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Biografía[editar · editar fuente]

Pionero de la arquitectura moderna en Brasil. Fue conocido mundialmente por el proyecto


del Plan Piloto de Brasilia, Lúcio Costa creció en diferentes países debido a las actividades
oficiales de su padre, el almirante Joaquim Ribeiro da Costa, lo que le brindó una formación
bastante pluralista. Estudió en la Royal Grammar School de Newcastle (Reino Unido), y en
el Collège National de Montreux (Suiza).

Volvió a Brasil en 1917 y más tarde ingresó a estudiar arquitectura en la Escola de Belas
Artes de la Universidad Federal de Río de Janeiro. Allí se instruyó primeramente en
la arquitectura neoclásica y neocolonial, pero luego rompe con esa formación historicista de la
escuela y se influenció de la obra de Le Corbusier.

Se asoció con el arquitecto ruso Gregori Warchavchik, que construyó el primer proyecto de
arquitectura moderna en Brasil. En 1932 fue nombrado por algunos meses como diretor de la
Escola Nacional de Belas Artes, donde implantó un curso de arquitectura moderna. Entre sus
alumnos estaba el joven Oscar Niemeyer.

Consciente de la importancia de su generación en el cambio cultural del país, Costa convenció


a Le Corbusier a irse a vivir a Brasil en 1936 para que dictase una serie de conferencias.

De prolífica creación por esos años, Lúcio Costa en 1957 envió un anteproyecto en el concurso
lanzado para crear la nueva capital del país, contraviniendo eso sí algunas normas del
concurso. Pese a eso, venció casi por unanimidad, sufriendo diversas acusaciones de los
demás postulantes. Desarrolló el Plan Piloto de Brasilia y, como Niemeyer, pasó a ser conocido
en todo el mundo como autor de gran parte de los predios públicos de esa ciudad.

Lúcio Costa falleció en Río de Janeiro en 1998, ciudad donde residió la mayor parte de su vida.
Dejó dos hijas, María Elisa, también arquitecta, y Helena.

Principales obras[editar · editar fuente]

Fachada norte del Edificio Gustavo Capanemade Río de Janeiro.

 1936 - Proyecto del edificio sede del Ministério da Educação e Saúde Pública,
actual Palacio Gustavo Capanema, en Río de Janeiro, junto a un equipo de arquitectos
cariocas;
 1937 - Proyecto para el Museo de São Miguel das Missões, en Río Grande del Sur;

 1939 - Pabellón de Brasil en la Feria Internacional de Nueva York;

 Residencia Hungría Machado (actual consulado de Rusia), en Río de Janeiro


 Casa de veraneo del Barón de Saavedra, en Petrópolis;

 1944 - Park Hotel São Clemente, en Nova Friburgo;

 Parque Guinle, en Laranjeiras, en la zona sur de la ciudad de Río de Janeiro;

 1952 - Proyecto de la Casa do Brasil, en París;

 1956 - Sede social del Jockey Club do Brasil, en el centro de la ciudad de Río de
Janeiro;

 1957 - Plano piloto de Brasilia, la capital brasileña.

Bienal de Venecia 2012:


ConVivência: Lucio Costa y
Marcio Kogan / Pabellón de
Brasil

© Nico Saieh

El Pabellón de Brasil reúne a dos destacados profesionales de dos


generaciones diferentes: Lucio Costa (1902-1998) y Marcio Kogan (n. 1953).
Costa es el planificador urbano conocido mundialmente que concibió
Brasilia, la nueva capital del país, inaugurada en 1960, con edificios públicos
diseñados por Oscar Niemeyer (n. 1907). Costa fue uno de los ideólogos
principales del modernismo brasileño y autor de algunas de las obras
maestras de la arquitectura moderna brasileña.

Arquitecto brasileño de origen francés, pionero del movimiento moderno en su país y


una de las figuras cumbres de la arquitectura y el urbanismo mundial. Su obra capital
fue el planeamiento de la ciudad de Brasilia, actual capital de Brasil y Patrimonio
Cultural de la Humanidad desde 1966. Nació en Tolón en 1902 y se formó como
arquitecto en Francia. Este hecho fue fundamental para el posterior desarrollo de las
ideas del movimiento moderno en Brasil, país al que se trasladó en la década de
1920. En 1935 se hizo cargo junto con otros arquitectos, entre los que estaba Oscar
Niemeyer, de la ejecución del Ministerio de Educación bajo la atenta supervisión de
Le Corbusier, quien se desplazó en varias ocasiones a Brasil para trabajar en el
proyecto. El edificio, concluido en 1946, constituye un compendio de los cinco
postulados del maestro franco-suizo: bloques elevados sobre pilotis (pilares), planta
libre, fachada libre independiente de la estructura, ventanales longitudinales
(fenêtre en longueur) y cubiertas planas ajardinadas. En muchas de sus obras, como
el edificio residencial del parque Eduardo Guinle en Río de Janeiro (1954), Costa
proyectó grandes fachadas sombreadas por brise-soleils, un invento corbusiano cuya
finalidad era proteger los interiores del intenso sol tropical. La obra fundamental de
Lúcio Costa es el proyecto urbanístico de Brasilia. Este proyecto se había mantenido
vigente durante el siglo XIX pero no fue hecho realidad hasta el XX. Para ello, fue
crucial la elección en 1956 de Juscelino Kubitschek, hasta entonces gobernador del
Estado de Minas Gerais, como presidente de la República, quien se embarcó en un
ambicioso programa de obras públicas que culminó con la construcción de la ciudad
de Brasilia en una región semidesértica del interior del país.

La idea central del proyecto es la creación de un complejo sistema vial cuya arteria
principal recorre el eje norte-sur; a ambos lados de éste se disponen las zonas
residenciales articuladas en supermanzanas. Perpendiculares a esta directriz se
cruzan numerosas vías de penetración perfectamente diseñadas donde se sitúan los
centros de recreo. El eje este-oeste, más corto que el anterior, es de marcado
carácter representativo. En el vértice del triángulo está situada la plaza de los Tres
Poderes, centro neurálgico de la vida política. Esta idea urbanística parte del
concepto de ciudad ideal propuesta por Le Corbusier y desarrollada en la Carta de
Atenas en 1933, que dividía la ciudad en cuatro zonas destinadas a las diferentes
actividades sociales: vivienda, ocio, desplazamiento y trabajo. Brasilia es una ciudad
que surgió de la utopía de los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna
(CIAM) y que pudo llevarse a cabo gracias a la mentalidad progresista de unos
gobernantes que apostaron por la modernidad. Al margen de los problemas antes
descritos, su planificación es el fruto de un programa político que demandaba más
una ciudad capital que una ciudad vital, es decir, que requería un alto grado de
monumentalidad. En este sentido, cumple perfectamente con el programa previsto,
no sólo por su original planteamiento, sino también por la belleza plástica de sus
edificios, obra de los más insignes arquitectos brasileños. © M.E.

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