovsky, 2005).
Un ejemplo de lo que quiero decir es el si-
guiente: en un estudio que estamos desarrollan-
do actualmente en relación con “leer para 3.6. Incluir en la enseñanza todas
aprender”, los chicos mismos subrayan como las diversidades propias del objeto
un rasgo distintivo de la experiencia que –a di- de conocimiento
ferencia de lo que habitualmente sucede– ahora
tienen tiempo para pensar sobre el tema que es- Como señala Emilia Ferreiro (2001):
tán trabajando: para leer diferentes textos acer-
Sabemos que se alfabetiza mejor:
ca de él, para tomar notas, para discutir a partir
de sus notas y volver al texto a partir de los in- a) cuando se permite interpretar y producir una
terrogantes que surgen en la discusión, para vol- diversidad de textos (incluidos los objetos en
ver a un texto a la luz de lo que han comprendi- los que el texto se realiza);
do al leer otros textos, para producir un escrito b) cuando se estimulan diversos tipos de situa-
que sintetice lo aprendido y volver a los textos ciones de interacción con la lengua escrita;
buscando llenar las “lagunas” o las inconsisten-
cias que se hacen notar al escribir… c) cuando se enfrenta la diversidad de propósi-
tos comunicativos y de situaciones funciona-
les vinculadas con la escritura;
LECTURA Y VIDA

3.4. Articular formas d) cuando se reconoce la diversidad de proble-


de organización de la clase mas que deben ser enfrentados al producir un
mensaje escrito (problemas de graficación, de
Estas formas de organización deberían permitir: organización espacial, de ortografía de pala-
bras, de puntuación, de selección y organiza-
● una fuerte intervención del docente; ción lexical, de organización textual…); 15
e) cuando se crean espacios para asumir diver- Notas
sas posiciones enunciativas delante del texto
1. Volveremos sobre esta cuestión, esencial desde la
(autor, corrector, comentarista, evaluador,
perspectiva didáctica, al abordar las condiciones
actor…), y
que parece necesario asegurar para que los alum-
f) cuando, finalmente, se asume que la diversi- nos asuman como propio el proyecto de aprender.
dad de experiencias de los alumnos permite
2. La bibliografía vinculada con esta cuestión es
enriquecer la interpretación de un texto. (Fe-
muy extensa, ya que ha dado lugar a múltiples
rreiro, 2001: 84)
trabajos a partir de los estudios fundantes de G.
Tomar en cuenta la diversidad también en Vergnaud (1991).
las situaciones de enseñanza es crucial para lo-
grar que los chicos que no logran comprome-
terse con ciertas situaciones lo logren con
otras; es esencial para abrir caminos que brin-
den a todos los alumnos la oportunidad de po-
sicionarse como sujetos cognitivos, como pro-
ductores de conocimiento.
Referencias bibliográficas
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alumnos aprendan, son condiciones didácticas Brousseau, G. (1986). Théorisation des phénomè-
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aprendizaje coincide con el tiempo de la en- Carraher, T.; Carraher, D. y Schliemann, A. (1991).
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◆ Articular diferentes formas de organización
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◆ Explicitar periódicamente los conocimientos ques. Repères-IREM 10, 5-24
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◆ Incluir en la enseñanza todas las diversida-
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Para cerrar esta conferencia, sólo quisiera agre- tudiar Matemáticas. El eslabón perdido entre
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DICIEMBRE 2007

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res: Kapelusz.

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de Lectura Chicago, Illinois, EE.UU. 2007-2010
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