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PROYECCIÓN DE UN SIGLO DE
DERECHO LABORAL COLECTIVO
COLOMBIANO
MARCEL SILVA ROMERO
FLUJOS Y REFLUJOS
PROYECCIÓN DE UN SIGLO DE
DERECHO LABORAL COLECTIVO
COLOMBIANO
PRESENTACION ........................................................................... 29
INTRODUCCION A LA TERCERA EDICION .................... 33
INTRODUCCION A LA PRIMERA EDICION ..................... 35
INTERVENCIÓN EN EL DÍA DEL LANZAMIENTO...... 41
CAPÍTULO I
PERÍODO 1900-1930
1o. Los inicios ......................................................................................................47
2o. El precursor del derecho laboral colombiano ..........................................48
3o. La primera norma sobre huelgas ................................................................50
4o. Hacia un socialismo revolucionario ...........................................................52
5o. Los controles legales ....................................................................................53
6o. Perseguida la lucha reivindicativa, la insurreccional
se muestra como la alternativa ...................................................................55
7o. La Confederación Obrera Nacional «CON» ............................................57
8o. La política de tierra arrasada .......................................................................58
9o. La huelga de las bananeras ..........................................................................59
10o. El desprestigio popular del gobierno .......................................................62
11o. La fallida insurrección de julio de 1929 ...................................................62
12o. El partido liberal, la nueva alternativa .....................................................63
13o. Conclusiones sobre la tercera década. .....................................................64
CAPÍTULO II
PERÍODO 1930-1945
14o. La transición hacia el liberalismo..............................................................67
15o. La ley 83 de 1931 un proyecto suprapartidista .......................................68
16o. El reconocimiento de personerías jurídica
y la reificación de los sindicatos. ..............................................................69
17o. Características de la ley 83 de 1931 ..........................................................71
7
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I. Clasificación ......................................................................................71
II. Control del Estado ..........................................................................73
III. Prohibiciones que impedirán el nacimiento
de un sindicalismo autónomo ........................................................73
IV. Limitaciones por la composición ...................................................74
V. Funciones detalladas y espacios en blanco ...................................74
18o. Diversas explicaciones de la ley ................................................................74
19o. El sector liberal lopista centraliza el sindicalismo ..................................76
20o. Se organizan los sindicatos bajo los parámetros legales ........................79
21o. La reforma constitucional de 1936 ..........................................................80
22o. La Confederación se convierte en el
Ministerio de Trabajo de López. ..............................................................83
23o. La negociación por rama de industria a través de FEDENAL
y Ferrovías fue el jalonamiento de la acción laboral .............................84
24o. Se estructura el sindicalismo político .......................................................86
25o. La derecha colombiana. ...........................................................................87
26o. El decreto 2350 ...........................................................................................89
27o. Características centrales del decreto 2350 de 1944 ................................90
I. Es un decreto más de actualización que de modernización
de la normatividad laboral ..............................................................90
II. Preferencia por el sindicato de empresa .......................................92
III. Empieza la división de los sindicatos
por el vínculo laboral .......................................................................93
28o. Opiniones sobre el decreto 2350 ..............................................................96
29o. El estatuto laboral .......................................................................................97
30o. Características principales de la parte
colectiva de la ley 6 de 1945 .....................................................................98
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26. Decreto legislativo número 939 de 1966. Por el cual se dictan disposicio-
nes de carácter laboral. .................................................................................... 640
27. Ley 48 de 1968. Por la cual se adoptan como legislación permanente algu-
nos decretos legislativos, se otorgan facultades al presidente de la república y a
las asambleas, se introducen reformas al Código Sustantivo del Trabajo y se
dictan otras disposiciones. .............................................................................. 643
28. Ley 26 de 1976. Por la cual se aprueba el Convenio internacional del
trabajo, relativo a la libertad sindical y a la protección del derecho de sindica-
ción, adoptado por la trigésima primera reunión de la Conferencia General de
la Organización Internacional del Trabajo (Ginebra 1948). ...................... 646
29. Ley 27 de 1976. Por la cual se aprueba el Convenio internacional del
trabajo, relativo a la aplicación de los principios del derecho de sindicación y
de negociación colectiva, adoptado por la Conferencia General de la Organi-
zación Internacional del Trabajo (Ginebra 1949). ....................................... 654
30. Decreto número 1469 de 1978. Por el cual se reglamentan algunas dispo-
siciones laborales. ............................................................................................. 660
31. Ley 39 de 1985. Por la cual se modifican los términos para el proceso de
negociaciones colectivas del trabajo. ............................................................. 678
32. Ley 50 de 1990. Por la cual se introducen reformas al Código Sustantivo
del Trabajo y se dictan otras disposiciones. .................................................. 683
33.Ley No. 278 de 1996. Ley de concertación de políticas salariales
y laborales. .................................................................................................. 732
34.Ley 411 de 1997. Por medio de la cual se aprueba el «Convenio 151 sobre
la protección del derecho de sindicación y los procedimientos para determinar
las condiciones de empleo en la administración pública», adoptado en la 64
reunión de la Conferencia General de la Organización Internacional del Tra-
bajo, Ginebra, 1978. ......................................................................................... 738
35. Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales
en el trabajo. 1998 ........................................................................................... 747
36. Ley 524 de 1999. por medio de la cual se aprueba el «Convenio número
ciento cincuenta y cuatro (154) sobre el fomento de la negociación colectiva»,
adoptado en la sexagésima séptima (67) reunión de la Conferencia General de
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PRESENTACIÓN
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INTRODUCCIÓN
A LA TERCERA EDICION
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INTRODUCCIÓN
A LA PRIMERA EDICIÓN
3
SUPIOT, Alain. Introducción a las reflexiones sobre el trabajo. «Revista Internacional del Traba-
jo». O.I.T., volumen 115, número 6, 1996 (Alain SUPIOT, catedrático de la Universidad de Nantes
y director de la Maison des Sciences de l’Homme Ange-Guépin).
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Según el informe presentado por el presidente de la Comisión Séptima del Senado, en un
seminario realizado en las instalaciones del Externado de Colombia el 29 de mayo de 1997, en los
últimos tres (3) años habían desaparecido en Colombia 1.200 sindicatos.
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ciones para crear derecho, y los tribunales, en cuanto el derecho legislado ga-
rantice una esfera de interpretación, contenga normas contradictorias y re-
quiera un permanente acomodamiento y perfeccionamiento en las cambian-
tes relaciones»5.
La ley y los decretos gubernamentales son piezas básicas e ineludibles, pero la
jurisprudencia será integrada dentro del cuadro normativo en la medida en
que haya influido profundamente en el desarrollo de la autonomía sindical.
Dentro de este propósito también son puntos de referencia obligados las me-
didas represivas sucedidas en la historia contra la autonomía sindical, sus efec-
tos, con la apreciación correspondiente de los escasos lapsos cuando se dio un
respiro al derecho de asociación6.
Se hace necesario ubicar el alcance de la libertad sindical que a grosso modo
comprende los derechos de asociación, negociación-contratación y huelga,
dentro de los parámetros de los convenios de la OIT y su desarrollo especial-
mente contenido en las decisiones del Comité de Libertad Sindical7 que inclu-
ye en ella los derechos a la vida, a la seguridad, a la integridad física o moral de
la persona, de reunión y manifestación, a la libertad de opinión y expresión y
a la protección contra la obtención de informaciones sobre la afiliación, activi-
dades de los sindicalistas, de los locales y bienes sindicales.
Coincide esta ubicación con un sector de la doctrina iuslaboralista americana,
encabezada por Mario de la Cueva quien ha traducido gráficamente la libertad
sindical como un triángulo equilátero cuyos ángulos son la asociación, nego-
ciación-contratación y huelga8.
A su vez, se acepta la propuesta de Sala Franco y Albiol Montesinos sobre la
integración de la autonomía sindical por las libertades de reglamentación, de
representación, de gestión interna y externa, de suspensión y disolución y la
5
DREIER, Ralf. Derecho y Justicia, Temis, Santafé de Bogotá, 1994.
6
«Con ciertas excepciones (en particular el Uruguay), los gobiernos (latinoamericanos), democráti-
cos o dictatoriales, intentan siempre mantener un firme control de los asuntos laborales. No conten-
tos con establecer un marco jurídico general, procuran así mismo determinar el modo en que deben
actuar los sindicatos, los niveles salariales y la forma de resolver los conflictos, sistema éste que
recibe el nombre de reglamentarismo» (O.I.T.
El Trabajo en el Mundo, 1992, Editorial Nueva Sociedad, Caracas, pág. 66).
7
Oficina Internacional del Trabajo. La Libertad Sindical - Recopilación de decisiones y principios
del Comité de Libertad Sindical del Consejo de Administración de la OIT, Cuarta Edición revisada,
Ginebra, 1996.
8
DE LA CUEVA, Mario. «La situación laboral de los trabajadores públicos». Derecho Laboral.
Tomo XXVII, No. 136, octubre-diciembre, 1984. Montevideo.
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SALA FRANCO, Tomás y ALBIOL MONTESINOS, Ignacio. Derecho Sindical.
3a. edición, tirant Io b|||anch, Valencia, 1994.
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Claro que el asunto en Colombia es fiel reflejo de lo sucedido con las grandes
federaciones sindicales a nivel mundial. Un dirigente sindical no podía, ni por
asomo, traspasar el umbral de la federación en la que militaba para actuar con
otros pares de filiación distinta, sin hacerse objeto de un anatema o una repri-
menda. En esta compartimentación encontrábamos una FSM comunista, la
CIOLS que «se movió entre la socialdemocracia de los sindicatos europeos y
el conservadurismo de los sindicatos norteamericanos por la otra»10 y la CMT
demócrata cristiana.
Hoy en día, ante la última arremetida del capital, tales comprensiones se des-
plazan a velocidades tanto en el mundo como en Colombia y los sindicatos
sobrevivientes van ejerciendo más autonomía frente a los partidos políticos
sin que ello signifique apoliticismo sino todo lo contrario, el establecimiento
de una nueva relación y una concepción distinta apuntalada a darle una mayor
eficacia a las luchas reivindicativas dentro de las políticas de obtención de un
mundo más justo y de la dignificación del trabajo humano.
El propósito de estas líneas es dar un criterio más, madurado en la cátedra de
la Universidad Nacional de Colombia y en la práctica social, sobre parte de
nuestra historia y realidades.
«Ciertamente, un intento de describir el estadio de desarrollo de la sociedad
no es ciencia en el sentido de la lógica de las ciencias naturales; por el contra-
rio, de lo que se trata es de obtener sobre la base de múltiples conclusiones
singulares una interpretación de conjunto, incluso de determinar ya desde un
principio con ayuda de una interpretación anticipada qué es lo que hay que
destacar como suceso-proceso en el que –como se expuso al principio– siem-
pre sigue existiendo la posibilidad de llevar a cabo otras interpretaciones dis-
tintas»11.
La discusión sobre la periodización de las actuaciones y movilizaciones de los
trabajadores, sus sindicatos y partidos es intencionalmente dejada a un lado
por no aportar mayores elementos de juicio al objeto de este estudio cual es el
explicar lo sucedido en estos años signados por el neoliberalismo.
De todas maneras, los seis capítulos de este análisis responden a la noción de
etapas de flujo y reflujo del movimiento sindical en relación con la autonomía.
10
MORENO, Juan.CC.OO. La Europa Sindical, febrero de 1997.
11
JAKOBS, Günther. ¿Ciencia del derecho: técnica o humanística? Universidad Externado de Co-
lombia, 1996, págs. 18 y 19.
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INTERVENCIÓN EN EL DÍA DEL LANZAMIENTO
DE LA PRIMERA EDICIÓN DEL LIBRO FLUJOS Y REFLUJOS
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general que permita desarrollar tanto en intensidad como en extensión, a to-
dos los trabajadores colombianos. ¿De qué les sirve a unos trabajadores
sindicalizados tener la mejor convención colectiva con grandes reivindicacio-
nes si mañana liquidan la empresa donde laboran y les roban lo que ya les
deben, sin tener mecanismos para evitarlo ante la crueldad del capital bárba-
ro? La única avenida de escape al encierro neoliberal es la participación activa
en política en todos los ámbitos y niveles del Estado y la sociedad, como
organizaciones de masas, definiendo metas y responsabilidades de acuerdo a
la democracia interna.
Me llamó mucho la atención el desarrollo social de Suecia en íntima vivencia
con el sindicalismo y por eso viajé allí para conocer la experiencia directamen-
te. Siempre mantuve la inquietud del por qué a Roosevelt (F. Delano) le fun-
cionó a la perfección su consigna de candidato presidencial en 1932 que decía
«Roosevelt quiere que todo norteamericano esté integrado en un sindicato»,
como una de las fórmulas bases que le sirvieron para sacar a su país de la gran
crisis iniciada en 1928.
Pero hay una gran diferencia histórica, las organizaciones sindicales no son
entes autónomos, con intereses y objetivos diferentes a los objetivos e intere-
ses de los trabajadores afiliados. Y allí es donde con mayor prontitud ha acudi-
do el derecho a engañarnos, ¡dizque los sindicatos son personas jurídicas igua-
les a las sociedades civiles o comerciales! con una existencia distinta a la de los
afiliados de aquellos o a las de los socios de éstas.
La sola ficción burguesa de persona natural o jurídica, como sujeto de dere-
chos y obligaciones, como abstracción del ser humano, del cuerpo humano
que no envejece, no come, no sufre, no fornica, no muere. Los sindicatos son
personas distintas de sus afiliados nos enseñaron, y reproducimos estas afir-
maciones en las aulas universitarias o en las escuelas sindicales. De ahí estamos
a un paso de aceptar que los intereses de los sindicatos son distintos, o pueden
llegar a serlo, a los intereses de trabajadores sindicalizados. En desarrollo de
esta falacia se erigen en Colombia, pero especialmente en otros países, gran-
des organizaciones gremiales de primer, segundo o tercer grado, con propósi-
tos muy alejados de los inmediatos de sus propias bases y en muchas oportu-
nidades en contradicción con ellos, cuando la misma historia obrera ha de-
mostrado lo contrario, por ejemplo, cuando se suscribe una convención colec-
tiva los derechos obtenidos se incorporan automáticamente al patrimonio de
cada trabajador sin intermediación alguna. Pero gracias a este acomodamiento
falso de la persona jurídica diferente, en algunos sitios se estructuran capas de
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conocidos sociales o reunirse algunos de los que están vigentes. ¡Tantos es-
fuerzos que se han hecho para formar una cauda política y hemos fracasado!
¿Por qué no se ha podido fundar un partido socialista? Gerardo Molina lo
explicaba, porque el liberalismo en las épocas de crisis ha corrido los mojones
doctrinarios a la izquierda – «Estos antecedentes indican que las masas pues-
tas en trance de escoger entre los dos términos – liberalismo y socialismo–
han preferido hasta ahora escoger una realidad, deficiente pero incierta, a un
ideal luminoso pero distante».
En épocas de crisis sociales, como a principios de siglo, el liberalismo abrió
atrayentes ideas de socialismo de Estado, cuando la danza de los millones
irradió la plataforma de Ibagué de 1923, frente a la movilización del Partido
Socialista revolucionario de los años 20 se presentaron como justicieros los
Olaya y López, ya en los 40 fue Gaitán, en los 60 el M.R.L. con López Michelsen
y ¿quién será hoy, en la actualidad?
No es sólo problema de lenguaje y de metas, sino de convicciones. En cual-
quier tarea política no debe su impulsor establecer qué es lo que quieren las
masas «estratégica o tácticamente» y de ahí elucubrar su plataforma, sino que
un paso previo es el consultarles a ellas mismas cuáles son realmente sus de-
seos y sus pensamientos para proponer las consignas de acción respectivas.
En esto acierta mi maestro y presidente de tesis de grado Gerardo Molina, la
promesa de paraísos futuros la ahogan las ofertas por obtener unos míni-
mos mejoramientos a nivel inmediato, así sean puramente estomacales.
Mi consigna es: envolvámonos en masas organizadas para seguir alimentando
nuestro común sueño de libertad y justicia social.
Definitivamente soy un adicto al derecho de asociación.
Muchas gracias por su presencia.
Febrero de 1999.
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CAPÍTULO I
PERÍODO 1900-1930
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Cuando Panamá era parte del territorio colombiano la actividad huelguística y sindical en ese
Departamento se inició con más de medio siglo de anticipación. Los trabajadores de la Pacific Mail
Stream Ship Company los días 6 y 22 de septiembre de 1853 y 9 de agosto de 1855 se declararon en
huelga pidiendo aumentos salariales, los trabajadores del Ferrocarril construido entre 1850 y 1855
se fueron a huelga el 19 de mayo de de 1886 y el 6 de febrero de 1869, el 22 de abril de 1880 lo
hicieron los cigarreros de ciudad Panamá, el 1º de agosto de 1880 tiene lugar la tercera huelga de los
ferroviarios, el 24 de febrero de 1881 y en los meses de abril y agosto de 1985 recurrieron a la huelga
los obreros de la compañía francesa del canal, el 3 de noviembre de 1883 y 17 de julio de 1985 los
trabajadores del Ferrocarril y de los muelles (Rolando Murgas Torraza. La huelga en Panamá en el
libro ‘La huelga en Iberoamérica – Aele - Lima. 1996 - pag. 161).
13
Algunos autores como Ignacio Torres Giraldo ubican el origen de los sindicatos en las sociedades
democráticas de mitad del siglo XIX. Verse de TORRES Giraldo, Ignacio ‘Historia de la rebeldía de
las masas’,’ Síntesis de Historia política de Colombia’ y – Los inconformes – Tomo I - ed. Margen
Izquierdo
14
Apoyado por las recientes sociedades democráticas de artesanos, el general José María Melo da
golpe de Estado el 17 de abril de 1854 para adelantar reformas que permitan desarrollar incipientes
industrias a las que se oponen comerciantes y terratenientes, iniciándose una guerra civil que dura 8
meses. Vencido el nuevo gobierno, los artesanos sobrevivientes son desterrados a climas insalubres
donde murieron por fiebre amarilla y diarrea.
15
«Don José María Plata, en su Memoria de Hacienda de 1854, se regocija del colapso causado a la
incipiente industria del Oriente por la importación de textiles. Veamos sus exactas palabras: ‘Así, ya
se ve, por ejemplo, que las provincias del interior que acostumbran fabricar gran cantidad de telas
ordinarias y aun groseras (el subrayado es nuestro), para el uso de la gente trabajadora y para los
pobres de toda clase y sexo, van abandonando ese trabajo para reemplazarlo por otros más produc-
tivos, los cuales han dado a esos brazos y esos capitales inversión más lucrativa; los habitantes que
consumían esas telas tan imperfectas , se han puesto en capacidad de usar otras mejores que reciben
del extranjero (el subrayado es nuestro) y que un trabajo más afortunado pone a su alcance con
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URIBE URIBE, Rafael. Socialismo de Estado, conferencia del Teatro Municipal en 1904. Edito-
rial Stella, Bogotá D. E., folleto sin año de edición.
19
Las medidas de socialismo de Estado propuestas fueron: 1º Cambiar el modo de elección del
Senado para convertirlo en una verdadera Cámara del Trabajo. 2º Reforma del sistema tributario. 3º
Alterar el orden legal en las sucesiones. 4º Intervención del Estado para reglamentar el trabajo. 5º
Mejorar la asistencia pública. 6º Protección racional a las industrias nacionales. 7º Participación de
los obreros en las ganancias de las empresas. 8º Organización de cajas de ahorros. 9º Instrucción
gratuita y obligatoria. 10º Bancos de anticipos e hipotecarios. 11º Desarrollo de seguros y coopera-
tivas. 12º Control de precios. 13º Reforma agraria, estilo Gladstone destinando una parte del canon
de arrendamiento de la tierra como pago para la compra de la misma, asegurando contratos de
duración fija y larga. 14º Creación del Ministerio de Agricultura. 15º Combatir el alcoholismo. 16º
Enseñanza técnica primaria y secundaria. 17º Arte y recreación popular. 18º El salario no sólo debe
ser para la subsistencia. 19º Servicio militar obligatorio.
20
MOLINA, Gerardo. Las ideas liberales en Colombia. Ediciones Tercer Mundo. Bogotá, 1971.
pág. 304.
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21
Las regiones atlántica, antioqueña, santandereana, central y caucana.
22
«La producción nacional debía consumirse en su sitio de origen; el río Magdalena decidía el
ámbito del consumo de la mercancía importada. Solo a falta de una conexión con el río, ocurría la
hazaña onerosa del transporte a lomo de mula o a espalda del indio carguero. A donde el río no
llegaba se imponía el proteccionismo como una fatalidad; a donde el río llegaba se imponía el
librecambio, por encima de los ideales de la Regeneración» (SOJO, José Raimundo – op. cit. pag.
79).
50
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23
ARCHILA, Mauricio. La Clase Obrera Colombiana 1886-1930. Nueva Historia de Colombia,
Vol. III, Capítulo 9, pág. 226.
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24
TORRES GIRALDO, Ignacio. Los inconformes, Tomo III, ed. Margen Izquierdo, 1973. Bogotá,
pág. 106.
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Para el gerente de la Tropical Oil Company, en el movimiento y huelga de 1924 en Barrancabermeja,
la ley prohibía que sus trabajadores recurrieran a ella por encontrarse los yacimientos petroleros en
la expresión legal de «minas» de la Nación, aunque el abogado de la petrolera no lo considerara así
jurídicamente.
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26
URIBE, María Tila. Los años escondidos. Cestra, Bogotá, 1994.
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«Danza de los millones»: 1o. Al fin el gobierno norteamericano pagó los 25 millones de dólares
por el valor de las instalaciones que Colombia tenía en la zona del canal de Panamá de conformidad
con el tratado Urrutia Thompson. 2o. Los 200 millones de dólares que supuestamente se invirtieron
en ferrocarriles, carreteras, energía eléctrica y obras públicas. 3o. Las inversiones en los llamados
enclaves extranjeros como las bananeras del Magdalena, la Tropical Oil en Barrancabermeja, la
Choco Pacífico».
28
Las leyes dictadas en virtud de las recomendaciones de esa comisión fueron: ley 20 de 1923
(orgánica del papel sellado y timbre nacional), ley 25 de 11 de julio de 1923 (orgánica del Banco de
la República), ley 31 del 17 de julio de 1923 (por la cual se fija el número y la nomenclatura de los
ministerios), ley 34 del 18 de julio de 1923 (sobre la formación y fuerza restrictiva del presupuesto
nacional), ley 36 del 19 de julio de 1923 (sobre administración y recaudación de rentas nacionales),
ley 42 del 19 de julio de 1923 (sobre reorganización de la contabilidad nacional y creación del
departamento de contraloría), ley 45 del 19 de julio de 1923 (sobre establecimientos bancarios), ley
46 del 16 de julio de 1923 (sobre instrumentos negociables), ley 100 del 12 de diciembre de 1923
(crea el departamento de provisiones y se dictan otras disposiciones).
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29
Entrevista hecha personalmente a Carlos Cuéllar. Torres Giraldo con una visión eminentemente
gremial afirma en Los Inconformes que la creación del P.S.R. fue una decisión espontánea, no pre-
parada. Carlos Cuéllar nos contó que sí estaba preparada tal proposición pero no le habían dicho
nada a Torres por el temor a que la divulgara antes de tiempo y fuese saboteada por los llamados
anarquistas.
30
Los trabajadores del ferrocarril del Pacífico, cuyas líneas iban desde Calarcá hasta Popayán y Cali
a Buenaventura, le presentaron un pliego de peticiones al gerente de la empresa general Vásquez
Cobo, aspirante a la presidencia de la República, quien lo rechazó bajo el argumento de que la
comisión de los trabajadores no traía los poderes de representación de cada uno de ellos, exigencia
de conformidad con las leyes 78 de 1919 y 21 de 1920, en aplicación de la teoría del mandato. Por
el grado de organización de los trabajadores, los dirigentes no se sintieron amilanados
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por ese rechazo sino estimulados y no pidieron ni esperaron los términos legales. En tres días se
desarrolló la gran huelga de los ferroviarios del Pacífico que es uno de los movimientos huelguísticos
más impactantes en la historia de Colombia, organizada por un equipo de socialistas liderados por
Torres Giraldo desde el periódico ‘La Humanidad’. Se paraliza todo el occidente colombiano, no
sólo el transporte sino también las actividades en los pueblos y ciudades que se hallan sobre la vía,
ejerciendo control sobre la ciudadanía para evitar desmanes. A los tres días de huelga, que la prensa
dimensionó a extremos fantásticos, el Congreso de la República, desde Bogotá, ordena arreglar el
movimiento y unos trabajadores obtienen por primera vez jornada de trabajo de ocho horas, descan-
so dominical remunerado, escuelas para los trabajadores e hijos de trabajadores, anjeos para las
viviendas y otros puntos de importancia.
58
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34
LEGRAND Catherine - «El conflicto de las bananeras» (en Alvaro Tirado Mejía (comp.), Nueva
Historia de Colombia, vol. III. Bogotá: Planeta Colombiana, págs. 183-218.
35
«Los restantes pedimentos se referían a un aumento de salarios y a contratos colectivos en vez de
contratos individuales; esta última petición suponía el reconocimiento del sindicato. También se
negó la compañía a considerar estas peticiones en lo cual parece que los representantes del gobierno
estuvieron de acuerdo, ya que consideraban que los salarios estaban determinados por la Ley de la
oferta y la demanda de una parte, y que por lo demás, en sí mismos no eran malos para la situación
económica reinante» (GONZALEZ Charry, Guillermo – Derecho Colectivo de Trabajo – Tomo I –
ediciones Rosaristas – Bogotá – 1978 – pág. 160).
36
Los puntos del pliego de peticiones son: reconocimiento de su calidad de obreros de la compañía
y por consiguiente la obtención de los derechos consagrados en las leyes laborales vigentes, tales
como el seguro colectivo, pago por accidentes de trabajo, descanso dominical remunerado, facilida-
des de vivienda y de hospitalización, aumento de salario y contratos colectivos de trabajo y no
contratación individual, lo que significaba reconocimiento del sindicato.
61
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«Este desastre no tiene explicación jurídica ni política aceptable. Cierto que ley 78 de 1919, único
instrumento con que se contaba entonces, era deficiente; pero tenía con todo, instrumentos y posibi-
lidades de interpretación adecuada que hubieran facilitado un tratamiento del problema. Además se
trataba de una empresa privada, de suerte que ni siquiera existía el pretexto de que tratara de un
servicio público. Fue, más que todo un problema de mentalidad y de praxis gubernamental. Una
respuesta inadecuada y bárbara, pero al criterio oficial imperante de que cuanto sonara a socialismo
debía ser aplastado a cualquier precio» (GONZALEZ Charry, Guillermo – op. cit. pag. 163).
38
URIBE, María Tila.Op. cit.
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Resumen
Después de la guerra de los mil días los partidos liberal y conservador sufrie-
ron un desprestigio casi total entre la población. Mientras un sector de las
masas guerreó detrás de la bandera roja que significaba revolución por el
federalismo, por la separación iglesia Estado, por las libertades públicas, otro
sector de ellas contraatacó detrás del pendón azul por defender el centralismo,
el estado católico, el autoritarismo, pero en definitiva, independientemente del
color de la divisa seguida, la miseria y el hambre fueron el resultado para la
inmensa mayoría de colombianos. También fue evidente el aceleramiento de
la concentración de la propiedad, especialmente la agraria y la financiera, en
pocas manos.
Mientras a principio de siglo en otros países de Latinoamérica se deshacían los
partidos liberales y conservadores, propios de la centuria anterior, para dar
paso a agrupaciones renovadas cuyas fronteras se definían por adelantar u
oponerse a progresos sociales, en Colombia el partido liberal termina absor-
biendo todos los ímpetus renovadores, ya sea lanzando plataformas de socia-
lismo de Estado, aprobando programas de avanzada como el de Ibagué en
1923 o planteándose en 1930 como alternativa social frente a la represión
conservadora y ante la desaparición de los socialistas revolucionarios.
65
MARCEL SILVA ROMERO
Los hechos que dieron lugar al nacimiento de la clase obrera y de las organi-
zaciones de los trabajadores se sucedieron tan vertiginosamente, en medio de
una brutal y sangrienta represión, que no dieron tiempo a la elaboración de
refinados proyectos y estructuradas plataformas de acción, sino a duras penas
a dar las respuestas inmediatas a la agresión que lógicamente adolecían de
improvisación y de ensueños.
Pero lo actuado por los socialistas revolucionarios era la respuesta más viable
y posible dentro de las condiciones del período. Por ello la calificación precipi-
tada de «putchistas» o anarcosindicalistas que les imputaron a los dirigentes de
la época demuestra el poco conocimiento de la realidad y la época de quienes
así los señalaron.
Dentro de este período tan convulsivo, los trabajadores y sus dirigentes no se
pusieron a pensar en sindicatos reconocidos por el Estado y reglamentados
hasta el detalle sino que utilizaron una gama muy amplia de imaginativas for-
mas de organización aptas para desarrollar las luchas del momento. Pocas de
ellas sobrevivieron.
66
CAPÍTULO II
PERÍODO 1930-1945
39
URIBE, María Tila. Op. cit., Capítulo XII.
40
MEDINA, Medófilo. Historia del Partido Comunista de Colombia. CELS. Bogotá, 1988.
41
SÁNCHEZ, Gonzalo. Los bolcheviques del Líbano. Pandora, ECOEX, Bogotá, 1981.
42
«Si la lucha contra tales asaltos al patrimonio nacional no tuvo la amplitud que era de esperarse,
fue porque la bandera contra las negociaciones de Olaya, apareció en las manos de la reacción y
porque el partido que sucedió al partido socialista revolucionario se aisló de la clase obrera y de los
sectores populares para dedicarse a estéril lucha interna para destruir a María Cano, Torres Giraldo
67
MARCEL SILVA ROMERO
68
Fue una auténtica alianza de clase o de intereses comunes los que viabilizan la
aprobación de la ley.
69
MARCEL SILVA ROMERO
margen de acción muy reducido. Es decir, la élite admite los sindicatos pero
dentro de sus parámetros y con el establecimiento de controles rápidos y efi-
caces.
El primer requisito para que un grupo de trabajadores pudieran desarrollar
acciones reivindicativas radica en la obtención del reconocimiento guberna-
mental de la personería jurídica.
Para los teóricos de aquella época, las ventajas prácticas que trae el atributo de
la personalidad son: 1º Los bienes aportados en sociedad no se hallan indivi-
sos entre los asociados, sino que forman un patrimonio distinto del de cada
uno de los socios. 2º La sociedad puede comparecer en juicio por sus gerentes
o administradores y 3º la sociedad es capaz de adquirir toda clase de derechos
patrimoniales.
Obviamente para las sociedades no era necesario cumplir con la obtención de
este reconocimiento. Para los sindicatos va a ser una exigencia absolutamente
indispensable el reconocimiento de la personería jurídica para poder actuar
válidamente durante el lapso que gozara de tal consentimiento estatal.
La dirección ideológica que logran darles los grupos dominantes a los trabaja-
dores para que ‘civilicen’ sus luchas radica centralmente en la aceptación de
esta vigilancia estatal que en el transcurso de los años, por ausencia de crítica
jurídica, va a llevar a la dirigencia sindical a considerarse en el mismo plano de
manejo que las sociedades civiles o comerciales, pues también las organizacio-
nes sindicales son ‘personas jurídicas’, distintas de los afiliados.
Este proceso de objetivización, como lo denominan los tratadistas españoles,
ya no solo cubre a ‘la fuerza de trabajo’ sino también a los ‘sindicatos’, que
poco a poco van a recibir el tratamiento de personas reales, distintas de los
afiliados, lo que va a facilitar en un futuro no muy lejano la comprensión por
parte de las bases de que los del sindicato son únicamente los integrantes de
las juntas directivas. De allí no hay sino un solo paso a considerarse los direc-
tivos como los manejadores de los bienes y derechos del sindicato, entre ellos
la suscripción de convenciones colectivas de trabajo que pierden la naturaleza
de ser el derecho de negociación de cada trabajador, incrustado en su contra-
tos de trabajo, para dar paso a la teoría organicista de que ese derecho es
atributo exclusivo de la organización y solo puede ser manejado por la que lo
suscribió, así en el futuro los trabajadores estén reunidos en sindicato distinto.
70
FLUJOS Y REFLUJOS
I. Clasificación
industriales
de primer grado gremio
oficios varios
de trabajadores
territoriales
de segundo grado: federaciones
industriales
profesionales
Aquéllos así fueron definidos: «Artículo 3o. Los sindicatos son gremiales o
industriales. Los primeros son formados por individuos de una misma profe-
sión, oficio o especialidad; los segundos, los formados por individuos de va-
rios oficios, profesiones o especialidades que contribuyan en la preparación,
elaboración o explotación de un mismo producto en una misma empresa».
71
MARCEL SILVA ROMERO
72
FLUJOS Y REFLUJOS
74
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46
CAICEDO, Edgar. Historia de las luchas sindicales en Colombia. CEIS, 1971, pág.77.
47
TORRES GIRALDO, Ignacio.Los Inconformes, vol 4. Editoriales UNINCCA, Bogotá, 1974,
págs. 209 y 210.
48
MONCAYO, Víctor Manuel y ROJAS, Fernando. Luchas obreras y política laboral en Colombia.
La Carreta, Medellín, 1978.
49
URRUTIA MONTOYA, Miguel. Historia del sindicalismo en Colombia. Ediciones Universidad
de los Andes, Bogotá, 1969, pág. 142.
75
MARCEL SILVA ROMERO
que las clases trabajadoras habían adquirido por sus luchas y por el rol que
desempeñaron en el debate de 1930, ya que gracias al voto de ellas el candida-
to de la coalición obtuvo la victoria en las grandes ciudades. Se trataba de
reconocer esas batallas y de retribuir esos servicios, por lo cual no pueden
estimarse los logros de que vamos a hablar como un gesto paternalista del
gobierno, aunque bien es posible que algunos dirigentes buscaran de ese modo
incorporar a los inconformes al sistema que se estaba estructurando y atenuar
el alcance clasista de sus reivindicaciones.
«Las ventajas conseguidas pueden verse en dos direcciones: en la jurídica, el
espíritu intervencionista que hemos mencionado se manifestó en la ley 83 de
1931 que reconoció y reglamentó el fenómeno sindical, en la 105 del mismo
año sobre inembargabilidad de algunos salarios, en la 134, también de 1931,
sobre cooperativas. En 1932 se legisló sobre jubilación de empleados y obre-
ros ferroviarios. En 1934 se estableció por el decreto 895 la jornada de ocho
horas y por la ley 10 se consagraron en favor de los empleados particulares las
prestaciones de vacaciones, el auxilio de enfermedad y la cesantía por despido
injusto»50.
Una rápida ojeada permite deducir algunas líneas generales del accionar liberal
durante este período de gobiernos liberales.
50
MOLINA, Gerardo. Op. cit., Tomo II. Tercer Mundo, tercera edición, marzo 1979, pág. 247.
51
La huelga de revancha de las bananeras, sobre la que se lanzó un manto de silencio histórico, ‘por
no asustar a la derecha’, fue una inmensa movilización de los trabajadores y habitantes de la zona
76
FLUJOS Y REFLUJOS
bananera, con la solidaridad huelguística de sindicatos del resto del país, como los del río Magdale-
na. Se inició el 10 de diciembre de 1934, en medio de la expectativa de los trabajadores del país y del
miedo de los habitantes de la región quienes tenían recientes sus recuerdos de la masacre de 1928 en
la que cayeron sus familiares y amigos, pero al darse la ‘hora cero’ se empaparon de un espíritu de
revancha, con inesperado grado de combatividad, lo que obligó al recién posesionado gobierno de
López Pumarejo a intervenir, hasta que un mes después se logra un arreglo.
52
Los partidos comunistas dirigidos por el PCUS consideraban más nefastos para la revolución los
partidos social demócratas que los mismos partidos de los reaccionarios por cuanto representaban la
ideología de la burguesía en las filas del proletariado y eran el enemigo número uno a desalojar de
los campos de la revolución. Pero ante el avance del fascismo en Europa, el VII Congreso de la
Internacional Comunista da un viraje en la táctica y ordena a los comunistas hacer frentes populares
con las fuerzas socialdemócratas y partidos de la burguesía antifascista.
53
Asociación Patriótica Económica Nacional, con su periódico ‘La Razón’, aglutina comerciantes y
terratenientes liberales y conservadores.
54
Por resolución ejecutiva Nº 271 de 1937 el gobierno reconoce la personería de la Confederación
Sindical de Trabajadores de Colombia ‘CSTC’ y por resolución ejecutiva Nº 112 del 18 de octubre
de 1943 se reconoció su cambio de razón social a Confederación de Trabajadores de Colombia
‘CTC’.
77
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55
TORRES GIRALDO, Ignacio. op. cit, vol III, pág. 282.
56
«...Con lo cual Gaitán se confesaba públicamente equivocado, regresaba humilde y contrito al
seno del liberalismo, del que se había apartado con tanta arrogancia, y entregaba su trabajo, su
porvenir, su energía por un plato de lentejas: ¡por una vil candidatura! La contumelia cayó sobre él
como una tormenta. Desde el periódico, la tribuna, el folleto, el libro, desde todos los ángulos del
despecho y del fracaso, se lanzaron sobre él para sostener que la inclusión en la lista oficial no eran
(sic) sino el pago de una deserción». OSORIO LIZARAZO, J. A. Gaitán. vida, muerte y permanente
presencia. Ediciones López Negri. Buenos Aires, 1952, pág. 175.
57
En materia social los puntos más destacados de la plataforma unirista son: formación de una
asamblea constituyente, abolición del latifundio, expropiación por el Estado de las tierras no cultiva-
das para ser repartidas entre quienes la trabajen en forma cooperativa, estabilización en el trabajo,
creación del seguro social, creación del código del trabajo, creación de la judicatura social con
representación directa de las clases trabajadoras, eliminación de la oficina del trabajo, intervención
de los trabajadores en las directivas de las empresas, normalización y fomento de la unidad sindical
de los trabajadores, expedición de leyes sobre trabajo minero.
78
FLUJOS Y REFLUJOS
79
MARCEL SILVA ROMERO
lismo debe desatar toda una campaña ideológica para obtener la aceptación de
la ley por parte de dirigentes y bases del obrerismo, como se le decía en aque-
llas épocas.
El gobierno liberal no logró con la sola expedición de la ley 83 de 1931
«feudalizar», «elitizar» o «liberalizar» los sindicatos. Fue una tarea que abarcó a
los cuatrenios de Olaya, los dos de López y el de Santos. La ley no fue acepta-
da por los trabajadores inmediatamente y en muchos casos ni siquiera le die-
ron importancia. Pero una constante penetración ideológica, más que política,
lograría que los trabajadores, después de varios años, no llegaran a pensar en el
derecho de asociación si previamente no podían lograr o tener ante sus ojos
una «personería jurídica». Un ejemplo es el citado por Urrutia sobre la inter-
vención del inspector de trabajo en las peticiones de los trabajadores de Feni-
cia. El otro es la USO, para muchos una organización emblemática por su
combatividad: las huelgas de 1924 y 1927 terminan en masacre, pero en di-
ciembre de 1935 los petroleros de Barrancabermeja realizan la victoriosa huelga
de desquite frente a la Tropical Oil Company59. Ahora bien, sólo después de 6
años de expedida la ley, en 1937, la USO solicitará el reconocimiento de su
personería jurídica.
59
«Por esto la USO ha sido la sede de las más audaces empresas nacionalistas y a ella han acudido
todos los revolucionarios del país a hacer su praxis revolucionaria. Esto ha conducido muchas veces
al error de pretender dirigir la lucha revolucionaria desde Barranca sin contar con el resto del país,
ni consultar con las bases, ni buscar la necesaria solidaridad de los demás sectores obreros» (MON-
TAÑA CUÉLLAR, Diego. op. cit.).
80
FLUJOS Y REFLUJOS
El artículo 17 del acto legislativo número 1 de 1936 que versa sobre la obliga-
ción social del trabajo y su especial protección, lo analizó así uno de los
constitucionalistas más importantes de la década de los 40:
«Esta reforma fue tomada del artículo 46 de la Constitución española, que a su
vez fue tomada del 137 de la alemana.
«Así como el artículo 10 consagra la garantía del capital, este artículo la otorga
al trabajo de una manera especial...
«El Ministro de Educación, doctor Echandía, consideró que este artículo era
una declaración simplemente platónica, inútil, porque no tenía consecuencia
jurídica alguna, a lo cual replicó un representante izquierdista que una Consti-
tución era una de las formas de educación de la ciudadanía, porque venía a
orientar la opinión pública y a transformar la mentalidad de las gentes, tenden-
cia que efectivamente se observó en muchas de las abrogadas constituciones
de la post-guerra»60.
A la constitucionalización del derecho de huelga se le dio un alcance muy
limitado: «El derecho de huelga fué (sic) consagrado en Colombia por los
Congresos de 1918 y 1921, sin necesidad de reforma constitucional. Si en
1936 se creyó necesario dictar el inciso 2o. comentado, fué (sic) por haberse
elevado a obligación social el trabajo, y constituir, por tanto, la huelga, o sus-
pensión temporal de aquél, una excepción a lo dispuesto en el artículo 40 de la
Codificación, y sobre todo para establecer que en los servicios públicos no se
reconoce ese derecho»61.
Pero a esta reforma constitucional hay que darle una interpretación sistemáti-
ca. El nudo gordiano a romper para facilitar la entrada a un nuevo régimen
constitucional fue si la propiedad era o tenía una función social.
El debate llegó al rojo vivo y se obtuvo el objetivo por la necesidad económica
del país de romper el latifundio improductivo, por la férrea voluntad del lopismo
en crear las bases de un desarrollo industrial dentro de la concepción del
intervencionismo de Estado y del proteccionismo y por el fuerte apoyo de las
organizaciones sociales populares.
Esa función social de la propiedad no tanto va a abrir las puertas jurídicas
como sí la aceptación social de las obligaciones de los propietarios y lógica-
60
TASCON, Tulio Enrique. Derecho Constitucional Colombiano. Tercera edición. Editorial La Gran
Colombia, Bogotá, 1994, págs. 113 y 114.
61
TASCON. Ibíd., pág. 121.
81
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82
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62
«En los primeros dias de abril, líderes anarco– sindicalistas y liberales de izquierda improvisan un
paro de braceros portuarios en Barrancabermeja. Por solidaridad paran también algunos trabajado-
res de la Tropical Oil Company, en la localidad, quienes, provistos de pliego de reclamos, ¡tratan de
arrastrar a la huelga a todo el personal de petroleros¡. Naturalmente, la plaza es reforzada con nuevos
contingentes del ejército y la policía. Por unos días hay cierta agitación local, pero el movimiento
decae, y finalmente las gentes regresan a sus labores, luego de algunos incidentes con grupos adictos
a la Troco y la policía» (TORRES Giraldo, op. cit. vol 5 pag. 159).
63
El 10 de febrero de 1938 la Uso presentó un pliego de peticiones a la Troco quien lo rechazó 10
días después, el 8 de abril se inició el paro, el 10 de abril llegó el ejército a Barrancabermeja. «El
obrero Manuel Francisco Hernández activista sindical de aquélla época, se refiere a la masacre del
12 de abril de 1938 en los siguientes términos: ‘Para ese día nos reunimos en el parque a escuchar el
informe del doctor Diego Luis Córdoba. Asistimos con las esposas y los hijos. Hablaba el Dr. Cór-
83
MARCEL SILVA ROMERO
doba cuando la policía que nos había cercado, sin aviso ninguno comenzó el abaleo. Yo ví caer
varios compañeros heridos. Dicen que hubo muchos muertos, pero yo no los vi porque el ejército
despejó la plaza y no permitió que nadie se acercara. Al día siguiente me llegué al parque y vi
manchas de sangre, además de un reguero de cotizas, carteras, zapatos y objetos abandonados por
las gentes en la huida. En todo caso yo sí estoy seguro de que hubo muchos muertos’. Solo el
compromiso político de la dirección de la C. T. C., explica el silencio arrojado sobre este genocidio.
Si bien el presidente López no asumió en este caso la actitud pública de verdugo de los trabajadores
que asumió Abadía Méndez en 1928 respecto a los de la zona bananera, defendiendo a los responsa-
ble, también es cierto que no hubo castigo para ellos» RODRÍGUEZ VILLA, Fabio. Petróleo y
lucha de clases en Colombia. De. Suramericana Ltda. Bogotá, 1975, págs. 76 a 82.
84
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64
TORRES GIRALDO, Ignacio. Op. cit., Tomo V, págs. 220 y 221.
85
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res se han dirigido a nuestro victorioso Caudillo (Franco) pidiendo ayuda para
realizar en este país una revolución similar a la nuestra ...» 65.
Sin pretender ocultar la crítica a una serie de negociados que se dieron en este
periodo por familiares del presidente, no se puede desconocer, para el futuro
de Colombia, la gravedad de las intenciones y métodos de la derecha. Que sea
el mismo presidente López en su ‘Carta a los Conservadores’ del 12 de julio
de 1944 quien sopese la situación: «No puede seguir sucediendo que el Estado
pague, con los dineros de los contribuyentes, sueldo a los agentes de un direc-
torio subversivo, con el pretexto de que están vigilando la función del sufra-
gio… No puede seguir pesando sobre la vida pública la amenaza de convertir
a los servidores del Estado en inermes víctimas de la calumnia, en persegui-
dos sin amparo cuyas propias familias han de vivir bajo el imperio de la male-
dicencia y el atropello de los sagrados fueros de la intimidad. No es admisible
que en Colombia la extorsión, el ultraje anónimo, el chisme, la injuria se utili-
cen libremente como armas usuales de la oposición, como si todo recurso
fuera lícito y decente en la lucha política. Nuestra Patria tiene que dejar de ser
la única parte del mundo civilizado en donde se hace el elogio, la defensa y la
incitación al asesinato como medio recomendable para resolver los conflictos
de los partidos políticos. Y donde se habla de guerra civil como otro medio
legítimo de adquirir el poder, con la sola limitación de lamentar que sea impo-
sible realizarla»66.
A sangre y fuego plantea el conservatismo llegar al poder para combatir las
reformas liberales. En esta campaña, desde hace rato, tiene simpatías un sec-
tor del liberalismo.
López que había sido elegido con el apoyo eficaz de estudiantes y trabajadores
se comprometió con los intereses populares, lo que lo convierte en un enemi-
go de los sectores de privilegios tradicionales67.
65
CHASE Alan – ‘Falange ejércto secreto del eje en América’: – Ed. Caribe – La Habana – 1943
– pag. 206.
66
LOPEZ Pumarejo, Alfonso – Carta a los conservadores – julio 12 de 1944 – Bogotá Recopilación
discursos de Alfonso López – sin pie de imprenta.
67
El compromiso, fuese real o no, expresado en el discurso en la Plaza de Bolívar del 19 de febrero
de 1944 dejó atónitos no solo a muchos colombianos, sino también a las embajadas. Así terminó:
«¡Pueblo de Bogotá!, resumen, cifra, síntesis de pueblo de la República. En la presidencia he queri-
do ser un abogado, un representante y un vocero de todos los intereses humildes de la gran masa de
colombianos que me dieron su mandato; pero mi mayor deseo es confundirme con vosotros, senci-
llamente, sin títulos, sin jefaturas, sin privilegios, a llevar, como vosotros, el peso de los deberes de
un buen ciudadano. Mil gracias amigos por vuestra adhesión. Mil gracias por vuestro apoyo.
Acompañadme a formular un cálido voto por la grandeza y la paz de la República».
88
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68
ARRIAGA ANDRADE, Adán. La reforma laboral de 1944. «Derecho Social». Colegio de Aboga-
dos del Trabajo de Colombia, No. 27, octubre 15 de 1987, pág. 19.
89
MARCEL SILVA ROMERO
Por ser más que necesario reproduzco lo que adelante continúa relatando el
insigne maestro: «Pero pocos días después me sorprendió una llamada telefó-
nica de Palacio; era la voz del presidente: ‘Qué hubo del decreto?’ ‘De cuál
decreto, señor Presidente?’, le contesté. ‘Pues del que me habló en Consacá,
sobre actualización de las leyes laborales’ fue su respuesta»... «...Orgullosos del
fruto de nuestro esfuerzo colectivo llevé el proyecto de decreto extraordinario
al primer Consejo de Ministros subsiguiente y allí fue Troya: intervino el Mi-
nistro de Gobierno y primer Designado, Darío Echandía, para felicitarme por
la iniciativa de modernizar nuestras desuetas instituciones laborales pero des-
cartando rotundamente la pretensión de utilizar las facultades provenientes de
estado de sitio con el fin de redactar esa clase de reformas legislativas extrañas
al restablecimiento del orden público. A pesar del respeto, la admiración y el
afecto que los liberales de izquierda le profesábamos al ‘Maestro’, como lla-
mábamos por antonomasia a Echandía, insistí en el proyecto arguyendo que
mi propia experiencia parlamentaria como miembro de las comisiones labora-
les hasta la víspera de mi posesión como Ministro del ramo me habían con-
vencido de la imposibilidad de vencer, por la vía ordinaria, la resistencia patro-
nal a ese tipo de reformas».
69
CORREA, Francisco Antonio. Codificación Colombiana del Trabajo. Librería Colombiana
Camacho Roldán & Cía. Ltda. Bogotá, 1947.
90
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empresa
gremiales
oficios varios
de primer grado
de empleados públicos
(sin negociación, huelga o
fuero)
Sindicatos de
de todos los demás
trabajadores
trabajadores
federaciones
de segundo grado
(sin clasificación)
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lencia, en virtud de la cual el empresario se compromete a contratar tan sólo a trabajadores afiliados
a uno o algunos sindicatos. Sus variantes más conocidas son las de pre-entry closed shop y post-
entry closed shop, en función de que la afiliación se exija con carácter previo a la contratación, o
después de un determinado período de tiempo. En Gran Bretaña se llego a definir legalmente como
Union Membership Agreement (UMA, acuerdo de afiliación sindical). Maintenance of Membership
(mantenimiento de la afiliación). Normalmente complementaria de la anterior, en el sentido de que
exige del trabajador, y subsidiariamente del empresario, que se mantenga la afiliación al sindicato
mientras dure la relación laboral o el acuerdo de seguridad sindical. Union Shop (taller sindicato).
Terminología norteamericana para designar la modalidad de post-entry closed shop. Service / Due
fee (servicios / honorarios debidos). Modalidad de agency shop, por la que no se abona la totalidad
de la cuota sindical sino el costo de lo que representa la negociación y administración del convenio
que beneficia al trabajador no afiliado. También conocida como Fórmula Rand. Yellow dog. Cláusu-
la contractual por la que el trabajador se compromete a no afiliarse a ningún sindicato mientras
exista la relación laboral.
73
«… en la era de la tolerancia solamente existía el derecho civil como ordenamiento regulador de las
relaciones entre particulares, por lo tanto, la única figura que podía legitimar la relación colectiva de las
asociaciones obreras y los empresarios, era el contrato; y se le dio el nombre de colectivo porque se
aplicaba a una colectividad de trabajadores» (De la Cueva Mario – op. Cit. Tomo II - pág. 376).
74
Mario de la Cueva trae a colación parte de la exposición de motivos de la ley mexicana:«Al
redactar el proyecto se analizó la conveniencia de cambiar el término contrato colectivo de trabajo
con el de convención colectiva de trabajo, pero se llegó a la conclusión de que era preferible conser-
var la primera denominación por estar generalizada en la ley, en la jurisprudencia, en la doctrina y
entre los trabajadores y patronos. Se consideró, además, que la denominación no afecta la naturale-
za de la institución» (De la Cueva Mario – op. Cit. Tomo II - pág. 307).
75
«En cuanto al nombre, hace tiempo que la crítica y la doctrina han reproducido el indebido uso del
término contrato colectivo para las convenciones colectivas. El origen de este nombre hay que en-
contrarlo, según Gallart y Folch, en la traducción del término inglés ‘Collective Bargain’ usado por
primera vez por Beatriz Pottek en su obra ‘The Cooperative movement in Great Britain’ en 1891. Ya
veremos, a su debido tiempo, cómo la legislación colombiana, apartándose en este punto de otras
legislaciones, hace una clara distinción entre la convención colectiva y el contrato colectivo de
trabajo, dando a cada uno de ellos unas modalidades específicas que justifican su separación y
clarifican su entidad correspondiente» (GONZALEZ Charry, Guillermo - «Derecho Colectivo del
Trabajo» - Tomo I Estructura Sindical - Ediciones Rosaristas - 1978- pag. 161).
94
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78
Jornada, 23 de noviembre de 1944.
79
ARENAS MONSALVE, Gerardo. Op. cit., pág. 7.
80
GONZÁLEZ CHARRY, Guillermo. Derecho Colectivo del Trabajo. Tomo I. Ediciones Rosaristas.
Bogotá, 1978, pág. 194.
96
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con la aplicación de los decretos, habrá tiempo para conocer mejor los defec-
tos de sus normas, sus errores, sus vicios, y las Cámaras podrán resolver lo que
mejor le convenga, en una atmósfera relativa de tranquilidad, libres de la in-
fluencia de circunstancias apremiantes y difíciles».
La mayoría de los dirigentes sindicales y políticos de la época vieron así la ley
6 de 1945:
Torres Giraldo analizó: «...En relación a la Ley 6a., es evidente que se trata de
un avance de conjunto en la legislación laboral. Carece de unidad si se la esti-
ma como un «estatuto de trabajo», de conexidad en las materias y por consi-
guiente de coherencia, en su tratamiento. Es, como estructura jurídica, una
obra dispersa. No acogemos algunos de sus aspectos, tales como la excesiva
intervención oficial en las organizaciones de las masas, las restricciones y tra-
bas en sus luchas y la consagración del papeleo y las funciones abogadiles en
las así difíciles relaciones de los trabajadores con los organismos del Estado.
Pero aplaudimos el fuero sindical, el principio de unidad de las masas que
impide el paralelismo de organizaciones proletarias en las empresas, la mayor
categoría que otorga a los contratos colectivos de trabajo y con ellos a los
sindicatos, y la misma creación de la jurisdicción especial del trabajo, y otras
evidentes conquistas del derecho obrero que consagra esta Ley. Desde luego,
una cosa es la legislación social en teoría y otra en la práctica, cuando su apli-
cación depende de clases y gobiernos que tienen o carecen de real influjo
popular...»81.
Pero, se lamentó el ex-ministro de trabajo Adán Arriaga Andrade que mien-
tras el equipo de gobierno se preocupaba por legislar derechos protectores
para los trabajadores, como cesantías, auxilios de enfermedad, jubilación, ries-
gos profesionales, el periódico gaitanista ‘Jornada’ se desataba en críticas por
el sólo hecho de firmarlo López82.
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84
MOLINA, Gerardo. op. cit. pág. 210.
100
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año de 1945 el desarrollo industrial que presentaba el país no era ni tan volu-
minoso, ni tan fuerte, ni tan unificado por arriba en distintas formas, como lo
es hoy; de manera que se consideró y los años posteriores justificaron la medi-
da, que era suficiente para garantizar la existencia y regulación del sindicato»85.
85
GONZÁLEZ CHARRY, Guillermo. op. cit.. págs. 204 y 205.
101
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de patronos
de trabajadores
102
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86
SALA FRANCO, Tomás y ALBIOL MONTESINOS, Ignacio. Derecho Sindical. 3a.
edición. Tirant lo b///anch. Valencia, 1994, pág. 66.
87
OIT. La libertad Sindical. Op. cit., pág. 75.
103
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carrera administrativa, ley 166 de 1938 sobre habitaciones obreras que refor-
ma la ley 170 de 1936, ley 197 de 1938 sobre maternidad, ley 206 de 1938
sobre pensión de jubilación a los ferroviarios, ley 263 de 1938 caja del ramo
postal y telegráfico, ley 35 de 1939 descansos obligatorios, ley 45 de 1939
choferes oficiales, ley 46 de 1939 sobre vivienda rural, ley 61 de 1939 sobre
trabajadores de la construcción, ley 63 de 1940 pensión de jubilación a los
ferroviarios, ley 165 de 1941 salarios: protección, ley 166 de 1941 seguro –
pignoración del seguro y cesantía para cubrir el valor de la casa de habita-
ción– peluqueros, ley 22 de 1942 prestaciones a los funcionarios del órgano
judicial, ministerio público y de lo contencioso-administrativo, ley 57 de 1942
choferes, ley 3a de 1943 carreteras nacionales, ley 28 de 1943 caja del ramo
postal telegráfico, ley 49 de 1943 pensión de jubilación para ferroviarios, ley
100 de 1944 régimen de tierras, ley 6a. de 1945 Convenios de trabajo, asocia-
ciones profesionales, conflictos colectivos del trabajo y jurisdicción especial
de trabajo; ley 22 de 1945 prestaciones al personal del Ministerio de Correos y
Telégrafos, ley 29 de 1945 vivienda urbana: no se puede embargar la casa del
trabajador, ley 43 de 1945 profesores de colegios, ley 45 de 1945 prima de
navidad para empleados oficiales, ley 51 de 1945 organización judicial y juris-
dicción especial del trabajo, ley 53 de 1945 pensión de jubilación a los trabaja-
dores de las salinas y de los ferrocarriles, ley 69 de 1945 reglamentación de
abogacía, ley 71 de 1945 prestaciones a los empleados del órgano judicial,
Ministerio Público y de lo Contencioso- Administrativo, ley 74 de 1945 pres-
taciones al personal del cuerpo de la policía nacional, ley 75 de 1945 jurisdic-
ción y procedimiento en los juicios del trabajo.
105
MARCEL SILVA ROMERO
Resumen
En este período de la llamada república liberal que se inicia con la elección de
Olaya y termina con la expedición de la ley 6a. de 1945 se presentó un impor-
tante desarrollo del sindicalismo colombiano, caracterizado por tres aspectos:
a) legalización de las organizaciones y de las mentalidades de los trabajadores
y los dirigentes sindicales, aceptando en su integridad enmarcar sus aspiracio-
nes y acciones dentro de los estrechos marcos normativos.
b) desarrollo del sindicalismo político. El apoyo del y al presidente de la repú-
blica es la principal herramienta para obtener reivindicaciones y sólo se recu-
rre a las bases para sostener al ejecutivo, y
c) la negociación por rama de industria impulsada por las federaciones obtiene
grandes logros que a la larga son jalonadoras de los derechos de todos los
trabajadores.
La autonomía sindical es escasa. Las leyes 83 de 1931 y el decreto 2350 de
1944 son fuertemente interventoras en la acción sindical y le dan un trata-
miento de minoría a los afiliados, mientras que el pulimento hecho al segundo
en los estrados legislativos para expedir la ley 6a. de 1945 es casi ejemplar en el
respeto a la autonomía de los trabajadores.
Desafortunadamente esta concepción sólo va durar pocos meses hasta la fe-
cha de expedición del decreto reglamentario.
Pero al mismo tiempo se erige un control patronal sobre los sindicatos al
obligar a los empleadores a recaudar las cuotas de afiliación sindical.
El desarrollo del sindicalismo en este lapso liberal, y teniendo como referente
la autonomía sindical, se puede calificar como un periodo de domesticación
legal de los ímpetus de las luchas reivindicativas de los años 20.
Se ha perdido la confianza en las movilizaciones de los propios trabajadores
para darle preponderancia a la actuación político partidista.
106
CAPÍTULO III
PERÍODO 1945-1958
107
MARCEL SILVA ROMERO
88
GONZÁLEZ CHARRY, Guillermo. Op. cit., pág. 204.
108
FLUJOS Y REFLUJOS
89
«Lleras Camargo, Alberto (Bogotá, 1906– íd., 1990) Periodista y político colombiano. Fundó
los periódicos La tarde (1930), El liberal (1938 – 1943) y Semana (1946– 1947). Durante la
presidencia de Alfonso López ocupó diversas carteras ministeriales. Tras la dimisión de López (1945),
le sucedió interinamente hasta la elección de Ospina (1946). Posteriormente fue el primer secretario
general de la OEA (1948 – 1954). Elegido en 1958 para la presidencia de la República con el apoyo
de liberales y conservadores, levantó el estado de sitio, puso en marcha el primer intento de reforma
agraria en su país y fundó la Acción Comunal con el fin de ayudar al desarrollo de las zonas rurales.
Tuvo que hacer frente a un incremento de la violencia y combatió a los sindicatos. Tras concluir su
periodo presidencial (1962), siguió ejerciendo diferentes responsabilidades en organismos interna-
cionales americanos y retornó a sus actividades periodísticas». BIBLIOTECA DE LA LENGUA –
Tomo XII - Diccionario de Biografías L - Z , editorial Planeta - DeAgostini S.A - 2004 – pág. 190
– reproducido masivamente por el periódico ‘El Tiempo’ en 2004’.
109
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110
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111
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112
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91
DÍAZ CALLEJAS, Apolinar. Diez días de poder popular. Editorial el Labrador. FESCOL. Bogo-
tá, 1989, pág. 51.
113
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114
FLUJOS Y REFLUJOS
93
Entrevistas hechas por el autor en los años 70.
94
JARAMILLO URIBE, Jaime. Ensayos de Historia Social. Tomo II. TM editores ediciones Uniandes.
Bogotá, 1994. pág. 101.
115
MARCEL SILVA ROMERO
95
Uno de los sindicatos más importantes de UTRABO será el de campesinos del municipio de
Boavita, Boyacá, que aglutina a los trabajadores de la vereda Chulavita, de donde saldrán los famo-
sos chulavitas, bandas de asesinos al servicio del conservatismo durante la ‘violencia’.
116
FLUJOS Y REFLUJOS
I. El Estado interviene
a) Ordena cómo debe llevarse a cabo la reunión de fundación.
b) Notificación inmediata de la fundación al inspector.
c) Establece el contenido de los estatutos del sindicato.
d) Establece los requisitos para ser directivo sindical.
e) Establece los libros que debe llevar el sindicato.
f) Reconoce personería jurídica para poder actuar como sindicato.
g) Ordena publicación en el Diario Oficial del reconocimiento.
h) El Ministerio aprueba las modificaciones a los estatutos y sin ello no ten-
drán validez.
i) Establece cómo deben elegirse las juntas directivas.
j) Establece cuándo deben reunirse las asambleas del sindicato y cuáles son
sus funciones exclusivas.
k) Ordena un quórum deliberativo que no puede variarse en los estatutos.
117
MARCEL SILVA ROMERO
118
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96
PECAUT, Daniel. Política y sindicalismo en Colombia. La Carreta. Bogotá, 1973, pág. 200.
119
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120
FLUJOS Y REFLUJOS
97
«La parte más interesante del discurso del doctor Gaitán fue, sin lugar a dudas, la dedicada a
explicar su posición de jefe político frente a la huelga nacional. Dijo que, en repetidas ocasiones,
había conversado con los miembros liberales de la C.T.C. , quienes habían ocurrido a él no como
jefe político sino como amigo y consejero, sobre el proyecto de paro nacional y que, aun cuando
había estado de acuerdo con los dirigentes sindicales en cuanto a la justicia del movimiento proyec-
tado, no lo había estado frente a la táctica programada para ponerlo en práctica y que así se lo había
manifestado a los líderes obreros. Sin embargo sus conceptos no fueron oídos por los encargados de
dirigir el movimiento, el cual, una vez desencadenado, no podía ser atacado por él, porque jamás
había sido rompehuelgas y nunca se ha colocado contra los intereses legítimos de la clase obrera. De
ahí por qué el silencio acerca del cual la prensa opinó en su oportunidad» El Tiempo 16 de mayo de
1947.
98
Como homenaje reseño a los demandantes Jorge Enrique Sánchez, Jorge Uribe Márquez, Alfredo
Nava, Alvaro Pérez Vives, Luis C. Sánchez, Juan Francisco Mujica, Manuel García Quiñones, Diego
Montaña Cuéllar, Carlos V. Rey, José Domingo Vélez, Fabio Ángel Jaramillo y Luis E. Restrepo.
99
El artículo 42 del decreto 2313 de 1946 contemplaba. «Cualquier acto, omisión o situación que
implique violación de las normas legales o de las obligaciones especiales del artículo 41, se castiga-
rán así:...» multa de 20 a 300 pesos, requerimiento de la autoridad del trabajo para que el sindicato
cese en la situación de prolongada ilegalidad, suspensión de la personería hasta por tres meses o
promover ante la justicia del trabajo el juicio de disolución.
121
MARCEL SILVA ROMERO
100
El Tiempo martes 27 de mayo de 1947.
101
CES Centro de Estudios Sociales. La lucha obrera ante la legislación laboral. Fundación Edito-
rial Muisca. Bogotá, 1974, pág. 209.
102
DÍAZ CALLEJAS, Apolinar. Op. cit., pág. 28.
122
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103
JARAMILLO URIBE, Jaime. Op. cit., págs. 102-103.
123
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124
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104
HOBSBAWM, Eric. Historia del siglo XX. Crítica Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1998,
pág. 140.
125
MARCEL SILVA ROMERO
Existen varias visiones de las masas. Una, la marxista y social demócrata, como
las personas participando activamente en organizaciones representativas de
sus intereses, sus aficiones o ideales y otra, eminentemente liberal que las con-
cibe como la suma de muchas personas alrededor de un caudillo o del grupo
que lo acompaña.
El asesinato de Gaitán destruyó su movimiento lo que va a permitir al gobier-
no desatar la violencia sin límites a lo ancho y largo del país.
126
FLUJOS Y REFLUJOS
127
MARCEL SILVA ROMERO
Por decreto 1464 del 8 de mayo (ver anexo) se dispuso que mientras durase el
estado de perturbación nacional la reunión de cualquier clase de congresos,
asambleas o juntas plenarias sindicales o intersindicales se verificaría con per-
miso del Ministerio de Trabajo con conocimiento de causa.
Por decreto 1815 de 31 de mayo de 1948 (ver anexo) se reglamentó la conce-
sión de esos permisos.
La petición de permiso para reunirse cualquier instancia de un sindicato, salvo
la junta directiva, debería entre otras cosas, relacionar los puntos y temas so-
bre los cuales se tratará en la reunión y debe ser presentada con cinco días
mínimo de antelación.
De esa petición se le daría traslado al Jefe de Estado Mayor del ejército y si se
efectúa fuera de Bogotá, también al respectivo comando de la brigada o a la
autoridad militar del lugar.
Las más absolutas restricciones se le establecieron a la actividad sindical105 y
quienes en la reunión sindical se salieren del temario aprobado por las autori-
dades serían denunciados y castigados (art. 10).
Pero el gobierno de Ospina va más allá y crea el muy diciente y sugestivo
Departamento Nacional de Supervigilancia Sindical del Ministerio de Trabajo
que tiene entre otras funciones represivas, la de interpretar y dirigir la política
sindical del gobierno, no vigilar sino supervigilar las organizaciones sindicales
para obtener un exacto conocimiento de las actividades que desarrollan, ini-
ciar las investigaciones sobre la conducta de los sindicatos para que se sancio-
ne penalmente a los responsables del incumplimiento de las disposiciones le-
gales, aprobar o improbar los estatutos de las organizaciones sindicales y ela-
borar modelos de estatutos sindicales de organizaciones de primero y segun-
do grado con la aprobación del Ministerio del ramo.
El declive de los pocos avances de la libertad sindical es característica de la
época.
105
«Artículo 6o. En la reunión es prohibido tratar sobre cuestiones ajenas a los puntos que de
acuerdo con la respectiva autorización pueden ser considerados en el desarrollo de ella». «Artículo
9o. Los Inspectores de Trabajo quedan autorizados para ordenar la suspensión inmediata de la
reunión cuando en ella se trate en forma directa o indirecta cuestiones distintas de los temas para los
cuales se haya concedido la autorización, o se hagan exposiciones o alusiones tendientes a descono-
cer las autoridades legítimamente constituidas o para desobedecer las leyes, o se permita la partici-
pación de personas no afiliadas a la respectiva organización sindical, salvo el caso que se trate de
apoderados de ésta, admitidos y aceptados por los funcionarios de trabajo».
128
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130
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131
MARCEL SILVA ROMERO
de patronos
de base (tiene titularidad excluyente en
la negociación)
de industria (sin posibilidad de represen-
tar a los trabajadores en la negociación
colectiva)
de gremio (deben ser consultados por los
de base)
de oficios varios (sin importancia)
primer grado
132
FLUJOS Y REFLUJOS
Pero el artículo 116 del Código Procesal del Trabajo había desvirtuado seria-
mente el sentido primigenio de esta garantía, cambiando la estabilidad por el
pago de una indemnización, a iniciativa del patrono, una irrisoria suma: «Cuando
la sentencia fuere adversa al patrono, deberá contener a cargo de este la obli-
gación alternativa de conservar al trabajador o de prescindir de sus servicios
mediante el pago a título de indemnización especial, de una cantidad líquida
de dinero equivalente a seis meses de salarios, sin perjuicio de sus demás dere-
chos y prestaciones legales».
El pináculo del desmonte del fuero sindical se eleva en el Código Sustantivo
del Trabajo, con una alternativa totalmente desenfocada: «...Si lo negare, de-
clarará en la sentencia la obligación alternativa prevista en el artículo 116 del
Código Procesal del Trabajo, pero con la modificación de que la indemniza-
ción especial equivalente a seis (6) meses de salario allí ordenada se pagará al
sindicato respectivo, sin perjuicio de los derechos que corresponda al trabaja-
dor por los salarios y prestaciones sociales considerado el caso de despido
injusto».
A cualquier empleador le bastará pagar al sindicato seis (6) meses de salario de
cualquier directivo para poderlo despedir.
135
MARCEL SILVA ROMERO
Pero lo dispuesto en el numeral 2 del artículo 496 del Código Sustantivo del
Trabajo excede la imaginación del más duro enemigo de los trabajadores.
Basta la sola denuncia de la convención hecha por cualquiera de las partes
para que expire su vigencia. Los trabajadores pierden a partir de esa fecha
todos sus derechos convencionales y regresan a los mínimos legales.
Durante ese gobierno de Ospina cada ministro al parecer se dedica a sacudir
hasta lo más recóndito de sus fantasías para crear fórmulas que mengüen los
derechos de los trabajadores.
106
URRUTIA MONTOYA, Miguel. Op. cit., pág. 223.
137
MARCEL SILVA ROMERO
107
El máximo ejemplo lo constituye la preeminencia de las actuaciones del padre Vicente Andrade
Valderrama S. J. en las reuniones del Comité Ejecutivo de la U.T.C.
138
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108
Entre los muchos nombres resalto a Ángel María Cano dirigente de Girardot y a Manuel Marulanda
Vélez de la construcción de Bogotá.
139
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140
FLUJOS Y REFLUJOS
gio universal, que desde la revolución Francesa pretende erigir ‘la mitad más
uno (...) como suprema norma de verdad y de justicia’ y que por su carácter
‘inorgánico (...) contradice la naturaleza de la sociedad’, aspiración a la cons-
trucción de un orden corporativo que permita al Estado, responsable del
bien común, canalizar el poder ciego y destructivo del capitalismo: «sabe-
mos –declara Laureano Gómez– que las fuerzas económicas deben ser en-
cauzadas de suerte que no se desentiendan de las necesidades populares ni
impongan la insufrible dominación de los más débiles sobre los más fuer-
tes». Todo lo anterior hace del ‘laureanismo’ una de las numerosas variantes
del catolicismo reaccionario en América Latina. El salazarismo y el franquismo
le sirven de referencia implícita»109.
Pero la genocida persecusión lanzada desde el gobierno contra los campesi-
nos liberales y comunistas recibe una respuesta del pueblo en armas que pue-
de llegar a destruir a todos los sectores políticos en pugna, sin excepción, y a
poner en peligro los grandes intereses económicos.
Los avances guerrilleros y los primeros intentos de coordinación nacional en
la conferencia guerrillera de Boyacá va dándole la iniciativa a esas masas arma-
das para capturar el poder en un plazo no muy lejano.
La violencia desencadenada por las huestes del conservatismo desde el go-
bierno de Ospina y acentuada por el gobierno de Laureano Gómez inicial-
mente golpea a las bases campesinas liberales y comunistas pero poco a poco
va embargando poblaciones y ciudades intermedias y va a ir ascendiendo sus
llamas en la escala social llegando hasta el incendio de las casas de los dirigen-
tes liberales, para amenazar con una guerra civil generalizada.
Los grandes grupos económicos y en general los gremios que quieren man-
tenerse al margen de la confrontación, fortificados desde 1949 por el increí-
ble aumento de los precios del café, propugnan por el mantenimiento de las
estructuras del Estado como garantía importante para su crecimiento eco-
nómico.
Por esta razón el proyecto político en el poder puede darse el lujo de romper
con todos aquellos que se le oponen, entre ellos sus mismos copartidarios
seguidores de Ospina y de Gilberto Alzate Avendaño, el fascista desde 1936.
Además ha tranquilizado los resquemores del gobierno de los Estados Unidos
con el envío de fuerzas militares a Corea, se siente respaldado por unas hues-
109
PECAUT Daniel. Orden y violencia: Colombia 1930-1954, vol. II. Siglo Veintiuno Editores.
Bogotá, 1987, pág. 527.
141
MARCEL SILVA ROMERO
60o. La CNT
Un grupo de intelectuales progresistas cree llegada la oportunidad para expe-
rimentar sus tesis de un desarrollo propio, latinoamericano, alejado tanto del
capitalismo como del socialismo vigente en ese momento. Es muy importante
establecer los conceptos centrales de quienes pretendieron asentar al régimen
militar sobre unos postulados ideológicos.
110
«Artículo 1. Quien tome parte en actividades políticas de índole comunista, incurrirá en
presidio de uno a cinco años o en relegación a Colonia Agrícola penal por igual término; en
interdicción del ejercicio de derechos y funciones públicas por diez años; en incapacidad para
actuar como dirigente sindical por el mismo tiempo, y quedará impedido absolutamente para
pertenecer a las Fuerzas Armadas».
143
MARCEL SILVA ROMERO
144
FLUJOS Y REFLUJOS
blo y el ejército, es deshecha por los acuerdos entre ambas oligarquías de reto-
mar el Estado para distribuirse por doce años su poder. «El gran derrotado de
las jornadas de mayo –dice El Popular, junio 1957– ha sido el pueblo trabaja-
dor de todos los partidos»111.
Una de las columnas centrales de este ideario era el impulso a la Confedera-
ción Nacional del Trabajo «CNT», para aprovecharse del nombre de la central
que Gaitán creó por un solo día en diciembre de 1945 para que respaldara su
candidatura.
Algunos dirigentes sindicales venidos o del «comunismo obrero», disidencia
del P.C.C., o de la casi extinguida CTC, aceptan el atrayente ideario
«latinoamericanista» y aportan su nombre a la nueva central.
Pero tal intento termina en un estruendoso fracaso, pues precisamente la úni-
ca central superviviente, la U.T.C., controlada por el partido conservador y
bajo la férula de la iglesia, no está dispuesta a cederle al gobierno militar un
solo ápice de su tradición, ni de sus militantes.
El argumento para la oposición a la nueva Central es el mismo en contra del
gobierno, la destrucción de cualquier espacio amplio de acción y de debate,
más la represión.
111
CUNEO, Dardo. Antonio García y la perspectiva latinoamericana. Introducción a
«Atraso y dependencia de América Latina». Antonio García. Colección de Estudios
Humanísticos. Buenos Aires, 1972.
145
MARCEL SILVA ROMERO
‘Diario Oficial’ que los altos militares han resuelto ‘ ...exigirle (a Rojas Pinilla)
que continuara al frente del Gobierno en el período que se inicia el 7 de agosto
de 1958 y concluye en 1962...
«Según el Ministro, esto lo han hecho los Jerarcas militares después de ‘haber
pesado las consecuencias que podrían derivarse de una elección presidencial.»
«En otro aspecto, la declaración comentada asimila según palabras de París, las
enseñanzas de la ‘historia continental’, para concluir que no será posible, mien-
tras gobierne la camarilla actual ‘ni escaramuzas electorales ni ajetreos políti-
cos’. Es decir que la reacción militar gobernante no quiere correr el riesgo del
general Odría en el Perú sometiéndose a una consulta pública, la cual segura-
mente le sería desfavorable.»
«...
«Los dirigentes de los partidos ‘tradicionales’ ya han manifestado –hasta don-
de les es posible en Colombia– su enfático rechazo a los proyectos de ‘reelec-
ción’ de Rojas...»
«Estas perspectivas, señaladas por las palabras del general París, son particu-
larmente oscuras para la clase obrera y los campesinos. Significa el prolonga-
miento del estado de excepción a que está sometido el movimiento obrero, la
continuidad del proceso del encarecimiento del costo de la vida al tiempo que
la imposibilidad de luchar ampliamente por mejores salarios y condiciones de
vida, la imposibilidad de que la clase obrera haga presente su significación en
la vida política del país, significan el desarrollo de la violencia en el campo, la
persecusión al movimiento campesino...».
«De aquí que señalemos como positivas las declaraciones de los jefes de los
partidos ‘tradicionales’ contra los planes dictatoriales. Pero insistimos en que
es necesario tener en cuenta a la clase obrera y a los campesinos, a los sectores
medios de la población, sus derechos, intereses y reivindicaciones. Sólo así
podrá la oposición a la dictadura –que crece cada día– encontrar una salida
democrática a la crisis colombiana.»
«El partido comunista, que representa esencialmente los intereses de obreros
y campesinos está dispuesto a entenderse con todos los verdaderos republica-
nos, sin otro objetivo que luchar contra la Dictadura, enemiga jurada de Co-
lombia y de su pueblo»112.
112
P. C. Sobre la reelección. Documentos No. 3, febrero 1957.
146
FLUJOS Y REFLUJOS
Resumen
La ubicación del papel del populismo que hace Marco Palacio Rozo113, nos
lleva a precisar, aunque parezca increíble, que quizás el acto de mayor populismo
que se realizó en Colombia fue el decreto 2350 de 1944, pues prácticamente
es la única normatividad presionada por la situación política, resuelta tempo-
ralmente a favor de López Pumarejo por el respaldo incondicional que recibió
de los trabajadores y los sindicatos en los sucesos del golpe de estado de Pasto.
Este decreto es un buen esfuerzo por acercar la normatividad a los intereses
del pueblo trabajador, para que lo hiciera suyo, en contravía del desarrollo de
la situación política que siempre va tener como núcleo el control de las clases
dominantes, hoy conocidas como élites, para mantener a las masas alejadas del
poder y del Estado, cualquiera que sea el medio que se utilice y los costos que
requiriere. Lleras Camargo fue el principal diseñador de esta táctica de elitización
y Ospina y Gómez sus realizadores.
«LA DESVENTAJA DE NO HABER TENIDO ESTADO POPULISTA
Si a mediados del siglo XX el país hubiese experimentado la etapa populista,
común a los grandes países latinoamericanos (Brasil, Argentina, México, Chi-
le, Perú, Venezuela), nos habríamos ahorrado, quizás, gran parte de La Violen-
113
Lo peculiar del desafío de Gaitán poco tiene que ver con las políticos macroeconómicas populis-
tas recientemente criticadas por Rudiger Dornbusch y otros. El populismo gaitanista puede ser con-
siderado como un desarrollo, en mejor tradición liberal colombiana, de las tensiones entre liberalis-
mo y democracia; una petición de más democracia y más justicia social dentro de las instituciones
del liberalismo representativo y de los valores de la solidaridad social. Aunque seria un sin sentido
especular qué tipo de políticas económicas hubiera proseguido Gaitán de haber sido presidente en
1950, no es muy probable que se hubiera comportado como un Luis Echeverría en México, un Alan
García en el Perú, o incluso como el primer Perón en Argentina. A este respecto valga anotar que
prestaríamos flaco servicio al desarrollo de las ciencias sociales y a la comprensión de nuestra histo-
ria reciente si reducimos el populismo a sus meras dimensiones macroeconómicas» (PALACIOS
Rozo, Marco – De populistas, mandarines y violencias Luchas por el poder – Editorial Planeta
Colombiana S. A- Bogotá 2001 – pag. 12).
147
MARCEL SILVA ROMERO
114
PALACIOS Rozo, Marco – ib. pags. 11 y 12.
148
FLUJOS Y REFLUJOS
causto como mansos corderos. En este periodo los destruyen y sólo sobrevi-
ven unos cuantos de la «nueva ideología».
La dictadura retomó la acción aplastante contra cualquier intento de asocia-
ción autónoma de los trabajadores. Ya no se trata de intromisión política del
estado en los sindicatos sino la instauración de la intervención policiva bruta y
basta en las reuniones más inocentes de los dirigentes y en los comunicados
más piadosos de sus asesores religiosos.
149
CAPÍTULO IV
PERÍODO 1958-1987
115
El de 1886, nota del autor.
116
VÁSQUEZ CARRIZOSA, Alfredo. Historia Crítica del Frente Nacional. Ediciones Foro Na-
cional por Colombia, Bogotá, 1992, pág. 111.
152
FLUJOS Y REFLUJOS
64o. El plebiscito
Quienes impulsaron la violencia, llevaron a una confrontación que asesinó a
180.000 colombianos y ante la amenaza de pérdida de su poder, deciden hacer
un pacto excluyente que no puede ser criticado por las pocas organizaciones
populares sino aceptado o dejado en su totalidad. Ese fue el plebiscito.
El ropaje de lucha entre los dos partidos, dado a los reales problemas estructu-
rales del país, les ofrece un gran margen de maniobra a los «jefes naturales»
para unificarse, presionados por los grandes gremios económicos, y dar la
impresión de estar salvando el país que ellos mismos estaban llevando a su
destrucción.
Muy pronto los problemas políticos entre franjas de las clases dominantes y
entre ellas y los sectores populares, arrojarán las consecuencias del olvido de
lo social en su programa para 16 años.
153
MARCEL SILVA ROMERO
117
Asmedas: 40 años de Historia, Acción Médica, Año XXXIV, No 333, septiembre-octubre de
198., págs. 10-11.
118
Fallo sobre Bancos dictado por el arbitro único, doctor Alberto Lleras Camargo Decisión arbi-
tral Aceb y Uneb vs. Bancos de los Andes, de Bogotá, Cafetero, Comercial Antioqueño, del Comer-
cio, Ganadero, Industrial Colombiano, Popular e Hipotecario Popular, julio 14 de 1959.
119
Decidida la homologación por sentencia de la Corte de enero de 1961.
154
FLUJOS Y REFLUJOS
155
MARCEL SILVA ROMERO
120
Fedepetrol, Fecode y otros sectores van a afiliarse a la CSTC para la creación de una nueva
central, pero al reconocerle el gobierno de López personería jurídica a la central en 1974 se destruye
el proceso de unidad.
121
ALAPE, Arturo. Tirofijo: Los Sueños y las Montañas. Planeta Colombiana Editorial S. A., 3a.
edición. Bogotá, 1994.
156
FLUJOS Y REFLUJOS
122
«En términos organizativos, los principales hitos coinciden con los primeros años estudiados. En
el momento de la caída de Rojas existían dos organizaciones inscritas en el bipartidismo: la más
antigua, FEC (Federación de Estudiantes Colombianos), de orientación liberal, y la FUC (Federa-
ción Universitaria de Colombia), más de corte clerical que estrictamente conservadora. Para 1959 se
hizo visible la Unión Nacional de Estudiantes Colombianos (Unec), que rápidamente asumió una
postura de izquierda. De hecho, algunos de sus dirigentes eran de las juventudes comunistas o del
naciente Moec. El carácter amplio como organización estudiantil y la rivalidad con la Confederación
de Estudiantes Universitarios de Colombia (Ceuc, que parece ser una prolongación de la FUC)
hacen que pierda representación. En mayo de 1963, en un encuentro universitario realizado en
Medellín, se creó la Federación Universitaria Nacional (FUN), sin duda la más importante de los
años estudiados. La FUN se articulaba a las expresiones organizativas de las universidades, como
los consejos estudiantiles en la Universidad Nacional, o la Audesa (Asociación Universitaria de
Santander) que agrupaba a los estudiantes de la UIS. A raíz de los eventos de octubre del 66 en la
Nacional, Lleras Restrepo reprimió a la FUN, que ya había recibido golpes de gracia por el encarce-
lamiento de algunos dirigentes vinculados a la guerrilla. La responsabilidad de este paso fue com-
partida entre un gobierno intransigente y unos estudiantes radicalizados e instrumentalizados por la
izquierda». (ARCHILA Neira, Mauricio – idas y venidas vueltas y revueltas Protestas Sociales en
Colombia 1958 – 1960 – ICANH CINEP – Bogotá – 2003 – pags. 197 y 198).
157
MARCEL SILVA ROMERO
«Por ese tiempo concebimos que la lucha guerrillera era el elemento funda-
mental y que ella por sí sola iba a producir la acumulación de la conciencia y
las condiciones para la insurrección final. Que el foco se desarrollaba y se
expandía de forma natural y que no era necesario, por lo tanto, hacer una gran
organización de masas, sino irradiar con la acción militar la concentración de
conciencia en torno a la guerrilla para producir un gran estallido. En esto
consistió un poco nuestra desviación foquista, en concentrar todo el
protagonismo de la lucha revolucionaria y en su acción armada, esperando
que lo demás se diera en forma expontánea (sic) o fuera el resultado de lo
primero»123.
En este período tan convulsionado la figura cimera es el padre Camilo Torres
Restrepo quien por sus posturas sociales recibe la condena de la jerarquía
católica. Camilo recorre el país con su utopía de un Frente Unido del Pueblo
llamando al pueblo a la lucha por sus derechos, contra las injusticias. Grandes
franjas populares lo ven como un apóstol.
Por su parte el general Ruiz Novoa cada vez más se sale del papel de miembro
dirigente de las fuerzas armadas para dictar charlas en los medios oligárquicos
de alto contenido político, sobre el manejo del país, representando intereses
golpistas que exigían más represión sobre los nuevos fenómenos. Como se ha
conocido últimamente124 un sector de la jerarquía castrense no estaba de acuerdo
con estas actuaciones del Ministro de Guerra Ruiz Novoa, creándose otra
fuente de tensión política.
123
MEDINA GALLEGO, Carlos. ELN Una historia contada a dos voces, entrevista a Manuel Pérez
Martínez. Rodríguez Quito Editores. Bogotá, 1996, pág. 186.
124
Lecturas Dominicales de El Tiempo, enero 25 de 1998.
158
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125
ALAPE, Arturo. «Un día de septiembre, testimonios del paro cívico». Ediciones Armadillo. Bo-
gotá, 1980, págs. 114 y 115.
159
MARCEL SILVA ROMERO
I. Principio de estabilidad
Aunque este estudio se centra sobre la parte colectiva, para establecer los al-
cances del decreto 2351 de 1965 (ver anexo) debe destacarse que su núcleo
central es la estabilidad laboral:
En este campo el decreto va a tener efectos directos e indirectos.
a) Directamente:
1º. Se eliminan la cláusula de reserva y el plazo presuntivo, para consagrar que
el contrato de trabajo tiene vocación de permanencia y el empleador no lo
puede dar por terminado sino por justa causa de despido. Se termina así el
supuesto «derecho» del patrono para dar por terminados los contratos y si lo
hace se le sanciona su conducta ilegal de despedir sin justa causa con el pago
de una indemnización o con el reintegro si el trabajador tiene más de diez
años de servicios y el juez no encuentra incompatibilidades para ordenarlo.
2º. Pero si despide sin justa causa un numero plural de trabajadores, el Minis-
terio de Trabajo, encargado de la política de empleo, puede declarar dichos
despidos como colectivos y la consecuencia será su nulidad, no produciendo
efecto alguno.
b) Indirectamente:
Recién expedido tal decreto y antes de su conversión en legislación perma-
nente (ley 48/68) se creyó que sus disposiciones abrazaban por igual a los
patronos y trabajadores oficiales y privados.
Pero la jurisprudencia aclaró que al modificar el artículo 8º del decreto 2351
de 1965 la parte individual del Código Sustantivo del Trabajo, no le era aplica-
ble a los trabajadores oficiales y éstos continuaban con las viejas disposiciones
de la ley 6º y el decreto 2127 de 1945, salvo que el contenido de aquél fuese
recogido en convenciones colectivas, cuya imperatividad se daría no por fuer-
za del artículo en comento sino por el carácter de ley de los convenios colec-
tivos.
A partir de estos criterios y dado el clima favorable a la reciente legislación, en
las convenciones colectivas de las empresas industriales y comerciales del Es-
tado, y de todas aquellas asimilables a su naturaleza, se pactaron normas que
respondían al mismo espíritu que animaba el decreto 2351 de 1965, ya en unas
160
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126
MONCAYO, Víctor Manuel y ROJAS, Fernando. Op. cit., pág. 207.
163
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164
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Fernán González así lo registra: «El auge huelguístico decayó bastante durante
el gobierno de Lleras Restrepo; decae totalmente el número de huelgas, que
sólo llega a 45 en 1967, a 44 en 1968 y a 59 en 1969 (El número de huelgas
había sido de 75 en 1964, de 84 en 1965 y de 73 en 1966 para volver en 1970
a 63)»127.
El sólo relato de lo acontecido permite las comprensiones pertinentes:
127
GONZÁLEZ, Fernán. Revista Controversia. Nos. 35-36, año 1975. Centro de Investigación y
acción social, pág. 63.
165
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«...
«En las montañas debe pasar sus primeras pruebas; allí se debe ir depurando
hasta conquistar su consolidación como fuerza revolucionaria, y ganar algu-
nos otros sectores de masas: los obreros, los estudiantes, los profesionales e
intelectuales consecuentes con la realidad de nuestra etapa; organizarlos, ubi-
carlos en la lucha, desarrollar la organización paulatinamente, aprender de los
errores, proponer tareas que no estén fuera del alcance real de sus fuerzas;
alcanzar una tercera etapa en la lucha revolucionaria, de correlación de fuerzas
con el enemigo y preparación para el asalto al poder»128.
Aunque con un punto de vista doctrinario distinto, el PCC-ML quien conside-
ra necesario el partido de vanguardia, un Frente Popular de aglutinamiento de
las masas y un brazo armado, el EPL, en la práctica llega a la misma conclu-
sión. Sostiene la necesidad de la lucha en las ciudades, pero considera que la
dirección debe estar en el campo y concentrar allí esfuerzos. Dirigentes estu-
diantiles y sindicales abandonan sus liderazgos, se clandestinizan y pasan a
engrosar las filas de la guerrilla, de sus redes rurales o urbanas, o la dirección
intermedia del partido. Para el período, esa organización privilegia la lucha
armada:
«Todas las fuerzas se reagruparán sobre el eje del E.P.L. y de los intereses
populares que él respalda y defiende. Con él o contra él».
«Ponerse o no frente a este proceso es ser o no ser dirigente del proceso revo-
lucionario colombiano. Pertenecer o no pertenecer al E.P.L. es ser o no ser
soldado de la revolución colombiana. Respaldar o no al E.P.L. es ser o no ser
revolucionario. Atacarlo en cualquier forma es ser enemigo de la revolución»129.
128
VÁSQUEZ CASTAÑO, Fabio. Revista Cromos No. 2596, 2 de julio de 1967, reportaje del
periodista mejicano Mario Renato Méndez.
129
VÁSQUEZ RENDÓN, Pedro y CARABALLO, Francisco. Camino de la esperanza. Valledupar,
marzo de 1968.
166
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130
VÁSQUEZ CASTAÑO, Fabio. Op. cit.
167
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precisamente lo hace el impugnador, que el mencionado código deroga el régimen especial que
disciplinaba las relaciones entre los trabajadores oficiales y la administración … (Sentencia – Corte
Suprema de Justicia – Sala Laboral – Sección Segunda – Pedro Nel Urrea vs. Caja de Crédito
Agrario, Industrial y Minero – 29 de marzo de 1969 – mag. Pon. Carlos Peláez Trujillo – G. J. Tomo
CXXIXX – 1969 – págs. 738 y 739).
132
En el año de 1966 el número de huelgas se eleva significativamente, subiendo a 112, mientras que
en el 62 fueron 47, en el 63 76, en el 64 84, en el 65 93, en el 67 73 y en el 68 45, según los datos
recopilados por Mauricio Archila en el libro ‘Idas y Venidas, Vueltas y Revueltas» pag. 195.
169
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Ahora son los patronos los amigos irreductibles de los tribunales de arbitra-
mento.
En el auto del 28 de julio de 1967133y la sentencia del 30 de octubre del mismo
año134, la Sala Laboral cambia de postura y le da a la denuncia del patrono el
efecto, no sólo de manifestar su voluntad de querer terminarla, sino la de que
sus pretensiones integren también el conflicto colectivo, debiendo los nego-
ciadores y en su defecto los árbitros pronunciarse sobre lo pedido en ella.
El debate jurídico se da entre los siguientes extremos:
a) Los sindicatos alegan la carencia de derecho del patrono para presentar
pliego de peticiones, pues la norma le da esta facultad únicamente a los traba-
jadores (arts. 432 y 433 del Código Sustantivo del Trabajo). La Corte sienta el
criterio que si la ley le permite a los patronos denunciar la convención, ese
derecho debe producir algún efecto, no siendo otro distinto de modificar la
convención.
b) Los trabajadores alegan cómo la convención colectiva se incorpora a los
contratos de trabajo, constituyendo el mínimo de derechos a favor de los asa-
lariados. El mínimo de derechos y prestaciones con carácter irrenunciable es
el planteado en la ley y lo acordado en convención por ser extralegal sí puede
desmejorarse, contesta la Corte.
c) Para la argumentación sindical los árbitros exceden sus facultades al decidir
sobre la denuncia pues la convocatoria del tribunal de arbitramento hecha por
el Ministerio sólo les ordena resolver sobre el pliego de peticiones. La Corte
replica que en las resoluciones del Ministerio se convoca el tribunal para que
decidan sobre el conflicto y éste lo integran tanto el pliego de los trabajadores
como la denuncia patronal.
d) El cuarto ataque sindical contra el laudo consiste en que la empresa denun-
cia con anterioridad de un día de más del lapso pactado en la convención, pues
133
La Federación Nacional de Cafeteros, la organización económica más poderosa del país, denun-
ció la convención colectiva vigente para que se suprimiera la prima de carestía. El tribunal de arbi-
tramento no estudió esa petición bajo la consideración que el conflicto colectivo sólo lo integraba el
pliego de peticiones de los trabajadores. La Federación recurre en homologación y la Corte Suprema
de Justicia cambia la jurisprudencia tradicional y considera que la denuncia también es parte del
conflicto y le devuelve el expediente a los árbitros para que decidan sobre ella.
134
Después del anterior auto, pero ya dentro de una sentencia, la Corte homologa el recorte de
algunos derechos que el tribunal de arbitramento le hizo a los trabajadores de las Empresas Públicas
Municipales de Barranquilla.
170
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en lugar de hacerlo dentro de los treinta días anteriores lo hizo el treinta y uno
por lo tanto hubo petición antes de tiempo. La Corte concluye que si hubo
anticipación en la denuncia no está precluido el término, como si lo estaría si
se hubiese presentado un día después del vencimiento de la convención.
135
C. S. J. Sentencia 12 de noviembre de 1968, Mag. Pon. Arboleda Valencia.
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La ley 48 de 1968 crea otra causal y es que cuando una huelga afecte grave-
mente la economía nacional el presidente de la república, previo concepto de
la sala laboral de la Corte Suprema de Justicia puede ordenar levantar la huelga
y convocar un tribunal de arbitramento.
Ante la posición jurisprudencial que la denuncia del empleador tiene como
efecto integrar el petitum, es decir el conflicto colectivo si también presenta
contrapliego, es apenas obvio que los trabajadores que tienen derecho a la
huelga no solicitan la convocatoria de tribunales de arbitramento.
De ahí que la ley 48 de 1968 estimule la segunda causal de tribunal de arbitra-
mento. Si los trabajadores con derecho a huelga solicitan la convocatoria de
un tribunal para dirimir las diferencias con el empleador, se les garantiza que
los árbitros no podrán recortarles ningún derecho pues su conflicto sólo lo
integra su pliego de peticiones.
Dentro de estos marcos de la ley 48 de 1968 la posición jurisprudencial sobre
el efecto de la denuncia y los «contrapliegos» patronales será aplicable única-
mente a los conflictos colectivos en (i) empresas de servicios públicos, (ii)
cuando los trabajadores no se acogieron a un tribunal de arbitramento y la
huelga persiste por más de cuarenta días y (iii) cuando la huelga afecte grave-
mente la economía nacional.
176
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nes irredimibles fue una necesidad del capitalismo en su lucha por eliminar todo
rezago feudal que trabara el desarrollo del mercado excluyendo una parte de los
bienes que debían ingresar en él, la libre competencia, la rapidez en la produc-
ción y comercio y la velocidad en la circulación de la moneda. Por tanto, no era
posible, en 1970, aplicar la noción de su prohibición al mayor producto del
capitalismo, a su esencia, como eran las relaciones obrero patronales.
c) Se invierten los sentimientos. Ahora los trabajadores, en lugar de alegrarse
porque la convención va a terminar y se logren mejores condiciones, experi-
mentan con pavor la expiración de su vigencia porque el empleador con la
sola denuncia obtendrá que sus derechos conquistados les sean suprimidos
por un tribunal de arbitramento.
d) Se aumenta el grado de polarización de las fuerzas sociales, pues el gobier-
no de Pastrana elitiza aún más el país con sus cuatro estrategias y en el otro
lado el número de sindicatos independientes y de la CSTC crece vertiginosa-
mente. Así llegan los trabajadores a un proceso de ruptura con la legislación.
e) Los empleadores confirman cómo la jurisprudencia es un gran arma para ir
desarrollando efectivamente una contrarreforma laboral. Así salta la instancia
judicial a ser un factor principal de conflicto en la vida del país y de su secuela
la violencia.
137
OIT. Oficina Internacional del Trabajo. El Trabajo en el Mundo 1993. Ginebra, págs. 53 y 54.
178
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138
ROMERO, Manuel y CASTRO, Yira. La política de los comunistas colombianos. Ediciones
Suramérica Ltda. Bogotá 1978, pág. 112.
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tra los camaradas del partido comunista, se esforzaban al máximo por romper
los sindicatos de industria y elevaban a principio táctico los de base.
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Al analizar la situación en cada país, recuerdan los mismos autores: «En Co-
lombia, el gobierno sostuvo ante la OIT en las décadas de los años cincuenta
y sesenta que un convenio ratificado tiene aplicación directa y supremacía
sobre la legislación común, pero la interpretación parece haber cambiado en el
sentido del dualismo»148. El Consejo de Estado aceptó la tesis monista en 1980.
147
VON POTOBSKY, Geraldo W. y BARTOLOMEI DE LA CRUZ, Héctor G. La Organización
Internacional del Trabajo. Ed. Astrea. Buenos Aires, 1990, pág. 40.
148
VON POTOBSKY, Ibíd., pág. 41.
149
Gustavo Díaz Raga valora como la experiencia más importante de la CTC en el paro de 1977: «Lo
más importante fue el clima unitario que vivimos los trabajadores. Porque fuimos capaces de superar
la politiquería que nos tiene anarquizados. Rompimos esa falsa creencia que los afiliados de la CTC
no podíamos luchar hombro a hombro con los compañeros de las otras centrales. Fue un gran expe-
rimento»... «Por ejemplo durante la organización del paro, nos encontramos que algunas de nuestras
federaciones nos dijeron: no nos podemos unir con la CGT o con la CSTC. Entonces las visitamos y
discutimos el problema y comenzaron a trabajar con los equipos de las otras centrales» (ALAPE,
Arturo. Op. cit., pág. 127).
150
Fenasintrap, aglutinador de importantes sectores de servicios públicos, donde participan varias
fuerzas marxistas y tiene presencia significativa dentro del sindicalismo independiente y clasista se
opone también al paro.
151
«El PCN –paro cívico nacional– fue reformista, espontáneo y aventurero por el contenido político
de sus objetivos. No obstante fue una lucha revolucionaria por la magnitud de la confrontación y el
predominio de la violencia popular a nivel de masas». La cuestión Sindical. Impulsores C.I.S.,
Bogotá, septiembre de 1980.
191
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154
CARVAJAL SALCEDO, Adalberto y JARAMILLO ULLOA, Héctor. Nuevo enfoque del derecho
del trabajo. Publicaciones núcleo de acción social «NAS». Bogotá, 1978. Primera edición, págs.
219 y 220.
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155
«...nuestra legislación no exige, fuera de los ya destacados, ningún otro requisito para que el
Convenio pueda ser considerado como ley interna esto es para que pase a ser parte integrante de la
legislación colombiana, pues la ley aprobatoria del convenio o convenios forma con ellos un solo
cuerpo, sin que sea posible pasar inadvertido que no existe precepto alguno constitucional ni legal
que exija, fuera de la ley aprobatoria de los convenios internacionales, otra que los desarrolle,
para que puedan regir dentro de nuestro derecho interno, como lo pretenden los demandantes,
pues como ya lo dijo la Corte Suprema de Justicia, en la misma sentencia citada en la demanda, los
tratados o convenios internacionales se equiparan a leyes internas «...tales actos, por la fuerza
obligatoria que el artículo 76, 18 del Estatuto Constitucional, son disposiciones legislativas espe-
ciales, que no pueden modificarse unilateralmente. Representan ordenamientos de índole singular
cuyo contenido coincide con el de convenciones internacionales que se llevan a término para ser
cumplidas con estrictez y buena fe. De ahí que no sea admisible sostener que la Constitución
después de mandar que los tratados deben cumplirse, tolere que un acto posterior del Estado los
desconozca. (Se subraya)».
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tienen ningún interés en el manejo del movimiento sindical, salvo para neutra-
lizar las acciones en el sindicalismo de otras fuerzas políticas y obtener respal-
do nominal en momentos de crisis.
En el XIX Congreso de la CTC reunido en Cali en mayo de 1980 se aprobó la
ponencia política donde se llama a la constitución de un partido obrero: «El
partido de los trabajadores. Una política de clase expresa un proceso de desa-
rrollo de la conciencia social de los trabajadores en marcha hacia la transfor-
mación de su pensamiento político, con la perspectiva de que en la construc-
ción de su propio aparato político no está haciendo otra cosa que hacer uso
del libre derecho, que igualmente tiene la burguesía, de dirigir los destinos de
la nación que en término de política, necesariamente lucha por alcanzar el
poder del Estado para modelar la sociedad a imagen y semejanza de los intere-
ses del pueblo y de los trabajadores en general, así como lo hacen los capitalis-
tas actualmente»157.
Cuando se inicia el proceso neoliberal en Colombia dirigido desde la presiden-
cia de la república en manos de liberales, importantes sindicatos de la CTC,
cuya dirección también se considera liberal, son golpeados sin compasión
política alguna (INSFOPAL - EMPOS y Puertos de Colombia) lo que de-
muestra el bajo grado de relación política entre ese partido y «su» Central.
La UTC en el XV Congreso de Medellín, en diciembre de 1980, definitiva-
mente, como confederación, va a soñar con un partido laboralista.
«Declara:
«Es necesario concentrar todos nuestros esfuerzos para lograr organizar el
movimiento obrero políticamente, de forma tal que su actividad social y de-
mocrática sea canalizada, orientada y dirigida por su organización política.
«Esta organización política, llámese partido obrero, laborista, o socialdemócra-
ta, debe ser el producto de un intenso trabajo de educación, politización y movi-
lización de las bases, en el que confluyan sindicatos y sus dirigentes, las distintas
corrientes y agrupamientos políticos que adhieran al programa, incluyendo los
científicos, los intelectuales, la juventud laboriosa y estudiosa, así como persona-
lidades y activistas de los partidos tradicionales que estén dispuestos a adherir a
nuestro programa. En este proceso de confluencia, la clase obrera, tiene que
disponerse a jugar el papel de vanguardia que le corresponde.
157
Conclusiones XIX Congreso de la Confederación de Trabajadores de Colombia. Cali, mayo 1980.
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«La constitución de este movimiento político es por fuera de los partidos tra-
dicionales y en oposición al sistema, los empresarios, y el régimen político que
los sostiene, para que pueda presentarse como una verdadera alternativa de
poder»158.
Sin embargo la dirección de la UTC inmediatamente termina el Congreso va a
desarrollar labores y emitir declaraciones para congraciarse con el régimen.
Esta contradicción refleja el grado de penetración de algunas fuerzas revolu-
cionarias y otras progresistas como el M-19 en los sindicatos de la UTC contra
las posiciones tradicionales de la mayoría de los miembros de la dirección
nacional. Fueron estas actitudes los preavisos de la crisis de la UTC donde un
sector mayoritario concurriría a la creación de la nueva central, mientras el
tradicional se debatía entre los comunicados de apoyo a los partidos y al go-
bierno, la crítica cada vez mayor de las bases y un proceso de corrupción
interna de gran magnitud.
Pero tal tendencia de rompimiento con los partidos no abarca a la CSTC cu-
yos vínculos con el partido comunista son el eje de su política, aunque en
repetidas ocasiones manifiesta su voluntad de desaparecer en una estructura
sindical mucho más amplia respaldada por otras organizaciones políticas.
De todas maneras la dirección de la CSTC es de orientación comunista y en
sus sindicatos hay más de medio millón de trabajadores quienes confían en la
dirección para conducir sus luchas reivindicativas, pero políticamente el res-
paldo de los trabajadores es ínfimo en las elecciones a las que concurre el P.C.
o frentes electorales más amplios donde participa.
Dentro del archipiélago de pequeñas fuerzas políticas que influyen en impor-
tantes sectores del sindicalismo no confederado, así mismo llamado sindicalis-
mo independiente, hay desde quienes pugnan por una central sin importar su
continuidad en la futura dirección, hasta aquellas posiciones que no admiten
desde ningún punto de vista una autonomía de los sindicatos que orientan con
sus directrices grupistas de corto y largo alcance, catalogando los llamamien-
tos confederales a la unidad o a la creación de un nuevo partido como una
simple treta de la burguesía contra los bastiones proletarios.
Pero de un momento para otro, sectores del sindicalismo independiente radi-
cal se encuentran con que tienen los mismos objetivos con otros sectores que
158
Conclusiones XV Congreso de la Unión de Trabajadores de Colombia. Medellín, diciembre
1980.
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ASICUN, ASITLAN, FETRACUN, FENASINTRAP, FEDEPETROL, FENALTRASE,
FESTRAC, FETRACAUCA, FECODE y UTRASAN.
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El Bloque Sindical Independiente de Antioquia, cuando explica su rompimiento con el sindicalis-
mo independiente y clasista, concluye: «De ahí que el problema no es de mero centralismo y menos
de crear en abstracto polos alternos a las distintas formas organizativas existentes y mucho menos
revivir a nuestro interior la ya caduca concepción de que el sindicalismo independiente es el no
confederado, olvidándonos que al interior de las confederaciones también se vive la lucha de clases
y desde hace un buen rato gran cantidad de sindicatos filiales de ellas no comparten las posiciones
patronales y gobiernistas de muchos de sus dirigentes, prueba de ello es la participación de sindica-
tos y federaciones en el Encuentro de Solidaridad, Protesta y Denuncia realizada en Zipaquirá y su
compromiso con las tareas emanadas de él, lo mismo que su trabajo en la Coordinadora de Conflic-
tos que de él surgió».
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a presentar pliegos de peticiones a los trabajadores. Son éstos poseedores apenas de su fuerza de
trabajo, quienes hacen peticiones al patrono, que dentro de la empresa aporta el capital». (C.S.J.
sentencia homologación Flota Mercante. Unimar, 22 de noviembre 1984, Mag. Pon. José Eduardo
Gnecco).
164
OIT. El Trabajo en el Mundo. Vol 2. Editorial Nueva Sociedad. Caracas, 1990, págs. 54 y 55.
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Los trabajadores de la Texas, filiales de Fedepetrol, son abiertamente enemigos de los tribunales.
La empresa en la negociación de 1984 no presenta propuesta alguna ni en la etapa de arreglo direc-
to, ni en la conciliación, creyendo en la radicalidad de los dirigentes y empujando a SINALTRATEXAS
a la huelga para que declarada ilegal pudiera despedir la dirigencia y destruir la organización. Ana-
lizado el asunto, la directiva del sindicato, en los momentos más difíciles, con duras discusiones
internas, acepta el consejo de pedir la convocatoria del tribunal de arbitramento para desbaratar la
táctica empresarial. Esa decisión produjo sorpresa entre los afiliados y los sindicatos cercanos. Al
quedar frustrada así la intención empresarial la Texas entró a negociar inmediatamente pues un
tribunal de arbitramento de repente podría concederle a los trabajadores más de lo que ella estaba
dispuesta a hacerlo porque en actas no aparecía su posición frente al pliego, ni ofrecimientos que
serían un marco a los árbitros.
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había una etapa de arreglo directo, una prórroga de la misma, una etapa de
conciliación, una prórroga de la misma, una prehuelga, la declaratoria de huel-
ga, una etapa limbo, etc. y en cada oportunidad debe ceder algo para que no
sea considerado intransigente.
Igualmente sucedía desde la parte sindical que debía «bajarse» de algo del plie-
go en cada una de esas oportunidades.
f) Hasta el último día.
Tanto para el sindicato como para el empleador era táctico pujar en las fórmu-
las de acuerdo hasta el último día de plazo dado por la ley para desarrollar
efectivamente la huelga.
g) Los conflictos sin solución.
Por la redacción de la norma las posiciones de los empleadores consistían en
considerar que el sindicato (s) mayoritario (mitad más uno) dentro de la em-
presa tenía derecho a votar la huelga o el tribunal de arbitramento y que por
tanto los sindicatos minoritarios (que no alcanzan a la mitad más uno) no
tenían derecho ni a la huelga ni al tribunal, no teniendo ninguna solución los
conflictos iniciados por ellos con la presentación del pliego de peticiones.
Por su parte, las posiciones jurídicas de los trabajadores consisten en que sólo
el sindicato (s) mayoritario puede votar la opción de huelga o tribunal y los
minoritarios no la tienen pero pueden recurrir a que su conflicto sea resuelto
por un tribunal de arbitramento. Para ellos la ley y la normatividad internacio-
nal reconocen como el objetivo principal de los sindicatos lograr mejorar las
condiciones de sus afiliados y firmar los acuerdos pertinentes. Por estas razo-
nes los conflictos de los sindicatos minoritarios deberían finalizarse con una
decisión arbitral.
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nente Gregorio Becerra, hombre ilustrado, quien vio una buena oportunidad
para hacer algo de fondo por el país e invitó a las centrales obreras y a algunos
gremios a reunirse con él para incluir en el proyecto ideas e instituciones real-
mente de hondo calado.
Solamente un dirigente sindical, de la UTC, concurrió a la invitación.
Finalmente es aprobada la iniciativa como la ley 39 de 1985 y sus característi-
cas principales son:
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(Consejo de Estado. Sección Segunda. Actor Armando Novoa García, 9 de septiembre de 1992.
Cons. Pon. Dolly Pedraza de Arenas). Esta reproducción de la parte resolutiva de la sentencia se
hace por cuanto en algunos documentos se afirma lo contrario, que se mantuvo en la ley 39 y en el
decreto 477 el criterio de mayoría para declarar la huelga como se lee por ejemplo en sentencia de la
Subsección «B» de la Sección Segunda. Actor: Unial S. A., octubre 30 de 1997. Cons. Pon. Silvio
Escudero Castro.
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Consejo de Estado. Sala de Consulta y Servicio Civil. Consulta - radicación 1.944. Cons. Pon.
Abello Noguera. Ago.\4\1983. Igualmente el ministro no autorizó su publicación pero permitió a los
interesados el acceso a una copia.
171
Resolución 03935 del 10 de septiembre de 1985.
213
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mixtos, con suscripción de convenciones para los afiliados que tenían las ca-
racterísticas de trabajadores oficiales, exclusivamente.
Socialmente estos sindicatos mixtos responden a:
1. Son una necesidad frente al clientelismo generado por la reforma de 1968.
2. Son los primeros hijos directos de los Convenios 87 y 98 de la OIT, en la
aplicación de la autonomía de los trabajadores para organizarse como a bien
tengan.
3. Su legalidad reside en la teoría monista que los Convenios 87 y 98 de la OIT
dejan insubsistentes las normas del Código Sustantivo del Trabajo que los
contradicen.
4. Son un paso de acercamiento de los llamados empleados públicos a la nego-
ciación colectiva.
5. Son una demostración de la posibilidad de mejorar las prácticas restringidas
en el campo del derecho laboral colectivo si los trabajadores se empecinan en
lograrla.
En los términos kantianos, las condiciones de aptitud de universalización de la
libertad sindical imponen los sindicatos mixtos, rompen la tradición, saltan
sobre las sentencias adversas y finalmente se convierten en derecho positivo.
Los posteriores pronunciamientos judiciales y doctrinales contrarios a su exis-
tencia y necesidad, al controvertirlos, permitirán reafirmar los criterios inter-
nacionales de la autonomía sindical.
A partir del funcionamiento de los sindicatos mixtos ceden las clasificaciones
de trabajadores oficiales como empleados públicos al desaparecer la motiva-
ción más importante que tenían los directivos institucionales cual era la des-
trucción del sindicato que funcionaba en su entidad.
Por otra parte, aunque la ley le prohibía a los empleados públicos beneficiarse
de las convenciones colectivas, pero al estar agrupados en una organización
con los trabajadores oficiales, la fuerza para apoyar la negociación del pliego
era mayor y de todas formas, en la práctica, algunos beneficios convencionales
se le trasladaban a los empleados públicos al decretarlos por resoluciones o
acuerdos las juntas directivas o consejos superiores de las entidades, exigibles
hasta tanto no fueran anulados por el contencioso administrativo.
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172
SÁNCHEZ, Ricardo. Op. cit., pág. 100.
173
SÁNCHEZ, Ricardo. Op. cit., pág. 123.
216
FLUJOS Y REFLUJOS
174
OIT. «El trabajo en el mundo». Op. cit., pág. 1.
217
MARCEL SILVA ROMERO
175
OIT. Op. cit., pág. 67.
218
FLUJOS Y REFLUJOS
219
MARCEL SILVA ROMERO
nes de su labor no son número que integre el total para establecer la densidad
sindical.
La estadística que le sirvió de base a la ponencia para primer debate en el
Senado de la futura ley 50 de 1990 fue:
«El sindicalismo se encuentra cuantitativamente debilitado no obstante la ex-
celente calidad de muchos de sus dirigentes. El censo sindical actual muestra
un decrecimiento proporcional de afiliados, respecto de 1984. En efecto, las
estadísticas indican que: en 1984 la población económicamente activa era del
orden de 10.600.000, la población empleada era de 9.370.000 y la población
sindicalizada 873.442; y, en 1990 la población económicamente activa era de
12.000.000, la población empleada de 11.273.000 y la población sindicalizada
de 880.155. Para 1984 el 9.3% y para 1990 el 7.8% de la población trabajadora
estaba sindicalizada»176.
También los censos sindicales carecen de mayor valor, así sean muy utilizados
por casi todos los escritores de estos asuntos, pues existen con personería
jurídica muchas organizaciones que no tienen afiliados, que han desaparecido,
que no se les ha cancelado el registro sindical y no tienen ninguna vida real.
Muchas de éstas son revividas por fuerzas políticas únicamente para tener más
delegados a congresos o eventos para inflar su representatividad. En impor-
tantes congresos sindicales participan federaciones de sindicatos de trabaja-
dores sin empleador demostrando miles de integrantes, sin que ello sea cierto.
121o. LA C.U.T.
Abriendo grandes expectativas el 15 de noviembre de 1986 se reunieron cerca
de 1800 delegados y fundan la Central Unitaria de Trabajadores C.U.T.
Algunos autores, con gran regocijo, atribuyen la creación de la C.U.T. como el
producto de las luchas unitarias dadas desde 1977, de la crisis de las otras
centrales y del avance unitario de los movimientos sociales.
Pero uno de los factores más importantes es el progresivo abandono de los
partidos tradicionales a las organizaciones sindicales y de esta forma las direc-
ciones partidistas dentro de las centrales no le pueden ofrecer ninguna salida a
sus afiliados con el apoyo de los gobiernos.
176
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Compilación de la Reforma Laboral. Bogotá, abril
1991. Primera Ponencia para debate, pág. 79.
220
FLUJOS Y REFLUJOS
177
COMISIONES OBRERAS. Op. cit.
221
MARCEL SILVA ROMERO
122o. La CTDC
La Unión de Trabajadores de Colombia había entrado en crisis por dos razo-
nes principales: una serie de sindicatos de gran envergadura como el del Insti-
tuto de Seguros Sociales y Sintrabavaria se habían desafiliado y habían confor-
mado la C.U.T.
Como segunda teníamos los agudos grados de corrupción a que había llegado
el Comité Ejecutivo liderado por Víctor Acosta y Santander Solano. El mane-
jo inadecuado de grandes sumas de trabajadores y cooperados, unido a otra
serie de faltas contra una correcta dirección de las luchas gremiales conlleva-
ron a que parte importante de dirigentes, entre ellos los de la federación de
trabajadores estatales «UTRADEC» decidieran crear otra central. El Movi-
miento Obrero Independiente y Revolucionario «MOIR» se unió a aquellos y
fundaron la Central de Trabajadores Democráticos de Colombia «CTDC».
222
CAPÍTULO V
PERÍODO A PARTIR DE 1987
178
Departamento Administrativo del Servicio Civil. El estatuto de descentralización de la adminis-
tración Barco.
179
Alocución de Barco el 17 de enero de 1987.
224
FLUJOS Y REFLUJOS
180
Sent. Tribunal Superior de Ibagué. Sala Laboral, julio 11/91 proc. Fuero sindical permiso para
despedir. Empresa de Obras Sanitarias de Ibagué S. A. «EMPOIBAGUÉ» VS. Jairo Rodríguez
Arenas. Mag. Pon. Elizabeth Galeano Ortíz.
181
En este número se incluyen sindicatos de empresa y seccionales del de industria.
SINTRACUAEMPONAL.
226
FLUJOS Y REFLUJOS
182
GUATINDOY, Felix. Las marchas de mayo. Colombia Hoy No. 58, junio de 1988, pág. 17.
227
MARCEL SILVA ROMERO
228
FLUJOS Y REFLUJOS
ción alcanzados por las normas laborales. Se cree, además, que la movilidad
cada día mayor del capital acrecienta también la fuerza negociadora de los
empleadores frente a los gobiernos y a los trabajadores. Los gobiernos deseo-
sos de atraer y conservar inversiones extranjeras directas tienen que hacer
concesiones, y la posición negociadora de los trabajadores se debilita ante la
amenaza de renunciación de las empresas»183.
El gobierno de César Gaviria es el súmmum del neoliberalismo. Su grito de
«bienvenidos al futuro» en el acto de posesión tiene como máximas expresio-
nes las leyes 50 y 60 de 1990.
183
LEE, Eddy. Mundialización y normas del trabajo. Puntos del debate. Organización Internacional
del Trabajo. Revista Internacional del Trabajo. Vol. 116, número 2, 1997/verano.
229
MARCEL SILVA ROMERO
c) La legislación es desueta:
1. Ha quedado al margen de lo que ocurre en la economía microempresarial,
campesina, informal, y en general, de la pequeña producción.
2. Se necesitan nuevas regulaciones a las condiciones de la apertura que ex-
pandan la producción, permitan conquistar los mercados internacionales e
incidan en la reestructuración del aparato productivo.
e) Propuestas en lo individual.
1. Total desregulación laboral al proyectar que quien «habitualmente preste
sus servicios personales remunerados en un determinado ramo de actividades,
o a través de un establecimiento de comercio, o en ejercicio de una profesión
liberal, alegue el carácter laboral de su relación, deberá probar que la intención
de las partes fue el celebrar un contrato de naturaleza laboral y que la subordi-
nación jurídica fue la prevista en el artículo 2o., literal b) de esta ley y no la
necesaria para el cumplimiento de la labor o actividad encomendada».
230
FLUJOS Y REFLUJOS
231
MARCEL SILVA ROMERO
11. Definición de la titularidad del derecho de huelga regido por la ley de las
mayorías (modificación a la ley 39 de 1985).
12. Desarrollo del sindicalismo de industria:
«Así mismo se adiciona el nombre de los sindicatos de industria por el de
‘sindicatos de industria o rama de actividad económica’, de tal manera que se
amplía el concepto de sindicalismo de industria, referido no sólo a las activida-
des extractivas o de transformación, sino también a los demás sectores de la
actividad económica, como el comercial, agrícola, de servicios, entre otros».
Las centrales sindicales convocaron a la realización de un paro nacional, en
noviembre de 1990, contra este proyecto de ley. Fue un fracaso.
El adalid de esta reforma lo fue Alvaro Uribe Vélez, bien acompañado por
Fernando Botero Zea.
En el transcurso del debate parlamentario se continuaron imponiendo los cri-
terios neoliberales y así se refleja en las ponencias y sólo en algunas cuestiones
el Congreso modificó, entre otras de menor calado:
a) Redujo la propuesta del proyecto gubernamental de eliminar la presunción
de que toda relación de trabajo está regida por un contrato de trabajo en cual-
quier relación laboral, dejando la supresión cuando la prestación de servicios
es en ejercicio de una profesión liberal o en el desarrollo de un contrato civil o
comercial.
b) No eliminó totalmente la acción de reintegro pero la restringió a los traba-
jadores que al momento de entrar en vigencia la ley tuviesen más de 10 años
de servicio.
c) Estableció la prelación de créditos por salarios, prestaciones e
indemnizaciones.
d) Suprimió la pensión sanción para trabajadores particulares afiliados al ISS.
e) Volvió inane la protección legal contra despidos colectivos.
En la ponencia para segundo debate, Alvaro Uribe Vélez, bien apuntalado y
financiado económicamente por los empresarios antioqueños, reconoce (i)
que no se ha dado consenso alrededor el proyecto y se ufana, que a diferencia
de otros países, (ii) no se están proponiendo sistemas de deslaboralización de
las relaciones de trabajo, como las maquiladoras o ensambladoras, o las zonas
francas sin leyes laborales y (iii) que se fortalece el sindicalismo.
232
FLUJOS Y REFLUJOS
a) Por su filosofía.
En una de las tantas ponencias, al expresarse la filosofía de la nueva ley, se
decía que «Pensar en forma clasista sobre el trabajo es empezar mal. El trabajo
lleva en sí un signo particular del hombre y de la humanidad. Cuando se ha
pretendido hacer del trabajo apenas un factor de contradicción de clase, un
recurso para la toma del poder, se ha incurrido en una reducción elemental. Al
igual que rechazamos la perspectiva utilitarista del trabajo arraigada en algu-
nos empresarios, economistas y tecnócratas, nos oponemos a las apreciacio-
nes trasnochadas formuladas desde una concepción trivial de la lucha de con-
trarios»184.
184
Ministerio de Trabajo. Compilación. op. cit., pág. 158.
233
MARCEL SILVA ROMERO
Comparemos esta postura con la visión de uno de los más destacados autores
laboralistas latinoamericanos:
«Dicho de una manera esquemática, muy simple, pero no por ello falta de
realidad, la sociedad, la sociedad civil, la sociedad global puede ser imaginada
de dos maneras: como un todo unitario sin fisuras, absolutamente unánime,
pulcro, en el cual hay un solo interés, del que todos forman parte, interés que
es representado de manera directa por el Estado; sociedades absolutamente
lineales, en las cuales el conflicto es una anomalía, una patología, que por
consiguiente debe ser exterminada. Frente a esta concepción que deja muy
poco espacio o ninguno, para el derecho de huelga, hay otra concepción, que
es una concepción pluralista de la sociedad que parte de la constatación de
que la sociedad no es un todo único, absolutamente armónico, y absolutamen-
te uniforme, sino que la sociedad, en la realidad de los hechos, está compuesta
por múltiples grupos, que van surgiendo y se van formando autónomamente,
más o menos espontáneamente. Grupos que se forman por razones deporti-
vas, políticas, religiosas, productivas, etc. Entre los grupos que se forman por
razones productivas están los grupos laborales: empleadores y trabajadores.
«Estos grupos, los grupos profesionales, tanto como los otros, los políticos,
religiosos, ideológicos, deportivos, culturales, etc. que se forman espontánea-
mente tienen a menudo intereses distintos, intereses contrapuestos y si esto es
así, es natural que haya un conflicto y es natural que haya determinadas medi-
das de canalización del conflicto»185.
Es decir hay dos grandes visiones de la sociedad, una que la concibe integrada
por muchos intereses en juego, con contradicciones, de cuyo enfrentamiento
sale fortificada la sociedad, donde son normales y necesarios los choques de
las distintas aspiraciones y pretensiones y la legislación crea los mecanismos
de solución de los conflictos que se engendran. Esta es la gran base del dere-
cho laboral y la democracia.
Pero también hay otra concepción que pregona en lo público o en lo privado
que en la nación entera, toda la población debe tener unos solos propósitos,
marchar al mismo redoble de tambor y bajo unas mismas banderas, tomándo-
se como extraña al cuerpo social cualquier disidencia de la concepción oficial
y a la ley sólo se le concede el papel de señalar cómo se extirpan los
185
URIARTE, Ermida. La huelga en el derecho internacional y comparado del trabajo. «Derecho
Laboral. Revista de doctrina, jurisprudencia e informaciones sociales». Tomo XXXIII, No. 160.
Octubre-diciembre, 1990. Montevideo, pág. 607.
234
FLUJOS Y REFLUJOS
235
MARCEL SILVA ROMERO
que han logrado constituir no tienen una verdadera vida precisamente por la
trashumancia que incluso es internacional.
Pero en general un trabajador contratado a término fijo no puede integrarse a
ninguna clase de sindicatos, porque su contrato no será revocado.
186
MARX, Carlos y ENGELS, Federico. Manifiesto del Partido Comunista. Obras Escogidas. Tomo
I. Editorial Progreso. Moscú, 1973, pág. 114.
238
FLUJOS Y REFLUJOS
239
MARCEL SILVA ROMERO
El resultado para el país hubiese sido distinto si la ley 50 de 1990 recogiese los
principios y procedimientos establecidos en el Convenio 158 de la Organiza-
ción Internacional del Trabajo, donde la organización sindical tiene el derecho
a la información, a la discusión con el empleador y a proponer fórmulas que
amortigüen el impacto del desempleo.
La participación de los trabajadores en estos procesos de modernización o
adecuación permitiría controlar el fraude de los capitalistas salvajes para quie-
nes la empresa es un negocio en que se invierten unos dineros, se pagan unos
salarios y se extrae el más alto porcentaje de ganancias, sin importar las conse-
cuencias sociales.
En muchas ocasiones la oposición de los trabajadores sindicalizados a los des-
pidos colectivos es el único esfuerzo que se hace en Colombia por impedir el
desmantelamiento de fábricas e industrias y retener en nuestro país parte de la
riqueza aquí generada.
b) La sensación de inutilidad.
Pero en el derrumbe de las instituciones tradicionales del derecho laboral tam-
bién ha ejercido un fuerte papel la pérdida de seguridad de los trabajadores en
que su futuro se encuentra en la empresa como era lo acostumbrado.
Al conocer la permisividad de la ley 50 y percibir movimientos acelerados de
destrucción de unas empresas, escisión de otras, transformaciones, etc. la men-
talidad del trabajador por la defensa de sus derechos laborales centrales se
enfrenta a la pérdida de la sensación de protección, a la incertidumbre del
futuro y prefiere aceptar una oferta de retiro voluntario a cambio de sumas
que le permitan sobrevivir por unos días.
Cualquier duda de no aceptar tan injustas ofertas es reducida a fuerza de lison-
jas, amenazas u oprobios. Los altivos luchadores laborales o los antiguos tra-
bajadores siempre defensores de la empresa en que laboran, sin ninguna dis-
tinción, con la sensación de la inutilidad de sus conocimientos y de su dedica-
ción durante muchos años, con el sentimiento de haber perdido sus vidas sin
ningún objetivo, corren apresurados a firmar el papel que el empleador quiera
para desvincularlos pagándoles algunas sumas de dinero, sin derecho a protes-
ta o a discusión, bajo la misericorde mirada del inspector de trabajo, o del juez
que suscribe el acta de la espúrea conciliación.
242
FLUJOS Y REFLUJOS
Pero también exige la ley la inscripción del sindicato en el registro sindical que
lleve el Ministerio de Trabajo, previa solicitud escrita acompañada de una serie
de documentos.
El efecto jurídico es que ningún sindicato puede actuar como tal, ni ejercer
funciones, ni ejercitar derecho alguno si no está inscrito y solamente mientras
lo esté.
En otros términos, sigue dependiendo de una decisión del Ministerio la posi-
bilidad si una organización sindical puede actuar o no.
Algunos profesores no ven que tal disposición de la ley 50 viole los Convenios
de la OIT:
«2. Aunque la norma constitucional hable de «simple inscripción del acta de
constitución», dado que en otra norma del mismo Artículo 39 de la Constitu-
ción, transcrita anteriormente, se establece que los sindicatos se sujetarán al
orden legal, no vemos, al menos ostensiblemente, que las normas de la ley 50
de 1990 que se refieren a los requisitos y procedimientos para la inscripción en
el Registro sindical sean contrarios a la nueva Constitución.
«3. De lo anterior, fluye fácilmente como respuesta que como la constitución
no dijo ante quién, bien puede la ley establecer la competencia de un funcio-
nario o dependencia gubernamental para que haga la inscripción de las orga-
nizaciones sindicales y, según la ley 50 de 1990, la inscripción debe hacerse en
el Registro Sindical del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social»187.
Basta simplemente traer algunas citas del Comité para corroborar, por el con-
trario, cómo la ley 50 de 1990 desobedece el Convenio 87 de la O.I.T. sobre
autonomía sindical y por consecuencia contradice el artículo 53 de la Consti-
tución Nacional al exigir la inscripción en el registro sindical como
condicionante del ejercicio de los derechos y deberes del sindicato como tal.
El Comité de Libertad Sindical ha dicho al respecto:
«275. Si las condiciones para conceder el registro equivaliesen a exigir una
autorización previa de las autoridades públicas para la constitución o para el
funcionamiento de un sindicato, se estaría frente a una manifiesta infracción
del Convenio núm. 87. No obstante, no parece ser éste el caso cuando el
187
RAMÍREZ ZULUAGA, Bernardo. Derecho Colectivo del Trabajo. Editorial Copiyepess. Medellín,
1993, pág. 89.
243
MARCEL SILVA ROMERO
244
FLUJOS Y REFLUJOS
245
MARCEL SILVA ROMERO
246
FLUJOS Y REFLUJOS
191
AFANADOR NÚÑEZ, Fernando. Derecho Colectivo del Trabajo. Universidad Externado de
Colombia.
247
MARCEL SILVA ROMERO
192
ARCHILA NEIRA, Mauricio – op.cit. – pags. 124 y 125.
250
FLUJOS Y REFLUJOS
251
MARCEL SILVA ROMERO
Pero una simple labor de glosadores, sin mayores pretensiones, nos va arrojar
como resultado que los derechos sociales relacionados con el área laboral fue-
ron simplemente enunciados en la Constitución pero con reenvio al legisla-
dor, mientras que los principios neoliberales fueron establecidos con contun-
dencia.
Por ejemplo el derecho a la honra,193 la segunda instancia194, el asilo195, la segu-
ridad social196, derecho de asociación sindical197, los principios mínimos fun-
damentales198 , el derecho de negociación199, la huelga200, participación en la
gestión de las empresas201, el acceso a la propiedad de las empresas202, la pro-
193
ARTICULO 21. Se garantiza el derecho a la honra. La ley señalará la forma de su protección.
194
ARTICULO 31. Toda sentencia judicial podrá ser apelada o consultada, salvo las excepciones
que consagre la ley.
195
ARTICULO 36. Se reconoce el derecho de asilo en los términos previstos en la ley.
196
ARTICULO 48. La Seguridad Social es un servicio público de carácter obligatorio que se prestará
bajo la dirección, coordinación y control del Estado, en sujeción a los principios de eficiencia,
universalidad y solidaridad, en los términos que establezca la Ley.La ley definirá los medios para
que los recursos destinados a pensiones mantengan su poder adquisitivo constante.
197
ARTICULO 39. Los trabajadores y empleadores tienen derecho a constituir sindicatos o asocia-
ciones, sin intervención del Estado. Su reconocimiento jurídico se producirá con la simple inscrip-
ción del acta de constitución. La estructura interna y el funcionamiento de los sindicatos y organiza-
ciones sociales y gremiales se sujetarán al orden legal y a los principios democráticos.
198
ARTICULO 53. El Congreso expedirá el estatuto del trabajo. La ley correspondiente tendrá en
cuenta por lo menos los siguientes principios mínimos fundamentales:
Igualdad de oportunidades para los trabajadores; remuneración mínima vital y móvil, proporcional
a la cantidad y calidad de trabajo; estabilidad en el empleo; irrenunciabilidad a los beneficios míni-
mos establecidos en normas laborales; facultades para transigir y conciliar sobre derechos inciertos
y discutibles; situación más favorable al trabajador en caso de duda en la aplicación e interpretación
de las fuentes formales de derecho; primacía de la realidad sobre formalidades establecidas por los
sujetos de las relaciones laborales; garantía a la seguridad social, la capacitación, el adiestramiento
y el descanso necesario; protección especial a la mujer, a la maternidad y al trabajador menor de
edad.
199
ARTICULO 55. Se garantiza el derecho de negociación colectiva para regular las relaciones
laborales, con las excepciones que señale la ley.
200
ARTICULO 56. Se garantiza el derecho de huelga, salvo en los servicios públicos esenciales
definidos por el legislador. La ley reglamentará este derecho. Una comisión permanente integrada
por el Gobierno, por representantes de los empleadores y de los trabajadores, fomentará las buenas
relaciones laborales, contribuirá a la solución de los conflictos colectivos de trabajo y concertará las
políticas salariales y laborales. La ley reglamentará su composición y funcionamiento.
201
ARTICULO 57. La ley podrá establecer los estímulos y los medios para que los trabajadores
participen en la gestión de las empresas.
202
ARTICULO 60. El Estado promoverá, de acuerdo con la ley, el acceso a la propiedad. Cuando el
Estado enajene su participación en una empresa, tomará las medidas conducentes a democratizar la
titularidad de sus acciones, y ofrecerá a sus trabajadores, a las organizaciones solidarias y de traba-
jadores, condiciones especiales para acceder a dicha propiedad accionaria. La ley reglamentará la
materia.
252
FLUJOS Y REFLUJOS
203
ARTICULO 61. El Estado protegerá la propiedad intelectual por el tiempo y mediante las forma-
lidades que establezca la ley.
204
ARTICULO 68. …. La enseñanza estará a cargo de personas de reconocida idoneidad ética y
pedagógica. La Ley garantiza la profesionalización y dignificación de la actividad docente.
205
ARTICULO 125. Los empleos en los órganos y entidades del Estado son de carrera. Se exceptúan
los de elección popular, los de libre nombramiento y remoción, los de trabajadores oficiales y los
demás que determine la ley.
206
ARTICULO 58. Se garantizan la propiedad privada y los demás derechos adquiridos con arreglo
a las leyes civiles, los cuales no pueden ser desconocidos ni vulnerados por leyes posteriores. Cuan-
do de la aplicación de una ley expedida por motivo de utilidad pública o interés social, resultaren en
conflicto los derechos de los particulares con la necesidad por ella reconocida, el interés privado
deberá ceder al interés público o social.
La propiedad es una función social que implica obligaciones. Como tal, le es inherente una función
ecológica.El estado protegerá y promoverá las formas asociativas y solidarias de propiedad.
Por motivos de utilidad pública o de interés social definidos por el legislador, podrá haber expropia-
ción mediante sentencia judicial e indemnización previa. Esta se fijará consultando los intereses de
la comunidad y del afectado. En los casos que determine el legislador, dicha expropiación podrá
adelantarse por vía administrativa, sujeta a posterior acción contenciosa administrativa, incluso res-
pecto del precio.
Con todo, el legislador, por razones de equidad, podrá determinar los casos en que no haya lugar al
pago de indemnización, mediante el voto favorable de la mayoría absoluta de los miembros de una
y otra Cámara.
207
ARTICULO 333. La actividad económica y la iniciativa privada son libres, dentro de los límites
del bien común. Para su ejercicio, nadie podrá exigir permisos previos ni requisitos, sin autorización
de la ley.
La libre competencia económica es un derecho de todos que supone responsabilidades.
La empresa, como base del desarrollo, tiene una función social que implica obligaciones. El Estado
fortalecerá las organizaciones solidarias y estimulará el desarrollo empresarial.
253
MARCEL SILVA ROMERO
un concepto es más o menos completa, esto hace más estricto el control cons-
titucional del acto normativo que desarrolla el mencionado concepto pues, en
tales casos, el Constituyente ha limitado el ámbito de acción del legislador. Por
el contrario, si la protección constitucional solamente se predica de ciertos
elementos, los cuales no delimitan perfectamente la figura jurídica del caso, el
Congreso tiene una amplia libertad para optar por las diversas alternativas
legítimas del concepto, obviamente respetando el marco constitucional fijado.
En efecto, en función del pluralismo político, la soberanía popular, el princi-
pio democrático y la cláusula general de competencia del Congreso (CP arts
1º, 3º, 8º y 150), se entiende que cuando la Constitución ha guardado silencio
sobre un determinado punto es porque ha querido dejar un espacio abierto
amplio para diferentes regulaciones y opciones de parte del Legislador. Eso
significa que cuando no puede deducirse del texto constitucional una regla
clara, en principio debe considerarse válida la regla establecida por el Legisla-
dor208.
El resultado concreto se aprecia cuando la aplicación de los derechos sociales
enunciados se demora hasta cuando el legislador provea su desarrollo, mien-
tras que los derechos neoliberales son de inmediata aplicación y si la ley nunca
se ocupara de su reglamentación su ejercicio es pleno. Así lo corroboran las
diversas posturas sobre la materia de la Corte Constitucional: «Por regla gene-
ral, el legislador puede desarrollar los conceptos que se encuentren en la Cons-
titución Política, ya sea por remisión expresa de la propia Carta, ya por la
cláusula general de competencia que detenta el Congreso; ahora bien, el trata-
miento legislativo de los mencionados conceptos no es ni puede ser homogé-
neo, pues la determinación constitucional del concepto fluctúa en intensidad,
no sólo en atención a los elementos normativos determinados sino, en gene-
ral, a la orientación del sentido legislador dentro del mismo marco constitu-
cional»209.
208
Sentencia C-81/96. M.P.: Dr. Alejandro Martínez Caballero.
209
«Así, algunas nociones de la Carta definen sus elementos estructurales de tal forma que no permi-
ten un amplio margen de acción al legislador; por el contrario, otros conceptos en los cuales aparte
del sometimiento general a la Carta, a sus valores superiores y a los principios fundamentales del
ordenamiento jurídico político, se exige el respeto de algunos elementos esenciales o de principios
parciales del ordenamiento jurídico, en los cuales a pesar de su especifidad no se delimita con
precisión su entidad y contenido concreto.
«De esta forma, el legislador al desarrollar un precepto constitucional que contiene uno o varios
principios parciales, bien puede elegir entre diversas opciones normativas, en tanto y en cuanto,éstas
se ajusten a los elementos esenciales y estructurales determinados en la Carta para la institución
respectiva; lo anterior, desde luego, condiciona el control constitucional de las normas legales, pues
permite establecer límites con respecto a éstas y con base en ellos ejercer el juicio de constitucionalidad
254
FLUJOS Y REFLUJOS
255
MARCEL SILVA ROMERO
256
FLUJOS Y REFLUJOS
211
Los convenios sobre extradición desconocidos por la constituyente son los suscritos con:
Argentina ley 46 de 1926 , Bélgica ley 74 de 1913 y ley 47 de 1935 , Tratado adicional y ley 14 de
1961, Brasil ley 85 de 1939, Costa Rica ley 19 de 1931, Cuba ley 16 de 1932, Chile ley 8ª de 1928,
Salvador ley 64 de 1905, España ley 35 de 1892, Estados Unidos ley 66 de 1888 y ley 8 de 1943,
Francia decreto del 12 de marzo de 1852, Gran Bretaña ley 48 de 1888 y ley 15 de 1930, Guatemala
ley 40 de 1930, México ley 30 de 1930, Nicaragua ley 39 de 1930, Panamá ley 57 de 1928, tratado
multilateral de extradición de la 7ª Conferencia Internacional Americana ley 74 de 1935; ley 76 de
1986 Convención contra la tortura.
257
MARCEL SILVA ROMERO
258
FLUJOS Y REFLUJOS
hayan sido aprobados por el legislador. La cuarta sobre convenios que aún sin
ser aprobados por el legislador entran en vigencia.
Como el país ya quedó dolorosamente notificado con lo acaecido con la
normativización sobre la extradición212, en estos tiempos una nación no pue-
de jugar a no aplicar los convenios internacionales, so pena de vivir grandes
disturbios en las relaciones internacionales e internamente.
I. Tesis de dictadura.
Por un lado encontramos las visiones de dictadura, según las cuales, la aspira-
ción en todo país o Estado es procurar que sus habitantes adopten unos mis-
mos propósitos y unas mismas metas, donde todos los ciudadanos van detrás
de una única bandera y al redoble de un solo tambor. Desde los altos órganos
del Estado, o desde las instituciones más poderosas de la llamada sociedad
civil, se imponen esos objetivos y los demás sólo pueden cumplirlos y desarro-
llarlos. Quienes no caminan dentro de estas disciplinadas filas son aislados, se
les da un tratamiento profiláctico de extirpación, se les silencia, excomulga,
censura, encarcela, exila, cuando no se les mata. Estas concepciones de dicta-
dura son de derecha y de izquierda. En la primera no cabe el derecho de
asociación de empleadores y trabajadores con intereses diferentes, de cuya
212
En medio de la violencia y el auge de la exportación de drogas, el desconocimiento de los
Convenios sobre extradición con el artículo 35 de la Carta, produjo gran presión internacional,
especialmente por el gobierno de los Estados Unido, y en el Acto Legislativo Nº 1 de 1997 se varió
totalmente ese artículo quedando así: «La extradición se podrá solicitar, conceder u ofrecer de acuer-
do con los tratados públicos y, en su defecto, con la ley. Además, la extradición de los colombianos
por nacimiento se concederá por delitos cometidos en el exterior, considerados como tales en la
legislación penal colombiana. La Ley reglamentará la materia».
La extradición no procederá por delitos políticos. No procederá la extradición cuando se trate de
hechos cometidos con anterioridad a la promulgación de la presente norma».
259
MARCEL SILVA ROMERO
a) De derecha
El fascismo213, como el nacional socialismo alemán, 214o el nacional sindicalis-
mo español215, niegan la existencia de clases y de la lucha de clases pues las
consideran un invento del marxismo para destruir la civilización y proponen la
213
Fascismo, forma de totalitarismo del siglo XX que pretende la estricta reglamentación de la
existencia nacional e individual de acuerdo con ideales nacionalistas y a menudo militaristas; los
intereses contrapuestos se resuelven mediante la total subordinación al servicio del Estado y una
lealtad incondicional a su líder.
214
El nuevo orden nazista supuso la ilegalización de los sindicatos y las cooperativas y la confisca-
ción de sus posesiones y recursos financieros, la supresión de las negociaciones colectivas entre
trabajadores y empresarios, la prohibición de las huelgas y los cierres patronales, y la exigencia a
lostrabajadores alemanes de pertenecer de forma obligatoria al Deutsche Arbeitsfront (Frente Ale-
mán del Trabajo o DAF), una organización sindical nacionalsocialista controlada por el Estado. Los
salarios fueron fijados por el Ministerio de Economía Nacional.Los funcionarios del gobierno, de-
nominados síndicos laborales, designados por el Ministerio de Economía Nacional, se encargaron
de todos los asuntos relativos a los salarios, la jornada y las condiciones laborales. Las asociaciones
comerciales de empresarios e industriales de la República de Weimar fueron transformadas en orga-
nismos controlados por el Estado, a los que los patronos debían estar afiliados obligatoriamente. La
supervisión de estos organismos quedó bajo la jurisdicción del Ministerio de Economía Nacional, al
que se le habían conferido poderes para reconocer a las organizaciones comerciales como las únicas
representantes de los respectivos sectores de la industria, crear nuevas asociaciones, disolver o fu-
sionar las existentes y designar y convocar a los líderes de estas entidades. El Ministerio de Econo-
mía Nacional favoreció la expansión de las asociaciones de fabricantes e integró en cárteles a indus-
trias enteras gracias a sus nuevas atribuciones y al margen de acción que permitía la legislación.
Asimismo, se coordinó la actividad de los bancos, se respetó el derecho a la propiedad privada y se
reprivatizaron empresas que habían sido nacionalizadas anteriormente. El régimen de Hitler consi-
guió eliminar la competencia con estas medidas.
215
Nacionalsindicalismo, organización sindical franquista (durante la dictadura de Francisco Fran-
co, 1936-1975) que pretendía incluir a todos los españoles en sindicatos verticales bajo el partido
único del Movimiento Nacional. Ya desde el inicio de la Guerra Civil en la zona sublevada se
desarticularon los sindicatos de clase, declarando ilegales las organizaciones integrantes del Frente
Popular (1936), incautando sus bienes y derechos (1937), que fueron absorbidos por la Delegación
Nacional de Sindicatos de Falange Española Tradicionalista (FET) y de las JONS (1939). Se esta-
bleció el sindicalismo vertical con el Estatuto de FET y de las JONS (1937) que lo convertía en
servicio del partido único, apoyado en el Ministerio de Organización y Acción Sindical, la Central
Nacional Sindicalista (CNS) y la doctrina del Fuero de Trabajo (1938). Encuadraban todos los
sectores económicos en sindicatos verticales, y establecía la Delegación Nacional de Sindicatos
(1940). La CNS constaba de 25 sindicatos nacionales (ramas de producción), 1.300 provinciales y
260
FLUJOS Y REFLUJOS
b) De izquierda.
Desde el otro extremo encontramos los ‘estados del socialismo real’ goberna-
dos con la concepción de la dictadura del proletariado216 que aceptan la exis-
tencia de clases y la lucha entre ellas, estando en un extremo el proletariado
como la nueva clase de avanzada a la que le interesa el comunismo entendido
como la desaparición de la propiedad privada sobre los medios de produc-
ción, la apropiación colectiva de la producción y la liberación de la humanidad
de trabajar para satisfacer sus necesidades. En el vértice de la pirámide de
clases se encuentra la burguesía como propietaria de los medios de produc-
14.000 entidades locales, todos tenían secciones sociales (trabajadores) y económicas (empresarios)
pero quienes decidían eran las autoridades políticas. La Ley de Unidad Sindical (1940) culminó este
sistema estableciendo que todos los españoles formaban la Comunidad Nacional Sindicalista. El
sindicalismo vertical desapareció en 1977 con el inicio de la transición democrática (Enciclopedia
Encarta 2001).
216
Dictadura del proletariado. Poder de los trabajadores cuyo objetivo es crear la sociedad socia-
lista. Su principio supremo es la firme alianza de la clase obrera con las masas trabajadoras del
campo, bajo la dirección de la clase obrera. Adquiere distintas formas, que dependen de la rela-
ción de fuerzas de clase en la revolución y del carácter de lucha entre ellas. Es un nuevo tipo de
democracia: dictadura para los enemigos del socialismo y auténtica democracia para los trabaja-
dores. Sin la dictadura del proletariado no es posible el paso del capitalismo al socialismo y la
victoria de éste. Es necesaria, ante todo, para aplastar la resistencia de los explotadores derrotados
y de todas las clases hostiles al socialismo dentro del país y para defender las conquistas del
socialismo de los ataques de los enemigos extranjeros. Pero no es sólo, ni principalmente, violen-
cia. Tiene una importantísima función organizadora, educativa, constructiva, como se demostró
por primera vez en la Unión Soviética, donde se convirtió en una fuerza poderosa al organizar
millones de seres, asegurar la creación de la nueva economía, la nueva cultura y el bienestar
creciente del pueblo. Allí han entrado actualmente en un nuevo período de desarrollo, convirtién-
dose en estado de todo el pueblo.(Diccionario Marxista de Terminología Política - Ediciones
Armadillo. Bogotá - 1970 - pág. 53).
261
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262
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263
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II. Solidarismo.
El art. 333 de la Constitución, el que responde más nítidamente a la filosofía
neoliberal, ordena al estado fortalecer las organizaciones solidarias que parten
del criterio central de inexistencia de contraposición de intereses entre los
propietarios de las empresas y los trabajadores sino que sus intereses son unos
mismos y es en su conjunto como deben organizarse para desarrollar la na-
ción. La más pura expresión de esta visión son las solidarias de Centro Améri-
ca, especialmente en Costa Rica y que el Comité de Libertad Sindical analizó:
«Asociaciones solidaristas
«1. Definición»772. Una ley de asociaciones solidaristas prevé que se consti-
tuirán con 12 o más trabajadores y las define en la forma siguiente: «Las aso-
ciaciones solidaristas son entidades de duración indefinida, con personalidad
jurídica propia, que, para lograr sus objetivos (procurar la justicia y la paz
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220
DE LA CUEVA, Mario – op. cit. Tomo I.
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221
DE LA CUEVA, Mario. Op. cit., págs. 653 y 654.
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«540. Para determinar los casos en los que podría prohibirse la huelga, el criterio determinante es
la existencia de una amenaza evidente e inminente para la vida, la seguridad o la salud de toda o
parte de la población».
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–(Aparte entre corchetes {...} declarado INEXEQUIBLE por la Corte Suprema de Justicia, median-
te Sentencia del 23 de octubre de 1975. Mediante la misma Sentencia se declaro EXEQUIBLE el
aparte entre paréntesis cuadrados [...]).
275
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yente desprotege las consecuencias del derecho de asociación como son las
convenciones colectivas y los acuerdos existentes entre empresas y sindicatos.
Prima en estas materias el destino que el constituyente en el artículo 333 le dio
a las empresas como base del desarrollo. Si existe contradicción entre «empre-
sa» y lo mandado en los primeros 100 artículos de la Carta se preferencia
aquella.
Eso es lo que ha venido sucediendo y tiene casi exterminado al sindicalismo
colombiano.
229
OIT. Op. cit., pág. 54.
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«Los pasivos de la empresa se asumirán por la Nación, que tomará a su cargo las siguientes
deudas: a) las pensiones de jubilación acumuladas; b) las prestaciones sociales que se adeuden; c)
las indemnizaciones que se decreten; d) el monto de las condenas judiciales; e) la deuda externa. El
art. 35 de la ley señala como posibles fuentes de fondos para el pago de las acreencias relacionadas,
el producto de las ventas de acciones que posea la Nación en las sociedades portuarias regionales,
las tarifas que cobren las sociedades regionales de propiedad oficial, y la condonación de la deuda
que hagan entidades del sector público en favor de Colpuertos (art. 35 ibid)».
234
«El patrimonio del Fondo se integra con los recursos que se incluyan en el presupuesto general de
la Nación, un porcentaje de las tarifas que cobren las sociedades portuarias oficiales, los fondos que
le sean transferidos por la Nación o la Empresa, los rendimientos financieros que obtenga, y los
demás que reciba a cualquier título».
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una sociedad de responsabilidad limitada, lo que se llevó a efecto el 4 de agosto de 1970 y que se
denominó Compañía Colombiana de Álcalis - Planta Colombiana de Soda Limitada como empre-
sa de economía mixta del orden nacional, con una inversión del Estado superior al 95%, regida por
las normas de las empresas industriales y comerciales del estado y cuya última razón social fue
Alcalis de Colombia Limitada ‘Alco Ltda.’.
287
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242
«Artículo 178. CONTINUIDAD DE LA EMPRESA. «Este acuerdo convencional firmado el
seis (6) de mayo de 1992 se realiza para revocar el proceso de disolución y liquidación aprobado por
la Junta de Socios de la empresa el día 31 de marzo de 1992 y así garantizar la continuidad y
desarrollo en las operaciones de ALCALIS DE COLOMBIA LIMITADA ‘ALCO LTDA».
243
‘CONSTANCIA HISTORICA’ «Este acuerdo es motivado por las nuevas circunstancias y retos
difíciles originados por la apertura económica e internacionalización de la economía, razón por la
cual los trabajadores estamos aportando nuestra mayor contribución y sacrificio en la historia de
Alcalis, a través de una solución concertada que modifica el régimen pensional, con el propósito de
garantizar empleo y bienestar a las presentes y futuras generaciones y convertir la empresa en un
ente rentable, eficiente y prospero al servicio del pueblo colombiano».
244
«Artículo 170. En la primera quincena de febrero de cada año LA EMPRESA entregará a la junta
directiva del SINDICATO de cada seccional (Betania y Cartagena) copia de los proyectos de inver-
sión aprobados para ese año por la Junta Directiva de LA EMPRESA.
«El empleador deberá mantener informado al sindicato, con suficiente anticipación, acerca de las
decisiones relativas a todo cambio importante de su actividad u organización, o susceptible de tener
implicaciones en las condiciones de trabajo y empleo de los trabajadores».
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245
«Artículo 11…. Lo anterior sin perjuicio del derecho de denuncia que le asiste a las partes y que
el tribunal de arbitramento dirima las diferencias entre las partes»
«Artículo 272. Aplicación preferencial. El Sistema Integral de Seguridad Social establecido en la
presente Ley, no tendrá, en ningún caso, aplicación cuando menoscabe la libertad, la dignidad hu-
mana o los derechos de los trabajadores.
En tal sentido, los principios mínimos fundamentales consagrados en el artículo 53 de la Constitu-
ción Política tendrán plena validez y eficacia».
«Artículo 283. Aquellas convenciones que hacia el futuro se llegaren a pactar en condiciones dife-
rentes a las establecidas en la presente ley, deberán contar con los recursos respectivos para su
garantía, en la forma en que lo acuerden empleadores y trabajadores».
«Esta ley no vulnera derechos adquiridos mediante convenciones colectivas del sector privado o
público, sin perjuicio del derecho de denuncia que asiste a las partes».
291
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«Por ello, se estima que la frase «...aun cuando la denuncia sólo hubiere sido
presentada por una de las partes...» es violatoria del ordenamiento jurídico,
debiendo ser anulada (los subrayados son de la Sala)».
«Como se anotó, numerosos doctrinantes coinciden con esta interpretación,
por manera que resulta interesante traer a colación una de estas opiniones, v.
gr., la expuesta por el ex magistrado de la Sala de Casación Laboral de la Corte
Suprema de Justicia, doctor Ernesto Jiménez Díaz, quien sostiene que:
«Como se ha expresado con anterioridad, el derecho a presentar el pliego de
peticiones corresponde exclusivamente a los trabajadores, por ello el empleador
no tiene facultad legal para hacerlo y ante esa situación específica la conven-
ción colectiva continúa vigente con las prórrogas establecidas también en la
ley o sea que esa denuncia patronal no conduce a que se pueda celebrar una
nueva convención o culmine con un laudo arbitral» («Facultades de los tribu-
nales de arbitramento para decidir sobre la denuncia de la convención colecti-
va de trabajo, en revista «Derecho Social», No. 38, junio - 94, Colegio de Abo-
gados del Trabajo)».
«No debe olvidarse que el juez de lo contencioso administrativo debe procu-
rar, al estudiar la legalidad de las normas, evitar que el sentido obvio y natural
de éstas se distorsione a través de una redacción defectuosa o ambigua, por
manera que en eventos semejantes es viable anular un texto si dejarlo vigente
implica traicionar su finalidad o la esencia misma del pensamiento del legisla-
dor».
«En el caso en discusión es conocido que la redacción que el ejecutivo le dio a
la frase demandada ha permitido interpretaciones que podrían resultar lesivas
de los derechos de los trabajadores, en cuanto plantean que la sola denuncia
patronal podría generar el conflicto colectivo de trabajo y conducir a la inte-
gración de un tribunal de arbitramento que decidiera sobre la misma. Y es
ostensible que por las razones ya invocadas esta deducción es equivocada, y
contraria a derecho»246.
Quizás el anterior ejemplo sea el más diciente de cómo los neoliberales trata-
ron de desconocer las modificaciones que se hicieron en el debate parlamen-
tario a la concepción del proyecto de ley, utilizando las facultades extraordina-
rias, también es indicativo de cómo las instituciones lesionadas recuperan su
246
Sent. Consejo de Estado. Sección Segunda. Subsección B, julio 30\96, rad. 10.582. Mag. Pon.
Orjuela Góngora. Jurisprudencia y Doctrina. Legis, oct\96, pág. 1190.
293
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247
Corte Suprema de Justicia – Sala de Casación Laboral – homologación laudo Sintraisa vs. Isa –
ferero 26 de 1997 – mag. pon. Herrera Vergara
295
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248
RODRIGUEZ Espitia, Juan José – «Los derechos laborales en los procesos concursales de liqui-
dación de empresas. Ponencia presentada al xxv congreso colombiano de derecho procesal. sep-
tiembre de 2004» - Instituto Colombiano de Derecho Procesal – 2004.
249
«Sobre este particular la Superintendencia de Sociedades ha venido insistiendo ante las altas
Cortes, especialmente ante la Honorable Corte Constitucional sobre las diferencias entre el derecho
común y el derecho concursal, especialmente en el Oficio 100-26120 del 20 de junio de 2001, en el
cual pone de presente qué es un concurso de acreedores, y cuál es el escenario en que se desarrolla:
«(...) la liquidación obligatoria es precisamente un proceso de organización de los medios legales
encaminados a ha cer efectiva coactivamente la responsabilidad personal del deudor insolvente para
que sus acreedores participen de un modo igualitario, salvo los legítimos derechos de prelación, en
la distribución del importe de la enajenación de sus bienes, viniendo necesariamente a constituirse
entre ellos una comunidad de pérdidas.
Y es que los procesos concursales responden principalmente a la necesidad social de minimizar las
implicaciones que supone la crisis de una empresa sobre la economía y la sociedad, en general, en la
medida en que se involucra no sólo a la empresa y sus propietarios, sino también a los pensionados,
a los trabajadores, a las familias de éstos, a las personas que se benefician o participan de manera
indirecta en la cadena de producción, a los bancos y demás entidades crediticias, a sus ahorradores,
y al Estado mismo que ve reducida la capacidad contributiva de todos los implicados.
Consecuencia de lo anterior serán que los bienes sujetos a inventario y avalúos, los cuales represen-
tan la prenda común del deudor, a través de los cuales se debe buscar la liquidez necesaria para
pagar, hasta concurrencia de lo obtenido, las deudas a cargo del fallido, respetando la prelación legal
y la equidad de la prorrata entre acreedores preferentes. Por esta razón, los bienes con los cuales se
asumirán las deudas a cargo del fallido serán aquellos bienes que conforman la llamada
doctrinariamente «masa de la quiebra», que en los términos de la Ley 222 de 1995 se definen como
el patrimonio a liquidar, bienes que constituyen la universalidad de relaciones jurídicas de muy
diverso orden del cual es titular la sociedad en concurso y que conserva al menos dos características
en el derecho societario, se encuentra inscrita y pertenece al ente social » (Rodríguez Espitia – ib.).
297
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250
‘Una dimensión propia de la ajenidad es también la asunción empresarial de los riesgos (ajenidad
en los riesgos), que se anuda a las demás dimensiones que son connaturales al trabajo por cuenta
ajena. Siendo el empresario titular originario de los frutos del trabajo y correspondiendo a éste la
utilidad patrimonial derivada de su venta en el mercado, le corresponderá también asumir el riesgo
económico en caso de que aquélla fracase» (RIVERO Lamas, Juan MONEREO Pérez, José Luis y
OJEDA, Avilés Antonio – «Trabaja asalariado y trabajo autónomo’ en ‘Du travail salarié au
travail indépendan: permanences et mutations» Cacucci Editore- bari – 2004 -- pag. 125).
251
Juan José Rodríguez Espitia – ib.
299
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252
Marcel Silva Romero- Las zonas grises en las fronteras del derecho concursal y el procesal
laboral - comentarios a la ponencia presentada por el doctor Juan José Rodríguez Espitia al XXV
Congreso Colombiano de Derecho Procesal sobre ‘Los derechos laborales en los procesos
concursales de liquidación de empresas’ – Instituto Colombiano de Derecho Procesal – 2004.
300
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253
El Convenio 95 de 1949 de la OIT sobre protección del salario y aprobado por la ley 54 de 1962
define como salario: «Artículo 1. A los efectos del presente Convenio, el término salario significa la
remuneración o ganancia, sea cual fuere su denominación o método de cálculo, siempre que pueda
evaluarse en efectivo, fijada por acuerdo o por la legislación nacional, y debida por un empleador a
un trabajador en virtud de un contrato de trabajo, escrito o verbal, por el trabajo que este último haya
efectuado o deba efectuar o por servicios que haya prestado o deba prestar». Esa definición de
salario ha sido acogida por la Corte Constitucional en la sentencia C 201 de 2002.
301
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ron los dineros a los destinatarios de los descuentos. Aquí no cabe la aplica-
ción del principio de igualdad en la entrega de estas cuotas a las entidades
destinatarias pues ellas salieron del patrimonio de la empresa concursada al ser
un descuento hecho a los salarios de los trabajadores
303
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254
El Comité Ejecutivo aprobó la participación, pero en la 17a junta nacional de noviembre 24 de
1994 la mayoría condicionó la continuidad de la CUT si no se ampliaba el temario e iba a tomar la
decisión de retiro, cuando el sector de Obregón, contrario a esa determinación, optó por abandonar
la última plenaria.
305
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más que adecuada: El Presidente era empujado por las mismas castas dirigen-
tes tradicionales hacia la renuncia, la dirigencia sindical carecía de acogida en-
tre el pueblo y los gremios patronales veían derruirse sus negocios por la pre-
sión imperialista de destrucción del narcotráfico, una de sus fuentes principa-
les, directas o indirectas, de su prosperidad en los últimos años.
Los resultados del «pacto social» no serán ni económicos, ni sociales, pero sí
políticos:
Casi no existen en Colombia mecanismos coercitivos para hacer cumplir las
metas sobre control de precios. Salvo las limitaciones a los arrendadores para
incrementar los cánones por encima del índice de precios al consumidor, no
hay posibilidad de evitar el encarecimiento, ni siquiera de los servicios públi-
cos domiciliarios de propiedad del mismo Estado.
La cultura jurídica de apego total al tenor literal de la ley impide interpretacio-
nes para hacer ver «espacios en blanco» de la norma y para proceder a llenarlos
con el acuerdo tripartito, dándole coercitividad.
Mientras en otros países ya han avanzado enormemente las teorías de tránsito
o conjunción de las convenciones a los pactos sociales y han demostrado la
necesidad de vincular a las discusiones todas las instancias estatales con inci-
dencia en los propósitos del pacto, como son la banca central y el legislativo,
de quienes va a depender mucho la consecución de los objetivos, la convoca-
toria colombiana no los arropa.
Así los dos pactos carecen de los soportes de legitimidad y de una legislación
eficaz para el control de precios. La delegación de los trabajadores ha sido
escogencia del mismo gobierno y representa una parte minoritaria dentro del
total de las fuerzas sindicales, siendo mayoritario el rechazo a la participación.
A su vez, los gremios oscilan entre el desconocimiento del gobierno bajo la
presión gubernamental norteamericana con amenaza de sanciones que los afec-
taría sensiblemente y la expectativa por un posible éxito parcial del pacto a
suscribirse, del cual no deberían quedar aislados ni política ni socialmente.
De las principales consecuencias tenemos el sostenimiento de Samper en la
presidencia y una conciencia nacional de robustecimiento del papel de la
dirigencia sindical que se va ubicar entre más del 30% de aceptación ciudada-
na255. Pero al interior de la dirigencia sindical queda positivamente la concien-
cia de las posibilidades de poder incidir más certeramente en las políticas na-
cionales si se trazan claros propósitos, sin poner como requisito previo la toma
306
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257
«… mucho más cuando ésta definición implica el cercenamiento de derechos fundamentales, de
derechos humanos y de la aplicación o exclusión para ellos de los principios del artículo 53 de la
Constitución», pues en su concepto, catalogar a un servidor público como empleado público, impli-
ca negarle la libertad sindical, integrada por el derecho de asociación, negociación, contratación y
huelga, el derecho a la estabilidad tal como lo enseñan los convenios de la O.I.T. y el derecho laboral
internacional, sustrayéndolo de la posibilidad de pactar la convención colectiva y colocándolo en
una situación donde el mismo Estado unilateralmente determina cuando tiene derecho o no a la
estabilidad» (ib)
258
De otra parte, para la Corte los derechos de «asociación, negociación, contratación y huelga» a
que se refiere el actor en su demanda no resultan desconocidos o afectados en un sentido contrario a
lo dispuesto en la Carta Política, ya que ellos son objeto de limitaciones expresas en la Constitución,
en especial respecto de la contratación colectiva y de la huelga; por ello no asiste razón al demandan-
te en relación con la supuesta relación inescindible entre el derecho «de negociación-contratación»
y el derecho de huelga, en el sentido de impedir la definición de limitaciones legales a cualquiera de
los dos derechos»(ib.).
308
FLUJOS Y REFLUJOS
I. Totalitaria
La misma crítica dirigida a la ley 50 de 1990 es aplicable a la ley 200 de 1995.
No admite diferencias, ni especificidades, ni particularidades, ni niveles. Toda
la realidad debe ser encuadrada a la fuerza dentro de un mismo cartabón.
309
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259
Aprobado por la ley 411 de 1997.
311
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262
C.S.J. Sentencia homologación contra el laudo arbitral en el conflicto de Interconexión Eléctrica
S. A. ISA con Sintraisa. Mag. Pon José Roberto Herrera Vergara, febrero 26 de 1997.
313
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263
C.S.J. Sentencia de homolgación, laudo arbitral en el conflicto del Hospital Universitario de la
Samaritana contra ADESAM. Mag. Pon. Fernando Vásquez Botero, noviembre 12 de 1997.
314
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269
Sentencia C – 1433 de 2000.
270
Sentencia C – 1064 de octubre 10 de 2001.
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EMPLEADOS OFICIALES
319
MARCEL SILVA ROMERO
Pero tal propósito dejó algunas deficiencias notorias como el tratar de encasillar
en dos modelos institucionales todas las actividades descentralizadas del Esta-
do, en establecimientos públicos, que ejercen funciones principalmente admi-
nistrativas, y en empresas industriales y comerciales del Estado. Es incom-
prensible cómo mentes tan conocedoras de todos los vericuetos de las activi-
dades de los funcionarios públicos hayan caído en semejante extremo, pues
son muchos los propósitos estatales que no caben ni en un uno u otro, como
el caso de los hospitales, las universidades, centros de cultura, instituciones
ecológicas, etc. La jurisprudencia y la doctrina terminaron asimilando estos
entes a establecimientos públicos y le dieron a sus empleados la calidad de
empleados públicos, pero como en ellos son muchas las actividades no admi-
nistrativas, la mayoría terminaron clasificados en los estatutos como trabaja-
dores oficiales con derecho a la negociación colectiva.
Además esta reforma no abarcó sino el nivel nacional y su aplicación a los
Departamentos y municipios se hizo inicialmente por previsión jurisprudencial
y finalmente se normativizó mediante la ley 3 y decreto 1222 de 1986 como
Código de Régimen Departamental y ley 11 y decreto 1333 de 1986 que es el
Código de Régimen Municipal.
El rol que desempeñaban los estatutos de los establecimientos públicos era
más que evidente, pues en ellos se podían clasificar actividades para ser des-
empeñadas por trabajadores oficiales distintas de las de construcción y soste-
nimiento de obra pública que no comportaban administrativas, como por ejem-
plo una enfermera, un profesor, un saxofonista etc. Igualmente en las empre-
sas industriales y comerciales del Estado se extraían de la calidad de trabajado-
res oficiales a un buen número de funcionarios que desempeñaban cargos de
los primeros niveles y se les declaraba empleados públicos271
Hubo otras reformas específicas, por ejemplo en la educación universitaria
con el decreto 080 de 1980, o en el sector salud con la ley 10 de 1990 en las
que se ampliaba o restringía a clasificación de ley, pero de todas formas se le
dejaba un buen margen de movilidad a las directivas de cada ente cuando
271
«Por ello, desde 1968 se advertía que no podía aplicarse exclusivamente el criterio orgánico, ni
exclusivamente el funcional para construir el régimen de clasificación específica de los servidores
públicos, y que bien podía ocurrir que por excepción en un establecimiento público se hiciese nece-
sario atender una actividad como la de construcción y sostenimiento de obras públicas u otras equi-
parables a ellas con trabajadores oficiales como personal vinculado por contrato de trabajo y que, en
veces, en las empresas industriales y comerciales del Estado se hiciese necesario atender determina-
das actividades de confianza y dirección con personal de empleados públicos, naturalmente someti-
dos a las reglas de la carrera y a sus excepciones». (sentencia C – 484 de de 1995)
320
FLUJOS Y REFLUJOS
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MARCEL SILVA ROMERO
Trabajadores SI SI NO
Oficiales
Empleados SI NO NO
Públicos
Contratista NO NO NO
Prestación
Servicios, etc.
a) Corte Constitucional.
Le ha dado una interpretación a la Constitución determinando que la clasifica-
ción de los servidores del Estado como trabajadores oficiales en los ministe-
rios, superintendencias, departamentos administrativos, establecimientos pú-
blicos y otras entidades del estado, como las Corporaciones, las Empresas
Sociales del Estado ESEs, etc. sólo la puede hacer el legislador, pero en los
estatutos de las empresas industriales y comerciales del Estado sí se pueden
sustraer cargos de trabajadores oficiales para convertirlos en empleados públi-
cos. Extraña lógica constitucional.
«Así las cosas, resulta que los establecimientos públicos no se encuentran en
capacidad de precisar qué actividades pueden ser desempeñadas por trabaja-
dores vinculados mediante contrato de trabajo, puesto que usurparían la fun-
ción legislativa de clasificar los empleos de la administración nacional, que
desde luego, para entidades en las que se cumplen funciones administrativas
corresponde a la categoría de los empleados públicos por principio, con las
excepciones que establezca la ley.
«De manera que la atribución de precisar qué tipo de actividades de la entidad
deben desarrollarse por contrato laboral, se encuentra limitada y debe con-
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273
Sentencia C – 484 de 1995 m.p. Fabio Morón Díaz. En el mismo sentido Sentencia C-195 de abril
21 de 1994. M.P. Dr. Vladimiro Naranjo Mesa, Sentencia C-432/95. M.P. Dr. Hernando Herrera
Vergara.
323
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c) Consejo de Estado.
En sentencia del 18 de noviembre de 2003, la Sala Plena de lo Contencioso
Administrativo, niega el principio de la primacía de la realidad y le da plena
eficacia jurídica a la fraudulenta política de los administradores del Estado de
vincular personal no como empleado público ni como trabajador oficial, sino
mediante contrato administrativo de prestación de servicios, sin derecho a los
mínimos laborales de ley, entre los cuales se encuentra la libertad sindical. No
importa que las realidades sean de trabajo subordinado, prestado personal-
mente, en ajenidad y remunerado periódicamente, con observancia rigurosa
del cumplimiento de trabajos y horarios, pues se impone la voluntad del polí-
tico o administrador temporal para tener mano de obra sin ninguna garantía,
incluso devengado por debajo del mínimo.
Afortunadamente los salvamentos de voto han desnudado estas prácticas al
oponerse razonadamente a la mayoría.
324
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325
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a) Corte Constitucional.
Dejó pasmado al mundo del trabajo la sentencia C 201 de 2002275 en la que se
expresó:
«5.5. La negociación colectiva no es un derecho de los sindicatos de emplea-
dos públicos. Reiteración de jurisprudencia.
«El artículo 55 de la Constitución consagra el derecho de negociación colecti-
va en los siguientes términos: «Se garantiza el derecho de negociación colectiva para
regular las relaciones laborales, con las excepciones que señale la ley.
Es deber del Estado promover la concertación y los demás medios para la solución pacífica
de los conflictos colectivos de trabajo.»
«…
«Para determinar si estas disposiciones son aplicables a los sindicatos de em-
pleados públicos, deben armonizarse con el artículo 416 del Código Sustanti-
vo del Trabajo, según el cual «los sindicatos de empleados públicos no pueden
presentar pliegos de condiciones ni celebrar convenciones colectivas, pero los
sindicatos de los demás trabajadores oficiales tienen todas las atribuciones de
los otros sindicatos de trabajadores, y sus pliegos de peticiones se tramitarán
en los mismos términos que los demás, aun cuando no puedan declarar o
hacer huelga.»
«Ahora bien, esta Corte ha encontrado legítima la restricción al derecho de
negociación colectiva de los sindicatos de empleados públicos, a que hace
275
Sentencia C – 201 de 2002 – mag. pon. Jaime Araujo Rentería.
326
FLUJOS Y REFLUJOS
327
MARCEL SILVA ROMERO
c) Consejo de Estado.
La Sección II, encargada de dirimir los conflictos administrativo laborales y la
Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado no solamente adoptan
el criterio de la Corte Suprema sino que ordenan, con una intolerancia desco-
nocida hasta el momento, a los administradores del Estado y de las entidades
descentralizadas, suprimir de inmediato, y de hecho, los beneficios extralegales,
convencionales o estatutarios, aplicados a los empleados públicos, sin esperar
a que los respectivos actos administrativos de las juntas directivas que los con-
ceden, sean anulados por la jurisdicción contencioso administrativa. De un
momento para otro, miles de servidores públicos ven reducidos sus ingresos a
la mitad, sin que hayan podido defender sus derechos en estrado judicial
alguno y sin que medie sentencia judicial que los hayan derrotado.
328
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329
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330
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332
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333
MARCEL SILVA ROMERO
ción colectiva es suscrita por un sindicato que agrupe a más de la tercera parte
de los trabajadores de una empresa, sus beneficios se extenderán
automáticamente a todos, los empleadores recurren a suscribir ‘acuerdos’ in-
dividuales con algunos trabajadores, en los que les otorga condiciones supe-
riores a las convencionales a cambio de su renuncia al sindicato o a su prome-
sa de no hacerlo porque automáticamente perderían las cláusulas más favora-
bles y la Corte ha legitimado este procedimiento invocando la autonomía de la
voluntad y el libre derecho de no afiliación sindical.
La ley 50 de 1990, para hacer congruente el texto normativo dispuso que no
podrá suscribirse pacto colectivo en aquellas empresas donde afilie a más de
la tercera parte del total de trabajadores, imponiendo un límite. Pero la aparen-
te bondad de esta ley con el derecho colectivo del trabajo, realmente es una
trampa, pues a partir de ese mandato los empresarios se impusieron la meta de
obligar a sus trabajadores a renunciar al sindicato hasta lograr reducirlo a me-
nos de la mentada tercera parte. De ahí en adelante el empleador negocia
pactos colectivos con condiciones de trabajo muy superiores a las fijadas en la
convención colectiva, creando así un estímulo para la desafiliación y posterior
desaparición del sindicato. Fue famosa la propaganda de un empresario al
dirigirse a los trabajadores: «La empresa en el pacto colectivo le da más incre-
mento salarial que el dado por el sindicato en la convención colectiva», como
si en ambos documentos no hubiese intervenido plenamente la voluntad del
patrono.
En el Departamento de Antioquia, se desarrolló con fuerza esta práctica hasta
que la Corte Constitucional consideró violado el derecho a la igualdad y sostu-
vo que los trabajadores sindicalizados no pueden recibir remuneraciones o
prestaciones inferiores a quienes se hallan dentro del pacto colectivo.
La Corte Constitucional, en la sentencia de Leonisa282, le puso límites a estas
prácticas violatorias del principio de la igualdad, esencia de la convención co-
lectiva de trabajo y dió un paso en la tendencia contemporánea que donde esté
vigente un convenio colectivo nadie puede renunciar a sus regulaciones.
Las decisiones de la Corte Constitucional sobre igualdad de los trabajadores
sindicalizados regidos por una convención colectiva con los no sindicalizados
regidos por pactos colectivos o simples «regímenes especiales» se convierten
en piedra angular del desarrollo al derecho de asociación, impidiendo el «cas-
282
Corte Constitucional. Sentencia SU-342/95. Sindicato de Trabajadores de Confecciones Leonisa
S. A., agosto 2 de 1995. Mag. Pon. Antonio Barrera Carbonell.
334
FLUJOS Y REFLUJOS
tigo» infligido a los trabajadores que por el hecho de asociarse tienen un régi-
men salarial y prestacional inferior al de los no agremiados.
Pero aún faltan pasos mayores para hacer efectivo el derecho a la igualdad y a
la no discriminación en la negociación colectiva.
283
CERON CORAL, Jaime y HERRERA VERGARA, José Roberto. Nota Editorial. Convenios de
la OIT Ratificados por Colombia. Colegio de Abogados Especializados en Derecho del Trabajo y
Seguridad Social, sin editorial ni fecha de publicación.
335
MARCEL SILVA ROMERO
dad del tratado o de ciertas reglas. Pero, más importante aún, y por las anterio-
res razones, estas leyes ocupan un lugar particular en el ordenamiento, ya que
no pueden ser derogadas por una ley posterior, ni pueden ser sometidas a un
referendo derogatorio (CP art. 170), pues es necesario asegurar el cumpli-
miento de los compromisos internacionales adquiridos por parte del Estado
colombiano (CP art. 9º)»284.
I. Fallos de tutela
284
Corte Constitucional. Sentencia C-468 del 25 de septiembre de 1997, revisión constitucional de
la ley 347 de 1997. Mag. Pon. Alejandro Martínez Caballero.
336
FLUJOS Y REFLUJOS
285
Corte Constitucional. Sentencia SU-342/95. Sindicato de Trabajadores de Confecciones Leonisa
S. A., agosto 2 de 1995. Mag. Pon. Antonio Barrera Carbonell.
286
Corte Constitucional. Sentencia T-297 de junio 29 de 1994. Mag. Pon. Antonio Barrera Carbonell.
337
MARCEL SILVA ROMERO
fueren los más bajos, para obtener la expresión de voluntad de retirarse a cam-
bio de una suma importante.
En muchas empresas se les quita a los trabajadores, que el empleador quiere
desvincular, las funciones para que aburridos accedan a una conciliación. El
apachurramiento de la dignidad de los trabajadores llegó a un límite irresistible y
la Corte ha reaccionado ordenando el reintegro a la prestación normal de
servicios. Pero, al mismo tiempo, si el empresario despide porque el trabajador
presentó esa acción de tutela debería reintegrarlo no importa que esa acción
no esté consagrada en las leyes o en la convención sino por mandato constitu-
cional287.
287
Corte Constitucional. Sentencia T-321 del 10 de mayo de 1999. Mag. Pon. José Gregorio Hernández
Galindo.
288
Corte Constitucional. Sentencia T-568 del 10 de agosto de 1999. Mag. Pon. Carlos Gaviria Díaz.
338
FLUJOS Y REFLUJOS
abre una inmensa puerta para el ejercicio del derecho laboral colectivo en
nuestro país, haciendo necesarios cambios en los respectivos programas uni-
versitarios tanto para la enseñanza del derecho laboral internacional como de
los procedimientos existentes.
De ahora en adelante la labor del juez no llegará hasta la aplicación de unos
artículos del Código Sustantivo del Trabajo pues deberá dominar el bloque de
constitucionalidad.
289
Corte Constitucional. Sentencia C-013 de enero 21 de 1993. Mag. Pon. Eduardo Cifuente Muñoz.
339
MARCEL SILVA ROMERO
290
Corte Constitucional. Sentencia C-168 de abril 20 de 1995. Mag. Pon. Carlos Gaviria Díaz.
340
FLUJOS Y REFLUJOS
200 de 1995 con los derechos de asociación (art. 39 C. P.) y negociación colec-
tiva (art. 55 C. P.) para extraer un argumento abstracto de conveniencia y
unilinealmente sólo estudió si prima la subordinación del trabajador oficial al
Estado o la forma de vinculación mediante contrato real o ficto de trabajo.
Termina con una frase lapidaria: «Esta aplicación de la ley disciplinaria a los
trabajadores oficiales no es en manera alguna caprichosa sino que deriva de las
funciones de interés general que cumplen estas personas (C.P., art. 209), por lo
cual, como bien lo señala la vista fiscal, es razonable que el régimen disciplinario no
sea materia de acuerdo entre las partes, porque en este campo están en juego valores sociales
y estatales que desbordan los intereses de los participantes en la relación laboral de derecho
público291» (itálica fuera de texto).
En ningún momento las normas de derecho laboral colectivo que regulan el
derecho de negociación son de derecho público, ni tampoco las que rigen las
relaciones entre el Estado y los trabajadores oficiales.
Menos se entiende qué relación existe entre una función de interés general y el
desconocimiento de una cláusula convencional que consagra un régimen dis-
ciplinario donde se ejerce el derecho a la libertad sindical.
Estas justificaciones abstractas y generales contenidas en la sentencia son muy
peligrosas en estos altos niveles: «Como lo ha reiterado la Corte, una Constitu-
ción que tiene por característica fundamental la defensa de los ciudadanos
frente al abuso del poder, no admite que a nombre de formulaciones vagas
como el «interés público» o el «bienestar general» se restrinjan los derechos de
las personas. A estos conceptos hay que llenarlos de contenido y someterlos a
un análisis de estricta proporcionalidad para evitar la arbitrariedad de las auto-
ridades que se ven tentadas a actuar en nombre de tan altos y vagos concep-
tos»292.
291
Corte Constitucional. Sentencia C-280 de junio 25 de 1996. Mag. Pon. Alejandro Martínez Caba-
llero.
292
Salvamento parcial de voto. Mag. Eduardo Cifuentes Muñoz. Sentencia C-003 de enero 22 de
1998 – Mag. Pon. Vladimiro Naranjo Mesa.
341
MARCEL SILVA ROMERO
293
Actividades declaradas servicios públicos esenciales por el legislador: a) la Banca Central, –ley
31 de 1992–, b) Sistema general de seguridad social en salud y actividades directamente vinculadascon
el reconocimiento y pago de las pensiones –ley 100 de 1993–, c) servicios públicos domiciliarios:
acueducto, alcantarillado, aseo, energía eléctrica, distribución de gas combustible, telefonía pública
básica conmutada y la telefonía local en el sector rural (ley 142 de 1994).
342
FLUJOS Y REFLUJOS
294
Corte Constitucional. Sentencia C-110 del 10 de marzo de 1994. Mag. Pon. José Gregorio
Hernández Galindo.
295
«CUARTO: EXHORTAR al Congreso para que en un plazo razonable expida una regulación de
la huelga en los servicios públicos esenciales que sea acorde con la Constitución».
296
Corte Constitucional. Sentencia C-473 del 27 de octubre de 1994, Mag. Pon. Alejandro Martínez
297
Corte Constitucional. Sentencia C-450 de octubre 4 de 1995. Mag. Pon. Antonio Barrera Carbonell.
Caballero.
343
MARCEL SILVA ROMERO
En este tercer paso la Corte convierte las definiciones legales de servicio pú-
blico anteriores a 1991 en servicios públicos esenciales, sin que el legislador las
haya catalogado como tales. En la práctica reemplaza al Congreso de la Repú-
blica.
Como cuarto paso restrictivo la Corte ya no sólo tiene como servicios públi-
cos esenciales las actividades declaradas por el legislador antes de 1991 como
servicios públicos y las definidas legalmente después de 1991, sino que le suma,
ahora, las que según ella, el mismo constituyente tuvo como tales. Esta adi-
ción la desprende de una interpretación de las normas constitucionales que
ella misma elabora.
Aunque el tenor literal de la norma es expreso en que el único facultado para
definir algunas actividades como servicio público esencial es el legislador, la
Corte Constitucional se separa de mandato tan nítido para considerar que el
constituyente catalogó así otras actividades, aunque no de manera expresa. Es
decir, aquí hallamos a la misma Corte señalando actividades como servicio
público esencial que el legislador jamás determinó así.
Pero lo más contradictorio del nuevo pronunciamiento es referido a la activi-
dad educativa que el mismo constituyente no declaró servicio público esencial
sino únicamente servicio público298
Agotado así el espectro de actividades sensibles donde se acostumbró el país a
prohibir la huelga, la Corte Constitucional asume conciencia del desborde de
competencias constitucionales en que ha incurrido y declara inexequible la
norma que definió como servicios públicos las actividades en las plantas de
leche, plazas de mercado, mataderos y todos los organismos de distribución
de estos establecimientos sean ellos oficiales o privados299, por no haber sido
declarados como servicios públicos esenciales por el legislador después de la
expedición de la Constitución.
Ya en mayo de 1998 la Corte tiene como servicios públicos esenciales:
1º los definidos por el legislador con posterioridad a 1991.
2º los relacionados en el artículo 1o. del decreto 753 de 1956 que ella misma
considera esenciales materialmente y
298
Constitución Nacional. «Artículo 67. La educación es un derecho de la persona y un servicio
público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la
técnica y a los demás bienes y valores de la cultura».
299
Corte Constitucional. Sentencia C-075 de febrero 20 de 1997. Mag. Pon. Hernando Herrera Vergara.
344
FLUJOS Y REFLUJOS
3º los mencionados en el artículo 366 de la Carta que según ella son servicios
públicos esenciales definidos por el constituyente.
300
«...el derecho a la estabilidad, ...no impide que la Administración por razones de interés general
ligadas a la propia eficacia y eficiencia de la función pública, pueda suprimir determinados cargos,
por cuanto ello puede ser necesario para que el Estado cumpla sus cometidos. Por consiguiente,
cuando existan motivos de interés general que justifiquen la supresión de cargos en una entidad
pública, es legítimo que el Estado lo haga, sin que pueda oponérsele los derechos de carrera de los
funcionarios ya que éstos deben ceder ante el interés general». Corte Constitucional - Sent. C-527
del 18 de noviembre de 1994 - Mag. Pon. Alejandro Martínez Caballero.
301
Corte Constitucional - Sentencia C-370 27 de junio de 1999 - Mag. Pon. Carlos Gaviria Díaz.
345
MARCEL SILVA ROMERO
les y a los concejos municipales para crear o suprimir entidades públicas, pri-
man estas últimas.
Así, ahora se practica el clientelismo gigantesco. Tan pronto un partido, un
grupo, o una coalición gane las elecciones, el Presidente procederá a pedirle
facultades extraordinarias al Congreso para «reestructurar la administración
nacional» y conseguidas suprimirá o liquidará todas las entidades que le sea
posible para crear unas nuevas donde entrarán a prestar servicios los válidos
de los políticos que le dieron tales facultades y allí no operará el mandato
constitucional de la estabilidad. Igual sucederá a nivel de departamentos y
municipios.
Es un clientelismo macro, de miles de empleos y trabajadores expuestos a
supresión o quedar desempleados cada cuatro años en virtud de las faculta-
des constitucionales de estructuración de la administración pública.
346
FLUJOS Y REFLUJOS
347
MARCEL SILVA ROMERO
302
FERNANDEZ Polo, Junio - – Derecho de los trabajadores a la participación en la gestión y
propiedad de las empresas enmarco de la Constitución Nacional– en el libro ‘Homenaje de la CUT
a los abogados laboralistas de Colombia compilador Marcel Silva Romero – Suministro y Ediciones
L.C.B. Ltda. – Bogotá 2004.
303
«Esta política supone la participación de los trabajadores en el manejo de las industrias (democra-
cia industrial) y, por otra parte, la posibilidad de que estos trabajadores accedan a la propiedad de las
empresas (democracia económica) todo ello dentro del marco de la economía de mercado.
«Desde el punto de vista de la democracia industrial es una política dirigida a mejorar y garantizar
los derechos de los trabajadores durante su participación en la dirección y administración de las
empresas, reconociéndoles de esta forma su importancia como elemento determinante y vital en el
proceso de producción. En su condición de coadministradores, los trabajadores participan en las
grandes decisiones sobre organización de la producción, la incorporación de nuevas tecnologías, la
planeación industrial y las variables implican las relaciones laborales lo cual ha favorecido este
estilo de gestión empresarial donde se ha podido establecer, la armonía en las relaciones internas de
la empresa y la eficacia de los rendimientos industriales y la elevación de la moral laboral.
«En la legislación Colombiana podemos estimar que existe un principio de participación democráti-
ca en las decisiones internas de las empresas a partir de la creación de los Comités Paritarios que
consagra el Decreto Reglamentario 614/84, obligatorio para todas las empresas y establecimientos
en las áreas de Medicina , Higiene y Seguridad Industrial, que implica la representación conjunta de
empleadores y trabajadores, donde proponen y participan activamente en todo lo que respecta a esas
actividades dentro de las empresas, este modelo de participación se ha implementado en algunas
Convenciones Colectivas para decisiones importantes dentro de las empresas en casos de sanciones
disciplinarias y despidos.
«Y por otro lado, la democracia económica, trasciende los propósitos de la simple gestión para
permitir a los trabajadores su participación de la misma empresa y por supuesto en los rendimientos
de la gestión económica. Por ello su política apunta, como primer intento, superar las desigualdades
económicas y sociales que se evidencian entre los trabajadores y los empresarios, pero también a
insertar a los trabajadores por medio de sus representantes, en la estructura de poder en la organiza-
ción, de manera que se les permita influir en el control administrativo y económico de la empresa»
(FERNANDEZ Polo, Junio - op. cit)
348
FLUJOS Y REFLUJOS
Pero se ha dado otra posición que no ha podido parar mientes en los álgidos
debates sobre la compra de las empresas por los trabajadores, sino que la dura
realidad les ha impuesto, o compran las acciones de las empresas, o se liqui-
dan, acabándose los sindicatos y cerrando una fuente de empleo que bien ha
podido continuar en funcionamiento. Como los dirigentes sindicales, ni los
trabajadores, están preparados para manejar empresas y como la inmensa
mayoría no tiene ni idea de lo que ellas representan, cuando el dueño empleador
quiere liquidarla, de un momento para otro los trabajadores deben tomar una
decisión. En la mayoría de los casos que conozco se esconden el desconoci-
miento de los asuntos empresariales y la ignorancia sobre la problemática,
detrás de radicales discursos de no ‘traicionar’ los intereses proletarios. Pero
aún así hay variados casos en que se han lanzado los trabajadores y sus dirigen-
tes a la aventura de no dejar cerrar empresas sensibles para el mantenimiento
del empleo en algunas comunidades y han decidido comprar parte de las
acciones o la totalidad de la unidad de explotación económica, que ha dado
resultados positivos en unas regiones y negativos en otras.
Hace varios años la incomprensión de estas políticas era casi unánime en el
mundo laboral. Los trabajadores de la empresa Empaques del Cauca S. A.,
venciendo muchos contratiempos, decidieron comprar la empresa. En la ac-
tualidad son 149 socios y 170 trabajadores que no son socios, pero muchos de
ellos son hijos o hermanos de trabajadores, porque sencillamente si el trabaja-
dor colocó sus acciones arriesgó su patrimonio, entonces hay que compensar-
lo a él y a su familia con la posibilidad de que labore un hijo o un familiar,
inicialmente con contrato a término fijo y si el trabajador al momento de
pensionarse deja el 60% de sus acciones, su hijo entra como accionista con
contrato a término indefinido y como beneficiario de lo que tenía en la con-
vención colectiva de trabajo. Esta política ha servido para consolidar la em-
presa en el ámbito de la comunidad, pues no se puede aislar la familia de este
proceso y si ante el desempleo, encuentra el familiar una posibilidad de ocupa-
ción es claro que la comunidad, o al menos la familia del trabajador apoyará la
empresa.
Carlos Mazabuel, dirigente del Sindicato de Trabajadores de Empaques del
Cauca y uno de los promotores de esta travesía extraía algunas conclusiones:
«1º Los trabajadores debemos de dejar de ser temerosos y asumir un compro-
miso con sus compañeros y la sociedad.
349
MARCEL SILVA ROMERO
I. Presiones internacionales.
Por las presiones internacionales y para demostrar en los foros mundiales el
sometimiento de Colombia a los tratados, el día 19 de septiembre de 1997, el
Gobierno Nacional, a través de los Ministros de Relaciones Exteriores y de
Trabajo y Seguridad Social, presentó al Senado, el proyecto radicado bajo el
No 89 de 1997 «Por medio del cual se aprueba el ´Convenio número ciento
cincuenta y cuatro (154) sobre el fomento de la negociación colectiva´, adop-
tado en la sexagésima séptima reunión de la conferencia general de la organi-
zación internacional del trabajo, Ginebra, con fecha diecinueve (19) de junio
de mil novecientos ochenta y uno (1981)» que antes de ser convertido en ley
524 de 1999 fue revisado constitucionalmente y declarado exequible en la
sentencia C-161/00 veintitrés (23) de febrero de dos mil (2000).
350
FLUJOS Y REFLUJOS
304
«Por las razones expuestas, la Corte declarará exequibles las normas demandadas, pues deben
armonizarse con el artículo 416 del C.S.T., el cual restringe el derecho de negociación colectiva para
los sindicatos de empleados públicos en el sentido de prohibirles presentar pliegos de condiciones y
celebrar convenciones colectivas, restricción que la Corte reiteradamente ha considerado acorde con
la Constitución Política».
351
MARCEL SILVA ROMERO
dos plazos, que cada Estado adecue su normatividad interna, al igual que se
dan decisiones que no tienen carácter obligatorio como son las consultas, los
dictámenes, etc. Un ejemplo lo constituye la normativa de la Unión Euro-
pea305 en el derecho derivado, constituido por: 1º El reglamento, es un acto
jurídico de alcance general, obligatorio en todos sus elementos y directamente
aplicable a cada Estado miembro, es decir, se impone obligatoriamente, en la
totalidad de sus disposiciones y sustituye la legislación nacional desde el mo-
mento de entrada en vigor, sin necesidad de un acto nacional que lo legitime,
2º La directiva es un acto jurídico que no persigue la unificación sino la armo-
nización de las legislaciones nacionales, obliga al estado miembro destinatario
en cuanto el resultado a conseguirse, dejando a las autoridades nacionales la
elección de la forma y de los medios para alcanzarlo y se requiere la transposi-
ción al régimen nacional dentro del plazo establecido. Pero si dentro del plazo
señalado el respectivo Estado no ha procedido de conformidad con la directi-
va la Comisión puede adelantar el procedimiento pertinente ante el Tribunal
Europeo de Justicia, 3º la decisión es obligatoria y tiene destinatario preciso,
4º las recomendaciones son actos no obligatorios que las instituciones diri-
gen a los destinatarios con el fin de marcar una orientación y 5º los dictáme-
nes son actos no obligatorios que expresan la opinión de una institución
sobre determinados hechos en el ámbito comunitario306.
Aunque los propósitos y fines de la OIT y de los Convenios no son los mis-
mos de un proceso de integración, sí se puede afirmar categóricamente que la
sumisión de un Estado a un Convenio, como el 154, sí implica el cumplimien-
to de sus mandatos y no se trata de una simple sugerencia, pues ellas se fijan
en las recomendaciones. La literatura jurídica al respecto es variada, como son
diferentes las posiciones sobre la obligatoriedad de los Convenios. Von Potobsky
en 1990 nos hacía la siguiente relación:
«Clasificación de las normas – Algunos autores han ensayado una clasifica-
ción de los convenios internacionales del trabajo. Entre nosotros, Plá Rodríguez,
siguiendo al autor francés Amiaud, los divide en convenios de uniformidad (des-
305
En la Unión Europea las fuentes de derecho son a) el derecho primario, establecido en los tratados
y sus modificaciones, b) derecho derivado, o conjunto de normas jurídicas que preceden de los actos
de ejecución de los tratados, c) tratados internacionales firmados por la Unión Europea y, d) derecho
jurisprudencial que procede de las sentencias del Tribunal Europeo de Justicia.
306
Verse GIMENEZ PEÑA. Manual de Procedimento de la Unión Europea. 3ª edición. Ministerio
de Agricultura y Pesca. Madrid. 2001. CAMPO CABAL, Juan Manuel La institución jurisdiccional
de la Unión Europea. Biblioteca Jurídica Diké. Medellín. 1995. MORTA Francesc. La Unión Euro-
pea Procesos políticos, actores y políticas. Ariel. Barcelona. 1998
352
FLUJOS Y REFLUJOS
tinados a establecer una norma uniforme aplicada como ley nacional después
de la ratificación), convenios de principios (establecen líneas directrices que deben
inspirar las diversas legislaciones), convenios de igualdad de derechos (tienen el
objetivo de asegurar la igualdad de derechos entre trabajadores nacionales y
extranjeros en un país) y convenios de procedimiento (que revisan otros convenios
para actualizarlos frente a cambios constitucionales o de procedimientos).
«Süssekind, teniendo presente la naturaleza de los convenios, los clasifica en
autoejecutivos, de principios generales (que dependen de leyes u otros actos regla-
mentarios para su aplicación efectiva) y promocionales (que fijan objetivos y pro-
gramas para alcanzarlos, con medidas sucesivas de mediano y largo plazo).
«En el ámbito de la OIT se hace una cierta distinción entre los convenios de
derechos humanos (libertad sindical, trabajo forzoso, igualdad de trato) y los con-
venios técnicos. Unos y otros pueden formar parte de la categoría de convenios
promocionales»307.
La Corte Constitucional ha debido registrar que sí existe contraposición entre
el mandato del Convenio y la legislación interna, especialmente en lo relacio-
nado con la imposición de los tribunales de arbitramento obligatorios y con el
artículo 416 del Código Sustantivo del Trabajo que prohibe a los sindicatos de
empleados públicos presentar pliego de peticiones y suscribir convenciones
colectivas, y de allí explicitar que es obligación del Congreso proceder a ade-
cuar la legislación nacional en aquellos aspectos que el Convenio reenvía a la
legislación interna de cada país y prevenir de que en caso de no hacerlo, por
omisión, estaría el estado colombiano ante una clara violación de sus compro-
misos internacionales.
353
MARCEL SILVA ROMERO
309
Artículo 2. A los efectos del presente Convenio, la expresión negociación colectiva comprende
todas las negociaciones que tienen lugar entre un empleador, un grupo de empleadores o una orga-
nización o varias organizaciones de empleadores, por una parte, y una organización o varias organi-
zaciones de trabajadores, por otra, con el fin de: a) fijar las condiciones de trabajo y empleo, o b)
regular las relaciones entre empleadores y trabajadores, o c) regular las relaciones entre empleadores
o sus organizaciones y una organización o varias organizaciones de trabajadores, o lograr todos
estos fines a la vez.
354
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355
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356
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315
ARTICULO 339. Cooperativas: Las sociedades cooperativas deben a sus trabajadores las mismas
prestaciones que las empresas, y se tendrá como capital para graduarlas el valor de su patrimonio,
según su certificación de la superintendencia del ramo.
316
ARTICULO 59. En las cooperativas de trabajo asociado en que los aportantes de capital son al
mismo tiempo los trabajadores y gestores de la empresa, el régimen de trabajo, de previsión, seguri-
dad social y compensación, será establecido en los estatutos y reglamentos en razón a que se origi-
nan en el acuerdo cooperativo y, por consiguiente, no estará sujeto a la legislación laboral aplicable
a los trabajadores dependientes y las diferencias que surjan, se someterán al procedimiento arbitral
previsto en el Título XXXIII del Código de Procedimiento Civil o a la justicia laboral ordinaria. En
ambos casos, se deberán tener en cuenta las normas estatutarias, como fuente de derecho.
Las compensaciones por el trabajo aportado y el retorno de los excedentes previstos en el artículo 54
numeral 3o. de la presente ley se hará teniendo en cuenta la función del trabajo, la especialidad, el
rendimiento y la cantidad de trabajo aportado.
Sólo en forma excepcional y debidamente justificada, las cooperativas de trabajo asociado, podrán
vincular trabajadores ocasionales o permanentes no asociados, en tales casos, estas relaciones se
rigen por las normas de la legislación laboral vigente.
En las cooperativas que no sean de trabajo asociado, el régimen laboral ordinario se aplicará total-
mente a los trabajadores dependientes y a los trabajadores que a su vez sean asociados.
317
El Inciso tercero del artículo 4º de la ley 10 de 1990 expresa: «Los Asociados tienen una relación
de carácter típicamente comercial con las Empresas Asociativas de Trabajo. Por tanto, los aportes de
carácter laboral no se rigen por las disposiciones del Código Sustantivo del Trabajo, sino por las
normas del Derecho Comercial.
318
La definición de empresas asociativas de trabajo se halla en el artículo 1º de la ley 10 de 1991:
«Las Empresas Asociativas de Trabajo, serán organizaciones económicas productivas, cuyos asocia-
dos aportan su capacidad laboral, por tiempo indefinido y algunos además entregan al servicio de la
organización una tecnología o destreza, u otros activos necesarios para el cumplimiento de los obje-
tivos de la empresa».
357
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359
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profesional, sin salario mínimo general, sin ninguna prestación social, pagán-
dose sus cuotas a la seguridad social, su transporte y corriendo el riesgo del
negocio respectivo.
Es el sector industrial privado quien crea y desarrolla las formas productivas
organizativas y poco a poco tales esquemas se van imponiendo en toda la
sociedad, hasta llegar a la organización estatal. Este postulado del derecho
laboral se corrobora en la adopción de políticas de personal establecida en la
ley 617 de 2000, pues el trabajo explotado mediante cooperativas de trabajo
asociado ya venía siendo adoptado ampliamente por grandes emporios eco-
nómicos como el grupo Santodomingo, cuyo ejemplo emblemático es la
estructuración de AVIANCA.
360
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321
PEREZ, Miguel Ángel – «Deslaboralización’ en Colombia» – Revista Laboral – 2004.
361
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322
«No sobra indicar, conforme a lo planteado por la Jurisprudencia, que en el caso de autos la Sala
no desconoce los contratos de asociación de los trabajadores demandantes con la Cooperativa ac-
cionada (Fol. 05 a 98), pero ello no es óbice para admitir la concurrencia de contratos a que se
refiere al articulo 25 del Código Sustantivo del Trabajo, que bien podían subsistir frente a diversas
actividades el de persona afiliada a una Cooperativa de Trabajo Asociado y el trabajo por
intermediación, y a cuenta de esa cooperativa con otra empresa particular en los términos ya vistos,
lo que tipificaba una relación de trabajo tal como quedó analizado. Como el recurso de la parte
demandada se refiere a la existencia de la relación laboral y en nada se objetó la liquidación de
prestaciones sociales por las que deben responder las partes solidariamente, se confirmará la senten-
cia» (Sentencia Tribunal Superior de Antioquia – Mag. Pon. Jorge Mauricio Burgos Ruiz – Edi
Alfonso Acosta Cortizo y otros contra la Cooperativa de Trabajo Asociado de Zaragoza
‘COOMEIZAR’ y Compañía Minera Ororiente S. A. – 16 de octubre de 2001.
362
FLUJOS Y REFLUJOS
323
«Derecho Laboral - Revista de Doctrina, Jurisprudencia e Informaciones Sociales» enero - marzo
2003 - Nº 209 - Montevideo.
324
Sentencia del 26 de agosto de 2002, de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, Sala VI
(segunda instancia) Buenos Aires.
363
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364
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366
FLUJOS Y REFLUJOS
367
MARCEL SILVA ROMERO
Tan pronto se conoce el decreto no solo los sectores sindicales lo saludan con
beneplácito sino que también lo hacen las organizaciones de cooperativas, las
agencias temporales de empleo y otros actores sociales perjudicados con estas
prácticas desleales.
Pero los grandes grupos económicos que están desarrollando estrategias de
reestructuración con base en la tercerización de la mano de obra a través de
cooperativas de trabajo asociado, que generalmente ellos mismos han promo-
vido su creación y mantienen su dirección por interpuestos ‘dirigentes coope-
rativos’ se dirigen al presidente de la república, directamente, para que supri-
ma semejante paso social.
Uribe Vélez, conocedor profundo de todos los recovecos del derecho laboral
y sus incidencias, inmediatamente accede y dicta precipitadamente y sin reato
de conciencia alguno, el 16 de septiembre de 2004, el decreto 2998 por el cual
obliga a las cooperativas a pagar los parafiscales y deroga el 2879 expedido
una semana antes332. La sorpresa es mayúscula, ¿sí se puede derogar de esta
de trabajadores en misión con el fin de que estos atiendan labores o trabajos propios de un usuario o
tercero beneficiario del servicio, ejecutados en las instalaciones o con los elementos o medios de
trabajo respecto de los cuales el usuario o tercero beneficiario ejerce control o tiene la disposición a
cualquier título.
En el caso de las Cooperativas y Precooperativas de Trabajo Asociado y de las Empresas Asociativas
de Trabajo, también son prácticas no autorizadas o prohibidas aquellos eventos en los que los coope-
rados o asociados reciben instrucciones u órdenes del usuario o tercero beneficiario del servicio a la
manera propia de un empleador.
Igualmente constituye una práctica prohibida y no autorizada la prestación de servicios a terceros
cuando una persona natural o jurídica, las Cooperativas y Precooperativas de Trabajo Asociado o
una Empresa Asociativa de Trabajo prestan servicios en los eventos específicamente previstos por el
artículo 77 de la Ley 50 de 1990 para las Empresas de Servicios Temporales.
Artículo 4º. Control de prácticas no autorizadas o prohibidas. Toda persona natural o jurídica,
Cooperativa y Precooperativa de Trabajo Asociado o Empresa Asociativa que desarrolle actividades
en los términos definidos en el artículo 3° del presente decreto, previa investigación sumaria, será
sancionada por parte de la Superintendencia de Economía Solidaria, o la Superintendencia compe-
tente en razón de la actividad desarrollada, o el Ministerio de la Protección Social, de conformidad
con la disposición de control concurrente de que trata el artículo 21 del Decreto 468 de 1990, con las
sanciones previstas en el artículo 36 de la Ley 454 de 1998 y demás normas vigentes aplicables a
cada caso.
Adicionalmente, para las Cooperativas y Precooperativas de Trabajo Asociado se verificará el cum-
plimiento de las características de autogestión, autonomía administrativa, democracia, manejo de
los medios materiales de labor y participación, previstas en la Ley 79 de 1988 y Decreto 468 de
1990.
Las anteriores medidas de vigilancia y control se tomarán sin perjuicio de las eventuales acciones
judiciales de carácter laboral que pudieran llegar a promover los trabajadores asociados.
332
Artículo 1º. En desarrollo del principio constitucional de solidaridad, los estatutos, reglamenta-
ciones, regímenes de compensaciones, previsión y seguridad social de las Cooperativas y
Precooperativas de Trabajo Asociado, deberán establecer la obligatoriedad de los aportes al Sistema
368
FLUJOS Y REFLUJOS
forma otro decreto?. La carencia de técnica para dejar sin validez todas las
materias contempladas en el 2879 es patente y deja asombrado a todos los
sectores colombianos que habían aplaudido el paso anterior. También recibe
la protestas de las cooperativas por la obligación de pagar parafiscales lo que
las hace inviables.
¿Esta conducta presidencial significa que el ejecutivo avala el fraude de las
cooperativas de trabajo asociado en contra de lo establecido en la Constitu-
ción y de lo dictaminado por la Corte Constitucional?
Con lo sucedido queda demostrado cómo para el grupo que actualmente go-
bierna al país la propuesta de Estado comunitario está centrada en la elimina-
ción de la noción de diferencias entre el capital y el trabajo y por consecuencia
del derecho laboral, del sindicalismo y de la definición de trabajador, para
construir el nuevo país con base en las cooperativas y la reducción de los
mínimos laborales.
Al Presidente, dentro de poco, la situación le será insostenible precisamente
porque en las negociaciones sobre el tratado de libre comercio los delegados
de los Estados Unidos han exigido la supresión del fraude de las cooperativas
de trabajo asociado, porque si bien la mano de obra de Colombia la deja en
condiciones de mayor competitividad frente a la remuneración percibida por
un trabajador en territorio estadinense, lo que disgusta al trabajador norte-
americano ante la posibilidad de desplazarse muchas industrias a nuestro país,
no se puede llegar al extremo de remuneraciones muy inferiores a los mínimos
legales colombianos, que es el resultado práctico del trabajo cooperativo.
369
MARCEL SILVA ROMERO
VIII. Conclusión.
El movimiento sindical sí debe apoyar la creación de cooperativas de trabajo,
pero únicamente las autogestionarias, es decir las que se crean para explotar
un negocio propio, pero jamás aquellas que simplemente van a servir de inter-
mediarias de la mano de obra.
370
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371
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333
OIT – Conferencia Internacional del Trabajo 80ª reunión 1993 – Informe III – parte 4 A – Informe
de la Comisión de Expertos en Aplicación de los Convenios y Recomendaciones – Suiza 1993 –pag.
195 y 196.
372
FLUJOS Y REFLUJOS
373
MARCEL SILVA ROMERO
permisos sindicales a los empleados públicos, facilita las finanzas y las actua-
ciones de las federaciones, al igual que a las confederaciones y elimina la
intervención del Ministerio en los asuntos sindicales.
Pero también contiene la ley disposiciones totalmente contraria a los Conve-
nios, como por ejemplo seguir insistiendo en que ningún sindicato puede ac-
tuar sin su inscripción en el registro sindical y solamente durante la vigencia
del mismo. Pero hay un error conceptual de fondo al establecer como causal
de arbitramento obligatorio el haber presentado el pliego de peticiones un
sindicato minoritario, desconocer que sólo se puede convocar para resolver
conflictos en las empresas de servicios esenciales y por consecuencia le prohíbe
el derecho de huelga. Si se quería expresa norma sobre la solución de los
conflictos iniciados por los sindicatos minoritarios, en una ley de ‘libertad
sindical’, al menos ha debido dejarse aquéllos tribunales como optativos o
facultativos.
335
«331. Las disposiciones legislativas que regulan detalladamente el funcionamiento interno de las
organizaciones de trabajadores y de empleadores entrañan graves riesgos de injerencia por las auto-
ridades públicas. En caso de que su adopción fuera considerada indispensable por las autoridades,
estas disposiciones deberían limitarse a establecer un marco general, dejando a las organizaciones la
mayor autonomía posible para regir su funcionamiento y administración. Las restricciones a este
principio deberían tener como únicos objetivos garantizar el funcionamiento democrático de las
organizaciones y salvaguardar los intereses de sus afiliados. Por otra parte, debería preverse un
recurso ante un órgano judicial, imparcial e independiente, a fin de evitar todo riesgo de injerencia
excesiva o arbitraria en el libre funcionamiento de las organizaciones» (Véase 294.o informe, caso
núm. 17049 pag. 77 del libro ‘La Libertad Sindical’ ya citado. «333. Para que las organizaciones
tengan derecho a elaborar sus propios estatutos y reglamentos con libertad absoluta, la legislación
nacional debería limitarse tan sólo a sentar las condiciones formales que deberán respetar los estatu-
tos, los cuales, junto con los reglamentos correspondientes, no necesitarán la aprobación previa de
las autoridades públicas para entrar en vigor».
374
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375
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377
MARCEL SILVA ROMERO
dado cuenta que ciertamente las políticas neoliberales les permiten obtener
mayores ganancias pero a cambio de que los nuevos trabajadores temporales
jamás llegan a tener sentido de pertenencia con la empresa, carecen del amor
que se requiere para hacer grandes proyectos fructíferos.
337
Consejo Seccional de la Judicatura de Cundinamarca. Sentencia de tutela. 22 de noviembre de
2004. Actor Sindicato Nacional de la Industria de Alimentos Sinaltrainal. Mag. Pon. Paulina Cano-
sa Suárez.
378
FLUJOS Y REFLUJOS
La comisión.
Precisamente el consenso, como método de adoptar decisiones, limitó seria-
mente el trabajo de la comisión e impidió la incorporación una visión ideoló-
gica, o al menos acoger armoniosamente cualquiera de las 4 tendencias prin-
cipales que materia de derecho procesal laboral se disputan en el mundo la
338
RUPRECHT, Alfredo J. - Autonomía del derecho procesal del trabajo - Revista «Derecho Labo-
ral» Nº 119 - enero marzo - 1980 - pag. 119.
339
José Roberto Herrera Vergara, Germán Valdés Sánchez, Reinaldo Valderrama Mesa, Fanny Esther
Ramírez Araque, Ernesto Jiménez Díaz y Benjamín Ochoa Moreno, en su orden. Pronto el doctor
Pedro Charria se retiró del seno de esta comisión por considerar que el consenso impedía desarrollar
un trabajo realmente de fondo.
379
MARCEL SILVA ROMERO
340
En Iberoamérica podemos establecer cuatro escuelas distintas sobre la autonomía del derecho
procesal laboral frente al derecho procesal común que en países como Colombia está contenido en el
Código de Procedimiento Civil: 1ª Escuela del proceso general único (ejemplo Uruguay), 2ª Escuela
de autonomía moderada, 3ª Escuela de autonomía avanzada y, 4ª Escuela radical que niega lazos
comunes entre los procedimientos para resolver los conflictos laborales y el de derecho procesal.
380
FLUJOS Y REFLUJOS
341
«CONCEPTO DEL AUTOR. La denominación de este recurso extraordinario ha sido objeto de
críticas fundadas en la finalidad que se persigue con este medio de impugnación, que es precisamen-
te contraria al significado de homologación de los laudos. Homologar equivale a la confirmación de
los laudos. Homologar equivale a la confirmación del laudo confiriéndole plena validez a sus deci-
siones. Con el mencionado recurso se trata de obtener la declaración de inexequibilidad y la consi-
guiente anulación del laudo impugnado» (TRIANA, Francisco Yesid – Sistema Laboral y de Segu-
ridad Social – Ed. La Nueva Ley– Bogotá – entrega de marzo de 1988 –pag. 442).
342
CERON CORAL, Jaime – Arbitraje Laboral – Biblioteca Jurídica Dike – Bogotá 1989 – pag.
222.
381
MARCEL SILVA ROMERO
343
Las críticas más evidentes a la intervención de los jueces a la solución de los conflictos de intere-
ses son:
a)Esas decisiones tienen el cuerpo de sentencia pero carácter de ley, pues son creadoras de derecho
abstractas y coercitivas, violándose la tridivisión de poderes.
b)Los jueces están acostumbrados a fallar en derecho, secundum legem, mientras que las soluciones
a los conflictos de intereses se abordan con criterios económicos, políticos, prácticos, sociales y
equitativos, es decir praeter legem.
c)Los jueces no están habilitados para hacer estudios económicos macros, o de las industrias, o de
las empresas a las que se aplicaran las soluciones del conflicto de intereses.
d)¿Hasta que punto si los jueces decretan incrementos salariales o prestacionales, o declaran nulas
algunas decisiones de los árbitros sobre estas materias, sin perder su independencia, podrían evadir
las políticas generales del gobierno, que por mandato constitucional es el rector de la economía de
un país?
e)Un conflicto de intereses se resuelve en gran medida según la fortaleza de las partes traducida
muchas veces en altos grados de combatividad. ¿No es exponer al irrespeto de las partes, por lo
general respaldadas en gremios o sindicatos de envergadura, a los jueces que deben tomar una
decisión?
f)La decisión judicial destruye la negociación colectiva y desfigura las etapas en que ésta se puede
desarrollar.
g)En Brasil, el país donde se practica pura la tutela del Estado en la decisión de los conflictos, a
través de la administración de justicia, existe una apreciación doctrinaria mayoritaria de que se trata
de un procedimiento eminentemente fascista, heredado de los años 30.
h)Los jueces estarían creando derecho y posteriormente tendrían que juzgar sobre esas mismas nor-
mas.
Aunque en Colombia el recurso de homologación se reduce a la constatación o conformidad entre la
Constitución y la ley con el laudo, lo cierto es que las sentencias de homologación de la Sala Laboral
inciden más dentro de la solución de los conflictos que las mismas fuerzas que despleguen las partes
durante la negociación.
382
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344
DELGADO, Alvaro. El sindicalismo bogotano del nuevo siglo. Alcaldía Mayor de Bogotá
Instituto Distrital de Cultura y Turismo Observatorio de Cultura Urbana – diciembre de 2003 –
pag. 160.
345
«ARTICULO CINCO: La Confederación tendrá como afiliados Federaciones Regionales,
Sectoriales, Profesionales, Seccionales, Departamentales de la Confederación, Sindicatos
Nacionales, de Industria, de Empresa, de Gremio, Oficios Varios, Mixtos, Rama de actividad o
sector económico de la Producción o de los Servicios; previo estudio y aceptación de su afiliación,
por parte del Comité Ejecutivo, también las formas organizativas de carácter Popular, Campesino,
Cooperativo, Comunitario o Estudiantil formarán parte de la Confederación, Igualmente harán
parte de la Confederación los trabajadores que por voluntad propia decidan su afiliación directa,
siempre y cuando no hagan parte de una Organización debidamente afiliada» (Confederación General
del Trabajadores Democráticos – VII Congreso Nacional - Ponencias – Cartagena – septiembre
2004 – pag. 75).
384
CAPÍTULO VI
APRECIACIONES DE CAMBIO DE SIGLO
385
MARCEL SILVA ROMERO
346
BUENO MAGANO, Octavio. Procedimientos laborales, Derecho laboral, Revista de doctrina,
jurisprudencia e información sociales. Tomo XXVII - # 133 enero - marzo 1984 Montevideo.
386
FLUJOS Y REFLUJOS
etapas más avanzadas el Estado impone las decisiones finales mediante sus
organismos judiciales o administrativos.
La solución judicial de los conflictos de intereses a nivel iberoamericano se ha
comprobado como inadecuada. Mario Pasco Comópolis, así lo analiza: «La
magistratura del Trabajo, entendida no sólo como la que se organiza dentro
del Poder Judicial sino la que conoce de todo tipo de controversia laboral, ha
merecido algunas objeciones, que Ruprecht (1967: p.215) sintetiza: desvirtúa
la esencia de la función judicial al asumir los tribunales función normativa;
despoja a la sentencia del valor de la cosa juzgada que le es inseparable; puede
afectar la agilidad y rapidez en las soluciones por la mayor pesadez y lentitud
del procedimiento judicial; dificultad de los Magistrados para conocer
específicamente el problema en litigio; influencias de las políticas social o eco-
nómica en la resolución; distanciamiento conceptual con las causas y procedi-
mientos que integran su normal y corriente función específica; desprestigio
del sistema judicial por el desconocimiento que las partes y el propio estado
pueden hacer de los fallos»347.
II. Las profundas variaciones jurisprudenciales en la solución de los
conflictos de intereses en Colombia.
Desde las leyes 78 de 1919 y 21 de 1920 se plantearon los tribunales de arbi-
tramento como una de las soluciones a los conflictos iniciados con la presen-
tación del pliego por parte de los trabajadores, restringiendo el derecho de
huelga en una serie de actividades.De todas maneras se tenía a los árbitros
como reemplazantes de las partes, con sus mismas prerrogativas.
Pero en el Código Procesal del Trabajo, expedido por decreto de estado de
sitio, lógicamente no se discutieron las ideas en foro democrático alguno, en
una época de posiciones dictatoriales por parte del gobierno de Mariano Ospina
Pérez, se creó un recurso de homologación contra los laudos arbitrales, den-
tro de una confusa división de los tribunales en voluntarios y especiales u
obligatorios, para decidir que el juez de homologación podía anular el laudo
en los primeros y dictar una sentencia que lo reemplazaría, mientras que en los
segundos declararía la nulidad de lo decidido contra la Constitución, las leyes
y el decreto de convocatoria, declarando exequibles los puntos restantes.
Este recurso de homologación concebido para permitirle a los magistrados su
intromisión en las decisiones que pusiesen fin a los conflictos de intereses o
347
PASCO Cosmópolis, Mario – op. cit.
387
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388
FLUJOS Y REFLUJOS
389
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352
C.S.J., homologación, conflicto en EDIS, octubre 17 de 1991, Mag. Pon. Manuel Enrique Daza.
353
C.S.J., homologación, conflicto ISA, SINTRAISA, febrero 26 de 1997, Mag. Pon. José Roberto
Herrera Vergara.
354
C.S.J. , Homologación, Hospital Universitario La Samaritana y ADESAM, noviembre 12 de
1997, Mag. Pon. Fernando Vásquez Botero.
355
C.S.J., homologación, conflicto Isagen S.A. E.S.P., 8 de febrero de 1999, Mag. Pon. José Roberto
Herrera Vergara.
356
Como protuberante inequidad, se hayan alterado de manera drástica y notoria las circunstancias
económicas o sociales existentes al momento de convenirse un beneficio o cuando su manutención
amenace de forma evidente la vida de la empresa, la fuente de trabajo o la continuidad de sus
actividades esenciales, entre otras causas.
357
Para el salvamento de voto del magistrado Ramón Zúñiga Valverde: «Con todo, estas razones no
alteran el hecho de que la legislación vigente no contempla que los árbitros puedan resolver la
denuncia patronal, fuera de que el concepto de ‘protuberante inequidad’ tiende a ser subjetivo, de
suerte que en últimas permitiría a los Tribunales de Arbitramento pronunciarse a su arbitrio acerca
de temas que, por ausencia de atribución legal, tienen vedado».
390
FLUJOS Y REFLUJOS
358
C.S.J., homologación, conflicto Clínica Shaio, 12 de noviembre de 1974, Mag. Pon.Juan Benavides
Patrón.
359
La consecuencia de esta posición es que los árbitros no podían crear una prima por valor de un
peso, pero sí aumentar la ya pactada de uno a diez mil pesos, siendo la respuesta lógica de los
trabajadores la solicitud de múltiples prestaciones por un mínimo valor para que fueran aceptadas
por los patronos y en otro conflicto forzar su incremento. Esta es una de las razones porque en
muchas convenciones se han pactado múltiples prestaciones sin mayor significado para quienes no
hayan vivido los procesos respectivos.
360
C.S.J., homologación, conflicto Transporte Colombia S. A. y Sindicato de Choferes Asalariados
de Santander, 26 de julio de 1976, Mag. Pon. José Eduardo Gnecco Correa.
361
Tribunal Supremo del Trabajo, homologación, conflicto en el Ferrocarril de La Dorada y Cable
Aéreo Mariquita, 25 de junio de 1949, Mag. Pon. Juan Benavides Patrón.
362
C.S.J., homologación, 21 de abril de 1964.
363
«... si la convención colectiva puede reflejar hacia atrás sus efectos sin invadir desde luego el
ámbito temporal de la convención anterior, el laudo arbitral, al que se le aplica por extensión el
régimen de aquella, lógicamente también puede hacerlo».
364
C.S.J., homologación, conflicto Fundación A. Shaio, 12 de noviembre de 1974, Mag. Pon. Juan
Benavides Patrón
.365 C.S.J., homologación, conflicto Flota Mercante Grancolombiana, 19 de julio de 1982, Mags.
Pons. César Ayerbe Chaux y Juan Hernández Sáenz.
391
MARCEL SILVA ROMERO
2º ¿Hasta cuándo?
1980 - La duración del laudo no puede superar el plazo planteado por los
trabajadores en el pliego de peticiones, sin exceder en ningún caso de dos
años366.
1997 - La duración del laudo la fijan los árbitros dentro de los parámetros de
justicia y equidad con la limitación legal de no poder sobrepasar los dos años367.
Pese a que teóricamente se concibe el recurso de homologación como la con-
frontación de la Constitución y las leyes con el respectivo laudo, en la práctica
las decisiones asumidas por la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia, a
título de control jurisdiccional, han distorsionado el derecho de negociación y
le han colocado valladares al desarrollo del conflicto colectivo para impedir al
máximo nuevas disposiciones convencionales a favor de los trabajadores.
Es apenas obvio que al planificarse el conflicto por parte de los trabajadores y
al establecer sus tácticas y estrategias el empleador, las sentencias de homolo-
gación son, para ambos, elementos de juicio de primer orden, hasta tal extre-
mo que en muchas oportunidades parecerían tener mayor peso las decisiones
judiciales que la misma correlación básica de fuerzas, desdibujando la autono-
mía de los actores laborales, especialmente la de los trabajadores.
Con González Charry se puede volver a repetir hasta el cansancio que durante
los años corridos entre 1919 y 1951, jamás se presentó un problema adicional
a la firma de un laudo arbitral, en razón de que se hubieran cometido abusos
contra la Constitución Nacional, ni contra derechos legítimos de los que ésta
reconoce a las partes. Este aspecto ha venido a plantearse con motivo del
recurso de homologación y precisamente de este artículo 458, que fue tan
poco afortunado en su concepción y redacción.
No se puede menos que atribuir tal desborde de competencia al artículo 458
del Código Sustantivo del Trabajo y a las interpretaciones que se le han dado
en el decurso histórico: «Que los árbitros no pueden afectar derechos recono-
cidos por la Constitución, la ley o las convenciones colectivas, trae interrogantes
como: «¿Qué significa, qué alcance tiene, que un laudo arbitral no pueda afec-
tar derechos que a las partes reconoce la Constitución Nacional?, ¿qué dere-
366
C.S.J., homologación, conflicto municipio de La Dorada, 24 de julio de 1980, Mag.Ppon. César
Ayerbe Chaux.
367
C.S.J., homologación, conflicto Universidad Autónoma, 1º de septiembre de 1995, Mag. Pon.
José Roberto Herrera Vergara.
392
FLUJOS Y REFLUJOS
chos son, los que se les reconocen como partes, en desarrollo del principio
conocido como el debido proceso, o el que se reconoce a cualquier ciudadano,
esté o no comprometido en un conflicto colectivo? Ya este solo planteamien-
to hace surgir una serie de interrogantes sobre los alcances del papel del laudo
arbitral»368.
El resultado histórico de la gestión de la Sala Laboral de la Corte Suprema de
Justicia ha sido contribuir al máximo para el debilitamiento del derecho a la
negociación colectiva y por ende de las organizaciones sindicales. Desde 1968
hasta la actualidad podemos señalar como constante el temor de los trabaja-
dores al vencimiento de la convención colectiva e iniciación de un nuevo con-
flicto pues de allí resultará el recorte sus derechos.
La siguiente idea se presentó en ese XX Congreso de Derecho Procesal: «La
única propuesta, posible alternativa, en la materia tratada en esta ponencia
consiste en el rescate total del arbitramento lo que implica propender por la
autonomía de los actores sociales y sus organizaciones, de conformidad con
los Convenios de la Organización Internacional del Trabajo. Se debe impulsar
el arbitramento tanto de los conflictos jurídicos como de intereses dentro de
un procedimiento ágil y desformalizado, sin recurso laboral alguno y solo po-
drían revisarse los laudos mediante amparo o tutela por violación de los prin-
cipios constitucionales»369.
En la práctica los tribunales están constituidos de dos contra uno, pues el
árbitro designado por el empresario y el nombrado por el Ministro actúan de
común acuerdo en los puntos más importantes de decisión del conflicto.
Las decisiones en materia individual del trabajo han estado encaminadas en la
misma línea, con el agravamiento de la permanente y reiterada posición de la
mayoría de la Sala Laboral de desconocer los avances constitucionales y el
indubio pro operario.
III. En los derechos individuales
Aunque no es materia de este estudio no puedo escapar a la tentación de
recordar cómo en la sentencia que niega la revaluación judicial o indexación
368
GONZÁLEZ Charry, Guillermo. op. cit., pág. 371.
369
SILVA ROMERO, Marcel, El arbitramento en materia laboral, ponencia presentada al XX Con-
greso Colombiano de Derecho Procesal – Instituto Colombiano de Derecho Procesal y Universidad
Externado de Colombia, Departamento de publicaciones de la Universidad Externado de Colombia,
Bogotá, septiembre de 1999, pág. 650.
393
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394
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395
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No se puede esconder que frente a la unicidad del derecho laboral hay varias
concepciones socio políticas de fondo como persistentemente se ha explicado
en algunos acápites anteriores.
Al expedirse la Constitución y al funcionar plenamente la Corte Constitucio-
nal se temió que por el mandato del artículo 4º, y pese al artículo 53, se desco-
nocieran los Convenios Internacionales del Trabajo o al menos se menguaran
sus alcances establecidos en los organismos de la OIT, pues existen antinomias
en distintas disposiciones de la Carta Política que se reflejan en las sentencias.
¿Dentro de la pirámide jurídica qué se encuentra en la cúpula: la Constitución
o convenios y tratados internacionales?, ¿cuál prima sobre cuál?
Para el laboralista no hay duda en la prevalencia de los tratados internaciona-
les. Sin embargo para otros reina la Constitución y aquéllos sólo serían aplica-
bles en la medida en que se sometan a los postulados de ésta.
II. El bloque de constitucionalidad.
Pero esta discusión se estaría superando con la adopción de la noción del
bloque de constitucionalidad370.
«Este concepto tiene su origen en la práctica del Consejo Constitucional Fran-
cés el cual considera que, como el Preámbulo de la Constitución de ese país
hace referencia al Preámbulo de la Constitución derogada de 1946 y a la De-
claración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, esos textos son
también normas y principios de valor constitucional que condicionan la vali-
dez de las leyes. Según la doctrina francesa, estos textos forman entonces un
bloque con el articulado de la Constitución, de suerte que la infracción por
una ley de las normas incluidas en el bloque de constitucionalidad comporta la
inexequibilidad de la disposición legal controlada. Con tal criterio, en la deci-
sión del 16 de julio de 1971, el Consejo Constitucional anuló una disposición
legislativa por ser contraria a uno de los ‘principios fundamentales de la Repú-
blica’ a que hace referencia el Preámbulo de 1946.
«Como vemos, el bloque de constitucionalidad está compuesto por aquellas
normas y principios que, sin aparecer formalmente en el artículo del texto
constitucional, son utilizados como parámetros del control de
constitucionalidad de las leyes, por cuanto han sido normativamente integra-
370
La Corte considera que la noción de ‘bloque de constitucionalidad’, proveniente del derecho
francés pero que ha hecho carrera en el derecho constitucional comparado, permite armonizar los
principios y mandatos aparentemente en contradicción de los artículos 4º y 93 de nuestra Carta.
396
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371
Corte Constitucional, Sentencia C-225/95, Mag. Pon. Martínez Caballero.
397
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fallo del 8 de octubre (rad. 11.731) para sentar su punto de vista contrario:
«...los jueces y tribunales de la república no pueden ser sustituidos por ningún
órgano administrativo o de investigación de organización supranacional algu-
na, carente de capacidad para imponer obligaciones a ninguno de sus Estados
miembros a la luz de las normas internacionales»372.
Si alguien quería un ejemplo contundente de renuencia a la aplicación de los
Convenios 87 y 98 por parte del Estado no puede hallar uno mejor que el
razonamiento y las consecuencias de esta sentencia. No se debe olvidar que la
Corte Suprema de Justicia es órgano del Estado.
Los errores protuberantes que comete la Sala Laboral empiezan cuando con-
funde la «recomendaciones» de la Conferencia General, con las recomen-
daciones que hace al Consejo de Administración el Comité de Libertad Sindi-
cal. Las primeras son instrumentos internacionales que no son obligatorios en
el derecho internacional, contienen criterios o pautas que sirven para desarro-
llar los Convenios o abocar cuestiones que no alcanzaron a tener la votación
necesaria para ser Tratados pero cuyo contenido es de importancia para la
humanidad.
De todas formas las Recomendaciones de la Conferencia General pueden ser
aprobadas por leyes de los países miembros y por ende aunque su contenido
internacionalmente no fuese obligatorio, sí lo sería para el respectivo Esta-
do373.
Mas las recomendaciones de los comités de control para el cumplimiento de
los Convenios, sí son obligatorias en el derecho internacional en cuanto sirven
372
C. S. J., sentencia de casación, Eduardo Puentes Martínez vs. Bancoquia, Mag. Pon. Carlos Isaac
Nader, ocho de octubre de 1999, rad. 11.731.
373
La Corte Constitucional consagró un criterio distinto en la sentencia C-468/97 de revisión cons-
titucional al declarar inexequible la ley 347 de 1997, por la cual se aprobaron las Recomendaciones
171, 172, 173, 174, 176, 178, 179 y 180 adoptadas por la Conferencia General de la OIT. Para la
Corte estas Recomendaciones no están sujetas a aprobación ni a ratificación pues su objetivo no es
que los Estados adquieran nuevos compromisos internacionales sino que se trata de sugerencias que
la OIT formula a los Estados para que internamente las desarrollen, sometiéndolas como propuestas
a consideración de sus autoridades internas a fin de eventualmente desarrollarlas por medio de otras
normas jurídicas, no son tratados pues no generan, modifican o extinguen obligaciones internacio-
nales de los Estados. Pero respecto a la sumisión de convenios y recomendaciones a las autoridades
competentes tenemos el parágrafo 6 de la Constitución de la OIT : ‘6. En el caso de una recomenda-
ción. a) se comunicará a todos sus Miembros para su examen, a fin de ponerla en ejecución por
medio de la legislación nacional o de otro modo; b) cada uno de los Miembros se obliga a someter la
recomendación, en el término de un año a partir de la clausura de la reunión de la Conferencia (o
398
FLUJOS Y REFLUJOS
para la realización práctica de sus contenidos, sin los cuales serían normas
inertes, sin alcance alguno.
Por ser la OIT organismo adscrito a la ONU sólo la Corte Internacional de
Justicia de La Haya puede resolver todas las cuestiones o dificultades relativas
a la interpretación de los Convenios (art. 37 párrafo 1 de la Constitución de la
OIT) con carácter coercitivo dentro del derecho internacional. Aunque son
muy pocos los casos, uno de ellos en 1932, sobre aplicación de Convenios se
ha llevado a aquella Corte, pues los mismos mecanismos internos de la OIT
han sido suficientes para velar por el cumplimiento de los tratados sobre dere-
cho laboral.
Obviamente, si un Estado miembro no quiere cumplir con los mandatos de
un Convenio que haya aprobado y ratificado, nadie lo podrá obligar a hacerlo
pues la única manera sería mediante la fuerza. Myanmar se ha negado a dejar
ingresar incluso a los delegados de la OIT en cumplimiento de los Convenios.
El Comité de Libertad Sindical examina las quejas y presenta recomendacio-
nes al Consejo de Administración sobre las medidas que han de tomarse por la
violación de los Estados a los Convenios sobre libertad sindical. Una de esas
medidas es la publicación de la recomendación del Comité de Libertad en el
informe que la OIT envía a los Estados miembros y posteriormente, si conti-
núa la violación podrán tomarse otras. Indudablemente uno de los efectos de
incluir en esa publicación una recomendación del Comité de Libertad Sindical
es dar a conocer al mundo la gravedad de las actuaciones del Estado colom-
biano.
Entonces el problema reside en si el derecho internacional tiene o no aplica-
ción en el país y si el Estado colombiano está dispuesto a cumplir los compro-
misos internacionales o no.
La Corte Constitucional, que es parte esencial del Estado colombiano, quien
ha ratificado los Convenios 87 y 98, considera que sí permean al derecho
cuando por circunstancias excepcionales no pueda hacerse en el término de un año, tan pronto sea
posible, pero nunca más de dieciocho meses después de clausurada la reunión de la Conferencia) a
la autoridad o autoridades a quienes competa el asunto, al efecto de que le den forma de ley o
adopten otras medidas’. La autoridad competente dentro de la OIT es: ‘a) la autoridad competente es
aquella que tenga, de acuerdo con la Constitución Nacional de cada Estado, el poder de legislar o de
tomar cualquier otra medida para dar efecto a los convenios y recomendaciones. b) La autoridad com-
petente debe ser normalmente el legislativo’. Así la inexequibilidad de la ley 347 entra en contradic-
ción con los postulados básicos del derecho laboral internacional.
399
MARCEL SILVA ROMERO
400
FLUJOS Y REFLUJOS
Claro que los Estados pueden ponerle límite a la edad de jubilación con tal de
conservar los derechos en curso de adquisición (Convenio 157 de 1982), pero
chos adquiridos y quienes estén amparados por los regímenes pensionales exceptuados y especiales.
La vigencia de los regímenes pensionales exceptuados, especiales, o provenientes de normas y acuer-
dos entre nacionales de cualquier naturaleza, expirará el 31 de diciembre de 2007, con excepción del
régimen pensional de los Presidentes de la República que tendrá eficacia desde la fecha de entrada
de la presente reforma constitucional.
El régimen de transición será reglamentado por la ley del Sistema General de Pensiones.
Los requisitos y beneficios pensionales para todas las personas, a partir de la vigencia de la presente
reforma constitucional, con las excepciones temporales anteriores, serán los establecidos en la ley
del Sistema General de Pensiones. No podrá dictarse disposición alguna o invocarse acuerdos entre
nacionales, de ninguna naturaleza, para apartarse de lo allí establecido.
Con las excepciones previstas en la ley del Sistema General de Pensiones, a partir de la vigencia de
la presente reforma constitucional, no podrán reconocerse pensiones de vejez o jubilación a perso-
nas con menos de 55 años de edad.
La Ley General de Pensiones ordenará la revisión de las pensiones decretadas sin el cumplimiento
de los requisitos legales, o con abuso del derecho.
A partir del 1° de enero del año 2005, y hasta diciembre de 2006, no se incrementarán los salarios y
pensiones de los servidores públicos, o de aquellas personas cuyos salarios y pensiones se paguen
con recursos públicos, en ambos casos cuando devenguen más de veinticinco (25) salarios mínimos
mensuales legales vigentes.
Se excluye de esta disposición el régimen legal para los miembros de la Fuerza Pública.
SI [ ] NO [ ] VOTO EN BLANCO [ ]
375
290- Con todo, resta el problema de analizar si este numeral limita el derecho a la negociación
colectiva. Ahora bien, el derecho a la negociación colectiva comprende la posibilidad de los trabaja-
dores para negociar con sus patronos el salario y aquellos elementos que afectan sus condiciones
laborales. Los asuntos pensionales tienen que ver con las condiciones laborales de los trabajadores,
pues, en últimas, la pensión es fruto de su trabajo y su ingreso en época no laboral. Sin embargo, es
igualmente claro que la definición del sistema de pensiones es un asunto que corresponde definir al
legislador, siempre y cuando garantice ciertos elementos básicos. En el caso 137Caso número 1375,
del 1 de abril de 1986, informe 251 Volumen LXX, 1987, Serie B, número 2-.–, el Comité de
Libertad Sindical señaló:
«Las medidas contenidas en las disposiciones de las leyes…, que establecen, por decisión unilate-
ral, un límite a las pensiones de jubilación del sector público y, sobre todo, un límite de jubilación
para el personal del Banco Exterior de España, querellante en este asunto, el Comité considera que
tales medidas atentan contra los derechos de pensión de estos trabajadores»
Lo anterior daría pie para pensar que es incompatible con los convenios de la OIT la imposición de
límites a los montos de las pensiones por vía normativa, en la medida en que se limita la negociación
colectiva en este campo. Empero, como lo ha mostrado la Comisión de Expertos de la O.I.T -
Estudio General «La protección de la vejez por la seguridad social», sobre las Convenciones 102 y
128 no ratificadas por Colombia-, 1989.–, es práctica común el establecimiento de topes a las pen-
siones para asegurar la viabilidad financiera del sistema, asunto que fue aceptado, dentro de ciertos
límites, por ese órgano.
«Finalmente, el derecho a la negociación colectiva no puede ser considerado absoluto, por lo que es
razonable que el Estado pueda limitarlo para salvaguardar la propia viabilidad financiera del sistema
general de pensiones. Por ello, la Corte considera que es compatible con el derecho a la negociación
colectiva, tal y como se encuentra desarrollado por los tratados internacionales de derechos huma-
nos, que la ley fije un marco general en el que se desenvuelva la negociación colectiva, tal y como lo
hace el numeral 8°.
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377
Ley 57 de 1915.
378
Aprobada mediante ley 129 de 1931.
379
Decreto 825 de abril 26 de 1934, reglamentario parcialmente de la anterior: «Que la ley 129 de
1931 aprobó la Convención Nº 1º, acordada en la Conferencia General de la Organización
Internacional… Que hasta ahora tales disposiciones han quedado sin aplicación práctica en el
territorio de la República».
380
Ley 57 de 1926
381
Ley 72 de 1931.
403
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Pago del salario en efectivo. Esta reivindicación fue uno de los puntos cen-
trales de los movimientos huelguísticos, que terminaron en masacre, de los
trabajadores petroleros en Barrancabermeja en el año de 1927 y en la huelga
bananera de 1928 en la United Fruit Company. Anteriormente se pagaba el
salario en vales o cupones que solo podían cambiarse en los dispensarios o
comisariatos que quisiese el patrono. Por la vergüenza de la masacre de las
bananeras en la ley 83 de 1931 se introdujo como un ‘mico’ el pago de salario
en efectivo.
Salario mínimo. Se obtuvo por primera vez en el pacto de junio de 1937 de la
Fedenal después del movimiento huelguístico que paralizó el río Magdalena
desde Barranquilla hasta Neiva.
Seguro Social. Por primera vez, producto de la huelga de los trabajadores del
Río, se pactó en Colombia una Caja que atendiera las contingencias de la sa-
lud, con aportes obligatorios de los patronos y trabajadores, superando las
prácticas mutualistas (junio de 1937).
Cesantías. Consagradas para el sector oficial mediante ley 10 de 1934 fue
expedida producto de los numerosos paros y huelgas que hicieron los desocu-
pados en el país a partir de 1930 cuando se sintió con todo su rigor la crisis
económica de 1928 llamada gran crack y se cerraron múltiples empresas y enti-
dades como fuente de trabajo.
Convenciones colectivas. Los acuerdos entre patronos y huelguistas van a
independizarse de las leyes civiles de los contratos, muy tímidamente, a partir
de la ley 21 de 1920, pero van a adquirir autonomía total en el decreto 2350 de
1944 expedido por la movilización de trabajadores quienes abandonaron sus
trabajos para lanzarse a la calle el 10 de junio de 1944 inmediatamente se
conoció la detención del presidente López en el golpe de estado de Pasto.
Contratos colectivos de trabajo llamados contratos sindicales. Lo con-
quistan los trabajadores del río Magdalena en la huelga de 1937 y se consolida
en el decreto 2350 de 1944.
Fueros sindicales. Producto de la misma movilización del 10 de junio de
1944 y de las que le siguieron.
Protección en conflicto colectivo. Ante la amenaza de paro general y den-
tro de unas circunstancias políticas muy inestables el gobierno del presidente
Valencia logra un acuerdo con los representantes de patrono y trabajadores
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«DERECHOS Y GARANTÍAS
«No se deben confundir los conceptos de garantías y derechos amparados por ellas. Cada garantía
hace relación a un derecho; la garantía es un aspecto de ese derecho; es su protección jurídicamente
efectiva, y lo hace inviolable. La garantía es una institución de derecho público que busca la tutela
práctica y eficaz de un poder del individuo frente al Estado para poder hacer o exigir algo, y a la vez
para que esa facultad no sea lesionada por una supresión o una limitación de su ejercicio. Tiene un
sentido activo como protección frente al poder público, y un sentido negativo en cuanto es límite de
ese poder. Implica la idea de que ciertos derechos son anteriores al Estado, son connaturales al
hombre y el Estado debe protegerlos, pues son inalienables. De manera que hay, como parece suge-
rirlo el epígrafe del titulo III «De los derechos civiles y garantías civiles y sociales», derechos, de una
parte, y garantías, de otra, sino derechos protegidos por garantías constitucionales o garantías pro-
tectoras de los derechos.
«En consecuencia lo que hace la Constitución en un Estado de derecho es enunciar o declarar las
garantías de los derechos individuales, reconociendo estos y dándoles protección, pero no establecer
dos clases de instituciones, puesto que derecho y garantías forman una unidad simple. El derecho
tutelado en el contenido de la garantía, y la garantía en el orden político es la tutela correspondiente
a aquel. Por eso, el estado de sitio no es suspensión o supresión del derecho porque es inalienable y
natural, sino de la protección que da el Estado respecto de ese derecho.
«Tampoco hay que aceptar que la simple declaración de la garantía es realmente tal, si no es práctica
y efectiva. A la declaración expresa y solemne debe corresponder un medio efectivo de realizar el
derecho garantizado. Lo demás, sería incurrir en formalismo, descuidando la esencia ética del Dere-
cho (SACHICA, Luis Carlos – Constitucionalismo Colombiano – tercera edición actualizada – edi-
torial Temis – Bogotá 1972 – pags. 361 y 362).
383
«En la interpretación de las leyes prohibitivas no deben buscarse analogías o razones para hacer-
las extensivas a casos no comprendidos claramente en la prohibición (Corte Suprema de Justicia -
Casación, 14 de diciembre 1898, XIV, pag. 92).«El principio de hermenéutica jurídica que estatuye
que las disposiciones de carácter excepcional, en materias que no sean penales, deben interpretarse
restrictivamente por causa de su previsión y exactitud, lo mismo se impone para el efecto de no
extender una excepción más allá de los limites indicados en ella, que para el efecto de no reducirla
hasta el punto de sustraer de su imperio casos que en ella deben quedar naturalmente comprendidos.
Si la excepción hubiera de extenderse, bastardearía de su naturaleza para convertirse en regla, y si
hubiera de reducirse, el dominio sustraído de ella quedaría en condición de excepción. En ambos
extremos se incurriría en un error manifiesto «. (Corte Suprema de Justicia - Acuerdo, 29 septiembre
de 1917, XXVI, pag. 154)
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distintas a las meramente económicas tales como, por ejemplo, el pago de los aportes al sistema de
seguridad social o, en general, cualquier deuda insoluta por parte del empleador distinta al salario o
a los factores salariales, a que puedan tener derecho los trabajadores por disposición legal, contrac-
tual o reglamentaria.
«Lo anterior no significa que cualquier incumplimiento de las obligaciones del empleador justifique
la huelga, por lo cual corresponde a la autoridad competente determinar, en cada caso, el mérito de
las razones que conducen a la suspensión colectiva del trabajo.
«En síntesis, si bien el derecho de huelga no es absoluto, éste no puede restringirse - como lo hace la
norma demandada- en el sentido de prohijar la huelga imputable al empleador sólo cuando éste
incumple con sus obligaciones de tipo salarial, pues tal disposición menoscaba los intereses de los
trabajadores y el ejercicio del derecho de huelga, en contravía de lo dispuesto en los artículos 53 y 56
de la Constitución (Corte Constitucional– sentencia C 210 de 2002 – mag. pon. Jaime Araújo
Rentería).
386
«Ahora bien, la Corte debe decidir si la huelga por solidaridad tiene arraigo constitucional, o si,
por el contrario, está prohibida por el artículo 56 de la Constitución Política.
El sentido y alcance del derecho de huelga alcanzó una nueva dimensión a instancias del Constitu-
yente de 1991 dado que, mientras en la Constitución de 1886 el derecho de huelga estaba proscrito
para cualquier servicio público, en la actual Carta sólo se excluye de su disfrute a los trabajadores de
la esfera de los servicios públicos esenciales que determine la ley. Claro es entonces que hoy, por
regla general, el derecho de huelga se predica de los trabajadores vinculados a los servicios públicos,
a menos que tales servicios correspondan al catálogo de los esenciales por disposición legal, caso en
el cual, a pesar de que los respectivos trabajadores se encuentren sindicalizados, el derecho de
huelga se halla al margen de su patrimonio jurídico laboral.
Por ello mismo, si el Constituyente consagró la garantía para ejercer el derecho de huelga, salvo en
los servicios públicos esenciales - con lo cual se busca garantizar la continuidad de su prestación en
atención al interés general que se vería conculcado -, es de entender que también prohijó el ejercicio
de sus distintas modalidades o manifestaciones, entre las cuales milita la denominada huelga por
solidaridad. Entonces, si este derecho tiene un alcance amplio que en modo alguno sugiere la exclu-
sión de la modalidad en comento, no cabe duda de que tal ejercicio solidario goza de pleno y legíti-
mo sustento constitucional» (Corte Constitucional – sentencia C 210 de 2002 – ib.).
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«En cuanto al nombre, hace tiempo que la crítica y la doctrina han reproducido el indebido uso
del término contrato colectivo para las convenciones colectivas. El origen de este nombre hay que
encontrarlo, según Gallart y Folch, en la traducción del término inglés ‘Collective Bargain’ usado
por primera vez por Beatriz Pottek en su obra ‘The Cooperative movement in Great Britain’ en 1891.
Ya veremos, a su debido tiempo, cómo la legislación colombiana, apartándose en este punto de otras
legislaciones, hace una clara distinción entre la convención colectiva y el contrato colectivo de
trabajo, dando a cada uno de ellos unas modalidades específicas que justifican su separación y
clarifican su entidad correspondiente» (GONZALEZ Charry, Guillermo - «Derecho Colectivo del
Trabajo» - Tomo I Estructura Sindical - Ediciones Rosaristas - 1978- pag. 161).
388
OJEDA AVILÉS, Antonio. Derecho Sindical, Editorial Tecnos S.A, séptima edición, Madrid,
1995.
413
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En la audiencia pública convocada por la Corte Constitucional para escuchar todas las posiciones
sobre la ley del referendo, el presidente Uribe planteó que si el referendo aprobado por el pueblo
estuviera en contradicción con los Convenios de la OIT él los denunciaría y no los aplicaría, desco-
nociendo que por ser Colombia parte de la OIT jamás podrá eludir la aplicación de esos instrumen-
tos internacionales, por mandato de la «Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos
fundamentales en el trabajo de 1998».
415
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Gaceta Judicial. Nos. 2287 y 2288 - pag. 321.
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Sobre las normas del código del trabajo que algunos interpretan como
negatorias de la negociación por rama, prevalecen los ordenamientos de los
Convenios 87 y 98 de la O.I.T.
e) Las normas sobre extensión de las convenciones serían inanes si
no se admitiera la negociación por rama de industria.
El Código Sustantivo del Trabajo consagra tres formas de extensión de la
convención colectiva, por adherencia, automática y por acto gubernamental.
En la última forma (art. 472) se parte de la existencia de convención colectiva
que comprendan más de las dos terceras partes de los trabajadores de una
rama industrial en una determinada región económica.
Esta consagración de la extensión por acto gubernamental parte de un su-
puesto como es la existencia de convenciones colectivas que comprendan ese
gran número de trabajadores, es decir que para poder aplicarla se requiere
previamente que se haya dado una negociación por rama de industria en una
región determinada.
Aunque en Colombia la legislación permite sindicatos distintos a los de em-
presa, en la práctica, con interpretaciones tradicionales, se ha impuesto una
negociación por cada empleador para dar el mismo resultado práctico de lo
criticado por la OIT en otros países, consistente en que solo es viable el pleno
ejercicio del derecho de asociación sindical por empresa.
173o. No se puede hablar de crisis sindical sino de la democracia
El Comité de Libertad Sindical de la OIT no puede ser más expreso sobre el
tema. No es posible la existencia del sindicalismo donde no hay democracia y
menos en aquellos sitios donde no se respetan los derechos humanos más
básicos, como la vida y el derecho al trabajo. Y viceversa, donde no puede
existir el sindicalismo no hay democracia.
Precisamente la restringida democracia existente en Colombia de por sí niega
la posibilidad de desarrollo del sindicalismo. El manido lema de que la demo-
cracia colombiana es una de las más antiguas de América y del mundo se está
refiriendo estrictamente a la elección de presidente de la república mediante la
vía electoral, interrumpida solo en dos oportunidades durante el siglo XX.
Pero se parte de la idea del ciudadano sólo, aislado, participante en los proce-
sos políticos mediante el voto y se niega su naturaleza social, colectiva, perte-
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396
Oficina Internacional del Trabajo. El Trabajo en el Mundo, 1992. Editorial Nueva Sociedad.
Caracas, 1992, pág. 66.
428
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397
Asociación de Abogados Laboralistas al Servicio de los Trabajadores - ‘Trabajo y Derecho’ –
Número 28 – febrero abril 1994 – Director Marcel Silva Romero – Rodríguez Quito Editores –
Bogotá- 1994.
398
SUAREZ Ernesto Rafael - ‘Participación en política de los sindicatos’ - Número 28 de la revista
‘Trabajo y Derecho’ – Rodríguez Quito Editores – Bogotá- 1994 –pag. 10.
429
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399
.VALERO RODRIGUEZ Saenz, Jorge Humberto - La participación en política de los trabajado-
res estatales – Revista Trabajo y derecho – ib. Pag. 11
400
RAFFA Filippo – El «quehacer político» del movimiento sindical italiano – ‘Revista Derecho y
Trabajo – ib. Pag. 16.
401
BIOHO Domingo – La participación del movimiento sindical en la contienda electoral– Revista
‘Trabajo y Derecho’ ib. – 37.
430
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402
BEDOYA M. Julio E. – Política y Sindicatos – Revista Trabajo y Derecho – ib. – pag. 39.
403
SILVA Romero, Marcel – La política almendra del sindicalismo – Revista Trabajo y derecho –
ib.- pags. 51 y 52.
«La construcción del Frente es, en buena medida, un relacionamiento entre los más distintos
liderazgos individuales y colectivos. En relación con los liderazgos individuales se debe aplicar el
criterio de que son necesarios y factor de avance si se asumen con responsabilidad. No pocas veces
han significado la destrucción de las organizaciones.
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Por ahora, el gobernador del Departamento del Valle del Cauca y su equipo sí
intentan apoyarse en las organizaciones de diverso tipo, entre ellas los sindica-
tos, para crear una sólida base política de orden social y para buscarle salidas a
los problemas que deben enfrentar y solucionar.
178o. La difícil relación entre intereses de los sindicatos e intereses de
la comunidad. La órbita de cada uno y su integración.
En la Conferencia del año de 1927 se presentó el primer proyecto de Con-
venio sobre libertad sindical, que encendió la discusión sobre la relación
entre los intereses de la comunidad y los de los sindicatos, por cuanto se
establecía el derecho de estos de perseguir sus objetivos, por todos los me-
dios que no fueran contrarios a los intereses de la comunidad. Igualmente se
dio la confrontación sobre el derecho a asociarse observando las formalida-
des legales. Obviamente si los trabajadores debían someterse a las leyes de
cada país para crear sindicatos, ¿entonces, para qué el Convenio?. Además,
si los intereses de los trabajadores debían someterse a los intereses de la
comunidad, ¿para qué sindicatos y OIT?405, bastarían simplemente, las orga-
nizaciones comunales.
Anteriormente se trató este asunto al analizar el derecho de huelga, se trajeron
a colación las regulaciones del derecho internacional para conciliarlo con la
prestación de servicios a la comunidad, también pasamos por la posición del
maestro Mario de la Cueva y su insistencia, acogida por el autor, de que no hay
un interés general por encima de los intereses de los sectores, pues aquel sólo
puede ser el respeto de los derechos particulares. Por ello son muy discutibles
405
«El art. 41, parr. 2º de la Constitución original de la OIT, se había referido al derecho de
asociación para fines que «no sean contrarios a las leyes». Se estimaba que era imposible permitir
que una asociación actuara en contra de las leyes de un país o que constituyera un peligro para la
comunidad. Para definir estos términos de la manera más precisa posible, el proyecto de cuestionario
se refirió al derecho de asociarse observando las «formalidades legales», y al derecho de los
sindicatos de perseguir sus objetivos, por todos los medios que «no fueran contrarios a los intereses
de la comunidad». Las fórmulas empleadas ocasionaron una fuerte reacción por parte de los
delegados de los trabajadores, ya que abrían la posibilidad a toda serie de restricciones por parte
del legislador nacional. Es interesante recordar la posición de los trabajadores en cuanto a la
segunda de estas fórmulas, la cual consideraban que podía ser interpretada de una manera que
conduciría a la privación de sus derechos esenciales. ‘El hecho mismo de que exista una organización
sindical implica la existencia de intereses que son necesariamente distintos a los de la comunidad
en su conjunto». … «En consecuencia, los delegados de los trabajadores decidieron votar en contra,
tanto del proyecto de cuestionario, como de la propuesta de incluir la cuestión de la libertad sindical
en el orden del día de la siguiente reunión de la Conferencia» (Geraldo W. Von Potobsky y Héctor
G. Bartolomei de la Cruz – La Organización Internacional del Trabajo – ed. Astrea – Bueno Aires
– 1990 – pág. 217).
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danía, usuaria de los servicios del Estado, hacia el conjunto de los servidores
públicos. Aunque algunos funcionarios del gobierno distrital reconocen las
elevadas calidades humanas de sus subalternos, los directivos sindicales pien-
san que sus organizaciones no han hecho esfuerzos satisfactorios para expirar
el maltrato que la población servida por el Estado recibe de los trabajadores
públicos, incluidos los sindicalizados. Si se exceptúa la labor de algunos sindi-
catos, más que todo de la CGTD, es notorio que no hay mayores esfuerzos
por acercarse a la población marginal, los trabajadores informales y los
desempleados, como señalan los objetivos aprobados hace años por congre-
sos, de las tres centrales sindicales para la construcción de un nuevo modelo
de movimiento sindical en el país»
«Ninguno de los líderes sindicales entrevistados desconoce que los sindicatos,
en el desenvolvimiento de las relaciones laborales, están en el deber de tener
en cuenta los intereses de los empleadores y el presente y futuro de las empre-
sas donde laboran. Pero se perfilan dos actividades distintas. La primera, tal
vez mayoritaria, cree sinceramente que en la actual crisis económica del país
las empresas deben tener la colaboración de sus empleados. La segunda es una
actitud pasiva: supedita la colaboración a la calificación que les merezcan las
propuestas empresariales. Un apreciable número de sindicalistas opina que los
sindicatos han tenido responsabilidad en la bancarrota de algunas empresas
por la forma viciada como condujeron sus relaciones con los empleadores,
sobre todo en la negociación colectiva. (Por su parte, los empleadores creen
que las relaciones de los sindicatos con las autoridades del Distrito tiene el
defecto de ser estrictamente laborales. Estiman que hay relaciones sociales
que no necesitan pasar forzosamente por el conducto laboral, y que los sindi-
catos deben introducirse y participar en los planes y programas sociales del
Distrito y en particular en el Plan de Desarrollo)» 406.
179º Nadando contra la corriente.
No es admisible que por ejercer el derecho de asociación sindical garantizado
en la Constitución un trabajador colombiano pierda la vida o el empleo, pero
dramáticamente eso viene sucediendo en el país, lo que provocó un recuadro
especial en el «Informe global con arreglo al seguimiento de la Declaración de la OIT
relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo» presentado por el Di-
rector General de la O. I. T. a la Conferencia Internacional del Trabajo 92ª
406
Alvaro Delgado – El sindicalismo bogotano del nuevo siglo – op. cit.
437
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que en los primeros años de cristianismo cuando sus adeptos eran sacrificados
en el coliseo romano siempre brotaron los seguidores de las enseñanzas evan-
gélicas hasta lograr el dominio europeo, los dirigentes sindicales colombianos
de hoy, 2005, son los mártires del inicio del segundo milenio en el gran holo-
causto social, al caer unos, otros recogen las banderas y continúan en la lucha
por dignificar al trabajo y obtener mejores condiciones para todos los trabaja-
dores.
Para justificar la liquidación del Banco Cafetero, a principiosdel 2005 su pre-
sidente alegó que la ‘estructura laboral’ era arcaica y bajo esta premisa el go-
bierno despide miles de trabajadores, destruye las organizaciones sindicales, le
traspasa los pasivos al Estado y crea un nuevo ente jurídico, totalmente ‘incon-
taminado de derechos laborales’, listo para entregárselo a los grandes
inversionistas. La consigna se reduce a destruir las asociaciones de trabajado-
res porque son las únicas que pueden presentar resistencia a estas políticas.
Contra esa cultura antisindical, generalizada, visible desde la actual presiden-
cia de la república, enquistada en los altos organismos del Estado y de la socie-
dad, y generalizada en mentalidades y hasta en organizaciones populares, solo
es oponible la persistencia y una gran campaña de educación de la libertad
sindical.
Los perseguidores y exterminadores de los sindicatos en el gobierno, en las
aulas universitarias, en las empresas, en las instituciones, en los organismos
policivos, etc., no dejan de citar constantemente que de 18 millones de traba-
jadores, sólo el 5% está sindicalizado, para desmoralizarlos y sentirse exitosos
con el holocausto sindical que aterroriza al mundo.
Pero a ellos la pregunta se les devuelve como un bumerán. Pese a sus esfuer-
zos, ¿no han podido acabar el sindicalismo totalmente? Son muchas las armas
e instrumentos que tienen a su mano para destruir una institución íntimamen-
te vinculada a la paz mundial y a la democracia en cada país.
Por otra parte la debilidad del sindicalismo408 actual puede entenderse en tres
sentidos, (i) como síntoma de una crisis que lo lleva a su destrucción, (ii)
408
Según el estudio de Rocio Londoño, Orlando Grisales y Alvaro Delgado en «Sindicalismo y
Empleo» encontramos que en el periodo 1974 - 1981 se suscribieron 13.583 convenciones colectivas,
en 1974 fueron 740, en 1975 701 (téngase en cuenta que las convenciones generalmente se suscribían
con una vigencia de dos años), en 1979 815, en 1980 753, 1990 660, en 1996 607 para un
cubrimiento de 169.505 trabajadores, en el año siguiente. En el año 2003, según fuentes del
Ministerio de la Protección Social, solo se beneficiaron con incrementos salariales negociados
72.625 trabajadores. Después de 2003 como lo informa el presidente Uribe han reestructrado 141
empresas donde han destruido los sindicatos o los han mermado notoriamente.
439
MARCEL SILVA ROMERO
como una etapa transitoria de agresividad máxima del capitalismo que será
derrotada y el derecho laboral con los sindicatos volverá a tener el resplandor
de antes, o (iii) como una etapa de transición, de readaptación, en la que unas
instituciones laborales se sumergen y otras nuevas emergen. Estoy por la últi-
ma. Las contradicciones entre el capital y el trabajo siempre existirán dentro
del sistema capitalista, pues son de sus entrañas y requisito de su superviven-
cia. Por más que se trate de sepultar la organización de los trabajadores siem-
pre emergerá la inevitabilidad de su necesidad y su utilización, no importan los
muertos, los sacrificados, los engaños y finalmente las traiciones de quienes
saliendo de sus filas al llegar al gobierno o no actúan para cambiar el rumbo de
las políticas represivas o desplazan a los anteriores perseguidores para asumir
su papel.
El reconocimiento y la denuncia de la responsabilidad de las políticas arrasadoras
del sindicalismo por parte de la reacción, no pueden impedir el señalamiento
de las fallas en las filas de su dirigencia, y, por el contrario, es imprescindible
hacerlo. La labor represiva se beneficia del conservadurismo de muchos direc-
tivos atados a un pasado esplendoroso que sueñan con revivir, o presionados
por respetables intereses de grupo o partido político, cuando no por estre-
chos objetivos personales, quienes se niegan a propiciar cambios de progra-
mas o de estructura sindical, bajo la idea de que adoptarlos es hacerle el juego
al neoliberalismo, pues la única fórmula sabia es continuar con las mismas
prácticas de siempre, quizás modificando algunos desfases propios de la crisis
que han conllevado a la mengua del número de sindicalizados.
Cuando propusimos la creación de los sindicatos mixtos entre trabajadores
oficiales y empleados públicos se alzaron autorizadas voces que condenaron
esa idea por ser temeraria y peligrosa, pero al final se obtuvo la primera
personería con un concepto del Consejo de Estado basado en la libertad sin-
dical. Se extendió la idea por todo el país y al anular el mismo Consejo de
Estado la primera resolución de reconocimiento, el legislador debió incorpo-
rarlos en la normatividad por ser imposible destruirlos. Al sostener, hace más
de una década, la participación de los sindicatos en política partidista el recha-
zo fue abrumador pero los hechos y las necesidades vienen demostrando lo
acertado de esa consigna. Al impulsar la negociación por rama de industria en
el sindicato de trabajadores de la electricidad hasta el presidente de la CUT de
ese entonces la criticó y desde la extrema izquierda se lanzó el epíteto de
socialdemócrata, pero hoy está comprobado que sí es posible y necesario dar
el paso de negociación por empresa a por rama. Al observar que la noción de
trabajador no se debe restringir a quienes tienen contrato de trabajo o rela-
440
FLUJOS Y REFLUJOS
ción legal y reglamentaria sino que son los que viven de la prestación personal
de servicios en ajenidad y por ende deben afiliarse a los sindicatos así sean
trabajadores activos o inactivos, la respectiva iniciativa fue ahogada en el Con-
greso de la CUT en medio de rechiflas y gritería, pero en el VIII Congreso
Nacional de la Confederación General de Trabajadores realizado del 27 de
septiembre a octubre 2 de 2004 se aprobó la reforma estatutaria con la afilia-
ción directa de todos los trabajadores colombianos. Cuando se propone res-
catar el contrato sindical, que es una herencia de las luchas de nuestros abue-
los, se sataniza la propuesta diciendo que se trata de contratos civiles
desregularizadores cuando en verdad son contratos colectivos de trabajo como
alternativa a la contratación individual, pero su eficacia empieza a verse poco
a poco que también la Confederación General de Trabajadores lo acoge en su
último Congreso, así contra ella haya arrojado rayos y centellas el delegado
para Colombia de Comisiones Obreras Españolas.
Cuando se pone adelante la conquista de la libertad sindical traducida en cero
intervención del Estado en los sindicatos y autoprotección o autonomía de
los trabajadores como actores sociales, son muchos los colombianos ubica-
dos en diversos espacios de la policromía política nacional que tal consigna la
consideran enloquecida y se oponen a ella, o también son muchos los dirigen-
tes que no la ejercen para continuar con una tradición proteccionista que ja-
más volverá.
De todo este siglo de historia del derecho laboral colectivo colombiano se
extrae una gran lección, su permanencia y avance no depende solo de los
trabajadores, de los sindicatos, sino que es un problema político de todo el
país. Definitivamente en el país también existe en todos los niveles de la socie-
dad una corriente de pensamiento importante, en contravía del neoliberalismo
y del capitalismo salvaje, que está dispuesta a construir una nueva Colombia
respetuosa del derecho internacional y de darle realidad a las garantías consa-
gradas en la Constitución de la O.I.T y en las declaraciones de derechos huma-
nos fundamentales, tímidamente recogidas en nuestra Carta Política de 1991
que las reenvió a la ley. Los trabajadores no están solos y solos no pueden
defender el derecho laboral. Es una tarea de todos.
La desaparición del sindicalismo significa exterminio de la muy menguada
democracia representativa, su fortaleza impulsará el derecho de asociación en
todos los ámbitos, actividades y aficiones para convertirse esas organizaciones
en las células sanas del cuerpo ciudadano colombiano, de una sociedad vital y
vigorosa, orgullosa de su existencia dentro del concierto mundial. ¡Lo lograre-
mos¡
441
ANEXOS
443
CONSTITUCIÓN DE LA ORGANIZACIÓN
INTERNACIONAL DEL TRABAJO O.I.T.
CONSTITUCIÓN
PREÁMBULO
Considerando que la paz universal y permanente sólo puede basarse en la
justicia social; Considerando que existen condiciones de trabajo que entrañan
tal grado de injusticia, miseria y privaciones para gran número de seres huma-
nos, que el descontento causado constituye una amenaza para la paz y armo-
nía universales; y considerando que es urgente mejorar dichas condiciones,
por ejemplo, en lo concerniente a reglamentación de las horas de trabajo, fija-
ción de la duración máxima de la jornada y de la semana de trabajo, contrata-
ción de la mano de obra, lucha contra el desempleo, garantía de un salario vital
adecuado protección del trabajador contra las enfermedades, sean o no profe-
sionales, y contra los accidentes del trabajo, protección de los niños, de los
adolescentes y de las mujeres, pensiones de vejez y de invalidez, protección de
los intereses de los trabajadores ocupados en el extranjero, reconocimiento
del principio de salario igual por un trabajo de igual valor y del principio de
libertad sindical, organización de la enseñanza profesional y técnica y otras
medidas análogas;
Considerando que si cualquier nación no adoptare un régimen de trabajo real-
mente humano, esta omisión constituiría un obstáculo a los esfuerzos de otras
naciones que deseen mejorar la suerte de los trabajadores en sus propios paí-
ses:
Las Altas Partes Contratantes, movidas por sentimientos de justicia y de hu-
manidad y por el deseo de asegurar la paz permanente en el mundo, y a los
efectos de alcanzar los objetivos expuestos en este preámbulo, convienen en
la siguiente Constitución de la Organización Internacional del Trabajo.
445
MARCEL SILVA ROMERO
CAPÍTULO I
ORGANIZACIÓN
Artículo 1o. 1. Establecimiento. Se funda una organización permanente en-
cargada de trabajar por la realización del programa expuesto en el preámbulo
a esta Constitución y en la Declaración relativa a los fines y objetivos de la
Organización Internacional del Trabajo, adoptada en Filadelfia el 10 de mayo
de 1944, cuyo texto figura como anexo a esta Constitución.
2. Miembros. Serán Miembros de la Organización Internacional del Trabajo
los Estados que eran Miembros de la Organización el 1.o de noviembre de
1945 y cualquier otro Estado que adquiera la calidad de Miembro de confor-
midad con las disposiciones de los párrafos 3 y 4 de este artículo.
3. Cualquier Miembro originario de las Naciones Unidas y cualquier Estado
admitido como Miembro de las Naciones Unidas por decisión de la Asamblea
General, de acuerdo con las disposiciones de la Carta podrán adquirir la cali-
dad de Miembro de la Organización Internacional del Trabajo comunicando
al Director General de la Oficina Internacional del Trabajo la aceptación for-
mal de las obligaciones que emanan de la Constitución de la Organización
Internacional del Trabajo.
4. Establecimiento. La Conferencia General de la Organización Internacional
del Trabajo podrá también admitir a un Estado en calidad de Miembro de la
Organización por mayoría de dos tercios de los delegados presentes en la
reunión, incluidos dos tercios de los delegados gubernamentales presentes y
votantes. Esta admisión surtirá efecto cuando el gobierno del nuevo Miembro
comunique al Director General de la Oficina Internacional del Trabajo la acep-
tación formal de las obligaciones que emanan de la Constitución de la Organi-
zación Internacional del Trabajo.
5. Retiro. Ningún Miembro de la Organización Internacional del Trabajo po-
drá retirarse de la Organización sin dar aviso previo de su intención al Direc-
tor General de la Oficina Internacional del Trabajo. Dicho aviso surtirá efecto
dos años después de la fecha de su recepción por el Director General, a reser-
va de que en esa última fecha el Miembro haya cumplido todas las obligacio-
nes financieras que se deriven de su calidad de Miembro. Cuando un Miembro
haya ratificado un convenio internacional del trabajo, su retiro no menoscaba-
rá la validez de todas las obligaciones que se deriven del convenio o se refieran
a él, respecto del período señalado en dicho convenio.
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con las disposiciones del artículo 102 de la Carta de las Naciones Unidas pero
sólo obligará a los Miembros que lo hayan ratificado.
Artículo 21. Proyectos de convenio no adoptados por la Conferencia. 1. Cual-
quier proyecto de convenio sometido a la Conferencia que en la votación final
no obtuviere una mayoría de dos tercios de los votos emitidos por los Miem-
bros presentes podrá ser objeto de un convenio particular entre los Miembros
de la Organización que así lo deseen.
2. Todo convenio concertado en esta forma deberá ser comunicado por los
gobiernos interesados al Director General de la Oficina Internacional del Tra-
bajo y al Secretario General de las Naciones Unidas, para ser registrado de
acuerdo con las disposiciones del artículo 102 de la Carta de las Naciones
Unidas.
Artículo 22. Memorias anuales sobre los convenios ratificados. Cada uno de
los Miembros se obliga a presentar a la Oficina Internacional del Trabajo una
memoria anual sobre las medidas que haya adoptado para poner en ejecución
los convenios a los cuales se haya adherido. Estas memorias serán redactadas
en la forma que indique el Consejo de Administración y deberán contener los
datos que éste solicite.
Artículo 23. Examen y comunicación de las memorias. 1. El Director Gene-
ral presentará en la siguiente reunión de la Conferencia un resumen de las
informaciones y memorias que le hayan comunicado los Miembros en cum-
plimiento de los artículos 19 y 22.
2. Todo Miembro comunicará a las organizaciones representativas reconoci-
das, a los efectos del artículo 3, copia de las informaciones y memorias que
haya enviado al Director General en cumplimiento de los artículos 19 y 22.
Artículo 24. Reclamaciones respecto a la aplicación de un convenio. Toda
reclamación dirigida a la Oficina Internacional del Trabajo por una organiza-
ción profesional de empleadores o de trabajadores en la que se alegue que
cualquiera de los Miembros no ha adoptado medidas para el cumplimiento
satisfactorio, dentro de su jurisdicción, de un convenio en el que dicho Miem-
bro sea parte podrá ser comunicada por el Consejo de Administración al go-
bierno contra el cual se presente la reclamación y podrá invitarse a dicho go-
bierno a formular sobre la materia la declaración que considere conveniente.
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CAPÍTULO IV
DISPOSICIONES DIVERSAS
Artículo 39. Estatuto jurídico de la Organización. La Organización Interna-
cional del Trabajo gozará de completa personalidad jurídica y especialmente
de capacidad para:
a) Contratar; b) adquirir bienes muebles e inmuebles y disponer de ellos; c)
comparecer en juicio.
Artículo 40. Privilegios e inmunidades. 1. La Organización Internacional del
Trabajo gozará, en el territorio de cada uno de sus Miembros, de los privile-
gios e inmunidades que sean necesarios para la consecución de sus fines.
2. Los delegados a la Conferencia, los miembros del Consejo de Administra-
ción, así como el Director General y los funcionarios de la Oficina, gozarán
igualmente de los privilegios e inmunidades que sean necesarios para ejercer
con toda independencia las funciones relacionadas con la Organización.
3. Estos privilegios e inmunidades serán determinados en un acuerdo separa-
do que preparará la Organización para su aceptación por los Estados Miem-
bros.
464
ANEXO
DECLARACIÓN RELATIVA A LOS FINES Y OBJETIVOS DE LA
ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO
La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo, con-
gregada en Filadelfia en su vigésima sexta reunión, adopta, el día diez de mayo
de 1944, la presente Declaración de los fines y objetivos de la Organización
Internacional del Trabajo y de los principios que debieran inspirar la política
de sus Miembros.
I. La Conferencia reafirma los principios fundamentales sobre los cuales está
basada la Organización y, en especial, los siguientes:
a) el trabajo no es una mercancía; b) la libertad de expresión y de asociación es
esencial para el progreso constante; c) la pobreza, en cualquier lugar, constitu-
ye un peligro para la prosperidad de todos; d) la lucha contra la necesidad debe
proseguirse con incesante energía dentro de cada nación y mediante un es-
fuerzo internacional continuo y concertado, en el cual los representantes de
los trabajadores y de los empleadores, colaborando en un pie de igualdad con
los representantes de los gobiernos, participen en discusiones libres y en deci-
siones de carácter democrático, a fin de promover el bienestar común.
II. La Conferencia, convencida de que la experiencia ha demostrado plena-
mente cuán verídica es la declaración contenida en la Constitución de la Orga-
nización Internacional del Trabajo, según la cual la paz permanente sólo pue-
de basarse en la justicia social afirma que:
a) todos los seres humanos, sin distinción de raza, credo o sexo tienen derecho
a perseguir su bienestar material y su desarrollo espiritual en condiciones de
libertad y dignidad, de seguridad económica y en igualdad de oportunidades;
b) el logro de las condiciones que permitan llegar a este resultado debe cons-
tituir el propósito central de la política nacional e internacional; c) cualquier
política y medida de índole nacional e internacional, particularmente de carác-
465
MARCEL SILVA ROMERO
ter económico y financiero, deben juzgarse desde este punto de vista y acep-
tarse solamente cuando favorezcan, y no entorpezcan, el cumplimiento de
este objetivo fundamental; d) incumbe a la Organización Internacional del
Trabajo examinar y considerar, teniendo en cuenta este objetivo fundamental,
cualquier programa o medida internacional de carácter económico y financie-
ro; y e) al cumplir las tareas que se le confíen, la Organización Internacional
del Trabajo, después de tener en cuenta todos los factores económicos y fi-
nancieros pertinentes, puede incluir, en sus decisiones y recomendaciones,
cualquier disposición que considere apropiada.
III. La Conferencia reconoce la obligación solemne de la Organización Inter-
nacional del Trabajo de fomentar, entre todas las naciones del mundo, progra-
mas que permitan:
a) lograr el pleno empleo y la elevación del nivel de vida; b) emplear trabajado-
res en ocupaciones en que puedan tener la satisfacción de utilizar en la mejor
forma posible sus habilidades y conocimientos y de contribuir al máximo al
bienestar común; c) conceder, como medio para lograr este fin y con garantías
adecuadas para todos los interesados, oportunidades de formación profesio-
nal y medios para el traslado de trabajadores, incluidas las migraciones de
mano de obra y de colonos; d) adoptar, en materia de salarios y ganancias y de
horas y otras condiciones de trabajo, medidas destinadas a garantizar a todos
una justa distribución de los frutos del progreso y un salario mínimo vital para
todos los que tengan empleo y necesiten esta clase de protección; e) lograr el
reconocimiento efectivo del derecho de negociación colectiva, la cooperación
de empleadores y de trabajadores para mejorar continuamente la eficiencia en
la producción, y la colaboración de trabajadores y empleadores en la prepara-
ción y aplicación de medidas sociales y económicas; f) extender las medidas de
seguridad social para garantizar ingresos básicos a quienes los necesiten y prestar
asistencia médica completa; g) proteger adecuadamente la vida y la salud de
los trabajadores en todas las ocupaciones; h) proteger a la infancia y a la mater-
nidad; i) suministrar alimentos, vivienda y medios de recreo y cultura adecua-
dos; j) garantizar iguales oportunidades educativas y profesionales.
IV. La Conferencia, convencida de que la utilización más completa y amplia de
los recursos productivos del mundo, necesaria para el cumplimiento de los
objetivos enunciados en esta Declaración, puede obtenerse mediante una ac-
ción eficaz en el ámbito internacional y nacional, que incluya medidas para
aumentar la producción y el consumo, evitar fluctuaciones económicas gra-
ves, realizar el progreso económico y social de las regiones menos desarrolla-
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FLUJOS Y REFLUJOS
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DECRETO EJECUTIVO 002 DE 1918
Artículo Primero: Prohíbense las reuniones populares en las vías públicas. La
autoridad impedirá tales reuniones cuando tenga conocimiento anticipado de
que van a celebrarse y disolverá las que lleguen a realizarse, empleando para
ello el procedimiento que prescribe el artículo 223 del Código Penal en los
casos de sedición.
Artículo Segundo: Las penas de que trata el Capitulo II del Titulo III, Libro
II del Código Penal, se aplican a los actos que allí se enumeran, originados en
las reuniones prohibidas de que trata el artículo anterior, y corresponde su
juzgamiento a la jurisdicción Militar, que tramitará los juicios conforme al
procedimiento señalado por el Código de la materia en sus artículos 1522 a
1533.
Artículo Tercero: Igualmente se juzgará por la jurisdicción Militar a los auto-
res y editores de los escritos, publicaciones o actos de que trata el artículo 230
del Código Penal.
Artículo Cuarto: De la misma manera serán juzgados por la Autoridad Mili-
tar, mediante el procedimiento señalado en este Decreto, los empleados públi-
cos de cualquier clase que durante el Estado de Sitio abandonaren sus puestos
con manifiesto perjuicio del orden social o de los intereses particulares, sin
previa licencia o permiso del que deba otorgarlo. La pena aplicable será en
este caso de uno a dos años de prisión, según la gravedad de la falta.
Artículo Quinto: Prohíbense las Juntas permanentes denominadas de huel-
ga. La Autoridad hará la notificación del caso a los miembros de las que
existieren con ese u otro nombre, y si persistieren en reunirse, podrán ser
multados administrativamente con multas hasta de Cien pesos, convertibles
en arresto conforme a la Ley. En caso de reincidencia, la autoridad de policía
468
puede prohibir a los responsables de la infracción la residencia en el lugar en
que ha funcionado la Junta y en los vecinos de este y distantes hasta 10
miriámetros, y esto por el término de seis meses a un año.
Artículo Sexto: En los casos de cesación colectiva del trabajo por parte de los
obreros o trabajadores de una empresa, pueden éstos designar de entre ellos
mismos quienes constituyan una junta o sindicato que los represente y haga
valer sus peticiones o reclamaciones; pero no podrán formar parte de la Junta
o sindicato personas extrañas al gremio de obreros o trabajadores o que no se
hubieren hallado como operarios o empleados en la empresa en que ocurra la
cesación del trabajo, en época inmediatamente anterior a dicha cesación.
Los individuos que sin hallarse en tales condiciones intervinieran para promo-
ver una huelga o para sostenerla, serán detenidos por la autoridad; y si la gra-
vedad de las circunstancias lo exige, serán confinados a un lugar distante no
menos de diez miriámetros de aquel en que se cumplan los hechos.
Artículo Séptimo: Siendo un derecho perfecto el de los obreros y trabajado-
res para cesar en el trabajo sin otra responsabilidad que la civil cuando medien
contratos con los empresarios, las autoridades se limitarán, cuando ocurra el
caso de huelga, a velar porque se den garantías efectivas a las personas y pro-
piedades con la debida eficacia; a prevenir las reuniones ilegales o disolverlas,
y a dar protección a los obreros y trabajadores que libremente quieren conti-
nuar su trabajo y a los que se ofrezcan, contraten o enganchen para reempla-
zar a los declarados en huelga.
Artículo Octavo: Todo acto efectuado por los obreros o trabajadores decla-
rados en huelga que no consista en la misma abstención de concurrir al traba-
jo, y que antes si bien llegue a constituir amenaza o agresión contra las perso-
nas, o lesione las propiedades, o que tienda a impedir por medio de la fuerza el
libre ejercicio de la industria de la empresa respectiva, o la paralización del
tráfico, se considerará extraño a la huelga, y sus autores serán retenidos y en-
tregados a las autoridades competentes, conforme a este decreto, o a las leyes
comunes, para su juzgamiento.
Artículo Noveno: En caso de huelga no acompañada de violencia, los obre-
ros o trabajadores y los empresarios pueden constituir de común acuerdo
arbitradores o tribunales de arbitramiento, que diriman sus competencias. En
la constitución del arbitramiento, que se extenderá por escrito, se acordará el
procedimiento a que deben someterse las partes y los puntos que se deben
469
MARCEL SILVA ROMERO
decidir por el arbitramiento, cuyo fallo será obligatorio en todo caso para las
partes.
Artículo Décimo: Los individuos extranjeros que intervinieren se asonadas o
motines, con pretexto de huelga, serán expulsados del territorio nacional me-
diante información sumaria levantada por la primera autoridad política del
departamento respectivo, y los serán también los mismos extranjeros que ha-
gan propaganda para tales fines, en cualquier forma, en el territorio nacional.
Artículo Once: Las autoridades superiores de puertos y fronteras, impedirán
la entrada al territorio nacional de individuos extranjeros que no presenten
pasaportes auténticos, visados por los Cónsules respectivos, y que por tanto
puedan ser sospechosos de constituir peligro para el orden o seguridad de la
República.
470
«LEY 78 DE 1919»
(NOVIEMBRE 19)
SOBRE HUELGAS
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
Artículo 1o. Entiéndese por huelga el abandono del trabajo en una o varias
fábricas o empresas industriales o agrícolas, abandono convenido o aceptado
voluntariamente por un número tal de empleados, obreros o trabajadores, que
produzca la suspensión del funcionamiento de las fábricas o empresas, y con
las condiciones siguientes:
1. Que su objeto sea mejorar las condiciones retributivas del trabajo, tales
como jornales o salarios, horas de trabajo, condiciones higiénicas, etc., o soste-
ner las condiciones actuales cuando se trate de desmejorarlas, y
2. Que el abandono del trabajo se efectúe y se sostenga en forma pacífica.
Parágrafo. Las reuniones tumultarias que se efectuaren con nombre o pretex-
to de huelgas, sin los caracteres legales de éstas, quedan sometidas al derecho
común.
Artículo 2o. Los individuos que se propongan entrar en huelga o que hayan
entrado en ella pueden nombrar uno o más representantes para que se entien-
dan con los dueños de las fábricas o empresas respecto de sus peticiones o
reclamaciones, a fin de procurar llevar a un arreglo amigable las diferencias
que hayan surgido. Los representantes de los huelguistas estarán provistos del
poder que les hayan dado sus poderdantes, en el cual estén especificadas las
reclamaciones que hagan.
Parágrafo. No podrán ejercer el poder a que se refiere el presente artículo sino
los individuos que se propongan entrar o que hayan entrado en las huelgas.
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«LEY 21 DE 1920»
(OCTUBRE 4)
SOBRE CONCILIACIÓN Y ARBITRAJE EN LOS CONFLICTOS
COLECTIVOS DEL TRABAJO, QUE ADICIONA LA LEY 78 DE
1919 SOBRE HUELGAS
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
Artículo 1o. En ningún establecimiento o empresa comercial, industrial o
agrícola podrá efectuarse una suspensión colectiva del trabajo que tenga por
causas diferencias entre patronos y empleados, cualquiera que sea su origen,
sin que antes se hayan cumplido los procedimientos de conciliación de que se
trata enseguida:
TÍTULO I
ARREGLO DIRECTO
Artículo 2o. Siempre que en un establecimiento o empresa comercial, indus-
trial, o agrícola se presente un conflicto colectivo que pueda dar por resultado
la suspensión del trabajo, los obreros o empleados nombrarán una delegación
de tres de entre ellos para que presenten al jefe o director de la empresa o
establecimiento, o a quien lo represente, la petición de reformas que solicitan.
No podrán ser nombrados delegados sino colombianos mayores de edad que
hayan sido empleados del establecimiento y que haga más de seis meses que
trabajan en él. (Adicionado por el artículo 11 de la Ley 57 de 1926).
Artículo 3o. El jefe o director del establecimiento, o quien lo represente, estan
en la obligación de recibir la delegación de empleados dentro de las veinticua-
tro horas siguientes a la solicitud que se le haga de recibirlos.
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Artículo 8o. Los representantes de los empleados podrán ser los delegados
de que se trata en el Título I, u otros cuyo número no pase de tres, y que
reúnan las mismas condiciones de aquéllos. La empresa o establecimiento es-
tará representado por tres delegados, entre los cuales puede estar el jefe o
director. Tanto los unos como los otros deben conocer los negocios de que se
trata, y estar provistos de poderes suficientes para firmar cualquier arreglo que
se celebre, salvo que convengan en que se haga ad-referéndum.
Artículo 9o. Los representantes de una y otra parte tienen la obligación de
presentarse ante el conciliador o conciliadores, cada vez que sean llamados,
salvo excusa justificada, y de suministrarle todos los datos que se le soliciten
referentes a la diferencia o conflicto y a la manera y forma en que pudiere ser
arreglado.
Artículo 10. Los informes que suministren las partes son de carácter confi-
dencial, y los conciliadores no podrán hacer uso de ellos sin previa autoriza-
ción de quien los haya dado.
Artículo 11. El cargo de los conciliadores es el de procurar un arreglo equita-
tivo y conveniente para las partes en conflicto, y quedará terminado cuarenta
y ocho horas después de que hayan comenzado sus funciones, salvo prórroga
que de común acuerdo les den aquéllas para su mandato.
Artículo 12. La decisión, concepto o dictamen que formulen los conciliado-
res, no es obligatoria para las partes contratantes. Pero si se llegare a un acuer-
do, éste se extenderá en un acta, en la cual se incluirán los poderes; y sus
estipulaciones, que equivalen a un contrato, serán obligatorias para las partes
contratantes.
El acta será firmada por los representantes de las partes y por el conciliador o
conciliadores; y se declarará terminada la diferencia.
Artículo 13. Si no se llegare a un acuerdo, se notificará por los conciliadores a
los interesados, que la diferencia puede ser sometida a arbitraje, después de
haberse firmado un acta en que conste que no pudo llegarse a un arreglo.
Artículo 14. Un ejemplar auténtico del acta, háyase o no celebrado un arreglo,
será remitido a la primera autoridad política del lugar donde se firmó.
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MARCEL SILVA ROMERO
TÍTULO III
ARBITRAMENTO
Artículo 15. Si las dos partes resolvieren someter su diferencia a arbitraje,
cada una de ellas designará su árbitro, que puede ser escogido entre los conci-
liadores.
Al instalarse el Tribunal, nombrará el tercero en discordia para el caso en que
no pudieren ponerse de acuerdo; y si no lo estuvieren para esta designación,
será tercero el ciudadano que ejerza la primera autoridad política del lugar.
Artículo 16. El Tribunal de Arbitramento, o quien haga sus veces, estudiará el
asunto, solicitando de los representantes de las partes todos los datos o infor-
mes que necesite y que aquéllos posean, pudiéndolos hacer comparecer per-
sonalmente cada vez que tenga necesidad de sus declaraciones o informacio-
nes; visitando, cuando lo crea necesario, las fábricas, empresas o estableci-
mientos donde ocurra la diferencia; y tomando informes o declaraciones a las
personas que juzgue necesario.
Artículo 17. El Tribunal no podrá deliberar sino con la asistencia plena de sus
miembros, y dictará su fallo dentro de los ocho días siguientes al de su instala-
ción que se efectuará dentro de las veintiocho horas siguientes al día de la
aceptación del cargo.
Artículo 18. El fallo del Tribunal de Arbitramento es de obligatorio cumpli-
miento, y queda rodeado de toda la protección que la ley otorga al arbitraje.
Artículo 19. Si uno o más de los árbitros llegare a faltar, se procederá a su
reemplazo por el mismo método adoptado para los antes nombrados.
Artículo 20. La sentencia arbitral será puesta en conocimiento de los interesa-
dos inmediatamente después de que sea dictada.
Artículo 21. Mientras una diferencia esté sometida a la decisión de un Tribu-
nal de Arbitramento, no podrá haber suspensión colectiva de trabajo; ni tam-
poco podrá haberla durante el tiempo que cubra la sentencia arbitral.
Artículo 22. El arbitraje es obligatorio, y toda cesación de trabajo colectivo
está prohibida mientras el Tribunal dicta su fallo, en las siguientes empresas, a
las cuales están ligadas la seguridad, la salubridad y la vida económica y social
de los ciudadanos:
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FLUJOS Y REFLUJOS
1o. Medios de transporte, que comprenden los ferrocarriles, los tranvías, los
buques fluviales y los buques marítimos;
2o. Acueductos Públicos;
3o. Alumbrado público de las poblaciones;
4o. Higiene y aseo de las ciudades y
5o. Explotación de minas de la Nación.
TÍTULO IV
SANCIONES PENALES
Artículo 23. Todo individuo que ponga obstáculos al ejercicio de las funcio-
nes de los delegados de que trata el Título I, será castigado con una multa de
diez pesos ($10.00) a cien pesos ($100.00), o con arresto equivalente, a razón
de un día por cada dos pesos ($2.00).
Artículo 24. Toda persona citada por el conciliador, por la Junta de Concilia-
ción, o por el Tribunal de Arbitramento, que no comparezca a la citación sin
excusa justificada y oportuna, o que no se haga representar por persona auto-
rizada, será condenada a una multa de diez pesos ($10.00), a cien pesos
($100.00), o a su equivalente en días de arresto.
Artículo 25. Los árbitros que hubieren aceptado su cargo están en la obliga-
ción precisa de asistir a todos los actos del Tribunal hasta dictar el fallo corres-
pondiente, salvo excusa aceptada por el mismo Tribunal. El árbitro que falte al
expresado deber podrá ser penado con una multa de cien ($100.00) a quinien-
tos pesos ($500.00).
Artículo 26. Toda persona que concite públicamente a la cesación colectiva
de trabajo en los casos en que es obligatorio el arbitramento, será condenada a
una multa de diez a cien ($10.00 a $100.00), convertibles en arresto, a razón de
dos pesos ($2.00) por cada día, previa la comprobación de la culpa.
Artículo 27. Toda persona que incite a que la cesación colectiva del trabajo se
efectúe sin observancia de las disposiciones de la presente Ley, o incite al
desconocimiento del fallo arbitral, o ultraje de palabra o de obra a los miem-
bros del Tribunal de Arbitramento con ocasión del ejercicio de sus funciones
o por razón de ellas, será condenada, previa comprobación de la culpa, a las
mismas penas señaladas en el artículo anterior.
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MARCEL SILVA ROMERO
480
PROYECTO DE LEY
SOBRE SINDICATOS
Artículo 1. La ley reconoce a los trabajadores el derecho de asociarse libre-
mente en defensa de sus intereses, formando sindicatos, asociaciones profe-
sionales, etc., etc.
Se llama sindicato la asociación de trabajadores de una misma profesión, ofi-
cio o especialidad, o de profesiones, oficios y especialidades, similares o conexos,
constituida exclusivamente para el estudio, desarrollo y defensa de los intere-
ses comunes de su profesión, sin repartición de beneficios.
Artículo 2. El derecho de constituirse libremente en sindicatos se extiende
también a las profesiones liberales y a los trabajadores asalariados del Estado,
los Departamentos y los municipios.
Las condiciones necesarias para ejercer el derecho de aso-ciación profesional
de les funcionarios públicos se establecerán por sus respectivos estatutos.
Artículo 3. Los sindicatos son gremiales o industriales. Los primeros son los
formados por individuos de una misma profesión, oficio o especialidad; los
segundos, los formados por individuos de varios oficios, profesiones o espe-
cialidades que contribuyan a la preparación, elaboración o explotación del
mismo producto en una misma empresa.
Artículo 4. Pueden constituirse también como sindicatos las asociaciones de
trabajadores, aun cuando pertenezcan a profesiones diversas, disímbolas o in-
conexas, cuando en la región o industria de que se trate no hubiere el número
de trabajadores exigido por la ley para formar por sí mismo un sindicato gre-
mial o industrial.
El sindicato gremial o industrial que se constituya con ele-mentos de los sindi-
catos a que se refiere el articulo anterior, o con otros elementos ajenos a ellas,
481
MARCEL SILVA ROMERO
482
FLUJOS Y REFLUJOS
10º. Las reglas para la liquidación del sindicato. La directiva del sindicato de-
berá rendir a la asamblea ge-neral de sus agremiados, por lo menos cada seis
meses, cuen-ta completa y detallada de la administración de los fondos del
mismo. Esta obligación no puede dispensarse.
Artículo 8. El sindicato, debidamente registrado, goza de per-sonería jurídica,
y por lo tanto puede obtener, sin previa autorización, toda clase de bienes
muebles e inmuebles a titulo one-roso o gratuito. Adquiere asimismo el dere-
cho de presentarse en juicio o en cualquier otra forma legal, no sólo para
recla-mar de los actos u omisiones contra su persona, o su patrimo-nio, sino
respecto de todos aquellos que aunque puedan consi-derarse como lesiones
de derechos adquiridos de cualquiera de sus miembros, provienen de terceros
o de leyes, ordenanzas, acuerdos y, en general, de actos de autoridades contra
los cua-les es procedente el recurso de exequibilidad o revisión,-siem-pre que
de cualquiera manera afecten el ejercicio de la profesión o los intereses de sus
miembros.
Artículo 9. Los sindicatos (de trabajadores) están también autorizados:
a) Para hacer por medio de delegados nombrados por el sindicato, de entre sus
miembros, en unión del patrono intere-sado o del representante de éste y del
funcionario o funciona-rios nombrados al efecto por el Ministerio de Indus-
trias, la inspección del trabajo en lo tocante a la aplicación de las leyes y regla-
mentos de protección u organización del trabajo, a los contratos colectivos y
reglamentos del taller.
La negación del patrono a participar personalmente o por su representante en
esta función, no impedirá n los otros dele-gados hacer la inspección.
b) Recabar del Ministerio de Industrias la aplicación de las leyes y reglamentos
relativos a las escuelas técnicas profesio-nales.
c) Exigir de quien corresponda la observancia de las leyes y reglamentos rela-
tivos al trabajo y a loa derechos de los obreros, tales como los que versen
sobre oficinas de colocación, ac-cidentes del trabajo, huelgas, conciliación y
arbitraje, contrato del trabajo, salario, etc.
d) Ejercer las acciones necesarias para la defensa y garan-tía de los intereses de
sus miembros.
e) La formación y protección de sociedades cooperativas.
483
MARCEL SILVA ROMERO
Artículo 14. Toda persona que por violencia, amenaza, dones promesas o de
cualquiera otra manera atente contra el derecho de libre asociación sindical,
impidiendo a una persona hacer parte de un sindicato u obligándola a salir de
él, será castigada con una multa de veinte a doscientos pesos, que le será
im-puesta por la respectiva Oficina del Trabajo.
Dada, etc.
— Presentado por el suscrito Representante por Cundinamarca
José Joaquín Caicedo Castilla
Cámara de Representantes—Secretaria—Bogotá, julio 22 de 1930.
En la sesión de la fecha se consideró este proyecto en primer debate, y fue
aprobado. Para segundo pasó en comisión a la de Asuntos Sociales, con ocho
días de término.
Regístrese, cópiese, publíquese y repártase.
Restrepo Briceño
485
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
DEL PROYECTO DE LEY SOBRE SINDICATOS.
Honorables Representantes
El fin de este proyecto es el de fomentar y estimular el espíritu de asociación
entre los diversos gremios, oficios y profesiones. Porque ello traerá un progre-
so manifiesto para la sociedad, desde luego que organizados los gremios, sus
intereses estarán mejor defendidos; sus miembros procurarán su mayor per-
feccionamiento moral e intelectual, y también lucharán por obtener su bienes-
tar económico; las clases trabajadoras tendrán un medio eficaz para evitar los
atropellos que puedan surgir de un régimen capitalista demasiado agudo, se
creará un organismo que servirá para regular equitativamente las relaciones
entre el capital y el trabajo y que servirá constantemente para exigir y buscar la
aplicación correcta de las leyes sociales; en resumen, se obtendrá toda una
serie de benéficos resultados.
El proyecto trata el problema por todos sus aspectos, desde un punto de vista
absolutamente científico y teniendo en cuenta que la ley no solo debe recono-
cer el derecho de constituir sindicatos, sino que debe estimular su formación
y concederles especiales prerrogativas y derechos.
Ante la comisión a que pase el proyecto, y en segundo debate, si llega a recibir-
lo, tendré ocasión para explicar cada una de las disposiciones del proyecto.
Honorables Representantes.
José Joaquín Caicedo Castilla
486
«LEY 83 DE 1931»
(Junio 23)
SOBRE SINDICATOS
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
488
FLUJOS Y REFLUJOS
3o. Su objeto.
4o. El modo de nombrar la directiva.
5o. La organización de las comisiones.
6o. Las condiciones de admisión de miembros.
7o. Los motivos de expulsión y las correcciones disciplinarias.
8o. La forma de pagar las cuotas, su monto y el modo de administrarlas.
9o. Las épocas de celebración de asambleas generales y las de presentación de
balance.
10. Las reglas para la liquidación del sindicato; y
11. Las demás reglas o prescripciones que fueren necesarias para su mejor
organización.
La directiva del Sindicato deberá rendir a la Asamblea General de sus
agremiados, por lo menos cada seis meses, cuenta completa y detallada de la
administración de los fondos del mismo. Esta obligación no puede dispensarse.
Artículo 8o. Los sindicatos tienen, principalmente, las siguientes facultades:
a) Celebrar contratos colectivos;
b) Defender los derechos de sus miembros en los conflictos del trabajo, ya sea
ante terceros o ante las autoridades;
c) Crear, administrar y subvencionar instituciones, establecimientos u obras
sociales de utilidad común, tales como cajas de socorros mutuos, habitaciones
baratas, oficinas de colocación, laboratorios, campos de experimentación y
deporte; cursos y publicaciones de educación científica, agrícola o industrial,
sociedades cooperativas, casas de salud, bibliotecas y escuelas;
d) Comprar para revender, alquilar, prestar o repartir entre sus miembros, o
comprar por cuenta de ellos, todos los objetos necesarios al sostenimiento de
la familia y al ejercicio de la profesión, materias primas, instrumentos, máqui-
nas, abonos, semillas, plantas o animales; servir de intermediario para la venta
de los productos provenientes del trabajo de los socios o de la producción de
cooperativas, siempre que no procedan en nombre propio, y facilitar esa venta
por medio de exposiciones, anuncios y sistemas adecuados de transporte; y
e) Procurar la conciliación en los conflictos de trabajo, y decretar la huelga,
llegado el caso, y previos los trámites, en los establecimientos, fábricas, talleres
489
MARCEL SILVA ROMERO
Artículo 17. No puede funcionar sindicato alguno cuyo personal no esté com-
puesto, por lo menos en sus dos terceras partes, por ciudadanos colombianos.
Cualquiera que sea la forma de dirección del sindicato, ningún extranjero es
elegible para los cargos directivos.
Artículo 18. Los sindicatos no pueden coartar directa ni indirectamente la
libertad de trabajo, ni tomar medida alguna para constreñir a los trabajadores
no afiliados a ingresar en ellos.
Artículo 19. Cuando el sindicato se coloque en una situación de hecho per-
manente que viole las disposiciones de la presente Ley, el Ministerio Público o
la Oficina General del Trabajo lo requerirá para que se ajuste a las disposicio-
nes legales; si el sindicato, no obstante el requerimiento, persistiere en la in-
fracción de la ley, se dará aviso al Juez del Circuito correspondiente, quien
decretará la disolución del sindicato, oídas las alegaciones de las partes. Las
infracciones que resulten de un hecho instantáneo y que no determinen una
situación permanente, serán reprimidas por el mismo Juez del Circuito con
sanciones pecuniarias, con el mismo procedimiento del inciso anterior.
Artículo 20. Al disolverse un sindicato en forma voluntaria o por decisión
judicial, debe reintegrarse a los miembros activos, una vez cubierto el importe
de las deudas, las sumas que hayan pagado como cuotas de cotizaciones. El
remanente del haber común debe pasar a cualquier otro sindicato análogo, o
en su defecto, a un instituto de beneficencia o utilidad social, elegidos el uno o
el otro por la asamblea general del sindicato.
Artículo 21. Cinco o más industriales o empresarios pueden constituirse en
sindicatos, sometiéndose a las disposiciones de esta Ley. Los sindicatos así
constituidos gozan de las facultades concedidas en los ordinales a), c) y d), del
Artículo 8o. En iguales condiciones y con los mismos derechos pueden fun-
darse sindicatos mixtos de industriales o empresarios y trabajadores, pero és-
tos requieren un número menor de tres industriales y diez trabajadores.
Artículo 22. El sindicato que declare una huelga con violación de las disposi-
ciones legales vigentes sobre la materia sufrirá una multa de cien pesos a tres-
cientos pesos, que impondrá en la capital de la república la Oficina General
del Trabajo, o en su defecto el respectivo alcalde municipal.
Artículo 23. A los sindicatos les está prohibida cualquier ingerencia directa o
indirecta en la política militante del país. La contravención a lo dispuesto en
este Artículo tendrá como sanción la disolución inmediata del sindicato, pre-
491
MARCEL SILVA ROMERO
vio concepto del Ministerio Público, y será decretada por la Oficina General
del Trabajo.
Los sindicatos no podrán usar como nombre social ninguno de los calificati-
vos de los partidos políticos existentes en Colombia.
Artículo 24. Los sueldos y salarios deberán ser pagados por períodos iguales
y vencidos, en moneda legal. Los mayores de diez y ocho años y las mujeres
casadas, aunque no están divorciadas ni sus bienes separados, recibirán sepa-
radamente el pago de sus sueldos y salarios, y podrán administrar sus emolu-
mentos sin intervención de sus representantes legales.
Dada en Bogotá, a trece de Junio de mil novecientos treinta y uno.
492
«DECRETO NÚMERO 2350 DE 1944»
(Septiembre 30)
CONSIDERANDO:
Que los compromisos internacionales adquiridos por la República la obligan a
no aplazar por más tiempo la modernización de sus estatutos de trabajo;
Que hallándose el país en estado de guerra exterior es de primordial importan-
cia adoptar medidas que estimulen un mejor entendimiento y una más eficaz
colaboración entre patronos y asalariados, garanticen a los trabajadores la equi-
tativa retribución de sus servicios y la protección que les reconoce la Constitu-
ción Nacional; y que, de otra parte, defiendan a los industriales de la inseguri-
dad jurídica en sus relaciones de trabajo;
Que para estos efectos, es suficiente el utilizar las iniciativas que han venido
estudiándose en las Cámaras Legislativas durante los últimos seis años, espe-
cialmente las que cuentan con informes favorables de comisiones integradas
por representantes de todos los partidos políticos, con las modificaciones acon-
sejadas por la mayoría del Congreso y por autorizados voceros de los trabaja-
dores organizados y de la industria; y
493
MARCEL SILVA ROMERO
Que la suspensión de las huelgas y los paros ordenadas por el Decreto 1778 de
1944, es una medida de emergencia cuyo imperio debe desaparecer tan pronto
como se declare restablecido el orden público interno, lo cual entraña graves
peligros para éste, si no se expiden regulaciones justas y previsoras que elimi-
nen las causas de choques y propicien la resolución pacífica de los conflictos
de trabajo,
DECRETA:
CAPÍTULO I
DE LAS CONVENCIONES DE TRABAJO
SECCIÓN 1a.
DEL CONTRATO INDIVIDUAL
Artículo 1o. Siempre que de los términos de la convención escrita no resulte
otra cosa, se presumirá que hay contrato de trabajo entre quien presta un
servicio personal bajo la dirección de otro, y quien recibe o aprovecha tal
servicio. A falta de estipulaciones lícitas distintas, el contrato de trabajo se
entenderá celebrado de conformidad con los modelos que el Gobierno pro-
mulgue, previa audiencia de comisiones paritarias de patronos y trabajadores,
y las obligaciones recíprocas que de él emanen se tendrán por ajustadas en las
condiciones usuales en la región que sean más acordes con la aptitud del tra-
bajador y con la naturaleza del negocio.
Artículo 2o. Ningún reglamento interno de trabajo tendrá validez en cuanto a
las obligaciones de los trabajadores mientras no sea aprobado por las autori-
dades del ramo y debidamente publicado. Las sanciones disciplinarias en nin-
gún caso podrán consistir en penas corporales; ni la Nación ni los Departa-
mentos o Municipios investirán de autoridad para mantener el orden en los
campamentos, talleres o establecimientos, a los directores o trabajadores de
las empresas, mientras lo sean, ni permitirán que éstos intervengan en la selec-
ción del personal de Policía, ni que lo alojen o alimenten gratuitamente, ni que
le hagan dádivas de ninguna clase.
Artículo 3o. Salvo permiso expreso del Ministerio del ramo, la duración máxima
del trabajo diurno es de ocho horas diarias sin que pueda pasar de cuarenta y
ocho en la semana; la del trabajo nocturno y la del que, a juicio del Gobierno,
sea especialmente peligroso o insalubre, de seis (6) horas; la del trabajo mixto,
de siete (7) horas diarias. La jornada máxima del trabajo agrícola será, sin em-
bargo, de nueve (9) horas diarias o de cincuenta y cuatro (54) horas semanales.
494
FLUJOS Y REFLUJOS
495
MARCEL SILVA ROMERO
dores para prestar sus servicios dentro del país, pero a una distancia mayor de
doscientos kilómetros de su residencia.
Artículo 7o. Corresponde al patrono, en todo caso, la remuneración de los
días de descanso obligatorio. Esta remuneración se reducirá en proporción a
los días hábiles en que se haya dejado de trabajar sin causa justa. Solamente se
permitirá el trabajo durante los días de descanso obligatorio, mediante doble
remuneración cuando no se conceda en otro día el descanso compensatorio
remunerado, en aquellas labores que no sean susceptibles de interrupción por
su naturaleza, o por motivos de carácter técnico, o por satisfacer necesidades
inaplazables, como los servicios públicos y el expendio o la preparación de
alimentos y medicaciones. En las demás en que se ocupen habitualmente más
de dos trabajadores asalariados o independientes, no se permitirá ni siquiera el
trabajo personal del patrono o de su familia cuando el establecimiento fuere
abierto al público, salvo en las poblaciones cuyo mercado periódico se realice
en días de descanso obligatorio.
Artículo 8o. Mientras se organiza el seguro social obligatorio, corresponde-
rán también al patrono, además de las que le impongan leyes especiales o
convenciones de trabajo, las siguientes indemnizaciones o prestaciones para
con sus trabajadores, ya sean empleados u obreros:
a) Las indemnizaciones por accidentes de trabajo en proporción al daño sufri-
do y de conformidad con la tabla de valuaciones que el Gobierno promulgue,
hasta por el equivalente del salario en dos años, además de la asistencia médi-
ca, farmacéutica, quirúrgica y hospitalaria a que haya lugar. Para estos efectos,
se entiende por accidente de trabajo toda lesión orgánica o perturbación fun-
cional que afecte al trabajador en forma transitoria, permanente o definitiva,
motivada por un hecho imprevisto y repentino que sobrevenga por causa o
con ocasión del trabajo, siempre que la lesión o perturbación no sea provoca-
da deliberadamente, o por falta grave e intencional de la víctima.
b) Las indemnizaciones por enfermedades profesionales, en proporción al
daño sufrido y hasta por el equivalente del salario en dos años, además de la
asistencia médica, farmacéutica, quirúrgica y hospitalaria a que haya lugar. Para
estos efectos se entiende por enfermedad profesional la adquirida por razón y
con motivo del trabajo, con excepción de las enfermedades endémicas en la
respectiva región o de las epidemias, que provoque en el organismo una lesión
o perturbación funcional, transitoria, permanente o definitiva, originada por
agentes físicos, químicos o biológicos. En este caso, y en el de accidentes de
496
FLUJOS Y REFLUJOS
trabajo, cuando los riesgos hayan podido prevenirse razonablemente por par-
te del patrono, con adecuadas medidas de seguridad, el valor de la indemniza-
ción se descontará del monto de la condenación ordinaria por perjuicios.
c) Los gastos indispensables del entierro, en los casos de muerte por acciden-
tes de trabajo o por enfermedades profesionales.
d) El auxilio por enfermedad no profesional, hasta por ciento veinte días así:
las dos terceras partes del salario, durante los primeros sesenta días de incapa-
cidad, la mitad para los treinta días siguientes, y la tercera parte para el tiempo
restante.
e) Quince días de vacaciones remuneradas por cada año de servicio, de con-
formidad con las remuneraciones ordinarias devengadas. La época de vaca-
ciones será señalada por el patrono.
f) Un mes de salario por cada año de trabajo, y proporcionalmente por las
fracciones de año, en caso de despido que no sea originado por mala conducta
o por incumplimiento del contrato.
Cada tres años de trabajo continuo o discontinuo, el trabajador adquiere el
derecho al auxilio de cesantía correspondiente a este período, y no lo perderá
aunque en los tres años subsiguientes incurra en mala conducta o en incumpli-
miento del contrato que originen su despido. Si fuere despedido, solamente
perderá el auxilio correspondiente al último lapso inferior a tres años.
Parágrafo. Para liquidar el auxilio de cesantía por el tiempo de trabajo ante-
rior al presente decreto, y siempre que la extinción del contrato de trabajo sea
posterior a su promulgación, se aplicarán las siguientes reglas:
1a. En caso de despido del trabajador sin justa causa comprobada o cuando se
retire por falta grave comprobada del patrono, se tomará en cuenta el tiempo
anterior de servicios, pero solamente hasta por cinco años.
2a. En los demás casos de extinción del contrato, se tomará en cuenta el tiem-
po anterior de servicios, pero solamente hasta por tres años.
3a. La acción para el cobro judicial del auxilio de cesantía por causa de retiro
voluntario del trabajador, sólo podrá intentarse una vez transcurrido el primer
año de la vigencia del presente Decreto, salvo liquidación o quiebra de la em-
presa, y el pago podrá efectuarse por contados iguales en los dos años siguien-
tes.
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5o. A los mayores de cincuenta años y a los inválidos o enfermos, para cuya
ocupación podrá el Gobierno autorizar contratos especiales que no impliquen
para los patronos ni el seguro de vida ni la indemnización de otros riesgos a
que estarían obligados para con los trabajadores normales.
Artículo 10. No obstante lo dispuesto en los artículos precedentes, cuando
una empresa disminuya o fraccione su capital, o restrinja su nómina de salarios
o adopte sistemas que la asimilen a pequeña industria, a industria familiar o a
trabajo a domicilio, o se valga de otros recursos análogos para eludir las pres-
taciones de sus trabajadores, el Gobierno podrá declararla sujeta a las cargas
correspondientes a su clasificación real, previo examen de los hechos.
Artículo 11. El contrato de trabajo puede celebrarse por tiempo indefinido o
a término fijo; en este último caso, no podrá pactarse duración que exceda de
cinco años, y será revisable en la forma que lo convengan las partes o, a falta
de estipulación, cada año. Sin embargo, todo contrato será revisable cuando
quiera que sobrevengan imprevisibles alteraciones de la normalidad económi-
ca. Si no se estipulare que el contrato es por tiempo indefinido, se entenderá
celebrado por seis meses. Cualquiera de las partes podrá terminar
unilateralmente el contrato de trabajo celebrado por tiempo indefinido, me-
diante aviso a la otra con antelación por lo menos igual al período que regule
los pagos del salario, de acuerdo con la costumbre y previa cancelación de
todas las deudas, prestaciones o indemnizaciones a que haya lugar. La sola
sustitución del patrono no extingue el contrato de trabajo. El sustituido res-
ponderá solidariamente con el sustituto, durante el año siguiente a la sustitu-
ción, por todas las obligaciones anteriores.
Artículo 12. Lo dispuesto en el artículo anterior no es aplicable al contrato
de aprendizaje ni al período de prueba a que son sometidos ciertos trabaja-
dores para su admisión definitiva. En uno y otro caso, salvo estipulación en
contrario, el contrato podrá ser terminado unilateralmente mediante simple
aviso con siete días de antelación, por parte del trabajador, o intempestiva-
mente mediante el pago del salario de siete días, por parte del patrono. Pero
el período de aprendizaje no excederá de seis meses, y el aprendiz tendrá
derecho a exigir en cualquier tiempo que un jurado mixto lo examine y cer-
tifique su aptitud, y a ser preferido para las vacantes que ocurran; el período
de prueba no podrá exceder de dos meses, cuando se trate de trabajadores
calificados, ni de quince días en los demás casos; expirados tales términos, la
prestación de servicios que subsiste se regirá por las normas generales del
contrato de trabajo.
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Artículo 35. Cada uno de los Tribunales del Trabajo se integrará por un repre-
sentante de los trabajadores, uno de los patronos y el tercero del Gobierno,
que lo presidirá. El reglamento determinará la forma como los patronos y
trabajadores organizados propondrán sus candidatos. De entre éstos, el Go-
bierno designará, para períodos de tres años, en un mismo acto, los dos Magis-
trados principales correspondientes a los patronos y a los trabajadores, el ter-
cero que le corresponde directamente, y cinco sustitutos numéricos para cada
uno de ellos. El Tribunal Supremo escogerá, en un mismo acto, de entre los
candidatos de los patronos y los trabajadores, para períodos de dos años, los
respectivos representantes principales en los Tribunales Seccionales, y tres
sustitutos numéricos para cada uno de ellos. Cada Tribunal Seccional elegirá,
en la misma forma, los representantes de los patronos y de los trabajadores en
los Tribunales Municipales de su jurisdicción, para períodos de un año.
Artículo 36. Todos los miembros, principales y sustitutos, de los Tribunales
del Trabajo deberán ser ciudadanos colombianos; no haber sido condenados a
penas aflictivas, y gozar de buena reputación. En cada negocio particular esta-
rán impedidos los que tengan algún interés económico en la controversia. Los
Magistrados del Tribunal Supremo deberán ser, además, abogados titulados,
especializados en Derecho del Trabajo en cuanto sea posible, y mayores de
treinta años. Los Magistrados de los Tribunales Seccionales deberán contar
veinticinco años por lo menos, y ser versados en Derecho del Trabajo y los
representantes del Gobierno ser, además, abogados titulados.
Artículo 37. El procedimiento en los asuntos del trabajo se sujetará a las si-
guientes reglas:
1a. El procedimiento será oral, y la actuación escrita a que pueda haber lugar
no causará derechos de timbre ni de papel sellado.
2a. Los Tribunales del Trabajo obrarán siempre como conciliadores antes de
adelantar el procedimiento de instancia.
3a. Los Tribunales de Trabajo recibirán por sí mismos las pruebas en la au-
diencia y entrarán a decidir en el acto, o, si fuere el caso, a resumir los alegatos
orales y a emitir su concepto para ante el superior.
4a. Los Tribunales del Trabajo apreciarán las pruebas en conciencia, es decir,
sin sujeción a la tarifa legal.
5a. La competencia en los asuntos atribuidos a la jurisdicción especial del tra-
bajo se determina, a prevención, por la vecindad o la mera residencia del tra-
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CAPÍTULO III
DISPOSICIONES FINALES
Artículo 40. Las infracciones a cualquiera de las disposiciones del presente
Decreto o a cualquiera de las normas legales a que él se remite, que no tengan
prevista penalidad especial, se castigarán con multas hasta de mil pesos, que
impondrán breve y sumariamente, los Tribunales del Trabajo. Los apremios
podrán consistir en multas sucesivas hasta de doscientos pesos cada vez, y en
arresto hasta de diez días. El valor de las multas y apremios ingresará al Tesoro
Nacional.
Artículo 41. Las sumas que reciban los trabajadores a título de auxilio de
cesantía, indemnizaciones por accidentes de trabajo, seguro de vida obligato-
rio y demás prestaciones sociales, cuando no excedan de cinco mil pesos, es-
tán exentas de los impuestos establecidos por la Ley 78 de 1935.
Artículo 42. Este Decreto empezará a regir diez días después de su
promulgación.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, a 30 de septiembre de 1944.
ALFONSO LÓPEZ
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LEY 6a. DE 1945
(Febrero 19)
Por la cual se dictan algunas disposiciones sobre convenciones de tra-
bajo, asociaciones profesionales, conflictos colectivos y jurisdicción
especial del trabajo.
EL CONGRESO DE COLOMBIA,
DECRETA:
SECCIÓN IV
DE LAS ASOCIACIONES PROFESIONALES
Artículo 37. El Estado garantiza a los trabajadores y a los patronos el derecho
de asociarse libremente en defensa de sus intereses, formando asociaciones
profesionales o sindicatos, y a éstos el derecho de unirse o federarse entre sí.
(V. Art. 56 del Decreto 2313 de 1946 sobre sindicatos).
Artículo 38. Los sindicatos de trabajadores son:
a) De empresa, si están formados por individuos de varias profesiones, oficios
o especialidades, que prestan sus servicios en una misma empresa.
b) De industrias, si están formados por individuos que prestan sus servicios en
varias empresas de una misma rama industrial.
c) Gremiales, si están formados por individuos de una misma profesión, oficio
o especialidad.
d) De oficios varios, si están formados por trabajadores de diversas profesio-
nes, disímiles o inconexas.
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siguiente despido definitivo, ante el respectivo Juez del Trabajo; y que, con
dicha solicitud, deposite el valor de quince (15) días del salario del trabajador
suspendido, como caución inicial que puede ser aumentada por exigencia del
Juez, para garantizar que pagará al trabajador los salarios correspondientes al
período de la suspensión, si no prospera la autorización de despido definitivo.
El Juez dentro de los tres (3) días siguientes a la presentación de la solicitud,
autorizará el despido definitivo si se comprobare la justa causa invocada por el
patrono. (v. Art. 82 del Decreto 2313 de 1946).
Parágrafo 2o. Para los empleados públicos no regirá en ningún caso el fuero
establecido en este artículo.
Tampoco gozarán del amparo aquí establecido, los trabajadores particulares
que desempeñen funciones de dirección.
Artículo 41. Un sindicato de empresa, mientras goce de personería jurídica,
puede solicitar, con el voto de las dos terceras partes de sus miembros, que los
patronos les retengan a sus afiliados las cuotas periódicas señaladas en los
correspondientes estatutos y las entreguen oportunamente al tesorero del sin-
dicato. Los patronos estarán obligados a hacer la retención y la entrega hasta
tanto que el sindicato, por mayoría de votos, resuelva otra cosa. El cumpli-
miento de esta obligación exime a los patronos de toda responsabilidad en
relación con las cuotas retenidas y entregadas al respectivo sindicato. (Adicio-
nado por los arts. 18 y 19 de la Ley 64 de 1946).
Todo sindicato deberá presentar semestralmente al Ministerio del ramo una
relación detallada de sus ingresos y egresos, y someterse a la inspección y
vigilancia del Gobierno, a fin de que éste controle el cumplimiento de las
normas estatutarias sobre el particular.
Parágrafo 1o. Desde la presentación de un pliego de peticiones por parte de
un sindicato o de un grupo de trabajadores, se suspenderá sobre el sindicato
de esta empresa la inspección financiera de que trata este artículo hasta la
terminación del conflicto respectivo.
Parágrafo 2o. Los fondos de todo sindicato deberán mantenerse en algún
banco o caja de ahorros, salvo aquellas cantidades necesarias para atender a
gastos menores que indiquen el reglamento del Gobierno.
Artículo 42. Para los efectos del artículo 309 del Código Penal, se presume
que el patrón turba el ejercicio de los derechos que conceden las leyes sobre
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DECRETO NÚMERO 2313 DE 1946
(Agosto 3)
SOBRE SINDICATOS
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA,
en uso de sus facultades legales, y especialmente en desarrollo de la Ley 83 de
1931 y de la Sección 4a. de la Ley 6a. de 1945,
DECRETA:
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
SECCIÓN 1a.
DE LA FORMACIÓN DEL SINDICATO
Artículo 1o. Quienes deseen constituirse en sindicato, deben celebrar una
reunión formal de fundación, para lo cual no necesitan autorización ninguna
de las autoridades ni del patrono respectivo. En la misma reunión se procede-
rá a aclamar o a elegir por mayoría una junta directiva provisional y, a ser
posible, a aprobar los estatutos o a designar la comisión que deba elaborarlos.
De tal reunión se levantará un «acta de fundación», que suscribirán todos los
presentes que deseen afiliarse al sindicato, con indicación de las respectivas
cédulas de ciudadanía o de identidad.
Artículo 2o. Todo sindicato de trabajadores necesitará, para constituirse y
subsistir, un número no inferior a veinticinco afiliados activos; y todo sindica-
to patronal, no menos de cinco patrones independientes entre sí.
Artículo 3o. No podrá funcionar sindicato alguno cuyo personal no esté com-
puesto, por lo menos en sus dos terceras partes, por colombianos.
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f) No haber sido condenado a sufrir pena aflictiva, a menos que haya sido
rehabilitado, ni estar llamado a juicio por delitos comunes en el momento de la
elección.
La falta de cualquiera de estos requisitos, vicia de nulidad la elección; pero las
interrupciones en el ejercicio normal de la actividad, profesión u oficio de que
trata el aparte c) no invalidarán la elección cuando hayan sido ocasionadas por
la necesidad de atender a funciones sindicales.
Artículo 11. El ejercicio del cargo de director de un sindicato no interrumpe
los servicios que deben computarse para ciertas liquidaciones (como vacacio-
nes, cesantía, jubilación, bonificación de antigüedad, etc.), ni siquiera en los
casos en que el director deba dedicarle al sindicato la totalidad de su tiempo y
no convenga el patrono en pagarle entretanto su salario. Este mismo principio
se aplica a las comisiones sindicales que deban cumplirse por cualesquiera
miembros del sindicato.
Artículo 12. Todo sindicato deberá abrir, tan pronto como se haya suscrito el
acta de fundación y se haya posesionado la junta directiva provisional, por lo
menos los siguientes libros o cuadernos, cada uno de los cuales será previa-
mente registrado por el juez o inspector del trabajo respectivo, y foliado y
rubricado por el mismo en cada una de sus páginas: de afiliaciones; de actas de
la asamblea general; de actas de la junta directiva; de inventarios y balances, y
de ingresos y egresos.
SECCIÓN 2a.
DE LA PERSONERÍA JURÍDICA
Artículo 13. Ningún sindicato podrá actuar como tal, ni ejercer las funciones
que la ley y sus respectivos estatutos les señalen, ni ejercitar los derechos civi-
les, mercantiles o laborables que le correspondan legal o contractualmente,
mientras no obtenga el reconocimento de su personería jurídica y sólo duran-
te la vigencia de ese reconocimiento, salvo el caso previsto en el art. 8o. del
Decreto No. 969 de 1946409. En consecuencia, a falta de personería, sus miem-
bros obrarán individual o colectivamente, en su propio nombre y no como
afiliados a dichas asociaciones.
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Este Decreto fue suspendido por auto del Consejo de Estado de fecha 21 de mayo de
1946.
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Artículo 24. La asamblea general de los asociados deberá reunirse por lo me-
nos cada seis meses para decidir los asuntos importantes y recibir de la direc-
tiva el informe detallado de su gestión, especialmente en lo relativo a la admi-
nistración de los fondos sindicales.
Artículo 25. Ninguna asamblea general de un sindicato podrá actuar válida-
mente sin el quórum estatutario, que no podrá ser inferior a la mitad más uno
de los afiliados; además, solamente se computarán los votos de los socios pre-
sentes.
Artículo 26. Cuando por la naturaleza misma de la actividad o profesión de
los afiliados, o por la distribución geográfica o el excesivo número de ellos,
resulte impracticable lo dispuesto en el artículo anterior, podrán admitirse en
los estatutos otros sistemas supletorios, tales como la recolección de votos a lo
largo de las vías, o la designación de electores o delegatarios por grupos de
afiliados, o la constitución de asambleas de comités seccionales, u otros seme-
jantes.
Artículo 27. Tanto en las reuniones de la asamblea general como en las de la
directiva, cualquiera de los miembros tendrá derecho a pedir que se haga constar
en el acta los nombres de los que estén presentes en el momento de tomarse
alguna determinación, y a pedir que cualquier votación sea secreta. La no acep-
tación de una u otra solicitud, vicia de nulidad el acto a la votación.
Artículo 28. En ninguno de los libros de que trata el artículo 12 será lícito
arrancar, sustituir o adicionar hojas, ni se permitirán enmendaduras,
entrerenglonaduras, raspaduras o tachaduras; cualquier omisión o error se
enmendará mediante anotación posterior. Toda infracción a estas normas aca-
rreará al responsable una multa de dos a cincuenta pesos, que impondrá el
Inspector del Trabajo, en favor del sindicato, y a mitad de la misma sanción,
también en favor del sindicato, a cada uno de los directores y funcionarios
sindicales que habiendo conocido la infracción no la haya castigado
sindicalmente o no la haya denunciado al Inspector del Trabajo.
Artículo 29. El sindicato, en asamblea general, votará el presupuesto de gas-
tos para períodos no mayores de un año, y sin autorización expresa de la mis-
ma asamblea no podrá hacerse ninguna erogación que no esté contemplada
en dicho presupuesto. Sin perjuicio de las prohibiciones o de los requisitos
adicionales que los estatutos prevean, todo gasto que exceda de cincuenta
pesos –con excepción de los sueldos asignados en el presupuesto–, requerirá
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En relación con todos los afiliados, a partir del primer pago periódico poste-
rior a la entrega que se le haga de la copia certificada o autenticada del acta de
la asamblea general en que, por mayoría de votos, se haya revocado la autori-
zación;
En relación con uno cualquiera de los afiliados, a partir del primer pago pos-
terior a la entrega que el interesado le haga de la certificación del Inspector del
Trabajo o del presidente, el secretario y el fiscal del sindicato en que conste su
retiro (por expulsión, renuncia voluntaria u otra causa distinta) de la organiza-
ción.
Artículo 51. La retención de las cuotas sindicales extraordinarias, de las de
admisión y de las multas sindicales se regirá exclusivamente por los términos
de la convención acordada a ese respecto por el sindicato con la empresa y, a
falta de convención sobre el particular, dicha retención solamente será obliga-
toria en relación con las autorizaciones suscritas por cada uno de los miem-
bros del sindicato. El mismo principio es aplicable a la retención de cuales-
quiera cuotas sindicales, aun las ordinarias, a los afiliados a sindicatos que no
sean de empresa.
SECCIÓN 2a.
DE LOS SINDICATOS DE EMPLEADOS PÚBLICOS
Artículo 52. Los empleados públicos pueden formar sus propios sindicatos,
que se sujetarán a las reglas generales ya prescritas en cuanto no pugnen con lo
dispuesto en el artículo 53 de este Decreto, o ingresar a cualesquiera asocia-
ciones profesionales que sean compatibles con su especialización. En este
último caso, su actividad sindical en relación con el Estado, los Departamen-
tos y los Municipios tendrá las limitaciones que en dicho artículo 53 se estable-
cen. Con todo, no podrán constituirse en sindicatos los individuos pertene-
cientes a las fuerzas armadas: ejército nacional, policía nacional, departamen-
tal o municipal, policía de aduanas, policía sanitaria y resguardos de rentas
nacionales, departamentales o municipales.
Artículo 53. Los sindicatos de empleados públicos tendrán, como únicas fun-
ciones, las siguientes:
1a. Estudiar las características de la respectiva profesión y las condiciones de
trabajo de sus asociados;
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2a. Asesorar a sus miembros en la defensa de los derechos que les correspon-
da como empleados públicos, especialmente los relacionados con la carrera
administrativa;
3a. Representar en juicio o ante las autoridades los intereses económicos co-
munes o generales de los agremiados, o de la profesión respectiva;
4a. Presentar a los respectivos jefes de la administración memoriales respetuo-
sos que contengan solicitudes que interesen a todos los afiliados en general, o
reclamaciones relativas al tratamiento de que haya sido objeto cualquiera de
éstos en particular, o sugestiones encaminadas a mejorar la organización ad-
ministrativa o los métodos de trabajo;
5a. Promover la educación técnica y general de sus miembros;
6a. Prestar socorro a sus afiliados en caso de desocupación, enfermedad, inva-
lidez o calamidad;
7a. Crear, administrar y subvencionar cooperativas, cajas de ahorros, de prés-
tamos y de socorros mutuos, escuelas, bibliotecas, institutos técnicos o de
recapacitación profesional, oficinas de colocación, hospitales, campos de ex-
perimentación o deporte, y demás organismos adecuados a los fines profesio-
nales, culturales, de solidaridad y previsión determinados en los estatutos; y
8a. Adquirir a cualquier título y poseer los bienes inmuebles y muebles que
requieran para el ejercicio de sus actividades.
Artículo 54. Las funciones señaladas en los apartes 3o. y 4o. del artículo ante-
rior, entrañan para las autoridades, y especialmente para los superiores jerár-
quicos de los empleados asociados, la obligación correlativa de recibir oportu-
namente a los representantes del sindicato y de dar adecuada solución a sus
memoriales.
Artículo 55. Por cuanto las relaciones entre la administración y los empleados
son de derecho público y no hay entre éstos y aquéllos contratos de trabajo, es
entendido que los sindicatos de empleados públicos no pueden presentar plie-
gos de peticiones ni pretender celebrar convenciones colectivas. Por el contra-
rio, los sindicatos de trabajadores asalariados en las obras públicas o en las
empresas oficiales lucrativas o en las instituciones susceptibles de ser funda-
das y manejadas en la misma forma por los particulares, tendrán todas las
atribuciones de los otros sindicatos de trabajadores y sus pliegos de peticiones
se tramitarán en los mismos términos que los demás.
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SECCIÓN 3a.
DE LAS FEDERACIONES SINDICALES
Artículo 56. Las federaciones sindicales de que tratan los artículos 11 de la
Ley 83 de 1931 y 37 de la Ley 6a. de 1945, pueden ser regionales o industriales.
Se entiende por federación regional la unión de varios sindicatos disímiles de
un mismo departamento, intendencia o comisaría, y por federación industrial
la unión de varios sindicatos vinculados a actividades similares o complemen-
tarias dentro de una misma rama industrial, comercial, agrícola o ganadera. La
unión de las federaciones regionales e industriales entre sí, toma el nombre de
confederación.
Artículo 57. Para la constitución de cualquier federación de sindicatos, los
representantes de éstos, que suscriban el acta de fundación, deberán estar ex-
presamente facultados por las respectivas asambleas generales.
Artículo 58. El aviso de que habla el artículo 6o. deberá contener el nombre y
domicilio de cada organización afiliada, el número y la fecha de la Resolución
de reconocimiento de su personería jurídica, el número y la fecha del Diario
Oficial en que tal Resolución fue publicada, los nombres y cédulas de los miem-
bros de la directiva provisional, y la empresa o empresas en donde estos últi-
mos trabajan. La comunicación prescrita en el artículo 7o. se contraerá a los
miembros de la directiva provisional.
Artículo 59. Para ser miembro de la junta directiva de una federación de sin-
dicatos, tanto de la provisional como de las reglamentarias, deberán reunirse
los siguientes requisitos, además de los que se exijan en los estatutos respecti-
vos:
a) Ser ciudadano colombiano;
b) Ser miembro activo de una cualquiera de las organizaciones asociadas;
c) Estar ejerciendo normalmente, en el momento de la elección, la actividad,
profesión u oficio característico de su sindicato de base, y haberlo ejercido
normalmente por más de un año con anterioridad;
d) Saber leer y escribir;
e) Tener cédula de ciudadanía; y
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f) No haber sido condenado a sufrir pena aflictiva, a menos que haya sido
rehabilitado, ni estar llamado a juicio por delitos comunes en el momento de la
elección.
Parágrafo 1o. Cuando el candidato sea miembro de un sindicato cuya mayo-
ría esté constituida por mujeres o por menores de edad, sólo se requerirá que
sea colombiano y que tenga cédula de identidad.
Parágrafo 2o. Las condiciones exigidas en los apartes b) y c) no se tendrán en
cuenta cuando el retiro del sindicato de base, o la interrupción en el ejercicio
de la profesión, o la extinción del contrato de trabajo en una empresa determi-
nada, o el cambio de oficio hayan sido ocasionados por razón de funciones,
comisiones o actividades sindicales, lo cual deberá ser declarado por la asam-
blea que haga o haya hecho la elección. Tampoco se tendrán en cuenta las
suspensiones legales del contrato de trabajo.
Artículo 60. La solicitud de reconocimiento de la personería de la federación
deberá ser suscrita por todos los miembros principales de la directiva provisio-
nal o por quien exhiba 2poder especial de todos ellos. Se acompañarán, origi-
nales, las autorizaciones de que trata el artículo 57, y dos copias, en papel
común, de cada una de ellas, y no se tendrán en cuenta las exigencias conteni-
das en los apartes d) y h) del artículo 14. La certificación prevista en el aparte
i) del mismo artículo se contraerá: 1o. A la existencia de otra u otras federacio-
nes regionales o industriales, según el caso, con personería jurídica, cuyas fina-
lidades o cuyo radio de acción sean similares a los de la que solicita el recono-
cimiento; y 2o. Al cumplimiento de las condiciones requeridas por el artículo
anterior para los directores provisionales.
Artículo 61. El Ministro de Gobierno se abstendrá de reconocer personería
jurídica a más de una federación regional en cada departamento, intendencia o
comisaría, o a más de una industrial que agrupe sindicatos vinculados a activi-
dades similares o complementarias correspondientes a una misma rama in-
dustrial, comercial, agrícola o ganadera.
Artículo 62. La directiva o comité ejecutivo provisional de una federación
sindical ejercerá el mandato hasta la primera reunión posterior al reconoci-
miento de su personería, que, de acuerdo con los estatutos, deba hacer la asam-
blea o convención general.
Artículo 63. El período de las directivas o comités ejecutivos reglamentarios,
que no podrá ser inferior a seis meses, y las modalidades de su elección; la
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en cuyo caso deberá obtenerse la autorización del Juez en relación con los
trabajadores amparados por el fuero.
Artículo 82. Se entenderá que el patrono ha ejercido la facultad consagrada
en el parágrafo 1o. del artículo 40 de la Ley 6a. de 1945, por el solo hecho de
concurrir al Juez dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes al retiro del
trabajador, en la forma indicada en dicha disposición.
Artículo 83. Los trabajadores que desempeñan funciones de dirección no
gozarán de fuero sindical en ningún caso. Como tales se cuentan los gerentes,
subgerentes, administradores generales, directores de departamento (ingenie-
ro jefe, médico jefe, asesor jurídico, directores técnicos, etc.) y, en general, los
que tengan la representación legal del patrono o la facultad de dar órdenes, a
nombre de éste, al resto del personal.
CAPÍTULO V
DE LA DISOLUCIÓN DEL SINDICATO
Artículo 84. La suspensión administrativa de la personería jurídica de una
organización sindical, en los casos de la ley, no será indefinida ni por un tiem-
po mayor de tres meses. Vencido el término de la suspensión, si se le hubiere
señalado alguno, o los tres meses, en caso contrario, el Departamento Nacio-
nal del Trabajo, de oficio o a solicitud de parte, así lo declarará por resolución
motivada, copia de la cual se enviará al Ministerio de Gobierno para que sea
agregada al expediente respectivo, se hagan en éste las anotaciones del caso y
se revoquen las medidas adoptadas a raíz de la suspensión. Dicha resolución
será publicada en el Diario Oficial.
Artículo 85. La disolución de un sindicato, federación, y la consiguiente can-
celación de la personería jurídica, solamente pueden ocurrir:
a) Por cumplirse cualquiera de los eventos previstos en los estatutos para ese
efecto;
b) Por acuerdo, cuando menos, de las dos terceras partes de los miembros de
la organización, adoptado en asamblea general y acreditado con las firmas de
los asistentes; y
c) Por sentencia judicial.
Artículo 86. Al disolverse un sindicato, el liquidador designado por los afilia-
dos o por el Juez aplicará los fondos existentes, el producto de los bienes que
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CONSIDERANDO:
Que en el artículo 3o. del Decreto-Ley número 1464, de 8 de mayo del presen-
te año, se dispuso que mientras dure el actual estado de turbación del orden
público la reunión de cualquier clase de congresos, asambleas o juntas plena-
rias sindicales o intersindicales sólo se verificarán con permiso del Ministerio
del Trabajo, quien podrá otorgarlo con conocimiento de causa;
Que se hace necesario tomar algunas medidas respecto de la solicitud y conce-
sión de tales permisos, con el fin de que no se perjudique la marcha adminis-
trativa de los organismos sindicales, que se cumplan las leyes de carácter social
y que no ocurran hechos que puedan ser una amenaza para la tranquilidad
pública.
DECRETA:
Artículo 1o. Mientras dure el actual estado de turbación del orden público,
cualquier organización sindical que quiera verificar la reunión de congresos,
asambleas o juntas plenarias sindicales o intersindicales, deberá solicitar pre-
viamente el correspondiente permiso al Ministerio del Trabajo.
Artículo 2o. La solicitud para que se conceda el permiso a que se refiere el
artículo anterior deberá ser elevada por el representante legal de la organiza-
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Artículo 9o. Los Inspectores del Trabajo quedan autorizados para ordenar la
suspensión inmediata de la reunión cuando en ella se trate en forma directa o
indirecta cuestiones distintas a los temas para los cuales se haya concedido la
autorización, o se hagan exposiciones o alusiones tendientes a desconocer las
autoridades legítimamente constituidas o a desobedecer las leyes, o se permita
la participación de personas no afiliadas a la respectiva organización sindical,
salvo el caso que se trate de apoderados de ésta, admitidos y aceptados por los
funcionarios del Trabajo.
Artículo 10. Cuando una organización sindical al verificar una reunión
incurriere en cualquiera de las faltas contempladas en el artículo anterior, no
se le volverá a otorgar permiso para nuevas reuniones, y las personas que
resultaren responsables serán denunciadas ante las autoridades para su castigo
en la forma prevenida por la Ley.
Artículo 11. Cuando el Ministerio del Trabajo conceda permiso para alguna
reunión, ésta debe verificarse en la fecha, en el día, en la hora y en el lugar
señalados; si esto no fuere posible, deberá solicitarse un nuevo permiso, de
acuerdo con las normas establecidas. En cuanto al local, éste puede ser otro
distinto al indicado, siempre que las autoridades militares y el funcionario del
trabajo den su aprobación al cambio.
Artículo 12. Ninguna reunión de aquellas a que se refiere este Decreto podrá
prolongarse hasta después de la hora en que se da el toque de queda, en los
lugares en donde aquél esté implantado.
Artículo 13. La Junta Directiva de un sindicato de trabajadores puede reunir-
se, sin necesidad de solicitar permiso alguno, para tratar sobre cuestiones pu-
ramente administrativas, dentro de los términos que las leyes y los estatutos les
señalen; para nombrar comisiones que deban entenderse con los patronos o
con las autoridades del Trabajo; para revisar y fenecer en primera instancia las
cuentas que presente el Tesorero; para imponer a los afiliados, de acuerdo con
los estatutos, correcciones disciplinarias; para resolver las diferencias que se
susciten entre los miembros por razón de los estatutos o de sus problemas
económicos, y también para aprobar previamente todo gasto mayor de cin-
cuenta pesos ($50) moneda corriente.
Artículo 14. El Inspector del Trabajo o el funcionario del ramo que asista a la
reunión de una directiva sindical o de la asamblea general de un sindicato, en
la tarea de velar por el cumplimiento de las leyes sociales, de obtener una
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DECRETO NÚMERO 2158 DE 1948
(Junio 24)
SOBRE LOS PROCEDIMIENTOS
EN LOS JUICIOS DEL TRABAJO
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA,
en ejercicio de las facultades que le confiere el artículo 11 de la Constitución
Nacional, y
CONSIDERANDO:
1. Que según Decretos números 1239 y 1259 del presente.
1o. Se declaró turbado el orden público y en estado de sitio todo el territorio
de la República;
2o. Que lo relativo al procedimiento que deba seguirse en los juicios de trabajo
es de orden público, lo que hace pertinente la expedición de un estatuto com-
pleto sobre esta materia;
3o. Que en diversas legislaturas, atendiendo a la expresión de una necesidad
nacional, ha sido motivo de discusión provocada por iniciativa oficial, la adop-
ción de un código procesal del Trabajo.
DECRETA:
CAPÍTULO I
JURISDICCIÓN
Artículo 1o. Aplicación de este Decreto. Los asuntos de que conoce la
jurisdicción del trabajo se tramitarán de conformidad con el presente Decreto.
Artículo 2o. Asuntos de que conoce esta jurisdicción. La jurisdicción del
trabajo está instituida para decidir los conflictos jurídicos que se originen di-
recta o individualmente del contrato de trabajo.
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DECRETO NÚMERO 2283 DE 1948
(Julio 6)
Por el cual se dictan normas sobre convenciones colectivas de condi-
ciones de trabajo.
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA,
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DECRETO NÚMERO 2875 DE 1949
(Septiembre 16)
SOBRE SINDICATOS
CONSIDERANDO:
Que por el artículo 1o. de la Ley 83 de 1931 se «reconoce a los trabajadores el
derecho de asociarse libremente en defensa de sus intereses, formando sindi-
catos, asociaciones profesionales, etc.»;
Que el artículo 11 de la misma Ley, «faculta a los sindicatos para federarse aún
cuando pertenezcan a distintas regiones o profesiones»;
Que la misma disposición legal establece que las «federaciones gozan de
personería jurídica independiente y tienen los mismos derechos y prerrogati-
vas de los sindicatos que las componen, siempre que se ajusten a las disposi-
ciones de esta Ley»;
Que la Ley 6a. de 1945 ratifica las disposiciones de la Ley anterior garantizan-
do a los trabajadores y a los patronos el derecho de asociarse libremente en
defensa de sus intereses;
Que los principios que se desprenden de las disposiciones citadas, son los
mismos que informan el pensamiento de la Oficina Internacional del Trabajo
(O.I.T.), de la cual es miembro nuestro país, al consignar «que los beneficiarios
de la libertad sindical deben tener derecho a constituir organizaciones de su
elección»;
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DECRETOS NÚMEROS 266341021 Y 3743 DE 1950
(Agosto 5)
SOBRE CÓDIGO SUSTANTIVO DEL TRABAJO
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Este decreto contaba con 509 artículos, pero por el decreto 3743 se efectuó una supresión
de varias normas y se ordenó al Ministerio del Trabajo hacer una nueva edición oficial del
Código Sustantivo del Trabajo (artículo 46), la cual es publicada en el Diario Oficial el 7
de junio de 1951, este orden se conserva hasta la actualidad. Aquí se reproduce la parte
motiva del decreto 2663 pero para mayor facilidad en el manejo de las normas posteriores,
y para evitarse reproducir dos veces todo el artículado, se acoge la numeración del decreto
3743.
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Artículo 16. Efecto. Las normas sobre trabajo, por ser de orden público,
producen efecto general inmediato, por lo cual se aplican también a los con-
tratos de trabajo que estén vigentes o en curso en el momento en que dichas
normas empiecen a regir, pero no tienen efecto retroactivo, esto es, no afecta
situaciones definidas o consumadas conforme a leyes anteriores.
Artículo 17. Órganos de control. La vigilancia del cumplimiento de las dis-
posiciones sociales está encomendada a las autoridades administrativas del
trabajo.
Artículo 18. Norma general de interpretación. Para la interpretación de
este Código debe tomarse en cuenta su finalidad, expresada en el artículo 1o.
Artículo 19. Normas de aplicación supletoria. Cuando no haya norma
exactamente aplicable al caso controvertido, se aplica la que regule casos o
materias semejantes, los principios que se deriven de este Código, la jurispru-
dencia, la costumbre o el uso, la doctrina, los convenios y recomendaciones
adoptados por la organización y las conferencias internacionales del trabajo,
en cuanto no se opongan a las leyes sociales del país, los principios del dere-
cho común que no sean contrarios a los del derecho del trabajo, todo dentro
de un espíritu de equidad.
Artículo 20. Conflictos de leyes. En caso de conflicto entre las leyes del
trabajo y cualesquiera otras, prefieren aquéllas.
Artículo 21. Normas más favorables. En caso de conflicto o duda sobre la
aplicación de normas vigentes de trabajo, prevalece la más favorable al traba-
jador. La norma que se adopte debe aplicarse en su integridad.
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PRIMERA PARTE
DERECHO INDIVIDUAL DEL TRABAJO
SEGUNDA PARTE
DERECHO COLECTIVO DEL TRABAJO
TÍTULO I
SINDICATOS
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 353. Derecho de asociación. 1. De acuerdo con el artículo 12, el
Estado garantiza a los patronos, a los trabajadores y a todo el que ejerza una
actividad independiente, el derecho de asociarse libremente, en defensa de sus
intereses, formando asociaciones profesionales o sindicatos, y a éstos el dere-
cho de unirse o de federarse entre sí.
2. Los sindicatos deben ajustarse, en el ejercicio de sus derechos y cumpli-
miento de sus deberes, a las normas de este título, y están sometidos a la
inspección y vigilancia del gobierno en cuanto concierne al orden público y en
particular en los casos que aquí se establecen.
Artículo 354. Protección del derecho de asociación. En los términos del
artículo 309 del Código Penal, queda prohibido a toda persona atentar contra
el derecho de asociación sindical.
2. Toda persona que por medio de violencias o amenazas atente en cualquier
forma contra el derecho de libre asociación sindical, será castigada con una
multa de doscientos a dos mil pesos ($200 a $2.000), que le será impuesta por
el respectivo funcionario administrativo del trabajo, previa comprobación com-
pleta de los hechos. En caso de sobrevenir condenación penal con sanción
pecuniaria, se devolverá la multa que se prevé en este inciso.
Artículo 355. Actividades lucrativas. Los sindicatos no pueden tener por
objeto la explotación de negocios o actividades con fines de lucro.
Artículo 356. Sindicatos de trabajadores, clasificación. Los sindicatos de
trabajadores se clasifican así:
a) De base, si están formados por individuos de varias profesiones, oficios o
especialidades, que prestan sus servicios en una misma empresa, estableci-
miento o institución;
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f) Tres (3) ejemplares de los estatutos del sindicato, autenticados por el secre-
tario provisional;
g) Nómina de la junta directiva provisional, por triplicado, con indicación de la
nacionalidad, la profesión u oficio, el documento de identidad y el domicilio
de cada director;
h) Nómina completa del personal de afiliados, por triplicado, con especifica-
ción de la nacionalidad, sexo y profesión u oficio de cada uno de ellos;
i) Certificación del correspondiente inspector del trabajo sobre la inexistencia
de otro sindicato, si se tratare de un sindicato de base que pueda considerarse
paralelo; sobre la calidad de patronos o de trabajadores de los fundadores, en
relación con la industria o actividad de que se trate o de su calidad de profesio-
nales del ramo del sindicato; sobre la antigüedad, si fuere del caso, de los
directores provisionales en el ejercicio de la correspondiente actividad, y so-
bre las demás circunstancias que estime conducentes. En los lugares en donde
no haya Inspección del Trabajo, la certificación debe ser expedida por la pri-
mera autoridad política y refrendada por el inspector del trabajo más cercano;
2. Los documentos de que tratan los apartes a), b) y c) pueden estar reunidos
en un solo texto o acta.
Artículo 365. Tramitación. Recibida la solicitud por el Departamento Na-
cional de Supervigilancia Sindical, éste dispone de un término máximo de
quince (15) días para revisar la documentación acompañada, examinar los es-
tatutos y formular a los interesados las observaciones pertinentes.
Artículo 366. Reconocimiento. 1. El Ministerio del Trabajo reconocerá la
personería jurídica, salvo el caso de que los estatutos del sindicato sean contra-
rios a la Constitución, a las leyes o a las buenas costumbres o contravengan
disposiciones especiales de este Código.
2. El Ministerio, dentro de los quince (15) días siguientes al recibo del expe-
diente, dictará la resolución sobre reconocimiento o denegación de la personería
jurídica, indicando en el segundo caso las razones de orden legal o las disposi-
ciones de este Código que determinen la negativa.
Artículo 367. Publicación de la Resolución. La resolución sobre reconoci-
miento de la personería jurídica del sindicato debe ser publicada por cuenta de
éste, una sola vez, en el Diario Oficial, y surte sus efectos quince (15) días
después de la publicación.
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CAPÍTULO V
PROHIBICIONES Y SANCIONES
Artículo 378. Los sindicatos no pueden coartar directa o indirectamente la
libertad de trabajo.
Artículo 379. Prohibiciones. Es prohibido a los sindicatos de todo orden:
a) Intervenir en la política partidista o en asuntos religiosos, haciéndose repre-
sentar en convenciones o directorios políticos o en congresos o congregacio-
nes confesionales, subvencionando partidos políticos o cultos religiosos o lan-
zando oficialmente candidaturas a cargos de elección popular, todo sin me-
noscabo de los derechos políticos ni de la libertad de conciencia, de cultos, de
reuniones o de expresión que corresponden a cada uno de los asociados en
particular;
b) Compeler directa o indirectamente a los trabajadores a ingresar en el sindi-
cato o a retirarse de él, salvo los casos de expulsión por causales previstas en
los estatutos y plenamente comprobados;
c) Aplicar cualesquiera fondos o bienes sociales a fines diversos de los que
constituyen el objeto de la asociación o que aún para esos fines, impliquen
gastos o inversiones que no hayan sido debidamente autorizados en la forma
prevista en la ley o en los estatutos;
d) Efectuar operaciones comerciales de cualquier naturaleza, sea que se reali-
cen con los trabajadores o con terceros;
e) Promover cualesquiera cesaciones o paros en el trabajo, excepto en los ca-
sos de huelga declarada de conformidad con la ley;
f) Promover o apoyar campañas o movimientos tendientes a desconocer de
hecho en forma colectiva, o particularmente por los afiliados, los preceptos
legales o los actos de autoridad legítima;
g) Promover o patrocinar el desconocimiento de hecho, sin alegar razones o
fundamentos de ninguna naturaleza, de normas convencionales o contractua-
les que obliguen a los afiliados; y
h) Ordenar, recomendar o patrocinar cualesquiera actos de violencia frente a
las autoridades o en perjuicio de los patronos o de terceras personas.
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cuyo mandato no puede prolongarse por más de treinta (30) días, contados
desde la publicación oficial del reconocimiento de la personería jurídica, pero
el mismo personal puede ser elegido para el período reglamentario. Esto no
limita la libertad del sindicato para remover, en los casos previstos en los esta-
tutos, a cualesquiera miembros de la junta directiva, ni la de éstos para renun-
ciar a sus cargos; los suplentes entran a reemplazarlos por el resto del período.
2. Si dentro de los treinta (30) días de que habla este artículo, la junta provisio-
nal no convocare a asamblea general para la elección de la primera junta regla-
mentaria, un número no menor de quince (15) afiliados puede hacer la convo-
cación.
Artículo 391. Elección de directivas. Cuando la elección de una directiva
sindical no pueda acogerse por unanimidad, es forzoso elegirla por votación
secreta en papeleta escrita y aplicando el sistema del cuociente electoral para
asegurar la representación de las minorías, so pena de nulidad.
Artículo 392. Constancia en el acta, votación secreta. Tanto en las reunio-
nes de la asamblea general como de la junta directiva, cualquiera de los miem-
bros tiene derecho a pedir que se haga constar en el acta los nombres de los
que estén presentes en el momento de tomarse una determinación, y a pedir
que la votación sea secreta. La no aceptación de una u otra solicitud vicia de
nulidad el acto o votación.
Artículo 393. Libros. 1. Todo sindicato debe abrir, tan pronto como se haya
suscrito el acta de fundación y se haya posesionado la junta directiva provisio-
nal, por lo menos los siguientes libros: de afiliación; de actas de la samblea
general; de actas de la junta directiva; de inventarios y balances; y de ingresos
y egresos. Estos libros serán previamente registrados por el inspector del tra-
bajo respectivo y foliados y rubricados por el mismo en cada una de sus pági-
nas.
2. En todos los libros que deben llevar los sindicatos se prohibe arrancar,
sustituir o adicionar hojas, hacer enmendaduras, entrerrenglonaduras, raspa-
duras o tachaduras; cualquiera omisión o error debe enmendarse mediante
anotación posterior. Toda infracción a estas normas acarreará al responsable
una multa de dos pesos ($2) a cincuenta pesos ($50), que impondrá el inspec-
tor del trabajo en favor del sindicato, y además, la mitad de la misma sanción,
también en favor del sindicato, a cada uno de los directores y funcionarios
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b) Por acuerdo, cuando menos, de las dos terceras (2/3) partes de los miem-
bros de la organización, adoptado en asamblea general y acreditado con las
firmas de los asistentes;
c) Por sentencia judicial; y
d) Por reducción de los afiliados a un número inferior a veinticinco (25), cuan-
do se trate de sindicatos de trabajadores.
Artículo 402. Liquidación. 1. Al disolverse un sindicato, federación o confe-
deración, el liquidador designado por los afiliados o por el juez aplicará los
fondos existentes, el producto de los bienes que fuere indispensable enajenar,
y el valor de los créditos que recaude, en primer término al pago de las deudas
del sindicato, federación o confederación, incluyendo los gastos de la liquida-
ción. Del remanente se reembolsará a los miembros activos las sumas que
hubieren aportado como cotizaciones ordinarias, previa deducción de sus deu-
das para con el sindicato, federación o confederación, o si no alcanzare, se les
distribuirá a prorrata de sus respectivos aportes por dicho concepto. En nin-
gún caso ni por ningún motivo puede un afiliado recibir más del monto de sus
cuotas ordinarias aportadas.
2. Cuando se trate de disolución de un sindicato y éste hubiere estado afiliado
a una federación o confederación, el liquidador debe admitir la intervención
simplemente consultiva de un delegado de ella en sus actuaciones.
Artículo 403. Adjudicación del remanente. Lo que quedare del haber co-
mún, una vez pagadas las deudas y hechos los reembolsos, se adjudicará por el
girador a la organización sindical designada para ello en los estatutos o por la
asamblea general; si ninguna hubiere sido designada así, se le adjudicará al
instituto de beneficencia o de utilidad social que señale el gobierno.
Artículo 404. Aprobación oficial. La liquidación debe ser sometida a la apro-
bación del juez que la haya ordenado, y en los demás casos, a la del Departa-
mento Nacional de Supervigilancia Sindical, debiendo expedir el finiquito al
liquidador, cuando sea el caso.
CAPÍTULO VIII
FUERO SINDICAL
Artículo 405. Definición. Se denomina «fuero sindical» la garantía de que
gozan algunos trabajadores de no ser despedidos, trasladados ni desmejorados
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junta directiva renovada con motivo de la fusión, hasta tres (3) meses después
de que ésta se realice.
Artículo 408. Suspensión y despido de trabajadores amparados. 1. El
patrono puede suspender provisionalmente a cualquier trabajador amparado
por el fuero, por justa causa, siempre que llene estos requisitos: que en el
término mínimo de la distancia y dos (2) días hábiles más, a partir del día de la
suspensión, presente solicitud de autorización para el despido definitivo, ante
el respectivo juez del trabajo; y que, con dicha solicitud, deposite el valor de
quince (15) días de salario del trabajador suspendido, como caución inicial que
puede ser aumentada por estimación del juez, para garantizar que pagará al
trabajador los salarios correspondientes al período de la suspensión, si no pros-
pera la autorización de despido definitivo.
2. El juez, previo el trámite previsto en el Código Procesal del Trabajo, autori-
zará el despido definitivo si se comprobare la justa causa invocada por el pa-
trono. Si lo negare, declarará en la sentencia la obligación alternativa del patro-
no prevista en el artículo 116 del Código Procesal del Trabajo, pero con la
modificación de que la indemnización especial equivalente a seis (6) meses de
salario allí ordenada se pagará al sindicato respectivo, sin perjuicio de los dere-
chos que correspondan al trabajador por los salarios y prestaciones sociales
considerando el caso como de despido injusto.
3. Las disposiciones anteriores rigen en lo pertinente cuando se pide permiso
para despedir al trabajador sin que se le haya suspendido provisionalmente.
Artículo 409. Excepciones. No gozan del fuero sindical:
1o. Los trabajadores que sean empleados públicos de acuerdo con el artículo
5o. del Código de Régimen Político y Municipal;
2o. Los trabajadores oficiales y particulares que desempeñen puestos de direc-
ción, de confianza o de manejo.
Artículo 410. Justas causas de despido. Son justas causas para que el juez
autorice el despido de un trabajador amparado por el fuero:
a) La expiración del plazo determinado o presuntivo del contrato de trabajo;
b) La liquidación o clausura definitiva de la empresa o establecimiento y la
suspensión total o parcial de actividades por parte del patrono durante más de
ciento veinte (120) días, y
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tre los miembros de un sindicato afiliado por razón de las decisiones que se
adopten, y la de resolver las diferencias que ocurran entre dos o más de las
organizaciones federadas.
Artículo 419. Autorización a los fundadores. Para la constitución de cual-
quier federación o confederación de sindicatos, los representantes de éstos
que suscriban el acta de fundación deben estar expresamente facultados por
las respectivas asambleas generales.
Artículo 420. Acta de Fundación. El acta de fundación debe indicar el nom-
bre y domicilio de cada organización afiliada, el número y la fecha de la reso-
lución de reconocimiento de su personería jurídica, el número y la fecha del
Diario Oficial en que tal resolución fue publicada, los nombres y cédulas de
los miembros de la directiva provisional, y, si fuere el caso, la empresa o em-
presas en donde éstos últimos trabajan.
Artículo 421. Fuero Sindical. Para los efectos del fuero sindical, los avisos se
darán en la misma forma prescrita en los artículos 363 y 371.
Artículo 422. Junta directiva. 1. Para ser miembros de la junta directiva de
una federación o confederación de sindicatos, tanto de la provisional como de
las reglamentarias, deben reunirse los siguientes requisitos, además de los que
se exijan en los estatutos respectivos:
a) Ser colombiano;
b) Ser miembro activo de una cualquiera de las organizaciones asociadas;
c) Estar ejerciendo normalmente, en el momento de la elección, la actividad,
profesión u oficio característicos de su sindicato, y haberlo ejercido normal-
mente por más de un año, con anterioridad;
d) Saber leer y escribir;
e) Tener cédula de ciudadanía o tarjeta de identidad, según el caso; y
f) No haber sido condenado a sufrir pena aflictiva, a menos que haya sido
rehabilitado, ni estar llamado a juicio por delitos comunes en el momento de la
elección.
2. La falta de cualquiera de estos requisitos produce el efecto previsto en el
inciso 2 del artículo 405.
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CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 429. Definición de huelga. Se entiende por huelga la suspensión
colectiva, temporal y pacífica del trabajo, efectuada por los trabajadores de un
establecimiento o empresa con fines económicos y profesionales propuestos
a sus patronos y previos los trámites establecidos en el presente título.
Artículo 430. Prohibición de huelga en los servicios públicos. De con-
formidad con la Constitución Nacional, está prohibida la huelga en los servi-
cios públicos. Para este efecto se consideran como tales:
a) Los que se presten en cualquiera de las ramas del poder público;
b) Los de las empresas de transporte por tierra, agua y aire; y de las de acue-
ducto, de energía eléctrica y de telecomunicaciones;
c) Los de establecimientos sanitarios de toda clase, tales como hospitales y
clínicas;
d) Los de establecimientos de asistencia social, los de caridad y los de benefi-
cencia;
e) Los de plantas de leche, plazas de mercado, mataderos y de todos los orga-
nismos de distribución de estos establecimientos, sean ellos oficiales o priva-
dos;
f) Todos los servicios de la higiene y aseo de las poblaciones;
g) Los de empresas de oleoductos; y
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CAPÍTULO VI
ARBITRAMENTO
Artículo 452. Procedencia del arbitramento. 1. Los conflictos colectivos
del trabajo que se presenten en los servicios públicos y que no hubieren podi-
do resolverse mediante arreglo directo o por conciliación, serán sometidos al
arbitramento obligatorio.
2. Los conflictos colectivos en otras empresas o establecimientos pueden ser
sometidos al arbitramento, por acuerdo de las partes.
Artículo 453. Tribunales especiales. 1. El tribunal especial de arbitramento
en los conflictos colectivos en los cuales el arbitramento es obligatorio, se
compone de tres (3) miembros, designados así: uno por cada una de las partes
y el tercero por el Ministerio del Trabajo.
2. El decreto de convocatoria del tribunal de arbitramento será dictado por el
Ministerio del Trabajo, dentro de los cinco (5) días siguientes a la terminación
de la etapa conciliatoria, y en él será señalado el término dentro del cual las
partes deben nombrar sus árbitros. El del Ministerio será designado inmedia-
tamente después de que las partes nombren los suyos.
3. Los árbitros disponen de dos (2) días para aceptar, tomar posesión y entrar
en funciones. La renuencia de cualquiera de las partes para designar árbitros
dará derecho al Ministerio del Trabajo para hacerlo. En caso de falta, renuncia
o impedimento de alguno de los árbitros, se procederá a reemplazarlo en la
misma forma como se hizo la designación.
4. Los honorarios del árbitro 3o., que designe el Ministerio del Trabajo, serán
fijados y pagados por el Gobierno, y también los del árbitro designado por los
trabajadores, cuando así lo solicite el sindicato respectivo.
Artículo 454. Personas que no pueden ser árbitros. 1. No pueden ser miem-
bros de tribunales de arbitramento las personas que directa o indirectamente
hubieren intervenido en representación de las partes en los períodos o etapas
de arreglo directo o de conciliación.
2. Esta prohibición se hace extensiva a los empleados, representantes, apode-
rados o abogados permanentes de las partes, y en general a toda persona liga-
da a ellas por cualquier vínculo de dependencia.
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CAPÍTULO VIII
DISPOSICIONES COMUNES A LOS CAPÍTULOS ANTERIORES
Artículo 462. Responsabilidad penal. El hecho de terminar la huelga por
arreglo entre las partes o por decisión arbitral no exime de responsabilidad
por los delitos cometidos durante ella.
Artículo 463. Personas que no pueden intervenir. No pueden ser repre-
sentantes o voceros de los trabajadores ni de los patronos, ni conciliadores, ni
miembros de tribunales de arbitramento, individuos condenados a sufrir pena
aflictiva que no hubieren sido rehabilitados.
CAPÍTULO IX
CIERRE DE EMPRESAS
Artículo 464. Empresas de servicios públicos. Las empresas de servicios
públicos que no dependan directa ni indirectamente del Estado no pueden
suspender ni paralizar labores sino mediante permiso del gobierno o dándole
aviso a éste, con seis meses de anticipación cuando menos, a fin de que pue-
dan tomarse oportunamente las providencias que aseguren la continuidad del
servicio.
Artículo 465. Intervención del Gobierno. En cualquier caso en que se
presentare, de hecho, la suspensión de los servicios en algunas de las empresas
a que se refiere el artículo anterior, el gobierno queda autorizado para asumir
su dirección y tomar todas las providencias necesarias para restablecer los
servicios suspendidos y garantizar su mantenimiento.
Artículo 466. Empresas que no son de servicio público. Las empresas
que no sean de servicio público no pueden clausurar sus labores sino median-
te aviso a los trabajadores con no menos de un (1) mes de antelación, salvo
fuerza mayor o caso fortuito, y sin perjuicio de las indemnizaciones a que haya
lugar por razón de contratos de trabajo concertados por un tiempo mayor. Si
la empresa clausurada reanudare actividades dentro de los ciento veinte días
siguientes, deberá admitir de preferencia el personal licenciado, en condicio-
nes no inferiores a las de que disfrutaba en el momento de la clausura. Los
trabajadores que, debidamente avisados, no se presentaren dentro del tercer
día, perderán este derecho preferencial.
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TÍTULO III
CONVENCIONES Y PACTOS COLECTIVOS,
CONTRATOS SINDICALES
CAPÍTULO I
CONVENCIONES COLECTIVAS
Artículo 467. Definición. Convención colectiva de trabajo es la que se cele-
bra entre uno o varios patronos o asociados patronales, por una parte, y uno o
varios sindicatos o federaciones sindicales de trabajadores, por la otra, para
fijar las condiciones que regirán los contratos de trabajo durante su vigencia.
Artículo 468. Contenido. Además de las estipulaciones que las partes acuer-
den en relación con las condiciones generales del trabajo, en la convención
colectiva se indicarán la empresa o establecimiento, industria y oficios que
comprenda, el lugar o lugares en donde ha de regir, la fecha en que entrará en
vigor, el plazo de duración y las causas y modalidades de su prórroga, su des-
ahucio o denuncia, y la responsabilidad que su incumplimiento entrañe.
Artículo 469. Forma. La convención colectiva debe celebrarse por escrito y
se extenderá en tantos ejemplares cuantas sean las partes y uno más, que se
depositará necesariamente en el Departamento Nacional del Trabajo, a más
tardar dentro de los quince (15) días siguientes al de su firma. Sin el cumpli-
miento de todos estos requisitos la convención no produce ningún efecto.
Artículo 470. Campo de aplicación. Las convenciones colectivas entre pa-
tronos y sindicatos cuyo número de afiliados no exceda del límite indicado en
el artículo siguiente, solamente son aplicables a los miembros del organismo
sindical que las haya celebrado, y a quienes adhieran a ellas o ingresen poste-
riormente al sindicato.
Artículo 471. Extensión a terceros. 1. Cuando en la convención colectiva
sea parte un sindicato o agrupación de sindicatos cuyos afiliados excedan a la
tercera parte del total de los trabajadores de las empresas o establecimientos
respectivos, las normas de convención se extienden a todas las personas, sean
o no sindicalizadas, que trabajen o lleguen a trabajar en ellos.
2. Lo dispuesto en el inciso 1 rige también cuando el número de afiliados del
sindicato o sindicatos llegue a exceder del límite indicado.
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Artículo 479. Denuncia. 1. Para que sea válida la manifestación escrita de dar
por terminada una convención colectiva de trabajo, si se hace por una de las
partes, o por ambas separadamente, debe presentarse por triplicado ante el
inspector del trabajo del lugar, y en su defecto ante el alcalde, funcionarios que
le pondrán la nota respectiva de presentación, señalando el lugar, la fecha y la
hora de la misma. El original de la denuncia será entregado al destinatario por
dicho funcionario, y las copias serán destinadas para el Departamento Nacio-
nal del Trabajo y para el denunciante de la convención.
2. Formulada así la denuncia de la convención colectiva, ésta terminará a la
expiración del respectivo plazo.
Artículo 480. Revisión. Las convenciones colectivas son revisables cuando
quiera que sobrevengan imprevisibles y graves alteraciones de la normalidad
económica. Cuando no haya acuerdo entre las partes acerca de la revisión
fundada en tales alteraciones corresponde a la justicia del trabajo decidir sobre
ellas; y entre tanto estas convenciones siguen en todo su vigor.
CAPÍTULO II
PACTOS COLECTIVOS
Artículo 481. Celebración y efectos. Los pactos entre patronos y trabajado-
res no sindicalizados se rigen por las disposiciones establecidas para las con-
venciones colectivas, pero solamente son aplicables a quienes los hayan cele-
brado o adhieran posteriormente a ellos.
CAPÍTULO III
CONTRATOS SINDICALES
Artículo 482. Definición. Se entiende por contrato sindical el que celebren
uno o varios sindicatos de trabajadores con uno o varios patronos o sindicatos
patronales para la prestación de servicios o la ejecución de una obra por me-
dio de sus afiliados. Uno de los ejemplares del contrato sindical debe deposi-
tarse, en todo caso, en el Ministerio del Trabajo, a más tardar quince (15) días
después de su firma. La duración, la revisión y la extinción del contrato sindi-
cal se rigen por las normas del contrato individual de trabajo.
Artículo 483. Responsabilidad. El sindicato de trabajadores que haya sus-
crito un contrato sindical, responde tanto por las obligaciones directas que
surjan del mismo como por el cumplimiento de las que se estipulen para sus
afiliados, salvo en los casos de simple suspensión del contrato, previsto por la
593
MARCEL SILVA ROMERO
ley y la convención, y tiene personería para ejercer tanto los derechos y accio-
nes que le correspondan directamente, como los que le correspondan a cada
uno de sus afiliados. Para estos efectos, cada una de las partes contratantes
debe constituir caución suficiente; si no se constituyere, se entiende que el
patrimonio de cada contratante responde de las respectivas obligaciones.
Artículo 484. Disolución del sindicato. En caso de disolución del sindicato
de trabajadores que haya sido parte de un contrato sindical, los trabajadores
continuarán prestando sus servicios en las condiciones estipuladas, mientras
dure la vigencia del contrato. La caución que haya prestado el sindicato disuel-
to subsistirá para garantizar las obligaciones de los respectivos trabajadores.
TERCERA PARTE
TÍTULO I
VIGILANCIA Y CONTROL
Artículo 485. Autoridades que los ejercitan. La vigilancia y el control del
cumplimiento de las normas de este Código y demás disposiciones sociales se
ejercerán por el Ministerio del Trabajo en la forma como el gobierno, o el
mismo Ministerio, lo determinen.
Artículo 486. Sanciones y procedimiento. Los jefes de departamento, ins-
pectores, visitadores y jefes de sección del Ministerio del Trabajo quedan
investidos del carácter de jefe de policía para todo lo relacionado con la vigi-
lancia y control de que trata el artículo anterior, y, en consecuencia, están
expresamente facultados para imponer multas desde cincuenta pesos ($50)
hasta dos mil pesos ($2.000), según los casos, a quienes desobedezcan o traten
de burlar las providencias que ellos dicten en ejercicio de dichas atribuciones y
con sujeción a los procedimientos administrativos ordinarios.
Artículo 487. Funcionarios de instrucción. El jefe del Departamento de
Supervigilancia Sindical y los inspectores del trabajo que intervengan en asun-
tos de competencia de este departamento, tendrán el carácter de funcionarios
de instrucción para los efectos de las investigaciones de actividades ilícitas de
los organismos sindicales.
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TÍTULO II
DISPOSICIONES FINALES
CAPÍTULO I
PRESCRIPCIÓN DE ACCIONES
Artículo 488. Regla general. Las acciones correspondientes a los derechos
regulados en este Código prescriben en tres (3) años, que se cuentan desde
que la respectiva obligación se haya hecho exigible, salvo en los casos de pres-
cripciones especiales establecidas en el Código Procesal del Trabajo o en el
presente estatuto.
Artículo 489. Interrupción de la prescripción. El simple reclamo escrito
del trabajador, recibido por el patrono, acerca de un derecho debidamente
determinado, interrumpe la prescripción por una sola vez, la cual principia a
contarse de nuevo a partir del reclamo y por un lapso igual al señalado para la
prescripción correspondiente.
CAPÍTULO II
VIGENCIA DE ESTE CÓDIGO
Artículo 490. Fecha de vigencia. El presente Código principia a regir el
primero (1o.) de enero del año de mil novecientos cincuenta y uno (1951).
Artículo 491. Disposiciones suspendidas. Desde la fecha en que principie
la vigencia de este Código, quedan suspendidas todas las leyes, decretos, reso-
luciones y demás preceptos anteriores de carácter nacional, reguladores de las
materias contempladas en este Código, en cuanto han venido rigiendo los
derechos individual y colectivo de trabajo entre patronos y trabajadores parti-
culares y los del derecho colectivo de trabajo entre la Administración Pública
y sus servidores.
Artículo 492. Disposiciones no suspendidas. Quedan vigentes las normas
que regulan el salario mínimo, el seguro social obligatorio, y el derecho indivi-
dual del trabajo en cuanto se refiere a los trabajadores oficiales.
Comuníquese y Publíquese.
Dado en Bogotá a cinco de agosto de mil novecientos cincuenta.
MARIANO OSPINA PÉREZ
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596
DECRETO NÚMERO 904 DE 1951
(Abril 20)
por el cual se dicta una disposición sobre convenciones colectivas de
trabajo.
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA,
en uso de sus facultades legales,
DECRETA:
Artículo 1o. No puede existir más de una convención colectiva de trabajo en
cada empresa. Si de hecho existieren varias vigentes se entenderá que la fecha
de la primera es la de la convención única para todos los efectos legales. Las
posteriores convenciones que se hubieren firmado se considerarán incorpora-
das en la primera, salvo estipulación en contrario.
Artículo 2o. Este Decreto rige desde la fecha de su expedición.
Comuníquese y cúmplase.
Dado en Bogotá a 20 de abril de 1951.
LAUREANO GÓMEZ
El Ministro del Trabajo, Alfredo ARAUJO GRAU
597
DECRETO NÚMERO 0616 DE 1954
(Febrero 26)
por el cual se modifican los Códigos Sustantivo y Procesal del Trabajo.
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA,
en uso de las facultades que le confiere el Artículo 121 de la Constitución
Nacional, y
CONSIDERANDO:
Que por decreto número 3518 de 9 de noviembre de 1949, se declaró turbado
el orden público y en estado de sitio todo el territorio de la República,
DECRETA:
Artículo 1o. El artículo 48 del Código Sustantivo del Trabajo, quedará así:
Artículo 48. Cláusula de reserva. En los contratos de duración indetermi-
nada o sin fijación de término, las partes pueden reservarse la facultad de
darlos por terminados en cualquier tiempo, mediante preaviso o deshaucio
notificado por escrito a la otra parte con un término no inferior a cuarenta y
cinco (45) días, previa cancelación de todas las deudas, prestaciones e
indemnizaciones a que haya lugar. El patrono puede prescindir del preaviso
pagando los salarios correspondientes a cuarenta y cinco (45) días. La reserva
de que se trata sólo es válida cuando se consigne por escrito en el contrato de
trabajo.
Artículo 2o. El artículo 405 del Código Sustantivo del Trabajo, quedará así:
Artículo 405. Fuero Sindical. Definición. Se denomina «fuero sindical», la
garantía de que gozan algunos trabajadores de no ser despedidos, ni desmejo-
rados en sus condiciones de trabajo, ni trasladados a otros establecimientos de
FLUJOS Y REFLUJOS
dical podrá ordenar, por medio de auto para mejor proveer, la práctica de las
que estime conducentes, señalando un término prudencial para este efecto.
3. En el caso del inciso anterior, el término a que se refiere el inciso 1o. de este
artículo, principiará a contarse a partir de la fecha en que fueren recibidas por
el superior las pruebas ordenadas.
Artículo 8o. Recurso de gracia. Contra el fallo del jefe del Departamento
Nacional de Supervigilancia Sindical procede el recurso de gracia, para ante el
Ministro del ramo, quien verificará su revisión con el objeto único de compro-
bar si las disposiciones legales han sido rectamente aplicadas. Este recurso se
intentará dentro de las cuarenta y ocho (48) horas siguientes a la notificación
de la providencia y debe ser resuelto dentro de los cinco (5) días siguientes al
recibo del expediente.
Artículo 9o. Sanción en caso de nulidad. La violación de las normas
procedimentales consagradas en el presente decreto, dará lugar a la nulidad de
lo actuado, y el funcionario responsable será condenado en costas, o sanciona-
do con la pérdida del empleo, a juicio del Ministro del Trabajo.
Artículo 10. El artículo 410 del Código Sustantivo del Trabajo, quedará así:
Artículo 410. Justas causas del despido. Son justas causas para que el Mi-
nisterio del Trabajo autorice el despido de un trabajador amparado por el fue-
ro:
a) La expiración del plazo determinado o presuntivo del contrato de trabajo;
b) La liquidación o clausura definitiva de la empresa o establecimiento, y la
suspensión total o parcial de actividades por parte del patrono durante más de
ciento veinte días (120), y
c) Todas aquellas que permitan al patrono dar por terminado unilateralmente
el contrato de trabajo de acuerdo con la ley.
Artículo 11. El artículo 411 del Código Sustantivo del trabajo quedará así:
Artículo 411. Terminación del contrato sin previa calificación. La termi-
nación del contrato de trabajo por la realización de la obra contratada, por la
ejecución del trabajo accidental, ocasional o transitorio, por mutuo consenti-
miento o por sentencia de autoridad competente, no requiere previa califica-
ción de la causa en ningún caso.
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Artículo 12. El artículo 412 del Código Sustantivo del Trabajo, quedará así:
Artículo 412. Suspensión del contrato de trabajo. Las simples suspensio-
nes del contrato de trabajo no requieren intervención del Ministerio del Tra-
bajo.
Artículo 13. Disposición transitoria. 1. La jurisdicción especial del trabajo
continuará conociendo de los asuntos sobre fuero sindical que se hubieren
iniciado antes de entrar en vigencia el presente decreto, con sujeción al proce-
dimiento señalado en el Código Procesal del Trabajo. Pero si en la sentencia se
declara que no es justa causa para el despido, negará el permiso solicitado y
ordenará el inmediato reintegro del trabajador, si hubiere sido suspendido pro-
visionalmente.
2. Así mismo ordenará el reintegro del trabajador en el caso del artículo 118
del Código Procesal del Trabajo, si se declarare que no hubo justa causa para
el despido.
3. En estos casos se condenará al patrono a pagar al trabajador los salarios que
dejó de percibir por causa de la suspensión o del despido.
Artículo 14. El artículo 479 del Código Sustantivo del Trabajo, quedará así:
Artículo 479. Denuncia. 1. Para que sea válida la manifestación escrita de dar
por terminada una convención colectiva de trabajo, si se hace por una de las
partes, o por ambas separadamente, debe presentarse por triplicado ante el
inspector del trabajo del lugar, y en su defecto ante el alcalde, funcionarios que
le pondrán la nota respectiva de presentación, señalando el lugar, la fecha y la
hora de la misma. El original de la denuncia será entregado al destinatario por
dicho funcionario, y las copias serán destinadas para el Departamento Nacio-
nal del Trabajo y para el denunciante de la convención.
2. Formulada así la denuncia de la convención colectiva, ésta continuará vi-
gente hasta tanto se firme una nueva convención.
Artículo 15. Quedan suspendidas todas las disposiciones contrarias al presen-
te decreto.
Artículo 16. Este Decreto rige desde la fecha de su expedición.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá a 26 de febrero de 1954.
Teniente General GUSTAVO ROJAS PINILLA.
601
MARCEL SILVA ROMERO
602
ACTO LEGISLATIVO NÚMERO 7 DE 1954
REFORMATORIO
DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL
por el cual se decreta la prohibición del comunismo internacional.
LA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE,
DECRETA:
Artículo 1o. Queda prohibida la actividad política del comunismo internacio-
nal. La ley reglamentará la manera de hacer efectiva esta prohibición.
Artículo 2o. Este acto rige desde su sanción.
Dado en Bogotá a siete de septiembre de mil novecientos cincuenta y cuatro.
El Presidente,
MARIANO OSPINA PÉREZ
El Secretario,
Rafael Azula Barrera
República de Colombia - Gobierno Nacional - Bogotá, 14 de septiembre de
1954.
Publíquese y ejecútese.
Teniente General GUSTAVO ROJAS PINILLA
El Ministro de Gobierno,
Lucio Pabón Núñez
603
DECRETO NÚMERO 3111 DE 1954
(Octubre 22)
Por el cual se crea el Consejo Nacional Sindical
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA,
en uso de las facultades que le confiere el artículo 121 de la Constitución
Nacional, y
CONSIDERANDO:
Que por decreto número 3518 de 9 de noviembre de 1949, se declaró turbado
el orden público y en estado de sitio todo el territorio de la república;
Que es necesario procurar la unidad de representación de las organizaciones
sindicales del país, en beneficio de los trabajadores,
DECRETA:
Artículo 1o. Créase el Consejo Nacional Sindical, con sede en Bogotá, que se
integrará con representantes de las diversas Confederaciones nacionales de
trabajadores y tendrá las siguientes atribuciones:
a) Unificar la representación de los trabajadores organizados en orden al cum-
plimiento de los fines gremiales y culturales del sindicalismo nacional, y a la
defensa de los derechos e intereses de los trabajadores;
b) Servir de entidad consultiva al gobierno para todo lo que éste estime conve-
niente, en relación con asuntos sociales;
c) Estudiar el mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo de los
asalariados colombianos;
FLUJOS Y REFLUJOS
605
MARCEL SILVA ROMERO
606
DECRETO NÚMERO 0434 DE 1956
(Marzo 1o.)
por el cual se reglamenta el Acto Legislativo número 6 de 1954
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA,
en uso de sus facultades legales, y en especial de las que le confiere el artículo
121 de la Constitución Nacional, y
CONSIDERANDO:
Que por Decreto número 3518 de 9 de noviembre de 1949, se declaró turba-
do el orden público y en estado de sitio todo el territorio Nacional;
Que el Acto Legislativo No. 6 de 1954, prohibió en Colombia la actividad
política del comunismo internacional;
Que dicha actividad atenta contra la tradición y las instituciones cristianas y
democráticas de la República, y perturba la tranquilidad y el sosiego públicos,
DECRETA:
Artículo 1o. Quien tome parte en actividades políticas de índole comunista,
incurrirá en presidio de uno a cinco años o en relegación a colonia agrícola
penal por igual término; en interdicción del ejercicio de derechos y funciones
públicas por diez (10) años; en incapacidad para actuar como dirigente sindi-
cal por el mismo tiempo, y quedará impedido absolutamente para pertenecer
en el futuro a las Fuerzas Armadas. Si se tratare de un miembro de ellas, la
sanción se aumentará al doble y se impondrá, además, la degradación pública.
Parágrafo. La persona a quien se aplique una de estas sanciones no tendrá
derecho a ninguna de las rebajas de pena concedidas en disposiciones anterio-
res, y si fuere extranjero, será expulsado del territorio nacional, una vez cum-
plida la condena.
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MARCEL SILVA ROMERO
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FLUJOS Y REFLUJOS
609
DECRETO NÚMERO 0753 DE 1956
(Abril 5)
por el cual se sustituye el artículo 430 del Código Sustantivo del Traba-
jo.
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA,
en uso de sus facultades legales y en especial de las que le confiere el artículo
121 de la Constitución Nacional, y
CONSIDERANDO:
Que por decreto número 3518 del 9 de noviembre de 1949 se declaró turbado
el orden público y en estado de sitio todo el territorio de la República,
DECRETA:
Artículo 1o. El artículo 430 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
«Artículo 430. Prohibición de huelga en los servicios públicos. De con-
formidad con la Constitución Nacional, está prohibida la huelga en los servi-
cios públicos.
Para este efecto se considera como servicio público toda actividad organizada
que tienda a satisfacer necesidades de interés general en forma regular y con-
tinua, de acuerdo con un régimen jurídico especial, bien que se realice por el
Estado, directa o indirectamente, o por personas privadas.
Constituyen, por tanto, servicio público, entre otras, las siguientes actividades:
a) Las que se presten en cualquiera de las ramas del poder público;
b) Las de empresas de transporte por tierra, agua y aire; y de acueducto, ener-
gía eléctrica y telecomunicaciones;
FLUJOS Y REFLUJOS
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DECRETO NÚMERO 204 DE 1957
por el cual se dictan normas sobre fuero sindical.
LA JUNTA MILITAR DE GOBIERNO DE LA REPÚBLICA
DE COLOMBIA,
en uso de sus facultades legales y en especial de las que le confiere el artículo
121 de la Constitución Nacional, y
CONSIDERANDO:
Que por decreto número 3518 del 9 de noviembre de 1949 se declaró turbado
el orden público y en estado de sitio todo el territorio de la República,
DECRETA:
Artículo 1o. El artículo 405 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
«Artículo 405.- Fuero sindical. Definición. Se denomina ‘fuero sindical’ la garantía
de que gozan algunos trabajadores de no ser despedidos, ni desmejorados en
sus condiciones de trabajo, ni trasladados a otros establecimientos de la misma
empresa o a un municipio distinto, sin justa causa, previamente calificada por
el juez del trabajo’’.
Artículo 2o. El artículo 113 del Código Procesal del Trabajo quedará así:
«Art. 113.- Solicitud del patrono. La solicitud de permiso hecha por el patrono
para despedir a un trabajador amparado por el fuero sindical, o para
desmejorarlo en sus condiciones de trabajo, o para trasladarlo a otro estableci-
miento de la misma empresa o un municipio distinto, deberá expresar la justa
causa invocada y contener una relación pormenorizada de las pruebas que la
demuestren’’.
Artículo 3o. El artículo 114 del Código Procesal del trabajo quedará así:
FLUJOS Y REFLUJOS
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MARCEL SILVA ROMERO
«Art. 408.- Contenido de la sentencia. El juez negará el permiso que hubiere soli-
citado el patrono para despedir a un trabajador amparado por el fuero sindi-
cal, o para desmejorarlo, o para trasladarlo, si no comprobare la existencia de
una justa causa.
«Si en el caso de que trata el inciso primero del artículo 118 del Código Proce-
sal del Trabajo, se comprobare que el trabajador fue despedido sin sujeción a
las normas que regulan el fuero sindical, se ordenará su reintegro y se conde-
nará al patrono a pagarle, a título de indemnización, los salarios dejados de
percibir por causa de despido.
«Igualmente, en los casos a que se refiere el inciso tercero del mismo articulo,
se ordenará la restitución del trabajador al lugar donde antes prestaba sus ser-
vicios o a sus anteriores condiciones de trabajo, y se condenará al patrono a
pagarle las correspondientes indemnizaciones».
Artículo 8o. El artículo 410 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
« Art. 410.- Justas causas del despido. Son justas causas para que el juez autorice el
despido de un trabajador amparado por el fuero:
«a) La liquidación o clausura definitiva de la empresa o establecimiento y la
suspensión total o parcial de actividades por parte del patrono durante más de
ciento veinte (120) días, y
«b) Las causales enumeradas en los artículos 62 y 63 del Código Sustantivo del
Trabajo para dar por terminado el contrato’’.
Artículo 9o. El artículo 411 del Código Sustantivo del trabajo quedará así:
«Art. 411.- Terminación del contrato sin previa calificación judicial. La terminación del
contrato de trabajo por la realización de la obra contratada, por la ejecución
del trabajo accidental, ocasional o transitorio, por mutuo consentimiento o
por sentencia de autoridad competente, no requiere previa calificación judicial
de la causa en ningún caso’’.
Artículo 10. El artículo 412 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
«Art. 412.- Suspensión del contrato de trabajo. Las simples suspensiones del contra-
to de trabajo no requieren intervención judicial.
Artículo 11. Deróganse los artículos 2º a 12, inclusive, del decreto número
616 de 1954.
614
FLUJOS Y REFLUJOS
Artículo 12. Declarado inexequible por la Corte Suprema. Sent., 10 setiembre 1958,
«G.J., LXXXIX, 6».
Artículo 13. Este decreto rige desde la fecha de su expedición y suspende
todas las disposiciones que le sean contrarias.
Dado en Bogotá, D.E., a los seis días del mes setiembre de mil novecientos
cincuenta y siete.
(Diario Oficial 29.516, 19 octubre 1957).
615
DECRETO NUMERO 2164 DE 1959
(Agosto 10)
Por el cual se reglamentan los artículos 450 y 451 del Código Sustantivo
del Trabajo.
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA.
En uso de las facultades que le confieren el ordinal 3º. del art. 120 de la Cons-
titución Nacional, y
CONSIDERANDO
Que el artículo 485 del Código Sustantivo del Trabajo otorga al Ministerio del
ramo la vigilancia y el control del cumplimiento de las normas de dicho esta-
tuto y demás disposiciones sociales, en la forma como el Gobierno o el mismo
Ministerio lo determinen:
Que el artículo 450, inciso 2º. ibídem dispone que «declarada la ilegalidad de
una suspensión o paro de trabajo, el patrono queda en libertad de despedir por
tal motivo a quienes hubieren intervenido o participado en él»:
Que este mandato no ha sido siempre bien aplicado por los patronos, en ra-
zón de que el Ministerio del Trabajo carecía de una reglamentación que seña-
lara pautas precisas a la intervención que debe tener en este caso,
DECRETA
Artículo 1º. – Declarada la ilegalidad de un paro, el Ministerio del Trabajo
intervendrá de inmediato con el objeto de evitar que el patrono correspon-
diente despida a aquellos trabajadores que hasta ese momento haya hecho
cesación pacífica del trabajo pero determinada por las circunstancias ajenas a
su voluntad y creadas por las condiciones mismas del paro. Es entendido, sin
embargo, que el patrono quedará en libertad de despedir a todos los trabaja-
FLUJOS Y REFLUJOS
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DECRETO NÚMERO 1952 DE 1961
(Agosto 21)
por el cual se reglamentan los artículos 357, 373 y 374 del Código Sus-
tantivo del Trabajo.
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA,
en ejercicio de sus atribuciones constitucionales y legales,
DECRETA:
Artículo 1o. La representación de los trabajadores a que se refieren los artícu-
los 357, 373 y 374 del Código Sustantivo del Trabajo, para la presentación de
pliegos de peticiones que deban negociarse con el patrono y para celebrar
convenciones colectivas, corresponde de preferencia al sindicato de base que
agrupe a la mayoría de los trabajadores sindicalizados de la empresa respecti-
va. Cuando no exista sindicato de base, tal representación corresponde al sin-
dicato gremial o de industria que agrupe a la expresada mayoría.
Artículo 2o. Si el sindicato de base es minoritario, la representación de los
trabajadores corresponde conjuntamente a todos los sindicatos que tengan
afiliados en la empresa. Lo mismo ocurre cuando no exista sindicato de base,
y ninguno de los otros sindicatos tenga la mayoría prevista por el artículo
anterior para representar a los trabajadores.
Artículo 3o. En los dos casos mencionados por el artículo que antecede de-
berá integrarse una comisión redactora del proyecto de pliego de peticiones,
formada por sendos representantes de los sindicatos, todos los cuales deben
ser trabajadores de la respectiva empresa. El proyecto de pliego necesita ser
aprobado por las asambleas generales de los distintos sindicatos antes de su
presentación al patrono.
FLUJOS Y REFLUJOS
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MARCEL SILVA ROMERO
Publíquese y cúmplase.
Dado en Bogotá, D.E., a 21 de agosto de 1961.
ALBERTO LLERAS
El Ministro del Trabajo, José Elías del Hierro.
620
DECRETO LEGISLATIVO NÚMERO 2351 DE 1965
(Septiembre 4)
por el cual se hacen unas reformas al Código Sustantivo del Trabajo.
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA,
en ejercicio de las facultades que le confiere el artículo 121 de la Constitución
Nacional, y
CONSIDERANDO:
Que por decreto número 1288 de 1965 se declaró turbado el orden público y
en estado de sitio todo el territorio nacional;
Que las clases trabajadores del país han venido expresando reiteradamente su
inconformidad por la demora en adoptar las reformas a la actual legislación
laboral con el fin de adaptarlas a las nuevas realidades de la relación obrero-
patronal;
Que es conveniente introducir al Código Sustantivo del Trabajo vigente las
modificaciones que constituyen un avance en esta materia, para afianzar la
tranquilidad social del país.
DECRETA:
Artículo 1º—Representantes del patrono. — Son representantes del patro-
no, y como tales lo obligan frente a sus trabajadores, además de quienes tienen
ese carácter según la ley, la convención o el reglamento de traba-jo, las siguien-
tes personas:
a) Las que ejerzan funciones de dirección o administración, tales como direc-
tores, gerentes, administradores, síndicos o liquidadores, mayordomos y capi-
tanes de barco, y quienes ejercitan actos de repre-sentación con la aquiescen-
cia expresa o tácita del patrono;
621
MARCEL SILVA ROMERO
b) Los intermediarios.
Artículo 2º—Representación ante las autoridades. —1. Los patronos que
tengan sucursales o agencias dependientes de su establecimiento en otros
municipios, distintos del domicilio principal, deben constituir pú-blicamente
en cada uno de ellos un apoderado, con la facultad de repre-sentarlos en jui-
cios o controversias relacionados con los contratos de trabajo que se hayan
ejecutado o deban ejecutarse en el respectivo municipio.
2. A falta de tal apoderado, se tendrán como hechas al patrono las notificacio-
nes administrativas o judiciales que se hagan a quien dirija la correspondiente
agencia o sucursal; y este «será solidariamen-te responsable cuando omita dar-
le al patrono aviso oportuno de tales notificaciones.
Artículo 3º—Contratistas independientes. —1. Son contratistas
indepen-dientes y, por tanto, verdaderos patronos y no representantes ni
inter-mediarios, las personas naturales o jurídicas que contraten la ejecución
de una o varias obras o la prestación de servicios en beneficio de ter-ceros, por
un precio determinado, asumiendo todos los riesgos, parí realizarlos con sus
propios medios y con libertad y autonomía técnica y directiva. Pero el benefi-
ciario del trabajo o dueño de la obra, a menos que se trate de labores extrañas
a las actividades normales de su empresa o negocio, será solidariamente res-
ponsable con el contratista por el valor de los salarios y de las prestaciones e
indemnizaciones a que tengan derecho los trabajadores, solidaridad que no
obsta para que e. beneficiario estipule con el contratista las garantías del caso
o para que repita contra el lo pagado a esos trabajadores.
2. El beneficiario del trabajo o dueño de la obra, también ser¿ solidariamente
responsable, en las condiciones fijadas en el inciso an-terior, de las obligacio-
nes de los subcontratistas frente a sus trabajado-res, aun en el caso de que los
contratistas no estén autorizados para contratar los servicios de subcontratistas.
Artículo 4º—Contrato a término fijo. —1. El contrato de trabajo a término
fijo debe constar siempre por escrito y su duración no puede ser infe-rior a un
(1) año, ni superior a tres (3), pero es renovable indefini-damente.
2. Cuando se trate de labores ocasionales o transitorias, de reem-plazar tem-
poralmente al personal en vacaciones o en uso de licencia, de atender al incre-
mento de la producción, al trasporte o las ventas, o de otras actividades análo-
gas, circunstancia que se hará constar siem-pre en el contrato, el término fijo
podrá ser inferior a un (1) año.
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que les corresponde en los tribunales a que se refiere este artículo o para reem-
plazarlo cuando faltare, el Ministerio del Trabajo procederá a hacer la designa-
ción respectiva.
Artículo 34. Procedencia del arbitramento. 1. Serán sometidos a arbitra-
mento obligatorio:
a) Los conflictos colectivos del trabajo que se presenten en los servicios públi-
cos y que no hubiere podido resolverse mediante arreglo directo o por conci-
liación;
b) Los conflictos colectivos del trabajo en que los trabajadores optaren por el
arbitramento, conforme a lo establecido en el artículo 31 de este decreto.
2. Los conflictos colectivos en otras empresas podrán ser sometidos a arbitra-
mento voluntario por acuerdo de las partes.
Artículo 35. Lista de árbitros. 1. Cada dos (2) años, a partir de la vigencia de
esta ley, la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia, a solicitud del Minis-
terio del Trabajo, formará una lista de ciento ochenta (180) personas, mayores
de edad, ciudadanos colombianos, abogados titulados, expertos en derecho
laboral o conocedores de las cuestiones económicas y sociales, altamente cali-
ficados y de reconocida honorabilidad, que constituirá la lista de árbitros de
entre los cuales se escogerán los integrantes de los tribunales de arbitramento
obligatorio, en la forma que en el artículo siguiente se indica.
2. La lista de árbitros se formará para períodos de dos (2) años, y para su
formación la Sala Laboral de la Corte deberá incluir a personas que, reuniendo
las calidades requeridas, residan en los distintos Departamentos del país.
3. Mientras la Sala Laboral de la Corte prepara la lista de árbitros a que se
refiere este artículo, ella será elaborada provisionalmente por el Gobierno.
Artículo 36. Constitución de los tribunales de arbitramento. El tribunal de
arbitramento obligatorio en los conflictos colectivos que deban decidirse por
este medio, se compondrán de tres (3) miembros, designados así: uno por
cada una de las partes y un tercero por el Ministerio del Trabajo, escogidos de
la lista a que se refiere el artículo anterior. Ninguna persona podrá actuar como
árbitro más de tres (3) veces en un mismo año.
Artículo 37. Aplicación de la convención. Las convenciones colectivas en-
tre patronos y sindicatos cuyo número de afiliados no exceda de la tercera
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FLUJOS Y REFLUJOS
parte del total de los trabajadores de la empresa, solamente son aplicables a los
miembros del sindicato que las haya celebrado, y a quienes adhieran a ellas o
ingresen posteriormente al sindicato.
Artículo 38. Extensión a terceros. 1. Cuando en las convenciones colectivas
sea parte un sindicato cuyos afiliados excedan de la tercera parte del total de
los trabajadores de la empresa, las normas de convención se extienden a todos
los trabajadores de la misma, sean o no sindicalizados.
2. Lo dispuesto en este artículo se aplica también cuando el número de afilia-
dos al sindicato llegare a exceder del límite indicado, con posterioridad a la
firma de la convención.
Artículo 39. Cuota por beneficio de la convención. 1. Cuando el sindicato
sólo agrupe la tercera parte o menos del total de trabajadores de la empresa,
los trabajadores no sindicalizados que se beneficien de la convención deberán
pagar al sindicato, durante su vigencia, la mitad de la cuota ordinaria con que
contribuyen los afiliados al sindicato.
2. Cuando el sindicato agrupe a más de la tercera parte de los trabajadores de
la empresa, los trabajadores no sindicalizados, por el hecho de beneficiarse de
la convención, deberán pagar al sindicato, durante su vigencia, una suma igual
a la cuota ordinaria con que contribuyen los afiliados al sindicato, a menos que
el trabajador no sindicalizado renuncie expresamente a los beneficios de la
convención.
3. Las cuotas o porcentajes que se establezcan serán siempre uniformes para
todos los trabajadores.
Artículo 40. Protección en caso de despidos colectivos. 1. Cuando alguna
empresa o patrono considere que necesita hacer despidos colectivos de traba-
jadores o terminar labores, parcial o totalmente, ya sea en forma transitoria o
definitiva, por causas distintas de las previstas en el artículo 6o. literal d) y 7o.
de este decreto, deberá solicitar autorización previa al Ministerio del Trabajo,
explicando los motivos y acompañando las correspondientes justificaciones,
si fuere el caso.
2. En los casos de suspensión o terminación del contrato de trabajo por fuerza
mayor o caso fortuito, previstos en los artículos 51 y 466 del Código Sustanti-
vo del Trabajo, la empresa o patrono debe dar inmediato aviso al inspector del
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MARCEL SILVA ROMERO
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FLUJOS Y REFLUJOS
Artículo 42. Este decreto rige desde la fecha de su expedición, y suspende las
disposiciones del Código Sustantivo del Trabajo y de las leyes especiales que le
sean contrarias y los parágrafos 1o. y 2o. de la Ley 102 de 1958.
Publíquese y cúmplase.
Dado en Bogotá, D.E., a 4 de septiembre de 1965.
GUILLERMO LEÓN VALENCIA
Pedro Gómez Valderrama, Ministro de Gobierno. Fernando Gómez Martínez,
Ministro de Relaciones Exteriores. Raimundo Emiliani Román, Ministro de
Justicia. Joaquín Vallejo Arbeláez, Ministro de Hacienda y Crédito Público.
Gabriel Rebeiz Pizarro, Ministro de Guerra. Gustavo Balcázar Monzón, Mi-
nistro de Agricultura. Miguel Escobar Méndez, Ministro del Trabajo. Gustavo
Romero Hernández, Ministro de Salud Pública. Aníbal López Trujillo, Minis-
tro de Fomento. Enrique Pardo Parra, Ministro de Minas y Petróleos. Pedro
Gómez Valderrama, Ministro de Educación Nacional Encargado. Cornelio
Reyes, Ministro de Comunicaciones. Tomás Castrillón Muñoz, Ministro de
Obras Públicas.
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DECRETO LEGISLATIVO NÚMERO 939 DE 1966
(Abril 20)
Por el cual se dictan disposiciones de carácter laboral.
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA,
en uso de las atribuciones que le confiere el artículo 121 de la Constitución
Nacional, y,
CONSIDERANDO:
Que por decreto 1288 de 1965, se declaró turbado el orden público y en esta-
do de sitio todo el territorio Nacional;
Que la huelga está garantizada como un derecho en el art. 18 de la Constitu-
ción Nacional, y su ejercicio lo remite a la ley, prohibiéndola en los servicios
públicos;
Que los Códigos Sustantivo y Procesal del Trabajo contienen normas tendien-
tes a reglamentar las huelgas encausadas dentro de la ley, y a sancionar el cese
ilegal de actividades, pero sin limitación de tiempo, lo cual afecta en forma
considerable la situación económica de los trabajadores, la marcha normal de
las empresas y el desarrollo del país, con las naturales y graves perturbaciones
del orden público.
DECRETA:
Artículo 1o. 1. Cuando una huelga se prolongue por treinta (30) días sin que
las partes encuentren fórmula de solución al conflicto que dio origen al cese
de actividades, los trabajadores podrán, dentro de los diez (10) días siguientes,
solicitar al Ministerio del Trabajo que el diferendo se someta a la decisión de
un tribunal de arbitramento obligatorio, caso en el cual se aplicarán las dispo-
siciones legales vigentes.
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LEY 48 DE 1968
(Diciembre 16)
Por la cual se adoptan como legislación permanente algunos decretos legisla-
tivos, se otorgan facultades al presidente de la república y a las asambleas, se
introducen reformas al Código Sustantivo del Trabajo y se dictan otras dispo-
siciones.
EL CONGRESO DE COLOMBIA,
DECRETA:
Artículo 3o. Los decretos legislativos números 2351 de 1965 y 939 de 1966,
seguirán rigiendo como leyes después de levantado el estado de sitio, con las
modificaciones y adiciones siguientes:
1o. El gobierno, previo concepto favorable del Consejo Nacional del Trabajo,
cuya admisión es suficiente para justificarlos, podrá dictar reglamentos espe-
ciales destinados a incrementar las exportaciones; el empleo de la mano de
obra en determinadas actividades o empresas, principalmente en la industria
de la construcción y el mantenimiento regular de servicios esenciales o ende-
rezados al fomento de regiones en donde imperen condiciones de desempleo
y de bajo desarrollo económico.
Tales reglamentos podrán exceptuar las actividades, empresas y regiones eco-
nómicas a que se refiere este numeral, de la aplicación de algunas disposicio-
nes legales que normalmente regulan las actividades laborales y de cuya no
aplicación pueda deducirse con la mayor certidumbre posible, que se facilitará
notoriamente el logro de los objetivos a que se refiere el inciso primero de este
numeral.
2o. En cualquier momento, antes de la declaración de huelga o durante su
desarrollo, el sindicato o sindicatos a que estén afiliados más de la mitad de los
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LEY 26 DE 1976
(Septiembre 15)
Por la cual se aprueba el Convenio Internacional del Trabajo, relativo a la
Libertad Sindical y a la Protección del Derecho de Sindicación, adoptado por
la Trigesimaprimera Reunión de la Conferencia General de la Organización
Internacional del Trabajo (Ginebra 1948).
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
Artículo 1o. Apruébase el siguiente Convenio Internacional del Trabajo, adop-
tado por la Trigésima primera reunión de la conferencia General de la Organi-
zación Internacional del Trabajo.
CONVENIO NÚMERO 87
Convenio relativo a la libertad sindical y a la protección del derecho de sindi-
cación.
La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo:
Convocada en San Francisco por el Consejo de Administración de la Oficina
Internacional del Trabajo, y congregada en dicha ciudad el 17 de junio de
1948, en su Trigesimaprimera reunión;
Después de haber decidido adoptar en forma de Convenio, diversas proposi-
ciones relativas a la libertad sindical y a la protección del derecho de sindica-
ción, cuestión que constituye el séptimo punto del orden del día de la reunión;
Considerando que el preámbulo de la Constitución de la Organización Inter-
nacional del Trabajo enuncia, entre los medios susceptibles de mejorar las
condiciones de trabajo y de garantizar la paz, «la afirmación del principio de la
libertad de asociación sindical»;
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FLUJOS Y REFLUJOS
PARTE III
DISPOSICIONES DIVERSAS
Artículo 12. 1. Respecto de los territorios mencionados en el artículo 35 de la
Constitución de la Organización Internacional del Trabajo, enmendada por el
Instrumento de Enmienda a la Constitución de la Organización Internacional
del Trabajo, 1946, excepción hecha de los territorios a que se refieren los pá-
rrafos 4 y 5 de dicho artículo, tal como quedó enmendado, todo miembro de
la Organización que ratifique el presente Convenio deberá comunicar al Di-
rector General de la Oficina Internacional del Trabajo, en el plazo más breve
posible después de su ratificación, una declaración en la que manifieste:
a) Los territorios respecto de los cuales se obliga a que las disposiciones del
Convenio sean aplicadas sin modificación;
b) Los territorios respecto de los cuales se obliga a que las disposiciones del
Convenio sean aplicadas con modificaciones, junto con los detalles de dichas
modificaciones;
c) Los territorios respecto de los cuales es inaplicable el Convenio y los moti-
vos por los que es inaplicable; y
d) Los territorios respecto de los cuales se reserva su decisión.
2. Las obligaciones a que se refieren los apartados a) y b) del párrafo 1 de este
artículo se considerarán parte integrante de la ratificación y producirán sus
mismos efectos.
3. Todo Miembro podrá renunciar, total o parcialmente, por medio de una
nueva declaración, a cualquier reserva formulada en su primera declaración en
virtud de los apartados b), c) o d) del párrafo 1 de este artículo.
4. Durante los períodos en que este Convenio pueda ser denunciado, de con-
formidad con las disposiciones del artículo 16, todo miembro podrá comuni-
car al Director General una declaración por la que modifique, en cualquier
otro respecto, los términos de cualquier declaración anterior y en las que indi-
que la situación en territorios determinados.
Artículo 13. 1. Cuando las cuestiones tratadas en el presente Convenio sean
de la competencia de las autoridades de un territorio no metropolitano, el
Miembro responsable de las relaciones internacionales de este territorio, de
acuerdo con el gobierno del territorio, podrá comunicar al Director General
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LEY 27 DE 1976
(Septiembre 15)
Por la cual se aprueba el Convenio Internacional del Trabajo, relativo a la
aplicación de los principios del derecho de sindicación y de negociación colec-
tiva, adoptado por la Conferencia General de la Organización Internacional
del Trabajo (Ginebra 1949).
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
Artículo 1o. Apruébase el siguiente Convenio Internacional del Trabajo, adop-
tado por la Trigésima segunda Reunión de la Conferencia General de la Orga-
nización Internacional del Trabajo.
CONVENIO NÚMERO 98
La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo:
Convocada en Ginebra por el Consejo de Administración de la Oficina Inter-
nacional del Trabajo, y congregada en dicha ciudad el 8 de junio de 1949 en su
trigésima segunda reunión:
Después de haber decidido adoptar diversas proposiciones relativas a la apli-
cación de los principios del derecho de sindicación y de negociación colectiva,
cuestión que constituye el cuarto punto del orden del día de la reunión, y
Después de haber decidido que dichas proposiciones revistan la forma de un
convenio internacional.
Adopta, con fecha primero de julio de mil novecientos cuarenta y nueve, el
siguiente Convenio, que podrá ser citado como el Convenio sobre el derecho
de sindicación y de negociación colectiva, 1949:
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DECRETO NÚMERO 1469 DE 1978
(Julio 19)
Por el cual se reglamentan algunas disposiciones laborales.
El Presidente de la República de Colombia, en ejercicio de las facultades que
le confiere el ordinal 3o. del artículo 120 de la Constitución Nacional y en
desarrollo de las Leyes 26 y 27 de 1976,
DECRETA:
CAPÍTULO I
DEL INGRESO Y RETIRO DE LOS SOCIOS DE LOS SINDICATOS
Artículo 1o. El ingreso y retiro de los socios de los sindicatos estará sometido
al procedimiento y condiciones que fijen los respectivos estatutos y, además, a
las normas del presente Decreto.
Artículo 2o. Para ingresar a un sindicato el aspirante deberá elevar la solicitud
a la junta directiva, la cual decidirá por mayoría de votos e informará a la
próxima asamblea general sobre la determinación que haya adoptado. En el
caso de que la Junta Directiva deniegue la afiliación, negativa que debe ser
motivada, la asamblea general decidirá en última instancia y por mayoría de
votos.
Artículo 3o. Todo trabajador es libre de retirarse del sindicato a que pertenez-
ca y para este fin el afiliado presentará su renuncia ante la junta directiva.
La junta directiva al considerar la renuncia podrá aceptarla o exhortar al afilia-
do a que continúe en la organización; si el afiliado insistiere en su determina-
ción, la junta deberá aceptar la renuncia.
Vencido el término de treinta (30) días, sin que la junta directiva haya aceptado
la renuncia, el afiliado se considerará desvinculado del sindicato para todos los
efectos legales.
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Artículo 4o. La terminación del contrato de trabajo no extingue, por ese sólo
hecho, el vínculo sindical del trabajador. Terminado el contrato de trabajo, el
sindicato decidirá sobre su permanencia o retiro de conformidad con el artí-
culo 399 del Código Sustantivo del Trabajo.
CAPÍTULO II
PERSONERÍA JURÍDICA
Artículo 5o. Si al vencimiento del término de los quince días previsto en el
artículo 366 del Código Sustantivo del Trabajo, el Ministerio del Trabajo y
Seguridad Social no hubiere emitido pronunciamiento sobre la solicitud de
reconocimiento de personería jurídica de un sindicato, la organización adqui-
rirá automáticamente su personería jurídica (anulado por sentencia del Conse-
jo de Estado – Sección Segunda – 11 de septiembre de 1980 – mag. pon.
Reyes Posada).
Artículo 6o. En los casos de adquisición automática de personería jurídica, la
División de Relaciones Colectivas del Trabajo inscribirá en el Registro Sindical
a la organización de que se trate, efectuará las anotaciones correspondientes y
expedirá al presidente y al secretario general de la junta directiva provisional,
certificación en donde consten la circunstancia de adquisición automática de
personería jurídica y los nombres de los miembros de la junta directiva.
La certificación de que trata este artículo se expedirá sin perjuicio de los recur-
sos legales pertinentes que se interpondrán con arreglo a las normas generales
sobre la materia.
Artículo 7o. Expedida la certificación a que se refiere el artículo anterior, la
organización sindical estará obligada a publicarla por una sola vez y a su costa,
en el Diario Oficial. La referida certificación surtirá efectos quince días des-
pués de su publicación.
Si transcurridos quince días después de hecha la solicitud de publicación, ésta
no apareciere en el Diario Oficial, la organización sindical deberá efectuarla
en un Diario de circulación nacional dentro de los seis meses siguientes. En
este caso, la certificación surtirá sus efectos quince días después de publicada.
Cumplido lo anterior, la organización sindical remitirá a la División de Rela-
ciones Colectivas de Trabajo un ejemplar auténtico del Diario en donde la
publicación se haya realizado, así como el recibo de pago de los derechos
correspondientes en el Diario Oficial.
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CAPÍTULO IV
CONGRESOS FEDERALES Y CONFEDERALES
Artículo 14. El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social propiciará la reunión
de congresos sindicales que se programen dentro del territorio nacional, me-
diante el cumplimiento de las condiciones y requisitos que se determinan en el
presente Decreto.
Artículo 15. Entiéndese por congreso sindical una reunión constituida por
delegados o representantes de diversas organizaciones sindicales filiales de
una o más confederaciones legalmente reconocidas, cuyo objeto sea el plan-
teamiento, estudio y solución de los asuntos de orden sindical y de trabajo
relacionado con las actividades propias de las entidades representadas y su
mejor organización.
Parágrafo. La reunión de los afiliados a una sola organización, sea ésta de
primero o segundo grado, se denomina asamblea general sindical o federal
respectivamente. Las disposiciones de este decreto se aplicarán a las asam-
bleas federales en lo pertinente.
Artículo 16. Los congresos sindicales o las asambleas generales federales sola-
mente podrán ser convocadas:
1. Por la respectiva federación o confederación, de acuerdo con sus estatutos;
2. Por el Jefe de la División de Relaciones Colectivas de Trabajo del Ministerio
de Trabajo y Seguridad Social, cuando lo solicite una tercera parte, por lo
menos, de las organizaciones afiliadas a la respectiva federación o confedera-
ción, que se nieguen sin suficiente fundamento, a juicio del jefe de la expresa-
da dependencia, a hacer la convocatoria, o que estén impedidos para hacerla,
de conformidad con este decreto, y
3. Por el Jefe de la aludida División de Relaciones Colectivas de Trabajo, con la
expresa autorización del Ministerio del Ramo, cuando por circunstancias es-
peciales lo estime conveniente.
Artículo 17. Para que una federación o confederación pueda convocar la re-
unión de una asamblea general federal o de un congreso sindical, se requiere
que en el momento de la convocatoria las organizaciones estén funcionando
legal y normalmente, y tengan inscritas sus juntas directivas o comités ejecuti-
vos.
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CAPÍTULO VII
DESPIDOS EN CONFLICTOS COLECTIVOS
Artículo 36. La protección a que se refiere el artículo 25 del Decreto 2351 de
1965, comprende a los trabajadores afiliados a un sindicato o a los no
sindicalizados que hayan presentado un pliego de peticiones, desde el mo-
mento de su presentación al empleador hasta cuando se haya solucionado el
conflicto colectivo mediante la firma de la convención o del pacto, o hasta que
quede ejecutoriado el laudo arbitral, si fuere el caso.
Para efectos de la protección consagrada en el artículo 25 del Decreto 2351 de
1965, la justa causa que haya de invocar el patrono para terminar el contrato
de trabajo deberá ser comprobada ante el Inspector de Trabajo.
Los trabajadores afectados por una decisión del patrono, violatoria de los re-
quisitos señalados en este artículo, quedarán en la situación prevista por el
artículo 140 del Código Sustantivo del Trabajo.
Las normas del presente Capítulo no se aplican a los empleados públicos,
sujetos a estatuto especial.
CAPÍTULO VIII
DESPIDOS COLECTIVOS
Artículo 37. 1. Cuando alguna empresa o empleador, que tenga a su servicio
trabajadores oficiales (anulado este término por sentencia del C. E. julio 25
de 1985 - mag. pon. Aydée Anzola) o particulares, considere que necesita
hacer despidos colectivos o terminar labores, parcial o totalmente, ya sea en
forma transitoria o definitiva, por causas distintas de las previstas en los artí-
culos 6o. literal d) y 7o. del Decreto 2351 de 1965, deberá solicitar autoriza-
ción previa al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, con explicación de los
motivos que le asistan y acompañada de las correspondientes justificaciones si
fuere el caso.
2. La solicitud deberá ser presentada ante la División Departamental de Tra-
bajo y Seguridad Social del lugar del domicilio de la empresa o patrono.
3. Recibida la solicitud, el Jefe de la División Departamental de Trabajo y
Seguridad Social procederá a comisionar a uno de los Inspectores de Trabajo
de su jurisdicción para que practique todas las diligencias probatorias que sean
conducentes.
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Artículo 41. Los trámites o las diligencias que deban preceder a la declaratoria
de un despido colectivo de trabajadores se adelantarán en un plazo máximo de
quince días hábiles. Concluidos los trámites o las diligencias, el Jefe de la Divi-
sión Departamental del Trabajo y Seguridad Social, emitirá el pronunciamien-
to a que haya lugar en un término máximo de diez días hábiles, contados
desde la fecha de recibo del expediente.
Artículo 42. Ejecutoriada la providencia que declara un despido colectivo de
trabajadores, el funcionario administrativo del trabajo intervendrá de inmedia-
to para que se cumpla la vigencia de los contratos de trabajo.
Artículo 43. Las indemnizaciones a que tengan derecho los trabajadores por
la violación de las disposiciones anteriores, en que incurran las empresas o
empleadores, se harán efectivas por la jurisdicción del Trabajo.
Artículo 44. En los casos de suspensión o terminación del contrato de trabajo
por fuerza mayor o caso fortuito, previstos en los artículos 51 y 466 del Códi-
go Sustantivo del Trabajo, la empresa o empleador, debe dar aviso inmediato
al Inspector de Trabajo del lugar o, en su defecto, a la primera autoridad polí-
tica, a fin de que se compruebe esa circunstancia.
Artículo 45. Las normas del presente capítulo no se aplican respecto de los
empleados públicos.
CAPÍTULO IX
PACTOS COLECTIVOS
Artículo 46. Las empresas que hubieren firmado o que firmen convenciones
colectivas de trabajo con sindicatos cuyos afiliados excedan de la tercera parte
del total de trabajadores de cada una de ellas, no podrán suscribir pactos co-
lectivos.
Artículo 47. Cuando un grupo de trabajadores no sindicalizados aspire a pre-
sentar un pliego de peticiones encaminadas a la celebración de un pacto colec-
tivo, dará aviso al Inspector de Trabajo del lugar, y a falta de éste al de la
jurisdicción más cercana, para que, si lo estima conveniente, presencie y vigile
la asamblea en donde haya de adoptarse el petitorio.
La comunicación a que se refiere el inciso anterior deberá formularse por
escrito y con cinco días de anticipación a la celebración de la asamblea.
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CAPÍTULO X
HUELGA O ARBITRAMENTO
Artículo 62. Terminada la etapa de conciliación sin que se haya llegado a un
acuerdo definitivo sobre el pliego de peticiones elevado por un sindicato mi-
noritario o por sindicatos minoritarios, o por los trabajadores no sindicalizados,
el Ministro de Trabajo y Seguridad Social convocará a una asamblea a todos
los trabajadores de la empresa, sindicalizados y no sindicalizados, para que la
mayoría de ellos, en votación secreta, opten por huelga o soliciten del mismo
organismo que el conflicto se someta a la decisión de un Tribunal de Arbitra-
mento obligatorio, sin perjuicio de las limitaciones constitucionales y legales
para el caso de los servicios públicos.
Si fracasare el intento de reunir la asamblea, y se estuviere dentro del plazo
señalado en el literal c) del artículo 450 del Código Sustantivo del Trabajo, el
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social convocará la asamblea cuantas veces
lo soliciten el sindicato minoritario o los sindicatos minoritarios, o los trabaja-
dores no sindicalizados.
CAPÍTULO XI
SUSPENSIÓN COLECTIVA ILEGAL DEL TRABAJO
Artículo 63. Las solicitudes encaminadas a que el Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social declare administrativamente la ilegalidad de una suspensión
o paro colectivo del trabajo deberán ser presentadas ante la División Departa-
mental de Trabajo y Seguridad Social de la jurisdicción del domicilio de la
empresa o empleador, o ante la de la sucursal o agencia, ubicadas en munici-
pios distintos del domicilio principal en donde se haya realizado la suspensión
o paro. Cuando el domicilio de la empresa o empleador, o el de la sucursal o
agencia, estén ubicados en jurisdicción de la División Departamental de Tra-
bajo y Seguridad Social de Cundinamarca, la solicitud deberá presentarse di-
rectamente en la División de Relaciones Colectivas de Trabajo.
Artículo 64. Al día siguiente del recibo de la solicitud, la División Departa-
mental de Trabajo y Seguridad Social, o la División de Relaciones Colectivas
de Trabajo, según el caso, fijarán en lugar visible de la Secretaría un aviso, por
el término de cinco días, en el cual dé noticia al sindicato o sindicatos de la
existencia de la solicitud, con el objeto de que los mismos puedan formular la
correspondiente oposición.
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LEY 39 DE 1985
(Febrero 5)
Por la cual se modifican los términos para el proceso de negociaciones
colectivas del trabajo.
EL CONGRESO DE COLOMBIA,
DECRETA:
Artículo 1o. El artículo 434 del Código Sustantivo del Trabajo subrogado por
el artículo 28 del Decreto 2351 de 1965, quedará así:
DURACIÓN DE LAS CONVERSACIONES
Artículo 434. Las conversaciones de negociación de los pliegos de peticiones
en esta etapa de arreglo directo durarán quince (15) días hábiles, prorrogables,
de común acuerdo entre las partes, hasta por diez (10) días más.
Artículo 2o. El artículo 435 del Código Sustantivo del Trabajo, quedará así:
ACUERDO
Artículo 435. Los negociadores de los pliegos de peticiones deberán estar
investidos de plenos poderes, que se presumen, para celebrar y suscribir en
nombre de las partes que representan los acuerdos a que lleguen en la etapa de
arreglo directo, los cuales no son susceptibles de replanteamientos o modifi-
caciones en etapas posteriores del conflicto colectivo.
Si se llegare a un acuerdo total o parcial sobre el pliego de peticiones, se firma-
rá la respectiva convención colectiva o el pacto entre los trabajadores no
sindicalizados y el patrono, y se enviará una copia al Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social por conducto del Inspector respectivo.
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Artículo 8o. El artículo 442 del Código Sustantivo del Trabajo, quedará así:
DIFERENCIAS PERSISTENTES
Artículo 442. Si al término del período de la mediación persistieren diferen-
cias sobre alguno o algunos de los puntos del pliego, las partes y los funciona-
rios que hayan intervenido en esta etapa deberán suscribir un acta final que
registre los acuerdos a que hubieren llegado y dejarán las constancias expresas
sobre las diferencias que subsistan.
Parágrafo. Los términos señalados para las Etapas de «Acuerdo Directo» y
de «Mediación», se contarán conforme a lo que prescribe el artículo 62 del
Código de Régimen Político y Municipal.
Artículo 9o. El artículo 444 del Código Sustantivo del Trabajo, subrogado
por el artículo 31 del Decreto 2351 de 1965 quedará así, precedido del siguien-
te encabezamiento:
CAPÍTULO IV
DECLARATORIA Y DESARROLLO DE LA HUELGA
DECISIÓN DE LOS TRABAJADORES
Artículo 444. Concluido el término legal señalado para la etapa de Mediación
sin que se hubiere logrado acuerdo total, se realizará una Asamblea General
de los trabajadores directamente comprometidos en el conflicto que deberá
tomar la decisión de optar entre la declaratoria de huelga o la convocatoria de
un Tribunal de Arbitramento.
La huelga o la solicitud de Arbitramento serán decididas, en votación secreta,
por la mayoría absoluta de los trabajadores que deban integrar la Asamblea.
Antes de celebrarse la Asamblea se dará aviso a las autoridades del trabajo
para que puedan presenciar y comprobar su desarrollo. Este aviso deberá dar-
se con una antelación no inferior a cinco (5) días hábiles.
Artículo 10. El artículo 445 del Código Sustantivo del Trabajo, subrogado por
el artículo 32 del Decreto 2351 de 1965, quedará así, precedido del siguiente
título:
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DESARROLLO DE LA HUELGA
Artículo 445. La cesación Colectiva del Trabajo, cuando los trabajadores
optaren por la huelga, sólo podrá efectuarse transcurridos cinco (5) días de la
declaración de ésta y no más de treinta días después.
Dentro del término señalado en este artículo las partes, si así lo acordaren,
podrán adelantar negociaciones directamente o con la intervención del Minis-
terio de Trabajo, pudiendo laborar incluso los días domingos y festivos.
Artículo 11. La presente Ley rige a partir de la fecha de su sanción.
Dada en Bogotá, D.E., a los... días del mes de... de mil novecientos ochenta y
cuatro (1984).
El Presidente del honorable Senado de la República, JOSÉ NAME TERÁN,
el Secretario General del honorable Senado de la República, Crispín Villazón
de Armas, el Presidente de la honorable Cámara de Representantes, DANIEL
MAZUERA GÓMEZ, el Secretario General de la honorable Cámara de Re-
presentantes, Julio Enrique Olaya Rincón.
República de Colombia - Gobierno Nacional
Bogotá, D.E., 5 de febrero de 1985.
Publíquese y ejecútese.
BELISARIO BETANCUR
El Ministro de Justicia, Enrique Parejo González, la Ministra de Hacienda y
Crédito Público (E), María Mercedes Cuéllar de Martínez, el Ministro de Tra-
bajo y Seguridad Social, Oscar Salazar Chávez.
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LA REFORMA LABORAL
LEY 50 DE 1990
(Diciembre 28)
Por la cual se introducen reformas al Código Sustantivo del Trabajo y se
dictan otras disposiciones
EL CONGRESO DE COLOMBIA,
DECRETA:
PARTE PRIMERA
DERECHO INDIVIDUAL DEL TRABAJO
Artículo 1o. El artículo 23 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
Artículo 23. Elementos esenciales.
1. Para que haya contrato de trabajo se requiere que concurran estos tres ele-
mentos esenciales:
a) La actividad personal del trabajador, es decir, realizada por sí mismo;
b) La continuada subordinación o dependencia del trabajador respecto del
empleador, que faculta a éste para exigirle el cumplimiento de órdenes, en
cualquier momento, en cuanto al modo, tiempo o cantidad de trabajo, e impo-
nerle reglamentos, la cual debe mantenerse por todo el tiempo de duración del
contrato. Todo ello sin que afecte el honor, la dignidad y los derechos míni-
mos del trabajador en concordancia con los tratados o convenios internacio-
nales que sobre derechos humanos relativos a la materia obliguen al país, y
c) Un salario como retribución del servicio.
2. Una vez reunidos los tres elementos de que trata este artículo, se entiende
que existe contrato de trabajo y no deja de serlo por razón del nombre que se
le dé ni de otras condiciones o modalidades que se le agreguen.
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Artículo 2o. El artículo 24 del Código Sustantivo del Trabajo, quedará así:
Artículo 24. Presunción.
Se presume que toda relación de trabajo personal está regida por un contrato
de trabajo.
No obstante, quien habitualmente preste sus servicios personales remunera-
dos en ejercicio de una profesión liberal o en desarrollo de un contrato civil o
comercial, pretenda alegar el carácter laboral de su relación, deberá probar
que la subordinación jurídica fue la prevista en el literal b) del artículo 1o. de
esta Ley y no la propia para el cumplimiento de la labor o actividad contratada.
Artículo 3o. El artículo 46 del Código Sustantivo del Trabajo modificado por
el artículo 4o. del Decreto-ley 2351 de 1965, quedará así:
Artículo 46. Contrato a término fijo.
El contrato de trabajo a término fijo debe constar siempre por escrito y su
duración no puede ser superior a tres (3) años, pero es renovable indefinida-
mente.
1. Si antes de la fecha de vencimiento del término estipulado, ninguna de las
partes avisare por escrito a la otra su determinación de no prorrogar el contra-
to, con una antelación no inferior a treinta (30) días, éste se entenderá renova-
do por un período igual al inicialmente pactado, y así sucesivamente.
2. No obstante, si el término fijo es inferior a un (1) año, únicamente podrá
prorrogarse sucesivamente el contrato hasta por tres (3) períodos iguales o
inferiores, al cabo de los cuales el término de renovación no podrá ser inferior
a un
(1) año, y así sucesivamente.
Parágrafo. En los contratos a término fijo inferior a un año, los trabajadores
tendrán derecho al pago de vacaciones y prima de servicios en proporción al
tiempo laborado cualquiera que éste sea.
Artículo 4o. El artículo 51 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
Artículo 51. Suspensión.
El contrato de trabajo se suspende:
684
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f) Por suspensión de actividades por parte del empleador durante más de cien-
to veinte (120) días;
g) Por sentencia ejecutoriada;
h) Por decisión unilateral en los casos de los artículos 7o. del Decreto-ley 2351
de 1965 y 6o. de esta Ley;
i) Por no regresar el trabajador a su empleo, al desaparecer las causas de la
suspensión del contrato.
2. En los casos contemplados en los literales e) y f) de este artículo, el empleador
deberá solicitar el correspondiente permiso al Ministerio de Trabajo y Seguri-
dad Social e informar por escrito a sus trabajadores de este hecho. El Ministe-
rio de Trabajo y Seguridad Social resolverá lo relacionado con el permiso en
un plazo de dos (2) meses.
El incumplimiento injustificado de este término hará incurrir al funcionario
responsable en causal de mala conducta sancionable con arreglo al régimen
disciplinario vigente.
Artículo 6o. El artículo 64 del Código Sustantivo del Trabajo, modificado por
el artículo 81 del Decreto-ley 2351 de 1965 quedará así:
Artículo 64. Terminación unilateral del contrato sin justa causa.
1. En todo contrato de trabajo va envuelta la condición resolutoria por incum-
plimiento de lo pactado, con indemnización de perjuicios a cargo de la parte
responsable. Esta indemnización comprende el lucro cesante y el daño emer-
gente.
2. En caso de terminación unilateral del contrato de trabajo sin justa causa
comprobada, por parte del empleador o si éste da lugar a la terminación uni-
lateral por parte del trabajador por alguna de las justas causas contempladas en
la ley, el primero deberá al segundo una indemnización en los términos que a
continuación se señalan.
3. En los contratos a término fijo, el valor de los salarios correspondientes al
tiempo que faltare para cumplir el plazo estipulado del contrato; o el del lapso
determinado por la duración de la obra o la labor contratada, caso en el cual la
indemnización no será inferior a quince (15) días.
4. En los contratos a término indefinido, la indemnización se pagará así:
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inicialmente pactado para el respectivo contrato, sin que pueda exceder de dos
meses.
Cuando entre un mismo empleador y trabajador se celebren contratos de tra-
bajo sucesivos, no es válida la estipulación del período de prueba, salvo para el
primer contrato.
Artículo 8o. El artículo 79 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
Artículo 79. Prórroga.
Cuando el período de prueba se pacte por un plazo menor al de los límites
máximos expresados, las partes pueden prorrogarlo antes de vencerse el pe-
ríodo inicialmente estipulado, sin que el tiempo total de la prueba pueda exce-
der dichos límites.
Artículo 9o. El artículo 94 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
Artículo 94. Agentes colocadores de pólizas de seguros y títulos de capitaliza-
ción.
Son agentes colocadores de pólizas de seguros y títulos de capitalización las
personas naturales que promuevan la celebración de contratos de seguro y
capitalización y la renovación de los mismos en relación con una o varias
compañías de seguros o sociedades de capitalización.
Artículo 10. El artículo 95 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
Artículo 95. Clases de agentes.
Los agentes colocadores de pólizas de seguros y títulos de capitalización po-
drán tener el carácter de dependientes o independientes.
Artículo 11. El artículo 96 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
Artículo 96. Agentes dependientes.
Son agentes dependientes las personas que han celebrado contrato de trabajo
para desarrollar esta labor, con una compañía de seguros o una sociedad de
capitalización.
Parágrafo transitorio. No obstante lo dispuesto en los artículos anteriores,
las relaciones laborales que se hubieren configurado entre los agentes
colocadores de pólizas de seguros y títulos de capitalización y una o varias
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1. El menor entre doce y catorce años sólo podrá trabajar una jornada máxima
de cuatro (4) horas diarias y veinticuatro (24) horas a la semana, en trabajos
ligeros.
2. Los mayores de catorce y menores de dieciséis años sólo podrán trabajar
una jornada máxima de seis (6) horas diarias y treinta y seis (36) horas a la
semana.
3. La jornada de trabajo del menor entre dieciséis y dieciocho años no podrá
exceder de ocho (8) horas diarias y cuarenta y ocho (48) a la semana.
c) En las empresas, factorías o nuevas actividades que se establezcan a partir
de la vigencia de esta ley, el empleador y los trabajadores pueden acordar tem-
poral o indefinidamente la organización de turnos de trabajo sucesivos, que
permitan operar a la empresa o secciones de la misma sin solución de conti-
nuidad durante todos los días de la semana, siempre y cuando el respectivo
turno no exceda de seis (6) horas al día y treinta y seis (36) a la semana.
En este caso no habrá lugar al recargo nocturno ni al previsto por el trabajo
dominical o festivo, pero el trabajador devengará el salario correspondiente a
la jornada ordinaria de trabajo, respetando siempre el mínimo legal o conven-
cional y tendrá derecho a un día de descanso remunerado.
Parágrafo. El empleador no podrá, aun con el consentimiento del trabajador,
contratarlo para la ejecución de dos turnos en el mismo día, salvo en labores
de supervisión, dirección, confianza o manejo.
Artículo 21. Adiciónase al Capítulo II del Título VI Parte Primera del Código
Sustantivo del Trabajo el siguiente artículo:
Dedicación exclusiva en determinadas actividades.
En las empresas con más de cincuenta (50) trabajadores que laboren cuarenta
y ocho (48) horas a la semana, éstos tendrán derecho a que dos (2) horas de
dicha jornada, por cuenta del empleador, se dediquen exclusivamente a activi-
dades recreativas, culturales, deportivas o de capacitación.
Artículo 22. Adiciónase al Capítulo II del Título VI Parte Primera del Código
Sustantivo del Trabajo el siguiente artículo:
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Artículo 35. El artículo 239 del Código Sustantivo del Trabajo quedará así:
Artículo 239. Prohibición de despedir.
1. Ninguna trabajadora puede ser despedida por motivo de embarazo o lac-
tancia.
2. Se presume que el despido se ha efectuado por motivo de embarazo o
lactancia, cuando ha tenido lugar dentro del período de embarazo o dentro de
los tres meses posteriores al parto, y sin autorización de las autoridades de que
trata el artículo siguiente.
3. La trabajadora despedida sin autorización de la autoridad tiene derecho al
pago de una indemnización equivalente a los salarios de sesenta (60) días fuera
de las indemnizaciones y prestaciones a que hubiera lugar de acuerdo con el
contrato de trabajo y, además, al pago de las doce (12) semanas de descanso
remunerado de que trata este capítulo, si no lo ha tomado.
Artículo 36. Los artículos 157 y 345 del Código Sustantivo del Trabajo, modi-
ficados por los artículos 11 y 21 del Decreto-ley 2351 de 1965, quedarán así:
Prelación de créditos por salarios, prestaciones sociales e
indemnizaciones laborales.
Los créditos causados o exigibles de los trabajadores por concepto de salarios,
la cesantía y demás prestaciones sociales e indemnizaciones laborales pertene-
cen a la primera clase que establece el artículo 2495 del Código Civil y tienen
privilegio excluyente sobre todos los demás.
El juez civil que conozca del proceso de concurso de acreedores o de quiebra
dispondrá el pago privilegiado y pronto de los créditos a los trabajadores afec-
tados por la quiebra o insolvencia del patrono.
Cuando la quiebra imponga el despido de trabajadores, los salarios, prestacio-
nes sociales e indemnizaciones se tendrán como gastos pagaderos con prefe-
rencia sobre los demás créditos.
Los créditos laborales podrán demostrarse por cualquier medio de prueba
autorizado por la ley y, cuando fuera necesario, producidos extrajuicio con
intervención del juez laboral o de inspector de trabajo competentes.
Parágrafo. En los procesos de quiebra o concordato los trabajadores podrán
hacer valer sus derechos por sí mismos o por intermedio del Sindicato, Fede-
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Artículo 41. El artículo 361 del Código Sustantivo del Trabajo, quedará así:
Artículo 361. Fundación.
1. De la reunión inicial de constitución de cualquier sindicato los iniciadores
deben suscribir un «acta de fundación» donde se expresen los nombres de
todos ellos, sus documentos de identificación, la actividad que ejerzan y que
los vincule, el nombre y objeto de la asociación.
2. En la misma o en sucesivas reuniones se discutirán y aprobarán los estatutos
de la asociación y se designará el personal directivo, todo lo cual se hará cons-
tar en el acta o actas que se suscriban.
Artículo 42. El artículo 362 del Código Sustantivo del Trabajo, quedará así:
Artículo 362. Estatutos.
Toda organización sindical tiene el derecho de redactar libremente sus estatu-
tos y reglamentos administrativos. Dichos estatutos contendrán, por lo me-
nos, lo siguiente:
1. La denominación del sindicato y su domicilio.
2. Su objeto.
3. Condiciones y restricciones de admisión.
4. Obligaciones y derechos de los asociados.
5. Número, denominación, período y funciones de los miembros de la directi-
va central y de las seccionales en su caso; modo de integrarlas o elegirlas,
reglamento de sus reuniones y causales y procedimiento de remoción.
6. Organización de las comisiones reglamentarias y accidentales.
7. Cuantía y periodicidad de las cuotas ordinarias y su forma de pago.
8. Procedimiento para decretar y cobrar cuotas extraordinarias.
9. Sanciones disciplinarias y motivos y procedimiento de expulsión, con au-
diencia, en todo caso, de los inculpados.
10. Epocas de celebración de asambleas generales ordinarias y de asambleas
de delegatarios, en su caso; reglamento de las sesiones, quórum, debates y
votaciones.
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entre después a desempeñar alguno de los empleos referidos, dejará ipso facto
vacante su cargo sindical.
Artículo 54. El numeral 2 del artículo 391 del Código Sustantivo del Trabajo,
quedará así:
2. La junta directiva, una vez instalada, procederá a elegir sus dignatarios. En
todo caso, el cargo de fiscal del sindicato corresponderá a la fracción mayori-
taria de las minoritarias.
Artículo 55. Adiciónase al Capítulo VI del Título I Parte Segunda del Código
Sustantivo del Trabajo, el siguiente artículo:
Directivas Seccionales
Todo sindicato podrá prever en sus estatutos la creación de Subdirectivas
Seccionales, en aquellos municipios distintos al de su domicilio principal y en
el que tenga un número no inferior a veinticinco (25) miembros. Igualmente
se podrá prever la creación de Comités Seccionales en aquellos municipios
distintos al del domicilio principal o el domicilio de la subdirectiva y en el que
se tenga un número de afiliados no inferior a doce (12) miembros. No podrá
haber más de una subdirectiva o comité por municipio.
Artículo 56. Adiciónase en el artículo 401 del Código Sustantivo del Trabajo,
el siguiente inciso:
En el evento de que el sindicato, federación o confederación se encontrare
incurso en una de las causales de disolución, el Ministerio de Trabajo y Segu-
ridad Social o quien demuestre tener interés jurídico, podrá solicitar ante el
juez laboral respectivo, la disolución y la liquidación del sindicato y la cancela-
ción de la inscripción en el registro sindical. Al efecto se seguirá en lo perti-
nente el procedimiento previsto en el artículo 52 de esta ley.
Artículo 57. El artículo 406 del Código Sustantivo del Trabajo, modificado
por el artículo 24 del Decreto-ley 2351 de 1965, quedará así:
Artículo 406. Trabajadores amparados por el fuero sindical.
Están amparados por el fuero sindical:
a) Los fundadores de un sindicato, desde el día de su constitución hasta dos
(2) meses después de la inscripción en el registro sindical, sin exceder de seis
(6) meses;
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realizar los escrutinios por los inspectores de trabajo, y en su defecto por los
alcaldes municipales.
4. Cuando una huelga se prolongue por sesenta (60) días calendario, sin que
las partes encuentren fórmula de solución al conflicto que dio origen a la
misma, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social podrá ordenar que el
diferendo se someta a la decisión de un Tribunal de Arbitramento, en cuyo
caso los trabajadores tendrán la obligación de reanudar el trabajo dentro de un
término máximo de tres (3) días hábiles.
Artículo 64. El artículo 449 del Código Sustantivo del Trabajo, quedará así:
Artículo 449. Efectos jurídicos de la huelga.
La huelga sólo suspende los contratos de trabajo por el tiempo que dure. El
empleador no puede celebrar entre tanto nuevos contratos de trabajo para la
reanudación de los servicios suspendidos, salvo en aquellas dependencias cuyo
funcionamiento sea indispensable a juicio del respectivo inspector de trabajo,
para evitar graves perjuicios a la seguridad y conservación de los talleres, loca-
les, equipos, maquinarias o elementos básicos y para la ejecución de las labores
tendientes a la conservación de cultivos, así como para el mantenimiento de
semovientes, y solamente en el caso de que los huelguistas no autoricen el
trabajo del personal necesario de estas dependencias.
Parágrafo. El Inspector de Trabajo deberá pronunciarse sobre las solicitudes
del inciso anterior en un término no mayor a cuarenta y ocho (48) horas,
contadas a partir de su presentación.
Artículo 65. El artículo 450 del Código Sustantivo del Trabajo, quedará así:
Artículo 450. Casos de ilegalidad y sanciones.
1. La suspensión colectiva del trabajo es ilegal en cualquiera de los siguientes
casos:
a) Cuando se trate de un servicio público;
b) Cuando persiga fines distintos de los profesionales o económicos;
c) Cuando no se haya cumplido previamente el procedimiento del arreglo
directo;
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Artículo 73. Se denomina usuario, toda persona natural o jurídica que contra-
te los servicios de las empresas de servicios temporales.
Artículo 74. Los trabajadores vinculados a las empresas de servicios tempora-
les son de dos (2) categorías: Trabajadores de planta y trabajadores en misión.
Los trabajadores de planta son los que desarrollan su actividad en las depen-
dencias propias de las empresas de servicios temporales.
Trabajadores en misión son aquellos que la empresa de servicios temporales
envía a las dependencias de sus usuarios a cumplir la tarea o servicio contrata-
do por éstos.
Artículo 75. A los trabajadores en misión se les aplicará, en lo pertinente, lo
dispuesto en el Código Sustantivo del Trabajo y demás normas del régimen
laboral. Así como lo establecido en la presente ley.
Artículo 76. Los trabajadores en misión tienen derecho a la compensación
monetaria por vacaciones y primas de servicios proporcional al tiempo labo-
rado, cualquiera que éste sea.
Artículo 77. Los usuarios de las empresas de servicios temporales sólo po-
drán contratar con éstas en los siguientes casos:
1. Cuando se trate de las labores ocasionales, accidentales o transitorias a que
se refiere el artículo 6o. del Código Sustantivo del Trabajo.
2. Cuando se requiere reemplazar personal en vacaciones, en uso de licencia,
en incapacidad por enfermedad o maternidad.
3. Para atender incrementos en la producción, el transporte, las ventas de pro-
ductos o mercancías, los períodos estacionales de cosechas y en la prestación
de servicios, por un término de seis (6) meses prorrogable hasta por seis (6)
meses más.
Artículo 78. La empresa de servicios temporales es responsable de la salud
ocupacional de los trabajadores en misión, en los términos de las leyes que
rigen la materia para los trabajadores permanentes.
Cuando el servicio se preste en oficios o actividades particularmente riesgosas,
o los trabajadores requieran un adiestramiento particular en cuanto a preven-
ción de riesgos, o sea necesario el suministro de elementos de protección es-
pecial, en el contrato que se celebre entre la empresa de servicios temporales y
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La misma sanción será impuesta al usuario que contrata con personas que se
encuentren en la circunstancia del inciso anterior.
Artículo 94. De la reglamentación sobre empresas de servicios temporales,
están excluidas las empresas que prestan servicios diferentes al envío de traba-
jadores en misión, como las de suministro de alimentación y las que realizan
labores de aseo.
Las empresas de servicios temporales existentes al momento de entrar en vi-
gencia la presente ley, deberán acreditar los requisitos exigidos en esta disposi-
ción, dentro de los seis (6) meses siguientes.
INTERMEDIACIÓN LABORAL
Artículo 95. La actividad de intermediación de empleo podrá ser gratuita u
onerosa pero siempre será prestada en forma gratuita para el trabajador y
solamente por las personas naturales, jurídicas o entidades de derecho público
autorizadas por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
Artículo 96. El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social autorizará a las enti-
dades privadas o públicas que desarrollen actividades de intermediación labo-
ral a fin de establecer un Sistema Nacional de Intermediación. Para tales efec-
tos el Gobierno Nacional expedirá los reglamentos necesarios.
VIGILANCIA Y CONTROL
Artículo 97. El ordinal 2 del artículo 41 del Decreto-ley 2351 de 1965, modi-
ficado por el artículo 24 de la Ley 11 de 1984, quedará así:
2. Los funcionarios del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, que indique
el Gobierno, tendrán el carácter de autoridades de policía para todo lo relacio-
nado con la vigilancia y control de que trata el numeral anterior, y están
facultados para imponer cada vez multas equivalentes al monto de una (1) a
cien (100) veces el salario mínimo mensual más alto vigente según la gravedad
de la infracción y mientras ésta subsista, con destino al Servicio Nacional de
Aprendizaje (SENA).
AUXILIO DE CESANTÍA
Artículo 98. El auxilio de cesantía estará sometido a los siguientes regímenes:
1o. El régimen tradicional del Código Sustantivo del Trabajo, contenido en el
Capítulo VII, Título VIII, parte primera y demás disposiciones que lo modifi-
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(6) meses contados a partir de la vigencia de esta ley, para crear el Fondo de
Prestaciones del Instituto de Investigaciones Tecnológicas con el objeto de
garantizar la continuidad en las actividades de dicha entidad en el marco de la
reestructuración que al efecto diseñe el propio Gobierno.
Artículo 115. Facúltase al Gobierno para abrir los créditos y efectuar los tras-
lados presupuestales y demás operaciones necesarias para el cumplimiento de
la presente ley.
Artículo 116. Quedan derogados los artículos 358 ordinal 2, 379 literal a),
397, 427, 437, 438, 439, 440, 441 y 442 del Código Sustantivo del Trabajo,
artículo 1o. de la Ley 65 de 1966 y demás disposiciones que sean contrarias a
la presente ley.
Artículo 117. La presente ley rige a partir de la fecha de su publicación.
Dada en Bogotá, D.E., a los 28 días de diciembre de 1990.
El Ministro de Justicia,
Jaime Giraldo Ángel.
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LEY No. 278 DE 1996
LEY DE CONCERTACIÓN
DE POLÍTICAS SALARIALES Y LABORALES
Por la cual se reglamenta la composición y el funcionamiento de la comisión
permanente de concertación de políticas salariales y laborales, creada por el
artículo 56 de la Constitución Política Nacional.
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
Artículo 1o. La comisión permanente a que se refiere el artículo 56 de la
Constitución se denominará «Comisión Permanente de Concertación de Polí-
ticas Salariales y Laborales».
Estará adscrita al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y contará con una
sede principal en la Capital de la República y unas subcomisiones departamen-
tales. También podrán crearse, cuando las circunstancias así lo demanden,
comités asesores por sectores económicos.
Artículo 2o. La Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales
y Laborales tendrá las siguientes funciones:
a) Fomentar las buenas relaciones laborales con el fin de lograr la justicia den-
tro de un espíritu de coordinación económica y equilibrio social;
b) Contribuir a la solución de los conflictos colectivos de trabajo, contempla-
dos en el título II de la parte segunda del Código Sustantivo de Trabajo;
c) Fijar de manera concertada la política salarial, teniendo en cuenta los prin-
cipios constitucionales que rigen la materia;
d) Fijar de manera concertada el salario mínimo de carácter general, teniendo
en cuenta que se debe garantizar una calidad de vida digna para el trabajador y
su familia;
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Artículo 12. La presente ley deroga la ley 54 de 1987 y demás normas que le
sean contrarias y rige a partir de la fecha de su publicación.
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LEY 411 DE 1997
(Noviembre 5)
(Ley declarada EXEQUIBLE por la Corte Constitucional mediante Sentencia
C – 377 – 98 del 27 de julio de 1998, Magistrado Ponente Dr. Alejandro
Martínez Caballero).
Por medio de la cual se aprueba el «Convenio 151 sobre la protección del
derecho de sindicación y los procedimientos para determinar las condiciones
de empleo en la administración pública», adoptado en la 64 Reunión de la
Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo, Ginebra,
1978.
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
Visto el texto del «Convenio 151 sobre la protección del derecho de sindica-
ción y los procedimientos para determinar las condiciones de empleo en la
administración pública», adoptado en la 64 Reunión de la Conferencia Gene-
ral de la Organización Internacional del Trabajo, Ginebra, 1978.
(Para ser transcrito: Se adjunta fotocopia del texto íntegro del instrumento
internacional mencionado, debidamente autenticado por el Jefe de la Oficina
Jurídica del Ministerio de Relaciones Exteriores).
CONVENIO 151
«CONVENIO SOBRE LA PROTECCIÓN DEL DERECHO DE
SINDICACIÓN Y LOSPROCEDIMIENTOS PARA DETERMI-
NAR LAS CONDICIONES DE EMPLEO EN LA ADMINISTRA-
CIÓN PÚBLICA»
La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo:
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2. Dicha protección se ejercerá especialmente contra todo acto que tenga por
objeto:
a) Sujetar el empleo del empleado público a la condición de que no se afilie a
una organización de empleados públicos o a que deje de ser miembro de ella;
b) Despedir a un empleado público, o perjudicarlo de cualquier otra forma, a
causa de su afiliación a una organización de empleados públicos o de su parti-
cipación en las actividades normales de tal organización.
Artículo 5o. 1. Las organizaciones de empleados públicos gozarán de com-
pleta independencia respecto de las autoridades públicas.
2. Las organizaciones de empleados públicos gozarán de adecuada protección
contra todo acto de injerencia de una autoridad pública en su constitución,
funcionamiento o administración.
3. Se consideran actos de injerencia a los efectos de este artículo principal-
mente los destinados a fomentar la constitución de organizaciones de emplea-
dos públicos dominadas por la autoridad pública, o a sostener económica-
mente, o en otra forma, organizaciones de empleados públicos con objeto de
colocar estas organizaciones bajo el control de la autoridad pública.
PARTE III
FACILIDADES QUE DEBEN CONCEDERSE
A LAS ORGANIZACIONES DE EMPLEADOS PÚBLICOS
Artículo 6o. 1. Deberán concederse a los representantes de las organizacio-
nes reconocidas de empleados públicos facilidades apropiadas para permitir-
les el desempeño rápido y eficaz de sus funciones durante sus horas de trabajo
o fuera de ellas.
2. La concesión de tales facilidades no deberá perjudicar el funcionamiento
eficaz de la administración o servicio interesado.
3. La naturaleza y el alcance de estas facilidades se determinarán, de acuerdo
con los métodos mencionados en el artículo 7o. del presente Convenio o por
cualquier otro medio apropiado.
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PARTE IV
PROCEDIMIENTOS PARA LA DETERMINACIÓN DE LAS
CONDICIONES DE EMPLEO
Artículo 7o. Deberán adoptarse, de ser necesario, medidas adecuadas a las
condiciones nacionales para estimular y fomentar el pleno desarrollo y utiliza-
ción de procedimientos de negociación entre las autoridades públicas compe-
tentes y las organizaciones de empleados públicos acerca de las condiciones
de empleo, o de cualesquiera otros métodos que permitan a los representantes
de los empleados públicos participar en la determinación de dichas condicio-
nes.
PARTE V
SOLUCIÓN DE CONFLICTOS
Artículo 8o. La solución de los conflictos que se planteen con motivo de la
determinación de las condiciones de empleo se deberá tratar de lograr, de
manera apropiada a las condiciones nacionales, por medio de la negociación
entre las partes o mediante procedimientos independientes e imparciales, tales
como la mediación, la conciliación y el arbitraje, establecidos de modo que
inspiren la confianza de los interesados.
PARTE VI
DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS
Artículo 9o. Los empleados públicos, al igual que los demás trabajadores,
gozarán de los derechos civiles y políticos esenciales para el ejercicio normal
de la libertad sindical, a reserva solamente de las obligaciones que se deriven
de su condición y de la naturaleza de sus funciones.
PARTE VII
DISPOSICIONES FINALES
Artículo 10. Las ratificaciones formales del presente Convenio serán comuni-
cadas, para su registro, al Director General de la Oficina Internacional del
Trabajo.
Artículo 11. 1. Este Convenio obligará únicamente a aquellos Miembros de la
Organización Internacional del Trabajo cuyas ratificaciones haya registrado el
Director General.
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DECLARACIÓN DE LA OIT RELATIVA A
LOS PRINCIPIOS Y DERECHOS
FUNDAMENTALES EN EL TRABAJO
Descripción:(Declaración relativa a los principios fundamentales)
Documento:(CIT/1998/PR20A)
Considerando que la creación de la OIT procedía de la convicción de que la
justicia social es esencial para garantizar una paz universal y permanente;
Considerando que el crecimiento económico es esencial, pero no suficiente,
para asegurar la equidad, el progreso social y la erradicación de la pobreza, lo
que confirma la necesidad de que la OIT promueva políticas sociales sólidas,
la justicia e instituciones democráticas;
Considerando que, por lo tanto, la OIT debe hoy más que nunca movilizar el
conjunto de sus medios de acción normativa, de cooperación técnica y de
investigación en todos los ámbitos de su competencia, y en particular en los
del empleo, la formación profesional y las condiciones de trabajo, a fin de que
en el marco de una estrategia global de desarrollo económico y social, las
políticas económicas y sociales se refuercen mutuamente con miras a la crea-
ción de un desarrollo sostenible de base amplia;
Considerando que la OIT debería prestar especial atención a los problemas de
personas con necesidades sociales especiales, en particular los desempleados y
los trabajadores migrantes, movilizar y alentar los esfuerzos nacionales, regio-
nales e internacionales encaminados a la solución de sus problemas, y promo-
ver políticas eficaces destinadas a la creación de empleo;
Considerando que, con el objeto de mantener el vínculo entre progreso social
y crecimiento económico, la garantía de los principios y derechos fundamen-
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LEY 524 DE 1999
(agosto 12)
Diario Oficial No 43.670, de 18 de agosto de 1999
Por medio de la cual se aprueba el «Convenio Número Ciento Cincuenta y
Cuatro (154) sobre el Fomento de la Negociación Colectiva», adoptado en la
Sexagésima Séptima (67) Reunión de la Conferencia General de la Organiza-
ción Internacional del Trabajo, Ginebra, con fecha diecinueve (19) de junio de
mil novecientos ochenta y uno (1981).
(Ley declarada EXEQUIBLE por la Corte Constitucional mediante Sentencia
C – 161 – 00 de 23 de febrero de 2000, Magistrado Ponente Dr. Alejandro
Martínez Caballero).
EL CONGRESO DE COLOMBIA:
Visto el texto del «Convenio número ciento cincuenta y cuatro (154) sobre el
Fomento de la Negociación Colectiva», adoptado en la sexagésima séptima
(67) Reunión de la Conferencia General de la Organización Internacional del
Trabajo, Ginebra, con fecha diecinueve (19) de junio de mil novecientos ochenta
y uno (1981), que a la letra dice:
(Para ser transcrito: Se adjunta fotocopia del texto íntegro del Instrumento
Internacional mencionado, debidamente autenticado por el Jefe de la Oficina
Jurídica del Ministerio de Relaciones Exteriores).
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CONFERENCIA INTERNACIONAL
DEL TRABAJOCONVENIO NUMERO 154
CONVENIO SOBRE EL FOMENTO
DE LA NEGOCIACION COLECTIVA
La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo:
Convocada en Ginebra por el Consejo de Administración de la Oficina Inter-
nacional del Trabajo, y congregada en dicha ciudad el 3 de junio de 1981, en su
sexagésima séptima reunión;
Reafirmando el pasaje de la Declaración de Filadelfia que reconoce «la obliga-
ción solemne de la Organización Internacional del Trabajo de fomentar, entre
todas las naciones del mundo, programas que permitan.. lograr el reconoci-
miento efectivo del derecho de negociación colectiva», y tomando nota de que
este principio es «plenamente aplicable a todos los pueblos»;
Teniendo en cuenta la importancia capital de las normas internacionales con-
tenidas en el Convenio sobre la libertad sindical y la protección del derecho de
sindicación, 1948; en el Convenio sobre el derecho de sindicación y de nego-
ciación colectiva, 1949; en la Recomendación sobre los contratos colectivos,
1951; en la Recomendación sobre la conciliación y el arbitraje voluntarios,
1951; en el Convenio y la Recomendación sobre las relaciones de trabajo en la
administración pública, 1978, y en el Convenio y la Recomendación sobre la
administración del trabajo, 1978;
Considerando que se deberían hacer mayores esfuerzos para realizar los obje-
tivos de dichas normas y especialmente los principios generales enunciados en
el artículo 4 del Convenio sobre el derecho de sindicación y de negociación
colectiva, 1949, y en el párrafo 1 de la Recomendación sobre los contratos
colectivos, 1951;
Considerando, por consiguiente, que estas normas deberían completarse con
medidas apropiadas fundadas en dichas normas y destinadas a fomentar la
negociación colectiva libre y voluntaria;
Después de haber decidido adoptar diversas proposiciones relativas al fomen-
to de la negociación colectiva, cuestión que constituye el cuarto punto del
orden del día de la reunión, y
Después de haber decidido que dichas proposiciones revistan la forma de un
convenio internacional, adopta, con fecha 19 de junio de mil novecientos ochen-
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ta y uno, el presente Convenio, que podrá ser citado como el Convenio sobre
la negociación colectiva, 1981:
PARTE 1.
CAMPO DE APLICACIÓN Y DEFINICIONES.
ARTÍCULO 1o. 1. El presente Convenio se aplica a todas las ramas de acti-
vidad económica.
2. La legislación o la práctica nacionales podrán determinar hasta qué punto
las garantías previstas en el presente Convenio son aplicables a las fuerzas
armadas y a la policía.
3. En lo que se refiere a la administración pública, la legislación o la práctica
nacionales podrán fijar modalidades particulares de aplicación de este Conve-
nio.
ARTÍCULO 2o. A los efectos del presente Convenio, la expresión «negocia-
ción colectiva» comprende todas las negociaciones que tienen lugar entre un
empleador, un grupo de empleadores o una organización o varias organiza-
ciones de empleadores, por una parte, y una organización o varias organiza-
ciones de trabajadores, por otra, con el fin de:
a) fijar las condiciones de trabajo y empleo, o
b) regular las relaciones entre empleadores y trabajadores, o
c) regular las relaciones entre empleadores o sus organizaciones y una organi-
zación o varias organizaciones de trabajadores, o lograr todos estos fines a la
vez.
ARTÍCULO 3o.
1. Cuando la ley o la práctica nacionales reconozcan la existencia de represen-
tantes de trabajadores que respondan a la definición del apartado b) del artícu-
lo 3 del Convenio sobre los representantes de los trabajadores, 1971, la ley o la
práctica nacionales podrán determinar hasta qué punto la expresión «negocia-
ción colectiva» se extiende igualmente, a los fines del presente Convenio, a las
negociaciones con dichos representantes.
2. Cuando en virtud del párrafo 1 de este artículo la expresión «negociación
colectiva» incluya igualmente las negociaciones con los representantes de los
trabajadores a que se refiere dicho párrafo, deberán adoptarse, si fuese necesa-
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LEY 584 DE 2000
(JUNIO 13)
DIARIO OFICIAL NO. 44.043, DE 14 DE JUNIO DE 2000
EL CONGRESO DE COLOMBIA
POR LA CUAL SE DEROGAN Y SE MODIFICAN ALGUNAS
DISPOSICIONES DEL CÓDIGO SUSTANTIVO DEL TRABAJO.
DECRETA:
ARTICULO 1o. Modifíquese el artículo 353 del Código Sustantivo del Tra-
bajo, subrogado por la Ley 50 de 1990 artículo 38, el cual quedará así:
Artículo 353. Derecho de Asociación.
1. De acuerdo con el artículo 39 de la Constitución Política los empleadores y
los trabajadores tienen el derecho de asociarse libremente en defensa de sus
intereses, formando asociaciones profesionales o sindicatos; estos poseen el
derecho de unirse o federarse entre sí.
2. Las asociaciones profesionales o sindicatos deben ajustarse en el ejercicio
de sus derechos y cumplimiento de sus deberes, a las normas de este título y
están sometidos a la inspección y vigilancia del Gobierno, en cuanto concier-
ne al orden público.
Los trabajadores y empleadores, sin autorización previa, tienen el derecho de
constituir las organizaciones que estimen convenientes, así como el de afiliar-
se a éstas con la sola condición de observar los estatutos de las mismas.
ARTICULO 2o. Modifíquese el artículo 358 del Código Sustantivo del Tra-
bajo, el cual quedará así:
Artículo 358. Libertad de afiliación.
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En los municipios donde no exista Oficina del Ministerio del Trabajo y Segu-
ridad Social, la inscripción se hará ante el alcalde, quien tendrá la responsabili-
dad de enviar la documentación a la oficina del ministerio del municipio más
cercano, dentro de las veinticuatro (24) horas siguientes. A partir de la inscrip-
ción se surten los efectos legales.
ARTICULO 7o. Deróguese el literal d) del artículo 379 del Código Sustanti-
vo del Trabajo y modifíquese el literal e) el cual quedará así:
Artículo 379. Prohibiciones.
Literal e) Promover cualesquiera cesaciones o paros en el trabajo, excepto en
los casos de huelga declarada de conformidad con la ley y de huelga imputable
al empleador, por incumplimiento de las obligaciones salariales con sus traba-
jadores.
(Aparte tachado declarado INEXEQUIBLE y apartes subrayados declarados
EXEQUIBLES por la Corte Constitucional mediante Sentencia C – 201 -02
de 19 de marzo de 2002, Magistrado Ponente Dr. Jaime Araújo Rentería. Acla-
ra la Corte : «bajo el entendido que conforme a la Constitución Política, la
prohibición aquí establecida, no impide promover la huelga por solidaridad.»
Esta exequibilidad es únicamente por los cargos formulados en la demanda)
ARTICULO 8o. Deróguese el numeral 3 del artículo 380 del Código Sustan-
tivo del Trabajo, subrogado por el artículo 52 de la Ley 50 de 1990.
ARTICULO 9o. Deróguese el artículo 384 del Código Sustantivo del Trabajo.
ARTICULO 10. Modifíquese el artículo 388 del Código Sustantivo del Traba-
jo, el cual quedará así:
Artículo 388. Condiciones para los miembros de la Junta Directiva.
Además de las condiciones que se exijan en los estatutos, para ser miembro de
la junta directiva de un sindicato, se debe ser miembro de la organización
sindical; la falta de esta condición invalida la elección.
En ningún caso la junta directiva podrá estar conformada en su mayoría por
personas extranjeras.
ARTICULO 11. Modifíquese el numeral tercero del artículo 400 del Código
Sustantivo del trabajo, subrogado por el Decreto-ley 2351 de 1965, artículo
23, el cual quedará así:
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PARAGRAFO 2o. Para todos los efectos legales y procesales la calidad del
fuero sindical se demuestra con la copia del certificado de inscripción de la
junta directiva y/o comité ejecutivo, o con la copia de la comunicación al
empleador.
ARTICULO 13. Créese un artículo nuevo en el Código Sustantivo del Traba-
jo, el cual quedará así:
Artículo 416 - A. Las organizaciones sindicales de los servidores públicos tie-
nen derecho a que las entidades públicas les concedan permisos sindicales
para que, quienes sean designados por ellas, puedan atender las responsabili-
dades que se desprenden del derecho fundamental de asociación y libertad
sindical. El Gobierno Nacional reglamentará la materia, en concertación con
los representantes de las centrales sindicales.
ARTICULO 14. Modifíquese el artículo 422 del Código Sustantivo del Traba-
jo, el cual quedará así:
Artículo 422. Junta Directiva.
Para ser miembro del comité ejecutivo y/o la junta directiva de una organiza-
ción de segundo o tercer grado, además de las condiciones que se exijan en los
estatutos, se debe ser miembro activo de una de las organizaciones afiliadas; la
falta de esta condición invalida la elección.
En ningún caso el comité ejecutivo y/o la junta directiva podrá estar confor-
mada en su mayoría por personas extranjeras.
La condición de ser miembro activo de una de las organizaciones referidas en
el primer inciso del presente artículo, no se toma en cuenta cuando se com-
pruebe debidamente que el trabajador está amenazado, despedido o persegui-
do debido a su actividad sindical, lo cual deberá ser declarado por la mayoría
absoluta de la asamblea general o el congreso que haga la elección.
ARTICULO 15. Modifíquese el artículo 425 del Código Sustantivo del Traba-
jo, el cual quedará así:
Artículo 425. Estatutos.Las organizaciones de trabajadores de segundo y ter-
cer grado tienen el derecho de redactar libremente sus estatutos y reglamentos
administrativos.
Dichos estatutos contendrán, por lo menos:
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ARTICULO 19. Modifíquese el artículo 452 del Código Sustantivo del Tra-
bajo subrogado por el Decreto-ley 2351 de 1965, artículo 34, el cual quedará
así:
Artículo 452. Procedencia del arbitramento.
1. Serán sometidos a arbitramento obligatorio:
a) Los conflictos colectivos de trabajo que se presenten en los servicios públi-
cos esenciales y que no hubieren podido resolverse mediante arreglo directo;
b) Los conflictos colectivos del trabajo en que los trabajadores optaren por el
arbitramento, conforme a lo establecido en el artículo 444 de este Código;
c) Los conflictos colectivos del trabajo de sindicatos minoritarios, siempre y
cuando la mayoría absoluta de los trabajadores de la empresa no hayan optado
por la
huelga cuando esta sea procedente.
Los conflictos colectivos en otras empresas podrán ser sometidos a arbitra-
mento voluntario por acuerdo de las partes.
ARTICULO 20. Modifíquese el numeral primero del artículo 486 del Código
Sustantivo del Trabajo, subrogado por el artículo 41 del Decreto-ley 2351 de
1965, el cual quedará así:
Artículo 486. Atribuciones y sanciones.
1. Los funcionarios del Ministerio de Trabajo podrán hacer comparecer a sus
respectivos despachos a los empleadores, para exigirles las informaciones per-
tinentes a su misión, la exhibición de libros, registros, planillas y demás docu-
mentos, la obtención de copias o extractos de los mismos. Así mismo, podrán
entrar sin previo aviso, y en cualquier momento mediante su identificación
como tales, en toda empresa con el mismo fin y ordenar las medidas preventi-
vas que consideren necesarias, asesorándose de peritos como lo crean conve-
niente para impedir que se violen las disposiciones relativas a las condiciones
de trabajo y a la protección de los trabajadores en el ejercicio de su profesión
y del derecho de libre asociación sindical. Tales medidas tendrán aplicación
inmediata sin perjuicio de los recursos y acciones legales consignadas en ellos.
Dichos funcionarios no quedan facultados, sin embargo, para declarar dere-
chos individuales ni definir controversias cuya decisión esté atribuida a los
jueces, aunque sí para actuar en esos casos como conciliadores.
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Los funcionarios del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social tendrán las
mismas facultades previstas en el presente numeral respecto de trabajadores,
directivos o afiliados a las organizaciones sindicales, siempre y cuando medie
solicitud de parte del sindicato y/o de las organizaciones de segundo y tercer
grado a las cuales se encuentra afiliada la organización sindical.
ARTICULO 21. Esta ley rige desde la fecha de su promulgación.
El Presidente del honorable Senado de la República,
MIGUEL PINEDO VIDAL.
El Secretario General del honorable Senado de la República,
MANUEL ENRÍQUEZ ROSERO.
La Presidenta de la honorable Cámara de Representantes,
NANCY PATRICIA GUTIÉRREZ CASTAÑEDA.
El Secretario General de la honorable Cámara de Representantes,
GUSTAVO BUSTAMANTE MORATTO.
REPUBLICA DE COLOMBIA - GOBIERNO NACIONAL
PUBLÍQUESE Y EJECÚTESE.
Dada en Santa Fe de Bogotá, D. C., a 13 de junio de 2000.
ANDRES PASTRANA ARANGO
El Viceministro de Trabajo y Seguridad Social, encargado de las funciones del
Despacho de la Ministra de Trabajo y Seguridad Social,
FABIO OLMEDO PALACIO VALENCIA.
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LEY 712 DE 2001
(diciembre 5)
Diario Oficial No 44.640 de 08 de diciembre de 2001
Por la cual se reforma el Código Procesal del Trabajo.
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
CAPITULO I.
JURISDICCIÓN.
ARTÍCULO 1o. El artículo 1º del Código Procesal del Trabajo, que en
adelante se denominará «Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social»,
quedará así:
Artículo 1o. Aplicación de este Código. Los asuntos de que conoce la Jurisdicción
Ordinaria en sus especialidades laboral y de seguridad social se tramitarán de
conformidad con el presente Código.
ARTÍCULO 2o. El artículo 2o. del Código Procesal del Trabajo y de la Segu-
ridad Social quedará así:
Artículo 2o. Competencia General. La Jurisdicción Ordinaria, en sus especialida-
des laboral y de seguridad social conoce de:
1. Los conflictos jurídicos que se originen directa o indirectamente en el con-
trato de trabajo.
2. Las acciones sobre fuero sindical, cualquiera sea la naturaleza de la relación
laboral.
3. La suspensión, disolución, liquidación de sindicatos y la cancelación del
registro sindical.
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Dentro de esta, que tendrá lugar dentro del quinto (5o.) día hábil siguiente a la
notificación, el demandado contestará la demanda y propondrá las excepcio-
nes que considere tener a su favor. Acto seguido y en la misma audiencia se
decidirá las excepciones previas y se adelantará el saneamiento del proceso y la
fijación del litigio.
A continuación y también en la misma audiencia se decretarán y practicarán
las pruebas y se pronunciará el correspondiente fallo. Si no fuere posible dic-
tarlo inmediatamente, se citará para una nueva audiencia que tendrá lugar den-
tro de los dos (2) días siguientes.
ARTÍCULO 46. El artículo 115 del Código Procesal del Trabajo y de la Segu-
ridad Social quedará así:
Artículo 115. Inasistencia de las partes. Si notificadas las partes de la providencia
que señala la fecha de audiencia, no concurrieren, el juez decidirá teniendo en
cuenta los elementos de juicio de que disponga, o los que de oficio juzgue
conveniente allegar.
ARTÍCULO 47. El artículo 117 del Código Procesal del Trabajo y de la Segu-
ridad Social quedará así:
Artículo 117. Apelación. La sentencia será apelable en el efecto suspensivo. El Tribunal
decidirá de plano dentro de los cinco (5) días siguientes al en que sea recibido
el expediente.
Contra la decisión del Tribunal no cabe recurso alguno.
ARTÍCULO 48. El artículo 118 del Código Procesal del Trabajo y de la Segu-
ridad Social quedará así:
Artículo 118. Demanda del trabajador. La demanda del trabajador amparado
por el fuero sindical, que hubiere sido despedido o desmejorado en sus condi-
ciones de trabajo o trasladado sin justa causa previamente calificada por el
juez laboral, se tramitará conforme al procedimiento señalado en los artículos
113 y siguientes.
Con la certificación de inscripción en el registro sindical o la comunicación al
empleador de la elección, se presume la existencia del fuero del demandante.
ARTÍCULO 49. El Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social
tendrá un artículo nuevo, como 118A:
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Artículo 118A. Prescripción. Las acciones que emanan del fuero sindical pres-
criben en dos (2) meses. Para el trabajador este término se contará desde la
fecha de despido, traslado o desmejora. Para el empleador desde la fecha en
que tuvo conocimiento del hecho que se invoca como justa causa o desde que
se haya agotado el procedimiento convencional o reglamentario correspon-
diente, según el caso.
Durante el trámite de la reclamación administrativa de los empleados públi-
cos y trabajadores oficiales, se suspende el término prescriptivo.
Culminado este trámite, o presentada la reclamación escrita en el caso de los
trabajadores particulares, comenzará a contarse nuevamente el término, de
dos (2) meses.
ARTÍCULO 50. El Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad social ten-
drá un artículo nuevo, como 118B:
Artículo 118B. Parte Sindical. La organización Sindical de la cual emane el
fuero que sirva de fundamento a la acción, por conducto de su representante
legal podrá intervenir en los procesos de fuero sindical así:
1. Instaurando la acción por delegación del trabajador.
2. De toda demanda, instaurada por el empleador o por el trabajador aforado,
deberá serle notificado el auto admisorio por el medio que el Juez considere
más expedito y eficaz para que coadyuve al aforado si lo considera.
3. Podrá efectuar los actos procesales permitidos para el trabajador aforado,
salvo la disposición del derecho en litigio.
CAPITULO XVII.
ARBITRAMENTO.
ARTÍCULO 51. El artículo 131 del Código Procesal del Trabajo y de la Segu-
ridad Social quedará así:
Artículo 131. Cláusula compromisoria y compromiso. La cláusula compromisoria
sólo tendrá validez cuando conste en convención o pacto colectivo, y el com-
promiso cuando conste en cualquier otro documento otorgado por las partes
con posterioridad al surgimiento de la controversia.
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CAPITULO XVIII.
DISPOSICIONES VARIAS.
ARTÍCULO 52. TERMINOLOGÍA. En el Código Procesal del Trabajo y
de la Seguridad Social, las expresiones juicio, juez de trabajo, inspección ocu-
lar, recurso de homologación y de hecho se entienden sustituidas por proceso,
juez laboral del circuito, inspección judicial, recurso de anulación y de queja,
respectivamente.
ARTÍCULO 53. DEROGATORIAS. Deróganse las disposiciones que sean
contrarias a la presente ley y en especial los artículos 2º. (Ley 362 de 1997,
artículo 1o.), 17, 18, 20, 21, 24, 35, 36 y 79 del Código Procesal del Trabajo y
de la Seguridad Social.
Los artículos del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social no
reformados o no sustituidos y no derogados por la presente ley, continúan
vigentes.
El Presidente del honorable Senado de la República,
CARLOS GARCÍA ORJUELA.
El Secretario General del honorable Senado de la República,
MANUEL ENRÍQUEZ ROSERO.
El Presidente de la honorable Cámara de Representantes,
GUILLERMO GAVIRIA ZAPATA.
El Secretario General de la honorable Cámara de Representantes,
ANGELINO LIZCANO RIVERA.
REPUBLICA DE COLOMBIA – GOBIERNO NACIONAL
PUBLÍQUESE Y CÚMPLASE.
Dada en Bogotá, D. C., a 5 de diciembre de 2001.
ANDRES PASTRANA ARANGO
El Ministro de Trabajo y Seguridad Social,
ANGELINO GARZÓN.
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SIGLAS
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SENTENCIAS
Extranjeras.
Sentencia del 26 de agosto de 2002, de la Cámara Nacional de Apelaciones
del Trabajo, Sala VI (segunda instancia) Buenos Aires.
Tribunal Supremo del Trabajo
Tribunal Supremo del Trabajo - homologación - conflicto en el Ferrocarril de
La Dorada y Cable Aéreo Mariquita - 25 de junio de 1949 - Mag. Pon. Juan
Benavides Patrón.
Corte Constitucional.
Corte Constitucional. Sentencia 013 de 1993. Mag. Pon. Eduardo Cifuentes.
Corte Constitucional. Sentencia C-110 del 10 de marzo de 1994. Mag. Pon.
José Gregorio Hernández Galindo.
Corte Constitucional. Sentencia C-195 de abril 21 de 1994. M.P. Dr. Vladimiro
Naranjo Mesa.
Corte Constitucional. Sentencia T-297 de junio 29 de 1994. Mag. Pon. Anto-
nio Barrera Carbonell.
Corte Constitucional. Sentencia C-473 del 27 de octubre de 1994. Mag. Pon.
Alejandro Martínez Caballero.
Corte Constitucional - Sent. C-527 del 18 de noviembre de 1994 - Mag. Pon.
Alejandro Martínez Caballero.
Corte Constitucional. Sentencia C-168 de abril 20 de 1995. Mag. Pon. Carlos
Gaviria Díaz.
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Tribunales
Sent. Tribunal Superior de Ibagué. Sala Laboral, julio 11/91. Proc. Fuero sin-
dical permiso para despedir. Empresa de Obras Sanitarias de Ibagué S. A.
«EMPOIBAGUE» VS. Jairo Rodríguez Arenas. Mag. Pon. Elizabeth Galeano
Ortiz.
Sentencia Tribunal Superior de Antioquia – Mag. Pon. Jorge Mauricio Burgos
Ruiz – Edi Alfonso Acosta Cortizo y otros contra la Cooperativa de Trabajo
Asociado de Zaragoza ‘COOMEIZAR’ y Compañía Minera Ororiente S. A. –
16 de octubre de 2001.
Consejo Seccional de la Judicatura de Cundinamarca. Sentencia de tutela. 22
de noviembre de 2004. Actor Sindicato Nacional de la Industria de Alimentos
Sinaltrainal. Mag. Pon. Paulina Canosa Suárez.
OTROS
Resolución ejecutiva Nº 271 de 1937.
Fallo sobre Bancos dictado por el arbitro único, doctor Alberto Lleras Camargo
- Decisión arbitral Aceb y Uneb vs. Bancos de los Andes, de Bogotá, Cafete-
ro, Comercial Antioqueño, del Comercio, Ganadero, Industrial Colombiano,
Popular e Hipotecario Popular, julio 14 de 1959.
Diccionario Marxista de Terminología Política - Ediciones Armadillo. Bogotá
– 1970.
Convención colectiva suscrita entre la Empresa Puertos de Colombia en liqui-
dación y el Sindicato de Trabajadores del Terminal Marítimo de Buenaventura
Convención colectiva suscrita el 6 de mayo de 1992 entre Sintrálcalis y Álcalis
de Colombia Limitada ‘Alco Ltda..’«Opinión y Cambio» revista de las tenden-
cias de opinión iberoamericana.
Boletín del BSI sobre el paro cívico nacional.
Diccionario Filosófico. - Rosental - iudin. Ediciones los Comuneros. Bogotá,
1979.Gaceta Judicial. Nos. 2287 y 2288 - pag. 321.
Conclusiones XIX Congreso de la Confederación de Trabajadores de Colom-
bia, Cali, mayo 1980.
Conclusiones XV Congreso de la Unión de Trabajadores de Colombia,
Medellín, diciembre 1980.
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