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¿Qué puedo hacer para que mis hijos tengan un ambiente sano, alimentos y

recursos naturales suficientes?

Para responder a esta pregunta primero es importante colocarnos en el contexto


actual de nuestro medio. Como sabemos, el impacto del desarrollo de la civilización
humana ha sido grande para la naturaleza. En primer lugar, tenemos el agotamiento
de los recursos naturales debido a la explotación indiscriminada de los mismos, esta
misma explotación se ha debido también al establecimiento de asentamientos
humanos cada vez más grandes y en zonas donde normalmente no se deberían
tener.

Así pues, para poder asegurar a la siguiente generación un panorama más amable
que el actualmente poseemos, es importante llevar a cabo, aunque sea de manera
individual ciertas acciones. Una de estas y la más urgente, es contribuir con la
reducción de los desechos inorgánicos que emitimos al ambiente. Una forma
puntual, pero efectiva es la adquisición de productos que contengas menos
envolturas o de ser posible, que no las contengan, por ejemplo, la compra de
comestibles a granel, y la autogestión de huertos en casa son medidas que, aunque
sean para uno mismo, definitivamente marcan una pauta para dejar de producir más
basura.

Otro punto a considerar es el ahorro de los recursos naturales como el agua, y los
combustibles fósiles, ya que forman parte de lo que consumimos directa o
indirectamente en nuestro día a día y que, para obtenerlos, se llevan a cabo
procesos que desgastan el medio.

Una acción a tomar al respecto de esto, es el ahorro de agua mediante el reciclaje


de agua al lavar o enjuagar la ropa, la cual podría reutilizarse en procesos menos
exigente, como lavado de carros o de pisos. En el caso particular del consumo de
combustibles fósiles, si bien es cierto que su uso de manera comercial y ara
transportar nuestros alimentos hasta donde los compramos, no es algo que
dependa directamente de uno como individuo, sí podemos, aportar algo al respecto
en nuestro día a día. Una opción es el uso compartido de nuestros automóviles, y
el correcto uso de este en nuestras rutas de desplazamiento diario. Por otra parte,
si bien es cierto que mucho preferimos movernos en nuestros carros propios,
podemos considerar el uso del transporte público para minorar la carga vehicular en
nuestras ciudades. Estas acciones si bien son puntuales y corresponden a un actuar
individual, pueden servir para que aseguremos, aunque sea en pequeña parte una
conservación o por lo menos, un menor impacto al ambiente.

La autogestión alimentaria que se menciona anteriormente, es otra de las medidas


que se pueden tomar, en este caso para asegurar proveernos de alimentos
suficientes, sanos, seguros y evitar lo más posible continuar el agotamiento de las
tierras dedicadas a la agricultura. Quizás se trate de una medida poco conocida o
un tanto inviable, pero hay que considerar que sería aún más inviable, agotar la
fertilidad de nuestras tierras y quedarnos sin espacios aptos para cultivo, y por tanto
sin alimentos.

Si bien todo lo anterior puede parecernos algo que sólo va a impactar en nuestra
forma de alimentarnos y de transportarnos, hay que señalar que también forma
parte de la generación de un ambiente más libre y sano. Al mantenernos lo más
alejados posible de la red de contaminación y consumo, podemos empezar a comer
más sano, y a generar espacios sanos que sirvan para nuestras futuras
generaciones, sin que esto implique un gasto o un costo a la naturaleza.

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