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I

Fernando Checa Cremades


María de los Santos García Felguera
José Miguel Morán Turina

I Guía para el estudio de la


Historia del Arte

SEGUNDA EDICION

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Índice

PROLEGÓMENO .....................•...........•.. 9
INTRODUCCIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . • 13
~APÍTULO PRIMERO: METODOLOGÍAS EN EL ESTUDIO DE LA
HISTORIA DEL ARTE 17
Comienzos de la historiografía artística: el sistema va-
sariano de las «Vidas» y su posterior fortuna. . . . . 19
Historiografía positivista y su superación. Burekhardt. 25
Consecuencias de Kan : metodologías formalistas. . . . 34
Consecuencias de Kaát; las formas simbólicas y el
método iconológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
Consecuencias de Marx: la critica social del arte. . . . . 50
Consecuencias de Freud: el método psicoanálitico
aplicado a la obra de arte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
Metodologías formales y estructuralistas. . . . . . . . . . . . 62

CAPÍTULO II: PERÍODOS y PROBLEMAS DE LA HISTORIA


DEL ARTE ...•.....•........................•... 74
Historias generales, enciclopedias, diccionarios y co-
lecciones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
La Antigüedad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
La Edad Media. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
El Renacimiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
El Manierismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
El Barroco. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
El siglo XVIll . . • . • . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . • • . . . . . 127
El siglo XIX •.........•......................... 133
La época contemporánea......................... 140

(!... I 7
~S-I/.566D
CAPÍTULO III: FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LA HISTORIA
DEL ARTE...................................... 149
Estudios sobre las fuentes. . . . . . . . . . . . ..... .. .. ... 152
Tratados y literatura artística. . . . . . . . . ..... .. .. ... 156
Otras fuentes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..... .. .. ... 201
Fuentes secundarias. . . . . . . . . . . . . . . . . ..... .. .. ... 208

CAPÍTULO IV: ARTE y SOCIEDAD..................... 210


El artista y la sociedad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 210
La rece.~ción de la obra de arte: el encargo y la co-
lección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 216
De la colección al museo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225
La reproductibilidad de la Obra de Arte: falsifica-
ción, copia y reproducción. Libros y grabados. . . . 230

CAPÍTULO V: EL MARCO DE LA VIDA COTIDIANA. . . . . . . . . 235


El entorno aristocrático y burgués. . . . . . . . . . . . . . . . . 235
La vivienda 236
El traje. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 238
El adorno. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240
El mundo popular 242
La sociedad industrial y la producción de objetos
cotidianos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 244

CAPÍTULO VI: Los MEDIOS DEL HISTORIADOR DEL ARTE. . 250


Los repertorios bibliográficos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 250
Las revistas ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252
Los centros de investigación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254

8
CAPÍTULO PRIMERO

Metodologías en el estudio
de la Historia del Arte

Para una comprensión en profundidad de lo que ha sido


y es la disciplina de la Historia del Arte es imprescindi-
ble estudiar no sólo qué es lo que hay que entender como
Historia del Arte, sino también y sobre todo cómo han
sido considerados los diversos fenómenos conectados con
la disciplina.
Así, este epígrafe trata de las distintas metodologías que
han explicado las obras artísticas desde diversos puntos
de vista, desde la consideración de la Historia del Arte
como historia de la vida de los artistas a las más moder-
nas que tratan de explicar la obra como un producto
formal -insistiendo entonces en los aspectos de la per-
cepción visual y óptica- o como algo susceptible de es-
tudiarse desde el punto de vista del contenido refiriéndo-
lo a un medio geográfico, social o cultural. Como vere-
mos, las metodologías no son nunca algo aséptico y me-
ramente especulativo, pues su aparición y desarrollo sue-
le vincularse a los distintos movimientos de vanguardia
de nuestro siglo. Así, no se puede explicar el auge de la
pura visualidad sin el movimiento de la abstracción ex-

17
presionista alemana, ni a psicología de la Gestalt sin las
últimas tendencias de la abstracción geométrica.
Pero el principal punto que queremos resaltar aquí es el
carácter imprescindible del conocimiento de las metodo-
logías histórico-artísticas para un estudio consciente de
los productos artísticos. Si no, caeremos en el fenómeno,
tan corriente en la historiografía de nuestro país, del
empleo abusivo, acrítico e inconsciente de distintas me-
todologías sin saber a ciencia cierta lo que cada una de
ellas implica, su particular visión del mundo y su filoso-
fía. Esta consciencia metodológica es muy necesaria si
queremos alcanzar el grado de ordenada interdisciplina-
riedad por el que abogábamos al principio.
Con todo. no hemos de caer en el extremo opuesto, es
decir, en la aplicación ideológica y dogmática de una
sola metodología. El carácter abierto y polisémico de la
obra de Arte hace que pueda ser abordada desde múlti-
ples puntos de vista. Así, una obra de Tizian puede ser
analizada desde presupuestos formalistas, iconológicos y
sociales, sin menoscabo de su carácter unitario y estruc-
tural. Precisamente, es el carácter interdisciplinar de la
Historia del Arte lo que se ve reforzado si empleamos
esta pluralidad metodológica. Sin olvidar, por otra par-
te, que hay obras que exigen sobre todo de un determi-
nado método para su comprensión: un programa del
~erismo o del barroco exige una aplicación del méto-
do iconológico, mientras que éste es imposible en un
cuadro dé~ndrian o Pollock) que reclaman métodos
formalistas para su estudio.

COMIENZOS DE LA HISTORIOGRAFÍA ARTÍSTICA: EL SIS-


TEMA DE LAS «VIDAS~ y SU POSTERIOR FORTUNA.

Si con anterioridad a Giorgio Vasari (lSUdS74)


pueden detectarse intentos e una sistematización lógica
de la Historia del Arte con una metodología determinada
(confróntese al respecto la introducción de Alberti a la
edición italiana de su De Pictura [1436]), sólo con el his-
Giorgio Vasari. Autorretrato, Le vi/e, 156/l toriador y teórico de Arezzo podremos hablar de una me-

18 19
todología rigurosa por lo que a la Historia del Arte se mediante una biografía es un método, cada vez más en
refiere. desuso, pero que aún sigue empleándose. La fortuna del
En el campo metodológico la aportación fundamental método biográfico puede decirse que alcanza hasta los
de Vasari consiste en insertar un concepto progresivo de comienzos de la Edad Contemporánea, concretamente
la Historia -desde los siglos oscuros de la Edad Media a hasta el momento de la crisis neoclásica y romántica.
la culminación en Miguel Ángel- dentro de un esquema La primera gran obra que calca el sistema vasariano
claro y razonable, que encuentra su base en la Vida. Me- no es -como señala Schlosser- obra de un italiano; se
diante la descripción de la vida de artistas singulares trata de El libro de la Pintura (Het Schilderboek), de
-pintores, escultores, arquitectos- en sucintas, pero Karel van Mander, publicado en Alkmaar, en 1604. En
densas biografías, Yasari nos traza la curva ideal del él, su autor traza la historia de a_pintura flamenca
primer periodo artístico de la Edad Moderna: _el Renací- desde los primitivos a pintores que, como Goltziu , de
míento.rvasari no desempeña ningún elemento que pue- Vries o Wtevael IYivían el año de su publicación. El libro
da servirle para sus fines y no teme introducir elementos constituye un estudio de las relaciones artísticas en-
anecdóticos e incluso novelescos, a la vez que disposicio- tre Flandes y la admirada Italia. En todo momento,
nes de alto valor teórico. van Mander, como había hecho Vasari en el caso de
Entre las a irtaciones metodológicas ' i IlQrt es Florencia, no duda en exaltar la pintura de su tierra:
de Vasari está el uso que hizo del término.lll.m¡jera, de recalca la «invención. d la intura al óleo por Van Eyck,
difícil traducción, y que podemos trasponer por el de el descubrimiento del género del paisaje como algo in-
estile asari emplea sistemáticamente este término que, dependiente y todo cuanto contribuya a diferenciar Flan-
con posterioridad, tendrá tan gran éxito aplicándolo des de Italia.
tanto al estilo personal de un artista como a una época
entera. Así hablará de una «prima.seconda oerza ma- Es en el siglo XVII cuando el método alcanza su apo-
niera» para referirse a las distintas épocas en que dividió geo. Casi todas las ciudades italianas con cierto pasado
al Arte del Renacimiento. / artístico lo adoptan con criterios localistas. Ridolfi pu-
La idea evolutiva y progresiva del Arte que sostiene blica, en 1648, las vidas de los pintores venecianos; So-
Vasari, con respecto al Renacimiento, es un concepto prani, las de los de Génova, en 1674; '~asia, las de los
que ha llegado prácticamente hasta nuestros días. Así, boloñeses, en 1678; Dominicis las de los napolitanos, ya
podemos encontrar un cierto eco de este esquema evolu- en el siglo XVIII(1742). Mayor importancia dentro de este
tivo en ciertas metodologías formalistas que atienden, mismo método, tanto por su amplitud como por su rele-
sobre todo, al estudio de lo que llaman «vida de las vancia teórica, adquiere el libro de Bellori, Le vite de'
formas». Más adelante serán estudiadas con más detalle, Pittori, scultori ed Architetti moderni, editado en Roma
pero no deja de ser curioso el paralelismo entre esta en 1672. Como se ha señalado repetidas veces, el libro de
metodología y el esquema casi biológico de Vasari que, Bellori constituye un de los puntales de la teoría.clasi-
como decimos, no duda en hablar de un florecimiento cista del Art . Las elecciones de ¡;s blOgrafiados- son ya
antiguo del Arte, para continuar con el estudio de sub- de por sí significativas, como los Ca i,,..B.enio Pous-
desarrollo y caída, reludio de la Rinascita que experi- si , esto es, los' s....gandes r_epresentantes de clasicis-
menta el Arte desde iotto a su culminación en Miguel mo del. s~g~oXVI!jEs célebre, dentro de este contexto, el
7\nge[Elesquema biológico aparece claro en la intro- severo JUlClO sobre Caravaggio, explicable a la perfección
ducción de su obra, donde llega a comparar al Arte con desde las coordenadas en que se sitúa Bellori. Con él, se
el cuerpo humano que nace, crece, envejece y muere. lleva a la exasperación el sistema vasariano, que es usado
De igual forma, la manera de estudiar a los artistas más que como método histórico como arma crítica, ya

20 21
que 10 que en Vasari era «interpretación- de la Historia
en sentido pro-florentino, es en Bellori idea c1asicista del
desarrollo artístico.
Fuera de Italia el método fue usado en forma pareci-
da. En Francia, Roger de Piles publica, en 1699, su
Abregé de la Vie es peintres. En España, sin embargo,
la adopción del método es más tardía y se prolonga pre-
cisamente en el momento en que comenzaba a ser aban-
donado en el resto de Europa.
En 1715 Palomino publica su 'yuseo Pictórico y Esca-
la Optica. En sus os primeras partes explica sus teorías
estéticas, interesantes, pero no es éste el lugar de su co-
mentario. En la última parte de su libro recoge, cierta-
mente de manera no muy crítica -explicable por la fe-
cha de publicación-, las biografías de los artistas espa-
ñoles hasta sus días, «todo 10 cual le ha valido -en pala-
bras de Me éndez Pela 0- el dictado de Vasari espa-
ñol, que en verdad le viene demasiado ancho». Pero como
dice el mismo estudioso «Las únicas biografías que co-
rrieron impresas antes de Ponz y Ceán Bermúdez, fueron
las suyas». Desde este punto de vista, e..importancia de
Palomino es haber introducido el método biográfico en
España, método que alcanzará su culminación en Ceán
yLlaguno, ya en los umbrales de la Edad Contem-
poránea.
El Diccionario Histórico de los más ilustres profesores
de las Bellas Artes en España fue publicado, en 1800,
por Ceán Bermúdez. Si bien la sistematización de la
Historia del Arte a través de la biografía es un método
que en aquel momento resultaba arcaizante, han de
resaltarse el rigor documental y erudito del ilustrado. El
mismo, se siente sucesor y superador de Palomino, pues
en el Prólogo nos dice:

Palomino escribió con pocos auxilios: apenas hizo otra


cosa que compilar las tradiciones de su tiempo: aun en
esto anduvo muy escaso; y sobre no haber podido ilus-
trar los hechos ni fixar su cronología, tuvo la desgracia
de dar acogida a las fábulas y cuentecillos, que con
tanta facilidad se introducen y difunden en el vulgo de
A. Palomino, El Museo Pictórico y Escala Optica. (Madrid, 1715)
los aprendices y maestros.
22 23
El trabajo fundamental de Ceán se completa con las cientifismo nuevos con respecto al pasado. En el momen-
Noticias de los Arquitectos y Arquitectura de España to de las excavaciones arqueológicas y del descubrimien-
desde su restauración (1829), de Eugenio Llaguno y to de Grecia por los viajeros ingleses, que produce im-
Amírola, completada por el mismo Ceán. portantes publicaciones grabadas de los templos y esta-
El Diccionario y las Noticias constituyen, aún hoy día, tuas clásicas que permiten su estudio científico, la obra
fuente primordial de datos para nuestra Historia del de Winckelmann constituye un hito metodológico funda-
Arte. Se trata, como en la inmensa mayoría de obras mental. El alemán estudia en las colecciones inglesas, en
dentro del método biográfico, de publicaciones de ten- la de Roma, en la de la Reina Cristina de Suecia los
dencia, además, iníormativa.j'I'anto Ceán como Llagu- caracteres del arte griego y lo plasma científicamente en
no interpretan el arte a la manera ilustrái a en abierta su libro. Así lo recalca él mismo cuando afirma cómo su
polémica antibarroca, estilo al que denominan «churri- trabajo encierra más de 200 grabados, con lo que desta-
guerismo» desde una perspectiva académica. Es curioso ca su preocupación arqueológica y erudita. Las ilustra-
con s a ar cómo, desde el mismo Vasari, el método, en ciones fueron realizadas por Giovanni Casanova, pensio-
principio aséptico, ha sido utilizado para defender posi- nado del Rey de Polonia, yel mismo autor llama la aten-
ciones clasicistas, y cómo su superación, a través de la ción ante el hecho de que no se ha omitido detalle algu-
fundación de una nueva disciplina, la Estética, no logra- no, ya que han sido grabadas en cobre todas las letras
rá desembarazarse de esta tendencia. Con todo, el méto- iniciales.
do se sigue practicando en nuestro país hasta bien entra- Con todo, habrá de surgir el nacionalismo romántico,
do el siglo XIX. Ejemplo de ello son repertorios como el ya entrado el siglo XIX, para que la metodología históri-
Diccionario biográfico de artistas valencianos, del Barón co-artística alcance los caracteres de rama autónoma
de Alcahalí (Valencia, 1894), y sobre todo la importante independiente incluso de la tutela de la Estética. '
Galería biográfica de artistas españoles del siglo XIX,
obra de Ossorio y Bernard publicada, en su segunda edi-
ción ampliada e ilustrada, en 1893-94. HISTORIOGRAFÍA POSITIVA Y SU SUPERACIÓN,
No sólo es a través de la estética (Kant, Baumgarten) BURCKHARDT
como se supera el método biográfico. La obra de Winc-
kelmann, Historia del Arte en la Antigüedad (1764), cons- La superación del sistema vasariano por parte de la
tituye el inicio definitivo de la disciplina histórico-artísti- r~cién fundada disciplina estética va a dar paso, ya en el
ca. Si bien Winckelmann posee un concepto evolutivo del Siglo XIX, a toda una corriente historiográfica que sentará
arte que distingue su origen, desarrollo, transformación las bases de la moderna Historia del Arte.
y decadencia, tal como lo tenía Vasari, su mérito reside Desde este punto de vista, cada vez aparece como de
en el definitivo abandono del esquema biográfico y en el mayor importancia la obra de L. Lanzi, Storia pittorica
empleo de una metodología a la vez descriptiva e inter- d'Italia, publicada a finales del siglo XVIII (1795-96).
pretativa, según los cánones del clasicismo predominan- Para Lanzi, y son sus propias palabras, a diferencia de lo
tes en la Europa de su momento. El mismo Winckelmann que sucedía en los siglos anteriores, importa más ocuparse
es consciente de la superación que su obra suponía del d~ las cosas que de las palabras. Así, propone un estudio
método vasariano, pues para él, el sentido del arte posee directo de las obras de arte puestas en relación unas con
un fin elevado en el que poco influye la historia de los otras a través del concepto de escuela y estudiadas en
artistas, «por lo cual -afirma- dicha Historia, reco- contact? ~on su lugar de producción, su tiempo y los
gida por otros, no ha de buscarse aquí.. acontecimientos del momento. Los artistas se clasifican
La obra de Winckelmann posee, además, un rigor y un desde distintos puntos de vista, no sólo por escuelas re-

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gionales, SInO también por géneros y escuelas indivi-
duales.
Lo que en este momento nos interesa de la Storia pitto-
rica no es sólo la superación del esquema de «vidas», sino
también la que realiza de las ideas filosóficas y pura-
mente intelectuales de Winckelmann. Con Lanzi nos en-
contramos ya ante una relación sin apriorismos estéticos
con respecto a los artistas, agrupados, como decimos,
según nuevos medios de catalogación. Por otro lado, la
insistencia en las escuelas regionales italianas plantea
uno de los problemas que más van a preocupar a la
ideología romántica: el de escuela nacional. Por todo
ello, con L. Lanzi nos encontramos ante un verdadero
precursor de la historiografía decimonónica en su ver-
tiente romántica y positivista.

Esta nueva relación, que se pretende «objetiva» y cien-


tífica con la obra de arte, va a producir, en el siglo XIX,
la aparición. de un nuevo tipo de crítico, que es a la vez
un nuevo tipo humano, el «entendido» o «experto»; la
aparición del coleccionismo particular y las exigencias de
una catalogación científica en Museos y Galerías, hacen
necesaria la presencia de estas personas cuya misión era
el catalogar y discernir, con la mayor precisión posible,
las obras de los grandes maestros y sus discípulos, con-
cretando atribuciones, escuelas de pertenencia, etc. La
obra de estos «expertos», con su específico método que
trataremos de inmediato, se inserta de lleno dentro de la
corriente filológica y positiva, y constituye la base de
toda la especulación posterior, que puede ya moverse
sobre terrenos de atribuciones seguras y precisas.
Críticos como von Rumohr, en sus Italianische Fors-
chungen (1827-1831), o Passavant, en Rafael von Urbino
und seine Vater Giovanni Santi (1839-1858), pueden
considerarse pioneros de esta metodología crítica, si bien
el más caracterizado seguidor de esta corriente es Gio-
vanni Morelli, que en su obra Principio y Método sienta
las bases de la misma. Su metodología se funda en la
comparación formal de obras seguras de cualquier maes-
tro con otras que no lo son, para así poder distinguir las
Jacob Burck hardt
obras del primero respecto a las de sus seguidores y dis-

26
27
cípulos. La comparación no ha de hacerse a través de las toria de los grandes artistas, se produce ahora como
características más típicas, como podrían ser los sistemas producto de la interacción de dos corrientes: la idea de
de composición, el uso de los colores, las técnicas etcé- individualismo y genio, propia del romanticismo decimo-
tera, sino a través de la confrontación de pequeños deta- nónico, y el conocimiento, a través del método morellia-
lles -manera de pintar los dedos de la mano, las orejas, no y otros semejantes, de la obra concreta de los artistas,
"etcétera-, ya que estas partes, de por sí inexpresivas, no así como de la documentación escrita a ellos aneja. Apa-
requieren excesivo esmero, tanto del maestro como de recen así obras como el Tiziano, Su vida y su tiempo, de
sus seguidores; éstos no se molestarán en copiarlos tal Cavalcaselle y Crowe (1877); el Rafael (1882) yel Tiziano
cual, sino que lo harán a su propia manera. (1877), del ya citado Waagen, o, desde una perspectiva
El mismo Morelli era consciente de lo limitado de su más amplia, el Velázquez y su siglo, de Justi (1888). De
método, y nunca pretendió ser considerado historiador estos autores hay que destacar, sin duda, a G. Cavalca-
del Arte. Pero a la vez, se sentía orgulloso de él, llegando selle, no sólo por su ya citada obra, sino, sobre todo, por
a decir: su Storia della pittura italiana, escrita en colaboración
con el mismo Crowe, que constituye uno de los primeros
intentos de estudio conjunto de este importantísimo capí-
Todo aquel que juzgue mi método demasiado mate- tulo de la Historia del Arte, desde el punto de vista
rialista e indigno de un espíritu elevado, no toque para filológico y formalista, y que está en la base de posterio-
nada el pesado lastre de mi obra y remóntese a más altas res y más amplios intentos, como el de Adolfo Venturi o
esferas en el globo de la fantasía.
B. Berenson, que no en vano fueron sus discípulos.
De este último hemos de resaltar su artículo Rudi-
y en otro lugar: ments of connoiseurship (1902), donde clasifica toda una
serie de elementos presentes en las obras de arte que
considera independientes de los deseos del artista y que
Así como la mayoría de los hombres que hablan o es- por ello pueden servir de base a su diferenciación. Éstos
críben tienen hábitos verbales y usan sus palabras o serían: orejas, manos, ropaje y paisaje; cabellos, ojos,
frases favoritas involuntariamente, y a veces hasta muy nariz y boca; cráneo, estructura de la figura, movimien-
inadecuadamente, también casi todos los pintores tienen to, arquitectura, colores, etc.
sus propias peculiaridades, que se les escapan sin darse Los estudios de R. Longhi o la consideración crítica a
cuenta ... Todo aquel, por tanto, que desee estudiar a que Richter somete las obras literarias de Leonardo
fondo un pintor, debe arreglárselas para descubrir estas
naderías que tienen importancia y prestar les mucha
-verdadera edición crítica del complejo corpus leonar-
atención: un estudioso de caligrafía las llamaría rin- desco- deben mucho a la minuciosidad del método del
gorrangos. experto y del conocedor. En nuestros días, este método
encuentra sus mejores realizaciones en el campo de la
edición crítica y anotada de los distintos tratados artís-
El método preciso y detallista de Morelli procedía, en ticos. Es modélica la que A. Chastel y R. Klein hicieron
definitiva, del cientifismo positivista y clasificatorio del del De Sculptura, de Pomponius Gauricus, tratado del
siglo XIX, y estaba inspirado en la metodología de las siglo XVI, y en nuestro país la que del Arte de la Pintura,
Ciencias Naturales. Este conocimiento filológico se ex- de Carducho, ha realizado F. Calvo Serraller. Este tipo
tiende igualmente al estudio de las obras de los grandes de ediciones es el único modo, como lo fue en el campo
artistas, concebidas como monografías. El nacimiento de de la pintura en el siglo XIX, de alcanzar un cabal cono-
un nuevo género, esto es, la Historia del Arte como his- cimiento de los mismos y de su compleja problemática.

28 29
La relación «objetiva» y sin mediaciones con la obra de temperamento y a éste como causa inmediata de la ex-
arte encuentra en la obra de G. Semper (1803-1879) una presión artística. Es por ello por lo que el arte es un
nueva explicación: la técnica. Riegl, el historiador de la fenómeno en esencia italiano, mediterráneo, del Sur:
Escuela de Viena, que trataremos más adelante y que se
inspiró muchas veces en las ideas de Semper, las ~om·
El hombre del Sur -dice textualmente- vive con
paró con las de Darwin, estableciendo así el paralelismo
poco y en un país fértil; el hombre del Norte consume
exacto entre el progreso científico del siglo XIX y su re- mucho y en un país estéril; el uno busca el reposo y el
percusión en la metodología artística. A diferencia de los otro el movimiento. El hombre meridional, en su inacti-
autores estudiados hasta el momento, G. Semper se ocu- vidad muscular, tiende siempre a la meditación. Un alfi-
pó, en su Der Stil in den technischen und tektoni~chen lerazo es para él más doloroso que una estocada para el
Künsten oder praktische Aesthetik (1860) (El estilo en otro. La expresión de las artes tenía, pues, que nacer en
las artes técnicas y tectónicas o Estética práctica), única- el Sur.
mente de la arquitectura, campo sin duda privilegia~o
para sus estudios centrados en la influencia de la m~ten~ De todas maneras, el representante más característico
y de la técnica sobre la forma y manera de constrUl~, asi
de la metodología positivista es H. Taine (1828-1892),
como de las propiedades estéticas derivadas de la mis~a cuya fuente de inspiración es A. Comte y su Curso de
técnica. La obra de Semper ha de ser puesta en relación Filosofía positiva. En su Filosofía del Arte, Taine sigue
con la discusión decimonónica acerca de las relaciones
los postulados fundamentales de su maestro y considera
entre arte y técnica, que tenía su centro en Inglaterra el «medio» (milieu) como la causa última de la produc-
entre las obras de H. Cole y J. Ruskin. Semper toma ción artística. Para Taine el punto de partida meto do-
decidido partido por las nuevas técnicas de las qU,e ~ace lógico consiste en la constatación de que cualquier obra
depender, como decimos, las. mismas fo;~as artlstlc~s, de arte no se nos presenta aislada, sino que forma parte
colocándose en un punto de vista pragmático y materia- de un conjunto que la explica. El artista nunca se pre-
lista. senta aislado, sino, generalmente, formando una escuela.
Desde una determinada perspectiva, la obra del fran-
Esta escuela sirve de primer eslabón en la cadena de
cés Viollet-le-Duc puede ser puesta en relación con la de explicaciones de una obra de arte. Las escuelas están
G. Semper. Si este último encuentra la raíz de las for~as comprendidas en conjuntos más amplios, como el mundo
estéticas en las diferentes técnicas, Viollet-le-Duc exphca que nos rodea y su particular gusto artístico. Así pues,
el arte medieval y, sobre todo, el gótico, desde presu- según Taine,
puestos de funcionalidad y racionalidad constructiva,'
producto de una determinada ordenación del materi~l de
la arquitectura; sus teorías, ajenas a las especulaciones para comprender una obra de arte, un artista, un grupo
filosóficas e ideológicas de Ruskin o Pugin, en Inglate- de artistas, es preciso representarse con exactitud el es-
rra se sitúan dentro de la corriente racionalista que sub- tado general del espíritu y de las costumbres del tiempo
yace en la arquitectura del eclecticismo decimonónico. a que pertenecen.

Una de las personas que puede considerarse «precur- Pero esta afirmación inicial no alcanza en Taine los
son> de la fundamentación positivista de la Historia del resultados que cabría esperar; influido por el clima cien-
Arte es el literato francés Stendhal. En su opúsculo Una tifista y materialista de su tiempo, considera el «medio»
interpretación sensual del Arte (El clima geográfico e más como un hecho físico, que como uno espiritual, y
histórico en las artes), considera al clima como origen del explica la producción artística -de carácter espiritual-

30 31
recurriendo a puros elementos físicos, como pueden ser ban a tener explicación, cuando se confrontaban unos
la raza, e incluso como ya hemos visto en Stendhal, la con otros; de esta manera Burckhardt, al modo hegeliano,
temperatura. Para Taine, temperatura física y tempera- formulaba el «Zeitgeist» o espíritu de lá época, en este
tura moral son hechos parangonables, ya que existe una caso el Renacimiento italiano, poniendo en relación
temperatura moral o estado general de las costumbres y hechos políticos con culturales, literarios, etc. Si bien
de los espíritus, que obra de la misma forma que la ausente, el Arte se hace omnipresente en toda la obra,
temperatura física y que, en última instancia, explica los tal como lo muestra el célebre título de uno de sus capí-
caracteres de la obra de arte. tulo.s: «El Estado como obra de arte», o los epígrafes
Con Taine nos encontramos, si bien dentro aún de la dedicados al estudio de la vida social o de las fiestas. Sin
historiografía positivista, con una explicación ya no for- ~ntrar ahor~ en sus tesis históricas, señalaremos que el
malista de la obra de arte. Su importancia radica en libro del SUIZO es una de las máximas representaciones
haber sabido captar el problema de la integración de la de la llamada «Kulturgeschichte» (Historia de la Cultu-
obra de arte en un todo, y en haberla sacado del terreno ra), corriente metodológica de origen alemán llamada a
de la pura autonomía formal. De todas maneras no he- tener fulgurante éxito. La ausencia en las distintas obras
mos de olvidar que el contexto en que la inserta, debido de Burckhardt, como el ya citado Cicerone o su Rubens,
a su carácter material, ya en su mismo tiempo se con- del mét?do atrib~tivo, no quiere decir que lo ignorara o
sideró como no válido para una comprensión adecuada despreciara. Precisamente, en la base de los estudios in-
del fenómeno artístico. t~rpretativos. de nuestro autor, está el terreno firme que
La historiografía positivista tuvo y aún tiene ramifica- p.I~aproporcIOnado p~r la inmensa erudición y recopila-
ciones en diversos países, entre ellos España. Los escritos CIOnde datos que habla supuesto la cultura universitaria
de Leopoldo Torres Balbás (Arte almorávide y almoha· alemana del siglo XIX y los estudios de los «entendidos» y
de, 1952, y Arquitectura gótica española, 1952), son «expertos». De todos ellos, la obra de Burckhardt es la
quizá la mejor representación de la corriente en superación.
nuestro país. Por otra parte, ésta se aparta de las teoríaspositivistas
de Taine y sus seguidores: la inserción de la obra de arte
La superación del positivismo y la fundación de un nue- . en un determinado contexto no quiere decir que éste
vo concepto de Historia del Arte se debe a un suizo, Jacob tenga que ser el exclusivamente material. Precisamente
Burckhardt, quien a través de una ingente producción es el prurito antimaterialista de la Kulturgeschichte uno
historiográfica, de la que destacamos su Cicerone (1855) de l~s mayores reparos que puede hacerse desde el punto
y su Cultura del Renacimiento en Italia (186Q), con- de vista metodológico, a la obra de J. Burckhardt: se
duce a la historiografía por nuevos caminos. En realidad, trata de su ignorancia de los problemas de la técnica las
el más célebre de sus libros, esto es, el segundo, tal como instituciones, la economía, los oficios o la vida de' las
apareció en su edición de 1860, era sólo una parte de clases trabajadoras, tal como R. Klein ha indicado en su
una idea más ambiciosa que incluiría las manifestaciones introducción a la edición francesa de La cultura del Re-
artísticas. Pero esto no fue así y, paradójicamente, uno nacimiento en Italia. A pesar de ello, esta obra, junto a
de los libros llamados a tener mayor importancia en la las demás de su autor; son aún hoy día de imprescindible
historiografía artística apenas trata de obras de arte. consulta y estudio para todo aquel que se interese por los
La causa de la importancia para la Historia del Arte problemas de la Historia del Arte.
del libro de J. Burckhardt reside en el carácter innovador
de su metodología. Los hechos históricos y culturales
dejaban de ser únicamente referidos a sí mismos y pasa-

32
33
CONSECUENCIAS DE KANT: METODOLOGÍAS FORMALISTAS '
la de W. Worringer, Abstraktion und Einfühlung (Abs-
Durante el mismo siglo XIX van a surgir toda una serie tracción y empatía), de 1908, aportan el entramado
de pensadores e historiadores del Ar~e que suponen, la teórico de este primer arte abstracto. Desde un cierto
más fuerte reacción contra las antenores metodologl~s punto de vista, el libro de Worringer puede ser consi-
positivistas. El grupo más importante de éstos lo consti- derado una consecuencia de las ideas del historiador de
tuye la llamada Escuela de Viena o escuela de la pura la Escuela de Viena, Alois Riegl, que estudiaremos a
continuación, y 'una polémica contra G. Semper y sus
visualidad. , . .
Su punto teórico de partida es la estehc~ kantiana en teorías materialistas. Worringer considera la utilización
lo que ésta tiene de distinción entre dos generos de be- de las ideas de Semper como el mejor punto de apoyo de
las fuerzas antiprogresistas, ya que
lleza: la belleza libre y la llamada b~lleza adherente,
consistente en las puras y simples relaciones form,al~s de
líneas, colores y demás elementos de las arte~ plashc~s.
la valoración exagerada de factores secundarios cierra el
En el origen filosófico de la Esc~ela de Viena estan, paso a toda penetración profunda en el ser hondo de la
sobre todo, las ideas del neo-kantiano I:Ierbart para el obra de arte.
que la obra de arte, concebida como un sistema de puras
relaciones de forma, a través de líneas y colores, ~u.ede
tener un contenido extraestético y una fo~ma esteh~a, Para Semper, la Historia del Arte es una cuestión de la
siendo pues de una belleza adherente, segun el sentido capacidad, mientras que para A. Riegl y la Escuela de
kantiano. . , . Viena la evolución artística es una historia de la vo-
luntad.
Estas ideas eran corrientes en las discusiones estéticas
del momento. Así, el esteta musical Hans!ick, en su obra Así pues, la teoría de la pura visibilidad (Reine Sich-
Acerca de lo bello musical (1854), ente~dla que lo verda- barkeit) encuentra sus raíces teóricas en el formalismo
deramente bello en el mundo de los somdos es al.go espe- post-kantiano y su contexto artístico en las derivaciones
clficamente musical, independiente y no necesitado de más extremas de la ideología romántica: el expresionis-
ningún contenido aportado de afuera. mo y la primera abstracción.
Con todo, el que puede ser considerado como uno de
sus primeros teóricos, R. Vischer, parte más bien de los
Las relaciones ingeniosas de sonidos, su huir y alcan escritos de Hegel. Lo que interesa a Vischer es la simbo-
zarse, su elevarse y apagarse, eso es ~o que se presenta a logía de las formas puras, como es perceptible en la
nuestra visión interior en formas libres y lo que nos
siguiente frase que puede servimos como resumen de su
agrada como hermoso, teoría:

dice Hanslick, pues la música no tiene un modelo en la


Las diversas dimensiones de las líneas y de las superfi-
naturaleza, ni expresa contenidos conceptuales. cies, las diferencias de su movimiento actúan simbólica-
Parecidas ideas circulaban por el mundo de las arte! mente; la vertical, eleva; la horizontal, amplía; la línea
plásticas, donde la apreciación de la ~el~eza como. algr quebrada agita de una forma más vivaz que la recta,
puramente formal, consistente en las dls~mt~~ relacione recordando el modo de plegarse y de cambiar la direc-
de líneas y colores, dio paso a la teorización de.l arf ción de la vida interior en relación a determinados pun-
abstracto como un arte de la autonomía formal, ajeno ¡ tos y leyes (Uber das optische Formengefhül Ein Beitrag
cualquier referencia a una realidad natural. Obras comr zur Asthetik [Acerca del sentimiento óptico de la Forma.
Una contribución a la estética], 1873).
34
3S
Nos encontramos ante una consideración formalista de en la Biblioteca de Viena, del que va a destacar sus
la obra de arte que encuentra su prolongación en los valores visuales esencialmente pictóricos.
escritos de K. Fiedler, para quien el principio y el fin de Con todo, el más característico representante de la
la actividad artística no es otro que la creación ~e for- Escuel~ de Viena es Alois Riegl, cuyas obras principales
mas, que sólo alcanzan su explicación en ellas. mls~as. son Stilfragen (Problemas de estilo, 1893) y, sobre todo
Prolongando las teorías del cono~lmlen~o del ldeah.smo Spiitromische Kunstindustrie (Industria artística tar~
filosófico considera que es el artista quien proporciona dorromana, 1901). La primera es un estudio de los motivos
las leyes ordenadoras de la visión, puras leyes form~les o~amentales desde Egipto hasta el mundo islámico,
que se plasman en la obra de arte. ~ visión del ~rtlsta mientras que la segunda estudia el arte del fin del Impe-
no es otra cosa que la visión de cualquier h~mb~e, I~~en- rio Romano y el comienzo del arte medieval.
sificada: el mundo es para el hom.bre a?anenCl~ v.lslble Como indicamos más arriba, para Riegl, la Historia
en la medida que ésta viene a la existencia a traves d~ su del Arte no es una cuestión de capacidad, sino de volun-
espíritu. Este subjetivismo, esta .creación. de, l~ reahdad tad:, Los distin~os estilos artísticos encuentran su expli-
perceptiva a través de los mecanismos pSlc.olog~cos de la c~clon en su diversa voluntad artística; surge así el tér-
visión, explica la ligazón entre la pura visualidad y el mm~ Kunstwollen (voluntad artística), que le sirve como
arte expresionista. . medio de recuperación de determinados periodos artísti-
Como Fiedler afirma en sus Aforismos (1914), la pa- cos hasta el momento desempeñados por los historiado-
labra forma ha alcanzado una gran importancia a la res. El término ha dado lugar a muchas interpretaciones
hora de comprender el complejo de la naturaleza repre- de carácter, sobre todo, psicologista, como señaló Pa-
sentada según las leyes de nuestra facultad ~e .re~~esen· nofsky. Pero en la concepción de Riegl, el Kunstwollen
tación visual. Para Fiedler, el secreto de la dlstmcl?n del no se refiere ni a la psicología del artista -la intención
arte puro del falso consistiría en dars~ cuenta ~e co~o el artísti~a sería ~a ~nt~nción del a~tista-, ni a la psicología
primero modela los fenómenos a.traves de losf~~es ~Isua· de la epoca, m siquiera a la psicología de la percepción.
les puros. Es el ojo, la pura y. simple percepción visual, La voluntad artística no puede ser otra cosa que aquello
la que produce el resultado final, esto es, la represen- que está como sentido último y definitivo en el fenómeno
tación. artís.tico. ,de manera inmanente. Este último sentido y
explicación no puede encontrarse en la búsqueda de rela-
Estas ideas así como las similares de Hildebrand o ciones extraartísticas, como son las circunstancias histó-
Hans von Marees, están en la base de la denominada ricas, no en analogías estilisticas, sino en la misma espe-
Escuela de Viena de Historia del Arte, cuyo inicio puede cificidad formal de la obra de arte.
personificarse en la figura de Franz Wickhoff. Su meto- Es por ello por lo que Ricgl desarrolló toda una serie
dología puro-visibilista le llevó a estudia~ los prob~e~~s de categorías formales explicativas de las obras de arte,
espaciales y estilísticos de las formas abiertas o pictóri- entre las que hemos de destacar las de óptico y táctil o
caso Wickhoff ve las producciones artísticas del mundo háptico (tangible). En su ya citado libro sobre las indus-
romano a través de los ojos de los impresionistas, esto es, trias artísticas tardorromanas explica cómo el desarrollo
de la escuela pictórica que tenía como meta .de sus pro- de las artes fig~rativas de la Edad Media pasa por tres
ducciones el estudio científico de los me~an~sm?s de la e~~pas; u.na pnmera, en la que predomina una concep-
visión. Su atención por lo que él llama «ilusionismo» se cion táctil que encuentra su más pura expresión en el
concreta en estudios tan fundamentales como el q~e arte egipcio e implica una relación óptica a través de una
dedicó al Wiener Genesis (Génesis de Viena), manuscn· visión muy próxima; una segunda, táctil-óptica, basada
to miniado de comienzos de la Edad Media conservado en una visión normal, que es la más frecuente en el arte

36 37
griego, y una tercera, plenamente óptic~, en la ~ue la gesichte als Geistgesichte, Historia del Arte como Historia
forma de los cuerpos individuales es ya independiente Y del Espíritu, es el título de una recopilación de sus prin-
no tiene en cuenta el espacio en el cual se mueve y se cipales obras de 1924), efectuando de esta forma una
inserta: su percepción se basa en la visión lejana y se síntesis entre lo que había supuesto J. Burckhardt, en el
manifiesta de la manera más pura en las obras de la siglo XIX, y A. Riegl, en los primeros años del xx. La
obra de Dvofak cobra importancia no sólo por la nueva
Roma tardía. .
Estas categorías formales permiten a Riegl ~s~udlar. no unión entre arte e historia cultural y espiritual, sino tam-
sólo los productos artísticos de las ed~des clasl.cas, sino bién por su labor de recuperación científica de periodos
las de cualquier época, ya que son independientes de considerados malditos en la Historia del Arte, como, por
cualquier calificación estética. Así, los «defectuosos» re- ejemplo, el manierismo. Su conferencia Acerca del Greca
lieves del Arco de Constan tino se explican formaln;e~te y del manierismo (recogida en su libro ya citado) puede
como resultado de un Kunstwollen o voluntad artística ser considerada como un hito en la nueva valoración del
diverso al de la Edad Clásica, pero no por ello son menos arte de fines del siglo XVI.
valiosos desde el punto de vista artístico.
Más tarde, y en sus escritos acerca del ret:ato de grupo Desde este punto de vista no han de olvidarse los escri-
en Holanda, desarrolla otro tipo de categonas, como .l~s tos de D. Frey sobre la arquitectura del Renacimiento y
de objetivo y subjetivo, que no son otr~; que ~a.expresión del Barroco y, sobre todo, su obra: Gotik und Renais-
de las distintas posibilidades de relaclOn espiritual entre sanee als Grundlagen der modernen Weltanschauung
el yo artístico y el objeto artístico. Nos encontramos ya (Gótico y Renacimiento como fundamento de las moder-
ante la manera de razonar a través de dobles categorías nas concepciones del mundo), de 1929, donde estudia
estéticas, que desarrollará H. W61fflin: , estas dos épocas teniendo en cuenta los problemas que
A pesar de la pureza teórica formahsta del metodo de plantean las relaciones metodológicas que entre sí man-
Riegl, su aplicación práctica contempla el recurs? a otr~s tienen cada una de las disciplinas que tratan de la Histo-
campos del saber. En su Spatr?mische .K.unstmdustrze ria del Espíritu. Para ello distingue tres etapas en las
no duda en conectar hechos sociales, religiosos y cultu investigaciones de Historia del Arte: si la primera (Histo-
rales. En esta obra realiza paralelismos que escapan al ria de la Cultura) se ocupa de la clarificación de las
puro análisis formal. Por ejemplo,. conside:a que a l.a relaciones que las ciencias geográficas, políticas y econó-
visión mecanicista del mundo, propia de la epoca ar~al· micas tienen con la obra de arte, y la segunda (Historia
ea, corresponde el aislamiento :áctil de l~s formas tí~)lcasde las formas) considera las manifestaciones aisladas y la
del momento. Y el último capitulo del libro se .dedlca.a evolución estilística como un desarrollo inmanente a la
un paralelismo entre el K unstwolle~ de. la industrupropia obra, la tercera (Historia del Espíritu) puede con-
artística tard "lrromana Y una fuente literaria contempo- siderarse una síntesis de las dos anteriores. Si por una
ránea: los escritos de San Agustín. parte la obra de arte ha de tener en cuenta los movi-
mientos y el sentido que la manifestación del espíritu
Esta líne. de pensamiento, que sin renunciar al aná. (Geist) tiene en un momento determinado. Frey afirma
lisis formal de la obra de arte la trataba de insertar en lo textualmente que
que se denomina historia del espíritu, fue desarrollada
por A. Schmarsow y, s~bre todo, ~or ~ax Dvorak, ~
sucesor de Riegl en la Catedra de Hlstona del ~rte .de l., El fundamento de una historia del Espíritu es, por con-
Universidad de Viena. Dvofak consideraba la Historia de. siguiente, una historia del desarrollo de las posibilidades
humanas de la representación,
Arte como una parte de la Historia del Espíritu (Kunst·
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38
teniendo en cuenta que al hablar de modos de repres~?· su diversidad, no son los que determinan el cambio de
tación no se refiere a los contenidos de la representaclOn apariencias, sino que es el mismo lenguaje quien «varía
(Vorstellungs.inhalt), sino a las formas de esa represen- en su gramática y en su sintaxis», pues «oo. el contenido,
tación (Vorstellungs·f orm ). la sustancia del mundo no cristaliza para la visión en
una forma perennemente igual». Con todo, y como se-
El desarrollo estrictamente formalista de l.as ideas de ñaló Panofsky en su glosa a las teorías de WOlfflin, éste
Riegl se debe a H. W61fflin quien, tras importantes siempre fue consciente de que los modos de figuración
obras iniciales, como Renacimiento Y Ba~roco (1888) YEl típicos de un momento artístico no son nunca formas
arte clásico (1899), publica en 1915 su celebre Conceptos vacías, sino que en sí mismo poseen un cierto valor ex-
fundamentales de la Historia del Arte. En este escnto presivo. Para ello, Wólfflin, realiza la distinción entre
desarrolla cinco parejas de categorías for:nales o cate- momentos estilísticos expresivamente irrelevantes y mo-
gorías de la visión, que le sirven para exphc.ar los carac- mentos estilísticos que tienen significado expresivo, pues
teres y las transformaciones del ~rt~ del Cmquecento y para él el contenido es lo que posee una expresión, mien-
del Seicento, esto es, el del Renaclmlento Y el de~ Barro- tras que la forma es lo que sirve a una expresión. Con
co. La preocupación de W61fflin n? es e,l es.tudlO de lo todo, a pesar de estas afirmaciones, la forma es para
que el arte dice -su contenido-, sino mas blen. el m~?o nuestro autor aquello que define cualquier momento o
como lo dice o como señaló Panofsky, la conslderaclOn estilo artístico y sus análisis se basan en las ya mencio-
de «los medios' de los cuales se sirve el art~ ~ara llegar a nadas cinco parejas de categorías ópticas a las que, como
su función expresiva». Las categorías w6lfhn~anas son las en Riegl, despoja siempre de cualquier contenido psico-
siguientes: lineal·pictórico, plano·prof~n~ldad, fo~m~ logista.
cerrada (tectónica)-forma abierta (atectom~a), multipli:
eidad-unidad Y claridad-oscuridad. La pnmera. de las El formalismo puro-visibilista de raíz kantiana en-
dos categorías de cada pareja sin:e p~r~ explicar las cuentra en el francés H. Focillon una derivación que en
obras pictóricas, escultóricas o arqmtectomcas del Rena- la formulación teórica de su Vie des formes (Vida de las
cimiento, tanto italiano como euro~eo, Y las segundas las formas, 1943) parece tener su apoyo en el sentido vital de
del Barroco, oponiendo Rafael, Miguel Angel, Durero o la filosofía de Bergson. La idea de unas formas en perpe-
Holbein a Frans Hals, Velázquez ? Bernini. ,. . tuo devenir, en constante fluir y movimiento, encuentra
Las categorías w6lfflinianas tuvieron una rapld~ difu- sus raíces filosóficas en las ideas del pensador francés.
sión y una influencia ~ue llega hasta nuestros días en La analogía inicial de Focillon es con el mundo de la
que se usan acrítica e mconsclentemente. A pesar de su lengua y del signo lingüístico. Para él, «el signo significa,
discutibilidad en casos concretos, no cabe dud.a que, pero, convertido en forma, aspira a significarse, crea su
como caracterización formal de determinados ar!l~tas. ~n nuevo sentido, se busca un contenido, le da una vida
periodos determinados Y como me.di? de. claslh~aclOn joven a través de asociaciones y dislocaciones de los mol-
previa del material a estudiar, contmu~n siendo instru des verbales». Es este sentido vital y de perpetuo movi-
mentos válidos. De igual manera es digna d~, tener en miento y devenir lo que preocupa a Focillon.
cuenta, al igual que en Riegl, ~u. preocupa~lOn por I~ Para él lo que constituye un estilo no es otra cosa que
especificidad de los medios arüsucos. Al final de su. los elementos formales que constituyen el repertorio y el
Conceptos fundamentales para la. Histo!'ia .~el Arte; vocabulario del arte, sin olvidar el estudio de las rela-
W6lfflin recuerda el peligro de umversahzaclOn de 1,0-ciones que ellos pueden mantener entre sí, es decir, la
estudios que consideran a la Historia del Arte como his sintaxis formal. Según Focillon, un estilo se afirma por
toria de la expresión. Los asuntos, los temas, a pesar d¡ sus medidas y su evolución es la de estas medidas, la

40 41
cual obedece a una lógica interna que no tiene valor más El método formalista encuentra seguidores en todos
que en relación con ella misma. De esta manera estudia los países hasta nuestros días. Es curioso cómo a menudo
los problemas de las formas en sus distintas manifesta- se encuentra mezclado con el método del experto como
ciones espaciales, materiales, espirituales y temporales. en cierta medida sucede en la obra de B. Berenson, don-
Siguiendo una doctrina evolucionista, Focillon distingue d~ el empleo de categorías como «valores táctiles», «moví-
en cada estilo varias edades, que concreta en las siguien- n:I~~t?» o «composición espacial», de claro origen puro-
tes: experimental, clásica, de refinamiento y barroca. vísíbilista, ~e une a un método filológico y atributivo de
En la primera, el estilo trata de definirse, la plástica raI~ morelliana, patente en su importante obra Italian
respeta la potencia de las masas y la densidad del muro y Painters of the Renaissance (Pintores italianos del Rena-
del bloque, mientras el modelado queda en la superficie. cimiento), de 1897.
La etapa clásica se caracteriza por la idea de estabilidad Mayor complejidad metodológica ofrece el método de
y seguridad, mientras que el periodo llamado de «refi- R. Longhi por ~u mezcla de elementos formales y método
namiento» hace hincapié en la elegancia, en la calculada d~l experto, unidos a una vocación por insertarlos en una
independencia de las partes y en el afinamiento de la hIston~ .cult~ral e incluso social. En sus Proposte per
imagen del hombre. El momento barroco es el de máxi- una ~rttlca d arte (Propuestas para una crítica de arte),
ma libertad, las formas viven por sí mismas con intensi- considera a la obra como un elemento relativo, primero
dad, invaden el espacio, 10 perforan y 10 ocupan de todas al re~to de ob.ras artísticas, y más tarde a todo tipo de
las maneras posibles. Este sentido dinámico de las foro relaciones SOCIales, económicas, religiosas y políticas.
mas lleva a Focillon a conclusiones sin duda exageradas. En España el método formalista encuentra abundantes
La afirmación, indiscutible, de que las formas no se pre- formuladores, sobre todo en su unión con el atribucio-
sentan suspendidas en una zona abstracta por encima de nismo minucioso de raíz filológica en los estudios de
la tierra y del hombre, le lleva a concluir que D. Angulo (véase su Historia del arte hispanoamericano
entre otras muchas) o en los de A. E. Pérez Sánchez
... los medios formales engendran sus diversos tipos de sobre pintura española del siglo XVII.
estructura social, un estilo de vida, un vocabulario y es-
tados de conciencia.

CONSECUENCIAS DE KANT: LAS FORMAS SIMBÓLICAS


La obra histórica de Focillon -concretamente sus
Y EL MÉTODO ICONOLÓGICO
estudios sobre el románico y gótico- está, sin embar-
go, ajena a las rigideces teóricas que cabría suponer. Su
crítica es de tipo formal y estudia la evolución de las Paral~lo en el tiempo a las doctrinas formalistas, el
formas a través de las relaciones dialécticas entre la aro pensamiento del neo-kantiano E. Cassirer está en la base
quitectura y la escultura (véanse, por ejemplo, sus famo- de t?da una metodología de la Historia del Arte que
sas leyes «de adaptación al marco» de la arquitectura partiendo de los escritos pioneros de A. Warburg, se ha
románica), los problemas de la función y de la inserción desa:rollado con enorme éxito hasta nuestros días: nos
de los modos decorativos en la arquitectura, etc. De refenmos a la Iconología.
igual forma, el continuo llamar la atención sobre la plu Esta c,orriente metodológica surge en base a la feno-
ralidad de soluciones a un mismo problema formal, que menología de Husserl y a las doctrinas de Heidegger
le lleva a definir escuelas artísticas concretas en la Fran- pero sob.re t?~O teniendo en cuenta la Filosofía de la;
cia medieval, ayuda a despojar de todo dogmatismo a formas simbolieas; de E. Cassirer (1923-1929). Para este
sus ideas teóricas. autor, una forma simbólica es aquélla

42 43
mediante la cual, un particular contenido espiritual se estilo ideal antiquizante en la pintura del primer Renaci-
une a un signo concreto y se identifica íntimamente con miento, donde señala cómo la Antigüedad entró en el
él. Renacimiento no sólo, cómo quería Winckelmann a través
del estudio de su bella regularidad, sino también a
La unión del signo -forma- con un contenido espiritual través del patetismo expresivo que supone la aparición
concreto y cómo éste es expresado a través del signo de figuras en movimiento vivaz y nervioso.
supone una superación del formalismo vienés y, en cierta Otro de los grandes temas que preocuparon a War-
manera, un progreso en la vía abierta por Dvofak .al burg fue el de la astrología y su influencia en el arte. En
considerar la Historia del Arte como parte de la His- el estudio de este problema es en donde mejor se puede
toria del Espíritu. detectar el método warburgiano pues, como se ha dicho,
En el inicio de esta tendencia, por lo que respecta a los las imágenes astrológicas se convierten en verdaderos
estudios histórico-artísticos, está la figura de A. War- símbolos, de los que Warburg estudia su aparición en la
burg (1866-1929). Esquematizando al máximo sus apor- Antigüedad y su transmisión, a través de manuscritos y
taciones, pueden reducirse a las siguientes. Por un ~ado, otras obras medievales, al Renacimiento.
la preocupación de Warburg se centra en el estudio de En Hamburgo, donde falleció Warburg, éste había for-
los temas, esto es, por el contenido de la obra de arte, mado una importante biblioteca para el estudio de los
rechazando las doctrinas predominantes en su tiempo temas arriba indicados, que pronto se convirtió en un
que veían en la forma el criterio básico de la especifici- centro de estudios. El continuador de su labor y director
dad artística. Por otro, el estudio de la transmisión de de la Biblioteca, a la muerte de su fundador, fue F. Saxl,
los temas del Arte Antiguo a través de la Edad Media y cuyos escritos profundizan las investigaciones de War-
su repristinación en el Renacimiento. burgo Saxl realiza en su obra la definitiva fusión entre la
Estos temas aparecen ya en su primer escrito dedicado Filosofía de las formas simbólicas, de E. Cassirer, y la
al Nacimiento de Venus y a La Primavera, de Boticelli, preocupación por la trasmisión de las imágenes de la
que lleva el significativo subtítulo «In.vestigacion~s ~obre Antigüedad al Renacimiento. Esta idea se concreta en su
la imagen de la Antigüedad en el pnmer Renaclmlent~ escrito Continuity and Tradition in the meaning of ima-
italiano», publicado en la temprana fecha de 1893. E? el ges (Continuidad y tradición en la comprensión de las
se recurre al contexto literario y cultural para explicar imágenes, 1947), donde estudia la permanencia y recu-
las famosas composiciones de Boticelli, que se ponen en peración en el Renacimiento de imágenes míticas, mági-
paralelo a las poesías de Poliziano, inspirado en última cas, astrológicas procedentes de la antigua sabiduría
instancia por Ovidio. oriental; particularmente interesantes son sus estudios
El mérito de estas investigaciones es mayor si tenemos acerca de la iconografía en torno al banquero A. Chigi;
en cuenta que por primera vez se sustraía de una inter- según Saxl, las pinturas de Rafael son horóscopos en
pretación en clave estética y decadente la obra del pintor torno a su persona basados en una nueva valoración de
1,
florentino, encaminando su explicación por derroteros los antiguos cultos de Mitra.
estrictamente científicos. De igual forma, el estilo lineal
dibujístico y nervioso, el arabesco boticelliano típico de Si los escritos de Warburg y Saxlllevaban a la Historia
sus figuras en movimiento, no se explica a través de del Arte por derroteros distintos y aun opuestos a los de
presupuestos estetizantes y se convierte en una de las la pura visualidad, la definitiva concreción del método
obsesiones de Warburg, que encuentra su concreción en iconológico se debe a E. Panofsky (1892-1968). La apor-
una conferencia dada en el Kunsthistorisches Institut de tación de Panofsky puede ser sintetizada en los siguientes
Florencia, en 1914, denominada: La introducción del puntos:

45
44
a) Formulación del método iconológico: De mane~a Pero Panofsky no se queda aquí, y de esta manera afir-
simple lo define en sus Estudios de Iconología en la SI- ma que entiende la iconología como una iconografía (se-
guiente forma: gundo nivel) que pretende ser también interpretación y
superación de un mero reconocimiento primario a través
de constataciones estadísticas. En un ensayo posterior,
Iconografía es la rama de la Historia del Arte que se
ocupa del contenido temático o significado de las obras La Historia del Arte en cuanto disciplina humanlstica,
de arte en cuanto algo distinto de su forma. Intente- indica cómo la comprensión del fenómeno artístico ha de
mos, pues, definir la diferencia entre contenido temático tener en cuenta los tres niveles en conjunto y en unión
o significado, por una parte, y forma, por la otra. indisoluble:

Para el estudio de la obra de arte, Panofsky propone Todo aquel que se encare con una obra de arte, ya sea
que la recree estéticamente, o bien la investigue racio-
una teoría metodológica a base de tres niveles, que ~u-
nalmente, ha de sentirse interesado por sus tres elemen-
pone, en realidad, la primera ap~o~imación comprensiva tos constitutivos: la forma materializada, la idea (esto
a la totalidad del fenómeno artístico. En una obra de es, en las artes plásticas, el tema) y el contenido. La
arte se han de distinguir tres niveles: teoría pseudo-impresionista, según la cual «la forma y el
color nos hablan de la forma y el color, y nada más», es
1. Contenido temático primario o natural, que ha de sencillamente falsa. La unidad de estos tres elementos es
ser interpretado a través de la experiencia práctica lo que viene a realizarse en la experiencia estética, y
y que constituye una descripción pre-ico~ográfica. todos ellos concurren por igual a lo que se llama el goce
Contenido temático secundario o convencional, que estético del arte.
2.
constituye el mundo de las imágenes, historias ~ ale-
gorías, interpretado a través de las fuentes htera- b) Concreción científica de las relaciones entre
rias. Se trata ya de un análisis iconográfico. . Edad Media y Renacimiento: Estas relaciones que, como
3. Significado artístico o contenido: que se. exphca a hemos visto, estaban entre las principales preocupaciones
través del estudio de las tendencias esenciales de la de A. Warburg y F. Saxl, encontraron en Panofsky una
mente humana y de las «visiones del mundo» Welt- definición científica. En sus mismos estudios de icono-
anschauung}, Es el punto de llegada del método, logía constató la separación medieval entre motivos y
síntesis iconográfica o iconología. temas clásicos, esto es, la no concordancia entre un tema
clásico y la forma de representación que este tema había
En estos tres niveles Panofsky ha superado la tradicio- tenido en la Antigüedad. La explicación del fenómeno se
nal dicotomía forma/contenido pues, aunque sus estu- debe a la diferencia entre la tradición representativa y la
dios versen siempre sobre una interpretación de l~s ele- textual y a sus continuas confusiones e interferencias. Al
mentos de contenido de la obra de arte, el erudito de final de la Edad Media el Renacimiento no significa sólo
Hamburgo no olvida la importan<:ia de .una conside~a. la recuperación de diversos temas de la Antigüedad, sino
ción formal. A ello responde el pnmer nivel, cuyo pnn- la definitiva unión entre tema y motivo, que viene a ser
cipio controlador es la Historia del estilo o una de las características esenciales de la nueva etapa
histórica.
percatación acerca de qué manera, bajo difer.entes con- e) Las formas simbólicas: Quizá la aportación de Pa-
diciones históricas, objetos o acciones han Sido expre- nofsky llamada a tener mayor influencia es el estudio de
sados por formas. lo que Cassirer llamó «formas simbólicas» y cuya defini-

46 47
cion hemos recogido al comienzo de este epígrafe. La mún de Estudios acerca del Renacimiento italiano;
unión entre estudio formal y sentido expresivo o signifi- E. Wind se ciñe estrictamente a la iconología en sus Mis-
cado culmina en escritos como La perspectiva como for- terios paganos del Renacimiento (1958, 1979, ed. españo-
ma simbólica (1927) o La historia de la teoría de las la, 1972); R. Wittkower aplica el método al campo de la
proporciones humanas como reflejo de la historia de los arquitectura en sus Principios arquitectónicos de la Edad
estilos (1921). En estos ensayos Panofsky estudia el des- del Humanismo (1949) o continúa la más pura tradición
arrollo de una determinada forma, sea la idea de pers- de Warburg y Saxl en su reciente Allegory and the trans-
pectiva o la de proporción mediante su formulación en la mition of symbols (1977). De determinados escritos de
Antigüedad y su trasmisión al Renacimiento a través de Wittkower existe una edición española (1979).
la Edad Media. Son ensayos acerca del viaje de las imá- En el círculo londinense adquiere en nuestros días sin-
genes y sus transformaciones a través de formas que son gular importancia la figura de Frances Yates, con sus
portadoras de un significado o, como querría Cassirer, estudios acerca de la tradición hermética del Renaci-
de un símbolo. Es aquí donde la unión entre forma y miento: Giordano Bruno and the hermetic Tradition
contenido, preocupación siempre presente en Panofsky, (Londres, 1964), El arte de la memoria (Madrid, 1966) o
alcanza su más correcta formulación. Y así, como ha de iconografía real: Astrea. The imperial theme in the
dicho Argan, puede decirse que es el sabio alemán, y no XVI century (Londres, 1975).
W6lfflin, el Saussure de la Historia del Arte por la rela- La emigración forzosa de Panofsky, por las razones
ción que establece entre la problemática de esta discipli- arriba mencionadas, le llevó no a Inglaterra, sino a los
na y la de las estructuras lingüísticas. Estados Unidos, donde muere en 1968. Desarrolló su
magisterio fundamentalmente en Princeton, siendo pro-
El ya citado F. Saxl convirtió la Biblioteca de Warburg pugnador de una nueva escuela de iconólogos america-
en un Instituto de Historia del Arte destinado a estudiar nos, entre los que destacaremos a M. Schapiro y Millard
los problemas que le preocupaban a través del método Meiss preocupados, sobre todo, por los problemas del
iconológico. Este Instituto publicó una serie de obras, arte flamenco en la estela de la fundamental obra de
entre 1922 y 1923 (los famosos Vortráge der Bibliothek Panofsky: Early Netherlandish Painting (Pintura fla-
Warburg), algunas de ellas de gran importancia, como menca primitiva, 1953).
las dos últimas obras citadas de Panofsky o el libro Me- La expansión del método iconológico, a partir de los
lencolia I de Dürer, de 1923, producto de la colaboración años 50, es general en todos los países, alcanzando en
de Saxl, Panofsky y Klibansky. La llegada del nazismo al nuestros días los caracteres de método en boga de peli-
poder (1933) produce el traslado de la Biblioteca a Lon- groso uso por el carácter indiscriminado y acrítico a
dres, donde se produce un renacimiento de los estudios que con frecuencia se ve sometido. En Italia destacare-
iconológicos canalizados a través de la famosa revista mos los estudios de M. Fagiolo dell' Arco, Parmigianino.
Journalof Warburg Institute, que se publica desde 1937 Saggio sull'ermetismo del Rinascimento (Roma, 1970), y
(desde 1939 pasará a denominarse Journal of the War- el más reciente, L 'effimero barocco (1977-78), el recién
burg and Courtauld Institute). aparecido libro de S. Settis: La Tempesta interpretata.
La actividad del Instituto en Londres se ve potenciada Giorgone, i comittenti il soggetto, 1978, así como los
por figuras como E. Gombrich, que continúa brillante- estudios editados en torno a la revista Psicon.
mente el método de Panofsky en obras como Simbolie La introducción del método en España es muy tardía y
Images (Imágenes simbólicas, 1972), Norm and Form se realiza en torno a la revista Traza y Baza, que dirige
(Norma y forma, 1966) o The Heritage of Apelles (La el profesor S. Sebastián, qu~ orienta sus estudios hacia
herencia de Apeles, 1976), agrupadas bajo el título co esta metodología.

48 49
CONSECUENCIAS DE MARX: LA CRÍTICA Así pues, y según Marx y Engels, el factor económico
SOCIAL DEL ARTE es básico, pero nunca puede ser considerado como el
único elemento explicativo de la realidad artística, que
Aunque ni Marx ni Engels se preocuparon nunca por forma parte de la superestructura ideológica de la so-
realizar un tratado de tipo estético, sus escritos están ciedad.
llenos de referencias a la literatura y al arte, los cuales, La clave de las distintas interpretaciones de la activi-
desarrollados por sus seguidores, son el fundamento de dad artística por parte del pensamiento marxista es la
una de las principales metodologías de nuestro siglo: la diversa explicación que los autores van a dar a las rela-
crítica social del arte. Desde el punto de vista de una ciones infraestructura-superestructura. Según Marx en
Historia de las metodologías histórico-artísticas, las ideas «La ideología alemana», la producción de ideas y repre-
de Marx y Engels han de entenderse como un intento de sentaciones se presenta como emanaciones de un com-
superación de las ideas formalistas que predominaban en portamiento material, pues si bien el hombre es el pro-
la crítica de arte decimonónica. El mismo Marx se había ductor de sus representaciones, éstas aparecen condicio-
interesado por ellas y había anotado las ideas estéticas de nadas por el desarrollo concreto y determinado de las
Fr. Th. Vischer; pero el situar la explicación de las foro fuerzas productivas, ya que
mas artísticas en su contexto material de producción le
une, si bien de forma un tanto más sofisticada y comple- las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes
ja, con la corriente positivista que encuadraba al arte en en cada época; o dicho en otros términos, la clase que
un determinado medio (milieu] geográfico y material. ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al
Supone el abandono de explicaciones autonomistas, en mismo tiempo, su poder espiritual dominante.
las que la «pura visualidad» pretendía situar al arte.
La aportación del marxismo en relación con las mete-
dologías de la Historia del Arte no es otra cosa que ligar En la concepción marxista, el arte forma parte de la
los fenómenos de la llamada «producción artística» con ideología, que no es sino otra manera de denominar la
los acontecimientos económicos y sociales de su momen- superestructura. La ideología es una visión del mundo o
to explicándola, «en última instancia», a través de su construcción mental que trata de justificar un orden so-
inserción en las relaciones de producción concretas de cial existente. Para el marxista francés L. Althusser la
cada momento histórico. Engels lo afirma con claridad ideología es un sistema de representación -en el caso
en la célebre carta a J. Bloch: del arte de imágenes- cuya función es de tipo práctico
social, destinado a ocultar la realidad de las relaciones
de producción. Tarea de la crítica social del arte es des-
Según la concepción materialista de la historia, el fac enmascarar este tipo de relaciones y encontrar una expli-
tor que en última instancia determina la historia es la cación cabal de los fenómenos artísticos.
producción y reproducción de la vida real. Ni Marx ni yo Ya indicamos cómo el interés por la Historia del Arte
hemos afirmado nunca más que esto. Si alguien lo tergi en sí estaba muy lejos de las intenciones y propósitos de
versa diciendo que el factor económico es el único deter ambos autores. Es con posterioridad cuando estas ideas
minante, convertirá aquella tesis en una frase vacua . se adoptan en el campo específico de la investigación
abstracta, absurda. La situación económica es la base'
histórico-artística. Pero la lectura que de Marx y Engels
pero los diversos factores de la superestructura que sobre
ella se levante ... ejercen también su influencia sobre el se va a hacer será a menudo reductora, no sólo de sus
curso de las luchas históricas y determinan, predomi- ideas, sino de la propia Historia del Arte.
nantemente en muchos casos, su forma. Ello sucede en los escritos de Plejanov (1856-1918) (El

so 51
arte y la vida social, Cartas sin dirección) quien, al ligar más depuradas consecuencias de la aplicación del socio-
la teoría del arte con prácticas artísticas concretas ('<rea· logismo al terreno específico de la Historia del Arte.
lismo socialista»), abandona el estudio de las mediacio Antal publica, en 1949, unas Observaciones acerca de
nes infraestructura-superestructura, Y lo resuelve en la la metodología de la Historia del Arte (Bemerkungen zur
simple ecuación del arte como reflejo de la vida social. Methode der Kunstgesichte], especialmente interesante
Buen ejemplo de ello, en sus estudios sobre Tolstoi por lo que revelan acerca del verdadero interés de la
afirma: sociología del arte. Antal explica los inicios de la Histo-
riografía artística en las investigaciones formalistas de la
Las contradicciones en las opiniones de Tolstoi no son Escuela de Viena y Wólfflin, que se verán superadas por
las de su pensamiento estrictamente personal, son reflejo las ideas culturalistas de Dvorak y su círculo. A su muer-
de las condiciones e influencias sociales, de las tradicio te comienza el interés por el estudio de los contenidos
nes históricas complejas y contradictorias en el más alto económicos y sociales de la Historia, que en el terreno de
grado, que han determinado en el más alto grado la la Historia del Arte estaría representado por la obra de
psicología de las diferentes clases y las diferentes capas von Martin, Sociología del Renacimiento (Soziologie der
de la sociedad rusa en la época posterior a la reforma, Renaissance. Zur Physiognomik und Rhythmik biirger-
pero anterior a la revolución.
licher Kultur, 1932), en el que los fenómenos artísticos
se integran lógicamente en la ascensión y transformación
y en sus citadas Cartas sin dirección dice: de una clase social: la burguesía. A continuación, Antal,
pasa a una confusa y contradictoria relación de historia-
El arte de cualquier pueblo, en mi opinión, siempre dores del arte, cuyo único punto en común es su oposi-
mantiene una estrechísima relación causal con su eco ción al formalismo, encabezados por A. Warburg. Así,
nomía. Por eso, al pasar a estudiar el arte de los pueblos Gombrich, M. Schapiro, H. Read, R. Krautheimer. .. ,
primitivos debo señalar antes los más importantes rasgos sin un atento estudio a la especificidad metodológica de
distintivos de la economía primitiva. cada uno de ellos. De esta manera se nos aparece claro el
interés del sociologismo antaliano: se trata de una crítica
La idea del arte reflejo, tan alejada de las propuestas al concepto del l'art pour l'art de raíz romántica, y de
de Marx y Engels, es criticada en la propia U.R.S.S. por un rechazo del formalismo puro-visibilista vienés, del
Trotsky quien, si bien en su Arte y Revolución afirma que el propio Antal no estuvo exento en alguno de sus
tajantemente que «el estilo es la clase», matiza la idea primeros estudios. Sin embargo, en su obra capital, El
señalando cómo una clase encuentra su forma de expre mundo florentino (Florentine Painting and its social
sión por caminos muy complicados y diversos ajenos a la background, 1947), el método sociologista aparece am-
univocidad de su primera formulación. El arte tiene, en pliamente desarrollado. El libro consiste en una explica-
primer lugar, sus propias leyes internas y por ellas SI ción de la pintura florentina de los siglos XIV y XV a partir
rige. de la ideología comerciante y racionalista de la burguesía
de este momento, así como del proceso de secularización
Apartando de este breve estudio autores como Lucka cultural que su actividad y la transformación de las ór-
o Della Volpe, que sitúan sus escritos más en el campo denes mendicantes produjo. La alianza de la burguesía
de la estética que en el de la Historia del Arte, nos ceno con una nueva idea de la religión explica el racionalismo
traremos en la obra de Hauser y Antal, sin duda los que que en el arte religioso del momento se produce y la pro-
mejor explicaron la Historia del Arte desde supuesto gresiva laicización de una imagen aún ligada iconográfi-
estrictamente sociologistas. Nos encontramos ante las camente al fenómeno religioso.

52 53
El cuadro que Antal nos presenta es una interpreta- que unas mismas condiciones sociales pueden producir
ción crasamente sociologista, en donde el «estilo» de cada obras valiosas y otras que no lo sean. El papel de la
una de las imágenes o cuadros estudiados es puesto en sociología queda así muy reducido, pues «lo que más
relación, de manera automática, con una determinada puede hacer la sociología es referir a su origen real los
clase o fracción social, El determinismo, que es el gran elementos ideológicos contenidos en una obra de arte».
peligro de la crítica sociologista, no está ausente en la Por otra parte, Hauser se da cuenta del carácter a me-
obra de Antal que, sin embargo, tiene el valor de ligar nudo inconsciente que asume la ideología. El arte puede
las distintas tendencias formales a las diversas aspiracio- adoptar el carácter de tendencia efectiva y querida (es el
nes sociales (Giotto = racionalismo bancario; gótico inter- caso del «realismo socialista») o de ideología inconscien-
nacional = nostalgia feudal) superando ideas como las te. De esta manera da entrada a conceptos psicoanalí-
de «transición» o «evolución formal», en todo ajenas a la ticos en el campo de las metodologías históricas, que
realidad del desarrollo de las formas artísticas. serán analizados con detalle en un posterior epígrafe. En
concreto, su explicación del manierismo como arte de la
Dentro de esta tendencia, la propuesta de Hadjanico- alienación no sería posible sin las investigaciones y cate-
lau en Historia del arte y lucha de clases (Histoire de gorías aportadas por S. Freud. Como veremos, la ~nión
l'art et luttes des classes, 1973), interesa sobre todo por entre psicoanálisis y marxismo es una de las cornentes
el desarrollo de su idea de ideología figurativa, definida con mayor aceptación en los últimos años.
como Para terminar, señalaremos que el papel que Hauser
atribuye a la ideología no siempre es negativo (ideolo-
combinación específica de elementos formales y temática gía = engaño), lo que le permite un estudio desapa~io-
de la imagen a través de la cual los hombres expresan la nado de las producciones del espíritu; la ideología, dice,
manera en que viven y las relaciones con sus condiciones no es sólo error, encubrimiento o falsificación, sino ex-
de existencia, combinación que constituye una de las
formas particulares de la ideología global de una clase, presión de un anhelo, un querer, una aspiración que
escoge formas aparentemente objetivas y desprovistas de
pasión.
pero será sobre todo A. Hauser quien más lejos y con En España las tendencias marxistas en el campo de la
más inteligencia lleve el concepto marxista de ideología Historia del Arte no han sido abundantes, destacando
en el campo de la Historia del Arte. Su Historia social de las aportaciones de Valeriano Bozal (El lenguaje artís-
la Literatura y el Arte (1951), de tan gran difusión a tico, 1970; La construcción de la vanguardia 1850-1939,
nivel internacional, es una consecuencia de la teoría de 1978), de tono muy marcado aún por el sociologismo. La
reflejo, en donde el arte aparece aún como corolario in- influencia del primer Hauser, el de la Historia social...,
mediato de la realidad social. Este tipo de explicaciones ha sido grande y ha venido a sustituir, de manera nor-
a la producción artística va desapareciendo con poste- malmente indiscriminada, a la envejecida crítica de arte
rioridad y en su obra El Manierismo. Origen de la lite- atribucionista y de cuño positivista.
ratura y el arte modernos (edición española 1965) es ya
mucho menos patente. Por fin, en su Introducción a la Las más interesantes propuestas metodológicas y esté-
Historia del Arte (Philosophie der Kunstgesichte, titu- ticas que desde el campo marxista se han producido en
lada en su última aparición castellana Teorías del Arte. nuestro siglo son las de la llamada «Teoría Crítica» o
Tendencias y métodos de la crítica moderna, 1975) no «Escuela de Frankfurt». De entre sus miembros, Horkhei-
duda en afirmar que todo arte está condicionado social- mer, Marcuse, Adorno, W. Benjamin, nos fijaremos en
mente, pero que no todo se puede definir socialmente, ya estos dos últimos, ya que son los que con mayor profun-
54 ss
didad y perspicacia captaron los problemas de la ideolo- han modificado la naturaleza de la obra de a.rte. En su
gía y las relaciones estructura-superestructura, temas ensayo La obra de arte en la época de la reproductibili-
centrales, como sabemos, en la perspectiva de los estu- dad técnica (1936), desarrolla con amplitud estas ideas,
dios marxistas. a la vez que constituye un modelo metodológico de aná-
W. Benjamin, partiendo de una consideración mate- lisis materialista.
rialista de la obra de arte, acepta los múltiples niveles de A Th. Adorno se debe la difusión y desarrollo de las
lectura -mediaciones- de la misma, incluidos aquéllos ideas de W. Benjamin y de la Escuela de Frankfurt. El
de irracionalidad y ambigüedad propuestos por las in- instrumento de ello es el Instituto de Investigaciones So-
terpretaciones románticas. En sus estudios acerca de ciales (Institut für Sozialforschung), fundado en 1924
M. Proust o el surrealismo no duda en emplear cate- por él y por Horkheimer.
gorías que un marxista ortodoxo habría proscrito: la Adorno se sitúa en un punto de vista materialista des-
imaginación, la iluminación profana, la apelación a va· de el primer momento. Condena toda tentativa román-
lores vitales y biológicos. tic~ de rei?staurar las categorías de artista neurótico y
Todo ello es considerado como mediación imprescin- artista genio, lo que le lleva a una crítica en profundidad
dible en la explicación de una obra de arte. La idea de de determinadas tendencias del psicoanálisis. Sustituye
intuición artística es privilegiada por Benjamín, así como el concepto de artista-genio por el de artista-productor,
el estudio de una categoría tan romántica como la de pero no abandona los términos «genio», «creación» ... sino
genio. Estas ideas parecen no concordar con las del ma- que los cambia de contenido semántico que pasará a ser
terialismo dialéctico. Benjamin soluciona esta aparente ~e b:rrgués a revolucionario, ya que su contenido signi-
dicotomía al remitirse al problema fundamental de las ficativo es, como se ha dicho, función del contexto ideo-
mediaciones, las cuales, como hemos visto, han sido re- lógico en donde.se expresan. La teoría de la imaginación
chazadas incluso de manera inconsciente por los propios es mterpretada igualmente, desde el punto de vista mate-
h.istoriadores marxistas, cuando t ecurren a simplifica- rialista, como producto de la división social del trabajo.
ciones excesivas. Benjamin no rechaza estas mediacio- La aparición de los nuevos modos de producción téc-
nes, sino que las potencia en grado sumo: nica habían modificado las maneras de la percepción. Es
en esta modificación, en este choque, donde Adorno ve
la cualidad que hará salvarse al arte moderno en el
Lo único -dice- que es seguro (en Marx) es que tenía
«mundo administrado». Las más grandes obras de arte
en la mente una serie de mediaciones, de transmisiones
por así decirlo, que se intercalan entre las condiciones no son las más puras, como querrían los filósofos idealis-
materiales de la producción y las regiones más lejanas de tas como Hegel, sino más bien han de ser las que se
la superestructura en las que se encuentra el arte (<<Histo· sitúan en una contestación radical al sistema y la socie-
ria y coleccionismo»). dad. El arte sólo será moderno cuando emplee los me-
dios técnicos que proporciona la tecnología actual.
Pero Benjamin no olvida el problema básico, es decir, Como vemos, estamos ante un análisis de la obra de
la cuestión de las determinaciones. Y estudiando el arte arte en el que la consideración de ésta, como resultado
de nuestro siglo ve en la relación Arte- Técnica, en la de la producción y de un determinado sistema de rela-
influencia de la producción técnica de la obra de arte la ciones productivas, no es nunca abandonado. Pero esto,
mayor determinación de la producción artística, tanto en y con lo. cual volvemos al punto de partida del epígrafe
la misma naturaleza de la obra artística como en el nivel (los escntos de Engels), no impide el análisis de los de-
de recepción (espectador) y de producción (artista). Las más elementos de la superestructura, ni la complejidad de
nuevas relaciones de producción que impone la técnica las relaciones dialécticas cie la obra con el todo. Nos

56 57
encontramos -a pesar de la consideración que de hete- de la obra de arte no han dejado de ser criticados a
rodoxa con respecto al marxismo ha tenido la Escuela de causa de la inmediatez de la aplicación de las teorías
Frankfurt- más cerca que nunca de las primitivas pro- psicoanalíticas a un campo tan concreto y diverso como
puestas engelsianas. es la Historia del Arte. Siempre se ha discutido la impro-
cedencia de aplicar los principios de la interpretación de
los sueños, las neurosis, los recuerdos infantiles, etc., a
CONSEClIE CIAS DE FREUD: EL MÉTODO los terrenos histórico-artísticos. Con todo, no han de ol-
PSICOANALÍTICO APLICADO A LA OBRA DE ARTE vidarse aportaciones tan importantes como la de E. Kris,
Investigaciones psicoanallticas acerca de la Historia del
La aplicación del método psicoanalítico o «psicología Arte (1952), o las de su seguidor Gombrich, en su obra
de las profundidades» a la Historia del Arte es algo que Freud y la Psicología del Arte (1963-65) (Madrid, 1966),
tentó incluso el fundador de la disciplina. S. Freud pu- donde desarrolla ideas tan freudianas como la importan-
blicó a lo largo de su carrera una serie de escritos en los cia del placer en la boca como modelo genético para el
que trata de aplicar este método a obras de Leonardo, placer estético.
Miguel Ángel o Dostoyewsky (recogidas en S. Freud,
Psicoanálisis del Arte, Madrid, 1970), destacando entre La misma palabra «gusto » -dice-, que usamos para
ellos su célebre: Un recuerdo infantil de Leonardo da describir las reacciones estéticas de una persona, hace
Yinci (1910), donde analiza una fantasía infantil de Leo- alusión a este modelo.
nardo -el recuerdo de la figura de un buitre- que
aplica a la explicación del cuadro Santa Ana, la Virgen y Sin embargo, el mismo Gombrich es consciente de las
el Niño. El buitre, que según los antiguos libros jero limitaciones del método cuando afirma que, aunque el
glíficos tan en boga en la época de Leonardo, era un artista sólo puede llegar a expresarse mediante símbolos,
símbolo de la maternidad, es interpretado por Freud co logra algo más que satisfacer unos pocos afanes anali-
mo una referencia a la homosexualidad. Hay que tener zables. La función estética es algo más compleja de lo
en cuenta que el sabio vienés explica la homosexualidad que imaginó S. Freud, pues más que «un sencillo pa-
como una fijación mnémica de la madre en el sujeto; aSÍ, ralelogramo de fuerzas psicológicas, aquí tenemos ante
la aparición de los contornos de un buitre en el cuadro nosotros el más alto tipo de organización.»
leonardesco vendría a ser un recuerdo inconsciente de su
añoranza por la madre, a la vez que un manifiesto de la Desde el punto de vista de la Historia del Arte, los
incierta sexualidad leonardesca. escritos que desde el campo psicoanalítico han ejercido
El artista es concebido por Freud como un ser que mayor influencia son los de C. G. Jung. Discípulo de
entra en el mundo de la fantasía para encontrar allí una Freud, desarrolló heterodoxamente sus teorías basculan-
compensación o sublimación de sus más profundos de do en su interpretación de los sueños de una explicación
seos. Pero, como ha señalado Hauser, esta sublimación únicamente sexual a otra basada en lo que él llama «in-
no puede identificarse, como quería Freud, con el acto consciente colectivo» o arquetipos comunes a la especie
creativo artístico, sino que es una mera trasposición de humana y que orientan la evolución de la misma. Para
actitudes y" acciones de una esfera a otra. Es la capad Jung, la ciencia que más analogía presenta con el psico-
dad de simbolizacion, la categoría que sí puede valemos, análisis es la Historia, a la que interpreta como evolución
como veremos más adelante, para explicar determinada¡ de unos hechos simbólicos o arquetipos a través de las
obras de arte. distintas edades. Ejemplos de estos arquetipos serían: el
Los ensayos de Freud acerca de determinados aspecto agua, la madre, el fuego, la esposa o la mujer, el monte,

58 S9
la ciudad santa, el árbol cósmico ... Los hechos relacio- idea fomentada en el campo filosófico por H. Marcuse.
nados con estos elementos aparecen concretizados en La unión se ha revelado fecunda, sobre todo, por lo que
una serie de acciones, sueños, ritos o representaciones de respecta a la superación del sociologismo marxista. El
contenido no inmediatamente obvio, que son denomina- más genuino representante de la tendencia es el francés
dos por Jung «actos simbólicos» o sencillamente «símbo- 1. Goldmann, quien trasplanta las categorías indivi-
los». Y a decimos que el sueño puede ser considerado uno dualísticas de Freud a las colectivas de Marx. Mientras
de ellos, pues en él 'se pueden señalar muchos efectos que para el primero el sujeto siempre es un individuo,
clarísimos de constelaciones inconscientes. Goldmann concibe el sujeto como transindividual o co-
Estas «imágenes simbólicas» tentaron a los historiado- lectivo. Como se ha dicho, la unión entre la práctica
res del arte; es lógico que estos conceptos fueran utili- social de los grupos, con sus obras artísticas y culturales,
zados desde el campo de la iconología, ya que no están ha de buscarse en el plano de las «estructuras mentales»,
muy lejanos a las ideas de las Formas simbólicas teori- concepto cercano al panofskiano de «visión del mundo».
zadas por Cassirer y sus seguidores. El mismo Gombrich La metodología goldmanniana consiste en un estudio de
no es ajeno a todo ello cuando en su conferencia El las distintas concepciones del mundo que son producidas
Psicoanálisis y la Teoría del Arte (1953) recoge las pa- de manera inconsciente por la colectividad; para ello,
labras de E. Jones, biógrafo de S. Freud: destaca la cualidad de coherencia de la obra artística que
puede ser individual, pero sobre todo colectiva, siendo el
___si la palabra simbolismo se toma en su más amplio grupo social que elabora estas categorías mentales el
sentido se ve que el tema comprende casi todo el des- tema de estudios privilegiado. Las obras artísticas ten-
arrollo de la civilización. Pués, ¿qué es éste sino una drán validez si expresan de forma coherente la coinci-
inacabable serie de substituciones evolutivas, un ince- dencia de lo individual con lo social, pues
sante reemplazar una idea, un interés, una capacidad o
una tendencia por otras?
toda obra que expresa de manera adecuada un con-
tenido coherente representa un valor estético, ne ello
Notemos la semejanza de estas palabras con el interés de se deriva, además, que cada grupo social, orientado
Warburg, Saxl y la escuela iconológica en general por el hacia una organización global de la sociedad, tiende a
problema de la transmisión de alegorías, formas simbó- elaborar una visión coherente del mundo, la cual, dado
licas y símbolos a través de las distintas épocas. las innumerables distorsiones individuales se anulan
La interacción del psicoanálisis jungiano con la icono- una a otra, está mejor realizada y, por ello, es más fácil
logía conoce en nuestros días un nuevo auge, sobre todo de captar en el grupo que en la mayor parte de sus
en Italia. Véase el ensayo de G. C. Argan: Iconologia, miembros individualmente considerados.
Psicanalisi e metodo marxiano, en Psicon, núm. 1 (1974);
los estudios de M. F agiolo dell' Arco: Parmigianino. Con la acentuación del carácter inconsciente y colec-
Saggio sull'ermetismo nel Cinquecento (1970), y en el tivo de la ideología nos encontramos de nuevo muy pró-
campo de la arquitectura y el urbanismo, G. Muratore: ximos a las ideas de Marx y Engels.
La cittá Rinascimentale. Tipi e modelli attraverso j
trattati (1975) y en España determinados trabajos en
torno a la ya citada revista Traza y Baza.

Por otra parte, en la actualidad se ha practicado la


tentadora idea de unión de psicoanálisis y marxismo;

60 61
METODOLOGÍAS FORMALES Y ESTRUCTURALISTAS La psicología de la forma estudia los disti'!tos modos
de organización de una forma total, mantemendo como
a) Psicología del Arte y Teoría de la Gestalt principio esencial que una parte e? un todo es algo esen-
cialmente distinto a esa parte aislada o en otro todo.
Paralelamente a los distintos enfoques teóricos que
Otro de los principios fundamentales de la teo~ía ~e. la
hemos ido estudiando se desarrollan una serie de meto-
Gestalt es el de isomorfismo, que sirve de base filosófica
dologías que decidimos agruparlas en este último epígra
a sus especulaciones formales. El principio con~iste, tal
fe por su común carácter formalista.
como señalan Wertheim o Kóhler, en el paralelismo es-
El origen de la primera de ellas, la psicología de la
tructural entre las formas fisiológicas de la percepción.
Gestalt, habría que buscarlo en el puro-visibilismo df
De esta manera, espíritu y cuerpo no aparecen, ~omo
la Escuela de Viena, pero sobre todo en la teoría deh
realidades separadas, sino paralelas, siendo el espíritu el
empatía (Einfühlung). Ello es evidente por lo que res
elemento configurador de la realidad mediante unas
pecta a las metodologías fundadas en la psicología de la
leyes estrictas emanadas de la visión de la forma.
visión o Gestalpsichologie. Para Th. Lipps (Aestetischi
En el campo específico de la Historia del Arte, la
Einfiihlung, 1900), la empatía está fundada en la asocie
aportación de la Teoría de la Ges~?lt ~e debe a
ción que relaciona varias cosas que se presentan en con
R. Arnheim, cuyo libro Arte y percepcton Visual (1954)
junto o que se combinan por necesidad. Estas combina
(edición española, 1979) puede considerarse fu~damental.
ciones son, según Lipps, de similaridad, identidad r
Con todo, antes de estudiar la obra de Arnheim hemos
correspondencia. Este autor afirma, y son palabras reco-
de detenemos en la obra de un pionero de esta metodo-
gidas por Worringer en su ya citada Abstraktion una
logía en el campo artístico y que suele olvidarse. en las
Einfiihlung, que todo objeto sensible es la resultante di
exposiciones que de ella se hacen. Nos refenmos a
lo perceptible por los sentidos y de la actividad percej
Kaufmann y a su obra póstuma La Arquitectura de la
tora del sujeto. Según W orringer:
Ilustración (1955) (Architecture in the Age of Reason),
donde describe los fenómenos de la arquitectura de este
La forma de un objeto es siempre el ser formado pOi periodo bajo el concepto de Gestalt-Ideal o «ideal com-
mi actividad interior. Es un hecho fundamental de toda
positivo rector», que define así:
psicología y mucho más aún de toda estética, que en d
sentido estricto de la palabra no haya ni pueda haber j
aún sea un disparate el «objeto sensible». Puesto que d Podemos hablar de cualquier periodo de tiempo como
objeto existe para mí... está compenetrado por mi acti de una y la misma época artística siempre y cuando
vidad, por mi vida interior. domine en ella el mismo ideal de configuración. La dis-
posición de las partes en cada obra concreta, .y muy
Por su parte, Von Ehrenfels, en su obra Über Ges particularmente su relación con el t~do, se den~a d~l
\. ideal compositivo de la época. El «sistema arquitecto-
taltqualitiiten (1890) (Acerca de las cualidades de le
nico» es la visualización de determinado «Gestalt-Ideal»,
«Gestalt»), propuso una de las ideas más típicas de 11
psicología gestáltica y que será recogida más tarde por e:
estructuralismo: la forma total de un objeto o de cual En apoyo a esta definición, no duda en citar un signi-
quier configuración es algo más que el resultado de 1, ficado párrafo del arquitecto, del siglo XVI, Andrea
mera adición de sus partes. Ehrenfels puso el siguiente! Palladio:
conocido ejemplo: varios sonidos oídos cada uno por una
persona distinta no tienen nada que ver con esos mismo La belleza será el resultado de la forma y la corres-
sonidos oídos por una sola persona y a la vez. pondencia del todo respecto a las diversas partes, de las

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partes entre sí y de ellas con el todo: que la estructura ma articulada. La Gestalt propone la idea contraria:
aparezca como un cuerpo entero y completo, dentro de!
los estímulos visuales contienen propiedades objetivas de
cual cada miembro concuerda con el otro, y se tendra
todo lo necesario para componer lo que se pretende forma y de color, como la similitud, el dibujo geométrico
formar. del contorno, la simetría, etc., propiedades que, en vir-
tud de la ley de la isomorfía, ponen en movimiento el
proceso de organización en el campo cerebral. Todos los
Volviendo a Arnheim señalaremos que su obra supone esfuerzos de Arnheim tienden, en suma, a clarificar las
la prolongación ortodoxa de las ideas de Kóhler y leyes y mecanismos, de 10 que no duda en llamar pensa-
Wertheim en el campo de la Historia del Arte. Estu miento visual.
dia la expresión como cualidad perceptual, no sólo en
la vida cotidiana, sino también en artistas, escritores y
músicos. Si bien cualquier obra del pasado puede ser b) Estructuralismo y semiótica
analizada según los principios de la Gestalt, el campo
privilegiado de los estudios de Arnheim es el arte de En los últimos años la extensión del estructuralismo
nuestro Siglo. Su análisis sobre el Guernica de Picasso ha alcanzado la esfera de la Historia del Arte con irnpor-
(El «Guernica» de Picasso. Génesis de una pintura, 197~ tantes resultados.
es una introducción a los problemas de la creatividad En un principio, fueron los estudios de F. de Saussure,
desde los supuestos de su teoría. en su Curso de Lingüística General (1916), los que fun-
Para Arnheim, la expresión y la significación de un daron esta nueva disciplina. La consideración de la len-
objeto pictórico se manifiestan en la medida en que la gua como un sistema de signos arbitrarios con respecto a
representación se constituye a través de elementos forma la «realidad» descrita, permitieron un estudio científico y
les, que se definen por las siguientes categorías: Equili «objetivo» de la lengua, cuya metodología se ha exten-
brio, Configuración, Forma, Desarrollo, Espacio, Luz, dido al resto de las ciencias humanas. Lévi-Strauss, que
Color, Movimiento, Tensión y Expresión. Cada uno deha aplicado los conceptos estructuralistas al campo de la
los capítulos de Arte y percepción visual es un estudio de antropología, lo reconoce así:
cada una de estas categorías.
Textualmente dice: En el conjunto de las ciencias sociales, del cual indis-
cutiblemente forma parte, la lingüística ocupa sin em-
La verdad es que una imagen no puede ofrecer una bargo un lugar excepcional: no es una ciencia social
expresión artística más que si su configuración formal como las otras, sino la que, con mucho, ha realizado los
por la que el tema se presenta contiene las caracteristi mayores progresos; sin duda la única que puede reivin-
cas estructurales que transmiten la expresión deseada. car el nombre de ciencia y que, al mismo tiempo, ha
logrado formular un método positivo y conocer la natu-
raleza de los hechos sometidos a análisis (Lévi-Strauss:
Arnheim y la Psicología de la Gestalt proponen una Antropología Estructural).
serie de categorías formales a la hora de aproximarse a
la obra. ~e a~te por las que el espec,ta~or configura su Partiendo de la consideración de la lingüística como
percepcion VIsual, entrando en polémica con los quecienciapiloto, se han desarrollado en el campo del arte
siguen la tradición d~ Herder y von. Humbold~, comouna serie de teorías que pretenden un estudio formalista
E. Cassirer, que descr~ben ~l mundo VIsual co~o mformey científico de la obra de arte, que resumiremos en los
y consideran a los sentidos incapaces de producir una far·siguientes puntos:

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1. Teoría de los signos o semiótica · ~stas teorías q~e. tratan de cuantificar científica y ob-
jetivarnente lo estético, en base a la consideración de la
Esta teoría ha sido practicada, sobre todo, por la crío obra de arte como un signo lingüístico, culminan en la
tica italiana, concretamente a través de los escritos de teoría ~e la información, cuyos principales representan-
U. Eco (Obra abierta, edición española 1979; La estruc tes senan Max Bense, Norbert Wiener o Abraham Mo-
tura ausente, 1979; Signo, 1976), G. Dorfles (El devenir le.s.C~mo ha señalado Gillo Dorfles, en Símbolo, comu-
de las artes, 1959); Símbolo, comunicación y consumo, ~lcacLOnJ!,consumo (1962; Madrid, 1967), la teoría de la
1962), C. Maltese (Semiología del lenguaje objetual), ~nformac~~n se basa en la búsqueda de la «cantidad de
o R. de Fusco (Segni, storia progetto dell'architettura, 1~!orma~lOn» presentada por un mensaje. Esta informa-
1973). cion sera tanto. mayor c~anto mayor sea la improbabili-
El primero de ellos parte de los estudios lingüistícc ~ad de ~~ntemd? de dicho mensaje. Según Moles, la
cuando analiza las producciones artísticas; para él, e. 1~!ormaclOn es. directamente proporcional a la imprevi-
lenguaje no es una organización de estímulos naturales sion del mensaje: la tendencia a una imprevisión máxima
sino que estos estímulos están organizados por el homb~ conlleva que la información sea máxima. Es este con-
y, como las formas artísticas, se trata de un hecho aríi c~pto muy c~rcano al de ~(apertura» de U. Eco, que con-
ficial. En consecuencia, y sin por ello identificar arte! siste en ~l numero. de posibles lecturas e interpretaciones
lenguaje, se podrá, por analogía, aplicar al primero l~ que el signo artístico u obra de arte permite. Basándose
observaciones hechas en el campo lingüístico. en la teoría de la información, Eco estudia las obras de
Su análisis del lenguaje le lleva a diferenciarlo en reft arte abstracto o la novelística de Joyce en función de su
rencial o yuxtaposición de términos convencionales que multiplicidad de lecturas o su «apertura». Para ello, tan-
para ser comprendidos, requieren la colaboración de to Eco .como M~les, utilizan el término físico «entropía»
sujeto y emocional o estético, cuya diferencia no est o «medida ne~aÍlva de la significación de un mensaje»; a
tanto en la estructura de la expresión como en su distint mayor ~ntropla, desorden o ambigüedad, mayor canti-
utilización. El uso estético del lenguaje -o lenguaje poi ?a~ de información en el mensaje pronunciado. U. Eco
tico- implica de hecho un empleo emocional de las refeindica al respecto:
rencias y una utilización referencial de las emociones.
Este tipo de análisis formal del lenguaje es utilizado El arte es el dominio por excelencia de estos fenóme-
los estudios de U. Eco que se centran, sobre todo, en 1 n.~s... el verbo poético es el que establece con una rela-
manifestaciones icónicas de la sociedad de masas (a cion absolutamente nueva sonido y concepto, sonidos y
mies, cine, televisión) a los que trata, como apunta en II p~labras y que une las frases de manera inusual cornu-
ensayo de 1963, de reducir a modelos estructurales rig mca~do así al mismo tiempo que una significación de-
terml~ada, una emoción insólita hasta el punto que la
rosos como fenómenos culturales típicos de un period
ernocion nace entonces al tiempo, que la significación no
para encontrar después la similaridad de estructura ent es aprehendida inmediatamente (U. Eco, Obra Abierta).
los distintos modelos. Se trata de formular modela
patterns, constantes según los cuales es posible defi;
el fenómeno del arte. ~ás .allá del continuo ~a~bio ~~r su parte: Bense ~a elaborado. una teoría del signo
los standars. Esta similaridad estructural, mSI~te, estético: por «signos estéticos» se deben entender -seña-
significa similaridad en la «construcción ontológica- la Dorf.les comentando al esteta alemán- los colores y
los fenómenos, sino simplemente quiere d~clr ~u~ p¡ los. sonidos tomados en sí mismos, las palabras en su
reducir a modelo diversos fenómenos ha sido indisp calidad de partículas sin tácticas, los ritmos, las medi-
sable o posible usar los mismos instrumentos. das... más que los objetos representativos. Estas unida-

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des mínimas representativas ofrecen el punto de partida arquitectura: por una parte, ésta, no responde a un acto
ideal para un estudio científico de la obra de arte, pre gratuito, sino a necesidades individuales y colectivas a
tensión final del estructuralismo estético. las que significa; por otra, toda obra arquitectónica
Los estudios estructuralistas se han introducido en posee una articulación que no se agota en el campo de la
otras ramas metodológicas, como puede ser el análisis técnica, sino que se traduce en una serie concatenada de
marxista de la realidad. Es Mukarowsky quien con ma elementos que responden a una concepción de conjunto.
yor fortuna une las metodologías formalistas y socioló- Este paralelismo entre lengua y arquitectura, sometido a
gicas. Su formación se realiza en una de las mayore una revisión más profunda, no se nos revela fructuoso.
escuelas dedicadas al estudio formalista del lenguaje, el Brandi nos indica dos hechos que impiden una conside-
Círculo Científico de Praga. Pero pronto supera esta foro ración significativa de la arquitectura: si la esencia del
mación inicial para concebir el arte no como algo auté lenguaje es la comunicación, ésta no puede ser conside-
nomamente absoluto, sino como un fenómeno ligado a la rada la esencia de la arquitectura, porque carece de la
sociedad y cultura de su momento. Mukarowsky concib doble articulación que es la característica fundamental
la obra de arte como un signo, es decir, del lenguaje. Los elementos de la arquitectura no son
significan te s; así, en la arquitectura griega, ni columna,
algo substituye algo para alguien, concerniente a Un! ni capiteles son significantes. Si consideramos la arqui-
propiedad o capacidad. Está dirigido a alguien, crea e t~c~~a desde el pun-to de vista del espacio, éste tampoco
la conciencia de éste un signo equivalente, y tal vez Ut significa nada fuera de sí mismo, ya que la espacialidad
signo más complejo. arquitectónica no existe ni fuera ni antes de la arquitec-
tura, pues la estructura básica de esta espacialidad es,
.
Esta consideración . , formal de la obra de arte no 1'. en su. más simple expresión ' la oposición ent r e ext enor . e
imnid
rrnpi e, como d . 1 laci
ecimos, poner o en re acion con o ra A las .d t intenor. . T ti
series extra-artísticas en este caso sociales. Para ello di I eas aSlg~1 rca ivas con respecto de la arquitec-
vide las funciones del signo artístico en dos tipos: sígni tura ~e C. Brandi, que le llevan a brillantes análisis
cas (si ,.
simbólicas éticas) y diirectas (prá
y estéticas prácticas y teon, exclusivamente'. formales y estructurales ,,-como por ejem
.
ticas) con lo que se reconocen las cuahdades . formales plo,. en La prtma architettura barocca (1972) , se oponen
, . 1 d 1 b d t ' Ideas como las de Morpurgo-Tagliabue quien en Lpro-
a 1a vez socIa es e a o ra e ar e. bl . d' " . . '
emt luna semiologia architettonica (1968), reconoce
el aspecto semiológico o significante de la arquitectura
2. Estructuralismo y crítica arquitectónica en su factor retó~ico .c~mo exhibición y no significación
de funciones. ASI, distingue tres procedimientos arqui-
En los últimos años los métodos estructurales y semk t~c~ónicos: forII?~s arquitectónicas constructivas que sig-
lógicos han encontrado en la investigación arquitectónic n}fl~an su ,f~nclOn presentativamente; formas arquitec-
uno de sus campos ideales de aplicación. En el niVlton.lca~.retóricas, que se presentan semánticamente, son
teórico, sin embargo, las posiciones respecto al conter Y slg~lflc.a.n aquello que son, pero, a la vez, reenvían a
do semántico y significado de la arquitectura son varii otro significado; por fin, formas arquitectónicas abstrae-
y, a menudo, contrapuestas. tas, cuyo refinamiento semántico se absorbe en el puro
Así, Cesare Brandi, en Struttura e Architettura (196'SIgnO.y en u~ ~aler abs?lutamente abstracto, por ejem-
1971), precisa las relaciones, para él problemáticas, en plo, CIertos pináculos, ciertos arcos de triunfo, etc., que
lengua y arquitectura, partiendo de dos hechos que p pueden asumir hasta un valor iconológico.
den avalar el carácter semiológico o significativo de Estos tres puntos inciden en un progresivo significado

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semiológico de la arquitectura y liberan su interpre~ació¡ objeto de civilización (correspondiente al nivel de lo per-
de la mudez significativa a que la reducen los estudios dí cibido) y el signo artístico (lo imaginado). Este último se
C. Brandi. caracteriza por su ambigüedad, mientras que el objeto
figurativo es un objeto material portador de una signifi-
cación que lo desvía de su uso original, pero sin modi-
e) Sociología y estructuralismo: Francas tel y tendencu ficar su apariencia, siendo cada objeto típico de una
posteriores determinada sociedad. Estos objetos (por ejemplo, la
Lanza del Graal, las máscaras ... ) no alcanzan su poder
Ligado a las tendencias formales que venimos estu de expresión a través de su apariencia exterior ni de su
diando, pero en fuerte polémica con ellas .se enc~entra[ destino, sino a través de su integración en un sistema
los escritos de P. Francastel (La realidad flguratt determinado. Las formas de integración corresponden a
va, 1965; Sociología del Arte, 1970; La figura y ellu los principios de estructura y cohesión del sistema, a los
gar, 1967) que tratan de superar tantos los concep.tos ti que Francastel denomina problemática de lo imaginario.
forma -término mágico, según Francastel, umd?! Esta integración en un sistema responde a las maneras
prestigio de las obras d~ Focillon--:- como el de socioh de un pensamiento socializado, cuyo resultado final es la
gismo de la Historia social de la LIteratura y el Arte, d imagen, resultado de la actividad artística. La metodo-
A. Hauser, para la que tiene las más duras palabras. logía francasteliana puede resumirse con sus propias pa-
Francastel parte de la consideración de la obra de art labras:
como signo que no se limita a traspo~er de manera auto
mática la realidad, ya que el arte mstaura. una nue
realidad válida por sí misma con leyes propias y espee El fin de una sociología del arte consiste en describir,
por una parte, la serie de objetos figurativos ya conoci-
ficas. Al respecto dice:
dos, mostrando cómo los elementos que están constitui-
dos pertenecen a ciertos medios de civilización, y en
En la época del cine y del arte abstract? 'ya no definir, por otra parte, las reglas de reunión según las
posible considerar que los product?s de l~ a<;tlVldad es! cuales las imágenes virtuales son comunicables de indi-
tica tienen como meta la elaboración de imágenes y f~ viduo a individuo, reveladoras a la vez de las leyes in-
mas esencialmente idénticas a un orden inmutable d. cluidas en los objetos figurativos y de las leyes del es-
universo. píritu.

La imagen artística se compone de una serie de ~~ Las precisiones de Francastel en torno a la especifici-
mentos seleccionados de la realidad. Pero esta ~~le~clodad del universo artístico, como mundo de lo imaginario,
no es arbitraria, sino institucional. En esta relación lllS,t han sido desarrolladas en Francia, sobre todo en los
1, tucional es donde Francastel introduce conceptos SOC[ círculos intelectuales, en torno a R. Barthes y al grupo
lógicos y hace intervenir a la sociedad,. que ~s la ql Tel Quel, A ello no es ajena la influencia de la fenome-
selecciona estos signos. Francastel polemiza de 19ual.f~nología de lo visible de M. Merleau-Ponty (Signos, Lo
ma con aquellos que trasponen de ma.nera auto~a~ Visible y lo Invisible), así como las últimas derivaciones
los métodos lingüísticos al campo de la Ir,nagell: artísti del análisis lingüístico.
Frente a la doble articulación dellengu~J~, la lma?en El concepto de escritura por un lado, y el de figura-
presenta en tres niveles: lo real, lo percibido y lo Ima1lidad por otro, son objeto de diferenciaciones cada vez
nado. . . . más sofisticadas como es patente, por ejemplo, en el
Ello es la base de la distinción entre objeto figurativi coloquio que en homenaje a Francastel sostuvieron

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en 1974 Barthes, Damisch, Scheffer ... en torno al tema
La pintura y la escritura de los signos (publicado en
La Sociologie de l'art et sa vocation interdisciplinaire.
Francastel et aprés, París, 1976).
J. L. Scheffer, en su Escenografia de un Cuadro (1969),
estudio semiótico de un cuadro de Paris Bordone, anali·
za la obra en términos de sistema, sin considerar a éste
como una lengua. El cuadro, dice el autor del estudio en
la introducción, «constituye la presentación del sistema
que soporta el proceso (el texto), proceso que se hace
ficticio. El cuadro constituye también el proceso de una
figurabilidad del sistema que lo soporta». Scheffer, des
componiendo la obra en secuencias o superficies signiñ
cativas, alcanza una comprensión en profundidad de la
obra de arte y sus íntimas estructuras formales y signi
ficativas.
Las cuestiones de la relación lenguaje-pintura han sido
estudiadas igualmente por L. Marin, en Estudios Semio
lógicos (1971); por Jean F. Lyotard, en su Discurso, Fi·
gura (1974), donde une la fenomenología de M. Merleau
Ponty con las teorías del impulso libidinal de Freud en la
llamada filosofía del deseo, que ve en la obra de arte un
lugar privilegiado para todo tipo de transgresiones,
J. Derrida, en su La verité en peinture (1978), realiza Ul
estudio, en sí mismo artístico, sobre el fenómeno especí-
fico de la picturalidad. En estos autores, así como el
M. Pleynet (El sistema de la pintura, 1971), nos encon
tramos a medio camino entre el género ensayístico y e.
propiamente literario, uno de cuyos mejores ejemplo
sería, sin duda, el libro Barroco (1974) del cuban
S. Sarduy. La insistencia en lo específico del lenguaje pie
1. tórico, que les conduce a defender movimientos como e
significativamente denominado Pintura-Pintura, les lles
a un difícil lenguaje poético para la explicación de 11
obra artística. Con independencia de estos desarrolla
teóricos, las ideas de Francastel encuentran expansión el
España a través de Julián Gallego y en Portugal pa
medio de Franca, los dos discípulos del maestro franca

Jean-Francois Lyotard. Discurso, Figura'

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