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BOGOTÁ • MÉXICO D.F.

• BUENOS AIRES • CARACAS • LIMA • SANTIAGO


A Lucía, Juan Manuel
y Laura

Octava reimpresión, septiembre de 2015


Séptima reimpresión, septiembre de 2013
Sexta reimpresión, noviembre de 2011
Quinta reimpresión, marzo de 201 O
Cuarta reimpresión, febrero de 2009
Tercera reimpresión, marzo de 2008
Segunda reimpresión, noviembre de 2007
Primera reimpresión, mayo de 2007
Segunda edición 2007, corregida y aumentada

©Javier Tamayo Jaramillo


tamajillo @hotmail.com
© Legis Editores S.A.

Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro,


por cualquier proceso reprográfico o fónico, por fotocopia, microfilme,
offset o mimeógrafo, sin previa autorización del Autor.

LEGIS
Presidente (E): Diego Barrero Castañeda
Gerente Unidad Información Jurídica: Erick Rincón Cárdenas
Directora Editorial: Martha Penen Lastra
Diseño de Carátula: Valentina Estrada J.
Diagramación: Preprensa Editorial
Impresión: LEGIS S.A.

ISBN
Obra completa: 978-958-653-558-8
Tomo I: 978-958-653-559-5

Impreso en Colombia 1 Printed in Colombia


EL AUTOR

Javier Tamayo J aramillo nació en Envigado, y actualmente


dirige en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín
la Especialización en Responsabilidad Civil y Seguros. Es
además abogado litigante y consultor.

Hizo estudios en Economía y Derecho de los Seguros en la


Universidad Católica de Lovaina en Bélgica; fue magistra-
do de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia; profe-
sor visitante de la Universidad de París, de la Universidad
Tolousse, de la Universidad de Buenos Aires, de la Univer-
sidad Central de Caracas, de la Universidad Autónoma de
México, de la Universidad Católica de Chile, de la Univer-
sidad de San Marcos en Lima.

Es Doctor Honoris Causa de la Universidad de San Pedro


en el Perú.

Ha publicado las siguientes obras: "Tratado de la Respon-


sabilidad Civil", "Tratado sobre el contrato de transporte,
sobre la prueba de la culpa médica, la indemnización de
perjuicios en el proceso penal, la responsabilidad del Esta-
do, las acciones populares y de grupo".
(En cada tomo se encuentra un índice general más detallado)

TíTULO PRIMERO

DELA

pARTE PRIMERA

UBICACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL


EN EL UNIVERSO JURÍDICO PÁG.

CAPÍTULO l. QUÉ ES LA RESPONSABILIDAD CIVIL .. .. . . . . .. .. .. .. .. .. . . . . . . . . . .. .. . . .. .. .. .. .. . . .. . .. .. .. .. . .. .. . 4


CAPÍTULO li. RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y LA RESPONSABILIDAD PENAL . . . 11
CAPÍTULO Ill. DIVERSAS INSTITUCIONES DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .... .. .. .. .. .. . 32
CAPÍTULO IV. RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL
Y LA EXTRACONTRACTUAL .. .. .. .. . .. .. . .. .. . .. .. .. .. . .. .. .. .. . .. .. .. .. . .. . .. .. .. .. . .. .. .. .. . .. . . .. .. .. 39

PARTE SEGUNDA

ELEMENTOS COMUNES TANTO A LA RESPONSABILIDAD


CONTRACTUAL COMO A LA EXTRACONTRACTUAL
(EL HECHO ILÍCITO)
CAPÍTULO l. Es NECESARIO QUE HAYA UNA CONDUCTA DEL DEMANDADO .............................. 188
CAPÍTULO 11. LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD
CIVIL ........................................................................................................... 191
CAPÍTULO 111. Es NECESARIO QUE HAYA UN DAÑO .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. 247
CAPÍTULO IV. Es NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .... .. 248
ÍNDICE GENERAL DE LA OBRA Xiii
XÍÍ TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL

PÁG.
PÁG.

TíTULO SEGUNDO
TOMOII

DELA
TíTULO CUARTO

pARTE PRIMERA LOS MEDIOS DE DEFENSA


LA CULPA CONTRACTUAL Y LA EXONERACIÓN DEL DEUDOR DEL CAUSANTE DEL DAÑO

CAPÍTULO l. ¿Es LA CULPA REQUISITO INDISPENSABLE DE LA RESPONSABILIDAD


CONTRACTUAL? . .. .. .. . .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. . 399 pARTE PRIMERA
CAPÍTULO II. DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL .............................. 412
LAS CAUSALES DE EXONERACIÓN
PARTE SEGUNDA (LA CAUSA EXTRAÑA)

LAS OBLIGACIONES PRECONTRACTUALES Y CONTRACTUALES CAPÍTULO l. PRINCIPIOS GENERALES SOBRE LA CAUSA EXTRAÑA .. .... .. .. .... .. ...... .... .. .... .... .. .. .. 6
DE INFORMACIÓN, DE CONSEJO Y DE INSTRUCCIÓN CAPÍTULO II. REQUISITOS PARA QUE HAYA CAUSA EXTRAÑA.................................................. 17
CAPÍTULO III. EsPECIES DE CAUSA EXTRAÑA .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. .. .. .. .. .. ...... ...... .. .. .... .. 59

TíTULO TERCERO PARTE SEGUNDA

DELA LAS CAUSALES DE JUSTIFICACIÓN


Y LA RESPONSABILIDAD CIVIL
pARTE PRIMERA CAPÍTULO I. NociONES GENERALES .................................................................................. 142
RESPONSABILIDAD POR EL HECHO PROPIO CAPÍTULO II. LA LEGÍTIMA DEFENSA .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 146
CAPÍTULO Ill. EL ESTADO DE NECESIDAD ............................................................................. 150
CAPÍTULO l. NOCIONES GENERALES SOBRE LA RESPONSABILIDAD POR EL HECHO PROPIO ......... 578
CAPÍTULO IV. JUSTIFICACIÓN POR ORDEN DE AUTORIDAD LEGÍTIMA O EN CUMPLIMIENTO
CAPÍTULO H. EL ABUSO DEL DERECHO ................................................................................ 587 DE LA LEY ................................................................................................... · 156

PARTE SEGUNDA
PARTE TERCERA
RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO AJENO
EXCEPCIONES PREVIAS QUE PUEDEN PROPONERSE
CAPÍTULO l. LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO .. .. .. .. .. .. .. .. . 656 EN LOS PROCESOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL
CAPÍTULO H. LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO . . . . . . . . 666 (COSA JUZGADA, CADUCIDAD, PRESCRIPCIÓN
Y PLEITO PENDIENTE)
PARTE TERCERA
CAPÍTULO l. NoCIONES DE "CAUSA PETENDI", "OBJETO" Y "PARTES" EN LA RESPONSABILIDAD
RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS CIVIL ........................................................................................................... 162
Y POR ACTIVIDADES PELIGROSAS CAPÍTULO H. DE LOS EFECTOS DE LA COSA JUZGADA EN LOS PROCESOS DE RESPONSABILIDAD
CIVIL ........................................................................................................... 175
CAPÍTULO I. PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS .. .. 817
CAPÍTULO Ul. LA EXCEPCIÓN PREVIA DE PLEITO PENDIENTE EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL .. .. .. . 265
CAPÍTULO U. REsPONSABILIDAD PoR AcTIVIDADES PELIGROSAS .......................................... 859
CAPÍTULO IV. LA PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA Y LA CADUCIDAD EN LOS PROCESOS
CAPÍTULO III. CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS
DE RESPONSABILIDAD CIVIL ............................................................................ 27 4
E INANIMADAS .............................................................................................. 1329
XÍV TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL

PÁG.

pARTE CUARTA

PREJUDICIALIDAD Y LLAMAMIENTO EN GARANTÍA


CAPÍTULO I. LA "PREJUDICIALIDAD" EN LOS PROCESOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL . . .. .. . . . .. .. . . 286
CAPÍTULO JI. EL LLAMAMIENTO EN GARANTÍA EN LOS PROCESOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL . . . . . 313
PÁG.

Dedicatoria ............................................................................................................. ··. · ·· · ·· vii


ElAutor .......................................................................................................................... . ix
TíTULO QUINTO
Prólogo a la segunda edición .......................................................................................... . lxi
EL y Presentación ............................................................................................. ·· ·· ·. ···· · ·. ·· ·· ·· ··· · · lxiii
Introducción ................................................................................................ ·.. ·· ·· ·.. · ·· ·· ·· ·· ·· lxvii

PRIMERA TíTULO PRIMERO


ONTOLOGÍA DEL CIVIL
CAPÍTULO I. QuÉ Es EL DAÑO ........................................................................................... 326
CAPÍTULO II. CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO ......................................................................... 335 l. Concepto y plan ....................................................................................................... .
CAPíTULO Ill. CLASIFICACIÓN DE LOS DAÑOS Y PERJUICIOS ..................................................... 470
pARTE PRIMERA
UBICACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
PARTE SEGUNDA
EN EL UNIVERSO JURÍDICO
REPARACIÓN DEL DAÑO 2. Introducción y plan .................................................................................................. . 3
CAPÍTULO l. PRINCIPIOS GENERALES SOBRE LA REPARACIÓN DEL DAÑO ................................. 542
CAPÍTULO I
CAPÍTULO JI. LA REPARACIÓN DE LOS DIVERSOS TIPOS DE DAÑOS . .. .. .. .. .. .. .. .. ........ .. . .. ... . ..... .. . 835
ES LA RESPONSABILIDAD CIVIL

3. Bibliografía sun1aria ............................................................................................... . 4


4. Planteamiento del problema y fuentes de las obligaciones ..................................... . 4
5. Actos jurídicos ......................................................................................................... . 5
6. Los hechos jurídicos ................................................................................................ . 5
7. Diferencia entre hecho ilícito y hecho culposo ....................................................... . 7
8. ¿Qué es la responsabilidad civil? ............................................................................ . 8
9. Diferencia entre la responsabilidad civil y la seguridad social ............................... . 8

CAPíTULO II
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
Y LA RESPONSABILIDAD PENAL

10. Bibliografía su1naria ................................................................................................ 11


11. Planteamiento del problema y plan . .. ... . ... .. .. . ... .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. ... .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. . .. .. .. 11
XVÍ TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL ÍNDICE GENERAL XVÍÍ

PÁG. PÁG.

SEccióN l. -Precisión terminológica 33. División .................................................................................................................... 33


12. Delito y cuasidelito................................................................................................... 12 l. La carga probatoria en las obligaciones de medio.................................. 33

13. Diferencias entre delito civil y delito penal.............................................................. 12 II. La carga probatoria en las obligaciones de resultado ............. .. ..... ...... ... 34

14. Diferencia entre cuasidelito y culpa .... .. .. ..... ...... ....... .... .. .. .. ............. .. .. .... ....... .. .... .. . 13
SEccióN H.-Tipos de responsabilidad extracontractual
15. La culpa como sinónimo de falta ............................................................................. 14
36. División ...... ....... ... .... ....... .... ..... .. .. ..... .. ........ ..... .. .. ..... ......... .......... ....... ... .... ..... ... .. .... 35
16. Acto ilícito y acto culposo........................................................................................ 14
Subsección l. -Tipos de responsabilidad extracontractual según el elemento
subjetivo .... ........... ..... ........ .. .. ................ ............ ... .. ..... ... .. ..... .. .. 35
SEccióN II. -Objeto y bien protegido por la responsabilidad
civil y por la responsabilidad penal Subsección II. -Tipos de responsabilidad extracontractual según el origen
del daño.................................................................................... 35
SECCIÓN III. -Relaciones entre el ilfcito civil y el ilícito penal 38. Responsabilidad por el hecho propio ....................................................................... 35
(culpa civil y culpa penal) 39. Responsabilidad por el hecho ajeno ........ ...... .. ........ .......... ......... ........... ... ................ 35
18. Planteamiento del problema..................................................................................... 15 40. Responsabilidad por el hecho de las cosas ............................................................... 36
Subsección l. -Diferencia o identidad entre culpa civil y culpa 41. Responsabilidad por actividades peligrosas ............................................................. 37
penal ............,.............................................................................. 16 42. Incumplimiento de obligaciones legales o cuasicontractuales ................................. 37
19. Distinción entre dolo y culpa.................................................................................... 16
l. La culpa culposa en materia civil y penal ... .. .. ...... .... ............... .. .. .......... 16
II. Relaciones entre dolo civil y dolo penal................................................. 19 CAPÍTULO IV
23. Dolo civil contractual y dolo civil extracontractual ................................................. 20 RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL
24. Definición de dolo penal .......................................................................................... 21 Y LA EXTRACONTRACTUAL

25. Comparación de todos estos conceptos .................................................... ................ 21 43. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 39
Subsección II. -La ilicitud penal y la ilicitud civil ........................................ .. . 22 SECCIÓN l. -Paralelo entre la responsabilidad contractual y la extracontractual
26. Planteamiento del problema .... ............ ......... .. ... .... .... .......... .. .... .... .. .... ............. .... .... 22
45. Importancia del problema......................................................................................... 39
Subsección III. -Consecuencias de las diferencias y semejanzas entre
46. Elementos comunes.................................................................................................. 40
el ilícito civil y el ilícito penal ............................................... 24
47. Diferencias·······················'························································································ 40
Subsección l. -Diferencia desde el punto de vista de la prescripción ...... .. ...... 40
CAPÍTULO III Subsección II. -Diferencias desde el punto de vista de la capacidad para
DIVERSAS INSTITUCIONES
cometer el hecho ilícito ............ ...... ...... ........... .. .. ..................... 41
DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Subsección III. -Diferencias desde el punto de vista de la solidaridad ........... 42
51. ¿En qué consiste la solidaridad?............................................................................... 42
29. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 32 52. La solidaridad en materia contractual ....... .... ........... .... ... ....... ...... .. .. .. ... ... ... ... .......... 43
30. Responsabilidad contractual y extracontractual ....................................................... 32 53. La solidaridad en materia extracontractual............................................................... 44
54. Obligación al todo .. .. ..... .. ........ ..... ..... .. .......... ... ............... .. .... .... ........... ..... ............... 45
SEccióN l. -Tipos de responsabilidad contractual
55. Casos de obligaciones al todo ...................................................... :........................... 46
Subsección l. -Tipos de responsabilidad contractual según el origen del daño. 32 56. Los deudores solidarios no se representan recíprocamente...................................... 47
32. Tipos de incumplimiento contractual ........ ............................................................... 32 57. La víctima puede demandar a todos o a cada uno de los responsables ....... .... ... ...... 49
Subsección II. -Tipos de responsabilidad contractual según la carga de la 58. La solidaridad y la obligación al todo y sus relaciones con el pleito pendiente....... 50
prueba de la culpa.................................................................. 33 59. La solidaridad y la obligación al todo y sus relaciones con la cosa juzgada............ 51
XVÍÍÍ TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL ÍNDICE GENERAL XÍX

PÁG. PÁG.

60. La solidaridad y la obligación al todo y sus relaciones con la conciliación 91. Obligaciones de seguridad principales y accesorias . .. .... .. ...... .. .. ... .... .. .. ...... .. .. ... .. .. .. 82
o la transacción ... .... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .... .. .. ..... ... .. .... ... .. ...... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... ... .. . .. .. ..... 54 92. Obligaciones accesorias de seguridad consagradas legalmente .. .. .. ... .. ... .. ... .. ... .. .. ... 82
61. El deudor o responsable solidario que indemniza a la víctima se subroga 93.. ¿Cómo saber si la obligación contractual y accesoria de seguridad existe cuando no
contra los demás coautores responsables .... .. ... .... .... .. ..... ........ .. ... .. ..... ... ..... ............. 55 hay texto legal que la consagre?............................................................................... 83
62. La subrogación en la responsabilidad contractual ... ...... .. .. .... .. ... .. .. .. .. .. .... .... .. .. ... .. ... 56 94. Obligaciones de seguridad admitidas .......... .................... ................... .... ............... ... 84
63. La subrogación en la responsabilidad extracontractual............................................ 57 95. Precisiones y excepciones en relación con la solución anterior............................... 85
64. La solidaridad existe con uno solo o con varios delitos o cuasidelitos .... ..... .... .. .. ... 57 96. La obligación de seguridad en el contrato de compraventa...................................... 85
65. La solidaridad supone que se haya causado el mismo daño..................................... 61 97. La obligación de seguridad en la responsabilidad médica ....................................... 88
66. Existe solidaridad entre el directamente responsable y la persona 98. La obligación de seguridad en materia hospitalaria ................................................. 89
que por él debe responder ....................... :. ................ .. ......... .......... .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. ..... . 63
99. Consejos prácticos en caso de incertidumbre sobre la naturaleza de la obligación .... 89
Subsección IV. -Diferencias desde el punto de vista de la extensión del
monto indemnizable ........... .......... .... ...... .. .. .. .. .... .. ..... ......... .... . 64 100. Las obligaciones de seguridad ya no son tan esenciales para favorecer a la víctima .. 90
101. La carga de la prueba en las obligaciones de seguridad (obligaciones de medio
Subsección V. -Diferencias desde el punto de vista de la jurisdicción y
o de resultado) .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. ... ... .. .... .. .. .. .. .. .. ... ........ .. .. .... .................... ...... .. .. .. . .. . .. .. 91
con1petencia ............................................................................. 64
102. La carga de la prueba cuando hay textos legales expresos....................................... 91
Subsección VI. -Diferencias desde el punto de vista de la culpa .. .. ... .. .. .......... 65
103. La carga de la prueba cuando no hay texto legal expreso ........................................ 92
70. De la prueba de la culpa ............ .'.............................................................................. 65
104. La prueba de la culpa en las obligaciones de seguridad en contratos distintos
71. De la graduación de la culpa .. .. ... .. ... .. .. .. ..... .. ... .. .. .. ... ....... .... ........ .. .... .. .. ........ .. ... .. ... 67
de los de prestación de servicios médicos ..... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..... .... ......... .. .. .. .. .. ..... ...... 92
que 105. La prueba de la culpa en las obligaciones de seguridad en contratos
72. Bibliografía su1naria .. .. .. .... .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. ..... ..... .. ...... .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... ... .. .. .. ..... .. .. .. ... .. . 68 de prestación de servicios médicos ..... .. ... .. ...... .. .. .. .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. ..... .. ... .. .. ........ .... .. 96
73. Introducción.............................................................................................................. 68 108. La prueba de la culpa en las obligaciones de seguridad de los hospitales .. .. .. ... .... .. 99
74. Premisa ..................................................................................................................... 68 109. La jurisprudencia colombiana .................................................................................. 100
Subsección l. -Es necesario que haya un contrato válido .... .. ...... .... ...... .. ..... ... 69 Subsección III. -La responsabilidad contractual supone un daño causado
l. La responsabilidad en caso de contratos nulos ....... .... .. .. ..... ... ... ........... ... 70 por el deudor al acreedor ... ... .. .. ..... ... ...... .. .. ..... ..... .... ...... .. ... .. 106

§l. Daños producidos por el hecho de la nulidad................................... 70 110. Efecto relativo de los contratos. División ................................................................. 106
I. Excepciones reales o aparentes al efecto relativo de los contratos .... .. .. .. 107
§2. Daños derivados de la ejecución de un contrato nulo....................... 71
§l. Excepciones aparentes .. ...... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .......... ..... .. ..... .. ...... 107
II. Responsabilidad en caso de daño precontractual .. .. .. ........ ..... .. ........ .. .. .. 71
79. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 71 A. Naturaleza de la acción en el contrato de mandato con o sin
representación................................................................................. 107
§l. Daños causados por la no celebración del contrato ..... .. .. .. ... ...... .. .. .. 72
B. Causahabientes a título universal (acción hereditaria) ................... 108
§2. Daños causados pese a la celebración del contrato (obligaciones
C. Causahabientes a título particular (los denominados grupos
de información y de consejo)............................................................ 74
de contratos) .... ... .. ... ........ .. .. .. .. .. ... .. .. ... .. ... .. .. .. .. .. .. .. .... ... .......... ...... . 11 O
83. Ampliación de este tema. Remisión......................................................................... 77
115. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 110
III. Responsabilidad en caso de daño poscontractual .... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. . 77
116. Definición ................................................................................................................. 110
Subsección II. -Se requiere que el daño surja de la inejecución del contrato . 78
117. Naturaleza de la acción del causahabiente a título particular contra el deudor
l. Daños derivados de la inejecución del contrato .. .. .. .... .. ..... ................... 78 del cedente ...... ........ .. .. .. .. .. .. ...... .... ... .. .. .... .. ..... .. .. .. .. .. .. .. ...... .. .. ..... .... ............ .. .. .. .. .. ... 11 O
II. Daños producidos con ocasión del contrato .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .... .. .. .. ..... .. .. 79 118. Posición tradicional ....... ........ .. ....... ... .. .. .............. ... .. .. ..... ... .. .. .. ... ......... ... .... ..... .. ..... . 111
III. Las denominadas obligaciones de seguridad ...... ...... .. .. .. .. .. .... .. .. .. ...... .. 80
119. Teoría según la cual el subadquirente puede optar entre la responsabilidad
88. Bibliografía sumaria ... .. .......... .... .. ....... .. .. ... ..... .. .. ............ .... .. .. .. .. .. .. ... .. ....... ......... ... 80 contractual y la extracontractual contra el deudor de su deudor .. ... .. ....... .. .. .. .. .. .. .. .. 111
89. Evolución histórica................................................................................................... 80 120. Acción necesariamente contractual del subadquirente contra el enajenante
90. Obligación de seguridad sobre las personas y las cosas ........................ ....... .... ..... ... 81 o deudor inicial ...... .. .. .. ... .. .. . .. .. ... .. ... ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ............ . .. ............. ........ 112
XX TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL ÍNDICE GENERAL XXÍ

PÁG. PÁG.

121. Criterio para saber cuándo la acción contractual se transmite al subadquirente ..... . 112 III. La acumulación entre la responsabilidad contractual
122. Diferencia entre grupos de contratos homogéneos y heterogéneos ........................ . 114 y la extracon tractual ............................................................................. 136

123. La naturaleza de la acción en la cadena homogénea de contratos ........................... . 115 § l. Definición y solución exacta del problema .... .. .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. .. .. ... .. 136
124. La naturaleza de la acción en la cadena heterogénea de contratos .......................... . 115 151. Justificación de la prohibición de acumular las dos responsabilidades ................ 137 o ...

§2. Excepciones reales .......................................................................... .. 117 152. Excepciones al principio de la prohibición de acumular ............... 0.......... ............ .... 139
126. La estipulación para otro ......................................................................................... . 117 153. Incumplimiento del contrato y delito penal .................. 0 ........ o.................................. 139

127. Caso de los acreedores "intuitu personae" (actos médicos, transporte de pasa- 154. Acción del subadquirente contra el deudor inicial .................................................. 140 o

jeros, etc.) ............................................................................................................... .. 118 155. Falsas doctrinas sobre el problema de la acumulación de la responsabilidad
128. El destinatario en el contrato de transporte ............................................................ .. 119 contractual y de la extracontractual .. o....................................................................... 141
129. El transportador de hecho ......................................................................................... . 120 156. Las mismas partes pero con dos daños diferentes .. 0 ................................................. 142
130. Acción contractual contra el dueño del vehículo transportador .............................. . 120 157. El mismo daño pero con dos o más responsables .... .. ... .. .. .. .... .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. .. .. .. .. ... 143
131. Responsabilidad del transportador en la comisión de transporte ........................... .. 121 158. Un responsable con dos o más víctimas ................................................................... 143
132. La acción directa en el contrato de seguros ............................................................ .. 121 159. Acción hereditaria y personal en cabeza de una misma persona .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 144
II.
Naturaleza de la responsabilidad en caso de daños sufridos o causados 160. Culpa extracontractual a pesar de incumplimiento del contrato .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 145
por terceros como consecuencia del incumplimiento del contrato ........ . 122 161. ¿El problema de la prohibición de acumular pertenece al juez
133. Bibliografía sumaria ............................................................................................... . 122 o al demandante? .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. ... .. ... .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. ... ... . 146
135. Tercero cómplice del incumplimiento ..................................................................... . 123 162. Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia .......... 0 ............................................ 152
136. Acción personal de tercero en caso de muerte del acreedor contractual ................. . 123 163. Consejo práctico ······o·················o····························o·············o··································· 157
137. Daños causados a un tercero totalmente ajeno al contrato ...................................... . 124 §2. La jurisprudencia colombiana y el problema de la acumulación
138. Responsabilidad del dependiente del deudor contractual ........................................ . 124 de responsabilidades ......................................................................... 157
164. Caos conceptual ........................................................................................................ 157
SEccróN m. -La prohibición de acumular la responsabilidad civil 165. Prohibición de conformar un híbrido con las dos responsabilidades ....................... 158
extracontractual y la civil contractual
166. Prohibición de demandar por un mismo daño a un responsable contractual
139. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 125 y a otro extracontractual ........................................................................................... 159
140. Planteamiento del problema .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... 125 167. Prohibición de cobrar dos veces el mismo daño .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 161
Subsección l. -Distinción entre la acción hereditaria y la acción personal ..... 126 168. Prohibición de acumular la acción hereditaria y la acción personal ........................ 162
Subsección II. -El objeto y la causa en la pretensión por acciones en 169. Fallos que en el fondo aceptan la opción.................................................................. 165
responsabilidad civil................................................................. 128
175. Fallos que resuelven adecuadamente el problema 0 .................................... 0 .............. 172
142. Planteamiento del problema ..................................................................................... 128
180. Balance de la jurisprudencia .. o.......................... o......................................... o............. 180
l. Objeto en las demandas por responsabilidad civil ................................... 128
§3. ¿Es posible suprimir totalmente el problema del dualismo
143. ¿Cuál es el objeto de la acción indemnizatoria? ....................................................... 128
y de la opción entre las dos responsabilidades? ................................ 180
II. La "causa petendi" en los procesos de responsabilidad civil ................. 129
181. Situación actual .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. ... ... .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. ... ... .. ... .. ... .. .. .. 180
144. ¿Qué se entiende por "causa petendi" en la responsabilidad civil? .......................... 129
182. El problema es práctico y no lógico .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 181
145. Nuevo cambio en la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia ....................... 133
183. Diferencias que se pueden suprimir ......................................................................... 181
Subsección III. -En qué consiste el problema de acumular (optar) las
acciones en responsabilidad civil .. .. ... .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 134 184. Diferencias que deben conservarse .................. ............ ................... ...... .... ...... .. .. ..... 181
l. La acumulación en caso de responsabilidad exclusivamente contractual . 134 185. Opinión de los autores .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 182
II. La acumulación en caso de responsabilidad exclusivamente extracon- 186. Una reforma necesaria .............................................................................................. 184
tractual .................................... o............................................................... 135
ÍNDICE GENERAL XXÍÍÍ
XXÍÍ TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL

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209. La culpa en abstracto en la doctrina y la jurisprudencia colombianas ..................... 209


PARTE SEGUNDA
210. Apreciación "a priori" o "a posteriori" de la culpa .................................................. 211
ELEMENTOS COMUNES TANTO A LA RESPONSABILIDAD 21 i. Graduación de la culpa .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. ... ... ... .. .. .. ... ... .. ... .. ... .. ... .. 215
CONTRACTUAL COMO A LA EXTRACONTRACTUAL 212. Relación entre la culpa civil y la falla del servicio en el derecho administrativo .... 216
(EL HECHO ILÍCITO)
SEccióN H.-Tipos de
187. Elementos del hecho ilícito .. .. .. .... ... .. .. .. ... .... .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 187 213. División .................................................................................................................... 217
Subsección l. -La culpa a título de dolo ........................................................... 218
CAPÍTULO 1 214. Definición legal ........................................................................................................ 218
215. El dolo extracontractual ............................................................................................ 218
Es NECESARIO QUE UNA CONDUCTA 216. El dolo contractual .................................................................................................... 219
DEL DEMANDADO 217. Diferencia entre dolo en la formación del contrato y dolo en el incumplimiento
del mismo ................................................................................................................. 220
188. Aclaración de términos ............................................................................................. 188 Subsección II. -La falta a título de culpa (culpa culposa) ............................... 221
189. Se requiere que haya una conducta activa u omisiva del agente .............................. 188 l. Definición de la culpa a título de culpa .................................................... 221
190. La conducta puede ser activa u omisiva ................................................................... 190 220. Teorías que confunden la culpa y el daño ................................................................ 221
221. Teorías que identifican la culpa y el incumplimiento ............................................... 222
CAPíTULO 11 222. Teoría de los señores Mazeaud-Tunc-Chabas .......................................................... 223

LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL 223. Posición propia ......................................................................................................... 224


EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL II. Modalidades de la culpa a título de culpa............................................... 224
§l. Culpa por violación de un deber o por transgresión
191. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 191 de una norma jurídica .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 225
192. Planteamiento del problema ..................................................................................... 191 §2. Culpa por violación del deber general de prudencia ........................ 226
226. Criterios que debe tener en cuenta el juez ................................................................ 226
SECCIÓN

193. La culpa es sinónimo de falta ................................................................................... 192 228. Las autorizaciones para ejercer una profesión u oficio hacen presumir
la pericia ................................................................................................................... 228
194. Relaciones entre la culpa y el acto ilícito ................................................................. 192
229. La ausencia de autorización legal obligatoria hace presumir la impericia .. .. .. .. .. .. .. . 229
195. Diferencia entre culpa y conducta o hecho culposo ................................................. 193
196. La culpa es requisito no solo en algunas instituciones de la responsabilidad SECCIÓN III. -Límites de la sin
extracontractual, sino también en algunos casos de responsabilidad contractual .... 193
230. Planteamiento del problema ..................................................................................... 229
197. Culpa por acción y culpa por omisión .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. 194
Subsección l. -Nuevas instituciones de responsabilidad objetiva .................... 232
198. Omisión pura y simple ............................................................................................. 194
232. Responsabilidad por el hecho propio ....................................................................... 233
199. Quién tiene la capacidad para cometer culpa .. ... ... .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. 196
233. Responsabilidad por productos defectuosos ............................................................. 233
200. Culpa por creación de la situación y culpa por desarrollo de la situación ............... 197
234. Responsabilidad por el hecho ajeno .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 234
20 l. Prueba de la culpa..................................................................................................... 198
202. Culpa virtual .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. ... .. .. ... .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. ... .. .. . 199 235. Responsabilidad por daños derivados de la construcción ........................................ 235
203. Apreciación en abstracto o en concreto de la culpa ................................................. 199 Subsección II. -Casos en los cuales la culpa debe seguir siendo
fundamento de la responsabilidad ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 235
204. Teoría de la culpa en abstracto ................................................................................. 199
236. Opiniones doctrinales ............................................................................................... 235
205. Crítica de la teoría de la culpa en abstracto .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... 202
237. Limitaciones de tipo económico ............................................................................... 237
208. Conclusión sobre la culpa en abstracto y en concreto .............................................. 208
XXÍV TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL
ÍNDICE GENERAL XXV

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238. Aceptación de riesgos médicos y deportivos ............................................................ 238 264. La prueba del nexo y la pérdida de una oportunidad ("perte d'une chance") .......... 286
239. Limitaciones provenientes del ejercicio de un derecho ............................................ 238 265. La prueba del nexo causal en la responsabilidad médica ......................................... 287
240. Limitaciones en materia contractual ......................................................................... 244 266. Prueba del nexo causal en la responsabilidad civil médica, mediante la pérdida
241. Limitaciones de tipo lógico ... .. .. ... .. .. ... .. ... .. .. .. .. .. ... .. .. ... .. .. .. .. ... .. ... ... .. .. ... ... .. .. ... .. .. ... . 244 de una oportunidad .. .. ..... .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. ... .. .. ... .. .. .. .... .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 288
267. El Consejo de Estado y la pérdida de una oportunidad en la responsabilidad
242. Responsabilidad por productos no defectuosos ........................................................ 246
médica ........ ... ........... ................................ ..................... .... ................ ...... ................. 290
243. Conclusión ................................................................................................................ 246
268. Consejo de Estado, febrero 19 de 1998 .................................................................... 292
269. Consejo de Estado, enero 28 de 1999 ....................................................................... 293
CAPÍTULO 270. Consejo de Estado, abril26 de 1999 ........................................................................ 295
271. Consejo de Estado, mayo 3 de 1999 .. .. .. .. .. .. .. .. .... .. .... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .... ... .. .. .. .. .. .. ... ... .. .. 297
Es NECESARIO
272. Consejo de Estado, 10 de febrero de 2000 ... .. ... .. .. ... .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. ... ... 299
QUE HAYA UN DAÑO
273. Consejo de Estado, diciembre 5 de 2002 ................................................................. 302
244. Concepto y remisión .... .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. ... .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .... .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. ..... . 247 274. Consejo de Estado, abril26 de 1999 ........................................................................ 303
275. Fallos del Consejo de Estado que, con ponencia del mismo consejero,
CAPÍTULO IV contradicen la sentencia anterior .. .. . .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. ... .. ... ... .. .. .. .. ... .. ... .. ... .. .. ... 306
276. Consejo de Estado, 15 de junio de 2001 .................................................................. 307
Es NECESARIO QUE HAYA UN 277. Consejo de Estado, 28 de noviembre de 2002 .......................................................... 308
NEXO DE CAUSALIDAD
278. ConsejodeEstado, 14dejuniode2001 .................................................................. 311
245. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 248 279. Consejo de Estado, enero 24 de 2004 ....................................................................... 313
246. Concepto .......... .................. ..... ........ .................. ...... .......... .... ........... ........ ......... ....... .. 248 280. Consejo de Estado, junio 15 de 2000 ....................................................................... 315
281. Consejo de Estado, abril21 de 2004 ........................................................................ 317

SECCIÓN l.-Nociones generales sobre el nexo de causalidad 282. El Consejo de Estado y la prueba del nexo causal en la responsabilidad médica .. .. 318
283. La jurisprudencia del Consejo de Estado en relación con la prueba del nexo
247. Causalidad jurídica y causalidad física..................................................................... 249 causal, hasta 1998 ..................................................................................................... 318
248. Causalidad simple y causalidad compleja ................................................................ 251 284. Consejo de Estado, 13 de septiembre de 1993 ......................................................... 320
249. La prueba del nexo causal. Principio general ........................................................... 253 285. Consejo de Estado, 24 de junio de 1994 .................................................................. 321
250. La prueba del nexo causal en la jurisprudencia colombiana .. ... .. .. ... .. .... .. .. .. .... .. ... .. . 254 286. Consejo de Estado, 22 de mayo de 1996 .................................................................. 322
251. La jurisprudencia de la Sala Civil de la Corte sobre la forma de probar el nexo 287. Análisis de la jurisprudencia posterior a 1998, relativa al nexo causal en materia
causal ................................................................. ;......................................... ............. 254 médica ...... .. .. .... .... ..... .......... ... .. .. .... ...... .... .... .. .......... .......... ... ....................... .. .. ... .. ... 324
258. La Corte, en fallo de mayo 18 de 2005 acepta que no es necesaria la prueba 288. Incertidumbre en la evolución de la jurisprudencia del Consejo de Estado
absoluta del nexo causal .. ... .. .. .. .. .. ... .. ... .. .. .. ... .. .. .. .. .. ... .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. ... .. .. .. ... .. .. 264 con respecto a la prueba del nexo causal en materia médica ................................... 324
259. Presunciones de causalidad ...................................................................................... 268 289. Consejo de Estado, junio 14 de 2001 ....................................................................... 326
260. La prueba del nexo causal en algunos casos especiales ........................................... 269 290. Consejo de Estado, abril 21 de 2004 ........................................................................ 327

261. La prueba del nexo causal en el daño causado por autor desconocido 291. Fallos generosos con el demandante en cuanto a la prueba del nexo causal ............ 329
que pertenece a un grupo determinado .. .. ... .. ... ... .. .. ... .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. ... ... ... ... .. ... 269 292. Consejo de Estado, 3 de mayo de 1999 .................................................................... 330
262. La Corte, en fallo de 18 de mayo de 2005, acepta la responsabilidad solidaria 293. Comentarios al fallo citado ....................................................................................... 333
de todo el grupo médico, pese a que no se probó quién fue el causante 294. Consejo de Estado, febrero 19 de 1998 (de la falla presunta deduce también el
del hecho dañino .. .. .. .. .. .. .. ..... .. .. .. .. .. .. ... .. ... .. .. .. .. .. .. .. ... .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .... .. .. .. .. ... .. .. 277 nexo causal) .............................................................................................................. 338
263. Crítica ....................................................................................................................... 283 295. Consejo de Estado, octubre 7 de 1999 (de la culpa se infiere el nexo causal) ......... 339
XXVi TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL ÍNDICE GENERAL XXVii

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296. Consejo de Estado, diciembre 5 de 2002 (condena sin probar ni mencionar


CAPÍTULO I
para nada el nexo causal) ........................................................................................... 343
297. Consejo de Estado 28 enero de 1999 (ante 4 causas posibles da por probado LA CULPA REQUISITO INDISPENSABLE
el nexo causal) .......................................................................................................... 344 DE LA RESPONSABILIDAD
298. En este caso no se aplicó la doctrina de las cargas dinámicas de la prueba
en contra del demandado ................................................................................... ....... 349 320. Planteamiento del problema y plan .......................................................................... 399
299. Consejo de Estado, agosto 15 de 2002 ..................................................................... 349 contractual
300. Consejo de Estado, julio 1o de 2004 ......................................................................... 353 Subsección I. -Teoría predominante: la culpa consiste en la inejecución
301. Fallos demasiado severos con el demandante en cuanto a la prueba del nexo de la obligación contraída .................. ..... ................................. 399
causal ........................................................................................................................ 358
323. Crítica de la doctrina a esta teoría ................................................................ ············ 400
302. Consejo de Estado, junio 14 de 2001 ....................................................................... 358
324. Posición de Planiol y Ripert ................................................................ ·.... ················ 400
303. Consejo de Estado, febrero 26 de 2004 .................................................................... 365
325. Posición de Boris Starck ........................................................................................... 401
304. Consejo de Estado, mayo 11 de 1999 ....................................................................... 367 326. Posición de Christian Larroumet .............................................................................. 402
305. Conclusión crítica ..................................................................................................... 373 327. Posición propia sobre esta teoría .............................................................................. 403
Subsección II. -Teoría de la culpa por imprevisión al momento
SECCIÓN sobre el nexo de causalidad
de contratar............................................................................. 406
306. Planteamiento del problema ..................................................................................... 374 333. Crítica a esta teoría ................................................................................................... 406
307. Teoría de la equivalencia de las condiciones ............................................................ 375 Subsección III. -Definición de culpa contractual............................................. 407
308. Teoría de la causalidad adecuada ............................................................................. 378
SEccióN II. ___,Re,splmsaiJ,ilwraa
309. Posición propia ......................................................................................................... 380 y contractual sin
310. Excepción: la causalidad concurrente ...................................................................... 384 336. Responsabilidad con culpa ....................................................................................... 408
311. Las teorías de la causalidad en la jurisprudencia colombiana .................................. 385 337. Responsabilidad sin culpa ........................................................................................ 409
312. Aceptación de la teoría de la equivalencia de las condiciones ................................. 385 338. Conclusión ................................................................................................................ 411
314. Aceptación de la teoría de la causalidad adecuada ................................................... 387
317. En fallo reciente de la Corte Suprema de Justicia se acoge sin reservas CAPÍTULO II
la teoría de la causalidad adecuada ........................................................................... 393
DE,LA PRUEBA Y GRADUACIÓN
DE LA CULPA CONTRACTUAL

TíTULO SEGUNDO 339. Planteamiento del problema y plan .......................................................................... 412

en el Uf!';J1 tt;LUUI

340. Textos legales contradictorios .................................................................................. 412


318. Plan ........................................................................................................................... 395 341. Solución doctrinal y jurisprudencia! ........................................................... ·············· 414
342. l. Obligaciones de medio ......................................................................................... 414
PARTE PRIMERA 343. 2. Obligaciones de resultado ....................................................................... ·········.. ·· 418
344. Las partes pueden cambiar contractualmente la naturaleza de la obligación ........... 420
LA CULPA CONTRACTUAL
Y LA EXONERACIÓN DEL DEUDOR SEcCióN II. -Las de medio y de resultado
en el derecho colombiano
319. Planteamiento del problema y plan .......................................................................... 397 345. Planteamiento del problema y división .................................................................... 421
XXVÍÍÍ TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL ÍNDICE GENERAL XXÍX

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Subsección I. -Premisas generales ................................................................... 421 3° Algunos casos de pérdida de la cosa que se debe .................... 453
346. Planteamiento del problema .................................. ~ .................................................. 421 a) Compraventa mercantil ........................................................ 453
347. La fuerza mayor o caso fortuito y en general la causa extraña son b) Contrato de transporte .. .. .. .. .. .. .. .... .... . .. .. .. ..... . .. .. ... .. ... .. .. .... .. 454
incompatibles con la culpa del deudor, cualquiera que ella sea ............................... 422 e) Depósito mercantil............................................................... 454
348. Diferencias entre la fuerza mayor o caso fortuito y la ausencia de culpa ................ 426 d) Cuenta corriente bancaria .. ... .... .. .... .. ...... .. .. .. ... .. .. ... .... ... .. .... 455
349. Las relaciones entre ausencia de culpa y causa extraña en la ley, e) Cosa que perece durante la mora .............. ... .. ... .. .. .. .. .. . .. .. ... . 455
la jurisprudencia y la doctrina colombianas ............................................................. 429 f) Otros casos ...... . .. .. ... .... .. .. .... .. ....... .. .... ...... ...... .... ... . .. ...... .... .. 457
350. Ausencia de culpa es sinónimo de diligencia y cuidado .......................................... 431 4° Contratos con obligaciones múltiples ....................................... 458
351. Diferencia entre contrato y obligación ..................................................................... 432 a) Contrato de compraventa ..................................................... 458
352. La jurisprudencia colombiana acepta que en un mismo contrato puede haber b) Contrato de arrendamiento .. ... ... ... .. ... .. .. ... .. ... . .. .. .. ... ... .. .. .. .. . 461
obligaciones de naturaleza diversa ........................................................................... 433 e) Contrato de mandato .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. ... .... .. .. .. .. .. .. ... ... .. .. ... ... .. 463
353. La pérdida de la cosa o del precio objeto del contrato constituye también 5° En el contrato de mandato .. .. .. .. .. .... .. .. .... .. ... .... .. .. ... .... .... ... .. .. .. .. 464
un perjuicio ............... .................................. ......................................... ............. ... ..... 434 6° Casos en que el Código habla de culpa sin graduarla ............... 467
Subsección II. -La graduación de las culpas y su incidencia en las 7° Responsabilidad por culpa del dependiente del deudor ............ 469
obligaciones de medio y de resultado en el derecho K. De hecho, la jurisprudencia colombiana ignora la graduación
colombiano ............................................................................... 436 de la culpa ...................................................................................... 469
355. Planteamiento del problema .... : ................................................................................ 436 386. ¿Qué queda entonces del principio general de la graduación de las culpas
I. Análisis de la clasificación tripartita de la culpa y de la carga contemplado en el artículo 1604? ... . .. ... .. .. .. .. .. .. ... .. .... .. .. .. .. .. .. . .. . .. .. .. .. . .. . .. .. .. ... ... .. ... .. 473
de la prueba en materia contractual ......................................................... 437 387. Conclusión ................................................................................................................ 473
356. Principios consagrados en el artículo 1604 del Código Civil ................................... 437 § 2. ¿Consagra el artículo 1604 del Código Civil una presunción
§ l. La graduación de las culpas como principio general de culpa contractual? ....................................................................... 474
en el derecho colombiano ................................................................ 438 388. Planteamiento del problema ..................................................................................... 474
El artículo 1604 confunde contrato y obligación .......................... 439
A.
A.
El artículo 1604, inciso 3° no consagra una presunción
El artículo 1604 considera compatibles la culpa y el caso
B. de culpa contractual .. .. .. ... ... .. .. .. .. ... .. .. .. ... .. ... .. ... .. .. .. .. .. .. ... .. .. . .. .. ... .. 47 5
fortuito ............. ............ ........................................ ....... ................... 440 389. Argumentos en contra de la presunción de culpa contractual como principio
C. La doctrina y la jurisprudencia también estiman compatibles general ...................................................................................................................... 4 7 5
la culpa y la fuerza mayor ............................................................. 440 B. Casos en que se debe probar la culpa contractual ......................... 481
D. El artículo 1604 no se aplica cuando la ley solo habla de culpa
C. De las presunciones que exigen causa extraña .. ... .. .. .. . .. .. ... . .. .. ... .. . 489
sin cualificarla .. .. .. .. .. . .. .. .. . .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... . .. .. . .. . .. .. .. ... ... .. .. .. 441
402. Conclusión sobre la graduación de las culpas y la presunción de culpa
E. Paralelo entre el Código Civil francés y el colombiano sobre en materia contractual .............................................................................................. 490
la graduación de la culpa contractual .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 444
II. ¿Es válida en Colombia la distinción entre obligaciones de medio
F. La graduación de las culpas en el Código Civil colombiano
y de resultado? ......................................................................................... 491
y en el pensamiento de Pothier .. .. .. .. . .. ... ... .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 446
403. Plan ........................................................................................................................... 491
G. La culpa presunta es incompatible con la graduación de culpas .. 448
H. En la pérdida de la cosa que se debe se presume la culpa § l. La doctrina colombiana ................................................................... 491
y el nexo de causalidad . .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. 449 405. Opinión del doctor Guillermo Ospina Fernández .................................................... 492
365. Pasando a otra objeción, digamos que el artículo 1730 del Código Civil 406. Crítica ....................................................................................................................... 493
establece que, "Siempre que la cosa perece en poder del deudor, se presume
§ 2. Posición propia ... .. . .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. .. .. . .. ... . .. .. .. .. ... .. ..... ... . .. 497
que ha sido por hecho o por culpa suya" .. ... .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. 449
§ 3. La distinción entre obligaciones de medio y de resultado
L. Falsa equidad de la graduación de las culpas ................................ 450
en la jurisprudencia colombiana ...................................................... 498
J. Excepciones a la graduación de las culpas del artículo 1604 ........ 451
1o Incumplimiento puro y simple de dar o entregar cosas de Subsección m. -Las obligaciones de medio y de resultado en los diferentes
género ........................................................................................ 451 tipos de incumplimiento contractual ...................................... 501
2° Responsabilidad moratoria ........................................................ 452 409. Diversas formas de incumplimiento contractual ...................................................... 501
XXX TRATADO DE RESPOI~SABILIDAD CIVIL ÍNDICE GENERAL XXXi

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I. Las obligaciones de medio y de resultado en el incumplimiento puro SECCIÓN III. distinguir las obligaciones
y simple .... ... .. .. .. .. ... ... .. .. .. ... ..... .. .. .. .. ... ... .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. ... ... .. .. .. .. ... .. .. . 501 de medio de las de resultado
410. Concepto y distinción ............................................................................................... 501 439. Planteamiento del problema ..................................................................................... 533
§ l. Las obligaciones de medio y de resultado cuando 440. Obligaciones de medio y de resultado por decisión expresa del legislador ............. 533
el cumplimien to todavía es posible .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 502 441. Obligaciones de medio o de resultado por voluntad de las partes ............................ 534
§ 2. Cuando el cumplimiento es definitivamente imposible ................... 504 442. Algunos contratos no permiten "a priori", clasificar sus obligaciones como
413. La situación en el caso de la pérdida del cuerpo cierto que se debe .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 504 de medio o de resultado (por ejemplo, contrato de hospitalización) ........................ 536
415. La situación en las obligaciones de saneamiento por evicción o por vicios 443. Criterio de la distinción entre obligaciones de medio y de resultado cuando
redhibitorios .............................................................................................................. 507 ni el legislador, ni las partes, en forma expresa han convenido cuál será la
416. La situación en la imposibilidad de cumplimiento de las obligaciones naturaleza de la obligación ....................................................................................... 538
de género .................................................................................................................. 508
417. Obligaciones de hacer, especialmente las de prestación de servicios ...................... 51 O SECCIÓN IV.-Réplica a las críticas Suescún Melo
418. Obligaciones r1e no hacer .. ,...................................................................................... 513 Subsección I. -La prueba de la culpa contractual en la obra del doctor
H. La distinción entre obligaciones de medio y de resultado Suescún ..................................................................................... 545
en la responsabilidad por mora ... .. ... .. ..... .. .. .. .. .... .. .... ...... ... ....... .. ..... .. .. ... 515 445. Principio general ....................................................................................................... 545
419. Planteamiento del problema .... :................................................................................ 515 446. Excepciones al principio general .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 546
III. Las obligaciones de medio y de resultado en el cumplimiento 447. Crítica .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. ... .. ... .. ... .. .. .. .... .. .. .. .. .. .. .. ... .. ... .. ... .... .. .. .. ... .. .. ... .. .. ... .. ...... .. .. .... .. . 54 7
imperfecto o defectuoso de la obligación contractual............................ 517 Subsección H. -Crítica del doctor Suescún Mela a la distinción
420. Planteamiento del problema y plan .......................................................................... 517 entre obligaciones de medio y de resultado.
(La prueba de la culpa médica) ............................................... 548
§ l. Contratos relativos al cuidado de una persona ................................. 518
450. Sobre la prueba de la culpa médica .......................................................................... 549
422. Contratos de transporte de pasajeros ........................................................................ 518
451. Sobre la aplicación probatoria en el contrato de mandato ........................................ 550
423. Responsabilidad por accidentes de trabajo ............................................................... 520
452. Criterios para saber si la obligación es de medios o de resultado ............................ 552
424. Responsabilidad de los médicos ............................................................................... 520
453. Conclusión sobre la culpa contractual ...................................................................... 555
425. Responsabilidad de los hospitales ............................................................................ 521
426. Contratos en los que el acreedor desempeña un papel activo ................................... 522
§ 2. Cumplimiento imperfecto por deterioro de la cosa objeto pARTE SEGUNDA
del contrato ...................................................................................... 522
427. Planteamiento del problema ..................................................................................... 522 LAS OBLIGACIONES PRECONTRACTUALES Y CONTRACTUALES
428. Compraventa ............................................................................................................. 523 DE INFORMACIÓN, DE CONSEJO Y DE INS1RUCCIÓN
429. Transporte de mercancías ......................................................................................... 524
430. Contrato de depósito ................................................................................................. 524 454. Planteamiento del problema y plan .......................................................................... 557
431. Contrato de arrendamiento ....................................................................................... 525 I. Principio general de la obligación de lealtad precontractual ................... 559
432. Conclusión ................................................................................................................ 526 455. Fundamento legal y contractual de la obligación de lealtad ..................................... 559
§ 3. Las obligaciones de medio y de resultado en el cumplimiento 456. Naturaleza de la responsabilidad de la parte desleal ................................................ 559
imperfecto de contratos de prestación de servicios ......................... 526 457. Las obligaciones de información y de consejo en el período precontractual
433. Planteamiento del problema ..................................................................................... 526 son especies de la obligación de lealtad precontractual .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 560
434. Contrato de mandato y otros que le son afines (médicos, abogados, asesores, 458. Límites de las obligaciones de información y de consejo ........................................ 561
consejeros, etc.) ........................................................................................................ 527 459. Diferencia entre la obligación de consejo y la de información ................................ 562
435. De los contratos para la construcción de una obra material, entre ellos 460. Hasta dónde deben llegar los conocimientos del deudor .......................................... 563
los de construcción de edificios ................................................................................ 529 II. Las obligaciones de información y de consejo en el contrato
437. Del arrendamiento de servicios inmateriales ............................................................ 531 de seguros ......................................................... ·....................................... 563
XXXÍÍ TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL ÍNDICE GENERAL XXXÍÍÍ

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461. Problemas que se presentan en la práctica ... .... .. .. ... .... ..... .. ..... .. ...... ... .. ... .. .. ... ...... ... . 563 CAPÍTULO 1
462. Responsabilidad del intermediario y del asegurador ...... .. .. .... .... .. .. ........... ... .. ...... .. .. 564 NOCIONES GENERALES SOBRE LA RESPONSABILIDAD
463. Obligación de información a cargo del Tomador del seguro .................................... 565 POR EL HECHO PROPIO
464. Casos en que el Asegurador y el Intermediario incumplen sus obligaciones
de informar y de aconsejar al Tomador del seguro ................................................... 565 516. Textos legales y campo de aplicación ....................................................................... 578
465. Cobertura deficiente ................................................................................................. 566 517. Concepto de culpa ................................... ;................................................................ 580
466. Póliza mal redactada e imprecisa ............................................................................. 566 518. Remisión ................................................................................................................... 580
467. No informar suficientemente sobre alcance y cumplimiento de las garantías ......... 566 519. ¿En qué consiste el deber general de prudencia? ..................................................... 580
468. Diferencias entre lo negociado y lo que consta en la póliza ..................................... 567 520. La prueba de la culpa en la responsabilidad por el hecho propio ............................. 581
469. Daños no cubiertos en los seguros de responsabilidad civil..................................... 567
470. Silencio sobre las consecuencias de una mala declaración del riesgo ..................... 568
CAPÍTULO 11
471. Responsabilidad cuando al tomador se le dice que está asegurado sin estarlo ... .. ... 569
472. No advertencia al tomador sobre libros de comercio ............................................... 569 EL ABUSO DEL DERECHO

473. No advertencia de las limitaciones de la indemnización en los seguros 521. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 587
de transporte de mercancías ..................................................................................... 570
474. No advertencia (exigir improntas del DAS) sobre no asegurabilidad de carros SECCIÓN l. -El abuso del derecho en la doctrina
de contrabando ...... .. .... .... ............... .. ....... .. .............. .. .................. .. ..... ......... ....... ... .. . 570
475. ¿Cuál es la responsabilidad del intermediario y del asegurador en estos casos? ..... 570 524. El abuso del derecho: un falso problema (Planiol) ................................................... 588
III. Las obligaciones de información y de consejo en el contrato 525. La intención de dañar como requisito indispensable del abuso del derecho
de transportes ......................................................................................... 571 (Ripert) ..................................................................................................................... 589
476. Declaración sobre la naturaleza y valor de las mercancías ...................................... 571 526. El abuso del derecho como desvío de la finalidad social de los derechos
(Josserand) ................................................................................................................ 590
477. Perjuicios en caso de no declaración del valor exacto de la mercancía .. .. ........ ... .. .. 572
478. Presunción de contrato cumplido si el destinatario retira la mercancía sin 527. El abuso del derecho como responsabilidad por culpa o dolo .................................. 591
protestas .... .... ......... ........ .................... .. ............. .. ...... .. .. .... ...... ........ ..... .... ..... ............ 573
SECCióN H.-Características del abuso del derecho
479. Confusión en cuanto a los seguros existentes ........................................................... 573
480. Conclusiones ............................................................................................................ 574 529. Cuándo hay realmente abuso del derecho .............................................................. ~. 592
481. Requisitos para que haya responsabilidad contractual .. .. .... ... .. .. ... .. .. ...... .. ... .. .. .. ... ... 57 4 530. La intención de dañar y la falta de interés serio ....................................................... 596
482. Cláusulas de exoneración de responsabilidad o de supresión de obligaciones .... .... 57 4 531. Se requiere conciencia de la falta de interés serio .................................................... 597
532. Intención de dañar con interés serio ......................................................................... 598
533. ¿A qué derechos se aplica la doctrina del abuso del derecho? ................................. 599
TíTULO TERCERO
534. Excepciones a la responsabilidad por abuso del derecho ......................................... 604
DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL 535. El abuso del derecho se da tanto en materia contractual como extracontractual ..... 605
EXTRA CONTRACTUAL
SECCIÓN III.-El abuso del derecho en la jurisprudencia colombiana
513. Concepto y plan ........................................................................................................ 575
Subsección l. -Lineamientos generales .. ... ... .. .. .. .. .. ... .. ... .. .. .. .. .. ... ... ... .. .. .. .. ... .. .. 608
537. Aceptación de la teoría ............................................................................................. 608
pARTE PRIMERA
538. Fundamentos teóricos ............................................................................................... 608
RESPONSABILIDAD POR EL HECHO PROPIO 539. Confusión entre abuso del derecho y culpa en el ejercicio del derecho ................... 611
514. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 577 541. A cuáles facultades jurídicas se refiere el abuso del derecho .. .. .. ... .. .. .. .. ... .. ..... .. .. .. .. 616
XXXÍV TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL ÍNDICE GENERAL XXXV

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542. Excepciones al principio del abuso del derecho ....................................................... 618 567. Daño imputable a un tercero independiente (sustituto), a quien se encomendó
Subsección II. -Casos especiales de abuso del derecho la ejecución del contrato ........................................................................................... 658
en la jurisprudencia .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. .. .. .. .. . 619 568. Daño imputable a personas que dependen del deudor ............................................. 659
l. Abuso del derecho de accionar judicialmente.......................................... 619 569. En materia contractual en caso de daño causado por un tercero,
544. Confusión entre abuso del derecho de acudir a las vías judiciales y culpa la responsabilidad no descansa en la culpa del deudor .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 660
en el ejercicio de estas .............................................................................................. 619 570. Exoneración del deudor contractual ......................................................................... 661
545. La simple absolución del denunciado ante los jueces penales no configura 571. ¿Cuál es el fundamento general de la responsabilidad contractual por el hecho
por sí sola responsabilidad del actor......................................................................... 622 de un tercero? ........................................................................................................... 662
546. En materia procesal civil no basta una culpa leve o levísima ................................... 624 572. Recurso del deudor contra el tercero causante del incumplimiento .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 663
Il. Abuso del derecho de propiedad............................................................. 627 573. Acción del acreedor contractual contra el tercero encargado de la ejecución
548. Las perturbaciones de vecindario ............................................................................. 627 del contrato .. .. .. .. .. .. .. .. ... ... .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... ... .. ... .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. . 664

549. Abuso del derecho de propiedad por no realizar obras .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 631


III. Abuso del derecho en materia contractual .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. ... 636 CAPÍTULO II
551. Abuso del derecho de revocar el mandato ................................................................ 636 LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL
552. El abuso de la posición domin~nte en materia contractual ....................................... 639 POR EL HECHO DE UN TERCERO
IV. Abuso del derecho en materia laboral .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 641
574. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 666
V. Abuso del derecho de opinión de los parlamentarios ............................. 644
575. Concepto, división y plan ......................................................................................... 666
554. Sentencias que legitiman el abuso del derecho de opinión y de difamación ............ 644
555. Nueva posición de la Corte Suprema de Justicia ...................................................... 645
SECCióN l. -Responsabilidad extracontractual
556. Posición de la Corte Constitucional frente al caso anterior ...................................... 649 de las personas el hecho ajeno
557. Nueva posición de la Corte Constitucional .............................................................. 652 576. Plan ........................................................................................................................... 667
Subsección l. -Principios generales ................................................................. 667
PARTE SEGUNDA 577. Legislación aplicable ................................................................................................ 667

RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO AJENO 578. Reducido campo de aplicación de la responsabilidad extracontractual
por el hecho ajeno de las personas naturales ............................................................ 667
558. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 655 579. Aclaración de los términos"directa" y "civilmente" responsable ........................... 669
559. Concepto, división y plan ......................................................................................... 655 580. En la responsabilidad por el hecho ajeno se crea una presunción de culpa
contra el civilmente responsable .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 669
CAPÍTULO 1 581. El artículo 2347 del Código Civil consagra un principio general
de responsabilidad civil por el hecho ajeno .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 669
LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL
582. La jurisprudencia colombiana .................................................................................. 671
POR EL HECHO DE UN TERCERO
584. Significado del concepto "personas a su cuidado" ................................................... 676
560. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 656 585. ¿Será necesario que el daño sea causado en forma culposa por el directamente
562. La responsabilidad extracontractual por el hecho ajeno (C. C., arts. 2347 y ss.) responsable? ............................................................................................................. 677
no se aplica en materia contractual........................................................................... 656 586. Posición propia ......................................................................................................... 679
563. Daños extracontractuales producidos con ocasión del contrato ............................... 657 590. Conclusión sobre la culpa del directamente responsable ......................................... 685
564. Calidad de los terceros que generan el incumplimiento contractual .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 657 591. La jurisprudencia colombiana y la culpa del directamente responsable .................. 686
565. Daño imputable a un tercero ajeno al deudor ........................................................... 657 593. Acumulación de la responsabilidad por el hecho ajeno con otros tipos
566. Daño imputable a un tercero dependiente o empleado del deudor ........................... 658 de responsabilidad extracontractual ......................................................................... 690
ÍNDICE GENERAL XXXVÍÍ
XXXVÍ TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL

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594. ¿Será posible que dos personas sean al mismo tiempo civilmente responsables? ... 692 630. La responsabilidad por mala educación solo se aplica a los padres ......................... 741
596. Presunción de culpa contra el civilmente responsable ............................................. 695 631. Responsabilidad por vicios que le han dejado adquirir al menor ............................. 742
597. Forma de exoneración del civilmente responsable .. .. .. ... .... ... .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 695 632. Exoneración de los padres ........................................................................................ 742
604. La jurisprudencia colombiana .................................................................................. 701 II. Responsabilidad de los establecimientos educativos por el hecho
605. Solidaridad entre el directamente responsable y el civilmente responsable ............. 704 de sus alumnos ....................................................................................... · 743
606. Acción de repetición entre el directamente responsable y el civilmente 633. Personas responsables .............................................................................................. 744
responsable ......................................... ......... ......... .................................................... 705 634. No se requiere que el alumno sea menor de edad .................................................... 745
607. Prescripción de las acciones en responsabilidad civil por el hecho ajeno .. ... .. .. .. ... .. 709 635. Durante qué tiempo responden los establecimientos educativos .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 746
Subsección II. -Casos especiales de responsabilidad por el hecho ajeno ........ 711 636. El daño debe ser causado a un tercero ...................................................................... 746
608. División .................................................................................................................... 711 637. Se requiere que el daño sea causado en forma ilícita ............................................... 747
I. Responsabilidad de los padres por el hecho de los hijos menores 638. Acumulación de la responsabilidad por el hecho ajeno y por actividades
que habitan la misma casa........................................................................ 711 peligrosas ................................................... ··......... ···················································· 747
609. Textos legales: culpa por mala vigilancia y culpa por mala educación .................... 711 639. Presunción de culpa contra el establecimiento educativo ........................................ 747
§ l. Responsabilidad de los padres por mala vigilancia sobre 640. Exoneración del establecimiento educativo ............................................................. 748
los hijos menores ............................................................................. 712 641. Acumulación de la responsabilidad de los padres y de los establecimientos
610. Fundamento de esta responsabÍlidad ........................................................................ 712 educativos ............................................................ ·.. ·.. ·············································.. 748
611. ¿Quiénes responden? ................................................................................................ 713 III. Responsabilidad de los patronos y empleadores por el hecho
612. Quién es responsable en caso de inhabilidad e imposibilidad de cuidar al hijo ....... 714 de sus dependientes ................................................................................ 749
613. La presunción de mala vigilancia no se aplica al padre o madre despojado 642. Textos legales y campos de aplicación ..................................................................... 749
de la autoridad paterna .. .. .. .. .. .. .. .. ... ... ... .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. ... .. ... .. .. .. .. .. .. 715 643. Fundamento de la responsabilidad de los empleadores ............................................ 750
614. Padres separados de hecho .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 717 644. ¿Qué se entiende por subordinación? Contratistas independientes.
615. Los padres responden por los hijos menores ............................................................ 717 Dependientes de hecho ............................................................................................. 750
616. Caso de los hijos emancipados ................................................................................. 718 645. La jurisprudencia colombiana y el concepto de subordinación o dependencia ....... 752
617. Daños causados por el hijo en el ejercicio de un cargo público 646. La dependencia de hecho ......................................................................................... 752
o en la administración o goce de su peculio profesional o industrial .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. 722
647. La ausencia de subordinación con los contratistas independientes .......................... 754
618. Los padres responden por los hijos menores que habiten en la misma casa ............ 724
648. Casos de las empresas de servicios temporales ........................................................ 756
620. Se requiere que el hijo haya cometido un acto ilícito ............................................... 731
649. Casos de las empresas de transporte afiliadoras ....................................................... 757
621. El daño debe ser causado a un tercero ...................................................................... 734
650. No se requiere que el empleador tenga los conocimientos técnicos
622. La acumulación de la presunción en contra del padre y de otro civilmente del dependiente ......................................................................................................... 758
responsable (daños causados cuando el hijo está bajo la vigilancia de otra
persona) .................................................................................................................... 734 651. El empleador debe ser persona independiente y autónoma ...................................... 759
623. En resumen: ¿qué debe probar la víctima? ............................................................... 735 652. Subordinación desplazada y subordinación compartida .......................................... 760
624. Exoneración de los padres ........................................................................................ 735 653. Cúmulo de subordinaciones ..................................................................................... 763
§ 2. Responsabilidad de los padres por la mala educación 654. Acumulación de la responsabilidad por el hecho ajeno, por el hecho propio
de los hijos menores ......................................................................... 738 y por actividades peligrosas ...................................................................................... 763
626. Se requiere probar la mala educación ....................................................................... 739 655. Requisitos para que surja la presunción de culpa contra el empleador .................... 764
627. La responsabilidad por mala educación existe aunque los padres no habiten 656. Se requiere un acto ilícito del dependiente ............................................................... 764
con el menor ............................................................................................................. 740 657. Se requiere que el dependiente cause daño a un tercero ........... ;.............................. 764
628. Es acumulable la responsabilidad de los padres por mala educación 658. Se requiere que el daño sea causado mientras el dependiente esté bajo
con la de otros civilmente responsables ................................................................... 741 el cuidado del empleador o con ocasión de las funciones que éste le ha
629. Se requiere que el hijo sea menor de edad ............................................................... 741 encomendado ............................................................................................................ 765
ÍNDICE GENERAL XXXÍX
XXXVÍÍÍ TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL

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659. La situación en el derecho colombiano .................................................................... 767 PARTE TERCERA

660. Análisis de la jurisprudencia .................................................................................... 768 RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS
674. Acumulación de la responsabilidad de los padres y de los empleadores ................. 787 Y POR ACTIVIDADES PELIGROSAS
675. El dependiente causante del daño no tiene, necesariamente, que ser identificado ... 787 803. Introducción ....................................................................................................... ·.... ·· 815
676. Presunción de culpa por mala vigilancia contra el empleador ................................. 788 804. Responsabilidad civil y seguridad social .................................................................. 815
677. Exoneración del empleador ...................................................................................... 788 805. Plan ........................................................................................................................... 816

CAPÍTULO 1
678. Planteamiento del problema y división .................................................................... 789
Sub sección I. -Responsabilidad de las personas jurídicas de derecho PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL
privado ...................................................................................... 791 POR EL HECHO DE LAS COSAS
680. División .................................................................................................................... 791
I. Evolución doctrinal en el derecho francés .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... ... .. . 791
681. Distinción entre órganos de ejecución y órganos de dirección ................................ 791
11. Estado actual de la jurisprudencia colombiana....................................... 793 807. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 817
682. Evolución jurisprudencia!......................................................................................... 793 Subsección I. -Nociones generales ................................................................... 817
683. Sentencia de 30 de junio de 1962 ............................................................................. 793 808. Introducción ............................................................................ ·............ ·...... ·...... ·.... ·· 817
684. Consecuencias que el fa~~ o comentado deriva de su nueva posición .. ... .. .. .. ... .. .. .. .. .. 797 809. Evolución .............................................................. ·.... ··············································· 818
III. Crítica y consecuencias de la posición actual de la jurisprudencia 810. "Descubrimiento" del artículo 1384 del Código de Napoleón ................................. 819
colombiana ............................................................................................ 798
811. Una teoría descartada ......................................................................... ·............. ·.... ·.. 819
686. Justificación de la posición actual de la jurisprudencia colombiana ........................ 798
812. Fundamentación legal ............................................................................................... 820
687. Excepciones al principio de la responsabilidad directa de las personas jurídicas .. .. 800
Subsección 11. -Teorías que explican elfundamentofilosófico
688. Personas que no son dependientes de la persona jurídica pero que están de la responsabilidad por el hecho de las cosas ...................... 821
bajo el cuidado de esta .............................................................................................. 800
813. Planteamiento del problema ..................................................................................... 821
689. Exoneración de las personas jurídicas .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 801
l. Teoría del riesgo ....................................................................................... 822
690. La exoneración de las personas jurídicas en la jurisprudencia colombiana
814. Teorías que entran en esta noción ............................................................................. 822
(evolución posterior a 1962) ..................................................................................... 803
691. Sentencias que dicen exigir siempre, una causa extraña .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 803 815. Principales ideas sobre la teoría del riesgo ............................................................... 822
816. Consideraciones sobre la teoría ................................................................................ 823
696. Sentencias que afirman que a las personas jurídicas se les aplica no solo
la responsabilidad directa con culpa probada sino también los otros tipos 817. Argumentos de la teoría del riesgo ........................................................................... 824
de responsabilidad directa ........................................................................................ 809 818. Aplicación de la teoría del riesgo en Francia ........................................................... 824
697. Prescripción de las acciones en responsabilidad extracontractual contra 819. Consagración legal .................................................................................. ·.. ·.. ·...... ·.. · 825
las personas jurídicas ................................................................................ ,............... 810
11. Teoría de la falta en la guarda ................................................................. 825
698. El daño debe ser causado en ejercicio o con ocasión de las funciones .................... 811
820. Conceptos ................................................................................................................. 825
699. Aunque haya culpa, se puede actuar en el ejercicio de las funciones ...................... 811
821. Crítica final sobre esta teoría ............................................................................. ·...... 826
700. Recurso de la persona jurídica para repetir contra el órgano causante del daño ...... 812
III. Teoría de la garantía .............................................................................. 827
701. Responsabilidad solidaria de la persona jurídica y del órgano causante del daño ... 813
822. Análisis previo ................................................................................... ·.. ·.. ·.. ·.. ·...... ·.. · 827
Subsección II. -Responsabilidad de las personas jurídicas de derecho
823. Opinión de Starck y otros conceptos .. .. .. .. ... .. .. .. .. ... .. ... .. .. .. .. .. .. .. ... ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 827
público (remisión) ..................................................................... 813
ÍNDICE GENERAL Xfi
Xf TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL

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Subsección UI. -Problemas de interpretación de la responsabilidad CAPÍTULO II


civil por el hecho de las cosas en el derecho francés
REsPONSABILIDAD PoR AcTIVIDADES PELIGROSAS
y las soluciones dadas por la jurisprudencia ......................... 830
824. Introducción.............................................................................................................. 830 854. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 859
825. Primera etapa ............................................................................................................ 831 855. Plan ........................................................................................................................... 859
826. Segunda etapa ........................................................................................................... 832
SECCIÓN l.-Evolución doctrinal y jurisprudencia[
827. Tercera etapa ............................................................................................................. 833
828. Cuarta etapa .............................................................................................................. 834 856. Introducción ......................................................................................... ········ ........... ·· 860
829. Quinta etapa .............................................................................................................. 836 857. Influencia del derecho francés ................................................................................. · 860
830. Sexta etapa ................................................................................................................ 837 858. La peligrosidad de las cosas en la doctrina de Ripert ............................................... 860
831. Séptima etapa ........................................................................................................... 838 859. Aporte de la jurisprudencia y la doctrina colombianas en la elaboración
de la teoría de las actividades peligrosas .... ................................ ................... .. ......... 861
832. Octava etapa ............................................................................................................. 839
860. Doctrina sobre la exégesis del artículo 2356 del Código Civil ................................ 862
833. Novena etapa .................... :....................................................................................... 840
834. Décima etapa ............................................................................................................ 842 SECCIÓN II.- Ideas que han influido para elaborar
835. Undécima etapa ........................................................................................................ 843 la teoría de la responsabilidad por actividades peligrosas
836. Duodécima etapa ..................................................................................... ................. 844 861. Teoría del riesgo ....................................................................................................... 866
837. Conclusiones sobre los requisitos que la jurisprudencia francesa exige 862. Presunción de culpabilidad ....................................................................................... 867
para que haya responsabilidad por el hecho de las cosas .. ....... ........... ... .................. 844 863. Teoría de la culpa en guarda ..................................................................................... 868
SECCIÓN H.-Principio general de responsabilidad 864. Forma de exoneración ("presunción de responsabilidad") .................... ................... 868
por el hecho de las cosas en el derecho colombiano 865. Diferencia entre presunción de culpa y de responsabilidad ..................................... 868
838. Bibliografía sumaria ..... .. ........ ...... .. .. .. ............... .............. .......... ............... ........... ... . 845 866. Estado actual de la doctrina colombiana sobre actividades peligrosas .................... 869
839. Ausencia aparente de un principio general de responsabilidad civil
por el hecho de las cosas ....................... ......... .............. .................................... ........ 846 SECCIÓN III. -Fundamento jurídico de la responsabilidad
por actividades peligrosas
840. Las perturbaciones de vecindario en el derecho belga ............................................. 847
841. Aceptación de esta teoría por la jurisprudencia........................................................ 848 867. La culpa es el fundamento filosófico del artículo 2356 del Código Civil ................ 870
842. Aplicación de esta teoría en el derecho colombiano ................................................ 849 868. En la práctica, responsabilidad objetiva ................................................................... 871
843. Las perturbaciones de vecindario en nuestra jurisprudencia .................................... 850 869. La culpa probada o presunta en la responsabilidad por actividades peligrosas ....... 872
844. Conclusión ................................................................................................................ 853 870. Recapitulación .......................................................................................................... 874
845. Justificación de esta teoría como principio general de responsabilidad 87!. Situación de la responsabilidad por actividades peligrosas ...................................... 874
civil por el hecho de las cosas .................................................................................. 853 876. Conclusión ................................................................................................................ 879
846. Supuestos lógico-jurídicos del artículo 669 ............................................................. 854 . 877. Situación probatoria de la víctima .......... .... .. .... ............. ...... ................... .................. 879
847. Complementación de la teoría de la garantía ........................................................... 855 878. La jurisprudencia colombiana apoya nuestra tesis ................................................... 879
848. Instituciones relativas a esta teoría ........................................................................... 855
849. La teoría de la "garantía" no requiere actividad peligrosa ....................................... 857 SEcCióN IV. -Quién es responsable por actividades peligrosas
850. La responsabilidad no surge de la calidad de propietario sino del goce 879. Planteamiento del problema ..................................................................................... 881
que de la propiedad se haga ...................................................................................... 857
880. Las nociones de "guardián de la cosa" y de "responsable de la actividad
851. Aplicación de esta teoría a personas distintas al propietario ........... ......................... 857 peligrosa" .................................................. ·......... ······················································ 882
852. La responsabilidad basada en el derecho de dominio se aplica a los incapaces ...... 858 Sub sección I. -Evolución de la jurisprudencia y la doctrina en el derecho
853. Aceptación de esta teoría por la jurisprudencia ........................................................ 858 francés....................................................................................... 882
Xfii TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL ÍNDICE GENERAL X/ÍÍÍ

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881. En el derecho francés ............................................................................................... 882 911. Crítica de la jurisprudencia....................................................................................... 918


882. La guarda jurídica..................................................................................................... 883 912. Conclusión ................................................................................................................ 920
883. La guarda material .................................................................................................... 883 IV. La determinación del responsable de la actividad peligrosa
884. Pluralidad de guardianes para una sola cosa: guarda acumulativa y alternativa ...... 884 en algunos casos especiales ................................................................... 920
885. Guarda en la estructura y en el comportamiento ...................................................... 885 913. Consideraciones generales ....................................................................................... 920
886. Conclusiones ............................................................................................................ 886 § l. El propietario que requiere autorización administrativa para
Subsección II. -¿Quién es responsable de la actividad peligrosa cortar un árbol .................................................................................. 920
en el derecho colombiano? .... .. .... .. ........ ... .. ...... ... ...... .... ... .. ... . 886 § 2. El ladrón o usurpador de la actividad .............................................. 921
l.
Evolución de la jurisprudencia colombiana ............................................. 887 § 3. El trabajador o dependiente no es en principio responsable
888. Casación del17 de diciembre de 1943 ..................................................................... 887 de la actividad peligrosa................................................................... 921
889. Sentencia 21 de febrero de 1947 .............................................................................. 890 § 4. Caso del dependiente que abusa de las funciones ............................ 924
890. Sentencia 5 de abril de 1962 ..................................................................................... 891 § 5. Daño causado a un tercero, cuando el propietario ha prestado
891. Casación civil lO de julio de 1962 ........................................................................... 891 la actividad peligrosa ....................................................................... 924
892. Casación 18 de mayo de 1972 .................................................................................. 892 § 6. Caso del daño causado por un aprendiz de conducción
de vehículos cuando estaba bajo la dirección del instructor ............ 925
893. Casación 18 de marzo de 1976 ................................................................................. 893
§ 7. Daños causados a terceros por el arrendatario de la actividad.
894. Casación 23 de septiembre de 1976 ......................................................................... 893
El mecánico, el depositario, el transportador................................... 926
895. Sentencia del Tribunal Superior de Medellín de 16 de noviembre de 1979 ............. 893
§ 8. Daño causado con el vehículo retenido o secuestrado ..................... 926
II. Nuestra posición sobre el responsable de la actividad peligrosa
derecho colombiano ................................................................................ 894 § 9. La responsabilidad de los daños causados por mercancías
transportadas o depositadas ............................................................. 927
896. Conclusión sobre la noción de "responsable por actividad peligrosa"
en el derecho colombiano ......................................................................................... 894 § 10. La responsabilidad cuando la cosa causante del daño se entrega
al arrendatario en virtud de un contrato de "leasing" ...................... 927
897. Responsabilidad por la estructura y responsabilidad por el comportamiento .......... 894
§ 11. Cómo obra la presunción por actividades peligrosas cuando
898. El propietario de la actividad peligrosa se presume guardián .................................. 897 ella causa un daño a quien la está utilizando sin ser dueño ............. 928
899. La jurisprudencia colombiana acepta presunción contra propietario ....................... 900
SECCIÓN V. -Qué se entiende por actividad peligrosa
900. Prueba de la calidad de responsable de la actividad ................................................. 901
925. Introducción ............................................................................................................ ·. 929
901. La guarda de la actividad se presume en el dueño de la explotación donde
está siendo utilizada la cosa que produjo el daño ..................................................... 901 Subsección I. -La doctrina extranjera ........................... ................................... 930

902. Responsabilidad solidaria de los copropietarios o guarda colectiva ........................ 902 926. El derecho italiano .................................................................................................... 930

903. En Colombia, la responsabilidad de la actividad puede ser acumulativa ................. 903 927. Derechos soviético y mexicano ................................................................................ 931

904. Guarda acumulativa del propietario del vehículo y del arrendatario exclusivo 928. Derecho chileno ........................................................................................................ 934
del mismo ................................................................................................................. 904 Subsección II. -Nuestra posición sobre el concepto de actividad peligrosa .... 935
905. La responsabilidad por el hecho ajeno y por actividades peligrosas son 929. Definición propia ...................................................................................................... 935
acumulables .............................................................................................................. 905 930. Análisis de la definición ........................................................................................... 936
III. Responsabilidad de los dueños y empresarios del transporte 931. En Colombia, la actividad peligrosa puede ejercerse con cosas o sin ellas ............. 936
según la Ley 336 de 1996 ...................................................................... 907 932. Organizadores de aglomeraciones o de actividades que generan posibilidad
906. Estatuto del Transporte ............................................................................................. 907 de actos violentos de terceros ................................................................................... 938
§ l. La responsabilidad del propietario del automotor ........................... 908 935. La peligrosidad puede surgir de la estructura o del comportamiento ....................... 940
§ 2. La responsabilidad de la empresa a la cual está afiliado el 936. Peligrosidad de la estructura ..................................................................................... 941
vehículo transportador ..................................................................... 912 937. Peligrosidad en el comportamiento .......................................................................... 941
910. La jurisprudencia colombiana .................................................................................. 915 938. Concepto de peligrosidad ......................................................................................... 941
ÍNDICE GENERAL XfV
XfÍV TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL

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940. Peligrosidad surgida por la multiplicación de la energía o el movimiento .............. 943 968. a) Accidentes de trabajo ........................................................................................... 987
941. Peligrosidad surgida por la capacidad de destrozo que tienen ciertos 969. b) Contratos de transporte ........................................................................................ 988
elementos ................... ............................................................................................... 944 Subsección III. -La carga de la prueba de la causalidad entre la conducta
942. Peligrosidad a causa de la incertidumbre de los efectos generados del guardián y la cosa con la cual se ejerce la actividad
por la actividad .. .. ... ... .. .. .. .. .. ... .. .. ..... .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. ... .. ... .. .. .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. . 945 peligrosa .................................................................................. 989
943. Actividad peligrosa que no causa daños físicos a las cosas ..................................... 946 970. Conceptos ................................................................................................................. 989
944. Conclusiones parciales ............................. 00.... .... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. . .. . .. .. .. .. .. . .. . .. . 946 SEccióN VII. -La responsabilidad civil por actividades peligrosas
Subsección III. -La doctrina y la jurisprudencia colombianas y el concepto y los incapaces
de actividad peligrosa ............................................................ 947 971. Evolución en la jurisprudencia y la doctrina extranjeras. Derecho colombiano ...... 992
945. Criterio de nuestros autores ...................................................... 00.............................. 947
SECCIÓN VIII. -Formas de exoneración en la responsabilidad
946. La jurisprudencia colombiana .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .... .... ... ... .. .. .. .. .. ... ... 948
por actividades peligrosas
SECCIÓN VI. -El daño debe ser Cal'lS{lrdo Subsección I. -La exoneración cuando solo el demandado ejercía
actividad peligrosa .................................................................... 994
947. Introducción ·············································································································· 950
Subsección II. -La exoneración cuando hay colisión de actividades
Subsección I. -¿Cuándo el daño ha sido causado por una actividad peligrosas (neutralización de presunciones) ............................ 995
peligrosa?., ................................................................................ 951
974. La exoneración cuando hay colisión de actividades peligrosas ............................... 995
948. Dos vínculos de causalidad ...................................................................................... 951
I. Principios generales .. .. .. ... .. ... .. .. .. .. .. .. .. ... ... .. .. .. .. .. ... .. .... .. .. .. .. ... .. .. ... ... .. .. .. . 995
I. El vínculo de causalidad entre la cosa y el bien de la víctima ................. 952
975. Planteamiento del problema ..................................................................................... 995
949. Vínculo entre la actividad y el bien .......................................................................... 952
976. Responsabilidad por actividades peligrosas y por el hecho de las cosas ................. 996
950. La causalidad no es lo mismo que la concomitancia ................................................ 952
977. En Francia, presunción de responsabilidad por el hecho de las cosas;
951. Opinión de Boris Starck ........................................................................................... 953
en Colombia, culpabilidad por el ejercicio de actividades peligrosas ... .. ... .. .. ... .. .. ... 997
952. Se requiere que el daño surja de la peligrosidad de la actividad .............................. 954
978. La presunción de responsabilidad solo obra en favor de la víctima ......................... 997
953. La víctima debe probar la peligrosidad de la actividad ... 00 ....................................... 956
979. La situación en el derecho colombiano .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. ... ... .. .. .. .. .. ... ... .. .. ... .. ... .. .. .. .. . 998
954. Hecho de la cosa y hecho del hombre ........ 00............................................................ 956
980. Aclaración de términos ............................................................................................. 1000
955. Comportamiento normal o anormal de la actividad peligrosa .................................. 959
II. Incidencia de la actividad culposa de la víctima en la regulación
956. La responsabilidad por actividades peligrosas ejercida con cosas inertes probatoria y cuantificadora de la responsabilidad .................................. 1002
y con cosas en movimiento ... ... .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. ..... .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. ... ... ... 961
§ l. Actividad exclusiva del agente (demandado) .................................. 1002
957. Corte Suprema de Justicia, 22 de febrero de 1995 ................................................... 961
§ 2. Actividad del demandado y actividad de la víctima ........................ 1002
958. Aclaración de voto ···································································································· 965
A. Responsabilidad directa ................................................................ 1003
959. Contacto material entre la actividad peligrosa y la víctima ..................................... 976
1o Perjuicio unilateral .................................................................... 1003
960. La situación en el derecho colombiano .................................................................... 977 a) Reducción según la intensidad causal.. ................................ 1004
961. La jurisprudencia colombiana .................................................................................. 979 b) Repartición por partes viriles .............................................. 1004
II. El vínculo de causalidad entre actividad peligrosa y su responsable .. .. . 980 e) Reducción según la gravedad de la culpa de la víctima ...... 1005
Subsección II. -La carga de la prueba del vínculo de causalidad entre d) La situación en el derecho colombiano ............................... 1005
la actividad peligrosa y el daño............................................... 980 2° Perjuicio recíproco .................................................................... 1005
964. Teoría de la presunción ............................................................................................. 980 B. Responsabilidad por el hecho ajeno .............................................. 1006
965. Crítica de estas teorías .............................................................................................. 982 C.
La responsabiliad civil por el hecho de las cosas
y de las actividades peligrosas ....................................................... 1007
966. La jurisprudencia colombiana y la prueba del nexo causal ...................................... 983
992. Introducción .............................................................................................................. 1007
967. Casos excepcionales en los que se presume la imputabilidad material del hecho
a la actividad peligrosa .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. ... ... .. .. ... ... .. .. .. .. ... .. .. .. ... ... ... . 987 993. En Francia, el hecho aun no culposo de la víctima es causal de reducción ............. 1008
XfVÍ TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL
ÍNDICE GENERAL XfVÍÍ

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1o Cuando solo una de las partes era guardián de una cosa o ejer- SEccióN IX. -La responsabilidad por actividades
cía una actividad peligrosa ........................................................ 1009 peligrosas en algunos casos especiales
a) Actividad peligrosa desplegada por el demandado .............. 1009
Subsección l. -La responsabilidad por actividades peligrosas no se aplica
b) Actividad peligrosa desplegada por la víctima .................... 1010
en materia contractual .............................................................. 1039
2o Actividad peligrosa desplegada por la víctima y por el deman-
1028. Planteamiento del problema ..................................................................................... 1039
dado (colisión de actividades peligrosas) .................................. 1011
1029. La jurisprudencia colombiana .................................................................................. 1040
a) Aclaraciones previas ............................................................ 1011
997. Aclaración de algunos conceptos ............................................................................. 1011 1030. Precisión ................................................................................................................... 1041
998. El juez debe tratar de probar una culpa diferente a la misma actividad 1031. 1°) Responsabilidad cuando la aeti vidad peligrosa arrendada ha causado
peligrosa ................................................................................................................... 1o11 daño al arrendatario (alquiler de vehículos) ............................................................. 1043
999. La actividad más peligrosa no absorbe la menos peligrosa ...................................... 1012 1032. 2°) Daño causado por la actividad peligrosa al comprador de ella ........................... 1044
1000. El problema de la colisión no se presenta si la víctima es un tercero ajeno 1033. 3°) Daño sufrido por el comodatario de la actividad peligrosa ................................ 1045
a las actividades ........................................................................................................ 1015 1034. 4°) Daño causado por la actividad peligrosa que sirve de instrumento
b) Teorías sobre la prueba de la culpa cuando hay colisión para la ejecución de un contrato (responsabilidad del transportador) ...................... 1046
de actividades peligrosas ..................................................... 1015 1035. 5°) Daño causado con los instrumentos del deudor contractual a un bien
1) Colisión de actividades peligrosas con una sola víctima .......... 1016 del acreedor distinto al objeto del contrato .............................................................. 1047
a) Teoría de la neutralización de presunciones ........................ 1016 1036. 6°) Daño causado por una actividad peligrosa del deudor a un bien
1003. Esta teoría fue sostenida inicialmente por Planiol y Ripert y por Josserand ............ 1016 del acreedor de una obligación de medio ................................................................. 1047
b) Presunciones solo en favor de la víctima ............................. 1O17 1037. No se puede confundir la teoría de los riesgos en materia contractual
e) Posición propia .................................................................... 1O18 y las actividades riesgosas en materia extracontractual ............................................ 1048
1006. Nuestra opinión ha sido acogida por la jurisprudencia ............................................ 1020 1038. Teoría de los riesgos (contractual) y teoría del riesgo creado (extracontractual)
1008. Sentencia del1° de marzo de 1954 ........................................................................... 1021 en materia bancaria ................................................................................................... 1049
1009. Sentencia del29 de octubre de 1979 ........................................................................ 1021 Subsección II. -Las actividades peligrosas, los accidentes de trabajo y las
enfermedades profesionales .................................................... 1050
1010. Sentencia del17 de julio de 1985 ............................................................................. 1022
1039. Planteamiento del problema ..................................................................................... 1050
d) Balance y evolución de la jurisprudencia colombiana ........ 1023
1O11. Caos conceptual ........................................................................................................ 1023 1040. 1°) Acción hereditaria transmitida por el trabajador fallecido .................................. 1051
1012. La jurisprudencia colombiana .................................................................................. 1024 1041. 2°) Acción personal de los familiares o de terceros .................................................. 1052
1013. Sentencia de 29 de octubre de 1979 ......................................................................... 1024 1042. La jurisprudencia colombi~ma y la carga de la prueba en la responsabilidad
por accidentes de trabajo. Derrotero general ............................................................ 1053
1014. Sentencia del3 de agosto de 1983 ............................................................................ 1026
1015. Sentencia del17 de julio de 1985 ............................................................................. 1027 1043. La culpa probada de los compañeros de trabajo es considerada, a veces,
como la culpa probada del patrono ........................................................................... 1054
1016. Sentencia del25 de febrero de 1987 ........................................................................ 1028
1017. Sentencia del 12 de abril de 1991 ............................................................................. 1029 1044. La jurisprudencia colombiana .................................................................................. 1055
1018. Sentencia del25 de octubre de 1994 ........................................................................ 1029 1045. El derecho francés .................................................................................................... 1064
1019. Sentencia de 22 de febrero de 1995 .......................................................................... 1031 1046. Posición propia ......................................................................................................... 1066
1020. Conclusión ................................................................................................................ 1031 Subsección III. -Las actividades peligrosas y la responsabilidad médica
y hospitalaria ......................................................................... 1069
2) Colisión de actividades peligrosas con dos víctimas ................ 1031
1047. Planteamiento del problema y plan .......................................................................... 1069
a) Teoría de la neutralización de presunciones ........................ 1032
b) Teoría de las presunciones recíprocas ................................. 1033 l.
Daños causados por el médico pero ajenos al acto médico en sentido
e) Teoría de la relatividad de las actividades peligrosas. estricto ...................................................................................................... 1070
(Teoría mixta) ....................................................................... 1035 1049. Incumplimiento puro y simple por parte del médico ............................................... 1070
d) Teoría de la repartición entre las dos partes ........................ 1036 1050. Mora del médico en la prestación del servicio ......................................................... 1071
e) Posición propia .................................................................... 1036 1051. Responsabilidad por suministro de medicamentos defectuosos ............................... 1071
ÍNDICE GENERAL XfiX
XfVÍÍÍ TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL

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1052. Responsabilidad por errores de laboratorio .............................................................. 1073 1084. El Consejo de Estado no aplica realmente el principio de las cargas dinámicas,
con la instrumentación procesal que tal doctrina exige ............................................ 1122
1053. Responsabilidad por daños causados por las prótesis .............................................. 1074
1085. El Consejo de Estado da por sentado que siempre es la entidad demandada
1054. La obligación de seguridad en la responsabilidad médica ....................................... 1075 · quien está en mejor posición probatoria y, por lo tanto, impone a esta
1055. Daños causados con cosas ajenas o utilizadas en el tratamiento .............................. 1077 una presunción de culpa ........................................................................................... 1123
II. La prueba de la culpa médica cuando el daño se deriva de daños 1086. Consejo de Estado, julio 1o de 2004 ......................................................................... 1123
causados durante el acto médico en sentido estricto ............................... 1080 1087. Consejo de Estado, diciembre 14 de 2004 ............................................................... 1124
§ l. La responsabilidad civil de los médicos particulares ...................... 1080 1088. El Consejo de Estado a veces olvida la doctrina de las cargas dinámicas
de las pruebas y vuelve a aplicar la doctrina de la falla presunta ............................. 1125
A. La prueba de la culpa en la responsabilidad contractual.. ............. 1081
1089. A veces el Consejo de Estado exige que la falla o culpa del servicio
1059. La culpa médica por defectuosa prestación del servicio no se presume.
sea probada ............................................................................................................... 1129
Remisión a las normas que regulan el mandato ....................................................... 1081
1090. Consejo de Estado, enero 30 de 1998 ....................................................................... 1129
1060. Objeción a esta doctrina ........................................................................................... 1083
1091. Consejo de Estado, junio 14 de 2001 ....................................................................... 1132
1061. Contra argumentación .............................................................................................. 1084
1092. Consejo de Estado, julio 1o de 2004 ......................................................................... 1137
1062. Opinión de la doctrina y la jurisprudencia ............................................................... 1085 1093. Presunción de causalidad .......................................................................................... 113 8
1063. Interpretación del artículo 2184 del Código Civil .................................................... 1088 1094. Responsabilidad objetiva y carga dinámica de las pruebas en materia
1064. Justificación de esta solución ................................................................................... 1091 de obstetricia en un fallo de 14 de diciembre de 2004 ............................................. 1144
1065. El paciente asume los riesgos ................................................................................... 1095 1095. El error en el diagnóstico es culpa probada ............................................................. 1147
1066. La Corte, en fallo de 30 de enero de 2001, no fija un criterio único sobre 1096. Abanico completo de teorías probatorias ................................................................. 1150
la carga de la prueba en la responsabilidad contractual de los médicos ................... 1097 1097. Culpa por no explicar los riesgos al paciente ........................................................... 1154
1067. Comentarios al fallo anterior .................................................................................... 1101 1098. Conclusión y propuesta de solución para la indemnización de los daños
1068. La Corte en fallo de 13 de septiembre del2002 reafirma que al paciente provenientes del acto médico ................................................................................... 1162
corresponde probar la culpa del médico y el nexo causal entre dicha culpa 1098-1. Derrumbe de la teoría de la presunción de falla de servicio, y de la Teoría
y el daño ................................................................................................................... 1105 de las cargas dinámicas de la prueba ........................................................................ 1163
1069. A veces, la culpa es virtual ....................................................................................... 1106 Subsección IV. -Las actividades peligrosas y los daños causados
B.
La prueba de la culpa médica en la responsabilidad por medios de transporte terrestre y aéreo ............................ 1164
extracontractual ............................................................................. 1108 1099. Introducción ........................................................................................................... ·.. 1164
1071. Los diversos tipos de responsabilidad extracontractual ........................................... 1108 I. Responsabilidad civil por daños causados con vehículos
1072. En principio, el médico no responde por actividades peligrosas .............................. 1109 en el transporte terrestre ........................................................................... 1164
1073. La Corte, en fallo de 30 de enero de 2001 acepta que la responsabilidad 1100. Plan ........................................................................................................................... 1164
extracontractual médica es con culpa probada ......................................................... 1111 § l. Responsabilidad extracontractual por daños causados
1074. Aplicación de la culpa virtual ................................................................................... 1112 a las personas o a las cosas con un automotor terrestre ................... 1165
§ 2. La prueba de la culpa médica en la responsabilidad del Estado ... 1112 100 l. Introducción ................................................................................. ·.. ·............... ·...... ·.. 1165
1075. Presunción de falla del servicio. Remisión ............................................................... 1112 A.
Responsabilidad civil por daños cubiertos por el seguro
automoviliario obligatorio ............................................................ 1165
1076. Falacia de los argumentos ........................................................................................ 1113
1103. Daños cubiertos ........................................................................................................ 1165
1077. Presunción de causalidad y no de culpa ................................................................... 1114
1104. Cuantías de las coberturas ........................................................................................ 1166
1078. Definámonos: o responsabilidad civil o seguridad social ......................................... 1115
1105. Vehículos cubiertos ................................................................................................. ·. 1168
1079. El problema es de plata ............................................................................................ 1116 1106. Responsables a quienes beneficia ............................................................................. 1169
1080. Caos jurisprudencia! posterior a 1998 ...................................................................... 1118 1107. Si la víctima no reclama, el conductor o el responsable tienen derecho
1081. Aplicación de la carga dinámica de las pruebas ....................................................... 1118 a que se descuente .................................................................................................... 1169
1082. Crítica a esta teoría y evolución de la jurisprudencia hasta la fecha ........................ 1120 1108. Víctimas amparadas por el seguro obligatorio ......................................................... 1169
1083. Incoherencias de la jurisprudencia del Consejo de Estado ....................................... 1122 1109. Exoneración .......................................................................................................... ·.. · 1170
f TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL
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1110. El obligado a tomar el seguro es responsable de las prestaciones 1135. Introducción .............................................................................................................. 1184
si no hay póliza ......................................................................................................... 1171 A. Responsabilidad civil en el transporte aéreo nacional o interno ... 1184
B. Responsabilidad por daños no cubiertos por el seguro 11:36. Normas aplicables .................................................................................................... 1184
automoviliario obligatorio ............................................................. 1171 113 7. Responsabilidad contractual y extracontractual del transportador ........................... 1185
1111. Artículo 2356 del Código Civil ................................................................................ 1171 1138. Carga de la prueba .................................................................................................... 1185
§ 2. Responsabilidad civil por daños causados a los pasajeros
1139. La jurisprudencia colombiana y la responsabilidad por transporte aéreo ................ 1185
en el transporte terrestre ................................................................... 1171
1140. La carga de la prueba en el transporte aéreo a título gratuito .................................. 1186
1112. Responsabilidad por transporte a título oneroso ...................................................... 1171
B. La responsabilidad civil en el transporte aéreo internacional ....... 1187
A.
La responsabilidad civil en el transporte terrestre remunerado
1141. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 1187
de pasajeros ................................................................................... 1172
1113. Acciones por daños causados a los pasajeros ........................................................... 1172 1142. Legislación aplicable ................................................................................................ 1187
1114. Acción contractual .................................................................................................... 1172 1143. l. Noción de parte contratante ................................................................................. 1187
1115. Acción personal extracontractual derivada del mismo hecho .................................. 1173 1144. 2. El convenio se aplica en materia contractual y extracontractual ......................... 1188
1116. Naturaleza de la obligación contractual ................................................................... 1173 1145. 3. Noción de transporte aéreo internacional ............................................................ 1188
1117. Carga de la prueba en el ejercicio de la acción contractual derivada del contrato 1146. 4. Transporte de mercancías y de pasajeros ............................................................ 1189
de transporte ............................................................................................................. 1174 1147. 5. Responsabilidad del transportador ...................................................................... 118 9
1118. Cláusulas limitativas o exoneratorias de la responsabilidad ..................................... 1176 1148. 6. La prueba de la culpa ........................................................................................... 1189
1119. Las cláusulas sobre limitación de responsabilidad no se aplican a la acción 1149. 7. Perjuicio de los pasajeros y de terceros ............................................................... 1190
personal de los familiares ......................................................................................... 1176
1150. 8. Monto de la indemnización ................................................................................. 1190
1120. Prescripción de la acción .......................................................................................... 1177
1151. 9. Ruptura del tope máximo por culpa del transportador ........................................ 1190
B. La responsabilidad civil en el transporte terrestre gratuito ........... 1177
1152. Jurisdicción y competencia ...................................................................................... 1191
1121. Conceptos ................................................................................................................. 1177
1153. Utilización de varias compañías aéreas .................................................................... 1191
II. Responsabilidad civil contractual y extracontractual generada
por el transporte aéreo ............................................................................ 1178 1154. Caducidad .................................................................................................................. 1192

1122. Introducción .............................................................................................................. 1178 III. El ejercicio de las acciones contractual y extracontractual derivadas
de la muerte de un pasajero (C. de Co., art. 1006) ................................ 1193
§ l. Responsabilidad aquiliana del transportador aéreo por daños
en la superficie ................................................................................. 1179 1155. Planteamiento del problema ..................................................................................... 1193

1123. Planteamiento del problema ..................................................................................... 1179 § l. Las acciones contractual y extracontractual derivadas
de un mismo hecho .......................................................................... 1193
1124. Esta responsabilidad solo se aplica a aeronaves que se hallen en vuelo .................. 1179
1125. Personas protegidas .................................................................................................. 1180 1156. Distinción de las acciones en responsabilidad ......................................................... 1193

1126. Personas responsables .............................................................................................. 1180 1157. El daño u objeto perteneciente a cada acción ........................................................... 1195
1127. Exoneración del responsable .................................................................................... 1181 § 2. En qué consiste la prohibición de acumular acciones
1128. Límite de la responsabilidad ..................................................................................... 1182 en responsabilidad civil .................................................................... 1197

1129. Colisión de aeronaves ............................................................................................... 1182 1158. Planteamiento del problema ..................................................................................... 1197
1130. Daños causados por nave detenida ........................................................................... 1183 1159. Acumulación de acciones en responsabilidad .......................................................... 1198
1131. Abordaje de aeronaves en vuelo ............................................................................... 1183 1160. Acumulación de pretensiones ................................................................................... 1199
1132. La prescripción de la acción por daños causados por aeronaves en la superficie .... 1183 1161. Coexistencia de pretensiones .................................................................................... 1199
1133. El Código de Comercio excluye la aplicación del artículo 2356 1162. Opción (mal llamada acumulación) para que la víctima escoja entre varias
del Código Civil cuando se trata de daños en la superficie por abordaje ................. 1183 instituciones de la responsabilidad civil ................................................................... 1200
§2. Responsabilidad del transportador aéreo por daños a pasajeros ....... 1184 § 3. Aplicación de estas nociones en el contrato de transporte
1134. Biblia grafía sumaria ................................................................................................ 1184 (C. de Co., art. 1006) ....................................................................... 1202
fjj TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL ÍNDICE GENERAL fjjj

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1163. Criterios generales .................................................................................................... 1202 1195. Desarrollo sostenido y perturbación anormal: criterios de interpretación ............... 1229
1164. Las acciones pueden ejercerse separada o sucesivamente ........................................ 1204 1196. Competencia para suspender, suprimir o modificar las licencias ............................. 1231
1165. Consecuencias procesales cuando se dan los presupuestos de las dos acciones ...... 1205 1197. Legitimación para pedir las sanciones ...................................................................... 1232
1166. La jurisprudencia colombiana .................................................................................. 1206 1198. Sanciones y medidas correctivas .............................................................................. 1233
Subsección. V. -Las actividades peligrosas y los medios de comunicación ..... 1211 1199. Utilización de las tasas retributivas .......................................................................... 1235
1167. Planteamiento del problema ..................................................................................... 1211
1200. El pago de las tasas no excluye indemnización por daños ....................................... 1236
1168. En plincipio se requiere culpa probada .................................................................... 1211
1201. Fondos y seguros de responsabilidad civil ............................................................... 1236
1169. Solución en caso de noticias falsas ........................................................................... 1213
B. Medidas judiciales .................................................................................. 1236
1170. Aplicación de la responsabilidad por actividades peligrosas ................................... 1214
1202. Daño colectivo, daño de grupo y daño individual .................................................... 1236
1171. ¿Quién responde? ..................................................................................................... 1215
1) Acción de cumplimiento ........................................................... 1238
Subsección VI. -Las actividades peligrosas y la informática ........................... 1216
1203. Principios generales .................................................................................................. 1238
1172. Planteamiento del problema ..................................................................................... 1216
1173. Responsabilidad de los fabricantes de productos informáticos ................................ 1216 1204. Acción de cumplimiento y acción de tutela ............................................................. 1239
1174. Responsabilidad de los utilizadores de la informática ............................................. 1217 1205. La acción de cumplimiento no es procedente para reclamar la indemnización
de perjuicios ............................................................................................................. 1240
Subsección VII. -Las actividades peligrosas, la contaminación ambiental
y las perturbaciones de vecindario ...................................... 1218 1206. Requerimiento previo ............................................................................................... 1240
1175. Planteamiento del problema y plan .......................................................................... 1218 1207. La acción de cumplimiento no requiere la existencia de un daño ............................ 1240
I. La responsabilidad por contaminación ambiental.. .................................. 1219 1208. Responsabilidad del Estado en caso de incumplimiento de la ley ........................... 1241
§ l. Legislación aplicable a la protección del medio ambiente 2) Acción de tutela ........................................................................ 1241
y a la responsabilidad por su contaminación ................................... 1220 1209. Principios generales .................................................................................................. 1241
1178. Constitución Nacional .............................................................................................. 1220
1210. La acción de tutela y la protección ambiental .......................................................... 1241
1179. Código Penal ............................................................................................................ 1221
1211. La acción de tutela y la indemnización de perjuicios ............................................... 1242
1180. Código de Recursos Naturales y matelias afines ..................................................... 1221
1212. Contra quién se ejerce la acción de tutela para la protección del ambiente ............. 1243
1181. Ley 99 de 1993 ......................................................................................................... 1222
1213. Basta un daño potencial ............................................................................................ 1244
1182. Código Civil ............................................................................................................. 1222
1214. Debe existir un nexo de causalidad entre la contaminación ambiental
1183. Convenio de Bruselas sobre contaminación con hidrocarburos (L. 55/89) .............. 1223
y el daño real o potencial.: ........................................................................................ 1244
1184. Acción de tutela ........................................................................................................ 1223
1215. La jurisprudencia colombiana .................................................................................. 1245
1185. Acciones de cumplimiento ....................................................................................... 1223
1216. El derecho al ambiente sano ..................................................................................... 1247
1186. Acciones populares y de grupo ................................................................................. 1224
1217. La tutela cuando el demandado cumple las normas ambientales ............................. 1256
§ 2. Conflicto entre desarrollo económico y ambiente sano ................... 1224
1218. Qué puede ordenar el juez de tutela ......................................................................... 1257
1187. Textos constitucionales contradictolios .................................................................... 1224
3) Acciones populares ................................................................... 1258
§ 3. Medidas correctivas y preventivas ................................................... 1226
1219. Legislación aplicable ................................................................................................ 1258
A. Medidas administrativas tendientes a prevenir y atenuar
1220. Acciones populares por daño contingente a intereses y derechos colectivos ........... 1259
la contaminación ambiental ........................................................... 1227
1221. Acciones populares por daño contingente a los derechos de los particulares .......... 1259
1) Trámite de licencias y permisos ambientales ............................... 1227
1191. Competencia para otorgar las licencias .................................................................... 1227 1222. Bien protegido: el equilibrio ecológico o el patrimonio de los particulares ............. 1260
1192. Lugares de la contaminación .................................................................................... 1227 1223. Trámite judicial ........................................................................................................ 1261
1193. Cupos de contaminación .......................................................................................... 1228 1224. La acción popular no exige culpa probada del demandado ...................................... 1261
1194. Las tasas de retribución ............................................................................................ 1229 1225. Relaciones entre la acción de tutela y las acciones populares .................................. 1261
2) Sanciones y correcciones en caso de contaminación ................... 1229 1226. Trámite preferencial ................................................................................................. 1261
fÍV TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL ÍNDICE GENERAL /V

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1227. Contra quién se puede ejercer las acciones populares .............................................. 1262 1259. Se requiere que la contaminación sea anormal ........................................................ 1281
1228. Quién puede ejercer las acciones populares ............................................................. 1262 1260. Daño anormal y contaminación anormal .................................................................. 1284
1229. Acciones populares por deterioro a bienes ambientales de propiedad particular ..... 1262 1261. Reparación del daño al ambiente mismo .................................................................. 1285
1230. Acciones populares cuando se está contaminando con autorización judicial .......... 1263 1262. Reparación de otros daños patrimoniales o extrapatrimoniales ............................... 1286

1231. Jueces que conocen de las acciones populares ......................................................... 1263 1263. El daño se evalúa al momento de la sentencia definitiva .......................................... 1286
1264. Compensación por otros beneficios .......................................................................... 1287
1232. Medidas cautelares ................................................................................................... 1263
1265. Predisposiciones de la víctima ................................................................................. 1287
1233. Pacto de cumplimiento ............................................................................................. 1264
1266. El ejercicio de las acciones de grupo ........................................................................ 1287
1234. Sentencia .................................................................................................................. 1266
1267. Sistema ideal de las acciones de grupo .................................................................... 1288
4) Acciones indernnizatorias (responsabilidad civil)
1268. Ese no es el sistema consagrado para las acciones de grupo en la Ley 472
por contaminación ambiental .................................................... 1267
de 1998 ..................................................................................................................... 1288
§ l. Un hecho imputable al demandado ................................................. 1267
1269. Objetivo de las acciones de grupo ............................................................................ 1289
1236. Responsabilidad contractual ..................................................................................... 1267
1270. En las acciones de grupo los daños individuales deben derivarse de un daño
1237. Responsabilidad extracontractual ............................................................................. 1268 colectivo .................................................................................................................... 1290
1238. Artículo 88 de la Constitución Nacional .................................................................. 1268 1271. Se requiere un mínimo de 20 demandantes con condiciones de hecho
1239. Responsabilidad por incumplimiento de normas ambientales ................................. 1269 uniformes .................................................................................................................. 1290
1240. Responsabilidad pese al cumplimiento de normas ambientales ............................... 1269 1272. Legitimación para ejercer una acción de grupo ........................................................ 1291
1241. Responsabilidad por actividades peligrosas (art. 2356 del C.C.) ............................. 1269 1273. Jurisdicción y competencia ...................................................................................... 1292
1242. Quién responde por actividades peligrosas derivadas de la contaminación 1274. Audiencia de conciliación ........................................................................................ 1293
ambiental .................................................................................................................. 1270 1275. Contenido de la sentencia. Repartición de la indemnización ................................... 1294
1243. Responsabilidad civil derivada del derecho de dominio (art. 669 del C.C.) ............ 1270 1276. Comentarios .............................................................................................................. 1295
1244. La teoría del abuso del derecho ................................................................................ 1271 1277. Efectos de la sentencia de una acción de grupo ....................................................... 1299
1245. Código de Recursos Naturales (art. 16, L. 23/73) .................................................... 1271 1278. Efectos del fallo condenatorio .................................................................................. 1299
1246. Ley 55 de 1989, mediante la cual se incorpora a la legislación colombiana 1279. Qué pasa con otros procesos paralelos que no se conocían ..................................... 1300
el Convenio Internacional sobre Responsabilidad Civil por Daños Causados 1280. Efectos del fallo absolutorio dentro de una acción de grupo ................................... 1300
por la Contaminación de las Aguas del Mar por Hidrocarburos de 1969
1281. Recursos contra la sentencia ..................................................................................... 1301
y su Protocolo de 1976 ............................................................................................. 1272
§ 3. El nexo causal en la contaminación ambiental ................................ 1301
1247. Principios generales sobre exoneración del demandado por contaminación
ambiental .................................................................................................................. 1274 1282. Remisión ................................................................................................................... 1301
1248. Contaminación ambiental por actos de terrorismo ................................................... 1275 1283. Solidaridad entre contaminadores ............................................................................ 1301
1284. Concurrencia de contaminaciones leves ................................................................... 1302
A. El daño colectivo ........................................................................... 1277
1250. Concepto ................................................................................................................... 1277 1285. La contaminación leve puede llegar a ser anormal ................................................... 1303
1286. Solución cuando la víctima también contamina ....................................................... 1303
1251. Vía procesal para reclamarlo .................................................................................... 1277
1287. La contaminación ambiental y las teorías tradicionales sobre la causalidad
1252. Legitimación para recibir la indemnización del daño colectivo ............................... 1277
(causalidad concurrente) ........................................................................................... 1304
1253. Destinación de la indemnización del daño colectivo ................................................ 1278
1288. Responsabilidad del dueño de un bien contaminante que antes
1254. Daño colectivo por el simple deterioro del ambiente .............................................. 1278 de su adquisición ya había causado el daño ............................................................. 1305
1255. Reparación del daño colectivo. Imposición de tasas o contribuciones ..................... 1279 1289. Prueba del nexo causal ............................................................................................. 1305
1256. Límites indernnizatorios ........................................................................................... 1279 1290. La prueba de la causalidad y el grupo de agentes contaminantes cuya autoría
B. Daños individuales y de grupo ...................................................... 1280 se desconoce ............................................................................................................. 1306
1257. Acciones individuales y de grupo ............................................................................. 1280 H. La responsabilidad por perturbaciones de vecindario ............................ 1307
1258. En qué consisten los daños individuales en materia ambiental ................................ 1280 1291. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 1307
fVÍ TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL ÍNDICE GENERAL fVÍÍ

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1292. Introducción .............................................................................................................. 1307 CAPÍTULO III


1293. Planteamiento del problema ..................................................................................... 1308
CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL
1294. A qué daños se aplica la responsabilidad por perturbación de vecindario ............... 1308
HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS
1295. Acumulación de responsabilidad por perturbaciones de vecindario y otras
fuentes de responsabilidad ........................................................................................ 1309 1321. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 1329
1296. Diferencia entre la responsabilidad por abuso del derecho y la responsabilidad 1322. Plan ........................................................................................................................... 1329
por perturbaciones de vecindario .............................................................................. 1309
1297. Fundamento de esta responsabilidad ........................................................................ 1309 SEccióN l. -La responsabilidad civil por los daños en las
1298. Noción de vecino ...................................................................................................... 1310 construcciones o causados por estas
1299. La responsabilidad solo se aplica cuando las perturbaciones son anormales Sub sección l. -Responsabilidad civil del dueño de un inmueble ...................... 1330
o excesivas ................................................................................................................ 1311 l. Diferentes tipos de responsabilidad de los propietarios de inmuebles
1300. Las perturbaciones de vecindario en la jurisprudencia colombiana ......................... 1313 por daños no provenientes de su ruina ..................................................... 1331
130 l. Las perturbaciones de vecindario y la contaminación ambiental ............................. 1314 1326. Responsabilidad frente a los vecinos del edificio en el cual se produce la ruina ..... 1332
1302. Las perturbaciones de vecindario y los daños derivados de la construcción ............ 1314 1327. La jurisprudencia colombiana (cas., 4 dic. 1963) ..................................................... 1332
1303. Las formas de exoneración en 1~ responsabilidad por perturbaciones de vecindario .. 1315 1328. Nuestra posición ....................................................................................................... 1334
1304. Cómo se repara el daño proveniente de perturbaciones de vecindario ..................... 1315 1329. Abuso del derecho del dueño de un edificio ............................................................. 1335
1330. Daños causados sin ruina del edificio ...................................................................... 1335
Subsección VIII. -Las actividades peligrosas y la actividad deportiva ................. 1316
1331. Daños causados sin ruina después de terminada la construcción ............................. 1336
1305. Bibliografía sumaria ................................................................................................ 1316
1332. Daños causados durante la construcción .................................................................. 1339
1306. Planteamiento del problema y plan .......................................................................... 1316
1333. Responsabilidad durante la demolición del edificio ................................................. 1340
l. Daños causados y sufridos por el propio deportista ................................. 1317 1334. La jurisprudencia colombiana .................................................................................. 1340
1307. Responsabilidad contractual ..................................................................................... 1317 1335. La acumulación de responsabilidad por la ruina del edificio
1308. Accidente de trabajo ................................................................................................. 1317 y por las actividades peligrosas ................................................................................ 1341
1309. Contrato de entretenimiento o de alojamiento ......................................................... 1318 1336. Ocupación de predios vecinos .................................................................................. 1343
131 O. Contratos de aprendizaje deportivo .......................................................................... 1320 1337. La responsabilidad de los dueños por la ruina de los edificios
no se aplica en materia contractual ........................................................................... 1343
II. Daños causados por un deportista a otro competidor ............................. 1321
1338. La jurisprudencia colombiana .................................................................................. 1344
1312. Responsabilidad por accidente de trabajo ................................................................ 1321
II. Responsabilidad del dueño de inmuebles que se arruinan ..................... 1345
1313. Responsabilidad del deportista causante del daño ................................................... 1321 1339. Delimitación del tema .............................................................................................. 1345
1314. Responsabilidad del equipo del causante del daño .................................................. 1323 1340. Responsabilidad del dueño del edificio .................................................................... 1345
1315. Responsabilidad de los organizadores del espectáculo o del explotador 1341. Responsabilidad del usufructuario ........................................................................... 1345
de las instalaciones deportivas .................................................................................. 1323 1342. Edificio de propiedad de varias personas ................................................................. 1346
III. Responsabilidad por daños causados a los espectadores u otros 1343. Ruina causada por culpa de un tercero ..................................................................... 1346
terceros ................................................................................................... 1323
1344. Noción de edificio .................................................................................................... 1347
1317. Responsabilidad contractual ..................................................................................... 13 24 1345. El artículo 2350 no se aplica a los ascensores y otros accesorios ............................ 1348
1318. Responsabilidad extracontractual del organizador ................................................... 1325 III. Noción de nlina ..................................................................................... 1349
1319. Responsabilidad extracontractual de los deportistas, de los dueños de equipos 1346. Qué se entiende por ruina ........................................................................................ 1349
o de instalaciones deportivas .................................................................................... 1326 1347. De qué época debe provenir la ruina ........................................................................ 1350
Subsección IX. -Las actividades peligrosas y la responsabilidad del Estado .... 1327 IV. La carga de la prueba ............................................................................. 1351
1320. Principio y remisión ................................................................................................. 1327 1348. La carga de la prueba en la responsabilidad del artículo 2350 del Código Civil ..... 1351
/VÍÍÍ TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL ÍNDICE GENERAL fiX

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1349. La jurisprudencia colombiana y la carga de la prueba en la responsabilidad por 1374. Personas protegidas por la ley en la responsabilidad de los constructores ............... 1375
la ruina de los edificios ............................................................................................. 1355
l. Responsabilidad contractual ...................................................... 1375
1350. La prueba del nexo de causalidad ............................................................................. 1357
2. Responsabilidad aquiliana ......................................................... 1376
1351. Desde cuándo y hasta cuándo es responsable el dueño de un edificio ..................... 1358
1377. Personas responsables .............................................................................................. 1376
V. Formas de exoneración ........................................................................... 1358
a) El empresario o constructor ................................................. 1377
Subsección II. -Responsabilidad civil de constructores, vendedores
b) El arquitecto o ingeniero ..................................................... 1379
y promotores inmobiliarios ..................................................... 1359
e) Responsabilidad de los dependientes del empresario
1353. Introducción y plan ................................................................................................... 1359 o de los arquitectos .............................................................. 1380
l. Responsabilidad de los constructores de inmuebles ................................ 1360 d) Promotores inmobiliarios .................................................... 1380
1354. Legislación aplicable y plan ..................................................................................... 1360 e) Responsabilidad de los ingenieros o arquitectos, socios
de una persona moral que actúa como constructor .............. 1381
§ l. Responsabilidad del constructor en virtud de un contrato
1383. La solidaridad o la obligación al todo entre constructores responsables
de administración delegada ............................................................. 1360
contractualmente ...................................................................................................... 1382
1355. En qué consiste ......................................................................................................... 1360
1384. Responsabilidad aquiliana ........................................................................................ 1383
A) Obligaciones y responsabilidad como constructor y director 1385. La forma de exoneración cuando hay varios constructores comprometidos ............ 1383
de la obra ...................................................................................... 1361
1386. No toda ruina hace responsable a todos los constructores ....................................... 1384
B) Obligaciones y responsabilidad como asesor ............................... 1362
1387. Nulidad de las cláusulas ........................................................................................... 1384
C) Obligaciones y responsabilidad como mandatario ....................... 1363
1388. Carga de la prueba de la culpa del constructor ......................................................... 1384
D) Responsabilidad por actividades peligrosas como director
general de la obra ......................................................................... 1364 1390. La jurisprudencia colombiana .................................................................................. 1387
§ 2. Responsabilidad contractual y extracontractual del constructor 1391. De qué responde el constructor ................................................................................ 1387
en su calidad de empresario ............................................................ 1364 1392. Formas de exoneración del constructor .................................................................... 1388
1360. Introducción .............................................................................................................. 1364 1393. Caso especial de los interventores ............................................................................ 1388
A)
Reformas legislativas en el derecho francés ................................ 1365 1394. La jurisprudencia arbitral sobre responsabilidad decena! de los constructores ........ 1388
B)
Las normas colombianas que regulan la responsabilidad II. Responsabilidad de los vendedores de inmuebles .................................. 1394
contractual y aquiliana de los constructores ................................ 1366 1396. Vendedor que construye ........................................................................................... 1394
1363. Origen del daño ........................................................................................................ 1367 1397. Vendedor que encarga la construcción a un tercero ................................................. 1394
1364. No solo la ruina compromete al constructor ............................................................ 1368 1398. Acción contra el constructor ..................................................................................... 1395
1365. Paralelo entre las responsabilidades contractual y extracontractual 1399. Acción contra el vendedor ....................................................................................... 1395
de los constructores .................................................................................................. 1369
1400. Responsabilidad por vicios aparentes ....................................................................... 1395
1366. Concurso de responsabilidad entre el dueño del edificio y el constructor ............... 1369
1401. Responsabilidad por vicios ocultos .......................................................................... 1396
1367. Responsabilidad contractual de los constructores durante los trabajos .................... 1370
1402. Responsabilidad por falta de eficiencia .................................................................... 1397
1368. Si el daño extracontractual se produce durante la construcción no se aplica
el artículo 2351 del Código Civil sino la responsabilidad del artículo 2356 1403. Duración de la garantía ............................................................................................. 1398
del Código Civil ....................................................................................................... 1371 1404. Diferencia entre garantía, caducidad y prescripción ................................................ 1399
1369. Responsabilidad contractual y extracontractual de los constructores después 1405. En ocasiones el comprador puede escoger entre las tres acciones ........................... 1400
de la entrega de los trabajos ...................................................................................... 1372 1406. El vendedor podrá repetir contra el constructor ....................................................... 1400
1370. Duración de la garantía ............................................................................................. 1372
1371. Opinión de la doctora Diana Lucía Barrientos ......................................................... 1373 el hecho de los animales
1372. Prescripción de la acción .......................................................................................... 1374 1407. Introducción .............................................................................................................. 1401
1373. Causas por las cuales debe responder el constructor en materia contractual Subsección l. -Responsabilidad por el hecho de un animal no fiero
o extracontractual ..................................................................................................... 1375 que no fue adecuadamente vigilado .......................................... 1401
/X TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL

PÁG.

1408. Introducción .............................................................................................................. 1401


1409. Elementos que estructuran esta responsabilidad ...................................................... 1401
I. Personas responsables .............................................................................. 1402
11. Fundamento de la responsabilidad ......................................................... 1403
111. Durante qué época responde ................................................................. 1404
IV. Clase de animal ...................................................................................... 1404 PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN
V. Forma de exoneración ............................................................................. 1404
1415. Recurso contra el dueño, del que sirviéndose del animal fue obligado
a pagar el daño .......................................................................................................... 1405
Las múltiples ocupaciones profesionales y la incursión en la Filosofía del
Subsección 11.- Responsabilidad por el hecho de los animales fieros .............. 1406
Derecho Constitucional durante los últimos años me habían puesto en la disyun-
1416. Introducción .............................................................................................................. 1406
tiva de simplemente reimprimir la edición anterior de esta obra -aún a sabiendas
I. El daño debe ser causado por un animal fiero ......................................... 1406
del envejecimiento de la misma- o dejar el campo abierto para que nuevas gene-
11. El animal fiero no debe reportar utilidad para la guarda o servicio ....... 1407 raciones de doctrinantes tomaran las banderas de la responsabilidad civil en nues-
111. Fundamento de la responsabilidad por el animal fiero .......................... 1409 tro medio.
IV. El demandado no será oído si alegare no haber podido impedir
el hecho .................................................................................................. 141 O
Empero, el hecho de que ya la obra llevaba varios años agotada y que por lo
V. La responsabilidad pesa contra el que tenga el animal ........................... 1412
pronto no se veían nuevos tratados que abordaran en forma sistemática la totali-
1422. La responsabilidad por los animales no se aplica en materia contractual ................ 1412
dad de la materia, amén de la insistencia de los amigos y de los especialistas para
1423. La jurisprudencia colombiana y la responsabilidad por los animales fieros ............ 1413 que la obra no desapareciera, me obligó afectivamente a realizar una revisión de la
1424. Comentarios .............................................................................................................. 1415 edición anterior, con la ilusa idea de que todo sería cuestión de unas cuantas se-
manas. No obstante, comprobé que es más fácil escribir un libro totalmente nue-
vo, que corregir y complementar el ya existente. Más de dos años han trascurrido
desde cuando comencé la actualización de la obra, y es tanta la jurisprudencia de
nuestros tribunales y tanta la diversificación de la doctrina y la legislación, que
decidí presentar esta nueva edición en el punto en que habrá de encontrarla el
lector, pues mientras más trataba de avanzar en la tarea, más campos de jurispru-
dencia y de doctrina me impedían lograrlo. Sin embargo, aparecen comentados
los fallos más trascendentales, que han marcado un cambio de rumbo en la juris-
prudencia anterior.

Y la tarea resultó de tal tamaño que, de no ser por la colaboración de varios


de mis alumnos especializados en la materia y que forman parte de la firma de
abogados que dirijo, la misión habría demorado cuatro o cinco años más o, senci-
llamente, no habría visto la luz jamás.

Los doctores ALEJANDRO BoTERO ÁNGEL, LAURA RESTREPO MADRID, MAXIMI-


LIANO LoNDOÑO ARANGO y MAXIMILIANO ARAMBURO CALLE colaboraron en la ac-
tualización legislativa -que no era poca- y en la recopilación jurisprudencia! de
los últimos diez años. El doctor LONDOÑO ARANGO participó parcialmente en la
fXÍÍ TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL

redacción del capítulo relativo a las cláusulas de eliminación de obligaciones Y de


exoneración de responsabilidad, así como en el capítulo relativo a los efectos de
la cosa juzgada penal en los procesos de responsabilidad civil. El doctor A~A~~URO
tuvo a su cargo la monótona tarea de ensamblar y revisar los textos defimtlvos,
con una consagración encomiable, pues tuvo el cuidado de advertir posibles repe-
ticiones, falencias y contradicciones. A ellos, mis eternos agradecimientos.
PRESENTACIÓN
El tratado no solo está actualizado en legislación y en jurisprudencia, sino
que contiene nuevos temas no tratados en la edición anterior. .~as obliga~iones
contractuales de lealtad contractual y precontractual (informacwn y conseJO), la Esta segunda edición del Tratado de responsabilidad civil, ya completo como
responsabilidad por contaminación ambiental, las cláusulas de supresión de obli- sistema, ha sido para mí, más difícil que la escritura total de la primera edición,
gaciones o de exoneración de responsabilidad, la cosa juzgada penal en los proce- por varios motivos: en primer lugar, en el afán de ahorrar tiempo, las correcciones
sos de responsabilidad civil y el análisis sistemático de los últimos diez años de o adiciones llevan al autor a la falsa idea de que se puede conservar lo esencial del
jurisprudencia en materia de responsabilidad. médica constituy~n. ?untos n~evos texto anterior y que bastan una simples supresiones y adiciones. Sin embargo, a lo
que permiten afirmar que estamos en presencia de una nueva edlcion actualizada, largo de la obra va reapareciendo como un duende la idea caduca que debe ser
adicionada y corregida. reformada y entonces, la corrección termina en una colcha de retazos que siempre
deja insatisfecho al autor, e inclusive puede suceder que después de una lucha
Espero que los interesados en el tema encuentren en este esfuerzo.i~eas n~~­ inútil llegue a la conclusión de que lo mejor es rehacer capítulos enteros; en se-
vas que les permitan avanzar hacia una modernización de la res~onsab1hdad ~1vll gundo lugar, la evolución vertiginosa de la jurisprudencia, de la legislación y de
en nuestro país, superando mi pensamiento. Que los abogados, JUeces y estudian- la doctrina tornan imposible un seguimiento seguro que sirva de criterio al mo-
tes hallen en estos volúmenes, así sea mínimamente, solución a sus inquietudes Y mento de corregir la edición anterior. En un medio como el nuestro, difícil para la
necesidades académicas y profesionales. investigación, es imposible dar cuenta de toda la jurisprudencia, máxime si se
considera la ausencia de publicaciones sistemáticas; en tercer lugar, el hecho de
Finalmente, quiero agradecer a LEGIS EDITORES la acogida que me ha brinda- haber realizado varias publicaciones sobre otros temas, que también exigen actua-
do en los últimos años, permitiéndome expresar mis ideas como columnista de lizaciones, atomizan el tiempo cada vez más y en un momento dado es inevitable
"Ámbito Jurídico", publicando las traducciones que realicé de dos monogra- estar escribiendo dos o tres libros al mismo tiempo; y en cuarto lugar, el hecho de
fías del maestro francés PHILIPPE LE TouRNEAU y, ahora, la nueva edición de este que el autor tenga que ganar su sustento en la cátedra y en su ejercicio profesional
tratado. hace que tanto el tiempo físico como el psicológico sean una fuente inagotable de
angustia y casi de desesperación.

Por esos motivos, la propuesta inicial que le hice a Legis Editores, fue la de
simplemente reimprimir la primera edición, pues tanto jueces, como abogados o
Medellín, noviembre de 2006
estudiantes reclamaban la obra, agotada desde hacía más de 4 años, y así se con-
vino. Pero los hechos son testarudos y al leer las pruebas de imprenta comprobé
que la desactualización era tal que era preferible en definitiva no volver a publicar
la obra. Empero, los abogados asociados de la oficina, todos especialistas en la
materia, me insistieron en la actualización y se ofrecieron para colaborarme en
labores como la de encontrar las nuevas leyes, doctrinas y jurisprudencias. Amén
de leer la anterior edición para detectar aquellas partes del libro que ameritaran
adiciones o correcciones.
fXÍV TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL

PRESENTACIÓN /XV

En ese sentido, agradezco a los doctores Laura Restrepo Madrid, Catalina


Así las cosas, dejo en las manos del foro colo b. . ./
Restrepo Zapata, Alejandro Botero Ángel y Juan Bernardo Tascón por la pacien-
asumiendo las imperfecciones que la misma pueda ten:. ~~~~l;qs~e ~::va el~lct~n,
cia que tuvieron revisando la vieja edición y el hallazgo de nuevas leyes y juris- nes que he dado al comienzo d . exp tcacw-
prudencias. Al doctor Maximiliano Aramburo que tuvo la infinita paciencia de fallas o errores. Lo importante esee~~t:j~~~~' Jeerm~a~ al lector justificar dichas
reacomodar todos los capítulos e inclusive párrafos que fueron modificados y permanezca actualizada, dando cuenta de los no eJar mu~rta la obra y que ella
adicionados y en general, de reorganizar la nueva edición, lo que suponía un pro- responsabilidad civil. nuevos cambws del derecho de la
fundo conocimiento de la misma. Finalmente, al doctor Maximiliano Londoño,
quien colaboró en la autoría del tema relacionado con las cláusulas de supresión
Finalmente, confieso mi sincero sueño d .
el relevo de esta obra, sea actualizándola, sea =s~~~f:~;~::::a algmen ¡que tome
de obligaciones contractuales y de limitación o exoneración de responsabilidad,
además de las observaciones conceptuales que me hizo al conocer los nuevos nando y revisando lo que en estas p / . ueva, OJa a contra-
textos que eleboré. La colaboración de ese grupo de jóvenes juristas me deja la agmas sostengo El me· h ·
autor es ver que sus ideas sirven como documento de. debateJor omenaJe para un
profunda satisfacción de saber que la semilla que sembré a lo largo de estos 20
años ha germinado, y que pueda pensar con orgullo que existen los cimientos de espira! c?nceptual se vea superado por sus contradictores. Ef~::e~~~ e~:::::~;e
conocimiento, es una cadena inagotable de eslabones d , o
toda una escuela, así haya discrepancias entre los discípulos y yo, sobre muchos
zan a los anteriores. A lo único que un doctrinante pued: ~~;.cepto~ que reempla-
temas.
a que su .obra sea por lo menos un eslabón de la cadena. Es ~:~i~lper::en~ato, es
nuestras Ideas permanezcan. en er que
Esta edición está sustancialmente corregida y adicionada, aunque se conser-
va lo esencial de la estructura anterior. Vale la pena destacar los siguientes aspec-
tos de la nueva edición: de un lado, la actualización jurisprudencia! en general, en
la medida en que las nuevas decisiones constituyeran una sustancial modificación Medellín, abril de 2007
de lo existente hasta entonces, o corroboraran tesis por mí sostenidas en las edi-
ciones pasadas y que la jurisprudencia anterior se había negado a reconocer; en
ese sentido, cabe destacar el análisis que hago sobre más de 40 sentencias del
Consejo de Estado y de la Corte Suprema de Justicia en materia de responsabili-
dad médica y hospitalaria, tema sobre el cual la jurisprudencia es cada día más
caótica.

Adicionalmente, se incluyen temas nuevos y de gran actualidad, como por


ejemplo, se introduce un capítulo sobre las obligaciones contractuales subyacen-
tes de información y lealtad contractual y precontractual, tema hasta ahora casi
ignorado en el derecho colombiano, pese a la existencia de antiguas normas que le
sirven de soporte a una real igualdad contractual de las partes; así mismo, se
incluye un capítulo que pretende agotar y distinguir el tema de las cláusulas de
exoneración de responsabilidad, mostrando que no es lo mismo una cláusula que
suprime obligaciones contractuales, que otra que simplemente exonera total o parcialmente
de responsabilidad en caso de incumplimiento de normas existentes dentro del
contrato. El tema de la responsabilidad por contaminación ambiental, es tal vez el
de mayor trascendencia en esta nueva edición, ya que no solo se aborda desde el
punto de vista de las normas sustantivas aplicables, sino porque analiza los aspec-
tos procesales y las diversas acciones de que dispone la víctima para evitar la
contaminación o para obtener la indemnización por los daños ya causados.
INTRODUCCIÓN

I. Escribir una obra aceptable sobre responsabilidad civil es tarea poco me-
nos que imposible, sobre todo, si el autor se propone abordar sistemáticamente
toda la materia. Los principios lógicos y hermenéuticos de la institución son de
por sí complejos debido a la continua necesidad de adaptar viejos textos a un
mundo cada día más tecnificado y masificado. Por lo demás, el esfuerzo perma-
nente de autores y tribunales por proteger a las víctimas sin desconocer los textos
legales, genera permanentes contradicciones de la jurisprudencia y la doctrina,
pues lo que se pretende formular como un principio general para justificar un caso
concreto, termina por conducir a injusticias iguales o superiores en asuntos poste-
riores, lo que lleva a esos mismos tribunales a echar pie atrás en relación con su
posición inicial. En esta forma, pasamos de una institución compleja en su estruc-
tura lógica, a una práctica confusa que impide una exposición sistemática y pací-
fica de la materia. r

Pero el reto del jurista es ese. La pasión por el derecho surge de ese laberinto
que fuerza la inteligencia a recrear textos literalmente inmutables. La misión del
jurista consiste en mostrar y demostrar lo que la norma no dice expresamente,
pero que el juez debe resolver con base en ella. Disecar una norma, reexplicando
con otras palabras lo que ella dice, no es tarea de juristas. La tarea de estos consis-
te en construir todo un sistema alrededor de normas necesariamente imperfectas,
como fruto que son de la actividad humana. El análisis jurídico es un intérprete de
vacíos legales.

En consecuencia, el estudio sobre la responsabilidad civil debe encarar gus-


toso esa doble dificultad de lo complejo de los conceptos y de lo confuso de la
evolución de la doctrina y de la jurisprudencia. Y el doctrinante debe darse por
bien servido si, por lo menos, acierta en el planteamiento adecuado de los proble-
mas, así las soluciones que proponga no sean las más correctas. Los estudiosos y
los tribunales se encargarán de ir moldeando la verdad jurídica de acuerdo con
cada época y necesidad.
fXVÍÍÍ TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL INTRODUCCIÓN fXÍX

Por lo tanto, esta obra no tiene pretensión distinta de mostrar a los abogados del derecho. Pero, además, la responsabilidad extracontractual contempla algu-
y jueces el estado actual de la doctrina y la jurisprudencia en torno a la responsa- nos casos especiales como son el de la responsabilidad por el hecho ajeno, el de la
bilidad civil. Que los juristas nacionales por lo menos conozcan, sistemática- responsabilidad por los daños causados por los animales y por las cosas inanima-
mente, los problemas contemporáneos que la materia suscita, no solo en el orde- das, y el de la responsabilidad por actividades peligrosas o riesgosas.
namiento jurídico nacional, sino también en el derecho comparado.

V. Medios de defensa
II. Delimitación del tema (Teoría general de la responsabilidad civil)
Con todo, si bien la responsabilidad civil tiene por misión hallar los mecanis-
Como en cualquier análisis, lo primordial es delimitar el objeto analizado. mos jurídicos de indemnización a las víctimas de daños ilícitos, lo cierto es que,
En ese sentido, es necesario ubicar la responsabilidad civil dentro del universo por muy objetiva que llegue a ser esa responsabilidad, de todas formas, el de-
jurídico, separándola en primer lugar de la responsabilidad penal, pero mostran- mandado dispone de algunas defensas de carácter sustantivo y procesal. Particu-
do los efectos de la una sobre la otra. Y una vez definido el objeto a estudiar, se larmente, adquiere marcada importancia el estudio de la causa extraña como cau-
debe encarar el más crucial de todos los problemas que suscita la materia: el de sal genérica de exoneración, tanto en la responsabilidad contractual como en la
las relaciones entre la responsabilidad civil contractual y la extracontractual, dado extracontractual. La fuerza mayor o caso fortuito, el hecho exclusivo de tercero y
que no se pueden mezclar ambas figuras y es preciso que, en cada caso concreto, el hecho exclusivo de la víctima, como especies de causa extraña, deben reunir
el intérprete sepa cuál es el régimen aplicable. determinados requisitos para que puedan configurarse. Pero, además, el demanda-
do puede prevalerse de otras defensas cuales son la prescripción, la cosa juzgada,
Ese paralelo entre las dos fuentes de la responsabilidad civil nos mostrará sus la prejudicialidad y el pleito pendiente. Por ello, consideramos importante englo-
diferencias y semejanzas. Y dentro de estas últimas, encontraremos sus elementos bar dentro de un mismo título todas estas defensas.
comunes cuales son, el hecho, el daño y el nexo de causalidad. Desde luego, se
analizará la culpa como elemento estructural de algunas instituciones de la res-
VI. El daño y su reparación
ponsabilidad.

Ahora, toda acción en responsabilidad civil pretende terminar con una con-
III. Responsabilidad contractual dena que otorgue al demandante una indemnización por daños y perjuicios. Y la
determinación de los daños indemnizables es uno de los mayores problemas que
Una vez analizadas las relaciones entre los diversos órdenes de responsabili- enfrenta, a diario, la jurisprudencia. Baste pensar en la indemnización de los per-
dad y los elementos comunes a las mismas, es preciso indagar por los principios juicios extrapatrimoniales, incluidos el perjuicio moral y el fisiológico. La defini-
que rigen la responsabilidad contractual. En ese sentido, nos preguntamos ¿cuáles ción de daño y los requisitos para que sea indemnizable ha dado lugar a las más
son los requisitos para que esta exista? También será preciso determinar si la arduas discrepancias entre autores y tribunales. Finalmente, la cuantificación de
culpa es elemento de la responsabilidad contractual y, en caso afirmativo, cómo los daños se dificulta por el problema de la erosión monetaria, así como por los
se gradúa esa culpa y cómo funciona la carga de su prueba. Todo ello nos permi- costos financieros del capital y sus respectivos intereses, razón por la cual se debe
tirá abordar la responsabilidad en algunos contratos específicos. acudir a las matemáticas financieras como método de unificación a la hora de
determinar el valor de la indemnización.
IV. La responsabilidad extracontractual
VII. Plan
En lo que se refiere a la responsabilidad civil extracontractual o aquiliana,
será indispensable analizar, en primer lugar, la responsabilidad personal con cul- Así las cosas, esta obra se compone de cinco títulos:
pa probada del artículo 2341 del Código Civil, norma que rige el principio general
del deber de prudencia. Dentro de dicha figura estudiaremos la teoría del abuso Título primero: Teoría general de la responsabilidad civil;
lXX TRATADO DE RESPONSABILIDAD CIVIL

Título segundo: De la responsabilidad civil contractual;

Título tercero: De la responsabilidad civil extracontractual;

Título cuarto: Los medios de defensa del causante del daño;

Título quinto: El daño civil y su reparación. TÍTULO PRIMERO

TEORÍA GENERAL
DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL

1.- CoNCEPTo Y PLAN

Desde el punto de vista filosófico, la ontología consiste en el estudio de los


objetos y de sus características fundamentales 1• De acuerdo con las teorías con-
temporáneas sobre la materia, el derecho es un objeto culturaF, por lo cual pode-
mos hablar de la ontología de la responsabilidad civil. Un análisis ontológico nos
exige, inicialmente, ubicarla dentro del universo jurídico, mostrando sus relacio-
nes con otros conceptos jurídicos afines (parte primera). Lograda la ubicación de
la responsabilidad civil en el universo jurídico, quedan por analizar los elementos
fundamentales que la componen, bien sea que se trate de responsabilidad civil
contractual, o de responsabilidad civil extracontractual (parte segunda).

Enrique R. Aftalión, Fernando García Olano, José Vilanova, Introducción al dere-


cho, Buenos Aires, Ed. La Ley, 1967, núm. 3.
2 Enrique R. Aftalión, Fernando García Olano, José Vilanova, ob. cit., núm. 8.
pARTE PRIMERA

UBICACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL


EN EL UNIVERSO JURÍDICO

2.- INTRODUCCIÓN Y PLAN

La ontología de la responsabilidad civil supone, en primer lugar, la defini-


ción de su objeto (cap. I); luego, exige el análisis de las relaciones entre la respon-
sabilidad civil y la responsabilidad penal (cap. II); posteriormente, corresponde
describir los diversos tipos de responsabilidad civil (cap. III), y, por último, se
determinarán las relaciones entre la responsabilidad civil contractual y la respon-
sabilidad civil extracontractual (cap. IV).
QUÉ ES LA RESPONSABILIDAD CIVIL 5

5.- AcTos JURÍDicos

CAPÍTULO I Se entiende por acto jurídico aquella manifestación de la voluntad tendiente


a producir efectos jurídicos4, manifestación que puede ser unilateral, como en el
QUÉ ES LA RESPONSABILIDAD CIVIL
caso del testamento 5, bilateral, como en el caso del contrato6, o plurilateral, como
en el caso de la convención o en contratos como el de sociedad7 . El acto jurídico
necesariamente deberá ser lícito, pues de lo contrario será nulo, ineficaz o inexis-
3.- Bibliografía sumaria. Álvaro Pérez Vives: Teoría general de las obli- tente según el caso.
gaciones, t. II, Bogotá, Ed. Temis, 1968, núms. 144 y ss; Philippe le Tourneau,
Lo'ic Cadiet: Droit de la responsabilité, París, Dalloz, 1996, núms. 2 y ss.; Patrice
6.- Los HECHos JURÍDicos
Jourdain: Les príncipes de la responsabilité civile, París, Dalloz, 1992; Marcel
Planiol, Georges Ripert, por Esmein: Traité pratique de droit civil fran~ais, 2a En psicología8 se distingue entre acto humano y hecho humano. El primero
ed., t. VI, París, L.G.D.J., 1952, núms. 476 y ss.; Mazeaud-Tunc-Chabas: Traité se produce cuando hay una transformación de la realidad como consecuencia de la
théorique et pratique de la responsabilité civile, delictuelle et contractuelle, 6a voluntad de un individuo 9, tal como ocurre, por ejemplo, cuando una persona
ed., t. I, París, Ed. Montchrestien, 1965, núms. 1 y ss. camina por la calle, golpea intencionalmente a alguien o celebra un contrato. Por
el contrario, el hecho humano consiste en la transformación de la realidad causada
En el derecho chileno, véase Arturo Alessandri Rodríguez: De la responsabi- por un individuo involuntariamente 10 • En ese orden de ideas, son hechos humanos
lidad civil en el derecho civil chileno, Santiago, Ed. Imprenta Universal, núms. 1 la circulación de la sangre, la digestión, la respiración, etc.
y ss.; Jean Carbonnier: Droit civil. Les obligations, vol. IV, París, Thémis, 1976,
núm. 93. Infortunadamente, esta misma clasificación no es del todo exacta cuando se
trata de la terminología jurídica. En efecto, en derecho, se entiende por hecho
humano todo comportamiento humano, voluntario o no, distinto del que tiene
En el derecho español véase: Ricardo de Ángel Yagüez: Tratado de respon-
como finalidad producir efectos jurídicos 11 • Significa esto, que toda mutación de
sabilidad civil, 3a ed., Madrid, Ed. Civitas, 1993, pp. 13 y ss.
la realidad hecha por el hombre, que no sea un acto jurídico, se enmarca dentro de
los hechos jurídicos.

4.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y FUENTES DE LAS OBLIGACIONES Así las cosas, el homicidio intencional, que desde el punto de vista psicoló-
gico es un acto humano, se considera como un hecho jurídico puesto que, pese a
La doctrina contemporánea3 considera que existen dos grandes fuentes de las
obligaciones dentro de las cuales se enmarcan las admitidas por la doctrina tradi-
cional, sobre cuyos postulados se hacen algunas precisiones y correcciones. Esos 4 Jean Carbonnier, ob. y núm. cit.; Frangois Terré, Philippe Simler, Yves Lequette,
dos campos o fuentes de las obligaciones son los actos jurídicos y los hechos ob. y núm. cits.; M. Rotondi, ob. cit., núm. 69.
jurídicos. Nos corresponde, a continuación, averiguar dentro de cuál de ellos se 5 Jean Carbonnier, ob. y núm. cit.; Frangois Terré, Philippe Simler, Yves Lequette,
ob. y núm. cits.; M. Rotondi, ob. y núm. cit.
encuentra la responsabilidad civil como fuente de las obligaciones.
6 Jean Carbonnier, ob. y núm. cit.; Frangois Terré, Philippe Simler, Yves Lequette,
ob. y núm. cits.; M. Rotondi, ob. y núm. cit.
7 M. Rotondi, ob. y núm. cit.
8 Enrique R. Aftalión, Fernando García Olano, José Vilanova, ob. cit., p. 674.
3 M. Rotondi, Instituciones de derecho privado, Madrid, Ed. Labor, 1953, núm. 71;
Philippe Malaurie, Laurent Aynes, Cours de droit civil. Les obligations, 4a ed., Paris, 9 Ibídem.
Ed. Cujas, 1993-1994, núm. 2; Frangois Terré, Philippe Simler, Yves Lequette, 10 Ibídem.
Droit civil. Les obligations, 5a ed., Paris, Dalloz, 1993, núm. 15; Jean Carbonnier, 11 Jean Carbonnier, ob. cit., núm. 5; Frangois Terré, Philippe Simler, Yves Lequette,
ob. cit., núm. 5. ob. y núm. cit.; M. Rotondi, ob. y núm. cit.
6 JAVIER TAMAYO JARAMILLO QUÉ ES LA RESPONSABILIDAD CIVIL 7

que interviene la voluntad del homicida y a que produce efectos jurídicos, lo cier- podamos afirmar que la responsabilidad civil encuentra su fundamento jurídico
to es que la voluntad no está encaminada a producir dichos efectos 12 • en los hechos ilícitos y hasta nos atreveríamos a afirmar que, realmente, la fuente
de la obligación de indemnizar no es el hecho ilícito como tal sino la responsabi-
Así mismo, los fenómenos naturales como la lluvia, el viento, etc., y los lidad civil misma.
comportamientos humanos culposos o involuntarios también son hechos jurídicos
en la medida en que produzcan efectos jurídicos. 7.- DIFERENCIA ENTRE HECHO ILÍCITO Y HECHO CULPOSO

Ahora, esos hechos jurídicos imputables al hombre, voluntarios o no, se divi- La doctrina y la jurisprudencia incurren permanentemente en una grave con-
den a su vez en hechos jurídicos lícitos y en hechos jurídicos ilícitos 13 • El hecho fusión al identificar el acto o hecho ilícito con el acto o hecho culposo, cuando en
jurídico es lícito cuando produce efectos jurídicos y no hay de por medio viola- realidad el último no es más que una especie del primero 19 • En efecto, si bien todo
ción alguna del orden normativo 14 . Es lo que ocurre, por ejemplo, con la muerte o acto o hecho culposo que causa daño a un tercero es ilícito, lo cierto es que hay
nacimiento de una persona, con los cuasicontratos, con los hechos de la naturaleza actos o hechos ilícitos así no sean culposos. Es lo que ocurre en la responsabilidad
y, en general, con todos los fenómenos del mundo real, que, al producirse, gene- civil objetiva, en la cual la ley considera como ilícita la conducta que, aún sin ser
ran desde el punto de vista lógico una consecuencia jurídica que finalmente puede culposa, tiene como efecto producir un daño a un tercero. En estos casos, la ley
crear, modificar o extinguir derechos u obligaciones.
tiene establecido que es ilícito causar daño a terceros, así no haya culpa de por
medio. La culpabilidad es el elemento subjetivo de una conducta dañosa que casi
En cambio, el hecho jurídico es ilícito cuando una persona con su acción o
siempre está prohibida por la ley, mientras que la ilicitud se produce por el simple
con su omisión realiza conductas que están previamente prohibidas por el orden
hecho de que se cause un daño cuya indemnización está prescrita por el legislador.
jurídico 15 • Ese hecho jurídico ilícito puede consistir en el incumplimiento de un
Unas veces el legislador exige la culpa, pero en otros casos no. En la responsabi-
contrato previamente celebrado entre las partes 16 ; en el incumplimiento de las
lidad objetiva, desde el punto de vista estrictamente lógico, el orden jurídico le
obligaciones surgidas de un cuasicontrato 17 o en el incumplimiento de algunas
está ordenando a los particulares no causar daño a otro, pues de lo contrario surge
obligaciones derivadas de hechos lícitos, como en el caso del incumplimiento de
una ilicitud con consecuencias indemnizatorias, así no haya culpa. Hecho ilícito
obligaciones alimentarias 18 ; también pueden surgir del delito, del cuasidelito o de
es hecho contrario a la ley y poco importa que esta no exija la culpabilidad para su
la responsabilidad objetiva, es decir de la violación del deber general de pruden-
tipificación.
cia que nos exige a todos, en ciertas condiciones que se verán más adelante, abs-
tenernos de causar daño a terceros. Como se ve, el hecho ilícito consiste siempre
Visto de otra forma, todo hecho culposo que produce daño constituye un
en el incumplimiento de obligaciones contractuales, cuasicontractuales, legales o,
hecho ilícito; pero hay hechos no culposos que son ilícitos en la medida en que
simplemente, en el incumplimiento del deber general de prudencia. De allí que
con ellos se cause un daño que debe ser indemnizado de acuerdo con la ley.

Esta aclaración es importante porque la doctrina, a veces, se enfrasca en dis-


12 Jean Carbonnier, ob. y núm. cit.; Fran9ois Terré, Philippe Simler, Yves Lequette, cutir si el hecho ilícito es siempre presupuesto de la responsabilidad civil, frente
ob. y núm. cits.; M. Rotondi, ob. cit., núm. 70. a lo cual los partidarios de la responsabilidad civil objetiva argumentan que tam-
13 Jean Carbonnier, ob. y núm. cit.; Fran9ois Terré, Philippe Simler, Yves Lequette, bién los hechos lícitos generan responsabilidad. ¡No hay tal! La ilicitud no surge
ob. y núm. cits.; M. Rotondi, ob. cit., núm. 69.
de la culpabilidad sino de la conformidad o inconformidad con el orden jurídico.
14 Jean Carbonnier, ob., núm. cit.; Fran9ois Terré, Philippe Simler, Yves Lequette,
ob. y núm. cits. Por eso la responsabilidad objetiva también se fundamenta en un hecho ilícito.
15 Jean Carbonnier, ob. y núm. cit.; M. Rotondi, ob. cit., núm. 204.
16 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 808; Álvaro Pérez Vives, ob. cit.,
t. 11, núm. 147.
19 Hacen la distinción Henri Deschenaux, Pierre Tercier, La responsabílité civile,
17 Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chile- Berna, Staempfli y Cie. S. A., 1982, p. 68; A. van Thur, Tratado de las ob~igacio­
no, ob. cit., núm. 2. nes, t. 1, Madrid, Reus S. A., 1934, p. 264; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. c1t., t. 1,
18 Ibídem. núm. 389.
8 JAVIER TAMAYO JARAMILLO QUÉ ES LA RESPONSABILIDAD CIVIL 9

8.- ¿QUÉ ES LA RESPONSABILIDAD CIVIL? sario proceso alguno y así el daño sea imputable a una causa extraña. Lo mismo
sucede con los accidentes de trabajo o con los actos de terrorismo 21 • En cambio, en
En general, la responsabilidad civil engloba todos los comportamientos ilícitos la responsabilidad por actividades peligrosas, así la víctima no tenga que probar
que por generar daño a terceros hacen recaer en cabeza de quien lo causó, la obli- la culpa del causante del daño, de todas formas éste debe ser demandado y si
gación de indemnizar. Podemos decir entonces que la responsabilidad civil es la prueba una causa extraña será liberado de toda responsabilidad.
consecuencia jurídica en virtud de la cual, quien se ha comportado en forma ilícita
debe indemnizar los daños, producidos a terceros. Como se ha dicho, ese compor- De otro lado, una constante histórica muestra cómo los mecanismos de in-
tamiento ilícito consiste en el incumplimiento de las obligaciones derivadas de un demnización se fundamentan inicialmente en la culpa para, posteriormente, fun-
contrato, el incumplimiento de las obligaciones legales o cuasicontractuales, el darse en una responsabilidad objetiva y, finalmente, en un sistema de seguridad
delito el cuasidelito, o la violación del deber general de prudencia. social, siempre y cuando la riqueza de la sociedad y del Estado permitan financiar
los enormes costos de la siniestralidad.
En conclusión, la responsabilidad civil, como fuente de las obligaciones, encuentra
sus raíces jurídicas en los hechos ilícitos. En nuestro concepto, el ideal de toda sociedad consiste en que el Estado
asuma todos los accidentes sufridos por los individuos sin que sea necesario acu-
9.- DIFERENCIA ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y LA SEGURIDAD SOCIAL dir para nada a la responsabilidad civil, así ésta sea objetiva. Nosotros en particu-
lar somos partidarios de este anhelo social.
Muchas de las discusiones filosóficas que genera la responsabilidad civil se
podrían evitar si quienes discuten tuvieran clara la diferencia entre la responsabi- Pero sucede, así no lo quieran aceptar algunos ilusos, que el problema no se
lidad civil y la seguridad sociaF 0• resuelve únicamente con cambiar la ley, eliminando la responsabilidad civil y
abriendo todo un sistema de indemnizaciones automáticas. Para que el sistema de
En efecto, mientras la responsabilidad civil, tanto la culposa como la objeti- seguridad social funcione es indispensable que el Estado en el cual opere el siste-
va, parte del supuesto necesario de que el causante del daño tiene que ser respon- ma tenga la riqueza suficiente para asumir los enormes gastos que una institución
sable, la seguridad social parte del hecho simple y objetivo de que hubo un daño de esa naturaleza acarrearía. Mientras ese respaldo financiero no exista, la respon-
que a la luz de la ley da lugar a una indemnización o compensación, sin que sea sabilidad civil guardará su imperio, salvo que se cometan enormes injusticias so-
necesario proceso alguno y sin que haya la necesidad de condenar al causante del corriendo a un pobre a costa de un tercero que, al indemnizar a la víctima, también
daño. queda pobre. Es evidente que el monto total de las indemnizaciones es infinita-
mente más alto en un régimen de seguridad social que en uno basado en la res-
Ahora, lo que suced~ es que tanto la responsabilidad objetiva como la segu- ponsabilidad civil, y que el monto de las indemnizaciones es mucho más alto en
ridad social prescinden de la culpa como elemento que haga operar la acción indemniza- un régimen de responsabilidad objetiva que en un régimen basado en la culpa.
toda de la víctima, pero se diferencian en que la responsabilidad objetiva está en
cabeza del causante del daño, mientras que la seguridad social está en cabeza de la Prueba de lo anterior es la actual orientación de la jurisprudencia del Consejo
institución que asume el riesgo. de Estado, de acuerdo con la cual los actos de terrorismo deben ser asumidos por
el Estado, así no exista falla del servicio 22 • La misma corporación judicial tiene
Veámoslo con un ejemplo: en la legislación por accidentes de tránsito, el establecido un régimen de presunción de falla del servicio en materia médica, lo
seguro obligatorio hace beneficiaria a la víctima de un accidente sin que sea nece-

21 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 28; Philippe le Tourneau,
20 Sobre esta distinción ver André Tune, La responsabílité civíle, Paris, Ed. Económi- Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 45; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 26;
ca, 1981, núms. 20 y ss.; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, Traíté de droít civil. Patrice Jourdan, ob. cit., p. 19.
La responsabílité, t. IV, Paris, L.G.D.J., 1982, núm. 27; Philippe Malaurie, Laurent 22 Véase nuestra obra La responsabilidad del Estado, Bogotá, Ed. Temis, 1997, núms.
Aynes, ob. cit., núm. 26; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 19. 67 y SS.
1Ü JAVIER TAMAYO JARAMILLO

que en el fondo conduce a un régimen que raya en la responsabilidad objetiva o en


un régimen de seguridad sociaF3• Con esa doctrina, el Estado está llegando a una
situación de parálisis, pues el exiguo presupuesto no alcanza para pagar condenas CAPÍTULO II
e impide que preste otros servicios.
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
Y LA RESPONSABILIDAD PENAL
En conclusión, aunque por fortuna algunas instituciones de la responsabili-
dad civil han terminado absorbidas por la seguridad social, lo cierto es que se trata
de dos conceptos jurídicos diferentes. De allí que cuando se plantee alguna discu-
sión entre los partidarios de la responsabilidad culposa y la objetiva, se deba tener 10.- Bibliografía sumaria. En el derecho chileno: Arturo Alessandri Rodríguez:
en cuenta que la segunda no debe confundirse con el sistema ideal de la seguridad De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, núms. 9 y ss.; Boris Starck,
social. por Roland-Boyer: Droit civil. Les obligations, 2a ed., París, Ed. Librairies Techniques,
1985, núms. 135 y ss.

Philippe le Tourneau, Lo1c Cadiet: ob. cit., núms. 77 y ss.; Patrice Jourdain:
ob. cit., pp. 1 y ss.; Marcel Planiol, Georges Ripert por Esmein: ob. cit., t. VI,
núms. 485 y ss.; Mazeaud-Tunc-Chabas: ob. cit., t. I, núms. 8 y ss.

11.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y PLAN

Tanto la responsabilidad civil como la responsabilidad penal pertenecen al


universo jurídico. Sin embargo, desde hace muchos años la doctrina, la juris-
prudencia y la ley han hecho una clara distinción entre la una y la otra, pese a lo
cual, unas veces la doctrina y la jurisprudencia, y otras veces el legislador, con-
servan algunos rasgos comunes, hasta el punto de que el proceso penal puede
tener incidencia en el proceso civil en el cual se reclama indemnización por los
daños causados con el hec~o punible penalmente. A fin de determinar si en el
derecho colombiano esos rasgos comunes existen, aclararemos en primer lugar
una serie de términos que pueden tener distinto significado en una u otra res-
ponsabilidad (sec. I). Por otra parte, debemos destacar el objetivo que persigue
el legislador en ambas responsabilidades (sec. II); también se hace necesario
analizar las diferencias o similitudes entre la culpabilidad civil y la culpabili-
dad penal (sec. III); lo relativo al ejercicio de la acción civil dentro del proceso
penal ha sido elaborado en una monografía nuestra titulada La indemnización
de perjuicios en el proceso penafl. Veamos por separado los tres primeros pro-
blemas.

23 Véase nuestra obra Sobre la prueba de la culpa médica en el derecho civil y admi- Javier Tamayo Jaramillo. La indemnización de perjuicios en el proceso penal. Bo-
nistrativo, Medellín, Biblioteca Jurídica Diké, 1995. gotá. 2a ed. Legis Editores, 2003.
12 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y LA RESPONSABILIDAD PENAL 13

SECCIÓN 1 - Precisión terminológica que nacen las obligaciones es lícito constituye un cuasicontrato y si el hecho es
ilícito y cometido con intención de dañar constituye un delito. Y si el hecho es
12.- DELITO Y CUASIDELITO culpable pero cometido sin intención de dañar, constituye un cuasidelito o culpa".

En primer lugar conviene aclarar los significados de los vocablos "delito" y En derecho civil, al igual que en derecho penal, el dolo y la culpa no son
"cuasidelito" 2, puesto que si bien ambos términos se utilizan tanto en materia civil más que los elementos subjetivos del hecho dañoso 5 • El dolo es pues el elemen-
como penal, lo cierto es que pueden dar lugar a equívocos que posteriormente to subjetivo del delito civil y la culpa es el elemento subjetivo del cuasidelito
crean confusiones en el estudio de la responsabilidad civil. civil6 •

13.- DIFERENCIAS ENTRE DELITO CIVIL Y DELITO PENAL


14.- DIFERENCIA ENTRE CUASIDELITO Y CULPA
Por una parte, digamos que el delito penal requiere que el hecho sea causado
En este punto conviene llamar la atención sobre la forma en que el Código
en forma dolosa o culposa por el agente. El dolo y la culpa pues, son solo uno de
Civil colombiano identifica, a veces, los conceptos de cuasidelito y culpa. En
los elementos del delito penal, como quiera que solo constituyen el elemento sub-
efecto, el artículo 2302 del Código Civil al definir el cuasidelito expresa lo si-
jetivo del hecho dañino. El delito penal es doloso cuando el sujeto actúa con la
guiente: "Si el hecho es culpable pero cometido sin intención de dañar constituye
intención de producir el daño, o mejor, de lesionar el bien protegido por el orden
un cuasidelito o culpa".
jurídico penal, y es culposo cuando "el resultado típico es producto de la infrac-
ción al deber objetivo de cuidado y el agente debió haberlo previsto por ser previ- En este caso, realmente sobra la palabra culpa porque ella va ínsita en el
sible, o habiéndolo previsto confió en poder evitarlo" (C. P. art. 22). concepto de "cuasidelito", pues éste adquiere tal denominación cuando el hecho
se comete con culpa.
Pero no siempre el comportamiento culposo da nacimiento al delito penal;
solo en casos especiales como en los delitos de homicidio (C. P. art. 109) y de Es de advertir que en el proyecto de BELLO acogido por el legislador chileno
lesiones personales (C. P. art. 120), la culpa basta para tipificar el delito 3• En otros se omite la identificación de que venimos hablando, y la ley se limita a hablar de
casos, como el delito de daño en cosa ajena, es necesario que la conducta sea cuasidelito (véase C. C. chil., art. 2284). Fue obra pues del legislador colombiano
dolosa para tipificarse como punible (C. P. art. 21). la equiparación de los dos vocablos.
En resumen, el delito penal consiste en el atentado a un bien protegido por el La misma equiparación aparece en los artículos 2341, 2344 y 2345 del Códi-
orden jurídico-penal, realizado en forma dolosa o culposa por el agente4 • go Civil. En cambio el Código Civil chileno, en esas mismas disposiciones se
limita a hablar de cuasidelito (véase los arts. 2314, 2317 y 2319).
En materia civil, en cambio, se debe distinguir entre delito y cuasidelito. En
efecto, en el derecho civil el delito solo puede ser doloso, mientras que el hecho Así pues, la culpa no es más que el elemento subjetivo del cuasidelito 7 y por
ilícito recibe el nombre de cuasidelito cuando se comete en forma culposa. Por tanto no se confunde con éste último, el cual, según dijimos, es un hecho dañoso
eso vemos cómo, el artículo 2302 del Código Civil expresa que "si el hecho del cometido por imprudencia, impericia, negligencia o violación de reglamentos,
modalidades estas últimas que constituyen el concepto de culpa en su significa-
ción restrictiva.
2 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 165; Marcel Planiol, Georges Ripert, por
Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 509; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núms. 397 y
ss.; Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil
chileno, núm. 3. 5 Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno,
3 Arturo Alessandri Rodríguez. De la responsabilidad civil en el derecho civil chile- núm. 4.
no. Núm. 8. 6 Ibídem.
4 Ibídem. 7 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núms. 397 y ss.
14 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y LA RESPONSABILIDAD PENAL i5

15.- LA CULPA COMO SINÓNIMO DE FALTA


el objetivo de la responsabilidad civil es el de conservar el equilibrio patrimonial
de los particulares, lo que no impide que un mismo comportamiento se enmarque
Pero el término culpa tiene otro significado equívoco en materia de responsa- dentro de una y otra responsabilidad, siempre y cuando el delito penal haya causa-
bilidad civil. En efecto, en el idioma español se habla de culpa para denominar do perjuicios patrimoniales o extrapatrimoniales a un tercero. Muchas veces acontece
unas veces tanto la falta dolosa como la culposa, mientras que en otras oportuni- que hay ilícitos que generan responsabilidad civil, sin que necesariamente surja la
dades se entiende por culpa no ya la conducta dolosa sino únicamente la conducta responsabilidad penal, tal como ocurre en la responsabilidad civil objetiva, en la
imprudente, negligente, imperita o violatoria de reglamentos. Pero, en realidad, responsabilidad por actividades peligrosas, en el incumplimiento contractual de
cuando decimos que la responsabilidad se fundamenta en la culpa, estamos ha- obligaciones de resultado o en el daño en cosa ajena, meramente culposo. Tam-
blando propiamente de toda falta dolosa o culposa y no únicamente de culpa cuaside- bién puede ocurrir que haya ilícito penal que no constituya al mismo tiempo ilíci-
lictual o a título de culpa. En consecuencia, la responsabilidad civil fundamentada to civil. Esto sucede cuando del delito penal no se derivan perjuicios patrimonia-
en la culpa es aquella que requiere una falta dolosa o culposa en el agente causante les o extrapatrimoniales a un tercero.
del daño.

No sobra advertir que esta confusión sobre el significado de la palabra culpa y el


proviene de la traducción del mismo concepto en lengua francesa. En efecto, en
este idioma, la ley, la doctrina y la jurisprudencia solo utilizan la palabra faute,
que literalmente traduce falta, p'ero que nuestros autores en materia civil traducen 18.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

también como culpa. La confusión es más grave aún en materia de derecho admi-
nistrativo, pues nuestros tratadistas y tribunales, al hablar de la responsabilidad Cuando se produce un daño civil que al mismo tiempo genera la posibilidad
del Estado, expresan que ésta no se fundamenta en la noción de culpa, sino en la de una investigación penal por el mismo hecho, lo primero por lo que uno se
de falla del servicio. Lamentablemente se incurre aquí en un simple juego de pregunta es por las incidencias que ese proceso penal pueda tener en el proceso
palabras porque la falla del servicio a que se refiere la lengua española no es más civil indemnizatorio. Esto ha llevado a la doctrina 8 y a la jurisprudencia a discutir
que la falta o culpa del servicio (jaute du service) de que habla el derecho francés. largamente sobre las relaciones entre la falta o culpa civil y la penal, optándose
una veces por el criterio según el cual ambas culpas son totalmente idénticas, en
tanto en otras oportunidades se afirma que se trata de dos culpas distintas cada
16.- ACTO ILÍCITO Y ACTO CULPOSO
una de ellas con su propia ontología. En primer lugar, analizaremos las relaciones
entre la culpa civil y la culpa penal (subsec. I); luego habremos de referirnos al
Finalmente, no sobra repetir que hecho ilícito es todo aquel comportamiento
concepto jurídico de ilicitud penal e ilicitud civil (subsec. II); finalmente, mos-
prohibido por el ordenamiento jurídico, poco importa que se trate de responsabi-
traremos las consecuencias que se derivan de las diferencias y semejanzas entre el
lidades objetivas, en las que la culpa no tiene incidencia alguna. Es decir, consti-
ilícito civil y el ilícito penal (subsec. III).
tuyen hechos ilícitos tanto la responsabilidad civil fundamentada en la culpa como
la responsabilidad civil objetiva, lo que, en últimas, significa que hay hechos
ilícitos no culposos. Antes, sin embargo, es preciso hacer énfasis en que cuando hablamos de
culpa civil y de culpa penal estamos hablando más concretamente de falta civil y
de falta penal en sentido amplio. En efecto, ya hemos dicho que la culpa en senti-
SEccióN H. - Objeto y bien protegido por la resoo¡rzslJ~IJu:uJ(¡ra
civil y por la reSDOi,lS{¡WU:W(!fa

8 Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chile-


17.- En segundo lugar queremos referirnos a las diferencias radicales exis- no, ob. cit., núms. 11 y ss.; Boris Starck, por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 1, núm.
tentes entre el objeto de la responsabilidad civil y el de la responsabilidad penal. 22; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núms. 86 y ss.; Jacques Ghestin,
En efecto, a medida que el derecho fue evolucionando, se tuvo claro que el obje- Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. i 42; Marcel Planiol, Georg es Ripert, por
Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 486; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núms. 623 y
tivo perseguido por el derecho penal es la seguridad de la sociedad, mientras que SS.
16 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y LA RESPONSABILIDAD PENAL 17

do genérico debe entenderse como una falta culposa o dolosa. En conse- gravedad, la civil compromete la responsabilidad del agente sin tener en cuenta su
cuencia, en los párrafos siguientes se analizan desde el punto de vista estrictamen- gravedad 12 •
te psicológico, las relaciones entre la falta civil y la falta penal, bien sea culposa
o dolosa. Sin embargo, ninguno de esos dos criterios es convincente. En efecto, tanto
en materia civil como penal, la culpa necesariamente deberá ser juzgada en abs-
tracto13, pues en uno y otro caso, el juez solo puede deducir la culpa mediante la
SuBsEccióN 1.- Diferencia o identidad entre culpa civil y culpa penal comparación de los hechos probados en el proceso con el prototipo abstracto que
del hombre prudente se ha formado el fallador.
19.- DISTINCIÓN ENTRE DOLO Y CULPA
Ahora, en lo que se refiere a la gravedad de las culpas, digamos que desde el
Para mayor claridad analicemos por separado las relaciones entre falta o cul- punto de vista teórico, el derecho penal no tiene en cuenta la mayor o menor
pa meramente culposa en materia civil y penal (I) para posteriormente referirnos gravedad de la falta cometida por el agente. Es decir, desde que el juez encuentre
a las relaciones entre dolo civil y dolo penal (II). un comportamiento culposo sancionado por el ordenamiento jurídico deberá con-
denar al agente. Lo que acontece en la práctica es que muchas veces los jueces
penales son más indulgentes con aquellos sindicados que han cometido culpas de
l. -La culpa culposa en materia civil y penal poca gravedad. En una sociedad en la que el asesinato es el pan de cada día, el juez
penal tiene la tendencia humanística de "desacriminar" comportamientos que re-
20.-;- En su entidad psicológica la culpa o falta culposa penal es idéntica a la visten negligencias de poca monta. Pero se trata de una solución práctica extraída
culpa o falta civil, pues ambas comprenden la imprudencia, la impericia y la ne-
del fuero interno del fallador y no de un principio a priori establecido en la ley
gligencia y es imposible que estos conceptos sean diferentes en uno y otro ordena- penal. La prueba está en que, en otras legislaciones cuyo Estado de derecho tiene
miento jurídico 9 • Es contradictorio, por ejemplo, afirmar que se es imprudente a la
mayor eficacia, los jueces penales sancionan conductas culposas que serían irrele-
luz del derecho penal y que, al mismo tiempo, se es prudente desde el punto de
vantes para un juez penal colombiano.
vista civil o viceversa. Por ello, podemos afirmar que todo delito culposo en ma-
teria penal es también cuasidelito civil si con ese comportamiento se causó daño Ahora, a menudo quienes hablan de una pretendida diferencia entre culpa
a terceros.
civil y culpa penal se fundamentan en el hecho de que, en algunos casos, aunque
10
no haya ilicitud penal de todas formas es posible una acción de responsabilidad
Algunos han pretendido diferenciar los dos tipos de falta afirmando que civil contra el sindicado 14 • Con todo, pensamos que en tales circunstancias se trata
mientras la culpa civil se juzga en abstracto, la penal se juzga en concreto 11 • En de conductas que por ser dañosas constituyen un ilícito civil, así no sean repro-
otras oportunidades se afirma que mientras la culpa penal debe revestir cierta chadas por el orden penaF 5• Veamos cuáles son esos casos.

En primer lugar, existen numerosos delitos penales que solo se tipifican en


9 En ese sentido Boris Starck, por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 1, núm. 22; Atilio caso de comportamientos dolosos del agente. Tal sería el caso del delito de daño
Aníbal Alterini, Óscar José Ameal, Roberto López Cabana, Derecho de obligacio- en cosa ajena. En tales circunstancias, si el daño se produce por un comportamien-
nes civiles y comerciales, 2a ed., Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1998, pág. 183; to negligente y no doloso del sindicado, el fallo penal deberá ser absolutorio y a la
véase la evolución del derecho francés en ese sentido en Jacques Ghestin, Genevieve
Viney, ob. cit., t. IV, núms. 73 y ss.; sobre el mismo tema véase la orientación de
la jurisprudencia colombiana infra; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. l, núm. 642;
Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chile-
no, núm. 23. 12 Críticas a esta doctrina en Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 642.
1O Críticas a esta doctrina en Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. 13 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 642.
VI, núm. 485. 14 Boris Starck por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 1, núm. 22.
11 Críticas a esta doctrina en Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. 15 Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chile-
VI, núm. 485; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 642. no, núm. 23.
18 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y LA RESPONSABILIDAD PENAL 19

víctima le queda abierta la posibilidad de demandar por vía civil con base en una ponsabilidad por actividades peligrosas del artículo 2356 del Código Civil (infra,
responsabilidad por negligencia del agente. No es que en el caso planteado la T. I, 855) o en la responsabilidad civil por la ruina de los edificios (infra, T. I,
culpa civil sea distinta de la penal. La negligencia es exactamente la misma frente 1339) o por el daño causado por animales fieros de que una persona se sirve (infra
a los dos ordenamientos jurídicos. Ese comportamiento no es punible frente al T. I, 1416). En estas circunstancias no se trata de que la culpa en sentido psicoló-
derecho penal, pero sí lo es frente al derecho civil 16 • gico sea distinta en lo civil y en lo penal, sino que, pura y simplemente, la ley civil
considera culposos esos comportamientos independientemente de que el agente
En segundo lugar encontramos una serie de comportamientos dolosos, negli- realmente se haya comportado en forma imprudente, imperita o negligente 18 •
gentes, imprudentes, imperitos, que son reprochados por el derecho civil mas no
por el penal 17 • Piénsese, por ejemplo, en el medio de comunicación que en forma Finalmente, encontramos los casos de responsabilidad civil objetiva, en que
intencional o imprudente difunde la falsa noticia de que una corporación de aho- la culpa civil no es diferente de la penal, sino que el causante del daño está obli-
rro y vivienda está en dificultades económicas sin tener la precaución de verificar gado civilmente a indemnizar a la víctima, aunque no se haya comportado en
la información. En este caso, aunque no se tipifique el delito penal de pánico forma culposa 19 •
económico ni ningún otro delito penal, desde el punto de vista civil la conducta es
ilícita debido al comportamiento culposo o doloso del agente. Ahora, en este caso En conclusión, podemos afirmar que todos aquellos comportamientos que
seguirá habiendo dolo o imprudencia tanto a la luz del derecho penal como del constituyen culpa penal también constituyen culpa civil y que desde el punto de
derecho civil, con la única diferencia de que el orden penal no castiga ese compor- vista estrictamente psicológico la falta penal (culposa o dolosa) es igual a la civil,
tamiento, mientras que en materia civil el hecho es ilícito y, por tanto, genera la así en algunas circunstancias el orden jurídico penal no reproche ese comporta-
obligación de indemnizar los daños causados a terceros. miento. También podemos afirmar que toda culpa penal por violación de regla-
mentos constituye culpa civil por ese mismo aspecto y, finalmente, hay muchos
21.- En lo que se refiere a la culpa ya no en sentido psicológico sino desde casos de culpa civil por violación de reglamentos que son indiferentes a la luz del
el punto de vista de la violación de reglamentos, también cabe afirmar que toda derecho penal.
violación de reglamentos que constituya una culpa penal es una culpa civil y, por
tanto, si el agente que violó los reglamentos es condenado penalmente y con ese Para terminar digamos que las distinciones que acabamos de hacer son tras-
mismo hecho causó daño a un tercero, habrá que afirmar que lo que es culpa en cendentales en la medida en que todos aquellos casos en los cuales la conducta del
materia penal lo es en materia civil. Por el contrario, hay una serie de culpas agente constituya un ilícito civil no reprochado por el ordenamiento penal la ab-
civiles por violación de reglamentos que no constituyen culpa penal por el mismo solución penal por ausencia de culpa deja abierta la posibilidad de una acción
concepto. Si, por ejemplo, una entidad crediticia viola las obligaciones y deberes ordinaria ante los jueces civiles sobre la base de aquellas culpas no sancionadas
que le impone la Superintendencia Bancaria y a raíz de ello un ahorrador sufre por el orden penal, o de una responsabilidad objetiva contemplada en la ley civil.
perjuicios, habrá culpa por violación de reglamentos desde el punto de vista me- Más adelante volveremos sobre este punto (infra, T. II, 185).
ramente civil, así esa violación de reglamentos sea totalmente indiferente al orden
penal. Il. -Relaciones entre dolo civil y dolo penal

Por otra parte, hay una serie de comportamientos que el orden jurídico civil 22.- Antes de abordar el problema de las relaciones entre el dolo civil y el
considera a priori como culposos, independientemente de la apreciación subjeti- penal es preciso analizar la identidad o diferencia entre el dolo civil contractual y
va que sobre los mismos pueda tener el juez penal. Es lo que acontece en la res- el dolo civil extracontractual.

16 Ibídem.
18 En ese sentido, C. S. J., Neg. Gen., 7 julio 1947, "G. J.", t. LXII, pp. 578 y ss.; C.
17 En ese sentido, C. S. J., 30 julio 1953, "G. J.", t. LXXV, pp. 642 y ss.; véase
S. J., Neg. Gen., 9 septiembre 1948, "G. J.", t. LXV, pp. 207 y ss.
también Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho
civil chileno, núm. 23. 19 Boris Starck, por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 1, núm. 23.
20 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y LA RESPONSABILIDAD PENAL 21

23.- DOLO CIVIL CONTRACTUAL Y DOLO CIVIL EXTRACONTRACTUAL


24.- DEFINICIÓN DE DOLO PENAL

El dolo extracontractual consiste en la intención de dañar 20 . Así se desprende Según la definición del artículo 22 del Código Penal colombiano, "La con-
de la definición de delito civil que da el artículo 34 de la Ley 57 de 1887, sustitu- ducta es dolosa cuando el agente conoce los hechos constitutivos de la infracción
tivo del artículo 2302 del Código Civil colombiano. penal y quiere su realización. También será dolosa la conducta cuando la realiza-
ción de la infracción penal ha sido prevista como probable y su no producción se
En lo que se refiere al dolo contractual es necesario distinguir entre el dolo en deja librada al azar".
la formación del acto jurídico, que no es materia de este estudio y que da lugar a
la nulidad del acto, y el dolo cuya realización genera el incumplimiento de un
25.- COMPARACIÓN DE TODOS ESTOS CONCEPTOS
contrato válidamente celebrado entre las partes 21 • Este último es el que nos intere-
sa comparar con el dolo penal, infortunadamente, nuestro legislador no lo define.
De acuerdo con las definiciones anteriores podemos afirmar que el dolo civil
Por ello, le ha correspondido a la doctrina22 y a la jurisprudencia hacer su defini-
extracontractual es idéntico al dolo penal en la medida en que ambos se producen
ción. Durante mucho tiempo se afirmó que, en materia contractual, el dolo consis-
cuando el agente actúa con la intención de dañar. Ahora, el dolo penal que no
tía en la intención de producir un daño al acreedor mediante el incumplimiento del
revista la intención de dañar, pero sí la conciencia y la intención de realizar el
contrato.
hecho punible, así no se quiera dañar, constituye, por lo menos, una falta culposa
e inexcusable desde el punto de vista extracontractual. Finalmente, el dolo penal
Sin embargo, la doctrina 23 y la jurisprudencia contemporáneas consideran es idéntico al dolo civil contractual pues ambos comprenden no solo la intención
que existe dolo contractual cuando el deudor en forma deliberada y sin que haya de causar daño, sino también la conciencia y la intención de realizar el comporta-
causa extraña que se lo impida, incumple sus obligaciones, poco importa que ten- miento prohibido por la ley.
ga o no la intención de causarle daño al acreedor. Lo que interesa es la intención
de no cumplir, mas no la intención de causar daño con el incumplimiento 24 • Ahora, al igual que la culpa meramente culposa, encontramos una serie de
comportamientos dolosos que son ilícitos a la luz del derecho civil mas no del
Esta última solución nos parece la correcta, pues de lo contrario, el dolo derecho penal. Piénsese, por ejemplo, en el deudor contractual que en forma deli-
contractual sería imposible de demostrar en la práctica, ya que la simple omisión berada y con la intención de perjudicar a su acreedor no le paga el día acordado
en el cumplimiento no es prueba suficiente de la intención. dañina. una suma de dinero producto de un crédito contractual. En tales circunstancias
hay dolo civil que genera una responsabilidad civil de índole contractual, mas no
una responsabilidad penal. Piénsese igualmente en el comerciante que en forma
Como se ve, mientras el dolo extracontractual supone la intención de dañar, deliberada genera confusión en la clientela en perjuicio de sus competidores, sin
el contractual requiere simplemente la intención de incumplir el contrato, así no que ello constituya un delito penal. En estos casos, no se trata de que el dolo civil,
se tenga la intención de perjudicar al acreedor. psicológicamente hablando, sea distinto del penal o que no haya dolo penal. La
intención dañina como elemento estrictamente psicológico sigue existiendo y bien
puede enmarcarse dentro de la responsabilidad civil e, incluso, dentro de la res-
ponsabilidad penal si esta conducta estuviese tipificada como delito penal. Acon-
20 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 409; Atilio Aníbal Alterini, áscar José
Ameal, Roberto López Cabana, ob. cit., p. 194. tece que estas conductas, ilícitas en el campo civil en la medida en que con ellas
21 Ibídem. se incumpla un contrato o se incumpla el deber de lealtad comercial, son indife-
22 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 409. rentes a la luz del derecho penal, pues la ley penal no tipifica esos comportamien-
23 Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 513. tos como delitos.
24 Philippe le Tourneau, La responsabílité civile, 2a yd., París, Ed. Dalloz, i 976, núm.
1028. En el mismo sentido, Atilio Aníbal Alterini, Osear José Ameal, Roberto López En consecuencia, el dolo penal y el dolo civil son exactos, con la salvedad de
Cabana, ob. cit., p. 195; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 674.
que en algunas ocasiones el dolo civil constituye un ilícito civil si con este se
22 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y LA RESPONSABILIDAD PENAL 23

causó daños a un tercero, en tanto que esa misma conducta no constituirá delito Aquí, el mismo hecho constituye, a la vez, ilícito civil e ilícito penal; en
penal mientras así no lo contemple el legislador. cambio, hay ciertas conductas, bien sea dolosas o culposas, que constituyen ilícitos
civiles mas no penales. Tal ocurre, por ejemplo, en el daño en cosa ajena mera-
mente culposo, en el cual, a pesar de existir imprudencia, el legislador penal es
indiferente a tal conducta y por tanto la permite 27 • En este caso, el fallo civil para
efectos de la prejudicialidad y la cosa juzgada solo está sometido al penal en lo
26.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA relacionado con el comportamiento doloso, que es el único elemento psicológico
reprochable del delito penal de daño en cosa ajena. En lo relativo al comporta-
Pero si bien la falta civil y la penal son iguales desde el punto de vista psico-
miento meramente culposo, el juez civil no tiene por qué someterse al juez penal,
lógico, desde el punto de vista normativo, tal identidad entre el ilícito civil y el
así éste haya afirmado o negado la imprudencia, porque éste solo puede juzgar el
ilícito penal no puede afirmarse. Obviamente, y desde el ángulo del bien protegi-
comportamiento doloso de quien fue el causante del daño.
do, la identidad entre el ilícito civil y el ilícito penal no es posible, pues mientras
el derecho penal busca proteger la seguridad de la sociedad, el derecho civil busca
También puede suceder que el comportamiento, a la luz del derecho penal,
proteger el patrimonio de los particulares 25 (supra, T. I, 17). De lo que se trata es
no sea reprochable ni siquiera cuando es doloso. Baste tomar como ejemplo el
de averiguar si todas las conductas que son reprochables en materia penal lo son
incumplimiento contractual en el que el deudor, en forma dolosa y con el único
también en materia civil. O, mejor, si toda conducta reprochable en materia civil,
ánimo de perjudicar al acreedor, no le paga una deuda de dinero el día estipulado.
lo es también en penal.
En tales circunstancias habrá ilícito civil aunque no haya ilícito penaF 8 •
En primer lugar, tenemos que hay una serie de ilícitos penales que compren-
den tanto el comportamiento doloso del agente como el culposo. Es lo que ocurre, Igualmente puede ocurrir que haya una serie de violaciones de reglamentos
por ejemplo, en los delitos de homicidio y de lesiones personales. Pero puede que den lugar a un ilícito civil sin que ese mismo comportamiento constituya un
suceder que ese mismo comportamiento y ese mismo daño constituyan a la vez un ilícito penaF 9 • Anteriormente (supra, T. I, 20) hablamos del medio de comunica-
delito o un cuasidelito civil o la violación de una obligación contractual de medio ción que lanza al aire la falsa noticia sobre quiebra de un establecimiento crediti-
(en ambos casos la responsabilidad civil es con culpa probada). En tales circuns- cio, contraviniendo así expresas disposiciones de la ley de prensa. En ese caso,
tancias, el ilícito civil y el ilícito penal son generados por un mismo hecho, pues aunque ese comportamiento no tipifique el delito penal de pánico económico, no
ambos se fundamentan en una culpa dolosa o culposa debidamente comprobada por ello el hecho deja de ser ilícito a la luz del derecho civil y, por tanto, el juez
del agente causante del daño. Se trata de una culpa igual para ambos ilícitos. civil solo estará ligado a la decisión penal en lo relativo a la falta dolosa consis-
Obsérvese que en el ejemplo planteado, el homicidio doloso o culposo constituye tente en el delito de pánico económico o cualquier otro delito penal. En lo tocante
no solamente ilícito civil sino también ilícito penal, y en ambos se debe establecer al delito civil como tal, el juez civil queda libre de investigar lo concerniente a la
la culpa del agente. Por tanto, el fallo civil está sometido, desde el punto de vista responsabilidad del agente, así ésta no tipifique un delito penal.
de la culpabilidad, al fallo penal y, en consecuencia, puede haber prejudicialidad
o cosa juzgada26 . Así mismo es factible que el legislador civil, a priori, considere como culposa
o contraria a derecho determinada conducta, así ella no sea reprochada por la ley
penal. Es lo que ocurre, por ejemplo, en la responsabilidad por actividades peli-

25 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 67.


26 En ese sentido, un fallo de la Corte Suprema de Justicia expresa: "Si el juez halla
o no error de conducta conforme a las normas positivas, o encuentra intención de (Cont. 26) Véase Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 148; Boris Starck,
dañ~r, en consonancia co~ la.s mis~as, esa ~firmación de la voluntad de la ley que por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 1, núm. 23.
configura la cual o el del1to mtenc1onal, es Igualmente eficaz dentro de la órbita 27 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 166.
privada como en la pública, porque no es viable modificar la naturaleza del acto
28 C. S. J., cas. civ., 30 julio 1953, "G. J.", t. LXXV, p. 642; Véase Philippe le Tourneau,
punible en frente de sus posibles consecuencias civiles o penales para hacerle
Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 164.
producir efectos variables". (C. S. J., Neg. Gen., 30 mayo 1947, "G. J.", t. LXII,
p. 396). 29 Philippe Le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 164.
24 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y LA RESPONSABILIDAD PENAL 25

grosas del artículo 2356 del Código CiviP 0 ; en la responsabilidad civil por la do en un ilícito civil. Pero antes de abordar el análisis del derecho vigente nos
ruina de un edificio, artículo 2350 del Código Civil; en la responsabilidad civil parece adecuado anotar que, en una futura reforma de la ley, se debería indepen-
por los daños causados por los animales que no reportan ninguna utilidad (C. C., dizar completamente el proceso penal del civil, pues la interdependencia actual
art. 2354). En todos estos casos existe culpa civil porque así lo prescribe el Códi- limita la eficacia del derecho. Por lo pronto, no se trata de analizar las institucio-
go Civil. nes de la prejudicialidad o de la cosa juzgada con la profundidad que dichas ins-
tituciones merecen. Ambas figuras se estudiarán con mayor intensidad un poco
Finalmente, hay una serie de hechos ilícitos en materia civil, independiente- más adelante (infra, T. II, 175 y 274). Acá solo trataremos de mostrar la inciden-
mente de que el agente haya actuado en forma culposa. Tal es el caso de las deno- cia que la culpa o falta afirmada o negada en un proceso penal pueda tener en un
minadas responsabilidades objetivas, en las cuales solo se requiere que el agente proceso de responsabilidad civil fundamentado en el mismo hecho fallado por el
haya causado daño patrimonial a un tercero 31 . Por ejemplo, en los accidentes de juez penal.
trabajo o en los daños causados por las aeronaves en la superficie hay responsabi-
lidad del agente, aunque no haya mediado culpa de su parte.
En primer lugar, digamos que cuando una conducta susceptible de enmarcarse
Resumiendo, podemos afirmar que todo ilícito penal es ilícito civil en la dentro de un delito penal es también y únicamente violatoria de una obligación
medida en que con éste produzca un daño a un tercero 32 . Por el contrario, hay una contractual de medio o da origen exclusivamente a una responsabilidad civil
serie de ilícitos civiles que pueden ser dolosos o culposos o que incluso prescin- extracontractual con culpa probada según el artículo 2341 (es decir, en aquellos
den de la falta o culpa como'elemento de la responsabilidad y que son indiferentes casos en que tanto el ilícito penal como el civil se fundamentan necesariamente en
a la luz del derecho penal y por tanto no constituyen ilícitos penales 33 . En esos la culpa probada), el juez civil está completamente ligado a lo que sobre la culpa-
casos no se trata de que la culpa civil sea diferente de la penal, sino que el derecho bilidad afirme o niegue el juez penaP 4 • Así sucede no solo cuando la sentencia
penal no reprocha esos comportamientos como sí lo hace la ley civil. Veamos a penal es condenatoria35 , sino también cuando es absolutoria por ausencia de cul-
continuación las consecuencias que se derivan de esa parcial identidad y diferen- pa36. Ello ocurrirá, por ejemplo, con la responsabilidad civil contractual o extracon-
cia entre el ilícito civil y el ilícito penal. tractual de los médicos en caso de lesiones personales o muerte del paciente. En
este ejemplo, tanto la responsabilidad penal como la civil comprenden el compor-
tamiento doloso o culposo del agente y ambos requieren que se demuestre su
SuBSECCIÓN III. - Consecuencias de las diferencias y semejanzas culpabilidad. Si el juez penal la afirmó o la negó, el juez civil no puede entrar a
entre el ilícito civil y el ilícito discutir esa decisión de la justicia penal, así la demanda por la conducta del médi-
co se inicie por su responsabilidad civil. El juez civil debe respetar y no contrade-
27.- En la subsección anterior hemos visto que psicológicamente hablando cir lo decidido por el juez penal en lo relativo a la existencia del hecho, del nexo
la falta civil es idéntica a la falta penal y que, en algunas ocasiones, hay ilícitos causal y de la culpabilidad 37 .
civiles, culposos o no, que no constituyen ilicitud penal. Así las cosas, es preciso
indagar cuáles son las consecuencias procesales que se derivan de una investiga-
ción penal por un comportamiento que a la vez da lugar a un proceso fundamenta-
34 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 148; Philippe le Tourneau,
Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 166; Boris Starck, por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 1,
núm. 23.
30 En ese sentido, C. S. J., Neg. Gen., 9 septiembre 1948, "G. J.", t. LXV, p. 207; 35 C. S. J., Neg. Gen., 9 septiembre 1948, "G. J.", t. LXV, págs. 207 y ss.; C. S. J.,
Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 166. cas. civ., 25 febrero 1958, "G. J.", t. LXXXVIII, p. 98 y ss.
31 Boris Starck, por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 1, núm. 23; Jacques Ghestin, Genevieve En el mismo sentido, Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 148;
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 149. Boris Starck, por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 1, núm. 23.
32 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 84. 36 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 148;Boris Starck, por Roland-
33 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 84; Jacques Ghestin, Genevieve Boyer, ob. cit., vol. 1, núm. 23.
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 149; Boris Starck, por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 1, 37 Contra esta solución véase Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm.
núm. 23. 135.
26 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y LA RESPONSABILIDAD PENAL 27

Tradicionalmente, los autores 38 y los tribunales 39 están de acuerdo con esta momento de producirse el daño. Pero si, pese a esta absolución por ausencia de
solución, pero manifiestan, sin embargo, que si una eventual demanda civil se culpa, se sabe después que el médico negligentemente dejó un objeto en el orga-
apoya en una culpa distinta de la juzgada en el proceso penal, tal demanda civil nismo del paciente, ya el juez civil no puede juzgar esa aparente "otra" culpa,
puede prosperar40 • No obstante compartir este criterio, entendemos de todas ma- pues todas las posibles negligencias, imprudencias o impericias del médico fue-
neras que esa "otra culpa" que da margen a la posibilidad de un proceso civil ron completamente juzgadas por el juez penal quien tenía el poder y la obligación
posterior o paralelo, teóricamente no puede ser susceptible de ser englobada den- de analizar toda posible culpa probada del médico en la producción de las lesiones
tro del comportamiento juzgado por el juez penal. Debe tratarse de una culpa que o muerte del paciente. Aunque el juez penal no consideró en absoluto el hecho de
ni siquiera teóricamente esté tipificada entre los delitos penales. Es decir, debe que el médico dejó una gaza en el organismo del paciente, de todas maneras juzgó
tratarse de culpas que no sean sancionadas por el orden penal. Ve amos con dos la totalidad de su culpabilidad en ese daño, y como tal culpabilidad es la única que
ejemplos la aplicación práctica de lo que acabamos de decir, ya que esta precisión puede dar lugar a su responsabilidad civil, el juez civil debe tener como cosa
es sumamente importante y por no hacerla nuestra jurisprudencia y doctrina han juzgada erga omnes la inexistencia de la culpa probada, incluida la derivada de
sido confusas. dejar olvidada la gaza. Como en este caso la responsabilidad penal y la civil se
fundan en una culpa o falta probada del médico, hay identidad entre las dos culpas
Imaginemos, por ejemplo, un proceso penal contra un médico por lesiones y lo que se afirme o niegue en el proceso penal en relación con esa culpa, el juez
personales o muerte de un paciente; el juez penal, luego de investigar todo el penal, debe tenerlo como verdad jurídica.
comportamiento del médico,. llega a la conclusión de que éste no cometió culpa
alguna y, especialmente, de que no se encontraba en estado de embriaguez en el En cambio, si como lo vimos en ejemplos anteriores, el juez penal, en una
investigación por daño en cosa ajena, absuelve al sindicado porque no actuó en
forma dolosa como lo exige la ley, nada impide que el juez civil encuentre "otra
falta" en el comportamiento meramente culposo del agente porque éste actuó, por
38 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 164; Jacques Ghestin, Genevieve
Viney, ob. cit., t. y núm. cits. ejemplo, en forma negligente 41 • Evidentemente se trata de una falta (culposa) di-
39 La Corte Suprema de Justicia, en un fallo del 22 de mayo de 1947, expresa: "Cuan- ferente de la dolosa que juzgó y negó el juez penal. Este último no tenía compe-
do un motivo no es posible eliminarlo sin quebrantar lo juzgado o su fuerza, es tencia para juzgar la simple negligencia, pues el tipo penal de daño en cosa ajena
porque él debe ligar cualquier decisión de la justicia. Si el informativo se refiere a
no sanciona la negligencia sino el dolo. Lo que no podrá hacer el juez civil es
un homicidio por imprudencia, la materialidad del delito reposa en un hecho cons-
tituido por descuidos o falta de diligencia imputable al sindicado, y si el juzgador volver a juzgar el comportamiento doloso del sindicado, pues ya el juez penal
penal asevera que este no cometió culpa alguna, a primera vista puede decirse afirmó que ese comportamiento doloso no había existido.
que la providencia no ha tenido en mira sino los elementos del hecho como un
delito punible, supuesto que aquel funcionario quizá solo estudió el asunto desde
ese punto de vista, por lo cual, en muchas ocasiones, queda expedita la vía para Sobre este punto RENÉ SAv ATIER expresa:
inquirir una culpa civil. Ello es así en principio. Sin embargo, en ciertas circunstan-
cias la absoluta aplicación de semejante tesis podría producir incompatibilidades
inconciliables en los fallos, que es lo que pretenden evitar los artículos 28 y 29 del "La decisión del juez penal en cuanto la existencia del hecho que sirve de
Código de Procedimiento Penal. Síguese de aquí que lo indicado es analizar cada base común a la acción pública y a la acción civil, liga al juez civil en cuanto
caso dentro de sus peculiaridades, ya que no es posible negar la influencia que la
decisión penal tiene en materia civil, como lo pregona el artículo 11 del precitado a la existencia de ese hecho.
Código sobre predominio del proceso penal. Una vez resuelto este, toca al juzga-
dor civil ver hasta qué punto puede conciliarse su decisión con aquella resolución. "Pero el sobreseimiento o la absolución penal no impide invocar delante del
Es entonces cuando se presentan las grandes dificultades de orden práctico. Así,
por ejemplo, si una persona fue absuelta por dudas acerca de la intención criminosa juez civil, un hecho diferente del objeto de la imputación penal. Así, el sobreseimien-
cabe, sin contradicción, apreciar el hecho como fuente de indemnización civil. Si la to pronunciado por una infracción al Código de la Ruta, deja libre de alegar
absolución dependió de que el hecho incriminado no estaba catalogado en el Có-
digo Penal como delito, ningún impedimento existiría para una condenación por
culpa meramente civil". (CSJ, Neg. Gen., 22 mayo 1947, "G. J.", t. LXII, p. 287).
40 C. S. J., Neg. Gen., 16 noviembre 1956, "G. J.", t. LXXXIII, pp. 1182 y ss.; en el 41 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. y loe. cits.; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet,
mismo sentido Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit. núm. 164.
28 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y LA RESPONSABILIDAD PENAL 29

delante del juez civil otra infracción del mismo Código, no perseguida penalmente, También existiría "otra culpa" en el caso de una venta de un objeto afectado
o un hecho culposo no susceptible de calificación penal. Pero es necesario de vicios redhibitorios que da lugar a una investigación por el delito penal de
que el hecho invocado no haya sido englobado en la calificación penal perse- estafa. Puede suceder que el juez penal llegue a la conclusión de que no existe el
guida. Así, la absolución pronunciada sobre la inculpación de un delito de dolo requerido para tipificar la estafa. Sin embargo, el comprador podrá demandar
imprudencia excluye toda otra culpa susceptible de haber dado lugar al deli- por vía civil la indemnización de los daños, fundamentándose en el incumpli-
to, aun en lo referente a los aspectos de esta culpa no sometidos de hecho a miento de la obligación de garantía de eficiencia que el vendedor debe brindar al
los debates. Cuando por ejemplo, el conductor de un automóvil ha sido ab- comprador.
suelto de una inculpación de homicidio por imprudencia, la víctima no puede
sostener, delante de los tribunales civiles que la absolución versó solamente Igual ocurriría en el ejemplo ya planteado del comerciante que crea confu-
sobre una culpa de conducción del vehículo y no sobre una culpa de llegada sión en el mercado, perjudicando a otro comerciante. Si, iniciada una investigación
del cargamento; así mismo el exceso de velocidad, así no se haya contempla- penal por atentados a la propiedad industrial, el juez absuelve al sindicado porque
do en la investigación penal, no podría seguir siendo invocado en la investi- su comportamiento no se enmarca dentro de tipo penal alguno, la víctima podrá
gación civil" 42 (resaltado fuera del texto). demandar por vía civil al sindicado absuelto si logra demostrar que esa conducta,
aunque no constituye delito penal, de todas formas genera una competencia des-
De otro lado, también podría hablarse de "otra culpa" distinta de la penal, o leal a la luz de lo establecido en el capítulo segundo de la Ley 256 de 1996. Pero
de un ilícito civil distinto del penal, cuando estemos frente a comportamientos ha de tenerse en cuenta que si al sindicado se le absuelve de la sindicación de
que si bien son dolosos o culposos no están tipificados en la ley penal, ni siquiera falsificación de marcas, por ejemplo, esa falsificación no podrá ser argumentada
como dolosos 43 . Y a hemos hablado del caso de un medio de comunicación que da en el proceso civil. Se podrá argumentar, en cambio, que si bien no hubo falsifica-
la falsa información de que una entidad crediticia tiene dificultades económicas ción de marcas, de todas formas se creó confusión en el mercado acudiendo a
con lo cual causa daño a un tercero. Si iniciada una investigación penal por el otros medios desleales distintos de la falsificación de marcas. En tales circunstan-
delito de pánico económico por esos hechos, se llega a la conclusión de que la cias, el fallo penal absolutorio no impide al juez civil juzgar esa culpa diferente.
conducta no se tipifica dentro de este delito, pero se logra demostrar que de todas
También habrá esa otra culpa cuando estemos frente al incumplimiento de
formas se contravinieron disposiciones administrativas relacionadas con la ley de
una obligación contractual de resultado o frente a una presunción de responsabili-
prensa, entonces estaremos frente a una culpa civil distinta de la que fue investi-
dad en materia extracontractual. Incluso, algunos afirman que en estos casos la
gada en el marco del delito de pánico económico. El juez civil podrá condenar al
responsabilidad es objetiva y no se funda en la culpa44 • En el contrato de transpor-
causante del daño con base en esas violaciones a la ley de prensa, pues se trata de
te de mercancías o· de personas, por ejemplo, así como en la responsabilidad por
una culpa diferente de la que fue enjuiciada por el juez penal. Lo que no podría
actividades peligrosas 45 o en, la responsabilidad por la ruina de los edificios o por
hacer el juez civil es buscar de nuevo esa misma culpa que constituye el delito de
los daños causados por los animales fieros que no reportan ninguna utilidad, si se
pánico económico, puesto que el juez penal ya dijo que no existía.
producen daños a una persona o a una cosa y por esos mismos hechos se sigue una
investigación penal, el juez civil queda libre de investigar y de condenar al de-
mandado, aunque el juez penal haya negado la culpabilidad. Como en estos casos
42 René Savatier, Traité de la responsabilité civile, t. 1, 2eme ed., Paris, L.G.D.J.,
1951, núm. 264.
la responsabilidad se fundamenta bien sea en una obligación de resultado, bien en
una responsabilidad por actividades peligrosas o por el hecho de las cosas, esta-
43 Un f~llo de~~ Corte, del 30 de julio de 1953, expresa al respecto: "4. Donde no hay
una mt:acc10n penal culposa, puede, con todo, existir una culpabilidad civil que mos frente a una culpa de naturaleza civil, e incluso para algunos, ante una res-
d~,termme para su autor la obligación de resarcir el perjuicio. Por lo cual, la deci- ponsabilidad objetiva, así no haya ilícito penal y, por tanto, la culpabilidad nega-
Sion favorable qu~, en el campo penal se pronuncie respecto de la primera, no
conlleva la absoluc1on de la s~g.u,nda, ya que, aun sin una norma legal preestablecida,
puede ~aber un hech~ u orr:1s1on da~osos -en el sentido puramente patrimonial-
determma??s por negligencia, descu1do o falta de previsión de un objeto previsible
Y. que d~b1.o preverse, que es exactamente lo que configura la culpa". (CSJ, cas. 44 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 149.
c1v., 30 JUlio 1953, "G. J.", t. LXXV, p. 642). Véase también Philippe le Tourneau 45 En ese sentido, C. S. J., Neg. Gen., 9 septiembre 1948, "G. J.", t. LXV, pp. 207 y
Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 83. ' SS.
30 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y LA RESPONSABILIDAD PENAL 31

da en el proceso penal no impide que en el proceso civil se trate de averiguar una pero podrá proseguir la acción civil única y exclusivamente sobre la base de la no
culpa meramente civil46 . Lo que no podrá hacer el juez civil será condenar con advertencia de los riesgos al paciente.
base en el dolo o en la culpa personal del sindicado, si ya éstas fueron negadas por
el juez penal. Habrá que acudir bien sea a la responsabilidad objetiva o a las Finalmente, tenemos que en la responsabilidad objetiva bien sea contractual
presunciones de responsabilidad para poder incoar la acción. o extracontractual, el juez civil puede ignorar la culpa negada en el proceso penal,
pero no porque en este caso sea distinta a la penal, sino porque el ilícito civil para
Estas nuevas acciones fundamentadas en otra culpa suponen, desde luego, nada requiere de la culpa. Por tanto, basta que el hecho y el daño ocurran para que
que desde otros ángulos no haya impedimentos porque haya cosa juzgada o pleito haya lugar a la responsabilidad civil. Si el juez penal negó la culpabilidad, el juez
pendiente. Sobre estas dos instituciones volveremos más adelante (infra, T. II, civil puede responder que esa culpabilidad, en materia de responsabilidad objeti-
175 y 250). Acá solamente queremos afirmar que la negación de la culpabilidad va no es requisito indispensable para esa sentencia condenatoria. Así por ejemplo,
por parte del juez penal no cierra automáticamente la puerta a una acción civil si a raíz de un accidente de aviación que causa daños en la superficie, se absuelve
fundamentada en otra culpa. al piloto por ausencia de culpa, el juez civil, que conoce de una acción de respon-
sabilidad contra la empresa de aviación, puede ignorar el fallo penal en cuanto a la
Por otra parte, ocurre a menudo que un solo hecho da lugar a la violación de ausencia de culpa del piloto, pues la responsabilidad civil de la empresa dueña de
varias instituciones de la responsabilidad civil; así, por ejemplo, el conductor de la aeronave es puramente objetiva.
un vehículo o su propietario pveden incurrir en responsabilidad directa con culpa
probada (C. C. col., art. 2341) y en la responsabilidad presunta por actividades 28.- Los criterios que acabamos de analizar no han sido claramente defini-
peligrosas (C. C. col., art. 2356). Si a raíz de esas lesiones personales, el juez dos por los tribunales colombianos. Más adelante (infra, T. II, 189) mostraremos
penal absuelve al sindicado por ausencia de culpa, el juez civil ya no puede con- cuál ha sido la posición de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado
denar con base en el artículo 2341, pues éste se funda en la misma culpa probada al respecto.
en que se funda el delito penal, culpa que ya fue negada por el juez penal; pero el
juez civil podrá condenar con base en las actividades peligrosas pues ellas consti-
tuyen "otra culpa" diferente de la juzgada en el proceso penal. En cambio, habrá
conductas que solo se enmarcan dentro de una responsabilidad civil con culpa
probada y que, al igual que en penal, comprende la fase dolosa y culposa. Tal sería
el caso de la responsabilidad contractual y extracontractual de los médicos. Cuan-
do ello ocurre así, la culpa afirmada o negada por el juez penal, no puede descono-
cer lo decidido sobre la culpabilidad por el juez penal, pues hay una identidad
total entre ambas culpabilidades.

Con todo, creemos que aun en este caso, por vía excepcional podría pensarse
en la existencia de una culpa distinta de la fallada por el juez penal. En efecto, la
no advertencia de los riesgos al paciente no constituye delito penal, pero sí cons-
tituye la violación civil de una de las obligaciones impuestas por la ley de ética
médica a los médicos. En situación semejante, si el médico es absuelto penalmente
por una posible negligencia, el juez civil tendrá que respetar esta decisión en
cuanto a la negligencia posible del médico en el desarrollo mismo de la operación,

46 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. y loe. cits.


DIVERSAS INSTITUCIONES DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL 33

SuBsEccióN 11. - Tipos de responsabilidad contractual


según la carga de la prueba de la culpa
CAPÍTULO III
33.- DIVISIÓN
DIVERSAS INSTITUCIONES DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL

Las cargas probatorias del deudor y del acreedor contractual varían de acuer-
do con la naturaleza de cada contrato y de la obligación incumplida. En efecto,
29.- Bibliografía sumaria. Raimundo Emiliani Román, ob. cit., pp. 23 mientras en algunas oportunidades el demandante debe establecer la culpa del
y SS. deudor, en otras dicha culpa se presume. Incluso habrá casos en que la culpa no es
elemento estructural de la responsabilidad civil del deudor. Esa diversidad proba-
toria nos muestra varias clasificaciones elaboradas por la doctrina y la jurispru-
30.- RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL
dencia, siendo la principal de ellas la consistente en separar las obligaciones de
medio de las de resultado. Aunque algunos autores colombianos están en contra
Nuestro Código Civil consagra la clásica distinción entre la responsabilidad de dicha clasificación, consideramos que en nuestro ordenamiento jurídico ella
civil contractual (secc. I) y la extracontractual (secc. II), las cuales, a su turno se sigue siendo válida por lo menos en la medida en que los diversos medios proba-
clasifican según el origen del .daño o la carga de la prueba de la culpa. Ve amos ~or torios concebidos por el legislador colombiano para los distintos tipos de incum-
separado la clasificación de las diversas instituciones que configuran ambos órde- plimiento contractual se acomodan a los de esta clasificación. Veamos, pues, cuál
nes de responsabilidad. es la carga probatoria de las partes (acreedor y deudor) en el incumplimiento de
obligaciones contractuales de medio (I) y en el incumplimiento de obligaciones
de resultado (II).

SEccióN l. - Tipos de responsabilidad contractual


I. - La carga probatoria en las obligaciones de medio
31.- La responsabilidad contractual puede clasificarse según el origen del
34.- Más adelante (infra, T. I, 340) analizaremos detenidamente la natura-
daño (subsecc. I) y según la carga de la prueba de la culpa y de la exoneración del
deudor (subsecc. II). leza y contenido de las obligaciones de medio y de resultado. Por lo pronto, solo
nos interesa destacar cuál es la carga probatoria que incumbe a las partes en este
tipo de obligaciones.

SuBSECCióN l. - Tipos de responsabilidad contractual En primer lugar, cabe afirmar que la distinción entre obligaciones de medio
según el origen del daño y de resultado no se presenta en tratándose de incumplimiento puro y simple y de
cumplimiento moroso, pues en estos dos casos la culpa del deudor no tiene inci-
dencia alguna y solo se exonera de responsabilidad mediante la prueba de la exis-
32.- TIPOS DE INCUMPLIMIENTO CONTRACTUAL
tencia de una causa extraña (infra, T. I, 343).

. La ~es.ponsabilidad civil contractual tiene su origen en el daño surgido del La naturaleza de las obligaciones de medio aparece, en cambio, con toda
mcumphm~ento de las obligaciones contractuales. En ese sentido, el daño puede nitidez cuando se trata de responsabilidad contractual por cumplimiento defec-
te~er su ongen en el incumplimiento puro y simple del contrato, en su cumpli- tuoso de las obligaciones contraídas.
miento moroso o en su cumplimiento defectuoso. Más adelante veremos cómo
opera la carga de la prueba de la culpa del deudor y cuál es la forma de exonera- Ahora, el legislador en ninguna parte habla de obligaciones de medio y de
ción de que se puede servir éste último (infra, T. I, 318). obligaciones de resultado. Son la doctrina y la jurisprudencia las encargadas de
34 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DIVERSAS INSTITUCIONES DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL 35

hacer esa elaboración, partiendo de la carga probatoria que incumbe a cada una de SECCIÓN H.-Tipos de responsabilidad extracontractual
las partes.
36.- .,DIVISIÓN
En ese sentido, se afirma que en algunas obligaciones contractuales de medio
el deudor entra inocente al proceso y es al acreedor demandante a quien corres- También podemos clasificar la responsabilidad extracontractual según el ele-
ponde demostrar la culpa del deudor. Es lo que ocurre, por ejemplo, en la respon- mento subjetivo del agente (subsec. I) y según el origen del daño (subsecc. II).
sabilidad del mandatario o del médico por cumplimiento defectuoso del servicio
prestado.
SuBsECCióN I. - Tipos de re~¡po~ns:amttwtao
según el elemento subjetivo
En cambio, en otras oportunidades la obligación de medio supone una pre-
sunción de culpa del deudor, pero éste puede exonerarse demostrando diligencia y 37.- La responsabilidad civil extracontractual puede ser dolosa o culposa,
cuidado, es decir, ausencia de culpa. No se le exige al deudor la prueba de una lo que explica la tradicional diferencia entre responsabilidad delictual y cuasi-
causa extraña. Tal sería el caso de la presunción de culpa que pesa contra el ven- delictual. Pero también existe la responsabilidad extracontractual puramente ob-
dedor en la compraventa civil en caso de pérdida de la cosa vendida (sobre la jetiva como sería la que se presenta en el caso de los daños causados por las
distinción entre ausencia de culpa y causa extraña, véase infra, T. I, 348). aeronaves en la superficie, de acuerdo con lo prescrito por el artículo 1827 del
Código de Comercio.

II. -La carga probatoria en las obligaciones de resultado


SuBsECCióN II. - de re1m<JmsaDJUUitao
según el origen del daño
35.- En las obligaciones de resultado también encontramos diferencias de
tipo probatorio.
38.- RESPONSABILIDAD POR EL HECHO PROPIO

En efecto, algunas veces, nada exonera al deudor de responsabilidad en caso El artículo 2341 del Código Civil consagra el principio general de la respon-
de incumplimiento. Tal ocurriría, por ejemplo, en el incumplimiento de pagar una sabilidad civil extracontractual. En esta norma se establece la responsabilidad
suma de dinero, en la responsabilidad por evicción de la cosa vendida o en el delictual y cuasidelictual que se fundamenta en una culpa probada del autor del
incumplimiento de la garantía de eficiencia en caso de compraventa mercantil. En daño. A ella nos referimos con los nombres de responsabilidad por el hecho pro-
otros casos, el deudor solo se exonera mediante la prueba de algunos eventos que pio, responsabilidad directa 'O responsabilidad con culpa probada.
constituyen causa extraña. Así, por ejemplo, el artículo 1880 del Código de Co-
mercio excluye la fuerza mayor como causal de exoneración del transportador Toda conducta dolosa o culposa que pueda ser probada por la víctima, se
aéreo de pasajeros y solo permite alegar el hecho exclusivo de un tercero o la acomoda dentro de esta institución, independientemente de que ese mismo com-
culpa exclusiva de la víctima. Finalmente, habrá casos en que cualquier causa portamiento pueda tipificar otra de las instituciones de responsabilidad extracon-
extraña exonera de responsabilidad al deudor contractual. Es lo que ocurre, por tractual que veremos a continuación.
ejemplo, en el caso de la responsabilidad del depositario mercantil (C. de Co., art.
1171) o en la responsabilidad del transportador terrestre de carga.
39.- RESPONSABILIDAD POR EL HECHO AJENO

Así pues, independientemente de que aceptemos o no la distinción entre obli- En los artículos 234 7, 2348 y 2349 del Código Civil se establece la responsa-
gaciones de medio y de resultado en el derecho colombiano, observamos cómo en bilidad extracontractual por el hecho ajeno.
la responsabilidad contractual la carga probatoria oscila desde una responsabili-
dad con culpa probada hasta casos en que absolutamente nada libera de responsa- En principio, esta responsabilidad se fundamenta en una presunción de culpa
bilidad al deudor. por mala vigilancia de quien tiene bajo su cuidado al causante del daño. Esta
36 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DIVERSAS INSTITUCIONES DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL 37

presunción aparece establecida en los artículos 2347 y 2349 del Código Civil. En Finalmente, el Código Civil, en sus artículos 2353 y 2354, establece la res-
ambos casos, la presunción puede desvirtuarse mediante la prueba de una buena ponsabilidad por el hecho de los animales fieros y no fieros, respectivamente. En
vigilancia (ausencia de culpa). Pero el artículo 2348 consagra una responsabilidad los daños causados por los animales no fieros, el demandado se exonera demos-
por el hecho ajeno, con culpa probada, fundamentada en la mala educación que trando ausencia de culpa, mientras que en los daños causados por los animales
los padres han dado al hijo causante del daño.
fieros, solo la culpa de la víctima exonera de responsabilidad al demandado (infra,
T. I, 1407).
40.- RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS
Ahora, fuera de los casos establecidos por el Código Civil, el legislador,
Sin embargo, nuestro Código Civil consagra no solo la responsabilidad por puede establecer en normas especiales, algunos otros de responsabilidad civil por
el hecho propio y por el hecho ajeno, sino que establece también la responsabili- el hecho de las cosas. Así, por ejemplo, el artículo 1827 del Código de Comercio
dad por el hecho de las cosas que están bajo nuestro cuidado. establece la responsabilidad del explotador de una aeronave que causa daños a
terceros en la superficie. Se trata de una responsabilidad objetiva ya que, según
Un principio general de responsabilidad por el hecho de las cosas lo encon- los artículos 1830 y 1831 del Código de Comercio, el explotador solo se libera
tramos en el derecho de dominio, según lo prescrito por el artículo 669 del Código con base en que el hecho es imputable al hecho de un tercero o a culpa de la
Civil. De acuerdo con esta norma, todo el que cause un daño con el uso o el goce víctima.
de la cosa de la que es dueño .está obligado a indemnizar a la víctima (infra, T. I,
838). 41.- RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS

En este caso, el demandado solo se exonera mediante la prueba de una causa


El Código Civil, en su título XXXIV, además de las instituciones anteriores,
extraña.
también establece en el artículo 2356 la denominada responsabilidad civil por
actividades peligrosas, institución ésta que terminó convirtiéndose en el pilar fun-
Pero aliado de ese principio general de responsabilidad por el hecho de las
damental de la responsabilidad civil extracontractual en nuestro país. De acuerdo
cosas, nuestro legislador estableció otros tipos de responsabilidad civil por el
con esta norma, todo el que cause un daño en el ejercicio de una actividad peligro-
hecho de ciertas cosas animadas o inanimadas.
sa, está obligado a indemnizar a la víctima, a menos que establezca una causa
Así, por ejemplo, el artículo 2350 del Código Civil consagra la responsabili- extraña.
dad del dueño de los edificios que se arruinan, caso en el cual el demandado solo
se libera mediante la prueba de una causa extraña (infra, T. I, 1339). 42.- INCUMPLIMIENTO DE OBLIGACIONES LEGALES O CUASICONTRACTUALES

De su lado, el artículo 2351 del Código Civil establece la responsabilidad Pero también en otros casos distintos de los anotados hasta ahora, se puede
extracontractual de los constructores en caso de ruina de los edificios por ellos comprometer la responsabilidad civil extracontractual del causante del daño. En
construidos. El legislador consagra una garantía de buena calidad de la obra por efecto, todo daño que no constituya el incumplimiento de un contrato genera res-
un período de 10 años. En este caso, el constructor solo se libera de su responsa- ponsabilidad extracontractual. Extracontractual quiere decir por fuera de un con-
bilidad mediante la prueba de una causa extraña. trato. Por ello, podemos afirmar que la responsabilidad extracontractual es aplica-
ble en el incumplimiento de obligaciones cuasi contractuales 1 o legales 2• Lo que
Así mismo, el artículo 2355 del Código Civil consagra la responsabilidad
por los daños causados por una cosa que cae o se arroja de la parte superior de
un edificio. Se trata en este caso de una responsabilidad objetiva, por la cual to-
das las personas que habitan el edificio se consideran responsables, a menos Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 191; Mazeaud-Tunc-Chabas,
ob. cit., t. 1, núm. 103.
que se demuestre que el hecho se debe a culpa o dolo de alguna persona exclusi-
2 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 191; Mazeaud-Tunc-Chabas,
vamente.
ob. y loe. cits.
38 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

acontece es que, en algunos cuasicontratos como el de la agencia oficiosa, se


aplican por analogía los principios de la responsabilidad contractual, aunque al no
tratarse de un contrato, forzoso es concluir que dicha responsabilidad no es con- CAPÍTULO IV
tractuaP. Por lo demás, en el enriquecimiento sin causa no se ve cómo se puedan
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL
aplicar los principios contractuales 4 •
Y LA EXTRACONTRACTUAL

Así, por ejemplo, el que en virtud de una obligación cuasicontractual o legal


está obligado a restituir una cosa y ésta perece en su poder, se presumirá culpable
de dicha pérdida. Dicha presunción no significa que nos encontremos frente a una 43.- Bibliografía Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. I, núms. 96 y
responsabilidad contractual. En efecto, los artículos 1729 y siguientes del Código ss.; Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 488; Arturo
Civil establecen la extinción de las obligaciones por la pérdida de la cosa que se Alessandri Rodríguez. De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno,
debe, institución que es aplicable no solo a las obligaciones contractuales, sino núms. 24 y ss.
también a las cuasicontractuales o legales. El régimen probatorio es similar al de
la responsabilidad contractual por la pérdida de la cosa que se debe, pero no por 44.- En este capítulo habremos de referirnos a tres aspectos fundamentales de
ello la responsabilidad deja de ser extracontractual, ya que el daño no se deriva las relaciones entre la responsabilidad contractual y la extracontractual. En primer
del incumplimiento de un con.trato. lugar, haremos un paralelo entre ambos órdenes de responsabilidad, a fin de estable-
cer sus elementos comunes y sus diferencias (secc. I). Paso seguido, mostraremos
los requisitos indispensables para que haya responsabilidad contractual (secc. II) y,
finalmente, nos referiremos al tema central que se deriva de la distinción entre los
dos órdenes de responsabilidad, consistente en saber si entre las mismas partes y
para cobrar un mismo daño, se puede aplicar indistintamente la responsabilidad
contractual o la extracontractual; es decir, si ambas responsabilidades son acumula-
bles o, más exactamente, si se puede optar entre la una y la otra (secc. III).

45.- IMPORTANCIA DEL PROBLEMA

Uno de los aspectos que en la práctica suscita el problema de la opción o


acumulación de la responsabilidad civil contractual y la extracontractual es el
hecho de las diferencias y semejanzas entre ambos órdenes de responsabilidad 1•
Por esas diferencias, el actor preferirá en algunas oportunidades invocar una res-
ponsabilidad en lugar de la otra. A continuación haremos un paralelo entre la
responsabilidad contractual y la extracontractual.

Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chile-


3 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 20. no, núm. 25; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núms. 161 y ss.;
4 Philippe Le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 281. Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 96.
40 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 41

46.- ELEMENTOS COMUNES En cuanto a la responsabilidad contractual, digamos que la ley establece un
principio general de prescripción extintiva de diez años, según lo tiene consagra-
La responsabilidad contractual y la extracontractual suponen que exista un do el artículo 2536 del Código Civil, modificado por los artículos 1o y 8° de la Ley
comportamiento activo u omisivo del demandado; que el demandante haya sufri- 791 de 2002, por la cual se redujeron los términos de prescripción en materia
do un perjuicio, y que, finalmente, haya un nexo de causalidad entre el comporta- civil. Sin embargo, hay una serie de textos especiales, tanto en materia civil como
miento y el daño. Son tan importantes estos tres elementos que con base en ellos mercantil, que consagran plazos de prescripción contractual diferentes 5 • Así, por
algunos autores han pretendido unificar ambos órdenes de responsabilidad 2 • Más ejemplo, en materia de transportes, la prescripción es de dos años; en materia de
adelante habremos de referirnos en detalle a cada uno de estos tres elementos. seguros la prescripción de las acciones que se derivan de dicho contrato puede ser
de dos o de cinco años, según lo establece el artículo 1081 del Código de Comer-
47.- DIFERENCIAS cio. A su turno, las acciones derivadas del vicio oculto de una cosa, en la compra-
venta mercantil, prescriben en seis meses, según lo establece el artículo 936 del
Si bien la responsabilidad contractual y la extracontractual tienen elementos Código de Comercio.
comunes, lo cierto es que en otros aspectos más o menos secundarios existen
algunas diferencias que, por lo menos en el derecho positivo actual, impiden uni- En materia extracontractual, en cambio, existen varios tipos de prescripción.
ficar totalmente los dos sistemas de responsabilidad 3. Veamos en qué consisten En efecto, el artículo 2358 del Código Civil establece una prescripción de tres
tales diferencias tanto desde e~ punto de vista de la prescripción (subsecc. I), como años para las acciones originadas en la responsabilidad civil por el hecho ajeno
de la capacidad para cometer el hecho ilícito (subsecc. II), de la solidaridad (subsecc. que, según veremos más adelante, no se aplica a las personas jurídicas sino a las
III), de la extensión del monto indemnizable (subsecc. IV), de la jurisdicción y personas naturales. El mismo artículo 2358 establece que si el ilícito civil es con-
competencia (subsecc. V) y, finalmente, de la culpa (subsecc. VI). secuencia de un ilícito penal, la prescripción se rige por la aplicable a la acción
penal. En las otras responsabilidades extracontractuales establecidas en los artícu-
los 2341 a 2359 del Código Civil, la prescripción es de diez años, consagrada en
de vista de la prescripción el modificado artículo 2536, norma ésta que por no hacer distinciones, se aplica
como principio general tanto a la responsabilidad contractual como a la extracon-
48.- En primer lugar, digamos que, a veces, la prescripción opera en forma tractual. Hay algunos otros casos de responsabilidad extracontractual en los cua-
distinta para una y otra responsabilidad4 • De allí que en determinadas circunstan- les la acción tiene plazos diferentes. Es lo que ocurre, por ejemplo, en las acciones
cias, prescrita la acción contractual, el actor se pregunte si le es posible invocar la derivadas de los daños ocasionados por las aeronaves en la superficie, que pres-
responsabilidad extracontractual beneficiándose de plazos de prescripción más criben a los dos años, según lo estipula el artículo 1838 del Código de Comercio.
amplios que los establecidos para la responsabilidad contractual. Veamos a conti-
nuación un panorama general de los diferentes plazos de prescripción en materia
contractual y extracontractual. Más adelante habremos de referirnos en forma más SuBSECCióN 11. - Diferencias desde el de vista de la capacidad
extensa a la prescripción como uno de los medios de defensa que puede invocar el para cometer el hecho ilícito
demandado en responsabilidad civil.
49.- En materia extracontractual, el artículo 2346 del Código Civil estable-
ce que los menores de diez años y los dementes no son capaces de cometer delito
2 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núms. 96 y ss. Sobre la identidad y diferencia o culpa6, lo que significa que la capacidad aquiliana requiere que el agente tenga
entre los dos órdenes de responsabilidad véase Jacques Ghestin, Genevieve Viney,
ob. cit., t. IV, núm. 161.
3 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 164; Arturo Alessandri Rodríguez,
De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, núm. 25. 5 Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chile-
4 Sobre este punto en el derecho francés, véase Jacques Ghestin, Genevieve Viney, no, núm. 26.
ob. cit., t. IV, núm. 178. En el derecho chileno, Arturo Alessandri Rodríguez, De la 6 En Chile, esa capacidad comienza a los 16 años. Ver Arturo Alessandri Rodríguez,
responsabilidad civil en el derecho civil chileno, núm. 26. De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, núm. 26.
42 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 43

más de diez años y sea sano mentalmente. En nuestro concepto, la capacidad aquiliana "La obligación solidaria es aquella en que hay varios deudores o varios acreedo-
solo se requiere para las responsabilidades extracontractuales fundamentadas en res, y que tiene por objeto una prestación, que a pesar de ser divisible, puede
la culpa, pues el artículo 2346 se refiere a la capacidad para cometer delito o exigirse totalmente por cada uno de los acreedores, o a cada uno de los deu-
cuasidelito. Por tanto, en aquellos casos donde la responsabilidad extracontractual dores, por disponerlo así la ley o la voluntad de las partes, en términos que el
sea objetiva, la capacidad aquiliana del agente carece de importancia, pues en este pago efectuado a uno de aquellos o por uno de estos, extingue toda la obliga-
tipo de responsabilidades el elemento subjetivo del agente causante del daño es ción respecto de los demás" 8•
irrelevante.
Esta definición comprende, pues, la solidaridad activa y la solidaridad pasi-
En lo que se refiere a la responsabilidad contractual, la capacidad para obli- va. Pero realmente es esta última la que tiene importancia en cuanto a la respon-
garse supone que quien se obligue tenga más de 18 años de edad y que esté sano sabilidad civil se refiere.
mentalmente 7• Y como la responsabilidad contractual surge del incumplimiento
del contrato, forzoso es suponer que dicho incumplimiento solo se produce con Así, pues, la solidaridad consiste en que una obligación divisible pueda ser
posterioridad a la celebración del contrato. Por tanto, la capacidad para incurrir en cobrada en su totalidad a cualquiera de los deudores de la misma.
responsabilidad contractual solo la tienen las personas mayores de 18 años que al
momento del incumplimiento estén sanas mentalmente.
52.- LA SOLIDARIDAD EN MATERIA CONTRACTUAL
Ahora, en muchas oportunidades los incapaces celebran contratos por inter-
medio de sus representantes legales. Si el incumplimiento del contrato es impu-
En el derecho colombiano la solidaridad tiene un tratamiento distinto en materia
table a ese representante legal, el incapaz representado deberá responder con-
mercantil y en materia civil en lo relativo a obligaciones contractuales.
tractualmente, así no tenga capacidad contractual. Desde luego, la ley prevé una
acción de repetición del representado contra el representante por cuya culpa se
En efecto, en materia civil no existe un principio general de solidaridad entre
produjo el incumplimiento.
los deudores de obligaciones divisibles. Por tanto, es en virtud de disposición
expresa de la ley, del testamento o de la convención, que puede surgir la solidad-
dad entre deudores en materia civil, según se desprende de lo dispuesto por el
SUBSECCIÓN III. -
artículo 1568 del Código Civil 9 •
de vista de la "'"" 1 '1'lJ.-.,,...,.,• .,I'll

En cambio, desde el punto de vista del derecho mercantil, la situación es


50.- También en lo referente a la solidaridad hay diferencia entre la respon-
inversa, ya que de acuerdo con el artículo 825 del Código de Comercio, "Cuando
sabilidad contractual y la extracontractual, razón por la cual se hace indispensable
varias personas se han obligado a una misma prestación, se presume que todas
no solo mostrar cómo se aplica en una y otra responsabilidad, sino también las
ellas se han obligado solidariamente".
consecuencias que de ella se derivan.

Así las cosas, mientras no se pacte lo contrario, los deudores de un contrato


51.-¿EN QUÉ CONSISTE LA SOLIDARIDAD? mercantil son solidariamente responsables ante el acreedor 10 •

Nos parece acertada la opinión de don ARTURO ALESSANDRI RoDRÍGUEZ cuan-


do afirma que:
8 Arturo Alessandri Rodríguez, Derecho civil. Teoría de las obligaciones, Santiago
de Chile, Ed. Imprenta Universal, 1981, p. 265.
9 Idéntica solución se da en el derecho francés: Philippe Malaurie, Laurent Aynes,
7 Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chile- ob. cit., núm. 1147.
no, núm. 26. 1O Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 1148.
44 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 45

Ha de tenerse en cuenta, sin embargo, que se trata de deudores de una misma También el artículo 96 del Código Penal establece la solidaridad de todas
obligación, pues si se trata de dos o más deudores de prestaciones independientes, las personas que deben responder civilmente como consecuencia de un hecho pu-
que al ejecutarse en forma conjunta causan un daño al acreedor, entonces no habrá nible.
presunción de solidaridad. Veámoslo con un ejemplo:
El artículo 2344 del Código Civil solo establece la solidaridad en caso de
Si Pedro y Juan se obligan a construirle una casa a Diego, ambos serán soli- responsabilidad extracontractual dolosa o culposa, quedando por fuera los casos
dariamente responsables en caso de incumplimiento. En cambio, si Pedro se obli- de responsabilidad civil puramente objetiva. Sin embargo, también en este caso la
ga para con Diego a levantar las columnas de la edificación y Juan se compromete víctima podría cobrar la totalidad de la indemnización a cualquiera de los respon-
a realizar los estudios de suelos, y la construcción se derrumba por la mala calidad sables, acudiendo para ello a la noción de obligación al todo, a la cual nos referi-
de las columnas y por la mala calidad del estudio de suelos, es claro que ese daño remos a continuación.
es imputable al incumplimiento de dos obligaciones completamente distintas y
que, por tanto, no se acomodan dentro de la presunción a que se refiere el artículo
54.- ÜBLIGACIÓN AL TODO
825 del Código de Comercio.
Si la solidaridad en materia civil tiene que ser establecida por la ley, por el
Sin embargo, es claro que en el último ejemplo, cada uno de los deudores testamento o la convención, la práctica muestra, sin embargo, una serie de casos
individualmente considerado es responsable de la totalidad de los daños sufridos en los que, sin existir solidaridad, cada uno de los deudores o de los responsables
por el acreedor que encargó la obra. En tales circunstancias, por un mecanismo del daño debe pagar la totalidad de la indemnización como si solo él hubiera
que analizaremos más adelante, dicho acreedor podrá cobrar la totalidad a todos y causado el daño. Así, por ejemplo, el transportador contractual que, al colisionar
cada uno de los deudores contractuales, acudiendo a lo que denominaremos obli- con otro vehículo lesiona al pasajero, está obligado a pagarle a éste último la
gaciones al todo (infra, T. I, 54). En el fondo, se cumple la misma finalidad prin- totalidad de los daños sufridos con base en la responsabilidad contractual. Pero
cipal de la solidaridad, cual es la de permitir a la víctima reclamar la totalidad de también el conductor del otro vehículo está obligado a indemnizar totalmente al
la indemnización a todos o a cualquiera de los deudores. pasajero, pero su responsabilidad será extracontractual. Se trata de dos obligacio-
nes totalmente independientes que tienen un objeto común pero que no son solida-
rias porque la ley civil no establece la solidaridad entre un responsable contrac-
53.- LA SOLIDARIDAD EN MATERIA EXTRACONTRACTUAL tual y otro extracontractual. Y no se puede aplicar la solidaridad por analogía pues
lo prohíbe expresamente el artículo 1568 del Código Civil.
El artículo 2344 del Código Civil establece la solidaridad en materia extracon-
tractual en caso de que un delito o culpa hubiese sido cometido por dos o más De hecho, los tribunales colombianos, tal vez sin darse cuenta, han permitido
personas 11 . La misma norma establece dos excepciones a ese principio general en buen derecho que la víctima pueda, en estos casos, reclamar la totalidad de la
de solidaridad. Se trata de la responsabilidad por la ruina de los edificios (C. C., indemnización a cualquiera de los responsables que en estas hipótesis no son deu-
art. 2350) y la proveniente de los daños causados por la cosa que cae o se arroja de dores solidarios de la indemnización.
la parte superior de un edificio (C. C., art. 2355). En la primera de ellas, la indem-
Se ha creado así una figura de carácter pretoriano que la jurisprudencia y la
nización se dividirá entre los propietarios del inmueble arruinado. En la segunda,
doctrina francesas 12 han denominado obligación in solidum, pero que nosotros
la indemnización se dividirá entre los habitantes del edificio de donde cae la cosa
preferimos denominar obligación al todo, ya que el artículo 1568 de nuestro Có-
dañina, a menos que se pruebe que el daño es imputable a uno de los habitantes, en
digo Civil identifica los vocablos "obligación solidaria" o in solidum. Para no
cuyo caso solo éste responderá.

12 Véase Philippe le Tourneau, Lorc Cadiet, ob. cit., núm. 841; Jacques Ghestin, Genevieve
11 Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilídad civil en el derecho civil chile- Viney, ob. cit., t. IV, núms. 406 y ss.; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit.,
no, núm. 26. núm. 1165.
46 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 47

incurrir, pues, en un confuso juego de palabras, diremos que en Colombia existen, En efecto, el que tiene asegurado un bien que es dañado por un tercero puede
de un lado, las obligaciones solidarias o in solidum (C. C., art. 1568) y, del otro, cobrarle la totalidad de la indemnización bien sea a la compañía aseguradora,
las obligaciones al todo. acudiendo para ello al contrato de seguros, o si lo prefiere, podrá renunciar al
seguro y cobrarle la indemnización al responsable. Lo que no podrá es cobrar
En la práctica, ambas obligaciones permiten a la víctima reclamar la totali- dos veces la indemnización, pues se lo prohíbe el artículo 1096 del Código de
dad de la indemnización a todos o a cada uno de los responsables, en la medida en Comercio.
que, desde el punto de vista de la causalidad, cada uno de los responsables causó
la totalidad del daño 13 • Asimismo, en los seguros de responsabilidad civil, la Ley 45 de 1990 consa-
gró la acción directa del damnificado contra el asegurador en responsabilidad ci-
vil (véase el nuevo texto del C. de Co., art. 1133).
55.- CASOS DE OBLIGACIONES AL TODO
En tales circunstancias, la víctima puede reclamar la totalidad de la in-
No son pocos los casos de obligaciones al todo en el derecho colombiano. demnización, siempre dentro de los márgenes de cobertura del seguro, tanto a la
Veamos algunos de ellos. compañía aseguradora como al responsable del daño. En este caso no hay soli-
daridad, puesto que la ley no la ha establecido y las partes tampoco. Lo único
l. En primer lugar, cuando uno de los autores del daño es un deudor con- que explica la posibilidad de ese cobro total es la institución de la obligación al
tractual y el otro es un tercero, será imposible acudir a la solidaridad puesto que todo 16 .
ésta solo está consagrada en la ley civil para los responsables extracontractuales
(C. C., art. 2344). En consecuencia, es la obligación al todo la que permite a la
víctima cobrar toda la indemnización a cualquiera de los responsables 14 . 56.- Los DEUDORES SOLIDARIOS NO SE REPRESENTAN RECÍPROCAMENTE

2. En segundo lugar, puede suceder que dos deudores en contratos civiles En el derecho francés se ha presentado una larga discusión doctrinal y jurispru-
diferentes causen con su comportamiento un mismo daño, en cuyo caso no hay dencia! con base en una teoría según la cual los deudores solidarios se representan
solidaridad 15 • Piénsese, por ejemplo, en el constructor que hace reparaciones en recíprocamente 17 y, por tanto, habría una especie de excepción al efecto relativo
un bien arrendado, derrumbándose éste por culpa del arrendatario y de quien hace de los contratos. Así las cosas, la absolución de uno de los deudores solidarios
las reparaciones. En este caso, cada deudor contractual incumplió sus obligacio- constituiría cosa juzgada en relación con los demás deudores 18 •
nes y en tal virtud estará obligado a pagar la totalidad de la indemnización, pero
corno no es posible acudir a la solidaridad, necesariamente tendremos que acudir Esta teoría se ha desarrollado en el derecho francés en la medida en que la
a la figura de la obligación al todo. solidaridad solo existe en aquel país en materia contractual, pues en materia
Esta misma solución es aplicable en el ejemplo ya propuesto de dos deudores extracontractual se acude a la obligación al todo, llamada in solidum por los juris-
de diferentes obligaciones de tipo mercantil, los cuales contribuyeron con su res- tas franceses; en éste último caso, todo el mundo está de acuerdo en que el presun-
pectivo incumplimiento a la producción de un mismo daño. to mandato recíproco no existe.

3. También se presenta la obligación al todo en algunos casos en que hay En el derecho colombiano, la teoría del mandato recíproco entre los deudores
de por medio un seguro. solidarios no existe, y el mismo don ANDRÉS BELLO, en sus proyectos, se separó de

13 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 11, núms. 1944 y ss. 16 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. y loe. cits.
14 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 852; Philippe Malaurie, Laurent 17 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 842; Philippe Malaurie, Laurent
Aynes, ob. cit., núm. 1167. Aynes, ob. cit., núm. 1156.
15 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. y loe. cits. 18 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 1159.
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 49
48 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

tal solución 19 • Don ARTURO ALESSANDRI RoDRÍGUEZ es de idéntica opinión y al 57.- LA VÍCTIMA PUEDE DEMANDAR A TODOS O A CADA UNO DE LOS RESPONSABLES
respecto expresa:
Una de las ventajas de la solidaridad es justamente la posibilidad que tiene la
víctima de demandar a todos los deudores solidarios conjuntamente o a cualquiera
"Al estudiar la solidaridad activa y señalar el principio fundamental sobre el
de ellos, sin que por tal motivo se le pueda oponer el beneficio de la división de la
cual reposa esta institución, dijimos que nuestro Código se habría separado
deuda (C. C., art. 1571). Idéntico beneficio existe en las denominadas obligacio-
del Código francés a este respecto; que no había aceptado la teoría del man-
nes al todo (supra, 54).
dato tácito y recíproco, sino que suponía que cada uno de los acreedores era
dueño de la totalidad del crédito, y de ahí que podían ejecutar los actos de
Por ello, es innecesario ordenar la integración del litis consorcio por parte
dominio con respecto a esa totalidad.
del juez, ya que ello haría nugatorio el beneficio de la solidaridad. Tal ha sido la
orientación de la jurisprudencia nacional. En efecto, en fallo del 21 de agosto de
"Lo mismo ha pasado con la solidaridad pasiva, en la cual el Código chileno
1951, la Corte dijo:
ha seguido nuevamente el criterio romano; para el Código Civil chileno cada
uno de los acreedores y cada uno de los codeudores lo es por el total de la "Dice el señor procurador delegado refiriéndose a la demanda:
deuda o del crédito, y si es así, cada uno de los codeudores solidarios puede
ejecutar todos los actos propios del dominio, aún cuando vayan en desmedro "En la reclamación indemnizatoria, no es, pues, lógico demandar exclusiva-
o perjuicio de los codeudores. Hay, pues, diferencia fundamental entre el mente a uno solo de los agentes que operaron cuando se consumó el infortu-
derecho francés y el derecho romano, y esta diferencia se observa también nio, dejando de lado precisamente a otro, al que se ocupaba, del mismo modo
entre el derecho francés y el derecho chileno, a pesar de la sentencia de la que el demandante, es una actividad en sí misma peligrosa, es decir, al Aero
Corte Suprema, ya citada, en la cual se sienta el principio de que los codeudores Club de Colombia ( ... ).
solidarios están investidos de las mismas facultades y obligaciones de que "Los hechos aducidos en la demanda indicaban claramente al actor que su
están investidos los acreedores y codeudores en el derecho francés" 20 • acción no podría estimarse sino determinando un litisconsorcio pasivo nece-
sario, que ligara como contraparte suya a la nación y al Aero Club, quien
Estamos de acuerdo con la solución propuesta por el señor ALESSANDRI no también es persona jurídica, para probarles sus culpas y la proporción en que
solo porque ella se desprende del contexto de nuestro Código Civil, sino porque debieran indemnizar los daños por ellas causados.
en materia extracontractual sería absurdo pensar en un mandato recíproco entre
"Tal vez no tiene razón el señor procurador. Cuando hay de por medio varios
los coautores de un delito o cuasidelito, pues en la mayoría de estas situaciones
responsables de un accidente, la obligación de resarcir los perjuicios es soli-
los causantes del daño ni siquiera se han conocido, o habiéndose conocido, no es
daria, lo que quiere decir que esos perjuicios se pueden reclamar de uno cual-
de suponer que antes de causar el daño hubiesen convenido representarse recípro-
quiera de los responsables, según lo preceptúa el artículo 2344 del Código
camente frente al perjudicado.
Civil, en armonía con el artículo 1571 del mismo Código. La nación se subroga
en la acción contra el Aero Club, según el artículo 1579 siguiente.
Por otro lado, el artículo 332 del Código de Procedimiento Civil afirma que
mientras no haya identidad jurídica de partes, la sentencia ejecutoriada no tiene "De esta suerte, no se puede atender la exigencia del señor procurador en el
fuerza de cosa juzgada, y el inciso 2° del mismo artículo 332 del Código de Pro- sentido que se declare que es sustantivamente inepta la demanda incoada en
cedimiento Civil, al definir la identidad jurídica de partes, omite cualquier refe- el presente juicio contra la nación" 21 •
rencia a los deudores solidarios, de donde se deduce que la ley colombiana conde-
nó la posible representación recíproca de dichos deudores.
21 C. S. J., Neg. Gen., 21 agosto 1951, "G. J.", t. LXX, pp. 312 y ss.; en el mismo
sentido, C. S. J., cas. civ., 2 febrero 1959, "G. J.", t. XC, pp. 16 y ss.; C. S. J., cas.
civ., 17 mayo 1982, "G. J.", t. CLXV, p. 99; C. S. J., cas. civ., 2 noviembre 1982,
19 Arturo Alessandri Rodríguez, Teoría de las obligaciones, p. 272. "G. J.", t. CLXV, p. 267; C. S. J., cas. civ., 6 agosto 1985, Jurisprudencia y Doctri-
20 Arturo Alessandri Rodríguez, Teoría de las obligaciones, p. 277. na, Legis, vol. 14, p. 871.
50 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 51

58.- LA SOLIDARIDAD Y LA OBLIGACIÓN AL TODO Y SUS RELACIONES CON EL ejecutados podrían legítimamente oponer la regla non bis in idem. Si una
PLEITO PENDIENTE nueva ejecución fuera sin embargo obtenida, la víctima debería restituir el
exceso percibido" 22 •
Frecuentemente la víctima tiene la posibilidad de reclamarle la indemniza-
ción a dos o más responsables, bien sea porque haya una solidaridad entre ellos o Esa misma solución sería válida en el derecho colombiano, ya que el artículo
porque estén obligados al todo, de acuerdo con la distinción que venimos de efec- 305 del Código de Procedimiento Civil establece, en el inciso 3°, que en la senten-
tuar. Ante tal alternativa la víctima podría preguntarse si es posible demandar en cia se tendrá en cuenta cualquier hecho modificativo o extintivo del derecho sus-
forma simultánea, pero en procesos separados, a los demás responsables. tancial sobre el cual versa el litigio ocurrido después de haberse propuesto la
demanda. Por tanto, si existiendo los dos procesos, en uno de ellos se obtiene el
A primera vista, tal posibilidad aparece como excéntrica y a todas luces in- pago de la indemnización, el demandado en el otro proceso podrá alegar pago de
conveniente, pues ello podría dar lugar, teóricamente, a una doble indemnización la obligación debatida y, por tanto, el demandado de ese segundo proceso deberá
del perjudicado. Sin embargo, la respuesta no es tan clara según veremos a conti- ser absuelto.
nuación.
Ahora, ante la eventualidad de dos sentencias condenatorias, es muy factible
Siguiendo los lineamientos generales de la solidaridad, podemos afirmar que que tratándose de indemnización de perjuicios, las sumas otorgadas a la víctima
si hay dos o más responsables solidarios u obligados al todo, nada impide que la sean diferentes en una y otra sentencia. Como la víctima no puede ejecutar las dos
víctima demande la totalidad de la indemnización, por separado y en forma coetá- sentencias, creemos que de todas formas podrá ejecutar aquella que más lo bene-
nea a cada uno de los responsables solidarios o al todo. ficie.

En efecto, el único impedimento aparente sería el del pleito pendiente, pues Finalmente, debe tenerse en cuenta que la sola sentencia condenatoria contra
habría una aparente identidad jurídica de partes desde el punto de vista de los uno de los deudores solidarios o al todo no extingue la obligación de los otros
demandados. Sin embargo, esa identidad de partes es inexistente no solo porque responsables. En efecto, es el pago efectivo de la indemnización y no la sentencia
el Código de Procedimiento Civil niega toda posibilidad de identidad de partes de condenatoria lo que extingue la obligación indemnizatoria.
los deudores solidarios (supra, T. I, 56), sino porque, como ya vimos, en el dere-
cho colombiano los deudores solidarios, y con mucha mayor razón los responsa- Al respecto los señores MAZEAUD-TuNC-CHABAS expresan:
bles al todo, no se representan recíprocamente.
"Hay que precisar por otra parte que es solamente la indemnización efectiva
Esta solución no solo es lógica, sino también justa, pues muchas veces a de la víctima, y no la simple obtención por ella de un juzgamiento de condena
pesar de existir la solidaridad, cada uno de los responsables debe ser demandado contra uno de los coautores, lo que la priva del derecho de actuar contra los
ante jurisdicciones distintas y no sería legitimo que esta solidaridad desapareciera otros. Deudores del total, los coautores pueden ser perseguidos en la medida
en la práctica ante la imposibilidad de demandar a los responsables en un solo en que la deuda no haya sido extinguida" 23 .
proceso o de demandarlos en procesos separados. Por ello creemos que las dos
demandas son perfectamente concebibles en forma simultánea. 59.- LA SOLIDARIDAD Y LA OBLIGACIÓN AL TODO Y SUS RELACIONES CON LA COSA
JUZGADA
En relación con este punto, los señores MAZEAUD-TuNc-CHABAS expresan:
En cierta forma, los problemas que venimos de analizar con el pleito pen-
"Puede ocurrir que la víctima persiga simultáneamente a cada uno de los diente se presentan en relación con la cosa juzgada cuando hay varios responsa-
codeudores ante un tribunal diferente. Se está entonces frente a demandas bles solidarios o al todo.
conexas y una acumulación por conexidad podría ser solicitada. Si a falta de
acumulación, la víctima obtiene sentencias distintas de condena por la totali-
dad contra cada uno de los codeudores, ella no podrá ejecutar sino una de 22 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 11, núm. 1596-3.
esas condenas; después de la primera ejecución, los codeudores que fueran 23 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit.
52 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 53

En efecto, cabe preguntarse sobre la posibilidad de una nueva demanda con- Es importante resaltar que el Código de Procedimiento Penal promulgado
tra uno de los deudores solidarios o al todo después que se ha proferido sentencia mediante la Ley 906 de 2004 no reprodujo la norma de los Códigos de Procedi-
contra otro de los coautores del daño que fue demandado inicialmente. En tales miento anteriores que establecía que la acción civil no podía iniciarse ni proseguirse
circunstancias, ¿habría cosa juzgada o cualquier otro obstáculo para que sea pro- cuando se declarara en providencia en firme que la conducta causante del perjui-
cedente la nueva demanda? cio no se realizó, que el sindicado no realizó el hecho, que obró en estricto cum-
plimiento de un deber legal o en legítima defensa (art. 55 del D. 50 de 1987, art.
Acá debernos distinguir si la primera sentencia fue absolutoria o condenatoria.
57 del D. 2700 de 1991 y art. 57 de la L. 600 de 2000). Estas normas establecían
Si la sentencia en el proceso inicial es absolutoria, la regla general es la de forma expresa eventos en los cuales la sentencia penal absolutoria producía
siguiente: la absolución por responsabilidad civil pronunciada frente a un even- efectos de cosa juzgada civil. A pesar de esta omisión legislativa, considerarnos
tual responsable solidario, no produce efectos de cosa juzgada frente a los otros que los fallos penales producen efectos de cosa juzgada erga omnes, no porque
posibles responsables solidarios. Esta absolución no produce efectos de cosa juz- una norma positiva así lo consagre, sino por razones de orden lógico y político
gada frente a quienes no hayan sido parte en el proceso, pues según hemos visto, que recomiendan observar la decisión que se ha proferido en un juicio que involucra
no se presenta la identidad de partes que exige el artículo 332 del Código de los intereses de toda la sociedad. Sin embargo, reconocernos que este cambio
Procedimiento Civil y en nuestro ordenamiento se acepta pacíficamente que los legislativo debe generar un amplio debate jurisprudencia! y doctrinal, pues hoy se
deudores solidarios no se representan. encuentra más vivo que nunca en nuestro ordenamiento el problema de precisar
hasta qué punto lo que sea afirmado o negado en un proceso penal tiene incidencia
Sin embargo, encontrarnos un reducido número de casos en los que el princi- en un proceso de responsabilidad civil. A falta de normas expresas sobre la mate-
pio general antes anunciado puede verse excepcionado. Se trata de algunas hipó- ria, los esfuerzos interpretativos deben redoblarse. Reconocernos que nuestro plan-
tesis relacionadas con la absolución penal de uno de los posibles responsables teamiento se encuentra apenas en estado de desarrollo y que debe enriquecerse a
solidarios. Veamos: través del debate académico que acá proponernos. Más adelante volveremos sobre
este punto en forma detallada (infra, T. I, 175 y ss.).
l. Cuando un eventual responsable solidario es sindicado en un proceso
penal y en este se dicta una providencia que establece, con carácter definitivo, que Pero puede suceder que la sentencia proferida en el proceso inicial contra
el hecho investigado no ocurrió, esta decisión produce efectos de cosa juzgada uno de los coautores sea condenatoria, siendo necesario averiguar cuáles son las
erga omnes que impide que se produzca una declaración judicial posterior en sen- consecuencias de esa decisión judicial.
tido contrario. Por lo tanto, esta absolución producirá efectos frente a los demás
En primer lugar, cabe observar que esa sentencia no le es oponible a los
eventuales responsables vinculados al asunto investigado.
demás coautores solidarios que no fueron demandados. Ello sería violar el princi-
2. Igual situación se presenta cuando en un proceso penal se investiga la pio de la relatividad de la cosa juzgada en materia civil.
conducta del eventual responsable y se establece, en providencia con carácter de-
De otro lado, si la víctima obtiene una sentencia condenatoria y no queda
finitivo, que el sindicado no cometió el hecho, que actuó en ejercicio de un deber
satisfecha con la indemnización otorgada, creernos que nada impide un nuevo
legal o en legítima defensa. Esta absolución producirá efectos de cosa juzgada
proceso contra los otros deudores solidarios, a condición de que no haga efectiva
frente a otros eventuales responsables solidarios, siempre que su responsabilidad
la primera decisión judicial. En efecto, ya vimos (supra, T. I, 54) que es el pago
dependa directamente de la conducta del sindicado absuelto; en consecuencia,
efectivo de la indemnización lo que extingue la obligación de los demás deudores
este efecto no se aplicaría a los casos en que sería posible imputar responsabilidad
solidarios y que no basta sentencia condenatoria contra uno de ellos. Es este uno
a los demás posibles deudores solidarios por una conducta o acción independien-
de los problemas que se presenta cuando la obligación solidaria no es cierta y
te. Así, por ejemplo la absolución de un conductor por legítima defensa produce
clara y está sometida al albur de la decisión del juez.
efectos de cosa juzgada frente al guardián del vehículo que el sindicado conducía.
En este caso, la absolución penal del conductor por las causas arriba mencionadas Si la víctima acepta ejecutar la primera sentencia y obtiene la indemnización,
produce efectos de cosa juzgada y beneficia al guardián de la actividad peligrosa, cierra toda posibilidad de una nueva acción, así el juez se hubiese equivocado en
que sería eventualmente responsable solidario. la tasación de los perjuicios. Solo en la medida en que aparezcan nuevos perjui-
54 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 55

cios no discutidos en el primer proceso cabría una segunda acción contra los otros "A" alegaría la conciliación que por 1O millones celebró con la víctima, lo que de
responsables o, incluso, contra el que ya fue demandado. hecho impediría la subrogación parcial de "B" contra "A". Sería absurdo pensar
que "A" tuviese que reembolsarle parcialmente a "B", pues la conciliación de "A"
pretendía extinguir totalmente sus obligaciones.
60.- LA SOLIDARIDAD Y LA OBLIGACIÓN AL TODO Y SUS RELACIONES
CON LA CONCILIACIÓN O LA TRANSACCIÓN La solución correcta es la siguiente: en virtud del acuerdo entre la víctima y
A, hay una especie de condonación parcial del perjudicado y, por tanto, creemos
Cuando la víctima celebra una transacción judicial o extrajudicial por la tota-
aplicable el artículo 1575 del Código Civil en virtud del cual si el acreedor condo-
lidad del daño con uno de los coautores del mismo, la obligación de los demás
na la deuda a cualquiera de los deudores solidarios no podrá ejercer la acción que
coautores solidarios o de los obligados al todo se extingue, sin perjuicio de la
se le concede por el artículo 1571, sino con rebaja de la cuota que correspondía al
acción de repetición del coautor que transigió contra los otros coautores.
primero en la deuda.
Sin embargo, una dificultad grave se presenta en la práctica cuando uno de Así las cosas, el juez deberá en primer lugar determinar mentalmente, tratán-
los coautores pretende celebrar un acuerdo en virtud del cual se le paga a la vícti- dose de indemnización de perjuicios, qué porcentaje de responsabilidad le cabe a
ma parcialmente su indemnización, con la pretensión de que a ésta le quede abier- cada uno de los demandados. Con base en esa determinación procederá así:
ta la posibilidad de reclamarle el resto de la indemnización a los demás coautores.
Tal acuerdo está en principio autorizado por los artículos 1573 y siguientes del Siguiendo con el ejemplo planteado, y suponiendo que el juez llegue a la
Código Civil. conclusión de que ambos demandados son responsables en igual proporción, sig-
nifica que la cuota de cada uno en la pérdida es de 25 millones de pesos. Por tanto,
Estas negociaciones se presentan a menudo, sobre todo cuando habiendo va- habiendo negociado la indemnización con "A" en 1O millones de pesos, la conde-
rios demandados, en la audiencia de conciliación, uno de ellos, a fin de salir del na contra "B" solo podrá ser por 25 millones de pesos, pues la suma acordada con
proceso, acepta pagarle parcialmente las pretensiones al demandante, siguiéndose "A" equivale a los 25 millones de pesos restantes. Es la única forma de que "B" no
el proceso con los otros demandados. En tales circunstancias, ¿a cuánto puede y repita parcialmente contra "A".
debe ser condenado el demandado con quien continúa el proceso? La pregunta es
válida también para todo tipo de negociación extrajudicial donde haya varios coautores Esta solución es lógica pues una cosa es la transacción o conciliación de una
del perjuicio. pretensión incierta y otra muy distinta es el pago parcial de una suma que no se
discute. En efecto, si "A" y "B" le adeudan a "C" 50 millones de pesos, y "A"
El problema es bastante sutil y se nos ocurre plantear el siguiente ejemplo, paga a éste la suma de 1O millones como abono parcial de la deuda, el acreedor
tomado de la práctica judicial, que nos permite proponer alguna solución. podrá cobrarle los 40 millones de pesos restantes a "B", quien a su turno podría
repetir parcialmente contra "A", lo que no contraría la lógica, pues al pagar par-
A raíz de un incendio, la víctima demanda a dos presuntos coautores preten-
cialmente su obligación, "A" no quedó liberado totalmente de la deuda.
diendo una indemnización que fue avaluada por los peritos nombrados por el juez
en 50 millones de pesos. En un intento por conciliar dentro del proceso, antes de Ahora, si la negociación entre la víctima y "A" comprendía la indemnización
la sentencia, el demandado "A" ofrece pagar 10 millones de pesos como indemni- de todos los perjuicios, entonces, el proceso de la víctima no podrá seguir con
zación, oferta que es aceptada por el demandante y por el juez, continuando el "B", pues ya la obligación se extinguió totalmente. Por ello, el juez o las partes
proceso con el demandado "B". deberán fijar con absoluta claridad qué porcentaje de los daños se pretende reparar
con la conciliación o con la transacción.
Nos preguntamos si "B" está obligado a pagar los 40 millones de pesos res-
tantes.
EL DEUDOR O RESPONSABLE SOLIDARIO QUE INDEMNIZA A LA VÍCTIMA SE
En nuestro concepto "B" no puede ser condenado en forma automática al SUBROGA CONTRA LOS DEMÁS COAUTORES RESPONSABLES
pago de los 40 millones de pesos restantes. En efecto, si así fuera, "B", en virtud
del artículo 1579 del Código Civil, podría retornarse contra "A" para que éste En virtud de lo dispuesto en el numeral 3 del artículo 1668 del Código
reembolsase parcialmente lo pagado por "B" a la víctima. En tales circunstancias, Civil, aquel de los deudores o responsables que indemniza a la víctima se sub-
56 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 57

roga contra los demás coautores responsables. Así lo ha decidido la jurispru- contrato, entonces su acción de repetición es por la totalidad de lo pagado, pues él
dencia nacional en reiteradas oportunidades 24 • Aunque los textos legales nada es solo un garante frente a la víctima, mas no un causante del perjuicio. Por lo
dicen al respecto, la doctrina25 acepta la misma solución en el caso de las obliga- mismo, si el transportador contractual paga a la víctima, nada podrá repetir contra
ciones al todo. el propietario en la medida en que éste no es coautor de los daños indemnizados.

62.- LA SUBROGACIÓN EN LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL 63.- LA SUBROGACIÓN EN LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL

Tratándose de responsabilidad contractual, serán la ley o el contrato los que Tratándose de responsabilidad extracontractual, la cuantía de la acción subro-
determinen la cuantía de la repetición. En el contrato de transporte, por ejemplo, gatoria se determina así:
el artículo 984 del Código de Comercio autoriza al transportador contractual a Cuando el civilmente responsable indemniza a la víctima por los daños cau-
delegar en otro transportador la ejecución del contrato, en cuyo caso, ambos trans- sados por una persona que está bajo su cuidado, la subrogación, si se llenan las
portadores son solidariamente responsables frente al destinatario o el pasajero, demás condiciones previstas en la ley (infra, T. I, 606), es por la totalidad de lo
según sea el tipo de transporte. Igual responsabilidad solidaria tiene el propietario indemnizado, a menos que el directamente responsable del daño demuestre que
del vehículo transportador según lo establece el artículo 991 del mismo código. también el civilmente responsable incurrió en culpa, en cuyo caso, el juez gradua-
En estos casos, la subrogación reviste características especiales. rá la cuantía de la repetición de acuerdo con la gravedad de ambas culpas si el que
indemniza a la víctima es el directamente responsable, entonces nada podrá co-
En efecto, si el transporfador contractual indemniza al pasajero o al destina-
brar al civilmente responsable, a menos que haya culpa probada de éste. En uno y
tario, podrá repetir por la totalidad de lo indemnizado contra el transportador a
otro caso se parte del supuesto de que el único causante del daño es el directamen-
quien se delegó la ejecución del contrato, a menos que haya culpa del primero 26 . Y
te responsable. El civilmente responsable es una especie de garante frente a la
si el que paga es el transportador a quien se delegó la ejecución del contrato, nada
víctima. De allí la solidaridad. Pero si también hay culpa probada del civilmente
podrá recobrar contra el transportador contractual, a menos que se demuestre que
responsable, entonces se entiende que el daño fue causado por los dos y de allí que
éste tuvo culpa en el hecho que originó la ocurrencia de los daños. En estos casos,
la repetición sea parcial en uno u otro sentido.
lo normal es que sea el transportador a quien se delegó el cumplimiento del con-
trato el único causante del daño. El otro transportador responde en virtud del Ahora, en los otros tipos de responsabilidad extracontractual, la graduación
contrato, pero no porque haya participado en la causación del perjuicio. de la cuantía, en caso de acción de repetición, se efectúa de acuerdo con la grave-
dad de las culpas. Si no apareciere prueba de la culpa de los coautores responsa-
Esta solución se impone en todos aquellos casos en que el deudor contractual bles o de su gravedad, entonces la cuantía se determinará de acuerdo con la inci-
subcontrata con un tercero la ejecución de un contrato 27 . El deudor inicial cumple dencia causal de la acción de los responsables, y si no se puede determinar ni lo
con su acreedor por la totalidad pero, al mismo tiempo, invocando la subcontratación uno ni lo otro, la cuantía se determinará por partes iguales.
puede repetir por la totalidad contra el subcontratista.
64.- LA SOLIDARIDAD EXISTE CON UNO SOLO O CON V ARIOS DELITOS O
Volviendo al contrato de transporte, si el demandado que paga es el propieta-
CUASIDELITOS
rio del vehículo, que nada tuvo que ver con la celebración o con la ejecución del
El daño puede ser causado por dos o más personas que, en conjunto, cometen
24 En ese sentido: C. S. J., cas. civ., 6 agosto 1985, Jurisprudencia y Doctrina, Legis, un delito o un cuasidelito 28 • Piénsese en la banda de delincuentes que, en forma
vol. 14, pp. 862 y ss.; C.S.J., cas. civ., 25 julio 1952, "G. J.", t. LXXII, pp. 802 y ss.; conjunta, roban en la casa de un tercero. Esa es la forma más simple de coautoría
C. S. J., cas. civ., 17 mayo 1982, "G. J.", t. CLXV, pp. 91 y ss.; C. S. J., cas. civ., y a la solidaridad que ella genera se refiere, en forma expresa y exclusiva, el
20 octubre 1958, "G. J.", t. LXXXIX, pp. 769 y ss. En el mismo sentido, Philippe Le
Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 858. artículo 2344 del Código Civil.
25 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 422.
26 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 1603.
27 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 1603. 28 Véase: Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 848.
58 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 59

Pero bien puede suceder que el daño sea imputable a conductas totalmente de extensa duración. Lo que interesa para efectos de la solidaridad no es el
independientes, en cuyo caso no podemos hablar de un mismo delito o cuasidelito. proceso mismo causante del daño, sino su resultado. Por ejemplo: en el caso
Piénsese en el choque entre dos vehículos que causa daños a un peatón. Piénsese, de homicidio cometido por varias personas en forma lenta y prolongada, como
igualmente, en el daño que se produce lentamente, durante un tiempo en el que ocurre, verbigracia, cuando diaria y sistemáticamente se intoxica a alguien
participan sucesivamente varias personas que actúan independientemente la una con veneno colocado clandestinamente en los alimentos que ingiere, es cierto
de la otra. No estando prevista esta hipótesis en el artículo 2344 del Código Civil, que se trata de intervenciones distintas y separadas, dentro del proceso de
podría alguien alegar que en tales circunstancias la indemnización no se le podrá agotamiento de la salud de la víctima, pero constituyen apenas etapas en la
cobrar totalmente a todos y cada uno de los responsables, pues la solidaridad debe producción de un resultado único: la muerte. Con sobrada razón debió prever
ser establecida por la ley o por la convención. el legislador colombiano que, en casos como el ejemplo dado, no pueden
nacer obligaciones de indemnizar simplemente conjuntas, esto es, de objeto
Sin embargo, la Corte, en fallo del 6 de agosto de 1985, consideró que tam- divisible, sino obligaciones solidarias. El vínculo entre los agentes del hecho
bién en tales circunstancias la víctima tiene la posibilidad de reclamar la totalidad ilícito prolongado, y su víctima, tiene que ser uno solo, por el todo, sin per-
de la indemnización demandando a todos o a cada uno de los responsables. Al juicio del commodum entre los deudores, o sea, la repartición de la indemni-
respecto, el citado fallo dijo: zación, una vez pagada por cualquiera de ellos, en justas proporciones entre
los mismos, problema que en manera alguna atañe a la víctima acreedora, en
"6. La Corte, en las diversas ocasiones en que se le ha sometido el tema de
cuyos derechos se subroga el deudor que paga la indemnización in integrum
la pluralidad de autores en la producción del hecho dañino, originado en el
(C. C., art. 1579)". (Cas. civ., 30 abril1976, t. CLII, 123).
mismo delito o culpa, y de su responsabilidad solidaria en la indemnización,
ha precisado los alcances del artículo 2344 del Código Civil, en los términos "7. La doctrina foránea, como la francesa, en donde no existe un texto legal
siguientes:
que proclame la responsabilidad solidaria por la indemnización de los perjui-
cios provenientes de un delito o cuasidelito cuando es cometido por varias
""a) Cuando hay de por medio varios responsables de un accidente, la obli-
personas, semejante al artículo 2344 del Código Civil colombiano, tal cir-
gación de resarcir los perjuicios es solidaria, lo que quiere decir que esos
cunstancia no ha sido óbice para que los tribunales de dicho país y los tratadistas
perjuicios se pueden reclamar de uno cualquiera de los responsables, según
más autorizados se hayan inclinado, en principio, por la responsabilidad so-
lo preceptúa el artículo 2344 del Código Civil, en armonía con el 1571. El
lidaria, en la medida en que concurran los presupuestos siguientes: a) que
que realiza el pago se subroga en la acción contra el otro u otros responsa-
cada uno de los partícipes haya cometido una culpa; b) que la culpa cometida
bles, según el artículo 1579 y ss.". (T. LXX, p. 317 y t. LXXII, p. 810).
por cada uno haya causado el daño; e) que el daño cometido por varios sea
"b) "En numerosas ocasiones la jurisprudencia ha definido el alcance del único.
concurso activo de las culpas en la causación de los daños irrogados a otro,
en el sentido de declarar la responsabilidad in solidum de todos aquellos cuya "En explicación sobre el último de los presupuestos dichos, ha precisado la
conducta culposa o negligente haya contribuido a la producción de esos daños, doctrina extranjera que si los delitos o cuasidelitos son varios e indepen-
por lo cual no pueden ser recibidos a exculparse alegando la conducta igual- dientes entre sí, como si uno atropella a un peatón y otro, aprovechando esa
mente censurable de sus copartícipes. Tal doctrina fluye con toda claridad de circunstancia, pasa y le sustrae el reloj, como se trata de dos hechos ilí-
normas legales, como los artículos 2341 y 2344 del Código Civil, cuya aplicabilidad citos, desligados por entero el uno del otro, no hay solidaridad. Empero, por el
depende, entonces, de una simple regla de apreciación de los hechos, a saber: contrario, sí se ofrece la solidaridad, porque procede del mismo delito o cuasi-
si el daño se hubiere producido sin la conducta culposa a que se pretende delito, cuando varias personas se ponen de acuerdo para la ejecución de un
atribuir, no hay responsabilidad; pero si esta conducta obra como causa única delito, o cuando, sin concertarse, lo ejecutan en común, como si un individuo,
o concurrente, dicha responsabilidad queda configurada" (T. CXXIV, p. 411). al observar que otro pretende herir a un tercero, sujeta a este para que aquel
pueda lograr su propósito; o si el cuasidelito proviene de la culpa de varios,
""e) Según el artículo 2344, cuando dos o más personas incurren en un como acontece cuando dos automotores que, al hacer colisión a causa de que
mismo ilícito responden solidariamente, así se trate de hechos instantáneos o ambos conductores infringieron las normas de tránsito, lesionan a un peatón.
60 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 61

"8. Avanzando la doctrina en punto de responsabilidad solidaria cuando el 65.- LA SOLIDARIDAD SUPONE QUE SE HAYA CAUSADO EL MISMO DAÑO
delito o culpa ha sido cometido por varias personas, ha sostenido, además,
que no se opone a la solidaridad pasiva la circunstancia de que los autores del Para que haya solidaridad se requiere que los responsables lo sean de un
hecho dañino no actúen simultáneamente sino en forma sucesiva, como acontece mismo daño 30 • Tratándose de daños diferentes, es claro que cada responsable res-
cuando un mismo daño es el resultado de la reunión de las culpas sucesivas. ponde por lo que dañó. Esta premisa tan simple y lógica se torna conflictiva cuan-
Y de este criterio participa la jurisprudencia nacional al afirmar que "no es, do los daños, de hecho, están más o menos ligados por las circunstancias. Veamos
pues, de recibo la tesis de que el citado artículo 2344 solo es aplicable a un ejemplo:
quienes simultáneamente cometen hecho ilícito determinado, de modo que si
su intervención en este es sucesiva e independiente, sea preciso dividir la Si dos ladrones, cada uno por su lado, comienzan a sustraer tejas del techo de
indemnización proporcionalmente, a efecto de que la v:íctima la cobre por una casa, cada uno será responsable único de las tejas que sustraiga. Pero si, como
partes. Esto es, precisamente, lo que la proposición en comento se propone consecuencia de la conducta de cada uno de ellos, el techo de la edificación termi-
evitar, aliviando a la parte acreedora de la carga de probar hasta donde llegó na derrumbándose, generando daños adicionales, el valor del techo (aparte de las
la intervención de cada uno de los agentes del ilícito, extremo que resultaría, tejas) y de los demás daños adicionales podrá ser cobrado a cualquiera de los dos
si no imposible, por lo menos muy difícil de demostrar, por ser ajeno al responsables, pues ambos participaron en la producción de esos nuevos daños.
campo de sus actividades". (Cas. civ., 30 abril 1976, t. CLII, 123).

"9. Igualmente proced~ la responsabilidad solidaria sin que interese que el Sin embargo se presentan situaciones aún más complejas cuando se trata de
delito o cuasidelito sean por acción o por omisión, pues si el daño se produce un daño que se· va produciendo en el tiempo por una causa que, igualmente, se
porque una persona actúa imprudentemente y otra omite tomar las medidas y produce en el tiempo, por hechos imputables a varios causantes que actúan uno
precauciones que le incumbía para evitarlo, una y otra son solidariamente después del otro. En estos casos es indispensable determinar cuándo, realmente,
responsables, porque con sus conductas (activa y pasiva) han contribuido a el daño es uno mismo e indivisible. En ese sentido, es bien interesante el ya citado
su producción" 29 . fallo de la Corte, del 6 de agosto de 1985 31 , cuyos presupuestos de hecho pueden
sintetizarse así:
Ahora, suponiendo que se llegue a la conclusión de que, pese a lo dicho por
la Corte, es imposible aplicar la solidaridad en los casos planteados, en la medida El propietario de un terreno comenzó la construcción de un edificio, razón
que no estamos frente a un mismo delito o cuasidelito, (y solo a éstos se refiere el por la cual se produjeron daños en una vivienda aledaña. Como consecuencia de
artículo 2344 del Código Civil), de todas formas la víctima podrá reclamar la dichos daños se realizó una transacción entre las partes. Posteriormente, el pro-
totalidad de la indemnización a cualquiera de los coautores responsables pero pietario constructor enajenó su edificación a un tercero, sin que esta estuviese aún
acudiendo, no ya a la solidaridad, sino a la figura de la obligación al todo a que ya terminada. El nuevo propietario se encargó de culminar la obra. Pero la víctima
nos hemos referido (supra, T. I, 54). En efecto, habiendo todos causado todo el inició una acción indemnizatoria contra ambos propietarios reclamándoles a es-
daño, toda la indemnización les podrá ser reclamada por la víctima a cualquiera de tos, en forma solidaria, la indemnización de los nuevos daños que se habían pro-
ellos. De hecho, el fallo que se comenta contiene un párrafo donde hace suya esta ducido después de la transacción. La Corte confirmó el fallo de segunda instancia
misma solución, que se aplica en el derecho francés, en el que la solidaridad en que había acogido las pretensiones del demandante efectuando, desde luego, el
materia extracontractual no existe. descuento de lo ya pagado en virtud de la transacción. La Corte, siguiendo lo
dicho por los peritos, concluyó que se trataba de un mismo daño imputable a las
En conclusión, cada uno de los coautores de un daño está obligado a pagar la excavaciones hechas por el primer propietario y al enorme peso del edificio le-
totalidad de la indemnización a la víctima, bien sea en virtud de la solidaridad,
bien sea en virtud de la "obligación al todo".

30 Véase: Philippe Le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 846.


31 C. S. J., cas. civ., 6 agosto 1985, Jurisprudencia y Doctrina, Legis, vol. 14, pp. 862
29 C. S. J., cas. civ., 6 agosto 1985, Jurisprudencia y Doctrina, Legis, vol. 14, p. 871 y ss. y SS.
62 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 63

vantado posteriormente por el segundo propietario. En consecuencia, aplicó con- cuáles causó uno y cuáles causó el otro. En ese sentido, nos parece erróneo el fallo
tra los demandados la solidaridad prevista en el artículo 2344 del Código Civil. sub examine, cuando al respecto, afirma:
En el número anterior reprodujimos lo esencial del citado fallo.
"10. Aclarado lo anterior, se tiene que el codeudor que indemniza a la vícti-
Con todo, los presupuestos de hecho no permitían una solución tan categóri- ma, tiene derecho a que los demás le reembolsen la parte que a cada uno corres-
ca, pues queda la sensación, al leer el fallo, que los daños causados por uno y otro ponde en la deuda. Empero, cuando todos participan en la realización del daño,
demandado eran más o menos deslindables. sin que aparezca claramente establecido el monto de los perjuicios de cada
cual, o quien causó con su conducta más perjuicios, lo equitativo y justo es que,
Al respecto, nos parece que debemos hacer las siguientes distinciones: en tal evento, para sus relaciones internas, se distribuya por iguales partes,
como lo pone de presente la doctrina más generalizada y aceptable" 32 •_
l. En primer lugar, puede suceder que el daño solo se produzca después del
comportamiento de los dos autores (en este caso, de los dos propietarios). Piénsese En efecto, es claro que la solidaridad debe aplicarse si, siendo demandados
que, en el asunto sub judice, la casa se hubiese derrumbado súbitamente, cuando los coautores del mismo daño, no se puede determinar cuál de ellos tuvo mayor
ya el edificio había sido terminado, llegándose a la conclusión de que el derrumbe incidencia causal en su producción. Pero si, como parece concluir la Corte, se
se produjo no solo por las excavaciones iniciales, sino también por el enorme peso trata de daños distintos, en la medida en que uno es continuación de los otros, la
de la construcción al final. En este caso, no cabe duda de la solidaridad, dado que solidaridad no es procedente. El juez, así sea acudiendo a la equidad o a los indi-
se trata de un mismo daño. · cios, deberá determinar el daño imputable a cada uno de los demandados.

2. Pero también puede suceder que, cuando llega el nuevo constructor pro- Nos parece que en el asunto examinado, el segundo propietario no era res-
pietario, ya hay un daño real o potencial. Es decir, el daño se produjo o se produ- ponsable de los daños ya causados al momento de adquirir el edificio. En cambio,
cirá sin necesidad de una nueva causa. En tales circunstancias, el nuevo propieta- los daños causados con posterioridad a dicha adquisición sí eran imputables a los
rio no responde por los daños anteriores a su actividad, pues su comportamiento dos propietarios, si tanto las excavaciones como el peso de la construcción contri-
no es conditio sine qua non de ese perjuicio. Por tanto, si en el caso sub examine, buyeron a su producción. Si el demandante y la misma Corte consideraron que la
la casa ya estaba agrietada y había perdido todo su valor, lo que el nuevo construc- transacción solo se refería a los daños causados hasta el momento en que dicha
tor haga, así sea para acabar de derrumbar la casa, carece de importancia causal y, convención se celebró, es porque todo el mundo estaba de acuerdo en que se tra-
por tanto, no habrá solidaridad entre los dos propietarios constructores. taba de daños ontológicamente distintos, perfectamente deslindables, así su iden-
tificación posterior fuese difícil o imposible.
3. Ahora, es posible que el segundo propietario cause nuevos daños, dife-
rentes de los que ya había causado el primero, así el uno aparezca como continua-
ción del otro. Siguiendo con el caso en estudio, supongamos que el primer propie-
66.- EXISTE SOLIDARIDAD ENTRE EL DIRECTAMENTE RESPONSABLE Y LA PERSONA
QUE POR ÉL DEBE RESPONDER
tario destruye la casa pero, al llegar el segundo, su comportamiento termina por
dañar el terreno de la víctima, terreno que, hasta ese momento, no se había dete-
En la responsabilidad por el hecho ajeno (infra, T. 1, 576) la persona que
riorado. En tales circunstancias, el daño en el terreno puede ser causado única-
tiene a otro bajo su cuidado está obligada a responder por los daños que ese por
mente por el segundo propietario o bien puede ser imputable al comportamiento
quien se es responsable cause a un tercero, según lo establece el artículo 2347 del
de los dos, si es que, en éste último caso, tanto las excavaciones iniciales como el
Código Civil. También cabe esta responsabilidad a la persona jurídica que tiene
peso final de la construcción contribuyeron a agrietar el terreno. En ésta última
que indemnizar los daños causados por sus funcionarios o agentes en el ejercicio
hipótesis, ambos propietarios son responsables solidarios de los daños causados
de sus funciones (infra, T. 1, 701).
en el terreno, pues se trata de un mismo daño causado por los dos.

4. Pero el juez no puede condenar a los diversos autores de los daños en


forma solidaria, si, aceptando que se trata de daños distintos, es difícil determinar 32 C. S. J., cas. civ., 6 agosto 1985, Jurisprudencia y Doctrina, Legis, vol. 14, p. 872.
64 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 65

Cuando ello ocurre, existe solidaridad entre el directamente responsable que Si bien en una y otra la acción puede instaurarse ante el juez del domicilio del
causó el daño y la persona natural o jurídica que por él debe responder. Por tanto, demandado, lo cierto es que en materia contractual la acción en responsabili-
la víctima podrá reclamar toda la indemnización al causante del daño o a quien dad también puede intentarse ante el juez del lugar del cumplimiento del contrato
por éste debe responder, bien sea en forma separada o conjunta. Y si el civilmente de P. C., art. 23, num. 5). En cambio, en los procesos por responsabilidad civil
responsable indemniza a la víctima, podrá repetir contra el directamente respon- extracontractual, la acción indemnizatoria podrá intentarse en el lugar donde ocu-
sable del daño, según lo vimos en los párrafos anteriores. el hecho dañino. Ello explica que cuando la víctima directa fallece y hay de
medio un contrato, la acción hereditaria contractual pueda ejercerse en el lu-
gar donde debía cumplirse el contrato, mientras que la acción personal extracontractual
de esos mismos herederos pueda ejercerse en el sitio donde ocurrió el accidente,
independientemente de cuál haya sido el sitio convenido para el cumplimiento del
contrato.
67.- Tanto en materia contractual corno solo lugar al
pago de la indemnización de ya que se considera que los
De otro lado, en aquellas ciudades donde funcionan los jueces especializados
indirectos no fueron causados por el demandado. Más adelante (infra, T. I, se
o de comercio, éstos tienen competencia para conocer de las acciones en respon-
en detalle lo relativo al nexo de causalidad que debe unir el hecho ilícito y el
L!U'-'-LLLIJUU contractual por el incumplimiento de algunos contratos como son los de
daño.
alli)U'->'.l.L"-' y de seguros. Sin embargo, si el incumplimiento de uno de esos contra-

tos produce daños a terceros, éstos tendrán que demandar ante los jueces civiles y
del Civil establece que en materia contractual
no ante los jueces de comercio. Así, por ejemplo, la acción personal extracontractual
solo se pagan los directos y si el deudor no actuó dolosamente.
en caso de muerte del pasajero, a que se refiere el artículo 1006 del Código de
En si el deudor tuvo intención de dañar con el del contra-
'--''--'"''"'·l.v..L"- deberá ejercerse ante los jueces civiles, mientras que la acción heredi-
to, entonces habrá a indemnizar todos los daños e,..,...,~ .. ,..,,,
taria contractual deberá ejercitarse ante los jueces de comercio.
En este volumen analizamos con detalle la distinción entre daños directos e in di-
rectos, así como e "n'",.."'''""'
SUBSECCIÓN VI. - de la
En cambio en materia extracontractual o "'"~''-'.UJLUHU. '-''UU.l''-ftU.l"-'1 así sea la
levísima y aun en casos de
derecho a cobrar la indemnización de todos los daños nr'~'T1C 1 h,ioc
69.- Desde el punto de vista de la culpabilidad del agente causante del daño,
igualmente encontrarnos diferencias y similitudes entre la responsabilidad con-
a condición, desde luego, de que unos y otros sean directos 33 •
tractual y la extracontractual. Esas relaciones tienen que ver no solo con la carga
de la prueba de la culpa, sino también con la graduación de la misma.
SUBSECCIÓN V.-
de vista de la ]ur·isdlícción
70.- DE LA PRUEBA DE LA CULPA
de vista de la r>rvm-n.ai"c•n""'
diferencias entre la res:pons3tbl1Jdcld contractual y la ¡:>yj·r<:lt'f'\11,trr,,r>hln Tanto en materia contractual corno extracontractual encontramos casos en
que la culpa del agente causante del daño no es elemento necesario para compro-
meter su responsabilidad. Existen, pues, casos de responsabilidad objetiva tanto
en materia extracontractual como contractuaP 5 •
33 Estas diferencias también existen en el derecho francés. Véase: Jacques Ghestin,
Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 171. En el derecho chileno Arturo Alessandri
Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chile~o, núm. 26.
34 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 171; Arturo Alessandri
Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, núm. 26. 35 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 871.
66 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 67

Así, por ejemplo, en la responsabilidad por accidentes de trabajo, la indemni- Como se ve, toda la gama de variables probatorias en relación con la culpa se
zación de base a cargo del patrono no está condicionada a una culpa suya y solo la presentan en los dos órdenes de responsabilidad.
culpa intencional del trabajador exonera al patrono de responsabilidad. De idénti-
ca forma, el artículo 1827 del Código de Comercio establece una responsabilidad Con todo, un hecho determinado tendrá un régimen probatorio diferente se-
extracontractual objetiva en caso de daños causados por aeronaves a terceros en la gún que se trate de una responsabilidad contractual o extracontractual. La respon-
superficie. sabilidad por el hecho ajeno en materia contractual, por ejemplo, no permite al
deudor demostrar ausencia de culpa, mientras que tal posibilidad de exoneración
sí existe en la responsabilidad por el hecho ajeno en materia extracontractuaP 8
Igualmente, tanto en materia contractual como extracontractual existen pre-
(infra, T. I, 570 y 597). Ello significa que el deudor contractual se exoneraría
sunciones de responsabilidad en las que el responsable solo se exonera mediante
mucho más fácil si a su causa se aplicara la responsabilidad extracontractual y no
la prueba de una causa extraña36 . En el contrato de transporte terrestre de mercan-
la contractual, que es la correcta. Ello muestra una vez más la importancia del
cías, por ejemplo, el transportador solo se libera mediante la prueba de una causa
problema de la opción entre las dos responsabilidades.
extraña (C. de Co., art. 992). Igual carga probatoria existe en caso de daños cau-
sados en el ejercicio de actividades peligrosas (C. C., art. 2356), caso en el cual la
responsabilidad es de naturaleza extracontractual (infra, T. I, 973). 71.- DE LA GRADUACIÓN DE LA CULPA

El artículo 1604 del Código Civil establece la graduación tripartita de la cul-


Así mismo, en una y otra. responsabilidad existen presunciones de culpa que
pa en materia contractual. Más adelante (infra, T. I, 357 y ss.) demostraremos que
se pueden desvirtuar estableciendo diligencia y cuidado, es decir, ausencia de
en la mayoría de las hipótesis de responsabilidad contractual ese principio general
culpa. Así, cuando la cosa arrendada perece en poder del arrendatario, éste, para
de graduación de las culpas en grave, leve y levísima no es de aplicación mayori-
exonerarse de responsabilidad tendrá que demostrar que la cosa pereció sin su
taria, conservándose únicamente para casos excepcionales. De todas formas, el
culpa (C. C., art. 2005). En la responsabilidad extracontractual por el hecho ajeno,
Código Civil lo establece como principio general que regula las relaciones con-
el civilmente responsable se exonera estableciendo que, pese a haber vigilado
tractuales.
bien al directamente responsable, no pudo impedir el daño, lo que equivale a la
prueba de que no se cometió culpa (C. C., art. 2347). En cambio en materia extracontractual, la gravedad de las culpas no tiene, en
principio, ninguna importancia. Desde que el causante del daño cometa una culpa,
Finalmente, en ambos órdenes de responsabilidad encontramos casos en los así sea levísima, está obligado a indemnizar todos los daños que directamente
que la culpa del demandado debe ser establecida por el demandante 37 • Así, por provengan de dicha culpa. Se dice que en materia extracontractual una culpa es
ejemplo, en virtud de los artículos 2144 y 2184 del Código Civil, la responsabili- necesaria, pero una culpa es suficiente.
dad de los médicos, de los abogados o de los mandatarios por prestación defectuo-
sa de sus servicios está supeditada a que se demuestre su culpa. En materia extracon- Con todo, la gravedad de la culpa puede tener importancia en dos casos de
tractual, el artículo 2341 del Código Civil, que regula la responsabilidad por el responsabilidad extracontractual, lo que no contradice el principio ya expuesto.
hecho propio, llamada también responsabilidad directa, supone la prueba de que
En primer lugar, el artículo 2357 del Código Civil establece la reducción del
el demandado ha actuado culposamente.
monto indemnizable en caso de que la culpa de la víctima haya contribuido causalmen-
te a la producción de su propio daño. En tales circunstancias, el juez graduará el
monto indemnizable teniendo en cuenta la gravedad de la culpa tanto del deman-
36 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 871; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. dado como del demandante. Igualmente, cuando el daño es imputable a dos o más
cit., t. 1, núms. 692 y ss. personas y una de ellas paga la indemnización a la víctima, la que pagó se subroga
37 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 871; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob.
cit., t. 1, núms. 692 y ss.; Arturo Alessandri Rodríguez, afirma que, mientras en la
responsabilidad civil contractual la culpa nunca hay que probarla, en la responsa-
bilidad civil extracontractual el principio general es el contrario, ob. cit., núm. 27. 38 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 170.
68 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 69

contra los coautores del daño. En caso de que se ejerza esa acción subrogatoria, el Veamos cómo se cumple, en la teoría y en la práctica, el lleno de estos requi-
juez graduará las relaciones entre los coautores, para efectos de la subrogación, sitos.
teniendo en cuenta la gravedad de la culpa de cada uno de ellos.

SECCIÓN 11. -.JK.et1UlSltj'JS para que SuBSECCióN 1 un contrato

72.- sumaria. Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., 75.- Es lógico pensar que, entre tanto el daño no se derive del incumpli-
t. núms. 181 y ss; Patrice Jourdain, ob. cit., pp. 30 y ss.; Mazeaud-Tunc- miento de un contrato válidamente celebrado entre la víctima y el agente, jamás
Chabas, ob. cit., t. I, núms. 105 y ss.; Arturo Alessandri Rodríguez, De la respon- haber responsabilidad contractual 40 . Sin embargo, ese principio, tan simple
UKJ<'-.l'-'U~ ...,u...,u • ...,, genera en la práctica múltiples dificultades por diversas circuns-
sabilidad civil en el derecho civil chileno, núms. 31 y ss.
LUHv.Lao, lo que corrobora aún más lo delicado que es el problema sobre la acumu-

entre la responsabilidad contractual y la extracontractual.


73.- INTRODUCCIÓN

En lugar, hay no pocas situaciones donde no es fácil determinar si


Una vez analizadas las semejanzas y diferencias entre la responsabilidad contrac-
existe o no una relación contractual entre la víctima y el causante del daño, y
tual y la extracontractual, veamos a continuación cuáles son los requisitos indis-
por es difícil saber cuál es el régimen de responsabilidad aplicable. Es lo
pensables para que haya responsabilidad contractual; en esta forma podremos conocer
que ha ocurrido, por ejemplo, durante muchos años en los denominados actos
cuándo un hecho dañoso se enmarca dentro de una u otra responsabilidad.
entre ellos el del transporte gratuito 41 . En otros casos, el momento
en que ocurre el daño no permite determinar si ello sucedió antes o después de
74.- PREMISA la formación del contrato. Piénsese en el caso del pasajero que sufre un daño
en el momento en que accedía al lugar donde empezaba la obligación de
Para que surja la responsabilidad contractual, se requiere que haya un daño cJv<CU.L.LUU'U. del transportador, siendo imposible determinar con claridad si dicha
proveniente de la inejecución de un contrato válidamente celebrado entre la vícti- obligación ya habría comenzado. Igual problema se presentó en alguna oportu-
ma y el causante del daño 39 • nidad en la jurisprudencia colombiana cuando se decidió sobre una acción en
vé)~Jvl.l.::lUU!.LLuu.u fundada en el accidente sufrido por un pasajero que, por su
Este postulado, que pareciera no ofrecer dificultad, merece sin embargo al- estado de embriaguez, no fue aceptado por el conductor, quien sin embargo
gunas precisiones, pues hay una serie de situaciones fronterizas que crean enorme continuó la ruta con el pasajero a bordo. Se discutió largamente si el comporta-
dificultad al momento de analizar si la responsabilidad aplicable es la contractual miento pasivo del conductor significaba una aceptación tácita del contrato, o si
o la extracontractual. De acuerdo con lo anterior, podemos decir que las condicio- la del conductor a recibir el valor del transporte era una manifestación
nes para que haya responsabilidad contractual, son las siguientes. clara de no querer contratar.

Que haya un contrato válido (subsecc. que haya un daño derivado de la En todos estos casos es aconsejable que la víctima demande a título principal
inejecución de ese contrato (subsecc. II), y, finalmente, que ese daño sea causado sobre la base de la responsabilidad contractual, y, subsidiariamente, sobre la base
por el deudor al acreedor contractual (subsecc. III).

40 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 182; Patrice Jourdain; ob.
39 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. i 81; Álvaro Pérez Vives, cit., p. 31; Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 1, núm. 16; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob.
ob. cit., t. 11, núm. 147; Patrice Jourdan, ob. cit., p. 30; Luis Pascual Estevill, Dere- cit., t. 1, núm. 109.
cho de daños, 2a ed., Barcelona, Ed. Bosch, 1995, t. 1, núm. 16; Mazeaud-Tunc- 41 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 184; Luis Pascual Estevill,
Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 105; Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad t. 1, núm. 16; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 110; Arturo Alessandri
civil en el derecho civil chileno, núm. 31. Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, núm. 31.
70 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 71

de la responsabilidad extracontractual o a la inversa. Incluso, según veremos (infra, También se consideran daños producidos por la nulidad aquellos gastos in-
143), creernos que el juez debe aplicar la responsabilidad correcta, así el deman- vertidos en el perfeccionamiento del contrato. Los mismos también deben ser
dante se haya equivocado en el tipo de la responsabilidad invocada. pagados por quien culposarnente dio lugar a la nulidad. Pero esa responsabilidad,
se repite, será extracontractual, pues se estima que el contrato no existió.
Pero fuera de las dificultades anteriores, también puede suceder que, pese a
la existencia inicial de un contrato, éste sea declarado nulo, en cuyo caso es pre- Es de anotar que, en tratándose de nulidad relativa, aquella persona en cuyo
ciso determinar la responsabilidad de aquella de las partes que sufrió un daño beneficio se estableció la nulidad podrá demandar en responsabilidad contractual
corno consecuencia de dicha nulidad (1). También es necesario ubicar el tipo de ignorando la nulidad, pues la nulidad relativa solo puede ser alegada por ella y
responsabilidad aplicable cuando haya daños causados en el período precontractual mientras ella no lo haga, el contrato no es anulable.
(11) o en el período poscontractual (111).
§ 2. - DAÑOS DERIVADOS DE LA EJECUCIÓN DE UN CONTRATO NULO

l. - La responsabilidad en caso de contratos nulos 78.- Ahora, puede suceder que, independientemente de los daños prove-
nientes de la nulidad del contrato, haya otros producidos por la ejecución imper-
76.- En el caso de que el contrato sea declarado nulo puede haber daños fecta o tardía del contrato que devino nulo. Tal sería el caso de la mercancía
producidos por la nulidad (§ 1) o producidos en la ejecución del contrato nulo transportada que perece por culpa del transportador, quien después alega la nuli-
(§ 2). En uno y otro caso, la responsabilidad será extracontractual 42 • dad del contrato. En este caso, declarada la nulidad, el transportador responde
extracontractualrnente por la pérdida de las mercancías, así él no hubiera sido
culpable de la nulidad del contrato. Una cosa es el comportamiento culposo que
§l. - DAÑOS PRODUCIDOS POR EL HECHO DE LA NULIDAD
da lugar a la nulidad y otra bien distinta es la culpa que da lugar a un daño durante
la ejecución del contrato nulo.
77.- Si por decisión judicial, el contrato se declara nulo, independiente-
mente de que la nulidad se hubiere propuesto corno pretensión o corno excepción En tales circunstancias, aunque la responsabilidad es extracontractual, el deu-
y de quien la haya alegado, habrá responsabilidad extracontractual de quien por su dor responde siguiendo los mismos lineamientos probatorios del contrato anula-
culpa haya dado lugar a la nulidad43 • En este caso tiene que haber una relación do, salvo lo dispuesto en el inciso 2° del artículo 17 46 del Código Civil, que se
directa de causalidad entre la nulidad y el daño alegado por el demandante. Así, aplica a aquellos contratos nulos en que se enajena una cosa que perece en poder
por ejemplo, si se declara la nulidad de un contrato de arrendamiento de un local de una de las partes.
por culpa del arrendador y el arrendatario, que no dio lugar a la nulidad, ve fraca-
sado su establecimiento de comercio por no poder ocupar el local corno conse- Así las cosas, en el ejemplo propuesto, el transportador, en cuyo poder pere-
cuencia de la nulidad, podrá demandar la indemnización de perjuicios demandan- ce la mercancía objeto del transporte, deberá demostrar una causa extraña si quie-
do al arrendador por cuya culpa se produjo ese lucro cesante. El contrato nunca se re liberarse de la responsabilidad extracontractual que pesa en su contra. Si el
cumplió corno consecuencia de la nulidad declarada y por eso el arrendador culpa- contrato anulado es de mandato y hay un comportamiento culposo del mandatario
ble debe responder. en el cumplimiento del encargo, su responsabilidad se regirá por el artículo 2341
del Código Civil y, por tanto, su culpa deberá ser probada.

42 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 194; Philippe Malaurie, 11. - Responsabilidad en caso de daño precontractual
Laurent Aynes, ob. cit., núm. 875; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 31; Luis Pascual
Estevill, t.l, núm. 16; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t.l, núm. 123; Arturo Alessandri IK~Ir:lnn.a ... ~,.,.~,., sumaria. Philippe le Tourneau, Lo!c Cadiet, ob. cit., núrns.
Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, núm. 30.
237 y ss.; Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. núm. 145; Patrice Jourdain, ob. cit.,
43 Luis Pascual Estevill, t. 1, núm. 16; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 124;
Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chile- p. 31; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 116; Arturo Alessandri Rodríguez,
no, núm. 30. De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, núm. 29.
72 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 73

80.- La responsabilidad civil también existe en el período precontractual, después devuelve lo pagado y desiste de celebrar el contrato sin tener motivo
razón por la cual debemos definir si la responsabilidad aplicable es la contractual válido alguno, incurrirá en responsabilidad precontractual frente a la otra parte si
o la extracontractual. Al respecto debemos distinguir entre los daños causados por ésta sufrió un perjuicio con la ruptura culposa de las negociaciones 46 . Incluso, si
la no celebración del contrato (§ 1) y los daños precontractuales producidos pese no se hubiera adelantado el precio, también habría responsabilidad de quien im-
a que el contrato sí se celebró (§ 2). prudentemente embarca a la otra parte en conversaciones para un contrato que,
después, por simple capricho, se niega a celebrar.
§l. - DAÑOS CAUSADOS POR LA NO CELEBRACIÓN DEL CONTRATO
Ahora, algunos siguiendo a IHERING, han considerado que en tales circunstan-
81.- El tráfico jurídico muestra que las conversaciones precontractuales iniciadas cias la responsabilidad sería de naturaleza contractual, pues la parte que se niega
entre dos o más personas se pueden romper sin que haya habido lugar a la forma- a celebrar el contrato final, en cierta forma incumplió un contrato previo de nego-
ción del contrato pretendido. Como consecuencia de esa ruptura es posible que se ciaciones47. Es decir, según esta teoría, habría dos contratos: uno en virtud del
haya causado daños a alguna de las partes que participaron en las negociaciones cual las partes aceptan negociar; el otro, que puede resultar luego de las negocia-
previas, debiendo definirse si en tales circunstancias hay responsabilidad y cuál ciones. Por ello, la ruptura de dichas negociaciones significaría el incumplimien-
es su naturaleza. to del primer contrato, y, por tanto, la responsabilidad sería contractual 48 .

Al respecto cabe distinguir, de un lado, si se trata de una oferta o propuesta Sin embargo, esta teoría no es válida por cuanto ella atenta contra la libertad
que contenga los requisitos previstos en el artículo 845 del Código de Comercio, contractual, puesto que el hecho de iniciar unas conversaciones con miras a cele-
en cuyo caso la responsabilidad del proponente será contractual si el destinatario brar un contrato solo se enmarca dentro del deber general de prudencia que debe
de la propuesta la acepta dentro de los términos y condiciones previstas, pues la acompañar todo el actuar humano, y no dentro del marco de las obligaciones pre-
formación del contrato dependía única y exclusivamente de la aceptación del des- viamente contraídas por las partes 49 .
tinatario44. No se trata pues de un caso de responsabilidad precontractual.
En conclusión, en nuestro sentir, toda la responsabilidad precontractual se
De otra parte, también puede suceder que aunque no haya una oferta que rige por los principios de la responsabilidad extracontractuaP0 y más concreta-
reúna las condiciones del artículo 845 del Código de Comercio, de todas formas mente por lo dispuesto en los artículos 863 del Código de Comercio y 2341 del
las partes inicien conversaciones que posiblemente desemboquen en la celebra- Código Civil.
ción de un contrato. En principio, si una de las partes desiste de la negociación,
ninguna responsabilidad podrá imputársele por ese hecho a menos que no haya Es de anotar, finalmente, que, pese a algunas opiniones aisladas, en estos
procedido con buena fe exenta de culpa45 , como lo prescribe el artículo 863 del casos de responsabilidad precontractual, la víctima tiene derecho a cobrar la in-
Código de Comercio. Es decir, se puede desistir de la negociación siempre y cuando
no se actúe en forma culposa. Si la ruptura es culposa, quien genera dicha ruptura
responde frente a la otra parte que estaba interesada en el contrato y esa responsa-
bilidad será extracontractual. 46 Atilio Aníbal Alterini, Osear José Ameal, Roberto López Cabana, ob. cit., p. 187;
Philippe le Tourneau, Lo"lc Cadiet, ob. cit., núm. 251; Jacques Ghestin, Genevieve
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 197; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 31; Luis Pascual Estevill,
Así, por ejemplo, quien luego de unas negociaciones recibe el precio de un ob. cit., t. 1, núm. 16.
inmueble sin haber firmado promesa de contrato o escritura de compraventa y 47 Rudolph van lhering citado por Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV,
núm. 196; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 118.
48 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 118.
49 Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 1, núm. 16; Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2,
44 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 116; Philippe le Tourneau, Lo'lc Cadiet, núm. 145.
ob. cit., núm. 257. 50 En ese sentido: Philippe le Tourneau, Lo"lc Cadiet, ob. cit., núm. 238; Jacques
45 Philippe le Tourneau, Lo'lc Cadiet, ob. cit., núm. 250; Jacques Ghestin, Genevieve Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 196; Patrice Jourdain, ob. cit. p. 31;
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 197; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 116. Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 1, núm. 16.
74 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 75

demnización de todos los daños, incluido el lucro cesante, que se derive de dicha seguro y la póliza solo es firmada por el asegurador, lo que significa que en mu-
responsabilidad. Por tanto, si el asegurador es responsable frente al solicitante del chas oportunidades el asegurado ni siquiera conoció el clausulado completo del
seguro, este tendrá derecho a cobrar no solo los gastos en que incurrió tratando de contrato.
celebrar el contrato, sino también, el valor de la cobertura, es decir, podrá cobrar
lo que le pertenecería si el contrato se hubiere celebrado. En estas circunstancias es cierto que hay un contrato válido celebrado
entre las partes, pero también es cierto que el comportamiento desleal del
asegurador contribuyó a que el asegurado diera su consentimiento para un
§ 2.- DAÑOS CAUSADOS PESE A LA CELEBRACIÓN contrato que en realidad tenía un objeto mucho más restringido de aquel que
DEL CONTRATO (OBLIGACIONES DE INFORMACIÓN Y DE CONSEJO) se prometió verbalmente. Por ello, la responsabilidad del asegurador será de
naturaleza extracontractual si el daño surge del incumplimiento de alguna de
82.- Pero puede suceder que, pese a la celebración del contrato, la víctima las prestaciones informadas verbalmente y que después fueron desconocidas
haya sufrido un daño cuyo origen no está en la ejecución de aquel, sino en la por el contrato escrito.
formación del mismo, en cuyo caso la responsabilidad será extracontractuaP 1•
Normalmente esta situación se presenta debido a la inadecuada o errónea informa- Desde luego, partimos del supuesto de que quien engañó al asegurado fue
ción suministrada por una de las partes a la otra52• algún representante o agente del asegurador. Si se trata de un corredor indepen-
diente, la aseguradora no tiene responsabilidad alguna y ésta recaerá sobre dicho
Así, por ejemplo, cuando se exija alguna solemnidad escrita para la forma- intermediario.
ción de un contrato, puede suceder que en las negociaciones verbales, una de
las partes le ofrezca a la otra unas condiciones benéficas que después no apare- Finalmente, cabe hablar de la responsabilidad por incumplimiento de la obli-
cen en el contrato que se celebra por escrito. En tales circunstancias no habrá gación de brindar información antes de celebrar el contrato o de dar instrucciones
responsabilidad contractual, puesto que el contrato necesariamente deberá que permitan a la otra parte obtener el beneficio buscado con el contrato.
regirse por lo establecido en el documento, dado su carácter solemne. Pero
sí puede haber una responsabilidad extracontractual si por no haberse incluido En efecto, durante los últimos decenios, la doctrina53, la jurisprudencia y la
en el contrato lo ofrecido verbalmente al acreedor, éste se ve desprotegido por ley han establecido una serie de obligaciones expresas o subyacentes en virtud de
el contrato. Desde luego, se parte del presupuesto de que no hubo culpa por las cuales quien suministra un bien o servicio a un adquirente está obligado a
parte de la víctima, es decir, que ésta fue inducida a error por parte del otro suministrarle una serie de informaciones relacionadas, unas veces con la forma-
contratante. ción del contrato y otras con el comportamiento que el adquirente debe guardar
cuando esté utilizando el bien o servicio contratado. Este tipo de obligaciones ha
Esta situación se presenta, a menudo, cuando los vendedores de seguros, en suscitado un caudal de opiniones en la doctrina y en la jurisprudencia que han
su afán por vender la póliza, le anuncian al eventual asegurado coberturas genera- impedido delinear los perfiles claros sobre su naturaleza y consecuencias. Al res-
les y amplias, sin detenerse suficientemente en las exclusiones impresas en pecto podemos hacer las siguientes observaciones:
la póliza. En tales circunstancias, el asegurado, de la mejor buena fe, queda
convencido de que tiene una cobertura sin saber que en la letra pequeña del clau- En primer lugar, puede haber contratos cuya obligación principal consista en
sulado ésta es mucho más limitada de lo que se dijo verbalmente. En el derecho suministrar al adquirente determinadas informaciones o consejos. Es lo que ocu-
colombiano, lo grave es que luego del intercambio verbal, el asegurado solicita el rre por ejemplo en los contratos con asesores financieros o jurídicos. No cabe
duda que el incumplimiento o el cumplimiento defectuoso de estas obligaciones

51 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 242; Jacques Ghestin, Genevieve
Viney, ob cit., t. IV, núm. 200. 53 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 242; Jacques Ghestin, Genevieve
52 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 200. Viney, ob. cit., núm. 186; Patrice Jourdain, ob. cit., núm. 32.
76 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 77

genera una responsabilidad contractual. Pero las obligaciones de información o de Eventualmente, el incumplimiento de esta obligación puede darle al compra-
consejo pueden ser accesorias de obligaciones principales de naturaleza distinta. dor la opción de insistir en el contrato, reclamando indemnización de perjuicios o
Esas informaciones sirven para ilustrar al adquirente sobre las calidades o riesgos de solicitar su nulidad, siempre y cuando se llenen los requisitos.
del bien o servicio por él buscado 54 o sirven corno instrucciones que debe seguir el
adquirente para una adecuada utilización de ese bien o servicio. Según hemos dicho, además de esta información relacionada con la forma-
ción del contrato, existe la obligación de dar instrucciones sobre la utilización del
El Decreto 3466 de 1982, llamado estatuto del consumidor, consagra estas bien o servicio adquirido. El incumplimiento de esta obligación es de naturaleza
dos obligaciones en los artículos 13 y 14. contractuaP 7• Así, por ejemplo, quien vende un arma sin darle instrucciones de
utilización al comprador y sin prevenirlo de los riesgos que su utilización genera,
incurre en responsabilidad contractual. En el caso ya planteado del vendedor de
Ahora, la obligación de información (renseignement) relacionada con la for-
materiales, si éste no brinda instrucciones al comprador sobre la forma cómo debe
mación del contrato tiene corno objetivo ilustrar a la otra parte sobre aspectos por
utilizar unos componentes químicos, no cabe duda que su responsabilidad será de
ésta desconocidos y que pueden influir en su consentimiento al momento de tornar
naturaleza contractual. Desde luego, el juez deberá averiguar si el adquirente, por
una decisión. Al respecto, GHESTIN expresa:
sus actividades profesionales, conocía o debía conocer las informaciones que omitió
el vendedor. En éste último caso podrá haber exoneración parcial o total del ven-
"Finalmente, aquella de l~s partes que conocía, o que debía conocer, espe- dedor corno consecuencia de la culpa de la víctima.
cialmente en razón de su calificación profesional, un hecho cuya importancia
determinante para el otro contratante ella sabía, está obligado a informar de
ello a dicho contratante, desde el instante en que este se halle en la imposibi-
lidad de informarse él mismo o que podría legítimamente tener confianza en 83.- AMPLIACIÓN DE ESTE TEMA. REMISIÓN
quien está obligado a entregar la información" 55 .
En el título consagrado a la responsabilidad civil contractual (infra T. I,
318 y ss.), la segunda parte contiene un extenso análisis de las obligaciones precon-
Nosotros pensarnos, siguiendo parte de la doctrina56 , que el incumplimiento
tractuales y contractuales de información y consejo. Se trata de un estudio no
de esta obligación genera una responsabilidad precontractual, que, corno hemos
publicado en las ediciones anteriores, pero que dada la complejidad del tema he-
dicho, no es más que una especie de la extracontractual. En efecto, se trata de una
mos considerado separarlo dándole la importancia que se merece.
obligación cuyo incumplimiento surge antes de la formación del contrato.

Así, por ejemplo, el vendedor de materiales de construcción debe preguntarle III. - Responsabilidad en caso de daño poscontractual
al comprador cuáles son sus necesidades y con base en ellas debe recomendarle un
producto apropiado, e incluso, recomendarle no adquirir los que él tiene en venta, 84.- Después de haberse ejecutado un contrato, una de las partes puede
en la medida en que no llenen las necesidades del adquirente. Si esta obligación se causar perjuicios a la otra mediante comportamientos que directa o indirectamen-
incumple y el comprador adquiere un producto que no reúne las características te están relacionados con el contrato ya inexistente. Piénsese, por ejemplo, en el
propias de la destinación dada, habrá responsabilidad extracontractual por el no técnico que durante la ejecución de un contrato de prestación de servicios obtiene
cumplimiento de esa obligación de información y consejo. información calificada que estaba en poder de la otra parte y, terminado ese con-
trato, entrega dicha información a un competidor de su anterior ... . ., . . ..,..., . . . v.._

54 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 245. 57 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 242.
55 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 508. 58 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 122; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet,
56 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 245. ob. cit., núm. 277.
78 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 79

En este caso estamos frente a una responsabilidad de tipo extracontractual, no haberse entregado la edificación según los términos convenidos comprometerá
pues quien se comportó deslealmente no incumplió una obligación de naturaleza la responsabilidad contractual de Pedro. Asimismo, si la cosa vendida no es entre-
contractual, sino el deber general de prudencia, lo que genera una responsabilidad gada, es evicta o no se paga el precio de la misma, la responsabilidad del vendedor
de naturaleza extracontractuaP 9 • frente al comprador será necesariamente contractual. También habrá responsabi-
lidad contractual del transportador frente al destinatario si el primero no entrega
en su lugar de destino, sana y salva, la mercancía que en virtud de ese contrato
SuBsECCióN II. - Se requiere que el daño quedó en su poder y se obligó a desplazar.
surja de la inejecución del contrato

85.- Delimitado el campo de las responsabilidades precontractual y poscon- Obsérvese que en todos los ejemplos propuestos aparece clarísima la rela-
tractual, y admitido que haya de por medio un contrato entre la víctima y el cau- ción de causalidad entre el daño y la obligación contraída e incumplida. Si las
sante del daño, la responsabilidad del agente solo será contractual en la medida en obligaciones se hubieran cumplido sería imposible la existencia de algún daño
que el daño surja de la inejecución del contrato, es decir, que haya una identidad contractual. Sí en virtud del contrato el vendedor se obliga a pagar el precio y no
entre las obligaciones pactadas y las obligaciones incumplidas 60 • Con todo, hay lo hace, o el vendedor no entrega la cosa en los términos previstos en el contrato,
una serie de daños que si bien se producen como consecuencia de la ejecución de es porque el daño surge de la inejecución del contrato y, entonces, la responsabi-
un contrato, no generan, sin embargo, una responsabilidad contractual del deudor. lidad del deudor frente al acreedor es ·contractual.
Por tanto, es preciso distinguir entre daños derivados de la inejecución, retardo o
cumplimiento defectuoso del contrato (I) y los daños producidos con ocasión del
contrato (II). Finalmente, la distinción anterior nos permitirá referirnos a las de- II.- Daños producidos con ocasión del contrato
nominadas obligaciones de seguridad (III).
87.- Ahora, hay una serie de daños que en el espacio y en el tiempo están
1 - Daños derivados de la inejecución del contrato relacionados causalmente con la ejecución de un contrato, pero que no constitu-
yen el incumplimiento de ninguna de las obligaciones contraídas 62 • Así, por ejem-
86.- Para saber si el daño surge de la inejecución o ejecución tardía o im- plo, el albañil que sustrae objetos preciosos de una casa donde estaba prestando
perfecta del contrato es preciso detenernos en su objeto, es decir, cuáles fueron las servicios de plomería, comprometerá su responsabilidad extracontractual por
obligaciones, o mejor, las prestaciones a que se comprometió el deudor61 . Hay que el robo de esos objetos, ya que, en principio, sus obligaciones contractuales se
responder, pues, a estas dos preguntas: ¿a qué se obligó el deudor? y ¿el daño se limitaban a llevar a cabo las reparaciones que requería el dueño del inmueble.
deriva del incumplimiento de esas obligaciones? Igual cosa sucederá si el pasajero que aborda un vehículo en virtud de un con-
trato de transporte lesiona al transportador o daña el vehículo. En este caso, la
Así, por ejemplo, si Pedro se compromete con Juan a construirle una casa, obligación contractual del pasajero consistía únicamente en pagar el valor del
poniendo Pedro los materiales, todo daño que sufra Juan como consecuencia de transporte. Finalmente, si en razón de la construcción de un edificio se afecta
una propiedad vecina perteneciente al acreedor que encargó la obra, la respon-
sabilidad del constructor será extracontractual, pues el daño se produce con oca-
sión del contrato 63 .
59 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm.122; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet,
ob. cit., núm. 277; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 31.
60 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 876; Patrice Jourdain, ob. cit., p.
31; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 146; Arturo Alessandri Rodríguez,
De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, núm. 39. 62 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 336; Philippe Malaurie, Laurent
61 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 334; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 876; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, p. 149; Arturo Alessandri
Aynes, ob. cit., núm. 836; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 31; Luis Pascual Estevill, Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, núm. 39.
ob. cit., t. 1, núm. 16; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, p. 149; Arturo Alessandri 63 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 340; Arturo Alessandri Rodríguez,
Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, núm. 40. De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, núm. 39.
80 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 8i

Pues suceder que el incumplimiento del contrato genere unos seguridad. De acuerdo con ellas, el deudor se obliga a garantizar la integridad de
daños sucesivos de los que, en principio, nada se dijo en el contrato. Si esos daños las personas o las cosas que en virtud del contrato quedan bajo su cuidado.
son una consecuencia directa del incumplimiento de la obligación contractual, la
'"'"'~JVL.LOUlHJLLUU.U por esos daños también será contractual. Así, por ejemplo, si se En efecto, en la ejecución de algunos contratos, el acreedor puede sufrir da-
derrumba el edificio que está siendo construido en virtud de un contrato y lesiona ños en su integridad física, daños que en principio no significarían el incumpli-
al tanto el valor de la construcción como los daños provenientes de miento de la obligación contractual principal. por ejemplo, las lesiones o
las lesiones personales se derivan del del contrato y, por tanto, la muerte producidas a un espectador durante la presentación de un espectáculo no
'"'"'~-'''-'H''-'""'-'--LL_.~..... .._. será de contractual. En si durante la construcción se derivan de la inejecución de la obligación principal, sino que se con
UVIJVU.'-1-.L._dLL'-''-' del constructor lesiona al dueño de la obra cuan- ocasión de su ejecución y, por tanto, la muerte o lesiones del espectador genera-
do observaba los la será con ocasión del cumplimiento rían responsabilidad extracontractual del deudor. Sin embargo, esa evolución doctrinal
del contrato y por tanto la . Según vere- y jurisprudencia! a que nos hemos referido considera que en el ejemplo
T. I, en el contractual de así nada se diga en el contrato, el organizador del espectáculo tiene adicionalmente
la obligación contractual subyacente de brindarle seguridad a la vida y a la inte-
gridad personal del espectador.

III. - Las denominadas Con la doctrina y la no son pacíficas en cuanto al alcan-


ce y al campo de aplicación de las obligaciones de seguridad, lo que nos al
análisis de los principales que esa teoría suscita.

90.- ÜBLIGACIÓN DE SEGURIDAD SOBRE LAS PERSONAS Y LAS COSAS

Generalmente solo se habla de obligaciones de seguridad en relación con los


EVOLUCIÓN HISTÓRICA contratos que comportan la física de una de las en el contrato.
66
Algunos , incluso, afirman categóricamente que la obligación de conservar un
Si bien desde el de vista estrictamente lógico es clara la distinción bien que es objeto del contrato no es una obligación de seguridad, sino de conser-
entre daños derivados de la del contrato contractual) vación. Sin embargo, no encontramos argumentos lógicos que tal exclu-
y daños con ocasión del mismo extracontractual), lo sión. En consecuencia, creemos que la obligación de U'-'~-~_._,~~-~
cierto es que la y la han relación con las personas sino también con las cosas 67 . por ejemplo, no ve-
convertido en contractual la en casos en que se mos por qué el transportador tenga una obligación de seguridad en relación con la
daños a personas o las cosas del contrato con ocasión de su ejecución. integridad física del pasajero transportado y no la tenga en relación con los obje-
Esa evolución se ha pese a que, los lineamientos clásicos, la tos que porta consigo dicho pasajero. todo es cuestión de términos
'"''-'~''-'"lU"'l-"-''l'-'-"'-'"" en tales circunstancias debería ser extracontractual. De esta ma- pues de todas maneras, en los contratos que comporten la conservación de un bien
nera se ha abierto el campo de las denominadas contractuales de del acreedor, el deudor tiene la obligación de que ese bien no sufra poco
importa el nombre que se le dé a esa obligación.

64 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob cit., t. 1, p. 149; Arturo Alessandri Rodríguez, De la


responsabilidad civil en el derecho civil chileno, núm. 44.
66 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 501.
65 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núms. 499 y ss.; Patrice Jourdain,
ob. cit., p. 32; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 151. 67 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. i 62.
82 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 83

91.- OBLIGACIONES DE SEGURIDAD PRINCIPALES Y ACCESORIAS jador. (En el derecho francés en el cual no existe norma similar, la doctrina está
dividida en cuanto a la naturaleza contractual o extracontractual de la responsabi-
Hay que distinguir entre las obligaciones de seguridad que son la prestación lidad del patrono en caso de accidentes de trabajo )1°. El artículo 1417 del Código
fundamental del contrato y las que son simplemente accesorias o subyacentes de de Comercio, al regular el contrato de cajillas de seguridad para la guarda de
otra prestación principal, siendo éstas últimas las que realmente suscitan dificul- bienes, pone en cabeza de la entidad bancaria una obligación de seguridad relativa
tad al momento de clasificarlas. a la integridad física de los clientes cuando éstos se encuentran dentro de la enti-
dad bancaria utilizando las cajillas que les han sido asignadas.
En efecto, en aquellos contratos que tienen por finalidad principal la integri-
dad del acreedor o de una cosa por la que debe responder el deudor, no cabe duda
de que la obligación es de naturaleza contractual, aun si la teoría de las obligacio- ¿CóMO SABER SI LA OBLIGACIÓN CONTRACTUAL Y ACCESORIA DE SEGURIDAD
nes contractuales de seguridad no hubiera aparecido. Así, por ejemplo, en los EXISTE CUANDO NO HAY TEXTO LEGAL QUE LA CONSAGRE?
contratos de hospitalización de un enfermo 68 , en los relativos a la educación y
alimentación de niños o estudiantes de corta edad o en los de reclusión de pacien- La situación se torna caótica para la doctrina y la jurisprudencia cuando el
tes psiquiátricos 69 , es claro que una de las obligaciones fundamentales que contrae legislador guarda silencio en cuanto a las obligaciones accesorias de seguridad,
el deudor es la de vigilar la integridad física de la persona que queda a su cuidado. pues no tratándose de una obligación principal, es discutible si la obligación con-
Igual cosa sucede con los bie_nes que se entregan en comodato o en depósito. tractual de seguridad en un determinado contrato existe o no.

Sin esa obligación de seguridad, el contrato desaparecería por sustracción de


Los tribunales y los autores han considerado, no en forma pacífica y unáni-
materia. En cambio, en los contratos que permiten a una persona la utilización de
me, que la obligación de seguridad existe en los contratos de cuidados médicos,
una piscina, de una cancha deportiva o el disfrute de un espectáculo, etcétera, la
en los de presentación de espectáculos, en los de reuniones deportivas, en los de
situación parece menos clara porque, en principio, el deudor no contrae en forma
enseñanza de deportes, en los de distracciones de parques zoológicos, en los de
expresa y clara la obligación principal de conservar la integridad del acreedor. Es
alquileres de piscinas, en los de hotelería, en los de servicios de restaurantes, en
allí donde surge la necesidad de averiguar si de todas formas esa obligación con-
los de servicios de peluquería, en los de servicios de lavandería, etc. Sin embargo,
tractual subyacente de seguridad existe en cabeza del deudor.

92.- OBLIGACIONES ACCESORIAS DE SEGURIDAD CONSAGRADAS LEGALMENTE


70 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 160; Jacques Ghestin, Genevieve Viney,
ob. cit., t. IV, núm. 500. En materia de accidentes de trabajo, la ley y la jurispru-
Con el tiempo, el mismo legislador se ha encargado de establecer obligacio- dencia colombiana aceptan que la responsabilidad del patrono es contractual; al
nes contractuales y accesorias de seguridad que, en principio, parecieran ser ex- respecto, la Corte considera:
trañas al contrato y, por tanto, solo deberían comprometer la responsabilidad "Esa responsabilidad del patrono se deriva necesariamente de su incumplimien-
to de las obligaciones de darles protección y seguridad a los trabajadores y de
extracontractual del deudor, pero que por voluntad del legislador se enmarcan suministrarles locales higiénicos y adecuados para la prestación del servicio y ele-
dentro del espectro de la responsabilidad contractual. Así, el legislador colombia- mentos indispensables para precaver accidentes o enfermedades profesionales.
no, en el artículo 982 del Código de Comercio pone en cabeza del transportador la Dichas obligaciones se las impone al empleador el contrato de trabajo y la ley
laboral.
obligación de desplazar sanas y salvas a las personas o cosas al lugar de destina-
"De allí se desprende que la culpa que debe demostrarse para obtener
ción. Igualmente, el Código Sustantivo del Trabajo, en su artículo 56, estableció el resarcimiento de los daños sufridos es de naturaleza contractual y no extra-
en forma expresa una obligación de seguridad del patrono en beneficio del traba- contractual.
"Es entonces la víctima directa del siniestro laboral y no personas distintas quien
está legalmente habilitada para exigirle la reparación de los perjuicios sufridos a
su contraparte en el contrato, o sea al empleador. Ello es así dentro del ámbito de
68 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 783. la responsabilidad por culpa contractual". (C. S. J. , Cas. lab., 8 abril1987, Juris-
69 Ibídem, ob. cit., núm. 784. prudencia y Doctrina, vol. 16, Legis, p. 537).
84 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 85

en otras oportunidades los tribunales piensan que en muchos de los ejemplos pro- colegios, guarderías, salones de belleza, aprendizaje de deportes, prestación
puestos y en otros similares, la obligación contractual de seguridad es inexistente de servicios médicos, etc. 72 • El Consejo de Estado afirma, igualmente, que contra
y, por tanto, la responsabilidad sería extracontractual en caso de daños al acree- el Estado pesa una obligación de seguridad en relación con los detenidos en las
dor, lo que muestra la necesidad de encontrar un criterio general que permita cárceles 73 •
definir con claridad, ante la de texto legal expreso, en cuáles contratos
subyace la obligación accesoria de seguridad.
PRECISIONES Y EXCEPCIONES EN RELACIÓN CON LA SOLUCIÓN ANTERIOR

Lamentablemente, los autores que han intentado delimitar ese princi-


Si bien el criterio es aceptado por la doctrina y
V.li..I.UAULU.L.L .• ..., . . . ...,

general proponen criterios diferentes que no hacen más que agravar el caos.
la lo cierto es que u~~ la confusión
,_,v ... u ... que en
casos se continúa discutiendo si la '-''""-.. ""'"'"'·'"'·'.H
sm·uuellii. aa y los casos consagrados especialmen- no, pese a que se dan los se VVJ.VHJlU.

encontramos que la accesoria y subyacente de """"''"""'""'1r"' en casos de daños "'"'.Jr·"uT..IlC','....... ,Jo con motivo del contrato de
contratos en que el acreedor físicamente
de forma tal que sin esa especie de dependencia
el deudor no tiene forma de su obligación Así
'"'"'·'ou,.uu'"'"" físico y entre la obligación 96.- LA OBLIGACIÓN DE SEGURIDAD EN EL CONTRATO DE COMPRAVENTA

.... ,.....-·a.a.'-j"r pues sin dicha la '"'._, ..... . _ . . ,, . . "'U


"'"'""'"a.nT.:> .UJ'-""1-''-'U ... ..., ... ~ de por ejemplo, es impensable es el que más discusiones ha
...,._,"',._..L.............. no está por doctrina y en relación con las de uv¡..,~ ,·~~~, ....

"'"'"''"'-¡-~, ... o se niegan sin efectuar un análisis de las varias que


~-'-'-'·'"'"'''.... " . . . ,. . , Al respecto es entre los daños causados durante la
celebración del contrato de con
En ese sentido J. BECQUE, expresa:
el
por una de las
de una de ellas cierta ""'.,."""'i-"'"''"'" En cuanto a los daños sufridos mientras se celebra el contrato de compraven-
en
VIV'vUL,CU

ta es distinguir de un contratos que no solamen-


distracciones o "" ...... -... ...,.. vu

te la o consumo de alimentos y sino también el disfrute du-


cación la que fundamenta la ..... {\.J.0U..·HVJ, .....

rante un determinado de del ambiente agradable de los locales del


vendedor. Es lo que ocurre, por en los servicios de alimentación
dos por los restaurantes. En estos casos es claro que existe una vv.~.... """''-'-H./H
ÜBLIGACIONES DE SEGURIDAD ADMITIDAS
'-'""f""J."........... que impone al dueño del establecimiento el deber de h""'-" ........ ""' .....
te la seguridad y la de los bienes que lleva consigo mientras se encuentre
No obstante, pese al y al caos en la doctrina, se dentro de sus instalaciones.
decir que aunque no en forma unánime, se admite que
obligación de seguridad, entre otros, en los siguientes contratos:
en los restaurantes,
H1fl"l,Alnlf',t··•nn parques zoológi- entra en las instalaciones del vendedor a fin de observar las mercancías _.._ . . LJ...,VJLH

artísticos y salas de cine,

72 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núms. 151 y ss.


71 Citado por Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 501. 73 Véase nuestra obra La responsabilidad del Estado, núm. 1OO.
86 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 87

bles para eventualmente adquirir algunas de ellas. Es lo que ocurre en los grandes "Toda persona tiene derecho de salir indemne de los locales comerciales donde
supermercados. ella va a efectuar sus compras mucho más si se tiene en cuenta que tales
servicios se prestan en grandes supermercados o autoservicios. Ahora, la or-
La posición doctrinal y jurisprudencia! dominante en la actualidad afirma ganización de esos lugares está hecha para aumentar las visitas al estableci-
que cualquier daño que sufra un cliente mientras está en estas instalaciones solo miento e incitar a los clientes a comprar: éstos ven desviada su atención de
compromete la responsabilidad extracontractual del propietario del establecimiento, cuidado de su propia seguridad, al mismo tiempo que se encuentran someti-
pues no existe allí la obligación contractual de seguridad. En ese sentido, el trata- dos a riesgos importantes (amontonamiento de artículos, densidad de la clien-
dista JEROME HuET, al comentar un fallo de la Sala Civil de la Corte de Casación tela, etc.)" 75 •
francesa, de 16 de mayo de 1984, afirma lo siguiente: Finalmente, el mismo autor afirma su convicción de que en todos estos casos
se debería aplicar la responsabilidad por el hecho de las cosas, cada vez que el
"La cualificación dada a la responsabilidad obedece a que, dentro del esta- daño sea causado por una de las que se encuentran dentro del establecimiento de
blecimiento, pueden encontrarse no solo simples visitantes, sino también ver- comercio, poco importa que al momento del daño, la cosa causante del mismo se
daderos clientes y que, aun en lo que concierne a éstos últimos, la existencia encuentre en poder de otro cliente 76 .
de un contrato permanece incierta mientras que no hayan conformado su vo-
luntad de comprar mediante el pago de sus compras" 74 . Pero, según dijimos, la doctrina y la jurisprudencia también hablan de obli-
gaciones de seguridad a cargo del vendedor cuando, al utilizar la cosa comprada,
En nuestro concepto, y siguiendo el criterio propuesto para saber cuándo el adquirente sufre un daño. Así, por ejemplo, la Corte de Casación francesa, en
existe obligación contractual de seguridad, el propietario de un supermercado solo sentencia del 22 de enero de 1991, al referirse a una demanda por los daños cau-
tendría obligación contractual de seguridad frente al comprador mientras éste se sados por el uso de un cosmético a la compradora del mismo, expresa lo siguiente:
encuentre pagando las mercancías respectivas, ya que antes, el contrato no se ha
"El fabricante y el vendedor de ciertos productos de uso corriente especial-
celebrado y posteriormente, el contrato ya ha concluido. En éstas últimas hipóte-
mente destinados a los cuidados y al confort del cuerpo humano están vincu-
sis la responsabilidad solo puede ser extracontractual. Es decir, la obligación con-
lados por una obligación de seguridad" 77 •
tractual de seguridad solo dura el período de tiempo requerido para pagar y recibir
las mercancías. En nuestro concepto, esta concepción es errónea, puesto que una vez entrega-
do el producto, al vendedor le es absolutamente imposible velar por la seguridad
Esta solución no significa una desventaja para las víctimas, pues el hecho de del comprador y, por tanto, es impensable que sobre éste pese una obligación de
que no haya una obligación contractual de seguridad no significa que el dueño del seguridad. En situaciones como la comentada, el vendedor o el fabricante respon-
establecimiento no sea responsable. Lo es, pero bajo el dominio de la responsabi- den contractualmente en la medida en que el producto sea defectuoso o el compra-
lidad extracontractual. Acudir a ésta última podría resultar incluso más beneficio- dor no haya sido suficientemente instruido sobre la utilización del bien comprado.
so para la víctima, pues podría invocar los principios de la responsabilidad por Ahora, la responsabilidad contractual del fabricante o del vendedor se comprome-
actividades peligrosas cuando el daño es causado en estas condiciones (infra, T. I, te por la institución de los vicios redhibitorios o por el incumplimiento de la
854). Así sucederá, por ejemplo, por la explosión de un objeto, por un defecto obligación de dar instrucciones de uso, a las que ya nos hemos referido (supra, T.
mecánico de una escalera eléctrica o por una caída imputable al estado del piso. I, 82). No se requiere acudir, en una aplicación forzada, a la existencia de una
obligación de seguridad del vendedor.
Refiriéndose a la inutilidad de todas estas discusiones, el ya citado JEROME
HuET, en opinión que compartimos, afirma lo siguiente:

75 Revue Trimestre/le de Droit Civil, Paris, Sirey, 1985, p. 586.


76 Revue Trimestre/le de Droit Civil, Paris, Sirey, 1985, pp. 585 y ss.
74 Revue Trimestre/le de Droit Civil, Paris, Sirey, 1985, p. 585; en el mismo sentido, 77 Revue Trimestre/le de Droit Civil, Paris, Si rey, 1991, p. 559 con nota de Patrice
Patrice Jourdain, ob. cit., p. 32. Jourdain.
88 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 89

97.- LA OBLIGACIÓN DE SEGURIDAD EN LA RESPONSABILIDAD MÉDICA en buen estado, entonces ese daño sí está relacionado con la obligación contrac-
tual de seguridad que pesa sobre el médico. También habrá incumplimiento de la
En lo que se refiere a las obligaciones de seguridad en materia de responsabi- obligación de seguridad si el daño se produce mientras el paciente está en manos
lidad médica, si bien todo el mundo está de acuerdo en que éstas existen, la verdad del médico porque se derrumba la edificación donde se encontraba el paciente o
es que no hay criterios unificados sobre el momento y el lugar en que dichas porque explota algún objeto en el lugar donde se practicaba la intervención o
obligaciones pesan sobre el médico. porque se causa un daño por la mala calidad de la mesa de cirugía donde se pres-
taba atención al paciente.
En nuestro concepto, la obligación contractual de seguridad existe única y
exclusivamente mientras el paciente está recibiendo los cuidados del médico. Por Aquellos daños que se producen dentro del establecimiento médico, por fue-
tanto, cualquier daño que se produzca dentro de los locales del médico, antes o ra de la prestación misma del servicio al paciente, pueden llegar a comprometer la
después de los servicios prestados por éste, solo comprometen la responsabilidad responsabilidad extracontractual por actividades peligrosas del médico si el daño
extracontractual del médico, por no existir allí una obligación contractual de se- se produce por una de esas actividades. Así, por ejemplo, si algún aparato explota
guridad78. En ese sentido, un fallo de la Sala Civil de la Corte de Casación france- mientras el paciente se encuentra en la sala de espera y sufre daños como conse-
sa, dell Ode enerc de 1990, sin referirse extensamente al problema que nos ocupa, cuencia de la explosión, el médico o quien sea guardián de la actividad causante
expresa: "El contrato celebrado entre el centro médico y el paciente se limita a la del daño solo se libera mediante la prueba de una causa extraña, ya que se aplica
consulta y a los cuidados" 79 • la responsabilidad por actividades peligrosas del artículo 2356 del Código Civil
(infra, T. I, 854).
Al referirse a esta decisión, el tratadista PATRICE JOURDAIN expresa:
LA OBLIGACIÓN DE SEGURIDAD EN MATERIA HOSPITALARIA
"En su sentencia del 1Ode enero de 1990, la Corte de Casación tuvo razón al
limitar las obligaciones contractuales del centro médico a la consulta y a los Uno de los clásicos ejemplos de obligación de seguridad lo encontramos en
cuidados; la seguridad de los pacientes por los daños que pueden serie causa- los contratos de servicios hospitalarios. En efecto, los hospitales tienen la obliga-
dos en los locales permanece en como lo ha señalado vigorosamente ción de velar por la seguridad física del paciente. Ahora, no siempre es igual la
la Corte, por fuera de la ejecución del contrato médico" 80 • carga de la prueba aplicable en esta clase de contratos; el grado de diligencia varía
según la onerosidad del servicio y el estado de salud del paciente. Se puede decir
Ahora, durante la prestación de los cuidados y del tratamiento, el paciente incluso que, a veces, esa obligación de seguridad es de resultado y a veces es de
puede sufrir daños de diversa índole. por ejemplo, si se trataba de una opera- medio. Sobre ello volveremos más adelante (infra, T. I, 425).
ción del corazón y ésta se hizo en forma defectuosa, el médico no habrá violado
una obligación de seguridad, sino pura y simplemente su obligación principal,
99.- CONSEJOS PRÁCTICOS EN CASO DE INCERTIDUMBRE SOBRE LA NATURALEZA DE
cual es la de tratar de aliviar las dolencias cardíacas del paciente. No hay pues allí
LA OBLIGACIÓN
violación de una obligación de seguridad. En cambio, si el médico deja algún
cuerpo extraño en el organismo del paciente, o durante la intervención se rompe
Como los tribunales no tienen un criterio pacífico y unificado sobre el tipo de
un instrumento por mala calidad, causando daño en otro órgano que se encontraba
responsabilidad aplicable, según lo acabamos de ver, lo recomendable es que la
víctima invoque a título principal la responsabilidad contractual y a título subsidia-
rio la responsabilidad extracontractual. Incluso, según veremos más adelante (infra,
78 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 879; Patrice Jourdain, ob. cit., p. T. I, 144), si el perjudicado invoca solo una de las dos responsabilidades y el juez
33. considera que solo es aplicable la otra, no por ello dejará de acoger las pretensiones
79 Revue Trimestre/le de Droít Civil, Paris, Si rey, i 990, p. 481; Patrice Jourdain, ob. si el daño, el nexo de causalidad y la imputabilidad al demandado están demostradas
cit., p. 33.
en el proceso, de acuerdo con los hechos narrados en la demanda. La denominación
80 Revue Trimestre/le de Droit Civil, Paris, Si rey, i 990, p. 483; Patrice Jourdain, ob.
cit., p. 33. de la acción no tiene mayor trascendencia para el éxito de la pretensión.
90 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 91

100.- LAS OBLIGACIONES DE SEGURIDAD YA NO SON TAN ESENCIALES PARA bilidad por actividades peligrosas, lo que muestra que es más benéfica ésta última
FAVORECER A LA VÍCTIMA institución que la obligación contractual de seguridad.

Por ello, GENEVIEVE VINEY expresa:


Según hemos dicho (supra, T. I, 89), las obligaciones contractuales de segu-
ridad tuvieron por finalidad trasladar al campo de la responsabilidad contractual
"Pensamos pues que la admisión de una obligación contractual de seguridad
algunos daños que al ser producidos con ocasión del contrato y no derivados de la
solo se justifica en los casos en que la aplicación de los principios de la
inejecución del mismo, en sana lógica solo podrían comprometer la responsabili-
responsabilidad delictual (extracontractual) a la indemnización de los acci-
dad extracontractual. La finalidad perseguida con ese cambio de orientación era la
dentes corporales crea el riesgo de desequilibrar la situación de los contra-
de favorecer a la víctima81 , pues a principios del siglo XX, la responsabilidad
tantes"83.
extracontractual objetiva por el hecho de las cosas no se había desarrollado sufi-
cientemente y, por tanto, la víctima debía probar la culpa del responsable. Ahora, En conclusión, el hecho de que en una determinada situación no sea aplicable
al convertir esa responsabilidad en contractual, con el argumento de la obligación la obligación contractual de seguridad, no significa que, por ello, la víctima esté
de seguridad, se logró una presunción de responsabilidad en favor de la víctima y desprotegida, pues de todas formas podrá invocar a su favor una responsabilidad
fue al deudor a quien le correspondió demostrar una causa extraña para poderse extracontractual, y si el daño es causado por una cosa o por una actividad peligro-
liberar de responsabilidad. sa, podrá beneficiarse de una presunción de responsabilidad en contra del causan-
te del daño, en este caso el deudor.
La tendencia actual de la doctrina y la jurisprudencia consiste en ensanchar el
espectro de las obligaciones de seguridad y de medio, es decir, el deudor de una 101.- LA CARGA DE LA PRUEBA EN LAS OBLIGACIONES DE SEGURIDAD
obligación de seguridad casi siempre se libera mediante la prueba de diligencia y (OBLIGACIONES DE MEDIO O DE RESULTADO)
cuidado y solo por excepción la jurisprudencia acepta que las obligaciones de
seguridad sean de resultado 82 . No solo es difícil establecer el criterio para saber cuándo existe o no una
obligación contractual de seguridad sino que, una vez admitida su existencia, y
Como si fuera poco, mientras toda esta evolución se produce en materia con- ante la ausencia de textos legales expresos, la dificultad mayor consiste en averi-
tractual, la responsabilidad extracontractual se torna definitivamente objetiva o guar si la obligación de seguridad es de medio o de resultado, es decir, si la vícti-
genera presunciones de responsabilidad en caso de daños causados por cosas ani- ma debe probar la culpa del deudor o si éste se presume responsable y solo se
madas o inanimadas o en el ejercicio de actividades peligrosas. Así las cosas, el exonera mediante la prueba de una causa extraña (infra, T. I, 443).
beneficio probatorio que se buscaba darle a la víctima con las obligaciones de
seguridad ya no se justifica; sostener dichas obligaciones, cuando ellas son de 102.- LA CARGA DE LA PRUEBA CUANDO HAY TEXTOS LEGALES EXPRESOS
medio, lo que hace es perjudicar a la víctima. Así, por ejemplo, si una persona
sufre un daño al subir por una escalera eléctrica en un supermercado estaríamos, En algunas oportunidades, el legislador se encarga de regular la carga pro-
según algunos, frente a una responsabilidad por incumplimiento de una obliga- batoria cuando el deudor tiene una obligación de seguridad en relación con el
ción de seguridad de medios, en cuyo caso el demandado se liberaría demostrando acreedor.
diligencia y cuidado. En cambio, si se acepta que lo aplicable es la responsabili-
dad extracontractual, la víctima podría beneficiarse de la presunción de responsa- Así, por ejemplo, en los accidentes de trabajo, en virtud del artículo 56 del
Código Sustantivo del Trabajo, se establece a cargo del patrono una obligación de
seguridad hacia los trabajadores. Curiosamente, esa obligación de seguridad es

81 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 500; Boris Starck, Droít
civil. Les ob/ígatíons, Paris, Librairies Techniques, 1972, núm. 1011.
82 Boris Starck, Droít civil. Les oblígatíons, núm. 1022; Jacques Ghestin, Genevieve 83 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 501; en el mismo sentido,
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 552. Patrice Jourdain, ob. cit., p. 33.
92 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 93

parcialmente de medio y parcialmente de resultado. En efecto, el artículo 199, del según veremos a continuación, la obligación de seguridad es de medio o de resul-
mismo código consagra una responsabilidad objetiva a cargo del patrono en caso tado de acuerdo con las circunstancias que hayan rodeado el daño, independiente-
de accidente de trabajo, pero solo con miras a una indemnización parcial del daño mente del tipo de contrato. En ese sentido nos parece acertada la opinión del
sufrido, indemnización que normalmente es cubierta por la seguridad social. Con- profesor STARCK cuando al respecto expresa:
siderada desde ese ángulo, la obligación de seguridad que pesa contra el patrono
es de resultado. "Las decisiones anteriores en materia de hotelería muestran a las claras la
necesidad de distinguir, dentro de un mismo contrato, la naturaleza del acci-
Ahora, el artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo permite al trabaja- dente para saber si este está ligado a la inejecución de una obligación de
dor o a sus herederos cobrar la indemnización plena cuando el accidente de traba- medios o de una obligación de resultado. Toda solución que contenga afirma-
jo es imputable a una culpa comprobada del patrono, lo que significa que desde ciones sin matices, en un sentido o en otro, corre el riesgo de ser desmenti-
este punto de vista la obligación de seguridad que pesa contra el patrono es de da por decisiones que estatuyen sobre casos diferentes, aunque se deriven
medio. de un mismo contrato. No se puede confundir contrato y obligación. Un mis-
mo contrato puede engendrar obligaciones numerosas y de naturaleza di-
De otro lado, en relación con el contrato de transporte interno, la obligación versa"84.
de seguridad siempre es de resultado, aunque con unas pequeñas variables según
el tipo de transporte. Así, por ejemplo, el artículo 992 del Código de Comercio Los autores, aunque señalan unos derroteros más o menos acertados para
crea una presunción de res'ponsabilidad en contra del transportador terrestre de determinar si la obligación de seguridad es de medio o de resultado, son incapaces
mercancías, de la cual solo se libera mediante la prueba de una causa extraña; de de señalar un criterio único con carácter general.
su lado, el artículo 1003 del Código de Comercio crea también una obligación de
Así, algunos autores, siguiendo una opinión predominante, afirman que
resultado en contra del transportador, y en materia de transporte aéreo de pasaje-
la obligación de seguridad es de medio cuando el deudor no puede garantizar
ros, el artículo 1880 del Código de Comercio torna aún más severa esa obligación
con una buena dosis de certeza la seguridad del acreedor, es decir, cuando dicha
de resultado, pues el transportador no se libera en caso de que el daño sea imputa-
seguridad es aleatoria 85 . En cambio, cuando el álea desaparece y el daño es impu-
ble a una fuerza mayor. Solo exoneran de responsabilidad el hecho exclusivo de
table a la culpa del deudor o a una causa extraña, entonces la obligación es de
un tercero y la culpa exclusiva de la víctima.
resultado 86 .

103.- LA CARGA DE LA PRUEBA CUANDO NO HAY TEXTO LEGAL EXPRESO Otros autores consideran que la obligación de seguridad es de resultado cuando
el acreedor abdica toda su libertad de movimiento al confiar su seguridad al deu-
Veamos a continuación la naturaleza de las obligaciones contractuales de dor, tal como ocurriría, por ejemplo, con el espectador que toma asiento para
seguridad cuando no hay texto legal que expresamente las regule. Para tal efecto observar un espectáculo 87 . En cambio, cuando el acreedor desempeña un papel
es preciso distinguir entre las obligaciones de seguridad en la responsabilidad activo durante la ejecución del contrato, la obligación de seguridad es de medio 88 •
médica y las obligaciones de seguridad en los otros tipos de contratos. Tal sería el caso del huésped de un hotel que se lesiona mientras practica algún
deporte dentro de las instalaciones hoteleras.
104.- LA PRUEBA DE LA CULPA EN LAS OBLIGACIONES DE SEGURIDAD
EN CONTRATOS DISTINTOS DE LOS DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS MÉDICOS
84 Boris Starck, Droit civil. Les ob/igations, núm. 1041.
Veamos cómo funciona la carga de la prueba de las obligaciones de seguri- 85 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 151.
dad en aquellos contratos distintos de los de prestación de servicios médicos. 86 Ibídem.
87 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 553
Erróneamente, los autores pretenden, a priori, sostener que la obligación de 88 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 553; en ese sentido, cas.
seguridad es de medio o de resultado, según cada tipo de contrato. Sin embargo, civ., 1o febrero 1993, expediente 3532, p. 24.
94 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 95

En fin, el profesor BoRIS SrARCK propone por separado dos criterios diferen- Tal criterio, no obstante, merece algunas precisiones y en ese sentido son
tes para distinguir si la obligación de seguridad es de resultado o de medio. En útiles los criterios expuestos por GENEVIEVE VINEY y BoRIS SrARCK.
efecto, para SrARCK la obligación de seguridad es de resultado cuando el daño es
causado por una cosa que estaba bajo la guarda del deudor contractual. En efecto, la obligación de seguridad es de medio cuando la seguridad del
acreedor es aleatoria pero ese álea no depende de la actividad o de las cosas del
Al comentar el caso de un accidente ocurrido como consecuencia de un de- deudor. Por ello, cuando la víctima asume un papel pasivo, la obligación es de
fecto en los materiales utilizados por un deportista, el autor expresa: resultado mientras que si está en movimiento la obligación es de medio. Así mis-
mo, si el daño se produce por una cosa animada o inanimada o por una actividad
"Todo depende, en nuestra opinión, del tipo de accidente. Si es imputable al peligrosa ejercida por el deudor, la obligación es de resultado, pues el álea y la
material debemos considerar al deudor como vinculado por una obligación incertidumbre fueron creadas por el deudor mismo, y si es la víctima quien en
de resultado; si el daño está ligado a la actividad de la víctima, podemos desarrollo del contrato manipula la actividad o el animal, la obligación de seguri-
admitir que la obligación solo es de medio" 89 • dad es de medio.

O sea que para SrARCK la obligación de seguridad sería de medio o de resul- Bien vistas las cosas, lo que acontece es que cuando la víctima asume un
tado según que el daño sea causado o no por una cosa que estaba bajo la guarda del papel activo, al deudor le queda prácticamente imposible controlar sus movimien-
deudor. Sin embargo, más adelante, al tratar de buscar un criterio más preciso tos y, en consecuencia, la garantía de la seguridad es menos probable por el propio
sobre la naturaleza de la obligación de seguridad, expresa lo siguiente: comportamiento del acreedor. Luego no es el hecho en sí de la quietud o del
movimiento lo que hace que la obligación de seguridad sea de medio o de resulta-
"La línea que separa las obligaciones de medio de las obligaciones de resul-
do, es la mayor o menor incertidumbre de brindar la seguridad al acreedor, deriva-
tado en los contratos que conllevan una obligación de seguridad está dada,
da de esa quietud o movimiento, lo que convierte la obligación de seguridad en de
nos parece, por la participación activa de la víctima entre las circunstancias
medio o de resultado.
del accidente" 90 •
Ahora, es claro que cuando el deudor utiliza cosas animadas o inanimadas o
Obsérvese que en el primer párrafo, el autor afirma que la obligación de
realiza actividades peligrosas dentro de los lugares donde se cumple el contrato,
seguridad es de resultado cuando el daño es causado por una cosa del deudor
el álea de causar un daño aumenta notoriamente, lo que a primera vista nos haría
mientras que en el segundo afirma que la obligación es de resultado cuando la
concluir que en tales circunstancias los daños causados por la cosa o la actividad
víctima asume un papel pasivo, sin tener en cuenta si de por medio hay o no una
del deudor solo comprometerían una obligación de seguridad y de medio. Sin
cosa como origen del daño.
embargo, sería absurdo queen materia extracontractuallos daños causados por
cosas o por actividades peligrosas generen una presunción de responsabilidad contra
En nuestro concepto, y según lo explicaremos en detalle más adelante, lo que
el guardián de las mismas y que, en cambio, en materia contractual, dichos daños
hace que la obligación en general sea de medio o de resultado es el carácter alea-
lo que hagan sea acentuar la existencia de una obligación de medios. Por ello, a
torio del fin perseguido por el acreedor (infra, T. I, 443). En consecuencia, nos
fin de proteger a las víctimas, lo más lógico es que los riesgos o peligros creados
parece que en tratándose de obligaciones de seguridad, ellas serán de medio o de
por el mismo deudor en los locales donde se cumple el contrato hagan que éste
resultado según las probabilidades (álea) de que la seguridad del acreedor pueda
responda mediante una presunción de responsabilidad, es decir, que la obligación
ser garantizada. En ese sentido estamos de acuerdo con lo propuesto por los seño-
de seguridad sea de resultado. Ahora, si la actividad peligrosa es ejercida por el
res MAZEAUD 91 •
mismo acreedor, la obligación de seguridad será de medios, puesto que el álea ya
no depende del deudor sino del acreedor mismo.

89 Boris Starck, Droit civil. Les oblígations, núm. 1038. En conclusión, podernos afirmar que la obligación de seguridad es de medios
90 Boris Starck, Oroít civil. Les oblígations, núm. 1042. cuando la seguridad del acreedor es aleatoria y ese álea no depende de cosas o
91 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 150. actividades peligrosas desplegadas por el deudor o sus dependientes.
96 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 97

105.- LA PRUEBA DE LA CULPA EN LAS OBLIGACIONES DE SEGURIDAD


tonces estaremos frente al problema del incumplimiento de las obligaciones de
EN CONTRATOS DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS MÉDICOS
seguridad, pues el daño no consistió en el incumplimiento de la obligación ini-
cialmente concebida. Por ello, dentro del ejemplo propuesto, si el paciente se cae
La naturaleza de la responsabilidad médica impone un tratamiento separado de la mesa de cirugía y se lesiona el mismo órgano que debía ser intervenido u
de los demás tipos de contratos en lo relativo a la carga probatoria por incumpli- otro diferente, se presentará el incumplimiento de la obligación contractual de
miento de obligaciones de seguridad. Generalmente 92 se afirma que el médico seguridad.
solo tiene una obligación de medios y que, por tanto, su culpa debe ser establecida
por la víctima. Sin embargo, la práctica muestra una serie de situaciones en las Obsérvese que una cosa es que la recuperación del paciente no se logre por
que dicha solución no es de recibo. Para tal efecto es preciso hacer algunas distin- una mala intervención del médico y otra muy distinta es que el paciente sufra un
ciones. daño distinto de la dolencia para la cual ha sido tratado mientras se lleva a cabo el
tratamiento.
En primer lugar, se debe entre los daños causados durante el acto
médico y los causados dentro de las instalaciones donde se realiza dicho Hecha esta aclaración, digamos que si el médico, por su propio hecho, causa
pero ajenos causalmente a éste último. al paciente un daño con ocasión de la intervención médica diferente de la no ob-
tención del resultado inicialmente buscado, su obligación será de medios y, por
..... --..... relación con la hipótesis, es decir, en caso de daños causa- tanto, su culpa deberá ser probada. Así, por ejemplo, si un paciente que ha sido
dos durante el acto médico, es distinguir entre los daños causados por el operado del corazón, sufre, a raíz de la intervención quirúrgica, una peritonitis, es
médico o por los instrumentos utilizados durante el acto médico y los daños cau- claro que en caso de responsabilidad del médico ésta será sobre la base del incum-
sados temporalmente durante el acto médico por personas o actividades ajenas al plimiento de una obligación contractual de seguridad, pero dicha obligación será
tratamiento mismo. En la primera hipótesis, el acto médico es la causa del daño. de medios y no de resultados, pues el tratamiento generaba un álea de daño secun-
En la segunda, el acto médico no tiene relación de causalidad con el daño, sino dario, álea que, por ser inherente al tratamiento, debe ser asumido por el paciente,
que es una simple condición del mismo. a menos que haya culpa probada del médico, en cuyo caso éste debe responder.

De un lado, cuando el paciente sufre un daño causado por el hecho personal Ahora, si el daño es causado durante el acto médico con un instrumento uti-
de las personas que ejecutan el acto médico o por uno de los instrumentos utiliza- lizado en dicho acto, las situaciones que pueden presentarse son las siguientes: si
dos en ese acto, se presentan diversas hipótesis con consecuencias probatorias de el daño se causa con un instrumento que está en perfectas condiciones, entonces la
naturaleza distinta. obligación de seguridad que pesa sobre el médico es de medio 93 . Así, por ejemplo,
si el paciente que es operado del corazón fallece como consecuencia de la aneste-
En primer lugar, es preciso distinguir entre el daño producido en relación sia aplicada y tanto el medicamento como los equipos utilizados se encontraban
directa con el objetivo que se pretende buscar con la intervención del médico y los en buenas condiciones, entonces no habrá responsabilidad del anestesiólogo, a
daños producidos con ocasión de ese tratamiento. Si el paciente, pese a una inter- menos que se pruebe una culpa de su parte.
vención quirúrgica del corazón, fallece porque el corazón no fue bien tratado, no
estaremos frente al incumplimiento de una obligación de seguridad sino pura y En cambio, si el daño se produce como consecuencia de la utilización de un
simplemente frente al incumplimiento o cumplimiento imperfecto de la obliga- instrumento defectuoso que era de propiedad o estaba bajo la guarda del médico,
ción principal consistente en dar buenos cuidados al corazón del paciente. En éste se presume responsable y solo podrá exonerarse mediante la prueba de una
cambio, si durante la intervención anotada, el paciente sufre daños colaterales causa extraña, pues en tales circunstancias la obligación de seguridad es de resul-
distintos a la no recuperación de la dolencia para la cual consultó al médico, en- tado. Si el instrumental pertenece a una clínica donde el médico ocasionalmente

92 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 778. 93 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 797.
98 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 99

practicó la operación, será la clínica quien responda por la mala calidad del instru- se produce con una actividad peligrosa que estaba bajo la guarda del médico, éste
mental y, en cambio, el médico solo responderá en la medida que se pruebe una se presumirá responsable según los principios del artículo 2356 del Código Civil.
culpa de su parte. Ésta podría consistir en el descuido que tuvo el médico si no le Por tanto, la víctima no tiene que probar la culpa del médico.
hizo una mínima revisión al equipo o si conocía su mala calidad.
108.- LA PRUEBA DE LA CULPA EN LAS OBLIGACIONES DE SEGURIDAD DE LOS
Finalmente, puede suceder que el daño sea causado durante el acto médico HOSPITALES
por personas o cosas ajenas al tratamiento mismo, pero que estaban bajo la guarda
o la dependencia del médico. Así, por ejemplo, si un miembro del personal paramédico, Particularmente complejo es el análisis de la obligación de seguridad que
dependiente del médico deudor, en forma dolosa o culposa le causa un daño al indudablemente pesa sobre los hospitales y clínicas en relación con los pacientes
paciente al ingresar al consultorio un determinado objeto que nada tenía que ver que allí se internan. En efecto, el centro hospitalario debe velar para que nada
con el tratamiento mientras el paciente era tratado, la obligación de seguridad será suceda al paciente mientras se encuentre allí recluido. En este caso no se trata de
de resultado. También será de resultado si el daño se produce por la explosión, la daños derivados del acto médico, sino del simple hecho de permanecer en unas
radiación o utilización de un equipo que se encontraba cerca del lugar donde se instalaciones dentro de las cuales se pretende la recuperación del paciente.
brindaba tratamiento al paciente, pero que nada tenía que ver con el tratamiento,
siempre y cuando esos equipos fueran de propiedad o estuvieren bajo la guarda Como parte de esa complejidad encontramos lo relativo a la carga de la prue-
del médico. Si se trata de cos.as o personas que están bajo la guarda del hospital o ba de la culpa de la entidad prestadora del servicio. Si el paciente sufre un daño
del propietario del local donde se prestaba el servicio al paciente, la obligación de mientras se encuentra hospitalizado, ¿se presumirá la responsabilidad del centro
resultado estará en cabeza de éstas últimas personas y, en consecuencia, la obliga- hospitalario, en cuyo caso solo lo exonera una causa extraña? O, por el contrario,
ción de seguridad que pesa sobre el médico será de medio, ya que él no tenía el ¿existirá una responsabilidad con culpa probada, o a lo sumo una presunción de
poder de dirección y control de las personas o de las cosas causantes del daño. En culpa que admite la prueba de la diligencia y cuidado? Dicho de otra forma, ¿la
tales circunstancias, solo en la medida que se pruebe una culpa del médico, éste obligación de seguridad de los centros hospitalarios en relación con sus pacientes
comprometerá su responsabilidad. es de medio o de resultado?

107.- En los párrafos anteriores analizamos el tipo de responsabilidad en Una cosa es clara: son tan distintas las circunstancias entre un paciente y otro
que incurre el médico en caso de daños causados al paciente durante la ejecución que nada permite dar una solución categórica. Sin embargo, creemos que se trata
del acto médico. También puede suceder que el paciente sufra daños dentro de las de una obligación de diligencia y cuidado, es decir de medio, pero el grado de
dependencias del médico deudor, pero antes o después de la ejecución de dicho diligencia exigido varía de un caso a otro.
acto.
En efecto, habrá pacientes cuyo estado de salud amerite una diligencia tal
que sea aconsejable un lugar especialmente seguro, aislado de otros pacientes e,
En este caso, pese a la opinión contraria de algunos, la responsabilidad del
incluso, con vigilancia permanente, así la asistencia sea gratuita o poco remunera-
médico será extracontractual 94, pues la obligación contractual de seguridad solo
da. No cumpliéndose esa diligencia aconsejable, la entidad hospitalaria será res-
está en cabeza del médico durante la ejecución del acto médico. En tales circuns-
ponsable. Es lo que ocurre, por ejemplo, con pacientes psiquiátricos con tenden-
tancias, prima el criterio tradicional según el cual la responsabilidad por los daños
cias suicidas o que, por haber perdido las nociones de espacio y tiempo, corren el
producidos al acreedor (el paciente) con ocasión del contrato es extracontractual.
riesgo de hacerse daño o de hacerlo a terceros.
Así las cosas, las diversas hipótesis de responsabilidad extracontractual pre-
En cambio, puede tratarse de pacientes que, desde el punto de vista de su
vistas en la ley se aplicarán de acuerdo al origen del daño. Por ejemplo, si el daño
seguridad, no generan un riesgo de especial gravedad, en cuyo caso el centro hos-
pitalario solo tendrá la obligación de prestar una vigilancia y una seguridad razo-
nables. Dentro de ese grado de diligencia razonable, el paciente o sus familiares o
94 Patrice Jourdain, ob. cit., p. 33. allegados juegan un papel importante, pues están en la obligación de advertir al
100 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 101

centro hospitalario los antecedentes que ameriten una especial vigilancia del pa- Los hechos: al tomar la ducha sin la ayuda del personal de enfermería, una
ciente. Desde luego, ello no libera a los médicos de la obligación de tomar la paciente con deficiencias mentales sufrió graves quemaduras que posteriormente
iniciativa e indagar sobre dichos antecedentes, tales como trastorno del sueño, le produjeron la muerte. El siguiente párrafo de la sentencia de la Corte sintetiza
uso de medicamentos que alteran el estado del paciente, dietas alimenticias, etc. la opinión del fallador de segunda instancia, en este caso, el Tribunal Superior de
Medellín:
De otro lado, en estos pacientes que no son especialmente riesgosos, la onerosi-
dad del servicio amerita una mayor o menor atención personalizada del paciente. "Enmarcada así la cuestión y bajo el entendido que, tratándose de contratos
En efecto, si el paciente recibe atención gratuita o con un costo relativamente bajo de esa naturaleza, se destaca la obligación de seguridad para las personas que
es imposible exigirle al centro hospitalario una enfermera durante las 24 horas del a establecimientos clínicos ingresan, obligación que contraen estos últimos y
día. En estos casos, lo prudente es efectuar rondas periódicas, autorizar la presen- comprende la de brindar custodia y vigilancia especiales en el evento de en-
cia de los allegados del paciente y colocar un timbre que le permita a aquel solici- fermedades mentales, examina el sentenciador el interrogatorio de parte ab-
tar la ayuda de la enfermera. En estos casos, si el paciente no llama a la enfermera suelto por la Directora del Centro Asistencial Nuestra Señora del Sagrado
y contrariando las órdenes se lesiona bajándose de la cama, es claro que el centro Corazón y los testimonios rendidos por Rugo Giraldo, Augusto González
hospitalario no tiene responsabilidad alguna, pues la remuneración recibida no Parra, Marta Arango de Upegui, Sonia Margarita Farfán de Osorio, Nata Nael
hace posible una asistencia permanente. Rua Gutiérrez, Gabriel Darío Isaza, Elkin de Jesús V al derrama Taborda, Nora
del Socorro García Zapata, Jorge Ignacio Morales Gil, Óscar Robledo Res-
Incluso tratándose de pacientes cuya seguridad personal exige una vigilancia trepo, Juan Fernando Vélez Moreno, Juan Guillermo Rodas, Sebastián Velázquez
permanente habrá ciertos movimientos imposibles de controlar. Así, en principio, Restrepo y Humberto Hernando Pérez Zapata, concluyendo que estos dichos,
si el hecho de tomar la ducha no genera un riesgo mayor al paciente, no se ve todos claros y responsivos en sus versiones, " ... dan certeza a la Sala respecto
cómo pueda ser responsable el centro hospitalario si aquel se lesiona mientras se a que la señora Ángela Upegui no sufría trastorno especial, ni presentaba
baña, salvo que haya culpa del hospital. Todo es cuestión de hecho. tendencias autolesionistas o suicidas, como tampoco alguna otra manifesta-
ción que justificara medida tan extrema como la de una enfermera permanen-
te" " ... y asimismo ... " "que los familiares y el siquiatra que la atendía y recomendó
Si el paciente acepta pagar una tarifa que le permita una vigilancia perma-
su hospitalización no ordenaron o sugirieron a la clínica que la paciente de-
nente, es claro que, de no prestarse dicha asistencia, el centro hospitalario respon-
bía permanecer bajo la vigilancia absoluta las 24 horas del día ... ", agregando
de si el daño se hubiera podido evitar brindando la asistencia aconsejable. En
en seguida que "además quedó demostrado que, contando con los equipos
consecuencia, si el paciente se levanta durante la noche y, por no tener quien lo
apropiados, la residencia en mención ... " " ... torna las medidas preventivas
conduzca a los sanitarios, se cae y se lesiona, es evidente que hay responsabilidad
que la experiencia enseña como útiles para la seguridad personal de los inter-
del centro hospitalario, pues la remuneración pagada por el paciente le permitía
nos; no tiene en las habitaciones elementos con los cuales puedan causarle
tener una vigilancia constante. Pero reiteramos: el juez en cada caso concreto
lesiones o autoeliminarse ... " a lo que debe agregarse dice el tribunal " ... que
determinará el grado de cuidado que el centro hospitalario se había obligado a
la tarifa diaria de $ 2.000,oo que allí se cobraba en mayo de 1996 ( ... ) no
prestar.
comprendía el servicio de enfermera permanente ( ... )y la clínica no se com-
prometió a prestar ese servicio, absteniéndose por lo tanto de destinar una
LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA enfermera para que la bañara, porque ella no se hallaba imposibilitada para
hacerlo ya que estaba consciente y de acuerdo con( ... ) su comportamiento no
El1 o de febrero de 1993, la Corte Suprema de Justicia resolvió un caso donde requería de esa ayuda. Que no presentaba manifestaciones de agresividad
aparecen en su magnitud todos los matices de que venimos hablando. Tanto contra su integridad física que diera base para pensar que atentaría contra su
la decisión de segunda instancia como la sentencia de la Corte hacen interesan- vida, ( ... ) ya que apenas mostraba una inestabilidad relativa que se reflejaba
tes observaciones al respecto. Salvo discrepancias de otra índole, nos parece que en el hecho repetido de coger su maleta y decir que se iba para su casa, com-
ambas decisiones optan por la solución correcta en lo que respecta a la carga de la portamiento con el cual perturbaba el sueño de las compañeras de habitación
prueba. razón por la que se consideró que con la inyección que el siquiatra ordenó
102 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 103

aplicarle y su traslado a una de las piezas individuales de aislamiento era tos en que hay lugar a reconocerle vigencia a este crédito a la seguridad de las
suficiente para que se calmara ( ... ) como efectivamente ocurrió ... ", aprecia- personas, como algo que le atañe al vínculo " ... en condiciones normales de
ciones estas que llevan a concluir que la clínica aquí demandada le dispensó contratación ... ", es precisamente el de la prestación de servicios asistenciales
a Ángela Upegui de Ochoa " .. .las atenciones suficientes y adecuadas a su por entes hospitalarios de cualquier clase, habida consideración que, cual lo
estado de salud" luego no es verdad que hubiera quedado abandonada a su advierten con acierto autorizados expositores, " ... el paciente que asiste y se
suerte como pretende el cónyuge de la demandante. Lo acontecido, entonces, interna en un establecimiento clínico busca, además de tratamiento para su
ha de calificarse como un hecho extraño no imputable a la institución deman- enfermedad, que se le brinden todas las seguridades que pongan a cubierto
dada, imprevisible del todo para esta pues la paciente " .. .inopinadamente las situaciones riesgosas que se puedan presentar durante su internación ... "
abrió la ducha del agua caliente y la dejó caer sobre su cuerpo desnudo ... " (JORGE SANTOS BALLESTEROS, La responsabilidad civil de los médicos y de los
lo que significa que fue un suceso fortuito el que ocasionó las quemaduras establecimientos clínicos, Revista Universitas, p. 276); dicho de otra mane-
que a la postre condujeron a la muerte de la señora Upegui de Ochoa. ra, en contratos de esta naturaleza y por fuerza del ameritado deber de procu-
Por consiguiente, siendo así las cosas y al tenor de lo dispuesto en el artículo rar la seguridad personal del enfermo, el centro asistencial ha de tomar las
64 del Código Civil, subrogado por el artículo 1o de la Ley 95 de 1890, medidas necesarias para que no sufra ningún accidente en el curso o con
aquella institución no es responsable frente al codemandante Mario Ochoa ocasión del cumplimiento de las prestaciones esenciales que por razón del
Ochoa" 95 . contrato dicho centro asume, criterio que la Corte ha aceptado en sus lineamientos
básicos al declarar que, de cara al denominado "Contrato de hospitalización",
De su lado, al dictar la sentencia de casación, la Corte hizo largas pero nece- ... el establecimiento contrae frente al enfermo una obligación de seguridad
sarias consideraciones que merecen ser en su integridad en lo relati- que le impone la de evitar que le ocurran accidentes con motivo o con oca-
vo al problema que nos ocupa. Dice así la Corte: sión del cumplimiento del contrato, obligación que comprende también la de
custodia y vigilancia si se trata de establecimientos para enfermos con afec-
"Siguiendo de cerca la jurisprudencia sentada por los tribunales franceses ciones mentales pues en tal caso se busca la propia seguridad personal...
desde los primeros años del presente siglo (cfr. C. Cas. 21, 1911 con ('G. J.', t. CLXXX, p. 421), identificándose así un imperativo de conducta
notas de LYON-CAEN), hoy en día se tiene por admitido en nuestro medio que que en el común de los casos, cuando el paciente no ha desempeñado función
en un buen número de contratos y en orden a resolver problemas atinentes a activa ninguna en la producción del daño, constituye una obligación determi-
la responsabilidad por su incumplimiento, ha de entenderse incluida la lla- nada o de resultado, mientras que en la hipótesis contraria, o sea cuando ha
mada "obligación de seguridad" para preservar a las personas interesadas o a mediado un papel activo de la víctima en el proceso de causación del perjui-
sus pertenencias de los daños que la misma ejecución del contrato celebrado cio, al establecimiento deudor tan solo le es exigible un qué hacer diligente y
pueda ocasionarles, obligación que en pocas cabe dicien- técnicamente apropiado, deber que se estima satisfecho en tanto demuestre
do que es aquella en virtud de la cual una de las en la relación negocial que el accidente acaecido no se debió a negligencia, imprudencia o impericia
se compromete a devolver sanos y salvos -ya sea a la persona del otro contra- de su parte. Todo depende, pues, de los factores particulares que rodean cada
tante o sus bienes- al concluir el cometido que es materia de la prestación a situación, factores circunstanciales que no son siempre iguales y que, al fin
cargo de dicha parte estipulada, pudiendo tal obligación ser asumida en for- de cuentas, son los llamados a fijar los deberes y graduar la diligencia exigi-
ma expresa, venir impuesta por la ley en o, en fin, ble, siguiendo un método que antiguas legislaciones europeas formulaban
surgir virtualmente del contenido propio del a través de su diciendo que cuanto mayor sea el deber de actuar con prudencia y pleno co-
miento integral a la luz de postulado de la buena fe que consagran con nota- nocimiento de las cosas, mayor será la obligación que se desprenda de las
ble amplitud los artículos 1501 y 1603 del Código Civil. Y uno de los even- consecuencias posibles de los hechos.

"En el mismo orden de ideas y tratándose de enfermos mentales internados


en casas de salud, asilos de alienados, residencias de reposos y demás orga-
95 C. S. J., cas. civ., 1° febrero 1993, expediente 3352, magistrado ponente: Carlos
nismos asistenciales especializados en suministrar los cuidados adecuados
Esteban Jaramillo Schloss, proceso de Mario Ochoa y otros contra Residencia
Nuestra Señora del Sagrado Corazón. para esta clase de padecimientos, ninguna duda queda de que estas entidades,
104 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 105

a la par de las obligaciones atinentes a las prestaciones médicas propiamente ansiedad", siendo de observar que en esa misma historia, con antelación apa-
dichas, contraen asimismo una obligación sobrentendida de seguridad junto recen consignados otros antecedentes de la paciente quien, en el año anterior,
con el deber de custodia que a ella le es consustancial, obligación que natu- había sido recluida en el mismo sanatorio, por orden del mismo médico y por
ralmente no requiere de estipulación expresa, tampoco de advertencias explí- mismo mal identificado como "depresión psicótica", figurando allí los sínto-
citas de los interesados acerca de la necesidad de cumplirla a cabalidad y mas que entonces padeció tales como alucinaciones, hablar de suicidio, ame-
cuyo objeto no es otro que el de vigilar al paciente con el grado de diligencia nazar con un cuchillo y creer que había sido sometida a maleficios, todo lo
que demanden sus circunstancias, determinadas ellas en principio por la cla- cual son manifestaciones de la enfermedad citada, tal como lo afirmaron en
se de enfermedad que sufre y las manifestaciones que ofrece, y así poder sus declaraciones varios de los profesionales llamados a rendir testimonio y
evitar que experimente daño alguno mientras permanezca en las instalacio- lo hicieron constar los peritos (cfr. folios 14 a 16 del cuaderno de pruebas de
nes del establecimiento. En consecuencia, si estos se producen y son fruto la parte demandada). En otras palabras, tanto el estado de salud de la paciente
de la iniciativa personal del internado, lo que de ordinario se da en los even- como sus condiciones mentales, reconocido así por el doctor Augusto González
tos de lesiones ocasionadas por conductas autodestructivas, a la institución Parra (cfr. folios 4 a 6 del cuaderno de pruebas de la parte actora), no eran ni
hospitalaria habrá de tenérsela en principio como responsable a menos que con mucho las de un alienado en el sentido estricto que el vocablo tiene ni las
pruebe, en forma de suyo categórica, que el accidente provocado mediante la de un nervioso agudo que en razón a presentar un cuadro de inquietante agi-
participación de seguridad en cuestión, ocurrió sin culpa a dicha institución tación con pronunciada ideación con tino indiscutible maitriser le malade, es
imputable, es decir, si a~redita que ejecutó correctamente el acto o serie de decir a procedimientos aconsejados por la ciencia o por la técnica para avasa-
actos que, ante las particularidades de la situación específica materia de con- llar, sojuzgar o reprimir al enfermo de tal modo que quede excluido todo
troversia y según los dictados de la buena práctica atinente al cuidado de riesgo de comportamientos autodestructivos.
personas aquejadas por desequilibrios psíquicos, es preciso que se cumplan
para precaver dolorosos infortunios. "Puestas así las cosas, bastaba leer con atención la declaración de la Directo-
ra del establecimiento demandado (folios 1 y 2 del cuaderno de pruebas de
"Pues bien, enderezando el análisis de acuerdo con estas pautas generales y los demandantes) y los testimonios de los médicos Jorge Ignacio Morales Gil
visto desde luego el contenido de la censura que se dirige contra las apreciaciones y Óscar del Perpetuo Socorro Robledo Restrepo (cfr. folios 5 a 8 y 9 a 12 del
del tribunal sobre este aspecto del litigio, corresponde ahora efectuar un bre- cuaderno de pruebas de la parte demanda), el último orientador de la índole
ve recuento de varios hechos que resultan establecidos en la especie sub exa- de la descrita en el párrafo precedente, los entes hospitalarios en el campo
mine y que basta resaltarlos para comprender que el referido ataque tampoco psiquiátrico tienen enormes dificultades para procurar un resultado médico
tiene la consistencia indispensable para provocar la información del fallo por satisfactorio dada la inestabilidad mental de los pacientes y, por lo tanto, a
violación de la ley. aquellos no es razonablé imponerles deberes absolutos de previsión, como es
por ejemplo el de situar enfermeras permanentes en orden a precaver intentos
"Está probado con amplitud y así lo indica el ad quem, que el día 4 de marzo de autoeliminación que en un momento de "desorientación temporal" y en
de 1996 ingresó a la residencia de reposo Nuestra Señora del Sagrado Cora- sus labores personales de aseo lleven a efecto los enfermos en las declaracio-
zón, aquí demandada, la cónyuge y la madre legítima de los demandantes nes recién mencionadas, que sistemas de ese linaje no siempre son consonan-
Ángela Upegui V anegas, ello con el fin de recibir el tratamiento necesario y tes con tratamientos progresivos en que la rehabilitación del internado puede
por orden del galeno Augusto González Parra quien, dado que la paciente lograrse sin menoscabo de su autonomía individual y sin que sea forzoso
presentaba síntomas psicóticos, recomendó su hospitalización sin alertar de "hacerlo sentir mal", sometiéndolo a vigilancia continúa durante las veinti-
manera especial sobre la necesidad de adoptar precauciones para evitar inten- cuatro horas del día.
tos de suicidio o cosa parecida, habida cuenta que no mostraba marcadas
tendencias "autolesionistas"; en la historia clínica número 5520, el día de la "Sintetizando, la posibilidad vaga de que en razón del mal que la aquejaba,
hospitalización (folios 4 y 5 del cuaderno principal) se anotó por el profesio- Ángela Upegui V anegas perdiera la lucidez y con el agua caliente, al bañarse
nal mencionado que después de un mes " ... viene la interna con rechazo de en la madrugada del día siguiente a su ingreso en la clínica, produjera en su
comida, llanto e ideas delirantes ... ", demostrando recientemente " .. estupor y cuerpo las serias quemaduras que determinaron su muerte posteriormente,
106 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 107

existía en verdad; pero consideradas las circunstancias demostradas en que el l. -Excepciones reales o aparentes al efecto relativo de los contratos
trágico suceso tuvo lugar, también es cierto que no era ese un riesgo lo sufi-
cientemente probable como para que la institución asistencial demandada 111.- Según dijimos, cuando personas diferentes del acreedor ejercen una
haya debido precaverse contra él tomando las medidas de cautela que el re- acción contractual, estamos unas veces en presencia de excepciones aparentes
curso insinúa, luego falta imputable a dicha institución y de la cual el tribu- (§ 1) y otras en presencia de excepciones reales (§2) al principio del efecto relativo
nal no se haya percatado por no estimar en su objetividad los elementos de de los contratos.
prueba que la impugnación indica, no existe en realidad, esto porque al decir
de conocidas enseñanzas de jurisprudencia: " ... hay obligación de prever lo §l. - EXCEPCIONES APARENTES
que es suficientemente probable, no lo que es simplemente posible. Se debe
prever lo que es normal, no hay por qué prever lo que es excepcional. .. "". 112.- En múltiples oportunidades, sin violar el principio del efecto relativo
("G. J.", t. LIX p. 443) 96 . de los contratos, una serie de personas distintas del acreedor ejercen una acción en
responsabilidad contractual contra el deudor responsable. Analizaremos en ese
sentido, la naturaleza de la acción cuando el daño está relacionado con la ejecu-
ción de un mandato con o sin representación (A). Luego estudiaremos la naturale-
SuBSECCIÓN 111. - contractual supone
za de la acción de los causahabientes a título universal del acreedor (B). Final-
un daño causado por el deudor al acreedor
mente, nos detendremos en la naturaleza de la acción de los causahabientes a
título particular del acreedor, en lo que la doctrina y la jurisprudencia denominan
110.- EFECTO RELATIVO DE LOS CONTRATOS. DIVISIÓN las acciones en responsabilidad en los llamados grupos de contratos (C).

Como consecuencia del efecto relativo de los contratos, es claro que la res- A.- Naturaleza de la acción en el contrato
ponsabilidad contractual solo tiene lugar cuando en virtud de la inejecución o de de mandato con o sin representación
la ejecución tardía o imperfecta de un contrato válidamente celebrado, es el acree-
dor la víctima de un daño causado por el deudor97 • Sin embargo, la práctica mues- 113.- Según el artículo 2142 del Código Civil: "El mandato es un contrato
tra cómo una serie de personas diferentes del acreedor mismo pueden ejercer ac- en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a otra, que se hace
ciones en responsabilidad contractual contra el deudor responsable, con lo que cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera".
pareciera romperse el principio del efecto relativo de los contratos. En realidad se
trata, en algunos casos, de excepciones aparentes y, en otros, de excepciones rea- De su lado, el artículo 2177 del Código Civil expresa que "El mandatario
les al principio del efecto relativo de los contratos (l). De otro lado, si algún puede, en el ejercicio de su cargo, contratar a su propio nombre o al del mandante;
tercero, con motivo de la inejecución de un contrato o durante la ejecución del si contrata a su propio nombre no obliga respecto de terceros al mandante".
mismo causa o sufre un daño, entonces la responsabilidad será de naturaleza
extracontractual (Il). Significa lo anterior que el mandato puede ser con o sin representación, dis-
tinción que es importante para saber si es el mandante o el mandatario quien en un
momento dado puede ejercer una acción contractual o ser sujeto pasivo de ésta en
virtud del contrato celebrado por el mandatario con un tercero, en razón del encar-
96 C. S. J., cas. civ., 1o febrero 1993, Ex p. 3352, magistrado ponente: Carlos Esteban
Jaramillo Schloss, proceso de Mario Ochoa y otros contra Residencia Nuestra Señora go hecho por el mandante.
del Sagrado Corazón.
97 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 187; Philippe Malaurie, Cuando el mandatario, en cumplimiento del encargo hecho por el mandante,
Laurent Aynes, ob. cit., núm. 873; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 33; Maree! Planiol, celebra en su propio nombre (es decir, en nombre del mandatario), un contrato
Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 495; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob.
cit., t. 1, núm. 135; Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el con un tercero, los derechos u obligaciones surgidos de este contrato comprome-
derecho civil chileno, núm. 33. ten o benefician desde el punto de vista del contrato celebrado con ese tercero
Véase también C. S. J., cas. civ., 1o febrero 1993, Exp. 3352. únicamente a éste y al mandatario. El mandante, desde el punto de vista contrae-
108 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 109

tual, no tiene ninguna obligación ni ningún derecho frente al tercero con quien el De acuerdo con este criterio podemos afirmar que cuando el acreedor de un
mandatario celebró el contrato encargado por el mandante. Sin embargo, en caso contrato fallece, sus herederos, en tanto que tales y en el ejercicio de la denomina-
de que el mandante sufra un daño como consecuencia del incumplimiento del da acción hereditaria, a la que nos referiremos más adelante (infra, 140), reclama-
contrato celebrado entre el mandatario y el tercero, ese mandante podrá demandar rán del deudor incumplido, para la sucesión, la indemnización de los perjuicios
contractualmente al mandatario si este obró culposamente en la ejecución del en- sufridos por el acreedor fallecido y, si esos mismos herederos o cualquier otro
cargo y podrá demandar extracontractualmente al tercero con quien el mandatario tercero, llegaren a sufrir daños personales como consecuencia del hecho dañino
celebró el contrato, así como el mandatario podrá ejercer una acción contractual en que falleció el acreedor, su acción contra el responsable será de naturaleza
contra el tercero que incumplió el contrato. Desde luego, el mandante no podrá extracontractual. Sobre los daños pertenecientes a la acción hereditaria y a la ac-
cobrar dos veces la indemnización. Si obtiene la indemnización de manos del ción personal (véase infra, T. I, 141).
tercero con quien contrató el mandatario, éste quedará libre de responsabilidad
frente al mandante. Ahora, si el fallecido, en su calidad de acreedor contractual, muere por in-
cumplimiento del deudor, la acción hereditaria contra el deudor será de naturaleza
Ahora, si el mandatario celebra el contrato en nombre del mandante, es decir, contractual, pese a que la ejerzan posteriormente los herederos 100 . En este caso,
ejecuta un mandato con representación, los derechos y obligaciones de ese contra- tampoco hay una excepción al principio del efecto relativo de los contratos en la
to quedan en cabeza del tercero y del mandante 98 . En este caso, aunque desde el medida en que los herederos no hacen más que recoger los derechos y obligacio-
punto de vista físico, quien celebró el contrato fue el mandatario, lo cierto es que nes del causante 101 .
en la medida en que actuaba en representación del mandante, éste asumió, desde
la celebración del contrato, los derechos y obligaciones del mismo. No hay, pues, De otro lado, se dice que los derechos y obligaciones surgidos de un contrato
una excepción al efecto relativo de los contratos, ya que desde un principio el no se transmiten a los sucesores a título universal cuando las partes así lo han
mandante fue parte en el acuerdo. Así las cosas, cuando el mandante sufre un daño estipulado o cuando nos encontremos frente a contratos intuitu personae 102 •
causado por el tercero con quien celebró el contrato el mandatario, en cumpli-
miento del encargo hecho por el mandante, éste último tendrá una acción contrac- No obstante, si en tales circunstancias, en vida de los contratantes, uno de
tual contra el tercero que es su deudor en virtud del contrato celebrado entre éste ellos causa daño al otro y éste posteriormente fallece, los herederos de la víctima
y el mandatario y, eventualmente, también una acción contractual contra el man- podrán ejercer una acción hereditaria contractual contra el deudor incumplido.
datario si éste no cumplió adecuadamente el encargo. En estos casos, los posibles Desde luego, adicionalmente podrán cobrar el daño personal extracontractual que
daños que se causen entre el mandatario con representación y el tercero con quien esos herederos hayan sufrido, daños que son diferentes de los contractuales here-
se celebró el contrato, se regirán por la responsabilidad extracontractual, pues el ditarios (infra, T. I, 141). En estas hipótesis poco importa que se trate de contratos
mandatario no es ni deudor ni acreedor de la persona con quien celebró el contrato intuitu personae o que las partes hayan pactado la no transmisión de derechos y
en nombre del mandante. obligaciones a terceros. En efecto, piénsese en el contrato intuitu personae en
virtud del cual un médico se compromete a realizar una intervención quirúrgica a
un paciente al que causa un daño de naturaleza contractual como consecuencia
B. - Causahabientes a título universal (acción hereditaria) del cumplimiento del contrato de servicios médicos. No vemos por qué razón el
médico se exonere de responsabilidad frente a los herederos, pues éstos están
114.- Según WEILL y TERRÉ, causahabientes a título universal "son los que ejerciendo una acción hereditaria contractual que en vida del acreedor éste podía
recogen la universalidad de bienes de una persona o una cuota parte de esta uni-
versalidad, la mitad, la tercera, o la cuarta por ejemplo" 99 .

i 00 Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 1, núm. 16; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1,
núm. 138.
98 C. S. J., cas. civ., 1o febrero 1993, Exp. 3352. 101 C. S. J., cas. civ., 1° febrero 1993, Exp. 3532.
99 Alex Weill, Frangois Terré, Droit civil. Les obligations, 3eme ed., Paris, Dalloz, 102 Jacques Flour, Jean-Luc Aubert, Droit civil. Les ob/igations, 3eme ed., t. 11, Paris,
198, núm. 507. Armand Colin, 1980, núm. 429.
110 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 111

perfectamente ejercer. Lo que no podrá el paciente, en caso de fallecimiento del subadquirente que sufre un daño como consecuencia de la mala calidad del bien o
médico que aún no ha ejecutado la prestación convenida, es obligar a los herede- servicio adquirido.
ros de éste último, a que ellos cumplan el contrato, ni a los herederos les es permi-
tido obligar a la otra parte para que ésta acepte que el contrato sea cumplido por Es claro que el subadquirente, víctima del daño, puede demandar contrac-
persona distinta del fallecido. tualmente a la persona de quien adquirió el bien o servicio. Esta persona, de su
lado, podrá ejercer una acción contractual de repetición contra la persona de quien
En conclusión, tratándose de sucesores a título universal del acreedor con- adquirió inicialmente el bien o servicio que produjo el daño. Así, por ejemplo, si
tractual, la acción será de naturaleza contractual, sin que ello constituya una ex- Pedro construye para Juan un edificio que posteriormente Juan vende a Diego,
cepción al principio del efecto relativo de los contratos, pese a que las acciones éste último podrá demandar contractualmente a Juan y éste podrá demandar contrac-
son ejercidas por personas diferentes del acreedor contractual. tualmente a Pedro. Pero cabe preguntarnos cuál es la naturaleza de la acción en
responsabilidad del subadquirente perjudicado por la mala calidad de la construc-
ción contra el constructor.
C. - Causahabientes a título particular
(los denmninados grupos de contratos)
POSICIÓN TRADICIONAL
115.- sumaria. Alex Weill, Fran~ois Terré, ob. cit., núm. 510;
Jacques Flour, Jean-Luc Aubert, ob. cit., núm. 441; Boris Starck, ob. cit., núm. Durante muchos años, y en virtud de una interpretación literal del principio
1734; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núms. 285 y ss. del efecto relativo de los contratos, el subadquirente de un bien o servicio, además
de la acción contractual contra su deudor, solo disponía de una acción extracon-
116.- DEFINICIÓN tractual contra el productor de quien dicho deudor había adquirido inicialmente
ese bien o servicio 104 . En el ejemplo propuesto, y en de esta posición
Causahabientes a título particular "son los que han adquirido de una persona ........,,..,,_,,H ...... , el subadquirente que sufrió el daño por la mala construcción deberá

no el conjunto o la fracción de un conjunto de sus derechos y obligaciones, sino demandar por vía contractual a su deudor y por vía extracontractual al construc-
uno o varios bienes o derechos determinados" 103 . acudiendo, en éste último caso, al artículo 2351 del Código Civil.

Significa lo anterior que si alguien compra a una persona un inmueble, el


119.- TEORÍA SEGÚN LA CUAL EL SUBADQUIRENTE PUEDE OPTAR ENTRE
comprador es un causahabiente a título particular del vendedor, pero única y ex-
LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL
clusivamente en relación con el bien comprado.
CONTRA EL DEUDOR DE SU DEUDOR

117.- NATURALEZA DE LA ACCIÓN DEL CAUSAHABIENTE A TÍTULO PARTICULAR


Esa posición intransigente de la doctrina clásica empezó a romperse cuando
CONTRA EL DEUDOR DEL CEDENTE
la y la jurisprudencia consideraron que el subadquirente, al demandar al
tercero de inicialmente su deudor el bien o cpr-ulf''1"
En la práctica, sucede a menudo que una persona enajene a otra un bien entre la responsabilidad contractual y la ~""'·'-"'"'V .......... ~~"'"''-' introduciendo así una
o servicio y que el acreedor de este primer contrato, posteriormente, en virtud ""H'VIJ'-'.LV'U al principio según el cual la víctima no escoger entre la respon-
de un nuevo contrato, enajene ese bien o servicio a un subadquirente. Surge el sabilidad contractual y la V"'-'·'-'-"'-·VHUU'"'~"''-'-.._
'V'-'''"'~·"'" de saber, en tales círcunstancias, cuál es la naturaleza de la respon-
" u de
LIUU' ............ que transmitieron el bien o servicio frente al último

104 Jacques Flour, Jean-Luc Aubert, ob. cit., núm. 441; Philippe Malaurie, Laurent
Aynes, ob. cit., núm. 882.
103 Al ex Weill, Fran~ois Terré, ob. cit., núm, 51 O. 105 Al ex Weill, Fran~ois Terré, ob. cit., núm. 511.
112 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 113

120.- ACCIÓN NECESARIAMENTE CONTRACTUAL DEL SUBADQUIRENTE CONTRA EL derechos que se identifican con la cosa, como calidades activas, o que se
ENAJENANTE O DEUDOR INICIAL convierten en accesorios de ella.

"Este criterio no es inexacto, pero es insuficientemente concreto. Es mejor


En los últimos tiempos, la doctrina 106 y la jurisprudencia han ido más lejos en
decir que el crédito se transmite con el bien cada vez que el primero es in di-
ese sentido, y con los vaivenes que analizaremos a continuación, han ido sentando
soluble del segundo: es decir, cada vez que el crédito solo ofrece interés para
el principio según el cual el subadquirente de un bien o servicio solo tiene una
el propietario del bien, e incluso, solo es susceptible de ser ejercido por dicho
acción, necesariamente contractual, no solo contra su deudor sino también contra
propietario. Suponiendo, en efecto, que en una circunstancia semejante, la
el tercero de quien éste último adquirió el bien o servicio que luego fue transmi-
transmisión no fuese admitida, la enajenación del bien por el acreedor primi-
tido al subadquirente perjudicado. Sin embargo, la elaboración de esta doctrina ha
tivo conduciría a descargar al deudor inicial de su obligación; lo que, eviden-
sido bastante compleja y no menos caótica en relación con la jurisprudencia.
temente, constituiría para éste último una ventaja, por no decir un regalo,
desprovisto de toda justificación. Este análisis se aplica, por ejemplo, con
121.- CRITERIO PARA SABER CUÁNDO LA ACCIÓN CONTRACTUAL SE TRANSMITE gran fuerza a la obligación de no competencia, suscrita por el vendedor de un
AL SUBADQUIRENTE fondo de comercio, y donde nada legitima a dicho vendedor para ser liberado
cuando su comprador vuelve a vender el establecimiento de comercio.
Pero no todos los derechos y obligaciones se transmiten al subadquirente por
de quien enajena a éste Hn bien o servicio que a su turno había sido adquirido "Por el contrario, si el autor (el adquirente inicial), pese a la enajenación,
de manos de un tercero. En principio, y en relación con la responsabilidad civil, se conserva interés en usar sus derechos y tiene posibilidad de hacerlos valer,
puede afirmar que la cosa enajenada comprende sus accesorios, según se despren- no hay razón alguna para que esos derechos se transmitan a su causahabiente.
de de lo dispuesto en el artículo 928 del Código de Comercio. Se entiende que Ello no es necesario para el mantenimiento y la ejecución del contrato consi-
derado"107.
dentro de estos accesorios están comprendidas las garantías contractuales. Ahora,
¿cuál es el argumento para pensar que, a veces, esas garantías contractuales deben Esta posición la compartimos plenamente y al efecto basta plantear un ejem-
o no considerarse como un accesorio de la cosa enajenada? plo: supongamos que un comerciante de relojes compra al fabricante cien unida-
des, las que posteriormente se enajenan, individualmente, a subadquirentes. Si el
En realidad, se entiende que las garantías son accesorias del bien o servicio fabricante de los relojes brinda a su comprador garantía sobre los bienes adquiri-
enajenado cuando ellas están indisolublemente ligadas al bien o servicio y, en tal dos, y luego de la enajenación al subadquirente final, éste sufre daños como con-
virtud, una vez que se produce la enajenación al subadquirente, el titular inicial no secuencia de la mala calidad del bien, el dueño del almacén que compró los relo-
saca ningún provecho de tales garantías, las que luego de la enajenación solo le jes al fabricante no podrá reclamar nada a éste último, en la medida en que él no
serían útiles al subadquirente perjudicado. Así las cosas, si las garantías contrac- es el perjudicado (salvo la acción de repetición si ya indemnizó al perjudicado).
tuales no se transmitiesen al subadquirente perjudicado, el enajenante o deudor Quien sufre el daño es el subadquirente final y sería absurdo que éste no pudiese
inicial sería el beneficiado indirecto, pues no tendría frente a quién responder, sin disfrutar de una garantía contractual que fue transmitida inicialmente con el bien
que haya razón jurídica o equitativa que justifique esta solución. y que tampoco podría ser ejercida por el primer titular de la garantía, puesto que
éste no sufrió daño alguno.
Refiriéndose a este problema, FLOUR y AuBERT afirman lo siguiente:
En conclusión, cada que se enajene un bien o servicio dentro de los criterios
"Sobre este punto la doctrina se dedicó a efectuar la exégesis de una fórmula que acabamos de ver, la acción del subadquirente contra el enajenante inicial de-
célebre de AuBRY y RAu: el causahabiente a título particular solo recoge los berá ser necesariamente contractual.

106 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 874; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. 107 Jacques Flour, Jean-Luc Aubert, ob. cit., núm. 443. En el mismo sentido Philippe
cit., t. 1, núm. 138. Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 874.
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 115
114 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

122.- DIFERENCIA ENTRE GRUPOS DE CONTRATOS HOMOGÉNEOS


turno, celebre varios contratos de naturaleza diversa con terceros y, por tanto, no
Y HETEROGÉNEOS hay identidad total de las prestaciones.

Hecha la distinción, veremos a continuación cómo la doctrina y la jurispru-


Pese a que la jurisprudencia y la doctrina son más o menos unánimes en
dencia no le dan un tratamiento uniforme a los dos tipos de grupos de contratos en
relación con el criterio que acabamos de exponer, lo cierto es que los tribunales
lo relacionado con la acción contractual o extracontractual que pueda o deba ejer-
le han dado un tratamiento diferente, según que en los denominados grupos de
contratos nos encontremos frente a cadenas homogéneas o heterogéneas de con- cer el subadquirente final. Veamos.
tratos 108 .
123.- LA NATURALEZA DE LA ACCIÓN EN LA CADENA HOMOGÉNEA
La cadena de contratos será homogénea cuando dos contratos tienen por ob- DE CONTRATOS
jeto la enajenación sucesiva y exacta de un mismo bien o servicio 109 • Tal sería el
caso de quien compra un inmueble y posteriormente lo enajena a un tercero. Piénsese Pese a ciertas imprecisiones de la jurisprudencia de la Corte de Casación
también en el caso de un contrato en que el deudor se obliga a una determinada francesa 111 , todo el mundo está de acuerdo en que en las cadenas homogéneas de
prestación y, para su ejecución, el deudor celebra un nuevo contrato con un terce- contratos el subadquirente final tiene una acción de naturaleza necesariamente
ro, quien de hecho ejecuta la prestación debida. Obsérvese que en ambos casos el contractual contra el deudor inicial, pese a que entre ellos no se celebró contrato
contrato inicial contiene exactamente la misma prestación del segundo acuerdo. alguno 112 • Así, por ejemplo, se considera que el subadquirente de un bien mueble
En cierta forma, desde el punto de vista de la prestación, el primer contrato se o inmueble tiene una acción exclusivamente contractual contra cualquiera de las
113
superpone exactamente al segundo. personas que intervinieron en la cadena de producción y distribución del bien •
Igualmente, el subadquirente de un inmueble que fue construido por un tercero
En cambio, habrá cadena heterogénea de contratos cuando la prestación de dispone de una acción necesariamente contractual contra el constructor. Desde
uno de ellos solo constituye una parte de la prestación debida en el otro 110 . Así, luego, el subadquirente, según ya dijimos, también tiene una acción contractual
por ejemplo, supongamos que un constructor se compromete a levantar un edifi- contra su deudor inmediato.
cio, obligándose el deudor a poner los materiales. Normalmente, el constructor
subcontrata con terceros no solo el suministro de los materiales, sino también la LA NATURALEZA DE LA ACCIÓN EN LA CADENA HETEROGÉNEA
construcción de ciertas partes de la obra. Obsérvese que el contrato inicial tiene DE CONTRATOS
una prestación única consistente en la entrega de un edificio, pero el constructor
debe celebrar varios contratos con terceros para poder cumplir sus obligaciones. Ahora, la solución no ha sido igualmente pacífica en lo concerniente a la
Uno de esos contratos podrá ser, por ejemplo, el de la construcción de los acaba- naturaleza contractual o extracontractual de la acción en responsabilidad civil del
dos del edificio. En tales circunstancias, esos acabados serán enajenados poste- acreedor contra el deudor de su deudor (el enajenante inicial) en las denominadas
riormente a quien encargó la obra. cadenas heterogéneas de contratos.

En el ejemplo propuesto, la situación es más compleja que en los casos de En efecto, aunque casi unánimemente la doctrina 114 considera que también en
cadenas homogéneas de contratos, puesto que, mientras en estas últimas los dos estos casos la acción del subadquirente final contra la persona que enajenó el bien
contratos de la cadena son idénticos, en los del ejemplo último, el contrato cele-
brado entre el constructor y el dueño de la obra supone que el constructor, a su
111 Véase Philippe le Tourneau, Lo'lc Cadiet, ob. cit., núm. 289; Philippe Malaurie,
Laurent Aynes, ob. cit., núm. 874.
108 Boris Starck, Droit civil. Les obligations, núm. 1734. 112 Philippe le Tourneau, Lo'lc Cadiet, ob. cit., núm. 290.
109 Philippe le Tourneau, Lo'lc Cadiet, ob. cit., núm. 286. 113 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 874.
110 Philippe le Tourneau, Lo'lc Cadiet, ob. cit., núm. 286. 114 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 874.
116 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 117

o servicio al deudor del subadquirente es necesariamente contractual, lo cierto es Pero, si no se acepta que en este caso la acción del subadquirente contra el
que la jurisprudencia de los últimos años ha sido bastante contradictoria, pues deudor inicial es necesariamente contractual, de todas formas creemos que la víc-
mientras unas veces afirma que en la hipótesis comentada la acción es necesaria- tima tendría contra ese mismo deudor inicial la opción de demandar bien sea con
mente extracontractual, otras veces afirma que es necesariamente contractual. La bas,e en la responsabilidad contractual, argumentando la garantía transmitida por
solución vigente, en razón de fallos recientes de la Corte de Casación francesa 115 , el adquirente inicial, bien sea con base en la responsabilidad extracontractual,
es la de que esa acción del tercero perjudicado es necesariamente extracontractual alegando ser un tercero en relación con el contrato. Si tampoco se aceptare esta
en virtud del efecto relativo de los contratos 116 • solución, habría que concluir que la responsabilidad del deudor inicial frente al
subadquirente sería extracontractual. por ejemplo, se trata de una responsabi-
En nuestro concepto, desde que las garantías contractuales ofrecidas por el lidad por la mala calidad de un edificio construido, se aplicará el artículo 2060,
deudor inicial estén indisolublemente unidas al bien o servicio que se enajena, el numeral3, del Código Civil, en caso de aceptarse que la responsabilidad del cons-
subadquirente dispondrá de una acción contractual contra el primer deudor, inde- tructor frente al subadquirente es de naturaleza contractual, y se aplicará lo dis-
pendientemente de que estemos frente a cadenas homogéneas o heterogéneas de puesto en el artículo 2351 del mismo Código si se concluye que la responsabili-
contratos. Así, por ejemplo, si el constructor de las columnas de un edificio debe dad es de naturaleza extracontractual.
darle una garantía de diez años a quien encargó la obra, y ésta es enajenada a un
tercero un año después de terminada, ninguna utilidad le prestará al que encargó No sobra recordar que si el demandante, en sentir del juez, se equivoca en la
la obra la citada garantía, en caso de que, dentro del plazo de la misma, el subad- denominación de la invocada, no por ello sus pretensiones serán
quirente sufra un perjuicio por la mala calidad de la obra. En cambio, esa garantía .l'-''-'HU'""'-''""'' a condición de que no se viole el derecho de defensa del demandado
podrá ser indispensable para que el adquirente sea debidamente indemnizado en y que los hechos invocados y probados se enmarquen dentro de la responsabilidad
caso de comportamiento negligente del constructor. que el juez considere correcta. Sobre este problema véase infra, T. I, 144.

De otro lado, también es en beneficio del deudor la solución que aquí se §2.- EXCEPCIONES REALES
propone, pues sería absurdo que el deudor tuviese frente a su acreedor inicial una
responsabilidad diferente de la que podría tener frente a un tercero que adquirió el 125.- Veamos a continuación los casos en que realmente se presentan ex-
mismo bien o servicio enajenado. cepciones al principio del efecto relativo de los contratos y en los cuales como
consecuencia de ello, la acción del tercero contra el deudor contractual es de natu-
En conclusión, podemos afirmar que en aquellos contratos en que se enaje- raleza necesariamente contractual.
na un bien o servicio adquirido de un deudor inicial, la acción del subadquirente
contra ese deudor inicial será de naturaleza contractual cuando se llenan los
LA ESTIPULACIÓN PARA OTRO
requisitos de indisolubilidad a que ya hemos hecho referencia 117 (supra, T. I,
120). Pero en tales circunstancias no estamos frente a una excepción real al
Según el artículo 1506 del Código Civil:
principio del efecto relativo de los contratos, pues en cierta forma el subadquiren-
te es un causahabiente a título particular del acreedor de quien adquirió el bien Cualquiera puede estipular a favor de una tercera persona, aunque
o servicio. no tenga derecho para representarla; pero solo esta tercera perso-
na podrá demandar lo estipulado; y mientras no intervenga su acep-
tación expresa o tácita, es revocable el contrato por la sola voluntad
115 Sobre la evolución de la jurisprudencia de la Cour de Cassation, véase: Philippe le de las partes que concurrieron a él.
Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 289; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob.
cit., núm. 874. De acuerdo con esta norma, una persona puede obligarse en favor de otra que
116 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 290; Philippe Malaurie, Laurent no participó en la celebración del contrato y que no dio poder alguno para esa
Aynes, ob. cit., núm. 874. contratación a quien estipuló en su favor. En la estipulación para otro, los dere-
117 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 290.
chos del beneficiario de la estipulación jamás pasaron por el patrimonio de quien
118 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 119

estipuló para el beneficiario, es decir, éste no es sucesor en los derechos y obliga- Lo mismo ocurre si un tercero entrega un enfermo inconsciente a un trans-
ciones de quien, en su favor, celebró la estipulación. Por ello, podemos afirmar portador para su desplazamiento 121 . Si durante el transporte, el pasajero muere o
que nos encontramos frente a una auténtica excepción al principio del efecto rela- se lesiona por responsabilidad del transportador, la acción contractual estará en
tivo de los contratos 118 y, en consecuencia, el beneficiario de la estipulación ten- cabeza del pasajero o de sus herederos, así no exista una estipulación en favor del
drá una acción contractual contra el deudor 119 • pasajero o así el encargado de celebrar el contrato no tuviese la representación
legal de dicho pasajero.
Ahora, no sobra advertir que el principio del efecto relativo de los contra-
tos no tiene carácter absoluto. En efecto, una cosa es que el contrato, salvo las EL DESTINATARIO EN EL CONTRATO DE TRANSPORTE
excepciones que estamos viendo, solo genere derechos y obligaciones entre las
partes, y otra muy distinta es que los terceros puedan desconocer las situaciones Como bien se sabe, en el contrato de transporte de mercancías, el remitente
de hecho creadas por un contrato. por ejemplo, el contrato de compraventa es quien celebra el contrato con el transportador, pero el destinatario, que puede
solo podrá crear derechos y obligaciones entre comprador y vendedor, pero ser persona distinta del remitente, está legitimado no solo para reclamar la mer-
ese contrato crea una situación de hecho que impone a todos, por ejemplo, la cancía en el sitio de llegada, sino que puede reclamar indemnización en caso de
obligación de respetar la calidad de propietario que sobre el bien tiene el com- pérdida de la mercancía (C. de Co., art. 1024). Algunos 122 han querido encontrar
prador. en este caso una estipulación para otro, sobre todo si se tiene en cuenta que el
artículo 1008 de Código de Comercio afirma que son partes en el contrato de
transporte de mercancías el transportador y el remitente y que lo será el destinata-
127.- CASO DE LOS ACREEDORES "INTUITU PERSONAE" (ACTOS MÉDICOS, rio cuando acepte el respectivo contrato.
TRANSPORTE DE PASAJEROS, ETC.)
Sin embargo, aunque consideramos que la acción contractual del destinatario
contra el transportador constituye una excepción al principio del efecto relativo
a que sin que se todos los elementos de una es ti-
de los contratos, lo cierto es que ello no es en virtud de una estipulación para otro.
pulación para otro o sin que de por medio un mandato o un acto de represen-
En efecto, en la estipulación para otro, según lo prevé el artículo 1506 del Código
tación legal, de todas formas un tercero celebra un contrato cuya prestación nece-
Civil, mientras el beneficiario de la estipulación no haya aceptado lo estipulado
sariamente recae en favor de otra persona. Piénsese en el amigo o familiar de un
en su favor, el estipulante podrá revocar el contrato. Ahora, el artículo 1024 del
enfermo que conduce a éste donde un médico que se encarga de asistirlo. En este
Código de Comercio afirma que el destinatario tiene derecho a la entrega de la
caso, si un daño se al como consecuencia del acto médico, la
mercancía desde que esta llega al lugar de destino y tiene derecho a la indemniza-
acción contractual estará en cabeza del pues, aunque el contrato lo cele-
ción de perjuicios en caso de pérdida de las cosas transportadas. Pero ese derecho
bró otra persona, la necesariamente en cabeza del enfermo. Quien
nace independientemente de la aceptación por parte del destinatario, y lo que es
celebró el contrato nada tiene que exigir para
más importante, aunque el destinatario no haya todavía aceptado el contrato, el
remitente ya no podrá revocar la estipulación si la mercancía ya llegó al lugar de
destino.
118 Véase Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 299; Mazeaud-Tunc-Chabas,
ob. cit., t. 1, núm. 136. En el mismo sentido, C. S. J., cas. civ., 1° febrero 1993, En consecuencia, aunque el destinatario no haya celebrado el contrato de
exp. 3532. transporte de mercancías, dispone, sin embargo, de una acción necesariamente
119 Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chile- contractual contra el transportador.
no, ob. cit., núm. 37; véase Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 299;
Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 136. En el mismo sentido, C. S. J., cas.
civ., 1° febrero 1993, Exp. 3532.
120 La doctrina dice que en este caso hay una "estipulación para otro, tácita": Jacques
121 Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chile-
Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 188; Luis Pascual Estevill, ob. cit.,
no, ob. cit., núm. 37.
t. 1, núm. 16; Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el dere-
cho civil chileno, ob. cit., núm. 37. 122 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 188.
120 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 121

129.- EL TRANSPORTADOR DE HECHO la responsabilidad surge por la calidad de transportador de hecho, mas no por la
calidad de propietario del automotor.
Tanto en el transporte aéreo internacional como en el transporte interno en
general, el transportador puede delegar en un tercero la ejecución del contrato.
131.- RESPONSABILIDAD DEL TRANSPORTADOR EN LA COMISIÓN DE TRANSPORTE
Cabe preguntarnos qué responsabilidad tiene ese transportador, que de hecho eje-
cuta el transporte, frente al pasajero, el remitente o el destinatario.
El contrato de comisión de transporte consagra otra excepción al principio
del efecto relativo de los contratos. En efecto, según el artículo 1312 del Código
El Protocolo de Guadalajara, que modifica parcialmente el Convenio de Var-
de Comercio:
sovia de 1929 establece en su artículo II 123 que el transportador de hecho, es decir
aquel que ejecuta materialmente la operación del transporte, responde contractualmente El contrato de comisión de transporte es aquel por el cual una per-
frente al pasajero, el remitente o el destinatario. sona se obliga, en su nombre, y por cuenta ajena, a contratar y ha-
cer ejecutar el transporte o conducción de una persona o de una
Esa misma solución se aplica, pese a la mala redacción de la norma, en el cosa y las operaciones conexas a que haya lugar.
derecho colombiano. En efecto, el artículo 991 del Código de Comercio hace res-
ponsable no solo al transportador contractual sino también a la empresa que de De su lado, el artículo 1314 establece que:
hecho realice la operación de transporte.
No obstante lo previsto en el artículo anterior el pasajero, el remi-
En cierta forma, el legislador, en este caso, no hace más que consagrar expre- tente o el destinatario podrán ejercitar directamente contra el trans-
samente la solución dada por la doctrina y la jurisprudencia en los denominados portador las acciones del caso o los perjuicios que esté obligado a
grupos homogéneos de contratos (supra, T. I, 123). indemnizar.
El transportador, a su vez, podrá ejercitar directamente contra el
130.- ACCIÓN CONTRACTUAL CONTRA EL DUEÑO DEL VEHÍCULO TRANSPORTADOR pasajero las acciones por el incumplimiento del contrato, una vez
que el servicio le sea prestado o que en cualquier otra forma acepte
En una infortunada norma, el artículo 991 del Código de Comercio establece el contrato celebrado por el comisionista.
que el propietario del vehículo transportador es responsable por los daños que el
transportador cause al remitente, al destinatario o al pasajero durante la ejecución Así las cosas, el inciso 1o le da al comitente (quien fue parte en el contrato de
del contrato. Decimos que la norma es infortunada por cuanto crea obligaciones comisión mas no en el contrato de transporte) una acción contractual contra el
en cabeza de personas que en un momento determinado nada tuvieron que ver ni transportador, lo que evidentemente es una excepción al principio del efecto rela-
con la celebración, ni con la ejecución, ni con los beneficios del contrato. En tivo de los contratos.
efecto, piénsese en la persona que promete vender un vehículo y lo entrega al
promitente comprador, quien, de hecho, es el que explota el automotor. Es injusto En cambio, el inciso 2° le da derechos al transportador contra el comitente
que el promitente vendedor, varios años después de haber entregado el vehículo, únicamente cuando éste haya aceptado el contrato de transporte celebrado por el
se vea demandado y condenado por un contrato de transporte que jamás consintió, comisionista, lo que en el fondo constituye una estipulación para otro.
máxime si se tiene en cuenta que ese contrato no le produce beneficio alguno. Por
fortuna, la jurisprudencia, en varias oportunidades, ha atemperado el rigor del
artículo 991 del Código de Comercio y ha dicho que el propietario solo es respon-
132.- LA ACCIÓN DIRECTA EN EL CONTRATO DE SEGUROS

sable en la medida que sea el explotador del vehículo, pero en tales circunstancias
El artículo 1127 del Código de Comercio afirma que:

El seguro de responsabilidad civil tiene como propósito el resarci-


123 Javier Tamayo Jaramillo, El contrato de transporte, Santa Fe de Bogotá, Edit. Temis, miento de la víctima, la cual en tal virtud, se constituye en el benefi-
1991' p. 350. ciario de la indemnización.
122 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 123

Y en el artículo 1133 del mismo Código se afirma que: daño es necesariamente extracontractual 124 y la acción del tercero contra el deudor
es también necesariamente extracontractual 125 • Veamos algunas hipótesis.
(... ) en el seguro de responsabilidad civil los damnificados tienen
acción directa contra el asegurador.
135.- TERCERO CÓMPLICE DEL INCUMPLIMIENTO

Significa lo anterior que los beneficios del contrato de seguros de respon- Cuando un tercero se hace cómplice del deudor contractual para que éste
sabilidad civil los radica el legislador en cabeza de los damnificados, y, en con- incumpla el contrato, la responsabilidad de ese tercero será extracontractual 126 •
secuencia, la compañía aseguradora solo extinguirá sus obligaciones derivadas Así, por ejemplo, si el promitente comprador de un inmueble decide venderlo a un
del contrato de seguro indemnizando a la víctima perjudicada por el asegurado. tercero, para, así, no cumplirle al promitente comprador, el tercero que adquiere
Solo cuando éste último haya previamente indemnizado a la víctima, tendrá el bien comprometerá su responsabilidad civil extracontractual frente al promitente
derecho a cobrarle el valor del seguro a la compañía aseguradora. Es esta otra comprador si actuó dolosamente o si sabía de las obligaciones contractuales del
excepción al principio del efecto relativo de los contratos, y, por tanto, la ac- promitente vendedor, y pese a ello contrató, facilitando el incumplimiento del
ción del perjudicado contra la compañía aseguradora se fundamentará en el con- deudor 127 • Igual cosa sucederá cuando un fabricante celebra un contrato de exclu-
trato de seguros. sividad con un comerciante y posteriormente celebra otro contrato con un comer-
ciante diferente que conocía el contrato anterior, rompiéndose así el contrato ini-
Debe aclararse que la acción del perjudicado contra la compañía asegura- cial de exclusividad.
dora tiene una doble fuente: de un lado, está el hecho ilícito del asegurado,
hecho que puede comprometer bien sea su responsabilidad contractual, bien sea
su responsabilidad extracontractual, según que el daño surja o no del incumpli- 136.- ACCIÓN PERSONAL DE TERCERO EN CASO DE MUERTE DEL ACREEDOR
CONTRACTUAL
miento de un contrato. Así, por ejemplo, el asegurado que atropella a un peatón
compromete su responsabilidad extracontractual frente a la víctima. Pero si el Si el acreedor contractual fallece como consecuencia del incumplimiento del
daño lo causa el transportador contractual al destinatario, la responsabilidad contrato, los herederos del fallecido u otro tercero pueden sufrir perjuicios perso-
será de naturaleza contractual. Ahora, con base en ese hecho ilícito del asegura- nales diferentes del daño sufrido por el acreedor mismo. En tales circunstan-
do, unas veces contractual y otras extracontractual, el perjudicado podrá acudir cias, pese a que el daño surge del mismo hecho de la inejecución del contrato, lo
directamente contra la compañía aseguradora, apoyada en un contrato de segu- cierto es que las víctimas son ajenas al mismo y, por tanto, su acción será necesa-
ros celebrado por el causante del daño. riamente extracontractuaF 28 . En cambio (infra, T. 1, 141), cuando los herederos

II.- Naturaleza de la responsabilidad en caso de daños sufridos o causados


por terceros como consecuencia del incumplimiento del contrato
124 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 871; Patrice Jourdain, ob. cit., p.
33; Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil
133.- Bibliografía sumaria. Philippe le Tourneau, Lo1c Cadiet, ob. chileno, ob. cit., núm. 36.
cit., núm. 306; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 33; Marcel Planiol, Georges Ripert 125 Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chile-
por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 495; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., no, ob. cit., núm. 34.
núm. 871; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 202; Arturo 126 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 307; Jacques Ghestin, Genevieve
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 202; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 33; Marcel Planiol,
Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, ob. Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 495; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob.
cit., núm. 36. cit., t. 1, núm. 144; Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el
derecho civil chileno, ob. cit., núm. 36.
134.- Puede suceder que el hecho del incumplimiento del contrato sea total 127 Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chile-
no, ob. cit., núm. 36; Jacques Ghestin-Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 205;
o parcialmente imputable a persona difere~te del deudor o que la víctima sea Philippe Malaurie-Laurent Aynes, ob. cit., núm. 871.
persona diferente del acreedor. En tales circunstancias, y salvo las situaciones 128 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 21 O; Arturo Alessandri
analizadas en los párrafos anteriores, la responsabilidad del tercero causante del Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, ob. cit., núm. 36.
124 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 125

ejercitan la acción hereditaria contractual transmitida por el acreedor fallecido, la SECCIÓN III.- La prohibición de acumular la responsabilidad civil
responsabilidad del deudor será necesariamente contractual. Sobre la diferen- extracontractual y la civil contractual
cia entre la acción hereditaria y la personal y los daños pertenecientes a cada una
139.- Bibliografía sumaria. Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 237;
de ellas.
Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chi-
leno, núm. 44; Philippe le Tourneau, Lo1c Cadiet, ob. cit., núms. 341 y ss.; Atilio
137.- DAÑOS CAUSADOS A UN TERCERO TOTALMENTE AJENO Aníbal Alterini, Osear José Ameal, Roberto López Cabana, ob. cit., núms. 366 y
AL CONTRATO ss.; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núms. 216 y ss.; André
Tune, ob. cit., núm. 47; Atilio Aníbal Alterini, Roberto López Cabana, Derecho
Aunque el acreedor contractual no fallezca, también puede suceder que otras de daños, Buenos Aires, La Ley, 1992, pp. 33 y ss.; Patrice Jourdain, ob. cit., pp.
personas diferentes del acreedor sufran daños con el incumplimiento del contrato. 29 y ss.; Luis Pascual Estivell, ob. cit., t. I, núms. 13 y ss.; Marcel Planiol, Georges
En tal caso, la acción de la víctima contra el deudor contractual será de naturaleza Ripert por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 493; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. I,
extracontractual 129 • Piénsese en el organizador de un espectáculo artístico que su- núms. 173 y ss.; Ricardo de Ángel Yaguez, ob. cit., pp. 13 y ss.
fre daños como consecuencia de las lesiones causadas a un cantante que debía
actuar en el espectáculo durante la ejecución de un contrato de transporte, razón 140.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
por la cual el espectáculo debe ser suspendido. Piénsese igualmente en el tercero
diferente del comprador que sufre un daño como consecuencia de un defecto de la Hasta aquí hemos planteado las diferencias y semejanzas entre la responsabi-
cosa comprada, imputable al vendedor 130 . En estos casos, la acción del organiza- lidad civil contractual y la civil extracontractual. Si nos hemos detenido en algu-
dor contra el transportador será de naturaleza extracontractual, lo mismo que la nas de sus diferencias es porque, dado que de hecho ellas existen, la jurispruden-
acción del tercero contra el vendedor. cia y la doctrina 131 han discutido largamente sobre la posibilidad de acumular u
optar entre una y otra responsabilidad cuando entre las mismas partes se debate la
indemnización de un mismo daño. Si el problema ya es de por sí confuso en casi
138.- RESPONSABILIDAD DEL DEPENDIENTE DEL DEUDOR CONTRACTUAL todas las legislaciones 132 , la verdad es que en nuestro orden jurídico adquiere di-
mensiones caóticas imposibles de resolver, pues el asunto no ha sido ni siquiera
Finalmente, cuando el deudor contractual delega el cumplimiento del con- bien planteado, ya que nuestros autores y tribunales han interpretado en forma
trato en un dependiente y éste último es culpable del incumplimiento del deu- confusa el término "acumulación", lo que ha dado lugar a mezclar fenómenos de
dor, entonces la víctima, es decir, el acreedor contractual podrá demandar derecho sustantivo con otros de tipo procesal, generando terribles injusticias en
extracontractualmente a ese dependiente, siempre bajo el principio del efecto un ritualismo procesal que cada día merma la posibilidad de que las víctimas sean
relativo de los contratos. Por ello, el conductor del transportador o el inge- indemnizadas 133 .
niero de una firma constructora o el médico que labora al servicio de un hos-
Nosotros, a fin de plantear adecuadamente el problema, consideramos indis-
pital serán responsables extracontractualmente frente al acreedor en caso de
pensable, en primer Jugar, distinguir entre la acción hereditaria y la acción perso-
que por su culpa el deudor incumpla el contrato. El hecho de que el depen-
nal (subsec. I), para luego definir qué se entiende por objeto y causa de la preten-
diente que causa el daño no sea parte en el contrato impide que, frente al
acreedor perjudicado, dicho dependiente pueda ser demandado por vía con-
tractual.
131 Véase Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 237; Arturo Alessandri Rodríguez,
De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, núms. 44 y ss.; Jacques
Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 216; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 29;
Luis Pascual Estevill, ob. cit., núm. 13; Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein,
ob. cit., t. VI, núm. 493; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núms. 173 y ss.
129 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 209; Marcel Planiol, Georges
Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 495. 132 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núms. 174 y ss.
130 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 211. 133 Incurre en esta confusión Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núms. 236 y 237.
126 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 127

sión en las acciones por responsabilidad civil contractual o extracontractual, pues, ración de dichos daños se consigue mediante el ejercicio de la acción personal
en nuestro sentir, los tribunales nacionales han equivocado el camino en el pro- extracontractual.
blema de la acumulación de las dos responsabilidades por no haber precisado con
claridad los conceptos de acción hereditaria y personal y los de objeto y causa de Ahora, estas dos acciones pueden darse en forma individual o conjunta. En
la demanda (subsec. II). Con esas dos premisas podremos adentrarnos en el plan- efecto, si únicamente el fallecido sufre perjuicios, entonces sus herederos solo po-
teamiento y solución al problema sobre la opción o acumulación de responsabili- drán ejercer una acción que es la hereditaria, contractual o extracontractual, según
dades (subsec. III). acabamos de ver. De igual forma puede suceder que el fallecido, sobre todo si falle-
ce instantáneamente, no sufra perjuicios y que éstos últimos sean realmente sufridos
SuBSECCIÓN I. - Distinción entre la acción hereditaria por terceras personas herederas o no de la víctima fallecida. En éste último caso,
y la acción personal solo existe la acción personal extracontractual en favor de esos terceros.

141.- En otro lugar de esta obra (infra, T. II, 785 y ss.) trataremos extensa- De hecho, aunque es excepcional, puede suceder que tanto el fallecido como
mente la diferencia entre la acción hereditaria y la acción personal, anotando las terceras personas, herederas o no, sufran perjuicios derivados del mismo hecho.
diferencias entre una y otra y el daño que a cada una de ellas corresponde. En esta Cuando tanto el fallecido como sus herederos sufren perjuicios, entonces dichos
subsección solo queremos esbozar muy someramente las relaciones entre una y herederos poseen dos acciones cada una con objeto y causa jurídica independien-
otra acción. te138. No se trata de un mismo daño que se pueda cobrar por cualquiera de las dos
vías, sino que se trata de dos daños absolutamente distintos y cada uno de ellos,
Cuando la víctima directa de un daño fallece, sus herederos pueden deman- por tanto, se rige por la acción personal o hereditaria correspondiente 139 • En este
dar la indemnización de los perjuicios sufridos por la víctima fallecida y reclamar volumen se analiza en detalle cuál es la solución aplicable, sobre todo en materia
dicha indemnización, ejerciendo lo que la doctrina y la jurisprudencia denominan de transporte de pasajeros y en relación con los daños pertenecientes a cada una de
"la acción hereditaria" 134 . Esta acción hereditaria puede ser contractual o extracontrac- estas dos acciones.
tual según que la víctima directa haya sufrido el daño por la inejecución de una
obligación contractual, cualquiera sea el contrato, o por la violación de la obliga- Así pues, si se da ese caso excepcional de daños producidos al mismo tiempo
ción general de prudencia 135 • La acción hereditaria será contractual, por ejemplo, al causante (acción hereditaria) y a los herederos del causante (acción personal),
en el contrato de transporte de personas, en virtud del cual los perjuicios recibidos el heredero puede cobrar ambas indemnizaciones siempre y cuando al reclamar
por el pasajero que fallece pueden ser cobrados por sus sucesores. En cambio, si la los daños del causante ejercite la acción hereditaria y cuando cobre su propio
muerte la sufre un peatón, la acción para cobrar los pe1juicios mismos del peatón perjuicio ejercite la acción personal, pues no podrá cobrar un mismo daño acu-
pasará a sus herederos, quienes ejercen una acción hereditaria extracontractual. diendo indistintamente a cualquiera de las dos acciones. Incluso puede cobrar los
dos daños por medio de una misma demanda, aunque la una sea contractual y la
Pero, a veces, no solo la víctima fallecida sufre perjuicios, sino que también otra extracontractual, salvo en el caso de muerte del pasajero transportado, en
pueden sufrirlos terceras personas herederas o no del fallecido 136 • El daño que cuyo caso el artículo 1006 del Código de Comercio permite cobrar los dos daños
estas personas sufren generalmente es de tipo extracontractual 137 • Por eso, la repa- ("en forma sucesiva o separada"), aunque prohíbe cobrarlos en un mismo proceso.
Finalmente, cabe anotar, y sobre ello volveremos extensamente más adelante, que
en caso de muerte instantánea de la víctima directa de un accidente, el lucro ce-
134 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núms. 233 y ss.; Ricardo de Ángel Yagüez, ob. sante por incapacidad productiva de la víctima directa, producido a partir de la
cit., p. 897; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 311; Jacques Ghestin, muerte, pertenece exclusivamente a la acción personal extracontractual de los ter-
Genevieve Viney, ob. cit., núms. 321 y ss.; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 128.
135 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 312.
136 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol, 2, núm. 233; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet,
ob. cit., núm. 316; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 321. 138 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 321; Jacques Ghestin, Genevieve
137 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 31 6; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 323.
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 324. 139 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 321.
i 28 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 129

ceros perjudicados que dependían del fallecido, herederos o no del mismo 140 . No necesariamente el objeto es la indemnización del daño sufrido. Pero, a su vez, ese
se acude aquí a la acción hereditaria contractual o extracontractual del fallecido, objeto puede subdividirse, sin confusiones, en varios subtipos. Así, por ejemplo,
pues no se trata de cobrar su daño sino el sufrido por el tercero reclamante. si en un proceso se pide específicamente la indemnización del daño emergente y
en otro se pide la indemnización del lucro cesante o se pide la indemnización de
Lamentablemente, según veremos, nuestra jurisprudencia ha malentendido los perjuicios morales, el objeto de todas estas acciones varía, puesto que la esen-
estos principios y, en algunos casos, permite cobrar el daño personal ejerciendo la cia de lo que se pide es diferente, poco importa que todos los tres objetos encuen-
acción hereditaria; en otros casos permite cobrar el daño extracontractual ejer- tren su causa jurídica en un mismo hecho. Solo cuando la víctima demanda en
ciendo la acción contractual o, lo que es más absurdo aún, exige que se cobre un forma genérica la indemnización de los perjuicios patrimoniales y extrapatrimoniales,
solo daño, aunque de hecho se produzcan los dos. se entiende comprendida la totalidad del objeto de la pretensión en una demanda
por responsabilidad civil.
Si el lector retiene cuidadosamente la noción que hemos dado de ambas ac-
ciones (hereditaria y personal) y las indemnizaciones que a cada una de ellas co- Pero es muy importante también advertir que cuando en cabeza de una misma
rresponde, entonces habremos logrado un buen instrumento para plantear adecua- persona, según lo vimos anteriormente, se radican la acción hereditaria contrac-
damente el problema de la acumulación entre la responsabilidad contractual y la tual o extracontractual, según el caso, y la acción personal, siempre extracontractual,
extracontractual. ha de tenerse cuidado de no vincular el objeto de la acción hereditaria con el
objeto de la acción personal. En efecto, el daño hereditario solo puede cobrarse
SUBSECCIÓN H. :__ El ejerciendo la acción hereditaria y el daño personal solo puede indemnizarse me-
diante el ejercicio de la acción personal extracontractual. Es errónea, por tanto, la
doctrina según la cual el daño es uno mismo cuando existen las dos acciones y los
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA herederos pueden escoger indistintamente cualquiera de las dos acciones para re-
clamar la indemnización. Allí, justamente, se estaría permitiendo la opción o acu-
Uno de los problemas más complejos que debe afrontar la teoría de la respon- mulación de la responsabilidad contractual y de la extracontractual.
sabilidad civil es el de la aplicación de los conceptos de objeto y causa petendi en
las demandas por responsabilidad civil. En el segundo tomo explicaremos, con II. - La "causa petendi" en los procesos de responsabilidad civil
algún detenimiento, los alcances de la teoría que planteamos. Ahora nos corres-
ponde, únicamente, enunciar el problema y plantear de entrada la solución que, en 144.- ¿QuÉ SE ENTIENDE POR "cAUSA PETENDI" EN LA RESPONSABILIDAD
nuestro sentir, nos parece más correcta, pues de dicha solución depende la que se CIVIL ?140Bis
le dé al problema de la prohibición de acumular o no las dos responsabilidades.
Estudiaremos pues, por separado, el objeto (I) y la causa petendi (II) en las accio- Es este otro de los graves conflictos conceptuales que debe afrontar la teoría
nes por responsabilidad civil. de la responsabilidad civil, cuyas dificultades se pueden percibir con el plantea-
miento de algunos ejemplos.
l. - Objeto en las demandas por responsabilidad civil
Puede suceder que un mismo hecho vincule al demandado desde el ángulo de
¿CUÁL ES EL OBJETO DE LA ACCIÓN INDEMNIZATORIA? instituciones de la responsabilidad civil. Sucederá ello, por ejemplo, cuando
el patrono se embriaga en compañía de su dependiente quien conduce un automo-
Genéricamente podemos decir que objeto de la pretensión es aquello que se
tor de propiedad del patrono. Si acontece un daño a raíz de la embriaguez del
le pide al juez en la demanda. Tratándose de acciones en responsabilidad civil,
conductor, el patrono es responsable desde tres ángulos: a título de responsabili-

140 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 312; Ricardo de Ángel Yagüez, ob.
cit., pp. 896 y SS. 140Bis "Sobre este tema véanse más amplias explicaciones infra, 2026".
130 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 131

dad con culpa probada por el hecho propio, según el artículo 2341 del Código diarias de las otras, pues habría acumulación indebida de pretensiones invocadas.
Civil, puesto que aparece una culpa demostrada de su parte, consistente en tolerar Por otro lado, el juez no puede motu proprio aplicar una institución de la respon-
e incluso inducir a un dependiente a que conduzca en estado de embriaguez; tam- sabilidad civil diferente a la que ha sido invocada por el demandante, pues en tales
bién compromete su responsabilidad por el hecho ajeno, artículo 2347 del Código circunstancias fallaría extra petita 144 •
Civil; finalmente, compromete su responsabilidad por actividades peligrosas, ar-
tículo 2356 del Código Civil, puesto que el daño fue causado con un vehículo que En cambio, la otra corriente doctrinaria a la cual adherimos (teoría de la
estaba bajo su poder de dirección y control. En tales circunstancias, es obvio que unidad de causas), sostiene que lo que constituye la causa petendi no es tal o cual
la víctima puede escoger perfectamente cualquiera de las tres instituciones para institución de la responsabilidad civil, sino el hecho dañoso que da origen a la
demandar al patrono. demanda. Por tanto, las diversas instituciones de la responsabilidad civil son solo
medios jurídicos que el legislador pone a disposición del demandante para que
Así planteado el ejemplo, se preguntan la doctrina 141 y la jurisprudencia si haga valer sus derechos 145 . Desde luego, todo este problema está referido a un
hay cosa juzgada o pleito pendiente cuando la víctima instaura un proceso, por mismo daño y entre unas mismas partes porque si lo que varía son las partes o el
ejemplo sobre la base del artículo 2341, y ante la absolución del demandado deci- daño indemnizable, el problema no se plantea.
de interponer una segunda demanda paralela o sucesiva invocando, no ya la res-
ponsabilidad por el hecho propio del artículo 2341 del Código Civil, sino la res- De acuerdo con este criterio, tenemos que el juez puede perfectamente apli-
ponsabilidad por actividades peligrosas o la derivada del hecho de un tercero. car la institución de la responsabilidad civil que considere correcta si encuentra
¿Habrá en tales circunstanCias pleito pendiente o cosa juzgada? que se llenan los demás requisitos, poco importa que el demandante se haya equi-
vocado en la denominación de la figura aplicable, que haya omitido las normas
Al respecto se han sentado dos teorías. La primera de ellas, que nosotros aplicables o que las haya invocado todas en forma común. También habrá cosa
hemos preferido denominar teoría de la pluralidad de causas, sostiene que cada juzgada si luego de fallado absolutoriamente un proceso, la víctima decide co-
una de esas instituciones constituye una causa petendi distinta y que, por tanto, si brarle el mismo daño al mismo demandado, invocando una figura distinta de la
en un primer proceso el demandado es absuelto, la víctima podrá iniciar un segun- responsabilidad civil como, por ejemplo, invocar en la primera demanda la res-
do proceso siempre y cuando, desde luego, haya más instituciones de la responsa- ponsabilidad por el hecho ajeno y en la segunda, "la responsabilidad por activida-
bilidad civil que comprometan al demandado 142 . Puesto que la causa petendi es des peligrosas. Sin embargo, hay que hacer algunas precisiones a este respecto.
diferente para uno y otro proceso, faltará entonces uno de los elementos constitu-
tivos de la cosa juzgada y del pleito pendiente, cual es la identidad de causa. En efecto, si se parte de esta solución, el juez puede aplicar la norma correcta
siempre y cuando entre los hechos de la demanda aparezca claramente que se
Las consecuencias que se derivan de este punto de vista son las siguientes. cumplen los requisitos de facto indispensables para aplicar una determinada ins-
titución. Así, por ejemplo, si el demandante invoca la responsabilidad por activi-
De un lado, solo habría cosa juzgada cuando todas las instituciones que vincu- dades peligrosas y al narrar los hechos de la demanda explica no solo el ejercicio
lan al demandado en ese daño concreto sean agotadas, es decir, cuando ya el juez de una actividad peligrosa, sino también que el daño fue causado por un depen-
haya decidido que bajo ningún ángulo el demandado es responsable 143 . De otro diente del responsable de la actividad, entonces el juez podrá, si lo tiene a bien y
lado, como cada una de esas instituciones constituye una causa petendi diferente, no encuentra probada la responsabilidad por actividades peligrosas, aplicar la res-
el demandante no podrá invocarlas todas al mismo tiempo, sino unas como subsi- ponsabilidad por el hecho ajeno, aunque no hubiera sido invocada, puesto que en
los hechos de la demanda aparece claramente establecido que la responsabilidad

141 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 246.


142 En ese sentido: René Savatier, ob. cit., t. 1, núms. 258 y ss; Philippe Malaurie, 144 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 246.
Laurent Aynes, ob. cit., núm. 270; Jean Carbonnier, ob. cit., núm. 113; Álvaro Pérez 145 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 111, núm. 2097; Ricardo de Ángel Yagüez, ob.
Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 246. cit., p. 49; Adriano de Cupis, El daño, 2a ed., Barcelona, Bosch Casa Editorial,
143 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 259. 1975, p. 327; Chiovenda, Instituciones de derecho procesal civil, vol. 1, núm. 326.
132 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 133

se podría comprometer desde dicho ángulo. Pero si en ese mismo caso, el deman- está abolida en la responsabilidad civil por la incertidumbre o el preciosismo pro-
dante solo se limita a decir que el demandado ejercía una actividad peligrosa y no cesal que muchas veces se exige inútilmente, desconociéndose que, mientras no
menciona para nada la dependencia o subordinación del conductor del automotor se vulnere el derecho de defensa del demandado, el juez debe poner el derecho
al demandado, entonces no se puede aplicar la responsabilidad por el hecho ajeno procesal al servicio del derecho sustantivo.
puesto que con el silencio del demandante en la narración de los hechos se le pone
un tope a las facultades del juez. 145.- NuEvo CAMBIO EN LA JURISPRUDENCIA DE LA CoRTE SuPREMA
DE JUSTICIA 14681s
Igualmente creemos, pero ya esto es una ruptura con la ortodoxia procesal,
que si la víctima invoca la responsabilidad contractual y el juez encuentra que la
Cuando la primera edición de esta obra se encontraba en imprenta, la Corte
aplicable es la extracontractual o viceversa, no por ello la víctima deberá fracasar
Suprema de Justicia profirió, ell9 de febrero de 1999, un brillante fallo que, así
en sus pretensiones y el juez debería aplicar la responsabilidad correcta, recono-
no compartamos algunos de sus considerandos, de todas formas tiene el mérito de
ciendo así a la víctima la reparación por el daño producido 146 •
abordar con lógica este problema de la causa petendi en los procesos de responsa-
De otro lado, y esto es importante, si bien al juez se le permite aplicar la bilidad civil.
institución que considere correcta, lo que jamás podrá hacer es otorgar indemni-
En efecto, según veremos en detalle más adelante (infra, T. I, 162) al repro-
zación por un perjuicio que es personal, cuando en la demanda se invoca el ejer-
ducir algunos de los párrafos de la citada decisión, la Corte casó una sentencia del
cicio de la acción hereditaria; en sentido contrario, cuando se invoca la acción
Tribunal Superior de Medellín que falló un proceso con base en la responsabi-
personal y lo que hay de por medio es un perjuicio hereditario, el juez no podrá
lidad contractual, pese a que el demandante había invocado una responsabili-
oficiosamente modificar la institución aplicable, y el demandado deberá ser ab-
dad extracontractual, ya que los demandados, si bien habían sido cómplices en
suelto, puesto que en tales circunstancias hay un problema de falta de legitima-
un posible incumplimiento contractual, de todas formas no eran partes en el con-
ción en la causa, lo que varía las partes, el objeto y la causa petendi de la deman-
da. No se puede otorgar el daño hereditario cuando el demandante ejerce la acción trato.
personal, ni se puede otorgar indemnización por el daño personal cuando se invo-
La Corte consideró acertadamente que los demandados no eran los deudores
ca la acción hereditaria más adelante veremos cuáles daños pertenecen a una u
contractuales del demandante, sino terceros que actuaron como posibles cómpli-
otra acción). Esta solución es lógica porque al ejercerse la acción hereditaria se
ces del incumplimiento del contrato. Además consideró que el juez no podía salir-
pide para la sucesión, mientras que si se pide a título personal ni la sucesión ni los
se de la esfera extracontractual señalada por el demandante, con lo cual se alineó
demás herederos participan de la reparación, salvo que también ellos demanden
en lo que nosotros hemos denominado como la teoría de la pluralidad de causas.
reparación de su propio daño.
Al fallar como tribunal de instancia, la Corte negó las pretensiones de la demanda,
Al plantear las dos teorías sobre la noción de causa petendi, lo que pretende- argumentando que el dolo invocado por el actor no había sido probado dentro
mos es erradicar el ritualismo procesal que nos está agobiando y que hace fracasar del proceso. De otro lado, el fallo de la Corte, acertadamente en nuestro concep-
constantemente las acciones indemnizatorias con el argumento de que la respon- to, distingue entre fundamentos legales o normas invocadas y los fundamentos
sabilidad aplicable es diferente de la invocada. Hemos llegado a un caos tal, que la jurídicos de la pretensión, concluyendo que los primeros deben ser aplicados ofi-
responsabilidad civil pasó de ser un tema complejo a ser todo un mundo esotérico ciosamente por el juez, así el demandante se haya equivocado en su citación,
y exclusivo que cada quien interpreta a su manera. Difícilmente hay dos fallos mientras que los segundos están sometidos a lo estrictamente invocado por el
idénticos en cuanto a la solución sobre la noción de causa petendi en responsabi- demandante. De allí que, según la Corte, el juez no podía fallar con base en la
lidad civil. La seguridad jurídica, principio básico del Estado liberal de derecho, responsabilidad contractual si lo invocado como hechos de la demanda se funda-
mentaba en la responsabilidad extracontractual.

146 Sobre esa solución en el derecho español, véase Ricardo de Ángel Yagüez, ob.
Cit., pp. 23 y SS. 146Bis Véase C. S. J., cas. civ., 19 febrero 1999, exp. 5099.
134 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 135

Según indicaremos más adelante (infra, T. I, 162), este fallo, au~q~e plantea
y el juez advierte que lo que existe es un contrato de transporte y no de comisión,
claramente el problema, de todas maneras introduce una enorme ngidez .en> la
apreciación de la causa petendi. Para nosotros, si los hechos alegados consistlan de todas maneras deberá aceptar las pretensiones del demandante si los presu-
puestos de hecho y la competencia del juez así lo permiten. Lo que no podrá el
en una culpa de los demandados, y esa culpa fue probada.' así como los daños que
juez es aplicar indistintamente uno u otro contrato, salvo que la ley en forma
de ella se derivaban, era innecesario denegar las pretenswnes ~o pretexto de que
expresa se lo permita. En efecto, a cada contrato corresponde una reglamentación
en los hechos se habla de un incumplimiento contractual. Lo Importante no era
específica que debe respetarse, a menos que el silencio del legislador remita a los
que los hechos se denominaran como incumplimiento contractual~ ex:racontractual, principios generales.
sino la afirmación de que el demandado, por su culpa, le causo .danos .al deman-
dante. Mientras los hechos afirmados, físicamente hablando, hub1ese~ sido pro~a­
dos, la denominación de contractuales o extracontractuales carece de Importancia. 11 - La acumulación en caso de responsabilidad exclusivamente
extracontractual
Con todo, este fallo, reiteramos, contiene una serie de argumentos de mucho
peso que en el futuro tendrán enormes consecuencias en la solución del problema Un poco más compleja es la situación que se presenta cuando un
mismo hecho da lugar a enmarcar la conducta del agente dentro de varias institu-
que aquí abordamos.
ciones de la responsabilidad extracontractual o aquiliana (el problema no se pre-
senta si la conducta solo se enmarca dentro de una sola figura: responsabilidad
SuB SECCióN nnlH.H.cwta de acumular las por el hecho propio del artículo 2341 del Código Civil, por ejemplo).
~"~'::mJuc1'i en re5¡pons:amlno,au civil
Nos preguntamos si en tales circunstancias la víctima puede optar o escoger
Las dos subsecciones anteriores nos permiten, ahora sí, adentrarnos entre cualquiera de las instituciones que la ley pone a su disposición.
en el problema de la prohibición o autorización para acumular .o más bien optar
entre la responsabilidad civil contractual y la extracontractual. Sm ~~bargo, es de Al igual que en el caso anterior, la solución depende de la teoría que se acoja
anotar que la discusión puede plantearse no solo entre la .respons.abll:da~ contrac- en relación con la causa petendi de la pretensión en responsabilidad civil. Como
tual y la extracontractual, sino también dentro de las diversas mstltucwnes que aquí partimos del presupuesto de que la teoría válida es la de la unidad de causas,
configuran la responsabilidad civil extracontractual. Inclu.so puede haber pr.oble- entonces debemos concluir que la víctima no solo tiene derecho a escoger la ins-
mas teóricos y prácticos cuando en su demanda el actor 1~voca u~ determmado titución de la responsabilidad extracontractual que más ventajas le traiga (siempre
contrato y el juez llega a la conclusión de que el contrato mcum~l~do es de otra y cuando las cuestiones de hecho la tipifiquen), sino que el juez tiene la obliga-
naturaleza. Veamos por separado, entonces, el problema de la opc10n o acu~ula­ ción de aplicar oficiosamente la institución que más beneficia a la víctima, inde-
ción en caso de responsabilidad exclusivamente contractual (I); luego, analizare- pendientemente de la figura invocada, siempre y cuando los hechos de la demanda
mos la opción o acumulación en caso de responsabilidad exclus.i;ament~ ~xtracon­ y lo probado así lo permitan.
tractual 0 aquiliana (II) y, finalmente, estudiaremos la acumulacwn u opcwn cuando
se trata de acudir indistintamente a la responsabilidad contractual o a la extracontractual Así, por ejemplo, si el dependiente, manejando un vehículo de su patrono y
(III). en el ejercicio de sus funciones, causa un daño a un tercero, entonces se compro-
meten para el patrono no solo la responsabilidad por el hecho ajeno (C. C., art.
- La acumulación en caso de responsabilidad exclusivamente contractual 2347), sino también la responsabilidad por actividades peligrosas (C. C., art. 2356).
Si se aplica la primera, entonces la prescripción será de tres años y el patrono
147.- Partiendo de que aceptamos la teoría de la unidad de causas (~upra, T. podrá liberarse de su responsabilidad, demostrando diligencia y cuidado. En cam-
I, 144), llegamos a la conclusión de que el juez debe acoger las ~retenswne~ del bio, si se aplica la segunda, la prescripción será de diez años y al patrono solo lo
demandante si éste se equivoca en la denominación del contrato mvocado, s~em­ libera la causa extraña. En nuestro concepto, el juez debe aplicar ésta última res-
pre y cuando, desde luego, se llenen los demás requisitos lega~e~~ por eJem- ponsabilidad si es que ella es aplicable y aunque el demandante se equivoque en la
plo, si el demandante invoca en su demanda el contrato de com1s10n de transporte denominación, invoque las dos instituciones al tiempo o simplemente no invoque
ninguna. Lo importante es que dentro del proceso se demuestre que el daño se
136 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 137

produjo por una actividad peligrosa imputable al demandado y que la demanda especie de híbrido, situación que por lo absurda no es ni siquiera planteada como
esté referida a cobrar ese daño con base en los mismos hechos probados. problema por la doctrina 148 y la jurisprudencia. Ello pues, no es posible.

III. - La acumulación entre la responsabilidad contractual y la Tampoco tiene que ver con la posibilidad de cobrar dos veces la indemniza-
extracontractual ción, acudiendo a las dos responsabilidades 149 , pues habría enriquecimiento sin
causa.
149.- La situación, en cambio, es mucho más compleja tratándose de la
Finalmente, observemos que cuando el daño se produce con ocasión del con-
posibilidad de optar o de acumular las responsabilidades contractual y extracontrac-
trato y no como consecuencia de su inejecución, el daño es necesariamente extra-
tual. A fin de poder analizar los diferentes argumentos que sobre este tema se han
contractual (supra, T. I, 87).
dado, consideramos conveniente desde un principio sentar el problema tal y con-
forme nosotros lo concebimos y, luego de desarrollarlo con todas sus consecuen- Así delimitado el problema, digamos que para nosotros, siguiendo buena parte
cias (§ 1), analizar la jurisprudencia colombiana sobre este mismo punto (§ 2). de la doctrina 150 , entre las mismas partes y para cobrar el mismo daño, como prin-
Finalmente, veremos hasta qué punto es posible, en una reforma legislativa, su- cipio general, la víctima no puede acudir indistintamente a los principios aplica-
primir el dualismo entre las dos responsabilidades y de paso cancelar el problema bles a la responsabilidad civil contractual o los aplicables a la responsabilidad
de la opción entre una y otra responsabilidad (§ 3). civil extracontractuaP 51 • O mejor, el juez no puede aplicar indistintamente, en
tales circunstancias, uno u otro régimen de responsabilidad. Corresponde, pues,
§ l . - DEFINICIÓN Y SOLUCIÓN EXACTA DEL PROBLEMA determinar si el daño que se debate entre las mismas partes se deriva de la inejecución
de un contrato válidamente celebrado entre ellas, en cuyo caso se puede aplicar
150.- La formulación exacta será entonces la siguiente: entre las mismas única y exclusivamente la responsabilidad contractual, o si el contrato no existió
partes y para cobrar un mismo daño, ¿la víctima podrá invocar contra el deman- o existiendo, el daño no se deriva de su inejecución, caso en el que la responsabili-
dado, indistintamente, bien sea la responsabilidad civil contractual, bien la res- dad aplicable será necesaria y exclusivamente la extracontractual (supra, T. I, 87).
ponsabilidad civil extracontractuaf1 47 •

La respuesta es diferente en los distintos ordenamientos jurídicos. En aque- 151.- JUSTIFICACIÓN DE LA PROHIBICIÓN DE ACUMULAR LAS DOS RESPONSABILIDADES

llas legislaciones en las que ambas responsabilidades tienen un tratamiento co-


Esta solución se explica lógicamente. En efecto, la esfera de la responsabili-
mún, es indiscutible que la opción es permitida y el problema ni siquiera se plan-
dad jurídica solo contiene un plano que se reparte entre la responsabilidad con-
tea. En cambio, en aquellos ordenamientos jurídicos que, como el nuestro y el
francés, tienen establecidas las normas relativas a cada orden de responsabilidad
en lugares distintos de la codificación y con diferencias accesorias pero importan-
tes, el problema se plantea en toda su dimensión. 148 Atilio Aníbal Alterini, Osear José Ameal, Roberto López Cabaña, ob. cit., núm. 155;
Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 342; Philippe Malaurie, Laurent
Aynes, ob. cit., núm. 883; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 174.
De otro lado, es necesario advertir que el problema nada tiene que ver con la 149 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 342; Philippe Malaurie, Laurent
posibilidad de escoger principios de una y otra responsabilidad para elaborar una Aynes, ob. cit., núm. 883; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 174; Arturo
Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, ob.
cit., núm. 44.
150 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 218; Philippe Malaurie,
147 Atilio Aníbal Alterini, Osear José Ameal, Roberto López Cabaña, ob. cit., núm. Laurent Aynes, ob. cit., núm. 880; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 30; Luis Pascual Estevill,
151; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit. núm. 342; Philippe Malaurie, Laurent ob. cit., t. 1, núm. 15; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 174; Arturo Alessandri
Aynes, ob. cit., núm. 880; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. Rodríguez, De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, núm. 44.
216; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 29; Luis Pascual Estevill, ob. cit., núm. 13; Marcel 151 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 343, citando a la Corte de Casa-
Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 493; Mazeaud-Tunc-Chabas, ción francesa expresan: "El acreedor de una obligación contractual no puede preva-
ob. cit., t. 1, núm. 174; Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en lerse contra el deudor de esta obligación, de las reglas de la responsabilidad delic-
el derecho civil chileno, núm. 44. tual". En el mismo sentido, Marcel Planiol, Georges Ripert, ob. cit., t. VI, núm. 493.
138 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 139

tractual y la extracontractual. Es decir, no permite que se queden conductas ilícitas no las dos al mismo tiempo. Es esa la razón que justifica la prohibición de escoger
impunes pero, al mismo tiempo, impide que, salvo las excepciones que veremos entre una u otra responsabilidad.
más adelante, un mismo hecho se enmarque tanto en la esfera contractual como en
la extracontractual. Todo lo hasta ahora dicho permitiría sentar este mismo principio, pero en
forma positiva. En efecto, uno podría afirmar, sin contradecir la lógica, que la
Cuando el Código Civil expresa que el contrato es ley para las partes, está acumulación de responsabilidades es posible cuando el mismo daño entre las mis-
significando que desde el punto de vista del contrato, las partes necesariamente mas partes necesariamente se enmarca dentro de las dos responsabilidades. Pero
deben regirse por los principios contractuales. El principio que rige el trasfondo como en la práctica, salvo las dos excepciones que veremos más adelante, esa
de todo el contrato es el de convenir que todos los derechos y obligaciones que se dualidad no existe por los motivos ya vistos, es más lógico plantear el principio en
deriven del contrato se regirán exclusivamente por la responsabilidad contractual. forma negativa; es decir, considerando que la acumulación no es factible.
Sería absurdo que las partes pudieran, a su gusto, sustraerse del contrato para
ubicarse en el marco extracontractual. Si así fuera, el contrato, como fuente de las Así las cosas, es improcedente formular una acción extracontractual después
obligaciones, desaparecería. ¿Qué sentido tendría convenir las condiciones de un de que la acción contractual, que era la procedente dada la existencia de un contra-
contrato si luego las partes pudieran renunciar a lo pactado para reacomodarse en to entre demandante y demandado, ha sido agotada y ha fracasado como conse-
la esfera de lo extracontractual? cuencia de la prescripción, de la ausencia de daño o de responsabilidad en general.
Si el daño reclamado surgía del contrato y la acción contractual ya no es proce-
Por tanto, la existencia del contrato obliga a examinar con rigor hasta dónde dente, no es factible acudir a la responsabilidad extracontractual. Es eso justa-
van las obligaciones del mismo. Cada que ocurra un daño que a primera vista se mente lo que está prohibido.
considera contractual, el juez debe averiguar cuál era el objeto del contrato. Si el
daño consiste en el incumplimiento total o parcial de ese objeto, no queda más
152.- EXCEPCIONES AL PRINCIPIO DE LA PROHIBICIÓN DE ACUMULAR
remedio que aplicar la responsabilidad contractual 152 •
Ahora, así planteado el problema y su solución, cabe afirmar que, por excep-
Alguien podría argüir que de todas formas, pese a la existencia del contrato, ción, hay dos casos en los cuales el mismo daño entre las mismas partes necesa-
la conducta del responsable se enmarca tanto en el plano contractual como en el riamente se enmarca dentro de los dos campos de responsabilidad y, en conse-
extracontractual. Por eso se dice, a veces, que cuando la conducta del deudor es cuencia, la víctima tiene la opción de escoger entre la responsabilidad contractual
dolosa, la víctima, si lo desea, puede ubicarse en el plano extracontractual. Sin y la extracontractual. Veamos cuáles son.
embargo, salvo las excepciones que veremos más adelante, es imposible tal dua-
lidad de regímenes. Un mismo daño entre las mismas partes no podrá violar al
mismo tiempo el contrato y el deber general de prudencia. Para nadie es un secre- 153.- INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO Y DELITO PENAL 153

to que en materia contractual también se contempla la responsabilidad dolosa.


De un lado, cuando el hecho dañoso constitutivo del incumplimiento del con-
Lo que sucede a veces es que hay daños que se producen con ocasión del trato estructura a la vez un delito penal cuyo sindicado es el deudor contractual (si
contrato y, entonces, parecería lógico pensar que ese daño es al mismo tiempo el sindicado penal es distinto del deudor contractual, la opción no existe), el acreedor
contractual y extracontractual. Sin embargo, no hay tal. Si el intérprete examina contractual tiene la posibilidad de elegir, al demandar al deudor contractual, entre
con cuidado la prestación contractual y su relación con el daño, necesariamente la responsabilidad contractual derivada de la inejecución del contrato y la respon-
llegará a la conclusión de que la acción o es contractual o es extracontractual, pero sabilidad extracontractual derivada de los daños patrimoniales ocasionados con

152 Luis Pascual Estevill, t. 1, núm. 15; Planiol, Ripert, t. VI, núm. 493; Mazeaud-Tunc- 153 Atilio Aníbal Alterini, áscar José Ameal, Roberto López Cabaña, ob. cit., p. 155;
Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 182; Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 46. Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 881.
140 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 141

un delito penaP 54 • En el primer caso demandará por vía ordinaria civil; en el se- el vendedor inicial. Según vimos (supra, T. 1, 120), algunos consideran que, en
gundo, se constituirá parte civil dentro del proceso penal. este caso, la acción es necesariamente contractual y, por tanto, la opción tampoco
existe. Otros 158 , por el contrario, consideran que en la hipótesis planteada, la víc-
Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando el arrendatario de un bien inmueble lo tima tiene la opción de demandar al vendedor inicial optando bien sea por la res-
incendia en forma intencional, incurriendo no solo en el delito de daño en cosa ponsabilidad contractual, invocando las garantías contractuales transmitidas por
ajena, sino también incumpliendo una obligación contractual de devolver el bien el adquirente inicial, bien por la responsabilidad extracontractual, considerándose
arrendado. En este caso la víctima podrá constituirse parte civil en el proceso un simple tercero. Desde luego, la acción que tiene ese subadquirente contra quien
penal, ejerciendo la acción extracontractual contra el sindicado, deudor contrac- le vendió es de naturaleza contractual.
tual, o, si lo prefiere, podrá demandar por vía puramente civil, ejerciendo la ac-
ción contractual. Veamos, con un ejemplo, cómo se aplicaría la opción planteada por ésta últi-
ma doctrina. Nos referimos a la responsabilidad en la construcción y enajenación
Algunos autores sostienen que aun en este caso, la prohibición de acumular de inmuebles. En efecto, el artículo 2060, numeral 3 del Código Civil, tiene esta-
subsiste y que lo único que varía es la posibilidad de que dentro del proceso penal blecido que en materia contractual, el constructor responde por todos los daños
se ejerza la acción contractual 155 • que resulten en la construcción durante los diez años siguientes a la entrega. De su
lado, el artículo 2351 del Código Civil también consagra una responsabilidad
Obsérvese que aquí se presenta el verdadero problema de la opción porque se extracontractual durante los mismos diez años por todos los daños que se deriven
trata de las mismas partes y' para cobrar el mismo daño. No se trata pues, como de una mala construcción a terceros. Si el comprador inicial enajena el inmueble
bien lo dicen algunos autores, de un problema de acumulación de las dos respon- a un tercero y durante los diez años de la garantía el bien sufre daños por defectos
sabilidades sino más bien de un problema de opción 156 , es decir, el de la posibili- en la construcción, entonces el subadquirente final desde luego podrá demandar a
dad de elegir entre los principios de una responsabilidad y los de la otra. su vendedor, pero si lo prefiere podrá demandar al constructor y en éste último
caso podrá ejercer contra él la acción extracontractual, argumentando que no ha
154.- ACCIÓN DEL SUBADQUIRENTE CONTRA EL DEUDOR INICIAL celebrado contrato alguno con el constructor. Pero, si lo prefiere, podrá recoger la
garantía que le fue transmitida por su vendedor y en tal virtud podrá demandar por
La segunda excepción al principio general según el cual no se puede optar vía contractual al mismo constructor.
entre una y otra responsabilidad se presenta en el caso de los subadquirentes de
determinados productos. En efecto, sucede a menudo que una persona compra a Desde luego, estamos partiendo del presupuesto de que en este ejemplo, el
otra un bien mueble o inmueble, bien que, como es lógico, otorga al comprador daño es uno mismo y son unas mismas las partes.
algunas garantías contractuales contra el vendedor por defectos de calidad o falta
de eficiencia. Si ese comprador inicial, a su turno, enajena el bien a un subadquirente 155.- FALSAS DOCTRINAS SOBRE EL PROBLEMA DE LA ACUMULACIÓN DE LA
posterior y éste sufre un daño como consecuencia de la mala calidad o falta de RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y DE LA EXTRACONTRACTUAL
eficiencia del producto vendido, la doctrina 157 y la jurisprudencia discuten sobre
la naturaleza contractual o extracontractual de la acción del subadquirente contra Así delimitado el problema y propuesta su solución, podemos adentrarnos en
la crítica de una serie de confusiones que se han presentado a través de los años
por parte de una doctrina y jurisprudencia que han utilizado en forma equívoca los
154 Atilio Aníbal Alterini, Óscar José Ameal, Roberto López Cabaña, ob. cit., núm. varios significados del término "acumular". Una vez elaborada toda esta decanta-
366; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 881; Arturo Alessandri Rodríguez, ción, analizaremos si realmente la prohibición de acumular es una carga que pesa
De la responsabilidad civil en el derecho civil chileno, núm. 51.
155 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 347; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob.
cit., t. 1, núm. 202.
156 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 342. 158 Comentarios a esta teoría, véase: Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t.
157 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 225. IV, núm. 225.
142 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 143

contra el demandante o si, por el contrario, es un problema que solo atañe al cífico. En nuestro concepto, dicha prohibición solo existe en el contrato de trans-
fallador. porte, en el cual, según veremos, cuando el pasajero fallece, sus familiares podrán
perfectamente cobrar el daño hereditario contractual y el daño personal extracon-
En líneas generales podemos decir que el problema de la acumulación de las tractual, pero no dentro de un mismo proceso, sino en forma separada o sucesiva.
dos responsabilidades no se presenta cuando, aun siendo unas mismas las partes,
son diferentes los daños por los cuales se reclama indemnización; tampoco se El principio general es el siguiente: cuando hay dos daños, el uno contractual
presenta el problema de la indebida acumulación de responsabilidades cuando y el otro extracontractual, perfectamente se pueden cobrar las dos indemnizaciones
siendo uno mismo el daño, son distintos los responsables; ni cuando siendo uno en un mismo proceso, y allí nada tiene que ver el problema de la acumulación de
mismo el causante del daño, hay varias víctimas, unas contractuales y otras la responsabilidad contractual y de la extracontractuaP 62 •
extracontractuales 159 •
157.- EL MISMO DAÑO PERO CON DOS O MÁS RESPONSABLES
Veamos por separado, cada una de estas hipótesis.
En segundo lugar, puede suceder que un mismo daño tenga dos causantes,
LAS MISMAS PARTES PERO CON DOS DAÑOS DIFERENTES
uno que responde contractualmente y otro que lo hace de manera extracontractual.
Esto acontece, por ejemplo, cuando al ejecutar defectuosamente el contrato, la
En primer lugar, puede suceder que una misma persona responsable cause operación la realiza un dependiente del deudor contractual, quien actúa culposamente.
daños diferentes, uno contractual y otro extracontractual, a una misma víctima. En tales circunstancias, el acreedor podrá demandar, incluso en un mismo proceso
Tal es el caso que se presenta cuando, por ejemplo, el acreedor contrata la cons- al deudor por vía contractual y al dependiente del deudor por vía extracontractual.
trucción de un edificio con un empresario de la construcción y cuando el acreedor El problema de la acumulación no se presentará aquí por cuanto si bien se trata de
está recibiendo la obra, ésta se destruye y, a su turno, el constructor le roba el reloj un mismo daño, las partes son diferentes y porque no se trata de aplicar al deudor
al que encargó la obra, quien en consecuencia sufre dos daños. Uno consistente en contractual la responsabilidad extracontractual ni al responsable extracontractual
la pérdida del edificio o por lo menos de su precio, y otro en el daño emergente la responsabilidad contractual.
derivado del robo del reloj. Evidentemente, las partes son las mismas pero
los daños no. En tales circunstancias hay un daño contractual y hay otro daño 158.- UN RESPONSABLE CON DOS O MÁS VÍCTIMAS
extracontractual. Desde luego la víctima podrá perfectamente cobrar las dos
indemnizaciones, invocando la responsabilidad contractual para los daños oca- En tercer lugar, puede suceder que un mismo responsable cause dos daños, el
sionados a la construcción y la responsabilidad extracontractual únicamente uno contractual y el otro extracontractual, pero en cabeza de personas distintas.
para cobrar los daños derivados de la pérdida del reloj 160 . Esto sucederá, por ejemplo, cuando en el caso ya planteado de la construcción que
se cae por un defecto en la edificación, causando daño no solo al propietario de la
Cuando entre las mismas partes, como en el caso anterior, se presentan dos construcción sino a un visitante que en ese momento se encuentra en la obra. En
daños, el uno contractual y el otro extracontractual, ambas indemnizaciones se este caso, el dueño de la obra podrá reclamar al constructor deudor la indemniza-
pueden pedir en un mismo proceso 161 , salvo que la ley lo prohíba en un caso es pe- ción por la pérdida de la construcción misma, invocando la responsabilidad con-
tractual. De su lado, el que nada tenía que ver con el contrato, podrá
demandar al mismo constructor por vía extracontractual. Ambas víctimas podrán
demandar incluso en un mismo proceso. No se presenta el problema de la acumu-
159 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 237. lación por cuanto se trata de víctimas distintas con dos daños diferentes 163 .
160 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 174, nota 2; Álvaro Pérez Vives, ob. cit.,
vol. 2, núm. 237; Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad civil en el
derecho civil chileno, núm. 44.
161 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 174, nota 2; Álvaro Pérez Vives, ob. cit., 162 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 174, nota 2.
vol. 2, núm. 237. 163 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 174, nota 8.
144 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 145

159.- ACCIÓN HEREDITARIA Y PERSONAL EN CABEZA DE UNA MISMA PERSONA perjudicados, pues jurídicamente son patrimonios distintos. De otro lado, el daño
personal puede ser cobrado por el perjudicado, así no sea heredero. Si se permitie-
En cuarto lugar, tampoco se presenta el problema de la opción o acumulación ra ejercer cualquiera de las acciones para cobrar el mismo daño se estaría permi-
de responsabilidades cuando, habiendo un daño hereditario y uno personal (por tiendo una indebida legitimación en la causa. Aquí, pues, nada tiene que ver el
ejemplo, en el contrato de transporte o en cualquier otra circunstancia), están problema de la acumulación de la responsabilidad contractual y de la extracon-
radicadas la acción hereditaria contractual y la acción personal extracontractual tractual.
en cabeza de una misma persona. Así, por ejemplo, cuando el pasajero fallece y
sus herederos sufren un daño propio, estos herederos podrán cobrar las dos 160.- CULPA EXTRACONTRACTUAL A PESAR DE INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO
indemnizaciones, la una contractual y la otra extracontractual, siempre y cuando
haya habido dos daños: el del pasajero y el de sus Por tanto, es absolu- Además de las anteriores precisiones, queremos hacer la crítica de alguna
tamente equivocada la doctrina según la cuando el pasajero fallece, siempre doctrina según la cual la opción o acumulación entre las dos responsabilidades
habrá un solo daño que podrán cobrar sus herederos ejerciendo indistintamente la será permitida cuando el daño que produce el incumplimiento del contrato provie-
acción hereditaria o la acción Si se permitiera esta pv•n.v ....... '"''"''-' ne no de una culpa contractual sino de una culpa extracontractual. Tal ocurrirá,
violando el principio de la de acumular dos por ejemplo, cuando el pasajero o la mercancía transportada sufren un daño con
también absolutamente errónea la doctrina según la cual, en virtud de la prohibi- un vehículo de propiedad del transportador que venía en sentido contrario y colisiona
ción de acumular las dos responsabilidades, los herederos, a pesar de existir dos con el vehículo transportador por culpa del vehículo que venía en contravía. En
daños, solo pueden cobrar o oien el hereditario contractual o el personal extracon- este ejemplo, el daño no fue producido ni por el transportador directamente, ni por
tractual. La doctrina es errónea, pues no es que en éste último caso la víctima el conductor que efectuaba el transporte, sino por un vehículo que nada tenía que
tenga la necesidad de escoger entre una y otra En este caso solo habría ver en la ejecución del contrato, pero que de todas formas pertenecía o estaba bajo
acumulación de pretensiones (problema diferente del de la acumulación u opción la responsabilidad del transportador. Según esta doctrina, la víctima podría esco-
entre las dos responsabilidades), acumulación que no está prohibida en parte algu- ger entre la acción contractual, invocando el incumplimiento del contrato de trans- .
na, puesto que no son excluyentes. Habría indebida acumulación de pretensiones porte o, si lo prefiere, podría invocar la responsabilidad por actividades peligro-
en materia extracontractual, lo que nada tiene que ver con la acumulación de res- sas, del artículo 2356 del Código Civil, argumentando que el daño fue producido
ponsabilidad, si, por ejemplo, la víctima de una perturbación de vecindario que por un instrumento o por una actividad que no obstante ser ajena al cumplimiento
causa la caída de un edificio reclama, al mismo tiempo, la reconstrucción del del contrato, de todas maneras comprometía la responsabilidad extracontractual
inmueble y el pago de la indemnización en dinero. Allí sí habría una indebida del deudor.
acumulación de pretensiones. Pero en el caso que nos ocupa no hay indebida acu-
mulación de pretensiones por cuanto uno es el daño hereditario sufrido por el En nuestro concepto, esta doctrina es errónea por cuanto parte del presupues-
causante y otro es el perjuicio personal de tipo extracontractual. En este volumen, to de que se puedan generar a la vez esas dos culpas, olvidando que la culpa es un
explicamos en detalle cuáles son los perjuicios que pertenecen a cada una de estas elemento psicológico que, simplemente, compromete determinadas esferas jurí-
acciOnes. dicas de quien la causó o de quien actuó culposamente. Por eso, en el ejemplo
planteado, no es que se haya cometido una culpa extracontractual y otra contrac-
Lo que sí no puede hacer el heredero es cobrar el daño personal ejerciendo la tual, lo que ocurre es que el deudor contractual no podrá invocar la fuerza mayor
acción hereditaria o, a la inversa, pretender el daño hereditario ejerciendo la ac- o el hecho de un tercero como exoneración de responsabilidad por el hecho del
ción personal. otro vehículo, puesto que para poder invocar la causa extraña como exoneración
de responsabilidad, se requiere que el evento causante del daño sea irresistible y
En éste último caso, la prohibición no es porque se quiera cobrar un daño que externo jurídicamente al deudor. Por tanto, como el vehículo causante del daño
es extracontractual por vía contractual, sino pura y simplemente porque un daño estaba dentro de la esfera jurídica del transportador, entonces no podrá alegar la
personal no se puede cobrar por vía hereditaria y un daño hereditario no se puede causa extraña como hecho liberatorio. El hecho, físicamente, podría ser imprevi-
cobrar por vía personal, así ambas acciones sean extracontractuales, según queda sible e irresistible para el conductor del vehículo en que se ejecutaba el contrato,
dicho (supra, T. I, 141). No es lo mismo pedir para la sucesión que pedir para los pero es imputable jurídicamente al deudor contractual, por lo cual no se libera de
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 14 7
146 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

ma que pertenece al demandante o si, más bien, pertenece al fallador. La solución


la presunción que pesa en su contra. Más adelante veremos que para que el hecho
depende de la concepción que se tenga sobre la causa petendi en los procesos de
de un tercero libere de responsabilidad al agente o al deudor contractual es nece-
responsabilidad civil, tema al que nos referirnos un poco antes (supra, T. I, 144).
sario que ese tercero no dependa jurídicamente de él y, si el daño es causado por
una actividad peligrosa, es indispensable que dicha actividad no esté bajo el poder En efecto, si se acepta la teoría que hemos denominado de la pluralidad de
de dirección y control del deudor contractual. De lo contrario, la responsabilidad causas, y el demandante invoca la responsabilidad contractual, y en el proceso el
contractual seguirá existiendo sin necesidad ni posibilidad de acudir a la respon- juez advierte que lo aplicable es la responsabilidad extracontractual, el fallo debe-
sabilidad extracontractual. rá desechar las pretensiones del demandante, pues de lo contrario el juez estaría
fallando extra petita 164 • Como cada responsabilidad constituye una causa petendi
¿EL PROBLEMA DE LA PROHIBICIÓN DE ACUMULAR PERTENECE AL JUEZ O
distinta, el juez no puede aplicar la que, siendo aplicable desde el punto de vista
AL DEMANDANTE? sustantivo, no fue, sin embargo, invocada por el demandante. De allí que sea
El problema de la prohibición de acumular las dos responsabilidades, es de- conveniente, cuando no es clara la responsabilidad aplicable, invocar la una a
cir, de saber si la víctima puede escoger entre una u otra responsabilidad para título principal y la otra a título subsidiario 165 , no sea que el juez aplique la teoría
demandar a un mismo responsable por el mismo daño, no siempre es fácil de de la pluralidad de causas.
resolver. En efecto, si bien nadie tiene dificultad en saber que el peatón solo podrá
En cambio, si se acepta, corno lo hacemos nosotros, la teoría de la unidad de
reclamar por vía extracontractual, o que el vendedor solo podrá reclamar la entre-
causas (supra, T. I, 144), en el ejemplo planteado en los párrafos anteriores, el
ga de la cosa comprada por vía contractual, la situación en cambio es mucho más
jue~ podrá y deberá aplicar la responsabilidad correcta, así el demandante se haya
difícil en algunos casos en los que no se sabe a ciencia cierta si existe o no el
eqmvocado en la denominación de la misma o haya citado varias disposiciones
incumplimiento de un contrato. Este ejemplo de la vida real mostrará las dificul-
contradictorias o, incluso, haya guardado silencio en cuanto a la responsabilidad
tades que se pueden suscitar al respecto. En efecto, hace algunos años, en la ciu-
aplicable 166 • La causa petendi es el hecho dañoso y la denominación jurídica care-
dad de Medellín, una persona en estado de embriaguez abordó un vehículo de
ce de importancia en la medida en que ello no mengua el derecho de defensa del
servicio público de transporte de pasajeros y el conductor se negó a recibirle el
demandado. Por ello, si se invoca la responsabilidad extracontractual, pero la aplicable
valor del transporte y a dejarlo pasar por la máquina registradora, aduciendo que
es la contractual, el juez deberá acoger las pretensiones del demandante siempre y
en estado de embriaguez no se transportaba a ningún pasajero; el pasajero se negó
cuando los demás elementos procesales y sustanciales se hallen acreditados 167.
a descender del vehículo, desafiando agresivamente al transportador, quien no
tuvo más remedio que iniciar la marcha, con tan mala suerte, que la puerta del En varias oportunidades la jurisprudencia colombiana se ha orientado en ese
autobús se abrió produciéndose la muerte del pasajero al caer contra el pavimento. sentido. Veamos, la Corte Suprema de Justicia, en Decisión del 31 de agosto de
Se inició un proceso indernnizatorio, pero tanto las partes corno los diversos jue- 1949, dijo:
ces de instancia se enfrascaron en la discusión de si en tales circunstancias, la
acción era contractual o extracontractual, pues dependiendo de la solución que se "~~H. tribunal no se le pasó por alto la cuestión de si había o no incompati-
le diera a este problema, la acción triunfaría o estaría condenada al fracaso. Corno bilidad entre la acción principal y la subsidiaria propuesta por el doctor Na-
se ve, es angustiante para el abogado demandante saber en un momento determi-
nado si ejerce la acción contractual o si más bien ejerce la extracontractual. Des-
graciadamente, por una diferente interpretación de los hechos o por un simple 164 En ese sentido Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 246.
defecto de técnica jurídica en la denominación de la acción, se han producido a 165 P~ilippe le ~ourneau, ,Lo'fc Cadiet, ob. cit., núm. 352; Jacques Ghestin, Genevieve
través de la jurisprudencia colombiana enormes injusticias con las víctimas de V~ney, ob. c1~., t. IV, nu..m. 228. La misma solución se aplica en el derecho español:
una acción dañina, pues con el argumento, más bien pretexto, de que las dos res- R1cardo de Angel Yaguez, ob. cit., pp. 41 y ss.
ponsabilidades no se pueden acumular, o que la acción invocada no era la correc- 166 Philippe le Tourneau, Lo'fc Cadiet, ob. cit., núm. 352; Jacques Ghestin Genevieve
V~ney, ob. cir, t. IV, n~.m. 228. La misma solución se aplica en el deredho español:
ta, no se accede a las peticiones indernnizatorias del demandante. R1cardo de Angel Yaguez, ob. cit., pp. 41 y ss.
Esta situación nos lleva a plantearnos la pregunta de si el problema de la 167 Philippe le Tourneau, Lo'fc Cadiet, ob. cit., núm. 350; Jacques Ghestin Genevieve
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 231. '
prohibición de acumular o de optar entre las dos responsabilidades es un proble-
148 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 149

ranjo López: no vio que hubiera pugnacidad entre las dos acciones. Apenas manera terminante y expresa la celebración de contrato entre el señor Zapata
halló esta diferencia entre ellas: que, en la principal, los autores reclaman la o sus herederos y la entidad demandada. Cierto que algunos de los hechos
indemnización fundados en que, por la muerte del señor Zapata, se han visto hablan de que el occiso era dependiente de la N ación, y que en su carácter de
privados de beneficios pecuniarios que él les proporcionaba, con lo cual ha empleado viajaba en el avión del siniestro. Esta circunstancia, sin embargo,
sufrido mengua el patrimonio de ellos; y que en la subsidiaria proponen que la trae a cuento el libelista como una justificación de que don Francisco Za-
se reconozca que el señor Zapata sufrió perjuicios en su propia persona que pata viajara en el día de la tragedia en un avión militar. Esa circunstancia no
comprometen la responsabilidad de la nación, dueño del aparato conductor, a arguye, de suyo, una intención de encarrilar la demanda hacia una declara-
la vez que directora y organizadora del servicio aeronáutico oficial. En éste ción de perjuicios por incumplimiento o mala ejecución de un contrato.
último caso, dice el tribunal, "los autores obran, aunque no lo digan, o lo
digan mal, como representantes del causante, lo cual equivale a decir que al "Y si el reparo del señor procurador se apoya en la cita de reglamentos ata-
obrar por él es como si el causante mismo obrara". ñederos a los contratos, a ese punto podría contestarse en la siguiente doctri-
na de la Corte:
como una y otra súplica, lo que en realidad persiguen es que la justicia
declare que la Nación tiene la obligación de indemnizar perjuicios derivados ""El juzgador está en la obligación de examinar la verdadera intención de la
de la inesperada muerte del señor Zapata causada por la caída del avión, y en demanda, revelada en sus peticiones y en los hechos propuestos para fundar-
circunstancias comprometedoras de la entidad dueña del aparato, el h. tribu- más que en la denominación que se le diera a la acción y en las disposicio-
nal llega a esta conclusión: nes civiles invocadas. La cita de los preceptos legales con que se pretende
respaldar un derecho puede ser equivocada: pero si el derecho en realidad
'--'V~~JlVJlJlHV al numeral
3 y al inciso 1o del 209 del C. en una misma existe bajo otra denominación, y las circunstancias de hecho necesarias para
se pueden ejercitar varias acciones, y ello es viable siempre que no
'-<VJlH<.UJlUU configurarlo han quedado planteadas en la demanda, ello obliga al juzgador a
sean contrarias o incompatibles entre sí. Y pueden proponerse subsidiaria o entrar en su examen a efecto de definirlo (sent., 9 abril1940, "G. J.", 1955 y
condicionalmente dos remedios contrarios, "siempre que los derechos sean 1956)"" 168 .
tales que no se destruyan por la elección o que por cualquier otro motivo no
se consideren incompatibles". A juicio del tribunal la acción subsidiaria pro- En fecha más reciente, nuestra máxima corporación, por decisión del 6 de
puesta en la demanda que se estudia, no es incompatible con la primera, y por agosto de 1985, tuvo oportunidad de referirse a un proceso donde el demandante
consiguiente, tanto la acción principal como la subsidiaria son viables. solicitaba que el demandado fuese condenado por responsabilidad contractual y
extracontractual a pagar una determinada indemnización. El demandado recurrió
"La interpretación que el h. tribunal le dio a la demanda no es errada. Porque en casación argumentando que había una indebida acumulación de responsabili-
si se lee con cuidado la parte petitoria del libelo, se adquiere el convenci- dades, frente a lo cual la Corte expresó:
miento de que el derecho deducido en justicia en la súplica principal y el
deducido en la subsidiaria, es el mismo: o sea el que puede resultar del hecho "2. Antes de examinar las condiciones de éxito de las pretensiones de la
de la muerte del señor Francisco Zapata ocurrida de manera inesperada y en demandante es necesario definir dos aspectos, uno planteado por la empresa
circunstancias que acusan falta en el servicio, descuido, imprevisión, etc., transportadora en el sentido de que no se da el presupuesto procesal de la
que es lo que le da configuración a la culpa extracontractual. demanda en forma, por cuanto la que dio origen al proceso adolece de impre-
cisión y le falta claridad al invocar dos fuentes de responsabilidad simultá-
"El contexto de las suplicaciones no da base para concluir que ellas proponen neamente: la contractual y la extracontractual; el otro, la legitimación de los
la acumulación de acciones incompatibles. Para reparar el perjuicio de que se codemandados Vicente y Nicanor pues en tanto estos alegaron
querellan los actores, no se le proponen a la justicia contrarios. carencia de legitimación para controvertir las pretensiones de la actora esta y

"Aun apartándose de la de las suplicaciones para sacar la inten-


ción de la demanda en los HV~nAVL>, se tiene que en ellos tampoco se asegura de 168 C. S. J., Neg. Gen., 31 agosto 1949, "G. J.", t. LXVI, p. 853.
150 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 151

la empresa transportadora insisten en que son aquellos los llamados a res- Estas dos decisiones merecen nuestro aplauso porque con ellas no se está
ponder. permitiendo la opción, como podría pensarse a primera vista. La Corte afirma que
el juez, aunque no tiene la opción de aplicar indistintamente cualquiera de las dos
"En efecto, la demandante al concretar sus pretensiones solicitó al juzgado responsabilidades debe, sin embargo, aplicar la que considere correcta, indepen-
declarase que la Corporación Nacional de Transportes Ltda. -Conaltra- es dientemente de la forma como el demandado haya formulado sus pretensiones.
civilmente responsable con responsabilidad civil contractual y extracontractual Como se ve, pues, es el juez quien tiene la opción de optar entre una y otra respon-
de la pérdida de 115 bultos de café excelso tipo exportación, solidariamente sabilidad, debiendo aplicar la correcta, así ella no hubiese sido invocada en la
con los señores Vicente Moya Jutinico y Nicanor Rivera, que debían haber demanda. Lo que no puede es escoger entre una y otra. Debe aplicar la que corres-
sido transportados desde Pereira hasta Buenaventura. A la primera la deman- ponda.
dó con fundamento en el incumplimiento del contrato de transporte celebra-
do con la tomadora del seguro y a los segundos en virtud de la solidaridad En el mismo sentido se orienta la doctrina contemporánea. Así, ÜENEvn'wE
que como dueños del vehículo en que se debía efectuar el acarreo de lamer- VINEY expresa lo siguiente:
cancía les impone el artículo 991 del Código de Comercio.
"Cualesquiera sean los arreglos o acondicionamientos hechos a la delimita-
ción de los dominios respectivos de las responsabilidades contractual y delic-
"Por lo que hace relación a la demanda en forma, ciertamente a la presentada tual, es ilusorio esperar el evitar todas las dificultades. Mientras subsistan
por la actora le falta mayor precisión y claridad en cuanto al fundamento de diferencias entre los dos regímenes -y hemos visto que ciertas diferencias no
la responsabilidad que, en forma acumulada, dedujo frente a los demanda- pueden ser totalmente borradas- es inevitable que se litigue sobre la cualifi-
dos, pero tales deficiencias no son de entidad tal que puedan considerarse cación de la responsabilidad y que, por todas partes, el papel del juez perma-
como un obstáculo procesal que impida una decisión de fondo. Examinada en nezca importante en esta materia.
su conjunto, la demanda no deja la menor duda que el fundamento de las
pretensiones radica en la supuesta culpa que a los demandados incumbe en la "Por esta razón nos parece esencial que los tribunales hagan prueba a la vez
ocurrencia del siniestro pues por ministerio de la ley, la compañía asegurado- de iniciativa y de elasticidad a fin de controlar al máximo las maniobras
ra ocupa el mismo lugar que corresponde a quien contrató la conducción del dilatorias y de corregir las equivocaciones eventualmente cometidas por una
cargamento y como tal se halla legitimada para demandar no solo a quien de las partes y explotadas por la otra.
contrató (responsabilidad por incumplimiento del contrato) sino también a
quienes por mandato del artículo 991 del Código de Comercio están llama- "En particular, en los casos en que el demandante funda erróneamente su
dos a responder por fuera de los términos del contrato. Esto porque, como lo acción sobre los principios de la responsabilidad delictual (extracontractual),
ha sostenido la Corte en forma reiterada, cuando la demanda "adolece de mientras que la situación está vinculada al dominio de la responsabilidad
cierta vaguedad en la relación de los contractual o viceversa, nos parece extremadamente deseable que la jurisdic-
concebidas las súplicas, le corresponde al desentrañar la pretensión ción que conoce del asunto no se contente con declarar que esta demanda no
o pretension·es contenidas en el libelo, en procura de no sacrificar el derecho, es de recibo, sino que tome la iniciativa, después de haber provocado las
puesto que no es aceptable en el campo de la hermenéutica de la demanda, explicaciones de las partes, de volver a calificar correctamente los hechos y
que la torpe expresión de las ideas pueda ser motivo valedero para subesti- fallar de fondo con base en los textos realmente aplicables cada vez que dicha
mar el derecho reclamado, cuando este alcanza a percibirse en la intención y jurisdicción disponga de las pruebas necesarias para hacerlo. La actitud neutralista
en la exposición de ideas del demandante" (C. S. "G. J.", t. p. pregonada por ciertos autores corre el riesgo en efecto de permitir al deman-
483)"169. dado jugar con la distinción con fines puramente dilatorios cuando la respon-
sabilidad es cierta y el tribunal tiene a la mano elementos suficientes para
decidir de fondo el litigio. En cambio, si el juez acepta ejercer plenamente
los poderes que la ley le reconoce, podrá incluso sin ningún peligro evocar
169 C. S. J., cas. civ., 6 agosto 1985, Derecho colombiano, núm. 284, p. 124. oficiosamente la regla del no cúmulo de las dos responsabilidades, en caso de
152 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 153

que el demandado no lo haya hecho, porque ello no lo dispensará, sin embar- Ahora, aunque el fallo contiene elementos que ameritan un profundo análi-
go, de fallar de fondo con base en los principios de la responsabilidad con- sis, dada la fuerza de sus considerandos, por lo pronto solo haremos algunas ob-
tractual"170. servaciones en relación con el concepto de causa petendi adoptado por la Corte.

Finalmente, recordamos que lo que el juez no podrá hacer es otorgar el daño En primer lugar, la Corte precisa, acertadamente, que la equivocación en las
personal a quien dice invocar la acción hereditaria o a la inversa. Cuando se ejerce normas invocadas por el demandante no es óbice para que el juez aplique las
la acción hereditaria, es la sucesión la que está legitimada para recibir la indemni- normas correctas.
zación y ella se reparte de acuerdo con las cuotas hereditarias. Desde luego, si no
hay daño hereditario y se ejerce esta acción, la demanda está condenada al fraca- En segundo lugar, y esto es lo más importante, la Corte afirma, equivocada-
so. Ahora, si se ejerce la acción personal, ella solo será procedente si efectiva- mente en nuestro concepto, que si el demandante invoca la responsabilidad
mente existe un daño personal y el legitimado será la persona que realmente se extracontractual, el juez no puede salirse de ese marco jurídico y, en consecuen-
perjudique con la muerte de la víctima. Como se ve, en este caso no se presenta cia, así encontrare probada la responsabilidad contractual, no podría fallar con
simplemente una errónea denominación de la acción, lo que sería subsanable por base en ésta, pues caería en incongruencia por desatención de la causa petendi
el juez, sino un error de legitimación en la causa, situación que el juez no puede invocada.
corregir motu proprio.
Veamos algunos de los considerandos del fallo. Dice la Corte:
JuRISPRUDENCIA DE LA CoRTE SuPREMA DE JusnciA 170Bis
"Sujetos, objeto y causa son, pues, los elementos de toda pretensión por cuyo
La Corte, en fallo del 19 de febrero de 1999, tomó clarísimo partido por la conducto se obtiene la individualización del contenido litigioso de cada pro-
que hemos denominado teoría de la pluralidad de causas, aunque enfatizó que la ceso civil en particular, y en cuanto al tercero de esos elementos concierne,
simple equivocación del demandante en las normas citadas no impedía la aplica- debe tenerse presente que lo constituye el conjunto de hechos de relevancia
ción oficiosa de las normas correctas por parte del juez. jurídica en que el actor ha fundado la ameritada pretensión, constituyendo en
consecuencia uno de los "factores esenciales del libelo" ("G. J.", ts. LIX, p.
Los hechos: una entidad bancaria, considerando que los socios o administra- 818, y LXXV, p. 158) que en la sentencia no pueden ser alterados, toda vez
dores de una sociedad deudora suya habían actuado dolosamente en perjuicio del que en este ámbito, como lo tiene definido la jurisprudencia con sólido res-
demandante, demandó por vía extracontractual a dichos funcionarios por los per- paldo en las normas del rango legal citadas en el párrafo precedente, " ... la
juicios sufridos como consecuencia del incumplimiento contractual de la socie- facultad del juez queda reducida a la apreciación en hecho y en derecho del
dad. Así planteado el litigio, era claro que los demandados, así hubieran sido título específico de la demanda tal como la formuló el actor, y de sus efectos
cómplices culpables del incumplimiento del contrato, de todas formas no eran con relación al demandado, por ser la causa petendi uno de los límites que se
partes contractuales y por ende no procedía contra ellos la responsabilidad con- establecen en la litis contestación ... " ("G. J.", t. XXVI, p. 93). Dicho en otras
tractual. palabras, para identificar una pretensión con la exactitud necesaria y evitar
de este modo incurrir en los excesos o desviaciones a los que atrás se hizo
Sin embargo, el fallador de segunda instancia condenó al demandado sobre la referencia, no basta atender a lo que se pide sino que respecto a ese petitum
base de la responsabilidad contractual, razón por la cual la Corte casó el fallo del que constituye objeto inmediato de la pretensión, el ordenamiento positivo
tribunal y convertido en tribunal de instancia, denegó las pretensiones porque no exige que se le ponga en relación con la causa de pedir invocada, expresión
se probó el dolo invocado por los demandantes. esta que según acaba de verse, comprende tanto la concreta situación de he-
cho aducida como las consecuencias jurídicas que a esa misma situación le
asigna el demandante, de lo que se sigue, entonces, que el elemento identificador
170 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 241; en el mismo sentido en estudio lo componen dos factores enlazados entre sí en estrecha conjun-
Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 350. ción que de acuerdo con la perspectiva que de ésta última aporta la demanda,
170sls Véase C. S. J., cas. civ., 19 febrero 1999. Exp. 5099. tampoco puede serie indiferente a los sentenciadores quienes, además de ex-
154 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 155

haustivos en el pronunciamiento decisorio frente a todos los temas materia guración del título de la pretensión incoada y por eso, en guarda del principio
de debate, deben ser respetuosos de dicha conjunción y considerarla en su de congruencia, no es permitido que una sentencia judicial declare la existen-
integridad pues como lo advierte un autorizado expositor," ... resulta muchas cia de responsabilidad contractual y efectúe la consiguiente condena sino en
veces que el tribunal falla la acción, reconoce o niega lo pedido, pero se la medida en que esa demanda, sin abandonar desde luego y en homenaje a
equivoca al calificar la causa de pedir, y en tal caso puede invalidarse la versátiles divagaciones los lineamientos objetivos que la especifican en su
sentencia porque si bien se ha fallado la acción, no se ha considerado el mis- totalidad, surja a las claras un relato fáctico adecuado para poner en eviden-
mo fundamento alegado, la misma causa de pedir, y el juez habría fallado cia que existe un vínculo concreto de la naturaleza indicada entre quien como
extra petita ..." (Fernando Alessandri R., Curso de derecho procesal, primer demandante reclama por la ilicitud de una conducta y aquel que señalado
año, t. II, cap. IV). como demandado es la persona a quien dicha conducta se le imputa, que ésta
última consiste en la inejecución o en la ejecución retardada o defectuosa de
"Esos dos factores, componentes inseparables de la cuasa petendi, determi- una obligación que por mandato de la ley o por disposición convencional es
nan la razón de ser o el "título" de la pretensión, título en cuya configuración parte integrante del ameritado vínculo, y en fin, que el daño cuya reparación
concurren unas razones de hecho y otras de derecho, entendiendo que las económica se exige consista, básicamente, en la privación injusta de una ventaja
primeras vienen dadas por el relato histórico de todas las circunstancias fácticas a la cual el demandante no habría tenido derecho de no mediar la relación
de las que se pretende deducir aquello que se pide de la jurisdicción, mientras tantas veces mencionada".
que las segundas son afirmaciones concretas de carácter jurídico que referi-
das a esos antecedentes de hecho, le permiten al demandante autoatribuirse el
derecho subjetivo en que apoya su solicitud de tutela a las autoridades judi- De acuerdo con estas consideraciones de la Corte, es claro que el juez no
ciales, afirmaciones estas que, desde luego, no hay lugar a confundir en modo puede fallar con base en otra responsabilidad distinta de la invocada, así estén
alguno con los motivos abstractos de orden legal que se aduzcan para susten- probados todos los elementos de la responsabilidad no invocada. Como conse-
tar la demanda incoada". cuencia lógica de esa premisa, el juez tendrá que rechazar las pretensiones del
demandante si éste invoca al mismo tiempo y en forma principal las dos responsa-
Y más adelante, el mismo fallo expresa: bilidades, pues habría una indebida acumulación de pretensiones. De allí que sea
aconsejable que el demandante, si tiene dudas sobre la responsabilidad aplicable,
" ... aun cuando se acuda a teorías como la que pregona la unidad de la culpa invoque una a título principal y la otra a título subsidiario.
civil o a cualesquiera otras de alcance similar, orientadas a poner de manifesto
por diversos caminos que tan solo son accesorios o secundarios los matices
diferenciales que registran los dos tipos de responsabilidad en cuestión, algo Ahora, la conclusión de la Corte sería válida si al aplicarse una responsabili-
sí resulta ser indiscutible y es que en la tarea de distinguirlos e imprimirles el dad distinta de la invocada, el juez fallara con base en hechos no invocados en la
correspondiente tratamiento jurídico, siempre habrá de tenerse en cuenta que demanda o desconociendo los efectivamente narrados. Pero si el demandante afir-
la responsabilidad llamada "contractual", concreta por esencia, juega de or- ma que el demandado, en forma culposa, le causó determinados daños con deter-
dinario entre pesonas que se han ligado voluntariamente y que por lo mismo minado comportamiento y ello aparece probado en el proceso, no hay razón para
han procurado especificar el contenido de los compromisos emergentes del negar las pretensiones de la demanda por el hecho de que el demandante afirme en
negocio por ellas celebrado, mientras que la responsabilidad extracontractual la demanda que esos hechos configuran un incumplimiento contractual cuando
opera entre quienes han vinculado únicamente el azar y la extensión de los ello no es así. Obsérvese que en este caso, los hechos, tildados de culposos, cau-
imperativos de conducta incumplidos en los que toma causa la respectiva saron el daño alegado y lo único que varía es la denominación contractual o
prestación resarcitoria del daño en que dicha responsabilidad se traduce, es extracontractual. Jurídicamente, la causa petendi es la ocurrencia de un hecho
definida' con frecuencia por normas de notoria abstracción, lo que en último ilícito que causa daño al demandante, y desde que ese hecho ilícito esté aprobado
análisis lleva a concluir que no es indiferente en modo alguno el régimen en y narrado en los hechos de la demanda, y no se haya menguado el derecho de
que de hecho se sitúe una demanda entablada para obtener el pago de perjui- defensa del demandado, es indiferente que el demandante haya enmarcado esos
cios; se trata, pues, de un factor jurídico de necesaria influencia en la confi- hechos en una u otra responsabilidad.
156 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 157

Ahora, es claro que en el caso sub judice, el proceso había que decidirlo con Aunque del fallo no se desprende que se hubiera establecido una culpa no
base en la responsabilidad extracontractual, pero no tanto porque ella fue la invo- dolosa de los demandados, queda la sensación, por el texto de los considerandos,
cada en la demanda, sino porque los demandantes no eran parte en el contrato que que así se hubiera probado una simple negligencia de los demandados, de todas
supuestamente dio lugar a los perjuicios del demandante y, en tal virtud, el juez formas se habrían denegado las pretensiones, pues el actor solo invocó el dolo. Si
tenía la obligación de aplicar la responsabilidad correcta, que en el caso sub judice es esa la interpretación del considerando trascrito, quedaríamos sometidos a un
era la extracontractual. Para nosotros, si los demandantes hubieran invocado la rigorismo difícil de salvar. Para nosotros es claro que aunque solo se afirme la
responsabilidad contractual, el juez estaba obligado a aplicar la extracontractual existencia de un dolo, las pretensiones deben ser acogidas si solo se prueba una
si los hechos y el daño invocados hubiesen sido probados. La equivocación en la culpa por negligencia o por imprudencia o así se trate de una responsabilidad
responsabilidad invocada no era óbice para la prosperidad de las pretensiones. objetiva.

Finalmente, y para que no quede duda de la rigidez de la Corte en este punto, 163.- CoNSEJO PRÁCTico
la corporación, convertida en tribunal de instancia y decidiendo con base en la
responsabilidad extracontractual, deniega las pretensiones porque no se probó el Ahora, para evitar sorpresas y no sabiéndose cuál sea la opinión del juez al
dolo afirmado en la demanda. Al respecto, la Corte expresa: respecto de la noción de causa petendi, cuando no se sepa con claridad si la res-
ponsabilidad es contractual o extracontractual, es conveniente invocar la una a
título principal y la otra a título subsidiario 171 •
"Y es lo cierto que después de adelantar un pormenorizado estudio del mate-
rial probatorio disponible, incluyendo naturalmente la abundante informa-
§2. -LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA
ción documental atinente a algunos de los procesos judiciales tramitados en
Y EL PROBLEMA DE LA ACUMULACIÓN DE RESPONSABILIDADES
la ciudad de Medellín y a los cuales dieron origen las tempestuosas relacio-
nes de negocios sostenidas, desde 1981, por el banco con el conjunto de so-
ciedades con personalidad jurídica propia y sometido en aquel entonces a la 164.- CAOS CONCEPTUAL
dirección económica unificada del empresario (demandado), aquel requisito
no aparece demostrado y por este motivo la demanda no puede prosperar. En La jurisprudencia colombiana ha reiterado en múltiples oportunidades 172 la
efecto, partiendo de la base de que al tenor de este escrito el factor de impu- opinión según la cual el cúmulo de responsabilidades está prohibido, así en la
tación de la responsabilidad reclamada, en el cual apoya sus pretensiones el mayoría de los fallos el problema haya sido inadecuadamente planteado y resuel-
banco demandante, es la conducta dolosa de los demandados o de sus repre- to. Según veremos a continuación, nuestros tribunales tienen seis o siete opinio-
sentantes en cuanto ella, se dice, determinó el incumplimiento de obligacio- nes diversas sobre el contenido del problema que nos ocupa. Veamos algunas de
nes contractuales por parte de la compañía, y si ha de entenderse al propio ellas.
tiempo, siguiendo el texto del art. 63 del C. C., que como modalidad de la
culpa aquiliana en sentido lato, el dolo se da cuando el acto y omisión daño-
sos están caracterizados por la nota de intencionalidad en el agente demanda-
171 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 41; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob.
do en forma tal que este como lo explica la jurisprudencia. " ... haya deseado cit., núm. 352.
verdaderamente que se realice el perjuicio y haya obrado con este propósi- 172 C. S. J., cas. civ., 25 febrero 1942, "G. J.", t. Llll, p. 82; C. S. J., cas. civ., 18
to ... " ("G. J.", t. LXII, p. 699), era de cargo del actor suministrar la prueba marzo 1942, "G. J.", t. Llll, p. 248; C. S. J., cas. civ., 24 junio 1942, "G. J.", t. Llll,
terminante y decisiva de la concurrencia de estos elementos de valoración p. 658; C. S. J., cas. civ., 21 septiembre 1944, "G. J.", t. LVII, p. 597; C. S. J., Neg.
Gen., 22 agosto 1945, "G. J.", t. LIX, pp. 1101-11 02; C. S. J., Neg. Gen., 29 agosto
subjetiva, indispensables de suyo para persuadir a los sentenciadores acerca 1947, "G. J.", t. LXII, p. 868; C. S. J., cas. civ., 4 agosto 1950, "G. J.", t. LXVII, p.
de la justificación de la condena en cuestión; luego faltando esta prueba, 760; C. S. J., cas. civ. 1° febrero 1951, "G. J.", t. LXIX, p. 33; C. S. J., cas. civ., 30
aquella afirmación tocante con la razón de ser de la obligación indemnizatoria marzo 1951, "G. J.", t. LXIX, p. 366; C. S. J., cas. civ., 6 agosto 1985, Derecho
colombiano, núm. 284, p. 124; C. S. J., cas. civ., 7 julio 1987, Derecho colombia-
que a los demandados se les pretende atribuir dentro de este marco específi- no, p. 137; C. S. J., cas. civ., 19 abril 1993, Jurisprudencia y Doctrina, t. XXII,
co, queda sin respaldo y en consecuencia, no es posible su reconocimiento". núm. 258, pp. 531 y ss.
158 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 159

165.- PROHIBICIÓN DE CONFORMAR UN HÍBRIDO CON LAS DOS RESPONSABILIDADES 166.- PROHIBICIÓN DE DEMANDAR POR UN MISMO DAÑO A UN RESPONSABLE
CONTRACTUAL Y A OTRO EXTRACONTRACTUAL
Según dijimos, el problema del cúmulo u opción consiste en la prohibición
de que entre las mismas partes y para cobrar el mismo daño, el juez pueda ~plicar La disparidad conceptual en cuanto al planteamiento adecuado del problema
indistintamente cualquiera de las dos responsabilidades. Solo puede aphcar la que nos ocupa, la encontramos en otra posición de la jurisprudencia, según la cual
correcta. También afirmamos que la doctrina y la jurisprudencia ni siquiera discu- no se puede demandar a un deudor contractual y a un responsable extracontractual,
ten la posibilidad de hacer un híbrido o especie de menú con principios de una Y pese a que se pretenda la indemnización de un mismo daño. Confunde pues el
otra responsabilidad. Por lo absurdo, el problema ni siquiera se plantea. problema sustantivo que consiste en la aplicación de las normas correctas a cada
demandado con uno de tipo procesal, problema que nada tiene que ver en este
Sin embargo, en múltiples oportunidades nuestra Corte Suprema de Justicia caso.
ha considerado que es ésta la prohibición a que se refieren los autores cuando
discuten sobre la posibilidad de la opción entre una y otra responsabilidad. En efecto, en una decisión del Tribunal Superior de Medellín, del 28 de sep-
tiembre de 1983, se resolvió una demanda que se había instaurado por la víctima
Entre muchos fallos que se orientan en ese sentido encontramos este del 14 contra un responsable contractual y contra un responsable extracontractual, ya
de diciembre de 1944, que textualmente expresa: que ambos eran coautores del mismo daño. Equivocadamente, el Tribunal, con el
argumento de que la acumulación de las dos responsabilidades está prohibida,
"b) "Jurídicamente no se deben involucrar las acciones de responsabilidad denegó las pretensiones del demandante.
contractual y delictual. Ni la ley ni la doctrina autorizan el ejercicio de esta
acción híbrida, según expresión de los expositores, porque la yuxtaposición El resumen de los hecho es el siguiente: un tributarista demandó a su conta-
o acumulación de estas dos especies de responsabilidad es imposible, ya que dor y a una entidad bancaria porque el dependiente del primero, por presunta
la contractual por su propia naturaleza excluye la generada por el delito negligencia de la segunda, había desviado unos dineros con los que se buscaba
(civil). Lo que puede acontecer es que hay hechos que además de tener la pagar los impuestos del cliente. El Tribunal Superior de Medellín, profirió sen-
calidad de culposos con relación a determinado contrato, por su propia con- tencia inhibitoria cuyos apartes pertinentes son los siguientes.
dición jurídica, independientemente de todo arrimo contractual pueden cons-
tituir así mismo fuente de responsabilidad como culpa delictual dando así ""Ha hecho la sala la anterior distinción, porque ni frente a la doctrina ni
origen y posibilidad a dos acciones que pueden ejercitarse independiente- frente al derecho positivo, pueden recibir las responsabilidades en comento,
mente, pero que no son susceptibles de acumulación porque se llegaría así a un mismo tratamiento, y por tanto, cuando de hacer efectiva una de ellas se
una injusta e injurídica dualidad en la reparación del perjuicio"" 173 . tratare, debe precisarse al indicar la causa petendi, su fuente, pues el vínculo
contractual excluye la demanda con fundamento en hecho delictual o cuaside-
Como se ve, este fallo y los otros citados están completamente perdidos en lictual y viceversa.
cuanto a la consistencia del problema, hasta el punto que, según veremos más
adelante, muchos de ellos aceptan la opción, que es justamente lo que está prohi- ""Si como lo pregona el conjunto de hechos relativos a Óscar A. Zuluaga
bido por los autores y tribunales que adecuadamente plantean el problema. Serna, mediaba entre este y la entidad demandante un vínculo contractual de
asesoría tributaria, cabe destacar que el libelista acumuló en forma concu-
rrente la acción de responsabilidad que incumbía al citado Zuluaga Serna de
típico carácter contractual, con la predicable del Banco Ganadero, esa sí de
índole extracontractual. Resulta entonces obvio que la causa petendi es dife-
173 c. S. J., cas. civ., 14 diciembre 1944, "G. J.", núm. 2016, p. 192. En el mis~o rente y los fundamentos jurídicos resultan también incompatibles. Así las
sentido, C. S. J., cas. civ., 25 febrero 1942, "G. J.", t. Llll, p. 86; C. S. J., cas. c1v.
18 marzo 1942, "G. J.", t. Llll, p. 248; C. S. J., cas. civ., 14 octubre 1959, "G. J.", cosas, no se dan las condiciones que el art. 82 del C. J. exige para la acumu-
t. XCI, p. 764. lación de pretensiones en una misma demanda. Si los demandados deben
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 161
160 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

responder a título diferente, la acumulación planteada resulta indebida y por no puede ser sino delictual. Para los fines de la efectividad no varía la natu-
tanto la demanda no es formalmente apta. raleza de la responsabilidad ni la una podría estar subsumida en la otra".
(Ordinario de Efrén Palacio Vázquez contra Liliam Alarcón de Usme y otro).
'"'En caso similar al presente, anotó la sala de decisión de este tribunal, pre- Cabe anotar que idéntica postura doctrinaria adoptó otra de las Salas de este
sidida entonces por el doctor Horado Montoya Gil, en providencia de febre- tribunal, la presidida por el H. magistrado Jaime Arturo Gómez Marín, en el
ro veinte de mil novecientos ochenta y uno, lo que se transcribe: JossERAND proceso ordinario de José Ariel Duque Pérez y otros, contra Libardo García,
apunta que 'la responsabilidad contractual y delictual tiene campos de apli- Transportes Gómez Hernández, Medina, Arroyave y Cía. Ltda., y otro, según
cación distintos, no se concibe que ellas puedan coincidir, concurrir o acu- sent. de marzo 31 de 1981"" 174 •
mularse para una misma situación jurídica, y para una misma relación dadas
porque no se sabría ser a la vez tercero y contratante'. (JossERAND, nota de la El fallo es equivocado por cuanto ni el derecho sustantivo ni el derecho pro-
recopilación, Dalloz, 1927, I, 105). cesal prohíben esta acumulación de pretensiones. Reiteramos que lo que se prohíbe
es la opción de demandar por vía contractual a quien es responsable extracon-
""Viene de lo dicho que en una misma demanda, al menos en forma concu- tractual y a la inversa, pero ese problema no se presenta en el caso sub judice.
rrente, no se puede reclamar indemnización de perjuicios invocando indistin-
tamente una u otra fuente de responsabilidad, ni teniendo tales perjuicios 167.- PROHIBICIÓN DE COBRAR DOS VECES EL MISMO DAÑO
como causa la violación del contrato, demandarse alegando la aquiliana o
viceversa. La demanda que así se formula es inadmisible desde todo punto de Es casi una necedad afirmar en una obra de responsabilidad civil que la víc-
vista de la técnica procesal. tima no puede obtener dos veces la indemnización del mismo daño, demandando
al mismo tiempo por responsabilidad contractual y extracontractual. Los argu-
""A lo anterior podría replicarse en el sentido de que lo dicho no tiene apli- mentos sobran.
cación al caso sub judice por cuanto el supuesto fáctico de la demanda de que
se trata es diferente, pues que lo que se pretende es la indemnización de unos Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia, abundando en teoría sobre el
perjuicios resultantes de un hecho en el cual tomaron parte dos personas, una problema de la acumulación de las dos responsabilidades, ha expresado en varias
de ellas vinculada contractualmente a la víctima y la otra completamente oportunidades que dicha prohibición consiste en que la víctima no puede cobrar
extraña a tal relación. Sin embargo, el planteamiento lleva a la misma con- dos veces el mismo daño. Obsérvese que se trataría de un problema radicalmente
clusión: el tercero únicamente puede llamarse a indemnizar con fundamento distinto de los dos que han sido analizados en los párrafos anteriores.
en la responsabilidad extracontractual y quien tenía un vínculo anterior solo En una sentencia de 30 de marzo de 1951, la Corte, a primera vista, pareciera
por la derivada del incumplimiento del contrato. plantear adecuadamente el problema. Sin embargo, un poco más adelante desvía
su interpretación y lo que hace es plantear el problema de forma distinta. Al res-
'"'El fenómeno ha sido estudiado por la doctrina francesa y también por la
pecto dicha sentencia expresa:
chilena. MAZEAUD TuNc en la obra Responsabilidad civil, t. I, vol. I, núm.
1421 lo analizan como el caso de un tercero autor o cómplice del incumpli- "3. Ha sido doctrina reiterada de la Corte la de que no son acumulables las
miento de un contrato. Luego de ilustrar el planteamiento con un caso seme- acciones indemnizatorias de perjuicios materiales provenientes de violación
jante al del libelo, se preguntan acerca de la naturaleza de la responsabilidad de relaciones contractuales y de perjuicios morales derivados de la misma
que pesa sobre el contratante y sobre el tercero autor o cómplice del incum- relación jurídica, sino cuando el hecho configura para una persona violación
plimiento, y cuál es la situación de la víctima en tal evento. Ellos mismos de un contrato, y para otra una fuente de indemnización extracontractual,
resuelven el planteamiento diciendo que indudablemente el contratante a quien porque siendo unos mismos los sujetos activos y pasivos del derecho, y una
se le incumplió, tiene una doble acción: puede reclamar perjuicios del otro
contratante y también del tercero cómplice o coautor. La responsabilidad de
quien contrató con la víctima es contractual "desde luego se trata del in-
cumplimiento de un contrato celebrado con la víctima del daño. Por el con- 17 4 T. S. M., sala civil, 28 septiembre 1983, Revista de Derecho Civil, Facultad de
Derecho Universidad de Los Andes, núm. 2, p. 60.
trario, por ser el cómplice un tercero frente a la víctima, su responsabilidad
162 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 163

misma la causa de donde se hace derivar la responsabilidad, no puede pretenderse cite la acción de indemnización de perjuicios nacida de culpa extracontractual
obtener una doble reparación del daño sufrido (sents., de 15 mayo 1946, "G. y no la contractual que le transmite su causante. Al arbitrio del heredero está,
J.", t. LX; 27 agosto 1947, "G. J.", t. LXII; 4 agosto 1950, "G. J.", t. LXVII). pues, elegir entre el ejercicio de la acción de perjuicios que dimana del in-
En todas estas sentencias, la Sala de Casación Civil ha considerado la impo- cumplimiento del contrato que su causante celebrara y la que tiene su fuente
sibilidad legal de aceptar el ejercicio acumulado de la acción de resarcimien- o manantial en la culpa extracontractual del autor del daño.
to de perjuicios contractuales y extracontractuales dependientes de una mis-
ma relación jurídica, siendo una misma persona la beneficiaria de la doble "Dedúcese de lo expuesto que lo pedido en la demanda es la reparación del
reparación de los perjuicios" 175 • daño sufrido por los pasajeros por inejecución del contrato de transporte, y
no el padecido por sus herederos a causa de culpa extracontractual" 176 •
168.- PROHIBICIÓN DE ACUMULAR LA ACCIÓN HEREDITARIA Y LA ACCIÓN PERSONAL
Lo grave de esta decisión es que injustificadamente prohíbe el cobro de dos
Pero el colmo de la confusión en la jurisprudencia de nuestro país, lo encon- perjuicios que son radicalmente distintos, debiendo la víctima resignarse al cobro
tramos en múltiples decisiones de la Corte Suprema de Justicia en las que se de uno solo. De otro lado, en el caso sub judice, en el cual se ejercía la acción
confunde el problema de la opción entre las dos responsabilidades con el del ejer- hereditaria contractual, se pedía la indemnización del daño personal extracon-
cicio acumulativo de la acción hereditaria y de la acción personal a que ya nos tractual, pretensión que fue acogida por la Corte, con lo que, en el fondo, permitió
referimos (supra, T. I, 141). Lo grave es que aun en estos casos, la Corte en la opción de responsabilidades, que es justamente lo que se quiere prohibir. De
algunos fallos llega a condusiones diferentes de las que llega en otros. otro lado, el fallo plantea la prohibición de acumular las dos acciones, todo por-
que la una es contractual y la otra extracontractual, pese a que se trata de dos
Aunque muchas veces la acción hereditaria es contractual y la personal es
daños diferentes. La ley manda que la acción hereditaria contractual se ejerza por
extracontractual, lo cierto es que la hereditaria también puede ser extracontractual,
vía hereditaria contractual y que la personal extracontractual se ejerza por vía
como ocurriría en el caso de un peatón que fallece luego de un accidente. En este
personal extracontractual.
caso, tanto la acción personal como la hereditaria son extracontractuales y en la
medida en que tanto el peatón como sus herederos sufran daño, ambos perjuicios Pero, como si fuera poco, en otras oportunidades nuestra Corte Suprema de
pueden ser reclamados por el mismo heredero. En este caso la prohibición no es la Justicia afirma que en caso de muerte de una persona, el daño que se produzca
de optar entre la acción contractual y la extracontractual, sino la de cobrar por vía puede ser cobrado por vía hereditaria contractual o por vía personal extracon-
hereditaria el daño personal o viceversa. Una cosa es la prohibición de optar entre tractual, ya que no se podrían ejercer las dos acciones al mismo tiempo. Una vez
la responsabilidad contractual y la extracontractual y otra la prohibición de cobrar más se confunde la prohibición de cobrar por vía hereditaria el daño personal con
por vía hereditaria el daño personal o por vía personal el daño hereditario que, la prohibición de optar, para ~obrar un mismo daño, entre la responsabilidad con-
como vimos, puede ser contractual o extracontractual. tractual y la extracontractual.
En ese orden de ideas, en algunas oportunidades, la Corte afirma que la víc-
tima, aunque exista tanto el daño hereditario contractual como el daño personal Al respecto, un fallo del 22 de agosto de 1979 expresa que los familiares del
extracontractual, solo puede cobrar uno de los dos, pues la acumulación de las dos pasajero fallecido pueden cobrar todos los perjuicios actuando bien sea como he-
responsabilidades así lo exige. rederos, bien sea a título personal, con lo que en el fondo está permitiendo no solo
la opción indebida entre la acción hereditaria y la personal, sino también la opción
Al respecto, un fallo de la Corte de 11 de junio de 197 4 expresa: de reclamar por vía contractual lo que solo puede cobrarse por vía extracontractual.
Al respecto, el citado fallo expresa:
"Para que el heredero pueda reclamar los perjuicios que personalmente ha
padecido por las lesiones o la muerte del de cujus, indispensable es que ejer-

176 C. S. J., cas. civ., 11 junio 1974, "G. J.", t. CXLVIII, p. 145. En el mismo sentido, C.
S. J., cas. civ., 12 agosto 1948, "G. J.", t. LXIV, p. 695; C. S. J., cas. civ., 23 abril
1954, "G. J.", t. LXXVII, p. 407; C. S. J., cas. civ., 23 noviembre 1954, "G. J.", t.
175 C. S. J., cas. civ., 3~marzo 1951, "G. J.", t. LXIX, p. 366. LXXIX, p. 662; C. S. J., cas. civ., 31 mayo 1965, "G. J.", t. CXI-CXII, p. 124.
164 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 165

"Si la jurisprudencia y la doctrina han sostenido invariablemente que, en nes entre la acción hereditaria y la acción personal. Aunque este tema se aborda
punto de responsabilidad aquiliana por la muerte de un pasajero a causa de con mayor profundidad en esta obra, queremos traerlo a colación solo con el áni-
accidente de la aeronave en que viajaba, las personas que dependían econó- mo de mostrar que nuestros tribunales no han planteado con claridad el problema
micamente del occiso deben ser indemnizadas por la pérdida de la fuente de la opción entre las responsabilidades contractual y extracontractual.
de los ingresos que recibían, lo que constituye para ellas perjuicios cierto,
¿cómo sostener que, si se trata de responsabilidad contractual, o sea la de-
169.- FALLOS QUE EN EL FONDO ACEPTAN LA OPCIÓN
rivada del incumplimiento del contrato de transporte, la pérdida de la capa-
cidad para continuar produciendo la renta de trabajo que el pasajero falle-
cido producía no constituye perjuicio cierto para sus herederos? Se trata Para que se vea la magnitud del caos conceptual que ha tenido nuestra juris-
exactamente del mismo daño, aunque considerado por dos aspectos distin- prudencia sobre la consistencia del problema de la opción o acumulación de res-
tos. El hecho de que, en el caso de la responsabilidad aquiliana, esta pérdi- ponsabilidades, veremos a continuación una serie de fallos en los que se acepta la
da afecte a quienes dependían del pasajero fallecido, o de que, en el caso de opción que todo el mundo trata de prohibir, todo por creer que el problema consis-
la responsabilidad contractual, afecte al propio pasajero en la persona de te en una cosa distinta de la que es.
sus causahabientes a título universal, no altera en absoluto la naturaleza del
perjuicio causado, que es uno mismo: el desmedro patrimonial consistente 170.- En una sentencia del 14 de octubre de 1959 de la CSJ, el deudor
en haber cesado la capacidad de trabajo del que falleció en el accidente, contractual de un contrato de servicios hospitalarios demandó por vía extracon-
desmedro que sufren·, tanto él mismo, representado por sus herederos, como tractual a una clínica en virtud de las lesiones causadas a un paciente. En buen
las personas que de él derivaban en todo o en parte su subsistencia. derecho, el demandado alegó que, si había una relación contractual entre deman-
dante y demandado, el primero no podía demandar por vía extracontractual por-
"No sobra insistir: si el pasajero perece en accidente, sus sucesores a título que estaría optando entre las dos responsabilidades, que es justamente lo que se
universal, que son los continuadores de su personalidad jurídica, pierden la trata de prohibir.
renta de trabajo de su causante (no la de capital, pues esta continúa produ-
ciéndose a pesar de la muerte de su titular); y esta pérdida, sin que se altere La sentencia comentada fundamenta su decisión en una serie de providencias
su naturaleza en modo alguno, puede afectar tanto a dichos sucesores como de la misma Corte Suprema de Justicia que traen las más variadas teorías sobre el
a quienes dependían económicamente del muerto. No hay motivo valedero problema de la opción. Todas las sentencias citadas, salvo la primera (cas., 5
para concluir que, en este segundo caso, hay perjuicio cierto, en tanto que marzo de 1940), terminan aceptando la opción entre las dosresponsabilidades
no lo hay en el primer caso. En ambos hay idéntica certidumbre, derivada porque consideran en forma equivocada que la opción de acumular consiste en
del hecho de que el pasajero fallecido estaba devengando renta de trabajo otra cosa. Incluso, en el caso sub judice termina por aceptar que el demandante de
que, con su muerte, ha dejado definitivamente de continuar devengándose. la clínica sí puede demandar por vía extracontractual, pese a que el daño se deriva
Todo el asunto se reduce a calcular, según tablas universalmente adopta- de la inejecución del contrato. Los apartes correspondientes del fallo comentado
das, la vida probable del muerto y el monto de lo que podía capitalizar de son los siguientes:
sus ingresos, o sea, con deducción de los gastos" 177 .
"Sentado que quien contrató con la Clínica de Marly la hospitalización de la
Como se ve, la jurisprudencia confunde el problema de la opción entre la señora de Mariño fue su marido, Alfonso Mariño Flórez, debe analizarse la
responsabilidad contractual y la extracontractual con el problema de las relacio- posición de dicho señor en la litis, ya que no se remite a duda que él también
instauró la acción de responsabilidad extracontractual.

"El punto a dilucidar se circunscribe entonces a saber si a pesar del mencio-


177 C. S. J., cas. civ., 22 agosto 1979, Jurisprudencia y Doctrina, t. VIII, núm. 94, nado contrato, el referido contratante está legitimado para perseguir la responsabi-
octubre de 1979, pp. 748 y 749. Comentarios a esa doctrina pueden verse en la
ponencia del doctor William Salazar Luján, Congreso de Acoldese, Barranquilla, lidad de la parte demandada no ya a través de la convención, sino por la senda
1985, El contrato de transporte aéreo, copia mimeografiada, pp. 21 y ss. del simple hecho ilícito.
166 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 167

"Esta materia ha dado lugar a diversas opiniones de doctrinantes y aun de la consecuencias del daño cuya reparación se pretende han sido expresamente
jurisprudencia, por lo cual deben precisarse ante todo los conceptos jurídicos previstas y reguladas por el contrato, la responsabilidad es indiscutiblemen-
al respecto. te contractual; el reclamante no puede entonces desplazarse del dominio del
contrato al dominio de las disposiciones de la culpa aquiliana, sin caer en una
"La Corte en varias ocasiones ha admitido que existen hechos que al mismo inadmisible acumulación de dos formas de responsabilidad, que podrían lle-
tiempo que constituyen infracción de una convención pueden originar la res- var a proteger daños que fueron excluidos de lo pactado, o a abandonar las
ponsabilidad extracontrato, entre las mismas partes. Al efecto se citan las normas del contrato tocantes a la regulación de las indemnizaciones. (Remarca
siguientes opiniones de esta corporación: dentro del texto).

"a) "Por mucho tiempo se creyó y sostuvo por los tribunales franceses que '"'Empero sucede también con frecuencia que es indiferente en orden a dedu-
la responsabilidad profesional se basaba únicamente en los artículos 13 82 y cir la responsabilidad por daños, la consideración de que su fuente sea con-
1386 del Código francés, artículos semejantes al2341 y siguientes del nues- tractual o extracontractual. Ocurre ello en los casos en que aún sin contrato
tro, que se refieren a la responsabilidad común por delitos y culpas. Pero los surge siempre la misma obligación de indemnizar como resultado de la con-
estudios hechos sobre el particular por expositores como el citado LALOU, los sumación de un hecho manifiestamente violatorio del derecho de otro por
hermanos MAZEAUD y principalmente por SAvATIER, influyeron decididamen- causa de haberse ejecutado con malicia o negligencia ... (Remarca dentro del
te en la doctrina y por eso las últimas sentencias de los tribunales franceses texto).
hacen la distinción de que se ha hecho mérito y derivan la responsabilidad,
""En tales circunstancias no se consagra una acumulación de responsabilida-
según el caso, ya de las reglas que dominan la materia de incumplimiento o
des: únicamente se persigue la culpa en el campo en que se destaque con
violación de la ley contractual, ya de las normas que sancionan el hecho
mejor relieve. Se ha cometido una culpa; luego si no aparece con claridad
culposo o delictual. No es por lo tanto indiferente ni desde el punto de vista
que con ella háyase violado determinada cláusula contractual, pero el hecho
de la naturaleza de la acción ni de las consecuencias de esta en el debate, por
ha causado daño, las consecuencias indemnizatorias impónense, no importa
lo que hace a la prueba, invocar sin ningún distingo las disposiciones cita-
cuál sea el origen de la culpa" (cas., 29 agosto 1947, "G. J.", núm. 2050, p.
das" (cas., 5 marzo 1940, "G. J.", núm. 1953, p. 117) (Remarca dentro del
873). (Remarca dentro del texto).
texto).
"e) "Esto permite establecer que en algunos casos prácticos la existencia
"b) "Jurídicamente no se deben involucrar las acciones de responsabilidad de la culpa aquiliana conlleva la violación del vínculo contractual, y que en
contractual y delictual. Ni la ley ni la doctrina autorizan el ejercicio de esta otros la culpa aquiliana puede ser cometida con ocasión de un contrato. Enton-
acción híbrida, según expresión de los expositores, porque la yuxtaposición ces no sería extraño que los mismos hechos asumieran a la vez la categoría
o acumulación de estas dos especies de responsabilidad es imposible, ya que jurídica de culpa aquiliana y de culpa contractual, sin que de allí surja gene-
la contractual por su propia naturaleza excluye la generada por el delito ralización que permita establecer identidad entre las dos clases de culpa.
(civil). Lo que puede acontecer es que hay hechos que además de tener la
calidad de culposos con relación a determinado contrato, por su propia con- ( ... ).
dición jurídica, independientemente de todo arrimo contractual pueden cons-
tituir asimismo fuente de responsabilidad como culpa delictual dando así ""Pero si al examinar el caso concreto aparece que el hecho es causa de
origen y posibilidad a dos acciones que pueden ejercitarse independiente- responsabilidad extracontractual y a la vez pudiera causar también responsabi-
mente, pero que no son susceptibles de acumulación porque se llegaría así a lidad contractual, es claro que el no demandar o exigir ésta última, en nada
una injusta e injurídica dualidad en la reparación del perjuicio" (cas., de 14 podría contrariar la existencia y exigibilidad de la primera". Y refiriéndose
diciembre 1994, "G. J.", núm. 2016, p. 192). (Remarca dentro del texto). al artículo 2356 del Código Civil pregona el mismo fallo: "Esta norma obliga
siempre, aunque es cierto que la responsabilidad que de ella dimana puede
"e) "En ocasiones es necesario plantear con precisión cuál es la fuente de la ampliarse o restringirse, dentro del marco del orden público y las buenas
responsabilidad que se invoca, si contractual o extracontractual. Cuando las costumbres, por virtud de estipulación contractual. De manera que en el fon-
168 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 169

do ambas culpas son del mismo género, no obstante existir entre ellas varias resulta claramente la infracción de determinada cláusula contractual, pues
notas características que permiten diferenciarlas ... (Remarca dentro del texto). podría llegarse a proteger daños que fueron excluidos de lo pactado o a dejar
de lado normas tocantes a la indemnización, porque en lo relativo a la prueba
""La doctrina a pesar de la disparidad de criterio entre los autores, está sin de la culpa, a la extensión del daño, etc., existen diferencias entre las dos
embargo de acuerdo en admitir que aquellas dos responsabilidades, contrac- responsabilidades.
tual y extracontractual, no son incompatibles en su coexistencia jurídica, aunque
por otra parte es claro que la víctima no podría pretender doble indemniza- ""4. La víctima no está capacitada para obtener al tiempo o sucesivamente
ción emanada del mismo hecho culposo. Elegida una acción se excluye la la indemnización por los dos conceptos, porque podría recibir una doble re-
otra, si no es invocada en forma subsidiaria. paración por el mismo hecho, contraría los principios jurídicos y de equidad.

""Si el hecho en sí mismo considerado constituye culpa aquiliana, puede su- ""Aplicadas las precedentes conclusiones al caso de autos se encuentra que
ceder que al propio tiempo viole la obligación nacida de un contrato, o que la colocación de bolsas de agua caliente en los pies de un enfermo hospitali-
ponga al deudor en imposibilidad de cumplirla. Habrá entonces una alterna- zado, a fin de lograr el resultado de una actividad preparatoria a una opera-
tiva para pedir la indemnización; y todo indica que es al damnificado a quien ción quirúrgica es de aquellos hechos que si bien pueden originar responsabi-
corresponde elegir entre las dos acciones y no al autor del daño, quien ha- lidad contractual implícita, pues el contrato de hospitalización no presupone
bría de fundarse en su propia falta para pretender el derecho de ejercitar esa expresamente la aplicación referida, también ocasiona una culpa aquiliana
alternativa, e impedir que se le demande o bien por responsabilidad extra- cuando se realiza sin las debidas precauciones y estando el enfermo bajo el
contractual, o bien por responsabilidad emanada del incumplimiento del con- efecto de elementos que le restan el goce de su conciencia plena"" 178 .
trato" (cas., 20 abril 1954, "G. J.", 2140, 374 y ss.). (Remarca dentro del
texto). 171.- En otra decisión de 25 de febrero de 1942, la Corte, luego de afirmar
que la prohibición consiste en no poder cobrar dos veces el mismo daño, ni en
"De las transcripciones anteriores se deduce que sin desconocer las diversas
formar un híbrido con las normas de las dos responsabilidades, termina por acep-
teorías de autores extranjeros, los cuales por cierto no llegan a completar
tar que un mismo hecho puede dar lugar tanto a la responsabilidad contractual
acuerdo sobre el tema, ni las decisiones de los tribunales de otros países, que
como a la extracontractual del mismo demandado y, en consecuencia, la víctima
tampoco presentan uniformidad al respecto, la Corte ha elaborado una doctri-
puede elegir entre los dos órdenes de responsabilidad, sin advertir justamente que
na en relación con la concurrencia de las dos clases de responsabilidad aludi-
es esto lo que se prohíbe. Al respecto, el citado fallo expresa:
das que se puede sintetizar así:

""1. No es admisible involucrar tales responsabilidades, pues ello condu- " ... Con la cita del artículo 63 del Código Civil, que define y clasifica la
ciría a la llamada acción híbrida, que no es de recibo, desde el momento en culpa civil, disposición referente por sus características propias a la culpa
que las fuentes de las dos culpas son distintas, ya que la una se produce por contractual, lo mismo que el artículo 1613, citado también como infringido,
razón del incumplimiento de estipulaciones contractuales, mientras la otra parece que el recurrente considera que es culpa contractual la que le imputa
nace de las transgresiones de reglas de conducta no previstas en una conven- al demandado; pero al propio tiempo parece hacer alusión a la culpa extracontractual
al citar como quebrantadas por el tribunal las disposiciones de los artículos
ción.
2341 y 2356 del Código citado que gobiernan la responsabilidad común por
'"'2. No se puede desconocer que existen hechos que además de constituir los delitos y las culpas. En esta forma, fuera de la inconducencia del cargo
culpa frente a determinado contrato, pueden configurar igualmente culpa delictual como cuestión de responsabilidad por culpa, se involucran de manera inacep-
respecto de quien es parte en la convención. table la responsabilidad contractual y la responsabilidad delictual en una misma

""3. En tal caso el damnificado puede optar por cualquiera de las dos ac-
ciones, siempre que las consecuencias del perjuicio no hayan sido expresa-
mente previstas en el contrato y reguladas por este, y también cuando no 178 C. S. J., cas. civ., 14 octubre 1959, "G. J.", t. XCI, p. 766.
170 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 171

relación jurídica. Ni la ley ni la doctrina autorizan el ejercicio de esta acción El fallo de la Corte es completamente equivocado, pues justamente lo que se
híbrida, según expresión de los expositores, porque la yuxtaposición o acu- prohíbe es que el acreedor contractual pueda demandar a su deudor acudiendo a la
mulación de estas dos especies de responsabilidad es imposible, ya que la responsabilidad extracontractual. Es ese el problema de la acumulación; no nos
contractual por su propia naturaleza excluye la generada por el delito. Lo que cansaremos de repetirlo. Al respecto, el citado fallo expresa:
puede acontecer es que hay hechos que además de tener la calidad de culposos
"Vista pues, objetivamente la demanda instaurada, así como el mandato judi-
con relación a determinado contrato, por su propia condición jurídica, inde-
cial que se confirió para el ejercicio de la acción, resulta incuestionable que
pendientemente de todo arrimo contractual pueden constituir asimismo fuen-
lo fundamental en aquella, o sea, lo que se señaló como fuente del deber
te de responsabilidad como culpa delictual dando así origen y posibilidad a
indemnizatorio a cargo de Óscar A. Zuluaga Serna y del Banco Ganadero es,
dos acciones que pueden ejercitarse independientemente, pero que no son
por una parte, el hecho delictuoso de un tercero, Danilo García, por el que
susceptibles de acumulación porque se llegaría así a una injusta e injurídica
debe responder solidariamente su empleador Zuluaga Serna; y por la otra, el
dualidad en la reparación del perjuicio" ("G. J.", t. XLVII, p. 454) 179 •
traslado de fondos hechos por el Banco Ganadero a la cuenta del tercero
El principio general expuesto en el fallo que se comenta, en cuanto a que un defraudador, sin autorización alguna.
mismo hecho puede dar lugar tanto a la responsabilidad contractual como a la "Es cierto que se alude en la narración de los hechos a ciertos antecedentes
extracontractual, es válido en tanto y en cuanto haya un responsable contractual y referentes a la relación contractual que existió entre 'Londoño Villegas Ltda.'
otro extracontractual. Pero ya hemos dicho (supra, T. I, 165) que esa dualidad de y Óscar A. Zuluaga, pero de otro lado es innegable que las deprecaciones
acciones no está prohibida y que lo que está prohibido es que entre las mismas formuladas no se encuentran sustentadas en la inejecución de obligaciones
partes y para cobrar el mismo daño, se pueda optar por la una o por la otra. Del derivadas de tal vínculo sino en el ilícito y consiguiente daño causado a la
contexto del fallo surge de manera clara que es justamente esta situación la que se sociedad demandante.
debate, y la sentencia concluye afirmando que sí es posible la dualidad de accio-
nes, terminando por aceptar lo que todo el mundo trata de prohibir. Todo ello por "Siendo, pues, ostensible el yerro que se enrostra al sentenciador, debe, por
no saber en qué consiste el problema. consiguiente, prosperar el cargo que contiene la demanda de casación" 180 .

172.- En sentencia del 7 de julio de 1987, la Corte Suprema de Justicia 173.- Finalmente, una sentencia del 20 de abril de 1954 admite la opción y
conoció de un recurso de casación contra la sentencia ya comentada (supra, T. I, considera que la prohibición de acumular consiste en la imposibilidad de cobrar
166) del Tribunal Superior de Medellín que negó la posibilidad de demandar a un dos veces el mismo daño, acudiendo a las dos responsabilidades, solución ésta
responsable por vía contractual y al otro por vía extracontractual, cuando, según que, como hemos visto, nadie discute. Al respecto el fallo expresa:
queda dicho, en realidad esa prohibición no existe legalmente.
"Esto permite esclarecer que en algunos casos prácticos la existencia de la
En su sentencia de casación, la Corte le da un giro totalmente distinto al culpa aquiliana conlleva la violación del vínculo contractual, y que en otros
problema de la prohibición de optar o de acumular las dos responsabilidades. la culpa aquiliana puede ser cometida con ocasión de un contrato. Entonces
no sería extraño que los mismos hechos asumieran a la vez la categoría jurí-
En efecto, la Corte admite que aunque es verdad que había de por medio un dica de culpa aquiliana y de culpa contractual, sin que de allí surja generali-
contrato entre el demandante y uno de los demandados, lo cierto es que contra éste zación que permita establecer identidad entre las dos clases de culpa, en lo
último solo se invocaba la responsabilidad extracontractual, dando a entender que cual se encuentra ajustada a derecho la tesis de la demanda de casación.
siendo una sola la responsabilidad invocada, era posible su aplicación pues no
había una acumulación de las dos acciones. Al casar la sentencia, la Corte acoge "Pero si al examinar el caso concreto aparece que el hecho es causa de res-
ponsabilidad extracontractual y a la vez pudiera causar también responsabili-
las pretensiones del demandante.

179 C. S. J., cas. civ., 25 febrero 1942, "G. J.", t. Llll, p. 86. 180 C. S. J., cas. civ., 7 julio 1987, Derecho colombiano, p. 137.
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 173
172 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

dad contractual, es claro que el no demandar o exigir ésta última en nada mos una serie de fallos que plantean adecuadamente el problema, pese a que, en
podría contrariar la existencia y exigibilidad de la primera. algunos de ellos, los tribunales vuelven a incurrir en lamentables contradicciones.

"Ciertamente la responsabilidad por culpa aquiliana o extracontractual abar- 176.- En casación del 5 de marzo de 1940, citado por un fallo del 14 de
ca íntegramente el derecho privado; y el artículo 2356 del Código Civil, cuando octubre de 1959 ya comentado, la Corte planteó adecuadamente el problema, en
dice que "por regla general todo daño que pueda imputarse a malicia o ne- los siguientes términos:
gligencia de otra persona, debe ser reparado por esta", no hace otra cosa que
recoger el viejo principio romano según el cual el derecho ordena no dañar a "a) "Por mucho tiempo se creyó y sostuvo por los tribunales franceses que la
otros alterum nono laedere. (Remarca dentro del texto). responsabilidad profesional se basaba únicamente en los artículos 1382 y 1386
del Código francés, artículos semejantes al 2341 y siguientes del nuestro, que
"Esta norma obliga siempre, aunque es cierto que la responsabilidad que de se refieren a la responsabilidad común por delitos y culpas. Pero los estudios
ella dimana puede ampliarse o restringirse, dentro del marco del orden pú- hechos sobre el particular por expositores como el citado LALOU, los hermanos
blico y las buenas costumbres, por virtud de estipulación contractual. De MAZEAUD y principalmente por SAv ATIER, influyeron decididamente en la doc-
manera que en el fondo ambas culpas son del mismo género, no obstante trina y por eso las últimas sentencias de los tribunales franceses hacen la dis-
existir entre ellas varias notas características que permiten diferenciarlas tinción de que se ha hecho mérito y derivan la responsabilidad, según el caso,
específicamente. ya de las reglas que dominan la materia de incumplimiento o violación de la ley
contractual, ya de las normas que sancionan el hecho culposo o delictual. No
"En el caso sub judice es necesario disipar primeramente las dudas que pue-
es por lo tanto indiferente ni desde el punto de vista de la naturaleza de la
dan suscitarse por la circunstancia de que estuviera en desarrollo la ejecución
acción ni de las consecuencias de esta en el debate, por lo que hace a la prueba,
de un contrato de transporte de personas, y por cuanto hubiera de entenderse
invocar sin ningún distingo las disposiciones citadas"" (cas., 5 marzo 1940,
responsabilidad contractual la de la empresa, con exclusión de cualquiera
"G. J.", núm. 1953, p. 117). (Remarca dentro del texto) 182 •
culpa extracontractual.
"La doctrina, a pesar de la disparidad de criterio entre los autores, está sin 177.- De su lado, en decisión de 24 de junio de 1942, la misma Corte Supre-
embargo de acuerdo en admitir que aquellas dos responsabilidades, contrac- ma de Justicia, en forma acertada expresa:
tual y extracontractual, no son incompatibles en su coexistencia jurídica, aunque
"Por eso ha sostenido la Corte, como lo sostienen los tratadistas, que esas dos
por otra parte es claro que la víctima no podría pretender doble indemniza-
culpas (contractual y extracontractual) no pueden, en general, acumularse en
ción emanada del mismo hecho culposo. Elegida una acción se excluye la
una misma demanda, por cuanto son entidades de diversa naturaleza y hasta
otra, si no es invocada en forma subsidiaria" 181 •
contradictorias muchas veces, pues no se ve cómo una culpa contractual pue-
da generar una acción delictual, ni cómo esta pueda tener como base un pacto
174.- Lo lamentable de los fallos comentados es que todos ellos insisten en
jurídico" 183 •
la imposibilidad de acumular las dos responsabilidades, pero creen que el proble-
ma consiste en otra cosa bien diferente y, sin proponérselo, admiten lo que se trata
178.- Pero donde se ve con mayor claridad el planteamiento acertado del
de prohibir. problema es en un párrafo de una casación del 31 de mayo de 1965, aunque lamen-
tablemente la sentencia vuelve a equivocarse al mezclar el problema que nos ocu-
175.- FALLOS QUE RESUELVEN ADECUADAMENTE EL PROBLEMA pa con la alternativa de demandar, bien sea por vía hereditaria o personal, los
En ese mare magnum de contradicciones sobre la consistencia del problema daños causados por la muerte de un pasajero. Al respecto, el citado fallo expresa:
de la opción entre la responsabilidad contractual y la extracontractual, encontra-

182 C. S. J., cas. civ., 14 octubre 1959, "G. J.", t. XCI, p. 764.
181 C. S. J., cas. civ., 20 abril 1954, "G. J.", t. LXXVII, p. 375. 183 C. S. J., cas. civ., 24 junio 1942 "G. J.", t. Llll, p. 658.
17 4 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 175

"Resulta claro que, cuando es el propio transportado quien entabla la ac- rio por vía personal y a la inversa. Salvo el fallo que se comentará a continuación,
ción por los perjuicios que le hubiera causado el siniestro, estando él liga- ha sido permanentemente errónea la interpretación de la Corte en este sentido.
do con la empresa demandada por el contrato de transporte, no puede situar
su acción por fuera de la órbita contractual, para pretender la indemniza- 179.- En una importante decisión del1 o de octubre de 1987, la Corte Supre-
ción del daño resultante del quebranto del convenio, mediante la aplicación ma de Justicia por fin aclara la posición sobre la acción hereditaria contractual y
de las normas reguladoras de la acción por culpa extracontractual. Dado el la personal extracontractual que se presenta en caso de muerte del pasajero trans-
contrato, todos los efectos de su incumplimiento por cualquiera de las par- portado. La Corte, en buen derecho, acepta, esta vez, que tratándose del contrato
tes quedan sometidos a la aplicación de la ley del mismo y, por lo tanto, de transporte, al daño hereditario pertenece un perjuicio distinto del personal y
entre las propias partes, la responsabilidad ex contractu excluye en princi- que la acción hereditaria es necesariamente contractual y la personal necesaria-
pio a la aquiliana. Se impone en tal hipótesis, como conclusión lógica, que mente extracontractual. En el caso sub judice, los herederos del pasajero fallecido
el transportado no pueda optar entre las dos acciones, ni, por lo tanto, acu- reclamaban por vía contractual el daño que realmente pertenecía a la acción per-
mulándolas en forma eventual, subordinar una de ellas al insuceso de la sonal extracontractual. La Corte rechazó las pretensiones de los demandantes, no
otra, pues que tal opción no le asiste, desde luego que carece de la acción solo porque se invocaba la responsabilidad contractual en lugar de la extracontractual,
de responsabilidad extracontractual. sino porque se acudía a la acción hereditaria cuando realmente se debía acudir a la
personal. Al respecto el citado fallo expresa:
"6. Pero no es esta la obligada posición jurídica de los sucesores del pasa-
jero, víctima del accidertte ocurrido en el desarrollo del contrato de transpor- "3. Es indudable, como lo afirma el recurrente, que la pretensión de los
te, porque, si ellos hubieren sufrido perjuicios personales por causa del acci- demandantes es la de responsabilidad contractual, pues así está planteada en
dente, entonces, habiéndose de considerar como terceros a este respecto, bien el petitum de la demanda cuando se solicita la condena a la empresa deman-
pueden elegir entre su acción por los perjuicios propios, que sería necesaria- dada, cuando en los hechos segundo y tercero del libelo se dice que la misma
mente la aquiliana, y la heredada del causante, como sucesores de este, que incumplió su obligación de conducir sano y salvo al pasajero al sitio conve-
sería la contractual. Lo que no pueden hacer es acumularlas en forma simple, nido en el contrato en virtud de que como fundamentos de derecho se citaron
para pretender una doble indemnización por el mismo motivo" 184 • los artículos 981 y siguientes del Código de Comercio, que son los que regu-
lan el contrato de transporte y la responsabilidad del transportador.
El primer párrafo trascrito enfoca perfectamente el problema. Sin embargo,
se equivoca al afirmar que ni siquiera se puede proponer una acción como princi- "Y no obstante que así lo entendieron tanto el juzgado del conocimiento,
pal y la otra como subsidiaria. Dicha prohibición no existe y, por el contrario, los como el tribunal, al confirmar el fallo proferido en la primera instancia por
autores aconsejan que cuando alguna situación sea confusa se acuda a este meca- aquel, en cuanto la condena de indemnizar a los demandantes impuesta a la
nismo. O sea que no se puede proponer las dos como principales, pero sí se puede empresa demandada se hizo derivar de responsabilidad contractual, los per-
proponer la una como subsidiaria de la otra. juicios que el juzgador tuvo en cuenta al fijar el monto de dicha condena
ciertamente no fueron, como lo sostiene el censor, los que el causante habría
Ahora, en lo que se refiere al segundo párrafo, vuelve a insistir la Corte sobre
sufrido por el incumplimiento del contrato y que su cónyuge e hijos habrían
la alternativa que tienen los herederos del pasajero fallecido de demandar la in-
heredado de aquel, sino los que estos personalmente recibieron al dejar de
demnización de sus propios perjuicios, acudiendo bien sea a la acción hereditaria
percibir la ayuda económica que su padre y esposo les aportaba para el soste-
o a la acción personal. Con ello, en el fondo lo que la Corte está haciendo es
nimiento del hogar y demás gastos para atender las necesidades de sus hijos,
permitir la opción. Y a hemos dicho (supra, T. I, 141) que cuando existen tanto el
conforme lo determinaron los peritos; es decir, que el tribunal ubicó el daño
daño hereditario como el personal ambos se pueden cobrar, pero cada uno por la
en la responsabilidad extracontractual sin advertir que se trataba de una con-
vía que le corresponde. No tienen, pues, la alternativa de cobrar el daño heredita-
tractual.

"4. Como se desprende del segundo inciso del numerall2 del artículo 368
184 C. S. J., cas. civ., 31 mayo 1965, "G. J.", ts. CXI-CXII, p. 123. del C. de P. C. y como la Corte lo viene sosteniendo reiteradamente en su
176 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 177

jurisprudencia, para que el error de hecho en la apreciación de las pruebas dé muerte del pasajero. Sigue confundiendo el problema de la opción entre la res-
lugar a la casación de un fallo, menester es que sea manifiesto y que además ponsabilidad contractual y la extracontractual con el ejercicio de las acciones he-
incida de· tal manera en la decisión que si no se hubiera incurrido en él, esta reditaria y personal derivadas del contrato de transporte. Olvidan que la acción
tendría un sentido contrario al que se le dio. hereditaria también puede ser extracontractual, en cuyo caso tanto la acción here-
ditaria como la personal tienen que renunciar a la responsabilidad contractual.
"Al confrontar entonces este criterio con lo anteriormente expuesto, preciso sea
concluir que el tribunal sí incurrió en los errores de hecho que le señala el recu- En el caso sub judice un pasajero ligado contractualmente con el transporta-
rrente y en el quebranto de las normas sustanciales por él indicadas en su cargo. dor demandó a este por vía extracontractual por los daños derivados del cumpli-
miento imperfecto del contrato de transporte. La Corte afirmó que tal acción era
"Es, en efecto, evidente que los perjuicios indicados por el recurrente cuya
improcedente porque la opción estaba prohibida. Al respecto, reproducimos algu-
indemnización reclamaron los demandantes y cuyo monto avaluaron los pe-
nos párrafos del citado fallo. Dice la Corte:
ritos en el dictamen que el tribunal acogió para condenar a la empresa de-
mandada, no son los propios de la responsabilidad contractual, puesto que "1.2 En lo tocante a la consagración legal, la culpa contractual está regla-
por no ser los que el causante habría recibido y transmitido a sus herederos en mentada en el Código Civil en el título libro IV, previéndose allí tres
virtud del incumplimiento del contrato de transporte en que perdió la vida, distintas categorías de la misma, al paso que de la aquiliana se ocupa el título
sino los que se les causaron al dejar de percibir el apoyo económico que XXXIV que no prevé para esta sino una sola modalidad; de tal manera que
aquel les prodigaba regularmente con sus ingresos, solamente podían pedirse los principios legales o las reglas atinentes a cada una de ellas no pueden
mediante la acción de responsabilidad extracontractual, circunstancia que no aplicarse indistintamente para la una o para la otra. Esa la razón por la cual la
advirtió el fallador y que lo llevó a dictar una sentencia condenatoria contra- Corte sostuvo en sentencia de 17 de junio de 1964 que "dado el distinto tra-
puesta a la acción impetrada. tamiento que el estatuto civil da a una y a otra en títulos diversos del mismo
y la manifiesta diferencia que hay entre ellas, no ha aceptado que se puedan
"Es además cierto que si no hubiera incurrido en los yerros fácticos referi-
aplicar a la culpa contractual los preceptos que rigen la extracontractual, ni al
dos, el ad quem habría visto que faltaba "uno de los elementos axiológicos de
contrario, sino que cada una se regula por las disposiciones propias" ("G. J.",
la pretensión indemnizatoria -el nexo causal entre la culpa y el daño-", como
CVII, 333; 2 de mayo de 1970, 124)" 186 .
lo afirma el censor, y en tales condiciones habría desestimado las súplicas de
la parte actora.
Y más adelante expresa:

"En consecuencia de lo dicho, el tribunal quebrantó las normas enunciadas "1.4 Por el aspecto del ejercicio de la acción que ellas generan, son tam-
en el cargo por indebida aplicación y en especial dejó de aplicar el artículo bién distintas una y otra de dichas culpas, porque la contractual solo está en
1006 del Código de Comercio al no ver que la acción contractual que pueden cabeza de quienes tomaron parte en el acuerdo o de sus causahabientes, que
invocar los herederos del pasajero muerto durante la ejecución del contrato por la misma razón no pueden demandar por fuera de esa relación jurídica
de transporte, solamente puede encaminarse a reclamar los perjuicios sufri- preexistente la indemnización del daño causado por la inejecución de las obliga-
dos por el causante y no los que ellos habrían recibido por esa muerte en cuyo ciones acordadas, relación material ésta en la que ninguna injerencia tienen
caso la acción pertinente era la de responsabilidad extracontractual" 185 . terceros, quienes por el contrario solo son titulares de acción de responsabi-
lidad nacida de hecho ilícito, de la que también se pueden servir los herede-
Finalmente, la Corte en sentencia del 19 de abril de 1993 plantea y decide ros del contratante afectado por el incumplimiento del acuerdo, cuando la
adecuadamente el problema, pese a que en una de sus motivaciones vuelve a insis- culpa en que incurre el deudor les acarrea un daño personal.
tir sobre la presunta alternativa entre la acción hereditaria y la personal en caso de

185 C. S. J., cas. civ., 1o octubre 1987, Jurisprudencia y Doctrina, t. XVI, núm. 192, p. 186 C. S. J., cas. civ., 19 abril 1993, Jurisprudencia y Doctrina, t. XXII, núm. 258, p.
1275. 531.
178 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 179

"1.5 Es pertinente reiterar que, siendo diferentes y estando tratadas de modo A continuación expresa:
diverso la culpa contractual y la aquiliana, no se puede demandar conjunta-
mente la responsabilidad que la una y la otra producen, aspecto este que "Porque en este evento en que el daño no ocasiona la muerte del pasajero,
viene a determinar que cuando se invoca la primera y el incumplimiento presta- tales prescripciones legales no contemplan expresa ni implícitamente (como
cional tenga lugar en el ejercicio de una actividad peligrosa, no se puede sí ocurre para el caso contrario), que al lado de una responsabilidad contrac-
echar mano de la presunción de culpa que consagra el artículo 2356 del C. C., tual también surja o pueda surgir simultáneamente, en forma acumulativa o
porque siendo esta norma reguladora de la responsabilidad aquiliana ninguna alternativa, una responsabilidad civil extracontractual entre las mismas par-
cabida tiene ella frente a los compromisos gobernados por el contrato previo tes de un contrato de transporte con fundamento en el mismo incumplimiento
de las partes. Si la obligación es de medio allí se debe probar la culpa del contractual" 189 •
deudor o autor del daño, mientras que si es de resultado ella se presume, de
conformidad con el artículo 1604 del C. C. Entonces, si se trata de responsa- Finalmente afirma:
bilidad contractual que implique al propio tiempo el ejercicio de actividad
peligrosa, la exoneración de la carga de probar la culpa depende no de la "3. Siendo así las cosas, al aplicar los conceptos en antes expuestos al caso
presunción prevista en el artículo 2356 del C. C., sino de que la obligación litigado, es preciso concluir que si el demandante Jorge Iván Velázquez Montoya,
allí asumida sea de resultado, tal como lo dispone el artículo 1604 ibídem, como lo asevera el fallo del tribunal, sufrió las lesiones cuya indemnización
que es norma de interpretación cabal se deduce que cuando la obligación es reclama mientras se ejecutaba el contrato de transporte que celebró con la
de medio sigue gravitando sobre el demandante la carga de probar la culpa Empresa Arauca S. A., fue porque esta empresa no cumplió con la obligación
del demandado ... " 187 . de resultado que le imponía el contrato, vale decir, la de transportar al pasa-
jero sano y salvo (C. de Co., art. 982), y, por tal razón la acción resarcitoria
Un poco más adelante afirma lo siguiente: a su alcance era la originada en ese pacto, es decir, la contractual pero en
manera alguna la aquiliana, como aquí ocurrió, porque en sus manos no tenía
"2. Cúmulo de responsabilidades: sentadas las anteriores premisas es per- otra opción diferente. En estas condiciones al confirmar el tribunal el fallo
tinente abordar el tema de la pluralidad de acciones que pueden concurrir en del a quo que negó las pretensiones del actor, no incurrió, como lo denuncia
cabeza de quien padece el daño, cuando procura el resarcimiento de los per- el censor, en el yerro juris in judicando que se le endilga" 190 .
juicios que se le han irrogado.
Este fallo nos merece las siguientes observaciones:
"2.1 En esta materia la jurisprudencia tradicional de la Corte ha acogido la
tesis clásica orientada por restringir o limitar la opción de responsabilidades, l. En primer lugar, es claro que la responsabilidad del transportador frente
y, ajustada a este criterio por regla general ha rechazado de manera invaria- al pasajero solo puede ser de naturaleza contractual.
ble la yuxtaposición de las dos formas mencionadas de responsabilidad, al
paso que excepcionalmente y al mismo tiempo se ha mostrado siempre par- 2. Según dijimos (supra, T. I, 144), el fallador no debe ser demasiado ri-
tidaria en otorgarle las dos acciones (contractual y extracontractual) en for- guroso y desechar las pretensiones porque el demandante se confunda en la de-
ma alternativa al heredero del perjudicado con la inejecución contractual; nominación de la acción. En el caso sub judice el juez debía haber aplicado
cuando este recibe a su turno del mencionado comportamiento un perjuicio la responsabilidad correcta, pese a la equivocación del actor. Lo que no podía
personal" 188 . era acoger la acción personal cuando el actor está actuando a título hereditario
(supra, T. I, 141).

187 C. S. J., cas. civ., 19 abril 1993, Jurisprudencia y Doctrina, t. XXII, núm. 258, p. 189 C. S. J., cas. civ., 19 abril 1993, Jurisprudencia y Doctrina, t. XXII, núm. 258, p.
532. 533.
188 Ibídem. 190 Ibídem.
180 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 18 i

3. Como bien lo afirma el fallo de 1o de octubre de 1987 ya comentado piden a la víctima escoger o al juez aplicar a su antojo el régimen de responsabi-
(supra, T. I, 179), la acción hereditaria derivada del contrato de transporte nece- lidad aplicable. La pregunta que surge entonces es si un cambio legislativo podría
sariamente es contractual y la personal necesariamente es extracontractual. Por lo suprimir el problema.
demás, a cada una de ellas corresponde un perjuicio distinto.

4. No es que el artículo 1006 del Código de Comercio brinde la alternativa 182.- EL PROBLEMA ES PRÁCTICO Y NO LÓGICO
a que se refiere el caso sub judice. Dicha norma afirma que cuando existe tanto el
daño hereditario como el personal, ambos se pueden cobrar pero no dentro de un Desde el punto de vista estrictamente lógico el legislador podría suprimir la
mismo proceso. No se está brindando pues ninguna alternativa. Lo que se está totalidad de las diferencias entre la responsabilidad contractual y la extracontractual,
prohibiendo es mezclar en un mismo proceso el daño hereditario y el daño perso- aboliendo, en consecuencia, el problema de la prohibición de optar entre uno u
nal. Si se brindara la alternativa de que habla la Corte, en el fondo se estaría otro régimen de responsabilidad.
permitiendo la opción, que es justamente lo que está prohibido. En conclusión,
cuando existe el daño hereditario por muerte del pasajero, la acción necesaria- Sin embargo, todas las legislaciones han encontrado la necesidad práctica de
mente es la hereditaria contractual, y no se puede acudir a la personal extracontractual mantener ciertas diferencias de mayor o menor entidad. Así las cosas, es preciso
y a la inversa. Cuando existen los dos daños, ambos se pueden cobrar en procesos observar que la imposibilidad de unificar los regímenes de responsabilidad es más
distintos, pero acudiendo a la acción que le corresponde. Es esto último lo que bien un problema de tipo práctico que de tipo lógico, por los motivos que veremos
afirma el fallo del 1o de octubre de 1987. un poco más adelante.

191
BALANCE DE LA JURISPRUDENCIA DIFERENCIAS QUE SE PUEDEN SUPRIMIR

Luego del análisis de algunas jurisprudencias sobre el tema que nos ocupa, En un afán por reducir el problema de la dualidad de responsabilidades al
podemos llegar a la conclusión que la mayoría de estas decisiones no saben en qué mínimo posible, se podría pensar en unificar el régimen de prescripción y el rela-
consiste el problema de la prohibición de optar entre una y otra responsabilidad. tivo a la cobertura de los daños tantos previsibles como imprevisibles. Desde el
Por otra parte, mezclan el problema del ejercicio de la acción hereditaria y la punto de vista de la carga de la prueba de la culpa, hay enormes dificultades
acción personal con el de la opción entre la responsabilidad contractual y la de unificación, pues lo que en responsabilidad extracontractual constituye una
extracontractual. Solo algunos fallos, aunque en forma imperfecta, apuntan ade- responsabilidad objetiva, desde el punto de vista contractual podría constituir
cuadamente a la solución del problema. una responsabilidad con culpa probada. En materia de solidaridad también podría
pensarse en la unificación de ambos regímenes. De hecho, algunas instituciones
§ 3.- ¿Es POSIBLE SUPRIMIR TOTALMENTE EL PROBLEMA DEL DUALISMO Y DE LA de la responsabilidad civil tienen un régimen único. Creemos que tal unificación
OPCIÓN ENTRE LAS DOS RESPONSABILIDADES? se halla establecida en el estatuto del consumidor (D. 3466 del2 de diciembre de
1982).
181.- SITUACIÓN ACTUAL

DIFERENCIAS QUE DEBEN CONSERVARSE


Luego del examen de la jurisprudencia colombiana en relación con la distin-
ción entre las dos responsabilidades, la prohibición de optar entre una y otra res- Lamentablemente, la unificación no puede ser total porque con ello se acaba-
ponsabilidad y la dificultad misma de comprender el problema, nos preguntamos ría la autonomía de las partes contratantes, ya que éstas tendrían que someterse a
si no sería posible, o por lo menos deseable, unificar los dos regímenes de respon- moldes rígidos establecidos por las normas generales contenidas en los códigos y
sabilidad, evitando así el problema de la opción.

En el derecho colombiano vigente es imposible negar la existencia de dos


191 Sobre este punto véase Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núms.
especies de responsabilidad con diferencias accesorias pero importantes, que im- 235 y SS.
182 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 183

en las leyes 192 • Así, por ejemplo, si las partes llegasen a establecer cláusulas "La utilidad del contrato consiste en crear entre las partes ciertas obligacio-
de exoneración o de limitación de responsabilidad no prohibidas por el legis- nes que la ley no prevé. Ahora, esta especificidad de las relaciones contrac-
lador, todas ellas resultarían inútiles si al acreedor perjudicado se le diese la tuales sería completamente abolida si pudiéramos sustituir esas obligaciones
opción de reclamar por vía extracontractual, renegando así de lo pactado con el personalizadas por los deberes generales que existen en las relaciones entre
acreedor. terceros y que sancionan los artículos 1382 y ss. del C. C. (responsabilidad
extracontractual). La observación se verifica fácilmente a propósito de la
Por ello, el problema de la prohibición de la opción subsistirá mientras la ley responsabilidad por el hecho propio porque el contrato puede imponer al deu-
permita a las partes establecer cláusulas que se aparten de los principios generales dor obligaciones de las que el acreedor no podría prevalerse si el contrato no
consagrados en la ley. Ante la alternativa de eliminar la autonomía de las partes hubiera sido concluido; y muchos contratos incluso exigen la obtención de
contratantes, es preferible mantener el problema de la prohibición de la opción, un resultado determinado, mientras que en principio no se le asigna al artícu-
reduciendo las diferencias al mínimo, a condición de que las partes conserven la lo 1382 (responsabilidad extracontractual) más que una obligación general
autonomía contractual. de prudencia y diligencia. En cuanto a la organización de la responsabilidad
por el hecho ajeno, su especificidad en materia contractual está igualmente
dirigida por el cuidado de hacer respetar la fuerza obligatoria del contrato
En resumen, desde el punto de vista práctico hay diferencias irreductibles
impidiendo al deudor descargar sobre otro, sin el consentimiento del acree-
entre los dos regímenes de responsabilidad, lo que conlleva a la permanencia de la
dor, la carga de la inejecución de sus obligaciones.
prohibición de optar entre una y otra responsabilidad, razón por la cual el juez
deberá aplicar la que considere correcta. "En definitiva no se puede suprimir la especificidad de la noción de 'hecho
generador' de la responsabilidad contractual porque apreciar la inejecución
del contrato a la luz de los artículos que regulan la responsabilidad extracontractual
185.- ÜPINIÓN DE LOS AUTORES amenazaría el contenido mismo de la convención y contravendría, en conse-
cuencia, el principio de la fuerza obligatoria del contrato establecida en el
El problema que nos ocupa ha sido largamente debatido por la doctrina. Al- art. 1134 del C. C." 194 .
gunos de los autores, cansados de las injusticias que a veces se cometen con su
solución rigurosa, han mostrado la inutilidad de mantener algunas de las diferen- Y más adelante expresa:
cias actuales entre los dos regímenes de responsabilidad. Sin embargo, todos ellos
terminan por admitir que en ciertos aspectos los dos regímenes de responsabilidad "Concluiremos pues este examen crítico del particularismo del régimen de la
deben permanecer separados y, en consecuencia, el problema de la prohibición de responsabilidad contractual con una apreciación matizada. Nos parece impo-
la opción debe subsistir. sible negar lo bien fundado de ciertas diferencias actualmente reconocidas
entre el régimen contractual y el régimen delictual, principalmente en cuanto
GENEVIEVE VINEY propone que al lado de las dos responsabilidades tradicio- a la definición del hecho generador de la responsabilidad, sino también sobre
nales, las cuales conservarían unas diferencias mínimas, debería existir un tercer ciertos puntos más secundarios como las reglas de solución de conflictos de
régimen unificado para las responsabilidades profesionales 193 • leyes en el espacio y en el tiempo" 195 •

La citada autora, al comentar las diferencias mínimas que deben subsistir De su lado, ANDRÉ TuNe, quizás el más feroz enemigo del dualismo de regí-
entre la responsabilidad contractual y la extracontractual expresa: menes y del problema de la opción, luego de mostrar cómo la mayoría de diferen-
cias son artificiales, concluye por afirmar la irreductibilidad total entre los dos

192 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 234; Patrice Jourdain, ob.
cit., p. 30; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 177. 194 Ibídem, núm. 235.
193 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 243. 195 Ibídem, núm. 237.
184 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RELACIONES ENTRE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y LA EXTRACONTRACTUAL 185

sistemas de responsabilidad. Luego de preconizar la fusión entre los dos regíme- por tanto, el primero quien tenía la obligación de aplicar la responsabilidad co-
nes, hace la siguiente aclaración: rrecta, así la víctima se hubiese equivocado en la formulación de la demanda. Con
este criterio se elimina un 80% o 90% de los problemas que suscita la prohibición
"Esta fusión debería sujetarse a una reserva: el derecho debería respetar todo de optar entre una u otra responsabilidad.
acuerdo que hubiera podido existir entre las partes, siempre y cuando el mis-
mo no fuera contrario al orden público. En ese sentido, vale la pena mencionar el artículo VII del título preliminar
"Es claro que la existencia de un acuerdo tal es frecuente en materia contrac- del Código Civil peruano, que al respecto expresa: "Los jueces tienen la obliga-
tual, excepcional en materia delictual. Las partes en el contrato incluyen en ción de aplicar la norma jurídica pertinente, aunque no haya sido invocada en la
este a menudo, cláusulas que precisan o reducen sus obligaciones o su res- demanda".
ponsabilidad. Tales disposiciones son válidas dentro de ciertos límites y ellas
deben permanecer así" 196 .

Obsérvese que el connotado autor francés, al igual que lo preconizamos no-


sotros y lo hace GENEVIENE VINEY, está de acuerdo en que el contrato no puede ser
desconocido por el acreedor y que, por tanto, lo pactado entre las partes debe ser
respetado, mientras esas est~pulaciones no sean prohibidas por la ley, sin que se
tenga la posibilidad de renunciar a lo pactado para instaurar una acción con base
en la responsabilidad extracontractual en lugar de la contractual, que es la que
corresponde.

Finalmente, Anuo ANíBAL ALTERINI, quien fuese uno de los redactores del
proyecto de reforma del Código Civil argentino, luego de analizar los arcaísmos
de la distinción entre las dos responsabilidades y de analizar su propuesta para
que en el proyecto se incluyera una norma tendiente a suprimir el dualismo de
regímenes, termina afirmando lo siguiente:

"En este marco, la teoría general de la responsabilidad civil seguramente será


estructurada con un régimen unitario, reduciendo las diferencias entre las
órbitas contractual y extracontractual al mínimo posible, hasta donde sea
inevitable formularlas, aún cuando quepa articular soluciones particulares
para situaciones específicamente determinadas que justifiquen efectuar dis-
tinciones". (Subrayas fuera del texto ) 197 .

186.- UNA REFORMA NECESARIA

Un poco más atrás dijimos (supra, T. I, 161) que el problema de la opción


entre las dos responsabilidades pertenecía al juez y no al demandante y que era,

196 André Tune, ob. cit., núm. 47.


197 Atilio Aníbal Alterini, Roberto López Cabaña, ob. cit., p. 45.
pARTE SEGUNDA

ELEMENTOS COMUNES TANTO A LA RESPONSABILIDAD


CONTRACTUAL COMO A LA EXTRACONTRACTUAL
(EL HECHO ILÍCITO)

ELEMENTOS DEL HECHO ILÍCITO

Según hemos visto (supra, T. I, 6), la obligación de indemnizar encuentra su


fuente en el hecho ilícito. Es éste último el que genera la responsabilidad civil.
Por ello, tanto en la responsabilidad contractual como en la extracontractual en-
contramos algunos elementos que les son comunes 1• En efecto, tanto la responsa-
bilidad contractual como la extracontractual exigen una conducta del demandado
(cap. I). En algunas oportunidades esa conducta del demandado debe ser culposa
(cap. II). Ahora, es necesario que haya un daño (cap. III) y que ese daño sea
causado por la conducta del agente (cap. IV). Veamos por separado cada uno de
estos elementos.

Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 33; Luis Pascual Estevill, ob. cit.,
t.
11, núm. 79; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 363.
ES NECESARIO QUE HAYA UNA CONDUCTA DEL DEMANDADO 189

finalidad distinta de la de producir efectos jurídicos. Dicho de otra manera, el acto


lícito supone un acto jurídico, es decir, un acto encaminado a producir efectos
jurídicos. En cambio, la responsabilidad civil supone un acto humano que no pre-
CAPÍTULO I tende crear efectos jurídicos, pero que de hecho los crea porque se produce un
Es NECESARIO QUE HAYA UNA CONDUCTA daño en forma ilícita. Así, por ejemplo, quien mata intencionalmente a otro está
DEL DEMANDADO realizando un acto humano, pero como ese acto humano no tiene la finalidad de
producir efectos jurídicos, aunque de hecho los produzca, decimos que la realiza-
ción de ese daño intencional constituye un hecho ilícito.
188.- AcLARACióN DE TÉRMINOS
Bien vistas las cosas, sin que haya una conducta activa u omisiva de por
Normalmente la doctrina se contenta con afirmar que los elementos ~e la medio, la responsabilidad civil es impensable. Incluso, toda responsabilidad nor-
responsabilidad civil son el hecho, el daño y el nexo de causalid~d entre el pnme- mativa, bien sea jurídica, moral o religiosa, supone siempre un comportamiento
ro y el segundo. Otros autores, como los hermanos MAZEAUD, eXl~en que haya una activo u omisivo del obligado 6 •
culpa, un daño y un nexo de causalidad2 . Por nuestra parte cons1dera~os que es
preciso plantear las cosas de manera diferente. Creemos que es prefenble hablar En la responsabilidad contractual, por ejemplo, la conducta del responsable
de conducta, en lugar de hecho o de culpa3 . Es impreciso hablar de culpa, pues hay será activa en tratándose de cumplimiento imperfecto o defectuoso, como ocurre
varias instituciones de re'sponsabilidad objetiva donde solo basta la ~onducta da- en caso de que el transportador dañe a las personas o las cosas transportadas o
ñosa del agente. Por tanto, si existe responsabilidad objetiva, es decu, ~unque no cuando el vendedor, a sabiendas, entregue la cosa vendida con un vicio oculto. En
haya culpa del demandado, es porque la culpa no es .element~ esenc1~l .a toda cambio, en el incumplimiento absoluto, la conducta del responsable se reprocha
responsabilidad. Lo que sí es esencial es el com~?rtam1ento actlvo u om1s1vo del por su omisión en el cumplimiento de lo pactado. En tales condiciones, la única
agente, aun en la más objetiva de las responsab1hdades. conducta permitida al deudor es la de cumplir la obligación establecida y, por no
haberla realizado, su comportamiento se torna ilícito y ese comportamiento ilícito
Tampoco es exacto hablar de hecho, puesto que es la conducta que causa un lo hace responsable.
daño lo que constituye un hecho ilícito 4 . El hecho está compuesto por la co~~u.cta
más el daño causado por dicha conducta. Esta última es la parte y el hecho 1he1to, De igual modo, en la responsabilidad extracontractual, todas las institucio-
nes están fundamentadas en una conducta del agente. El tema no ofrece mayor
incluido el daño, es el todo.
discusión o dificultad tratándose de la responsabilidad personal o directa, pues en
tales circunstancias es claro que se juzga la conducta inmediata, activa u omisiva
189.- SE REQUIERE QUE HAy A UNA CONDUCTA ACTIVA U OMIS IV A DEL AGENTE
del agente. Pero aun en la responsabilidad civil por hecho de las cosas, por el
En la responsabilidad civil es esencial que haya un comportan:i.ento mediato ejercicio de actividades peligrosas o por el hecho ajeno, siempre estará la conduc-
inmediato del responsables. Ello es válido tanto en la responsab1h~ad contrac- ta del responsable como elemento fundamental de su responsabilidad 7 • Así, por
0
tual como en la extracontractual. El hecho ilícito siempre está prec/ed:~o: desde el
ejemplo, en la responsabilidad por un tercero (C. C., art. 2347), la ley presume
punto de vista psicológico o filosófico, de un acto humano que esta d1ng1do a otra que el comportamiento descuidado o imprudente del civilmente responsable fue
la causa determinante para que el directamente responsable se hubiera comporta-
do en forma impropia. Lo mismo puede decirse de la responsabilidad por activi-
dades peligrosas, pues también en éstas se hace responsable a quien tiene el poder
Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núms. 102 y 363. En el mismo sentido, Emiliani de dirección y control de la actividad peligrosa, poco importa que en el momento
2
Román, ob. cit., p. 1.
3 Jean Carbonnier, ob. cit., núm. 93.
Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 11, núm. 79; Jean Carbonnier, ob. cit., núm. 93.
4
Jorge Santos Ballesteros, Instituciones de responsabilida? civil, t. 1.' Bogotá; Ed. 6 Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 11, núm. 79; Santos Ballesteros, ob. cit., p. 156.
5
Universidad Javeriana, 1996, p. 156; Henri Deschenaux, ~1erre T~rc1er, ob .. clt., p. 7 Véase Santos Ballesteros, ob. cit., p. 156.
37; Jean Carbonnier, ob. cit., núm. 93; Luis Pascual Estev1ll, ob. c1t., t. 11, num. 79.
190 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

de ocurrir el daño, el agente no tenga contacto físico con la actividad causante del
daño. La ley presume que la actividad peligrosa o la cosa causaron el daño porque
el guardián con su acción u omisión (lejana o cercana en el espacio y en el tiempo) II
puso la cosa o la actividad en capacidad causal de producir el daño. Si un vehículo
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS
que se encuentra estacionado sin conductor a bordo, repentinamente comienza a
TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL
rodar causando un daño, la presume que el automotor rodó porque su guardián
lo estacionó allí y posteriormente omitió controlar los riesgos que así generaba.
No es pues el hecho de la cosa lo que genera la responsabilidad civil sino el com-
portamiento de su guardián frente a ella.

o por los daños causados por los animales


tario de un inmueble al que no se le da un art.
2350). También se sirve de un animal que causa un daño a terceros
(C. C., arts. 2353 y 2354).

En conclusión, será necesaria una conducta en la


y SS.
daño por del demandado para que éste ser
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
LA CONDUCTA PUEDE SER ACTIVA U OMISIV A
"""'""'"""""nos referimos a la conducta corno elemento J.U\.UU~,.., ....

Según hemos ser por acción o por omi- como para la


vVJ.J.U\AVL''-"'-'" '-'.1\.t.JlU\,,VU.UU.'-'LUCU.Ilo

sión9. La conducta es activa cuando el con su pro-


duce todos los mecanismos físicos necesarios para que la mutación del mundo
exterior se corno cuando con cosas o sin lesiona a otro o
deteriora o una cosa. En lo que se refiere a la conducta la doc-
trina10 y la han entre la omisión en la acción y la omi-
Slon pura y Pero a estos dos nos de referir al analizar
la (infra, T. I,

8 Un fallo delii de octubre de 1985 expresa: "Aún la llamada responsabilidad por el


hecho de los animales o de las cosas, remonta su causa eficiente a la voluntad del
propietario, quien en acción u omisión, se colocó en la hipótesis fáctica prevista en
la ley". (C. S. J., cas. civ., 11 octubre 1985, Jurisprudencia y Doctrina, Ed. Legis,
vol. 15, p. 138). Corte Suprema de Justicia. Cas. Civ., 8 mayo 1969, "G. J.", t. p. 98.
9 En ese sentido: C. S. J., cas. civ., 11 marzo i 952, "G. J.", t. LXXI, p. 388 y ss.; C. Véase: Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núms. 3 y ss.; Philippe
S. J., cas. civ., 12 mayo 1952, "G. J.", t. LXXII, p. 94. Véase también: Boris Starck Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 50; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 39; Maree!
por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 1, núm. 271; Jean Carbonnier, ob. cit., núm. 93. Planiol, Georges Riper!, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 476; Mazeaud-Tunc-Chab.as,
10 Boris Starck por Roland-Boyer, ob. cit., núm. 271; Jean Carbonnier, ob. cit., núm. ob. cit., t. 1, núm. 362; Alvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 164; Jean Carbonmer,
93; Emiliani Román, ob. p. 3. ob. cit., núm. 93.
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 193
i 92 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

Veremos, en primer lugar, los principios generales que rigen el concepto de de responsabilidad objetiva, el acto o hecho es ilícito así no haya culpa del agente.
culpa (sec. 1); luego, analizaremos los diversos tipos de culpa (sec. II), y, final- Se debe entender el hecho ilícito, entonces, como un atentado a los intereses pro-
mente, estudiaremos la posibilidad de que la culpa pueda ser suprimida totalmen- tegidos por el orden jurídico. En resumen, todo acto culposo es ilícito~ pero hay
te como elemento de la responsabilidad civil, es decir, si toda responsabilidad actos ilícitos no culposos.
civil podría llegar a ser objetiva (sec. III).
195.- DIFERENCIA ENTRE CULPA Y CONDUCTA O HECHO CULPOSO
la
Por otra parte, la mayoría de la doctrina y la jurisprudencia confunden la
193.- LA CULPA ES SINÓNIMO DE FALTA culpa con la conducta o hecho culposo. Pero, en realidad, la culpa no es más que
una cualidad, característica o modalidad que acompaña al comportamiento huma-
En la literatura jurídica la palabra tiene dos significa- no. Incluso, algunos autores como MAZEAUD 5, al plantear los elementos comunes
dos: uno genérico que es sinónimo de falta y otro más específico que es sinónimo a toda responsabilidad, hablan genéricamente de la culpa. Es preciso tener muy
de negligencia. Por eso hablamos de a título de dolo o de a título claro que lo común a toda responsabilidad civil es el comportamiento activo u
de culpa. La aclaración es porque muchas veces nuestros autores y omisivo del agente causante del daño, independientemente de que ese comporta-
tribunales confunden los dos lo que da lugar a miento sea culposo o no. En cambio, la culpa en sentido estricto consiste en la
taciones. forma como el agente realizó la conducta, bien sea por factores subjetivos, bien
porque hubo violación de reglamentos. La conducta o hecho del agente consiste
En el derecho francés la doble no en una transformación de la realidad exterior. En cambio, la culpa es un elemento
hablando dicho idioma no conoce la culpa, sino la meramente subjetivo que conlleva al agente a comportarse como no lo haría un
Por eso los autores de aquel país hablan de falta culposa y de falta hombre prudente o avisado.

Así las cosas, a menos que expresamente hablemos de culpa en sentido res- En consecuencia, la culpa no es sinónimo de conducta, ni siquiera de conduc-
tringido, cada que en este trabajo nos refiramos a la culpa como elemento de la ta culposa. Lo correcto será decir, no que el agente cometió una culpa, sino más
responsabilidad civil, habrá que entender el vocablo en sentido genérico, es decir, bien que actuó culposamente o que cometió un hecho o acto culposo.
comprenderá tanto la falta o culpa culposa como la falta o culpa dolosa3 .

196.- LA CULPA ES REQUISITO NO SOLO EN ALGUNAS INSTITUCIONES DE LA


194.- RELACIONES ENTRE LA CULPA Y EL ACTO ILÍCITO
RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL, SINO TAMBIÉN EN ALGUNOS CASOS
DE RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL
Según vimos (supra, T. I, 7), no se puede identificar el acto culposo con el
acto ilícito 4. En efecto, todo acto culposo causante de un daño es ilícito, pero
también hay actos no culposos que igualmente se tornan ilícitos. En las hipótesis En efecto, tanto en la responsabilidad contractual como en la extracontractual,
hay casos de responsabilidad objetiva o sin culpa y casos de responsabilidad sub-
jetiva o culposa. En consecuencia, la presencia o la ausencia de la culpa no es
criterio para diferenciar las dos responsabilidades 6.
2 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núms. 439 y ss.; Philippe Malaurie,
Laurent Aynes, ob. cit., núm. 57; Patrice Jourdain, ob. cit., pp. 39 y ss.; Marcel
Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núms. 494 y 509; Mazeaud-
Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núms. 395 y ss.; Boris Starck por Roland-Boyer, ob. cit.,
núm. 189; Jean Carbonnier, ob. cit., núm. 93. 5 Ibídem, núm. 207.
3 En el mismo sentido: Emiliani Román, ob. cit., p. 5. 6 Marcel Planiol, Georg es Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 491; Mazeaud-
4 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 389. Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 363.
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 195
194 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

CuLPA POR ACCIÓN Y CULPA POR OMISIÓN y, al mismo omite realizar una conducta que habría evitado la producción
perjuicio 10 . Tal sería el caso de quien prefiere quedarse jugando a las cartas en
y a hemos visto que la conducta que da lugar a la responsabilidad civil puede lugar de socorrer a alguien que está en peligro. El juego de cartas no es la causa
ser activa u omisiva, principio que se aplica tanto a la responsabilidad contractual física del daño. Sin embargo, nos preguntamos si el no haber auxiliado a la vícti-
como a la extracontractuaF. ma compromete la responsabilidad del agente.

Habrá culpa por acción cuando el daño se debe a una mutación de la realidad En estos casos habrá responsabilidad del agente que omitió realizar la con-
exterior como consecuencia de la acción generada directamente por el agente o ducta siempre y cuando dicho agente tuviera la obligación legal o contractual de
por las cosas utilizadas por él. Es lo que ocurre cuando un individuo golpea a otro actuar 11 . Así, por ejemplo, si el encargado de la vigilancia de un predio omite
lesionándolo. La lesión es el efecto de la fuerza desplegada por el agente. realizar las rondas que su vínculo contractual le exige, es claro que ese comporta-
miento culposo compromete su responsabilidad.
En cuanto a la culpa por omisión, los autores distinguen entre omisión en la
acción y omisión pura y simple 8 . En el mismo sentido, el artículo 131 del Código Penal expresa que:
La omisión en la acción, cuando ella es culposa, genera la responsabilidad El que omitiere, sin justa causa, auxiliar a una persona cuya vida o
civil del agente. Este tipo de omisión se presenta cuando el agente al realizar una salud se encontrare en grave peligro, incurrirá en prisión de dos (2)
conducta omite otra qu~ es determinante en la producción del daño • Tal sería el
9
a cuatro (4) años.
caso del conductor de un vehículo que al transitar durante la noche omite encen-
der las luces. Bien vistas las cosas, este tipo de omisión desemboca necesariamen- Ahora, hay situaciones en donde el agente no tiene obligación contractual o
te en una acción. Es lo mismo afirmar que el conductor omitió encender las luces legal de actuar, pero tiene, sin embargo, la posibilidad de evitar la producción de
que afirmar que iba conduciendo el automotor con las luc~s apagadas. Tod~ ~~­ un daño si actúa de determinada manera. Tal sería el caso de la persona que,
pende pues del ángulo desde donde se mire. En consecuencia, no hay una om1s10n conociendo la existencia de un daño en la vía, omite dar conocimiento de ello al
en sentido estricto. conductor de un vehículo, pudiendo hacerlo. Nos preguntamos si en este caso
puede haber responsabilidad de quien, pudiendo hacerlo, no actuó para así evitar
198.- ÜMISIÓN PURA Y SIMPLE el daño.

En cambio habrá omisión pura y simple cuando el agente realiza una con- La mayoría está de acuerdo en que esta omisión pura y simple genera respon-
ducta completa~ente ajena, desde el punto de vista físico, a la causación del daño sabilidad civil si el agente que omitió la conducta lo hizo con la intención de
producir el daño 12 • Tal sería el caso de la persona que presencia un incendio en la
casa del vecino y omite dar noticia de ello a los bomberos porque desea que la
En ese sentido: C. S. J., cas. civ., 11 marzo 1952, "G. J.", t. LXXI, p. 388; C. S. J., víctima se perjudique.
7
cas. civ., 12 mayo 1952, "G. J.", t. LXXII, p. 94.
En el mismo sentido: Philippe le Tourneau, LoTe Cadiet, ob. cit., n~m. 3078; ~on
Thur, ob. cit., t. 1, p. 275; Jacques Ghestin, .Gen~vieve Vine~, ob. c1t., ~· IV, nu~.
452; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. c1t., n.um. 61; .Patnce Jo~rdam, ob. c1t., 10 Philippe le Tourneau, LoTe Cadiet, ob. cit., núms. 3344 y ss.; Philippe Malaurie,
p. 44; Maree! Planiol, Georges Ripert, por Esmem, ob. c1t., t. VI, num. 507. Laurent Aynes, ob. cit., núm. 61; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 44; Maree! Planiol,
Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 508.
8 Philippe le Tourneau, LoTe Cadiet,.~b. cit., núm . 3342; Jacques Ghestin: Ge~eviev~
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 456; Ph1l1ppe Malau.ne, Laurent A~nes, ob. c1t., nu.m. 61, 11 Philippe le Tourneau, LoTe Cadiet, ob. cit., núm. 3345; von Thur, ob. cit., t. 1, p. 68;
Patrice Jourdain, ob. cit., p. 44; Maree! Plan1ol, Georges R1pert, por Esmem, ob. Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 452; Philippe Malaurie,
cit., t. VI, núm. 507. Laurent Aynes, ob. cit., núm. 53; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 44; Maree! Planiol,
Georges Ripert, ob. cit., t. VI, núm. 508.
9 Philippe le Tourneau, LoTe Cadiet, .~b. cit., núm . 3342; Jacques Ghestin: Ge~eviev~
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 456; Ph11ippe Mala~ne, Laurent A~nes, ob. c1t., nu!ll. 61, 12 Philippe le Tourneau, LoTe Cadiet, ob. cit., núm. 3346; Jacques Ghestin, Geneviéve
Patrice Jourdain, ob. cit., p. 44; Maree! Plan1ol, Georges R1pert, por Esmem, ob. Viney, ob. cit., t. IV, núm. 455; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 53;
cit., t. VI, núm. 507; Emiliani Román, ob. cit., p. 3. Patrice Jourdain, ob. cit., p. 44; Jean Carbonnier, ob. cit., núm. 93.
196 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 197

En cambio, las opiniones están divididas en cuanto a la omisión pura y dad extracontractual si, siendo mayor de 10 años y menor de 18, actuó culposamente
simple motivada no por la intención de dañar, sino por la simple imprudencia o en la formación del contrato (supra, T. 1, 77).
negligencia 13 . Nosotros nos plegamos a la corriente de quienes consideran 14 que
en estos casos la simple negligencia también genera la responsabilidad civil del CULPA POR CREACIÓN DE LA SITUACIÓN Y CULPA POR DESARROLLO
agente. En el ejemplo que venimos de plantear habrá responsabilidad del agente DE LA SITUACIÓN
que por imprudencia o negligencia omite tomar las medidas tendientes a evitar
que el incendio destruya el inmueble del vecino. Es decir, no es necesario que Es conveniente advertir que desde el punto de vista cronológico, el compor-
tenga la intención de que con su omisión el daño se produzca. El simple hecho tamiento culposo puede presentarse no solo al momento de la producción del daño,
de no comportarse como un hombre prudente y avisado lo hace responsable. El sino también con una mayor antelación. En ese mismo orden de ideas, podemos
derecho no puede permitirse el lujo de que el individualismo llegue al extremo decir que la culpa puede producirse por la creación de una situación que poste-
de tolerar semejantes omisiones por parte de una persona. En conclusión, la riormente desemboca en el daño o por el desarrollo inmediato de la situación que
omisión pura y simple genera la responsabilidad civil del agente tanto por dolo origina el daño. Es decir, existe culpa bien sea por la puesta en situación o por el
como por culpa de éste. desarrollo de ésta última.

La aclaración es importante ya que muchas veces se discute sobre la fun-


QUIÉN TIENE LA CAPACIDAD PARA COMETER CULPA damentación culposa de algunas instituciones de la responsabilidad civil. Es
lo que ocurre, por ejemplo, en la responsabilidad por los daños causados por los
Según el artículo 2346 del Código Civil, los menores de 1O años y los de- animales fieros, caso en el que parte de la doctrina afirma que se trata de una
mentes no tienen capacidad de cometer culpa extracontractual. Significa lo ante- responsabilidad objetiva basada en la teoría del riesgo creado, ya que, según el
rior que solo las personas mayores de 1O años y que tengan buena salud mental artículo 2354 del Código Civil, al demandado no le es permitido alegar que no
son sujetos capaces de cometer este tipo de culpa 15 . pudo impedir el daño.

En cambio, en materia contractual, la capacidad para cometer culpa comien- Evidentemente, en este caso, si el juez solo analiza la conducta concomitante
za a los 18 años. En efecto, si para la celebración del contrato se requiere como o inmediatamente anterior al daño, uno podría afirmar que por más que se sea
mínimo dicha edad, es lógico que para el cumplimiento del contrato, que es pos- prudente con un animal fiero que se tiene en la casa, la responsabilidad subsiste,
terior en el tiempo, se requiera esa misma edad. Ahora, cuando el menor es repre- desde que el animal cause el daño, lo que daría la sensación de que estamos frente
sentado por una persona mayor, la culpa contractual de ésta se le comunica al a una responsabilidad objetiva, pues no habría que preguntarnos cómo se habría
incapaz. O sea que, bien sea el obligado directamente, bien sea su representante, comportado un hombre prudente que tiene en su casa un animal fiero, ya que la
requieren más de 18 años de edad para poder cometer culpa contractual. prueba de esa prudencia no libera de responsabilidad.

Sin embargo, tal planteamiento es erróneo. En efecto, lo que debemos pre-


Es de anotar que cuando un contrato deviene nulo porque una de las partes no
guntarnos, en el ejemplo que se discute, es si un hombre prudente y diligente se
tenía la edad suficiente para contratar, ésta puede comprometer su responsabili-
lleva para su casa un animal fiero que no le reporta utilidad alguna, creando así,
sin necesidad, una situación riesgosa y peligrosa. En nuestro concepto, la respues-
ta es negativa y es allí, en ese comportamiento, donde justamente radica la culpa.
13 Considera que en este caso no hay responsabilidad: von Thur, ob. cit., t. 1, p. 69; La prudencia indica que dicho comportamiento es torpe por lo innecesario y riesgoso.
Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 53. Véase comentarios sobre esa
doctrina: Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 456; Jean Carbonnier, En este caso, la culpa no se busca en el desarrollo de la situación (instante en que
ob. cit., núm. 93. el animal fiero ataca), sino en la creación de la situación (llevarse a la casa un
14 Boris Starck por Roland-Boyer, ob. cit., núm. 272; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, animal fiero).
ob. cit., núm. 3347; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 453;
Patrice Jourdain, ob. cit., p. 44; Maree! Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. Veámoslo con otro ejemplo: tornemos el caso de un médico que en un pueblo
cit., t. VI, núm. 508. apartado y sin tener sangre suficiente de reserva, decide operar a un paciente cuyo
15 Emiliani Román, ob. cit., p. 9. estado de salud no era grave. Si el paciente fallece por una anemia aguda incontro-
198 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 199

nos encontraríamos de todas


u"'"'"''"'"'"'"'v, frente a un com- CULPA VIRTUAL
ya que en forma,.,............"''"'""" creó una situación
~uv ...u..,v,
'V"'"' que finalmente desembocó en la.,.....,..,,¡-¡,,,,...,....,"'.,.., del daño. Así
!J'-' ...... "' ... habido Por otro lado, la doctrina y la han elaborado el concepto de
en el desarrollo de la
U.U.'-dlVJWl. es "-H"'"'·d.V.H, misma de la virtual" de acuerdo con el puede darse por probada a partir
al tomar la decisión de intervenir al ......"''""''"'"'"' '-''"''·'-,... ... HHJLU.U•U.LI CJlrc1ms:tar1ci:ls que rodearon la conducta del agente. Se dice que
sin sangre suficiente. "las cosas hablan por sí solas" ipsa loquitor). En esa forma se mantiene el
. . . . . ,. . . ,..., . . . ,..,general de que la debe ser en las contractua-
PRUEBA DE LA CULPA les de medio y en la por el hecho propio, del
2341 del
unas
Habría en el aparece un
cuerpo extraño como de una intervención En este caso,
que el médico fue en la El hecho del
de cuerpo extraño habla por sí como demostración de la del
este tema, véase nuestra obra Sobre la de la
un
la una vez el hecho ilícito por
la presume que fue por del civilmente -,...,.,n""''""'''"'""
203.- APRECIACIÓN EN ABSTRACTO O EN CONCRETO DE LA CULPA
sante del daño se forma indebida
estos dos casos estamos ante auténticas . . . . ."'"'"'"'"''"'"'L'n pues el si al analizar la el debe detenerse en las
hecho del daño vv~u.u.•cv "'1-,.,,.,..,...,.-n1-a el
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análisis de la conducta condiciones internas y externas del es de-
y cuidado, UU.H<;;.V.J.Jc'-'H.l. si la debe acudir a un
las circunstancias
En la en (..U.~UH<:l.Ll en cuyo caso, la
contractuales de medio Es lo que ocurre, por
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ponen estudios 21 En materia '-'A•..~.a.,ovlllua.<vtLuu.•


deberá ser por el hecho tJVJ. .lCJUVH. .I.U.IJCU
TEORÍA DE LA CULPA EN ABSTRACTO

artículo 2341 del T.I,514y


_- ... >,,..,,,}/"."' mantienen una radical en de la cual
solo es el tener en cuenta las circunstancias externas del
diciaria. Es el estudio de los hechos lo que le IJ'-'AHHL'-'
ya que las internas no tienen para la de la
del demandado. Lo que se son los J.HAoHVC>,
Estos autores el manera:
!JcHUU•lv"que es, la es
dan los hechos externos como rastro de la
En el número L047 y de este analizaremos en detalle i7 Javier Tamayo Jaramillo. Sobre la prueba de la culpa médica ... , cit.
de la médica. 18 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 11, núm. "164; Boris Starck por Roland-Boyer, ob.
cit., vol. 1, núm. 280; Phílippe le Tourneau, Lo"lc Cadiet, ob. cit., núm. 3066; von
Thur, ob. cit., t. 1, p. 277; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm.
462; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 54; Patrice Jourdain, ob. cit.,
p. 42; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núms. 418 y ss.
200 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 201

"Es posible hacerse dos concepciones bastante diferentes del comportamiento tancias concretas, los factores externos del agente, en tanto que los internos, es
no social, o para tomar una terminología más corriente, del error de conduc- decir, los elementos psíquicos, como la inteligencia y los aspectos físicos como
ta. Podemos, para descubrirla, examinar la conciencia del autor del daño, su capacidad fisiológica, etc., no cuentan para nada al momento de analizar la
investigar si esta conciencia le reprocha su imprudencia o su negligencia o posible culpa del agente.
aun, en una aproximación menos psicológica, pero igualmente subjetiva, in-
vestigar, teniendo en cuenta la personalidad del agente, si un reproche puede Al respecto, los señores MAZEAUD concluyen lo siguiente:
sede dirigido: examinar el acto a través del agente; apreciamos entonces la
"El principio es el siguiente: el tipo de comparación debe ser colocado en las
culpa cuasidelictual en concreto. Pero uno puede colocarse desde un punto de
mismas circunstancias externas que el demandado; no se debe tener en cuen-
vista puramente distinto. Comparar la conducta del autor del daño a la de un
ta ninguna circunstancia interna" 24 •
tipo abstracto. Preguntarse cómo se habría comportado ese tipo abstracto, y,
de esta comparación, concluir sobre la existencia o la ausencia de la culpa; se Al referirse a la distinción entre circunstancias externas a tener en cuenta e
aprecia entonces la culpa cuasidelictual en abstracto; se examina el acto en sí internas, las cuales deben ser rechazadas en el tipo abstracto de comparación,
mismo, desvinculado de quien lo ha cometido" 19 • estos autores manifiestan:

Más adelante, los mismos autores expresan: "Para hallar el criterio de la distinción entre circunstancias internas y ex ter-
nas, basta recordarse cómo se plantea el problema de la apreciación de la
"El juez compara la conducta de la persona que ha causado el daño con la de falta: de una parte, la imposibilidad de referirse a un tipo de comparación
otra persona que habría actuado correctamente. Este tipo ideal del hombre puramente abstracto, necesidad de colocar este tipo de comparación en las
honesto y correcto, es a menudo denominado el buen padre de familia. El que circunstancias en que se encontraba el demandado; de otra parte, la obliga-
no actúa como un buen padre de familia, está en culpa" 20 . ción de no contemplar la culpa a través del agente: in concreto, de comparar
la conducta de éste último a la de un hombre prudente. De allí resulta necesa-
Ahora, aceptado por estos autores que la culpa debe apreciarse en abstracto 21 , riamente que el juez deba tener en cuenta todas las circunstancias que no sean
se preguntan si dentro de ese tipo ideal se deben incluir algunas condiciones con- personales al demandado y de estas, solamente. Por circunstancias persona-
cretas del agente que causó el daño, puesto que sería demasiado genérico idealizar les, entendemos las que tienen que ver con la individualidad propia del de-
el tipo que sirve como pauta de comparación22 • La mayoría de los autores 23 , por no mandado, con sus particularidades físicas o morales. Estas son internas en
decir la totalidad, aceptan que, en mayor o menor medida, se deben tener en cuen- relación con él. Las otras son externas. Si el juez se detuviera en las circuns-
ta circunstancias concretas. La diferencia entre los autores radica en saber cuáles tancias personales del demandado, no compararía más la conducta observada
son esas circunstancias concretas que deben ser tenidas en cuenta. Los señores por éste último con la de otro individuo; contemplaría directamente al de-
MAZEAUD-TuNc-CHABAS sostienen que solo se tendrán en cuenta, como circuns- mandado; apreciaría la culpa a través de este: en concreto. No hay más que un
elemento que parezca más interno que externo y que sin embargo el juez,
parece que deba tener en cuenta para aumentar la diligencia que pueda exigir
19 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 417 bis. del autor del daño: es la competencia particular resultante del ejercicio de
20 Ibídem, núm. 423. una profesión. Hay allí, a decir verdad, un elemento que está lejos de ser
puramente subjetivo" 25 •
21 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 54; Marcel Planiol, Georges Ripert,
por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 517.
22 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 429. Como se desprende del párrafo anterior, para los señores MAZEAUD la culpa
23 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3069; von Thur, o.b. cit., t. ~: p. no es una abstracción total. Se tienen en cuenta circunstancias concretas, pero
277; Henri Deschenaux, Pierre Tercier, ob. cit., p. 83; Jacques Ghestm, Genev1eve
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 462; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 54;
Patrice Jourdain, ob. cit., p. 43; Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, t. VI,
núm. 517; Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 164; Jean Carbonnier, ob. cit., 24 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 431.
núm. 95. 25 Ibídem, núm. 438.
202 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 203

esas circunstancias son externas, es decir, no tienen que ver con la capacidad sa 29 . Para poder llegar a esa conclusión y formarse una idea clara sobre la posible
física y psíquica del agente. culpa del agente, necesariamente tiene que recurrir a un tipo abstracto que le sirva
de comparación, tipo que el juez lentamente va estructurando a medida que avan-
Finalmente, los señores MAZEAUD definen la culpa cuasidelictual: za .en el estudio del proceso 30 . En cierta forma, el juez, cuando estudia la conducta
del agente para juzgar si actuó o no en forma culposa, necesaria e ineludiblemente
"Como un error de conducta tal que no habría sido cometido por una perso- va elaborando un prototipo de hombre que le sirve como pauta de comparación,
na avisada colocada en las mismas circunstancias externas que tuvo el autor pero recurriendo tanto a circunstancias externas como internas del agente 31 . Cuan-
del daño" 26 . do terminado el estudio del proceso, el juez debe decidir, entonces ya piensa si el
agente se comportó en forma adecuada y, para hacerlo, debe comparar la conducta
De la concepción planteada por los señores MAZEAUD se deduce, y ellos lo del agente con la del prototipo ideal que construyó a través del estudio del proce-
aceptan así expresamente 27 , que el menor de edad que no tiene conciencia de sus so32. Esto es válido para el estudio tanto de la culpa como del dolo.
actos y el loco o demente son personas que tienen plena capacidad para cometer
culpa, puesto que el juez no debe preguntarse cómo habría actuado un loco o un
De manera pues que no se trata de que el juez pueda decidir entre juzgar la
niño colocado en las mismas condiciones exteriores del agente, sino pura y sim-
culpa en concreto y juzgarla en abstracto. Si entendemos por abstracto la creación
plemente, si un hombre prudente y normal, colocado en las mismas circunstancias
de un tipo que sirva como pauta de comparación, llegamos a la conclusión de que
exteriores del niño o del loco, habrían causado el daño. La ausencia de razón pues,
siempre sería indispensable que el fallo se haga en abstracto 33 . La culpa no es un
según estos autores, no impide que el agente causante del daño, realice actos culposos.
elemento físico que se pueda aislar o introducir en un recipiente para demostrar su
Siguiendo este criterio, si un loco furioso dispara en la calle contra un tercero que
existencia. Por el contrario, la culpa se deduce mediante una inferencia axiológica
pasaba por el lugar, habrá que concluir que ese comportamiento del loco es culposo
que el juez elabora sobre los datos concretos que ha ido estudiando. Otra cosa es
en la medida que el juez concluya que un hombre cuerdo no habría disparado.
que el tipo abstracto solo se construya con base en las circunstancias externas del
agente o que se tengan en cuenta, igualmente, sus condiciones internas (físicas y
205.- CRÍTICA DE LA TEORÍA DE LA CULPA EN ABSTRACTO psíquicas). Por ello creemos que lo importante en toda la discusión con los seño-
res MAZEAUD no radica en saber si la culpa debe juzgarse en abstracto o en concre-
A continuación haremos un análisis de la teoría de la culpa en abstracto, to, puesto que absolutamente todo el mundo tendrá que aceptar que ella se juzga
haciendo especial énfasis en la argumentación esgrimida por los hermanos MAZEAUD, en abstracto, sino en el hecho de saber si para la conformación de ese tipo abstrac-
pues su pensamiento sirve como eje a toda la discusión doctrinal y jurisprudencia! to se deben tener en cuenta o no, los elementos internos del agente cuya conducta
sobre el tema. concreta juzga el fallador. Infortunadamente, los señores MAZEAUD, y con ellos la
mayoría de sus seguidores, identifican la culpa en abstracto con las circunstancias
206.- En primer lugar, digamos que la distinción entre apreciación en abs- externas del agente y la culpa en concreto con las circunstancias internas, es decir
tracto y apreciación en concreto de la culpa es un sofisma. En efecto, desde el
físicas, psíquicas e intelectuales del agente.
punto de vista gnoseológico, la culpa jamás podrá ser apreciada en concreto, puesto
que dada su naturaleza psíquica es imposible verificarla empírica y directamen-
te28. Solo a partir de indicios y de situaciones externas puede el juez inferir cuál
fue el comportamiento psíquico que tuvo el agente al realizar la conducta daño- 29 Así lo aceptan incluso, los señores Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 421;
Boris Starck por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 1, núm. 281; Jean Carbonnier, ob. cit.,
p. 97.
30 Patrice Jourdain, ob. cit., p. 42; Marcel Planiol, Georges Ripert, ob. cit., t. VI, núm.
26 Ibídem, núm. 439. 477; Boris Starck por Roland-Boyer, ob. cit., núm. 281.
27 Ibídem, núm. 461. 31 Patrice Jourdain, ob. cit., p. 42; Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob.
cit., t. VI, núm. 477.
28 Marcel Planiol, Georges Ripert, ob. cit., t. VI, núm. 477. Sobre el conocimiento de
los objetos psíquicos, Enrique R. Aftalión, Fernando García Olano, José Vilanova, 32 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 421.
ob. cit., núm. 7. 33 Ibídem, núm. 421.
204 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 205

En nuestro concepto, el tipo abstracto se puede elaborar perfectamente no dir si hubo o no culpa del agente 38 . Otras veces se dice, contrariamente a los
solo con base en circunstancias externas, sino también con base en circunstancias MAZEAUD, que el loco y el niño que no tienen capacidad de discernimiento no
internas 34 • De manera que, siguiendo con los ejemplos planteados, ese tipo abs- son capaces de cometer delito o culpa 39 • Recordemos que los mismos señores
tracto se puede plantear preguntando, ¿cómo se habría comportado un hombre MA,ZEAUD sostienen incluso la necesidad de tener en cuenta algunas circunstan-
normal colocado en las mismas condiciones exteriores del agente? Por ejemplo: cias internas del agente cuando se trata de juzgar la conducta de una persona que
¿cómo se habría comportado un automovilista colocado en las mismas circunstan- tiene ciertos conocimientos sobre alguna disciplina40 •
cias del agente? O puede plantearse también así: ¿cómo se habría comportado un
menor de edad o un minusválido colocado en las mismas circunstancias exteriores La anterior gama de criterios frente a una teoría que parece tan firme, lo que
e interiores del automovilista que causó el daño ?35 • demuestra realmente es su fragilidad, y corrobora la necesidad de un replantea-
miento más adecuado a la realidad de las cosas.
Obsérvese que en ambos casos, se está entregando al juez un prototipo ideal
207.- En nuestro concepto, las precisiones que deben hacerse son las si-
o abstracto de hombre; lo que acontece es que en el uno no se tienen en cuenta las
circunstancias internas y en el otro sí. guientes:

En primer lugar, debemos advertir que en el derecho colombiano, la teoría


Sostener la teoría radical de que el tipo abstracto solo se puede elaborar
radical de los señores MAZEAUD no tiene aplicación, ya que el artículo 2346 del
con base en las circunstanGias externas del agente es no solo un imposible prác-
Código Civil dispone que los menores de 1O años y los dementes no tienen ca-
tico sino también lógico. Es indispensable que en mayor o menor medida, se
pacidad de cometer delito o culpa. En esta forma, el Código Civil exige al juez
tengan en cuenta los factores físicos, psíquicos y culturales del agente 36 . Prueba
tener en cuenta un mínimo de capacidad mental e intelectual por parte del agente
de ello, es que la casi totalidad de autores que acogen la teoría de los MAZEAUD
causante del daño 41 •
sobre la culpa en abstracto, se niegan a excluir absolutamente todas las circuns-
tancias internas del agente. Unas veces los autores exigen que para la elabora- Sin embargo, sabiamente, nuestro Código Civil da por sentado que todas las
ción de ese tipo abstracto se tengan en cuenta ciertas circunstancias físicas, y personas mayores de 1O años que no sean dementes, tienen la misma capacidad
otros, claman porque se tengan en cuenta ciertos aspectos intelectuales 37 • Se mental para comportarse. En efecto, supone nuestro legislador que el niño de 11
dice, por ejemplo, que el estado de minusvalía en que se encuentra una persona años tiene la misma capacidad de discernimiento que un individuo de 30 años.
con graves lesiones físicas debe servir de punto de partida al momento de deci-
La concepción de nuestro Código Civil está acorde con el principio según el
cual los hombres que tienen capacidad de discernimiento son libres para realizar
34 Ver Boris Starck, ob. cit., núm. 280; von Thur, ob. cit., t. 1, p. 277; Henri Deschenaux, o no determinada conducta42 . Este planteamiento es válido aun para quienes nie-
Pierre Tercier, ob. cit., p. 83; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 55; gan el libre arbitrio. Aun los más crudos positivistas tienen que partir de la hipó-
Patrice Jourdain, ob. cit., p. 42; Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob.
cit., t. VI, núm. 517.
35 Philippe le Tourneau, Lo'lc Cadiet, ob. cit., núm. 3069; Henri Deschenaux, Pierre
Tercier, ob. cit., p. 83; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 467; 38 En ese sentido Dejean de la Batie, citado por Jacques Ghestin, Genevieve Viney,
Patrice Jourdain, ob. cit., p. 42. ob. cit., t. IV, núm. 464; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 42; Marcel Planiol, Georges
36 Jean Carbonnier, ob. cit., núm. 96; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 517.
cit., t. IV, núm. 462; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 55; Mar- 39 Jean Carbonnier, ob. cit., núm. 95; Philippe le Tourneau, Lo'lc Cadiet, ob. cit., núm.
cel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 517; los señores 3069; von Thur, ob. cit., t. 1, p. 277; Henri Deschenaux, Pierre Tercier, ob. cit., p.
Mazeaud-Tunc-Chabas, analizan la opinión de varios autores en ese sentido: 83; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 55.
t. 1, núm. 431.
40 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 438.
37 Piden que se tenga en cuenta la edad del agente: Philippe le Tourneau, Lo'lc Cadiet,
ob. cit., núm. 3069. En el mismo sentido: von Thur, ob. cit., t. 1, p. 277; Marcel 41 Emiliani Román, acepta el concepto de culpa en abstracto, pero termina por asumir
Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 5i 7; Jean Carbonnier, ob. que se debe tener en cuenta la capacidad racional del agente, ob. cit., p. 8.
cit., p. 96. 42 Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 477.
206 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 207

así sea como de que el hombre que tiene '-'UIJUI,.,·J.uctu cho de la de que ambos ul..d.()VJ.H.ti''"'ü tenían la libertad para actuar
es libre de actuar de una o de otra manera43 . El día que se .._..., •. uu•..,ou correctamente y no lo hicieron.
mente se que el hombre está totalmente r!oi·a,_,...,...,....,
a su y ello sea así por la en lo que se refiere a las condiciones físicas o culturales del
totalmente como elemento de la"""'" .... "'.,....,.,.., civil nada dice al """"''~~~'"~
hacérsele a los hA,I'"nhrOC'
minado por causales y Sin nosotros, a buena de la y la
consideramos que tales circunstancias sí deben ser tenidas en cuenta por
Por nos parece que, a menos que se trate de un demente o de un en el momento de determinar si el actuó o no con En este
el no como causal de exoneración el o el nos separamos del criterio de los señores MAZEAUD.
determinismo inconsciente que afecta a los que causan un daño. De
.. ~,~·~·~,._,. casi se a la conclusión de que el Los señores MAZEAUD una serie de a de
mente y por tanto no cometió En este nos con la teoría los cuales la existiría pese a que el estuvo condicionado por factores
de los señores . Sin tales están basados sofismas.

Veámoslo con <.U¡;;,UJ.HJLJ '-'1'-'HJli.J.i.V(), .u.uu¡;;.,HJLVHJ.VU .., que el daño sea causado como consecuencia de la ce-
..HJVAJL.L'-'''""'V

el conductor de un en los citados autores no habría que se


el acelerador causándole daño a un tercero. En un momento o un
'-'V1HU,J!. l<JUV colocado en las mismas sino cuál se-
que el conductor víctima de un factor incons- ría de un hombre colocado las mismas
incontrolable y
VV'-H'·"'-'CUHl'-'JlHv a su voluntad y a su libertad. circunstancias externas, es del estado de ceguera. Por tal
para ellos el estaría en de cometer así la ceguera
En el mismo uvu.uu.•v. J..!HHIU'-'lH'-'· como hubiera sido determinante en la del daño.
consecuencia de un acto .uu.uui...-Ul''-'· lo que
demostrándose no""''"'~" que J.uvcvJ"'"'" "'"''"'"'"""~"'''o....,,·h~..,
de
0A1rYir'!JVr1·..,rc1D

si una persona

En los dos UL-u•lVu n<>irh-nnr-.c del nrc:::rmJrJvüiL'U de que el


VU 1 es incurriendo en
mayor de lO años y no es demente. Así las cosas, el no está facultado para uno debe es si un
totalmente en los factores que o determinaron el compor- por las calles de la ciu-
tamiento de dicho pues de uu~, ........... v, cu~ ala
del orden ya que conclusión
Lo normal es que el en circunstancia afirme que un conduc-
tor y normal habría accionado los del o que
un y no habría . El dere- 45 Von Thur, ob. cit., t. 1,
muchos autores,
la

43 Boris Starck ob. núm. 286; Genevieve ob. t. IV,


núm. 462. 46
44 Genevieve Viney, ob. cit., núm. 469; Maree! Planiol, 47 ob. cit., t. IV, núm. 468; Marcel
por Esmein, ob. cit., t. núm. 417. núm. 517.
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 209
208 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

deduce del hecho de que el agente se expuso imprudentemente, pese a sus condi- en relación con la conducta desplegada; finalmente, se detendrá en la capacidad
ciones internas (la ceguera). Como bien lo afirmamos (supra, T. I, 200), existe racional del sujeto, exigiendo que, por lo menos, tenga capacidad de discerni-
culpa no solo por el desarrollo de la situación sino por la creación de la misma. miento. Pero una vez se establezca esa capacidad de discernimiento, el juez no
Desde luego que ya sobre el lugar de los hechos, la ceguera carece de importan- podrá tener en cuenta los estados internos que, sin suprimir la capacidad racional
cia como posible exoneración del demandado. Éste podrá ser condenado, pero no e intelectual del agente, influyen, sin embargo, en la conducta causante del daño.
por su comportamiento en el momento de causar el daño, sino por haber creado
una situación de riesgo al no haber tomado las precauciones propias de su inca- 209.- LA CULPA EN ABSTRACTO EN LA DOCTRINA Y LA JURISPRUDENCIA
pacidad visual. COLOMBIANAS

En cambio, si en forma imprevisible e el ciego de nuestro ejemplo La doctrina49 y la jurisprudencia colombianas, en varias oportunidades, han
se ve obligado a solo por las calles de la causando un daño acogido en forma expresa la doctrina de la culpa en abstracto propuesta por los
producto de su ceguera, es lógico pensar que su enfermedad deba ser tenida en señores MAZEAUD. Lamentablemente se trata de simples definiciones generales y
cuenta en el momento de determinar su deberá no de la solución de un caso concreto en que se discuta si se deben tener en cuenta
preguntarse cómo se habría vVJHiJ'lH
o no las circunstancias internas del agente. En ese sentido, un fallo de la Corte, del
las mismas circunstancias de 2 de junio de 1958, expresa:
no tiene culpa en la creación de la L>J.L•ULu-.,.lvJ..l,

te en relación con el desarrollo de la n•11-••n~·~~ "¿Qué criterio o pauta debe seguirse para saber si una persona ha incurrido en
ta culpa, es decir, si ha obrado negligentemente?

Podría que si el ciego no tiene la de serlo, el agente que "Si se aplica un criterio meramente subjetivo hay que estudiar, en cada caso
actuó determinado por o actos fallidos será culpable y que, por concreto, el estado mental y social del autor del daño.
tanto, uno y otro deberán ser absueltos o condenados. Sin embargo, la ley única-
mente está presumiendo que los mayores de 1O años y los no dementes tienen "La aplicación de un criterio meramente subjetivo ha sido desechado unáni-
plena libertad de actuar. En esa de capacidad no existe en memente por la doctrina y la jurisprudencia contemporáneas. La culpa no es
relación con las físicas del agente, razón por la cual el juez está obligado posible determinarla según el estado de cada persona; es necesario un criterio
a tener en cuenta las condiciones físicas de cada individuo y determinar si actuó objetivo o abstracto. Este criterio abstracto aprecia la culpa teniendo en cuenta
culposamente en la creación de la situación dañosa o en su desarrollo. el modo de obrar de un hombre prudente y diligente considerado como arque-
tipo.
208.- CONCLUSIÓN SOBRE LA CULPA EN ABSTRACTO Y EN CONCRETO "De lo expuesto se deduce que la capacidad de prever no se relaciona con los
conocimientos individuales de cada persona, sino con los conocimientos que
Después de estas largas disquisiciones podemos concluir diciendo que dada
son exigidos en el estado actual de la civilización para desempeñar determi-
la estructura óntica de la culpa (objeto psíquico), su demostración por vía empíri-
ca es imposible sea dolosa o culposa. Por el juez debe acudir a la com- nados oficios o profesiones.
probación indirecta mediante indicios y, para ello, mentalmente elabora un tipo "Un criterio abstracto u objetivo era exigido en el derecho romano para la
de hombre abstracto, teniendo en cuenta todas las condiciones exteriores del agente. culpa leve, pues se exigía la diligencia de un bonus pater familias. Sobre este
También tendrá en cuenta las circunstancias internas del agente relativas a su particular advierte el expositor ANDREA voN THUR que "la ley quiere que el
superioridad o inferioridad física, Así como, la mayor o menor erudición del agente individuo se atenga para obrar, no a su personal parecer ni a sus costumbres,

48 Véase Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 468; Marcel Planiol,
Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 517. 49 Emiliani Román, ob. cit., p. 7.
210 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 21 i

sino a lo que una persona razonable y -lo que los romanos decían "Dedúcese, pues, que en derecho civil la se aprecia con un
un bonus pater familias- creería estar "'-''U·"'~''"''-' en tales . (Tratado criterio objetivo o social, y no meramente con un criterio subjetivo. La pru-
de las obligaciones, trad. de W. t. I, núm. 1934). dencia con que los hombres deben obrar no depende de sus particulares pun-
tos de vista, o de sus costumbres, o del retraso de sus facultades mentales,
"En el mismo sentido WINDSCHEID advierte que la culpa se aprecia comparan- sino de aquella prudencia que se exige a un hombre diligente" 50 .
do la conducta del que causa el daño con la conducta de un hombre ordenado
(eines ordenentlichern mannes); hay culpa si un hombre ordenado o media- Vemos en esta jurisprudencia el peligro de implantar, a ciegas, la doctri-
namente prudente no hubiera cometido el acto ilícito (Lehrbuch des pan- na extranjera sin analizar previamente si se acomoda o no a nuestros textos
dektenrechts, t. I, núm. 101, Frankfurt, 1887). legales.

"Esta concepción fue en la elaboración del Código Civil alemán de En efecto, si el artículo 2346 de nuestro Código Civil establece en forma
1900, uno de cuyos autores fue el citado WINDSCHEID. De ahí que el parágrafo clara que los menores de 1Oaños y los dementes no son capaces de cometer culpa,
276 observe que "obra culposamente quien omite la diligencia exigible en el no vemos cómo el fallo comentado afirme que en la apreciación de la culpa, en el
comercio". Este es un criterio abstracto, pues "exigible en el comercio" se- derecho colombiano, no se debe tener en cuenta para nada el retraso mental del
gún la autorizada opinión del expositor ENNECCERUS, "es aquel grado de dili- agente cuya conducta se examina como eventualmente culposa. Esa solución po-
gencia que se considera suficiente por las gentes capaces y conscientes en dría ser válida en el derecho francés, en el cual no hay norma similar al artículo
esas relaciones y en las dases y esferas de personas de que se trate, por ejem- 2346 del Código Civil que delimite las condiciones mentales necesarias para que
plo, en los negocios mercantiles, el cuidado de un comerciante capaz, en la haya culpa. Cuando esas limitaciones legales existen es necesario tenerlas en cuenta
construcción, el cuidado de un arquitecto idóneo; en la operación, la diligen- y, entonces, el criterio absoluto de la falta en abstracto, que prescinde de todas las
cia de un médico capaz; en la conducción de automóviles, el cuidado, la circunstancias internas del agente, no tiene cabida.
serenidad y presencia de espíritu de un buen conductor". (Tratado de dere-
cho civil por ENNECCERUS, KIPP y WoLFF, t. I, Parte general, núm. 197, trad.
210.- APRECIACIÓN "A PRIOR/' O "A POSTERIOR!" DE LA CULPA
de Pérez y Algner).
Pero además de la diferencia entre culpa en abstracto y culpa en concreto,
"El criterio empleado por el Código alemán (exigible en el comercio), es
encontramos otros dos métodos de apreciación de la culpa que se contraponen
equivalente a la diligencia del buen padre de familia de que habla el derecho
radicalmente y que tienen una marcada importancia práctica. Se trata de la apre-
romano; la diferencia estriba en que el Código alemán "se refiere directa-
ciación a priori y de la apreciación a posteriori de la culpa51 . La adopción de uno
mente a las exigencias del comercio, mientras que el derecho romano abs-
u otro método conduce a soluciones severas o benignas para con el causante del
trae, en primer lugar, la figura normal del hombre capaz que cumple esas
daño 52 .
exigencias empleándolo luego como criterio" (ENNECCERUS, ob. cit.,
núm. 197).
En efecto, si se hace una apreciación a priori de la conducta del causante del
daño, el juez debe preguntarse cuáles eran las medidas razonables que el primero
"En la doctrina francesa prevalece igualmente un concepto abstracto de culpa.
Es célebre la definición de H. y L. MAZEAUD para quienes la culpa "es un
error de conducta que no hubiera cometido una persona prudente colocada en
las mismas circunstancias externas que el autor del daño". (Traité theoriqué 50 C. S. J., cas. civ., 2 junio 1958, "G. J.", t. LXXXVIII, pp. 135 y ss.; en el mismo
et practiqué de la responsabilité civile, t. I, Paris, 1947, núm. 439). sentido, C. S. J., cas. civ., 20 febrero 1948, "G. J.", t. LXIII, p. 692; C. S. J., cas.
civ., 23 junio 1949, "G. J.", t. LXVI, pp. 127 y ss.; C. S. J., cas. civ., 23 abril1941,
"G. J.", t. Ll, pp. 457 y SS.
"También la doctrina italiana considera que se encuentra en culpa quien no se 51 Véase Alain Seriaux, La faute du transporteur, Economica, París, 1984, núms. 44
atiene "al comportamiento del hombre de media y normal diligencia, es decir, y SS.
del buen padre de familia" (ADRIANO DE CuPrs, Il danno, Milán, 1951, p. 88). 52 Alain Seriaux, ob. cit., núm. 62.
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 213
212 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

debía haber tomado para evitarlo 53 . El juez se coloca en la posición de un hombre que los pasajeros deben tener siempre colocados los cinturones era suficien-
prudente y normal que, en el actuar de su vida, prevé razonablemente cómo ~ue­ te. La víctima alegó entonces que los propios pilotos debían haber verificado
den suceder las cosas, sin exigirle tomar y prever todas y cada una de las med1das si los cinturones estaban bien colocados, pero el tribunal estimó que al no
. e1 dano - 54 . abandonar sus puestos, los pilotos se habían comportado conforme a las nor-
necesarias para evltar
mas en caso de un amarizaje forzado.
En cambio, si adopta el método de la apreciación a posteriori, el juez deb.e
preguntarse cuáles eran las medidas necesarias (no solo las razonabl~s) para ev~­ "El rechazo de la apreciación a posteriori es aquí muy claro. La víctima exi-
tar el daño55. Ocurrido el daño, fácil es advertir que, de haberse reahzado u oml- gía del juez dicha apreciación alegando que los pilotos debían haber verifica-
tido determinada conducta, aquel no habría existido, lo que significa que lo pru- do los cinturones. Pero el tribunal rechazó el argumento fundándose en el
dente era haber realizado u omitido dicha conducta y como ésta de hecho no se respeto de las consignas, elemento característico de la apreciación a priori" 58•
. ./ 1 56
realizó o no se omitió, el deman dado mcurno en cu pa .
En general, los tribunales acogen la doctrina de la apreciación a priori de la
Como se ve, si el juez aplica la segunda solución siempre encont~~rá que el culpa59 , pues de lo contrario la responsabilidad se convertiría en objetiva, aunque
causante del daño es culpable 57 . En cambio, si aplica la primera solucwn, pu~de disfrazada de subjetiva.
llegar a la conclusión de que el causante del daño no cometió culpa en la med1da
a priori es recomendable sobre todo en tratándose de
en que tomó las medidas r~zonables. especialmente la médica. En efecto, si un médi-
V-'-'"'''H'-''HUJl"-'"•

Refiriéndose a la apreciación en uno u otro sentido, ALAN SERIAUX expresa lo co realiza un tratamiento a un paciente, su comportamiento, por muy diligente que
sea, siempre va de errores que solo se ven con claridad una vez ocu-
siguiente: rrido un daño. Y a causado el daño, los expertos afirmar que si el médico
"La jurisprudencia ha tenido varias veces la oportunidad de re~hazar el pri~­ tratante hubiera realizado u omitido una determinada conducta, el daño se habría
cipio de una apreciación a posteriori. Tal es el caso de un tnbunal alem~n evitado. En el y no en el quirófano, es muy fácil explicar cuál era la
que declaró que para exonerarse, de acuerdo con el a.rt~culo 20 del Convemo conducta recomendable.
de Varsovia, el transportador no está obligado a sum1mstrar la. prueba d~ que
todas las medidas han sido tomadas, aunque se haya establec1do despues de Pero donde se ve con mayor claridad la diferencia entre apreciación a priori
ocurrido el hecho, que ellas habían sido necesarias para haber evitado el daño. y a posteriori de la es en relación con la advertencia de riesgos por parte del
médico al paciente. En efecto, todo el mundo está de acuerdo con que el médico
"Más concretamente, he aquí un asunto llevado a conocimiento de los tribu- debe advertir al paciente de los riesgos que genera el acto médico, sobretodo de
nales suecos, en el que luego de un amarizaje difícil, una pasajera que se los riesgos de mayor gravedad o frecuencia.
había colocado mal el cinturón de seguridad se golpeó varias veces de frente
contra el techo de la cabina de la nave. El transportador fue exonerado. La Pero la práctica muestra que esos riesgos son infinitos, no solo desde el
víctima alegaba que el transportador debía instalar un avis~ luminos~ para de vista del comportamiento médico, sino también desde el punto de vista de una
advertir a los pasajeros que se colocaran el cinturón de segundad. El ~n~unal falla en los equipos, en la salud del médico o de la simple evolución
consideró al contrario, que la sola instalación de una pancarta advutlendo del organismo del paciente. Es físicamente imposible advertirle al paciente que el
instrumental corre el riesgo de romperse o de infectarse; que existe el riesgo de
que se interrumpa la energía eléctrica; de que se produzca una infección postope-
que existe el riesgo de que al operar un nervio se afecte otro cercano, etc.
53 Ibídem, núm. 64.
54 Ibídem, núm. 64.
55 Ibídem, núm. 57
58 Ibídem, núm. 62.
56 Ibídem, núm. 57.
59 Ibídem, núm. 57.
57 Ibídem, núm. 57.
214 JAVIERTAMAYOJARAMILLO
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 215

Es el acto médico se convertiría en una ac:l"-'VlcH"-'1-uu. pues la naturale- de conocidas enseñanzas de jurisprudencia: "... obligación de prever lo
za de la vida que las cosas sean más e>.u.u¡_n''"'"· lo que que el que es suficientemente probable, no lo que es simplemente posible. Se debe
médico debe advertir de ciertos pero no de todos. prever lo que es normal, no por prever lo que es excepcional..."
J.", t. p. 443)" 60 .
todo el mundo está de acuerdo con esta lo cierto es que, a
nrn,n•ll~a
un daño y al médico se le no haber al En es recomendable que el asuma una nA•Q'"-"''"
'""_.,..,., '"' el es muy fácil decir que ese de un hombre y razonable a
lo que constituiría una de la todas y cada una de las medidas necesarias para evitar
au\J!JlU.l

ex1Jer1enc1a muestra que al médico nunca se le !J'-'-'-'-'V-'-H-' estaríamos incurriendo en una cacería de de la
pues no existe un derrotero claro sobre lo que se debe advertir. que solo Dios saldría indemne.

ÜRADUACIÓN DE LA CULPA
mado todas las medidas necesarias para evitar el daño o solo las
nuestro la solución correcta es la la El artículo 63 del grave, leve y levísima.
ría a una de la conducta del <HVUJ.v·v.
cual C1<"1nrln·r» carece de
-""-"-Ltuu.uvJLVU en materia extracon-
sea la intensidad de la
La sp¡·uaew~1a de nuestra Corte "-''"'~"''"'"""'" sin referirse expre- ,_,U,,HHU"'"''"-'U por la totalidad del daño caulsactov•

V'-'''"'H'" que nos ocupa, de la tiene '~'nr.~<-"~"'" en la "'t,',S'J~\.'JliSuuJu.L'l-<uu


contractual en caso de que concurran la del demandante y la
nuestra máxima corpora- mandado en la del daño. En el artículo 2357 del
ción asunto en el que se la de un Civil el monto indemnizable se reducirá en caso de que la víctima contri-
centro como consecuencia las sufridas por una pa- buido Y tal reducción se hará de acuerdo con la
ciente mientras tomaba una ducha en su habitación. Los demandantes "'"'""'-HJUH

que debió haber el de ese daño y,


"'"',-".,."'~" 1-"''"/~,., asistencia a la víctima. v.<U.HHVHICV contra los otros coautores que no han
U!J.l'-''-'-'-"''"'J.VJL,, la Corte acertadamente consideró que tal de medidas de la de las cometidas por
no eran habida cuenta del estado de salud de la IJU'-'·-'-'-'HL'-' daño.
ble un cuidado razonable. Dice así el fallo comentado:
En lo que se refiere a la
!JV•:HU.LJU.'~-•uu vaga de que en razón al mal que la Civil considera "'v'"'""'""""" 0114
con-
lucidez y con el agua al bañarse cvH.l!J.l''-''-'U en el artículo 63 del mismo veremos más
en la adelante T. I, tal !JLL11'-'1Pl.V reducido a unas pocas ex-

también es cierto que no era ese un


60 C. S. J., i o febrero 1993, 3352, Carlos Esteban Jaramillo
como para que la institución asistencial U-VJLHU.UV''""""'
Schloss, proceso de Mario y otros contra Residencia Nuestra Señora del
"""''~""" 0 '." 0 contra él tomando las medidas de cautela que el re- Sagrado Corazón.
curso Uh,,H._,._., falta a dicha institución y de la cual el tribu- 61 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3070.
nal no se los elementos de 62 de Justicia. 25 julio 1952, "G. J.", t. LXXII, p. 802; C.
que la RHHJUC.HU'-•HJH esto porque al decir
vUJ..J.UWUL,
28 mayo 1954, J.", t. LXXVII, p. 693.
216 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 217

cepciones que también son discutibles. Por tanto, creemos que en materia con- En segundo lugar, es falsa la distinción entre falla anónima del servicio ad-
tractual la culpa muchas veces no es elemento de la responsabilidad, y en otras, su ministrativo y culpa civil individualizada66 . En efecto, tanto en materia civil como
graduación no tiene importancia. Habrá casos excepcionales en que sí la tiene, administrativa, la falta puede ser individualizada o anónima67 . Cuando en una
pero de ello hablaremos más adelante. intervención quirúrgica el médico actúa con imprudencia y ese médico es identi-
ficado, es indiscutible que estamos en presencia de una culpa o falla individualizada
212.- RELACIÓN ENTRE LA CULPA CIVIL Y LA FALLA DEL SERVICIO EN EL DERECHO y esa falla o culpa, desde el punto de vista psicológico, es absolutamente igual en
ADMINISTRATIVO derecho administrativo y en derecho civil 68 . Allí no es posible hablar de falla
anónima del servicio 69 .
A fin de sistematizar el concepto de culpa como fundamento de la responsabi-
lidad patrimonial, es indispensable analizar las relaciones entre la culpa civil y la En cambio, cuando el médico causante culposo del daño no puede ser identi-
falla del servicio que compromete la responsabilidad patrimonial del Estado. ficado, pero es evidente que esa negligencia existió, es claro que la institución
estatal o privada dentro de la cual se realizó ese comportamiento compromete su
En efecto, en su afán por separar la responsabilidad administrativa de la ci- responsabilidad 70 . Tanto en derecho civil como administrativo hablamos de una
vil, la corriente independentista ha pretendido mostrar diferencias de fondo entre culpa, falta o falla anónima.
la culpa civil y la falla del servicio. En ese sentido, no han faltado quienes afirman
que mientras la responsabilidad civil es subjetivista porque supone una culpa del Como se ve, no existe el más mínimo deslinde entre la falla del servicio y
causante del daño, la responsabilidad del Estado es siempre objetiva ya que basta la culpa civil, a menos que, mediante artificios lingüísticos, se pretenda crear
una falla del servicio, así no haya culpa del funcionario. En otras oportunidades se una serie de aberrantes figuras que solo daño le producen a la doctrina de la
afirma que mientras la culpa civil debe ser individualizada, en la responsabilidad responsabilidad patrimonial. Inclusive la doctrina francesa 71, que hasta me-
del Estado la falla del servicio es anónima. diados del siglo planteó la diferencia entre las dos figuras, actualmente tiende
hacia la unificación de los dos conceptos, lo que ha servido para que los "in-
Sin embargo, todo es cuestión de palabras y podemos afirmar que, desde el dependentistas" acusen a sus contradictores de "civilistas infiltrados" en el nue-
punto de vista psicológico, la culpa civil es absolutamente idéntica a la falla del vo reino.
servicio administrativo. Así lo hemos demostrado en nuestra obra La responsabi-
lidad del Estado 63 •
SECCIÓN de o
La síntesis de nuestros argumentos es la siguiente:
213.- DIVISIÓN
En primer lugar, los vocablos falla del servicio, no son otra cosa que culpa
del servicio. Solo que por cuestiones de traducción, la doctrina de habla hispana La falta o culpa, que compromete tanto la responsabilidad civil contractual
ha traducido del francés el concepto faute du service, como falla del servicio 64 . Es como la extracontractual, puede ser a título de dolo (subsec. I) o a título de mera
decir, falla del servicio es sinónimo de culpa o falta del servicio. Y esa falla o culpa (subsec. II).
culpa del servicio unas veces debe probarse, como lo acepta incluso la jurispru-
dencia actual del Consejo de Estado, mientras que en otras oportunidades se pre-
sume65.
66 Ibídem.
67 Ibídem.
68 Ibídem.
63 Javier Tamayo Jaramillo, La responsabilidad del Estado, núm. 36. 69 Ibídem.
64 Ibídem, núm. 37. 70 Ibídem.
65 Ibídem. 71 Ibídem.
218 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 219

SuBSECCióN l. - La a de dolo zar un fin muy diferente, ello basta: hay falta delictual. Esta teoría ha sido
llevada hasta sus últimos límites en Inglaterra por AusnN, para quien el deli-
to existe desde que el responsable haya tenido la creencia, en el momento que
DEFINICIÓN LEGAL ha actuado, de la realización posible del resultado" 73 •
El artículo 63 del Código Civil define el dolo como "la intención positiva de En nuestro concepto esta teoría es válida siempre y cuando el autor tenga
inferir injuria a la persona o propiedad de otro". la casi certeza de que con su actividad causará el daño. No basta una vaga po-
sibilidad.
Esta definición le es aplicable tanto al dolo contractual como al extracon-
tractual72. Imaginemos al dueño de un terreno que ha de construir en su predio un edifi-
cio de 20 pisos, para lo cual contrata la más alta tecnología. Puede suceder que los
Sin embargo, en los últimos años este criterio sobre el dolo aparece d~ma~i~­ ingenieros de suelos le adviertan que por más diligencia que se emplee en la cons-
do restringido y por ello la doctrina ha querido darle un espectro de aphcacwn trucción, muy seguramente se le causará daños a los predios vecinos, pese a lo
mucho más amplio según veremos a continuación. cual el propietario decide levantar la edificación. En este caso, creemos que el
dueño de la obra no podrá ampararse en su derecho de propiedad para justificar su
215.- EL DOLO EXTR,ACONTRACTUAL conducta. Nos parece, por el contrario, que se trata de una conducta dolosa, pues
su derecho de propiedad, según el artículo 669 del Código Civil, solo puede ser
En efecto, aunque la doctrina francesa sigue pegada al concepto tra.dicional disfrutado en la medida en que con ello no se afecte derecho ajeno.
de dolo, la verdad es que en algunos países, principalmente en Alemama, s~ ha
desarrollado la denominada teoría de la representación. De acuerdo con d1cha 216.- EL DOLO CONTRACTUAL
doctrina, lo importante no es que el agente tenga la intención de c~u/sar un _daño,
sino que quiera realizar la conducta que muy seguramente produc1ra el dano. Al La situación es semejante en relación con el dolo contractual. En efecto, la
comentar esta doctrina, los señores MAZEAUD, expresan: doctrina contemporánea considera que no es necesario que el deudor contractual
tenga la intención de causarle daño con su incumplimiento al acreedor para que
"· Será necesario que el autor del perjuicio haya actuado verdaderamente con haya dolo, sino que basta el incumplimiento deliberado del deudor, así no tenga la
1~ intención de causar el daño, que lo haya deseado? ¿O bastará por el contra- intención de dañar 74 • Al respecto, un fallo del4 de febrero de 1969 de la Corte de
rio que haya sabido que, tal vez, un perjuicio podría resultar de su acción así Casación francesa, expresa:
ésta esté dirigida hacia una meta totalmente distinta?
"El deudor comete una falta dolosa cuando, con propósito deliberado, se nie-
"La segunda de estas concepciones ha sido defendida en Alemania por VON ga a ejecutar sus obligaciones contractuales, aunque ese rechazo no sea dic-
LISTZ. La intención, escribe dicho autor, es "la representación del resultado tado por la intención de dañar a su acreedor" 75 •
que acompaña la manifestación de voluntad"; de allí el nombre ~e "teoría de
la reresentación" dado a esta tesis. Desde que el autor del dano al actuar Este fallo se produjo porque un artista de la Sociedad de Comediantes Fran-
tenga conciencia de que puede causar un perjuicio a otro, incluso aunque no ceses se había comprometido con dicha sociedad a no filmar películas con terce-
desee la realización del daño, e incluso aunque ejerza su actividad para alean-

73 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 412; aprueban esta solución, Marcel


Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 513.
72 Corte Suprema de Justicia. Cas. Civ., 4 marzo 1938, "G. J.", t. XLVI, núm. 1933; C.
S. J., cas. civ., 13 noviembre 1956, "G. J.", t. LXXXIII, p. 791. 74 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 620; Patrice Jourdain, ob.
cit., p. 52.
Véase Jacques Ghestin, Geneviéve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 619; Philippe Malaurie,
Laurent Aynes, ob. cit., núm. 58; Emiliani Román, ob. cit., p. 3. 75 Citado por Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 620.
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 221
220 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

ros; sin embargo, a sabiendas de la prohibición, el artista aceptó realizar un film, SuBSECCióN II. -La falta a título de culpa (culpa culposa)
razón por la cual fue demandado a pagar perjuicios previsibles e imprevisibles,
bajo el argumento de que había actuado en forma dolosa. Como ya hemos visto, la
218.- Según dijimos, no solo existe la falta intencional o dolosa, sino tam-
Corte de Casación francesa aceptó el argumento del demandante, pese a que no se bién la denominada falta a título de culpa, llamada culpa meramente culposa. En
primer lugar trataremos de definirla (1), para posteriormente analizar las diversas
demostró que con el incumplimiento el deudor buscaba perjudicar al acreedor.
modalidades que ella presenta (11).
En nuestro concepto esta solución es válida, pues de no ser así, los perjuicios
imprevisibles a que se refiere el artículo 1617 del Código Civil nunca. se haría~ 1 - Definición de la culpa a título de culpa
efectivos. En efecto, es prácticamente imposible demostrar que con el mcumph-
miento el deudor tenía la intención de perjudicar a su acreedor. Por lo tanto, con- 219.- Tal vez ningún otro concepto jurídico haya provocado tantas discu-
sideramos dolosa la conducta del constructor que, a sabiendas, decide utilizar siones y sus consecuentes definiciones como el concepto de culpa. Consecuencia
materiales de inferior calidad a los que fueron convenidos, razón por la cual la de esa confusión es justamente el caos en la doctrina y en la jurisprudencia sobre
obra se arruina causándole graves perjuicios a su dueño. En este caso, aunque el la necesidad o inconveniencia de que dicha culpa sea elemento indispensable para
constructor no tuviese la intención de que la construcción se cayera, de todas comprometer la responsabilidad civil del causante del daño. Veamos a continua-
formas su incumplimiento deliberado lo torna responsable doloso de los perjui- ción algunas de las clásicas definiciones que sobre este punto se han propuesto.
cios sufridos.
220.- TEORÍAS QUE CONFUNDEN LA CULPA Y EL DAÑO

217.- DIFERENCIA ENTRE DOLO EN LA FORMACIÓN DEL CONTRATO Y DOLO EN EL

INCUMPLIMIENTO DEL MISMO


Algunos autores consideran que la culpa se produce por el simple hecho de la
ocurrencia del daño, es decir, que puesto que el daño ocurrió, el agente cometió
No sobra recordar la diferencia que existe entre el dolo como vicio del con- culpa76 • Tal teoría está montada sobre un sofisma, puesto que de acuerdo con ella,
sentimiento en la formación del contrato y el dolo que da lugar al incumplimiento mientras no haya daño no hay culpa y, a la inversa, siempre que haya daño la
del mismo. culpa estará presente. Pero lo más grave es que la responsabilidad objetiva y la
fundamentada en la culpa desaparecerían como categorías distintas y entonces, o
En efecto, cuando, por ejemplo, el vendedor de una cosa conoce el vicio toda la responsabilidad será objetiva, puesto que el elemento subjetivo ya no ten-
oculto que esta tiene e induce al comprador a celebrar el contrato, haciendo dría importancia, o aun la responsabilidad objetiva será culposa, pues el daño está
creer que la cosa se encuentra en buen estado, entonces se presenta el dolo en la dando por sentado que el agente actuó con culpa.
formación del contrato, razón por la cual éste podrá ser impugnado por el com-
prador. En cambio, si en virtud de la ejecución de un contrato de transporte de La culpa, según veremos más adelante, es una forma de comportarse, o me-
mercancías, el transportador se apropia de estas últimas o las destruye en forma jor, el elemento psicológico que acompaña al comportamiento y que puede darse
intencional, entonces el contrato seguirá siendo válido, pero habrá lugar a una independientemente de que haya o no un daño a un tercero. Puede haber culpa sin
responsabilidad contractual fundamentada en el incumplimiento doloso del trans- daño, como también puede haber daño sin culpa. El gran logro de las responsabi-
portador. Como se ve, pues, una cosa es el dolo en la formación del contrato y lidades objetivas consiste, justamente, en que ocurrido el daño, para nada se re-
otra bien distinta es el dolo en el incumplimiento del mismo. Cuando se produce quiere analizar el ingrediente psicológico volitivo que acompañó la conducta del
el primero, el acreedor puede atacar la existencia misma del contrato, mient~as agente causante del daño. En cambio, la responsabilidad fundada en la culpa exige
que si ocurre lo segundo, es justamente la validez del contrato y su postenor que con el comportamiento dañoso se haya violado un reglamento o se haya ac-
incumplimiento doloso lo que da base a la acción indemnizatoria del acreedor. tuado en forma imprudente, imperita o negligente.

No sobra advertir que cuando el contrato deviene nulo como consecuencia


del dolo de una de las partes, ésta responde extracontractualmente por los perjui-
cios causados con la nulidad a la otra parte que en forma leal celebró el contrato. 76 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 385.
222 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 223

221.- TEORÍAS QUE IDENTIFICAN LA CULPA Y EL INCUMPLIMIENTO Esta definición es igualmente a la luz de la responsabilidad
extracontractual. En efecto, el principio según el cual los individuos deben abste-
En una clásica definición, PLANIOL expresa que "la culpa es el incumplimien- nerse de causar daño a no significa que cada que daño hay culpa.
to de una obligación preexistente" 77 •
por ejemplo, sobre los pesa la obligación de comportarse
lealmente frente a la sociedad en el de su trabajo. Luego la culpa consiste
Otros hablan de la violación de un deber preexistente para hacer extensiva la
en la de en forma leal. Pero, además, ¿en qué
idea de PLANIOL al campo de la responsabilidad extracontractual.
consiste el desleal? Es allí donde percibimos la debilidad de la
teoría que venimos analizando. Nada al estudio del derecho cuando
Esta teoría está constituida por un simple juego de palabras que finalmente
afirmamos que los deben en forma leal y que la culpa
nada significan. En efecto, cuando decimos que la culpa consiste en el incumpli- ,.f",,r.,"' en forma leaL La
""li'Y\11"\(... correcta es la siguiente:
miento de una obligación preexistente, lo primero que uno se vuelve a preguntar ~~~.... ,..,._,.11-,., en forma desleal? La adecuada respuesta a esta
es cuál es el contenido de dicha obligación y es entonces cuando vemos que la
de una adecuada definición de la culpa.
definición lo único que hace es desplazar el problema78 .

222.- TEORÍA DE LOS SEÑORES MAZEAUD-TUNC-CHABAS


En efecto, en aquellos casos de obligaciones contractuales de resultado, el
simple incumplimiento material es sinónimo de incumplimiento jurídico. Pero no En una ya .Lv,:;,vH\.U.U.J.

es que allí la culpa esté constituida por dicho incumplimiento. Ocurre que la res- la cuasidelictual:
ponsabilidad no se fundamenta en la culpa y que la simple ocurrencia del daño
"Como un error de conducta tal que no habría sido cometido por una perso-
genera la responsabilidad. En cambio, existen múltiples obligaciones de medio en
na avisada colocada en las mismas circunstancias externas que tuvo el autor
donde no basta la ocurrencia del daño para afirmar que se ha incumplido la obli-
del
gación. En este tipo de el deudor se obliga a comportarse en forma
prudente y diligente, lo que que no habrá incumplimiento de la obliga- Definición que los autores hacen extensiva a la
ción mientras el deudor no se comporte en forma imprudente y negligente.
Esta definición es la que más ha tenido en y jurispruden-
cia. En nuestro la definición es válida en cuanto a que considera la
De esta forma, la teoría de PLANIOL nos llevaría al absurdo de afirmar que la
como un error de conducta. Sin hemos la equivoca-
culpa consiste en ejecutar la prestación de medios en forma culposa, ya que la
ción de los hermanos MAZEAUD consiste en considerar que en la determinación de
obligación es la de realizar una conducta no culposa. Por su definición se
solo deben tenerse en cuenta los factores externos que rodeaban al agente
convierte en una fórmula carente de contenido. a esta
al momento de la ocurrencia del hecho dañino. Ya hemos visto como, de una
teoría, MALAURIE y AYNES expresan que:
manera u factores internos del que deben ser tenidos en cuenta
por el al momento de fallar. Pero la definición tiene el gran mérito de hacer
"Ella es vaga, porque no vvA,J.cJL\,HL\..'CJ, lo que lleva
énfasis en una conducta al el criterio de libre apreciación
a una logomaquia: una vu',_._"" ...'"-'-'-'H y falta
para decidir cuándo el o no.
cuando una obligación es
Sin tenemos que evitar la confusión entre el error de conducta,
lo conciben los doctrinantes de y el error gnoseológico
77 Citado por Maree! Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 477.
78 Véase Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 52; Patrice Jourdain, ob.
cit., p. 40. 80 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 439.
79 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 52; Patrice Jourdain, ob. cit., 81 Ibídem, núm. 673-2.
p. 40.
82 Emiliani Román, ob. cit., p. 7.
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 225
224 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

culposamente cuando, en concepto del juez, ha violado el deber general de pru-


o práctico que puede estar exento de culpa. En efecto, si un médico, pese a actuar
dencia, aunque éste no aparezca delimitado por normas expresas (§2).
con prudencia y diligencia, comete una equivocación científica producto del im-
perfecto desarrollo del tratamiento de una determinada enfermedad, estaremos ·
ante un error práctico, mas no frente a un error de conducta constitutivo de culpa. §l. - CULPA POR VIOLACIÓN DE UN DEBER
En cambio, si el médico interviene al paciente sin tener los conocimientos necesa- O POR TRANSGRESIÓN DE UNA NORMA JURÍDICA
rios, entonces sí habría un error de conducta constitutivo de culpa por impericia y
225.- El ordenamiento jurídico impone a todos los individuos, en forma
por imprudencia.
expresa y taxativa, unos determinados comportamientos. En tales circunstancias,
Esta misma confusión terminológica se presenta, a menudo, en la teoría de la el incumplimiento de cualquiera de esos deberes u obligaciones genera ipso jacto
responsabilidad del Estado. En efecto, en la actividad estatal puede haber fallas de una culpa en cabeza del trasgresor de la norma 83 •
tipo práctico que no constituyen fallas del servicio en sentido jurídico. En un
tratamiento hospitalario, por ejemplo, el paciente puede sufrir un daño imputable En la mayoría de los casos esos deberes impuestos en forma taxativa por el
a la falla científica de un tratamiento, sin que por ello podamos hablar de una falla legislador no hacen más que recoger la experiencia de la vida diaria, la que nos
en el servicio. indica que los individuos deben comportarse de una manera y no de otra. Así, por
ejemplo, las prohibiciones o imperativos consagrados en el Código de Tránsito
En conclusión, la falla o el error de conducta, como sinónimos de falta o (L. 769 de 2002) pretenden evitar comportamientos imprudentes, negligentes o
culpa, no se identifican con el simple hecho de la ocurrencia de un daño producto imperitos de los conductores. La mayoría de estos comportamientos serían cul-
de una determinada actividad. Se trata de un error o falla no justificables por parte posos aunque no estuviesen expresamente prescritos en la ley.
del deudor.
Sin embargo, es preciso observar que, como bien lo afirma GENEVIEVE VINEY:

223.- PosicióN PROPIA "Todo desconocimiento de una regla explícita imperativa es en sí mismo
ilícito y en consecuencia, culposo sin que sea necesario buscar además una
Para nosotros, la culpa en sentido psicológico está dada por la negligencia,
negligencia, una imprudencia, un defecto de cuidados o una deficiencia cual-
la imprudencia o la impericia que hacen que el agente se comporte de una de-
quiera del comportamiento del autor. La ley puede en efecto, al igual que el
terminada manera. Existirá culpa normativa cuando el agente, independientemen-
contrato, imponer deberes más o menos estrictos, los que van desde la simple
te de elemento psicológico, haya violado disposiciones normativas que le impo-
obligación de emplear ciertos medios o de utilizar ciertas precauciones hasta
nían deberes concretos. Esta definición es válida para la culpa contractual y para
la de obtener un resultado determinado cualquiera sean las circunstancias en
la extracontractual.
las cuales se despliega la actividad contemplada" 84 .
Sin pretender originalidad alguna, nuestra definición tiene en cuenta los tres
Así las cosas, el hecho objetivo del incumplimiento del deber prescrito por el
elementos psicológicos que tradicionalmente son advertidos por la doctrina y la
legislador es constitutivo de culpa. Por ejemplo, en la actualidad es obligatorio
jurisprudencia como sinónimos de culpa. Igualmente, tiene en cuenta la den omi-
llevar abrochado el cinturón de seguridad dentro de un automóvil en marcha. El
nada culpa por violación de reglamentos.
no hacerlo es constitutivo de culpa. Sin embargo, antes de que la ley consagrara
Igualmente, permite al juez determinar en cada caso concreto si el deber ge- esta prescripción en forma expresa, los autores y tribunales discutían sobre la
neral de prudencia ha sido violado o no por el agente causante del daño.

H. Modalidades de la culpa a título de culpa 83 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 445; Patrice Jourdain, ob.
cit., p. 41.
La culpa a título de culpa se presenta cuando el agente ha violado un 84 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 448; en el mismo sentido,
Patrice Jourdain, ob. cit., p. 41.
deber o transgredido una norma jurídicamente obligatoria(§ 1). También actuará
226 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 227

conveniencia o inconveniencia de dicha conducta, viéndose gran disparidad de medio determinado, el juez debe averiguar si el agente se comportó como lo ha-
criterio en las decisiones jurisprudenciales. En el momento en que el legislador bría hecho un hombre razonable colocado en ese mismo medio.
consagró expresamente la obligación de llevar abrochado el cinturón de seguri-
dad, los individuos perdieron la posibilidad jurídica de hacer lo contrario, pues el Sin embargo, el juez dispone de un amplio margen de discrecionalidad para
simple hecho de la contravención de la norma los hace incurrir en culpa. aceptar en mayor o menor medida cada uno de estos parámetros. En efecto, tratán-
dose, por ejemplo, de una responsabilidad médica, el juez tendrá en cuenta los
En consecuencia, incurren en culpa los constructores que levantan edificios principios científicos o las normas técnicas imperantes dentro de dicha profe-
violando las normas de urbanismo; los periodistas que desconocen las normas sión87. Ahora, puede suceder que un determinado conglomerado humano haya
relativas a los medios de comunicación; los comerciantes que violan las normas impuesto la costumbre o el uso de un comportamiento imprudente. En tales cir-
relativas a la lealtad mercantil; los banqueros que desconocen las normas relativas cunstancias, el juez puede perfectamente afirmar que el causante del daño come-
al funcionamiento de entidades financieras; etc. En todos estos casos, el hecho de tió culpa, así se haya comportado como lo hacen sus demás colegas. Si bien los
realizar la conducta prohibida en la ley o de omitir la exigida genera una culpa en parámetros indicados son un punto de referencia, ellos no ligan en forma fatal al
cabeza del obligado. Y si como consecuencia de dicha culpa se causa un daño a juez.
tercero, surge para el agente la obligación de indemnizar.
La violación o trasgresión de todos estos parámetros puede presentarse por
imprudencia, impericia o negligencia del agente al momento de realizar una deter-
§2. -CULPA POR VIOLACIÓN DEL DEBER GENERAL DE PRUDENCIA
minada conducta.
226.- CRITERIOS QUE DEBE TENER EN CUENTA EL JUEZ 227.- Podríamos definir la imprudencia como la temeridad o ligereza con que
En la legislación colombiana no existe un catálogo taxativo de comporta- el sujeto realiza una conducta, bien sea porque no prevea los efectos de la misma,
mientos obligatorios o prohibidos. Por el contrario, el artículo 2341 del Código debiendolos prever, o porque a pesar de haberlos previstos se confía en poderlos
Civil, e incluso los principios que regulan la responsabilidad contractual, permi- evitar. Es en cierta forma el desprecio por los bienes que corren riesgo de daño al
ten al juez detectar culpas por conductas que, si bien no están expresamente pro- realizarse la conducta. La negligencia, en cambio, es el descuido con que el agen-
hibidas u ordenadas, de todas formas significan que el agente no se ha comportado te realiza sus actividades. Finalmente, la impericia consiste en la ausencia de co-
en forma prudente y diligente 85 . Así, por ejemplo, el hecho de que un constructor nocimientos con que el agente realiza una conducta que no debió haber realizado.
cumpla con todas las normas de urbanismo, no significa que por ese solo hecho
En la práctica, rara vez se presenta en forma aislada una sola de estas moda-
esté exento de cometer culpa. El legislador trata de prever la mayoría de las con-
lidades de culpa. Por el contrario, es normal que se encuentren las tres o, por lo
ductas que considera culposas, pero hay algunas que se escapan a su control ex-
menos, dos de ellas. En efecto, quien utiliza un vehículo a sabiendas de que no se
preso y es el juez quien de una manera libre y a posteriori determina si hay culpa
encuentra en buen estado, no solo comete culpa por negligencia en el manteni-
o no del agente.
miento del automotor, sino que comete culpa por imprudencia al utilizar el auto-
Es aquí donde el juez debe comparar la conducta del causante del daño con la motor en mal estado. Refiriéndose a la relación entre estas tres modalidades de la
de un hombre prudente y razonable. Para hacerlo, el juez echa mano de los princi- culpa, el profesor LUis JIMÉNEZ DE AsúA expresa:
pios generales del derecho, de la costumbre imperante, de las reglamentaciones de
carácter privado, de normas técnicas, de la moral y de la equidad 86 . En la medida "Esencialmente la negligencia es el elemento psicológico de la culpa, y se
en que todos estos parámetros estructuran la moral social de los individuos en un encuentra presente en la imprudencia, en la impericia y en la inobservancia
de reglamentos. Cabe, no obstante, hacer diferencias entre la negligencia y la
imprudencia, en el aspecto modal o si se quiere formal; y en el condicional

85 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 450; Patrice Jourdain, ob.
cit., p. 41.
86 Ibídem. 87 Ibídem.
228 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 229

por lo que toca a la impericia y a la inobservancia de reglamentos. En estos Pero si la autorización legal hace presumir la pericia del agente, ello no sig-
aspectos, la imprudencia supone obrar, emprender actos inusitados fuera de nifica que éste no pueda cometer culpa por impericia. Lo que sucede es que el
lo corriente y que, por ello, pueden causar efectos dañosos. La negligencia demandante sigue con la carga probatoria de demostrar cualquier tipo de culpa en
estriba en no tomar las debidas precauciones sean actos excepcionales, ora en cabeza del agente quien, en principio, se considera perito.
los de la vida ordinaria. La impericia requiere ya una profesión, un oficio o
un arte. Con el ejemplo de un médico, aclaremos cuanto se acaba de decir:
Un cirujano puede ser expertísimo, pero imprudente, si quiere, para lucir su 229.- LA AUSENCIA DE AUTORIZACIÓN LEGAL OBLIGATORIA HACE PRESUMIR LA
arte ante los alumnos o ante visitantes extranjeros, hacer una intervención IMPERICIA
con métodos todavía no confirmados y que, por su novedad, no acreditan el
seguro éxito. Con toda su pericia, puede ser negligente, si en una operación Pero si la autorización legal hace presumir la pericia del agente, también es
reglada, por ir deprisa, descuida las precauciones debidas. Y si el sujeto no cierto que cuando la autorización legal es indispensable para poder realizar una
sabe bien el arte de curar e ignora las esenciales reglas de la quirúrgica, en- determinada conducta, se presume que quien realiza ese comportamiento sin tener
tonces es imperito. Dejemos de lado, cuanto toca a la impericia, así como a la la autorización exigida, se presume imperito. En tales circunstancias, por ejem-
infracción de reglamentos, de que después nos ocuparemos, y retengamos lo plo, si alguien es sorprendido conduciendo un vehículo sin tener la respectiva
acabado de decir; pero no sin destacar, una vez más, que en la imprudencia patente, habrá que presumir que no tiene los conocimientos para hacerlo, presun-
yace, ante todo y sobre todo, la fórmula psicológica de la negligencia. El ción que podrá desvirtuarse probando dentro del proceso que sí se tienen dichos
imprudente es también un descuidado de la debida prudencia" 88 . conocimientos.

228.- LAS AUTORIZACIONES PARA EJERCER UNA PROFESIÓN U OFICIO HACEN


PRESUMIR LA PERICIA

En relación con la impericia cabe observar que cuando el ordenamiento jurí-


230.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
dico autoriza a una persona para ejercer una determinada profesión u oficio, se
presume que, en principio, el agente es perito. Así, por ejemplo, los diplomas
Tradicionalmente, algunos autores 89 y tribunales 90 continúan aferrados a la
universitarios significan que el Estado da fe de la pericia de su titular en la disci-
idea de que toda la responsabilidad civil se fundamenta en la culpa, para lo cual
plina correspondiente. Igual cosa puede decirse de las licencias para conducir
deben hacer esfuerzos desesperados que los llevan a vaciar de contenido el con-
automotores, en cuyo caso, el Estado da fe de que su titular es apto para la conduc-
cepto mismo de culpa.
ción. En ese sentido nos parece criticable un fallo del Tribunal Superior de Medellín
según el cual se consideró culpable de una colisión de vehículos al conductor de
uno de ellos por el simple hecho de que desde hacía muy pocos días había obteni- Si bien la culpa ha sido y sigue siendo un pilar fundamental en buena parte de
do la licencia de conducción. La contradicción es evidente: el Estado solo da la las instituciones de la responsabilidad civil, lo cierto es que cada día se propaga
licencia de conducción a quien sabe hacerlo, pues de lo contrario, carecerá de con más fuerza la idea de que la responsabilidad civil debe ser objetiva, es decir,
sentido la obtención de la licencia. que el elemento subjetivo de la culpa carece de incidencia en la responsabilidad y
que debería bastar el daño y la imputabilidad causal del agente para que éste com-
Lo grave es que en el fallo en comento, el tribunal admite que ninguna culpa prometiese su responsabilidad.
se probó contra el condenado. Simplemente dedujo esa culpa del poco tiempo que
tenía el conductor como patentado.
89 Emiliani Román, ob. cit., p. 1.
90 En ese sentido, C. S. J., cas. civ., 30 abril 1947, "G. J.", t. LXII, p. 335; C. S. J.,
cas. civ., 30 julio 1953, "G. J.", t. LXXV, p. 642; C. S. J., cas. civ., 2 noviembre
88 Luis Jiménez de Asúa, t. V, núm. 1651. 1982, "G. J.", t. CLXV, p. 26.
230 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 231

bilidad con culpa e instituciones de responsabilidad objetiva. De lo que se trata es


de hacer el esfuerzo intelectual de pulsar al máximo la entidad de la responsabili-
dad objetiva, pues sus partidarios hablan de ella creando la sensación de que la
culpa es un elemento estorboso en todas las instituciones de la responsabilidad
civil.

Por otra parte, vale la pena repetir que, como principio general, la posibilidad
de una responsabilidad objetiva en el derecho colombiano, y podría decirse que en
cualquier ordenamiento jurídico, es solo un ideal legislativo, pues la ley actual,
quiérase o no, establece como principio general la responsabilidad con culpa, cul-
Al analizar las dos doctrinas extremas de la pa que a veces es presunta y a veces debe ser probada.
y de la observar que la
dad civil r-.h,a11-""" todo ello a costa de la respon- Antes de abordar el tema conviene evitar una confusión a la que parecieran
sila JlVlJU-HH..LU<A llegar los que, más con el corazón que con la razón, pretenden objetivar toda la
responsabilidad civil.

En efecto, no podemos identificar los sistemas de solidaridad social que bus-


can reparar los daños sufridos por las personas mediante la intervención estatal
con el sistema de la responsabilidad civil objetiva 94 . Mientras que en la primera
""'-'U''"'"'""· la idea de responsabilidad desaparece por puesto que la so-
entre ella los costos de algunos daños sin mirar en el agente ni
en la responsabilidad el centro de son los
individuos causantes de los así la sea y el respon-
sable esté por un seguro.
re;::Lccton contraria a lo que se UJL'-·lvl.LUv.
rios de que, en la las víctimas sean mc1enmtzaclas, por en fondos de garantías
teniendo en cuenta el contexto "'-"n'-''''-'""'~~~ y económico de nuestro derecho. para indemnizar a las víctimas de decir que con ello
v.:n.uu.LvvJ.uv un régimen de del . Es la
CJ'-''""Jl_...._..,,.._. social las que entran en acción para proteger a las víc-

hasta la fecha se ha UUJU.LA,.uv. timas. En las víctimas que de la civil preten-


y los de la misma se ha centrado en U.i.¡;.,YUJlVHLVu dan una indemnización los actos del necesariamente una
. Este modo de ver el ya carece de sentido decisión que declare al agente causante de los daños. Curio-
consagran instituciones de
.......................J u CJ<. uu .......... ._., esta doble del daño parece instaurarse en pues no

91 Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 476. 94 Sobre esta distinción ver André Tune, ob. cit., núms. 20 y ss.; Jacques Ghestin,
92 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núms. 60 y ss.; Philippe le Tourneau, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 27; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit.,
Lo'lc Cadiet, ob. cit., núm. 34; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 25; núm. 26; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 19.
Patrice Jourdain, ob. cit., pp. 15 y ss.; Maree! Planiol, Georges Ripert, por Esmein, 95 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 28; Philippe le Tourneau,
ob. cit., t. VI, núm. 476. Lo'lc Cadiet, ob. cit., núm. 45; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 26;
93 Véase Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núms. 13 y ss. Patrice Jourdain, ob. cit., p. 19.
232 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 233

solo existe el fondo de garantías, sino que el Consejo de Estado acaba de aceptar 232.- RESPONSABILIDAD POR EL HECHO PROPIO
que la doctrina de la responsabilidad civil por el daño especial se aplica a las
víctimas de los actos de terrorismo que tengan como destinatario al Estado. En general, toda la responsabilidad directa por el hecho propio descansa en
el fundamento de la culpa probada, según se desprende de lo establecido por el
Esta aclaración es importante ya que nadie se opone al ideal de que la socie- artículo 2341 del Código Civil En ese orden de ideas, la responsabilidad ex-
dad, a través del Estado, indemnice a las víctimas. Este es un ideal de toda so- tracontractual de los médicos, la de los periodistas, la de los comerciantes, etcé-
ciedad que, siempre y cuando sea costeable, debe constituirse en política social. tera, no puede comprometerse mientras no haya una culpa comprobada de su
Pero el hecho de que un país llegue a esta solución óptima, no significa que con parte.
ella se haya instaurado un régimen de responsabilidad objetiva, pues, como se ha
dicho, se trata de dos sistemas por entero diferentes. La finalidad de esta exposi- Sin embargo, creemos que nada impediría institucionalizar una responsabili-
ción, pues, hace caso omiso de esa especie de seguridad social y se circunscribe al dad civil objetiva para aquellos casos en que el agente físicamente destruye o
análisis de la responsabilidad civil objetiva que tiene al causante del daño como deteriora cosas o atenta contra la integridad física de una persona. Es decir, todos
obligado a la reparación. los daños físicos, bien sea materiales o corporales, podrían ser indemnizados sin
necesidad de exigir una culpa probada por parte del demandado. Este principio
Hecha esta aclaración, pasemos al plan de nuestra exposición. En primer lu- solo tendría como excepciones los daños extracontractuales imputables a la acti-
gar, trataremos de demostrar cuáles instituciones de la responsabilidad civil pue- vidad médica o a la actividad deportiva (infra, T. I, 236).
den tornarse objetivas, pese a que actualmente se fundan en la culpa (subsec. I).
Posteriormente veremos cuáles deben permanecer ligadas a éste último elemento En cambio, según veremos más adelante (infra, T. I, 241), en aquellos casos
(subsec. II). en que el agente causa un daño económico o moral, pero sin que físicamente afec-
te personas o cosas, la responsabilidad por el hecho propio necesariamente deberá
seguir fundamentándose en la culpa probada del agente 97 .
SuBSECCióN I. - Nuevas instituciones
res:poJnSalbHidald objetiva
233.- RESPONSABILIDAD POR PRODUCTOS DEFECTUOSOS

231.- En la actualidad hay algunas instituciones de la responsabilidad civil


En el derecho civil clásico, la responsabilidad por perjuicios diferentes del
que se siguen fundamentando en la culpa. Otras, por el contrario, constituyen
precio de la cosa vendida, derivados de los vicios redhibitorios de dicha cosa,
casos expresos de responsabilidad objetiva, así la doctrina y la jurisprudencia las
supone que el vendedor haya sabido o debido saber de la existencia del vicio
maquillen con el ropaje de presunciones de culpa. En ese sentido, prácticamente
redhibitorio. Tal es el principio establecido en el artículo 934 del Código de Co-
todos los accidentes, salvo los deportivos y los médicos o quirúrgicos, se rigen
mercio. Es decir, se trata de una responsabilidad fundamentada en la culpa. Esa
por la responsabilidad por actividades peligrosas o por la legislación sobre acci-
responsabilidad, así concebida, ha dado lugar a innumerables injusticias, ya que,
dentes de trabajo 96 . También existe la responsabilidad por los daños causados por
muchas veces, la víctima no tiene la calidad de adquirente del producto o no tiene
ciertas cosas. En materia contractual no son pocos los casos en los que el deudor
la posibilidad de demostrar la culpa del vendedor.
contrae obligaciones de medio. En ninguno de estos casos la culpa, en la práctica,
carece de importancia. Sin embargo, nada impide, desde el punto de vista lógico,
Por tal motivo, el derecho contemporáneo ha ido imponiendo cada vez más la
que el legislador las convierta en responsabilidades objetivas. Veamos algunas de
idea según la cual todas las personas que participan en la producción y distribu-
ellas.
ción de un bien o servicio son responsables de los daños causados a cualquier
persona y derivados de la mala calidad del bien o del servicio. Demostrado el

96 La doctrina contemporánea pugna por crear un régimen de responsabilidad objeti-


va o de seguridad social para todo tipo de accidentes. Véase Patrice Jourdain, ob.
cit., p. 19. 97 Patrice Jourdain, ob. cit., p. 20.
234 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 235

nexo de causalidad entre el daño y el defecto, el productor y el distribuidor son es decir, su responsabilidad no descansaría en una presunción de culpa, pues se
responsables y no podrán exonerarse alegando y probando ausencia de culpa98 • trataría de una responsabilidad puramente objetiva. Puede que, en ese caso, la
culpa siga siendo necesaria en el comportamiento del directamente responsable
El estatuto del consumidor, regulado por el Decreto 3466 de 1982, pareciera (hiJo, dependiente, alumno, etc.), pero una vez establecida esa culpa, automática-
establecer, en el derecho colombiano, ese tipo de responsabilidad. Sin embargo, mente se genera la responsabilidad del civilmente responsable sin que valga de-
los textos son tan confusos y contradictorios que pareciera ser que el Código de mostrar ausencia de culpa. Acá lo que es objetivo es el comportamiento del civil-
Comercio conserva vigencia en esa materia. Por ello, consideramos que es nece- mente responsable, quien ya no podrá demostrar diligencia y cuidado. Mientras
sario que en nuestro país se instaure ese tipo de responsabilidad objetiva por pro- actualmente la institución supone la idea de dos culpas, es decir, la del directa-
ductos defectuosos. Ahora, no basta que el daño sea causado por un producto, mente responsable y la del civilmente responsable, nuestra propuesta solo exige
pues se requiere que el producto sea defectuoso. Así las cosas, jamás podrá haber una: la del directamente responsable.
responsabilidad objetiva de los fabricantes y distribuidores por los daños causa-
dos por productos no defectuosos.
235.- RESPONSABILIDAD POR DAÑOS DERIVADOS DE LA CONSTRUCCIÓN

234.- RESPONSABILIDAD POR EL HECHO AJENO Finalmente, consideramos indispensable establecer una responsabilidad ob-
jetiva para los daños derivados de las construcciones inmobiliarias. En efecto, el
En la responsabilidad ~ivil de los padres por el hecho de los hijos menores derecho de dominio o el de empresa, por más que tengan consagración constitu-
que habitan la misma casa, casi todas las legislaciones establecen una presunción cional, no pueden autorizar a sus titulares a causar daños con su ejercicio. Por lo
de culpa en contra del civilmente responsable, quien podrá desvirtuar la presun- tanto, en una futura reforma legal conviene establecer que, salvo la culpa de la
ción que pesa en su contra demostrando buena vigilancia y buena educación del víctima, el constructor y el propietario de un inmueble deben ser responsables
menor99 • objetivamente de todo daño causado a terceros.

En cuanto a la responsabilidad de los patronos por el hecho de sus dependien-


tes, unas veces, como en el derecho francés, se establece una responsabilidad SuBsEccióN 11. - Casos en los cuales la
objetiva en contra de los patronos, ya que una vez demostrado el hecho ilícito del siendo de la re~moms.abJIIWtao
dependiente en el ejercicio de sus funciones, el patrono deberá responder y nada
lo libera de su responsabilidad. En otros derechos como el colombiano, también el 236.- ÜPINIONES DOCTRINALES

patrono puede demostrar ausencia de culpa en caso de daños causados por sus
dependientes en el ejercicio de sus funciones (C. C., art. 2347). Por mucho que avance, la responsabilidad civil objetiva tiene sus límites y
ella no puede dar cuenta absolutamente de todos los daños que una persona cause
En nuestro concepto, no solamente es posible sino también deseable que el a otra 100 . Unas veces tiene limitaciones de tipo económico, otras, de tipo axiológico
legislador establezca una responsabilidad objetiva en contra de todas las personas y otras, de tipo lógico. En esas hipótesis que veremos a continuación, la culpa
que tienen que responder por los actos ilícitos de otras que están bajo su cuidado. sigue siendo elemento necesario de la responsabilidad civil, bien sea por una ne-
Así las cosas, establecido que el hijo, el pupilo, al aprendiz, el dependiente, etc., cesidad práctica, bien sea por una necesidad teórica.
causaron un daño ilícito mientras estaban al cuidado de la persona que por ellos
debe responder, esta persona civilmente responsable no tendría forma de exonerarse, Aun los autores que han marchado a la vanguardia de las responsabilidades
objetivas admiten que bajo ciertos lineamientos la culpa debe continuar rigiendo
algunas hipótesis de responsabilidad civil.

98 Sobre la responsabilidad por productos defectuosos véase: Atilio Aníbal Alterini,


áscar José Ameal, Roberto López Cabana, ob. cit., p. 805.
99 Alex Weill, Fran9ois Terre, ob. cit., núm. 658; Javier Tamayo Jaramillo. De la res- 100 Fran9ois Terré, Philippe Simler, Yves Lequette, ob. cit., núm. 660; Patrice Jourdain,
ponsabilidad civil, t. 1, vol. 2, núm. 11, Bogotá, Ed. Temis, 1983. ob. cit., p. 17.
236 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 237

Así, por ejemplo, RENÉ SA v ATIER, luego de sentar el principio generaF 01 se- 237.- LIMITACIONES DE TIPO ECONÓMICO
gún el cual tenemos el deber general de no causar daño a otro, afirma que en
algunos casos excepcionales los individuos tienen el derecho de dañar a otro, sin A lo largo del presente siglo, las responsabilidades objetivas se han ido mul-
que por ello tengan que pagar indemnización alguna 102 . En estas hipótesis, solo el tiplicando gracias al mecanismo del seguro, bien sea de responsabilidad civil,
comportamiento culposo generaría la responsabilidad del agente causante del daño. bien sea de accidentes. Básicamente, este desarrollo se ha producido en la respon-
Más adelante veremos cuáles son las hipótesis planteadas por este autor. sabilidad por el hecho de las cosas o de las actividades peligrosas.

De su lado, BoRIS STARCK, autor de la conocida teoría de la garantía, afirma La mayoría de los autores 107 admite que si no fuera por el mecanismo del
que en caso de daños de naturaleza puramente económica o moral, independien- seguro, las responsabilidades objetivas carecerían de sentido, ya que un daño pu-
tes de todo atentado corporal o material, la culpa debe seguir siendo el eje de la ramente accidental podría dejar en la ruina económica y moral al agente y, en
responsabilidad civil. Por el contrario, en aquellos casos en que haya deterioro consecuencia, sería cambiar de pobre 108 . Lamentablemente, en algunos ordenamien-
físico de personas o de cosas por parte del agente, la responsabilidad será objeti- tos jurídicos como el colombiano, la jurisprudencia ha institucionalizado la res-
va, pues el Estado debe garantizar el derecho que los individuos tienen sobre esos ponsabilidad por actividades peligrosas o por el hecho de las cosas sin que exista
bienes 103 • de por medio un seguro obligatorio. En esta forma, a menudo, vemos a perso-
nas de escasos recursos enfrentar cuantiosas condenas por daños causados con
Por otra parte, ANDRÉ TuNe, cuya animadversión a la culpa como elemento
vehículos automotores, pese a que no ha habido la más mínima culpa de su parte
de la responsabilidad civiL es manifiesta, termina por aceptar que los atentados a
en la producción del daño.
los intereses económicos, a los intereses morales y a los intereses de los consumi-
dores deben seguir estando sometidos al imperio de la culpa como fundamento de En la actualidad, algunos autores, entre ellos Gumo CALABRESSI 109 y ANDRÉ
la responsabilidad ci vil 104 • TuNc 110 , han mostrado cómo el desarrollo de la responsabilidad civil objetiva va
necesariamente ligado a factores de tipo económico, razón por la cual mientras no
Otros autores contemporáneos, con argumentos de diversa índole y pese a su
haya mecanismos de socialización de los riesgos, algunos de éstos deberán seguir
orientación objetivista, advierten que la culpa sigue gobernando algunas esferas
rigiéndose por el criterio de la culpa.
de la responsabilidad civil. Tal es la opinión de GENEVIEVE VINEY 105 y de PATRICE
JOURDAIN 106 .
Ahora, en su soberanía, el legislador o los tribunales pueden hacer caso omi-
Algunos de los autores mencionados explican en mayor o menor medida las so de estos factores de tipo económico, estableciendo una responsabilidad objeti-
hipótesis en las cuales la culpa debe seguir imperando. Sin embargo, no siempre va pese a la inexistencia del seguro. No se trata, pues, de una limitante de tipo
se enumeran todos los casos que deben regirse por la culpa o cuya justificación lógico sino de tipo económico. El problema práctico es que en los países pobres,
teórica no es satisfactoria. A continuación trataremos de demostrar cómo la res- donde no existe el mecanismo del seguro obligatorio efectivo, muchas veces una
ponsabilidad objetiva tiene límites de tipo económico, de tipo filosófico-jurídico persona queda en la absoluta pobreza porque su patrimonio debe ser entregado a
y de tipo lógico. otra igualmente pobre en virtud de responsabilidades objetivas.

101 René Savatier, ob. cit., t. 1, núm. 35. 107 André Tune, ob. cit., núm. 175; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV,
núm. 25; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 20; Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein,
102 René Savatier, ob. cit., t. 1, núm. 36; en el mismo sentido: Patrice Jourdain, ob. ob. cit., t. VI, núm. 481.
cit., p. 17.
108 En ese sentido Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 61; Philippe
103 Boris Starck, ob. cit., núms. 57 y ss.
le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núms. 15 y 38; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 20.
104 André Tune, ob. cit., núm. 186; en el mismo sentido, Patrice Jourdain, ob. cit., p. 109 Guido Calabressi, El costo de los accidentes, Barcelona, Ed. Ariel, 1984. En el
20.
mismo sentido: Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 15.
105 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 60. 11 o André Tune, ob. cit., núm. 170. En el mismo sentido: Jacques Ghestin, Genevieve
106 Patrice Jourdain, ob. cit., p. 17. Viney, ob. cit., t. IV, núm. 61; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 20.
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL El~ ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 239
238 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

En consecuencia, mientras no existan mecanismos de tipo financiero que di- al exponer su teoría de la expresa que en la
'-'"'JV~lL)UU111Uolu civil existe un conflicto de derechos. Por una
luyan los riesgos económicos generados por la responsabilidad civil, ésta encon-
a actuar y por la otra está el derecho de todos a la
trará un grave obstáculo en su camino hacia la objetivación.
VV!!LLLvLV 1-''-'A.HUUivHL'- entre esos dos riiC>i'Of'lhruc

ACEPTACIÓN DE RIESGOS MÉDICOS Y DEPORTIVOS


Con base en el derecho de actuar estamos ·~~··""'~~n
Desde el punto de vista estrictamente lógico, el legislador podría establec~r a condición de que no atentemos contra su o contra
una responsabilidad objetiva en caso de daños por actividade~ médicas Y depo_rt~- mtegi"Ict::tct física de sus En este caso en que el daño no se radica en la
vas. Sin embargo, ello significaría la desaparición de ambas actiVl- u•c•'"'¡;;.'"'U"'lu física de una persona o de sus el solo sería"'"'"'"""'"'''"'""
dades, es de su la de daños a terceros. si el daño se hubiere causado con

de la sociedad activi-
rl"'"""'cYI"""r!"' aceptación de riesgos y, en
·~'"'''""'"L) de los daños los
bienes.

citado autor expresa:

"Así se diseña la gran división de los daños sobre la cual descansa la teoría de
la De una los daños ...."'"""'"''~"
..uuvu .. v. sin que se
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HJVAAU!,_,HLiv0 de todo atentado 0 !HU.LvJl.lUl,

'"H"'Jle-r•·v, porque ellos son la consecuencia incluso "'"'f"'""'''"'"


239.- LIMITACIONES PROVENIENTES DEL EJERCICIO DE UN DERECHO del derecho de actuar y de que posee el autor del

Y a hemos dicho
SAVATIER y STARCK en cier-
de los daños que cause en el de de a soluciones más o
tas el menos similares a las '"''"f''"'""'"1f lo cierto es que su
no es del todo
JL!JL,YLJUII'-'1J- 1 '-''"'"'''-'"JLVU uo.n.u>Jl'-'VC·VJL!Uo Veamos

En razón el a la solo
de las personas y de las cosas, cuando
el caso de los derechos morales y econó-
es claro que los daños que causamos a las personas o a las
cosas se también en el de nuestro derecho de actuar, en cuyo
caso STARCK debería admitir que en estos casos la po-
dría ser

; 11 Boris Starck, ob. cit., núm. 68; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 85.
112 René Savatier, ob. cit., t. 1, núm. 37; en el mismo sentido, Patrice Jourdain, ob.
113 Boris ob. cit., núm. 68.
cit., p. 17.
240 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 241

Por otra parte, SrARCK afirma que la responsabilidad objetiva es aplicable la responsabilidad exige la culpa. Mientras SrARCK afirma que la responsabilidad
cada vez que haya daños materiales o corporales, y que, por el contrario, la res- objetiva basada en la teoría de la garantía no se aplica cuando los daños sean de
ponsabilidad con culpa es fundamental cuando no proviniendo el daño del ejerci- naturaleza moral o económica, nosotros consideramos que es el hecho de que, en
cio de un derecho, solo haya daños morales o económicos. el ~jercicio de su derecho de actuar, la víctima no lesione física y personalmente
la persona o los bienes de la víctima, lo que hace que la culpa sea elemento indis-
Sin embargo, estos dos argumentos no son del todo exactos. pensable de la responsabilidad en esos casos. Poco importa que al ejercerse estos
derechos se causen daños materiales o corporales. Sucede, y es allí donde puede
En efecto, hay algunos casos de daños puramente económicos o morales, en surgir la confusión de BoRIS SrARCK, que cuando no hay contacto físico del agente
los cuales no hay destrucción de personas ni de cosas y, sin embargo, la culpa no con el bien de la víctima, lo que se puede presentar inicialmente es un daño pura-
es elemento fundamental de la responsabilidad. Es lo que ocurre por ejemplo en la mente moral o económico del cual se pueden derivar daños materiales o corpora-
responsabilidad por perturbaciones de vecindario. En estos casos, el dueño de un les según lo vimos en el ejemplo planteado. En este caso, el ejercicio del derecho
predio puede ver disminuido el valor de éste como consecuencia de la instalación de actuar causa dos daños: uno material o corporal y otro puramente moral o
de una industria contaminante a su lado. En tales circunstancias, hay una respon- económico. Según la teoría de SrARCK, mientras un daño debería fundamentarse
sabilidad objetiva por un perjuicio puramente económico (disminución del valor en la responsabilidad objetiva, el otro necesariamente se fundamentaría en la cul-
del predio), sin que se afecte físicamente el bien. pa. Sin embargo, la realidad nos enseña que ambos daños exigen la culpa del
agente dada la naturaleza del derecho ejercido y el hecho de que el agente no haya
En consecuencia, podemos afirmar que la teoría de SrARCK no es válida cuan- hecho contacto físico con los bienes de la víctima.
do los perjuicios morales o económicos que no conllevan a la destrucción de un
bien o de una persona, se producen con cosas. En consecuencia, no es tanto la naturaleza del daño lo que exige la culpa,
como lo plantea SrARCK, sino el hecho de que el demandado en el ejercicio de
En cambio, puede presentarse el caso de daños materiales o corporales en los su derecho de actuar no haga contacto físico con los bienes o la persona de la
que no aplica la teoría de la garantía propuesta por SrARCK, en cuyo caso la justi- víctima.
ficación de su teoría sería inexacta. Piénsese, por ejemplo, en el caso del comer-
ciante que, como consecuencia de la ruina económica derivada de la competencia Esta solución tiene su fundamento en un argumento de tipo filosófico-político.
de otro comerciante, sufre una grave depresión que arruina cultivos de su propie-
dad y que finalmente lo lleva al suicidio. En este caso hay perjuicios materiales y En efecto, la función del Estado y del derecho consiste en brindar a los indi-
corporales y, sin embargo, no puede haber responsabilidad objetiva como lo pre- viduos el máximo posible de espacios de libertad. En ese orden de ideas, el Estado
gonaría SrARCK. Sin embargo, SrARCK entrevé la solución del problema así no garantiza el ejercicio de nuestra propia existencia y el ejercicio de nuestro dere-
alcance a vislumbrarla totalmente. Creemos que deben hacérsele algunos correctivos cho de libertad. Ahora, la práctica social muestra que, en determinadas circuns-
a su teoría. tancias, el Estado, sin que se afecte mayormente el ejercicio de esos derechos,
establece una responsabilidad objetiva por atentados físicos contra las personas o
En efecto, creemos que lo importante no es tanto el bien sobre el cual recae las cosas. Cuantitativamente, esos espacios de libertad no se restringen en forma
el daño, como lo propone SrARCK, sino más bien la naturaleza del derecho que al notoria al consagrarse esta responsabilidad objetiva.
ser ejercido produce un daño de cualquier naturaleza, pero sin que el cuerpo del
agente no haga contacto físico con los bienes o la integridad personal de otro En cambio, en caso de daños puramente económicos y morales, en que el
individuo. agente no entra en contacto físico con las personas o las cosas, el Estado no
puede establecer una responsabilidad objetiva porque la restricción de las liber-
Así las cosas, cuando en el ejercicio de su libertad, el hombre al actuar causa tades y de la existencia serían de tal magnitud que la vida misma perdería su
un daño sin que su cuerpo destruya o deteriore físicamente los bienes o la integri- razón de ser. No solamente en el campo económico, sino en todas las esferas de
dad física de otro individuo, la responsabilidad se funda necesariamente en la la vida humana, los individuos compiten por el simple hecho de existir y en esa
Es decir, mientras su cuerpo no haga contacto físico con los bienes de otro, competencia siempre habrá ganadores y perdedores. Si estos últimos pudiesen
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 243
242 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

reclamar indemnización a los primeros que no actuaron culposamente, la vida podemos poner en funcionamiento el aparato judicial para que mediante sen-
tencia, la justicia se pronuncie en contra de un tercero. En tales circunstancias, el
se aniquilaría a sí misma.
tercero no podrá cobrar indemnización de los perjuicios sufridos con nuestro com-
En consecuencia, no se trata de un conflicto entre el derecho a la seguridad Y port~miento, a menos que demuestre que actuamos temeraria o imprudentemen-

el derecho a actuar, como lo plantea STARCK. Se trata de una solución eminentemente te116. El simple hecho de la acción judicial no genera una responsabilidad objeti-
pragmática que le permite al Estado brindar a sus súbditos la mayoría de derechos va, por dañina que ella sea.

posibles. Tampoco podrá haber una responsabilidad objetiva en caso de daños sufridos
Así las cosas, todos tenemos derecho a usar nuestra libertad de existir, mien- por el simple hecho de nuestra presencia física. Así, por ejemplo, si un hombre
tras que en el ejercicio de dicha libertad no destruyamos f~sicamente los bienes~ o sufre traumas psíquicos y pérdidas económicas porque una mujer de la cual está
la integridad de los demás. Si en el ejercicio de dicha libertad causamos dano enamorado no accede a sus pretensiones, no es posible pretender que por ese solo
(distinto de los anteriores), no habrá responsabilidad de nuestra parte, a menos hecho la mujer deba responder de dichos perjuicios. Solo en la medida en que ella
imprudentemente juegue con los sentimientos de la víctima, es decir, actúe culpo-
que actuemos culposamente.
samente, habrá responsabilidad de su parte.
Siguiendo este postulado podemos analizar algunas hipótesis en las que. s~ ve
con claridad que la culpa ~igue siendo elemento esencial de la responsabilidad De igual manera, si el hecho de que una persona habite cerca de otra le causa
a ésta perjuicios materiales o morales, no por ello puede predicarse una responsa-
civil.
bilidad objetiva del causante del daño. En la medida en que nos comportemos
En primer lugar, en la competencia económica y en g~eneral en tod/as las cm~­ prudentemente, todos tenemos derecho a estar en cualquier lugar que no esté pro-
petencias entre los individuos, todos podemos causar da~o a los demas c.ompetl- hibido por la ley. Los demás deben soportar el daño que nuestra simple presencia
dores a condición de que actuemos lealmente 114 • Si el legislador establectese una física les causa.
responsabilidad de tipo objetivo en esta clase de actividades,. la eco~omía liberal
y en general las actividades humanas serían completamente Impracticables. En ese mismo orden de ideas, podemos afirmar que si una persona se conta-
gia de la enfermedad que sufre otra, ésta no será responsable, a menos que el
En segundo lugar, todos tenemos derecho a expresar nuestro pensamiento Y a contagio se haya producido por su culpa. Todos los individuos tienen la obliga-
divulgar noticias que sean ciertas. Si en el ejercicio de este derecho causamos ción de soportar la presencia de los otros, así con su presencia, éstos puedan trans-
daño a terceros, éstos no tendrán derecho a indemnización alguna a menos qu~ en mitirles alguna enfermedad.
el ejercicio de ese derecho hayamos actuado culposamente • En e~ecto, SI ?n
115

periodista publica una información cierta sobre la existencia de un delito,. el deli~­ Así mismo, si en el ejercicio de nuestra libertad religiosa le causamos daño a
cuente que se vea perjudicado con dicha información no podrá reclamar mdemm- un tercero, éste deberá soportar el perjuicio sin que pueda invocar la responsabi-
zación alguna por parte de la persona que suministró la información. Solo cuando lidad de quien con su comportamiento religioso lo ha perjudicado. Por ejemplo, si
se suministre informaciones falsas, o informaciones ciertas con la única intención una madre de familia entra en una grave crisis depresiva como consecuencia de la
de perjudicar a un tercero, habrá responsabilidad del informador, pero en tales irreligiosidad de su hijo, éste no será obligado a indemnizarla de perjuicios, pues
circunstancias la responsabilidad será culposa. su libertad de religión lo legitima para actuar.

También exige culpa la responsabilidad por acudir a las vías judiciales en Finalmente, tampoco habrá responsabilidad, a menos que actúe culposamente,
contra de un tercero. En efecto, todos tenemos el derecho de acción, por medio del de quien en uso del derecho de huelga protegido por la ley causa un daño a su
patrono.

1i 4 Ibídem, núm. 72.


i 16 Ibídem.
115 Ibídem.
244 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA CULPA COMO ELEMENTO ADICIONAL EN ALGUNOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 245

240.- LIMITACIONES EN MATERIA CONTRACTUAL


En efecto, tanto en materia contractual como extracontractual, la responsabi-
lidad por omisión supone necesariamente la culpa, ya que de otra manera no ha-
Hasta ahora hemos analizado las limitaciones que tiene la responsabilidad bría nexo de causalidad entre la omisión y el daño. Si la culpa es el incumplimiento
objetiva en materia extracontractual. Sin embargo, también, en materia contrac- de una obligación o de un deber preexistente, es claro que quien no realice la
tual existen algunas limitaciones a la responsabilidad objetiva, aunque, no se trata conducta a que estaba obligado habrá incurrido en culpa, y esta omisión se consi-
de limitaciones de tipo lógico, sino de tipo práctico. dera causa del daño 117 . En cambio, si la omisión es realizada por quien no tenía la
obligación contractual o el deber legal de actuar, es claro que ninguna responsabi-
En efecto, tratándose de típicas obligaciones de medio, en las cuales el re- lidad podrá endilgársele, así se llegase a demostrar que con su comportamiento
sultado buscado por el acreedor es bastante aleatorio, desde el punto de vista hubiese podido evitar el daño.
práctico es impensable que el legislador establezca una responsabilidad de tipo
objetivo. Este planteamiento es válido tanto en materia contractual como en la extra-
contractual.
Ya hemos hablado de la responsabilidad civil de los médicos, en la que el
riesgo terapéutico impide contemplar la posibilidad de una responsabilidad obje- otros dos casos de responsabilidad civil en los cuales, faltando un nexo
tiva del galeno. También es un imposible práctico establecer una responsabi- de causalidad física, es la culpa del agente lo único que permite predicar la causalidad
lidad objetiva en el contrqto de mandato en lo que se relaciona con la gestión que jurídica.
le ha sido encargada por el mandante al mandatario. Así, por ejemplo, no sería
concebible que un corredor de bolsa tuviese que asumir en forma objetiva las En efecto, en aquellos casos de responsabilidad por el hecho de las cosas, si
pérdidas sufridas por un cliente que le ordena llevar a cabo una operación bursá- el bien personal o material de la víctima se lesiona físicamente, pero la cosa del
til. El riesgo de pérdida o de ganancia deberá ser asumido por el mandante, a demandado se encuentra inerte en el momento de ocurrir el daño o no hace contac-
menos que llegase a demostrar que hubo culpa del mandatario en la ejecución del to físico con el bien dañado, entonces la culpa es elemento necesario de la respon-
encargo. sabilidad.

Por los mismos motivos, el legislador no podría institucionalizar una respon- por ejemplo, si el conductor de un automotor lanza su vehículo contra
sabilidad objetiva a cargo de los abogados por los daños que causen en el ejercicio una casa, para no colisionar con otro conductor que viene en sentido contrario,
de su profesión. éste último no responde mientras no se demuestre que infringió una norma de
tránsito y que tal transgresión es la causa del accidente. De igual manera, si la
víctima colisiona con un vehículo que se encuentra estacionado, el guardián de
241.- LIMITACIONES DE TIPO LÓGICO
éste solo será responsable en la medida en que haya infringido alguna norma de
tránsito al estacionar su automotor. En estos dos casos, la responsabilidad por
En los casos hasta ahora analizados, son argumentos de tipo práctico los que actividades peligrosas o por el hecho de las cosas no es de recibo.
impiden que el legislador establezca en todos ellos una responsabilidad objetiva.
Por muy injusta que pudiera ser la solución, el legislador podría tomar la decisión Finalmente, en la responsabilidad por abuso del derecho, la culpa es elemen-
soberana de convertir todas esas hipótesis en responsabilidad objetiva. Son la to indispensable. En efecto, es un imposible lógico pensar en una responsabilidad
vida práctica y el desenvolvimiento normal del mundo jurídico y económico los objetiva cuando el agente ha abusado de su derecho. Inclusive, nos plegamos a la
que exigen que, de hecho, esas responsabilidades se sigan fundamentando en la teoría de quienes piensan que solo existe el abuso del derecho cuando su titular
culpa. hace uso del mismo con la intención de causarle daño a un tercero.

Existe un campo, no obstante, donde al legislador le queda absolutamente


imposible establecer una responsabilidad civil objetiva, por más que esa fuera su
117 Véase Isidoro H. Goldenberg, La relación de causalidad en la responsabilidad civil,
decisión.
Buenos Aires, Ed. Astrea, 1984, p. 199.
246 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

242.- RESPONSABILIDAD POR PRODUCTOS NO DEFECTUOSOS

Para terminar esta serie CAPÍTULO III


de los de nrn,r11lt~1"AC
Es NECESARIO QUE HAYA UN DAÑO
es factible pensar en una
defectuoso. lo anterior que aunque el no
del defecto del de maneras debe indemnizar a la 244.- CoNCEPTO Y REMISióN

mientras el el fabricante no será res-


ya que de lo
¡JVAALJU.•un..,, la circulación de bienes y sería •""-"'"'u'"" Para que haya responsabilidad civil contractual o extracontractual es preciso
Los fabricantes de
HHIIJVO·-"-U-'-'-'· de medicamentos o de m''r"''"""" que el demandante haya sufrido un daño. El simple hecho del comportamiento
se arruinarían si se estableciera en contra de ellos una ""'""""''"""h' culposo del agente no genera por sí solo la responsabilidad civil.
dad por daños ocasionados con no Ul'-'"l"-''-'lU~Y0V'0.
Por daño civilmente indemnizable entendemos el menoscabo de las facul-
tades jurídicas que tiene una persona para disfrutar un bien patrimonial o extra-
243.- CONCLUSIÓN
patrimonial. Ese daño es indemnizable cuando en forma ilícita es causado
por alguien diferente de la víctima.
En por más ·que la
terreno a costa de la
Los daños pueden ser 0 avt .. ,., ....... t ...·'..-v>~~~ son
que una serie de circunstancias de
el atentado al patrimonio económico de la
HHIJJl"''"'H pregonar un de
están referidos a la lesión de bienes protegidos por el orden
ve si las limitaciones de económico"""'--~~'"""'""'
tienen valor pecuniario alguno.
lo cierto es que las limitaciones de
'-''-'C''-''-'.H''""-'-'-''""' por el orden
Dada la importancia del tema y su extensión el
segundo tomo de esta obra. Allí el lector analizar más el con-
de daño, pero sobre conocer son los que deben ser
tenidos en cuenta para determinar el monto indemnizable a que tiene derecho la
víctima. En en este solo damos una breve noción de
a fin de conservar la estructura sistemática de la obra.
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 249

que han sido propuestas para explicar el nexo de causalidad en la responsabilidad


jurídica (secc. Il).
CAPÍTULO IV

Es NECESARIO QUE HA YA UN NEXO DE CAUSALIDAD SEccióN l.-Nociones generales sobre el nexo de causalidad

247.- CAUSALIDAD JURÍDICA Y CAUSALIDAD FÍSICA


245.- Bibliografía sumaria. Philippe le Tourneau, Lo1c Cadiet, ob. cit. núm.
809 y ss.; Isidoro H. Goldenberg, ob. cit.; Roger O. Dalcq, Traité de la responsabilité El concepto de causalidad jurídica no siempre concuerda con el de causalidad
civile, la ed., Bruselas, Ed. Maison Ferdinand Larcier, 1967, núm. 2355 y ss.; física. Eso explica las dificultades que la causalidad plantea en materia jurídica.
Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 209 y ss.; Raimundo Emiliani Román,
ob. cit., p. 119; Andrea von Thur, ob. cit., t. I, p. 72; Henri Deschenaux, Pierre En efecto, causalidad jurídica significa que el hecho le es imputable jurídica-
Tercier, ob. cit., p. 53; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 56 y ss.; Luis Pascual Estevill, mente al demandado. Ahora bien, en no pocas oportunidades la causalidad física
ob. cit., t. II, núm. 82; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 90 y ss.; constituye al mismo tiempo causalidad jurídica. Es lo que ocurre, por ejemplo,
Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 538 y ss.; René cuando una persona causa una lesión a otra en forma dolosa. En tales circunstan-
Savatier, ob. cit., t. II, núm. 456 y ss.; Boris Starck por Roland-Boyer, ob. cit., cias, existe tanto causalidad jurídica como causalidad física.
vol. 2, núm. 828 y ss.
Puede suceder que aunque haya causalidad física no haya, sin embargo, cau-
CoNCEPTO salidad jurídica. En efecto, el derecho de la responsabilidad civil tiene establecido
que cuando el agente causa el daño físicamente, pero su conducta está determina-
Puede suceder que una persona se haya comportado en forma ilícita y en da por una causa extraña, estaremos frente a la ruptura del nexo causal y, por
forma paralela o simultánea un tercero haya sufrido un perjuicio. En tales circuns- tanto, se considera que jurídicamente el daño no ha sido causado por el agente.
tancias, no existirá responsabilidad civil de quien se comportó en forma ilícita Así, por ejemplo, si una persona lesiona a otra porque un tercero en forma impre-
mientras dicha persona no haya sido la causante del perjuicio sufrido por la vícti- visible e irresistible lo ha lanzado contra la víctima, es claro que la causa física
ma1. En general, ésta es una exigencia de todo el mundo normativo, sea religioso, última de la lesión es el cuerpo de quien fue empujado. Sin embargo, para efectos
moral o jurídico. Uno solo responde por los efectos de su propia conducta. jurídicos se acepta que el único causante del daño fue quien lanzó a esta persona
contra la víctima.
Este postulado, que no pareciera tener dificultad alguna, está sin embargo
impregnado de problemas de tipo práctico y teórico, hasta el punto que los auto- Finalmente, puede haber causalidad jurídica o moraP aunque no haya causa-
res2 prefieren no extenderse demasiado en su análisis. Luego de exponer algunos lidad física. En efecto, hay casos en que el agente omite realizar una conducta a la
principios generales sobre el tema (secc. I), estudiaremos las diferentes teorías que estaba obligado legal o contractualmente y precisamente por haber omitido
ese comportamiento, no interrumpe la cadena causal de fenómenos que finalmen-
te desemboca en la producción de un daño. O mejor dicho: se produce el daño
justamente por la ausencia total de participación causal física por parte del agente.
En ese sentido véase: CSJ, cas. civ., 30 marzo 1993, magistrado ponente: Alberto
Ocurre generalmente este tipo de causalidad jurídica cuando el deudor contractual
Ospina Botero, proceso ordinario de Martha Lucía Gómez Vélez y otros contra
Convitec Ltda. (sin publicar); C. S. J., cas. civ., 11 agosto 1965, "G. J.", ts. CXIII y se abstiene totalmente de cumplir lo pactado. En este caso, el agente no participa
CXIV, p. 158; C. S. J., cas. civ., 28 septiembre 1940, "G. J.", t. L, p. 352. físicamente en la producción del daño, pero su omisión ilícita hace que una cade-
En el mismo sentido: Henri Deschenaux, Pierre Tercier, ob. cit., p. 53; Philippe
Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 90 y ss.; Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 11,
núm. 82; René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 456; Raimundo Emiliani Román, ob.
cit.,p.119. 3 Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 538; Álvaro Pérez
2 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 11, núm. 1673. Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 209.
250 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 251

na de fenómenos termine con la realización del perjuicio del acreedor contractual. que desviar su vehículo. En el ejemplo planteado no hay nexo físico de causalidad
Ocurre lo mismo en materia de responsabilidad extracontractual cuando una per- entre el vehículo que no colisionó y el que sí lo hizo. Sin embargo, si se demuestra
sona se abstiene de realizar ciertos comportamientos a que estaba obligado en que fue por su comportamiento culposo que el otro tuvo que desviarse producien-
virtud de disposición legal. Tal sería el caso de la madre que omite alimentar a su do el daño, se considerará que jurídicamente el culpable es causante del perjuicio,
hijo recién nacido, razón por la cual éste fallece. En todos estos casos el reproche así físicamente no lo haya causado.
que el legislador le hace al agente es justamente no haber evitado el daño con un
comportamiento al que estaba obligado, rompiendo así el nexo causal.
248.- CAUSALIDAD SIMPLE Y CAUSALIDAD COMPLEJA

. Tanto en la responsabilidad contractual como en la extracontractual puede


En algunas oportunidades, la víctima solo debe establecer un nexo de causalidad
decnse que en estos casos de omisión pura y simple solo hay responsabilidad civil
entre el comportamiento del agente y el daño sufrido. En otras, por el contrario, el
cuando ha habido un comportamiento culposo por parte del agente4 • El hecho de
perjudicado debe establecer dos o más nexos causales para así eslabonar toda una
haber omitido la conducta a que estaba contractual o legalmente obligado es una
cadena de causas y efectos que comienza con el comportamiento ilícito del agente
culpa del agente.
y termina con la realización del daño 6•

Así las cosas, es claro que, aunque conceptualmente son distintos el nexo de En efecto, en la responsabilidad por el hecho propio, debido a daños causa-
causalidad y la culpa, la cq_usalidad en estos casos está directamente ligada a la dos físicamente por el agente, la víctima solo debe establecer que fue la conducta
culpa. Sin culpa no hay nexo de causalidad y viceversa 5• Es claro que el agente de aquel lo que le produjo el daño. Es lo que ocurre generalmente cuando un
físicamente no causa el daño, pero haber omitido realizar la conducta que lo hu- individuo con sus propias fuerzas físicas destruye un bien de un tercero. En tales
biera evitado hace que pueda predicarse el nexo de causalidad entre la conducta circunstancias, la víctima tendrá derecho a la indemnización del daño emergente
del agente y el daño. Ello es así ya que, en el fondo, cuando el agente, por realizar con solo establecer que la cosa fue destruida por el demandado.
una determinada conducta, omite realizar aquella a la que estaba obligado, está
realizando un acto que le estaba prohibido, pues la única conducta que le era lícita La situación no es así de simple en muchos otros casos. En efecto, cuando la
en ese momento era justamente aquella que omitió, lo que, finalmente, desembo- acción del agente ha producido un daño inicial que a su turno genera nuevos per-
có en el daño. Es decir, aún en la omisión pura y simple hay una acción ilícita por juicios, los demandantes están obligados a establecer que los últimos perjuicios
parte del agente. Por ello se dice que el daño le es imputable causalmente. son efecto de los primeros y que éstos son imputables al comportamiento ilícito
del agente. Así, en el ejemplo planteado de la destrucción de una cosa, puede
Finalmente, la culpa es igualmente determinante en la existencia del nexo suceder que al deteriorarse o destruirse ésta, la víctima directa u otro tercero su-
causa! cuando no ha habido contacto material entre el comportamiento del agente fran un lucro cesante o un nuevo daño emergente como consecuencia de la inuti-
Y el bien o la persona de la víctima. En efecto, la responsabilidad por actividades lización de la cosa dañada inicialmente. En tales circunstancias se debe establecer
peligrosas no se aplica cuando no ha existido contacto material entre la actividad dentro del proceso que el agente destruyó o deterioró la cosa y que ha sido por
peligrosa y el bien o la persona dañados. Solo en la medida en que haya culpa del causa de esa destrucción o deterioro por lo que se produjo el lucro cesante o el
guardián de la actividad habrá responsabilidad de su parte. Piénsese por ejemplo nuevo daño emergente. Si la víctima establece la destrucción de la cosa y el lucro
en el caso del conductor de un vehículo que por no colisionar con otro lanza su cesante, pero no logra demostrar un nexo de causalidad entre lo primero y lo
automotor contra una vivienda. En este caso el conductor del vehículo que no segundo, entonces el lucro cesante no será indemnizable. Idéntica situación se
colisionó será responsable en la medida en que por su culpa el otro conductor tuvo presenta en caso de lesiones personales o muerte de una persona, pues a la víctima
no le basta establecer que el agente produjo la muerte o las lesiones personales

4 Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 538.
5 Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 538; Álvaro Pérez 6 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 220; Jacques Ghestin, Genevieve Viney,
Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 220. ob. cit., t. IV, núm. 351.
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 253
252 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

para cobrar indemnización de perjuicios materiales, sino que debe establecer que 249.- LA PRUEBA DEL NEXO CAUSAL. PRINCIPIO GENERAL

las lesiones o la muerte de la víctima le causaron un perjuicio patrimonial o mo-


ral, bien sea a la víctima fallecida, a terceras personas que derivaban algún bene- Salvo las excepciones que veremos más adelante, podemos afirmar que a la
ficio patrimonial del fallecido a la víctima sobreviviente. víctima le corresponde probar que el daño por ella sufrido es el comportamiento
ilícito del agente, es decir, que éste último, por sí mismo o por interpuesta perso-
na, cosa o actividad, bajo su responsabilidad, causó el perjuicio 7•
También puede suceder que independientemente de que se produzcan uno o
más daños, la víctima deba establecer otros nexos de causalidad. Es lo que ocurre
Conviene observar que en la práctica casi nunca es posible demostrar con
cuando el daño es producido por una cosa o por una actividad peligrosa. En efec-
certeza absoluta el nexo de causalidad. Se requiere aquí un gran sentido común y
to, cuando, por ejemplo, un vehículo atropella a una persona, el perjudicado con
de equidad por parte del juez, quien echará mano de indicios y de toda clase de
dicho accidente debe establecer en primer lugar que la cosa le produjo una lesión.
medios probatorios que le brinden la íntima convicción de que el demandado le
Para poder imputar la responsabilidad a alguien en particular deberá establecer
causó daño al demandante 8. En ese sentido, los testigos, los peritos, las inspeccio-
que ese alguien tenía alguna ingerencia sobre la cosa o la actividad peligrosa
nes judiciales, los documentos, etc., serán instrumentos preciosos a los que puede
causante del daño. Así las cosas, deberá establecer que la cosa o la actividad
recurrir el juez para determinar si existió o no el nexo de causalidad 9 •
peligrosa se hallaba bajo el poder de dirección y control del demandado o de una
persona que dependía de éste. Al establecer ese poder de dirección y control estará
demostrando que la acción u omisión del guardián permitieron que, a su turno, la Queremos llamar la atención en relación con la forma como el juez debe
apreciar los dictámenes periciales que se producen dentro de los procesos para
actividad o la cosa hubiesen causado el daño.
determinar científicamente la existencia o inexistencia del nexo causal. Es lo que
acontece en casos de responsabilidad médica, en casos de daños derivados de las
Pero tomemos un caso extremo en el que aparecen varios nexos de causalidad:
actividades de ingeniería o de la construcción en general o en caso de daños deri-
un padre de familia entrega a su hijo el automotor de su propiedad; a su turno, el
vados del uso de productos tóxicos. En tales eventos el dictamen pericial es una
hijo deja estacionado el vehículo frente a su casa, con tan mala suerte que el
prueba definitiva cuando en ellos se afirma en forma categórica y científica que el
automotor rueda y produce la muerte de un peatón que en ese momento cruzaba
daño ha sido o no causado por el agente. En cambio, cuando en el dictamen pericial
por el lugar. Supongamos que los hijos y la esposa dependían económicamente
se llega a la conclusión de que no es factible demostrar por vía científica la exis-
del peatón fallecido. En circunstancia semejante, los demandantes deben estable-
tencia o inexistencia del nexo de causalidad, ello no siempre es motivo suficiente
cer, en primer lugar, que el hijo dependía del padre (primer nexo de causalidad).
Luego, deberán demostrar que al momento de ocurrir el hecho, el hijo tenía el
poder de dirección y control del vehículo, aunque de hecho, físicamente no estu-
viera al comando del mismo cuando ocurrió el accidente (segundo nexo de causalidad). 7 Ál.varo Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 220; Emiliani Román, ob. cit., p. 121;
l~1dor? H. Goldenberg, ob. cit..• p. 229 y ss.; Philippe le Tourneau, Lorc Cadiet, ob.
En tercer lugar, deberán establecer que el vehículo causó las lesiones y la muerte
c!t., num. 8} 6; van Thur, ob. c1t., t. 1, p. 72; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob.
del peatón (tercer nexo de causalidad). Y, finalmente, deberán probar que ha sido c1t., t. IV, ~u m. 361.; Patrice J?urdain, ob. cit., p. 61; Maree! Planiol, Georges Ripert,
la muerte del peatón lo que les ha producido una merma patrimonial o moral por Esmem, ob. c1t., t. VI, num. 540; René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 459.
(cuarto nexo de causalidad). 8 En los siguientes fallos la Corte admite la elasticidad que debe tener el juez para
aceptar la prueba del nexo causal: C. S. J., Neg. Gen., 9 julio 1956, "G. J.", t.
LXXXIII,~· 336; C. S. J., Neg. Gen., 21 febrero 1951, "G. J.", t. LXIX, p. 261; C. S.
Como se ve pues, en el desarrollo de la prueba, el demandante, debe tener J., cas. c1v., 24 mayo 1946, "G. J.", t. LX, p. 494; C. S. J., Neg. Gen., 4 octubre
absoluta claridad sobre los hechos que debe demostrar, pues de lo contrario 1945, "G. J.", t. LIX, p. 1132; C. S. J., Neg. Gen., 2 abril1943, "G. J.", t. LV, p. 413;
C. S. J., cas. civ., 17 septiembre 1935, "G. J.", t. XLIII, p. 303.
la demanda estaría condenada al fracaso. En la práctica, muchas víctimas se que-
En el ~ismo se~tido: Philippe le Tourneau, Lorc Cadiet, ob. cit., núm. 821; Patrice
dan sin indemnización porque sus abogados dejan sin demostrar alguno o algu- Jourdam, ob. c1t., p. 62; René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 459; Boris Starck por
nos de los extremos que venimos de anunciar. Muchas veces demuestran el hecho Roland-Boyer, ob. cit., vol. 2, núm. 848.
ilícito y el daño, pero no demuestran la relación de causa-efecto entre el uno y 9 Véase: Philippe le Tourneau, Lorc Cadiet, ob. cit., núm. 818; Patrice Jourdain ob.
cit., p. 52; René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 459. '
el otro.
254 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 255

para que el juez declare no probada la relación de causa a efecto. Habrá otra serie 252.- En un fallo del17 de septiembre de 1935, la Corte resolvió un litigio
de medios probatorios como los indicios que permiten al juez arribar a la conclu- en el cual se debatía la responsabilidad del Municipio de Bogotá como conse-
sión de que sí existe nexo de causalidad. Así, por ejemplo, si se quiere establecer cuencia de unas inundaciones que se produjeron al salirse de su cauce el río San
el nexo de causalidad entre un componente tóxico y la muerte de unos animales y Francisco, en el centro de la ciudad. Al referirse a la prueba del nexo causal entre
el dictamen pericial concluye que no se puede afirmar con absoluta certeza la las omisiones imputables a la entidad demandada y las inundaciones, la Corte
existencia de dicho nexo, pero en el proceso se demuestra que no hay en el caso expresó:
concreto otra serie de fenómenos que pudieran producir el mismo resultado y que
todo parece indicar que el componente tóxico es la causa del daño, el juez, con "En cuanto a la prueba de la relación de causalidad, el asunto no es menos
base en toda la prueba recogida, podrá llegar a la conclusión de que el nexo causal claro en el presente negocio.
existe. El juez podrá, por vía de eliminación de otras causas posibles, concluir que
el tóxico del demandado fue la causa de la muerte de los animales 10 . Imaginemos "Puesto que se trata de establecer la existencia de un hecho y no de un acto
que únicamente el demandado arroja ese tipo de productos tóxicos al cauce del río jurídico, son admisibles todos los medios de prueba y aún las simples presun-
donde perecen los animales 11 . Aunque no se pruebe que el tóxico que envenenó ciones que en casos como estos desempeñan un papel decisivo (Ley 153 de
los peces fue arrojado por el demandado, el juez podrá concluir sanamente que no 1887, art. 9°, inc. final).
habiendo otras personas que arrojen ese mismo tipo de productos, solo el deman-
dado es el causante del perjuicio. Más adelante (infra, T. I, 265), analizaremos en "De acuerdo con el artículo lo esencial es que los hechos que suminis-
detalle la prueba del nexo causal en la responsabilidad médica. tran los indicios o conjeturas relativos al hecho investigado estén plenamente
probados. En cuanto a las deducciones que el juez hace de esos hechos, él
tiene completa libertad de apreciación.
250.- LA PRUEBA DEL NEXO CAUSAL EN LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA

"En el caso presente el fundándose -no propiamente, corno lo dice


En reiteradas oportunidades, la jurisprudencia colombiana ha reafirmado la el para fundar su recurso, en el emitido por los testigos,
exigencia del nexo causal entre la conducta y el daño y, salvo las excepciones a sobre relación de causalidad entre la del municipio y el daño-, sino en
que ya nos hemos referido (infra, T. I, 259), afirma la necesidad de que sea el los hechos testimonios y que constitu-
demandante quien establezca esa relación o nexo.
1-'-'--'-'"'"' .. ~-'".~. investigado, que es el de la

relación la existencia de esta con absoluta independen-


251.- LA JURISPRUDENCIA DE LA SALA CIVIL DE LA CoRTE soBRE LA FORMA
cia las conclusiones que a su vez habían los mismos testigos de los
DE PROBAR EL NEXO CAUSAL
hechos por ellos afirmados.

Ahora, pese a ese principio general que exige al demandante probar el nexo "El Tribunal rechazó, como adecuada de la relación de causalidad, las
causal, nuestros máximos tribunales, salvo algunas excepciones que veremos en opmwnes por los testigos al respecto; pero, sobre la base de las
el desarrollo de estos párrafos, acudiendo al buen sentido y a la equidad, estiman diversas afirmaciones concordantes de estos en relación con hechos concre-
que la citada prueba no tiene que ser absoluta y que, por el contrario, el juez debe tos susceptibles de ser plenamente establecidos por la testimonial,
acudir a criterios prácticos para afirmar o negar la existencia de ese requisito. la relación de o, lo que es lo mismo, encontró, y con ra-
Veamos algunas de las decisiones más importantes en ese sentido. que esa relación estaba acreditada por medio de presunciones.

"Entre esos hechos concretos hay varios tan significativos, en orden al esta-
blecimiento de la referida presunción, como el de que la casa existía hace
1O Patrice Jourdain, ob. cit., p. 62. más de treinta años, sin que nunca hubiera sido afectada por una inunda-
11 Philippe le Tourneau, Loi'c Cadiet, ob. cit., núm. 818; René Savatier, ob. cit., t. 11, a pesar de que en ese lapso habían ocurrido varias avenidas o crecien-
núm. 459. río que, no encontrando como las creadas por
256 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 257

el municipio durante la construcción de los colectores, no causaban inun- punto de llevarlo a lanzarse fuera del tren tratando de evitar los daños por un
dación"12. descarrilamiento total del aparato. El demandante pues, alegaba que el pasajero
había fallecido como consecuencia del pánico que le produjo el desperfecto mecá-
253.- En otro asunto, la Corte, mediante decisión del14 de marzo de 1942, nico del vehículo en que viajaba. Al respecto, el citado fallo expresó:
resolvió un litigio en que se decidía la responsabilidad civil del Estado como "Está establecido, en opinión de la Corte y en virtud del dictamen pericial,
consecuencia de la mordedura de perro sufrida por un soldado que después falle- que el desenganche, en parte, del carro en que viajaba el señor Moreno pudo
ció del mal de rabia, discutiéndose en el proceso si, efectivamente, la enfermedad producir un ruido estridente, descompuesto y de trepidación, capaz de causar
había sido trasmitida por el perro que mordió a la víctima. Con muy buen sentido, en el ánimo de una persona normal un estado de zozobra o alarma por la
y valiéndose de inferencias y de la eliminación de otras causas posibles, la Corte expectativa del acaecimiento de un accidente ferroviario. El tren no se desca-
dio por probado el nexo causal y para tal efecto expresó: rriló, pero su funcionamiento irregular, susceptible de producir alarma, de-
"No habiéndose traído a los autos prueba alguna de que Valencia Mejía hu- bió ocasionar la resolución del pasajero Moreno de arrojarse a tierra. No está
biese sido mordido por ningún otro animal ni de hecho que pudiera inducir a comprobado que el señor Moreno dejase su asiento dentro del carro para
pensar que el virus infiltrable de que se ha hablado pudiera ser inoculado en buscar la plataforma, y antes bien, el análisis de los testimonios conducentes
forma distinta de la mordedura comprobada en autos, fuerza es aceptar, ya y de otras pruebas, como la de ser de uso frente la venta superior de tiquetes
que no se produce espontáneamente el mal, que Valencia Mejía murió de en el Ferrocarril con relación al cupo de pasajeros en los carros, hace verosí-
rabia inoculada por el perro que lo mordió el 23 de diciembre de 1938 ... mil que la situación del mal funcionamiento del carro se produjese cuando
Moreno viajaba en la plataforma por no haber encontrado asiento en él. Y en
"¿Hay en el informativo fundamento para afirmar que el médico doctor Sar- estas circunstancias, el acto de Moreno al arrojarse del tren va acompañado
miento tuvo sospecha de que el perro que mordió a Valencia Mejía podía de otro hecho que se traduce en responsabilidad de la empresa del ferrocarril,
estar atacado del mal de rabia? de no haber prestado debidamente el servicio, poniendo los medios propios
para que el pasajero Moreno viajara dentro del carro y no en la plataforma o
"Sí lo hay, en sentir de la sala. La propia confesión del médico de haber
en el estribo de este. Si Moreno hubiese ocupado asiento, es muy posible que
manifestado a Valencia Mejía que era urgente coger el perro y verlo perso-
así como los demás pasajeros se mantuvieron en sus sitios dentro del carro, él
nalmente para constatar si presentaba síntomas de rabia, es, sin duda, la más
hubiese permanecido dentro del mismo, con lo cual el accidente de que fue
concluyente prueba de que sí pesó en el ánimo del galeno la sospecha de que
víctima se habría evitado.
el perro pudiera estar con mal de rabia" 13 .
"La prueba pericial es clara en el sentido de que el ruido estridente, descom-
Pero la Corte, en algunos casos, ha sido muy elástica con el deman- puesto y de trepidación pudo producir en una persona normal la sensación de
dante en cuanto a la prueba del nexo de causalidad. En efecto, en una decisión del la inminencia del accidente ferroviario. El instinto de la propia conservación
2 de abril de 1943, nuestro máximo tribunal resolvió un interesante asunto en el de la vida lleva al hombre a ejecutar actos como el de Moreno, procurando
que se debatía la responsabilidad del Estado en su calidad de transportador ferro- ponerse a salvo de peores consecuencias. No parece natural, por los elemen-
viario. Se trataba de la muerte de un pasajero que, sin que nadie hubiera visto, al tos de juicio de que se dispone, pensar que después de producida esa situa-
parecer cayó del vagón en que viajaba. Concomitantemente, el tren sufrió un des- ción de alarma, por la inminencia del accidente, el pasajero Moreno hubiese
perfecto mecánico que hizo que los vagones perdieran cohesión entre sí, lo que estado, como hombre prudente, en la necesidad de permanecer en la platafor-
generaba un ruido estridente que bien pudo causar pánico al pasajero, hasta el ma del carro a la espera de un descarrilamiento, en el cual no llevaba posibi-
lidades de salir indemne, como sí las tenía si lograba descender del tren en un
acto afortunado" 14 .
12 C. S. J., cas. civ., 17 septiembre 1935, "G. J.", t. XLIII, p. 307.
13 Juan Carlos Henao Pérez. La responsabilidad extracontractua/ del Estado en Co-
lombia. Evolución jurisprudencia/, ts. 1y 11, Santa Fe de Bogotá, Universidad Externado
de Colombia, 1991, p. 387. 14 C. S. J., cas. civ., 2 abril1943, "G. J.", t. LV, p. 416.
258 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 259

Lo más importante de esta decisión es que la Corte no solo presume que el capaz de producirlo, cuestión científica que no podía establecerse mediante
pasajero voluntariamente se lanzó del tren en que viajaba, sino que lo hizo como testimonio. Para la Corte no es esto así. La carga de la prueba corresponde,
consecuencia del temor que le producía el ruido estridente que originaba la falla de acuerdo con la regulación establecida en el artículo 1757 del Código Ci-
mecánica. vil, ya al actor o al reo según la posición que uno u otro asuman en el desarro-
llo del proceso: "incumbe probar las obligaciones o su extinción a quien ale-
255.- Pero la jurisprudencia de la Corte no es unánime en cuanto a la infe- ga aquellos o esta".
rencia del nexo causal a partir de indicios. Veámoslo con dos decisiones.
"En el caso sub lite el demandado alegó un hecho negativo susceptible de
En la primera de ellas, del4 de octubre de 1945, la Corte resolvió una deman- demostración, y por esto su negativa no lo dispensa de acreditarla, puesto
da contra el Departamento de Antioquia por unos daños que, según el actor, sufrió que la probanza podía hacerse mediante la presentación de hechos positivos
como consecuencia de un incendio en su finca, incendio que, a su turno, se originó y particularmente por el empleo de un dictamen pericial en que se demostrara
por una chispa proveniente de los depósitos de carbón que se utilizaban como que científicamente una locomotora accionada por fuel oil no podía ocasio-
combustible de la locomotora. Aunque varios testigos afirmaron haber presencia- nar siniestros de la naturaleza del que aquí se imputa a la empresa demanda-
do una serie de circunstancias concomitantes a la ocurrencia del incendio, lo cier- da. Al actor solo incumbía dar la prueba de que el hecho se produjo realmente
to es que no fue posible demostrar, mediante prueba directa, que realmente el y esto lo consiguió por el testimonio de las personas que lo presenciaron y
incendio en el predio se originó por una chispa salida de la locomotora. Pese a esa por las inducciones que tuvieron su fuente en el indicio apreciado por el
falencia probatoria, la Corte dio por demostrado el nexo causal y ante las objecio- tribunal. Para destruir o alterar esta posición procesal del demandante, no
nes del ministerio público, expresó lo siguiente: podía bastar la simple afirmación del reo en cuanto a la imposibilidad de que
la especie del combustible empleado o la estructura mecánica de la locomo-
"Estimó el tribunal que el hecho generador del daño y de la consiguiente tora hiciera imposible la producción del fuego. Esta actividad pasiva por su
obligación de repararlo por parte del Departamento de Antioquia está legal- parte le acarrea las consecuencias de derecho señaladas en la ley, de acuerdo
mente acreditado en el juicio, y sobre el particular se expresa así el fallo de con los principios que rigen la carga de la prueba en la actuación judicial. Por
primer grado: lo demás, es sabido que en tratándose de culpa extracontractual el actor tiene
a su cargo la demostración plena de todos los factores necesarios para llevar
"El Tribunal considera que en el presente caso concurren varios indicios de a la conciencia del juzgador una convicción de tal naturaleza que determine
vehemencia bastante para probar plenamente que el incendio tuvo por causa lógicamente una condenación. Deberá demostrar el daño, la culpa y la rela-
próxima el fuego de la locomotora número 16; porque lo vio uno de los tes- ción causal entre los dos primeros elementos. Acreditado el daño resultaría
tigos cuando principió el incendio; porque este se produjo inmediatamente excesiva la exigencia, además, de que esto sea posible científicamente sobre
que pasó el tren por un lugar donde no hay tránsito de particulares, o no debe todo cuando esta imposibilidad apenas resulta de una afirmación presentada
haberlo según los términos del aparte F) de la escritura número 1786 acom- por el reo como un medio para eximirse de toda responsabilidad. Otra cosa
pañada como prueba; por haber principiado el incendio dentro de la faja mis- sería si se tratara de un hecho físicamente imposible, pues entonces la prueba
ma de la línea férrea cubierta de yerba seca y haber dejado huella de que testimonial de que ocurrió sería inidónea y consiguientemente inadmisible
avanzó hasta los potreros colindantes" 15 • en forma absoluta por el juez de la causa.

Y más adelante, la Corte expresa: "En conclusión, la sala solo tiene en cuenta para desatar el problema so-
metido a su estudio en este extremo de la demanda que las locomotoras
"Sostiene el señor procurador delegado que al demandante le tocaba acredi-
son accionadas mediante la combustión de ciertos cuerpos; que el fuego
tar no solamente que la máquina en cuestión produjo el incendio, sino que era
que por este medio se genera puede ordinariamente incendiar otras materias
con las cuales se ponga en contacto; y que, si técnicamente el empleo delfuel
oil o de dispositivos especiales en las máquinas del Ferrocarril de Antioquia
15 C. S. J., cas. civ., 4 octubre 1945, "G. J.", t. LIX, p. 1133. impiden la propagación del fuego al exterior de aquellas, es el caso de
260 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 261

una circunstancia especial que la Corte no puede afirmar ni negar por ca- accidente se produjo, vino la alarma y se regó la noticia, llegando hasta el
rencia en el proceso de la prueba técnica correspondiente que -se repite- grupo de trabajadores en que se encontraba; que por ese motivo ocurrió al
debió allegarse por parte de quien alegó en el juicio este hecho de naturaleza sitio del accidente y en un ranchito situado a una distancia de unos cincuenta
exceptiva" 16 • metros más o menos del lugar en donde había sido colocado el taco, encontró
el cadáver de la señora Hermelinda Buitrón, y supo por la información que
256.- En cambio, en una decisión del 21 de febrero de 1951, la Corte, me- allí le dieron, que dicha señora había muerto a consecuencia del taco de que
diante solución que nos parece discutible, negó la prueba de la existencia del nexo se había hablado.
causal entre una explosión y la muerte de una mujer que se encontraba relativa-
mente lejos del lugar donde ocurrió aquella. En efecto, los demandantes alegaron "Pedro Meneses, cuya declaración aparece a folios 31 y ss. del cuaderno nú-
que la mujer había sido alcanzada por una piedra que salió por los aires como mero 2, dice sobre el accidente: Que hace como unos ocho años (declara el23
consecuencia de la explosión, con tan mala suerte que fue a parar a la vivienda de de abril de 1948), sin recordar mes ni fecha, a eso de las tres de la tarde murió
la víctima. Efectivamente, al lado del cadáver se encontró una piedra que bien trágicamente en la sección de El Rodeo, en la cocina de su habitación que
podía provenir de la cantera, pero ello no se probó con certeza. Es decir, no ha- queda junto a la carretera Bordo-Bolívar, la señora Hermelinda Buitrón, es-
biéndose realizado la necropcia, no se probó con exactitud cuál fue la causa de la posa de Fernando Noguera, a consecuencia de haber recibido en el pecho un
muerte de la víctima. Al referirse a los indicios aportados al proceso, la Corte fuertísimo golpe producido por un terrón lanzado por la explosión de una
concluyó: zapa hecha por los trabajadores de dicha carretera. Que la zapa que él vio,
momentos antes de prenderle fuego, estaba situada a distancia de la cocina de
"El tribunal considera que con las deposiciones juradas de los testigos Victoriano
su casa no menos de una cuadra y era hecha en la barranca o talud de la
o Víctor Córdoba Morales y Pedro Meneses, queda suficientemente demos-
carretera, no en piedra, y la muerte de la señora tuvo lugar casi inmediata-
trado que la muerte de la señora Buitrón de Noguera tuvo lugar en la cocina
mente. Agrega que cuando sonó la explosión y oyó llantos en su habitación,
de la casa del testigo Meneses, situada más o menos al borde de la carretera
y acudió a ver lo que pasaba, acababa de expirar dicha señora, que ocasional-
en construcción Bordo-Bolívar, sección de El Rodeo, y fue la consecuencia
mente había entrado a la cocina de dejarles el entre día a algunos peones a
inmediata del golpe que la aludida señora Buitrón de Noguera recibió con un
quienes ella les asistía la comida. Más adelante, agrega: "Ella murió por el
objeto (terrón o piedra) lanzado al explotar a poca distancia de allí un taco de
golpe de un terrón de greda dura, lanzada por la zapa quemada a una cuadra
dinamita empleado por los trabajadores como medio de lograr la apertura de
de distancia de la cocina de mi casa en donde murió, cosa casual, pues, estan-
esa vía (f. 6 v., c. núm. 1.).
do dentro de la cocina el terrón de greda entró por la puerta de la cocina,
"Victoriano Córdoba, cuya declaración obra a folios 12 y ss. del cuaderno de resbalando por dicha puerta fue a dar al pecho de la expresa [sic] doña Hermelinda,
pruebas de primera instancia (cdno., núm. 2.) dice que trabajó en la carretera quien estaba acompañada de una hija mía llamada Cesárea Meneses y de una
Bordo-Bolívar como obrero desde el año de 1937 hasta 1942. Sin que re- cuñada de esta de nombre Visitación Acosta".
cuerde en qué año ni en qué mes, se encontraba trabajando en un grupo de
trabajadores a cargo del señor Célimo Arboleda como jefe del grupo. Agrega "Agrega al contestar el punto g): "No creo que haya habido imprudencia de
que el grupo se hallaba a alguna distancia del lugar donde ocurrió el estallido parte de los trabajadores de la carretera al practicar la zapa de que vengo
del taco de dinamita que ocasionó la muerte de la Buitrón. Que él se encon- hablando y ponerle fuego, porque además que doña Hermelinda no habitaba
traba a una distancia de más o menos ciento cincuenta metros del lugar en en mi casa, esta se hallaba lejos de donde se hallaba situada la zapa que al
donde había sido colocado dicho taco. Que no presenció el accidente, o me- darle fuego, fue la causa de la muerte de dicha señora".
jor, no estuvo en el momento en que la señora Hermelinda Buitrón recibió el
"La sala considera que del contenido de estos dos testimonios no se puede
golpe de la piedra que dicen le ocasionó la muerte: pero que una vez que el
deducir que la muerte de Hermelinda Buitrón de Noguera se hubiera produci-
do por el impacto o golpe de un terrón o piedra efecto de la explosión de la
dinamita realizada por los trabajadores de la carretera Bordo-Bolívar. Los
16 Ibídem, p. 1135. testigos no presenciaron el accidente. Ambos afirman que a los gritos de
262 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 263

alarma ocurrieron al lugar en donde se encontraba el cadáver de aquella, le trario, está obligado a estudiarlos, a apreciarlos como manda el artículo 601
informaron que la muerte le había sido ocasionada a consecuencia del taco de del Código Judicial y a recordar cuál es el objeto de los procedimientos y
dinamita. Meneses, al final de su declaración, dice que la señora murió por el cuál el fundamento de la decisiones judiciales según los artículos 472 y 593
golpe de un terrón de greda dura. Pero no explica si ese conocimiento lo ibídem" 18 •
adquirió porque vio el terrón que le ocasionó la muerte a la señora, o porque
se lo dijeran. Es decir, no da la razón de su dicho" 17 • Pero el fallo, tal vez sin proponérselo, incursiona en un campo bastante deli-
cado como es el de la prueba del nexo causal cuando existen varias causas posi-
En nuestro concepto, la Corte tenía suficientes elementos de juicio para ha- bles, sin que se pueda determinar cuál de ellas fue la que originó el daño. Acerta-
ber dado por demostrado el nexo causal en el asunto sub judice. En efecto, la damente, la Corte considera que en tales circunstancias sí es indispensable allegar
imprecisión de los testigos en cuanto al momento del golpe no era óbice para la prueba de la causalidad con el mayor rigor posible. Al respecto, el fallo en
aceptar la según la en el la '·'"'-iJ.lVL>.lV'H
estudio expresa:
y de la muerte y antes de la se regó la
niente de la había matado a la señora. "Otros varios testigos corroboran estos sucesos. Se han transcrito solo las
de "fJ.L '-''-'JLU.vJLVH'v.:J declaraciones de quienes presenciaron aquel hecho capital de la muerte e
intervinieron en su referidos detalles, porque con ellas basta para acreditarlo
plenamente.
creativ·a.
"Ante ellas se encuentra el caso tan simple, desde el punto de vista relacio-
con la del nado con el concepto del tribunal, que resalta la diferencia con casos en
considera que no que, por concurrir factores múltiples, sobreviene una justa duda sobre el al-
.~.u ........._,!J'-'HC>UU.l'-' para acreditar la causa de un cance de cada uno de ellos y su consecuencia! determinación o mera par-
..., ... ...,...,..._V..._,L• .._,"'"' de un menor de ticipación en el suceso ocurrido, como, por ejemplo, el del jinete arrojado
al suelo por su cabalgadura y que al caer choca con los alambres conducto-
res de una corriente eléctrica. Muerto así, no se puede prima facie conceptuar
si esto se debió a ambas causas o una sola de ellas y cuál, en éste último
evento.
contacto con una red de
alegaba que como no se había PJr:JcCtlC~lC,v u...,..., ... VLI\_l<.... no se con "Aquí no hay lugar a complejidad de esa índole, pues se trata exclusivamente
del alambre conductor de la corriente tendido por el suelo en vía pública por
certeza que el menor al hacer contacto con la línea
de Al "'"'".""'"t-'"' la cual transitaba un niño sano que al contacto con él y enredado por él, sin
que lo pudieran desprender, murió. No hubo la concausa de otro agente de
"Las razones a que acaba de son: daño. Tal como los testigos declaran dando cada uno la razón de sus percep-
ciones y coincidiendo todos en las circunstancias de modo, tiempo y lugar, el
~u,,~UVH-<. de que obre en un proceso una tan,,,.,..,.....,...,"",-..., sentenciador puede y debe reconocer lo que así queda comprobado sin nece-
J• .LH.HcJ\,uLLLI.l'""'' entre otras razones, como por sidad de certificado médico, ni de autopsia, ni de medición técnica del espe-
pero de ahí no que el sentencia- sor del alambre y del voltaje de una corriente que demostrara su capacidad de
......... "'!JVH'-'-'· de ese esté auto- ultimar a
'"'"'I..'J'"'~' ... '-''H'-'· Por el con-

18 C. S. J., cas. civ., 24 mayo 1946, "G. J.", t. LX, p. 495.


17 C. S. J., cas. civ., 21 febrero 1951, "G. J.", t. LXIX, p. 265. 19 Ibídem, p. 497.
264 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 265

258._:_ LA CORTE, EN FALLO DE MAYO 18 DE 2005 ACEPTA QUE NO ES NECESARIA En este caso particular pues es un agravante su compromiso inicial ya que
LA PRUEBA ABSOLUTA DEL NEXO CAUSAL todos los tejidos del organismo se encuentran en un proceso de regeneración
de su cuadro infeccioso. No podría decir que sea una causa directa en forma
La Corte, en fallo de 18 de mayo de 2005, aunque en nuestro concepto conde- contundente su proceso inicial». Inquirido por la posible causa del deceso de
na equivocadamente a todos los miembros de un equipo médico en forma solida- la paciente, expuso: «... Falla en el tratamiento no hubo, ya que el mismo
ria, pese a que no se supo quién había sido el causante del hecho que dio origen a llevó a que la paciente tuviera una recuperación aceptable y se pudiera dar de
la demanda (infra, T. I, 262) aplica correctamente, en nuestra opinión el principio alta. Lo impredecible es lo que posiblemente sucedió en ella, el embolismo
de que no es necesario probar con certeza absoluta la relación de causalidad entre pulmonar. Que a pesar del manejo que se le dio posiblemente haya desarro-
el hecho imputable al demandado y el daño y que el juez, en lo que podríamos llado este cuadro y no es atribuible ciento por ciento al tratamiento sino a las
llamar nexo virtual de causalidad, puede dar por probado dicho nexo si en el condiciones orgánicas e individuales de cada persona".
expediente obran pruebas que demuestran que en el orden normal de las cosas, el
daño fue causado por el hecho imputable al demandado. "Finalmente, manifestó no recordar exactamente si a la señora Ruge Ortega
se le prescribió el medicamento llamado heparinoterapia, pero anotó que « ... por
Según veremos (infra, T. I, 282 y ss. ), al analizar la prueba del nexo causal en los protocolos que manejamos para este tipo de pacientes todos reciben esta
la responsabilidad médica del Estado, el Consejo de Estado adopta una posición droga como profilaxis para una eventual trombosis venosa».
similar, si bien en no pocas oportunidades, la prueba del nexo causal la infiere de
una posibilidad entre muchas posibles e incluso, en algunos fallos ni siquiera "Visto el contenido de tal exposición, la relación de causa a efecto predicada
analiza la existencia del nexo causal y lo da por sentado. por el fallador entre el compromiso orgánico generalizado desencadenado en
María Ana Luisa Ruge Ortega por los procesos inflamatorio e infeccioso
Pero volviendo al fallo de 18 de mayo de 2005 de la Corte Suprema de Justi- gestados por el cuerpo extraño dejado en su cavidad abdominal, y su falleci-
cia digamos que en el proceso, se demostró que en el vientre de una paciente, miento, no peca de contraevidencia, pues como se verá, no se sitúa por fuera
quedó a raíz de una operación, una gasa y que días más tarde la paciente falleció de lo que razonablemente surge de su tenor.
por una peritonitis aguda. Tanto el fallo de segunda instancia como la Corte die-
ron por probado que dicha gasa había sido la causa de la peritonitis y de la muerte "En efecto: de acuerdo con lo narrado por el citado profesional, la compresa
posterior de la paciente. Uno de los demandados al fundamentar el recurso de abandonada en el vientre de la paciente le provocó los procesos menciona-
casación argumentó que el nexo causal entre la dejada de la gasa en el vientre y la dos, que al no ser oportunamente tratados, la llevaron a un cuadro séptico, a
muerte de la paciente no estaba demostrado y para ello trajo a colación el testimo- raíz del cual resultaron comprometidos sus sistemas cardiovascular, renal,
nio de un médico que conoció los hechos, médico que consideró que no estaba hepático y cerebral.
demostrado que la gasa hubiera sido la causa de la muerte de la paciente, puesto
que había varias causas posibles entre las cuales se encontraba la permanencia de "Según se dijo, la conclusión del fallador sobre la incidencia causal del com-
la gasa en el organismo de la paciente. Sin embargo, la Corte, en buen derecho dio portamiento culposo de los demandados en el deceso de la señora Ruge Orte-
por probado el nexo causal acudiendo a otra serie de testimonios y pruebas que ga no contradice la evidencia que emerge del testimonio examinado, pues de
daban a entender que en el orden normal de las cosas, se podía dar por probada la una parte, los fenómenos que conforme al dicho del testigo pudieron con-
relación de causalidad, pese a la duda que al respecto había arrojado la opinión del ducir al episodio final de dificultad respiratoria aguda y tromboembolismo
citado médico testigo. La Corte, al respecto, entre muchas consideraciones, dijo pulmonar, que en últimas provocaron su deceso, como fueron el cuadro ini-
lo siguiente: cial séptico por un embolismo séptico o por un tromboembolismo pulmonar,
se gestaron o se condicionaron en la señora Ruge Ortega por el compromiso
"Cuestionado por la existencia de otras causas del embolismo pulmonar, dis- orgánico generalizado que le provocó el objeto dejado en su cuerpo al ser
tintas del «... antecedente quirúrgico a que sometida doña María Ana Luisa operada en la clínica demandada, como concluyó el Tribunal. De otra parte,
Ruge», dijo que «... se puede presentar en cualquier paciente que tenga un no relaciona el testigo la existencia de otras posibles causas o circunstancias
reposo prolongado y así no tenga ningún proceso infeccioso o inflamatorio. que hubiesen podido desembocar en el mismo resultado, ni en el expediente
266 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 267

obra otra prueba determinante de una conclusión contraria, que desvirtúe la das las otras condiciones de desnutrición, inmovilidad, pueden condicionar
presunción de acierto que ampara la del Tribunal. en un momento dado en que se hagan coágulos que pueden migrar o puede ir
a los vasos pulmonares obstruirlos y hacer un cuadro clínico agudo que pue-
"En efecto: narró el profesional en mención, quien por la época de los hechos de llevar a la muerte al paciente según la severidad y el tamaño del coágulo y
se. ~esempeñaba como jefe del Grupo de Soporte Nutricional del Hospital que en este paciente pudo haber sucedido, lo cual no lo podría yo aseverar».
Militar, que María Ana Luisa ingresó con «... un cuadro abdominal compati- Dijo por último, que «... el embolismo por trombos no es predecible, cual-
ble con una obstrucción del tracto digestivo, un estado tóxico infeccioso y quier paciente puede condicionar a presentar, ya sea en forma inmediata o
con un antecedente de una paratomía por colecistectomía, o sea cirujía (sic) tardía, dicha complicación, independientemente de que el paciente esté reci-
de la vesícula». Señaló que el médico tratante le solicitó valorar el estado biendo como es lógico lo usual, tratamiento anticoagulante sobre todo en
nutricional de la paciente, y como resultado de tal valoración encontró que pacientes con estados tóxico infecciosos y de cirugía mayor».
no podía alimentarse por vía oral y necesitaba el aporte de nutrientes para su
recuperación, los que se le suministraron por vía endovenosa hasta que pudo "Como se ve, dicho profesional concuerda con el anterior en que el estado
tomar su alimento por boca. Refirió que dicha señora llegó desnutrida, expli- tóxico infeccioso con el cual ingresó la paciente al Hospital Militar, así como
cando que llegó a ese estado «... por un proceso abdominal el cual por los el estado de desnutrición que personalmente le tuvo que tratar, se condicio-
hallazgos de la nota quirúrgica hay una obstrucción del paso del contenido naron por la presencia de un elemento extraño en la cavidad abdominal de la
del estómago al intestino condicionado por una peritonitis que es causado paciente.
po: ~n ~uerpo extraño».' Precisó que «... Una nota quirúrgica o descripción "Coincide también con el testigo anterior, en relacionar el compromiso pulmo-
qmrurgica es el relato que hace el cirujano en relación a los hallazgos de la
nar sufrido por la señora Ruge Ortega, con su sintomatología anterior, y el
cirugía y del procedimiento que lleva a cabo». Interrogado por la causa de la
estado de inmovilidad, al expresar que «... Estos pacientes máxime cuando
infección presentada por la paciente, dijo que «... Hay muchas causas de in-
hay una patología crónica y un estado infeccioso crónico, agregando además
fecciones del peritoneo o cavidad abdominal, pero en esta paciente con el
todas las otras condiciones de desnutrición, inmovilidad, pueden condicionar
hallazgo de cuerpo extraño éste condiciona a que haya una infección y que
en un momento dado en que se hagan coágulos que pueden migrar o pueden
esta se mantenga mientras el cuerpo extraño esté dentro de la cavidad abdo-
ir a los vasos pulmonares obstruirlos y hacer un cuadro clínico agudo que
minal». Sobre la extensión de la infección refirió que «... Cuando uno tiene
puede llevar a la muerte al paciente según la severidad y el tamaño del coágu-
~n cuadro inf~ccioso peritonealllámese por un absceso localizado o genera-
lo y que en este paciente pudo haber sucedido, lo cual no lo podría yo aseve-
lizad~, el pac1e~~e hace una manifestación clínica generalizada porque inde-
rar». Ahora, aunque sostuvo que «... el embolismo por trombos no es predecible,
pendiente del sitiO donde esté el foco de infección hay repercusión a todo el
cualquier paciente puede condicionar a presentar, ya sea en forma inmediata
o:~anis~o: En esta paciente en el momento de la interconsulta había repercu-
o tardía, dicha complicación, independientemente de que el paciente esté re-
s~on orgamca, e~ el momento en que cierro la interconsulta es porque la pa-
cibiendo como es lógico lo usual, tratamiento anticoagulante», también seña-
Ciente.h~ evolucwn~do en forma ade~uada y de ahí en adelante no tengo más
ló su mayor predisposición en «... pacientes con estados tóxico infecciosos y
conocimiento de que pasa con la paciente». Preguntado por la incidencia del
de cirugía mayor» situaciones que, como quedó visto, comenzaron con el
c~~dro clínico presentado por la señora Ruge Ortega, en su deceso, respon-
elemento extraño dejado en el cuerpo de la paciente. Además, tampoco da
dw: « ... un cuadro de nutrición más un proceso infeccioso, más una condi-
cuenta de la concurrencia de otros posibles eventos generadores de la defi-
ción de tipo obstructivo que no se pueda reparar o mejorar, condiciona obvia-
ciencia respiratoria y el tromboembolismo pulmonar diagnosticados como
mente a que el paciente puede fallecer, pero en este caso la paciente tuvo un
causa de la muerte de la paciente, de manera que, como ya indicó, su testimo-
cuadro obstructivo, un cuadro infeccioso y un estado de mal nutrición del
nio armoniza con la conclusión del fallador que viene considerándose, cir,.
cual la paciente sobrevive porque la paciente sale, después de su posoperatorio
cunstancia que descarta el error acusado en su ponderación" 20 •
es dada de alta hasta donde yo tengo conocimiento de la paciente». Cuestio-
nado por la causa del compromiso pulmonar presentado por la paciente des-
pués de la segunda cirugía, expuso: « ... Estos pacientes máxime cuando hay
una patología crónica y un estado infeccioso crónico, agregando además to- 20 Gas. civ., Mayo 18 de 2005. Exp. 14.415. M. P. Jaime Arrubla Paucar.
268 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 269

259.- PRESUNCIONES DE CAUSALIDAD del comportamiento ilícito del directamente responsable. Es decir, no solo se pre-
sume la mala vigilancia, sino que también se presume que ella ha sido causa del
Pero como dijimos al principio de este número, en algunos casos excepciona- perjuicio 23 • Desde luego, el artículo 2347 del Código Civil permite al civilmente
les el nexo de causalidad se presume y por lo tanto la víctima está liberada de responsable desvirtuar esas presunciones que pesan en su contra.
demostrarlo procesalmente. Veamos cuáles son esas excepciones.
Finalmente, existe una presunción de causalidad cuando la responsabilidad
En primer lugar, en todos aquellos contratos en que el deudor tiene una obli- se deriva de daños causados por una cosa que cae de la parte superior de un edifi-
gación de seguridad frente a una persona o una cosa que está bajo su cuidado, cio y éste último es habitado por varias personas. Según el artículo 2355 del Có-
la ley presume que todos los daños que le sucedan a la persona o a la cosa que digo Civil, el daño será imputable a todos los habitantes del edificio, a menos que
está bajo el cuidado del deudor, han sido causados por este 21 • Así lo establece se pruebe que el hecho se debe a la culpa o mala intención de alguna persona
el artículo 1730 del Código Civil en relación con la pérdida de la cosa que se exclusivamente, en cuyo caso, será responsable ésta sola.
debe.

Así las cosas, en el contrato de transporte de pasajeros o de cosas, la víctima 260.- LA PRUEBA DEL NEXO CAUSAL EN ALGUNOS CASOS
ESPECIALES
no tiene que probar que el transportador le produjo un daño. Basta establecer que
el daño se produjo durante la operación del transporte para que el legislador
presuma que ha sido el transportador el causante del daño. Al transportador le Pero el principio general de que al demandante le corresponde probar el nexo
corresponderá demostrar una causa extraña, es decir, le corresponderá demostrar de causalidad entre el hecho y el daño ha generado controversias tanto en la doc-
la inexistencia del nexo causal. trina como en la jurisprudencia en algunas situaciones que analizaremos a con ti-
nuación.
Igual cosa sucede en los accidentes de trabajo, pues la víctima solo de-
berá establecer que el daño se produjo mientras estaba laborando al servicio del
261.- LA PRUEBA DEL NEXO CAUSAL EN EL DAÑO CAUSADO POR AUTOR
patrono 22 .
DESCONOCIDO QUE PERTENECE A UN GRUPO DETERMINADO

La misma presunción existe, por ejemplo, en el contrato de depósito. En efecto,


La prueba del nexo causal puede verse dificultada enormemente en aquellos
si la cosa se pierde o se deteriora en poder del depositario, éste será responsable
casos en que el autor pertenece a un grupo determinado de personas, sin que pueda
(se presume causante del daño) a menos que demuestre que el hecho es imputable
saberse a ciencia cierta quién de ellas fue la causante del hecho dañino 24 • Piénsese
a una causa que le es extraña.
en el paciente que, operado por varios médicos, desconoce cuál de ellos cometió
la culpa que le produjo el daño; piénsese, igualmente, en el caso del deportista que
También hay presunción de causalidad en la responsabilidad por el hecho
resulta herido porque de una tribuna le lanzan un objeto, sin que se logre identifi-
ajeno, consagrada en el artículo 2347 del Código Civil. En efecto, la víctima de-
car al autor de ese hecho; piénsese, finalmente, en el caso de la persona a quien le
berá demostrar que el directamente responsable le causó un daño en forma ilícita.
roban un objeto que deja en un recinto donde se encuentran varias personas, sin
También deberá demostrar que el directamente responsable estaba al cuidado del
que pueda identificar al ladrón.
civilmente responsable (padre, patrono, tutor, etc.). Una vez probado esto último,
la ley presume que ha sido la mala vigilancia del civilmente responsable, la causa

23 Patrice Jourdain, ob. cit., p. 93.


24 Véase: Philippe le Tourneau, Lorc Cadiet, ob. cit., núm. 832; von Thur, ob. cit., t. 1,
21 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 367; Patrice Jourdain, ob. p. 67; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 374; Philippe Malaurie,
cit., p. 62. Laurent Aynes, ob. cit., núm. 21 O; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 64; René Savatier,
22 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 365. ob. cit., t. 11, núm. 463.
270 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 271

En estos casos, la doctrina tradicionaF5 nos diría que el demandante se que- por ejemplo, varios códigos latinoamericanos contienen una disposición
dará sin obtener la indemnización del demandado mientras no identifique al cau- de acuerdo con la cual todos los de un edificio son responsables de los
sante del daño, pues no sería justo condenar a quienes, sin haber causado el daño, daños causados por la cosa que cae de la parte superior de la edificación, a menos
tuvieron la mala fortuna de estar allí. Sin embargo, la doctrina y la jurisprudencia que se pruebe que el daño es a uno de los habitantes. Así lo establece el
y, a veces el mismo legislador, han tratado de hallar soluciones que le permitan a artículo 2355 del Código Civil.
la víctima obtener su indemnización, pues no es justo que la dificultad probatoria
favorezca al causante de los daños. Pero esos intentos tienen en cuenta que no se Lo deseable sería aplicar, por extensión analógica, esta solución a situacio-
puede trazar un derrotero rígido de carácter general que torne responsables a to- nes similares, creando así un principio general de de causalidad cuan-
dos los miembros del grupo, pues, en tales circunstancias, se estaría suprimiendo do no fuere identificar al miembro del un grupo dentro del cual se origina
una injusticia a costa de una injusticia mayor cual sería la de condenar a quien no el daño. Pero esta solución, en el derecho no utilizarse
u ..................... u..., ... ,,.., como muy bien lo anotan ALTERil'li y LóPEZ CABANA. La-
produjo el daño. Es este el dilema que se debe resolver, tratando de conservar el .LH'UU..., . , ........

equilibrio propio de la equidad. ~,._,.~.,,.,u •..,u~--, ni la


H H...... ni la de país son en
cuanto al alcance de ese Todo el mundo se limita a advertir los
En la actualidad, la mayoría de los autores están de acuerdo en que, en deter- de totalmente la solución ..,... r'""'"'"'" 1c.'
minadas circunstancias, todos los miembros del grupo de donde indudablemente
provino el hecho dañoso deben ser condenados solidariamente 6 por el todo, en de los
favor del perjudicado. Para legitimar esta solución, la doctrina 26 y la jurispruden- 1'-,'·"'·"_..H........ que asegura la indemnización de las vícti-
u

cia acuden a diversos criterios como el de "la falta o culpa común" 27 , "el riesgo mas de los accidentes de caza, de forma tal que si varios y no
colectivo", "la personalidad jurídica de hecho", "la creación de una situación riesgosa se sabe cuál fue el causante del que lesionó a la el fondo de
o peligrosa", etc. Lamentablemente, ni la jurisprudencia ni la doctrina han sido pet·lucllc::tac," Este fondo de 7
• se alimenta finan-
capaces de encontrar argumentos para generalizar la solución a todos los daños cieramente de las en la
colectivos, pues todo el mundo opina que los fundamentos teóricos de la solución que los
no serían de recibo en algunas hipótesis. Pero han sido capaces de perfi- U\./JLUUHU·~·'-''JI.J deban indemnizar con su un daño cuya autoría se
lar los límites de la solución propuesta. Adicionalmente, todo el mundo está de desconoce.
acuerdo en que se debe actuar con cautela en cada circunstancia en particular si no
se quiere caer en una auténtica cacería de brujas. 2. CUVJilY'<>r'O cuando se identificar al
'-''VA..LL>vvu•vAH.d.U. solo se ante la dificultad
Conscientes de esas dificultades, y sin encontrar una respuesta sa- de identificar al causante del hecho dañino.
tisfactoria, nos permitimos expresar algunas ideas que, por lo menos, permitan
plantear adecuadamente los 3. De otro u..~.<:.. ...HHJ .., ~""LV''"'""' pensamos que
......."'·""'"'"';,.., de causalidad
l. En primer lugar, en algunos casos especiales, el legislador, ha incorpo-
rado normas expresas que consagran la de todas las personas que
.... ..,,H,_,,u .... ,.. u~·,_,
que, por exclusión de él no
pertenecen a un grupo donde se encuentra el autor desconocido del daño 28 .
demostrando que el de arma utilizada en el
que afectó a la víctima es diferente de la utilizada por el demandado o que éste no
tenía arma. el está en la de decretar de oficio
25 Von Thur, ob. cit., t. 1, p. 67; René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 463.
26 En ese sentido: Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 832; Jacques
Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 379; Luis Pascual Estevill, ob. cit.,
t. 11, núm. 87. · 29 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 374.
27 Boris Starck por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 1, núm. 855. 30 En ese sentido: Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 833; Patrice
28 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 466. Jourdain, ob. cit., p. 64.
272 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 273

para tratar de establecer quién fue el real causante del hecho dañoso, pues no sería der vagamente al simple hecho de que los miembros se agrupen porque tienen
justo condenar a personas que no causaron el daño cuando el juez dispone de algún objetivo común. Se requiere una acción que suponga que en ella participen
facultades legales para aclarar probatoriamente los hechos que se debaten en el los miembros del grupo 33 . No basta la simple coincidencia de estar agrupados. Por
proceso. tanto, si de una tribuna lanzan un objeto, sin que pueda identificarse al agente,
sería absurdo presumir a todos los espectadores como causantes del daño, así
4. Creemos, de otro lado, que si hay culpas de varios de los componentes todos tuvieran como objetivo común observar un espectáculo deportivo. En gene-
del grupo susceptibles de causar el daño, se puede presumir la causalidad de todos ral, los espectadores desconocen a los que están a su lado y el único objetivo
ellos, pudiéndose desvirtuar demostrando quién fue el verdadero causante del daño. común es el espectáculo. En cambio, si el daño es imputable al miembro anónimo
Así, por ejemplo, si dos cirujanos operan a un paciente y todos utilizan, en forma de una barra de fanáticos que crea disturbios en el escenario deportivo, es factible
incorrecta los gazomas, creando así el riesgo de un olvido, con tan mala suerte que presumir la causalidad en todos los miembros de la barra que originó los distur-
ello ocurre, lo lógico y equitativo es presumir la causalidad de los dos, así la bios. En este caso, hay una especie de concierto previo entre los componentes del
dejada del cuerpo extraño, en la práctica, solo pueda ser imputable a uno de los grupo para realizar desórdenes. Pero, incluso en este caso, es preciso establecer
dos 31 • Pero esta solución supone que cada uno de los implicados haya actuado la demanda contra las personas que, probadamente, se encontraban en el lugar
culposamente y que todas esas culpas, en el orden normal de las cosas, tenga de los hechos. Sería absurdo demandar a una persona que se sabe miembro del
aptitud para causar el daño. grupo, pero sin que se haya demostrado que se hallaba en el lugar de los hechos.
Inclusive, tratándose de disturbios entre barras rivales, es de presumirse que
Esta es la solución consagrada por el nuevo Código Civil de la provincia de los componentes de ambas son los causantes del daño, aunque no faltará
Quebec, Canadá, cuyo artículo 1480 establece lo siguiente: quien argumente que no es lógico que los de un grupo lesionen a sus propios
compañeros.
Cuando varias personas han participado en un hecho colectivo culposo
que acarrea un perjuicio, o han cometido culpas distintas cada una Como se aprecia, las enormes dificultades probatorias para establecer esa
de las cuales es susceptible de haber causado el perjuicio, sin que presunción de causalidad están lejos de suprimirse. Y sería una injusticia aún
sea posible, en uno u otro caso, determinar efectivamente cuál lo ha mayor, presumir la causalidad de todos los que simplemente estaban en medio del
causado, todas ellas están solidariamente obligadas a la reparación grupo por el hecho de encontrarse allí. Es claro que se debe proteger a la víctima.
del daño. Es más: la responsabilidad objetiva es eso lo que persigue. Pero ésta última exige,
por lo menos, que el demandado haya causado el daño. En cambio, en el problema
Obsérvese que, en forma correcta en nuestra opinión, la norma supone que la que nos ocupa estamos creando una responsabilidad en contra de personas que ni
formación del grupo sea culposa, o que haya varias culpas individuales capaces de siquiera causaron el daño.
producir el daño. Luego no es el simple hecho de que se desconozca cuál fue el
miembro del grupo que causó el daño lo que genera la solidaridad de todos sus Para aquellos que enceguecidos por su obsesión de proteger a la víctima no
miembros. Se requiere una culpa conjunta o la concurrencia de varias culpas indi- se fijan quién debe indemnizar, cabe esta pregunta: ¿Qué es más injusto: dejar a la
viduales. víctima sin indemnización o condenar al pago de la indemnización a quien no
causó el daño? Lamentablemente, la pasión de los que se dedican a esta disciplina,
5. Ahora, el grupo sobre el cual se discute su presunción de causalidad más con el corazón que con el equilibrio y la equidad, los lleva a estigmatizar a
debe estar constituido por personas que, en cierta forma, estén de acuerdo en rea- todo el que se atreva a cuestionar, así sea con argumentos de justicia, de lógica y
lizar la conducta que puede generar el daño a un tercero, sin que ello suponga la de metafísica, los derechos indemnizatorios de la víctima. Es claro que la víctima
coparticipación o complicidad de todos ellos 32 • Pero el criterio no se puede exten- debe ser indemnizada por quien le causó el daño y que en muchas oportunidades

31 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 839.


32 Philippe le Tourneau, LoTe Cadiet, ob. cit., núm. 832; Luis Pascual Estevill, ob. cit., 33 Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 11, núm. 87; René Savatier, ob. cit., t. 11, núm.
t. 11, núm. 87; René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 463. 463.
274 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 275

la culpa carece de importancia en esa responsabilidad. Pero insistir en que todos desinfectar y el paciente se infecta, lo lógico es pensar que el único causante de la
los miembros de un grupo deben indemnizar a la víctima porque sería injusto enfermedad fue el médico que utilizó instrumental sin la debida higiene, así el
dejar a ésta desprotegida, es suprimir una víctima creando otra, la cual ya no va a otro.rnédico haya utilizado sus instrumentos higienizados en los mismos sitios en
tener ni abogados, ni solvencia económica, ni ley que lo proteja. Si demandante y que lo hizo su compañero. Pero si ambos utilizan instrumental sin desinfectar, es
demandado se encuentran casualmente en un grupo dentro del cual se halla el claro que ambos se presumen causantes de la infección, así ésta haya sido causada
causante del daño, ¿con qué argumento se condena al demandado, cuando él ni por uno solo de los dos. Es esa la solución prevista en el Código Civil de Quebec
causó ni sufrió el daño? Es menos desafortunado, en este caso, que la víctima y que nosotros compartirnos.
sufra el daño a que lo sufra el tercero.
Así las cosas, nos parece errónea la solución propuesta por la doctrina argen-
La anterior reflexión no significa que cerremos toda posibilidad a una pre- tina (ALBERTO J. BuERES), de acuerdo con la cual la presunción de causalidad y
sunción de causalidad contra los miembros de un grupo en el que se encuentre, responsabilidad colectiva es aplicable en materia médica. Aunque más adelante
anónimo, el causante del daño. Lo que pretendernos es demostrar que no basta el nos referiremos a este aspecto, digamos desde ya que no se le puede aplicar la
simple grupo y el anonimato para generar la presunción. Es indispensable acudir misma presunción a quienes por cualquier motivo, en forma simultánea, utilizan
a ciertos criterios selectivos que, por lo menos, expliquen que de una u otra mane- armas de fuego o participan en una riña callejera, que a quienes por cuestión hu-
ra todos los miembros del grupo demandado han coparticipado en la génesis y manitaria están obligados a actuar colectivamente corriendo el riesgo de no poder
desarrollo de las actividades que desembocaron en el daño 34 . Se requiere una es- identificar al causante del daño.
pecie de coautoría, así sea más o menos mediata. Encontrar los límites de esa 7. Llegados a este punto, y sin que se puedan solucionar todas las incon-
inmediatez es el verdadero problema, pues ninguna solución es siempre justa. sistencias que aún subsisten, podernos afirmar que se presume el nexo causal
en contra de todos los miembros de un grupo, en aquellos casos en que varias
6. Pero donde es más difícil aplicar la teoría de la presunción de causalidad
personas culposarnente realizan un comportamiento colectivo que, por su propia
a los miembros de un grupo dentro del cual se encuentra, anónimo, el causante del
naturaleza, genera el riesgo de imposibilitar la identificación del causante de un
daño, es en la responsabilidad médica, bien sea que se trate de actos médicos
daño durante sus actividades 35 • Esta presunción de causalidad en contra de los
sucesivos o de actos médicos colectivos.
miembros del grupo subsiste mientras no se demuestre quién fue el causante del
daño. También la podrá desvirtuar el miembro del grupo que establezca que él
En primer lugar, será necesario que, dada la actividad de cada uno de los
no pudo haber sido el causante del daño. El hecho de realizar una actividad con-
miembros del grupo de médicos o auxiliares, se llegue a la conclusión de que
junta que imposibilita la identificación de quien en esa forma causa un daño, se
algunos de ellos pudieron causar el daño sin que se pueda identificar al verdadero
considera suficiente para comprometer la causalidad de todos ellos, así el daño, al
autor del hecho. Por lo tanto, la presunción no podrá jugar contra quien no parti-
momento de ocurrir, haya sido causado por uno solo de los miembros del grupo.
cipó en la causa concreta que, normalmente, pudo causar el daño. El anestesiólogo,
Algunos autores 36 consideran que en estos casos estarnos en presencia de una
normalmente, nada tiene que ver con la deformidad de una cirugía que en princi-
falta común o colectiva. Otros autores, corno ALTERINI, prefieren apuntalar esta
pio corresponde al cirujano, salvo que su actividad, por cuestiones técnicas, haya
solución en la teoría del riesgo creado. Nosotros considerarnos que no es tanto el
podido incidir en el daño.
riesgo de causar el daño lo que genera la presunción, sino el riesgo de no poder
En segundo lugar, tratándose de una responsabilidad que, corno la médica, identificar al causante del daño. Desde que un grupo de personas con su actividad
generalmente es con culpa probada, es indispensable que se pruebe la culpa de culposa conjunta, así no sea riesgosa en cuanto a la posibilidad de causar el daño,
quienes realizaron el acto que pudo haber desencadenado el daño. Si dos cirujanos dificulte o imposibilite la prueba de la autoría, es de presurnirse la causalidad de
participan en una intervención quirúrgica y uno de ellos utiliza instrumental sin todas ellas.

34 Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 11, núm. 87; René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 463; 35 Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 11, núm. 87; René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 463.
Patrice Jourdain, ob. cit., p. 64. 36 Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 11, núm. 87.
276 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 277

De todas formas, la solución así propuesta requiere ajustes porque, de lo tad probatoria en caso de que alguno de ellos cause el d~ño y no pu~~a ser id~nti­
contrario, la práctica se encargará de desvirtuarla. La forma de hacer esos ajustes ficado39. Tal sería el caso de los deportistas que, en mediO de su act1v1dad conJun-
radica en la delimitación del "grupo", pues no basta que el daño surja de un anó- ta, generan un daño a un tercero, sin que pueda identi~icarse a s~ autor. O c~ando
nimo que se camufla entre un montón de personas para que la presunción surja ban4as de partidarios de un equipo causan daños festeJan~o un tnu~f~ o pelea~do­
contra todas ellas. Por ello, nos parece simplista la solución que en ese sentido se con otras barras rivales. Pero no siempre es necesano ese obJetivo comun Y
propone GENEVIEVE VINEY cuando afirma que a la víctima le basta probar que el nada impide que, en forma aislada, se conforme el grupo de_ personas ~u e generan
autor pertenece a un grupo determinado para que en seguida todos sus componen- el riesgo probatorio en la identificación del causante d.el dano. T~l sena el caso ~a
tes se presuman causantes del hecho 37 . Con ese argumento, se podría presumir planteado de los cultivadores que, en forma independiente, arroJan deshechos to-
causantes del daño a todos los propietarios de automóviles de un sector, si no se xicos al lecho de un río. Pero en estos casos todos deben actuar culposamente Y
sabe cuál de ellos fue el que atropelló y mató a un peatón. O se podría presumir todos deben ser causa posible del daño.
autores de un robo a todas las personas que se encuentran en un supermercado,
todo porque el verdadero ladrón no puede ser identificado y la víctima demanda a Las dificultades prácticas reaparecen cuando pensamos en una manifestación
todos los que allí se encontraban presentes. Como se ve, en este caso la voluntad pública de miles de personas que en masa, tratan de ~rote~erse ~e ev~~t~a­
de proteger a la víctima exige esfuerzos mentales si no se quiere causar injusticias les disturbios en razón de lo cual causan daños en el vecmdano. No Identlflcan-
mayores. dose el grup¿ de los creadores de los disturbios, ¿podría presu~irse que tod~s
los manifestantes causaron el perjuicio sufrido por las personas aJenas a la mam-
En ese orden de ideas, es preciso que el grupo esté más o menos delimitado festación?
en el tiempo y en el espacio, así como en el número de componentes 38 . Así, por
ejemplo, si en una determinada región, un número relativamente pequeño de cul- 8. En conclusión, y después de tantas limitaciones obligatorias, podemos
tivadores acostumbra utilizar productos químicos venenosos cuyos deshechos van observar que la presunción de causalidad en contra. de lo~ ~iem~ros de un grupo
a parar al cauce de un río y uno de ellos, que no puede ser identificado, un día cuando no se sabe cuál de ellos causó el daño es bien frag¡l, y SI no se acepta la
determinado arroja un producto que mata los peces de un vecino, es equitativo sutileza que el tema requiere, estaremos actuando por fuera de los cánones jurídi-
presumir causantes del daño a todos los cultivadores que acostumbran utilizar el cos de la lógica y la equidad. Es una ligereza de marca mayor hacer creer a los
producto que generó el daño. Pero no se podrá presumir el nexo de causalidad en estudiosos de la materia que la presunción de causalidad, en el caso que nos ocu-
todos los individuos que vierten sus residuos químicos a lo largo del río Magdale- pa, es la regla. Por el contrario, es una muy clara excep~ión. Reiteramos ~u~ el
na si el daño se produce en su desembocadura. deseo de proteger a la víctima, pase lo que pase, crea el nesgo de volver v1ct1ma
a personas que ni moral ni jurídicamente causaron el daño.
De otro lado, no puede exagerarse el concepto de creación conjunta del ries-
go así concebido. En efecto, cuando treinta o cuarenta mil personas acuden a un Como se ve, solo puede crearse la presunción en contra de un grupo bien
estadio a presenciar un espectáculo deportivo, todas ellas saben que en caso de perfilado.
que se lance un objeto desde la tribuna, será prácticamente imposible determinar
al autor de dicho acto. Sería absurdo, por decir lo menos, que la totalidad del LA CORTE, EN FALLO DE 18 DE MAYO DE 2005, ACEPTA LA RESPONSABILIDAD
grupo se presuma causante del daño, así se compruebe que todos ellos se encon- SOLIDARIA DE TODO EL GRUPO MÉDICO, PESE A QUE NO SE PROBÓ QUIÉN
traban en ese lugar. FUE EL CAUSANTE DEL HECHO DAÑINO
Una buena solución consistiría en reducir el grupo a las personas que en Según vimos (supra, T. I, 258) un fallo de la Corte Suprem~ ~~ Justicia, de
forma de interacción y como obedeciendo a un objetivo común generan la dificul- 18 de mayo de 2005, en el que concluimos que es acertada la dec1s10n de dar por

37 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 380. 39 Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 11, núm. 87; René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 463;
38 Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 11, núm. 87; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 64. Patrice Jourdain, ob. cit., p. 64.
278 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 279

el nexo de causalidad pese a que no había prueba absoluta de la causalidad Tras reconstruir (el tribunal) el íter de los hechos debatidos, consideró prio-
entre la gasa dejada en el vientre de una paciente y la muerte de esta. Pero ese ritario averiguar por la participación que en ellos tuvieron los demandados.
mismo fallo, el decidir sobre la imputabilidad del hecho dañino consideró, equi- En ese cometido observó que María Ana Luisa Ruge Ortega llegó a la Clínica
vocadamente, que había una responsabilidad solidaria entre todos los participan- Nuestra Señora Del Pilar Ltda., y allí fue atendida por su director y dueño, el
tes en la intervención médica, pese a que no se supo quién había dejado la gasa en doctor Armando Ardila Cuéllar, quien la programó para el procedimiento
el vientre de la paciente. Los hechos: quirúrgico denominado colecistectomía, en el cual debía extirpársele la ve-
sícula biliar. Que para tal efecto contrató los servicios del Dr. Édgar Beltrán
"Una paciente solicitó los servicios médicos de una clínica de propiedad de
Mejía, cirujano en vías biliares, bajo cuya dirección se efectuó, con la colabo-
una sociedad La atendió el y principal accionista de la eH- ración de Ardila Cuéllar como primer ayudante".
habiendo la de una operación quirúrgica, para lo
cual la del contrató con un especialis-
La Corte, afirma luego que el fallo impugnado consideró que la dejada de la
,_..,_,,...,Jl....,..,.._'-'H· u.·~vJL·v.u..... v guardado el médico direc-
gasa se debía a un descuido, y luego afirma lo que sigue:
~U-VJLH.nu la paciente se
..... .., ...... , . " '

que en esa "Descuido que imputó -el tribunal- a todo el personal que participó en la
v ..... ,,., .. "'_u • ..., una gasa; en forma coetá-
operación, pero que consideró de mayor entidad respecto de quienes fungieron
y el como director y primer auxiliar, por tener a su cargo la supervisión de la
actividad de los demás.

Constatado el incumplimiento de los demandados de su " ... deber general de


no causar daño", indagó -el tribunal- por el perjuicio y su extensión.

"3. En punto a la responsabilidad derivada al médico Armando Ardila Cuéllar,


protestada en otro aparte del cargo, porque en opinión del acusador no existe
prueba que lo identifique como autor personal y directo del hecho culposo
sobre el cual se fundamenta la responsabilidad endilgada, cumple memorar
que al definir el papel que jugaron los demandados en el evento generador
del daño cuya reparación se pretendió, el Tribunal observó que la señora
Ruge Ortega llegó a la institución demandada, donde fue atendida por su
dueño y director, el Dr. Ardila Cuéllar, quien la programó para la cirugía en
la que debía extirpársele la vesícula biliar, acto para el cual contrató los servi-
cios del doctor Beltrán bajo cuya dirección se realizó el procedimien-
to quirúrgico mencionado, y dentro del cual actuó como primer ayudante".

Y más adelante dice la Corte:

"El hecho generador de la responsabilidad radicada en el citado galeno, como


puede verse, se produjo durante el acto quirúrgico por un grupo de
profesionales de la especialistas en ramos, con
"En cuanto al Dr. Armando Ardila
otro personal auxiliar, que simultáneamente intervinieron en esa fase del tra-
U.H.,HV~VAJlU.UV, se a actuar como
tamiento del que a la señora que es lo
que doctrinariamente se considera "equipo médico", en la que, val-
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 281
280 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

viamente resulta vano, porque si la culpa por negligencia de la cual se le


ga anotar, .1~ tendencia de la doctrina actual es hacer gravitar, en principio, la
sindicó, no provino de haber sido quien directamente introdujo y dejó en el
responsabthd~d. sob~~ t~do el. equipo como tal, entendiendo que se trata de
abdomen de la víctima el elemento en cuestión, el juicio del fallador a ese
una re~ponsa~1~1dad ... zn solldum - consorcial "en mano común", conjunta 0
· respecto permanece indemne, porque en definitiva y debido al desenfoque
colectiva, ex1g1ble al grupo o equipo como tal" 4o.
del ataque, quedó libre de reclamo.
"~n el caso, la im?~taci.~n de responsabilidad al facultativo demandado, pro- "4. Otro tema controvertido en el cargo, es la atribución de responsabilidad
vmo de su copart1c1pacwn en la acción productora del daño como miembro a la clínica demandada, aspecto sobre el cual aclara la Corte, ante todo, que
del equipo médico que realizó la intervención quirúrgica en 1~ cual se dejó un dicho establecimiento no fue condenado con base en la responsabilidad civil
cuerpo. extraño al cerrar la cavidad abdominal de la paciente, grupo a todos por el hecho ajeno, ni por la infracción de obligaciones derivadas de un con-
cuyos mtegrant~s. ~tribuyó el sentenciador el comportamiento culposo ge- trato de prestación de servicios hospitalarios, de modo que las acusaciones
nerador del perJUICIO, al señalar que " ... este descuido -se refiere a no tener que con tales fundamentos se plantean, por su evidente desenfoque, carecen
la precaución de. revisar 1~ región en la que se practicó la operación- provino de poder infirmatorio del fallo atacado, pues de tal fuerza sólo están revesti-
~e t~do /el eqmpo que mtervino en la operación", hecho que además
das las acusaciones que combaten eficazmente los pilares sobre los cuales se
Juzgo m~s.re~rochable. respecto de " ... quienes actuaron como director y pri- asienta y no los que motu proprio les adjudique la impugnación
mer auXIliar , es dec1r, de los doctores Beltrán Mejía y Ardila Cuellar,
~or te~~r a su cargo " .. .la supervisión de la actividad del resto de personal "Como se dejó consignado, desde un principio el fallador puso de presente
mtervm1ente". que la responsabilidad demandada había sido fundamentada " ... en el artículo
2341 del Código Civil, que regula la responsabilidad civil extracontractual,
"Es decir, partie~do del hech~ indiscutido de que a la paciente se le dejó una por el hecho propio, imputable a título de culpa", y fue al amparo de ese
compresa en .s/u vtentre al reahzar el procedimiento quirúrgico mencionado, y régimen que le impuso la obligación de satisfacer la pretensión resarcitoria
con abstra~cwn. de la persona que materialmente la introdujo en él, lo que se deprecada, obligación que derivó, a la sazón, del hecho perpetrado por el Dr.
le :e~ro.cho al c1tado facultativo, y en general, a todos los partícipes del acto Édgar Edmundo Beltrán Mejía, en su condición de agente de la clínica, que
qmrurg1co, fue no haber tenido el cuidado de examinar la cavidad donde se para tal efecto, se considera como su propio hecho.
v.erificó, para constatar que no quedara en ella ningún cuerpo extraño omi-
SIÓ.n que s~ ~~nsi~eró de mayor entidad respecto del citado profesion;l y de "Se interpreta, porque la sentencia no contiene una motivación expresa al
_ qmen pres1d10 la mtervención, por tener a su cargo la vigilancia del quehacer respecto, que para el juzgador, el referido profesional adquirió la apuntada
de los demás,/ luego si esa fue la conducta culposa que se le endilgó, para calidad por haber sido contratado por el director del centro clínico para inter-
de:astar:a tema el recurrente que comprobar que no incurrió en la falta que se venir quirúrgicamente a la señora Ruge Ortega, pues aparte de subrayar que
le Imputo, porque no tenía a su cargo ninguno de los deberes de conducta de fue esa la circunstancia que medió para que actuara" ... como cirujano de vías
c~yo abandono se desgajó, nada de lo cual ocurrió, puesto que su disenti- biliares, bajo cuya dirección se practicó la colecistectomía", es eso precisa-
mle.nto a ese respecto se forjó alrededor del papel que jugó en el acto médico mente lo que dicen las pruebas en las cuales apoyó tal conclusión. Dijo en
-pnmer. ayudante-, que por lo demás, fue fidedignamente constatado por el efecto el Dr. Ardila Cuéllar en su declaración de parte, que en el mes de julio
sentenc1~~or, y en ~a suposición de las pruebas que demostraran que fue la de 1992 programó a la señora Ruge Ortega para una intervención quirúrgica
perso~a ... que deJara dentro del vientre de la paciente, la compresa que, (colecistectomía), acto para el cual " ... se contrataron los servicios del Dr.
P?St~normente, se enc~psuló ... " y que tuvo, " ... durante la intervención qui- Édgar Beltrán Mejía, como cirujano de vías biliares, y yo actué como primer
rurgica ( ... )acceso al vientre de la paciente, para que pudiera haber allí deja- ayudante de la cirugía junto con un equipo de un segundo ayudante, un aneste-
do la compresa que motivó la reintervención de la señora", esfuerzo que ob- siólogo, una instrumentadora y un auxiliar de sala". Por su parte, el Dr. Beltrán
Mejía, en su testimonio, refirió que fue " ... llamado por el Dr. Ardila para
que lo asistiera en forma directa en la intervención de la paciente", advirtien-
do que " ... no soy empleado, no tengo contrato directo con la institución
40 Eugenio Llamas Pombo, La responsabilidad Civil del Médico, pp. 326 a 331.
282 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 283

sino que ocasionalmente soy llamado para colaborar en las intervenciones lidad deprecada, toda vez que su criterio a ese respecto permanece invariable,
del Dr. Ardila". dada la ineficacia del ataque blandido en su contra" 41 •

"Entendió, por otro lado, que esa condición de agente de la institución de


salud, había sido aceptada por los demandados porque en su respuesta a la
263.- CRíTICA

demanda expresaron que " ... el especialista doctor Édgar Beltrán Mejía esta-
ba adscrito a la clínica", apreciación que ningún error encarna puesto que En nuestro concepto esta sentencia es de una complejidad enorme y en ella,
efectivamente al pronunciarse sobre el hecho segundo de dicho libelo, nega- si bien hay una serie de aciertos, la verdad es que en relación con la responsabili-
ron su contenido, pero aclararon que " .. .la paciente fue remitida por segunda dad solidaria de todo el equipo que participó en la operación está equivocada, y
vez por el Dr. Héctor Flórez Bravo, con estudios practicados previamente que la puerta que se abre causará unos estragos e injusticias que un día obligará a
para ser intervenida quirúrgicamente (colecistectomía) por el especialista ads- la Corte a recoger su doctrina. Veamos por qué:
crito (sic) a la clínica Dr. Édgar Beltrán Mejía".
l. En primer lugar, recordemos que no todo el equipo que participó en
"La conclusión precedente, que probatoriamente no es susceptible de tacha, la intervención quirúrgica fue demandado y que la acción solo se dirigió contra
no se demerita por las circunstancias que la censura subraya, vale decir, la sociedad propietaria de la clínica y contra su director, auxiliar del especialis-
porque el galeno no perteneciera a la nómina del establecimiento clínico, ta que se encargó de practicar la cirugía, por llamado que le hiciera el citado
como se afirmó al sustentar la excepción propuesta, porque esa situación director.
no descarta, per se, la apuntada condición, como tampoco por la ausencia
de subordinación o dependencia en la relación que para ese fin se estable- Así las cosas, era factible condenar a la clínica, sin necesidad de caer en la
ció entre la clínica y el facultativo en mención, ya que tal protesta está ayuna tentación de argumentar la responsabilidad de todos los miembros del equipo,
de fundamento, habida cuenta que los elementos de prueba en los que se sin tomarse el trabajo de averiguar quién había dejado la gasa en el vientre del
apoya no dan razón de la " ... absoluta autonomía e independencia" del mé- paciente.
dico " ... en los aspectos relativos a su especialización", y la ausencia de po-
der de orientación y control de la clínica sobre su quehacer, que la censura En efecto, todas las personas que participaron en la intervención quirúrgica,
realza. incluido el médico contratado para la operación, eran en ese momento órganos de
la sociedad propietaria de la clínica, y actuaban en el ejercicio de sus funciones.
"Ahora, si la falta de tales atributos en la susodicha relación resulta, como Ahora, como en la responsabilidad civil también se aplica la noción de culpa
también se argumenta, de estar gobernado el contrato de prestación de servi- anónima, poco importaba identificar al agente que olvidó sacar la gasa del vientre
cios médicos, ministerio legis, por los cánones del mandato, el error del fa- de la paciente, si de todas formas alguno de ellos había sido el culpable y todos
llador, de haber existido, no sería de apreciación probatoria, sino de orden eran órganos de la sociedad demandada. Y como esta responde en forma directa,
jurídico, pues devendría de la inaplicación del régimen legal inherente a tal porque la culpa del órgano causante del hecho es su propia culpa, es indiscutible
pacto, al contrato concluido con el citado galeno, cuestión que por rebasar el que la mencionada sociedad era responsable sin que le fuera permitido alegar
marco legalmente asignado a la vía por la cual transita la acusación, no puede ausencia de culpa, y sin que pueda alegar que no se conoce quien fue el causante
ser abordada por la Corporación, merced al principio dispositivo que caracte- del daño, pues cualquiera que hubiera sido era en ese momento órgano de la per-
riza el recurso. sona jurídica y por lo tanto, esta era directamente responsable de ese órgano suyo
cuya identificación no fue posible.
"Desde luego que así pudiera admitirse la fundabilidad de tal queja, de ello
no se seguiría necesariamente la abrogación del fallo, en lo que a dicha insti-
tución concierne, puesto que su responsabilidad resultaría comprometida, en
41 Cas. civ., 18 de mayo de 2005. M. P. Jaime Arrubla Paucar. Exp. 14.415. Ordinario
todo caso, por el actuar de su director, el Dr. Armando Ardila Cuéllar, a de Florencia Pérez y otra contra Clínica Nuestra Señora del Pilar y Armando Ardila
quien el fallador señaló como coautor del hecho generador de la responsabi- Cuéllar.
284 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 285

Y en cuanto al demandado, director de la clínica, su responsabilidad también 4. Ahora, lo que es verdaderamente absurdo y desconectado de la realidad
es evidente, pero no por haber escogido al médico que practicó la operación, sino es que se diga en el fallo que todos los miembros del equipo médico tenían la
porque él, como ayudante, que tenía la vigilancia sobre el resto del equipo, omitió obligación de verificar que en el vientre del paciente no hubieran quedado gasas.
verificar u ordenar que otro lo hiciera, que no quedasen gasas en el vientre de la Ese procedimiento contradice los más elementales protocolos y el sentido común
paciente. que nos indica que en los quirófanos, repitámoslo, hay una división del trabajo.
No nos imaginamos al anestesiólogo, al ayudante, a las enfermeras, el uno detrás
2. Aunque no disponemos de todo el acerbo probatorio, fácil es concluir del otro, introduciendo sus manos en el paciente para verificar que no hubiesen
que dentro de un equipo médico hay una serie de funciones definidas por anticipa- quedado gasas sin extraer. Porque si la consideración del fallo fuera válida, la
do y en consecuencia, ninguna dificultad existía para determinar quién era el en- intervención nunca terminaría, pues no se imagina uno a las enfermeras contro-
cargado de colocar y extraer las gasas y dado el caso, quién era la persona encar- lando al anestesiólogo para verificar que este haya actuado con diligencia y cuida-
gada de extraerlas y de verificar dicha extracción. Siendo ello así, la culpa solo do. O que todo el equipo tuviera que verificar que el médico cirujano estuviera
podía predicarse de la persona encargada de introducir las gasas y de extraerlas y haciendo correctamente las suturas en el órgano intervenido, o que todo el equipo
de la persona que eventualmente tenía bajo su cuidado a dicha persona. Dicho de médico estuviera vigilando que la instrumentadora le pasara al médico el instru-
otra forma: si la obligación de controlar las gasas eran el médico principal o el mental apropiado, o que la inyección que se le deba aplicar al paciente sea la
auxiliar, solo a ellos les es imputable la culpa porque solo ellos tenían el deber de correcta y con la dosis apropiada. Eso sería la locura y lo más contrario al arte
vigilar ese aspecto de la intervención. Y si la encargada era una enfermera, pues médico.
serán responsables esta y el médico encargado de darle órdenes. Los otros no
tenían ese deber y por lo tanto era imposible que cometieran culpa. La solución 5. En ese mismo orden de ideas, ¿de dónde saca la Corte que el anestesiólogo
sería por lo menos discutible cuando dos o más miembros del equipo médico tenga la obligación de verificar el vientre del paciente para que no queden gasas
actúan sobre aquella parte del organismo o de la intervención que originó el daño. en el interior, o que las enfermeras tengan el deber de verificar que el anestesiólogo
Si dos cardiólogos participan en la colocación de un dispositivo en el corazón del o el cirujano cumplan bien unas funciones para las cuales ellas no están prepa-
paciente, a raíz de lo cual este sufre un daño, sin que se sepa cual de los dos radas?
galenos fue el causante del daño, la teoría tendría por lo menos alguna carta de
presentación, así no la compartamos. Pero está salido del más mínimo sentido 6. Es audaz afirmar que hubo culpa de todos los miembros del equipo por-
común, hacer solidariamente responsable a la barrendera del quirófano, a la instru- que todos tenían el deber de verificar que no quedaran gasas en la cavidad toráxico
mentadora, o al anestesiólogo que nada tuvieron que ver con la colocación de las de la paciente. Y es audaz porque en el fondo, el fallo en lugar de averiguar sobre
gasas ni tenían el deber de extraer y verificar la existencia de las gasas después de quienes recaía la obligación de realizar y vigilar la introducción y extracción de
la operación. La solidaridad solo cabría en vía de discusión en contra de las perso- las gasas, que era lo correcto, determinó que todos eran culpables. Lo grave es
nas que manejaron las gasas y la intervención quirúrgica en sentido estricto. que, ante la imposibilidad de saber quién dejó la gasa dentro del vientre del pa-
ciente, la Corte no se limita a considerarlos a todos como causantes del daño, sino
3. De otro lado, llama la atención que la Corte acoja la consideración del que considera que todos tenían la obligación de vigilar la extracción de las gasas.
tribunal, según la cual, la omisión del médico encargado de la intervención y del
auxiliar era de mayor entidad dado que ellos eran los encargados de vigilar el 7. Con el argumento de la Corte, el día que se caiga un edificio porque
comportamiento de qué hacer de los demás. Esa consideración no es válida, pues fallaron las estructuras, todas las personas que participan en la construcción se
bastaba decir que ambos eran culpables porque a ellos correspondía verificar o consideran culpables y causantes del daño, sin necesidad de averiguar quien fue el
hacer que otro verificara la extracción de las gasas introducidas. Si el director de causante del daño, porque todos tenían la obligación de vigilar que los demás
la operación y el ayudante son los jefes del equipo médico, constituye una culpa cumplieran bien sus funciones.
virtual el hecho de que aparezca una gasa en el vientre del paciente, pues ello lo
que prueba es que los médicos no cumplieron con ese deber de extraer las gasas si 8. El caso sub judice no es tan lamentable porque en realidad la condena
a ellos correspondía esa labor, o de vigilar que el encargado de las gasas verificara debía recaer contra los que fueron efectivamente demandados y condenados. Pero
que todo estuviera en orden. cómo sería de grave la injusticia si se hubiera condenado a una enfermera que no
286 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 287

tenía absolutamente nada que ver con la introducción y la extracción de las gasas. Sin embargo, la jurisprudencia, acudiendo más bien a la equidad y a la in-
O si habiéndose fundado la demanda en un problema de anestesia, la instrumentadora, demnización punitiva, considera que en estos casos el simple hecho de la pérdida
que nada sabe de esa disciplina y que para nada tuvo que ver con el suministro de de la oportunidad de obtener un beneficio o de evitar un daño, genera la responsa-
la sustancia, se le declare culpable y se le condene porque ella tenía la obligación bilidad del causante de tal pérdida, en cuyo caso, la indemnización se determina
de vigilar que la anestesia se hubiera aplicado correctamente. co~ base en el número de probabilidades que tenía la víctima de obtener el bene-
ficio o de evitar el perjuicio si el demandado no lo hubiera privado de esa oportu-
9. En conclusión el fallo nos parece aberrante en la medida en que no enfo- nidad.
có la responsabilidad sobre las personas encargadas de dirigir la operación y de
colocar y extraer las gasas, lo que era perfectamente viable y aconsejable, sino En realidad, esta solución evita exigirle a la víctima no solo la prueba real del
que, afirmó que eran responsables todos los miembros del grupo que hizo la ope- daño, sino también la de la relación de causalidad entre la culpa y el daño. Pero,
ración, personas sobre las cuales puso obligaciones que el arte médico jamás ha- en pura lógica, el argumento del demandado, al alegar que no aparece la prueba
42
bría aconsejado. El Consejo de Estado se había atrevido a presumir la falla del del nexo causal, es irrebatible. No obstante, la doctrina predominante , que noso-
servicio en materia médica, pero dando a los demandados la posibilidad de de- tros compartimos, afirma que, mientras no aparezca la prueba de la imposibilidad
mostrar la ausencia de culpa. Ahora la Corte lo que hace es volver a todos culpa- de ese nexo causal, es indudable que el demandante tenía alguna probabilidad, así
bles bajo el argumento de que todos tienen la totalidad de las obligaciones de un sea imposible de establecer, de no sufrir el daño o de obtener el beneficio. En tales
acto médico complejo, poco importa quien sea el real obligado a realizar una condiciones, no parece equitativo liberar de toda responsabilidad al demandado,
determinada conducta. Ya nos imaginamos a un neurocirujano concentrado en la pero tampoco otorgarle la totalidad de la prestación al demandante, razón por la
extirpación de un cáncer en el cerebro, declarado culpable porque una enfermera cual se acude a la solución práctica de conceder una indemnización proporcional
aseando el piso, movió el quirófano y con ello le causó un daño en el paciente. De a las probabilidades perdidas.
acuerdo con la Corte, él cirujano es responsable de ese daño porque tenía el deber
de verificar que la enfermera utilizara bien la escoba. Es indiscutible, pues, que en el caso que nos ocupa, la jurisprudencia y la
doctrina43 rompen el principio general que le exige al demandante la prueba Y la
certeza del nexo causal, solución que, dadas las complejas circunstancias, noso-
LA PRUEBA DEL NEXO Y LA PÉRDIDA DE UNA OPORTUNIDAD
tros aprobamos. La figura se aplica sobre todo en la responsabilidad médica, aun-
("PERTE D'UNE CHANCE")
que en forma equivocada (infra, T. I, 265).
En el título relativo al daño y su reparación (infra, T. II, 353) nos referiremos
extensamente al tema de la responsabilidad civil por la pérdida de una oportuni- LA PRUEBA DEL NEXO CAUSAL EN LA RESPONSABILIDAD MÉDICA
dad (perte d'une chance). Pero como el tema está relacionado con la prueba del
nexo causal, conviene aquí plantear el problema y mostrar sucintamente la forma En principio, la responsabilidad médica supone, también, la prueba del nexo
como ha sido resuelto en la doctrina y en la jurisprudencia. causal entre el hecho del agente y el daño. Así las cosas, tratándose generalmente
de una responsabilidad basada en la culpa probada, el demandante debe establecer
En efecto, a menudo, el demandante afirma que su daño consiste en que el un nexo de causalidad entre la culpa del médico y el daño sufrido por el paciente.
demandado lo privó de la oportunidad de obtener un beneficio o de evitar un daño
y que, por tanto, el demandado está obligado a indemnizarlo. Tal sería el caso del Ahora, el de daño permite, a menudo, descartar o afirmar de entrada la
transportador que no entrega a tiempo y en su lugar de destino, una obra literaria relación de causalidad. Si se prueba, por ejemplo, que el médico utilizó injustificadamente
que el remitente iba a presentar a un concurso, razón por la cual, el remitente
pierde la posibilidad de concursar y de, eventualmente, obtener el premio. En
42 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 370; René Savatier, ob.
circunstancia semejante, el transportador podría afirmar que no está probado el
cit., t. 11, núms. 460 y 461.
nexo de causalidad puesto que nada permite concluir que el demandante habría ?;
Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, .ob. cit., núm. 81 Jacqu.es Ghesti~, Geneviev~
43
obtenido el premio en caso de haber concursado. O sea que, según el demandado, Viney, ob. cit., t. IV, núm. 378; LUis Pascual Estev1ll, ob. c1t., t. 11, num. 87; Rene
el nexo causal entre la omisión y el perjuicio no está probado. Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 459.
288 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 289

un instrumental infectado, y el paciente sufre una infección en el sitio donde se En efecto, los tribunales franceses, seguidos por el Consejo de Estado en
~ro.dujo ~~ acto médico, el juez puede inferir que esa culpa por negligencia tiene Colombia (infra, T. I, 267), afirman que, pese a que no se pueda probar la relación
mc1denc1a .causal en.el daño, así no se demuestre con exactitud que la infección de causalidad entre la culpa del médico y el daño, lo cierto es que el médico, con
fue produc1da por el mstrumental 44 . Los hechos le dan al juez la íntima convicción su .comportamiento culposo, le quitó a la víctima la posibilidad de haber recupe-
d~~ la exist~ncia del nexo causal, así no haya certeza absoluta de ello. Aquí taro- rado su salud46 • Es decir, esa culpa dificultó, aún más, la recuperación del pacien-
bien se aphca ~1 af~rismo res ipsa loquitor. Es decir, las cosas hablan por sí mis- te. En tales condiciones, afirma esta doctrina, al médico se le debe aplicar la res-
ma~. En cambiO, SI pese a la culpa de utilizar un instrumental contaminado, el ponsabilidad por pérdida de una oportunidad (chance), a la cual ya nos hemos
paciente sufre un daño originado en la destrucción de un nervio, fácil es descartar referido (supra, T. I, 264). Así las cosas, el juez, probada la culpa, deberá otorgar
el nexo de causalidad entre la culpa y el daño. una indemnización equivalente al número de probabilidades de recuperar su salud
que el médico le hizo perder al paciente. La premisa es aparentemente simple y
. . ~o siempre 1~ situación es así de fácil. En efecto, puede suceder que los cierta: si el médico no hubiese actuado culposamente, el paciente habría tenido
1~dic10s de causalidad entre culpa y daño no sean tan contundentes como en el más posibilidades de recuperarse.
eJemplo anterior y el juez no tenga la convicción de ese nexo causal. Piénsese en
~1 mé~i~co que formula un antibiótico equivocado a un paciente que muere de la Sin embargo, casi unánimemente, la doctrina 47 ha atacado esta solución, ata-
mfeccwn que se pretendía curar. En este caso, el demandante debe establecer no que que nosotros compartimos. En efecto, en el caso que nos ocupa no estamos
solo ~sa negligencia del médico, sino también que sin ese comportamiento culposo realmente ante la pérdida de una oportunidad, según la concepción que de esta
el dan o no se habría producido 45 • En principio, uno estaría tentado a afirmar sin figura expusimos anteriormente (supra, T. I, 264). Se trata, simplemente, de la
más, que el médico d~be responder, pues su equivocación evitó que el paci~nte imposibilidad o dificultad de establecer el nexo causal. Veamos porqué: suponga-
recuperara su salud. Sm embargo, el asunto no es así de fácil. En efecto, el médico mos que, por imposibilidad probatoria, el médico es condenado sobre la base de la
puede alegar que el paciente podría de todas formas haber fallecido como conse- teoría de la pérdida de una oportunidad. Pero posteriormente aparece un método
cue~cia de ~la infección, así le hubiese formulado el medicamento correcto. Es científico que le permite al médico establecer que no fue su conducta la causa del
decir, podna alegar que no aparece demostrado que su culpa fue la causa de la daño. En tales circunstancias, la duda sobre la relación de causalidad desapareció
muerte ?el paciente. Tal p:ueba es bien difícil de aportar, lo que en no pocas y, en consecuencia, habría que concluir que el médico no causó el daño. Como se
oportumdades genera conflictos al fallador. Obsérvese que en el ejemplo plantea- ve, la imposibilidad de establecer la relación de causalidad no significa que el
do, es probable, mas no razonablemente cierto, que la culpa del médico sea la médico haya privado al paciente de la posibilidad de curarse. O bien esa culpa fue
causa del daño. El margen de duda es tal, que el juez no se atreve a inferir el nexo la causa del daño y el médico responde por la totalidad del daño, o bien esa culpa
caus.al. ¿Cómo resolver esa imposibilidad probatoria práciica? Lo cierto es que, no tuvo incidencia causal en el daño y, entonces, el médico debe ser absuelto.
por InJUSto que parezca, el médico, en tales circunstancias, debería ser absuelto Pero la imposibilidad de establecer lo uno o lo otro no convierte el problema en la
pues no se ha probado que su negligencia haya sido la causa del daño. pérdida de una oportunidad. Es un problema gnoseológico, mas no un problema
real de cálculo de probabilidades.
266.- PRUEBA DEL NEXO CAUSAL EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL MÉDICA
Lo que sucede es, como lo afirma GENEVIEVE VINEY 48 , que muchas veces, así
MEDIANTE LA PÉRDIDA DE UNA OPORTUNIDAD '
no haya certeza absoluta, la culpa le permite al juez inferir el nexo causal, pero en
ese caso, la indemnización es total, pues no se estaría en presencia de la pérdida
Con el. fin de corregir las posibles injusticias que de allí se podrían derivar
para el paciente o para sus herederos, la jurisprudencia francesa ha ideado una
solución que, bien vistas las cosas, se fundamenta en un sofisma.
46 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 370.
47 Análisis de la doctrina, véase: Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV,
núm. 370; René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 779.
44 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 779. 48 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 371; en el mismo sentido,
45 Ibídem, núm. 778. René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 779.
290 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 291

de una oportunidad. Una cosa es la prueba a partir de los hechos que rodearon el hay varias causas posibles sin que se pueda determinar cual de ellas es la verdade-
daño (causalidad probada, así no sea certeza absoluta) y otra cosa es, ante la impo- ra, opta unas veces, por aplicar la teoría de la pérdida de la oportunidad, mientras
sibilidad de la prueba del nexo causal, afirmar que el demandado le quitó posibi- en otras, da por probado el nexo causal a partir de la existencia de una culpa
lidades de curación a la víctima. Como este problema no siempre se explica probada o presunta que constituye solo una probabilidad de nexo causal entre
con claridad, nos permitimos ilustrarlo con un ejemplo diferente que muestra lo otras causas posibles; otras veces, absuelve al demandado, ya que ante varias
que se quiere decir. causas posibles, considera que el demandante no aportó la prueba del nexo causal.
Finalmente, partiendo incluso de una falla presunta, ni siquiera se pregunta el
Imaginemos que una persona adquiere un billete de lotería con una posibili- fallo si el nexo causal es necesario, ni mucho menos si está probado o no. Es decir,
dad entre mil de ganar el premio. Es claro que antes de realizarse el sorteo, el existiendo la falla probada o presunta, se da por descontado el nexo causal y en
apostador tiene una oportunidad entre mil de ganarse el premio. De ello no cabe consecuencia condena al demandado. Dicho de otra forma, no tiene el Consejo de
duda. Imaginemos ahora que pasado el sorteo, el apostador no conoce los resulta- Estado una doctrina pacífica en relación con el tema de la pérdida de una oportu-
dos. En el lenguaje común se afirmaría que, como no se conoce el resultado, el nidad, aunque a veces acude a dicha figura (remitimos al lector al análisis de to-
apostador continúa con una posibilidad sobre mil de ganarse el premio. Pero no das estas formas de fallar el problema de la causalidad por parte del Consejo de
hay tal: o bien ganó otro número y entonces nuestro apostador no tiene ninguna Estado).
oportunidad de conseguir el premio, o bien ganó su número y, entonces, el premio
es suyo. Por tanto, si en el último ejemplo alguien despoja al apostador de su Ahora, como vimos (supra, T. I, 265) en materia médica no existe realmente
billete cuando ya el sorteo se había efectuado, el intruso deberá ser absuelto mien- el problema de la pérdida de una oportunidad, sino un problema de imposibilidad
tras no se pruebe que el número ganador fue el del apostador despojado. Sería probatoria en materia de causalidad, y que por un criterio de equidad, se ideó el
absurdo afirmar que por no conocerse el número ganador, el apostador tiene dere- artificio de dicha pérdida con el fin de no imputar la totalidad del daño al deman-
cho a que le paguen el equivalente de la oportunidad perdida. O tiene todo o no dado que, tal vez no causó el daño, o de absolverlo cuando de pronto, fue él quien
tiene nada, pues ya la relación de causa a efecto, en uno u otro sentido, se produjo causó la totalidad del perjuicios. Pero así no estemos de acuerdo con el fundamen-
y lo único que existe es una dificultad probatoria. to teórico de esa solución lo cierto es que ella está ahí en la jurisprudencia, que es
finalmente lo que un juez o un abogado deben tener en cuenta en su actividad
Es lo que sucede en el problema de la responsabilidad médica. Ocasionado el jurídica.
daño al paciente, es evidente que la culpa del médico fue o no fue la causa del
De otro lado, conviene hacer una precisión importante: en efecto, la verdade-
daño. Lo que pasa es que no es posible probar lo uno o lo otro. En consecuencia,
ra teoría de la pérdida de una oportunidad en materia médica se produce cuando se
en aquellos casos en que no sea posible establecer la relación de causalidad entre
demuestra que el médico cometió una culpa que causó el daño, pero el médico
la culpa del médico y el daño del paciente, el médico deberá ser absuelto, pues de
alega que el paciente de todas maneras habría podido morir, así no hubiese exis-
lo contrario se estaría incurriendo en una injusticia con el demandado, ya que éste
tido dicha culpa. Es la petición del demandado para que se aplique el principio de
se vería abocado a pagar una indemnización por un daño que, posiblemente, no
la conditio sine que non de que se habla en las teorías de la causalidad, en espe-
causó. Pero, veremos (infra, T. I, 267), el Consejo de Estado colombiano aplica
cial, en la de la equivalencia de las condiciones (infra, T. I, 307) Recuérdese que
en algunos casos esa teoría.
para que una culpa se considere causa del daño es indispensable que sin existir esa
culpa el daño no se habría producido. Por el contrario, si existiendo esa culpa
267.- EL CoNSEJO DE EsTADO Y LA PÉRDIDA DE UNA OPORTUNIDAD como una de las causas reales del daño, este se hubiera producido aún sin la exis-
EN LA RESPONSABILIDAD MÉDICA tencia de esa culpa, entonces esta no se considera conditio sine qua non del daño.
Ante la imposibilidad de demostrar si esa culpa médica fue la conditio sine que
Desde hace varios años, el Consejo de Estado, aplica intermitentemente la non del daño, se acude a la doctrina de la pérdida de una oportunidad. Pero con el
teoría de la pérdida de una oportunidad en materia médica. Decimos que en forma paso de los años, se aplicó la teoría de la pérdida de una oportunidad inclusive
intermitente, porque según veremos (infra, T. I, 282 y ss.) al analizar la prueba cuando no se puede saber si la culpa del médico fue o no causa del daño, lo que
del nexo causal en la responsabilidad médica del Estado, el Consejo viendo que como se ve facilita bastante la tarea del demandante.
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 293
292 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

rsona de los demandantes como consecuencia de una prestación por com-


Finalmente, y para entrar en el análisis de algunas sentencias que aplican la
teoría, advirtamos que con una incoherencia total, a veces el Consejo de Estado en
~~eto deficiente e incluso inapropiado del servicio de salud a ellos encomen-
.' de1 part o" 50 ·
dado, en la atencwn
forma correcta, sólo concede un porcentaje de la indemnización de acuerdo con el
cálculo de probabilidades que perdió el paciente, mientras que en otras oportuni-
dades concede el 100 % de la indemnización como si el demandado hubiera cau- CoNSEJO DE EsTADO, ENERO 28 DE 1999
sado con certeza la totalidad del daño.
En este fallos1 el Consejo de Estado, ante varias causas posibles cl~rame~te
Veamos algunas jurisprudencias: establecidas, aunque admite que no está probado que la culpa.o falla ~ubtera SI~o
la causa del daño, es decir que sin esa falla el paciente no hubiera su~ndo ~~ da~o,
268.- CONSEJO DE EsTADO, FEBRERO 19 DE 1998 1 parte final de los párrafos que reproduciremos a cont1~uacwn ~Ice
y aunque en a ., , d 1pacten-
"le resto' al paciente posibilidades de curacwn 'es ecu, e
que esa cu}pa d b· ' b·
En fallo de febrero 19 de 1998 49 , el Consejo de Estado condena a una entidad d' , la oportunidad de curarse, condena por la totalidad, cuando e 10, o len
demandada, por una falla del servicio imputable al médico que atendió al pacien- ~a~:~ :~suelto por ausencia de prueba del nexo causal, o bien, s~endo c~nsecuente
te. Y al condenar afirmó no solo que la demandada tenía que probar la ausencia de ·d ·, f¡'nal debió reducir notoriamente el monto mdemmzable pues
con su consi eracwn
culpa sino la ausencia de la causalidad, lo que no es más que una presunción de había cinco causas posible, entre ellas la culpa de la entidad demandada.
causalidad.
Al respeto, el fallo considera:
En esta forma, el Consejo olvida por completo la doctrina de la pérdida de
una oportunidad, que debió haber aplicado, como lo ha hecho ante circunstancias "Sobre las posibles causas del fallecimiento del paciente: el médi~o se la-
semejantes. menta que no hubiera habido necropsia para encontrar la cierta o mas proba-
ble, pero apunta cuatro hipótesis:
Al respecto, el fallo consideró:
" ... como consecuencia de una sepsis, para lo cual existen alguno~ indicios e~
"El anterior concepto como se observó, hizo parte de la investigación disci- alguno de los exámenes recuerdo que había un recuento d~ mas de 20 mll
plinaria que culminó con la destitución de la médico tratante por los hechos células por milímetro cúbico, cuando lo normal es de que exista menos de 10
ocurridos en el caso concreto; contiene afirmaciones que comprometen la mil. .. " (fl. 263).
responsabilidad de los entes demandados, las cuales por lo demás en manera
alguna fueron desvirtuadas o siquiera precisadas por parte de los demanda- "También es posible que el paciente hubiera tenido una insuficiencia cardiaca
dos, pues en el expediente no obra prueba alguna en ese sentido producida a originada en una disfunción del ventrícul~ izq~i~rdo ~ue _co? alguna frecuen-
instancia de la parte demandada, lo cual amerita desde luego, en aplicación cia se presenta en pacientes operados de msuflciencla aortlca.
de la postura que de tiempo atrás ha prohijado la Sala, en el sentido de aplicar
la presunción e culpa o presunción de falla, el tener por acreditado este ele- " ... una tercera posibilidad es la de que el paciente h~biera tenido un hemato-
mento, ante la inactividad observada por los demandados, que eran los más ma subcapsular hepático o retroperitoneal que hubiese lentamente y de ma-
llamados, según las reglas de experiencia a desvirtuar dichas circunstancias, nera no muy dramática recolectado sangre y ~ue al fina~ (. ·) alguno de estos
demostrativas no sólo del elemento subjetivo de la responsabilidad patrimo- hematomas se hubiese roto y el paciente hubiese fallecido .
nial depreciada, sino en el caso concreto, incluso, de la relación de causalidad
entre la conducta imputada a los entes demandados y el daño producido en la
C. de E., Sección Tercera, Sentencia de febrero 19 de 1998. Exp. 11802, Conseje-
50
ro Ponente: Daniel Suárez Hernández. . .
C. de E., enero 28 de 1999. Exp. 15.314, M. P. Germán Rodríguez Villamlzar.
49 C. de E., febrero 19 de 1998. Exp. 11.802, M. P. Daniel Suárez Hernández. 51
294 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 295

"En cuarto lugar yo no puedo de manera absoluta descartar que el paciente nas" durante la hospitalización, lo cuál es signo de sangrado del tracto diges-
hubiera tenido una hemorragia originada en una úlcera duodenal o gástrica, tivo" (fl. 218).
pero definitivamente ésta me parece la hipótesis menos probable" (fl. 264).
"De lo anterior se desprende que, en efecto, el Instituto de Seguros Sociales
Sobre lo delicado de una operación a corazón abierto, el galeno afirmó: incurrió en una omisión inexplicable como que, sin justificación, dejó de
practicar dos exámenes -la endoscopia y ecografía-, ayudas tecnológicas ideadas
"Todos debemos entender es que la cirugía ( ... ) conlleva riesgos de compli- para colaborar con el médico en el diagnóstico de las enfermedades. Eso
caciones y de muerte, el caso del Sr. Bonilla es un caso desafortunado, pero constituye falla del servicio, la cual, como se advirtió al inicio de estas con-
científicamente ya nunca nadie podrá saber por qué murió". (fl. 264). sideraciones, está probada en el infolio.

finalmente, sobre el hecho de que no se practicaron los exámenes y la "No existe en el plenario prueba alguna que demuestre que la práctica de esos
incidencia de ese error en la evolución de la enfermedad del paciente ex- exámenes hubiera contribuido a la curación del Sr. Bonilla. Empero, tampo-
presó: co existe certeza en el hecho de que la falta de estos exámenes hubiera, en
efecto, desorientado la conducta de los médicos hasta el punto de determinar
"Es evidente que es una falla de la Institución del Seguro el hecho de el fallecimiento del paciente.
que no se hubieran realizar los exámenes que nos hu-
bieran permitido un o menos descartar algu- "Adviértase que la falencia del Instituto de Seguros Sociales no fue terapéu-
nas de las mencionadas. Si se hubiesen realizado es posible tica, sin embargo, los exámenes echados de menos habrían servido para con-
que se hubiera actuar médicamente y que tal vez se hubiera podido firmar o descartar las patologías que ya por estudios clínicos los médicos
cuando menos posponer la muerte del señor pero honestamente ha- habían diagnosticado y tratado, en medio del complicado cuadro del pacien-
biendo revisado la historia clínica y habiendo discutido el caso con varios de te. Por eso el médico tratante atribuye a cuatro posibles complicaciones, ini-
los colegas que tuvieron de en el manejo del paciente ciando por la más probable: una sepsis (infección generalizada) hasta una
durante su re-hospitalización creo que con de la no realización de hemorragia originada en úlcera duodenal o gástrica, éste como lo menos pro-
los exámenes no veo ninguna otra falla en el manejo del durante esa bable, debido a la sintomatología.
re-hospitalización" (fl. 264).
"La Sala concluye de todo lo anterior que la demandada no fue diligente ni
"Sobre la supuesta actitud renuente del Instituto de Seguros Sociales a prac- cuidadosa cuando asumió el deber de brindar asistencia médica al Sr. J ohn de
ticar la según se denunció en la que ello no Jesús Bonilla Cardona. El servicio desatendió el pedido urgente de dos exá-
ocurrió. La esposa del fallecido, se opuso a ese que hubiera menes cuya práctica era útil para identificar con claridad el carácter de la
~ ...,.ro~~,~~ a establecer lo Dice sobre el Jairo de Jesús
enfermedad del paciente y esa omisión, como lo pone de presente el a quo, le
pariente del extinto: restó al paciente posibilidades de curación".
" ... hablamos de una necropsia, pero la esposa Nubia mi hermana
no le gustó la idea de la necropsia porque ya de muerto 270.- CONSEJO DE ESTADO, ABRIL 26 DE 199952
y de todas formas ella se negó a eso" (fl. 214).
En este fallo, el consejo de Estado, sin asomos de duda en la interpretación
"Este médico tampoco confirma la ore:sertcia de la llamada úlcera ""L''""L..,,H~~ de sus consideraciones, acepta que como no se conoce si hubo o no relación de
cuando evaluó la historia y concluye: causalidad entre la falla del servicio y el daño, es procedente condenar con base en

"Reza en la historia clínica que se le hizo succión por intermedio de


sonda y el dice no tenía características de
sangrado. pensar que tuvo "mele- 52 C. de E., abril 26 de 1999. Exp. 10.755, M. P. Ricardo Hoyos Duque.
296 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 297

la perdida de una oportunidad. Sin embargo, al liquidar los perjuicios a indemni- 271.- CONSEJO DE ESTADO, MAYO 3 DE 199953
zar no hace descuento alguno y otorga como indemnización el equivalente a la
totalidad del daño sufrido. En esta decisión el Consejo de Estado al efectuar las consideraciones para
decidir condenar a la entidad demandada, por el total del daño causado, acude a
Al respecto, el fallo afirma: dos figuras excluyentes entre sí. En efecto, según veremos, se da por probado el
nexo causal a partir de la alta probabilidad de que la intervención quirúrgica hu-
"2. La relación de causalidad. En relación con la causa de la muerte, el biese sido la causa del daño en el paciente (en otra parte de esta obra analizamos
médico especialista en neurología quien lo atendió en su consultorio particu- esta sentencia, desde el punto de vista de la prueba del nexo causal, puesto que en
lar declaró lo siguiente: nuestro concepto esa alta probabilidad preponderante jamás fue la falla del servi-
cio médico (infra, T. I, 282 y ss.). Pero en otro párrafo dice que no está probado
"Pienso que hubo demora en la práctica de exámenes para confirmar el diag-
que sin esa culpa de la demandada el daño no se habría producido y que en tales
nóstico etiológico y esto retardó la orientación y el inicio del tratamiento, sin
circunstancias de todas maneras se había privado a la víctima de la oportunidad
embargo, es importante anotar que la encefalitis es una entidad necrológica
de haber evitado el daño. La contradicción es evidente porque una cosa es dar por
muy grave y en muchos casos de carácter mortal, es evidente qué en algunos
cierto el nexo causal a partir de una probabilidad preponderante, y otra es afirmar
casos de encefalitis se puede con tratamiento adecuado mejorar el pronóstico
que el nexo causal no está probado, pero que en virtud de la doctrina de la pérdida
y salvar la vida del paciente, pero esto depende de la etiología precisa de la
de una oportunidad, la víctima tiene derecho a una indemnización parcial. Sin
encefalitis, ya que hay algunas de carácter mortal y otras más benignas".
embargo, el fallo decide condenar por el ciento por ciento del daño sufrido por los
demandantes, como si el nexo causal hubiese sido probado. Al final no sabe uno
Sobre la enfermedad que sufría el testigo manifestó:
si la condena se dicta con base en que se probó el nexo causal o en que a la víctima
"Preguntado. Cómo califica usted la encefalitis sufrida por el señor (x) esto se le privó de la oportunidad de haber evitado el daño.
si, si fue de carácter mortal, que resultaba imposible salvarle su vida o si por
Al respecto, el fallo considera lo que sigue:
el contrario era benigna. Contestó: pienso que era una encefalitis grave ya
que el curso clínico fue agudo con deterioro rápido del estado general y neurológico. "El vínculo de causalidad.
Sobre el carácter mortal, es muy difícil a posteriori afirmar algo con preci-
sión. Preguntado: lo anterior significa entonces que no puede descartarse la "Según la parte demandada el vínculo de causalidad entre la intervención rea-
posibilidad de que ante una eficiente prestación del servicio se le hubiera lizada por los médicos del Instituto Nacional de Cancerología y el daño sufri-
salvado la vida. Contestó: Es muy difícil afirmar eso". do por la menor no está probado, pues las causas del daño pueden ser varias.

"Si bien es cierto que no existe certeza en cuanto a que de haberse realizado Al respecto, el médico Daniel Ricardo Ortiz Brasseur, quien trató a la menor
un tratamiento oportuno el paciente no hubiera muerto pues nunca se tuvo un en el servicio de los Ferrocarriles Nacionales, al ser interrogado por el a quo
diagnóstico definitivo de la enfermedad que padecía, si lo es en cuanto a que en relación con la causa de la paraplejía afirmó que esta pudo obedecer a la
el retardo de la entidad le restó oportunidades de sobrevivir. Se trata en este comprensión de la médula espinal al tratar de controlar el sangrado durante la
caso de lo que la doctrina ha considerado como una "pérdida de una oportu- práctica de la biopsia (fl. 108 C-3).
nidad".
El médico Juan Antonio Becerra Suárez, jefe del servicio de neurocirugía del
"En conclusión la falla del servicio de la entidad demandada que consistió en hospital San José a la pregunta formulada por el apoderado de la parte de-
la falta de diligencia para realizar un diagnóstico oportuno de la enferme- mandada acerca de la posibilidad del daño de la médula espinal por la lesión
dad sufrida por el paciente e iniciar de manera temprana el tratamiento ade- que sufría la menor contesto:
cuado, implicó para éste la pérdida de la oportunidad de curación y de so-
brevivir y por esta razón el ISS deberá indemnizar a la demandante por los
perjuicios sufridos con la muerte de su esposo". 53 C. de E., mayo 3 de 1999, Exp. 11.169, M. P. Ricardo Hoyos Duque.
298 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 299

"Sí la puede afectar por dos mecanismos: primero porque el crecimiento de la


"En consideración al grado de dificultad que representa para el actor la prue-
lesión puede comprimir directamente la médula y segundo porque el t~~or,
ba de la relación de causalidad entre la acción del agente y el daño en los
al erosionar el cuerpo de las vértebras, puede ocasionar fracturas patolog1cas
casos en que esté comprometida la responsabilidad profesional, no sólo por
y el desplazamiento vertebral que se origina daña la médula" (fl. 111 C-3).
la complejidad de los conocimientos científicos y tecnológicos en ella involucrados
Según el médico Juan Manuel Vega del Instituto N ~cional de Cancerología sino también por la carencia de los materiales y documentos que prueben
las causas de la paraplejía sufrida por la menor pud1eron ser: dicha relación causal, se afirma que cuando sea imposible esperar certeza o
exactitud en esta materia "el juez puede contentarse con la probabilidad de su
" ... primero la presión de la misma hemorragia, ant~~ de la cirugí~, /durante la existencia", es decir, que la relación de causalidad queda probada "cuando
cirugía la hemorragia fue controlada, puedo tamb1en hac.er preswn, la cera los elementos de juicio suministrados conducen a 'un grado suficiente de
quirúrgica pudo hacer presión sobre la médula. Y al. rev1sar el caso con el probabilidad'". Al respecto ha dicho la doctrina: "En términos generales, y
neurocirujano que hizo la intervención, hay una artena que. lleva la sa~g~e a en relación con el 'grado de probabilidad preponderante', puede admitirse
la médula, que pasa por ahí, es posible que el tumor la hub1ese compnm1do, que el juez no considere como probado un hecho más que cuando está con-
al presionar la arteria, deja de irrigar sobre la médula, y esta muere el seg- vencido de su realidad. En efecto, un acontecimiento puede ser la causa cier-
mento de la médula" (fl. 113 C-3)". ta, probable o simplemente posible de un determinado resultado. El juez pue-
de fundar su decisión sobre los hechos que, aun sin estar establecidos de
Y más adelante agrega: manera irrefutable, aparecen como los más verosímiles, es decir, los que pre-
sentan un grado de probabilidad predominante. No basta que un hecho pueda
"Al revisar la historia, y discutir el caso, no solamente con los cirujano~ q~e ser considerado sólo como una hipótesis posible. Entre los elementos de he-
tuvieron que ver en este caso directamente, sino con muchos otros esp~~lahs­ cho alegados, el juez debe tener en cuenta los que le parecen más probables.
tas de otras instituciones a nivel internacional llegamos a la concluswn, de Esto significa sobre todo que quien hace valer su derecho fundándose en la
qu~ este caso fue un verdadero y lamentable accident:, pero fue ~so Y na~a relación de causalidad natural entre un suceso y un daño, no está obligado a
más, un accidente; de no haberse practicado la cirug1a que se h1zo lo mas demostrar esa relación con exactitud científica. Basta con que el juez, en el
probable es que la paciente hubiese fallecido súbitamente por una hemorra- caso en que por la naturaleza de las cosas no cabe una prueba directa llegue a
gia aguda, fuera de condiciones quirúrgicas" (fl. 115 C-3). la convicción de que existe una 'probabilidad' determinante".

"El médico Ramón Miguel Octavio Vega Ramírez del Instituto Nacional de "Ahora bien, es cierto que no existe certeza en cuanto a que de no haberse
Cancerología declaró lo siguiente: producido la práctica de la biopsia la menor no hubiera quedado inválida,
pero sí es cierto que la intervención le restó la oportunidad de aliviar o al
"La causa de la sección medular pudo ser el sangrado masivo, la baja de menos mejorar su situación física sin padecer el estado de invalidez que su-
tensión arterial, 0 también la cera que era el único recurso viable para detener fre y por esta razón la entidad demandada deberá indemnizar al actor los
la hemorragia y salvarle la vida a la paciente". daños sufridos con ocasión de la paraplejía de su hija, derivada de la falla
médica (el resaltado no es del original)".
"En conclusión, no existe certeza en el sentido de que la paraplejía sufrida
por Marianella Sierra Jiménez haya tenido por causa la práctica de la biop-
272.- CONSEJO DE ESTADO, 10 DE FEBRERO DE 2000 54
sia (subraya fuera del original). No obstante, debe tenerse e~ cuent~ que.aun-
que la menor presentaba problemas sensitivos en sus ~xtrem1da~e.s mfenore~ En esta decisión se aplica consecuentemente la reducción del monto indemni-
antes de ingresar al Instituto Nacional de Cancerolo~;a, se ~ov1hzaba p.or ~1 zable, ya que para el Consejo, se trataba de la pérdida de una oportunidad, y
misma y que después de dicha intervención no volvw a cam1~ar. ~sto slgm-
fica que existe una alta probabilidad de que la caus~ ~e la mvahdez /de la
menor sea la falla de la entidad demandada. Probablltdad que ademas fue
reconocida por los médicos de la entidad demandada. 54 C. de E., 1Ode febrero de 2000. Exp.11.878, actor Josué Reinaldo Durán Serrano
y otros contra Universidad Industrial de Santander.
300 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 301

aunque como ya hemos dicho, para nosotros aquí no hay realmente la pérdida de "En este sentido, deberá reformarse el fallo apelado. Se corregirá, así: las
una oportunidad sino una imposibilidad de conocimiento de la causa del daño, por entidades demandadas serán condenadas a pagar, solidariamente, el valor de
lo menos hay una conclusión lógica a partir de las premisas de la motivación. los respectivos perjuicios a la parte demandante. No obstante, para efectos de
las restituciones a que haya lugar y de acuerdo con el grado de participa-
No sobra advertir o recordar que la doctrina y la jurisprudencia pacífica- ción de cada una en la producción del perjuicio indemnizado, considera la
mente admiten que la indemnización debe ser equivalente al porcentaje de proba- Sala, con fundamento en la argumentación contenida en esta providen-
bilidades perdidas, y aunque es imposible hacer la tasación en forma exacta, el cia, que la responsabilidad debe establecerse en un 80% a cargo de la de-
juez sí debe analizar con ayuda de peritos si es del caso, el cálculo de probabilida- mandada ... ".
des que tenía la víctima de no sufrir el daño si no se hubiera presentado el in
suceso médico. Y un poco más adelante expresa:

Al respecto, el fallo considera lo siguiente: "Conforme a las conclusiones obtenidas en este fallo y a la doctrina reitera-
da de esta Corporación, sería procedente condenar solidariamente a las enti-
"Y aunque dada la gravedad de la situación en ese momento, no podría ase-
dades demandadas a pagar, a cada uno de los demandantes Josué Reinaldo
gurarse que la muerte del paciente no se hubiera producido, es indudable, en
Durán Serrano y Esther Gómez De Durán, la suma de dinero equivalente, en
opinión de la Sala, que la conducta omisiva del hospital disminuyó notable-
pesos colombianos, al valor de mil (1 000) gramos de oro puro, y a cada uno
mente sus oportunidades de sobrevivir. En otras palabras, si bien no puede
de los demandantes Reynaldo Durán Gómez, Hernán Durán Gómez y Esther
considerarse probada la relación de causalidad entre la actitud omisiva de la
Y olima Durán Gómez, la suma de dinero equivalente, en pesos colombianos,
entidad demandada y la muerte del paciente, sí está claramente acreditada
al valor de quinientos (500) gramos de oro puro (las subrayas no son del
aquella que existe entre dicha actitud y la frustración de su chance de sobrevida.
original).
Esta distinción es fundamental para enervar cualquier observación relativa a
la laxitud en la prueba de la causalidad. Ésta se encuentra totalmente acredi-
tada respecto de un daño cierto y actual, que no es la muerte, sino la disminu- Es decir, para el Consejo de Estado, sino cupiera duda de que los demanda-
ción de probabilidades de sanar. dos causaron el daño, la indemnización sería la señalada en al párrafo anterior.
Pero como tuvo en cuenta que sólo hubo la pérdida de una oportunidad, entonces
"Interesante resulta la reflexión que debe hacerse en torno al perjuicio moral redujo las indemnizaciones como se aprecia en el numeral2 de la parte resolutiva,
que sufren los parientes de la persona fallecida, como consecuencia de ese que dice lo siguiente:
daño cierto.
"Modifícase el numeral segundo de la parte resolutiva de la misma senten-
"En opinión de la Sala, el nexo no puede ponerse en duda; la pérdida de la cia, mediante el cual se condenó a cada una las entidades demandadas a
oportunidad de sobrevivir genera para las personas cercanas a la víctima un pagar en favor de los demandantes las sumas que allí mismo se indicaron,
sufrimiento intenso, en la medida en que pierden también ellas la posibilidad por concepto de daños morales, y en su lugar, se les condena a pagar, solida-
de gozar de su compañía, del apoyo y el afecto de un ser querido. Vale la riamente, a cada uno de los padres de Javier Durán Gómez, señores Josué
pena anotar que, aun cuando esta pérdida no proviene directamente de la Reinaldo Durán Serrano y Esther Gómez De Durán, la suma de dinero equi-
muerte misma, se hace patente con la ocurrencia de ésta. valente, en pesos colombianos, al valor de seiscientos (600) gramos de oro
puro, y a cada uno de los hermanos del mismo, señores Reynaldo Durán
"Conforme a lo anterior y de acuerdo con lo expresado al analizar la situa- Gómez, Hernán Durán Gómez y Esther Y olima Durán Gómez, la suma de
ción probatoria, encuentra la Sala acreditada la responsabilidad del Hospital dinero equivalente, en pesos colombianos, al valor de cien (1 00) gramos de
Universitario Ramón González Valencia y la Universidad Industrial de Santander oro puro. Estas cantidades se pagarán atendiendo el valor del gramo de oro
por los perjuicios morales causados a los padres de Javier Durán Gómez y a en la fecha de ejecutoria de esta providencia, según certificación que expida
sus hermanos Reinaldo, Hernán y Esther Yolima. el Banco de la República" (el resaltado no es del original).
302 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 303

273.- CONSEJO DE ESTADO, DICIEMBRE 5 DE 2002 "Y precisamente eso fue lo que faltó en el caso sub examen. A la paciente se
le atendió en forma deficiente desde su primera visita a la pues el
En este fallo 55 el Consejo de Estado admite que no existe prueba de que no 8 de junio de 1993 ni siquiera se le abrió una historia clínica, no se le dejó en
habiendo existido la falla del servicio el paciente no hubiera sufrido el daño, pero observación y se le formularon 3 medicamentos; ellO de junio de 1993 se le
que de todas maneras la falla "privó al paciente de una oportunidad de mejoría y ordenó la toma de exámenes cuyos resultados sólo fueron reportados 16 ho-
recuperación". Sin embargo, la decisión condenatoria la toma como si no cupiera ras después, y mientras tanto se le suministraron líquidos hidratantes que le
duda del nexo causal entre la falla del servicio y el daño. En consecuencia conde- fueron suspendidos por taponamiento de la aguja; y elll de junio de 1993 se
na por la totalidad del daño. le formuló por teléfono, sin auscultada, y a la hora siguiente de ello lapa-
ciente fue en estado grave a urgencias de la allí no se contaba con
Al respecto, el fallo afirma: el aparato para realizar un electrocardiograma y siendo de vital urgencia su
traslado al Universitario San tampoco se tenía disponible la
"Desde el punto de vista de la actividad médica, se presentaron errores, impreci- ambulancia, la cual demoró por más de una momento para el cual el
siones, incurias, negligencias y situaciones calificables hasta de indolentes, estado de la paciente era crítico.
todas imputables a la entidad pública obligada a prestar la asistencia a la
(paciente). "En estas circunstancias, que indican la inexistencia de que desvirtúe
la falla por la actividad médica imputable al Universitario San
"El retardo en la asistencia no tiene justificación de ninguna índole. Primero, de Pereira y la existencia de que determinan que incurrió en falla en la
porque resulta impropio que en unas instalaciones médicas donde atiendan prestación del servicio mencionado, se revocará la sentencia y en su lugar se
urgencias, no se cuente con una ambulancia para el traslado "urgente" de los declarará a dicha responsable por la muerte de la y se le
pacientes que así lo requieran. Segundo, porque dentro de la investiga- condenará al pago de los perjuicios irrogados a los demandantes".
ción interna quedó demostrado que ".:.los directivos de los sindicatos ... die-
ron la orden no directa, pero por asambleas pasadas, de la no movilización
del vehículo a las 7:00am., por esto a las 9:30 no se encontraba en Cuba la 274.- CoNSEJO DE EsTADO, ABRIL 26 DE 199956
ambulancia ese día ... ". Y tercero, porque ante la emergencia y las reiteradas
llamadas, dicha ambulancia, a pesar de haberse pedido a las 9:30am., cuando En esta decisión, el de Estado llega ya al estado audaz e para
empezó la emergencia, sólo llegó hasta las 10:30 de esa misma mañana. con la entidad demandada, de condenar por la totalidad del daño sufrido por la
demandante, pese a que sin duda ni confusión alguna, admite que no existe
"No existe un dictamen que pueda indicarnos que de haberse contado en for- del nexo de sino ·la de una apo-
ma inmediata con el servicio de la ambulancia, la paciente hubiese sobrevivi- nrr\1-"''"A .... Ricardo de y agüez, que a su turno cita al
do precisamente porque a raíz de la descuidada atención que hasta ese mo- como lo hacen todos los autores sin '-'A~·'·-'~-''-'.LV
mento había recibido su estado de salud revestía gravedad, pero lo que si se que en estos casos la indemnización no puede ser total y que debe estar en
evidencia es que con esa excesiva e injustificada demora se le privó de una lencia con el de por la víctima.
oportunidad de mejoría y de recuperación. recaudada en el expediente y en la cual se apoya el fallo, no
la inexistencia de del nexo causal. decisiones van más allá de
"Conclusión. Es una verdad reiterada, que el servicio médico debe prestarse la y de la presunción de nexo que es la
diligentemente, con el concurso de todos los medios humanos, técnicos, far- ,.,.,.,.,...,....,.,,... vez en que el mismo juez admite que no está el nexo causal y
macéuticos, científicos, entre otras razones, porque la dignidad de la LVL ... u .............. u del daño. Pero lo más contradictorio es que esta vez el

persona humana exige que al paciente se le la condigna atención. mismo acude a la noción que él mismo utiliza en otra sentencia

55 C. de E., diciembre 5 de 2002. Exp. 13.066. M. P. Jesús María Ballesteros. 56 C. de E., abril 26 de 1999. Exp. 10.755. M. P. Ricardo Hoyos Duque.
304 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 305

condenatoria, cuando da por probado el nexo causal a partir de una probabilidad "Al respecto dice Ricardo de Ángel Yagüez:
preponderante, que en ese caso tampoco lo era. O sea que unas veces, ante cir-
"Es particularmente interesante el caso sobre el que tanto ha trabajado la
cunstancias semejantes opta por dar por probado el nexo causal a partir de una
doctrina francesa, esto es, el denominado la parte d'une chance, que se podría
probabilidad, y en otras oportunidades aplica la pérdida de una oportunidad. Pero
traducir como 'pérdida de una oportunidad'.
en el fallo que ahora comentamos, era evidente que la probabilidad preponderante
era el estado de salud del paciente, según se desprende de la prueba citada por el "Chabas ha hecho una reciente recapitulación del estado de la cuestión en
mismo fallo, lo que significa que si se quería ser coherente con fallos anteriores este punto, poniendo, junto a ejemplos extraídos de la responsabilidad médi-
con ponencia del mismo consejero, la sentencia debió haber sido absolutoria. ca (donde esta figura encuentra su más frecuente manifestación), otros como
los siguientes: un abogado, por negligencia no comparece en un recurso y
Pero veamos la motivación de la decisión analizada:
pierde para su cliente las oportunidades que éste tenía de ganar el juicio; un
automovilista, al causar lesiones por su culpa a una joven, le hace perder
"Sobre la enfermedad que sufría el señor Mogollón Reyes el testigo mani-
festó: la ocasión que ésta tenía de participar en unas pruebas para la selección de
azafatas.
"Preguntado:
"Este autor señala que en estos casos los rasgos comunes del problema son
esto es, si fue de los siguientes: l. Una culpa del agente. 2. Una ocasión perdida (ganar el
le su vida o si por el contrario era .._~,~;~.--
juicio, obtención del puesto de azafata), que podía ser el perjuicio. 3. Una
ausencia de prueba de la relación de causalidad entre la pérdida de la ocasión
y la culpa, porque por definición la ocasión era aleatoria. La desaparición de
esa oportunidad puede ser debida a causas naturales o favorecidas por terce-
ros, si bien no se sabrá nunca si es la culpa del causante del daño la que ha
"Preguntado: Lo anterior .;,.m.¡;;,,u.~.~.~.~~.-a hecho perderla: sin esa culpa, la ocasión podría haberse perdido también. Por
tanto, la culpa del agente no es una condición sine qua non de la frustración
po1~Ibllídlad de que ante una '!:'.1..11'1.-JII[:.ulu:: """'"'"""~"'''""-
del resultado esperado.
ra salvado la al señor l'I'JI''""'I'II"'II
"En el terreno de la Medicina el autor cita el caso de una sentencia francesa.
"Contesto: muy eso (negrillas fuera del original)". Una mujer sufría hemorragia de matriz. El médico consultado no diagnostica
un cáncer, a pesar de datos clínicos bastante claros.
Obsérvese que el testigo afirma que había una gran probabilidad de que el
estado del paciente fuera muy deteriorado pues sufría de una encefalitis gra- "Cuando la paciente, por fin, consulta a un especialista, es demasiado tarde;
ve con deterioro rápido del estado general y neurológico, y que era muy difí- el cáncer de útero ha llegado a su estado final y la enferma muere. No se
cil afirmar que una eficiente prestación del servicio le hubiera salvado la puede decir que el primer médico haya matado a la enferma.
vida.
"Podría, incluso tratada a tiempo, haber muerto igualmente. Si se considera
Y continúa el fallo en comento: que el perjuicio es la muerte, no se puede decir que la culpa del médico haya
sido una condición sine qua non de la muerte. Pero si se observa que la pa-
"Si bien es cierto que no existe certeza en cuanto a que de haberse realizado ciente ha perdido ocasiones de sobrevivir, la culpa médica ha hecho perder
un tratamiento oportuno el paciente no hubiera muerto pues nunca se tuvo un esas ocasiones. El mismo razonamiento se puede aplicar a un individuo heri-
diagnóstico definitivo de la enfermedad que padecía, sí lo es en cuanto a que do, al que una buena terapia habría impedido quedar inválido. El médico no
el retardo de la entidad le restó oportunidades de sobrevivir. Se trata en este aplica o aplica mal aquella terapéutica, por lo que la invalidez no puede evi-
caso de lo que la doctrina ha considerado como una "pérdida de una oportu- tarse. El médico no ha hecho que el paciente se invalide, sólo le ha hecho
nidad". perder ocasiones de no serlo".
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 307
306 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

importante basado en que la pérdida de una oportunidad exige que se pague solo
"En conclusión la falla del servicio de la entidad demandada que consistió
en la falta de diligencia para realizar un diagnóstico oportuno de la enfer- una indemnización parcial?
medad sufrida por el paciente e iniciar de manera temprana el tratamiento Pero veamos lo que dicen los dos fallos en los que se aplica la reducción
adecuado, implicó para éste la pérdida de la oportunidad de curación y de
tantas veces mencionada.
sobrevivir y por esta razón el ISS deberá indemnizar a la demandante por los
perjuicios sufridos con la muerte de su esposo".
276.- CoNSEJO DE ESTADO, 15 DE JUNIO DE 2001
Con el mayor respeto por la sección tercera del Consejo de Estado, nos pare-
En una sentencia de 15 de junio de 2001 el Consejo de Estado al aplicar a
ce que esta providencia desconoce los más elementales principios probatorios tanto
favor de un licitante que fue descalificado en forma ilegal, para luego mediante
del nexo causal como de la falla del servicio. Además incurre en una serie de
ardides adjudicarle el contrato a otro licitante, la teoría de la pérdida de una opor-
contradicciones inexplicables frente a fallos que tienen las mismas dificultades
tunidad, porque nada garantizaba que el contrato le fuera a ser adjudicado, pero
probatorias y en los cuales la solución fue totalmente distinta. No hay una igual-
tenía una buena oportunidad de conseguirlo, pues solo quedaban tres finalistas,
dad de trato para los demandantes, pues a cada momento el lector se ve sorprendi-
concedió una indemnización notoriamente reducida bajo el fundamento de que
do por decisiones que contradicen antecedentes donde la solución fue totalmente
sólo había perdido una oportunidad de que se le adjudicase el contrato.
diferente.

De otro lado, aunque no sabemos si hay otros fallos adicionales donde se Al respecto, el fallo afirma:
a?orde el tema de la pérdida de una oportunidad en materia médica, lo que sí es "No hay que confundir la pérdida de una oportunidad con un perjuicio posi-
c1erto es que en los aquí analizados, con ponencia del mismo magistrado, no se ble. En efecto, lo que se repara no es el daño que resulta de que un aconteci-
hace reducción alguna del monto indemnizable, como se acostumbra cuando se miento que hubiera podido producirse no se produjo, puesto que, desde lue-
c~ndena con. base en la pérdida de una oportunidad. Podría uno pensar que para go, no se sabía si dicho acontecimiento se iba a producir y que no se podría
dicho.ConseJero, ~uando se presenta la pérdida de una oportunidad no hay lugar a tratar de reparar el daño posible, sino el daño que resultara de lo que el deu-
reduCir el monto mdemnizable. dor hizo para que el acontecimiento ya no se produjera. Lo que da lugar a la
reparación, son únicamente las consecuencias que resultan de la privación de
275.- FALLOS DEL CONSEJO DE ESTADO QUE, CON PONENCIA DEL MISMO una oportunidad para que un acontecimiento pueda producirse. De allí se
CONSEJERO, CONTRADICEN LA SENTENCIA ANTERIOR deduce que los daños y perjuicios no pueden corresponder al perjuicio que
resulta porque el acontecimiento no se produjo. Solo corresponderán a una
Pero cuando esta sentencia y sus comentarios ya habían sido analizados en suma menor, la cual evidentemente no es fácil de evaluar y da lugar, como en
esta obra, nos encontramos con dos providencias, con ponencia del mismo Conse- cuanto al perjuicio moral, a aplicar un criterio arbitrario. Teniendo en cuenta
jero que presentó y redactó la que ahora comentamos. E inexplicablemente, en las que queda al arbitrio del juez determinar la indemnización por "la pérdida de
dos que encontramos al final, referidas a la contratación administrativa dicho la oportunidad" y que en todo caso es un valor inferior a lo que hubiera tenido
Consejero con un grado de erudición pasmoso en relación con el tema de 1; reduc- derecho el demandante de habérsele adjudicado el contrato, la Sala estima el
ció~ del monto indemnizable cuando de la pérdida de una oportunidad se trata, monto de ese perjuicio en atención a las diversas circunstancias de la pro-
decide acertadamente, que tratándose de la pérdida de una oportunidad el monto puesta, en un 20% de la utilidad (beneficio económico que recibe el consultor
de la indemnización debe reducirse sustancialmente según sea el caso. ¿Hubo
por ejecutar el contrato).
olvido~ ~La reducción no cabe en materia médica, pero sí en otros tipos de res-
ponsablhdad? ¿El arbitrio judicial permite desconocer el derecho de igualdad? ( ... ).
¿P~r qué en tratándose de responsabilidad médica el citado Consejero, pese a que
"El anterior dictamen pericial pese a que no fue tachado por las partes, si le
aph~a la doctrina de la pérdida de una oportunidad, por lo menos en los fallos que
merece a la Sala los siguientes reparos: Sea lo primero advertir que para los
vemmos comentando y en los que fue ponente, condena por el1 00% del daño y en
peritos "el AIU representa lo que hubiera sido la ganancia del consorcio", lo
estos dos últimos casos ajenos a la responsabilidad médica aplica una reducción
308 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 309

cual es una apreciación equivocada toda vez que éste es el componente de los material, una suma equivalente al valor de 4000 gramos de oro puro. Preten-
costos de administración, imprevistos y la utilidad y sólo ésta última corres- dió demostrarlos con la prueba pericial en la que se tuviera en cuenta "la
ponde a la ganancia esperada. De otra parte, tratándose de un contrato de contabilidad del actor, los documentos allegados al plenario, los testimo-
consultoría, lo técnico y ajustado a la ley para este tipo de contratación, era nios ... y de modo especial, ... la inactividad profesional del ingeniero deman-
discriminar los costos del contrato en costos directos e indirectos y en la dante, desde la expedición de la Resolución 066 de 1991".
utilidad del consultor, para cubrirlos con base en el método de un factor multiplicador
"2. El a quo consideró que la inhabilidad derivada de la cancelación de la
(arts. 33 y 34 del D. 1522 de 1983). Como los peritos no discriminaron cual
inscripción en el Registro Único de Proponentes del Distrito, le ocasionó al
era el porcentaje que correspondía a cada uno de los anteriores conceptos y
demandante unos perjuicios materiales conocidos como de "pérdida de opor-
concretamente a la utilidad del consultor, la práctica ha enseñado que tratán-
tunidad" para celebrar contratos con la administración distrital y, por consi-
dose de honorarios para los consultores un porcentaje equitativo es el 1O%
guiente, de percibir unas ganancias lícitas por la ejecución de los mismos.
del valor del contrato.
"No acogió en su integridad el dictamen pericial por cuanto "para efectos de
"De tal manera que para ...,".,...,"_.".._
determinar los perjuicios derivados de la mencionada pérdida de oportuni-
por los que se preso-
dad ... los peritos no tuvieron en cuenta los contratos efectivamente celebra-
valor del contrato
dos por el demandante durante el lapso en que permaneció inscrito en el
esto es, la suma de $72.500.000. Para la
de acuerdo con su arbitrio la ........~ ............. Registro Único de Proponentes, sino que se apoyaron en unos cálculos dedu-
la el ...... ''"'"'. . ~"' cidos, de una parte, con base en la capacidad de contratación de aquel, y, de
otra, con fundamento en unos contratos respecto de los cuales no se acreditó
que efectivamente los hubiese celebrado el demandante con la administra-
ción distrital, pues los peritos se limitaron a tomarlos en consideración por la
sola referencia que de ellos hizo el ingeniero Afanador Soto al interponer el
277.- CONSEJO DE ESTADO, 28 DE NOVIEMBRE DE 2002 recurso de reposición contra la resolución inicial demandada, aparte de que
esos contratos solo corresponden al período transcurrido entre marzo de 1991
Y en un segundo proceso, un contratista que ilegalmente había sido excluido y la fecha de exclusión del registro. Además, la indemnización proyectada
de lista de licitantes, demandó indemnización de los perjuicios que le fueron cau- por los peritos cubrió los años 1992, 1993, 1994 y 1995, es decir que excedió
sados con la inhabilitación que por dos años le fue impuesta. El Consejo de Esta- el límite del período de inhabilidad".
do, en fallo de 28 de noviembre de 200258 , con ponencia del mismo magistrado del
"Como quiera que el demandante acompañó con la demanda certificaciones
fallo anterior, condenó con base en la pérdida de una oportunidad y de nuevo,
de entidades distritales sobre los contratos celebrados durante el período comprendido
otorgó una indemnización parcial equivalente en forma aproximada al número de
entre 1987 a 1991, así: 1987: $32.200.162.89; 1988: $13.916.910.81; 1989:
probabilidades perdidas.
$85.478.351.44; 1990: $146.491.896.11 y 1991: $16.193.760, el tribunal consideró
que con ello demostró que sí venía celebrando contratos con la administra-
Al respecto dijo el citado fallo:
ción distrital, en forma permanente durante los últimos cinco años anteriores
"1. La parte actora rec1ama por concepto de perjuicios materiales sufridos a la cancelación de la inscripción en el registro único de proponentes, y por
con ocasión de los actos acusados "la suma que se demuestre, con un mínimo consiguiente, la medida de la administración significó que durante los dos
de cien millones de pesos", o en subsidio, de no poderse avaluar el daño años siguientes, el demandante se viera imposibilitado para continuar cele-
brando contratos como lo venía haciendo.

"Para determinar el valor de los contratos que el demandante hubiera podido


57 C. de E., 15 de junio de 2000. Exp. 10.963. M. P. Ricardo Hoyos Duque. celebrar en el evento de que no se hubiesen expedido los actos que se acusan,
58 C. de E., 28 de noviembre de 2002. Exp. 14.040. M. P. Ricardo Hoyos Duque. el a quo tomó en cuenta el valor de los contratos celebrados en los dos años
31 Ü JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 311

inmediatamente anteriores a la cancelación de la inscripción, es decir, los de a la reparación, únicamente, de las consecuencias que resultan de la priva-
los años 1990 y 1991 ($162.685.656), que correspondían al lapso equivalente ción de una oportunidad, es decir, "la pérdida de la oportunidad de ver que
a la inhabilidad. Sin embargo, consideró que lo equitativo era tomar un 50% un acontecimiento se produzca ... y no el hecho de que el acontecimiento no
de ese valor ($81.342.828), lo cual justificó en que: se produjo".

" ... la posibilidad de que el demandante durante los dos años de la inhabili- "Fue entonces acertada la determinación del a quo al concluir que aquí
dad hubiese celebrado contratos con la administración distrital por igual va- debía indemnizarse la pérdida de la de celebrar contratos
lor, no es del ciento por ciento (1 00% ). Por el contrario la ley de probabilida- con la administración y quedaba a su arbitrio tasar la indemnización en
des aplicada al caso permite deducir que se presentaría una disminución, dada forma proporcional a las oportunidades que el afectado había perdido
la tendencia a la baja en la contratación que el demandante demostró entre el (negrillas fuera del texto).
año -1991- y dos y 1990-; así como, la posibilidad de
"En estas condiciones, no es procedente lo pedido por el demandante en
que se impiden asegurar
que la con los mismos volúmenes de cuanto a que se modifique no sólo el porcentaje del valor de los contratos que
sirvieron al tribunal para cuantificar las oportunidades perdidas por el de-
ocurrir cambios de políticas
mandante sino el porcentaje en el que calculó las utilidades que pudo haber
a la merma de unos deterrni-
recibido".
celebrar según su capacidad de
..... ~,.., ... j_,..._L) en el Único de Propo-
nentes". 278.- CONSEJO DE ESTADO, 14 DE JUNIO DE 2001 59

Pero inexplicablemente, en otro fallo con casi todos los mismos consejeros,
el Consejo de Estado aplica en forma correcta la indemnización parcial en caso de
la pérdida de una oportunidad en materia médica, lo que demuestra que la solu-
ción no era extraña para ellos, y no entiende uno como en varios de los casos
anteriores se aplica la reducción de la indemnización y en otras no.
"3. la anterior en tanto no encuentra jus-
Al respecto, el fallo en comento considera lo siguiente:
del 50% que practicó el tribunal, ya que la in-
'"''-'-'"'-''-'.LVH

ser no le parece la fijación de las utilida- "En este caso está probada la omisión de hospitalización, hecho constitutivo
ya que la realidad es que en la utilidad que dejan los de falla administrativa para Caprecom porque esta entidad estaba obligada
es del 25%; ello compensa la no por el Decreto 1240 de 1989 (art. 4° literales e y e), a prestar ese tipo de
'-'-'"'' .... "J"'-'-'u.~. •....,, y además, deben servicios, entre otros, a sus beneficiarios; las conductas "de su mandatario
reconocerse los morales por la de la imagen profesional para servicios médicos" lo obligan frente a terceros, porque éste actuó bajo
y sicológica del demandante que no se restableció al día siguiente su cargo y riesgo; así lo indican los hechos y las normas del Código Civil,
...."'...._J..~. .• v con de del antes transcritas. La Sala advierte que desde el punto de vista de atención
médica no son de recibo los argumentos esgrimidos por Caprecom a propósi-
to de la impugnación y referentes a que su mandatario de servicios fue la
y
persona que se negó a prestar la hospitalización, pues tales circunstancias no
son oponibles al beneficiario del servicio; esos hechos, con los cuales busca
"'R-''"-'-"'"' ... v·u del que consiste en la
u .... ,, ........ ._,u cuando el daño resulta de un acontecimiento
y por lo no se sabe si
En este caso hay lugar 59 C. de E., 14 de junio de 2001. Exp. 13.006. M. P. María Elena Giralda G.
312 JAVIERTAMAYOJARAM\LLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 313

o pretende ser excluido de responsabilidad, no son materia de análisis en un 279.- CONSEJO DE ESTADO, ENERO 24 DE 2004
juicio de responsabilidad extracontractual por falencias médicas, sino que
son materia de un proceso de responsabilidad contractual y entre los contra- En fallo de enero 24 de 2004 60 , con ponencia de otro Consejero que en otro
tantes. Se advierte que entre el momento de la decisión de no recibir para fallp del cual fue ponente, condenó sobre la base de la pérdida de una oportunidad,
hospitalización a la paciente, por parte del encargado por Caprecom de pres- otorgando una indemnización equivalente al 100% del daño sufrido, en lugar de
tar el servicio hospitalario, y la recepción de la paciente en otro centro de reducir el monto indemnizable (infra, T. I, 274), se aplica otra vez la doctrina de
salud, la señora Blanca Libia Bolaños falleció, sin que hubiese recibido otra la pérdida de una oportunidad derivada de la no advertencia de riesgos al paciente
atención dirigida a intentar recuperarle la salud. El caso muestra que cuando que quedó parcialmente paralizado como consecuencia de una intervención qui-
Caprecom, por medio de su mandatario en la prestación de servicios médi- rúrgica. Esta vez, aunque la redacción es un poco sutil, el fallo reduce la indemni-
cos, le prestó servicios de urgencias a la señora Blanca Libia Bolaños se zación en un 50% del valor del daño real. Decimos que la redacción es un poco
"estabilizó"; sin embargo, como inmediatamente le fue negado el servicio de sutil porque a primera vista pareciera ser que la reducción se hace debido al estado
hospitalización la estabilización lograda antes se interrumpió, diez minutos de salud del paciente antes de la operación. Pero en las consideraciones hay con-
más tarde a las 5:30p.m. cuando era conducida a otro centro médico para que ceptos que no dejan duda de que por tratarse de la pérdida de una oportunidad
se estudiara el tratamiento a seguirle; cuando la paciente llegó a la Clínica procede la reducción.
Minerva se encontró en estado cianótico, sin signos vitales con y pupilas
midiátricas. La Sala desconoce el grado de dolencia cardiaca de la paciente y
Al respecto, el fallo expresa:
por lo mismo ignora, por la falta de conocimiento científico médico, si en el
evento de que se le hubiese hospitalizado aquella hubiese sobrevivido; pero
"Teniendo en cuenta que la conducta de la entidad prestataria del servicio
lo que sí conoce es que está probado que la omisión administrativa, en hospi-
implica la colocación al alcance del paciente de todos los recursos técni-
talizar la paciente, le frustró la oportunidad de intentar recuperarse".
cos, científicos, humanos o físicos en el procedimiento a seguir; y que en
este caso los facultativos aplicaron el procedimiento adecuado, las manio-
Y más adelante al referirse a la indemnización de los perjuicios, el fallo afir-
bras y los elementos utilizados fueron los idóneos en la intervención qui-
ma:
rúrgica, en principio no podría deducirse responsabilidad por ese aspecto.
"La Sala encuentra procedente la pretensión de indemnización del perjuicio Pero paralelamente a esta conducta existía un riesgo propio producto de las
moral, como lo concluyó el a quo. Sin embargo, encuentra que la ~--·-·~----­ condiciones generales del paciente, la gravedad, evolución y estado de la
de para los favorecidos con en la suma para cada enfermedad que obligaban a tener en cuenta factores como los riesgos de
uno de ellos en ochocientos gramos oro, al valor en pesos todo paciente asistido en un procedimiento quirúrgico, otros riesgos pro-
para el siguiente a la ejecutoria de la sentencia, resulta excesiva. Y pios de cada persona en particular según las diferentes condiciones de cada
lo de esa manera teniendo en cuenta los siguientes hechos organismo y otros riesgos atinentes a la enfermedad; pues, entre más avan-
allli""'"'~"-"'"·.... L·'L-""' que: -se en la demanda que la fue lleva- zado se encuentre el estado patológico los riesgos de morbilidad son mayo-
au:ncwn me:du:a por una "afección -el diagnóstico so- res. Esto quiere decir que si a pesar de aplicarse el procedimiento recomen-
"mal estado y otras y= dado y aceptado mundialmente, el paciente no responde adecuadamente o
-~"'"'"'~'"""" de fue por ""Hibrilac:ión queda sometido a condiciones de incapacidad física y mental como ocurrió
......:a ....."'h·.r.nc que la como en el caso concreto o en el peor de los casos fallece, por ese solo hecho no
;,.....,..H_...,.,.. "'"" como causa de muerte sino como causa hay lugar a imputar dicha lesión al establecimiento público, si el daño no
opc[)rtunJlaa.a para recuperarse. Por lo tanto la cmld{ma obedece efectivamente a falta de diligencia y observación de la lex artis en
•wv.""n""' 11
. .,. en instancia se a la es decir la .... ->R··-
J. .
el procedimiento operatorio. En el caso sub judice, se recopilaron elemen-
ni1:acJtón para cada uno de los por el en pesos
coJlonun:anc)s al momento de de la sentencia en cuatrocientos
gramos (las negritas no son del original)". 60 C. de E., enero 24 de 2002. Exp. 12.706. M. P. Jesús María Carrillo Ballesteros.
314 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 315

tos demostrativos que conducen a evidenciar a la vez, la diligencia y cuida- Y ya al referirse al monto indemnizable el fallo afirma:
do, pero en cambio la omisión en la debida e ilustrada información a que
tenía derecho el paciente. De las pruebas recaudadas se concluye que el "Perjuicios
accidente isquémico se originó en el desprendimiento de placas ateroma
tosas y por la presencia de pequeños coágulos que forman un trombo y "En la demanda se pretendió por indemnización: perjuicios morales, en equi-
obstruye el flujo sanguíneo al cerebro. Esta isquemia cerebral que limitó valente a 1000 gramos de oro para el lesionado, la esposa y los hijos; por
totalmente el funcionamiento de los órganos vitales del paciente y lo redu- perjuicios fisiológicos 2000 gramos de oro para el lesionado, y por perjuicios
jo a una incapacidad física del100 %, sin duda tiene estrecha relación con materiales el salario devengado por la víctima o en su lugar, el salario míni-
el procedimiento quirúrgico consistente en Cervicotomía en J y resección mo más el25% por prestaciones sociales.
de Glomus Carotídeo izquierdo practicada en el Hospital Militar, pero tam-
poco hay duda que dicha intervención era de altísimo riesgo, no solo por "Se recuerda que la falla no consistió en la atención médica propiamente
las características que revestía esta lesión de origen eminentemente vascular dicha, la cual fue diligente y oportuna (ver su copiosa historia clínica conte-
que comprometía los órganos de irrigación cerebral debido del tumor que nida en el c. 3), sino en la pérdida de oportunidad del paciente, ampliamente
se extendía hasta la base de cerebro, sino porque aún siendo el procedi- comentado. Esto nos conduce necesariamente a reflexionar sobre el monto
miento quirúrgico adecuado se presentó con posterioridad un desprendi- de la condena (resaltado fuera del texto).
miento de la placa ateromatosa o arteriosclerótica, accidente que si bien es
( ... ).
previsto no pudo ser prevenido porque implicaría que en la intervención se
obstruyera totalmente la arteria carótida que conllevaría a un accidente ce-
"Entonces, tomando como referencia el ya deteriorado estado de salud pre-
rebro vascular de consecuencia impredecibles, tal como se desprende de la
sentado por Luis Alfredo Sánchez antes dell3 de mayo de 1993, y el dicta-
explicación científica dada por el Jefe de Cirugía. Lo anterior, permite te-
men médico laboral rendido con posterioridad, la Sala, en aplicación del principio
ner claridad en cuanto a los riesgos que implicaba este tipo de cirugía con-
de arbitrio judicial, considera justo y proporcional al 50% del perjuicio cau-
sistentes en hemorragia post operatoria, formación de coágulos, desprendi-
sado (cursivas fuera del texto), reconocer a los demandantes las siguientes
miento de la placa ateroma tosa o arteriosclerótica, los cuales producen
sumas":
isquemia cerebral. En esta clase de procedimientos donde la probabilidad
de mejoría está limitada por los riesgos propios de la patología, las manio- Obsérvese pues que el fallo dice que por tratarse de la pérdida de una oportu-
bras aplicadas también se ven limitadas, por lo tanto los facultativos esta- nidad, es necesario reflexionar sobre el monto de la indemnización, lo que signi-
ban impedidos para garantizar un éxito total de recuperación, debido a la fica que la reducción hecha en equidad con una reducción del 50 % tiene por lo
evolución de la lesión, tumor que para la fecha de intervención casi había menos en parte como causa la circunstancia de tratarse de la pérdida de una opor-
duplicado su tamaño desde la primera evaluación. En este orden de ideas, y tunidad.
conocidos los resultados, que por cierto sirven de fundamento a esta de-
manda, habrá de Condenarse a la demandada por falla en la administración
del servicio, que se repite, no consiste en falencia en la atención diligente 280.- CoNSEJO DE EsTADO, JUNIO 15 DE 2000 61
y científica, sino por la omisión en el deber de información al paciente,
En este fallo se niega la responsabilidad del demandado, porque el actor no
hecho que le impidió optar por someterse o rehusar la intervención médica
probó el nexo causal, prueba que según la sentencia siempre le corresponde a este.
y con ello perdió la oportunidad de no resultar afectado por una interven-
Sin embargo, al igual que en los otros fallos en que aplica la teoría de la pérdida
ción que podía aceptar o no. En el caso sub análisis, la oportunidad habría
de una oportunidad, las circunstancias probatorias eran las mismas, lo que lleva-
consistido, si no en curarse, sí en no agravarse y mantenerse en el estado
ría la conclusión de que también en este caso, se debía aplicar la misma solución.
en que se encontraba, y que se los demandantes valoran como superior a
aquel en que el paciente quedó luego de la intervención a la cual fue some-
tido sin la suficiente ilustración sobre el grave riesgo que corría" (resalta-
do fuera del original). 61 C. de E., junio 15 de 2000. Exp. 12.548. M.P. María Elena Giralda G.
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 317
316 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

Al respecto, la sentencia en comento considera lo siguiente: causa eficiente, no proveniente del demandado, en la producción del hecho
dañino -causa ajena-. Más cuando en la historia clínica, después del diag-
"Hasta aquí por la vía de la carga probatoria del Instituto de Seguros Sociales nóstico y de la realización, como en este caso de un TAC no se hizo constar
su pasividad y falta de diligencia, en representar en el proceso la justificación que el paciente ingresó en estado de gravedad. Por consiguiente si el paciente
de su comportamiento. Tal pasividad permite concluir que existió una falla se deteriora en manos de quien lo atiende y no se demuestra una causa extra-
institucional en la organización del servicio. La Sala no puede aceptar que ña a éste, se infiere de forma indirecta el nexo de causalidad.
los roles determinados y específicos que cumple cada miembro del grupo
médico impidan a la postre establecer la responsabilidad del ISS, por la cir- "El elemento de causalidad se prueba de manera indirecta, mediante indicios,
cunstancia de la división del trabajo. no solamente de los hechos atrás indicados, sino de otros, probados plena-
mente, como son: el recibo del paciente por parte del ISS, y de la decisión de
"Ahora bien, la Sala se pregunta: ¿ese cúmulo de deficiencias, fue la causa éste de internarlo. Esto conduce a entender que si el paciente hubiese llegado
exclusiva del deceso del paciente o, por el contrario, son culpas en abstracto, en estado terminal o de premuerte no se habrían hecho indicaciones médicas
inocuas, sin incidencia causal? atinentes a remisión a neurología para los exámenes pertinentes; los signos
de vitalidad del paciente (coordinado, hablando, caminando). La no existen-
"Al respecto no existe prueba directa que conduzca a la Sala a afirmar lo uno cia de anotaciones en la historia clínica, o dictamen de expertos, atinentes a
o lo otro y, en esa medida, no puede sostener por ejemplo, que la falta de que a pesar de esos signos, (coordinado, hablando, caminando), el paciente
traslado al pabellón de neurología haya sido la causa que concurrió con la
sufriera de gravedad invencible.
patología del enfermo al desenlace fatal. Tampoco puede concluir que la práctica
inoportuna y tardía del primer examen de Tac tenga la suficiente eficacia "Concluye por tanto la Sala, en otros términos, que si el ISS hubiese agotado
causal para comprometer la responsabilidad demandada. Pero lo que si re- con diligencia y exhaustividad el contenido prestacional y el resultado cura-
sulta absolutamente claro, es que las omisiones en que incurrió el grupo médico tivo no se hubiere logrado, esa misma conducta evidenciaría la ausencia
o la organización institucional en la prestación del servicio de salud, exclu- de falla. Por lo tanto ante la demostración, de una parte, de las indicadas
yen la idea de diligencia y cuidado, de regularidad y eficaz prestación del omisiones y, de otra, del nexo causal ha de imputársele al ISS el deceso del
servicio público y, por lo mismo, se concluye que ante casos como éste (de paciente".
inactividad o pasividad del grupo médico en la prestación del servicio o de
falta de organización y cumplimiento de las órdenes médicas) la causa del No cesa uno de preguntarse ¿por qué si en casi todos los casos analizados
deceso ha de atribuirse al ente demandado, no porque exista prueba directa ante esa dificultad probatoria se aplica la pérdida de una oportunidad o se absuel-
que así lo evidencie, sino porque existe prueba indirecta partiendo de la mis- ve, esta vez, la simple existencia de la culpa, permite dar por probada la causalidad,
ma historia clínica (resaltado fuera del original). pese a que en párrafos anteriores el mismo fallo admite que el nexo causal no está
probado?
"Si como ya se dijo, en la historia no se contienen anotaciones del estado de
gravedad en que ingresa el paciente, se deduce que no estaba grave; si se
ordenaron exámenes inmediatos, y reiterativamente se recordó su práctica, y 281.- CoNSEJO DE EsTADO, ABRIL 21 DE 2004 62
no se realizaron; y desde la recepción del paciente y después de esta orden se
agrava, no en forma inmediata, se infiere que la causa estuvo en tal anomalía En esta sentencia, el Consejo de Estado aplica la doctrina de la pérdida de
siempre y cuando no exista prueba que indique que a pesar que no se practi- una oportunidad y consecuentemente, hace una reducción del monto indemnizable
caron, igualmente, en el evento de que se hubieren practicado, también, el del 35%. Independientemente de que uno esté de acuerdo o no con el porcentaje
paciente habría muerto. descontado, por lo menos el fallo tiene el gran mérito de indemnizar el daño de

"Es, que el juzgador puede hacer inferencias lógicas relativas a hechos debi-
damente probados concernientes a los atrás enunciados, de los cuales puede
concluir el nexo de causalidad, cuando en la historia clínica no se anotó una 62 C. de E., abril21 de 2004. Exp. 13.741. M. P. Germán Rodríguez Villamizar.
318 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 319

acuerdo con el porcentaje de probabilidades que tenía la víctima de recuperar su Contencioso Administrativo creó una presunción de culpa en contra de las entida-
salud. des estatales encargadas de prestar los servicios de salud. La doctrina se apoya en
el hecho de que al médico le queda más fácil probar que fue diligente y prudente,
Al respecto el fallo considera:
qu~ al paciente o a sus familiares probar que el médico actuó culposamente. No-

"En tales condiciones la Sala considera que si bien, como se indicó en la sotros hemos atacado contundentemente esta teoría63 , no sólo porque atenta con-
prueba pericial obrante en el expediente, no puede afirmarse que de haberse tra la prestación misma del servicio de salud, establecer un principio general de
efectuado la intervención quirúrgica en forma oportuna y de haberse propor- presunción de culpa médica, sino porque detrás de la presunción de culpa la juris-
cionado desde el momento del ingreso del paciente al hospital la atención de prudencia lo que ha aplicado realmente es una presunción de causalidad.
urgencias que requería para tratar la lesión que presentaba (G) no habría muerto,
si se encuentra probado que tal circunstancia le coartó la posibilidad de recu- En efecto, la doctrina tradicional 64 exige no solo la prueba de la culpa médi-
peración y supervivencia, ya que según se anotó en el informe médico la ca, sino que, al mismo tiempo, exige que se demuestre que esa culpa fue la cau-
oportuna aplicación del procedimiento médico a seguir en esos casos reduce sante del daño del paciente. Según lo vimos en los párrafos anteriores, en no pocas
la mortalidad de un 35% a un 6%. oportunidades el demandado es absuelto, pues, pese a que se demostró su culpa,
no fue posible establecer el nexo causal entre esa culpa y el daño. En cambio, la
"De manera que al paciente (G) se lo privó de la oportunidad de la recupera- teoría del Consejo de Estado parte del presupuesto de que basta que el daño se
ción que, según los qictámenes obrantes en el proceso habría sido mayor en produzca como consecuencia del acto médico para que se presuma que ese daño
el evento de haber atendido pronta y adecuadamente al lesionado, quien fue fue causado por culpa del médico tratante. Es decir, no solo se presume que el
remitido oportunamente por el Hospital (Y) Municipio de Mariquita, entidad médico actuó culposamente, sino que también se presume que esa culpa causó
respecto de la cual no es posible predicar ninguna responsabilidad, por cuan- el daño. Esta solución es todavía más radical que la ya comentada según la cual
to luego de valorar al paciente decidió remitirlo oportunamente a la Ciudad al médico se la aplica la teoría de la pérdida de una oportunidad cuando no se
de !bagué, momento a partir del cual cesó su responsabilidad al tenor de lo puede establecer el nexo causal entre la culpa probada y el daño (supra, T. I. 251).
dispuesto en el artículo cuarto del Decreto 0412 de 1992 ( ... )". Es más radical en contra del médico, pues la teoría de la pérdida de una opor-
tunidad supone que la indemnización sea proporcional al número de oportuni-
282.- EL CONSEJO DE ESTADO Y LA PRUEBA DEL NEXO CAUSAL
dades de que se vio privado el paciente con la culpa del médico. En cambio, la
EN LA RESPONSABILIDAD MÉDICA
tesis del Consejo de Estado condena por la totalidad del daño sufrido por el de-
mandante.
En la edición anterior de esta obra analizamos la jurisprudencia que había
proferido el Consejo de Estado, entre 1992 y 1998. Con el fin de que el lector Aunque el Consejo de Estado insiste reiteradamente en que no se trata de una
pueda seguir la evolución jurisprudencia! sobre la materia, nos hemos permitido presunción de causalidad sino de culpa, los hechos demuestran lo contrario. En
conservar íntegro el texto de la edición anterior, para luego incluir un análisis de efecto, si solo se tratara de una presunción de culpa, al demandante le toca-
la jurisprudencia que sobre el mismo tema ha imperado en el Consejo de Estado ría establecer que esa culpa presunta fue la causa del daño. Por ejemplo, podría
en los últimos años. presumirse que el médico cometió culpa por impericia y el paciente o sus here-
deros deberían establecer que esa imprudencia fue la causante del daño. Pero no
es así. El Consejo de Estado solo le exige al demandante establecer que el daño se
283.- LA JURISPRUDENCIA DEL CoNSEJO DE EsTADO EN RELACióN
produjo durante el acto médico para, ipso jacto, presumir que fue la culpa presun-
CON LA PRUEBA DEL NEXO CAUSAL, HASTA 1998 ta la causa de ese daño. Como se ve, una presunción arrastra la otra.

A partir de 1962, el Consejo de Estado dio un viraje radical en cuanto a la


carga de la prueba de la culpa en materia médica. En efecto, pese al principio
63 Javier Tamayo Jaramillo. Sobre la prueba de la culpa médica en derecho civil y
universal de que en líneas generales, y salvo casos excepcionales, la culpa civil 0 administrativo. Medellín, Biblioteca Jurídica Diké, 1995.
administrativa debe ser probada por el demandante, la máxima corporación de lo 64 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 779.
320 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 321

La situación no es tan grave cuando, por lo menos se establece que el médico nes innatas de la paciente, contaminación de la sala de cirugía, o del material
fue la causa física del daño. En vía de discusión se podría aceptar que, demostrado quirúrgico, correspondía a la demandada probar que, ella había cumplido con
que el médico causó el daño, ello sucedió por su culpa. Tal sería el caso del médi- todos los requerimientos necesarios para evitar cualquiera de estos dos últi-
co que, al inyectar a un paciente le causa una lesión con la jeringa. En este caso, mos [sic].
no cabe duda que el médico causó físicamente el daño. La presunción consistiría
""Desconociéndose cuál de las tres causas dio lugar al daño sufrido por la
en afirmar que lo causó con culpa. No estamos de acuerdo con esa solución, pero
demandante y gravitando en contra del demandado la presunción de falla,
por lo menos nos mantendríamos en el campo de una simple presunción de culpa.
con cargo a probar su propia diligencia, no desvirtuada esta presunción por
Sucede, sin embargo, que en varias oportunidades, el Consejo de Estado afirma
quien tenía el deber procesal de hacerlo, debe mantenerse de donde resulta su
que no conociéndose la causa del daño del paciente, de todas formas se presume
responsabilidad"" 65 .
que esa culpa presunta del médico fue la causa del daño. Es decir, no solo se
presume la culpa y que ella es la causa del daño, sino que también se presume que Al referirse a esta primera instancia, el Consejo de Estado confirma el fallo
físicamente el médico causó el perjuicio. En ese sentido se afirma que cuando la consultado y, adicionalmente, se limita a esgrimir la siguiente argumentación:
causa del daño del paciente permanece desconocida, es de presumir que el daño lo
causó el médico. A continuación solo analizaremos la jurisprudencia del Consejo "A idéntica conclusión hay que llegar en el caso sub lite, pues la señora
de Estado, en relación con la prueba del nexo causal en materia médica. Más Cecilia Vargas de Cepeda a quien le practicaron una operación quirúrgica y
adelante (infra, T. I, 1047), analizaremos la prueba de la culpa en la misma res- como consecuencia de ella resultó ciega del ojo operado (derecho), la entidad
ponsabilidad. de previsión social Caprecom, demandada, no probó ninguno de los casos de
exoneración, y menos haber actuado con la diligencia y cuidado que el caso
66
requería. Por lo mismo es responsable de dicho daño y debe resarcirlo" •
284.- CONSEJO DE ESTADO, 13 DE SEPTIEMBRE DE 1993
Esta decisión no deja dudas de que la teoría de la presunción consagra, en el
Esta solución la encontramos en un fallo del Consejo de Estado del 13 de
fondo, una rígida presunción de causalidad bien difícil de desvirtuar.
septiembre de 1993. Se trataba de una demanda fundamentada en el hecho de que
un paciente había sufrido la pérdida de un ojo como consecuencia de una compli-
cación posoperatoria. Ante la imposibilidad de determinar cuál había sido la cau-
285.- CoNSEJO DE EsTADO, 24 DE JUNIO DE 1994
sa del daño, tanto el tribunal de primera instancia como el Consejo de Estado
Posteriormente, el mismo Consejo de Estado, en providencia del24 de junio
decidieron que era de presumir que el daño había sido causado culposamente por
de 199467, condenó a una entidad pública porque un paciente que estaba siendo
el médico tratante.
operado de un infarto murió durante la operación que se le hizo para tratar de
salvarle la vida. Lejos de pensar que un infarto, a menudo, produce la muerte, el
Al respecto, el Consejo de Estado hizo suyas las siguientes consideraciones
Consejo prefirió presumir que la muerte había sido causada por la culpa de los
del Tribunal Administrativo que profirió la sentencia de primera instancia:
médicos tratantes.
""Es por ello que correspondía al demandado, probar que en el tratamien-
Para una mayor argumentación respecto a esta solución del Consejo de Esta-
to pre, post y operatorio de la señora Cecilia Vargas de Cepeda se había
do remitimos al lector a nuestra obra ya citada, Sobre la prueba de la culpa medí-
hecho en forma diligente, y que en consecuencia, los resultados traumáti-
cos obtenidos con la intervención quirúrgica habían sido ocasionados por
razones diferentes ha [sic] imprevisión, impericia, imprudencia del personal
que la atendió. 65 C. de E., 13 septiembre 1993, exp.: 8606. Actor: Cecilia Vargas de Cepeda y otros.
Demandada: Caprecom, pp. 4 y 5.
""Y sabiéndose de acuerdo con documento público que aparece a folio 39 66 Ibídem, p. 9.
que la ceguera sufrida por la demandante fue una consecuencia de endotalmitis 67 C. de E., 24 junio 1994, exp.: 8940. Actor: Edelmira Castañeda de Muñoz y otro.
' Demandado: Instituto de Seguros Sociales, pp. 4 y 5.
y que esta a su vez tiene una causa cualquiera de estas alternativas: condicio-
322 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 323

68
ca • Por lo pronto constatamos que, de acuerdo con la jurisprudencia del Consejo que la burocracia no le pudo solucionar nada y murió. Esta precisión indica,
de Estado, en materia de responsabilidad médica del Estado no solo se presume la entonces, que el enfoque de la falla del servicio probada fue el adecuado y
culpa, sino también la causalidad. que no había necesidad de analizar la posibilidad de una culpa presunta deri-
vada del servicio médico" 69 •
286.- CONSEJO DE ESTADO, 22 DE MAYO DE 1996
Sin embargo, los falladores en ambas instancias dieron por existente el nexo
En una sentencia del Consejo de Estado, del22 de mayo de 1996, se acude de causal entre la falla del servicio y la muerte del paciente, pese a que dicho nexo no
nuevo a la presunción de causalidad tratándose de un paciente que falleció luego fue probado. En efecto, en ninguna parte se demostró que si la operación se hubie-
de una intervención quirúrgica, aunque, esta vez, la falla no fue de los médicos ra llevado a cabo oportunamente, el paciente no habría fallecido. Con todo, en
sino de los administradores del servicio de salud. primera y en segunda instancia se da por sentada esa relación de causalidad. El
tribunal de primera instancia, citado en su apoyo por el Consejo de Estado, dice
Los hechos: una persona afiliada al ISS requería con cierta urgencia una in- simplemente que, de haberse llevado a cabo la operación en tiempo oportuno,
tervención quirúrgica del corazón. El ISS remitió al paciente a un hospital con el "posiblemente" el paciente se habría salvado. Al respecto, el fallo expresa:
cual tenía un convenio para atender a sus afiliados; practicada la intervención, el
paciente falleció como consecuencia del problema cardíaco que lo aquejaba. Los "En efecto, pues no obstante existir los mecanismos técnicos, médicos y cien-
herederos del paciente demandaron al ISS y al hospital que practicó la interven- tíficos adecuados, proporcionados por el Hospital Universitario para lapa-
ción quirúrgica, argumentando una falla del servicio, pues la intervención no se ciente afiliada del ISS, no se pudo llevar a cabo la intervención quirúrgica
efectuó a tiempo. que posiblemente hubiera salvado su vida, por no encontrarse disponible
un cupo en la Unidad de Cuidados Intensivos. Dicha situación es plantea-
Con muy buen criterio, el tribunal administrativo, respaldado luego por el da por la apoderada del Hospital Universitario como causal de exculpación
Consejo de Estado, estimó que el hospital que practicó la operación no había en el escrito de alegaciones finales. Pese a que no era el momento procesal
cometido falla alguna, y que, en cambio, existía una evidente falla del servicio del oportuno para alegar dicha causal exonerativa, esta corporación se ocupará
ISS, pues nada justificaba la demora en la práctica de la intervención quirúrgica. de su estudio por cuanto de todas maneras es un aspecto que se evidencia en
Para nosotros, evidentemente, ese retardo constituye una falla del servicio, pues el plenario y se hace indispensable definir si se constituye en hecho suficien-
solo el desgreño administrativo de la institución explica las demoras a que, habi- te para no imputar la responsabilidad de dicho ente estatal" 70 •
tualmente, se somete a los pacientes.
Esta solución nos parece demasiado simplista y elude por completo el pro-
Al respecto, el Consejo de Estado afirma: blema del nexo causal, violándose así uno de los pilares fundamentales del dere-
cho de la responsabilidad civil. Podría afirmarse que nuestro pensamiento crítico
"Sobre el fenómeno de fondo no existe duda y la argumentación del a quo frente a los fallos del Consejo de Estado conduce a dejar en la impunidad a las
merece acatamiento en cuanto encontró responsable al ISS, por estar ajustada instituciones negligentes y en el desamparo a las víctimas. No obstante, no pode-
a la orientación jurisprudencia! de la sala. El caso muestra un evidente mal mos perder de vista que, por lo menos en el derecho colombiano, la responsabili-
manejo en el servicio, pues pone de presente que la falla fue más una falla dad civil tiene un carácter reparador y jamás un carácter punitivo. Para esto últi-
administrativa que una irregularidad del servicio médico en sí, pues la pa- mo, el orden jurídico posee otros mecanismos diferentes.
ciente fue sometida a un serio viacrucis por parte del Instituto, con serias
dilaciones para al final buscar escudarse en fallas del hospital que realmente Ahora, el problema no es de poca monta. Recuérdense (supra, T. I, 266) las
no se dieron. Se puso en evidencia que esas demoras empeoraron su estado enormes dificultades que ha debido afrontar la jurisprudencia de otros países al
de salud e hicieron imposible la operación proyectada, con tan mala suerte

69 C. de E. 22 mayo 1996, exp. 10424, magistrado ponente: Carlos Betancur Jaramillo,


Gaceta Jurisprudencia/, Santa Fe de Bogotá, Ed. Leyer, junio 1996, p. 55.
68 Javier Tamayo Jaramillo, Sobre la prueba de la culpa médica ... , p. 192, núm. 57. 70 Ibídem, p. 56.
324 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 325

decidir en asuntos similares, que, no probado el nexo de causalidad entre la falta se introdujo la doctrina de la falla presunta del servicio, es casi imposible encon-
y el daño, se aplica la teoría de la pérdida de una oportunidad. Pero, pese a que trar dos fallos iguales, pues a cada momento uno encuentra decisiones con contra-
ésta última es rechazada por la doctrina, de todas formas entiende la dificultad del dicciones protuberantes dentro de sus mismas consideraciones, o con decisiones
asunto y, por tanto, solo otorga a la víctima una indemnización parcial. En cam- ab}ertamente contrapuestas, que se toman el mismo día o con semanas de diferen-
bio, el Consejo de Estado colombiano pasa de largo como si el problema no exis- cia. Eso no hace más que comprobar lo que denunciamos desde hace una década
tiera y a partir de la presunción de la falla del servicio da por sentado el nexo en nuestra obra "Sobre la prueba de la culpa médica" (Edit. Diké, 1995, con varias
causal. reimpresiones), en el sentido de que en el fondo la presunción de falla, como se
venía aplicando era en el fondo una presunción de causalidad de la cual era impo-
Realmente, si lo que se quiere es favorecer a la víctima a como dé lugar, sible exonerarse en la práctica. Tratando de resolver ese problema, el Consejo de
digámoslo francamente y decidamos que en circunstancias semejantes el nexo Estado ha ensayado todo un abanico de soluciones, cada una de las cuales enreda
causal se presume. O establezcamos una indemnización de carácter punitivo como más su doctrina jurisprudencia!, al punto que uno no sabe en este momento cuál
la que existe en el derecho norteamericano. En esta forma la inseguridad jurídica sea su criterio pacífico o porlo menos claro sobre la causalidad y su prueba, como
sería menos evidente, pues nos evitaríamos estar recordando que el nexo causal lo demostraremos a continuación.
debe probarse, mientras las decisiones jurisprudenciales, de hecho, fallan lo con-
trario. En efecto, en algunas oportunidades, en premisa teórica que nosotros com-
partimos, afirma que la prueba del nexo causal no es absoluta y que dadas ciertas
287.- ANÁLISIS DE LA JURISPRUDENCIA POSTERIOR A 1998, RELATIVA AL NEXO circunstancias, el juez puede darlo por probado, a partir de ciertos indicios que
CAUSAL EN MATERIA MÉDICA dan un alto margen de probabilidad. Sin embargo, al aplicar dicha solución el
Consejo de Estado prácticamente termina dando por sentado que el nexo causal
En los párrafos anteriores hemos analizado la forma como el Consejo de existe, sin que, en presencia de varias causas posibles, existan los altos índices de
Estado ha tratado el principio de la prueba del nexo causal en materia de responsabi- probabilidad que exige la doctrina. En otras oportunidades, los fallos, lejos de
lidad médica, hasta 1998. Sin embargo, a partir de esta fecha, pero muy especial- considerar la existencia del nexo causal a partir de un cierto margen de probabili-
mente, a partir de 2001, el Consejo de Estado modificó, por lo menos aparente- dades, decide en su lugar, que ante varias causas posibles, lo aplicable es la doc-
mente, el criterio de la falla presunta como criterio general y en su lugar aplicó trina de la pérdida de una oportunidad. Y como si todo ello fuera poco, cuando se
la teoría de la carga dinámica de las pruebas e introdujo intermitentemente, la aplica esta doctrina de la pérdida de la oportunidad, a veces , se hace una reduc-
teoría de la pérdida de una oportunidad cuando el nexo causal era de imposi- ción del monto indemnizable, de acuerdo con el porcentaje de posibilidades pér-
ble prueba. En consecuencia, los párrafos que siguen se refieren a fallos que en su didas, mientras en otros, condena por el 100%, como si no cupiera duda de la
mayoría fueron proferidos cuando se introdujeron esos dos cambios jurispruden- existencia de la relación de causalidad. Finalmente, hay fallos que pura y simple-
ciales. mente omiten referirse al nexo causal y con la simple falla del servicio probada o
presenta, lo dan por descontado y condenan por la totalidad del daño sufrido por
los demandantes. Finalmente, se llega a la conclusión según la cual, cuando a la
288.- INCERTIDUMBRE EN LA EVOLUCIÓN DE LA JURISPRUDENCIA DEL CONSEJO
víctima le quede muy difícil probar el nexo causal, la prueba de la ausencia de este
DE ESTADO CON RESPECTO A LA PRUEBA DEL NEXO CAUSAL EN MATERIA
corresponde a la entidad demandada, lo que no es más que la aplicación de la
MÉDICA
carga de las pruebas dinámicas al nexo causal, solución que en forma expresa ha
condenado el Consejo de Estado.
Sin embargo, pese al tiempo transcurrido y a la enorme cantidad de decisio-
nes en torno al mismo punto, la máxima Corporación de lo Contencioso Adminis- Veremos a continuación toda esa amalgama de criterios probatorios de la
trativo no ha podido salir de la incoherencia que ha mostrado desde cuando en relación de causalidad. Veamos pues el arsenal jurisprudencia! que contiene toda
1992 inauguró su tesis de la presunción de falla con la que en el fondo maquilla esa gama de soluciones contradictorias, que impiden establecer ciertos principios
una presunción de causalidad. La situación es tan delicada que finalmente no sabe más o menos pacíficos que sirvan de guía a los operadores del derecho, sean ma-
uno cuál será la solución del próximo pronunciamiento al respecto. Desde cuando gistrados o abogados litigantes.
326 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 327

289.- CONSEJO DE ESTADO, JUNIO 14 DE 2001 hubiera sido establecido, al menos como probable" (Sentencia del22 de mar-
zo de 2001, expediente 12.843)13 .
Al respecto, en un fallo de junio 14 de 2001 71 , el Consejo de Estado refirién-
dose a la carga probatoria del nexo causal expresa: 290.- CONSEJO DE ESTADO, ABRIL 21 DE 2004

"Se observa, conforme a lo anterior, que, tratándose de la relación de causalidad, En una decisión del21 de abril de 2004 74, el Consejo de Estado, ante la incer-
no se plantea la inversión -ni siquiera eventual- del deber probatorio, que tidumbre del nexo de causalidad, condena con base en la doctrina y jurisprudencia
sigue estando, en todos los casos, en cabeza del demandante. No se encuentra francesas denominada responsabilidad por la pérdida de una oportunidad de recu-
razón suficiente para aplicar, en tales situaciones, el citado principio de las perar la salud (supra, T. I, 266), y siendo consecuente con dicha doctrina, reduce
cargas probatorias dinámicas. Se acepta, sin embargo, que la demostración el monto indemnizable, como de hecho se debe hacer cuando se aplica dicha teo-
de la causalidad se realice de manera indiciaria, siempre que, dadas las cir- ría (a este punto de la pérdida de una oportunidad nos referiremos más adelante).
cunstancias del caso, resulte muy difícil-si no imposible- para el demandan- Lo grave es que como veremos en los fallos que analizaremos luego, no siempre
te, la prueba directa de los hechos que permiten estructurar ese elemento de se sigue el mismo derrotero, sino que se aplican tres o cuatro soluciones diferen-
la obligación de indemnizar" 72 • tes ante situaciones donde la solución debería ser idéntica, si es que se quiere
aplicar el principio de igualdad ante la ley, principio tan preconizado con tanto
Y más adelante agrega: ahínco por quienes defienden la validez del precedente constitucional obligatorio
lo que demuestra la falta de coherencia conceptual en materia tan compleja y
"Se observa, conforme a lo anterior, que, tratándose de la relación de cau- delicada como esta.
salidad, no se plantea la inversión -ni siquiera eventual- del deber probato-
rio, que sigue estando, en todos los casos, en cabeza del demandante. No se Al respecto, dice el fallo:
encuentra razón suficiente para aplicar, en tales situaciones, el citado princi-
"En tales condiciones la Sala considera que si bien, como se indicó en la
pio de las cargas probatorias dinámicas. Se acepta, sin embargo, que la de-
prueba pericial obrante en el expediente, no puede afirmarse que de haberse
mostración de la causalidad se realice de manera indiciaria, siempre que,
efectuado la intervención quirúrgica en forma oportuna y de haberse propor-
dadas las circunstancias del caso, resulte muy difícil -si no imposible- para
cionado desde el momento del ingreso del paciente al hospital la atención de
el demandante, la prueba directa de los hechos que permiten estructurar ese
urgencias que requería para tratar la lesión que presentaba (G) no habría muerto,
elemento de la obligación de indemnizar.
si se encuentra probado que tal circunstancia le coartó la posibilidad de recu-
peración y supervivencia, ya que según se anotó en el informe médico la
"Lo que interesa para los efectos de resarcimiento, y naturalmente, de la estruc-
oportuna aplicación del procedimiento médico a seguir en esos casos reduce
turación de la responsabilidad es, ante todo, la posibilidad de imputación o
la mortalidad de un 35% a un 6%.
reconducción del evento dañoso al patrimonio de quien se califica prelimi-
narmente responsable; esto ha de aparecer acreditado cabalmente, para no "De manera que al paciente(G) se lo privó de la oportunidad de la recupera-
descender inoficiosamente al análisis culpabilístico" (Sent. de octubre 7 de ción que, según los dictámenes obrantes en el proceso habría sido mayor en
1999, Exp. 12.655). el evento de haber atendido pronta y adecuadamente al lesionado, quien fue
remitido oportunamente por el Hospital (Y) Municipio de Mariquita, entidad
"Ni aún en el evento de que se hubiera probado una falla del servicio habría respecto de la cual no es posible predicar ninguna responsabilidad, por cuan-
lugar a declarar la responsabilidad del Estado mientras el vínculo causal no

73 C. de E. Sección Tercera, Sentencia de junio 14 de 2001. Exp. 11901. C. P.: Alier


71 C. de E., junio 14 de 2001. Exp. 11901. C.P. Alier Hernández Enríquez. E. Hernández Enríquez.
72 C. de E., junio 14 de 2001. Exp. 11901. C.P. Alier Hernández Enríquez. 74 C. de E., abril21 de 2004. Exp. 13.741. M. P. Germán Rodríguez Villamizar.
328 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 329

to luego de valorar al paciente decidió remitirlo oportunamente a la Ciudad "En el terreno de la medicina el autor cita el caso de una sentencia francesa:
de Ibagué, momento a partir del cual cesó su responsabilidad al tenor de lo una mujer sufría hemorragia de matriz. El médico consultado no diagnostica
dispuesto en el artículo cuarto del Decreto 0412 de 1992, que reza: un cáncer, a pesar de datos clínicos bastante claros. Cuando la paciente, por
fin consulta un especialista, es demasiado tarde; el cáncer del útero ha llega-
"Así, aún cuando la entidad hospitalaria plantea que la causa exclusiva del do a su estado final y la enferma muere. N o se puede decir que el primer
deceso (G) fue la herida mortal de la cual fue víctima, y en efecto como antes médico haya matado la enferma. Podría, incluso tratada a tiempo, haber muerto
se anotó, no existe certeza que de haber sido sometido oportunamente a la igualmente. Si se considera que el perjuicio es la muerte, no puede decir que
intervención quirúrgica, (G) no hubiese fallecido; si está acreditado que el la culpa del médico haya sido una condición sine qua non de la muerte. Pero
actuar negligente y descuidado del personal del Hospital demandado redujo si se observa que la paciente ha perdido ocasiones de sobrevivir, la culpa
las posibilidades que la víctima tenía de sobrevivir. médica ha hecho perder esas ocasiones. El mismo razonamiento se puede
aplicar a un individuo herido, al que una buena terapia habría impedido que-
"Este último aspecto, es lo que la doctrina y la corporación ha denominado
dar inválido. El médico no aplica o aplica mal aquella terapéutica, por lo que
como la "Pérdida de una oportunidad". Sobre el particular, se afirma lo si-
la invalidez no puede evitarse. El médico no ha hecho que el paciente se
guiente: invalide, solo le ha hecho perder ocasiones de no serlo".
"Es particularmente interesante el caso sobre el que tanto ha trabajado la
doctrina Francesa, esto es, el denominado "la pérte d'une chance", que se "Por lo tanto, la falla del servicio por omisión de la entidad hospitalaria
podría traducir como pérdida de una oportunidad. demandada, no le ocasionó a la víctima la muerte sino la pérdida de la opor-
tunidad de obtener oportunamente la atención médica y de salvar su vida,
"Chabas ha hecho una reciente recapitulación del estado de la cuestión en razón por la cual, la Sala limitará la condena a cargo de la entidad deman-
este punto, poniendo, junto a ejemplos extraídos de la responsabilidad mé- dada, en un porcentaje equivalente al 30% de los perjuicios sufridos por los
dica (donde esta figura encuentra su más frecuente manifestación), otros como demandantes (resaltado fuera del original).
los siguientes: un abogado, por negligencia no comparece en un recurso
y pierde para su cliente las oportunidades que éste tenía de ganar el juicio; "En tales circunstancias concluye la Sala que se reúnen las condiciones del
un automovilista, al causar lesiones por su culpa a un joven, le hace perder artículo 90 de la Constitución Política, para declarar la responsabilidad patri-
la ocasión que ésta tenía de participar en unas pruebas para elección de aza- monial del ente demandado y disponer, por consiguiente, lo pertinente para
fatas. indemnizar los perjuicios sufrido por los accionantes".

"Este autor señala que en estos casos los rasgos comunes del problema son
los siguientes: 291.- FALLOS GENEROSOS CON EL DEMANDANTE EN CUANTO A LA PRUEBA
DEL NEXO CAUSAL
"1. Una culpa de la gente.
En una serie de fallos donde si se quería ser consecuente, lo lógico habría
"2. Una ocasión perdida (ganar el juicio, obtención del puesto de azafata),
sido aplicar la doctrina de la pérdida de una oportunidad, según lo acabamos de
que podía ser el perjuicio.
analizar, encontramos por el contrario que el Consejo de Estado en doctrina que
"3. Una ausencia de prueba de la relación de casualidad entra la pérdida de me parece loable, da por probado el nexo de causalidad así no haya certeza abso-
la ocasión y la culpa, porque por definición la ocasión era aleatoria. La des- luta de dicho nexo. Esa solución teórica la hemos defendido siempre. El problema
aparición de esa oportunidad puede ser debida a causas naturales o favoreci- como lo veremos enseguida, es que a veces, los fallos son de una generosidad
das por terceros, si bien no se sabrá nunca si es la culpa del causante del daño excesiva con el demandante, casi hasta el punto de inventarse un nexo causal
la que ha hecho perderla: sin esa culpa, la ocasión podría haberse perdido hipotético, mientras que en otras decisiones con circunstancias idénticas, se tiene
también. Por tanto, la culpa de la gente no es una condición sine que non de una severidad excesiva con el demandante, y por no aparecer prueba irrefutable de
la frustración del resultado esperado. la causalidad simplemente absuelven a la entidad demandada, lo que comprueba
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 331
330 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

quo en relación con la causa de la paraplejia afirmó que esta pudo obedecer a
una vez más que si en alguna materia jurisprudencia! se viola el principio consti-
la comprensión de la médula espinal al tratar de controlar el sangrado durante
tucional de igualdad, es en este de la responsabilidad médica del Estado.
la práctica de la biopsia (fl. 108 C-3).
Para demostrar la poca homogeneidad de la jurisprudencia del Consejo de "El médico Juan Antonio Becerra Suárez, jefe del servicio de neurocirugía
Estado en relación con la prueba del nexo causal nos proponemos a continuación del hospital San José a la pregunta formulada por el apoderado ~e la parte
analizar una serie de fallos proferidos por dicha Corporación en los últimos años, demandada acerca de la posibilidad del daño de la médula espmal por la
donde se es demasiado generoso con el demandado en cuanto a la prueba del nexo lesión que sufría 1a menor contesto:
causal.
"Sí la puede afectar por dos mecanismos: primero porque el crecimiento de la
lesión puede comprimir directamente la médula y segundo porque el t~~or,
292.- CONSEJO DE ESTADO, 3 DE MAYO DE 1999 al erosionar el cuerpo de las vértebras, puede ocasionar fracturas patologtcas
y el desplazamiento vertebral que se origina daña la médula" (fl. 111 C-3).
En un fallo de 3 de mayo de 199975 , el Consejo de Estado con una generosi-
dad incomprensible acepta probado el nexo causal a partir de tenues probabilida- "Según el médico Juan Manuel Vega del Instituto N.acional ~e Cancerología
des, al tiempo que afirma que el nexo causal no tiene que probarlo el actor cuando las causas de la paraplejía sufrida por la menor pud1eron ser.
le quede muy difícil dicha prueba. Y de paso, aunque el fallo afirma que el pacien-
" primero la presión de la misma hemorragia, antes de la cirugía., durante la
te perdió una oportunidad de recuperar su salud, condena por el100%, olvidando
ci;ugía la hemorragia fue controlada, puedo también hac~r prestón, la cera
que en varias oportunidades, la misma sección tercera, como vimos en el fallo de
quirúrgica pudo hacer presión sobre la médula. Y al. revtsar el caso con el
junio 14 de 2001, comentado unos párrafos atrás, reduce los montos indemnizables
· J·ano que hl'zo la intervención hay una artena que lleva la sangre a
cuando de aplicar la teoría de la pérdida de una oportunidad se trata, con la agra- neurocuu ' . · ·d
la médula, que pasa por ahí, es posible que el tumor la hubtese compnmi o,
vante de que el mismo magistrado ponente, en otros asuntos no relacionados con
al presionar la arteria, deja de irrigar sobre la médula, y esta muere el seg-
responsabilidad médica, sí aplica la reducción del monto indemnizable porque lo
que hubo fue la pérdida de una oportunidad. No entiende uno por qué motivo a mento de la médula" (fl. 113 C-3).
unos demandados les reducen la carga indemnizatoria por existir la pérdida de una
oportunidad, mientras que a otros se les condena a pagar el 100 % del valor del y más adelante agrega:
daño. Veamos las consideraciones de la citada decisión. "Al revisar la historia, y discutir el caso, no solamente con los cirujano~ q~e
tuvieron que ver en este caso direc~amente: sino con muchos otros esp~~lahs­
Dice el fallo citado: tas de otras instituciones a nivelmternacwnalllegamos a la concluswn, de
qu~ este caso fue un verdadero y lamentable acci~ent~, pero fue ~so Y na~a
"3. El vínculo de causalidad. más un accidente; de no haberse practicado la clrugla que se hizo lo mas
probable es que la paciente hubies~ f/all~cid~ súbitamente por una hemorra-
"Según la parte demandada el vínculo de causalidad entre la intervención
realizada por los médicos del Instituto Nacional de Cancerología y el da- gia aguda, fuera de condiciones qmrurgicas (fl. 115 C-3).
ño sufrido por la menor no está probado, pues las causas del daño pueden "El médico Ramón Miguel Octavio Vega Ramírez del Instituto Nacional de
ser varias.
Cancerología declaró lo siguiente:
"Al respecto, el médico Daniel Ricardo Ortiz Brasseur, quien trató a la me- "La causa de la sección medular pudo ser el sangrado ~asivo, la baja de
nor en el servicio de los Ferrocarriles Nacionales, al ser interrogado por el a tensión arterial, o también la cera que era el único recurso VIable para detener
la hemorragia y salvarle la vida a la paciente".
En conclusión, no existe certeza en el sentido de que la p~ra~lejia sufri~a p~r
75 C. de E. 3 de mayo de 1999. Exp. 11.169. M. P. Ricardo Hoyos Duque, Actor Marianella Sierra Jiménez haya tenido por causa la practlca de la bwpsza.
Vicente Segundo Sierra.
332 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 333

No obstante, debe tenerse en cuenta que aunque la menor presentaba proble- demnización vencida y como indemnización futura, desde la fecha del fallo
mas sensitivos en sus extremidades inferiores antes de ingresar al Instituto hasta la fecha de vida probable de acuerdo con la tabla colombiana de mor-
Nacional de Cancerología, se movilizaba por sí misma y que después de di- talidad (el resaltado no es del original).
cha intervención no volvió a caminar. Esto significa que existe una alta pro-
babilidad de que la causa de la invalidez de la menor sea la falla de la enti-
dad demandada. Probabilidad que además fue reconocida por los médicos de
293.- COMENTARIOS AL FALLO CITADO

la entidad demandada (negrillas fuera del original).


La decisión que venimos de comentar nos merece varios reproches que pasa-
"En consideración al grado de dificultad que representa para el actor la prue- remos a glosar a continuación:
ba de la relación de causalidad entre la acción del agente y el daño en los
casos en que esté comprometida la responsabilidad profesional, no sólo por 1. En primer lugar, si como dice el mismo fallo, a la víctima se le restó una
la complejidad de los conocimientos científicos y tecnológicos en ella involucrados posibilidad de aliviarse o de por lo menos mejorar su estado de salud, ~o vemos
sino también por la carencia de los materiales y documentos que prueben por qué no se reduce el monto indemnizable de acuerd~ ~on. el porcentaJe de pr~­
dicha relación causal, se afirma que cuando sea imposible esperar certeza o babilidades perdidas, como lo hace la misma corporacwn, mcluso con p~nencia
exactitud en esta materia "el juez puede contentarse con la probabilidad de del mismo consejero, en otros fallos anteriores y posteriores, don~e afuma la
su existencia", es decir, que la relación de causalidad queda probada "cuan- existencia de la pérdida de una oportunidad (supra, T. I, 267 y ss.). Asi ~e con?ena
do los elementos de juicio suministrados conducen a 'un grado suficiente de por la totalidad del daño, como si no hubiera duda alguna s~bre la exis:en~Ia de
probabilidad". los nexos de la causalidad. Como ya lo hemos dicho al refenrnos a la perdida de
una oportunidad en materia médica, realmente no hay dicha pérdida sino u~ pro-
"Ahora bien, es cierto que no existe certeza en cuanto a que de no haberse blema de imposibilidad de probar el nexo causal, razón por 1/a ~ual, lo JUeces
producido la práctica de la biopsia la menor no hubiera quedado inválida, acuden a dicha figura, más por cuestión de equidad que por la perdida real de .una
pero sí es cierto que la intervención le restó la oportunidad de aliviar o al oportunidad (supra, T. I, 266). Pero dado que el Consejo .de Estado acoge .dicha
menos mejorar su situación física sin padecer el estado de invalidez que su- teoría no hay razón para que unas veces aplique las reduccwnes correspondientes
fre y por esta razón la entidad demandada deberá indemnizar al actor los al número de probabilidades perdidas y en otros casos, como en este, no haga
daños sufridos con ocasión de la paraplejía de su hija, derivada de la falla reducción alguna.
médica" (el destacado es nuestro).
2. El fallo analizado considera que no existe certeza del nexo causal entre
Y refiriéndose al monto de la indemnización, el fallo condena por el 100% la intervención quirúrgica y la muerte de la paciente, per.o que .hay un~ alta pro~~­
del valor del daño y, toma como supervivencia probable la que en forma abstracta bilidad de que la causa de la parálisis de la niña hubiera SI~o la mtervencwn
figura en las tablas de mortalidad vigentes en el país. quirúrgica. y para ello se apoya en la doctrina de autores extranJeros que en forma
adecuada plantean el problema, pero que el fallo la acomoda equiv?cad~~ente
Al respecto, el fallo resuelve: para justificar su decisión de dar por probado el nexo causal. A contmuacwn ~e­
produciremos el párrafo doctrinal citado por el fallo y veremo~ en consecuencia,
"SEGUNDO. Como consecuencia de la anterior declaración, condénase al
que dicho párrafo no hace más que probar lo absurda generosidad con la que el
Instituto Nacional de Cancerología a pagar a Marianella Sierra Jiménez
Consejo de Estado da por establecido y probado el nexo causal.
por concepto de perjuicios morales el equivalente en pesos de 1000 gramos
oro y por concepto de perjuicio fisiológico el equivalente en pesos de 4000 El párrafo doctrinal citado afirma lo siguiente:
gramos oro.
"Al respecto ha dicho la doctrina:
"Para efectos de la liquidación, el tiempo a indemnizar será el comprendido
entre la fecha en la cual cumplió su mayoría de edad, época en la que se "En términos generales y, en relación con el 'grado de probabilidad prepon-
supone debía iniciar su vida laboral y económica independiente, como in- derante', puede admitirse que el juez no considere como probado un hecho
334 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 335

más que cuando está convencido de su realidad. En efecto, un acontecimien- convicción de su creencia, no está dando una libertad total de convicción, intui-
to puede ser la causa cierta, probable o simplemente posible de un determina- ción o creencia al fallador. En lo que todo el mundo está de acuerdo es en que
do resultado. El juez puede fundar su decisión sobre los hechos que, aun sin esa facultad existe solo cuando de los hechos probados, el juez, explicando cuál
estar establecidos de manera irrefutable, aparecen como los más verosími- de dios y por qué razón científica, puede dar por existente la causalidad. Pero
les, es decir, los que presentan un grado de probabilidad predominante. No en el caso en comento, el fallador se contenta con decir que puesto que la vícti-
basta que un hecho pueda ser considerado sólo como una hipótesis posible. ma entró al quirófano caminando por sus propios medios es porque existía una
Entre los elementos de hecho alegados, el juez debe tener en cuenta los que le alta probabilidad de que el daño se hubiera producido por la falla de los ciruja-
parecen más probables. Esto significa sobre todo que quien hace valer su nos. Pero no aporta ningún argumento científico para sacar de allí esa conclu-
derecho fundándose en la relación de causalidad natural entre un suceso y un sión, desconociendo declaraciones de especialistas que en el proceso dijeron
daño, no está obligado a demostrar esa relación con exactitud científica. Bas- haber concluido que la causa del daño fue la situación en que se hallaba el
ta con que el juez, en el caso en que por la naturaleza de las cosas no cabe tumor, y no la intervención quirúrgica como tal (remitimos al lector unos pá-
una prueba directa llegue a la convicción de que existe una 'probabilidad' rrafos más arriba donde podrá encontrar las declaraciones de los varios médi-
determinante" (El resaltado es nuestro). cos declarantes). Esas pruebas eran más que suficientes para concluir que las
causas preponderantes posibles del daño eran diferentes de la intervención qui-
Estas consideraciones de la doctrina en que se apoya el fallo, perfectamente rúrgica.
compartidas por todos los autores y tribunales, contiene conceptos muy diferentes
a los utilizados por la sentencia, para dar por probado el nexo causal. En efecto, En efecto varios médicos, incluyendo los que practicaron la intervención, así
obsérvese que la doctrina citada habla de grado de probabilidad preponderante, es como especialistas de otras clínicas nacionales y del exterior, concluyeron que la
decir, de aquel fenómeno que aunque no se puede demostrar científica y totalmen- causa del daño era el estado del tumor antes de la operación, al punto que de no
te como causa del daño, sí se tiene como el más preponderante o probable, y que haberse practicado la operación, el tumor habría explotado por sí solo causándole
por el contrario "no basta que el hecho sea una hipótesis posible. Entre los ele- la muerte a la niña.
mentos de hecho alegados, el juez debe tener en cuenta los que le parezcan más
probables". En consecuencia: nosotros nos preguntamos: ¿De dónde saca el fallo la pre-
misa de que por el hecho de que la niña hubiese entrado caminando al quirófano,
El caso de la probabilidad preponderante se da por ejemplo, cuando una per- existían grandes probabilidades de que los médicos hubieran causado el daño?
sona, que entró sin infección alguna a un quirófano en el que han existido antece- Esa es una apreciación carente de soporte científico sobre todo si se recuerda que
dentes de presencia de una bacteria, al día siguiente de la operación aparece con muchos especialistas declararon o que había varias causas posibles, o simplemen-
una infección producida por dicha bacteria, sin que se pueda probar, ni siquiera te, que la causa del daño era el grado de deterioro en que se hallaba la paciente por
con peritos ni con exámenes de laboratorio, que dicha infección fue adquirida en el gran tamaño del tumor.
el quirófano. En ese caso, el nexo de causalidad no está probado con certeza abso-
luta pero es tan alta o preponderante la posibilidad de que la infección haya sido Con el argumento del fallo, habría que concluir que no estando probado el
adquirida en el quirófano, que el juez tiene la facultad de dar por probada la rela- nexo causal, la intervención quirúrgica se tiene como causa del daño, dado que el
ción causal. paciente entró caminando por sus propios medios. Y lo que es todavía más absur-
do: cada vez que el paciente se muera en el quirófano, así sea por una operación
Pero en el caso analizado, uno no se explica cuál es el fundamento probato- delicada para extraerle una bala del cerebro o del corazón, esa muerte es la prueba
rio o indiciario que tenga la calidad preponderante, para que el Consejo de Es- del nexo causal entre la culpa y la muerte.
tado concluya que existió una alta probabilidad de la relación causal entre falla
y daño. ¿Cuál es el argumento científico o médico que le permitió al fallo admi- Basta leer el párrafo doctrinal en que se apoya el fallo, para que uno se dé
tir probada la relación causal, cuando la misma decisión afirma que está no se cuenta que la sentencia no tuvo argumentos de ninguna naturaleza para dar por
encuentra probada? Porque una cosa hay que aclarar: cuando la doctrina advier- sentado que la causa más probable del daño en la salud de la niña, fue la culpa de
te que el juez puede dar por probado el nexo causal cuando tenga la íntima los médicos y el hecho de que la paciente entró caminando a la clínica.
336 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 337

3. En la mayoría de las consideraciones del fallo, se percibe que este dio c~nt~j.e del mismo. Y en este caso condenó por el 100% del perjuicio, lo que
por probado el nexo causal a partir de las probabilidades que dice haber encontra- s1gmf1ca que para el fallador el daño estaba realmente demostrado. Pero aún así la
do en el hecho de que el paciente entró caminando al quirófano. Pero en un párrafo decisión sigue siendo contradictoria, ya que según veremos al analizar en forma
más o menos aislado, la sentencia afirma que al paciente se le restaron las oportu- extensa la teoría de la pérdida de una oportunidad, con ponencias del mismo ma-
nidades que tenía para recuperar su salud o por lo menos para mejorarla, es decir, gistrado, se aplica la pérdida de una oportunidad y se hace la reducción del monto
existió lo que se denomina como la pérdida de una oportunidad. Pero además en indemnizable, pero en asuntos diferentes de la responsabilidad médica. ¿Querrá
forma reiterada afirma el fallo que no hay certeza del nexo causal entre la falla o ello decir que la indemnización disminuida cuando hay la pérdida de una oportu-
culpa y el daño. nidad solo se aplica cuando no se trata de responsabilidad médica?

Pero siendo ello así, es evidente la contradicción, puesto que la teoría de la Ahora si ello es así, surge otra contradicción de la jurisprudencia del Consejo
pérdida de la oportunidad solo se aplica cuando el juez concluya que no puede dar de Estado, ya que en otros fallos que analizamos cuando nos referimos a la pérdi-
por probado el nexo causal porque hay varias causas posibles, entre ellas la culpa da de la oportunidad en materia médica, ante circunstancias idénticas a las aquí
del médico, y en el caso analizado, se concluye probado el nexo causal a partir de planteadas se concluye que ante varias causas posibles, no se puede dar por proba-
probabilidades derivadas del hecho de que el paciente entró caminando al quirófano do el nexo causal y por lo tanto, en aplicación de la pérdida de la oportunidad, se
(¿Ergo, se podría concluir que si entra en camilla, la probabilidad de relación concede una indemnización parcial (supra, T. I, 267 y ss.). E inclusive, hay fallos
causal no existe?). ¿Qué soporte científico tiene esa premisa, para que tenga la donde por no existir prueba irrefutable del nexo causal se absuelve a la entidad
fuerza suficiente para refutar o desvirtuar las opiniones científicas de varios mé- demandada. Así las cosas, ante circunstancias probatorias iguales, unas veces se
dicos declarantes, que consideraron que había tres o cuatro causas posibles todas da por probado el nexo causal y se condena al 100% del perjuicio, y en otras se
ellas derivadas de la situación del paciente, y sin que ninguna se refiriera al hecho aplica la pérdida de una oportunidad y solo se concede una indemnización parcial.
de que el paciente entró caminando al quirófano?
4. Finalmente, es inconcebible que se afirme que cuando a los demandan-
De las consideraciones trascritas se infiere que el fallo al mismo tiempo se tes les quede muy difícil la prueba del nexo causal, se le exonera de dicha prueba,
mueve en tres consideraciones: que no había certeza del nexo causal; la teoría de lo que quiere decir que al médico casi siempre le corresponde probar que no hubo
la pérdida de una oportunidad, que solo se aplica cuando no se sabe si la culpa del nexo causal, prueba que es más difícil por ser una prueba negativa indefinida. Es
médico fue la causal del daño, y la del nexo causal probado a partir de probabili- al médico a quien corresponde probar que el nexo no existió. Si ese es el argumen-
dades. El fallo tenía que haber dicho equivocadamente o no, que el nexo causal no to, no vemos por qué no se pueda aplicar en todos los asuntos fallados por el
estaba probado porque no había certeza del mismo, o afirmar que no existiendo la Consejo de Estado, así no sean de responsabilidad médica, si es que se quiere
prueba de dicho nexo aplicaba a la teoría de la pérdida de una oportunidad, como aplicar el principio de igualdad judicial. Así las cosas en todo pleito en que al
de hecho se había aplicado en otros casos ante la incertidumbre causal. No obstan- demandante le quede difícil probar el nexo causal será el demandado quien deba
te en forma contradictoria, afirma que no hay certeza del nexo causal, pero que desvirtuar la presunción de que el nexo existe, teoría curiosa que solo se aplica en
por el hecho de que el paciente entró caminando se puede dar por probado, y que Colombia, porque una cosa es que el nexo causal se dé por probado a partir de
al paciente se le privó de la oportunidad de recuperar su salud, tesis que solo se probabilidades preponderantes como hemos visto, y otra cosa bien diferente, es
aplica cuando no hay prueba del nexo causal. En resumidas cuentas: ¿En el caso que cada que al demandante le quede difícil probar la relación de causalidad, esta
sub júdice, el nexo causal se probó, o se condenó porque no estando probado el se presume y es el demandado quien debe probar la ausencia de dicho nexo.
nexo, se aplicó la teoría de la pérdida de una oportunidad? No puede el fallador
mezclar tres doctrinas por entero diferentes, pues finalmente, se queda uno sin Ahora, si la prueba del nexo causal es fácil, el problema ni siquiera se plantea
saber cuál fue la teoría aplicada. pues el nexo es evidente. En cambio, si por ser el nexo de difícil prueba para el
demandante, dicho nexo se presume, estaremos contradiciendo el principio pre-
Pero hay un elemento que puede darnos la pista de cual fue la conclusión real gonado por el Consejo de Estado según el cual el nexo causal siempre debe ser
del fallador. En efecto, el mismo Consejo de Estado, cuando aplica la teoría de la probado por la víctima, pese a que en múltiples fallos se afirma que el médico está
pérdida de una oportunidad no condena por la totalidad del daño sino por un por- en mejores posibilidades de desvirtuar el nexo causal, que al paciente probarlo.
338 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 339

Es decir, las premisas son las siguientes: salvo casos excepcionales, al de- de la postura que de tiempo atrás ha prohijado la Sala, en el sentido de aplicar
mandante le corresponde probar el nexo causal; cuando el nexo causal es muy la presunción de culpa o presunción de falla, el tener por acreditado este
difícil de probar, es al demandado a quien corresponde probar que el nexo no elemento, ante la inactividad observada por los demandados, que eran los
existió; y finalmente, como al médico siempre le queda más fácil que al paciente más llamados, según las reglas de experiencia a desvirtuar dichas circunstan-
la prueba sobre el nexo causal, no es cierto que el nexo causal corra por cuenta del cias, demostrativas no sólo del elemento subjetivo de la responsabilidad pa-
demandante. Esa sería la lógica más o menos coherente de varias sentencias. Pero trimonial depreciada, sino en el caso concreto, incluso, de la relación de
hemos visto y veremos que en cada fallo las premisas varían. causalidad entre la conducta imputada a los entes demandados y el daño
producido en la persona de los demandantes como consecuencia de una
En nuestra opinión, en el caso analizado, la sentencia debió haber sido absolutoria prestación por deficiente e incluso inapropiado del servido de
por falta de prueba de nexo causal, como de hecho se absolvió por la misma sec- salud a ellos encomendado, en la atención del parto" (la negrilla es nuestra).
ción tercera en casos similares según veremos más adelante, sobre todo porque
había otras causas posibles explicadas científicamente y con mayor fuerza de con- Uno se pregunta ¿cómo es posible que unos mismos magistrados, con las
vicción; o en su defecto, haber aplicado la pérdida de una oportunidad como de calidades científicas que los caracterizan puedan pasar de un fallo a otro aplican-
hecho la aplica la misma corporación cuando habiendo varias causas posibles do soluciones completamente diferentes? Por ese motivo, reiteramos que el Con-
entre ellas la culpa del médico es imposible demostrar cual de ellas es la real, en sejo de Estado ha sido impotente para elaborar una doctrina homogénea de princi-
cuyo caso la indemnización debía haber sido parcial. pios sobre la prueba de la culpa y del nexo causal en la responsabilidad médica. Y
ello es atribuible no a los magistrados sino a las inconsistencias lógicas de la
294.- CONSEJO DE ESTADO, FEBRERO 19 DE 1998 (DE LA FALLA PRESUNTA presunción de falla y a la exigencia de la prueba del nexo causal.
DEDUCE TAMBIÉN EL NEXO CAUSAL)

295.- CONSEJO DE ESTADO, OCTUBRE 7 DE 1999 (DE LA CULPA SE INFIERE


Pero en otros fallos, el Consejo de Estado ni siquiera entra a analizar el nexo EL NEXO CAUSAL)
de causalidad y su prueba, sino que a partir de la existencia presunta o probada de
la falla da por sentada la existencia de la causalidad y condena por la totalidad del En decisión de octubre 7 de 1999 77 , el Consejo de Estado, luego de afirmar
perjuicio, desconociendo así multitud de fallos que exigen que el nexo causal como en casi todos sus fallos que el nexo de causalidad debe ser probado por el
siempre debe estar probado y jamás podrá presumirse (ver el fallo de 14 de junio demandante, termina por dar por probado dicho nexo a partir de la falla del servi-
de 2001, Exp. 11.901, ya citado y comentado). Así se deduce de un fallo de febre- cio, sin que exista la más mínima consideración científica que permita deducir o
ro 19 de 1998 76 •
inferir el nexo causal. Antes, por el contrario, el fallo acepta que no había certeza
sobre el nexo causal y que el paciente se hallaba en estado pre mortem al momento
Al respecto, el fallo citado considera: de ingresar al hospital, lo que da un indicio serio y grave de que la muerte se debió
al estado de salud del enfermo, hasta el punto que un enfermo en tales condiciones
"El anterior concepto como se observó, hizo parte de la investigación disci- puede morir aunque el médico tratante no cometa falla alguna.
plinaria que culminó con la destitución de la médico tratante por los hechos
ocurridos en el caso concreto; contiene afirmaciones que comprometen la Al respecto, el fallo expresa:
responsabilidad de los entes demandados, las cuales por lo demás en manera
alguna fueron desvirtuadas o siquiera precisadas por parte de los demanda- "Si la lógica de las cosas indica que la naturaleza de la patología podía tor-
dos, pues en el expediente no obra prueba alguna en ese sentido producida a narse mortal, con mayor razón, se hacía necesario el tratamiento a instancia
instancia de la parte demandada, lo cual amerita desde luego, en aplicación directa de los neurólogos.

76 C. de E., febrero 19 de 1998. Exp. 11.802. M. P. Daniel Suárez Hernández. 77 C. de E., octubre 7 de 1999. Exp. 12.655. M.P. María Elena Giralda G.
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 341
340 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

"En esa dirección de lo que se trata -y este es un aspecto fundamental- es de


"~a Sala sigue de cer~a .las anotaciones de la historia clínica y encuentra que
identificar a la vista del material probatorio, si la participación del médico -
reiteradamente los medicos generales, que valoraron al paciente, ordenaron
su acto considerado objetivamente- puede ser la causa del daño médico que
su traslado a neurología y fueron ellos quienes tuvieron contacto directo con
se le atribuye, al margen de la calificación en términos de diligencia y cuida-
el paciente.
do, que siendo positiva para el profesional, configurará motivo de exonera-
"Analiza~a integralmente la historia clínica arrimada al proceso y sus co- ción o atenuación de su responsabilidad.
rre~po~dwnt~s órdenes médicas, la secuencia de valoraciones y revisiones "Así las cosas y aceptada la dificultad que suele presentarse en la demostra-
rutmanas deJa ver a las claras, la total pasividad observada por el Instituto de ción directa de la causalidad en materia médica, puede probarse indirecta-
Seguros Sociales en cumplir las instrucciones dadas por el neurólogo. Quizás
mente -partiendo de la misma historia clínica.
resulte más compatible y ajustado a la realidad de la historia clínica sostener
que el paciente ~i se encontraba en estado "premortem", pero precisamente "Por ejemplo: si en la historia no se contienen anotaciones del estado de
porque tra.~scurn.er.on l~s horas y los días sin que se hubiera trasladado para gravedad en que ingresa el paciente, se deduce que no estaba grave; si se
la v.aloracwn y vigilancia permanente por los neurólogos; recuérdese que el ordenaron exámenes inmediatos, y reiterativamente se recordó su práctica, y
pac1.ente no fue recibido en el ISS en estado de gravedad; que en la historia no se realizaron y, además, si desde la recepción del paciente y después de
clímca no aparecen indicaciones con esta cualificación78 • esas órdenes se agrava, no en forma inmediata, se infiere que la causa estuvo
en tal anomalía siempre y cuando no exista prueba que indique que a pesar
Y ~e~e a esa apreciación que hace el mismo fallo, en lugar de aplicar la teoría que no se practicaron, igualmente en el evento de que se hubieren practicado,
de la perd1da de una oportunidad que sí ha aplicado en casos similares de incerti- también, el paciente habría muerto.
dumbre. causal, sobre todo que, como lo admite el mismo fallo, el pacienteingresó
al hospital en estado pre mortem, lo que indica que el estado del paciente fue una "No resulta aventurado sostener que ante casos de difícil prueba sobre el
causa preponde.ra~te del daño, y sin embargo, se limita a decir que dada la prueba nexo causal, el juzgador haga inferencias lógicas relativas a hechos debida-
de la culpa, se mftere de ella la existencia del nexo causal. mente probados, concernientes a los atrás enunciados, de los cuales lo puede
concluir, cuando en la historia clínica no se anotó una causa eficiente, no
proveniente del demandado, en la producción del hecho dañino -causa aje-
Al respecto, el fallo afirma:
na-.
"Asunto distinto es el atinente a la causalidad en materia médica, la cual no "Hasta aquí por la vía de la carga probatoria del Instituto de Seguros Sociales
puede tenerse por demostrada, únicamente, en aplicación de la teoría de la su pasividad y falta de diligencia, en representar en el proceso la justificación
c~rga dinámica. Sabido es que, en línea de principio, la carga probatoria de
de su comportamiento. Tal pasividad permite concluir que existió una falla
d~cho ele~e~to de responsabilidad corresponde a la víctima, (art. 177, CPC),
institucional en la organización del servicio. La Sala no puede aceptar que
directa o mdirecta, según el caso. los roles determinados y específicos que cumple cada miembro del grupo
médico impidan a la postre establecer la responsabilidad del ISS, por la cir-
".Ahora bien, la Sala entiende que en materia médica el aspecto de la causa-
cunstancia de la división del trabajo.
lidad adquier~ un particularismo relevante, porque es evidente que los daños
en esta matena o pueden obedecer a la evolución natural propia del enfermo, "Ahora bien, la Sala se pregunta: ¿ese cúmulo de deficiencias, fue la causa
o. ~ueden ser .~na cons.e~~encia de una concurrencia causal con la participa- exclusiva del deceso del paciente o, por el contrario, son culpas en abstracto,
cwn, por accwn u omisiOn, que haya tenido el médico. inocuas, sin incidencia causal?
"Al respecto no existe prueba directa que conduzca a la Sala a afirmar lo uno
o lo otro y, en esa medida, no puede sostener por ejemplo, que la falta de
78 C. de E., Sección Tercera, Sentencia de octubre 7 de 1999. Exp 12655 C p · traslado al pabellón de neurología haya sido la causa que concurrió con la
María Elena Giralda Gómez. · · · ..
342 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 343

patología del enfermo al desenlace fatal. Tampoco puede concluir que la prác- "Concluye por tanto la Sala, en otros términos, que si el ISS hubiese agota-
tica inoportuna y tardía del primer examen de TAC tenga la suficiente efica- do con diligencia y exaustividad el contenido prestacional y el resultado cu-
cia causal para comprometer la responsabilidad demandada. Pero lo que sí rativo no se hubiere logrado, esa misma conducta evidenciaría la ausencia
resulta absolutamente claro, es que las omisiones en que incurrió el grupo · de falla. Por lo tanto ante la demostración, de una parte, de las indicadas
médico o la organización institucional en la prestación del servicio de salud, omisiones y, de otra, del nexo causal ha de imputársele al ISS el deceso del
excluyen la idea de diligencia y cuidado, de regularidad y eficaz prestación paciente" 79 •
del servicio público y, por lo mismo, se concluye que ante casos como éste
(de inactividad o pasividad del grupo médico en la prestación del servicio o Con el gran respeto que nos merece la Sección Tercera del Consejo de Estado
de falta de organización y cumplimiento de las órdenes médicas) la causa del y, muy especialmente, la distinguida ponente de este fallo, hay que decir que es la
deceso ha de atribuirse al ente demandado, no porque exista prueba directa primera vez que conocemos un fallo donde, siguiendo el fallo de 14 de junio de
que así lo evidencie, sino porque existe prueba indirecta partiendo de la mis- 2001, ya comentado se dice expresamente que el nexo causal hay que probarlo,
ma historia clínica (negrilla fuera del original). pero que en el caso sub judice esa prueba no existe; y luego considera que como
aparece probada la falla del servicio, esa falla es un indicio de que existe la rela-
"Si como ya se dijo, en la historia no se contienen anotaciones del estado de ción de causalidad que el mismo fallo dice no estar probada. Esta vez el Consejo
gravedad en que ingresa el paciente, se deduce que no estaba grave; si se de Estado nos sorprende con una nueva teoría: la culpa es indicio que permite dar
ordenaron exámenes inmediatos, y reiterativamente se recordó su práctica, y por probado el nexo causal. Es decir que en esta decisión solo se tuvo en cuenta el
no se realizaron; y desde la recepción del paciente y después de esta orden se daño y la falla del servicio, y esos dos elementos permiten dar por probada la
agrava, no en forma inmediata, se infiere que la causa estuvo en tal anomalía causalidad. Uno entiende que si como en otros fallos comentados hay varias hipó-
siempre y cuando no exista prueba que indique que a pesar que no se practi- tesis científicas sobre la causalidad y una de ellas en forma preponderante es la
caron, igualmente, en el evento de que se hubieren practicado, también, el culpa del médico, de allí se infiera la prueba del nexo causal, o que se aplique la
paciente habría muerto. doctrina de la pérdida de una oportunidad. Pero jamás a nadie se le ha ocurrido
afirmar que la culpa es prueba de la causalidad. ¿De qué sirve pregonar con bom-
"Es, que el juzgador puede hacer inferencias lógicas relativas a hechos debi- bos y platillos que no basta la existencia de la culpa y del daño para que haya
damente probados concernientes a los atrás enunciados, de los cuales puede responsabilidad, ya que es necesario probar además, que hubo una relación de
concluir el nexo de causalidad, cuando en la historia clínica no se anotó una causalidad entre culpa y daño (ver fallo de 14 de junio de 2001), para concluir que
causa eficiente, no proveniente del demandado, en la producción del hecho la prueba del nexo causal es la culpa? Como se ve no es la primera vez que en las
dañino -causa ajena-. Más cuando en la historia clínica, después del diag- consideraciones iniciales de los fallos del Consejo de Estado sobre responsabili-
nóstico y de la realización, como en este caso de un TAC no se hizo constar dad médica, se sientan determinadas premisas que al final son desmentidas con la
que el paciente ingresó en estado de gravedad. Por consiguiente si el paciente misma decisión.
se deteriora en manos de quien lo atiende y no se demuestra una causa extra-
ña a éste, se infiere de forma indirecta el nexo de causalidad. El elemento de
296.- CONSEJO DE ESTADO, DICIEMBRE 5 DE 2002 (CONDENA SIN PROBAR
causalidad se prueba de manera indirecta, mediante indicios, no solamente
NI MENCIONAR PARA NADA EL NEXO CAUSAL)
de los hechos atrás indicados, sino de otros, probados plenamente, como son:
el recibo del paciente por parte del ISS, y de la decisión de éste de internarlo. Pero los fallos en que el Consejo de Estado condena sin referirse en lo más
Esto conduce a entender que si el paciente hubiese llegado en estado terminal mínimo a la prueba o a la presunción del nexo causal, no son aislados, como se
o de premuerte no se habrían hecho indicaciones médicas atinentes a remi- observa en una Sentencia del 5 de diciembre de 2002 80 •
sión a neurología para los exámenes pertinentes. Los signos de vitalidad del
paciente (coordinado, hablando, caminando), no existencia de anotaciones
en la historia clínica, o dictamen de expertos, atinentes a que a pesar de esos 79 C. de E. Sección Tercera, Sentencia de octubre 7 de 1999. Exp. 12655. C. P.:
signos (coordinado, hablando, caminando), el paciente sufriera de gravedad María Elena Giralda Gómez.
invencible. 80 C. de E. diciembre 5 de 2002. Exp. 13.066. M. P. Jesús María Carrillo Ballesteros.
344 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 345

En efecto, probada la falla del servicio, el mismo fallo admite que no está lo reconoce la misma corporación en unos fallos que ya hemos citado y en otros
probado el nexo causal, pero que de todas formas esa culpa privó a la víctima de que veremos al analizar la doctrina de la pérdida de la oportunidad.
la oportunidad de mejoría y recuperación. Es decir, contrario a otros fallos donde
se analiza la existencia del nexo causal o de otros donde se da por probado sin Al respecto, el fallo expresa:
siquiera mencionarlo en las consideraciones, en este habla de la pérdida de una
oportunidad y, en lugar de aplicar la reducción del monto indemnizable como lo "El principal médico tratante, que ordenó esos exámenes con carácter "ur-
hacen otros fallos de la misma corporación, da por probado el nexo y condena por gente", explica el alcance de su orden médica así:
la totalidad del daño sufrido por las víctimas. Lo que uno no se cansa de pregun-
tarse es ¿por qué en unos fallos se reduce el monto indemnizable como se hace en "Declara el Dr. Luis Carlos Reyes Ordóñez, Cirujano Cardiovascular:
todos los tribunales del mundo donde se aplica esta teoría, mientras que en otros
caso, como el analizado, se condena por el 100% del perjuicio? Una vez más se " ... yo, solicité de acuerdo a la nota, la realización de una endoscopia diges-
confunde la aplicación de la pérdida de una oportunidad, doctrina que se aplica tiva y de una ecografía abdominal para tratar de descartar dos posibilidades
cuando es imposible demostrar de entre variadas causas posibles, entre ellas la diagnósticas (una úlcera del tracto digestivo superior y una ecografía abdo-
culpa del médico, cuál de ellas fue la que generó el daño, y el daño probado a minal para descartar la presencia de una hematoma subcapsular del hígado o
partir de la falla del servicio. una hematoma retroperitoneal; también, evalué el resultado de las pruebas de
coagulación que estaban dentro de los límites que utilizábamos (sic) en el
momento para mantener un estado de anticoagulación que impidiera una trombosis
Al respecto, el fallo afirma lo siguiente:
de la válvula que se le había colocado al paciente" ... (fl. 260).
"Desde el punto de vista de la actividad médica, se presentaron errores, impreci-
siones, incurias, negligencias y situaciones calificables hasta de indolentes, ( ... ).
todas imputables a la entidad pública obligada a prestar la asistencia a la
paciente" 81 • "Preguntado: por su conocimiento y experiencia médica que tiene Usted,
por su especialización esa endoscopia y ecografía que se le ordenó al paciente,
debían realizarse de manera urgente, de acuerdo al cuadro que el (sic) presen-
297.- CONSEJO DE ESTADO, 28 ENERO DE 1999 (ANTE 4 CAUSAS POSIBLES taba? Contesto: En mi criterio, esos exámenes se debían realizar en las próximas
DA POR PROBADO EL NEXO CAUSAL)
24 a 48 horas después de que yo los ordené, la verdad es que como yo puedo
deducir, revisando mis notas y tratando de reconstruir mentalmente la situa-
En otra decisión del 28 de enero de 1999 82 , el Consejo de Estado al analizar ción que vivimos con el paciente Bonilla, creo que ni mis colegas ni yo,
la prueba del nexo causal, encuentra que no existe prueba del nexo de causalidad, pensamos en ningún momento que el paciente hubiera podido fallecer, el
pues hay cuatro causas posibles, y aunque dice que la culpa médica le restó opor- deterioro final de la situación del paciente se presentó en las últimas doce
tunidades al paciente, da por probado el nexo causal y condena por la totalidad de horas que precedieron a su muerte, la verdad es que con base en la informa-
la indemnización. En tales circunstancias, como ya lo hemos dicho, el fallo debía ción brindada por el interrogatorio al paciente, por su examen físico y por los
haber sido absolutorio por ausencia de prueba del nexo causal, o podía haber sido exámenes que se le realizaron nunca hubo una gran alarma médica sobre la
condenatorio si el juez hubiera explicado por qué la falla del servicio era la causa evolución del paciente hasta el día que precedió a su muerte" (fl. 261).
virtual del daño, o finalmente, debía haber aplicado la doctrina de la pérdida de la
oportunidad en cuyo caso la indemnización no podía ser íntegra sino parcial como "Sobre la intervención practicada afirma:

"Este paciente fue operado por mí en compañía del Doctor Francisco Uribe al
comienzo de julio de 1990, (sic) al paciente se le practicó un reemplazo valvular
81 C. de E. Sección Tercera, Sentencia de diciembre 5 de 2002. Exp. 13066. C. P.:
Jesús María Carilla Ballesteros. aórtico por una prótesis mecánica con una evolución posoperatoria sin com-
82 C. de E., enero 28 de 1999. Exp. 15.314. M.P. Germán Rodríguez Villamizar. plicaciones ( ... ) reingresó dos o tres días después por un cuadro de debilidad
346 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 347

y dolor abdominal, cuya etiología definitiva, entiendo que nunca se pudo "Y, finalmente, sobre la omisión de practicar los exámenes y la incidencia de
comprobar" (fl. 259). ese error en la evolución de la enfermedad del paciente afirmó:
"Es evidente que es una falla de la Institución del Seguro Social el hecho de
"Sobre la relación entre la droga formulada y la reactivación de una úlcera
que no se hubieran podido realizar oportunamente los exámenes que nos hu-
péptica, explicó:
bieran permitido comprobar un diagnóstico o cuando menos descartar algu-
"Me parece poco probable, nunca durante su rehospitalización y tampoco nas de las complicaciones mencionadas. Si se hubiesen realizado es posible
durante la hospitalización para la cirugía tuvimos evidencia de que el pacien- que se hubiera podido actuar médicamente y que tal vez se hubiera podido
te tuviera una hemorragia de tracto digestivo, incluso el paciente tuvo sonda cuando menos posponer la muerte del señor Bonilla, pero honestamente ha-
biendo revisado la historia clínica y habiendo discutido el caso con varios de
nasogástrica, tanto para su hospitalización, como durante un día de su
rehospitalización y nadie vio sangre en el líquido que drenaba del estómago, los colegas que tuvieron oportunidad de participar en el manejo del paciente
durante su re-hospitalización creo que con excepción de la no realización de
tampoco hay ninguna evidencia de que el paciente hubiera tenido deposicio-
nes con sangre ... " (fl. 263). los exámenes no veo ninguna otra falla en el manejo del paciente durante esa
rehospitalización" (fl. 264).
"Sobre las posibles causas del fallecimiento del paciente, el médico se la- "Sobre la supuesta actitud renuente del Instituto de Seguros Sociales a prac-
menta que no hubiera habido necropsia para encontrar la cierta o más proba- ticar la necropsia, según se denunció en la demanda, se comprobó que ello no
ble, pero apunta cuatro hipótesis: ocurrió. La esposa del fallecido, se opuso a ese procedimiento que hubiera
ayudado a establecer lo acontecido. Dice sobre el punto J airo de Jesús Sepúlveda,
" ... como consecuencia de una sepsis, para lo cual existen algunos indicios en
pariente del extinto:
alguno de los exámenes recuerdo que había un recuento de más de 20 mil
células por milímetro cúbico, cuando lo normal es de que exista menos de 10 " ... hablamos de una necropsia, pero la esposa Nubia Sepúlveda, mi hermana
mil. .. " (fl. 263). no le gustó la idea de la necropsia porque ya llevaba cierto tiempo de muerto
y de todas formas ella se negó a eso" (fl. 214).
"También es posible que el paciente hubiera tenido una insuficiencia cardiaca
"Este médico tampoco confirma la presencia de la llamada úlcera sangrante
originada en una disfunción del ventrículo izquierdo que con alguna frecuen-
cuando evaluó la historia y concluye:
cia se presenta en pacientes operados de insuficiencia aórtica.
"Reza en la historia clínica que se le hizo succión gástrica por intermedio de
" ... una tercera posibilidad es la de que el paciente hubiera tenido un hemato- sonda y el líquido extraído, dice textualmente, no tenía características de
ma subcapsular hepático o retroperitoneal que hubiese lentamente y de ma- sangrado. Tampoco hay datos en la historia que haga pensar que tuvo "mele-
nera no muy dramática recolectado sangre y que al final ( ... ) alguno de estos nas" durante la hospitalización, lo cual es signo de sangrado del tracto diges-
hematomas se hubiese roto y el paciente hubiese fallecido". tivo" (fl. 218).

"En cuarto lugar yo no puedo de manera absoluta descartar que el pacien- "De lo anterior se desprende que, en efecto, el Instituto de Seguros Sociales
te hubiera tenido una hemorragia originada en una úlcera duodenal o gás- incurrió en una omisión inexplicable como que, sin justificación, dejó de
trica, pero definitivamente ésta me parece la hipótesis menos probable" (fl. practicar dos exámenes -la endoscopia y ecografía-, ayudas tecnológicas ideadas
264). para colaborar con el médico en el diagnóstico de las enfermedades. Eso
constituye falla del servicio, la cual, como se advirtió al inicio de estas con-
"Sobre lo delicado de una operación a corazón abierto, el galeno afirmó: sideraciones, está probada en el infolio.

"Todos debemos entender que la cirugía( ... ) conlleva riesgos de complica- "No existe en el plenario prueba alguna que demuestre que la práctica de
ciones y de muerte, el caso del Sr. Bonilla es un caso desafortunado, pero esos exámenes hubiera contribuido a la curación del Sr. Bonilla. Empero,
científicamente ya nunca nadie podrá saber por qué murió". (fl. 264). tampoco existe certeza en el hecho de que la falta de esos exámenes hubiera,
348 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 349

en efecto, desorientado la conducta de los médicos hasta el punto de determi- nuevo, el Consejo de Estado confunde la pérdida de una oportunidad para cuan-
nar el fallecimiento del paciente" (resaltado fuera del original). do no se pueda probar el daño, y la presunción del nexo causal por el hecho de
existir varias causas posibles, lo que es absurdo y contrario a la jurisprudencia y
Obsérvese que en este párrafo el fallo admire claramente que no hay prueba doctrina universales.
de la causalidad.

Y continúa el fallo: 298.- EN ESTE CASO NO SE APLICÓ LA DOCTRINA DE LAS CARGAS DINÁMICAS
DE LA PRUEBA EN CONTRA DEL DEMANDADO
"Adviértase que la falencia del Instituto de Seguros Sociales no fue terapéu-
tica, sin embargo, los exámenes echados de menos habrían servido para con- De otro lado, no sobra observar que la necropsia habría permitido descubrir
firmar o descartar las patologías que ya por estudios clínicos los médicos cuál fue la causa del daño, pero la familia se opuso a ella. Uno se pregunta: ¿Si el
habían diagnosticado y tratado, en medio del complicado cuadro del pacien- mismo Consejo de Estado considera como principio general que en aplicación del
te. Por eso el médico tratante atribuye a cuatro posibles complicaciones, ini- principio de las cargas dinámicas de la prueba, el juez determinará a quien corres-
ciando por la más probable: una sepsis (infección generalizada) hasta una ponde la carga de la prueba, es apenas obvio concluir que en la medida en que la
hemorragia originada en úlcera duodenal o gástrica, éste como lo menos pro- esposa del paciente se negó a la práctica de la necropsia, prueba insustituible y
bable, debido a la sintomatología. que sólo dependía de la voluntad de la esposa demandante, recaiga sobre el médi-
co la carga de desvirtuar la presunción de causalidad. Si la esposa no dejó practi-
"La Sala concluye de todo lo anterior que la entidad demandada no fue dili- car la prueba que demostraba si había causalidad o no, la lógica de lo razonable
gente ni cuidadosa cuando asumió el deber de brindar asistencia médica al nos indica que ella debía haber corrido con las consecuencias de una prueba que
Sr. John de Jesús Bonilla Cardona. El servicio desatendió el pedido urgente dependía de la voluntad de ella y no facilitó. Se nos dirá que la carga dinámica de
de dos exámenes cuya práctica era útil para identificar con claridad el carác- las pruebas solo se aplica en relación con la culpa y jamás en relación con la
ter de la enfermedad del paciente y esa omisión, como lo pone de presente el causalidad, pero ya hemos visto varios fallos en los que de hecho, se presume la
a quo, le restó al paciente posibilidades de curación" 83 . causalidad bajo el argumento de que al paciente le quedaba muy difícil la carga de
la prueba de la causalidad y que en cambio, el médico sí tenía la posibilidad de
Como se desprende de los últimos párrafos, el nexo causal no se probó pero demostrar que no había causalidad. En consecuencia, el hecho de que la esposa
el demandado no demostró la ausencia de causalidad, carga probatoria que el con- demandante se hubiera negado al descubrimiento de la causa del daño, prueba que
sejo deduce de la existencia de la falla. Una vez más, la existencia de la culpa dependía de su voluntad, no es justo que ahora se venga a decir que el médico fue
deriva necesariamente en la prueba de la causalidad, pese a que en el proceso hay el causante del daño, porque no probó lo contrario.
prueba suficiente para inferir que la causalidad no está probada como de hecho lo
admite el mismo fallo. ¿De dónde por Dios, la prueba del nexo causal que tanto Este es el único fallo de los que hemos consultado, en que se podía aplicar la
dice exigir el mismo Consejo de Estado? carga dinámica de las pruebas en contra del demandante. Sin embargo, el Consejo
esta vez pasa de largo sobre sus propias premisas y antecedentes y a como dé lugar
Si el Consejo de Estado aplica la teoría de la pérdida de una oportunidad condena a la entidad demandada.
cuando existen varias causas posibles entre ellas la falla del servicio, sin que
pueda determinarse cual fue la causa real, y en tales condiciones reduce el monto CoNSEJO DE ESTADO, AGOSTO 15 DE 2002
indemnizable uno no se explica como en todos los casos que hemos comenta-
do, no se menciona para nada la teoría de la pérdida de la oportunidad o mencionán- En fallo de agosto 15 de 2002 84 , el Consejo de Estado, comienza por afirmar
dose no reduce el monto indemnizable, como sí lo hace en otras ocasiones. De que el nexo de causalidad nunca se presume pero que cuando aparece que la falla
del servicio es una causa probable, el juez puede darlo por probado.

83 C. de E., Sección Tercera, Sentencia de enero 28 de 1999. Exp. 15314, C. P.:


Germán Rodríguez Villamizar. 84 C. de E., agosto 15 de 2002. Exp. 11.605. M. P. Alier Hernández Enríquez.
350 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 351

Al respecto, el fallo afirma: trario. En varios de los fallos que hemos analizado, vimos cómo el simple hecho
de la culpa servía como pretexto para dar por existente la causalidad. Al respecto,
"Se ha considerado necesario presentar previamente estas reflexiones, que basta leer el fallo ya comentado de febrero 19 de 1998, con ponencia del mismo
serán tenidas en cuenta para valorar la prueba obrante en el proceso, a fin de magistrado que en el caso que ahora se comenta, oficia de ponente.
establecer si está demostrada, en este caso, la responsabilidad de la entidad
demandada. Sólo resta advertir como también lo hizo la Sala en el fallo que Y continúa el fallo examinado:
acaba de citarse que, el análisis de la causalidad debe preceder siempre al de
la existencia de la falla del servicio, en los casos en que ésta se requiere para "2. El caso concreto
estructurar la responsabilidad de la entidad demandada. En efecto, sólo aque-
llas fallas a las que pueda atribuirse la producción del daño tendrán relevan- "Con fundamento en las pruebas presentadas, concluye esta Sala que, el 6 de
cia para la demostración de dicha responsabilidad, de manera que la inver- septiembre de 1990, estos siete días después de la práctica de la cirugía de
sión del orden en el estudio de los elementos citados puede dar lugar a que la "isterectomía abdominal más salpingooforectomia bilateral más tanago" en
falla inicialmente probada resulte inocua, o a valorar indebidamente los re- la Caja Nacional de prevención social, la (demandante) fue intervenida nue-
sultados del examen de la conducta, teniendo por demostrado que no lo está. vamente en la misma Institución, por presentar un cuadro abdominal agudo.
Se llevó a cabo una laparatomía exploratoria y se encontró una "hematoma de
"Teniendo en cuenta observaciones similares, la Sala ha hecho afirmaciones 20 c.c. de sangre negra con coágulos y mal oliente, situado en el retroperitoneo,
como estas, en fallos anteriores. cerca al pedículo infundíbulo pélvico derecho", por lo cual se procedió a
drenarlo y a lavar la cavidad con suero fisiológico tibio.
"Lo que interesa para los efectos de resarcimiento y, naturalmente, de la estructuración
de la responsabilidad es, ante todo, la posibilidad de imputación o reconducción "Se tiene, entonces que, con posterioridad a la primera cirugía mencionada,
del evento dañoso al patrimonio de quien se califica preliminarmente respon- la paciente presentó un proceso infeccioso. Así lo confirma, además el Doc-
sable: esto ha de aparecer acreditado cabalmente, para no descender inoficiosamente tor (A), quien atendió a la paciente cuatro días después en la clínica de Marly,
al análisis culpabilístico (sent. del 7 de oct. de 1999. Exp. 12655)". expresa el médico citado, en efecto, que "en la segunda operación ( ... ) se
encontró que había abscesos pélvicos (infección)". Los abscesos son acumu-
"Ni aún el evento de que se hubiera probado una falla del servicio habría laciones de pus en los tejidos orgánicos. Ver. Diccionario de la Lengua Espa-
lugar a declarar la responsabilidad del estado mientras el vínculo casual no se ñola, Real Academia Española, editorial Espasa Calpe S.A. XXI edición, Madrid
hubiera establecido, al menos como probable" (Sent. del22 de mar. de 2001. 1992, tomo 1, p. 13" 85 •
Exp. 12.843).
Sin embargo, el fallo al entrar a definir la responsabilidad en el caso concre-
"Y debe insistirse en que la presunción de la causalidad será siempre im- to, expresamente afirma que dadas las circunstancias del hecho, el nexo de causalidad
procedente; aceptarla implicaría incurrir en una evidente contradicción en puede presumirse, con lo cual desdice la premisa teórica que había sentado unos
la medida en que supondría la aplicación, tratándose de la responsabili- párrafos antes.
dad por la prestación del servicio médico asistencial, de un régimen más
gravoso para el demandado inclusive, que el objetivo dado que si bien en este Pero fuera de lo anterior, el fallo trae un considerando que nos parece dema-
la falla del servicio no constituye un elemento estructural de la obligación de siado audaz porque no solo presume la falla del servicio sino también el nexo
indemnizar, el nexo causal está siempre presente y la carga de su demostra- causal. Y ambas presunciones las deduce de la dificultad probatoria en que se
ción corresponde siempre al demandante, en todos los casos" (el resaltado es encontraban los demandantes, lo que borra de un tajo el principio según el cual el
nuestro).

En esta premisa se advierte que mientras el Consejo de Estado sienta unos


85 C. de E. Sección Tercera, Sentencia de agosto 15 de 2002. Exp. 11605. C. P.:
principios generales impecables, al decidir los casos concretos hace todo lo con- Alier E. Hernández Enríquez.
352 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 353

nexo causal nunca se presume. Y aunque en el considerando inicial se afirme que por probado el nexo causal y por responsable al demandado, así no hubiera exis-
la carga dinámica no se aplica en materia causal, de hecho la está aplicando, pues tido culpa de su parte.
se concluye que dada la dificultad que de dicha prueba tienen las víctimas, y de la
facilidad que tienen los demandados es de presumirse tanto la falla del servicio
como la causalidad. Nada justifica que si la víctima tiene que probar el nexo cau- CoNSEJO DE EsTADO, muo 1o DE 2004
sal, esta obligación desaparezca si dicha prueba es muy difícil. La premisa podría
por lo menos discutirse si se demuestra que en la realidad, al demandado le queda En una sentencia de julio 1o de 2004 86 , el Consejo de Estado aporta una nueva
fácil probar que el nexo causal no existió. Pero el hecho de que en el quirófano tesis al arsenal de las ya existentes en relación con la prueba del nexo causal. En
haya un grupo de personas capacitadas no significa que ellas tengan la facilidad este caso, el Consejo, a partir de probabilidades, concluye que el médico de la
de demostrar que el paciente no se infectó en el quirófano. Ahora, si cada que al entidad demandada, un oftalmólogo, causó una lesión en el ojo del paciente, du-
paciente le quede difícil probar el nexo causal y se afirma que a los médicos les rante una intervención quirúrgica. Luego, el fallo da por establecida la falla del
queda más fácil probar la inexistencia del mismo, apague y veámonos, porque servicio y concluye condenando a la entidad demandada.
absolutamente en todos los casos, la situación va a ser idéntica. Más adelante,
veremos un caso donde el mismo Consejo de Estado e inclusive el mismo magis- Pero el fallo nos muestra esta vez una serie de conceptos no aplicados en las
trado ponente parten de unas premisas diferentes e imponen al demandante la jurisprudencias anteriores.
carga de probar el nexo de causalidad. Son esas inconsistencias conceptuales las
que impiden una estructuración clara, lógica y pacífica sobre la carga probatoria En efecto, de entrada nos encontramos un párrafo que contradice por comple-
en materia médica. Además, en casos como este, el Consejo de Estado, ante la to lo que la misma corporación ha dicho desde 1992 en el sentido de que la falla en
imposibilidad de probar el nexo causal, aplica la teoría de la pérdida de una opor- materia médica se presume o que se debe aplicar la teoría de la carga dinámica de
tunidad, sin que se sepa por qué en este caso no la aplicó. las pruebas, teoría que como hemos visto, conduce necesariamente a la presun-
ción que se quiso condenar. En el caso sub judice el Consejo estima que la prueba
Sin embargo, consideramos que en el fondo, la decisión tomada en el fallo es de la falla del servicio, en principio corresponde al demandante.
la correcta, pero para ello no habría tenido que echar por tierra todas las premisas
probatorias que sobre la causalidad hizo acertadamente el fallo en sus apreciacio- Al respecto, el fallo afirma:
nes iniciales. En efecto, en un caso como este nos encontramos realmente frente a
lo que la doctrina denomina una probabilidad preponderante de causalidad, pues "Así las cosas, se concluye que la demostración de la falla en la prestación
aunque no se tenga la certeza absoluta de que la infección la adquirió el paciente del servicio médico asistencial será a cargo de la parte demandante, a me-
en el quirófano, en el orden normal de las cosas, y dada la forma como ocurrieron nos que aquella resulte extraordinariamente difícil o prácticamente imposi-
los hechos el juez puede dar por probado (no por presunto como lo dijo el fallo) el ble y dicha carga se tome, entonces, excesiva. Solo en este evento y de
nexo de causalidad. En cambio, en los fallos que hemos comentado más atrás esa manera excepcional, será procedente la inversión del deber probatorio, previa
probabilidad preponderante nunca existió y por eso nos pareció que la causalidad la inaplicación del artículo 177 del Código de Procedimiento Civil que obligaría
nunca se probó. a la parte actora a probar siempre el incumplimiento por el demandado de
su deber de prestar debidamente el servicio mencionado por resultar la re-
De otro lado, aunque la causalidad puede darse por probada (no presunta) en gla en el contenida, el caso concreto, contraria a la equidad, prevista en el
una situación como la que se analiza, no ocurre lo mismo con la culpa o falla, pues artículo 230 de la Constitución Política como criterio auxiliar de la activi-
está demostrado que, aunque haya el mayor grado de higiene y asepsia, hay bac-
dad judicial" 87 .
terias absolutamente resistentes a cualquier limpieza y que por lo tanto permane-
cen en el quirófano, así no haya culpa de los médicos o de la entidad encargada de
los mismos. Por ello, participamos con la doctrina según la cual, el riesgo de una
infección infrahospitalaria debe correrlo el hospital, así no haya culpa de su per- 86 C. de E. julio 1° de 2004. Exp. 14.696. C.P. Alier Eduardo Hernández Henríquez.
sonal dependiente. En consecuencia, la solución correcta habría consistido en dar 87 lbíd.
354 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 355

Pero lo más sutil del fallo, hasta donde tenemos conocimiento, y que se apli- luada después de haber sido intervenida en esta institución unos días antes.
ca por primera vez, es que el nexo causal no se da por establecido entre la falla del Al parecer se le había (sic) o le intentaron practicar una cirugía de cataratas
servicio y el daño, que sería lo correcto, sino entre la del acto médico, culposo o con anestesia local. Recuerdo que la paciente presentaba al momento del exa-
no y, el daño. Una vez establecido que el médico causó el daño, el fallo se refiere men una disminución de la visión por dicho ojo y una posible hemorragia
a la falla del servicio y dándola por establecida, condena a la entidad demandada, vítrea, sugerí hacerle una ecografía y pedí un concepto en Bogotá".
como si por culpa del médico el paciente hubiera sufrido el daño.
"Se le permitió consultar la historia clínica, que había llevado el testigo a la
El sofisma consiste en que siempre en todos los casos, se debe probar que diligencia y, sin fundamento en ella, explicó:
físicamente el médico causó el daño, y lo que se discute es si la culpa del médico
tuvo incidencia causal en ese daño. En muchos casos, se prueba el nexo causal "Al examen le encontramos una catarata y le encontramos unas opacidades
entre el acto médico y el daño y al mismo tiempo se prueba la culpa del médico. en el vitreo del ojo derecho, con el diagnóstico de hemorragia vítrea o endoflalmitis,
Pero aún en tales circunstancias es preciso determinar si fue la culpa del médico lo se le pidió una ecografía ocular que mostró en el reporte una hemorragia
que hizo que este causara el daño. En no pocas oportunidades se prueba que el vítrea. En noviembre 18 de 1992, se pidió un concepto a Bogotá, y el 23 de
médico causó físicamente el daño, y se prueba además la culpa, pero hay que enero de 1993 la paciente regresó de Bogotá, donde le confirmaron el diag-
absolver al médico porque no se logra demostrar que esa culpa fue la determinante nóstico ...
en la actuación dañina del médico. De hecho, esa solución la aplica el mismo
Consejo de Estado. Veámoslo con un ejemplo: supongamos que se demuestra que "Se le preguntó "a qué causas atribuyó" ... la hemorragia vítrea", sobre lo
un médico opera una rodilla con un instrumental sin desinfectar; también se de- cual expresó: por el antecedente de la anestesia local, como dice la nota remisoria
muestra que el médico al operar la rodilla cercenó durante la operación un nervio, del Seguro Social, podemos nosotros en este momento pensar que la causa
lo que origina una parálisis de la pierna del paciente. En este caso, es evidente que que produjo esta hemorragia dentro del ojo pudo haber sido al momento de
el médico causó con su bisturí el daño a la rodilla del paciente, pero la culpa colocar la anestesia". Y se agregó: partiendo de la base de que la paciente no
consistente en utilizar un instrumental sin desinfectar, no tuvo incidencia causal la tenía antes, otra causa de una hemorragia vítrea previa a la cirugía de cata-
alguna. Sería absurdo dar por probado el nexo causal exigido por la ley, porque no rata puede ser causada por maniobras de masajes que se aplican en el globo
cabe duda de que el paciente lesionó la rodilla del paciente. Pero esa prueba es ocular antes de comenzar la cirugía. Se le preguntó, entonces, si un problema
solo la parte inicial consistente en la atribución física del daño al acto médico. Lo de hipertensión o de coagulación puede producir hemorragia vítrea espontá-
que falta, y que es lo que venimos discutiendo es la causalidad entre la culpa nea, a lo cual respondió: es posible que se presente una hemorragia vítrea, o
consistente en operar con un instrumental infectado y el daño en la rodilla. Si el (sic) un problema de hipertensión ocular o por un trastorno de la coagulación
daño no es imputable a una infección, sino a la utilización del bisturí, es claro que antes o inmediatamente después de iniciar la cirugía si previamente ha habi-
no existe causalidad entre la culpa por no desinfectar el instrumental y el daño, do maniobras de masajes en el ojo o anestesia local.
pese a que no hay duda de que el médico sí causó la lesión. En el fallo comentado
no está probado en lo más mínimo que la culpa fue la causa del daño y, sin embar- "Interrogado sobre si, en el procedimiento de aplicación de la anestesia local,
go, condena por la totalidad del daño sufrido. Repetimos que el juez debe llegar a antes de llevar a cabo una operación del órgano de la vista, se corre el riesgo
la conclusión de que el médico físicamente causó el daño; luego tendrá que esta- de que se produzca una perforación en el globo ocular, pese a la experiencia
blecerse mediante prueba o mediante presunción, que hubo una culpa en el médi- y responsabilidad que tenga al anestesiólogo que practica la maniobra médi-
coy, finalmente, que esa culpa tuvo incidencia causal en el daño. De lo contrario ca, expresó: Siempre que se practique una anestesia local retrobulbar existe
no podrá condenar. la posibilidad de perforación ocular independiente de la experiencia del mé-
dico ejecutante, porque hay variantes anatómicas por el tamaño del globo
Pero veamos lo que al respecto dice el fallo analizado: ocular, dimensión de la órbita, rigidez de las paredes del ojo y otras causas.

"Finalmente, rindió testimonio (J) quien, sobre el caso de la demandante, "Sobre la afectación que, en virtud de la ptisis bubbi padecida en un ojo,
manifestó: "fue remitida a mi consultorio por el Seguro Social, para ser eva- puede presentarse en el otro, dijo ... cuando existe una ptisis bulvis (sic) de
356 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 357

origen traumático se puede presentar en el ojo lateral o vecino una entidad táneamente, por problemas de hipertensión o coagulación. Y (J) consideró
denominada oftalmía simpática. finalmente, que puede atribuirse la hemorragia sufrida por la citada señora a
la aplicación de la anestesia, y que los referidos problemas de hipertensión o
"Con fundamento en lo anterior, encuentra la Sala demostrado el daño sufri- coagulación pueden producirla espontáneamente, si previamente ha habido
do por la demandante, según consta en el dictamen citado en el literal e), (S) maniobras de masajes en el ojo. Al respecto, se advierte que no existe indicio
perdió la visión en un ojo derecho, adicionalmente, en el resumen de la his- alguno de que tales masajes se hubieran efectuado.
toria clínica elaborada en la clínica San Rafael de Bogotá, citado en el literal
b ), se hizo constar la existencia de una "franca atrofia del globo ocular" y la
"Ahora bien, establecido claramente, con base en medios probatorios direc-
presencia de signos de Ptisis Bulby, lo que, según lo explican dos de los
tos, que el daño sufrido por la demandante fue causado materialmente por la
médicos que declararon en el proceso, podría, eventualmente, causarle daño
intervención del anestesiólogo adscrito a la entidad demandada [no dice que
a la paciente en su ojo izquierdo, en caso de generarse una "Ubeitis simpáti-
causado por la culpa], en desarrollo de un procedimiento programado por
ca" u "oftalmía simpática", que sin embargo, en la época en que fue valorada,
otro profesional dependiente de la misma, debe determinarse si dicha inter-
no se había presentado (ver lit. d).
vención se llevó a cabo con imprudencia, con negligencia o con impericia,
con el fin de establecer si aquel puede ser imputado a una falla en la presta-
en cuanto a la causa del se considera demostrado
ción del servicio médico asistencial y por lo tanto, si el Instituto de Seguros
COilse~cue:ncJta de una del
Sociales incumplió sus obligaciones legales y debe declararse su responsabi-
lidad patrimonial" 88 •
·'"!]"'."""'11""" .. local), que generó, a su vez, una hemorra-
con edema que causó el
de:sm~en1dí1tllí1~nt:o de la retina. Es ésta la conclusión que se obtiene de la Obsérvese que el Consejo busca el nexo causal físico para luego buscar la
valoración en conjunto de las pruebas practicadas (las negrillas no son del culpa del servicio, lo que puede dar lugar a que esa culpa se encuentre, pero sin
original). que ella tenga incidencia causal en el daño. Por ello, primero hay que buscar la
causalidad física entre el actuar o el omitir del médico, para luego buscar si hay
"Así, en ésta última se anotó que, "según datos de la historia, en agosto de culpa. Y establecida esa culpa, averiguar si ella es causa jurídica del daño. Porque
1992 ... , al aplicar anestesia retro bulbar ocurrió una perforación ocular ac- si cada que se pruebe que el médico causó físicamente el daño y después la culpa
cidental en ojo derecho", y se indicó que, posteriormente se desprendió la se presume o se prueba y con ello es suficiente para condenar, es evidente que el
retina y el globo presentó hipotensión". Por su parte, (R) manifestó que la nexo causal entre la culpa y el daño se está ignorando, lo que significa una presun-
cirugía de catarata, programada para serie practicada a (S) el6 de agosto de ción de causalidad imposible de desvirtuar. Cuando hablamos de probar el nexo
1992, fue cancelada, por una complicación de la anestesia local, consisten- causal como elemento de la responsabilidad hay que distinguir entre la imputabi-
te en hemorragia retroocular con edema conjuntiva!, la cual atribuyó (a) la lidad material del hecho (probar que el médico causó el daño) y la imputabilidad
inyección, refiriéndose, concretamente, a la lesión con aguja. De la expli- jurídica o nexo causal entre la culpa y el daño. En este caso, el fallo se contenta
cación ofrecida por este profesional se deduce que dicha lesión causó la con probar la primera y la culpa, pero omite explicar si la causalidad entre la culpa
hemorragia y ésta, a su vez, produjo el desprendimiento de retina. Agregó del servicio y el daño existió, lo que significa que la sentencia está montada en
que el anestesiólogo fue (0), adscrito al ISS, que también fue identificada una falacia, entendida no en sentido peyorativo sino en sentido lógico. Nos queda-
en la certificación expedida por la Directora (e) de la UPI de esa entidad, mos sin saber si la culpa fue la causa del daño, dato que era indispensable y que el
citada en el literal a). fallo ignoró.

"Adicionalmente, el médico (G) manifestó que la causa más común de la


complicación citada, esto es, de la hemorragia vítrea y el desprendimiento de
retina, es, precisamente, la perforación del globo ocular con la aguja de anes- 88 C. de E. Sección Tercera, Sentencia de julio 1° de 2004. Exp. 14696. C. P.: Alier
tesia. La segunda posibilidad, dijo, es que la hemorragia se produzca espon- Eduardo Hernández Enríquez.
358 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 359

301.- FALLOS DEMASIADO SEVEROS CON EL DEMANDANTE EN CUANTO Ya, al referirse a los elementos que estructuran la responsabilidad del Estado
A LA PRUEBA DEL NEXO CAUSAL el fallo considera lo siguiente:

Pero así como hemos visto una serie de fallos en los que el nexo causal pura y "Ahora bien, de lo anterior puede concluirse que la entidad demandada y el
simplemente se presume, o se da por demostrado sin prueba preponderante que lo médico que atendió al demandante mienten sobre algunos aspectos relacio-
justifique, también encontramos fallos donde inclusive, estando probada la falla del nados con la práctica misma de la cirugía de catarata y las condiciones poste-
servicio, y existiendo varias causas posibles, se absuelve al demandado. Es decir, se riores del paciente, lo cual, en principio, permite la construcción de indicios
trata de hechos similares en lo que se refiere a la prueba y, sin embargo, las decisio- en contra de aquélla; sin embargo, con el fin de establecer cuál es la valora-
nes son totalmente contrarias, cuando de ser coherentes, se debía haber condenado ción que de ellos puede hacerse, debe analizarse si los hechos que pueden
con base en la pérdida de una oportunidad, o darse por probado el nexo a partir de inferirse con fundamento en tales indicios están relacionados con la demos-
una probabilidad causal preponderante, para utilizar la terminología que el Consejo tración de la existencia de una relación de causalidad entre la conducta de
de estado tomó prestada de la doctrina. No criticaremos si las soluciones son acerta- dicha entidad y el daño sufrido por el actor.
das o no. Lo que nos proponemos es demostrar la falta de coherencia y el caos
conceptual en que se sume el Consejo de Estado desde hace más de una década en "Encuentra la Sala que, de los diferentes aspectos citados, uno de ellos resul-
relación con el nexo causal en materia médica. ta relevante para el efecto indicado: la colocación de una lente de cámara
anterior genera riesgos mayores a los que implica la implantación de una
lente de cámara posterior. Si ello es así, podría considerarse, en principio,
302.- CoNSEJO DE EsTADo, JUNIO 14 DE 2001 que de este hecho pudo derivarse el daño sufrido por el paciente, sobre todo
si se tiene en cuenta que uno de tales riesgos se refiere al daño del trabéculo,
En una Sentencia del Consejo de Estado, de junio 14 de 2001 89 , la decisión es y por lo tanto, a la producción de glaucoma, patología que presentó el señor
absolutoria porque el demandante no demostró el nexo causal, pese a que sus Puello Royo aproximadamente un año después de la cirugía de catarata, y
condiciones probatorias eran semejantes a las de otros fallos donde se da por que, según lo expresado por los peritos, no se presenta, por lo general, inme-
establecido y probado dicho nexo. diatamente después de la operación, sino transcurrido un cierto tiempo.

Al efectuar una síntesis de los hechos, el Consejo de Estado afirma: "No obstante lo anterior, los expertos aclaran que una lente intraocular de
cámara anterior, colocada en el sitio y la forma correctas, no produce edema
"3. Conclusiones sobre la responsabilidad la entidad demandada: de córnea, y tampoco glaucoma. Si, en cambio, se encuentra en mala posi-
Con fundamento en las pruebas relacionadas, se encuentra demostrado que, ción, es necesario detallar en qué consiste la anomalía (si hay toque endotelial
con posterioridad a la práctica de una cirugía de catarata en su ojo izquierdo, del lente, luxación posterior parcial, herniación de un háptica, si fue implan-
con implantación de una lente intraocular de cámara anterior, el demandante tado invertido, etc.), para determinar si ella es la causante de la descompensación
sufrió edema de córnea. Aproximadamente un año después, se le diagnosticó cornea! o del glaucoma; explican, además, que en el caso del señor Walfredo
glaucoma, daño endotelial cornea! y queratopatia bullosa y se determinó que, Puello, no se conocen detalles.
para tratar estas patologías, debía efectuarse un transplante de córnea (queratoplastia),
retirarse la lente intraocular, y efectuar otros procedimientos consistentes en "Al ser interrogado sobre lo expresado por el demandante, respecto de que la
"liberación de sinequias", "vitrectomia" y "filtrante para glaucoma" (trabeculectomia lente había sido colocada en mala posición, el doctor Alegüe expresó: "No
sebescleral). Estas intervenciones fueron practicadas el21 de marzo de 1990 estaba en mala posición. Porque un lente intraocular de cámara anterior se
y el 9 de abril siguiente. Aproximadamente 17 meses después, en el mes de puede colocar en cualquiera de los 360 grados de una circunferencia, porque
septiembre de 1991, presentó "dehiscencia de suturas". de todos modos la parte central del lente, que es la importante, siempre que-
dará en el centro del ojo, que es el área pupilar".

"Así, se encuentra demostrado lo siguiente: a) la implantación de una lente


89 C. de E. Junio 14 de 2001. Exp. 11.901. M. P. Alier Hernández E. intraocular de cámara anterior, en mala posición, puede ser causa de edema
360 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 361

de córnea y de glaucoma; b) el señor W alfredo Puello Royo presentó edema entidad demandada y el daño inicial sufrido por el demandante. Resulta ino-
de córnea inmediatamente después de la cirugía de catarata, y glaucoma des- cuo, por esta razón, analizar la injerencia que dicho daño pudiera haber teni-
pués de un año; e) contrario a lo expresado por el médico tratante, el edema do en las complicaciones posteriores presentadas por el paciente.
de córnea no se presenta en el 99% de los casos en que se practica una cirugía
de esta naturaleza, sino en el 2% de ellos; d) al ser interrogado sobre la posi- "Vale la pena anotar, en relación con este punto, relativo a la colocación de la
ble implantación de la lente en mala posición, el médico responde de manera lente en mala posición, que obra a folio 309 del expediente copia autenticada
evasiva, desviando el objetivo del debate y dando a entender, en últimas, que de un concepto médico rendido por el doctor Osear Sierra Sabalza, el 12 de
una lente de cámara anterior no podría ser implantada, en ningún caso, en febrero de 1990, con destino al Juez Segundo Penal Municipal de Cartagena,
mala posición, afirmación que se encuentra desvirtuada por el dictamen pericial, en el que se expresa que el señor "Walberto (sic) Puello Royo" presenta, en
en el que, como se anotó en el literal a), se precisa que la colocación de una su ojo izquierdo, "Glaucoma secundario por lente intraocular de cámara an-
de lente de cámara anterior, en mala posición, puede producir edema de cór- terior en mala posición y degeneración endotelial de la córnea". En este con-
nea y glaucoma. cepto se fundan los expertos para expresar las opiniones recogidas en el lite-
ral k) del resumen antes presentado del peritazgo practicado, y si pudiera ser
"Con fundamento en lo anterior y partiendo de la base de que la actitud del valorado por la Sala, permitiría confirmar el hecho referido que, con base en
médico tratante, al contestar la pregunta mencionada y al ofrecer informa- lo expresado anteriormente, se ha considerado apenas probable".
ción errada en relación con el porcentaje de casos en que se presenta el edema
de córnea, puede ser considerada indicativa de que existía en él la intención Y más adelante agrega:
de ocultar algún hecho relacionado con la posibilidad de que la lente implan-
"En relación con los otros aspectos a los que se ha hecho referencia, respecto
tada estuviera mal colocada, puede considerarse probable que, al practicarse
de los cuales se advierten inconsistencias en la versión ofrecida por el médi-
la cirugía de catarata al señor Walfredo Puello Royo, se hubiera implantado
co tratante en el curso del proceso, observa la Sala que no tienen relevancia
la lente en cámara anterior, en una posición incorrecta. Se trata, sin embargo,
alguna para efectos de la prueba de la causalidad.
de una probabilidad baja, en cuanto se infiere con apoyo en indicios que,
además de contingentes, pueden ser calificados de leves, si se tiene en cuenta "En efecto, por una parte, los peritos infieren, con fundamento en los hallaz-
que, según lo expresado por los peritos, existen muchas otras causas posibles gos de algunos exámenes que obran en el proceso, que la decisión de implan-
del edema de córnea y del glaucoma (para el primero: córnea con recuento tar la lente en cámara anterior y no en cámara posterior, pudo tener origen en
endotelial disminuido o morfología celular alterada, depósitos endotelia- la ruptura de la cápsula del cristalino, durante la cirugía de catarata, por lo
les, trauma endotelial durante la cirugía y desprendimiento de membrana de cual carece de fundamento la explicación que al respecto da el médico, refe-
descemet, entre otras; para el segundo: presencia de vítreo en la cámara ante- rida al cierre de la pupila. Precisan también que las lentes de cámara anterior
rior, daño trabecular y sinequias periféricas, entre otras), cuya existencia, en generan algunos riesgos adicionales. Sin embargo, como ha quedado estable-
el caso concreto, no pudo ser descartada. cido, si su implante se produce en la forma y en el lugar correctos, no cons-
tituyen causa del edema de córnea y el glaucoma, patologías que presentó el
"Ahora bien, aun en el evento en que estuviera demostrado que la lente fue paciente después de la intervención. Así las cosas, de la sola colocación de
colocada en posición incorrecta, ello no permitiría concluir, con certeza o, al una lente intraocular de cámara anterior, en vez de una de cámara posterior,
menos, con un alto grado de probabilidad, que tal hecho produjo las conse- no puede deducirse la existencia de una relación de causalidad entre el hecho
cuencias citadas, dado que es necesario establecer en qué consiste la mala de la entidad demandada y el daño sufrido por el señor Puello Royo. Por lo
posición, pues dichas consecuencias se producen, por esa razón, sólo en al- demás, los peritos son claros en afirmar que la ruptura de la cápsula del cris-
gunos casos. De lo anterior resulta que la mala posición de la lente intraocular talino, durante la cirugía, constituye un riesgo propio de ésta, y no ocurre por
implantada al señor Puello Royo, que es un hecho apenas probable, constitu- error del médico, además, de que no causa complicación alguna (ver lit. e)
ye sólo una posible causa, entre muchas otras, de las patologías sufridas por del num. 13 de estas consideraciones), lo cual permite desechar, adicionalmente,
él con posterioridad a la operación de catarata. No puede considerarse de- la hipótesis relativa a la posible comisión de una falla en la prestación del
mostrada, entonces, la relación de causalidad existente entre la acción de la servicio médico.
362 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 363

"Por otra parte, la aclaración hecha por los peritos, en el sentido de que, 1989, no se realizaron controles al señor Walfredo Puello Royo. Al respecto,
contrario a lo expresado por el médico, la exposición al humo del cigarrillo y el médico expresa, en su declaración, que ello sucedió porque el paciente
al aire acondicionado no pueden producir las complicaciones que se presen- dejó de asistir a las consultas y que, cuando lo interrogó sobre su ausencia,
taron en el caso del señor Puello Royo, solo descarta un argumento expuesto · éste le expresó "que corno era la temporada turística, trasnochaba más y que
por el médico tratante para explicar una de las posibles causas del daño sufri- a la larga él se ponía sus goticas cada vez que él quería si le estaba molestan-
do por el señor Puello Royo, resultando infructuoso, entonces, su intento de do el aire, el humo, el trasnoche (sic)", lo que implica que se administraba el
demostrar la existencia de una causa extraña. Sin embargo, las conclusiones tratamiento indiscriminadamente.
sobre la responsabilidad de la entidad demandada no se modifican, en la me-
dida en que la relación de causalidad existente entre su hecho y el perjuicio "Agrega el médico que el paciente actuó con negligencia, dado que cuando se
reclamado no ha sido suficientemente demostrada. presenta un edema de córnea, se deben efectuar controles regulares, hasta
que éste desaparezca, y esperar a que ello suceda, por un tiempo mínimo de
"Adicionalmente, respecto de las inconsistencias advertidas en relación con seis meses, luego del cual, si el edema persiste, hay necesidad de operar al
el grado de visión del paciente, no existen elementos de juicio para concluir paciente, para hacerle un transplante de córnea. Éste concepto es corrobora-
que se trata de un factor relevante para establecer hechos que permitan de- do por los peritos (ver literal! del resumen correspondiente).
mostrar la causalidad. En efecto, no es clara su relación con el edema de
córnea que presentó el paciente durante los primeros cinco meses siguientes "El señor Puello Royo, por su parte, contradice la versión del médico, afir-
a la operación, y de cualquier manera, fundados en los datos consignados en mando que nunca dejó de ir a consulta, entre la fecha de la operación y el mes
la historia clínica elaborada por el doctor Alegüe Paternina, donde consta de mayo de 1989. Manifiesta, además, que todo el tiempo usó los medica-
que, en ese período, el paciente presentó edema de córnea grado I, los peritos mentos en la forma indicada por el doctor Alegüe.
concluyeron que el tratamiento prescrito fue apropiado.
"Si bien no existen pruebas suficientes para establecer si, efectivamente, el
"Por último -y no obstante que el análisis sobre la existencia de una fuerza paciente utilizó las medicinas de manera indiscriminada, en relación con la
mayor, o de un hecho de la víctima o de un tercero sólo es pertinente cuando inasistencia a las consultas médicas, considera la Sala que las afirmaciones
se ha demostrado que la entidad demandada causó el daño, a fin de establecer del médico tratante pueden considerarse probadas con fundamento en la his-
si el nexo inicialmente establecido resulta apenas aparente-, la Sala conside- toria clínica que obra en el proceso, dado que la parte demandante no aportó
ra necesario advertir que, en el caso planteado, está probada la intervención prueba alguna para desvirtuar su contenido. Además, se advierte que, sobre
de causas extrañas en la producción del perjuicio cuya indemnización se re- el mismo punto, la declaración del médico contiene una negación indefinida,
clama en el proceso. que no requiere prueba conforme al artículo 177 del Código de Procedimien-
to Civil.
"En primer lugar, de acuerdo con las anotaciones de la historia clínica elabo-
rada por el doctor Álvaro Alegüe Paternina, se concluye que la operación de "Así las cosas y dado que, en la consulta del13 de febrero de 1989, el edema
catarata fue practicada el 27 de mayo de 1988. Entre esa fecha y el 14 de de córnea que presentaba el paciente había evolucionado de grado I a grado
octubre siguiente, el paciente asistió a controles en diez ocasiones, en las que II-III, se concluye que la conducta del paciente fue descuidada y contribuyó
se observó la presencia de un edema corneal grado I y se registraron datos de a la agravación de su situación. En efecto, los controles regulares se efectua-
tensión ocular del ojo izquierdo normal. La anotación que aparece inmedia- ron durante cinco meses, de manera que, según las recomendaciones de la
tamente después de la correspondiente al14 de octubre de 1988, tiene fecha ciencia médica, faltaba un mes más para adoptar una decisión definitiva so-
de 13 de febrero de 1989. Se registró que, en ese momento, el paciente pre- bre la posibilidad de efectuar un transplante de córnea, y cuando el paciente
sentaba edema corneal grado II-III. Por otra parte, la primera anotación rela- volvió al consultorio del médico tratante, no sólo habían transcurrido nueve
tiva a la existencia de glaucoma, fue hecha el 12 de mayo de 1989, por el meses desde la fecha de la operación, sino que la evolución negativa del
doctor Larry Iglesias Thevenin. edema era evidente.
"De lo anterior, se desprende, en principio, que durante un período de cuatro "En segundo lugar, consta en el proceso que el12 de mayo de 1989, se esta-
meses, comprendido entre el 14 de octubre de 1988 y el 13 de febrero de bleció la necesidad, por parte del doctor Larry Iglesias Thevenin, de practicar
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 365
364 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

un transplante de córnea en el ojo izquierdo del señor Puello Royo. A la demandada y, sin embargo, el fallo es absolutorio. Es decir que, con menos mate-
misma posibilidad se refirieron los médicos del Hospital N aval de Cartagena, rial probatorio, los fallos arriba analizados no tuvieron inconveniente en condenar
quienes lo evaluaron 7 días después. Posteriormente, en el Hospital Militar al demandado bien fuera dando por existente el nexo causal sin siquiera referirse
Central, se elaboró un plan de tratamiento que incluía el transplante de cór- a él, o condenando sobre la base de la probabilidad preponderante de que se habla
nea, el retiro de la lente intraocular y la vitrectomía. No obstante lo anterior, en una de dichas decisiones. Inclusive, en un caso de los ya vistos, la causalidad
el paciente sólo fue operado el 21 de marzo y el 9 de abril de 1990. la infieren de la inexistencia de la historia clínica, o del hecho de que el paciente
entró caminando al quirófano. Es inconcebible pues que la jurisprudencia del Consejo
"En relación con esta situación, el doctor Alegüe Paternina manifiesta que el de Estado se manifieste con esos vaivenes que desorientan por completo al jurista
demandante incurrió en "dolo", porque "cuando ... se operó ya era tarde, por- que tiene que apoyarse en esas decisiones, así sea como punto de referencia aca-
que en un ojo no se pueden perder días ni meses, cuando se recomienda démica, judicial o profesional.
operación". Los peritos, por su parte, consideran que el daño visual final
sufrido por el paciente fue causado por el glaucoma, con presiones intraoculares 303.- CONSEJO DE EsTADO, FEBRERO 26 DE 2004
muy altas, presentes durante un período aproximado de once meses, antes de
la segunda cirugía filtrante. En efecto, indican que " ... 11 meses con presio- En Sentencia de febrero 26 de 2004, el Consejo de Estado, absuelve a la
nes intraoculares muy elevadas (54 mmhg según dato consignado a folio 16) entidad demandada porque pese a que se probó la falla del servicio, "la deman-
son causa suficiente para el daño al nervio óptico y la mala visión final, lo dante no demostró que la causa de la muerte de la menor, fuese la falla en la
que ... permite pensar que de haberse realizado la cirugía filtrante antes, el prestación del servicio de la administración". Esta vez, contrariando 1O años de
pronóstico visual final hubiera podido ser mejor" (ver lit. r) del resumen jurisprudencia donde se aplica la pérdida de la oportunidad o se admite la prueba
respectivo). del nexo causal a partir de una probabilidad de su existencia, en forma contunden-
te y fulminante, el fallo se limita afirmar que no estando probado el nexo de causalidad,
"Se concluye, entonces, que la práctica tardía de la cirugía filtrante, cuyo la sentencia deberá ser absolutoria.
objetivo era tratar el glaucoma que presentaba el paciente, tuvo importante
injerencia en la producción del daño definitivo sufrido por éste. Y si bien no Al respecto, el fallo afirma.
puede establecerse con certeza que la tardanza sea imputable a la víctima, o
al hecho de terceras personas, es claro que en ello no tuvo participación algu- "Con fundamento en lo anterior la Sala deduce que el hospital incurrió en
na la entidad demandada. falla consistente en no haber prestado el servicio de urgencias en forma in-
condicional e integral a una menor de edad que lo requirió.
"Con fundamento en todo lo anterior, se tiene que no está demostrada la
responsabilidad de la entidad demandada, situación que impide el análisis de "N o resulta aceptable el comportamiento del ente hospitalario, que conciente
la posible responsabilidad del médico llamado en garantía. Se confirmará, en de la situación de la menor y de que su tratamiento ameritaba el suministro de
consecuencia, el fallo apelado". gran cantidad de drogas y de procedimientos con carácter "urgente", lo hu-
biera condicionado al pago de su valor, a sabiendas de que los padres no
Para nosotros, la motivación del fallo y su decisión son los correctos, si se contaban para ese momento con esa suma de dinero.
quiere ser consecuente con la exigencia de la prueba del nexo causal entre la falla
del servicio médico y el daño. Pero si uno tiene en cuenta los fallos arriba analiza- "El Hospital estaba en el deber constitucional y legal de proporcionar a la
dos, de inmediato percibe que como mínimo la decisión habría debido condenar paciente de todos los medicamentos, exámenes y tratamientos necesarios para
por la totalidad del daño, con base en que había una probabilidad de la existencia su recuperación, al condicionarle este servicio incurrió en un grave incumpli-
del nexo causal o por lo menos lo habría hecho con base en al pérdida de una miento de su función.
oportunidad. Es más, en varios fallos, del simple hecho de la culpa probada, el
Consejo de estado da por sentada la existencia de la causalidad sin siquiera discu- "El hospital no demostró en el proceso la insuficiencia justificada de los
tirla. En cambio, acá, la situación era aún más comprometedora para la entidad medicamentos, exámenes y tratamientos requeridos por la menor, manifestó
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 367
366 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

que los mismos fueron ordenados urgentemente y que los padres inexplica- los exámenes que ordenó a la paciente y le hubiese proporcionado todos los
blemente se fugaron con la paciente sin firmar el libro de salida. medicamentos y procedimientos necesarios, para demostrar este elemento
determinante de la responsabilidad (resaltado fuera del original).
"El hospital no debió limitarse a recetar medicinas y a ordenar exámenes,
debió suministrar las medicinas, practicar los exámenes y desarrollar proce- "En ese contexto, no es posible tampoco predicar la responsabilidad del hos-
dimientos necesarios para la recuperación de la paciente, máxime cuando pital demandado por una supuesta pérdida de oportunidad para la paciente
tenía el conocimiento de que era una menor débil y en grave estado de salud. por cuanto, no se aportó al proceso medio de convicción, directo o indicia-
rio, que permita arribar a esa conclusión. El análisis objetivo e integral del
"En estas condiciones la Sala encuentra claramente demostrada la falla del acervo probatorio conduce a concluir que el desenlace negativo de la enfer-
servicio en la prestación del servicio de urgencias de salud. medad sufrida no tuvo por causa la calidad y oportunidad del servicio a ella
brindado.
"3. La imputación del daño
"Con fundamento en todo lo anterior se impone confirmar la sentencia apela-
"Está probado que el día 8 de octubre la menor (M) hija de los actores falle- 90
da, denegatoria de las pretensiones de la dernanda" .
ció en la ciudad de Montería a la edad de un año y a consecuencia de "IRA.
bronquial" (certificado de registro de defunción). Si uno compara los hechos de esta decisión, verá que en condiciones aún más
dudosas, el Consejo de Estado llega a la conclusión de que el nexo causal se
"Y demostrada la ocurrencia de una falla del servicio, corno se explicó prece-
presume, porque a la víctima le queda muy difícil probarlo y en cambio al médico
dentemente, resulta necesario determinar si la misma fue la causa del daño
que tiene conocimientos médicos le corresponde demostrar que no hubo nexo
que se analiza.
causal. Es más: en varios de los fallos analizados hasta ahora, se afirma que es al
"Al efecto cabe tener en cuenta que a la llegada al hospital, la menor presen- demandado a quien corresponde demostrar que sin su culpa el paciente no habría
taba una situación delicada de salud, por su defecto congénito, su bajo peso, sufrido el daño, lo que significa una presunción de causalidad contra el demanda-
la insuficiencia respiratoria y la fiebre; que llegó a este a las 6:30p.m. do. En cambio, en este caso, se le exige al demandante aportar la prueba de esa
causalidad, pese a la culpa probada. Y, para abundar en detalles, hemos visto
"En estas condiciones la Sala considera que la parte demandante no demostró fallos en los que la causalidad se infiere de la simple existencia de la culpa ¿Cuál
que la causa de la muerte de la menor, fuese la falla en la prestación del es la razón para que haya esa disparidad de criterios en una sección con casi los
servicio de la administración.
mismos magistrados?
"En efecto, el deplorable estado de salud de la menor y la situación critica en
la que se encontraba para ese momento, impide afirmar que la causa eficiente 304.- CoNSEJO DE EsTADO, MAYO 11 DE 1999
del daño lo fue la inadecuada prestación del servicio en el hospital.
El Consejo de Estado, en el fallo siguiente, no solo absuelve porque no se
"Se suma a los anteriores hechos la circunstancia de que transcurrió un corto probó la culpa del dolo, sino que deja de tener en cuenta elementos probatorios
lapso de tiempo entre la salida del hospital (6:30 p.m.) y el ingreso de la que permitían condenar al demandado con base en una culpa probada. El fallo
menor a la clínica (7:00p.m.), corno también que fue atendida en esta última
dice así:
clínica sin que haya prueba de la idoneidad y eficacia del tratamiento que se
le brindó. "Cree, por el contrario, que en un caso como el presente, tratándose de una
responsabilidad patrimonial que encontraría su causa en una omisión en la
"En estas condiciones se presentan concausas en la producción de la muerte
de la menor que no fueron aclaradas probatoriarnente en el proceso y que
impiden concluir que el daño tuvo por causa las fallas en las que incurrió el
hospital. La parte demandante debió probar que el daño no se había produ- 90 C. de E., Sección Tercera, Sentencia de febrero 26 de 2004. Exp. 15334. C. P.:
cido en el evento de que el hospital demandado le hubiera practicado todos Germán Rodríguez Villamizar.
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 369
368 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

cuatro de la tarde y entonces el médico lo atendió hasta las siete de la noche,


atención médica solicitada para el paciente, se hacía necesario el acredita-
más o menos y medio lo examinó y dijo que el niño estaba bien, que lo lleva-
miento mediante prueba conducente e idónea de la relación de causalidad que
ran para la casa y al otro día el niño murió, Fabio cogió el niño pero cuando
permita imputar a las entidades demandadas, los daños experimentados por
llegó al Hospital ya estaba muerto" (cfr. fl. 38 y 39 del cuaderno No 2).
los cuales se demanda.

"En efecto, sabido se tiene que uno de los presupuestos ontológicos de la "Por su parte, Mauricio Ahumada Saavedra, quien también declaró durante
responsabilidad es, precisamente, la relación de causalidad, elemento estruc- la instancia, se refirió en los siguientes términos:
tural indispensable para poder atribuir el daño antijurídico a la entidad o
entidades demandadas. En el caso presente, la parte demandante persigue la " ... yo fui con Fabio y lo acompañe, fuimos a la casa y luego fuimos al Hos-
declaratoria de responsabilidad patrimonial por lo que consideró una omi- pital, como a las cuatro o cuatro y media de la tarde, llegamos al Hospital,
sión en la prestación del servicio médico que se solicitó el día 7 de octubre de eso fue un martes, en octubre del 92, no me acuerdo si bien la fecha, el niño
1992 al Hospital Regional San Rafael de Fusagasugá. Así las cosas, indis- tenía como unos dos o tres días de nacido, el nació el domingo como a las tres
pensable resultaba determinar no solamente, el hecho objetivo de la solicitud de la tarde, el martes se enfermó, lo llevamos y estuvimos allí hasta las siete
de atención, si no adicionalmente probar, que dicha omisión fue la causa de la noche que fue cuando nos atendieron. Un médico nos atendió de apelli-
jurídicamente relevante, a efectos indemnizatorios. do Mantilla y pues él lo examinó y dijo que el peladito no tenía nada, que eso
era algo nasal, de la nariz, que no tenía nada, que nos lo lleváramos para la
"En otras palabras, no basta con acreditar una omisión en abstracto, en tra- casa, también le dijimos que le formulara algo, que le diera algún medica-
tándose de la actividad médica, si no que por el contrario, se reclama una mento, pero él no quiso, dijo que era natural, que por lo pequeño, que era
prueba que permita inferir, con visos de realidad, que la conducta asumida un moco, que tenía que estarle limpiando la naricita, él nos entregó el niño
por el médico o ente hospitalario, deviene causa regular y adecuada de la otra vez y nos dijo que nos fuéramos que no había ningún problema, lleva-
consecuencia o evento dañino que se materializa, en el caso concreto, en la mos el niño a la casa, ellos se quedaron ahí, y yo me fui para la casa, la cosa
muerte del menor. fue que al otro día cuando yo llegué a la obra ya Fabio me dijo que ha-
"Ha resultado acreditado durante la instancia que, los padres del menor Car- bía llevado al niño al Hospital, pero que ya estaba todo amoratado, estaba
los Alberto Velásquez Ramírez, al notar que el bebé evidenciaba alguna en- muerto, un médico lo miró y dijo que el niño ya estaba muerto, no lo atendió
fermedad, acudieron al Hospital Regional San Rafael de Fusagasuga en pro- el mismo médico que lo vio el día anterior, sino que fue otro médico" (cfr. fl.
cura de que en dicho centro Hospitalario se examinara al niño y se adoptaran 40 y 41).
las conductas médicas a que hubiera lugar.
"Otro declarante, Mailo Romero Gamba, depuso en los siguientes términos:
"En efecto, Óscar Tulio Romero Gamba, rindió declaración sobre el particu-
lar y sostuvo: " ... Eso fue en octubre de 1992, en los primeros días, se les enfermó un día el
niño a María Teresa y lo llevaron al Hospital, fueron a buscar a Fabio, el
"A la pregunta número tres: ¿Qué conocimiento tiene usted sobre la muerte
esposo de ella, para que lo llevaran al Hospital, lo llevaron pero allá no lo
del hijo de ellos y cuáles las circunstancias? Contesto: Eso fue como en los
atendieron, le dijeron que estaba bien, entonces se lo volvieron a llevar para
primeros días de octubre del año pasado, la señora estaba esperando un niño
la casa y al otro día amaneció más enfermito y lo volvieron a llevar, pero ya
y yo llegué a la casa de ella y pues tocó llevarla al médico, estaba para dar a
tarde, el bebecito se murió ... " (cfr. fl. 46 cuaderno N° 2).
luz y el niño murió en el Hospital, ella salió del Hospital cuando el niño
nació, salió del Hospital para la casa y después el niño se enfermó y se lo
"Los demás testigos, según su declaración, son de oídas y, refirieron lo que
llevaron al médico de urgencias, allá en el Hospital, lo examinaron, un médi-
habrían conocido con relación a la muerte del menor, limitándose a soste-
co ahí y entonces él le dijo que el niño estaba bien. Yo llegue a la casa de
ner que escucharon que en el Hospital no lo habían atendido ( cfr. fls. 40 a
María Teresa, Fabio estaba trabajando y mandamos a llamar, entonces Fabio
45). .
llegó con Mauricio, el patrón y lo llevaron al Hospital, eso fue como a las
370 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 371

"El médico que certificó sobre la defunción, manifestó no recordar los he- ción desde la perspectiva de la relación causal, a la conducta del centro hos-
chos y afirmó que los motivos del deceso son los consignados en el registro pitalario o, eventualmente, a la del médico que atendió la consulta.
civil (cfr. fl . 48 cuaderno N° 2).
"Sobre el punto, ha de recordarse que esta Corporación ha sostenido frente a
"El único documento que se refiere a la causa médica de la muerte lo es un casos que encuadran dentro de la responsabilidad médica, que la relación de
formato sin firma proveniente de la división de medicina legal del Hospi- causalidad en dicha actividad, se caracteriza por un particularismo específi-
tal Regional de San Rafael de Fusagasuga, en el cual se lee lo siguiente: co, en relación con el régimen general, circunstancia esta que se sostiene, por
las especiales características que tipifican la actividad médica y que exigen
"Conclusión: R. N. que muere de una insuficiencia respiratoria aguda secun- una consideración especial de parte del juzgador, en el momento de la valo-
daria a broncoaspiración" (cfr. fl. 128 Vto. cuaderno No 2). ración de la conducta que se considera causalmente ligada a los resultados
nocivos.
"Dicha causa de la muerte es la misma que se anotó en el Registro de Defun-
ción obrante a folio 3 del cuaderno No 2. "Dicho en otras palabras: en tratándose del acreditamiento del elemento cau-
sal, se hace indispensable la demostración de que la conducta del médico
"De la prueba relacionada, la Sala observa que no se puede inferir desde
tratante o, en su caso, del centro hospitalario a quien se imputan las conse-
ningún punto de vista, cuál fue la causa que trajo de consecuencia el deceso
cuencias dañinas, resultan ser la causa adecuada del desenlace producido en
del menor Carlos Alberto, pues si bien es cierto que, los testigos relataron su
el paciente, pues sabido se tiene que el mero contacto del médico con el
propia apreciación personal de lo acontecido el día 7 de octubre de 1992, esto
paciente, no resulta ser un elemento probatorio suficientemente descriptivo
es, dieron cuenta de la asistencia de los padres con el menor a dicho centro
que permita tener por acreditada la causalidad exigida por el régimen de res-
hospitalario, dichas declaraciones no pueden extenderse más allá de
ponsabilidad.
lo que objetivamente muestran y, por lo mismo, imposible resulta encon-
trar acreditada la actividad médica que pudo haberse dispensado al menor en "Se hace la anterior afirmación, toda vez que el caso concreto pone de pre-
aquella oportunidad. sente que existió un contacto de la entidad hospitalaria con el menor recién
nacido, pero no se sabe, qué consecuencias se pueden atribuir al médico en
"El particularismo de la relación de causalidad en la actividad médica.
relación con el resultado muerte y, desde luego, aquel resultado no puede
"La Sala encuentra, de la valoración objetiva de la prueba testimonial, que de atribuirse por la vía de las suposiciones, pues por este camino, se corre el
dichas declaraciones tan solo se infiere que el menor de edad fue llevado a riesgo de atribuir a la conducta del médico demandado, la totalidad de las
dicho centro hospitalario. No se sabe, por no existir prueba en la instancia, consecuencias nocivas que haya podido experimentar el paciente, sin que se
en qué consistió la atención o el examen que le practicó el médico de turno a encuentren eventualmente ligadas al comportamiento de aquel, resultado éste
dicho menor; tampoco se acreditó cuál era el cuadro clínico que presentaba que desde la perspectiva del régimen de responsabilidad, no puede aceptarse.
en aquella ocasión, mucho menos se puede inferir, con el escaso material
probatorio obrante en los autos, sí, atendida la naturaleza de la enfermedad o "Recuérdese que, en materia de responsabilidad, el demandado ha de cargar
el estado de evolución que pudiera presentar para entonces el menor Carlos con las consecuencias que se encuentren ligadas a su comportamiento, pero
Alberto, se hacía necesario, según lo sostienen los demandantes, el interna- de ninguna manera, habrá de asumir aquellas que no encuentren origen en su
miento del menor en el centro hospitalario, dado su estado de salud, que se conducta y que, por el contrario, tengan su causa en un comportamiento aje-
reitera, se ignora por completo en el presente proceso. no o, en el caso de la responsabilidad médica, sean el resultado de la evolu-
ción natural de la enfermedad del paciente.
"Considera la Sala que, de la prueba de la muerte del menor no puede inferir-
se la causa de la misma desde la óptica del derecho de daños, como que de la "La Sala en asunto similar que no idéntico, con ponencia de quien ahora
sola mención de la insuficiencia respiratoria certificada por el médico legis- proyecta ésta y, en relación con el análisis y tratamiento que ha de merecer en
ta, como causa médica de la muerte, no puede seguirse un juicio de atribu- materia de responsabilidad médica, el elemento causal, sostuvo lo siguiente:
372 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 373

"Con la mejor doctrina se ha de sostener que:


pueda conocer en realidad, si el paciente requería una atención diferente a la
que eventualmente se le pudo dispensar, todo lo cual se sostiene en atención
"En tal sentido, creemos que el mero contacto físico o material entre el actuar
. a .la total ausencia de elementos probatorios que pudieran permitir atribuir
profesional y el resultado, no siempre ha de ser decisivo para tener configu-
dicho resultado a la conducta del centro hospitalario"9 1 •
rada la relación causal, pues en la actividad médica el daño no es, de suyo, en
todos los casos, revelador de culpa o de causalidad jurídica (adecuada). En
rigor, a partir de la evidencia de que el enfermo acude al médico por lo co-
305.- CoNcLusióN CRÍTICA

mún con su salud desmejorada, a veces resulta difícil afirmar que existe un
El ~nálisis de la~ sentencias relacionadas muestra la incoherencia de la juris-
daño y, en otras oportunidades, los tropiezos se localizan en el establecer si
prudencia del Consejo de Estado en el tratamiento que le da a la prueba del nexo
ciertamente el daño (existente), obedece al actuar médico o si deriva de la
de ca~salidad /en materia médica. Es imposible que un jurista desprevenido, al
evolución natural propia del enfermo.
es~udiar ese cu.mulo de sentencias contradictorias, pueda percibir una posición
"Esta última afirmación nos conduce de la mano a reiterar que en tema de la mas o menos hilvanada frente a un tema tan importante y tan espinoso.
responsabilidad galénica, el contacto físico entre un profesional y un pacien-
. . Despué~ de leer y analizar las sentencias anteriores, se puede concluir que la
te que experimenta daños, no permite indefectiblemente imputar estos daños JUnsprudencia del Consejo de Estado se basa con una inseguridad pasmosa en
al susodicho profesional, pues las pruebas aportadas al proceso, con suma cualquiera de las siguientes teorías:
frecuencia, suscitan dudas acerca de si el obrar médico fue en verdad el que
ocasionó los perjuicios. Al hilo de la exposición, se nos ocurre que si un a) . Se sienta el principio según el cual, en materia de causalidad no se aplica
automovilista asciende a la acera con su rodado y enviste a un transeúnte, ese la doctnna de las cargas dinámicas de las pruebas, pese a que a veces algunos
mero contacto físico basta para tener probada la autoría de los daños que se fallos deciden lo contrario;
establezcan adecuados -salvo la contraprueba que destruya el nexo causal,
no siempre factible de demostración-. En cambio, frente al daño médico es . b) Se reitera contunden temen te, que el nexo causal nunca se presume y que
mcumbe al actor establecerlo;
muy común que las constancias procesales pongan de manifiesto que el per-
juicio pudo ocurrir por el hecho del profesional o por una o varias causas
e) Empero a veces, se presumen la falla del servicio y el nexo causal;
ajenas derivadas fortuitamente del propio estado de salud del enfermo -amén
de los supuestos de hecho (o culpa) de éste último-. Hace algún tiempo de- d) En otros casos, no pudiéndose probar la causa del daño, se aplica la
cíamos que en la actividad médica hay una suerte de especialidad en torno de teoría de la pérdida de una oportunidad en cuyo caso, a veces, se reduce parcial-
algunos principios -relacionados con el punto tratado-, en vista del particu- mente el monto indemnizable y a veces incomprensiblemente se condena por la
larismo que ese quehacer presenta, de la especial naturaleza del deber ga- totalidad;
lénico, de la siempre viva presencia del hecho científico encarnado en un
sector de la cultura donde los conceptos tienen un hábito de relativismo -o de e) Hay fallos en los que se da por probado el nexo causal debido a que se
probó la falla del servicio;
relatividad-, etcétera".
f) En otros, se presume el nexo causal cuando al demandante le quede muy
"En el caso concreto, no solamente se echa de menos la ausencia de prueba difícil demostrarlo.
que le permita al juzgador atribuir el resultado muerte a una eventual conduc-
ta omisiva, pues se reitera, tan solo se sabe que el menor fue llevado al centro . g) . En otro caso, se absuelve al demandado porque el demandante pese a la
hospitalario, si no que igualmente, de la prueba recaudada tampoco puede existencia de la culpa, no demostró el nexo de causalidad·
predicarse que se haya presentado lo que el demandado califica como omi- '
sión, pues la prueba testimonial relacionada no da cuenta de ella, como que
algunos testigos sostuvieron que el médico de turno si examinó al paciente y
otros, por el contrario, afirman que no se le atendió, sin que en últimas, se 91 C. ?e E., Sec?ión Tercera, sentencia de mayo 11 de 1999. Exp. 11949. C.P. Daniel
Suarez Hernandez.
374 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 375

h) Hay fallos en los que se condena al demandado porque entre las varias la de la causa próxima, la de la causa eficiente, la de la acción humana, etcétera92 .
causas posibles está la falla presunta o probada del servicio, y esa probabilidad es Con todo, solo habremos de analizar las dos primeras, pues ellas se disputan el
suficiente para dar por probado el nexo de causalidad, olvidando que en otras fervor de la doctrina y de la jurisprudencia.
oportunidades ante esa pluralidad de posibles causas aplica la pérdida de la opor-
tunidad o simplemente, se absuelve al demandado porque el nexo causal no fue 307.- TEORÍA DE LA EQUIVALENCIA DE LAS CONDICIONES
probado por el demandante.
El profesor DALCQ expone en forma sintética y clara los postulados principa-
les de las diferentes teorías que sobre el nexo de causalidad se han propuesto. Por
SEccióN H.-Teorías sobre el nexo de causalidad tanto, no haremos más que acoger su pensamiento en cuanto a la exposición tanto
de la teoría de la equivalencia de las condiciones, como de la causalidad adecuada.
306.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Al referirse a la primera de ellas, el profesor belga expresa lo siguiente:

Expongamos algunos ejemplos que en forma inmediata nos permiten vis- "La primera cronológicamente hablando de estas teorías, es la conocida bajo
lumbrar las dificultades que suscita la explicación satisfactoria del nexo de causalidad el nombre de teoría de la equivalencia de las condiciones. Esta ha sido pre-
en materia jurídica. sentada por primera vez, entre los años 1860 y 1885 por el jurista alemán
VoN BuRI quien se colocaba esencialmente sobre el terreno del derecho pe-
Imaginemos, en primer lugar, el caso de la persona que durante una transfu- nal. DEMOGUE escribía que dicha teoría podía reducirse en una sola proposi-
sión sanguínea en un centro hospitalario es contaminada con sida, con tan mala ción: "cada coactividad causa toda la consecuencia". De manera menos suscinta,
suerte que la víctima inicial, por fuera del hospital, contagia a terceras personas, podríamos decir -dice DALCQ- que esta teoría se funda sobre la constatación
las que a su turno transmiten el virus a otros individuos. En tales circunstancias, de que condiciones múltiples son necesarias para que un daño se produzca.
¿será el centro hospitalario el causante jurídico y por ende el responsable del Según voN BuRI ninguna de estas condiciones es por sí misma suficiente para
contagio sufrido por todas estas personas? engendrar el perjuicio sino que todas por el contrario son necesarias para
causar el mismo perjuicio, puesto que hipotéticamente, el daño es el resulta-
Imaginemos, además, el caso de una persona que debe ser hospitalizada como do de su reunión o de su encadenamiento. Puesto que habría bastado que una
consecuencia de un accidente de tránsito, con tan mala suerte que estando hospi- de esas condiciones hubiera faltado para que el daño se hubiese evitado, sin
talizada es herida mortalmente con arma de fuego por un tercero. En tales circuns- tener la necesidad de precisar cuál, podemos considerar a todas esas causas
tancias, ¿el conductor del vehículo que produjo el accidente se considerará cau- como equivalentes, lo que justifica el nombre dado a la teoría.
sante del fallecimiento del paciente?
"Desde luego, y entre los antecedentes del daño, podemos encontrar una falta
En estos dos ejemplos extremos repugna al buen sentido el afirmar que quie- de la persona demandada en la acción en responsabilidad; bastará que esta
nes desataron el nexo de causalidad deban ser los responsables de todos los daños falta sea una de las condiciones necesarias sin la cual el daño no se habría
que posteriormente se fueron sucediendo por una relación eslabonada de causas y producido para que pudiéramos afirmar que existe entre esta falta y el perjui-
efectos físicos. Algo nos indica que en un momento determinado, el juez debe cio una relación causal suficiente para convertir al autor de la falta en respon-
llegar a la conclusión de que el causante inicial no puede responder indefinida- sable del daño.
mente de todos esos daños. Sin embargo, no ha sido fácil para la doctrina y para la
jurisprudencia adoptar criterios claros y unificados que le permitan al juez decidir
en forma inequívoca, en un caso concreto, si existe o no un nexo de causalidad
92 Sobre estas doctrinas véase: Emiliani Román, ob. cit., p. 126; Álvaro Pérez Vives,
directa entre la conducta del demandado y el daño sufrido por el demandante.
ob. cit., vol. 2, núm. 211; Isidoro H. Goldenberg, ob. cit., pp. 15 y ss.; Philippe le
Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 823; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob.
Al respecto se han propuesto innumerables teorías entre las que podemos cit., t. IV, núm. 337 y ss.; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 56; Luis Pascual Estevill, ob.
mencionar la de la equivalencia de las condiciones, la de la causalidad adecuada, cit., t. 11, núm. 82; Boris Starck por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 2, núm. 838.
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 377
376 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

"En esta concepción bastante simple, escribe MARTY, basta entonces que el maneras se habría producido, habrá que llegar a la conclusión de que esa culpa
hecho generador de la responsabilidad aparezca como condición sine qua no ha tenido incidencia causal en la realización del perjuicio, pese a que en el
non del daño entre otras condiciones igualmente indispensables. Basta que caso concreto esa relación física de causa a efecto existió. El demandado no
podamos responder afirmativamente a la siguiente pregunta: ¿es verdad que estará obligado a indemnizar porque su culpa no se considera causa equivalente
sin el hecho o la culpa en cuestión el daño no se habría producido? del daño 96 •

"El punto fundamental de esta teoría es la idea de que cada uno de los eventos Veamos con un ejemplo la aplicación de este principio: imaginemos el caso
que son la condición de la realización del daño juega en esta realización un de una persona que sufre una herida de naturaleza esencialmente mortal como
papel causal idéntico. VoN BuRI se expresa a este respecto en los términos consecuencia de una riña callejera. Llevada al hospital, el médico cirujano, por su
siguientes: "la suma total de las fuerzas que han tomado una parte cualquiera estado de embriaguez, agrava la situación del paciente quien finalmente fallece
en la producción del fenómeno deber ser mirada como la causa de este fenó- como consecuencia de la herida inicial y del mal tratamiento recibido de manos
meno. Porque la existencia de este depende a tal punto de cada una de entre del médico. En tales circunstancias, el causante de las lesiones será responsable
ellas, que si se suprime una sola condición, el fenómeno mismo desaparece. de manera indiscutible, pues la herida por él causada era de naturaleza esencial-
En consecuencia, cada condición comunica la vida a la masa inerte de todas mente mortal. En lo que se refiere al médico, tenemos que, pese a que su culpa
las otras; cada condición vuelve a todas las demás, causales"" •
93 incidió causalmente en el daño, lo cierto es que aunque hubiese operado pruden-
temente al herido, éste de todas maneras habría fallecido, pues la herida era de
Como se ve, de acuerdo con dicha teoría, todos los fenómenos que par- naturaleza esencialmente mortal. Es decir, la culpa del médico no es condición
ticiparon en la cadena causal que desembocó en la producción del daño, y sin sine qua non de la ocurrencia del daño, como sí lo fue la lesión producida inicial-
los cuales éste no se habría producido, deben considerarse como causas equiva- mente. Ahora, si la lesión no fue de naturaleza mortal y por el mal tratamiento del
lentes del mismo, y si una o más faltas del demandado se encuentran incluidas médico el paciente fallece, entonces médico y victimario se consideran causantes
en esa cadena causal, entonces habrá que considerar que dichas faltas son causas equivalentes del daño, pues si la conducta culposa de cualquiera de los dos no
hubiese participado en la causación del daño, éste no se habría producido. Esta
del perjuicio 94 .
premisa, sin embargo, tiene una excepción en la llamada causalidad concurrente,
a la cual nos referiremos más adelante (infra, T. I, 310).
Ahora, conviene detenernos en el postulado de la teoría según el cual una
culpa solo se considera causa equivalente del daño, cuando de haberse suprimi-
Analizando en detalle la teoría de la equivalencia de las condiciones pode-
do dicha culpa, el daño no se habría producido 95 . Por tanto, si el demandado
mos afirmar que es ésta la única doctrina que explica en forma científica el proble-
logra demostrar que aunque no hubiere cometido culpa alguna, el daño de todas
ma del nexo de causalidad. Sin embargo, ella es inaplicable en la práctica puesto
que su aplicación conllevaría a que la cadena de la causalidad se alargase indefi-
nidamente, pudiendo hacerse responsables de un daño a personas que remotamen-
93 Roger O. Dalcq, ob. cit., t. 11, núm. 2355 y 2356. Comentarios a esa teoría en: te intervinieron en la cadena causal que terminó con la producción del perjuicio 97 •
Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 217; Isidoro H. Goldenberg, ob. cit., pp.
19 y ss.; von Thur, ob. cit., t. 1, p. 69; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit.,
t. IV, núm. 339; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 92; Patrice Jourdain,
ob. cit., p. 57; Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 11, núm. 82.
96 En ese sentido pueden verse los siguientes fallos: C. S. J., cas. civ., 27 marzo
94 Isidoro H. Goldenberg, ob. cit., p. 19; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit.,
núm. 823; von Thur, ob. cit., t. 1, p. 69; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., 1980, La ley, núm. 40, p. 37; C. S. J., cas. civ., 17 septiembre 1935 "G. J.", t. XLIII,
núm. 92; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 57; Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 11, núm. pp. 305 y 306. Véas~ además: Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob.
cit., t. VI, núm. 540; Alvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 217.
82; Boris Starck por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 1, núm. 838.
95 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 217; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, 97 Boris Starck por Roland, Boyer, ob. cit., vol. 2, núm. 839; Isidoro H. Goldenberg,
ob. cit., núm. 823; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 339; ob. cit., p. 21; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 823; von Thur, ob.
Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 92; Patrice Jourdain, ob. cit., p. cit., t. 1, p. 69; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 344; Philippe
57; Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 11, núm. 82; Marcel Planiol, Georges Ripert, Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 92; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 57; Luis
Pascual Estevill, ob. cit., t. 11, núm. 82.
por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 540.
378 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 379

De aplicarse con todo rigor dicha teoría, todo perjuicio sería directo y por lo tanto "Bajo esta condición suplementaria, los defensores de esta teoría entienden
no cabría la distinción entre perjuicios directos e indirectos, ya que todo daño colocarse sobre el terreno psicológico para dar de la relación de causalidad
debería considerarse producido por todos los fenómenos que en forma leja- una explicación práctica. Consideran que es necesario colocarse antes del
na o cercana estuvieren presentes en la cadena causal que terminó con su reali- evento para analizar el nexo de causalidad, lo que les conduce a no retener
zación98. como causa sino los antecedentes de los cuales debía esperarse que produje-
ran el resultado que se realizó. Así, pues, esta teoría tiene por efecto eliminar
entre los antecedentes, aquellos que no han ejercido un papel en la produc-
TEORÍA DE LA CAUSALIDAD ADECUADA
ción del daño, más que por un encadenamiento que puede ser considerado
como excepcional.
La imposibilidad práctica de aplicar con todo rigor la teoría de la equivalencia
de las condiciones llevó a la doctrina99 a proponer varias teorías en virtud de las "Los partidarios de esta teoría distinguen entre las condiciones que han cau-
cuales se opera una especie de selección de entre las diversas causas que contribu- sado el evento de manera fortuita y los que están unidos a ese evento por una
yeron a la producción del daño. La más importante de dichas teorías es la denomi- relación adecuada.
nada "de la causalidad adecuada". De acuerdo con ella no todas las causas que
intervienen en la producción de un efecto son equivalentes. En consecuencia, solo "Un ejemplo es citado a este respecto por todos los autores:
las que se consideren adecuadas tienen incidencia causal desde el punto de vista
jurídico. Si entre esas causas adecuadas se encuentran uno o más comportamien- "A le da a B un golpe en la cabeza, insuficiente para provocar una lesión en
tos ilícitos del demandado o de los demandados, todos ellos se considerarán como un ser normal. Pero ocurre que B está afectado de una debilidad congénita de
causa adecuada del daño. No significa, pues, que una causa que se considere más los huesos del cráneo y ese golpe leve basta para matarlo. El resultado se
adecuada que las otras, ipso jacto excluya a las demás. De otro lado, puede suce- produjo pues, pese a que el acto que ha sido la condición de ello, no debía
der que un comportamiento no se considere causa adecuada del daño 100 • Todo normalmente tener semejante defecto. La teoría de la causalidad adecuada
depende de las circunstancias. conducirá a considerar la debilidad particular de los huesos del cráneo de B
como un evento excepcional, y a considerar desde luego que el acto de A no
Refiriéndose a esta teoría, el profesor DALCQ expresa: es la causa del daño porque esta consecuencia no era previsible. Por el con-
trario, si se hubiera tratado de un niño, A habría podido prever semejante
"Esta teoría -la de la causalidad adecuada- considera también que para ser debilidad y su acto habría sido considerado como la causa adecuada de la
retenido como causa de un daño, un hecho debe ser la condición necesaria de muerte del niño" 101 •
dicho daño. Entendemos por ello la condición sine qua non, es decir aquella
sin la cual el daño no se habría producido. Pero contrariamente a la afirma- Los detractores de esta teoría afirman que ella es poco científica, ya que el
ción de los partidarios de la equivalencia de las condiciones, la teoría de la criterio de adecuación es puramente arbitrario y está sometido al capricho del
causalidad adecuada rechaza esta equivalencia y declara que no todas las con- juez 102 . Adicionalmente afirman que en esta doctrina se confunden la culpa y el
diciones necesarias podrán ser retenidas como causas; no se retendrá más que nexo de causalidad, pues generalmente la existencia o la gravedad de una culpa
aquellas que están unidas al daño por una relación de causalidad adecuada. determina el criterio de causa adecuada 103 .

98 Isidoro H. Goldenberg, ob. cit., p. 23; Henri Deschenaux, Pierre Tercier, ob. cit., p. 101 Roger O. Dalcq, ob. cit., núms. 2366 y 2367. En el mismo sentido: Isidoro H. Goldenberg,
53; Philippe Malaurie, Laurent Aynex, ob. cit., núm. 92; Luis Pascual Estevill, ob. ob. cit., p. 33; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, núm. 824; von Thur, ob. cit., t. 1, p. 70;
cit., t. 11, núm. 82. Henri Deschenaux, Pierre Tercier, ob. cit., p. 53; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 57.
99 Véase: Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 340; Philippe Malaurie, 102 En ese sentido C. S. J., Neg. Gen., 2 abril1943, "G. J.", t. LV, p. 413; Boris Starck
Laurent Aynes, ob. cit., núm. 93; Luis Pascual Estevill, ob. cit., t. 11, núm. 82; Boris por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 2, núm. 841.
Starck por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 1, núm. 840. 103 Véase Nuyez, citado por Isidoro H. Goldenberg, ob. cit., p. 38; Jacques Ghestin,
100 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 824. Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 344; Patrice Jourdain, ob. cit., p. 58.
380 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 381

309.- PosiCIÓN PROPIA daño, para otro puede no serlo, sin que ninguno de los dos tenga argumentos
científicos que justifiquen su punto de vista 105 •
Con respecto a las diferentes teorías que han tratado de explicar el nexo cau-
sal en la responsabilidad civil podemos hacer las siguientes observaciones. Sin embargo, ello no debe escandalizar a los estudiosos del derecho si adver-
timos que éste es un producto humano que está sometido a criterios axiológicos de
l. En primer lugar, la doctrina pareciera resignarse ante la imposibilidad diversa naturaleza 106 • El error de la doctrina ha consistido en pretender explicar
de dilucidar con claridad el problema del nexo causal y encontrar una teoría que lo siempre por vía racional el fenómeno de la causalidad jurídica, que necesariamen-
solucione satisfactoriamente. Al respecto, GENEVIEVE VINEY expresa: te está cargado de valores. El nexo causal se puede afirmar científicamente, pero
su inexistencia o ruptura jurídica no siempre se puede decidir exclusivamente con
"Numerosos juristas de todos los países han puesto seriamente en duda la criterio científico. En ese sentido pensamos que la teoría dellogos de lo razonable
utilidad de las tentativas de solución científica del nexo de causalidad. En propuesta por Luis Recaséns Siches y por Cha'im Perelman es de gran utilidad en
Francia, RIPERT por ejemplo, ha tomado posición muy clara en favor de una la solución de este problema. De acuerdo con dicha teoría, cuando el juez debe
actitud puramente pragmática al respecto, y en ese sentido expresa: "la juris- decidir un proceso en responsabilidad civil no puede condenar a quien no haya
prudencia haría bien si rechaza el entregarse al análisis de la causalidad por- causado el daño; pero no es ilógico que desde el punto de vista de lo razonable
que esta ha suscitado brillantes estudios doctrinales que no han aportado nin- excluya ciertos eventos que, aunque participaron físicamente en la producción del
guna solución a este problema general que es tal vez insoluble". Y los seño- daño, jurídicamente deben considerarse extraños al hecho. El error de la doctrina
res MAZEAUD, de su lado, después de haber recordado que la causalidad debe tradicional consiste en olvidar que se están juzgando conductas humanas y que,
ser cierta, lo que implica, dicen ellos, que el daño es la consecuencia necesa- por tanto, el buen sentido debe orientar al fallador al momento de decidir si la
ria del hecho percibido, confiesan que es difícil dar más precisión sobre la conducta del agente es o no causa jurídica del daño 107 •
noción de daño indirecto y se pliegan a la opinión de DEMOGUE para quien "se
trata de una cuestión de buen sentido más que de ciencia ... que ha agotado las Ahora, en algunos casos, mas no siempre, el mayor o menor grado de culpa-
paciencias más probas". Estos autores se limitan a dar ejemplos sin pretender bilidad puede tener incidencia en el criterio de adecuación que debe tener el juez 108 •
alcanzar una noción general. BoRIS STARCK va más lejos aún, puesto que afir- Así, por ejemplo, cuando la víctima actúa en forma dolosa, generalmente su com-
ma sobre este punto que "todo ensayo de razonamiento científico se vuelve portamiento hace que las posibles culpas cometidas por el demandado no se ten-
ineficaz", lo que parece igualmente ser la opinión de EsMEIN" 104 . gan como causa adecuada del daño 109 . Piénsese en el peatón que deliberadamente
se lanza a las ruedas de un automotor cuyo conductor en ese momento está infrin-
2. En segundo lugar, la práctica judicial nos enseña que, necesariamente, la giendo normas de tránsito. En tales circunstancias, las culpas del conductor no se
teoría que se aplica es la de la causalidad adecuada, por más que en los fallos se consideran causa adecuada del daño, ya que la única causa adecuada sería el compor-
afirme la aplicación de la teoría de la equivalencia de las condiciones. tamiento de la víctima 110 •

En efecto, ningún juez se atrevería a aplicar rigurosamente ésta última teoría,


ya que la cadena causal siempre es rota por el juez en un momento determinado, lo 105 Von Thur, ob. cit., t. 1, p. 71.
que en el fondo significa la aplicación de la teoría de la causalidad adecuada. 106 Boris Starck por Roland, Boyer, ob. cit., vol. 2, núm. 835.
107 Ibídem.
Es innegable que ésta última teoría pierde rigor científico cuando percibimos 108 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 357; Patrice Jourdain, ob.
cit., p. 61.
las diferencias abismales que puede haber entre un juez y otro en relación con el
109 Véase: CSJ, cas. civ., 30 marzo 1993, magistrado ponente: Alberto Ospina Botero,
criterio de adecuación, ya que lo que para un juez puede ser causa adecuada de un proceso ordinario de Martha Lucía Gómez Vélez y otros contra Convitec Ltda. (sin
publicar). En ese sentido: Patrice Jourdain, ob. cit., p. 61; Boris Starck por Roland-
Boyer, ob. cit., vol. 1, núm. 843.
11 O En ese sentido: Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 815; Patrice Jourdain,
104 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 335. ob. cit., p. 61.
382 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 383

En cambio, puede suceder que dos o más personas le hayan causado daño a una relación adecuada de causalidad dada la gran distancia que existe entre la
un tercero, siendo todas ellas responsables, pese a que el grado de culpabilidad es conducta negligente y el daño.
distinto. Tal sería el caso del vigilante que, por negligencia, permite que los ladro-
nes ingresen al predio que está bajo su vigilancia. En tales circunstancias, tanto el En igual sentido, si un médico formula descuidadamente un medicamento
comportamiento del vigilante como el de los ladrones se consideran causas ade- que solo produce sus efectos nocivos años más tarde, no por ello el daño dejará de
cuadas del daño, aunque los unos hayan actuado dolosamente y el otro solo haya seguir siendo directo y la causalidad adecuada. En conclusión, puede haber una
actuado con negligencia. relación de causalidad adecuada entre la conducta del agente y el daño, pese a la
lejanía espacial o temporal entre los dos hechos.
3. La prueba de que de hecho siempre se aplica la teoría de la causalidad
adecuada la encontramos en la institución de la fuerza mayor y en general de la La Corte ha tenido oportunidad de recordar, en varias oportunidades, esta
causa extraña 111 . En efecto, en algunos casos, el demandado participa físicamen- solución. En efecto, en decisión del 17 de septiembre de 1935, nuestro máximo
te en la producción del hecho dañino, pero actúa determinado por fenómenos tribunal expresó:
imprevisibles e irresistibles. En tales circunstancias, se considera que aunque haya
causalidad física entre el demandado y el daño, ésta no se considera causa ade- "Tampoco es necesario, para que existan la relación de causalidad y la consi-
cuada del mismo desde el punto de vista jurídico. Si se aplicara con rigor la teoría guiente obligación de reparar la integridad del perjuicio causado, que este
de la equivalencia de las condiciones, prácticamente nunca habría causa extraña. sea directo, en el sentido de que haya entre el daño y la culpa proximidad en
el espacio y en el tiempo. En la que pudiera llamarse cascada de perjuicios
que se derivan de un mismo hecho y que se van alejando de este cada vez más
De igual manera, es la teoría de la causalidad adecuada la que permite dife-
y más, deben ser reparados, por el autor del hecho culpable, todos aquellos de
renciar entre perjuicios directos y perjuicios indirectos 112 • En los primeros se dice
los cuales se pueda afirmar lógicamente que, aunque alejados de la culpa en
que hay una relación adecuada de causalidad entre la conducta del agente y el
el espacio y en el tiempo, no se habrían producido sin la culpa" 114 •
daño; en cambio, en los segundos, pese a que hay una relación física de causa-
lidad, se considera que ella no es adecuada desde el punto de vista jurídico.
Y, posteriormente, en providencia del 1o de septiembre de 1960, la Corte
expresó:
4. De otro lado, cabe observar que para el criterio de adecuación de la cau-
sa no se tiene en cuenta la cercanía o lejanía en el espacio y en el tiempo de la "Esta relación de causalidad entre el daño y el hecho o acto, no puede fundar-
conducta del agente en relación con la producción del daño 113 . En efecto, puede se en el orden cronológico o por la precedencia en el tiempo, porque si esta
suceder que la conducta del agente esté separada por miles de kilómetros del lu- circunstancia concurre en la relación de causalidad, no se puede considerar
gar donde se produce el daño y que, pese a ello, exista un nexo de causalidad como decisiva o única, pues un hecho puede cumplirse antes que otro, sin
adecuado. Si, por ejemplo, en un taller de aviones localizado en Colombia reparan que aquel sea causa del segundo.
en forma negligente la turbina de una aeronave y ésta posteriormente explota en
territorio japonés, no por ello podrá decirse que el daño es indirecto o que no hay "La causalidad presupone una condición o relación tal sin la cual no se expli-
caría la existencia de un hecho determinado, que procede de otro como de su
causa por ser idónea y adecuado para producir, como efecto, el daño imputa-
111 C. S. J., cas. civ., 27 marzo 1980, La ley, núm. 40, pp. 30 y ss.; C. S. J., Neg. Gen.,
do a la culpa del agente.
1° septiembre 1960, "G. J.", t. XCIII, pp. 1057 y ss. En el mismo sentido: Patrice
Jourdain, ob. cit., p. 61. "Este nexo o relación de causa a efecto puede interrumpirse, si se trata de una
112 Isidoro H. Goldenberg, ob. cit., p. 23. serie de posibles causas del daño, cuando interviene la voluntad de la vícti-
113 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 217; Isidoro H. Goldenberg, ob. cit., p. 34.
En el mismo sentido, véase: C. S. J., Neg. Gen., 1o septiembre 1960, "G. J.", t.
XCIII, pp. 1057 y ss.; C. S. J., cas. civ., 17 septiembre 1935, "G. J.", t. XLIII, pp.
303 y SS. 114 C. S. J., cas. civ., 17 septiembre 1935, "G. J.", t. XLIII, p. 306.
384 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 385

ma, para agravar los perjuicios o bien la de un tercero o, en fin, la fuerza dado podría alegar que es tal la cantidad de contaminación producida por un
mayor o el caso fortuito, pues, en tales eventos, el agente no tendrá obliga- número elevado de personas, que, así él cesara de arrojar los residuos, la conta-
ción de indemnizar sino los causados directa y realmente por el hecho impu- minación continuaría, produciéndose, de todas formas, el daño. Pero este razona-
table a él" 115 miento, que en el plano teórico es exacto, conllevaría al absurdo de que todos los
demandados se podrían exonerar en la medida en que todos ellos podrían alegar
5. Es conveniente advertir que, cuando de hecho existen varios coautores del que, con o sin su causa, la contaminación permanecería. En consecuencia, pensa-
daño, la teoría de la causalidad adecuada no significa que unas conductas excluyan mos que, en circunstancias semejantes, todos los contaminadores deben conside-
a las otras. En efecto, el juez puede llegar a la conclusión de que el comportamien- rarse causantes de la contaminación y, por tanto, correr con todas las consecuen-
to de todos los coautores se considere causa adecuada del daño, aunque haya dife- cias que ello conlleva.
rencias de grado en la culpabilidad entre ellos, o también puede concluir que solo
alguna de esas conductas se considera causa adecuada del perjuicio. Este problema es magistralmente explicado por ALTERINI quien, al referirse a
la opinión de VoN THuR, al respecto expresa:
6. Finalmente, cualquiera sea la teoría de la causalidad que se acoja, lo
cierto es que, salvo la excepción que veremos más adelante, siempre es indispen- "La causalidad denominada concurrente se da cuando el mismo daño es pro-
sable que el fenómeno que se estudia como posible causa sea conditio sine qua vocado por la acción independiente entre sí de dos o más personas, pero de
non del daño. Es decir, desde el punto de vista jurídico, solo se considera causa tal suerte que, aun sin mediar el hecho de la otra, el resultado se habría pro-
del daño aquel fenómeno sin el cual el daño no se habría producido. Ello significa ducido igualmente. Aquí también cada interviniente responde por la totali-
que si, en el caso concreto, el juez llega a la conclusión de que el daño de todas dad del daño, aunque pueda suponerse que este hubiera existido igualmente
maneras se habría producido así no hubiera concurrido la culpa del demandado, en ausencia de su hecho individual, pues si no fuera así la mutua alegación de
entonces este no se considera causante de ese daño. Ya con anterioridad (supra, esa circunstancia por parte de cada uno de los autores determinaría la irres-
266), explicamos en detalle la razón de ser y la aplicación práctica de este requi- ponsabilidad de todos" 117 •
sito.
311.- LAS TEORÍAS DE LA CAUSALIDAD EN LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA
Un fallo de la Corte, del17 de septiembre de 1935, al referirse a este proble-
ma expresa: Aunque en varias oportunidades los tribunales colombianos han debido abor-
dar el problema del nexo causal, solo rara vez se han adentrado en el análisis de
"Si una culpa que parece relacionada con el perjuicio está plenamente de- las diversas teorías sobre la causalidad.
mostrada, pero se establece que el perjuicio se habría causado aunque esa
culpa no se hubiera cometido, no habrá relación de causalidad ni consiguien- 312.- ACEPTACIÓN DE LA TEORÍA DE LA EQUIVALENCIA DE LAS CONDICIONES
te derecho por parte del perjudicado a la reparación" 116 •
En un fallo del17 de septiembre de 1935, la Corte decide acoger la que ella
310.- EXCEPCIÓN: LA CAUSALIDAD CONCURRENTE misma denomina "teoría de la causalidad ocasional", que más bien parece ser la
"teoría de la equivalencia de las condiciones", dados los hechos, los argumentos
Sin embargo, este principio no es absoluto y, por tanto, no siempre que ello expuestos y la forma como falla el litigio. Por lo demás, la providencia, al igual
ocurra el demandado puede ser absuelto. Piénsese en el caso de una persona que que otras posteriores, advierte que es imprescindible que la culpa del demandado
es demandada por contaminar con residuos tóxicos el lecho de un río. El deman- sea conditio sine qua non del daño. Al respecto, el fallo expresa:

117 Atilio Aníbal Alterini, Roberto M. López Cabana. Cuestiones modernas de respon-
115 C.S.J., cas. civ., 1o septiembre 1960, "G. J.", t. XCIII, p. 1059.
sabilidad civil, Buenos Aires, Ed. La ley, 1988, p. 228. En el mismo sentido: Isidoro
116 C.S.J., cas. civ., 17 septiembre 1935, "G. J.", t. XLIII, p. 306. H. Goldenberg, ob. cit., p. 150; van Thur, ob. cit., t. 1, p. 66.
386 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 387

"Para que pueda decirse que la culpa de una persona ha sido efectivamente la dó al Estado alegando una culpa de sus funcionarios en el ejercicio de sus funci~­
causa del perjuicio cuya reparación se demanda, es menester que haya una nes. La sentencia fue favorable parcialmente al demandante, pues la Corte consi-
relación necesaria entre dicha culpa y el perjuicio; es decir, una relación tal deró que la culpa de éste al conducir embriagado, hecho que motivó la ~~ción de
que si la culpa no hubiera ocurrido, el perjuicio no se habría producido. En los agentes, también, había sido causa del daño. Al respecto, la Corte diJO:
este caso, como siempre que en cuestiones jurídicas se habla de causa, se
requiere el elemento de necesidad en la relación. Si una culpa que parece "Empero como indudablemente el accidente tiene también como grave cau-
relacionada con el perjuicio está plenamente demostrada, pero se establece sa, y aunque indirecta y ocasional, la embriaguez culpable del chofer del
que el perjuicio se habría causado aunque esa culpa no se hubiera cometido, demandante, ya que si el expresado chofer no se hubiera embriagado, tenien-
no habrá relación de causalidad ni consiguiente derecho por parte del perju- do el vehículo en su poder tampoco habría podido presentarse el caso de la
dicado a la reparación. Pero acontece que en la mayor parte de los casos un actitud culposa del agente de policía, es necesario reconocer igualmente cul-
daño o perjuicio no es el resultado de una causa única sino de una serie de ~
pabilidad de parte del empleador del ehofer; o sea de parte de1senor A'tk
1 en " 119 .

antecedentes, de suerte que si estos no se hubieran reunido, no habría habido


Dentro del subjetivismo que todo intérprete maneja, nosotros creemos que
daño. En tales casos, de acuerdo con la llamada teoría de la causalidad oca-
no era viable aceptar que, en el asunto sub examine, la culpa del conductor propie-
sional, basta que, entre las diversas causas cuya concurrencia fue necesaria
tario tuviese una incidencia causal adecuada en la ocurrencia del daño. La misma
para que hubiera habido daño, exista una que pueda ser imputada a culpa de
Corte admite que esa culpa constituía una causa indirecta y ocasional y, pese a
una persona determinada para que esta sea responsable de la integridad del
ello le dio trascendencia al momento de fallar. Lo que es aún más absurdo es que
perjuicio. En estos casos, si la persona culpable se hubiera conducido correc-
la r:ducción del monto indemnizable fue de 50%, lo que desmiente el principio de
tamente, el perjuicio no habría ocurrido, y por ello hay relación de causalidad.
En otros términos: en el caso frecuente de la pluralidad de causas basta -para que la reducción se hace con base en la gravedad de las culpas y en s~ i~cidenc~a
establecer la relación de causalidad- que aparezca que sin la culpa del de- causal. Ahora, es indudable que en este caso la culpa del agente de pohc1a era mas
mandado no se habría producido el daño" 118 . grave y de mayor incidencia causal que la que cometió el demandante. Sin em?ar-
go, nadie tiene un argumento categórico para demostrar que el fallador se eqmvo-
có pues, como ya lo hemos dicho, el criterio de adecuación es subjetivo y lo que
313.- En otra sentencia de la Corte, del 11 de junio de 1945, se aplica un
para alguien puede ser causa adecuada, para otro puede no serlo.
criterio de adecuación bastante amplio que podría llevar a la conclusión de que,
sin mencionarlo en forma expresa, la Corte está acogiendo la teoría de la equiva-
lencia de las condiciones. 314.- ACEPTACIÓN DE LA TEORÍA DE LA CAUSALIDAD ADECUADA

Pero, en otras oportunidades, la Corte ha optado expresamente por el camino


En efecto, dos agentes de policía hallaron sobre la vía un vehículo cuyo con-
de la teoría de la causalidad adecuada. Desde luego, según se verá a continuación,
ductor se encontraba embriagado. Los agentes despojaron al conductor de su au-
los criterios de adecuación están lejos de ser objetivos, pues aún entre los partida-
tomotor con el pretexto de conducirlo a su casa. En su demanda el actor afirma
que se encontraba estacionado al borde de la vía. Lamentablemente la sentencia rios de esta doctrina hay diferencias al momento de aplicarla a un caso concreto.
para nada afirma o niega esta circunstancia que, como se verá, es definitiva para
315.- En primer lugar, en una sentencia del lo de septiembre de 1960, la
un adecuado análisis de lo decidido.
Corte resolvió un caso de verdadera novela motivado por un accidente aéreo ocu-
rrido en la Amazonia colombiana.
El agente que se hizo al volante no sabía conducir y, como si fuera poco,
empezó a ingerir bebidas embriagantes, todo lo cual contribuyó a una colisión en En efecto, un avión oficial sufrió un accidente en la mitad de la selva habien-
la que el vehículo retenido sufrió algunos daños. El conductor propietario deman- do sobrevivido la mayoría de los ocupantes. Varios miembros de la tripulación se

118 C. S. J., cas. civ., 17 septiembre 1935, "G. J.", t. XLIII, pp. 305 y ss. 119 C.S.J., cas. civ., 11 junio 1945, "G. J.", t. LVIII, p. 263.
ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 389
388 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

desplazaron por la selva hasta encontrar un río en donde construyeron una balsa var rastro alguno resolví continuar bajando para ver si la corriente lo había
que los condujera a la civilización para pedir ayuda. Pasados varios días de des- arrastrado. Esto ocurrió el día sábado, día en que me encontré con la lanch~
plazamiento por el río, uno de los tripulantes cayó de la balsa, con tan mala suerte Jabuyamos en la cual viajaba una expedición a nuestro rescate. Me regrese
que pereció ahogado. Los familiares del fallecido demandaron al Estado en su en esta lancha, buscando a Blanco, quien no se encontró. Llegamos ~!lugar
calidad de transportador. Se discutió, entonces, si existía o no una relación de de donde yo había salido, en la orilla del río, por la noche; el dommgo se
causalidad entre el accidente y la muerte del tripulante, pues si no hubiera ocurri- sacaron los heridos a la lancha que salió de este puerto a las 8 de la noche.
do el accidente, el tripulante no habría fallecido. El demandado alegaba que la El lunes a las 9 de la mañana llegamos a la boca del Río (Puritú) en el
muerte fue causada por un hecho ajeno al accidente aéreo mismo. Putumayo, en donde el trimotor 621 nos recogió para traernos .a Tres Es-
quinas y Bogotá. Con el mecánico Blanco se ah~garon. una ptstola Y un
Para una mejor ilustración y con el fin de apreciar la capacidad narrativa de overol marcado "aviación militar" objetos de proptedad fiscal. Atentamen-
te, (fdo.) Mayor Alfredo Lopez
/ Ramos "12o .
uno de los testigos, digna del mejor de los escritores, nos permitimos reproducir
su versión sobre la forma como se produjeron los hechos. Al respecto, el testigo
expresa: Como premisa de sus conclusiones sobre la apreciación del nex~ causal en el
caso concreto, la Corte, al acoger expresamente la teoría de la causalidad adecua-
"Con el citado mecánico improvisamos de circunstancias, sirviéndonos de da, afirma:
uno de los tanques de gasolina del avión caído y de algunos pocos palos de
la selva que pudimos cortar con un pequeño machete con el cual habíamos "Nexo causal. Sin entrar al estudio de todos los elementos que integran la
talado la trocha para llegar del avión al río. Nos embarcamos el mismo culpa extracontractual, en relación con.~~ agente, la viol~~ión del derech.o
jueves como a las 4 p.m. con intención de navegar a merced de la corriente, ajeno, el perjuicio efectivo y la imputabll!dad o responsabilidad, debe consi-
de día y de noche. Entre las 4 y las 6 p.m. de ese día la balsa se volcó seis derarse el nexo de causalidad entre el dano y el hecho o acto reputado como
veces al tropezar con las múltiples palizadas, tan comunes en los ríos de la culposo.
región. Resolví entonces que de noche no se debía de navegar para no ex-
poner la vida de quienes eran la única esperanza de doce accidentados. "Esta relación de causalidad, entre el daño y el hecho o acto, no puede fun~
Convinimos en amarrar la balsa en la primera palizada que se encontrara, darse en el orden cronológico o por la precedencia en el tiempo, porqu.e st
después de las 6 p.m. y allí pasar la noche. La balsa no se podía arrimar a la esta circunstancia concurre en la relación de causalidad, no se puede consid~­
orilla para dormir en tierra porque era inmanejable por la gran profundidad rar como decisiva 0 única, pues un hecho puede cumplirse antes que otro, sm
del río y por otra parte en la orilla habíamos visto fieras. El viernes se que aquel sea causa del segundo.
navegó todo el día y como a las 8 de la noche amarramos la balsa a una
palizada en el centro del río. Como a la media noche el mecánico Blanco, "La causalidad presupone una condición o relación tal sin la cual no se expli-
probablemente dormido, se cayó de la balsa del río; inmediatamente habla- caría la existencia de un hecho determinado, que procede de otro c_on:o de su
mos, estando él nadando contra la corriente y a menos de dos metros de la causa por ser idóneo y adecuado para producir, como efecto, el dano Imputa-
balsa; le dije que iba a soltar la balsa de la palizada para que aquella rodara
do a la culpa del agente.
y él, Blanco, se subiera nuevamente. Me incliné al lado contrario de donde
Blanco nadaba para soltar las amarras de la balsa y encontré en una de estas "Este nexo 0 relación de causa a efecto puede interrumpirse, si se trata de /u~a
un nudo ciego y empecé a trozar el lazo con los dientes cuando sentí un serie de posibles causas del daño, cuando interviene la voluntad. de la VICtl-
aullido gutural de Blanco; me enderecé a mirar el lugar donde él antes na- ma, para agravar los perjuicios, o bien la de un tercero o, en fm 1/a fu~rza
daba, no lo vi, lo llamé, observé, agucé el oído y la vista, terminé de trozar mayor 0 el caso fortuito, pues, en tales eventos, el agente no tendra obliga-
el lazo y moví la balsa agarrándome de las ramazones de la palizada; volví
a llamarlo con angustia y cuando había transcurrido como media hora com-
prendí que había perecido. Transcurrí en este sitio el resto de la noche y
cuando aclaró, lo busqué en el río, en las orillas con la vista y al no obser- 120 c.S.J., cas. civ., 1° septiembre 1960, "G. J.", t. XCIII, pp. 1065 Y ss.
390 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 391

ción de indemnizar sino los causados d ·


table a él"l2I. lfecta y realmente por el hecho impu- "Para determinar la relación de causalidad, cuando media pluralidad de he-
chos o de culpas, cuestión que en ocasiones suele presentar serias dificulta-
des, la doctrina dominante acoge el criterio de las consecuencias adecuadas,
expuesto por voN KRIES a finales del siglo pasado, sin excluir otros criterios,
que no es del caso relacionar, pero que no siempre conducen a resultados
equitativos. Según el criterio de la causalidad adecuada tan solo pueden esti-
"d) Fa~ta de n~xo_. E~ la hipótesis o supuesto de que al mecánico Blanco no marse efectos de una causa aquellos que según las reglas del sentido común
:e
le pudiera atnbmr nmguna responsabilidad en el siniestro del avión según y de la experiencia suelen ser su resultado normal. Se acude pues a las leyes
naturales.
o que acaba de exponerse, tampoco procede la acción incoada or los ac-
tores, P.~rq~e falta el nexo necesario entre el accidente del avio/np 1 1
no sufno nmg 1 ·/ , en e cua "( ... ).No basta con establecer la participación de distintos hechos o cosas en
una eswn, con la muerte posterior en el río Puritú
trata. de dos hechos o acontecimientos distintos, sin conexión al ~n~uesu se la producción del daño, es preciso determinar la idoneidad de la culpa o del
el pn~ero no fue la cau~a eficiente o causa adecuada e idónea de~ se 'u~d~s riesgo, según los casos, para producir normalmente el hecho dañoso". (JoRGE
es decir, d~ haber perecido por ahogamiento en el río Puritú hechog ' BusTAMANTE ALSINA, Teoría general de la responsabilidad civil, 4a ed., p.
mente contmgent 1 ·/ ' pura- 256).
militar"I22 e en re acwn con el aterrizaje de emergencia del trimotor
"Analizadas en abstracto las circunstancias en que se produjo un daño, se
determina en concreto cuál o cuáles de ellas, según el normal devenir de las
/Como se ve, es bien discutible esta decisión de la Corte al e .d
habta nexo adecuado de causalidad entre el accidente la onst erar qu.e no cosas, fueron causa eficiente del daño, descartando aquellas que solo favore-

:::nn~~~t~~r~~~~t~~~i~::t;~ ~:e~uación
b .
existía, pues e[acci::~~~~ ~~~{:~~~
a nmguna otra posibilidad de conducta le d
cieron la producción del resultado o que eliminaron un obstáculo para el
mismo, denominadas, en el lenguaje de PIRSON ET DE VILLÉ, citado por JoRGE
PEIRANO FACIO, con el nombre de condiciones u ocasiones. (Responsabilidad
q~~ I~~l~~~í: ~~j~~~e;~ :;cf~~~~.o por tratar de superar los peligros de mu~~: e: extracontractual, 3a ed., p. 425).

"2. Según lo relatan las pruebas incorporadas al proceso, entre ellas las
que ~oh~ybsutanncter:tre~etdimos que ningún reproche puede hacérsele al fallador ya testimoniales trasladas del proceso penal, en el cual fue condenado Óscar de
I eno emostrable que p ·t b
adecuación aplicado en el ermi a apro ar o rechazar el criterio de Jesús García, por el delito de homicidio en la persona de Gildardo de Jesús
caso concreto.
Pérez Barahona, el primero cometió el ilícito provocado por los insultos que
al parecer inusitadamente le lanzó el segundo.
316.- En una sentencia del30 de marzo de 1993 la C t f
y categórica, acoge de nuevo la te / . ' or e, en orma expresa
la adecuación al criterio de la gra~;~::~!al~:~~~lzdad adecu~da acudie~do
para
"Cuentan los testigos que al lugar de los acontecimientos, bomba de gasolina
Santa Marta, "Barrio Triste" de la ciudad de Medellín, en la madrugada del
los insultos que la víctima le hace a un vigilante qu~:::~~~~~lcto. S~ /afuma que 14 de enero de 1987, llegaron en un vehículo Fíat cuatro individuos, entre
al agresor, no constituyen una causa adecuada a.~greswn matando
:~e~u~~~~e~c~:odeAlldaño. Por
ellos Gildardo de Jesús Pérez y Luis Guillermo Ramírez Galeano, después de
talnfto, solo el dolo del vigilante constituye causa haber bebido unas cervezas, con el fin de comprar unos perros calientes, ra-
e allo expresa: · respecto,
zón por la cual descendieron del automotor, inicialmente al menos el men-
cionado Gildardo, y al advertir la presencia de dos celadores de la sociedad
demandada, Óscar de Jesús García y Gonzalo Salazar Echeverri, Gildardo
121 Ibídem, p. 1072. irrumpió en insultos contra ellos, tachándolos de inútiles en el servicio, y
122 Ibídem, p. 1074. profiriendo palabras groseras, razón por la cual el primero de los celado-
res nombrados, quien portaba una escopeta, reaccionó disparando contra Gildar-
392 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ES NECESARIO QUE HAYA UN NEXO DE CAUSALIDAD 393

do de Jesús Pérez causándole la muerte y luego contra Luis Guillermo Ramírez, 317.- EN FALLO RECIENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SE ACOGE
hiriéndolo, cuando acudió en auxilio de su compañero. Todo indica que SIN RESERVAS LA TEORÍA DE LA CAUSALIDAD ADECUADA
el homicida le hizo un segundo disparo a Gildardo de Jesús, caído ya en
tierra. En fallo de septiembre 13 de 2002, la Corte, en un caso de responsabilidad
médica acoge sin reservas la teoría de la causalidad adecuada 124 • Según lo visto al
"Lo anterior implica y, así lo definió la justicia penal, con autoridad de cosa analizar la prueba del nexo causal en la responsabilidad médica del Estado (supra,
juzgada, según consta de las providencias que en copia auténtica se allega-
T. I, 282 y ss.), el Consejo de Estado en forma reiterada también aplica la misma
ron, especialmente de la sentencia de 12 de septiembre de 1988 proferida por
teoría, de donde puede colegirse que tanto en derecho civil como en administrati-
el Juzgado Décimo Tercero Superior (cuaderno de pruebas de la oposición en
vo es esa la teoría dominante.
el llamamiento en garantía, folio 18), que el empleado de la demandada, Óscar
de Jesús García incurrió en delito, de carácter doloso, al dar muerte a Gildar-
do de Jesús Pérez Barahona, aunque provocado por este. Sobre el punto el Al respecto, la Corte expresa:
jurado de conciencia se había pronunciado así: "Sí es responsable, pero en
"8.-3. Adicionalmente, en el proceso hay elementos de convicción que con-
estado de ira grave e injusta".
ducen a estimar el tratamiento con bota alta de yeso, prescrito por el deman-
"3 · Se encuentran aquí dos hechos, el del agresor y el de la víctima, el dado, como causalmente adecuado para producir el resultado de la necrosis
segundo por la imprudencia de esta al insultar al vigilante armado; pero si de la extremidad y su consecuente amputación, porque si bien es verdad que
bien no podría negarse que el segundo dio pie al primero, mal podría otorgársele está igualmente acreditado, principalmente con el testimonio de Armando
el calificativo de causa del perjuicio, en el sentido de causa eficiente y no en Castro Bonilla (o Castro Mojica) visible entre folios 309 a 312 del C. 1, que
el de ocasión o condición del daño, puesto que el sentido común, las reglas de el menor fue llevado previamente a sobandero, lo que evidentemente pudo
la experiencia y en general las leyes naturales, indican que la muerte no es determinar el protuberante edema que de comienzo encontró el demandado
una respuesta adecuada a los insultos. que presentaba la pierna fracturada, lo cierto es que para entonces, como se
deduce de la nota remisoria obrante al folio 3 del C. 1, ésta no presentaba el
"Así las cosas, por no haber desempeñado la grosería del occiso el papel de mayor grado de hinchazón ni el estado de frialdad que el demandado constató
causa del daño, sino de simple ocasión, no podía el tribunal aplicar el artículo al retirar parcialmente el yeso, y mucho menos aún el color oscuro que pre-
2357 del Código Civil para reducir el monto de la reparación a favor de los senció la testigo Ana Lilia Ortiz de Calderón, fuera de que aún partiendo de
demandantes y, al aplicarlo al caso, lo hizo indebidamente, motivo por el una particular agravación causada por el sobandero (cuestión en todo caso no
cual el cargo está llamado a prosperar. Por ende, sería superfluo que la Corte acreditada en su verdadera dimensión), lo real e indiscutible es que de haber
se ocupara del estudio de los cargos primero, tercero, cuarto, quinto y décimo acertado el demandado en ordenar y practicar desde el primer momento fascioto-
primero, orientados estos a demostrar que no hay lugar a la compensación de mía, o de haber remitido real e inmediatamente el enfermo a un centro hospi-
culpas" 123 • talario para que tal procedimiento se practicara, el estado patológico de aquel,
a juzgar por el contenido de la experticia de Medicina Legal, se habría con-
El .análisis de estas dos sentencias muestra simplemente que cada vez que el trolado, situación que como se sabe no se dio porque el demandado colocó,
caso exige un criterio de adecuación más o menos elástico, el fallador, para negar- contrariamente, un yeso circular, que en esas circunstancias estaba contrain-
lo, acude al argumento de la teoría de la causalidad adecuada. En nuestro concep- dicado. Además, no es atendible, por las razones que se dejaron expuestas en
to, en ambos fallos, aun aplicando la doctrina de la causalidad adecuada, era claro su oportunidad, que el padre de aquél se hubiese negado a someterlo a hospi-
que esa relación de causalidad existía. talización en Valledupar por pretender trasladarlo a Bucaramanga, con más
veras si adicionalmente a lo dicho, se tiene en cuenta que definido como se

123 C. S. J., cas. civ., 30 marzo 1993, magistrado ponente: Alberto Ospina Botero,
proceso ordinario de Martha Lucía Gómez Vélez y otros contra Convitec Ltda. 124 Gas. civ., Sep. 13 del 2002. Exp. 6.199. M. P. Nicolás Bechara Simancas.
394 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

dice que tenía el padre ese propósito, a él le hubiese bastado simplemente


con concretarlo así, para lo que no tenía la necesidad de acudir a la consulta
del demandado; desde luego que si Araque Bautista llevó su hijo al médico
en Valledupar, fue porque lógicamente no tuvo en mente hacerlo tratar en
otro lugar diferente, reflexión tanto más creíble si se observa que carecía de
recursos económicos para hospitalizado inclusive allí mismo, donde residía,
como también quedó evidenciado en los autos (el resaltado no es del origi-
TÍTULO SEGUNDO
nal)".
DE LA RESPONSABILIDAD
CONTRACTUAL

318.- PLAN

Aunque cada contrato contiene normas propias que regulan la responsabili-


dad civil del deudor incumplido, lo cierto es que el Código Civil contiene una
serie de principios comunes a todo tipo de contratos. Fundamentalmente, la ley
consagra los principios rectores sobre la incidencia de la culpa del deudor incum-
plido y sobre la forma de exoneración que tiene dicho deudor. En ese sentido,
hace algunos años publicamos una monografía titulada La culpa contractual, obra
que actualmente se encuentra agotada. Realmente, el contenido de dicho trabajo,
publicado por separado, hace parte de este tratado de responsabilidad civil, razón
por la cual, actualizado y revisado, se incorpora a continuación.

Por otro lado, al analizar las relaciones entre la responsabilidad contractual y


la extracontractual tuvimos oportunidad de estudiar en detalle los requisitos in-
dispensables para que se produzca la primera. Puesto que se trata de un tema de
vital importancia para la sistematización de la responsabilidad contractual, remi-
timos al lector a todo lo que allí se dice (supra, T. I, 72). Por lo demás, el progra-
ma sobre la responsabilidad contractual debiera contener el análisis de cada uno
de los diferentes contratos. Pero, por lo pronto, ese trabajo queda postergado para
ediciones venideras.

De otro lado, dada la importancia que han tomado en los últimos años las
obligaciones precontractuales y contractuales de información y de consejo, he-
mos decidido incluir en este título una parte relacionada con dicho tema.

Así las cosas, una primera parte será consagrada a la culpa contractual (parte
primera) y otra, a las obligaciones de información y de consejo tanto en materia
contractual como precontractual (parte segunda).
PARTE PRIMERA

LA CULPA CONTRACTUAL
Y LA EXONERACIÓN DEL DEUDOR

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y PLAN

La cultura occidental, influida por el pensamiento judeocristiano, casi siem-


pre ha concebido la sanción normativa como la consecuencia para quien, actuando
libremente, ha causado en forma culposa un resultado dañino para la moral, la
religión, la sociedad o los individuos. Desde luego, el derecho no escapa a este
influjo que se torna más evidente a partir de las primeras codificaciones, como la
francesa, y que posteriormente cobija a casi todas las legislaciones latinoamericanas,
entre ellas la colombiana.

Por eso no es extraño que a través de la historia de nuestro pensamiento


jurídico, los autores y tribunales nacionales casi siempre afirmen que toda respon-
sabilidad civil, sea contractual o extracontractual, reposa sobre el fundamento
necesario de la culpa, así éste último concepto sea distorsionado y vaciado de
contenido para poder sostener los embates de la lógica y de los cambios legislati-
vos producto de los avances técnicos y científicos de la época.

Como fruto de esas reflexiones lógicas y de esos cambios legislativos, se ha


ido generando una corriente de pensamiento que cuestiona severamente el princi-
pio de que necesariamente, en todos los casos, la culpa ha de ser elemento de la
responsabilidad contractual. En efecto, no se ve muy claro cómo pueda exigirse la
culpa del deudor de una obligación de género; o de quien para exonerarse de
responsabilidad no pueda probar su ausencia de culpa sino una fuerza mayor o
caso fortuito e, incluso a veces, ni siquiera sea posible aducir tal exoneración.

Por otra parte, los hechos y las normas muestran cómo en la vida diaria, la
prueba de la culpa o la exoneración del demandado no obran de idéntica manera
en todas las obligaciones. Para comprobarlo basta comparar la obligación de pa-
gar una suma de dinero con la que asume un médico en relación con los cuidados
398 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

que deba suministrar a su paciente e, inmediatamente, el sentido común nos indi-


ca que, en el primer caso, el deudor necesariamente deberá cumplir lo prometido
sin que el acreedor haya de demostrar su culpabilidad por el incumplimiento; en CAPÍTULO I
cambio, en la obligación asumida por el médico aparece claro que, habida cuenta
de lo aleatorio del resultado pretendido, el deudor no se puede comprometer a ¿Es LA CULPA REQUISITO INDISPENSABLE

recuperar la salud de su paciente y, por tanto, en caso de daños al acreedor, su DE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL?

responsabilidad solo se verá comprometida cuando se demuestre su culpabilidad.


320.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y PLAN
Ese diferente contenido probatorio ha servido de sustento a una ya antigua
distinción entre las denominadas obligaciones de medio y de resultado que a ve- Al igual que en la responsabilidad extracontractual o aquiliana, en la contrac-
ces ha sido acogida por nuestros autores y tribunales pero sin una fundamentación tual se discute si la culpa es fundamento indispensable de la responsabilidad. Por
jurídica sólida, razón por la cual se hace indispensable una exégesis detallada de otra parte, los autores no alcanzan a ponerse de acuerdo sobre la definición misma
nuestros textos legales reguladores de la culpa del deudor incumplido. de la culpa contractual. En consecuencia es necesario, en primer lugar, analizar tal
definición (sec. I) para, posteriormente, averiguar si en todos los casos o solo en
Justamente entre estos textos legales encontrarnos el artículo 1604 del Códi- algunos, la culpa es elemento básico de la responsabilidad contractual (sec. II).
go Civil que consagra, aparentemente, dos principios generales fundamentales: el
primero apunta a la graduación de las culpas, de acuerdo con la utilidad que a las
partes reporte el contrato incumplido, y el segundo al hecho de que, siempre, la SEccióN l.-Definición de la culpa contractual
culpa contractual se presume.
321.- Tratemos, en primer lugar, de precisar la definición de la culpa con-
Pero resulta que si esos dos principios son válidos, la distinción entre obliga- tractual (subsec. I), luego, de analizar las doctrinas más conocidas sobre este terna
ciones de medio y de resultado no sería válida en nuestro ordenamiento jurídico y, (subsec. II).
en consecuencia, nos encontraríamos con una jurisprudencia que durante décadas
habría marchado en clara contravía de nuestros textos legales. Nos corresponde,
SUBSECCIÓN 1 - la consiste
entonces, la ardua tarea de mostrar los verdaderos alcances del artículo 1604 del
en la inejecución de la obligación contraída
Código Civil para determinar cómo obra la prueba de la culpa contractual en nuestro
ordenamiento jurídico.
322.- Para la mayoría de los autores, la teoría válida es la que afirma que la
culpa sí es necesaria para que haya responsabilidad contractual, pero que esta
Planteadas así las cosas, nuestra investigación pretende averiguar, en primer
culpa consiste, pura y simplemente, en la inejecución de la obligación. Tal es, por
lugar, si la culpa es fundamento necesario de la responsabilidad contractual (cap.
ejemplo, el pensamiento de ALESSANDRI RoDRÍGUEZ, quien al respecto expresa:
I), para posteriormente analizar el sistema probatorio y la graduación de la culpa
en nuestro sistema jurídico (cap. II).
"La culpa contractual consiste en no cumplir una obligación preexistente o
en cumplirla rnal" 1.

Arturo Alessandri Rodríguez. Derecho civil. Teoría de las obligaciones, Santiago


de Chile, Imprenta El Esfuerzo, 1981, p. 8; en el mismo sentido, Alex Weill, Frangois
Terré, Droit civil. Les obligations, 3éme ed., París, Dalloz, 1980, núm. 395; Jean
Carbonnier, ob. cit., vol. IV, p. 249; Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1024;
Marty et Raynaud, Droit civil. Les obligations, t. 1, vol. 1, París, Si rey, 1962, núm.
467; Álvaro Pérez Vives, t. 2, núm. 148.
400 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
¿ES LA CULPA REQUISITO INDISPENSABLE DE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL? 401

Definición que ha sido adoptada en varias oportunidades por la jurispruden- "La respuesta es que hay casos en que el deudor solo es responsable si ha come-
cia colombiana2, la que a su turno siempre ha sido fiel al principio de que la culpa tido una culpa y casos en los que es responsable aunque sea irreprochable" 4 •
es fundamento de toda responsabilidad contractuaP.
325.- PosicióN DE BoRIS STARCK
323.- CRÍTICA DE LA DOCTRINA A ESTA TEORÍA
Para el connotado jurista BoRIS STARCK, el rechazo a la teoría que define la
Desde cuando se propuso tal definición no faltaron los autores que señalaran culpa contractual como la inejecución de la obligación es todavía más categórico.
el sofisma sobre el cual reposaba. Incluso, algunos de sus defensores han acepta- Frente a la necesidad de que haya culpa para que exista responsabilidad contrac-
do las graves confusiones terminológicas a que puede dar lugar. Contemporáneamente, tual y sobre la definición de dicha culpa, STARCK expresa:
la doctrina ha mostrado incesantemente la insuficiencia de tal criterio.
"Numerosos autores añaden -para que haya responsabilidad contractual- una
324.- PosicióN DE PLANIOL Y RIPERT condición suplementaria: la culpa del deudor. La responsabilidad contractual
implicaría no solo la inejecución, sino además, la inejecución culposa. Estos
Así, por ejemplo, para PLANIOL y RIPERT la doctrina y la jurisprudencia no
autores se pliegan a esa corriente general del pensamiento jurídico que no
han sido claras en el análisis de la culpa contractual. Según ellos,
concibe que se pueda ser declarado responsable sin culpa. Desde que el tér-
"La confusión ha sido introducida en el examen de esta cuestión por el em- mino responsabilidad sea empleado, se busca, casi por instinto, vincularlo a
pleo de una terminología defectuosa. En lugar de entender por culpa, confor- una culpa.
me al sentido corriente de la palabra, un acto sujeto a reproche, se ha dicho
que el deudor está en culpa por el solo hecho de no haber ejecutado su obli- "Esta doctrina es aún menos sostenible en materia contractual que en materia
gación. La fórmula ha podido parecer exacta, porque la culpa, que consiste delictual. En efecto, siempre que una persona ha prometido y no ha ejecuta-
siempre bien en haber cometido un acto prohibido, bien en haber omitido do, la responsabilidad contractual se justifica sin dificultad alguna: ella aparece
cumplir un acto ordenado, no puede ser definida sino como la inejecución de como la sanción de la inejecución. Si el acreedor perjudicado con la ejecu-
una obligación. Pero se ha entendido por la inejecución de la obligación el ción decide acudir a las vías judiciales, nadie ha sostenido que deba, previa-
solo hecho de no haber procurado al acreedor, la satisfacción que él esperaba mente, establecer la culpa del deudor. Le basta establecer la obligación y su
de la ejecución del contrato. Se podría decir entonces del deudor de un cuer- inejecución. No se ve por qué la culpa sería necesaria si demanda una ejecu-
po cierto entre cuyas manos la cosa perece, que él no ha ejecutado su obliga- ción por equivalente.
ción de guarda y entrega. Sin embargo, el artículo 1302 dice que el deudor no
siempre es responsable en semejante caso. Es necesario entonces entender "Por otra parte, los autores que sostienen esta tesis añaden que la culpa con-
por culpa un acto sujeto a reproche en el sentido de que el deudor incurre en tractual ¡no es más que la inejecución de la obligación! No ejecutar su obli-
una censura por un hecho preciso de omisión o de comisión. Y la cuestión gación, es cometer una culpa. Esta apreciación le quita todo alcance verdade-
consiste en saber si una culpa así entendida, es necesaria para que haya res- ro a la exigencia de la culpa en tanto que condición distinta. Decir que la
ponsabilidad contractual. responsabilidad contractual exige: l. La prueba de la inejecución; 2. La culpa
del deudor, y añadir inmediatamente que la culpa no es más que la inejecución
del contrato, es contradictorio. Eso es tanto como decir: la condición nece-
saria y suficiente de la responsabilidad contractual es la inejecución de la
2 En ese sentido, un fallo de la Corte Suprema de Justicia de mayo 31 de 1938,
expresa: "La responsabilidad civil solo nace de la culpa. Esta, que en materia con- obligación. Es éste último el principio que nosotros adoptamos ... Es necesa-
tractual consiste en la violación de la prestación convenida, origina la obligación rio determinar lo que se deba entender por inejecución de la obligación" 5 .
de reparar el perjuicio, motivo por el cual la última no existe antes de la culpa" ("G.
J.", t. XLVI, p. 573).
3 La exigencia de la culpa contractual aparece, entre otros, en los siguientes fallos:
cas. civ., 5 noviembre 1935, "G. J.", t. XLIII, p. 403; cas. civ., 30 noviembre 1935, 4 Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 377.
"G. J.", t. XLIII, p.- 178; cas. civ., 3 noviembre 1977, Jurisprudencia y Doctrina,
vol. 4, p. 906. 5 Boris Starck, ob. cit., núm. 2062.
402 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
¿ES LA CULPA REQUISITO INDISPENSABLE DE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL? 403

Para determinar lo que se deba entender por inejecución de la obligación, el más que su comportamiento fuese culposo, lo que debía ser probado por el
profesor STARCK acoge la distinción entre obligaciones de medio y obligaciones acreedor" 8•
de resultado, y al referirse a las primeras expresa:
1 Y luego de acoger la distinción entre obligaciones de medio y de resultado, el
"En el cuadro de las obligaciones de medio, la culpa del deudor es bien una mismo profesor LARROUMET, al igual que STARCK, acepta que en las obligacio-
condición de su responsabilidad" 6.
nes de resultado la responsabilidad es objetiva y que, por tanto, hay inejecución
de la obligación y consecuentemente responsabilidad, aunque no haya culpa del
Mientras que en las obligaciones de resultado, deudor 9•

"El deudor es condenado aunque no se haya establecido ninguna culpa a su


cargo" 7 . 327.- POSICIÓN PROPIA SOBRE ESTA TEORÍA

En nuestro concepto, los autores PLANIOL, RIPERT y LARROUMET tienen toda la


Como se puede ver, para STARCK, unas veces la culpa es requisito de la res-
razón cuando afirman, de un lado, que en algunos casos la culpa es requisito nece-
ponsabilidad contractual, mientras que otras no. Sin analizar todavía su aprecia-
sario de la responsabilidad contractual, mientras que en otros no, y del otro, que la
ción sobre las obligaciones de medio y de resultado, lo que pretendemos resaltar
culpa contractual no puede definirse como la inejecución de la obligación. A ésta
ahora es su argumento, según el cual la culpa contractual no consiste simplemente
última crítica queremos agregar las siguientes consideraciones:
en la inejecución de la obligación.

328.- a) En primer lugar, como lo han demostrado PLANIOL y RIPERT (supra,


326.- PosicióN DE CHRISTIAN LARROUMET T. I, 324), una cosa es no obtener el resultado material buscado por el acreedor,
caso en el cual el término inejecución de la obligación no tiene un significado
El profesor CHRISTIAN LARROUMET ataca agudamente la teoría de que la culpa jurídico, y otra es no realizar aquello a que se había comprometido el deudor, en
contractual consiste en la inejecución de la obligación. Al mostrar que en materia cuyo caso el término inejecución de la obligación sí es apropiado desde el punto
contractual la carga de la prueba no siempre es la misma, expresa: de vista jurídico. Así, por ejemplo, cuando la cosa transportada perece por razón
de fuerza mayor, aunque la obligación no se ejecutó materialmente, desde el pun-
"Si la jurisprudencia se fundaba en ciertos casos, sobre el simple hecho de la to de vista jurídico no puede hablarse de incumplimiento de la obligación, ya que
inejecución por el deudor para condenarlo a daños y perjuicios, en otros ca- el artículo 992 del Código de Comercio solo obliga al transportador a entregar la
sos exigía que un juicio de valor fuese hecho sobre la conducta del deudor cosa transportada si ésta no ha perecido por fuerza mayor 10 . Como se ve en el
para determinar si ella era culposa. Se podría considerar pues que habría dos ejemplo planteado, el transportista incumplió materialmente su obligación de en-
pesos y dos medidas y que no todos los deudores contractuales eran colo- tregar la cosa, mas no jurídicamente, puesto que en caso de fuerza mayor, la obli-
cados en la misma posición. Algunos autores mostraron esta dualidad de tra- gación de entregar la cosa transportada no existía, ya que el deudor se obligó a
tamiento. Era necesario explicarla y uno no podrá contentarse con afirmar transportar la cosa sana y salva, a no ser que una causa extraña se lo impidiera. En
que se cometía culpa por no ejecutar la obligación, puesto que, de una parte, este caso habría inejecución de la obligación si, de no intervenir causa extraña, el
la prueba contraria de la ausencia de culpa en el origen de la inejecución deudor no transporta la cosa, sana y salva, al lugar convenido.
no siempre era admitida, lo que no cuadraba con la presunción de culpa, y,
de otra parte, el simple hecho de la inejecución, en otras situaciones, no bas-
taba para condenar al deudor a daños y perjuicios, puesto que se exigía ade- 8 Christian Larroumet. Droit civil. Les obligations, parte primera, t. 11, Paris, Economica,
1986, núm. 605.
9 Christian Larroumet, ob. cit., núm. 605.
6 Boris Starck, ob. cit., núm. 2071. 1O En ese sentido, cas. civ., 19 abril 1979, en Jurisprudencia y Doctrina, vol. 8, p.
7
431; cas. civ., 9 octubre 1980, "G. J.", t. CLXVI, pp. 149 y ss.; cas. civ., 26 enero
Boris Starck, ob. cit., núm. 2069.
1982, "G. J.", t. CLXV, pp. 12 y ss.
404 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ¿ES LA CULPA REQUISITO INDISPENSABLE DE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL? 405

329.- b) De otro lado, afirmar que la culpa contractual consiste en la ine- culpa sí es requisito fundamental de la responsabilidad contractual y solo habrá
jecución de la obligación debida es sentar un principio carente de contenido que inejecución de la obligación cuando el deudor se comporte en forma culposa,
todo lo que hace es desplazar y complicar aún más el problema. En efecto, hay culpa que unas veces se presume y otras debe probarse.
obligaciones que se deben cumplir aunque no haya culpa del deudor, mientras que
en otras no hay incumplimiento si no existe culpa del obligado. Así las cosas, podemos concluir que unas veces la responsabilidad contrac-
tual reposa en la culpa y otras no y que, por tanto, la inejecución de la obligación
Así, por ejemplo, en las obligaciones de género, como la del pago de una no es sinónimo de culpa, puesto que en la responsabilidad objetiva se incumple la
suma de dinero, el deudor habrá incumplido jurídica y materialmente su obliga- obligación aunque no haya culpa del deudor incumplido.
ción por el simple hecho material de no haber recibido el acreedor la suma debida.
En tales circunstancias, la simple inejecución de lo pactado genera la responsabi- 330.- e) En relación con la teoría que identifica la culpa contractual con el
lidad civil del deudor en lo que se refiere al objeto de la obligación pactada. Pero incumplimiento de la obligación, observemos, además, la contradicción en que
no es que en semejante caso haya existido culpa del deudor por el hecho del no incurren algunos de sus defensores cuando afirman que en tales circunstancias,
pago, puesto que aunque hubiera mediado una causa extraña que le hubiese impe- al incumplirse la obligación se presume la culpa del deudor. Al respecto, ARTU-
dido pagar, de todas maneras la responsabilidad subsiste. Lo que acontece es que RO ALESSANDRI RoDRÍGUEZ, luego de aceptar la teoría que venimos criticando, ex-
aquí estamos frente a una responsabilidad contractual puramente objetiva. presa:

En cambio hay otras obligaciones en las que importa no solo el resultado "En cambio, tratándose de la culpa contractual como vamos a ver, el incum-
material buscado por el acreedor sino también un determinado comportamiento plimiento de la obligación se presume culpable. Cada vez que un deudor
del deudor. Así, por ejemplo, el médico se obliga a dar al paciente un tratamiento viola su obligación, la ley supone que ha habido culpa de su parte, y es por
prudente y diligente y, por tanto, para que haya cumplimiento imperfecto de su eso que el deudor que se excepciona de la obligación, sea quien deba probar
obligación se requiere no solo que el paciente no haya obtenido el resultado mate- que empleó la debida diligencia o cuidado y que, no obstante eso, no pudo
rial que buscaba con la prestación del médico, sino también que éste le hubiera cumplir las obligaciones" 13 •
dado cuidados imprudentes y negligentes 11 • Lo que significa, en lógica jurídica,
que la obligación preexistente consistía en dar al paciente cuidados no culposos. La contradicción consiste en que, en principio, para estos autores la culpa
Ahora, así definido el contenido de dicha obligación, es un contrasentido decir consiste en el incumplimiento de la obligación, pero posteriormente afirman que
que la culpa consiste en la inejecución de la prestación y que ella se produce el incumplimiento lo que hace es dar pie para que se presuma la culpa, la cual
cuando el médico, por no haber sido diligente y prudente, en forma culposa no dio puede desvirtuarse si se demuestra diligencia y cuidado, es decir, si se demuestra
al paciente los cuidados prometidos. Ello equivale a decir que la culpa consiste en que por no haber culpa no se incumplió la obligación o que, pese a no haberse
haber actuado culposamente, lo que, desde luego, es absurdo. cumplido la obligación, la culpa no existió. En uno y otro caso se concluye que la
culpa es elemento distinto de la simple inejecución de la obligación.
Se hace necesario, entonces, determinar previamente el contenido de la obli-
12 Pero lo más contradictorio en dichos autores es que olvidan que en la mayo-
gación y se verá que en algunos casos ésta tiene un contenido puramente mate-
ría de los casos, según veremos más adelante, ni la ausencia de culpa, ni siquiera
rial, por lo que la culpa, entonces, no es requisito de la responsabilidad contractual.
En otras situaciones, la obligación involucra no solo un contenido material, sino la causa extraña, exoneran de responsabilidad, lo que demuestra que no siempre la
también un determinado comportamiento por parte del deudor, en cuyo caso la culpa es elemento de la responsabilidad contractual.

331.- d) Finalmente, identificar la culpa contractual con el incumplimiento


de la obligación es no solo confundir el daño con la culpa, sino también convertir
11 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 149; en ese mismo sentido, cas. civ., 5
marzo 1940, "G. J.", t. XLIX, p. 115; cas. civ., 12 septiembre 1985, en Jurispruden-
cia y Doctrina, vol. 14, p. 959.
12 Boris Starck, ob. cit., núm. 2064. 13 Arturo Alessandri Rodríguez. Derecho civil. Teoría de las obligaciones, p. 87.
406 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ¿ES LA CULPA REQUISITO INDISPENSABLE DE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL? 407

la responsabilidad objetiva en responsabilidad culposa. Así, por ejemplo, no ha- de contratar que, por un revés de fortuna irresistible e imprevisible, se ve en im-
bría diferencia alguna entre la norma que expresamente consagre una responsabi- posibilidad de cumplir. En este caso, el deudor sigue obligado a cumplir, pese a
lidad objetiva en caso de incumplimiento del pago de sumas de dinero y aquella quefue diligente y prudente al momento de contratar, y sería un contrasentido
que consagrase que el simple hecho del no pago de la suma de dinero constituye afirmar que hubo culpa de su parte al celebrar el contrato.
una culpa. No tendría sentido, entonces, seguir hablando de responsabilidad obje-
tiva por contraposición a responsabilidad culposa. Esto muestra aún más que no siempre la culpa es requisito indispensable de
la responsabilidad contractual.
SuBSECCióN 11. - Teoría de la por imprevisión
al momento de contratar
contractual
332.- Otra corriente doctrinaria, ligada a la idea de que la responsabilidad
contractual siempre se fundamenta en la culpa, afirma que ésta muchas veces 334.- Expuesta la crítica a las teorías anteriores, podemos entonces afirmar
consiste en que el deudor no fue diligente al obligarse y que, por tanto, su imposibilidad que la culpa contractual consiste en el dolo, la imprudencia, la impericia, la negli-
de cumplir lo pactado es imputable a su culpabilidad por no haber previsto que no gencia o la violación de reglamentos que le impiden al deudor cumplir correcta-
podría cumplir. Tal es el sentido de un fallo de la Corte Suprema de Justicia, del mente su obligación, o, como dicen PLANIOL y RIPERT:
11 de mayo de 1970, que al respecto expresa:
"Hay que entender por culpa un acto sujeto a reproche, en el sentido de que el
"El acreedor cree y confía en el deudor, a cuyo cargo está el ponderar los deudor incurre en una reprobación por un hecho preciso de acción o de comi-
medios de que dispone para cumplir, so pena de incurrir en responsabilidad sión. La cuestión consiste en saber si la culpa así entendida es necesaria para
por imprevisión de que estos medios le fallen o por temeridad en el cálculo que haya responsabilidad contractual" 15 •
de sus propias posibilidades" 14 •
Desde luego, según veremos a continuación, no siempre esa culpa, así defini-
333.- CRÍTICA A ESTA TEORÍA da, es elemento necesario de la responsabilidad contractual.

Al igual que la anterior, esta teoría está basada en un juego de palabras equí-
vocas de quienes, aferrados a la necesidad de la culpa contractual, maquillan con SECCIÓN II.-Responsabilidad ,('llJ!'JtTI'.n,.,·n
este vocablo una serie de situaciones que nada tienen que ver con la culpa. y responsabilidad "''u'ltr.,rtunl

En efecto, es cierto que la ligereza del deudor al contratar puede ser, en algu-
nos casos, una falta que comprometa su responsabilidad. Piénsese, por ejemplo,
335.- Según lo plantean las teorías expuestas en la sección anterior, la culpa
contractual consiste en la inejecución de una obligación preexistente o en no ha-
en el abogado que se compromete a conducir un litigio en un área que desconoce,
ber sido previsivo el deudor al momento de obligarse; definida la culpa contrac-
razón por la cual el proceso lo pierde su cliente, lo que evidentemente genera la
tual, veamos ahora en qué casos la culpa es fundamento de la responsabilidad
responsabilidad civil del abogado deudor.
contractual y en cuáles no lo es. No se trata de hacer una relación detallada de
Pero habrá casos en los que el deudor será responsable aun cuando al mo- cada uno de los contratos, sino simplemente de mostrar algunos eventos que se
mento de obligarse hubiere tomado todas las previsiones humanamente posibles acomodan bien sea en la responsabilidad con culpa, bien sea en la responsabilidad
para cumplir. Tal sería la situación del deudor acaudalado y juicioso al momento objetiva.

14 Cas. cív., 11 mayo 1970, "G. J.", t. cxxxív, p. 125. 15 Marcel Planíol, Georges Rípert, por Esmeín, ob. cit., t. VI, núm. 377.
408 JAVIER TAMAYO JARAMILLO ¿ES LA CULPA REQUISITO INDISPENSABLE DE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL? 409

336.- RESPONSABILIDAD CON CULPA tual. Sin embargo, la doctrina (infra, T. 1, 348) y la jurisprudencia han creado una
sutil diferencia entre ausencia de culpa y causa extraña, lo que ha llevado a la
En lo que se refiere a la responsabilidad contractual basada en la culpa, pode- conclusión práctica de que en las presunciones que solo se desvanecen ante una
mos decir que, unas veces, dicha culpa debe ser demostrada o probada por el caU;sa extraña, la culpa no es fundamento de la responsabilidad. Es un contrasen-
demandante y otras se presume, pero el deudor podrá exonerarse, según veremos tido afirmar que la culpa se presume y que la prueba de la ausencia de culpa no
a continuación. sirve para desvirtuar la presunción. En el fondo, nos parece que es ésta la solución
correcta aunque es preciso advertir que en la legislación colombiana se sigue ha-
La culpa deberá probarse, por ejemplo, cuando se trate de responsabilidad blando de presunción de culpa que solo cede ante la prueba de una causa extraña.
por cumplimiento imperfecto por parte del médico, del abogado o del mandatario. En resumen, podemos afirmar que en algunos casos, el deudor contractual solo se
En consecuencia, si tal culpa no es demostrada, el deudor demandado deberá ser exonera probando una causa extraña, y que para algunos ello conduce a una res-
absuelto 16 . En otros casos, la culpa se presume por la simple existencia del daño, ponsabilidad objetiva, mientras que para otros no se trata más que de una presun-
pero el deudor puede desvirtuar la presunción que pesa en su contra, demostrando ción de culpa 21 .
ausencia de culpa, es decir, que obró con diligencia y cuidado 17 . Es lo que aconte-
ce, por ejemplo, en algunos casos en que el cuerpo cierto que se debe perece,
337.- RESPONSABILIDAD SIN CULPA
como en el contrato de compraventa civil o en el arrendamiento de cosas.
Veamos ahora algunos casos en los que la responsabilidad contractual es
En los dos ejemplos anteriores nos encontramos frente a lo que la doctrina ha
puramente objetiva, puesto que, de toda maneras, el deudor debe responder en
denominado "incumplimiento por obligaciones de medio" 18 (infra, T. 1, 342).
caso de daños producidos por su incumplimiento, aunque no haya existido culpa
de su parte.
Por otra parte, hay una serie de situaciones en que el deudor contractual está
obligado a probar una causa extraña para poderse liberar de la presunción de res-
En primer lugar, encontramos algunas obligaciones contractuales en las que
ponsabilidad que pesa en su contra. Algunos autores y tribunales consideran que
no toda causa extraña libera de responsabilidad al deudor. Es lo que acontece, por
aun en esos casos, la responsabilidad se sigue fundando en la culpa, si bien ésta se
ejemplo, en el transporte aéreo de pasajeros (C. de Co., art. 1880), en el que la
presume. Otros autores como SrARCK 19 y LARROUMET 20 , por el contrario, conside-
fuerza mayor no libera de responsabilidad al deudor, mientras que el hecho exclu-
ran que cada que el deudor tenga que probar una causa extraña para exonerarse de
sivo de terceros o la culpa exclusiva de la víctima sí tienen poder liberatorio. Así
responsabilidad, ésta necesariamente es objetiva, pues la prueba de la ausencia de
las cosas, si un huracán o un rayo causan la destrucción de la aeronave, no habrá
culpa no es suficiente para liberar al deudor.
exoneración del transportador por más que demuestre no solo que no cometió
culpa, sino también que el hecho causante del daño constituye para él una fuerza
En nuestro concepto, en teoría, la ausencia de culpa y la causa extraña se
mayor, es decir, un hecho irresistible e inevitable.
identifican, lo que permitiría aceptar la doctrina según la cual ante la exigencia de
la causa extraña, también la culpa es fundamento de la responsabilidad contrae-
Obsérvese que cuando al deudor se le permite demostrar cualquier causa ex-
traña y ésta se establece realmente, la exoneración se produce porque se sabe que
el daño no solo no fue causado por el deudor, sino que no hubo culpa de éste. En
16 En ese sentido, cas. civ., 5 marzo 1940, "G. J.", t. XLIX, p. 115; cas. civ., 12
septiembre 1985, en Jurisprudencia y Doctrina, vol. 14, p. 968.
17 En ese sentido, cas. civ., 11 febrero 1951, "G. J.", t. LXIX, p. 29; cas. civ., 30
noviembre 1935, "G. J.", t. XLIII, pp. 175 y ss. 21 La jurisprudencia colombiana también acepta que en las obligaciones de resultado
que exigen la prueba de la causa como causal de exoneración, la responsabilidad
18 Ver Marty et Raynaud, ob. cit., núm. 468; Christian Larroumet, ob. cit., núm. 606; se fundamenta en la culpa. En ese sentido, véanse los siguientes fallos: cas. civ.,
René Savatier, ob. cit., t. 1, núm. 113. 5 noviembre 1935, "G. J.", t. XLIII, p. 403; cas. civ., 31 mayo 1938, "G. J.", t. XLVI,
19 Boris Starck, ob. cit., núm. 2069. p. 566. En cuanto a la doctrina colombiana que acepta este mismo criterio, véase
20 Christian Larroumet, ob. cit., núm. 605. Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 149; Ricardo Uribe Holguín, ob. cit., p. 100.
41 Ü JAVIER TAMAYO JARAMILLO ¿ES LA CULPA REQUISITO INDISPENSABLE DE LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL? 411

cambio, en las hipótesis que estamos contemplando hay responsabilidad del deu- 338.- CONCLUSIÓN
dor aunque él no sea la causa del incumplimiento; por tanto, aunque pruebe que la
causa derivó de un fenómeno ajeno a su dominio, de todas maneras su responsabi- Después de los análisis anteriores podemos afirmar que en algunos casos,
lidad subsiste. En resumen, cuando alguna de las formas de causa extraña no libe- mas no en todos, la culpa es fundamento necesario de la responsabilidad contrac-
ra, como en los ejemplos planteados, la responsabilidad es puramente objetiva y, tual; que esa culpa jamás puede definirse como el simple incumplimiento de la
por tanto, la culpa no es fundamento de la responsabilidad contractual del deudor. obligación preexistente, pues dicho incumplimiento solo se produce a veces, por
culpa del deudor, mientras que en otros casos el incumplimiento obedece a causas
De otro lado, y es la hipótesis más frecuente, en las obligaciones de género y distintas de la culpa del deudor; que la culpa contractual consiste en la impruden-
en general en todos aquellos casos de incumplimiento puro y simple de obligacio- cia, impericia, negligencia o la violación de reglamentos con que el deudor actuó
nes cuyo cumplimiento sigue siendo posible, al deudor no lo libera ni siquiera la y que lo condujeron a incumplir, demorar o cumplir imperfectamente el contrato
causa extraña, cualquiera que ella sea (infra, T. I, 343). Así, por ejemplo, el deu- y, finalmente, que en los casos de responsabilidad con culpa, unas veces dicha
dor de una suma de dinero no se libera de su obligación por más que le haya sido culpa debe probarla el acreedor, mientras que en otros la culpa se presume, pu-
imposible cumplirla22 • A lo sumo podrá exonerarse de la indemnización debida diendo desvirtuarse con la prueba de diligencia y cuidado.
por la mora, si prueba una fuerza mayor, según lo prescribe el artículo 1616 del
Código Civil. Pero la obligación principal subsiste y el acreedor podrá cobrar lo
debido, sin que el deudor tenga exoneración posible.

Igual solución se da en los casos de evicción o falta de eficiencia de la cosa


vendida, según los artículos 932 y 940 del Código de Comercio, pues, de todas
formas, el vendedor debe responder por los daños sufridos por el comprador en
razón de la evicción o la falta de eficiencia de la cosa, así no haya existido culpa
del deudor (infra, T. I, 342).

En estos casos de responsabilidad contractual sin culpa, nos encontramos


también frente a las denominadas obligaciones de resultado, sobre las que volve-
remos más adelante (infra, T. I, 343).

Finalmente, los tratadistas PLANIOL y RIPERT 23 consideran, acertadamente en


nuestro concepto, que cuando la inejecución del contrato se debe a culpa de un
dependiente del deudor, éste responde aunque no haya cometido culpa alguna,
pues ni siquiera se le permite demostrar que una causa extraña le impidió evitar el
comportamiento culposo de su dependiente. En nuestra opinión, cuando el artícu-
lo 1738 del Código Civil sostiene que en el hecho o culpa del deudor se entiende
el hecho o culpa del dependiente, está justamente confirmando que la culpa del
dependiente es suficiente para que haya responsabilidad del deudor sin necesidad
de buscar una culpa de éste último.

22 Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., núm. 289.
23 Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., núm. 390 bis.
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 413

La obligación de vigilar la conservación de la cosa, sea que la con-


vención solo tenga por objeto la utilidad para una de las partes, sea
CAPÍTULO I1 que tenga por objeto su utilidad común, somete a quien está encar-
gado de ella, a brindarle todos los cuidados de un buen padre de
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN
familia.
DE LA CULPA CONTRACTUAL
Esta obligación es más o menos extensa en relación con ciertos con-
339.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y PLAN tratos, cuyos efectos, a este respecto, son explicados en los títulos
que les conciernen.
Una vez establecido que en algunos casos la culpa es fundamento necesario
Como se ve, esta disposición condena expresamente la clasificación tripar-
de la responsabilidad contractual, mientras que en otros dicha responsabilidad es
tita de la culpa fundamentada en la utilidad que el contrato le reporta a las partes.
puramente objetiva, nos corresponde analizar cómo funciona la carga de la prueba
de la culpa en materia contractual y si dicha culpa admite y exige cierta gradua- Fuera de lo anterior, la norma es clara en el sentido de que la responsabilidad
ción. Adicionalmente, será preciso establecer cómo se exonera de responsabilidad por la pérdida de la cosa que se debe está impregnada del principio de culpabili-
el deudor cuando su culpa es presunta o cuando la responsabilidad que pesa en su dad que ronda por todo el Código Civil francés. Si ello es así, el acreedor tendría
contra es puramente objetiva. que demostrar la culpa del deudor o, cuando más, éste, presunto culpable, podría
demostrar ausencia de culpa, por haber actuado con la debida diligencia y cuida-
La doctrina y la jurisprudencia francesas han sido maestras universales en do. Sin embargo, el artículo 1147 del mismo Código sienta un principio general
esta materia, al plantear la distinción entre obligaciones de medio y obligaciones de exoneración y responsabilidad en caso de incumplimiento contractual que bo-
de resultado (secc. I). El derecho colombiano no ha sido ajeno a esta influencia, rra totalmente lo dispuesto por el artículo 1137 ya analizado. En efecto, el artículo
pero el artículo 1604 del Código Civil, que consagra la graduación tripartita de la 1147 del Código napoleónico establece:
culpa, parece ser un gran obstáculo para la adopción de la teoría (secc. Il). Una
vez definamos si en Colombia la distinción entre obligaciones de medio y de El deudor será condenado, si hay lugar a ello, al pago de daños y
resultado es válida, fijaremos entonces sus alcances y criterios para conocer, en perjuicios, sea en razón de la inejecución de la obligación, sea en
cada caso, la naturaleza de la obligación (secc. III). Finalmente, una última sec- razón del retardo en la ejecución, cada vez que no justifique que la
ción será dedicada al análisis de las críticas que a la primera edición de este traba- inejecución proviene de una causa extraña que no puede serle impu-
jo nos formuló el doctrinante doctor JoRGE SuEscúN MELO (secc. IV). tada, aunque no haya mala fe de su parte.

La contradicción es palmaria: si se aplica el artículo 113 7, entonces la vícti-


SECCIÓN l. -Las obligaciones de y de resultado ma tiene que probar la culpa del deudor y si, como ha quedado dicho, ésta se
en el francés presume, al deudor le basta demostrar diligencia y cuidado, es decir, ausencia de
culpa. En cambio, si se aplica el artículo 1147, entonces el acreedor no tendrá que
340.- TEXTOS LEGALES CONTRADICTORIOS probar la culpa del deudor y a éste ni siquiera le es admitido demostrar ausencia
de culpa, pues se le exige una causa extraña, es decir, una fuerza mayor o caso
Existe una capital diferencia entre el derecho francés y el derecho colombia- fortuito, el hecho exclusivo de un tercero o el hecho exclusivo de la víctima.
no en lo relativo a la graduación de las culpas, puesto que tal graduación fue Aunque más adelante (infra, T. I, 348) se verá en detalle, observemos desde ahora
abolida como principio general en el Código napoleónico y en cambio fue consa- que hay diferencias prácticas entre la prueba de la diligencia y cuidado (ausencia
grada como principio general en el artículo 1604 de nuestro Código Civil. de culpa) y la causa extraña, pues mientras que en la primera basta demostrar que
se fue diligente pese a la ocurrencia del daño, en la segunda tal prueba de diligen-
En efecto, veamos el texto del artículo 1137 del Código Civil francés en cia no es suficiente, ya que se exige establecer que el daño fue causado por un
relación con la obligación de conservación de la cosa que se debe: evento distinto del comportamiento del deudor.
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 415
414 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

Esa dualidad de normas excluyentes entre sí en el Código Civil francés mo- nido de la obligación de medios no es exactamente un hecho; es el esfuerzo
tivó grandes debates doctrinales y una profunda inseguridad en la jusrisprudencia del hombre, un esfuerzo constante, perseverante, tendente a la adopción de
durante más de un siglo, pues no se sabía, en últimas, a quién correspondía la una actitud frente a sus propias cualidades para aproximarse a una finalidad
carga de la prueba de la culpa contractual. deseada. Si el deudor no se compromete a alcanzar una meta deseada, se
compete por lo menos a tratar de alcanzarla. Si un evento de fuerza mayor
impide al deudor alcanzar la finalidad prevista, habrá ejecutado su obliga-
SOLUCIÓN DOCTRINAL Y JURISPRUDENCIAL ción, puesto que por hipótesis su obligación es un comportamiento" •
4

Frente al dilema suscitado por los artículos 1137 y 1147 del Código Civil Con base en este criterio, acogido por la doctrina, puede decirse que el deudor
francés surgió una solución providencial, mayoritariamente aceptada por la doc- cumple su obligación aunque el acreedor no obtenga la finalidad exacta y precisa
trina y la jurisprudencia francesas 1 y que se ha expandido universalmente 2, al que buscaba al contratar, a condición de que el comportamiento del deudor al
punto que legislaciones, comentaristas y tribunales de otros países la han acogido. cumplir su obligación sea prudente y diligente; así, el abogado no se obliga a
Tal solución fue propuesta por el jurista francés RENÉ DEMOGUE 3 en 1925, y con- ganar el pleito, ni el médico a curar al paciente, ni el mandatario a obtener el re-
siste en distinguir entre obligaciones de medio y obligaciones de resultado. Dis- sultado exacto que buscaba el mandante. Por el contrario, estas personas solo se
tinción que si bien no está expresamente consagrada en el Código napoleónico obligan a poner sus conocimientos al servicio del objetivo buscado por el acreedor,
puede deducirse fácilmente de la naturaleza misma de cualquier obligación. Por independientemente de que ello se logre o no. Desde luego, en principio, en estos
tanto, necesariamente, toda obligación pertenece a uno y otro rango, dentro de los casos, aunque la obligación es de medios, nada impide que en circunstancias espe-
matices que veremos después. ciales las partes puedan contraer también obligaciones de resultado (infra, T.
I, 441).
l. ÜBLIGACIONES DE MEDIO
Pero es preciso, desde ahora, evitar una reiterada confusión en los conceptos:
en efecto, aun en las obligaciones de medio existe un mínimo resultado, cual es el
Los siguientes párrafos de PHILIPPE LE TouRNEAU nos ilustran fehacientemente
de realizar la conducta con la cual el deudor pretende lograr el beneficio mediato
sobre la doctrina que distingue entre estos dos tipos de obligación. Al referirse a
buscado por el acreedor. El abogado se obliga a presentar la demanda y a repre-
las obligaciones de medio, LE TouRNEAU expresa:
sentar judicialmente a su cliente, no a tratar de hacerlo; el médico se obliga a
"En ciertos contratos el deudor solo se obliga a poner al servicio del acreedor tratar al paciente; el mandatario se obliga a realizar la gestión. Si el abogado no
los medios de los cuales dispone; de hacer toda diligencia para ejecutar el actúa, si el médico no trata al paciente o si el mandatario no ejecuta la misión
contrato. Se le llama a veces obligación de prudencia y diligencia. El conte- encargada, pues serán responsables por incumplimiento puro y simple, sin necesi-
dad de establecer culpa alguna de su parte, según veremos más adelante ( infra, T.
I, 410).

Aceptan la distinción, entre otros, los siguientes autores: René Savatier, ob. cit., Por tanto, la filosofía de la obligación de medio solo es aplicable cuando el
núm. 113; Jean Carbonnier, ob. cit., vol. IV, núm. 71; Christian Larroumet, ob. cit., deudor cumplió materialmente la gestión o la prestación a que se habría obligado,
núm. 606; Boris Starck, ob. cit., núms. 2062 y ss.; Marty et Raynaud, ob. cit., t. 1,
vol.~· núm. 468.; Viney ~ene~ieve, Jacques Ghestin, t. IV, núms. 521 y ss.; FranQois
aunque, pese a ello, no haya alcanzado el objetivo mediato buscado por el acree-
Terre, Alex We1ll, ob. c1t., num. 396; Flour, Jacques, Jean-Luc, Aubert, ob. cit., t. dor al contratar.
11, núms. 43 y ss.; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., núms. 102-3 y ss.
2 En el derecho argentino, véase a Atilio Aníbal Alterini, López Cabana, Roberto M., Pero en este punto del incumplimiento puro y simple debernos cuidarnos
Cuestiones modernas de responsabilidad civil, Buenos Aires, Edit. La Ley, 1988, para no caer en un sofisma alegado por algunos contradictores de esta solución
p. 39; Carlos Ghersi, Responsabilidad por prestación medicoasistencial, Buenos
Aires, Edit. Hammurabi, 1987, pp. 15 y ss.
3 René Demogue, Traité des obligations en général, t. V, Paris, Armand Colin, 1980,
núm. 1237, citado por Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI,
núm. 378. 4 Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1086.
416 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 417

que proponemos. En efecto, es posible que un médico, deudor contractual, des- un cajón y se desentiende del encargo y en razón de ello se produce un daño para
pués de celebrado el contrato no haya realizado materialmente ninguna actuación el comitente, habrá un incumplimiento puro y simple por no haber realizado el
y que durante esa inactividad el paciente sufra un daño en su salud, sin que por resultado mínimo que de él se esperaba. En cambio, si el corredor a quien se le da
ello, deba en todos los casos demostrar una causa extraña, ni pueda hablarse de libertad de acción para cumplir el encargo según su leal saber y entender, conoce-
incumplimiento puro y simple. dor de su oficio se toma un tiempo prudente para estudiar el mercado e inclusive
para esperar una oportunidad mejor para vender las acciones, está cumpliendo el
En efecto, puede suceder que una vez celebrado el contrato médico, el médi- resultado mínimo que de él se podía esperar, así el objeto principal del contrato
co considere que científicamente sea necesario practicarle al paciente una inter- que era el de vender las acciones, no se haya cumplido. Y si por los vaivenes de la
vención quirúrgica, pero que por razones de seguridad del mismo enfermo, sea oferta y la demanda, las acciones que están en su poder para la venta se desploman
indispensable postergar la operación hasta que se estabilice su presión arterial por en la bolsa, entonces lo que es necesario averiguar es si la espera era razonable y
ejemplo. Es obvio que físicamente el médico nada ha hecho y al parecer no existe prudente dentro de lo que habitualmente haría un corredor prudente y diligente.
el resultado mínimo que tanto hemos defendido, lo que daría lugar a un incumpli- Ahora, si el comitente le da la orden al corredor de que venda las acciones el
miento puro y simple. Sin embargo eso sería un mal razonamiento, pues el médico mismo día de la entrega, sin importar el precio de venta, y el corredor no lo hace
sí ha cumplido un resultado mínimo que es de un lado, el de examinar al paciente a tiempo, entonces habrá el incumplimiento puro y simple por la no realización
y diagnosticar que la intervención quirúrgica no se haga de inmediato porque del resultado mínimo. Pero si vendidas las acciones de acuerdo con lo ordenado,
estaría en peligro la vida del paciente, y del otro el de estar pendiente de su evo- el precio obtenido es perjudicial para el comitente, el corredor solo responde en
lución. El hecho de no haber realizado todavía la operación no significa un incum- caso de que el comitente le reclame debido a la pérdida por el bajo precio de la
plimiento puro y simple ni la no realización de un resultado mínimo, pues justa- venta, si se prueba una culpa de su parte en la operación.
mente por cuidar la vida del paciente decidió esperar su estabilización antes de
operar. Esa actuación omisiva, beneficiosa para el paciente, es el resultado míni- En consecuencia, el resultado mínimo que proponemos como criterio previo
mo que siempre hemos defendido en todo tipo de obligaciones. Siendo así las de la clasificación de la obligación, debe obtenerse dentro del plazo pactado o
cosas, si el paciente o sus familiares demandan al médico, sería por un cumpli- dentro del plazo que la prudencia y la experiencia exigen. En este último caso, el
miento imperfecto del tratamiento, razón por la cual tendrán que probar la culpa resultado mínimo se está ejecutando con la actitud pasiva pero prudente del deu-
de este, demostrando por ejemplo, que la espera no era necesaria y que por el dor, quien espera el mejor momento para entrar en acción.
contrario, al paciente había que operarlo de inmediato. Su obligación pues en ese
caso sigue siendo de medios, debido a una ejecución imperfecta del contrato mé- Es, pues, en el incumplimiento imperfecto donde cabe la distinción. Casi que
dico. Eso significa que el incumplimiento puro y simple solo se produce cuando el podríamos decir que en la responsabilidad por incumplimiento puro y simple o
deudor no ejecuta el resultado mínimo dentro del plazo pactado o razonable según por mora, todas las obligaciones son de resultado, salvo en algunos casos de pér-
sea la naturaleza de la obligación. dida de la cosa que se debe (infra, T. I, 413). Cabría decir, entonces, que las
obligaciones de medio son de contenido mínimo (realizar una conducta), mientras
En cambio, si el médico, sabedor de que el paciente está en peligro de muerte que las de resultado serían de contenido máximo (obtención del resultado busca-
si no se le opera de inmediato, prefiere irse de vacaciones pese a la existencia del do por el acreedor).
contrato, es evidente que no realizó el resultado mínimo que era el de operar a la
hora y día convenidos, y en consecuencia si por su inactividad el paciente fallece, Hecha la aclaración anterior, digamos que en las obligaciones de medio, en el
su responsabilidad será objetiva debido a un incumplimiento puro y simple, y solo derecho francés, las más de las veces, el demandante debe probar la culpa del
lo exonerará una causa extraña, pues no realizó el resultado mínimo que de él se deudor, tal y conforme ocurre en la responsabilidad de los médicos, de los aboga-
esperaba en el momento indicado. dos y de los mandatarios 5 . No obstante, hay otros casos, como en la responsabili-

Lo mismo puede afirmarse del corredor de inversiones a quien se le entregan


unas acciones para la venta, con la idea del comitente, de que el corredor actúe de
la manera más prudente posible. Es claro que si el corredor guarda el dinero entre 5 Jean Carbonnier, ob. cit., vol. IV, núm. 71.
418 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 419

dad del transportador aéreo internacional, en los que la culpa se presume pero al medicamento o vacuna elaborados conforme a la tecnología existente al momento
deudor se le permite demostrar diligencia y cuidado, es decir, ausencia de culpa. de la entrega del producto al adquirentes, pero no se obliga a que el medicamento
Estamos de acuerdo con quienes consideran que en estos últimos casos también se cure al paciente o que la vacuna inmunice a la persona o al animal que la recibe,
configura una obligación de medio 6. pues, normalmente, el productor no puede garantizar la obtención de ese resulta-
do. Podría decirse que en tales casos la obligación es de resultado en cuanto a la
Más adelante, en la sección IV (infra, T. I, 443 y ss.), estudiaremos los crite- entrega de un producto correctamente elaborado, pero es de medio en cuanto al
rios que nos permitirán saber cuándo la obligación es de medio y cuándo lo es de beneficio último buscado por el comprador. Todo se reduce, pues, a averiguar
resultado. cuáles de los objetivos buscados por el acreedor se obliga a obtener el deudor. Ya
vimos que el médico se obliga a tratar al paciente. Si lo trata diligentemente,
343.- 2. ÜBLIGACIONES DE RESULTADO habrá cumplido su obligación de contenido mínimo, pues no se habrá comprome-
tido a curar al paciente. Si a ello se hubiera obligado, la obligación sería de resul-
Veamos ahora cuál es el planteamiento teórico para explicar las obligaciones tado. De ahí en adelante, los objetivos pretendidos por el acreedor no están dentro
de resultado como contraposición a las obligaciones de medio. Al referirse a las del objeto de sus obligaciones, al menos en el desarrollo normal de los contratos.
obligaciones de resultado, el mismo PHILIPPE LE TouRNEAU expresa: Desde luego, según veremos (infra, T. I, 441), el deudor libremente puede obli-
garse, mientras la ley no lo prohíba expresamente, a obtener en mayor o menor
"En algunos contratos el deudor se compromete a procurar al acreedor un medida los objetivos buscados por el acreedor.
resultado determinado y preciso. La obligación de resultado a veces es denomi-
nada, obligación determinada. El deudor de una obligación de resultado es A lo anterior agreguemos que el simple hecho de que no se obtenga el resul-
condenado a indemnizar, si el hecho prometido no se produce. El contenido tado que buscaba el acreedor, y al cual se habrá obligado el deudor, genera en
de la obligación parece ser el resultado mismo. Una carga de esta naturaleza principio la responsabilidad de éste último. Si la cosa transportada se pierde o se
supone evidentemente, que el deudor pone en movimiento todos los medios destruye, el transportador es en principio responsable, sin necesidad de indagar
para obtener el resultado, pero estos por sí solos no se toman en considera- cuál fue su comportamiento. Lo mismo sucede en materia de compraventa mer-
ción"7.
cantil con el vendedor en caso de pérdida o mala calidad de la cosa que se debe. Y
no le basta al deudor demostrar ausencia de culpa ni, mucho menos, debe el acree-
Con base en esta obligación, el deudor se compromete para con el acreedor a
obtener la finalidad que éste buscaba. Pero ha de entenderse que esa finalidad dor probar la culpa del deudor.
buscada es más o menos relativa. En efecto, en el transporte terrestre de mercan-
cías, el transportador se obliga a que la cosa transportada llegue sana y salva al Por otra parte, algunos autores y tribunales sostienen dos afirmaciones que
lugar convenido, que es precisamente el resultado buscado por el acreedor. Pero si no son del todo exactas. De un lado, se dice que, en las obligaciones de resultado
el acreedor pensaba destinar la cosa transportada a una actividad que le iría a siempre se presume 8 la culpa, y del otro, que en las obligaciones de resultado
reportar una utilidad adicional, no podemos afirmar que el transportador se obli- siempre libera la causa extraña9 •
gaba a que el acreedor obtuviera esa utilidad última. No hay que extremar las
cosas: el transportador no solo se obliga a llevar la cosa (en cuyo caso solo habría En cuanto a la primera, digamos que es cierto que en aquellos casos en los
obligación de medio), sino que se obliga a llevarla sana y salva (obligación de que el deudor contractual, presunto responsable, se exonera mediante la prueba de
resultado). A nada más se obliga el deudor, por más que otras sean las intenciones
del acreedor. En igual sentido podemos afirmar que el fabricante de un producto
farmacéutico tiene una obligación de resultado consistente en la entrega de un 8 En ese sentido, cas. civ., 31 mayo 31/1938, "G. J.", t. XLVI, p. 573; cas. civ., 5 nov.
5/35, "G. J.", t. XLIII, p. 403; cas. civ., nov. 30/35, "G. J.", t. X,LIII, p. 179. En
doctrina, véase a Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., núms; 103-3; Alvaro Pérez Vi-
ves, ob. cit., t. 11, núm. 149.
6 Christian Larroumet, ob. cit., núm. 620; Boris Starck, ob. cit., núm. 2075. 9 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., núms. 103-3; Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11,
7 Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1088. núm. 149; Jean Carbonnier, ob. cit., vol. IV, núm. 71.
420 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 421

diligencia y cuidado, existe una presunción de culpa contra él (supra, T. I, 342). SEccióN II. -Las obligaciones de medio y de resultado
En cambio, como ya dijimos, en algunos casos la responsabilidad contractual es en el derecho colombiano
puramente objetiva y no es entonces lógico decir que en todas las obligaciones de
resultado se presume la culpa del deudor 10 • 345.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y DIVISIÓN

Ahora, en relación con la forma de exoneración del deudor de una obligación El derecho colombiano no ha sido ajeno a la influencia que la teoría francesa
de resultado, no es del todo cierto que el demandado se exonere siempre que sobre la distinción entre obligaciones de medio y de resultado ha ejercido en todo
pruebe una causa extraña, pues a veces ni siquiera ello es suficiente. el derecho comparado. Según veremos un poco más adelante, en el curso de varias
décadas, la jurisprudencia nacional, en forma pacífica y reiterada ha aceptado la
En efecto, hay casos, como el del transporte aéreo de pasajeros en Colom- distinción (infra, T. I, 408). La doctrina nacional, por el contrario, ha estado divi-
bia, en que la fuerza mayor no exonera de responsabilidad al deudor contrac- dida al respecto (infra, T. I, 404 y ss.). Sin embargo, para poder afirmar o negar
tual. Incluso habrá eventos, como en las obligaciones de género, en la evicción o que la distinción es de aplicación en nuestro derecho, es preciso observar que el
en los vicios redhibitorios, en los que ni siquiera la causa extraña, cualquiera artículo 1604 de nuestro Código Civil, que consagra la clasificación tripartita de
que ella sea, libera de responsabilidad al deudor incumplido 11 • Ello prueba enton- la culpa, agrega ciertos ingredientes con los cuales no cuenta el derecho francés y
ces que no siempre podemos caracterizar la obligación de resultado diciendo que que nos impiden dar una solución simplista como hasta ahora la han dado la doc-
el deudor se exonera demostrando la causa extraña. Unas veces ello es posible, trina y la justicia nacionales. Solo en la medida en que interpretemos sistemáticamente
pero otras no. Con base en lo anterior, STARCK distingue entre obligaciones de el artículo 1604, podremos definir si la distinción es válida o no en nuestro orde-
resultado ordinarias (permiten la exoneración mediante causa extraña) y obliga- namiento jurídico.
ciones de resultado absolutas 12 (ni siquiera la causa extraña exonera de responsa-
Lamentablemente, cada vez que la doctrina y la jurisprudencia se han ocupa-
bilidad). A estas últimas las denomina LARROUMET obligaciones de resultado re-
do del tema han omitido hacer claridad sobre una serie de principios o premisas
forzadas13.
generales sin los cuales no es posible abordar frontalmente el problema. Por tanto,
tratamos en primer lugar de sentar esas premisas generales (subsecc. I), para pos-
344.- LAS PARTES PUEDEN CAMBIAR CONTRACTUALMENTE LA NATURALEZA DE LA teriormente analizar si la clasificación tripartita de la culpa, consagrada en el ar-
OBLIGACIÓN tículo 1604 del Código Civil, es realmente un principio general aplicable y aplica-
do en responsabilidad contractual y, como consecuencia de ello, si la distinción
En algunos casos, como en el contrato de transporte terrestre en Colombia entre obligaciones de medio y de resultado es también de recibo en el derecho
(C. de Co., art. 992), la ley prohíbe que las partes conviertan una obligación de colombiano (subsecc. II). Luego estudiaremos si es posible, o no, que la clasifica-
resultado en una de medio. Pero mientras dicha prohibición no exista, el deudor ción tripartita de la culpa y la distinción entre obligaciones de medio y de resulta-
puede perfectamente comprometerse a obtener el resultado buscado por el acree- do sean aplicadas en las diversas formas de incumplimiento contractual, cuales
dor, aunque en principio su obligación sea de medio. Desde luego, también el deu- son el incumplimiento puro y simple, el incumplimiento por mora y el cumpli-
dor puede convertir su obligación de medio en de resultado, en la medida que la ley miento imperfecto (subsecc. III).
no se lo prohíba. Sobre ello volveremos, en detalle, más adelante (infra, T. I, 441).
SuBSECCióN I. - Premisas generales

10 En ese sentido, Boris Starck, ob. cit., núm. 2069; Larroumet, Christian, ob. cit., 346.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
núm. 605.
11 Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., núm. 389; Boris, Starck, ob. Según ya dijimos, los tribunales y los autores colombianos que tangencial-
cit., núms. 2066 y 1747; Christian Larroumet, ob. cit., núm. 614. mente han abordado el problema de la clasificación tripartita de la culpa y de la
12 Boris Starck, ob. cit., núm. 1747. distinción entre obligaciones de medio y de resultado han llegado a resultados
13 Christian Larroumet, ob. cit., núm. 614. completamente diferentes, puesto que entre ellos muchas veces no existe una su-
422 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 423

ficiente claridad conceptual sobre algunos principios específicos que regulan la fragio, etc. Pero resulta que esa especial característica de fuerza mayor o caso
teoría general de las obligaciones, cuales son, por ejemplo, el concepto de culpa, fortuito que tienen los eventos de la naturaleza no la da la fuerza, ni la espectacu-
la diferencia entre ausencia de culpa y fuerza mayor, la diferencia entre contrato y laridad o subitaneidad con que se produzcan, sino su irresistibilidad y la exterio-
obligación, etc. Creemos, por tanto, que antes de fijar nuestra posición sobre si la ridad para el agente causante del daño, que en la responsabilidad contractual es el
distinción entre obligaciones de medio y de resultado y la clasificación tripartita deudor. Por tanto, cualquier evento por insignificante que sea puede ser causa
de la culpa son válidas en nuestro derecho, debemos sentar las premisas concep- extraña, a condición de que reúna las características que para tal efecto contempla
tuales que sirvan de fundamento sólido a nuestra argumentación. Tales premisas el legislador.
se presentan a continuación.
En la confusión sobre la compatibilidad entre fuerza mayor o caso fortuito
(causa extraña) y la culpa del deudor también incurrió don ANDRÉS BELLO, pues a
347.- LA FUERZA MAYOR O CASO FORTUITO Y EN GENERAL LA CAUSA EXTRAÑA
través del Código encontramos múltiples ejemplos en los cuales se refiere a fuer-
SON INCOMPATIBLES CON LA CULPA DEL DEUDOR, CUALQUIERA QUE ELLA SEA
za mayor o caso fortuito imputables a culpa del deudor, siendo que, según vimos,
Presupuesto fundamental en el análisis que ahora emprendemos es el hecho ambos conceptos son excluyentes. También es de anotar que el artículo 64 del
de que la fuerza mayor o caso fortuito y, en general, la causa extraña, son total y Código Civil, no obstante ser acertado en la definición de fuerza mayor o caso
absolutamente incompatibles con la culpa del deudor, así ésta sea grave, leve o fortuito, se equivoca al plantear unos ejemplos que en determinados momentos
levísima 14 . En ese sentido se han pronunciado inclusive nuestros autores 15 y tribu- pueden no ser constitutivos de fuerza mayor o caso fortuito. Así, por ejemplo, si
nales16. Desde el momento en que haya culpa, por levísima que sea, el hecho deja el capitán de un barco, a sabiendas de una tempestad o de un huracán, emprende
de ser imprevisible o irresistible y, en consecuencia, no reúne todas las caracterís- una travesía marítima y a consecuencia de las furias desatadas de la naturaleza el
ticas de la fuerza mayor o caso fortuito que exige el artículo 64 del Código Civil. barco se hunde, pues ni el naufragio ni el huracán pueden ser alegados como
Así las cosas, es contradictorio decir, por ejemplo, que hay una fuerza mayor o fuerza mayor o caso fortuito, puesto que los daños son imputables a culpa del
caso fortuito imputable a culpa del deudor. deudor o de su dependiente, que, sin tomar las medidas del caso, se arriesgaron a
desafiar las fuerzas superiores de tales fenómenos físicos 19 .
De allí que, como lo han dicho la doctrina 17 y la jurisprudencia 18 , ningún
No obstante, desde el punto de vista de la lógica jurídica, el señor BELLO
evento por sí solo es constitutivo de fuerza mayor o caso fortuito. En este aspecto
barruntó su contradicción y, a pesar de la confusión en que incurrió, de todas
se equivocaron nuestras dos principales fuentes de derecho durante muchos años,
maneras en varios de los artículos del Código muestra cómo cualquier evento que
cuando al ejemplificar los casos de fuerza mayor o caso fortuito mencionaban una
sea imputable a culpa del deudor compromete su responsabilidad aunque aparen-
serie de fenómenos de la naturaleza, tales como el terremoto, el huracán, el nau-
temente tal circunstancia constituya un caso fortuito, con lo que, pese a la equivo-
cación de términos usados, el insigne maestro consagra el criterio de que culpa y
caso fortuito son incompatibles, en el cual coincidimos. Así, por ejemplo, en el
14 Boris Starck, ob. cit., núm. 546. artículo 1604 del Código Civil vemos cómo en el inciso 2° se dice que el deudor
15 Ricardo Uribe Holguín, ob. cit., ensayo núm. 17, p. 98; Arturo Alessandri Rodríguez, no es responsable del caso fortuito, a menos que éste haya sobrevenido por su
Derecho civil. Teoría de las obligaciones, ob. cit., p. 81.
culpa. Y al legislar sobre el comodato, el artículo 2203 del mismo estatuto dice
16 En un fallo de septiembre 27 de 1945, la Corte expresa:
que el comodatario no es responsable del caso fortuito sino cuando éste ha sobre-
"Para que exista el poder liberatorio por el caso fortuito o la fuerza mayor, se
requiere la coexistencia de una condición negativa externa: la ausencia de falta del
venido por culpa suya, aunque sea levísima.
deudor. En otros términos: cuando existe dolo, negligencia o imprudencia del deu-
dor, la falta neutraliza el obstáculo y el obligado o deudor permanece responsa- Obsérvese, pues, que para don ANDRÉS BELLO, desde el punto de vista de la
ble". ("G. J.", t. LIX, p. 42; cas. civ., abril 10/78, en Extractos de jurisprudencia terminología utilizada, los casos fortuitos pueden ser imputables a culpa del deu-
civil, 1980, p. 29).
17 Guillermo Ospina Fernández, Teoría general de los actos o negocios jurídicos,
Bogotá, Edit. Temis, 1980, núm. 156.
18 Cas. civ., sep. 27/45, "G. J.", t. LIX, p. 42. 19 Guillermo Ospina Fernández, ob. cit., núm. 156.
424 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 425

dor. Pero en el fondo, y esto es lo importante, para nuestro codificador, cada vez
fuerza mayor no sobrevino por su culpa? Es claro que si solo hay fuerza mayor
que ese "caso fortuito" sea imputable a culpa del deudor, éste no se exonera de su
cuando el hecho es imprevisible e irresistible, necesariamente la fuerza mayor
responsabilidad. En sana lógica jurídica, lo que ocurre, pura y simplemente, es
excluye la culpa del deudor y, por tanto, es innecesario recalcar que. el deu~or
que en los casos contemplados por el Código Civil no es que haya fuerza mayor o
debe además demostrar que no hubo culpa de su parte. Fácil es advertir que s1 el
caso fortuito imputable a culpa del deudor, sino que la fuerza mayor o caso fortui-
deudor no puede demostrar su inculpabilidad, lo que sucede pura ~ ~implemente
to no existen, puesto que en ellos hubo culpa, así sea levísima, del deudor y, por
es que se ha quedado a mitad de camino, ~or ~aber demost~ado umcamente un
tanto, no se reúnen las características de exterioridad e irresistibilidad propias de
la institución. hecho físico que le impidió cumplir sus obhgacwnes, pero sm demostrar que no
pudo resistir ni prever los efectos de ese hecho físico, es decir, sin probar la fuerza
Fruto de esa equívoca significación que nuestro Código Civil le da al concep- mayor.
to de caso fortuito es la confusión en que incurren permanentemente nuestras
doctrina y jurisprudencia cuando unas veces sostienen que para que haya caso La confusión seguirá siendo fiel compañera de nuestros autores, tribunales Y
fortuito el evento que se alega como tal debe ser imprevisible e irresistible y, a legisladores mientras persistan en considerar que el hecho físico como t~l es si~ó­
renglón seguido, afirman que se debe demostrar, además, que ese caso fortuito no nimo de caso fortuito y que al deudor le corresponde demostrar que ese Imprevis-
sobrevino por culpa del demandado. Confusión en la que incurría incluso el anti- to acontecer no sobrevino por su culpa. Lo grave es que tanto tribunales como
guo artículo 992 del Código de Comercio cuando al regular la responsabilidad del autores, e incluso legisladores, siguiendo la definición de caso fortuito dada por
transportador establecía que éste solo se exoneraba de su responsabilidad con la Ley 95 de 1890, insisten en adicionar a la prueba del caso fortuit~ la de que no se
prueba ·de la fuerza mayor, siempre y cuando se demostrara, además, que dicha cometió culpa alguna, con lo que en el fondo lo que están sostemendo, en forma
fuerza mayor no sobrevino por su culpa. equívoca, es que el hecho físico escueto es un caso fortuito.

En ese sentido, una sentencia de la Corte Suprema de Justicia, de enero 26 de Exigir que se pruebe un caso fortuito y además diligencia y cu~dado, ~~an­
1982, al referirse justamente a la responsabilidad del transportador, expresa lo do previamente se ha aceptado que el caso fortuito debe ser un hecho Imprevisible
siguiente: e irresistible, es exigir dos veces la ausencia de culpa, lo que a todas luces es
absurdo.
"Se sigue de este planteamiento que para que el transportador pueda exonerarse
de responsabilidad por la pérdida de la cosa transportada, tendrá que probar Para que se vea la grave confusión de nuestra doctrina en relación con _este
la ocurrencia del hecho extraño constitutivo de la fuerza mayor y que tal tema, analicemos lo que al respecto plantea el doctor RICARDO URIBE HoLGUIN:
ocurrencia no se debió a su culpa, negligencia o descuido. Y por fuerza ma-
yor o caso fortuito se entiende, según lo define el artículo 1Ode la Ley 95 de De un lado, este autor expresa:
1890, el imprevisto a que no es posible resistir, como un naufragio, un terre-
moto, el apresamiento de enemigos, los autos de autoridad ejercidos por un "La fuerza mayor o caso fortuito niega y excluye la culpa; de consiguiente,
funcionario público, etc., o sea que para que este tenga lugar, se requiere que son dos cosas que no pueden coexistir, y no pudiendo, la ·una no puede rom-
el hecho sea imprevisible e irresistible" 20 • - "21 .
per vínculo alguno que la otra f orme con e1 dano

La contradicción de este fallo es manifiesta, puesto que acepta que para que y en otro de sus ensayos, al referirse a la responsabilidad del arrendatario por
haya fuerza mayor se requiere que el hecho sea imprevisible e irresistible, es de- el incendio de la cosa arrendada, el citado jurista dice:
cir, que no haya existido culpa del deudor en la ocurrencia del fenómeno. ¿Qué
sentido tiene agregar a continuación que el deudor debe demostrar además que la "Como el arrendatario no responde sino de la culpa leve, si prueba el incen-
dio y que no se produjo por falta de la diligencia y cuidado que los hombres

20 Cas. civ., enero 26/82, "G. J.", t. CLXV, p. 21; en el mismo sentido, cas. civ., oct.
9/80, "G. J.", t. CLXVI, p. 155.
21 Ricardo Uribe Holguín, ob. cit., p. 98.
426 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 427

::::;~~~n~~:;:~'::~~;:,~~s negocios propios, demuestra el caso fortuito y efecto, cuando el hecho es totalmente ajeno a la culpa del deudor, entonces hay
que decir que el hecho es para este imprevisible o irresistible y que, por tanto, es
tradi:;i~~:~~sis conjunto de estos dos párrafos nos permite observar algunas con- constitutivo de causa extraña (fuerza mayor o caso fortuito, hecho exclusivo de
ten;ero o hecho exclusivo de la víctima).

Sin embargo, la doctrina23 , lajurisprudencia24 y, a veces, el legislador (infra,


T. I, 349) han hecho en la práctica una importante distinción entre una figura y la
otra. De este modo, cuando se exige la prueba de una causa extraña, como fuerza
mayor o caso fortuito, se entiende que el deudor no solo debe demostrar que fue
prudente y diligente, es decir que no cometió culpa alguna, sino también que el
daño es imputable a una causa diferente de su propia acción u omisión. Lo que
significa que además de probar que no cometió culpa, debe romper el nexo de
causalidad entre su conducta y el daño, o sea, demostrar que no lo causó, jurídica-
mente hablando.

En cambio, cuando el legislador le permite al deudor demostrar ausencia de


culpa, le está autorizando a liberarse de su responsabilidad con solo probar dili-
gencia y cuidado, es decir, que sin detenerse en la causa del daño, admite que el
deudor demuestre haber observado la prudencia y diligencia exigidas para evitar
el hecho. Por tanto, siempre que el legislador exija la prueba de la debida diligen-
cia y cuidado, lo que le está exigiendo es la demostración de ausencia de culpa. La
argucia lógica que permite en la práctica probatoria hacer la distinción entre au-
sencia de culpa y causa extraña, radica en que en la primera realmente no se le
exige al deudor todo el rigor probatorio de una verdadera ausencia de culpa, rigor
que sí se demanda en el caso de la causa extraña. En efecto, cuando basta probar
ausencia de culpa, el deudor lo que prueba son hechos positivos, es decir diligen-
cia y cuidado, no importa que no demuestre que no causó el daño. Si se exigiera
con todo rigor la prueba de la ausencia de culpa tendría que demostrar tal cantidad
de cosas, que prácticamente le sería imposible superar la presunción. Pero, como
dijimos, el legislador se contenta con exigirle la prueba positiva de la diligencia y
cuidado.

En la responsabilidad civil por el hecho ajeno, contemplada en el artículo


348.- DIFERENCIAS ENTRE LA FUERZA MAYOR O CASO FORTUITO y LA AUSENCIA
DE CULPA 2347 del Código Civil colombiano, por ejemplo, al padre de familia se le permite
desvirtuar la presunción de culpa que pesa en su contra, demostrando buena vigi-
lancia y buena educación de su hijo, sin exigírsele nuevos elementos que eliminen
totalmente la posibilidad de alguna otra culpa de su parte.

22 Ricardo Uribe Holguín, ob. cit., p. 8. 23 Boris Starck, ob. cit., núm. 546.
24 Cas. civ., nov. 30/35, "G. J.", t. XLIII, p. 182.
428 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 429

Pero, en el fondo, la única manera de probar verdaderamente la ausencia de no tiene sentido decir que se le autoriza o exige la prueba del caso fortuito, pues el
c~lpa consiste en demostrar la causa del daño y que esa causa le es completamente que puede lo más puede lo menos. En sana lógica, es de pensar que quien se libera
aJena al deudor, es decir, que es imputable a una causa extraña. Por ello estima-
demostrando diligencia y cuidado, logrará este mismo cometido con mucho ma-
~o~ errónea una doctrina según la cual, cuando se exige ausencia de culpa no es yori éxito cuando establezca el caso fortuito, ya que no solo estará probando con
mdispensable probar la causa del daño, mientras que cuando se exige probar la
ello diligencia y cuidado, sino también que no causó el daño. Y asimismo, cuando
causa del da~o, lo que se requiere es una causa extraña25 • En nuestro concepto, aun
se le exige la prueba de la fuerza mayor o caso fortuito, tampoco tiene sentido
en la ause.n~Ia de culpa, el deudor debe probar la causa del daño y luego establecer
decir que se le exige diligencia y cuidado, pues mientras éstos no existan, esa
que fue diligente y prudente pero que, pese a ello, no pudo impedir el hecho cau-
causa extraña no se ha configurado. Quien prueba la causa extraña, ipso jacto
sante del perjuicio. No puede perderse de vista que el artículo 1730 del Código
estará probando diligencia y cuidado.
Civil presume que la cosa perece por culpa del deudor, luego la única forma de
desvirtuar ese nexo de causalidad presunto es probando, realmente, cuál fue la En conclusión: es contradictorio que al deudor se le exija al mismo tiempo
causa del daño. Así lo acepta la doctrina nacionaF 6. demostrar diligencia y cuidado y la prueba del caso fortuito o de cualquier causa
extraña. Si se le autoriza lo primero, tácitamente se le está autorizando lo segun-
.Como se ve, pues, aquello que lógicamente es idéntico, el legislador lo dife-
do. Si se le autoriza lo segundo, lo primero no es suficiente para liberarlo de
renc~~ en l~ prácti.ca al permitir mostrar la ausencia de culpa mediante la prueba
responsabilidad. Por ello, siempre que en doctrina o jurisprudencia se discute el
de diligencia y cmdado, mientras que al exigir la causa extraña lo que pide es la
prueba de la ruptura del nexo causal. alcance de la responsabilidad de un deudor contractual, nos preguntamos si es
suficiente la ausencia de culpa, es decir, la diligencia y cuidado, o si es necesario
Esa diferencia práctica entre la ausencia de culpa y la causa extraña la encon- una causa extraña (fuerza mayor o caso fortuito, hecho exclusivo de un tercero o
t~amos en algunos textos legales. Así, por ejemplo, en el transporte aéreo interna- hecho de la víctima). Sería un contrasentido lógico del legislador establecer al
cwn~: al transportador ~~ le p~esume culpable, pero éste puede desvirtuar la pre- mismo tiempo las dos figuras para una misma suerte de responsabilidad.
suncwn demostrando diligencia y cuidado, es decir, ausencia de culpa, según se
desprende del artículo 20 del Convenio de Varsovia de 1929 27 . Por el contrario, en 349.- LAS RELACIONES ENTRE AUSENCIA DE CULPA Y CAUSA EXTRAÑA EN LA LEY,
el transporte terrestre interno, el artículo 992 del Código de Comercio le impone LA JURISPRUDENCIA Y LA DOCTRINA COLOMBIANAS
al transportador la obligación de demostrar una causa extraña para liberarse de la
presunción de responsabilidad que pesa en su contra, es decir, no le permite de- En múltiples oportunidades la doctrina y la jurisprudencia colombianas han
mostrar la simple diligencia y cuidado. En materia extracontractual también en- aceptado como válido en nuestro ordenamiento jurídico el principio según el cual
c~ntramo~ ~a diferencia, pues, mientras que en la responsabilidad por el hecho son diferentes la ausencia de culpa y la causa extraña. Así, por ejemplo, en fallo
aJe~~ el CIVIlmente responsable puede probar diligencia y cuidado2s, en la respon- del 15 de mayo de 1946, nuestra Corte Suprema de Justicia, al referirse a la res-
sabilidad por actividades peligrosas del artículo 2356 del Código Civil, se le exi- ponsabilidad del transportador aéreo, antes de la vigencia del actual Código de
ge la prueba de la causa extraña29 • Comercio, expresa lo siguiente:

~!anteadas as~ las diferencias entre las dos figuras, cabe agregar que cuando "Por consiguiente, a la empresa le bastará demostrar que el accidente no fue
el legtslador autonza al deudor a exonerarse demostrando diligencia y cuidado, generado por su culpa; es suficiente así la prueba de la mera ausencia de
culpa que, como la Corte ha explicado varias veces, es diferente de la prueba
de la ocurrencia del caso fortuito, de la fuerza mayor o intervención del agen-
25 Ibídem. te extraño, como únicos medios hábiles en el camino de alcanzar la demos-
26 Ricardo Uribe Holguín, ob. cit., ensayo 1, p. 11. tración de inculpabilidad" 30 •
27 Alain Seriaux, ob. cit., núm. 44.
28 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núms. 176 y ss: Javier Tamayo Jaramillo infra
1288. J J '

29 lnfra, 853 y ss. 30 Cas. civ., mayo 15/46, "G. J.", t. LX, p. 431; en el mismo sentido, véanse las
siguientes casaciones: nov. 30/35, "G. J.", t. XLIII, p. 182; nov. 5/35, "G. J.",
430 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 431

En lo que hace referencia a la ley, fuera de los casos citados en el número borra cualquier reproche a la conducta del deudor. En cambio, en un sistema de
anterior, encontramos otros, en los que se ve claramente que unas veces el legis- graduación de culpas, como el que en nuestro ordenamiento jurídico establece el
lador exige la prueba de la ausencia de culpa, mientras que otras exige la prueba artículo 1604 del Código Civil, la solución no puede ser idéntica. En efecto, de
de alguna circunstancia constitutiva de causa extraña. Así, por ejemplo, en el acuerdo con el citado artículo, hay contratos en los que el deudor, según la utili-
artículo 2005 del Código Civil se dice que el arrendatario debe responder por los dad que le reporte el contrato no responde por la culpa leve o la levísima. Por
daños y pérdidas sobrevenidos a la cosa arrendada, salvo que pruebe que no so- tanto, si en determinadas circunstancias el deudor solo responde de la culpa grave
brevinieron por su culpa. En cambio en otros casos de responsabilidad contractual y en un proceso se logra establecer que el daño se produjo por su culpa leve o
se exige la prueba de la causa extraña. Así, por ejemplo, en el artículo 1616 solo levísima, no podría afirmarse que en tales circunstancias la prueba de esa culpa
se le permite al deudor moroso exonerarse de la responsabilidad que pesa en su leve o levísima constituye a la vez la prueba de un caso fortuito. Si el caso fortuito
contra por el retardo si demuestra que este retardo es imputable a una fuerza ma- es incompatible con la culpa, es un contrasentido sostener que cuando el deudor
yor. Y en la compraventa mercantil, el artículo 928 del Código de Comercio exige que solo responde de la culpa grave demuestra la culpa leve o la levísima, habrá
al vendedor la prueba de la fuerza mayor para poderse liberar de la responsabili- con ello demostrado el caso fortuito. Es esa justamente la contradicción que ya le
dad que pesa en su contra, en caso de que perezca en su poder la cosa vendida. hemos anotado al doctor URIBE HoLGUÍN, cuando al referirse a la responsabilidad
del arrendatario por la pérdida de la cosa arrendada, expresa:
Significa lo anterior que legal, jurisprudencia! y doctrinalmente, nuestro de-
recho distingue entre la ausencia de culpa y la causa extraña. "Como el arrendatario no responde sino de la culpa leve, si prueba el incen-
dio y que no se produjo por falta de la diligencia y cuidado que los hombres
Así las cosas, es indiscutible que en aquellos casos en que nuestra legislación emplean de ordinario en sus negocios propios, demuestra el caso fortuito y
e~ige u~a causa extraña, al deudor no le basta simplemente con demostrar diligen- que no incurrió en culpa" 32 •
cia Y cmdado. Si la doctrina, la jurisprudencia y el legislador no hicieran la distin-
ción entre causa extraña y ausencia de culpa, fácil sería entender que cada vez que En conclusión, de hecho ya nuestro ordenamiento jurídico está distinguiendo
el deudor lograse demostrar diligencia y cuidado, ipso jacto estaría demostrando entre ausencia de culpa y causa extraña, pues la simple prueba de la primera no es
la causa extraña. Tal es el criterio que, en general, defiende el doctor RICARDO suficiente para establecer la segunda. Con mayor razón, cuando ha existido una
URIBE HoLGUÍN, para quien ausencia de culpa y causa son lo mismo 31 • Ese mismo culpa leve o levísima, será imposible afirmar que, aunque el deudor no responda
criterio lo hemos defendido nosotros, pero analizando las dos instituciones desde por esa culpa leve o levísima, por ese solo hecho haya demostrado la causa extra-
un punto de vista meramente lógico y no práctico (supra, T. I, 336). Pero, frente ña o caso fortuito. Causa extraña y ausencia de culpa solo son iguales, teórica y
al hecho indiscutido de que un ordenamiento jurídico determinado acepte la dis- lógicamente hablando, cuando el hecho excluye cualquier clase de culpa, por levísima
tinción, no nos cabe más alternativa que la de seguir los lineamientos generales que ella sea. Existiendo la más ligera de las culpas, ya no podrá hablarse de fuerza
que de dicha distinción sacan la ley, la doctrina y la jurisprudencia. Y si en Co- mayor o caso fortuito desde el punto de vista lógico, y mucho menos desde el
lombia la distinción ha sido institucionalizada, aun legalmente, no nos queda más punto de vista práctico en ordenamientos jurídicos que, como el nuestro, distin-
remedio que aceptarla, con las consecuencias que de ella se derivan. guen entre ausencia de culpa y causa extraña.

Ahora, si en un momento determinado pudiera identificarse la causa extraña


350.- AUSENCIA DE CULPA ES SINÓNIMO DE DILIGENCIA Y CUIDADO
con la ausencia de culpa, tal asimilación solo sería viable en un sistema jurídico
que tuviese un tipo único de culpa, como el que existe en el artículo 1137 del
Por otra parte, según dijimos, cada vez que el legislador manifieste que el
Código Civil francés, puesto que en un sistema semejante la ausencia de culpa
deudor debe establecer que no cometió culpa, lo que le está exigiendo es que
pruebe diligencia y cuidado. En consecuencia, cuando en el Código encontremos

(cont. nota 30) t. XLIII, p. 403; dic. 12/40, "G. J.", t. L, p. 929; mayo 31/38, "G. J.", t. XLVI, p. 566;
abr. 4/52, "G. J.", t. LXXI, p. 715.
31 Ricardo Uribe Holguín, ob. cit., ensayo 17, p. 98. 32 Ricardo Uribe Holguín, ob. cit., ensayo 1, p. 8.
432 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 433

que el deudor, para exonerarse de su responsabilidad debe demostrar la diligencia Lo que hemos venido afirmando es válido también a la luz de nuestro dere-
Ycuidado debidos, lo que se le está ordenando pura y simplemente es que demues- cho civil y comercial. En efecto, si tomamos como ejemplo el contrato de arrenda-
tre que no cometió culpa. No se le exige, según se dijo, demostrar fuerza mayor o miento, vemos cómo el arrendatario tiene obligaciones de contenido diverso. De
caso fortuito, pues la simple ausencia de culpa es suficiente para liberarlo de su un lado, el artículo 997 del Código Civil le impone la obligación de conservación
responsabilidad. de la cosa y en caso de no cumplirla, responderá hasta de la culpa leve; a su turno,
el artículo 1998 le impone la obligación de realizar las reparaciones locativas del
351.- DIFERENCIA ENTRE CONTRATO Y OBLIGACIÓN bien arrendado y el2004le prohíbe ceder el arriendo o subarrendar, a no ser que
se le haya expresamente concedido autorización para hacerlo. Obsérvese que son
De otro lado, podemos afirmar que obligación no es sinónimo de contrato, ya obligaciones diferentes relativas a un mismo contrato y, según puede verse fácil-
que éste puede contener múltiples obligaciones de contenido distinto. Incluso en mente, la carga de la prueba de la culpa, necesariamente funciona distinto en una
la celebración de un mismo acto jurídico pueden existir obligaciones que se tipifican y otra obligación. No obra la misma exoneración en caso de que la cosa perezca en
dentro de diferentes contratos. No es extraño entonces que un mismo contrato poder del arrendatario que cuando éste infringe la prohibición de ceder el contra-
contenga a la vez obligaciones de medio y de resultado, según la naturaleza de las to, o la más simple de todas, cuando no paga el canon convenido.
obligaciones impuestas o pactadas. Esta observación es muy importante para cuando
Tomemos otro ejemplo: el contrato de mandato consiste en una gestión que
hagamos (infra, T. I, 356) la exégesis del artículo 1604 de nuestro Código Civil,
el mandante encomienda al mandatario. Es esta la obligación principal, y según el
que, como ya dijimos, consagra la clasificación tripartita de la culpa en materia
contractual. artículo 2155 del Código Civil, el mandatario responde hasta de la culpa leve en el
cumplimiento del encargo. Pero adicionalmente encontramos que el Código Civil
Al referirse a la distinción entre contrato y obligación, el profesor BoRIS STARCK, en su artículo 2170 le impone al mandatario la prohibición de comprar por sí
comentando varias jurisprudencias sobre el tema, expresa: mismo o por interpuesta persona las cosas que el mandante le ha ordenado vender,
o vender de lo suyo al mandante lo que éste le ha ordenado comprar, a menos que
"Esta decisión muestra bien a las claras la necesidad de distinguir en el inte- fuere con aprobación expresa del mandante. Además, le impone la obligación de
rior de un mismo contrato, la naturaleza del accidente para saber si este se devolver al mandante las cosas producto del encargo.
deriva de la inejecución de una obligación de medio o de una obligación de
referido. Toda solución que contenga afirmaciones radicales, en un sentido 0 En este ejemplo encontramos, entonces, que también existen varias obliga-
en el otro, corre el riesgo de ser desmentida por decisiones que estatuyan ciones en el interior del contrato de mandato, las cuales tienen un grado de dili-
sobre situaci?nes diferentes aunque derivadas del mismo contrato. No hay gencia distinto y, por tanto, la carga de la prueba de la culpa es diferente respecto
que confundu contrato y obligación. Un mismo contrato puede engendrar de cada obligación;
numerosas obligaciones de naturaleza diversa" 33 .
352.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA ACEPTA QUE EN UN MISMO CONTRATO
Y un poco antes, el autor dice lo siguiente: PUEDE HABER OBLIGACIONES DE NATURALEZA DIVERSA

"El estudio de estas decisiones nos muestra ya, y veremos que ocurre lo mis- En diversas oportunidades la jurisprudencia colombiana ha aceptado que en
mo a ~enudo, que no se puede declarar que tal o cual contrato engendra un contrato pueden existir obligaciones de naturaleza diversa, de donde podría
exclusivamente bien obligaciones de resultado, o bien obligaciones de me- deducirse con facilidad que no todas las obligaciones de un mismo contrato pue-
dio. El mismo contrato puede, tal el contrato médico, comportar a la vez den, a priori, someterse a un mismo régimen probatorio de la culpa, como lo
obligaciones de medio y obligaciones de resultado, según las circunstancias"3< pretende el artículo 1604 del Código Civil, artículo que analizaremos un poco
más adelante.

Así, por ejemplo, en Sentencia de mayo 31 de 1938, la Corte Suprema de


33 Boris Starck, ob. cit., núm. 1809. Justicia, al decidir un litigio referido al incumplimiento de un contrato, expresa lo
34 Boris Starck, ob. cit., núm. 1776. siguiente:
434 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 435

"El contrato gemelo, fundamento de la presente acción, para quien lo exami- to es también un daño, y cuando el deudor debe responder por el precio de la cosa
ne con el referido criterio, se revela como contentivo de ambas clases de o devolver lo que recibió como contraprestación de una prestación que se hizo
obligaciones. La obligación que contrajeron los Ireguis de pagarse a título de imposible, de hecho está obligado a indemnizar parte de los perjuicios causados al
acreedores anticréticos con los frutos del capital, es de resultado, debido a acreedor por la pérdida de la cosa o por la imposibilidad de que el deudor cumpla
que pertenece a la definición de la anticresis servir de medio de pago. La su prestación. La prueba de nuestra afirmación la brinda el artículo 1737 del Có-
obligación del acreedor en la anticresis de conservar y mantener en buen digo Civil, que al respecto expresa:
estado el inmueble y administrarlo para procurar frutos a fin de abonarlos a
su crédito, es por su naturaleza distinta a la del mandatario, cuya prestación Si la cosa debida se destruye por un hecho voluntario del deudor,
se limita a la diligencia y cuidado. Las obligaciones contraídas por los Ireguis, que inculpablemente ignoraba la obligación, se deberá solamente el
en su calidad de mandatarios, fueron de medios en cuanto se refieren a la precio de la cosa sin otra indemnización de perjuicios. (Resaltado
circunstancia de gestionar diligentemente y con cuidado la empresa del cafe- fuera del texto).
tal, pero son de resultado en lo relativo a la aplicación convenida de todo lo
obtenido en virtud de la administración" 35 • Obsérvese que para la norma, el precio constituye el único perjuicio que en
este caso debe pagar el deudor.
353.- LA PÉRDIDA DE LA COSA O DEL PRECIO OBJETO DEL CONTRATO CONSTITUYE
Tomemos el ejemplo del automotor que produce mil pesos diarios y que al
TAMBIÉN UN PERJUICIO
perecer en poder del arrendatario suscita una acción indemnizatoria por el acree-
dor. Si éste demanda la indemnización de perjuicios, ella habrá de comprender no
Normalmente, al hablarse de la pérdida de la cosa que se debe, tanto el legis-
solo el valor del automotor (daño emergente), sino también el lucro cesante deri-
lador como la doctrina y la jurisprudencia dan a entender, a veces, que una cosa es
vado de la pérdida de la cosa. Nuestro Código Civil en su artículo 1731 pareciera
la indemnización de perjuicios y otra el pago del precio de la cosa que se debe y
considerar que solo constituye perjuicio el lucro cesante, mas no el valor del au-
que se perdió. Así se desprende, por ejemplo, del artículo 1731 del Código Civil
cuando afirma: tomotor, que constituiría pura y simplemente el precio de la cosa; mientras que,
según nuestra apreciación, siguiendo lo dispuesto en el artículo 1737 del Código
Civil, tanto el precio el vehículo como lo que dejó de producir constituyen el daño
Si el cuerpo cierto perece por culpa o durante la mora del deudor, la
obligación de este subsiste, pero varía de objeto; el deudor es obli- indemnizable.
gado al precio de la cosa y a indemnizar al acreedor.
Con ese mismo criterio diremos que cuando el transportador debe pagar el
Sin embargo, si el deudor está en mora y el cuerpo cierto que se valor de la mercancía transportada y extraviada, solo estará indemnizando parte
debe perece por caso fortuito, que habría sobrevenido igualmente a de los perjuicios del destinatario (C. de Co., art. 1031), y que cuando el empresa-
dicho cuerpo, en poder del acreedor, solo se deberá la indemniza- rio de un espectáculo es condenado a devolver lo que recibió como precio de un
ción de los perjuicios de la mora. espectáculo que no se presentó, no hará cosa distinta de indemnizar parte de los
daños sufridos por el adquirente del boleto.
Como se ve, la norma distingue claramente entre el precio de la cosa y la
indemnización de perjuicios. De acuerdo con esta aclaración, cabe observar que aun en aquellos casos
en los cuales el legislador solo hace responsable al deudor por el precio de la
Con todo, tal distinción solo es aparente y didáctica porque, desde el punto cosa, sin ninguna indemnización adicional, no lo está liberando totalmente de
de vista de la ontología del perjuicio, la pérdida de la cosa o del objeto del contra- responsabilidad. Lo único que está haciendo es limitar el monto indemnizable.
Ello significa que cada vez que la cosa perezca para el deudor porque incurrió
en cualquier tipo de culpa o porque no logró exonerarse de acuerdo con las exi-
35 Cas. civ., mayo 31/38, "G. J.", t. XLVI, p. 572; en ese mismo sentido, cas. civ., gencias del Código, entonces será responsable, con las limitaciones indemniza-
nov. 3/77, en Jurisprudencia y Doctrina, vol. 4, p. 905. todas previstas por la ley. Igual cosa sucederá cuando el deudor de una obligación
436 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 437

de hacer deba devolver el precio recibido ante la imposibilidad de ejecutar lo Con base en las premisas hechas en la subsección anterior, podremos anali-
prometido. zar si esa clasificación tripartita de la culpa tiene realmente un campo de aplica-
ción. general como lo presume el legislador (1), para posteriormente concluir, afir-
La jurisprudencia y la doctrina colombianas también concuerdan en que el mativa o negativamente, la posibilidad de que en Colombia tenga cabida la teoría
precio de la cosa que perece constituye perjuicio. que distingue entre obligaciones de medio y de resultado en la responsabilidad
contractual (11).
Al respecto, el doctor RICARDO URIBE HoLGUÍN expresa:

"El precio de la cosa constituye indemnización, y la integrada por este


l. -Análisis de la clasificación tripartita de la culpa y de la carga
precio y el valor de los perjuicios de la mora es la indemnización compen-
satoria"36. de la prueba en materia contractual

Y la Corte Suprema de Justicia, en fallo del 3 de noviembre de 1977, mani- 356.- PRINCIPIOS CONSAGRADOS EN EL ARTÍCULO 1604 DEL CóDIGO CIVIL
festó que:
La doctrina39 y la jurisprudencia40 han creído encontrar en el artículo 1604
"La indemnización compensatoria comprende el valor o precio del objeto del Código Civil dos principios fundamentales de interpretación en la responsabi-
debido, en todo o en parte" 37 . lidad contractual. Según el primero,
354.- Con estas premisas pasemos, pues, al análisis de la graduación de las El deudor no es responsable sino de la culpa lata en los contratos
culpas en el derecho colombiano y su incidencia sobre la posible aceptación de la que por su naturaleza solo son útiles al acreedor; es responsable de
distinción entre las obligaciones de medio y de resultado. la leve en los contratos que se hacen para beneficio recíproco de las
partes; y de la levísima en los contratos en que el deudor es el único
SuBSECCIÓN 11. - La de las culpas que reporta beneficio.
y su incidencia en las de medio
Si realmente tal principio es general y válido, tendríamos que concluir, desde
y de resultado en el derecho colombiano
ahora, que en Colombia solo existen obligaciones de medio, puesto que, salvo los
355.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA excepcionales casos que permite el mismo artículo 1604, el deudor siempre esta-
ría en posibilidad de demostrar que no cometió culpa y, por tanto, la causa extraña
Según habíamos dicho, en el derecho colombiano no es simple aceptar o como exigencia de exoneración o la responsabilidad objetiva no existirían en Colombia.
rechazar la distinción entre obligaciones de medio y de resultado, ya que nuestro
Código Civil contiene en su artículo 1604 la clasificación tripartita de la culpa, Y según el segundo principio, el inciso 3° del mismo artículo 1604 establece:
según la utilidad que a las partes reporte el contrato. Esta clasificación no existe
La prueba de la diligencia y cuidado incumbe al que ha debido em-
en el derecho francés, pues en éste, según el artículo 1137, la culpa está unificada
plearlo; la prueba del caso fortuito al que lo alega.
y desde que ella se produzca el deudor es responsable, independientemente del
grado de culpabilidad38 .

39 Ver Guillermo Ospina Fernández, Régimen general de las obligaciones, núms. 149-
152; Ricardo Uribe Holguín, ob. cit., ensayos 1 y 14; Arturo Alessandri Rodríguez,
36 Ricardo Uribe Holguín, ob. cit., p. 295; en el mismo sentido, Guillermo Ospina Derecho civil. Teoría de las obligaciones, pp. 78 y ss.; Álvaro Pérez Vives, rechaza
Fernández, Régimen general de las obligaciones, 3a ed., Bogotá, Edit. Temis, 1980, tal principio general, ob. cit., t. 11, núm. 148.
p. 97; Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 154.
40 En ese sentido, cas. civ., nov. 3/77, en Jurisprudencia y Doctrina, vol. 4, p. 906;
37 Cas. civ., nov 3/77, en Jurisprudencia y Doctrina, vol. 4, p. 900. cas. civ., sep. 2/85, en Jurisprudencia y Doctrina, vol. 4, p. 878; cas. civ., abr.
38 Alex Weill, Frangois Terré, ob. cit., núm. 406. 4/52, "G. J.", t. LXXI, p. 715.
438 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 439

Este inciso, al exigir que el deudor demuestre el caso fortuito, que es sinóni- A. El artículo 1604 confunde contrato y obligación
mo de fuerza mayor y de causa extraña en general, está consagrando el principio
contrario al del inciso 1o del mismo artículo y, por consiguiente, está convirtiendo 358.- En primer lugar, el artículo 1604 del Código Civil, en su primer inci-
todas las obligaciones contractuales en de resultado, puesto que, según vimos, la so, parece confundir contrato y obligación, pues le da a todo el contenido del
esencia de éstas es el hecho de presumirse la culpa del deudor, quien se li- contrato el mismo tratamiento desde el punto de vista de la gravedad de la culpa,
bera demostrando una causa extraña, aunque a veces ni siquiera tal prueba le es olvidando que, según vimos (supra, T. I, 351), dentro de un mismo contrato puede
posible. haber múltiples obligaciones que, por esencia, imponen una carga probatoria distinta.

En conclusión, se dice que el artículo 1604 del Código Civil consagra, de un Mostramos, por ejemplo, que en el contrato de mandato la obligación princi-
lado, el principio de la graduación de las culpas y, de otro, el principio según el pal para el mandatario consiste en realizar el encargo dado por el mandante y que
cual en materia contractual siempre se presume la culpa del deudor. Al análisis de en el incumplimiento de esta obligación principal responde hasta de la culpa leve.
estos dos principios dedicaremos apartes diferentes. Pero en el mismo contrato se impone al mandatario la obligación de no adquirir
para sí las cosas que para enajenar le ha transmitido el mandante. En éste último
§l.- LA GRADUACIÓN DE LAS CULPAS COMO PRINCIPIO caso estamos frente a una obligación de no hacer, de modo que la trasgresión de
GENERAL EN EL DERECHO COLOMBIANO tal obligación genera una responsabilidad de tal índole que la gravedad de la culpa
no tiene absolutamente ninguna importancia.
357.- Según se desprende del artículo 1604 del Código Civil, todos los
contratos en el derecho colombiano están fundamentados en la culpa, la cual in- La misma jurisprudencia colombiana, en fallo ya citado de mayo 31 de 1938,
cluso y salvo casos excepcionales, debe ser grave, leve o levísima, según el grado afirma que el contrato de mandato puede contener al mismo tiempo obligaciones
de utilidad que el contrato le reporte a cada una de las partes contratantes. Como de medio y de resultado. Al respecto, el citado fallo expresa:
el artículo 822 del Código de Comercio prescribe que a los contratos mercantiles
se apliquen los principios del derecho civil, tendríamos entonces que tanto en "Las obligaciones contraídas por los Ireguis, en su calidad de mandatarios,
materia comercial como civil sería de aplicación el principio de la clasificación fueron de medios en cuanto se refieren a las circunstancias de gestionar dili-
tripartita de la culpa. gentemente y con cuidado, la empresa del cafetal, pero son de resultado en lo
relativo a la aplicación convenida de todo lo obtenido en virtud de la admi-
Cuando se pasa por las aulas universitarias, y en general al trasegar la vida nistración"42.
jurídica, al jurista desprevenido le parece no solo lógico sino también justo que el
deudor solo responda por determinada culpa, según la utilidad que el contrato le En el contrato de arrendamiento, por otra parte, el arrendatario está obligado,
reporte. La doctrina en general41 critica la existencia de esta norma en el derecho de un lado, a devolver la cosa arrendada, en cuyo caso podría pensarse que la
colombiano, pero la da por válida sin entrar en mayores análisis sobre su verdade- clasificación tripartita de la culpa tuviera alguna importancia43 . Pero además el
ro alcance y validez. Por nuestra parte creemos que, bien miradas las cosas, esa arrendatario tiene la obligación de pagar el precio, y por tratarse de una obliga-
graduación de la culpa es inaplicable como principio general, ya que son tantas las ción de género, no reviste ninguna importancia en absoluto la graduación de la
contradicciones que encierra ese artículo 1604, que es imposible acomodarlo den- culpa.
tro de un contexto de interpretación general, dadas las numerosísimas excepcio-
nes en que no es ni aplicado ni aplicable, no solo por disposición expresa de la ley En consecuencia, el artículo 1604 generaliza mal cuando afirma que en todos
sino por la naturaleza de las cosas. Veamos a continuación nuestras objeciones a los aspectos del contrato el deudor responde por un determinado grado de culpa.
ese principio de clasificación tripartita consagrado en el artículo 1604, inciso 1°.

42 Cas. civ., mayo 31/38, "G. J.", t. XLVI, p. 572; sobre obligaciones de naturaleza
41 Ver Ricardo Uribe. Hol~uín, ob,. cit., p. ~4; Guill~rmo Ospina Fernández, Régimen diversa en un contrato de prestación de servicios, véase cas. civ., nov. 3/77, en
general de las obligaciOnes, num. 150; Alvaro Perez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 148, Jurisprudencia y Doctrina, vol. 4, p. 905.
aunque este autor solo le da un campo restringido de aplicación. 43 En ese sentido cas. civ., abr. 4/52, "G. J.", t. LXXI, p. 715.
440 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 441

Lo lógico, pues, es averiguar en cada caso concreto qué tipo de obligaciones prin- la cosa que se debe 44 y, al referirse a la prueba que le incumbe al deudor, que éste
cipales y accesorias contrae el deudor, para saber hasta qué punto puede exigirse debe probar que la cosa pereció por fuerza mayor o caso fortuito 45 . Finalmente,
la mayor o menor diligencia y cómo se puede exonerar de la responsabilidad que unos y otros afirman, acertadamente, que la fuerza mayor o caso fortuito son in-
pesa en su contra. compatibles con la culpa del deudor 46 .

Resulta que el primer postulado es totalmente contradictorio con los dos úl-
B.- El artículo 1604 considera compatibles la culpa y el caso fortuito timos, puesto que si el deudor solo responde, v. gr., hasta por la culpa leve, y la
cosa que debe perece por su culpa levísima, hay que llegar a la conclusión de que
359.- En segundo lugar, cuando el inciso 2° del artículo 1604 establece que el hecho por el cual pereció la cosa no es un caso fortuito o fuerza mayor, ya que
"El deudor no es responsable del caso fortuito a menos ( ... ) que el caso fortuito no reúne las características de imprevisibilidad e irresistibilidad propias de la
haya sobrevenido por su culpa", está incurriendo en un gravísimo error de lógica fuerza mayor o del caso fortuito (infra, T. II, 9). Si se prueba la culpa, así sea
jurídica que repercute a lo largo de todo el Código Civil. levísima, entonces no hay fuerza mayor ni caso fortuito y, por tanto, el deudor no
se exoneraría de responsabilidad.
En efecto, es un contrasentido suponer que el caso fortuito y en general la
causa extraña puedan ser imputables a culpa del deudor y, en consecuencia, tam- Planteadas así las cosas, si se llegare a argumentar que la cosa, en el ejemplo
bién es una tautología innecesaria decir que el deudor no responde del caso fortui- examinado, pereció por caso fortuito imputable a culpa levísima del deudor, de la
to, a menos que éste sea imputable a culpa suya. cual éste no es responsable, cabría contra argumentar que tal premisa está funda-
mentada en una falacia, ya que, como se ha dicho, es contradictorio hablar de caso
Según veremos (infra, T. II, 9), desde que haya culpa del deudor, cualquiera fortuito imputable a culpa del deudor, así ésta sea levísima, porque, según vimos,
que ella sea, no se puede hablar de fuerza mayor o caso fortuito, ya que el hecho por levísima que sea la culpa, cuando ésta se evidencia, es significativo de que el
o es previsible o es resistible, y en tales condiciones falta uno de los elementos de deudor no impidió un daño que era previsible o resistible.
la fuerza mayor y el caso fortuito.

Pese a la contradicción, don ANDRÉS BELLO intuye la solución lógica de que D. - El artículo 1604 no se aplica cuando la ley
la fuerza mayor o caso fortuito son incompatibles con la culpa del deudor y por solo habla de culpa sin cualificarla
eso, en el contexto del inciso 2° del artículo 1604 podemos observar que para el
insigne codificador, cuando hay culpa del deudor, éste no puede defenderse ale- 361.- De otra parte, el inciso 2° del artículo 1604 del Código Civil, ya co-
gando el caso fortuito. En la terminología del Código Civil hay que decir que el mentado, dice pura y simplemente que el dvudor es responsable del hecho (el
caso fortuito imputable a culpa del deudor no lo exonera de responsabilidad y en Código lo denomina caso fortuito) que haya sobrevenido por su culpa. Es decir,
la terminología usual de la doctrina y la jurisprudencia, e incluso del mismo legis- mientras que el primer inciso del artículo solo hace responsable al deudor de un
lador al definir la fuerza mayor o caso fortuito, habría que decir que cuando hay determinado tipo de culpa, según la utilidad que le reporte el contrato, el segundo
culpa del deudor, éste no se exonera porque no hubo caso fortuito. Se llega a la lo responsabiliza de cualquier tipo de culpa, ya que no hace distinción alguna, y
misma conclusión, pero con el inconveniente en lo relativo al artículo 1604, de donde no la hace el legislador no puede hacerla el intérprete.
que la confusión terminológica desestructura totalmente la teoría de las obligacio-
nes en cuanto a la exoneración del deudor en materia contractual. Pero resulta que no solamente el inciso 2° que se estudia hace responsable al
deudor por su culpa sin cualificada. Por el contrario, en múltiples disposiciones

C. -La doctrina y la jurisprudencia también estiman


compatibles la culpa y la fuerza mayor
44 Arturo Alessandri Rodríguez, Derecho civil. Teoría de las obligaciones, pp. 78 y ss.
360.- Tanto doctrina como jurisprudencia afirman de manera permanente, 45 Ibídem, pp. 243-244.
de un lado, que la clasificación tripartita de la culpa es aplicable en la pérdida de 46 Ibídem, pp. 81-83.
442 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 443

del Código se hace responsable al deudor por el simple hecho de que haya come- Pero sigamos examinando el argumento según el cual, cuando la ley habla
tido una culpa. Es lo que ocurre, por ejemplo, respecto de la pérdida de la cosa que simplemente de culpa, la está refiriendo necesariamente a la culpa cualificada del
se debe, en tratándose de obligaciones condicionales (C. C., art. 1543); o en el artículo 1604. Podría afirmarse, por ejemplo, que cuando el artículo 1730 del
artículo 1578 del Código Civil, cuando habla de la pérdida de la cosa que se debe Código Civil establece que siempre que la cosa perece en poder del deudor se
y hay varios deudores solidarios; o en lo relacionado con la pérdida de la cosa que presume que ha sido por hecho o culpa suya, está hablando es de su culpa, en el
se debe en el contrato de compraventa, según lo prescribe el artículo 1882. (Consúltense sentido de la que le corresponde dentro de la clasificación del artículo 1604. Así,
los arts. 1731, 1941, 1983, 1984 y 1989, entre muchos otros que consagran la cuando la cosa vendida perece por culpa levísima del deudor, esa no es su culpa,
misma responsabilidad por culpa del deudor sin llegar a cualificada). ya que le corresponde la grave o la leve. Igual afirmación cabría en cuanto al
inciso 2° del mismo artículo 1604 del Código Civil, cuando afirma que el deudor
Podría argumentarse que cuando el Código Civil utiliza simplemente la pala- no es responsable del caso fortuito a menos que éste haya sobrevenido por su
bra "culpa", tácitamente está remitiendo al artículo 1604, que en su primer inciso culpa. Es decir que si el deudor comete culpa, pero no es responsable de ella según
cualifica la culpa y, por tanto, en cada una de las normas en que el legislador solo la clasificación del artículo 1604, entonces habría que decir que el caso fortuito no
habla de culpa habrá que entender que se refiere al grado de culpa de cada con- sobrevino por su culpa, sino por otra más grave de la cual no responde.
trato en particular, según la utilidad que les reporte a las partes. Así, por ejemplo,
si los deudores solidarios de una cosa vendida son demandados por la pérdida de Este argumento, que ya de por sí sería traído de los cabellos, podría ser sin
la cosa, solo serían responsables si la cosa perece por su culpa leve o grave, ya que embargo refutable mediante el análisis de varias disposiciones del Código Civil,
si perece por culpa levísima, ésta no les es imputable y en ésta forma se sigue el conforme las cuales aquel se haría insostenible.
principio general del artículo 1604 del Código Civil.
En efecto, el artículo 1543, en su inciso 1°, establece que
Sin embargo, contra tal argumentación encontramos otra suficiente para con-
Si antes del cumplimiento de la condición la cosa prometida perece
trarrestarla. En efecto, cuando el artículo 63 del Código Civil define las tres espe-
sin culpa del deudor, se extingue la obligación.
cies de culpa, expresa que culpa, sin otra calificación, significa culpa o descuido
leve. Ello quiere decir entonces, y de acuerdo con esta norma interpretativa, que
Y el artículo 1561 del Código Civil expresa que,
en todos los casos en que el Código Civil hable de culpa a secas, habrá que enten-
der que el legislador está hablando de culpa leve. Si perecen todas las cosas comprendidas en la obligación alternati-
va, sin culpa del deudor, se extingue la obligación.
Obviamente esta interpretación contradice completamente la que serviría a
los defensores a ultranza de la clasificación tripartita del artículo 1604 del Código Obsérvese que la redacción negativa contemplada en ambas normas excluye
Civil. Es decir que si aplicamos el artículo 63 del Código Civil habría de enten- absolutamente cualquier tipo de culpabilidad del deudor. Es decir, para que éste
derse que en todos los casos en que el legislador haga responsable al deudor por pueda beneficiarse de la extinción de la obligación es preciso que la cosa haya
haber actuado con culpa, sin cualificada, el deudor solo respondería por la culpa perecido sin su culpa. O sea, no se puede argumentar que si la culpa es levísima,
leve; y si aplicamos como principio general el artículo 1604, entonces tendríamos la cosa pereció sin culpa del deudor. Por ello, el punto sería por lo menos discuti-
que decir que cada vez que se hable de culpa, habría de buscarse el tipo de utilidad ble cuando la ley habla de que la cosa pereció por su culpa (del deudor), según lo
que la obligación contractual le reportaba al deudor para saber cuál es el grado de que hemos venido planteando; pero cuando el legislador exige que la cosa perezca
culpa por el que responde. Como se ve, ambas interpretaciones son excluyentes sin culpa, entonces ya no cabe interpretación alguna y llegamos a la conclusión de
entre sí. que cualquiera sea la culpa del deudor (por levísima que ella sea) lo hace respon-
sable, sin necesidad de entrar a cualificada.
Nosotros consideramos, sin embargo, que las dos interpretaciones son erró-
neas, no solo por lo excluyentes, sino porque cualquiera de las dos que se trate de Pero lo grave del problema es que en otras normas dispersas por todo el
aplicar hasta el extremo desestructura totalmente la teoría general de las obliga- Código encontramos que el legislador sí cualifica la culpa que hace responsable al
ciones. deudor. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el artículo 1997 cuando se refiere a la
444 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 445

responsabilidad en el contrato de arrendamiento de cosas; o en el2203 del mismo dos contratos la obligación de diligencia y prudencia del deudor era más o menos
Código Civil, que regula la responsabilidad en el contrato de comodato; o en el intensa, es decir, el deudor debería tener mayor o menor diligencia, dependiendo
2155, que regula la responsabilidad en el contrato de mandato, o en el 2244, que de la naturaleza de la obligación pactada.
regula la responsabilidad en el contrato de depósito.
Por ello, cuando el legislador francés hace responsable al deudor por su sim-
A quienes sostienen que cuando algún artículo del Código Civil únicamente ple culpa, no entra en contradicción alguna con sus principios generales, ya que en
habla de culpa tácitamente está remitiendo a la graduación del artículo 1604, ca- tal codificación solo existe un tipo de culpa contractual. No ocurre lo mismo en
bría preguntarles qué sentido tiene que el Código en ciertos contratos específicamente nuestro Código porque, según dijimos, nuestro legislador incluye la clasificación
se refiera a un determinado grado de culpa, mientras que en otros se refiere a ella tripartita en su artículo 1604. Infortunadamente, en muchísimas normas copiadas
sin cualificarla, cuando ya el problema está resuelto por vía general en el artículo del legislador francés se habló de culpa sin cualificarla, lo que desestructuró com-
1604 del Código. Solo tendría sentido hablar específicamente de la graduación de pletamente nuestro régimen de las obligaciones, dando así lugar a los absurdos
la culpa cuando, como en el contrato de mandato, se crea una excepción al princi- que venimos de plantear; por ello, pese a la equivocación, seguimos considerando
pio general consagrado en el artículo 1604. Tal es la solución que establece el válida dentro del contexto de interpretación del Código nuestra afirmación de que
Código Civil francés que, según dijimos, consagra un solo tipo de culpa como cuando en él se habla a secas de culpa, la graduación no tiene importancia.
principio general, salvo las excepciones expresas en el Código 47 .
Veamos con un ejemplo cómo una misma conducta, a la luz de la codifica-
Después de las elucubraciones anteriores podemos concluir que en aquellos
ción francesa, no constituiría culpa, mientras que a la luz del derecho colombiano
casos en que el Código Civil haga responsable al deudor porque éste ha actuado
sí la habría, pero sin responsabilidad del deudor, porque de acuerdo con el tipo de
con culpa, sin cualificarla, entonces el artículo 1604 del Código Civil no tiene
obligación contraída, esa culpa, supongamos levísima, no lo haría responsable.
aplicación y que, por el contrario, tal clasificación sería aplicable cuando el legis-
lador se refiere a ella expresamente. Se nos podrá preguntar entonces: ¿qué senti- Imaginemos que una persona le entrega a otra un caballo para que ésta, sin
do tendría el principio general consagrado en el artículo 1604 del Código Civil? A recibir remuneración alguna, lo cuide durante la noche y que, habida cuenta de la
lo cual responderíamos con otra pregunta: de aplicarse el artículo 1604, ¿qué sen- ninguna utilidad que el contrato le reportaba al depositario, éste encerró el caballo
tido tendría el artículo 63 del Código Civil al decir que cuando el legislador solo en una pesebrera contigua a su aposento pero no colocó en las puertas candados de
hable de culpa, se entenderá culpa leve? y ¿qué sentido tendría referirse a la gra- seguridad suficientes para evitar un robo durante la noche. Analizada esa conduc-
duación de la culpa en algunos casos concretos, cuando ya el legislador por vía ta a la luz del derecho francés, un juez de aquel país podría juzgar que, dadas las
general la habría consagrado? circunstancias en que ocurrió el daño, el depositario, es decir el deudor, no come-
tió culpa, ya que al contraer la obligación no se comprometió a que su prudencia
E.- Paralelo entre el Código Civil francés y el colombiano y diligencia llegasen al extremo de conseguir candados y adoptar medidas de alta
sobre la graduación de la culpa contractual seguridad para evitar que el caballo fuese robado y, por tanto, no habiendo culpa
del deudor, éste no es responsable. En cambio, un juez colombiano, analizando
362.- En relación con el punto anterior, pero también como ilustración que esa misma conducta a la luz del artículo 1604 del Código Civil, podría afirmar
consideramos válida para la discusión de todo este problema, observemos que que en el ejemplo planteado el depositario sí cometió culpa leve o levísima, pero
muchas de las disposiciones en que nuestro Código Civil hace responsable al deu- como el contrato no le reportaba utilidad alguna, no es responsable, puesto que tal
dor cuando éste ha actuado con culpa, sin cualificada, fueron copiadas del Código responsabilidad solo surgiría en caso de culpa grave.
francés. Pero resulta que, según dijimos, el legislador de aquel país condenó ex-
presamente la clasificación tripartita de la culpa pero admitió que en determina- Obsérvese cómo la misma conducta podría ser culposa en nuestro ordena-
miento jurídico y no serlo en el ordenamiento jurídico francés. Ello explica satis-
factoriamente el que a través del Código Civil francés, cada vez que se hable de
47 Jean Carbonnier, ob. cit., t. IV, núm. 71; Maree! Planiol, Georges Ripert, por Esmein, culpa, no haya ninguna dificultad en la interpretación, puesto que no existe sino
núm. 379 bis; Christian Larroumet, ob. cit., núm. 621. un tipo de culpa, y lo que el juez debe buscar en cada caso concreto es el grado de
446 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 447

mayor o menor intensidad en la obligación de diligencia que contrajo el deudor; "Cuando es un cuerpo cierto lo que hace el objeto de la obligación, la obliga-
mientras que en Colombia, el juez corre con el problema permanente de estar ción tiene todavía ese efecto respecto al deudor, que le obliga a tener un cuidado
taponando todos los vacíos y contradicciones que el artículo 1604 le crea al entrar conveniente para la conservación de la cosa debida, hasta tanto el pago se haya
en conflicto con muchas otras normas que solo hablan de culpa sin cualificación hecho; y si por falta de cuidado, la cosa pereciera, o se perdiera o se deteriorara,
alguna. estaría obligado al pago de daños y perjuicios que resultaron para el acreedor.

En ese sentido, más adelante (infra, T. I, 380) mostraremos, incluso, las gra-
"El cuidado que se debe poner a esta conservación es diferente, según la
ves contradicciones en que incurre el artículo 2155 del Código Civil colombiano
diferente naturaleza de los contratos o cuasicontratos, de donde desciende la obli-
cuando, luego de señalar que el mandatario responde hasta de la culpa leve en el
gación.
cumplimiento de su encargo, afirma que la responsabilidad recae más estricta-
mente sobre el mandatario remunerado, con lo que, en el fondo, está sentando dos
"La Ley 5, §2, D. commodat., da esta regla, que cuando el contrato no con-
principios contradictorios, pues la segunda parte de la norma solo sería válida en
cierne más que a la sola utilidad de aquel a quien la cosa debe ser dada o restitui-
un sistema de culpa contractual única.
da, el deudor que está obligado a darla o restituirla, no está obligado más que a
poner su buena fe en la conservación de la cosa, y por consiguiente no es respon-
F.- La graduación de las culpas en el Código Civil
sable sino a causa de una falta tan grande, que a causa de su enormidad, se repute
colombiano y en el pensamiento de Pothier
como si existiera dolo; Tenetur duntaxat de lata culpa et dolo proxima. Por ejem-
plo, un depositario no está obligado a poner más que buena fe en la conservación
363.- Lo que explica aún más la desestructuración que produce el artículo
1604 al consagrar la graduación de las culpas es el hecho de que se trata de una del depósito que se le ha confiado, y que se ha obligado a restituir, por cuanto el
mala implantación de una vieja doctrina. contrato de depósito se hace por la sola utilidad de aquel que ha confiado la cosa,
y a quien el depositario se ha obligado a restituirla. Si al contrato concierne la
En efecto, las normas dadas en los artículos 1602 y siguientes del Código utilidad común de los dos contratantes, el deudor está obligado a llevar a la con-
Civil colombiano fueron más o menos inspiradas en otras similares del Código servación de la cosa que debe, el cuidado ordinario que las personas prudentes
francés, pero con la diferencia de que en éste dichas normas solo se referían a la tienen en sus negocios, y por consiguiente, es responsable de la más ligera falta.
obligación de dar y conservar la cosa que se debía, mientras que don ANDRÉS Por ejemplo, el vendedor está obligado de esta falta para aquel a quien se ha
BELLO las colocó dentro de un marco más general destinado a fijar los principios obligado a entregar la cosa vendida; el acreedor es responsable de esta falta en
sobre los efectos de todas las obligaciones. Obsérvese que incluso el inciso 2° del relación de la cosa recibida en amortización, a la restitución de la cual se ha obli-
mismo artículo 1604 del Código Civil se está refiriendo a la pérdida de la cosa que gado; por cuanto los contratos de venta y amortización se hacen para utilidad
se debe, al igual que los artículos 1605, 1606 y 1607. Es más: en un primer pro- respectiva de los contratantes. Si el contrato no se hace más que para la sola utili-
yecto, el distinguido jurista había incluido el concepto único de culpa establecido dad del deudor, como, por ejemplo, cuando se trata de un contrato de préstamo,
en el artículo 1137 del Código napoleónico, pero posteriormente lo cambió por el está obligado a tener, respecto de la conservación de la cosa, no solamente un
de la graduación consagrado en el artículo 160448 • cuidado ordinario, sino todo el cuidado posible; y por consiguiente, es responsa-
ble de la más ligera falta" 49 •
Ahora, el principio de la graduación de las culpas lo tomó BELLO del pensa-
miento de PoTHIER. Pero resulta que también aquí hubo un infortunado implante, Así las cosas, fácil es comprender que las dos fuentes de inspiración de nues-
pues PoTHIER nunca consideró que tal principio pudiera servir de criterio en todas tros artículos 1602 a 1607 fueron instituciones o doctrinas que regulaban única-
las obligaciones, sino únicamente en la responsabilidad por la pérdida de la cosa mente la pérdida de la cosa que se debe, pues parecía claro que en otro tipo de
que se debe. Al respecto, el autor francés expresa:

49 Pothier, R. J., Tratado de las obligaciones, Buenos Aires, Edit. Atalaya, 1947, pp.
48 Guillermo Ospina Fernández. Régimen general de las obligaciones, núms. 144 y ss. 83-84.
448 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 449

obligaciones esa solución era imposible. Por desgracia, nuestro legislador convir- frente al otro acreedor responde hasta de la culpa levísima, ya que dicho acreedor
tió un principio de aplicación restringida en otro de aplicación general, con el no reporta utilidad alguna en el contrato, utilidad que sí obtiene el comodatario.
agravante de que a lo largo del Código adoptó una serie de normas que solo son
compatibles con un principio de culpa única, tal y conforme lo hace el Código Si en el ejemplo propuesto la cosa perece en poder del deudor, habría que
francés. llegar a la conclusión de que un mismo hecho hace presumir una culpa leve frente
a uno de los acreedores y una culpa grave frente al otro. Planteado de otra manera:
G.- La culpa presunta es incompatible con la graduación de culpas mientras el deudor del caballo lo tenga en su poder, se obliga a dos tipos de dili-
gencia distintos frente a los acreedores del animal, según la gratuidad u onerosidad
364.- Pero otra contradicción de quienes defienden la clasificación tripartita del contrato. Se puede llegar al extremo de que luego de la pérdida del animal, el
de la culpa radica en la afirmación de que el artículo 1604 del Código Civil con- juez entre a fallar que con una misma conducta el deudor actuó con culpa grave
sagra al mismo tiempo una presunción de culpa en contra del deudor, quien para frente a uno de los deudores y con culpa leve frente al otro. Absurdo, ¿verdad?
poderse exonerar de la presunción que pesa en su contra, debe demostrar ausencia
de culpa, es decir, diligencia y cuidado. Este ejemplo muestra a las claras que la diligencia y la prudencia pueden
admitir una mayor o menor intensidad, de acuerdo con la obligación pactada, pero
Es un contrasentido lógico afirmar que el deudor debe demostrar que no co- que es imposible presumir la culpa dentro de un régimen tripartito de la culpa. Las
metió culpa, es decir, diligencia y cuidado y que, de otro lado, solo sea respon- culpas graduadas jamás podrán presumirse porque desde el punto de vista lógico
sable, por ejemplo, de la culpa grave. Significa lo anterior que si el deudor de- es imposible desvirtuarlas, sobre todo cuando hay varios deudores que responden
muestra que el daño se produjo por culpa leve, ¿habrá de esta manera establecido por diferentes tipos de culpa.
diligencia y cuidado o ausencia de culpa?
H. - En la pérdida de la cosa que se debe
Es obvio que si demuestra que observó diligencia y cuidado, estará probando se presume la culpa y el nexo de causalidad
que no cometió culpa alguna, ni siquiera la levísima. Y como consecuencia, si en
el proceso el mismo deudor logra establecer que solo cometió culpa leve o levísima,
365.- PASANDO A OTRA OBJECIÓN, DIGAMOS QUE EL ARTÍCULO 1730 DEL CóDIGO
pues entonces no estará demostrando diligencia y cuidado. Pretender que al de-
CIVIL ESTABLECE QUE, "SIEMPRE QUE LA COSA PERECE EN PODER DEL
mostrar que su culpa solo fue leve, ya con ello habrá probado diligencia y cuidado
DEUDOR, SE PRESUME QUE HA SIDO POR HECHO O POR CULPA SUYA".
es un despropósito. Obsérvese que a la luz del artículo 1137 del Código Civil
francés, el deudor podría perfectamente demostrar que con su comportamiento Esta norma consagra no solo la presunción de culpa sino también la presun-
tuvo la diligencia a que se había obligado y que, por tanto, no cometió culpa ción de causalidad, lo que significa que la ley presume que la cosa la ha dañado el
alguna. Pero a la luz del derecho colombiano no se ve cómo pueda demostrarse deudor en forma culposa. Corresponde por tanto al deudor demostrar, de un lado,
diligencia y cuidado y probar al mismo tiempo que se cometió una culpa por la que si él dañó la cosa no lo hizo en forma culposa y, del otro, establece~ cuál f~e
cual no se debe responder. la verdadera causa del daño. Así por ejemplo, mientras la causa de un mcendw,
permanezca desconocida, la ley sigue presumiendo que el incendio se cau.só por
Todavía en relación con este mismo punto, digamos que en tratándose, por culpa del deudor. En consecuencia, no le basta a éste demostrar pura y simple-
ejemplo, de obligaciones solidarias, puede suceder que el deudor deba la misma mente que tuvo diligencia y cuidado en el manejo de la cosa, sino que debe esta-
cosa a varios acreedores, los cuales reportan utilidad diferente dentro del contra- blecer cuál fue la verdadera causa del daño 50 • No establecida esta causa, el deudor
to. Piénsese, por ejemplo, en los copropietarios de un caballo que prestan el ani-
mal a un tercero, quien remunera a uno de los copropietarios por el servicio mien-
tras que al otro nada le paga, ya que éste en forma gratuita puso a su disposición
50 Sin embargo, nuestra jurisprudencia no ha sido uniforme en este aspect~, pue~ en
el semoviente. De acuerdo con la clasificación del artículo 1604 del Código Civil, algunas oportunidades, al distinguir entre ausencia de culpa y caso fortuito, .af1rma
hay que decir que frente a uno de los acreedores el deudor responde hasta de la que el arrendatario se libera, en caso de pérdida. de la ?osa arrendada, SI logra
culpa leve, pues el contrato reporta utilidad para acreedor y deudor, mientras que probar diligencia y cuidado, aunque la causa del mcend1o permanezca descono-
450 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 451

sigue siendo considerado como presunto culpable y causante del daño. En tales Lo que las anteriores especulaciones pretenden mostrar es que tampoco el
circunstancias, no vemos qué tenga que ver la clasificación tripartita de la culpa, objetivo de justicia que aparentemente busca el artículo 1604 del Código Civil se
ni cómo pueda afirmar el deudor de una cosa vendida o arrendada, por ejemplo, logra en todos los casos, pues la utilidad puede ser de mayor o menor intensidad
que tuvo la prudencia y diligencia a que la ley lo obligaba cuando no logra desvir- en cada contrato.
tuar el nexo de causalidad que de entrada la ley le atribuye.
J.- Excepciones a la graduación de las culpas del artículo 1604
L. - Falsa equidad de la graduación de las culpas
367.- Aceptemos, en vía de discusión, que el artículo 1604, al consagrar la
366.- Según se desprende del artículo 1604, inciso 1o del Código Civil, si el graduación de la culpa está sentando un principio general que tiene, sin embargo,
contrato reporta utilidad para ambas partes, el deudor responde hasta de la culpa de acuerdo con su inciso final, algunas excepciones por disposiciones especiales
leve. No hace diferencia el legislador entre la mayor o menor utilidad que el con- de las leyes y de las estipulaciones expresas de las partes. Pero, según veremos a
trato le pueda reportar al deudor y, en consecuencia, el grado de culpa será el continuación, son tantas las excepciones consagradas en textos especiales, que la
mismo, poco importa que la utilidad sea mínima o máxima para el deudor. Si, por graduación prevista como principio general queda en muy buena parte vacía de
ejemplo, el depositario de un caballo cobra $ 5,00 mensuales por el depósito, contenido, aplicable solo a algunos casos especiales.
tendrá el mismo grado de responsabilidad que si el depositante le hubiera pagado
por el mismo servicio$ 500.000,00 mensuales, pues en ambos casos, el deposita- En seguida tomaremos al azar algunos casos contemplados en la ley, en los
rio está percibiendo una utilidad. cuales la graduación de la culpa es inaplicable bien sea por disposición expresa
del legislador, bien sea por la naturaleza de las cosas.
Si la filosofía del artículo 1604 es la de ser más o menos severo con el deu-
dor, según la utilidad que le reporte el contrato, con ese mismo criterio habría que Pero antes de comenzar el análisis de tales casos, recordemos que por dispo-
llegar a la conclusión de que la culpa, en los casos en que el contrato le reporta sición expresa del artículo 822 del Código de Comercio, las normas del Código
utilidad al deudor, debería graduarse hasta el infinito, según que la utilidad sea Civil o sus principios generales al menos son aplicables en materia mercantil y,
mayor o menor, puesto que no sería justo que el deudor que percibe $ 1,00 de por tanto, la clasificación de la culpa del artículo 1604 también lo sería en los
utilidad en un contrato responda en el mismo grado de culpa que quien recibe por contratos comerciales.
el mismo contrato$ 1'000.000,00. Tampoco sería justo que quien presta el servi-
cio a título gratuito responda por un grado de culpa menor que quien solo está Algunos de los casos en que no se aplica la graduación de las culpas en ma-
cobrando $ 1,00 por el servicio. Obsérvese que entre quien cobra $ 1,00 y quien teria contractual, son los siguientes:
cobra$ 1'000.000,00 hay una gran diferencia en las sumas percibidas como utili-
dad y, sin embargo, el grado de culpa es el mismo; mientras que entre quien cobra de dar o entregar cosas de género
$ 1,00 y quien no cobra nada, la diferencia es mínima y, no obstante, el grado de
culpa es mayor en el uno que en el otro. ¿No sería más justo que quien no cobra 368.- En primer lugar, en el incumplimiento puro y simple de dar o entregar
nada y quien cobra $ 1,00 respondan por el mismo grado de culpa y que quien cosas de género, la culpa no tiene absolutamente ninguna importancia51 y, por
cobra$ 1'000.000,00 responda por otro grado de culpa? tanto, la graduación tripartita consagrada en el artículo 1604 es totalmente indife-
rente en este tipo de responsabilidades. Así, por ejemplo, el que debe una suma de
dinero y no la ha pagado podrá justificar en un momento dado su retardo para no
(Con!. nota 50) cida. En ese sentido, véase cas. civ., nov. 30/35, "G. J.", t. XLIII, p. 182; cas. civ., tener que pagar perjuicios adicionales, pero en lo que hace al cumplimiento mis-
abr. 4/52, "G. J.", t. LXXI, p. 715. mo de la obligación tiene que indemnizar perjuicios en caso de que no cumpla.
En otras oportunidades, en cambio, exige al deudor demostrar la causa del daño y
que esta no sobrevino por su culpa, lo que en el fondo está de acuerdo con la tesis
que venimos sosteniendo. En ese sentido, cas. civ., dic. 12/40, "G. J.", t. L, p. 929.
Nuestro criterio es compartido por Ricardo Uribe Holguín, ob. cit., ensayo núm. 1, 51 Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., núm. 389; Christian Larroumet,
p. 11. ob. cit., núm. 614; Boris Starck, ob. cit., núm. 1757.
452 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 453

Ahora, en la mayor parte de los contratos la contraprestación de una de las partes condenado a los intereses moratorios, que son indemnización por el retardo, y los
es siempre el pago de una suma de dinero y, por tanto, podemos afirmar de entrada jueces nunca tienen en cuenta, ni las partes tampoco, que de pronto tales inte-
que casi en un cincuenta por ciento de las obligaciones contractuales la gradua- reses no serían procedentes si el deudor probara que una fuerza mayor le impidió
ción de las culpas no es de recibo. cumplir a tiempo 54 . Ello significa que en la indemnización por retardo en el pago
de sumas de dinero, la práctica para nada tiene en cuenta la fuerza mayor que
impide el cumplimiento oportuno y, con mucha mayor razón, para nada toma en
consideración la graduación de la culpa del deudor, quien jamás sería oído si
alegare que, en un mutuo, por ejemplo, su retardo es debido a culpa levísima, de
369.- Pero podría argumentarse que aun tratándose de obligaciones de gé- la cual no responde según la graduación de las culpas del artículo 1604 del Código
nero el deudor no responde por los perjuicios debidos a la mora, siempre que
Civil.
demuestre que ella no es imputable a culpa de su parte. Sin embargo, aun en este
caso, la graduación de las culpas tampoco tiene importancia, ya que según el ar-
tículo 1616 del Código Civil, el deudor moroso solo se exonera de su responsabi-
lidad cuando demuestre que la mora se debió a fuerza mayor o caso fortuito 52 •
370.- Pero veamos que aun tratándose de la pérdida de la cosa que se
debe, hay muchos casos en que la clasificación tripartita de la culpa no es apli-
Aquí debemos retomar la premisa según la cual la fuerza mayor o caso fortui- cable.
to es incompatible con la culpa del deudor (infra, T. II, 9); por tanto, en los casos
en que el legislador exija la prueba de dicha fuerza mayor o caso fortuito, la gra- a)- Compraventa mercantil
duación de la culpa no es de recibo. No se venga, pues, con el falso argumento de
que si el deudor prueba que la fuerza mayor ocurrió a pesar de su diligencia y 371.- En primer lugar, en el artículo 928 del Código de Comercio encontra-
cuidado, según la utilidad del contrato, también se exonera de la mora, ya que, mos que en la compraventa mercantil, el vendedor solo se libera de responsabili-
según dijimos, la práctica jurídica distingue claramente entre diligencia y cuidado dad por la pérdida de la cosa vendida cuando demuestre que la cosa pereció por
y causa extraña y, además, exige que para que ésta última sea valedera es necesa- una causa extraña55 , es decir, por fuerza mayor o caso fortuito y, por tanto, según
rio que no haya culpa del deudor, así sea levísima. En conclusión, podemos decir hemos dicho, la graduación de la culpa no tiene aplicación porque, cuando se
que en todos aquellos casos, que no son pocos, en que la acción en responsabili- exige causa extraña la diligencia y cuidado del artículo 1604 del Código Civil son
dad se fundamente en la mora del deudor, éste para nada podrá beneficiarse de la inherentes. Ahora, en el tráfico jurídico diario son mucho más numerosos los
graduación de las culpas, pues solo lo libera la fuerza mayor, es decir, un evento contratos de compraventa mercantil que los de compraventa civil y, en conse-
imprevisible e irresistible 53 • cuencia, vemos que ya en materia de compraventa, la graduación del artículo 1604
tiene escasa aplicación.
Inclusive, y a pesar de que el artículo 1616 del Código Civil exonera de
responsabilidad por mora al deudor que prueba que ésta se debe a fuerza mayor, la
verdad es que ni la doctrina ni la jurisprudencia tienen en cuenta esta defensa del
54 Entre múltiples fallos que condenan a indemnización de perjuicios moratorias sin
deudor cuando se trata de obligaciones dinerarias. En efecto, el análisis de la cuestionar la culpa en la mora, ni mucho menos su graduación, citamos los si-
jurisprudencia muestra que el deudor que retarda el pago de sumas de dinero es guientes: cas. civ., feb. 29/36, "G. J.", t. XLIII, p. 342; dic. 15/36, "G. J.", t. XLIV, p.
526; mayo 29/42, "G. J.", t. LIV, p. 117.
55 Para que se vean las nefastas consecuencias de la consagración del art. 1604 del
C. C., basta analizar los arts. 928 y 929 del C. de Co., que se refieren a la pérdida
52 En ese sentido, Guillermo Ospina Fernández. Régimen general de las obligacio- de la cosa que se debe. En efecto, el art. 929 establece que la pérdida de la cosa
nes, núms. 131 y ss. vendida que se debe y no se ha entregado corresponde al vendedor, con lo que se
pretende derogar la injusta solución del art. 1607 del C. C., que prescribe que la
53 Ver Guillermo Ospina Fernández, Régimen general de las obligaciones, núm. 134. pérdida la sufra el comprador; no obstante, el art. 928, increíblemente, vuelve al
En el mismo sentido, cas. civ., jun. 7/51, "G. J.", t. LXIX, p. 687; cas. civ., oct. 9/ postulado del art. 1607, pues expresa que el vendedor se exonera si prueba fuerza
51, "G. J.", t. LXX, p. 448; cas. civ., mayo 11/70, "G. J.", t. cxxxiv, p. 113. mayor, con lo que está indicando que la cosa perece para el comprador.
454 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 455

b) - Contrato de transporte causa extraña es lo único que libera de responsabilidad al depositario. En conse-
cuencia, tampoco en el depósito mercantil tiene aplicación la graduación de las
372.- Existe otro contrato supremamente importante en la vida diaria, cual culpas del artículo 1604 del Código Civil.
es el de transporte, y en este contrato, tanto en materia civil como mercantil, la
prueba de la culpa es intrascendente y más aún su graduación. d) - Cuenta corriente bancaria

En efecto, el artículo 981 del Código de Comercio prescribe que el transpor- 374.- Tampoco tiene importancia la graduación de las culpas en el contrato
tador está obligado a transportar las cosas y las personas sanas y salvas al lugar de cuenta corriente bancaria, pues según el artículo 1391 del Código de Comercio,
convenido. El artículo 992 del mismo estatuto refrenda esta obligación al expre- el deudor (el banco) responde en caso de pago de un cheque falso, salvo que el
sar que el transportador solo se libera de su responsabilidad en caso de fuerza cuentacorrentista haya dado lugar a ello por su culpa o la de sus dependientes,
mayor o de culpa exclusiva de la víctima. Además el artículo 2072 del Código factores o representantes.
Civil nos dice también que el transportador es responsable de la mala calidad del
carruaje y, en consecuencia, desde que el vehículo transportador tenga un defecto, ¿Cómo podría el banco probar la diligencia y cuidado, cuando el citado ar-
el deudor será responsable sin entrar a cualificar su culpa; el inciso 2° de la misma tículo le está exigiendo demostrar la culpa de la víctima?
norma exige la prueba de la fuerza mayor o caso fortuito en caso de pérdida de la
mercancía transportada. e) - Cosa que perece durante la mora

Tenemos entonces que en otro contrato tan importante como el de transporte, 375.- Otro de los casos en que la cosa perece para el deudor, es decir éste es
la graduación de las culpas no es de recibo. responsable de indemnizar el valor de la cosa si ya había recibido el precio, se
presenta cuando la cosa perece durante la mora del deudor. Así lo disponen los
e) - Depósito mercantil artículos 1607 y 1731 del Código Civil.

373.- En el depósito mercantil, el Código de Comercio tiene una grave En tales circunstancias, si la cosa perece durante la mora el deudor será res-
contradicción, residuo de la filosofía consagrada en el 1604 sobre la clasificación ponsable por el precio de la cosa y, en consecuencia, la graduación de las culpas
tripartita de la culpa. En efecto, dicha norma establece: no tiene ninguna importancia para efectos de la responsabilidad de aquel. Frente a
esta afirmación nuestra podría argumentarse, de un lado, que el hecho de que el
El depositario responderá hasta de culpa leve en la custodia y con- deudor tenga que pagar el precio de la cosa no lo hace responsable, puesto que la
servación de la cosa. Se presumirá que la pérdida o deterioro se responsabilidad supone la indemnización de perjuicios y, del otro, que tradicio-
debe a culpa del depositario, el cual deberá probar la causa extraña nalmente se ha considerado en nuestro derecho que la mora debe ser culposa para
para liberarse. que pueda comprometer la responsabilidad del deudor56 .

La contradicción radica en que si el deudor (el depositario) solo responde Frente a las anteriores argumentaciones, podría responderse en la siguiente
hasta de la culpa leve, le bastaría demostrar diligencia y cuidado para liberarse, e forma:
incluso si el daño se llegara a producir por su culpa levísima, también quedaría
libre de responsabilidad, puesto que según la primera parte de la norma, solo En cuanto a la primera, podríamos afirmar, según lo vimos ya al sentar las
responde hasta de la culpa leve. Sin embargo, la segunda parte establece que el premisas generales de esta sección (supra, T. I, 353), que cuando el deudor tiene
deudor debe demostrar la causa extraña para poder liberarse. Y aquí de nuevo que pagar el precio de la cosa porque ella perece, ese precio es una indemnización
insistimos en que cuando el Código habla de causa extraña o fuerza mayor, nece-
sariamente está excluyendo cualquier culpa del deudor, así sea levísima, luego no
se podría hablar de causa extraña imputable a culpa levísima. Según veremos más 56 Ver Guillermo Ospina Fernández. Régimen general de las obligaciones, núm. 134;
adelante, la jurisprudencia ha entendido que en el caso del depósito mercantil, la Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 154.
456 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 457

de perjuicios sufridos por el acreedor. No debe olvidarse que la responsabilidad que el deudor puede liberarse de responsabilidad por haber incurrido en mora es
comprende el precio de la cosa y los perjuicios adicionales que se derivan de su cuando establece que ella se debe a una fuerza mayor. Y como la fuerza mayor es
pérdida. Cuando el legislador solo hace responsable al deudor por el precio de la incompatible con la culpa, cualquiera que ella sea (infra, T. II, 9), habrá que infe-
cosa, no es que lo esté declarando irresponsable, solo está limitando el monto de rir que si la cosa perece durante la mora la graduación de la culpa no es de recibo
la indemnización de perjuicios por los cuales debe responder. Por tanto, cuando el y que incluso la ausencia de culpa no es suficiente porque se exige la demostra-
deudor deba pagar el precio de la cosa o cuando el legislador diga que la cosa ción de una causa extraña, es decir, de una fuerza mayor o caso fortuito, del hecho
perece para el deudor, se supone que éste, si ya recibió el precio, debe devolverlo exclusivo de un tercero o del hecho exclusivo de la víctima. En resumen: de un
al acreedor devolución que constituye una indemnización de perjuicios equiva- hecho imprevisible e irresistible.
lentes al daño sufrido por el acreedor con la pérdida de la cosa debida.
f) - Otros casos
En cuanto al segundo argumento, según el cual la mora en nuestro derecho se
supone culposa, podemos afirmar que tal principio es relativo 57 , puesto que tanto 376.- Todavía en relación con la pérdida de la cosa que se debe, anotemos
el artículo 1607 como el 1731 distinguen entre mora y culpa. En efecto, dice el que en muchos otros casos el deudor corre con la pérdida de la cosa y ni siquiera
artículo 1731 del Código Civil que la causa extraña lo libera de responsabilidad y, en consecuencia, con mucha ma-
yor razón, la clasificación tripartita de la culpa no tiene ninguna aplicación.
Si el cuerpo cierto perece por culpa o durante la mora del deudor, la
obligación de este subsiste (... ).
Así, por ejemplo, ya vimos que el artículo 2072 del Código Civil hace res-
ponsable al transportador en caso de que los daños se produzcan por un defecto
Y el1604, en su inciso 2°, expresa que:
del vehículo o carruaje en que se realiza el transporte, independientemente de que
El deudor no es responsable del caso fortuito, a menos que se haya haya existido culpa del transportador en el vicio o defecto del vehículo transpor-
constituido en mora (. .. ), o que el caso fortuito haya sobrevenido tador.
por su culpa.
Lo mismo ocurre cuando el artículo 1737 nos dice que:
Como se ve, nuestro legislador hace al deudor responsable de la pérdida de
Si la cosa debida se destruye por un hecho voluntario del deudor,
las cosas que debe en dos oportunidades: cuando la cosa perece por su culpa y
que inculpablemente ignoraba la obligación, se deberá solamente el
cuando perece durante la mora, así no haya habido culpa del deudor, lo que signi-
precio, sin otra indemnización de perjuicios.
fica que se trata de conceptos diferentes.
En este caso, la ley está diciendo que si el deudor destruye la cosa, deberá en
Además de lo anterior, si aun en gracia de discusión aceptáramos que la mora
todo caso el precio aunque no tenga culpa en la ignorancia de la deuda, lo que
supone necesariamente la culpa del deudor, llegaríamos a la misma conclusión
significa que si tenía conocimiento de la deuda o la ignoraba por su culpa, cual-
según la cual la clasificación tripartita de la culpa no tiene absolutamente ninguna
quiera que ella fuere, puesto que la norma no distingue, deberá pagar el precio de
trascendencia cuando la cosa perece durante la mora del deudor. En efecto, ya
la cosa y los perjuicios adicionales. Vale la pena anotar que este artículo está
hemos visto que el artículo 1616 del Código Civil expresa que la única forma en
dando a entender que el precio de la cosa es un perjuicio y que por tanto genera
responsabilidad. Observemos que la ley dice que si el deudor inculpablemente
ignoraba la obligación, deberá solamente el precio, sin otra indemnización de
57 Decimos que es relativo, puesto que una cosa es la culpa en el retardo y otra es la perjuicios, lo que significa que para el artículo en mención, la deuda del precio de
culpa en la pérdida de la cosa durante la mora. La primera existiría, por ejemplo, si la cosa vendida es una indemnización de perjuicios (supra, T. I, 353).
el deudor retarda la entrega de un vehículo vendido por haberlo arrendado poco
antes del plazo para la entrega. En cambio, habría culpa en la segunda si durante
Tampoco es de aplicación la clasificación tripartita de la culpa cuando la
la mora el vendedor deja el vehículo abierto y con las llaves puestas, lo que da
lugar a que un ladrón se apodere de él. cosa perece por un vicio redhibitorio, ya que el vendedor debe correr con la pérdi-
458 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 459

d~ ~e dicha cosa, sin preguntarnos si hubo cul .


VICIO o mala fe al vender una cosa b. d pa de su parte en la existencia del reportarles utilidad tanto al comprador como al vendedor, ambos responderían
L a ma1a fe solo tendría importan . a sa 1en as de que te ma / 1 d -e
os electos ocultos.
d . . . Cia para condenar al vend d 1 . hasta de la culpa leve, según la interpretación del artículo 1604 del Código Civil.
e perJUICIOs distintos del valor d 1 . . e or a a Indemnización
d l / e a cosa VICIOsa Todo 1 t .
e os artlculos 1917 y siguientes del Códi o . . . o ~n ~nor se desprende .· De un lado, en cuanto a la compraventa mercantil, ya hemos visto cómo el
de Comercio, muy especialmente el artícul~ 9~~~ll y 934 y sigUientes del Código vendedor solo se exonera mediante la prueba de una causa extraña, en caso de que
la cosa vendida perezca y todavía no haya sido entregada al vendedor. Así lo
Finalmente, el artículo 1578 establece que: definen los artículos 929, 930 y 931 del Código de Comercio. Pero fuera de esa
Si la cosa perece por culpa o durante la mor obligación, el artículo 932 del Código de Comercio le impone al vendedor lo que
solidarios, todos ellos quedan obli ad a ~e u~o de los deudores se denomina la "obligación de eficiencia", es decir, aquella según la cual el ven-
salvo la acción de los cod d g os sohdarzamente al precio, dedor garantiza por determinado tiempo el buen funcionamiento de la cosa vendi-
eu ores contra el culpable o moroso
Ello significa que todos los deud . . . da. Si tal garantía es incumplida, el vendedor está obligado a indemnizar al com-
o estarán obligados a indemnizar su olres sohdanos sufrirán la pérdida de la cosa prador de todos los perjuicios sufridos y ni siquiera la causa extraña lo libera de
t1.d o cu1pa o aunque no hubieran sidovaellos
or aunque algunos d ll
. e e os no hayan come- responsabilidad. Así lo establece el inciso 2° del artículo 932, según el cual
s~: entonces que la clasificación tri artita J:Ienes estaban en mora. ¿Cómo pen- el vendedor deberá indemnizar los perjuicios causados por cualquier defecto de
cwn frente a deudores que no t . p l la culpa pueda tener alguna aplica- funcionamiento que sea reclamado oportunamente por el comprador. Es de notar,
UVIeron a más / ·
cosa y que sin embargo deben responder por ellr;;;mma cu1pa en la pérdida de la por otra parte, que el estatuto del consumidor (D. 3466/82), pese a su carencia
de técnica jurídica, impone a los productores y distribuidores de bienes o servi-
4o- Contratos con obligaciones cios una responsabilidad por falta de eficiencia y calidad del bien o servicio, de la
--....... .,_.v.n;"
que solo se exoneran mediante la prueba de una causa extraña, con lo que, cada
. 377.- Además de todos los casos analizad . vez más, la graduación de las culpas del artículo 1604 pierde su espectro de apli-
cwnados con la pérdida de la os en los literales anteriores rela-
cosa que se debe en t cación.
que tampoco la clasificación tripartita de la cul c~n ra~os que e~isten otros en
que al sentar las premisas en esta ./ pa tiene Importancia. Recuérdese
. seccwn (supra T I 35 1) h .. En relación con los vicios redhibitorios ya hemos dicho que en lo que se
entre obligación y contrato mo t d / ' . ' leimos una distinción refiere al precio de la cosa vendida el vendedor es responsable frente al compra-
h ' s ran o como en el . t . d
aber múltiples obligaciones de natural d. . m enor e cada contrato puede dor, independientemente de que haya tenido cualquier culpa en la venta de una
culpa, su prueba y su graduación p d/ eza :stmta, en las cuales, desde luego la
o tan vanar de una situ . / 1 ' cosa que tenía un vicio oculto, y los perjuicios adicionales por ese defecto oculto
mos a1azar algunos contratos y veam / acwn a a otra. Tome- deberán ser pagados por el comprador si éste conocía o debía conocer al tiempo
u . .d os
q e Impi en que a todas ellas se les d / 1 .como en ellos hay dif t b
eren es o ligaciones del contrato el vicio o el defecto de la cosa vendida. Eso quiere decir que si actuó
ma graduación de la culpa ma/x. . e e m~smo tratamiento probatorio y la mis-
' Ime SI se advierte qu h con dolo, no cabe duda de su responsabilidad; ahora bien, si el legislador también
1as partes contraen obligaciones d h e en mue os de esos contratos
lo hace responsable en caso de que el vendedor debiera conocer al tiempo del
den que a la conducta del deud e no 1 acerque, por su misma naturaleza impi-
1/ · or se e pueda aplicar d d 1 ' contrato el vicio o defecto de la cosa vendida, significa que no está cualificando
ogico, graduación alguna de culpa / ' es e e punto de vista su culpa, sino que, pura y simplemente, el juez, en forma abstracta, define si el
. 'pues, segun el artículo 1612 del Código Civil:
vendedor debía o no conocer el vicio de la cosa vendida. De manera que tampoco
Toda obhgación de no hacer una cosa se re .
zar perjuicios si el deud . suelve en la de mdemni- allí tiene aplicación el artículo 1604 y, como vemos, dependiendo del tipo de
hecho. ' or contravzene y no puede deshacerse lo obligación que tenga el vendedor, la carga probatoria y su responsabilidad pueden
variar en una u otra circunstancia.
a) - Contrato de compraventa
En relación con la evicción, el artículo 940 del Código de Comercio estable-
~78.- Analicemos, en primer lugar las difere . . ce una responsabilidad más objetiva, puesto que obliga al vendedor de la cosa
el legislador a las partes en el contrato d ' ntes obhgacwnes que impone evicta a la restitución del precio pagado y a la plena indemnización de perjuicios.
e compraventa, en el cual, por el hecho de
Significa lo anterior que por más que el vendedor trate de probar que obró con
460 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 461

diligencia y cuidado al vender la cosa evicta, de todas maneras está obligado a


En este caso pareciera ser que se aplican los principios de la clasificación
pagar no solo el precio de la cosa, sino también los perjuicios que se le causaren
al comprador por la evicción de la cosa. tripartita de la culpa consagrada en el artículo 1604, pues nada dice el Código, en
el caso específico de la compraventa, sobre el tipo de culpa que compromete al
vendedor.
Miradas ahora las obligaciones del comprador, resulta que éstas no solo con-
sisten en el pago del precio; obligación que ya de por sí, según vimos, se sustrae
De su lado, el artículo 1888 al regular la venta que se hace con relación a la
a la clasificación tripartita de la culpa, puesto que se trata de una obligación de
cabida, hace responsable tanto al comprador como al vendedor si en determinadas
género que como tal no perece (supra, T. I, 368). En efecto, son varias las obliga-
circunstancias la cabida real fuese distinta de la convenida y, aquel de los contra-
ciones que el comprador contrae frente al vendedor.
tantes que no haya vendido con exactitud lo que rezaba el contrato estar~ ~bligado
a responder de todos los perjuicios causados. Se trata de una responsabthdad pu-
De un lado, el artículo 943 dice que el comprador estará obligado a recibir la
ramente objetiva, puesto que sería inimaginable que el deudor que fuese deman-
cosa en el lugar y el tiempo estipulados y a falta de tal estipulación, en el lugar y
dado llegare a ser liberado de su responsabilidad en caso de alegar y demostrar
el tiempo fijados por la ley para la entrega, so pena de indemnizar al vendedor de
los perjuicios causados por la mora. que no tuvo culpa ni leve ni grave en haber vendido con una cabida distinta de la
real. Podría argumentarse que el simple hecho de no vender de acuerdo con la
cabida real constituye una culpa fundamentada en el incumplimiento de la obliga-
Ello significa que el contrato no pierde su validez por el hecho de la mora en
ción. Pero ya hemos dicho que tal teoría descansa en un sofisma; de otro lado, la
recibir la cosa vendida, pero el comprador está obligado a indemnizar al vendedor
ley en múltiples casos se refiere a la ignorancia culposa y a la ignorancia no ~ul~o.sa,
por los perjuicios de dicha mora. Siendo generosos con el comprador, podríamos
tal y conforme ocurre, por ejemplo, en los vicios redhibitorios, lo que stgmftca
pensar que de acuerdo con el artículo 1616 del Código Civil, solo se exonera de
que si en el caso que venimos comentando, la ley hace responsable al vendedor
esa responsabilidad en la medida que pruebe que hubo una fuerza mayor que le
por el hecho objetivo de que la cabida vendida sea distinta de la real, en~?nces la
impidió recibir a tiempo la cosa vendida, es decir, la graduación de la culpa no es
graduación de las culpas vuelve otra vez a estar ausente de la regulacwn de la
de recibo, pues cuando se exige fuerza mayor, la diligencia y cuidado no son
responsabilidad del deudor.
suficientes (supra, T. I, 359). Tenemos entonces que la obligación principal, cual
es la de pagar el precio, no tiene forma de exoneración alguna y que la obligación
Como se ve, pues, hemos encontrado que en el contrato de compraventa exis-
de recibir la cosa en el tiempo estipulado le genera al comprador una obligación
ten múltiples obligaciones que comprometen la responsabilidad de las partes de
de la que solo se exonera en caso de incumplimiento si demuestra una fuerza
diferente manera. Unas veces, hasta el punto de que ni la causa extraña libera de
mayor. Muestra todo lo anterior la imposibilidad de que a todas las obligaciones
responsabilidad; en otras oportunidades, como en el caso de l~ _rérdi?a de 1~ cosa
de un mismo contrato se les pueda aplicar el principio general de graduación de la
culpa del artículo 1604. vendida en materia civil, al deudor se le permite demostrar dthgencm y cmdado;
en otros casos, en fin, como en el de la cosa que se debe en materia mercantil o en
el de la mora tanto civil como mercantil, solo libera la causa extraña ¿Cómo sos-
Pero si el contrato de venta mercantil, al que se le aplicaría el artículo 1604
tener entonces que todas las obligaciones derivadas del contrato de compraventa
por extensión que hace el artículo 822 del Código de Comercio, contiene obliga-
se rigen por la culpa leve tanto del comprador como del vendedor?
ciones de diversa índole y de diverso contenido probatorio, también el contrato de
compraventa civil contiene diversas obligaciones de distinta naturaleza.
b) - Contrato de arrendamiento
En efecto, en lo que se refiere a la pérdida de la cosa vendida, el artículo 1876
establece que:
379.- Veamos ahora algunas de las obligaciones que surgen del contrato de
arrendamiento, contrato que, por ser de utilidad recíproca para el arrendador y el
La pérdida, deterioro o mejora de la especie o cuerpo cierto que se
arrendatario, haría a éstos responsables hasta de la culpa leve. Encontramos, sin
vende, pertenece al comprador, desde el momento de perfeccionarse
embargo, que tanto del lado del arrendador como del lado del arrendatario hay
el contrato, aunque no se haya entregado la cosa (. .. ).
múltiples obligaciones con un carga probatoria diversa. Veamos:
462 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 463

En cuanto al arrendador, encontrarnos que según el artículo 1982 del Código los cambios en el bien arrendado son imputables a una culpa levísima de su parte
Civil, está obligado a entregar al arrendatario la cosa arrendada; a mantener la y que, por tanto no responde, pues solo lo compromete la culpa leve?
cosa en estado de servir el fin para el que ha sido arrendada, y, finalmente, a librar
al arrendatario de toda turbación o embarazo en el goce de la cosa arrendada. e) - Contrato de mandato

Esas tres obligaciones tienen un contenido probatorio distinto. Así, por ejem- 380.- Veamos ahora cómo también el contrato de mandato contiene obliga-
plo, el artículo 1983 dice que si el arrendador, por hecho o culpa suya o de sus ciones de diversa índole. Así, por ejemplo, la obligación principal de cumplir el
agentes o dependientes, se ha puesto en la imposibilidad de entregar la cosa, el encargo del mandante hace que el mandatario responda hasta de la culpa leve,
arrendatario tendrá derecho para desistir del contrato con indemnización de per- según lo establece el artículo 2150 del Código Civil. Pero resulta que el artículo
juicios. 2170 del mismo Código prohíbe al mandatario, por sí o por interpuesta persona,
comprar las cosas que el mandante le ha ordenado vender o vender de lo suyo al
Podría aceptarse, en vía de discusión, que ese hecho o culpa del arrendador mandante lo que éste le ha ordenado comprar, si no fuere con aprobación expresa
debe ser atribuible a culpa grave o culpa leve, pues ese es el grado de culpa que lo del mandante. Esta obligación es de no hacer y pensarnos que lo único que podría
hace responsable. Nosotros pensarnos, sin embargo, que cuando el legislador no liberar de responsabilidad al mandatario sería probar una causa extraña que lo
hace distinción alguna y habla pura y simplemente de culpa, ésta compromete al haya obligado a comprar o vender las cosas del mandante, corno ocurriría, por
deudor, cualquiera sea su naturaleza. De otro lado, creemos que si la cosa arrenda- ejemplo, en caso de un derrumbe que obligara al mandatario a comprar unos ani-
da perece en poder del arrendador y éste ya ha recibido el precio o canon del males del mandante para poder alimentarse con su carne.
arrendamiento, deberá devolverlo al arrendatario, ya que el contrato carecería de
objeto si la cosa arrendada no puede ser entregada al arrendatario o al acreedor. Por otra parte, el artículo 2172 le prohíbe al mandatario colocar a interés
Así se desprende de lo establecido en el inciso 21 del artículo 2057 del Código dineros del mandante sin su expresa autorización ¿Cómo alegar, por ejemplo, que
Civil, según el cual, en el arrendamiento de servicios para la confección de una si el mandatario contraviene tal obligación, pueda tener alguna aplicación la cla-
obra material, si la cosa perece sin culpa del arrendador, éste no podrá cobrar el sificación tripartita de la culpa?
valor del servicio, salvo casos excepcionales, corno sería la mora del arrendatario
que no reclamó la obra una vez que ya estaba terminada. Finalmente, la ley impone al mandatario la obligación de entregar al mandante
el dinero que en razón del encargo pertenezca al mandante, obligación de la que
Ahora, en lo que se refiere a la obligación de librar al arrendatario de toda no se libera ni siquiera con la prueba de una causa extraña58.
turbación o embarazo en el goce de la cosa arrendada, pensarnos que al arrendador
lo único que lo liberaría de responsabilidad en este caso sería la prueba de una 381.- Hemos tornado al azar los contratos de compraventa, de arrendamien-
causa extraña, pues no es imaginable que si un tercero viene a perturbar al arren- to y de mandato con el fin de demostrar que en el interior de cada uno de ellos hay
datario por una culpa levísima del arrendador, éste pueda liberarse de la responsa- múltiples obligaciones que por su propia naturaleza tienen una carga probatoria
bilidad que tiene frente a su acreedor. distinta, bien sea para el deudor bien para el acreedor y que, por tanto, el principio
general sentado en el artículo 1604 es de imposible aplicación a todas las obliga-
De su lado, el artículo 1986 prohíbe al arrendador mudar la forma de la cosa ciones derivadas de un mismo contrato. Habrá casos, según hemos visto, en los
arrendada o hacer en ella obras o trabajos algunos que puedan turbarle o ernbarazarle que ni siquiera la causa extraña libera de responsabilidad al deudor; en otras opor-
el goce de ellas. En este caso no es tampoco concebible que el arrendador, en caso tunidades sí será de recibo la causa extraña; en otros eventos se presume la culpa
de incumplimiento de esa obligación de no hacer, pueda invocar a su favor la del deudor, pero este podrá demostrar un determinado grado de diligencia, se-
graduación de las culpas. Lo único que podría alegar, en un momento determina- gún lo disponga en un caso expreso el legislador y, finalmente, habrá otros casos
do, sería que se vio obligado por una causa extraña a mudar la forma de la cosa
arrendada, o a hacer en ella trabajos que perturbaron o embarazaron el goce de la
cosa al arrendatario, pero no pensarnos que pueda ser aplicable la clasificación 58 Cas. civ., mayo 31/38, "G. J.", t. XLVI, p. 572; cas. civ., oct. 29/45, "G. J.", t. IX,
tripartita de la culpa. ¿Cómo podría argumentar el arrendador, por ejemplo, que p. 756.
464 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 465

en que el acreedor tenga que demostrar la culpa del deudor, según veremos más aislada tiene un amplio campo de aplicación en muchos otros contratos, pues el
adelante. artículo 2144 del Código Civil establece que:

so - En el contrato de mandato Los servicios de las profesiones y carreras que suponen largos estu-
dios, o a que está unida la facultad de representar y obligar a otra
382.- Además de los casos anteriores encontramos muchos otros contratos, persona respecto de terceros, se sujetan a las reglas del mandato.
o mejor, obligaciones contractuales que se sustraen a la graduación de las culpas
establecida en el artículo 1604 del Código Civil. Esta vez queremos referirnos a lo Significa lo anterior, nada más ni nada menos, que en una muy buena propor-
dispuesto por el Código Civil para el contrato de mandato. En relación con éste, ción, en los contratos de prestación de servicios celebrados por profesionales in-
vemos no solo que no se cumple lo dispuesto en el artículo 1604 del Código Civil, dependientes que han realizado largos estudios, como sería, por ejemplo, el caso
sino también que en la forma como está redactado, la graduación de las faltas es de los médicos, el deudor siempre responderá hasta de la culpa leve, sin conside-
insostenible desde el punto de vista de la lógica jurídica. ración a la gratuidad u onerosidad del contrato.

En efecto, según el artículo 2143 del Código Civil, "el mandato puede ser Entre esos contratos encontramos, por ejemplo, el de comisión, el de admi-
gratuito o remunerado". nistración delegada, el de prestación de servicios por parte de los abogados, etc.

Esta norma, concordada con el principio de la graduación de las culpas esta-


Si las cosas son de esta magnitud, vemos entonces que la legislación sobre el
blecida en el artículo 1604 significaría que cuando el mandato es oneroso, es
contrato de mandato deja abierta la brecha para que muchos otros contratos se
decir, remunerado, el mandatario responde hasta de la culpa leve y que si dicho
sustraigan a la graduación de las culpas establecida en el Código Civil y, por
mandato es gratuito, el mandatario solo responde por su culpa grave.
tanto, el principio, aparentemente general, consagrado en el artículo 1604, va que-
Sin embargo, el artículo 2155 establece: dando cada vez con menos contenido.

El mandatario responde hasta de la culpa leve en el cumplimiento Pero de otro lado y todavía en relación con el contrato de mandato, vemos
de su encargo. cómo el citado artículo 2155, en su inciso 2° establece que la responsabilidad
recae más estrictamente sobre el mandatario remunerado, y es tanto que el inciso
Esta responsabilidad recae más estrictamente sobre el mandatario
3° dice que si el mandatario ha manifestado repugnancia al encargo, será menos
remunerado.
estricta la responsabilidad que sobre él recaiga.
Por el contrario, si el mandatario ha manifestado repugnancia al
encargo, y se ha visto en cierto modo forzado a aceptarlo, cediendo Frente a esa mayor o menor severidad que el legislador manifiesta en contra
a las instancias del mandante, será menos estricta la responsabili- del mandatario remunerado o gratuito, caben dos interpretaciones: la primera con-
dad que sobre él recaiga. siste en que el monto indemnizable sería menor cuando el mandato es gratuito.
Sin embargo, tal teoría jamás ha sido siquiera imaginada por la doctrina y la juris-
Por lo pronto extraigamos la idea básica de la norma, según la cual el manda- prudencia y nosotros personalmente creemos que no es esa la filosofía del legisla-
tario responde hasta de la culpa leve. Allí encontramos una nueva excepción a la doren este caso concreto. Nos queda entonces la segunda posibilidad, cual es la
graduación del artículo 1604, ya que aun en caso de mandato gratuito, la culpa que de pensar que lo que el legislador quiso decir fue que la obligación de prudencia
compromete al mandatario será la leve o la grave cuando, si se quiere ser lógico, o diligencia del mandatario remunerado era mucho más estricta que la que cobija-
habría· que concluir que el mandatario gratuito solo debería responder de su culpa ría al mandatario gratuito o al mandatario que hubiere manifestado su repugnan-
levísima. cia al encargo.

Claro que podrá argumentarse que ésta es una de las excepciones que permite Es aquí donde encontramos la carencia de lógica por parte de nuestro legisla-
el inciso final del artículo 1604. No obstante, veremos que esa aparente excepción dor. ¿Cómo puede ser lógico que el primer inciso del artículo 215 5 generalice
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 467
466 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

diciendo que tanto el mandatario remunerado como el gratuito responden hasta de era establecer una excepción a dicha graduación, le habría bastado consagrar sola-
la culpa leve y que, a renglón seguido, manifieste que si el mandato es gratuito, la mente el inciso 1o del artículo 2155, que prescribe que el mandatario responde
responsabilidad del mandatario será menos estricta? hasta de la culpa leve, lo cual, si bien contradice la graduación del artículo 1604
por Jo menos es lógico, ya que el legislador perfectamente puede, tanto para el
ÜSPINA FERNÁNDEZ sostiene que no se trata de que en el caso del mandato mandato gratuito como para el remunerado, imponer una misma carga probatoria.
remunerado el grado de culpa del deudor sea mayor que cuando el contrato es Pero lo verdaderamente absurdo es pretender que ambos respondan por el mismo
gratuito. El tratadista concluye diciendo que, pura y simplemente, lo que acontece grado de culpa y que a continuación se diga que ese grado de culpa se mirará con
es que el legislador mira con más rigor la responsabilidad del deudor59 . mayor o menor rigor según la gratuidad u onerosidad del mandato. Parecería que
lo que el legislador está proponiendo o exigiendo es que en el interior de la culpa
Pero tal apreciación del maestro ÜSPINA FERNÁNDEZ está montada sobre un leve haya a su turno subgrados de culpa, es decir, que sea más grave la culpa leve
sofisma, pues no hemos podido imaginar cómo es posible que tanto el mandatario del depositario gratuito que la culpa leve del mandatario remunerado. Tendría-
a título gratuito como el comodatario a título remunerado responda hasta de la mos, entonces que, la culpa leve a su turno se divide en dos, una más leve para el
culpa leve, pero que en uno y otro caso, el grado de responsabilidad sea más o mandatario gratuito y otra más grave para el mandatario remunerado. ¡Vaya en-
menos estricto. Lamentablemente, el citado autor guarda silencio al respecto. Ne- crucijada!
cesariamente, si se quiere ser más estricto con el mandatario remunerado, lo que
en el fondo se está ordenando es que aunque teóricamente ambos mandatarios Todas estas especulaciones muestran a las claras la terrible confusión lógica
responden por un mismo grado de culpa, en la práctica debe ser de mayor grave- creada por la clasificación tripartita de la culpa. Nuestro legislador en muchas de
dad o de mayor intensidad la culpa del mandatario remunerado que la del manda- sus normas pareció adoptar la solución mucho más lógica del derecho francés, en
tario a título gratuito. el que la clasificación tripartita de la culpa fue condenada en forma expresa Y se
estableció, pura y simplemente, que en cada contrato, el grado de diligencia y
En sana lógica, lo que el legislador pudo haber consagrado era la segunda prudencia a que se obligaba el deudor sería mayor o menor según las circunstan-
parte del artículo, es decir -siguiendo en ello al derecho francés- prescribir que el cias y, en consecuencia, como queda visto, una misma conducta puede ser culposa
grado de diligencia y prudencia contraído por el mandatario remunerado fuese para un deudor y no serlo para el otro. Pero con la graduación del artículo 1604 se
mucho mayor que el contraído por el mandatario gratuito. Así las cosas, un deter- contradice lo anterior, pues una misma conducta puede ser culposa para ambos
minado hecho podría ser considerado culposo para el depositario remunerado, deudores, con la diferencia de que esa culpa, por tener un determinado grado,
mas no para el mandatario gratuito, puesto que éste no se habría comprometido al puede comprometer o no al deudor. Es aquí donde radica la contradicción lógica
mismo grado de diligencia y prudencia a que se habría obligado aquel. En el fon- de nuestro legislador, contradicción que se agudiza cuando se afirma que el man-
do, esa es la solución de un fallo sobre responsabilidad civil hospitalaria proferi- datario responde hasta de la culpa leve pero que su responsabilidad será más o
do por la Corte Suprema de Justicia, de fecha 12 de septiembre de 1985 60 • menos estricta según la gratuidad u onerosidad del encargo.

Por desgracia, la norma (y allí se ve la confusión lógica de nuestro legislador de culpa sin graduarla
6° - Casos en que el Código
al consagrar la graduación de las culpas) borra con los incisos 2° y 3° del artículo
2155 del Código Civil lo que dijo en el inciso 1o al prescribir que el mandatario 383.- Hay todavía otros casos en los que, a nuestro entender, no es aplica-
remunerado o gratuito responda hasta de la culpa leve. Si el legislador hubiera ble la graduación de las culpas y, por tanto, cualquiera sea el grado de culpa del
querido ser consecuente con la graduación de las culpas, sencillamente podría deudor, su responsabilidad se compromete.
haber guardado silencio en el caso específico del contrato de mandato y, por tanto,
se aplicaría el principio general de graduación del artículo 1604; y si lo que quería En efecto, ya hemos dicho (supra, T. I, 361) que en múltiples oportunidades
nuestro Código Civil establece la responsabilidad civil contractual del deudor que
actúa con culpa. Es decir, la ley para nada cualifica esa conducta culposa del
59 Guillermo Ospina Fernández. Régimen general de las obligaciones, núm. 149. deudor. Desde que la culpa se establezca, el deudor es responsable. En tales cir-
60 Cas. civ., 12 sep. 12/85, en Jurisprudencia y Doctrina, vol. 4, pp. 968-969. cunstancias creemos que tampoco la graduación de las culpas del artículo 1604
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tiene aplicación y, en consecuencia, ese principio general de la citada norma que-


da cada vez más con un menor contenido.
384.- Finalmente, la ley, en varias disposiciones, hace responsable al deu-
Podría contra argumentarse que cada vez que el legislador hable pura y sim- dor .contractual por los daños causados por sus dependientes o por sus parientes.
plemente de culpa se está remitiendo al principio general del artículo 1604 lo cual Así, por ejemplo, el artículo 1738 del Código Civil, al referirse a la pérdida de la
llevaría a entender que cuando en las normas dispersas en el Código el legislador cosa que se debe, establece que
habla simplemente de culpa, se está refiriendo a la culpa cualificada del artículo
1604, según el tipo de·contrato. Pero, como lo habíamos expresado (supra, T. I, En el hecho o culpa del deudor se comprende el hecho o culpa de las
361), tal argumento sería válido si no fuera porque el mismo Código en múltiples personas por quienes fuere responsable.
casos especiales sí cualifica la culpa, creando así la confusión. Si el principio
general sirve de pauta de interpretación para todas las veces que el Código habla El artículo 1999 del Código Civil, por su parte, prescribe que
de culpa, entonces no tiene sentido que el legislador en algunos casos hable de El arrendatario es responsable no solo de su propia culpa, sino de
culpa grave, o leve o levísima, según el contrato, y que en otras oportunidades la su familia, huéspedes y dependientes.
solamente utilice la palabra culpa. En conclusión, para nosotros, siempre que la
ley hable solo de culpa, habrá que entender que el principio de la graduación de Miradas las cosas con criterio lógico jurídico, tenemos que, de insistir en la
las culpas del artículo 1604 queda derogado. Y no son pocos los artículos de los necesidad de graduar la culpa del deudor y dada la relatividad de los contratos, la
Códigos Civil y de Comercio que simplemente hablan de culpa, a secas, sin cua- culpa de un tercero no tendría porqué hacer responsable al deudor que no ha co-
lificación alguna. Entre otros, enumeramos los siguientes: 1543, 1578, 1604, 1648, metido culpa alguna. Sin embargo, vemos que al deudor no se le permite demos-
1731, 1882, 1941, 1983, 1984 y 1989 del Código Civil. trar su propia diligencia y cuidado en la vigilancia y elección del dependiente,
sino que automáticamente responde por ella. Hay que decir entonces que también
La opinión anterior está refrendada por la jurisprudencia en un fallo del 31 de
en aquellos casos en que el daño contractual ha sido causado por un dependiente
mayo de 1938, en el cual la Corte expresa:
o por un pariente del deudor, y como la ley asigna la responsabilidad por ese
comportamiento culposo a dicho deudor, ni la culpa, ni mucho menos su}radua-
"En materia de actos lícitos, como en materia de violación de un contrato,
ción, tienen efectos para exonerarlo o condenarlo en responsabilidad. Este res-
toda negligencia, cualquiera que sea su gravedad, entraña, en principio, la
responsabilidad del autor" 61 • ponde por la culpa de otras personas extrañas al contrato, aunque de hecho sean
quienes materialmente lo ejecutan, y a ellos se aplicará la graduación del artículo
En otra Sentencia, del 5 de mayo de 1942, la misma Corte señala que en la 1604. Inclusive, PLANIOL y RIPERT afirman que cuando el deudor responde contrac-
responsabilidad por la pérdida de la cosa arrendada, el artículo 2005, que regula el tualmente por el hecho de sus dependientes, la responsabilidad es objetiva63 •
punto en forma especial, deroga el principio de la graduación del 1604, dando a
entender el fallo que cualquier culpa es suficiente para comprometer la responsa- K. -De hecho, la jurisprudencia colombiana ignora la graduación de la culpa
bilidad del arrendatario, pues el artículo 2005 se limita a señalar que el arrendata-
rio deberá probar que la cosa arrendada no pereció por su culpa. Dice la Corte: 385.- Además de los argumentos que hemos expresado en los párrafos an-
teriores contra la graduación de las culpas establecidas en el artículo 1604 del
"Por existir una disposición -el art. 2005- que regula los deberes del arren- Código Civil, encontramos que, de hecho, nuestra jurisprudencia ignora tal gra-
datario, tal norma es de necesaria aplicación en el caso que se considera, y no duación y, por tanto, en la mayoría de los casos, el artículo 1604 es prácticamente
la del precepto general (art. 1604) que invoca el señor procurador" 62 • letra muerta. Luego de un análisis detenido de aproximadamente el noventa por
ciento de la jurisprudencia publicada desde el año de 1922 en la Gaceta Judicial,

61 Cas. civ., mayo 31/38, "G. J.", t. XLVI, p. 572.


62 Cas. civ., mayo 5/42, "G. J.", t. Llll, p. 653. 63 Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm.390.
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podemos hacer al respecto las siguientes consideraciones, que prueban que nues- tratándose de obligaciones de dar sobre cuerpo cierto, la sola ausencia de
tra jurisprudencia no da una cabal aplicación a la graduación de las culpas estable- culpa no descarga de responsabilidad; es necesario además, que el deudor
cidas en la ley. demuestre el caso fortuito y que este ocurrió sin su culpa" 66 .

a) En primer lugar, encontramos numerosísimos fallos en los que, al ejer- d) Por otro lado, al analizar gran parte de la jurisprudencia sobre responsa-
cerse la acción resolutoria, ni las partes ni los tribunales mencionan siquiera bilidad contractual, nos encontramos con el sorprendente hecho de que absoluta-
tangencialmente la graduación de las culpas ni la culpa misma, pues en todos ellos mente en ninguna de las sentencias estudiadas, la Corte se detiene en la conducta
basta el hecho puro y simple del incumplimiento para que el deudor incumplido del deudor para discutir si ella configuraba una culpa grave, leve o levísima; y en
sea obligado a la indemnización de perjuicios 64 • algunos de los casos que pudimos verificar, los tribunales a lo sumo examinan
pura y simplemente si hubo o no culpa del deudor, sin detenerse en el análisis de
b) Por otro lado, la jurisprudencia en forma expresa ha reiterado que cual- la graduación de las culpas. Curiosamente, en una sentencia del 5 de mayo de
quier tipo de culpa, sin tener en cuenta su gravedad, compromete la responsabili- 1942, la parte demandada en un proceso por pérdida de la cosa arrendada intento
dad del deudor contractual. que la Corte aceptara que la culpa cometida por el demandado era una culpa levísima,
pero que tratándose de un contrato de arrendamiento, el arrendatario solo respon-
Así lo afirma la Corte Suprema de Justicia en fallo del 31 de mayo de 1938, dería por la culpa leve y que, en consecuencia, por haber sido levísima su culpa, el
que al respecto expresa: demandado debería ser absuelto, invocando para ello la graduación de las culpas
del artículo 1604 del Código Civil.
"En materia de actos lícitos, como en materia de violación de un contrato,
toda negligencia, cualquiera que sea su gravedad, entraña, en principio, la Sin embargo, la Corte, al referirse a este argumento de la parte demandada, y
responsabilidad del autor" 65 . la Corte demandante en casación, expresó lo siguiente:

e) Pero incluso hay sentencias de la Corte Suprema de Justicia que son aún "Por existir una disposición -el art. 2005- que regula los deberes de arrenda-
más categóricas, pues afirman que en el caso de la pérdida de la cosa que se debe dor y arrendatario, tal norma es de necesaria aplicación en el caso que se
al deudor no le basta demostrar la simple ausencia de culpa, sino que debe aportar considera, y no la del precepto general del artículo 1604 que invoca al señor
la prueba de una causa extraña, con lo que la graduación de las culpas pierde procurador" 67 .
absolutamente toda importancia.
Obsérvese, pues, que para la Corte la responsabilidad del arrendatario por la
Así, por ejemplo, en un fallo del12 de diciembre de 1940, la Corte Suprema
pérdida de la cosa que se debe no se rige por la graduación de las culpas del
de Justicia expresa lo siguiente:
artículo 1604, puesto que el artículo 2005, que solo habla de culpa sin cualificarla,
es de aplicación en lugar del citado artículo 1604.
"Y según el artículo 1733, el deudor es obligado a probar el caso fortuito que
alega, cuando pretende que la cosa se perdió sin su culpa. Consecuencia:
e) Ahora, en algunos fallos encontramos que la Corte Suprema de Justicia
en sus consideraciones generales habla de la graduación de las culpas del artículo
1604 pero, de hecho, al analizar la conducta concreta del demandado, se limita
64 Entre multitud de fallos en ese sentido, pueden consultarse los siguientes: cas. a averiguar si éste actuó o no en forma culposa y en ningún momento pone so-
civ., feb. 29/36, "G. J.", t. Llll, p. 342; dic. 15/36, "G. J.", t. XLIV, pp. 526 y ss.; abr.
bre la balanza del libre arbitrio esa conducta para establecer si constituye una
29/35, "G. J.", t. XLVIII, p. 335; jul. 29/42, "G. J.", t. LIV, p. 460; mayo 11/42, "G.
J.", t. LIV, p. 49; mayo 29/42, "G. J.", t. LIV, p. 117; sep. 16/40, "G. J.", t. L, p. 70;
oct. 24/40, "G. J.", t. L, p. 381; oct. 30/46, "G. J.", t. LXI, p. 403; mar. 14/46, "G. J.",
t. LXI, p. 104; nov. 22/28, "G. J.", t. xxxvi, p. 105; jun. 25/51, "G. J.", t. LXX, p. 21;
feb. 25/52, "G. J.", t. LXXI, p. 124. 66 Cas. civ., dic. 12/40, "G. J.", t. L, p. 641.
65 Cas. civ., mayo 31/38, "G. J.", t. XLVI, p. 572. 67 Cas. civ., mayo 5/42, "G. J.", t. Llll, p. 653.
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culpa grave, leve o levísima. Se limita a condenar, si considera que hay culpa y si análisis de la conducta del deudor para establecer si su culpa es grave, leve o
estima que no hay culpa, absuelve, pero la graduación de las culpas para nada levísima, y, en consecuencia, hacerlo o no hacerlo responsable de los perjuicios
cuenta68 • cuya indemnización se solicita en la demanda.

. f) . Desde 1935, nuestra Corte Suprema de Justicia ha venido aceptando la


d1~erenc1a entre obligaciones de medio y de resultado por considerar que en las 386.- ¿QUÉ QUEDA ENTONCES DEL PRINCIPIO GENERAL DE LA GRADUACIÓN DE LAS
pnmer.as el demandante debe establecer la culpa del deudor, cualquiera que ella CULPAS CONTEMPLADO EN EL ARTÍCULO 1604?
sea, mientras que en las de resultado el deudor solo se libera mediante la prueba
de una causa extraña, con lo que tácitamente está condenando la graduación de las A medida que hemos avanzado en este aparte, hemos visto que son tantas las
culpas del artículo 1604 del Código Civil69. excepciones que tiene el principio general de la graduación de las culpas contem-
plado en el artículo 1604, que nos preguntamos qué queda entonces de él.
g) ~in~l~ente, encontramos numerosísimas sentencias en las que, luego de
un debate JUdtcial, ~1 demandado es condenado a la indemnización de perjuicios, Es posible imaginar que lo que el legislador quiso regular fue la graduación
pese a que de .la meJor buen~ fe y con argumentos jurídicos sólidos consideró que de las culpas en relación con algunas obligaciones principales y vertebrales de
no estaba obhgad.o a cumplir el contrato. Piénsese, por ejemplo, en la compañía cada contrato -pero solo en algunas-, principalmente en las relativas a la pérdida
aseguradora que, mterpretando una cláusula del contrato, considera que el sinies- de la cosa que se debe. Recuérdese (supra, T. I, 363) que éste era el pensamiento
tr.o n~ ~staba cu~ierto por la póliza y pese a ello es condenada al pago de la indem- de PoTHIER, en el cual se inspiró BELLO, con la diferencia de que éste lo volvió
mzacwn, es decu, al pago de la cobertura del siniestro y a la indemnización de principio general aplicable a todas las obligaciones. Por ello no sería ilógico que
perjuicios adicionales. En ninguno de estos casos, los jueces o las partes discuten se graduara la culpa del vendedor, del comodatario o del depositario por la pérdi-
en lo más mí~imo si hubo culpa grave, leve o levísima de la compañía asegurado- da de la cosa que se debe e, incluso, la del mandatario en el cumplimiento del
ra en su negativa a pagar el siniestro. Creemos que si tal debate se presentara sería encargo. Pero hay otra serie de obligaciones principales o accesorias, de hacer o
estéril, ?u~sto que es inimagi.nable que la compañía aseguradora argumentase que de no hacer, que por su misma naturaleza impiden que a ellas se les aplique la
estaba mtlmamente convencida de no estar obligada a pagar lo estipulado en el graduación de las culpas, puesto que se trata de obligaciones de garantía o de
contrato. Así la~ cosas, tenemos que afirmar que en muchos litigios judiciales en aquellas en que solo la injerencia de una causa extraña justifica su incumplimien-
los que pura YSim?lemente se discute si hubo o no incumplimiento, la graduación to. El gran error del artículo 1604 fue pretender que todas las obligaciones de un
de las cul~as no ti~ne absolutamente ninguna relevancia y, de hecho, los jueces mismo contrato fueran de la misma naturaleza y, por tanto, que a ellas se les
condenan mdepend1entemente de que el deudor contractual hubiese cometido cul- aplicara un mismo régimen probatorio de la culpa.
pa alguna.
Fuera de lo anterior, encontramos que ese principio general, aplicable a la
Como se puede ver, la jurisprudencia colombiana, fundada en un argumento pérdida de la cosa que se debe o a las obligaciones principales en ciertos contra-
u otro, ignora prácticamente la graduación de las culpas consagrada en el artículo tos, tiene ya de por sí algunas excepciones consagradas por el mismo legislador.
16?4, Y al sentar las premisas generales de sus decisiones esporádicamente se Recuérdese, por ejemplo, que en el contrato de mandato, el deudor siempre res-
refiere a ella en el examen de cada situación concreta, omite efectivamente el ponde de la culpa leve, poco importa que el mandato sea remunerado o gratuito,
con el agravante de que casi todos los contratos de prestación de servicios se rigen
por las normas del mandato, según lo dispone expresamente el legislador en el
artículo 2144.
68 .~n es,~ sentido, véanse las siguientes sentencias de casación civil: mayo 31/38,
~,·J., t. XLVI, pp. 566 y ss.; mayo 11/70, "G. J.", t. cxxxiv, p. 125; feb. 1°/51, "G.
J. , t. LXIX, pp. 28 y ss.
387.- CoNcLusióN
69 Véanse, ent~e otros, los siguientes fallos que aceptan la distinción entre obligacio-
nes de med1~ y d~, resultado: cas. civ., nov. 30/35, "G. J.", t. XLIII, pp. 175 y ss.;
mayo 31/38, G. J. , t. XLVI, pp. 566 y ss.; ene. 23/80, en Jurisprudencia Civil de la Para concluir este aparte, digamos que en los contratos obran algunas obliga-
Corte, p. 187; ene 26/82, "G. J.", t. CLXV, p. 21. ciones cuyo incumplimiento compromete la responsabilidad del deudor, sin que a
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éste le quepa ninguna posibilidad de exoneración; existen otras obligaciones cuyo digo Civil, que el principio, como tal, va quedando vacío de contenido, pues unas
incumplimiento crea una presunción de culpa en contra del deudor, quien puede, veces la culpa deberá probarse (B) y otras la culpa se presume, pero solo la desvir-
sin embargo, demostrar una causa extraña para poder liberarse; hay otras obliga- túa una causa extraña (C).
ciones en las que cualquier culpa del deudor compromete su responsabilidad y,
finalmente, hay algunos casos en que esa culpa está graduada de acuerdo con la A. - El artículo 1604, inciso 3° no consagra una presunción de culpa con-
utilidad que el contrato le reporta a alguna de las partes. Todo lo anterior signifi- tractual
ca, pues, que la graduación de las culpas no es un principio general de pocas
excepciones, sino un principio aplicable solo al incumplimiento de algunas obli-
389.- ARGUMENTOS EN CONTRA DE LA PRESUNCIÓN DE CULPA CONTRACTUAL
gaciones y no a la generalidad de ellas.
COMO PRINCIPIO GENERAL

§2. ¿CONSAGRA EL ARTÍCULO 1604 DEL CóDIGO CIVIL


En nuestro concepto, el aparente principio general de presunción de culpa
UNA PRESUNCIÓN DE CULPA CONTRACTUAL?
contractual realmente es inexistente, sin que por ello desconozcamos que la pre-
sunción de la culpa exista en no pocos casos, sobre todo en tratándose de la pérdi-
388.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA da de la cosa que se debe, pues así lo establece expresamente el artículo 1730 del
Código Civil. Pero de allí a pretender formular el principio general de que esa
Buena parte de la doctrina70 y la jurisprudencia71 ha considerado que el ar- presunción siempre existe, salvo casos excepcionales, hay una gran distancia.
tículo 1604 del Código Civil no solo consagra el principio general de la gradua-
ción de las culpas, sino que también en su inciso 3° establece otro principio gene- En seguida expondremos algunos argumentos a partir de los cuales buscamos
ral de acuerdo con el cual, la culpa contractual siempre se presume. Se deduciría demostrar que en el derecho colombiano se presume la culpa contractual en cier-
tal premisa del citado inciso 3°, según el cual tos casos, hay que probarla en otros y, en no pocos, ni se presume ni hay que
probarla, puesto que en varias hipótesis hay una responsabilidad contractual pura-
(... ) la prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido mente objetiva. Nuestros argumentos en contra de la presunción de culpa contrac-
emplearlo; la prueba del caso fortuito al que lo alega. tual son, pues, los siguientes.

De este inciso se ha inferido, pues, que en materia contractual la culpa siem- 390.- a) Según el inciso 3° del artículo 1604, "La prueba de la diligencia o
pre se presume y, por tanto, la distinción entre obligaciones de medio y de resul- cuidado incumbe al que ha debido emplearlo; ...
tado, válida y aplicada en el derecho francés, no sería de recibo en el nuestro, ya
que todas las obligaciones tendrían, en cuanto a la culpa, el mismo régimen pro- ¿Significará la anterior disposición que absolutamente en todos los casos, o
batorio. en la mayor parte de ellos, el deudor contractual se presumirá culpable y le corres-
ponderá demostrar que ha actuado con diligencia o cuidado en el cumplimiento de
Sin embargo, nosotros pretendemos a continuación demostrar que el artículo la obligación?
1604, en su inciso 3°, no está realmente creando un principio general de presun-
ción de culpa contractual (A). Y que en caso de que se alegare la validez de dicha Antes de dar nuestra opinión al respecto, tratemos de imaginar una redacción
presunción, sucedería lo mismo que con la graduación de las culpas, en la cual son diferente para el principio examinado; supongamos, en efecto, que el artículo 1604
tantas y tantas las excepciones a ese principio general esparcidas por todo el Có- en su inciso 3°, dijese lo siguiente: "El deudor deberá demostrar que empleó la
diligencia y cuidado que ha debido emplear".

70 En este sentido, Guillermo Ospina Fernández, Régimen general de las obligacio- Si el artículo 1604 sentase este principio hipotético, no cabría duda de que el
nes, núm. 152; Ricardo Uribe Holguín, ob. cit., ensayo núm. 17, p. 1OO. legislador estaría obligando al deudor a probar que actuó con diligencia y cuidado
71 Entre otros fallos, pueden verse, cas. civ., nov. 3/77, en Jurisprudencia y Doctrina, en el cumplimiento de la obligación. Pero si el legislador, como lo hace el artículo
vol. 4, p. 906; cas. civ., oct. 29/45, "G. J.", t. LIX, p. 753. 1604, lo que establece es "La prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha
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debido emplearlo;( ... )", entonces no está consagrando una presunción de culpa en En este caso, son válidos los mismos argumentos que planteamos en relación
contra del deudor, sino que en su pésima estructura lógica está expresando que con la prueba de la diligencia y cuidado. En efecto, en ninguna parte el legislador
cuando haya que probar esa diligencia y cuidado, tal prueba incumbirá al deudor. está diciendo que siempre el deudor debe probar el caso fortuito para exonerarse
Una cosa es decir a quién le corresponde probar la diligencia y cuidado sin decir de la presunción de culpa que pese en su contra. Lo que está diciendo es que
cuándo, tal y conforme lo está diciendo el artículo 1604 en su inciso 3°, y otra cosa cuando se alega el caso fortuito, le incumbe al deudor probarlo. Pero habrá even-
muy distinta es establecer que el deudor deberá siempre probar la diligencia y tos en los que dicha prueba no sea necesaria, como son los de las simples presun-
cuidado a que estaba obligado. Podría argumentarse que se trata de un simple ciones de culpa o los de responsabilidad con culpa probada, puesto que respecto
juego de palabras pero dentro de una sintaxis lógica del pensamiento escrito hay de ellos el legislador en forma alguna le está exigiendo al deudor que para poder
que buscar el significado exacto que describe la oración. liberarse de su responsabilidad demuestre el caso fortuito.

En conclusión, lo que el inciso 3° del artículo 1604 está prescribiendo es que 392.- e) Pero el punto donde más flaquea la doctrina según la cual el artícu-
no son ni el acreedor, ni el juez, ni terceras personas los que deben demostrar la lo 1604 crea un principio general de presunción de culpa contractual, lo encontra-
diligencia o cuidado. La prueba está en cabeza del deudor, pero ello no significa mos en las dos frases consignadas en el inciso 3°, que habla de la aparente presun-
que absolutamente en todos los casos él deba probar la diligencia y cuidado. ción, las cuales son contradictorias desde el punto de vista de la lógica probatoria
de la responsabilidad civil, puesto que establecerían la obligación de probar a un
El legislador, dentro de la misma norma y conservando el inciso analizado, mismo tiempo tanto la diligencia y cuidado como el caso fortuito.
podría haber consagrado, sin incurrir en contradicción alguna, este otro principio:
"La prueba de la falta de diligencia y cuidado incumbe al que la alega". Decimos que ello contraría la lógica puesto que, según hemos dicho hasta la
saciedad (supra, T. I, 348 y 350), la prueba de la diligencia y cuidado significa
En este caso no estaría sentándose el principio general de que la culpa siem- demostrar ausencia de culpa, mientras que la exigencia de la prueba del caso for-
pre hay que probarla. Lo que estaría afirmándose por el legislador es que cuando tuito es una demostración mucho más severa, en la que se le exige al deudor
hubiera que probar la culpa, sería al acreedor a quien le correspondería la carga de establecer no solo que no tuvo culpa (probar diligencia y cuidado), sino también
la prueba. Por eso decimos que si el artículo 1604 estableciera que la prueba de la que se rompió el nexo de causalidad. Por eso, con sana lógica jurídica, a través de
diligencia y cuidado incumbe al que ha debido emplearlos y que la prueba de la toda la legislación, encontramos que unas veces el acreedor debe establecer la
falta de diligencia y cuidado incumbe al que la alega, lo que estaría pura y simple- ausencia de culpa (véase C. C., art. 2005), mientras que en otras oportunidades se
mente manifestando es que cuando haya de probarse lo primero, ello le correspon- le exige demostrar la causa extraña (véanse C. de Co., arts. 928 y 992 y C. C., art.
de al deudor y que cuando se deba probar lo segundo, ello le incumbe al acreedor. 1616). Son pues totalmente excluyentes la ausencia de culpa, es decir, la diligen-
En ningún momento los dos principios serían contradictorios, pues se trataría de cia y cuidado, y el caso fortuito que se alega. Por tanto es imposible imponerlas al
sentar parámetros generales para cuando la ley, en casos particulares o en casos deudor al mismo tiempo, como principio genera ambas posibilidades, cuando la
menos generales, como el de la pérdida de la cosa que se debe, estableciere una misma ley, en casos específicos, solo permite y exige una de las dos; y como la
presunción o una culpa probada. redacción del artículo no está, literalmente hablando, dándole la alternativa al
deudor para que demuestre una u otra cosa, no podemos presumir que se trata de
Desde luego, lo que pretendemos es demostrar que la norma, pésimamente dos posibilidades que tiene el deudor para exonerarse o desvirtuar la presunción
redactada, no está consagrando un principio general de presunción y que se trata que pese en su contra. De consiguiente, estimamos errónea la doctrina72 que con-
de un inciso aislado que el codificador incluyó sin ningún fin aparente. Es una sidera que la presunción existe y que el deudor puede desvirtuarla demostrando
frase que no crea ningún principio porque según veremos más adelante, inclusive uno u otro evento. De hecho, en múltiples oportunidades, según dijimos, ellegis-
se contradice con otro concepto consagrado a renglón seguido.

391.- b) Veamos ahora la parte final del inciso 2° del artículo 1604, de 72 Véase Guillermo Ospina Fernández. Régimen general de las obligaciones, núm.
acuerdo con la cual "la prueba del caso fortuito incumbe al que lo alega". 152.
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lador en casos especiales solo habla de una de las dos formas de exoneración y, libera de la presunción por pérdida de la cosa arrendada si prueba ausencia de
siendo ello así, ningún sentido tiene afirmar que el artículo 1604 consagra la alter- culpa, con lo que la exigencia del caso fortuito también desaparece y, por tanto, el
nativa de exoneración mediante la prueba de cualquiera de las dos. aparente principio general de presunción del artículo 1604 queda aniquilado en
virtud de disposiciones especiales que consagran solo una de las dos formas de
Si en gracia de discusión se aceptara que el deudor tiene la alternativa de desvirtuar la presunción.
establecer la diligencia y cuidado o demostrar el caso fortuito, no habría sido
necesario que el legislador, en una forma confusa, hiciera referencia expresa a las 393.- d) Un análisis de derecho comparado nos permite observar que en
dos hipótesis. el Código Civil francés, en su artículo 1302, también se establece para el deudor
la obligación de probar el caso fortuito que alega, pero solo para el caso de la
En efecto, si al deudor le fuese factible demostrar diligencia y cuidado o el pérdida de la cosa que se debe y dentro de la concepción única de la culpa consa-
caso fortuito, le habría sido suficiente al legislador quedarse únicamente con la grada en el artículo 1137. Además, en el derecho de aquel país también se presu-
primera parte del inciso, es decir, disponer que el deudor podría exonerarse de- me la culpa del deudor cuando la cosa perece por su culpa, quien se exonera de la
mostrando diligencia y cuidado, pues el que puede lo más puede lo menos, y si al presunción si prueba que la cosa pereció por caso fortuito. Luego el concepto es
deudor le basta demostrar ausencia de culpa, ello significa que al probar el caso lógico dentro de la estructura del Código.
fortuito, de hecho está demostrando diligencia y cuidado y que él no causó el
daño. Pero don ANDRÉS BELLO adicionó aquello de que la prueba de la diligencia y
cuidado incumbe al que ha debido emplearlo, con el agravante de que la mayoría
Si lo que quiso fue imponerle la obligación de probar el caso fortuito, enton- de los principios que aparecen consagrados en los artículos 1602 y siguientes de
ces habría sobrado aquella parte del inciso según la cual al deudor le corresponde- su Código, relativos al efecto de las obligaciones, aparecen en el Código Civil
ría siempre demostrar la diligencia y cuidado que le incumbe, puesto que, tal francés en un capítulo más restringido dedicado a las obligaciones de dar, lo que
como se ha dicho (supra, T. I, 348 y 350), cuando la ley exige la prueba de una implica necesariamente referirse solo a la responsabilidad por la pérdida de la
causa extraña (caso fortuito), al deudor le es insuficiente establecer simplemente cosa que se debe.
la diligencia y cuidado. Por eso vemos cómo, v. gr. en el contrato de transporte, al
deudor, agente causante del daño no le es aceptable, para exonerarse, establecer Sea de ello lo que fuere, la verdad es que el inciso 3° del 1604 de nuestro
simplemente diligencia y cuidado. Por el contrario, tiene que demostrar un caso Código Civil, que venimos comentando, es absolutamente confuso y absurdo, no
fortuito o fuerza mayor, el hecho exclusivo de un tercero o el hecho exclusivo de solo porque no se puede consagrar la presunción como un principio general en la
la víctima. culpa contractual, pues múltiples textos lo contradicen, sino porque las dos for-
mas de desvirtuar la presunción que aparentemente consagra son contradictorias.
En conclusión, podemos afirmar que, así se aceptara la teoría de que el ar-
tículo 1604 consagra una presunción de culpa del deudor contractual, los dos con- Por nuestra parte, tímidamente, nos atrevemos a pensar que la idea del señor
ceptos que sirven de soporte a la hipótesis se excluirían entre sí, puesto que si BELLO al establecer este confuso inciso fue la siguiente: como bien sabemos, el
basta la diligencia y cuidado, sobra lo del caso fortuito; y si se exige el caso artículo 1730 del Código Civil al referirse a la pérdida de la cosa que se debe,
fortuito, sobra lo de la prueba de la diligencia y cuidado, ya que ésta última sería establece que siempre se presume que ello ha ocurrido por hecho o culpa del
insuficiente para exonerar de responsabilidad al deudor. Además, porque en los deudor. De acuerdo con esta norma, sobre el deudor de una cosa que perece pesa
casos especiales contemplados en el Código para cada contrato, el legislador solo una doble presunción: de un lado, se presume que él ha sido el causante de la
se refiere a una de las dos hipótesis. pérdida de la cosa y, del otro, se presume que ha mediado conducta culposa del
deudor en el perecimiento de la cosa, es decir, no solo se presume la culpa, sino
Así, por ejemplo, en la responsabilidad por mora, en la responsabilidad del también el nexo de causalidad entre esa culpa y la pérdida de la cosa.
transportador, en la responsabilidad del vendedor mercantil, la ley le exige al
deudor probar causa extraña y, por tanto, el principio del artículo 1604 resulta Significa lo anterior que el deudor debe demostrar que la cosa pereció por un
insuficiente; en cambio en el artículo 2005 se prescribe que el arrendatario se hecho que no le es imputable. Por tanto, de un lado, debe demostrar que la cosa
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pereció (lo que en la terminología del Código Civil significa caso fortuito) y, de otro, presunción existe en algunos casos, sobre todo en la pérdida de la cosa que se
dar prueba de que tuvo la suficiente diligencia y cuidado, es decir, que el hecho debe, según el artículo 1730 del Código Civil. Pero sentar a partir de allí un prin-
causante de la pérdida de la cosa que se debe no es imputable a culpa de su parte. cipio general de presunción de culpa contractual es ilusorio, puesto que según
Pero la interpretación solo sería válida en relación con la pérdida de la cosa que se hemos dicho, hay casos de responsabilidad con culpa probada y otros en que ni
debe, máxime que el inciso sigue a otro que se refiere a la pérdida de dicha cosa. siquiera la ausencia de culpa o la causa extraña liberan de responsabilidad al
deudor.
Desde luego, hay que entender que para don ANDRÉS BELLO la expresión "caso
fortuito" no tiene el significado que le hemos venido dando en esta obra, según el B.- Casos en que se debe probar la culpa contractual
cual, caso fortuito es sinónimo de hecho imprevisible e irresistible (supra, T. I,
359). Por el contrario, de todo el contexto del Código Civil surge la idea clara de 395.- A pesar de que creemos haber demostrado que el artículo 1604 que
que para el ilustre hombre de leyes el caso fortuito era un fenómeno de la natura- venimos comentando no consagra en su inciso 3° un principio general de presun-
leza o cualquier hecho distinto de la conducta del deudor que generaba un deter- ción de culpa contractual, trataremos de probar que si, aun en vía de discusión,
minado daño. Por eso muchas veces habla de caso fortuito imputable a culpa del aceptáramos tal presunción general, los casos en que la culpa contractual debe ser
deudor o no imputable a él. No obstante, los modernos métodos de interpretación demostrada por decisión expresa del legislador son tan numerosos, que el princi-
exigen separarse del espíritu del legislador original para enmendar sus errores y pio general de la presunción prácticamente desaparece como tal, pues si bien no
buscar la adaptación de las normas a las necesidades del momento, según las orien- queda reducido a su mínima expresión, de todos modos ya no podrá hablarse de
taciones doctrinales y jurisprudenciales de cada época. Por ello, en nuestro Códi- que solo en casos excepcionales la culpa debe ser probada. Veamos a continua-
go Civil también es válida la teoría de la incompatibilidad entre la causa extraña ción los casos en que hemos hallado que la prueba de la culpa sigue siendo requi-
y la culpa del deudor, pese a que, aparentemente, el legislador a veces las hizo sito indispensable de la responsabilidad contractual.
compatibles.
No se trata de los únicos casos existentes en la legislación, sino de algunos
Pensamos, pues, que el inciso 3° del artículo 1604 se refiere exclusivamente que pudimos encontrar mientras examinábamos varias instituciones de nuestra
a la pérdida de la cosa que se debe y en él se establece que para que el deudor legislación civil y mercantil.
pueda desvirtuar la doble presunción que pesa en su contra no solo tiene que
demostrar que la cosa pereció, sino también que pereció pese a haber empleado la 396.- a) En primer lugar, nos encontramos con una serie de obligaciones
diligencia y cuidado que le incumbía. No aparece, pues, el tal principio general de contractuales consistentes en la prestación de un servicio que hace el deudor al
presunción de culpa contractual aplicable a todo tipo de incumplimiento. acreedor o en la realización de un encargo que hace el mandante al mandatario. Es
lo que ocurre, por ejemplo, con las obligaciones derivadas del contrato de servi-
Favorece un poco nuestra interpretación, el hecho de que el inciso 2° del
cios médicos o el de servicios profesionales de un abogado, de las derivadas de
mismo artículo 1604 y los artículos 1605, 1606 y 1607 que lo siguen, no se refie-
los contratos para la confección de una obra material o de las derivadas del contra-
ren ya, como era de esperarse, a principios generales de los efectos de todas las
to de arrendamiento de servicios inmateriales, etc.
obligaciones, sino a la obligación de dar un cuerpo cierto y al riesgo por la pérdida
de la cosa que se debe.
En todos estos contratos, cuando el acreedor alega que la obligación ha sido
Desde luego no se trata de una interpretación que esté libre de reproches por cumplida en forma imperfecta, tácitamente está aceptando que desde el punto de
posibles contradicciones. De todas maneras, como dijimos, la norma está pésima- vista material o físico el deudor cumplió la prestación a que estaba obligado y, por
mente redactada pero, dada la confusión que crea a la luz de los principios gene- lo tanto la única forma de establecer que el cumplimiento ha sido imperfecto es
rales de las obligaciones, no queda más que darle la interpretación que propo- demostrando que hubo una negligencia de parte del deudor al ejecutar la presta-
nemos. ción a que estaba obligado.

394.- En conclusión, creemos que no es válida la teoría según la cual el Salvo algunos casos excepcionales, en los que en estas obligaciones se presu-
inciso 3° del artículo 1604 consagra una presunción de culpa contractual. Dicha me la responsabilidad del deudor por la simple ocurrencia del daño, en la mayoría
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de las situaciones es tan aleatorio lograr el resultado final buscado por el acreedor, 5) A indemnizarle de las pérdidas en que haya incurrido sin culpa
que el legislador se contenta con exigirle al deudor la prueba de que cumplió o por causa del mandato (... ).
materialmente la prestación a que estaba obligado. La prueba de esa ejecución
hace suponer que hubo diligencia y cuidado por parte del deudor. Ahora, supongamos que el mandatario reclama al mandante el cumplimiento
detodas estas obligaciones pese a que el mandante no obtuvo el beneficio que
Esta apreciación nuestra está plenamente respaldada por disposiciones ex- esperaba con la ejecución del mandato o de cualquiera otro contrato que se rige
presas de nuestro legislador. por sus principios, según el artículo 2144 del Código Civil ¿Tendrá el mandatario
que probar que tuvo diligencia y cuidado, es decir, que no cometió culpa en la
En efecto, ya hemos visto cómo el artículo 2144 del Código Civil establece ejecución del mandato para poder tener derecho a que el mandante cumpla con
que: todas las obligaciones que le impone la ley?

Los servicios de las profesiones y carreras que suponen largos estu- Si se acepta que el artículo 1604, inciso 3° del Código Civil, consagra el
dios, o a que está unida la facultad de representar y obligar a otra principio general de que la culpa contractual se presume, el mandatario no ten-
persona respecto de terceros, se sujetan a las reglas del mandato. dría, en principio, derecho a cobrar las prestaciones que le concede la ley, salvo
que probare diligencia y cuidado, ya que el deudor incumplido no podría, de su
Significa lo anterior que todos los contratos de prestación de servicios médi- lado, exigir que la otra parte cumpla las prestaciones correspondientes. Por lo
cos o de abogados, o los contratos de asesoría, o en los que se dan determinados tanto, mientras el mandatario no desvirtuara la presunción que pesa en su contra,
conceptos o consejos, las normas aplicables son todas las del mandato. Desde no podría exigir del mandante que cumpliera sus obligaciones.
luego, todos estos contratos se identifican con el mandato pero en lo relativo a la
obligación principal, es decir, en cuanto al encargo que el acreedor hace al deu- Resulta que el inciso final del artículo 2184, luego de enumerar las obliga-
dor. En las demás obligaciones accesorias, de hacer o no hacer, cada contrato ciones del mandante, establece que
puede tener algunas obligaciones particulares.
No podrá el mandante disculparse de cumplir estas obligaciones,
Y, ¿cómo funciona la carga de la prueba de la culpa en lo relativo al cumpli- alegando que el negocio encomendado al mandatario no ha tenido
miento o incumplimiento por parte del mandatario de la gestión que le ha sido buen éxito o que pudo desempeñarse a menos costo; salvo que le
encomendada por el mandante? La respuesta surge del análisis de lo dispuesto en pruebe culpa. (Subraya fuera del texto).
el artículo 2184 del Código Civil.
¿Cómo sostener entonces que se presume la culpa del mandatario, cuando el
En efecto, esta norma, al fijar las obligaciones del mandante, expresa: legislador le está exigiendo al mandante demostrar la culpa del primero si quiere
exonerarse de la obligación de cumplir todas las prestaciones que a él como mandante
El mandante es obligado: le impone la ley?

1) A proveer al mandatario de lo necesario para la ejecución del Si ésta le exige al mandante la carga de cumplir todas esas obligaciones, a
mandato; menos que pruebe la culpa del mandatario, es porque está presumiendo que éste
actuó con diligencia y cuidado, pues sería totalmente absurdo que, de un lado,
2) A reembolsarle los gastos razonables causados por la ejecu-
presumiera la culpa del mandatario, y que, del otro, le exigiera al mandante cum-
ción del mandato;
plir sus obligaciones, salvo que probara la culpa del mandatario.
3) A pagarle la remuneración estipulada o usual;
Sería contradictorio obligar al mandante a cumplir sus prestaciones para con
4) A pagarle las anticipaciones de dinero con los intereses co- una persona que la ley presuma culpable y que solo lo exonere de esa obligación
rrientes; si prueba la culpa del presunto culpable (mandatario). De allí que, por inferencia,
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concluyamos que la ley impone al mandante la obligación de probar la culpa del reclamar indemnización, también tendrá que establecer dicha culpa, pues no sería
mandatario cuando alegare que este, por su culpa, le ocasionó daño al cumplir en jurídico que para liberarse de pagar los servicios haya de probar la culpa del mé-
forma imperfecta el encargo que le había confiado. dico y que para el cobro de indemnización de perjuicios la ley lo favorezca con la
presunción de culpa contra el médico.
Para que se tenga idea de la contradicción a que llegaríamos si se insistiera en
que la culpa del mandatario se presume, analicemos la forma como se desarrolla- Pero, adicionalmente, en lo que respecta a la responsabilidad de los médicos
ría una acción judicial entre mandante y mandatario. encontramos que en muchos casos es imposible determinar con exactitud cuál fue
la causa del daño sufrido por el paciente y también que en muchos otros el médico,
En efecto, si el mandatario demandase al mandante para que cumpliera sus que ha trabajado solo, no tiene la posibilidad probatoria de desvirtuar la presun-
obligaciones, éste podría alegarle la excepción de contrato no cumplido, si no le ción de culpa que pesaría en su contra. En consecuencia, de presumirse la culpa en
satisfizo lo realizado por el mandatario, pues como éste no ha desvirtuado su caso de cumplimiento imperfecto de sus obligaciones, prácticamente le sería im-
culpa, se entendería haber incumplido el contrato. Al contrario, si fuese el mandante posible desvirtuar la dicha presunción. De allí que se afirme permanentemente
quien reclamase al mandatario invocándole la presunción de culpa que pesa en su que la culpa del médico debe ser probada por el demandante (infra, T. I, 450).
contra, el mandatario podría alegarle la excepción de contrato no cumplido, pues-
to que mientras no le pruebe la culpa, el mandante está en mora de pagarle las 397.- b) De igual manera, encontramos algunas excepciones al principio
prestaciones a que lo obliga la ley. En cualquiera de las dos hipótesis, la conclu- de que en la pérdida de la cosa que se debe se presume la culpa del deudor y, por
sión absurda a que habría de llegar el juez sería la de condenar al mandatario que tanto, en estos casos excepcionales, tal culpa debe ser probada por el acreedor que
no ha desvirtuado la culpa, pese a que el mandante no ha demostrado la culpa del sufrió un perjuicio con la pérdida de la cosa debida.
mandatario, para evitar en esa forma tener que pagar sus prestaciones. Mirado de
otra manera: el mandatario tendría que indemnizar los perjuicios por incumpli- En ese sentido, observamos que cuando hay varios deudores solidarios de un
miento del contrato al mandante, si no desvirtúa la presunción de culpa que pesa- cuerpo cierto y éste perece durante la mora o por culpa de uno de los deudores
ría en su contra. Pero a su turno, el mandante tendría que pagarle al mandatario el solidarios, solo aquel deudor puede ser demandado por la indemnización de per-
valor de sus servicios, aunque no le haya demostrado su culpa. ¿Cómo entender juicios distintos del precio mismo de la cosa debida y perecida.
que el mandatario se presuma culpable, es decir, deudor incumplido, frente al
mandante y que la ley lo presuma inocente para efectos de cobrar lo que le debe el Igual cosa sucede en caso de incumplimiento de obligaciones indivisibles,
mandante en virtud del contrato? pues el artículo 1590, en concordancia con el número 31 del artículo 1583, esta-
blece que es exclusiva y solidariamente responsable de todo el perjuicio aquel de
O, visto todavía de otra manera, sería llegar a la conclusión de que el legisla- los deudores por cuya culpa se haya hecho imposible el cumplimiento de la obli-
dor presume como prudente al mandatario para efectos de reclamar sus prestacio- gación.
nes y lo presume culpable para efectos de indemnizar al mandante. De todas ma-
neras absurdo. En ambas hipótesis, la única forma que tiene el acreedor para poder deman-
dar a aquel de los deudores por cuya culpa se ha hecho imposible el cumplimiento
En conclusión, podemos afirmar que en el contrato de mandato, la culpa del de la obligación, es probando dicha culpa, pues si ésta se presumiera en todos los
deudor debe ser probada por el acreedor demandante. deudores sería imposible señalar al verdadero culpable de que el cumplimiento no
se hubiera llevado a cabo. Ahora, podría argumentarse que en principio la culpa se
Ahora, como a todos los contratos prestados por profesionales que han debi- presume en todos los deudores y que a través del proceso se establecerá cuál de
do realizar largos estudios, cuales serían los médicos, los abogados, los econo- ellos es culpable, por lo cual éste será condenado y los demás absueltos. Sin em-
mistas, etc., se les aplica las normas del mandato, fácil es concluir que también en bargo, esto sería un atentado contra los principios del derecho procesal y contra la
estos casos el acreedor debe establecer la culpa del deudor. Por tanto, el paciente economía misma del demandante. En efecto, sería necesario iniciar un largo pro-
deberá establecer la culpa del médico si quiere exonerarse de pagar, por ejemplo, ceso contra varios sujetos entre las cuales solo hay uno culpable y los demás
el valor de los servicios prestados, lo que en sana lógica significa que si quiere deberán ser absueltos, con la consecuente pérdida de tiempo para los demandados
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 487
486 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

y de dinero para el actor, quien finalmente será condenado al pago de costas y Si la sentencia negare la evicción, el vendedor no será obligado a la
agencias en derecho a favor de quienes fueron absueltos. Lo lógico, entonces, es indemnización de los perjuicios que la demanda le hubiere causado
que solo se demande al deudor culpable, para lo cual habrá que establecer quién, al comprador, sino en cuanto la demanda fuera imputable a hecho o
entre los deudores solidarios, tuvo la culpa. Así pues, estas dos hipótesis son culpa del vendedor.
excepciones adicionales al presunto principio general del artículo 1604, inciso 3°
Ello quiere decir que si la evicción prospera, el vendedor estará obligado a
del Código Civil, según el cual la culpa contractual siempre se presume.
indemnizar al comprador de todos los perjuicios y en tales circunstancias no se
exonera ni siquiera demostrando la causa extraña ni mucho menos la diligencia y
398.- e) Por otro lado, el artículo 1738 del Código Civil establece que
cuidado. Si la sentencia en el proceso de evicción declara que ésta no ha sido
En el hecho o culpa del deudor se comprende el hecho culpa de las probada, de todas maneras el comprador de la cosa puede sufrir perjuicios por
personas por quienes fuere responsable. razón del proceso. Pero la ley sostiene que para que el comprador pueda demandar
esa indemnización de perjuicios deberá probar la culpa del vendedor. Significa lo
A su turno, el artículo 1730 establece la presunción de culpa contra el deudor anterior que la norma, tal como está redactada, niega el derecho a la indemniza-
en el caso de la pérdida de la cosa que se debe. ción a favor del comprador, puesto que está suponiendo que el vendedor actuó de
buena fe. Luego si la ley condiciona la indemnización a la existencia de la culpa,
Uno no encuentra mayores dificultades en explicarse la presunción de culpa es porque dicha culpa debe ser establecida por el comprador.
que pesa contra el deudor, pues éste puede desvirtuarla estableciendo su propia
diligencia y cuidado o la causa extraña si es que la ley le exige una u otra forma de 400.- e) También en el contrato de arrendamiento encontramos otro caso en
prueba. que el acreedor deberá establecer la culpa del deudor y, por tanto, la presunción de
culpa contractual no existe.
Pero lo que prácticamente resulta imposible es presumir la culpa de todas las
personas por las cuales tiene que responder el deudor, porque, entre otras cosas, el En efecto, el artículo 1988 del Código Civil (incs. 4° y 5°), al referirse a la
número de tales personas puede ser más o menos ilimitado y sería una prueba casi responsabilidad del arrendador en caso de que el arrendatario sea turbado en el
diabólica para el deudor tener que salir a demostrar que todas las personas por las goce de la cosa por el hecho de terceros, establece que el arrendatario:
que es responsable han tenido diligencia y cuidado en la atención de la cosa debi-
... podrá exigir indemnización de todo perjuicio, si la causa del de-
da y que finalmente pereció. Por todo lo anterior creemos que, salvo casos excep-
recho justificado por el tercero fue o debió ser conocida del arren-
cionales, cada vez que se pretenda comprometer la responsabilidad del deudor por
dador al tiempo del contrato, pero no lo fue del arrendatario, o sien-
la culpa de las personas por las que es responsable en la pérdida de la cosa que se
do conocida de este, intervino estipulación especial de saneamiento
debe, es preciso demostrar que dicho tercero ha cometido una culpa. Tal vez la
con respecto a ella.
única excepción a este principio la encontramos en el artículo 2005, en el contrato
de arrendamiento, en el cual se le impone al deudor la obligación de probar que la Pero si la causa del referido derecho no era ni debía ser conocida
cosa arrendada no pereció por su culpa ni por la de las personas que habitaban el del arrendador al tiempo del contrato, no será obligado el arrenda-
bien arrendado. Pero en este caso las personas están tan bien delimitadas por las dor a abonar el lucro cesante.
circunstancias, que dicha prueba no es imposible, lo que no ocurre en otros con-
tratos, como el de compraventa, por ejemplo, en el que es impensable que el deu- Sería un contrasentido lógico suponer que, en semejante hipótesis, se presu-
dor tenga que salir a demostrar la diligencia y cuidado de todas las personas por me que el arrendador conocía o debía conocer la causa del derecho justificado por
las cuales debe responder. el tercero al momento de celebrar el contrato.

399.- d) También encontramos responsabilidad con culpa contractual pro- El artículo 1988 en su inciso 2° le está dando al arrendatario, sin necesidad de
bada en la compraventa cuando, en tratándose de la evicción, el artículo 1912 probar culpa, la facultad de exigir una disminución proporcionada en el precio o
establece que: renta del arriendo para el tiempo restante si un tercero reclama justificadamente
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un derecho sobre la cosa arrendada. En este caso, la ley exonera al arrendatario de C. - De las presunciones que exigen causa extraña
la necesidad de probar la culpa del arrendador. Pero si lo que se persigue adicionalmente
es la indemnización de perjuicios, entonces ya, como caso excepcional, el legisla- 401.- Según hemos dicho (supra, T. I, 388), la doctrina y la jurisprudencia
dor, en el inciso 4° del citado artículo 1988, condiciona dicha indemnización a la sostienen que el inciso 3° del artículo 1604 del Código Civil establece que la
existencia de una culpa específica consistente en que el tercero conocía o debía presunción de culpa contractual se puede desvirtuar bien sea estableciendo dili-
conocer al tiempo del contrato el derecho pretendido por el tercero. Se trata, pues, gencia y cuidado, bien sea probando un caso fortuito.
de otro caso de responsabilidad contractual con culpa probada.
Sin embargo, hemos visto en el aparte anterior que no son pocas las oportu-
Desde luego, fuera de los casos enumerados como excepciones al aparente nidades en que la culpa contractual debe ser probada y, entonces, el principio
principio general de presunción de la culpa contractual, encontraríamos todavía general de la presunción queda seriamente averiado. Pero resulta que aun en mu-
una serie de eventos en que la culpa del deudor debe ser probada por el acreedor si chos otros casos, a pesar de existir una presunción de culpa, ésta no cede ante la
es que quiere obtener la reparación del perjuicio sufrido con el incumplimiento simple prueba de la diligencia y cuidado y, en consecuencia, una de las dos alter-
contractual. Sin embargo, no es el objetivo de lo que aquí se expone demostrar nativas, que según la doctrina y la jurisprudencia ofrece el artículo 1604 para
hasta el último evento de responsabilidad con culpa probada. De lo que se trata, desvirtuar la presunción, no existe.
pura y simplemente, es de demostrar que la ley no contiene un principio general
de presunción de culpa contractual y que dicho principio solo es válido con carác- Así, por ejemplo, en el contrato de transporte, en la compraventa mercantil,
ter de relativo en la pérdida de la cosa que se debe, pero no por virtud del artículo en el contrato de cuenta corriente bancaria, en el contrato de depósito mercantil,
1604 que venimos comentando, sino del artículo 1730 que expresamente consagra en la responsabilidad por mora del deudor, según el artículo 1616 del Código
dicha presunción. Por ello, el hecho de que en muchos contratos el legislador no Civil y en muchos otros casos, al deudor solo se le permite demostrar una causa
afirme ni niegue la necesidad de probar la culpa contractual, no significa que ésta extraña, dentro de la cual se incluye el caso fortuito, para poder liberarse de la
se rija por el principio general de la presunción que aparentemente consagra el presunción de responsabilidad que pesa en su contra. Pero sería iluso pretender
artículo 1604. Por lo tanto, habrá muchos casos en los que el silencio del legisla- deducir tal presunción de lo prescrito en el artículo 1604, inciso 3o del Código
dor obliga a que el juez, en un momento determinado, decida si, en la hipótesis Civil, pues son normas especiales las que determinan el tipo de responsabilidad
examinada, se encuentra ante una responsabilidad contractual con culpa probada, del deudor.
con culpa presunta o, inclusive, ante una responsabilidad puramente objetiva. El
criterio para determinar tal conclusión depende, en nuestro concepto, del mayor o Podría argumentarse que aplicando el inciso 3° del artículo 1604, en los ca-
menor margen de probabilidades que tenía el deudor para lograr los objetivos sos de simple presunción de culpa, el deudor puede exonerarse demostrando dili-
finalmente buscados por el acreedor y sobre todo, si la obligación era de hacer o gencia y cuidado o caso fortuito, mientras que en otros contratos solo lo exonera
de no hacer (infra, T. I, 443). Por ello es explicable que no sea idéntica la carga de la prueba del caso fortuito. Pero si tal apreciación fuera válida, entonces el princi-
la prueba en el contrato para la construcción de edificios (art. 2060, num. 3) y en pio general perdería toda solidez, puesto que no permitiría, ignorando otras nor-
el contrato de prestación de servicios médicos, ya que en el primero, en el orden mas legales, sentar un principio seguro y claro de presunción. Quienes defienden
normal de las cosas, la construcción no tiene por qué tener defectos a la entrega, el principio general de presunción aparentemente consagrado en el artículo 1604,
salvo una causa extraña, mientras que en el contrato médico, el deudor no puede necesariamente tendrían que aceptar si fueran consecuentes, que toda presunción
garantizarle al paciente que obtendrá éxito con el tratamiento. De igual forma, por debería ceder bien fuera ante la prueba de la diligencia y cuidado, bien ante la
ejemplo, un corredor de bolsa no podrá garantizarle a su mandante que obtendrá prueba del caso fortuito. Pero si, ante el silencio del legislador en ese mismo
utilidades con unas acciones de una sociedad anónima que le ordenó comprar. artículo 1604, tales defensores llegaren a afirmar que en algunos casos basta la
prueba de la ausencia de culpa, mientras que en otros se exige la causa extraña,
En conclusión, pues, en no pocas oportunidades la culpa contractual debe ser entonces el principio general ya dejaría de serlo, puesto que tendríamos que remi-
probada y, por tanto, no es válido el principio general según el cual se presume tirnos a normas especiales que son las que, en última instancia, determinarían,
dicha culpa y que ésta puede ceder indistintamente ante la prueba de la diligencia como de hecho lo hacen, cuál es el régimen probatorio de la culpa. Un buen prin-
y cuidado o de un caso fortuito. cipio general debe tener la fuerza lógica suficiente para aplicarse a pesar de que
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no existan normas complementarias que en casos específicos fijen los mismos presunción de responsabilidad que obra en su contra y, por tanto, en tales casos la
criterios. Además, solo debe admitir pocas excepciones si es que pretende erigirse clasificación de las culpas tampoco es de recibo.
como un verdadero principio general.
d) Por otro lado, creemos haber demostrado que no existe un principio ge-
En consecuencia, si en muchas oportunidades el acreedor debe probar la cul- neral según el cual la culpa contractual siempre se presume, pero el deudor puede
pa del deudor y en otras tantas éste solo se exonera mediante la prueba de una desvirtuarla estableciendo diligencia o cuidado o un caso fortuito.
causa extraña, ¿cómo decir, entonces, que el artículo 1604 del Código Civil con-
sagra un principio general de presunción de culpa contractual, máxime que esta e) Finalmente, se concluye de todo lo anterior que en materia contractual
misma norma, según sus defensores, permitiría demostrar bien sea la ausencia de unas veces la víctima tiene que demostrar la culpa del deudor; otras veces dicha
culpa, bien sea la causa extraña? culpa se presume, pero el deudor puede demostrar diligencia y cuidado; en otras
hipótesis la culpa se presume, pero al deudor se le permite demostrar una causa
Evidentemente, tal principio general no existe, por lo menos en lo prescrito extraña para liberarse de su responsabilidad y, para terminar, hay una serie de
en el inciso 3° del artículo 1604. Ya dijimos con anterioridad que si bastara la casos en que ni siquiera la causa extraña libera de responsabilidad al deudor.
prueba de la diligencia y cuidado, sobraría que la ley también se refiriera a la
posibilidad del caso fortuito, puesto que quien puede lo más puede lo menos, y al
probarse el caso fortuito, ipso Jacto se estaría probando la diligencia y cuidado; y 11. - ¿Es válida en Colombia la distinción entre obligaciones
si lo que se exige es probar el caso fortuito, entonces no tiene sentido crear la de medio y de resultado?
confusión de incluir en un mismo inciso, sin una organización lógica clara, la
posibilidad de demostrar diligencia y cuidado. Finalmente, también dijimos que 403.- PLAN
es impensable, desde el punto de vista lógico, exigir al mismo tiempo diligencia y
cuidado y caso fortuito. De cualquier manera que se le mire, es imposible defen- Veamos inicialmente cuál ha sido la posición de la doctrina nacional frente a
der la presunción como principio general, salvo en el caso de la pérdida de la cosa la posibilidad de introducir en el derecho colombiano la distinción entre obliga-
que se debe, pero en virtud del artículo 1730 y no del 1604. ciones de medio y de resultado (§ 1). Al hacer la crítica de la doctrina nacional
sentaremos nuestra posición al respecto (§ 2) para, finalmente, analizar la evolu-
402.- CONCLUSIÓN SOBRE LA GRADUACIÓN DE LAS CULPAS Y LA PRESUNCIÓN DE ción de nuestra jurisprudencia en relación con la citada distinción (§ 3).
CULPA EN MATERIA CONTRACTUAL

§ l. ~ LA DOCTRINA COLOMBIANA
Llegados a este punto, podemos sacar las siguientes conclusiones.
La doctrina colombiana está dividida en cuanto a la aceptación o re-
a) En primer lugar, la graduación de las culpas establecida en el inciso 1o
chazo de la distinción entre obligaciones de medio y de resultado en nuestro dere-
del artículo 1604 del Código Civil no es en la práctica un principio general, habi-
cho. Algunos autores sostienen, sin mayor dificultad ni explicación, la validez de
da cuenta de la gran cantidad de excepciones que se encuentran esparcidas a lo
la teoría73 . Otros, por el contrario, niegan tajantemente tal posibilidad, según ve-
largo del Código Civil y del Código de Comercio.
remos a continuación.
b) En segundo lugar, encontramos que en no pocas oportunidades la ley
exige que el deudor demuestre una causa extraña para poderse liberar de la res-
ponsabilidad que pesa en su contra y, en consecuencia, la graduación de las culpas 73 Acepta la distinción, incluso con la diferencia probatoria que le asignan los doctrinan-
no tiene vigencia en tales eventos. tes, Álvaro Pérez Vives, ob. cit., parte primera, vol. 11, núms. 346 y ss. De su lado,
Ricardo Uribe Holguín, aunque acepta la distinción entre obligaciones de medio y
de resultado, considera, sin embargo, que tanto en las unas como en las otras la
e) Igualmente, existe una serie de situaciones, no pocas, en que al deudor culpa se presume, y en ambas solo libera la fuerza mayor o caso fortuito {ob. cit.,
contractual ni siquiera le es permitido alegar la causa extraña para liberarse de la ensayo núm. 17, p. 100).
492 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 493

405.- ÜPINIÓN DEL DOCTOR GUILLERMO ÜSPINA FERNÁNDEZ mentando; en las de medio, el deudor sería recibido a probar que el incumpli-
miento no le es moralmente imputable por haber actuado él, con toda la pru-
Examinaremos el concepto de este distinguido autor que ha ejercido gran dencia y cuidado requeridos por la ley; pero si la obligación es de resultado,
influencia en el pensamiento jurídico colombiano en los últimos años. Por esta tal prueba no le serviría; ineludiblemente tendría que demostrar que el daño
razón nos permitimos transcribir todo su pensamiento en lo relativo a la distin- o la insatisfacción del acreedor han sido causados objetivamente por un he-
ción entre obligaciones de medio y de resultado. Posteriormente criticaremos sus cho extraño que, por tanto, excluye la participación del deudor.
puntos de vista, antes de fijar nuestra posición sobre la controvertida distinción.
"En suma, a nuestro modo de ver, cualquiera que sea la naturaleza de la obli-
gación, el deudor puede exonerarse de responsabilidad demostrando que el
Luego de explicar los fundamentos teóricos de la distinción entre las obliga-
incumplimiento no le es moralmente imputable por una de las dos vías que le
ciones de medio y de resultado, ÜSPINA FERNÁNDEZ dice lo siguiente:
ofrece el artículo 1604 del C. C.: la prueba de la diligencia debida o del hecho
"Pero fuera de la preindicada utilidad práctica de la teoría, estimamos noso- extraño impidiente. La solución propuesta por DEMOGUE para las obligacio-
tros que las aplicaciones que se les pretende dar en el campo de la imputabilidad nes de resultado, o sea la de que la frustración de este haga siempre respon-
al deudor por la inejecución o por la ejecución defectuosa o tardía de lo debi- sable al deudor, requeriría entonces, una estipulación expresa, conforme a la
do, y en cuanto al papel que en el mismo terreno desempeña el caso fortuito, cual dicho deudor respondiera de toda culpa, estipulación que es válida y que
no son de recibo en el derecho francés ni en el nuestro, en los que impera la conduce a erigir el caso fortuito en única causa exonerante" 74 •
concepción clásica latina de la responsabilidad subjetiva que se ha pretendi-
do sustituir sin éxito, por la germana de la responsabilidad objetiva, de lo que 406.- CRíTICA
se resiente la teoría que se critica.
Pese a la fineza lógica del pensamiento del doctor ÜSPINA FERNÁNDEZ a través
"En efecto, según hemos visto a todo lo largo de este examen de la indemni- de su obra, con el debido respeto nos permitimos pensar que en lo relativo a su
zación de perjuicios como consecuencia del incumplimiento de las obliga- crítica a la distinción entre obligaciones de medio y de resultado está totalmente
ciones, la responsabilidad que se traduce en dicha indemnización, supone equivocado, no solo por el planteamiento mismo de la distinción entre los dos
necesariamente el dolo o la culpa cometidos por el deudor, en forma tal que, tipos de obligaciones, sino por las premisas que le sirven de fundamento para
faltando ambos elementos morales de la imputabilidad, este no es responsa- negar la validez de la distinción. Veamos.
ble. Por ello el artículo 1604 de nuestro C. C. contempla, sin distinciones
tocantes a la naturaleza de las obligaciones, dos medios distintos de exonera- En primer lugar, la distinción entre obligaciones de medio y de resultado no
ción: la prueba de la diligencia debida o la del caso fortuito que, como hecho es la consagración de un principio absoluto y general de responsabilidad objetiva,
extraño, imprevisible e irresistible, también desvirtúa la presunción de culpa ni mucho menos, sino el establecimiento de un principio según el cual en unos
consagrada por el citado texto legal. casos el acreedor debe probar la culpa del deudor o, presumiéndose ésta, el deudor
puede exonerarse demostrando diligencia y cuidado (obligaciones de medio), mientras
"La responsabilidad objetiva, por el contrario, se funda, como su denomina- que en otras situaciones, o bien la presunción de culpa solo se desvirtúa demos-
ción lo indica, en un criterio de apreciación puramente objetivo y hasta me- trando causa extraña, o bien nos encontramos de verdad frente a responsabilida-
cánico, según lo quieren algunos: basta que el daño pueda atribuirse a un des puramente objetivas (obligaciones de resultado), lo que no significa que se
hecho u omisión de alguien para que se precipiten los efectos de la responsa- haya cambiado la responsabilidad fundamentada en la culpa por la responsabili-
bilidad, con prescindencia de la valoración moral de la conducta de quien así dad puramente objetiva. Siguen existiendo casos de responsabilidad con culpa,
se reputa responsable. pero hay otros de una evidente e innegable responsabilidad objetiva, que incluso
son producto necesario de la lógica que estructura ciertas obligaciones.
"A la aplicación de esta variante de la responsabilidad, generalmente conde-
nada por la doctrina y la jurisprudencia en los países cuyos ordenamientos se
inspiran en la tradición latina, conduce la principal de las consecuencias que
se le quieren atribuir a la clasificación de las obligaciones que se viene co- 74 Guillermo Ospina Fernández. Régimen general de las obligaciones, núm. 169.
494 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 495

Por otro lado, el doctor ÜSPINA FERNÁNDEZ parte de la premisa equivocada de Es decir, al referirse a las obligaciones de resultado, el profesor ÜSPINA FERNÁNDEZ
que en el derecho colombiano, en todos los casos, el deudor se puede exonerar de sostiene que no son aplicables en Colombia, puesto que ellas exigen que se de-
la presunción de culpa que obra en su contra demostrando bien sea diligencia y muestre la fuerza mayor o el caso fortuito, y que en nuestro país el deudor se
cuidado, bien sea la causa extraña. puede exonerar no solo probando la fuerza mayor y el caso fortuito, sino también
demostrando diligencia y cuidado, pues nuestro sistema de responsabilidad repo-
Según creemos haberlo demostrado en los párrafos anteriores, tal criterio, sa en la culpa. Pero al referirse a la mora sostiene que ésta es culposa, puesto que
fundamentado en el artículo 1604 del Código Civil, es totalmente insostenible al deudor se le permite la exoneración si demuestra el caso fortuito. Resumiendo:
desde el punto de vista lógico, ya que sus defensores incurren en una serie de el caso fortuito serviría, conforme al criterio de OsPINA FERNÁNDEZ, para consa-
contradicciones que anulan sus premisas unas con otras. grar la responsabilidad objetiva cuando analiza la distinción entre obligaciones
de medio y de resultado y serviría para consagrar siempre la responsabilidad cul-
Así, por ejemplo, ya hemos visto cómo el doctor ÜSPINA FERNÁNDEZ critica la posa en Colombia cuando se trata de explicar que al deudor moroso se le exonera
teoría de las obligaciones de resultado porque éstas siempre exigen fuerza mayor de responsabilidad si prueba que el retardo es imputable a fuerza mayor o caso
o caso fortuito y porque, a veces, ni siquiera esta causal exonera de responsabili- fortuito.
dad al deudor. Es decir, para él la responsabilidad fundada en la culpa, que siem-
pre es toda en el derecho colombiano, debe permitir al deudor demostrar bien sea Con las explicaciones que el doctor ÜSPINA FERNÁNDEZ da en relación con la
diligencia y cuidado, bien sea un caso fortuito. Por tanto, cuando solo se permita exoneración en caso de mora del deudor, podemos concluir que para este doctrinante
el caso fortuito estaremos ante una responsabilidad objetiva que, según el distin- sí existe en Colombia el caso fortuito como única causal de exoneración en algu-
guido autor, no es de recibo en el derecho colombiano. nos eventos como en el de la mora. Por otra parte, al aceptar que el deudor moroso
solo se exonera demostrando fuerza mayor o caso fortuito, tácitamente está exclu-
Pero contradictoriamente, unas páginas antes, el insigne maestro, al refe- yendo la diligencia y cuidado y, por tanto, está aceptando que el artículo 1604 no
rirse a la mora del deudor, sostiene que nuestro régimen jurídico, a diferencia tiene la aplicación tan general que él pretende darle.
del germánico, considera que la mora es diferente del retardo, ya que ella debe
fundamentarse en la culpa. Es decir, según él, no hay mora puramente objetiva Tácitamente, pues, está aceptando que en la mora la obligación es de resulta-
sino mora culposa. Resulta que el doctor ÜSPINA FERNÁNDEZ, para demostrar que do si se atiende a que los defensores de la distinción (supra, T. I, 343) sostienen
en Colombia la mora es culposa, acude a un argumento que en otra parte de su que lo que caracteriza a estas obligaciones es el hecho de que al deudor solo lo
obra le sirve para afirmar que cuando se requiere el caso fortuito estamos frente a exonera la fuerza mayor o caso fortuito.
una responsabilidad objetiva. En efecto, al referirse a la mora, el citado autor
expresa: Finalmente, anotemos que ÜSPINA FERNÁNDEZ considera, en últimas, que to-
das las obligaciones de resultado se fundamentan en una responsabilidad objetiva,
"Nuestro Código Civil se ciñe a la tradición latina y, en consecuencia, no mientras que las de medio se fundamentarían en una responsabilidad subjetiva o
acepta la mora objetiva: si el retardo proviene de un caso fortuito, o sea, de culposa.
un hecho imprevisto a que el deudor no pudo resistir, no hay mora ni se
producen los efectos de esta. Tal es lo que impropiamente quiere significar el Sin embargo, aun suponiendo que toda la responsabilidad contractual se fun-
artículo 1616 a cuyo tenor la mora producida por fuerza mayor o caso fortui- damentara en la culpa, de todas maneras sería teóricamente viable la distinción
to, no da lugar a indemnización de perjuicios, cuando ha debido decir mejor entre obligaciones de medio y de resultado.
que el retardo producido por fuerza mayor o caso fortuito, no da lugar a
indemnización de perjuicios" 75 . En efecto, unas veces la culpa debe probarla el deudor; otras veces dicha
culpa se presume, pero el deudor puede probar diligencia y cuidado (supra, T. I,
336); finalmente, como lo admite el mismo autor al hablar de la exoneración del
deudor moroso, la presunción de culpa se puede desvirtuar demostrando fuerza
75 Ibídem, núm. 134. mayor o caso fortuito, o cualquier otro ev~nto que reúna los requisitos de la causa
496 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 497

extraña. Ahora, cuando la culpa deba ser probada o cuando al presumirse esta se consagrando una responsabilidad objetiva, pues en múltiples oportunidades cuan-
admita la diligencia y cuidado como causal de exoneración, entonces estaremos do el deudor demuestra la causa extraña, lo que en el fondo está demostrando es
frente a obligaciones de medio, según los planteamientos de la doctrina que de- que no se cometió culpa alguna en la producción del daño (supra, T. I, 359).
fiende tal distinción de las obligaciones (supra, T. I, 342); en cambio, cuando la
presunción de culpa solo pueda desvirtuarse mediante la prueba de una causa ex- § 2.- POSICIÓN PROPIA
traña, estaremos frente a una obligación de resultado. La distinción entre obliga-
ciones de medio y de resultado no tiene, pues, necesariamente, que contraponer la Según se desprende de todo lo hasta ahora analizado, dos rasgos fun-
responsabilidad subjetiva a la objetiva. Lo que acontece es que de hecho, querámoslo damentales caracterizan la distinción entre obligaciones de medio y de resultado.
o no, hay algunas obligaciones de resultado en el derecho colombiano en las que ni Según el primero, en las obligaciones de medio el deudor se obliga a ejecutar, con
siquiera la causa extraña libera de responsabilidad, según veremos más adelante. toda la prudencia y diligencia que le sea posible, una conducta tendente a alcanzar
el resultado pretendido por el acreedor, pero no a obtener ese resultado (supra,
T. I, 298). Mientras que en las obligaciones de resultado, el deudor, por disposi-
Para terminar, observemos que lo paradójico en el pensamiento de ÜSPINA
ción expresa del legislador, por acuerdo de las partes o por la naturaleza de las
FERNÁNDEZ, es que pareciera en principio admitir que en Colombia solo existen
cosas, según veremos más adelante (supra, T. I, 342), se obliga a lograr el resul-
obligaciones de medio, puesto que toda la responsabilidad contractual se funda-
tado pretendido por el acreedor (supra, T. I, 343). Como consecuencia lógica de
menta en la culpa del deudor. Sin embargo, a la luz de la opinión de algunos
ese diferente contenido de las dos obligaciones, la carga de la prueba obra de
teóricos que defienden la distinción entre obligaciones de medio y de resultado,
distinta manera en una y otra. En las obligaciones de medio, unas veces el acree-
su pensamiento conduciría a que en Colombia todas las obligaciones fueran de
dor debe demostrar la culpa del deudor y otras la culpa del deudor se presume,
resultado. En efecto, para algunos autores 76 , desde que la culpa se presuma, la
pero este puede desvirtuarla demostrando diligencia y cuidado, es decir, ausencia
obligación siempre es de resultado, poco importa que la presunción se pueda des-
de culpa79 . En cambio, en las obligaciones de resultado, el deudor unas veces solo
virtuar mediante la ausencia de culpa o mediante una causa extraña. Ahora, como
se exonera demostrando una causa extraña y otras ni siquiera la causa extraña lo
el doctor ÜSPINA FERNÁNDEZ 77 , y con él otros autores colombianos78 , sostiene que
libera de la responsabilidad que pesa en su contra 8o.
en Colombia la culpa contractual siempre se presume y que tal presunción se
puede desvirtuar mediante la prueba de la diligencia y cuidado o de la causa extra- Como todas esas características y posibilidades se presentan en el derecho
ña, entonces, de aceptar que toda presunción de culpa configura una obligación de colombiano, podemos entonces como consecuencia lógica, afirmar que también
resultado, llegaríamos a la fácil conclusión de que en nuestro derecho todas las en Colombia es válida la distinción entre obligaciones de medio y de resultado,
obligaciones serán de resultado, clasificación esta que el mismo autor rechaza con puesto que, según veremos a continuación, unas veces el deudor solo se obliga a
el argumento de que todo nuestro sistema de responsabilidad descansa en la idea actuar con diligencia y cuidado, mientras que en otras debe lograr el resultado
de culpa. buscado por el acreedor. En el primer caso, nos encontramos frente a una obliga-
ción de medio y con base en ella, el deudor, .a veces, se presume culpable pero
En conclusión, la crítica que el doctor ÜSPINA FERNÁNDEZ le hace a la distin- puede desvirtuar la presunción demostrando diligencia y cuidado, y en otros ca-
ción entre obligaciones de medio y de resultado no es válida puesto que, final- sos, es al acreedor a quien corresponde demostrar la culpa del deudor. En cambio,
mente, dicho autor acepta que en algunas oportunidades, como en la mora, la ley cuando el deudor se obliga a obtener el bien pretendido por el acreedor al celebrar
exige que haya una causa extraña que libere de responsabilidad al deudor y, por el contrato, nos encontramos frente a una obligación de resultado, por lo cual el
tanto, la simple ausencia de culpa no es suficiente para desvirtuar la presunción. deudor solo se exoneraría demostrando una causa extraña en algunas circunstan-
Por otro lado, tampoco es cierto que cuando la ley exige una causa extraña esté cias, mientras que en otras, ni siquiera la causa extraña lo libera de la responsabi-
lidad de indemnizar perjuicios al acreedor.

76 Ver Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 534.
77 Guillermo Ospina Fernández. Régimen general de las obligaciones, núm. 152. 79 Ibídem, núm. 298.
78 Ricardo Uribe Holguín, ob. cit., ensayo núm. 17, p. 1OO. 80 Boris Starck, ob. cit., núm. 17 47; Christian Larroumet, ob. cit., núms. 610-614.
498 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 499

Antes de mostrar la posición de la jurisprudencia nacional sobre la distinción tido por el deudor o la abstención a que él se ha comprometido, tienen las
entre los dos tipos de obligaciones y de entrar en el análisis de las diversas formas características de ser claros, precisos y de contornos definidos. Es deber del
de incumplimiento contractual, para saber cómo ellas se acomodan dentro de la deudor obtener con su actividad ese hecho, tal resultado. En cambio, en las
distinción entre obligaciones de medio y de resultado, recordemos aquí que den- obligaciones de medio, el deudor únicamente consiente en aportar toda la
tro de un mismo contrato puede haber múltiples obligaciones, unas de medio y diligencia posible a fin de procurar obtener el resultado que pretende el acreedor.
otras de resultado y, que, por tanto, el artículo 1604 del Código Civil está errado El deudor solo promete consagrar al logro de un resultado determinado su
cuando afirma que a todas las obligaciones derivadas de un mismo contrato se les actividad, sus esfuerzos y su diligencia, pero no a que este se alcance.
aplica un mismo régimen probatorio y de graduación de las culpas.
"El contrato gemelo, fundamento de la presente acción, para quien lo exami-
ne con el referido criterio, se revela como contentivo de ambas clases de
§ 3.- LA DISTINCIÓN ENTRE OBLIGACIONES DE MEDIO
obligaciones. La obligación que contrajeron los Ireguis de pagarse a títu~o de
Y DE RESULTADO EN LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA
acreedores anticréticos con los frutos del cafetal, es de resultado, debido a
que pertenece a la definición de la anticresis servir de medio de pago (C.C.
Desde el5 de noviembre de 1935, la Corte Suprema de Justicia, y con
art. 2458). La obligación del acreedor en la anticresis de conservar y mant~­
ella los tribunales y jueces del país, han introducido en forma expresa la distin-
ner en buen estado el inmueble y de administrarlo para procurar frutos a fm
ción entre obligaciones de medio y de resultado, asignándole las mismas conse-
de abonarlos a su crédito, es por su naturaleza distinta a la del mandatario,
cuencias que le han dado los autores y tribunales en el derecho comparado 81 •
cuya prestación se limita a la diligencia y cuidado. Tal obligación constituye
el correlato del derecho de goce sobre la cosa, que, a diferencia del acreedor
Es en un fallo de mayo 31 de 193 8, donde la Corte Suprema de Justicia sienta
prendario, se radica en cabeza del anticrético. De ahí el te~to del artículo
con mayor claridad los criterios en virtud de los cuales la distinción entre obliga-
2463 del C. C. que hace participar a la obligación que se analiza de la natura-
ciones de medio es válida en el ordenamiento jurídico nacional. Al respecto nues-
tro máximo tribunal, en la citada sentencia, expresa lo siguiente: leza de la prestación prevista en el artículo 1996, que es de resultad.o. ~~r ello
se explica que el artículo 2467 conceda la faculta~ al acreedor antlcr~tlc~ .,de
"Ahora bien, en materia de responsabilidad civil contractual, la división clá- restituir el bien raíz en cualquier tiempo, para liberarse de su obligacwn,
sica en obligaciones de dar, de hacer o de no hacer, y la posterior a esta, en salvo cuando se haya estipulado lo contrario.
obligaciones positivas y negativas, no proporcionan un método para la solu-
ción de los problemas referentes a la culpa y a la carga de su prueba. Débese "Las obligaciones contraídas por los Ireguis, en su calidad de .manda.t~rios,
a la clasificación introducida por DEMOGUE, en obligaciones de resultado y en fueron de medio en cuanto se refieren a la circunstancia de gestwnar diligen-
obligaciones de medio, el que se haya logrado superar la mayor parte de las temente y con cuidado la empresa del cafetal, pero son d~ resultado en l.o
dificultades que a ambos respectos suelen presentarse. relativo a la aplicación convenida de todo lo obtenido en vutud de la ~dmt­
nistración. La demanda afirma que los Ireguis no entregaron al actor m em-
"El contenido de cualquiera obligación consiste en la prestación que el acree- plearon por cuenta de este los dineros de los frutos del cafetal no consumidos
dor puede reclamar al deudor y que este debe suministrar. La prestación, normalmente en la administración del negocio.
pues, o bien es una conducta del deudor en provecho del acreedor, o bien es
un resultado externo que con su actividad debe producir el deudor en favor "La culpa, tanto en materia contractual como delictual, continúa siendo la
del acreedor. Dicho con otras palabras. La obligación puede tener por objeto base para la responsabilidad civil. Acontece que en materia contrac~ual, cu~ndo
un hecho o un resultado determinado y entonces obliga al deudor a realizar se trata de obligaciones de resultado, la noción de culpa es, s1 se qmere,
ese hecho o a obtener ese resultado deseado por el acreedor. El hecho prome- menos importante que en el terreno de la responsabilidad delictual, porque es
suficiente comprobar el incumplimiento de la obligación, que el resultado no
ha sido obtenido por parte del deudor, para por esa misma circunstancia,
connotar la existencia de la culpa contractual: faltar a sus compromisos no es
81 Gas. civ., nov. 5/35, "G. J.", t. XLIII, p. 407. conducta propia de un hombre juicioso, diligente y avisado.
500 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 501

"En las obligaciones de medio, el trabajo de apreciación por parte del juzga- SuBSECCIÓN III. - Las obligaciones de y de resultado
dor, es a menudo delicado, porque aquí no hay lugar a confundir el incum- en los diferentes tipos de incumplimiento contractual
plimiento con la culpa. No basta para deducir la responsabilidad del deudor,
comprobar la existencia de una inejecución sino que se hace indispen-
409.- DIVERSAS FORMAS DE INCUMPLIMIENTO CONTRACTUAL
sable estimar si ella es culposa, para lo cual debe compararse la conducta
del deudor, con la que hubiera observado un hombre de prudencia ordinaria,
Según sabemos, el deudor contractual responde, bien sea por incumplimiento
normal y usual, colocado en la misma situación objetiva de aquel. Si el resul-
puro y simple de sus obligaciones (I), bien sea por mora en el cumplimiento de las
tado de la comparación es desfavorable al deudor, surge entonces la respon-
mismas (II), bien por cumplimiento imperfecto o defectuoso (III). A continuación
sabilidad"82.
analizaremos cómo se acomoda la distinción entre obligaciones de medio y de
resultado en esos tres tipos de incumplimiento contractual.
Las motivaciones del fallo citado son lo suficientemente claras como para
que podamos afirmar que la distinción entre obligaciones de medio y de resultado,
con todas sus consecuencias y características, ha sido introducida en la jurispru- l. - Las obligaciones de medio y de resultado
dencia colombiana. Desde entonces, en forma incesante y a través de las décadas, en el incumplimiento puro y simple
nuestros tribunales han venido aceptando la distinción 83 .
410.- CoNCEPTO Y DISTINCióN
Además de los casos en que expresamente la jurisprudencia colombiana uti-
liza los conceptos de obligaciones de medio y obligaciones de resultado, encon- En la medida en que las partes son pragmáticas al obligarse, el deudor se
tramos muchas otras decisiones jurisprudenciales en las que, de hecho, los tribu- compromete a obtener un resultado o contenido mínimo consistente en dar, hacer
nales aceptan la distinción probatoria entre los diversos tipos de obligaciones. Por o no hacer algo. Con la simple intención o con solo tomar las medidas para tratar
ello, cada vez que nuestra jurisprudencia sostenga que se presume la culpa del de dar, hacer o no hacer por parte del deudor, el acreedor no estaría interesado en
deudor y que éste solo se exonera demostrando una causa extraña, pues de hecho celebrar el contrato. Por tanto, salvo casos excepcionales de pérdida de la cosa
está aceptando que en Colombia existen obligaciones de resultado; y cuando nuestros que se debe, podemos afirmar, siguiendo la terminología convencional, que todas
tribunales afirman que el deudor debe desvirtuar la presunción que pesa en su las obligaciones son de resultado mínimo (supra, T. I, 342), en tanto y en cuanto
contra demostrando diligencia o cuidado o que es al acreedor a quien corresponde el deudor no se compromete únicamente a poner diligencia y cuidado para dar,
demostrar la culpa del deudor, lo que los tribunales están haciendo es aceptar que hacer o no hacer, sino que bien por el contrario, se obliga a dar, hacer o no hacer
con esa diferencia probatoria también existen en nuestro derecho obligaciones de alguna cosa, es decir, a obtener materialmente un resultado mínimo, lo que supo-
medio. ne que la obligación solo se cumple en la medida en que el deudor, de hecho,
ejecute la conducta a que se había obligado. Ello que significa que habrá incum-
Podemos concluir entonces que, pese a los textos legales y a la opinión de
plimiento en caso de una omisión total del deudor.
algunos connotados autores colombianos, nuestra jurisprudencia ha acogido ple-
namente la distinción entre obligaciones de medio y de resultado, distinción que
Así, por ejemplo, el médico se obliga a brindarle cuidados al paciente; el
nosotros aceptamos plenamente, según lo hemos manifestado con anterioridad.
abogado se obliga a defender a su cliente. A ninguno de los dos le basta emplear
diligencia y cuidado para tratar de dar cuidados o de defender al acreedor. El
paciente y el cliente, respectivamente, esperan que se les brinde cuidado o que se
82 Cas. civ., mayo 31/38, "G. J.", t. XLVI, pp. 571 y 572. les defienda. Las buenas intenciones no bastan. Que el paciente se cure o que el
83 Entre muchos otros, pueden consultarse los siguientes fallos que aceptan la distin- pleito se gane, que son los resultados últimos buscados por los acreedores, cons-
ción entre obligaciones de medio y de resultado: cas. civ., nov. 30/35, "G. J.", t. tituye el elemento que convierte a estas dos finalidades en obligaciones de medio;
XLIII, pp. 178 y ss.; mar. 5/40, "G. J.", t. XLIX, pp. 115 y ss.; dic. 12/40, "G. J.", t.
L, p. 941; mar 18/42, "G. J.", t. Llll, p. 247; mayo 5/42, "G. J.", t. Llll, p. 559; oct. pero la obligación de obtener o no ese resultado último pretendido por el acreedor
29/45, "G. J.", t. LIX, p. 756; nov. 3/77, en Jurisprudencia y Doctrina, vol. 4, pp. pertenece a la responsabilidad por cumplimiento imperfecto que veremos más
905 y ss.; sep. 12/85, en Jurisprudencia y Doctrina, vol. 4~ p. 768. adelante (infra, T. I, 420 y ss.). Aquí solo hablamos de la responsabilidad por
502 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 503

incumplimiento puro y simple y por ello estimarnos que la omisión pura y simple Así las cosas, en cuanto al valor mismo de la prestación, si el acreedor no
de cualquier deudor constituye la violación de una obligación de resultado. quiere insistir en el contrato, el deudor está obligado a responder por el precio
recibido y ni siquiera la causa extraña lo liberará de pagar la indemnización equi-
Con base en lo anterior, podernos afirmar que, salvo casos excepcionales val~nte a dicho precio, y para nada se aplica la noción de obligaciones de medio.
(infra, T. I, 413), todas las obligaciones son de resultado en cuanto a la obtención Así, por ejemplo, el médico que recibió por anticipado el precio de una consulta
del resultado mínimo prometido por el acreedor y son de medio o de resultado en médica que no pudo atender por una fuerza mayor, está obligado a devolver al
la medida en que el deudor se obligue por ley o por el contrato a que, una vez paciente el valor de la consulta, que ya había recibido, pues no debe olvidarse
alcanzado ese resultado mínimo de dar, hacer o no hacer, se logre el fin último (supra, T. I, 353) que el valor del objeto de la prestación constituye el daño com-
buscado por el acreedor, pero entonces, según dijimos, abandonamos el campo pensatorio; se aplica aquí la teoría de los riesgos según la cual, salvo en el caso del
del incumplimiento puro y simple, puesto que materialmente el contrato se cum- cuerpo cierto que perece, el deudor asume los riesgos derivados del incumpli-
plió, para caer en el del cumplimiento imperfecto. miento producido por una fuerza mayor 84 •

Ahora, hemos dicho que lo que caracteriza las obligaciones de resultado es el Si el acreedor, pese a la mora, insiste en el cumplimiento que todavía es
hecho de que en algunas de ellas el deudor solo se exonera de su responsabilidad posible y el deudor, pudiendo cumplir se niega a ello, será responsable no solo
mediante la prueba de una causa extraña, mientras que en otras ni siquiera la causa del precio recibido, sino también de los demás perjuicios que por el incumpli-
extraña es suficiente para exonerarlo. miento sufra el acreedor. Aparentemente, podría creerse que en tales circuns-
tancias nada libera de responsabilidad al deudor. Sin embargo, lo que acontece
Con base en este criterio, veamos cómo funciona la carga de la prueba en es que siendo posible el cumplimiento, la negativa del deudor a cumplir consti-
caso de incumplimiento puro y simple, no sin antes recordar que salvo algunos tuye un dolo contractual y, por tanto, sería un sofisma decir que nada libera de
casos de pérdida de la cosa que se debe, tal incumplimiento supone la violación de responsabilidad al deudor, cuando ya de entrada lo que existió fue un dolo de su
una obligación de resultado. Fuera de lo anterior, es preciso distinguir entre el parte.
incumplimiento puro y simple que no es todavía definitivo, puesto que el cumpli-
miento sigue siendo posible (§ 1), y el incumplimiento puro y simple que resulta
definitivamente imposible (§ 2). Finalmente, cuando se ha producido el incumpiirniento puro y simple, y el
acreedor ha sufrido perjuicios adicionales a los del precio pagado por la presta-
ción del deudor, tales perjuicios se rigen por la responsabilidad moratoria y, en
§ l . - LAS OBLIGACIONES DE MEDIO Y DE RESULTADO
consecuencia, siguiendo el artículo 1616 del Código Civil, el deudor solo se exo-
CUANDO EL CUMPLIMIENTO TODA VÍA ES POSIBLE
nera de su responsabilidad probando una causa extraña. Sobre este punto volvere-
411.- Si el deudor no cumple a tiempo su obligación el día pactado, incurre mos más adelante (infra, T. I, 419).
en mora, en cuyo caso será responsable por los perjuicios ocasionados con ella,
salvo que demuestre que el retardo se debió a una causa extraña, según lo prescri- Con base en las anteriores apreciaciones, podernos concluir que, miradas
be el artículo 1616 del Código Civil. desde la ejecución material de su objeto, todas las obligaciones son de resulta-
do, máxime cuando, pese al incumplimiento transitorio, el deudor está en posi-
Pero si, no obstante la mora, con posterioridad al día inicialmente convenido, bilidad de cumplir. En consecuencia, el incumplimiento puro y simple constitu-
el deudor puede cumplir su obligación, ésta subsiste, pues no sería válido que el ye la violación de una obligación de resultado cuando el cumplimiento sigue
deudor alegase que pese a haber recibido el precio, su obligación se extinguió siendo posible.
porque una causa extraña le impidió cumplir el día indicado.

Ello justifica en parte, el aforismo de que los géneros no perecen, y aunque la


obligación sea de cuerpo cierto, la imposibilidad transitoria tampoco extingue la 84 En ese sentido, Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 150; Alex Weill, Frangois
obligación. Terré, ob. cit., núms. 498 y ss.; Marty et Raynaud, ob. cit., t. 1, vol. 1, núm. 286.
504 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 505

§ 2. - CUANDO EL CUMPLIMIENTO ES DEFINITIVAMENTE IMPOSIBLE deudor. Esa obligación de diligencia y cuidado se deduce de lo dispuesto en el
artículo 1604 del Código Civil, que gradúa las culpas, según vimos, en relación
412.- Puede suceder que el incumplimiento por parte del deudor sea defini- con algunos casos, entre los cuales encontramos varias hipótesis de la pérdida de
tivo, porque pereció un cuerpo cierto que debía; porque perece uno que ya había la cpsa que se debe.
sido entregado; porque todas las cosas pertenecientes a un género también des-
aparecieron; porque en un momento determinado ya la prestación debida por el Pero en tales casos el deudor está autorizado a exonerarse de la presunción de
deudor no le sea de utilidad al acreedor, o porque se trate de obligaciones de no culpa que pesa en su contra demostrando que obró con diligencia y cuidado. Es lo
hacer que, una vez transgredidas, hacen imposible lograr el objetivo pretendido que establece el legislador, por ejemplo, cuando al referirse a la obligación del
por el acreedor al contratar. Ve amos por separado cómo opera la distinción entre arrendatario de restituir la cosa arrendada al fin del arrendamiento, en el inciso 4°
obligaciones de medio y de resultado en cada uno de estos eventos. del artículo 2005 del Código Civil establece que aquel,

LA SITUACIÓN EN EL CASO DE LA PÉRDIDA DEL CUERPO CIERTO


En cuanto a los daños y pérdidas sobrevenidos durante su goce, de-
QUE SE DEBE
berá probar que no sobrevinieron por su culpa, ni por culpa de sus
huéspedes, dependientes o subarrendatarios, y a falta de esta prue-
Según el artículo 1729 del Código Civil, la cosa perece para el acreedor. De su ba, será responsable.
lado, el1730 establece que se presume que la cosa pereció por culpa del deudor.
Es esta una clásica obligación de medio, pues el deudor, si bien se compro-
Ahora, cuando por cualquier circunstancia el deudor debe correr con el ries- mete aparentemente a conservar la cosa, de todas maneras tal compromiso no es
go de la pérdida de la cosa que se debe como mínimo, es responsable, frente al irrefragable y absoluto, ya que pereciendo la cosa, cesa su responsabilidad si prueba
acreedor, por el precio que tenía la cosa perecida. Así, por ejemplo, el vendedor diligencia y cuidado, lo que demuestra que realmente su obligación no era la de
de un caballo que perece por un vicio redhibitorio será condenado en responsabi- necesariamente conservar la cosa, sino la de poner toda la diligencia y cuidado
lidad contractual a devolverle al comprador el precio del caballo recibido. Cuando posibles para que ella no pereciera, y no habiendo perecido, allí sí, entregarla al
el acreedor cobra como indemnización el precio del caballo, ya de por sí está acreedor. Cosa distinta sería si la cosa pereciera para el deudor o si éste solo se
intentando una acción en responsabilidad contra el vendedor. Que pueda o no exonerase probando una causa extraña porque, entonces, como veremos más ade-
cobrarle perjuicios adicionales ya es otro problema. Lo que interesa es destacar lante, su obligación de conservar la cosa sería de resultado. Como puede verse,
que, así sea por el simple valor de la prestación, habrá una acción en responsabi- una cosa es obligarse a poner diligencia y cuidado para que la cosa no perezca
lidad, puesto que se trata de un perjuicio contractual. (obligación de medio) y otra muy diferente es obligarse a que no perezca (obliga-
ción de resultado).
Por otro lado, digamos que en el derecho colombiano no existe un régimen
unificado en cuanto a la carga de la prueba en el caso de la pérdida de la cosa No obstante, algunos autores colombianos 85 y chilenos 86 , pese a que defien-
que se debe. En ocasiones, el deudor puede desvirtuar la presunción que obra den a capa y espada la graduación de la culpa y la posibilidad de que el deudor
contra él demostrando diligencia y cuidado; en otros casos se le exige la prueba pruebe diligencia y cuidado para exonerarse en caso de pérdida de la cosa que se
de una causa extraña y, en otros, ni siquiera la causa extraña lo libera de la debe, terminan, sin embargo, exigiendo que el deudor pruebe una causa extraña
obligación de pagar, como mínimo, el precio de la cosa debida y que se perdió. para que pueda liberarse de la responsabilidad por la pérdida de la cosa debida. Si
Veamos: esta solución fuera válida tendríamos que también en estos casos la obligación del

En primer lugar, encontramos algunos contratos en los que el deudor solo


tiene la obligación de emplear un determinado grado de diligencia y cuidado en la 85 Ricardo Uribe Holguín, ob. cit., ensayo núm. 47.
conservación de la cosa que debe si bien el legislador en el artículo 1730 del 86 Arturo Alessandri Rodríguez. Derecho civil. Teoría de las obligaciones, pp. 243-
Código Civil presume que cuando la cosa debida perece, lo fue por culpa del 244.
506 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 507

deudor sería de resultado, pues, según se ha dicho (supra, T. I, 343), cuando se norma87 , solo podrá liberarse de su responsabilidad demostrando una causa extra-
exige causa extraña, la obligación violada es de resultado. ña, lo que significa que su obligación de conservar y entregar la cosa depositada
es de resultado.
Por otro lado, es de advertir que cuando en la pérdida de la cosa que se debe
la causa de su destrucción permanece desconocida, el deudor de todas formas Observemos cómo casi todos estos ejemplos planteados son de contratos mer-
responde, puesto que, como se vio (supra, T. I, 365), el artículo 1730 del Código cantiles. Sin embargo, ello no es óbice para que se enmarquen dentro de las obli-
Civil no solo presume la culpa sino también el nexo de causalidad. Por tanto, en gaciones de resultado, máxime si se advierte que el artículo 822 del Código de
las obligaciones de medio por la pérdida de la cosa que se debe, al deudor le es Comercio permite que en los contratos mercantiles se apliquen los principios de
permitido alegar la diligencia y cuidado a condición, desde luego, que demuestre la ley civil.
cuál fue la causa del daño, pues solo con base en dicha prueba puede demostrar
que tuvo diligencia y cuidado. En conclusión, en algunos casos de responsabilidad por la pérdida de la cosa
que se debe, el deudor solo se libera de la presunción que pesa en su contra me-
diante la prueba de una causa extraña y, por tanto, su obligación de conservar la
Como conclusión, podemos decir que la obligación de conservar la cosa de-
cosa que debía y pereció de resultado.
bida es de medio cuando el legislador, por aplicación de una norma especial o del
principio consagrado en el artículo 1604 del Código Civil, le permite al deudor,
Insistimos, pues, en que se debe buscar en cada caso particular cómo se exo-
en caso de la pérdida de la cosa debida, la prueba de la diligencia y cuidado a que
nera el deudor cuando la cosa debida perece para saber si su obligación de con-
se había comprometido.
servar la cosa es de resultado o de medio, recordando que el principio general
consagrado en el artículo 1604 es el de que en tales circunstancias, salvo normas
414.- En cambio hay otros eventos en los que, si la cosa que se debe perece, especiales, la obligación de conservación de la cosa es de medio.
al deudor se le exige la prueba de una causa extraña, en cuyo caso la obligación
sería de resultado y la graduación de las culpas establecida en el artículo 1604 del
Código Civil no tendría campo de aplicación. De esta suerte, la obligación del 415.- LA SITUACIÓN EN LAS OBLIGACIONES DE SANEAMIENTO POR EVICCIÓN O POR
VICIOS REDHIBITORIOS
deudor no consiste en poner diligencia y cuidado para que la cosa no perezca, sino
en no dejarla perecer, salvo un evento insuperable (causa extraña).
Hay otros casos de pérdida de la cosa objeto del contrato, en los que el deu-
dor ni siquiera se puede exonerar de responsabilidad demostrando una causa ex-
Así, por ejemplo, el transportador de mercancías se obliga a transportar las
traña. Ello ocurre, por ejemplo, con la responsabilidad del vendedor en la compra-
cosas sanas y salvas al lugar convenido y según el artículo 992 del Código de
venta mercantil cuando la cosa vendida es evicta. En efecto, el artículo 940 del
Comercio, en caso de pérdida de las mercancías transportadas, solo lo libera una
Código de Comercio establece que si la cosa es evicta, el comprador:
causa extraña; de igual forma, los artículos 928 y siguientes del Código de Co-
mercio establecen para el vendedor la obligación de conservar la cosa vendida y, (... ) tendrá derecho a la restitución del precio pagado y a la plena
en caso de que ésta perezca, aquel solo se libera de su responsabilidad probando indemnización de perjuicios.
una causa extraña. Es pertinente anotar que, por el contrario, en la compraventa
civil, el deudor sí podría demostrar diligencia y cuidado, pues todo da a entender
que se aplicarían los principios del artículo 1604 del Código Civil, ya que no
existe norma especial que defina el tipo de responsabilidad que le incumbe al 87 En efecto, la primera frase del art. 1171 del C. de Co., indica que el depositario
responde hast.a d.e.la ~ulpa leve, en ?as~ de pérdida o deterioro de la cosa deposi-
vendedor. De aquí podemos concluir que mientras en la compraventa civil la obli- tada, lo que s1gn1f1cana que las obligaciones del depositario serán de medio; sin
gación de conservar la cosa es de medio, en la mercantil es de resultado. embargo, con una falta de técnica jurídica evidente, a renglón seguido, la misma
norma expr~sa que el dep,ositario se presume culpable en caso de pérdida de la
cosa depos1tada, presunc1on que solo se desvanece si el deudor prueba una causa
Por otra parte, el artículo 1171 del Código de Comercio establece también extraña, lo que contradice el postulado inicial y convierte las obligaciones del de-
una presunción en contra del depositario, quien, pese a la mala redacción de la positario en de resultado.
508 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 509

Esto significa que en tales circunstancias la obligación de saneamiento por En cuanto a la pérdida de la cosa por desaparición de todos los individuos
evicción sería de resultado, no solo en relación con el precio de la cosa sino tam- que componen el género, creemos que en principio ésta pertenece al vendedor y,
bién con los perjuicios adicionales que se deriven de la evicción. Idéntica solu- por tanto, si éste ya había recibido el precio, entonces será responsable de devol-
ción rige parcialmente en la obligación de saneamiento por vicios redhibitorios, ver al comprador o al acreedor, según el caso, lo que ya había recibido como
pues en lo relativo a la rebaja total o parcial del precio en caso de pérdida de la precio por las cosas de género que se había obligado a entregarle al acreedor. En
cosa que se debe como consecuencia del vicio redhibitorio, el legislador consagra efecto, solo en la pérdida del cuerpo cierto que se debe, el riesgo de la pérdida lo
una responsabilidad objetiva del vendedor, quien no puede alegar ni diligencia y asume el acreedor. En los demás casos lo asume el deudor 89 • Las cosas de género,
cuidado ni causa extraña. En cambio, la obligación subyacente de no causar daños en principio, solo las perdería el acreedor cuando ya hubieran sido identificadas
a raíz del vicio redhibitorio es de medio, puesto que los artículos 1918 del Código dentro de un grupo de objetos pertenecientes al género. Así lo establece, respecto
Civil y 934 del Código de Comercio solo conceden indemnización de los perjui- del contrato de compraventa, por ejemplo, el artículo 1877 del Código Civil, cuando
cios adicionales al precio si el vendedor conocía o debía conocer el vicio de la dice:
cosa, es decir, si se prueba que hubo culpa de su parte, aunque es de anotar que
tratándose de vendedores profesionales la culpa se presume 88 . Si se vende una cosa de las que suelen venderse a peso, cuenta o
medida, pero señalada de modo que no pueda confundirse con otra
También cabe hacer notar que los ejemplos aquí traídos son tomados al azar porción de la misma cosa, como todo el trigo contenido en cierto
y que, por tanto, no son los únicos casos en que la responsabilidad por pérdida de granero, la pérdida, deterioro o mejora pertenecerá al comprador,
la cosa que se debe o que se entregó, se fundamentaría en una obligación de medio aunque dicha cosa no se haya pesado, contado ni medido, con tal
o de resultado. Lo que hemos pretendido demostrar es que ambos tipos de obliga- que se haya ajustado el precio.
ciones existen cuando el incumplimiento se vuelve definitivo a causa de la pérdi-
Si de las cosas que suelen venderse a peso, cuenta o medida, solo se
da de la cosa que se debe o cuya pérdida se produjo después de entregarla.
vende una parte indeterminada, como diez hectolitros de trigo de
los contenidos en cierto granero, la pérdida, deterioro o mejora no
LA SITUACIÓN EN LA IMPOSIBILIDAD DE CUMPLIMIENTO pertenecerá al comprador, sino después de haberse ajustado el pre-
DE LAS OBLIGACIONES DE GÉNERO cio y de haberse pesado, contado o medido dicha parte.
Si bien, en principio, es válido el aforismo según el cual las cosas de género
Como se ve, la cosa solo perece para el acreedor cuando ya ha sido individualizada
no perecen y por tanto tales obligaciones serán de resultado y nada libera de res-
y no hay lugar a confundirla con otra, lo que en el fondo quiere decir que las
ponsabilidad al deudor, de hecho, puede acontecer que todos los individuos de un
obligaciones de género se vuelven de cuerpo cierto cuando las partes las han
género determinado perezcan y que, de consiguiente, el deudor se vea imposibili-
individualizado.
tado de cumplir su obligación. Tal sería el caso de algún producto químico que,
por disposición expresa del legislador, queda fuera del comercio antes de que el En conclusión, en las obligaciones de género la cosa perece para el deudor y,
vendedor hubiera pagado al comprador varias unidades de dicho producto, lo que por tanto, si éste ya había recibido el precio, estará obligado a indemnizar su valor
significa que el deudor, en definitiva, no pueda cumplir. Nos preguntarnos cómo al acreedor. Y si el precio todavía no había sido pagado por el acreedor al deudor,
se desenvuelve entonces la carga de la prueba y, consecuentemente, la distinción entonces éste no podrá reclamar el precio, puesto que la cosa perece para él.
entre obligaciones de medio y de resultado en este tipo de situaciones.
Como consecuencia de lo anterior, podemos afirmar que en lo relativo al
Para responder a dicha inquietud es preciso separar la responsabilidad por el
precio de la cosa, las obligaciones de género son de resultado, en las que el deudor
precio mismo de la cosa, es decir, para quién perece la cosa y los perjuicios deri-
vados de no haberla entregado.

89 Véase Eudoro González Gómez. De las obligaciones en el derecho civil colombia-


no, Medellín, Ed. Pequeño Foro, 1981, p. 88; Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11,
88 Cas. civ., jun. 13/46, "G. J.", t. LX, p. 698. núm. 150.
51 Ü JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 511

no se libera de ninguna manera para efectos de indemnizar el precio de la cosa que lación, en el lugar y tiempo fijados por la ley para la entrega so pena de indemni-
estaba obligado a entregar y cuya entrega definitivamente se volvió imposible por zar al vendedor de los perjuicios causados con la mora. De igual manera, en el
haber desaparecido todos los individuos que conformaban el género. contrato de arrendamiento, se obliga al arrendador a librar al arrendatario de toda
turbación o embarazo en el goce de la cosa arrendada, según se d~sprende de lo
Pero ocurre que el acreedor también puede sufrir perjuicios adicionales ante establecido en el numeral3 del artículo 1982. Por tanto, es preciso indicar en cada
la imposibilidad de que el deudor pueda cumplir sus obligaciones de género. Piénsese, caso concreto, no tanto el contrato de que se trate, sino más bien el tipo de obliga-
v. gr., en el lucro cesante que sufre el comprador de una cosa de género ante la ción contraída, para determinar en esa forma si la obligación incumplida es de
imposibilidad de que el vendedor entregue lo prometido. Mirada desde este ángu- medio o de resultado.
lo, consideramos que la obligación de entregar cosas de género también es de
resultado, aunque ya en ese caso, al deudor se le permite exonerarse de responsa- Hecha la aclaración anterior, digamos que en la práctica sucede a menudo
bilidad si prueba que el género se agotó por fuerza mayor o por cualquiera otro que el cumplimiento de estas obligaciones de hacer, especialmente las de presta-
evento que constituya una causa extraña, siempre y cuando el agotamiento o des- ción de servicios, se vuelve imposible bien sea por imposibilidad física, bien sea
aparición se hubiera producido antes de la fecha en que se debía cumplir la obli- porque, atendidos los móviles que originaron el contrato, ya el acreedor no tiene
gación. ningún interés en que la obligación se cumpla puesto que el deudor no cumplió a
tiempo. Piénsese, por ejemplo, en el caso del médico que incumple su obligación
Consideramos que es de resultado, puesto que si al deudor solo lo exonera la de atender a un paciente, a consecuencia de lo cual éste sufre lesiones irreversi-
fuerza mayor en caso de responsabilidad por mora (C. C., art. 1616), igual solu- bles. O en el de la mecanógrafa que no entrega a tiempo una novela con la que su
ción se debe aplicar en este caso, ya que en el fondo lo que el acreedor reclama al autor esperaba participar en un concurso que ya se falló.
deudor es la indemnización por no haberle entregado a tiempo lo prometido. Si el
deudor quiere exonerarse de esa mora tendrá que probar que todas las especies del En estos casos, creemos que la responsabilidad del deudor está fundada en la
género perecieron por un hecho que reúne las características de la fuerza mayor o violación de una obligación de resultado, pero, al igual que lo hicimos en los
cualquiera otro evento que pueda considerarse como una causa extraña. casos anteriores, tenemos que distinguir entre la responsabilidad para cobrar la
indemnización por el precio pagado al deudor incumplido y la indemnización por
los perjuicios adicionales que se derivan del incumplimiento.
417.- OBLIGACIONES DE HACER, ESPECIALMENTE LAS DE PRESTACIÓN
DE SERVICIOS
En cuanto a la acción indemnizatoria para recobrar el precio de lo pagado al
deudor incumplido, creemos que éste necesariamente tendrá que pagarle al acree-
Nos corresponde ahora determinar hasta qué punto el incumplimiento defini-
dor lo que ya hubiere recibido y si nada le hubiere sido pagado, nada podrá cobrar-
tivo puro y simple de obligaciones de hacer engendra la violación de una obliga-
le al acreedor. Esta solución surge de la aplicación del principio general de la
ción de medio o de resultado por parte del deudor y, como consecuencia de ello,
teoría de los riesgos, que considera que salvo el riesgo por la pérdida del cuerpo
cómo funciona la carga de la prueba de la culpa.
cierto que se debe, los demás los debe correr el deudor. Así lo aceptan la doctrina
nacional 90 y la extranjera 91 . Sería absurdo, por ejemplo, que el transportador que
Antes de entrar en el fondo del problema, recordemos que en el interior de un
por cualquier circunstancia no pudo desplazar la mercancía que se había obligado
mismo contrato puede haber obligaciones de distinta naturaleza (supra, T. I, 351).
a transportar, pueda quedarse con el valor de los fletes o cobrárselos al remitente
En algunos de esos contratos, la obligación principal puede ser de hacer, como
o al destinatario, argumentando que su obligación se hizo imposible. Asimismo
sucede, por ejemplo, en el contrato de transporte de mercancías, en el contrato
sería injusto y absurdo que el cirujano que no pudo llegar a tiempo a una interven-
para la ejecución de una obra, en el de prestación de servicios médicos, etc. Pero
ocurre que dentro de esos mismos contratos, cuya obligación principal es de hacer
o incluso de dar, existen otras obligaciones de hacer. Así, por ejemplo, en el con-
trato de compraventa mercantil, el artículo 943 del Código de Comercio ordena al 90 Eudoro González Gómez, ob. y p. cits.; Álvaro Pérez Vives, ob. y núm. cits., t. 11.
comprador recibir la cosa en el lugar y tiempo estipulados y, a falta de tal estipu- 91 Marty et Raynaud, ob. cit., núm. 286.
512 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 513

ción quirúrgica pueda quedarse con el precio que por el servicio le pagó el pacien- 418.- ÜBLIGACIONES DE NO HACER

te. En estos casos, pues, nos encontramos frente a lo que algunos autores denomi-
nan "obligaciones de resultado absolutas" o reforzadas y, por tanto, el deudor no En numerosos contratos pueden existir al mismo tiempo obligaciones de dar,
se exonera ni siquiera probando la causa extraña. de .:hacer o de no hacer. Unas veces la obligación de no hacer puede ser la obliga-
don principal del contrato, como ocurriría, por ejemplo, con el comerciante que
Ahora, en lo que se refiere a la indemnización por los perjuicios adicionales, se obliga para con otro a no establecerse comercialmente durante un determinado
creemos que la obligación violada sigue siendo de resultado, pero al deudor se lo tiempo en un determinado sitio. O puede ser una obligación accesoria de otra
exonera de la responsabilidad de dichos perjuicios si demuestra una causa extra- principal, como ocurre por ejemplo en el contrato de mandato, en el que se le
ña. Así, por ejemplo, si el transportador o el médico son demandados con el argu- impone al mandatario la obligación de no comprar las cosas que el mandante le
mento de que su incumplimiento puro y simple le ocasionó perjuicios al acreedor, haya ordenado vender o se le prohíbe colocar a interés los dineros del mandante
entonces, si bien al deudor no le es aceptable alegar que utilizó toda la diligencia sin su expresa autorización.
o cuidado que le era posible, de todas maneras se lo puede exonerar de responsa-
bilidad si prueba una causa extraña. Se aplican aquí los principios sobre la res-
La responsabilidad por el incumplimiento de obligaciones de no hacer está
ponsabilidad por mora a que nos referimos al analizar la responsabilidad por la
regulada por el artículo 1612 del Código Civil en los siguientes términos:
pérdida de todas las especies que conforman un género (supra, T. I, 416).
Toda obligación de no hacer una cosa se resuelve en la de indemni-
En este tipo de incumplimiento no cabe hacer, pues, la distinción entre obli-
zar los perjuicios, si el deudor contraviene y no puede deshacerse lo
gaciones de medio y de resultado, puesto que la situación no tiene la misma dife-
hecho.
rencia aleatoria que se presenta cuando el deudor ejecuta realmente la prestación.
Pudiendo destruirse la cosa hecha, y siendo su destrucción necesa-
Es lógico pensar que el cirujano, al realizar una intervención quirúrgica solo
ria para el objeto que se tuvo en mira al tiempo de celebrar el con-
adquiera una obligación de medio, puesto que no está en posibilidad de garantizar
trato, será el deudor obligado a ella, o autorizado al acredor para
el éxito de la operación y en tal virtud su situación es radicalmente distinta, por
que la lleve a efecto a expensas del deudor.
ejemplo, de la del transportador, quien, como ya hemos dicho, contrae una obliga-
ción de resultado por la inejecución imperfecta de sus obligaciones, puesto que Si dicho objeto puede obtenerse cumplidamente por otros medios,
normalmente la llegada de las cosas o las personas sanas y salvas se logra salvo en este caso será oído el deudor que se allane a prestarlo.
que una causa extraña lo impida. Pero desde el punto de vista del incumplimiento
puro y simple, tanto el transportador como el médico, el abogado, etc., se encuen- El acreedor quedará de todos modos indemne.
tran en la misma situación de posibilidad o de dificultad de cumplir con sus obli-
gaciones. Imaginemos el caso de un médico y un transportador que se encuentran Conforme la norma transcrita, cuando el cumplimiento todavía es posible,
en un pueblo alejado del sitio donde deben cumplir sus obligaciones. Sería absur- nada libera de responsabilidad al deudor que contravino a la obligación pero toda-
do, por ejemplo, que si no les es posible llegar a su destino para cumplir las vía tiene la posibilidad de deshacer lo hecho. Más compleja es la situación cuando
obligaciones contraídas, la obligación del transportador sea de resultado, mien- el deudor no cumple su obligación de no hacer y ya es definitivamente imposible
tras que la del médico solo sea de medio. En consecuencia, cada vez que haya cumplirla. Piénsese en el comerciante que, obligado a no competir con otro co-
incumplimiento puro y simple de una obligación de prestación de servicios y se merciante durante algunas festividades, por cualquier circunstancia incumple su
trate de cobrar los perjuicios adicionales, distintos de los del precio del servicio, obligación y con posterioridad a aquellas pretende cumplir lo prometido. En este
la obligación violada será de resultado. Lo que significa que las obligaciones de caso, dada la intención de las partes y el objeto del contrato, el incumplimiento ya
hacer son todas de resultado en cuanto a la ejecución material de lo pactado y las es definitivo. Lo mismo sucedería, por ejemplo, con el mandatario que coloca a
de lograr el beneficio esperado por el acreedor con lo hecho pueden ser de medio interés los dineros del mandante o compra los bienes que le fueron entregados por
o de resultado, según veremos al analizar la responsabilidad por cumplimiento éste para la venta.
imperfecto de la obligación (infra, T. I, 420 y ss.).
514 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 515

En todos esos casos de incumplimiento definitivo del deudor en obligaciones II. - La distinción entre obligaciones de medio
de no hacer, pareciera ser que él no tiene absolutamente ninguna forma de exonerarse, y de resultado en la responsabilidad por mora
pues el artículo 1612, en el inciso final, expresa: "El acreedor quedará de todos
modos indemne". 419.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Sin embargo, nosotros creemos que, al igual que en los casos anteriores, hay La responsabilidad del deudor no solamente se compromete cuando ha habi-
que hacer una distinción. En cuanto al precio recibido por el deudor para que no do incumplimiento puro y simple de su parte, sino también cuando ha existido
hiciera determinada cosa, deberá reembolsarlo al acreedor y, por tanto, es respon- mora en el cumplimiento de la obligación y a causa de dicha mora el acreedor ha
sable de dicha indemnización y ni siquiera la causa extraña puede liberarlo. Si sufrido perjuicios. Nos preguntamos entonces: ¿qué responsabilidad tiene el deu-
todavía no ha recibido el precio, no podrá cobrarlo a quien pagó porque no se dor por los daños causados por razón de la mora y cómo funciona la prueba de la
hiciera determinada cosa. Aplicamos aquí los principios del incumplimiento de culpa en tales circunstancias? O, preguntando de otra manera: ¿La obligación de
obligaciones de género (supra, T. I, 416). cumplir oportunamente es de medio o es de resultado?

En cambio, en lo que se refiere a los perjuicios adicionales derivados del Al respecto, el artículo 1616 del Código Civil consagra el principio general
incumplimiento de la obligación de no hacer, creemos que de todas maneras el según el cual,
deudor puede exonerarse demostrando una causa extraña. En efecto, si por ejem-
plo el deudor se compromete a no construir un muro en su propiedad y con motivo
La mora producida por fuerza mayor o caso fortuito, no da lugar a
de un terremoto se ve obligado a levantar el muro para evitar males mayores en el indemnización de perjuicios.
vecindario, pues obviamente quedará exonerado de pagar perjuicios adicionales
al acreedor si tal evento reúne los requisitos de imprevisibilidad e irresistibilidad Sin entrar a discutir si la mora en el derecho colombiano está fundada o no en
que la ley exige para la fuerza mayor o caso fortuito. Sin embargo, aun en estas la culpa, digamos que por mandato imperativo del artículo 1616, cuyo inciso co-
circunstancias deberá, según lo dijimos, reembolsarle al acreedor lo que este le rrespondiente acabamos de reproducir, el deudor deberá demostrar que el retardo
hubiera pagado para que no hiciera el muro. Igual sucedería cuando el mandata- en el cumplimiento de la obligación se debió a una causa extraña. Probada ésta, no
rio, por razones de seguridad y ante el peligro de que le sean robados los dineros puede haber absolutamente ninguna culpa de su parte, puesto que, como ya tantas
del mandante, decide colocarlos a interés para evitar su pérdida. En este caso, si la veces lo hemos dicho (supra, T. I, 347), la fuerza mayor y el caso fortuito son
persona a quien se le prestó el dinero no restituye igual cantidad al mandante o al totalmente incompatibles con la culpa del deudor, así ésta sea levísima, por tanto,
mandatario, creemos que éste podrá exonerarse frente a aquel si demuestra que la sería absurdo pretender que el deudor demuestre que, pese a su diligencia y cuida-
situación de inseguridad en que se encontraba constituyó para él un evento de do, no pudo cumplir.
fuerza mayor o caso fortuito.
Así pues, podemos afirmar que el principio general es el de que el deudor
En conclusión, las obligaciones de no hacer, que se vuelven definitivamente contrae la obligación de cumplir a tiempo lo prometido y que solo se libera de ella
imposibles de cumplir, de ser violadas serán de resultado; y en cuanto al precio si prueba que el retardo se debió a una causa extraña. Así las cosas, la obligación
pagado por el acreedor, el deudor no tiene ninguna forma de exoneración, mien- de pagar a tiempo el objeto de la prestación constituye una obligación de resulta-
tras que en relación con los perjuicios adicionales, el deudor puede demostrar una do, la que, como consecuencia lógica, impide que se aplique la graduación de las
causa extraña que lo libere de responsabilidad. culpas del artículo 1604 del Código Civil. De este modo el transportador, el mé-
dico, el vendedor, el mandante y, en general, todos los deudores tienen sobre sí la
obligación de resultado de cumplir a tiempo, salvo que una causa extraña lo impi-
Desde luego, en este tipo de incumplimiento contractual, la graduación de las
da. No cabe, pues, la distinción entre obligaciones de medio y de resultado, debi-
culpas del artículo 1604 tampoco tiene ningún campo de aplicación.
do a que todas se enmarcan dentro de ésta última categoría para efectos de la
responsabilidad moratoria.
516 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 517

Pero hay un caso especial respecto del cual nos preguntamos si también el Si el deudor no prueba esas dos circunstancias habrá violado una obligación
deudor puede alegar que el retardo se debe a una fuerza mayor para exonerarse de de resultado y, en consecuencia, responderá por el precio de la cosa y por los
la obligación de pagar los perjuicios sufridos por el acreedor como consecuencia subsiguientes perjuicios derivados de la pérdida.
de la mora.
En lo referente a los perjuicios por la mora, el deudor de la cosa que perece
En efecto, el artículo 1604 del Código Civil prescribe que el deudor no es puede exonerarse demostrando que la mora es imputable a una causa extraña, de
responsable del caso fortuito, a menos que se haya constituido en mora. Y el1731 acuerdo con el artículo 1616 del Código Civil. Es decir, una cosa es la causa
del mismo Código, establece que: extraña que da lugar a la mora y otra, la causa extraña que destruye la cosa durante
la mora. Si por daños en la vía, la vaca no puede ser entregada a tiempo, habrá
Si el cuerpo cierto perece por culpa o durante la mora del deudor, la causa extraña en la mora y si la vaca muere por un rayo durante la mora, habrá una
obligación de este subsiste, pero varía de objeto; el deudor es obli- causa extraña en la pérdida de la cosa que se debe.
gado al precio de la cosa y a indemnizar al acreedor.
En conclusión, podemos afirmar que la obligación de pagar a tiempo es de
Sin embargo, si el deudor está en mora, y el cuerpo cierto que se
resultado y que de acuerdo con ella la graduación de las culpas del artículo 1604
debe perece por caso fortuito, que habría sobrevenido igualmente a
no tiene importancia, pues el deudor debe probar que el retardo es imputable a una
dicho cuerpo, en poder del acreedor, solo se deberá la indemniza-
fuerza mayor.
ción de los perjuicios de la mora. Pero si el caso fortuito pudo no
haber sucedido igualmente en poder del acreedor, se debe el precio
de la cosa, y los perjuicios de la mora. 111. -Las obligaciones de medio y de resultado en el cumplimiento
imperfecto o defectuoso de la obligación contractual
Significa lo anterior que la obligación de conservar la cosa durante la mora es
420.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y PLAN
de resultado, cualquiera sea el contrato que encierra la obligación. Se trata de una
excepción al principio consagrado en el artículo 1604 del Código Civil el que,
La responsabilidad contractual del deudor puede verse comprometida no solo
según dijimos (supra, T. I, 360), establece que la obligación de conservar la cosa
en caso de incumplimiento puro y simple o en el cumplimiento moroso, sino tam-
a veces es de medio, pues al deudor se le permite demostrar diligencia y cuidado
bién en el de cumplimiento imperfecto, es decir cuando, pese al cumplimiento
para exonerarse de responsabilidad.
físico del contrato, el acreedor ha sufrido daños por la defectuosa ejecución del
contrato. Tal sería el caso del transportador que lleva las cosas o las personas al
Ahora, es preciso distinguir cómo opera en tales circunstancias la carga de la lugar convenido, pero éstas llegan lesionadas o muertas o aquellas llegan deterio-
prueba, ya que una cosa es la indemnización por la mora y otra la proveniente de radas. Ocurre lo mismo si el depositario devuelve la cosa en un estado de deterio-
los perjuicios por la pérdida de la cosa durante la mora.
ro que no tenía al momento de recibirla de manos del depositante, o cuando el
mandante se queja de que el mandatario ha ejecutado mal el encargo que se le
En cuanto a la responsabilidad por la pérdida de la cosa debida, el artículo había confiado, a causa de lo cual el mandante sufrió perjuicios. Es en este tipo de
1731 exige al deudor probar que la cosa pereció por caso fortuito o por cualquier responsabilidad contractual donde tiene su reino la distinción entre obligaciones
otro evento que constituya una causa extraña y, además, que ese caso fortuito de medio y de resultado, puesto que, según vimos, en la responsabilidad por in-
también habría destruido la cosa si ésta hubiere estado en poder del acreedor. Así, cumplimiento puro y simple o por cumplimiento moroso, salvo casos excepciona-
por ejemplo, si lo que se debe es una vaca que durante la mora fallece de una peste les, las obligaciones son siempre de resultado. En cambio, en el cumplimiento
que arrasa con todos los animales del lugar, incluidos los del acreedor, es de supo- imperfecto encontramos a cada paso obligaciones de una u otra naturaleza. Vere-
ner que aunque el deudor hubiera cumplido, de todas maneras la vaca habría muerto mos a continuación cómo obra la distinción entre las obligaciones de medio y de
por la peste. En cambio, si el animal fallece como consecuencia de un rayo caído resultado por cumplimiento imperfecto en los contratos relativos al cuidado de
en predios del deudor, éste no se exonera, ya que el rayo no habría matado al una persona(§ 1); posteriormente analizaremos el mismo problema en los contra-
animal si él lo hubiera entregado a tiempo al acreedor. tos que tienen que ver con el cuidado de una cosa(§ 2) y, finalmente, nos referí-
518 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 519

remos a los contratos de prestación de servicios en los que el deudor no tiene la


puedan sufrir los pasajeros durante la ejecución. Así lo establecen los artículos
obligación de entregar o devolver una cosa o de cuidar una persona, sino simple- 2072 y 2073 del Código Civil. De acuerdo con el primero,
mente de realizar una conducta que algún otro beneficio debería de reportarle al
acreedor (§ 3). El acarreador es responsable del daño o perjuicio que sobrevenga a
la persona por la mala calidad del carruaje, barco o navío en que se
§ l . - CONTRATOS RELATIVOS AL CUIDADO DE UNA PERSONA verifique el transporte.

421.- Acontece a menudo que en virtud de un contrato el acreedor queda En este caso basta el hecho objetivo de la falla mecánica del vehículo para
físicamente a disposición del deudor para que éste pueda, de una manera u otra, que haya responsabilidad del transportador, sin que éste pueda alegar ninguna
ejecutar la prestación a que se había obligado. Así ocurre, por ejemplo, en el causal de exoneración. Pensamos que por analogía, el artículo 2073, aunque solo
transporte de personas; en la utilización de piscinas; en el contrato de hotelería; en habla de transporte de mercancías, también es aplicable al transporte civil de pa-
la prestación de servicios médicos u hospitalarios o en el caso de la obligación sajeros. En esta norma se dice que:
que tiene el patrono de cuidar por la integridad física del trabajador. En todos esos
contratos la persona del acreedor está en el núcleo central del objeto de la obliga- (. .. )el acarreador es obligado a la entrega de la cosa en el paraje y
ción asumida por el deudor. De una manera u otra, el deudor se obliga a cuidar la tiempo estipulados, salvo que pruebe fuerza mayor o caso fortuito.
integridad física del acreedor. Sin embargo, unas veces, el acreedor asume un
desempeño totalmente pasivo, quedando completamente sometido a la actividad En cuanto al contrato comercial de transporte interno de pasajeros, el artículo
del deudor; en cambio, en otras oportunidades, el acreedor juega un papel activo 981 del Código de Comercio le impone al transportador la obligación de transpor-
en el cumplimiento del contrato y el deudor solo se obliga a permitir o facilitar la tar sano y salvo al pasajero. De acuerdo con ello, el artículo 992 establece que el
actividad del acreedor. transportador solo se exonera de esa responsabilidad probando una causa extraña,
cual puede ser la fuerza mayor, el hecho exclusivo de terceros y la culpa de la
En algunos de estos casos nos encontramos frente a lo que la doctrina92 y la 96
víctima . En materia de transporte aéreo interno de pasajeros, el artículo 1880 del
jurisprudencia93 han denominado "obligaciones de seguridad". Sin embargo, se- Código de Comercio es todavía más severo con el transportador, puesto que ni
gún veremos a continuación, es errónea la doctrina según la cual todas las obliga- siquiera le permite alegar la fuerza mayor para exonerarse de responsabilidad, ya
ciones de seguridad son de resultado, pues en determinadas hipótesis dicha obli- que solo le admite demostrar el hecho exclusivo de terceros o la culpa de la vícti-
gación solo es de medio 94 • Veamos en primer lugar algunos contratos en los que el ma. En el transporte aéreo internacional de pasajeros, en cambio, la obligación de
acreedor juega un papel pasivo en su ejecución; luego nos referiremos a los con- seguridad que contrae el transportador es de medio, pues el artículo 20 del Conve-
tratos en cuya ejecución el acreedor tiene un desempeño activo. nio de Varsovia de 1929, le permite exonerarse de la presunción que obra en su
contra demostrando diligencia y cuidado 97 .
422.- CONTRATOS DE TRANSPORTE DE PASAJEROS

Finalmente, en el contrato de transporte gratuito, si es que existe como con-


En el contrato civil de transporte, el transportador tiene una obligación de trato, doctrina98 y jurisprudencia99 sostuvieron durante largo tiempo que la obliga-
seguridad y de resultado 95 y, en consecuencia, responde por cualquier daño que ción del transportador era de medio, dada la gratuidad del servicio. Sin embargo,

92 Jacques Ghestin, Genevie~e Viney, ob. cit., t. IV, núm. 550; Mazeaud-Tunc-Chabas, 96 Cas. civ., abr. 11/79, Ed. La Ley, p. 164.
ob. cit., núms. 150 y ss.; AlvaroPérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 348.
97 Seriaux, Alain, ob. cit., núm. 44.
93 Cas. civ., sep. 12/85, en Jurisprudencia y Doctrina, vol. 4, p. 968.
98 Sobre este tema puede consultarse: René Rodiere, Droit de transports, 2a
94 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núms. 552 y ss.; Boris Starck,
ed., Paris, Sirey, 1977, núms. 693-694; Javier Tamayo Jaramillo, ob. cit., núms.
ob. cit., núm. 1790. 344 y SS.
95 En ese sentido, Álvaro Pérez Vives, ob. y núm. cits., t. 11.
99 Cas. civ., feb. 11/46, "G. J.", t. LX, p. 269.
520 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 521

hoy pensamos que en determinadas circunstancias, la obligación puede ser de En efecto, este tipo de contratos o de prestación de servicios, se rige por las nor-
resultado, o si se considera que la responsabilidad es extracontractual, de todas mas del mandato y en el contrato de mandato el mandante debe probar la culpa
formas el transportador responde por actividades peligrosas y solo se exonera del mandatario en caso de que el encargo se hubiere cumplido en forma defec-
mediante la causa extraña 100 • tu9sa si quiere comprometer la responsabilidad de éste o exonerarse de su obli-
gación de pagar las prestaciones que al mandatario le corresponden por sus ser-
vicios.
423.- RESPONSABILIDAD POR ACCIDENTES DE TRABAJO

En consecuencia, la responsabilidad del médico por una defectuosa presta-


Aunque la responsabilidad por accidentes de trabajo aparece regulada en el ción del servicio se funda en una obligación de medio. No obstante, en algunas
Código Sustantivo del Trabajo, no por ello dejan de serle aplicables los principios oportunidades excepcionales dicha responsabilidad puede comprometerse con base
generales sobre la distinción entre obligaciones de medio y de resultado. En ese en una obligación de resultado (infra, 1047 y ss.).
sentido podemos afirmar que en cuanto a la indemnización básica por el accidente
de trabajo, que generalmente pagan las diversas administradoras de riesgos profe-
sionales (ARP), la obligación del patrono es de resultado, ya que la misma ley 425.- RESPONSABILIDAD DE LOS HOSPITALES

solo lo permite exonerarse de responsabilidad si prueba una culpa grave o inten-


cional del trabajador. En cambio si el trabajador pretende la indemnización plena Los hospitales, entre sus obligaciones principales contraen la de velar por
del daño sufrido, entonces, según el artículo 216 ibídem, deberá probar la cul- la seguridad de los pacientes que ingresan en dichos establecimientos 102 (supra,
pa del patrono, lo que significa que, mirada desde este punto, la obligación de T. I, 98). Esa obligación es, en principio, de resultado en relación con los daños
seguridad que pesa sobre el patrono es de medio. Aquí se ve confirmada nuestra que sufra el paciente que no ha desempeñado ningún papel activo en la produc-
apreciación según la cual las obligaciones de seguridad unas veces pueden ser de ción del perjuicio, como cuando un tercero o cualquier objeto del hospital lesio-
medio y otras veces pueden ser de resultado. En el caso examinado, el patrono nan al paciente; pero es de medio en relación con los daños que éste sufra cuan-
tiene, por expresa disposición legal, una obligación de seguridad frente al trabaja- do ha desempeñado un papel activo en la producción del hecho, como cuando el
dor, pero en relación con la indemnización de base esa obligación de seguridad es enfermo, al levantarse, sufre una fractura. En éste último caso, la víctima debe-
de resultado, mientras que frente a la indemnización plena, se trata de una obliga- rá probar alguna falla en el instrumental o una defectuosa información suminis-
ción de medio. trada por el hospital. Desde luego hay pacientes, como los psiquiátricos, que,
dadas sus condiciones mentales, exigen una mayor vigilancia y cuidados por
parte de la entidad hospitalaria para evitar los posibles daños que ellos mismos
424.- RESPONSABILIDAD DE LOS MÉDICOS
puedan causar y, en consecuencia, a dichas entidades se les exige una mayor
diligencia y cuidado para con el paciente 103 , lo cual no significa que su obliga-
Según creemos haberlo demostrado, en principio, la responsabilidad de los ción en ese caso sea de resultado.
médicos por una defectuosa prestación de sus servicios constituye una obligación
de medio de acuerdo con la cual el deudor, es decir el médico, solo se obliga a O sea: el hospital tiene la obligación de resultado que al paciente nada le
brindar al acreedor cuidados especiales y diligentes tendentes a recuperar su salud ocurra dentro de sus instalaciones, a no ser que el daño se produzca por un com-
y el acreedor, en este caso el paciente, tiene que probar la culpa del médico por un portamiento activo de aquel, en cuyo caso la obligación sería de medio.
tratamiento defectuoso para poder comprometer la responsabilidad de este 101 .

(cont. nota 101) La doctrina es unánime en el mismo sentido: Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11,
100 lntra, 1098 y ss. núm. 149; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 548; Mazeaud-
101 Así lo afirma permanentemente la jurisprudencia colombiana: véanse, entre otros, Tunc-Chabas, ob. cit., núm. 159,2.
los siguientes fallos: cas. civ., mar. 5/40, "G. J.", t. XLIX, p. 115; sep. 12/85, en 102 Cas. civ., sep. 12/85, en Jurisprudencia y Doctrina, vol. 14, p. 968.
Jurisprudencia y Doctrina, vol. 14, pp. 959 y ss. 103 Ibídem.
522 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 523

426.- CONTRATOS EN LOS QUE EL ACREEDOR DESEMPEÑA UN PAPEL ACTIVO to del contrato, por una circunstancia u otra, sufre daños. Es lo que ocurre, por
ejemplo, en el caso de los vicios redhibitorios de la cosa vendida; en el de deterio-
En todos los contratos anteriores vimos la situación de deudores que desempeñan ros sufridos por la cosa transportada o depositada o en el de deterioro de la cosa
un papel pasivo en la ejecución del contrato, pues los acreedores prácticamente arrendada atribuible al arrendatario. En ciertos casos la obligación es de medio y
quedaban a merced del deudor. en otros de resultado. A continuación mencionaremos solo algunos, sin agotar
todas y cada una de las hipótesis, pues lo único que pretendemos demostrar es que
Pero existen algunos contratos en los que si bien, en principio, el acreedor 0 también en estos eventos, las obligaciones unas veces son de medio y otras son de
usuario del servicio está en cierta forma bajo la protección del deudor, sin embar- resultado.
go, su obligación consiste básicamente en poner al servicio del acreedor 0 usuario
algunos instrumentos o lugares con o dentro de los cuales el usuario habrá de
practicar determinada actividad. Es lo que ocurre, por ejemplo, en los estableci- 428.- CoMPRAVENTA
mientos que prestan el servicio de piscinas, de prácticas de gimnasia o alquiler de
vehículos. En todos estos casos, la obligación del arrendador de los locales 0 de En el contrato de compraventa el vendedor tiene la obligación de entregar y
los equipos es de medio, consistente en poner a disposición del usuario instru- conservar la cosa vendida. Si después de celebrar el contrato, la cosa vendida
mentos y locales con todas las seguridades del caso 104 . Corresponderá al acreedor, sufre algún deterioro cuando aún está en poder del vendedor, la pérdida corre por
en este caso al usuario, demostrar alguna falla dentro de los equipos o instalacio- cuenta del comprador, pero como se presume la culpa del vendedor, éste, si se
nes que le fueron suministradas. No estamos, pues, frente a una obligación de trata de compraventa civil, puede demostrar diligencia y cuidado y por tanto su
resultado, sino de medio. obligación será de medio (supra, T. I, 413). En cambio, tratándose de compraventa
mercantil, el vendedor solo se exonera en caso de pérdida o deterioro de la cosa
Sin embargo, creemos indispensable hacer aquí la misma distinción que efec- vendida mediante la prueba de una causa extraña, en cuyo caso la obligación viene
tuamo.s al ~:ferirnos a la r.esponsabilida~ de los hospitales, cuando afirmamos que a ser de resultado (supra, T. I, 413).
la obhgacwn es de medw en lo que tiene que ver con los daños que sufra el
acreedor al utilizar los instrumentos que le han sido suministrados, pero es de Por otro lado, el vendedor no solo le garantiza al comprador durante un deter-
re~ultado ~n lo relativo a los daños causados por un evento distinto del comporta- minado tiempo la eficiencia de la cosa vendida (C. de Co., art. 930), sino que
miento activo del acreedor, como ocurriría, por ejemplo, en caso de que dentro de también responde en forma objetiva por el precio de la cosa en caso de que ésta
~~~ locales ~na exp~osión lesione al acreedor que se encuentra sentado en algún adolezca de algún vicio oculto (C. de Co., art. 934).
sltw de las mstalacwnes en que despliega su deporte o actividad favorita.
En el primer caso, es decir en el de la obligación de garantía de eficiencia,
§ 2. - CUMPLIMIENTO IMPERFECTO POR DETERIORO según el artículo 932 del Código de Comercio el vendedor tiene que indemnizar al
DE LA COSA OBJETO DEL CONTRATO comprador de todos los daños que éste sufra porque la cosa no sirvió para el
objeto para el cual había sido adquirida. Se trata de una obligación de resultado
427.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA máximo o absoluto, como diría STARCK (supra, T. I, 343), en la que al vendedor
no se le exonera de responsabilidad ni siquiera demostrando una causa extraña .
. Su~~de a menudo que en los contratos que tienen por objeto la entrega 0
restltucwn de una cosa, el cumplimiento imperfecto consiste justamente en el En lo referente a la indemnización de perjuicios por los vicios redhibitorios,
dete~ioro de d~cha cosa mientras está en poder del deudor. Es decir, desde el punto ya en varias oportunidades hemos dicho (supra, T. I, 415) que en cuanto a la
de VIsta matenal, el deudor cumple su obligación, pero al cumplirla, la cosa obje- rebaja del precio por la mala calidad o por el defecto oculto, el vendedor es res-
ponsable en una forma objetiva y ni siquiera la causa extraña lo libera de respon-
sabilidad. En cuanto a la obligación de indemnizar los otros perjuicios adiciona-
les, sí estamos frente a una obligación de medio, pues el comprador debe demos-
104 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., núm. 157,2. trar que el vendedor conocía o debía conocer los vicios de la cosa vendida. Cabe
524 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 525

anotar que la jurisprudencia 105 admite, en el caso de vendedores profesionales, la En cambio en materia civil, el artículo 2247 establece que el depositario solo
presunción del conocimiento por parte de éstos de dicho vicio oculto, presunción responde de la culpa grave. En unos casos responderá también de la leve, según lo
que puede ser desvirtuada por el vendedor, lo que significa que la obligación prescribe la misma norma. Significa lo anterior que en el depósito civil la obliga-
seguiría siendo de medio pero con una simple inversión de la carga de la prueba de ción de conservación es de medio y si la cosa sufre deterioros se presume la culpa
la culpa. del deudor, que podrá liberarse de tal presunción si prueba diligencia y cuidado en
la conservación de la cosa.
En consecuencia, las obligaciones de garantía de eficiencia y las de sanea-
miento de los vicios redhibitorios son de resultado. Es de observar que el artículo 2254 del Código Civil está en contradicción
con el artículo 2247, pues mientras que éste último dice que el deudor -en este
429.- TRANSPORTE DE MERCANCÍAS caso el depositario- solo responde hasta de la culpa grave, el primero da a enten-
der que al depositario solo lo exonera una causa extraña en caso de deterioro de la
Ya hemos visto cómo los artículos 981 y 992 del Código de Comercio im- cosa depositada, según se desprende de su tenor, que dice:
ponen al transportador interno una obligación de resultado, consistente en entre-
gar las mercancías transportadas sanas y salvas en el lugar convenido. En este El depositario que no se ha constituido en mora de restituir, no res-
caso, cualquier deterioro que sufran las mercancías significará un cumplimiento ponde naturalmente de fuerza mayor o caso fortuito; (. .. ).
imperfecto por parte del transportador, quien solo se libera mediante la prueba de
una causa extraña 106 • Es esta una muestra más de la falta de sistematización que sobre la culpa y su
prueba tiene nuestro Código Civil por la infortunada introducción de la gradua-
Cabe resaltar que en el transporte aéreo internacional de mercancías y perso- ción de las culpas del artículo 1604 (supra, T. I, 357).
nas, en el que se aplica habitualmente el Convenio de Varsovia, la obligación es
de medio, puesto que según el artículo 20 del Convenio, el transportador se presu- 431.- CONTRATO DE ARRENDAMIENTO
me culpable, pero puede desvirtuar dicha presunción demostrando que no pudo
impedir el hecho, es decir, demostrando diligencia y cuidado 107 • Este Convenio En relación con el contrato de arrendamiento, el cumplimiento imperfecto
fue modificado posteriormente por el Protocolo de Guatemala de 1973, que nunca por mala calidad de la cosa arrendada puede, en un momento determinado, com-
entró en vigor, pues no ha sido ratificado, y parece que no lo será, por un mínimo prometer la responsabilidad del arrendador, mientras que en otros comprometerá
de 30 estados, como lo prevé el mismo Protocolo. la responsabilidad del arrendatario.

430.- CONTRATO DE DEPÓSITO En el primer caso, es decir, de la responsabilidad del arrendador, el articulo
1990 del Código Civil establece una obligación de resultado en cabeza de éste,
Según el artículo 1171 del Código de Comercio, en el depósito mercantil el pues el arrendatario tiene derecho a la terminación del contrato con indemniza-
depositario responde por los deterioros de la cosa depositada y solo se exonerará ción de perjuicios por daño emergente si la cosa arrendada adolece de algún vicio
de la presunción de culpa que milita en su contra mediante la prueba de una causa oculto. En este caso, el arrendador no puede alegar ni siquiera la causa extraña
extraña (supra, T. I, 343), lo que indica que en este tipo de contrato, el cumpli- para liberarse de responsabilidad, siempre y cuando, desde luego, el arrendatario
miento imperfecto por deterioro de la cosa depositada se funda en que la obliga- demuestre que el mal estado o calidad de la cosa le impide hacer de ella el uso
ción de conservación de la cosa es de resultado. para el cual ha sido arrendada, sea que el arrendador conociese o no el mal estado
o calidad de la cosa al tiempo del contrato y aun en el caso de haber empezado a
existir el vicio de la cosa después del contrato, pero sin culpa del arrendatario.
105 Cas. civ., jun. 13/46, "G. J.", t. LX, p. 698.
106 Cfr. cas., ene. 23/80, La Ley, núm. 39, p. 187; oct. 9/80, "G. J.", t. CLXVI, p. 155; En cuanto a la responsabilidad del arrendatario por deterioro de la cosa en su
ene. 26/82, "G. J.", t. CLXV, p. 21. poder, su cumplimiento imperfecto puede presentarse cuando, al restituir la cosa,
107 Seriaux, Alain, ob. cit., núm. 44. ella se encuentre deteriorada y el deterioro haya acontecido durante el tiempo en
526 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 527

que estuvo en su poder. En tales casos la obligación de conservación de la cosa reduce entonces a dirimir si la ejecución fue correcta o no, y cómo se aplicaría la
arrendada por parte del arrendatario será de medio, pues el artículo 2005 del Có- distinción entre obligaciones de medio y de resultado en este tipo de situaciones.
digo Civil en su último inciso establece que el arrendatario:
' A priori, el legislador puede, en un momento determinado, decidir expresa-
En cuanto a los daños y pérdidas sobrevenidos durante su goce, de- mente si la obligación es de medio o de resultado y exigir, cuando sea del caso, la
berá probar que no sobrevinieron por su culpa, ni por culpa de sus prueba de una causa extraña para que el deudor pueda liberarse. Lamentablemen-
huéspedes, dependientes o subarrendatarios, y a falta de esta prue- te, en muchos de esos contratos el legislador guarda silencio al respecto y enton-
ba será responsable. ces es al juez o al intérprete, en general, a quien le corresponde determinar la
naturaleza de la obligación. En nuestro concepto, pese a la opinión divergente de
Es decir, el arrendatario se exonera de responsabilidad probando diligencia y algunos (infra, T. I, 445), la obligación será de medio o de resultado, según la
cuidado (ausencia de culpa) 108 . mayor o menor probabilidad que tenga el deudor de lograr el objetivo final preten-
dido por el acreedor (infra, T. I, 445). Si la ley nada dice al respecto, es ilógico e
432.- CoNCLUSIÓN
injusto exigirle al deudor que logre el objetivo pretendido por el acreedor cuando,
en el orden natural de las cosas, nada le permite garantizar que dicho objetivo será
Si en algunos contratos hemos señalado la naturaleza de las obligaciones que conseguido con un comportamiento normal. Por el contrario, cuando la labor des-
les incumbe a las partes para el efecto de determinar su responsabilidad en caso de empeñada por el deudor normalmente debe conducir al logro del objetivo busca-
cumplimiento imperfecto por deterioro de las cosas objeto del contrato, no ha sido do, es lógico que si dicho objetivo no se consigue es porque o ha habido culpa del
con el fin de analizar en detalle todas y cada una de las responsabilidades contrac- deudor o el daño se debe a una causa extraña y, entonces, es allí cuando esta forma
tuales contempladas por nuestras leyes. Nuestro objetivo ha sido el de mostrar lo de exoneración es la única que se permite y por tanto la obligación se torna de
artificial de la graduación de las culpas del artículo 1604 y mostrar, así mismo que resultado. Veamos a continuación cuál es la solución de acuerdo con los diversos
dentro de dichos contratos pueden existir obligaciones de medio y de resultado, contratos.
razón por la cual en el derecho colombiano es válida la distinción entre estos dos
tipos de obligaciones. 434.- CONTRATO DE MANDATO Y OTROS QUE LE SON AFINES
(MÉDICOS, ABOGADOS, ASESORES, CONSEJEROS, ETC.)

§ 3. -LAS OBLIGACIONES DE MEDIO Y DE RESULTADO EN EL CUMPLIMIENTO


Según el artículo 2155 del Código Civil,
IMPERFECTO DE CONTRATOS DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS
El mandatario responde hasta de la culpa leve en el cumplimiento
de su encargo.
433.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Ello significa que, en principio, en cuanto a la ejecución del encargo hecho


Finalmente, hay algunos contratos en que el cumplimiento imperfecto se pre- por el mandante al mandatario, este responde hasta de la culpa leve en caso de que
senta porque, independientemente de que se deteriore una cosa o se lesione a una aquel alegue que el mandatario ha ejecutado imperfectamente la gestión que le
persona, el acreedor no queda plenamente satisfecho con la prestación de servi- encomendó. En tales circunstancias, la obligación principal del mandatario sería
cios objeto del contrato, porque no se logró el objetivo por él buscado al Gelebrar de medio, ya que solo se compromete a emplear diligencia y cuidado en la reali-
el contrato. Tal sería el caso del mandante que sufre un daño como consecuencia zación de la gestión que se le encargó 109 •
de la ineficiente gestión del mandatario o de quien encarga a un artesano la con-
fección de una obra que finalmente no resulta de la calidad esperada. En estos Pero, pese a que nadie duda de que se trata de una obligación de medio,
casos, el deudor, en principio, realiza la gestión que le fue encomendada y todo se insistimos en que en este contrato y en los otros que le son afines, la culpa del

108 Cfr. cas. civ., nov. 30/35, "G. J.", t. XLIII, p. 175; abr. 4/52, "G. J.", t. LXXI, p. 715. 109 Cas. civ., mayo 31/38, "G. J.", t. XLVI, p. 572.
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 529
528 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

mandatario no se presume puesto que, según creemos haberlo demostrado, el de la cosa o por todos los malos resultados que surgieran para el mandante con la
artículo 2184 del Código Civil impone al mandante la obligación de probar la realización de las gestiones; si un comisionista de bolsa cumpliese el encargo de
culpa del mandatario si quiere exonerarse de las obligaciones que frente a éste lo adquirir determinado número de acciones, que al día siguiente pierden la mitad de
cobijan (supra, T. I, 396). Significa esto que mientras dicha culpa no sea estable- su valor, se vería obligado a indemnizar de ello al mandante si su obligación fuera
cida, la ley presume que el mandatario realizó bien su gestión, por tanto, nos de resultado, puesto que por la gestión realizada ese mandante sufrió una pérdida
encontramos frente a una obligación de medio en la que es al acreedor, en este de un día para otro.
caso el mandante, a quien le corresponde demostrar la culpa del deudor, vale
decir, del mandatario. Como se ve, sería torpe e ilógico suponer que el médico, el comisionista o el
mandatario tuviesen sobre sí una obligación de resultado. En tales circunstancias,
Ahora, según ya lo hemos visto, el artículo 2144 del Código Civil establece este tipo de contratos sería impracticable, pues no habría deudores dispuestos a
que: someterse a los rígidos principios que los regulasen.

Los servicios de las profesiones y carreras que suponen largos estu- 435.- DE LOS CONTRATOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA OBRA MATERIAL,
dios, o a que está unida la facultad de representar y obligar a otra ENTRE ELLOS LOS DE CONSTRUCCIÓN DE EDIFICIOS
persona, respecto de terceros, se sujetan a las reglas del mandato.
Uno de los contratos de mayor ocurrencia en la vida diaria es el de la confec-
Del texto de la norma transcrita se deduce que un gran número de obligacio- ción de obra material, tal como sucede con los ebanistas, carpinteros, escultores,
nes contractuales tienen la misma naturaleza de las obligaciones derivadas del constructores, etc. En todos estos contratos predomina la obra de mano sobre el
mandato y, por tanto, en todos ellos nos encontramos frente a obligaciones de intelecto, lo que no obsta para que en muchos de ellos se requiera una gran capa-
medio. Tal sería, por ejemplo, el caso de los contratos de administración delegada cidad intelectual por parte del deudor que se compromete a realizar la obra.
para la construcción de edificios; de los contratos de asesoría; de los contratos en
virtud de los cuales un abogado se compromete a realizar una gestión en favor de En líneas generales, puede afirmarse que en casi todos estos contratos la
su cliente, y de los contratos de prestación de cuidados médicos. En todos ellos el obligación contraída por el deudor es de resultado, pues, en el orden normal de las
deudor se presume inocente y es entonces al acreedor a quien corresponde demos- cosas, ninguna dificultad tiene el deudor para realizar la obra que le ha sido enco-
trar su culpa para poder comprometer su responsabilidad. Desde luego, aclaramos mendada por el acreedor. Así, por ejemplo, el oficial o albañil que se compromete
que en todos estos casos hablamos de obligación de medio en caso de cumplí- a pintar una casa, no tiene mayores riesgos o probabilidades de no lograr su come-
miento imperfecto, puesto que si se trata de mora o de incumplimiento puro y tido y salvo una causa extraña, lo más seguro es que obtenga el beneficio buscado
simple, las obligaciones son de resultado (supra, T. I, 410). finalmente por el acreedor. Igual cosa puede afirmarse de un sastre que se obliga
a confeccionar un vestido para un cliente. Obviamente, se supone que, dados los
Es lógico que en este tipo de contratos la obligación principal de prestar el conocimientos del sastre, el cliente que encargó el traje puede esperar que este se
servicio sea de medio y no de resultado, puesto que aun el más prudente de los haga en forma adecuada. Por lo tanto, el sastre deberá responder en caso de que el
deudores puede realizar una buena gestión y, a pesar de ello, no obtener el éxito vestido no quede confeccionado en forma correcta.
buscado por el acreedor. Ni el médico, ni el abogado, ni el consejero, ni el asesor
en general, pueden garantizarle a su acreedor que con su comportamiento lograrán Sin embargo, es de anotar que, según lo prescribe el artículo 2057 del Código
el objetivo buscado por éste. Así, por ejemplo, el mandatario a quien se encarga Civil:
comprar una cosa se libera en principio de su responsabilidad adquiriendo la cosa,
y si esta resulta con un vicio oculto, que no hubiera detectado un mandatario La pérdida de la materia recae sobre su dueño, es decir, sobre el
común y corriente, su responsabilidad no se verá comprometida mientras no se que encargó la obra.
demuestre por parte del mandante que el mandatario no tuvo la suficiente pruden-
cia y diligencia para comprar una cosa carente de vicios. Si la obligación del En este caso, el deudor, es decir quien se encargó de confeccionar la obra, se
mandatario fuese de resultado, entonces respondería por todos los vicios ocultos halla frente a una obligación de medio en cuanto a la conservación de la materia
530 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 531

que le fue entregada para la confección de la obra, conforme a los principios que concreto, si se llenan estas características dentro del contrato cuyo cumplimiento
sobre la pérdida de la cosa que se debe establecen los artículos 1604 y 1730 del imperfecto da lugar a una acción en responsabilidad civil por parte del que encar-
Código Civil. Pero en cuanto a la calidad misma de la obra realizada, la obliga- gó la obra.
ción será de resultado.
Si se llenan tales requisitos y el contrato se enmarca dentro de lo dispuesto
Solución que tiene respaldo en lo dispuesto por el artículo 2059 del Código por el artículo 2060 citado, entonces nos encontraremos frente a una obligación de
Civil, norma según la cual: resultado, de cuya inejecución el deudor solo se libera mediante la prueba de una
causa extraña 110 y, desde luego aquí, como en muchos otros casos, la graduación
Si el que encargó la obra alegare no haberse ejecutado debidamen- de las culpas no tiene absolutamente ninguna importancia, ya que al deudor no le
te, se nombrarán por las dos partes peritos que decidan. es permitido demostrar simplemente diligencia y cuidado.
Siendo fundada la alegación del que encargó la obra, el artífice podrá
No puede confundirse este contrato con el denominado contrato de "adminis-
ser obligado, a elección del que encargó la obra, a hacerla de nuevo
tración delegada", en virtud del cual un constructor se encarga de administrar la
o a la indemnización de perjuicios (... ).
construcción de un edificio que pertenece a un tercero. En esta clase de contratos
el deudor contrae una serie de obligaciones que unas veces son de medio y otras
Significa lo anterior que los peritos han de decidir en forma objetiva si el son de resultado. Si, por ejemplo, cuando el administrador delegado realiza él
artífice realizó -materialmente hablando- la obra tal y conforme era de esperarse mismo algunas partes de la construcción, entonces su obligación será de resultado
de una persona de sus capacidades profesionales. En tales circunstancias, el artí- y solo se libera mediante la prueba de una causa extraña. En cambio, en los traba-
fice deberá responder si los peritos deciden que la obra no quedó suficientemente jos de coordinación de la obra, en los de asesoría para la escogencia de materiales
bien elaborada, sin tener en cuenta su culpabilidad en la imperfección. De ello se o para la adjudicación de subcontratos o en la adquisición de materiales, sus obli-
deduce fácilmente que estamos frente a una obligación de resultado, de la que el gaciones serán de medio, pues se rigen por lo dispuesto para el contrato de man-
artífice solo se exoneraría mediante la prueba de una causa extraña. dato, según lo establece el artículo 2144 del Código Civil.

436.-Mención especial debe hacerse del contrato de construcción de edifi-


437.- DEL ARRENDAMIENTO DE SERVICIOS INMATERIALES
cios, que se rige no solo por los principios de los contratos para la confección de
obra material, sino también por lo dispuesto en el artículo 2060 del Código Civil,
Finalmente, hemos de referirnos al denominado "arrendamiento de ser-
especialmente de su número 3.
vicios inmateriales", es decir, aquel en que la prestación del deudor consiste en
la elaboración de obras inmateriales o en que predomina la inteligencia sobre la
De acuerdo con este numeral: obra de mano, como una composición literaria o la corrección tipográfica de un
Si el edificio perece o amenaza ruina, en todo o parte, en los diez impreso, según la descripción que de dicho contrato hace el artículo 2063 del
años subsiguientes a su entrega, por vicio de la construcción, o por Código Civil.
vicio del suelo que el empresario o las personas empleadas por él
En principio, podría decirse que en este tipo de contratos la obligación prin-
hayan debido conocer en razón de su oficio, o por vicio de los ma-
cipal es de resultado e incluso así lo da a entender el artículo 2063 del Código
teriales, será responsable el empresario; si los materiales han sido
suministrados por el dueño, no habrá lugar a la responsabilidad del Civil ya mencionado, pues dicha norma ordena que este contrato se rija por los
principios que para los contratos de confección de una obra consagra el artículo
empresario sino en conformidad con el artículo 2041, inciso final.
2059 del Código Civil; como ya vimos, esta norma establece que si el que encargó
Es importante advertir que, de acuerdo con el inciso 1o del artículo 2060 del
Código Civil, esta responsabilidad incumbe a los empresarios que se encargan de
toda la obra por un precio único prefijado. Habrá que buscar, pues, en cada caso 11 o lnfra, 1216 y ss.
532 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 533

la obra alegare no haberse ejecutado ésta debidamente, se nombrarán por las dos
SECCIÓN III.-Criterios para distinguir
partes peritos para que decidan y, de llegar a ser fundada la alegación del que
las obligaciones de medio de las de resultado
encargó la obra, el artífice será obligado, a elección del que encargó la obra, a
hac~~la de nuevo o a la indemnización de perjuicios. Esto significa que la respon-
sabilidad del deudor no está sujeta a una culpa de su parte, sino al hecho objetivo 439.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

de que la obra encargada reúna o no los requisitos de calidad.


Según se desprende de todo lo analizado hasta este momento, en la práctica
lo que caracteriza las obligaciones de resultado es el hecho de que el deudor a
No hay mayor dificultad en aceptar que la obligación es de resultado en la
veces no tiene forma de liberarse y otras solo lo libera la prueba de una causa
mayoría de este tipo de contratos. Así, por ejemplo, si el corrector de los origina-
extraña mientras que en las obligaciones de medio el deudor en ocasiones se pre-
les de un libro deja pasar algún error que finalmente es causa de perjuicios para el
sume culpable pero puede desvirtuar la presunción demostrando diligencia y cui-
acreedor, el que realizó la labor de corrección solo se exoneraría de responsabili-
dado y, en otras oportunidades, al acreedor o víctima le corresponde demostrar la
dad mediante la prueba de una causa extraña, pues no es admisible que una perso-
culpa del deudor.
na especialista en tal disciplina deje pasar un error que finalmente va a perjudicar
en mayor o menor medida al que encargó la obra.
Esa distinción, que es fácil de comprender desde el punto de vista práctico,
nos suscita una pregunta más compleja, talla de saber cuáles son los criterios que
Igual cosa puede decirse del ingeniero o arquitecto encargado de realizar los se toman en consideración para que en un momento determinado se le exija al
planos o los cálculos para una construcción, la cual se derrumba porque los cálcu- acreedor o al deudor un determinado régimen probatorio, es decir, los criterios
lo~ o los. di~eños quedaron mal elaborados. Con el avance actual de la técnica y de que se tienen para que la obligación sea de medio o de resultado.
la m~~mena en general, no es excusable, salvo una causa extraña, que este tipo de
serviciOs no sean los más adecuados. En la práctica la obligación puede ser de medio o de resultado porque así lo
decida expresamente el legislador, porque lo decidan las partes o .porque. así se
~38.- No obstante, creemos que no se puede generalizar diciendo que en desprenda de la naturaleza de la obligación cuando ni las partes m el legislador
este tipo de contratos siempre las obligaciones principales son de resultado. En han dicho nada concreto al respecto. Veamos por separado cada una de estas tres
efecto, hay algunos casos en que el deudor no puede garantizarle al acreedor el hipótesis.
absoluto éxito en la gestión realizada. Así, por ejemplo, en los servicios presta-
dos por los laboratorios médicos hay una serie de exámenes sobre determinadas 440.- ÜBLIGACIONES DE MEDIO Y DE RESULTADO POR DECISIÓN EXPRESA DEL

enfermedades en las que la ciencia ha progresado de tal manera, que es inexcu- LEGISLADOR

sable un error en cuanto al diagnóstico o resultado de los análisis. En este caso


las obligaciones serían de resultado. Pero hay otros casos en que la ciencia mé- y a hemos dicho que el legislador colombiano jamás utiliza las expresiones
dica, química o biológica no ha avanzado lo suficiente como para que ellabora- "obligaciones de medio y de resultado". Sin embargo, en casos especiales su:ge
torista pueda garantizarle al paciente que solicite sus servicios que los resulta- claramente que el deudor no se exonera de responsabilidad en caso de produ:ule
dos dados por los exámenes sean totalmente verídicos. Piénsese, por ejemplo, un daño al acreedor o solo se exonera mediante la prueba de una causa extrana y,
en una enfermedad cuya sintomatología sea aún desconocida, razón por la cual entonces, la obligación será de resultado, mientras que en otros contratos, como
los exámenes de laboratorio pueden no ser todo lo exactos que se quisiera. En en el mandato, el legislador prescribe que el deudor solo sea condenado cuando se
ést~ ~ltimo evento, la obligación dellaboratorista solo es de medio y su respon- le demuestre culpa o, aunque su culpa se presuma, como en algunos casos de .la
sabthdad se vería comprometida únicamente en la medida en que los exámenes pérdida de la cosa que se debe (C. C., art. 1730), la presunción pueda ser desvn-
se hicieran sin la técnica que hasta ese momento sea la más acorde con los tuada mediante la prueba de la debida diligencia y cuidado (C. C., art. 2005), en
avances científicos y dentro de los medios de que se disponga en el lugar. Pero cuyo caso nos encontraremos frente a una obligación de medio (supra, T. I, 400).
tal prueba corresponderá al deudor, lo que significa que la obligación es de
medio. En consecuencia, cuando el legislador en forma expresa establezca determi-
nado régimen probatorio de la culpa, la obligación será de medio o de resultado,
534 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 535

independientemente de cualquier otro criterio que el intérprete quiera darle al y, por tanto, las partes pueden lícitamente, salvo casos excepcionales 112 , pactar
contenido de la obligación. Así, por ejemplo, en el contrato de transporte de per- que la obligación que en principio solo es de medio se vuelva de resultado, es
sonas o de cosas, el artículo 992 del Código de Comercio, al exigir una fuerza decir, tornar más gravosa la situación probatoria del deudor. Así, un cantante,
mayor como causal de exoneración, está consagrando una obligación de resulta- puede contratar con su empresario que en caso de que el espectáculo presentado
do. Y aunque teóricamente pudiera discutirse cuál es el fundamento que tuvo el no arroje los beneficios económicos esperados, el empresario queda exonerado
legislador para crear esa obligación de resultado, la verdad es que tal discusión total o parcialmente de las obligaciones derivadas del contrato, salvo que el artista
solo tiene un valor meramente teórico porque ya el legislador, a priori, convirtió pruebe una causa extraña. En un momento determinado podría ocurrir, incluso,
la obligación en de resultado. De todas formas, un poco más adelante (infra, T. I, que un mandatario exonerara total o parcialmente del pago de la remuneración al
443) analizaremos cuáles pudieron haber sido los criterios que tuvo el legislador mandante, en caso de que el encargo convenido no le produjese al mandante los
para decidir que en un momento determinado la obligación se acomodara a una u beneficios que esperaba al celebrar el contrato, a no ser que dicho mandatario
otra clasificación. probase una causa extraña.

441.- ÜBLIGACIONES DE MEDIO O DE RESULTADO POR VOLUNTAD En cambio, cuando se piensa en la posibilidad de que las partes puedan con-
DE LAS PARTES vertir una obligación de resultado en obligación de medio, el principio general no
aparece tan claro. En efecto, desembocamos aquí en el problema de las cláusulas
De otro lado, sea que el legislador siente norma expresa consagrando la obli- de exoneración que, según buena parte de la doctrina, solo implican la inversión
gación de medio o de resultado, sea que guarde silencio al respecto, la verdad es de la carga de la prueba 113 • Según mostraremos más adelante, las cláusulas de
que las partes, dentro del margen de libertad contractual que les concede el legis- limitación o exoneración de responsabilidad son válidas a condición de que se
lador, pueden convenir que la obligación sea de medio o sea de resultado 111 • Esta llenen varios requisitos, entre ellos, y tal vez el más importante, el de que no estén
facultad aparece consagrada como principio general en el inciso final del artículo prohibidos en forma expresa por ellegislador 114 •
1604 del Código Civil el que, luego de prescribir todo lo relativo a la graduación
de las culpas y a la responsabilidad del deudor en el evento del caso fortuito, De ello se desprende que mientras no se llenen tales requisitos, las partes no
expresa que todo ello "se entiende sin perjuicio de las estipulaciones expresas de pueden convertir una obligación de resultado en una de medio. Así, por ejemplo,
las partes". el artículo 992 del Código de Comercio, al consagrar una obligación de resultado
en contra del transportador, tiene establecido en forma expresa que cualquier cláusula
El artículo 1732 del Código Civil expresa que, que pretenda exonerar de responsabilidad al transportador se tendrá por no escri-
ta; de donde se deduce fácilmente que, en materia de transporte, las partes no
Si el deudor se ha constituido responsable de todo caso fortuito, o
pueden convertir la obligación de resultado en obligación de medio 115 • Habrá,
de alguno en particular, se observará lo pactado.
pues, en cada caso particular, que analizar si la conversión de la obligación de
En conclusión, con las limitaciones que veremos en seguida, podemos afir-
mar que las partes pueden libremente convertir las obligaciones de medio en de
resultado o a la inversa.
112 En ese sentido, la resolución 1688 de 1981, del Ministerio de Justicia, al fijar las
tarifas de honorarios profesionales para los abogados de Bogotá, exige que en el
En lo que se refiere a rodear de mayor severidad el régimen probatorio para el contrato entre el ahogado y el cliente se incluya "una cláusula en la cual se espe-
deudor, la ley no pone mayores obstáculos a la aplicación de ese principio general cifique que no se garantiza el éxito de la gestión encomendada sino únicamente la
mayor diligencia, cuidado y atención por parte del abogado y su más amplia y
decidida dedicación, tendente a obtener, dentro del marco de la ley, el mayor be-
neficio que conforme a derecho corresponda".
113 Critica esta doctrina Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 156.
111 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 545; Philippe le Tourneau,
ob. cit., núm. 1095; Boris Starck, ob. cit., núm. 1751; Christian Larroumet, ob. cit., 114 lnfra, 1759 y ss.
núm. 630. 115 lnfra, 1762 y ss.
536 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 537

resultado en de medio llena los requisitos exigidos por el legislador para que tal Por lo tanto, si el paciente se lesiona en momentos en que se encontraba solo, el
conversión pueda efectuarse. juez deberá previamente examinar si el hospital tenía la obligación de suminis-
trarle una compañía permanente y para ello tendrá en cuenta las condiciones del
442.- ALGUNOS CONTRATOS NO PERMITEN "A PRIORI", CLASIFICAR contrato y el conocimiento que de ellas tenían las partes. Desde luego, el deudor
SUS OBLIGACIONES COMO DE MEDIO O DE RESULTADO tierie que garantizar un mínimo de seguridad al acreedor. Así, por ejemplo, por
(POR EJEMPLO, CONTRATO DE HOSPITALIZACIÓN) muy gratuito que sea el servicio hospitalario, el paciente tiene derecho a exigir
una cama que no ofrezca peligros o una habitación que no se vea sometida a filtra-
Fuera de la posibilidad que tienen las partes para convertir las obligaciones ciones de agua o de viento excesivo. Si se trata de un paciente psiquiátrico, o el
de medio en de resultado o a la inversa, nos encontramos con que algunos contra- estado de salud del enfermo lo requiere, el deudor podría estar obligado a garan-
tos no permiten a priori calificar la naturaleza de las obligaciones principales que tizar la total seguridad del paciente y en consecuencia, en el ejemplo planteado,
lo conforman, ya que todo depende de las diversas prestaciones que se comprome- habría responsabilidad del deudor si el paciente, por ausencia de esas medidas de
te a realizar el deudor. seguridad, se causa un daño.

Muestra de ello es el hecho de que la doctrina y la jurisprudencia han discu- Todo lo que hemos venido analizando al respecto aparece magistralmente
tido estérilmente si el contrato de hospitalización genera para los hospitales y aplicado por un fallo de la Corte Suprema de Justicia del 12 de septiembre de
clínicas una obligación de medio o de resultado 116 . El error consiste en no advertir 1985, con ponencia del malogrado magistrado Horacio Montoya Gil, que justa-
que la obligación de albergar al paciente puede tener múltiples matices que gene- mente al referirse a la responsabilidad hospitalaria, expresa:
ralmente están en relación con la mayor o menor onerosidad del servicio prestado.
En consecuencia, cuando el paciente sufra un daño mientras se encuentra hospita- "Además de esas obligaciones, pueden distinguirse en el contrato de
lizado, habrá que averiguar cuál fue el compromiso adquirido por la entidad hos- hospitalización otras que no son de la esencia ni le pertenecen por su
pitalaria y si no aparece un acuerdo expreso, el juez deberá deducirlo de la mayor naturaleza sino que requieren de estipulaciones especiales, como los
o menor onerosidad o de la aceptación expresa o tácita que manifieste el acreedor servicios de laboratorio, rayos X, enfermera permanente, custodia y
en cuanto a las condiciones de hospitalización existentes en el establecimiento del vigilancia especial, acompañante, etc. Se trataría en este caso de
deudor. estipulaciones que, al decir de la doctrina de los autores, imprimen
a los efectos jurídicos propios del contrato una dirección diferente a
Siguiendo con el ejemplo, si el paciente se levanta durante la noche y como la establecida por las normas subsidiarias del derecho, por ejemplo
consecuencia de ello sufre una fractura, no podremos afirmar a priori que la obli- agravando o atenuando la responsabilidad del deudor, señalando plazos
gación del hospital sea de medio o de resultado. En efecto, es lógico que, en o condiciones, etc." 117 •
relación con pacientes que no requieren una vigilancia especial y que no pagan
una pensión lo suficientemente alta que justifique la presencia permanente de una De lo expuesto podemos concluir que si bien algunos contratos como el
enfermera, la obligación no sea de resultado en cuanto a los daños que sufra el de compraventa o el de transporte, no permiten una mayor o menor intensidad
paciente al levantarse de su lecho, ya que económicamente la entidad no podía ser de las obligaciones y, por tanto, éstas se pueden considerar a priori corno
obligada a tener personal de vigilancia que controlara cualquier movimiento del de medio o de resultado 118 , en otros, sobretodo los de prestación de servicios,
paciente. Esta solución aparece aún más lógica cuando los pacientes o sus fami- el deudor se puede comprometer a una mayor o menor diligencia y, por tanto, el
liares saben de antemano que no hay vigilancia individual para cada paciente, que juez en cada caso concreto deberá determinar si la obligación era de medio o de
existen dispositivos especiales para pedir ayuda del personal auxiliar o que, inclu- resultado.
sive, los pacientes pueden estar acompañados por sus parientes durante la noche.

117 Cas. civ., sep. 12/85, en Jurisprudencia y Doctrina, vol. 14, p. 968.
116 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., núm. 159,2; Carlos Ghersi, ob. cit., p. 105. 118 Christian Larroumet, ob. cit., núm. 628.
538 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 539

Finalmente, todo lo anterior explica satisfactoriamente el porqué de la con- a aceptar varios criterios que sin rigor científico y apriorístico sirven, sin embar-
veniencia de que exista un criterio unificado de culpa corno el que se consagra en go, a la jurisprudencia para imponer al deudor una u otra obligación 120 . Así, por
el artículo 1137 del Código Civil francés, en lugar de la graduación de las culpas ejemplo, se admite que la mayor o menor posibilidad de obtener el beneficio bus-
que establece nuestro artículo 1604. En efecto, dentro del ejemplo planteado, lo cado por el acreedor da margen a que la obligación sea de medio o de resultado 121 ;
lógico es averiguar a qué se obligó el deudor para saber si al producirse el daño otras veces se acude al comportamiento activo o pasivo que juegue el acreedor en
incumplió o no la obligación prometida si nos acogernos a un régimen unificado la ejecución del contrato; otras, se habla de la gratuidad u onerosidad de la presta-
de la culpa. Si incumplió fue porque hubo culpa de su parte. En cambio, si tratá- ción122 e, incluso, se llega a hablar de la existencia o no existencia de un seguro
ramos de aplicar la graduación de las culpas, podríamos llegar al absurdo de que para decidir si la obligación es de medio o de resultado 123 .
la obligación no es más o menos intensa sino que es siempre la misma, pero la
culpa se juzgaría en abstracto y la misión del juez se reduciría a verificar si de En nuestro concepto, la explicación más válida es la que afirma que cuando
acuerdo con la utilidad del contrato, el deudor responde o no por dicha culpa. Es ni las partes ni el legislador han señalado el régimen probatorio, la obligación será
decir, podría haber culpa sin responsabilidad. Y corno la determinación de esa de medio o de resultado según la mayor o menor probabilidad que tenga el deudor
graduación de la culpa es tarea bastante compleja, habría una gran dosis de subje- de alcanzar el objetivo último buscado por el acreedor al celebrar el contrato. Si el
tividad por parte del juez, problema que se obviaría si el legislador le permitiera al deudor solo cuenta con un limitado número de probabilidades de lograr el objeti-
fallador averiguar pura y simplemente cuáles fueron las obligaciones contraídas y vo buscado por el acreedor, entonces su obligación será de medio. Por eso se dice
si ellas fueron violadas. que el mandatario, el médico o el abogado solo contraen una obligación de medio
(supra, T. I, 434), puesto que el tipo de prestación a que ellos se pueden compro-
meter no garantiza que sus respectivos acreedores logren el objetivo pretendido al
443.- CRITERIO DE LA DISTINCIÓN ENTRE OBLIGACIONES DE MEDIO
celebrar el contrato. Por el contrario, en los eventos en que, conforme al curso
Y DE RESULTADO CUANDO NI EL LEGISLADOR, NI LAS PARTES, EN FORMA
normal de las cosas, el deudor, salvo una causa extraña, no tiene inconveniente
EXPRESA HAN CONVENIDO CUÁL SERÁ LA NATURALEZA DE LA OBLIGACIÓN
para lograr el objetivo perseguido por su acreedor, entonces la obligación es de
resultado. Inclusive, mientras mayor certeza tenga el deudor de poder lograr el
Pero sucede en múltiples oportunidades que ni el legislador ni las partes han objetivo perseguido por el acreedor, más difícil o aún imposible le será exonerarse
expresado nada en relación con la naturaleza de la obligación que le incumbe al de responsabilidad. Ello explica porqué en las obligaciones de género el deudor
deudor, es decir, no se ha dicho si el acreedor debe probar la culpa del deudor, si no tiene ninguna posibilidad de exoneración (supra, T. I, 411), puesto que, en
ésta se presume pero puede desvirtuarse demostrando diligencia y cuidado, si el principio, los géneros no perecen y, por tanto, el deudor siempre tendrá la posibi-
deudor se presume responsable y solo lo exonera una causa extraña o si ni siquiera lidad de cumplir, a no ser que todos los individuos del género perezcan. Y en el
la causa extraña lo libera de responsabilidad. Corresponde entonces al intérprete caso de otras obligaciones de resultado, en las que solo libera la causa extraña, el
desentrañar la naturaleza y contenido de la obligación, pero para poderlo lograr número de posibilidades de obtener el beneficio pretendido por el acreedor sigue
debe partir de un determinado criterio teleológico a partir del cual le pueda irnpo-. siendo alto, aunque menor que en las obligaciones de género. De allí que la única
ner al deudor bien sea una obligación de medio, bien una obligación de resultado. circunstancia que justifique la no obtención del beneficio buscado por el acreedor
Pero, ¿cuál es ese criterio o pauta que le permite al intérprete decidir si la obliga- sea la causa extraña, de suerte que si tal causa extraña no existe, el incumplimien-
ción pertenece a una u otra clasificación?
to necesariamente será imputable a comportamiento culposo del deudor. Visto de

Parte de la doctrina 119 prácticamente renuncia a la posibilidad de encontrar un


criterio único y a priori para determinar el contenido de la obligación y se limita
120 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núms. 544 y ss.; Boris Starck,
ob. y núm. cits.; Christian Larroumet, ob. cit., núms. 1093 y ss.
121 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 541; René Savatier, ob. cit.,
119 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 543; Philippe le Tourneau, núm. 775; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., núms. 103, 4.
ob. cit., núm. 1093; Boris Starck, ob. cit., núm. 17 49; Christian Larroumet, ob. cit., 122 Boris Starck, ob. cit., núm. 1752.
núm. 630. 123 Boris Starck, ob. cit., núm. 1755.
540 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 541

otra manera: no habiendo causa extraña, el deudor estará siempre en posibilidad el hecho de que el acreedor desempeñe un papel activo o pasivo en la ejecución
de obtener el beneficio pretendido por su acreedor al contratar. del contrato, sino porque, en el caso del transportador, las posibilidades de cum-
plir lo esperado por el acreedor son mucho más altas que las que se presentan en
Esta mayor o menor posibilidad de obtener el beneficio pretendido por el el caso del explotador de las piscinas.
acreedor al contratar sirve de criterio no solo para que el legislador en forma
expresa consagre las obligaciones de resultado o de medio, sino también para que, Lo que acontece, y es allí de donde surge la confusión, es que justamente
en caso de silencio de la ley en cuanto a la carga de la prueba, el intérprete pueda cuando el acreedor desempeña un papel activo en la ejecución del contrato, enton-
distinguir si la obligación debatida pertenece a una u otra clasificación. ces la actividad del deudor se ve tan disminuida que no está a su alcance poder
controlar todos los movimientos del acreedor para, en esa forma, lograr el bien
No obstante, no toda la doctrina comparte este criterio de distinción entre perseguido por éste 128 • En el caso de la piscina, por ejemplo, lo único que está
obligaciones de medio y de resultado, aunque casi todos los autores 124 aceptan que al alcance del explotador de la misma es poder brindarle al deportista que la utili-
éste es uno de los tantos criterios que en la práctica tiene en cuenta el legislador o za todas las comodidades y avances técnicos para que logre su cometido. Pero
el juez, más no el único, según veremos en seguida. como la utilización de la piscina ya no puede ser controlada por el empresario
porque todo depende del usuario, entonces el número de probabilidades que
En efecto, la doctrina dice 125 que la obligación será de medio o de resultado tiene el deudor, es decir, el explotador de las piscinas, no es tan alto, ya que, por
según el comportamiento activo o pasivo que juegue el acreedor en la ejecución razones obvias, no está en su mano controlar totalmente la ejecución del contrato.
del contrato. Así, por ejemplo, se dice que en el contrato de transporte el pasajero En cambio, en el contrato de transporte, el deudor asume tal capacidad de manio-
o la mercancía quedan completamente a disposición del deudor, quien desempeña bra en torno a las cosas o a las personas transportadas, que éstas prácticamente
un papel completamente activo en la ejecución del contrato, en tanto que las per- quedan "abandonadas" a la actividad del deudor y, en tal virtud, de este depende,
sonas o las cosas asumen un papel totalmente pasivo. En cambio, en algunos con- casi que exclusivamente, el logro o no del objetivo buscado por el acreedor al
tratos, como el que se configura entre el dueño de una piscina y quien pretende contratar, es decir, que las personas o las cosas lleguen sanas y salvas al lugar
practicar el deporte de la natación en ella, solo genera, en cuanto a la obligación convenido.
principal, una obligación de medio 126 , puesto que en este caso el acreedor, al ob-
tener la prestación por parte del deudor, juega un papel activo en la ocurrencia del En consecuencia, casi siempre que el acreedor desempeña un papel activo en
daño y, por tanto, si -en el ejemplo planteado- el deportista se golpea en el fondo la ejecución del contrato, las posibilidades de que el deudor pueda obtener el
de la piscina, el deudor solo será responsable en caso de que se demuestre que beneficio buscado por el acreedor disminuyen, puesto que él no puede controlar
h~bo negligencia de su parte en no construir una piscina con todas las especifica- todos los movimientos del acreedor al ejecutar el contrato. Por el contrario, cuan-
ciOnes y señalizaciones técnicas del caso. En tales circunstancias, la obligación do el acreedor desempeña un papel pasivo, el deudor tiene mayores posibilidades
sería de medio y no de resultado 127 • de lograr el objetivo buscado por el acreedor al contratar.

Pero la prueba de que la pasividad o actividad del acreedor en la ejecución


Aunque consideramos que, en los ejemplos propuestos, la solución adecuada
del contrato no es el criterio para definir si la obligación es de medio o de resulta-
en cuanto al primer evento, es decir, el contrato de transporte, es que la obligación
do, la encontramos en el contrato de prestación de servicios médicos, en el que el
del transportador es de resultado, y en cuanto al segundo, o sea el del explotador
de las piscinas, la obligación es de medio, pensamos que tal solución no se da por

i 28 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, que solo aceptan parcialmente la teoría que
defendemos (mayor o menor álea), al justificar en parte la teoría de la mayor o
124 Boris Starck, ob. cit., núm. i 754; Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1094. menor pasividad del acreedor, lo que hacen en el fondo es confirmar que aun en
125 Jean Frossard, ob. cit., núms. 245 y ss.; Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1096. este caso, es lo aleatorio lo que identifica el tipo de obligación. Al respecto expre-
126 Christian Larroumet, ob. cit., núm. 618. san: "Es difícil hacer gala de una gran severidad con respecto a un deudor que no
tiene el dominio total de la operación y cuyos esfuerzos han podido ser contraria-
127 Boris Starck, ob. cit., núm. i 754. dos por las iniciativas intempestivas de la víctima" (ob. cit., t. IV, núm. 547).
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 543
542 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

paciente, es decir el acreedor, asume casi siempre un desempeño totalmente pasi- trata de que la naturaleza de la obligación dependa de la mayor o menor
vo, pues queda completamente sometido a lo que el médico quiera hacer con él. posibilidad de obtener el resultado buscado por el acreedor, sino de la capa-
Sin embargo, todo el mundo está de acuerdo en que en tales circunstancias la cidad soberana del legislador para imponer un determinado régimen probato-
obligación del deudor, es decir, del médico, es una obligación de medio (supra, rio a la obligación. El problema que discutimos se plantea cuando ni las par-
T. I, 424) 129 y, por tanto, el criterio de pasividad o actividad no tendría ninguna tes ni el legislador han manifestado nada expresamente en relación con el
influencia 130 . En este caso, lo que hace que el médico, a pesar del papel activo que contenido de la prueba de la culpa y de la exoneración del deudor. Es allí
desempeña en la ejecución del contrato, solo tenga una obligación de medio, radi- donde habría que buscar, si se quiere desvirtuar nuestro punto de vista, algu-
ca en que, por más que controle la ejecución del contrato, de todas maneras hay na obligación en la que, pese a no existir el álea, la obligación sea de resulta-
una serie de fuerzas físicas y biológicas que influyen en el resultado, hasta el do o que, no existiendo el álea, la obligación sea de medio".
punto que el médico solo tiene unas limitadas probabilidades de lograr la cura-
Por otro lado, el criterio de STARCK muestra que, en efecto, en un momento
ción, que es el objetivo buscado por el acreedor, es decir, por el paciente. Sig~ifi­
determinado el legislador, dadas ciertas condiciones como la gratuidad u onerosidad
ca lo anterior que, en el caso de la responsabilidad civil del médico, las obligacio-
de la prestación, convierta obligaciones que por su naturaleza son de resultado en
nes de éste son de medio en principio, porque a pesar de la pasividad del paciente
obligaciones de medio. Pero lo que no concibe como razonable el legislador es
y de la actividad del médico, éste debe jugar con una serie de factores aleatorios
convertir obligaciones que por su naturaleza son de medio en obligaciones de
que le impiden garantizarle a aquel que obtendrá el resultado buscado al contratar.
resultado, pues ello daría lugar a tremendas injusticias y a que en un momento
El día que una intervención médica no esté sometida a lo aleatorio, la obligación
determinado, por la economía del contrato, el deudor no se atreva a celebrar seme-
del médico será de resultado. No existe el mismo riesgo en tratar de eliminar un
jante acuerdo.
dolor con analgésicos que en tratar de curar a un paciente que padece de cáncer.

Por otro lado, el profesor BoRIS STARCK, al criticar la teoría que aquí defende- En consecuencia, es el legislador quien por voluntad expresa puede modifi-
mos, según la cual el mayor o menor riesgo en conseguir la prestación buscada car la naturaleza de la obligación, sin tener en cuenta la existencia o inexistencia
por el acreedor es lo que da lugar a que la obligación se considere de medio o de de riesgos en la obtención del beneficio buscado por el acreedor al contratar. Pero
resultado, afirma en la primera edición de su obra que hay algunos casos en los en caso de que tome la decisión de modificar el contenido de la obligación, tal
que, a pesar de que el álea prácticamente no existe, la obligación es de medio y, modificación solo podría consistir en convertir obligaciones de resultado en obli-
131
por tanto, la doctrina carece de solidez en la práctica jurisprudencia! o legal • gaciones de medio, más no en volver obligaciones que por su naturaleza son de
medio en obligaciones de resultado.
Sin embargo, vale la pena observar al respecto de este argumento del profe-
sor STARCK, lo siguiente: Finalmente, el mismo STARCK, al igual que otros autores 132 , acude al concep-
to de gratuidad u onerosidad de la obligación, para de allí inferir si se está frente
"En primer lugar, nada impide que, en fría lógica jurídica, el legislador en un
a una obligación de medio o de resultado.
momento determinado le asigne el carácter de resultado a una obligación que
por su naturaleza solo sería de medio y viceversa; aunque de hecho la casi En nuestro concepto, tal criterio de la distinción entre obligaciones de medio
totalidad de las obligaciones de resultado consagradas por el legislador muestran y de resultado solo es aparente. En efecto, hay algunos contratos cuyas obligacio-
en la práctica que, salvo una causa extraña, no hay ningún riesgo que impida nes se cumplen o no se cumplen, sin que al deudor se le permita una mayor o
la obtención del resultado buscado por el acreedor. Pero en este caso no se menor diligencia en el cumplimiento de lo pactado. En cambio, hay ciertos con-
tratos en los que el deudor sí puede tener un margen de mayor o menor diligencia
de su parte. En el primer caso, la obligación será de medio o de resultado indepen-
129 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 548; Jean Frossard, ob.
cit., núms. 373-378; Jean Penneau, La responsabí/ité médica/e, Paris, Sirey, 1977,
núm. 29.
130 Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1096. 132 Boris Starck, ob. cit., núm. 1752; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV,
núm. 547.
131 Boris Starck, ob. cit., núm. 1751.
544 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 545

dientemente de la gratuidad u onerosidad de la obligación. Por ejemplo, si en una nosotros también hemos opinado. En particular, nos parece conveniente analizar
entidad hospitalaria se hace una transfusión sanguínea, quien realiza la transfu- el trabajo titulado La prueba en responsabidad contractuaf1 34, tema que en esen-
sión tiene la obligación de resultado de dar al paciente una sangre de buena cali- cia desarrolla casi todos los problemas abocados por nosotros en nuestra obra La
dad y, por tanto, la gratuidad u onerosidad no tiene importancia alguna. Por el culpa contractual, la cual sintetizamos en este título. Ahora, la obra del doctor
contrario, siguiendo con la responsabilidad de los hospitales, encontramos que SuEscúN es de gran calado por lo que hemos preferido estudiarla en forma conjun-
tales establecimientos pueden brindar una mayor o menor vigilancia al paciente ta en lugar de hacer simples referencias particulares a lo largo de nuestra obra.
de acuerdo con las condiciones de la entidad hospitalaria y la mayor o menor Además, los desacuerdos entre el doctor SuEscúN y nuestras opiniones son de tal
onerosidad del contrato. envergadura que bien merecen una amplia reflexión de nuestra parte.

En éste último caso podría pensarse que es el criterio de gratuidad o de onerosidad En nuestra réplica al doctor SuEscúN abordaremos en primer lugar lo re-
lo que convierte la obligación en de medio o de resultado. No obstante, aun en lativo a la prueba de la culpa contractual (subsec. I), para luego analizar la teoría
tales circunstancias es el criterio de la mayor o menor probabilidad de obtener el de las obligaciones de medio y de resultado y su aplicación en materia médica
beneficio buscado por el acreedor lo que hace que la obligación sea de medio o de (subsec. II).
resultado. En efecto, cuando el paciente al ingresar en el hospital pacta con la
entidad hospitalaria la asistencia permanente de una enfermera, lo que en el fondo
ocurre es que el deudor, es decir la entidad hospitalaria, tiene la posibilidad prác- SuBsEccióN l. - La de la contractual
tica de reducir todos los riesgos que pueda correr el paciente de sufrir daños du- en la obra del doctor Suescún
rante su hospitalización. En consecuencia, si bien la onerosidad es lo que obliga al
deudor a disminuir los riesgos, en última instancia es esa disminución de riesgos
445.- PRINCIPIO GENERAL
lo que hace que la obligación sea de resultado y no de medio. En cambio, según
dijimos al principio, cuando la obligación no es susceptible de más o de menos,
El doctor SuEscúN MELO, siguiendo la doctrina mayoritaria, defiende el prin-
entonces el criterio de gratuidad o de onerosidad no tiene importancia alguna. Por
cipio general de presunción de culpa que estaría consagrado en el artículo 1604
más que el médico esté bien retribuido, su obligación seguirá siendo de medio
del Código Civil, de acuerdo con el cual el deudor puede exonerarse probando
mientras que según también ya vimos, por más gratuito que sea el suministro de
ausencia de culpa o caso fortuito 135 •
medicamentos, la obligación de quien entrega dichos productos es de resultado en
cuanto a la buena calidad de ellos.
Aunque critica nuestra posición en sentido contrario, termina por aceptar
En conclusión, podemos afirmar que la onerosidad no es un criterio de distin- que, en no pocos casos, la misma ley consagra circunstancias en las cuales la
ción entre obligaciones de medio y de resultado, ya que tal onerosidad lo que carga probatoria es diferente, quedando por averiguar si en la práctica y en la ley
permite es que en determinados contratos, más no en todos, el deudor sea obliga- son más las hipótesis de culpa presunta o si son más las hipótesis con culpa pro-
do a un mayor grado de diligencia, con lo cual se disminuyen los riesgos de daño bada o por responsabilidad objetiva.
por parte del acreedor.
Como dijimos (supra, T. I, 402), el problema es de simple cantidad. Lo que
hemos querido rescatar es el hecho de que son tantas las excepciones a ese llama-
SEccióN IV.-Réplica a las críticas del doctor Jorge Suescún Melo
do principio general, que se justifica un análisis detenido de cada una de ellas
444.- JoRGE SuEscúN MELO es autor de un interesante trabajo sobre diversos pues, de lo contrario, estaremos creándole al lector desprevenido la idea de un
tópicos del derecho privado 133 • En él incluye algunos problemas sobre los cuales principio general mayoritariamente aplicado, cuando la realidad es otra.

133 Jorge Suescún Melo, Derecho privado, Cámara de Comercio de Bogotá y Univer- 134 Jorge Suescún Melo, ob. cit., t. 11, pp. 389 y ss.
sidad de Los Andes, ts. 1 y 11, Santa Fe de Bogotá, 1996. 135 Jorge Suescún Melo, ob. cit., t. 11, p. 415.
546 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 54 7

Con base en esta crítica advertimos (supra, T. I, 402) que en nuestro derecho pierde otra gran porción de su territorio o libera la simple ausencia de culpa y
existe toda una gama de posibilidades probatorias que van desde la exigencia de entonces se desconoce lo dispuesto en el artículo 1616 del Código Civil.
una culpa probada hasta una responsabilidad objetiva en la cual nada libera de
responsabilidad al deudor.
Pero todavía falta: en efecto, el autor comentado cita una serie de obligacio-
nes contractuales en las cuales su incumplimiento no permite al deudor exonerarse
446.- EXCEPCIONES AL PRINCIPIO GENERAL con la simple prueba de la diligencia y cuidado previstas en el artículo 1604. Es
decir, el autor admite que en muchos otros casos el defendido y no demostrado
Es esa justamente la solución que finalmente adopta el doctor SuEscúN MELO principio general de presunción de culpa del artículo 1604 del Código Civil cede
al aceptar que existen numerosos casos en los cuales el principio general de pre- terreno ante las excepciones prácticas que terminan casi por aniquilarlo.
sunción establecido en el artículo 1604 del Código Civil no se aplica.

Así, por ejemplo, el citado autor expresa que en los contratos de prestación Según el doctor SuEscúN, en posición que gustosos compartimos, la ausencia
de servicios se exige que el demandante pruebe la culpa del deudor 136 , aunque no de culpa no es suficiente en la responsabilidad bancaria 139 , en la responsabilidad
expresa cuál sea el fundamento legal de tal conclusión. Afirma, igualmente, que del transportador marítimo 140 , en el contrato de venta 141 , en las obligaciones de
la culpa debe probarse en materia médica, en algunas hipótesis de responsabilidad entregar bienes de género 142, en el transporte aéreo 143 , en el transporte en gene-
derivada del contrato de arrendamiento y en algunas hipótesis en el transporte raP4\ en el pago de cheques falsos 145 , en el contrato de cajillas de seguridadl46, en
marítimo 137 • los contratos de consumo 147 , en el depósito mercantil 148 , en la responsabilidad del
149
posadero y en algunos casos de responsabilidad por la pérdida de la cosa que se
150
debe .
Y aquí empiezan nuestros opositores, sin reconocerlo expresamente, a dar-
nos la razón. En efecto, los contratos de prestación de servicios, sobre todo profe-
sionales, son tan numerosos que, con ellos, se le arranca una muy buena porción
CRíTICA
al definido principio general de presunción.

Las excepciones continúan en la obra del doctor SuEscúN MELO. El citado Llegados a este punto puede observarse que, en el fondo, el doctor SuEscúN
autor, al referirse al incumplimiento puro y simple y al retardo en el cumplimien- MELO acepta, al igual que nosotros, que existen numerosos casos en donde el
to, expresa que el deudor se exonera probando los medios de defensa establecidos principio de culpa contractual contenido en el artículo 1604 del Código Civil no
en la leyl 38 , pero no se refiere expresamente a la prueba de la diligencia y cuidado se aplica. Es decir, en lo práctico, estamos de acuerdo.
exigida en el artículo 1604 del Código Civil, lo que arroja un manto oscuro sobre
la solidez de su teoría. Porque si el doctor SuEscúN MELO considera que en estos
dos casos el deudor puede demostrar ausencia de culpa, estará desconociendo
139 Ibídem, p. 451.
principios generales de nuestra ley, como el establecido en el artículo 1616 del
140 Ibídem, p. 454.
Código Civil, según el cual al deudor moroso solo lo exonera la prueba de una
141 Ibídem, p. 454.
fuerza mayor (no basta ausencia de culpa).
142 Ibídem, p. 456.
143 Ibídem, p. 460.
Valdría la pena que el doctor SuEsCúN aclarara este punto, pues de dos cosas
144 Ibídem, p. 460.
una: o solo exonera la causa extraña y entonces el artículo 1604 del Código Civil
145 Ibídem, p. 461.
146 Ibídem, p. 464.
147 Ibídem, p. 464.
136 Ibídem, p. 422. 148 Ibídem, p. 468.
137 Ibídem, pp. 534 y SS. 149 Ibídem, p. 469.
138 Ibídem, pp. 535 y 536. 150 Ibídem p. 470.
548 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 549

Si así lo prefiere el citado autor, reconozcamos que en dicho artículo existe 450.- SOBRE LA PRUEBA DE LA CULPA MÉDICA
un principio general de presunción de culpa que cede ante la prueba de la ausencia
de culpa, principio que por disposición legal tiene muchas excepciones. Sin em- Desde hace varios años hemos sostenido una cordial polémica con el doctor
bargo, cuando reparamos bien observamos, como lo hace el doctor SuEscúN, que SuEscúN en relación con los fundamentos legales de la carga de la prueba de la
las excepciones son tantas y tan importantes, que da lidia encontrar un caso donde culpa en materia médica. Sobre este punto más adelante expondré ampliamente
la presunción se aplique. El artículo 1604 sería un esqueleto de presunción de los argumentos que de parte y parte hemos esgrimido, pues no es este el lugar
culpa contractual. adecuado para hacerlo.

448.- Para finalizar este análisis sobre la opinión del doctor SuEscúN MELO Por lo pronto, digamos que, en nuestra opinión, en materia contractual la
en relación con la presunción de culpa en materia contractual, queremos advertir responsabilidad médica encuentra su sustrato legal en las normas que regulan el
que él, al igual que otros autores nacionales, incurre en una flagrante contradic- contrato de mandato en el Código Civil, concretamente los artículos 2144 y 2184.
ción cuando afirma que el deudor dispone de dos opciones para desvirtuar la pre- De acuerdo con dichas normas, a las profesiones que suponen largos estudios se
sunción de culpa establecida en el artículo 1604 del Código Civil: bien sea de- les aplica las normas del mandato. El segundo artículo exige que la culpa del
mostrando la debida prudencia, bien sea demostrando un caso fortuito 151 . mandatario sea probada, lo que conduce a la misma carga probatoria en materia
médica.
Decimos que es flagrante contradicción ya que, como hemos dicho (supra,
348), es un contrasentido lógico incluir esas dos figuras como alternativas. En Sin embargo, el doctor SuEscúN, amparándose en una antigua y aislada deci-
efecto, si como lo acepta el propio doctor SuEscúN 152 , la fuerza mayor supone que sión de la Corte, afirma que ello es erróneo, ya que en materia médica no existe
no ha existido culpa del deudor, ¿qué sentido tiene brindar al mismo tiempo las mandato alguno 154 y, en consecuencia, hay que buscar en otra parte el sustrato
dos opciones? Si al deudor le es posible demostrar la ausencia de culpa, para nada legal de dicha responsabilidad.
le beneficia tener la opción de la fuerza mayor si la primera opción le basta y si
logra probar la fuerza mayor, pues habrá probado la ausencia de culpa y, en con- Ahora, como lo demostraremos más adelante, nuestra solución no parte del
secuencia, la primera opción le sobra. Si el legislador quería ser consecuente, supuesto de que el médico sea mandatario del paciente. Lo que afirmamos es que,
tenía que haber escogido uno solo de los dos medios de defensa y no haber colo- por disposición lógica y justificada del legislador, a los servicios médicos se les
cado dos que se excluyen entre sí. A este punto en concreto ya nos hemos referido aplican las normas del mandato. De otro lado, el doctor SuEscúN omite citar otras
más extensamente (supra, T. I, 392). decisiones jurisprudenciales de la misma Corte, reproducidas más adelante, don-
de se acogen plenamente nuestros puntos de vista.
SuBSECCióN 11. - Crítica del doctor Suescún a la distinción
entre obligaciones de medio y de resultado. Con todo, el doctor SuEscúN concluye, como lo hacemos nosotros, que
(La de la médica) la culpa médica no se presume y, en consecuencia, debe probarse por el deman-
dante155.
449.-En el mismo trabajo, el doctor SuEscúN MELO se refiere a nues-
tras opiniones sobre la distinción entre obligaciones de medio y de resultado, así Lamentablemente, el citado autor guarda silencio sobre las normas legales
como a la prueba de la culpa en materia médica 153 . Veamos ambos problemas por que sirven de soporte a su solución. Si la culpa debe probarse es porque no se
separado. aplica la defendida presunción de culpa del artículo 1604 del Código Civil, y si no
se aplicara lo dispuesto en la ley para las normas del mandato, ¿cuál es entonces

151 Ibídem, p. 433.


152 Ibídem, p. 440. 154 Ibídem, p. 527.
153 Ibídem, p. 504. 155 Ibídem, pp. 533 y SS.
550 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 551

la legislación aplicable en un sistema jurídico que como el nuestro encuentra su funda su excepción o, en otras palabras, "el presupuesto de hecho" del artícu-
fuente principal en la ley escrita? lo 1609 que consagra el efecto jurídico de la excepción de contrato no cum-
plido.
451.- SOBRE LA APLICACIÓN PROBATORIA EN EL CONTRATO DE MANDATO
"No es que el demandado (paciente), esté obligado a probar la culpa (incum-
En su trabajo, el doctor SuEscúN hace una crítica aparentemente aguda y plimiento) porque la ley presuma que el demandante (médico) cumplió bien
lógica sobre nuestra interpretación del artículo 2184 del Código Civil, según la sus obligaciones; sino que precisamente por no existir ninguna presunción
cual la culpa del mandatario, y por ende la del médico, debe ser probada por el que releve al demandado (paciente) de la carga probatoria de los elementos
demandante. En efecto, según se verá más adelante, nosotros hemos considerado constitutivos de su defensa, es que este debe demostrar el incumplimiento
que, en el fondo, dicha norma consagra una presunción de inocencia del mandata- del galeno y con él su culpa.
rio, puesto que el mandante debe probarle su culpa.
"Al respecto debe agregarse que el artículo 1757 del C.C. establece que "in-
Frente a esta interpretación, el doctor SuEscúN expresa: cumbe probar las obligaciones o su extinción al que alega aquellas o esta", lo
que expresa, claramente, que las excepciones y defensas debe demostrarlas el
"Tamayo J. en su argumentación incurre en dos errores de análisis. De una que las formula, vale decir, en nuestra hipótesis, el paciente demandado. Por
parte nos dice que así como el paciente demandado debe probar la culpa su parte el artículo 835 del C. de Co. dispone que "quien alegue la mala fe o
(incumplimiento) del médico para escapar al pago de los honorarios, también culpa de una persona, o afirme que esta conoció o debió conocer determinado
tiene la misma carga probatoria cuando el paciente es el demandante, vale hecho, deberá probarlo". Obviamente la prueba de la culpa no deberá allegar-
decir, cuando persiga judicialmente al médico para que le repare los perjui- se en los casos en que la ley la presuma. Pero la presunción que el doctor
cios sufridos por una prestación defectuosa de los servicios profesionales. Al Tamayo nos propone es una de "no culpa" del mandatario (médico) o una
respecto señala que si en primer caso el paciente debe probar la culpa, es presunción de que cumplió bien sus obligaciones contractuales, presunción
porque la ley presume que el médico cumplió bien sus obligaciones, lo cual que no está consagrada en ninguna norma" 156 •
debe hacerse extensivo a la segunda hipótesis, por cuanto sería ilógico que
para un evento se presumiera la culpa y para el otro no. Estas críticas que nos formula SuEscúN MELO, en el fondo, carecen de funda-
mento.
"Obviamente se olvida con este planteamiento que, al igual que en el ajedrez,
no es lo mismo jugar con la blancas y tener la iniciativa, que jugar con las En efecto, es cierto que el artículo 2184 no establece en forma literal y expre-
negras y estar obligado a la defensa. Procesalmente el actor, que lleva la sa una presunción de no culpa en favor del mandatario. Sin embargo, por lógica
iniciativa, tiene obligaciones probatorias distintas, pues debe demostrar los jurídica, sobre todo de acuerdo con el principio según el cual lo que no está pro-
elementos de su pretensión, a menos que la ley lo releve de parte de esta hibido está permitido, se llega a la conclusión de que la presunción existe. Como
tarea, como cuando presume le existencia de ciertos perjuicios o la culpa. Y se verá, todo es un juego de palabras. ·
el demandado debe también probar los elementos configurativos de las ex-
cepciones que proponga. De manera que no pueda afirmarse que por tener la Nosotros afirmamos que, como el artículo 2184 exige al mandante probar la
obligación de demostrar un determinado hecho como demandado deba tam- culpa del mandatario si quiere exonerarse de sus obligaciones, por inferencia la
bién demostrarlo como demandante. Ni que la presunción en contra del de- no culpa del mandatario se presume. Las presunciones son eso: si la inacción
mandado se mantenga contra la misma persona cuando esta obre como de- probatoria del mandante le impide establecer la culpa del mandatario, el juez debe
mandante. condenar al mandante a cumplir sus obligaciones. De allí se infiere que si no le
prueba esa culpa, las acciones en responsabilidad civil del mandante contra el
"Lo que el inciso final del artículo 2184 exige del mandante demandado (pa-
ciente) es que pruebe "la culpa", vale decir, el incumplimiento de las obliga-
ciones del mandatario (médico), para liberarse del pago de los honorarios.
Simplemente se trata de que el paciente demuestre la base fáctica en que 156 Ibídem, pp. 541 y SS.
552 JAVIER TAMAYO JARAMILLO DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 553

mandatario están condenadas al fracaso, como bien lo acepta el propio autor. Si criterio, las obligaciones de medio y de resultado no serían tales de acuerdo
eso no es una presunción de inocencia del mandatario, entonces, ¿qué lo es? con su contenido o el alcance del compromiso asumido por el deudor, pues
dependería de los medios de exoneración utilizables en cada caso. Esto signi-
Desde el punto de vista lógico, la carga probatoria funciona como lo hacen fica que la obligación de medio no se distinguiría por exceder el resultado a
las alforjas de las bestias de carga: la una sostiene la otra. En efecto, es lo mismo que tiende lo que razonablemente puede exigirse del deudor, pues su diferen-
decir que el mandante debe probar la culpa del mandatario porque así lo exige cia específica estribaría en que no se presume la culpa del deudor incumplido
expresamente el artículo 2184, que decir que la presunción de no culpa del man- y que este podría exonerarse con la prueba de la ausencia de culpa.
datario existe en virtud de la exigencia de la culpa probada a cargo del mandante
establecida en la misma norma. Es decir, que al exigirse al mandante la prueba de "En verdad este criterio distintivo es de poca utilidad, pues no se sabe si
la culpa del mandatario, éste se presume inocente. el régimen especial (de limitación de los medios de defensa) es causa genera-
dora o efecto de las obligaciones de resultado. En otras palabras, no se sabe
El orden jurídico establece tácitamente derechos y obligaciones a partir de si es en virtud de estar sometidas a régimen especial que surgen dichas obli-
textos expresos que establecen otros derechos u obligaciones de los cuales se gaciones; o si es por su contenido (consistente en garantizar un resultado)
deduce la consecuencia jurídica de lo dicho expresamente. Tenemos derecho a la que se someten a ese régimen particular. Lo mismo acontece con la presun-
vida porque está prohibido matar. Por ello, conduce a lo mismo decir que la culpa ción de culpa, pues no se precisa si este factor es causa o efecto de las obliga-
del mandatario debe ser probada según lo dice la ley en forma expresa, que decir ciones de resultado. O si la no presunción es causa o efecto de las de medio.
que la no culpa del mandatario se presume, puesto que el mandante debe probarla. En últimas, el debate sobre si cabe o no en nuestro derecho la clasificación de
Utilizando el mismo símil del doctor SuEscúN, podemos decir que en la lógica del las prestaciones en de medio y de resultado perdería importancia si su defini-
ajedrez, es lo mismo decir que las blancas ganaron que decir que las negras per- ción dependiera de la calificación legal, es decir, del régimen a que la ley las
dieron. Lo primero conduce inexorablemente a lo segundo. someta y no de su alcance y contenido.

"Así las cosas, no tendría lógica decir que, bien sea por el criterio de la ma-
452.- CRITERIOS PARA SABER SI LA OBLIGACIÓN ES DE MEDIOS O DE RESULTADO
yor probabilidad del cumplimiento o bien por el criterio que mira las defen-
sas legales permitidas, las obligaciones del transportador terrestre sean más
De otro lado, el doctor SuEscúN en su tantas veces citado trabajo, critica
de resultado que las del marítimo, ni que las obligaciones de los porteadores
nuestra doctrina sobre los criterios para determinar cuándo la obligación es de
nacionales sean de resultado y las de los extranjeros sean de medios" 158 .
medio o cuándo es de resultado 157 •

Al respecto, el citado autor expresa: Respecto de dicha crítica podemos hacer las siguientes observaciones:

"Este criterio empírico sobre la mayor o menor dificultad del cumplimiento Según dijimos (supra, T. 1, 440), cuando el legislador regula expresamente la
de la prestación, o sobre la mayores o menores probabilidades de concretar el naturaleza de la obligación, los otros criterios de aleatoriedad, pasividad, etc.,
objetivo, es por tanto equivocado, como lo es el que pretende señalar que las carecen de importancia. El legislador decide si la obligación es de medio o de
obligaciones son de medio si el legislador mediante norma especial o por resultado y eso es todo. El problema se presenta cuando ni las partes ni la ley
obligación de la regla general prevista en el artículo 1604 del Código Civil, deciden cuál es la naturaleza de la obligación.
le permite al deudor exonerarse de responsabilidad mediante la prueba de
diligencia y cuidado. Y es de resultado cuando el legislador presume la culpa Hecha esta aclaración, vayamos al fondo del asunto: así le parezca extraño o
del deudor y limita su defensa a la prueba de la causa extraña. Según este absurdo al doctor SuEscúN, lo cierto es que casi nunca la ley dice expresamente si

157 Ibídem, p. 560. 158 Ibídem, p. 560.


554 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
DE LA PRUEBA Y GRADUACIÓN DE LA CULPA CONTRACTUAL 555

la obligación es de medio o es de resultado. Es preciso pues, buscar por otro lado. poner diligencia y cuidado en ese desplazamiento, en el transporte interno se obli-
Pero, ¿dónde buscar?
ga a llevarlo sano y salvo.

Necesariamente, en los criterios empíricos desdeñados por el autor que se En conclusión, es la carga probatoria la que, en la práctica, hace que la obli-
comenta. En efecto, no es que la carga probatoria sea de una u otra forma, según gación sea de medio y no de resultado. Aquí vuelve a imperar la lógica jurídica:
que la obligación sea de medio o de resultado. Es al revés: la obligación es de cuando el legislador establece que el deudor solo se exonera mediante la prueba
medio o de resultado según la carga de la prueba. Cuando el legislador en forma de una causa extraña, está consagrando una obligación de resultado y cuando en
expresa dice cuál es esa carga probatoria, ya no cabe duda de la naturaleza de la forma expresa establece que el deudor tiene una obligación de resultado, es por-
o?_ligación. Y cuan?o la ley nada dice al respecto, es la aleatoriedad de la presta- que solo lo exonera una causa extraña.
cwn lo que determma la naturaleza de la obligación (supra, T. I, 443).
Finalmente, cuando la ley no establece la carga probatoria, la doctrina y la
En efecto, cuando el Convenio de Varsovia establece que el transportador jurisprudencia, ante la necesidad de resolver el vacío legal, acuden a criterios
aéreo internacional se exonera probando ausencia de culpa, es porque su obliga- empíricos para resolver el problema.
ción es de diligencia y cuidado y, por tanto, es de medio. En cambio, cuando el
artículo 1880 del Código de Comercio establece que el transportador aéreo inter- Por ello se dice que cuando el resultado buscado con la obligación pactada es
no solo se exonera probando culpa de la víctima o hecho de un tercero, su obliga- aleatorio, la obligación es de medio pues, por más que el deudor sea diligente y
ción es de resultado.
prudente, se corre el riesgo de no obtener el resultado pretendido por el acreedor
(supra, T. I, 443). En cambio, cuando ese resultado es procedente en el orden
Es claro que ambos tienen la obligación mínima de hacer el desplazamiento normal de las cosas, la obligación es de resultado pues, salvo una causa extraña, el
de los pasajeros. Por ello hemos dicho (supra, T. I, 342) que, en el fondo, todas deudor está en capacidad de cumplir (supra, T. I, 443).
las obligaciones tienen un resultado mínimo, razón por la cual la discusión sobre
obligaciones de medio o de resultado solo cabe en tratándose de cumplimiento Por ello se afirma, por ejemplo, que si un examen de laboratorio es seguro de
defectuoso.
acuerdo con los avances de la ciencia y, si se practica normalmente, ellaboratorista
está obligado a obtener un examen seguro y eficiente y, por tanto, su obligación es
Así las cosas, en la medida en que el transportador aéreo internacional se de resultado. En cambio, si se trata de una enfermedad desconocida y sobre la cual
exoner~ probando diligencia y cuidado, es porque allí se agota su obligación, así no es factible aún hacer exámenes seguros, es decir, sin aleas de equivocación, el
el pasaJero no llegue sano y salvo al lugar convenido. Por ello decimos que su laboratorista no puede ser obligado a un resultado seguro, pues por más que sea
obligación es de medio. El desplazamiento se ejecutó pero el pasajero no llegó diligente y prudente, es factible que no obtenga el resultado esperado. Por ello
sano Y salvo, pese a la diligencia y el cuidado del transportador. Luego, son la decimos que su obligación en ese caso sería de medios.
diligencia y el cuidado los que determinan su responsabilidad y no el resultado
obtenido.
453.- CONCLUSIÓN SOBRE LA CULPA CONTRACTUAL

En .c~mbi~, en el ~ransporte aéreo interno, por más que el transportador prue-


Después de analizar la doctrina, la jurisprudencia y la legislación sobre la
be su d1hgenc1a y cmdado, su responsabilidad subsiste. De ella solo se libe-
responsabilidad civil contractual, podemos llegar a la conclusión de que no siem-
ra probando que el pasajero llegó sano y salvo al lugar de destino o rompiendo
pre la culpa es fundamento esencial de tal responsabilidad, ya que en algunas
el ne~o causal, de acuerdo con lo previsto en el artículo 1880 del Código de Co-
merciO. oportunidades la responsabilidad del deudor es puramente objetiva y por ello el
legislador no le permite al deudor exonerarse de responsabilidad, por más que
pruebe que una causa extraña le ha impedido cumplir sus obligaciones. Por otro
En conclusión, ambos transportadores se obligan a transportar al pasajero lado, y partiendo del presupuesto anterior, debemos rechazar la doctrina según la
(resultado mínimo). Pero mientras el transportador internacional solo se obliga a
cual la culpa contractual consiste, pura y simplemente, en la inejecución de la
556 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

obligación. Lo más adecuado es continuar con los lineamientos generales de toda


culpa civil, definiendo la culpa contractual como la imprudencia, la impericia, la
neglicencia o la violación de reglamentos que acompañan el incumplimiento de
las obligaciones pactadas.

Ahora, como muchas veces el legislador no fija criterios claros para saber
qué debe probar el acreedor y qué debe probar el deudor en un proceso por respon-
pARTE SEGUNDA
sabilidad civil contractual, la doctrina francesa, encabezada por RENÉ DEMOGUE,
concibió la distinción entre obligaciones de medio y de resultado. En las prime- LAS OBLIGACIONES PRECONTRACTUALES Y CONTRACTUALES DE
ras, unas veces el acreedor debe probar la culpa del deudor y otras, dicha culpa se INFORMACIÓN, DE CONSEJO Y DE INSTRUCCIÓN
presume pero el deudor puede desvirtuar la presunción demostrando diligencia y
cuidado. Por el contrario, tratándose de obligaciones de resultado, el deudor se (CON ÉNFASIS EN LOS CONTRATOS DE SEGURO Y DE TRANSPORTE)

presume responsable, y unas veces dicha presunción puede desvirtuarse mediante


la prueba de una causa extraña, mientras que en otras la responsabilidad de todas
454.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y PLAN
maneras subsiste, por más que una causa extraña le haya impedido al deudor cum-
plir oportunamente sus obligaciones.
En el derecho contemporáneo, se tiene como dato adquirido que entre las
1
partes que celebran un contrato existe una obligación de lealtad para con la otra
Sin embargo, tal distinción entre obligaciones de medio y de resultado pare-
no solo en la formación del contrato, sino también en su ejecución, así en algunos
ciera no ser de recibo en el derecho colombiano, puesto que nuestro Código Civil
ordenamientos jurídicos no lo establezca la ley en forma expresa. En esa obliga-
en su artículo 1604 aparentemente consagra dos principios generales que fijan un
ción de lealtad, se enmarcan como especies de la misma las denominadas obliga-
criterio único próbatorio en relación con la culpa del deudor. Según el primero de
ciones de consejo, de información y de instrucción.
esos principios, la culpa contractual se gradúa de acuerdo a la utilidad que a las
partes reporte cada contrato en particular. Y conforme al segundo, la culpa con-
Lamentablemente, en muchas oportunidades esas obligaciones no se cum-
tractual siempre se presume pero el deudor puede desvirtuarla demostrando dili-
plen. En efecto, a menudo, la parte profesional que celebra un contrato con un
gencia y cuidado o un caso fortuito.
tercero profesional o no, pese a ser conocedor de los alcances de la ley y la juris-
prudencia, guarda silencio sobre circunstancias que, de haber sido conocidas por
Por último, creemos haber demostrado que la graduación de las culpas solo
la parte ignorante, habrían llevado a esta a no contratar, a hacerlo de manera dife-
es aplicable en relación con algunas obligaciones principales relativas a la pérdida
rente o a realizar ciertas conductas que lo habrían favorecido en la formación o en
de la cosa que se debe o con algunas obligaciones de hacer, y que la culpa contrac-
la ejecución del contrato. En ese contexto, la posición dominante del profesional,
tual no siempre se presume, ya que en algunas oportunidades el acreedor está
desde el punto de vista del conocimiento, estaba legitimada por la filosofía indi-
obl~g.ado a demostrar la culpa del deudor, si es que quiere comprometer la respon-
vidualista que primó en el derecho privado hasta hace algunas décadas, así con
sabilidad contractual de este. E inclusive, que en muchas oportunidades en que la
ello se quebrara el equilibrio real entre las partes contratantes. Se diría que desde
culpa se presume, el deudor contractual solo se exonera mediante la prueba de una
que no hubiera error o violencia en el consentimiento, el contrato era impecable
causa extraña y a veces ni siquiera tal forma de exoneración le es admitida al
desde el punto de vista de su validez. ¡Negocio es negocio! hemos escuchado toda
deudor, quien de todas maneras continúa obligado.
la vida; empero, en el mundo jurídico actual se inserta un principio según el cual
Así las cosas, estimamos que los dos principios tienen un campo de aplica- cada una de las partes debe informar a la otra, para que esta a su turno pueda
ción muy restringido y, en consecuencia, la distinción entre obligaciones de me-
dio y de resultado es plenamente aplicable en el derecho colombiano, tanto civil
como mercantil, si se tiene en cuenta que lo que caracteriza tal distinción es la Philippe Le Tourneau. La Responsabílité Civile Professionelle, Ed. Económica, París,
diferencia probatoria que acabamos de anotar. 1995, p. 56.
558 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LAS OBLIGACIONES PRECONTRACTUALES Y CONTRACTUALES DE INFORMACIÓN, DE CONSEJO Y DE INSTRUCCIÓN 559

informar a la primera2• Es un proceso dialéctico en el que de parte y parte se dan l. -Principio general de la obligación de lealtad precontractual
y se reciben informaciones, para que cada una contrate a conciencia, después de
conocer el alcance de sus derechos y obligaciones. 455.- FUNDAMENTO LEGAL Y CONTRACTUAL DE LA OBLIGACIÓN DE LEALTAD

Se dice entonces que, en general, sobre las partes pesa la obligación de lealtad, El Código de Comercio, en su artículo 863, establece que "las partes debe-
sobre todo en relación con las informaciones que se deben trasmitir recíproca- rán proceder de buena fe en el período precontractual, so pena de indemnizar los
mente, cuando aquella esté o debiera estar a su alcance. Esa obligación de lealtad
perjuicios que se causen".
existe tanto en el período precontractual como en el contractuaP. En el período
precontractual se trata, por ejemplo, de advertir al cliente, antes de que este dé su El artículo 871 del mismo código establece que "los contratos deberán cele-
consentimiento, sobre la naturaleza del bien o servicio, así como de las conse- brarse y ejecutarse de buena fe, y, en consecuencia, obligarán no solo a lo expre-
cuencias jurídicas que resultan de ciertos comportamientos a la hora de formar el samente pactado en ellos, sino a todo lo que corresponda a la naturaleza de los
contrato, como en el caso de llenar un documento o declarar el valor de la cosa por mismos, según la ley, la costumbre o la equidad natural".
t~~nsportar. La obligación de lealtad en el período contractual se refiere a la ejecu-
cwn del contrato, como por ejemplo, brindar al adquirente las instrucciones de Y el artículo 1603 del Código Civil establece que "los contratos deben ejecu-
manejo o empleo del bien o servicio, o advertir de los plazos de caducidad previs- tarse de buena fe, y por consiguiente obligan no solo a lo que en ellos se expresa,
tos en la ley para el caso en que no se presenten reclamaciones por la mala calidad sino a todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación,
del bien o servicio. o que por la ley pertenezcan a ella".
Es de advertir que, cuando el contrato nunca se celebra porque hubo desleal-
No cabe duda entonces de que, subyacente a cada contrato, existe la obliga-
tad de una de las partes durante el período precontractual, la responsabilidad de la
ción general de lealtad tanto en su formación como durante su ejecución, así en
parte desleal es claramente extracontractual (supra, T. I, 81), pues el contrato
relación con determinado contrato la ley guarde silencio al respecto y tampoco de
nunca nació a la vida jurídica, como ocurre cuando una de las partes en forma
que el fundamento universal de esa obligación es el principio de la buena fe que
culposa rompe abruptamente las negociaciones causándole daño a la otra parte4 •
Pero puede suceder que el contrato se celebre y que la deslealtad consista en no debe primar entre los contratantes 6 .
haber informado suficientemente al acreedor sobre sus derechos y obligaciones y,
por lo tanto, la parte ignorante termina celebrando un contrato desventajoso para 456.- NATURALEZA DE LA RESPONSABILIDAD DE LA PARTE DESLEAL
ella, todo debido a que la parte conocedora omitió advertirle de los alcances, lími-
t~s y avatares del contrato 5 • Se precisa entonces decidir, en este segundo caso, qué Cuando para la mayoría de la doctrina7 , pese a haberse celebrado el contrato,
tipo de responsabilidad civil o qué sanción le cabe al contratante desleal(supra, la deslealtad precontractual termina por perjudicar a la parte profana debido a que
T. I, 82). las prestaciones contractuales no son las esperadas por ésta, el contrato, así siga
siendo válido -si hay error o violencia el contrato es nulo, pero no siempre habrá
Después de analizar los fundamentos legales de esa obligación general de 8
lugar a la nulidad si el deudor incumplió su obligación de lealtad y buena fe -, con
lealtad precontractual (I), veremos cuál es su aplicación concretamente en los
contratos de seguros (II) y de transportes (III).

6 Malaurie et Aynes, ob. cit., n. 634; Le Tourneau-Cadiet, ob. cit., n. 829 y ss.; Fil
Patrice, L 'obligation d'information et de conseil en matiere d'assurance, Presses
2 lbíd., p. 67. Universitaires de la Universidad de Aix-Marsella, 1996, pp. 71 y ss.; Maleville Marie-
3 ~h. Malaurie et L. Aynes. Droit Civil, Les Obligations, edición 1993-94, Cujas, Pa-
Helene, L 'interpretation des contrats d'assurance terrestre, LGDJ, París, 1996, p.
ns, 1993, n. 636. 190; Llovet 1 Aguado Josep, El deber de información en la formación de los contra-
tos, Marcial Pons, Madrid, 1966, p.13.
4 Le Tourneau-Cadiet. Droit de la Responsabilité et des Contrats, Dalloz, París, 2000,
pp. 834 y SS. 7 Le Tourneau-Cadiet, ob. cit., n. 829.
5 Le Tourneau-Cadiet, ob. cit., n. 827 ss.; Malaurie et Aynes, ob. cit., n. 636. 8 Sánchez Calero F. y otros. Ley de Contrato de Seguro, Aranzadi, Navarra, 1999, p. 152.
560 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LAS OBLIGACIONES PRECONTRACTUALES Y CONTRACTUALES DE INFORMACIÓN, DE CONSEJO Y DE INSTRUCCIÓN 561

sus limitaciones y alcances, la responsabilidad derivada de esa deslealtad es contrato, veamos cómo en uno y otro período esa obligación consiste básicamente
extracontractual, pues hay una culpa aquiliana, anterior al nacimiento del contra- en informar y aconsejar en forma adecuada a la parte no profesional. Es justo en
to, que perjudica al acreedor. Ese daño está por fuera del contrato, debido a los este punto, donde el derecho colombiano debe salir del letargo del individualismo
límites que este pone a las prestaciones. que orientó el derecho privado hasta época reciente, para, en su lugar, exigir del
profesional la obligación de instruir e informar correctamente a su contraparte
En este análisis partimos del supuesto de que el contrato es claro y válido en
sobre los alcances del contrato, pues solo de esta manera puede hablarse de una
cuanto a las obligaciones y derechos de las partes, y lo que se discute es la respon-
voluntad clara y libre, de ambas partes. No puede pues ampararse la parte fuerte
sabilidad de la parte que no advirtió suficientemente a la otra lo necesario para
en la mera declaración de voluntad no forzada de su contraparte. Por fortuna, ya la
que esta contratara de la forma más ventajosa posible. Otros 9 en cambio conside-
jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia comienza a enfatizar sobre esta
ran que aun en estos casos la responsabilidad de la parte desleal es contractual,
obligación a cargo del asegurador 11 .
pues más que tener en cuenta el texto del contrato, se debe acudir a la intención de
las partes (art. 1618, C.C.) y, en consecuencia, según esa teoría el acreedor profa-
no tiene derecho contractual a reclamar aquellas prestaciones que, en principio, le 458.- LíMITES DE LAS OBLIGACIONES DE INFORMACIÓN
niega el clausulado, pero que se pueden deducir de las circunstancias que rodea- Y DE CONSEJO
ron la celebración del contrato, como serían los móviles que llevaron al acreedor
a contratar lo ofrecido verbalmente por el deudor durante las negociaciones de un Pero debe advertirse que estas dos obligaciones solo existen en la medida en
contrato escrito y el silencio desleal de este en la discusión y formación del con- que haya una parte profesional y otra profana en la materia 12 • Si ambas partes
trato.
conocen o deben conocer en razón de su oficio, los alcances del contrato, la obli-
Sin embargo, esta solución, que defendemos con vehemencia en general, no gación de información o consejo desaparecen o por lo menos se atenúan 13 • No es
siempre es posible en el problema que discutimos, porque según veremos, hay una lo mismo celebrar un contrato de transporte con una industria que desplaza mer-
serie de hipótesis en las que el silencio del deudor profesional y la ignorancia cancía todo el tiempo, que celebrarlo con una persona que eventualmente tiene la
también silenciosa de la parte profana, no permiten develar la intención sobre una necesidad de hacer un trasteo y que en principio no tiene por qué conocer todos
circunstancia que se desconoció durante la formación del contrato y, por lo tanto, los avatares de dicho contrato.
no cabe más responsabilidad que la extracontractual. N o sobra advertir que para
Sánchez Calero, en estos casos de falta de información, mientras no haya un vicio De otro lado, las obligaciones de informar y de aconsejar parten del supuesto
en el consentimiento del tomador, el contrato de seguro no es nulo. Sostiene ade- de que también la parte profana suministre ciertas informaciones que le permitan
más que, cuando no exista la nulidad, solo cabe una sanción de tipo administrati- al deudor informar adecuadamente 14, esto es, cada una de las partes debe informar
vo contra el asegurador 10 . para informarse. El adquirente de un bien o servicio deberá informar de sus nece-
sidades al productor o suministrador, para que este sepa a su turno cuáles son las
informaciones que debe brindar al adquirente 15 . Lo que se busca es que la parte
457.- LAS OBLIGACIONES DE INFORMACIÓN Y DE CONSEJO
conocedora no se aproveche de la ignorancia de su contraparte, para que esta co-
EN EL PERÍODO PRECONTRACTUAL SON ESPECIES DE
meta errores que le perjudican, durante la negociación.
LA OBLIGACIÓN DE LEALTAD PRECONTRACTUAL

Admitido que en el derecho colombiano existe un principio general que esta-


blece a cargo de las partes la obligación de lealtad en la formación y ejecución del
11 Cas. civil, 2 de agosto de 2001, exp. 6.146; M.P. Carlos Ignacio Jaramillo.
12 Ph. Le Tourneau. La Responsabílíté Cívíle Professíonelle, p. 67; Malaurie et Aynes,
ob. cit., n. 635; Marie Helene Maleville, ob. cit., n. 191.
9 Sobre la intención de las partes en el contrato de seguro, ver la interesante obra
de Marie Helene Maleville. L 7nterpretatíon des contrats d'assurance terrestre, LGDJ, 13 Ph. Le Tourneau, p. 68; Marie Helene Maleville, ob. cit., n. 191.
París, 1996, n. 11 q y ss. 14 Ph. Le Tourneau, ob. cit., p. 67.
1O Sánchez Calero F., ob. cit. p. 152. 15 Ph. Le Tourneau, ob. cit., p. 67; Malaurie et Aynes, ob. cit., n. 635.
LAS OBLIGACIONES PRECONTRACTUALES Y CONTRACTUALES DE INFORMACIÓN, DE CONSEJO Y DE INSTRUCCIÓN 563
562 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

460.- HASTA DÓNDE DEBEN LLEGAR LOS CONOCIMIENTOS DEL DEUDOR


459.- DIFERENCIA ENTRE LA OBLIGACIÓN DE CONSEJO Y LA DE INFORMACIÓN

La doctrina exige de parte del profesional un conocimiento actualizado de


Mientras que la obligación de información consiste fundamentalmente en
su qisciplina, sin caer desde luego en una cacería de brujas que le imponga al
advertir al profano de los riesgos jurídicos o técnicos del contrato de forma tal que 18
profesional ser un sabio en relación con su producto • El profesional deberá
dicho profano tenga elementos de juicio para contratar, la obligación del consejo
pues tener, en ciertos contratos, conocimiento de la evolución legislativa o jurispru-
consiste en orientar la decisión del contratante por una alternativa que se conside-
dencia! que pueda afectar el contenido del contrato. Igualmente, deberá conocer
ra la mejor 16 • Podría pensarse que, en general, la obligación de información se
el mecanismo técnico y las contraindicaciones, límites, desventajas y riesgos
aplica en todos los casos, mientras que la de consejo solo es propia de algunos
de los bienes o servicios que ofrece. En este punto, hay que admitir que en Co-
contratos, como por ejemplo en los de intermediación de seguros. Con todo, cree-
lombia, muchos de los productores e intermediarios carecen de las condicio-
mos que en la medida de lo posible, todo profesional está obligado no solo a una
nes mínimas de profesionalismo en su actividad y que solo las intrigas y el ami-
descripción de su producto (obligación de información), sino a aconsejar a su
guismo les brindan la posibilidad de realizar jugosos negocios. En estos casos,
consumidor sobre la conveniencia de adquirirlo, sin que se llegue al extremo de
cualquier daño que sufra el adquirente del bien o servicio, debido a una inadec~~­
exigírsele al proveedor que recomiende a un competidor.
da asesoría por parte de su intermediario o productor, da lugar a la responsabth-
Ahora, debe distinguirse entre la publicidad y las obligaciones de consejo o dad de este.
de información 17 . En la publicidad, a la cual tiene derecho todo productor, el ven-
dedor o fabricante destaca las virtudes de su producto, tratando de atraer al consu- II. -Las obligaciones de información
midor. En principio, el productor, al hacer publicidad a su bien o servicio, solo y de consejo en el contrato de seguros
está obligado a no hacer propaganda de calidades o virtudes que el bien o servicio
no poseen. En algunos casos, la publicidad debe ir acompañada de advertencia de 461.- PROBLEMAS QUE SE PRESENTAN EN LA PRÁCTICA
riesgos de nocividad del producto como ocurre con los cigarrillos y las bebidas
alcohólicas. Pero no siendo necesaria esa advertencia, la publicidad no tiene por En materia de seguros es donde se presentan las mayores dificultades en lo
qué detallar instrucciones e informaciones. La publicidad busca captar una prime- referente a la obligación de lealtad precontractual de las partes. En efecto, el ar-
ra atención del consumidor, sin entrar en mayores detalles. tículo 1058 del Código de Comercio, en lo referente al contrato de seguros, solo
regula la obligación de lealtad en la descripción del riesgo, a cargo del tomador,
En cambio, en la obligación de información, el productor debe olvidarse de pero nada dice en forma expresa sobre las obligaciones de consejo y de informa-
su interés por atraer al consumidor y, en una etapa ya más personalizada, debe ción por parte del asegurador
19
.
advertirle objetivamente sobre los límites y desventajas que no fueron informados
en la publicidad. En ese instante se acaba el ámbito de la publicidad y se ingresa Y la dificultad se acrecienta si se advierte que, aunque ya en Colombia la
en el de la descripción objetiva de las ventajas y desventajas del bien o servicio. póliza no es requisito esencial para la formación y prueba del contrato de seguros,
En este caso, el vendedor no puede ponderar su producto, sino simplemente des- lo cierto es que dicha prueba solo se puede acreditar por un escrito o por la confe-
cribir sus propiedades, de acuerdo con las necesidades del adquirente. Finalmen- sión del asegurador. Partiendo de dicha dificultad probatoria, generalmente cual-
te, el productor, además de la publicidad y la información, debe brindarle al adqui- quier discusión contractual se resuelve interpretando el clausulado de la póliza u
rente profano su opinión sobre la conveniencia o inconveniencia de adquirir su otros documentos escritos por las partes.
bien o servicio (obligación de consejo). Son pues tres etapas no excluyentes en la
comercialización de un producto.

18 Ph. Le Tourneau, op. cit., p. 63.


19 En el derecho de la Unión Europea sí existe en forma expresa la obligación de
16 Sobre la diferencia entre la obligación de consejo y la de información, ver Ph. Le información a cargo del Asegurador, según lo explica Sán?hez Calero, ob. cit., p.
Tourneau, p. 59; Malaurie et Aynes, ob. cit., n. 635. 151; en el mismo sentido, Sánchez Caballero E. El consumidor de seguros: protec-
ción y defensa, Mapfre, Madrid, 1997, pp. 65 y ss.
17 Malaurie et Aynes, ob. cit., n. 635.
564 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LAS OBLIGACIONES PRECONTRACTUALES Y CONTRACTUALES DE INFORMACIÓN, DE CONSEJO Y DE INSTRUCCIÓN 565

Dos hipótesis de frecuente ocurrencia queremos analizar: la primera está re- con las obligaciones de información y de consejo 22 • Finalmente, cuando no hay
lacionada con la no advertencia al asegurado acerca de los límites y alcances de la lugar a aplicar la teoría de la apariencia ni hay representación del intermediario,
cobertura ofrecida ni de la existencia de un producto de mejor calidad que el creemos que de todas formas, sobre el asegurador pesan tanto la obligación de
solicitado o pactado. La segunda consiste en no advertir al asegurado sobre las con~ejo como la de información23 aunque la primera sea menos intensa que la
consecuencias jurídicas por no realizar ciertas conductas durante la celebración segunda, pues en cierta forma es el intermediario quien tiene esa obligación fun-
del contrato o durante su ejecución, omisiones del tomador o del asegurado que no damental de consejo, ya que es de su esencia, asesorar al cliente profano.
se habrían producido si este hubiera sido advertido por el asegurador, al momento
de la formación del contrato. Más adelante plantearemos varios ejemplos de una y La obligación de información a cargo del asegurador tiene que ver con los
otra hipótesis. aspectos relacionados con exclusiones y sanciones en caso de ciertas omisiones
del asegurado profano. El asegurador debe cerciorarse, además, de que de alguna
Aunque alguien podría alegar que esas obligaciones no están consagradas en manera el tomador conozca las ventajas y desventajas que su comportamiento (el
forma expresa en la ley, creemos empero que, pese al silencio de la legislación del tomador o asegurado) durante la formación del contrato y durante su ejecución
sobre seguros, los artículos 1603 del Código Civil y los artículos 863 y 871 del puede generar en caso de siniestro. En ese caso, habrá responsabilidad tanto del
Código de Comercio son base suficiente para afirmar que también sobre el asegu- intermediario (contractual) como del asegurador (precontractual).
rador y el intermediario pesan estas obligaciones.

463.- ÜBLIGACIÓN DE INFORMACIÓN A CARGO DEL TOMADOR DEL SEGURO


462.- RESPONSABILIDAD DEL INTERMEDIARIO Y DEL ASEGURADOR

Como dijimos, el artículo 1058 del Código de Comercio establece a cargo del
Pero una discusión se suscita de inmediato cuando el asegurador argumenta
Tomador del seguro, la obligación de lealtad para con el asegurador al momento
que esas obligaciones no pesan sobre él, sino sobre el intermediario que es el
de declarar el estado del riesgo. El incumplimiento de esta obligación da lugar a la
encargado de asesorar al tomador o asegurado, así sea el asegurador quien lepa-
nulidad del contrato. Como sobre este punto existe gran cantidad de decisiones 24
gue la comisión por la celebración del contrato. Para aclarar el punto es necesario
y de escritos doctrinales 25 , omitiremos referirnos a él en detalle, no porque no sea
efectuar algunas precisiones.
importante, sino porque preferimos analizar las obligaciones a cargo del asegura-
dor, tema prácticamente ignorado por nuestra doctrina.
En primer lugar, no cabe duda de que el Intermediario, sea o no representante
del asegurador, compromete su responsabilidad si no asesora suficientemente al
asegurado 20 ; en segundo lugar, cuando el intermediario es representante del ase- 464.- CASOS EN QUE EL ASEGURADOR Y EL INTERMEDIARIO INCUMPLEN SUS
gurador en la celebración del negocio, es claro que la omisión de información y de OBLIGACIONES DE INFORMAR Y DE ACONSEJAR AL TOMADOR DEL SEGURO
consejo de parte del intermediario, también compromete su responsabilidad y la
del asegurador21 ; por otra parte, cuando se dan los requisitos de la teoría de la La obligación de información y de consejo a cargo del intermediario y del
apariencia (que el asegurado haya actuado con buena fe exenta de culpa y que el asegurador se refleja en los siguientes problemas de la vida diaria:
error sea legítimo, es decir, sea invencible), el asegurador que aún sin culpa crea
la apariencia de que el intermediario hace parte de su empresa, compromete su
responsabilidad por los comportamientos omisivos del intermediario, en relación

22 Sobre la teoría de la apariencia en el contrato de seguros, ver Blamoutier-Salphati,


ob. cit., pp. 75 y ss.
20 Sobre la responsabilidad de los intermediarios de seguros, ver Blamoutier-Salphati, 23 Blaumotier-Salphati, ob. cit., p.138.
La responsabilité des agents generaux et courtiers d'assurance, L' Argus, París, 24 Ver cas. civ., 2 de agosto de 2001, exp. 6.146, M.P. Carlos Ignacio Jaramillo.
1987, pp. 57 y SS. 25 Efrén Ossa Gómez. Teoría general del seguro. El contrato, Bogotá, Temis, 1991,
21 Blamoutier-Salphati, ob. cit., p.137. pp. 21 y SS.
566 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LAS OBLIGACIONES PRECONTRACTUALES Y CONTRACTUALES DE INFORMACIÓN, DE CONSEJO Y DE INSTRUCCIÓN 567

465.- CoBERTURA DEFICIENTE intermediario como el asegurador son responsables si no instruyen suficiente-
mente al asegurado ignorante sobre los alcances y consecuencias del incumpli-
En primer lugar, puede suceder que siendo claro el contrato, el asegurador o miento de la garantía. Inclusive, pensamos que en estos casos, la responsabilidad
el intermediario no se informen con el tomador sobre las necesidades de este, para podría ser contractual en relación con el asegurador, en la medida en que se con-
así ofrecerle el producto adecuado 26 • En el seguro de transporte, por ejemplo, hay cluya que tal garantía no le es oponible al asegurado, que no fue suficientemente
una serie de exclusiones muy gravosas para el asegurado, y este celebra el contra- ilustrado sobre sus obligaciones.
to sin tener una conciencia muy clara del alcance de su cobertura. En esos casos,
si en el mercado existía una póliza que amparase esa exclusión, el asegurador y el
468.- DIFERENCIAS ENTRE LO NEGOCIADO Y LO QUE CONSTA EN LA PÓLIZA
intermediario estaban en la obligación de advertirle al tomador profano sobre esa
situación para que este decidiera si optaba por esa otra solución que, aunque más
De otro lado, en muchas oportunidades, el intermediario o el asegurador, con
costosa, de todas formas le ofrecía mayores garantías 27 .
el fin de obtener el consentimiento del tomador profano, omiten mencionarle a
este las exclusiones o le ofrecen verbalmente una serie de ventajas que después no
466.- PóLIZA MAL REDACTADA E IMPRECISA aparecen en el documento textual de la póliza, con la agravante de que esta solo es
firmada por el asegurador y, habitualmente, el clausulado solo queda a disposi-
En otras oportunidades, el clausulado de la póliza no es el más claro e incluso ción del asegurado después de celebrado el contrato, cuando no lo conserva el
lo corriente es que el tomador, por lo menos en el derecho colombiano, no lo Intermediario. En este caso, en especial, la doctrina más avanzada, que nosotros
conozca antes de dar su consentimiento (la póliza la expide el asegurador una vez compartimos, considera que la responsabilidad del asegurador es contractual y
que ya el tomador ha dado su consentimiento, así la mayoría de las veces, no haya que prima la intención de las partes, más que el texto de la póliza28 , pero al asegu-
leído el clausulado), razón por la cual, si el asegurado no puede tener una idea rado corresponde probar el contenido real de lo que se pactó oralmente (aunque
clara del alcance de su cobertura, podrá demandar civilmente a quienes no fueron las exclusiones deben figurar en letra destacada, lo cierto es que esa letra por
con él suficientemente claros, demostrando desde luego que otra habría sido su destacada que sea, solo se conoce después de expedida la póliza, y ésta solo se
decisión al contratar, de haber conocido el verdadero contenido de la póliza. expide cuando ya el tomador ha dado su consentimiento, y a veces, pagado la
prima).
467.- No INFORMAR SUFICIENTEMENTE SOBRE ALCANCE Y CUMPLIMIENTO
DE LAS GARANTÍAS Pero si se concluye que en ese caso prima el texto de la póliza y que lo
prometido oralmente queda por fuera del contrato, de todas formas habrá una
Una de las mayores causas de objeción de reclamaciones por parte del Ase- responsabilidad extracontractual del asegurador por haber engañado al tomador al
gurador es el incumplimiento de alguna garantía por parte del asegurado. En efec- discutir la propuesta del seguro. Esto ocurre sobre todo cuando al tomador no se le
to, el artículo 1061 del Código de Comercio establece que si el asegurado otorga advierte de los límites y exclusiones de la póliza y este cree de buena fe que todo
una determinada garantía de hacer o no hacer algo, el contrato será anulable si el riesgo está asegurado, cuando la póliza dice otra cosa.
incumple la garantía. Así, por ejemplo, en los seguros de incendio es factible que
el asegurador imponga la garantía de tener extinguidores. En no pocas oportuni- 469.- DAÑOS NO CUBIERTOS EN LOS SEGUROS DE RESPONSABILIDAD CIVIL
dades, de la mejor buena fe, el asegurado incumple esas garantías porque no las
conoce, por no haber leído la póliza, o no alcanza a comprender las consecuencias Así mismo, a menudo, en los seguros de responsabilidad civil se excluye la
tan graves que genera su incumplimiento. Por tal motivo, creemos que tanto el responsabilidad contractual, a menos que se pacte mediante anexo especial. En

26 Blaumoutier-Salphati, ob. cit., pp. 128 y ss.; Sánchez Calero, ob. cit., p. 151; Ph. 28 En ese sentido, cas. civ., 30 de septiembre de 2002, M.P. Carlos Ignacio Jaramillo,
Le Tourneau, ob. cit., p. 59. p. 39; Andrés Ordóñez Ordóñez. Lecciones de Derecho de Seguros, 1, Bogotá,
27 Blaumoutier-Salphati, ob. cit., pp. 128 y ss. Universidad Externado de Colombia, 2001, pp. 68 y ss.
568 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LAS OBLIGACIONES PRECONTRACTUALES Y CONTRACTUALES DE INFORMACIÓN, DE CONSEJO Y DE INSTRUCCIÓN 569

este caso, si el mayor riesgo del asegurado está constituido por la responsabilidad Estamos seguros de que si el tomador tuviera conocimiento de lo importante
contractual, lo mínimo que podría esperarse del asegurador y del intermediario es que es la declaración del estado del riesgo o si se le explicara con detalle el signi-
la advertencia al tomador sobre esa circunstancia, pues de nada le va a servir un ficado de los cuestionarios, no se aseguraría o tendría especial diligencia al mo-
seguro por un riesgo casi inexistente, cuando su creencia era la de que estaba mento de responder las preguntas. Por ello, el asegurador y el intermediario in-
asegurado por su riesgo principaF9 . Adicionalmente, en este mismo tipo de segu- cumplen con su obligación de lealtad si tratándose de un tomador profano no lo
ros, los perjuicios morales en principio están excluidos de la cobertura, con la instruyen sobre el alcance de la declaración del estado del riesgo 31 .
agravante de que la mayoría de las condenas contra el asegurado son por dicho
concepto. Por ello, al asegurado que no conoce de seguros, se le debe advertir de
esa circunstancia para que él decida si paga una prima más alta, si se abstiene de 471.- RESPONSABILIDAD CUANDO AL TOMADOR SE LE DICE QUE ESTÁ
ASEGURADO SIN ESTARLO
contratar el seguro o si busca una alternativa con otro asegurador que sí le dé la
cobertura. Como se ve, la labor de producir seguros requiere actualmente más
profesionalidad y conocimientos de los que se exigían hace unas décadas. El día En otras oportunidades, el asegurador o el intermediario le dicen al tomador
llegará en que todas esas falencias terminen haciendo responsable a los interme- que ya el seguro está vigente, cuando en realidad ello no es cierto. Esto ocurre
diarios ante los tribunales 30 . sobre todo cuando en forma telefónica el intermediario habla con el asegurador y
éste le acepta el seguro, pero después de ocurrido el siniestro el asegurador niega
la cobertura, bajo el argumento de que aún no se había expedido un escrito ni se
470.- SILENCIO SOBRE LAS CONSECUENCIAS DE UNA MALA DECLARACIÓN
había aceptado la solicitud.
DEL RIESGO

Pero hay otra serie de circunstancias que sin afectar el contrato de seguros 472.- No ADVERTENCIA AL TOMADOR SOBRE LIBROS DE COMERCIO
como tal, de todas formas dejan al asegurado en una situación desventajosa que se
podría evitar si el asegurador fuera más claro con el tomador. En otros casos, el asegurador o el intermediario no le avisan al tomador, al
momento en que este hace la solicitud del seguro, que la jurisprudencia exige que
Así por ejemplo, en no pocas oportunidades, el tomador desconoce todos los el asegurado pruebe el siniestro con los libros de comercio debidamente lleva-
mecanismos a veces complejos de la declaración del riesgo, y los intermediarios y dos32 y cuando ocurre el siniestro sacan ese 'as debajo de la manga', para negarle
el mismo asegurador se comportan como si ello fuera una obligación de poca total o parcialmente la indemnización al asegurado. En nuestro concepto, el ase-
monta, por lo cual el tomador no pone la atención necesaria en esa declaración gurador debe responder extracontractualmente, por no haberle advertido de esa
(¡ponga cualquier cosa -dirá el intermediario- y no se preocupe que eso es un circunstancia al asegurado. En efecto, en este caso, el asegurador podía haberle
simple formalismo!). Uno no entiende por ejemplo, cómo en materia de seguros advertido con facilidad al tomador las consecuencias de su falla en el manejo de
de vida, el asegurador exige determinados exámenes y, en otros casos, 'deja a los libros de comercio. Es inconcebible que el asegurador envíe un inspector de
discreción del tomador declarar una serie de circunstancias que pueden conducir a riesgos para verificar una serie de circunstancias complejas, aunque de menor
la no cobertura del seguro en caso de siniestro. Ese tipo de consecuencias jurídi- trascendencia, y que teniendo la capacidad de hacerlo, no le pida al tomador exhi-
cas, tan difíciles de comprender aun para los expertos en derecho de seguros, bir los libros de comercio antes de tomar el seguro, para en esa forma, advertirlo
deben ser explicadas al tomador para que este sea consciente de sus obligaciones. de las consecuencias de una contabilidad incorrecta.
Cobrar una prima con base en ciertas declaraciones del tomador, para después
alegar reticencias y falsas declaraciones de su parte, no es leal.

29 Patrice Fil. L 'obligation d'information et de conseil en matiere d'assurance, Faculté 31 lbíd., p. 80.
de Droit et de Science Politique d'Aix Marseille, p. 76. 32 En ese sentido, cfr. cas. civ., 21 de marzo de 2003, exp. 6642, M.P. César Julio
30 Ídem. Valencia Copete.
570 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LAS OBLIGACIONES PRECONTRACTUALES Y CONTRACTUALES DE INFORMACIÓN, DE CONSEJO Y DE INSTRUCCIÓN 571

473.- No ADVERTENCIA DE LAS LIMITACIONES DE LA INDEMNIZACIÓN siniestro 33 • Por ello, lo procedente es una demanda en responsabilidad extracontractual
EN LOS SEGUROS DE TRANSPORTE DE MERCANCÍAS contra el asegurador, basada en una culpa precontractual, y en una responsabili-
dad contractual contra el intermediario. Otros dicen que aun en esos casos la res-
Lo mismo sucede en los seguros de transporte de mercancías, pues el asegu- ponsabilidad del asegurador es contractual. Por lo tanto, para evitar sorpresas, lo
rado paga su prima de acuerdo con el valor real de la mercancía, pero al momento aconsejable es demandar al asegurador por vía contractual, a título principal y
del siniestro el asegurador argumenta que el seguro solo cubre el valor declarado subsidiariamente por vía extracontractual.
por el asegurado al transportador como valor de la mercancía, de acuerdo con lo
establecido en el artículo 1122 del Código de Comercio. Según veremos más ade- La responsabilidad del intermediario sí sería contractual pues su silencio es
lante, el transportador casi nunca le advierte al remitente asegurado sobre las con- una culpa dentro de su obligación contractual de asesoría (para eso lo contratan y
secuencias de no declarar el valor exacto de las mercancías. Un tecnicismo jurídi- le pagan). La culpa del asegurador es anterior al contrato de seguro, pero la del
co de semejante especialidad no puede ser ocultado por el asegurador ni por el intermediario es una culpa cometida durante la ejecución de la obligación de
intermediario y, por lo tanto, ambos responden precontractualmente por no haber intermediación.
advertido de esa situación al tomador.
- Las obligaciones de información
y de consejo en el contrato de transportes
474.- No ADVERTENCIA (EXIGIR IMPRONTAs DEL DAS) soBRE NO
ASEGURABILIDAD DE CARROS DE CONTRABANDO
Pero aunque con menor intensidad e hipótesis, el contrato de transporte de
mercancías también contiene una serie de situaciones en las que el transportador
Situación análoga se presenta en algunos casos de seguros de automotores.
profesional, conocedor de su oficio y de la ley que rige el contrato, está en la
En efecto, en muchas oportunidades al momento de celebrar el contrato, el asegu-
obligación de advertir al remitente de sus obligaciones y de las consecuencias que
rador se limita a pedirle al asegurado la matrícula del vehículo, pero cuando ocu-
se derivan de la omisión de ciertas conductas que debe realizar bien sea el remi-
rre el siniestro, le pide las improntas del DAS para verificar que el automotor no
tente mismo, o el destinatario.
sea de contrabando. Uno se pregunta: ¿por qué razón el asegurador no pide esas
improntas desde un comienzo, si eso no tiene dificultad alguna y no es leal con el
tomador crearle la legítima confianza engañada de que con la matrícula es sufi- 476.- DECLARACIÓN SOBRE LA NATURALEZA Y VALOR DE LAS MERCANCÍAS

ciente?
Así por ejemplo, el artículo 1010 del Código de Comercio le impone al remi-
tente la obligación de informarle al transportador sobre el valor, naturaleza, can-
475.- ¿CUÁL ES LA RESPONSABILIDAD DEL INTERMEDIARIO tidad y contenido de las mercancías. Por ello, en muchos países, el transportador
Y DEL ASEGURADOR EN ESTOS CASOS? debe entregarle al remitente un documento que debe ser llenado y firmado por
este, en dos ejemplares, uno de los cuales queda en poder del transportador, para
En todos estos casos, salvo en el de la no concordancia entre lo negociado que después no haya discusión al respecto 34 .
verbalmente y lo contenido en la póliza, la responsabilidad del asegurador no
puede ser contractual, sino extracontractual, pues las partes o por lo menos el Y esa información tiene un papel fundamental en caso de un litigio entre las
asegurador tuvo su verdadera intención vertida en el texto del clausulado de la partes, desde el punto de vista probatorio. En efecto, el artículo 1021 del mismo
póliza. La responsabilidad extracontractual (precontractual) está basada en el si- código establece una presunción de certeza para las informaciones dadas por el
lencio malintencionado o negligente del asegurador, silencio que llevó al tomador
a adquirir el seguro inadecuado o a no realizar ciertas conductas que lo habrían
beneficiado patrimonialmente en caso de siniestro. En algunas de estas hipótesis, 33 Sánchez Calero, ob. cit., p. 152.
el asegurado podría alegar la nulidad del contrato, por vicio en el consentimiento, 34 Javier Tamayo Jaramillo. El contrato de transporte, Bogotá, Temis, 1991, n. 217 y
pero a él no le va a interesar la nulidad, pues ello le niega el derecho al pago del SS.
572 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LAS OBLIGACIONES PRECONTRACTUALES Y CONTRACTUALES DE INFORMACIÓN, DE CONSEJO Y DE INSTRUCCIÓN 573

remitente en virtud de lo dispuesto en el artículo 1110 ya referido 35 • Es decir, si el Tales anomalías, que podrían ser fácilmente advertidas por el transportador
transportador no hace las reservas del caso al momento de recibir la carga de al remitente, hacen parte del contenido de la obligación de lealtad precontractual
manos del remitente, se presume que todo lo afirmado por este último se presume del transportador y, en consecuencia, si se llega a la conclusión de que el docu-
cierto, salvo que después el transportador pruebe lo contrario, prueba que es muy mento contractual es lo que prima, entonces de todas formas cabe una acción en
difícil en la práctica36 • En cambio, cuando el remitente omite esas informaciones, responsabilidad civil extracontractual, por dolo o negligencia del transportador,
a él le corresponderá demostrar en el curso del proceso, cuál era la naturaleza, durante el período precontractual.
peso, cantidad, calidad y valor de las mercancías, prueba que también es difícil de
aportar. Así planteadas las cosas, es claro que al transportador no le interesa que 478.- PRESUNCIÓN DE CONTRATO CUMPLIDO SI EL DESTINATARIO RETIRA LA
el remitente le brinde las informaciones de que habla el artículo 111 O del Código MERCANCÍA SIN PROTESTAS
de Comercio. Y de hecho, en la práctica, muchos transportadores hacen lo posible
porque el remitente no deje por escrito esa información al momento de celebrar el Pero la obligación de lealtad del transportador subsiste también al momento
contrato, con lo que incurren en una clara deslealtad precontractual, cuando el de entregarle las mercancías al destinatario en el lugar de destino de la carga. En
remitente es una persona ignorante en esas materias. efecto, el artículo 1128 del Código de Comercio establece que "Recibida la cosa
transportada sin observaciones, se presumirá cumplido el contrato" 39 • Y el Con-
477.- PERJUICIOS EN CASO DE NO DECLARACIÓN DEL VALOR EXACTO DE LA
venio de Varsovia de 1929, aplicable al transporte aéreo internacional de mercan-
MERCANCÍA
cías fija un plazo de escasos días para que el destinatario destruya esa presunción
de contrato cumplido 40 • Eso significa que si la mercancía es entregada sin protes-
Pero fuera de lo anterior, el remitente o el destinatario también sufren una tas del destinatario, el transportador casi siempre se libera de cualquier responsa-
gravosa sanción cuando el primero declara al transportador un valor mínimo de la bilidad por daños a la mercancía, así estos realmente hayan ocurrido durante el
mercancía, por cuestiones de seguridad. También es gravosa su situación cuando transporte.
no declara el valor de la mercancía o declara uno mayor al reaP 7 • En efecto, el
artículo 1131 del Código de Comercio establece que el transportador pagará como Siendo esta una operación que el transportador hace todos los días, lo lógico
indemnización de la carga el valor declarado por el remitente. Adicionalmente, la es que sobre él pese la obligación de advertirle al destinatario no profesional,
misma norma establece que el transportador no tendrá que pagar el lucro cesante sobre el derecho que le asiste de verificar el estado de la mercancía y de las con-
y solo deberá pagar el 80% del valor de la mercancía, no corregido monetariamente, secuencias por la ausencia de reservas o protestas formuladas al recibir la mercan-
si el remitente no declara el valor de la mercancía o declara uno mayor38 • Así las cía de manos del transportador. Ante ese incumplimiento uno podría pensar que
cosas, para el transportador es un jugoso negocio que el remitente no le declare el el transportador responde contractualmente frente al destinatario o que por lo me-
valor de la mercancía o que declare uno diferente. nos es responsable extracontractualmente. El problema es que siendo más que
todo un problema probatorio, la situación del destinatario seguirá siendo desven-
Y la situación se torna aún más perjudicial para el remitente, cuando se ad- tajosa pues, de todas formas, al destinatario le correspondería demostrar que la
vierte que, según ya dijimos, el artículo 1122 del Código de Comercio establece mercancía se dañó durante el transporte.
que el asegurador de la mercancía sólo pagará al asegurado el valor declarado al
transportador, así al asegurador se le declare el valor real y se pague una prima 479.- CONFUSIÓN EN CUANTO A LOS SEGUROS EXISTENTES
proporcional a dicho valor.
Finalmente, por una incorrecta práctica comercial, a menudo los transporta-
dores toman seguros de mercancías, donde la prima la paga el remitente, pero la

35 lbíd., n. 220 y SS.


36 Ídem.
37 Javier Tamayo Jaramillo, ob. cit., n. 428 y ss. 39 Javier Tamayo Jaramillo, ob. cit., n. 258 y ss.
38 Ídem. 40 lbíd, n. 266.
57 4 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

calidad de asegurado y beneficiario la tiene el transportador, lo que a la larga


genera confusiones, pues el remitente cree que es él el Asegurado, cuando en
realidad la póliza dice otra cosa. Cuando ello sucede, creemos que hay responsa-
bilidad del transportador frente al remitente o al destinatario, si es que la indem-
nización no es pagada por el asegurador, o si dicho remitente, confiado en que
estaba asegurado, no tomó una póliza por aparte o no utilizó la que ya tiene.
TÍTULO TERCERO
480.- CoNCLUSIONEs

DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL


Como se puede apreciar, no son pocas las consecuencias dañinas que pue-
de ocasionar la deslealtad precontractual y contractual de una de las partes en
513.- CoNCEPTO Y PLAN
el contrato, sobre todo, cuando la parte desleal es el profesional que conoce todas
las contingencias del contrato, mientras que su contraparte es profana en esos
Por exclusión de materia, podemos afirmar que toda aquella responsabili-
menesteres. Como esa deslealtad dañina no puede quedarse impune, lo justo y lo
dad que no sea de naturaleza contractual, se enmarca dentro de la responsa-
equitativo es que la parte desleal comprometa su responsabilidad contractual o
bilidad extracontractual o aquiliana. Es decir, todo comportamiento ilícito que
precontractual según el caso.
no se derive de la inejecución de un contrato válidamente celebrado entre de-
mandante y demandado, genera responsabilidad civil extracontractual si se le
REQUISITOS PARA QUE HA YA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL ha causado daño a un tercero. Sin embargo, en nuestra exposición trataremos de
guiarnos básicamente por lo dispuesto en los artículos 2341 a 2359 del Código
En los números 72 y siguientes de este mismo tomo, analizamos los requisi- Civil. Estas normas regulan tres grandes divisiones o tipos de responsabilidad
tos indispensables para que haya responsabilidad contractual. extracontractual, a saber: la responsabilidad personal, llamada también directa
o por el hecho propio (parte primera); la responsabilidad extracontractual por
los daños causados por las personas que están bajo nuestra vigilancia, llamada
482.- CLÁUSULAS DE EXONERACIÓN DE RESPONSABILIDAD O DE SUPRESIÓN también responsabilidad por el hecho ajeno (parte segunda); finalmente, la res-
DE OBLIGACIONES ponsabilidad por el hecho de las cosas y por actividades peligrosas que están a
nuestro servicio (parte tercera).
En los números 481 y siguientes del tomo II, estudiaremos las cláusulas de
exoneración o limitación de responsabilidad, así como las que eliminan ciertas
obligaciones accesorias del contrato.

483 a 512 Reservados


pARTE PRIMERA

RESPONSABILIDAD POR EL HECHO PROPIO

514.- Bibliografía Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núms. 167
y ss.; Raimundo Emiliani Román, ob. cit., pp. 1 y ss; Ricardo de Ángel Yagüez,
ob. cit., pp. 126 y ss.; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. I, núms. 336 y ss.; Marcel
Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., T. VI, núms. 496 y ss.; Boris Starck,
por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 2, núms. 173 y ss.; Jacques Flour, Jean-Luc Aubert,
o.b. cit., t. II, núms. 588 y ss.; Philippe le Tourneau, Lo1c Cadiet, ob. cit., núms.
3059 y SS.

515.- Luego de analizar algunas nociones generales sobre la responsabili-


dad por el hecho propio (cap. I), estudiaremos la responsabilidad civil por abuso
del derecho, ya que esta figura está profundamente enraizada en la responsabili-
dad por el hecho propio, hasta el punto que importantes autores afirman que hay
identidad total entre las dos (cap. II).
NOCIONES GENERALES SOBRE LA RESPONSABILIDAD POR EL HECHO PROPIO 579

De otro lado, el artículo 2341 del Código Civil establece una responsabilidad
que se fundamenta en la culpa probada del demandado, es decir, el demandante
CAPÍTULO I tiene que demostrar que el demandado cometió un delito o un cuasidelito 2 .

NOCIONES GENERALES SOBRE LA RESPONSABILIDAD En conclusión, la responsabilidad directa o por el hecho propio está consti-
POR EL HECHO PROPIO tuida por todos aquellos comportamientos que, siendo culposos, no se enmarcan
dentro de las otras especies de responsabilidad extracontractual consagradas en el
Código Civil.
516.- TEXTOS LEGALES Y CAMPO DE APLICACIÓN

Si bien el artículo 2341 fue concebido inicialmente para regular aquellos


La filosofía del legislador civil en lo relativo a la responsabilidad extracon-
daños causados personalmente por el agente, con el paso de los años la institución
tractual fue la de clasificar varias instituciones de acuerdo con el origen físico del
se hizo aplicable en todos aquellos eventos en que existe una culpa comprobada
daño. En ese sentido, el artículo 2341 del Código Civil estableció la responsabili-
del agente, poco importa que el daño haya sido causado en forma inmediata por
dad por los daños que en forma personal e inmediata una persona le causa a otra;
una persona o por una cosa que estaba al cuidado del demandado. Es decir: lo que
de su lado, en los artículos 2347 a 2349 del Código Civil se establecieron las
torna aplicable la norma no es el origen del daño, sino el hecho de existir una
normas que regulan la responsabilidad por los daños causados por las personas
culpa probada en cabeza del demandado.
que tenemos bajo nuestro cuidado; finalmente, en los artículos 2350 a 2356 del
Código Civil se consagraron las disposiciones que regulan la responsabilidad por Así, por ejemplo, si a sabiendas del estado de embriaguez de su hijo menor,
los daños causados por el hecho de las cosas o por las actividades peligrosas. un padre de familia entrega a éste las llaves de un vehículo de su propiedad y el
menor causa daños a terceros, lo procedente es que se aplique la responsabilidad
Así las cosas, parecería ser que en un principio la responsabilidad directa o por el hecho ajeno con culpa presunta establecida en el artículo 2347 del Código
por el hecho propio solamente fue concebida para regular aquellos daños causa- Civil. Sin embargo, el hecho de que la víctima demuestre que el padre cometió la
dos directamente por el agente, sin que mediaran personas o cosas que estuvieren imprudencia de entregarle a su hijo las llaves del automotor, permite que al padre
bajo su cuidado. En cambio, las otras instituciones habrían sido concebidas para se le aplique también la responsabilidad por el hecho propio del artículo 2341 del
regular aquellos daños en los que en forma inmediata participa una persona o una Código Civil. Si bien el padre no causó el daño en forma directa, de todas formas
cosa que está al cuidado del demandado. se logró establecer una culpa de su parte. La víctima pues, tiene la opción de
escoger entre una u otra institución.
Sin embargo, la evolución doctrinal y jurisprudencia! que ha tenido el artícu-
lo 2341 del Código Civil nos permite afirmar que en la actualidad lo que caracte- Ahora, no se puede perder de vista que en el fondo toda la responsabilidad
riza la responsabilidad directa o por el hecho propio, es lo siguiente: de un lado, el contractual y extracontractual es, en estricta lógica, una responsabilidad directa,
artículo 2341 de nuestro Código Civil es una especie de norma básica que recoge ya que en última instancia es la conducta del agente la que se reprocha, pues la ley
la responsabilidad civil de todos aquellos eventos que no aparecen configurando supone que es el comportamiento del demandado la causa de que las personas o
un tipo especial de responsabilidad dentro del mismo código. Es decir, es una las cosas que están bajo su cuidado hayan causado el daño a un tercero. Lo que
especie de "norma tapón" que impide que cualquier otro comportamiento culposo acontece es que en algunas oportunidades el nexo de causalidad pareciera diluirse,
pueda escapar a la obligación indemnizatoria cuando no existe en el mismo Códi- como sucede en la responsabilidad por el hecho ajeno o en la responsabilidad por
go Civil una disposición específica que consagre la responsabilidad para ese caso el hecho de las cosas, en las que de forma física e inmediata, no aparece la culpa
concreto 1•

2 Boris Starck, por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 2, núm. 228; Philippe le Tourneau,
Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 163; Philippe le Tourneau, Lo"ic Cadiet, Lo"ic Cadiet, ob. cit., núm. 3072.
ob. cit., núm. 3061. Véase C. S. J., cas. civ., jun. 4/92. Expediente 3382.
580 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
NOCIONES GENERALES SOBRE LA RESPONSABILIDAD POR EL HECHO PROPIO 581

del agente. En estas dos ultimas hipótesis el legislador no se contenta con el prin-
torna ilícito por la simple ocurrencia del daño. Pero allí no es que la culpa consista
cipio general establecido en el artículo 2341 del Código Civil, sino que consagra
en la violación del deber general de prudencia, sino que éste último impone una
normas especiales que las tipifican, con la idea de que el agente no pueda alegar
responsabilidad que no está sometida a la culpa. En cambio, en la responsabilidad
que no fue él el causante del daño. Para el legislador, la responsabilidad supone
por el hecho propio del artículo 2341, el deber general de prudencia nos impone la
siempre una conducta del agente, poco importa que haya actuado con cosas o sin
prohibición de causar daño a otros en forma culposa. Ya hemos visto (supra, T. 1,
ellas. Y cuando se demuestra que esa conducta ha sido culposa, cabe aplicar el
236 y ss.) cómo en algunos casos tenemos derecho a causarle daño a terceros en la
artículo 2341 del Código Civil.
medida en que no actuemos culposamente. La ilicitud pues, en la responsabilidad
por el hecho propio de artículo 2341, solo surge con la culpa. En conclusión, unas
517.- CONCEPTO DE CULPA veces el deber general de prudencia se fundamenta en una responsabilidad objeti-
va, mientras que en otros casos se fundamenta en una culpa probada. Esta última
Según hemos dicho (supra, T. 1, 193), el concepto genérico de culpa com- es la que configura la responsabilidad por el hecho propio del artículo 2341 del
prende tanto el comportamiento meramente culposo como el doloso. Cuando el Código Civil.
daño es cometido con dolo, ese hecho dañoso se denomina delito y cuando es
cometido con culpa, se denomina cuasidelito.
Afirmar que el simple hecho de producir un daño es constitutivo de culpa
conllevaría a una de estas dos conclusiones, cualquiera de ellas totalmente absur-
518.- REMISIÓN da. O bien habría que considerar que absolutamente toda la responsabilidad civil
se fundamenta en la culpa, pues ya no cabría distinción alguna entre responsabili-
En los capítulos 1 y 11 de la parte segunda del título anterior (supra, T. 1, 191 dad objetiva y subjetiva, ya que en todos los casos habría daño y consecuentemen-
y ss.) estudiamos todo lo relativo a la culpa contractual y extracontractual. Todo te culpa o, si no se quiere aceptar esta solución, necesariamente caeremos en la
lo que allí se afirmó en relación con la culpa, es aplicable en la responsabilidad contraria. Es decir, ninguna responsabilidad se fundamentaría en la culpa ya que,
por el hecho propio del artículo 2341, razón por la cual remitimos al lector a desde que el daño se produzca, surge ipso jacto la obligación de indemnizar y no
dichas páginas. tendría sentido buscar culpas adicionales cuando el intérprete o el juez pueden
echar mano del simple daño para hacer responsable al agente.
519.- ¿EN QUÉ CONSISTE EL DEBER GENERAL DE PRUDENCIA?
En conclusión, hay que entender que la responsabilidad civil fundamentada
Siempre se afirma que el artículo 2341 del Código Civil establece una res- en la culpa significa que hay ciertos eventos en que se acepta que el daño causado
ponsabilidad por la violación del deber general de prudencia que nos impone la sin culpa por el agente, no genera responsabilidad civil. Esta solo surge cuando el
prohibición de causarle daño a terceros 3 . Inclusive, algunos afirman que el hecho comportamiento es además culposo. Por lo tanto, es inútil tratar de sostener que la
objetivo del daño constituye la culpa, ya que en esta forma se estaría violando simple ocurrencia del daño constituye culpa.
dicho deber (supra, T. 1, 220). La culpa consistiría en no cumplir con el deber
general de prudencia.
520.- LA PRUEBA DE LA CULPA EN LA RESPONSABILIDAD POR EL HECHO PROPIO

Sin embargo, tal apreciación no constituye más que un juego de palabras que
conlleva a múltiples confusiones. En algunas oportunidades los autores y los tribunales han afirmado que en la
responsabilidad extracontractual por el hecho propio, la culpa del demandado se
En efecto, el deber general de prudencia lo que exige es no causarle daño a presume 4• Inclusive, en el artículo 1902 del Código Civil español se establece
otros en forma ilícita. En los casos de responsabilidad civil objetiva, el hecho se

4 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 128. En el derecho colombiano, Emiliani


3 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 167. Román propone un original sistema probatorio en la responsabilidad por el hecho
propio (Emiliani Román, ob. cit., pp. 23 y ss.).
582 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
NOCIONES GENERALES SOBRE LA RESPONSABILIDAD POR EL HECHO PROPIO 583

dicha presunción como principio generaP. En el derecho colombiano, según algu- Antes de la ocurrencia del daño, que es cuando hay que mirar la fuente de la
nos, la presunción tanto contractual como extracontractual encontraría su sustrato obligación, para el responsable no ha surgido aún la obligación de indemnizar a la
legal en el artículo 1604 del Código Civil, norma en virtud de la cual la prueba de víctima. Por ello, el artículo 1604 del Código Civil solo puede ser aplicable una
la diligencia y cuidado corresponde a quien ha debido emplearla. Aunque la juris- ve~ causado el daño en forma ilícita, ya que es éste el factor que genera la obliga-
prudencia en forma mayoritaria acepta el principio contrario 6 , lo cierto es que en ción de indemnizar. Dicho de otra manera: el deber general de prudencia no se
algunos fallos aislados nuestros tribunales han afirmado el principio de la presun- deriva de lo dispuesto en el artículo 1604 del Código Civil; en cambio, una vez
ción. Así, en casación de 2 de febrero de 1932la Corte Suprema de Justicia expre- causado el daño surge para el responsable una obligación de indemnizar y, por
sa lo siguiente: tanto, esa obligación sí podría encontrar su fuente legal en la citada disposición.
Al momento de ocurrir el daño se incumple el deber general de prudencia y hay
"La prueba de la diligencia o cuidado incumbe en todo caso a quien haya lugar al nacimiento de una nueva obligación, cual es la de indemnizar.
debido emplearla, ya se trate de culpa contractual, ya de culpa aquiliana o
extracontractual. El artículo 1604, inciso 3o del Código Civil, que tal regla Pero incluso en ese caso, lo dispuesto en el artículo 1604 sería de difícil
establece, pertenece al título XII del libro IV que trata del efecto de las obli- aplicación, pues la obligación indemnizatoria es de resultado y de nada le sirve al
gaciones, e incluye en estas las que provienen de un hecho que ha inferido responsable condenado probar la diligencia o cuidado para exonerarse de pagar la
injuria o daño a un tercero, de conformidad con el artículo 1494 del mismo condena. Podría, eventualmente, invocar la fuerza mayor para exonerarse de pa-
Código, que determina las fuentes de las obligaciones" 7 • gar perjuicios adicionales, pero lo que es la reparación del daño decidida ya en la
sentencia, tendrá que pagarla, pues ninguna causa extraña es capaz de extinguirla.
En relación con esta teoría de la presunción de culpa en materia de responsa-
bilidad extracontractual por el hecho propio, podemos hacer las siguientes obser- 2. En segundo lugar, si se hace una interpretación literal del artículo 1604
vaciones. del Código Civil podemos observar que dicha norma está referida única y exclu-
sivamente a las obligaciones contractuales, lo que significaría que nada tiene que
l. En primer lugar, el fallo citado confunde los conceptos de obligación y ver con las obligaciones surgidas del hecho ilícito. No se puede olvidar que tanto
deber jurídico, cuando bien sabemos que se trata de dos conceptos diferentes. En los cuasicontratos como los delitos y los cuasidelitos tienen regímenes propios en
efecto, la obligación es el vínculo jurídico que une a dos personas, mientras que el nuestro Código Civil, razón por la cual el título XII, pese al nombre genérico que
deber es el vínculo jurídico que une a cada individuo con el resto de la sociedad. tiene, estaría referido únicamente a la responsabilidad contractual.
Así, por ejemplo, una cosa es la obligación que surge de la celebración de un
contrato y otra bien distinta es el deber general de prudencia que se nos impone en 3. Independientemente del fundamento legal de la solución que propone-
relación con los demás. mos, encontramos otros argumentos de tipo práctico y lógico que nos impiden
aceptar la teoría de la presunción de culpa en la responsabilidad por el hecho
La confusión es grave, ya que el artículo 1604, como lo afirma el mismo fallo propio. Ya hemos visto los límites que tiene la responsabilidad civil objetiva y
comentado, regula los efectos de las obligaciones, mas no menciona para nada el cómo en varios eventos la culpa sigue siendo elemento esencial de la responsabi-
deber general de prudencia. Así las cosas, la citada norma es aplicable a las obli- lidad civil. Prácticamente en casi todos esos casos, la culpa no solo fundamenta la
gaciones surgidas de un contrato, a las que surgen de un cuasicontrato o a las que responsabilidad, sino que se exige que su prueba sea aportada por el demandante.
surgen del incumplimiento del deber general de prudencia, es decir, las que sur-
gen del delito o del cuasidelito. a) En efecto, cuando el daño es producido en virtud de una aceptación de
riesgos por parte de la víctima, no vemos cómo la culpa pueda presumirse.

Sería un absurdo, por ejemplo, que en materia de daños ocasionados durante


5 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 127. la práctica de un deporte, el agente tuviera que salir a demostrar que actuó con
6 C. S. J., Neg. Gen., oct. 4/45, "G. J.", t. LXI, núm. 135. diligencia y cuidado en la práctica de su actividad. Tal exigencia probatoria sería
7 C. S. J., cas. civ., feb. 2/32, "G. J.", t. XXXIX, núm. 459. diabólica para el demandado.
584 JAVIER TAMAYO JARAMILLO NOCIONES GENERALES SOBRE LA RESPONSABILIDAD POR EL HECHO PROPIO 585

Pero donde se ve con mayor claridad la necesidad de la prueba de la culpa en b) En los demás daños en que el agente con su propia conducta causa daño
la aceptación de riesgos es en la responsabilidad civil de los médicos. Aunque a los bienes de otro es factible no solo predicar una responsabilidad objetiva, sino
algunos autores y tribunales han hablado de la presunción de la culpa en el acto también una presunción de culpa. Ningún argumento lógico o axiológico iría en
médico (infra, T. 1, 1075), lo cierto del caso es que dicha presunción es improce- contra de esta posibilidad.
dente, inconsecuente y peligrosa para el ejercicio de la medicina.
En cambio, en aquellos casos en que, por el ejercicio de nuestro derecho de
En nuestra obra "Sobre la prueba de la culpa médica" hemos abordado más libertad y sin el uso de cosas, causamos perjuicios materiales o morales a un
extensamente este problema de la culpa en materia médica. Sin embargo, mencio- tercero, sin que haya destrucción o afectación física de un bien o de una persona,
naremos algunos argumentos que pretenden avalar nuestra posición. la culpa no solo es requisito de la responsabilidad sino que ella se debe probar
(supra, T. 1, 239) 8• Así, por ejemplo, sería un absurdo presumir la culpa en caso de
De un lado, no es cierto, como afirman los autores y los tribunales, que le responsabilidad por el hecho de haber acudido a las vías judiciales en contra de un
queda más fácil al médico demostrar diligencia y cuidado, que al paciente demos- tercero. Lo lógico es que se demuestre la temeridad o mala fe del accionante. De
trar la culpa del médico. En la mayoría de los casos, el médico a lo sumo podrá igual manera, sería torpe presumir la culpa del comerciante de éxito que en virtud
ayudar a encontrar la causa de los daños sufridos por el paciente, pero práctica- de su competencia arruina a los demás competidores. Es más lógico pensar que el
mente nunca dispondrá de medios probatorios para demostrar su diligencia y cui- comerciante arruinado, que demanda por competencia desleal, sea quien muestre
dado. la deslealtad del competidor demandado. Así mismo, es impensable que se presu-
ma la responsabilidad de los medios de información que, sin .haber publicado
Generalmente, el médico actúa solo con el paciente y no quedan vestigios noticias falsas, causen sin embargo daños a terceros con dicha información. Final-
físicos de su actividad. Por ello, es injusto concluir que su culpa se presume en mente, no vemos como pueda presumirse la culpa de la persona que con su simple
todos los casos. presencia física causa daños a terceros, bien sea por contagio de enfermedades,
bien sea por amor, bien sea por odio. En estos últimos casos, los demás tienen que
Desde luego, la doctrina y la jurisprudencia han encontrado que, en ciertos aceptar el riesgo de convivir con nuestra presencia, así ella les produzca daños
casos, al médico le es imputable lo que se denomina como una culpa virtual, que materiales o morales.
es una especie de presunción. De acuerdo con este criterio, hay eventos en que la
ocurrencia del daño muestra por sí sola la culpa del médico. Los hechos mismos e) Tampoco podrá presumirse la culpa en los casos de responsabilidad por
establecen la culpabilidad. omisión pura y simple. Ya hemos visto (supra, T. 1, 241) que en este caso la
imputabilidad o la causalidad solo existen en la medida en que el demandado haya
De otro lado, se podría aceptar en vía de discusión una presunción de culpa incumplido un deber o una obligación preexistente y corresponderá a la víctima
en contra del médico por los daños colaterales que sufra el paciente en virtud del demostrar que en el caso concreto el agente tenía el deber o la obligación de actuar
tratamiento médico. Tal ocurriría por ejemplo en los daños causados por la anes- y que sin embargo no lo hizo. Ahora, al establecer dicha prueba, automáticamente
tesia en el cerebro del paciente. En cambio, es un imposible lógico el presumir la estará demostrando la culpa, lo que hace inútil hablar de presunción. O sea que en
culpa del médico porque el paciente no se alivie, ya que tal presunción sería no la responsabilidad por omisión pura y simple el demandado no será responsable
solo de culpa sino de causalidad, lo que es un absurdo (infra, T. 1, 1077). No mientras no se demuestre su culpa.
vemos cómo se pueda presumir culpable al médico que trata a un paciente enfer-
mo de cáncer y que posteriormente fallece. En el orden normal de las cosas, es d) En la responsabilidad por el hecho de las cosas o de las actividades pe-
más fácil pensar que fue la enfermedad y no el médico lo que ocasionó la muerte ligrosas encontramos dos hipótesis en las cuales la culpa probada es igualmente
del paciente, ya que desde el punto de vista de las probabilidades, el médico no elemento necesario.
puede garantizar que el paciente recuperará su salud. En cambio, en la medida en
que el organismo humano se deteriora con el paso del tiempo, es más fácil aceptar
que ha sido ese devenir el causante del mal. 8 Boris Starck, por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 2, núm. 190.
586 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

De un lado, puede suceder que desde el punto de vista físico se lesionen los
bienes o la integridad física de la víctima, sin que haya un contacto material con la
persona, con la cosa o con la actividad peligrosa del demandado. Tal sería el caso CAPÍTULO II
del conductor de un vehículo que es demandado por el conductor de otro automo-
EL ABUSO DEL DERECHO
tor que por no colisionar con el primero se sale de la vía sufriendo lesiones perso-
nales y daños a su vehículo. En tales circunstancias, el demandado no será respon-
sable sino en la medida en que se demuestre que estaba infringiendo alguna norma 521.- Bibliografía sumaria. Boris Starck, por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 2,
de la circulación (infra, T. I, 955). Mientras dicha prueba no sea aportada, el núms. 94 y ss.; Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núms. 171 y ss.; Raimundo
conductor demandado no podrá ser condenado por más que la víctima demuestre Emiliani Román, ob. cit., pp. 13 y ss.; Georges Ripert, ob. cit.; Mazeaud-Tunc-
que se vio compelido a sufrir el daño por no colisionar con él. Chabas, ob. cit., T. I, núms. 547 y ss.; Jorge Santos Ballesteros, ob. cit., T. I, p. 37;
Philippe le Toumeau, Lolc Cadiet, ob. cit., núms. 3150 y ss.; Louis Josserand, ob.
También deberá demostrarse la culpa del demandado cuando el bien o la cit., núms. 431 y ss.; Roger O. Dalcq, ob. cit., T. I, núms. 595 y ss.; Jacques Flour,
persona de la víctima vengan a colisionar con el cuerpo, la cosa o la actividad Jean-Luc Aubert, ob. cit., t. II, núms. 620 y ss.; René Savatier, ob. cit., t. I, núms. 39
inerte del demandado (infra, T. I, 955). En tales circunstancias, solo habrá causalidad y ss.; Marcel Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., T. VI, núms. 573 y ss.
en la medida en que dicha culpa exista, y como la causalidad no se presume sino
que hay que probarla, consecuentemente la culpa deberá ser probada. Así, por 522.- Aunque tiene características muy peculiares, la teoría del abuso del
ejemplo, si el conductor de un automotor colisiona con otro vehículo que se en- derecho se considera como una forma de responsabilidad por el hecho propio 1•
cuentra estacionado en forma correcta, jamás podrá aplicarse la responsabilidad
con culpa presunta en contra del guardián del vehículo estacionado. Éste solo será En un principio, la jurisprudencia colombiana encontró en el artículo 2341
responsable en la medida en que se establezca que al dejar su vehículo en determi- del Código Civil el fllndamento legal para introducir en nuestro ordenamiento
nado sitio, infringió alguna norma de la circulación de tránsito. jurídico la responsabilidad civil por el abuso del derecho (infra, T. I, 537). Es
decir, no había una norma específica que se refiriera a tal institución. Sin embar-
4. Así las cosas, son tantas las hipótesis en las cuales la culpa del demanda- go, los principios generales establecidos para los delitos y los cuasidelitos le fue-
do deberá ser demostrada, que es imposible pensar en el establecimiento de un ron aplicables a este tipo de situaciones.
principio general de responsabilidad por el hecho propio con culpa presunta. Así
Posteriormente, el artículo 830 del Código de Comercio estableció que en
lo han entendido en forma mayoritaria la doctrina9 y la jurisprudencia nacionales.
materia de actos mercantiles, el que abuse de sus derechos estará obligado a in-
En ese sentido, una sentencia de la Corte del 4 de octubre de 1945 expresa:
demnizar los perjuicios que cause.
"Es sabido que en tratándose de culpa extracontractual, el actor tiene a su Pero la Constitución de 1991, en su artículo 95 le dio rango constitucional a
cargo la demostración plena de todos los factores necesarios para llevar a la esta institución. En efecto, la citada norma establece que "Son deberes de la per-
conciencia del juzgador una convicción de tal naturaleza que determine lógi-
sona y el ciudadano:
camente una condenación. Deberá demostrar el daño, la culpa y la relación
causal entre los dos primeros elementos" 10 • l. Respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios 2•

Así las cosas, no cabe duda de que en nuestro ordenamiento jurídico se en-
cuentra establecida la responsabilidad civil por abuso del derecho.

9 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 163; Jacques Flour, Jean-Luc Aubert, ob. Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3154.
cit., T. 11, núm. 619. 2 C. S. J., cas. civ., oct. 19/94. Expediente 3972. En doctrina, ver Emiliani Román,
1O C. S. J., Neg. Gen., oct. 4/45, "G. J.", T. LIX, núm. 1135. ob. cit., p. 18.
EL ABUSO DEL DERECHO 589
588 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

Esta posición no ha tenido mayor acogida en la doctrina y en la jurisprudencia,


Lamentablemente, los textos legales y constitucionales son lacónicos al ex-
pues la mayoría de los autores opinan que sí es válido hablar de la teoría del abuso
tremo, ya que ni siquiera definen lo que deba entenderse por abuso del derecho. Y
del derecho, como una figura que tiene ciertas características peculiares.
la verdad es que no solo la definición misma de la institución, sino todos sus
contornos son sobremanera complejos y demasiado discutidos por los autores y
los tribunales. Así las cosas, consideramos oportuno analizar en, primer lugar, 525.- LA INTENCIÓN DE DAÑAR COMO REQUISITO INDISPENSABLE DEL ABUSO
cuál ha sido la posición de la doctrina en relación con esta teoría (sec. I); poste- DEL DERECHO (RIPERT)
riormente, estudiaremos algunos de los problemas concretos que ella suscita (sec.
II); finalmente, analizaremos la evolución que sobre este tema ha seguido la juris- Entre las doctrinas que aceptan la responsabilidad por el abuso del derecho
prudencia colombiana (sec. III). encontramos la que afirma que esta figura solo se da cuando el titular de un dere-
cho, ejerciendo un acto en principio irreprochable, lo hace con la única y exclusi-
va intención de causarle daño a un tercero. El principal de estos expositores es
SEccióN I.- El abuso del derecho en la doctrina GEORGES RIPERT, quien no solo exige la intencionalidad como fundamento del
abuso del derecho, sino que también afirma que esta institución no se enmarca
523.- La figura del abuso del derecho es francamente inasible. No solo su dentro del universo de la responsabilidad civil, sino que pertenece más bien al
existencia misma ha sido discutida por la doctrina, sino que los autores que la deber moral de cumplir fielmente con los derechos concedidos por el ordenamien-
aceptan no se ponen de acuerdo sobre su consistencia ni sobre sus características. to jurídico. Veamos algunos de los lineamientos específicos que sobre el tema
A continuación analizaremos las doctrinas más representativas en relación con
expresa el autor francés.
este problema.
Al referirse a la intención de dañar como elemento fundamental del abuso del
524.- EL ABUSO DEL DERECHO: UN FALSO PROBLEMA (PLANIOL) derecho, RIPERT expresa:

Para MARCEL PLANIOL la teoría del abuso del derecho es un falso problema. "V eamos ahora el dominio propio de la teoría del abuso del derecho y el
No es que el autor sostenga que en las hipótesis que habitualmente se consideran sentido técnico de una expresión que ha sido muy a menudo empleada para
como abuso del derecho no haya responsabilidad por parte del causante del daño, designar la responsabilidad en el ejercicio del derecho. Supongamos que el
sino que pura y simplemente esas conductas se rigen por la teoría tradicional de la titular de un derecho haya actuado en condiciones tales que su acción entra
responsabilidad civil. Por tanto, no sería necesario crear un universo jurídico di- en el ejercicio normal y habitual de su derecho. El podrá cubrirse con la regla
ferente como lo pretenden la mayoría de los autores. La síntesis fundamental del neminem laedere ... aunque hubiese lesionado a alguien. Pero su acto ha sido
pensamiento de PLANIOL al respecto, la encontramos en el siguiente párrafo. inspirado por el deseo de causar perjuicio a otro; la intención malhechora
cambia entonces el carácter del acto. "Un acto -dice SALEILLES-, cuyo efecto
"Esta nueva doctrina -la del abuso del derecho- reposa toda ella sobre un no puede ser diferente del de dañar a otro sin interés apreciable y legítimo
lenguaje insuficientemente estudiado; su fórmula, uso abusivo de los dere- para quien lo cumple, no puede jamás constituir el ejercicio de un derecho".
4
chos, es una logomaquia, porque si yo uso de mi derecho, mi acto es lícito, y Él es contrario al derecho por el carácter antisocial de su fin intencional" .
cuando él es ilícito, es porque yo sobrepaso mi derecho y yo actúo sin dere-
cho. No hay pues que dejarse engañar por las palabras; el derecho cesa donde Para RIPERT, una cosa es la culpa cometida en el ejercicio de la actividad
el abuso comienza, y no puede haber uso abusivo de un derecho cualquiera diaria, la cual genera la responsabilidad civil, y otra bien distinta es el abuso del
por la razón irrefutable de que un único y mismo acto no puede estar a la vez derecho, el que solo existe cuando el individuo se vale de un comportamiento
conforme con el derecho y contrario al derecho" 3 .

4 Georges Ripert, ob. cit., núm. 93; critica esta doctrina: Álvaro Pérez Vives, ob. cit.,
vol. 2, núm. 171.
3 Citado por Georges Ripert, ob. cit., núm. 91.
590 JAVIER TAMAYO JARAMILLO EL ABUSO DEL DERECHO 591

irreprochable únicamente con la intención de causar daño a otro. O sea que mien- verdadera figuración del criterio del abuso: el acto es normal o abusivo, se-
tras no exista la intención dañina en el ejercicio de un derecho, no habrá abuso de gún que se explique o no por un motivo legítimo (es decir, que cuadre con el
ese derecho. espíritu, con la función del derecho), motivo que constituye así la piedra
angular de todo el sistema. Constantemente, las decisiones judiciales se re-
Al referirse a la ubicación del abuso del derecho dentro del universo jurídico, fieren a esta noción de motivo legítimo, o del interés legítimo, o de la causa
RIPERT expresa: legítima o del justo motivo o del móvil legítimo; y el legislador mismo em-
plea a veces este lenguaje" (Remarcas dentro del texto) 7 •
"Al decir de SAVATIER, el abuso del derecho parece constituir un caso de
conflicto entre el derecho y la moral o, con más precisión, entre un derecho
positivo que pertenece a una persona y un deber moral que le incumbe; al 527.- EL ABUSO DEL DERECHO COMO RESPONSABILIDAD POR CULPA O DOLO
usar de su derecho, ella falta a su deber moral. He ahí en efecto el conflicto
¿En qué medida el deber moral de no causar intencionalmente un perjuicio a Para la mayoría de los autores el abuso del derecho tiene algunas connotacio-
otro puede aniquilar entre las manos del titular el derecho que este posee? nes que lo diferencian de la responsabilidad civil por dolo o culpa. Sin embargo,
concluyen afirmando que también el abuso del derecho se fundamenta en la culpa
"Será necesario que el juez reconozca la intención dolosa (... ). Hay que ver o en el dolo y por tanto pertenece a la esfera de la responsabilidad por el hecho
en qué medida nuestro derecho civil puede admitir esta limitación de dere- propio 8• Los abanderados en esta teoría son los señores MAZEAUD-TuNc-CHABAS,
chos positivos por respeto a la ley moral" 5 • quienes rechazan los planteamientos formulados por PLANIOL, por RIPERT y por
JossERAND. Para ellos el abuso del derecho no siempre tiene que ser intencional ni
526.- EL ABUSO DEL DERECHO COMO DESVÍO DE LA FINALIDAD SOCIAL DE LOS consistir en el desvío de la finalidad social de los derechos. Al respecto expresan:
DERECHOS (JOSSERAND)
"La cuestión debe ser resuelta simplemente por la aplicación de la definición
Una de las doctrinas clásicas relativas a la teoría del abuso del derecho es la de la culpa: el que ejerce un derecho con el deseo de causar un daño, comete
propuesta por JossERAND. Su punto de vista siempre ha sido discutido y a veces una falta delictual; el que, sin intención dolosa se comporta, al ejercer un
acogido por la doctrina6, la jurisprudencia e incluso por algunas legislaciones derecho, como no lo habría hecho un hombre avisado, con imprudencia o
recientes. De acuerdo con JossERAND, los derechos subjetivos no siempre son ab- negligencia, comete una culpa cuasidelictual; en los dos casos, su responsa-
solutos y la mayoría de las veces deben cumplir una función social. Cuando se bilidad se halla comprometida. En una palabra, que el daño sea causado por
carece de un interés legítimo y se desvía la finalidad social del derecho, causando el ejercicio o por fuera del ejercicio de un derecho, la solución es la misma:
con ello daño a un tercero, entonces, según este autor, hay abuso del derecho. Al hay siempre lugar a investigar si hay culpa y, desde que haya esa culpa, de
respecto el autor francés expresa: condenar al autor del daño a reparación. Tal es la concepción del abuso de los
derechos muy generalmente admitida por la jurisprudencia, la cual se conten-
"Se trata, pues, en definitiva, de buscar el móvil a que el titular del derecho ha ta con citar los artículos 1382 y 1383 del Código Civil (C. C., art. 2341).
obedecido en la ocasión, el fin que se ha propuesto alcanzar, y de confrontar
ese móvil y ese fin con el espíritu, con la función del derecho en cuestión; si "Numerosos autores pretenden, al contrario, descartar en este dominio los
hay concordancia, el derecho ha sido ejercido normalmente y, por lo tanto, principios de la culpa, sea porque rechacen el que haya responsabilidad si no
impunemente; si hay discordancia, el uso se revela abusivo y la responsabi- hay intención de dañar, es decir culpa delictual, sea porque hagan del abuso
lidad del agente es susceptible de entrar en juego. Tal es la práctica jurispru- del derecho una fuente de responsabilidad civil diferente a la culpa" 9.
dencia!, que hace intervenir aquí el motivo legítimo, expresión concreta y

7 Louis Josserand, ob. cit., núm. 431.


5 Georges Ripert, ob. cit., núm. 95. 8 Philippe le Tourneau, Lorc Cadiet, ob. cit., núm. 3154.
6 Acogen esta doctrina: Philippe le Tourneau, Lorc Cadiet, ob. cit., núm. 3153. 9 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 547.
EL ABUSO DEL DERECHO 593
592 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

cación de actas no está abusando de los derechos que le confiere la sociedad, sino
SECCióN H.-Características del abuso del derecho que se está saliendo de esos derechos y al actuar en forma culposa o dolosa com-
528.- Una vez analizadas las principales doctrinas sobre el abuso del dere- promete su responsabilidad. En ninguno de los ejemplos anotados estarnos en
cho, conviene explicar sus particulares características, tarea que trataremos de presencia de un abuso del derecho.
cumplir en esta sección.
En cambio, puede suceder que el propietario de un inmueble, acudiendo a las
facultades que le otorga el derecho de propiedad, dolosamente afee el frente de su
529.- CUÁNDO HAY REALMENTE ABUSO DEL DERECHO
fachada desvalorizando así un predio vecino. También puede ocurrir que un pe-
Hay que evitar una primera confusión cuando se trata de definir con exactitud riodista, con intención de perjudicar a un tercero, publique una información cier-
la consistencia del abuso del derecho. Aunque casi todo el mundo está de acuerdo ta. Igualmente, puede pasar que la víctima de un accidente de tránsito demande
en que este tipo de responsabilidad existe, pocos explican con claridad en qué judicialmente al responsable, ernbargándole los bienes, por el simple prurito de
consiste. causarle un perjuicio. Así mismo, puede acontecer que el acreedor que ha cumpli-
do un contrato haga valer la acción resolutoria de incumplimiento del deudor por
En efecto, conviene hacer énfasis en que una cosa es la responsabilidad civil el simple deseo de causarle un perjuicio a éste último.
fundamentada en la culpa dolosa o culposa en que incurre un individuo que causa
daño a otro, saliéndose de los límites permitidos por el derecho de libertad jurídi- Obsérvese que en todos estos casos, el causante de los daños está en principio
ca, y otra bien distinta la responsabilidad civil del individuo que valiéndose del legitimado para dañar. Su conducta es, a priori, irreprochable. En efecto, todo el
derecho de dañar a otro, lo perjudica sin tener un interés serio en hacerlo 10 • Mien- mundo tiene el derecho de publicar noticias ciertas. El propietario tiene derecho
tras que en el primer caso la conducta es "a priori" ilícita, en el segundo, el com- de pintar su residencia corno bien le plazca. La víctima de un accidente tiene
portamiento es en principio irreprochable por el orden jurídico, así con él se cause pleno derecho a reclamar judicialmente la indemnización de sus perjuicios. El
daño a un tercero. Algunos ejemplos permitirán ver con claridad la distinción. socio de una sociedad tiene derecho a hacer valer las mayorías en las votaciones
que se realizan en desarrollo del contrato de sociedad.
Quien al levantar un edificio en terrenos de su propiedad incumple normas
oficiales sobre la construcción y con ello causa daño a los vecinos, no estará abu- Así las cosas, es en estos últimos ejemplos donde se plantea, en sentido es-
sando de su derecho de propiedad, sino que pura y simplemente está cometiendo tricto, el problema del abuso del derecho. En todos esos casos, el titular del dere-
una imprudencia o negligencia al no tornar las medidas de técnica o de ingeniería cho tiene la facultad de dañar a los terceros. Sin embargo, ¿habrá la posibilidad de
necesarias para construir adecuadamente. De igual manera, el periodista que, a tornar responsable a quien haciendo uso del derecho que tiene de dañar, causa un
sabiendas o por imprudencia, publica una noticia falsa que causa daños a un terce- perjuicio? Dicho de otra manera: cuando alguien abusa de su derecho de dañar,
ro, no está abusando del derecho de libertad de informar, sino que está actuando ¿puede comprometer su responsabilidad?
culposa o dolosamente en el ejercicio de su libertad jurídica. Así mismo, pese a la
opinión de la doctrina 11 , creernos que el individuo que, a sabiendas de que no tiene En nuestro concepto la respuesta es afirmativa, pues el ordenamiento jurí-
derechos sustantivos que reclamar, demanda a una persona por el simple deseo de dico no puede legitimar comportamientos irregulares que pretenden ampararse
causarle un perjuicio, no está abusando de su derecho de accionar judicialmente, en la facultad jurídica de dañar conferida a los individuos.
sino que está incurriendo en una responsabilidad civil común y corriente por com-
portamiento culposo. Finalmente, el socio de una sociedad que acude a la falsifi- Casi todos los autores aceptan la distinción que acabarnos de efectuar, en el
sentido de que una cosa es la culpa que compromete la responsabilidad civil tradi-
cional, y otra, bien distinta, es la posible culpa que existe en el ejercicio del dere-
cho a dañar 12 . Sin embargo, la mayoría de ellos, al tratar de mostrar ejemplos de
10 Sobre esta distinción: Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3158; Boris
Starck, por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 2, núm. 295.
11 Maree! Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 583; Boris Starck,
por Roland-Boyer, ob. cit., vol. 2, núm. 305; Jacques Flour, Jean-Luc Aubert, ob. 12 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3158.
cit., t. 11, núm. 629.
594 JAVIER TAMAYO JARAMILLO EL ABUSO DEL DERECHO 595

abuso del derecho, incurren en la confusión que en teoría pretenden evitar 13 • Así De su lado, los señores MAZEAUD-TuNc-CHABAS, hacen la siguiente distin-
lo veremos más adelante. ción entre abuso del derecho y defecto del derecho. Al respecto expresan:

Veamos, por ejemplo, la forma como ÜEORGES RIPERT plantea la distinción , "Todo problema de responsabilidad nacido a propósito de un derecho defini-
que acabamos de hacer, advirtiendo que es tal vez el autor que incurre en menos 1 do, ¿pertenecerá al dominio del abuso del derecho? En verdad que no: se

contradicciones en este punto. Al respecto RIPERT expresa: requiere que la responsabilidad sea incurrida en el ejercicio de un derecho.
Entendemos con ello distinguir el caso en que el autor del daño ha permane-
"Para que podamos hablar de abuso del derecho, se requiere que haya existi- cido en los límites de uno de sus derechos y aquel en que ha salido de dichos
do por ejemplo, condena de un demandado que ha hecho caducar la acción de límites. En la primera situación, puede haber abuso del derecho, y el proble-
su adversario y que, intencionalmente y por malicia, no ha opuesto inmedia- ma de responsabilidad no deja de ser delicado; en la segunda, hay defecto de
tamente el medio de defensa que tenía, con el fin de arruinar a su adversario derecho y la responsabilidad es indudable.
con las costas del proceso. La hipótesis no es impensable, aunque realmente
se presenta muy de vez en cuando. "Hay defecto de derecho cuando una persona sale de los límites materiales de
su derecho: es el caso del cultivador que lanza su carruaje sobre el campo del
"Y o no admito sobre todo que se hable de abuso del derecho de huelga para vecino; su responsabilidad se compromete ciertamente: todo individuo que
caracterizar los actos de violencia o de dolo cometidos en el curso de una sale de su derecho y causa por ese hecho un daño a otro debe repararlo: la
huelga, o de abuso del derecho de respuesta para indicar que una persona falta que ha cometido es indudable.
mencionada en un artículo de prensa, no puede responder sino dentro de cier-
tos límites, o de abuso del derecho de poner una denuncia, o de abuso en el "El problema de saber si hay abuso del derecho se plantea al contrario, cuan-
ejercicio de las vías de ejecución cuando el que ejecuta comete una falta, do el titular de ese derecho permanece en los límites de las prerrogativas que
embarga sin título por un crédito no exigible. En todas estas hipótesis, la le son conferidas: cuando se contenta con ejercer esas prerrogativas; tal el
expresión se utiliza porque es cómoda. Pero ella está desprovista de su senti- propietario que, levantando sobre su terreno una clausura desmesurada, en-
do técnico. En la mayoría de los estudios publicados sobre el abuso del dere- sombrece la casa de su vecino; tal el litigante que, usando de todos los recur-
cho la confusión existe más o menos, y ella motiva críticas justificadas con- sos del procedimiento, retarda la finalización de un proceso. Esta vez el pro-
tra la expresión empleada. blema de la responsabilidad aparece incierto, por el hecho mismo de que el
autor del daño se amparó, en apariencia por lo menos, en los límites del
"Para hallar hipótesis reales de abuso del derecho, es necesario que el acto derecho que le es reconocido por la ley (derecho de propiedad, derecho de
cumplido sea por sí mismo irreprochable. Entrando en el ejercicio habitual y apelar o de interponer un recurso en casación, etc.). Si de él también se puede
normal del derecho, el acto sería soportado sin recursos, si no estuviera vi- decir, en un cierto sentido, que ha sobrepasado su derecho, es simplemente
ciado por el espíritu que lo inspira. en el sentido de que su den~cho está limitado por su inserción en el conjunto
de las relaciones sociales. Ello no impide que él tuviese un derecho determi-
"Este espíritu de fechoría se descubre fácilmente por el resultado del acto. Si nado. Porque él no ha hecho nada diferente de ejercer ese derecho, se duda si
el titular del derecho causa un daño a otro sin obtener ninguna ventaja de su tiene derecho a la indemnización" 15 .
acto, el ejercicio del derecho se nos muestra doloso. La inutilidad del acto, si
no proviene de un error de cálculo, testimonia que la fechoría era la única
Pese a la claridad de la distinción hecha por los señores MAZEAUD, la verdad
razón de la acción" 14 •
es que tales autores, al plantear una serie de ejemplos que constituirían para ellos
abuso del derecho, incurren en la confusión que ampliamente tratan de evitar.

13 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 174; Boris Starck, por Roland-Boyer, ob.
cit., vol. 2, núm. 305; Jacques Flour, Jean-Luc Aubert, ob. cit., t. 11, núm. 621.
14 Georges Ripert, ob. cit., núms. 96 y 97. 15 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núms. 550 y 551.
596 JAVIER TAMAYO JARAMILLO EL ABUSO DEL DERECHO 597

En efecto, los autores franceses expresan: derecho meramente culposo. Y a hemos visto que en el caso de la acción judicial
infundada por un error grosero, no hay abuso del derecho sino defecto de derecho.
"No hay duda que una persona abusa del derecho cada vez que lo ejerce El abuso solo es posible cuando su titular, conocedor de sus facultades, las utiliza
únicamente con la intención de causar daño a su adversario: tal el litigante co~~ el fin de perjudicar a un tercero.
que intenta una acción que sabe mal fundamentada, con la sola intención de
crear molestias a su adversario. Él comete, en este caso, una culpa delictual Ahora, generalmente el dolo se advierte cuando hay una falta de interés serio
cierta. por parte del agente y éste es consciente de la falta de dicho interés. De hecho, un
hombre normal no va a ejercer sus derechos mientras no pretenda alguna utilidad
"La jurisprudencia, que no duda en comprometer la responsabilidad en seme-
o beneficio serio con ese ejercicio. La falta de interés serio es lo que generalmente
jantes circunstancias, da la misma solución cuando el ejercicio del derecho
permite desenmascarar la intención dañina del titular del derecho.
reposa sobre una culpa grave equivalente al dolo, así en caso de que el de-
mandante haya formado su acción creyendo que podría triunfar, mientras que
en realidad esta creencia reposa sobre un error grosero" 16 . Así, por ejemplo, un periodista tiene derecho a publicar una información
cierta. Pero si se trata de una información de poca importancia y el periodista la
En realidad, ninguno de los dos ejemplos constituye un abuso del derecho, destaca a grandes titulares en la primera página de un diario, consciente de que
sino simples culpas cometidas con un defecto de derecho, para utilizar la misma carece de un interés serio y únicamente con la intención de perjudicar a la persona
terminología de los MAZEAUD. En efecto, quien sabe que no tiene el derecho sus- concernida por la información, entonces habrá abuso del derecho y la consecuente
tantivo que reclamar y sin embargo instaura una demanda, no estará abusando de responsabilidad. La prueba del dolo surge de la falta de ese interés serio.
su derecho de accionar, pues el derecho de demandar temeraria o dolosamente no
existe. Habría abuso del derecho si el demandante, sabedor que tiene derecho De igual manera, si la víctima de un pequeño accidente, a quien el responsa-
sustantivo para que el deudor le pague una suma irrisoria, inicia un proceso em- ble ofrece espontáneamente indemnizar, decide instaurar una demanda con em-
bargando los bienes del demandado con la única intención de perjudicar a éste bargo de bienes, es lógico pensar que está abusando del derecho de accionar en
último. Es decir, el demandante tiene derecho a reclamar la suma que le adeuda el justicia, pues aunque tiene el derecho sustantivo de reclamar la indemnización, lo
responsable, pero la demanda se hace única y exclusivamente para perjudicar al cierto es que carece de un interés serio para acudir a las vías judiciales, cuando
demandado. Es allí donde se plantea con claridad el problema del abuso del dere- bien podía haberlo evitado. En este caso, la falta consciente de interés serio mues-
cho. Y planteado en esa forma, el jurista desprevenido podría afirmar que no exis- tra también la intención de dañar.
te responsabilidad por el abuso del derecho. Sin embargo, ya hemos dicho que
también en tales circunstancias, la responsabilidad es procedente.
531.- SE REQUIERE CONCIENCIA DE LA FALTA DE INTERÉS SERIO

530.- LA INTENCIÓN DE DAÑAR Y LA FALTA DE INTERÉS SERIO Ahora, aunque generalmente el juez infiere la intención de dañar del hecho
de que el titular del derecho carece de un interés serio en su ejercicio, lo cierto es
Según dijimos, para RIPERT solo existe abuso del derecho cuando el titular que el hecho objetivo de la carencia de ese interés no genera responsabilidad algu-
del derecho lo ha ejercido única y exclusivamente con la intención de dañar. En na por abuso del derecho. Por tanto, no responderá por abuso del derecho quien
cambio, para JossERAND habrá abuso del derecho cada vez que el titular desvíe la fi- ejerce sus derechos creyendo erróneamente que tenía un interés serio en hacerlo.
nalidad social que tienen los derechos, desviación que se hace sin un interés serio. Si ese error es culposo, entonces habrá responsabilidad civil por el hecho propio,
pero no por abuso del derecho. En la práctica, el juez debe averiguar si el deman-
En nuestro concepto, la teoría válida es la planteada por RIPERT. En efecto,
dado tenía o no conciencia de su carencia de interés serio. Ahora, esa prueba es
con base en los ejemplos que planteamos, es imposible que haya un abuso del
fácil de obtener con solo averiguar las circunstancias que rodearon el hecho. Por
lo demás, es indudable que la simple carencia de interés serio es un buen indicio
del dolo y el demandado deberá tratar de demostrar que desconocía la carencia de
16 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 591. dicho interés.
598 JAVIER TAMAYO JARAMILLO EL ABUSO DEL DERECHO 599

532.- INTENCIÓN DE DAÑAR CON INTERÉS SERIO tengan interés serio en ganar la litis, estén afectados por el deseo de causarle daño
a otro.
Puede suceder que una persona tenga interés serio en ejercer su derecho, pero
que lo haga movido igualmente por la intención de causarle daño a un tercero. Desde luego, en esto el juez tiene que ser práctico y en cierta forma equilibrar
Piénsese en la víctima de un grave accidente de tránsito que reclama indemniza- los 'derechos que están en conflicto porque, si bien en un momento dado el actor
ción al causante del perjuicio, no solo con el objetivo serio de ser indemnizado, puede tener un interés más o menos serio en obtener un beneficio ejerciendo su
sino también por la intención de causarle un perjuicio con la demanda. Nos pre- derecho, lo cierto es que puede haber una enorme desproporción entre el derecho
guntamos si en tales circunstancias puede haber abuso del derecho. que se ejerce y el bien de la víctima que se ve afectado con dicho ejercicio. En este
caso, el juez puede llegar a la conclusión de que quien ejerce su derecho lo está
En nuestro concepto, en circunstancia semejante no puede hablarse de abuso haciendo abusivamente, pues su interés es desproporcionadamente inferior al de
del derecho. Por más que el titular del derecho tenga la intención de causarle daño la otra parte. El profesor DALCQ, que está de acuerdo con este criterio, reproduce
a un tercero, su conducta estará legitimada si está provista de un interés serio. Así una jurisprudencia belga cuyo texto es el siguiente:
las cosas, podemos afirmar que existe abuso del derecho únicamente cuando sin
un interés serio, la víctima, a sabiendas de ello, ejerce su derecho con la intención "Considerando que al constreñir al demandado a demoler una pared de su
de causar daño a un tercero. En el fondo, el dolo se infiere porque el titular del casa, el demandante le causaría un daño enorme fuera de proporción con la
derecho tenía el conocimiento de la falta de ese interés serio. Ambos conceptos falta leve que ha podido cometer su vecino y sobre todo fuera de proporción
constituyen las dos caras de una misma moneda. con la poca utilidad que con ello podría él mismo obtener; que el demandante
buscando en el uso de un derecho que la ley le confiere una satisfacción
Sin embargo, la doctrina está dividida al respecto. En ese sentido RIPERT egoísta, sin cuidarse del daño extremadamente grave que causa a su prójimo,
expresa: ha desconocido su deber y desviado de su finalidad social el derecho que
pretende ejercer; que los derechos subjetivos de cada uno pueden ser ejerci-
"El problema es más delicado cuando el autor del acto, conociendo el perjui- dos según las reglas de la buena fe que ellos están esencialmente limitados no
cio que causa a otro y deseando causárselo, está al mismo tiempo guiado por solamente por los derechos de los otros, sino también por las normas jurídi-
el pensamiento egoísta de beneficiarse de su acto. Por ejemplo, el propietario cas y morales que deben orientar la actividad humana; que de estas diversas
hace huecos para obtener agua y por darse el placer de cortar así la vena que consideraciones se desprende que el demandante al pretender la demolición
alimenta la fuente vecina. El litigante resiste a la acción intentada contra él, del muro litigioso sobrepasa los límites de su derecho y abusa de él" 18 •
porque espera ganar su proceso y se dice que después de todo, si él pierde, al
menos habrá forzado al demandado a incurrir en costas.
533.- ¿A QUÉ DERECHOS SE APLICA LA DOCTRINA DEL ABUSO DEL DERECHO?
"lHERING no admitía, en este caso, la crítica contra el acto cumplido ("la lega-
lidad exterior objetiva del acto vuelve el recurso a la intención subjetiva tan Donde más confusiones se presentan en el desarrollo de la teoría del abuso
superficial como inadmisible"), solo la inutilidad del acto acusaría su carác- del derecho, es cuando los autores se preguntan, ¿cuáles derechos son suscepti-
ter abusivo. Una crítica tal va demasiado lejos, porque si fuera justa, supri- bles de abuso? Algunos autores reducen la aplicación del abuso del derecho úni-
miría de una manera completa la idea de abuso del derecho" 17 . camente al ejercicio de los derechos subjetivos. Otros, por el contrario, acuden al
vocablo equívoco e incomprensible de "derechos definidos". Finalmente, otros
La tesis de RIPERT es insostenible, sobre todo si se advierte que en la mayoría afirman que en determinados casos también puede abusarse del derecho de liber-
de los casos en que hay acción judicial, las relaciones personales entre las partes tad jurídica. Veamos a continuación la opinión de algunos tratadistas que se han
ya se han alter~do y es imposible impedir que el demandante o el demandado, así referido a este problema.

17 Georges Ripert, ob. cit., núm. 98. 18 Roger O. Dalcq, ob. cit., t. 1, núm. 595.
600 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
EL ABUSO DEL DERECHO 601

Los señores MAZEAUD-TuNc-CHABAS expresan al respecto: tad en general: nadie discute que la libertad de cada uno esté limitada por la
libertad del prójimo. Solo el titular de un derecho definido puede decir con
"Derechos definidos o determinados: tomada a la letra, la expresión -abuso cierta fuerza: "yo no he hecho más que ejercer las prerrogativas que me han
del derecho- no significa nada, porque, cada vez que uno es responsable, es sido conferidas". Ello conduce a preguntarnos si el derecho de propiedad o
porque uno ha ejercido un derecho. todo otro derecho definido, es un derecho absoluto o un derecho relativo.

"El problema de la responsabilidad solo nace en aquellos casos en que dos "El problema se encuentra pues limitado a la responsabilidad susceptible de
derechos, en sentido amplio, están en conflicto: el del autor del daño, y el de ser incurrida en el ejercicio de un derecho definido o determinado" 19 •
la víctima. Al detenerse en esta constatación, algunos autores afirman que las
situaciones de las cuales un pretendido abuso del derecho se deriva no pre- De su lado, FLOUR y AuBERT expresan al respecto:
sentan nada de particular y que, en consecuencia, no vale la pena examinar-
las. Su observación sería justa si el problema fuera considerado cada vez que "En primer lugar, el problema del abuso del derecho solo se presenta cuando
un derecho cualquiera es ejercido por un individuo. Pero el dom~nio del abu- el autor del daño ha ejercido un derecho netamente definido: un derecho sub-
so de los derechos es mucho más restringido. jetivo tal como el derecho de propiedad o un derecho personal. La expresión
es impropia si la aplicamos a los derechos generales, reconocidos a todo hombre
"Entre los derechos lato sensu, de los que un individuo es titular, distingui- en tanto que tal: derecho de ir y de venir, de adoptar tal o cual modo de vida.
mos, de una parte los derechos stricto sensu, o derechos definidos, o dere- Hablando con exactitud, estos no son derechos, sino libertades que, en su
chos determinados, y, de otra parte, la libertad. El individuo tiene, en efecto, ejercicio, deben estar conciliadas con las de los otros. El desconocimiento de
al lado de los derechos subjetivos de los que es titular (derecho de propiedad, esta necesaria conciliación es constitutiva de una falta, en el sentido en que
derecho de crédito, etc.), un derecho general y vago: el derecho a la libertad, esta noción ha sido previamente definida. Es inútil e inexacto hablar en ese
el derecho de ejercer su actividad. Si quisiéramos evitar el empleo de la pala- caso de abuso" 20 .
bra "derecho" en el segundo sentido, donde no es impropio, pero donde sig-
nifica una noción muy diferente de la que tiene en el primer sentido, podría- Con respecto a las opiniones aquí reproducidas, podemos hacer las siguien-
mos decir que el individuo posee, al lado de las prerrogativas que se derivan tes observaciones.
de los derechos subjetivos que él detenta, las que resultan de su libertad. Es
de suyo claro que el ejercicio de esta libertad genera problemas de responsa- l. En primer lugar, es confusa la distinción que hacen los MAZEAUD cuando
bilidad: así, la circulación sobre las rutas genera problemas de responsabili- hablan de derechos definidos. En efecto, su posición es clara cuando afirman que
dad. Pero, en tal situación, a nadie se le ocurre hablar de abuso del derecho. se puede abusar de los derechos subjetivos reales o personales. Sin embargo, ha-
blan luego de ciertas prerrogativas que, sin ser consideradas por ellos como dere-
"El problema del abuso del derecho solo se plantea cuando el autor del daño
chos definidos, las diferencian, sin embargo, del principio general de libertad
ha ejercido un derecho definido: sea un derecho subjetivo en el sentido habi-
jurídica. Se trata de libertades jurídicas especiales, distintas del principio general
tual del término (derecho real o derecho personal), sea una prerrogativa legal
de libertad.
que prolonga un derecho subjetivo (acción en justicia) o una función de or-
den privado (poderes domésticos), sea por lo menos -aunque el recurso a la En el fondo, en estos últimos casos por ellos planteados, nos encontramos
noción de abuso del derecho sea ya aquí más excepcional, más discutible y ante formas de libertad jurídica común y corriente que la doctrina, la jurispruden-
menos útil- una prerrogativa legal que resulta de una disposición tendiente a cia o la ley especifican mediante alguna denominación. La libertad de prensa,
armonizar el juego de las libertades -derecho de prioridad en un carril-, por como toda otra libertad, no es más que el corolario del principio según el cual "lo
ejemplo. Un propietario, por ejemplo, al usar de las prerrogativas que le con-
fiere su derecho, causa un daño a otro, ¿Podrá ser responsable? El no hace
más que ejercer el derecho particular que le da la ley; ¿no es ello suficiente
para escapar a todo recurso? ¿No podrá ampararse detrás de la observación 19 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 549.
de las reglas legales? Semejante pregunta no puede plantearse para la liber- 20 Jacques Flour, Jean-Luc Aubert, ob. cit., t. 11, núm. 621.
602 JAVIER TAMAYO JARAMILLO EL ABUSO DEL DERECHO 603

que no está expresamente prohibido está permitido". Lo que acontece es que el En cambio, en esos casos en que existe el derecho legal de causar daño a un
ordenamiento jurídico consagra expresamente ese derecho. Pero él existiría igual- tercero, es donde cabe hablar del abuso del derecho, así éste consista en una liber-
mente si el legislador guardara silencio al respecto. Igual cosa sucede con el de- tad más o menos definida o en el sentido amplio de libertad jurídica.
recho a la competencia comercial, con el derecho a actuar en justicia o con el
derecho de circulación automoviliaria. Ellos no son más que el desarrollo del En efecto, habrá abuso del derecho si un comerciante que no incurre en com-
principio general de libertad jurídica. petencia desleal, pues actúa lícitamente, sin interés serio alguno, realiza un acto
de comercio lícito con la única finalidad de causarle daño a un competidor. Piénsese
2. En segundo lugar, consideramos que el abuso del derecho se presenta en el vendedor de materias primas que, con el ánimo de perjudicar a un confeccionista,
únicamente en aquellos casos en que el agente está en principio legitimado para se niega a venderle algún producto. Piénsese así mismo en el periodista que, abu-
causar el daño y, abusando de ese derecho, causa daño a un tercero. RENÉ SAv ATIER sando de su derecho de libertad de expresión, sin ningún interés serio y con el fin
intuye con claridad esta solución, pero lamentablemente se detiene poco en el de perjudicar a una persona, publica una noticia cierta. Piénsese finalmente en la
desarrollo de la misma21 • persona que, teniendo un derecho sustantivo mínimo y sin ningún interés serio,
pero con la intención de causarle daño a su deudor, le inicia una acción judicial.
Así las cosas, cuando en el uso de la libertad jurídica, así sea en su concep-
ción más amplia, una persona abusa del derecho que tiene a dañar, entonces cabrá En todos estos ejemplos cabe hablar de abuso del derecho porque en princi-
22 pio el agente, quien no se sale del límite rígido de sus derechos, abusa de su
hablar de la posibilidad de responsabilidad por el abuso del derecho • Inclusive,
nos atreveríamos a afirmar que cuando alguien abusa de un derecho real o perso- posición legítima para dañar a otro.
nal, realmente lo que está haciendo es abusar del derecho de libertad ejercido a
través de esos derechos reales o personales. Tanto el propietario de una cosa como Pero, aunque en los ejemplos propuestos podría argumentarse que se trata de
quien no lo es, puede ejercer con ésta última su derecho de libertad. derechos más o menos definidos y regulados expresamente por la ley, lo cierto es
que también el ejercicio del derecho de libertad en su concepción más amplia
3. Ahora, habrá algunos casos en que existiendo el derecho de hacer todo puede dar lugar al abuso del derecho.
aquello que no está expresamente prohibido por la ley (libertad jurídica), el legis-
lador, sin embargo, no consagre con ellos el derecho de dañar. Todo el mundo En efecto, todo individuo tiene derecho de ir y venir vestido como bien le
tiene el derecho de competencia comercial, a menos que ésta sea desleal; todo el plazca, a menos que por disposición especial tenga que vestirse de determinada
mundo tiene el derecho de expresarse, a condición de no faltar a la verdad; todo el manera. Si la presencia física de un individuo que ejerce ese derecho de locomo-
mundo tiene el derecho de actuar en justicia, siempre y cuando no lo haga teme- ción y de vestimenta le causa daño a un tercero, éste tendrá que soportar el daño
rariamente. En estos casos, habrá responsabilidad civil común y corriente -no por pues el agente no hizo más que ejercer su derecho de libertad, así con ello se cause
abuso del derecho- en la medida en que el comerciante sea desleal, el periodista daño a un tercero. Por tanto, si la presencia de un individuo de feo aspecto le causa
sea mentiroso o el demandante sea temerario 23 • En estos casos, el agente se está perjuicios materiales o morales a otra persona, ésta nada podrá hacer en principio
valiendo materialmente del ejercicio del derecho de libertad para causar el daño. para reclamar indemnización por el perjuicio sufrido. Pero si el personaje de que
Pero se trata del derecho de libertad que no puede ser ejercido sino conforme a hablamos, sin tener interés serio alguno y con el ánimo de causarle daño a la otra
persona con su sola presencia, se sitúa en el lugar donde ésta se encuentra, cree-
derecho.
mos que hay abuso del derecho.

Esta situación es la que se presenta con los denominados "chepitos". En efec-


21 René Savatier, ob. cit., t. 1núm. 39. to, estos individuos se visten de una manera muy característica y se ubican, ejer-
22 En ese sentido: Philippe le Tourneau, LoTe Cadiet, ob. cit., núm. 3157. ciendo el derecho de libertad de locomoción y de vestimenta, en la vía pública,
23 Incurren en esa confusión, al considerar que la competencia desleal es un abuso pero en frente de la casa del deudor. Su conducta aparentemente es irreprochable
del derecho: Jorge Santos Ballesteros, ob. cit., t. 1, p. 77; Philippe le Tourneau,
LoTe Cadiet, ob. cit., núms. 3181 y 3219 y ss.; Marcel Planiol, Georges Ripert, por porque el orden jurídico no les prohíbe vestirse como lo hacen o pararse en ese
Esmein, ob. cit., t. VI, núms. 580 y ss. lugar. Tampoco les prohíbe cobrar extrajudicialmente la deuda. Sin embargo, como
604 JAVIER TAMAYO JARAMILLO EL ABUSO DEL DERECHO 605

esa conducta tiene por finalidad causarle un daño a la víctima, es decir, al deudor, derecho de un padre de familia a oponerse al matrimonio de su hijo menor 25 ;
el agente incurrirá en una responsabilidad por abuso del derecho. Es una forma también se ha dicho que no hay responsabilidad por el abuso del derecho de opi-
maquillada de legalidad en virtud de la cual el acreedor ejerce justicia por su nión que tienen los parlamentarios durante las sesiones del Congreso. En nuestro
propia mano. concepto, ninguna de esas excepciones es válida, pues no existe argumento jurídi-
co alguno para justificar la intención dañina y carente de interés serio con que, en
4. Finalmente, consideramos conveniente referirnos a algunos casos falla- un momento dado, un padre de familia se oponga al matrimonio de su hijo menor,
dos por la jurisprudencia como formas de abuso del derecho de propiedad. En sobre todo, si dicho matrimonio no le genera problemas al hijo 26 • Aceptar la teoría
efecto, se afirma que quien levanta una torre en terrenos de su propiedad, sin un del abuso del derecho excluye, por necesidad lógica, cualquiera excepción al prin-
interés serio y con la intención de perjudicar a un vecino, estará abusando de su cipio. Justamente, lo que se le reprocha al agente es el hecho de atrincherarse en
derecho de propiedad. Igual cosa sucedería con quien coloca en su inmueble unos una facultad aparentemente inviolable, para, con intención de dañar y sin un inte-
dispositivos que terminan en punta metálica con el fin de destrozar los aeroplanos rés serio, servirse del ejercicio de ese derecho y así causarle daño a un tercero.
que, provenientes de un fundo vecino, comienzan a tomar altura. Más adelante analizaremos jurisprudencia al respecto (infra, T. I, 542).

Sin embargo, esa misma conducta generaría la misma responsabilidad por el 535.- EL ABUSO DEL DERECHO SE DA TANTO EN MATERIA CONTRACTUAL COMO
abuso del derecho, aunque no fuese realizada en el uso del derecho de propiedad. EXTRACONTRACTUAL
En efecto, imaginemos a una persona que se halla en la playa y, utilizando objetos
que encuentra a su paso, sin interés serio alguno, levanta una torre con el fin de Cuando entre el agente causante del daño y la víctima no ha mediado un
tapar la divisa de un propietario cercano. En este caso, quien realiza dicha con- contrato, la responsabilidad por abuso del derecho es extracontractual o aquiliana.
ducta tiene, en principio, el derecho de hacerlo, así le cause daños a terceros. En También será extracontractualla responsabilidad por el abuso del derecho cuando
efecto, en la medida en que el derecho de libertad permite a los individuos utilizar éste se produce en la fase previa a la celebración del contrato, como cuando una de
los bienes baldíos o mostrencos que encuentren a su paso, aquellos pueden hacer las partes abusando de su derecho a no contratar causa un daño a un tercero.
uso de los mismos así ello cause perjuicios a un tercero. En principio, el vecino
perjudicado no podrá, por su propia mano, destruir la obra levantada por el agente No tan clara es la situación que se presenta cuando una de las partes en un
si éste actúa con un interés serio. Pero en tanto y en cuanto el agente levante la contrato ya celebrado, y abusando de las facultades que dicho contrato le concede,
torre sin interés serio alguno y con el único fin de perjudicar al vecino estará le causa un daño al otro contratante. En tales circunstancias, ¿la responsabilidad
abusando de su derecho de libertad de construir. Su conducta es exactamente la por abuso del derecho será contractual o extracontractual?
misma del propietario que en su propio inmueble y con materiales de su propiedad
Para los señores MAZEAUD-TuNc-CHABAS, y salvo una excepción que vere-
levanta una torre semejante. Ambos abusan de su derecho de libertad de construir
mos más adelante, la responsabilidad en tales circunstancias es extracontractual.
y éste surge como corolario del derecho general de libertad jurídica.
Al respecto expresan:

"La misma solución -hay responsabilidad extracontractual- se da cuando el


534.- EXCEPCIONES A LA RESPONSABILIDAD POR ABUSO DEL DERECHO
abuso se comete en la ejecución o la interpretación de un contrato: esta vez,
La mayoría de los autores 24 considera que la teoría de la responsabilidad por es claro que hay un contrato; lo único es que el perjuicio es causado no por la
abuso del derecho tiene algunas excepciones derivadas de los mismos textos lega- inejecución de dicho contrato, condición indispensable para que haya res-
les. En ese sentido, se ha afirmado que no hay responsabilidad por el abuso del ponsabilidad contractual, sino por su ejecución: la víctima se queja de que el

25 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 172; Marcel Planiol, Georges Ripert, por
24 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 172; Marcel Planiol, Georges Ripert, por
Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 577.
Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 577; Jacques Flour, Jean-Luc Aubert, ob. cit., t. 11,
núm. 627. 26 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3160.
606 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
EL ABUSO DEL DERECHO 607

contrato se ejecutó abusivamente: tal el caso del acreedor cuyo deudor abusa uso de las facultades que a este último le daba el convenio. El contrato da faculta-
de los plazos que le fueron acordados; tal el caso del arrendatario cuyo arren- des pero no para abusar de ellas.
dador abusa del derecho que le confiere el arrendamiento de no aceptar un
subarrendatario.
. El ordenamiento jurídico colombiano contiene disposiciones que confirman
"Es así también cuando el abuso se produce en la resciliación del contrato: se nuestro punto de vista. De un lado, el artículo 1603 del Código Civil establece
trata de un contratante que tiene el derecho, por la convención, de poner fin al que:
contrato; usando de este derecho, no hace más que ejecutar el contrato; el Los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente obli-
abuso del derecho de resciliación solo puede en consecuencia, comprometer gan no solo a lo que en ellos se exprese, sino a todas las cosas que
la responsabilidad delictual" 27 • emanan precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la
ley pertenecen a ella.
Con todo, estos mismos autores aceptan que en casos excepcionales, la res-
ponsabilidad por el abuso del derecho puede ser de naturaleza contractual. Al
Y a su turno, el artículo 1618 del Código Civil expresa que:
respecto expresan:
Conocida claramente la intención de los contratantes, debe estarse
"Puede suceder sin embargo que el abuso del derecho consista en no ejecutar
a ella más que a lo literal de las palabras.
el contrato. Así cuando el deudor, para retardar la ejecución abusa de las vías
de derecho. Hay entonces abuso de un derecho extracontractual. Pero este
Así las cosas, cuando una de las partes, valiéndose de la literalidad del con-
abuso tiene por finalidad la inejecución ( ... ),de tal suerte que parece haber al
trato, sin un interés serio y con el ánimo de perjudicar al acreedor abusa de los
mismo tiempo responsabilidad delictual por abuso de las vías de derecho y
derechos contractuales, no es que esté ejecutando el contrato como afirman los
responsabilidad contractual por la inejecución del contrato. Sin embargo hay
MAZEAUD. Lo que está ocurriendo es que el contrato se está cumpliendo imperfec-
que escoger. Por muy embarazosa que sea la respuesta, parece que podamos
tamente porque el deudor no está actuando de buena fe ni está asumiendo las
pronunciarnos en favor del carácter contractual de la responsabilidad. Lo que
conductas que, sin estar escritas en la ley o en el contrato, eran de esperarse en la
es esencial es, en efecto, el retardo en la ejecución; es este retardo lo que
ejecución de este último. Están faltando la buena fe y el objetivo común buscado
causa un perjuicio al acreedor; el abuso de las vías de derecho no es más que
por las partes al contratar, así en forma exterior se cree la apariencia de estar
un medio del cual se sirve el deudor para retrasar le ejecución, un procedi-
actuando conforme al contrato.
miento de inejecución" 28 .
En consecuencia, la responsabilidad por abuso de los derechos derivados de
En nuestro concepto, la teoría planteada por los señores MAZEAUD-TuNc-CHABAS
un contrato será contractual, poco importa que haya incumplimiento puro Y sim-
es equivocada puesto que aún en aquellos casos en que la parte contractual abusa
ple, cumplimiento imperfecto o cumplimiento moroso del contrato 29 • En tod~~
de las facultades que le concede el contrato, éste último se estará incumpliendo.
estos casos ha habido incumplimiento de lo acordado porque el deudor se vaho
El deudor lo está ejecutando en forma aparente, pero en forma subyacente hay un
más de la literalidad del contrato o de la ley, que de la buena fe y de los principios
cumplimiento imperfecto, lo que en sana lógica no es más que una inejecución.
generales aplicables para desentrañar la intención de las partes.
No puede perderse de vista que los contratos están regidos por el principio de la
buena fe y por aquellos que enmarcan en general la causa y el objeto, es decir, por
Ahora si al elaborar la demanda basada en el abuso del derecho, la víctima
invoca la r~sponsabilidad extracontractual, no por ello las pretensiones deben ser
lo que las partes realmente acordaron dentro del contrato. Así las cosas, el acree-
dor, al contratar, no contaba con que su deudor le diera semejante trato haciendo

29 En ese sentido, C. S. J., cas. civ., jul. 6/55, "G. J.", t. LXXX, p. 646.
27 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., T. 1, núm. 559.
En el mismo sentido: Philippe le Tourneau, Lo'lc Cadiet, ob. cit., núm. 3155; Marcel
28 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., T. 1, núm. 559. Planiol, Georges Ripert, por Esmein, ob. cit., t. VI, núm. 579.
EL ABUSO DEL DERECHO 609
608 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

trina que exige la intención dañina para que se pueda configurar el abuso del
desoídas, siempre y cuando haya concordancia entre los hechos y las pretensiones
derecho (teoría de RIPERT 32 ), bien la doctrina de la falta de móviles serios en el
de la demanda. No se olvide (supra, T. I, 161) que el problema de acumular las
uso del derecho (teoría de JossERAND 33 ), o la teoría que considera que cualquier
dos responsabilidades es más un problema del juez que del demandante. Por tan-
tipo de culpa, dolosa o culposa, es suficiente para que el abuso del derecho se
to, el juez está obligado a aplicar la responsabilidad correcta aunque el demandan-
tipifique 34 • Esta mezcla de doctrinas es nociva puesto que hay grandes diferencias
te se equivoque en la denominación de ésta última.
entre uno y otro criterio, pues si se acoge la doctrina que exige la intención
Con todo, para evitar sorpresas desagradables, el demandante podrá invo- dañina, las otras dos teorías se tornan inaplicables. Sin embargo, podemos afir-
car a título principal la responsabilidad contractual y a título subsidiario la mar que, mayoritariamente, las decisiones de nuestro máximo tribunal se orien-
extracontractual. De esta manera, el juez aplicará la responsabilidad que consi- tan por la aceptación de la teoría según la cual cualquier tipo de culpa es suficien-
dere correcta. te para que se produzca el abuso del derecho. En el fondo, la Corte considera
que todo aquel que en el ejercicio de los derechos, por su culpa o su dolo causa
SECCIÓN derecho en daño a un tercero, es responsable civilmente.

536.- El análisis jurisprudencia! sobre la teoría del abuso del derecho nos Una sentencia de la Corte, del21 de febrero de 1938, explica largamente los
permite, inicialmente, mostrar los lineamientos generales que han servido a fundamentos teóricos del abuso del derecho. Dicha decisión, desde entonces, es
nuestros máximos tribunales para concebir y aplicar dicha doctrina (subsec. I), retomada constantemente por la misma Corte y por los demás tribunales del país.
para posteriormente detenernos en algunos casos específicos en los cuales se dis- Lamentablemente, el fallo, siguiendo a algunos doctrinantes, incurre en el error
cute si realmente en ellos nos encontramos frente a un verdadero abuso del dere- de afirmar que el ejercicio negligente de las vías judiciales constituye una forma
cho (subsec. II). de abuso del derecho, cuando, según dijimos (supra, T. I, 529), allí solo existe una
culpa común y corriente que nada tiene que ver con el abuso del derecho. Dice la
Corte:

537.- ACEPTACIÓN DE LA TEORÍA "La teoría del abuso de los derechos, tan admirablemente sistematizada por
el mismo JossERAND en su obra De ['esprit des droits et de leur relativité.
La teoría del abuso del derecho ha sido acogida en la jurisprudencia colom-
Theorie di te de l 'abus des droits -1927- da testimonio inequívoco del de-
biana desde 1889 30 , aunque en esa primera decisión nuestro máximo tribunal no
sarrollo actual del concepto de la responsabilidad. A la antigua concepción
utilizó expresamente el término "abuso del derecho". Desde entonces, nuestros
rígida de los derechos individuales, opónese hoy la teoría de su relatividad,
tribunales a menudo acuden a esta figura para motivar sus providencias. Las ca-
que conduce a admitir el posible abuso de los derechos, aún de los más sagra-
racterísticas de esa evolución jurisprudenciallas podemos sintetizar de la siguien-
dos. Según esta teoría, cada uno de los derechos tiene su razón de ser, y su
te manera.

538.- FUNDAMENTOS TEÓRICOS


32 Véase: C. S. J., cas. civ., julio 18/77, magistrado ponente: Ricardo Uribe Holguín,
En primer lugar, nuestra Corte Suprema de Justicia y, en general nuestros proceso ordinario de José Delia Arango Londoño contra Compañía del Hotel Nutibara
tribunales, acogen indistintamente e incluso al mismo tiempo 31 , bien sea la doc- S.A. (sin publicar); CSJ, cas. civ., 13 octubre 1988, "G. J.", núm. 2431, pp. 203
y SS.
33 Véase: C. S. J., cas. civ., abril 9/42, "G. J.", t. Llll, p. 300.
34 Véase: C. S. J., cas. civ., mar. 24/39, "G. J.", t. XLVII, pp. 742 y ss.; C. S. J., cas.
30 Citado por C. S. J., cas. civ., oct. 30/35, "G. J.", t. XLIII, pp. 31 Oy ss.; C. S. J., cas. civ., mar. 7/44, "G. J.", t. LVIII, pp. 74 y ss.; C. S. J., cas. civ., julio 6/55, "G. J.", t.
civ., mar. 7/44, "G. J.", T. LVIII, pp. 74 y ss. LXXX, pp. 646 y ss.; C. S. J., cas. civ., sep. 28/53, "G. J.'', t. LXXVI, pp. 4~7 y ss.;
C. S. J., cas. civ., mayo 27/64, "G. J.", t. CVII, pp. 231 y ss.; C. S. J., cas. c1v., ene.
31 Mezclan todas las doctrinas: C. S. J., cas. civ., oct. 30/35, "G. J.", t. XLIII, pp. 31 O 26/78, Jurisprudencia y Doctrina, vol. 7, Legis, pp. 222 y ss.; C. S. J., cas. civ.,
y ss.; C. S. J., cas. civ., feb. 21/38, "G. J.", T. XLVI, pp. 793 y ss.; C. S. J., cas. oct. 19/94, expediente 3972.
civ., mar. 25/42, "G. J.", t. Llll, pp. 275 y ss.
61 Ü JAVIER TAMAYO JARAMILLO
EL ABUSO DEL DERECHO 611

misión que cumplir; cada uno de ellos persigue un fin del cual no le es dado riamente, sin base seria, la comisión de un hecho criminal (Caso resuelto por
desviarse a su titular. Los derechos son dados para la sociedad, a la cual esta misma Corte en sentencia de fecha 5 de agosto de 193 7, Gaceta Judicial,
sirven, más que al individuo; por lo tanto no son absolutos sino relativos; número 1927, páginas 419 a 422). "Para que haya abuso del derecho -dicen
deben pues ejercitarse dentro del plano de la respectiva institución, conforme los citados CouN y CAPITANT- no es indispensable que el autor del daño cau-
al espíritu que los inspira; no siendo lícito imprimirles una falsa dirección sin sado a otro tenga la intención de dañar, el animus nocendi. Basta con que
abusar de ellos, con lo cual el titular compromete su responsabilidad hacia la pueda encontrarse en su conducta la falta de precauciones que la prudencia
víctima de esa desviación. Vanamente alegarase que se ha utilizado un dere- de un hombre atento y diligente le hubiera inspirado". Y ponen como ejem-
cho; porque habiéndose cometido una falta en el ejercicio de ese derecho, tal plo entre otros, el empleo de procedimientos ejecutivos especialmente rigu-
. falta es precisamente lo que causa el abuso del derecho, es decir, el acto rosos por un acreedor contra su deudor, cuando estas medidas estén en mani-
cumplido como enseña JossERAND, conforme a determinado derecho subjeti- fiesta desproporción con el fin que se busca. Aquí ya no habría la intención
vo, pero que está en conflicto con el derecho en general o derecho objetivo, perversa de arruinar al deudor, sino la falta de precauciones en no causar más
con lo que él y otros autores llaman la juridicidad, o conjunto de la regla daño que el indispensable dentro de los justos límites del cobro coactivo del
social. De esta manera el antiguo adagio latino: nemimem laedit qui jure suo crédito. "Para que una perfecta irresponsabilidad -escribía mucho tiempo
utitur, que tomado en un sentido absoluto aparenta ser la expresión del buen antes LAROMBIÉRE- garantice el ejercicio de un derecho, hay que ejercitarlo
sentido, no significa más que esto: "El que ejercita su derecho con prudencia prudentemente, con las precauciones ordinarias, sin abusar y sin exceder los
y atención no es responsable del daño que pueda causar a otro". "Comprendi- justos límites". JossERAND en una admirable conferencia dictada el año pasa-
da de este modo, la vieja regla romana -agregan CouN y CAPITANT-lejos de do decía: "Para los romanos el acto abusivo era únicamente aquel que había
tener el contenido antisocial que se le ha atribuido, aparece, por el contrario, sido cumplido con intención de daño". El derecho moderno, y especialmente
como útil y beneficiosa. Garantiza al hombre la esfera de independencia, de el derecho actual, hace del abuso una idea mucho más comprensiva; es abu-
irresponsabilidad, de que necesita. En efecto, el ejercicio concurrente de sus sivo todo acto que, por sus móviles y por su fin, es opuesto a la destinación,
derechos que los hombres hacen al mismo tiempo, no deja de causarles algu- a la función del derecho en ejercicio; al criterio puramente intencional tiende
na molestia, algunas veces hasta cierto daño. Es el precio que se paga por la a sustituir un criterio funcional, deducido del espíritu del derecho, de la fun-
vida en sociedad. De este daño no será el hombre responsable desde el mo- ción que le ha sido asignada. Cada derecho tiene su espíritu, su objeto y su
mento en que haya tomado todas las precauciones dictadas por la prudencia, finalidad; quien quiera que pretenda desviarlo de su misión social, comete
en que haya dado pruebas de la diligencia normal que se puede y se debe una culpa delictual, una abuso del derecho, susceptible de comprometer con
exigir de él". Comprendido así, el abuso del derecho constituye una especie este motivo su responsabilidad" 35 .
particular de la culpa aquiliana; por ende en el abuso puede irse desde la
culpa más grave, equivalente al dolo, en que el agente procede movido por la No sobra anotar que, desde un comienzo, la jurisprudencia encontró en la
intención de causar daño, animus nocendi, hasta el daño ocasionado por sim- responsabilidad extracontractual directa con culpa probada, del artículo 2341 del
ple negligencia o imprudencia no intencionada. Estará en el primer caso por Código Civil, el fundamento legal de la teoría así concebida.
ejemplo el propietario que ejecuta excavaciones en su predio con la mira
exclusiva de secar una fuente o manantial de su vecino; o el acreedor que por 539.- CONFUSIÓN ENTRE ABUSO DEL DERECHO Y CULPA EN EL EJERCICIO
espíritu de persecución contra su deudor honorable, intempestivamente lo DEL DERECHO
ejecuta haciéndole un embargo excesivo de bienes en relación con el crédito
que cobra, para empujarlo así aun hasta la ruina; o el litigante que confiando Sin embargo, la aceptación de que el abuso del derecho se produce con cual-
su causa menos en el examen cauteloso de su derecho que en el albur de todo quier tipo de culpa, así no sea dolosa, ha llevado a nuestros tribunales a desdibu-
pleito, promueve temeraria controversia judicial, y después de someter al jar, casi por completo, las características que hacen tan particular esta forma de
adversario a larga, costosa y reñida lucha, inesperadamente desiste de ella
atento a eludir inminente fallo adverso, que le diese a la contraparte la victo-
ria judicial. Y encontrarase en el segundo caso el que pone un denuncio cri-
minal contra otra persona, formulándolo a la ligera o imputándole perento- 35 C. S. J., cas. civ., feb. 21/38, ."G. J.", t. XLVI, pp. 793 y ss.
612 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
EL ABUSO DEL DERECHO 613

responsabilidad. En efecto, en la casi totalidad de los fallos en que se dice aplicar


facultad legal, sin poner en su ejercicio la debida acuciosidad, diligencia y
la teoría del abuso del derecho nos encontramos, simplemente, con una culpa en el
cuidado, a efecto de no desconocer o vulnerar derechos privados de los aso-
ejercicio de las más diversas actividades de la vida diaria, es decir, frente a lo que,
ciados. Esta misma doctrina que critica el personero del municipio recurrente
según dijimos (supra, T. I, 529), constituye una culpa en el ejercicio de los dere-
fue sentada con toda claridad y a espacio por la Corte en un caso idéntico al
chos, mas no un abuso de los mismos 36 . Con esta interpretación de nuestros tribu-
actual, ya estando vigente la Ley 97 de 1913, que faculta a los municipios
nales llegaríamos a la conclusión de que absolutamente en todos los casos de
para trazar y arreglar sus calles y vías urbanas en general. En esa sentencia,
responsabilidad civil estaríamos frente a un abuso del derecho. El que con sus
fechada el 29 de septiembre de 1934, dijo esta superioridad:
cosas causa un daño a un tercero, estaría abusando de su derecho de propiedad,
cuando realmente, en buen derecho, estaría incurriendo en responsabilidad por
'"'Las calles son los bienes nacionales cuyo uso pertenece a todos los habi-
actividades peligrosas o por el hecho de las cosas; y el que en forma culposa
tantes del territorio; pero la ley ha conferido a los concejos municipales la
calumnia a un competidor estaría incurriendo en el abuso del derecho de libertad
facultad de disponer lo conveniente sobre trazado, apertura, ensanche y arre-
económica. En el fondo, todo constituiría un abuso del derecho de libertad.
glo de ellas, de donde resulta el derecho que tienen los municipios de modi-
ficar el nivel y la anchura de las calles; mas no ha de entenderse ese derecho
Ahora, si la doctrina del abuso del derecho tiene alguna particularidad, nece-
en sentido absoluto, sin miramiento a los derechos de los particulares dueños
sario es tenerla en cuenta pues, de lo contrario, la teoría se queda en un simple
de los edificios y predios fronterizos, a quienes no se les puede cercenar
juego de palabras.
impunemente su propiedad, para darles mayor anchura a las calles, ni impe-
dirles o dificultarles el acceso a las vías públicas, sin la debida indemniza-
De entre muchas sentencias que incurren en esta confusión, rescatamos una
ción en caso como el que aquí se contempla.
de la Corte Suprema de Justicia, del25 de junio de 1942, en la cual se juzgaba la
posible negligencia del municipio de Pereira en el otorgamiento de unas licencias
de construcción. Según la Corte, el fallador de segunda instancia acertó al consi- ""Es incuestionable que el municipio de Armenia ejecutó aquellas obras en
derar que dicha entidad pública había abusado del derecho de otorgar licencias de ejercicio de legítimas facultades administrativas, sin la intención positiva de
construcción, bajo el argumento según el cual ese derecho había sido ejercido sin inferir injuria a la propiedad del demandante y con el solo propósito de em-
la suficiente diligencia. bellecer la ciudad, brindar mayor comodidad a los transeúntes y aumentar
sus rentas; pero como la ejecución de tales obras hizo difícil e incómodo para
Al respecto, el citado fallo expresa: los moradores del edificio de Jaramillo el acceso a la calle, y el goce de esa
servidumbre, causando grave daño al patrimonio del propietario, hay que
"e) La extensa exposición teórica que hace la sentencia acusada, sobre abu- convenir en que con relación al derecho de este, no obró el municipio con
so del derecho por parte del municipio de Pereira, sí es hasta cierto punto aquel cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios pro-
pertinente para el caso en litigio, a juicio de la Corte, ya que en circunstan- pios, e incidió, por tanto, en culpa que sanciona la ley civil. (Remarca la
cias como las que se contemplan en este proceso sí puede sucederse tal fenó- Corte).
meno cuando una entidad estatal estima que está ejerciendo un derecho o una
"Repugna a la razón y a la equidad natural que un individuo que edifica en
poblado, acomodándose al trazado de las calles y a la configuración del terre-
no, pueda ser perjudicado, sin derecho a indemnización, por obras que más
36 En ese sentido véase: C. S. J., cas. civ., nov. 26/37, "G. J.", t. XLV-2, pp. 846 y
ss.; C. S. J., cas. civ., oct. 30/35, "G. J.", t. XLIII, pp. 31 Oy ss.; C. S. J., cas. civ., tarde ejecute el Municipio y que le impidan o dificulten el cómodo acceso a
feb. 21/38, "G. J.", t. XLVI, pp. 793 y ss.; C. S. J., cas. civ., mar. 25/42, "G. J.", t. la vía pública" ("G. J.", t. XLI bis, núm. 1895 C., pp. 49 a 53).
Llll, pp. 275 y ss.; C. S. J., cas. civ., junio 25/42, "G. J.", t. Llll, pp. 663 y ss.; C. S.
J., cas. civ., mayo 17/46, "G. J.", t. LX, pp. 467 y ss.; C. S. J., cas. civ., mar. 7/44,
"G. J.", t. LVIII, pp. 74 y ss.; C. S. J., cas. civ., sept. 28/53, "G. J.", t. LXXVI, pp. "Con la anterior doctrina de la Corte queda contestada la observación que
407 y ss.; C. S. J., cas. civ., mayo 27/64, "G. J.", t. CVII, pp. 231 y ss.; C. S. J., formula el recurrente acerca de la indiscutible facultad que tienen los muni-
cas. civ., oct. 13/88, "G. J.", núm. 2431, pp. 203 y ss.
cipios para arreglar sus calles; la que, como viene dicho, no puede ejercerse
614 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
EL ABUSO DEL DERECHO 615

en sentido absoluto, sin miramiento a los derechos de los particulares dueños de un almacén de un tercero. El tercero logró el desembargo demostrando que era
de los edificios y predios fronterizos" 37 • ajeno completamente a la deuda que había motivado el ejecutivo. Posteriormente,
instauró demanda indemnizatoria contra el ejecutante bajo el argumento de que
En el asunto sub judice no había abuso del derecho de otorgar licencias. Ha- este había abusado del derecho de solicitar medidas cautelares, pues no tuvo la
bría existido abuso del derecho si, sin motivo serio alguno, la municipalidad le diligencia y prudencia necesarias para darse cuenta que el embargo no era proce-
niega la licencia de construir a alguno de los ciudadanos o si, con la intención de dente. La Corte se abstuvo de casar el fallo absolutorio del tribunal de segunda
perjudicar a un propietario, otorga una licencia de construcción de un edificio instancia, pero, de todas formas, hizo la siguiente consideración sobre el abuso
aberrante que desvaloriza los predios colindantes. Pero otorgar las licencias sin del derecho y su aplicación al asunto estudiado.
tener la diligencia necesaria para que la ciudad se desarrolle armónicamente, no
constituye jamás un abuso del derecho. Eso es una culpa común y corriente que se "De resto, el abuso del derecho implica como punto de partida un derecho
puede juzgar a la luz de los principios generales del artículo 2341 del Código legítimo y efectivo en cuyo ejercicio se ha llegado más allá de donde corres-
Civil o de la falla del servicio, sin necesidad de acudir a una figura que, por lo ponde a su finalidad o se le ha desviado de ella. Entre nosotros aquella locu-
excepcional, no puede acomodarse a cualquier tipo de culpa. ción no designa simplemente una teoría, sino que ya determinó disposiciones
legales, como la del citado artículo 283 del C. J. y la del 294 del mismo.
Por ello dijimos desde el comienzo que la teoría del abuso del derecho supo- Como ya se dijo, acierta el Tribunal al advertir que cuando alguien incurre en
nía, al mismo tiempo, la intención dañina y la falta de un interés serio. Faltando tal abuso la acción sobre indemnización de los perjuicios que haya causado
cualquiera de estos dos elementos, no hay abuso del derecho y, en consecuencia, con él corresponde a la víctima.
el demandado deberá ser absuelto. Habría que buscar la posibilidad de otra clase
"Por otra parte, cuando equívocamente se denuncia para el pago en una eje-
de responsabilidad siguiendo los principios generales sobre la materia, pero nun-
ca un abuso del derecho. cución un bien de persona no obligada al pago, para quejarse ella del perjui-
cio que esto le haya causado le basta su calidad de dueño del bien y de extra-
Es preciso, por tanto, distinguir entre la culpa o el dolo en la actuación dañi- ño a la deuda, sin necesidad de que, si el denunciante fue el ejecutante, este
na y el dolo con que abusivamente se ejerce, un verdadero derecho. En efecto, haya incurrido en exceso al ejercitar el derecho que le confiere el artículo
quien intencionalmente y a sabiendas de que no le asiste la razón, demanda a otra 2488 del Código Civil, por haber ya bienes suficientes en la traba ejecutiva.
persona, responderá por dolo mas no por abuso del derecho. En cambio, quien Esos perjuicios se los ha de indemnizar quien se los causó si obró culposamente.
teniendo el derecho sustantivo de demandar y de embargar a alguien, así procede,
"Así las cosas, el concepto de abuso resulta improcedente, salvo en cuanto
sin necesidad de ello y simplemente con el ánimo de perjudicar al deudor, incurri-
pueda servir como detalle corroborador del error de conducta del denunciante
rá en un verdadero abuso del derecho. Obsérvese que en el primer caso, el deman-
que, no solo lo fue de bienes de terceros, sino que a ello procedió innecesa-
dante no tenía el derecho de embargar. En cambio, en la segunda hipótesis el
riamente.
derecho sí existía, pero el titular lo ejerció abusivamente.
"Estos conceptos de orden general se exponen aquí a mayor abundamiento,
540.- En nuestras investigaciones jurisprudenciales solo logramos encon-
en atención principalmente a la importancia que litigantes y juzgadores atri-
trar un fallo de la Corte, del 9 de abril de 1942, que en tratándose del ejercicio del
buyeron en las instancias a la noción de abuso del derecho. Por lo demás,
derecho de accionar judicialmente, barrunta la solución adecuada del problema
concretando al caso en litigio, lo dicho acerca del concepto del Tribunal so-
que venimos planteando.
bre ausencia de culpa en Duque y sobre que ese concepto, tal como aquí se
En efecto, en el asunto sub judice, se decidió una demanda contra una perso- formó por el Tribunal, no puede alterarse en casación, bastaría para no infir-
na que a su turno, en un proceso ejecutivo, había solicitado y logrado el embargo mar su sentencia" 38 .

37 C. S. J., cas. civ., junio 25/42, "G. J.", t. Llll, pp. 663 y ss. 38 C. S. J., cas. civ., abril 9/42, "G. J.", t. Llll, pp. 303 y ss.
EL ABUSO DEL DERECHO 617
616 JAVIERTAMAYOJARAMILLO

Aunque el fallo no decide con claridad y exactitud cuándo hay abuso del causa. Afirmar lo contrario, es una petición de principio, desde luego que
derecho, por lo menos tiene el inmenso mérito de explicar que la simple negligen- vendría a definir la culpa, que es la causa, por el daño que es el efecto, cuan-
cia en el ejercicio del derecho de litigar no constituye abuso del derecho y eso do lo hay, o viceversa.
sería suficiente para encarrilar la discusión sobre premisas claras y seguras.
"La noción de culpa, por lo tanto, no es el elemento diferenciador entre los
actos ilegales y los abusivos. En estos existe igualmente una culpa específi-
Pero el fallo que se estudia pasó desapercibido para las decisiones posterio-
ca, sui géneris, distinta de la de aquellos y que consiste en la desviación dada
res de la misma Corte y, según veremos un poco más adelante, esta, en varias
a un derecho cuando se le utiliza en contradicción con su espíritu. La culpa en
oportunidades, incurre en el error que el fallo trató de corregir.
el abuso del derecho no admite la división en los tres grados clásicos de la
otra: grave, leve y levísima.
541.- A CUÁLES FACULTADES JURÍDICAS SE REFIERE EL ABUSO DEL DERECHO
"De acuerdo con la naturaleza del abuso cometido en el ejercicio del derecho,
Según vimos (supra, T. I, 533), se discute si el abuso del derecho se aplica la culpa puede ser examinada a la luz de los criterios intencional, técnico,
únicamente al ejercicio de derechos subjetivos concretos, es decir, en sentido res- económico o social.
tringido, o si, por el contrario, se aplica a todo tipo de facultades jurídicas, inclui-
"En este pleito, para infirmar la tesis del tribunal, usa la Corte del criterio
da la simple libertad de acción, es decir, si se puede abusar del derecho de liberta-
técnico, en virtud de que aquel órgano la formula sobre la circunstancia de
des en sentido jurídico. Solo hemos encontrado un fallo donde la Corte en forma
que Villamizar ejercitó su derecho, sin extralimitado, de denunciar un delito
expresa se refiere al problema.
para proteger al mismo tiempo sus propios intereses, cumpliendo así el man-
d~to legal de informar respecto de una infracción penal a las autoridades del
En efecto, en decisión del 5 de agosto de 1937, nuestro máximo tribunal
cnmen.
expresó, al referirse a un caso por abuso del derecho de litigar, lo siguiente:
"Descartando en el demandado la intención de dañar al actor, es lo cierto que
"Ya el profesor JossERAND demostró que esa errónea conclusión no considera
Villamizar cometió un error de técnica en la elección de la vía penal, o error
sino una sola de las facetas jurídicas del acto abusivo, el cual se coloca en su
de conducta en que no hubiera ocurrido una persona diligente colocada en las
verdadero cuadro únicamente cuando el juzgador contempla la doble acep-
mismas circunstancias externas del denunciante. En efecto, la sentencia de
ción del derecho, a saber: la de juridicidad, o sea la de conjunto de reglas
s?breseimiento definitivo a favor del actor revela en la conducta del que ejer-
sociales; y la de prerrogativa determinada, esto es, la de poder o facultad que
CIÓ el derecho de denunciarlo criminalmente la ausencia de las precauciones
concede al individuo el ordenamiento jurídico como medio para la satisfac-
que la prudencia de un hombre atento y diligente hubiera adoptado" 39 .
ción de sus intereses humanos particulares. Colocándose uno en el vértice de
ese ángulo, ve por qué un mismo acto puede a la vez ser conforme a un
. Los ap~rtes del fallo citado nos permiten reiterar nuestra opinión de que nuestros
determinado derecho y contrario al derecho considerado en su generalidad y
tnbunales siempre han confundido el abuso del derecho y la culpa en el ejercicio
en su objetividad. "El acto abusivo es sencillamente el que realizado en vir-
~e los mismos. En el asunto sub judice no hubo abuso del derecho, pues nadie
tud de un derecho subjetivo, cuyos límites han sido respetados, es, sin em-
tiene derecho a demandar en forma temeraria o negligente. Habría abuso del dere-
bargo, contrario al conjunto del derecho, considerado como cuerpo de reglas
cho si el demandante, teniendo la razón jurídica sustantiva para demandar, lo hace
sociales obligatorias. Puede uno muy bien tener para sí tal derecho determi-
sin un interés serio y con el ánimo de perjudicar al demandado. Allí sí estaríamos
nado y no obstante tener contra sí el derecho todo entero".
frente a un legítimo abuso del derecho. Otra cosa es que el concepto de abuso del
derecho, así concebido, se pueda considerar como fuente de responsabilidad. Ese
"El artículo 2341 del C. C. no distingue si el hecho allí previsto haya sido
realizado en virtud de la simple libertad o en el ejercicio de un derecho defi-
nido, porque la palabra culpa no supone necesariamente extralimitación de
un derecho, ni el vocablo daño envuelve ausencia de derecho en quien lo 39 C. S. J., cas. civ., agosto 5/37, "G. J.", t. XLV-I, pp. 420 y ss.
EL ABUSO DEL DERECHO 619
618 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

derecho consiste en la facultad que tiene una persona para demandar de otra el árboles del vecino por exceder de tal o cual colocación o altura, en su caso,
cumplimiento de obligaciones protegidas por la ley. Pero concebir el abuso del aunque el colindante que lo pide no tenga actual interés y aunque esa mayor
derecho como lo hace el asunto sub judice conduce a tremendo error pues nadie altura no lo perjudique ni moleste; ni sin dejar de advertir tampoco que los
tiene el derecho a ser negligente al ejercitar las vías judiciales. Toda esta confu- derechos individuales se ejercitan por su titular en busca de su propio bien,
sión se ha generado por la idea de que el abuso del derecho puede ser doloso o sin que pueda exigírsele que sea en el ajeno ni censurársele el egoísmo con
culposo, cuando, bien planteadas las cosas, la simple culpa, por sustracción de que en ese ejercicio busque su personal utilidad" 40 .
materia, imposibilita el ejercicio abusivo de un derecho (supra, T. I, 530).
En nuestro concepto, y según ya lo expresamos, la teoría del abuso del dere-
En cambio, en lo que sí estamos de acuerdo con el fallo comentado, es en la cho, cuando se plantea adecuadamente, no permite la existencia de excepciones y,
opinión según la cual el abuso del derecho no supone la existencia de un derecho por tanto, cualquiera sea el derecho de que se abuse, su titular se hace responsable
subjetivo concreto y definido, sino que basta el ejercicio de una simple libertad. de los perjuicios que con ese ejercicio abusivo cause a terceros. En ese sentido, no
Por ello, consideramos que abusa del derecho el conductor que, aprovechando la vemos cómo pueda existir abuso del derecho de propiedad y, en cambio, según el
señal de tránsito que lo autoriza a realizar un cruce, con el fin de perjudicar al fallo que se comenta, el comunero jamás pueda incurrir en el mismo tipo de res-
infractor que marcha por la otra vía hace el cruce, produciéndose una colisión que ponsabilidad por el hecho de pedir la división. En nuestra opinión, si un comunero
perjudica a quien, en principio, infringió las normas de tránsito. El autor del daño suficientemente rico, sin ningún interés serio en pedir la división de la comunidad
tenía el derecho a cruzar y cualquier daño que se hubiera producido era imputable y con la intención de causarle un daño a otro comunero, insiste en la división, será
a la víctima, a menos que quien tenía el derecho de cruzar, sin interés serio y con responsable por abuso del derecho. Esa es justamente la importancia de la doctri-
la intención de perjudicar al infractor, hubiera hecho ejercicio de ese derecho. na del abuso del derecho. Permitir que sea responsable quien, amparado en su
legitimidad, ejerce su derecho solo por el prurito de perjudicar a otro.
542.- EXCEPCIONES AL PRINCIPIO DEL ABUSO DEL DERECHO
SuBSECCIÓN Il.- Casos especiales de abuso
Según dijimos (supra, T. I, 534), la mayoría de los autores acepta que el del en la jurisprudencia
abuso del derecho no es absoluto y que, por tanto, hay algunas excepciones en
que, pese al abuso por parte del titular de un derecho, éste no se hace responsable. 543.- A continuación analizaremos algunas jurisprudencias que, a lo largo
Sin embargo, hay enorme discrepancia entre los doctrinantes sobre la selección de de este siglo, han sido proferidas por la Corte Suprema de Justicia y que se rela-
esos derechos, de los cuales, se puede abusar en forma impune. cionan con la aplicación de la teoría del abuso del derecho en algunas situaciones
específicas que bien vale la pena individualizar (I a V).
La Corte, en un fallo del 24 de marzo de 1939, toma partido al respecto y,
aunque no indica en forma taxativa cuáles son los derechos de los cuales se puede
abusar, de todas formas menciona algunos de ellos, por vía de ejemplo. Al respec- I.- Abuso del derecho de accionar judicialmente
to, el fallo citado expresa:
544.- CONFUSIÓN ENTRE ABUSO DEL DERECHO DE ACUDIR A LAS VÍAS JUDICIALES
"En los avances de la teoría se ha llegado a encontrar abuso en la abstención Y CULPA EN EL EJERCICIO DE ESTAS
de contratar, estimando culposa la conducta del que se niega a hacerlo con
persona que tiene interés en contratar con él, como puede ser el caso en el Según dijimos (supra, T. I, 537), nuestra jurisprudencia, siguiendo a buena
enganche de trabajadores u obreros. El llegarse a tanto lo encuentra exagera- parte de la doctrina41 , equivoca el camino al analizar la responsabilidad civil en
do M. RIPERT en sus recientes conferencias (1938), en las que reconoce la
existencia del abuso del derecho, no sin advertir, como es lo general entre los
doctrinantes, que algunos derechos no son susceptibles de esa tacha o no
pueden dar lugar a esa noción de abuso, como el de pedir en cualquier mo- 40 C. S. J., cas. civ., marzo 24/39, "G. J.", t. XLVII, p. 744.
mento un comunero la división de la comunidad o solicitarse el corte de los 41 Jorge Santos Ballesteros, ob. cit., t. 1, p. 83.
EL ABUSO DEL DERECHO 621
620 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

hasta el punto de causar daño a terceros. (V., entre otras, la casación de mar-
caso de daños derivados del ejercicio del derecho de litigar. En efecto, en la gran
zo 7 de 1944, que cita aquel fallo de 1899 y menciona numerosas sentencias).
mayoría de los casos, nuestro máximo tribunal considera que hay abuso del dere-
(LVII, 2006, 76).
cho de litigar cuando el actor pone en movimiento las vías judiciales, bien sea por
dolo, bien sea por imprudencia42 • Esta posición es devastadora porque, según se le "De los diferentes criterios a que ha recurrido la doctrina en diversos países
mire, o bien arruina por completo la doctrina del abuso del derecho o bien con- y las legislaciones más modernas, para saber si en un caso concreto se abusa
vierte la totalidad de la responsabilidad civil en un permanente abuso del derecho. o no del derecho, se ha contemplado ante todo el técnico, con base en la
Según hemos dicho, nadie tiene derecho a demandar en forma negligente o dolosa noción de culpa que va desde la mera imprudencia o descuido hasta el dolo.
y, por tanto, quien así procede, no es que abuse del derecho de litigar, sino que Y con este compás ha juzgado crecido número de cosas de abuso del derecho
comete una culpa a la luz de los principios generales del artículo 2341 del Código sin circunscribir su criterio a la culpa grave únicamente, como pretende el
Civil. En cambio, quien teniendo el derecho de litigar, porque en principio tiene el segundo cargo de la impugnación. (V., entre otras, las sentencias de octubre
derecho sustantivo que demanda, incurre en abuso del derecho, si, no teniendo 30 de 1935. XLIII. 1907-1908. 313; agosto 5 de 1937. XLV. 1927. 421; fe-
interés serio y solo con el ánimo de perjudicar a su deudor, lo ejecuta. brero 21 de 1938. XLVI. 1932. 58; abril 9 de 1942. LIII. 1984-1985. 303;
octubre 23 de 1942. LIV Bis. 207).
De entre muchas sentencias tomamos casi al azar una del 27 de mayo de
1964, en la cual se ve con claridad la confusión anotada. En efecto, al referirse a "La doctrina actual sobre esta teoría, se afianza, de un lado, en la larga juris-
una demanda por abuso del derecho contra un demandante que en forma descuida- prudencia, siempre preocupada por responder a los avances del derecho mo-
da solicitó y logró el embargo y secuestro de un vehículo que no era de propiedad derno, y de otro, a partir de 1936, en la disposición del artículo 21 de la Ley
del ejecutado, la Corte expresó: 200 de este año, que consagra, con otras teorías importantes, la del abuso de
los derechos.
"7°. Afirma la demanda de casación en el cargo segundo, que la esencia del
abuso del derecho, está en la intención de causar daño a otro con motivo del "En el caso presente, si bien no se ha probado dolo, sí aparece demostrada,
ejercicio del mismo derecho, y termina afirmando la inocencia de los deman- como se verá en el cargo siguiente, la falta de prudencia, de cuidado y pre-
dados en lo que respecta al denuncio y a la conducta de los mismos dentro de cauciones indispensables, lo cual constituye culpa ...
la articulación de desembargo.
"( ... ) 10°. La sentencia no encuentra demostrada mala fe por parte del ejecu-
"No es controvertible el derecho de denunciar bienes para el pago; se trata de tante y tercerista, sino mero error de conducta, por falta de la diligencia que
una protección lógica del derecho de crédito que no ha sido satisfecho en una persona medianamente previsiva y cuidadosa observa en casos como el
oportunidad. Pero, su ejercicio puede desviarse comprendiendo más bienes presente. Asiste razón al recurrente en negar el dolo, en este caso, pues, "no
de los necesarios para el pago o haberes pertenecientes a terceros. La juris- se ha establecido hecho ninguno que pueda probar o indicar como posible
prudencia de la Corte ha reconocido desde el año de 1899 -cuando aún no se que los Guevara hubieran procedido al secuestro con la dañada intención de
había estructurado la teoría del abuso de los derechos- y con constante uni- perjudicar a otro", como reza la demanda de casación. Pero, no en limitar el
formidad, el carácter esencial en todo derecho, de no extremar su ejercicio funcionamiento del sistema del abuso de los derechos, a la mala fe de quien
los ejerce, razón por la cual sin duda, los cargos dejan desguarnecidos el
flanco de la culpa, de simples errores de conducta, para dedicarse a combatir
la presencia del dolo que el fallo tampoco halló.
42 En ese sentido véase los siguientes tallos: C. S. J., cas. civ., oct. 30/35, "G. J.", t.
XLIII, pp. 310 y ss.; C. S. J., cas. civ., teb. 21/38, "G. J.", t. XLVI, pp. 793 y ss.; C. "Si debiendo, al proceder a un secuestro tomarse las medidas que una media-
S. J., cas. civ., mar. 25/42, "G. J.", t. Llll, pp. 275 y ss.; C. S. J., cas. civ., mar. 7/
44, "G. J.", t. LVIII, pp. 74 y ss.; C. S. J., cas. civ., sept. 28/53, "G. J.", t. LXXVI, na prudencia aconseja, a fin de no perjudicar a terceros con la traba de una
pp. 407 y ss.; C. S. J., cas. civ., enero 26/78, Jurisprudencia y Doctrina, vol. 7, ejecución sobre sus bienes, se comprende que cuando ese conocimiento lo
Legis, pp. 222 y ss.; C. S. J., cas. civ., mayo 27/64, "G. J.", t. CVII, pp. 231 y ss.; ofrecen las respectivas oficinas públicas, a ellas acude el hombre prudente
C. S. J., cas. civ., oct. 13/88, "G. J.", núm. 2431, pp. 203 y ss.; C. S. J., cas. civ.,
para no causar daño a terceros con denuncios ligeros. No haciéndolo, se incu-
abril 9/42, "G. J.", t. Llll, pp. 300 y SS.
622 JAVIER TAMAYO JARAMILLO EL ABUSO DEL DERECHO 623

rre en culpa. De haberlo hecho, el ejecutante no habría hallado inscrito a cho objetivo cuya finalidad no solo sea estéril para el bien propio, sino daño-
Reinaldo Correa como dueño sino a Fulvio Aguilera, tercero; y en presencia sa para los demás o para el fin social". Así se preludiaba lo que han expuesto
de la documentación, ya en el incidente de desembargo, la falta de prudencia, uniforme y reiteradamente las sentencias de la Sala relacionadas con esa te-
de consideraciones elementales en las relaciones humanas, la culpa asume sis, a partir de 1935. Según ella, el derecho reconocido o conferido por las
caracteres más acusados" 43 • leyes al individuo mira, ante todo, al bien social y al interés público; de
suerte que al ejercitarlo el individuo en forma reñida con ese interés público,
Solo conocemos una sentencia del 9 de abril de 1942, a la cual ya nos hemos con ese bien social, ya por llevarlo en su ejercicio más allá de lo señalado por
referido (supra, T. I, 540), relacionada con la responsabilidad por el ejercicio de su propia seguridad y conveniencia, ya al desviarlo de su fin estricto y efec-
las acciones judiciales, en la cual por lo menos se dice con claridad que, cuando se tivo, no puede ampararse con la máxima nema laedit, porque con ese exceso
demanda temeraria o dolosamente, no hay abuso del derecho sino una culpa co- o desvío sí lesiona, sí perjudica, sí daña. De otro lado, como también oficio-
mún y corriente. Lamentablemente, el fallo no expresa con claridad cuándo hay samente lo han declarado aquellas de las citadas sentencias en que lo tocante
abuso del derecho de litigar. Por otra parte, se trata de un caso aislado que, inclu- al abuso del derecho se ha motivado por denuncios criminales, la Sala se ha
so, ha pasado desapercibido para el conjunto de la jurisprudencia nacional. guardado de reputar comprobación de culpa del denunciante el mero hecho
de que a favor del denunciado haya habido un sobreseimiento, entre otras
545.- LA SIMPLE ABSOLUCIÓN DEL DENUNCIADO ANTE LOS JUECES PENALES
razones por la decisiva de que, si se conceptuara que en este hay esa prueba
NO CONFIGURA POR SÍ SOLA RESPONSABILIDAD DEL ACTOR
de culpa y aún de dañada intención, como algunos pretenden, se privaría a la
sociedad del concurso de los asociados solicitado por la ley al punto de impo-
En múltiples oportunidades la Corte Suprema de Justicia ha reiterado que, en nerlo corno obligación cuando habla en esta calidad de la noticia que ha de
tratándose de absolución del denunciado ante los jueces penales, ese solo hecho dar cada cual a las autoridades de los delitos de que tenga conocimiento, so
no es suficiente para comprometer la responsabilidad civil del denunciante. Por el pena, en algunos casos, de hacerse sospechoso corno cómplice o encubridor
contrario, se requiere que haya negligencia, temeridad o mala fe del denunciante. en faltando a ese deber. Si el denunciante quedara vinculado a la condena del
Nos parece que tal solución es la correcta pues, de lo contrario, el derecho de imputado en forma que sin ella se le tuviese por incurso en culpa y, por ende,
accionar judicialmente quedaría aniquilado, haciendo imposible, de paso, el cum- señalado como reo en futuro pleito de indemnización, nadie denunciaría de-
plimiento del deber legal de denunciar y no encubrir. lito alguno o muy pocos afrontarían esa contingencia, ya que ante las incerti-
dumbres de un proceso, rara vez será posible vaticinar con seguridad su re-
En ese sentido, una sentencia de la Corte, del 7 de marzo de 1944, expresa: sultado. No pudiendo el solo sobreseimiento determinar el concepto de si la
denuncia ha sido o no dolosa o culposa, la decisión al respecto ha de buscarse
"1. La teoría del abuso del derecho o, más ceñidamente, la posibilidad de en todos los hechos pertinentes, en las circunstancias y peculiaridades de
que su uso por excesivo o desviado justifique una demanda de indemnización cada caso, en lo que constituye la situación de las cosas, su estado ambiental
de perjuicios consiguientes a ese exceso o desvío está admitida y sostenida por decirlo así, en la época en que la denuncia se formuló, a fin de establecer
uniformemente por la Sala en repetidas sentencias, al punto de constituir si para entonces hubo o no un error de conducta en formularla. Si en todo
doctrina jurisprudencia!. La sentencia del 19 de mayo de 1941 cita la que la proceso precisamente el sentenciador ha de analizar las probanzas, tal vez en
Corte pronunció en 1899 en que, sin nombrar aún la figura del abuso del ninguno como en los de culpa aquiliana es esa obligación más imperiosa. Así
derecho, la presintió para nuestra jurisprudencia e indicó su ajustamiento a ha procedido la Corte en las citadas sentencias" 44 •
nuestro sistema legal, declarando desde entonces que "el derecho solo puede
existir para satisfacer necesidades justas, legítimas y racionales y teniendo
en cuenta que nadie puede tener una facultad emanada de la norma del dere- 44 Cas. Civil de agosto 19 de 1935, M.P. Antonio Rocha (G.J.T. XLII, Nos. 1901-190);
Cas. Civil de noviembre 20 de 1935, M.P. Antonio Rocha (G.J.T. XLIII, W 1907-
1908; Cas. Civil de agosto 24 de 1938, M.P. Hernán Salamanca, (G.J.T. XLVII, N°
1940); Cas. Civil de febrero 21 de 1946, M.P. Arturo Tapias Pilonieta; Cas. Civil de
mayo 23 de 1960, M.P. José Hernández Arbeláez (G.J.T. XCII, pp. 879 y ss.); Cas.
43 C. S. J., cas. civ., mayo 27/64, "G. J.", t. CVII, pp. 234 y 235 y 236-237. Civil de agosto 30 de 1960, M.P. Arturo C. Posada (G.J.T. XCIII, pp. 139 y ss.).
EL ABUSO DEL DERECHO 625
624 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

que en la actividad procesal la ley no exige un máximo de cuidado, una dili-


El fallo nos parece acertado en lo que se refiere a la exigencia de una culpa en
gencia suma, y como quiera que el contenido de las normas positivas no
el denunciante para que éste pueda comprometer su responsabilidad civil por el
siempre ofrece una sola interpretación, el legislador solo ha impuesto a los
hecho de la denuncia. Discrepamos, eso sí, de su opinión de que esa culpa consti-
: litigantes el deber de observar una conducta que excluya la mala fe y la teme-
tuiría abuso del derecho. Ya hemos dicho que, en tales circunstancias, lo que se
ridad, circunstancias estas que la ley presume en los siguientes eventos, se-
presenta es una culpa común y corriente y no un abuso del derecho.
gún lo establece el artículo 72 precitado:

546.- EN MATERIA PROCESAL CIVIL NO BASTA UNA CULPA LEVE O LEVÍSIMA


""l. Cuando sea manifiesta la carencia de fundamento legal de la demanda,
excepción, recurso u oposición.
Según la Corte, para que haya responsabilidad por el ejercicio del derecho de ""2. Cuando a sabiendas se aleguen hechos contrarios a la realidad.
litigar, "se exige que el acto procesal culposo, implique temeridad o mala fe" 45 •
""3. Cuando se utilice el proceso, incidente o recurso para fines claramente
Esta doctrina de la Corte surge de la interpretación que nuestro máximo tri- ilegales o con propósitos dolosos o fraudulentos.
bunal hace del artículo 72 del Código de Procedimiento Civil, vigente desde 1970.
'"' 4. Cuando se obstruya la práctica de pruebas.
En efecto, en reiteradas sentencias, la Corte, no solo insiste en el error de que ""5. Cuando por cualquier otro medio se entorpezca reiteradamente el de-
la demanda temeraria constituye un abuso del derecho, sino que cualifica esa cul- sarrollo normal del proceso".
pa, exigiendo culpa grave o dolo.
"Mas es lógico que esta lista de casos no excluye la existencia de otros en que
En ese sentido, la Corte, en un fallo del 26 de enero de 1978, expresa lo se haya actuado con mala fe o con temeridad. El catálogo copiado es el de los
siguiente: episodios en que legalmente se presumen esas circunstancias, pero ello no
quiere decir que no haya otros eventos en que se actúe de esa manera perniciosa.
"El principio general, consagrado en el artículo 2341 del C. C., relativo a que
quien ha inferido daño a otro, intencional o culposamente, así la culpa sea "En sentencia de 11 de octubre de 1973, dictada en el ordinario de Luis En-
leve o levísima, es obligado a indemnización, es aplicable al campo del abu- rique Páez Sierra contra Caja de Crédito Agrario, Industrial y Minero, fallo
so del derecho, pero solo en tratándose del ejercicio de un derecho subjetivo. aún no publicado, la Corte dijo lo siguiente:
Cuando, por el contrario, el abuso se ha realizado en la escogencia de las vías
""El artículo 2341 del C. C. consagra el principio de que todo perjuicio cau-
de derecho, es decir en el ejercicio de los derechos procesales seleccionados
sado por dolo o culpa, obliga a su autor a la cabal indemnización. No se exige
para lograr la efectividad del derecho material discutido, entonces una culpa
una determinada culpa para que surja la obligación de resarcimiento. Es sufi-
cualquiera del litigante no genera necesariamente, en caso de darse los otros
ciente una culpa sin calificación, una culpa cualquiera, desde luego que no es
elementos de la responsabilidad, la obligación de indemnizar. Desde luego
indispensable que el autor del daño haya actuado con intención positiva de
inferirlo o que se requiera, específicamente, que se le declare reo de una
determinada clase de culpa.
(cont. nota 44) Casac!ón Civil de agosto 5 de 1937, M.P. Juan Francisco Mujica, actor: Eulogio
Castano S., G.J.T. 45, p. 420; febrero 21 de 1938, M.P. Arturo Tapias Pilonieta, ""Y como el derecho de cada cual va hasta donde empieza el de su prójimo,
G.J.T. 46; Cas. Civ. de octubre 13 de 1988, M.P. Pedro Lafont Pianetta, G.J.T. resulta evidente que cuando su ejercicio traspasa este límite, tal actividad
CXCII, 11 semestre de 1988, Cas. Civil de febrero 6 de 1998, M.P. Pedro Lafont puede implicar un claro abuso del derecho, que si se origina en proceder
Pi.anetta (Exp. 5007, G.J.T. CCLII, 1 semestre de 1998, v.1, pp. 172 y ss.); Cas.
C1v. de septiembre 17 de 1998, M.P. Nicolás Bechara Simancas (Exp. 5096 G.J.T. culposo de su titular, compromete la responsabilidad personal de este si cau-
CCLV, 11 semestre de 1998, pp. 617 y ss.); Cas. Civ. de junio 23 de 2000, M.P. sa daño a terceros. Quien actúa así no puede liberarse entonces del deber de
Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo (Exp. 5464); recientemente, Cas. Civ. de enero indemnizar perjuicios, afirmando: feci, sed jure feci, pues en principio, los
27 de 2005, M.P. Edgardo Villamil Portilla (Exp. 7653).
derechos subjetivos no pueden ejercitarse en ámbitos que no estén tutelados
45 C. S. J., cas. civ., mayo 24/80; Jairo López Morales, La Ley, núm. 43, p. 195.
626 JAVIER TAMAYO JARAMILLO EL ABUSO DEL DERECHO 627

por un interés serio y legítimo. Cuando su ejercicio se sale de esta esfera, el temerariamente un derecho que no tiene. Esa sería una falsa concepción del abuso
titular de la facultad deja de obrar conforme al derecho y su actuar se torna del derecho de litigar.
típico abuso del mismo; tal el motivo para que, con razón, hayan dicho los
MAZEAUD que no se nos han conferido nuestros derechos para que los ejerza- :'Uno tiene el derecho de litigar para exigir los derechos que el orden jurí-
mos con un fin puramente egoísta, sin tener en cuenta el influjo que pueda dico le concede. Y si exige judicialmente esos derechos, sin un interés serio y
tener su ejercicio sobre nuestros semejantes, y que el interés social debe te- solo con el ánimo de perjudicar al deudor, incurrirá en abuso del derecho, pues en
ner un sitio junto al interés individual del titular del derecho ejercido. tales circunstancias, si bien no cabe duda que el derecho sustantivo existía, su
titular no estaba legitimado para hacerlo únicamente por el prurito de perjudicar
""Ahora bien, como no son los mismos los elementos de la responsabilidad al deudor.
por abuso de un derecho subjetivo o por el del empleo de vías de derecho,
necesario será advertir que, acogiendo en el punto lo que la doctrina francesa
sostiene sobre el abuso de estas últimas vías, el nuevo Código de Procedi- II.- Abuso del derecho de propiedad
miento Civil (arts. 71, 72, 73 y 74), para deducir responsabilidad a los terce-
ros intervinientes, a las partes o a sus apoderados por los perjucios que, con 547.- La jurisprudencia ha tenido la oportunidad de aplicar la teoría del
sus actuaciones procesales, causen a su adversario o a terceros, exige expre- abuso del derecho de propiedad. Con todo, en la mayoría de los casos, se incurre
samente que esos actos sean fruto de la temeridad o de la mala fe. en el error que hemos venido comentando a lo largo de estas páginas en el sentido
de afirmar que cada que hay una culpa en el ejercicio de un derecho, se está en
'"'Sin embargo, la doctrina jurisprudencia! de la Corte sobre el abuso del presencia de un abuso del derecho.
derecho, no sufre modificaciones relativamente a que el titular de un derecho
subjetivo, cuando abusa en su ejercicio, no ya en las vías de derecho que A continuación vamos a referirnos a algunas sentencias de nuestra Corte Supre-
utiliza para alcanzar su efectividad, compromete su responsabilidad personal ma de Justicia, en las cuales se dice aplicar la teoría del abuso del derecho de
si, por cualquier especie de culpa, con tal proceder causa daño. Y existe cul- propiedad.
pa, entonces, siempre que el titular del derecho haya obrado como no hubiera
obrado un individuo diligente y juicioso, situado en las mismas circunstan- 548.- LAS PERTURBACIONES DE VECINDARIO
cias externas que el autor de la culpa.
Una de las instituciones jurídicas que más desarrollo doctrinal y jurisprudencia!
""En resumen: quien cometa abuso en la elección de las vías de derecho, es
ha tenido a lo largo de este siglo en materia de responsabilidad civil es la de las
decir, en sus actuaciones procesales, también debe indemnizar el daño que
perturbaciones de vecindario, tema al cual nos referiremos, extensamente, más
cause, mas solo cuando su proceder haya sido temerario o malicioso. Y, en
adelante. Esta doctrina descansa en la idea de una responsabilidad sin culpa u
cambio, quien es reo del mismo abuso, mas no ya por la elección de vías de
objetiva, pues no se requiere culpa del agente, sino que basta que este exceda los
derecho, se hace responsable, en principio, siempre que en su actuar haya
límites de las perturbaciones que normalmente uno está en derecho de causar a los
obrado culposarnente, a pesar de que su proceder no pueda calificarse corno
vecinos. Sin embargo, en no pocas oportunidades se hace descansar la institución
temerario o rnalintencionado"" 46 .
de las perturbaciones de vecindario en la teoría del abuso del derecho, solución
que nos parece equivocada por los motivos que expondremos más adelante.
Desde el punto de vista de la teoría del abuso del derecho, esta doctrina,
según dijimos (supra, T. I, 529), está equivocada, pues el demandar temeraria-
En una sentencia del 26 de noviembre de 1937, nuestra Corte Suprema de
mente no es un abuso de derecho, sino una culpa común y corriente que se sancio-
Justicia tuvo la oportunidad de analizar en profundidad el terna que nos ocupa.
na a la luz del artículo 2341 del Código Civil. Nadie tiene el derecho de demandar
En el asunto sub examine los propietarios de un inmueble demandaron a un ve-
cino que en el predio aledaño levantó un muro con el cual tapó las ventanas de
los demandantes. La Corte sintetiza así los hechos que dieron origen a la de-
46 C. S. J., cas. civ., ene. 26/78, Jurisprudencia y Doctrina, vol. 7, pp. 222-223. manda:
628 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
EL ABUSO DEL DERECHO 629

"Este estado de cosas manteníase así en el año de 1934, cuando Ricardo Obregón
reedificó esta edificación, levantando en su lugar una construcción moderna "La teoría del riesgo creado estima como una culpa del propietario el hecho
de tres pisos, para lo cual hubo de hacer el correspondiente muro de ladrillo de imponer a sus vecinos molestias excepcionales sin reparar el perjuicio que
adosándolo contra la pared divisoria de los Aguirre, que no es medianera, ello les causa. "El derecho de propiedad no podrá ejercitarse sin reparar el
quedando así cegadas las dos ventanas que le daban luz a las piezas de la casa , daño causado". De acuerdo con esta idea, el acto sigue siendo un acto permi-
de los Aguirre y recortado igualmente el alero voladizo para el derrame de las . tido, puesto que es socialmente útil, pero como trae por consecuencia una
aguas lluvias, el cual hizo reemplazar Obregón por una canal de latón coloca- especie de expropiación del derecho ajeno, origina por sí mismo la obliga-
da sobre la pared divisoria, que por un tubo arroja las aguas sobre su propio ción de reparar.
predio" 47 • "La jurisprudencia francesa, en ausencia de un mandato posit~v~, cm~~ el ~e
los artículos 906 del Código Civil alemán y 684 y 685 del Cod1go C1v1l sm-
Al referirse a los fundamentos jurídicos de la responsabilidad por perturba- zo, se vale de la siguiente fórmula para regular las obligaciones del propieta-
ciones de vecindario y su eventual aplicación a la situación sub judice, el fallo rio en relación con los fundos vecinos, fórmula citada por los más modernos
citado expresa:
autores, y que es más o menos: "aquel que cause a sus vecinos un perjuicio
"Es principio de derecho civil consagrado en Colombia por los artículos 2341, que exceda de la medida de las obligaciones ordinarias de vecindad, comete
2356 y 2359 del código sobre la materia, que toda persona que en el ejercicio una falta que le hace responsable, y debe ser condenado a pagar daños y
de su actividad causa daño a otra por imprudencia o negligencia, debe reparar perjuicios". La disposición del estatuto alemán dice: "El propietario de un
el daño causado. De esta regla no se escapa el propietario, quien, aun cuando fundo no puede oponerse a la entrada de gases, vapores, olores, humos, ho-
en desarrollo del jus utendi puede usar su propiedad del modo que mejor le llín, calor, ruidos, trepidaciones y otras reacciones procedentes de otros fundos
convenga, tal facultad ha de entenderse así en tanto que se mantenga también cuando no perjudican nada o no perjudican de un modo esencial al uso de su
dentro de la obligación correlativa de no irrogar perjuicio a terceros, entre fundo o cuando proceden del uso del otro fundo si este uso es normal, según
quienes están los vecinos, con los cuales esa obligación asume caracteres de las cir~unstancias locales, en los fundos que se encuentran en la misma situa-
mayor rigor. La jurisprudencia francesa ha declarado que los propietarios ción". El Código Civil suizo subordina la responsabilidad que impone a los
están obligados a emplear en el ejercicio de sus derechos de tales ciertos propietarios a la prueba de un abuso del derecho "que exceda los límites de la
miramientos con sus vecinos, ciertas precauciones, cuyo conjunto constitu- tolerancia que se deben los vecinos, teniendo en cuenta los usos locales y la
ye, según una expresión en Francia corriente, las obligaciones de vecindad. situación y naturaleza de los inmuebles" (art. 684); y el artículo siguiente
Dícese que el ejercicio legítimo del derecho de propiedad termina en donde dispone: "El propietario que hace excavaciones o construcciones, no debe
empieza la culpa; y que para determinar si el propietario ha incurrido en perjudicar a sus vecinos removiendo su terreno, exponiéndolo a un daño o
culpa hay que atender más que al acto en sí mismo, a la conducta de su autor. comprometiendo las construcciones que se encuentren en él".
Para regular esta conducta se toma como tipo ejemplar la de un buen padre de "La doctrina francesa, siguiendo la regulación helvética, empléase cuandoquiera
familia. Se elige en abstracto ese ideal de propietario que logra conciliar su que se trata de aplicar a la culpa originada por la violación de las obligacio-
interés individual con el interés de sus vecinos. La culpa entonces consiste en nes de vecindad el artículo 1382, que en el Código Civil francés sienta, como
el acto que no cometería un propietario cuidadoso y diligente. entre nosotros el artículo 2341, el principio general de la responsabilidad por
delitos y cuasidelitos.
"Este criterio de la culpa algunos autores lo han encontrado insuficiente para
explicar la necesidad de ciertas reparaciones por razones de vecindad, y enton- "Esa doctrina reconoce el derecho de reclamar indemnización "si el propieta-
ces lo combinan con la teoría del abuso de los derechos (CouN y CAPITANT, obra rio de un edificio del cual salen humos, usa inmoderadamente su derecho, o
citada), o con la teoría del riesgo creado (JossERAND, De l'abus des droit, p. 82). si en lugar de una vivienda ordinaria, fomenta un establecimiento que por su
explotación produce humos perjudiciales para la finca vecina"; o si se produ-
cen olores que hacen fastidiosas las habitaciones vecinas. Naturalmente la
47 C. S. J., cas. civ., nov. 26/37, "G. J.", t. XLV-2, p. 847. misma doctrina tiene en cuenta que la "vecindad produce inconvenientes habi-
tuales, inevitables", de manera que mientras el propietario no exceda de esas
630 JAVIER TAMAYO JARAMILLO EL ABUSO DEL DERECHO 631

molestias comunes los vecinos no pueden quejarse. Así, en un barrio ya ocu- muro que le tapa la visibilidad y la luz a dicho demandante. Obsérvese que en el
pado por fábricas y hornos, no podrá un propietario hacer construir una lujo- ejemplo así planteado, el demandado, en principio, no está invadiendo para nada
sa vivienda y quejarse más tarde de los inconvenientes de su vecindario. Al los derechos del otro. Aparentemente, se está limitando a ejercer las facultades
contrario, hay derecho a indemnización contra el industrial que se instala en que¡ su derecho de propiedad le brinda. Aparentemente, no está contraviniendo
un barrio tranquilo donde su fábrica viene a suscitar incomodidades graves a norma alguna. Pero su intención dañina, al parapetarse en esa legitimidad solo por
sus vecinos por el hollín, el humo, el ruido o los olores. En tales casos se el ánimo de perjudicar al vecino, lo hace responsable con base en el abuso del
concede indemnización considerando que se ha cometido un abuso del dere- derecho.
cho de propiedad" 48 . (Remarca dentro del texto).
549.- ABUSO DEL DERECHO DE PROPIEDAD POR NO REALIZAR OBRAS
Siguiendo nuestro punto de vista sobre la verdadera esencia del abuso del
derecho, llegamos a la conclusión de que, en el asunto sub examine, no hubo
El derecho de propiedad no escapa a la aplicación de la teoría del abuso del
abuso del derecho alguno. Veamos porqué.
derecho, aún con la interpretación que en esta obra le hemos venido dando a dicha
Según veremos (infra, T. I, 1291), la teoría de las perturbaciones de vecinda- figura. Ese abuso puede darse no solo por acción, sino también por omisión.
rio excluye cualquier exigencia de culpa de parte del demandado. Basta que este,
aun con la mayor prudencia, exceda las molestias que está obligado a soportar el En una importante decisión del 17 de mayo de 1946, la Corte abordó el pro-
vecino, para que surja su responsabilidad. Ahora, si esas molestias se causan en blema que nos ocupa, afirmando que hay abuso del derecho del propietario de un
forma dolosa o culposa, estaremos en un caso común y corriente de responsabili- predio riverano que omite ejecutar obras en su propiedad, lo que genera graves
dad directa, según el artículo 2341 del Código Civil. inundaciones y perjuicios en un predio inferior. En nuestro concepto, aunque en el
asunto sub judice era clara la responsabilidad del demandado, la verdad es que no
Y, cuando esa culpa existe, ella no constituye un abuso del derecho. Nadie había allí un verdadero abuso del derecho.
tiene el derecho de invadir el derecho de propiedad de otro con el pretexto de
ejercer el suyo. La misma ley marca los límites entre uno y otro derecho. Por lo He aquí los hechos.
tanto, no cabe invocar el abuso del derecho de quien en forma culposa o dolosa
incrusta una construcción sobre el predio de un vecino. Ese derecho nunca existió Durante años, los propietarios riberanos del río Boj acá, tuvieron que ejecutar
y, por tanto, es absurdo afirmar que se abusó de él. Con la tesis del fallo que se obras en sus predios para evitar que, en épocas de invierno el río anegara sus
comenta llegaríamos al absurdo de que el propietario que negligentemente deja cultivos. Uno de esos propietarios (el demandado) había ejecutado sus obras y
que su edificio se arruine, no sería responsable con base en la responsabilidad por había sido obligado por las autoridades de la localidad a darle mantenimiento a
la ruina de los edificios consagrada en el artículo 2350 del Código Civil sino con dichas obras, pues de lo contrario, el río se iría a desbordar en el predio inferior (el
base en el abuso del derecho de propiedad. Y el dueño de un animal fiero no de los demandantes). No habiéndose ejecutado las obras, el propietario del predio
respondería con base en el artículo 2354 del Código Civil, sino con base en el inferior sufrió una inundación, lo que lo motivó a instaurar acción indemnizatoria
abuso del derecho de propiedad. Lo mismo pasaría con el propietario de una acti- contra el propietario del predio superior.
vidad peligrosa pues, finalmente, todos los daños que uno pueda causar, los causa
en el ejercicio de algún derecho. Al decir del fallo que se comenta:

En el caso que nos ocupa, habría abuso del derecho de propiedad si el deman- "Estimó Zea que la inundación que arruinó totalmente sus cultivos había
dado, sin invadir predios del demandante, sin interés serio de ninguna especie y entrado a sus sementeras por los predios de "Cortés" y "Las Animas", usufructuados
solo con la intención de perjudicar al vecino, levanta sobre su exclusivo predio un por Luis Londoño, y que el desborde del río había ocurrido por no haber este
arreglado o compuesto sus camellones de defensa, como estaba obligado a
hacerlo, no obstante habérselo pedido oportunamente y en previsión del in-
48 C. S. J., cas. civ., nov. 26/37, "G. J.", t. XLV-2, pp. 855 y ss. vierno el propietario de Galindo y habérsele notificado, a pedimento de Zea,
632 JAVIER TAMAYO JARAMILLO EL ABUSO DEL DERECHO 633

por el alcalde municipal de Bojacá que debía proceder a cumplir el deber de mellones o caballones marginales del río y la obligación de conservarlos a
reparar los jarillones, como siempre se hacía" 49 . que adelante se hará referencia, saca el caso de autos del previsto en el ar-
tículo 891 del C. C. porque aquí no se trata del libre descenso y escurrimiento
Más adelante, al iniciar las consideraciones, la Corte analiza las situaciones natural de las aguas, en la forma y condiciones requeridas por la citada dispo-
de hecho que se presentaron, mostrando las obras y obligaciones que, a lo largo sición del Código. Resultaría absurdo hablar de la servidumbre natural de
del tiempo, se habían generado en la región. Al respecto, expresó: dejarse inundar por las avenidas de un río, para evitar las cuales se han construi-
do por los riberanos obras que bien conservadas son capaces de impedirlas.
"Las cuatro fincas aludidas -"Cortés", "Las Animas", "Galindo" y "La Arca-
dia"- son riberanas y contiguas en la margen derecha del río Boj acá, y las dos
"No se puede enfocar la cuestión jurídica fundamental del pleito en la forma
ocupadas por el demandado Londoño, como ya se dijo, quedan en la parte
incompleta de presentarla como una obligación de los predios de "Cortés" y
superior con relación a los predios cultivados por el demandante. Desde mucho
"Las Animas", o de sus dueños, de construir, reparar y conservar los came-
tiempo, por imposición de la naturaleza de las cosas y en utilidad común y
llones de encauzamiento del Boj acá con el exclusivo objeto de que los fundos
recíproca, dentro de la reglamentación de la autoridad, los dueños de estos
de "Galindo" y "Las Arcadia" no sufran inundaciones, como si se tratara de
predios, como los de toda la región y de ambas riberas del Boj acá, para defen-
una directa vinculación real o gravamen de predio a predio, cuando la verda-
der sus tierras de las inundaciones periódicas causadas por el desbordamiento
dera situación que se contempla y de la que se hace provenir el derecho de-
invernal del río, han construido camellones o caballones para elevar sus márge-
mandado es de carácter general, vinculado a la utilidad pública y al interés
nes y mantener de esta manera sus aguas excesivas dentro del cauce ordinario.
recíproco y común de los propietarios de la región, ya que las obras riberanas
"En esta situación de hecho determinada por las aguas fluviales del Bojacá de que se ha hecho mención están por su propia naturaleza condicionadas en
que a la vez que son factor de riqueza y prosperidad son también elementos su eficacia por el cuidado y conservación de todos sus beneficiarios. Se trata
de ruina y devastación cuando se desbordan sobre las propiedades aledañas, en realidad del régimen hidrográfico del río Bojacá, cuya reglamentación
no es posible configurar jurídicamente ninguna de las servidumbres natura- corresponde a las autoridades administrativas, al gobierno nacional como
les, impropiamente catalogadas como tales en el Código Civil, porque en supremo administrador de los bienes de uso público y en busca de una ade-
realidad el fenómeno de que aquí se trata respecto de aguas nacionales en cuada utilización de las aguas y en prevención de las inundaciones destructo-
relación con los propietarios de los fundos riberanos carece de las caracte- ras de la riqueza agrícola. Contemplando por este aspecto el problema, las
rísticas propias que distinguen la servidumbre como figura jurídica !imitadora disposiciones citadas del título 11, del libro 2° del C.C. pierden su operancia
del dominio. No se ve, en efecto, en este régimen general defensivo de los y aplicabilidad, porque tratándose de bienes de uso público resulta imperti-
fundos riberanos, exigido por la naturaleza y las necesidades comunes de la nente hablar de servidumbres con ocasión de la obligatoria sujeción a las
coexistencia social, el gravamen impuesto a los predios de que era arrenda- limitaciones y reglamentaciones de la autoridad pública. El C.C. (artículos
tario el demandado Londoño en favor de los cultivados por el demandante 889 y 899) da preferencia sobre sus preceptos en materia de aguas a los con-
Zea, esencial para la existencia del derecho real, limitativo de la propiedad. tenidos en las codificaciones de policía y otras leyes, todas las cuales están
No se puede decir que se trata de una servidumbre positiva porque no existe subordinadas al principio fundamental contenido en el artículo 677 del C.C.
la obligación de dejar hacer, impuesto al predio sirviente; ni de una negati- que estatuye que los ríos y todas las aguas que corren por cauces naturales
va porque tampoco existe la prohibición para el predio sirviente de hacer son bienes de la nación, de uso público en los respectivos territorios. Bien
algo que sin la servidumbre le sería lícito hacer. Aunque el fenómeno alu- sabido es que las leyes y decretos que reglamentan la distribución, la racional
dido proviene de la especial situación de los lugares, no encaja dentro de utilización y todo lo concerniente al régimen de las aguas fluviales pertene-
ninguno de los casos o situaciones especialmente descritos y reglamenta- cen al orden público económico ya que a ellas se vinculan íntimamente todos
dos en el Código como servidumbres naturales. La preexistencia de los ca- los aspectos de la economía nacional y del interés social" 50 •

49 C.S.J., cas. civ., mayo 17/46, "G. J.", t. LX, p. 468. 50 C. S. J., cas. civ., mayo 17/46, "G. J.", t. LX, pp. 470 y ss.
634 JAVIER TAMAYO JARAMILLO EL ABUSO DEL DERECHO 635

Luego, al plantear el verdadero fundamento de la responsabilidad de los de- lícita, según las tesis del recurrente, porque ese proceder constituye induda-
mandados, la Corte, en forma extensa, afirma lo siguiente, concluyendo que los blemente un error de conducta a la luz de la moderna noción consagrada ya
hechos planteados se enmarcan dentro del abuso del derecho de propiedad: en la Constitución Nacional, que le da a la propiedad un sentido social y una
acción positiva de solidaridad que la hace servir para atenuar los resultados
"Pero es que al margen de toda reglamentación legal, sin necesidad de vincu- del egoísmo y los azares de la naturaleza. Es equivocado hablar del derecho
lar la responsabilidad al incumplimiento de una concreta obligación genera- de los riberanos a dejar inundar sus predios, pudiendo evitarlo, si al propio
da en la ley, la cuestión jurídica del pleito halla un verdadero fundamento en tiempo se causan inundaciones ruinosas en predios inferiores. Estas tesis,
el campo de la ilicitud civil, de la culpa dañosa, enfocada a la luz de las basadas inconsideradamente en el principio de que no incurre en culpa quien
llamadas relaciones de vecindad, corno aparece tratada en la sentencia acusa- usa de la cosa propia, están rectificadas por antisociales en el campo del
da, en el pasaje que en seguida se transcribe: "Si acogernos la definición derecho en el que cada día tiene el ''jus abutendi" menos significado del que
corriente de la culpa corno un error de conducta en que no hubiera incurrido le correspondía en el concepto escuetamente jurídico de la propiedad" 51 •
una persona prudente y diligente, colocada en las mismas circunstancias ex-
ternas, observarnos que con razón la doctrina asienta que la culpa, provenga En nuestro concepto, es indudable la responsabilidad del demandado, y en
ella de acción o de omisión, debe ser el fundamento jurídico de la responsa- ese sentido, el fallo es acertado. Empero, nos parece equivocado afirmar que allí
bilidad civil, en caso de molestias de vecindad. Y que la jurisprudencia acep- estábamos frente a un abuso del derecho de propiedad.
ta que 'omitir la medida de las obligaciones ordinarias de vecindad' es come-
ter una culpa, en los términos del derecho común, por lo cual es culpable el En efecto, si alguien, usando de su derecho de propiedad, ejecuta irnperi-
vecino o colindante que no obra corno hombre diligente para evitar a su veci- tarnente obras para protegerse y esas obras causan daño a los vecinos, es claro que
no incomodidades o daños que exceden o agravan las consecuencias norma- habrá responsabilidad culposa del agente. Pero allí no hay abuso del derecho de
les de los fenómenos de la naturaleza. En la concepción actual del derecho no propiedad, sino una culpa común y corriente causada con ocasión del ejercicio de
basta mantenerse dentro de los confines objetivos del dominio, de la pose- ese derecho, (supra, T. I, 529). Esta conclusión es todavía más evidente si, con
sión o del uso propios: es preciso conducirse en función de cooperación so- anterioridad y en forma expresa las autoridades, le habían impuesto al demandado
cial respecto a la conservación de la riqueza ajena". la obligación de darle mantenimiento a las obras que había ejecutado en su predio.
En conclusión, no hubo, en el asunto sub judice, una verdadera hipótesis de abuso
"Existentes corno un sistema hidrográfico general las obras de defensa contra del derecho de propiedad.
las inundaciones del río Bojacá, construidas a la vez en beneficio y utilidad
de cada fundo y de todas las fincas aledañas, la conducta y actividades de los
En nuestro sentir, y siendo consecuentes con el criterio que sobre el abuso
riberanos en relación con estas obras, con su conservación y cuidado, no
del derecho hemos expuesto en esta obra, el problema sería discutible a la luz de
puede considerarse dentro de la esfera exclusiva del dominio determinado
dicha teoría si el demandado nunca hubiese ejecutado las obras en su predio o no
por los confines de cada fundo, ni en relación tampoco con las consecuencias
hubiese sido obligado administrativamente a ejecutar obras. En ese caso, cabría
jurídicas producidas por la existencia o inexistencia de vínculos de servi-
preguntarnos si el propietario del predio inferior tenía la posibilidad de deman-
durnbre predial, sino en el campo de la responsabilidad civil, más amplio que
dar al propietario del predio superior porque éste se negaba a realizar obras que
el en que se mueven las acciones confesorias y negatorias de servidumbres,
evitaran las inundaciones en el predio inferior. Es decir, nada había ejecutado el
corno consecuencia de hechos culposos originarios de la obligación de repa-
demandado, ni a nada había sido obligado por las autoridades. En tales circuns-
rar los perjuicios causados. Tratándose del derecho real de propiedad, es la
tancias, ¿podrá el demandado ser declarado responsable porque en uso de su de-
función económica de este derecho fundamental la que le da principalmente
recho de propiedad, se niega a efectuar trabajos que eviten los daños del deman-
la fisonomía social que permite considerarlo como fuente de obligaciones en
dante?
la órbita de las relaciones de vecindad. La omisión en que incurrió el deman-
dado Londoño al no reforzar ni elevar los camellones de la orilla del río en el
trayecto correspondientes a las fincas usufructuadas por él, corno oportuna-
mente se lo ordenó la Alcaldía Municipal, no puede estimarse corno una omisión 51 C. S. J., cas. civ., mayo 17/46, "G. J.", t. LX, pp. 471 y ss.
EL ABUSO DEL DERECHO 637
636 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

Al respecto, un fallo del 6 de julio de 1955 expresa:


Es ese, realmente, el problema del abuso del derecho. Y es allí donde vemos
con claridad porqué algunos autores se niegan a aceptar la teoría. Y estamos segu- "3. De acuerdo con la doctrina jurisprudencia! aceptada por la Corte hay
ros que no pocos de los que tradicionalmente defienden la tesis, incurriendo en la abuso del derecho cuando su titular lo ejerza dolosa o culposamente, o sea,
confusión que tanto hemos anotado, cambiarían de opinión si el problema se plan- cuando en el ejercicio de un derecho se causa un perjuicio a otro bien con
tea como aquí lo hacemos. intención de dañar, o bien sin la diligencia y cuidado que los hombres em-
plean ordinariamente en sus actos y negocios. La falta en el ejercicio del
Ahora, planteadas así las cosas, creemos que en el ejemplo propuesto habría derecho, la ausencia de interés legítimo o la desviación del fin en vista del
abuso del derecho si el demandado, sin un interés serio, sin requerir un mayor cual se ha concedido el derecho, sirven al juez como criterio orientador en la
esfuerzo y simplemente por el prurito de causar daño al vecino, no ejecuta las aplicación de la doctrina expuesta. En materia contractual tiene cabida el
obras necesarias para evitar las inundaciones. Así su predio esté en su estado abuso del derecho. Puede presentarse en la formación del contrato, en su
natural, sin obra alguna, y así no haya orden de autoridad que exija los correctivos ejecución y aún en el período postcontractual.
artificiales del caso, el demandado será responsable por abusar de su derecho de
propiedad. "4. La doctrina y la jurisprudencia admiten que aun cuando no exista en la
ley positiva ninguna disposición que restrinja el derecho de revocación del
mandante, este derecho no es absoluto sino relativo, y no puede ejercitarse
111.- Abuso del derecho en materia contractual abusivamente con perjuicio del mandatario que ha cumplido honrada y leal-
mente sus obligaciones. Se contempla entonces un caso de abuso del dere-
550.- Según dijimos (supra, T. I, 535), el abuso del derecho también se cho, al cual se le aplican las reglas que estructuran esta figura jurídica. La
presenta en materia contractuaP 2 • En tales circunstancias, se aplicarán los princi- Corte en fallo pronunciado hace más de medio siglo, dio el primer paso deci-
pios propios del contrato que con el abuso se incumplió. sivo en la consagración de la doctrina del abuso de los derechos contractua-
les, respecto de la facultad de revocación del mandante. "La revocación del
551.- ABUSO DEL DERECHO DE REVOCAR EL MANDATO mandato -dice- es un derecho que interesa a la sociedad, porque es de utili-
dad pública poder prevenir el dolo, y es por eso por lo que la condonación del
Los artículos 1280 y 1283 del Código de Comercio, en forma expresa, consa- dolo futuro no vale; y siendo así, no podrá renunciarse ese derecho por convenios
gran la responsabilidad del mandante y del mandatario que en forma abusiva ejer- particulares, como lo previene el artículo 16 del C. C. Pero si eso es cierto,
cen la facultad de revocar o de renunciar al mandato. Desde luego, es claro que tal también lo es que no hay derechos absolutos, que el ejercicio de todo derecho
responsabilidad es la contractual. tiene por límite el derecho ajeno, y que si la revocación del mandato causa
perjuicios al mandatario que ha cumplido sus obligaciones con honradez e
Pero antes de la vigencia del actual Código de Comercio no existía en nuestro inteligencia, el mandante está obligado a indemnizar esos perjuicios al man-
derecho norma alguna que regulara en forma expresa la responsabilidad por esa datario" (cas., 20 mayo 1899, XV, 8). En este fallo se establece claramente:
renuncia o revocación abusiva. 1°. Que el derecho de revocación no es absoluto sino relativo, limitado por el
mismo interés social que lo justifica y por el derecho ajeno; 2°. Que ese dere-
Sin embargo, la jurisprudencia, acudiendo a la figura del abuso del derecho, cho de revocación debe ejercitarse por motivo legítimo para amparar los in-
desde las primeras décadas de este siglo consideró que el mandatario y el mandante tereses del mandante contra la mala fe, o la negligencia o la ineptitud del
respondían si en forma abusiva e intempestiva revocaban el mandato o renuncia- mandatario; 3°. Que la revocación abusiva da derecho a reclamar indemniza-
ban al mismo. En ese sentido, la Corte ha proferido varias providencias acudien- ción de perjuicios al mandatario que ha cumplido sus obligaciones con hon-
radez e inteligencia" 53•
do, como siempre, a las doctrinas francesas sobre la materia.

53 C. S. J., cas. civ., jul. 6/55, "G. J.", t. LXXX , pp. 646 y ss.
52 Véase: C. S. J., cas. civ., oct. 19/94, expediente 3972.
638 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
EL ABUSO DEL DERECHO 639

En nuestro concepto, es claro que en el caso sub judice había abuso del dere- 552.- EL ABUSO DE LA POSICIÓN DOMINANTE EN MATERIA CONTRACTUAL
cho de revocar el mandato. Sin embargo, como bien hemos dicho, discrepamos
del criterio según el cual puede haber abuso del derecho culposo. Para nosotros En un excelente fallo del 19 de octubre de 1994, la Corte sentó con claridad
siempre debe ser doloso (supra, T. I, 530). la ~esponsabilidad por abuso del derecho de quien abusa de su posición dominante
1
en materia contractual. Por considerarlo de gran utilidad, nos permitimos repro-
De otro lado, pese a que en los párrafos transcritos, el fallo expresa que "en ducir los párrafos pertinentes del citado fallo. Dice la Corte:
materia contractual tiene cabida el abuso del derecho", dos párrafos más adelante
"En consecuencia, el descomunal disparate que el recurrente encuentra en la
expresa que, bajo tales circunstancias, la responsabilidad sería la aquiliana o
sentencia por cuanto admite ella la posibilidad de abuso en el terreno de las
extracontractual. Al respecto, el fallo afirma:
negociaciones contractuales, no existe en verdad pues el acto ilícito abusivo,
"5. La revocación de un mandato judicial, hecha en forma intempestiva o contra lo que sostiene la censura, tiene su fisonomía jurídica propia y en buena
sin motivo legítimo por parte del mandante constituye un abuso del derecho medida autónoma, por lo que no siempre implica de suyo un supuesto de
que puede dar lugar a acción indemnizatoria de los perjuicios materiales y responsabilidad extracontractual o aquiliana; también puede justificar la
morales sufridos por el mandatario. En tal caso el mandante incurre en res- reparación pecuniaria de daños conforme a las reglas de la responsabilidad
ponsabilidad por culpa aquiliana en razón del abuso del derecho de revoca- contractual ("G. J.", t. CXLVII, p. 82) y lo que resulta todavía más significati-
ción: el abuso puede consistir desde la culpa más grave, equivalente al dolo, vo, permite denegar protección jurídica a pretensiones que impliquen el ejerci-
cuando se procede movido por la intención de dañar (animus nocendi) hasta cio en condiciones abusivas de las facultades en que se manifiesta el contenido
la simple negligencia o imprudencia, no intencionadas, por la falta de pre- de situaciones jurídicas individuales activas de carácter patrimonial.
cauciones para no causar daño al mandatario removido" 54 •
"En este orden de ideas, tratándose de la autonomía de la voluntad privada y
el conjunto de facultades con que en virtud de ella cuentan las personas,
Al parecer, la forma desprevenida en que el fallo hace esta última observa- facultades que se condensan en la de celebrar un determinado negocio jurídi-
ción, sin mayor argumentación, parecería dar a entender que no era su intención co o dejar de hacerlo, en la de elegir con quien realizarlo y en la de estipular
entrar a terciar sobre la naturaleza de dicha responsabilidad, pues se hace palma- las cláusulas llamadas a regular la relación así creada, pueden darse conduc-
ria la contradicción entre un párrafo y otro. En conclusión, del contexto del fallo tas abusivas que en cuanto ocasionen agravio con intereses legítimos no amparados
se puede decir que, para la Corte, el abuso del derecho en materia contractual se por una prerrogativa especifica distinta, dan lugar a que el damnificado, aún
rige por los principios que regulan la responsabilidad contractual. encontrándose vinculado por el negocio y por fuerza precisamente de las
consecuencias que para él acarrea la eficacia que de este último es propia,
Finalmente, cabe anotar que la indemnización que perseguía el demandante pueda exigir la correspondiente indemnización.
en relación con la gestión que ya había ejecutado era procedente, poco importaba
que la revocación fuera abusiva o no. Por tanto, esos honorarios que reclamaba el "Y un ejemplo sin duda persuasivo de esa clase de comportamientos irregu-
actor por la gestión realizada hasta el momento de la revocación, nada tienen que lares, lo suministra el ejercicio del llamado 'poder de negociación' por parte
ver con la teoría del abuso del derecho. Se trata del simple cumplimiento de las de quien encontrándose de hecho o por derecho en una posición dominante
obligaciones del mandante, derivadas del contrato de mandato, teniendo en cuenta en el tráfico de capitales, bienes y servicios, no solamente ha señalado desde
que la prestación ya se había dado parcialmente. Lo que sería discutible a la luz un principio las condiciones en que se celebra determinado contrato sino que
del abuso del derecho son los perjuicios adicionales, como serían por ejemplo el en la fase de ejecución o cumplimiento de este último le compete el control
lucro cesante generado por no poder realizar la totalidad de la gestión inicialmen- de dichas condiciones, configurándose en este ámbito un supuesto claro de
te encomendada. abuso cuando, atendidas las circunstancias particulares que rodean el caso
una oposición de dominio de tal naturaleza resulta siendo aprovechada, por
acción o por omisión, con detrimento del equilibrio económico de la contra-
tación. En consecuencia, no estuvieron desacertados los falladores de instan-
54 C. S. J., cas. civ., jul. 6/55, "G. J.", t. LXXX , p. 647.
cia en la especie de autos al advertir, en sus respectivas sentencias, que la
EL ABUSO DEL DERECHO 641
640 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

de 1991 en aras de hacer efectiva la protección del consumidor en el sector


actuación de las entidades de crédito, cuando incurren estas en las que suelen financiero nacional y que en la actualidad, integrando tal prohibición en una
denominarse "malas prácticas bancarias" que lesionan la normatividad vi- regla de alcance general, consagra de nuevo el artículo 98 inciso 4° del
gente, la buena fe o el esmero profesional con que dichas instituciones siem- Decreto 663 de 1993, llamado de "actualización" del Estatuto Orgánico del
pre deben operar en beneficio de sus clientes, puede ser fuente de abuso dada Sistema Financiero, en los siguientes términos: "( ... )Debida prestación del
la amplia capacidad de dominio en la negociación con que cuentan, abuso servicio y protección al consumidor. Las instituciones sometidas al control
que debidamente comprobado y de acuerdo con el principio general enuncia- de la Superintendencia Bancaria, en cuanto desarrollan actividades de inte-
do líneas atrás, le suministra base suficiente a las pretensiones resarcitorias rés público, deberán emplear la debida diligencia en la prestación de servi-
que invocando esta modalidad de ilicitud civil, sean entabladas para obtener cios a sus clientes a fin de que estos reciban la atención debida en el desa-
la reparación de los perjuicios causados. rrollo de las relaciones contractuales que se establezcan con aquellas y, en
general, en el desenvolvimiento normal de sus operaciones( ... )", agregando
"Dicho con otras palabras, la banca en sus diferentes manifestaciones es una
a renglón seguido que por la misma razón normativamente expresada,"( ... )
compleja amalgama de servicio y crédito donde las empresas financieras que
en la celebración de las operaciones propias de su objeto, dichas institucio-
la practican disponen de un enorme poderío económico que,"( ... ) barrenando
nes deberán abstenerse de convenir cláusulas que por su carácter exorbi-
los principios liberales de la contratación( ... )" como lo dijera un renombrado
tante puedan afectar el equilibrio del contrato o den lugar a un abuso de
tratadista (JoAQUÍN ÜARRIGUES, Contratos bancarios, cap. I, núm. II), les per-
posición dominante( ... )", lo que en breve síntesis equivale a decir que para
mite a todas las de su especie gozar de una posición dominante en virtud de
el legislador la posición dominante de las entidades de crédito es un dato
la cual pueden predeterminar unilateralmente e imponerlas a los usuarios, las
de hecho acerca de cuya realidad no hay controversia judicial posible y,
condiciones de las operaciones activas, pasivas y neutras que están autoriza-
asimismo, que en cuanto esa posición es determinante para quien la goza
das para realizar, así como también administrar el conjunto del esquema con-
de situaciones particulares activas o de poder, en su desarrollo práctico
tractual de esa manera puesto en marcha, pero no obstante ello, preciso es no
dentro del contorno que marcan las relaciones contractuales por dichas en-
perder de vista que en el ejercicio de estas prerrogativas de suyo reveladoras
tidades establecidas con sus clientes, hay lugar al abuso en perjuicio de
de una significativa desigualdad en la negociación, los intereses de los clien-
tes no pueden menospreciarse; si así llega a ocurrir porque la entidad crediticia, estos últimos" 55 •
con daño para su cliente y apartándose de la confianza depositada en ella por
este último en el sentido de que velará por dichos intereses con razonable IV.- Abuso del derecho en materia laboral
diligencia, se extralimita por actos u omisiones en el ejercicio de aquellas
prerrogativas, incurre en abuso de la posición preeminente que posee y por 553.- La sala laboral de la Corte Suprema de Justicia, en sentencia del 7 de
ende, al tenor del artículo 830 del C. de Co., está obligada a indemnizar. Y no noviembre de 1978, tuvo la oportunidad de referirse a la teoría del abuso del
está por demás asentar que lejos de hallarse la génesis de estos conceptos en derecho en materia laboral.
el."~ .. .') humor o la discreción del juzgador" con los calamitosos riesgos que
a JUlClO del censor se crean para el que denomina "( ... ) derecho de la res pon- En el asunto sub judice se decidía la responsabilidad del patrono que, invo-
sabilidad civil" si se los acoge, en la hora presente tienen ellos rotundo sus-
cando una falta grave como causal de despido de un trabajador, procedió a dar por
tento en normas de jerarquía legal a las cuales hizo oportuna referencia el terminado el contrato de trabajo. La Corte, admitió que realmente la causal de
fallo objeto de impugnación para referirse al caso de compensaciones excesi-
despido existía, pero que el patrono no podía hacer uso de ella, pues era una apli-
vas impuestas en operaciones bancarias de préstamo efectuadas por las Cor-
cación excesiva de sus derechos frente al trabajador.
poraciones de Ahorro y Vivienda, práctica esta en sí misma incorrecta que
con referencia a los depósitos colaterales constituidos mediante el abono for-
zoso del producto del préstamo, de baja remuneración y con disponibilidad
restringida para el mutuario y depositante a la vez, han prohibido distintas 55 C. S. J., cas. civ., dic. 19/94, expediente 3972, magistrado ponente: Carlos Este-
ban Jaramillo Schloss, proceso de Sociedad Constructora Arinco Ltda. contra Cor-
normas de las que son ejemplo el artículo 7° del Decreto 1084 de 1981 el poración Popular de Ahorro y Vivienda Corpavi.
artículo 8° del Decreto 721 de 1987 y el artículo 2.1.2.3.9 del Decreto l'l30
642 JAVIER TAMAYO JARAMILLO EL ABUSO DEL DERECHO 643

Al respecto, el fallo expresó: "Aplicando estos principios generales al caso en estudio, puede considerarse
-como en efecto lo hizo el tribunal- que el derecho del patrono a sancionar
"Debe tenerse en cuenta que si bien el patrono tiene facultad para señalar la faltas graves con el despido, es susceptible de exceso, extralimitación o abu-
época en que el trabajador puede disfrutar de vacaciones, aún oficiosamente, so que lo convierte en terminación unilateral sin justa causa y da lugar a la
tal señalamiento debe tener en cuenta la efectividad del descanso y no solo indemnización correspondiente.
las exigencias del servicio. Quedó acreditado en autos que el trabajador pla-
neó, preparó y dispuso su descanso vacacional, contando de buena fe y razo- "No cabe duda de que las normas sobre terminación del contrato, contenidas
nadamente con que podría tomarlo como en otras ocasiones en la época de en el capítulo VI del Código Sustantivo del Trabajo, están inspiradas por el
navidad. La empresa, sin embargo, solo vino a definir tal situación, negativa- principio básico de protección al trabajador consagrado en los artículos 7°, go
mente, en vísperas del viaje proyectado, provocando así por imprevisión o y 9° del mismo y en el artículo 39 de la Constitución Nacional. Concretamen-
inadvertencia la conducta irregular del trabajador, que sancionó luego en for- te se procura la mayor estabilidad en el empleo que resulte compatible con la
ma inmediata y drástica, sin tener en cuenta las especiales circunstancias. necesidad del orden y la disciplina que exige en la práctica el trabajo subor-
dinado.
"Considera la sala que el criterio de equidad que aplicó el sentenciador para
resolver este caso encaja dentro de la teoría jurídica de abuso del derecho, "En el caso sub lite la falta grave cometida por el trabajador tiene atenuantes
que constituye además principio general de interpretación de la ley, aplicable dignos de toda consideración, al paso que la decisión de despedirlo tomada
en el campo del derecho privado y con mayor razón en el derecho laboral "incontinenti" por la empresa no aparece, dentro de las circunstancias, como
dado su carácter de orden público (CST, arts. 14 y 16). equitativa, proporcionada o justificada, teniendo en cuenta las finalidades
sociales y organizacionales que sirven de fundamento objetivo al derecho
"Se trata, como es sabido, de una teoría de "reductio" ad equitatem de casos patronal a despedir, tales como serían la necesidad de mantener la disciplina
concretos del dura lex, similar por ello a figuras como el riesgo imprevisible, en la empresa, de preservar el orden, mantener la productividad, prevenir
de plena vigencia en el campo laboral pues se trata de hacer más humano el trastornos en la producción o en la operación normal. Hubo pues una extrali-
derecho (CST, arts. 50 y 280). Se parte de la base inobjetable de que todo mitación, exceso o demasía en la utilización de ese derecho, y los falladores
derecho debe ejercitarse de acuerdo con su objetivo social propio, en orden al de instancias lo apreciaron así, correctamente" 56 .
cumplimiento del fin social que con él se persigue. El derecho subjetivo (facultas
agendi) puede entrar en conflicto con el derecho objetivo (norma agendi) y Estamos en total desacuerdo con este fallo cuando considera que el asunto
este debe servir de base para corregir posible desviaciones, desafueros o ex- sub examine se enmarca dentro de la teoría del abuso del derecho.
cesos que ocurran en el ejercicio del derecho subjetivo. Equivale por tanto a
aceptar que no hay derechos absolutos, incondicionados, intocables o rígi- En efecto, si es que la conducta del trabajador no ameritaba el despido, a la
dos, pues todo derecho es relativo, condicionado, instrumental y flexible. El Corte le habría bastado afirmar que, pese a las apariencias objetivas, la causal de
derecho no constituye una entelequia jurídica pues es ante todo un medio terminación del contrato de trabajo no existía y, por tanto, el despido fue injusto.
para el logro de fines sociales concretos. Pero no porque se estuviera frente al abuso del derecho de dar por terminado el
contrato, sino porque no se configuraba la causal de despido. Es un contrasentido
"Los principios básicos que han informado la teoría del abuso del dere-
total afirmar que el patrono tenía derecho a dar por terminado el contrato de traba-
cho tienen plena vigencia en nuestra legislación laboral. Así, el principio
jo debido a la falta del trabajador y a renglón seguido afirmar que esa facultad no
sociológico de la solidaridad, en oposición a la autonomía y a la libertad
se podía ejercer porque ello sería demasiado riguroso con el trabajador. Lo que en
entendidas en sentido individualista. Así también la noción de equilibrio de
el fondo el fallo afirma es que no había existido causal legítima de despido. Pero
intereses, que condiciona la vida social, y cuya restauración se impone jurí-
tal solución no se ampara en el abuso del derecho.
dicamente cuando el ejercicio de los derechos subjetivos lo rompe. Máxime
en un campo jurídico como el laboral en el cual tiene especial importancia la
interpretación finalista o teleológica por mandato mismo de la ley (CST, arts.
1°y18). 56 C. S. J., cas. civ., nov. 7/78, Jurisprudencia y Doctrina, vol. 8, pp. 90 y ss.
644 JAVIER TAMAYO JARAMILLO EL ABUSO DEL DERECHO 645

Pero variemos un poco la hipótesis: supongamos que todo el mundo está de ley o en la Constitución se afirma que los congresistas no son responsables por
acuerdo en que la decisión del patrono no fue excesiva y que, aún para la misma sus opiniones vertidas en el parlamento, constituye un verdadero abuso del dere-
Corte, la causal de despido era válida. En tales circunstancias, si el patrono, pen- cho el utilizar esa legalidad con el ánimo de perjudicar a un tercero. Por tanto, nos
sando en el desarrollo normal de sus actividades, despide al trabajador, es claro p<trece equivocada una sentencia de la Corte, del 18 de mayo de 1932, que al
que ninguna responsabilidad le incumbe. En cambio, si, pese a la claridad de la respecto expresa:
causal de despido, el patrono, sin ningún interés serio y solo con el ánimo de
perjudicar al trabajador, lo despide, entonces sí podríamos hablar de un abuso del "Tanto los senadores y representantes como los diputados, para quienes exis-
derecho por parte del patrono. En este caso, la causal de despido era perfectamen- te el mismo principio consignado en el artículo 106 de la Constitución y 93
te válida y no excesiva, pero el patrono, parapetado en esa facultad que la misma del Código Político y Municipal, respectivamente, pueden abusar de la liber-
Corte le habría justificado, decide abusar de ella, despidiendo al trabajador con el tad que tienen para emitir sus opiniones en el curso de los debates, lastiman-
único ánimo de perjudicarlos. do e injuriando el honor y la dignidad de las personas, en la forma más injus-
ta y desprovista de fundamento, como ha sucedido en el presente caso con el
Obsérvese que en el asunto sub judice, la Corte se limita a decir que realmen- doctor Bedoya Cajiao, pues el señor López no ha presentado la menor com-
te no existía causal de despido porque la ley no se podía interpretar con la severi- probación en apoyo de los conceptos que lanzó contra aquel. Mas, con todo,
dad que lo hizo el patrono. En cambio, en la segunda hipótesis, es claro que, en esa libertad, sin responsabilidad legal alguna, es necesaria, porque de lo con-
principio, la causal si existía y que la interpretación del patrono era correcta, pero trario, los miembros de esas corporaciones legislativas podrían sufrir menos-
éste, sin ningún interés serio y solo con el ánimo de perjudicar al trabajador, lo cabo en la independencia de que deben gozar al tomar parte en discusiones
despide. cuyo éxito, en bien de la comunidad, depende del libre examen" 57 •

En otro orden de ideas, uno puede hablar de abuso del derecho del patrono
cuando éste, sin motivo serio y con el ánimo de perjudicar a una persona, se abs- 555.- NuEvA POSICióN DE LA CoRTE SuPREMA DE JusTICIA

tiene de vincularla laboralmente. Piénsese en la recolección de una cosecha de


café que requiere toda la mano de obra que resulte, pero el propietario de la finca, Por fortuna, así haya sido por vía de tutela y así no se haya invocado la teoría
sin argumento distinto del de su derecho de no contratar, le niega trabajo a una del abuso del derecho, la Corte Suprema de Justicia, en sentencia del9 de mayo de
persona que reúne los requisitos para ser vinculado. En tales circunstancias, es 1996, interpretando los nuevos textos constitucionales que, más o menos, vuelven
claro que habría abuso del derecho por parte del patrono. a consagrar ese derecho a la inviolabilidad de los congresistas, recoge su doctrina
anterior y, acertadamente, le pone límites a los abusos que los parlamentarios
puedan cometer en el ejercicio de su función. En el caso sub judice no entramos a
V.- Abuso del derecho de opinión de los parlamentarios opinar si ese exceso existió o no. Lo que nos interesa es el hecho de que la Corte
admita que ese derecho de opinión no es absoluto.
554.- SENTENCIAS QUE LEGITIMAN EL ABUSO DEL DERECHO DE OPINIÓN
Y DE DIFAMACIÓN Los hechos: un funcionario público solicitó tutela de sus derechos fundamen-
tales a la dignidad humana y a la intimidad, argumentando que un parlamentario
Durante muchos años, la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, al había hecho falsas imputaciones en su contra durante una sesión del Congreso
interpretar literalmente los textos constitucionales, negó acciones indemnizatorias Nacional. El Tribunal Superior de Medellín, en primera instancia, negó la tutela
contra parlamentarios que en el ejercicio de sus funciones difamaban o calumnia- argumentando la inviolabilidad del derecho de opinión de los congresistas. Ape-
ban a terceras personas que, así, sufrían enormes perjuicios. Tal modo de interpre- lada la decisión, la Sala Civil de la Corte concede la tutela y en sus motivaciones
tar la ley es, en nuestro sentir, erróneo, pues ello es olvidar el verdadero sentido expresa los siguientes argumentos, que compartimos plenamente:
de la institución del abuso del derecho. Porque lo que en principio remueve los
cimientos del jurista que se enfrenta a la teoría del abuso del derecho es pensar
que se pueda ser responsable por el ejercicio de una facultad legítima. Y si en la 57 C. S. J., cas. civ., mayo 18/32, "G. J.", t. XL, p. 486.
646 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
EL ABUSO DEL DERECHO 647

"Pese a la existencia de un reglamento interno del Congreso, que en materia mento, que trascendió ampliamente los muros del Senado, dada la forma como
disciplinaria designa una jurisdicción especial para sus miembros, estos como fue transmitida al público, traspasa el ámbito disciplinario del Congreso, al
servidores públicos se encuentran, en general, sujetos a las limitaciones im- conculcar los mencionados derechos fundamentales del accionante, e inde-
puestas por el artículo 6° de la Constitución que los hace responsables ante pendientemente de otras acciones a que la denuncia pueda dar lugar, es pre-
las autoridades públicas, por infringir la Constitución y la ley, en sus actua- ciso establecer correctivos para que situaciones como las aquí cuestionadas
ciones, omisiones o extralimitaciones en el ejercicio de sus funciones. no se vuelvan a repetir.

"El privilegio de la inviolabilidad que como se sabe lo consagra el artículo "Ante la posición asumida por el tribunal "a quo" en la decisión que tomara
185 de la Carta Política, debe entenderse, como lo ha dicho esta misma Cor- frente a esta tutela, conviene decir que si bien es cierto esta misma Corpora-
poración, "dentro del marco del estado de derecho, como un desarrollo ción, en Sala de Casación Penal, refiriéndose, en sentencia del13 de mayo de
del principio de la autonomía y del equilibrio de las ramas del poder público 1992, a la inviolabilidad parlamentaria contemplada en el artículo 185 C. N.,
y constituye valioso instrumento en la definición de la democracia ( ... ) señaló que "De acuerdo a esta garantía de rango constitucional, los sena-
Se trata de una prerrogativa, de un privilegio y de una facultad de los par- dores y representantes son ajenos a cualquier responsabilidad penal por las
lamentarios en el sentido de que no serán responsables por sus votos y opi- opiniones que expresen en ejercicio de su cargo y solo responderán dis-
niones en el ejercicio de su cargo ( ... ) El congresista en su actividad en el ciplinariamente ante la Cámara que pertenezcan, conforme al Reglamento de
ejercicio del cargo, participa en debates, reuniones políticas con miras a la Corporación", es de volver a resaltar que cuando estén en juego derechos
sus fines parlamentarios en los que no puede ni debe desprenderse de su constitucionales fundamentales como los aquí invocados, es procedente, como
alta investidura y sus opiniones en tales circunstancias son las de un senador ya se dijo, acudir al juez de tutela en procura del amparo de tales derechos,
o parlamentario que goza del privilegio que le otorga ( ... ) la Constitución toda vez que de lo que se trata es de proteger garantías que rebasan las defen-
Nacional" (Corte Suprema de Justicia, sala de casación penal, auto de 6 de sas contenidas en la legislación penal y disciplinaria. A este respecto no pue-
agosto de 1988). de olvidarse "( ... ) que los jueces cuando resuelven acerca de acciones de
tutela, no están actuando en ejercicio de sus competencias ordinarias, ni se-
"Empero es posible que aquella prerrogativa vista como un principio funda- gún las reglas propias de la ley civil, penal, o administrativa, sino que lo
mental, entre en conflicto directo con otro de similar rango o jerarquía como hacen como integrantes de la jurisdicción constitucional, con arreglo a los
lo es la salvaguardia de los derechos también fundamentales que la misma mandatos de la Carta Política y en desarrollo de la muy específica función de
Constitución tiene expresamente consagrados, evento en el cual y atendidas salvaguardar los derechos fundamentales.
las circunstancias concretas del caso de que se trate, el juez de tutela debe
amparar" 58 • "Ello significa que la materia de la cual se ocupan los jueces de tutela es una
sola y está regida directamente por los mandatos de la Constitución, indepen-
Y más adelante, la misma providencia expresa: dientemente de la rama dentro de la cual puedan ser catalogados los hechos,
pues si bien estos tocarán necesariamente con alguna disciplina jurídica, el
"Las susodichas aseveraciones, que por supuesto se trata de conceptos u opi- objeto de la resolución que se pide adoptar mediante el aludido procedimien-
niones personales de quienes las expresaron, escapan al sello de la inviolabi- to preferente y sumario no busca definir el asunto litigioso debatible ante la
lidad, pues con ellas se está reseñando a una específica persona con cualificativos respectiva jurisdicción, sino establecer si los derechos fundamentales del peti-
tales que la muestran, desde el recinto mismo del Congreso, como un delin- cionario han sido desconocidos o afrontan peligro, a fin de impartir justicia
cuente ante la faz del país, con menoscabo de sus derechos constitucionales a constitucional si se encuentra que en efecto se configura tal circunstancia"
la honra, al buen nombre y a la dignidad. Sin duda alguna el asunto en co- (Sent. T-486/94, Corte Constitucional).

"Afirmaciones tan específicas y personalizadas como ·las emitidas por los


aquí accionados a todo lo largo y ancho del país, enderezadas a vincular al
58 C. S. J., mayo 9/96, expediente 2973, actor: Pedro Juan Moreno Villa, magistrado
ponente: Jorge Castillo Rugeles. actor con grupos antisociales, no puede menos que conllevar graves conse-
648 JAVIER TAMAYO JARAMILLO EL ABUSO DEL DERECHO 649

cuencias para la vida, la integridad personal, la dignidad y la honra del afec- to que, de otra parte, carece de fundamento probatorio dentro del expediente,
tado, exponiéndosele a un riesgo inminente y anormal que no está obligado a pues aunque se trate de un hombre público, cuya hoja de vida está sometida
soportar. Por supuesto, la inviolabilidad parlamentaria de que trata la Cons- al permanente escrutinio de la ciudadanía, no quiere decir con ello que pueda
titución Nacional, no puede ser más que un instrumento para el cabal ejerci- ser blanco de ese tipo de ataques contra su honra. Ahora, si quienes así lo
cio del control político sin que pueda llegar hasta el punto de conculcar dere- aseveran y tienen conocimiento de ello, lo procedente es denunciar dichas
chos de tanta entidad como son a la dignidad humana, a la intimidad, al buen conductas ante las autoridades competentes.
nombre, a la honra, etc.
"La Corte Suprema de Justicia en la providencia última citada acota sobre el
"En términos constitucionales, el actor como secretario de gobierno del de- particular: "la protección constitucional y legal no excluye a los personajes
partamento de Antioquia no está forzado, so pretexto de la mentada inviola- públicos, quienes justamente por su actividad están más expuestos a ser agre-
bilidad, a sufrir las consecuencias dañinas de manifestaciones de tal grave- didos en su integridad moral, de manera que una cosa es que respecto de
dad como las aquí comentadas, máxime en un Estado social de derecho que muchos abusos que se cometen no se presente la querella necesaria para acti-
garantiza y reconoce "sin discriminación alguna, la primacía de los derechos var la intervención judicial, y otra que esos hechos no constituyan lesión a un
inalienables de la persona ( ... )" (Const. Nac., art. 5°); "todas las personas interés jurídico protegido"" 59 .
tienen derecho a su intimidad personal y familiar y a su buen nombre, y el
Estado debe respetarlos y hacerlos respetar" (art. 15, ibídem); y 'se garantiza En conclusión, nos parece acertado que la Corte, al analizar los nuevos textos
el derecho a la honra' (art. 21, ejusdem). constitucionales, acabe con la impunidad de los parlamentarios que, abusando de
su derecho de opinión, en forma irresponsable perjudicaban a terceros con sus
"En el caso sub examine las afirmaciones realizadas por los senadores, en el opiniones.
sentido de vincular al secretario de gobierno de Antioquia con asociaciones o
grupos ilegales como son los paramilitares y sus actividades, no solo lesiona- 556.- POSICIÓN DE LA CORTE CONSTITUCIONAL FRENTE AL CASO ANTERIOR
ron la honra del citado funcionario, entendida esta "como la buena fama, o el
buen concepto de que goza una persona ante la sociedad, de manera que la Mediante fallo del 23 de julio de 1996, la Corte Constitucional revocó la
conducta punible consiste en hacer a alguien, conocido o determinable, im- tutela concedida por la Corte Suprema de Justicia a la cual nos hemos referido en
putaciones que tengan capacidad para dañar o menoscabar el prestigio, el el número anterior. Sin embargo, es importante observar que, para nuestro máxi-
buen nombre que tiene ante la opinión pública, independientemente del re- mo tribunal constitucional, la inviolabilidad de los parlamentarios no es absoluta
sultado que se produzca" (Corte Suprema de Justicia, sala de casación penal, y que, bien por el contrario, ella no puede desconocer los derechos fundamentales
sent., 18 abril1996), sino también por cuanto produjeron otros efectos noci- de los individuos. Lo que acontece, según la Corte Constitucional, es que en el
vos, ya que a raíz de tales alocuciones, ampliamente conocidas a nivel nacio- asunto sub judice no se produjo el desconocimiento de esos derechos fundamenta-
nal, le trajo al implicado amenazas e insultos por parte de la subversión, las les y, en consecuencia, ningún reproche le cabía a los parlamentarios contra los
que alteraron su tranquilidad personal y familiar. cuales se había interpuesto la tutela.

"Las explicaciones presentadas por los senadores en el sentido de que la hoja Y más importante aún es el hecho de que la Corte Constitucional, en forma
de vida del accionante ya había sido controvertida en el pasado, al argüir expresa, se refiere a la teoría del abuso del derecho, aplicada esta vez a los parla-
"que desde tiempo atrás se le ha tildado de paramilitar e inclusive ha sido mentarios que, ejerciendo el derecho de opinión, pretenden únicamente perjudicar
objeto de investigaciones por parte de la Procuraduría General de la Nación" a un tercero. A continuación reproducimos algunos de los párrafos del bien docu-
(fl. 160), y que "desde los años ochenta viene siendo objeto de sindicaciones mentado fallo.
de sus presuntos vínculos o simpatías con grupos privados armados, denomi-
nados autodefensas o paramilitares" (fl. 167), no son justificaciones que sean
de recibo, toda vez que, como ya se afirmara, no pueden ampararse en el
59 C. S. J., mayo 9/96, expediente 2973, actor: Pedro Juan Moreno Villa, magistrado
hecho de existir contra el peticionario sindicaciones de esa naturaleza, asun- ponente: Jorge Castillo Rugeles.
650 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
EL ABUSO DEL DERECHO 651

Afirma la Corte Constitucional: "En conclusión, si las referencias que se hacen a un importante servidor
público o a una personalidad que es susceptible de ser sujeto de opinión
"La finalidad de la mencionada inviolabilidad, es garantizar el control políti- pública, guardan relación con un problema que interesa a todos, como es el
co; todo lo que no corresponde a esa función, e invade derechos ajenos, se de la paz y que era el tema del orden del día para controvertir en las cáma-
cataloga como abuso. Queda así explicada otra de las razones para la limita- ras, no puede invocarse de manera generalizada por quien es mencionado en
ción del citado derecho.
la crítica, que su intimidad, su honra y su imagen le sirven de escudo; por
supuesto que si se traen a colación aspectos de la vida íntima que no vienen
"4.2. En algunas oportunidades surge tensión de garantías institucionales
al caso, si la burla grosera supera a la ironía, entonces, ahí sí no puede ubi-
con derechos fundamentales, y, entonces, científicamente no se puede decir
carse el debate parlamentario en una esfera intocable. Caben en estas últimas
que la garantía institucional de la inviolabilidad de las opiniones de los con-
situaciones los controles político, reglamentario, disciplinario, de tutela y
gresistas, en ejercicio de sus funciones, es absoluta y que frente a ella, des-
aún penal.
aparecen los derechos fundamentales, sino que, de acuerdo con la transfor-
mación de la interpretación constitucional que se inició desde antes de la "7 .1. En un debate parlamentario, donde está en juego el valor supremo de
segunda guerra mundial, se puede dar solución adecuada a cualquier colisión la paz, si se hacen planteamientos contra un proceder de un funcionario, en
de principios, lo cual no implica la desaparición de uno de ellos, sino la relación precisamente con la búsqueda de los mecanismos mejores para
ponderación de cuál tiene prevalencia para el caso concreto en estudio. Lo derrotar la guerra y la intolerancia, no puede decirse que las críticas a ese
anterior obliga a plantear este tema: (... )" 60 . proceder administrativo, por fuertes que sean, constituyen una intromi-
sión indebida en la vida privada. Si con ocasión del debate, el afectado con-
Y más adelante, el fallo afirma: sidera que para defenderse tiene que explicitar él mismo aspectos de su rea-
lidad personal y familiar que no era su intención publicitarios, habrá que
"Dentro de dicho control, si en las críticas o reconocimientos que se le hacen reconocer que esta contingencia responde a la transparencia que los altos
al ejercicio de sus funciones, se tocan temas que son de interés público, no funcionarios y los políticos deben tener frente a la sociedad y ante quien los
cabe la menor duda de que al subir de tono el debate pueden lanzarse opinio- controla.
nes que molesten al servidor público. Otra cosa muy diferente sería que sin
venir al caso y solamente con el propósito de violentar a la persona se profie- "7 .2. Tratándose del derecho a la imagen, en personas con proyección pú-
ran agravios en cuyo caso la extralimitación escapa a la inviolabilidad por- blica, si en un debate parlamentario se resaltan o aún se exageran las facetas
que se podría producir un abuso del derecho (C. P., art. 951), entendiendo que hacen de ese hombre público la personificación de una idea, no se ve la
que en la teoría del abuso del derecho, hay que tener en cuenta que cada violación al derecho fundamental de la imagen. Esa imagen política está den-
derecho tiene una misión propia, lo que equivale a decir que debe realizarse tro del ámbito político y si lo que se pone en tela de juicio está en relación
conforme a su espíritu. Significa lo anterior que el derecho subjetivo es un con esos actos públicos, ya más que de imagen lo que se trata es de actividad
derecho-función: "no puede salirse del plan de la función que desempeña sin política" 61 •
que su titular incurra en una desviación, en un abuso". (Lours JossERAND,
Y después de sentar todas esas premisas que nosotros compartimos plena-
Relatividad y abuso de los derechos, Edit. Temis, 1982) [remarca del fallo].
mente, la Corte Constitucional, al aplicarlas al caso concreto, afirma lo siguiente:
"La finalidad de la mencionada inviolabilidad, es garantizar el control políti- "La dureza de las expresiones de los senadores tienen trascendencia po-
co; todo lo que no corresponde a esa función, se cataloga como abuso del lítica, pero no invadieron en ningún instante la vida íntima del doctor More-
derecho.
no ni de su familia, se refirieron a su forma de ser frente a un problema

60 C. Const., jul. 23/96, magistrado ponente: Alejandro Martínez Caballero, acción de 61 C. Const., julio 23/96, magistrado ponente: Alejandro Martínez Caballero, acción
tutela, solicitante: Pedro Juan Moreno Villa, expediente T-98585, p. 18. de tutela, solicitante: Pedro Juan Moreno Villa, expediente T-98585, p. 22.
652 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
EL ABUSO DEL DERECHO 653

crucial y esto no implica violación de sus derechos constitucionales. Respec- "La finalidad de la inviolabilidad de los congresistas explica naturalmente
to a las referencias al paramilitarismo, un senador hizo críticas generales y el sus características y alcances. En cuanto a sus rasgos esenciales, en primer
otro empleó frases de construcción gramatical de sentido impersonal que, al término, la doctrina constitucional y la práctica jurisprudencia! coinciden en
ser considerados por Moreno Villa como violatorias de los derechos funda- · señalar que esta prerrogativa es primariamente una garantía institucional en
mentales, obligan al juez constitucional a ponderar cuál tendría preferencia: favor del Congreso y de la democracia, en vez de ser un privilegio personal
si la garantía institucional a la inviolabilidad de la opinión de los congresis- del senador o del representante como tal. De otro lado, la inviolabilidad es
tas o los de honra, honor e imagen del secretario de gobierno; se opta por el perpetua, esto es, el parlamentario o congresista escapa a cualquier perse-
primero porque las opiniones respondieron al derecho al control político, cución judicial por sus votos y opiniones, incluso después de que ha cesado
porque al personaje público se le restringe en parte la amplitud de sus dere- en sus funciones. En tercer término, la inviolabilidad genera una irresponsa-
chos fundamentales y, especialmente, porque las opiniones no atentaron con- bilidad jurídica general. La doctrina y la jurisprudencia, tanto nacional como
tra el núcleo esencial de los aludidos derechos, ni contra la esencia de lo que comparada, coinciden también en señalar los alcances o, si se quiere, el ám-
debe ser. Además, como también se explicó anteriormente, otra es la vía bito material, en donde opera esta institución, ya que es claro que ésta es
judicial para que el actor de esta tutela haga el reclamo. La jurisdicción cons- (i) específica o exclusiva, pero al mismo tiempo es (ii) absoluta. La invio-
titucional no puede dar órdenes pedidas por el actor porque implican que se labilidad es específica por cuanto la Constitución actual, como la anterior,
suplante al querellante legítimo, menos si se plantean dentro de una tutela precisan que esta garantía institucional cubre exclusivamente los votos y opi-
mecanismo transitorio, cuando ni siquiera hay prueba de que el solicitante niones emitidos en ejercicio del cargo. También es absoluta, ya que sin
hubiera presentado querella penal por los presuntos delitos de calumnia e excepción todos los votos y opiniones emitidos en el proceso de formación
injuria. Se repite, el juez no puede suplantar al querellante" 62 . de la voluntad colectiva del Congreso quedan excluidos de responsabilidad
jurídica".
Sin entrar en el análisis del caso concreto, consideramos que en buena hora
nuestro máximo tribunal constitucional puso freno a las irresponsabilidades de Y expresa de manera más clara aún:
los parlamentarios que, atrincherados en su inmunidad parlamentaria, no tienen
"La inviolabilidad de los congresistas es absoluta. Sin embargo, esto no sig-
inconveniente alguno en desconocer la honra de los demás, todo con el pretexto
nifica que en una democracia constitucional no exista ninguna responsabi-
de la libertad que la democracia debe conceder a quienes representan el pueblo.
lidad de los congresistas por sus votos y opiniones en el ejercicio de sus
En consecuencia, también en este caso los derechos constitucionales tienen su
funciones. Así, la mayor parte de las constituciones, y específicamente el
límite y sus titulares no pueden abusar de ellos.
artículo 185 de la nuestra, establecen que los parlamentarios están someti-
dos a las normas disciplinarias de las cámaras, las cuales, con el fin de man-
557.- NuEVA POSICIÓN DE LA CoRTE CoNSTITUCIONAL
tener un orden en el debate, pueden controlar y sancionar internamente cier-
tos abusos de la libertad de expresión. De otro lado, y más importante aún, el
Pero la Corte Constitucional, mediante el fallo SU-047 de 1999, con visos control esencial sobre los congresistas lo ejercen la propia ciudadanía y la
claramente partidistas que no jurídicos echó por tierra varias sentencias de la mis- opinión pública, cuyos cuestionamientos pueden traducirse en la imposición
ma corporación en las que consideraba que los parlamentarios no podían abusar de formas de responsabilidad política sobre los senadores y representantes".
de su inmunidad cuando oficiaban como jueces. Mediante fallo de tutela la Corte
Constitucional impidió a la Corte Suprema de Justicia juzgar por prevaricato a los Además de que no compartimos la decisión, expresamos nuestro profun-
representantes a la Cámara que habían exonerado de responsabilidad al presidente do dolor por la impunidad que en mala hora la Corte Constitucional intro-
de la República, pues los congresistas tienen inmunidad total en relación con sus dujo63.
opiniones. Al respecto, el fallo expresó:

63 C. Const., ene. 29/99, magistrados ponentes: Carlos Gaviria Díaz y Alejandro Martínez
62 Ibídem, p. 29. Caballero, acción de tutela, accionante Vivian Morales Hoyos, Expediente T-180650.
PARTE SEGUNDA

RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO AJENO

558.- Bibliografía sumaria. Le Tourneau Philippe, Lo1c Cadiet, ob. cit.,


núm. 3373; Emiliani Roman, ob. cit., pp. 31 y ss.

559.- CONCEPTO, DIVISIÓN Y PLAN

Tanto en materia contractual como extracontractual los individuos pueden


comprometer su responsabilidad no solo cuando el daño es imputable causalmente
a su propio comportamiento, sino también cuando dicho daño ha sido causado por
una tercera persona dentro de las condiciones que se verán más adelante.

Con todo, el lenguaje doctrinal y jurisprudencia! pareciera conservar el con-


cepto de responsabilidad civil por el hecho ajeno, únicamente para la responsabi-
lidad civil extracontractual 1, y esa será, en principio, la orientación que le dare-
mos a los párrafos que siguen.

No obstante, son tantas las diferencias teóricas y prácticas que se presentan


entre la responsabilidad contractual y la extracontractual cuando el daño es causa-
do por un tercero, que consideramos indispensable, en un primer capítulo, anali-
zar someramente los principios que rigen la responsabilidad contractual en tales
circunstancias (cap. I), para posteriormente estudiar la responsabilidad extracontrac-
tual por el hecho de un tercero (cap. II).

Philippe le Tourneau, Lo"ic Cadiet, ob. cit., núm. 3378.


LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 657

563.- DAÑOS EXTRACONTRACTUALES PRODUCIDOS CON OCASIÓN


DEL CONTRATO

CAPÍTULO I ,Ahora, como ya dijimos, para que la responsabilidad que se aplique sea la
contractual, es necesario que el daño causado por el tercero constituya la inejecución
LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL
de una obligación contractual. Tal sería el caso del empleado del vendedor de
POR EL HECHO DE UN TERCERO
electrodomésticos que daña el aparato en forma culposa mientras hacía la entrega
del mismo al comprador. Es claro que allí la responsabilidad del vendedor es
contractual, puesto que se incumplió la obligación contractual de entregar la cosa
560.- Bibliografía sumaria. Philippe Le Tourneau, Lo1c Cadiet, ob. cit.,
vendida sana y salva. Pero si ese dependiente, aunque entregue el electrodomésti-
núms. 1602 y ss.; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núms. 830 y
co en perfectas condiciones, aprovecha el ingreso al domicilio del comprador para
ss.; A. von Thur, ob. cit., t. I, p. 284; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. I, núms.
sustraerse alguna pintura, entonces la responsabilidad del deudor, es decir el ven-
985 y SS.
dedor, será de naturaleza extracontractual puesto que el daño nada tiene que ver
Los sistemas de producción masiva de bienes y servicios han condu- con el contrato de compraventa (sobre los daños producidos con ocasión del con-
cido a que poco a poco los deudores contractuales se vean en la necesidad de trato véase supra, T. I, 87).
acudir a terceras personas con el fin de poder ejecutar las prestaciones contractua-
les a que se han obligado. 564.- CALIDAD DE LOS TERCEROS QUE GENERAN EL INCUMPLIMIENTO
CONTRACTUAL
Es indispensable entonces determinar cómo funciona la responsabilidad del
deudor contractual cuando no es él, sino la persona que ejecuta el contrato, quien El deudor contractual puede verse abocado a incumplir el contrato por el
ha actuado en forma ilícita y consecuentemente ha dado lugar a que el deudor hecho de un tercero bajo hipótesis diferentes, según se verá a continuación.
incumpla sus compromisos contractuales. A la respuesta de estas inquietudes con-
sagraremos los párrafos que presentamos a continuación. 565.- DAÑO IMPUTABLE A UN TERCERO AJENO AL DEUDOR

562.- LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO AJENO En primer lugar, puede suceder que el incumplimiento material del contrato
(C. C., ARTS. 2347 Y SS.) NO SE APLICA EN MATERIA CONTRACTUAL sea imputable al hecho de un tercero que no había sido encargado por el deudor
para que ejecutara el contrato y que, por otro lado, es totalmente ajeno a las acti-
Ya hemos visto (supra, T. I, 45 y ss.) que la responsabilidad contractual y la vidades y obligaciones jurídicas de dicho deudor. Piénsese en el transportador que
extracontractual obedecen a regímenes jurídicos diferentes y que los principios de es despojado por una banda de delincuentes de la mercancía que se había obligado
la una no se pueden aplicar indistintamente a la otra. a desplazar. En este caso hay una presunción de incumplimiento contractual por
parte del deudor.
De acuerdo con ese axioma podemos afirmar que cuando el daño se deriva de
la inejecución de un contrato válidamente celebrado entre el demandante y el de- Ahora, cuando el comportamiento del tercero reúne frente al deudor todas las
mandado, por ningún motivo se podrán aplicar los principios que regulan la res- condiciones necesarias para que se configure una causa extraña (infra, T. II, 21 y
ponsabilidad extracontractual por el hecho ajeno si el daño es imputable a ~n ss.) entonces el deudor podrá liberarse de la responsabilidad que pesa en su con-
tercero a quien el deudor contractual delegó la ejecución del contrato. Necesana- tra, pues se considera que el daño no le es ni jurídica ni causalmente imputable3 .
mente habrá que acudir a los principios de la responsabilidad contractuaF.

3 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 1594; Jacques Ghestin, Genevieve
2 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 1602; Von Thur, ob. cit., T. l. p. Viney, ob. cit., T. IV. núm. 830; Mazeaud-Tunc-Chabs, ob. cit., T. 1, núm. 975.
284; Mazeaud-Tunc-Chabs, ob. cit., T. 1, núm. 965.
658 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 659

En el ejemplo planteado, el daño es imputable a un tercero, pero en la medida en La autorización para delegar en un tercero independiente la ejecución del
que ese tercero es totalmente ajeno al deudor, éste se exonera de responsabili- contrato no está prohibida en la ley e, incluso, aparece autorizada en forma expre-
dad. En consecuencia, no se puede confundir el hecho de un tercero como forma sa, para ciertos contratos, por ejemplo en el contrato de transporte (C. de Co., art.
de causa extraña que exonera de responsabilidad al deudor, con el hecho ajeno 984).
o de un tercero que, por estar vinculado al deudor, compromete la responsabili-
dad de éste. Y el hecho de que la ley autorice expresamente para delegar en un tercero
independiente la ejecución del contrato, no libera de responsabilidad al deudor
inicial, salvo que así lo pacten las partes.
566.- DAÑO IMPUTABLE A UN TERCERO DEPENDIENTE O EMPLEADO
DEL DEUDOR
568.- DAÑO IMPUTABLE A PERSONAS QUE DEPENDEN DEL DEUDOR

Cosa distinta acontece cuando el deudor, permitiéndoselo la ley o el contrato,


delega la ejecución del contrato en personas que laboralmente tiene bajo su de- Puede suceder que el incumplimiento contractual sea imputable a un tercero
pendencia. Esta autorización en principio está concedida, salvo que la ley expre- que, sin estar encargado del cumplimiento del contrato, de todas formas dependía
samente lo prohíba. Inclusive en algunos casos específicos tácitamente se habla del deudor contractual.
de ella (C. C., art. 1738, para la pérdida de la cosa que se debe).
Piénsese en el caso del arrendatario cuyo hijo o dependiente destruye o dete-
riora la cosa arrendada.
Doctrina4 y jurisprudencia son pacíficas en considerar que bajo tales circuns-
tancias el deudor responde por el comportamiento de ese dependiente si, desde
La ley solo se refiere a esta hipótesis en algunos eventos especiales. Así por
luego, se llenan los requisitos de ilicitud imputables a quien ejecutó el contrato.
ejemplo, el artículo 1999 del Código Civil afirma que el arrendatario no solo es
Así las cosas, si el transportador delega la ejecución del contrato de transporte en
responsable de su propia culpa, sino de las culpas de su familia, huéspedes y
un conductor que está bajo su dependencia laboral, el transportador será responsa-
dependientes. Y el artículo 1005 del Código de Comercio hace responsable al
ble en caso de que, perdida la cosa en poder del conductor, no logre desvirtuar la
transportador por los daños que los pasajeros enfermos o dementes causen a los
presunción de responsabilidad que pesa en su contra (C. de Co., art. 992). La
otros pasajeros. Así mismo, el Código Sustantivo del Trabajo hace responsable al
culpa del dependiente equivale a la culpa del deudor.
patrono por los accidentes de trabajo imputables a otros trabajadores.

567.- DAÑO IMPUTABLE A UN TERCERO INDEPENDIENTE (SUSTITUTO), En nuestro concepto, aunque la ley no consagre un principio general de res-
A QUIEN SE ENCOMENDÓ LA EJECUCIÓN DEL CONTRATO ponsabilidad en tales circunstancias, la naturaleza de las cosas impone que si el
incumplimiento contractual se debe al comportamiento de una de estas personas
Puede suceder que el deudor contractual, generalmente mediante una subcon- que estaban bajo la responsabilidad del deudor, este seguirá respondiendo
tratación, delegue en un tercero totalmente independiente la ejecución del contra- contractualmente 6 . Así, por ejemplo, si el hijo del depositario se roba la cosa
to. En tales circunstancias, también podemos afirmar que, aunque el subcontratista depositada, el depositario no podrá alegar como causal de exoneración el hecho
no depende del deudor inicial, de todas formas la inejecución del contrato por exclusivo de un tercero, puesto que el hijo estaba bajo su esfera de vigilancia.
parte del subcontratista compromete la responsabilidad de ese deudor iniciaP.
De igual forma, si el ama de llaves de un restaurador de obras de arte, en
forma imprudente deteriora una valiosa pintura que estaba en poder del restaura-

4 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., T. IV. núm. 823; Mazeaud-Tunc-Chabs,
Ob. cit., T. 1, núm. 976.
5 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 1600; Mazeaud-Tunc-Chabs, Ob. 6 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 1594; Jacques Ghestin, Genevieve
cit., T. 1, núm. 978. Viney, ob. cit., T. IV. núm. 830; Mazeaud-Tunc-Chabs, ob. cit., T. 1, núm. 976.
660 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 661

dor, este responderá contractualmente de dichos daños, pues ellos surgen directa-
mente de la inejecución del contrato. Finalmente, si durante una intervención qui- 570.- EXONERACIÓN DEL DEUDOR CONTRACTUAL

rúrgica la dependiente del médico, encargada del aseo del quirófano acciona im-
Como consecuencia de la diferencia anotada en el número anterior, tenemos
prudentemente algún aparato que le causa daños al paciente, la responsabilidad
del médico será contractual y no extracontractual. que la exoneración es radicalmente distinta en los dos regímenes de responsabili-
dad (contractual y extracontractual) cuando el daño es imputable al hecho de un
tercero por el cual debe responder el demandado.
569.- EN MATERIA CONTRACTUAL EN CASO DE DAÑO CAUSADO
POR UN TERCERO, LA RESPONSABILIDAD NO DESCANSA
En efecto, en la responsabilidad extracontractual por el hecho ajeno de
EN LA CULPA DEL DEUDOR
las personas naturales (C. C., art. 2347, inc. final), establecida la culpa del direc-
tamente responsable, se presume la del civilmente responsable, presunción
que puede desvirtuarse mediante la prueba de ausencia de culpa (infra, T. I, 677) 9 •
En la responsabilidad extracontractual por el hecho ajeno de las personas En cambio, en materia contractual la situación para el deudor es mucho más des-
naturales 7, el legislador parte del presupuesto de dos culpas: la del directamente ventajosa. Veamos.
responsable (hijo, trabajador, alumno, etc.) y la del civilmente responsable (pa-
dre, patrono, director de colegio, etc.). En tal hipótesis, la ley presume que el Si se trata de una obligación contractual de medios, al demandante le corres-
directamente responsable se ha comportado mal porque el civilmente responsable ponde demostrar la culpa de quien materialmente ejecutó el contrato, bien sea en
actuó culposamente (no brindar una suficiente vigilancia). forma independiente, bien sea como dependiente del deudor contractuaP 0 • Pero
establecida esa culpa de quien debía ejecutar el contrato, el deudor contractual
En cambio, y esta es la gran diferencia entre los dos órdenes de responsa- no tiene absolutamente ninguna forma de exoneración 11 . Aquí se ve con cla-
bilidad, en materia contractual la responsabilidad del deudor no se fundamenta ridad la enorme diferencia entre los dos regímenes de responsabilidad civil por el
en su propia culpa cuando el daño es imputable a un tercero a quien se ha- hecho ajeno. Así, por ejemplo, si un médico subcontrata con otro la prestación
bía encargado la ejecución del contrato o que estaba bajo la responsabilidad del de un servicio que había pactado con un paciente o tiene a otro médico bajo
deudor. su dependencia laboral encargado de cumplir la obligación, y uno de estos
dos últimos actúa en forma culposa, el médico deudor contractual no podrá
Es decir, el comportamiento del tercero no hace presumir la culpa del deudor, alegar ausencia de culpa de su parte, puesto que lo que le interesa a la ley es la
lo que significa que el fallador no tiene que averiguar para nada cuál fue el real culpa de quien por decisión del deudor, de hecho, ejecutó el contrato. La culpa del
comportamiento de este último. La culpa del tercero compromete automáti- médico que intervino al paciente se considera como si fuera la culpa del deudor
camente al deudor 8, es decir, es su propia culpa (la del deudor) jurídicamente del contrato.
hablando. Por eso el artículo 1738 del Código Civil afirma que "En el hecho o
culpa del deudor se comprende el hecho o culpa de las personas por quienes fuere Ahora, tratándose de obligaciones de resultado, el simple hecho del daño
responsable". derivado de la inejecución del contrato hará presumir la responsabilidad del deu-
dor, quien la mayoría de las veces deberá establecer una causa extraña (C. de Co.,
art. 992) 12 . Si esa causa extraña no es establecida, el deudor será automáticamente
Y el artículo 984 del Código de Comercio establece que el transportador será
responsable en caso de que delegue en un tercero independiente la ejecución del
contrato de transporte.
9 Von Thur, ob. cit., T. 1, p. 284.
1O Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 1601; Jacques Ghestin, Genevieve
Viney, ob. cit., T. IV. núm. 838.
7 La responsabilidad extracontractual tiene un régimen especial (infra, 573 y ss.). 11 Von Thur, ob. cit., T. 1, p. 284; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., T. IV.
8 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., T. IV. núm. 837. núm. 838.
12 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., T. IV. núm. 838.
662 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 663

responsable 13 . Así las cosas, si el transportador encarga a otro transportador la La naturaleza de las cosas indica que si al deudor no se le prohibe delegar en
ejecución de un transporte de mercancías que son robadas por el transportador un tercero la ejecución del contrato (salvo contrato intuitu personae), el deudor,
encargado, el transportador inicial no podrá alegar como exoneración el hecho como contrapartida de dicha autorización, adquiere frente al acreedor la obliga-
exclusivo de un tercero, ni mucho menos ausencia de culpa. ción de garantizar que el tercero encargado de ejecutar el contrato empleará el
mismo grado de diligencia a que se había obligado el mismo deudor 16 . ÜHESTIN
VINEY afirman que el verdadero fundamento de esa responsabilidad contractual
Es esta pues la gran diferencia probatoria entre la responsabilidad contrac-
tual y la responsabilidad extracontractual por el hecho ajeno de las personas natu- por el hecho ajeno, es el:
rales.
"Respeto del contrato, que prohíbe toda cesión de la deuda, sin el consenti-
miento del deudor" 17 .
Es de anotar que en materia extracontractual, la responsabilidad de las perso-
nas jurídicas por el hecho de sus órganos es similar, desde el punto de vista proba-
Debe recordarse que, según dijimos (supra, T. I, 342), todas las obligacio-
torio, a la responsabilidad contractual por el hecho ajeno (infra, T. I, 689 y ss.). Es
nes, sean de medio o de resultado, suponen un resultado mínimo por parte del
decir, en el caso de las personas jurídicas, éstas no podrán exonerarse demostran-
deudor. Es decir, sería impensable que el deudor solo se obligara a poner la dili-
do ausencia de culpa, poco importa que la responsabilidad sea contractual o
gencia para que otra persona cumpliese en forma adecuada un contrato. El deudor
extracontractual.
se obliga a dar, a hacer o a no hacer. Si él delega en un tercero la ejecución de esa
obligación es porque está asumiendo el riesgo del comportamiento que pueda
Luego, la diferencia probatoria a que se refiere este número es entre la res- tener el encargado de la ejecución del contrato.
ponsabilidad contractual por el hecho ajeno y la responsabilidad extracontrac-
tual por el hecho ajeno de las personas naturales. Sobre la responsabilidad extracon- Por ello, su único medio de defensa consistirá en demostrar que el
tractual de las personas jurídicas volveremos más adelante. tercero que ejecutó el contrato se comportó en la forma que el legislador le
exigiría al mismo deudor si personalmente él hubiera tratado de cumplir las obli-
571.- ¿CUÁL ES EL FUNDAMENTO GENERAL DE LA RESPONSABILIDAD gaciones.
CONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO?
Si el deudor no asumiera el riesgo del comportamiento del tercero que ejecu-
Mientras que en materia extracontractual, la ley, en el artículo 2347 del Có- ta el contrato, toda la teoría de las obligaciones quedaría desvertebrada, pues los
digo Civil, establece un principio general de responsabilidad civil por el hecho deudores contractuales se limitarían a delegar en terceros la ejecución del contra-
ajeno, en materia contractual nada se dice en forma expresa al respecto 14 . Existen to, pudiéndose exonerar de responsabilidad demostrando ausencia de culpa o, in-
solo algunas normas que regulan casos especiales como en el contrato de trans- cluso, alegando que el acreedor debe demostrarles una culpa que hubiera tenido
porte (C. de Co., art. 984), en la pérdida de la cosa que se debe (C. C., art. 1738), incidencia causal en el incumplimiento.
o en el contrato de arrendamiento (C. C., art. 1999).
572.- RECURSO DEL DEUDOR CONTRA EL TERCERO CAUSANTE
Sin embargo, nadie niega que, pese a la ausencia de norma expresa sobre
DEL INCUMPLIMIENTO
la materia, tal principio general está implícito dentro de la responsabilidad con-
tractual15.
El deudor contractual que paga la indemnización al acreedor por daños cau-
sados por un tercero podrá repetir contra éste de acuerdo con el vínculo jurídico

13 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 1601; Jacques Ghestin, Genevieve
Viney, ob. cit., T. IV. núm. 840.
14 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., T. IV. núm. 815. 16 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 1598.
15 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., T. IV. núm. 815. 17 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., T. IV. núm. 818.
664 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 665

que unía al deudor y al causante del daño 18 • Así, por ejemplo, si entre el deudor queñas diferencias, la misma solución se da en el transporte interno (C. de Co.,
que pagó la indemnización y el causante del daño había una subcontratación, en- art. 991 )22 y en el caso de la comisión del transporte, puesto que el artículo 1316
tonces el deudor que pagó podrá invocar su contrato frente al causante del daño. del Código de Comercio le da una acción en responsabilidad contractual al comi-
Tal sería el caso del transportador que subcontrata con otro transportador inde- tente frente al transportador, pese a que entre estos dos no hay ningún vínculo
pendiente la ejecución de un contrato de transporte celebrado con otro remitente. colltractual 23 .

Igualmente, bajo determinadas condiciones, el patrono podría repetir contra Por otro lado, la jurisprudencia y la doctrina han considerado que el sub-
el trabajador si por culpa de éste el patrono llegare a ser responsable contrac- adquirente de un bien o servicio que goza de garantías a cargo del deudor inicial
tualmente frente a un tercero. Finalmente, si no hay vínculo contractual entre el tiene la opción de demandar por vía contractual o extracontractual a ese deudor
deudor que pagó la indemnización y el causante del daño, el recurso de repetición inicial (supra, T. I, 154).
0 subrogación se fundamentará en la responsabilidad civil extracontractual.

Tal sería el caso del adquirente de un inmueble comprado a una persona que
573.- ACCIÓN DEL ACREEDOR CONTRACTUAL CONTRA EL TERCERO a su turno había contratado la edificación con un constructor profesional. Como el
ENCARGADO DE LA EJECUCIÓN DEL CONTRATO artículo 2060 del Código Civil pone a cargo del constructor una garantía de esta-
bilidad de diez años, se considera que dicha garantía pasa al subadquirente que se
Pero el acreedor contractual no solo tiene una acción en responsabilidad con- ha hecho propietario del inmueble garantizado. Así las cosas, el subadquirente
tractual contra su deudor, sino que también puede accionar contra el tercero en- podrá demandar por vía contractual bien sea a su vendedor, bien sea al constructor
cargado de ejecutar el contrato. Esta acción contra el tercero pareciera ser, en del inmueble.
principio, de naturaleza extracontractual. Así, por ejemplo, si el empleado u obre-
ro del deudor causa el daño en forma culposa (en estos casos la culpa del emplea- Finalmente, la doctrina y la jurisprudencia más recientes en el derecho com-
do 0 dependiente no se presume), la acción contra dicho tercero causante del daño parado han concluido que el acreedor contractual tiene una acción necesariamente
será extracontractual, pues entre él y el acreedor no medió contrato alguno. contractual contra el subcontratista con quien el deudor contractual inicial
había contratado la ejecución del contrato (supra, T. I, 120). Se considera que
Más compleja es la situación cuando el daño es causado por un tercero inde- como el objeto de la prestación en ambos contratos es exactamente el mismo, el
pendiente (sustituto) a quien el deudor contractual había encargado la ejecución acreedor inicial perfectamente puede demandar por vía contractual a cualquiera
del contrato mediante subcontratación. De acuerdo con el principio de la relatividad de los dos deudores.
de los contratos, parecería lógico que también en tales circunstancias, la respon-
sabilidad de este tercero frente al acreedor fuese de naturaleza extracontractual 19 •
Sin embargo, existe la tendencia doctrinaF0 , jurisprudencia! y hasta legal, de tor-
nar como responsable contractual a dicho tercero.

En efecto, en el transporte aéreo internacional que se rige por el Convenio


de Varsovia de 1929, el transportador a quien el transportador contractual
delega la ejecución del transporte también responde contractualmente 21 . Con pe-

18 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 1603; Jacques Ghestin, Genevieve
Viney, ob. cit., T. IV. núm. 841.
19 Philippe le Tourneau, Loic Cadiet, ob. cit., núm. 1604.
20 Ibídem. 22 Javier Tamayo Jaramillo, ob. cit., núm. 59.
21 Véase: Javier Tamayo Jaramillo, ob. cit., núm. 57. 23 Javier Tamayo Jaramillo, ob. cit., núm. 79.
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 667

indirecta es el hecho de que el daño sea causado o no en forma personal por el


demandado.
CAPÍTULO II
Al comenzar la vigencia del Código Civil, la responsabilidad por el hecho
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO ajeno se aplicaba indistintamente a las personas naturales y a las personas jurídi-
cas. Sin embargo, con el correr de los años la doctrina y la jurisprudencia fueron
elaborando un tipo de responsabilidad diferente para las personas jurídicas, hasta
574.-Bibliografía sumaria. Roger O. Dalcq, ob. cit., t. 1, núms. 1604 y ss.;
el punto de que en la actualidad, a éstas últimas jamás se les aplican las institucio-
Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núms. 708 y ss.; A. von Thur, ob. cit., t. 1, pp.
nes de la responsabilidad civil por el hecho ajeno. Dichas personas seguirán sien-
285 y ss.; Raimundo Emiliani Román, ob. cit., pp. 31 y ss.; Álvaro Pérez Vives,
do responsables pero desde perspectivas diferentes.
ob. cit., vol. 2, núms. 176 y ss.; Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabi-
lidad extracontractual, núm. 216; Philippe le Tourneau, Lo1c Cadiet, ob. cit., núms. Así planteadas las cosas, es necesario ver por separado la responsabilidad
3330 y ss.; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 149. extracontractual por el hecho ajeno de las personas naturales (sec. 1) y la respon-
sabilidad extracontractual de las personas jurídicas (sec. 11).
575.- CONCEPTO, DIVISIÓN Y PLAN

Si en materia contractual el deudor generalmente responde cuando la inejecución SECCIÓN 1.- Responsabilidad extracontractual
del contrato es imputable a un tercero encargado de cumplir el contrato, la verdad de las personas naturales por el hecho ajeno
es que, según dijimos (supra, T. 1, 559), generalmente la doctrina y la jurispru-
dencia reservan el nombre de responsabilidad civil por el hecho de un tercero 576.- PLAN
exclusivamente al campo de la responsabilidad civil extracontractual, así en am-
bas hipótesis una persona responda por el comportamiento efectivo de otra. Adentrémonos a continuación en el estudio de la responsabilidad extra-
contractual de las personas naturales por el hecho ajeno. Luego de analizar los
Ahora, en materia extracontractual se habla de responsabilidad por el hecho principios generales que la regulan (subsec. 1), veremos las hipótesis especiales
ajeno (llamada también indirecta, refleja, por el hecho de un tercero) en contrapo- consagradas en la ley (subsec. 11).
sición a la responsabilidad civil personal o por el hecho propio. Mientras que en
esta última el responsable causa en forma personal y directa el daño, en la primera
dicho daño es causado por un tercero (directamente responsable) por quien debía SuBSECCióN I.- Principios generales
responder el demandado (civilmente responsable).
577.- LEGISLACIÓN APLICABLE
Sin embargo, bien vistas las cosas, pese a que el daño en forma física es
causado por un tercero, lo cierto del caso es que en la responsabilidad civil ex- Las normas fundamentales que regulan la responsabilidad extracontractual
tracontractual por el hecho ajeno, el legislador sanciona también el comporta- de las personas naturales por el hecho ajeno, se encuentran consagradas entre los
miento presuntamente culposo del civilmente responsable, lo que finalmente de- artículos 2347 y 2349 del Código Civil. Adicionalmente, encontramos algunos
semboca en una responsabilidad por un hecho personal de naturaleza omisiva 1• En textos especiales que analizaremos a medida que avancemos en esta exposición.
ambas responsabilidades, pues, el comportamiento activo u omisivo del deman-
dado es el fundamento de la responsabilidad2• Lo que la torna en directa o en 578.- REDUCIDO CAMPO DE APLICACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD
EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO AJENO DE LAS PERSONAS NATURALES

C. S. J., cas. civ., mar. 2/52, "G. J.", t. LXXI, pp. 388 y ss. Hasta mediados de los años treinta, la institución de la responsabilidad
2 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 176 bis. extracontractual por el hecho ajeno tuvo bastante importancia y aplicación juris-
668 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 669

prudencial en tanto y en cuanto establecía una presunción de culpabilidad en con- 579.- ACLARACIÓN DE LOS TÉRMINOS "DIRECTA" Y "CIVILMENTE" RESPONSABLE
tra del civilmente responsable. Sin embargo, a partir de esa época, la institución
fue perdiendo importancia y hoy tiene un muy reducido campo de aplicación. Para facilitar la exposición es conveniente distinguir entre el directamente
Varios factores contribuyeron a ello. responsable y el civilmente responsable.

En primer lugar, la doctrina y la jurisprudencia comprendieron que las Entendemos por directamente responsable a la persona que estando bajo el
normas en cuestión no tenían aplicación en el campo de la responsabilidad civil cuidado de otra causa el daño a un tercero. El hijo de familia que habita en la
contractual, ya que, según dijimos (supra, T. 1, 45 y ss.), ésta se regula por normas misma casa, el obrero o empleado de una persona natural, el aprendiz, el pupilo,
autónomas que incluso tornan incompatibles los dos órdenes de responsabili- etc., adquieren la denominación de directamente responsables. En cambio, se
dad. En segundo lugar, el advenimiento jurisprudencia! de la responsabilidad considera como civilmente responsable a la persona que tiene a otra bajo su cuida-
civil por actividades peligrosas favoreció a las víctimas de tales actividades, al do. En ese orden de ideas, el padre de familia, el patrono que es persona natural,
establecer una situación probatoria mucho más elástica, pues mientras en la res- el director de un colegio o el tutor, adquieren la denominación de civilmente res-
ponsabilidad por el hecho ajeno el demandado se exonera probando ausencia de ponsables3.
culpa, en la responsabilidad por actividades peligrosas se le exige una causa ex-
traña (infra, T. 1, 973 y ss.). 580.- EN LA RESPONSABILIDAD POR EL HECHO AJENO SE CREA UNA PRESUNCIÓN
DE CULPA CONTRA EL CIVILMENTE RESPONSABLE
Ahora, en múltiples oportunidades, la responsabilidad por el hecho ajeno va
acompañada del ejercicio de una actividad peligrosa que está bajo la guarda del Cuando se cumplan las condiciones que veremos más adelante, el civilmente
civilmente responsable. responsable se presume culpable por los daños causados por el directamente res-
ponsable4. En ese sentido esta responsabilidad es mucho más benéfica para la
Tal sería el caso del patrón que entrega a su trabajador una máquina que está víctima, en comparación con la responsabilidad directa del artículo 2341 del Có-
bajo la guarda del primero. En tales circunstancias, en la medida que para la víc- digo Civil, puesto que en esta última se debe probar la culpa del demandado.
tima es más beneficiosa, el juez deberá aplicar la responsabilidad por actividades
peligrosas o, por lo menos, la víctima podrá invocar esta institución en lugar de la 581.- EL ARTÍCULO 2347 DEL CóDIGO CIVIL CONSAGRA UN PRINCIPIO GENERAL
responsabilidad por el hecho ajeno, lo que significa que en la práctica, esta última DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO AJENO
desaparezca cuando hay de por medio una actividad peligrosa.
El artículo 1384 del Código Civil francés solo consagra en forma taxativa
Y como si fuera poco, en el estado actual de la jurisprudencia colombiana, a algunos casos de responsabilidad civil por el hecho ajeno. Es decir, en aquella
las personas jurídicas jamás se les aplicará la responsabilidad extracontractual legislación no existe un principio general de tal responsabilidad 5• En principio
por el hecho ajeno (infra, T. 1, 677 y ss.). En efecto, hoy se considera que a las con ese mismo criterio se interpretó en la jurisprudencia colombiana6 el artículo
personas jurídicas se les aplica el régimen de la responsabilidad directa, probada
o presunta según el caso, pues se considera que el hecho del órgano de la persona
jurídica es el hecho de esta misma.
3 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 176 bis.
4 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 176 bis; Emiliani Román, ob. cit., p. 32.
Así las cosas, en la práctica los principios de la responsabilidad por el hecho 5 Con todo, el 29 de marzo de 1991, la "Cour de Cassatíon" (asunto Blieck) admitió
ajeno establecidos en los artículos 2347 y siguientes del Código Civil solo se la posibilidad de aplicar la responsabilidad por el hecho ajeno a personas diferen-
aplican a las personas naturales cuando el directamente responsable no causa tes de las contempladas en el artículo 1386 del C. C. Véase Philippe le Tourneau,
Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3375; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm.
el daño en el ejercicio de una actividad peligrosa o cuando existiendo esta últi- 149.
ma, la guarda de la misma no está en cabeza del mismo civilmente responsable 6 C. S. J., cas. civ., mayo 12/39, "G. J.", t. XLVII , pp. 23 y ss.; C. S. J., cas. civ., 3
(infra, T. 1, 905). febrero 1944, "G. J.", t. LVII, pp. 28 y ss.
670 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 671

2347 de nuestro Código Civil que, en cierta forma, es el equivalente de la citada Pero el argumento contundente en favor de nuestra tesis es el hecho de que no
norma francesa. tendría sentido el inciso 2° del artículo 2347, de acuerdo con el cual los padres son
responsables de los hijos menores que habiten en la misma casa. En efecto, si solo
Sin embargo, con la simple lectura de nuestro artículo 234 7 del Código Civil, fuera necesario una relación de hecho para presumir la culpabilidad del civilmen-
fácil es comprender que esta disposición consagra un principio general de respon- te responsable, bastaría que el hijo habitase en la misma casa bajo la dependencia
sabilidad por el hecho ajeno 7 y que los casos contemplados en forma expresa no del padre, sin tener en cuenta si se trata de un hijo mayor o menor de edad. Si de
tienen carácter taxativo sino que se mencionan a título de ejemplo 8• hecho el hijo mayor de edad, por cuestión de educación, está bajo el cuidado
de los padres, entonces el inciso 2° del artículo 2347 sobraría y la norma requeri-
En efecto, la norma comentada afirma que "toda persona( ... )", lo que signi-
ría simplemente la consagración de un principio de responsabilidad de los padres
fica que, con la limitación que veremos un poco más adelante, el legislador co-
por el hecho de los hijos que habitan en la misma casa, sin consideración a su
lombiano está sentando un principio general. Reafirma esta apreciación el hecho
edad. Para corroborar esta apreciación baste recordar que este inciso fue modifi-
de que al comienzo de cada una de las hipótesis contempladas en la ley, se utiliza
cado cuando se rebajó la mayoría de edad de los 21 a los 18 años, lo que significa
la palabra "así( ... )", vocablo que no deja la menor duda de que con él se quiere
que para el legislador lo importante es la obligación legal de vigilancia que tiene
plantear un ejemplo para explicar un principio general.
el padre sobre los hijos y la de obediencia que tienen estos en relación con sus
Pero, a veces, la jurisprudencia y la doctrina9 le dan a este principio general padres.
un carácter absoluto al afirmar que basta una situación de hecho en virtud de la
De otro lado, sería absurdo que el legislador pusiese un límite a la edad de los
cual una persona cuide a otra para que la primera pueda incurrir en responsabili-
hijos como lo hace el inciso 2° del artículo 234 7 y no contemplase dicho límite
dad extracontractual por el hecho ajeno. Sin embargo, este criterio nos parece
en el caso de personas aún mayores que, sin depender legal o contractualmente de
equivocado, pues si se examina cuidadosamente la norma, se verá que ~lla está
otra persona, están, sin embargo, al cuidado de ella. Tal sería el caso de un estu-
consagrando un principio general pero restringido a las personas que ttenen la
diante de 19 años que habita en la casa de un pariente que no tiene obligación
obligación contractual o legal de cuidar al tercero causante del daño. Por tanto, la
contractual o legal de alojarlo ni alimentarlo, pero que de hecho está bajo su cui-
persona que por simple caridad aloja en su casa a un menor, a quien le da educa-
dado.
ción, no por ello incurrirá en responsabilidad por el hecho ajeno y, por tanto, solo
incurrirá en la responsabilidad por el hecho propio con culpa probada o en otros
En conclusión, el artículo 2347 del Código Civil consagra un principio gene-
tipos de responsabilidad, si hay lugar a ello, si dicho menor causa un daño.
ral de acuerdo con el cual toda persona que tenga la obligación contractual o legal
Los argumentos para sustentar nuestra tesis son los siguientes: de cuidar a otra es responsable de los daños que cause esta última cuando estuvie-
se bajo el cuidado de la primera.
En primer lugar, si bien las hipótesis establecidas expresamente en el ar-
tículo 2347 son meros ejemplos, no deja de llamar la atención el hecho de que en 582.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA
todos y cada uno de esos ejemplos se hable de personas que están bajo la subordi-
nación contractual o legal de otra, lo que indicaría que la intención del legislador Veamos a continuación cuál ha sido la posición de nuestra jurisprudencia en
es limitar el principio general a este tipo de personas. el tema que nos ocupa.

En un principio, y en decisiones aisladas, la Corte consideró que los casos


previstos en el artículo 2347 del Código Civil eran taxativos y que, al igual que en
7 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 176 bis.; Emiliani Román, ob. cit., p. 33.
el derecho francés, no existía en nuestro Código Civil un principio general de
8 C. S. J., cas. civ., feb. 2/59, "G. J.", t. XC, pp. 16 y ss.; C. S. J., cas. civ., 15 ma~zo
1996, M. P. Carlos Esteban Jaramillo Schloss, expediente 4637; C. S. J., cas. c1v.,
responsabilidad por el hecho ajeno.
3 marzo 1953, "G. J.", t. LXXIV, pp. 296 y ss.
9 Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad extracontractua/, núm. 216; Así, en sentencia del 12 de mayo de 1939, nuestro máximo tribunal civil
Emiliani Román, ob. cit., p. 35. expresó:
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 673
672 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

583.- Ahora, la jurisprudencia, contrario a lo que pensamos (supra, T. I,


"La enumeración de los artículos 2347 y 2349 del C. C. es taxativa en virtud
580), pareciera orientarse por la posición radical según la cual basta una subordi-
de la máxima presumtiones sunt strictissimce interpretationis. Así, pues, para
nación de hecho, así no haya una obligación contractual o legal de vigilar o cuidar.
que una persona sea responsable del hecho culposo o dañoso ejecutado por
otra, es necesario que la segunda esté al cuidado de la primera, y que esta, Así, en la ya citada decisión del 2 de febrero de 1959, la Corte expresó:
"con la autoridad y el cuidado que su respectiva calidad", le confiere, "hubiere
podido impedir el hecho"). Qué personas están, para los efectos de tales artícu- "La doctrina contemporánea se ha orientado en el sentido de que es indiferente
los al cuidado de otras? Los incisos segundo, tercero, cuarto y quinto del la causa o razón de dicha subordinación, la cual puede emanar de la ley, de
artículo 2347 y el mismo texto del 2349 satisfacen la pregunta. Estar al cui- una convención o de una mera situación de hecho. Mas si falta el vínculo
dado de otra persona es, a no dudarlo, estar bajo su potestad familiar o cuasi mencionado, no se presenta la responsabilidad de que se viene tratando, pues
familiar, como el hijo respecto del padre, el pupilo del guardador, la mujer el hecho ilícito no podría atribuirse a carencia de vigilancia sobre su autor
respecto del marido, etc. En cuanto a los dependientes es claro que por tales por persona que no estaba obligada a ejercerla" 12 •
se entiende no empleados cualquiera, sino aquellos que mantienen relación
con el empresario, están bajo su inmediata dependencia y reciben de este Y más recientemente, la Corte, en la ya citada decisión del 15 de marzo de
instrucciones para desempeñar una labor determinada" 10 • 1996, expresó:

" ... y hoy en día se tiene por aceptado en línea de principio, que tratándose de
Pero fuera de estas decisiones aisladas, la Corte ha acogido el criterio según
la responsabilidad del principal-comitente o empresario- debida al hecho de
el cual el artículo 2347 del Código Civil no es taxativo y que, bien por el contra-
sus dependientes o encargados por razón y en la medida de la presunción de
rio, establece un principio general de responsabilidad civil por el hecho ajeno
culpa que consagra el inciso quinto del artículo 2347 del C. C., esa relación
según el cual, quien tiene a otro bajo su cuidado, está obligado a responder por los
de dependencia, más que el producto de conceptos de derecho abstractos to-
actos del subordinado.
mados de disposiciones legales del orden laboral como las que en el caso en
En ese sentido, es categórico un fallo de la Corte del 2 de febrero de 1959, estudio cita el casacionista, es una situación de hecho en la cual, para su
cuando al respecto expresa: adecuada configuración en vista de la finalidad que se propone alcanzar aquella
regla de la codificación civil, basta con que aparezca, caracterizado de modo
"La responsabilidad por el hecho ajeno, dentro de su carácter excepcional, es concluyente desde luego en términos probatorios, que en la actividad causante
aplicable a todos los casos en que una persona natural o jurídica tenga bajo su del daño el dependiente, autor material del mismo, puso en práctica una fun-
cuidado o dependencia a otra, aunque no se trate de los casos previstos en el ción determinada para servicio o utilidad del principal, y además, que en el
artículo 2347 del Código Civil. A diferencia de lo que ocurre en el Código entorno circunstancial concreto y con respecto al desempeño de dicha función,
francés y en muchos otros, la enunciación de tales casos no es taxativa, según haya mediado subordinación del dependiente frente al principal, toda vez que
se desprende de la indicada norma en su primer inciso que hace referencia a si no existe una razonable conexión entre la función y el hecho dañoso o si en
toda persona, como del adverbio así con que comienzan los incisos que si- este último no se descubre aquella implementación de la actividad ajena en
guen. Este adverbio empleado en cada uno de ellos y después de haberse interés del empresario de quien por reflejo se pretende obtener la correspon-
dictado un precepto de carácter general, constituye una simple enunciación diente reparación, es evidente que el sistema de responsabilidad que se viene
de ejemplos. Lo mismo puede predicarse en relación con los artículos 2348, examinando no puede operar y para la víctima desaparece, al menos como pre-
2349 y 2350 del C. C." 11 • rrogativa jurídicamente viable, esa posibilidad de resarcimiento.

"Puestas en este punto las cosas, debe hoy volverse a reiterar que esa relación
de dependencia influyente para los efectos del artículo 2347 del C. C., es una
10 C. S. J., cas. civ., 12 mayo 1939, "G. J.", t. XLVII, p. 26; en el mismo sentido C. S.
J., cas. civ., 3 feb. 1944, "G. J.", t. LXI , p. 573.
11 C. S. J., cas. civ., 2 feb. 1959, "G. J.", t. XC, p. 20. Es esa la posición de la Corte,
según se desprende de un fallo del15 de marzo de 1996 (cas. civ., 15 marzo 1996,
12 C. S. J., cas. civ., 2 febrero 1959, "G. J.", t. XC, p. 20.
exp. 4637, ordinario de Rosalba Gómez Blanco contra Transbolívar S. A.).
67 4 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 675

noción de muy holgado espectro que no es dado reducir a ciertas modalida- que contempla el artículo 2347 del C. C., no es de la misma naturaleza de la
des de contratación como podrían ser, por ejemplo, las que regula la legisla- que origina el contrato de trabajo ... " (cas. civ., 9 junio 1953, LXXV, 289), y
ción sustantiva del trabajo o, en el plano civil, el arrendamiento de servicios se agrega, en ese mismo orden de ideas, que "cuando el legislador ha dicho
personales. Es por el contrario y para decirlo con apoyo en las enseñanzas de que los empresarios son responsables del hecho de sus dependientes mientras
un afamado expositor (Loms JossERAND, Derecho civil, t. II, vol. 1, cap. II, están bajo su cuidado, no ha limitado esa responsabilidad a que el trabajador
núm. 508), una situación jurídica genérica donde una persona, en su propio sea nombrado directa y personalmente por el gerente o director de la empresa,
interés y conservando la autoridad suficiente para orientar la actividad, vigi- sino que ello lo cobija siempre que aparezca que hay una relación de dependen-
larla y controlarla, le encarga a otra el ejercicio de una función, de una em- cia entre la empresa y el trabajador" (cas. civ., 29 mayo 1959, XC, 600).
presa o de una tarea cualquiera, así no exista entre ambas vínculo contractual
alguno de trabajo puesto que, se repite, a los efectos del artículo 2347 del "En esas condiciones, es dable concluir que tratándose de la responsabilidad
C.C. el concepto de "subordinación o dependencia" no supone necesaria- civil por el hecho de otra persona, el tercero está obligado a indemnizar cuan-
mente de una fuente de esa clase como lo entendió con acierto el juzgador de do se encuentran demostrados los presupuestos generales que configuran la
segunda instancia en el fallo cuya casación aquí se persigue, y tampoco hace responsabilidad extracontractual, a saber, el hecho, el daño y el nexo de causalidad
desaparecer la responsabilidad instituida en el precepto tantas veces mencio- entre uno y otro, por un lado, y por el otro la relación de dependencia con el
nado, el que la designación del encargado la haya efectuado un tercero distin- causante del daño, relación de dependencia que, como se ha explicado a espa-
to al principal. Lo que en verdad importa es, entonces, que para obrar el autor cio líneas atrás, no habrá de estar ligada en forma concreta a una clase espe-
material del daño haya dependido de una autorización del empresario civil- cial de contrato, sino que supone, única y exclusivamente, una situación de
mente responsable, luego es claro que la "dependencia" por la que se indaga autoridad o de subordinación adecuada" 13 .
habrá de resultar de una virtual potestad de control y dirección sobre la con-
ducta de otro, independientemente de que esa labor origen del evento dañoso Con todo, creemos que las dos decisiones anotadas merecen algunas obser-
tenga o no propensión de continuidad y sin que, de igual forma, sea necesaria vaciones en favor de la tesis propuesta por nosotros.
la existencia de retribución para quien presta el servicio.
En efecto, en la sentencia del2 de febrero de 1959, la apreciación de la Corte
"2. Al hacer el recuento de antecedentes, se dejó visto que la discrepancia se queda en el plano meramente abstracto, pues realmente los hechos sub judice
que estructura el fundamento central de la censura en contra de la decisión no encajaban dentro de una pura subordinación de hecho. En realidad, se juzgaba
impugnada, tiene que ver, inicialmente, con la interpretación que debe darse la responsabilidad de una empresa de transportes explotadora de un automotor de
al inciso 51 del artículo 2347 del C. C., como determinante de la responsabi- propiedad de un tercero y conducido por un chofer que, sin ser asalariado de la
lidad extracontractual que incumbe a un tercero por el hecho ocasionado por empresa transportadora sino del propietario, estaba bajo las órdenes del transpor-
la persona que está bajo su cuidado o dependencia, elemento que sin razón el tador en virtud de un contrato de afiliación. Es decir, aunque no había dependen-
casacionista asimila en este caso a la relación de índole estrictamente laboral cia de carácter laboral, de todas formas había un vínculo contractual (el contrato
para sustentar, en la ausencia de un contrato de tal linaje entre el conductor de afiliación del automotor) que colocaba al conductor bajo la subordinación del
causante del accidente y la empresa transportadora a la que se encontraba afiliador, es decir, del demandado.
afiliado el vehículo, la imposibilidad jurídica de hacer uso de dicho artículo
que considera, entonces, indebidamente aplicado. Algo similar ocurre en la decisión del 15 de marzo de 1996, pues las consi-
deraciones giraron alrededor del concepto de "dependiente", decidiéndose, ade-
"Sucede, empero, como invariablemente lo ha venido sosteniendo la Corte cuadamente, que no se requería una vinculación de carácter laboral. Sin embargo,
de tiempo atrás y en la primera parte de estas consideraciones se vuelve a más adelante, la Corte pareciera restringir su categórica posición, al expresar:
reiterar, que esa relación de dependencia tiene como fuente mediata el víncu-
lo suscitado por factores como el de vigilancia, control, cuidado o adminis-
tración, que pueden surgir independientemente de la relación laboral como
13 C. S. J., cas. civ., 15 marzo 1996, exp. 4637, proceso ordinario de Rosalba Gómez
tal. Por eso se ha expresado que "la relación de dependencia entre personas, Blanco y Otros contra Transbolívar S. A., pp. 15 y ss.
676 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 677

"Pues bien, en el caso puesto a consideración de la Corte, el vínculo que liga dad, el artículo 2347 del Código Civil colombiano crea la presunción de culpabi-
a la empresa demandada con el causante del accidente, emerge del contrato lidad por las personas que uno tenga bajo su cuidado. En nuestra opinión, este
de afiliación suscrito entre el propietario del vehículo con el que se ocasionó último concepto tiene un espectro mucho más amplio que el establecido en el
el accidente, y la empresa transportadora, por lo cual cabe afirmar que esa Código Civil francés.
relación jurídica es suficiente para exigir con base en ella la reparación de los
perjuicios que se derivan del hecho causante del daño, lo que evidencia, en- En efecto, en la práctica puede suceder que en virtud de un contrato, una
tonces, que el artículo 2347 del C. C., aplicado al caso por el Tribunal, co- persona tenga a otra bajo su cuidado, a pesar de no estar con ella en una relación
rresponde en fiel forma a la norma que en efecto gobierna el supuesto fáctico de subordinación. Así, por ejemplo, el huésped de un hotel, el paciente de un
planteado por la parte demandante" 14 • hospital o el pasajero dentro de un vehículo transportador que se encuentran en
estos lugares en virtud de una relación contractual, se considerarán bajo el cuida-
Obsérvese que también en este caso, la Corte deduce la dependencia de un do del hotelero, del hospital o del transportador y, en consecuencia, si causan un
contrato de afiliación, lo que en el fondo significa que, de todas formas, la subor- daño a un tercero mientras están bajo el cuidado del deudor comprometerán la
dinación debe surgir de alguna relación contractual, así no sea laboral, o de una responsabilidad por el hecho ajeno de este último (hotelero, hospital, transporta-
obligación legal de vigilancia. dor, etc.).

Una verdadera subordinación de hecho, desvinculada de cualquier obliga-


ción contractual o legal de vigilancia, la encontraríamos en el siguiente ejem- 585.- ¿SERÁ NECESARIO QUE EL DAÑO SEA CAUSADO EN FORMA CULPOSA
POR EL DIRECTAMENTE RESPONSABLE?
plo: imaginemos al conductor que, varado en la vía, es ayudado por un tran-
seúnte ocasional. En tales circunstancias, aunque el transeúnte, efímeramente
reciba órdenes del conductor del vehículo dañado, no por eso se considera que En algunas legislaciones como la italiana se exige que el comportamiento del
éste último tenga la obligación contractual o legal de vigilar al ayudante. Por lo directamente responsable sea culposo para que pueda presumirse la culpa del ci-
tanto, si éste causa un daño con ocasión de su colaboración al conductor, no por vilmente responsable. En tales ordenamientos jurídicos, si no se establece la cul-
ese hecho éste último incurre en la presunción de culpa del artículo 234 7 del pa del directamente responsable, la responsabilidad del civilmente responsable
solo se compromete si éste ha cometido una culpa probada en la vigilancia del
Código Civil.
directamente responsable y, en consecuencia, se le aplica la responsabilidad por
En tales circunstancias, el conductor podría ser responsable a la luz del ar- el hecho propio y no la responsabilidad por el hecho ajeno.
tículo 2356 del Código Civil, que regula la responsabilidad por actividades peli-
grosas, en la medida en que, de todas formas, conservaba la guarda del automotor. En otras legislaciones la situación es discutible por no haber claridad sufi-
Desde luego, también podría responder por responsabilidad directa del artículo ciente en los textos legales.
2341 del Código Civil, si también se establece una culpa de su parte. Pero de
ninguna manera sería procedente la aplicación de los artículos 2347 y 2349 del Con todo, casi siempre la doctrina 15 y la jurisprudencia de estos países exigen
la culpa del directamente responsable para poder presumir la culpa del civilmente
Código Civil.
responsable, si bien ·los criterios de culpa o la prueba de la misma son bastante
584.- SIGNIFICADO DEL CONCEPTO "PERSONAS A SU CUIDADO"
elásticos.

Mientras el artículo 1384 del Código Civil francés crea la presunción de res- En Francia, por ejemplo, casi todos están de acuerdo en exigir la culpa del
ponsabilidad en contra de las personas que tuviesen a otra bajo su responsabili- directamente responsable, pero la doctrina 16 de aquel país tiene puntos encontra-

14 C. S. J., cas. civ., 15 marzo 1996, expediente 4637, proceso ordinario de Rosalba 15 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 151.
Gómez Blanco y Otros contra Transbolívar S. A., pp. 19 y ss. 16 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 808.
678 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 679

dos en tratándose de daños causados con cosas o cuando el directamente respon- 586.- POSICIÓN PROPIA
sable es un demente o un menor de edad.
En nuestro concepto, el simplismo con que la doctrina y la jurisprudencia
En lo que se refiere al derecho colombiano, las normas no ofrecen mayor colombianas han resuelto el problema no ha permitido la elaboración de una solu-
claridad para exigir o descartar la culpa del directamente responsable como presu- ción clara y acorde con los textos legales. La verdad es que la solución es diferen-
puesto de la presunción de culpa del civilmente responsable. La doctrina 17 y la te según que el directamente responsable tenga o no capacidad aquiliana y que
jurisprudencia no han sido pacíficas al respecto, pero lamentablemente tampoco teniéndola, el daño sea causado o no mediante el ejercicio de una actividad peli-
han analizado a profundidad el problema. grosa.

En lo que se refiere al daño causado por un directamente responsable que


Aparentemente, el artículo 2346 del Código Civil pareciera permitir la exis-
tiene capacidad aquiliana (mayor de 1O años y mentalmente sano), es necesario
tencia de la presunción aunque no haya culpa del directamente responsable. En
que ese directamente responsable causante del daño haya actuado en forma culposa 19 .
efecto, el citado artículo dispone que los menores de 1O años y los dementes no
Otra cosa es que esa culpa haya. que probarla en algunos casos y que en otras
tienen capacidad de cometer delito o culpa, pero que de los daños por ellos causa-
oportunidades se presuma, según se verá un poco más adelante. Por lo pronto lo
dos responden las personas que los tuvieren a su cuidado.
que interesa aseverar es que cuando el directamente responsable tiene capacidad
aquiliana, su culpa es presupuesto imprescindible para que nazca la presunción
Sin embargo, tal norma no puede interpretarse en ese sentido, pues la dispo-
contra el civilmente responsable.
sición afirma que la responsabilidad del civilmente responsable existe si a éste
pudiese imputársele alguna culpa en la ocurrencia del daño. En consecuencia, Afirmar que la culpa del directamente responsable nunca es requisito de la
cuando un menor de 10 años o un demente causan un daño, y se prueba una defi- responsabilidad por el hecho ajeno es un absurdo.
ciente vigilancia por parte del civilmente responsable, entonces tiene lugar la apli-
cación del artículo 2346 del Código Civil. Pero en el fondo, tal norma sobraría Veámoslo con algunos ejemplos:
puesto que la responsabilidad de todas formas aparecería comprometida a la luz
de la responsabilidad por el hecho propio con culpa probada regulada por el ar- En primer lugar, sería ridículo que el padre de una hermosa adolescente se
tículo 2341 del Código Civil. El problema pues, queda aún sin resolver. presumiera culpable por los daños sufridos por el pretendiente de su hija a causa
de la indiferencia de ésta ante los requerimientos de su enamorado, pese a no
Inicialmente, nosotros, siguiendo a algunos autores, entre ellos a don ARTURO existir duda de la relación de causalidad entre la indiferencia de la menor y el
ALESSANDRI RoDRÍGUEZ, consideramos que la culpa del directamente responsable daño de su pretendiente. Solo en caso de un comportamiento culposo de la menor
era requisito indispensable para presumir la responsabilidad del civilmente res- en el manejo de la situación habría presunción de culpa del padre.
ponsable18. El connotado autor chileno afirma, inclusive, que cuando los daños
son causados por un incapaz, jamás podrá comprometerse la responsabilidad por En segundo lugar, supongamos que un periodista que trabaja para un medio
el hecho ajeno del civilmente responsable, pues exigiéndose una culpa del direc- informativo publica una información cierta en relación con el delito cometido por
tamente responsable, dicha culpa es lógicamente imposible tratándose de un inca- un tercero que como consecuencia de la información sufre perjuicios materiales y
paz aquiliano. Así las cosas, y siguiendo al señor ALESSANDRI, el civilmente res- morales. Es obvio que el daño es imputable a la información publicada por el
ponsable solo comprometería su responsabilidad en caso de que haya una culpa
comprobada en la vigilancia del incapaz, en cuyo caso se aplicaría la responsabi-
lidad por el hecho propio (C. C., art. 2341).
19 Jacques Ghestin, Genevieve Viney afirman que no siempre es necesario probar la
culpa del directamente responsable y que basta simplemente probar "un hecho
susceptible de comprometer su responsabilidad (la del directamente responsable),
a cualquier título". (Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 808). O
17 Emiliani Román, ob. cit., p. 37. sea que para estos autores, no basta el nexo causal ya que, dependiendo de las
18 En el mismo sentido, Emiliani Román, ob. cit., p. 37. circunstancias, la culpa deberá o no probarse.
680 JAVIER TAMAYO JARAMJLLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 681

periodista, como es obvio que no se presume la culpa del dueño del medio infor- 587.- Ahora, por el hecho de que consideremos que la culpa del directa-
mativo para quien trabajaba el periodista que dio la información. Si el patrono del mente responsable es presupuesto de la presunción del civilmente responsable, no
periodista tiene la obligación de vigilar bien a éste, la prueba de la buena vigilan- por ello estamos afirmando que esa culpa necesariamente debe ser probada 20 . En
cia aparece establecida por el mismo hecho de haber publicado una información efecto, para saber si la prueba de la culpa del directamente responsable es re-
cierta. querida, hay que distinguir entre el daño causado mediante el ejercicio de una
actividad peligrosa que está bajo la guarda del civilmente responsable y el daño
Finalmente, imaginemos a un comerciante que establece un comercio al fren- causado sin actividad peligrosa de por medio o, cuando existiendo esa actividad
te de otro establecimiento que se dedica a la misma actividad. Si el propietario peligrosa de por medio, ella está bajo la guarda de un tercero o del mismo direc-
que se acaba de establecer actúa lealmente y tiene como su vendedor estrella a un tamente responsable.
tercero dependiente, no vemos cómo pueda presumirse la culpa del propietario del
negocio, si, por la gran capacidad y lealtad de su empleado, su clientela aumenta En efecto, cuando el daño es causado por el directamente responsable en
hasta el punto de arruinar al comerciante de en frente. Es evidente que mientras no el ejercicio de una actividad peligrosa que está bajo la guarda del civilmente res-
se demuestre que dicho vendedor ha incurrido en actos de competencia desleal, la ponsable, la culpa de éste directamente responsable aparece establecida por
culpa del civilmente responsable no podrá presumirse. A nadie se le ocurriría el simple hecho de estar ejerciendo una actividad peligrosa que está bajo la
pensar que el premio que el ordenamiento jurídico le da a quien administra con guarda del civilmente responsable 21 • Así, por ejemplo, si el obrero de una persona
juicio sus negocios y sus empleados consista en presumir la culpa por los daños natural manipula una caldera de propiedad de ésta y el aparato explota causan-
que sufran otros competidores como consecuencia de su diligencia profesional. do daño a terceros por el simple hecho del daño, y para los efectos de la respon-
sabilidad por el hecho ajeno del patrono, por el simple hecho de la explosión,
Los ejemplos planteados muestran claramente que la presunción de culpa del se tendrá por establecida la culpa del civilmente responsable 22 • Es decir, se pre-
artículo 2347 del Código Civil solo puede surgir cuando exista la culpa del direc- sumen las dos culpas: la del directamente responsable y la del civilmente res-
tamente responsable que tiene capacidad aquiliana. Este planteamiento aparece de ponsable.
bulto cuando observamos que la culpa presunta que pesa contra el civilmente
responsable consiste en una mala vigilancia sobre el civilmente responsable que, En tales circunstancias, y para acabar de agravar la situación del civilmente
en razón de esa mala vigilancia, causó el daño. responsable, éste también responde por actividades peligrosas y la víctima podrá
escoger cualquiera de las dos instituciones. Si demanda por el hecho ajeno, el
Ahora, si ningún reproche le cabe al directamente responsable, no vemos civilmente responsable podrá alegar diligencia y cuidado; pero si demanda por
cómo pueda presumirse que el civilmente responsable lo vigiló mal, pues por el actividades peligrosas, el civilmente responsable, que también es guardián de la
contrario, lo que habría que presumir es que el buen comportamiento del directa- actividad peligrosa, deberá demostrar una causa extraña.
mente responsable obedece a una buena vigilancia del civilmente responsable.

Es lógico suponer que el hijo que actúa mal es porque está mal vigilado y
20 Es más: el doctor Emiliani Román, aunque piensa que siempre debe haber culpa
que el hijo que se comporta bien tiene unos padres que lo vigilan bien. Suponien- del directamente responsable, concluye afirmando que esa culpa también se pre-
do que en el ejemplo planteado con el periodista que da la información cierta se sume. Es decir, se presume tanto la culpa del vigilado como la del vigilante (ob.
presumiera la culpa de su patrono, no alcanzamos a imaginar en qué forma la cit., p. 38).
presunción podría ser desvirtuada. El patrono tiene que vigilar que las informa- 21 Algunos piensan que en caso de actividades peligrosas, la responsabilidad es ob-
jetiva y que, en consecuencia, la culpa no es elemento necesario de la responsa-
ciones dadas por sus periodistas sean ciertas. Pero es un imposible lógico demos- bilidad por el hecho ajeno. (Véase Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t.
trar que se tuvo la diligencia y cuidado necesarias para evitar que el periodista IV núm. 808). Pero todo es juego de palabras porque en una u otra teoría, es claro
diera una información cierta o, en el caso del propietario del establecimiento de que la víctima no debe probar la culpa del directamente responsable y que el civil-
mente responsable solo se exonera con una causa extraña.
comercio, sería un imposible lógico demostrar que se tuvo la prudencia y diligen-
22 Jacques Ghestin, Genevieve Viney dirían que en este caso no se requiere la culpa
cia necesaria para evitar que con su trabajo eficiente y leal, el dependiente aumen- del dependiente, sino la existencia de un hecho que pueda comprometer la respon-
tara la clientela arruinando al comerciante vecino. sabilidad de este. (Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 808).
682 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 683

5~8.~ ~n cambio, si el daño se produce sin que el directamente responsa- Los señores MAZEAUD-TuNc-CHABAS 24 son categóricos en afirmar que se re-
ble ~ste eJerciendo una actividad peligrosa, entonces necesariamente su culpa de- quiere una culpa del directamente responsable, con lo que aparentemente estarían
be~a ser ~emostrada para poder presumir la culpa del civilmente responsable. adoptando la posición tradicional. Pero como para tales autores la culpa siempre se
Asi, por eJemplo, mientras no se demuestre que el vendedor de un establecimiento debe juzgar en abstracto, sin tener en cuenta la edad o el estado mental del agente,
de comercio actuó deslealmen~e. en el ejercicio de sus funciones, no podrá prospe- entonces para ellos nada impide que el menor de diez años o el demente puedan
rar una demanda en responsabilidad por el hecho ajeno contra el patrono del ven- cometer una culpa que comprometa al civilmente responsable. Al juez le bastará
dedor.
preguntarse si el menor o el demente se comportaron como no lo habría hecho un
hombre prudente y normal colocado en las mismas circunstancias del incapaz.
T~mb.ié.n habrá que probar la culpa del directamente responsable cuando éste,
en el eJerciciO de sus .f~nciones, causa el daño ejerciendo una actividad peligrosa ¿Cuál es la solución en el derecho colombiano? En nuestro concepto, ni la
q~e no pertenece al CIVIlmente responsable. Así, por ejemplo, si un visitador mé- posición del señor ALESSANDRI RoDRÍGUEZ, que niega cualquier responsabilidad
d~c~ que, en horas de trabajo y utilizando su propio vehículo o el de un tercero por el hecho ajeno cuando el directamente responsable es incapaz aquiliano, ni la
distmto del patrono, lesiona a un peatón, no por ese hecho se presume su culpa de los señores MAZEAUD, para quienes los incapaces también pueden cometer cul-
para efectos ~e.presum~r la del civilmente responsable, pues éste nada tiene que pa, son válidas en el derecho colombiano. En efecto, de acoger la teoría de ALESSANDRI
ver con la actividad peligrosa como tal. En tales circunstancias también se deberá RoDRÍGUEZ se cometería una gran injusticia para con las víctimas que tendrían que
probar que el visitador médico cometió alguna culpa en la conducción del vehícu- quedarse sin indemnización alguna si no llegasen a probar la culpa del civilmente
lo. Mientras ello no se demuestre, el civilmente responsable no se presume culpa- responsable. Y tampoco es de recibo la teoría de los señores MAZEAUD, puesto que
bl~ ~la luz de la responsabilidad civil extracontractual por el hecho ajeno. (Sobre en Colombia el artículo 2346 del Código Civil, en forma expresa afirma que los
qmen sea responsable, en este ejemplo, por actividades peligrosas véase infra menores de 1O años y los dementes son incapaces de cometer delito o culpa.
T. I, 896 y SS.). '
Para nosotros, la solución correcta se acerca a la de los MAZEAUD pero desde
una fundamentación distinta. En efecto, no hay que descartar tajantemente la pre-
589.- Hasta aquí hemos estudiado la prueba de la culpa del directamente
sunción de responsabilidad por el hecho ajeno cuando el directamente responsa-
responsable que tiene capacidad aquiliana. Veamos ahora cómo se soluciona el
ble no tiene capacidad aquiliana25 • El juez debe averiguar si objetivamente ha-
problema ~e la r~sponsabilidad por el hecho ajeno cuando el directamente respon-
blando una persona prudente y con capacidad aquiliana se habría comportado como
sable no tiene dicha capacidad porque es un menor de 1O años 0 porque es un
demente. lo hizo el incapaz directamente responsable 26 . Si esa persona prudente se hubiera
comportado como lo hizo el causante del daño, entonces ninguna presunción na-
cerá contra el civilmente responsable. En cambio, si la persona prudente y con
Según ~ijimos, algunos autores afirman que cuando un incapaz aquiliano capacidad aquiliana no hubiera causado el daño que causó el directamente respon-
causa un dano.' las personas encargadas de cuidarlo jamás serán presuntamente sable incapaz, entonces surge la presunción de culpabilidad contra el civilmente
culpabl~s d~ .dichos daños y, por tanto, será preciso demostrarles su culpabilidad, responsable y a él se le aplicará la responsabilidad por el hecho ajeno.
lo q~e s1gmflca que no serían responsables por el hecho ajeno sino por el hecho
propiO (C. C., art. 2341). Como dicen la doctrina 27 y la jurisprudencia, lo que hay que averiguar es si el
incapaz cometió un acto objetivamente ilícito, es decir, un acto que sin ser culposo
En el derecho francés se han propuesto varias soluciones 23 , habida cuenta
sobretodo de que en aquel país no existe norma expresa que fije los linderos de la
capacidad aquiliana.
24 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 763.
25 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 808; Álvaro Pérez Vives,
ob. cit., vol. 2, núm. 177.
26 En ese sentido: Philippe le Tourneau, Loi'c Cadiet, ob. cit., núm. 3398.
23 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 808.
27 Philippe le Tourneau, LoTe Cadiet, ob. cit., núm. 3398.
684 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 685

(el agente es incapaz aquiliano), de todas formas no lo habría cometido una perso- acto que si bien no es culposo puesto que la persona que lo causa no tiene capaci-
na prudente y diligente con capacidad aquiliana. Veámoslo con un ejemplo: dad aquiliana, aparece como objetivamente ilícito en la medida que si este incapaz
hubiese tenido capacidad aquiliana, su comportamiento hubiera sido culposo. En
En primer lugar, imaginemos un niño de 9 años de edad que entra a un alma- el caso del menor que en forma involuntaria destruye el objeto de cristal, el acto
cén de artículos delicados y en forma lenta, involuntariamente, con sus ropas hace no es objetivamente ilícito, puesto que una persona con capacidad aquiliana tam-
contacto con un objeto de cristal que cae al suelo destruyéndose. En tales circuns- bién habría sufrido el mismo percance, así se hubiera comportado en forma dili-
tancias no hay la presunción de culpa del artículo 2347 del Código Civil contra el gente. En cambio, en el caso del menor que lanza piedras contra los objetos del
padre del menor, puesto que este accidente podía haberle ocurrido a una persona almacén, el acto es objetivamente ilícito puesto que si ese mismo comportamiento
con capacidad aquiliana, suficientemente diligente y que, por tanto, no habría lo realiza una persona con capacidad aquiliana, no cabe duda de que su conducta
cometido culpa en la ocurrencia del daño. En cambio, si ese mismo niño entra es culposa por decir lo menos.
corriendo al mismo establecimiento de comercio, lanzando piedras sobre el surti-
do de objetos que están expuestos en el almacén y los quiebra, es obvio que la 590.- CONCLUSIÓN SOBRE LA CULPA DEL DIRECTAMENTE
presunción del artículo 2347 del Código Civil se aplica al padre del menor, pese a RESPONSABLE
que éste, por tener menos de 1O años, no podría cometer culpa de acuerdo con el
artículo 2346 del Código Civil. Si bien del niño no se puede predicar culpa porque En conclusión, cuando el directamente responsable tiene capacidad aquiliana,
solo tiene 9 años de edad, lo cierto es que si una persona de más de 1O años se requiere que haya culpa de su parte para poder comprometer la responsabilidad
hubiera actuado como lo hizo el menor del ejemplo, es lógico que el agente habría por el hecho ajeno del civilmente responsable a la luz de la presunción creada por
cometido culpa y, desde luego, se presumiría la culpa del civilmente responsable el artículo 2347 del Código Civil. Esa culpa habrá que probarla cuando el daño se
(esta presunción significa que se aplica la responsabilidad por el hecho ajeno). En produce sin que haya de por medio una actividad peligrosa o, cuando habiéndola,
resumen, lo que se quiere afirmar es que, aún a una persona mayor de edad y ésta está bajo la guarda del directamente responsable o de un tercero diferente del
prudente se le puede haber quebrado el jarrón en el primer ejemplo sin que hubie- civilmente responsable. En cambio, cuando el daño es causado en el ejercicio de
se culpa de su parte, mientras que si quien entró lanzando piedras fuese una perso- una actividad peligrosa perteneciente al mismo civilmente responsable, entonces
na mayor de edad y sana mentalmente, entonces habría existido culpa de su parte. la culpa del directamente responsable no hay que probarla.

Obsérvese pues que en el problema que venimos analizando no se puede ca- Ahora, cuando el directamente responsable no tiene capacidad aquiliana
tegóricamente afirmar que, en los casos de daños causados por incapaces aquilianos, no se presumirá la culpa del civilmente responsable si el daño causado por
siempre se comprometerá la responsabilidad por el hecho ajeno del civilmente el directamente responsable, incapaz aquiliano, también habría sido cometido
responsable. por una persona capaz suficientemente diligente y prudente. En cambio, si el
daño causado por el incapaz aquiliano no hubiese sido cometido por una per-
Como tampoco podremos afirmar que dicha responsabilidad por el hecho sona capaz, prudente y normal, entonces habrá presunción contra el civilmente
ajeno jamás podrá comprometerse si el directamente responsable no tenía capaci- responsable.
dad aquiliana. N os queda por averiguar entonces, en cada circunstancia concreta,
si el incapaz se comportó como no lo habría hecho un hombre prudente y normal Finalmente, no sobra observar que, en aquellos casos en que no existe la
con capacidad aquiliana. presunción de culpa del artículo 2347 del Código Civil contra el civilmente
responsable, de acuerdo con lo que acabamos de ver, dicho civilmente res-
Esta teoría que venimos exponiendo tiene algún arraigo en las doctrinas fran- ponsable podrá ver comprometida su responsabilidad por el hecho propio si
cesa28 y belga bajo la denominación de "acto objetivamente ilícito", es decir, un se demuestra una culpa de su parte. También comprometerá su responsabilidad
si el directamente responsable se encontraba manipulando una actividad pe-
ligrosa perteneciente al civilmente responsable o detentaba la tenencia física de
28 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3398. un animal de propiedad o del que se servía el civilmente responsable.
686 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 687

591.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA Y LA CULPA DEL DIRECTAMENTE Y otro fallo, del 3 de marzo de 1953, al decidir la responsabilidad por el
RESPONSABLE
hecho ajeno en un accidente de tránsito, expresó lo siguiente:

Según se verá en los párrafos que siguen, la jurisprudencia colombiana no ha "La responsabilidad para el efecto de indemnizar el daño causado por las
sido muy clara en el caso que nos ocupa, pues sus decisiones son contradictorias. personas que estuvieren al cuidado de otra, se regula por el artículo 2347 del
De ~tro lado, salvo casos aislados, nunca se han efectuado las distinciones que Código Civil, disposición esta que no mira, para los efectos de la responsabi-
habitualmente hacen la doctrina y la jurisprudencia de otros países, según hemos lidad, si el daño causado, por el hijo, por el pupilo, etc., se debe a la culpa,
visto en los números anteriores. descuido o negligencia de la persona que ejecuta el hecho material productor
del daño" 30 .
En ~fecto, encontramos un grupo de sentencias en las cuales, en forma expre-
sa, .se afuma qu~ /no es necesaria la culpa del directamente responsable para que Lamentablemente, ninguna de las decisiones anotadas efectúa distinción al-
surJa la presuncwn de culpa establecida contra el civilmente responsable en los guna y sus postulados parecieran tener un carácter general. Sin embargo, en todos
artículos 2347 y siguientes del Código Civil. En ese sentido, una sentencia del 3 los casos en los cuales se afirma esta solución había de por medio una activi-
de febrero de 1944 expresa: dad peligrosa, en cuyo caso, y según lo hemos dicho, la culpa del directamente
responsable no tiene que ser probada, pues, en cierta forma, la responsabili-
"El artículo 2347 establece la responsabilidad por el hecho de las personas dad por actividades peligrosas absorbe la proveniente del hecho ajeno. Es decir,
sometidas al cuidado o dependencia de otras; la establece de una manera las decisiones son correctas pero sus motivaciones, al no efectuar distinción
taxativa, consagra una presunción al respecto, la cual tiene que destruir la alguna, pueden dar origen a confusiones, pues, no habiendo actividad peligrosa
parte demandada. Por otra parte, en el ejercicio de ciertas actividades peli- de por medio, era indispensable, según hemos dicho (supra, 585), establecer
grosas como en el de la dirección o movimiento de una máquina, cuando la culpa del directamente responsable para poder presumir la del civilmente res-
~caece un accidente desgraciado que causa perjuicio a un tercero, este no ponsable.
tiene que comprobar sino la realización de ese acto, del accidente, y nada
más, Y el demandado puede presentar algunos factores exculpativos y de- Pero, en otro grupo de sentencias, la Corte exige que se demuestre la culpa
mostrarlos. Pero en estos casos del ejercicio de una actividad peligrosa, y del directamente responsable para poder presumir la culpa del civilmente respon-
tratándose de la responsabilidad por el hecho de un tercero, no basta que el sable31. Lamentablemente, en esos fallos nada se dice en relación con los que
dueño de la máquina, por ejemplo, acredite que puso el debido cuidado en la afirman la tesis contraria. Pero veamos, en detalle, algunos de esos fallos que
e~ección del conductor de aquella, porque si esto se extremara resultaría que exigen la culpa del directamente responsable.
nm~una empresa de riesgo, como una de transportes, respondería por los
accidentes causados por la mala dirección o imprevisión o negligencia de los En primer lugar, encontramos una decisión del20 de noviembre de 1954, en
conductores. Precisamente se ha configurado la responsabilidad por el hecho la cual se falló sobre la responsabilidad civil de un empleador como consecuencia
de terceros, en la forma de que ya se ha hecho mérito, para defensa y seguri- de una denuncia penal colocada contra un tercero por su dependiente. Al referirse
dad de los particulares que de otro modo quedarían en una situación de infe- a la necesidad de establecer la culpa del dependiente, la Corte expresó:
rioridad Y tan aberrante, que tendrían que demostrar siempre no solo el hecho
material del accidente sino la culpa de quien lo causó. Ni la interpretación de
las normas consagradas por los artículos 2347, 2348, 2349, 2353, 2354, 2355 30 C. S. J., cas. civ., 3 marzo 1953, "G. J.", t. LXXIV, p. 296.
Y 23~6 ~el Códi~o Civil permiten semejante interpretación, ni la jurispru- 31 En ese sentido véase: C. S. J., cas. civ., 30 abril 1947, "G. J.", t. LXII , pp. 335 y
dencia m la doctnna la consienten" 29 • ss.; C. S. J., cas. civ., 23 junio 1949, "G. J.", t. LXVI , pp. 127 y ss.; C. S. J., cas.
civ., 24 abril1951, "G. J.", t. LXIX, pp. 540 y ss.; C. S. J., cas. civ., 29 mayo 1947,
"G. J.", t. LXXVII , pp. 707 y ss.; C. S. J., cas. civ., 20 noviembre 1954, "G. J.", t.
LXXIX , pp. 98 y ss.; C. S. J., cas. civ., 15 marzo 1955, "G. J.", t. LXXIX, pp. 724
y ss.; C. S. J., cas. civ., 1 junio 1955, "G. J.", t. LXXX, pp. 608 y ss.; C. S. J., cas.
29 C. S. J., cas. civ., 3 febrero 1944, "G. J.", t. LVII, p. 28. civ., 5 julio 1956, "G. J.", t. LXXXIII, pp. 197 y ss.
688 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 689

"La sentencia recurrida. ejercicio de una actividad que pueda calificarse como peligrosa. La acción
indemnizatoria que se ha propuesto está gobernada por lo estatuido en los
"Es esta una pieza jurídica recomendable por lo acertada, así como por su artículos 2341 y 2347 ibídem, y era imprescindible para su prosperidad, entre
redacción sobria y clara. otras cosas, que el actor diera, con los medios ordinarios o comunes de con-
"Son estas, en compendio, las razones en que ella se funda: vicción, la prueba plena y concreta de la culpa o el delito que se dice consu-
mado por el empleado de la Tesorería Municipal" 33 .
"Que la presunción de culpa establecida por el artículo 234 7 del Código Ci-
vil, no puede escapar a las normas doctrinarias que hacen viable la acción de Finalmente, una providencia de la Corte, del 23 de junio de 1949, al fallar un
responsabilidad por culpa aquiliana; preciso es que el actor demuestre prime- asunto en el cual concurrían la responsabilidad por el hecho ajeno y la responsa-
ramente la existencia de la culpa en el agente o subalterno, lo cual no aparece bilidad por actividades peligrosas en cabeza del civilmente responsable, expresa
de autos, porque, de un lado, no aparece que el doctor Cárdenas García de- dos conceptos importantes que corroboran la distinción que en estos párrafos he-
nunciante del delito de hurto y abuso de confianza fuera el representante mos querido formular. Inicialmente, el fallo expresa:
legal del Colegio de Boyacá, y, del otro, porque él, como ciudadano, tenía la
obligación de denunciar ante la autoridad la comisión del delito; de lo cual se "Esta responsabilidad indirecta se halla concretamente establecida en los ar-
desprende que no hay una relación necesaria entre el hecho denunciado por tículos 2347 y 2349 del C. C. que consagran una presunción de responsabili-
dicho doctor Cárdenas García y la responsabilidad que pudiera deducirse contra dad en contra de las personas a cuyo cargo corre el cuidado de la subordinada
el Colegio de Boyacá" 32 • con fundamento en el hecho legalmente presumido de que la culpa ocurrió
como efecto de una falta de vigilancia o de una mala elección. Para que haya
Aunque, al igual que los fallos que defienden la tesis contraria, el fallo co- lugar a esta responsabilidad por el hecho ajeno es necesario que se demues-
mentado tampoco hace distinción alguna, de todas formas aplica la solución co- tren los tres elementos que esencialmente integran toda responsabilidad ci-
rrecta al decidir la exigencia de la culpa del directamente responsable en un caso vil, esto es, una culpa que cause daño y, además, la existencia de un vínculo
en que no había de por medio una actividad peligrosa. Según dijimos, si no hay de de subordinación o dependencia entre una persona y la autora del daño. La
por medio una actividad peligrosa, la culpa probada del directamente responsable culpa de la persona subordinada o dependiente es la fuente de la obligación
es elemento indispensable para que nazca la presunción contra el civilmente res- indemnizatoria, y su prueba está sometida a las reglas generales; la culpa que
ponsable. presume aquí la ley es la de la persona que ella señala como responsable
indirecta" 34 •
592.- Y en una decisión del24 de abril de 1951, la Corte, en forma adecua-
Es decir, la Corte acepta en este fallo que la culpa del directamente responsa-
da, resuelve el problema que nos ocupa al distinguir los casos en que el directa-
ble es elemento indispensable en la responsabilidad por el hecho ajeno. Pero más
mente responsable causa el daño en el ejercicio de una actividad peligrosa que
adelante expresa que esa culpa del directamente responsable se presume y, en
estaba bajo la guarda del civilmente responsable, de aquellos en que tal actividad
consecuencia, una presunción (la del civilmente responsable) descansa sobre la
peligrosa no está de por medio. Según esta providencia, mientras el daño no sea
otra (la del directamente responsable), cuando el daño ha sido causado por una
causado con una actividad peligrosa que estuviera bajo la guarda del civilmente
actividad peligrosa.
responsable, será indispensable probar la culpa del directamente responsable. Al
respecto, el fallo citado expresa: Al respecto, el fallo expresa:

"Es obvio que al caso planteado en este pleito es inaplicable el artículo 2356 "3. Siempre la fuente de responsabilidad civil es una culpa, y en tratándose
del Código Civil en cuanto consagra la anotada presunción de culpa, por de la que corresponde a ciertas personas por el hecho de otras, la responsabi-
cuanto que el daño de que se habla en la demanda no ha sido causado en el

33 C. S. J., cas. civ., 24 abr. 1951, "G. J.", t. LXIX, p. 546.


32 C. S. J., cas. civ., 20 nov. 1954, "G. J.", t. LXXIX, p. 98. 34 C. S. J., cas. civ., 23 jun. 1949, "G. J.", t. LXVI, p. 127.
690 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 691

lidad tiene su raíz en el error de conducta de la persona subordinada o depen- La jurisprudencia nacional no ha sido ajena al problema que venimos comen-
diente. La culpa de esta, sometida en su prueba a las reglas generales, puede tando y es así como en un fallo del 12 de abril de 1991, al aceptar la posibilidad de
ser probada por presunción si es un hecho cumplido en actividades particu- la opción, expresa:
larmente peligrosas como lo tiene establecido la jurisprudencia" 35 •
"2. Cabe precisar que en casos como el que ha originado este litigio la
víctima puede demandar, acogiéndose, bien a la regulación legal de la res-
593.- ACUMULACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD POR EL HECHO AJENO
ponsabilidad por el hecho ajeno, segundo grupo de los mencionados anterior-
CON OTROS TIPOS DE RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL
mente, bien a la regulación legal por el ejercicio de actividades peligrosas.
Tiene aquí una opción el demandante, es decir, cuando los hechos pueden
Ya hemos dicho (supra, T. I, 150) que la responsabilidad contractual y la
involucrar las dos responsabilidades.
extracontractual son incompatibles y que, en consecuencia, cuando el tercero cau-
sante del daño origina un incumplimiento contractual del deudor, a éste no se le "Descendiendo a los planteamientos de la demanda con que se inició el pro-
podrá aplicar la responsabilidad extracontractual por el hecho ajeno, de la misma ceso, no se observa un acogimiento expreso en un sentido u otro, pero puede
manera que no se podrá aplicar la responsabilidad contractual si entre el civilmen- sin embargo inferirse que el demandante tuvo en mente la regulación por el
te responsable y la víctima no hay un contrato que se incumple por el comporta- ejercicio de actividades peligrosas, dado que dirigió su demanda no solamen-
miento del directamente responsable. te contra el conductor del camión dobletroque, y contra la entidad señalada
como empleadora del mismo (Cooperativa de Transportadores del Sur Ltda.,
En cambio, nada impide que, en ciertas condiciones, el civilmente responsa- Cotrasur), sino también contra el propietario del vehículo (Osear Enrique
ble comprometa su responsabilidad desde diversos ángulos en materia extracontractual. Quiñonez), lo cual no hubiera hecho de haber pretendido una responsabilidad
Piénsese en el patrono que en forma imprudente permite que el operario de una del segundo grupo" 37 •
caldera, propiedad de dicho patrono, inicie sus actividades en estado de embria-
guez, lo que genera una explosión que produce daños al vecindario. En tales cir- Es de anotar que aunque el fallo de la Corte interpreta favorablemente las
cunstancias, el patrono es responsable por su propia negligencia (C. C., art. 2341), confusas pretensiones del demandante, de todas formas pareciera inclinarse por la
por el hecho ajeno (C. C., art. 2347) y por actividades peligrosas (C. C., art. tesis de que el juez solo puede fallar de acuerdo con el tipo de responsabilidad
2356). invocada. Esta tesis, según dijimos (supra, T. I, 144), se enmarca dentro de la que
hemos denominado teoría de la pluralidad de causas. Aunque reconocemos la so-
En circunstancias semejantes, y salvo la excepción que veremos un poco más lidez de esta doctrina, nos inclinamos por la que hemos denominado teoría de la
adelante, la víctima tiene la posibilidad de escoger la acción que más convenga a unidad de causas (supra, T. I, 144), en cuyo caso, en el asunto sub judice, el juez
sus intereses, sin que tenga derecho a cobrar dos veces la indemnización o a esco- tenía el deber de aplicar la responsabilidad correcta, así el demandante se hubiera
ger principios de una y otra institución36 • La acción escogida se toma con sus equivocado en la denominación de la misma.
ventajas y desventajas. Es aconsejable no invocar todas las instituciones en forma
principal, sino unas subsidiarias de otras. Pero, es de observar que la misma Corte, en otros fallos, en el fondo acepta
que sea el juez quien, oficiosamente, aplique la responsabilidad que más beneficie
Inclusive, según nuestra concepción de la causa petendi en responsabilidad al perjudicado. En ese orden de ideas, nuestro máximo tribunal afirma que, cuan-
civil (supra, T. I, 144), es al juez a quien corresponde aplicar la institución que más do al mismo tiempo el civilmente responsable es guardián de la actividad peligro-
ventajas traiga para la víctima, siempre y cuando, desde luego, los hechos se enmar- sa con la cual se causó el daño, el demandado no se libera de responsabilidad
quen dentro de dos o más de las instituciones de la responsabilidad extracontractual.

37 C.S.J., cas. civ., 12 abril1991, magistrado ponente: Alberto Ospina Botero, proce-
35 C. S. J., cas. civ., 23 jun. 1949, "G. J.", t. LXVI, p. 128. so ordinario de Isabel Cristina Rico y otros contra Osear Enrique Quiñónez y otros,
36 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3380; Álvaro Pérez Vives, ob. cit.,
p. 21.
vol. 2, núm. 177. En el mismo sentido: C. S. J., cas. civ., 4 junio 1992, exp. 382.
692 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 693

demostrando la ausencia de culpa, que sería la manera de desvirtuar la presun- En cambio, no hay claridad cuando nos encontramos frente a la posibilidad
ción en la responsabilidad por el hecho ajeno, del articulo 2347, sino que es pre- de que el padre sea presunto culpable al mismo tiempo que el patrono o que el
ciso que demuestre una causa extraña, que es la forma de exoneración en la res- director del colegio por los daños causados por su hijo cuando el primero se en-
ponsabilidad por actividades peligrosas (infra, T. 1, 973). O sea que, de hecho, el cuyntra trabajando o estudiando. ¿Será posible afirmar que tanto el padre como el
juez oficiosamente aplica la responsabilidad que más beneficia a la víctima, sin director del colegio se presumen culpables por los daños que el hijo cause durante
tener demasiado en cuenta la responsabilidad invocada por la víctima. En este sus estudios o en sus descansos a un tercero?
caso, la acción en responsabilidad por actividades peligrosas prescribe en 1Oaños,
de conformidad con la Ley 791 de 2002, y no en 3 como en la responsabilidad por La mayoría de los autores 39 consideran que tal hipótesis es imposible, ya que
el hecho ajeno (C. C., art. 2358), y la carga probatoria es mucho más difícil para cuando el directamente responsable entra en la esfera de cuidado de otro civilmen-
el demandado. te responsable, la obligación de vigilancia de quien tenía anteriormente bajo su
cuidado al directamente responsable desaparece. Por ello, en el ejemplo propuesto
La posibilidad de esa opción tenía una excepción consagrada por el artículo se afirma que cuando el menor ingresa al colegio deja de estar bajo el cuidado de
261 del anterior Código de Tránsito, que creaba un curioso híbrido según el cual sus padres hasta el momento en que vuelve a salir del establecimiento educativo.
la víctima no tenía las dos alternativas, sino que debía dirigir su acción contra el
civilmente responsable, acción que tenía una prescripción de 5 años. Nuestro profesor RoGER DALCQ se opone a esta solución y considera, por el
contrario, que la acumulación de responsables sí es posible ya que, teóricamente,
Dicha norma y dicha prescripción desaparecieron en el Código Nacional de el padre podría seguir siendo presunto culpable pese a que, al momento de ocurrir
Tránsito, expedido por la Ley 769 de 2002, con lo cual aún la responsabilidad el daño, su hijo menor estuviese bajo el cuidado de su patrono o del director del
civil originada en accidentes de tránsito se rige por las normas generales. Por lo colegio. Al respecto, el autor belga expresa:
tanto, la víctima en estos casos cuenta con la posibilidad de optar por dirigir su
acción invocando cualquiera de los tipos de responsabilidad extracontractual que "Inclusive, si consideramos que para exonerarse de su responsabilidad le basta
se vean comprometidos. al padre mostrar que ha ejercido correctamente su deber de vigilancia, esti-
mamos que no puede contentarse con demostrar que al momento del hecho
dañino, el menor se hallaba bajo la autoridad de otra persona, para que poda-
594.- ¿SERÁ POSIBLE QUE DOS PERSONAS SEAN AL MISMO TIEMPO CIVILMENTE
mos deducir que el padre no ha podido impedir el hecho dañino, y que la
RESPONSABLES?
presunción no puede ser invocada contra él. El daño que ocurre mientras el
Ya se ha dicho que el artículo 2347 del Código Civil sienta el principio gene- menor se halla donde el patrono o en la escuela, puede fácilmente resultar de
ral de que toda persona natural que tenga a otra bajo su cuidado se presume culpa- un defecto de vigilancia que es anterior y que le es imputable al padre: sería
ble de los daños causados en forma ilícita por quien estaba al cuidado de la otra. el caso del padre que deja salir a su hijo de la casa paterna provisto de un
Discuten la doctrina38 y la jurisprudencia si puede haber dos personas que simul- arma de fuego o de un cuchillo, o de un juguete peligroso, etc. Desde luego,
táneamente comprometan su responsabilidad por el hecho ajeno en caso de daños aunque sea fundado únicamente sobre el defecto de vigilancia, la presunción
causados por el directamente responsable, que unas veces está bajo el cuidado de puede y debe de todas maneras operar. El hecho de que el menor esté bajo la
una persona y, otras, está bajo el cuidado de otra. autoridad de un maestro o de un institutor, permitirá únicamente al padre
exonerarse más fácilmente de su responsabilidad, sin que le sea suficiente
Desde luego, la discusión no existe en tratándose de la responsabilidad de los adjuntar aquí, como causa efectiva de la exoneración, el hecho de que el
padres por el hecho de los hijos menores que habitan en la misma casa, puesto que menor se hallaba bajo la autoridad de alguna de las otras personas que la ley
el inciso segundo del artículo 2347 del Código Civil torna a los padres solidaria- considera responsable por el hecho de un tercero" 40 .
mente responsables por los daños causados por sus hijos menores.

39 Philippe le Tourneau, LoTe Cadiet, ob. cit., núm. 273.


38 Philíppe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 273. 40 Roger O.Dalcq, ob. cit., t. 1, núm. 1649.
694 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 695

Este argumento, que a primera vista parece indiscutible, es sin embargo equi- habla de culpas o delitos que conocidamente provengan de mala educación o de
vocado. En efecto, admitir tal criterio significaría una de dos cosas: o que absolu- hábitos viciosos que le han dejado adquirir.
tamente en todos los casos en que el hijo compromete la responsabilidad de otra
persona distinta al padre, habrá que presumir también la mala vigilancia de éste, En consecuencia, lo que acontece en el ejemplo propuesto es que el director
lo que es absurdo. O que la presunción contra el padre se cae de su peso, en el deli colegio sería el único responsable a la luz de la responsabilidad por el hecho
ejemplo propuesto por el señor DALCQ, pues la víctima tendría que establecer que ajeno con culpa presunta, mientras que los padres responderían con base en una
el padre permitió a su hijo sacar un arma o un objeto peligroso de la casa para culpa probada, en cuyo caso se aplicaría el artículo 2348 del Código Civil, en
llevarlo a la escuela o al trabajo, en cuyo caso ya estaríamos saliendo de la culpa concordancia con el artículo 2341 del mismo código, pero en tales circunstancias
presunta de la responsabilidad por el hecho ajeno para caer en la hipótesis de la no se presumiría la culpa del padre, sino que dicha culpa sería probada.
responsabilidad por el hecho propio con culpa probada. En el ejemplo planteado
por el señor DALCQ es claro que si no se sabe procesalmente de dónde sacó el hijo 596.- PRESUNCIÓN DE CULPA CONTRA EL CIVILMENTE RESPONSABLE
el arma peligrosa, solo el patrono o el director del colegio serán presuntos culpa-
bles de los daños causados por el menor. Y si se logra establecer que el padre Según lo que hasta ahora se ha visto, la víctima debe establecer que el direc-
permitió que el hijo sacara el arma de la casa, ya no tendremos por qué hablar más tamente responsable, en forma ilícita, le causó un daño mientras estaba bajo el
de la responsabilidad por el hecho ajeno con culpa presunta del padre, sino que cuidado del civilmente responsable. Dijimos (supra, T. I, 585) en qué consiste ese
estaremos en presencia de una responsabilidad civil directa con culpa probada del acto ilícito del directamente responsable, bien sea que el causante del daño tenga
padre, en cuyo caso, éste no comprometerá la responsabilidad civil por el hecho o no capacidad aquiliana, bien sea que ejerza o no una actividad peligrosa.
ajeno sino su responsabilidad personal.
Pero una vez que la víctima ha establecido cualquiera de estas hipótesis, ipso
Jacto se presume la culpa del civilmente responsable y también que fue como
En conclusión, estamos de acuerdo con quienes consideran que no puede consecuencia de esa culpa presunta, que se produjo el daño. Es decir, no solo se
haber dos personas que simultaneamente resulten presuntamente culpables a la presume la culpa del civilmente responsable, sino que se presume que esa culpa
luz del artículo 2347 del Código Civil, salvo el caso de los padres que habiten en fue la causa del daño. Estamos frente a una auténtica presunción, puesto que abso-
la misma casa con el hijo menor que ha causado el daño.
lutamente para nada se debe investigar el comportamiento efectivo y real que
haya tenido el civilmente responsable en la producción del daño. La víctima solo
595.- Sin embargo, aparece en nuestra legislación civil un caso donde apa- debe establecer que al momento de producirse el hecho dañoso, el civilmente
rentemente podrían ser acumulables varias responsabilidades por el hecho ajeno, responsable estaba obligado a cuidar al causante del daño.
en cabeza de dos o más personas. En efecto, el artículo 2348 del Código Civil
establece que los padres serán siempre responsables del daño causado por las
597.- FORMA DE EXONERACIÓN DEL CIVILMENTE RESPONSABLE
culpas o los delitos cometidos por sus hijos menores y que conocidamente pro-
vengan de mala educación o de hábitos viciosos que les han dejado adquirir. ¿Qué tiene que hacer procesalmente el civilmente responsable para eludir la
responsabilidad civil que pesa en su contra? El civilmente responsable puede, de
Imaginemos, de acuerdo con esta norma, al hijo de familia que durante las un lado, evitar que la presunción de culpabilidad nazca en su contra y, si ello no es
horas de estudio causa un daño que en principio hace presumir la culpa del posible, de todas maneras la mayoría de las veces podrá desvirtuar la presunción
director del colegio. Si el daño es imputable también a la mala educación del que nació en su contra.
estudiante por parte de los padres, no solo sería responsable el presuntamente
culpable, es decir, el director del colegio, sino que habría al mismo tiempo una 598.- En efecto, en tanto y en cuanto la presunción supone varios requisi-
responsabilidad de sus padres, con lo que aparentemente se produciría la acu- tos, entre ellos la existencia de un acto ilícito del directamente responsable, en-
mulación de presunciones de culpa. Sin embargo, se trata de una simple apa- tonces el civilmente responsable tratará de demostrar que tales requisitos no se
riencia, pues el artículo 2348 no consagra una presunción de culpa contra los cumplieron. En ese orden de ideas podrá demostrar que al momento de ocurrir el
padres, sino que se refiere justamente a una culpa probada, ya que la norma daño, el directamente responsable no estaba bajo su cuidado.
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 697
696 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

se estaría refiriendo a una imposibilidad o irresistibilidad, elemento constitutivo


También podrá demostrar que el directamente responsable no actuó en forma
de la causa extraña42 , o se podría interpretar en el sentido de que el civilmen-
ilícita. Por ello, tratará de demostrar, tratándose de un incapaz, que éste no come-
te responsable solo está obligado a demostrar ausencia de culpa, es decir, diligen-
tió un acto objetivamente ilícito (supra, T. I, 588); o que tratándose de una perso-
cia:'y cuidado, que en este caso concreto consistiría en la prueba de una buena
na capaz que no ejercía una actividad peligrosa, ésta no actuó en forma culposa; o
vigilancia.
que habiéndose causado el daño en el ejercicio de una actividad peligrosa, el he-
cho es imputable a una causa extraña41 • Tanto la doctrina43 como la jurisprudencia44 se orientan por esta última solu-
ción que nos parece la adecuada a la luz de la legislación vigente, si bien conside-
En todos estos casos, no es que el civilmente responsable esté desvirtuando ramos oportuno hacer sobre ella algunas precisiones.
la presunción de culpa que pesa en su contra. Lo que está probando pura y simple-
mente es que la presunción nunca nació por falta de los requisitos necesarios para En efecto, los autores 45 y los tribunales han concluido que contra el civil-
ello. mente responsable pesa la presunción de haber vigilado mal al directamente
responsable que en forma ilícita causó el daño. En consecuencia, la presunción
599.- Pero si se prueba que el daño fue causado en forma ilícita por el se desvirtuaría estableciendo que se ha vigilado en forma adecuada al directa-
directamente responsable que estaba al cuidado del civilmente responsable, en- mente responsable.
tonces la presunción habrá nacido y habrá que ver qué posibilidades tiene el civil-
Ahora, y es aquí donde hay una sutileza importante, la prueba de esa vigilan-
mente responsable de desvirtuar dicha presunción.
cia adecuada no podrá consistir únicamente en la demostración de que en líneas
generales el civilmente responsable ejerce una buena vigilancia sobre el directa-
Antes de exponer el principio general sobre dicha exoneración, conviene ana-
mente responsable, ya que si así fuera, al civilmente responsable le quedaría fácil
lizar desde un comienzo una excepción a ese principio general.
desvirtuar la presunción mediante la prueba de testigos que declaren haberse dado
cuenta de que habitualmente el civilmente responsable ejercía una buena vigilan-
600.- El artículo 17 de la Ley 74 de 1966 que regula la responsabilidad
cia sobre el directamente responsable 46 •
patrimonial de los directores de noticieros informativos en medios de radiodifu-
sión, contempla una responsabilidad absoluta del director del noticiero cuando En nuestro concepto, la presunción solo se desvirtúa estableciendo que en la
alguno de los periodistas que trabaja para el medio informativo da una noticia situación concreta del daño, el civilmente responsable había ejercido una buena
contrariando las normas que regulan la actividad. En tales circunstancias, el di-
rector del noticiero no podrá alegar ausencia de culpa ni causa extraña para des-
virtuar la presunción que pesa en su contra. Lo más que podrá hacer es tratar de
demostrar que el periodista causante del daño no contravino norma alguna. 42 En ese sentido se orienta actualmente la jurisprudencia francesa. Véase: Philippe
le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3414.
La misma solución adopta la doctrina colombiana: Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol.
601.- Fuera de esta excepción, debemos aplicar el principio general de exo- 2, núm. 177.
neración establecido por el inciso final del artículo 2347 del Código Civil, de 43 Emiliani Román, ob. cit., p. 40.
acuerdo con el cual el civilmente responsable desvirtúa la presunción que pesa en 44 En ese sentido: C. S. J., cas. civ., 12 mayo 1939, "G. J.", t. XLVII, pp. 23 y ss.; c.
su contra si logra demostrar que "no pudo impedir el hecho". S. J., cas. civ., 30 junio 1941, "G. J.", t. Lll, pp. 109 y ss.; C. S. J., cas. civ., 30
agosto 1947, "G. J.", t. LXIII, pp. 75 y ss.; C. S. J., cas. civ., 23 junio 1949, "G. J.",
t. LXVI, pp. 127 y ss.; C. S. J., cas. civ., 3 marzo 1953, "G. J.", t. LXXIV, pp. 296 y
Pero, ¿qué significa "no poder impedir el hecho"? Al respecto cabrían dos ss.; C. S. J., cas. civ., 25 junio 1955, "G. J.", t. LXXX, pp. 456 y ss.; C. S. J., cas.
interpretaciones posibles: o que la presunción solo se desvirtúa mediante la prue- civ., 5 julio 1956, "G. J.", t. LXXXIII, pp. 197 y ss.
ba de una causa extraña, puesto que la frase utilizada por la norma comentada 45 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3415; Álvaro Pérez Vives, ob. cit.
vol. 2, núm. 177; Emiliani Román, ob. cit., p. 40. '
46 En ese sentido: C. S. J., cas. civ., 12 mayo 1939, "G. J.", t. XLVII, pp. 23 y ss.; C.
S. J., cas. civ., 25 junio 1955, "G. J.", t. LXXX, pp. 456 y ss.; C. S. J., cas. civ., 5
julio 1956, "G. J.", t. LXXXIII.
41 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 81 O.
698 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 699

vigilancia y que, pese a ello, no pudo impedir el comportamiento dañoso del di- ño se comportó como hombre avisado y diligente, que no omitió preocupa-
rectamente responsable 47 • Así, por ejemplo, tratándose de un niño de 11 años que ción ni cuidado en orden a garantizar el mejor servicio de su subalterno o
en un campo de juego lesiona en forma imprudente a un compañero, el civilmente empleado" 49 •
responsable deberá establecer que al momento de ocurrir el daño, estaba, por sí
mismo o por interpuesta persona, ejerciendo vigilancia sobre el menor, pese a lo Y, en otro doloroso caso, la Corte, en sentencia del 25 de junio de 1955,
cual éste se comportó en forma imprudente. En tales circunstancias, no se le pue- decidió que los padres de un menor homicida no se liberaban de la presunción
de exigir al padre que prohíba y controle todo movimiento del hijo, ya que eso prevista en el artículo 234 7 del Código Civil demostrando que durante toda la
48
sería imposible e iría contra la naturaleza misma de la buena educación • Pero sí vida le habían dado sana y adecuada educación a su hijo menor, acusado de dar
se le podrá exigir al padre que esté atento a las actividades que en el campo de muerte durante un juego a uno de sus compañeritos. Al respecto, el fallo anotado
juego desarrolla el menor, hasta el punto de corregirlo o recordarle la prudencia expresa:
con que se debe practicar la actividad.
"No hablan los presentes autos de que Aníbal Enrique Mosquera Caicedo se
También podrá el padre demostrar que, pese a prohibir al hijo menor que levantara en medio de circunstancias que le impidieran la correcta formación
habita en la misma casa reunirse con ciertos compañeros, dicho menor, en forma de su personalidad. Por el contrario, está en claro que nació en el seno de un
rebelde, desoye las órdenes de sus progenitores, saliendo a la calle a producir hogar cristiano y de padres abonados por certificaciones notoriamente fide-
daños en el vecindario. Pero se deberá probar que esas órdenes existieron justo dignas, puesto que emanan de altas autoridades eclesiásticas, entre ellas el
antes de producirse el daño y no bastará que se demuestre que habitualmente esas excelentísimo señor Arzobispo de Popayán, quienes dan testimonio sobre las
órdenes se dan. cualidades y virtudes del hogar constituido por los esposos Mosquera Wallis
y Caicedo.
602.- La jurisprudencia colombiana ha tenido oportunidad de aplicar la in-
terpretación que aquí le damos a la prueba de la ausencia de culpa que debe esta- "Todo ello es cierto y aparece al margen del debate judicial. Se busca senci-
blecer el civilmente responsable para desvirtuar la presunción de culpa que pesa llamente esclarecer si el hecho mismo de que el impúber Aníbal Enrique
en su contra. Así, en un fallo del12 de mayo de 1939, la Corte expresó: Mosquera Caicedo portara arma de fuego en el recinto de la casa paterna y a
plena luz meridiana del 22 de junio de 1951, en que jugaba con numerosos
"Pero la ausencia de culpa no consiste en un hecho aislado y único de previ- compañeros en la huerta de su propia residencia es o no suficiente para reve-
sión, como el del empresario o dueño del vehículo cuyo chofer comete con su lar adecuada vigilancia de la conducta del hijo, o bien el olvido de ese deber
coche un atropello en la vía pública, que se disculpa alegando haber elegido fundamental en las circunstancias anotadas.
para ese cargo a persona provista por las autoridades de la debida patente. La
patente apenas es uno de los múltiples y diversos factores que en una situa- "No aparece que la madre se hiciera presente para observar el juego a que se
ción determinada constituyen en la realidad objetiva la noción de vigilancia. dedicaran los pequeños escolares, ni que en forma alguna los inspeccionara.
No obstante la expedición de la patente, que apenas acreditaría la habili- Hubo de su parte notoria omisión culpable en la vigilancia a que estaba obli-
dad técnica del chofer, quedan por saber, porque de eso no da razón la paten- gada, y si el hecho funesto se produjo, existe razón fundamental para enten-
te, sus condiciones personales y morales, la prudencia y cuidado con que der que la vigilancia materna habría poseído virtualidad suficiente para evi-
frecuenta conducir, el estado normal de la máquina cuando emprendió la tar el lance. Cuanto al padre, no se encuentra en manera alguna destruida la
marcha, etc. Es decir toda una gama de circunstancias especiales en relación presunción de responsabilidad que le atribuye el artículo 2347 del C. C. Es
con el accidente, de las cuales fluya en el juez la convicción de que el due- obvio que habría podido impedir el hecho mediante su autoridad, si se con-
templaba un hijo bueno y de corta edad, y más que todo si hubiese existido el

47 En ese sentido: Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3417.
48 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3455. 49 C. S. J., cas. civ., 12 mayo 1939, "G. J.", t. XLVII-VIII, p. 30.
700 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 701

cuidado de no dejar el arma de fuego al alcance de la mano del impúber, Quien maneje la técnica procesal de la responsabilidad civil preferirá invocar
como lo demuestra la facilidad con que Aníbal Enrique trajo el revólver del la responsabilidad por actividades peligrosas, en cuyo caso ésta absorbe la res-
interior de su casa al teatro de los acontecimientos" 50 . ponsabilidad por el hecho ajeno y, en consecuencia, la ausencia de culpa no será
suficiente forma de exoneración del civilmente responsable, quien, como se dijo,
603.- Hecha la precisión anterior, anotemos que cuando el directamente deberá establecer una causa extraña.
responsable causa el daño sin que haya de por medio el ejercicio de una actividad
peligrosa, esa será la forma de desvirtuar la presunción de culpa que pesa contra el Pero habitualmente los demandantes invocan confusamente varias normas,
civilmente responsable. Es decir, probando buena vigilancia. Un poco más com- mezclando indistintamente la responsabilidad por el hecho ajeno y la proveniente
pleja es la forma de exoneración cuando el daño es causado por el directamente de actividades peligrosas, o invocando una e ignorando la otra. ¿Qué debe hacer el
responsable mediante el ejercicio de una actividad peligrosa. Veamos: juez en tales circunstancias?

De un lado, si la actividad peligrosa no está bajo la guarda del civilmente Ya hemos visto (supra, T. I, 144) el complejo problema de lo que deba en-
responsable (infra, T. I, 896), entonces éste podrá exonerarse demostrando la di- tenderse por causa petendi en responsabilidad civil. Para algunos, en el caso plan-
ligencia y cuidado a que nos referimos en los párrafos anteriores. Tal sería el caso teado, el juez deberá someterse a fallar con base en la institución invocada y en
del menor o del trabajador que utilizando un arma suya o de propiedad de un consecuencia, si, pese a existir una actividad peligrosa de por medio, de la cual es
tercero distinto del civilmente responsable, causan el daño mientras están bajo el guardián el civilmente responsable, la víctima solo invoca la responsabilidad por
cuidado del civilmente responsable. En tales circunstancias, el civilmente respon- el hecho ajeno, entonces el civilmente responsable no responderá por actividades
sable solo podrá ser juzgado sobre la base de la responsabilidad por el hecho peligrosas y, por tanto, podrá demostrar diligencia y cuidado. Y si en forma indis-
ajeno, ya que él no es guardián de la actividad peligrosa (infra, T. I, 905). tinta invoca los dos órdenes de responsabilidad, el juez deberá desatender las
pretensiones porque ellas fueron acumuladas indebidamente.
Ello explica por qué al civilmente responsable solo se le exige la prueba de
una buena vigilancia. En cambio otro criterio, al cual adherimos (supra, T. I, 144), considera que
el juez tiene la obligación de aplicar oficiosamente la institución que más pro-
En cambio, cuando la actividad peligrosa manipulada por el directamente teja a la víctima si los hechos se enmarcan dentro de varias instituciones de la
responsable es la causa del daño, y ella está bajo la guarda del civilmente respon- responsabilidad civil. Así las cosas, si el civilmente responsable es a la vez
sable, entonces la víctima tiene la opción de demandar bien sea sobre la base de la guardián de la actividad peligrosa, será esta última institución la aplicable y, en
responsabilidad por el hecho ajeno, en cuyo caso libera la ausencia de culpa (bue- consecuencia, al civilmente responsable solo lo exonera una causa extraña y no
na vigilancia), bien sea sobre la base de la responsabilidad por actividades peli- le bastaría la simple prueba de la buena vigilancia a que se refiere el artículo
grosas, en cuyo caso solo libera la causa extraña51 • Tal ocurriría si el daño es 2347 del Código Civil.
causado por un empleado que conduce el vehículo de su empleador. Este último es
el responsable de la actividad peligrosa (infra, T. I, 905) y al mismo tiempo es el 604.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA
responsable por el hecho de su conductor.
En varias oportunidades, la jurisprudencia colombiana ha afirmado que, cuan-
do el responsable compromete al mismo tiempo su responsabilidad por el hecho
50 C. S. J., cas. civ., 25 junio 1955, "G. J.", t. LXXX, pp. 460 y ss. ajeno y la proveniente de actividades peligrosas, la víctima tiene la opción de
51 C. S. J., cas. civ., 3 agosto 1983, magistrado ponente: José María Esguerra Samper, escoger entre una y otra responsabilidad. Al respecto, véase la jurisprudencia
proceso ordinario de Roberto Hernando Peña contra César Soto y otros (sin publi- comentada un poco antes (supra, T. I, 601). De otro lado, los tribunales estable-
car); C. S. J., cas. civ., 12 abril1991, magistrado ponente: Alberto Ospina Botero,
proceso ordinario de Isabel Cristina Rico y otros contra Óscar Enrique Quiñones y cen que cuando esa acumulación de responsabilidades se presenta, la exoneración
Otros. del civilmente responsable no es posible con la sola prueba de la diligencia y
En el mismo sentido Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 177. cuidado prescritas en el artículo 2347 del Código Civil, sino que es indispensable
702 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 703

que se establezca, por el demandado, una causa extraña, prueba que, según se ha quien piloteaba el vehículo estaba autorizado por su propietario, se presume
dicho (infra, T. I, 973), es mucho más severa que la primera. Ilustrativos al res- la culpa de Avelino Hincapié al tenor de los artículos 2347 y 2356 del C. C.,
pecto son los siguientes fallos, cuyos apartes pertinentes reproducimos. presunción que no se destruye con la mera demostración de que se obró dili-
gentemente, que se puso todo el cuidado requerido en el desarrollo de la
En primer lugar, en fallo del 3 de febrero de 1944, la Corte expresó: respectiva actividad. Es decir, el demandado no puede exonerarse de la obli-
gación de resarcir el daño con la sola demostración de lo que la doctrina
"El artículo 234 7 establece la responsabilidad por el hecho de las personas jurisprudencia! de la Corte ha denominado "prueba de la diligencia y cuida-
sometidas al cuidado o dependencia de otras; la establece de una manera do", pues como ya se expresó, por cuanto con el funcionamiento de ciertas
taxativa, consagra una presunción al respecto, la cual tiene que destruir la máquinas se crea la inseguridad de los conciudadanos por el riesgo palmar
parte demandada. Por otra parte, en el ejercicio de ciertas actividades peli- que ofrecen, y por cuanto sería difícil, por no decir imposible, que las vícti-
grosas como en el de la dirección o movimiento de una máquina, cuando mas de una actividad peligrosa pudieran demostrar la negligencia o el des-
acaece un accidente desgraciado que causa perjuicio a un tercero, este no cuido, la jurisprudencia ha levantado a cargo del guardián de esas máquinas,
tiene que comprobar sino la realización de ese acto, del accidente, y nada cual lo es el propietario que por sí o por medio de otras personas las explota,
más, y el demandado puede presentar algunos factores exculpativos y de- una presunción de culpa que solo puede desvanecerse con la plena prueba del
mostrarlos. Pero en estos casos del ejercicio de una actividad peligrosa, y caso fortuito, de la intervención de un elemento extraño o de culpa exclusiva
tratándose de la responsabilidad por el hecho de un tercero, no basta que el de la víctima. Tal especie de presunción, pues, no se aniquila con solo acre-
dueño de la máquina, por ejemplo, acredite que puso el debido cuidado en la ditar el empleo de diligencia y cuidado" 53 •
elección del conductor de aquella, porque si esto se extremara resultaría que
ninguna empresa de riesgo, como una de transportes, respondería por los Aunque en el fondo estamos de acuerdo con la solución práctica dada por la
accidentes causados por la mala dirección o imprevisión o negligencia de los Corte en los dos fallos anotados, de todas formas nos parece conveniente hacer
conductores. Precisamente se ha configurado la responsabilidad por el hecho algunas precisiones:
de terceros, en la forma de que ya se ha configurado la responsabilidad por el
hecho de terceros, en la forma de que ya se ha hecho mérito, para defensa y En primer lugar, no es que cuando concurran las dos formas de responsabili-
seguridad de los particulares que de otro modo quedarían en una situación de dad en cabeza de una misma persona la exoneración nunca sea la ausencia de
inferioridad y tan aberrante, que tendrían que demostrar siempre no solo el culpa sino la causa extraña. En puro derecho, cada tipo de responsabilidad tiene su
hecho material del accidente sino la culpa de quien lo causó. Ni la interpreta- propio régimen probatorio y, por tanto, un procesalista severo analizaría el tipo de
ción de las normas consagradas por los artículos 2347, 2348, 2349, 2353, responsabilidad invocado y con base en él fallaría el litigio. Así las cosas, si ese
2354, 2355 y 2356 del Código Civil permiten semejante interpretación, ni la procesalista advierte que, pese a existir de por medio una actividad peligrosa, el
jurisprudencia ni la doctrina la consienten" 52 . demandante solo invoca la responsabilidad por el hecho ajeno, entonces el de-
mandado se podrá liberar demostrando ausencia de culpa, sin necesidad de probar
la causa extraña.
Y, en decisión del 9 de febrero de 197 6, la Corte reitera su doctrina en los
siguientes términos:
En cambio, si, como lo aceptamos nosotros (supra, T. I, 161), se concluye
que el juez tiene la obligación de aplicar la responsabilidad correcta, así el deman-
"f. El demandado en este proceso, era el señor Avelino Hincapié, propieta-
dante se haya equivocado al formular la demanda, el demandado solo se liberará
rio del vehículo arriba descrito y quien tenía autorizado a su hijo para explo-
estableciendo la causa extraña.
tarlo. Por tanto, como el daño que se demanda fue producido en el desarrollo
de actividad peligrosa, por la propia naturaleza de esta actividad y por cuanto

53 C. S. J., cas. civ., 9 febrero 1976, magistrado ponente: Germán Giralda Zuluaga,
proceso ordinario de Consuelo Londoño viuda de Londoño y otros contra Avelino
52 C. S. J., cas. civ., 3 febrero 1944, "G. J.", t. LVII, p. 28. Hincapié , p. 1O.
704 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 705

En el fondo, eso es lo que ocurre en los fallos que ahora comentamos. En En efecto, es claro que si el directamente responsable, que no tiene capacidad
efecto, la Corte, aunque no hace la distinción que acabamos de formular, de todas aquiliana, comete un acto objetivamente ilícito (supra, T. I, 589) que compromete
maneras aplica la responsabilidad por actividades peligrosas, con lo cual favorece la responsabilidad por el hecho ajeno del civilmente responsable, entonces solo
a la víctima. éste debe indemnizar a la víctima, pues el directamente responsable, por no tener
capacidad aquiliana, no tiene obligación alguna de indemnizar.
La Corte no se detiene sino en el hecho de que el daño fue causado por una
actividad peligrosa que estaba bajo la guarda del civilmente responsable. En con-
En cambio, si el directamente responsable causa el daño en forma culposa,
secuencia, considera que la responsabilidad por el hecho ajeno, en la práctica,
ipso jacto se presume la culpa del civilmente responsable. En tales circunstancias,
queda aniquilada por la responsabilidad por actividades peligrosas. En conclu-
no es que haya existido un delito o cuasidelito cometido por una persona, como lo
sión, podemos afirmar que nuestra Corte estima que cuando concurren en cabeza
sostiene ALESSANDRI RoDRÍGUEZ. Por el contrario, se trata de un mismo cuasidelito
del civilmente responsable los dos tipos de responsabilidad, la exoneración solo
imputable a dos comportamientos culposos: el del directamente responsable y el
es posible mediante la prueba de la causa extraña54 .
del civilmente responsable. Si el civilmente responsable desvirtúa la presunción
de culpa que pesa en su contra deberá ser absuelto de dicha presunción. Pero si tal
605.- SOLIDARIDAD ENTRE EL DIRECTAMENTE RESPONSABLE Y EL CIVILMENTE
exoneración no es posible, entonces la sentencia parte necesariamente del presu-
RESPONSABLE
puesto de que el directamente responsable causó el daño en forma culposa, y que
El artículo 2344 del Código Civil establece que cuando haya dos o más coau- esta conducta culposa se debe, a su turno, a la conducta también culposa del civil-
tores de un mismo delito o cuasidelito todos ellos serán responsables frente a la mente responsable que, por falta de vigilancia, permitió ese comportamiento ne-
víctima por los daños sufridos. En tratándose de la responsabilidad civil por el gligente o imprudente del directamente responsable. Hay pues dos culpas: la una
hecho ajeno, don ARTURO ALESSANDRI RoDRÍGUEZ sostiene que no hay solidaridad generalmente probada y la otra presunta.
entre el directamente responsable y el civilmente responsable puesto que "No son
coautores de un mismo delito o cuasidelito; este ha sido cometido por una sola Así las cosas, es indudable la solidaridad entre el directamente responsable
persona" 55. y el civilmente responsable cuando el primero ha causado el daño en forma cul-
posa57. En tal virtud, la víctima podrá demandar conjunta o separadamente a los
Sin embargo, consideramos errónea tal posición y no vemos porqué no pueda dos responsables la totalidad de la indemnización. En el número siguiente anali-
existir tal solidaridad cuando se llenen los requisitos de culpabilidad tanto en el zaremos la acción de repetición que tienen entre sí los directa y civilmente res-
directamente responsable como en el civilmente responsable 56 . ponsables.

606.- ACCIÓN DE REPETICIÓN ENTRE EL DIRECTAMENTE RESPONSABLE


54 C. S. J., cas. civ., 18 noviembre 1941, "G. J.", t. Lll, pp. 758 y ss.; C. S. J., cas. Y EL CIVILMENTE RESPONSABLE
civ., 3 febrero 1944, "G. J.", t. LVII, pp. 28 y ss.; C. S. J., cas. civ., 30 agosto 1947,
"G. J.", t. LXIII, pp. 75 y ss.; C. S. J., cas. civ., 5 julio 1956, "G. J.", t. LXXXIII, pp.
197 y ss.; C. S. J., cas. civ., 2 noviembre i 956, "G. J.", t. LXXXIII, pp. 1157 y ss.; En virtud de la solidaridad, quien paga la totalidad de la deuda a la víctima se
C. S. J., cas. civ., 2 febrero 1959, "G. J.", t. XC, pp. 16 y ss.; C. S. J., cas. civ., 8
octubre 1975, magistrado ponente: Alfonso Peláez Ocampo, proceso ordinario de
subroga total o parcialmente en los derechos de la víctima contra los demás coau-
áscar Polanco Valencia y otro contra Alfonso Villa Londoño y Otro (sin publicar); tores del daño.
C. S. J., cas. civ., 9 febrero 1976, magistrado ponente: Germán Giraldo Zuluaga,
proceso ordinario de Consuelo Londoño vda. de Londoño y Otros contra Avelino
Hincapié (sin publicar); C. S. J., cas. civ., 18 septiembre 1990, magistrado ponen-
te: Rafael Romero Sierra, proceso ordinario de Roberto Izquierdo Acosta contra (con!. nota 56) civ., 20 octubre 1958, "G. J.", t. LXXXIX, p. 769; C. S. J., cas. civ., 2 febrero 1959,
Industria Licorera de Bolívar (sin publicar). "G. J.", t. XC, p. 16; C. S. J., cas. civ., 18 mayo, 1993, magistrado ponente: Rafael
55 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 407. Romero Sierra, proceso ordinario de María Doris Alvarez Torres contra Fabio Arbeláez
56 Aceptan la solidaridad entre el directa y el civilmente responsable, los siguientes Jaramillo y otro (sin publicar).
fallos: C. S. J., cas. civ., 12 mayo 1939, "G. J.", t. XLVII, pp. 23 y ss.; C. S. J., cas. 57 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núm. 177.
706 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 707

En la responsabilidad por el hecho ajeno, el directamente responsable (hijo víctima y no del causante del daño 60 • Así las cosas, si el civilmente responsable
de familia, trabajador, alumno, etc.) podrá repetir contra el civilmente responsa- demanda al directamente responsable por la totalidad de la indemnización pagada
ble, pero dicha repetición solo será parcial, puesto que se parte del presupuesto de a la víctima, este directamente responsable solo se exonera parcialmente de la
que el directamente responsable cometió culpa, ya que ésta es el fundamento de la acción en repetición si demuestra que también el civilmente responsable cometió
responsabilidad del civilmente responsable. umi culpa que tuvo incidencia causal en la ocurrencia del daño a la víctima.

De otro lado, esa repetición del directamente responsable exige que éste de- Hecha esta aclaración, analicemos los otros presupuestos que para ejercer la
muestre la culpa del civilmente responsable, ya que sería absurdo que el legis- acción de repetición consagra el artículo 2352 del Código Civil.
lador le permitiera al directamente responsable alegar que fue la culpa presunta
En efecto, la citada norma establece que la acción de repetición solo es posi-
del civilmente responsable la causa del daño. Por ello se dice que las presunciones
ble si el directamente responsable causó el daño sin orden de la persona a quien
solo operan en favor de la víctima y no del causante del daño 58 . El civilmente
debía obediencia.
responsable solo se presume culpable frente a la víctima del daño, más no frente
al causante culposo del mismo. En consecuencia, mientras el directamente res-
¿Pero qué significa causar el daño sin orden de la persona a quien se debía
ponsable no demuestre la culpa del civilmente responsable, la acción de repeti-
obediencia? Al respecto cabrían dos respuestas posibles:
ción es improcedente. Y demostrada dicha culpabilidad, la repetición será parcial
de acuerdo con la gravedad de ambas culpas. En primer lugar, podría entenderse que la orden consiste en realizar alguna
gestión o trabajo, como cuando el padre de familia ordena a su hijo realizar alguna
Ahora, normalmente ocurre que sea el civilmente responsable quien pague la diligencia familiar o cuando el patrono da alguna orden dentro del trabajo a su
indemnización por los daños causados por el directamente responsable. Tal repe- trabajador. Si ésta es la interpretación que se le da al artículo 2352, llegaríamos a
tición no es posible cuando el directamente responsable no tiene capacidad aquí- la conclusión de que, en estos ejemplos, la acción de repetición del civilmente
liana y simplemente ha cometido un acto objetivamente ilícito (supra, T. I, 589). responsable contra el directamente responsable no sería posible porque el último
actuó por orden de la persona a quien debía obediencia.
El artículo 2352 del Código Civil regula expresamente la acción de repeti-
ción del civilmente responsable contra el directamente responsable. Tal norma Sin embargo, tal interpretación no puede ser la adecuada porque llegaríamos
exige dos requisitos para la acción de repetición: de un lado, que el directamente al absurdo de que si el trabajador no está cumpliendo órdenes del patrono, enton-
responsable haya cometido un delito o culpa, y del otro, que el directamente res- ces es porque, lo más seguro, está actuando por fuera del ejercicio de sus funcio-
ponsable haya causado el daño sin orden del civilmente responsable. nes y entonces no estaría bajo la dependencia del civilmente responsable, que es
lo que genera la presunción en contra de éste. Cumplir órdenes del civilmente
En principio, el civilmente responsable, si se llenan los requisitos anteriores, responsable es lo que genera la relación de subordinación y lo que finalmente crea
podrá repetir contra el directamente responsable por la totalidad de la indemniza- la presunción.
ción pagada a la víctima59 • Y en este caso, el directamente responsable tampoco
podrá alegar que contra el civilmente responsable pesa una presunción de culpa ya Habrá que acudir entonces a otro criterio de interpretación para saber cuándo
que, según veremos (infra, T. I, 978) las presunciones solo operan en favor de la el que causó el daño lo hizo sin orden de la persona a quien debía obediencia.

En nuestro concepto, la interpretación correcta del artículo 2352 del Código


Civil consistiría en afirmar que el que causó el daño lo hizo con orden de la per-
58 Ibídem.
sona a quien debía obediencia cuando dicha orden está encaminada específica-
59 C. S. J., cas. civ., 12 mayo 1939, "G. J.", t. XLVII, pp. 23 y ss.; C. S. J., cas. civ.,
20 octubre 1958, "G. J.", t. LXXXIX, p. 769; C. S. J., cas. civ., 2 febrero 1959, "G.
J.", t. XC, p. 16; C. S. J., cas. civ., 18 mayo 1993, magistrado ponente: Rafael
Romero Sierra, proceso ordinario de María Doris Álvarez Torres contra Fabio Arbeláez
Jaramillo y otro (sin publicar). 60 En ese sentido Emiliani Román, ob. cit., p. 40.
708 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 709

mente a la realización de una conducta culposa que finalmente desemboca en la Es decir, para el autor chileno el directamente responsable no se exonera
ocurrencia del daño. Es decir, no se requiere que el civilmente responsable haya parcialmente ante el civilmente responsable cuando también éste ha cometido una
dado la orden de causar el daño, pero sí que el civilmente responsable ordene al culpa demostrada. Esta solución nos parece absurda, ya que el mismo artículo
directamente responsable comportarse culposamente. 2357 del Código Civil permite la reducción del monto indemnizable cuando ha
habido culpa de la víctima. Eso significa que cuando el civilmente responsable,
Así, el dueño de un establecimiento de comercio que ordena a uno de sus que ha actuado culposamente, repite contra el directamente responsable, éste sim-
vendedores efectuar actos de competencia desleal, sin hacer referencia a los posi- plemente podrá alegar que también el demandante actuó culposamente y que, en
bles daños a terceros, no podrá repetir contra su dependiente que en cumplimiento tanto que víctima que sufrió un perjuicio patrimonial al indemnizar a la víctima
de tales órdenes se comportó deslealmente causando daño al propietario de un inicial, debe correr con parte de su propio perjuicio. Partimos desde luego de la
establecimiento vecino. En tales circunstancias, el directamente responsable po- hipótesis de que se trata de un daño en el cual el directamente responsable no se
drá argumentar con toda lógica que su propia culpa está relacionada necesaria- limitó a cumplir las órdenes del civilmente responsable, porque si así fuere, la
mente con la orden culposa que le dio el propio patrono. Esa orden de dependen- repetición no es posible.
cia le impide en cierta forma al dependiente omitir su comportamiento culposo y
carecería de sentido permitirle al patrono que repitiese contra el trabajador.
607.- PRESCRIPCIÓN DE LAS ACCIONES EN RESPONSABILIDAD CIVIL
Pero imaginemos que el patrono simplemente le ordena al trabajador abrir el POR EL HECHO AJENO
establecimiento de comercio y cumplir con todos los cánones de la competencia
leal, pese a lo cual, el trabajador, para su propio beneficio o para quedar bien con Aunque en esta obra (infra, T. II, 256 y ss.) dedicaremos un capítulo extenso
el patrono, empieza a realizar actos de competencia desleal. En este caso, la repe- al tema de la prescripción de las acciones en responsabilidad civil, consideramos
tición del civilmente responsable podrá ser por la totalidad, puesto que el patrono conveniente sin embargo, hacer algunas anotaciones en el caso concreto de la
no le dio la orden de comportarse en forma desleal. La orden consistió en realizar prescripción de las acciones en responsabilidad civil por el hecho ajeno.
las actividades comunes y legítimas de su trabajo.
En primer lugar, el artículo 2358 del Código Civil establece que las acciones
Finalmente, no sobra reiterar que la repetición del civilmente responsable en responsabilidad civil por el hecho ajeno prescriben en tres años contados desde
contra el directamente responsable es por la totalidad, a menos que el directamen- la perpetración del acto dañino.
te responsable demuestre una culpa del civilmente responsable. En ese sentido
nos parece errónea la teoría de ALESSANDRI RoDRÍGUEZ, para quien la repetición Antes de entrar en el análisis de ese principio, descartemos algunos casos de
solo es posible por la totalidad de lo pagado por el civilmente responsable a la responsabilidad por el hecho ajeno a los cuales no se les aplica la prescripción de
víctima, siempre y cuando el directamente responsable haya actuado sin orden del tres años establecida en la norma.
civilmente responsable. Al respecto, el autor chileno expresa:
El anterior Código de Tránsito, en su artículo 261, creaba un híbrido en el
"El civilmente responsable tiene derecho para que el directamente responsa-
que se hablaba de la responsabilidad civil por el hecho ajeno en el ejercicio de
ble le reembolse la totalidad de lo pagado, si el autor del daño lo hizo sin su orden
actividades peligrosas, norma que sólo se aplicaba en los accidentes de tránsito,
y era capaz de delito o cuasidelito según el artículo 2319. Y ello aunque de parte
siempre y cuando el civilmente responsable fuera a la vez guardián del automotor
del civilmente responsable haya habido o pueda probarse la falta de vigilancia; la
con el que se causó el daño. El artículo 262 del mismo código establecía una
ley no consulta esta excepción. Por el contrario, parte de la base de que el civil-
excepción a la prescripción trienaria del artículo 2358 del Código Civil. Ambas
mente responsable ha incurrido en culpa, ya que solo entonces es responsable del
disposiciones desaparecieron en el nuevo Código de Tránsito, Ley 769 de 2002.
daño causado por quien estaba bajo su cuidado" 61 .
De un lado no se rige por el artículo 2358 del Código Civil la prescripción de
las acciones en responsabilidad extracontractual de las personas jurídicas. Si se
61 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 228. trata de personas jurídicas de derecho público, se aplicará la caducidad de dos
71 Ü JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 711

años establecida en el Código Contencioso Administrativo. Tratándose de perso- dad por actividades peligrosas, ya que la prescripción es de 1O años y la carga de
nas jurídicas de derecho privado, la prescripción será en principio de diez años la prueba es más benéfica para la víctima que la de la responsabilidad civil por el
(C. C., art. 2536, modificado por el artículo 8° de la Ley 791 de 2002). Esta solu- hecho ajeno.
ción se deduce del principio jurisprudencia! que admite que a las personas jurídi-
cas jamás se les aplicará la responsabilidad por el hecho ajeno, sin perjuicio de
SuBSECCióN II.- Casos especiales de responsabilidad por el hecho ajeno
que se les aplique los otros tipos de responsabilidad extracontractual (infra, T. I,
681 y SS.).
608.- DIVISIÓN
De otro lado, no sobra recordar que en tratándose de responsabilidad contrac-
Luego de analizar los principios comunes a todos los casos de responsa-
tual por el hecho ajeno la prescripción se rige por las normas que regulan ciertos
bilidad civil extracontractual por el hecho ajeno de las personas naturales, estu-
contratos especiales (v. gr., art. 993 del C. de Co., para el contrato de transporte)
diaremos a continuación cada una de las hipótesis más frecuentes en este tipo de
o por el principio general de prescripción extintiva establecida en el artículo 2536
responsabilidad. Veremos sucesivamente la responsabilidad de los padres por el
del Código Civil.
hecho de los hijos menores que habitan en la misma casa (I), la de los directores
Analizadas las excepciones anteriores, se puede concluir entonces que las de colegio por el hecho de sus alumnos (II) y la de los patronos y amos por el
acciones en responsabilidad extracontractual por el hecho ajeno de las perso- hecho de sus dependientes (III).
nas naturales, prescriben en tres años desde la perpetración del acto causante del
daño. 1.- Responsabilidad de los padres por el hecho
de los hijos menores que habitan la misma casa
Pero según se verá más adelante (infra, T. 258), la doctrina pacíficamente
acepta que si el daño aparece un tiempo después de la perpetración del acto (enfer- 609.- TEXTOS LEGALES: CULPA POR MALA VIGILANCIA Y CULPA POR MALA
medad que solo aparece años después con un tratamiento quirúrgico defec- EDUCACIÓN
tuoso), la prescripción solo corre a partir del momento de la aparición del perjui-
cio. Hay pues, una especie de suspensión de la prescripción, en aplicación del Según el inciso 2° del artículo 2347 del Código Civil:
principio de que nadie puede ejercer una acción cuya existencia desconoce o que
incluso no ha nacido. Los padres son responsables solidariamente del hecho de los hijos
menores que habiten en la misma casa.
De otro lado, ya hemos visto que teóricamente es posible que un mismo he-
cho dañino comprometa la responsabilidad del civilmente responsable desde va- Y de su lado, el artículo 2348 del mismo Código, establece que:
rias instituciones de la responsabilidad civil. Tal sería el caso del patrono que en
Los padres serán siempre responsables del daño causado por los
forma culposa entrega una caldera a un obrero que en estado de embriaguez hace
delitos cometidos por sus hijos menores, y que conocidamente pro-
que el aparato explote causándole daño a terceros. En tales circunstancias, el pa-
vengan de mala educación, o de hábitos viciosos que le han dejado
trono responde por el hecho propio, por el hecho ajeno y por actividades peligro-
adquirir.
sas. Si ello ocurre, la víctima podrá escoger la acción en responsabilidad que más
ventajas le ofrezca. Así las cosas, la víctima podrá demandar por actividades pe-
Aunque en otras legislaciones, como la francesa, la presunción que pesa con-
ligrosas o por el hecho propio, en cuyo caso la prescripción será de diez años y no
tra los padres por el hecho de sus hijos menores se fundamenta en una culpa por
de tres, pese a que también se podría invocar la responsabilidad por el hecho
mala vigilancia y por mala educación del hijo menor 62 , nuestro Código Civil con-
ajeno.

Desde luego que el juez no podrá tomar principios de una y otra responsabi-
lidad. El juez debe aplicar todas las consecuencias benéficas o perjudiciales de la 62 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3415; Philippe Malaurie, Laurent
responsabilidad escogida. En este ejemplo, lo prudente es aplicar la responsabili- Aynes, ob. cit., núm. 150.
712 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 713

templa normas y principios separados para la mala vigilancia y la mala educación Esta misma obligación pesa sobre los padres en relación con los hijos legiti-
por parte de los padres. En efecto, pensamos que el artículo 2347 del Código Civil mados (C. C., art. 246); con los hijos extramatrimoniales (L. 75 de 1968, art. 21 y
solo presume la mala vigilancia, mientras que la mala educación debe ser probada L. 29 de 1982, art. 1°); con los hijos adoptivos (L. 29 de 1982, art. ¡o y C. del M.,
según lo establece el artículo 2348. Por tanto, veremos por separado los principios art: 97).
que rigen la presunción de culpa por mala vigilancia (§ 1) y los que regulan la
responsabilidad por mala educación de los hijos menores (§ 2). De su lado, el artículo 254 del Código Civil expresa que:

Antes de entrar en materia, anotemos que, según explicaremos más adelante, Podrá el juez, en el caso de inhabilidad física o moral de ambos
la responsabilidad con culpa presunta del artículo 234 7 se aplica a quienes, en padres, confiar el cuidado personal de los hijos a otra persona o
virtud de la ley y de decisión judicial, se les encomienda el cuidado y la educación personas competentes.
de los menores que por un motivo u otro no están bajo el cuidado de sus padres.
Y el artículo 262, modificado por el artículo 21 del decreto 2820 de 1974,
§ 1.- RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES POR MALA prescribe lo siguiente:
VIGILANCIA SOBRE LOS HIJOS MENORES
Los padres o la persona encargada del cuidado personal de los hi-
FUNDAMENTO DE ESTA RESPONSABILIDAD jos, tendrán la facultad de vigilar su conducta, corregirlos y sancio-
narlos moderadamente.
Según dijimos, el principio general que rige la responsabilidad civil por el
hecho ajeno, en el artículo 2347 del Código Civil, significa que toda persona es Finalmente, el artículo 264 del Código Civil, también modificado por el de-
responsable del hecho de aquellos que estuvieren a su cuidado. De acuerdo con creto 2820 de 1974, en su artículo 23, establece que:
esta norma, la responsabilidad incumbe a todos aquellos que tuviesen una obliga-
ción legal o contractual de vigilar a un determinado individuo. En el caso especí-
Los padres, de común acuerdo, dirigirán la educación de sus hijos
fico de los padres sobre los hijos menores esta obligación de vigilancia se funda-
menores y su formación moral e intelectual, del modo que crean más
menta, no en la patria potestad como se ha creído, sino en los principios que
conveniente para estos; asimismo, colaborarán conjuntamente en
regulan la autoridad paterna. En efecto, la patria potestad lo que hace es recono- su crianza, sustentación y establecimiento.
cerle al padre derechos para administrar patrimonialmente los bienes del hijo,
mientras que la autoridad paterna se fundamenta en el hecho de que los hijos Así las cosas, las normas que regulan la autoridad paterna en el derecho co-
deben obediencia y respeto a sus padres y que éstos tienen la obligación de vigi- lombiano son las que establecen para los padres la obligación de tener a sus hijos
larlos, corregirlos y educarlos. menores bajo su cuidado. Se llena así el primer requisito exigido por el artículo
2347 del Código Civil que, según hemos dicho, consiste en la existencia de una
Ahora, esta autoridad paterna no solo sirve de fundamento a la responsabili- obligación legal o contractual (en este caso legal) de cuidar a determinadas perso-
dad de los padres por una mala vigilancia, sino que también fundamenta la res- nas (en este caso los hijos).
ponsabilidad de los padres por una mala educación, según se desprende del artícu-
lo 2348 del Código Civil. 611.- ¿QUIÉNES RESPONDEN?

Veamos las normas que regulan la autoridad paterna y más concretamente las
En principio, la presunción de culpa consagrada en el artículo 2347 del Códi-
obligaciones de los padres frente a los hijos en cuanto a vigilancia y educación.
go Civil se aplica a los padres legítimos, naturales y adoptivos a condición de que
tengan sobre sus hijos menores los derechos y deberes que les concede la autori-
En primer lugar, el artículo 253 del Código Civil establece que:
dad paterna. Es lógico que si la presunción de culpa consiste en suponer que los
Toca de consuno a los padres, o al padre o madre sobreviviente, el padres fallaron en la buena vigilancia, esta falla solo puede ser cometida por quien
cuidado personal de la crianza y educación de sus hijos legítimos. tenía la obligación legal de suministrar tal vigilancia. La misma responsabilidad
714 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 715

pesa, según veremos, sobre las personas que, sin ser padres de un menor, son Los derechos conferidos a los padres en el artículo precedente (los
encargadas de su vigilancia y cuidado. que facultan a los padres para vigilar), se extenderán en ausencia,
inhabilidad o muerte de uno de ellos al otro, y de ambos, a quien
Ahora, los padres, quienes en principio tienen el derecho y la obligación de corresponda el cuidado personal del hijo menor no habilitado de
vigilar a los hijos, pueden ser despojados de tales facultades y obligaciones, en edad.
cuyo caso, según veremos, deja de aplicárseles la presunción de culpa contem-
plada en el artículo 2347 del Código Civil, sin perjuicio de que puedan ser de- De su lado, el artículo 254 del Código Civil prescribe:
clarados responsables por una mala educación de los hijos sobre los cuales ya
no tienen la obligación de vigilancia. Pero entonces estaremos hablando no de Podrá el juez, en el caso de inhabilidad física o moral de ambos
la culpa presunta del artículo 234 7 del Código Civil, sino de la responsabilidad padres, confiar el cuidado personal de los hijos a otra persona o
con culpa probada imputable a una mala educación consagrada en el artículo personas competentes.
2348 del Código Civil.
Estas dos disposiciones aparecen desarrolladas por el Código del Menor en
Pero los padres, o uno de ellos, pueden ser despojados de la custodia o vigi- sus artículos 31, 57, 70 y siguientes, 277 y 311 y siguientes.
lancia de los hijos en tres eventos:
Creemos que de acuerdo con estas disposiciones legales, la persona a quien
l. Por inhabilidad física; se encargue el cuidado y la vigilancia del menor responde no solo por la mala
vigilancia, según lo prescribe el artículo 2347 del Código Civil, sino también por
2. Por inhabilidad moral, y la mala educación adquirida a partir del momento en que el menor queda bajo su
cuidado, en cuyo caso se aplicará la responsabilidad con culpa probada estableci-
3. Cuando en caso de divorcio, separación de cuerpos o declaración de da en el artículo 2348 del Código Civil (infra, T. I, 625 y ss.).
nulidad del matrimonio, la vigilancia y custodia del hijo le son entrega-
dos a uno solo de los padres, en cuyo caso, será este último quien debe Finalmente, el Código del Menor regula todo el procedimiento que debe se-
soportar la presunción de culpa por mala vigilancia establecida por el guir el juez en caso de que haya abandono de los hijos por parte de los padres, en
artículo 2347 del Código Civil en caso de daños causados por el menor. cuyo caso, las facultades de vigilancia del menor son otorgadas por el juez a ter-
ceras personas, dando cumplimiento en cierta forma a los artículos 254 y 263 que
Habrá inhabilidad física cuando cualquiera de los padres se encuentra en es- acabamos de mencionar.
tado de demencia, de enfermedad contagiosa, o por cualquier otro motivo no tiene
la posibilidad de vigilar adecuadamente a su hijo; por el contrario, habrá inhabili- 613.- LA PRESUNCIÓN DE MALA VIGILANCIA NO SE APLICA AL PADRE O MADRE
dad moral cuando el padre da mal ejemplo y se despreocupa completamente de la DESPOJADO DE LA AUTORIDAD PATERNA
formación y comportamiento de sus hijos.
Ahora, cuando el padre o los padres han sido despojados de la autoridad
612.- QUIÉN ES RESPONSABLE EN CASO DE INHABILIDAD E IMPOSIBILIDAD paterna, ya no responderán con base en la presunción de culpa por mala vigilancia
DE CUIDAR AL HIJO consagrada en el artículo 2347 del Código Civil, aunque la pérdida de la autoridad
paterna se deba a la inhabilidad moral del padre despojado de ella. Aunque la
Puede suceder que ambos padres sean despojados de la autoridad paterna o solución aparentemente contraría el espíritu de la institución, consideramos sin
que estén en imposibilidad de ejercerla. En tales circunstancias, la ley tiene pre- embargo que no es del caso aplicar la presunción del artículo 2347 del Código
visto encargar del cuidado del menor a otras personas. Civil, puesto que ya el padre no tiene la obligación de cuidar al hijo, pues la ley,
por intermedio del juez, lo ha relevado de tal obligación. Lo que acontece, según
Así se desprende de varias disposiciones legales, entre las cuales podemos veremos más adelante, es que el padre que ha sido despojado de la autoridad
citar el artículo 263 del Código Civil que al respecto expresa: paterna eventualmente puede llegar a ser responsable en caso de que se demuestre
716 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 717

que el daño es imputable a una mala educación. Es evidente que si el padre ha sido No obstante, consideramos que si en la sentencia el juez ordena que los hijos,
despojado de la autoridad paterna por haber abandonado al hijo, la prueba de ese a pesar de haber sido entregados en custodia a uno de los padres, deban estar
abandono sirve para establecer la mala educación 63 • periódicamente con el otro padre a quien no se le ha dado la custodia, este padre
o madre tendrá la obligación legal de vigilancia durante el tiempo en que los hijos
Lo que aquí sostenemos tiene respaldo legal y doctrinal. En efecto, la Ley permanezcan con él, durante las visitas o períodos de vacaciones, en cuyo caso, la
Primera de 1976, en su artículo 11, expresa: obligación de vigilancia y la presunción del artículo 2347 se desplazarán del pa-
dre que ordinariamente tiene el derecho de vigilancia sobre los hijos y quedarán
Sin perjuicio de lo que disponga el juez en la sentencia, respecto de en cabeza del padre que, si bien en principio no tiene tales obligaciones y dere-
la custodia y el ejercicio de la patria potestad, los efectos del divor- chos, el juez en la sentencia se los ha concedido en aquellos días en que los hijos
cio en cuanto a los hijos comunes de los divorciados se arreglarán estén de visita en su casa.
por las disposiciones contenidas en los títulos XII y XIV del libro 1
dele. c.
En conclusión, la presunción de culpa del artículo 2347 del Código Civil,
inciso 2°, se aplica a los padres legítimos, naturales o adoptivos, que tengan, con
Y refiriéndose a esta ley, concretamente al caso que nos ocupa, RoBERTO
base en la autoridad paterna, la obligación en derecho de vigilar y corregir a sus
SuÁREZ FRANCO expresa lo siguiente:
hijos menores que habiten en la misma casa y, en consecuencia, cuando por cual-
quier circunstancia los padres sean despojados de estas facultades y obligaciones,
"Por lo tanto, todo esto presupone que el juez, en la sentencia, debe entregar
no pesará contra ellos la presunción del artículo 2347 del Código Civil, sin perjui-
a los hijos bajo la custodia de uno de los padres y pronunciarse asimismo,
cio de que eventualmente se les pueda aplicar la responsabilidad por la mala edu-
sobre el ejercicio de la patria potestad; en uno y otro caso, debe, ante todo,
cación a que se refiere el artículo 2348 del mismo Código.
tener en cuenta los intereses de los hijos primordialmente, y luego los intere-
ses de los padres. El artículo 27 de la ley preceptúa al respecto, en la regla Y:
'El juez, en la sentencia de divorcio, decidirá: a) Poner los hijos menores al 614.- PADRES SEPARADOS DE HECHO
cuidado de uno de los cónyuges, o de uno y otro, o de otra persona, atendien-
do a su edad, sexo y causa probada de divorcio'" 64 • Puede suceder que los padres no hayan sido despojados de la autoridad pater-
na pero no vivan juntos por una simple separación de hecho que, en consecuencia,
Por tanto, si el juez en la sentencia de divorcio pone los hijos menores al no ha permitido que la custodia de los hijos se entregue a aquel de los padres que
cuidado de uno de los padres, cesará para el otro la obligación de vigilancia que le deba vivir habitualmente con ellos. En tales circunstancias, según veremos un
impone la autoridad paterna y, en tal virtud, la presunción de culpa del artículo poco más adelante, aquel de los padres que de hecho no viva con sus hijos no es
234 7 solo le será aplicable a aquel de los padres a quien le haya sido entregada la responsable a la luz del artículo 2347 del Código Civil, pues si bien tiene la obli-
custodia de los hijos 65 • Desde luego, consideramos que el derecho y obligación de gación de guarda que le confiere la autoridad paterna, no habita sin embargo bajo
educar al hijo seguirá correspondiendo por igual a los dos cónyuges y, en tal el mismo techo de los hijos menores, requisito sine qua non del artículo 2347 del
virtud, ambos podrían ser responsables a la luz del artículo 2348 del Código Civil. Código Civil. En tales circunstancias, será posible aplicar contra el padre que
Solamente en relación con la presunción de mala vigilancia del artículo 2347, el abandonó el hogar la responsabilidad civil del artículo 2348, que establece la
padre a quien se le haya entregado los hijos seguirá siendo el presuntamente cul- obligación indemnizatoria a cargo del padre que ha dado una mala educación al
pable. hijo causante del daño. Pero sobre este tema volveremos un poco más adelante.

615.- Los PADRES RESPONDEN POR LOS HIJOS MENORES


63 Philippe le Tourneau, LoTe Cadiet, ob. cit., núm. 3417.
64 Roberto Suárez Franco, Derecho de familia, 3a ed., Bogotá, Edit. Temis, 1981, p. El artículo 234 7 en su inciso 2° es categórico en afirmar que los padres son
209. responsables solidariamente del hecho de los hijos menores que habiten en la
65 Philippe le Tourneau, LoTe Cadiet, ob. cit., núm. 3390. misma casa. Ello significa que la presunción de culpa existente contra los pa-
718 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 719

dres en el artículo 2347 del Código Civil no tiene razón de ser cuando el hijo ha Como se ve, el problema no es simple y nos parece que en Colombia ha sido
llegado a la mayoría de edad, aunque de hecho, los padres sigan ejerciendo resuelto muy a la ligera, sin observar que nuestra legislación en este punto es
cierta vigilancia sobre tales hijos. En la actualidad, la mayoría de edad se alcan- substancialmente distinta de la francesa.
za a los 18 años y, en consecuencia, los daños causados por hijos que habiten en
la misma casa que tengan más de 18 años no comprometen la presunción de La verdad es que literalmente hablando, nuestro Código Civil, en su artículo
culpa que pesa sobre los padres. Ello no impide que, si en un momento determi- 312, solo regula la terminación de la patria potestad por emancipación del hijo y
nado el juez le encomienda a uno de los padres la custodia y guarda del hijo nada dice sobre la autoridad paterna del hijo emancipado. Es preciso entonces
mayor, por incapacidad de éste, el padre sea responsable de acuerdo con el ar- acudir al contexto del Código para tratar de encontrar una solución adecuada.
tículo 2347 del Código Civil, pero no ya por su calidad de padre, sino por la
Al respecto, FERNANDO VÉLEZ expresa:
calidad de representante legal que de todas formas le impone la obligación de
cuidar de su hijo incapaz. "Aunque la emancipación solo pone fin a la patria potestad, esto es, a los
derechos meramente civiles de quien la ejerce, ya anotamos que algunos de
616.- CASO DE LOS HIJOS EMANCIPADOS los derechos que esta comprende, como la facultad que tienen los padres de
castigar y corregir a sus hijos menores, racionalmente tiene que desaparecer
con la emancipación legal y judicial, pues no sería aceptable, por ejemplo,
La doctrina y la jurisprudencia colombianas, siguiendo en ello a parte de
que si el hijo se casa o el padre lo maltrata habitualmente, conservase este
las doctrinas francesa y belga, sostienen que la presunción de culpa del artículo
tales facultades, incompatibles en un caso con el estado civil del hijo, y en el
2347 no se aplica cuando el hijo menor ha sido emancipado, aunque viva bajo el
otro con la causa de la emancipación. En cuanto a la obligación que tienen los
mismo techo de los padres. Esta solución sería válida en caso de que la presun-
hijos de alimentar y respetar a sus padres y de cuidarlos en su ancianidad, en
ción de culpa tuviera su fundamento en la patria potestad. Sin embargo, según
estado de demencia y en todas las circunstancias de la vida en que necesitaren
hemos dicho, en Colombia la autoridad paterna es la que regula la obligación y
sus auxilios, no hay motivo para que desaparezca con la emancipación.
derechos de vigilancia de los padres sobre los hijos menores y, en consecuencia,
es allí donde hay que buscar la posibilidad o imposibilidad de que los hijos "Por tanto puede decirse que esta no solo se refiere a la patria potestad, sino
menores puedan en un momento determinado no estar sometidos a la vigilancia también a las facultades consiguientes a la autoridad paterna, que sean in-
de sus padres.
compatibles con la causa de la emancipación" 66 •

Ahora, aunque la autoridad paterna es una institución distinta de la patria De su lado, RoBERTO SuÁREZ FRANCO, al hablar de los efectos de la emancipa-
potestad, y nuestro Código Civil distingue claramente las dos figuras, surge sin ción, expresa:
embargo la pregunta de si una vez que el menor ha sido emancipado, aún subsiste
la autoridad paterna. "Por definición, la emancipación es un hecho que tiene por objeto poner fin
a la patria potestad y este es su principal efecto. Como consecuencia de ello,
Si se llega a la conclusión de que con la emancipación no termina la auto- cesa para el padre el derecho al usufructo de los bienes del hijo, a la adminis-
ridad paterna, entonces habría que inferir que los hijos emancipados que aún tración de estos y a la representación de la persona del hijo. Sin embargo, la
habiten bajo el mismo techo de los padres, seguirán tornando a éstos presuntos emancipación no pone fin a la potestad paterna: el padre no se exonera de las
culpables por los daños causados por ellos, pues todavía pesan sobre los padres obligaciones de crianza, educación y establecimiento del hijo, quien a su vez
las obligaciones y derechos que en relación con la vigilancia de los hijos meno- deberá siempre respeto y obediencia a su padre" 67 .
res les concede la autoridad paterna. Si por el contrario se concluye que con la
emancipación también se termina la autoridad paterna, será forzoso inferir que
los padres dejan de ser presuntos culpables, según lo previsto en el artículo 66 Fernando Vélez, Estudio sobre el derecho civil colombiano, t. 1, vol. 2, Bogotá, Ed.
2347 del Código Civil, cuando los hijos emancipados causan daño a terceras Lex, núm. 544.
personas. 67 Roberto Suárez Franco, ob. cit., p. 398.
720 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 721

En nuestro concepto, teóricamente hablando, la emancipación solo termina hijos la autoridad paterna y les será aplicable la presunción de culpa establecida
la patria potestad, puesto que solo a ella se refiere la ley. Sin embargo, en algunos en el artículo 2347 del Código Civil. Ahora, puede suceder que en la misma sen-
casos, por exclusión de materia o por decisión judicial, la emancipación también tencia que declare la emancipación judicial por las causales previstas en el artícu-
termina con la autoridad paterna. lo 315, aunque el juez no se refiera en forma expresa a la autoridad paterna, sus-
traiga a uno de los padres o a ambos de la vigilancia y cuidado personal del hijo
Decimos que, en teoría, la emancipación no termina con la autoridad paterna emancipado, en cuyo caso cesan las obligaciones que la autoridad paterna le asig-
puesto que el artículo 31 O del Código Civil establece que la patria potestad termi- naba al padre en relación con la vigilancia del menor. Desde luego, en este caso
na por las mismas causales que para la emancipación judicial consagra el artículo cabría la posibilidad de hacer responsable al padre que fue despojado de la auto-
315 del Código Civil. La misma norma establece que la suspensión o privación de ridad paterna si se demuestra que el daño causado por el menor es imputable a la
la patria potestad, incluidas las causales del artículo 315, no exonera a los padres mala educación que el padre le dio al hijo mientras estuvo bajo su vigilancia
de sus deberes de tales para con sus hijos, es decir, éstos conservan la obligación (infra, 624).
de vigilar al hijo.
La solución que planteamos es lógica puesto que el artículo 254 del Código
Así las cosas, podemos afirmar que en teoría la emancipación judicial deja Civil establece que en caso de inhabilidad física o moral de ambos padres, el juez
vigente la autoridad paterna. Con todo, el juez, en la misma sentencia podrá, de podrá confiar el cuidado personal de los hijos a otra u otras personas competentes.
acuerdo con lo prescrito en el artículo 263 del Código Civil, sustraer a los hijos de De otro lado, el artículo 315 del Código Civil establece la emancipación judicial
la autoridad de uno o de ambos padres. Lo importante pues, es destacar que el por malos manejos por parte del padre o de los padres en relación con el hijo. En
mismo legislador, en el artículo 310 del Código Civil, establece que pese a la consecuencia, si bien la emancipación judicial no termina ipso Jacto con la auto-
emancipación judicial, la autoridad paterna no se suspende. Nada dice en forma ridad paterna, lo cierto del caso es que las causales previstas para que se produzca
expresa el legislador en cuanto a la emancipación legal o a la voluntaria. tal emancipación pueden servir de fundamento para que el padre sea despojado de
la autoridad paterna.
Pero admitido el principio general de que la emancipación no pone fin a la
autoridad paterna, lo que deja vigente la presunción de culpa del artículo 2347 del Finalmente, el artículo 314 del Código Civil se refiere a la emancipación
Código Civil en cabeza de los padres por el hecho de sus hijos menores, lo cierto legal y afirma que ésta se produce por la muerte real o presunta de los padres, por
es que en algunas circunstancias la emancipación sí pone excepcionalmente fin a el matrimonio del hijo, por haber cumplido el hijo la mayoría de edad o por el
la autoridad paterna, pero más por exclusión de materia o por decisión judicial decreto que da la posesión de los bienes del padre desaparecido.
que como consecuencia lógica de la emancipación. Veamos cuáles son en nuestro
concepto aquellas causales de emancipación que no dan lugar a la terminación de En cuanto a la emancipación por muerte presunta o real de los padres, o por
la autoridad paterna y cuáles son los casos en que dicha autoridad se termina. haber cumplido el hijo la mayoría de edad, o por el decreto que da posesión de los
bienes del padre desaparecido, el problema que discutimos ni siquiera se plantea
En primer lugar, consideramos que cuando la emancipación es voluntaria, de puesto que la presunción de culpa que establece el artículo 2347 del Código Civil
acuerdo con el artículo 13 del Código Civil, no se suspende ni se suprime la auto- solo se aplica a los hijos menores que habiten la misma casa de los padres. Luego
ridad paterna de los padres sobre sus hijos y, en consecuencia, a los primeros les si el hijo se emancipa por ser mayor de edad o porque sus padres han muerto, el
seguirá siendo aplicable la presunción de culpa del artículo 2347 cuando los hijos artículo 234 7 del Código Civil no tiene aplicación, puesto que si los padres han
menores habitan la misma casa. muerto no hay sujetos pasivos a los cuales se les pueda aplicar la norma, y si el
hijo ha llegado a la mayoría de edad, la citada norma tampoco se aplica puesto que
En lo que se refiere a la emancipación judicial, regulada por el artículo 315 ella se refiere a la presunción de culpa de los padres que habitan en la misma casa
del Código Civil, ya hemos dicho que por sí sola no suprime los derechos y obli- con sus hijos menores.
gaciones que confiere la autoridad paterna a los padres, según se desprende de lo
dispuesto en el artículo 31 O del Código Civil. En consecuencia, si nada se dice en En consecuencia, solo queda por analizar la emancipación legal producida
la sentencia que concede la emancipación, los padres seguirán teniendo sobre los por el matrimonio del hijo menor. Esta es la única causal de emancipación que
722 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 723

termina ipso jacto con la autoridad paterna de los padres. En efecto, sería incon- ¿Podrá decirse, de acuerdo con estas dos disposiciones, que los padres no
cebible que, si la ley permite que los hijos menores contraigan matrimonio y así responden por el daño causado por sus hijos menores en la administración de su
cese para los padres la patria potestad sobre ellos, pueda subsistir la autoridad peculio profesional o industrial o en la administración de un empleo público?
paterna, sobretodo si el hijo va a formar un nuevo hogar en el que inclusive va a
1
ser responsable por los daños que a su turno cometan sus hijos menores. Cuando Aunque el señor ALESSANDRI RoDRÍGUEZ sostiene que la responsabilidad civil
el hijo, al casarse, adquiere el derecho de formar un hogar aparte, es porque los por el hecho ajeno se fundamenta en la autoridad paterna, en lo que estamos de
padres están perdiendo en relación con él los derechos de vigilancia y educación. acuerdo, al comentar la posible responsabilidad de los padres en los eventos que
venimos comentando afirma que la presunción de culpa que pesa contra los padres
Así pues, el simple hecho de la emancipación solo produce la pérdida de la por los daños causados por sus hijos menores deja de existir.
autoridad paterna cuando la emancipación se debe al matrimonio del hijo menor.
En los casos de emancipación voluntaria o judicial, el simple hecho de la eman- Al respecto el autor chileno expresa:
cipación no termina con la autoridad paterna, sin perjuicio de que las mismas
causales que dieron lugar a la emancipación judicial puedan dar lugar a la pérdida "Los padres tampoco son responsables de los delitos o cuasidelitos que co-
de la autoridad paterna, pero no por el simple hecho de la emancipación, sino por meta el hijo menor en el ejercicio de la profesión, empleo, comercio, indus-
los principios que regulan en forma expresa la suspensión o pérdida de la autori- tria u oficio que ejerce independientemente, aunque habite con ellos. Los
dad paterna. padres solo responden del hecho de los hijos menores y el hijo se considera
como emancipado y habilitado de edad en lo concerniente a la administración
Así las cosas, en aquellos eventos en que la autoridad paterna no se termina y goce de su peculio profesional o industrial, de modo que en el ejercicio de
con la emancipación, la presunción de culpa del artículo 2347 del Código Civil tales actividades, el hijo no está, en realidad, sometido a la vigilancia pater-
sigue siendo aplicable a los padres por los daños causados por los hijos menores na. Con mayor razón los padres no responderán de estos delitos o cuasidelitos
emancipados que habiten en la misma casa. Solo en el caso de los hijos que se si el hijo no habita con ellos.
emancipan por causa del matrimonio, la emancipación suprime dicha presunción,
"Lo mismo cabe decir de los delitos o cuasidelitos que el hijo menor cometa
en cuyo caso cabría la responsabilidad de los padres si se demuestra que el daño es
en el ejercicio del empleo o cargo público que desempeñe. Los empleados
imputable a la mala educación que dichos padres le dieron al hijo mientras éste
públicos menores de edad son considerados como mayores en lo relativo a
estuvo bajo su vigilancia, según lo previsto en el artículo 2348 del Código Civil.
sus empleos: en el desempeño de ellos tampoco están sometidos a la vigilan-
cia paterna" 68 .
617.- DAÑOS CAUSADOS POR EL HIJO EN EL EJERCICIO DE UN CARGO PÚBLICO O
EN LA ADMINISTRACIÓN O GOCE DE SU PECULIO PROFESIONAL OINDUSTRIAL La solución propuesta por el señor ALESSANDRI RoDRÍGUEZ es válida en aque-
llos países donde la responsabilidad civil de los padres por el hecho de sus hijos
El artículo 290 del Código Civil establece que: menores se fundamenta, no en la autoridad paterna, como en Colombia, sino en la
patria potestad. En cambio, cuando la presunción se funda en la autoridad paterna,
La patria potestad no se extiende al hijo que ejerce un empleo o cargo
las dos normas que venimos comentando solo se refieren a la capacidad jurídica
público, en los actos que ejecute en razón de su empleo o cargo.
que tiene el menor para obligarse por sí mismo o para obligar a la administración
Los empleados públicos menores de edad son considerados como pública. Es decir, se trata más de la posibilidad que tiene el menor de celebrar y
mayores en lo concerniente a sus empleos. administrar actos jurídicos, que de suprimir las obligaciones de vigilancia y edu-
cación que pesan sobre los padres. En efecto, aunque la ley en tales circunstancias
Por otro lado, el artículo 294 del Código Civil expresa: le evita al menor tener que estar acudiendo a los padres para que éstos resuelvan
El hijo de familia se mirará como emancipado y habilitado de edad
para la administración y goce de su peculio profesional o indus-
trial. 68 Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad extracontractual, núm. 245.
724 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 725

todos los actos y contratos celebrados por él, no por ello están liberados los padres por sus hijos, dentro o fuera de la casa, siempre y cuando habitualmente dichos
de los derechos y obligaciones que les concede la autoridad paterna. Obsérvese menores estén bajo su vigilancia69 •
que las facultades que concede la ley a los hijos menores en caso de puestos públi-
cos o de peculio profesional o industrial están ubicadas dentro del título corres- : Este elemento de la responsabilidad de los padres ha creado dos grandes dis-
pondiente a la patria potestad y nada dicen en relación con los derechos y obliga- cusiones en doctrina y en jurisprudencia: de un lado, es preciso clarificar lo que
ciones de la autoridad paterna. deba entenderse por "habitar en la misma casa". De otra parte, se discute si la no
cohabitación de los padres con el hijo, debida a un móvil ilegítimo, libera o no a
En conclusión, nos parece que dentro del sistema general de responsabilidad los padres por la presunción que contra éstos pesa en virtud de lo dispuesto en el
civil de los padres por el hecho de sus hijos que habitan la misma casa, la adminis- artículo 2347 del Código Civil. Veamos por separado estos dos problemas.
tración del peculio profesional o industrial no suprime la presunción de mala vi-
gilancia que pesa sobre los padres cuando los hijos causan un daño a terceros. En lo que se refiere al concepto "habitar en la misma casa", en un principio la
Cuando el daño es causado por el hijo menor en el ejercicio de un cargo público, doctrina y la jurisprudencia interpretaron literalmente el texto del artículo 2347
la presunción contra el padre no existe, pero no por la naturaleza del empleo, sino del Código Civil colombiano y el del artículo 1384 del Código Civil francés. En
porque en ese caso la responsabilidad es de la entidad con la cual trabaja el menor. consecuencia, solo en la medida en que los hijos causantes del daño habitasen
En ese momento, la obligación de vigilancia se desplaza de los padres hacia la físicamente en la misma casa de sus padres, se aplicaba la presunción contempla-
entidad pública empleadora. da en ambas legislaciones. Se requería, pues, que los hijos habitasen físicamente
en el mismo espacio que habitaban sus padres.
No sobra anotar que la presunción de culpa extracontractual que pesa contra
los padres por los hijos menores no los convierte en garantes contractuales de
Sin embargo, esta doctrina ha recibido algunos correctivos y en la actualidad
éstos. En consecuencia, si en la administración de su peculio profesional o indus-
doctrina 70 y jurisprudencia han aceptado la teoría según la cual basta que el padre,
trial el menor se obliga contractualmente, su padre no es garante, salvo convenio
de hecho, tenga la posibilidad de ejercer los derechos y obligaciones de vigilancia
expreso, por el incumplimiento contractual de su hijo. Pero si el hijo, en la admi-
que la ley le concede sobre el hijo menor, puesto que no se ha producido ruptura
nistración de su peculio profesional o industrial, causa daño a un tercero con el
desde el punto de vista de la subordinación de los hijos a los padres, aunque el hijo
cual no ha contratado, el padre sigue siendo presunto culpable a la luz del artículo
no habite bajo el mismo techo. Esta solución nos parece la más adecuada puesto
2347 del Código Civil, a condición de que se trate de un hijo menor que habite con
que cuando el legislador habló de vivir en la misma casa, lo que buscaba realmen-
él en la misma casa.
te era referirse a la familia que vivía junta. Ahora, para la época en que el código
fue concebido, lo lógico era que toda la familia viviera bajo el mismo techo.
618.- Los PADRES RESPONDEN POR LOS HIJOS MENORES QUE HABITEN
EN LA MISMA CASA
Pero en la actualidad desde el punto de vista de los lazos paternales, la fami-
lia, puede vivir unida aunque sus miembros no ocupen habitualmente el mismo
No basta que los hijos menores causen un daño para que se presuma la culpa
espacio físico. Nos plegamos, pues, a esta nueva concepción doctrinaria. Desde
de sus padres. La ley contempla otro requisito cual es el de que el hijo menor
luego, se requiere, para que haya la presunción de culpa del artículo 2347 del
causante del mismo daño habite en la misma casa de sus padres. Este requisito
Código Civil, que los padres, de hecho, tengan bajo su subordinación al hijo me-
existe no solo en el artículo 2347 del Código Civil colombiano, sino también en el
nor y, en consecuencia, tengan la posibilidad de que éste se halle sometido a su
artículo 1384 del Código Civil francés. Algunas legislaciones como la belga y la
vigilancia. Cuando la vigilancia y la subordinación desaparecen, la presunción
española han eliminado este requisito, acorde con la evolución familiar de la so-
del artículo 2347 no tiene aplicación, lo que no significa que no haya responsabi-
ciedad actual.

Pero es preciso indicar que la ley no quiere significar que los padres respon-
dan únicamente por los daños que sus hijos menores causen dentro de la misma 69 Philippe le Tourneau, Lo"ic Cadiet, ob. cit., núm. 3395.
casa. Lo que la ley establece es que los padres responden por los daños causados 70 Philippe le Tourneau, Lo"ic Cadiet, ob. cit., núm. 3395.
726 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 727

lidad de los padres, según veremos al tratar el problema de la separación de hecho "Concretamente, la Corte de Casación ha tenido la ocasión de afirmar que un
entre los padres y los hijos. menor que resida habitualmente fuera de la casa paternal compromete la res-
ponsabilidad de sus padres sobre el fundamento del artículo 1384, inciso 4°,
En conclusión, si el hijo menor que habita en una residencia distinta de la de si él se encontraba excepcionalmente en casa de los padres al momento en
sus padres, pero está sometido a la vigilancia de éstos, sale por las noches a causar que ha provocado el daño. Y ciertas decisiones han tomado partido igual-
destrozos en las propiedades vecinas, entonces el artículo 2347 del Código Civil mente en favor de la aplicación de la presunción en los casos en que el hijo
tiene aplicación contra los padres, pues de todas formas su hijo está sometido a habitaba no en la casa de sus padres, sino bastante cerca de ellos, para que
ellos y por lo tanto tienen la posibilidad de ejercer sobre el menor una buena pudieran ejercer sobre él una cierta vigilancia. Esta jurisprudencia es a decir
vigilancia. verdad, extremadamente reveladora de un alargamiento en la interpretación
del papel de la cohabitación que no aparece más verdaderamente como una
En relación con este problema, los señores MAZEAUD expresan: condición autónoma impuesta para la aplicación de la presunción, sino que
tiende a volverse un simple indicio de la facultad para los padres de ejercer
"Para que desaparezca la responsabilidad del artículo 13 84, inc. 4o (responsabili- su poder de vigilancia" 72 .
dad de los padres por el hecho de los hijos menores), es necesario aun -el
En conclusión, cuando el artículo 2347 del Código Civil exige que los hijos
pensamiento de los redactores es demasiado claro- que la no cohabitación
menores habiten en la misma casa de sus padres para que éstos se presuman cul-
impida de hecho al padre vigilar su hijo, que, como lo declaraba TREILHARD,
pables de acuerdo con la ley, lo que está exigiendo, en el fondo, es que los padres
"su vigilancia se vuelva casi ilusoria". En consecuencia, cuando de hecho se
de hecho tengan vínculos familiares con sus hijos y en virtud de ellos tengan la
constate que el defecto de cohabitación no era de ninguna manera un obstá-
posibilidad de controlar su comportamiento y de suministrarles educación, poco
culo para la vigilancia del padre habrá que aplicar el artículo 1384, inciso 4°;
importa que no habiten en el mismo espacio físico.
se podrá, por ejemplo, decidir esta solución cuando el hijo que viva bien
cerca de sus padres, o aún cuando haya causado el accidente en un momento
619.- Ahora, el segundo problema que suscita el concepto según el cual los
en que se encontraba en casa de sus padres.
padres solo comprometen la responsabilidad por los daños causados por los hijos
que habiten en la misma casa consiste en saber si la presunción de culpa se presen-
"El solo hecho de la no cohabitación no descarga pues a los padres: fundán-
ta cuando de hecho, por una separación entre los padres y los hijos, los primeros
dose sobre el motivo que ha conducido a insertar en el artículo 384, inc. 4°, la
no ejercen vigilancia sobre los segundos, dado que viven separadamente.
necesidad de una cohabitación, se ha llevado a exigir, de una parte, que el
defecto de cohabitación tenga un motivo legítimo; de otra parte, que los pa- Cuando la separación que le impide a los padres ejercer la vigilancia y con-
dres no puedan más ejercer una vigilancia suficiente" 71 . trol sobre sus hijos menores tiene un móvil legítimo, la presunción de culpa del
artículo 234 7 del Código Civil no tiene aplicación y en consecuencia los padres
Estamos de acuerdo con el pensamiento de los señores MAZEAUD casi en todo. no serán presuntamente culpables por los daños causados por sus hijos 73 • Desde
Solo estamos en desacuerdo cuando tales autores sostienen que el citado artículo luego, nada impide que en un momento determinado, según veremos más adelante
1384 se aplica si el padre ha abandonado la vigilancia del hijo por un móvil ilegí- (infra, T. I, 625 y ss.), la víctima logre demostrar que los padres han educado mal
timo. Sobre este punto volveremos un poco más adelante (infra, T. I, 619). al hijo, según lo prescribe el artículo 2348 del Código Civil. Lo que aquí se quiere
significar es que la presunción de mala vigilancia del artículo 2347 no tiene apli-
Más recientemente, GENEVIEVE VrNEY recoge la orientación jurisprudencia! cación cuando los padres por un móvil legítimo no tienen la capacidad de vigilan~
francesa que se manifiesta en el mismo sentido que venimos comentando y defen- cia sobre el menor. Esta separación legítima sucede, por ejemplo, cuando el hijo
diendo. Al respecto, la autora expresa:

72 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 876.


71 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 759. 73 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3396.
728 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 729

se marcha a otra ciudad a continuar sus estudios, o cuando el padre, por trabajar en Al respecto el autor belga expresa:
otra ciudad, no tiene la posibilidad de estar controlando, autorizando o prohibien-
"Creemos que la doctrina y la jurisprudencia cometen un doble error cuando
do los comportamientos de sus hijos menores.
defienden la opinión de que el defecto de cohabitación debe ser legítimo para
que la presunción de responsabilidad no se aplique.
Mucho más conflictivo es el problema cuando la separación entre el padre y
el hijo menor, que le impide al primero ejercer la vigilancia sobre el segundo, no "En primer lugar, esta tesis deroga el principio de la interpretación restrictiva
tiene un móvil legítimo, como cuando el padre expulsa de su casa al hijo o simple- de las presunciones de responsabilidad, porque ella termina fatalmente ex-
mente el padre abandona el hogar; o cuando el hijo se va de su casa aunque sus tendiendo el campo de aplicación del texto a casos en que su intervención no
padres no lo hayan expulsado. ¿En tales circunstancias, si el hijo causa un daño a está expresamente prevista.
un tercero, la presunción de culpa del artículo 234 7 del Código Civil se aplicará al
padre o a los padres que en forma ilegítima se han separado de sus hijos? "Pero esta opinión viola también el derecho común en materia de prueba
porque le impone al presunto responsable, probar el carácter legítimo del
Tanto PÉREZ VIVES como ALESSANDRI RoDRÍGUEZ comparten una doctrina pre- defecto de cohabitación. Ahora, nos parece cierto que es al demandante víc-
conizada en Francia de acuerdo con la cual la separación ilegítima entre los padres tima del daño, que quiere beneficiarse de la presunción de responsabilidad
y los hijos no libera a los primeros de la presunción de culpa por mala vigilancia que pesa sobre el padre, a quien pertenece probar que las condiciones de
consagrada en el artículo 2347 del Código Civil. Siguiendo este mismo criterio, aplicación de la presunción están reunidas y concretamente que hay cohabi-
los señores MAZEAUD-TuNc-CHABAS expresan: tación. Es ello una noción de puro hecho y si el hijo no habita con sus padres,
el demandante permanecerá necesariamente en defecto de reportar la prueba
"Pero ello no significa que, desde que el hijo haya abandonado el domicilio que la ley le impone para que pueda beneficiarse de la presunción de respon-
paternal, la responsabilidad del artículo 1384, inc. 4°, desaparezca. Para que sabilidad. Salimos desde luego del marco del artículo 1384, inciso 2° del C.
el texto cese de aplicarse, es necesario que el defecto de cohabitación sea C. La cuestión fue sometida a la Corte de Casación en 1948, pero la Corte no
legítimo; es necesario, en particular, que la partida del hijo no sea la conse- la resolvió.
cuencia de un defecto de vigilancia. El padre, por ejemplo, que deja vagabun-
dear a su hijo, o inclusive, quien separado de hecho, deja a su hijo vivir con "Desde luego, nada impide a la víctima probar que el defecto de cohabitación
su madre, permanece ciertamente responsable, en los términos del artículo tiene una causa ilegítima y que el padre ha cometido una culpa permitiendo
1384 de los daños que este último pueda cometer" 74 . que su hijo menor abandone el techo paterno o aún eventualmente provocan-
do esta partida y la víctima puede demostrar que esta falta constituye una
El mismo problema se presentaba en Bélgica cuyo Código Civil es el mismo causa del daño que ha sufrido. Es lo que resulta claramente del fallo de la
de los franceses. Sin embargo, la discusión desapareció en dicho país a raíz de una Corte de Casación del15 de junio de 1925 ya citado. Pero entonces nos en-
reforma legislativa que en 1978 suprimió la exigencia de que los padres habitaran contraremos sobre el terreno del artículo 1382 del C. C. (C. C. col., art. 2341)
la misma casa de los hijos menores causantes del daño. Antes de dicha reforma y no sobre el del artículo 1384, inciso 2°" 75 •
parte de la doctrina belga había mostrado su desacuerdo con la doctrina francesa
preconizada por los señores MAZEAUD-TuNc-CHABAS y otros autores. Nuestro pro- En nuestro concepto es de mejor recibo esta última tesis. Inclusive, creemos
fesor RoGER O. DALCQ fue tal vez el autor que con mayor vehemencia sostuvo la que la solución puede ser más radical todavía. En efecto, si el artículo 2347 del
teoría según la cual la separación, aún ilegítima, de los padres aniquilaba la pre- Código Civil colombiano (C. C. fr., art. 1384, inc. 2°), exige que los hijos habiten
sunción de culpa en contra de éstos. en la misma casa de los padres para que éstos se presuman culpables por los daños
causados por los primeros, no comprendemos cómo la presunción pueda produ-

74 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 757; en el mismo sentido, Philippe le


Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3396. 75 Roger O. Dalcq, ob. cit., t. 1, núms. 1604 y 1605.
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 731
730 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

cirse y desvirtuarse cuando, cualquiera sea la causa de la separación, la vigilancia mandar con base en el artículo 2348 del Código Civil que regula la responsabili-
dad de los padres por la mala educación de los hijos. Poco importa que los padres
de hecho no existe.
no tengan la vigilancia sobre éstos últimos, cualquiera sea la causa de la separa-
En efecto, si un padre irresponsable abandona el hogar y posteriormente uno ción. En efecto, el artículo 2347 del Código Civil solo establece una presunción
de sus hijos causa un daño a un tercero, sería ilusorio afirmar que el padre. ~e de culpa por mala vigilancia, lo que supone una cierta cohabitación de los padres
familia que abandonó ilegítimamente el hogar se presume culpable por mala VIgi- y el hijo. En cambio, el artículo 2348 del Código Civil para nada tiene en cuenta
lancia y que tal presunción pue~e llegar a ser d~svirtuad~. Es. evidente. que tal tal cohabitación y simplemente se limita a exigir que el perjudicado demuestre
presunción es imposible de desvutuar porque sena contradictono que el JUez lle- que el daño se debió a la mala educación que los padres dieron al menor causante
gara a la conclusión de que el padre abandonó al hijo, pero que de todas maneras del daño. Desde luego, no habiendo un móvil legítimo para la separación del pa-
lo vigiló bien. La prueba de la vigilancia supone una relación permanente entre el dre, ésta última es prueba más que evidente de la ausencia de educación.
padre y el hijo.
Para terminar el tema relativo a la cohabitación de los padres con sus hijos,
Aparentemente nuestro argumento confirmaría la tesis de que la separación digamos que cuando en caso de separación o divorcio de los padres, el juez asigna
ilegítima sería suficiente para que la presunción se. ap.li~ue. Empero, se tr~ta ~e la guarda y cuidado de los hijos a uno de los progenitores, pero le concede al otro
una conclusión aparente, ya que nuestra tesis no sigmfica que los padres Jamas la facultad de estar con ellos en determinados días y horas, la presunción por mala
respondan por los daños de sus hijos menores cuando se han separado, así sea en vigilancia pesa contra aquel de los padres que transitoriamente tiene a su hijo bajo
forma ilegítima, de éstos últimos. su vigilancia y cuidado si el daño se produce durante ese período. En tales cir-
cunstancias, la presunción no pesa contra aquel de los padres que habitualmente
Por el contrario, lo que creemos es que el simple hecho de la separación ilegí- vive con el hijo, pues en ese momento este último no estaba bajo su vigilancia y
tima está demostrando fehacientemente que los padres ni vigilaron ni educaron cuidado.
al hijo menor76. Pero en tales circunstancias, siendo consec~entes con la lóg~ca que
rige la carga de la prueba de la culpa, tenemos que conclmr que en t.a;es cucuns- Con todo, nada impide en un momento determinado invocar el artículo 2348
tancias el padre es responsable, pero no en virtud de una presuncwn de culpa del Código Civil contra aquel de los padres que, sin tener en ese momento la
que jamás podría desvirtuar en la práctica, sino con base en los artícu~l~s 2~~ 1 Y vigilancia y cuidado del hijo, habitualmente es el encargado de brindarle educa-
2348 del Código Civil. En efecto, si se demuestra que el padre abandono Ilegitima- ción.
mente el hogar, no tendremos que acudir a la teoría de las presunciones que, po~ lo
demás, no serían desvirtuables en la práctica dentro del caso que se ~omenta, smo En efecto, la citada disposición establece una responsabilidad especial en
que caeríamos directamente en el campo de la culpa probada y el JUez perfecta- caso de mala educación por parte de los padres, poco importa que al momento de
mente podría dar por probado que la vigilancia nunca existió. Lo que preten~emos ocurrir el daño el hijo no estuviera bajo la vigilancia y control de estos.
significar es que si el artículo 2347 del Código Civil exige que los padres h~blten en
la misma casa de sus hijos menores, no se puede aplicar esta norma a qmenes de 620.- SE REQUIERE QUE EL HIJO HA YA COMETIDO UN ACTO ILÍCITO
hecho no cohabitan o, por lo menos, no controlan la vigilancia de sus hijos me~ore~.
Solo cuando esa vigilancia existe se puede presumir que los padres no la han eJerci- Al analizar los principios generales sobre la responsabilidad por el hecho
do en el caso concreto, evento en el cual la presunción podría desvirtuarse pro- ajeno en materia extracontractual (supra, T. I, 586) manifestamos que la presun-
bando que, pese a la vigilancia, no pudieron impedir el hecho. ción contra el civilmente responsable solo surgía en tanto y en cuanto el directa-
mente responsable hubiera actuado en forma ilícita. Remitimos al lector a todo
Ahora, cabe advertir que cualquiera sea la posición que se adopte en el dere- cuanto allí se dijo, pues es plenamente aplicable al problema que aquí se debate.
cho colombiano frente al problema que discutimos, nada impide a la víctima de-
Sin embargo, consideramos oportuno hacer algunas observaciones adiciona-
les en relación con el acto ilícito que debe cometer el hijo menor para comprome-
76 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3417. ter la responsabilidad de sus padres.
732 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 733

En efecto, es difícil la determinación del acto ilícito sobre todo tratándose de tican un juego en virtud del cual se penaliza a los jugadores mediante el lanza-
juegos infantiles, pues existe la tendencia facilista de considerar como impruden- miento de un balón contra la humanidad del jugador penalizado. Si en semejante
te cualquier comportamiento de un menor. Es claro que el temperamento y carác- circunstancia uno de los jugadores lesiona al jugador penalizado, ¿habrá presun-
ter de los niños hace que estos se entreguen en forma permanente a diversiones de ción de culpa contra el padre del jugador que lanzó el balón contra la víctima? En
tipo material que casi siempre crean riesgo no solo para ellos sino también para principio, podría decirse que tal actividad es lícita de la misma manera que lo
sus compañeros de juego. Por tanto, el juez debe averiguar en cada caso particular sería cualquier otro deporte tan peligroso como éste, pero que ha sido reglamenta-
si un hombre capaz, prudente y avisado colocado en las mismas condiciones del do e institucionalizado.
menor también se habría comportado como éste.
En nuestro concepto desde que la actividad desplegada por los menores re-
La situación es mucho más compleja en relación con las prácticas deportivas vista una determinada técnica y tenga por finalidad un resultado diferente al del
realizadas por menores en el transcurso de las cuales se causa daño a un tercero. simple intercambio de golpes, ha de entenderse como una actividad lícita que se
En efecto, según lo veremos más adelante (infra, T. I, 1306 y ss.), por regla gene- rige por los mismos principios que regula la responsabilidad en materia deportiva.
rallas presunciones de responsabilidad no existen tratándose de daños produci- Si, por ejemplo, un grupo de jóvenes se dedica a perseguirse mutuamente, armado
dos en la práctica de un deporte. En este caso, la conducta se justifica, bien sea por cada uno de ellos con una rama de árbol, y en esa actividad uno de los participan-
lo que se denominan conductas de adecuación social, bien sea porque se acuda a tes lesiona a otro, habrá que entender que no hay acto ilícito del menor causante
la figura de la aceptación de riesgos. En materia deportiva, la responsabilidad del daño, ya que dentro de la actividad deportiva practicada la rama era instru-
exige una culpa comprobada del agente causante del daño. Así, por ejemplo, si en mento indispensable del juego. En cambio, si, de improviso, un menor golpea a
un partido de balompié o en una pelea de boxeo un deportista lesiona a otro, no otro con un trozo de madera, sin que tal comportamiento obedezca a las reglas de
habrá lugar a indemnización de perjuicios, a menos que se establezca que, preva- un juego, entonces habrá una culpa o un acto objetivamente ilícito del menor,
liéndose de la justificación deportiva, el causante del daño actuó dolosa o culposa- pues un hombre prudente y normal colocado en las mismas condiciones del menor
mente, causando un daño a su contrincante. Por tanto, si un boxeador lesiona al no habría realizado esta conducta.
otro, no habrá responsabilidad de su parte si se considera que el demandado se
comportó como lo hubiera hecho un deportista prudente colocado en sus mismas Ahora, si en vía de discusión se llegare a concluir que en este tipo de juegos
circunstancias. peligrosos existe la culpa por el simple hecho de la lesión, de todas formas habría
que concluir que el daño, por lo menos en forma parcial, es imputable a culpa de
Lo mismo cabe predicar entonces de los deportes practicados por los niños. la víctima.
En consecuencia, si el deportista causante del daño es un menor de edad sujeto a
la vigilancia de su padre, éste solo será presuntamente culpable en tanto y en En efecto, si en el ejemplo propuesto, dos menores se dedican a lanzarse
cuanto el hijo hubiese actuado culposamente. Sería absurdo e injusto que los pa- golpes mutuamente con una rama y uno de ellos lesiona al otro, es obvio que hay,
dres respondiesen por los daños causados por sus hijos que practican un deporte, cuando menos, culpa parcial de la víctima, y se aplicará la reducción del monto
mientras que tal responsabilidad no existiría si fuese el mismo padre quien en indemnizable establecida en el artículo 2357 del Código Civil. Aunque algunos
circunstancias semejantes hubiese causado el daño. autores corno RoGER O. DALCQ y RoBERT ANDRÉ sostienen lo contrario, nosotros
consideramos que en tales circunstancias la víctima también es sujeto capaz de
Ahora, se presenta una cierta dificultad para saber lo que deba entenderse por cometer un acto objetivamente ilícito que reduce el monto indernnizable que debe
riesgos surgidos de la actividad deportiva, ya que si bien los hijos menores suelen pagar el padre del hijo causante del daño. Ahora, ese acto objetivamente ilícito no
practicar deportes que se encuentran reglamentados institucionalmente, la verdad hay que buscarlo en la forma como se utilizan los objetos con que se practica el
es que hay otra serie de juegos cuyas normas están arraigadas pura y simplemente juego, sino en el simple hecho de dedicarse a una actividad tan riesgosa. Esta
en las costumbres, aún las más locales. Por lo tanto, cabe preguntarnos si en estos solución es válida, repetimos, en caso de que se llegare a la conclusión de que en
juegos no institucionalizados también se puede afirmar que los menores no com- este tipo de actividades no se aplica la justificación existente en las prácticas
prometen la responsabilidad de sus padres por los daños causados en el ejercicio deportivas. Nosotros, según hemos dicho, creemos que esta justificación existe en
de esas actividades. Tal sería el caso de los menores que dentro de su barrio prac- las hipótesis que nos ocupan.
734 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 735

621.- EL DAÑO DEBE SER CAUSADO A UN TERCERO cuidar a los hijos menores. Responden los padres, los patronos o los estableci-
mientos educativos, pero no es posible que todos sean presuntos culpables al mis-
Para que haya la presunción de culpa del artículo 234 7 del Código Civil en mo tiempo, a la luz del artículo 2347 del Código Civil.
contra de los padres del menor causante del daño se requiere que éste haya sido
causado a un tercero que no es acreedor contractual del padre porque, de lo Desde luego, si el menor causa el daño mientras está en el colegio o en su
contrario, lo que habría sería una responsabilidad contractual del padre de la trabajo, queda abierta la posibilidad de que los padres respondan con base en el
cual no se liberaría en caso de culpa del hijo. Piénsese en el padre de familia que artículo 2348 del Código Civil si se demuestra que el daño proviene de la mala
se obliga contractualmente a transportar a una persona, delegando en su hijo la educación o de vicios que los padres le han dejado adquirir al menor. Lo único que
conducción del vehículo transportador. En tales circunstancias, si el hijo lesio- no se aplica es la presunción de culpa del artículo 2347 del Código Civil, puesto
na al pasajero durante la ejecución del contrato, no se aplica la responsabilidad que el menor, al momento de ocurrir el daño, estaba bajo el cuidado y vigilancia
extracontractual por el hecho ajeno, sino pura y simplemente la responsabilidad de una persona diferente.
contractual, en cuyo caso el padre solo se libera mediante la prueba de una
causa extraña, de acuerdo con lo prescrito por el artículo 992 del Código de 623.- EN RESUMEN: ¿QUÉ DEBE PROBAR LA VÍCTIMA?
Comercio. Inclusive si se demuestra que hubo culpa del menor, la prueba de esa
causa extraña será imposible, pues esta siempre supone la ausencia de culpa de Después de analizar todos los elementos que estructuran la responsabilidad
quien ejecuta el contrato. civil de los padres por el hecho de los hijos menores que habitan la misma casa,
tenemos que la víctima debe probar los siguientes aspectos:
No sobra advertir que el hijo que se lesiona a sí mismo no podrá invocar la
presunción de culpa contra su propio padre, argumentando que éste último se l. En primer lugar, debe establecer que el hijo menor le ha causado un daño.
presume culpable por no haberlo vigilado suficientemente. Se requiere, pues que
el daño sea causado a un tercero 77 y que él no provenga de la inejecución de un 2. En segundo lugar, deberá establecer que el daño es imputable a un acto
contrato válidamente celebrado por el padre. ilícito del menor. Ya hemos dicho (supra, T. I, 586 y ss.) lo que debe
entenderse por acto ilícito.
622.- LA ACUMULACIÓN DE LA PRESUNCIÓN EN CONTRA DEL PADRE Y DE OTRO
3. Además, debe establecer el parentesco entre el hijo y el padre.
CIVILMENTE RESPONSABLE (DAÑOS CAUSADOS CUANDO EL HIJO ESTÁ BAJO
LA VIGILANCIA DE OTRA PERSONA)
4. Finalmente, deberá probar que el padre y el hijo habitaban en la misma
casa o que, por lo menos, el padre tenía el poder de vigilancia sobre el hijo
Para que la presunción de culpa del artículo 2347 del Código Civil pueda y que, por tanto, éste se encontraba sometido a la autoridad del padre.
pesar sobre los padres, se requiere que el daño sea causado por los hijos menores
mientras éstos estén bajo la vigilancia y cuidado de aquellos. En consecuencia, si Establecidos estos extremos, ipso jacto se presume la culpa del padre, quien
al momento de ocurrir el daño, el hijo no está bajo la vigilancia del padre sino de se liberará de la presunción que pesa en su contra según se verá más adelante.
otra persona, entonces será ésta la responsable de los daños causados por el me- Desde luego, si el menor tenía capacidad aquiliana (más de 1O años), la víctima
nor78. En estos casos, la guarda y vigilancia sobre el hijo se desplaza de los padres también podrá demandar a dicho menor, pues tanto él como el padre son solidaria-
hacia los colegios o las empresas encargadas de vigilarlo. Ya hemos visto (supra, mente responsables de los daños que el menor le cause a terceros.
T. I, 594) que no son acumulables las presunciones por mala vigilancia contra
varias personas que, en distintos momentos y lugares, tienen la obligación de
624.- EXONERACIÓN DE LOS PADRES

Pero la práctica nos muestra que, establecidos los extremos anotados, no solo
77 C. S. J., cas. civ., 8 noviembre 1944, "G. J.", t. LVIII, p. 730. se presume la culpa del padre, sino que también se presume que esa culpa es la
78 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3381. causante del daño sufrido por la víctima.
736 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 737

Al referirnos a los principios generales que regulan la responsabilidad civil presume culpable tendrá que establecer que en el caso concreto que dio lugar al
por el hecho ajeno (supra, T. I, 597 y ss.), hicimos un análisis sobre la forma de perjuicio de la víctima, había vigilado bien al hijo o que le había sido imposible
exoneración establecida en el artículo 2347 del Código Civil. Todo lo que allí se vigilarlo 80 •
dijo es plenamente aplicable a la presunción de culpa de los padres por el hecho de
sus hijos menores. Acá solo nos referiremos a algunas situaciones específicas que Lo cierto es que la prueba de cualquiera de estos dos aspectos es demasiado
suelen presentarse en relación con la responsabilidad de los padres. complicada. El padre podrá demostrar que no pudo vigilar al hijo, por ejemplo si
establece que por problemas mecánicos en su vehículo, no pudo llegar a la hora
En general, el artículo 234 7 del Código Civil dice que los padres pueden acostumbrada a su casa, razón por la cual no pudo ejercer su autoridad sobre el
desvirtuar la presunción de culpa que pesa en su contra si establecen que no pudie- menor que, aprovechando la ausencia del padre, salió a la calle a producir daños.
ron impedir el daño. Veamos en qué consiste dicha prueba.
Lo normal es que el juez, en cada caso concreto, determine cuál habría sido la
Según dijimos (supra, T. I, 596 y ss.), el artículo 2347 del Código Civil vigilancia esperada por parte del padre 81 • Todo es cuestión de hecho y por tanto no
presume que el menor causó el daño debido a la mala vigilancia que el padre se puede establecer un catálogo de conductas que deba seguir el padre. Ello es más
brindó al comportamiento del menor. Mientras que en otros países el legislador evidente en nuestro país, donde las condiciones económicas y sociales son dife-
presume no solo la mala vigilancia sino también la mala educación, lo cierto es rentes de las que existen en países más desarrollados que el nuestro.
que nuestro Código Civil le da un tratamiento separado a ambos tipos de culpa. En
efecto, el artículo 2347 del Código Civil solo se refiere a la mala vigilancia, mien- Un problema de particular gravedad se presenta en nuestro país en relación
tras que el artículo 2348 del Código Civil establece una responsabilidad con culpa con la imposibilidad que tienen muchos padres de vigilar y cuidar en forma per-
probada cuando el daño es imputable a la mala educación que los padres le brin- manente al hijo menor. En efecto, por necesidades económicas, no son pocos los
daron al menor que lo causó. hogares en donde el padre y la madre tienen que trabajar durante todo el día para
poder llevar el sustento diario al hogar. Cuando los padres tienen la posibilidad de
Antes de seguir adelante, no sobra recordar (supra, T. I, 598) que el padre delegar en un tercero la vigilancia, en cierta forma estarán cumpliendo con la
podrá defenderse bien sea tratando de evitar que la presunción nazca, bien sea obligación de vigilancia que les impone la ley. Pero puede suceder que las limita-
tratando de desvirtuarla cuando ella ha nacido. Logrará lo primero demostrando ciones económicas les impidan a los padres conseguir un sustituto mientras ellos
que el menor no ha actuado ilícitamente, que el daño es imputable a una causa están ausentes. En tales circunstancias, creemos que a la madre de familia que
extraña o que el menor no se encontraba a su cuidado al momento de ocurrir el durante el día tiene que salir a trabajar para mantener a sus hijos, no se le puede
daño. En cambio, logrará lo segundo, es decir, desvirtuará la presunción de culpa, negar el derecho a exonerarse de la presunción de culpa que pesa en su contra,
estableciendo una buena vigilancia pese a la cual no pudo evitar el daño. demostrando que en razón de su trabajo no pudo vigilar a sus hijos. No se puede
obligar a la madre a que trate de cumplir con las obligaciones materiales mínimas
Ahora, aunque a los padres se les permita demostrar que vigilaron bien al y que al mismo tiempo ejerza vigilancia sobre sus hijos menores.
hijo, lo cierto es que en la práctica esa prueba es bastante difíciF 9, a menos que a
la norma se le dé una interpretación demasiado generosa para con los padres. Finalmente, la vigilancia que los padres pueden ejercer sobre los hijos meno-
res es relativa, por diversos motivos.
En efecto, consideramos que a los padres no les bastará demostrar que
en líneas generales le brindan buena vigilancia al menor causante del daño. Ello En efecto, en la sociedad actual no es concebible que los padres puedan acom-
sería útil para la prueba de una buena educación, más no para la prueba de pañar en forma permanente a sus hijos para controlar sus movimientos. Si así
la debida vigilancia y cuidado. Por el contrario, pensamos que el padre que se

80 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3417.


79 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3414. 81 Ibídem.
738 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 739

procedieran los padres, estarían sobreprotegiendo a sus hijos menores causándo- Los padres serán siempre responsables del daño causado por las
les un enorme daño en su personalidad. Los padres tienen que darle un cierto culpas o los delitos cometidos por sus hijos menores, y que conocidamente
margen de libertad a los hijos menores para que estos incorporen en su personali- provengan de mala educación, o de hábitos viciosos que les han de-
dad el concepto de deber 82 • jado adquirir.
En relación con esta responsabilidad podemos hacer las siguientes observa-
De otro lado, así el padre esté en compañía de su hijo, lo cierto es que este por
su edad y personalidad, realiza determinados movimientos inesperados de impo- ciones.
sible control.
SE REQUIERE PROBAR LA MALA EDUCACIÓN
En consecuencia, el padre tendrá que demostrar que en el caso concreto ejer- l. En primer lugar, no cabe duda que el artículo 2348 del Código Civil
ció una buena vigilancia sobre el hijo, aunque no establezca que en el último establece una responsabilidad con culpa probada y que al demandante le corres-
momento trató de dirigir el comportamiento del menor 83 . Lo que se exige es que ponde demostrar no solo que el padre educó mal al hijo o que dejó que éste adqui-
los padres hubieran ejercido un cierto control sobre los hijos al momento de ocu- riera hábitos viciosos, sino que también debe establecer que la conducta dañosa
rrir el daño. del hijo es consecuencia de alguna de esas dos circunstancias.

En nuestro concepto sería más simple eliminar la presunción de culpa por Sin embargo, don ARTURO ALESSANDRI RoDRÍGUEZ afirma que en este caso
mala vigilancia y, en su lugar, establecer una responsabilidad de pleno derecho, hay una presunción en contra de los padres y que la misma no puede ser desvirtua-
de forma tal que el padre sea garante de los actos ilícitos de sus hijos menores. El da. Según veremos a continuación, se trata de un simple juego de palabras que
desarrollo de la sociedad actual impide que en la práctica la presunción y la forma solo confusiones trae a la jurisprudencia y a la doctrina. Al respecto el autor chi-
de desvirtuarla puedan operar satisfactoriamente. leno expresa:
"Excepción. Si los antecedentes del proceso demuestran claramente o la víc-
§ 2.- RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES
tima prueba que el delito o cuasidelito cometido por el hijo menor provino de
POR LA MALA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS MENORES
mala educación o de los hábitos viciosos que los padres le han dejado adquirir,
estos no pueden exonerarse de responsabilidad en forma alguna, ni aun acre-
625.- A lo largo de los párrafos anteriores hemos insistido en que el dere-
ditando que lo vigilaron acuciosa y constantemente; los padres son siempre
cho colombiano le da un tratamiento distinto a la responsabilidad por la mala
responsables de este delito o cuasidelito. El artículo 2321, que constituye una
vigilancia de los hijos menores y a la proveniente de la mala educación que los
excepción al inciso final del artículo 2320, establece una presunción de dere-
padres han brindado a sus hijos. En los párrafos que siguen trataremos de desarro-
cho al respecto. De lo contrario, la expresión siempre, que es sinónima de en
llar esta idea concreta.
todo caso, carecería de sentido.
En efecto, mientras el artículo 2347 del Código Civil establece una presun- "Para que proceda esta presunción, es menester que la víctima pruebe que el
ción de culpa por mala vigilancia, el artículo 2348 del mismo Código consagra delito o cuasidelito provino de esa mala educación o de esos hábitos viciosos
una responsabilidad con culpa probada cuando los daños son imputables a la mala o que así resulte claramente o se eche de ver del examen del proceso. Tal es
educación que los padres han brindado a sus hijos. el alcance del adverbio conocidamente, empleado por ese artículo. Si falta
ese antecedente, que los jueces del fondo establecen en forma soberana, no
El artículo 2348 del Código Civil expresa que: cabe aplicar el artículo 2321, aunque el hijo haya sido condenado por el deli-
to o cuasidelito. Así lo ha fallado la Corte Suprema.
"Pero, establecido que el delito o cuasidelito provino de esas causas, el pa-
82 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3417; Philippe Malaurie, Laurent
Aynes, ob. cit., núm. 150. dre, y en su defecto la madre, será responsable en todo caso, aunque el hijo
83 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3417. menor no habite con ellos, el hecho se cometa fuera de la casa paterna, lejos
740 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 74i

de su presencia, en el ejercicio del cargo o empleo que el hijo desempeña o de nor y no tiene la posibilidad de ejercer sobre éste una buena vigilancia. En cam-
la profesión, oficio, comercio o industria que ejerce, o mientras el hijo esté bio, la responsabilidad por la mala educación brindada al hijo puede existir aun-
en la escuela, en un internado, al servicio de un amo, empresario o artesano o que el padre haya abandonado al menor 86 . Inclusive si ese abandono es ilegítimo
al cuidado de un tercero y aunque la víctima sea alguna de estas personas. La pm; parte del padre, o éste permite que su hijo se vaya de la casa, esa sola circuns-
responsabilidad de los padres no cesa entonces en ningún caso -serán siem- tancia será prueba de la mala educación brindada al menor.
pre responsables, dice el artículo 2321-, porque esta responsabilidad no pro-
viene en este caso de su falta de vigilancia o cuidado, sino de no haber cum- 628.- Es ACUMULABLE LA RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES POR MALA
plido con el deber de educar debidamente al hijo, y este incumplimiento que- EDUCACIÓN CON LA DE OTROS CIVILMENTE RESPONSABLES
da demostrado con la sola realización del daño.
Según dijimos (supra, T. I, 594), la presunción de culpa por mala vigilancia
"La regla del artículo 2321 rige con los padres únicamente. Son los únicos
no puede estar al mismo tiempo en cabeza de los padres y de otros civilmente
que este artículo menciona, y como precepto de excepción, es de aplicación
responsables como serían, por ejemplo, los patronos y los establecimientos edu-
restrictiva. A las demás personas enumeradas en el artículo 2320 les es inaplicable.
cativos. O es responsable el uno o es responsable el otro pero no los dos al mismo
Si el hijo es mayor, también es inaplicable; solo se refiere a los hijos meno-
res" (remarcas dentro del texto )84 . tiempo.

Obsérvese que el citado autor afirma que, para que la presunción sea proceden- Sin embargo, si el menor se encuentra bajo la vigilancia y cuidado de perso-
te, la víctima debe demostrar que el delito o cuasidelito provino de la mala educa- nas diferentes a los padres, nada impide que éstos últimos también sean responsa-
ción brindada por el padre. Tal apreciación es contradictoria puesto que la prueba de bles, pero no por mala vigilancia del menor, sino por la mala educación o por los
la mala educación es la prueba de la culpa misma. Es absurdo decir que la culpa se vicios que le han dejado adquirir. En tales circunstancias, tanto los padres que
presume cuando se demuestra la mala educación. La prueba de lo que aseveramos educaron mal al hijo, como quienes ejercían sobre éste la vigilancia al momento
está en el hecho de que el mismo autor afirma que probada la mala educación, la de ocurrir el daño, serán solidariamente responsables frente a la víctima.
presunción no puede ser desvirtuada. No es que la presunción no pueda ser desvir-
tuada, sino que como la culpa (mala educación) ya fue establecida, sería un con- 629.- SE REQUIERE QUE EL HIJO SEA MENOR DE EDAD
trasentido discutir si el demandado puede demostrar la ausencia de culpa. En con-
clusión, el señor ALESSANDRI RoDRÍGUEZ acierta cuando afirma que la causa del Según el texto del artículo 2348 del Código Civil, la responsabilidad por la
daño debe provenir de la mala educación, pero se equivoca al considerar que en mala educación que los padres brindaron a sus hijos solo es aplicable cuando el
este caso hay una presunción de culpa. Lo que hay es una culpa probada. daño es causado por un hijo menor de edad.

En la misma equivocación incurre el profesor EMILIANI RoMAN, pero este ha- Significa lo anterior que cuando el hijo adquiere la mayoría de edad a los
bla de presunción de responsabilidad y no de culpa85 • padres no se les aplica ni el artículo 2347 del Código Civil (presunción de mala
vigilancia) ni la responsabilidad por mala educación prevista en el artículo 2348
627.- LA RESPONSABILIDAD POR MALA EDUCACIÓN EXISTE AUNQUE del mismo código.
LOS PADRES NO HABITEN CON EL MENOR
630.- LA RESPONSABILIDAD POR MALA EDUCACIÓN SOLO SE APLICA A LOS PADRES
2. Ya hemos dicho (supra, T. I, 618 y 619) que la presunción de culpa por
mala vigilancia no existe cuando por cualquier motivo el padre se separa del me- A la luz del artículo 2348 del Código Civil la responsabilidad por mala edu-
cación de los hijos menores solo se aplica a los padres.

84 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 247, p. 343.


85 Emiliani Román, ob. cit., p. 46. 86 Ibídem.
742 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 743

Significa lo anterior que si el menor habita con un pariente o con un tutor, a 11.- Responsabilidad de los establecimientos
éstos no les será aplicable lo dispuesto en el artículo 2348. Sin embargo, nada educativos por el hecho de sus alumnos
impide que éstos sean responsables con base en el artículo 2347 del Código Civil.
O que se les demuestre una culpa diferente, en cuyo caso sería aplicable la respon- 633.- PERSONAS RESPONSABLES
sabilidad por el hecho propio establecida en el artículo 2341 del Código Civil.
Según el artículo 2347 del Código Civil:
631.- RESPONSABILIDAD POR VICIOS QUE LE HAN DEJADO ADQUIRIR AL MENOR
Los directores de colegios y escuelas responden del hecho de los
discípulos mientras están bajo su cuidado.
El artículo 2348 del Código Civil contempla dos supuestos de responsabili-
dad: la mala educación y los vicios que le han dejado adquirir al hijo menor. Sin Si se aplicara literalmente esta disposición, ni los establecimientos educati-
embargo, en el fondo todo se puede englobar dentro del concepto de mala educa- vos como tal ni los maestros que manejan directamente a los alumnos serían res-
ción, ya que permitir que el hijo adquiera vicios es prueba más que suficiente de ponsables por el hecho ajeno, ya que la responsabilidad solo recaería sobre los
la mala educación. directores de dichos establecimientos. Sin embargo, creemos que la interpreta-
ción que debe darse a la norma es diferente.
Ahora, ello no significa que los padres siempre sean responsables por los
daños causados por los hijos viciosos. En efecto, hay múltiples casos en los cua- En efecto, según veremos (infra, T. I, 651), las personas que trabajan dentro
les, pese a que los padres brindan al hijo menor una magnífica educación y a que de una empresa o establecimiento y que tienen bajo su subordinación a otros em-
tratan de controlar su comportamiento, el menor de todas maneras adquiere vicios pleados, no incurren en la responsabilidad con culpa presunta del artículo 2347
como la drogadicción. En tales circunstancias nos parece que el padre no es res- del Código Civil; y en este caso, el responsable por el hecho ajeno es el patrono
ponsable a la luz de lo previsto en el artículo 2348. Será presuntamente culpable que tiene bajo su subordinación a todo el mundo. Por eso los supervisores o jefes
a la luz de lo dispuesto en el artículo 2347 del Código Civil y se exonerará demos- de sección, que a su turno son asalariados, no se presumen culpables por los he-
trando buena vigilancia y cuidado, según ya lo hemos dicho (supra, T. I, 597 y ss.). chos de sus dependientes.

632.- EXONERACIÓN DE LOS PADRES El principio sigue siendo válido en caso de daños causados por los alumnos
mientras están al cuidado de un establecimiento educativo. Así las cosas, no es la
Ya hemos anotado que la víctima debe establecer que el daño es imputable a simple calidad de director de un centro educativo lo que genera la presunción de
la mala educación o a los vicios que el padre le dejó adquirir al menor. En ese culpa en estos casos. Por el contrario, creemos que es la persona natural o jurídica
orden de ideas podríamos afirmar que los padres pueden asumir un papel comple- que se encarga de la administración y explotación del establecimiento educativo,
tamente pasivo dentro del proceso, pues mientras no se pruebe esa mala educa- quien se presume culpable por la mala vigilancia si alguno de sus alumnos causa
ción, la responsabilidad no existe, salvo la presunción de culpa por mala vigilan- daño a un tercero mientras está bajo su cuidado. Quien tiene la obligación con-
cia del artículo 234 7. Sin embargo, en la práctica, los padres no solo tratarán de tractual o legal de vigilar es la persona que en forma independiente administra el
demostrar que el hijo no actuó ilícitamente, sino también que ellos le brindaron establecimiento educativo, poco importa que éste no le produzca utilidad alguna.
una buena educación e hicieron todo lo posible para que no adquiriera malos vi- Así las cosas, el director del establecimiento educativo y los maestros no se pre-
cios. También tratarán de demostrar que el daño no proviene de los vicios o de la sumen culpables de acuerdo con el artículo 2347 del Código Civil cuando ellos
mala educación que eventualmente le hubieren brindado al menor. son asalariados del establecimiento al cual prestan los servicios. Desde luego,
serán responsables si se prueba que hubo una culpa de su parte, pero en tales
Ahora, si la víctima logra establecer que el daño es imputable a la mala edu- circunstancias se aplicará la responsabilidad directa con culpa probada del artícu-
cación brindada al hijo menor o a los vicios que permitieron que éste adquiriera, lo 2341 del Código Civil. Ahora, la presunción de culpa se desvirtuará demostran-
entonces no habrá exoneración posible para los padres, pues la prueba de la culpa do que el director de colegio o el maestro encargado de cuidar directamente al
y el nexo de causalidad ya han sido suficientemente demostrados por la víctima. alumno no pudieron impedir el hecho (supra, T. I, 597 y ss.).
744 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 745

Más adelante (infra, T. I, 678 y ss.) veremos el principio general según el todo aquel que tenga la obligación legal o contractual de cuidar de una persona y,
cual, salvo algunas excepciones, a las personas jurídicas no se les aplica la pre- tratándose de establecimientos educativos, esta obligación subsiste en caso de que
sunción de culpa contemplada en el artículo 2347 del Código Civil cuando el daño los alumnos sean mayores de edad. En consecuencia, nada impide que la presun-
es causado por uno de sus órganos en el ejercicio de sus funciones. Una de esas ción del artículo 2347 del Código Civil se aplique a los establecimientos educati-
excepciones se presenta cuando el daño no es causado directamente, por un órga- vos cuando el daño es causado por un estudiante mayor de edad que al momento
no de dirección o ejecución de la persona jurídica sino por una persona que sin ser de causar el daño se encontraba bajo la esfera de vigilancia del establecimiento
órgano, está bajo el cuidado y responsabilidad de uno de éstos. Por tanto, en la educativo.
medida en que los alumnos jamás podrán ser órganos de la persona jurídica que
administra el establecimiento educativo, no cabe aplicar la responsabilidad direc- 635.- DURANTE QUÉ TIEMPO RESPONDEN LOS ESTABLECIMIENTOS EDUCATIVOS
ta que normalmente se le aplica a las personas jurídicas. En la medida en que los
órganos son los encargados de vigilar al alumno, entonces es factible, y no ofende Según se desprende del artículo 2347 del Código Civil, la responsabilidad de
a la lógica, pensar que la persona jurídica puede desvirtuar la presunción de culpa los establecimientos educativos está circunscrita a aquellos momentos en que los
si demuestra que sus órganos (director del colegio o maestro) no pudieron impedir estudiantes están bajo su cuidado 88 • Ello es lógico puesto que su obligación de
el daño. vigilancia solo existe durante ese período. Lo normal es que el estudiante quede
bajo el cuidado y vigilancia del establecimiento educativo desde el momento en
Por otro lado, cabe observar que el artículo 2347 del Código Civil solo se que cruza su puerta hasta aquel en que abandona los locales del mismo. Sin em-
aplica a los establecimientos educativos de carácter privado. En efecto, cuando el bargo, como algunos establecimientos educativos prestan a sus alumnos el servi-
daño es causado por un alumno perteneciente a un establecimiento de enseñanza cio de transporte, entonces la obligación de vigilancia y cuidado subsistirá duran-
pública, se aplicarán los principios que rigen la responsabilidad extracontractual te el recorrido, siendo aplicable el artículo 234 7 del Código Civil en caso de que
del Estado, teniendo en cuenta los distintos regímenes de responsabilidad existen- durante ese trayecto el alumno cause daños a un tercero.
tes en la materia.
Ahora, en algunas circunstancias los establecimientos de educación pueden
Finalmente, digamos que esta presunción se aplica a cualquier tipo de esta- ser presuntamente culpables de acuerdo con el artículo 2347 del Código Civil
blecimiento educativo de carácter particular, bien sea que se brinde educación aunque en el momento inmediato del daño el estudiante no esté bajo su vigilancia
infantil, primaria, secundaria o universitaria. Desde luego, el grado de vigilancia y cuidado. En efecto, en los establecimientos de primaria o de bachillerato lo
a que se obligan todos estos establecimientos varía, pues no se le puede exigir a normal es que se vigile no solo la asistencia de los estudiantes a clase, sino tam-
una universidad que ejerza la misma vigilancia que sobre los alumnos ejerce un bién su posible escape irregular antes de terminar los cursos. Esta obligación des-
establecimiento de educación primaria. de luego no existe en las universidades, dada la naturaleza de la enseñanza univer-
sitaria, donde el estudiante goza de una absoluta libertad para entrar y salir del
No SE REQUIERE QUE EL ALUMNO SEA MENOR DE EDAD centro educativo. En cambio, tratándose de estudiantes menores de edad, una de
las funciones del establecimiento educativo es la de imponer disciplina de trabajo
Mientras que en la responsabilidad de los padres por el hecho de sus hijos y cumplimiento de horarios a sus alumnos.
que habitan en la misma casa se requiere que éstos últimos sean menores de edad,
en la responsabilidad de los establecimientos educativos por el hecho ilícito de Por ello, si el estudiante no asiste a clases o se escapa para irse a causar daños
sus alumnos que están bajo su cuidado no se requiere que tales estudiantes sean al vecindario y el establecimiento educativo no toma las precauciones para evitar
menores de edad, pues el legislador para nada menciona este requisito 87 . Además, que ello suceda, entonces la presunción de culpa del artículo 234 7 del Código
el artículo 2347 del Código Civil establece la presunción de culpabilidad para Civil es perfectamente aplicable a dicho establecimiento que no tomó las medidas

87 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3456. 88 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3459.
746 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 747

necesarias para hacer cumplir los reglamentos sobre asistencia89 • Desde luego, si cuando el directamente responsable no tiene capacidad aquiliana, basta que cometa
pese a haber tomado las medidas pertinentes, el estudiante sigue incurriendo en un acto objetivamente ilícito para que se presuma la culpa del directamente res-
sus faltas, el establecimiento educativo desvirtuará la presunción de culpa que ponsable (sobre el concepto de acto objetivamente ilícito véase supra, T. I, 589).
pesa en su contra.
638.- ACUMULACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD POR EL HECHO AJENO
Y POR ACTIVIDADES PELIGROSAS
636.- EL DAÑO DEBE SER CAUSADO A UN TERCERO

Según veremos(infra, T. I, 905), en un momento determinado pueden concu-


Para que la presunción de culpa establecida en el artículo 2347 del Código rrir en cabeza de una misma persona la responsabilidad por el hecho ajeno y la
Civil se aplique contra los establecimientos educativos, es necesario que el daño responsabilidad por actividades peligrosas o por el hecho de las cosas. Esa misma
que causa el alumno sea sufrido por un tercero. situación es perfectamente aplicable en la responsabilidad de los establecimientos
educativos. Con todo, es bueno repetir una distinción.
Así las cosas, si el estudiante se causa un daño a sí mismo, el establecimiento
educativo solo podrá incurrir en una responsabilidad contractual basada en el in- En efecto, si el estudiante causa un daño con una actividad peligrosa que no
cumplimiento de la obligación de seguridad subyacente en el contrato de educa- está bajo el control del establecimiento educativo, solo el menor o el guardián de
ción (supra, T. I, 93). En tales circunstancias, el juez evaluará hasta qué punto la actividad responderán por actividades peligrosas (infra, T. I, 905). En este caso,
hubo negligencia tanto del estudiante como de los encargados de vigilarlo. el establecimiento educativo solo será presuntamente culpable de acuerdo con el
artículo 2347 del Código Civil. Por tanto, si el alumno lesiona a un tercero con un
Ahora, puede suceder que el daño sea causado por un estudiante a otro de sus arma que lleva escondida o con un automotor de propiedad suya o del padre, el
compañeros mientras ambos están al cuidado del establecimiento educativo. En colegio no responderá por actividades peligrosas.
tales circunstancias, la responsabilidad del establecimiento educativo será tam-
bién de naturaleza contractual por el incumplimiento de la obligación subyacente En cambio, si el estudiante manipula una actividad peligrosa que está bajo la
de seguridad. Así las cosas, si el causante del daño actuó en forma ilícita (supra, guarda del establecimiento educativo, entonces este responderá no solo por acti-
585) el establecimiento educativo no tendrá forma alguna de exoneración. vidades peligrosas sino por el hecho ajeno. Tal sería el caso del estudiante que
manipulando un material inflamable en el laboratorio, desata una explosión que
En conclusión, la presunción de culpa establecida en el artículo 2347 del causa daños en el vecindario. En tales circunstancias el guardián de la actividad
Código Civil solo se aplicará cuando el daño es causado por el alumno a una peligrosa es el establecimiento educativo, así el estudiante sea quien la manipule
tercera persona totalmente ajena a dicho establecimiento. físicamente. (Sobre la noción de guarda en las actividades peligrosas, véase infra,
T. I, 896 y ss.).
637.- SE REQUIERE QUE EL DAÑO SEA CAUSADO EN FORMA ILÍCITA
Finalmente, no sobra advertir que los establecimientos educativos no son
guardianes de los juguetes o implementos que los estudiantes llevan a clase para
Según hemos dicho (supra, T. I, 586), la presunción de culpa establecida en
su entretenimiento. Por tanto, si un menor causa daños en el vecindario con un
la responsabilidad por el hecho ajeno solo existe cuando el directamente respon-
balón de su propiedad, el establecimiento educativo no responderá por activida-
sable ha actuado en forma ilícita.
des peligrosas sino por el hecho ajeno, pudiendo desvirtuar la presunción de culpa
Así mismo dijimos que (supra, T. I, 586), cuando el directamente responsa- que pesa en su contra.
ble (hijo, alumno, trabajador, etc.) tiene capacidad aquiliana, entonces su compor-
tamiento deberá ser culposo para que pueda hablarse de acto ilícito. En cambio,
639.- PRESUNCIÓN DE CULPA CONTRA EL ESTABLECIMIENTO EDUCATIVO

De acuerdo con lo expresado en los números anteriores, la víctima tiene que


establecer los siguientes elementos si quiere que al establecimiento educativo se
89 Ibídem. le aplique la presunción de culpa del artículo 234 7 del Código Civil.
748 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 749

En primer lugar, la víctima debe establecer que es ajena completamente al Pero nada impide que los padres puedan ser responsables conjuntamente con
establecimiento educativo; en segundo lugar, deberá probar que al momento de el establecimiento educativo si la víctima logra establecer que el daño se debe a
producirse el daño, el estudiante estaba bajo la vigilancia y cuidado del estableci- una mala educación del hijo por parte de los padres. En este caso, tanto éstos
miento educativo o que debía estarlo de acuerdo con los reglamentos y horarios de corno el establecimiento educativo serían responsables. Pero a los padres se les
dicho establecimiento; en tercer lugar, deberá establecer que el estudiante se ha aplicará la responsabilidad del artículo 2348 del Código Civil, mientras que al
comportado en forma ilícita según los principios generales ya estudiados. establecimiento educativo se le aplicará la presunción de culpa del artículo 2347
del Código Civil.
Establecidos estos tres elementos, ipso ipso se presume la culpa del estable-
cimiento educativo, presunción que consiste en dar por sentado que el comporta-
111.- Responsabilidad de los patronos y empleadores
miento del alumno se debe a un defecto de vigilancia por parte del director y
por el hecho de sus dependientes
profesores del citado establecimiento.

EXONERACIÓN DEL ESTABLECIMIENTO EDUCATIVO


642.- TEXTOS LEGALES Y CAMPOS DE APLICACIÓN

El establecimiento educativo podrá defenderse demostrando que no se re- El artículo 2347 del Código Civil consagra específicamente la responsabilidad
únen los tres elementos de que hablamos en el número anterior. Pero en tales de los empresarios, personas naturales, por el hecho de sus dependientes mientras
circunstancias no estará desvirtuando la presunción de culpa, sino evitando que éstos estén bajo su cuidado. (Sobre la responsabilidad de los empresarios, perso-
esta nazca. Si la víctima demuestra todos esos elementos y la presunción nace, nas jurídicas, véase infra, T. I, 680 y ss.). El artículo 2349 del mismo Código
entonces el establecimiento educativo podrá desvirtuarla demostrando que vigiló consagra la responsabilidad de los amos por los daños causados por sus criados o
bien al alumno o que no pudo hacerlo (sobre esta prueba véase supra, T. I, 597 y sirvientes con ocasión del servicio prestado por éstos. Generalizando un poco y
ss.). En el caso específico de los daños causados por los alumnos es preciso anotar teniendo en cuenta que los casos contemplados en el artículo 2347 no son taxativos,
que los maestros no pueden controlar hasta el último movimiento de los estudian- podemos afirmar que todo aquel que utiliza los servicios de una persona en virtud
tes, máxime cuando éstos realizan prácticas deportivas durante los ratos de des- de una relación legal o contractual es presunto culpable de los daños causados en
canso. El establecimiento educativo deberá probar que prohíbe la práctica de en- forma ilícita por la persona que presta sus servicios al empleador.
tretenimientos peligrosos y que reglamenta el ingreso de objetos peligrosos a sus
locales. También deberá demostrar que uno o más profesores, según las necesida- La única diferencia, entre las dos normas, sin consecuencias jurídicas prácti-
des, estaban vigilando al momento de producirse el daño. cas, radica en que la una se refiere a personas que están bajo la dependencia de
quien ejercita una actividad de tipo comercial o industrial (art. 2347), mientras
No sobra anotar que cuando el daño es causado con una actividad peligrosa que la otra se refiere a las personas que en el ámbito familiar más o menos íntimo
que está bajo la guarda del establecimiento educativo (infra, T. I, 905), la víctima están al servicio del jefe del hogar (art. 2349). Inclusive desde el punto de vista
tiene la opción de demandar a dicho establecimiento, bien sea por el hecho ajeno, probatorio, en uno y otro caso la forma de exoneración del responsable es idénti-
bien sea por actividades peligrosas. Normalmente se acude a esta última vía puesto ca, a pesar de que la ley utiliza vocablos diferentes.
que el responsable solo podrá exonerarse mediante la prueba de una causa extraña.
Así las cosas, para facilitar la exposición hablaremos indistintamente de la
641.- ACUMULACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES responsabilidad de los empleadores, con lo cual nos estaremos refiriendo tanto a
Y DE LOS ESTABLECIMIENTOS EDUCATIVOS los empresarios como a los amos.

Ya hemos dicho (supra, T. I, 594) que la presunción de culpa por mala vigi- De otro lado, es importante recordar que cuando el dependiente que causa el
lancia del artículo 2347 del Código Civil no puede estar al mismo tiempo en cabeza daño está al servicio de una persona jurídica no se aplica la responsabilidad extra-
de los padres y del establecimiento educativo, ya que cuando el estudiante queda contractual por el hecho ajeno, sino la responsabilidad por el hecho propio (infra,
a disposición de dicho establecimiento, ya no está bajo la vigilancia de los padres. T. I, 680 y SS.).
750 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 751

En este punto nuestra jurisprudencia es diferente de la de otros países que contra del empleador, veamos a continuación en qué casos específicos existe la
continúan aplicando la responsabilidad por el hecho ajeno a las personas jurídicas subordinación.
cuando el daño es causado por un órgano de ejecución 90 • Nuestra jurisprudencia
no hace distinción alguna, y desde que el hecho sea causado por un dependiente o En primer lugar, ha de tenerse en cuenta el vínculo de subordinación existen-
funcionario de una persona jurídica, se deja de aplicar la responsabilidad por el te entre los trabajadores y los patronos en virtud de un contrato de trabajo 94 • Esta
hecho ajeno. relación laboral comprende la gran mayoría de casos de dependencia y subordina-
ción de una persona en relación con otra. Pero también puede haber eventos en los
643.- FUNDAMENTO DE LA RESPONSABILIDAD DE LOS EMPLEADORES que no haya ninguna relación laboral entre el civilmente responsable y el directa-
mente responsable y, sin embargo, exista una relación de dependencia y subordi-
Tradicionalmente91 se ha dicho que la responsabilidad civil de los emplea- nación entre ellos 95 • Así, por ejemplo, si el patrono cede su empleado a un tercero
dores por el hecho de sus dependientes se fundamenta en el deber que tienen de para que el empleado le preste un servicio, dicho empleado transitoriamente deja
elegir y de vigilar bien a las personas que están a su servicio. Sin embargo, en de estar bajo la subordinación de su patrono para convertirse en subordinado de la
buen derecho la doctrina contemporánea 92 ha eliminado el concepto de culpa en la persona a cuyo servicio se encuentra temporalmente. En estas circunstancias, el
elección como fundamento de esta responsabilidad, ya que en la mayoría de los patrono inicial deja de ser civilmente responsable, pese a que continúa ligado
casos el empleador ni siquiera ha tenido la posibilidad de conocer ni mucho me- contractualmente al trabajador, pues de hecho, este último, al momento de ocurrir
nos de escoger a las personas que realizan actividades bajo su dependencia. En el daño, estaba bajo el cuidado de un tercero, tercero que asume la responsabilidad
cambio, lo que realmente genera la presunción de culpa contra el empleador es el por dicho trabajador96 •
hecho de que durante el ejercicio o cumplimiento de sus funciones el dependiente
está bajo sus órdenes y en virtud de una relación jurídica, generalmente de tipo En cambio, cuando una persona contrata a otra para que ésta le preste algún
contractual, el empleador tiene la suficiente autoridad para regular, ordenar y con- servicio como podría ser el de reparar algún electrodoméstico, conservando quien
trolar los actos de sus dependientes, evitando así que estos se comporten en forma ha de prestar el servicio una autonomía total en el desempeño de sus funciones,
ilícita causándole daño a terceros 93 • Es pues únicamente la subordinación y la entonces si quien presta el servicio daña a un tercero diferente del acreedor, no
obligación de vigilancia que ella conlleva lo que genera la responsabilidad del habrá la presunción del artículo 2347, puesto que quien ejecuta la obra no está
empleador. subordinado ni bajo la dependencia de la persona propietaria del bien que está
siendo reparado, poco importa que la reparación se efectúe en el domicilio del
propietario del objeto por reparar 97 • Por esa misma razón, si el dependiente de
644.- ¿QUÉ SE ENTIENDE POR SUBORDINACióN? CONTRATISTAS INDEPENDIENTES.
quien se obligó contractualmente a prestar esa labor causa un daño a un tercero,
DEPENDIENTES DE HECHO
entonces el acreedor contractual que contrató la prestación del servicio no respon-
de por el hecho del dependiente del contratista, a menos que al momento de ocu-
Admitido entonces que es la subordinación del dependiente al empleador lo
rrir el daño tenga sobre el trabajador, momentánea o transitoriamente, la suficien-
que genera la obligación de vigilancia y la correspondiente presunción de culpa en

94 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3504; Philippe Malaurie, Laurent
90 En el derecho francés, véase: Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. Aynes, ob. cit., núm. 160; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm.
3513. 793.
91 Sobre la evolución doctrinal en ese sentido: Jacques Ghestin Genevieve Viney 95 Von Thur, ob. cit., t. 1, p. 284; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV,
ob. cit., t. IV, núm. 792. ' ' núm. 795.
92 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 158; Jacques Ghestin, Genevieve 96 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3518; Philippe Malaurie, Laurent
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 792. Aynes, ob. cit., núm. 160.
93 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3506; Philippe Malaurie, Laurent 97 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3520; von Thur, ob. cit., t. 1, p.
Aynes, ob. cit., núm. 158; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 285; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 160; Jacques Ghestin, Genevieve
792. Viney, ob. cit., t. IV, núm. 795.
752 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 753

te autoridad para vigilar sus actos 98 , o que el daño se cause con una actividad pensable una relación contractual o legal que obligue al dependiente a recibir
peligrosa de la cual es guardián ese acreedor contractual. Como se ve, es el hecho órdenes y al civilmente responsable a vigilar los actos de dicho dependiente.
de trabajar al servicio y bajo la subordinación de otra persona independiente lo
que caracteriza la responsabilidad extracontractual por el hecho ajeno. No basta una colaboración fugaz y ocasional. Y en el caso sub júdice, esa
relación contractual, pero no laboral, existía. En efecto, se trataba de averiguar la
Ahora, aunque la dependencia o subordinación no exige una relación laboral responsabilidad de una empresa transportadora a la cual estaba afiliado el vehícu-
entre el dependiente y el empleador, lo cierto es que tampoco basta una subordi- lo causante de un daño, automotor que era conducido por una persona que la-
nación fugaz desvinculada de algún lazo contractual o legal (supra, T. I, 581). La boralmente no estaba ligado a la empresa transportadora. En virtud del contrato
dependencia de puro hecho no genera la presunción de culpa establecida en el de afiliación, la Corte consideró que sí se daba la subordinación prevista en el
artículo 2347 del Código Civil. Por ello, si alguien por solidaridad empuja un artículo 2347 del Código Civil. Es decir, la Corte decidió que, pese a no existir
vehículo que se encuentra varado en la vía y, en tal virtud, recibe órdenes del relación laboral entre demandado y dependiente, de todas formas por el contrato
conductor, y durante esa labor causa un daño a un tercero, el conductor podría ser de afiliación había la subordinación exigida por la citada norma. Pero, pese a sus
responsable por actividades peligrosas o por el hecho propio, pero no con base en apreciaciones categóricas sobre la dependencia de hecho, lo cierto es que en el
la presunción de culpa del artículo 234 7 del Código Civil. En la medida en que ni asunto sub examine, esa dependencia de hecho no existía. O sea que la premisa
contractual ni legalmente el colaborador ocasional estaba obligado a acatar las general sobre la dependencia de hecho planteada por la Corte no era aplicable al
órdenes del conductor, éste no tiene la posibilidad, ni mucho menos la facultad, asunto en estudio.
de cuidarlo. Por sustracción de materia, no es posible exigirle al civilmente res-
ponsable la obligación de vigilar a quien a su turno, no tiene la obligación de
La citada decisión jurisprudencia! afirma:
obedecer99 .

"Y hoy en día se tiene por aceptado en línea de principio, que tratándose de
LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA Y EL CONCEPTO DE SUBORDINACIÓN la responsabilidad del principal -comitente o empresario- debida al hecho
O DEPENDENCIA de sus dependientes o encargados por razón y en la medida de la presunción
de culpa que consagra el inciso quinto del artículo 2347 del C. C., esa
En varias oportunidades la jurisprudencia colombiana se ha pronunciado so- relación de dependencia, más que el producto de conceptos de derecho abs-
bre los alcances de los conceptos de dependencia y subordinación para interpretar tractos tomados de disposiciones legales del orden laboral como las que en
el artículo 2347 del Código Civil. el caso en estudio cita el casacionista, es una situación de hecho en la cual,
para su adecuada configuración en vista de la finalidad que se propone
alcanzar aquella regla de la codificación civil, basta con que aparezca, ca-
646.- LA DEPENDENCIA DE HECHO
racterizado de modo concluyente desde luego en términos probatorios, que
en la actividad causante del daño el dependiente, autor material del mismo,
En primer lugar, en fallo del15 de marzo de 1996, la Corte en forma categó-
puso en práctica una función determinada para servicio o utilidad del prin-
rica ha afirmado que dependencia y subordinación no suponen necesariamente un
cipal, y además, que en el entorno circunstancial concreto y con respecto al
vínculo de carácter laboral y que basta una subordinación o dependencia de he-
desempeño de dicha función, haya mediado subordinación del dependiente
cho. Sin embargo, y según lo analizamos en otra parte de esta obra (supra, T. I,
frente al principal, toda vez que si no existe una razonable conexión entre
581), aunque estamos de acuerdo en que no es necesaria la relación laboral para
la función y el hecho dañoso o sí en este último no se descubre aquella
que se dé la subordinación o dependencia, de todas formas consideramos indis-
implementación de la actividad ajena en interés del empresario de quien
por reflejo se pretende obtener la correspondiente reparación, es evidente
que el sistema de responsabilidad que se viene examinando no puede ope-
98 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 795. rar y para la víctima desaparece, al menos como prerrogativa jurídicamente
99 En ese sentido: Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 796. viable, esa posibilidad de resarcimiento.
754 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 755

"Puestas en este punto las cosas, debe hoy volverse a reiterar que esa relación Así, en sentencia del 19 de septiembre de 1958, la Corte, al resolver una
de dependencia influyente para los efectos del artículo 2347 del C. C., es una demanda contra el poderdante de un abogado que, a su turno, pidió el embargo de
noción de muy holgado espectro que no es dado reducir a ciertas modalida- unos bienes de un tercero, afirmó lo siguiente:
des de contratación como podrían ser, por ejemplo, las que regula la legisla-
ción sustantiva del trabajo o, en el plano civil, el arrendamiento de servicios "2. Ni el que contrata un abogado para que le represente en un litigio o en
personales. Es por el contrario y para decirlo con apoyo en las enseñanzas de otra actividad propia de su instituto es amo, ni el abogado que acepta el man-
un afamado expositor (Loms JossERAND, Derecho civil, t. II, vol. 1, cap. II, dato y lo ejerce es criado, pues la ley ni siquiera quiso clasificar este contra-
núm. 508), una situación jurídica genérica donde una persona, en su propio to, es decir el de prestar servicios, como resulta del tenor del artículo 2144
interés y conservando la autoridad suficiente para orientar la actividad, vigi- del C. C. que dice: "Los servicios de las profesiones y carreras que suponen
larla y controlarla, le encarga a otra el ejercicio de una función, de una em- largos estudios, o a que está unida la facultad de representar y obligar a otra
presa o de una tarea cualquiera, así no exista entre ambas vínculo contrac- persona respecto de terceros, se sujetan a las reglas del mandato".
tual alguno de trabajo puesto que, se repite, a los efectos del artículo 2347 del
"En esto la ley colombiana no ha hecho otra cosa que seguir la tradición
C.C. el concepto de "subordinación de dependencia" no supone necesaria-
romana que lo estatuyó de la misma manera y por circunstancias especiales
mente de una fuente de esa clase como lo entendió con acierto el juzgador
de que dan cuenta los textos.
de segunda instancia en el fallo cuya casación aquí se persigue, y tampoco
hace desaparecer la responsabilidad instituida en el precepto tantas veces "Así: dicit Paulus, libro octavo ad edictum: se cut evenit, cum in rem suam
mencionado, el que la designación del encargado la haya efectuado un terce- procuratorem praestamus (... ) (esta obligación que suele nacer entre el señor
ro distinto al principal. Lo que en verdad importa es, entonces, que para obrar y el procurador, da lugar aunque algunas veces no se haya contraído una
el autor material del daño haya dependido de una autorización del empre- obligación de mandato a la acción de mandato; lo que ocurre porque el procu-
sario civilmente responsable, luego es claro que la "dependencia" por la que rador obra como en su propia cosa ... ) (Paulo, lib. VIII, sobre el edicto, repro-
se indaga habrá de resultar de una virtual potestad de control y dirección ducido en el Digesto de JusTINIANO, lib. III, tít. III. De procuratoribus et
sobre la conducta de otro, independientemente de que esa labor origen del
deffensoribus, L. 42, v. 3).
evento dañoso tenga o no propensión de continuidad y sin que, de igual for-
ma, sea necesaria la existencia de retribución para quien presta el servicio" 100 . "Resulta de lo anterior, que no procede contra el "endosante al cobro" de una
letra, la acción de perjuicios por culpa extracontractual, por ser el endosatario
En nuestro concepto, si pese al contrato de afiliación, la empresa no tenía al mandatario de aquel y no su dependiente ni mucho menos su criado" 101 •
conductor bajo sus órdenes, no habrá la presunción contra dicha empresa.
Y más recientemente, en sentencia del 16 de agosto de 1977, nuestro máximo
LA AUSENCIA DE SUBORDINACIÓN CON LOS CONTRATISTAS INDEPENDIENTES tribunal, al referirse a una demanda por daños causados durante la construcción de
un edificio, expresó:
De otro lado, la jurisprudencia de la Corte ha tenido la oportunidad de "2. De otro lado, es inadmisible que quien encarga a un arquitecto la cons-
ratificar que el contratante o acreedor contractual no incurre en la responsabili- trucción de un edificio pueda llegar a ser indirectamente responsable en fun-
dad extracontractual por el hecho ajeno en caso de daños causados a terceros ción de una culpa presunta, como el impugnador lo pretende, salvo acaso la
ajenos al contrato por su deudor, contratista independiente, en la ejecución del hipótesis en que el dueño del terreno sea también arquitecto. Mal hubiera
contrato. podido la demandada, valga el ejemplo, advertir que los cimientos de la edi-
ficación estaban siendo defectuosamente construidos, o que los muros que se

100 C. S. J., cas. civ., 15 marzo 1996, expediente 4637, proceso ordinario de Rosalba
Gómez Blanco contra Transporte Bolívar S. A., magistrado ponente: Carlos Este-
ban Jaramillo Schloss. 101 C. S. J., cas. civ., 19 septiembre 1958, "G. J.", t. LXXXIX, p. 119.
756 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 757

levantaban carecían de la solidez y consistencia necesarias. En esta materia


Desde luego, podría haber una culpa en la elección por parte de la empresa de
la conducta de quien encarga la obra solo puede ser enjuiciada por una culpa servicios temporales que, sin examinar previamente al trabajador, lo envía a rea-
in eligendo, o sea la consistente en escoger para la tarea a persona que carez- lizar una gestión para la cual no estaba capacitado 104 o no averigua suficientemen-
ca de idoneidad y pericia suficientes para garantizar que la construcción se
te sobre las calidades morales del trabajador 105 • Pero en tales circunstancias, la
llevará a efecto con arreglo a la técnica arquitectónica. Y esta especie de
empresa de servicios temporales sería responsable por el hecho propio (art. 2341)
culpa, ni ha sido la debatida en el proceso, ni fue objeto de ninguna discusión y no por el hecho ajeno, que es el tema que aquí abordamos 106 .
dentro del recurso extraordinario" 102 .
649.- CASOS DE LAS EMPRESAS DE TRANSPORTE AFILIADORAS
En este caso es necesario advertir que lo afirmado por la sentencia en el
párrafo final, sobre la posible responsabilidad del dueño de la obra por una culpa Según dijimos al analizar la jurisprudencia colombiana en lo relacionado
in eligendo al escoger al constructor, supone que esa culpa tendría que ser probada con el principio general de responsabilidad civil por el hecho ajeno (supra, T. I,
y la responsabilidad no se regiría por la presunción del artículo 2347 (responsabi- 646), la noción de dependiente no se restringe a subordinados de carácter laboral.
lidad por el hecho ajeno), sino por la responsabilidad directa con culpa probada En ese sentido, reprodujimos y analizamos algunas jurisprudencias que conside-
del artículo 2341 del Código Civil. ran que las empresas transportadoras a las cuales está afiliado un vehículo que
causa daños a terceros son responsables a la luz del artículo 234 7 del Código
Civil, así no haya un vínculo laboral con el conductor, pues, a menudo, éste de-
648.- CASOS DE LAS EMPRESAS DE SERVICIOS TEMPORALES
pende laboralmente del propietario del automotor afiliado. Según esos fallos, el
contrato de afiliación es suficiente para que haya dependencia entre conductor y
En el país se ha impuesto la modalidad de las empresas de servicios tempora- afiliante.
les que vinculan laboralmente a un número determinado de personas que de hecho
prestan su servicio a otras empresas que celebran con la empresa de servicios Empero, nos parece que esta solución merece algunas precisiones.
temporales un contrato de prestación de servicios. En caso de que un trabajador
vinculado laboralmente a la empresa de servicios temporales cause un daño a un En primer lugar, el simple hecho de la afiliación nominal no genera ni la
tercero mientras está al servicio de la empresa donde el trabajador realiza sus subordinación exigida por el artículo 2347 del Código Civil, ni la responsabilidad
actividades, es ésta última empresa, y no la de servicios temporales, la que se por actividades peligrosas prevista en el artículo 2356 del mismo código. Por
presume culpable por los daños causados por el trabajador, puesto que, en aplica- tanto, si la empresa afiliadora de hecho no tiene el poder de dirección y control del
ción del principio que venimos explicando, la empresa de servicios temporales no automotor, o si el contrato de afiliación no le da la posibilidad de impartir órdenes
tiene la posibilidad ni la obligación de vigilar en forma directa el comportamiento al conductor que causa el daño, es claro que no se aplicarán las dos disposiciones
del trabajador en el sitio de trabajo 103 . Es la empresa que utiliza al trabajador la citadas. La simple afiliación del automotor no genera responsabilidad. Lo que sí
que tiene la facultad de darle órdenes y de vigilarlo mientras se encuentra en el puede suceder es que la afiliación haga presumir la guarda de la actividad peligro-
cumplimiento de sus funciones. Este es un argumento más para tratar de demos- sa en cabeza del afiliador, pero éste, según se verá (infra, T. I, 901), puede desvir-
trar que lo que genera la responsabilidad por el hecho ajeno de los empleadores es tuarla. Así las cosas, la víctima tendrá que demostrar que el conductor realmente
la subordinación real y la posibilidad de dar órdenes, mas no el simple nexo labo- dependía o estaba subordinado al afiliador.
ral contractual.
En segundo lugar, puede que, aunque el conductor no dependiese del afiliador,
de todas formas éste, por cuestiones de hecho, tenga el poder de dirección y con-

102 C. S. J., cas. civ., 16 agosto 1977, proceso ordinario de Jaime Rubio Cifuentes
contra Rosa López de Mendoza, magistrado ponente: Ricardo Uribe Holguín.
103 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3517; Philippe Malaurie, Laurent 104 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 793.
Aynes, ob. cit., núm. 160; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 105 Ibídem.
793.
106 Ibídem.
758 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 759

trol del automotor, en cuyo caso será responsable por actividades peligrosas. Lo Para la presunción de la responsabilidad por el hecho ajeno de que venimos
que sucede es que casi siempre tanto la guarda sobre el automotor como la subor- hablando es el primer concepto de subordinación, y no el segundo, el que se ha de
dinación del conductor están íntimamente relacionadas. Pero puede suceder que tener en cuenta.
no se den juntas. Piénsese en la empresa transportadora que le da mantenimiento
a los vehículos afiliados, pero no tiene ingerencia alguna en las actividades del Así las cosas, no es indispensable que el empleador tenga los mismos co-
conductor. nocimientos de su dependiente y así, por ejemplo, si una persona natural es pro-
pietaria de una clínica donde trabaja como dependiente un médico que en el ejer-
De otro lado, este problema tiene una ligera variante cuando la empresa cicio de sus funciones y en forma culposa causa un daño extracontractual a
afiliadora es de una persona jurídica y no de una persona natural. En efecto, un tercero, al propietario del establecimiento clínico, si es persona natural, se le
según se verá (infra, T. I, 678 y ss.), a las personas jurídicas no se les aplica la aplica la presunción de culpa, es decir la responsabilidad por el hecho ajeno con-
responsabilidad por el hecho ajeno, del artículo 2347 del Código Civil, sino las sagrada en el artículo 2347 del Código CiviP 09 (sobre la responsabilidad de los
responsabilidades directas previstas en la ley. En ese orden de ideas, lo que se hospitales que son personas jurídicas, véase infra, T. I, 678 y ss.). Pese a la ig-
acaba de afirmar debe aclararse en el sentido de que, en tratándose de respon- norancia del civilmente responsable en materia médica, lo cierto es que los hora-
sabilidad de empresas afiliadoras explotadas por personas jurídicas, si el con- rios, funciones y en general la organización empresarial del centro hospitalario
ductor y el vehículo son ajenos totalmente al afiliador y la afiliación es simple- están bajo la autoridad de su dueño.
mente nominal, el daño sería del todo ajeno al afiliador, es decir, no se trata de
un daño causado por un órgano de la persona jurídica, puesto que el chofer no 651.- EL EMPLEADOR DEBE SER PERSONA INDEPENDIENTE Y AUTÓNOMA
dependía de la empresa afiliadora y la actividad peligrosa tampoco estaba bajo
su guarda. Pero la presunción de responsabilidad de los patronos no se aplica a los deno-
minados mandos medios que, en forma directa, tienen bajo su subordinación al
650.- No SE REQUIERE QUE EL EMPLEADOR TENGA LOS CONOCIMIENTOS
directamente responsable. Es indispensable que el patrono contra quien pesa la
TÉCNICOS DEL DEPENDIENTE
presunción sea persona independiente o autónoma. Dicho de otra manera: la pre-
sunción se aplica contra el dueño de la empresa para la cual trabaja el directamen-
te responsable. Así las cosas, los jefes de personal, los supervisores y, en general,
El concepto de subordinación puede interpretarse de dos maneras: de un lado, todas aquellas personas que, trabajando al servicio de otras, controlan al personal
puede considerarse como dependiente y subordinado a quien en forma general de rango inferior, solo responden por su culpa probada y en ningún caso se les
está sometido a las órdenes de un empleador, sin que éste influya de una manera aplica la presunción de culpabilidad del artículo 2347 del Código Civil.
inmediata en todas y cada una de las actividades del dependiente en el ejercicio de
sus funciones 107 . En ese orden de ideas, el dependiente sería autónomo en relación Es pues el empleador, persona natural (más adelante infra, T. I, 678 y ss.,
c~n la aplicación de sus conocimientos técnicos o científicos, pero sería depen- veremos el régimen aplicable a las personas jurídicas), quien se presume culpable
diente en cuanto a los horarios y a las funciones asignadas. De otro lado, podría de los daños causados por los dependientes que están a su servicio. Y no importa
considerarse como dependiente a la persona que está subordinada a otra que tiene que, de hecho, el empleador no visite o no ejerza el control de vigilancia ni dé las
los suficientes conocimientos técnicos y científicos para ordenarle al subordinado órdenes a quien haya causado el daño. Lo que importa es que en virtud de las
todos y cada uno de los movimientos, así como los métodos a emplear en la ejecu- relaciones jurídicas que el empleador tiene con sus dependientes, éstos estén bajo
ción de su trabajo 10s. su cuidado y subordinación, así, de hecho, esa autoridad y esa capacidad de sub-
ordinación la delegue el patrono en supervisores o en jefes de personal.

107 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3508; Jacques Ghestin Genevieve
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 793. ' 109 En Francia, parte de la doctrina considera que los médicos jamás serán depen-
108 Sobre la solución de ese tema en el derecho francés, véase: Jacques Ghestin dientes para efectos de la responsabilidad por el hecho ajeno. Crítica a esa teoría:
Genevie-ve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 793. ' Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 793.
760 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 761

652.- SUBORDINACIÓN DESPLAZADA Y SUBORDINACIÓN COMPARTIDA que arregle los jardines de ese predio, pero sin que por ese hecho el dueño del
predio beneficiado le dé órdenes al mayordomo. En tales circunstancias, el patro-
En la práctica puede suceder que un dependiente que en principio está bajo la no habitual seguirá teniendo la capacidad de dar órdenes al trabajador y, por tanto,
subordinación de su patrono sea remitido por éste para que se ponga al servicio de éste seguirá siendo su dependiente.
un tercero, en cuyo caso nos preguntamos: ¿quién será presunto culpable de los
daños causados por ese dependiente mientras está al servicio del tercero? Finalmente, y es el caso más complejo, puede suceder que el dependiente
quede tanto bajo la subordinación del patrono habitual como bajo la subordinación
Todo es cuestión de hecho, ya que puede suceder que el dependiente, pese a del patrono transitorio u ocasional 112 • Ve amos algunas hipótesis.
estar trabajando para un tercero, permanezca totalmente bajo la subordinación de
su empleador tradicional. Tal ocurriría, por ejemplo, cuando un médico que trabaja en forma indepen-
diente solicita a un hospital los quirófanos y el personal paramédico con miras a la
También puede suceder que la subordinación quede exclusivamente en cabe- realización de una intervención quirúrgica. En tales circunstancias, el personal
za de la persona para la cual está trabajando el directamente responsable al mo- paramédico queda, para ciertos efectos, bajo la dependencia y subordinación del
mento de causar el daño. Inclusive, nada impide que para ciertos efectos la subor- médico cirujano y para otros, bajo la dependencia y subordinación de la entidad
dinación esté en cabeza del patrono habitual y para otros esté en cabeza del empleador hospitalaria 113 • Así las cosas, el médico tiene el poder de vigilancia y subordina-
transitorio. ción sobre las enfermeras, en relación con los instrumentos u objetos que éstas
deban introducir o extraer del organismo del paciente y, si por acción u omisión
Cuando el dependiente queda totalmente bajo las órdenes y la autoridad del de la enfermera encargada de estas actividades, se causa un daño al paciente, la
empleador transitorio, entonces el patrono habitual no se presume culpable a la clínica no será responsable en virtud del artículo 2347 del Código Civil, puesto
luz del artículo 2347 o del artículo 2349 del Código Civil, y es el empleador que la entidad hospitalaria no está en capacidad de dar órdenes a la enfermera en
transitorio quien se presume culpable de esos daños, pues éstos se produjeron relación con la conducta causante del daño. Era el médico el encargado de la
mientras el trabajador que los causó estaba bajo su cuidado 110 • Tal sería el caso del vigilancia de la enfermera y el encargado de darle las órdenes respectivas 114 •
trabajador que es enviado a ponerse al servicio de un tercero que se encarga de
suministrarle vehículos y herramientas de trabajo, señalándole los horarios y las En cambio, si todo el equipo quirúrgico en su funcionamiento global conti-
demás condiciones de espacio, tiempo y modo en que debe cumplir sus funciones. núa bajo la dependencia y cuidado de la clínica, y hay alguna falla en esos equi-
En tales circunstancias, el patrono inicial no es más que el responsable contrac- pos, imputable a la enfermera, entonces el ente hospitalario será presuntamente
tual frente a los derechos laborales del trabajador, pero desde el punto de vista de responsable de los daños causados por la enfermera.
la responsabilidad por el hecho ajeno, contra él no pesa ninguna presunción de
culpa pues, de hecho, al momento de producirse el daño, el trabajador no estaba La misma situación jurídica se presenta a menudo cuando se arriendan auto-
bajo su cuidado. motores u otro tipo de equipos acompañados de su conductor 115 . Es decir, el arren-
dador suministra equipo y personal. A veces se dificulta el determinar si tanto la
En cambio, cuando el trabajador simplemente cumple el servicio en benefi- actividad peligrosa arrendada como el conductor continúan dependiendo del arren-
cio de un tercero, pero para todos los efectos continúa bajo la subordinación y dador total o parcialmente, o si la dependencia se transmite total o parcialmente al
órdenes del patrono habitual, es éste quien sigue siendo presunto culpable de acuerdo arrendatario. Todo es cuestión de hecho, y perfectamente puede darse una depen-
con los artículos 2347 y 2349 del Código Civil 111 • Piénsese, por ejemplo, en el
propietario de una finca que envía a su mayordomo al predio de un vecino para

112 Ibídem.
113 Ibídem.
110 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3516; Jacques Ghestin, Genevieve 114 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3519; Jacques Ghestin, Genevieve
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 793. Viney, ob. cit., núm. 793.
111 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 793. 115 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 793.
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 763
762 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

dencia compartida o una dependencia exclusiva en cabeza del arrendador o del Si el daño se hubiera originado porque el conductor de la grúa cumplió es-
trictamente las órdenes que le daban los ingenieros que dirigían la construcción,
arrendatario 116 .
es claro que tanto la responsabilidad por actividades peligrosas como por el hecho
Esta compleja situación fue debatida en un interesante proceso que se ventiló ajeno estaba en cabeza de los constructores 117 • Pero si el daño se originaba en la
ante el Tribunal Superior de Medellín, con base en los siguientes hechos: mala calidad del equipo o en alguna culpa del conductor al maniobrar la grúa,
entonces era el arrendador, patrono habitual, quien respondía bien fuera por acti-
El contratista encargado de la construcción de un puente requería dos grúas vidades peligrosas, bien fuera por el hecho ajeno, según el origen del daño 118 • En
para levantar y colocar las vigas prefabricadas que conformaban la estructura del este caso, entramos en el complejo problema de la guarda en la estructura y la
puente. Para ello contrató los servicios de dos de estos vehículos, cada uno de guarda en el comportamiento de las actividades peligrosas, tema sobre el cual
ellos perteneciente a empresas distintas. Cada una suministró su grúa acompañada volveremos más adelante (infra, T. I, 897).
del respectivo conductor, quien seguía siendo asalariado del arrendador propieta-
rio de la grúa, pero quedaba a disposición del arrendatario constructor durante la En el ejemplo planteado también era posible que el daño fuese imputable
jornada de trabajo de construcción del puente. Por lo demás, el mantenimiento de tanto a la orden impartida por el ingeniero constructor, como a alguna negligencia
los aparatos seguía en cabeza de los propietarios de los equipos, quienes para tal adicional del conductor, en cuyo caso la responsabilidad por el hecho ajeno podría
fin tenían bajo su subordinación a los conductores. estar tanto en cabeza del arrendador como del arrendatario. Como se ve, todo es
cuestión de hecho.
Cuando ambas grúas se encontraban levantando una de las vigas, la maniobra
súbita del conductor de una de ellas hizo que ésta sufriera un grave desperfecto
mecánico que hizo fracasar la operación, pues la viga se desprendió causándole 653.- CúMULO DE SUBORDINACIONES

gravísimos daños a la otra grúa. Los propietarios de ésta última iniciaron una
Por otra parte, por vía de excepción, puede ocurrir que una persona dependa
acción indemnizatoria contra el propietario arrendador de la grúa que tuvo la falla
al mismo tiempo de dos o más personas que tienen sobre la primera la posibilidad
mecánica causante del desprendimiento de la viga y consecuencialmente del daño.
de darle órdenes. Piénsese en el campesino que cuida, en una sola recua, las vacas
Argumentó el demandante la responsabilidad por actividades peligrosas y la res-
de dos ganaderos, de los cuales recibe órdenes independientes. En este caso, am-
ponsabilidad por el hecho ajeno. El Tribunal Superior de Medellín consideró que
bos ganaderos son presuntamente culpables de los actos ilícitos del campesino
el conductor de la grúa que había originado el daño, así como el equipo mismo,
dependiente 119 • No es que el patrono inicial ceda su trabajador a un tercero; se
habían quedado, en virtud del contrato de arrendamiento del equipo, bajo la sub-
trata de dos personas independientes que al mismo tiempo tienen autoridad sobre
ordinación del arrendatario, razón por la cual el arrendador demandado no era
un mismo dependiente.
responsable. Es decir, tanto la subordinación del conductor como la guarda de la
actividad peligrosa se habían desplazado al arrendador.
654.- ACUMULACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD POR EL HECHO AJENO,
Sin embargo, analizando detenidamente el acervo probatorio pudo observar- POR EL HECHO PROPIO Y POR ACTIVIDADES PELIGROSAS
se que el conductor de la grúa, para muchos efectos, continuaba bajo la dependen-
cia de su patrono habitual. Así mismo, la grúa, terminada la jornada de trabajo, Según veremos (infra, T. I, 905), un mismo hecho puede comprometer la
quedaba en poder del arrendador, quien debía darle mantenimiento. responsabilidad extracontractual del patrono desde el ángulo de diversas institu-
ciones de la responsabilidad civil. Tal sería el caso del patrono persona natural
Por lo demás, se discutía si la falla mecánica obedecía a una maniobra forza-
da por una orden que el conductor recibió del arrendatario constructor del puente
o por una falla en la estructura del equipo o en la conducción del mismo.
117 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3519; Jacques Ghestin, Genevieve
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 793.
118 Ibídem.
116 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3517; Jacques Ghestin, Genevieve 119 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 3518; Jacques Ghestin, Genevieve
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 793.
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 793.
764 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 765

que a sabiendas del estado de embriaguez de su trabajador le entrega un arma de cará la presunción de culpa del artículo 234 7 sino la responsabilidad contractual
fuego, con la cual se le causa daño a un tercero. En este caso, la víctima tendría por el hecho ajeno a que ya nos hemos referido (supra, T. I, 561 y ss.). Tal sería
derecho a demandar al patrono bien fuera con base en la responsabilidad por acti- el caso del dependiente del transportador que en forma culposa daña una mercan-
vidades peligrosas en la responsabilidad por el hecho ajeno o en la responsabili- cía1que le ha sido entregada para el transporte.
dad por el hecho propio.
Ya hemos dicho (supra, T. I, 566 y ss.) que en tales circunstancias la culpa
655.- REQUISITOS PARA QUE SURJA LA PRESUNCIÓN DE CULPA CONTRA del dependiente es la culpa del deudor contractual. En cambio, si el dependiente le
EL EMPLEADOR causa un daño al mismo deudor contractual, pero ese daño no constituye el incum-
plimiento del contrato, entonces sí se compromete la responsabilidad extracon-
Para que surja la presunción de culpabilidad contra el empleador, en virtud tractual por el hecho ajeno del patrono. Tal sería el caso del mismo dependiente
de la responsabilidad extracontractual por el hecho ajeno de las personas natura- que, aprovechando el ingreso a las dependencias del destinatario de las mercan-
les, es preciso que el dependiente cause un daño en forma ilícita a un tercero cías, sustrae cualquier objeto que allí se encuentre.
mientras está bajo el cuidado del empleador. Veamos por separado, en forma bre-
ve, cada uno de estos requisitos, pues sobre ellos ya hemos hablado extensamente Tampoco habrá la presunción de culpa extracontractual por el hecho ajeno
al analizar los principios generales de la responsabilidad por el hecho ajeno (supra, contra el empleador cuando el trabajador se causa un daño a sí mismo. En tales
T. I, 577 y SS.). circunstancias, habría un accidente de trabajo que en la actualidad se rige por lo
dispuesto en el Decreto 1295 de 1994 y la Ley 776 de 2002, que nada tienen que
656.- SE REQUIERE UN ACTO ILÍCITO DEL DEPENDIENTE
ver con el artículo 2347 del Código Civil, y la indemnización plena podrá ser
lograda por el trabajador si logra demostrar la culpa del patrono (C.S. del Trab,
En primer lugar se requiere que haya un acto ilícito del dependiente 120 . Ya art. 216). Ahora, si el daño es causado por el trabajador a un compañero de
hemos dicho (supra, T. I, 586 y ss.) que unas veces ese acto ilícito debe ser culposo trabajo, también habrá accidente de trabajo y se aplicarán las disposiciones arri-
y que otras basta que sea un acto objetivamente ilícito; y que cuando esa conducta ba citadas.
debe ser culposa, la culpa unas veces se presume y otras veces debe ser probada
por la víctima. Todo depende de la capacidad aquiliana del dependiente o de la 658.- SE REQUIERE QUE EL DAÑO SEA CAUSADO MIENTRAS EL DEPENDIENTE

utilización que se haga de actividades peligrosas que unas veces están bajo la ESTÉ BAJO EL CUIDADO DEL EMPLEADOR O CON OCASIÓN DE LAS FUNCIONES

guarda del empleador y otras, bajo la guarda del dependiente o de un tercero. QUE ÉSTE LE HA ENCOMENDADO

Este postulado de aparente simpleza y que se aplica tanto a la responsabili-


657.- SE REQUIERE QUE EL DEPENDIENTE CAUSE DAÑO A UN TERCERO
dad por el hecho ajeno de las personas naturales como a la responsabilidad extra-
contractual de las personas jurídicas por el hecho de sus órganos (infra, T. I, 678
En segundo lugar, se requiere que con ese acto ilícito el dependiente le cause
y ss.) ha generado las mayores discusiones doctrinales y jurisprudenciales no solo
un daño a un tercero, como cuando un trabajador lesiona a un transeúnte que se
en el derecho comparado 121 sino también en el derecho nacional. Algunos ejem-
desplazaba por el lugar de trabajo. Pero si ese tercero es un acreedor contractual
plos ilustrarán esta dificultad.
del empleador y el daño surge de la inejecución del contrato, entonces no se apli-
En primer lugar, pensemos en el industrial que ordena a su trabajador realizar
una actividad utilizando una caldera. Puede suceder que el trabajador cause un
120 Phílippe le Tourneau, Lorc Cadiet, ob. cit., núm. 3524. Viney, por su parte, afirma
que no se requiere una culpa del dependiente, sino un acto que, a cualquier título,
comprometa su responsabilidad. (Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t.
IV, núm. 808). Eso quiere decir que si el dependiente causa el daño con una cosa, 121 Philippe le Tourneau, Lorc Cadiet, ob. cit., núms. 3523 y ss.; Philippe Malaurie,
entonces no hay que probar su culpa. En cambio, tratándose, por ejemplo, de una Laurent Aynes, ob. cit., núms. 162 y ss.; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob.
responsabilidad médica, la culpa del dependiente es necesaria. cit., núms. 797 y ss.
766 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 767

daño a un tercero por una explosión de la caldera imputable a su impericia, en jurisprudencia colombianas. En efecto, una de esas doctrinas afirma que el comi-
cuyo caso el daño proviene de la función específica que le había sido asignada por tente o empleador solo responde de los actos ilícitos causados por el dependiente
el patrono. Pero puede suceder que el operario, mientras está cumpliendo las fun- en el ejercicio de sus funciones. De acuerdo con esta doctrina la responsabilidad
ciones asignadas, abandone su lugar de trabajo y vaya a un inmueble vecino de del' empleador solo se vería comprometida en los ejemplos que planteamos al
donde sustrae ilícitamente algún objeto. Esta no era una de las funciones que le principio en el caso de los daños causados con la explosión de la caldera o en los
habían sido encomendadas, pero de todas formas el operario se encontraba, al daños provenientes de los actos de competencia desleal realizados por el depen-
momento de abandonar anormalmente el sitio de trabajo, bajo la dependencia del diente del propietario del establecimiento de comercio. En cambio, los daños cau-
empleador. sados por el robo hecho por el obrero en un inmueble vecino o las lesiones causa-
das por el dependiente a un tercero, no comprometerían la responsabilidad por el
Otro ejemplo sería el siguiente: un comerciante encarga a su dependiente la hecho ajeno del empleador, ya que estos daños nada tienen que ver, causalmente,
administración de un establecimiento de comercio. El dependiente puede, en cum- hablando con las funciones que le fueron encomendadas a los dependientes. Fue-
plimiento de las funciones que le han sido asignadas, ejecutar actos de competen- ron daños producidos con ocasión de las funciones, más no derivados del ejercicio
cia desleal, lo que constituye una culpa en el cumplimiento de las funciones que le de ellas.
fueron asignadas. Pero también puede suceder que el dependiente lesione a un
visitante que en ese momento se encontraba en el establecimiento de comercio, Por el contrario, la corriente doctrinal opuesta considera que absolutamente
sin que las lesiones tengan que ver, causalmente hablando, con las funciones del en todos los ejemplos planteados se comprometería la responsabilidad por el he-
dependiente. cho ajeno de los empleadores, pues basta que el daño se produzca con ocasión de
las funciones que le han sido asignadas al dependiente. Es de anotar que entre
En los ejemplos propuestos, ¿cuáles de ellos comprometen la responsabili- estas dos posiciones extremas existen teorías intermedias basadas en disquisiciones
dad por el hecho ajeno del patrono, establecida en los artículos 2347 y 2349 del de diversa naturaleza, lo que no ha hecho más que crear una gravísima confusión
Código Civil? en el desarrollo doctrinal y jurisprudencia!.
Un primer análisis del derecho comparado nos permite observar que en el
artículo 1384 del Código Civil francés se afirma que los comitentes o empleadores 659.- LA SITUACIÓN EN EL DERECHO COLOMBIANO
son responsables de los daños causados por sus dependientes en las funciones en
las cuales los han empleado 122 . Planteado así el problema, veamos cuál puede ser su solución a la luz del
derecho colombiano.
En cambio, el artículo 2347 de nuestro Código Civil expresa que los empre-
sarios son responsables del hecho de sus dependientes mientras éstos están bajo Es de advertir que lo que se dirá es aplicable tanto a la responsabilidad indi-
su cuidado. Y el artículo 2349 del mismo Código expresa que los amos responde- recta de las personas naturales, de los artículos 2347 y siguientes del Código Ci-
rán por los daños causados por sus criados o sirvientes con ocasión del servicio vil, como a la responsabilidad extracontractual de las personas jurídicas (infra,
prestado por éstos o aquellos. T. I, 678 y ss.). En el fondo, en una y otra responsabilidad el daño es causado por
una persona que realiza una actividad para otra. Es decir, ambas suponen que una
El texto del Código Civil francés ha dado lugar a profundas controversias
persona natural actúa en el ejercicio de sus funciones o con ocasión de las mismas.
doctrinales que aún no terminan 123 y que, incluso, han inspirado a la doctrina y la
Pero, mientras la solución en el caso de la responsabilidad por el hecho ajeno de
las personas naturales tiene expreso respaldo en los textos legales, en la respon-
sabilidad de las personas jurídicas la solución se fundamenta en argumentos de
122 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3524; Philippe Malaurie, Laurent tipo lógico y práctico, corroborados por la jurisprudencia.
Aynes, ob. cit., núm. 162.
123 Sobre la evolución jurisprudencia! en el derecho francés, véase el interesante es-
Por otro lado, la discusión exige precisar que lo que debe producirse en el
tudio de Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núms. 3525 y ss.; Philippe
Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 162. ejercicio de las funciones es la conducta ilícita, así el daño, en forma inmediata, se
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 769
768 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

Ese principio general, así planteado, sufre una excepción cuando el depen-
cause por fuera de ellas. Ello explica por qué el empleador responde en aquellos
diente no está totalmente bajo la dependencia del empleador, sino que, pese
casos en que el dependiente, en el ejercicio de las funciones, se desvía de ellas y
a seguir siendo independiente en su actividad normal, realiza una gestión especí-
sale a causar el daño por fuera de la función. El hecho de desviar la función es una
fica a nombre del patrono. Piénsese en el empleador que encarga a uno de sus
falta relacionada directamente con su ejercicio.
trabajadores el cumplimiento de una tarea específica pero por fuera de los hora-
rios de trabajo. En tales circunstancias, el empleado es independiente frente al
Finalmente, para facilitar la exposición, denominaremos como "empleador"
patrono para todas sus actividades, salvo para aquella función que le fue enco-
a la persona natural o jurídica que acude a personas naturales para la ejecución de
mendada.
sus actividades empresariales y denominaremos como "dependiente" a la persona
natural que, al servicio de otra persona natural o jurídica, realiza una actividad al Por tanto, si ese dependiente causa un daño a un tercero por fuera de los
servicio de ésta, es decir, del empleador. horarios de trabajo, el empleador solo será responsable si el daño se deriva de la
función específica que le fue encomendada por el empleador al dependiente. Ima-
Hechas estas observaciones, digamos que, en nuestra opinión, la solución de ginemos que el empleador le ordena a su dependiente efectuar una consignación
este problema se resume en las siguientes premisas. bancaria en horas distintas a aquellas en que tradicionalmente está el dependiente
al servicio de su empleador, es decir, en horas libres del dependiente. Si este
660.- ANÁLISIS DE LA JURISPRUDENCIA causa un daño ilícito a un tercero con el hecho mismo de la consignación, es
lógico que el perjuicio tiene relación con la función específica que le ha sido
l. En lo que se refiere a la responsabilidad civil por el hecho ajeno de las encomendada. En cambio, si el daño consiste en un robo que el dependiente ha
personas naturales, hemos visto cómo el artículo 2347 del Código Civil contem- hecho así sea mientras cumplía su función, no habrá la presunción de responsabi-
pla como requisito de la presunción de culpa el hecho de que los daños se produz- lidad contra el empleador, puesto que el dependiente solo estaba en ese momento
can mientras el dependiente se encuentre bajo el cuidado del empleador y cómo el bajo la subordinación de su empleador para efectos exclusivamente de la opera-
artículo 2349 del mismo código nos habla de los daños causados con ocasión del ción bancaria.
servicio prestado por los criados o los sirvientes de sus amos.
Cualquier actividad distinta de esa operación escapaba a la esfera de vigilan-
cia del empleador. Solo los daños derivados de la acción misma de consignar
Ello significa que en los ejemplos planteados al principio de este número,
harían presuntamente culpable al empleador.
todos los daños comprometen la presunción de culpabilidad establecida en los
artículos 2347 y 2349 del Código Civil, sin necesidad de entrar a discutir si el acto En conclusión, y con la excepción anotada, podemos decir que en el derecho
dañino fue producido en el ejercicio de la función encomendada o con ocasión de colombiano la presunción de culpa del artículo 2347, aplicable a las personas
ésta última. Lo que en Colombia genera la responsabilidad por el hecho ajeno no naturales por el hecho de sus dependientes, opera siempre que el acto o comporta-
es el que se haya cumplido una función en forma ilícita, sino el hecho de que el miento ilícito del dependiente se produzca durante el tiempo en que éste se en-
dependiente haya causado el daño mientras estaba bajo el cuidado y autoridad del cuentre al servicio del patrono, poco importa que la conducta ilícita esté o no en
patrono o empleador. Es la posibilidad de vigilancia y subordinación lo que gene- relación con las funciones que le han sido encomendadas. Lo que interesa es la
ra la presunción de culpa contra el patrono. Basta entonces que el daño se produz- vigilancia que durante las horas de trabajo debe tener el empleador sobre su de-
ca cuando el dependiente está en horas de trabajo al servicio del patrono. Lo que pendiente.
acontece es que cuando el daño es producido con ocasión de las funciones, pero
no como consecuencia del ejercicio de las mismas, el empleador puede desvirtuar 661.- 2. Después de analizar la exigencia de que el acto ilícito se produzca
más fácilmente la presunción de culpa que pesa contra él, según lo veremos más mientras el dependiente o el órgano están ejercitando sus funciones, es conve-
adelante. Pero la presunción opera en principio por el simple hecho de que el daño niente hacer algunas precisiones adicionales.
se cause durante el tiempo en que el dependiente está bajo las órdenes y al servicio
En primer lugar, no se trata simplemente del tiempo durante el cual,
del empleador. No hay lugar a distinguir entre daños causados en el ejercicio de
reglamentariamente, el dependiente debería estar al servicio del demandado. Por
las funciones o con ocasión de las mismas.
770 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 771

tanto, si el dependiente no comienza su jornada de trabajo y se queda por fuera de desarrollo de la misma. Esta distinción es plenamente aplicable al caso que nos
su función y durante ese tiempo causa el daño o realiza su conducta culposa, es ocupa, tanto en relación con las personas naturales por el hecho de sus dependien-
claro que el hecho dañoso no tiene nada que ver con el ejercicio de la función y, tes, como en relación con las personas jurídicas por el hecho de sus órganos.
por tanto, el civilmente responsable no tiene responsabilidad alguna (sin embar-
go, cuando el dependiente, aún estando por fuera de su función, conserva un arma Por tanto, cuando estando en el ejercicio de la función, el dependiente o el
facilitada por el empleador, éste podría ser responsable por los daños causados órgano se desvían de la misma para realizar un acto ilícito ajeno a ella, habrá de
por su dependiente, así no hubiera comenzado a laborar -infra, T. I, 663-). Inclu- tenerse en cuenta que ya hubo una primera falta consistente en salirse de los fines
so, la falta por no ir a cumplir la función se produjo, por lógica, por fuera de ella. encomendados y que esa falta se produjo en el ejercicio de dicha función. Adicio-
Así las cosas, nuestro planteamiento supone que el dependiente comience a ejecu- nalmente, sucede con frecuencia que esa falta del dependiente es imputable a la
tar su función y, cuando esté en el ejercicio de ella, cometa la culpa que finalmen- falta de vigilancia y prudencia de quien tenía el deber de vigilancia sobre el de-
te, así sea por desvío y por fuera de las instalaciones, desemboque en la produc- pendiente. Aparentemente, lo que ocurra de allí en adelante sería con ocasión de
ción del daño. la función desde el punto de vista de la causalidad física. Pero, desde el punto de
vista de la causalidad jurídica, la falta de salirse de la función ejercitada (culpa en
Con ese mismo criterio hay que precisar que, salvo en el caso de daños cau- la creación de la situación) y la de no vigilar suficientemente al dependiente, se
sados con objetos del empleador a los que nos referiremos en el párrafo siguiente, produjeron en el ejercicio de la función, lo que genera la responsabilidad del civil-
una vez que en forma ilícita abandone su labor, la conducta dañosa del dependien- mente responsable o de la persona jurídica. En consecuencia, lo que se le reprocha
te debe producirse durante el período de tiempo en que normalmente debería estar al demandado es que la culpa en que incurrió el órgano o dependiente al salirse de
ejecutando su función. Por tanto, si el dependiente se desvía o escapa de su trabajo la función cuando la estaba ejecutando se produjo justamente en el ejercicio de
antes de terminar el tiempo reglamentario y comete una culpa por fuera de su ella. Además, casi siempre está el hecho de que esa falta es imputable a la per-
función y, cuando, de no haberse escapado, ya haya terminado su labor, tampoco sona que tenía la posibilidad de evitar que ese desvío se produjese. Por tanto,
habrá responsabilidad del empleador. desde que la conducta del agente se torne culposa por desviarse de la función
hacia un comportamiento ilícito y ajeno cuando la estaba ejecutando, fácil es
Así las cosas, si el dependiente, luego de abandonar ilícitamente su trabajo concluir que el daño tiene relación directa con el ejercicio de la función, poco
comete un robo en horas no laborables, es claro que no habrá responsabilidad del importa que la conducta realizada ya por fuera de la función (culpa en el desarro-
empleador. Si el trabajo normalmente terminaba a las seis de la tarde y el robo se llo de la situación), físicamente no tenga que ver con esta. De todas formas, la
produce a la media noche, ninguna relación existirá entre la función y el daño. falta inicial que desencadenó todo el fenómeno causal se produjo en el ejercicio
de la función.
Con todo, como dijimos, hay una excepción a este principio. En efecto, si el
dependiente, al desviarse de su función, se lleva consigo un vehículo o un arma De hecho, es esa la solución dada por la jurisprudencia colombiana en los
del empleador y causa el daño con cualquiera de estos objetos, aún por fuera de fallos de los últimos años, tratándose de daños causados por armas de dotación
·los horarios reglamentarios, esa conexión instrumental permitirá mantener la re- oficial o por vehículos de propiedad del demandado cuando unas y otros son uti-
lación entre el daño y la función ejercida. En consecuencia, podrá afirmarse que el !izados por fuera de las funciones. En efecto, en estos casos, los tribunales consi-
daño se produjo en el ejercicio de las funciones. (La doctrina tradicional diría que, deran que, cuando menos, la culpa de la persona demandada consiste en permitir
en este caso, el daño se produjo con ocasión de las funciones). por acción o por omisión que el dependiente o el órgano sustraigan los instrumen-
tos de trabajo para utilizarlos ilícitamente por fuera de las funciones.
662.- 3. En el fondo, el criterio de distinción entre actos realizados en el
ejercicio de las funciones y actos realizados con ocasión de las mismas es mera- 663.- 4. Pero, hecha la aclaración anterior, es necesario advertir una im-
mente artificial, por lo menos desde el punto de vista de la causalidad jurídica. portante diferencia entre el régimen de responsabilidad por el hecho ajeno de las
personas naturales y el que regula la responsabilidad extracontractual de las per-
En efecto, según dijimos al analizar el concepto de culpa (supra, T. I, 200), sonas jurídicas en relación con el tema que nos ocupa. En efecto, en una y otra
ésta puede producirse no solo al crearse una situación dañosa sino también en el responsabilidad, el concepto de daños en ejercicio de la función o con ocasión de
772 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 773

la misma es idéntico, según los principios que acabamos de ver. Lo que sucede es 5. La responsabilidad del empleador se compromete en caso de dolo
que, mientras en el régimen de responsabilidad por el hecho ajeno de las personas o culpa del dependiente, poco importa que esa acción dolosa o culposa persiga un
naturales, el acto así cometido por el directamente responsable solo genera una fin que beneficie al empleador o que persiga beneficiar personalmente al depen-
presunción de culpa contra el patrono, que puede desvirtuarse demostrando buena diente124. Por tanto, nos parece que, en nuestro derecho, desde que el daño se
vigilancia, en la responsabilidad de las personas jurídicas no existe presunción y, prbduzca durante el ejercicio de las funciones, no cabe la distinción entre el fin
por tanto, el ente jurídico demandado, una vez probado que el órgano causó el buscado por el empleador por medio del dependiente y el móvil personal que éste
daño por una culpa producida en el ejercicio de la función que le fue asignada, no tenga al actuar ilícitamente mientras está al cuidado de dicho empleador. La vio-
puede alegar ausencia de culpa (infra, T. I, 689 y ss.). Así las cosas, si el depen- lencia de nuestra sociedad exige mayores responsabilidades de los empleadores
diente de una persona natural se escapa de su trabajo para cometer un robo en el en relación con el comportamiento de sus dependientes. Por ello, la jurispruden-
vecindario, pese a las medidas de seguridad adoptadas por el patrono, es claro cia del Consejo de Estado es reiterada en cuanto declara responsable al Estado por
que, según dijimos, la falta inicial de la escapada fue en el ejercicio de las funcio- los daños causados por agentes de las fuerzas armadas cuando éstos actúan en el
nes. Pero el patrono podrá demostrar que, aunque esa culpa se produjo en el ejer- ejercicio de sus funciones, así sea con fines personales o de alguna manera, ajenos
cicio de las funciones, él no pudo impedir el hecho, pese a las medidas adoptadas. a los objetivos del Estado.
En cambio, si, en el ejemplo propuesto, el obrero que se escapa en las horas de
trabajo para salir a robar en el vecindario, es dependiente de una persona jurídica, En ese sentido, en fallo del 27 de abril de 1989, el Consejo de Estado ex-
esta no podrá exonerarse de responsabilidad, pues la culpa del órgano es su propia presó:
culpa. Esto significa que, en ambos casos, hay una relación de conexidad entre la "Sobre el móvil personal del agente no es necesario indagar, sino sobre los
función y el daño. Lo que sucede es que el régimen exoneratorio es distinto en una hechos externos generadores del perjuicio, pues la responsabilidad adminis-
y otra responsabilidad. Sobre este régimen especial de responsabilidad de las per- trativa no es de carácter subjetivo, sino que surge de la apreciación de las
sonas jurídicas, volveremos más adelante (infra, T. I, 678 y ss.).
circunstancias en que se produjo el daño" 125 .
La solución así planteada solo es válida cuando el daño no se produce en el
En el mismo sentido, otro fallo del Consejo de Estado, del 18 de mayo de
ejercicio de una actividad peligrosa, pues en ese caso se aplica exclusivamente bien
sea el régimen probatorio de la responsabilidad por el hecho ajeno de los artículos
1984, expresó:
2347 a 2349 del Código Civil, bien sea el régimen de la responsabilidad directa del "Los agentes que intervinieron en el operativo actuaron como pandilla y por
artículo 2341 del mismo código, según que el empleador sea una persona natural o fuera de las más elementales normas de servicio: mostraron una prepotencia
una persona jurídica (infra, T. I, 678 y ss.). En cambio, puede suceder que el depen- digna de mejor causa, ante una persona embriagada e inerme; comprometien-
diente cause el daño en el ejercicio de una actividad peligrosa que se encuentra bajo do la responsabilidad del Estado porque en lugar de cumplir con el mandato
la guarda del empleador. En este caso, las soluciones que se den al problema que nos constitucional de protección a la vida, la segaron inmisericordemente. Se
ocupa deben tener en cuenta no solo la subordinación del dependiente u órgano, sino probó la vinculación de los agentes públicos al servicio oficial y que actua-
también el poder de guarda sobre los instrumentos o actividad peligrosa con que se ron en el operativo en ejercicio de labores propias del servicio (ver hojas de
ejerce la función y luego se causa el daño. Habrá que ver en cada caso concreto cuál vida y constancias a folios 163 y siguientes del c. núm. 2)" 126 .
de estos poderes conserva el empleador al momento en que el dependiente realiza la
conducta dañosa. En efecto, si pese a que el dependiente al causar el daño no estaba Otro fallo del Consejo de Estado, del 5 de febrero de 1988, expresa:
ejerciendo su función, se considera que el empleador no ha perdido la guarda sobre
la actividad peligrosa causante del daño, la presunción de responsabilidad será idén-
tica para el civilmente responsable persona natural y para la persona jurídica. Desde
124 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 798.
que la guarda se mantenga en cabeza del empleador, éste deberá probar una causa
125 Juan Carlos Henao Pérez, La responsabilidad extracontractual del Estado en Co-
extraña para liberarse de la presunción de responsabilidad que pesa en su contra. En lombia. Evolución jurisprudencia/, ts. 1y 11, Santa Fe de Bogotá, Universidad Externado
cierta forma, la responsabilidad por actividades peligrosas absorbe la responsabili- de Colombia, 1991, p. 215.
dad por el hecho ajeno (infra, T. I, 905). 126 Juan Carlos Henao Pérez, ob. cit., p. 218.
774 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 775

"En síntesis de todo lo escrito se concluye que Jorge Marcos Zambrano mu- Esta solución es aplicable cuando los conductores dependientes de un em-
rió porque el servicio investigativo militar no funcionó adecuadamente; vale pleador recogen viajeros durante el recorrido que les ha sido asignado y el pasaje-
decir, con sujeción a las normas constitucionales y legales propias para la ro sabe que al conductor se le había prohibido el transporte de personas ajenas a la
investigación de los hechos en los que estaba involucrado. Se configuró así enwresa 129 • En tales circunstancias, el empleador no será responsable, pero le co-
una típica falla del servicio en la que, el carácter público de los funcionarios rresponderá demostrar que el pasajero sabía o debía saber que esa prohibición
responsables y la labor cumplida por estos, no puede deslindarse del servicio existía.
para convertirla en una culpa personal de los agentes implicados en los he-
chos"127. 667.- 8. Las soluciones que aquí proponemos se dificultan cuando el agente
causa el daño utilizando una actividad peligrosa (generalmente armas o vehícu-
665.-6. En ese mismo orden de ideas, no es aceptable la tesis según la cual los) que le es encomendada para el ejercicio de la función asignada. En efec-
cuando el empleador no tenga entre sus objetivos los comportamientos ilícitos de to, puede suceder que, pese a que el dependiente se halle por fuera del espacio y
sus dependientes y éstos actúan en esa forma durante su labor, el empleador no es del tiempo de la función, de todas formas el empleador conserve la guarda sobre
responsable puesto que el daño no se deriva de la función encomendada. Si esta la actividad peligrosa con la cual el dependiente causa el daño o porque haya
tesis fuera válida, estaríamos aniquilando prácticamente toda la responsabilidad cometido una culpa que permitió dicha pérdida. Al respecto, veamos algunas hi-
de los empleadores por el hecho de sus dependientes. Solo las organizaciones pótesis.
delictivas serían responsables por los hechos de sus dependientes, lo que sería
absurdo. En consecuencia, basta el hecho de que el comportamiento ilícito se 668.- a) En primer lugar, si el dependiente ejerce su función mediante una
produzca cuando, materialmente hablando, haya conexión temporal o instrumen- actividad peligrosa, de todas formas el daño será imputable a dicha función así el
tal entre la función y dicho comportamiento ilícito. dependiente durante su trabajo habitual incurra en conductas que le estaban prohi-
bidas o que nada tenían que ver con los objetivos de la función. En consecuencia,
si el conductor, en horas de trabajo, sin abandonar su función y sin permiso del
666.- 7. Pese a todo lo que hasta acá se ha dicho, conviene precisar que la empleador, transporta un pasajero ocasional que no conoce la prohibición que
doctrina, en solución que compartimos, considera que cuando la víctima sabe que tiene el conductor de transportarlo, habrá que considerar que cualquier daño que
el dependiente, pese a que actúa en el ejercicio de sus funciones, ejecuta la acción sufra ese tercero fue causado en el ejercicio de las funciones y, por tanto, habrá
dañina por fuera de los objetivos del empleador, éste no responde 128 . En nuestro responsabilidad del empleador. Sin embargo, según se dijo (supra, T. I, 666), si
ejercicio profesional conocimos de un caso en que el gerente de una sucursal en este caso la víctima sabía de la prohibición de su transporte, se romperá la
bancaria, durante el ejercicio de sus funciones y aprovechando sus relaciones y el conexidad entre el daño y la función asignada.
andamiaje del banco, servía de intermediario en la venta ilícita de moneda extran-
jera entre terceros, situación ésta que era conocida por el comprador de las divi- En sentencia del 26 de septiembre de 1944, la Corte dijo:
sas. Éste último resultó estafado con unos cheques sin fondos totalmente ajenos a
las operaciones del banco y, posteriormente, demandó a esta entidad crediticia "En efecto, el chofer, cuando conducía la volqueta, actuaba en ejercicio de
argumentando que su gerente, en ejercicio de sus funciones, había servido de in- las funciones propias del cargo que desempeñaba en la empresa. Fue con
termediario en el negocio que dio origen a la estafa. En tales circunstancias, era ocasión del cumplimiento de aquellas funciones y en momentos en que se
claro que la entidad demandada no era responsable, pues el comprador sabía que ocupaba en desempeñarlas, que él incidió en el error (esta sería su culpa) de
ese negocio era ajeno al empleador. recibir más carga y pasajeros en grado superior al que podía transportar se-
gún los reglamentos de la empresa. Trataríase entonces de la función ejecu-
tada con torpeza, sin cuidado, defectuosamente cumplida o irregularmente
127 Ibídem.
128 En ese sentido: Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3529; Philippe
Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 162; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, 129 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 3530; Philippe Malaurie, Laurent
ob. cit., t. IV, núm. 798. Aynes, ob. cit., núm. 162.
776 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 777

desempeñada por parte de un subalterno empero, esas solas circunstancias según el reglamento traído a los autos, no podía ser sino el del vehículo con
generan a cargo del dueño o empresario del cual depende el subalterno una su conductor.
culpa consistente en la falta de control y vigilancia tendientes a garantizar en
cada caso la observancia de los reglamentos de previsión prescritos por la "Su embriaguez, el transporte de personas extrañas y embriagadas, la cesión
empresa, de modo general" 130 . de la conducción a un particular inexperto y borracho, resulta completamente
ajeno a la prestación del servicio oficial y a la misma administración, la cual,
Y, más recientemente, la propia Corte ratifica esa misma posición cuando, en dada la falta de antecedentes y el lugar de los hechos, no estaba en condicio-
fallo del20 de mayo de 1993, expresa: nes de evitar o controlar sin que pueda imputársele falta" 132 •

"Esos agentes, cualquiera que sea su denominación y jerarquía, al accionar En nuestro concepto, en el caso que se comenta es clara la relación entre el
sus funciones, pierden la individualidad que en otras condiciones tendrían; daño y el ejercicio de la función, pues el hecho de la embriaguez y de las con-
sus actos se predican realizados por la persona moral, y directa de esta es la ductas díscolas del dependiente se produjo justo durante la ejecución de las
responsabilidad que en dichos actos se origine, lo mismo cuando el daño se funciones. Razonar como lo hizo el Consejo de Estado, en este caso, es vaciar
produce en el ejercicio regular de la función, que cuando solamente lo ha prácticamente el contenido de la responsabilidad de las personas jurídicas cuan-
sido con ocasión de ella, siendo de advertirse que en el ámbito de la res- do el órgano realiza cualquiera conducta que no apunte hacia los fines persegui-
ponsabilidad por actividades peligrosas a que alude el artículo 2356 del Có- dos por el empleador. Por lo demás, llama la atención el hecho de que el mismo
digo Civil, cimentada como es sabido en una culpa presunta que solamente Consejo de Estado, en circunstancias más o menos similares, haya considerado
destruye la intervención demostrada de una causa extraña, ese criterio de que sí había nexo entre el daño y la función. Así, por ejemplo, en una sentencia
imputación a la persona jurídica también trae consecuencias, puesto que si en dell7 de septiembre de 1982, nuestro máximo tribunal de lo contencioso admi-
ejercicio de una de tales actividades el agente traiciona la función, su propia nistrativo expresó:
culpa no sería suficiente para destruir la que se presume respecto de la perso-
"Muestran las pruebas que los presupuestos de la responsabilidad se llenaron
na moral en cuyo servicio se ocasionó el daño, y no siendo esto posible, uno
satisfactoriamente. Así, se demostró que el agente de policía Pedro Emilio
y otra deben responderle directa y solidariamente al perjudicado, conservan-
López dio muerte al señor Marco Antonio Bello Sepúlveda, en forma impru-
do esta última el derecho de repetir contra el primero" 131 •
dente e irresponsable, en horas de servicio y con su arma de dotación oficial
(ver declaraciones a folios 115 y siguientes del c. núm. 2). Esas mismas pro-
Sin embargo, y es aquí donde se aprecia la inconsistencia jurisprudencia!
banzas acreditan que el homicida estaba, cuando ocurrieron los hechos, en
sobre el tema que nos ocupa, el Consejo de Estado, en sentencia del22 de noviem- estado de embriaguez.
bre de 1984, al fallar una situación similar a la de la decisión anteriormente ano-
tada, expresa: "El hecho constituye una falla notoria en el servicio y compromete, sin lugar
a dudas, la responsabilidad de la nación. Fue tan reprobable la conducta del
"d) Ciertamente, sobre el supuesto de que el conductor oficial hubiera via- funcionario que no solo se siguió juicio por homicidio, sino que fue retirado
jado a Guadalupe en misión oficial-hecho no probado- resulta aceptable lo de la policía con nota de mala conducta" 133 .
afirmado por la Fiscalía de que tal viaje oficial comprendía el de regreso,
pero obviamente tal regreso, dentro de las normas propias del servicio, que La única diferencia entre las dos decisiones radica en que una de ellas se
refería a la utilización de un vehículo oficial y la otra se refería al uso del arma de
dotación. Pero imaginamos que ese no sea criterio para diferenciar las soluciones
130 Juan Carlos Henao Pérez, ob. cit., p. 223.
131 C. S. J., cas. civ., 20 mayo 1993, expediente 3573, proceso ordinario de mayor
cuantía de Gonzalo Antonio Naranjo Naranjo y Rosa Amelía Quintero Mejía con-
tra Comercializadora Coltepunto ltda., en liquidacion, magistrado ponente: Carlos 132 Juan Carlos Henao Pérez, ob. cit., p. 229.
Esteban Jaramillo Schloss, pp. 18 y 19. 133 Juan Carlos Henao Pérez, ob. cit., p. 226.
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 779
778 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

pues, en uno y otro caso, el agente actuó en el ejercicio de sus funciones para "Pero aun aceptando, como lo hace el a quo, que hubiera llegado a dicho
satisfacer un móvil personal. municipio llevando a algunos trabajadores de la empresa demandada, lo cier-
to es que el desempeño del conductor Iván Riquelme Balanta, terminada su
669.- b) En segundo término, si por fuera de sus horarios de trabajo, el misión oficial, consistió, en dedicarse a ingerir licor en el pueblo y luego a
dependiente sustrae, sin permiso y sin culpa del empleador, un arma o un automo- aceptar varios pasajeros, inclusive, en número superior al que podía trans-
tor, así sea utilizando las llaves que legítimamente le habían sido entregadas, es portar el vehículo -en la cabina- y todos en estado de embriaguez, supera
claro que no habrá ninguna relación entre las funciones y la sustracción del objeto toda previsión del empleador y constituye un hecho ajeno al Servicio Público
con que posteriormente se produzca un daño. En tales circunstancias, el empleador incontrolable para la entidad demandada.
no responderá ni por el hecho ajeno ni por actividades peligrosas, pues tanto la
cosa como el dependiente se vuelven totalmente ajenos a la función. Desde luego, "e) La administración no responde de todas las actividades de sus agentes,
al empleador le corresponderá probar que, en forma ilícita por un tercero y no empleados o funcionarios, sino de aquellas constitutivas de falta o falla del
culposa de su parte, perdió la guarda de la actividad (infra, T. I, 898). Si no lo servicio.
hace seguirá presumiéndose guardián (infra, T. I, 898).
"Y mal puede llamarse tal la que no solo contradice todas las normas del
Esta misma solución es aplicable cuando, al finalizar su función, el depen- servicio y resulta ajena al mismo, sino que, por las circunstancias en que
diente, sin que medie culpa del empleador, se lleva consigo algún objeto con el sucede, resulta imprevisible e incontrolable para la misma administración.
cual realizaba sus actividades. En este caso, también se rompe la guarda del empleador
sobre la actividad peligrosa y sobre el comportamiento del dependiente. "Esa violenta contradicción entre lo que debe ser el servicio y lo que fuera de
él sucedió, sin antecedentes que lo hicieran previsibles y controlables, cons-
670.- e) De igual manera, si el empleador autoriza al dependiente para que, tituye lo que la doctrina y la jurisprudencia llaman "falta personal" del agen-
134
una vez terminada su función o por fuera de esta, se lleve un vehículo o cualquier te, que solo compromete la responsab1.l'd 1 a d de este " .
otro objeto distinto de armas de dotación para que lo utilice en actividades perso-
nales, no podrá decirse que el daño se produce con ocasión o en ejercicio de las Sin embargo, a renglón seguido este fallo considera en forma equivocada que
funciones, ya que se operó el desplazamiento de la guarda de dichas actividades los daños causados por embriaguez durante el viaje quedan por fuera de la fun-
(infra, T. I, 898). Fuera de lo anterior, la actividad que después de abandonar el ción. En el literal a de este número nos hemos referido a este aspecto (supra, T. I,
sitio de trabajo ejecute el dependiente es ajena al cuidado del empleador. Por 668).
tanto, éste solo será responsable si se demuestra una negligencia, cual sería, por
ejemplo, la de prestar los objetos a sabiendas de la impericia o la negligencia del Finalmente, puede suceder que el dependiente, debido al poder que sobre él
dependiente o a sabiendas de una falla mecánica de tales objetos. De todas formas, ejercen sus superiores jerárquicos, utilice los objetos de su trabajo habitual al
el daño no habrá sido causado por el dependiente en el ejercicio de sus funciones. servicio personal de dichos superiores. Tal sucedería en el caso del conductor que,
después de terminar su jornada de trabajo y por órdenes de su superior, hace ges-
Tampoco habrá nexo con el ejercicio de la función cuando el dependiente tiones extrañas a su función en favor de éste. En tales circunstancias, el empleador
queda autorizado para llevarse a su casa o, para quedar de alguna manera en poder para el cual trabajan superior y dependiente continúa siendo responsable, pues la
del automotor con que realiza su trabajo una vez que éste termine y, en lugar de subordinación que sobre el conductor ejercen sus superiores jerárquicos en el ejercicio
guardarlo, se dedica a utilizarlo en actividades propias. En tales circunstancias, el habitual de sus funciones es determinante. En ese sentido se pronunció la Corte,
empleador no responderá ni por el hecho del dependiente ni por actividades peli- en una decisión del 27 de abril de 1946, que al respecto expresa:
grosas. El empleador solo responderá si se demuestra que sabía de la habitual
indelicadeza y negligencia del dependiente y, pese a ello, lo autorizó para que "Por su parte, la Corte ha dicho en fallo reciente:
mantuviera en su poder el automotor.

En ese sentido, un fallo del Consejo de Estado, del 22 de noviembre de 1984,


expresa: 134 Juan Carlos Henao Pérez, ob. cit., p. 223.
780 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 781

""Conforme a lo dicho, la responsabilidad del Estado existe por sus agentes. si se tiene en cuenta que en el presente caso dada la particular organización
Según algunos expositores, el acto debe estar dentro de las funciones o sea de las fuerzas militares entran en juego circunstancias especiales como son
dentro de las tareas encomendadas al dependiente. Para otras basta que dicho los de disciplina y obediencia a las órdenes e instrucciones de los superiores,
acto haya sido ejecutado con ocasión del aparente ejercicio de tales funcio- resulta mucho más evidente que el cabo 2° Juan de Dios Cardoso, al conducir
nes, es decir, cuando la función haya sido la causa ocasional del daño, y entre la camioneta se limitó a cumplir una función oficial y ejecutar un acto al que
la función y el perjuicio exista una relación lógica" (sent., 8 de febrero del de ninguna manera hubiera podido resistirse o negarse" 135 .
corriente año).
671.- d) Con todo, cabe precisar que en el caso de uso de armas destinadas
"Tanto de este expediente como del proceso penal resulta la evidencia de que
habitualmente al ejercicio de la función, el empleador será responsable si el daño
el siniestro se produjo por culpa del cabo Cardoso, lo que descarta la posibi-
se produce por fuera de las funciones, así el dependiente hubiere sido autorizado
lidad de que este abrigara la intención de causarlo o el de que persiguiera el
a continuar con el arma en su poder una vez terminada su labor. En este caso, la
conducir el vehículo un fin distinto del de cumplir con sus deberes de chofer
especial peligrosidad del objeto y el hecho de que normalmente no haya razón
al servicio del comando de la brigada de Neiva. No puede, pues, resistirse a
válida para utilizarlo por fuera de la actividad asignada, permiten pensar en una
duda que estaba en el desempeño de sus funciones. Para estimarlo así no es
especie de prolongación de la función por parte del dependiente. Inclusive, tratán-
obstáculo la circunstancia de que el vehículo que manejaba no estuviera en
dose de entidades estatales de seguridad que autorizan a sus agentes para portar
tal ocasión realizando labores en beneficio del servicio sino conduciendo a
armas por fuera del tiempo de trabajo y con facultades para utilizarlas si fuere
varios oficiales -entre quienes se hallaba el propio comandante de la briga-
necesario en aras de proteger a la sociedad, la función, aun en tales circunstancias,
da- y a algunas damas invitadas por ellos. Estando el carruaje destinado al
no desaparece totalmente, lo que corrobora aún más la solución que proponemos.
servicio oficial de la brigada, y por tanto a órdenes y disposición de los supe-
Tampoco puede perderse de vista que, en principio, si nada justifica esa autoriza-
riores del cuerpo la función del mismo y de su conductor se concreta al trans-
ción para que el dependiente mantenga el arma por fuera de la función, el simple
porte de personas o de cosas de acuerdo con las instrucciones impartidas por
hecho de la autorización puede entenderse como una negligencia por parte del
quienes tuvieran la facultad de hacerlo dentro de los reglamentos del servi-
empleador. De hecho, esa es la solución que en varias oportunidades ha aplicado
cio. Al conductor no le corresponde como es obvio, distinguir en cada oca-
nuestra jurisprudencia.
sión cuándo el transporte se realiza por razón de las necesidades propias del
servicio y cuándo lo ocupa en menesteres distintos, pues su cargo le impone
el deber de cumplir las órdenes correspondientes. De suerte que es indife- En efecto, en sentencia del 27 de abril de 1989, el Consejo de Estado ex-
rente, para los efectos de determinar la responsabilidad del Estado, que el presó:
vehículo estuviera o no ocupado cumpliendo una tarea oficial, que estuviera
ocupado por empleados del gobierno o por particulares. De todas maneras su "7. De otra parte, el elemento que hace que el nexo sea inteligible, es decir, el
conductor estaba desempeñando una labor inherente al ejercicio de sus fun- examen del grado de influencia que en la producción del perjuicio tuvo el
ciones oficiales, pues para ello bastaba que hubiera recibido, como en efecto servicio. En este sentido, para poder establecer que la falla no está desprovis-
recibió, la orden de conducir en el vehículo a tales personas. Esta circunstan- ta de relación con el servicio, debe el juez indagar si el agente actuó bajo la
cia está acreditada con las declaraciones testimoniales que se transcriben en impulsión del servicio público al cual está adscrito. Así en este último even-
la vista fiscal y con la afirmación del propio comandante de la brigada. De to, el servicio no está totalmente desvinculado de la falla cuando el agente, a
donde resulta que si se cometió un abuso al disponer indebidamente de un pesar de encontrarse en franquicia, causa el perjuicio en virtud de una actua-
vehículo del Estado para fines particulares en forma alguna podría culparse ción u omisión funcional del servicio que permitió al agente consumar el
de ello a quien tiene el deber de cumplir las órdenes que recibe sino al supe- hecho dañoso" 136 •
rior que las imparte, y mucho menos exonerar de responsabilidad al Estado si
en tal evento ocurre un accidente bajo el pretexto de que el vehículo no se
hallaba cumpliendo una función de carácter estrictamente oficial. Todo ello, 135 C. S. J., cas. civ., 27 abril1946, "G. J.", t. LX, pp. 595 y ss.
desde luego, dentro de las regulaciones generales del servicio público, pues 136 Juan Carlos Henao Pérez, ob. cit., p. 213.
782 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 783

Esa misma sentencia, al citar antecedentes jurisprudenciales sobre el tema, "Idéntica posición jurisprudencia! había asumido la sala, el 21 de marzo de
agrega: 1974, al fallar al proceso núm. 1335 (actor: Juvenal Quitián Marín). Dijo la
sala en aquella oportunidad:
"De igual manera, en sentencia de febrero 12 de 1988, la sala estimó proce-
dente la declaratoria de responsabilidad de la nación, así el elemento tempo- '"'Es evidente, y así se desprende de los autos, que cuando se sucedió el
accidente el agente de la Policía Nacional, si bien estaba investido del carác-
ral y espacial no existiere.
ter de tal, no se hallaba en el ejercicio de sus funciones sino en 'franquicia'
""El hecho de que el agente no hubiera llegado aún al cuartel a prestar el pero sin embargo llevaba consigo un arma de dotación oficial".
servicio que se le había asignado, no releva de responsabilidad a la nación
"10. Basada en las motivaciones anteriores, considera la Sala que hay falla
(que presta el servicio de policía), porque como en otras ocasiones se ha
del servicio cuando la actuación administrativa causante del perjuicio, no
dicho 'la falta se separa quizás del servicio, pero el servicio no se separa de
puede desvincularse del servicio cuya responsabilidad se pretende declarar.
la falta'.
Conviene recordar la hoy célebre frase de León Blum, según el cual "la falta
se separa quizás del servicio ... pero el servicio no se separa de la falta" (... ).
""Sobre el móvil personal del agente no es necesario indagar, sino sobre los
hechos externos generadores del perjuicio, pues la responsabilidad adminis-
"Se presenta así el caso en estudio la existencia del nexo instrumental me-
trativa no es de carácter subjetivo, sino que surge la apreciación de las cir-
diante el cual el servicio colocó al agente en posibilidad de causar el perjui-
cunstancias en que se produjo el daño.
cio. Este nexo sería por sí solo suficiente para declarar la responsabilidad de
la administración, habida consideración de la peligrosidad extrema que tales
""7. El agente Rincón Castaño, para ultimar a Varón, utilizó el arma de
instrumentos conllevan" 137 •
dotación oficial, según aparece en el documento público, no impugnado por
ninguna de las partes, obrante en folios 41 y 42 (C. 2, exp. 3543), mediante el
En otra sentencia proferida el 27 de agosto de 1984, también del Consejo de
cual el comandante operativo informa al comandante del distrito Uno de la
Estado, se expresa:
misma institución que el agente 'en mención defendióse haciendo uso del
arma de dotación oficial revólver 38 largo, número D-56048 asignado Esta- "El caso sub judice patentiza esa falla del servicio en forma que no da margen
ción Cajamarca, causando muerte a Mariano Varón Varón'. para sostener que el hecho se produjo con exclusividad por la culpa personal
de los agentes. Aunque se afirma que los funcionarios que resultaron com-
""Entonces el Estado le entregó al agresor un arma oficial para su uso, puso prometidos eran simples empleados de oficina en el F2, esa afirmación apa-
al victimario en contacto con la comunidad y con la víctima; como agente del rece desvirtuada porque cumplían, además, funciones propias de los agentes
orden, lo conservó en tal calidad pese a sus malos antecedentes, ya transcritos, de seguridad no sujetas a un horario determinado, como que podían efectuar
entre los cuales merece destacarse uno de incidencia delictual 'consistente en capturas y cumplir otras misiones relacionadas con delincuentes requeridos
conducir al cuartel, sin causa justificada, al ciudadano Antonio José Os pina por las autoridades. Basta recordar que luego del hecho trágico pusieron a
Pérez, maltratándolo de palabra y obra en represalias por problemas anterio- disposición de sus compañeros de servicio, sus armas de dotación oficial,
res' (fl. C.l, exp. 333). Se ignora en el proceso si esta privación de la libertad
esposas y boletas de captura.
y esas lesiones personales fueron denunciadas ante los jueces penales y cuál
puede haber sido el resultado de la investigación. "No cabe duda alguna que los agentes comprometidos no cesaron en las fun-
ciones propias del cargo cuando abandonaron la oficina a las 6 p.m. del día
""Luego la nación creó las condiciones de peligro para la producción del viernes 16 de 1980 [sic]; de allí que el hecho de que se dedicaran a ingerir
daño, el que efectivamente se concretó en la persona del occiso. Lo anteriormente
analizado es suficiente para concluir que la nación es administrativamente
responsable de los perjuicios causados a los demandantes por la muerte del
ciudadano Luis Mariano Varón Varón, como en efecto se declaró". 137 Ibídem, p. 216.
784 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 785

bebidas embriagantes, debidamente armados, pone al descubierto la falla del entre la función y el daño será indirecto y, en consecuencia, no se podrá afirmar
servicio anotada, ya que este factor fue coadyuvante para la acción final. que el daño se produjo en el ejercicio de la función.

"El homicidio se cometió con el arma de dotación oficial, esgrimida por el 673.- f) También puede suceder que el dependiente, mientras ejerce su fun-
agente Jorge López Baquero, luego de haberse embriagado en exceso (primer ción, sin ser autorizado por su empleador y sin que sea ese su trabajo habitual,
grado de alicoramiento diagnosticó medicina legal), y cuando no medió el ponga en marcha un vehículo con el cual causa daño a un tercero. En tales circuns-
motivo que justificara su uso ... tancias, la jurisprudencia, acertadamente en nuestro concepto, considera que tan-
to la actividad peligrosa causante del daño como el dependiente mismo continúan,
"De todo lo anterior se desprende que hubo falla del servicio, con o sin con- en cierta forma, bajo su subordinación. Desde luego, siempre y cuando sea un
currencia de la falta personal. Los agentes hicieron uso inadecuado, excesivo abandono transitorio y no definitivo de sus funciones.
e irresponsable de sus armas de dotación oficial; armados se emborracharon
en exceso y prevalidos de su carácter de agentes trataron de "impresionar" al Así lo decidió la Corte en un fallo del 4 de junio de 1992. En efecto, un
taxista, con tan mala suerte que le causaron su muerte. obrero al servicio de una persona jurídica recibió de sus superiores las llaves de
un vehículo para que a su turno las entregara a otra persona encargada de reparar
"El solo hecho de la embriaguez, en lugar público, con las armas oficiales, la tapicería del automotor. Sin embargo, el obrero, en lugar de cumplir las órde-
muestra la falta de la administración y su responsabilidad directa en la con- nes, se apoderó del vehículo y salió a la calle donde causó daños a un tercero. La
ducta de sus agentes. Estos, dentro o fuera de sus funciones, tienen un regla- Corte Suprema, en forma acertada, consideró que el daño no había sido por fuera
mento de uso y porte de las armas que deben acatar. Solo su acatamiento de las funciones asignadas al dependiente y que, por tanto, la persona jurídica
riguroso es garantía para los demás" 138 . demandada era responsable.

Con todo, pensamos que si el dependiente abandona definitivamente su tra- Al respecto, la Corte dijo:
bajo llevándose consigo el arma que el empleador le había autorizado para portar
"En efecto, si desde el punto de vista fáctico son premisas de evidente exac-
al terminar la función, el nexo entre el daño que se cause y la función desaparece
titud, asumidas con ese carácter en la providencia recurrida: que el vehículo
por ser demasiado indirecto. Igualmente, desaparece la guarda que el empleador
cuya absurda embestida produjo la trágica muerte de doña Cecilia Rosensvaig
tenía sobre el arma y, por tanto, tampoco se aplicará al empleador la responsabi-
de La Torre el día 29 de agosto de 1985 en un lugar céntrico de la ciudad de
lidad por actividades peligrosas, pues ya estas no están bajo su guarda.
Bogotá, era de propiedad de la entidad demandada; que al momento del acci-
dente el automotor era conducido por Rigoberto Duarte, empleado al servicio
e) Ahora, si el dependiente, sin abandonar definitivamente su trabajo de la misma sociedad Mercados y Almacenamientos Tequendama Ltda. y
y conduciendo un vehículo o utilizando un arma del empleador, se desvía de la persona completamente inexperta en la conducción de máquinas de esa clase;
función para utilizar el vehículo o el arma en sus propias actividades, de todas
y finalmente, que el citado conductor pudo poner en marcha el vehículo y así
formas, el nexo instrumental permite afirmar que el daño se produce en el ejerci- determinada la ocurrencia del hecho, porque funcionario autorizado en la
cio de las funciones, así el daño se cause o se genere durante el desvío. En tales empresa demandada le había confiado las llaves para que a su vez las entre-
circunstancias, podemos afirmar que el empleador tampoco se ha desprendido de gara a un tapicero encargado de realizar una reparación en la camioneta, re-
la guarda del automotor o del arma y, por tanto, será también responsable por sulta a no dudarlo equivocada la conclusión que, ante panorama con seme-
actividades peligrosas. Con todo, habrá que analizar cada caso en particular, pues jantes aristas, sacó el Tribunal ad quemen cuanto a la aplicación del derecho
si el dependiente abandona definitivamente su trabajo y se lleva consigo el arma o objetivo al caso concierne, estimando desvirtuada la presunción de culpa que
el automotor para utilizarlos habitualmente en sus actividades, el nexo de causalidad sobre la persona jurídica dueña pesaba e imprimiéndole al obrar de su depen-
diente, autor material y directo del accidente, la significación de una causa
extraña bajo la modalidad de "intervención de un tercero", todo bajo el curio-
138 Ibídem, pp. 221 y SS. so argumento de "( ... ) que no es razonable exigir del patrono que prevea el
786 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 787

desvío o abuso de las funciones de sus dependientes( ... )". Muy por el contra- secuencia, el tallador incurrió en el yerro in judicando que denuncia la de-
rio, lo que se ha entendido con apoyo en principio del linaje de los que aquí manda de casación, infringiendo por falta de aplicación las normas substanciales
se dejaron reseñados, y así lo proclama con insistencia la doctrina contempo- que el cargo indica, luego este debe prosperar" 139 .
ránea en materia de responsabilidad patrimonial por el hecho de las cosas
inanimadas y por el ejercicio de actividades peligrosas, es que de un hecho
674.- ACUMULACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES
determinado nunca podrá predicarse que sea "ajeno" en orden a proporcio-
Y DE LOS EMPLEADORES
narle el valor de eximente, cuando se trata del obrar de un subordinado del
presunto responsable y este último lo ha provocado o ha contribuido a agra-
En principio, cuando un hijo de familia sale de su casa para ponerse a dispo-
var sus consecuencias; en otros términos, la exoneración por intervención de
sición de un empleador, la obligación de vigilancia y cuidado se desplaza de los
un tercero en la producción del perjuicio no puede operar y por eso está lla-
padres hacia el patrono y, en tales circunstancias, ya los padres no se presumen
mada a conservar la plenitud de su vigor la presunción instituida en el artícu-
culpables por los daños causados por su hijo mientras éste se halle bajo el cuidado
lo 2356 del Código Civil, en todos aquellos eventos en que, como aconteció
y dependencia del patrono 140 . Con todo, si la víctima demuestra que el daño es
en la especie litigiosa que hoy ocupa la atención de la Corte, fue el dueño, o
imputable igualmente a la mala educación que los padres dieron a su hijo, enton-
por mejor decirlo el responsable presunto, quien imprudentemente creó la
ces aquellos serán responsables en virtud de la culpa probada establecida en el
situación que a la postre y por mal uso de la cosa o de la actividad por su parte
artículo 2348 del Código Civil (supra, T. I, 594 y ss.).
de su subalterno, dio lugar a la ocurrencia del suceso dañoso, suceso que
desde luego no puede atribuirse a la voluntad expresa o presunta de aquel,
pero que sin duda alguna les es imputable por el descuido en que incurrió al 675.- EL DEPENDIENTE CAUSANTE DEL DAÑO NO TIENE, NECESARIAMENTE,
ejercitar los poderes que la condición de guardián le confiere, por ejemplo QUE SER IDENTIFICADO
entregándole sin las debidas precauciones las llaves de un vehículo a un de-
pendiente inexperto en la técnica de conducir automotores, incurriendo así
En la práctica, puede ocurrir que la víctima no pueda identificar e individua-
en grave falta que además de suministrarle firme respaldo a la presunción
lizar a quien le causó el daño. Nos preguntamos si en tales circunstancias esa
recién mencionada, pues colocadas en ese estado las cosas no podría soste-
imposibilidad probatoria impide a la víctima prevalerse de la presunción de culpa
nerse con seriedad que el hecho fue imprevisible y por contera inevitable,
contra el empleador de ese anónimo. La solución admitida por la doctrina 141 y la
obliga así mismo, a inferir que existe responsabilidad personal y directa se-
jurisprudencia nos indica que desde que no quepa duda que el daño ha sido causa-
gún los dictados del artículo 2341 del Código Civil.
do por un dependiente del empleador, la presunción existe contra éste. Piénsese,
"Bastaba pues que el trabajo encomendado hubiera sido, en el caso sub exa- por ejemplo, en los daños causados a un tercero por operaciones fraudulentas
mine, la ocasión que propició el movimiento temerario de la camioneta y el llevadas a cabo dentro de la administración de una entidad bancaria, sin que pueda
subsiguiente agravio a los legítimos derechos de un inocente peatón y de sus identificarse al empleado autor de esas maniobras. Piénsese igualmente en un
familiares hoy demandantes, para descartar la exoneración de responsabili- tumulto conformado por trabajadores de un patrono, que, lanzando piedras contra
dad que en beneficio de la entidad demandada acabó por declarar el Tribunal, otras personas, lesionan a cualquiera de ellas. En los ejemplos propuestos, aunque
colocando en situación de manifiesta desventaja y que no es ciertamente no es posible identificar al causante del daño, es innegable que éste era uno de los
por la que propugnan los artículos 2356 y 2341 del Código Civil, a todas dependientes del empleador, razón por la cual la presunción de culpa del artículo
las víctimas de la adversidad automoviliaria cuando el responsable presunto 2347 del Código Civil tiene perfecta aplicación.
-dueño, guardián, explotador o como quiera denominársele- alegue y pruebe
su no conformidad o su voluntad en contrario respecto de la conducta de sus
empleados, dependientes, comisionados o gestores, sin ocuparse al propio 139 C. S. J., cas. civ., 4 junio 1992, "G. J.", número 2455, p. 501 y ss.
tiempo de demostrar también, y de hacerlo de modo irrefragable, que cum- 140 Philippe le Tourneau, Lo'lc Cadiet, ob. cit., núm. 3381; Philippe Malaurie, Laurent
plió estrictamente con el deber absoluto de cuidado que era de su cargo dada Aynes, ob. cit., núm. 273.
la potencialidad peligrosa de la actividad de su provecho desplegada. En con- 141 Philippe le Tourneau, Lorc Cadiet, ob. cit., núm. 3540.
788 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 789

Al respecto, el profesor RoGER O. DALCQ expresa: si se ha demostrado que su dependiente, en forma ilícita y en el ejercicio de sus
"La identificación del dependiente que ha cometido la falta no se considera funciones, causó daño a un tercero 144 . En cambio, en el derecho colombiano, el
como indispensable por la jurisprudencia. Basta que se establezca con certeza patrono, persona natural, sí puede exonerarse de la presunción de culpa que pesa
si el daño resulta de una culpa de un dependiente del comitente. Recordemos en su contra si logra demostrar que en el hecho concreto causante del daño tuvo
que como lo hemos dicho, la jurisprudencia admite la misma solución en lo una buena vigilancia sobre el trabajador. Es de recordar que, tratándose de perso-
concerniente a la responsabilidad de la persona moral por el hecho de sus nas jurídicas, nuestra jurisprudencia afirma que, causado el daño en forma ilícita
órganos" 142 . por un órgano, éstas no pueden demostrar diligencia y cuidado en relación con sus
órganos, pues a las personas jurídicas no se les aplica la responsabilidad por el
Finalmente, no sobra advertir que esta solución fue la que llevó a la doctrina hecho ajeno (infra, T. I, 678).
a hablar de la falla anónima del servicio en la responsabilidad patrimonial del
Estado. Ello muestra que no es lo anónimo lo que diferencia la falla del ser-
SECCIÓN II.- La
vicio en materia administrativa de la culpa en materia civil. Ambas son faltas
que bien pueden individualizarse o mantenerse anónimas. Al referirse a la
falla anónima en materia administrativa, el mismo profesor DALCQ afirma: 678.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y DIVISIÓN
"un camión militar no identificado que causa un accidente y huye debe presumirse
conducido por un órgano y en ejercicio de sus funciones" 143 . En la actualidad nadie discute la responsabilidad extracontractual de las perso-
nas jurídicas. Con todo, la doctrina y la jurisprudencia han discutido largamente
676.- PRESUNCIÓN DE CULPA POR MALA VIGILANCIA CONTRA EL EMPLEADOR sobre los fundamentos de esa responsabilidad cuando ella es de tipo extracontrac-
tual, pues en cuanto a la responsabilidad contractual no hay mayores problemas
Una vez que la víctima establezca que el dependiente le causó un daño en doctrinales.
forma ilícita mientras estaba bajo el cuidado del empleador, surge en contra de
este una presunción de culpabilidad basada en una supuesta mala vigilancia sobre En un comienzo se consideró que a las personas jurídicas de derecho público
el dependiente. Tradicionalmente, la doctrina y la jurisprudencia hablaban de una y de derecho privado les eran aplicables los principios de la responsabilidad
mala vigilancia y de una mala elección. Sin embargo, este último elemento ha ido extracontractual por el hecho ajeno establecidos en el Código Civil. Se afirmaba
desapareciendo, ya que por el tamaño de las empresas, el patrono muchas veces que la culpa del funcionario que actuaba a nombre de la persona jurídica hacía
no tiene la posibilidad de elegir a sus dependientes, como cuando se adquiere la presumir la culpa de ésta, la que a su turno podría demostrar diligencia y cuidado
propiedad de un establecimiento de comercio y hay una sustitución patronal. en la vigilancia del agente causante del daño.

677.- EXONERACIÓN DEL EMPLEADOR Sin embargo, pronto se advirtió que la presunción solo podría ser desvirtuada
cuando el daño era causado por un órgano de rango inferior que en tal virtud
Al analizar los principios generales de la responsabilidad por el hecho ajeno estaba bajo la vigilancia de un órgano de dirección de la persona jurídica. El órga-
(supra, T. I, 597), estudiamos la forma como el civilmente responsable puede no de dirección podría demostrar buena vigilancia sobre el agente causante del
desvirtuar la presunción de culpa que existe en su contra. Todo lo que allí se dijo daño y, en esa forma, la persona jurídica se exoneraba de responsabilidad. En
es plenamente aplicable en el caso de la presunción contra el empleador o patrono. cambio, la presunción era imposible de desvirtuar cuando el daño era causado por
los órganos de dirección y control de la sociedad pues dichos órganos, por su
Sin embargo, no sobra advertir que en el derecho francés, el patrono o comi-
misma jerarquía, no estaban sometidos a vigilancia alguna y, por tanto, le era
tente, a diferencia de los padres de familia, no tiene forma de exoneración posible,
lógicamente imposible a la persona jurídica desvirtuar la presunción de mala vigi-

142 Roger O. Dalcq, ob. cit., t. 1, núm. 1883.


144 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 157; Jacques Ghestin, Genevieve
143 Ibídem, núm. 1381.
Viney, ob. cit., t. IV, núm. 810.
790 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 791

lancia. Si el órgano de dirección no tenía quien lo vigilara sería absurdo pensar en Adicionalmente, en la responsabilidad por el hecho ajeno de las personas
una presunción de mala vigilancia por parte de la persona jurídica representada naturales, la prescripción, según lo establece el artículo 2347 del Código Civil, es
por dicho órgano. de tres años, en tanto que a las personas jurídicas se les aplican las prescripciones
propias de la responsabilidad directa, la que, salvo excepciones, es de diez años,
Fue entonces cuando la doctrina y la jurisprudencia francesas sentaron la según se desprende del artículo 2536 del Código Civil, modificado por el artículo
teoría según la cual, en algunos casos, a las personas jurídicas no se les aplicaba la go de la Ley 791 de 2003.
responsabilidad civil por el hecho ajeno, sino la responsabilidad directa aplicable
679.- En esta edición omitiremos la subsección relativa a la responsabilidad
a las personas naturales que deben responder por sus propios hechos.
de las personas jurídicas de derecho público, pues el tema está tratado en una
monografía nuestra titulada La responsabilidad del Estado (Temis, 1997).
Ha de recordarse que la discusión es solo válida en relación con la responsa-
bilidad extracontractual de las personas jurídicas, puesto que la responsabilidad
contractual de las mismas nunca ha tenido discusión y se rige por los principios
que regulan cualquier responsabilidad contractual.

Esta doctrina de la responsabilidad extracontractual directa de las personas 680.- DIVISIÓN


jurídicas ha sido adoptada legal o jurisprudencialmente en muchos ordenamientos La evolución doctrinal a que nos referíamos en el número anterior ha tenido
jurídicos con algunas variantes en cada caso concreto y se aplica tanto a las perso- su origen en el derecho francés, lo que nos obliga a un análisis sucinto de lo
nas de derecho público (responsabilidad del Estado) (subsec. II), como a las de ocurrido en aquel ordenamiento jurídico (I); ello nos permitirá explicar la evolu-
derecho privado (subsec. I), aunque en muchos países, incluido Colombia, la res- ción que sobre este mismo punto ha tenido la jurisprudencia colombiana (II). Fi-
ponsabilidad estatal cada día se separa más de la civil (o los administrativistas nalmente, enjuiciaremos la posición actual de nuestros tribunales y las conse-
tratan de hacerlo), hasta el punto que, en principio, tienen jurisdicciones distintas. cuencias que de ella se derivan (III).
Pero, pese a esa separación, también conservan puntos de identidad, entre ellos el
de considerar que la responsabilidad nunca es indirecta.
I.- Evolución doctrinal en el derecho francés

El derecho colombiano no ha sido ajeno a esa evolución de la responsabili- 681.- DISTINCIÓN ENTRE ÓRGANOS DE EJECUCIÓN Y ÓRGANOS DE DIRECCIÓN
dad de las personas jurídicas incorporando tesis inclusive más radicales que las
del derecho francés. Además, también ha establecido un régimen parcialmente Según dijimos, fueron la doctrina y la jurisprudencia francesas las que desde
diferente para la responsabilidad de las personas jurídicas de derecho público (res- el siglo pasado demostraron que a las personas jurídicas no se les podía aplicar la
ponsabilidad del Estado). responsabilidad por el hecho ajeno cuando el daño era causado por un órgano de
dirección. Pero sí continuaba siendo aplicable dicha responsabilidad si el daño era
Ahora, el hecho de que a las personas jurídicas no se les aplique la responsa- causado por un órgano de ejecución. Esta posición sigue vigente en el ordena-
bilidad indirecta o por el hecho ajeno de los artículos 2347 y siguientes del Códi- miento jurídico francés y en el de algunos otros países, pese a las dificultades que
go Civil colombiano, no significa que, en un todo, sean diferentes. En efecto, los se suscitan a menudo cuando se trata de saber si el órgano causante del daño es de
conceptos de subordinación y dependencia, daño en el ejercicio de las funciones, dirección o de ejecución.
culpa del causante del daño, etc., son aplicables en ambos regímenes de responsa-
Al referirse a la distinción entre órganos de ejecución y órganos de dirección
bilidad. Lo que realmente marca la diferencia entre los dos sistemas es el hecho de
y a la responsabilidad de las personas jurídicas por los actos de éstos y aquellos,
que, en la responsabilidad por el hecho ajeno de las personas naturales, el civil-
GENEVIEVE VINEY expresa:
mente responsable puede desvirtuar la presunción de culpa que pesa en su contra
demostrando diligencia y cuidado, prueba que, según veremos, no es de recibo en "En un régimen de economía liberal o semiliberal, la responsabilidad civil de
la responsabilidad de las personas jurídicas. las personas morales de derecho privado obedece a un esquema más comple-
792 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 793

jo. En efecto, al lado del sistema de responsabilidad por el hecho ajeno que se las facultades de representar la persona moral de manera continua o para una
aplica a la persona moral o jurídica en su calidad de empleador, por el hecho operación particular puede ser colocada en la categoría de órgano social cuando
de sus agentes de ejecución, se ha creado un sistema autónomo de responsa- actúa a ese título" 146 .
bilidad directa en beneficio de las víctimas de daños provocados por el hecho
de sus órganos de dirección. En consecuencia, a diferencia de los derechos II.- Estado actual de la jurisprudencia colombiana
socialistas que conocen un régimen único de responsabilidad de la empresa
pública por el hecho de todos sus agentes, cualquiera sea su rango y posición, 682.- EVOLUCIÓN JURISPRUDENCIAL
los derechos no socialistas adjuntan a un régimen de responsabilidad por el
hecho ajeno o indirecto, aplicable cuando el daño es debido al hecho de un La jurisprudencia colombiana evolucionó siguiendo los mismos derroteros
dependiente, un régimen de responsabilidad directa por el hecho de sus diri- que sobre la materia han orientado a la doctrina y a la jurisprudencia francesas. En
gentes"145. · efecto, desde finales del siglo pasado, la Corte Suprema de Justicia aceptó la res-
ponsabilidad civil de las personas jurídicas, pero fundamentándose en la respon-
Finalmente, al analizar cuáles funcionarios al servicio de la persona jurídica sabilidad por el hecho ajeno establecida en el Código Civil. Luego, en 1939, la
deben considerarse como órganos de dirección y cuáles como agentes de ejecu- misma Corte incorporó la teoría según la cual a las personas jurídicas se les apli-
ción, la señorita VINEY expresa lo siguiente: caba la responsabilidad directa y no la responsabilidad por el hecho ajeno consa-
grada en el Código Civil.
"Son considerados como órganos de dirección de la persona moral, no los
miembros del grupo personalizado, sino las personas que las representan frente Por desgracia, a partir de esta fecha la jurisprudencia nacional, tanto la pro-
a los terceros. De todas maneras no existe actualmente una delimitación bien veniente de los tribunales, como la de la misma Corte, fue oscilante, puesto que
precisa de esta categoría. En efecto, a diferencia de ciertos derechos extranjeros unas veces continuaba aplicando la responsabilidad indirecta o por el hecho ajeno
que han organizado la responsabilidad del empleador de manera mucho me- del artículo 2347 del Código Civil; otras, aplicaba lisa y llanamente la responsa-
nos ventajosa para las víctimas que la que incumbe a la persona moral por el bilidad directa sin hacer distinción alguna entre órganos de ejecución y órganos
hecho de sus órganos, el derecho francés brinda actualmente, a estos dos de dirección y en otras sí acogía esta distinción, siguiendo en ello los derroteros
tipos de responsabilidad una significación sensiblemente equivalente, lo que de la doctrina francesa.
explica su relativa indiferencia con respecto a la distinción entre órganos y
dependientes. 683.- SENTENCIA DE 30 DE JUNIO DE 1962

"Se atribuye generalmente la calidad de órganos de dirección de la persona Pero ese caos jurisprudencia! terminó abruptamente a partir de una sentencia
moral a aquellos a quienes los estatutos han confiado la dirección (es decir, al de la Corte Suprema de Justicia, del 30 de junio de 1962, con ponencia del doctor
presidente, al gerente, y a los miembros del comité de dirección de una aso- JosÉ J. GóMEZ R. Se trata de un fallo revolucionario que si bien tiene algunas
ciación, de un sindicato, de una sociedad civil; a los socios en nombre colec- incongruencias que analizaremos más adelante, de todas formas elimina la posibi-
tivo; al presidente o director general y al director general adjunto de una lidad de que las personas jurídicas sean condenadas con base en la responsabili-
sociedad anónima). Pero también se ha reconocido esta calidad a los miem- dad civil por el hecho ajeno. Desde entonces, nuestra jurisprudencia civil o admi-
bros de la junta directiva encargada de controlar la dirección (consejo de nistrativa dejó de hacer la distinción entre órganos de dirección y órganos de
administración o consejo de vigilancia de la sociedad anónima, así como a ejecución y, en consecuencia, cualquiera sea el órgano causante del daño, a la
los síndicos, administradores, liquidadores judiciales designados para dirigir persona jurídica no se le aplica la responsabilidad indirecta del artículo 234 7 del
la sociedad cuando esta está en dificultad o en vía de desaparición). De ma- Código Civil. La persona jurídica seguirá respondiendo pero bajo otros paráme-
nera más general, toda persona a la cual la ley o los estatutos le reconozcan tros que analizaremos más adelante.

145 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 848. 146 Ibídem, núm. 850.
794 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 795

Con esta nueva concepción de la Corte, nuestro ordenamiento jurídico sobre- "b) De las relaciones de guarda, y así "el tutor o curador es responsable de
pasó inclusive al derecho francés, cuya jurisprudencia continúa haciendo la dis- la conducta del pupilo que vive bajo su dependencia y cuidado";
tinción entre órganos de dirección y órganos de ejecución.
"e) De las relaciones a que da lugar la educación, en virtud de las cuales los
Por considerarlo de trascendental importancia, nos permitimos reproducir directores de colegios y escuelas "responden del hecho de los discípulos mientras
los planteamientos fundamentales de esta decisión, los cuales analizaremos un están bajo su cuidado", y
poco más adelante, pues no todos los argumentos que allí se esgrimen son válidos
en nuestro concepto. Dice así, el precitado fallo: "d) De las relaciones de trabajo, con motivo de las cuales responden "los
artesanos y empresarios del hecho de sus aprendices o dependientes", "mien-
"La tesis del fallo:
tras están bajo su cuidado"; así como los patronos del daño causado por los
"26. Tales consideraciones han llevado a la Corte a revaluar las antedichas empleados domésticos "con ocasión del servicio prestado por estos a aque-
tesis y a preferir, como consecuencia, la directa, en el ámbito de las personas llos".
jurídicas privadas, partiendo de la presencia del factor culpa de las mismas,
como repercusión del hecho de sus agentes; y en el campo de la administra- "28. De los vínculos entre la persona de derecho público o privado, que es
ción, la de las "fallas del servicio", caracterizada por el deber primario del ente jurídico con personalidad propia, con capacidad esencial y de ejercicio,
Estado de suministrar los servicios públicos y por una orientación social más de acuerdo con su constitución, y sus agentes, no puede decirse lo que predi-
adecuada a estos tiempos. (Véase en el mismo sentido, la sentencia de la Sala can dichas disposiciones de los sujetos que se hallan ligados entre sí por los
de Negocios Generales de esta fecha). nexos antes referidos. No están los agentes bajo la "dependencia", ni tampo-
co al "cuidado", de la entidad moral, como sí se hallan el hijo, el pupilo, el
"Lo cual no excluye la construcción doctrinaria reiterada con apoyo en el alumno, el aprendiz, el sirviente, el empleado doméstico, en relación con sus
artículo 2356 del Código Civil, sobre responsabilidad por el daño producido padres, guardadores, directores de institutos de enseñanza, maestros y patro-
en actividades peligrosas, respecto de las cuales se presume la culpa de las nos, y si estas personas se descargan de la responsabilidad que les incumbe
personas naturales y jurídicas, presunciones que conducen a eximir a la víc- probando no haber podido evitar el daño con la "autoridad y cuidado que su
tima de probar la culpa, para contrapesar la desventajosa situación de los respectiva calidad les confiere y prescribe", se ve claro que ello es inaplica-
particulares frente a quienes se mueven en un radio de acción caracteri- ble a las personas jurídicas, y es, por tanto, improcedente instituir una res-
zado por la peligrosidad o en cuyas funciones -como acontece con el Estado- ponsabilidad y unas presunciones de culpa con base en deberes inexistentes.
figuran algunas de esta naturaleza. De lo cual se infiere que sin las dichas presunciones in eligendo e in vigilan-
do, la responsabilidad indirecta no se sostiene, y la directa no las requiere.
"27. Estos, los motivos de dicha preferencia:
Por otra parte, la fusión vital entre la persona jurídica y sus agentes presenta
"1. Los artículos 2347 y 2349 del Código Civil hablan de responsabilidad tan peculiares caracteres que tampoco cuadra a ello una responsabilidad por
indirecta, que es la originada, no en los actos propios o personales, sino en los "hechos ajenos".
los ejecutados por otras personas, de quienes están llamadas a responder las
ligadas a ellas según la ley. "La doctrina general ha formulado serios reparos a la forma indirecta de la
responsabilidad de las personas morales, motivo por el cual dicha forma pue-
"Por consiguiente, para responder por las acciones de otro, ha de haber un de considerarse ya fenecida, en lo que atañe a tal especie de persona. (V.
vínculo, razón de ser de tal responsabilidad. Tal vínculo debe proceder, de JOSSERAND, Cours de droit civil, 1a ed., t. II, núm. 51 O).
acuerdo con aquellas normas.
"29. La tesis organicista de la división de los agentes, en funcionarios ór-
"a) De las relaciones de familia, y por ello "el padre, y a falta de este la
ganos y subalternos auxiliares, para que la persona jurídica responda de ma-
madre, es responsable de hechos de los hijos menores que habiten en la mis-
nera directa solo de las culpas de los primeros, y de modo indirecto por las de
ma casa";
los últimos, es artificiosa e inequitativa.
796 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 797

primero, porque no hay un motivo bastante a demostrar es lógico volluntad es la sus sin la la
distinguir entre unos y otros agentes y variar en consecuencia la posición de ..,.~,_u..a.ua.u creada y de sus agentes, a través la "incorporación" de estos en
la entidad jurídica frente a los actos lesivos que aquellos e1e1~utc:m aquella -apelando a un vocablo en uso- constituye un todo invisible, no
de sus funciones: todos al admite tal discriminación.
sean sus calidades y oficios, y todos depende el turtcHmamí~en- or~:anícís1ta es también inequitativa. O todos los agemte:s,
to y realización de los fines ente moral. sean su atribuciones y tareas, son órganos, con
aptitud para obligar directamente a la entidad a que pertenecen, los
"La identidad alegada entre los órganos la persor:ta
actos culposos ejecuten en el desempeño sus cargos, con apoyo en el
1unatca. a corresponde la dirección o rep1res:en1tacJlón
artículo 2341; o ninguno lo es, para la del ente jurídico
revaluada. habría
sea indirecta, con 2347 y 2349;
...,v_.,....,. . ~a.., . . ",..,. es es la equiparación
agt~mt~sel SUv~UOH>.vu-

de la

"En ca11U0110,
la n.:>..'<U'>.-1'" ~•·o..-irli1Ír"" -n...... ~H'H'I<'II

cepción organicista.

La un antes de ya las
consecuencias se derivan de COI1SH1er:lr la responsabilidad de las personas
jurídicas es la directa y no la Tales características, según la sentencia
las suuuen1tes:

ve1rsona1 de un agente dado compromete de manera mn1ee11tata


la culpa sus agentes, cualesquiera que estos
sean, es su como de el
dañoso de un agente aet~ermtma.do;

147 C. S. J., Gen., 30 junío 1962, "G. J.", núms. 2256 a 2259, pp. 96 y ss.
798 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 799

pla el artículo 2347, no explican la responsabilidad de los entes morales; y inspiró, consiste en que el fallo comentado afirma que la responsabilidad de las
desaparecen, en consecuencia, las presunciones de culpa de estos fundadas personas jurídicas de derecho privado siempre es directa, dejando de lado la dis-
en dichas obligaciones; tinción francesa entre órganos de ejecución y órganos de dirección. Ahora, no
sobra analizar los argumentos que pueden militar en favor y en contra de tan
"e) La entidad moral se redime de responsabilidad probando un hecho ex-
atrbvida concepción de nuestro máximo tribunal civil. En ese sentido encontra-
traño (caso fortuito, hecho de terceros o culpa de la víctima);
mos argumentos de tipo lógico y equitativo que vale la pena analizar.
"d) Responden del daño, solidariamente, la persona jurídica y el autor, y
aquellas puede exigir de este el valor de la reparación satisfecha a la víctima; Desde el punto de vista lógico, es claro que la responsabilidad de las perso-
nas jurídicas por el hecho ilícito de sus órganos de dirección no es la responsabi-
"e) La acción contra la persona moral prescribe conforme al derecho co- lidad por el hecho ajeno, puesto que dichos órganos no tienen quién los vigile.
mún, en diez años; contra el agente, en tres años, y Menos lógica es la solución en tratándose de daños causados por los órganos de
"f) Arranca esta nueva forma de tratar la responsabilidad de los entes mo- ejecución, puesto que en tales circunstancias el causante del daño sí está bajo la
rales, del artículo 2341 del Código Civil, fundamento general de la responsa- dependencia de una persona natural que, a nombre de la persona jurídica, estaba
bilidad extracontractual" 148 • en posibilidad de vigilarla. Por ello, en el derecho belga y en el derecho francés, la
dualidad de responsabilidades de la persona jurídica aún subsiste y, pese a algu-
Más adelante veremos hasta qué punto son válidas algunas de estas conse- nas dificultades de tipo práctico, de todas maneras ha funcionado.
cuencias deducidas por la misma Corte al sentar definitivamente su posición so-
bre la responsabilidad de las personas jurídicas de derecho privado. No sobra
Con todo, estamos de acuerdo con la solución tomada en el fallo analizado,
anotar que en ese entonces la Corte era la encargada de fallar sobre la responsabi-
aún en los casos de daños causados por los órganos de ejecución. En efecto, es el
lidad extracontractual del Estado. Inclusive, la sentencia que se comenta decidió
hecho mismo de la función de la persona jurídica lo que debe comprometer su
sobre una demanda contra un ente estatal.
responsabilidad en caso de daños causados por sus órganos de dirección o de
ejecución. Desde el punto de vista jurídico, económico y práctico, la persona jurí-
111.- Crítica y consecuencias de la posición dica actúa por medio de todos sus órganos, sean de dirección o sean de ejecución,
actual de la jurisprudencia colombiana siempre y cuando desde luego, todo ello sea en el ejercicio o con ocasión de las
funciones propias de la persona jurídica. Si la persona jurídica tiene la facultad
685.- A partir del fallo comentado en el número anterior, la jurisprudencia
legal de realizar determinados actos o hechos y esos actos o hechos son ejecutados
colombiana ha sido pacífica en el sentido de que a las personas jurídicas no se les
en la práctica por órganos de dirección o de ejecución, lo lógico es que, desde el
aplica la responsabilidad civil extracontractual por el hecho ajeno del artículo
punto de vista jurídico, las consecuencias de esas actuaciones sean todas imputa-
2347 del Código Civil. Sin embargo, consideramos importante analizar las conse-
bles a la persona jurídica.
cuencias que la jurisprudencia y la doctrina colombianas han querido extraer de
esa posición teórica, pues algunas de ellas nos parecen erróneas.
Mientras que en la responsabilidad por el hecho ajeno, el comportamiento
686.- JUSTIFICACIÓN DE LA POSICIÓN ACTUAL DE LA JURISPRUDENCIA
del directamente responsable no necesariamente se ejecuta en nombre del civil-
COLOMBIANA
mente responsable, en la responsabilidad de las personas jurídicas los órganos de
dirección o ejecución sí actúan en nombre de la entidad que representan. Es lógico
La gran innovación de la sentencia de 30 de junio de 1962, no solo en rela- pues, que haya una especie de garantía por parte de las personas jurídicas en rela-
ción con el derecho nacional sino también con el derecho comparado de donde se ción con las actuaciones de sus órganos de dirección o de ejecución. Los padres
no actúan a través de sus hijos y, por tanto, es lógico que puedan demostrar que no
tuvieron culpa. Pero los obreros de una persona jurídica sí actúan a nombre de ésta
y, por ende, no aparece justo que la persona jurídica se exonerase demostrando
148 Ibídem.
diligencia y cuidado o, inclusive, causa extraña.
800 JAVIER TAMAYO JAFIAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTFIACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 801

EXCEPCIONES AL PRINCIPIO DE LA RESPONSABILIDAD DIRECTA sí


DE LAS PERSONAS JURÍDICAS
ajeno artículo 2347,
maestro el estudiante actuó culposamente.
Ahora, aunque estamos de acuerdo en a las personas jurídicas no se les estaiJJleCJLml.en1to .,.,. . n_..,.i'.,~t" podrá demostrar su profesor vigiló adecuada-
aplica la responsabilidad por el hecho ajeno o indirecta cuando sus órganos o
dependientes causan un daño en el ejercicio de sus funciones, creemos, sin embar-
cmma.o el daño es causado por los pac~1e11ttes
go, que hay una excepción a ese principio y, en consecuencia, la responsabilidad
de las personas jurídicas puede seguirse fundamentando en la responsabilidad in- per1enezc:a a una jurídica. En no se
la persona jurídica cuando el daño
directa o por el hecho ajeno del artículo 2347 del Código Civil. Veamos:

PERSONAS QUE NO SON DEPENDIENTES DE LA PERSONA JURÍDICA


PERO QUE ESTÁN BAJO EL CUIDADO DE ESTA

EXONERACIÓN DE LAS PERSONAS JURÍDICAS

En cambio, sí el daño es causado


------,..,·--~ de su vigilancia, la resportsaiJili~dad
la H11111U""''"'~"'

extraña.
se considere como ex,:ev1c1ém
hattlanldO . En consecuencia, si en el caso PiaJntellClO
atHt~cará la res·polltsatHWlad 149 Ibídem.
802 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 803

Sin embargo, esta tesis es aberrante y, de ser aplicada, pierde casi toda la supuestos se demuestran, ninguna causa extraña libera de responsabilidad al ente
importancia que en principio se le asigna al fallo que aquí se comenta. demandado.

En efecto, la Corte Suprema omite un adecuado planteamiento del problema De igual forma, si el daño es causado en el ejercicio de una actividad peligro-
de la carga de la prueba de la culpa de las personas jurídicas y la exoneración de sa1que está bajo la guarda de una persona jurídica, ésta se presume responsable y
responsabilidad de las mismas. Veamos cuál es en nuestro concepto el tratamien- solo se exonera mediante la prueba de una causa extraña. Si ésta última prueba no
to adecuado que debe darse a este asunto. se allega al proceso, la persona jurídica responde inexorablemente.

En primer lugar debe recordarse (supra, T. 1, 597) que la responsabilidad por En resumen, la carga de la prueba de la culpa y la exoneración de la persona
el hecho ajeno descansa en la existencia de dos culpas cuales son la del directa y jurídica se rigen por cada una de las instituciones que se vean afectadas. Lo que
la del civilmente responsable. Se presume que por la culpa del civilmente respon- importa es observar que la persona jurídica jamás podrá alegar ausencia de culpa
sable, el directamente responsable en forma ilícita le causó daño a un tercero. De por el comportamiento de su dependiente. Por tanto, si el daño es causado por un
acuerdo con esta estructura, el civilmente responsable tiene dos medios de defen- animal fiero que en principio debía ser vigilado por un órgano de la persona jurí-
sa: de un lado, tratará de demostrar que el directamente responsable no actuó en dica, a ésta se le aplica lo dispuesto en el artículo 2354 del Código Civil y si se
forma ilícita, con lo cual pretenderá que la presunción de culpa jamás ha existido trata de la ruina de un edificio de propiedad de la persona jurídica, imputable a
contra él. Ahora, si de todas maneras el demandante demuestra que el directamen- negligencia de uno de sus órganos, se aplicará todo lo dispuesto en el artículo
te responsable causó el daño en forma ilícita, nacerá una presunción contra el 2350 del Código Civil, sin que la persona jurídica pueda alegar que vigiló bien al
civilmente responsable y éste podrá demostrar que él mismo actuó con diligencia órgano encargado de darle mantenimiento al inmueble.
y cuidado (supra, T. 1, 597).

La tesis organicista lo que pretende justamente es eliminarle al civilmente 690.- LA EXONERACIÓN DE LAS PERSONAS JURÍDICAS EN LA JURISPRUDENCIA

responsable, en este caso la persona jurídica, la posibilidad de demostrar diligen- COLOMBIANA (EVOLUCIÓN POSTERIOR A 1962)
cia y cuidado. En tanto y en cuanto la culpa del órgano es la culpa de la persona
jurídica, ya no se trabaja con el presupuesto de dos culpas sino de una sola, lo que El fallo del 30 de junio de 1962, según vimos en el número anterior, afirma
en lógica jurídica significa que si el órgano actuó culposamente, también lo hizo que la persona jurídica no se exonera demostrando diligencia y cuidado, sino que
la persona jurídica, pero no ya por una presunción que admite prueba en contrario, es preciso que demuestre una causa extraña. A partir de esa fecha, algunas deci-
sino pura y simplemente porque se considera que el órgano de ejecución o de siones pretenden reafirmar esta solución, pero, al hacerlo, no hacen más que au-
dirección es la expresión del ente moral. mentar la confusión. En cambio, otras decisiones, sin insistir en la exigencia de la
causa extraña, resuelven adecuadamente el problema probatorio. Veamos los fa-
Así las cosas, a la persona jurídica solo le queda defenderse, de un lado, llos que han sido proferidos en uno u otro sentido.
tratando de demostrar que el causante del daño no se encontraba en el ejercicio de
sus funciones y si ello no es posible, solo le queda la posibilidad de defenderse
691.- SENTENCIAS QUE DICEN EXIGIR SIEMPRE, UNA CAUSA EXTRAÑA
como lo haría cualquier directamente responsable.

En este orden de ideas, habrá que buscar cuál es la institución de responsabi- Retomando expresamente la sentencia del 30 de junio de 1962, varias deci-
lidad civil extracontractual por la cual es demandada la persona jurídica. siones afirman que las personas jurídicas solo se exoneran estableciendo una cau-
sa extraña. Sin embargo, al examinar estas decisiones, observamos su inconsis-
Si se trata de una responsabilidad civil directa fundamentada en el artícu- tencia, pues siempre confunden la exoneración cuando el daño es causado por
lo 2341, es al demandante a quien corresponde demostrar la culpa del órgano y actividades peligrosas que estaban bajo la guarda de la persona jurídica y el prin-
que éste causó el daño en el ejercicio de sus funciones. Mientras dicha prueba cipio general de exoneración de la persona jurídica como contraposición a la exo-
no se allegue al proceso, la persona jurídica deberá ser absuelta. Pero si tales neración en la responsabilidad indirecta o por el hecho ajeno.
804 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR El HECHO DE UÑ TERCERO 805

En encontramos una providencia de la 6 de de la actividad peligrosa o cualquiera otra responsabilidad objetiva, al demandan-
en forma categórica, se reitera que, probada la falla del te le corresponde probar la culpa o la falla órgano y la persona jurídica podría
serv1c10 que la causa del daño, la persona jurídica solo se exonera mediante la quedarse pasiva a la espera de Pero probada esa culpa del órgano en
la causa extraña. el ejercicio de las funciones, no es se presuma la culpa de la persona jurídica,
como sucede en la responsabilidad por el hecho ajeno, que esa culpa del
Al el fallo expresa: órgano es su propia culpa. Por tanto, no le es posible a la persona jurídica demos-
trar que vigiló bien al órgano, pues éste es manifestación aquella. Por ello es
cual resulta el sentenciador no violó indebida aplicación absurdo afirmar, como lo hace el fallo comentado, que la persona jurídica se libe-
el 2341 C. C., ni de aplicación los artículos 2356 y 2357 ra siempre mediante la prueba de una causa extraña. Lo correcto es afirmar que,
de la misma obra: probada la culpa del órgano en el ejercicio de sus funciones, nada, absolutamente
nada, exonera de responsabilidad a la persona jurídica deJLllaJlldalda.
el 2341, que trata
campo contractual La del fallo comentado, de aplicarse literalmente, no a la causa
daño a otro. Cif~rtamente el nexo causal entre el daño y el del órgano
e1e~mt>IO, tercero lanza al órgano contra la víctima produciendo el
rompe el nexo causal entre el órgano y la jurídica (por
e1emrno. derrumbe en la carretera le impide al jurídica
vigilar correctamente a su órgano ejecución). En y de
accHrerse la del sub examine, a la jurídica no le
a..~,.+.,. ..,, ... probar que vigiló bien al órgano (ausencia como sí le bastaría
elemento ex- al responsable en la responsabilidad indirecta, que tendría
(sen- probar que una causa extraña le impidió vigilarlo.
Reínaldo Tínjacá y
Pero esa no es la filosofía de la tesis de la responsabilidad directa. Esta últi-
ma, en la medida en no tiene en cuenta para nada el comportamiento
superior dependiente causante del daño, afirma que la culpa del órgano es la
culpa de la persona jurídica y, por exclusión materia, no puede
exonerarse de ninguna y
Ahora, otra cosa es que cuando el daño se produce con una actividad peligro-
sa de la persona jurídica, ésta deba establecer una causa extraña que rompa el nexo
causal entre el órgano que ejercía la actividad y el daño. Pero no porque a la
oer·sorta jurídica se le aplique la responsabilidad directa, sino porque ejercía
una actividad peligrosa. Esta misma solución se aplica en la responsabilidad por
el ajeno indirecta) concurre con una
el caso tercero que con peligrosa. Es el caso hijo conduciendo un vehículo de su lesiona a
,. ~u.n.~u.n.J C4Jn(]luctdo por el órgano a.~.,.,u .......u, el padre no se exonera probando diligencia y cuidado; se le causa
el ""1"''.....1.. 14, extraña entre el accidente y el daño porque, en cierta forma, la responsabilidad
actividades peligrosas a la responsabilidad ajeno.

En conclusión, podemos que cuando el órgano no actividad


150 C. S. J., cas. cív., 6 marzo 1964, "G. J.", t. CVI, p. 197. oe1uwosa en el ejercicio sus funciones, se su
806 JAVIER TAMAYO JARAMILLO LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 807

prueba se produzca, la persona jurídica responde sin que nada lo exonere. Es eso A estas consideraciones les cabe las mismas objeciones del fallo anterior.
lo que no advierten el fallo analizado y el del 30 de junio de 1962. Piénsese en el Pero, adicionalmente, el que ahora analizamos incurre en otro absurdo, todo
periodista que trabaja para una persona jurídica que es demandada por una infor- producto de la confusión sembrada por el fallo de 1962. En efecto, la absolución
mación del comunicador. Al demandante le corresponde establecer que el perio- en el asunto sub examine no fue realmente porque hubo causa extraña, con lo
dista actuó culposamente en el ejercicio de sus funciones. Si esto se prueba, la cual se estaría siendo consecuente con la teoría que ahora criticamos. La abso-
persona jurídica no se libera, ni siquiera con una causa extraña, pues se parte del lución se produjo porque el causante del daño no trabajaba para la persona jurí-
supuesto que ya se probó la culpa de la persona jurídica al probarse la culpa del dica demandada. Y esa solución era correcta, pero no porque se hubiera demos-
órgano. En cambio, si el órgano ejercía una actividad peligrosa, como sería la de trado una causa extraña, sino porque no se probó que el daño fuese causado por
conducir un vehículo, al demandante le basta probar que el daño se produjo en el un órgano en el ejercicio de sus funciones. Lo que no se probó fue el elemento
ejercicio de la función y a la persona jurídica solo le queda probar que una causa imputación que es diferente de la prueba de una causa extraña. Esta última solo
extraña rompió el nexo causal entre la actividad ejercida por el órgano y el daño. se presenta cuando se demuestra que el órgano físicamente causó el daño, pero
Es esta distinción la que, erróneamente, no elabora el fallo comentado, cuan- determinado por una causa extraña. En un régimen de responsabilidad de la
do no haciendo distinción alguna, dice exigir una causa extraña, sin que, por lo persona jurídica, el actor prueba que el órgano, en el ejercicio de sus funciones
demás, explique cuál es el nexo causal que dicha causa debe romper: si el nexo y utilizando una actividad peligrosa, le causó un daño. A partir de esa prueba, la
entre órgano y víctima o si el nexo entre órgano y persona jurídica. persona jurídica establece que el nexo causal físico fue roto por una causa extra-
ña, como cuando se establece que el conductor de un vehículo atropelló a un
693.- Pero la tesis del fallo comentado en el número anterior se repite en peatón, pero el hecho es imputable a culpa exclusiva de la víctima. Pero en el
otra decisión de la Corte, del 30 de junio de 1979, a raíz de una demanda contra asunto sub examine el actor no recorrió el camino probatorio inicial que le co-
una persona jurídica cuyo órgano, en este caso un vigilante, disparó contra un rrespondía, pues no alcanzó a demostrar que el causante del daño era un órgano
tercero a quien causó la muerte. Es decir, había de por medio una actividad peli- que actuaba en ejercicio de sus funciones. Por tanto, mal cabe hablarse, como lo
grosa. La sentencia fue absolutoria con el argumento de que no se demostró que el hace el fallo comentado, de que el demandado se exoneró porque se probó una
causante del daño fuera órgano de la persona jurídica demandada. Y al referirse a causa extraña.
la exoneración de las personas jurídicas por el hecho de sus órganos, la sentencia
sub exámine expresa lo siguiente: 694.- Finalmente, la confusión creada por la doctrina que afirma que la
persona jurídica solo se libera mediante la prueba de una causa extraña, llega a su
"La responsabilidad directa, por el aspecto de la culpa aquiliana, se apoya en clímax con una sentencia de la Corte, del 27 de marzo de 1980.
los artículos 2341 y 2356 del C. C., esta última cuando el daño se produjo
como consecuencia de una actividad peligrosa. De consiguiente, la decisión En efecto, a raíz de un accidente de tránsito, una persona jurídica fue deman-
recurrida está jurídicamente mal motivada. dada por los familiares de la víctima de dicho accidente. Tratándose de daños
causados por un órgano de la persona jurídica en el ejercicio de una actividad
"Es sabido que cuando se trata de responsabilidad civil por culpa aquiliana peligrosa, era claro que ésta solo se liberaba con la prueba de una causa extraña.
solo cabe exonerarse de ella demostrando plenamente que el daño obedeció a Pero esta solución no es porque se trate de una persona jurídica, sino porque, en
fuerza mayor, caso fortuito o culpa exclusiva de un tercero o de la misma cierta forma, la responsabilidad por actividades peligrosas absorbe a las demás.
víctima. La Corte ha dicho en casos como el de que ahora se ocupa que la Esa causa extraña se exige tanto a la persona natural que ejerce la actividad, como
"entidad moral se redime de responsabilidad probando un hecho extraño (caso al civilmente responsable que compromete su responsabilidad indirecta por el
fortuito, hecho de terceros o culpa de la víctima)" (XCIX, p. 92). Al efecto hecho de la persona que está bajo su cuidado. Sin embargo, el fallo analizado
no basta con acreditar la simple ausencia de culpa del autor del daño"Isi. contiene dos párrafos confusos y contradictorios que no aplican las nociones ex-
plicadas en este párrafo y que son pacíficas dentro de una doctrina estructurada de
la responsabilidad civil. Veamos.

151 C. S. J., cas. civ., 30 junio 1979, La Ley, núm. 35 , p. 137. En un primer párrafo, la Corte afirma:
808 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTAACONTAACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 809

"9. Luego, no se puede, como lo el dos peJtgr~osas.El párrafo transcrito se aplica en la res·oorLsatnh~ctad
situaciones: frente al conductor y en relación con la sociedad demandada. el hecho ajeno o en la responsabilidad directa de las personas nua.u.lf.l~u....
Esta no se exime de responsabilidad porque aquel hubiera podido desempe- se causa mediante una actividad peligrosa.
ñarse con diligencia, sino solo por circunstancias configuratívas de fuerza
mayor o caso fortuito, intervención de un elemento extraño o culpa exclusiva 695.- Ahora, sí se recapitula un poco, observamos que las tres sentencias
las víctimas, factores que, como se ha visto, no hacen presencia en au- analizadas fallan demandas daños causados en el ejercicio de
tos" tsz. lígrosas y, por tanto, en ellas era jurídicas demanda-
debían establecer una causa extraña sí exonerarse. Pero esa causa
Obsérvese que el fallo retoma la tesis de la decisión de 30 de junio de 1962, extraña, según dijimos, debía romper el nexo entre la actividad
al exigir, en todo caso, la prueba una causa extraña.
y el daño de la mas no el nexo entre el y la pet·smla ~~'"'"""·"'"""
la (supra, l,
justificar doctrínaríamente sus considerandos, la Corte retoma un
de la misma corporación, en el cual se afirma
UUO.•VL.J,"-'Al de no
peligrosas, la jurídica solo se y, a
una causa extraña. lo stgLUeJnte: estaiJJ,ecc~r una causa extra-
la en
"Es como ha reiterado esta el no puede exone-
rarse la el daño con la sola demostración de lo
la doctrina jurisprudencia! ha "prueba de la diligen-
cia y como ya se cuanto con el tmict~JmLmten- "'"''''"'"'"'"'QUE AFIRMAN QUE A LAS PERSONAS JURÍDICAS SE LES APLICA
to ciertas máquinas se crea la inseguridad de los conciudadanos. Por el NO SOLO LA RESPONSABILIDAD DIRECTA CON CULPA PROBADA SINO TAMBIÉN
riesgo palmar que ofrecen, y por cuanto sería difícil, por no decir imposible, LOS OTROS TIPOS DE RESPONSABILIDAD DIRECTA
las víctimas una actividad peligrosa pudieran demostrar la negligen-
cia o el descuido, la jurisprudencia ha levantado a cargo del guardián de esas
máquinas, cual lo es el propietario que por sí o por medio otras personas
las explota, una presunción de culpa que solo puede desvanecerse con la ple-
na caso fortuito, de la intervención de un elemento extraño o de la
culpa exclusiva la víctima. Tal presunción, no se aniquila con solo
acreditar el de "diligencia y cuidado" (sent., 9 febrero 1976, no pu-
blícada)"153.

Leído de carrera, el argumento pat·eciera ser consecuente con el del primer


párrafo. ¡Pero no!

Es afirmar que en el asunto sub examine, la persona jurídica no se


libera sino con la prueba de una causa extraña, pero no porque se trate de una
IJ'-'""'"'"J'" jurídica, sino porque el se produjo en el ejercicio actividades

152 C. S. J., cas. cív., 27 marzo 1980, La Ley, núm. 40, p. 35.
153 Ibídem.
81 Ü JAVIER TAMAYO JARAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR EL HECHO DE UN TERCERO 811

sus actos se predican realizados por la persona moral, y directa de esta es la mas debe guiarse por otros derroteros 155 • Es justamente éste uno de los principales
responsabilidad que en dichos actos se origine, lo mismo cuando el daño se efectos de la doctrina según la cual la responsabilidad extracontractual de las per-
produce en el ejercicio regular de la función, que cuando solamente lo ha sonas jurídicas no es indirecta.
sido con ocasión de ella, siendo de advertirse que en el ámbito de la respon-
sabilidad por actividades peligrosas a que alude el artículo 2356 del C. C., Así las cosas, mientras no haya una norma especial que establezca un plazo
cimentada como es sabido en una culpa presunta que solamente destruye la de prescripción diferente, a las personas jurídicas se les aplicará, en caso de
intervención demostrada de una causa extraña, ese criterio de imputación a la responsabilidad extracontractual, la prescripción de diez años establecida en el
persona jurídica también trae consecuencias, puesto que si en ejercicio de artículo 2536 del Código Civil, modificado por el artículo 8° de la Ley 791 de
una de tales actividades el agente traiciona la función, su propia culpa no 2003 156 .
sería suficiente para destruir la que se presume respecto de la persona moral
en cuyo servicio se ocasionó el daño, y no siendo esto posible, uno y otra Ya hemos dicho por ejemplo (supra, T. I, 687 y ss.) que, en algunos casos
deben responderle directa y solidariamente al perjudicado, conservando esta excepcionales, a las personas jurídicas se les sigue aplicando la responsabilidad
última el derecho de repetir contra el primero" 154 • indirecta, en cuyo caso, de ser aceptada esta tesis que proponemos, la prescripción
seguiría siendo de tres años.
Inclusive los fallos comentados en los números inmediatamente anteriores
aplican, en el fondo, esas mismas soluciones (supra, T. I, 690 y ss.), solo que
incurren en la equivocación de afirmar que la persona jurídica únicamente se exo- 698.- EL DAÑO DEBE SER CAUSADO EN EJERCICIO O CON OCASIÓN
DE LAS FUNCIONES
nera mediante la prueba de una causa extraña.

En la responsabilidad civil de los patronos, personas naturales, por el hecho


En conclusión, la jurisprudencia colombiana tiene pacíficamente estable-
de sus dependientes, es preciso que estos actúen en el ejercicio o con ocasión de
cido que a las personas jurídicas no se les aplica la responsabilidad indirecta de
sus funciones. Este mismo criterio se aplica en la responsabilidad extracontractual
los artículos 2347, 2348 y 2349 del Código Civil, sino la responsabilidad directa
de las personas jurídicas por el hecho de sus órganos de dirección o de ejecución.
de las demás instituciones de la responsabilidad civil, sin limitarse únicamente a
Por tanto, remitimos al lector a todo lo que allí se dice (supra, T. II, 658 y ss.).
la responsabilidad con culpa probada del artículo 2341 del Código Civil.

699.- AUNQUE HAYA CULPA, SE PUEDE ACTUAR EN EL EJERCICIO


697.- PRESCRIPCIÓN DE LAS ACCIONES EN RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DE LAS FUNCIONES
CONTRA LAS PERSONAS JURÍDICAS

Pese a lo afirmado en los párrafos anteriores, conviene cuidarse de una con-


En la responsabilidad civil por el hecho ajeno del artículo 2347 del Código fusión que a menudo se presenta cuando se argumenta que cuando el órgano de la
Civil, las acciones contra el responsable prescriben en tres años. Ahora, como ya persona jurídica actúa culposamente, no compromete la responsabilidad civil de
esta institución no se le aplica a las personas jurídicas, salvo excepcionales casos la persona jurídica, puesto que ésta no tendría entre sus funciones los posibles
(supra, T. I, 687 y ss.), entonces la prescripción de las acciones contra éstas últi- comportamientos culposos de sus dependientes. Es decir, por el hecho de haber
actuado en forma culposa o dolosa, el órgano habría actuado por fuera de las
funciones que le habían sido encomendadas, ya que normalmente la persona jurí-
154 C. S. J., cas. civ., 20 mayo 1993, exp. 3573, magistrado ponente: Carlos Esteban
Jaramillo Schloss. En ese sentido, véase los siguientes fallos: C. S. J., cas. civ.,
31 octubre 1950, "G. J.", t. LXVIII, p. 493; C. S. J., cas. civ., 28 febrero 1958, "G.
J.", t. LXXXVII, p. 115; C. S. J., cas. civ., 20 febrero 1964, "G. J.", t. CVI, p. 126; C. 155 Véase C. S. J., cas. civ., 30 mayo 1994, exp. 3950.
S. J., cas. civ., 6 marzo 1964, "G. J.", t. CVI, p. 192; C. S. J., cas. civ., 20 mayo 156 C. S. J., cas. civ., 7 abril1943, "G. J.", t. LV, p. 258; C. S. J., cas. civ., 26 mayo
1993, exp. 3573; C. S. J., cas. civ., 18 septiembre 1990; exp. 3382. 1944, "G. J.", t. LVII, p. 370; C. S. J., cas. civ., 20 mayo 1993, exp. 3573.
812 JAVIER TAMAYO JAAAMILLO
LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTFIACTUAL POFI EL HECHO DE UN TERCERO 813

RESPONSABILIDAD SOLIDARIA DE LA PERSONA JURÍDICA Y DEL ÓRGANO


dica que actúa en forma lícita tiene comportamientos culposos
CAUSANTE DEL DAÑO
sus órganos. Ello significaría cada que el órgano actúa culposamente estaría
fuera de las y por tanto no habría responsabilidad de la
· En virtud del artículo 2344 del Código Civil, tanto la persona jurídica
coino su órgano causante daño a un tercero son solidariamente ...... "IIJV_.,,., ..-
de la indemnización de perjuicios se debe a este último. En conse-
embargo, tal montado en un o:!AT•o:!...-..:•
cuencia, el hecho de que la culpa del órgano sea la culpa de la persona jurídica
la responsabilidad de personas jurídicas nunca existiría, ya sí no derecho privado no libera de responsabilidad al funcionario causante
no hay responsabilidad salvo que se trate una responsabilidad daño. Lo que acontece es que la carga de la de la culpa puede ser
Y sí culpa, porque el órgano ...._..... ...,.....,.....,..,. En efecto, sí se trata
"""' .YUJ.J<UVpor es claro que la
se pruebe la culpa
fC:S·PU'llSi:llDHlUi:llU CÍVíl por
la per·sorta

RECURSO DE LA PERSONA JURÍDICA PARA REPETIR CONTRA EL ÓRGANO


CAUSANTE DEL DAÑO

paga una indemnización el comportamiento de


contra éste 157 steltn1Jlre haya una La teoría de jurídicas tam-
importa este haya es aplicable a la forma, se aplican los
estaba bajo la guar- mismos derroteros que personas jurídicas
derecho privado. y la doctrina nacionales bus-
cado a largo del siglo deslindar la responsabilidad del Estado de la responsabi-
civíl, razón la los marcan algunas ..u ........ ...,,........,....
En la persona jurídica podrá por la totalidad de pagado a
la víctima, a menos el sea tm·put:abJLe a la de varios órganos de la que es bueno tener en cuenta.
persona en cuyo caso aquel de órganos contra los cuales se la
En ese sentido, el
de responsabilidad

157 C. S. J., cas. civ., 20 mayo 1993, exp. 3573. 158 Javier Tamayo Jaramíllo, La responsabílídad del Estado, Temis, 1997.
814 JAVIERTAMAYOJARAMILLO

Dicho libro analiza también las responsabilidades objetivas del Estado. Es-
peramos, en ediciones posteriores, completar el estudio de las otras instituciones
de la responsabilidad del Estado, incluido, desde luego, el concepto de falla del
servicio.

703 a 802 Reservados.

PARTE TERCERA

RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS


Y POR ACTIVIDADES PELIGROSAS

803.- INTRODUCCIÓN

En la responsabilidad por el hecho propio (culpa probada) y en la responsabi-


lidad por el hecho ajeno (culpa presunta) la culpa, innegablemente, es factor de-
terminante y necesario para que dicha responsabilidad se configure. Distinta es la
situación en lo relativo a los daños causados con cosas o mediante el ejercicio de
actividades peligrosas.

En efecto, los grandes cambios tecnológicos y la masificación de la máquina


han generado una siniestralidad enorme, incapaz de regirse por los principios clá-
sicos de la responsabilidad basada en la culpa. De allí que, de una manera u otra,
los diversos ordenamientos jurídicos hayan establecido regímenes de responsabi-
lidad en los cuales la víctima no tiene que establecer la culpa del demandado y en
los que este tampoco se puede exonerar probando ausencia de culpa, es decir,
diligencia o cuidado.

Ha sido una evolución difícil no solo desde el punto de vista conceptual y


filosófico, sino también desde el punto de vista de los intereses económicos en
juego.

804.- RESPONSABILIDAD CIVIL Y SEGURIDAD SOCIAL

En ese afán de proteger a las víctimas de los daños causados con cosas o con
actividades peligrosas, el legislador, dependiendo de cada país en particular, ha
establecido dos sistemas.

De un lado, en algunos casos especiales, los países de mayor desarrollo eco-


nómico han establecido regímenes de seguridad social de indemnización auto-
mática, como ocurre en algunas legislaciones con los daños causados por accidentes
816 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

de trabajo o enfermedad profesional o con los daños derivados de la circulación


de automotores o actos de terrorismo. En tales circunstancias, el concepto de
responsabilidad civil desaparece por completo y la siniestralidad es sufragada CAPÍTULO I
mecanismos solidarios de socialización de riesgos. Se trata de indemnizaciones
von 11 """14.., 1rnTn GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL
automáticas asumidas generalmente por el Estado o por instituciones privadas
POR EL HECHO DE LAS COSAS
con control estatal.

Ahora, cuando ello no es posible, los ordenamientos jurídicos continúan afe- Ha sido Francia el país donde se ha desarrollado con audacia y
rrados al principio de la responsabilidad civil, pero de forma tal que el demandado la responsabilidad objetiva de las cosas como
solo se exonere demostrando una causa extraña (infra, T. I, 855 y ss.). Se dice, la cual de la evolución de la
generalmente, que en estos casos se trata de una responsabilidad objetiva. Algu-
nos, sin embargo, continúan aferrados a la idea culpa y afirman que en estos
una presunción de culpabilidad no se con la
prueba la culpa. Según se las soluciones prácticas
seguirán siendo filosóficos en tribunales
se
SECCIÓN el
y
PLAN

Para alcanzar ese probatorio en forma ss.;


tal que éstas no tengan que probar la causante
causados con cosas o con peligrosas, los ordenamientos
jurídicos han acudido a mecanismos jurídicos de naturaleza diversa.

En efecto, algunos tienen establecido un principio general de respon- Economíca; y


sabilidad civil por el hecho las cosas (cap. I); en otros ordenamientos como el y Droít civil. Les oblígatíons, vol. I,
unnc1o10 general responsabilidad civil por actividades aro~onnJer. Droít civil. Les obligatíons, 4,
peligrosas (cap. adicionalmente, todos los ordenamientos jurídicos Droít civil. Les oblígatíons, 3eme ed.,
normas relativas a casos de responsabilidad por el hecho de
las cosas, como ocurre, la ruina de
edificios o en la derivada por los animales o por los productos
defectuosos (cap. III). SUB SECCIÓN

INTRODUCCIÓN

ser mante:mcto
--A--~A~, de acuerdo con el cual el aetnatiaame
818 JAVIER TAMAYO JARAMILLO PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 819

imputa al demandado. Por consiguiente, en los artículos 1382 y 1383 del Código 810.- "DESCUBRIMIENTO" DEL ARTÍCULO 1384 DEL CóDIGO DE NAPOLEÓN
de Napoleón se consagra la responsabilidad civil extracontractual o aquiliana y
queda como fundamento filosófico de la responsabilidad el dolo o la culpa. Este El artículo 1384 del Código Civil francés es la norma que ha permitido a las
principio general sería desarrollado por los artículos 1384 a 1386 inclusive del do9trinas francesa y belga elaborar toda la teoría de la responsabilidad presunta
Código Civil francés. por el hecho de las cosas. Dicho sea de paso, el Código Civil belga es igual al
francés, lo cual permite que en los dos países, la doctrina y la jurisprudencia se
impliquen mutuamente.
809.- EvoLucióN
Corresponde a LAURENT el haber sido el primero en plantear la posibilidad de
Pero a partir del advenimiento del maquinismo, las fuerzas técnicas comen- que el artículo 1384 del Código Civil francés constituyera un principio diferente
zaron a desarrollarse y mientras los daños aumentaban considerablemente, las al que aparecía consagrado como norma general en la responsabilidad directa con
víctimas se veían desprotegidas, ya que casi siempre el demandado resultaba ab- culpa probada de los artículos 1382 y 1383 del mismo Código 2 •
suelto ante la dificultad de probarle la culpa. Comenzaba así la más asombrosa
especulación conceptual que aun hoy día no alcanza a resolver muchos de los
cruciales problemas a que conduce el sentimiento de equidad, cuyo fin es dar a las 811.- UNA TEORÍA DESCARTADA
víctimas medios para que se les indemnice por los daños sufridos. La técnica
comenzó su avance desmedido y lo que en principio no era más que eljuzgamiento De otro lado, y por esa misma época, se intentó aplicar la responsabilidad
por la responsabilidad de la actividad casi siempre directa de las personas, pasó a civil por la ruina de los edificios a aquellas cosas que se consideraban inmuebles
convertirse en un mundo complejo donde las actividades y los derechos de los por adherencia o por destinación, posibilidad que era muy estrecha, ya que mu-
unos se interfieren con los bienes de los otros. JossERAND resumía así su concepto chas veces las cosas que producían daño no podrían considerarse como inmuebles
sobre la responsabilidad civil: por adherencia. Esta teoría fue rápidamente descartada por la jurisprudencia y la
doctrina3 •
"No hay en el mundo actual nada más complejo y más viviente: bajo la ac-
ción de la vida moderna, siempre más mecánica y siempre más intensa, la
Posteriormente, SAUCET y SAINCTELETTE realizaron un primer esfuerzo que
responsabilidad tiende a ocupar el centro del derecho civil, es decir, del dere-
permitiera, en forma general, invertir la carga de la prueba, de tal modo que en
cho en su totalidad; en cada materia, en todas las direcciones, siempre termi-
los accidentes de trabajo no fuera necesario probar la culpa del patrono cuando
namos en ella, en el derecho público como en el derecho privado, en el do-
los instrumentos de trabajo produjeran algún daño. La teoría consistía en consi-
minio de las personas como en el de los bienes; en todos los instantes y en
derar que los accidentes de trabajo comprometían jurídicamente la responsabi-
todas las situaciones, se convierte en el punto neurálgico común a todas las
lidad civil contractual, ya que el patrono tenía, frente al trabajador, una obliga-
instituciones" 1•
ción de seguridad y de resultado según la cual se debía devolver al trabajador
sano y salvo a su hogar. En este caso, el patrono solo se liberaría demostrando
Planteado así el problema de la dificultad probatoria, se fue decantando por
una causa extraña 4 • Esta teoría no tuvo ninguna aceptación en la jurisprudencia,
medio de la doctrina y la jurisprudencia el criterio de acuerdo con el cual, en
puesto que violaba la esencia de esta responsabilidad, ya que ella no podía arbi-
ciertos casos, la víctima no está obligada a probar la culpabilidad de quien le
causó el daño. Casi tantas teorías como autores nos obligan a efectuar un rápido
bosquejo de la evolución doctrinal y jurisprudencia! de los derechos francés y
belga al respecto. 2 Laurent, Príncipes du droit civil fram;ais, T. XX, núm. 639; citado por Mazeaud-
Tunc-Chabas, ob. cit., t. 11, núm. 1141.
3 Roger Dalcq, ob. cit., t. 1, núm. 189; Weill y Terré, ob. cit., núm. 687, p. 7.57; Flour
y Aubert, ob. cit., núm. 738, p. 264.
Citado por Roger Dalcq, ob. cit., t. 1, núm. 22. 4 Roger Dalcq, ob. cit., ibídem; Flour y Aubert, ob. cit., ibídem.
820 JAVIER TAMAYO JARAMILLO PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 821

""..,".·'""'"-'"'U''"' aparecer convertida de la noche a la mañana en una resvoJnsa.bt- legal, cumpliera la finalidad "1~,,............. por la jurisprudencia y la doctrina contem-
lídad contractual, cuando en verdad no era más una responsabilidad poráneas.
extracontractual.

En 1897, SALEILLES y JossERAND iniciaron el despegue definitivo SussECCióN 11.- Teorías


ponsabilídad civil por el hecho de las cosas del artículo 1384 de la res·polllsal)ilt4rlad
La explosión de una caldera llevó a la Corte Casación tratlce¡;a
sagrar, por vez, la teoría la responsabilidad civil por el 813.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
cosas contemplada en el artículo 1384 del Código Civil'.
espíritu que orientó a los redactores del Código Napoleón fue el de
en 1898, se consagró legalmente la responsabilidad hacer descansar toda la responsabilidad civil sobre la filosofía la culpa; acorde
u .... .., .. ,v. Como lo el el demandante probar la negligencia o dolo en la conducta del
1
n1" 'rn""'." comenzaba" 6• aetnattaaao. Estos subsistido desde entonces en de respon-
""IIJJU.J.U~a.u directa con culpa probada de los artículos 1382 y 1383 Código Civil
FUNDAMENTACIÓN LEGAL ~~~~.~--V (C. col., art. 2341). embargo, la cuestión no es así de simple en la
responsabilidad por el las cosas. En efecto, la evolución de la jurispru-
P""""JU....... u...., que la víctima no deba falta en cabeza
como es obvio, tmuta.mt:mt4l<.ta
uu· iniciar toda la
1 o:!i'•H:!
demandado y, lo que es más grave para el agente, no le p'I.'.II-UUI~"'
que no pues se libera de una causa
extraña.

la víctima no probar la culpa del demandado, sí este no de-


ha actuado ¿cuál será entonces la fundamentación
..........J'"''·J.I.... .., .... y teleológíca la responsabilidad por el hecho de las
bien hay en la responsabilidad directa descansa en el
turaaamento de la culpa, la divergencia es enorme, y son numerosas teorías
en con el de la responsabilidad por el hecho de las cosas
en el derecho francés. Para unos, el criterio debe primar es el del sím-
"""i'""""'''"'... ''v patrimonial, con prescindencia de todo elemento subjetivo; para
creación de una actividad riesgosa es base suficiente para obligar a
la a indemnizar los daños producidos con ella; hay quienes creen
cabalgando el fundamento de la culpa, mientras que otros
5 Saleílles, Les accídents du travaíl et la responsabílíté cívíle, 1887; Louís Josserand, garantizar a los demás el ejercicio y respeto
Cours de droít cívíl, t. 11, núms. 513 y 523; Sala de casación del6 de junío de 1896.
Citado por René Savatíer, Traíté de la responsabílíté cívíle en droít tran9aís, t 1,
París, L G. D. J., 1951, núm. 328; Flour y Aubert, ob. cit., núm. 739.
6 René Savatier, Traíté ... , t 1, núm. 327; Flour y Aubert, ob. cit., ibídem. el momento, en este capítulo analizaremos principales cornerrces
7 Mazeaud·Tunc-Chabas, Traíté ... , t 11, núm. 1143. han de el planteado; una vez fijado este...,.......,. .,.... ...,
8 Sobre el método interpretativo utílízado en el artículo 1384 del Códígo Cívil fran- fico cosas, entraremos a estudiar aque-
cés, véanse: Jacques Ghestín y Gil les Goubeaux, Droít cívíl. lntroductíon, París, L
G. D. J., 1977, núm. 151; Marty et Raynaud, Droít cívíl. Les oblígatíons, t. 1, vol. 1, responsabilídad, es el dichos
núm. 176; Flour y ob. cit., núm. 739.
822 JAVIER TAMAYO JARAMILLO PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 823

1.- Teoría del riesgo El desenvolvimiento doctrinal ha permitido el surgimiento de teorías que
tratan de explicar cuál es el riesgo que debe originar la responsabilidad y cuál es
814.- TEORÍAS QUE ENTRAN EN ESTA NOCIÓN la posibilidad de que la culpa y el riesgo puedan coexistir. De una parte, algunos
autores sostienen que la fundamentación de la responsabilidad está basada en el
Bajo el nombre de la teoría del riesgo 9 podemos englobar todas aquellas riésgo-provecho 11 y, en consecuencia, "es normal, inclusive conforme a la regla
doctrinas que, en forma total o parcial quieren prescindir del concepto culpa moral, que el que tenga el provecho de una actividad soporte como contrapartida
como elemento integral de la responsabilidad. De todas maneras, es necesario la carga de los daños que del riesgo se deriven: allí donde hay ganancia, también
distinguir entre la responsabilidad puramente objetiva y la responsabilidad por hay carga" 12 .
riesgo. La primera prescinde de cualquier elemento subjetivo que pueda estar
Esta teoría recibió algunas críticas en el sentido de que había una serie de
en cabeza de quien causó el daño. Circunstancias psicológicas, económicas o
actividades no lucrativas que debían tenerse en cuenta para efectos de indemnizar
externas de cualquier índole no tienen influencia para efectos de la responsa-
a las víctimas sin que éstas tuvieran que probar la culpa del causante del daño
bilidad civil. Probado el vínculo causal entre agente y daño, se produce la res-
(caso de los accidentes automoviliarios). Esto hizo que se ideara la teoría del
ponsabilidad; simplemente se procura equilibrar los patrimonios de víctima y
agente responsable. En cambio, la teoría del riesgo trata de prescindir de la idea
riesgo creado. De acuerdo con ella, todo el que cree un riesgo, independientemen-
te de su provecho, debe reparar los daños que surjan de la actividad riesgosa; se
de culpa, pero se acude al correctivo del riesgo creado o del riesgo-provecho, lo
trataba en esta forma de resolver las objeciones que se hacían a la teoría del ries-
que en cierta forma es una limitación de la responsabilidad objetiva. La teoría
del riesgo y la responsabilidad objetiva solo tienen en común el hecho de pres-
go-provecho13.
cindir de la idea de culpa como fundamento filosófico de la responsabilidad.
Pero, como veremos en seguida, la teoría del riesgo sigue considerando elemen- 816.- CONSIDERACIONES SOBRE LA TEORÍA
tos subjetivos dentro de su concepción de la fundamentación de la responsabili-
dad civil. Sea que se adopte la teoría del riesgo creado o la del riesgo-provecho, algu-
nos autores han sido más radicales que otros en cuanto a considerar al riesgo
como fuente única de responsabilidad civil o a permitir la convivencia de la idea
815.- PRINCIPALES IDEAS SOBRE LA TEORÍA DEL RIESGO de culpa con la del riesgo. RENÉ SAv ATIER es uno de los autores que más vivamen-
te ha defendido esta teoría mixta. Cuando analiza la primacía de la falta sobre el
Hecha la anterior aclaración, veamos muy sucintamente, las principales ideas riesgo, dice:
esgrimidas por la teoría del riesgo.
"La responsabilidad fundada sobre el riesgo, al contrario, reposa exclusiva-
Toda actividad que crea para otro un riesgo hace a su autor responsable del mente sobre un equilibrio material, conforme a una idea de equidad impersonal.
daño que pueda causar, sin que sea necesario establecer si ha habido o no falta de Sustituirla sistemáticamente por la responsabilidad fundada sobre la culpa,
su parte. sin respetar la primacía de esta última, sería el triunfo de la materia sobre el
espíritu" 14 .
"La teoría del riesgo parece fundamentarse sobre una idea de justicia; por su
actividad, el hombre puede procurarse un provecho; es justo que, como con-
trapartida, este repare los daños que causa" 10 •
11 Saleilles, ob. cit., p. 117; Louis Josserand, De la responsabílíté du faít des choses
ínanímées, citado por Roger Dalcq, ob. cit., t. 1, núm. 190.
12 Boris Starck, ob. cit., núm. 44.
9 Aceptan la teoría del riesgo: René Savatier, Traíté ... , t. 1, núm. 326, y Comment 13 René Savatier, Traíté ... , t. 1, núms. 326 y ss. y Comment repenser la conceptíon
repenser la conceptíon fram;aíse actuelle de la responsabílíté cívífe· Louis Josserand fran9aíse actuelle de la responsabílíté cívíle, p. 4.
ob. cit., t. 11, núms. 513 y 523. ' ' 14 René Savatier, Traíté ... , núm. 280; en el mismo sentido Ripert, en el prefacio al
10 Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 7. T~atado de Savatier, p. VIII.
824 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 825

es la siga la respo11tsa-
bílídad y, en casos en que no obre la ser el riesgo el
El histórico del surgió la teoría y la finalidad ous:ca,ta por sus que de fuente jurídica a la obligación índemnízar18 •
autores puede resumirse en los siguientes elementos:

1) El auge del positivismo filosófico, todo en el rt"'"'''Q'"'.,, ....


penal y basaba toda la responsabilidad jurídica independientemente
de la libertad humana, llevó a sostener la idea según la el derecho todo, en del riesgo ha dado lugar a la consagración legal
privado no debía regular la actividad de las personas sino el equilibrio a1gumas instituciones de responsabilidad civil sin Entre estas leyes po-
patrimonial de los ciudadanos. contar la 9

2) Como consecuencia del primer argumento, la


ya el

3)
cho cot~omltnatto renarem«JS
esta

APLICACIÓN DE LA TEORÍA DEL RIESGO EN


11.- Teoría de la falta en la guarda

La doctrina francesa 16 ha rechazado en ocasiones la teoría CONCEPTOS


go y parece ser, según algunos autores, que nunca la admitido los tniJUlltal~~s
aquel país en relación con el Código Civil 17 • argumento pnnctpal
rechazo es el de el texto del Código Civil
y no en la de riesgo. aer·ecr1o c4:mt1lnetttal exige
que
En efecto, el artículo 1382 del Código Civil francés habla exp1res;amemte otra parte
concepto falta (jaute), como elemento filosófico la responsabilidad. Sin em- y
bargo, algunos autores siguen fieles a la teoría del riesgo, entre ellos SAVATIER,

15 Roger Dalcq, ob. cít, t. 1, núm. 192.


16 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 350. 18 René Savatier, Traíté ... , t. 1, núms. 274 y ss., y Comment repenser... , pp. 3 y ss.
17 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traíté ... , t. 1, núm. 362. Sin embargo, hay autores que 19 Sobre la influencía de la teoría del ríesgo en la legíslación francesa, véanse: Flour
sostienen que la teoría sí ha sido aplicada por la jurisprudencia: Alex Weill y Franc;oís y Aubert, ob. cit., núm. 576; Marty y Raynaud, ob. cít, núm. 373; Alex Weíll y
Terré, ob. cit., p. 668; Flour y Aubert, ob. cit., núm. 576; Marty y Raynaud, ob. cit., Franc;oís Terré, ob. cit., núm. 594.
núm. 732; André Tune, La responsabílíté cívíle, París, Edít Economíca, 1981, p. 20 René Rodíere, La responsabí/íté delíctuelle dans la jurísprudence, París, líbraíríes
151. Techniques, 1978.
826 JAVIER TAMAYO JARAMILLO PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 827

la elaboración de la teoría de la culpa en la guarda, doctrina que libera a la vícti- Hl- Teoría de la garantía
ma de la obligación de probar una negligencia en cabeza del guardián de la cosa,
manteniendo la idea de culpa21 • De acuerdo con esta teoría, la responsabilidad 822.- ANÁLISIS PREVIO
civil por el hecho de las cosas está fundamentada en una obligación de resultado
El profesor BoRIS STARCK presentó en 1947 una tesis sobre la responsabilidad
o determinada, obligación que comprende la responsabilidad por el hecho de las
civil fundamentada en las ideas de garantía y de culpa. Su punto de vista fue
cosas o de los animales. El simple hecho de violar la obligación constituye, en sí
desarrollado por dicho autor en trabajos posteriores que han sido sistematizados
mismo, una falta.
en su obra Droit civil, Obligations 23 • Tal doctrina la han acogido algunos autores
contemporáneos, entre ellos PHILIPPE LE TouRNEAu24 • En forma sumaria tratare-
En su Tratado, MAZEAUD-TuNc-CHABAS exponen así su punto de vista:
mos de tocar los lineamientos principales de esta teoría.
"La mayor parte de los autores que se pliegan hoy día a la teoría de la falta en
la guarda, responden de la siguiente manera: la obligación legal consiste en 823.- ÜPINIÓN DE STARCK Y OTROS CONCEPTOS
impedir que la cosa cause un daño; como consecuencia, cada vez que haya
Según el profesor STARCK, la discusión entre la teoría del riesgo y la de la
daño causado por la cosa, hay incumplimiento de la obligación legal de la
culpa es un falso dilema debido a que el problema ha sido mal planteado, ya que
guarda ... La obligación consiste verdaderamente en guardar la cosa, es decir,
tanto la una como la otra solo han mirado el problema desde el punto de vista
en impedir que la cosa escape al control material del hombre. Así, cada vez
subjetivo del agente que causó el daño. A este respecto agrega:
que la cosa escapa al control material de su guardián, a la dirección en senti-
do material, este ha faltado a su obligación" 22 • "Esta manera de razonar es incompleta, porque omite el punto de vista de la
víctima. Ahora, por hipótesis, la víctima del daño ha sufrido un atentado a
821.- CRÍTICA FINAL SOBRE ESTA TEORÍA sus derechos. Cada uno tiene derecho a su vida y a su integridad corporal así
como a la de sus allegados, a la integridad material de los bienes que le per-
tenecen, y, más generalmente, a su seguridad material y moral. Esos dere-
La teoría de la guarda confunde el daño con la culpa y en ese sentido la falta
chos, es cierto, no son definidos y consagrados expresamente por la ley, pero
pierde su esencia subjetiva para pasar a depender de resultados exteriores aleatorios.
no se podría desconocer su existencia sin negar los imperativos elementales
Si se considera que la culpa es un elemento psicológico interno del individuo, el
de la vida social".
daño será independiente de su existencia y en consecuencia no será indicativo de
que la culpa existió. Siendo consecuentes, la culpa debe existir con daño o sin él. Luego se pregunta:
Otra cosa es que se diga que probado el daño se presume la culpa, pues este ya es
un problema probatorio susceptible de aplicación jurídica. Pero los MAZEAUD no "Si esos derechos existen, ¿no deben ellos ser protegidos, es decir, garanti-
hablan de presunción sino de culpa probada que solo nace al momento de ocurrir zados por el derecho? Y los daños que uno sufre por el hecho ajeno: heridas,
el daño. Es necesario, pues, distinguir entre culpa presunta a partir del daño, teo- muerte, destrucción de objetos, etc., ¿no son también atentados a esos dere-
ría que aceptamos, y culpa automática consistente en haber causado el daño. Si se chos? Ahora, el atentado a un derecho protegido es una razón suficiente para
aplica esto último, desembocaríamos en que la responsabilidad objetiva sería una pronunciar una sanción. Esta sanción no es otra que la obligación de reparar,
responsabilidad culposa puesto que ocurrido todo daño habrá que predicar la cul- es decir, la responsabilidad de quien ha causado el daño, si en esa forma
pabilidad del agente. Llegar a tal extremo sería desdibujar toda la discusión de la atenta contra los derechos del otro" 25 •
teoría de la culpa como fuente de la responsabilidad.

23 Boris Starck, Droit civil. Obligations, núms. 58 y ss.


21 Mazeaud, en Revue Trimestrielle du Droit Civil, 1925, pp. 793 y ss. 24 Philippe le Tou~neau, ob. cit. En el mismo sentido pero con algunas reservas, Flour
y Aubert, ob. crt., vol. 2, p. 94 y André Tune, ob. cit., pp. 153 y ss.
22 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núms. 1313 y ss. Sobre críticas a esta teo-
ría, consultar Boris Starck, ob. cit., núms. 58 y ss. 25 Boris Starck, ob. cit., núm. 59.
828 JAVIER TAMAYO JARAMILLO PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 829

Después de invocar algunas doctrinas y decisiones de la jurisprudencia, el "Así se delinea la gran división de los daños sobre la cual reposa la teoría de
autor sostiene que su teoría no propone un nuevo régimen de la responsabilidad la garantía. De una parte, los daños corporales y materiales, que son garan-
civil sino que, simplemente, "ella rinde cuenta del estado actual de la jurispruden- tizados objetivamente, sin que se exija la prueba de la culpa del responsable.
cia y la legislación" 26 . De otra parte, los daños de naturaleza puramente económica o moral, independien-
temente de todo atentado corporal o material, los cuales no son garantizados
Ahora bien, cuando STARCK explica en detalle su teoría advierte que la culpa en principio, porque ellos son la consecuencia normal, necesaria inclusive,
conserva en algunos casos su calidad de fuente necesaria de la responsabilidad del ejercicio de actuar y de dañar que posee el autor del daño ... La teoría de
civil. La garantía y la culpa son, pues, los dos pilares en que reposa la obligación la garantía explica así a la vez la existencia de una responsabilidad sin falta
de reparar. El autor explica en qué casos entra en juego la teoría de la garantía y (para los daños corporales y materiales) y, la de una responsabilidad donde la
en cuáles la de la culpa. falta continúa siendo exigida para que el autor del daño sea condenado (da-
, .
ños puramente econom1cos o puramen t e mora1es )"28 .
La teoría de la garantía sería aplicable a todos aquellos casos en que el daño
consista en atentados contra la integridad corporal y material del perjudicado y en Cuando entremos a estudiar la responsabilidad civil por el hecho de las cosas
los cuales el causante del daño no tiene derecho a perjudicar; en cambio, la teoría en el derecho colombiano, tendremos oportunidad de emitir nuestro concepto so-
de la falta se aplicaría en aquellos casos en que la actividad, por dañina que sea, es bre los aciertos y desaciertos de esta teoría. Por el momento, bástenos recalcar que
en principio justificada por el orden jurídico. Desde el instante en que exista culpa esta doctrina ha tenido un cierto éxito entre los comentadores franceses. Así, PHILIPPE
en el ejercicio de ese derecho a dañar, no es ya la teoría de la garantía la que se LE TouRNEAU acoge los principios acá señalados y cuando trata de restaurar el
aplica, sino que la falta es la que justifica jurídicamente la responsabilidad del concepto de culpa como fundamento de la responsabilidad civil, se expresa en los
agente. Dice STARCK:
siguientes términos:
"Es evidente que la ausencia de responsabilidad que se deriva del derecho de
"Por eficaz que pueda ser esta restauración de la culpa, ella parece sin embar-
dañar, en ciertos casos, no exista sino cuando ese derecho ha sido ejercitado
go insuficiente, aun en la medida en que ella es tributaría del seguro; más
correctamente dentro de los límites que lo justifican: la competencia comer-
exigentes, nosotros queremos una restauración íntegra. El sistema al que nosotros
cial no es fuente de responsabilidad, salvo si ella es desleal. El ejercicio de
adherimos está fundado sobre la falta: es el sistema principal. Pero él re-
las vías judiciales no compromete la responsabilidad del litigante, salvo si
quiere estar aparejado de un sistema complementario, anexo, de garantía ...
este actúa por el gusto de pleitear o si actúa cometiendo errores groseros. La
Es posible contemplar la garantía auténtica limitando, sea a ciertas causas del
crítica literaria no es fuente de responsabilidad, salvo si ella es tendenciosa.
daño, sea a ciertos daños" 29 .
La huelga no justifica ninguna condenación pecuniaria, salvo si ella es irre-
gular. La ruptura de un concubinato o de una promesa matrimonial puede ser Al respecto debemos decir que todo el avance doctrinal y jurisprudencia!
fuente de responsabilidad civil si ella se hace en condiciones infames. Dicho francés de la responsabilidad civil por el hecho de las cosas hace más pesada la
de otra manera, siempre que una falta se encuentre en el origen de esos da-
ños, el autor de esta debe repararla. Esto proviene de que ningún derecho de
actuar autoriza para hacerlo culposamente. Desde que la actividad dañina sea
culposa, el atentado a los derechos de otro es necesariamente ilícito, y justi- 28 Starck, ob. cit., núms. 69 y 73.
fica la obligación de reparar" 27 • 29 Philippe le Tourneau, ob. cit., núms. 37 y 42. André Tune acepta parcialmente la
teoría de Starck, pero haciéndole algunas objeciones. Dice: "Desde un punto de
vista teórico, la distinción entre los diferentes daños a los cuales un CIUdadano
Resumiendo su punto de vista sobre la fundamentación de la responsabilidad
está expuesto, se apoya sobre una fundamentación dudosa; ¿por q~~ ~1 ~u.erpo de
civil, STARCK manifiesta: una persona debe ser protegido y no su honor?" (La responsabJ!Jte CJVIIe ... , p.
154). Al final del comentario, Tune expresa: "Así, sin presentar tal vez toda la
sofisticación necesaria, la teoría de B. Starck procura a lo menos un exce.l~nte
cuadro filosófico que permite pensar en un derecho moderno de la responsab11id~d
26 Starck, ob. cit., núm. 73. civil" (ob. cit., p. 155). Aceptan la teoría de Starck, con cie~tas r,eservas, Alex We1ll
27 Starck, ob. cit., núm. 72. y Frangois Terré, ob. cit., núm. 596; Flour y Aubert, ob. c1t., num. 587.
830 JAVIER TAMAYO JARAMILLO PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 831

carga probatoria del demandado, partiendo de la base de que el agente esté asegu- culposa de ella, entre la fuerza mayor y el caso fortuito, entre la guarda material y
rado; en esta forma, los riesgos se diluyen entre la sociedad, ya que el valor del la guarda jurídica, ha sido tarea decantadora y bella de la jurisprudencia y la doc-
seguro se imputará al costo de las actividades; ello permite que ni la víctima ni el trina. A título de previa información queremos reproducir muy brevemente im-
causante del daño se vean arruinados por un accidente 30 • portantes sentencias de la Corte de Casación francesa que han permanecido casi
cOn la fuerza de un derecho escrito y que son en la actualidad la fuente interpretativa
Semejante criterio no lo ha tenido en cuenta muchas veces el derecho colom- de las responsabilidades presuntas en el derecho francés. Cuando estudiemos la
biano y es así como, en determinado momento, un transportador o cualquier per- responsabilidad civil por el hecho de las cosas en el derecho colombiano y la
sona responsable de una actividad peligrosa puede resultar arruinada económica- responsabilidad por actividades peligrosas ejercidas con cosas veremos cómo al-
mente por no tener seguro de responsabilidad civil, y tener en contra de sí toda la gunos de estos principios son aplicables a nuestro ordenamiento jurídico. Por el
carga probatoria de la responsabilidad. Esto demuestra a las claras la necesidad de momento, hagamos ese análisis breve al que ya hemos aludido.
llevar a la práctica una legislación sobre seguros obligatorios en tal forma que se
socialicen los riesgos. A medida que vayamos transcribiendo los considerandos más importantes de
estas sentencias, iremos mostrando el profundo significado y variada interpreta-
A continuación enunciaremos algunos problemas genéricos que se presentan ción que de ellos han dado los autores y los tribunales. No obstante, llamamos la
en cuanto a las condiciones de aplicabilidad en Francia de la responsabilidad por atención en el sentido de que solo en el momento de entrar en el análisis de la
el hecho de las cosas. La evolución de la jurisprudencia al respecto ha sido verda- evolución doctrinal podremos detallar el alcance de estos fallos; por ahora, bástenos
deramente sorprendente, lo cual obliga al análisis de los fallos que más importan- señalar sus lineamientos generales.
cia han tenido en esta construcción. El estudio somero de algunas sentencias será
el tema del siguiente capítulo. 825.- PRIMERA ETAPA

III.- Problemas de interpretación


SuBSECCIÓN
Para que haya responsabilidad por el hecho de las cosas se requiere que el
de la civil por el hecho de las cosas daño se haya producido por un vicio interno de la misma. Hasta 1896, toda la
en el derecho francés y las soluciones dadas por la jurisprudencia31 responsabilidad civil se movía, como ya lo hemos dicho, sobre la base de la res-
ponsabilidad civil con culpa probada de los artículos 1382 y 1383; sin embargo, la
Corte de Casación francesa, a partir de la fecha citada, tuvo oportunidad de consa-
INTRODUCCIÓN
grar la responsabilidad civil por el hecho de las cosas cuando el daño se ha produ-
cido por un vicio interno; la presunción no existe tal y conforme la conocemos
El artículo 1384 del Código de Napoleón es lacónico, lo cual ha obligado a la
hoy día, pero, por lo menos, el hecho de probar un vicio interno hace presumir la
doctrina y a la jurisprudencia a elaborar construcciones lógicas que permitan cum-
falta del demandado.
plir la finalidad pretendida con el descubrimiento del principio de la responsabili-
dad por el hecho de las cosas que se tienen bajo la guarda. Distinguir entre el he- Los hechos. Una de las máquinas de un remolcador explotó debido a un vicio
cho del hombre y el hecho de la cosa, entre la cosa en movimiento y la cosa inerte, de construcción y causó la muerte a una de las personas que se encontraban a
entre la cosa activa y la cosa pasiva, entre el vicio interno de la cosa y la ausencia bordo. Entrando a decidir el recurso interpuesto, manifestó la Corte:
de vicio, entre la guarda alternativa y la guarda acumulativa, entre la causa extra-
ña y la simple ausencia de falta, entre la culpa de la víctima y la actividad no "Considerando que el fallo atacado constató [sic] soberanamente que la ex-
posición de la máquina del remolcador a vapor 'María' que causó la muerte
de Teffaine se debió a un vicio de construcción; que en los términos del
artículo 1384 del C. C. francés esta constatación [sic], que excluye el caso
30 Sobre este punto, véase René Savatier, Traité ... , núm. 14 y Jacques Ghestin, Genevieve
Viney, ob. cit., t. IV, pp. 21 y ss. fortuito y la fuerza mayor, establece frente a la víctima del accidente la res-
31 Sobre este punto puede verse la interesante obra de René Rodiere, La responsabilité ponsabilidad del propietario del remolcador, sin que este pueda sustraerse de
delictuelte dans la jurisprudence, Paris, Librairies Techniques, 1978. ella, ya sea probando la falta del constructor de la máquina, o bien el carácter
PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 833
832 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

quina; que este no puede entonces sustraerse a las responsabilidades aca-


oculto del vicio incriminado; de donde se deduce que, condenando a Guissez
rreadas por el incendio, sino a condición de establecer, de una parte, que la
y Cousin, propietarios del remolcador 'María', a pagar daños y perjuicios
máquina no estaba bajo su guarda o la de sus dependientes cuando el sinies-
a la viuda y a los hijos de Teffaine, el mencionado fallo, entre otras co-
tro estalló, o que, de otra parte, este proviene de caso fortuito, de fuerza
sas motivado, no ha violado ninguno de los artículos mencionados en el re- . - "33 .
curso"32. mayor, o de cua1qmera otra causa ext rana

Si bien este fallo manifiesta que la única forma de exoneración es la causa


826.- SEGUNDA ETAPA extraña o la prueba de que no se tenía la guarda, no precisa, sin embargo, cuál es
la fuerza de la presunción que pesa contra el propietario, es decir, si se trata de
Con posterioridad al fallo antes citado, la Corte (Chambre des Requets) abandonó
presunción de culpa o de responsabilidad. Por otra parte, la sentencia admite ex-
la exigencia de un vicio de la cosa, consagrando por primera vez la presunción
presamente que al propietario se le presume guardián.
contra el propietario, independientemente de la existencia de un vicio.

Los hechos. Una mezcladora de cementos se incendió y destruyó unas mole- 827.- TERCERA ETAPA
doras de trigo. Demandado su propietario, la Corte se expresó así al resolver el
recurso: Fue en el año de 1920 cuando la Corte de Casación consideró que contra el
guardián existe una presunción de culpa.
"Considerando que en los términos del fallo atacado, confirmativo de un juz-
gamiento del tribunal civil de La Chatre, cuya Corte de Apelación se apropió Los hechos. El 2 de julio de 1906 estalló un incendio en una estación de
los motivos, los demandantes en el proceso han sido admitidos a probar en la Burdeos, de la cual la Compañía de Ferrocarriles del Sur de Francia era concesio-
forma ordinaria de las investigaciones: 1) que el 17 de agosto, a eso de las nario. Dentro de dicha estación había unos barriles de brea que prolongaron el
9:00a.m., la mezcladora había sido retirada del taller de reparaciones; que la incendio hasta destruir una estación contigua, perteneciente a una compañía de
misma fue instalada cerca de dos moledoras, donde funcionó alrededor de tranvías eléctricos y autobuses de Burdeos. Requerida la Corte para que se pro-
una hora; que el obrero, que trabajaba cerca de la mezcladora desgranando nunciara al respecto, manifestó:
los cereales, vio una humareda salir de la mezcladora y gritó ¡Fuego! ¡Salvémo-
nos! 2) Que en el mismo momento, o algunos minutos después, los obre- "Considerando que la presunción de falta consagrada por este artículo en
ros que trabajan alrededor de la mezcladora vieron caer al suelo fuego de contra de quien tiene bajo su guarda la cosa inanimada que ha causado el
ella; 3) Que inmediatamente el fuego que provino de esta mezcladora seco- daño, no puede ser destruida sino por la prueba de un caso fortuito, o de
municó a las moledoras de granos, que fueron inmediatamente destruidas. fuerza mayor, o de una causa extraña que no le sea imputable; que no le basta
probar que no ha cometido ninguna falta, ni que la causa del daño permanece
"Considerando, además, que después de dicho fallo la investigación ordena- desconocida; que no es necesario que la cosa tenga un vicio inherente a su
da demostró en qué condiciones había sido dirigida y accionada la mezclado- naturaleza, susceptible de causar el daño, puesto que el artículo liga la res-
ra, el día y la hora en que el siniestro estalló; considerando que, en esas ponsabilidad a la guarda de las cosas, no a la cosa misma; cons~~erand~ ~ue
circunstancias, el demandante en este recurso no ha sido, como lo anuncia la el2 de julio de 1906 un incendio estalló en Burdeos, en la Estacwn Mantlma
fórmula del medio, declarado desde ya responsable del incendio; que la deci- de Brienne, de la cual la Compañía de Ferrocarriles del Sur es concesionario;
sión atacada se limita a decidir que si la mezcladora se presume causa del que alimentado por numerosas canecas de resina (brea), entrepuestas en di-
daño por el simple hecho de que el fuego la había acometido, la presunción cha estación, el fuego ganó la vía pública contigua y destruyó los rieles,
del artículo 1384, inciso primero, se produce contra el propietario de la má- postes y aparatos de transmisión de la línea de los muelles de la compañía

32 Cas., 16 junio 1896. Cita y observaciones de Rodiere, ob. cit., p. 138. Observacio- 33 Cas., 25 mar. 1908. Cita y observaciones de Rodiere, ob. cit., p. 139.
nes de Alex Weill y Franc;ois Terré, ob. cit., núm. 431.
834 JAVIER TAMAYO JARAMILLO PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 835

francesa de tranvías eléctricos y autobuses de Burdeos; considerando que el daño a otro, no puede ser destruida sino por la prueba de un caso fortuito o de
fallo atacado reconoce que los barriles de resina estaban bajo la guarda de la la fuerza mayor, o de una causa extraña que no le sea imputable; que no basta
Compañía de Ferrocarriles del Sur, pero declara que la causa del daño debe probar que no ha cometido falta, o que la causa del hecho dañino permanece
residir en la cosa que se tiene bajo la guarda, y sede intrínseca, que la brea no desconocida; considerando que el22 de abril de 1925 un camión pertenecien-
es susceptible de inflamar como consecuencia de un vicio inherente a su na- te a la sociedad anónima "Maison Bumsel" atropelló e hirió gravemente a la
turaleza, y, en consecuencia, por confirmación del juzgamiento, rechaza la menor Lis e J andheur; que el fallo atacado rechazó la aplicación del texto sub
demanda en daños y perjuicios formulada por la compañía de tranvías, que judice bajo el pretexto de que al momento del accidente el camión era accio-
estatuyendo así ha violado -el fallo atacado- el texto mencionado, por esos nado por Stanlet, chofer al servicio del propietario, y que, en consecuencia,
motivos casa" 34 • para obtener reparación del perjuicio la víctima estaba obligada a establecer,
a cargo del conductor, una falta que le fuera imputable en los términos del
El fallo tiene el mérito de abandonar la exigencia de un vicio interno de la artículo 1382 del C. C. [2341 del Código colombiano]; pero considerando
cosa dañina, puesto que la presunción de culpa estriba en la guarda de la cosa, no que la ley, para la aplicación de la presunción que ella establece no distingue
en la cosa misma; sin embargo, la sentencia no precisa cuál es la fuerza de la según que la cosa que ha causado el daño estuviera o no accionada por la
presunción, ni cuáles las cosas por las que se debe responder. Fue preciso esperar mano del hombre; que basta que se trate de una cosa sometida a la necesidad
hasta el21 de febrero de 1927 para que la Corte de Casación, en el famoso asunto de una guarda, en razón de los peligros que ella puede hacer correr a otro;
Jandheur, aclarara las inconsistencias y dudas de los fallos anteriores. de donde se sigue que, estatuyendo como lo ha hecho, el fallo atacado viola el
texto de la ley sub judice. Por esos motivos, casa" 35 . (Bastardillas fuera del
828.- CUARTA ETAPA texto).

Esta sentencia señala los lineamientos generales que en adelante irían a ser
Hasta el 21 de febrero de 1927, los tribunales y la Corte misma no habían
los pilares casi inamovibles para una fiel interpretación del artículo 1384. La Corte
sabido establecer los criterios que permitieran decidir uniformemente cuáles eran quiso zanjar la mayoría de las discusiones suscitadas por la doctrina 36 •
las cosas por las que se debía responder. Mientras unos sostenían que la presun-
ción solo obraba por la guarda de las cosas muebles, otros la hacían extensiva, Querernos resaltar que esta jurisprudencia dio motivo para que algunos auto-
igualmente, a inmuebles. Por otra parte, se discutía si era necesario que la cosa res, como GEORGES RIPERT37 , manifestaran que la responsabilidad por el hecho de
estuviera o no accionada por la mano del hombre; asimismo, se decía que las las cosas solo se comprometía cuando éstas fueran peligrosas; de allí se nutrieron
cosas debían ser de naturaleza peligrosa, etc. Y fue precisamente en ese 21 de los autores chilenos y colombianos para consagrar la responsabilidad civil por
febrero de 1927 cuando la Corte de Casación conoció por primera vez el affaire actividades peligrosas de que trata el artículo 2356; con todo, la tempestad desata-
Jandheur, en el cual se fijaron los criterios definitivos para una adecuada interpre- da con las ideas de RIPERT dio origen a que la Corte de Casación, tres años más
tación del artículo 13 84, inciso 1o, del Código de Napoleón. tarde, cuando conoció por segunda vez el asunto Jandheur, condenara la teoría de
la peligrosidad, lo cual impidió que tuviera un desarrollo doctrinal y jurisprudencia!
Los hechos. Un camión de la empresa Maison Burnsel atropelló e hirió grave- importante, que mucha falta le ha hecho a nuestra teoría de la responsabilidad por
mente a la menor Lise Jandheur. Demandados los propietarios del vehículo, el actividades peligrosas.
proceso fue inicialmente a la Corte, la cual, bajo ponencia magistral del consejero
Ambroise Colin, manifestó:
35 Cas., 21 feb. 1927. Cita y observaciones de Rodiere, ob. cit., p. 141.
"Considerando que la presunción de culpa establecida por este artículo, con-
36 Comentarios sobre este importante fallo y sobre el posterior, de 1930, pueden
tra aquel que tiene bajo su guarda la cosa mueble inanimada que ha causado verse en: René Rodiere, ob. cit., p. 141; Marty y Raynaud, ob. cit., núm. 431; Alex
Weill y Frangois Terré, ob. cit., núm. 694; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob.
cit., núm. 632.
37 Maree! Planiol, Georges Ripert, Traité pratique de droit civil fran9ais, 2a ed., t. VI,
34 Cas., 16 nov. 1920. Cita y observaciones de Rodiere, ob. cit., p. 140. París, L. G. D. J., 1952, núm. 481.
836 JAVIER TAMAYO JARAMILLO PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 837

829.- QUINTA ETAPA en los términos del artículo 1384, inciso primero, y que, entonces, la víctima
estaba obligada, para obtener reparación del perjuicio sufrido, a establecer a
(Segunda sentencia en el caso Jandheur). Cuando, en 1927, la Corte de Casa- cargo del conductor una falta que le fuera imputable; mas, considerando que
ción tuvo oportunidad de referirse por primera vez al affaire Jandheur, en el con- la ley, por aplicación de la presunción que ella establece no distingue, según
tenido del texto de la jurisprudencia se habló de presunción de culpa y de que que la cosa que ha causado el daño estuviera o no accionada por la mano del
había ciertas cosas que requerían ser guardadas por razón de los peligros que ellas hombre; que no es necesario que tenga un vicio inherente a su naturaleza y
podrían hacer correr a terceros. Estos dos puntos crearon confusión en la doctrina susceptible de causar el daño; que el artículo 1384 vincula la responsabilidad
y en la jurisprudencia, ya que, tradicionalmente, se había considerado que la pre- a la guarda de la cosa, no a la cosa misma; de donde se sigue que estatuyen-
sunción de culpa podría desvanecerse mediante la prueba de diligencia y cuidado do, como lo ha hecho, el fallo atacado ha invertido el orden legal de la prueba
sin necesidad de establecer la causa extraña; de otro lado, si se aplicaba el artículo y violado el texto invocado; por estos motivos, casa" 39 .
1384 únicamente a las cosas peligrosas, perdería gran importancia y aplicación la
norma citada. Por ello, mediante sentencia del13 de febrero de 1930, el Tribunal
830.- SEXTA ETAPA
Supremo francés tuvo oportunidad de condenar la teoría según la cual las cosas
debían ser peligrosas para que existieran las presunciones 38 .
Se cambia la guarda jurídica por la guarda material. Hasta 1941, la Corte
Igualmente, se cambió la noción de presunción de culpa por la de presunción francesa venía sosteniendo que la guarda la tenía aquella persona que tuviese al-
de responsabilidad. Por lo demás, los textos de las dos sentencias Jandheur son guna relación jurídica con la cosa que había producido el daño; sin embargo, ines-
casi idénticos y sus contenidos permanecen citados constantemente por tribunales peradamente, la Corte debió resolver un proceso en el cual se demandaba a un
y autores, pues se considera que ellos son la panacea, por así decirlo, para efectos doctor Franck, cuyo automóvil había sido robado, con tan mala suerte que el la-
de una fiel interpretación del artículo 1384; hechas estas aclaraciones, pasemos, drón atropelló e hirió mortalmente a un peatón de apellido Connot; lógicamente,
el señor Franck alegó no tener la guarda del automotor, ya que si bien seguía
pues, a la trascripción de los apartes más importantes del fallo de 13 de febrero de
1930. siendo su propietario, la verdad era que, en la vida real, quien tenía el poder de
dirección del automotor era el ladrón.
Dice la Corte:
La Corte falló a favor del demandado, pero lo importante de la sentencia es
"Considerando que la presunción de responsabilidad del artículo 1384, inci- que cambió la noción de guarda jurídica por la de guarda material y en adelante
so primero, del C. C. francés, en contra de aquel que tiene bajo su guarda los tribunales irían a hablar de que la guarda de la cosa la posee quien tenga "el
una cosa inanimada que ha causado un daño a otro, no puede ser destruida poder intelectual de uso, dirección y control", o los "poderes de vigilancia y con-
sino por la prueba de un caso fortuito o de fuerza mayor, o de una causa trol de la cosa dañina". He aquí los apartes fundamentales de esta sentencia:
extraña que no le sea imputable; que no le basta probar que no ha cometido
ninguna falta, o que la causa del daño permanece desconocida; considerando Dice la Corte:
que el 22 de abril de 1925, un camión perteneciente a la sociedad "Galeries
Belfortaises" atropelló e hirió a la menor Lise Jandheur; que el fallo atacado "Considerando que en la noche del24 al 25 de diciembre de 1929 un vehículo
rechazó la aplicación del texto invocado, motivado en que el accidente causa- automotor, perteneciente al doctor Franck, y que este había confiado a su hija
do por un automóvil en movimiento, bajo la impulsión y dirección del hom- Claude, entonces menor, fue sustraído fraudulentamente por un individuo
bre, no constituye, mientras no exista ninguna prueba de que se ha debido a desconocido en una calle de Nancy, donde Claude Franck lo había dejado
un vicio propio del vehículo, el hecho de la cosa que se tiene bajo la guarda estacionado; que en el curso de la misma noche este vehículo, bajo la conduc-
ción del ladrón, en los alrededores de N ancy, atropelló e hirió mortalmente al

38 La nueva sentencia simplemente guarda silencio en cuanto a la peligrosidad de la


cosa que requería guarda. 39 Cas., 13 feb. 1930. Cita y observaciones de Rodiere, ob. cit., p. 142.
838 JAVIER TAMAYO JARAMILLO PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 839

factor Connot; que los esposos Connot, fundándose en las disposiciones del "Pero considerando que la presunción de responsabilidad establecida por el
artículo 1384, inciso primero, del C. C., han demandado al doctor Franck la artículo 1384 del C. C. no se vincula necesariamente a la calidad de propieta-
reparación del perjuicio resultante para ellos de la muerte de Connot ( ... ). rio sino a la de guardián de la cosa inanimada que ha causado el daño; que si,
en principio, el propietario es reputado detentador de la guarda de su cosa,
"Considerando que para desoir la demanda de los esposos Connot, el fallo nada se opone a que él remita a un tercero esta guarda; que apreciando los
declara que en el momento en que el accidente se produjo, Franck, desposeí- elementos del debate y los documentos producidos, la Corte de Burdeos de-
do de su vehículo por efectos del robo, se encontraba en la imposibilidad de claró que al alquilar su inmueble a otro locatario y no conservar su inscrip-
ejercer sobre dicho automóvil vigilancia alguna; que de acuerdo con esta ción al gas y a la electricidad, los esposos Venot habían trasmitido a un ter-
constatación [sic], Franck, privado del uso, dirección y control de su vehícu- cero el mantenimiento y la guarda jurídica de la canalización del gas de la
lo, no era ya guardián del mismo y no estaba sometido a la presunción de que ellos no tenían ni el uso de la detención; de donde se sigue que la Corte
responsabilidad consagrada por el artículo 1384, inciso primero; que, en con- de Burdeos ha juzgado legalmente su decisión sin violar ninguno de los tex-
secuencia, la Corte, basada en esas constataciones [sic], estatuyendo como lo tos invocados; por esos motivos, rechaza" 41 •
ha hecho, no ha violado el texto precitado; por estos motivos declara el me-
dio mal fundado ( ... )" 40 •
832.- ÜCTAVA ETAPA

831.- SÉPTIMA ETAPA La guarda acumulativa (guarda en la estructura y guarda en el comporta-


miento). Durante muchos años se dijo que la guarda de la cosa que había produci-
Al propietario se le presume guardián. Con el derecho de propiedad se ejer- do el daño era alternativa y no acumulativa, es decir, era imposible que una cosa
cen normalmente los poderes de uso, dirección y control de una cosa; de allí que, tuviese varios guardianes a la vez, desde ámbitos diferentes; sin embargo, la Cor-
en principio, sea al propietario a quien se le presume responsable de una cosa que te tuvo oportunidad de referirse a un caso, en el cual podría pensarse que sobre la
ha producido daño. La Corte francesa, en sentencia del 3 de julio de 1934, tuvo misma cosa que causó el daño hubiese diferentes poderes de dirección y control y
oportunidad de pronunciarse en relación con la presunción de guarda que pesa que, en consecuencia, sería necesario averiguar a cuál de esos poderes era atribui-
contra el propietario. ble el daño causado.

Los hechos. La explosión de una pipeta de gas dentro de una casa hizo que la
La Corte, mediante sentencia del 5 de enero de 1956, y en el famoso asunto
puerta de este inmueble se proyectara hacia la calle e hiriera a un menor que
denominado L'Oxygene Liquide, se manifestó al respecto.
pasaba en ese momento por la vía. Al resolver este asunto, la Corte manifestó:
Los hechos. La compañía fabricante de pipetas de gas, denominada L 'Oxygene
"Considerando que una explosión de gas se produjo en la casa perteneciente
Liquide, había encargado a una compañía de ferrocarriles el trasporte de algunas
a los esposos Venot, situada en Burdeos, calle Condillac, y una tabla de la
de ellas, las cuales explotaron cuando eran trasportadas, produciendo daños a ter-
puerta del inmueble, proyectada hacia afuera, causó heridas al menor Camain,
ceros. Demandado el trasportador, la Corte debió resolver sobre el recurso de
que pasaba en ese momento sobre la acera; que el padre inició una acción en
casación interpuesto y se expresó en los siguientes términos:
daños y perjuicios contra los esposos Ven ot.

"Considerando que se le rechazó al fallo el hecho de haber desoído la deman- "Considerando que la responsabilidad del daño causado por el hecho de una
cosa inanimada está ligada al uso, así como al poder de vigilancia y control
da, no obstante que los propietarios fuesen responsables del accidente, como
que caracterizan esencialmente la guarda; que a ese título, salvo el efecto de
detentadores de la guarda jurídica de su casa.
estipulaciones contrarias válidas entre las partes, el propietario de la cosa no

40 Cas., 2 dic. 1941. Cita y observaciones de Rodiere, ob. cit., p. 142; Jacques Ghestin,
Genevieve Viney, ob. cit., núm. 676. 41 Cas., 3 jul. 1934. Cita y observaciones de Rodiere, ob. cit., p. 169.
840 JAVIER TAMAYO JARAMILLO PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 841

cesa de ser el responsable sino cuando ha establecido que aquel a quien la ha to, el pasajero que resultara víctima de un accidente debía establecer la culpa del
confiado ha recibido correlativamente toda posibilidad de prevenir él mismo conductor del vehículo en que viajaba para poder alcanzar la indemnización del
el perjuicio; que resulta del fallo confirmativo atacado (Poitiers, 29 de octu- daño sufrido; se discutía, entonces, si en tales casos se trataba de una responsabi-
bre de 1952) que la sociedad L'Oxygene Liquide había expedido, por vía lidad contractual o de una responsabilidad extracontractual43 •
férrea, a la compañía Comptoir des Carburants un cierto número de botellas
metálicas llenas de oxígeno comprimido; que a la llegada a la estación esas La Corte de Casación, mediante tres fallos contundentes, de 1968, ha conde-
botellas fueron tomadas a su cargo por Bertrand, empresario de transportes; nado todas las jurisprudencias anteriores y ha permitido que el pasajero a título
que en el curso de su entrega en los lugares del contador destinatario, una de gratuito demande por vía extracontractual, invocando la responsabilidad por el
ellas explotó; que la causa de esta explosión, en el estado del experticio [sic] hecho de las cosas prevista en el artículo 1384. Este criterio de la jurisprudencia
efectuado, permaneció desconocida, aunque no haya sido probado ni inclusi- permanece invariable en la actualidad.
ve alegado que el accidente fue la consecuencia de un acto o de una circuns-
tancia exterior al objeto; que Lathus, dependiente de Bertrand, así como Bouloux,
empleado al servicio de la compañía Comptoir des Carburants, fueron heri- Los tres fallos se produjeron el20 de diciembre de 1968 y el siguiente es uno
dos por los restos de la botella; considerando que para denegar la demanda de de los apartes del primero de ellos.
dichas víctimas, y sus acciones en reparación derivadas, sobre la base del
artículo 1384, inciso primero, del C. C., contra la sociedad L'Oxygene Liqui- Dice la Corte:
de, la Corte de Apelación apoyó su decisión sobre el motivo de que «solo
aquel que tiene la guarda material de una cosa inanimada puede ser responsa- "Considerando, según las enunciaciones del fallo confirmativo atacado, que
ble de esta cosa», lo que no era el caso de la demanda; pero considerando que el vehículo de Landrú, en el cual la señorita Schoroeter era gratuitamente
en lugar de limitarse a caracterizar la guarda por la sola detentación material, trasportada, abandonó la calzada en un viraje y fue a estrellarse contra el
los jueces de fondo debían, a la luz de los hechos de la causa y habida cuenta andén; que la señorita Schoroeter fue lesionada; que ella ha asignado a
de la naturaleza particular de los recipientes transportados y de su acondicio- Landrú y a la Compañía Le Continent, su asegurador, en reparación de su
namiento, investigar si el tenedor al cual la guarda había sido transferida daño; considerando que se le ha reprochado al fallo el haber acogido la
tenía el uso del objeto que ha causado el daño, así como los poderes de vigi- demanda sobre la base del artículo 1384, inciso primero, del C. C., sin
lancia y de control de todos sus elementos" 42 . tener en cuenta que dicho texto destinado a proteger, llegado el caso, la
indemnización a las víctimas del daño causado por una cosa en el uso de la
En esta forma, la Corte introdujo una nueva modificación aceptando, en el cual ellas no han participado, no podría beneficiar a los que han aceptado o
fondo, la posibilidad de que la guarda de la cosa sea acumulativa y no necesaria- solicitado participar, a título gratuito, en el uso de la cosa con pleno cono-
mente alternativa. cimiento de los peligros a los cuales se exponía; pero considerando que
la responsabilidad resultante del artículo 1384, inciso primero, del C. C.,
puede ser invocada contra el guardián de la cosa por el pasajero transpor-
833.- NovENA ETAPA tado en un vehículo a título benévolo, fuera de los casos en que la ley dis-
pone otra cosa; de donde se sigue que estatuyendo, como lo ha hecho, la
La presunción del artículo 1384, inciso primero, se aplica en el transporte Corte de Apelación no ha violado ninguno de los textos contemplados en el
a título gratuito. Durante muchos años se dijo que en el transporte a título gratui- recurso" 44 .

42 Cas., 5 enero 1956. Cita y observaciones de Rodiere, ob. cit., pp. 172 y 173. Sobre 43 Sobre este punto, véase René Rodiere, Droit des transports, 2a ed., París, Sirey,
el problema de la guarda en la estructura y en el comportamiento, véase Jacques 1977, núms. 693 y ss. Igualmente, véase infra, núms. 194 y 344.
Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 691; Marty y Raynaud, ob. cit., núm. 435; 44 Cas., 20 diciembre 1968. Cita y observaciones de Rodiere, ob. cit., p. 177; Flour y
Flour y Aubert, ob. cit., núm. 761. Aubert, ob. cit., núm. 722.
842 JAVIER TAMAYO JARAMILLO PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 843

834.- DÉCIMA ETAPA saba el alineamiento de la misma, sin lo cual la colisión con el costado dere-
cho de la camioneta hubiera sido imposible, dedujo que ese hecho había concurrido
Reducción de la indemnización por el hecho no culposo de la víctima, causa a la producción del daño y debía en consecuencia producir una reducción
parcial del daño. Durante muchos años, y aún en la actualidad45 , se ha dicho que parcial en una proporción que la Corte apreció soberanamente a pesar de que
cuando la víctima es causa exclusiva del daño no se requiere que haya culpa de el hecho no era normalmente imprevisible ni totalmente inevitable para el
esta para exonerar al demandado; en cambio se decía, y se dice, que cuando con- demandado. De donde se sigue que el medio no es fundado; por esos motivos
curren la actividad de la víctima y la del demandado, la reducción del monto rechaza" 47 .
indemnizable solo puede producirse cuando la conducta de la víctima sea culposa46 ;
sin embargo, la segunda sala civil de la Corte, mediante casación del 22 de octu- Aplicación de la jurisprudencia. Es aplicada por la Corte francesa únicamen-
bre de 1969, confirmada entre otras por casación civil del29 de enero de 1970, ha te cuando existe de por medio la responsabilidad por el hecho de las cosas 48 ; cuan-
establecido que cuando concurren el hecho de la víctima y el hecho del demanda- do se trata de responsabilidad directa, los tribunales son unánimes en seguir exi-
do existe una reducción parcial del monto indemnizable, aunque no haya existido giendo que la conducta de la víctima sea culposa para poder liberar parcialmente
culpa de la víctima. al demandado.

Los hechos. Un vehículo atropelló a un peatón, el cual contribuyó a producir


su propio daño sin que hubiese existido culpa de su parte. 835.- UNDÉCIMA ETAPA

Dice la Corte: La culpa parcial de la víctima no exonera parcialmente al guardián. "Asunto


Desmares". En la primera edición de esta obra, y cuando los originales se encon-
"Considerando que se le ha rechazado al fallo atacado [París, 17 de marzo de traban en prensa, conocimos un fallo de la Corte de Casación francesa, del 21 de
1967] el haber exonerado por mitad al demandado, de la responsabilidad que julio de 1982, que alcanzamos a comentar augurándole una enorme importancia
pesaba sobre él corno guardián de su camioneta, como consecuencia del acci- en el desarrollo posterior de la doctrina y la jurisprudencia. De acuerdo con dicho
dente ocurrido a Mauge, peatón, bajo el argumento de que había sido aporta- fallo, en un accidente de tránsito, la culpa parcial de la víctima, en este caso un
da la prueba de que la víctima cometió diferentes faltas, sin tener en cuenta el peatón, no permitía la exoneración parcial del guardián del automotor causante
hecho indiscutido de que la víctima todavía no había atravesado la calzada, del daño. Es decir, o la exoneración era total si el hecho de la víctima era causa
ya que solamente se aprestaba a hacerlo y el solo hecho de proponerse atrave- exclusiva del daño, o la indemnización era completa si la culpa de la víctima era
sar la vía no puede ser considerado como falta; sin que de otra parte, ninguna solo causa parcial del perjuicio. El considerando principal de dicho fallo, que
disposición legal o reglamentaria prescriba a los peatones ubicados sobre una doctrinalmente se conoce corno el asunto Desmares, es el siguiente:
acera prestar atención a la circulación existente sobre la calzada y sin tener
en cuenta, en fin, que un peatón ubicado sobre el borde de la acera no comete "Considerando que solo un evento que constituya un caso de fuerza mayor
falta por el hecho de tener en la mano un objeto que sobrepase el alineamien- exonera al guardián de la cosa, instrumento del daño, de la responsabili-
to de la acera( ... ). dad por él incurrida por aplicación del artículo 1384, inciso primero del
C.C.; que, desde luego, el comportamiento de la víctima, si no ha sido impre-
"Pero considerando que, al estatuir de acuerdo con la aplicación del artículo visible e irresistible para el guardián, no puede exonerarle, ni siquiera par-
13 84, inciso 1°, del C. C., la Corte de Apelaciones, al aceptar que Mauge se cialrnente"49.
encontraba al borde de la acera, llevando en la mano un objeto que sobrepa-

47 Cas., 22 octubre i 969. Cita y observaciones de Rodiere, ob. cit., núm. 60.
45 Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 621; Flour y Aubert, ob. cit., núm. 784 e infra, 48 Véase Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núms. 1463 y ss. e infra, núm. 328.
núm. 326.
49 Cita y observaciones de G. Durry en Revue Trimestrielle de Droit Civil, núm. 3,
46 Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 627. i 982, p. 606.
844 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 845

Realmente, el impacto posterior fue enorme, hasta el punto que el legislador i) El dependiente, en principio, no tiene la guarda de la cosa, ya que inte-
francés se vio en la necesidad de regular la responsabilidad en los accidentes de la lectualmente no puede disponer de ella.
circulación, acogiendo en esa forma, lo que por vía jurisprudencia! había decidido , j) El demandado solo se libera mediante la prueba de una causa extraña.
la Corte de Casación. Fue así como se promulgó la denominada ley Badinter, de 5
de julio de 1985 49 bis. k) La guarda puede ser acumulativa (guarda en la estructura y guarda en el
comportamiento).

836.- DUODÉCIMA ETAPA 1) En la responsabilidad por el hecho de las cosas, el hecho no culposo de la
víctima, causa parcial del daño, da lugar a reducción parcial.
De nuevo, la culpa de la víctima, causa parcial del daño, permite la reducción m) En el transporte a título gratuito también se aplica la responsabilidad por
parcial de la indemnización. Pero lograda una sustancial mejoría probatoria en el hecho de las cosas.
favor de las víctimas de accidentes de la circulación, mediante la ley Badinter, la
Corte de Casación francesa volvió, en fallo de 6 de abril de 1987 49ter, a su tesis Después de esta síntesis de ideas, debemos decir que la jurisprudencia y la
anterior según la cual, la culpa de la víctima, causa parcial del daño, daba lugar a doctrina belgas se han orientado con base en un criterio diferente al de los france-
una reducción del monto indemnizable, pero solo para daños causados con cosas ses para efectos de interpretar el inciso primero del artículo 1384 del Código Ci-
diferentes de vehículos a motor. vil. En realidad, la Corte o los tribunales belgas exigen la existencia de un vicio
interno de la cosa causante del daño para que el guardián pueda ser considerado
837.- CONCLUSIONES SOBRE LOS REQUISITOS QUE LA JURISPRUDENCIA FRANCESA como responsable. Sin la prueba de ese vicio de la cosa, la víctima no logrará la
EXIGE PARA QUE HAYA RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS aplicación del artículo 1384. Los tribunales son unánimes y ni siquiera por asomo
parecieran inclinarse ante la teoría francesa 50 •
Aunque los textos legales son exactamente los mismos, los franceses y los
belgas han dado una interpretación diferente al artículo 1384 en su inciso 1°. A Realizado el análisis somero del derecho francés y belga respecto de este tipo
guisa de conclusión, veremos cuáles son los requisitos para que, en Francia, se dé de responsabilidad, nos conviene iniciar a continuación el estudio sobre la posi-
esta responsabilidad: ble existencia en el derecho colombiano de un principio general de responsabili-
dad civil por el hecho de las cosas. La segunda parte de este título será destinada
a) La cosa puede ser mueble o inmueble.
a ello.
b) Puede estar o no accionada por la mano del hombre.
e) Puede o no estar en movimiento.
SECCIÓN general de responsabilidad
d) Puede o no ser peligrosa.
por el hecho de las cosas en el derecho colombiano
e) Debe ser instrumento del daño.
f) El daño se atribuye a la guarda de la cosa, no a la cosa misma. 838.- Bibliografía Derecho colombiano: Álvaro Pérez Vives, ob.
cit., t. II, pp. 136 y ss.; Rafael Durán Trujillo, Nociones de responsabilidad civil,
g) Se presume que el propietario es el guardián. Bogotá, Edit. Temis, 1957, pp. 250 y ss.; Mario Montoya Gómez, ob. cit.; Arturo
h) La guarda consiste en el poder de dirección, control y vigilancia de la Valencia Zea, Derecho civil, T. III, De las obligaciones, Bogotá, Edit. Temis,
cosa. 1968, pp. 265 y ss. Derecho chileno: Carlos Ducci Claro, ob. cit.; Arturo

49bis Mazeaud, por Fran9ois Chabas, Le9ons de droít civil, t. 11, 1 vol., Les oblígatíons, 50 Sobre este punto, véase Roger Dalcq, ob. cit., núms. 2137 y ss.; Pirson y Deville,
Paris, Montchrestien, 1998, núm. 556-3. Traíté de la responsabílíté cívíle, t, 1, Paris, L. G. D. J., 1935, núms. 137 y ss. y
49ter F. Chabas, ob. cit., núm. 598. André Robert, Les responsabí/ítés, Bruxelles, 1981, pp. 247 y ss.
846 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 847

Alessandri Rodríguez, ob. cit., núms. 192 y ss. Derecho italiano: Adriano de Cupis, la definición del derecho de dominio, consagrada en el artículo 669 del Código
El daño, 2a ed., Barcelona, Edit. Bosch, 1975, núm. 134; Eduardo Bonassi, La Civil. De hecho, la institución del derecho de dominio es la que, en la jurispruden-
responsabilidad civil, Barcelona, Edit. Bosch, 1958, núms. 76 y ss. Otros: Rafael cia belga, ha permitido establecer una responsabilidad objetiva por perturbacio-
Rojina Villegas, Derecho civil mexicano, T. V, vol. 2, México, Edit. Porrúa, 1976, nes de vecindario. Veamos cómo ha sido esa evolución en el derecho belga, para
cap. IV, pp. 66 y ss. luego tratar de demostrar que la misma solución puede instaurarse como princi-
pio general en el derecho colombiano.
839.- AUSENCIA APARENTE DE UN PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL
POR EL HECHO DE LAS COSAS 840.- LAS PERTURBACIONES DE VECINDARIO EN EL DERECHO BELGA

Al repasar la jurisprudencia y la doctrina51 colombianas de las últimas déca- Tanto la jurisprudencia francesa como la belga han permitido siempre que en
das, pareciera evidente que nuestro ordenamiento jurídico carece de un principio los daños producidos por perturbaciones de vecindario, la víctima se vea liberada
general de responsabilidad civil por el hecho de las cosas, razón por la cual se de la obligación de probar la culpa del vecino causante del daño. Es más, la de-
desarrolló la teoría de la responsabilidad civil por actividades peligrosas del ar- mostración de la ausencia de culpa del vecino no lo libera de su obligación de
tículo 2356 del Código Civil, doctrina que en cierta forma logra para la víctima indemnizar53 • Como bien lo dice PHILIPPE LE TouRNEAU, esta responsabilidad "es
la misma protección que brinda el inciso 1o del artículo 1384 del Código Civil aún en la actualidad una pulchra quaestio" 54 • Éste, tal vez, es el punto doctrinal en
francés. el que más diversas teorías han propuesto los autores franceses y belgas. Más
adelante tendremos oportunidad de analizar y describir los principios de las prin-
La ausencia aparente de ese principio general por el hecho de las cosas, se cipales teorías (infra, T. I, 1292 y ss.). Por el momento, solo nos interesa rescatar
explica por el hecho de que el artículo 2347 de nuestro Código Civil, que en cierta la explicación que de las perturbaciones de vecindario nos dan la doctrina y la
forma reproduce el artículo 1384 del Código Civil francés, omite aquella frase jurisprudencia belgas.
según la cual "somos responsables de las cosas que tenemos bajo la guarda". Es
decir, justamente la frase que en Francia permitió construir la obra monumental DE PAGE fue el líder de toda una corriente jurídica que terminó por imponer
de la responsabilidad por el hecho de las cosas, no existe en nuestro Código Civil. su criterio ante los tribunales belgas en relación con las perturbaciones de vecin-
Por tal motivo, la jurisprudencia y la doctrina52 colombianas se vieron obligadas a dario. DE PAGE considera que la fundamentación jurídica de la responsabilidad
buscar otro sustrato legal para proteger probatoriamente a las víctimas. Y ese civil por perturbaciones de vecindario no se halla en el artículo 1382 del Código
sustrato, según veremos más adelante (infra, T. I, 855 y ss.), es la institución de la Civil (C. C. col., art. 2341), sino más bien en el artículo 544 del Código de Napoleón,
responsabilidad por actividades peligrosas del artículo 2356 del Código Civil. cuyo equivalente aproximado en el Código colombiano es el artículo 669. Según
el autor, en este caso no cabe hablar de indemnización sino más bien de compen-
Sin embargo, hemos insistido en la posibilidad de encontrar en nuestra sación, ya que se ha producido una ruptura en el equilibrio de las cargas que se
ley positiva un principio general de responsabilidad por el hecho de las co- derivan del derecho de propiedad.
sas, pese a que nuestro Código Civil, a diferencia del francés, no contiene como
éste la frase según la cual "somos responsables de las cosas que tenemos bajo la Al respecto, manifiesta lo siguiente:
guarda".
"El estatuto de todos los propietarios es idéntico: cada uno tiene el libre goce
En nuestro concepto, ese sustrato legal que permite pregonar un principio de su bien, disminuido, sin embargo, por una cierta tolerancia variable según
general de responsabilidad por el hecho de las cosas en el derecho colombiano es

53 Philippe le Tourneau, ob. cit., núms. 1544 y ss.; Jean Carbonnier, ob. cit., t. 111,
núm. 57; Roger Dalcq, ob. cit., t. 1, núms. 642 y ss.; André Robert, ob. cit., pp. 355
51 Véase Emiliani Román, ob. cit., p. 64 y SS.
52 Emiliani Román, ob. cit., p. 65. 54 Le Tourneau, ob. cit., núm. 1545.
848 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 849

los medios, con respecto a los vecinos. Es necesario que este equilibrio no contra el derecho principio general consagrado concretamente por el artículo
sea roto por alguno de ellos. Si no, los otros tendrán el derecho de reprochar- 11 de la Constitución" 56 •
le, no necesariamente un error de conducta, sino simplemente el haber creado
una desigualdad en la propiedad" 55.
842.- APLICACIÓN DE ESTA TEORÍA EN EL DERECHO COLOMBIANO
Como puede verse, esta teoría es, en cierta forma, la consagración de la teoría Si Bello suprimió en el artículo 2347 del Código Civil la frase consagrada en
de la garantía propuesta por BoRIS STARCK en el derecho francés y de la cual ya el artículo 1384 del Código de Napoleón, según la cual "Uno es responsable de
habíamos hablado antes (supra, T. I, 823 y ss.). las cosas que tiene bajo la guarda", lo cierto es que providencialmente, adicio-
nó en la definición de dominio, un concepto que no se encuentra en el derecho
DE PAGE, volvámoslo a decir, toma como base legal de su punto de vista la francés, pero que puede servir en nuestro ordenamiento como pilar de una revolu-
noción que de dominio consagra el Código de Napoleón en su artículo 544, cuyo cionaria teoría de la responsabilidad civil por el hecho de las cosas.
· texto dice así:
En efecto, la definición que de propiedad o dominio da nuestro Código Civil
La propiedad es el derecho de gozar y disponer de las cosas de la es casi igual a la que en el artículo 544 nos dan los Códigos francés y belga. Solo
manera más absoluta, siempre que no se haga uso prohibido por las que, al final, aparece en nuestro Código un apéndice que no se halla en el Código
leyes o por los reglamentos.
de Napoleón. El texto actual del artículo 669 de nuestro estatuto civil, después de
la Sentencia C-595 de 1999 de la Corte Constitucional y que declaró inexequible
Vemos, pues, que se consagra una responsabilidad civil no culposa funda- la expresión arbitrariamente, es del siguiente tenor:
mentada en el derecho de dominio.
El dominio (que se llama también propiedad) es el derecho real en
una cosa corporal, para gozar y disponer de ella no siendo contra
841.- ACEPTACIÓN DE ESTA TEORÍA POR LA JURISPRUDENCIA la ley o contra el derecho ajeno. (Negrilla fuera de texto).

En dos sentencias rendidas el 6 de abril de 1960, la Corte de Casación Civil Pues bien, esa parte del artículo que hemos subrayado contiene, en nuestro
belga ha aceptado en su totalidad la teoría expuesta por DE P AGE. La posición no sentir, toda la fuerza necesaria para que aquí aprobemos no solamente la teoría de
ha sido cambiada desde entonces y podemos decir que tanto la jurisprudencia las perturbaciones de vecindario consagrada en el derecho belga, sino también un
como la doctrina belgas aceptan que la responsabilidad civil por el hecho de las principio general de la responsabilidad civil por el hecho de las cosas sobre las
cosas, en relación con las perturbaciones de vecindario, no está fundamentada en cuales se tiene el dominio. Cuando el artículo 669 manifestaba que el propietario
la presunción de culpa consagrada en el artículo 1384 del Código Civil sino en el puede disponer y gozar de su dominio arbitrariamente, no siendo contra la ley,
concepto que de propiedad da el Código Civil. Conozcamos algunos de los crite- estaba haciendo énfasis en la responsabilidad civil aquiliana y en las demás nor-
rios que en los mencionados fallos tuvo la Corte de Casación belga para acoger mas concretas. Por eso, consideramos desafortunada la Sentencia C-595 de 1999,
estos principios. con ponencia del magistrado Carlos Gaviria Díaz, mediante la cual la Corte Cons-
titucional declaró inexequible la expresión "arbitrariamente", pues bastaba con la
exigencia de no ser contra la ley ni contra derecho ajeno para que se entendiera
"El propietario que rompe el equilibrio de sus derechos por un hecho no
culposo, debe, a quien sufre por esta ruptura, una justa y adecuada compensa-
ción, la cual debe restablecer la igualdad rota, porque atentando en esta for-
ma de propiedad del vecino, debe indemnizarlo conforme a la tradición y al 56 Sent., 6 abril1960, R. G. A. R., núm. 6557. Véase Roger Dalcq, ob. cit., t. 1, núm.
705. Véanse también los siguientes fallos de la Corte de Casación belga: cas., 21
diciembre 1963; cas., 21 febrero 1963; fallo 28 enero 1965; fallo 5 mayo 1967; fallo
14 junio 1968; fallo 19 octubre 1972; fallo 28 junio 1973; fallo 27 septiem~re 1973;
fallo 1o enero 197 4; fallo 20 junio 1975; citados y comentados por Andre Robert,
55 De Page, ob. cit., t. V, núm. 934. ob. cit., pp. 368 a 375.
850 JAVIER TAMAYO JARAMILLO PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 851

que el derecho de dominio es limitado. El que con su dominio actúa culposamente, A pesar de estos dos fallos, una sentencia del17 de mayo de 1946 admite que
actúa contra la ley. En cambio, cuando ejerzo mi dominio "contra derecho ajeno", las perturbaciones de vecindario están fundamentadas en la culpa de quien produ-
no necesariamente requiero una culpa para incurrir en responsabilidad derivada jo el daño. El fallo aparece un poco aislado y la Corte debe esperar hasta 1954
de ese dominio. La prohibición de actuar "contra derecho ajeno", de acuerdo con para poder referirse de nuevo al punto. Fue precisamente el 31 de agosto de ese
el artículo 669 del Código Civil, está desprovista de la exigencia del elemento año cuando la Corte aplicó, en forma expresa y con motivación amplia, el artículo
culposo corno fuente de la responsabilidad. La norma que en nuestro ordenamien- 669 del Código Civil a las perturbaciones de vecindario. Los siguientes son los
to jurídico define el dominio está exigiendo que el propietario no disponga y goce principales apartes de dicha sentencia:
de su derecho contra derecho ajeno; hacerlo es precisamente no estar conforme a
"En concepto de la sala no se podría hallar en el artículo 2341 del C. C. la raíz
la ley, es violarla. En este caso, la fuente de la obligación no es el delito, ni el
de la responsabilidad por hechos excesivos. La noción de culpa que contiene
cuasidelito, es la ley. La jurisprudencia colombiana no ha sido ajena totalmente a
cierra el camino. Mas los artículos 669 del C. C. y 30 de la Constitución
la discusión sobre la aplicación del artículo 669 del Código Civil, de las perturba-
NacionaP 9 les prestan suficiente apoyo.
ciones de vecindario; por ello analizaremos los fallos que se han referido al tema.
"El primero enseña que el dominio es el derecho real para gozar y disponer
843.- LAS PERTURBACIONES DE VECINDARIO EN NUESTRA JURISPRUDENCIA de las cosas, no siendo contra ley o derecho ajeno. Motejada de individualis-
ta esta definición, envuelve sin embargo el germen de todas las transforma-
Desde 1927, la Corte ha cabalgado sobre la idea de que las perturbaciones de ciones sociales en lo atinente al derecho de propiedad. Porque dos limitaciones,
vecindario están fundamentadas en el derecho de dominio. En este sentido cabe cual más fuerte, establece a su ejercicio: la ley y el derecho ajeno. Conforme
reconocer su originalidad doctrinal. En sentencia del 6 de mayo de 1927 se sostie- a la primera, la ley podrá siempre introducirle las restricciones que considere
ne que las perturbaciones de vecindario dan lugar a la responsabilidad del daño necesarias o convenientes al orden social. Y así se ha visto limitado el domi-
causado "por inculpable que se suponga" 57 • Esta jurisprudencia es más revolucio- nio agrario por la carga de una explotación económica. De acuerdo con la
naria de lo que se supone a primera vista, ya que consagra una responsabilidad segunda, los actos abusivos en general quebrantan abiertamente el derecho
objetiva desligada de todo concepto de culpabilidad. ajeno, sin lugar a duda, porque la culpa es la fuerza propulsora de tales actos,
y también los excesivos, ejecutados en el goce del derecho de propiedad so-
En providencia del 11 de abril de 1930, la Corte, sin mencionar tampoco el bre los fundos con perjuicio de los vecinos, cuando sin culpa se sobrepasa la
artículo 669 del Código Civil, confirma el fallo de un tribunal, que a su vez había natural tolerancia que impone la vida a los hombres que tienen su morada,
considerado que las perturbaciones de vecindario no estaban fundamentadas en la sus negocios e industrias en las heredades o predios del contorno. El derecho
responsabilidad culposa. ajeno en estos casos es el poder de disfrutar de los bienes inmuebles sin
mayores turbaciones, molestias o quebrantos, de manera que si impunemente
Al efecto dice la Corte: pudiera excederse el propietario, el dominio no tendría la barrera del "dere-
cho ajeno" que la definición señala a su ejercicio" 60 •
"Dice el tribunal que la acción para reclamar perjuicios en estos casos no
resulta, como lo entiende el demandante, del artículo 2341 del C. C. sobre En fallo posterior (marzo 13 de 1970), la Corte ratifica en los siguientes
responsabilidad por delitos y culpas, sino de un derecho especial que provie- términos su anterior punto de vista:
ne del hecho de la vecindad, según el cual los vecinos deberán abstenerse de
causarse daño, principio que no está especialmente consagrado en el Código,
pero que se deduce de algunas disposiciones legales" 58 . 59 En este punto, sorprendentemente, la Corte acoge la teoría de la garantía de la
docrina francesa mucho antes que ésta fuera promulgada. El artículo 30 de la
Constitución habla de las garantías a la propiedad y demás derechos.
60 "G. J.", t. LXXVIII, pp. 425 y ss. Sobre este fallo, véanse comentarios de Rafael
57 Sent., 6 mayo 1927, "G. J.", t. XXXIV, p. 264. Durán Trujillo, en Nociones de responsabilidad civil, Bogotá, Edit. Temis, 1957, p.
58 Sent., 11 abril 1930, "G. J.", t. XXXVII, p. 507. 229.
852 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 853

"Sucede, sin embargo, que aunque la construcción de una casa o edificio, o la No obstante lo contundente del fallo anterior, el Tribunal Superior de Medellín,
realización de otras obras, es una actividad lícita, se puede causar con ella en sentencia del17 de febrero de 1975, vuelve a condenar sobre la base del artículo
daños a los vecinos, y de ahí que el dueño o el constructor deben tomar las 669 del Código Civil, desconociendo en esta forma la última decisión de la Corte 63 •
precauciones necesarias ( ... )" 61 .
La Corte, en sentencia del 30 de abril de 197 6, confirma el fallo anterior
Sin embargo, la Corte, en Sentencia del28 de julio de 1970, casa una senten- del Tribunal Superior de Medellín, y en su respectiva decisión considera lo si-
cia del Tribunal Superior de Bogotá, que había acogido la teoría anterior de la guiente:
Corte, y en esta forma condena la jurisprudencia dominante y hace énfasis en la
necesidad de que toda la responsabilidad se fundamente en la culpa. "Ejemplo de esta clase de derechos es el más común de ellos: el dominio o
propiedad, que confiere a su titular facultad para usar, gozar y disponer de
Veamos los apartes principales del mencionado fallo: una cosa corporal "no siendo contra la ley o contra derecho ajeno", según la
preceptiva contenida en el artículo 669 del C. C. colombiano. De esta resulta
"Pero la verdad es que la aludida tesis [aplicación del artículo 669 del C. C.] que, si el dueño de la cosa la usa, la disfruta o dispone materialmente de ella
no fue acogida por la Corte sino en la oportunidad recordada, pues en ocasio- en detrimento del derecho de otra persona, con estrictez jurídica procede de-
nes posteriores en que hubo de volver a contemplar el tema no solo se cuidó cir que no ejerce su derecho de dominio, sino que abusa de él y que por tanto
de hacerlo bajo aquel enfoque, sino que manifiestamente lo desechó, ponien- se hace responsable en frente de su víctima" 64 .
do de manifiesto que, en el actual estado de nuestro derecho positivo, no
puede pretenderse en ningún caso prescindir de la culpa para estructurar el CoNcLusióN
concepto de responsabilidad civil extracontractual".
En general, y salvo el fallo del 28 de julio de 1970, la jurisprudencia colom-
Así, en Sentencia del 5 de abril de 1962, publicada en la Gaceta Judicial, biana ha considerado que la responsabilidad civil por perturbaciones de vecinda-
números 2253 y 2254, página 13, juzgando también un caso de relaciones de ve- rio está fundamentada en el derecho de dominio (C.C., art. 669).
cindad de la misma clase de los que aquí se han venido considerando, dijo:
845.- JUSTIFICACIÓN DE ESTA TEORÍA COMO PRINCIPIO GENERAL
"Mientras se conserve y prevalezca, conforme a razón, el criterio subjetivo
DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS
de la responsabilidad, frente al puramente objetivo, el daño ha de ser imputa-
ble a culpa de su autor. Solo que en salvaguardia de la víctima se invierte en Creemos que la Corte ha juzgado bien al decidir que las perturbaciones de
su favor la carga de la prueba cuando hay presunciones de culpa". vecindario no están fundamentadas en la idea de culpa de los artículos 2341 a
2360 del Código Civil, sino en los principios que se derivan del derecho de domi-
Más a fondo y con mayor detenimiento se trató la misma cuestión nuevamen- nio garantizado por el artículo 669.
te con ocasión de perjuicios causados por la construcción de un edificio a los
propietarios de predios contiguos, en sentencia del 8 de mayo de 1969. Es más, consideramos que la norma citada contiene fuerza suficiente para
establecer un principio general de responsabilidad civil por el hecho de las cosas.
"En suma: si nuestro Código Civil, siguiendo la tradición latina, tomó de sus Si el derecho belga no ha elaborado este principio, es porque su definición
modelos la institución de responsabilidad subjetiva, con este criterio han de dominio (art. 544) no consagra la responsabilidad de quien ejerce su pro-
de interpretarse todos los preceptos de dicha obra que tocan con la materia piedad contra derecho ajeno. De existir tal concepto en las normas del Código de
( ... )"62.
Napoleón, la responsabilidad por el hecho de las cosas tendría en Francia y en

61 Cas. civ., mar 13/70, "G. J.", t. CXXXIII, pp. 136 y ss.
63 Sent., feb. 17/75, "G. J.", t. CLII, pp. 111 y ss.
62 Sent., jul.28/70, "G. J.", t. CXXXV, pp. 56 y ss.
64 Corte Suprema de Justicia, sent., abr. 30/76, "G. J.", t. CLII, p. 130.
854 JAVIER TAMAYO JARAMILLO PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 855

Bélgica un desarrollo mucho más claro y preciso, ya que nuestro artículo 669 del Pero, planteadas así las cosas, nuestro punto de vista requiere algunos correc-
Código Civil es más tajante y diáfano que el artículo 1384 del Código Civil fran- tivos. En las siguientes líneas trataremos de fijar criterios que hagan posible el
cés, inciso 1°. funcionamiento de esta teoría.

A quienes sostienen que la responsabilidad civil extracontractual está funda- 847.- COMPLEMENTACIÓN DE LA TEORÍA DE LA GARANTÍA
mentada en la culpa, podemos objetarles diciendo que su apreciación sería viable
en relación con la responsabilidad de los artículos 2341 a 2360 del Código Civil, Cuando tuvimos oportunidad de referirnos a la doctrina francesa en cuanto a
ya que en dichas normas se está respondiendo por la conducta de quien con cosas la responsabilidad civil por el hecho de las cosas, mencionamos la denominada
o sin ellas causó daño a un tercero. En este punto estamos de acuerdo con tales teoría de la garantía preconizada y defendida por BoRIS STARCK65 , teoría que ha
doctrinantes, ya que se trata de juzgar la conducta del demandado. En cambio, sido seguida por parte de la doctrina (supra, T. I, 823 y ss.).
olvidan tales autores y tribunales que existe otra fuente de responsabilidad que se
fundamenta, no en la conducta culposa del demandado, sino en la consecuencia En principio, creemos que la teoría de la garantía es aplicable en la respon-
lógica que se deriva del derecho de dominio. Una persona puede ejercer su domi- sabilidad civil por el hecho de las cosas, mas no en la responsabilidad civil por el
nio contra derecho ajeno sin que haya de por medio culpa de su parte; de la misma hecho propio. STARCK sostiene que en todos aquellos casos en que el hecho del
manera, el propietario de un bien puede reivindicarlo sin que se requiera culpa de hombre o el de las cosas causen un daño a otro, se obliga al agente a reparar los
quien tiene el objeto en su poder; igualmente, mientras el artículo 2350 del Códi- perjuicios, independientemente de la comisión de una falta.
go Civil exige que la ruina del edificio acaezca por culpa del dueño, el artículo
988 contempla una responsabilidad por el mismo hecho, pero independiente de Dice el autor:
toda conducta culposa. Nuestro punto de vista, pues, no es más que la verificación
"La única diferencia entre la tesis actual de la segunda sala civil y la que
de una situación jurídica que le es inherente al derecho de bienes. Exigir una culpa
nosotros defendemos, es que la teoría de la garantía contempla toda activi-
para poder estructurar esa responsabilidad sería ignorar las consecuencias lógico-
dad que haya causado semejantes daños, mientras que la responsabilidad de
jurídicas de los derechos garantizados por el Estado. En conclusión, creemos que
pleno derecho solo pesa contra el guardián de una cosa" 66 •
en Colombia existe un principio general de responsabilidad civil por el hecho de
las cosas fundamentado en el derecho de dominio y que prescinde completamente
de la idea de culpa. Su fuente se inspira en la situación jurídica que se presenta al 848.- INSTITUCIONES RELATIVAS A ESTA TEORÍA
ejercer el derecho de propiedad.
En muchas de las instituciones relativas al derecho de bienes encontramos
una serie de obligaciones de indemnizar, independientemente de toda culpabili-
846.- SUPUESTOS LÓGICO-JURÍDICOS DEL ARTÍCULO 669 dad, e inclusive de toda conducta del propietario del bien que causó el daño. Prin-
cipalmente, esta garantía se ve en lo relativo a las acciones posesorias especiales
Del artículo 669 del Código Civil podemos extraer dos conceptos fundamen-
consagradas en el artículos 986 y siguientes del Código Civil.
tales: permite que el dueño de una cosa disfrute y disponga de ella y exige que no
se haga su uso y goce contra derecho ajeno. Realmente, lo segundo procura hacer
Así, pues, podemos observar que el artículo 988 del estatuto civil consagra la
posible a los demás lo primero. Yo estoy obligado a no usar y gozar de mi derecho
acción contra el propietario de un edificio vecino que amenaza ruina. Mientras
en la cosa contra derecho ajeno; esa misma obligación que pesa sobre los otros es
que la responsabilidad por la ruina de los edificios contemplada en los artículos
la que me permite ejercer mi dominio; de allí que en el momento en que yo ataque
2350 y 2351 del Código Civil, se estructura sobre la base de que la ruina acaezca
el derecho de otro mediante mi propiedad, estoy violando la prescripción del ar-
por culpa del propietario o del constructor, en el caso de la acción posesoria de
tículo 669 del Código Civil, que exige dejarle a los otros disfrutar lo suyo; el
orden jurídico garantiza en esta forma el derecho de dominio. Si quiero exigir que
el Estado me garantice la propiedad, debo garantizar a los demás el ejercicio de la
de ellos; la norma solo se cumple cuando los propietarios se garantizan entre sí 65 Boris Starck, Droit civil. Obligations, cit., núm. 570. Supra, núm. 32.
sus derechos. 66 Ibídem.
PRINCIPIO GENERAL DE RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE LAS COSAS 857
856 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

que trata el artículo 988, se da una responsabilidad puramente objetiva, por cuan- una cosificación de la actividad humana, situación inadmisible en una filosofía
to basta que la ruina se produzca por causa de la cosa misma, sin necesidad de cuyo andamiaje es la libertad. Cuando la actividad del agente es culposa, no cabe
entrar a determinar si hubo alguna culpabilidad por parte del propietario. El orden duda que se compromete la responsabilidad del causante, ya que su conducta está
jurídico quiere que el propietario garantice a los vecinos de todos los perjuicios violando los principios jurídicos establecidos por la ley.
causados por su propiedad.
849.- LA TEORÍA DE LA "GARANTíA" NO REQUIERE ACTIVIDAD PELIGROSA

En todo el libro segundo del Código Civil podemos observar una serie de
disposiciones que permiten consagrar la teoría de la garantía en relación con las El artículo 2356 del Código Civil consagra la responsabilidad civil por acti-
obligaciones de los propietarios. Así, a título de simple enumeración, podemos vidades peligrosas. Estas actividades pueden ejercitarse por medio de cosas o sin
mencionar la accesión por adjunción (C. C., art. 728), la utilización de materias ellas. Aunque el tema será visto posteriormente, es bueno plantear la necesidad de
ajenas (art. 737), la accesión de cosas muebles a inmuebles (arts. 738 y 739), en diferenciar los dos tipos de responsabilidad. En la responsabilidad por actividades
los depósitos o corrientes de agua o materias húmedas que puedan dañar un fundo peligrosas, la responsabilidad surge de la conducta culposa de quien estaba ejercien-
vecino (art. 988). En todos estos casos, la culpa del propietario no tiene ningu- do la actividad; en cambio, en la teoría de la garantía basta simplemente el goce de
na relevancia, puesto que la responsabilidad no surge de su actividad sino del víncu- la propiedad para que de ella surja la responsabilidad. Si en un momento determina-
lo causal que existe entre su bien y el daño sufrido por el otro. En realidad, todas do la actividad peligrosa se ejercita con cosas propias, la víctima tendrá la posibili-
estas normas no hacen más que desarrollar los principios establecidos en el artícu- dad de invocar dos fuentes de la obligación: la responsabilidad por actividades peli-
lo 669, según el cual el propietario no puede usar su dominio contra derecho ajeno. grosas (art. 2356) y la responsabilidad por el hecho de las cosas (art. 669).

Donde se ve más clara esta apreciación nuestra es en la reivindicación; cuan- 850.- LA RESPONSABILIDAD NO SURGE DE LA CALIDAD DE PROPIETARIO SINO

do alguien reivindica una cosa que le pertenece, no tiene por qué pensar en la DEL GOCE QUE DE LA PROPIEDAD SE HAGA

culpa de quien la tiene, ya que la detenta contra derecho ajeno y esto es causa
suficiente de reivindicación; inclusive pudiera pensarse que en las obligaciones La simple calidad de propietario no obliga a indemnizar los perjuicios que se
de resultado consistentes en restituir la cosa, la culpa, así sea presunta, nada tiene deriven del derecho de dominio.
que ver con la responsabilidad; el depositario debe restituir la cosa depositada; de
El artículo 669 en su redacción actual, expresamente nos dice que:
no hacerlo, estará violando la obligación de restituir. Finalmente, el artículo 1002
del Código Civil prescribe la responsabilidad objetiva de quien cava un pozo del El dominio es el derecho real en una cosa corporal, para gozar y
que no se reporta suficiente utilidad. disponer67 de ella no siendo contra la ley o contra derecho ajeno.
(Bastardillas fuera de texto).
Por eso seguimos considerando que la teoría de la garantía explica perfec-
tamente, con base en el artículo 669 del Código Civil, toda la responsabili- Este texto debe ser aplicado sobre todo en relación con el goce que del bien
dad objetiva generada por los daños que cause un bien sobre el cual se tiene el haga su propietario. En cierta forma, la responsabilidad no se deriva de la cosa
dominio. misma, sino del goce que de ella haga su dueño.

En lo que no estamos de acuerdo, y es bueno repetirlo, es en el punto relativo 851.- APLICACIÓN DE ESTA TEORÍA A PERSONAS DISTINTAS AL PROPIETARIO
a la teoría de la garantía aplicable a la responsabilidad civil por el hecho propio.
Sostener que cualquier actividad del hombre genera responsabilidad civil, si de De una interpretación literal del artículo 669, norma que sirve de fundamento
ella surge un perjuicio, es olvidar todo el aspecto espiritual sobre el cual está a la responsabilidad por el hecho de las cosas, tendrá que admitirse que este tipo
estructurado la cultura jurídica occidental. Si el Estado puede garantizar todos los
daños sufridos por sus ciudadanos sin necesidad de buscar culpa en el agente, esa
política será bien recibida. Lo que no se puede es exigir al causante del daño la 67 Ese gozar y disponer habría que entenderlo como una situación jurídica y no como
una conducta de hecho.
obligación de garantizar todos los perjuicios causados, ya que ello equivaldría a
858 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

de responsabilidad solo se aplica a quien esté ejerciendo el derecho de dominio


sobre la cosa que causó el daño. Corno la responsabilidad no es culposa, las nocio-
nes de guardián o de explotador del riesgo no tienen cabida en esta teoría. Simple- CAPÍTULO II
mente, el propietario es responsable por el goce y disposición del bien sobre el
cual tiene el dominio y que ha producido el daño. RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS

Sin embargo, un análisis detenido del texto legal nos permite ver que la res-
ponsabilidad surge del goce de la cosa, lo que nos lleva a la necesaria conclusión
854.- Bibliografía sumaria. Álvaro Pérez Vives, ob. cit., vol. 2, núrns. 188
de que el usufructuario y demás personas que tienen el goce de una cosa también
y ss.; Jorge Santos Ballesteros, ob. cit., t. I, pp. 155 y ss.; Carlos Ducci Claro, ob.
son responsables de los daños que ella genera corno consecuencia de ese goce, así
cit., núrns. 76 y ss.; Arturo Alessandri Rodríguez, De la responsabilidad extracon-
no sean los propietarios.
tractual, núrns. 195 y ss.

852.- LA RESPONSABILIDAD BASADA EN EL DERECHO DE DOMINIO SE APLICA


A LOS INCAPACES
PLAN

En la responsabilidad por actividades peligrosas se requiere que el guardián


de ellas tenga capacidad aquiliana, ya que tal responsabilidad se fundamenta en la Si en Colombia con los textos legales existentes, la responsabilidad objetiva
culpa. En cambio, si se aplica nuestra teoría de que el derecho de dominio consti- por el hecho de las cosas corno principio general, no ha sido de fácil elaboración,
tuye fuente de responsabilidad civil, tendremos que los menores que tienen el de todas formas nuestro ordenamiento jurídico puede sentirse orgulloso de toda la
goce de una cosa dañina son responsables de los perjuicios que ella cause. construcción jurisprudencia! y doctrinal que se ha levantado alrededor de la res-
ponsabilidad por actividades peligrosas, fundándose para ello en el artículo 2356
853.- ACEPTACIÓN DE ESTA TEORÍA POR LA JURISPRUDENCIA del Código Civil. Esta construcción, en líneas generales, suple y supera el princi-
pio francés de la responsabilidad por el hecho de las cosas que se tienen bajo la
Salvo los fallos ya analizados sobre perturbaciones de vecindario, este prin- guarda del artículo 1384 del Código Civil de ese país.
cipio general de responsabilidad civil por el hecho de las cosas fundamentado
en el artículo 669, no ha sido aplicado por la jurisprudencia colombiana; de allí Ahora, según veremos en detalle (infra, T. I, 1028), esta institución solo se
que todos los avances hayan sido encaminados hacia la inversión de la carga de aplica en la responsabilidad extracontractual y no en la responsabilidad contrac-
la prueba fundamentada en el artículo 2356 del Código Civil, es decir, en la res- tual ya que, según dijimos (supra, 148), los dos tipos de responsabilidad no se
ponsabilidad civil por actividades peligrosas; por tanto, las consecuencias que pueden aplicar indistintamente.
tendría la aceptación de nuestra teoría son diferentes en muchos casos a las de
la aplicación de la responsabilidad civil por actividades peligrosas. Dados el ca- El plan a desarrollar en este capítulo es el siguiente: evolución doctrinal y
rácter embrionario de nuestra propuesta y la unanimidad de la jurisprudencia en jurisprudencia! (sec. I); ideas que han influido para elaborar la teoría de la respon-
aceptar la responsabilidad por actividades peligrosas, todo el estudio que haga- sabilidad por actividades peligrosas (sec. II); fundamento jurídico de la responsa-
mos de esta última está fundamentado en la situación actual, es decir, en la no bilidad por actividades peligrosas (sec. III); quién es responsable por actividades
existencia de ese principio general de responsabilidad civil por el hecho de las peligrosas (sec. IV); qué se entiende por actividad peligrosa (sec. V); el nexo de
cosas. Si algún día la responsabilidad del artículo 669 llegara a ser aplicada, sería causalidad en la responsabilidad por actividades peligrosas (sec. VI); la responsa-
necesario, corno en el derecho italiano, buscar los puntos de convergencia de esta bilidad por actividades peligrosas y los incapaces (sec. VII); formas de exonera-
responsabilidad con la de las actividades peligrosas; por el momento, contenté- ción en la responsabilidad por actividades peligrosas según haya o no colisión de
monos con plantear genéricamente el principio; el tiempo permitirá saber si puede actividades peligrosas (sec. VIII); la responsabilidad por actividades peligrosas
llegar a ser aplicado. en algunos casos especiales (sec. IX).
860 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 861

era únicamente el artículo 2356 del Código Civil el que permitía una aproxima-
ción a la jurisprudencia francesa, siempre y cuando se acudiera a algún criterio
856.- INTRODUCCIÓN cualificador de actividades que se ejercen con cosas. El mejor que podía ofrecerse
era, el de la peligrosidad; luego, en 1930, La Cour de Cassation, en la segunda
La teoría de la responsabilidad civil por actividades peligrosas aplicable en sentencia del mismo asunto Jandheur, omitió la referencia a la peligrosidad de la
Colombia ha sufrido una evolución similar a la que en materia de responsabilidad cosa dañina, condenando así la tesis que exigía este requisito; ello condujo a que
civil por el hecho de las cosas ha seguido el derecho francés. Un análisis somero nunca más los autores franceses se ocuparan de aquellas teorías; el escaso desa-
de la doctrina y la jurisprudencia colombianas al respecto permite aclarar algunos rrollo doctrinal que llegó a tener no permitió que los autores y los tribunales al-
conceptos en relación con esta materia. Cada uno de estos temas será tratado en canzaran a elaborar el tema en su totalidad; de allí que toda interpretación de la
los párrafos siguientes. noción de actividad peligrosa deba ser construida por nuestro orden jurídico, al
igual que por el chileno 4 ; la doctrina y la jurisprudencia francesas nos serán útiles
857.- INFLUENCIA DEL DERECHO FRANCÉS en aquellos casos en que las actividades se ejerciten con cosas, mas no en la ela-
boración de lo que es en sí la actividad peligrosa; en cambio, el derecho italiano sí
El derecho colombiano ha sufrido una acentuada influencia del derecho fran- podrá servirnos, puesto que en aquel país existe tal institución; lo mismo ocurre
cés, no solo porque don ANDRÉS BELLO se inspiró en el Código de Napoleón, sino con los derechos mexicano y ruso.
porque la mayoría de los autores han seguido la doctrina y la jurisprudencia fran-
cesas, al igual que los legisladores, que han retomado el espíritu y los textos del
859.- APORTE DE LA JURISPRUDENCIA Y LA DOCTRINA COLOMBIANAS
derecho de aquel país. Estudiando la jurisprudencia y la doctrina colombianas
EN LA ELABORACIÓN DE LA TEORÍA DE LAS ACTIVIDADES PELIGROSAS
vemos cómo se discute sobre la base de las soluciones dadas por los tribunales y
autores franceses. A continuación estudiaremos la síntesis del pensamiento jurí-
Solo a partir de 1938 empieza a estructurarse la teoría de la responsabilidad
dico de nuestro país con respecto a este tema.
civil por actividades peligrosas del artículo 2356 en el derecho colombiano 5 • Has-
ta esa época la mayoría de los tribunales se orientaban por el principio de que la
858.- LA PELIGROSIDAD DE LAS COSAS EN LA DOCTRINA DE RIPERT víctima debía probar la culpa del demandado. Sin embargo, conviene rescatar
algunas sentencias anteriores a 1938, en las que la Corte acepta la presunción de
Como ya lo hemos manifestado (supra, T. 1, 828), el asunto Jandheur, en su culpa aquiliana basada en el artículo 1604 de acuerdo con el cual, la prueba de la
primera sentencia de 1927, expresaba que la responsabilidad por el hecho de las diligencia y cuidado incumbe al que los ha debido emplear. Estos fallos hablan
cosas surgía de la guarda que exigían ciertas cosas en razón "del peligro" que ellas indistintamente de probar diligencia y cuidado o de demostrar caso fortuito y
podían hacer correr a terceros; basado en este aspecto de peligrosidad, RIPERT 1 fuerza mayor; por ninguna parte aparece una responsabilidad fundamentada en las
sostuvo que solamente cuando existía esa característica en la cosa dañina se po- actividades peligrosas o en el hecho de las cosas; simplemente, la norma transcrita
dría comprometer la responsabilidad del guardián; posteriormente, los autores (C. C., art. 1604) apuntala la presunción. Aunque algunos fallos citan el artículo
chilenos 2 y colombianos 3 , suponemos que orientados por dicho autor y por JossERAND, 2356 del Código Civil, lo cierto es que no hacen distinción entre esta norma y el
le dieron al artículo 2356 del Código Civil colombiano (C. C. ch., art. 2329) una artículo 2341. El criterio de la presunción, así fija do, data del 17 de diciembre de
aplicación basada en esas mismas ideas. La creación fue afortunada, pues no exis- 1897 y la explicación reiterada de la Corte la encontramos en esta sentencia del17
tiendo norma semejante al artículo 1384, inciso primero, del Código de Napoleón, de diciembre de 1927:

Planiol y Ripert, ob. cit., t. VI, núm. 481.


4 Los códigos ruso, italiano y mexicano consagraron expresamente la responsabili-
2 Carlos Ducci Claro, ob. cit., núms. 76 y ss.; igualmente Arturo Alessandri Rodríguez, dad por actividades peligrosas, pero sus textos son radicalmente distintos a los del
ob. cit., núms. 195 y ss. Código de Bello.
3 Eduardo Zuleta Ángel, citado por Pérez Vives, ob. cit., núm. 188. 5 Cas., mar. 14/38, "G. J.", t. XLVI, p. 216; cas., mayo 31/38, "G. J.", t. XLVI, p. 561.
862 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 863

"La empresa no ensayó siquiera la prueba del hecho contrario, o la de haber a decir que nuestros expositores la tomaron o no de los doctrinantes franceses. Sin
sobrevenido el accidente por caso fortuito, sin hecho o culpa suya que hubiere embargo, es por lo menos indicativo el hecho de que la nueva interpretación del
contribuido a pesar de su condición de demandado, porque el artículo 1604 artículo 2356 haya surgido sobre la base de los mismos principios expuestos por
del C. C. establece el principio de que la prueba de la diligencia y cuidado RIJ-?ERT 8 y con una posteridad casi inmediata, lo que hace más presumible esta
incumbe al que ha debido emplearla, regla que tiene cabal aplicación en to- influencia.
dos los casos de culpa civil, ya se trate de contractual o aquiliana" 6 •
De todos modos, autores colombianos 9 y chilenos 10 están de acuerdo en que
Como antes dijimos, la Corte no había radicado expresamente la presunción el mérito del descubrimiento de esta fórmula es atribuible EDUARDO ZuLETA ÁN-
de culpa en el artículo 2356 del Código Civil. Solo en 1938 sienta los principios GEL, quien mediante sus ponencias en la Corte Suprema de Justicia logró introdu-
definitivos para estructurar toda una teoría con base en la responsabilidad civil cir el innovador criterio 11 .
por actividades peligrosas, criterio jurisprudencia! que se ha ido decantando des-
de aquella época, aligerando la carga probatoria de la víctima. Además, DucCI CLAR0 12 , en tesis de grado publicada en 1936, y posterior-
mente en su obra de responsabilidad civil, invoca las enseñanzas de ZuLETA ÁN-
En el estado actual, la jurisprudencia es indiscutible en cuanto a que la vícti- GEL, desarrollándolas y determinando su verdadero alcance; más tarde ALESSANDRI
ma debe probar únicamente que el daño fue causado en el ejercicio de una activi- RoDRÍGUEZ, en un estudio realizado en homenaje a HENRY CAPITANT y retomado
dad peligrosa, en cuyo caso el demandado solo podrá exonerarse demostrando posteriormente en su obra de responsabilidad extracontractual 13 , acepta y comple-
una causa extraña 7 • En el fondo, y desde el punto de vista probatorio, la situación menta la mayoría de las ideas propuestas por ZuLETA ÁNGEL y DucCI CLARO. Como
es la misma que existe en el derecho francés para la responsabilidad civil por el estos argumentos son los esgrimidos permanentemente por la jurisprudencia y la
hecho de las cosas, situación que obliga al análisis de la influencia que para re- doctrina queremos reproducir las líneas con las que ALESSANDRI justifica su punto
solver este problema han tenido las doctrinas francesas en nuestro derecho. Ini- de vista:
cialmente veremos en qué se fundamentaron los "descubridores" del artículo 2356
del Código Civil para emprender el desarrollo de esta teoría; posteriormente fija- "Razones que demuestran la existencia de esta presunción. Las razones que
nos inducen a pensar así, son:
remos el alcance que algunos criterios de la doctrina francesa pueden tener en
nuestro medio. "1. La colocación del artículo 2329 [2356 del C. C. col.]: El Código, des-
pués de haber señalado en los artículos 2320 a 2328 los casos en que se
860.- DocTRINA soBRE LA EXÉGESis DEL ARTÍCULO 2356 DEL CóDIGO CIVIL presume la culpabilidad de una persona por el daño causado por otra que está
a su cuidado o servicio, o por la ruina de un edificio que le pertenece, o por
Como bien se sabe, el artículo 2356 del Código Civil ha servido de funda-
un animal del que es dueño, o del que se sirve, o por las cosas que caen o se
mento a la jurisprudencia y a la doctrina para establecer la responsabilidad civil
arrojan de la parte superior de aquel, termina diciendo en el artículo 2329:
por actividades peligrosas. Un recuento histórico de la evolución doctrinal al res- Por regla general todo daño, etc.
pecto nos permitirá al final exponer nuestro punto de vista.
"Esta colocación y la frase inicial del referido artículo permiten sostener que
Como dijimos anteriormente (supra, T. I, 828), la doctrina francesa, por in- el Código, después de señalar esos casos, quiso dictar una regla que comprendiera
termedio de RIPERT, exigía que la cosa por la cual se debía responder hiciera correr
peligro a terceros; aunque la teoría fue abandonada en aquel país, nada nos autoriza

8 Planiol y Ripert, ob. cit., t. VI, núm. 481.


9 Álvaro Pérez Vives, ,ob. cit., núm. 188.
6 Sent., nov. 19/27, "G. J.", t. XXXV, p. 94. En el mismo sentido, cas., mayo 14/17, 10 Carlos Ducci Claro, ob. cit., núm. 81; Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm.
"G. J.", t. XIII, p. 222; mayo 16/28, "G. J.", t. XXXV, p. 260; feb. 28/33, "G. J.", t. 203 bis.
XLI, p. 192; mar. 17/32, "G. J.", t. XXXIX, p. 556; dic. 12/29, "G. J.", t. XXXVII, p. 11 Fallo nov. 30/35; cas., mar. 14/38 y mayo 31/38, "G. J.", t. XLVI, p. 216.
360; y cas., feb.5/36, "G. J.", t. XLIII, p. 1017. 12 Carlos Ducci Claro, ob. cit., núm. 76.
7 Véanse jurisprudencias citadas, infra, núm. 76, nota 22. 13 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núms. 195 y ss.
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 865
864 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

ditado ese hecho queda establecida la responsabilidad del agente, a menos


los demás análogos que pudieran haberse omitido. Por eso comienza dicien-
do: Por regla general. Con ello quiso significar que lo que ocurre en los que pruebe su inculpabilidad.
casos de los artículos anteriores ocurre en otros, y como en ellos la culpabi-
"Lo mismo sucede con la remoción de las losas de una acequia o cañería en
lidad se presume, otro tanto sucede en el caso del daño que pueda imputarse
una calle o camino sin necesarias precauciones, o con el hecho de mantener
a malicia o negligencia de otra persona. De lo contrario, sería inexplicable el
en mal estado un puente o acueducto que atraviesa un camino y a cuya repa-
empleo de la expresión por regla general, cuanto más que era innecesario
ración o construcción se está obligado. Tales hechos son por su naturaleza
sentar nuevamente el principio de que todo daño causado con malicia o negli-
demostrativos de culpa; si sobreviene el daño, es racional atribuirlo a ella.
gencia debía repararse, pues ya estaba formulado con caracteres de bastante
Quien sufre un accidente a consecuencia de esas circunstancias no necesita
generalidad en el artículo 2314 [2341 del C. C.] con que se inicia el título "de
probar la culpa del autor del daño; le bastará acreditar que este removió las
los delitos y cuasidelitos".
losas de una acequia o cañería en la forma que indica el núm. 2 del artículo
"2. La redacción misma del artículo 2329: el legislador no dice que todo 2329 [art. 2356 del C. C. col.], o que el acueducto o puente en donde aquel se
daño causado, cometido u ocasionado por malicia o negligencia de una per- produjo estaba en mal estado y que era obligación del demandado conservar-
sona, ni que todo daño proveniente de la malicia o negligencia de otros, como lo o repararlo, para que se presuma la culpabilidad de este, porque se trata de
debió decir si hubiera querido establecer una responsabilidad a base de culpa un daño que por la naturaleza del hecho que lo causó, por las circunstancias
probada, sino que dice "todo daño que pueda imputarse a malicia o negligen- en que se realizó, es de aquellos que pueden imputarse a negligencia.
cia de otra persona, debe ser reparado por esta".
"4. La necesidad de que el artículo 2329 no sea un precepto inútil y despro-
"El empleo de la forma subjuntiva pueda, que es sinónimo de estas otras: que visto de sentido, como sucedería si se limitare a repetir o confirmar la regla
sea posible, que sea susceptible, no da la idea de que algo necesariamente del artículo 2314. El Código no necesitaba decir nuevamente que el daño
debe ser, sino algo que puede ser. Es como si dijera: Todo daño que sea causado por dolo o culpa debía ser reparado por su autor; ya lo había dicho en
posible imputar a malicia o negligencia, o bien, todo daño susceptible de el artículo 2314 [art. 2341 del C. C. col.]. En cambio, de acuerdo con nuestra
imputarse, etc. El legislador no da por establecido que el daño provenga de interpretación, el artículo 2329 aparece como un precepto distinto de aquel Y
dolo o culpa, ni obliga a reparto solo en caso de probarse uno u otro. Partien- de enorme utilidad, comoquiera que en ciertos casos relevaría a la víctima/
do de la base de que hay daños que pueden provenir de malicia o negligencia
del onus probandi 15 •
de una persona, dice que cuando el daño sea de aquellos que puedan tener
este origen, cuando pueda imputarse esa causa, cuando es racional suponer "Entre ambas interpretaciones no parece dudosa la elección. No solo es ra-
que ha podido o debido derivar del dolo o de la culpa del agente, este debe cional suponer que las leyes se dictan con algún objeto, sino que todo acon-
repararlo, con lo cual da a entender que mientras no se establezca lo contra- seja, en la duda, preferir la interpretación más útil y conveniente para el inte-
rio, pesa sobre él esa obligación 14 • rés social, sobre todo en una materia como esta, en que hay ventaja manifies-
"3. Los ejemplos que contiene: Todos suponen la ejecución de un hecho ta en ampliar el ámbito de la responsabilidad" 16 •
demostrativo de culpa por sí solo.
Los párrafos anteriores muestran los argumentos utilizados por las doctrinas
"El disparo imprudente de un arma de fuego es un acto culpable en sí mismo. chilena y colombiana para explicar la responsabilidad por actividades peligrosas;
Quien dispara tal arma en un recinto cerrado donde hay varias personas, eje- nosotros adherimos a ellas con respecto a la carga de la prueba. En lo que no
cuta un hecho qu~ denota culpa sin necesidad de mayor demostración. Acre- estamos de acuerdo, y lo explicaremos detalladamente más adelante, es en consi-

14 Una sentencia de la Corte colombiana explica, del mismo modo, la utilización de la 15 Cas., mayo 18/76, "G. J.", t. CLII, p. 73, acepta que el art. 2356 del C. C. no repite
forma verbal "pueda": "La inflexión verbal pueda está indicando que con solo que el art. 2341 de la misma obra.
sea posible la interpretación de culpa( ... ) ella se presume" (Neg. Gen., dic. 14/61,
16 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. i 96.
"G. J.", t. XCVII, p. 779).
866 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 867

derar que ese término pueda consagrar una hipótesis, una presunción 17 • Para noso- En casación del18 de noviembre de 1940, la Corte manifiesta lo siguiente:
tros, el ejercicio de la actividad peligrosa no permite presumir culpa del agente;
consideramos que el despliegue de una actividad de esta naturaleza debe ser teni- "La interpretación que se ha de dar al artículo 2356 del C. C. no equivale, ni
do como una culpa probada y no presunta; en este caso, la forma como está redac- con mucho, a la admisión de la teoría del riesgo, la cual no ha sido acogida
tado el artículo permite que el juez no trabaje con base en una hipótesis sino con por nuestras leyes" 19 .
fundamento en una culpabilidad establecida; el ejercicio de una actividad peligro-
sa es, en sí mismo, una culpa de tal envergadura, que el simple hecho de su reali- Sin embargo, la Corte, en casación del14 de marzo de 1938 con ponencia del
zación hace que el juez deba imputarla a malicia o negligencia; si fuera presun- doctor RICARDO HINESTROSA DAZA, acogió la teoría del riesgo con respecto alar-
ción permitiría demostrar ausencia de culpa; si se admite que solo libera la causa tículo 2356. El texto de dicha jurisprudencia, que dicho sea de paso es anterior a
extraña, es porque debe entenderse que el ejercicio de la actividad constituye una la decisión que hemos reproducido y que condena la teoría del riesgo, dice:
culpa probada, aunque en la práctica se trata de una responsabilidad objetiva. Más
adelante (infra, T. I, 867) hablaremos con más amplitud sobre este punto. "La teoría del riesgo, según la cual al que lo crea se le tiene por responsable,
mira principalmente a ciertas actividades por los peligros que implican, ine-
vitablemente anexos a ellas, y mira a la dificultad que suele llegar a imposi-
SECCIÓN H.- para bilidad de levantar las respectivas probanzas" 20 •
la teoría de la res·vo.nstrbzJrtatza actividades peligrosas

TEORÍA DEL RIESGO 862.- PRESUNCIÓN DE CULPABILIDAD

Los autores que defienden la teoría del riesgo manifiestan que quien se apro- Los tribunales colombianos utilizan indistintamente las nociones de "presun-
vecha de un riesgo, o quien lo crea, debe indemnizar los daños que de él se deri- ción de culpabilidad", "presunción de responsabilidad" 21 y "presunción de causalidad",
ven, independientemente de la culpa adicional en que pueda incurrir quien generó queriendo significar con todo ello que la víctima no está en la obligación de pro-
la causa del daño 18 . Quienes propugnan tal criterio se basan en dos argumentos: bar una culpa adicional a la prueba de la actividad peligrosa 22 .

a) La responsabilidad civil de los patronos por el hecho de sus empleados


Del mismo criterio son los autores y tribunales chilenos, quienes en su mayo-
no le permite al empleador demostrar ausencia de culpa, lo cual implicaría una
ría hablan de que en todos los casos de responsabilidad por el hecho de las cosas
responsabilidad fundamentada en el riesgo-provecho y no en la culpa.
animadas e inanimadas existe una presunción de culpa23 .
b) El artículo 1384 del Código Civil francés sostiene que "uno es responsa-
ble de las cosas que tiene bajo la guarda". El texto literal de esta disposición no
menciona la palabra culpa (jaute ), lo cual implícitamente le permitiría al juez 19 Cas., nov. 18/40, "G. J.", t. L, p. 439. En el mismo sentido, cas., ago. 18/41, "G.
prescindir de dicho elemento. J.", t. Ll, p. 188. El Consejo de Estado también ha condenado la teoría del riesgo:
sent., oct. 28/76, Anales, t. XCI, p. 615, citado en Giralda, María Elena y González,
Nubia, Diccionario jurídico, t. 111, Medellín, Edit. Diké, 1982, p. 702.
Cuando enjuiciemos estas teorías veremos hasta qué punto son aplicables en 20 Cas., mar. 14/38, "G. J.", t. XXLVI, pp. 215 y 216, núm. 1934.
el derecho colombiano; por el momento digamos que, en líneas generales, la teo- 21 Cas., abr. 30/41, "G. J.", t. Ll, p. 237, en que se habla de responsabilidad.
ría del riesgo ha sido condenada por los tribunales colombianos. 22 Cas., 19 mar. 1939, "G. J.", t. XLVIII, p. 801; cas., 25 nov. 1943, "G. J.", t. LVI, p.
296; cas., 17 abr. 1970, "G. J.", t. LXXXIV, p. 41; cas., 20 abr. 1944, "G. J.", t. LVII
p. 149; cas., 15 jun. 1944, "G. J.", LVII, p. 850; cas., 30 abr. 1976, en Jurispruden-
cia civil1976, p. 186; cas., 29 oct. 1979, en Jurisprudencia civi/1979, p. 184; cas.,
17 La Corte habla de presunción: cas., feb. 9/76, "G. J.", t. CLII, p. 30. 5 sep 1978, en Jurisprudencia civil1978, p. 124; cas., 21 feb. 1977, en Jurispru-
18 En este sentido, Savatier, Traité ... , t. 1, núm. 326 y Comment repenser la conception dencia civi/1977, p. 163; cas., 30 abr. 1976, "G. J.", t. CLII, p. 129.
fram;aise actuel/e de la responsabilité civile, núm. 7; Josserand, ob. cit., núms. 23 Carlos Ducci Claro, ob. cit., p. 70, quien incluye citas jurisprudenciales; Arturo
512yss. Alessandri Rodríguez, ob. cit., núms. 195 y ss.
868 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 869

863.- TEORÍA DE LA CULPA EN GUARDA 866.- ESTADO ACTUAL DE LA DOCTRINA COLOMBIANA SOBRE ACTIVIDADES
PELIGROSAS
De otro lado, en sentencia de mayo 18 de 1972, la Corte parece acoger la
teoría francesa de la culpa en la guarda. Dice la Corte: "la responsabilidad del
La doctrina nacional no es abundante en este punto; fuera del profundo estu-
dueño por el hecho de las cosas inanimadas, proviene de la calidad que de guar-
dio de PÉREZ VIVES 28 son pocos los aportes de los autores a tan delicada materia.
dián de ellas presúmese tener" 24 .
Para MoNTOYA GóMEZ29 , el artículo 2356 del Código Civil "consagra una
Como ya hemos visto (supra, T. I, 820), los hermanos MAZEAUD 25 sostienen•
presunción de culpa, la que se presume de derecho, a cargo de quien al ejercer una
que la responsabilidad por el hecho de las cosas supone una presunción de culpa
actividad peligrosa, lesione un derecho ajeno. El demandado en este caso solo
en la guarda, lo que hace responsable a quien la ejerce; la influencia de estos
puede eximirse de responsabilidad demostrando el elemento extraño" 30 .
doctrinantes es manifiesta en nuestra cultura jurídica; de allí su citación perma-
nente por parte de los tribunales. En consecuencia, la doctrina y la jurisprudencia Más adelante, al explicar la jurisprudencia nacional, hace las diferencias en-
consideran que el artículo 2356 del Código Civil descansa sobre una presunción tre presunción de culpa y presunción de responsabilidad, dando a entender que el
de culpa en la guarda de la actividad peligrosa. artículo 2356 del Código Civil consagra una presunción de responsabilidad, ya
que el demandado solo puede exonerarse demostrando una causa extraña 31 ; final-
FORMA DE EXONERACIÓN ("PRESUNCIÓN DE RESPONSABILIDAD") mente, el autor manifiesta que la Corte acoge la teoría del riesgo.

La jurisprudencia es unánime: probado el vínculo de causalidad entre la acti- Al analizar algunas decisiones jurisprudenciales del supremo tribunal, ex-
vidad peligrosa y el daño, el demandado solo puede exonerarse demostrando una presa lo siguiente:
causa extraña, la cual puede estar constituida por una fuerza mayor, caso fortuito,
el hecho exclusivo de un tercero o el hecho exclusivo de la víctima26 . Así las "De lo expuesto se deduce que la responsabilidad del artículo 2356 es objeti-
cosas, nuestra jurisprudencia se ha equiparado desde el punto de vista probatorio va o por riesgo, pues no se examina si ha existido culpa o no en el agente, y
a las llamadas "presunciones de responsabilidad" o de "pleno derecho"; en la tan solo se le permite acreditar que no se causó el daño; o que el daño no le es
actualidad, al demandado no le basta demostrar ausencia de culpa, pues solo rom- imputable, o que no existe el nexo causal" 32 .
piendo el vínculo de causalidad se libera de la obligación de reparar.
A su vez, FERNANDO HINESTROSA FoRERO, en cita que de su pensamiento hace
865.- DIFERENCIA ENTRE PRESUNCIÓN DE CULPA Y DE RESPONSABILIDAD MoNTOYA GóMEZ, parece atribuir la fundamentación de la responsabilidad civil
por actividades peligrosas a la teoría del riesgo-provecho 33 •
La presunción de culpa se puede desvirtuar demostrando ausencia de culpa;
en la presunción de responsabilidad, el demandado solo se libera probando causa
extraña, de donde llega a decirse que también se presume el vínculo de causalidad. (cont. nota 27) dad, no obstante que en algunos fallos habla de presunción de culpa: cas., 17 abr.
Sobre este punto volveremos in extenso 27 (infra, T. II, 6 y ss.). 1970, "G. J.", t. LXXXIV, p. 41; cas., 19 mayo 1939, "G. J.", t. XLVIII, p. 801; Trib.
Sup. Med., 29 mayo 1979, en Jurisprudencia civi/1979, t. 111, p. 1979; cas., 27 abr.
1972, "G. J.", t. CXLII, pp. 173 y 174. Sobre diferencias entre causa extraña y
ausencia de culpa: Trib. Sup. Med., 25 mayo 1979, en Jurisprudencia civi/1979, t.
111, p. 1979.
24 Sent., mayo 18/1972, "G. J.", t. CXLII, p. 188.
25 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núms. 1243 y ss. 28 Ob. cit., t. 11, núm. 188 e), p. 168.
26 Exigiendo causa extraña pueden verse, entre otras muchas, cas., 17 abr. ~ 970, 29 Mario Montoya Gómez, ob. cit., p. 225.
"G. J"., t. LXXXIV, p. 41; Tribunal Superior de Medellín, 29 mar.1979, en Junspru- 30 Ibídem.
dencia cíví/1979, t. 111, p. 1979; cas., 27 abr. 1972, "G. J", t. CLXII, pp. 173 y 174. 31 Ibídem, p. 260.
27 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traíté ... , t. 11, núm. 1297. La distinción solo es teórica, ya 32 Ibídem, p. 261.
que nuestra Corte sigue exigiendo causa extraña para liberar de la responsabili-
33 Fernando Hinestrosa Forero. Citado por Montoya Gómez, ob. cit., p. 256.
870 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 871

Dice HINESTROSA: "Quien crea el peligro asume los riesgos. Quien se benefi- culpa sigue siendo el principio fundamental de toda responsabilidad civil, con-
cia moral o económicamente con una actividad de natural peligrosidad, está cobi- tractual o extracontractual, aunque en este caso se habla de una presunción de
jado por una presunción de culpabilidad en su contra" 34 • culpa36 •

Finalmente, hemos de referirnos a los conceptos de PÉREZ VIVES. Cuando Pero, adicionalmente, existe una barrera infranqueable en favor de la tesis de
expongamos nuestros puntos de vista sobre la responsabilidad por actividades la responsabilidad culposa en caso de daños causados por el ejercicio de activida-
peligrosas veremos el agudo análisis que en algunos pasajes de su obra plantea el des peligrosas. En efecto, el artículo 2356 del Código Civil habla de daños impu-
doctor PÉREZ. D~ paso digamos simplemente que el autor parece acoger el sistema tables a "malicia o negligencia", lo que no deja opción distinta de la de la culpa
mixto basado en la culpa y en el riesgo. Se expresa así: como fundamento de dicha responsabilidad. En consecuencia, de lo que se trata es
de mejorar la situación probatoria de la víctima sin desconocer los textos legales.
"De allí que sea conveniente mantener el sistema de la culpa, pero adaptán- Esa es la misión del intérprete.
dolo a la hora presente en la forma que hemos procurado hacerlo anterior-
mente. E igualmente, consagrar para casos concretos la teoría del riesgo, a
medida que las posibilidades económicas y sociales lo permitan y lo exijan, 868.- EN LA PRÁCTICA, RESPONSABILIDAD OBJETIVA
de modo a ir implantando una mayor equidad sobre tan difícil materia" 35 .
Con todo, es preciso admitir que, en la práctica, la responsabilidad por acti-
Además es necesario analizar el gran influjo de las doctrinas de PÉREZ VIVES vidades peligrosas, en la medida en que solo le exige a la víctima probar que el
en el desarrollo de la jurisprudencia colombiana. Aunque no estamos de acuerdo daño fue causado por una actividad peligrosa del demandado y que este solo se
con él en muchos puntos, hemos de reconocer el mérito del análisis crítico que de libera mediante la prueba de una causa extraña, está consagrando una responsabi-
las doctrinas francesas realiza el autor, sobre todo tratándose de la adecuación de lidad sin culpa. Si conservamos la idea de culpa es por respeto al derecho escrito
la doctrina y la jurisprudencia de aquel país en el derecho nuestro. Corresponde que es la base de nuestro orden jurídico. Si el artículo 2356 del Código Civil habla
ahora hallar una explicación satisfactoria que justifique la aplicación que del ar- de daños imputables a malicia o negligencia del demandado, es lógicamente im-
tículo 2356 del Código Civil hace la jurisprudencia y de las consecuencias lógico- posible renunciar a la culpa como fundamento de la responsabilidad por activida-
jurídicas que de ellas se derivan. des peligrosas. Por ello, la doctrina y la jurisprudencia nacionales hablan de pre-
sunción de culpa.

SECCIÓN III.- de la responsabilidad Aunque en forma reiterada la jurisprudencia y la doctrina nacionales hayan
por actividades peligrosas condenado la teoría del riesgo como fundamento de la responsabilidad por activi-
dades peligrosas, lo cierto es que ella, así haya sido por vía doctrinal y filosófica,
867.- LA CULPA ES EL FUNDAMENTO FILOSÓFICO DEL ARTÍCULO 2356 ha sido inspiradora de nuestra jurisprudencia.
DEL CóDIGO CIVIL
En la práctica, es lo mismo para la víctima y para el demandado afirmar que
En múltiples oportunidades, la doctrina y la jurisprudencia colombianas en las actividades peligrosas hay una responsabilidad objetiva puesto que el de-
han condenado la teoría del riesgo como fundamento de la responsabilidad por mandado solo se exonera probando una causa extraña, que afirmar que estamos
actividades peligrosas. Existe en nuestro medio el criterio tradicional de que la ante una presunción de culpa que solo se desvirtúa probando esa misma causa
extraña. Para efectos prácticos, la carga probatoria es la misma.

34 Ibídem.
35 Álvaro Pérez Vives, Ob. cit., p. 374, núm. 256. 36 Emiliani Román, Ob. cit., p. 68.
872 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 873

869.- LA CULPA PROBADA O PRESUNTA EN LA RESPONSABILIDAD Así: el artículo 2350 del Código Civil establece la responsabilidad de los
POR ACTIVIDADES PELIGROSAS dueños de los edificios que se arruinan cuando la ruina ocurre por falta de mante-
nimiento del edificio. Es esta una responsabilidad con culpa probada, pues el he-
Admitido que el artículo 2356 del Código Civil establece en el fondo una cho de no dar mantenimiento al edificio es la culpa misma. Es absurdo afirmar
responsabilidad objetiva, pese a que es indispensable seguir sosteniendo que el que probada la falta de mantenimiento la culpa se presume. Habría presunción de
fundamento de dicha norma es la culpa, pues a ella se refiere en forma expresa la culpa si la norma no cualificase la conducta del demandado, es decir, si no exigie-
norma, debemos esforzarnos por determinar si se trata de una culpa probada o de se la ausencia de mantenimiento.
una culpa presunta.
Lo mismo sucede con los daños causados por los animales fieros que no
Como bien se sabe, tanto la doctrina como la jurisprudencia afirman que se reportan ninguna utilidad. En efecto, el artículo 2354 del Código Civil consagra
trata de una culpa presunta que solo se desvirtúa probando una causa extraña. una responsabilidad con culpa probada y esa culpa consiste en tener un animal
fiero que no reporta utilidad alguna. Así lo consideró la Corte Suprema de Justi-
En las ediciones anteriores de esta obra hemos tratado de demostrar que no
cia, en fallo del 6 de abril de 1989, citado por el mismo doctor PARRA QuuAN0 38 .
estamos ante una presunción de culpa en el sentido tradicional de las presun-
ciones. En ese intento, llegamos a la conclusión de que se trataba de una culpa Luego, también en este caso, es absurdo hablar de una presunción de culpa.
probada a partir de indicios. Para llegar a dicha conclusión hicimos una serie de Estaríamos ante una responsabilidad objetiva o frente a una presunción de culpa si
disquisiciones sobre las presunciones legales y judiciales. la norma no exigiese la ausencia de utilidad del animal causante del daño. Pero
como dicha exigencia está consagrada en la norma, no cabe duda alguna que esta-
Sin embargo, el doctor JAIRO PARRA QmJANO en el tomo IV de su obra Trata-
mos ante una responsabilidad con culpa probada y no con culpa presunta.
do de la prueba judicial (Indicios y presunciones) 37 , nos formula una serie de
juiciosas observaciones, algunas de las cuales acogemos con la humildad requeri- En la responsabilidad por actividades peligrosas sucede lo mismo. El artícu-
da. Con todo, el planteamiento central de nuestra tesis continúa siendo el mismo, lo 2356 del Código Civil considera culposo el hecho de ejercer actividades peli-
es decir, que el artículo 2356 del Código Civil establece una responsabilidad con grosas. Es absurdo, por ejemplo, afirmar que el que mueve las lozas de una cañe-
culpa probada y no una responsabilidad con culpa presunta. ría sin tomar las medidas necesarias para evitar el daño se presume culpable. La
culpa consiste en realizar dicha conducta sin tomar las medidas necesarias. ¿Para
Pese a las objeciones del doctor PARRA QunANO, seguimos pensando que mientras
qué seguimos hablando de presunción de culpa? Habría presunción de culpa si la
que en las verdaderas presunciones de culpa, la conducta del demandado no re-
víctima no tuviese que demostrar la cualificación de la conducta del demandado
quiere el más mínimo análisis probatorio, en la culpa probada, así sea mediante
exigida por la norma.
indicios, es preciso cualificar la conducta del causante del daño para, a partir de
dicha cualificación, concluir si hubo culpa o no. Bien vistas las cosas, la doctrina de la presunción de culpa por actividades
peligrosas es insostenible. En efecto, en relación con dicha responsabilidad caben
Lo que sucede es que en la doctrina y la jurisprudencia existen muchos jue-
teóricamente tres doctrinas: la de la responsabilidad objetiva, que exige la prueba
gos de palabras en relación con las presunciones, situación que dificulta la solu-
de una causa extraña como medio de exoneración; la de la culpa probada, defen-
ción del problema.
dida por nosotros, según la cual, el simple hecho de ejercer la actividad peligrosa
Por ejemplo: la ley, en forma expresa, considera como culposas determina- es una culpa, en cuyo caso, la prueba de la causa extraña rompe el nexo causal
das conductas, lo que no significa que probadas dichas conductas la culpa se pre- entre la culpa y el daño y, por tanto, también hay exoneración, o, finalmente, la
suma. ¡No! La conducta es en sí misma la culpa probada. presunción de culpabilidad que, en lógica jurídica, puede desvirtuarse con la prueba
de la ausencia de culpa.

37 Jairo Parra Quijano, Tratado de la prueba judicial: indicios y presunciones. T. IV,


2a ed., Bogotá, Ediciones Librería del Profesional, 1992, p. 141. 38 Jairo Parra Quijano, Ob. cit., t. IV, p. 138.
874 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 875

Paradójicamente, las dos primeras soluciones no se excluyen en la práctica aumentaran la peligrosidad de causar daño, serían indiferentes para el derecho. En
pues, de acuerdo con ellas, el demandante debe probar que el daño fue causado realidad, la diferencia entre un perito y quien no lo es consiste en que quien cono-
con una actividad peligrosa y, en ambas, el demandado solo se exonera mediante ce su oficio corre menos peligro de producir daño. Igual cosa ocurre con el impru-
la prueba de una causa extraña. La única diferencia teórica consiste en que, para dente o con el negligente. En el fondo, pues, lo negativo de la conducta culposa es
nosotros, al probarse la peligrosidad de la actividad, se estará probando la culpa; la creación de peligro que ella genera.
en cambio, para los objetivistas, la peligrosidad es base suficiente de la responsa-
bilidad independientemente de que dicha peligrosidad sea imputable o no a culpa En efecto, podría pensarse en una conducta imprudente, imperita o negligen-
del agente causante del daño. En cambio, la doctrina de la presunción de culpa es te que sin embargo no produjese peligro. Tal sería el caso del estudiante de medi-
insostenible, pues no se ve como pueda, en sana lógica, presumirse la culpa sin cina que en estado de embriaguez, con instrumentos deficientes y sin un suficien-
que el presunto culpable pueda probar ausencia de culpa. Tan cierto es lo que te conocimiento médico, empieza a trabajar sobre un cadáver. En este caso la
afirmamos, que la misma Corte en algunas oportunidades expresa que en la res- impericia no tiene trascendencia jurídica, pues con ella no está produciendo peli-
ponsabilidad por actividades peligrosas existe no una presunción de culpa sino gro de causar daño.
una presunción de responsabilidad o causalidad.
Por el contrario, si ese mismo estudiante realiza esas conductas frente a un
870.- RECAPITULACIÓN paciente, obviamente estará aumentando los peligros de crear un daño; poco im-
porta que trate de evitarlos y, por tanto, su conducta es culposa. En conclusión, es
Hechas las anteriores precisiones, nos parece procedente reproducir a con ti- la peligrosidad lo que jurídicamente da vida a la culpa.
nuación los párrafos de nuestras ediciones anteriores, en los cuales desarrollamos
nuestra doctrina de la culpa probada en la responsabilidad por actividades peli- 872.- Siguiendo este derrotero, el legislador, en el artículo 2356 del Código
grosas. Civil, advirtió que ciertas conductas creaban una peligrosidad de tal magnitud que
eran por sí mismas prueba de que quien las había desplegado había actuado en
871.- SITUACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS forma culposa. Por tanto, desde el momento en que la víctima demostrase que el
daño se causó a raíz de la peligrosidad creada por el agente, de por sí se habría
Pues bien, aunque en Colombia la jurisprudencia y la doctrina tradicionales, establecido la culpa del demandado.
siguiendo en ello a la responsabilidad por el hecho de las cosas del derecho fran-
cés, han venido sosteniendo desde hace varios años que la responsabilidad por En tales circunstancias nos encontramos ante una culpa probada y no presun-
actividades peligrosas descansa en una presunción de culpa, nosotros considera- ta. Si fuese esta última, la víctima solo tendría que demostrar la existencia de un
mos todo lo contrario. En efecto, si se analiza con detalle la exégesis del artículo daño imputable al demandado; sin embargo, como se debe probar la peligrosidad
2356 del Código Civil, podrá llegarse a la conclusión de que tal norma consagra de la actividad, lo que se está haciendo con ello es demostrar la culpabilidad.
una responsabilidad civil con culpa probada consistente precisamente en el hecho
de que el responsable de la actividad creó conscientemente un estado riesgoso que Podría argumentarse que al igual que en las presunciones, el artículo 2356
finalmente desembocó en el daño de la víctima. del Código Civil consagra un principio general al que debe estar sometido el juez,
en cuyo caso nuestro punto de vista quedaría rebatido. Sin embargo, tal objeción
Para arribar a este punto, basta determinar en qué consiste el reproche que el se cae fácilmente si se advierte que la presunción admite prueba en contrario, es
legislador le hace a quien actúa culposamente, pues no de otra forma podrá enten- decir, si se destruye el hecho presumido. En cambio, en la responsabilidad por
derse por qué la culpa es base de la responsabilidad jurídica. actividades peligrosas, el demandado no está desvirtuando la culpa al demostrar
la causa extraña, ya que aquella se tiene como probada; lo que acontece es que se
En general, podría decirse que la imprudencia, la impericia o la negligencia rompe el nexo causal. La culpa sigue existiendo, pero no le es imputable a ella la
son reprochables por el orden jurídico en la medida en que con ellas se ponga en producción del daño. Es, en cierta forma, la aplicación de la teoría de la causalidad
peligro el orden público o el patrimonio de los particulares. Si esas conductas no adecuada.
876 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 877

873.- Insistir en que la responsabilidad por actividades peligrosas se funda- sonas que por cualquier circunstancia tuvieron la desgracia de lesionar o matar a
mente en una culpa presunta implica un absurdo insostenible. En efecto, la culpa otra, no obstante que no infringieron normas administrativas de tránsito.
presunta tiene que especificarse bien sea en vicio oculto de la actividad peligrosa,
bien en una impericia, en una negligencia o en una imprudencia del responsable. Sin embargo, tal apreciación sería errónea en la actualidad, en virtud de lo
Habría que decirle al presunto responsable de qué clase de culpa se le acusa, pues que la doctrina penal alemana denomina "conductas de adecuación social".
no se puede presumir en forma genérica que el demandado actuó en forma culposa.
Por ello, el artículo 2347 del Código Civil, que consagra una verdadera presun- En efecto, de acuerdo con dicha teoría, hay ciertos comportamientos que en
ción en contra de las personas que deben responder por otras, precisa que al civil- principio podrían ser típicamente delictivos, pero que, en virtud de la finalidad
mente responsable se le presume una culpa consistente en mala vigilancia o en social que ellos persiguen, quedan desacriminados, a pesar de que quien los reali-
mala educación del directamente responsable. za es consciente de los peligros de daño que ellos acarrean. La utilidad social de
estos comportamientos hace que queden por fuera de los tipos penales que, apa-
Es por ello que la doctrina y la jurisprudencia no han podido resolver con rentemente, los comprenden. Al respecto, WELZEL expresa:
lógica satisfactoria por qué el demandado por actividades peligrosas no puede
desvirtuar la presunción que pesa en su contra si se tiene en cuenta que muchas "Socialmente adecuadas son todas las actividades que se mueven dentro del
veces el agente logra demostrar que la actividad peligrosa se encontraba en per- marco de los órdenes ético-sociales de la vida social establecidos a través de
fecto estado, que su conductor era suficientemente perito para hacerlo y que la la historia" 39 .
misma se estaba explotando con todas las seguridades. Después de toda esta prue-
ba, ¿dónde podemos ubicar la culpa? A su vez, H. H. JESCHECK manifiesta lo siguiente:

Evidentemente, el único horizonte lógicamente explicable desde el punto de "La teoría de la adecuación social entiende que aquellas acciones que entran
vista de las reglas de la experiencia radica en el hecho de que en el orden normal por completo dentro del marco del orden colectivo que ha llegado a ser nor-
de las cosas, la actividad productora del daño aumentaba en tal forma los peligros mal en un momento histórico determinado, no pueden realizar ningún tipo de
de producirlo, que quien la creó es culpable por ese simple hecho. Si se acepta este delito, aunque impliquen peligro para bienes jurídicos protegidos penalmente
principio no necesitaremos andar tras las inconsistencias y contradicciones que (?~r ej., tener~~ funcionami.e~t~ un reactor atómico, practicar el fútbol, par-
las presunciones han acarreado a la responsabilidad. ticipar en el trafico automovll1st1co o explotar una empresa ferroviaria, aérea
o naval)" 40 .
En estricta lógica jurídica, la conducta siempre será culposa si el agente pre-
vió que con ella podía causar un daño y, sin mediar causal de justificación, sin En consecuencia, en los tipos penales no están comprendidas muchas con-
embargo la realizó. En el ejercicio de actividades peligrosas no hay causal de ductas que en otra época eran consideradas culposas. El mismo WELZEL observa
justificación porque aunque se aceptara la teoría de la "adecuación social", no que, "Todavía en 1861, el Tribunal Superior de Munich declaró la explotación de
estaríamos, sin embargo, frente a un estado de necesidad, caso en el cual el hecho un ferrocarril como una actividad en sí, ¡antijurídica!" 41 •
se justificaría. No es lo mismo tomar un vehículo para llevar urgentemente un-
paciente a un hospital, que tomarlo para ir al trabajo. Solo en el primer caso el A su vez, en un fallo de principios del siglo XX, la jurisprudencia belga
hecho se justifica por estado de necesidad. En el segundo, es solo el afán de obte- condenó a un constructor de automóviles por el simple hecho de ponerlos en circu-
ner un beneficio personal lo que ha determinado la puesta en circulación de la lación. Al respecto, expresó:
actividad.

874.- A primera vista, nuestra teoría de que el simple ejercicio de activida- 39 Hans Welzel. Derecho penal, Buenos Aires, Edic. Depalma, 1956, p. 63.
des peligrosas es en sí mismo una conducta culposa, significaría que todos los 40 Hans Heinrich Jescheck. Tratado de derecho penal, trad. de Santiago Mir Puig y
accidentes de la circulación que se presentan a diario constituyen delitos penales Francisco Muñoz Conde, Barcelona, Bosch, Casa Editorial, 1981, p. 341.
que indefectiblemente deberían terminar con sentencias condenatorias contra per- 41 Hans Welzel, Ob. cit., p. 64.
878 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 879

"Considerando que Monsieur Albert de Dion, no contento con llevar una que con ellas se busque desacrimine la conducta del agente en detrimento de los
existencia excesivamente costosa, se lanzó en una empresa comercial de ve- otros individuos.
hículos mecánicos, por la cual parece demostrar una predilección cuasi in-
fantil, y en consecuencia inadmisible en un hombre de espíritu normal ( ... )" 42 . 876.- CoNCLUSióN

O sea, todos los requisitos psicológicos de la culpa, en cuanto ella representa De lo anteriormente expuesto puede concluirse que la responsabilidad por
peligrosidad, se producen de igual manera cuando la conducta era antijurídica y actividades peligrosas se fundamenta en una culpa probada consistente en crear
cuando ella es socialmente adecuada. Es simplemente la necesidad social, la que más peligro del que normalmente están en capacidad de soportar los demás indi-
hace que el hecho se ajuste a derecho. viduos que viven en sociedad. Dichas conductas son lícitas en materia penal habi-
da cuenta de la utilidad que ellas representan para la sociedad; no ocurre lo mismo
875.- Pero esa adecuación que existe en materia penal, no necesariamente en materia civil donde siendo culposas, son permitidas siempre y cuando con ellas
tiene que existir en materia civil. En efecto, hay algunas conductas que constitu- no se cause daño a terceros.
yen, a la vez, culpa penal y culpa civil; por el contrario, en algunos eventos hay
culpa civil sin que la misma se produzca en materia penal. 877.- SITUACIÓN PROBATORIA DE LA VÍCTIMA

Tratándose de actividades peligrosas, la conducta se adecua socialmente des- Nuestro punto de vista no supone una desventaja probatoria para las vícti-
de el punto de vista penal; ello es explicable por cuanto la sociedad, ante la nece- mas. En efecto, en el estado actual de la doctrina y la jurisprudencia, la víctima
sidad del avance tecnológico, tiene que desacriminar la conducta en aras del bien- debe demostrar la peligrosidad de la actividad. Nuestra posición es exactamente
estar general. Se sacrifica el bien de menor valor (interés particular). la misma, ya que la víctima, al establecer dicha peligrosidad, estará fijando la
culpa. Es más, nuestra teoría permite zanjar la discusión sobre las formas de exo-
No ocurre lo mismo desde el punto de vista civil. En este caso, lo que era una neración. Si se acepta que se trata de una simple presunción, el demandado podrá
conducta culposa en otra época continúa siéndolo en la actualidad, desde que con tratar de desvirtuar la culpa con diligencia y cuidado; en cambio, si se acepta
ese comportamiento se ponga en peligro los bienes de los particulares. Lo que nuestro punto de vista, podrá explicarse más fácilmente el porqué se exige una
acontece es que en materia civil, los individuos pueden comportarse en forma causa extraña como única forma de exoneración de la responsabilidad.
culposa, a condición, desde luego, de que no causen daño. Es ello lo que explica
la permisión de explotar actividades peligrosas, entre ellas los automóviles. El 878.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA APOYA NUESTRA TESIS
legislador le dice al individuo: benefíciese de los adelantos tecnológicos, poco
importa que con ello actúe culposamente. Sin embargo, el daño que pueda produ- Durante varios años vivimos convencidos de la originalidad de nuestra teoría
cir al patrimonio de terceros debe ser resarcido. Como se ve, entran en conflicto de la culpa probada en la responsabilidad por actividades peligrosas, tal y como la
dos bienes particulares: el del usuario y el de la víctima. Como la tarea del dere- hemos explicado en los párrafos anteriores.
cho civil consiste en buscar el equilibrio patrimonial, el legislador consagró la
responsabilidad por actividades peligrosas en las que se advierte que su ejercicio Sin embargo, al repasar las gacetas judiciales de los años anteriores a 1935,
es malicioso o negligente. fecha a partir de la cual se comienza a hablar por parte de la doctrina y la jurispru-
dencia de la responsabilidad o culpabilidad presunta por actividades peligrosas
En conclusión, las conductas se pueden adecuar socialmente en materia pe- como una figura diferente de la responsabilidad con culpa probada del artículo
nal, mas no así en materia civil, donde no hay lugar a que el beneficio particular 2341 del Código Civil, para nuestra sorpresa encontramos un fallo de la misma
Corte, del23 de marzo de 1934, que en nuestra opinión es el verdadero descubri-
dor del artículo 2356 del Código Civil, en el cual se acoge nuestra teoría de la
culpa probada por el simple hecho de la peligrosidad. Sin desconocer la enorme
42 Citado por Robert Debras, L'expertíse judiciaire des accidents d'automobile, 2a
ed., Paris, Ed. Dunod, 1968, p. 11. pedagogía de los conocidos fallos de la Corte de 1938, en los cuales desarrolla y
880 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 881

explica la filosofía del artículo 2356, lo cierto es que el fallo a que ahora nos ble dominar en sus efectos, es preciso reconocer -se repite- que la naturaleza
referimos es más contundente por lo elemental de sus consideraciones, pues no del medio empleado como necesariamente eficaz para el objeto a que se le
tiene que acudir a la siempre difícil teoría de las presunciones. Veamos. destinaba y con cuyo uso se produjo el daño, hallándose fuera de todo con-
trol, dicho medio precisamente por el uso que de él se hizo en interés y bene-
En la fecha citada, la Corte debió fallar un asunto en el cual se demandaba la ficio de la empresa, que quiso aumentar su capacidad constructora y favore-
responsabilidad del Estado como consecuencia de las heridas que había sufrido el cer la economía en su patrimonio, atrae también necesariamente sobre la misma
demandante al caerle una piedra que había salido disparada de una roca que estaba responsabilidad del daño causado, porque, en casos como este, tratándose de
siendo perforada con un taladro mientras se efectuaban trabajos públicos. Des- un medio fuera de todo control, no puede reconocerse la existencia del cuida-
pués de discurrir sobre la responsabilidad por el hecho ajeno y sobre la responsa- do ordinario y la autoridad competente de que pueda hacerse uso para impe-
bilidad de las personas jurídicas, luminosamente, la Corte hace las siguientes re- dir las consecuencias dañosas; pues si la labor de Rodríguez, según las dispo-
flexiones en relación con los medios empleados por el demandado en la ejecución siciones de los empresarios, era la de hacer explotar los taladros con el objeto
de sus trabajos: de satisfacer sus obligaciones, mal podía cumplirlas sin hacer uso de los medios
que con tal fin se le dieron, y si tales medios se le proporcionaron, siendo
"Y agrega que el siniestro se "produjo aún sin culpa de Gumersindo Rodríguez, esencialmente peligrosos en su utilidad, quien de ellos dispuso es quien debe
quien fue el que encendió el taladro", ya que el acto de prenderle fuego a un soportar las consecuencias de su hecho; y en este caso no puede admitirse la
taladro para perforar una roca era necesario, "porque se trataba de ejecutar una existencia de cuidado y autoridad para prevenir, desde luego que por el uso
obra de utilidad pública, así declarada por la ley, y porque el medio adecuado, de la dinamita era difícil toda prevención, ya que Rodríguez ejecutó precisa-
según los sistemas modernos para perforaciones y trabajos en rocas al descu- mente de modo propio, la labor a él encomendada" 43 .
bierto, como las que se llevaban a cabo en la roca del Huso, según declaracio-
nes de personas competentes que constan en el expediente, es el uso de la fuer- En nuestra opinión, este fallo es el verdadero germen de nuestra institución
za desarrollada por la explosión de los gases. Tampoco hubo culpa por parte de de la responsabilidad por actividades peligrosas. Además, tiene el mérito de no
Gumersindo Rodríguez -dice- en el modo de llevar a cabo dicho acto necesa- recurrir a la ficción de las presunciones ni desconocer el texto del artículo 2356
rio, porque se tomaron las precauciones indispensables para impedir acci- del Código Civil.
dentes: se llevó a cabo a la hora señalada para el efecto, y conocida de todos,
según las órdenes dadas y la costumbre establecida; se empleó solo un taladro Después de haber encontrado este fallo en fecha reciente, experimentamos
de pequeño alcance, y sobre todo se dio previamente la voz de fuego". una paradójica sensación de satisfacción y de frustración: de satisfacción por sa-
ber que nuestra tesis ya había sido avalada por la propia Corte; de frustración, al
"Concreto el caso, como lo es, en la disposición del articulo 2349 del Código percibir que lo que creíamos original de nuestra parte, ya había sido pensado por
Civil, según el cual los amos no responden del daño causado por sus criados otros. Con todo, pueda ser que con este apuntalamiento jurisprudencia! de nuestra
o sirvientes, con ocasión del servicio prestado por estos a aquellos, "si se tesis, ella pueda algún día ser retomada por nuestros tribunales.
probare o apareciere que en tal ocasión los criados o sirvientes se han com-
portado de un modo impropio, que los amos no tenían medio de prever o
SECCIÓN IV.- Quién es responsable por actividades peligrosas
impedir, empleando el cuidado ordinario y la autoridad competente; en este
caso recaerá toda responsabilidad del daño sobre dichos criados o sirvien-
tes"; y admitido que la Nación empleó toda su autoridad y cuidado para im- 879.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

pedir el siniestro, y que este se produjo sin culpa de Gumersindo Rodríguez,


Desde el punto de vista de la actividad generadora del daño, sabemos que ella
según se acredita con los numerosos testimonios que al respecto figuran en
debe estar cualificada por la peligrosidad; más difícil es el asunto de saber cuál es
los autos; aun admitido todo esto, es preciso reconocer, según lo estima la
misma parte que alega, que por tratarse de un acto necesario, indispensable,
como era el uso de explosivos que desarrollaran gases capaces de romper la
roca, explosivos que, no obstante la precaución de ser pequeños, no era posi- 43 C. S. J., cas. civ., 23 mar. 1934, "G. J.", t. XL, p. 835.
882 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 883

la persona que puede ser demandada civilmente por el daño producido por esa 882.- LA GUARDA JURÍDICA
actividad. En efecto, la naturaleza misma de la industria y la técnica implica que
con relación a una misma cosa o actividad haya muchas personas que tienen algún Hasta 1941, la jurisprudencia francesa había admitido que la "guarda de la
vínculo jurídico o de hecho con ellas; en la construcción de una carretera intervie- cosa" la poseía quien tuviera el derecho de control o dirección de ella. Esto equi-
nen sus propietarios, los ingenieros de suelos, los calculistas, interventores, etc., valía a decir que solamente era responsable la persona que tuviese alguna relación
quienes a su vez actúan por medio de sus dependientes; en el transporte, intervie- jurídica con el objeto que causó el daño; como dice SrARCK, se considera guar-
nen los propietarios de los automotores, los empresarios de las flotas, los conduc- dián, en esta primera fase de la jurisprudencia, a la persona física o moral que
tores, etc.; en todos estos ejemplos vemos que cada una de esas personas tiene tiene el derecho de servirse de ella en su actividad independiente. Esta situación
alguna influencia en el comportamiento de la actividad. El estudio de qué persona es denominada guarda jurídica, por oposición a guarda material45 . De allí se
o personas en un momento dado pueden ser responsables de los daños producidos desprende que la guarda jurídica corresponde no solo al propietario, sino a todo
por una actividad peligrosa es el objeto de este apartado. aquel que es arrendatario, usufructuario, comodatario de la cosa, etc.

883.- LA GUARDA MATERIAL


880.- LAS NOCIONES DE "GUARDIÁN DE LA COSA" Y DE "RESPONSABLE
DE LA ACTIVIDAD PELIGROSA"
Hasta el 2 de diciembre de 1941, la teoría de la guarda jurídica parecía ser un
concepto adquirido definitivamente para la institución de la responsabilidad civil
Para conocer quién es el responsable de la actividad peligrosa, conviene por el hecho de las cosas. Sin embargo, la Corte de Casación francesa debió resol-
recordar la influencia que el derecho francés ha tenido sobre los intérpretes del ver en dicha fecha un caso célebre: el asunto Franck.
ordenamiento jurídico colombiano. Aunque la ley francesa vincula la respon-
sabilidad al guardián de la cosa que produjo el daño, la doctrina y la juris- Los hechos. El propietario de un vehículo, de apellido Franck, lo dejó esta-
prudencia colombianas tratan de aplicar esas nociones a la institución de la res- cionado sobre la vía pública; esto permitió que alguien lo robara, con tan mala
ponsabilidad civil por actividades peligrosas; surge entonces la necesidad de suerte que, cuando se hallaba conduciéndolo, atropelló a un peatón, causándole la
establecer un paralelo entre la noción de "guardián de la cosa" y la de "respon- muerte. Se inició un proceso civil contra el propietario del vehículo, ya que él era
sable de la actividad peligrosa". Para ello emprenderemos un repaso histórico el guardián jurídico del automotor. El demandado sostenía que si bien era el pro-
sobre la evolución jurisprudencia! del derecho francés (subsec. I) y de esta ma- pietario, lo cierto era que ya no poseía el poder de dirección y control sobre él. La
nera podremos determinar quién responde por actividades peligrosas en el dere- Corte absolvió al propietario del vehículo y consideró que el guardián de este,
cho colombiano (subsec. II). para efectos de la responsabilidad por el hecho de las cosas, era en ese caso el
ladrón. Veamos algunos apartes de los considerandos de la Corte:

"( ... ) para rechazar la demanda de los esposos Connot, la Corte declara que
SuBSECCióN 1- Evolución de la .lm·tsJnutaencm
en el momento en que el accidente se produjo, Franck, desposeído de su
y la doctrina en el derecho francés
vehículo por efecto del robo, se hallaba en la imposibilidad de ejercer sobre
dicho automotor vigilancia alguna; de allí resulta que privado del uso de la
EN EL DERECHO FRANCÉS dirección y del control de su vehículo, no tenía más la guarda del mismo, y no
estaba, desde entonces, sometido a la presunción de responsabilidad consa-
Podemos dividir la evolución jurisprudencia! francesa en relación con el con- grada por el artículo 1384, inciso primero, del Código Civil" 46 (cursiva fuera
cepto de "guarda de la cosa" en tres grandes capítulos: la guarda jurídica, guarda del texto).
material y guarda de la estructura y del comportamiento44 .

45 Ibídem, núm. 438.


44 Boris Starck, Droit civil. Obligations, núm. 451. 46 René Rodiere, Ob. cit., p. 162, núm. 48.
884 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 885

Esta sentencia señala un nuevo rumbo en cuanto a la noción de "guardián de ámbitos. En el primer caso, todas serán responsables in solidum (en Francia no
la cosa". Prescinde de la noción jurídica de guardián y la sustituye por la de "guar- hay solidaridad en responsabilidad por el hecho de las cosas). Tal sería el caso de
dián material". De la nueva doctrina se puede deducir que no es guardián quien no varias personas que son copropietarias de un vehículo que causa daño. En este
tenga el uso de la cosa; pero la teoría de la guarda material no debe entenderse en caso, decimos que la guarda es común o colectiva50 • Acá no hay discusión, en la
el sentido de que basta estar en posesión material de la cosa para tener la calidad medida en que todos los autores aceptan que todos y cada uno de los que tienen la
de guardián. Aunque la guarda es, en consecuencia, una cuestión de hecho, la guarda común son responsables por la totalidad; pero la unanimidad no es la mis-
Corte continúa exigiendo que además de tener el uso de la cosa, se tenga el poder ma en cuanto al segundo punto de vista. Cuando con relación a una cosa existen el
de control y dirección de ésta. transportador, el locatario, el propietario, etcétera, se debe resolver si todas esas
personas pueden ser consideradas guardianes de la cosa para efectos de la respon-
"De allí que el dependiente que cumple órdenes del patrono no es considera-
sabilidad civil por el daño que produzca y sobre la cual existen esas múltiples
do guardián, pues quien tiene el poder intelectual de dirección y control es el
relaciones. En principio, la doctrina ha considerado que la guarda es alternativa y
patrono, tenedor de la cosa con la cual se causó el daño" 47 •
no acumulativa, es decir, que la tiene el uno o la tiene el otro, pero es imposible
que haya dos o más guardianes 51 ; no obstante, algunos autores han contemplado la
En este orden de ideas, si el daño es producido por un dependiente, poco
posibilidad de que la guarda no sea alternativa y se pueda presentar una guarda
importa que el patrono que tiene el poder intelectual de dirección y control se
acumulativa, es decir, que haya dos o más personas consideradas guardianes a
haya robado la cosa o sea el propietario de ella; de todas formas debe considerársele
diferentes títulos 52 . Esta teoría ha tenido alguna acogida en la jurisprudencia y de
como guardián. Lo que acontece es que muchas veces el conductor no depende de
allí se ha derivado la diferencia entre la guarda en la estructura y la guarda en el
nadie, lo que implica que él mismo no solo tiene la posesión material de la cosa,
comportamiento.
sino que es intelectualmente independiente para disponer de ella, es decir, a veces
(caso del dueño conductor) se tiene el poder intelectual y material de dirección y
control, y en otras (caso del dependiente) solo se tiene el poder material, quedan- 885.- GUARDA EN LA ESTRUCTURA Y EN EL COMPORTAMIENTO

do en cabeza del dueño el poder intelectual; en el primer caso, el conductor res-


ponde por la presunción de responsabilidad del artículo 1384, inciso primero 48 ; en Los principios sentados en el asunto Franck continúan vigentes en la juris-
el segundo, solo el patrono (guardián) responde por el artículo 1384, inciso 1°, prudencia francesa, no obstante que una nueva filigrana vino a sumarse a la ya
mientras que el conductor responde conforme a los artículos 1382 y 1383 del complicada explicación de la noción de "guarda de la cosa". Una sentencia de la
Código Civil Francés 49 . Corte, en un no menos célebre asunto judicial, puso alerta de nuevo a los comen-
taristas de la jurisprudencia: es el denominado asunto L'Oxygene Liquide.

884.- PLURALIDAD DE GUARDIANES PARA UNA SOLA COSA: GUARDA Los hechos. La sociedad L'Oxygene Liquide (Oxígeno Líquido) despachó por
ACUMULATIVA Y ALTERNATIVA vía férrea unas botellas con gas. Cuando eran transportadas, una de ellas explotó
y causó lesiones al empleado del destinatario. Iniciado un proceso civil en respon-
En determinado momento, la guarda de una cosa puede estar en cabeza de sabilidad, los tribunales tuvieron oportunidad de referirse varias veces a la discu-
varias personas, sea porque les es común, sea porque les pertenezca y de una u sión sobre si el guardián responsable del objeto que explotó era el transportador o
otra forma tienen poder de dirección y control sobre ella, aunque desde diferentes el dueño de las botellas. Después de idas y venidas, la segunda sala civil de la

47 Boris Starck, Droít civil. Obligations, núm. 495. Habrá casos excepcionales en que 50 Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1830; Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11,
él patrono no tiene guarda del vehículo, por ejemplo, un agente vendedor con núm. 1184; André Robert, ob. cit., p. 265.
vehículo propio. En este caso el patrono no es guardián del automotor, pues el
dependiente es quien dirige toda la operación. 51 Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1832; Alex Weill y Frangois Terré, ob. c.it., n~m.
725; Boris Starck, Droít civil. Ob/igations, núm. 482; Fluor y Aubert, ob. c1t., num.
48 Art. 2356 del C. C. colombiano. 761; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núms. 691 y ss.
49 Art. 2341 del C. C. colombiano. 52 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1160.
886 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 887

Corte, en sentencia del 1Ode junio de 196053 , decidió que la guarda de las botellas persona que tiene la guarda de la cosa que produce el daño. El texto del artículo
de oxígeno no pertenecía al transportador sino al propietario remitente. Consideró 2356 del Código Civil colombiano es totalmente diferente al de la norma francesa
la Corte que, dada la naturaleza de la explosión, ella no se produjo por causa del ya descrita. De allí la necesidad de hacer la mayor claridad posible, con el fin de
transporte sino por la estructura interna de las botellas y que en tales circunstan- evitar situaciones contradictorias al momento de aplicar la responsabilidad por
cias el transportador "no había recibido toda la posibilidad de impedir la realiza- actividades peligrosas en el derecho nacional.
ción del perjuicio". Esto quiere decir que en determinado momento la cosa puede
tener un guardián del comportamiento y un guardián de la estructura; en este ejemplo, Sea lo primero analizar la evolución de la jurisprudencia colombiana en lo
el transportador sería el guardián del comportamiento y el propietario el guardián relativo a la determinación de la persona que debe responder por actividades peli-
de la estructura; si la explosión se hubiera producido por un choque o por una grosas (I); luego precisaremos nuestra posición sobre la persona que en Colombia
caída brusca de la botella, el guardián responsable habría sido el transportador; responde por actividades peligrosas (II); finalmente, explicaremos la determina-
pero conforme ocurrió, el daño se produjo por la estructura de la botella y no por ción del responsable de la actividad peligrosa en algunos casos especiales (III).
el comportamiento; ello nos lleva a concluir que quien tenía la guarda de la estruc-
tura, y en consecuencia es responsable, es el propietario remitente de la cosa54 •
1.- Evolución de la jurisprudencia colombiana

886.- CoNCLUSIONES
888.- CASACIÓN DEL 17 DE DICIEMBRE DE 1943

Llegados a este punto, conviene fijar una definición más o menos estable de En sentencia de la fecha, la Corte se refirió a las características que debe
lo que la jurisprudencia francesa entiende en este momento por "guardián de la reunir una persona para ser responsable por el ejercicio de actividades peligrosas.
cosa". Puede entenderse por guardián a todo el que tiene un poder intelectual El fallo se caracteriza por el aparente rechazo a la teoría de la guarda empleada
de uso, dirección y control de la cosa, poder que puede ser colectivo o procedente por el derecho francés; de igual modo, nuestro máximo tribunal confunde la res-
de situaciones de hecho diferentes; algunas decisiones hablan de "poder de vigi- ponsabilidad civil por el hecho ajeno con la responsabilidad civil por actividades
lancia y control" 55 . Otros fallos hablan de poder "de impedir la realización del peligrosas cuando éstas son ejercidas por medio de dependientes. En este último
perjuicio" 56 . punto, la Corte olvida que ante semejante situación la víctima tiene la posibilidad
de demandar al responsable no solo en su calidad de patrono sino también en su
calidad de responsable de una actividad peligrosa (supra, T. I, 593).
SuB SECCIÓN II.- ¿Quién es re1ip(msable
peligrosa en el derecho cotomtl:mlno Pero lo más importante es que la Corte da a entender que la noción de guarda
empleada por la jurisprudencia francesa está fundamentada en la teoría del riesgo,
887.- El artículo 1384, inciso 1°, del Código Civil francés, habla expresa- condenada por la jurisprudencia colombiana57•
mente de que uno es responsable "de las cosas que tiene bajo su guarda". De allí
que la jurisprudencia y la doctrina se hayan esforzado en determinar cuál es la Los siguientes apartes dejan ver el presunto rechazo que la Corte hace a la
doctrina francesa:

"N o hay para qué apelar a doctrinas foráneas cuando la ley colombiana da
53 René Rodiere, Ob. cit., p. 172, núm. 53.
asidero y fundamento más que amplio para hacer justicia y reparar los daños
54 Sobre este punto puede verse la confirmación de la teoría, por un nuevo fallo de la
Corte de Versalles, 17 dic. 1979, en Revue Trimestrielle de Droit Civil, 1981, p. inferidos a los particulares" 58 .
639; igualmente Alex Weill y Fran9ois Terré, ob. cit., núm. 725; Boris Starck, Droit
civil. Obligations, núm. 482; Flour y Aubert, ob. cit., núm. 761; Jacques Ghestin,
Genevieve Viney, ob. cit., núms. 691 y ss.
55 Cas., 26 oct. 1972, citado por Rodiere, ob. cit., p. 164. 57 Cas., 7 dic. 1943, "G. J.", t. LVI, p. 340.
56 Asunto L'Oxygene Liquide, Rodiere, ob. cit., p. 172. 58 Cas., 7 dic. 1943, "G. J.", t. LVI.
888 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 889

Y más adelante: el daño por medio de una actividad de este tipo. En efecto, la Corte no advierte
que en situación semejante la víctima puede demandar al patrono, bien sea con
"La teoría de la guarda en la jurisprudencia francesa casi desemboca en la base en el artículo 234 7 del Código Civil o bien según el artículo 2356 del mismo
teoría del riesgo que la Corte ha rechazado en varios fallos" 59 . Código, y en tal virtud el demandado solo se exonera mediante la prueba de una
causa extraña, ya que por estar en el ejercicio de una actividad peligrosa no le
basta demostrar diligencia y cuidado 62 •
Refiriéndose a esta jurisprudencia, PÉREZ VIVES advierte la confusión en que
incurre la Corte al contraponer la responsabilidad civil por el hecho ajeno con la
responsabilidad por actividades peligrosas; posteriormente, el autor acepta las Referente al rechazo que PÉREZ VIVES y la Corte hacen de la teoría francesa
conclusiones del fallo, pero trata de justificarlas sobre bases diferentes. En efecto, del "guardián de la cosa", también cabe hacer algunas objeciones. En realidad,
PÉREZ VIVES expresa que la noción de "guarda de la cosa" del derecho francés es cuando la actividad peligrosa es ejercida mediante cosas, la noción francesa de
inoperante en el artículo 2356, "puesto que no es el hecho de la cosa sino la acti- guardián es perfectamente aplicable al derecho colombiano. Inclusive la defini-
vidad peligrosa el fundamento de la citada disposición" 60 . ción de responsable de la actividad peligrosa que trae PÉREZ VIVES es práctica-
mente una repetición de la noción doctrinal francesa. Lo que acontece es que tanto
PÉREZ VIVES como la Corte critican la noción francesa de guardián sobre la base
Con base en dichos argumentos, el autor trata de fijar un nuevo criterio para
de premisas falsas. Obsérvese que PÉREZ VIVES sostiene que la gran diferencia
determinar sobre quién recae la presunción por actividad peligrosa.
entre el derecho francés y el derecho colombiano radica en que "no es el hecho de
la cosa, sino la actividad peligrosa el fundamento del artículo 2356" 63 . Es decir,
Al respecto dice: da a entender que mientras en Francia se responde por el hecho de la cosa, en
Colombia se responde por la conducta desplegada con ella, y que de allí surge la
"Esto significa que entre nosotros, tratándose del principio general consa- gran diferencia entre las dos legislaciones. Sin embargo, el autor parece ignorar la
grado en este mandato, es inoperante el análisis de la noción de "guarda de la doctrina sentada por la Corte de Casación francesa desde el 16 de noviembre de
cosa" para destacarse en el primero y único plano el concepto de "responsa- 192064 y ratificada por el fallo del asunto Jandheur, de 13 de febrero de 1930, con
ble de la actividad peligrosa". Por consiguiente, cabe analizar ante todo si el lo cual se sentó el principio de que "el artículo 1384 vincula la responsabilidad a
propietario que da en préstamo su automóvil a un amigo, continúa o no sien- la guarda de la cosa, no a la cosa misma" 65 •
do responsable de la actividad peligrosa que implica el manejo y conducción
de ese automóvilY aquí surge, con nitidez, la inoperancia del concepto fran-
Por otro lado, ni la Corte ni PÉREZ VIVES parecen tener en cuenta que la no-
cés de "guarda de la cosa". Puesto que no es el hecho de esta sino la actividad
ción de guarda jurídica fue sustituida por la de guarda material a partir del año
peligrosa el fundamento del artículo 2356 del C. C. En conclusión, este pre-
1941, cuando se precisó que la calidad de guardián consiste en tener el poder de
cepto es inaplicable al caso de Jiménez, por cuanto este, al transferir la tenen-
dirección y control de la cosa o el poder de impedir el daño 66 .
cia del vehículo a Rodríguez, a título de comodato, había cesado de ser res-
ponsable de la actividad peligrosa" 61 .
Lamentablemente, PÉREZ VIVES no explica con conceptos precisos qué quiere
decir "responsable de la actividad peligrosa", lo que desplaza el problema. Si la
Consideramos que el fallo transcrito confunde evidentemente la responsabi-
lidad civil por el hecho ajeno (C. C., art. 2347) con la responsabilidad civil por
actividades peligrosas (art. 2356, ibídem) cuando el directamente responsable causa
62 lnfra, 1287 y ss.
63 Álvaro Pérez Vives, ob., t., p. y núm. cits.
64 Ídem, ibídem.
59 Cas., 7 dic. 1943, "G. J.", t. LVI. 65 Cas. civ., 16 nov. 1920. Cita y observaciones de René Rodiere, ob. cit., p. 140;
60 Pérez Vives, ob. cit., t. 11, p. 208. cas. civ., 13 feb. 1930, cita y observaciones de Rodiere, ob. cit., p. 142.
61 Pérez Vives, loe. cit. 66 Asunto Franck, 2 dic. 1941, Rodiere, ob. cit., p. 163.
890 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 891

doctrina francesa admite que guardián de la cosa es quien tiene de hecho el poder calidad de propietario, sino del servicio que de hecho preste el animal causante
de dirección y control y que, además, la responsabilidad proviene de la guarda de del daño.
la cosa y no de hecho de la cosa misma, no vemos por qué no se pueda considerar
que en Colombia la responsabilidad por actividades peligrosas ejercitada con co- 890.- SENTENCIA 5 DE ABRIL DE 1962
sas está fundamentada en los mismos dos principios, puesto que el artículo 2356
del Código Civil colombiano se aplica a quien de hecho tiene el poder de direc- La Corte debió dirimir la acción en responsabilidad por los daños causados
ción y control de la actividad y la responsabilidad surge de la actividad ejercida con la construcción de un edificio. Al analizar si tal responsabilidad exigía del
con cosas y no de la cosa misma. demandado la calidad de propietario del inmueble, la Corte ratificó que no es la
calidad de dueño sino la de responsable de la actividad peligrosa lo que genera la
En resumen, parece ser que la noción de responsable de actividad peligrosa presunción de responsabilidad. Al respecto dijo:
propuesta por la Corte en el fallo que se comenta, criticada y complementada por
PÉREZ VIVES, no hace más que confirmar la doctrina francesa de la guarda de la "No es por consiguiente necesario probar el dominio del demandado sobre la
cosa. El alto tribunal y el autor tratan de rechazar la institución francesa sobre construcción nueva causante del daño. Basta en derecho dirigir la acción contra
presupuestos que ya habían sido superados de tiempo atrás por los tribunales y quien nominativamente ha recibido de autoridad estatal competente el permi-
autores franceses. so indispensable para ejecutar la obra. El saber si es o no dueño, o el saber si
está en relación o no con otras personas, es punto marginal de la controver-
sia, principalmente cuando se conoce al responsable directo del perjuicio" 69 •
SENTENCIA 21 DE FEBRERO DE 1947

891.- CASACIÓN CIVIL 10 DE JULIO DE 1962


En este fallo, la Corte condena implícitamente la teoría de la guarda jurídica
y acepta la teoría francesa de guardián material de la cosa. En el caso sub judice se
La Corte niega que la presunción de guardián de la actividad peligrosa pese
discutía sobre la calidad de propietario que tenía el demandado de la actividad
contra el dueño de ella, aceptando de paso que la responsabilidad del artículo
generadora del daño. Refiriéndose a este aspecto, expresó la Corte:
2356 vincula a quien sea de hecho director de la actividad.

"Por otra parte, aun suponiendo que el municipio de Usaquén no sea propie- Al respecto dice:
tario de la camioneta, nadie ha negado, ni siquiera el abogado recurrente, que
tal vehículo estaba al servicio del municipio; y en esta sola calidad de muni- "El documento expresado -factura de compra- muestra en verdad que el munici-
cipio sería responsable por el accidente causado por dicho automóvil" 67 ( cur- pio demandado adquirió el conmutador telefónico que allí se menciona, pero
sivas fuera del texto). ocurre que en estos juicios no aparece prueba alguna de que este aparato haya
sido instalado y puesto a funcionar por cuenta y bajo la dirección del muni-
En realidad, el fallo sostiene que es responsable de la actividad quien la tiene cipio"70 (cursiva fuera del texto).
a su servicio; éste es justamente el mismo criterio que los MAZEAUD utilizan para
estructurar la teoría de guarda de la cosa del derecho francés 68 • Inclusive el artícu-
lo 2353 del Código Civil colombiano consagra la responsabilidad "de quien se
69 Cas., 5 abr. 1962, "G. J.", t. XCVIII, p. 343. El fallo hace bien al desligarse de la
sirva de un animal ajeno", dando a entender que la responsabilidad no surge de la noción de propietario, pero se equivoca al decir que basta figurar nominativamente
en la autorización; sería absurdo que si de hecho otra es la persona que dirige la
construcción, sea el nominalmente autorizado el responsable, a pesar de no tener
poder alguno en la obra; en consecuencia, lo lógico es que la responsabilidad pese
67 Cas., 21 feb. 1947, "G. J.", t. LXI, p. 777. contra el que dirige la obra, con poder de control sobre ella; poco importa que sea
68 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traíté ... , t. 11, núms. 1155 y ss.; Flour y Aubert, ob. cit., propietario o que haya sido autorizado a ejecutarla.
núm. 756; y Alex Weill y Fran9ois Terré, ob. cit., núm. 723. 70 Cas., 10 jul. 1962, "G. J.", t. XCIX, pp. 122 y 123.
892 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 893

Este fallo, pues, no hace más que ratificar que el responsable de actividades 893.- CASACIÓN 18 DE MARZO DE 1976
peligrosas es quien tiene el poder de control y dirección de ellas y acepta la misma
conclusión a que llegan la doctrina y la jurisprudencia francesas y en Colombia Precisando aún más, la Corte incorpora expresamente a la institución de la
PÉREZ VIvEs y nosotros, si bien con presupuestos diferentes. responsabilidad civil por actividades peligrosas, la teoría francesa sobre "la guar-
da de la cosa". En esa decisión la Corte dice:

892.- CASACIÓN 18 DE MAYO DE 1972 "Sobre este punto, la sala se remite a la buena conclusión que con el auxilio de la
doctrina francesa arribó el señor juez, para quien la guarda jurídica de los vehícu-
Esta sentencia tiene la claridad que le faltó a los fallos anteriores. Consagra los con cuya operación se ocasionó el accidente corresponde a sus propieta-
expresamente que el propietario de la actividad se presume guardián y que éste es rios, por ser ellos quienes tienen el uso, dirección y control de tales aparatos" 72 •
responsable.
894.- CASACIÓN 23 DE SEPTIEMBRE DE 1976
El fallo sostiene lo siguiente:
Al exponer los considerandos de este fallo, la Corte analiza una sentencia del
Tribunal Superior de Medellín en la que se considera que "los perjuicios ocasio-
"El responsable por el hecho de cosas inanimadas es su guardián, o sea quien
nados en actividades peligrosas deben ser sufragados por quien recibe el prove-
tiene sobre ellas el poder de mando, dirección y control independientes. Y no
cho, explota o deriva beneficio de la actividad, como indudablemente lo obtiene
es cierto que el carácter de propietario implique necesaria e ineludiblemente
el dueño del vehículo o de cualquier artefacto peligroso" 73 .
el de guardián, pero sí lo hace presumir como simple atributo del dominio,
mientras no se pruebe lo contrario.
La Corte confirmó dicha sentencia sin referirse a estas consideraciones del
Tribunal, aceptando implícitamente su pensamiento74 . En nuestro concepto, el fallo
"De manera que si a determinada persona se le prueba ser dueña o empresaria del Tribunal, confirmado por la Corte, está bien orientado, por cuanto condena la
del objeto con el cual se ocasionó el perjuicio en desarrollo de una actividad teoría de la guarda jurídica y radica la presunción en la guarda material; sin em-
peligrosa, tal persona queda cobijada por la presunción de ser guardián de bargo, su visión es incompleta y cae en las deficiencias de la teoría del riesgo,
dicho objeto -que desde luego admite prueba en contrario-, pues aun cuando pues solo considera como responsable a quien obtiene un provecho o beneficio de
la guarda no es inherente al dominio, sí hace presumirla en quien tiene el la actividad. Ya vimos que la doctrina y la jurisprudencia han superado la teoría
carácter de propietario. del riesgo-provecho y hacen descansar la presunción en contra del guardián mate-
rial, independientemente del provecho obtenido (supra, T. I, 816).
"O sea, la responsabilidad del dueño por el hecho de las cosas inanimadas
proviene de la calidad que de guardián de ellas presúmese tener (cursiva
895.- SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE MEDELLÍN DE 16 DE NOVIEMBRE
fuera del texto).
DE 1979

"Y la presunción de ser guardián puede desvanecerla el propietario si de- El Tribunal Superior de Medellín reitera que no es la calidad de propietario la
muestra que transfirió a otra persona la tenencia de la cosa en virtud de un que genera la responsabilidad por actividades peligrosas sino la de explotador de
título jurídico, como el de arrendamiento, el de comodato, etc., o que fue esa calidad. Condena así la teoría de la guarda jurídica75 .
despojado inculpablemente de la misma, como en el caso de haberle sido
robada o hurtada" 71 .
72 Cas., 18 mar. 1976, "G. J.", t. CLII, p. 69.
73 Cas., 23 sep. 1976, "G. J.", t. CLII, p. 420.
71 Sent., 18 mayo 1972, "G. J.", t. CXLII, p. 188, en Héctor Roa Gómez, ob. cit., pp. 74 Cas., 23 sep. 1976, "G. J.", t. CLII, p. 420.
1246-1247. 75 Sent., 16 nov. 1979, en Jurisprudencia civi/1979, t. IV, p. 1622.
894 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 895

II.- Nuestra posición sobre el responsable vidad causante del daño. Cuantas personas intervengan en la actividad con un
de la actividad peligrosa en el derecho colombiano poder independiente, exclusivo o compartido sobre ella serán responsables soli-
dariamente de los daños causados; ahora, si llegado el caso es posible demostrar
896.- CONCLUSIÓN SOBRE LA NOCIÓN DE "RESPONSABLE POR ACTIVIDAD
que una persona tenía la custodia de la estructura y otra tenía la custodia del
PELIGROSA" EN EL DERECHO COLOMBIANO
comportamiento, habrá que determinar entonces cuál fue la causa del daño para
saber quién es el responsable. Hay casos en que no se pueden diferenciar los dos
El análisis anterior nos ha permitido demostrar que la teoría francesa de la conceptos y, asimismo, presentarse casos en que una misma persona tenga las dos
guarda de la cosa ha sido aceptada por la jurisprudencia colombiana. Observamos calidades; habrá casos, finalmente, en que no se sepa a ciencia cierta de cuál de las
que el doctor PÉREZ VIvEs la acepta al manifestar que el artículo 2356 se aplica custodias proviene el daño. En ellos, en principio, la responsabilidad incumbe al
al responsable de la actividad peligrosa, motivo por el cual "es preciso saber guardián del comportamiento. Tomemos el mismo ejemplo aportado por la juris-
quién es el responsable de esa actividad peligrosa en cada caso concreto, para prudencia francesa: si el fabricante de una mercancía la entrega a un transportador
saber quién soporta la carga de la responsabilidad establecida en el artículo 2356 y cuando los productos eran conducidos se produce un daño generado por las
del C. C." 76 . cosas remitidas, puede pensarse que el perjuicio se causó o bien por un defecto de
estructura de las cosas o bien por el manejo impropio que de ellas hizo el transpor-
Nosotros estimamos que cuando la actividad peligrosa es ejercida por medio tador. Lo más lógico es que la víctima demande al transportador de los objetos
de cosas o de unidades de explotación, la teoría de la guarda del derecho francés dañinos, ya que él tenía, por lo menos aparentemente, la posibilidad de impedir el
es perfectamente aplicable al artículo 2356 del Código Civil colombiano. Resta daño. Si el daño se produjo porque las cosas explotaron, entonces podemos decir
únicamente precisar de nuevo que la teoría no es aplicable cuando la actividad que el responsable es el constructor remitente de la mercancía; pero si las cosas
peligrosa se ejerce sin cosas o cuando ellas no son las que estructuran la peligro- producen un daño debido al volcamiento del vehículo que las transportaba, el
sidad. Con esta salvedad podemos concluir que el responsable de la actividad responsable es el transportador, ya que él custodiaba el comportamiento de la
peligrosa, cuando ella se ejerce con cosas, es quien tiene el poder intelectual de actividad; ahora, puede suceder que concurran las dos causas, es decir -siguiendo
dirección y control, poder que puede estar en cabeza de varias personas naturales con nuestro ejemplo-, puede acontecer que a causa del volcamiento la mercancía
o jurídicas, las cuales pueden tener diferentes relaciones de hecho frente a la acti- explote, en cuyo caso transportador y remitente serán responsables, quedándoles
vidad77. Con base en esto conviene hacer algunas precisiones que consideramos la posibilidad de ejercer recursos el uno contra el otro.
de mucha importancia para una acertada aplicación de la norma. Los siguientes
Así las cosas, lo aconsejable es que la víctima demande solidariamente a los
párrafos tratan de fijar algunos conceptos.
dos para asegurar la indemnización; sin embargo, el demandante debe pagar
las costas procesales si uno de los demandados logra probar que el daño se produ-
897.- RESPONSABILIDAD POR LA ESTRUCTURA Y RESPONSABILIDAD jo por una causa diferente a la actividad de la cual era guardián; otro ejemplo de
POR EL COMPORTAMIENTO esta distinción de responsabilidad de la estructura y de responsabilidad del
comportamiento podemos encontrarlo en el caso del vehículo que es prestado por
Consideremos que la responsabilidad por la actividad peligrosa es acumulativa, el propietario a un tercero. Si el daño se produce cuando el tercero estaba utilizan-
no alternativa. Esto no quiere decir que todos los que tengan algún derecho o do el vehículo, puede ocurrir: a) si explota el motor del carro, sin que dicha explo-
vínculo con la actividad sean responsables. Lo que interesa saber es si, en deter- sión se deba al manejo del vehículo, el responsable será el propietario, pues
minado momento, había varias personas que de hecho tenían injerencia en la acti- el daño proviene de la estructura de la actividad y no del comportamiento de
ella; b) si el daño proviene del choque sufrido por el vehículo, el propietario no
será responsable de la actividad, que solo está en cabeza del comodatario, ya que
el daño se produjo por el comportamiento. Esta sutileza puede crear proble-
76 Pérez Vives, ob. cit., t. 111, núm. 191.
mas, pues cabría la posibilidad de que el motor hubiese explotado por el mal uso
77 A veces, la juris~r~den.cia francesa dice que la responsabilidad la tiene quien "po-
s~e ~1 poder de v1g1lanc1a y co~trol que le permite impedir el daño". (Asunto L'oxygene
que del vehículo hubiera hecho el comodatario; en todos esos casos, será el buen
LJqwde, cas., 5 ene. 1956, c1ta y observaciones de Rodiere). sentido del juez el que permita determinar la causa del perjuicio, lo que puede
896 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 897

llevarlo a la conclusión de que tanto propietario como comodatario contribuyeron la estructura de ella la que originara la explosión. Es esta una afortunada distin-
a generar el daño. ción entre la peligrosidad de la estructura y la peligrosidad del comportamiento.
Si la explosión se hubiese producido por el volcamiento del camión, entonces nos
La distinción entre peligrosidad de la estructura y peligrosidad del comporta- encontraríamos frente a un peligro en el comportamiento de la dinamita o, a lo
miento es de gran utilidad en nuestro ordenamiento jurídico, pues permite aclarar sumo, frente a una peligrosidad mixta, es decir, daño producido no solo por la
la relación que tiene la cosa que produjo el daño con varias personas. La jurispru- estructura sino también por el comportamiento. Sin embargo, la pasividad del
dencia colombiana ha aplicado tangencialmente esta doctrina. camión en la explosión hace ver que fue única y exclusivamente el carácter explo-
sivo de los materiales lo que determinó la tragedia.
En efecto, la Corte, en sentencia de 14 de diciembre de 1961, habla de que
En otro orden de ideas, el problema de la guarda acumulativa no debe con-
"En el artículo 2356 el supuesto jurídico de la responsabilidad no es sola- fundirse con el de la colisión de actividades peligrosas. En el primer caso se trata
mente haber faltado al deber general de obrar con una conducta prudente, de una sola actividad peligrosa que está bajo la responsabilidad de varias perso-
sino que ese deber se desplaza hacia la obligación específica -de resultado- nas; en la última, por el contrario, se trata de dos actividades peligrosas que pro-
de no causar daño en el ejercicio de una actividad que, peligrosa o no en sí ducen un daño en forma conjunta, razón por la cual cada uno de los responsables
misma, bien por su naturaleza o ya por las circunstancias en que se desarro- está obligado a indemnizar la totalidad del daño.
lla, requiere especiales precauciones" 78 (cursiva fuera del texto).

Igualmente es importante una decisión de la Corte, del 29 de marzo de 1962, 898.- EL PROPIETARIO DE LA ACTIVIDAD PELIGROSA SE PRESUME
en la que se dirimió un litigio en el que se demandaba al Estado por la explosión GUARDIÁN
de unos camiones cargados de dinamita en la ciudad de Cali en agosto de 1957. En
Por lo general, la víctima de un accidente vincula como demandado a quien
efecto, el ejército obligó al conductor de un camión de carga a transportar un
figura como propietario de la actividad peligrosa o de la cosa por medio de la cual
cargamento de dinamita que explotó dentro del camión en forma misteriosa, sin
se ejerce dicha actividad. Ello es explicable si se tiene en cuenta que normalmente
que se llegaran a conocer los orígenes de la tragedia. Los herederos del conductor
fallecido, que tenía el control físico de la dinamita, demandaron al Estado para la propiedad implica la facultad de usar y disponer de la cosa, noción inherente al
derecho de dominio; sin embargo, es necesario repetir que la responsabilidad civil
reclamar indemnización de perjuicios. Al considerar el litigio, parece que la Corte
dedujo la responsabilidad con fundamento en que, siendo desconocida la causa de aquiliana aparece fundamentada más en situaciones de hecho que en situaciones
la explosión, ésta era inherente a la dinamita cargada. Al respecto sostuvo: jurídicas abstractas; de allí que podamos decir, con la jurisprudencia y la doctri-
na80, que "en la situación normal es el propietario quien tiene el poder de comando
"Como no se ha probado nada respecto de la causa que hizo explotar la gela- en cuanto a la cosa" 81 , o como dice SrARCK, "es, pues, legítimo presumir que la
tina transportada, la responsabilidad del Estado se deduce del artículo 2356 guarda pertenece en principio al propietario" 82 .
del C. C., interpretado por la jurisprudencia en el sentido de que consagra
una presunción de culpa, cuando los daños ocurren con ocasión de activida-
des peligrosas, como sin lugar a dudas ha de considerarse el manejo, conser- 80 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1162; René Savatier, Traité ... , t. 1,
vación, etc., de materias explosivas" 79 . núm. 359. La jurisprudencia colombiana también acepta que al propietario se le
presume guardián. En este sentido, cas., 11 oct. 1962, "G. J.", t. C, p. 103; cas.,
mayo 18/1972, "G. J.", t. CXLII, p. 188, en la que se lee: "No es cierto que el
Obsérvese que el manejo de la dinamita estaba a cargo del conductor. No carácter de propietario implique necesaria e ineludiblemente el de guardián; pero
pudiendo imputarse la explosión al manejo de la gelatina, lo normal es que fuera sí lo hace presumir como simple atributo del dominio, mientras no se pruebe lo
contrario". Véase igualmente, Trib. Sup. de Medellín, sent., 16 nov. 1979, en Juris-
prudencia civi/1979, t. IV, p. 1622. Niega la presunción contra el dueño, cas., 10
jul. 1962, "G. J.", t. XCIX, pp. 122-123.
78 Sala de Neg. Gen., 14 dic. 1961, "G. J.", t. XCVII, p. 779. 81 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1162.
79 . Sala de Neg. Gen., 29 mar. 1972, "G. J.", t. XCVIII, p. 739. 82 Boris Starck, Droit civil. Obligations, núms. 440 y ss.
898 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 899

Esto nos permite afirmar que la víctima puede demandar en principio al pro- dirección y control. En ese caso puede pensarse en dos medios de defensa: el
pietario de la actividad peligrosa o de la cosa por medio de la cual ella se ejerce llamamiento en garantía al verdadero guardián o simplemente probar en el proce-
con el fin de obtener la indemnización; no obstante, el propietario que se presuma so que no se es guardián de la actividad. En nuestro concepto, el llamamiento en
responsable de la actividad puede demostrar que ha transferido la "custodia" de la garantías no opera acá por una razón muy simple: para que el llamamiento en
cosa o de la actividad y así el responsable será quien tenga en realidad el poder garantía funcione, se requiere que el propietario sea condenado y que, en virtud de
intelectual de uso, dirección y control 83 • Pero el propietario es quien tiene la carga dicha condena, el llamado en garantía esté obligado a reembolsar; si, por el con-
de demostrar que la custodia de la actividad estaba en cabeza de otra persona que trario, el demandado es absuelto, el llamamiento en garantía no tiene ningún sen-
no tiene que ser identificada por el demandado, a condición de que pruebe con tido, pues el llamado no tiene de qué responder. Así las cosas, si en el proceso el
certeza el hecho 84 . propietario logra demostrar que él no tiene la custodia de la cosa, sino que la tiene
el llamado en garantía, entonces la sentencia será absolutoria, ya que el deman-
Que el propietario puede desvirtuar la presunción de custodia será discutible dante no puede pretender, en el mismo proceso, obtener condena contra el llama-
en el derecho francés, donde la responsabilidad no se deriva de la actividad sino do en garantía, pues este no fue demandado por el demandante inicial; en cambio,
de la guarda misma de la cosa; en cambio, en el derecho colombiano, la responsa- si el propietario no logra desvanecer la presunción de custodia, será condenado y
bilidad presunta no se deriva de la cosa misma sino de la actividad que con ella se el llamado en garantía será absuelto, ya que el propietario no logró demostrar que
despliega. Puede pensarse en la presunción de que el propietario utilice las cosas el llamado tenía la custodia de la cosa. N o quiere decir que un demandado no
que le pertenecen, pero su responsabilidad no se deriva del derecho de propiedad pueda llamar en garantía. En realidad, cuando hay varios coautores de un mismo
sino del ejercicio de una actividad considerada peligrosa; si el propietario de- daño, son solidariamente responsables y en tal virtud opera el llamamiento en
muestra que él no dirige la actividad de la cosa de la cual es propietario, habrá que garantía; pero hay que entender que allí los dos o más responsables son coautores
perseguir la indemnización en cabeza de quien esté utilizando la cosa con que se del daño; en cambio, en el caso de la presunción contra el propietario no se trata
ejerce la actividad. ya de coautores sino de un solo autor con exclusión del otro demandado, motivo
por el cual el llamamiento en garantía no tiene efectividad.
Planteadas así las cosas, conviene detenerse en el análisis práctico de lo que
puede acontecer procesalmente en estos casos. Es aconsejable que el demandante La segunda posibilidad se deriva del rechazo del anterior. El propietario de-
trate de averiguar quién tenía el poder de dirección y control de la cosa que causó mandado no tiene que llamar en garantía ni denunciar pleito; simplemente, de-
el daño; si era el propietario, entonces no cabrá duda de que él es responsable de muestra que no es él quien custodia la actividad, pues el poder de dirección y
la actividad, pero si está en cabeza de una persona diferente al propietario, la control ha sido transferido a otra persona, prueba que debe ser tan contundente
responsabilidad no será ya del dueño sino de quien tiene la cosa en su poder; que no ofrezca dudas al juez. Esta es la posición más aceptable y la que explica en
desde luego, es mejor demandar solidariamente al propietario y a quien tenía el forma caballa noción jurídica de "responsable de la actividad".
poder sobre la cosa al momento del daño. Ocurre, sobre todo en responsabilidad
automoviliaria, que el propietario de un vehículo sea demandado por los daños
Ahora, puede suceder que el propietario, al contestar la demanda denuncie el
causados por el automotor de su propiedad, pero del cual ha perdido el poder de
pleito, llame en garantía o simplemente argumente que la custodia de la actividad
estaba en cabeza de otro; en estos casos, el juez debe ser muy exigente en la
prueba, pues si hay veces en que no cabe duda sobre la transmisión de la guarda,
83 En este sentido, cas., mayo 18/72, "G. J.", t. CXLII, p. 188. Según este fallo, "la hay otras en que el propietario, que es el real custodio de la cosa, querrá hacer
presunción de ser guardián puede desvanecerla el propietario si demuestra que parecer lo contrario.
trasfirió a otra persona la tenencia de la cosa".
84 Si un vehículo es robado, el dueño seguramente no podrá identificar al ladrón que
causó el daño a la víctima, lo que no impide su exoneración demostrando la pérdi- Cuando el demandado inicial argumente que no es el guardián de la activi-
da de la custodia; en otros casos, será evidente la prueba de quien sea el guar- dad, entonces queda la posibilidad de reformar la demanda en los términos del
dián; por ejemplo, el promitente vendedor dirá quién es el promitente comprador,
tenedor de la actividad (cas., 11 mayo 1972, "G. J.", t. CXLII, p. 188; cas., 11 oct. artículo 89 del Código de Procedimiento Civil y vincular así, como codeman-
1962, "G. J.", t. C, p. 103). dado, a quien ha sido señalado por el demandado inicial como verdadero guar-
900 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 901

dián 85 • Inclusive, pensamos que quien figura como propietario de la actividad y en 900.- PRUEBA DE LA CALIDAD DE RESPONSABLE DE LA ACTIVIDAD
tal virtud fue demandado debe utilizar la institución de la laudatio o nominatio
autoris del artículo 59 del Código de Procedimiento Civil. En esta forma, los En algunos casos, el ordenamiento jurídico prevé que la calidad de propieta-
intereses del demandante no se verían burlados por artimañas y ocultamientos rio.:se demuestre por medio de ciertas formalidades; por ejemplo, en los inmuebles,
probatorios; si el demandado no lo hace, podría ser considerado responsable de la calidad de propietario se demuestra por medio del certificado de registro; en
los perjuicios derivados de su silencio culposo. materia de automotores, por medio de la certificación proveniente de la oficina
del tránsito donde esté inscrito el vehículo. El demandante puede probar la cali-
899.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA ACEPTA PRESUNCIÓN CONTRA dad de propietario con base en estos documentos; sin embargo, esta prueba no es
EL PROPIETARIO elemento necesario para legitimarse en causa en un proceso en responsabilidad
civil por actividades peligrosas, ya que la víctima debe demostrar que el deman-
En sentencia de mayo 18 de 1972, la Corte acepta que contra el propietario de dado tiene de hecho el poder de dirección y control de la actividad 87 , la cual
la actividad peligrosa pesa la presunción de guardián. Admite, igualmente, que se presume en el propietario. Si la víctima prueba que el demandado es el propie-
esa presunción puede ser desvirtuada demostrando no tener la dirección y control tario, éste deberá desvirtuar la presunción, pero si el demandante no la aporta,
de la actividad que generó el daño. El fallo citado expresa: deberá demostrar que el demandado tenía la custodia de la actividad, aunque no
allegue la prueba de la propiedad. Este principio parece chocar con las nociones
"El responsable por el hecho de cosas inanimadas es su guardián, o sea quien generales de ciertas pruebas de tipo sustancial. Realmente, cuando las consecuen-
tiene sobre ellas el poder de mando, dirección y control independientes. Y no cias jurídicas se deriven de la calidad de propietario, esta prueba es necesaria para
es cierto que el carácter de propietario implique necesaria e ineludiblemente legitimación en causa; pero tratándose de una responsabilidad por actividades
el de guardián, pero sí lo hace presumir como simple atributo del dominio, peligrosas, la víctima no tiene por qué legitimarse demostrando la calidad de pro-
mientras no se pruebe lo contrario. pietario que tenga el demandado. Imaginémonos el caso del ladrón de un automó-
vil que atropella a un peatón después de haber cometido el hurto del automotor; si
"De manera que si a determinada persona se le prueba ser dueña o empresaria la víctima demanda al propietario, él se exonera demostrando que el vehículo fue
del objeto con el cual se ocasionó el perjuicio en desarrollo de una actividad robado; en ese caso, la víctima podrá demandar al ladrón por actividad peligrosa,
peligrosa, tal persona queda cobijada por la presunción de ser guardián de pero tendrá que probar que el ladrón tenía la custodia del automotor al momento
dicho objeto -que desde luego admite prueba en contrario-, pues aun cuando del daño, puesto que su calidad de propietario no existe. Todos estos principios se
la guarda no es inherente al dominio, sí hace presumirla en quien tiene el ven a diario en innumerables casos en que las personas transfieren la posesión y el
carácter de propietario. O sea, la responsabilidad del dueño, por el hecho de goce de ciertos bienes, a pesar de permanecer jurídicamente con el dominio de
las cosas inanimadas, proviene de la calidad que de guardián de ellas presúmese ellos. En consecuencia, basta afirmar en la demanda la condición de responsable
tener (remarca fuera del texto). o guardián del demandado; después se probará en el proceso esa calidad.

"Y la presunción de ser guardián puede desvanecerla el propietario, si de-


muestra que transfirió a otra persona la tenencia de la cosa en virtud de un 901.- LA GUARDA DE LA ACTIVIDAD SE PRESUME EN EL DUEÑO
título jurídico, como el de arrendamiento, el de comodato, etc., o que fue DE LA EXPLOTACIÓN DONDE ESTÁ SIENDO UTILIZADA
despojado inculpablemente de la misma, como en el caso de haberle sido LA COSA QUE PRODUJO EL DAÑO
robada o hurtada" 86 •
Acontece a menudo que el dueño de una cosa la afilia o la entrega para su
utilización a una empresa de mayor envergadura que constituye en sí misma un

85 Sobre este punto puede verse adición de demanda en proceso ordinario de Ana
Elisa Espinosa contra Santra, Juzgado Primero Civil del Circuito de Medellín.
86 Sent., 18 mayo 1972, "G. J.", t. CXLII, p. 188, citada por Héctor Roa Gómez, ob. 87 En este sentido, cas., 5 abr. 1962, "G. J.", t. XCVIII, p. 343. En este fallo la Corte
cit., pp. 1246 y 1247. expresa que "no es por consiguiente necesario probar el dominio del demandado
902 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 903

actividad peligrosa. En estos casos, la presunción de responsabilidad pesa contra 903.- EN COLOMBIA, LA RESPONSABILIDAD DE LA ACTIVIDAD PUEDE SER
quien tenga el poder de dirección y control de la cosa afiliada, poder que puede ACUMULATIVA
estar en cabeza del dueño o del explotador de la empresa, según que las facultades
sean o no compartidas. Por tanto, creemos que en ese caso se presumen guardia- ' En el párrafo anterior estudiamos el problema de la guarda común, es decir,
nes tanto el dueño de la cosa como el de la empresa que la utilizaba al momento aquel poder de dirección que es ejercido en forma conjunta y a un mismo título
del daño. El ejemplo clásico lo constituyen las empresas de trasporte, en las que por varias personas, cuando varios sujetos están vinculados a la guarda única de la
el dueño del automotor lo afilia a una flota que, en apariencia, es la explotadora; cosa. Pero puede suceder que, desde diferentes aspectos, varias personas tengan el
lo lógico es que se presuma al propietario del vehículo y al propietario de la poder de dirección y control de una actividad peligrosa. La doctrina y la jurispru-
unidad empresarial que lo explota como guardianes de la actividad peligrosa. dencia discuten si tal pluralidad de guardianes es posible o no. Se habla así de que
Dentro del proceso se establecerá si la presunción sigue existiendo o si, por el la guarda es acumulativa o alternativa según la doctrina que se adopte. Quienes
contrario, uno u otro han logrado desvanecerla. Recuérdese que en Colombia la defienden la teoría de la guarda alternativa sostienen que es imposible que haya
responsabilidad no surge porque uno sea guardián de una cosa sino por ser guar- dos o más personas que desde distintos aspectos y a diferentes títulos tengan la
dián de una actividad peligrosa. Si la afiliación es solo nominal, responderá úni- guarda de la actividad o de la cosa que causó el daño 89 . Pero hay una corriente
camente el dueño del vehículo; al contrario, si ambos controlan la utilización del doctrinal y jurisprudencia! que admite la posibilidad de que haya varios guar-
automotor, la responsabilidad será solidaria. Finalmente, si el dueño de la flota dianes de la cosa que causó el daño y que desde diferentes posiciones tengan el
administra totalmente el vehículo, el propietario de éste no será presunto respon- poder de dirección y control de ella. Es partidario de esta teoría, BoRIS SrARCK
sable, pues toda la presunción pesará sobre la flota, verdadera administradora. quien, luego de aceptar la posibilidad de que la guarda sea acumulativa, dice lo
siguiente:
902.- RESPONSABILIDAD SOLIDARIA DE LOS COPROPIETARIOS O GUARDA "En realidad, todas estas sutilezas derrotantes provienen de la negativa a en-
COLECTIVA tender que la responsabilidad está ligada a la actividad dañina y no a las
cosas que se emplean para ejercer esta actividad. Es necesario y es suficiente,
Cuando la actividad peligrosa o la cosa por medio de la cual se ejerce perte- en nuestra opinión, que el daño haya sido la consecuencia del ejercicio de
nece a varias personas naturales o jurídicas, la víctima podrá demandar a todas una actividad independiente" 90 (hemos resaltado).
o a cualquiera de ellas por la totalidad del daño a condición, por supuesto, de
que esas personas tengan todas ellas el poder de dirección y control 88 . Por ejem- Y más adelante expresa:
plo, si un automotor es de propiedad de tres personas naturales, los daños cau-
sados por su utilización deberán ser indemnizados solidariamente por todos los "( ... )Lo que complica a veces el problema es que a menudo, cuando el pro-
copropietarios, pues a ellos se les aplica los principios de la solidaridad que pietario le remite la cosa que le pertenece a un tercero, aquel no queda totalmente
consagra el artículo 2344 del Código Civil. Debe recordarse que la persona jurídi- ajeno a la actividad en el curso de la cual se produce el accidente.
ca se entiende como una sola parte, a pesar de tener varios socios. Esa responsa-
bilidad común de quienes tienen la guarda a un mismo título se denomina guarda "Es así, por ejemplo, el caso del garajista que arrienda un vehículo provisto
colectiva. de chofer; del propietario de una grúa de descargue que impone al locatario
del aparato el servicio de sus empleados para que se encargue de vigilar el
funcionamiento. En estos casos, estas cosas se encuentran en la esfera de la
actividad de varias personas. La solución lógica sería, entonces, la de consi-
(Cont. nota 87) sobre la construcción nueva causante del daño ... El saber si se es o no dueño, o si derar a esas personas, como asociadas desde diferentes ángulos a una activi-
se está o no en relación con otras personas, por sociedad de hecho, comunidad o
cualquiera otra causa, es punto al margen de la controversia, principalmente cuan-
do se conoce el responsable directo del perjuicio".
88 Boris Starck, Droit civil. Obligations, núm. 482; Jacques Ghestin, Genevieve Viney,
ob. cit., núm. 676; Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. i 831; Mazeaud-Tunc-Chabas, 89 Phlippe le Tourneau, ob. cit., núms. 1832 y ss.; Alex Weill y Frangois Terré, ob. cit.
Traité ... , núm. i 184. 90 Boris Starck, Oroit civil. Obligations, núm. 482.
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 905
904 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

dad que ha sido perjudicial para un tercero: responsabilidad in solidum. Sería A. "sino la compañía compradora que además fue del automotor"; conclu-
la consecuencia natural de esa situación" 91 • sión con la cual parece dar a entender que en el supuesto de este litigio bastó
la venta mencionada, efectuada por Postobón S. A., para que se produjera el
Por otro lado, parece que la famosa distinción elaborada por la jurispruden- desplazamiento de la "guarda", esto es, para que el vendedor escapara sin
cia entre la guarda en la estructura y la guarda en el comportamiento, no hace más más la responsabilidad civil que le fue imputada, no obstante conservar su
que confirmar la teoría de la guarda acumulativa (supra, T. I, 832). En efecto, si el incuestionable vinculación económica con el vehículo causante del daño.
fabricante de una pipeta de gas la entrega a otro para su transporte, habrá que
"A fin de perfilar ese concepto en su debida dimensión, la Corte se ve en la
determinar si el daño que se produzca en el camino se debe a una mala conducción
necesidad de efectuar este formal reparo por cuanto, muy a pesar del alcance
del transportador (guarda en el comportamiento) o a una deficiencia en la fabrica-
de los elementos de convicción obrantes en esta actuación, con tal considera-
ción del objeto (guarda en la estructura).
ción desconoció el Tribunal la apuntada vinculación y por ende la noción
teórica del "guarda compartida", según la cual en el ejercicio de actividades
ÜUARDA ACUMULATIVA DEL PROPIETARIO DEL VEHÍCULO peligrosas no es extraña la concurrencia de varias personas que, desde diver-
Y DEL ARRENDATARIO EXCLUSIVO DEL MISMO sos ángulos y en atención a sus propios intereses o beneficios, puedan ejercer
al tiempo y a su manera la dirección de control efectivo de aquellas y que a
Por conveniencia laboral y administrativa, algunas industrias nacionales de- todas les impone el deber jurídico de impedir que se convierta en fuente de
cidieron vender sus vehículos repartidores a los conductores que hasta ese momen- perjuicios para terceros, cuestión que ciertamente omitió examinar el senten-
to tenían vinculación laboral. A partir de entonces, los conductores trabajarían en ciador en el caso sub judice, a pesar de las evidencias existentes en el proceso
forma independiente, pero seguían prestando sus servicios como transportadores, que llevan a concluir que Postobón S. A., sin embargo de efectuar la venta
en forma exclusiva, de los mismos productos que antes transportaban como em- mencionada, no permaneció apartada ni indiferente al desempeño, funciona-
pleados. Sin embargo, en razón de esa exclusividad, los antiguos patrones, hoy miento y control intelectual de la actividad peligrosa desplegada por el auto-
remitentes de las mercancías, conservaban y conservan algún poder de dirección y motor tantas veces citado, actitud que por fuerza ha de entenderse asumida
control de los automotores, pues no solo les asignan las rutas, sino que les exigen por aquella entidad en cuanto y en tanto obtenía de esa actividad lucro o
dedicación exclusiva, debiendo además realizar algunas gestiones anexas. Quiere provecho económico evidente. La posición de Postobón S. A. que en conse-
ello decir, en consecuencia, que la operación en líneas generales corresponde tanto cuencia muestra el proceso, es entonces significativa en poner de manifiesto
al conductor propietario del vehículo como a la empresa arrendataria del mismo. la existencia de un factor suficiente de atribución de responsabilidad que no
era dable desconocer por principio bajo el simple enunciado de la venta tan-
Habitualmente, las empresas que así distribuían sus productos alegaban su tas veces referida, pues razones jurídicas existían para imputarle la corres-
no responsabilidad, ya que el verdadero responsable sería el conductor propieta- pondiente obligación resarcitoria en que dicha responsabilidad consiste, tan-
rio. Sin embargo, en fallo del 22 de abril de 1997, la Corte, en forma clara y to a la compradora como a la vendedora" 92 .
acertada decide que tanto el conductor propietario como la empresa que lo utiliza
responden por actividades peligrosas. Al respecto, el fallo expresa:
905.- LA RESPONSABILIDAD POR EL HECHO AJENO Y POR ACTIVIDADES PELIGROSAS
"No obstante lo anteriormente discurrido que hace inevitable el fracaso de la SON ACUMULABLES
censura, debe la sala hacer la precisión doctrinal que el asunto exige en torno
al alcance que, entre varios consideró, le dio el tribunal el concepto de "guar- Según hemos dicho (supra, T. I, 593), cuando una persona ejerce una activi-
dián de la actividad", y por el que concluyó que el poder efectivo de uso, dad peligrosa utilizando para ello dependientes (hijos, obreros, discípulos), la
dirección o control sobre el vehículo causante del daño, no lo tenía Postobón S.

92 c. S. J., cas. civ., 22 abr. 1997, expediente núm. 1453, María Nelly Rivera y otros
91 Boris Starck, Droít civil. Oblígatíons, núm. 483. contra Postobón S. A.
906 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 907

víctima tiene la posibilidad de demandar al civilmente responsable (padre, patro- III.- Responsabilidad de los dueños
no, maestro) con base en la responsabilidad civil por el hecho ajeno (art. 2347) o y empresarios del transporte según la Ley 336 de 1996
con base en la responsabilidad civil por actividades peligrosas (art. 2356); para
ello se requiere que el directamente responsable (hijo, empleado, alumno), no 906.- EsTATUTO DEL TRANSPORTE
tenga poder independiente de control y de dirección de la actividad; cuando el
civilmente responsable conserva la guarda de la actividad, solo él está presunto de Toda esa decantación doctrinal, jurisprudencia! y legal que tardó casi un si-
responsabilidad por actividades peligrosas y el directamente responsable solo está glo en producirse, parece quedar reducida a cenizas en virtud de la Ley 336 de
obligado a reparar en la medida gue se demuestre una culpa de su parte 93 . En 1996 y de los posteriores decretos que la reglamentaron, ley por la cual se adopta
cambio, cuando el civilmente responsable no tiene el poder de dirección y control el Estatuto Nacional del Transporte.
sobre la actividad que causó el daño, su responsabilidad solo será comprometida
con base en el artículo 2347 del Código Civil y su forma de exoneración consisti- En efecto, con una ligereza sorprendente, el artículo 36 de la citada ley mo-
ría en demostrar que no pudo impedir el hecho (buena vigilancia y buena educa- difica radicalmente lo relativo a la noción de guardián de la actividad peligrosa
ción) (supra, T. I, 596 y ss.); acorde con lo anterior, la presunción por actividad cuando ésta es ejercida con automotores destinados al transporte público.
peligrosa pesará sobre el directamente responsable, ya que éste tenía el poder de
dirección y control de ella. El hecho de que la carga de la prueba funcione diferen- El texto de la citada disposición es el siguiente:
te entre uno y otro responsable, no impide que haya solidaridad entre los dos, de
acuerdo con el artículo 2344 del Código Civil 94 . Por tanto, en los casos en que el Los conductores de los equipos destinados al servicio público de
civilmente responsable es a la vez guardián de la actividad peligrosa, para com- transporte serán contratados directamente por la empresa operado-
prometer su responsabilidad no será necesario probar la culpa del directamente ra de transporte, quien para todos los efectos será solidariamente
responsable, ya que el ejercicio de la actividad peligrosa hará presumir no solo la
responsable junto con el propietario del equipo.
culpa del civilmente responsable sino también la del directamente responsable 95 •
En conclusión, cuando una persona depende de otra que es guardián de la activi-
En lo que se refiere a la vinculación laboral de los conductores no tenemos
dad peligrosa causante del daño, la víctima puede demandar al civilmente respon-
reproche alguno. Pero nos preocupa es la responsabilidad solidaria e.ntre el ~ro­
sable, conforme al artículo 2356 del Código Civil y, en cualquiera de los dos
pietario y el operario del transporte. En efecto, como se obse~v~ ~ pnmera v1sta,
casos, el demandado solo se libera mediante la prueba de una causa extraña (supra,
nuestro legislador pareciera regresar al concepto de la guarda JUfldlca, ya abando-
T. I, 593). En circunstancias semejantes se podrá también iniciar la acción contra
nado en todas partes, pues hace responsables al propietario y a la empresa tran~­
el directamente responsable, pero únicamente probando su culpa (C. C., art. 2341).
portadora, independientemente de la real ingerencia de dichas personas ~n 1~ di-
Por el contrario, si la actividad peligrosa está bajo la guarda del directamente
rección y control de la actividad causante del daño. Bastaría ser prop1etano o
responsable, éste responderá según el artículo 2356 y, en consecuencia, su culpa
empresa de transporte vinculadora del vehículo causante del daño pa~a que. s~r:
se presume; a su vez, el civilmente responsable responderá únicamente de acuer-
giese la responsabilidad. El texto, en forma literal así lo establece, _Y as1lo ratlflco
do con el artículo 2347 y podrá exonerarse demostrando diligencia y cuidado.
la Corte Constitucional, mediante Sentencia C-579 de 1999, magistrado ponente
Eduardo·Cifuentes Muñoz.

93 Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1819; Flour y Aubert, ob. cit., núm. 760; Mazeaud- y para culminar el despropósito, el ejecutivo posteriorme~te dictó algunos
Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1175; Marty y Raynaud, ob. cit., núm. 435. So-
bre la evolución de este concepto, véase infra, núm. 114. decretos reglamentarios de dicha ley, teniendo en cuenta los d1ver~~s .U:odos de
94 Sobre la solidaridad entre el directa y el civilmente responsable: cas., 2 feb. 1959, transporte. En el Decreto 1554 de 1998, por ejemplo, se reglamento m1c1alm~nte
"G. J.", t. XC, p. 16; Sal. Neg. Gen., 20 oct. 1958, "G. J.", t. LXXXIX, p. 771. el transporte terrestre de carga y en él se consagraba en su artículo 20 u~a s~hda­
95 En este sentido, cas., 18 mar. 1976, "G. J.", t. CLII, pp. 67 y ss. Igualmente, Mazeaud- ridad entre la empresa y el propietario o tenedor del vehículo, por las obh~acwnes
Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núms. 723-2; René Savatier, Traité ... , t. 1, núm. 251;
que surgiesen de la operación del transporte. En el artículo 3 ~ de ~se m1sm? de-
Roger Dalcq, ob. cit., t. 1, vol. 2, núm. 1556; Jacques Ghestin, Genevieve Viney,
ob. cit., núm. 717. creto, se señalaba que la solidaridad entre la empresa y el prop1etano del veh1culo
908 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 909

surgía a partir de la expedición del manifiesto de carga por parte del transporta- do del presupuesto de que ese propietario explota el automotor y conserva sobre el
dor. Esa confusión de normas traía una serie de contradicciones que en anteriores mismo un determinado control.
ediciones de esta obra tratamos de esclarecer.
En consecuencia, no vemos cómo el arrendador financiero, en el contrato de
Sin embargo, el ejecutivo posteriormente dictó los decretos 170 a 175 de leasing, pueda ser responsable contractual y extracontractualmente de la opera-
2001 para reglamentar nuevamente el transporte. Concretamente, el Decreto 173 ción del transporte si ninguna incidencia tiene ni en la celebración del contrato de
de 2002 se refirió al transporte terrestre de carga, pero no mencionó la solidaridad transporte ni en la operación del automotor arrendado. Lo mismo puede afirmarse
entre la empresa y el propietario del vehículo. Por ello veremos a continuación del dueño que contractualmente o de hecho se ha desentendido de la tenencia del
cuál es la situación del propietario del vehículo causante del daño ( § 1) para, vehículo.
posteriormente, referirnos a la situación de la empresa transportadora a la cual
está afiliado dicho automotor(§ 2) Esta solución que proponemos tiene sustento en la menos mala interpreta-
ción de las pésimas y contradictorias normas que venimos comentando.
§ 1.- LA RESPONSABILIDAD DEL PROPIETARIO DEL AUTOMOTOR
El Decreto 1554 de 1998 definía el contrato de vinculación, señalando que
En buen derecho, es claro que el dueño que se beneficia con el uso y este se celebraba por el propietario o tenedor de un vehículo con la finalidad de
goce de su propiedad deba responder por los daños que de dicho goce o uso pro- sujetarlo a la prestación del servicio público, disyunción con la cual quedaba claro
duzca a terceros. Así lo imponen el derecho de dominio, del artículo 669 del Có- que el contrato lo celebraba o el uno o el otro, pero no los dos al mismo tiempo, de
digo Civil, y las actividades peligrosas del artículo 2356 del mismo Código. En donde se podía concluir que cuando el propietario no celebraba el contrato de
uno y otro caso, es la conducta del propietario lo que lo hace responsable. vinculación, no era responsable de las obligaciones y deberes que de dicha vincu-
lación normalmente surge.
En ese orden de ideas, si el dueño de un automotor lo afilia a una empresa
para que ésta lo explote en sus actividades transportadoras, lo normal es que si el Pero la norma vigente, esto es, el Decreto 173 de 2001 que reglamenta el
dueño conserva y ejerce algún poder de dirección y control sobre el automotor Artículo 983 del Código de Comercio, omite cualquier definición de dicho con-
responda por actividades peligrosas. Todo ello sin perjuicio de que la empresa trato y se limita a enunciar el contenido mínimo del mismo, dejando en libertad a
transportadora también responda si es que ella, de una u otra forma, también par- las partes de pactar las obligaciones, derechos y prohibiciones de cada una de
ticipa en la dirección y control del vehículo y de su conductor. De igual forma, ellas. Podrían aplicarse analógicamente, por ejemplo, normas que señalan que la
puede afirmarse que si el propietario del vehículo tuvo injerencia en la celebra- vinculación es un contrato celebrado entre el propietario y la empresa, tales como
ción o en la ejecución del contrato de transporte, es responsable solidario con el el artículo 47 del Decreto 170 de 2001, relativo al transporte automotor colectivo,
transportador contractual en caso de incumplimiento del contrato. municipal, intermunicipal, y distrital de pasajeros; el artículo 53 del Decreto 171
de 2001, relativo al transporte de pasajeros por carretera, o el artículo 27 del
Pero si el propietario no participa para nada en los beneficios que produce el Decreto 172 del 2001, que reglamenta el transporte individual de pasajeros en
automotor o por cualquier motivo se desentiende completamente de su explota- taxis. Pero en estas normas ni se menciona al tenedor, ni se alude a solidaridad
ción, mantenimiento y administración, no vemos cómo pueda ser responsable en alguna con el tenedor.
caso de incumplimiento del contrato o en caso de daños a terceros, ser responsa-
ble por actividades peligrosas al igual que el transportador que realmente tiene la Pero, inclusive, aunque el propietario haya inicialmente celebrado el contra-
tenencia del automotor. Desde luego, si se le puede probar una culpa, será respon- to de vinculación, no por ese simple hecho se torna responsable contractual y
sable pero con base en el artículo 2341 del Código Civil y no con base en la extracontractualmente de los daños derivados de la explotación del automotor. Si
presunción de responsabilidad del artículo 2356 del mismo código. contractualmente o por cuestiones de hecho, al momento de ocurrir el daño, el
tenedor del automotor que ejecuta materialmente la operación del transporte es
Cuando el artículo 36 de la Ley 336 afirma que la empresa transportadora y el persona diferente del propietario nominal, será dicho tenedor y no el dueño nomi-
propietario son solidariamente responsables para todos los efectos, están partien- nal el titular de las responsabilidades previstas en las normas comentadas.
91 Ü JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 911

El artículo 36 de la Ley 336 establece la responsabilidad del dueño con la mercancía transportada si dicho propietario no tenía la posesión ni explotaba el
empresa, situación que se ratificaría si se aplican analógicamente los decretos que automotor. Al respecto, el fallo expresa:
regulan otras modalidades del transporte terrestre. Si la norma dijese que la vin-
culación hace responsables al propietario y al tenedor del automotor es evidente "Y, en lo que concierne a la legitimación pasiva de los codemandados Vicen-
que ambos serían responsables. Pero habla solo del propietario, presumiéndolo te Moya Jutinico y Nicanor Rivera quienes han sostenido que, como desde el
guardián. 16 de abril de 197 5 habían vendido a Eudoro Acuña el vehículo Dodge de
placas WR0882, como consta en el contrato de venta y la certificación de la
Es de anotar que esta interpretación también la encontramos en la responsa- Oficina de Transportes y Tránsito de Calarcá, ellos no son los llamados a
bilidad por el hecho de los animales, consagrada en los artículos 2353 y 2354 del responder, y en cuya responsabilidad solidaria insiste la recurrente, es el caso
Código Civil (infra, T. I, 1407 y ss.). observar: a) que el juez a quo, por haber encontrado demostrado con el docu-
mento que contiene el contrato de venta y el testimonio del conductor que al
En consecuencia, pese a la literalidad aparente de los textos normativos que momento de la contratación del transporte y posterior pérdida de la mercan-
venimos de analizar, la mera calidad de propietario nominal no hace responsable cía, quien tenía la posesión y explotaba el automotor era Eudoro Acuña y no
contractual ni extracontractual al dueño del automotor causante del daño. Desde los demandados, absolvió a estos" 96 •
luego, según lo ya visto (supra, T. I, 898), el propietario sigue presumiéndose
A su turno, una sentencia del Tribunal Superior de Medellín, del 25 de se-
guardián, pudiendo desvirtuar dicha presunción si demuestra que la guarda está
tiembre de 1985, es categórica en el sentido de que el propietario solo es respon-
realmente en cabeza de un tercero.
sable de las obligaciones derivadas del contrato de transporte cuando es él quien
El juez deberá, pqr tanto, averiguar en cada caso concreto el grado de injeren- se beneficia con la explotación del automotor. Al respecto, la citada providencia
cia que de hecho tenga el dueño del automotor afiliado. Prueba de esa facultad expresa:
interpretativa del juez la encontramos en varios fallos que en relación con este
"Lo importante aquí, es que Javier Montoya figuraba como propietario y te-
mismo tema analizaremos a continuación.
nía el control, dirección y vigilancia del automotor en que se transportó la
mercancía; además de disfrutar de las ventajas económicas que reporta el uso
En efecto, con anterioridad a la Ley 336 y sus decretos reglamentarios, el
del automotor.
artículo 991 del Código de Comercio estableció y aun establece la responsabili-
dad contractual de las empresas de transporte y de los dueños de los vehículos en
"De acogerse el criterio del fallador de primer grado, se arribaría a la conclu-
los cuales se ejecuta el contrato de transporte.
sión desacertada de que el vendedor quien carece de control, guarda y vigi-
lancia del automotor, quien tampoco se aprovecha del producido, fuera el
Pero pese a la contundencia literal del artículo 991 del Código de Comercio,
responsable solidariamente del cumplimiento de la obligación que es materia
la jurisprudencia colombiana ha decidido que el artículo 991 solo se refiere al
de la presente pretensión; y, con ello vincular como sujeto pasivo a quien no
propietario que explote el vehículo transportador y ejerza sobre el mismo un cier-
liga ningún nexo jurídico de control, guarda, vigilancia y administración del
to poder de dirección y control, pues no basta la simple calidad de propietario.
vehículo" 97 .
Prueba de ello es que el mismo artículo 991 establece que el propietario no res-
ponde si el automotor está en poder del transportador en virtud de un contrato de
Finalmente, en un fallo del Tribunal Superior de Bogotá, del 12 de junio de
arrendamiento.
1986, se decidió en idéntico sentido e inclusive se reiteró que al transportador

Veamos algunos fallos que aprueban nuestra interpretación.

En primer lugar, en una sentencia del6 de agosto de 1985, la Corte establece 96 Jurisprudencia y Doctrina, vol. 15, Bogotá, Ed. Legis, p. 768.
que, pese a la literalidad del artículo 991 del Código de Comercio que hace res- 97 Tribunal Superior de Medellín, 25 sep 1985, ordinario de Eduardo Botero Soto y
ponsable al propietario, éste no es responsable de los perjuicios por pérdida de la Cía. ltda., contFa Comercial Pineda ltda.
912 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 913

contractual corresponde la prueba de que el propietario era quien se beneficiaba simple hecho de tener un automotor afiliado o vinculado a una empresa de trans-
con la explotación del vehículo transportador. Al respecto, la decisión citada dijo: porte hace a ésta automáticamente responsable de los daños causados por el auto-
motor así no tenga el poder de dirección y control del aparato. Uno entiende que
"El razonamiento anterior conlleva a exonerar de responsabilidad ( ... ) a los si la empresa afiliadora celebra los contratos de transporte o tiene bajo su direc-
señores Gil Gallo, propietarios del vehículo. A Conaltra correspondió y no lo ción y órdenes al conductor del vehículo o controla sus rutas y su mantenimiento,
hizo, la prueba de dependencia de Jesús Ocaris Medina con los dueños. Es se le tenga como deudor contractual o como guardián responsable de actividades
más, ni siquiera se trajo a los autos el testimonio de este individuo para escla- peligrosas. En cambio, si la empresa transportadora se limita a recibir una suma
recer por cuenta de quién obraba y de quién recibió autorización para recibir de dinero como prestación por la vinculación del vehículo, pero este queda com-
carga y transportarla de un lugar a otro" 98 . pletamente bajo la administración y explotación de un tercero, es evidente que a la
empresa no se le podrá aplicar la responsabilidad contractual ni la responsabilidad
Se deduce de la motivación anterior que solo cuando el propietario tiene el presunta por actividades peligrosas a que se refiere el artículo 2356 del Código
poder de dirección y control, es decir, se beneficia de la explotación del vehículo Civil. Solo en la medida que se pruebe una culpa de los funcionarios de la empre-
transportador, responde a la luz del artículo 991 del Código de Comercio. sa, ésta sería responsable en aplicación de lo dispuesto en el artículo 2341 del
Código Civil. Pero la norma vigente, el Decreto 173 de 2001, nada dijo sobre la
Como se ve, la jurisprudencia colombiana tiene claramente establecido que, responsabilidad de las empresas afiliadoras.
pese a los textos legales, el propietario de un automotor no es civilmente respon-
sable si no es poseedor y beneficiario de su explotación. En consecuencia, no es 909.- En materia contractual del transportador, el problema grave es que
extraño para la jurisprudencia nacional efectuar esta misma interpretación al apli- mientras el artículo 991 del Código de Comercio solo hace responsable a la em-
car el artículo 36 de la Ley 336 de 1996 y los artículos 20 y 31 del decreto 1554 de presa afiliadora por cuyo conducto se celebra el contrato de transporte, lo que es
1998. Los argumentos que se dan al aplicar el artículo 991 del Código de Comer- lógico, el artículo 36 de Ley 336 y el artículo 20 del Decreto 1554 establecen
cio son exactamente los mismos que nosotros proponemos para el artículo 36 ya dicha responsabilidad por el simple hecho de la vinculación del vehículo, lo que
citado. es totalmente absurdo.

Sin embargo, pesa a lo dispuesto en la Ley 336, nos parece que nuestra posi-
§ 2.- LA RESPONSABILIDAD DE LA EMPRESA A LA CUAL ESTÁ
ción encuentra hoy respaldo en algunas disposiciones de los decretos que regla-
AFILIADO EL VEHÍCULO TRANSPORTADOR
mentan el ejercicio de la actividad transportadora. En efecto, los artículos de los
decretos 170 a 176 de 2001 definen el contrato de vinculación como el acto me-
En lo que se refiere a las empresas operadoras de transporte, la situa- . diante el cual dicho vehículo queda incorporado al parque automotor de la empresa.
ción es más o menos la misma, por no decir peor. El derogado Decreto 1554 de
1998 establecía en sus artículos 20 y 31 solidaridad en la operación y en el contra- Ello significa en buen derecho que cuando en el ejercicio de los derechos y
to de transporte, de lo cual se deducía que el decreto establecía, por el simple obligaciones que surgen de ese contrato de vinculación, el transportador que acepta
hecho de la afiliación, no solo la responsabilidad extracontractual de la empresa vincular en su empresa el vehículo celebra o ejecuta los contratos de transporte o
afiliadora sino también su responsabilidad contractual, con lo cual se repite con tiene el poder de dirección y control del vehículo, es responsable contractual y
mayor fuerza el absurdo literal del artículo 991 del Código de Comercio. extracontractualmente frente a la víctima contractual o extracontractual. Pero no
existe esa responsabilidad cuando de hecho la empresa no tiene la guarda material
En efecto, de un lado tal norma violentaba el principio del efecto relativo de del vehículo, ni celebra ni ejecuta los contratos de transporte. Hay que entender
los contratos y del otro, regresa al concepto de guarda jurídica. El pensar que el pues que empresa vinculante responsable es aquella que en la práctica celebra o
ejecuta los contratos de transporte en virtud del contrato de vinculación.

98 Tribunal Superior de Bogotá, 12 jun. 1986, ordinario de Colbateco Ltda. contra Y, aunque la norma así concebida genera algunos problemas de interpreta-
Conaltra. ción, de todas formas está considerando que lo que hace responsable a la empresa
914 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 915

afiliadora es la explotación real del automotor, pues solo dicho transportador real cepto de la afiliación, es lógico que ella responda de los daños que se causen con
expide los manifiestos de carga. El transportador que solo es vinculador nominal el automotor afiliado.
no contrata ni ejecuta contratos de transporte y, en consecuencia, no expide docu-
mentos de transporte. ! Sin embargo, ello sería mal razonar, pues la simple obtención de un bene-

ficio por permitir la afiliación carece de relación causal con el daño. En Colom-
Ahora, aunque el artículo 36 de la Ley 336 obliga a la empresa de transporte bia, la teoría del riesgo-provecho no es fuente de responsabilidad. Lo que hace
a contratar directamente la vinculación laboral de los conductores, puede que de aplicable la responsabilidad por actividades peligrosas es el ejercicio de las mis-
hecho esa vinculación laboral no suceda o que habiendo sucedido, en la prác- mas, sin consideración al provecho que se deriva de ellas. Es más: así se pensara
tica, el conductor no sea realmente dependiente de la empresa que lo contrató, que lo aplicable es el riesgo creado, la solución sería la misma, pues el simple
sino que dependa del dueño o tenedor del automotor. Piénsese en la empresa que hecho de permitir la afiliación de un automotor no significa la creación de un
acepta vincular un vehículo cuyo conductor ya ha sido vinculado laboralmen- riesgo. El riesgo lo crea quien, de hecho, tiene el poder de dirección y control de
te por el dueño o tenedor. O en la empresa que vincula laboralmente al conduc- la actividad.
tor pero posteriormente no tiene a dicho conductor bajo su subordinación sino que
la subordinación existe frente al tenedor del vehículo. En esos casos, aunque la Si se aplicara la teoría abstracta del beneficio obtenido, sería fácil hacer res-
guarda jurídica está en cabeza de la empresa transportadora, la guarda material, ponsable al arrendador de un automotor o de cualquiera otra actividad peligrosa;
que es la que interesa (supra, T. I, 896), está en cabeza de un tercero diferente de o hacer responsable al pasajero de un taxi de los daños causados por el vehículo,
la empresa. ya que el pasajero se está beneficiando con dicho aparato.

En conclusión, creemos que las empresas operadoras de transporte solo son


Pero de todas formas consideramos que, en aplicación de los principios gene- responsables por daños causados a terceros en la medida en que se les pruebe una
rales estudiados, la empresa afiliadora puede llegar a ser responsable contractual culpa o en la medida en que tengan algún poder de dirección y control sobre la
o extracontractualmente, así no haya expedido dicho documento o así no haya explotación del automotor causante del daño. En el primer caso se aplicaría lo
vinculado laboralmente al conductor. Lo será contractualmente si celebra el con- dispuesto en el artículo 2341 del Código Civil; en el segundo, se aplicaría lo
trato de transporte o si acepta ejecutar el contrato de transporte celebrado por otro dispuesto en el artículo 2356 del mismo Código.
transportador. Y será responsable extracontractualmente si de hecho tiene alguna
injerencia en la operación del vehículo, bien sea porque el conductor reciba sus
órdenes de dicha empresa, bien sea porque de alguna manera ésta última controle 910.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA
total o parcialmente la explotación del automotor.
Sin embargo, la jurisprudencia colombiana pareciera, a veces, retornar al
Esa responsabilidad será solidaria con el propietario o el tenedor si en forma viejo concepto de la guarda jurídica, haciendo responsable a la empresa transpor-
conjunta y así sea desde diversos ángulos, el uno y el otro tienen injerencia en la tadora por el simple hecho de la afiliación del vehículo causante del daño.
operación del trasporte, en cuyo caso aplicamos lo ya visto en relación con la
guarda acumulativa (supra, T. I, 884). En ese sentido es elocuente un fallo de la Corte del15 de marzo de 1996. En
efecto, nuestra máxima corporación judicial, al decidir la responsabilidad de una
empresa transportadora a la cual estaba afiliado el vehículo causante del daño,
Desde luego, y según lo ya visto (supra, T. I, 901), la empresa afiliadora se expresó:
presume guardián al igual que el dueño, pero tanto el uno como el otro podrán
demostrar que la guarda está realmente en cabeza de un tercero.
"En el supuesto del que viene hablándose, como acontece en todos los demás
que integran el cuadro normativo de la responsabilidad común por culpa civil
Frente a todo lo dicho en estos párrafos, alguien podría contraargumentarnos extracontractual, pesa sobre la víctima que reclama indemnización la carga
que si la empresa afiliadora se beneficia de las prestaciones que recibe por con- de suministrar prueba acabada del daño y su valor, así como también de los
916 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 917

hechos que permiten entrar en funcionamiento el factor atributivo de la res- dad, vigilarla y controlarla, le encarga a otra el ejercicio de una función, de
ponsabilidad indirecta. Le compete, pues justificar a cabalidad su demanda una empresa o de una tarea cualquiera, así no exista entre ambas vínculo
contra quien es demandado a título de guardián o superior del agente directo contractual alguno de trabajo puesto que, se repite, a los efectos del artículo
del ilícito en cuestión, lo que equivale a demostrar el nexo de dependencia 2347 del Código Civil el concepto de "subordinación o dependencia" no su-
que une a estos dos sujetos, habida cuenta que en eventos de esta estirpe"( ... ) pone necesariamente de una fuente de esa clase como lo entendió con acierto
fuera de la relación causal que muestra la imputabilidad física, ha de estable- el juzgador de segunda instancia en el fallo cuya casación aquí se persigue, y
cerse el vínculo de subordinación o imputabilidad jurídica, pues si la razón tampoco hace desaparecer la responsabilidad instituida en el precepto tantas
de ser del reclamo es un daño, partiendo de tal dato es preciso llegar a verifi- veces mencionado, el que la designación del encargado la haya efectuado un
carlo como causado por quien dependía del sujeto a quien se demanda, y a fin tercero distinto al principal. Lo que en verdad importa es, entonces, que para
de cuentas por este último( ... )". (FERNANDO HiNESTROSA, Obligaciones, SEc- obrar el autor material del daño haya dependido de una autorización del em-
CióN segunda, cap. IX, num. 6). Y hoy en día se tiene por aceptado en línea de presario civilmente responsable, luego es claro que la "dependencia" por la
principio, que tratándose de la responsabilidad del principal -comitente o que se indaga habrá de resultar de una virtual potestad de control y dirección
empresario- debida al hecho de sus dependientes o encargados por razón y en sobre la conducta de otro, independientemente de que esa labor origen del
la medida de la presunción de culpa que consagra el inciso quinto del artículo evento dañoso tenga o no propensión de continuidad y sin que, de igual for-
2347 del Código Civil, esa relación de dependencia, más que el producto de ma, sea necesaria la existencia de retribución para quien presta el servicio.
conceptos de derecho abstractos tomados de disposiciones legales de orden
laboral como las que en el caso en estudio cita el casacionista, es una situa- "Al hacer el recuento de antecedentes, se dejó visto que la discrepancia que
ción de hecho en la cual, para su adecuada configuración en vista de la fina- estructura el fundamento central de la censura en contra de la decisión im-
lidad que se propone alcanzar aquella regla de la codificación civil, basta con pugnada, tiene que ver inicialmente, con la interpretación que debe darse al
que aparezca, caracterizado de modo concluyente desde luego en términos inciso 5° del artículo 2347 del Código Civil, como determinante de la respon-
probatorios, que en la actividad causante del daño el dependiente, autor ma- sabilidad extracontractual que incumbe a un tercero por el hecho ocasionado
terial del mismo, puso en práctica una función determinada para servicio o por la persona que está bajo su cuidado o dependencia, elemento que sin
utilidad del principal, y además, que en el entorno circunstancial concreto y razón el casacionista asimila en este caso a la relación de índole estrictamen-
con respecto al desempeño de dicha función, haya mediado subordinación te laboral para sustentar, en la ausencia de un contrato de tal linaje entre el
del dependiente frente al principal, toda vez que si no existe una razonable conductor causante del accidente y la empresa transportadora a la que se
conexión entre la función y el hecho dañoso o si en este último no se descu- encontraba afiliado el vehículo, la imposibilidad jurídica de hacer uso de
bre aquella implementación de la actividad ajena en interés del empresario de dicho artículo que considera, entonces, indebidamente aplicado.
quien por reflejo se pretende obtener la correspondiente reparación, es evi~
dente que el sistema de responsabilidad que se viene examinando no puede "Sucede, empero, como invariablemente lo ha vendo sosteniendo la Corte de
operar y para la víctima desaparece, al menos como prerrogativa jurídica- tiempo atrás y en la primera parte de estas consideraciones se vuelve a reite-
mente viable, esa posibilidad de resarcimiento. rar, que esa relación de dependencia tiene como fuente mediata el vínculo
suscitado por factores como el de vigilancia, control, cuidado o administra-
"Puestas en este punto las cosas, debe hoy volverse a reiterar que esa relación ción, que pueden surgir independientemente de la relación laboral como tal.
de dependencia influyente para los efectos del artículo 2347 del Código Ci- Por eso se ha expresado que "la relación de dependencia entre personas, que
vil, es una noción de muy holgado espectro que no es dado reducir a ciertas contempla el artículo 2347 del Código Civil, no es de la misma naturaleza de
modalidades de contratación como podrían ser, por ejemplo, las que regula la la que origina el contrato de trabajo( ... )" (cas. civ., 9 junio 1953, LXXV,
legislación sustantiva del trabajo o, en el plano civil, el arrendamiento de 289), y se agrega, en ese mismo orden de ideas, que "cuando el legislador ha
servicios personales. Es por el contrario y para decirlo con apoyo en las ense- dicho que los empresarios son responsables del hecho de sus dependientes
ñanzas de un afamado expositor (Lours JossERAND, Derecho civil, t. II, vol. 1, mientras están bajo su cuidado, no ha limitado esa responsabilidad a que el
cap. II, num. 508), una situación jurídica genérica, donde una persona, en su trabajador sea nombrado directa y personalmente por el gerente o director de
propio interés y conservando la autoridad suficiente para orientar la activi- la empresa, sino que ello lo cobija siempre que aparezca que hay una relación
918 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 919

de dependencia entre la empresa y el trabajador" (cas. civ., 29 mayo 1959, En segundo lugar, estamos de acuerdo con el fallo cuando afirma que, para
XC, 600).
que se comprometa la responsabilidad extracontractual de los empresarios por el
hecho de los dependientes, no es necesario un vínculo de carácter laboral. Basta
"En esas condiciones, es dable concluir que tratándose de la responsabilidad
una dependencia de hecho derivada de cualquiera otra relación contractual o le-
civil por el hecho de otra persona, el tercero está obligado a indemnizar cuan-
gal. Puede suceder que si el dependiente laboral queda total o parc~almente baj? la
do se encuentre demostrados los presupuestos generales que configuran la
disposición de un tercero, sea éste el responsable por el hecho aJeno. Inclusive,
responsabilidad extracontractual, a saber, el hecho, el daño y el nexo de causalidad
puede suceder que tanto el patrono como el superior de hecho sean solidariamente
entre uno y otro, por un lado, y por el otro la relación de dependencia con el
responsables. Sobre este punto ya nos hemos extendido suficientemente (supra,
causante del daño, relación de dependencia que, como se ha explicado a espa-
T. I, 594 y ss.).
cio líneas atrás, no habrá de estar ligada en forma concreta a una clase espe-
cial de contrato, sino que supone, única y exclusivamente, una situación de
Pero es preciso observar que la dependencia no surge por el simple hecho de
autoridad o de subordinación adecuada.
que el patrono del conductor haya celebrado un contrato de afiliación con la em-
presa transportadora. Esa relación jurídica no crea por sí sola la relación de de-
"Pues bien, en el caso puesto a consideración de la Corte, el vínculo que liga
pendencia exigida por el artículo 2347 del Código Civil, ni muchos menos la
a la empresa demandada con el causante del accidente, emerge del contrato
calidad de órgano de la persona jurídica.
de afiliación suscrito entre el propietario del vehículo con el que se ocasionó
el accidente, y la empresa transportadora, por lo cual cabe afirmar que esa
En efecto, si solo existe la afiliación y el dueño afiliante conserva la potestad
relación jurídica es suficiente para exigir con base en ella la reparación de los
de administrar y mantener el vehículo y la de conseguir el conductor y de darle
perjuicios que se derivan del hecho causante del daño, lo que evidencia, en-
órdenes, sin que la empresa afiliadora participe de hecho en ninguna de esas acti-
tonces que el artículo 2347 del Código Civil, aplicado al caso por el Tribu-
vidades, es claro que la dependencia exigida por el artículo 2347 del Código Civil
nal, corresponde en fiel forma a la norma que en efecto gobierna el supuesto
solo está en cabeza del afiliante y no de la empresa afiliadora. La dependencia de
fáctico planteado por la parte demandante" 99 .
la empresa afiliadora existe cuando, aún sin ser el patrono del conductor, de hecho
le asigna funciones, le da órdenes y establece sus horarios y rutas.
911.- CRíTICA DE LA JURISPRUDENCIA
Lamentablemente, el fallo comentado se queda corto pues en los párrafos
Las consecuencias jurídicas de esta decisión son de gran envergadura, lo que reproducidos no explica si en el caso sub judice solo existía la afiliación nominal
nos obliga a efectuar algunas consideraciones. o si, de hecho, la empresa afiliadora le daba órdenes al conductor. Es allí, y no en
la simple afiliación, donde debe buscarse el argumento para decidir si la empresa
afiliadora tenía la guarda del automotor y si el conductor del vehículo era su de-
En primer lugar, y aunque se trata de una observación marginal, vale la pena
advertir que el fallo pareciera olvidar que a las personas jurídicas jamás se les pendiente. Insistimos en que el simple hecho de que la empresa afiliado~a obtenga
aplica la responsabilidad indirecta del artículo 2347 del Código Civil, según lo un beneficio con la afiliación no genera, a la luz de las normas colombianas, una
tiene establecido la misma Corte desde hace más de 50 años (supra, T. I, 678 y responsabilidad solidaria de dichas empresas.
ss.). Como en el caso sub judice la empresa transportadora era una persona jurídi-
El último párrafo de la sentencia analizada no hace más que cambiar una
ca, el problema a discutirse es si el conductor de un vehículo afiliado a dicha
guarda jurídica (la del vínculo laboral) por otra (la del contrato de afiliación).' Así
empresa es o no un órgano suyo que causa el daño en el ejercicio o con ocasión de
sus funciones. como con muy buen criterio lo dice la Corte, el simple hecho de la ausencia de
vínculo laboral no impide que el transportador sea responsable si el conductor de
hecho es su dependiente, también hay que concluir que el simple hecho de la
afiliación del vehículo a la empresa no hace que el conductor sea su dependiente.
99 C. S. J., cas. civ., 15 mar. 1996, Jurisprudencia y Doctrina, t. XXV, Ed. Legis, núm. Habrá que buscar en cada caso concreto si con contrato o sin él, el conductor está
294.
bajo la dependencia de la empresa transportadora, es decir si ésta le da órdenes.
920 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 921

En ese mismo orden de ideas, y siguiendo la misma argumentación del fallo ser derrumbado; no obstante, si la autorización no ha sido solicitada, habrá la
citado, el hecho de que la empresa transportadora sea la obligada a vincular labo- presunción contra el dueño, ya que ni siquiera había iniciado gestiones para con-
ralmente al conductor o de hecho sea la que celebre el contrato de trabajo, no la seguirlo; casi podría hablarse de culpa probada distinta de la del artículo 2356; lo
hace responsable. Si por cualquier razón el tenedor del vehículo es quien celebra mismo puede decirse del dueño que solo inicia la gestión de la autorización cuan-
y ejecuta el contrato de transporte y es quien controla la actividad del conduc- do el árbol está a punto de caer; de todas maneras, si el dueño del árbol lo corta,
tor (así este haya sido vinculado por la empresa afiliadora) y la explotación del puede alegar un estado de necesidad y escapar así a la acción penal, siempre que
vehículo sin injerencia de la empresa afiliadora, ésta no será responsable ni con- el hecho sea justificado.
tractual ni extracontractualmente.
§ 2.- EL LADRÓN O USURPADOR DE LA ACTIVIDAD
912.- CoNCLUSióN

915.- Puede suceder que el dueño sea despojado definitiva o temporalmen-


Después del análisis del artículo 36 de la Ley 336 de 1996 y de la escasa te, en forma violenta o no, de la actividad peligrosa; tal es el caso del hurto defi-
reglamentación que sobre el punto específico trae el Decreto 173, podemos con- nitivo o del hurto de uso, así sea amigable, que sufre el propietario. En estos
cluir que dicha norma no introduce ningún cambio fundamental en lo relativo a la casos, el dueño deja de ser el responsable de la actividad peligrosa y ésta pasa a
responsabilidad civil por actividades peligrosas y que el concepto de guardián de manos del ladrón o usurpador 100 • Salvo que se pruebe una negligencia manifiesta
la actividad que tradicionalmente se viene aplicando por la jurisprudencia nacio- del dueño en el robo de la actividad, su responsabilidad no podrá ser comprome-
nal conserva su vigencia en el caso de automotores de transporte público. tida; si, por ejemplo, el dueño de un automóvil lo deja abierto, con las llaves
pegadas, en un lugar infestado de ladrones, su responsabilidad podrá comprome-
terse según el artículo 2341 y no del2356, pues la guarda la perdió por su culpa;
IV.- La determinación del responsable
en cambio, si un amigo, valiéndose de la confianza no culposa depositada por el
de la actividad peligrosa en algunos casos especiales
dueño y sin su autorización, toma el automotor, solo el conductor será responsa-
ble de la actividad, a menos que en este caso el dueño siga conservando un cierto
913.- CONSIDERACIONES GENERALES poder de decisión sobre el usurpador, situación que es utópica en la práctica.

Hecha la advertencia de que no solo el propietario de la cosa o de la empresa


explotadora de ella puede ser considerado responsable de la actividad peligrosa y § 3.- EL TRABAJADOR O DEPENDIENTE NO ES EN PRINCIPIO
de que esta responsabilidad la tiene aquel que posee el poder intelectual de direc- RESPONSABLE DE LA ACTIVIDAD PELIGROSA
ción y control de ella, queremos analizar algunos casos en que esa precisión del
responsable puede ofrecer ciertas dificultades. 916.- Cuando el trabajador o el dependiente no sean propietarios de los
instrumentos con los cuales se ejerce la actividad peligrosa, solo el patrono puede
ser considerado responsable presunto de ella. En realidad, aunque el trabajador
§ 1.- EL PROPIETARIO QUE REQUIERE AUTORIZACIÓN
detenta materialmente la cosa por medio de la cual se ejerce la actividad, lo cierto
ADMINISTRATIVA PARA CORTAR UN ÁRBOL
es que el poder intelectual de uso, dirección y control corren por cuenta del em-
pleador; el patrono de un conductor ordena los horarios y las rutas por las cuales
Y a vimos que al propietario se le presume guardián de la actividad;
sin embargo, algunas dificultades se presentan en aquellos casos en que, a pesar
de conservar la posesión, el propietario no puede impedir el hecho; por ejemplo,
si un árbol que ofrece peligro y mientras se tramita la autorización de corte ante el i 00 Supra. Asunto Franck, cas., 2 dic. 1942, citado por Starck, Droit civil. Obligalions,
núm. 451; Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1828; Mazeaud~Tunc-Chabas, Traité ... ,
Inderena, cae, hiriendo a un tercero, se presenta la dificultad de saber si ese dueño t. 11, núm. 1170; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 687. En la juris-
es responsable por actividad peligrosa; al propietario se le presume responsable, prudencia colombiana, cas., 18 mayo 1972, "G. J.", t. CXLII, p. 188; Trib. Sup. de
pero podrá alegar la tramitación de la autorización, pues sin ella el árbol no podría Medellín, sent., 16 nov. 1979, en Jurisprudencia civi/1979, p. 1622.
922 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 923

debe cumplir su actividad; le ordena, además, el mantenimiento del automotor, y En aplicación de esta doctrina, al dependiente que no tiene la guarda de la activi-
en estas condiciones el conductor solo es responsable en forma inmediata por la dad no puede presumírsele responsable. El texto del fallo mencionado dice:
actividad 101 • Esta solución está basada sobre todo en razones de equidad. Esto no
quiere decir que el dependiente nunca sea responsable; simplemente habrá que "El responsable por el hecho de las cosas inanimadas es su guardián, o sea
probarle una culpa, y en este caso su responsabilidad no será por actividades pe- quien tiene sobre ellas el poder de mando, dirección y control independien-
ligrosas sino por el hecho propio, con culpa probada, del artículo 2341 102 . Cuando tes" 105 (cursi vas fuera del texto).
el patrono es el guardián de la actividad peligrosa, la víctima podrá demandar
solidariamente al patrono y al trabajador, teniendo el cuidado de argumentar la Finalmente, en sentencia de marzo 18 de 197 6, la Corte parece indicar que
presunción de responsabilidad contra el patrono y de tratar de probar la culpa del la presunción del artículo 2356 se aplica a los dependientes. En efecto, a causa
dependiente 103 . de un accidente fue demandado el patrón del conductor, quien a su vez era el
dueño del vehículo causante del daño; aunque el conductor no fue demandado, la
Si el trabajador fuera responsable por actividades peligrosas, bastaría un solo Corte dijo:
accidente para que el resto de sus ingresos quedaran comprometidos de por vida
para cubrir una indemnización; el trabajador ejerce una actividad, pero no por "Ahora, mirando el aspecto de la responsabilidad de los autores materiales
capricho, sino por necesidad; a ello agréguesele que el trabajador no es indepen- del accidente, desde otro punto de vista y más concretamente con relación a
diente en cuanto al modus operandi de la actividad; de ahí que no deba responder lo que prescribe el artículo 2356 del Código, también será necesario concluir
por ésta en forma presunta. que son plenamente responsables, por cuanto la presunción de culpa que so-
bre ellos recae, por haber ocasionado el daño en ejercicio de una actividad
La jurisprudencia colombiana. La Corte Suprema de Justicia no ha sido muy peligrosa, no ha sido aún desvirtuada, y que, según lo enseña la Corte, solo
clara y explícita al respecto. En fallo de 27 de setiembre de 1946 expresa que: puede serlo probando fuerza mayor, caso fortuito, o intervención de un ele-
mento extraño" 106 .
"La presunción de culpabilidad en contra de quien ejerce una actividad peli-
grosa, afecta no solo al dependiente o empleado que actúe en el acto peligro- Sin embargo, del texto puede deducirse que la Corte quiso decir que la vícti-
so, sino también al empleador dueño de la empresa o de las cosas causantes ma no tenía la obligación de probar la culpa del dependiente para poder presumir
del daño" 104 • la culpa del patrono; es decir, acepta que una presunción descansa sobre la otra y
que el patrono responde por el hecho ajeno o por actividades peligrosas a elección
La decisión anterior parece no dejar dudas en el sentido de que la presunción
del demandado 107 •
por actividades peligrosas opera también contra el directamente responsable; sin
embargo, una sentencia de mayo 18 de 1972 da a entender que, para poder com-
El fallo habla sobre la solidaridad del patrono y del dependiente, pero no dice
prometer la responsabilidad por actividades peligrosas no basta detentar material-
que el conductor sea responsable por el artículo 2356. Repetimos: para la Corte, la
mente la actividad, sino que es preciso tener sobre ella un poder independiente.
culpa del conductor se presume para efectos de presumir la del patrono, pero en
ese caso el demandado es el patrono y no el dependiente.

101 En este sentido Boris Starck, Droit civil. Obligations, núm. 495; Flour y Aubert, ob. En conclusión, solo en el fallo de 1946, la Corte sostiene con nitidez que la
cit., núm. 760; Alex Weill y Frangois Terré, ob. cit., núm. 723; Jacques Ghestin,
Genevieve Viney, ob. cit., núm. 682; René Savatier, Traité ... , t. 1, núm. 361. responsabilidad por actividades peligrosas se aplica al dependiente que causó con
102 Sobre este punto, véase Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t.ll, núm. 1175; Philippe
le Tourneau, ob. cit., núm. 1819.
103 Cas., 2 feb. 1959, "G. J.", t. XC, p. 16; Sala de Neg. Gen., 20 oct. 1958, "G. J.", t.
LXXXIX, p. 771, sostiene la solidaridad entre el directa y el civilmente responsa- 105 Sent., 18 mayo 1972, "G. J.", t. CLII, p. 188.
ble. 106 Sent., 18 mar. 1976, "G. J.", t. CLII, pags. 67 y ss.
104 Sent., 27 sep. 1946, "G. J.", t. LXI, p. 574. 107 Sobre la posibilidad de que una presunción descanse sobre la otra.
924 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 925

ella el daño. En los dos últimos fallos, la Corte da a entender, y con ello estamos adquiere el poder de uso, dirección y control, será el responsable de lo que la
de acuerdo, que la presunción solo pesa contra el patrono, pues es este el que tiene doctrina francesa denomina guarda del comportamiento, pues los daños produci-
el poder de dirección y control de la actividad. dos por la guarda en la estructura seguirán siendo por cuenta del propietario. Este
caso se presenta frecuentemente cuando el dueño de un vehículo lo presta a un
§ 4.- CASO DEL DEPENDIENTE QUE ABUSA DE LAS FUNCIONES amigo que causa daño a un tercero cuando lo está utilizando 109 . En este caso, el
conductor adquiere la calidad de responsable de la actividad si tiene un poder
917.- Ya nos hemos referido con mayor extensión a este mismo punto, supra, independiente de la voluntad del propietario. No se puede, sin embargo, desgajar
T. I, 657 y ss. Si el trabajador, abusando de la confianza depositada por su patro- a priori un principio general, pues habrá que analizar cada caso concreto para
no, sustrae la cosa por medio de la cual desempeña sus funciones y la destina a saber hasta qué punto el propietario se ha desprendido completamente de dicho
una actividad diferente a la de su trabajo, y a causa de ello produce un daño, el poder 110 . Si el dueño viaja en el mismo carro bajo la conducción del tercero, cree-
patrono deja de ser responsable de la actividad peligrosa, pues ha perdido el poder mos que el dueño es el guardián, pues de alguna manera dirige la actividad 111 .
de uso, dirección y control de la actividad, la cual, por razón del desvío de la Repitámoslo: es una cuestión de hecho en la que el juez debe investigar quién o
función, queda en cabeza del trabajador 108 ; no obstante, pudiera pensarse que en quiénes tenían el control de la cosa.
este caso se genera contra el patrono la responsabilidad civil por el hecho ajeno
del artículo 2347 del Código Civil. Creemos que tampoco opera esa responsabili- § 6.- CASO DEL DAÑO CAUSADO POR UN APRENDIZ DE CONDUCCIÓN
dad civil, pues para que el patrono sea responsable por el hecho de su trabajador, DE VEHÍCULOS CUANDO ESTABA BAJO LA DIRECCIÓN DEL INSTRUCTOR
se requiere que el empleado esté "bajo su cuidado"; ahora, si el trabajador no ha
desviado sus funciones es porque está bajo la vigilancia del patrono y, en conse- Cuando una persona está aprendiendo a dirigir o conducir una activi-
cuencia, conservó la custodia de la actividad. En resumen, las posibilidades de la dad peligrosa y con ella causa daño a terceros, la responsabilidad pertenece al
víctima son las siguientes: responsabilidad por actividades peligrosas y por el instructor y no al alumno, ya que toda la dirección intelectual de la operación está
hecho ajeno si el trabajador utiliza la actividad peligrosa del patrono sin abusar de en cabeza de él. El maestro o su patrono, según el caso, responderá conforme al
sus funciones; por el contrario, la responsabilidad por actividades peligrosas ope- artículo 2356 del Código Civil, mientras que el alumno solo responderá de una
ra contra el empleado si, al causar el daño, estaba por fuera de la función y, en este culpa demostrada, pues se considera que no era él quien ejercía la actividad peli-
caso, contra el patrono no puede argumentarse la responsabilidad del artículo 2356 grosa. Es el caso del aprendiz de conducción de vehículos. Sin embargo, es nece-
ni la del 234 7; solamente la prueba de su culpabilidad le será aplicable, pero en sario hacer una distinción en esa posible culpa del alumno. En efecto, si este
ese caso la norma indicada es el artículo 2341 del Código Civil. Ahora, cuando el maneja mal debido a ignorancia e inexperiencia, ello no constituye una culpa,
patrono conserva su calidad de guardián, el empleado solo será responsable si se pues la ley autoriza la conducción y precisamente estaba en el aprendizaje; solo
prueba su culpabilidad (art. 2341) (Ver mayores desarrollos sobre este mismo cuando desatiende las órdenes del instructor y por esa causa se produce el daño, se
tema supra, T. I, 596 y ss.). puede hablar de culpa cometida.

§ 5.- DAÑO CAUSADO A UN TERCERO, CUANDO EL PROPIETARIO Lógicamente, nos referiremos al aprendizaje autorizado por la ley, porque si
HA PRESTADO LA ACTIVIDAD PELIGROSA se trata de uno ilegal, tanto el alumno como el profesor serán responsables de la
actividad peligrosa y fuera de ello serán responsables a la luz del artículo 2341,
Puede acontecer que el propietario de la actividad peligrosa la preste
a otro para que la utilice en su propio beneficio. Consideramos que si el comodatario
109 René Savatier, Traíté ... , t. 1, núm. 370; Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1823;
Alex Weill y Fran9ois Terré, ob. cit., núm. 826; Marty y Raynaud, ob. cit., núm. 435;
Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1178.
108 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traíté ... , t. 11, núm. 1172; Jacques Ghestin, Genevieve
Viney, ob. cit., núm. 684; Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1768; Alex Weill y 110 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traíté ... , t. 11, núm. 1174.
Fran9ois Terré, ob. cit., núm. 724; En este sentido, cas., 12 abr. 1937, "G. J.", t. 111 Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1823; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob.
XLV, p. 394; cas., 16 jun. 1970, "G. J.", t. CXXXIV, pp. 199 y ss. cit., núm. 690.
926 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 927

pues la conducta en sí misma debe ser considerada como una culpa probada. Ade- § 9.- LA RESPONSABILIDAD DE LOS DAÑOS CAUSADOS
más de ejercer una actividad peligrosa, cometieron la imprudencia de violar claras POR MERCANCÍAS TRANSPORTADAS O DEPOSITADAS
disposiciones legales y administrativas 112 • Si la responsabilidad pesa contra el
profesor o contra la escuela, poco importa quien sea el dueño del vehículo 113 • 922.- Ocurre a menudo que una mercancía produzca daños a terceros mien-
tras está en depósito o es transportada por personas diferentes al propietario. Nor-
§ 7.- DAÑOS CAUSADOS A TERCEROS POR EL ARRENDATARIO DE LA ACTIVIDAD. malmente, el depositario o el transportador devienen guardianes de tales mercan-
EL MECÁNICO, EL DEPOSITARIO, EL TRANSPORTADOR 114 cías y, en consecuencia, deben responder por los daños que tales objetos causen a
terceros 117 . Con todo, la apreciación no es tan categórica, ya que puede suceder
920.- Existe una serie de situaciones en las que el dueño remite la cosa o la que el daño no sea producido por el indebido manejo que se haga de las cosas, sino
actividad peligrosa a un tercero que es considerado, en principio, como tenedor de por la peligrosidad que les es inherente a ellas. Es aquí donde se presenta la distin-
ella. Para saber quién es el responsable de los daños causados con esa actividad a ción entre la guarda en la estructura y la guarda en el comportamiento (supra,
terceros mientras está bajo el control de esa misma persona, según el artículo T. I, 897). En efecto, tomemos el ejemplo de unas pacas de algodón que son entre-
2356 es necesario distinguir entre la "guarda en la estructura" y la "guarda en el gadas a otra persona para su depósito o para su transporte. Si tal material se cae
comportamiento"; si, por ejemplo, un vehículo se arrienda, se lleva a reparar, se del camión en que es trasportada y causa daños a terceros, evidentemente, el res-
deposita o se entrega para ser transportado y, estando en poder del arrendatario, ponsable es el transportador, ya que ha sido su mal comportamiento el que ha
mecánico, depositario o transportador, atropella a un peatón, el responsable de dado lugar a la producción del daño; en cambio, si ese material explota por su
esa actividad peligrosa es el tenedor del vehículo (mecánico, depositario, trans- naturaleza combustible, el responsable es el dueño del material, ya que el trans-
portador, arrendatario, etc.), pues para efectos del comportamiento de esa activi- portador o el depositario no tenían el poder de impedir el daño. Acontece, no
dad, el tenedor directo poseía el poder de dirección y control, ya que no dependían obstante, que el daño puede surgir por una culpa imputable tanto a la guarda del
intelectualmente del dueño; en cambio, si el vehículo explota, la responsabilidad comportamiento como a la guarda de la estructura. Piénsese, por ejemplo, en unas
del artículo 2356 compromete al dueño, pues él es el guardián de la estructura y bodegas que no tienen suficientes sistemas de ventilación, lo que da lugar a que la
por causa de ella se produjo el daño 115 ; sin embargo, pueden causar el daño los dos mercancía explote; también podría tomarse como ejemplo el caso de las pipetas
guardas, tal el caso del vehículo que al volcarse explota. de gas que, a causa de un volcamiento, explotan produciendo daño a terceros. En
estos dos casos la responsabilidad será conjunta, poco importa que el propietario
§ 8.- DAÑO CAUSADO CON EL VEHÍCULO RETENIDO O SECUESTRADO no tenga la posesión física de las mercancías.

921.- Si un vehículo es secuestrado por orden judicial, es el secuestre y no § 10.- LA RESPONSABILIDAD CUANDO LA COSA CAUSANTE DEL DAÑO
el propietario el responsable de los daños causados por él; igualmente, si un agen- SE ENTREGA AL ARRENDATARIO EN VIRTUD DE UN CONTRATO DE "LEASING"
te de la circulación retiene un vehículo por violación a disposiciones de tránsito,
serán el Estado y el agente quienes respondan por los daños causados a terceros 116 . 923.- A menudo se celebran contratos de arrendamiento financiero o leasing
en virtud de los cuales la sociedad arrendadora adquiere determinados bienes,
como vehículos o maquinarias, y los entrega en arrendamiento a un tercero que
112 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1176. queda con la opción de adquirir para sí los bienes arrendados al finalizar el contra-
113 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , loe. cit. to de arrendamiento. En tales circunstancias, el arrendatario deviene guardián de
114 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1178. los bienes arrendados, pues como cualquiera arrendatario, tiene sobre las cosas
115 Recuérdese el caso L'Oxygene Liquide (cfr., Rodiere, ob. cit., núm. 404). La doctrina arrendadas el poder independiente de dirección y control.
francesa no hace la distinción y simplemente admite que el tenedor de la cosa es
reputado guardián. En este sentido Alex Weill y Fran9ois Terré, ob. cit., núm. 723;
Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 689.
116 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 182. René Savatier, sostiene que el 117 En este sentido Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 689; Philippe le
propietario deja de ser guardián, pero dice que el Estado no adquiere tal calidad, Tourneau, ob. cit., núm. 1824; René Savatier, Traité ... , t. 1, núm. 372; Alex Weill y
pues la presunción no se aplica al Estado (Traité ... , t. 1, núm. 376). Fran9ois Terré, ob. cit., núm. 723.
928 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 929

Cuando ello sucede, el arrendador financiero o compañía de leasing se libera quiere que no haya legislación especial o que no haya de por medio un contrato.
de su responsabilidad por actividades peligrosas si demuestra que, pese a figurar Por ejemplo, si una persona, en forma benévola y ocasional, colabora empujando
como propietaria del bien causante del daño, lo cierto es que en virtud del contrato o conduciendo un automotor que se encuentra varado y se causa un daño, puede
de leasing se ha despojado de la guarda material y por lo tanto es el arrendatario argumentar contra el guardián del vehículo la presunción del artículo 2356 del
el responsable. Todo lo dicho en los números 905 y siguientes es aplicable en este Código Civil, en la medida en que ese guardián estuviera controlando y dirigiendo
caso. la operación de reparación. En efecto, la víctima no hace más que seguir las órde-
nes para el manejo de una actividad que en todo su engranaje es conocida y diri-
Por lo tanto, lo aconsejable es que el demandante, al verificar en los registros gida por su guardián 119 •
públicos la existencia de un contrato de leasing, proceda mas bien a demandar
al arrendatario, pues muy seguramente el arrendador irá a desvirtuar la presun- Lo que acontece es que en la mayoría de los casos en que la víctima es el
ción de guardián al probar la existencia del contrato y corre el riesgo el deman- usuario directo de la actividad peligrosa hay de por medio un contrato, y entonces
dante de tener que pagar costas y agencias en derecho en beneficio del demandado el problema es de responsabilidad contractual; finalmente, hay casos para los cua-
absuelto.
les existe legislación especial que prescribe un tratamiento diferente, teniendo en
cuenta la calidad de las partes, como en la legislación sobre accidentes de trabajo.
Desde luego, nada impide que a su turno el arrendatario pruebe no ser el
Estas dos posibilidades serán estudiadas un poco más adelante (infra, T. 1, 1039 y ss.).
guardián, de acuerdo con lo que hasta ahora hemos visto. Ello ocurriría, v. gr., si
el arrendatario en virtud de un contrato o contra su voluntad deja de tener el poder
de dirección y control de la actividad causante del daño. SECCIÓN V.- Qué se entiende por actividad peligrosa
Con todo, el arrendador financiero podría responder, pero con base en la
culpa probada del artículo 2341 del Código Civil si, por ejemplo, teniendo la 925.- INTRODUCCIÓN
facultad de revisar periódicamente el estado mecánico de la actividad peligrosa,
no hace uso de dicha facultad y el daño es imputable a un defecto de mantenimien- Un dato adquirido por la jurisprudencia colombiana: cuando el causante del
to. En este caso es claro que la omisión del arrendador guarda relación de causalidad daño lo genera por medio de una actividad peligrosa, la víctima no está obligada
con la existencia del daño. a probar ninguna culpa adicional del demandado; el artículo 2356, por oposición
al artículo 2341 del Código Civil, aligera la carga de la prueba y en esta forma
§ 11.- CóMO OBRA LA PRESUNCIÓN POR ACTIVIDADES PELIGROSAS CUANDO surge una institución distinta que recoge, en muchos aspectos, las teorías que
ELLA CAUSA UN DAÑO A QUIEN LA ESTÁ UTILIZANDO SIN SER DUEÑO sobre la responsabilidad por el hecho de las cosas existen en otras legislaciones;
sin embargo, la constante jurisprudencia y doctrina que se ocupan del tema no
924.- Cuando la actividad peligrosa causa daño a una persona que, sin ser alcanzan a precisar su objeto; por parte alguna se ve un estudio sistemático que
su guardián, la utiliza directamente, nada impide que, teóricamente, se pueda apli- precise las nociones exactas de lo que deba entenderse por "actividad peligrosa".
car la responsabilidad por actividades peligrosas 118 ; sin embargo, para ello se re- La dificultad de una teoría de la responsabilidad por actividades peligrosas había
sido advertida por los franceses cuando en 1927 se le rechazó a RIPERT tal concep-
to, puesto que era casi imposible saber en qué casos existía una cosa peligrosa,
razón por la cual la concepción fue condenada por la sentencia Jandheur de 1930 120 •
118 La Corte, en varios fallos, expresa que quien ejerce directamente la actividad peli-
grosa no tiene derecho a utilizar contra el guardián la presunción del artículo 2356
del C. C. En este sentido: sent., 26 jul. 1946, "G. J.", t. LIX, pp. 1075 y ss.; cas., 30
abr. 1946, "G. J.", t. LXI, p. 407; sent., 26 oct. 1946, "G. J.", t. LXI, p. 379; cas., 20
ma~o 1949, "G. J.", t. LXVI, p. 79. Sin embargo, la Corte se equivoca, pues la 119 En este sentido Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 690; Mazeaud-
r~zon para que no ?~ere la ~resunción no es el hecho de que la víctima ejerciera Tunc-Chabas, Traíté ... , t. 11, núm. 1403; Marty et Raynaud, ob. cit., núm. 437.
d1rectaf!lente la act1v1da.d pellgros.a causante del daño, sino la legislación especial 120 Sobre los comentarios a ese fallo y la doctrina de Ripert, puede verse: Boris Starck,
P?,r acc1dentes de traba¡o,. que ex1ge una culpa probada para que haya indemniza- Droít civil. Oblígatíons, núms. 374 y 375; Mazeaud-Tunc-Chabas, Traíté ... , t. 11,
Cion total; los fallos mencionados se refieren todos a accidentes de trabajo. núm. 1208.
930 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 931

No obstante, el principio de responsabilidad por actividades peligrosas apa- Finalmente, digamos que la diferencia entre el derecho italiano y el colom-
rece consagrado en otras legislaciones, motivo por el cual acudiremos a sus doctrinantes biano en este punto radica en que el artículo 2050 del Código Civil italiano permi-
(subsec. I); luego de fijar nuestra posición al respecto (subsec. II) mostraremos el te al demandado demostrar la ausencia de culpa, en tanto que la interpretación de
estado de la doctrina y de la jurisprudencia nacionales (subsec. III). nu.estro artículo 2356 solo acepta la prueba de una causa extraña 122 •

927.- DERECHOS SOVIÉTICO Y MEXICANO

En el artículo 404 del Código Civil soviético se consagraba la responsabili-


EL DERECHO ITALIANO dad de que estamos hablando. Los codificadores soviéticos, en su afán de hacer
que el derecho fuera asequible a los ciudadanos, mencionaban en el citado precep-
. ~1 artícul~ 2050 del Código Civil italiano establece la responsabilidad por to una serie de actividades que podían ser consideradas como peligrosas, pero sin
act1v1dades peligrosas. De acuerdo con esta norma, "quien ocasiona un daño a un barruntar un principio general del que pudieran derivarse nociones inequívocas de
tercero en el desenvolvimiento de una actividad peligrosa por su naturaleza o por interpretación de la norma 123 •
la de los medios adoptados, se halla obligado al resarcimiento si no prueba haber
adoptado todas las medidas idóneas para evitar el daño". Sin embargo, la disposición sirvió de fundamento a los redactores del Códi-
go Civil mexicano, que en su artículo 1913 consagra más o menos los mismos
Aunque la disposición aparece como si tuviera un gran campo de acción, la principios, aunque creemos en forma más afortunada que la soviética. Con todo,
verdad es que no se aplica a los daños causados con vehículos ni a los producidos al igual que las codificaciones soviética e italiana, la ley mexicana no establece la
por cosas, puesto que los artículos 2054 y 2051 consagran estos tipos de respon- definición de actividad peligrosa. Solamente clarifica un poco los elementos que
sabilidad. le dan a las actividades ese carácter y es así como menciona la peligro si-
dad generada por "cosas peligrosas en sí mismas", "por la velocidad que desarro-
De otro lado, la norma no define lo que debe entenderse por actividad peli- llan", "por su naturaleza explosiva o inflamable" o "por la energía eléctrica que
grosa. En efecto, la ley solo habla de actividades peligrosas "por su naturaleza o conduzcan". Estos criterios son los que deben tener en cuenta los intér-
por la de los medios empleados", pero sin darnos criterios para saber cuándo la pretes del precepto, pues tampoco dice porqué esas actividades deben ser conside-
naturaleza o esos medios empleados hacen que la actividad se acomode al deter- radas peligrosas. El problema es el mismo siempre. Ejemplos, pero no un princi-
minar los conceptos. pio general de interpretación. El artículo 404 del Código Civil soviético, que dio
origen al artículo 1913 del Código Civil mexicano, trae el siguiente texto: "Las
EDUARDO BONNASI, en su obra La responsabilidad civil, sostiene que "la de- personas e instituciones cuyas actividades implican un considerable peligro para
terminación del concepto de actividad peligrosa se ha ido realizando a través de los demás (por ejemplo: ferrocarriles, tranvías, empresas manufactureras e indus-
div~rsas resoluciones que, excluyendo la aplicación de tal concepto en supuestos triales, vendedores de materias inflamables, guardianes de animales salvajes, constructores
particulares, han concretado los límites negativos del mismo" 121 • de edificios y otras instalaciones, etc.), responderán de los perjuicios causados
por tal cosa, si no probasen que el daño se produjo por fuerza mayor, intención o
Posteriormente el autor se limita a efectuar un recuento con el fin de saber en negligencia inexcusable de la propia víctima".
qué casos la jurisprudencia ha considerado que el demandado ejercía o no una
Refiriéndose a la incidencia del texto legal soviético sobre la norma mexica-
actividad peligrosa al momento de ocurrir el daño, pero sin explicar cuáles son los
na, RonNA VILLEGAS expresa que: "El artículo 1913 del C. C. mexicano vigente
argumentos para estructurar la teoría.

122 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 435. Critica tal forma de exoneración del
121 E~uardo Bonnasi, La responsabilidad civil, Barcelona, Bosch, Casa Editorial, 1958, derecho italiano.
num. 78. Sobre el mismo punto, véase Adriano de Cupis, El daño, 2a ed., Barcelo- 123 Código Civil ruso, art. 404, citado por Rafael Rojina Villegas, Derecho civil mexica-
na, Bosch, Casa Editorial, 1975, núm. 134. no. Obligaciones, t. V, México, Edit. Porrúa, 1976, p. 68.
932 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 933

acepta el principio general del artículo 404 del C. C. ruso, pero expresamente lo
en cuanto cumpla una función, que es la que crea el riesgo, o, como decimos,
modifica, al suprimir la fuerza mayor como una causa de liberación de la respon-
la peligrosidad de la cosa depende solo de su naturaleza funcional; aquellas
sabilidad motivada por el uso de cosas peligrosas" 124 .
cosas que están llamadas por su propia naturaleza a desarrollar una función,
a cumplir con un fin, son peligrosas porque solo podrán cumplir su fin en
Más adelante, RonNA VILLEGAS se extiende sobre la noción de peligrosidad,
tanto que originen un riesgo; por ejemplo: los mecanismos al funcionar, los
girando su concepción sobre la idea de que ella "debe apreciarse teniendo en cuenta
vehículos por la velocidad que desarrollan, los cables de energía eléctrica en
la naturaleza funcional de la cosa".
tanto o cuanto conduzcan dicha energía" 125 •
Ve amos cuáles son las opiniones del autor:
RonNA VILLEGAS complementa sus conceptos transcribiendo la opinión de
"Cosas peligrosas: dentro del término "cosas peligrosas" comprendemos los FRANCisco H. Rmz, que nos parece conveniente reproducir:
mecanismos, aparatos o sustancias que por su naturaleza pueden crear un
"El concepto de actividad peligrosa es todavía vago e impreciso. La distinción
riesgo para la colectividad. La peligrosidad debe apreciarse tomando en cuenta
entre cosa peligrosa y no peligrosa es difícil de establecer. Hay cosas inertes
la naturaleza funcional de la cosa; es decir, no la cosa independiente de su
en sí mismas, que la actividad que pueden desarrollar procede del exterior, y
función, sino la cosa funcionando; por ejemplo, un automóvil es cosa peli-
cesa cuando dejan de recibir el impulso que viene de fuera. Pero hay otras
grosa cuando funciona, cuando está en marcha desarrollando determinada
cosas que tienen, como dicen los autores, "dinamismo propio", que puestas
velocidad; un cable de energía eléctrica es cosa peligrosa cuando conduce la
en actividad funcionan en virtud de su acción propia, de las energías que
energía, es decir, cuando funciona normalmente. Una pistola es cosa peligro-
desarrollan en su interior, sin necesidad de que siga interviniendo la obra del
sa cuando está en condiciones de funcionar como pistola, etc. Pueden existir
hombre; cosas que puestas en movimiento generan fuerza mecánica propia
cosas peligrosas por sí mismas, y esto ocurre con las sustancias explosivas o
para continuar produciendo sus efectos independientemente de la actividad
inflamables, que por factores independientes de su funcionamiento (por ejemplo
humana. En estas cosas entran en juego energías que el hombre puede des-
el clima, el calor atmosférico, etc.), se convierten en sustancias peligrosas.
atar, pero que ya en actividad solo relativamente las controla y dirige. A
Pero exceptuando este caso, en general los mecanismos, los aparatos, los
medida que crece la intensidad de esas fuerzas, que aumenta la velocidad de
instrumentos, etc., son peligrosos en la medida en que se atienda a su natura-
los movimientos que producen, se vuelve más difícil que el hombre las domi-
leza funcional.
ne por completo y las dirija a su voluntad. Su uso se vuelve peligroso y crea
"No obstante, el artículo 1913 del C. C. distingue dos tipos de cosas peligro- un riesgo que amenaza a los demás.
sas por sí mismas, o por la velocidad que desarrollen, o por la corriente eléc-
"Por otra parte, hay cosas que por su naturaleza inflamable o explosiva son
trica que conduzcan, o por su naturaleza explosiva o inflamable o por otra
de muy peligroso manejo, y aunque se proceda cuidadosa y diligentemente
causa semejante. Dio lugar la responsabilidad objetiva a que especialmente
pueden producir efectos dañosos no solo para el que las usa, sino también
la jurisprudencia francesa discutiera si podían existir cosas peligrosas en sí
para los demás, creando así un riesgo para todos.
mismas, llegando a la conclusión de que las cosas no pueden ser peligrosas
por sí mismas; que siempre es necesaria la intervención del hombre para "Cosas o actividades de esa naturaleza son peligrosas por sí mismas, aunque
hacerlas funcionar, para ponerlas en movimiento, para conducir la energía el agente no incurra en culpa al utilizarlas. Quien para su provecho emplea
eléctrica; de tal manera que solo ciertas sustancias explosivas pueden ser tales cosas, y ese empleo produce el daño que se temía, es justo que se le
peligrosas por sí mismas, pero aun ellas mismas requieren determinadas cau- obligue a indemnizar a la víctima de los daños que ha sufrido. Cuando se
sas para que en verdad sean peligrosas. Por este motivo, se ha entendido el teme un siniestro, la prudencia aconseja prevenir sus resultados desastrosos
artículo 1913 en el sentido de que la cosa se convierte en peligrosa en tanto y
por medio del seguro correspondiente, que es un medio eficaz que permite el

124 Rafael Rojina Villegas, ob. cit., p. 68, nota 1.


125 Rafael Rojina Villegas, ob. cit., pp. 69 y ss.
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 935
934 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

normal desarrollo de actividades peligrosas que originan riesgos, y al efecto que los tribunales han considerado como actividades peligrosas; no obstante, nin-
la ley ha organizado el sistema de seguros. Algo semejante debe pasar con guno de ellos ha conseguido explicar qué es una actividad de este tipo. ALESSANDRI
los riesgos que crean el ejercicio de una industria o el empleo de una cosa que RoDRÍGUEZ, refiriéndose al artículo 2329 del Código Civil chileno (C. C. col., art.
sea peligrosa: cuando el que la goce o la utilice no recurre al seguro, la ley lo 2356), manifiesta:
constituye su propio asegurador.
"Ese precepto establece una presunción de culpabilidad, cuando el daño
"Hay actividades que, aunque peligrosas para los terceros, la ley las tolera provino de un hecho que por las circunstancias o la naturaleza en que se
por considerarlas de interés general a causa de la utilidad que prestan a la realizó es susceptible de atribuir a culpa o dolo del agente, por ejemplo, un
colectividad y porque los males que pueden causar, además de ser reparables choque de trenes" 127 •
en la mayoría de los casos, son mucho menores que los provechos que de
ellas se obtiene. Mas si su ejercicio autorizado, y por lo mismo lícito, causa A su vez, DucCI CLARO comenta una serie de sentencias de los tribunales
daños a terceros, el que las ejerce en su provecho debe repararlos. La vida chilenos en las que se acepta la responsabilidad por actividades peligrosas; sin
social exige sacrificios en interés de la colectividad y, en cierto grado de embargo, este autor tampoco sienta las bases para un concepto universal de la
civilización, es imposible prescindir del ejercicio de determinadas activida- institución 128 •
des, por más que entrañen un riesgo para los terceros. En estos casos no se
puede prohibir el ejercicio de tales actividades; los perjuicios que originen
no dan derecho al que los sufre para hacer que se paralicen, pero sí tiene
derecho a la correspondiente indemnización, no como el resultado de una SuBsECCióN II.- Nuestra D01~ICJton

conducta culpable -puede no haber existido la culpa-, sino como justa repa-
sobre el de n.ni-,¡-.T.¡I-iln#'ll

ración del daño que ha sufrido.

"Establecer la responsabilidad por el riesgo creado no es, como lo pretende 929.- DEFINICIÓN PROPIA
algún autor, volver a los tiempos bárbaros anteriores a la ley aquilia, en que
solo se atendía a la materialidad de los hechos para fundar la responsabilidad, Luego de este recuento crítico trataremos de establecer la noción de activi-
sino superar una doctrina (la de la culpa) que el maquinismo, con la inmensa dad peligrosa. Si lo intentamos es por consideraciones sistemáticas; como quiera
variedad de accidentes que produce, la multiplicidad de los medios de tras- que conocemos la dificultad filosófica u ontológica del concepto, nos damos por
porte, la han vuelto deficiente e inadecuada" 126 • bien servidos si logramos plantear el problema en forma adecuada, así la solución
propuesta adolezca de alguna inexactitud.
Aunque los autores mexicanos avanzaron bastante en dilucidar el problema,
creemos que las nociones están todavía imprecisas; después de analizar la doctri- Para nosotros, peligrosa es toda actividad que, una vez desplegada, su estruc-
na y la jurisprudencia colombianas y chilenas, fijaremos nuestro criterio al res- tura o su comportamiento generan más probabilidades de daño de las que nor-
pecto, teniendo en cuenta que el artículo 2356 tiene algunos alcances distintos a malmente está en capacidad de soportar por sí solo un hombre común y corriente.
los de otras legislaciones ya criticadas. Esta peligrosidad surge porque los efectos de la actividad se vuelven incontrola-
bles o imprevisibles debido a la multiplicación de energía y movimiento, a la in-
928.- DERECHO CHILENO certidumbre de los efectos del fenómeno o a la capacidad de destrozo que tienen
sus elementos.
Tanto los autores chilenos como los colombianos se limitan a efectuar una
especie de recopilación jurisprudencia! en la que se aprecia una serie de hechos

127 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 195.


126 Francisco H. Ruiz, citado por Rafael Rojina Villegas, ob. cit., t. V, pp. 71 y 72. 128 Carlos Ducci Claro, ob. cit., núm. 83.
936 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 937

930.- ANÁLISIS DE LA DEFINICIÓN


ción de guarda del derecho francés solo pueda discutirse en forma restringida,
pues la teoría solo puede plantearse respecto de actividades peligrosas ejercidas
Planteadas así las características de las actividades peligrosas, creemos nece-
mediante cosas. En aquellos casos en que no haya cosas de por medio, tendremos
sario fijar los alcances de la definición, para lo cual procedemos a hacer las si-
que obtener una interpretación propia y original que nos lleve a la conclusión de
guientes observaciones.
que genéricamente responde por la actividad peligrosa quien de hecho dirija inte-
lectualmente la actividad que acarrea peligros a terceros. En conclusión, el estu-
931.- EN COLOMBIA, LA ACTIVIDAD PELIGROSA PUEDE EJERCERSE dio del derecho comparado está referido a aquellos casos en que la actividad peli-
CON COSAS O SIN ELLAS grosa se ejerce mediante cosas. Por conveniencia, en la exposición utilizaremos el
término actividad peligrosa como sinónimo de objeto o cosa peligrosa que por su
Una primera distinción consiste en precisar que mientras en el derecho fran- estructura o su comportamiento aumenta los riesgos de causar daño a terceros. En
cés la presunción de responsabilidad está vinculada a la guarda que se tenga de ese sentido, denominaremos como actividad peligrosa los vehículos automotores,
una cosa 129 , en el derecho colombiano el artículo 2356 del Código Civil se aplica las centrales nucleares, los elementos tóxicos, etc. En realidad, jurídicamente la
a quien ejerce una actividad peligrosa con cosas o sin ellas 130 • De allí que la no- actividad peligrosa es sinónimo de conducta peligrosa que se despliega con cosas
o sin ellas. Lo que acontece es que la jurisprudencia y la doctrina colombianas no
han elaborado esta distinción, lo que ha llevado a una confusión teórica. Si utili-
129 René Rodiere, ob. cit., p. 140. Igualmente, véase supra, núm. 37. zamos la terminología de la doctrina y la jurisprudencia colombianas, es por su
130 Obsérvese que los ejemplos que trae el artículo 2356 del C. C. se refieren a una aproximación de términos.
conducta y no al resultado de una cosa; la responsabilidad surge de disparar el
arma, no del arma disparada; de remover las losas, no de las losas removidas; del
camino en donde se descubren dichas losas, no de las losas descubiertas. Si Pedro Son varias las consecuencias que se derivan del hecho de que las actividades
abre huecos en la vía que está frente a su casa, su responsabilidad será por activi- peligrosas puedan ejercerse con cosas o sin ellas.
dades peligrosas, a pesar de que a nadie se le ocurriría pensar que la vía está bajo
la responsabilidad del demandado. Aunque el ejemplo se refiere a la utilización de
cosas, la verdad es que la disposición hace hincapié en la conducta y no en la cosa; De un lado, hay que recalcar que por actividad peligrosa no se puede enten-
realmente, nada impediría el ejercicio de una actividad peligrosa sin cosas. Si el der un objeto peligroso en su estructura o en su comportamiento, sino una conduc-
parasicólogo utiliza sus poderes mentales causando trastornos en el público, se
podría considerar que hay una actividad peligrosa; igualmente, si una persona ta peligrosa desplegada con cosas o sin ellas. La actividad está referida al sujeto
hace demostraciones de acrobacia delante de una multitud, en la calle, su activi- que "actúa" y no a una cosa que por sí misma o por una fuerza externa desplaza
dad debe considerarse como peligrosa, a pesar de no haber utilizado cosas; si se una cierta energía o movimiento 131 • Ahora, y es allí donde reside la confusión, la
organiza una competencia atlética por lugares demasiado concurridos, se aumen-
ta la peligrosidad de la actividad, aunque no se estén utilizando cosas. Podría mayoría de las veces esa conducta (actividad) peligrosa se ejerce mediante cosas
argumentarse que en este ejemplo se trata de una culpa probada, que comprome- objetivamente peligrosas; por tanto, la actividad peligrosa del sujeto consiste en
tería más bien la responsabilidad del artículo 2341 del C. C.; sin embargo, ello no utilizar cosas que generan un amplio margen de riesgo; el legislador quiere juzgar
hace más que corroborar nuestro punto de vista, según el cual, la peligrosidad es
de por sí una culpa probada que genera la responsabilidad del ejecutante. la peligrosidad de la actividad desplegada por el sujeto mediante cosas riesgosas.
La Corte, en fallo del 29 de abr. de 1943, en sus consideraciones, pero sin referir- Por otra parte, ya hemos visto que hay casos en que la actividad se refiere a una
se específicamente al problema que nos ocupa, sostiene que el artículo 2356 del simple conducta desprovista de cosas en su realización.
C. C. se aplica aunque la actividad peligrosa sea desplegada sin cosas. Dice la
Corte: "La norma que acaba de citarse [art. 2356 del C. C.] no tiene aplicación sino
cuando a quien se designe como demandado estaba ejercitando una actividad pe-
ligrosa, por sí o por medio de una cosa que le pertenece". (Subraya fuera del texto.
Sent., 29 abr. 1943, "G. J.", t. 1-V, p. 287). 131 En un fallo de 28 feb. 1956, la Corte acepta este criterio, al decir que "la presun-
ción de responsabilidad de que se trata -C. C., 2356- estriba en la actividad peli-
La última parte del párrafo reproducido indica dos ideas diferentes: en la primera grosa, no en la cosa (remarca dentro del texto)", "G. J.", t. LXXXII, p. 107; en el
se dice que la actividad peligrosa se despliega por la conducta del responsable, mismo sentido, pero con mayor claridad, la Corte, en sent. 18 mayo 1972 expresa
con cosas o sin ellas; en la segunda se habla de cosas peligrosas en sí mismas, que "no es de por sí el hecho de la cosa sino en últimas la conducta del hombre, la
accionadas o no por la mano del hombre. En ambos casos habría responsabilidad base necesaria de aplicación de esa norma (C. C., art. 2356)", "G. J.", t. CXLII, p.
por actividades peligrosas según el artículo 2356.
188.
938 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 939

Acorde con lo anterior, la responsabilidad por actividades peligrosas es di- los daños. Desde luego, también los espectadores podrán responder por activida-
recta132 y en ese punto le son aplicables la mayoría de los principios del artículo des peligrosas si causan un daño, por ejemplo, con un arma que les pertenece. En
2341 del Código Civil; así, por ejemplo, la prescripción será diez años 133 • Ade- ese caso, habría responsabilidad solidaria.
más, cabe decir que nuestra institución de responsabilidad civil por activida-
En tales hipótesis, el organizador no podría alegar como causal de exonera-
des peligrosas tiene un mayor campo de aplicación que la responsabilidad por el
ción el hecho de un tercero, pues los espectadores al momento de comenzar los
hecho de las cosas en el derecho francés; obsérvese que existe una serie de activi-
desórdenes estaban bajo su cuidado. Es decir, los espectadores no son terceros
dades en que se presenta la peligrosidad sin que haya de por medio una cosa o en
que la actividad peligrosa se ejerce con cosas que están sometidas a la guarda de ajenos al organizador.
otra persona diferente del realizador de la conducta; un ejemplo de esto se presen- 933.- Con ese mismo argumento podemos afirmar que cuando alguien or-
ta cuando un particular rompe una vía pública que en cierta forma está bajo la ganiza una actividad lícita pero atractiva para ataques violentos de terceros, dicho
guarda del Estado. En este caso, en el derecho francés solo se presume la culpa de organizador puede ser responsable por actividades peligrosas si un delincuente,
quien sea guardián de la vía, mientras que en Colombia el peso de la presunción por realizar un acto ilícito contra el organizador, daña a un tercero que casualmen-
recae sobre quien realizó los trabajos. Finalmente, la responsabilidad por activi- te se encontraba en el lugar. Tal sería el caso del atraco que se produce en una
dades peligrosas es más equitativa que la responsabilidad por el hecho de las entidad bancaria. Si en situación semejante, los bandidos, la fuerza pública o los
cosas del derecho francés, pues la obligación de indemnizar existe en Francia celadores privados lesionan o matan a un transeúnte, creemos que la entidad ban-
aunque la cosa no sea peligrosa, mientras que en Colombia el elemento peligrosi- caria responde por actividades peligrosas, así el arma causante del daño no sea
dad es requisito indispensable para comprometer la responsabilidad de quien uti- suya ni esté bajo su guarda. El argumento de nuestra propuesta radica en que, a
liza la cosa. pesar de ser lícita, la actividad bancaria por sí sóla es tan riesgosa en cuanto a
actos de delincuentes, que el banco debe correr con las consecuencias de dicha
932.- ÜRGANIZADORES DE AGLOMERACIONES O DE ACTIVIDADES QUE GENERAN peligrosidad.
POSIBILIDAD DE ACTOS VIOLENTOS DE TERCEROS
Alguien podría argumentar que nuestra tesis carece de fundamento pues, en
Pero donde podemos ver con mayor claridad nuestra tesis de que la responsa- una hipótesis como la planteada, el banco puede alegar que el hecho del atraco
bilidad por actividades peligrosas no exige la utilización de cosas, la encon- constituye una causa extraña (hecho exclusivo de tercero) que libera de responsa-
tramos en aquellas actividades en las cuales se organizan aglomeraciones de pú- bilidad. Sin embargo, creemos que para una situación semejante, el comporta-
blico que, en un momento dado, se tornan incontrolables, por lo que se amerita la miento de los delincuentes es tan inherente al riesgo bancario que no se puede
aplicación de la responsabilidad por actividades peligrosas del artículo 2356 del hablar de una causa extraña.
Código Civil.
En efecto, cuando el riesgo o la actividad peligrosa que se crea consiste
en aumentar las posibilidades de que un tercero ajeno cause daño en forma violen-
Así, por ejemplo, el organizador de un espectáculo musical responde por
ta, entonces ese hecho de tercero no exonera. El banco que en una esquina abre
actividades peligrosas si los espectadores, como consecuencia de la euforia y de-
un cajero automático dispensador de moneda, evidentemente, torna el lugar
más alteraciones del ánimo, salen a causar actos vandálicos en el vecindario. Es
mucho más peligroso para los transeúntes que si dicho establecimiento no funcio-
evidente que los hechos dañinos guardan una estrecha relación de causalidad con
nase allí.
el espectáculo. Así las cosas, el organizador del evento, en la medida en que tenía
el poder y control del espectáculo, es el responsable de los daños que causen los Aclaremos un poco las cosas: si en el ejemplo del cajero automático, el daño
espectadores, así dicho organizador no sea guardián de ninguna cosa causante de se produce porque un automovilista pierde el control de su vehículo y alcanza a
alguien que se encontraba en dicho lugar, es claro que el banco podrá alegar una
causa extraña pues el hecho de ese tercero no está relacionado con la existencia de
132 En ese sentido, Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 188 quater. dinero en ese lugar. La posibilidad de robar el dinero no fue la causa que atrajo
133 En ese sentido, C. S. de J., 18 abr. 1945, "G. J.", t. LIX, p. 95. hasta allí al causante del daño.
940 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 941

En cambio, si los delincuentes lanzan su vehículo contra el establecimiento De otro lado, conviene precisar que hay ciertas cosas que no teniendo pe-
tratando de tumbar la puerta para robar el dinero, con tan mala suerte que lesionan ligrosidad en sí mismas, la adquieren mediante la utilización que de ellas haga su
a alguien que se encontraba o pasaba por allí, entonces el banco no se exonera, guardián; de allí que sea de gran utilidad clasificar la peligrosidad con base en su
pues fue su actividad financiera la que creó el peligro del hecho delincuencia!. En estru~tura o en su comportamiento.

cierta forma, el hecho de los delincuentes no reúne el requisito de exterioridad


jurídica propio de la causa extraña (infra, T. II, 7 y ss.). PELIGROSIDAD DE LA ESTRUCTURA

934.- No ~e aplicaría esta solución que proponemos cuando el demandado Hay peligrosidad de la estructura cuando la cosa tiene un dinamismo propio
no aumenta los riesgos de actos violentos mediante una organización empresarial, o, a pesar de no tenerlo, conserva la posibilidad de dañar dada su ubicación, cons-
sino que simplemente es víctima de un acto ilícito. En efecto, si una persona es trucción o materiales utilizados; en este caso, la inmovilidad de la actividad exige
víctima de un intento de secuestro y los delincuentes por lograr su cometido ma- un comportamiento activo de la víctima, que no hubiera bastado por sí mismo
tan a un transeúnte, es claro que quien fue o iba a ser secuestrado puede alegar para producir el daño. Si una pipeta de gas explota, hay peligrosidad en la estruc-
frente al transeúnte lesionado una causa extraña, concretamente, el hecho exclusi- tura, ya que en cierta forma la cosa tiene ese dinamismo propio; por el contrario,
vo de un tercero. En este caso el secuestrado no aumentó los peligros a su alrede- si una escultura está construida con materiales cortantes no podrá hablarse de
dor. Es el simple hecho de vivir en un medio inseguro lo que generó la actividad dinamismo propio, pero la estructura de los materiales utilizados hacen que la
delincuencia!. actividad sea peligrosa aunque no haya dinamismo en la cosa ni en las personas
que la utilizan.
Finalmente, cabe advertir que, como lo analizamos en nuestra obra La res-
ponsabilidad del Estado, esa responsabilidad tampoco puede aplicarse cuando los
937.- PELIGROSIDAD EN EL COMPORTAMIENTO
daños proyienen de un acto terrorista contra el Estado, sus instituciones o sus
funcionarios. En efecto, aunque el Consejo de Estado opina lo contrario 134 , no es En cambio, hablamos de peligrosidad en el comportamiento cuando una cosa
posible hacer responsable al Estado acudiendo a las actividades peligrosas o al o actividad que pueden tener o no dinamismo propio son utilizadas en tal forma
riesgo excepcional en caso de actos de terrorismo, no solo porque el Estado no es que de ese uso surge la peligrosidad. Las losas que cubren una acequia no son
responsable por los daños que causen la tropa regular o la tropa enemiga con las peligrosas en sí mismas, pero si son removidas, se convierten en peligrosas. Ade-
operaciones de guerra, dada la situación anormal que debe enfrentar el Estado 135 , más, hay actividades que son peligrosas no solo en su estructura sino también en
sino porque, siendo una obligación el mantenimiento del orden, los particulares su comportamiento; si, por ejemplo, un vehículo explota, su peligrosidad surge de
deben asumir el riesgo que ello genere, salvo que haya una falla del servicio 136 • la estructura; en cambio, si el vehículo atropella a un peatón, su peligrosidad
surge del comportamiento, y si a causa de volcamiento explota, su peligrosidad
935.- LA PELIGROSIDAD PUEDE SURGIR DE LA ESTRUCTURA surge de las dos. Tal vehículo no será actividad peligrosa en su comportamiento si
O DEL COMPORTAMIENTO se halla detenido, pues normalmente un automotor cesa de ser peligroso en su
comportamiento cuando no está en movimiento.
Otra de las ventajas que ofrece el artículo 2356, en comparación con el inciso
1o del artículo 1384 del Código de Napoleón, consiste en la posibilidad de pres- 938.- CoNCEPTO DE PELIGROSIDAD
cindir de las nociones de cosas inertes y cosas en movimiento. En efecto, habrá
actividades que siendo inertes conserven su peligrosidad e inclusive puedan cau- Tanto la doctrina penal que habla de delitos de peligro 137 como la doctrina
sar los daños a pesar de estar inmóviles. civil referente a las actividades peligrosas, han debido encarar el problema que

134 Javier Tamayo Jaramillo, La responsabilidad del Estado, ob. cit., p. 68. 137 Sobre la dificultad de delimitar la noción de "peligro", ver José María Escriba Gregori,
135 Ibídem, p. 66. La puesta en peligro de bienes jurídicos en derecho penal, Barcelona, Bosch, Casa
136 Ibídem, p. 69 y SS. Editorial, 1976, pp. 17 y ss.
942 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 943

surge al momento de delimitar el concepto de "peligro". De allí, que todo pueda conductor para evitar el daño. A diario vemos como un conductor que aplica los
terminar en el más absoluto subjetivismo del juez que, sin tener parámetro algu- frenos de su vehículo no puede evitar el daño. Esto prueba que ni la víctima ni el
no, considera como peligrosa una actividad que jurídicamente no reúne esta ca- conductor estaban en capacidad de dominar una fuerza que les era superior. Si por
racterística. Ello es explicable por cuanto los grados de peligrosidad son distintos el contrario, dos peatones marchan por la vía, uno y otro tendrán capacidad sufi-
en cada caso concreto y el legislador no tiene una norma que exprese a partir de cien te para evitar un daño o defenderse de la acción agresiva en cualquier momen-
qué probabilidades de daño la actividad desplegada por el agente es, o no peligro- to. Aquí la actividad no es peligrosa por cuanto las partes están simplemente uti-
sa. En el fondo, se trata de diferencias de grado que se vuelven de difícil concre- lizando sus propias individualidades sin romper ese equilibrio a que hacíamos
ción y que solo la jurisprudencia y la doctrina pueden ir decantando. Sin embargo, referencia con anterioridad.
los legisladores, tribunales y autores se contentan con enumerar a título de ejem-
plo algunas actividades que pueden enmarcarse dentro del ámbito de las activida- Cada uno tiene derecho únicamente a crear el riesgo que genera su cuerpo y
des peligrosas; falta, por tanto, un principio general que permita incluir o excluir su conducta en el curso normal y pausado de su vida. En el momento en que el
a priori ciertas actividades dentro del concepto de peligrosidad. A título de sim- individuo despliega actividades que superen esos riesgos, habrá ejercicio de acti-
ple aproximación trataremos de proponer una solución a este respecto. vidades peligrosas. Tal ocurrirá, por ejemplo, con quien realiza actividades de
parasicología o carreras de atletismo, pues se trata de dos actividades excepciona-
939.- Nuestra inserción en el mundo en que vivimos nos impone resistir les que suponen un riesgo mayor a las demás actuaciones de alguien.
todas las contingencias a que nos someten las leyes de la naturaleza. En ese sen-
tido, estamos obligados a soportar a los demás hombres como fenómenos natu- Ahora, quedaría de todas formas una cierta imprecisión de conceptos por
rales que en un momento determinado, y sin mediar culpa de su parte, nos causen cuanto no todos los individuos tienen la misma capacidad para soportar a los
daño. Como corolario de lo anterior, tenemos derecho a actuar como seres vivien- demás; tampoco hay uniformidad en cuanto a la capacidad de las personas para
tes a condición de que con ello no causemos daño, en forma culposa, a nuestros crear peligros. No es lo mismo defenderse de un boxeador o de una persona adulta
semejantes. Hay, pues, una especie de igualdad natural entre los individuos en que de un menor de edad o de una persona disminuida físicamente. Se requiere,
cuanto a las fuerzas naturales a las que están sometidos y de que están dotados. por tanto, aplicar el criterio a personas comunes y corrientes dentro de un medio
Por tanto, nuestras actividades no serán peligrosas aunque de hecho creen algún determinado. Se trata de saber en cada caso concreto si el agente realizó alguna
riesgo, a condición de que ellas no sean superiores a la capacidad que tiene el conducta más riesgosa de la que normalmente puede utilizar un hombre de sus
hombre común y corriente para preverlas o resistirlas. mismas características físicas o intelectuales.

En cambio, desde el momento en que ejercemos una actividad, con cosas o Así definida la peligrosidad, veamos cómo se estructura en los diferentes
sin ellas, superior a la capacidad de defensa que por sí solo tiene otro individuo, eventos mencionados en la definición.
estaremos creando una actividad peligrosa. En efecto, es necesario presumir que
las demás personas tienen como única capacidad defensiva su propia individuali- 940.- PELIGROSIDAD SURGIDA POR LA MULTIPLICACIÓN DE LA ENERGÍA O EL
dad, desprovista de cosas o instrumentos. Cuando con nuestra conducta rompe- MOVIMIENTO
mos ese equilibrio de fuerzas, estamos creando una actividad peligrosa. No pode-
mos exigirle a los demás miembros de la comunidad que ejerzan otras actividades Cuando una persona se desplaza como peatón, conserva la capacidad de con-
extraordinarias con las cuales puedan defenderse de las nuestras. trolar sus movimientos en tal forma que, salvo imprudencia al caminar, no se
compromete su responsabilidad. Desde cuando el hombre existe ha utilizado la
Así, en la utilización de vehículos automotores se está rompiendo el equili- energía que le es propia para desplazarse sin tener que recurrir a la técnica para
brio de fuerzas no solo entre el automotor y la víctima sino, también, entre el aumentar el ritmo de su movimiento. La energía y el movimiento producidos solo
primero y su responsable. En realidad, por más que el conductor cumpla con todas están en relación con lo que la naturaleza misma lo ha dotado. A veces utiliza
las normas de seguridad, habrá un momento en que la velocidad y fuerza del ve- ciertas cosas con el fin de alcanzar resultados y, así, produce una energía en mo-
hículo sean superiores a la capacidad defensiva de la víctima o a la capacidad del vimiento mayor a la que hubiese generado de no haber tenido en sus manos el
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 945
944 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

cualquier contacto que tengan con otras cosas o personas causen destrozos que no
instrumento utilizado. Si el hombre puede controlar la energía desplegada por la se hubieran realizado de no tener tal estructura. Estos objetos con capacidad destruc-
co.s~, estaremos por fuera del campo de la actividad peligrosa. Cuando alguien tiva pueden ser instrumentos que el guardián de ellos utiliza para obtener ciertos
utiliza ~~ paragu~s para golpear cualquier cosa o persona, no estará ejerciendo resultados. Tales son, por ejemplo, las armas de fuego, los cuchillos, machetes y
una act1v1~ad peligrosa siempre que conserve la posibilidad de impedir el daño si armas cortantes en general, las cuales poseen en sí mismas la peligrosidad de su
en determmado momento desiste de su propósito. En cambio, a veces, valiéndose estructura, pues aunque estén inertes, el simple roce de la víctima hace que se
de lo~ adelantos técnicos, el hombre utiliza instrumentos multiplicadores de la produzca el daño. Si esta característica cortante aumenta la posibilidad del daño,
energta ~umentando de tal modo las fuerzas físicas que ya le es imposible contro- entonces nos encontramos frente a una actividad peligrosa. Igualmente, puede
lar, en Cierto momento, los efectos dañinos que se pueden derivar de la actividad. haber cosas que no sean instrumento de una actividad, pero cuya constitución
Si alguien utiliza cualquier vehículo para transportarse, la energía y el movimien- posee en sí misma las características mencionadas. Un automotor puede estar
to aumentan de tal manera que cuando el fenómeno se está realizando es imposi- equipado con elementos cortantes con los cuales, por el simple contacto, un terce-
ble controlar sus efectos. Así, v.gr., cuando el conductor de un vehículo se halla ro puede sufrir lesión, a pesar de que el vehículo se halle estacionado; también
fr~nte a un peatón, no po~rá controlar la energía desplegada por el vehículo por puede suceder que una obra escultórica o arquitectónica posea elementos dispues-
mas que trate de consegmrlo, puesto que el movimiento y la energía generados tos de tal manera que el simple contacto de una persona sea suficiente para produ-
p~r el automotor ya no están bajo su control; por consiguiente, esa actividad multi- cir daño. En estos casos nos encontramos frente a actividades peligrosas.
plicadora de energía es en sí misma peligrosa.
Ahora bien, cuando esos objetos que tienen capacidad de destrozo están in-
, ~o que decimos con respecto al transporte tiene igual validez para la energía móviles en el momento del daño y el hecho se produce por culpa de la víctima, el
electnca Y para la energía atómica en general. Un transformador es en sí mismo juez deberá analizar hasta donde cabe la reducción del monto indemnizable, pues
un multiplicador de energía que impide su control cuando en ci~rto moment~ la inercia no siempre excluye la presunción (infra, T. I, 958 y ss.).
desata su energía contra la integridad física de las personas o de los bienes de
terceros 138 •
942.- PELIGROSIDAD A CAUSA DE LA INCERTIDUMBRE DE LOS EFECTOS GENERADOS

Podrá objetarse que en el caso del automóvil el conductor tiene la posibilidad POR LA ACTIVIDAD
de frenar. Aun en este caso, habrá cierta energía que no es posible amortiguar con
el freno; por muy ágil que sea el conductor y por muy bien dotado que esté el Hay situaciones en que la actividad no multiplica la energía o el movimiento,
automotor, no podrá ser detenido ipso Jacto, aunque se marche con velocidad ni su estructura o medios empleados tienen la capacidad de destrozo a que nos
norm~l. Sin vehícu~o, el individuo hubiera podido evitar el choque fácilmente; en hemos referido. Sin embargo, la incertidumbre que surge sobre los efectos de su
cam~IO, con el veh1culo en su poder, ni el freno pudo evitar el daño, pues no había desarrollo hacen que su explotación sea peligrosa. De ahí que al responsable de la
medw de controlar el movimiento desplegado. actividad no le sea posible prever o controlar sus efectos, pues una vez desplegada
la causa quedará sometido al azar de sus resultados por ignorar las consecuencias.
Como ejemplo podemos citar la práctica de la parasicología, la cual, por lo menos
941.- PELIGROSIDAD SURGIDA POR LA CAPACIDAD DE DESTROZO QUE TIENEN hasta el momento, es desconocida en cuanto a los efectos que surjan de ella. El
CIERTOS ELEMENTOS parasicólogo que en ejercicio de su actividad cause daño a otro deberá responder
por actividades peligrosas, pues su trabajo no le permite controlar ciertas conse-
Ta~bi~n hay actividades peligrosas cuando la actividad no multiplica la energía cuencias que, debido a lo embrionario de su técnica, no han podido ser conocidas.
o el movimiento pero los materiales y la forma como están dispuestos hacen que En este caso, el agente no tendrá la posibilidad de controlar o prever todos los
efectos que puedan derivarse de su actividad. Igual cosa ocurriría con un producto
químico que se utiliza sin la suficiente capacidad de contrarrestar sus efectos tóxi-
138 Con ?ase en ese cri!eri?, pueden considerarse peligrosas todas las actividades en cos o con el descubrimiento de máquinas, productos médicos, etc., respecto de los
que mte.rvengan maqumas en funcionamiento, pues su finalidad es aumentar y cuales no se tiene certeza de sus consecuencias nocivas.
automatizar la energía y el movimiento.
946 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 94 7

943.- ACTIVIDAD PELIGROSA QUE NO CAUSA DAÑOS FÍSICOS A LAS COSAS Por otra parte, lo cierto es que el juez deberá, en cada caso concreto, determi-
nar si la situación se adecua a los fundamentos ya descritos y, corno en la mayoría
Normalmente, puede pensarse que la actividad peligrosa solo existe cuando de los problemas de la responsabilidad aquiliana, determinará soberanamente
un daño físico es producido por una actividad que, a su vez, despliega fuerzas los/alcances de las normas. Esta facultad del juez es muy importante, pues no hay
físicas. En este caso, decirnos que un automóvil o un transformador de energía son un/ fundamento a priori para fijar con exactitud el límite entre las activida-
actividades peligrosas, puesto que conservan gran posibilidad de causar daño a des peligrosas y las que no lo son. En consecuencia, en cada situación, el juez
los bienes de terceros; sin embargo, esa actividad peligrosa puede existir aunque decidirá si el daño fue causado por una actividad que reunía las características de
los daños no se produzcan por destrozos físicos a las cosas sino por resultados peligrosidad.
dañinos que se deriven de cierta conducta atrevida. El comerciante que desarrolla
una competencia suicida para él y altamente peligrosa para sus competidores pue-
de incurrir en responsabilidad civil por actividades peligrosas si los actos ejecuta- SuBSECCIÓN 111.- La y la iur'isu~rwcleiJtcia "'"' ....,..,.... "" .......... ..,...,
dos tienen una alta posibilidad de causar estragos en los demás competido- y el concepto de
res, poco importa que no incurra en las conductas tradicionalmente consagradas
como desleales en el Código de Comercio (art. 75). Lo importante es saber que su
comportamiento tiene una alta dosis de incertidumbre y que por este motivo se 945.- CRITERIO DE NUESTROS AUTORES
produjo la ruina de los demás comerciantes. Igual cosa puede decirse de las ope-
raciones financieras en las que el resultado es muy incierto o reviste alta probabi- En la doctrina colombiana, MARIO MoNTOYA GóMEZ se remite a decir que,
lidad de causar daño a terceros. La ley de la oferta y la demanda no constituye "son actividades peligrosas aquellas en que el hombre usa las cosas o energías
en sí misma una actividad peligrosa, pero utilizarla sin ninguna discriminación para desarrollar su trabajo e industria" 141 .
puede contribuir a un pánico financiero que no se hubiera producido si las opera-
ciones se hubieran realizado dentro de lo comúnmente esperado en este tipo de
A renglón seguido, el autor hace un recuento de los casos en que la jurispru-
actividades 139 .
dencia nacional considera que hay actividad peligrosa. Se manifiesta así:

944.- CONCLUSIONES PARCIALES "Según la jurisprudencia, son actividades peligrosas: la explotación de


los ferrocarriles; las empresas de automotores; las empresas de energía eléc-
Los anteriores casos, con sus respectivos ejemplos, pueden, la mayoría de las trica; la utilización de aviones; la construcción de colectores; la construcción
veces, estar fusionados entre sí o ir acompañados de una imprudencia adicional, de edificios, y, en general, la hechura de cualquier obra (puentes, carreteras,
en cuyo caso se hace más notoria la culpabilidad del agente 140 . En este punto, murallas, etc.)" 142 .
volvemos sobre nuestro criterio inicial: el ejercicio de la actividad es, en sí mis-
mo, una falta, casi que a título de culpa consciente, pues a pesar de la inmensa Por su parte, PÉREZ VIVES efectúa un buen trabajo de derecho comparado,
posibilidad de causar daño, el agente aceptó desarrollarla. pero no sienta tampoco las bases para una teoría de la responsabilidad civil por
actividades peligrosas. El autor analiza la jurisprudencia y de allí deriva algunos
casos en los cuales se puede aplicar la noción de actividad peligrosa 143 , pero sin
139 Aunque el especulador financiero cumpla todas las normas escritas sobre opera-
que aparezca una idea clara para definir dicho concepto.
ciones económicas, queda la posibilidad de que una conducta atrevida de su parte
produzca daño a otras personas. Véase nuestro artículo "Las actividades peligro-
sas se ejercitan con cosas o sin ellas", Foro Colombiano, núm. 168, jun. de 1983,
pp. 503 y SS. 141 Mario Montoya Gómez, ob. cit., p. 259.
140 Si un vehículo provisto de cuchillas lesiona con estas últimas a un peatón, el daño
142 Ibídem.
se debe a dos factores peligrosos del automotor, pues su movimiento y su estruc-
tura cortante contribuyeron al daño. 143 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 188 e) 2.
948 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 949

LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA En nuestro concepto, lo reiteramos, esta sentencia "anónima" de nuestra Corte
tiene la claridad suficiente para que, sin necesidad de acudir a presunciones y
En las primeras ediciones de esta obra hicimos un recuento de la jurispruden- ficciones, se establezca un régimen de responsabilidad con culpa probada, aunque
cia colombiana en relación con la definición de actividades peligrosas, llegando objetiva en la práctica, pues la ruptura del equilibrio de fuerzas por parte del
a la conclusión de que ninguno de los fallos analizados lograba una definición demandado es ya de por sí la prueba de la culpa. O sea que no es necesario probar
acertada. una culpa adicional en el manejo de la actividad peligrosa, pero tampoco se trata
de una presunción de culpa.
Sin embargo, hemos encontrado un importantísimo fallo del 23 de marzo de
1934 no estudiado en las primeras ediciones de nuestra obra, al cual ya nos hemos Pero como lamentablemente este fallo nunca ha sido tenido en cuenta por la
referido (supra, T. I, 878). Dicha sentencia no solo analiza el tipo de culpa exis- jurisprudencia y la doctrina nacionales, sus consideran dos han pasado desapercibidos
tente cuando hay de por medio una actividad peligrosa, sino que también se atreve hasta el punto que, salvo un fallo reciente de la Corte que veremos un poco más
a definir cuándo la actividad causante del daño se considera peligrosa. Lo curioso adelante, nunca más nuestra jurisprudencia logró estructurar un concepto preciso
es que, en el fondo, acoge los mismos criterios expuestos por nosotros en relación y seguro de actividad peligrosa. Los escasos fallos que se refieren al tema se
con el mismo tema. Al respecto, el citado fallo expresa: limitan a ejemplificar o dar definiciones vagas e imprecisas. Veamos.

"Aun admitido todo esto, es preciso reconocer, según lo estima la misma En un fallo del 30 de abril de 197 6, la Corte se limita a enumerar los casos
parte que alega, que por tratarse de un acto necesario, indispensable, como que configuran peligrosidad. Dice:
era el uso de explosivos que desarrollaran gases capaces de romper la roca,
explosivos que, no obstante la precaución de ser pequeños, no era posible "Las actividades peligrosas derivadas del uso de la máquina y de las fuerzas
dominar en sus efectos, es preciso reconocer -se repite- que la naturaleza del motrices presentan, empero, un nuevo aspecto, más actual y acaso de mayor
medio empleado como necesariamente eficaz para el objeto a que se le desti- trascendencia que el del simple riesgo: muchos de esos elementos de corrien-
naba y con cuyo uso se produjo el daño, hallándose fuera de todo control, te empleo en el medio social comportan no solamente la amenaza de llegar a
dicho medio precisamente por el uso que de él se hizo en interés y beneficio lesionar a terceros (accidente aéreo, colisión de automóviles, estallido de una
de la empresa, que quiso aumentar su capacidad constructora y favorecer la caldera, verbigracia), sino que de hecho, por la mera circunstancia de hacerse
economía en su patrimonio, atrae también necesariamente sobre la misma uso de ellos, producen daños de diversa índole aparentemente inevitables,
responsabilidad del daño causado, porque, en casos como este, tratándose de cuales son los ruidos ensordecedores (aviones, ferrocarriles, autobuses, moto-
un medio fuera de todo control, no puede reconocerse la existencia del cuida- cicletas, fábricas), los olores desagradables (plantas de abonos orgánicos),
do ordinario y la autoridad competente de que pueda hacerse uso para impe- las contaminaciones letales (fumigaciones aéreas), las trepidaciones o vibra-
dir las consecuencias dañosas; pues si la labor de Rodríguez, según las dispo- ciones capaces de destruir instalaciones de diverso género (decolaje o aterri-
siciones de los empresarios, era la de hacer explotar los taladros con el objeto zaje de aeronaves, estallidos de dinamita u otros explosivos), las corrosiones
de satisfacer sus obligaciones, mal podía cumplirlas sin hacer uso de los medios (gases residuales de ciertas fábricas), el humo que afecta la salud humana y
que con tal fin se le dieron, y si tales medios se le proporcionaron, siendo deteriora equipos y enseres (chimeneas de instalaciones industriales), para
esencialmente peligrosos en su utilidad, quien de ellos dispuso es quien debe no citar sino algunos ejemplos" 145 •
soportar las consecuencias de su hecho; y en este caso no puede admitirse la
existencia de cuidado y autoridad para prevenir, desde luego que por el uso En otra sentencia de mayo 3 de 197 4, la Corte trata de definir el concepto de
de la dinamita era difícil toda prevención, ya que Rodríguez ejecutó precisa- "actividad peligrosa" pero sin lograrlo, pues a su explicación pueden acomodarse
mente de modo propio, la labor a él encomendada" 144 . las actividades aun no peligrosas; dice la Corte:

144 C. S. J., cas. civ., 23 mar. 1934, "G. J.", t. XL, p. 835. 145 Cas., 30 abr. 1976, "G. J.", t. CLII, p. 129.
950 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 951

"Si por actividades peligrosas se entienden todas aquellas que el hombre rea- que dejen extraer esa causa ha sido imposible si se tiene en cuenta que la categoría
liza mediante el empleo de cosas o energías susceptibles de causar daños a de la causalidad es una noción metafísica. Ocurrido el fenómeno, no queda ningún
terceros, es evidente que la aviación constituye un ejemplo perfecto de este vestigio que explique con certeza que tal suceso produjo tal efecto; a lo más que
orden de actividades" 146 . puede aspirar el hombre es a la consecusión de ciertos datos por los que puede
inferir que un efecto ha sido generado por determinada causa. La experiencia ha
Con todo, una sentencia de la Corte del4 de junio de 1992 pareciera retomar mostrado que ante determinadas circunstancias se produce determinado resulta-
la doctrina de la alta corporación en fallo del 23 de marzo de 1934 ya comentada do. Cuando se produce el fenómeno, no queda cosificada la causa. Comprendidos
y que, en el fondo, aplica la solución propuesta por nosotros, según la cual, es la los diferentes elementos que intervienen en el fenómeno, el sujeto cognoscente
ruptura del equilibrio natural de las fuerzas lo que permite afirmar que una activi- podrá deducir cuál es la causa y cuál el efecto, pero nunca encontrará en la expe-
dad es peligrosa. Al respecto, la Corte expresa: riencia ese elemento llamado causa.

"Empero, cuando el daño tiene origen en una actividad susceptible de ser La consideración anterior muestra el caos en que se encuentran los autores
considerada como peligrosa, apoyándose en el artículo 2356 del Código Ci- que tratan de explicar cuándo una conducta o una actividad peligrosa han causado
vil, la jurisprudencia igualmente ha implantado un régimen conceptual y pro- un daño por el cual se debe responder. Que la actividad peligrosa o la cosa causa-
batorio cuya misión no es otra que la de favorecer a las víctimas de ciertos ron un daño es una noción de la cual no se puede (como en ningún otro caso)
accidentes en que el hombre, utilizando en sus propias labores fuerzas de las extraer la noción probatoria a priori para decir que un efecto fue generado por
que no puede tener siempre absoluto control y por tanto capaces de romper el determinada causa. Serán las circunstancias de cada caso concreto las que nos
equilibrio antes existente, de hecho había colocado a los demás asociados dejen inferir si la cosa o la actividad han causado o no el daño. Solo podremos
bajo el riesgo inminente de recibir lesión aunque la actividad de la que se encontrar algunos correctivos que sirvan de pauta al juez para darle una aproxima-
trate, caracterizada entonces por su peligrosidad, se llevare a cabo con peri- ción de certeza a sus decisiones.
cia y observando toda la diligencia que ella exige" 147.
En los párrafos que siguen trataremos de fijar algunos criterios para apreciar
ese vínculo de causalidad; primero, es necesario ver en qué casos podemos decir
SECCIÓN VI.- El que un daño ha sido causado por una actividad peligrosa (subsec. I); segundo,
determinaremos cómo funciona la carga de la prueba de ese nexo causal entre la
947.- INTRODUCCIÓN actividad peligrosa y el daño (subsec. II) y entre la conducta del guardián y la cosa
con la cual se ejerce la actividad peligrosa (subsec. III).
A priori podemos decir que las nociones de responsabilidad civil, penal, moral
o religiosa, suponen, para que el sujeto sea sancionado, que haya causado el he- SuBSECCióN 1.-
cho por el cual debe responder. por una actividad peligrosa?

Esta noción, tan elemental en el comportamiento humano, es la situación 948.- Dos VÍNCULOS DE CAUSALIDAD
más difícil que ha debido encarar la filosofía pura. La vida diaria nos permite
observar la cadena fenoménica por medio de la cual los hechos se suceden unos a En la responsabilidad civil por actividades peligrosas ejercidas mediante co-
otros por la relación de causa a efecto; pero el establecimiento científico de leyes sas existen por lo menos dos vínculos de causalidad: si un peatón víctima de un
accidente de tránsito demanda al guardián del vehículo, deberá establecer 148 no

146 Citada por Héctor Roa Gómez, ob. cit., p. 1189.


147 C. S. J., cas. civ., 4 jun. 1992, "G. J.", magistrado ponente: Carlos Esteban Jaramillo 148 No utilizamos el término "establecer" como sinónimo de probar, sino como elemen-
Schloss, proceso de Luis Rosensvaig de la Torre y otros contra Mercados y Alma- to estructural y lógico de la decisión judicial; a veces, la culpa puede quedar esta-
cenamiento Tequendama Ltda. blecida mediante presunción.
952 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 953

solo que el automóvil le causó el daño, sino también que el hecho se generó por la cosa ha tenido un papel causal, generador en la producción del daño, que
causa de la conducta de su guardián; es decir, hay dos vínculos de causalidad: el sin él no se hubiera producido" 150 .
primero, entre el guardián y el vehículo y el segundo, entre el vehículo y la vícti-
ma. Nos referiremos inicialmente al vínculo de causalidad que une la actividad •De otro lado, no es suficiente el contacto material entre una cosa y otra para
peligrosa con el daño de la víctima (I); luego veremos cómo opera el vínculo de que la víctima de un daño pueda decir con certeza que el demandado le ha causado
causalidad entre la actividad y su responsable (II) 149 • el perjuicio. Se requiere, además, que el comportamiento de la actividad haya
jugado un papel activo en la realización del daño; es preciso un papel decisivo, ser
1.- El vínculo de causalidad entre la cosa instrumento del perjuicio. Este punto es muy importante, porque del hecho de que
y el bien de la víctima la jurisprudencia y la doctrina hayan liberado a la víctima de la carga de probar
una negligencia a cargo del responsable no se puede pasar al desconocimiento de
los elementos que estructuran la responsabilidad civil.
949.- VíNCULO ENTRE LA ACTIVIDAD Y EL BIEN

Analizaremos aquí el vínculo de causalidad que debe existir entre la activi- 951.- ÜPINIÓN DE BORIS STARCK
dad peligrosa y el bien patrimonial o extrapatrimonial del sujeto pasivo del daño
causado por la actividad. Precisaremos la diferencia entre causalidad y concomi- Nos permitimos reproducir la opinión de STARCK en relación con este
tancia, puesto que muchas veces las nociones se confunden y la simple concomí- punto:
tancia entre actividad peligrosa y daño no es suficiente.
"En todos los accidentes corporales y materiales, una cosa interviene de al-
guna manera. ¿Será esto suficiente para poner en juego la responsabilidad de
950.- LA CAUSALIDAD NO ES LO MISMO QUE LA CONCOMITANCIA quien tiene la guarda de la cosa?

Por ejemplo, si Pedro pasa en su vehículo por una calle y en el mismo sitio y "He aquí algunos ejemplos tomados de la jurisprudencia: una persona se en-
momento aparece muerta una persona, no podemos decir que Fedro causó la muerte reda sobre un tapiz; otra se lesiona y choca con un perchero; un automovilista
de ella, pues en este caso hay una simple concomitancia entre la conducta de choca contra el muro de una casa o contra un árbol que bordea la ruta ( ... )
Pedro y la muerte de la víctima. Aunque Pedro fuera conduciendo embriagado, no Estas personas han demandado la reparación de su daño a quien tenía la guar-
se puede decir que por su causa se produjo la muerte del peatón. En este caso solo da del tapiz, del perchero, del muro o del árbol ( ... ) y no han obtenido la
hay una concurrencia que está muy lejos de ser la prueba de que el conductor reparación, evidentemente. Tampoco la han logrado los que se han caído en
causó la muerte de una persona. una escalera que estaba bien reparada y mantenida.

Como lo dice CARBONNIER: "Sin embargo, las cosas han jugado un papel en el accidente. Cierto. Pero la
jurisprudencia declara que no basta que una cosa haya jugado un rol cual-
"La aparición de un daño cerca de una falta que ha sido constatada no basta quiera; es necesario que ese rol sea tal que se pueda decir que la cosa ha sido
para establecer la causalidad postulada por el artículo 1382, ni tampoco basta la causa generadora del accidente (causa generadora es un pleonasmo em-
la presencia de una cosa sobre el lugar del accidente para que se dé la cau- pleado sin duda para señalar la necesidad del rol causal de la cosa en el acci-
salidad postulada en el artículo 1384, inciso primero [art. 2356 del C. C. dente). Las decisiones más recientes emplean la expresión instrumento del
colombiano]. Lo que se debe probar es que la falta del hombre o el hecho de daño. Ahora, el simple buen sentido sugiere que en ninguno de los casos

149 Ni la jurisprudencia ni la doctrina hacen hincapié sobre la diferencia conceptual de 150 Jean Carbonnier, ob. cit., t. IV, núm. 91; en ese sentido cas. civ., 1Ojun. 1952, "G.
los dos vínculos de causalidad y hablan indistintamente del uno o del otro, lo que J.", t. LXXI, p. 395; cas. civ., 22 feb. 1952, "G. J.", t. LXXI, p. 935; sent., 22 sep
ha sembrado una gran confusión. 1980, Jurisprudencia y Doctrina, t. IX, núm. 108.
954 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 955

citados anteriormente la cosa haya sido la causa generadora, o el instrumento responsabilidad presunta de que habla el artículo 2356 del Código Civil; solo
del daño" 151 • aquellos daños que provengan de la peligrosidad de algunas de las actividades de
la explotación generan la aplicación de dicha norma.
Planteadas así las cosas, nos enfrentamos al delicado problema de saber cuál
ha sido la causa activa del daño cuando una cosa ha chocado contra otra o contra Esta observación la hace la Corte Suprema de Justicia en un fallo de octubre
una persona. Repitámoslo: ya producido el daño, solamente por inferencia y de 9 de 1980, en el cual se dice:
acuerdo con las pruebas del proceso, podemos decir que de la colisión existente,
una cosa o persona fue la causa y la otra el efecto. La víctima, pues, deberá esta- "Es importante precisar que si bien una persona puede estar en ejercicio de
blecer que la actividad peligrosa del demandado causó el daño. Que el estableci- una actividad peligrosa, no todo suceso o acontecimiento que cause daño a
miento de esa causa se presuma o se pruebe, es materia de la SECCIÓN segunda; por otra y que se le quiera imputar a ella, necesariamente se deriva de tal activi-
lo pronto debemos seguir incursionando a fin de precisar aquellos casos en los dad. Así sucede cuando el daño no es el resultado del ejercicio de la actividad
cuales se considera que la actividad ha causado el daño. El aspecto es importante peligrosa. Y valga el ejemplo: si una empresa de aviación, considerada como
porque muchas veces en los procesos solamente se aporta la prueba de la interven- un todo, tiene sus oficinas de administración en determinado sector del aero-
ción del demandado sin otro argumento que la prueba de un contacto físico o puerto y un visitante, al entrar a dichas oficinas, resbala en el piso y recibe
material, que no es más que la demostración de que la cosa fue la causa o el efecto, lesiones, es inusitado pregonar que como la actividad de la empresa de avia-
sin caer en la cuenta de que el demandante está liberado de probar la culpa, pero ción es peligrosa, el daño que así ocurra en una de sus instalaciones está
no lo está de establecer la causa. Es al juez a quien corresponde, después de exa- conectado con la peligrosidad del objetivo social de la empresa, o sea con el
minar todos los vestigios probatorios, aceptar o negar que la actividad del deman- transporte aéreo y sus riesgos, y desde luego, no es aplicable la presunción de
dado ha sido la causa activa del daño 152 . culpa que emana del artículo 2356 del C. C. y que para el litigio en estudio
trajo a cuento el sentenciador" 153 .
Lo importante reside en el presupuesto de que la simple concomitancia o
La opinión de la Corte, que compartimos, está fundamentada en que la res-
contacto material entre la actividad del demandante y la del demandado solo son
ponsabilidad no surge por el hecho de una cosa sino por la peligrosidad que
un principio de prueba que debe ser confirmado, de tal manera que el juez pueda
ella pueda acarrear. El punto es más comprensible si además se tiene en cuenta
dar por cierto que el daño de la víctima ha sido generado por causa del responsa-
que por actividad peligrosa no debemos entender una cosa u objeto más o me-
ble de la actividad peligrosa.
nos riesgoso sino una conducta activa u omisiva que acarrea peligros a terceros.
Una empresa de aviación, una flota de automóviles, una central nuclear, no son en
952.- SE REQUIERE QUE EL DAÑO SURJA DE LA PELIGROSIDAD DE LA ACTIVIDAD sí actividades peligrosas, lo que es peligroso es la actividad que con ellas se des-
pliega.
Para que sea aplicable el artículo 2356 del Código Civil, es necesario que el
daño surja de la peligrosidad de una actividad que se ejerce con cosas o sin ellas. De otro lado, se ve allí la neta distinción entre peligrosidad en la estructura y
Esto significa que no todos los daños producidos por una cosa o por una unidad de la peligrosidad en el comportamiento. En aquellos casos en que una cosa no es
explotación que acarrea peligros a los particulares da derecho a la presunción peligrosa en su estructura sino en su comportamiento, la presunción del artículo
contra el responsable de ellas. En efecto, si en una empresa se ejercen ciertas 2356 del Código Civil solo podrá aplicarse cuando de ese comportamiento surja
actividades peligrosas, no todos los daños causados dentro de ella dan lugar a la el daño, pues si surge de su estructura habrá que aplicar el artículo 2341 del Códi-
go Civil, ya que el daño no surgió de la peligrosidad, puesto que el vehículo se
hallaba estacionado; el artículo 2356 no tendrá aplicación, pues el daño no surgió

151 Boris Starck, Droít _civil. Oblígatíons, núm. 389; en el mismo sentido, Mazeaud-
Tunc-Chabas, Traíté ... , t. 11, núms. 1211-1213.
152 Sobre este punto, véase Mazeaud-Tunc-Chabas, Traíté ... , t. 11, núms. 1211-1213; 153 Sent., 9 oct. 1980, Corte Suprema de Justicia, Jurisprudencia y Doctrina, t. IX, p.
Jean Carbonnier, ob. cit., núm. 107. 919, núm. 108.
956 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 957

ni de la estructura peligrosa ni del comportamiento peligroso del automotor. (So- ba en saber si las cosas que emplea directamente el hombre se rigen por la respon-
bre la distinción, véase supra, 896). sabilidad directa con culpa probada o si, por el contrario, ellas también caen bajo
el área de la responsabilidad presunta por el hecho de las cosas del artículo 1384,
inqiso primero, del Código Civil francés.
953.- LA VÍCTIMA DEBE PROBAR LA PELIGROSIDAD DE LA ACTIVIDAD !

A partir de la sentencia Jandheur 155 , de 13 de febrero de 1930, la Corte de


Con base en el párrafo anterior, podemos concluir que la víctima debe demos- Casación ha sentado la tesis según la cual poco importa que la cosa esté entre las
trar la peligrosidad de la actividad que le causó el daño. Claro que esa prueba estará manos del guardián o que se encuentre fuera del alcance físico de él; sin embargo,
casi siempre aportada desde el mismo momento en que se pruebe la existencia del autores como los MAZEAUD siguen sosteniendo que hay casos en los que cabe
nexo causal. Teóricamente, no basta que la víctima pruebe que un automotor le ha distinguir entre el hecho del hombre y el hecho de la cosa, caso este último en que
producido un daño, sino que debe demostrar que la peligrosidad del vehículo fue la la responsabilidad por el hecho de las cosas no se aplica, pues la cosa no ha sido
que produjo el hecho. Así, por ejemplo, si la peligrosidad de la estructura pertene- más que el instrumento por medio del cual se ha valido el guardián para causar el
ce a una persona diferente de la que tiene la peligrosidad del comportamiento, se daño.
deberá establecer si el daño proviene de una u otra peligrosidad.
Al respecto, dicen estos autores:
Estas ideas fueron acogidas por la Corte en un fallo del 4 de setiembre de
1962, que a la letra dice: "Ocurrirá a menudo que la cosa haya obedecido estrictamente a su guardián,
que ella no haya sido más que un instrumento obediente entre sus manos;
"El predicar la peligrosidad de la carretera y del puente, en el lugar del acci- entonces se aplicará el artículo 1382 (responsabilidad directa con culpa pro-
dente, constituye un juicio o un concepto que debe establecerse en el proceso bada); hay hecho personal, no hecho de la cosa. Hay hecho de la cosa cuando
mediante la presentación de una prueba adecuada a la naturaleza del extremo ella escapa al dominio del hombre" 156 •
cuestionado; y es así como el elemento peligrosidad no puede ser meramente
Sin entrar por ahora en la crítica de este teoría, digamos simplemente que la
subjetivo, sino que deben probarse determinados elementos objetivos de los
teoría de la responsabilidad civil por actividades peligrosas prevista en el artículo
cuales, en virtud de principios técnicos, pueda atribuirse aquella modalidad a
2356 del Código Civil colombiano es infinitamente más útil que la responsabili-
la carretera y al puente" 154 .
dad civil por el hecho de las cosas. En realidad, en nuestro derecho no tiene sen-
Decimos que en la práctica el hecho de demostrar el vínculo de causalidad tido distinguir entre el hecho de la cosa y el hecho del hombre; ya hemos visto que
implica la demostración de la peligrosidad, pues en el proceso se debate pro- puede existir responsabilidad civil por actividades peligrosas aunque éstas se ejerzan
batoriamente la forma como ocurrieron los hechos, y de allí el juez puede deducir en ausencia de cosas; de otro lado, hemos visto que hay cosas que no constituyen
fácilmente si el hecho se debe o no a la peligrosidad de una actividad. Claro que en sí mismas una actividad peligrosa y, en consecuencia, no generan la responsa-
no siempre las cosas serán tan claras, puesto que habrá circunstancias en que es bilidad presunta por actividades peligrosas. De ahí que podamos decir que para la
muy difícil determinar si el hecho se debe a la estructura o al comportamiento de aplicación del artículo 2356 del Código Civil no es necesaria distinción entre
la actividad. hecho de la cosa y hecho del hombre. La responsabilidad por actividades peligro-
sas será siempre un hecho del hombre, sea que la ejerza mediante cosas o sin
ellas 157 . Ahora, si la cosa no está en las manos del hombre, no cesará por ello la
954.- HECHO DE LA COSA Y HECHO DEL HOMBRE

Tal vez el problema más grande que se ha producido en el derecho francés


respecto a la aplicación de la responsabilidad civil por el hecho de las cosas estri- 155 Citado por Planiol y Ripert, ob. cit., t. VI, núm. 617; supra, núm. 39.
156 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1248. Critica la posición de los seño-
res Mazeaud, Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núms. 656 y ss.
157 En este sentido: Corte Suprema de Justicia, cas., 28 feb. 1956, "G. J.", t. LXXXII,
154 Sala de Neg. Gen., sent., 4 sep. 1962, "G. J.", t. e, pp. 647 y ss. p. 107; cas., 18 mayo 1972, "G. J.", t. CXLII, p. 188.
958 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 959

responsabilidad por actividades peligrosas, ya que si la actividad es peligrosa en cosa juzgada y prejudicialidad para un proceso en responsabilidad civil mientras
sí misma, basta que, al momento del daño, el demandado tenga su guarda intelec- que no lo constituirá si se aplica la responsabilidad por actividades peligrosas del
tual; es más, mientras que la responsabilidad por el hecho de las cosas es una artículo 2356.
responsabilidad compleja o en cierta forma indirecta, la responsabilidad civil por
actividades peligrosas del artículo 2356 del Código Civil es una responsabilidad El criterio de los MAZEAUD ha recibido las mismas críticas que esbozamos en
directa, que compromete al responsable no por el hecho de la cosa sino por el el párrafo anterior; refiriéndose a ellas, los autores contraargumentan diciendo
hecho de la actividad; de allí podemos deducir que en nuestro sistema jurídico hay que, en el momento en que al demandado se le compruebe una conducta dolosa,
dos responsabilidades directas: la responsabilidad directa con culpa probada del no tendrá sentido continuar con la discusión, puesto que ya la culpa está estable-
artículo 2341 y la responsabilidad directa por actividades peligrosas del artículo cida y, en consecuencia, el demandado puede ser condenado con base en la res-
2356 del Código Civil, en la cual la víctima probará que la actividad que generó el ponsabilidad directa con culpa probada 159 •
daño era peligrosa y en esta forma quedará liberado de probar otra culpa adicional
Sin embargo, no creemos que este sea un argumento suficiente para dar por
(supra, T. I, 871 y ss.).
terminada la discusión, ya que las premisas de los MAZEAUD descansan sobre una
solución práctica y no sobre una argumentación teórica. Por otra parte, y de apli-
Como normalmente se cita la doctrina francesa para aplicarla a casos concre- carse su teoría, surge de nuevo la discusión sobre la noción de causa petendi en la
tos de nuestro derecho, conviene volver sobre la teoría de los MAZEAUD en rela- responsabilidad civil. Bien sabemos que para algunos cada institución de la res-
ción con el hecho de la cosa y el hecho del hombre. Para estos doctrinantes, el ponsabilidad civil constituye una causa petendi diferente mientras que para otros
disparo intencional de un arma no generaría responsabilidad presunta, ya que las la causa es única y las normas son solo medios jurídicos que debe aplicar el juez.
armas solo han obedecido la decisión de su guardián. Refiriéndose a este punto En el primer caso (teoría de la pluralidad de causas), el juez debe abstenerse de
manifiestan lo siguiente: condenar si no se invoca la norma adecuada; en el segundo (teoría de la unidad de
causas), el juez debe aplicar la norma exacta, aunque no haya sido invocada por el
"El acto, en primer lugar, puede ser voluntario de su parte: la persona puede
demandante.
haber, por puro gusto, aplicado su bastón sobre la cabeza de su adversario,
haber interesado a este último con su arma o haberlo atropellado con su ca- Ahora, supongamos que el juez aplica la teoría de la pluralidad de causas con
rro. La cosa ha obedecido estrictamente al hombre. Hay, pues, "hecho del tan mala suerte que el demandante invocó la responsabilidad por el hecho de las
hombre", así como hay 'hecho del conductor', cuando un cochero dirige vo- cosas (art. 2356 en Colombia); al aparecer, demostrado el dolo del demandado,
luntariamente su caballo sobre un peatón" 158 . fracasaría la acción del demandante, pues solo sería aplicable la responsabilidad
directa con culpa probada de que habla el artículo 1382 (C. C. col., art. 2341).
Esto quiere decir que para estos autores no hay responsabilidad presunta cuan- Finalmente, el fallo penal absolutorio tendría plenos efectos de cosa juzgada en
do existe el homicidio voluntario con utilización de armas. un proceso posterior en responsabilidad civil; de ahí que si el juez aplica la teoría
de los MAZEAUD, la prueba del dolo del demandado arruinaría la pretensión del
Esta teoría es inadmisible en el derecho colombiano, ya que precisamente demandante que solo invocó el artículo 1384 del Código Civil francés (C. C. col.,
uno de los casos contemplados como actividad peligrosa en el artículo 2356 del art. 2356).
Código Civil habla de disparar armas imprudentemente; es lógico que si se presu-
me la responsabilidad de quien dispara imprudentemente un arma, con mucha 955.- COMPORTAMIENTO NORMAL O ANORMAL DE LA ACTIVIDAD PELIGROSA
mayor razón se presuma la responsabilidad de quien la ha disparado en forma
dolosa. Esta distinción tiene importancia para la prescripción y para la cosa juzga- Otro criterio discutido por la jurisprudencia y la doctrina con el fin de saber
da penal, ya que si se acepta la teoría de los MAZEAUD, el fallo penal constituirá cuáles cosas son susceptibles de comprometer la responsabilidad civil, es el de

158 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1248. 159 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1256.
960 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 961

considerar que solamente las cosas que han tenido un comportamiento anormal 956.- LA RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS EJERCIDA CON COSAS
pueden dar lugar a la responsabilidad presunta de su guardián 160 . INERTES Y CON COSAS EN MOVIMIENTO

Siendo el criterio de anormalidad una idea tan vaga, creemos que las presun- En las ediciones anteriores habíamos indicado la discusión que existe, tanto
ciones de la responsabilidad civil no pueden atenerse en una forma absoluta a tal en el derecho francés como en el colombiano, en relación con la presunción de
noción. En efecto, el artículo 2356 del Código Civil perdería prácticamente toda responsabilidad cuando la cosa causante del daño, con la cual se puede ejercer una
su importancia si la víctima tuviera que demostrar en todos los casos que la acti- actividad peligrosa, se encontraba inerte al momento de ocurrir el daño. Se trata
vidad peligrosa que le causó el daño estaba ocupando una situación anormal en el de averiguar si la presunción también se aplica pese a la inercia de la cosa.
momento de producirse el hecho. Eso sería volver a la exigencia de un vicio inter-
no como elemento estructural de la responsabilidad. Fuera de ello, la mayoría de 957.- CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, 22 DE FEBRERO DE 1995
las veces la anormalidad se identifica con la culpabilidad, situación que desembo-
ca igualmente en una desventaja probatoria para la víctima. Nosotros pensamos Sin embargo, a raíz de una sentencia de la Corte, del22 de febrero de 1995,
que la víctima solo debe probar la anormalidad de la actividad peligrosa cuando se consideramos oportuno replantear completamente el punto, pues dicho fallo in-
llenan los siguientes requisitos: troduce nuevos elementos a la discusión. En efecto, nuestro máximo tribunal con-
sidera que una caseta de peaje que se encuentra inerte en medio de la vía constitu-
a) Que la actividad no sea peligrosa en su estructura, sino en su comporta- ye una actividad peligrosa y que, en consecuencia, el conductor del vehículo que
miento; colisione con dicha caseta puede invocar a su favor la presunción por actividades
peligrosas prevista en el artículo 2356 del Código Civil.
b) que la actividad peligrosa no esté en movimiento, y
Empero, pese a la opinión mayoritaria, nosotros, que entonces hacíamos par-
e) que no haya existido contacto material entre la actividad peligrosa y el te de la Sala Civil de Casación de la Corte, tuvimos oportunidad de aclarar el voto
bien de la víctima. pues, si bien estábamos de acuerdo con la parte resolutiva del fallo no lo estába-
mos, en cambio, con su motivación. En dicha aclaración incluimos los argumen-
tos que fueron expuestos en las primeras ediciones de esta obra.
Por el contrario, si ha existido contacto material con una actividad en moví- ·
miento, la víctima no tendrá que probar la anormalidad de la actividad, benefi- Dada la importancia del punto en discusión, nos permitimos incluir los párra-
ciándose del artículo 2356 con solo probar que la peligrosidad de la actividad le fos esenciales de la sentencia para, posteriormente, reproducir la aclaración de
ha causado el daño (sobre este punto, infra, T. I, 958 y ss.).
voto. Al respecto, la Corte, luego de analizar la evolución jurisprudencia! sobre la
responsabilidad por actividades peligrosas, afirma que en este tipo de responsabi-
Nosotros creemos que desde que la actividad perteneciente al demandado lidad:
esté en movimiento y exista contacto material entre la actividad y la víctima, el
demandante estará liberado de probar la culpabilidad del demandado y no tendrá "La exoneración, valga repetirlo, no puede venir sino de la prueba concluyente
necesidad de probar la anormalidad de la actividad, ya que, en el fondo, eso sería de la causa extraña (G. J., t. CXLII, p. 173), siempre en el entendido que en
obligarle a demostrar la culpa del guardián 16 1. la aplicación exacta de este sistema de imputación de la obligación resarcitoria
extracontractual, no tiene relevancia, al menos en principio, el que en la pro-
ducción del daño cuya reparación se demanda, hayan intervenido cosas que
no tienen por fin el movimiento en un lugar fijo -como las máquinas de una
160 Sobre este punto, véase Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núms. 1211-9; Boris
industria- o desplazándose -como sucede con los automotores en marcha-,
Starck, Droit civil. Obligations, núms. 393 y ss.; Philippe le Tourneau, ob. cit.,
núm. 1811. toda vez que, tanto las cosas inertes como las que no lo son, pueden ser
161 En este sentido, Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núms. 674 y ss.; puestas circunstancialmente por el hombre en situación de riesgo inminente
Flour y Aubert, ob. cit., núm. 754. para terceros y, por lo mismo, ocasionarles perjuicios a pesar de hallarse en
962 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 963

reposo, como si una edificación destinada al recaudo de tasas por peaje, es el alumbrado público, incluyendo los respectivos semáforos, para lo cual se
colocada en medio de la calzada en una carretera de intenso tránsito en para- debe dotar cada peaje de los elementos requeridos tales como escaleras, re-
jes rurales y es atropellada por un vehículo, debido a la ausencia de las adver- puestos, etc. ( ... ) t) Efectuar la señalización de todas las casetas de acuerdo
tencias necesarias" con el proyecto que suministre el Fondo Vial Nacional, llevando a cabo el
respectivo mantenimiento y reposición. Parágrafo primero: Toda la dotación,
Y más adelante expresa: los bienes y el personal necesario para el buen desarrollo de los servicios
contratados será por cuenta del contratista".
"En la especie litigiosa que hoy ocupa la atención de la Corte se tiene, al
tenor de las declaraciones que sobre la cuestión de hecho hace la sentencia "No puede negarse que las señaladas especificaciones del contrato indican de
impugnada, que se encuentra demostrado el daño y que este fue ocasionado manera fehaciente que quien ejercía la administración de la caseta de peaje
por un accidente ocurrido por causa de la deficiente iluminación con que en el momento del accidente era la sociedad demandada que, por lo tanto, se
contaba la caseta recolectora del peaje de "La Felisa" comprensión del muni- aprovechaba de su utilización por cuanto recibía remuneración por la prestación
cipio de Supía, Caldas. Es decir, que se halla establecido el nexo de causalidad del servicio de cobro del peaje en carretera. No cabe duda tampoco que den-
entre la ubicación de suyo peligrosa de la caseta, aumentada por la poca visi- tro de lo pactado por ella misma se encuentra el mantener dichas casetas
bilidad existente al momento de sucederse el accidente, y aquel daño. En "adecuadas" para el servicio que prestan y en "perfecto estado de funciona-
cuanto al tercer elemento, atinente a la existencia de un factor imputativo de miento" el alumbrado de las mismas para lo cual se estipuló que "toda la
responsabilidad a la sociedad en este proceso demandada, requisito que sin dotación, los bienes y el personal necesario para el buen desarrollo de los
mayor análisis descartó el Tribunal, ha debido hacerse operar la norma con- servicios contratados sería por cuenta del contratista", responsabilidades que
tenida-en el artículo 2356 del Código Civil por cuanto el hecho de aprove- comprenden el conservar "adecuadamente" iluminada la caseta, es decir te-
charse de una construcción en la mitad de la vía pública, sin las precauciones niendo en cuenta las circunstancias de lugar, tiempo, modo, etc. en que se
necesarias para evitar daño a los que transiten por allí de día o de noche es encuentre, no solamente, como lo pretende la demandada, cuando efectiva-
muestra expresiva de la utilización de cosas que llevan implícita cierta peli- mente hay servicio de fluido eléctrico que se presta bajo la responsabilidad
grosidad y, por ende, constituye claramente una de las conductas por las que del Estado, sino también cuando por cualquier razón dicho servicio público
dicha norma obliga, a quien pueda imputarse malicia o negligencia, a reparar falta, mas aún si podían preverse mecanismos apropiados para suplir la defi-
los daños que ocasione. ciencia por llevar la falla varios días como ocurría en la noche del accidente (1 O
o más según los testigos), ello por cuanto sus obligaciones derivadas del con-
"Teniendo en claro lo anterior, procedía determinar entonces a quien, el día trato son permanentes como lo indica el que el servicio de cobro de peajes debe
del accidente, correspondía la guarda material de la caseta causante del insu- cubrirse las 24 horas del día, en todas las cuales la caseta debía estar ilumina-
ceso. Al efecto cabe, en primer lugar, señalar que tal como se lee en el expe- da según las necesidades determinadas por la visibilidad reinante en el lugar.
diente la sociedad demandada, Wachenhut de Colombia S. A., celebró elll
de septiembre de 1987 con el Fondo Vial Nacional un contrato por el que se "En efecto, se trata aquí de unas construcciones levantadas en la mitad de una
obliga "a prestar los servicios necesarios para efectuar el recaudo del peaje" carretera intermunicipal que por la geografía del terreno y su carácter rural
que se cobre en determinados sitios entre los que se encuentra el ubicado en no son claramente visibles de noche y menos aún si está lloviendo, generan,
el municipio de Supía -Caldas- por un valor de$ 4.866' 873.120; en desarro- pues, peligro que debe neutralizarse teniendo el cuidado de mantenerlas
llo de tal convenio, en la cláusula octava, el contratista expresamente se obli~ alumbradas para permitir que los vehículos que por allí circulan con alguna
ga a: "a) Recaudar en todas y cada una de las casetas, durante las 24 horas del velocidad, puedan divisarla en forma oportuna y evitar accidentes como el
día, la tarifa que el Fondo Vial fije para los deferentes peajes. ( ... )m) Mante- que se lamenta. No es, pues, suficiente, ni mucho menos adecuada a la situa-
ner las casetas debidamente adecuadas para el servicio que presta a partir de ción, la iluminación que puedan producir unas velas localizadas dentro de la
la fecha en que le sean entregadas. El contratista cubrirá los gastos que de- caseta o unos mechones de ACPM instalados encima de ellas, habida cuenta
manden los servicios de agua y luz ( ... ) r) Mantener en perfecto estado de que medidas de este linaje no contrarrestan el estado de causar daño inminen-
funcionamiento el alumbrado de las casetas recolectoras y administrativas y te en que se encontraba tal edificación en horario nocturno, y esto es sufi-
964 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 965

ciente para deducir, en contra del guardador material, la condigna responsa- 958.- ACLARACIÓN DE VOTO
bilidad, fundada en el texto del artículo 2356 del Código Civil.
Frente a la motivación anteriormente transcrita, tuvimos oportunidad de aclarar
"Otra cosa es que el Ministerio de Obras Públicas y Transporte o el Fondo el voto en los siguientes términos:
Vial Nacional hayan incurrido en faltas a tales organismos imputables de
acuerdo con reglas de derecho público, frente al manejo de la caseta recolec- "El proyecto acepta que la sociedad demanda, en su calidad de guardián de la
tora de peajes, pues ello, independientemente de si se prueba o no, no exime caseta de peaje donde ocurrió el daño, es responsable por el ejercicio de ac-
de responsabilidad a la sociedad demandada pues para expresarlo con pala- tividades peligrosas, en concordancia con lo preceptuado por el artículo 2356
bras muy conocidas de los MAZEAUD (Tratado, t. II, núm. 1318); " ... Que otra del Código Civil, máxime si se advierte que la demandada omitió colocar las
culpa haya o no precedido a la culpa en la guarda, no hay para que buscarlo; señales necesarias para evitar la producción de daños a terceros.
esta última culpa basta para comprometer la responsabilidad ... ", todavía con
"Con todo, me parece que en tales circunstancias no cabe la aplicación de la
mayor razón si se tiene en cuenta que la legislación nacional instituye la
responsabilidad por actividades peligrosas sino la responsabilidad con culpa
solidaridad frente a los responsables de una conducta que origina un daño
probada o por el hecho propio, de que habla el artículo 2341 del Código
indemnizable a otro, por lo cual aquí se juzga la responsabilidad de la socie-
Civil.
dad W achenhut de Colombia S. A. en respuesta al derecho de las víctimas de
demandar a uno cualquiera de esos presuntos responsables. "Los argumentos de mi apreciación pueden sintetizarse así:

"Resumiendo, ante los hechos que quedaron probados a cabalidad durante el "1 °) Salvo casos excepcionales, a los que me referiré más adelante, pode-
curso de la instancia y que la censura en estudio no pone en tela de juicio mos afirmar que la responsabilidad por actividades peligrosas no se aplica
pues los acepta como ciertos, por mandato del artículo 2356 del Código Civil cuando siendo ejercidas con cosas, estas se encontraban inertes al momento
leído en concordancia con el artículo 2344 de la misma codificación, era en que la víctima o sus bienes entran en contacto con ellas y por tal contacto
imperativo concluir que, sin perjuicio de una posible responsabilidad de la se produce el daño.
administración pública por fallas en la prestación del servicio de alumbrado
"2°) Aunque en el derecho francés la responsabilidad surge por el hecho de
público, sobre la sociedad demandada en este proceso, dado el poder de man-
las cosas y no por actividades peligrosas, lo cierto es que, en nuestro derecho,
do y control que de hecho tuvo sobre la operación de la caseta de peaje de "La
cuando tales actividades se ejercen con cosas, las soluciones del derecho francés
Felisa" en jurisdicción del municipio de Supía al momento de suceder el
son por lo menos discutibles y hasta aplicables en nuestro medio. De la doc-
accidente del cual derivan los perjuicios reclamados por los demandantes,
trina de aquel país han salido los conceptos de guardián, de causa extraña, de
pesaba también una obligación legal de guarda o custodia cuyo incumpli-
colisión de actividades, de cosa juzgada o de prejudicialidad penal, etc.
miento, puesto en evidencia si se quiere por la sola ocurrencia del referido
accidente, constituye sin duda alguna el factor suficiente de atribución jurídi- "En el caso sub judice parece que las discusiones doctrinales del derecho de
ca del deber de reparar que echó de menos el sentenciador en su decisión, lo aquel país son pertinentes, razón por la cual bien merece la pena citar la
que equivale a sostener que en la medida en que esta última exoneró a aquella opinión de algunos de sus autores:
sociedad de la prestación indemnizatoria con el argumento de una supuesta
falta de legitimación en la causa por pasiva, de manera directa y por falta de "En primer lugar, BoRIS STARCK admite, en principio, que el guardián de una
aplicación infringió aquellos preceptos y, en consecuencia, el cargo formula- cosa inerte que intervino en la producción de un daño puede ser presunto en
do está llamado a prosperar" 162 . responsabilidad por el hecho de las cosas, de acuerdo con el artículo 1384
inciso primero 163 . No obstante, en otro capítulo de su obra, SrARCK dice que,

162 C. S. J., cas. civ., 22 feb. 1995, magistrado ponente: Dr. Carlos Esteban Jaramillo
Schloss, expediente: 4345, proceso ordinario de mayor cuantía, demandantes: Jul. 163 Boris Starck, ob. cit., núm. 392; Alex Weill y Frangois Terré, ob. cit., núm. 709;
César Botero Serna y otros, demandada: Wackenhut de Colombia S.A. Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 673.
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 967
966 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

en circunstancia semejante, el guardián solo es responsable en la medida en "Al respecto, el doctor ÁLVARO PÉREZ VIVES expresa lo siguiente: "Cuando la
que se demuestre su culpabilidad. Dice el citado autor: "Indudablemente, actividad peligrosa haya entrado en receso, como en el ejemplo que pusimos
parece que la necesidad de garantía (responsabilidad objetiva por el hecho de anteriormente del peatón o del ciclista que chocan contra un automóvil -ya
las cosas) no exista con respecto de las cosas inertes que no presentan ningu- no en movimiento sino estacionado en el sitio adecuado y de conformidad
na anomalía. Sería absurdo proclamar la responsabilidad del guardián de es- con los reglamentos de tránsito-, el artículo 2356, en cuanto rechaza la prue-
tas cosas. Pero ¿cómo negar que las cosas en movimiento constituyen la cau- ba en contrario, cesa de ser aplicable, pues dicho texto solo procede cuando
sa principal de la mayor parte de los accidentes?" 164 . se trate de una actividad peligrosa, y el automóvil, en tal caso, ya no repre-
senta peligro de choque o colisión. Por el contrario, sería el ciclista en este
"De su lado, el decano RENÉ SAVATIER defiende arduamente la tesis según la caso el que ejercitaría una actividad peligrosa. Esta fue la solución adoptada
cual el guardián de la cosa inerte solo es responsable cuando se demuestre su por la Corte en el siniestro ocurrido con motivo del choque de una embarca-
culpabilidad. Dice: "Resulta de todo esto, que no es su naturaleza lo que ción de motor con buque surto en puerto e inactivo. Pero no debe confundirse
impide a las cosas inertes comprometer la responsabilidad del guardián, puesto la situación en referencia con aquellos en que el receso de la actividad peli-
que las mismas cosas, una vez en movimiento, harán jugar esta responsabili- grosa sea aparente: por ejemplo, si un automóvil estacionado estallara o se
dad. Lo que justifica la irresponsabilidad del guardián es la pasividad de la incendiara puesto que el hecho del estacionamiento y la inactividad no han
cosa al momento del accidente; en otras palabras, su ausencia de participa- eliminado el peligro de que el tanque de la gasolina estalle o esta se inflame.
ción debe ser entendida en la responsabilidad por el hecho de las cosas (... ) Tampoco debe interpretarse lo dicho en el sentido de que el receso de la
No obstante, la Corte no admite que una cosa inerte no comprometa a su actividad peligrosa implique irresponsabilidad, pues si se demuestra culpa,
guardián. Sin embargo, permite a este probar que la cosa solo jugó un rol cabe la reparación" 167 •
pasivo en el daño( ... ) Esta doble argumentación lógicamente contradictoria,
significa que la Corte de Casación, en presencia del daño causado por una "4°) Y la jurisprudencia colombiana se orienta en el mismo sentido.
cosa inerte, invita a su propietario o guardián a probar que la ubicación y el
estado de esta cosa, al momento en que ella ha sido el instrumento del daño, "En un primer fallo -casación 24 de abril 1943-, la Corte consideró que una
no suponía una negligencia o una imprudencia del guardián. embarcación que se encontraba anclada no constituía una actividad peligro-
sa, dada su pasividad en la ocurrencia del hecho. A continuación reproduci-
""Es, en realidad, confundir la cuestión de la causalidad del daño con la de la
mos lo esencial del fallo, puesto que él encierra una serie de nociones que
culpabilidad del guardián, y, por esta confusión, aplicar artificialmente el
tienen que ver con varios de los temas aquí tratados. Nuestro máximo tribu-
artículo 1384 a la búsqueda de una falta que debiera haberse basado sobre el
nal expresa lo siguiente:
artículo 1382" 165 . (El art. 1382 del C. C. francés es el equivalente del art.
2341 del C. C. colombiano que regula la responsabilidad con culpa probada).
""Pasa la Corte a considerar los cargos hechos en casación: el choque habido
"Como puede verse, la discusión está lejos de terminarse y los autores se entre el bote 'La Niña' y uno de los planchones del vapor 'Cascajales', se
dividen las opiniones 166 . verificó cuando el bote estaba en actividad y el vapor con sus planchones en
actividad pasiva anclado o amarrado en el puerto. Lo anterior, que ni siquiera
"3°) De su lado, la doctrina colombiana se ha orientado en la misma línea se discutió en el litigio y que además está plenamente acreditado en los autos,
propuesta por nosotros y por la doctrina francesa que acabamos de citar. lleva a la conclusión de que era el bote el que ejercitaba, por medio de su
piloto, actividad peligrosa, y en ningún caso el vapor 'Cascajales' y los planchones,
por lo ya dicho. El patrono del bote 'La Niña' tenía no solo la guarda sino la
164 Boris Starck, ob. cit., núms. 403 y ss. dirección de este.
165 René Savatier, Traité ... , t. 1, núms. 358 y 358 bis. Aprueban este mismo punto de
vista, Flour y Aubert, ob. cit., núm. 754.
166 Sobre el mismo tema, véase Philippe le Tourneau, ob. cit., núms. 1807 y ss.; Mazeaud-
Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núms. 1211-1219. 167 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 188 e).
968 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 969

""La presunción que establece el artículo 2356 del C. C. se refiere a los casos parcialmente cierta, pues en realidad la inactividad física de la nave solo está
en que se ejercen actividades peligrosas; no las estaba ejerciendo en el mo- aniquilando la peligrosidad del comportamiento y deja incólume el problema
mento del choque el vapor 'Cascajales', luego esa presunción no milita con- de la estructura; piénsese, por ejemplo, que al producirse el contacto la nave
tra él y entonces, que es el caso del pleito, la carga de la prueba corresponde anclada explota por causa de la gasolina utilizada en sus motores, o que su
al demandante, quien debe demostrar que el accidente fue debido a una im- casco posea ciertas cuchillas que destrozan los objetos o las personas que
previsión, un error de conducta, una violación de los reglamentos o de la ley estaban en el sitio del hecho al momento de la colisión; allí se desvanece-
por parte del demandado. Así, si contra un automóvil colocado en inactivi- ría por insuficiente la teoría de la Corte; el hecho de la inercia no explica por
dad en el sitio indicado por la respectiva autoridad, choca otro, no se puede sí solo el problema del papel activo o pasivo de la actividad peligrosa; solo
deducir responsabilidad contra el dueño del automóvil que está inactivo; por las nociones de estructura y comportamiento tienden a la solución que se
lo mismo que no está ejecutando ninguna actividad peligrosa, debe demos- pretende.
trar que el choque se verificó por haber infringido el automóvil en quietud las
disposiciones de tránsito por un error de conducta, desconocimiento o viola- "Por otra parte, un fallo de setiembre 1o de 1945 169 confirma nuestro punto de
ción de esas disposiciones del dueño o conductor del auto. vista. En efecto, la Corte resolvió un proceso en el que se debatía la respon-
sabilidad del guardián de una cadena que se encontraba inerte y con la cual se
'"'Y lo anterior es claro, porque sobre quien pesa la presunción, en el caso enredó un caballo que era conducido por la víctima. Consideró la Corte que
propuesto como ejemplo, es sobre quien ejerce la actividad peligrosa, sobre la víctima podría beneficiarse perfectamente de la presunción por activida-
el dueño o conductor del automóvil en movimiento, pero no sobre el dueño o des peligrosas, pues que, a pesar de la inercia física, la posición de la cadena
conductor del automóvil en quietud, que está en situación pasiva y debida- denotaba un gran margen de peligrosidad para los que eventualmente entra-
mente colocado y frenado. sen en contacto con ella.

""No puede, por lo tanto, darse una interpretación irrestricta al artículo 2356 "La posición de la Corte es acertada, y deja ver que la peligrosidad no solo
del C. C., en el sentido de que basta que se produzca un accidente, que se surge por el simple desplazamiento de energía o materia, sino que puede
traduzca en daño, para que la víctima, alegando la existencia de este y de- provenir también de la capacidad de destrozo que produce en determinado
mostrando la relación de causalidad, eche la carga de la prueba al demanda- momento.
do. No; la norma que acaba de citarse no tiene aplicación sino cuando a quien
se designe como demandado estaba ejerciendo una actividad peligrosa, por sí "5°) No obstante, aunque en principio compartimos tales apreciaciones doc-
o por medio de una cosa que le pertenece. trinales y jurisprudenciales, creemos que es preciso efectuar algunas preci-
siones, pues el principio no es tan absoluto. En efecto, considero que es con-
""Si como se ha dicho, era el bote 'La Niña' el que ejercía la actividad y si el veniente hacer las siguientes observaciones:
vapor 'Cascajales' se hallaba anclado en el puerto, la carga de la prueba
corresponde en este caso al demandante, quien debe demostrar que el acci- "Realmente, la tesis que más se acerca a la situación de nuestro ordenamiento
dente se produjo por error de conducta o la infracción de que se ha hecho jurídico es la expuesta por PÉREZ VIvEs; sin embargo, queremos hacer algún
mérito"" 168 . correctivo que creemos puede servir para clarificar la solución aceptada.

"Un análisis profundo del fallo deja ver que la Corte considera que la simple "De un lado, cabe observar que una actividad puede ser peligrosa cuando ella
inercia es suficiente para que no haya ejercicio de la actividad peligrosa. En es multiplicadora de energía, cuando encierra una gran posibilidad de causar
efecto, para la Corte, la no responsabilidad de la embarcación radica en que daño, dados los instrumentos empleados, y cuando sus resultados son incier-
ella se encontraba anclada en el momento de la colisión. Esta apreciación es tos; por otra parte, las actividades peligrosas pueden ejercerse mediante co-

168 Cas., 29 abr. 1943, "G. J.", t. LV, pp. 285 y ss. 169 Cas., 1° sep. 1945, "G. J.", t. LIX, p. 1120.
970 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 971

sas o sin ellas; y, finalmente, habrá cosas que son peligrosas en sí mismas, y que probar una ilicitud, es decir, deberá probarse que hubo una culpa del
otras cuya peligrosidad procede de su utilización (peligrosidad de la estruc- guardián en la colocación de la cosa 170 . En el ejemplo de la cama, si ella está
tura Y del comportamiento). Hechas estas aclaraciones, debemos explicar el colocada en situación que acarree peligro a quien pase por el lado de ella, se
problema de la responsabilidad aplicable en caso de daños en que interviene comprometerá la responsabilidad de su guardián, si se comprueba que un
una cosa inerte, haciendo una distinción entre las cosas peligrosas en sí mis- hombre prudente y normal no hubiera colocado la cama en ese lugar 171 • Un
~as Y las que no lo son, pero pueden servir como instrumento para el ejerci- caso más común es el del automóvil que se encuentra estacionado: si el con-
CIO de una actividad peligrosa.
ductor está violando una disposición de tránsito y se prueba que por su esta-
cionamiento se produjo el daño, ese mal estacionamiento será la falta que
"a) Inercia de las cosas peligrosas en sí mismas. De acuerdo con las carac-
comprometa la responsabilidad; en cambio, si el automotor está bien estacio-
terísticas que pueden constituir la peligrosidad, habrá cosas cuyo mayor ries-
nado y un motociclista se choca contra él, no habrá la responsabilidad del
go s~ derive de la capacidad potencial de explotar o de transmitir grandes
artículo 2356, ya que no se ha establecido una negligencia por parte del res-
cantldad~s de energía; tal el ejemplo de un trasformador, de un tanque de
ponsable del automóvil. Considerado como cosa inerte, un automotor no es
c.omb~stlble, o del automóvil, cuyo motor puede eventualmente explotar (pe-
una actividad peligrosa desde el punto de vista de la multiplicación de ener-
ligrosidad en la estructura). En estos casos, como bien lo dice PÉREZ VrvEs la
gía y movimiento generados, de donde se puede deducir que el ejemplo plan-
inercia es solo aparente, ya que pareciera ser que el movimiento obedec~ a
teado por PÉREZ VIVES guarda armonía con una aplicación acertada del artícu-
una .especie de dinamismo propio de la cosa; por el contrario, hay cosas que
lo 2356 del C. C 172 .
no tienen esas características de explosión o multiplicación de energía, pero
cuyos dispositivos encierran gran peligrosidad en el caso de que alguien en- "e) Cosas que son peligrosas en ciertos aspectos y en otros no. Si un auto-
tre en contacto con ellos; por ejemplo, las herramientas y 'las armas, que, a móvil se encuentra estacionado y alguien se golpea contra él y se lesiona, el
pesar de estar inertes, encierran una gran peligrosidad para los que ocasional- daño podrá surgir de la peligrosidad del automóvil o de la actividad de la
mente las contacten.
víctima. Si el automotor estaba bien estacionado y la víctima recibió la lesión
únicamente por el fuerte choque que sufrió frente a la carrocería del automó-
"Así las cosas, podemos decir que cuando los objetos por medio de los cuales vil, no hay responsabilidad por actividades peligrosas, ya que en ese momen-
s? ejerce u~a. ~ctividad peligrosa en sí misma, no están en movimiento, per- to el automóvil, como simple masa física, no constituía una actividad peli-
Siste la postbthdad de la responsabilidad por actividades peligrosas, siempre grosa; en cambio, si la víctima choca con el motor y este explota, y de ahí
Y cuando la víctima demuestre que a pesar de ser ella misma quien ha reali- surge la lesión, habrá responsabilidad civil por actividades peligrosas. Aquí
zado ~1 co~tacto con la actividad peligrosa, el daño realmente se produjo por es bueno recordar que la responsabilidad no surge por el hecho de la cosa en
la pehgrostdad que encierra en sí misma la actividad que estaba en receso sí misma, sino de la peligrosidad, y es la víctima la que tiene que probar que
aparente o real. Decimos receso aparente o real, porque el trasformador que la actividad que le generó el daño era peligrosa.
explota solo tiene un receso aparente; en cambio, unas cuchillas cortantes
p.ueden ?star ~n receso real, lo que no impide que siga existiendo la peligro- "En resumen, si la actividad peligrosa está en movimiento, o tiene un dina-
Sidad. S1 algmen entra en contacto leve con una cuchilla sufrirá lógicamente mismo propio independiente de la actividad inmediata de su guardián, se
una lesión mayor a la que habría sufrido si solo hubiera chocado con un puede dar la responsabilidad por actividades peligrosas, aunque la actividad
objeto no peligroso o cortante. esté colocada sin violar reglamentos o normas; en cambio, si la cosa no es
peligrosa en sí misma y está inerte, solo habrá la responsabilidad directa con
"b) Inercia de cosas no peligrosas en sí mismas. Ahora, hay cosas que no
son una actividad peligrosa en sí mismas; tal es el caso de una cama cuya
consistencia no podría considerarse como peligrosa. Cuando estas cosas no
170 En este sentido, cas., 29 abr. 1943, "G. J.", t. LV, pp. 285 y ss.
peligrosas en sí están inertes al momento de ocurrir el daño, nunca se podrá
171 La doctrina francesa habla de "Posición anormal de las cosas", cit. por Boris Starck,
comprometer la responsabilidad por actividades peligrosas de quien tiene la Droít civil. Oblígatíons, núm. 393. ·
guarda de ellas. Para poder comprometer la responsabilidad del guardián habrá 172 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 188 e).
972 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 973

culpa probada del artículo 2341 del C. C. o la responsabilidad por el hecho car señales luminosas adecuadas es una negligencia o imprudencia del de-
ajeno, del artículo 234 7, según el caso. mandado es porque hay una culpa probada de su parte, en cuyo caso, lo apli-
cable no es la responsabilidad por actividades peligrosas, sino la responsabi-
"Sin embargo, ocurre que en la mayoría de las veces que se produce un daño lidad con culpa probada, del artículo 2341 del Código Civil. Si se quiere ser
con una cosa que no estaba en movimiento, pero cuya peligrosidad puede consecuente, habría que considerar que el artículo 2356 del Código Civil se
potencialmente causar el hecho, hay culpa de la víctima como concausa del aplicaría aunque la caseta estuviese bien alumbrada, hipótesis que aquí
perjuicio. Si un trasformador está en su sitio con todas las precauciones, el nadie defiende. O bien, la peligrosidad surge por el simple hecho de colocar
contacto que con él haga la víctima podrá indicar fácilmente que, si bien la la caseta en la vía y entonces la ausencia o presencia de luces sería indife-
energía del aparato fue la causa inmediata del daño, lo cierto del caso es que rente para tal aplicación; o bien la peligrosidad surge de no alumbrar sufi-
la conducta de la víctima fue factor determinante en la producción del resul- cientemente la caseta, incumpliendo así elementales deberes legales y obli-
tado dañino, quedándole al juez la tarea de precisar si esa actividad culposa gaciones contractuales, en cuyo caso lo aplicable es la responsabilidad con
de la víctima da lugar a una exoneración total o parcial del monto indemnizable. culpa probada.
Si una persona se sube imprudentemente sobre un muro que se encuentra
"Obsérvese que cuando aplicamos la responsabilidad por actividades peli-
electrizado, evidentemente habrá culpa compartida, pues la víctima sabía el
grosas a un vehículo, a un material inflamable o a un transformador de la
peligro que corría, y el guardián del muro sabía el peligro que creaba al elec-
energía, es indiferente que éstos estén o no alumbrados. El hecho simple,
trizado.
objetivo y claro de la colisión permite aplicar el artículo 2356. Cuando un
"Cuando la cosa está inerte y no tiene peligrosidad intrínseca la responsabi- conductor conduce su vehículo en estado de embriaguez o con las luces apa-
lidad por actividades peligrosas no es viable puesto que falta el nexo de causalidad. gadas y causa un daño, responde a doble título: por culpa probada por el
Habrá que afirmar que la cosa desempeñó un papel pasivo en el resultado, hecho de la embriaguez, o de la ausencia de luces y por actividades peligro-
pese a que haya contacto físico entre la cosa inerte y la víctima. En tales sas, por el hecho de poner en movimiento una actividad peligrosa. Esta últi-
circunstancias, la víctima tendrá, como en todos los casos, que probar que ma se aplicaría aún si el guardían hubiese tenido toda la diligencia del caso,
pese a la quietud o inercia de la cosa, esta jugó un papel activo en la produc- ya que solo lo liberaría una causa extraña. El valor práctico de la figura de las
ción del daño, y esa prueba solo es posible cuando se acredita la culpa del actividades peligrosas radica en que el guardián se presume responsable, pese
guardián de la cosa. Allí, solo la culpa del guardián permite acreditar la causalidad. a que no hay imprudencia o negligencia probada de su parte. Pero si la res-
ponsabilidad, en el caso de cosas inertes, solo se acepta en caso de negligen-
"El problema pues, no solo es de prueba de la culpa, sino también y, sobre cia demostrada del guardián de la cosa, es porque esta, cuando está inerte no
todo, de prueba de causalidad, pues la presunción de responsabilidad por compromete la responsabilidad por actividades peligrosas.
actividades peligrosas parte del presupuesto de que el demandante establezca
la imputabilidad física del hecho, y esa imputabilidad no puede consistir en "Cuando el vehículo está en movimiento y va con las luces encendidas, se
el simple contacto físico entre la cosa y el bien dañado. aplica la responsabilidad por actividades peligrosas y solo exonera una causa
extraña. Si el simple hecho de la existencia de la caseta del peaje en medio de
"6°) No cabe duda que en el caso a estudio, la inercia de la caseta de peaje la vía fuera actividad peligrosa, idéntica debería ser la solución, sin tener en
impide que se aplique a su guardián la responsabilidad por actividades peli- cuenta para nada la ausencia o la presencia de las señales de luminosidad. Es
grosas. En efecto, el daño no surge de su peligrosidad intrínseca, sino de la la simple presencia de la actividad peligrosa lo que generaría la presunción,
actividad culposa y peligrosa desplegada por la víctima, y de la culpa proba- así existiesen señales de luminosidad. Pero en el momento en que se condi-
da de la sociedad demandada que, contractual y legalmente tenía la obliga- cione la responsabilidad a la ausencia de señales de un objeto inerte, estare-
ción de colocar señales suficientes para que, durante la noche, los transeúntes mos abandonando el campo de las actividades peligrosas, para caer irreme-
no resultasen afectados con la presencia de un edificio a oscuras. diablemente en el de la culpa probada.

"Es indudable que si la caseta hubiese estado bien alumbrada no se aplicaría "Imaginemos un carro-casa que se implementa como caseta de peaje en un
la responsabilidad por actividades peligrosas. Ahora, si el hecho de no colo- sitio determinado de la vía. Es claro que si este aparato causa un daño cuando
97 4 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 975

está en movimiento, se aplicará el artículo 2356 aunque lleve las luces encen- "Y nuestro punto de vista no significa retroceso en la responsabilidad por
didas. Ahora, si está bien ubicado y con las luces encendidas, ya no se aplica actividades peligrosas. Somos consecuentes al afirmar que quien se vale de
la misma disposición, exigiéndose una imprudencia o cualquiera otra culpa, armas, ejecuta construcciones, explota redes eléctricas, medios de transpor-
entonces lo pertinente es la responsabilidad con culpa probada del artículo te, etcétera, se presume responsable si con ello causa daños, sin que la vícti-
2341 del C.C. ma tenga que probar omisiones o imprudencias, pues ello si sería volver cin-
cuenta años atrás.
"7°) El texto del artículo 2356 pareciera darle la razón al proyecto y en
consecuencia, aniquilaría la tesis que aquí defiendo. En efecto, la citada dis- "Lo que pensamos es que cuando se dispara imprudentemente un arma, lo
posición enumera como casos de actividad peligrosa, el disparar imprudente- aplicable es la responsabilidad con culpa probada del artículo 2341, mientras
mente un arma, o el remover las acequias de una cañería, sin las precauciones que si no hay imprudencia en ello, lo aplicable es la responsabilidad por
necesarias para que no caigan los que por allí transitan. Con ese mismo argu- actividades peligrosas en cuyo caso el agente solo se liberaría mediante
mento, quien coloca una caseta de peaje sin la iluminación necesaria, incurri- la prueba de la causa extraña. Por ende, en el caso sub judice, se aplica la
ría en responsabilidad por actividades peligrosas. responsabilidad por el hecho propio del artículo 2341, pues si se aplicara
la responsabilidad del artículo 2356, la presunción operaría ipso jacto, poco
"Sin embargo, la evolución doctrinal y jurisprudencia! del artículo 2356 del
importa que el peaje estuviese adecuadamente alumbrado. Ahora, podría
C. C. nos obliga a razonar de otra manera:
contra-argumentárseme que el artículo 2356 del C. C. se aplicaría tanto al
"En efecto, es cierto que el tenor literal de la norma nos obligaría a aceptar la que dispara un arma prudentemente como al que la dispara con imprudencia,
tesis propuesta en el proyecto. Pero sucede que para la época en que se con- en cuyo caso parecería no haber contradicción alguna en los argumentos del
cibió la citada disposición, prácticamente, los artículos 2356 y 2341 del C. C. proyecto que se discute. Sin embargo, ello significaría que la responsabilidad
contenían principios similares de culpa probada, aunque con connotaciones por el hecho propio del artículo 2341 del C.C. solo se aplicaría en caso de
más específicas en el artículo 2356. De allí que durante casi cincuenta años la comportamientos dolosos, pues cada que haya una imprudencia lo apli-
doctrina y la jurisprudencia les daban tratamiento similar, sin que se hablara cable sería el artículo 2356. Inclusive, podría decirse que aún en los casos de
de culpa probada en el artículo 2341 y de responsabilidad presunta en el falta dolosa, lo aplicable sería el artículo 2356 en la medida que la norma
2356. se refiere a malicia o negligencia del agente. De esta manera, el artículo
2341 del C. C. desaparecería, ya que el 2356 se aplicaría tanto a la respon-
"Pero cuando la Corte concibió la presunción de responsabilidad del artículo sabilidad con culpa probada, como a la responsabilidad presunta por acti-
2356 del C. C. lo que quiso significar fue que quien disparaba un arma cau- vidades peligrosas, con el agravante de que se perdería la diferenciación
sándole daños a terceros, era responsable, aunque no hubiese imprudencia de conceptual entre la responsabilidad con culpa probada y la presunción de
su parte; igualmente, que quien removiera las losas de una cañería era responsable responsabilidad.
por actividades peligrosas, aunque hubiese tomado medidas de precaución
para evitar daños. Es decir, la responsabilidad estaba condicionada a la pe- "Así las cosas, forzoso es concluir que cuando al ejercer una actividad peli-
ligrosidad de la actividad y no a la imprudencia u omisión de quien la ejercía. grosa, no se logra establecer la culpa del agente, de todas maneras hay una
Así las cosas, si se dispara imprudentemente un arma o no se toman las me- presunción en contra del causante del daño. En cambio, cuando una actividad
didas al remover las losas lo aplicable es el artículo 2341 del C. C., todo ello no crea una responsabilidad a menos que haya imprudencia demostrada del
a partir de la interpretación que a la responsabilidad por actividades peligro- agente, entonces es porque la actividad no es peligrosa y lo aplicable es la
sas le han dado en las últimas décadas la doctrina y la jurisprudencia colom- responsabilidad por el hecho propio del artículo 2341. De allí que podamos
bianas. Si el artículo 2356 se aplicara en caso del disparo imprudente o de la afirmar que una cosa inerte que no es peligrosa en sí misma, no genera la
remoción negligente de un objeto en la vía, prácticamente, la distinción pre- responsabilidad por actividades peligrosas, por la sencilla razón de que no
tendida se habría quedado en letra muerta, pues ello conduciría a la aplica- estamos en presencia de una actividad peligrosa. Por lo tanto, como en el
ción del artículo 2356, con culpa probada o sin ella, con el agravante de que asunto a estudio, lo que vuelve peligrosa la caseta de peaje es la imprudencia
el artículo 2341 sobraría. por falta de alumbrado, y no su misma naturaleza, imperativo es aplicar el
976 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 977

artículo 2341 y no la responsabilidad por actividades peligrosas del artículo hecho del cambio brusco, el equilibrio, hiriéndose en la caída, basta para que
2356 del C. C." 173 . se retenga la responsabilidad del automovilista" (cursivas fuera del texto )175 •

959.- CONTACTO MATERIAL ENTRE LA ACTIVIDAD PELIGROSA A esta teoría le caben las mismas objeciones que fueron planteadas por SAvATIER
Y LA VÍCTIMA en ~relación con las cosas inertes 176 • Evidentemente, si no hay contacto material,
solo se puede probar la intervención de la cosa mediante la demostración de una
Cabe preguntarnos: cuando la actividad peligrosa, en movimiento o inerte, culpa, ya que es imposible probar la causalidad física.
contribuye a la producción del daño pero sin haber hecho contacto con el objeto o
persona perjudicada, ¿podrá ser aplicable la presunción de responsabilidad pre-
960.- LA SITUACIÓN EN EL DERECHO COLOMBIANO
vista en el artículo 2356 del Código Civil?

El tema ha sido arduamente discutido en Francia. En el derecho colombiano la situación no es la misma, pues la noción de
actividad peligrosa es un poco diferente a la de "guarda de la cosa"; por ello será
Los MAZEAUD sostienen que la presunción de responsabilidad funciona aun- necesario elaborar la misma distinción que efectuamos al analizar el problema de
que no haya existido el contacto material entre la cosa que está bajo la guarda del las cosas inertes y en movimiento en relación con la peligrosidad en la estructura
demandado y el daño sufrido por la víctima; dicen los autores, después de hacer el y en el comportamiento. En efecto, si no ha existido contacto material entre la
planteamiento según el cual la cosa por la cual se responde debe haber jugado un víctima y la actividad peligrosa, no podemos ser absolutos en la afirmación. Si
papel activo: una persona sufre un daño causado por el temor que le producía la peligrosidad de
la estructura de una actividad, tendrá derecho a demandar en responsabilidad civil
"Pero que no vaya a concluirse de esta condición que es necesario un contac- por actividades peligrosas (art. 2356), probando, como es obvio, que objetiva-
to material entre la víctima y la cosa. Si, por ejemplo, un peatón, obligado a mente la actividad era peligrosa y que fue por esta peligrosidad por lo cual su
u~/ movimiento brusco por evitar un automóvil, cae y se hiere, hay participa- actuación la condujo al daño, aun sin contacto físico 177 . Como la responsabilidad
Cion de la cosa en el sentido del artículo 1384, inciso primero; es el automó- surge no de la cosa sino de la peligrosidad que ella entraña, esa cualificación de
vil la causa del daño. La misma cosa ocurre si un automóvil, deteniéndose
bruscamente, obliga al carro que viene detrás a tirarse contra un árbol o a
atropellar un peatón; si un automóvil, pasando bruscamente a un motociclis-
175 Boris Starck, ob. cit., núm. 404; en el mismo sentido, Jacques Ghestin, Genevieve
ta, provoca la caída de este; o si un automóvil sobrepasa a otro en condicio- Viney, ob. cit., núm. 669.
nes tales, que este es constreñido a salirse de la ruta" (cursivas fuera del 176 René Savatier, Traíté ... , t. 1, núms. 358 y 358 bis. Igualmente, rechazan la aplica-
texto ) 174 . ción de la presunción cuando no hay contacto, Flour y Aubert, ob. cit., núm. 754.
177 Jurisprudencia colombiana. En fallo del 2 de abril de 1943, la Corte consideró que
STARCK es del mismo criterio propuesto por los MAZEAUD: un pasajero que se lanzó de un tren que estaba en peligro de descarrilarse, tenía
derecho a invocar la presunción de responsabilidad que pesa contra el transporta-
"Hay hecho de la cosa -dice el autor-, inclusive si no ha habido contacto dor; en este caso, el daño no fue causado directamente por la cosa, pero el ruido
generado por ella fue factor determinante en la producción del perjuicio de la víc-
material, directo entre la cosa a la que se atribuye el daño, y el daño mismo. tima. Aunque en este caso no se trata de una responsabilidad por actividades
Así, el cambio brusco de dirección de un automovilista que causa la caída de peligrosas, de todas maneras las solución hubiera sido la misma si los familiares
un ciclista o de un peatón, aunque no hubo contacto, pero que pierde, por el hubieran ejercido la acción personal extracontractual con base en el artículo 2356
del C. C. En su aparte fundamental, la Corte manifiesta lo siguiente: "Está estable-
cido, en opinión de la Corte y en virtud del dictamen parcial, que el desenganche,
en parte, del carro en que viajaba el señor Moreno pudo producir un ruido estriden-
te, descompuesto y de trepidación, capaz de causar en el ánimo de una persona
173 C. S. J., cas. civ., 22 feb. 1995, magistrado ponente: Dr. Carlos Esteban Jaramillo normal un estado de zozobra o alarma por la expectativa del acaecimiento de un
S~hloss, expediente 4345, proceso ordinario de mayor cuantía, demandantes: Jul. accidente ferroviario. El tren no se descarriló, pero su funcionamiento irregular,
Cesar Botero Serna y Otros, demandada: Wackenhut de Colombia, S. A. susceptible de producir alarma, debió ocasionar la resolución del pasajero Moreno
174 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núms. 1211-2. de arrojarse a tierra".
978 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 979

peligrosidad debe ser aportada por la víctima, cosa bastante difícil de demostrar culpa probada del demandado, y en estas circunstancias no se aplicará la respon-
aunque a nivel teórico aparezca como posible. En el fondo, es la confirmación de sabilidad por actividades peligrosas del artículo 2356 del Código Civil sino la
nuestro punto de vista, según el cual el hecho de ejercer una actividad peligrosa responsabilidad directa con culpa probada del artículo 2341 del mismo Código.
es, en sí mismo, una imprudencia que consiste precisamente en permitir los peli- Tal; por ejemplo, el caso del vehículo que se encuentra debidamente es-
gros que acarrean determinadas actividades. En este caso deberá tenerse en cuenta tacionado y la víctima, por no colisionar con dicho automotor, se golpea con otro
que la peligrosidad ha de ser objetiva, por cuanto no basta la simple apreciación objeto.
subjetiva de la víctima; si así fuera, la situación sicológica de las víctimas sería
más importante que la actividad misma del agente.
961.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA

Ahora, si la actividad no es peligrosa en sí misma y no hubo contacto entre


ella y el bien de la víctima, habrá que distinguir si la actividad estaba en movi- En fallo de mayo 18 de 1976, la Corte se refirió aparentemente al problema
miento o inerte al momento de producirse el daño para saber si se aplica o no la que nos ocupa. En efecto, nuestro máximo tribunal decidía el caso de un accidente
responsabilidad por actividades peligrosas de que habla el artículo 2356. en que un vehículo golpeó otro automotor, el que a su vez alcanzó a un peatón
dejándolo herido. La demanda se entabló contra el dueño del vehículo que inició
Si la actividad estaba en movimiento, el artículo 2356 sigue siendo aplicable la cadena causal, pero que no tocó a la víctima. Al fallar, se expresó así la Corte:
a condición de que la víctima por evitar el contacto creciente con la actividad
peligrosa termina dañándose con otra cosa; piénsese, por ejemplo, en el peatón "Este nexo causal, empero, no tiene que ser tal que solo se ofrezca cuando la
que se lesiona al tratar de sacarle el cuerpo a un vehículo que lo va a atropellar. En víctima ha sido golpeada directamente, por el automotor conducido por el
este caso, la velocidad del automotor es anormalidad determinante en la produc- empleado de la parte recurrente. No se requiere, pues, un contacto material
ción del daño. La misma cosa podría decirse de la persona que sufre una caída directo entre el bus y la víctima. Basta que ese nexo sea concurrente, que el
cuando le estaba huyendo a un animal fiero que lo perseguía para atacarlo. En daño se derive de un acontecimiento que aunque no lo generó directamente,
cambio, si a pesar del movimiento, la actividad peligrosa estaba dentro de una contribuyó a su realización. El obrar o la omisión deben ser tales, que costituyan
ubicación espacial o temporal normal, la responsabilidad civil por actividades papel decisivo en la producción del daño, así haya sido fuente directa" 179 •
peligrosas no podrá ser aplicable 178 . En efecto, piénsese en la persona que sabien-
do que existe un perro bravo desvía su camino con el fin de no llamar la atención Aunque esta sentencia parece tomar posición frente al problema, creemos,
del animal, con tan mala suerte que en la travesía sufre una lesión a causa de una sin embargo, que deja intacto el asunto. En realidad, la dificultad se presenta
caída. Evidentemente, la víctima sufrió el daño porque su conducta fue determi- cuando la cosa o la actividad peligrosa no están en la cadena de la causalidad
nada por el miedo que le producía un animal fiero; sin embargo, a nadie se le física que produce el daño. Ejemplo: el vehículo que lesiona a un peatón por no
ocurriría pensar que el dueño del animal sea presunto responsable, ya que ni aun golpear un automotor que se halla estacionado. En el caso juzgado hubo contacto
en este caso se podría aplicar el artículo 2354 del Código Civil. Igual sucede con material, así no sea inmediato; por ello, con razón, la Corte aceptó que la respon-
las personas que caminan por las aceras condicionadas por la presencia de vehícu- sabilidad del demandado se comprometía; el fallo hubiera sido importante si el
los en la calle. En realidad, la vida en las ciudades está congestionada de tal ma- vehículo del demandado no hubiera iniciado la cadena causal o, por lo menos,
nera, que todas las personas y las cosas tienen incidencia en la producción de los intervenido en ella.
daños generados a los demás.
Hasta aquí, hemos estudiado el problema del vínculo de causalidad que une
En cambio, si no habiendo contacto material la actividad no era peligrosa en la cosa con la cual se despliega la actividad peligrosa y la persona o cosa sobre la
sí misma y se hallaba inerte al momento del daño, será necesario establecer una cual se produce un daño; nos resta dilucidar el problema del nexo causal entre la
cosa y la conducta de quien con ella ejerce una actividad peligrosa.

178 Esto no impide que se aplique la responsabilidad directa contemplada en el artícu-


lo 2341 del C. C., o la indirecta de que habla el artículo 2347, ibídem. 179 C. S. J., sent., 18 mayo 1976, "G. J.", t. CLII, p. 74.
980 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 981

11.- El vínculo de causalidad ¿por el contrario, el demandado debe probar que la actividad peligrosa ha jugado
entre actividad peligrosa y su responsable un papel pasivo? Tradicionalmente, se ha considerado que la víctima está eximida
de probar la culpabilidad, pero conserva la obligación de probar la actividad de la
962.- Si la responsabilidad por actividades peligrosas está fundamentada cosa del demandado; sin embargo, la doctrina y la jurisprudencia francesas más
en la teoría de la culpa, necesariamente tendremos que referirnos al vínculo de recientes parecen exigir el simple contacto material para que se presuma que la
causalidad que debe existir entre la actividad peligrosa y el agente que por ella cosa del demandado ha sido la causa activa del daño. Los MAZEAUD están a la
debe responder, ya que, por lo menos en teoría, la actividad se produjo por la cabeza de la teoría. Dicen:
acción u omisión culposa del agente; gráficamente, el responsable causó la activi-
dad peligrosa que a su vez generó el daño a la víctima; cuando la actividad peli- "La presunción del artículo 1384 ha sido planteada para asegurar una protec-
grosa se ejerce sin cosas, el vínculo es uno solo: el agente, sin cosas, causó el ción eficaz a las víctimas. Ahora, es verdad que esta protección faltaría si la
daño. En cambio, cuando el daño se produjo con cosas, el problema subsiste en víctima se encontrara obligada a establecer el carácter "activo" de la inter-
toda su dimensión. Nos preguntamos, en este caso, si la víctima deberá probar que vención de la cosa, el vínculo de causalidad que une la cosa del daño, porque
la calidad de guardián de la actividad peligrosa fue la que generó el fenómeno ella no estará en la medida, en muchos casos, de aportar esta prueba. Pode-
causante del daño en un bien de la víctima o si dicha causalidad se presume en mos afirmar pues, que la presunción se extiende al vínculo de causalidad
determinado momento; por lo pronto, digamos que el vínculo que existe entre la entre la cosa y el daño. Es el guardián quien, si quiere escapar a la presun-
actividad y su guardián surge precisamente de esa dependencia que lleva a consi- ción, debe, una vez que la víctima ha probado la intervención de su cosa en la
derar que el demandado es responsable porque tiene el poder de dirección y con- realización del daño, demostrar que esta intervención ha sido pasiva. Toda
trol sobre ella. Establecido ese poder de dirección y control, se entenderá probado intervención de la cosa en la realización del daño se presume activa" 180 •
igualmente el vínculo de causalidad entre el agente y la actividad generadora del Para BORIS STARCK, la conclusión no es tan absoluta, si bien para el autor el
daño. En cuanto a la prueba o presunción de dicho vínculo, nos referimos a ello un hecho del contacto con una cosa en movimiento hace presumir la causalidad en
poco más adelante (infra, T. I, 964 y ss.). contra del guardián de la cosa. Al respecto expresa:

"Por hipótesis, la víctima ha probado el contacto con la cosa en movimiento:


SUBSECCIÓN 11.- La carga de la nrl~Ofl"'•<]>
esto basta para hacer declarar que hay "hecho de la cosa"; la víctima no tiene
de causalidad entre la actividad peligrosa y el daño
que probar, como en las dos primeras situaciones, el carácter anormal del
funcionamiento de la cosa. En efecto, las probabilidades causales juegan en
963.- Debemos precisar ahora si esos dos vínculos de causalidad que exis-
ese caso en favor de la víctima: ser chocado por un vehículo en marcha es
ten entre el guardián y la actividad, de una parte, y entre esta y el daño, de otra,
establecer "el hecho de la cosa"" 181 .
deberán ser probados o si por el contrario los dos, o alguno de ellos, se presume.
A continuación analizaremos la carga de esa prueba en relación con el vínculo La posición de los autores citados, que la había seguido en forma casi unáni-
entre el daño y la actividad. me la jurisprudencia desde 1941, ha empezado a ceder terreno, y como lo dice la
señora VINEY:
964.- TEORÍA DE LA PRESUNCIÓN
"Se puede pensar, pues, a pesar de la persistencia de una corriente minorita-
ria, que la presunción de causalidad que había sido admitida en 1941 en pro-
Llegados a este punto debemos recordar que para que se produzca la respon-
vecho de la víctima está hoy en día en vía de desaparición" 182 .
sabilidad civil por actividades peligrosas es necesario que la actividad juegue un
papel activo; es decir, no basta el simple contacto entre la actividad y la víctima,
sino que es indispensable establecer que la víctima ha sufrido el efecto de la peli-
grosidad de la actividad del demandado. Establecido este punto, habrá que deter- 180 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núms. 1211-1210.
minar a cuál de las partes corresponde probar el papel activo de la cosa. ¿Será la 181 Boris Starck, Droít civil. Oblígations, núm. 422.
víctima la que debe probar que el demandado "causó activamente" el daño? O 182 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 674.
982 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 983

965.- CRÍTICA DE ESTAS TEORÍAS Ahora, si tanto el demandado como el demandante se encontraban en movi-
miento al momento de producirse el daño, es imposible que, dada la multiplicidad
Aceptar la teoría de los MAZEAUD sería un absurdo de alcances ilimitados. de hipótesis que pueden presentarse, podamos hablar de presunciones de causalidad.
Aunque ellos no lo dicen, parece ser que su noción de intervención es igual a
contacto material. Admitir que el simple contacto material de una cosa con la Necesariamente, deberá iniciarse un debate probatorio entre las partes para
víctima supone el vínculo de causalidad, equivaldría a la posibilidad de demandar determinar quién ha sido la causa activa del daño. El demandante estará liberado
absurdamente a un sinnúmero de personas que, en una u otra forma, han interve- de probar la culpabilidad del demandado y tendrá un buen terreno a su favor para
nido en la producción de un daño; por ejemplo- de aceptar la tesis que se comen- lograr demostrar que la actividad del demandado ha sido la causa del daño. Esta-
ta-, si un carro se va por un precipicio podría demandarse al dueño del terreno por blecido el contacto físico de dos cosas en movimiento, se inicia el forcejeo ten-
el cual rodó el vehículo, argumentando que los daños se produjeron por el contac- diente a demostrar quién ha sido el causante del daño. Una buena regla de la
to del carro con la tierra. En este caso podría argumentarse que el demandado se experiencia puede consistir en que tanto el demandante como el demandado traten
exonera demostrando que el hecho se debió a la culpa de la víctima o de un terce- de demostrar que ellos no han jugado más que un papel pasivo dentro del fenóme-
ro; sin embargo, no resiste el más mínimo análisis el hecho de pensar que, de no. Los MAZEAUD admiten que el demandado desvirtúe el vínculo de causalidad
entrada, se presuma que fue el demandado quien causó el daño. Los ejemplos demostrando "que la cosa no es la causa del daño" 183 , independientemente de pro-
varían al infinito, sin que podamos observar los argumentos claros que permitan bar que el daño ha sido producido por una causa extraña. No vemos por qué no
aceptar esta teoría. pueda aplicarse el mismo criterio al demandante. Si este está en la obligación de
probar que fue el demandado quien causó el daño, dicha prueba será aportada por
El punto de vista de STARCK es menos contradictorio, pero admite también vía de inferencia si se demuestra que el mismo demandante ha jugado un papel
algunos reparos. Estamos de acuerdo en que el movimiento de una cosa puede pasivo en la producción del daño. Allegada esta prueba, habrá que presumir que
considerarse, a priori, como una causalidad activa, sin que ello implique que ha ha sido el demandado la causa generadora del daño. Podría inclusive presentarse
sido esa cosa en movimiento la que ha generado el daño. Si un camión de gran el caso en que tanto el demandante como el demandado demuestren que los dos
tonelaje choca violentamente con una bicicleta que marcha despacio, produ- han jugado un papel pasivo en la producción del daño. La práctica así lo demues-
ciendo daños en el camión y lesiones en el conductor, no podríamos creer que fue tra permanentemente, ya que la fuerza mayor o el hecho de un tercero no hace más
la bicicleta la que causó el daño, pues una serie de factores de la experiencia que demostrar que ni el demandante ni el demandado contribuyeron a causar el
podrían dar a entender que el camión es el generador del hecho, salvo que se daño, a pesar de haber participado físicamente en su realización.
pruebe una culpa del conductor de la bicicleta, en cuyo caso abandonamos
las responsabilidades presuntas para caer en el campo de la responsabilidad civil En conclusión, creemos que el demandante corre con la carga probatoria de
directa con culpa probada del artículo 1382 del Código Civil francés (C. C. col., demostrar que la actividad peligrosa ha sido la causa activa del perjuicio sufrido,
art. 2341). siendo este el principio general; estamos por ver algunas excepciones en las que
se presume el vínculo de causalidad entre la actividad del agente y el daño sufrido
Sin querer fijar un criterio absoluto, pensamos que el movimiento de la cosa por la víctima (infra, 966).
o de la actividad es la prueba inicial por excelencia que demuestra que una cosa es
causa de determinados efectos. Aceptamos la teoría de STARCK respecto a que si la
actividad del demandado no estaba en movimiento al momento de producirse el LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA Y LA PRUEBA DEL NEXO CAUSAL
daño, no se podrá presumir el vínculo de causalidad. Contrario sensu, considera-
mos que si la víctima, o el bien que le pertenece, no estaban en movimiento y en Muy pocas veces nuestra Corte Suprema de Justicia se ha referido al proble-
cambio sí lo estaba la actividad del demandado, se puede pensar en la presunción ma de fondo que encierra la prueba de la causalidad en la responsabilidad por
de que fue la actividad del demandado la que causó el daño. Si la víctima se halla
con su carro estacionado, sin violar ninguna disposición de tránsito, y otro con-
ductor viene a golpearla, no vemos porqué no se pueda presumir que ha sido el 183 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traíté ... , t. 11, núms. 1211-10, nota 4; sobre el mismo pun-
carro que estaba en movimiento el que generó el daño. to, Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núms. 661 y ss.
984 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 985

actividades peligrosas; sin embargo, dos decisiones de nuestro tribunal máximo cual ya no se rige por la regla general de que toca al demandante de la repa-
merecen ser estudiados en todos sus considerandos, pues ello mostrará claramen- ración acreditar la culpa. Este queda entonces, por fuerza de aquella presun-
te que la Corte aplica el criterio defendido por nosotros. En la primera de ellas se ción, exento de dicha prueba. Y el responsable del daño no podrá eximirse de
dirimió un litigio cuyos hechos se basaban en la muerte que sufrió una persona al la imputación presunta sino mediante la prueba de la ausencia de culpa, si del
momento de entrar en contacto con una red de energía. La Corte, al referirse a los hecho de las personas por quienes responde se trata, o comprobando fuerza
argumentos del recurrente expresó: mayor o caso fortuito, o intervención de causa extraña, si el hecho dañino
proviene del ejercicio de actividades peligrosas.
"Sostiene el recurrente que siendo cierto -según las mismas declaraciones-
que se desprendió sobre la vía pública el alambre conductor de la corriente "Pero no hay que perder de vista que la presunción, en tales casos, es solo de
eléctrica, y que este hizo contacto con el cuerpo de Ana Felicidad, quien culpabilidad, es decir, que al damnificado le corresponde demostrar plena-
falleció en el acto, se presume que esa fue la causa de una prueba positiva de mente el hecho perjudicial y la relación de causalidad entre este y el daño que
que otra fue la causa. Esa presunción no fue tenida en cuenta por el tribunal, originó, los cuales no se presumen. Probando que el hecho ocurrió y que
a pesar de que este reconoce la presunción de culpa cuando de actividades produjo el perjuicio, la culpabilidad del agente directo o indirecto, que lo
peligrosas se trata, e incurrió en error de derecho al considerar que toca a la hace responsable civilmente, queda establecida por presunción legal, que él
demandante probar la relación de causalidad entre el contacto con el conduc- deberá destruir, si quiere liberarse.
tor eléctrico y la muerte de la joven, pues, probado el suceso, se presume esa
"En el caso sub judice se le imputa al mal estado de las instalaciones del
relación de causalidad y es de cargo del demandado producir la prueba posi-
servicio eléctrico, que determinó la caída sobre la vía pública de un alambre
tiva de que fue otra la causa de la muerte, para ser exculpado.
con corriente de alta tensión, el cual, al hacer contacto con el cuerpo de Ana
"Falla la premisa de esta argumentación del recurrente, quien parte de la base Felicidad Morales, causó la muerte de esta por electrocución. Pero resulta
de estar probados los antecedentes de la presunción, olvidando que el tribu- que el tribunal, por haber desestimado, por las razones que ya se conocen, la
nal desestimó el mérito de los testimonios referidos, al menos como prueba prueba testimonial, y por no haber apreciado las otras a que el recurrente se
suficiente o completa de los hechos. ¿Pero es cierto, como aquello pretende, refiere y de que se hablará en seguida, únicas que la actora produjo para
que siempre se presume la relación de causalidad y que en este caso opera tal demostrar tales hechos, no los encontró suficientemente acreditados, y no
presunción? estándolo, mal podía operar la presunción de culpabilidad en el municipio, la
cual debía descansar precisamente sobre la plena prueba de esos anteceden-
"No está de acuerdo la sala en este concepto. tes. Y no es dudoso que la prueba de esos hechos (mal estado de la línea,
negligencia en su conservación, desprendimiento del alambre, contacto de la
"Es indiscutible que las entidades de derecho público, lo mismo que los par-
persona con la corriente, intensidad de esta, electrocución) corresponda darla
ticulares, son responsables, en principio, de los daños que se causen a conse-
a quien los alegó como determinantes de la culpa, del daño y de la relación de
cuencia de defectos de instalación de cualesquiera servicios, y también los
causa a efecto" 184 •
descuidos, imprudencias u omisiones que les sean imputables en la conserva-
ción o prestación de los mismos, bien directamente o bien por actos de los Finalmente, en una sentencia delll de mayo de 1976, la Corte tocó tangencialmente
encargados de su dirección o manejo. Y cuando se trata de actividades que de el problema que nos ocupa. A continuación trascribimos los hechos de la demanda
suyo implican riesgo o peligro, se presume la culpabilidad de quien presta el
y la censura que la Corte hace al fallador inicial:
servicio o explota la empresa o negocio, pero no con presunción abstracta,
que conduciría a la teoría de la culpa objetiva o del riesgo creado, sino con "En efecto, un camión de acarreos conducido por Guiral Acevedo, en el cual
presunción concreta, es decir, aplicable a cada caso de perjuicio o daño que iban como pasajeros la víctima y la madre del mismo, con placas A30263, se
sobrevenga como efecto necesario de la actividad peligrosa.

"La presunción de culpabilidad deriva de presumirse también la condición de


peligrosidad de ciertas actividades; invierte entonces la carga de la prueba, la 184 C. S. J., cas. civ., 1Ojun. 1952, "G. J.", t. LXXII, p. 395.
986 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 987

estacionó en la carrera 45 con la calle 70 de Medellín, a eso de las ocho de la "De autos no obra prueba alguna de que el accidente mortal del joven Patiño
noche del día 26 de diciembre de 1970. De dicho vehículo se bajó el joven hubiese obedecido a ninguno de los tres únicos factores exoneratorios de la
Patiño para buscar la dirección de la casa donde debían entregar unos mue- responsabilidad civil extracontractual a que atrás se hizo alusión. La parte
bles que llevaban y momentos después fueron chocados violentamente, por demandada no ha insinuado siquiera la culpa exclusiva, o al menos concu-
detrás, por el camión de propiedad de la sociedad demandada que venía con- rrente, de la víctima o de un tercero. Sus argumentos defensivos, que corno
ducido por Jararnillo, aprisionando entre los dos camiones al joven Patiño, atrás se expuso, no están probados de ninguna manera, de haberlo estado no
quien a consecuencia de ello quedó herido de muerte y falleció muy poco habrían tenido virtualidad alguna para eximir de su responsabilidad a la so-
tiempo después. El conductor Jararnillo, al rendir indagatoria ante el Juzgado ciedad dernandada" 185 .
Noveno Penal Municipal de Medellín, que conoció del sumario a que dio
origen el mencionado insuceso, para exculpar su conducta, afirmó no haber Aunque el fallo no se refiere a la responsabilidad del vehículo que se halla-
visto el camión del cual se bajó el joven Uriel, por haber sido encandelillado ba estacionado, su crítica al fallo de primera instancia indica a las claras que para
o deslumbrado por las luces de un vehículo que venía en dirección contraria. la Corte la presunción del artículo 2356 no opera contra el vehículo estacionado,
Esta circunstancia, además de no haber sido demostrada plenamente, no acreditaría a pesar de haber existido contacto de éste con la víctima. En el proceso se de-
la ausencia de culpa del conductor del vehículo, la cual además no bastaría mostró la participación activa del demandado y de ahí la aplicación que contra él
por sí sola para exonerar de su responsabilidad a la sociedad empleadora de se hace del artículo 2356; en cambio, a pesar de que el guardián del vehículo
dicho conductor y propietaria del vehículo que causó el accidente. estacionado no aportó prueba alguna al proceso, la Corte considera que este no
causó el daño, es decir, no lo presumió por el hecho del simple contacto con la
"En vista de lo expuesto, que resulta de una fácil apreciación en conjunto víctima.
de las pruebas que ya obraban en la primera instancia y que luego fueron
corroboradas con las que decretaron oficiosamente esta sala y el tribunal, no
967.- CASOS EXCEPCIONALES EN LOS QUE SE PRESUME LA IMPUTABILIDAD
acierta a entender la Corte cómo pudo afirmar el juez, que si bien es cierto
MATERIAL DEL HECHO A LA ACTIVIDAD PELIGROSA
que el joven Patiño 'fue víctima de la colisión de varios [sic] aparatos que lo
aprisionaron, mas carece de veracidad investigada cuál de los mismos tron-
Hay dos casos en los cuales se ha considerado que, debido a determinados
chó su vida'. Según acaba de verse, el choque no ocurrió entre varios vehícu-
elementos, se presume que el daño ha sido generado por una actividad del deman-
los sino únicamente entre dos; uno de ellos, el camión del cual acababa
dado. Aunque en ellos no se aplica el artículo 2356 del Código Civil, dada la
de apearse Uriel, no estaba en movimiento, sino orillado en la vía mientras
naturaleza jurídica de las partes, los instrumentos causantes del daño son, sin
este buscaba una dirección. La víctima evidentemente fue aprisionada
embargo, elementos constitutivos de actividad peligrosa.
entre los dos automotores, cuando el de la parte demandada chocó con el
otro que estaba estacionado. ¿Podrá decirse con acierto, en esas condicio-
nes, que se ignora cuál de esos dos automotores tronchó la vida del joven 968.- A) AcCIDENTES DE TRABAJO
Patiño? La argumentación del a quo no resiste el menor análisis (cursiva
fuera del texto). La legislación sobre accidentes de trabajo permitía que el trabajador pudiera
invocar la responsabilidad del patrono por el simple hecho de que la lesión
"En vista de lo ocurrido, es claro que conserve todo su vigor la presunción de se produjera en el lugar y en la época del trabajo, es decir, se presumía la causa-
culpa que consagra el artículo 2356 del C. C. Estando además demostrados, lidad entre la actividad del patrono y el daño sufrido por el trabajador. Al respecto
corno se vio que lo están, el daño, o sea la muerte del joven Patiño y la
relación de causalidad, es decir, que esta se produjo a consecuencia de haber
sido atropellado por el vehículo de la demandada, se configura a no dudarlo
185 C. S. J., sent., 11 mayo 1976, "G. J.", t. CLII, p. 141; en este mismo sentido, C. S.
la responsabilidad civil por culpa aquiliana que la parte demandante pretende J., sent., 22 feb. 1952, "G. J.", t. LXXI, p. 109; 15 mar. 1954, "G. J.", t. LXXVII, p.
deducir a cargo de la sociedad "Embotelladora Medellín S. A." y por tanto, la 288; cas., 22 ago. 1980, en Jurisprudencia y Doctrina, t. IX, pp. 918 y ss., núm.
sentencia apelada debe revocarse. 108.
988 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 989

dice la Corte de Casación francesa: "Cuando un obrero es hallado muerto en Refiriéndose a esta decisión, manifiesta RENÉ Rom:ERE:
el lugar y al tiempo del trabajo, se debe presumir que ha habido accidente de
trabajo" 186 • "La solución aplicada ya por otros fallos puede tenerse por adquirida, pero si
ella es prácticamente satisfactoria, teóricamente es dudosa, o a lo menos merece
De todas maneras, esa presunción se podía desvirtuar demostrando la ausen- otra modificación. En efecto, el transportador está obligado a conducir al
cia de accidente. pasajero sano y salvo a destinación, pero si el pasajero sucumbe a una crisis
cardíaca, la responsabilidad del transportador no se compromete.
Como lo dice la señora GoDARD:
"Y esto no porque el demandado sea liberado, sino más bien porque la pre-
"Si la víctima es dispensada de probar la realidad del accidente, siempre y sunción no habrá jugado. Se puede decir que en la jurisprudencia italiana la
cuando la lesión se manifieste al tiempo y en el lugar del trabajo, la otra víctima de un accidente no se puede limitar a establecer que este se produjo
parte, es decir, la caja o el patrono, puede, en cuanto a ella, demostrar siem- durante o con ocasión del transporte, sino que debe probar el vínculo de causalidad
pre la ausencia de accidente" 187 • entre el accidente y la actividad del transportador ( ... ) esta decisión es de
todas maneras teórica y se puede generalmente omitir ese prerrequisito. La
Cabe advertir que la referida presunción no se aplica en la indemniza- naturaleza misma del daño indica un vínculo de causalidad con la actividad
ción plena a que alude el artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo, pues del transportador ( ... ) Así, generalmente, una presunción de hecho viene a
en este caso deben aplicarse todos los principios de la responsabilidad directa doblar la presunción de derecho que pesa sobre el transportador" 189 •
de que habla el artículo 2341, es decir, con culpa y causas previamente demos-
tradas.
SuBSECCIÓN III.- La carga de la de la causalidad
entre conducta del guardián y la cosa con la cual
B) CONTRATOS DE TRANSPORTE
se ejerce la actividad peligrosa
De otro lado, y tratándose de materia contractual, cabe resaltar que, con res-
pecto al accidente sufrido por el pasajero durante el transporte, se han dado con- 970.- CONCEPTOS
troversias sobre la carga de la prueba de la causalidad del daño.
Repasemos algunos conceptos. Cuando la actividad peligrosa se ejerce por
En una sentencia de la Corte de Casación francesa, del 1O de mayo de 1921, medio de cosas y de ellas resulta perjuicio a un tercero, el fenómeno global de la
se consideró que desde que el daño se produzca durante el transporte, se presume actividad peligrosa encierra varios vínculos de causalidad. Por el momento, solo
que ha sido este la causa del perjuicio. En efecto, el máximo tribunal, al casar un nos interesa destacar el vínculo que existe entre la actividad peligrosa y la víctima
fallo de la Corte de Burdeos, manifestó que "la compañía de ferrocarriles estaba y el que existe entre la cosa y el demandado. Tomemos un ejemplo: Pedro es
obligada a probar su liberación" y que, en consecuencia, "la Corte de Burdeos propietario de un vehículo y ese vehículo atropella a Juan; evidentemente, para
había violado el artículo 1147 del C. C., dejando la prueba del accidente a cargo que Pedro sea responsable ante Juan, se requiere que su vehículo haya causado un
del demandante" 188 • daño a este último; además, es indispensable que el automotor haya funcionado
por causa de la actividad peligrosa que Pedro ha ejercido con él.

En cuanto al vínculo de causalidad entre la actividad peligrosa y el daño, ya


186 Cas. civ., 25 mayo 1936, citada por Odile Godard en Le régíme de la preuve en demostramos que, salvo en casos excepcionales (contrato de transporte y acciden-
matíere d'accidents du travail, Paris, Sirey, 1973, núm. 26.
187 Cas. civ., 25 mayo 1936, citada por Odile Godard, ob. cit., núm. 26.
188 Cas. civ., 1O mayo 1921, citada por René Rodiere en Droit des transports, núm.
654. 189 René Rodiere, ob. y núm. cits.
990 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 991

te de trabajo), la víctima debe probar que fue determinada actividad la que produ- "Pero esto, desde luego, merece una aclaración: el demandante en responsa-
jo el daño. Nosotros nos separamos de la teoría que acepta la simple intervención bilidad tendrá que probar, tratándose del hecho ajeno o de actividades peli-
de la actividad para que se presuma el vínculo de causalidad. grosas o de ciertas cosas, que el perjuicio ha sido causado por el dependiente
o persona por la cual se es responsable, por la actividad peligrosa, o por la
En lo que concierne al vínculo de causalidad que une la actividad con el cosa de que se trate, v. gr., un automotor en marcha, un edificio en ruina.
responsable de ésta, creemos poder hacer algunas aclaraciones para precisar los Probado lo anterior, en ciertos casos estará probado el vínculo de causalidad
conceptos. entre la culpa del responsable civilmente y el perjuicio causado por la perso-
na, actividad o cosa de la cual se deba responder" 191 .
En primer lugar, se debe observar que en la mayoría de los casos en que el
responsable de la actividad no está al frente de ella al momento de ocurrir el daño, Nosotros nos separamos de la opinión de los autores citados y creemos que,
la culpabilidad está fundamentada en una conducta omisiva, radicada en no haber como principio general, el vínculo de causalidad entre la guarda de la actividad y
tomado las medidas necesarias para impedir el hecho dañino; en ese caso habla- el daño debe probarse. Veamos por qué: sabemos que la víctima debe demostrar
mos de una causalidad no física sino jurídica. Si una caldera explota mientras su que el demandado estaba ejerciendo una actividad peligrosa. En el ejemplo del
propietario duerme, ningún vínculo físico existe entre la conducta del dueño y la vehículo del cual es responsable Pedro, podemos ver que la víctima debe estable-
explosión del aparato; sin embargo, se considera que con su omisión el propieta- cer que el guardián estaba ejerciendo una actividad peligrosa, o mejor dicho, que
rio ejercita una actividad peligrosa que originó el perjuicio. Esa relación que exis- el vehículo era una actividad peligrosa por la cual respondería Pedro. Esto quiere
te entre el responsable de la actividad y ésta es a lo que nos referimos como posi- decir que cuando la víctima establece quién era el responsable de la activi-
ble presunción de causalidad. dad peligrosa, estará probando el vínculo de causalidad entré la cosa y su guar-
dián. La víctima, pues, debe demostrar que el vehículo le causó el daño y que
De otro lado, a partir de 1930 la doctrina y la jurisprudencia francesas, e Pedro era el responsable de ese vehículo. En esta forma habrá demostrado toda la
inspiradas en ellas la jurisprudencia y la doctrina colombianas, han considerado cadena causal.
que tanto en la responsabilidad por el hecho de las cosas como en la responsabili-
Lo anterior es un principio general que puede tener, sin embargo, alguna
dad civil por actividades peligrosas, se presume el vínculo de causalidad, fórmu-
excepción. Sabemos que existe una presunción de acuerdo con la cual el propietario
las ambiguas que nunca hacen la diferenciación entre los dos nexos causales lo
' de una actividad peligrosa se presume responsable de ella (supra, T. I, 898). Acorde
que contribuye aún más a la confusión reinante.
con ello, si la víctima acredita que el demandado era el propietario de la actividad
peligrosa, se presume el vínculo de causalidad entre el propietario y la actividad,
Comentando la sentencia Jandheur, los MAZEAUD dicen que la presunción de
es decir, podemos presumir que la actividad causó el daño al haberla ejercido su
responsabilidad implica no solo la presunción de culpa sino también la presun-
propietario. Este podrá demostrar, como ocurre con cualquier demandado, que él,
ción de causalidad. "Lo que se presume -dicen-, es el vínculo de causalidad entre
de hecho no era responsable de la actividad.
la falta en la guarda y el daño" 190 •
En consecuencia, los términos utilizados por los autores y tribunales france-
ÁLVARO PÉREZ VIVES parece plegarse a esta teoría. Cita a los MAZEAUD cuan- ses en el sentido de considerar que existe una "presunción de causalidad" en la
do trata de explicar la carga de la prueba en el vínculo de causalidad y concluye responsabilidad por el hecho de las cosas, no es aplicable al derecho colombiano
sus comentarios en la siguiente forma: de la responsabilidad civil por actividades peligrosas; en nuestro derecho, la víc-
tima debe probar que la actividad le generó el daño y que el demandado era res-
ponsable de esa actividad; establecidos estos extremos, se habrá probado la culpa
190 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t.ll, núm. 1320; Boris Starck, Droitcivil. Ob/igations, y la causalidad.
núms. 566 y ss. Obsérvese que los autores ignoran que entre el guardián y el daño
es~á de por med_io la actividad; por ello, el vínculo entre el responsable y el daño no
ex1ste, pues se mterpone la cosa en realidad, hay dos vínculos entre el guardián y
la cosa y entre ésta y el daño. 191 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t . 11, núm. 220.
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 993
992 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

textos legales de los países en donde tales doctrinas y jurisprudencias han tenido
Este punto de vista no empeora la situación de la víctima, pues aun acep-
acogida. De una parte, el Código Civil francés no tiene norma especial que con-
tando la teoría de la presunción de causalidad, la víctima deberá establecer el
sagre una edad límite para la capacidad aquiliana, lo cual ha permitido que los
carácter peligroso de la causa del daño; la discusión es de consistencia lógica de la
partidarios de la culpa en abstracto hayan llevado a la jurisprudencia a consi-
prueba.
derar que los menores y los locos son responsables de la guarda de las cosas. A
Finalmente, y volviendo sobre las mismas presunciones de causalidad, diga- ello debemos agregar que la ley francesa del 31 de enero de 1968 adicionó el
mos que lo más grave de toda esta inconsecuencia de la doctrina y la jurispruden- artículo 489 del Código Civil, y en tal virtud, "quien ha causado un daño a otro
cia consiste en la confusión entre los dos vínculos de causalidad. Por ejemplo, el mientras está bajo el imperio de una perturbación mental, no está menos obligado
doctor PÉREZ VIVES acepta que la víctima debe probar la materialidad del hecho y a reparar".
que una vez establecida ésta, se presume que fue por la actividad culposa que se
causó.~l daño 192 ; a~lí se trata de presunción de causalidad entre la actividad y su En el derecho colombiano las cosas son diferentes. De una parte el artículo
guardwn; en cambw, hay autores que dicen que el simple contacto físico da lugar 2346 del Código Civil sostiene que los dementes y los menores de 1O años no
a presumir la materialidad del hecho 193 ; teoría inaceptable, según hemos visto, y tienen capacidad aquiliana y que, en consecuencia, no son responsables jurídica-
que habla del nexo causal entre la cosa y el bien de la víctima. Si la distinción de mente de los daños causados; además, no existe norma especial que permita
los dos nexos existiera, el problema perdería gran parte de su entidad, pues todo al juez condenar en equidad al incapaz que ha causado un daño. Por tanto, tendre-
da a entender que muchas veces se trata de una confusión de términos. Sin embar- mos que decir que en la responsabilidad civil por actividades peligrosas del ar-
go, parece ser que cuando doctrina y jurisprudencia hablan de presunción de res- tículo 2356 del Código Civil no puede contemplarse la responsabilidad de los
pons~bi.lidad o ~e causalidad, se refieren al hecho de que una vez establecido que menores de 1O años y de los dementes, ya que la malicia y negligencia a que se
la actividad peligrosa causó el daño, se presume la culpa del guardián y, a su vez, refiere el artículo 2356 solo pueden ser imputables a aquellas personas capaces de
se presume que por esa culpa se causó el daño. Una presunción descansa sobre cometer culpa aquiliana. Esa es la explicación lógico-jurídica del artículo 2356;
otra; no obstante, ya vimos que cuando la víctima prueba que el demandado tenía sin embargo, valdría la pena considerar la posibilidad de que la responsabi-
la guarda de la actividad, no está haciendo más que probar el nexo causal entre lidad por actividades peligrosas esté basada en una culpa cristalizada por el ar-
ésta y su responsable. tículo 2356 y que, en consecuencia, se trate de una culpa distinta a la del artículo
2341, lo que implicaría su no sumisión al artículo 2346 relativo a la capacidad
SEccióN VII.- La responsabilidad civil aquiliana.
por actividades peligrosas y los incapaces
Pero la posibilidad más clara de obviar la dificultad se encuentra en el artícu-
971.- EVOLUCIÓN EN LA JURISPRUDENCIA Y LA DOCTRINA EXTRANJERAS. lo 669 del Código Civil. En efecto, si se aplica nuestra teoría de que esa norma
DERECHO COLOMBIANO consagra una responsabilidad civil fundada no en la culpa sino en el derecho de
dominio (supra, T. I, 838 y ss.), el menor propietario de la cosa que causó el daño
La jurisprudencia y la doctrina extranjeras han evolucionado en el sentido de deberá responder patrimonialmente a la víctima. En tal caso, la culpa y la capaci-
con.sidera.r que los incapaces (menores y dementes) también son susceptibles dad aquiliana nada tienen que ver con la obligación de reparar, pues no se juzga la
de mcurnr en responsabilidad civil por el hecho de las cosas o de las activi- conducta del propietario, sino el hecho objetivo de que el goce del dominio se
dades peligrosas 194 • Esa evolución pretoriana ha podido elaborarse gracias a los ejerció "contra derecho ajeno".

Ojalá los tribunales colombianos acogieran este punto de vista, pues así pro-
192 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 220. baríamos que nuestras instituciones de la responsabilidad civil son mucho más
193 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 11, núm. 1320. claras y aplicables que las del derecho civil francés.
194 1300. Starck, ob. cit., núms. 491 y ss: Mazeaud-Tunc-Chabas Traíté
Boris l l ... ,
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994 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 995

SECCIÓN de exoneración SuBsECCióN II.- La ex1on4~raciC:m cuando


en la actividades peligrosas de actividades peligrosas de presunciones)

972.- La exoneración del responsable de actividades peligrosas es diferente


974.- LA EXONERACIÓN CUANDO HAY COLISIÓN DE ACTIVIDADES PELIGROSAS
según que haya o no colisión de actividades peligrosas entre el demandante y el
demandado.
El principio general según el cual el guardián de la actividad peligrosa tiene
que probar una causa extraña para poderse liberar de responsabilidad, se quiebra
SuBSECCIÓN 1.- La PY4!lng~r<:llt>iií>n CIUaitdo cuando en virtud de la colisión de dos actividades peligrosas ambos guardianes
solo el U'-'U.O~U.I.'IJLdULU sufren daños. Tal sería el caso del choque de dos automotores que resultan dete-
riorados como consecuencia de la colisión.
973 ..~ Cuand~ la jurisprudencia evolucionó manifestando que contra el guardián
de la actividad peligrosa pesaba una presunción de responsabilidad, se sentaron Algunos autores sostienen que, bajo tales circunstancias, el principio de la
las bases definitivas para estructurar la carga de la prueba que incumbe al deman- responsabilidad por actividades peligrosas desaparece para darle campo a la res-
d~~o. En efecto~ la presunción de culpa es diferente de la presunción de responsa- ponsabilidad por culpa probada del artículo 2341 del Código Civil. Otros afirman
bilidad, pues mientras que en la primera basta demostrar la ausencia de culpa, en que, aún en ese caso, las presunciones de responsabilidad continúan aplicándose
la segunda solo libera la prueba de una causa extraña. En el artículo 234 7 del en favor de cada una de las víctimas. Finalmente, otros consideramos que en tales
~ó~igo Civil se establece una presunción de culpa, pues el inciso final permite al eventos cabe una reducción del monto indemnizable de cada uno de los perjudica-
CIVIl~ente responsable establecer que no ha podido impedir el hecho, es decir, le dos, así la presunción siga aplicándose.
permite ~emostrar la diligencia y cuidado que se requieren para un buen vigilante;
en cambio, el artículo 2354 manifiesta que el dueño de un animal fiero no será En los últimos años, éste ha sido uno de los temas que más controversias ha
oído si alega que no pudo impedir el hecho. En estas dos nociones podemos obser- suscitado en la doctrina y la jurisprudencia, ya que cada día con mayor frecuencia
var la diferencia entre la presunción de culpa y la presunción de responsabilidad. se presentan colisiones de actividades peligrosas, sobre todo en materia de acci-
dentes de tránsito. Es preciso, pues, analizar tan profundamente como sea posible,
Hecha esta diferencia, digamos que el artículo 2356 no establece expresa- el desarrollo doctrinal y jurisprudencia! de este problema.
mente la forma de exoneración que pueda utilizar el responsable de la activi-
dad peligrosa que originó el daño; sin embargo, la doctrina y la jurisprudencia Para una mejor comprensión del asunto veremos las premisas generales del
colombianas son reiterativas en el sentido de exigirle al responsable de activida- mismo (I); luego explicaremos cuál es la incidencia de la actividad culposa de la
des peligrosas la prueba de una causa extraña (fuerza mayor o caso fortuito, he- víctima en la regulación probatoria y cuantificadora de la responsabilidad, muy
cho de tercero o hecho de la víctima), como única forma de liberarse de su respon- especialmente lo relativo a la carga de la prueba de la culpa cuando hay colisión
sabilidad 195 . de actividades peligrosas (II). A fin de sistematizar el asunto, incluimos todas las
hipótesis de reducción del monto indemnizable así no haya de por medio una
El estudio de cada una de las eventualidades de causa extraña será elaborado actividad peligrosa.
con más amplitud en un aparte especial de este trabajo (infra, T. II, 7 y ss.).
1.- Principios generales

195 En este senti~o, sent., ~,9 oct. 1979 de la C. S. J., en Jurisprudencia civí/1979, p. 975.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
185; cas., 16 JUl. 1945, G. J.", t. LIX, p. 1062; cas., 30 abr. 1941, "G. J.", t. Ll, p.
237; 20 abr. 1944, "G. J.", t. LVII, p. 149; 5 ago. 1978, "G. J.", Extr. Jurid. Civ.,
1~80, p._99; cas., 1_6 mayo 1976; "G. J.", t. CLII, p. 138. En doctrina puede verse a Si de acuerdo con el artículo 2357 del Código Civil, la culpa de la víctima da
P~rez V1ves, ob. c1t., t. 11, p. 211, núm. 191, f) 5; Rafael Durán Trujillo, ob. cit., lugar a reducir el monto indemnizable, será necesario determinar el criterio que
num. 170. debe seguirse para efectuar la deducción correspondiente. Una culpa grave puede
996 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 997

tener una leve influencia causal en el daño, mientras que una culpa leve puede ción idéntica a la teoría francesa; acorde con esta petición de principio, deseamos
haber sido decisiva en los hechos; en efecto, el conductor de una bicicleta puede fijar en seguida algunas de esas diferencias.
lanzarla deliberadamente contra un camión que apenas infringió una señal de
tránsito; el criterio causal nos diría que la actividad del camión fue determinante, 977.- EN FRANCIA, PRESUNCIÓN DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO
mientras que la teoría de la gravedad de la culpa nos diría que el conductor de la DE LAS COSAS; EN COLOMBIA, CULPABILIDAD POR EL EJERCICIO
bicicleta ha sido el factor definitivo del daño; resolver este problema es una de las
DE ACTIVIDADES PELIGROSAS
metas de esta sección.
Aunque ya lo hemos visto (supra, T. I, 813 y ss.), digamos nuevamente que
De otro lado, puede suceder que ni la víctima ni el agente causante del daño en el derecho francés existen numerosas teorías que explican jurídica Yfilosófica-
estuvieran realizando una actividad peligrosa al momento de producirse el hecho; mente el hecho de que cuando una cosa produce un daño, la víctima está liberada
en cambio, habrá casos en que no solo el demandado sino también la víctima de probar la culpa del guardián del objeto dañino; para algunos 196 , n~ es la cu~pa
ejercían una actividad de ese tipo al momento de suceder los hechos dañinos. La sino el riesgo la base de esta responsabilidad, razón por la cual no tiene sentido
jurisprudencia y la doctrina discuten si para fijar la culpabilidad y el monto in- probar la culpa del demandado; para otros 197 , la teoría de la garantía es 1~ que nos
demnizable en estos últimos casos, deberá considerarse que ninguno de los dos permite liberarnos de la demostración de la falta del agente responsable; fmalm~~­
realizaba una actividad peligrosa, que solo la realizaba el demandado, o que am- te, hay quienes, fieles al principio de la culpa como fundamento de la responsabili-
bos la producían; este punto es uno de los más vivamente discutidos y en el que la dad, acuden a las nociones de presunción de culpabilidad o de responsabilidad 198 •
jurisprudencia es más caótica, ya que, como en un juego de marionetas, los cuatro
o cinco principios básicos de la responsabilidad civil conducen a soluciones aberrantes Esta última teoría, preconizada fundamentalmente por MAZEAUD-TuNc-CHABAS,
si no se guarda un equilibrio entre la equidad y la lógica, respetando esos funda- ha sido la de mayor acogida, por cuyo motivo, generalmente, a la teoría de la
mentos esenciales; permanentemente vemos que los tribunales hablan de la "neu- responsabilidad por el hecho de las cosas se la considera como una presunción en
tralización de presunciones", de "neutralización de actividades peligrosas" o de contra del guardián de la cosa que causó el daño; a ella nos referiremos en adelan-
"compensación de culpas", sin mantener una hilvanación racional de los princi- te y será el punto de partida de nuestra crítica en este punto.
pios derivados de las creaciones jurisprudenciales y doctrinales; las líneas que
siguen tratan de fijar los criterios aportados por los autores y tribunales para re-
solver los problemas aquí planteados. Por nuestra parte, ensayaremos soluciones 978.- LA PRESUNCIÓN DE RESPONSABILIDAD SOLO OBRA EN FAVOR
que guarden armonía con nuestra opinión respecto a la carga de la prueba en la DE LA VÍCTIMA
responsabilidad por actividades peligrosas. Antes de entrar en detalle, creemos
Partiendo de la teoría de la presunción de responsabilidades, digamos que
necesario sentar las premisas de la discusión.
todo el andamiaje histórico de la evolución de la jurisprudencia de la responsa-
bilidad por el hecho de las cosas solo tenía y tiene una finalidad axiológica: fa-
976.- RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS Y POR EL HECHO vorecer a las víctimas que, ante el avance tecnológico, se veían cada vez más
DE LAS COSAS impedidas para probar la culpa del dueño o guardián ?~ ~as cosas generat~ices del
perjuicio; surgió entonces un pilar inamovible del ed1flcw de las presuncwne~ d~
En múltiples ocasiones hemos dicho que la institución de la responsabilidad responsabilidad: la presunción de responsabilidad solo opera a favor de la vzctz-
por actividades peligrosas de que trata el artículo 2356 del Código Civil está ins- ma. Con base en este principio, las consecuencias lógicas que de allí se derivan
pirada, en muchos aspectos, en la responsabilidad por el hecho de las cosas que se modifican radicalmente todas las aplicaciones que deba dársele a la actividad des-
establece en el inciso 1o del artículo 1384 del Código Civil francés. De ahí que
nuestras doctrina y jurisprudencia invoquen permanentemente la doctrina y juris-
prudencia francesas; nosotros no seremos ajenos a esta influencia, pero tratare- 196 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 839.
mos de hacer los deslindes correspondientes, habida cuenta que nuestro artículo 197 Boris Starck, ob. cit., núm. 226.
2356 del Código Civil tiene características propias que no permiten una aplica- 198 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1014.
998 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 999

plegada por la víctima en la producción del daño cuando el perjudicado concurrió sino una responsabilidad directa con culpa probada, en la que el simple hecho de
con una cosa a la ocurrencia de los hechos; en adelante, siempre habrá que esgri- realizar una actividad de suyo peligrosa constituye una imprudencia o negligen-
mir esta premisa cuando se desee hallarle solución lógica a los problemas que se cia susceptible de considerarse como culposa para efectos de la responsabilidad
plantean al aplicar la reducción por culpa de la víctima. civil (supra, T. I, 867 y ss.). La víctima debe probar que el demandado causó el
daño en el ejercicio de una actividad peligrosa; demostrada esta premisa, se habrá
MAZEAUD-TuNc-CHABAS, explican así el principio anotado en el párrafo an- probado la culpa y la causalidad; en esta forma, no tendremos que recurrir a las
terior:
nociones ficticias de las presunciones; nos seguiremos rigiendo por la idea de una
culpa probada; pero, en idéntica forma, deberemos derivar de allí las consecuen-
"Solo la víctima puede valerse de las presunciones edificadas sobre el terre- cias jurídicas correspondientes, eludiendo, en la medida de lo posible, los esguin-
no de la responsabilidad por el hecho de las cosas(. .. ) Una aplicación de ese ces de las presunciones.
principio se da igualmente, en cuanto a las presunciones en materia de
responsabilidad por el hecho ajeno. La regla debe jugar en todos los casos Conviene igualmente resaltar que MAZEAUD-TuNc-CHABAS, así como PÉREZ
donde la presunción sea invocada por otra persona distinta a la víctima, no VIvEs, a pesar de admitir que en estos casos existe culpa probada, continúan con
solamente cuando esa persona opone la presunción a la misma víctima, sino el rezago de las presunciones de culpa y por ello los primeros siguen planteando el
también cuando la invoca contra un tercero" 199 • (La cursiva es nuestra). principio de que la presunción de responsabilidad solo obra en favor de la vícti-
ma; además, los doctrinan tes mencionados aceptan que el demandado solo incurre
Con base en este principio, todos los autores y tribunales franceses y a veces en culpa por el hecho de las cosas o por actividades peligrosas cuando éstas han
los colombianos, han resuelto o tratado de hacerlo, todos los problemas que se generado el daño; el daño constituye, en sí mismo, la culpabilidad. Es acá donde
presentan cuando la víctima colisionó con su cosa o con su actividad peligrosa en nos separamos de sus criterios. Creemos que la culpa existe desde que el agen-
la ocurrencia del daño; si se acepta que en estos casos lo que existe es una presun- te ejecutaba una actividad peligrosa, independientemente de que se produjera
ción de culpabilidad o de responsabilidad, la teoría es válida y obedece al princi- un daño; ejercer actividad peligrosa es una imprudencia que excluye la prueba
pio teleológico de su creación, porque no sería lógico que toda una creación pretoriana de otra culpa si con ello se genera un daño; antes de la realización del perjuicio
que procura favorecer a la víctima salga, a última hora, favoreciendo al agente la culpa ya existía y por ella se debe responder en caso de daño a terceros. De allí
causante del daño; sin embargo, si se acepta que en la responsabilidad por activi- que renunciemos a la teoría de las presunciones y nos acojamos a la teoría de la
dades peligrosas no existe una presunción de culpabilidad o responsabilidad sino culpa probada; volvemos a repetir que este punto de vista no significa que des-
una culpa probada, la solución no debe ser la misma. En seguida buscaremos la conozcamos el beneficio probatorio que se le da actualmente al artículo 2356 del
premisa que nos debe conducir a las soluciones adecuadas cuando también la víc- Código Civil; en realidad, la teoría de la presunción también exige probar _que
tima ejercía una actividad peligrosa y se admite que esa peligrosidad no acarrea el daño lo causó una actividad peligrosa; nosotros opinamos igual, pero creemos
una presunción de culpa sino una demostración de ésta. que probada esa peligrosidad, se da por establecida la falta sin necesidad de pre-
sumirla.
979.- LA SITUACIÓN EN EL DERECHO COLOMBIANO
Con todo, si ello es así, debemos plantearnos la pregunta de saber qué inci-
dencia, desde el punto de vista de la culpabilidad, tiene la actividad peligrosa de
Siguiendo parcialmente a MAZEAUD-TuNc-CHABAS y a ÁLVARO PÉREZ VrvEs 200 ,
la víctima que sufrió el daño.
sostenemos que en la responsabilidad por actividades peligrosas del artículo 2356
del Código Civil no existe una presunción de responsabilidad o de culpabilidad, Cualquiera que sea, la persona que ejecuta una actividad peligrosa es impru-
dente y, en consecuencia, ha incurrido en culpa; si el hecho de ejercer esa activi-
dad genera total o parcialmente un daño, el agente responde de su conducta. Por
199 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traíté ... , t. 11, núm. 1017. ello pensamos que si al momento de producirse un daño la víctima concurrió
200 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 188; Mazeaud-Tunc-Chabas, Traíté ... , t. 11, causalmente con su actividad peligrosa al resultado, hay culpa de su parte y de esa
núm. 1318. culpa probada deberán derivarse todas las consecuencias jurídicas respectivas; sin
1000 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1001

embargo, es preciso hacer algunas aclaraciones. En efecto, si se prueba una culpa En segundo lugar, decimos que hay compensación de deudas cuando las
adicional al simple ejercicio peligroso de la actividad, hay que considerar que esta partes son acreedores y deudores entre sí, en tal forma que entre ellas puede con-
falta accesoria ha sido el factor determinante del daño y, por consiguiente, debe- figurarse la forma de extinción más simple: no reclamar su propio crédito pero
mos abandonar el terreno del artículo 2356 del Código Civil y, entonces, regirnos tampoco pagar su propia deuda; es una cierta economía del derecho. En la respon-
por la responsabilidad directa del artículo 2341 del mismo estatuto. Nuestra teoría sabilidad civil puede presentarse la compensación judicial de deudas; si tanto el
solo sería aplicable cuando la culpa consista única y exclusivamente en el ejerci- demandante como el demandado sufrieron daños por los cuales demandan y re-
cio de la actividad peligrosa; por otra parte, no basta la simple colisión de activi- convienen, el juez que condena al uno a pagar el daño del otro podría declarar la
dades; será necesario que la actividad de la víctima contribuya activamente a pro- compensación de deudas para evitar que una de las partes cobrara a la otra su
ducir el resultado, que sea una de sus causas y no simple condición del daño 201 . Se crédito y, posteriormente, eludiera el pago que le corresponde.
requiere que la víctima sea instrumento del resultado dañoso.

En conclusión, creemos que no tiene validez la teoría de que la presunción de Por otra parte, algunos hablan de neutralización o compensación de activida-
responsabilidad solo opera en favor de la víctima cuando tal presunción no existe; des peligrosas 203 para plantear el problema que se presenta cuando no solo el de-
por el contrario, pensamos que si no existe una culpa adicional, la participación mandante sino también la víctima ejercían una actividad peligrosa al momento de
activa de la víctima por medio de una actividad peligrosa constituye una culpa ocurrir el daño; se discute entonces si la actividad de la víctima absorbe la peli-
probada que da lugar a la reducción de que habla el artículo 2357 del Código grosidad de la actividad del demandado o a la inversa; es éste un fenómeno com-
Civil. Quédanos por ver cuál es el criterio que se debe utilizar para hacer la reduc- plicado que veremos en este aparte, pero que es diferente de las nociones arriba
ción: si la peligrosidad de las actividades o la intensidad causal de ellas. Esto lo planteadas.
veremos un poco más adelante.
Finalmente, podemos hablar de reducción de la indemnización cuando no
ACLARACIÓN DE TÉRMINOS solo la parte demandada sino también la demandante, han cometido una falta; se
plantea así la posibilidad de que la culpa de la víctima reduzca la entidad culposa
Por otro lado, se mezclan algunas nociones que parecieran guardar cierta del demandado y como consecuencia lógica se disminuya el monto indemnizable
similitud con el problema que vamos a tratar; la confusión es terminológica, lo que debe pagársele al perjudicado (C.C., art. 2357).
cual exige que se deslinden adecuadamente los conceptos.
Deslindados los conceptos, digamos que en la práctica varios de ellos pueden
En primer lugar, existe compensación de culpas cuando la falta del demanda-
verse mezclados en una misma situación jurídica concreta. Si, por ejemplo, Pedro
do se minimiza y desaparece debido a la imprudencia cometida por la víctima; en
y Juan chocan en sus vehículos, habrá colisión de actividades peligrosas, de don-
tal caso no hay responsabilidad del agente, pues su culpa se compensó con la del
de puede surgir una reducción del monto indemnizable del uno frente al otro, para
perjudicado; esta figura era la que se aplicaba en el derecho romano, en el que la
que, finalmente, el juez, al condenar, ordene una compensación de deudas entre
culpa de la víctima exoneraba de responsabilidad al demandado, poco importaba
los actores.
el grado de culpabilidad en que éste incurriera; en el derecho contemporáneo tal
concepción ha desaparecido y, desde que el demandado haya cometido una culpa,
la responsabilidad no desaparece por la compensación de las faltas cometidas por Con el establecimiento de las nociones anteriores nos adentramos en el estu-
las partes 202 . dio sistemático de la incidencia de la actividad de la víctima en la producción del
daño y la regulación de la carga de la prueba de las culpas respectivas; en su
debido momento llamaremos la atención sobre los correctivos que de acuerdo con
nuestro punto de vista deban hacerse a las teorías tradicionales.
201 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1530.
202 Sin embargo, puede verse Neg. Gen., 29 mar. 1962, "G. J.", t. XCVII, p. 739, que
declara la absolución aplicando la compensación de culpas; en el mismo sentido,
cas., 31 ago. 1960, "G. J.", t. XCIII, p. 157. 203 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 229.
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1003
1002 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

II.- Incidencia de la actividad culposa de la víctima incurriendo en una responsabilidad directa, en una responsabilidad por el hecho
en la regulación probatoria y cuantificadora de la responsabilidad ajeno o en el ejercicio de una actividad peligrosa; a su vez, la actividad de la
víctima podría estar generada en actividades del mismo tipo; en todo caso, las
981.- Cuando se produce un daño, a éste han concurrido varios fenómenos, soluciones no son siempre las mismas. Por ello, consideramos de importancia
cada uno de los cuales pudo haber jugado un papel causal en la cadena fenoménica metodológica estudiar qué incidencia tiene la actividad de la víctima en cada uno
que desembocó en el resultado dañino. Aislando ciertas conductas humanas que de los más importantes casos de la responsabilidad civil aquiliana.
se encuentran entre las múltiples causas, nos encontramos con que la persona que
causó el daño a la víctima es la única que soporta el peso de la imputabilidad del A.- Responsabilidad directa
hecho por el cual debe responder; en este caso, la víctima ha sido solo el soporte
de la actividad del agente y, en tal virtud, su situación jurídica frente a la respon- El artículo 2341 del Código Civil regula la tradicionalmente llamada
sabilidad no tiene ninguna incidencia, ya que ella es solo la condición necesaria "responsabilidad directa con culpa probada"; de acuerdo con ella, existe el princi-
del fenómeno; por el contrario, habrá casos en que la víctima ha tomado parte pio general según el cual todo el que causa daño a otro debe indemnizarlo si el
activa, culposa o no, en la producción del daño; se conjugan varias causas dentro demandante logra establecer una actividad culposa en su proceder; pero puede
de las cuales se encuentran las conductas del demandado y del sujeto pasivo de la suceder que, al entrar en colisión la actividad del demandado y la del demandante,
acción de éste: los dos han sido instrumentos activos en la producción del resulta- resulten daños en cabeza de cada uno de ellos, es decir, puede ocurrir que tanto el
do. Así planteadas esas dos posibilidades, debemos estudiar cómo resuelve la demandante como el demandado sean, a la vez, agentes de un daño y víctimas de
teoría de la responsabilidad civil esas dos situaciones que suelen presentarse en la otro; habrá que decidir la incidencia de la actividad de la víctima no solo cuando
vida práctica. ella es la única perjudicada con el hecho sino, también, cuando el demandado ha
sufrido un menoscabo en sus bienes.
§ 1.- ACTIVIDAD EXCLUSIVA DEL AGENTE (DEMANDADO)

982.- Este es el caso más elemental que suele presentarse; la víctima es


sujeto absolutamente pasivo del agente generador del daño, quien pudo haber ac- 985.- Si no estaba de por medio una actividad peligrosa y solo una de las
tuado solo o en compañía de terceros diferentes de la víctima; el principio general partes sufrió perjuicio, la víctima debe probar la culpa del demandado; co~o ~on­
de la responsabilidad civil, según el cual una culpa es necesaria, pero una culpa trapartida, la actividad de la víctima debe ser culposa para que pueda ex1stu la
es suficiente, permite que la víctima pueda demandar la total indemnización a reducción a que se refiere el artículo 2357 del Código Civil; nos encontramos
todos o a cada uno de los autores del perjuicio. Entre la víctima y el demandado no frente al conflicto de dos culpas probadas con un solo daño, en el cual demandante
tienen por qué existir reducciones o pagos parciales; al agente se le considera y demandado son los agentes culposos en disputa.
causa exclusiva del daño y, en tal virtud, debe responder; el que paga podrá repe-
tir, parcialmente, contra los coautores que contribuyeron a causar el daño; pero Sin embargo, las cosas no son tan sencillas como aparecen a simple vista.
esa es otra relación jurídica distinta, que surge del fenómeno de la subrogación Establecida la culpa de la víctima, el juez deberá efectuar la reducción correspon-
proveniente de las obligaciones solidarias. diente, pero, teóricamente, ella podría hacerse por partes iguales: de acuerdo con
la intensidad causal o de acuerdo con la gravedad de las culpas del demandante Y
§ 2.- ACTIVIDAD DEL DEMANDADO Y ACTIVIDAD DE LA VÍCTIMA demandado. Veamos cuál ha sido la evolución histórica que al respecto han tenido
la doctrina y la jurisprudencia.
983.- Si la víctima demanda al autor exclusivo del daño o a uno de sus
coautores, el demandado puede encontrarse con que la víctima también ha sido En el derecho romano, la víctima era tratada severamente cuando había con-
uno de los orígenes activos del hecho por el cual se demanda; le corresponde al tribuido, culposamente, a la realización del daño; el agente era exonerado, poco
juez determinar cuál es la influencia que, para efectos de graduar el monto de la importaba que él hubiera cometido también una imprudencia; sin embargo, esta
indemnización, tiene esa actuación del perjudicado; el demandado podría estar solución fue abandonada en la Edad Media, época en la cual surgieron teorías más
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1QQ5
1004 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

de determinar la mayor o menor participación de las partes en la realización del


acordes con la equidad, aunque no faltaron, ni faltan, quienes digan que el deman-
daño aconsejaba repartir por partes iguales.
dado debe pagar la totalidad del daño sin tener en cuenta la actividad culposa de la
víctima204 ; esa es la solución adoptada por la Ley francesa de 1985 sobre acciden-
tes de la circulación, pues solo la culpa intencional de la víctima le priva de su e)- Reducción según la gravedad de la culpa de la víctima
derecho a la indemnización205 . Como puede verse, las dos teorías extremas han
tenido vigencia histórica, imponiéndose, al fin, la que tiene en cuenta las dos 988.- La doctrina y la jurisprudencia actuales aceptan que cuando existe
culp~bilidades. E~ efecto, casi por ~n~nimidad, los autores, tribunales y códigos culpa probada del demandante y del demandado, la reducción del monto indemni-
admiten hoy en dw que cuando la v1ctima ha contribuido a generar el daño debe zable debe realizarse de acuerdo con la gravedad de las culpas; a más gravedad de
hace~se una repartición de responsabilidades; existen varios criterios pa;a de- una culpa en relación con la otra, más porcentaje se le imputa al momento de fijar
t~rmmar la gradua/ci~n de~ ~onto indemnizable. Advirtiendo, de paso, que el ar-
el monto del daño 209 .
tlcul/o ~357 del ~o~1go C1vll consagra esa reducción proveniente de la culpa de
la VI~~tma, descnbuemos los diversos criterios existentes para practicar la re-
duccwn. d) -La situación en el derecho colombiano

989.- Cuando existe la responsabilidad directa de que trata el artículo 2341


a) - Reducción según la intensidad causal del Código Civil y se ha presentado culpa de la víctima, el artículo 2357 del Có-
digo Civil tiene plena aplicación, puesto que en él se establece que el daño estará
. Pa~tiendo de la existencia de la culpa de la víctima, la graduación del sujeto a reducción si la víctima se expuso imprudentemente; este último concepto
n:o~to mdemmzable se hace ~eniendo en cuenta la intensidad causal con que la significa no solo que la reducción existe cuando hay culpa de la víctima, sino
VIctlma y el demanda~o.contnbuyeron a la producción del daño. Aunque sea más también que, a más imprudencia, mayor reducción o, lo que es lo mismo, a mayor
g~ave la culpa de un ctchsta, esta teoría otorgaría un porcentaje mayor en la reduc- gravedad de la culpa de la víctima, mayor reducción del monto indemnizable. En
CIÓn al dueño de un camión que, contribuyendo a producir el daño, solo cometió conclusión: en la responsabilidad directa, con culpa probada no proveniente de
u~~ fa~ta lev.e 206 . El C.ó~~go Civil alemán, en su artículo 254, consagra estos prin- actividades peligrosas, la culpa probada de la víctima da lugar a reducir el monto
cipiOs, .la I~usma posicwn la han adoptado el Código Civil polaco y el proyecto indemnizable, disminución que se hará teniendo en cuenta la mayor gravedad de
franco-Italiano de las obligaciones en su artículo 78 207.
las culpas de las partes en litigio 210 .

b) - Repartición por partes viriles 2°- Perjuicio recíproco

987.- En sus primeras ediciones del Tratado de responsabilidad civil los 990.- En el caso anterior veíamos la situación en que solo había una víctima
M 2os / ,
AZ~~uD sos_:eman que, ~~sde que se probara la culpa de la víctima en la pro- del hecho dañino; pero puede resultar que no solo el demandante sino también el
~ucci~n del dano, la reduccwn se haría por partes viriles, sin consideración a la demandado sufran daños provenientes del mismo suceso, es decir, cada una de las
mtensidad causal de las dos conductas ni a la gravedad de las culpas; la dificultad partes es agente y víctima de un mismo hecho.

204 Sobre este punto, véase Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1508.
205 Phillipe Le Tourneau. Droít de la responsabilité et des contrats. Paris Dalloz 2004 209 Aceptan esta teoría: Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1512; Philippe le
num. 8062 y ss. ' ' ' Tourneau, ob. cit., núm. 639; Roger Dalcq, ob. cit., t. 11, núm. 2737.
206 En ese sentido, Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 480. 21 O En ese sentido, sent., Neg. Gen., 29 mar. 1962, t. XCVIII, p. 739; Arturo Alessandri
Rodríguez, sostiene que la reducción se hace teniendo en cuenta la causalidad,
207 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núms. 1510-1511.
ob. cit., núm. 480.
208 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1510, nota 1.
1006 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1007

Empecemos a buscar la solución diciendo que si la víctima demandada no Hecha esta aclaración, digamos que cuando un daño es causado por persona
reconviene al demandante, sería como si no existiese más que el actor como víc- que depende de otra sin mediar una actividad peligrosa, la culpa de la víctima
tima, ya que el juez no podría hacer reducciones sobre un daño por el cual no se le tiene exactamente la misma incidencia que en la responsabilidad directa del ar-
pidió reparación; la reducción será eficaz únicamente para efectos de graduar el tículo 2341 del Código Civil. En efecto, si Pedro y Juan dependen de sus respec-
daño del demandante. En consecuencia, el perjuicio recíproco existe solo a partir tivos patrones, el daño que se causen entre ellos y que debe ser pagado por sus
del momento de la reconvención por daño del demandado 211 • jefes, estará sometido a las mismas reducciones que se presentarían si Pedro y
Juan no dependieran de persona alguna; es como si se tratara de una responsabili-
Así las cosas, el juez, ante una reconvención como la mencionada y frente a dad directa; el juez, en este caso, condenaría al patrono demandado a pagar la
culpas probadas de las dos partes, deberá tomar, aisladamente, cada uno de los suma reducida que debiera haber pagado el directamente responsable de haber
dos daños y aplicar las nociones de que hablamos en el caso del perjuicio unilate- sido demandado. Esta solución está fundamentada en el principio de que la culpa
ral; después se verá si se dispone la compensación de deudas, etc. Tomemos un de la víctima puede ser oponible entre partes distintas a los directamente involucrados
ejemplo: si Pedro y Juan se causan daños mutuamente, cuyo monto individual en el hecho.
asciende a cien pesos, con culpa grave de Pedro y leve de Juan, el juez podría
considerar que la gravedad de la culpa de Pedro lo obliga a correr con los dos Ahora bien, cuando el directamente responsable estaba ejerciendo una activi-
tercios de cada uno de los dos daños; Juan, que solo cometió culpa leve, correrá dad peligrosa al momento de ocurrir el daño, los principios aquí mencionados son
con un tercio de cada uno de los daños. absorbidos por soluciones distintas; ya no nos regimos por la culpa probada de la
responsabilidad prevista en los artículos 2341 y 2347 del Código Civil, sino que
nos atendremos a las soluciones propias que para tales casos contempla la respon-
B.- Responsabilidad por el hecho ajeno sabilidad por actividades peligrosas; es el problema complejo de la llamada coli-
sión de actividades peligrosas; lo que se expone a continuación versa sobre este
991.- En los párrafos anteriores hablamos de la responsabilidad directa con punto.
culpa probada prevista en el artículo 2341 del Código Civil; ahora vamos a refe-
rirnos a la incidencia que tiene la culpa de la víctima en la responsabilidad por el
C.- La responsabilidad civil por el hecho
hecho ajeno, llamada también indirecta, consagrada en los artículos 2347 a 2349
de las cosas y de las actividades peligrosas
del Código Civil.

INTRODUCCIÓN
Sabemos que, mientras no haya de por medio una actividad peligrosa del
directamente responsable (hijo, empleado, alumno, etc.), la responsabilidad del
Y a dijimos que nuestro Código Civil no contiene, en al capítulo de la respon-
civilmente responsable (padre, patrono, maestro) no podrá comprometerse si
sabilidad aquiliana, un principio general de la responsabilidad civil por el hecho
no hay culpa probada del directamente responsable; una vez que el demandante
de las cosas; ensayamos, entonces, una teoría general de esa responsabilidad, ba-
pruebe que el directamente responsable actuó culposamente, la ley presume la
sándonos concretamente en la institución del derecho de dominio, especialmente
culpabilidad del civilmente responsable; pero, en este caso, a diferencia de la
en la parte final del artículo 669 del Código Civil; por otra parte, vimos que la
responsabilidad por actividades peligrosas, el demandado no está en la obliga-
jurisprudencia y la doctrina colombianas y chilenas habían institucionalizado en
ción de establecer una causa extraña para poderse liberar de la presunción; solo
nuestro medio la responsabilidad civil por actividades peligrosas, valiéndose para
le basta demostrar una buena vigilancia o una buena educación para, en esta
ello del artículo 2356 del Código Civil; en esta forma, nuestro ordenamiento jurí-
forma, controvertir la presunción que pesa contra él (C. C., art. 2347, inciso
dico se aproximaba a los avances que sobre la responsabilidad por el hecho de las
final).
cosas había logrado el derecho francés (supra, T. I, 808 y ss.).

Al referirnos a la responsabilidad por actividades peligrosas dijimos que ella


211 En ese sentido, Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 229. no descansaba en una culpa presunta sino en una culpa probada, demostración que
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1009
1008 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

grosa, debe existir la reducción del monto indemnizable; poco importa que ~a
se facilitaba, puesto que la víctima, al establecer que el daño surgía de una activi-
víctima estuviese o no ejecutando una actividad peligrosa al momento de ocurnr
dad peligrosa, demostraba la falta del demandado sin necesidad de fijar una culpa
el siniestro. Como la decantación de este criterio es aún incierta tanto en Colom-
adicional. Establecido este presupuesto, el demandado solo puede evadir su res-
bia como en Francia, los autores siguen trabajando sobre la tesis de que solo el
ponsabilidad mediante la prueba de una causa extraña; nuestro punto de vista no
hecho culposo de la víctima es causal de reducción cuando ese hecho es causa
pareciera tener ninguna diferencia con los criterios tradicionales porque, aun cuando
parcial del daño (si es causa exclusiva, poco importa que sea o no culposo, la
hablamos de culpa probada, la situación es la misma desde el punto de vista pro-
exoneración del demandado es total).
batorio, pues, aun en la teoría que habla de la presunción es necesario demostrar la
peligrosidad de la actividad generadora del daño; sin embargo, las consecuencias
de tal concepción son radicalmente distintas, sobre todo en este tema de la coli- 1o - Cuando solo una de las partes era de una cosa o ejercía
sión de actividades peligrosas entre demandante y demandado. En efecto, vimos una peligrosa
que tratándose de culpa probada no tenía ningún sentido neutralizar las culpas o
hablar de que la presunción solo obraba en favor de la víctima; nuestra opinión era 994.- La vida diaria demuestra que en la mayoría de los casos en que hay
que, desde que no existiera culpa del agente y la víctima hubiese contribuido daño indemnizable, el agente era guardián de una cosa que generó el perjuicio
activamente a causarse su propio daño, tal actividad peligrosa del perjudicado era (teoría francesa) o era responsable de una actividad peligrosa (derecho colombia-
una falta que debía incidir en la fijación del monto indemnizable; por ello, aunque no); el fenómeno contrario también puede presentarse: el peatón que no ejercía
la carga de la prueba es la misma, cualquiera sea la teoría que se escoja, los efec- una actividad peligrosa puede causar daño al conductor de un vehículo que está
tos para la reducción de culpas tienen diferencias fundamentales. A continuación sobre la vía. Nos encontramos, pues, frente al caso en que solo una de las partes es
analizaremos las teorías planteadas según las cuales la responsabilidad civil por el responsable de una actividad peligrosa; ¿cómo obra en tales casos la carga pro~a­
hecho de las cosas o por las actividades peligrosas se fundamenta en una presun- toria de la culpa y la reducción del monto indemnizable? Tendremos que estudiar
ción que solo debe favorecer a la víctima; paralelo a cada problema iremos propo- por separado cuándo es la víctima y cuándo es el demandado el responsable de la
niendo la solución que, lógicamente, debe desprenderse de nuestro punto de vista. actividad peligrosa.

993.- EN FRANCIA, EL HECHO AUN NO CULPOSO DE LA VÍCTIMA ES CAUSAL a)- Actividad peligrosa desplegada por el demandado
DE REDUCCIÓN

995.- Esta es la situación más común y en cuyos principios se ha inspirado


Ya vimos que tradicionalmente se ha considerado que el hecho de la víctima, en forma equitativa el derecho para favorecer a las víctimas. Tomemos el caso del
causa parcial del daño, debe ser culposo para que pueda tener efecto la reducción peatón que es atropellado por un automotor; con base en el acervo probatorio, el
del monto indemnizable; sin embargo, la jurisprudencia contemporánea del dere-
juez puede encontrarse con lo siguiente:
cho francés ha establecido el principio de que, cuando el demandado se hallaba
bajo la guarda de la cosa que causó el daño, el hecho aun no culposo de la víctima
1. Adicional a la actividad peligrosa del demandado, se halló una culpa
daba lugar a la reducción del monto indemnizable 212 •
exclusiva de este: la víctima deberá ser indemnizada en su totalidad.

La aceptación de esta teoría en nuestro medio llevaría a la conclusión de que


2. Solo existía la prueba de que el daño se causó por medio de una activi-
si el demandado ha causado el daño mediante el ejercicio de una actividad peli-
dad peligrosa sin que hubiese culpa adicional del demandado ni culpa del peatón:
también habrá indemnización total, ya que la peligrosidad de la actividad es lo
que crea la culpabilidad213 .
212 Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 629; Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 111,
núm. 1527-2; sin embargo, una sent. de la Cour de Cassation, 24 jul. 1982, expre-
sa que el hecho culpas de la víctima solo exonera cuando es causa exclusiva del
daño. Revue Trimestrielle de Droit Civil, 1982, núm. 3, p. 606, comentarios a esta 213 En ese sentido, Flour y Aubert, ob. cit., núm. 755.
sent., supra.
101 Ü JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1011

3. Se prueba culpa de la víctima: habrá reducción, haya o no culpa adicio- proveniente de ella debe sufrir las consecuencias jurídicas que de allí se derivan.
nal del demandado; en este caso, habrá culpa de parte y parte y, en consecuencia, El elemento subjetivo de la culpabilidad surge de estar ejecutando una actividad
el artículo 2357 del Código Civil será aplicable. peligrosa y no está sometido a factores externos de la víctima, del agente o de los
medios empleados por la otra parte.
4. Si la actividad de la víctima es causa exclusiva del daño, la exonera-
ción del demandado será total, sin importar lo culposo de ese hecho de la víctima;
2°- peligrosa desplegada por la"""'""'..,.,.'"" y por el demandado
ese hecho, culposo o no, es una causa extraña que libera al demandado (infra,
(colisión de peligrosas)
T. II, 7 y ss.).

a) -Aclaraciones previas
b)- Actividad peligrosa desplegada por la víctima

A veces es la víctima quien ejerce una actividad peligrosa al momen- 997.- ACLARACIÓN DE ALGUNOS CONCEPTOS

to de ocurrir el hecho dañino; por ejemplo, el peatón que al pasar la vía causa un
~olpe que va a destruir alguna de las piezas del vehículo de la víctima; las posibi-
En principio, puede suceder que tanto la víctima como el demandado ejerzan,
hdades que pueden presentarse son las siguientes: al momento de ocurrir el daño, una actividad que puede considerarse como peli-
grosa, puesto que se producen objetivamente los elementos que constituyen tal
figura jurídica. En esa colisión de actividades peligrosas puede ocurrir que solo
l. Solo la conducta culposa del peatón es causa del daño; el conductor ten-
una de las partes haya sufrido un perjuicio o, por el contrario, que ambas partes
drá derecho a la indemnización total, ya que la peligrosidad de la actividad no
salgan perjudicadas de la colisión; en tal caso, ¿podrá el demandado proponer
jugó un papel causal en la realización del daño, el cual se debió exclusivamente a
la culpa del demandado. contra su demandante algunas de las ventajas probatorias que le concede el artícu-
lo 2356 del Código Civil? Más claro: ¿el demandado podrá alegar que como el
demandante también ejecutaba una actividad peligrosa, debe considerársele cul-
2.Aunque la peligrosidad de la actividad de la víctima no jugó un papel
pable, o si se quiere, presunto en responsabilidad? Cualquiera sea la respuesta, las
causa~ e~ el da~o, existe, ~in embargo, culpa adicional del conductor; por ejem-
consecuencias prácticas son diferentes según sea la posición que se adopte al res-
plo, vwlo la senal del semaforo: en este caso se presenta la reducción prevista en
pecto; acá debemos también considerar el supuesto en que, a pesar de existir coli-
el artículo 2357 del Código Civil, ya que hubo culpa de ambas partes.
sión de actividades peligrosas, solo hay una víctima, así como el caso en que
ambas partes sufren perjuicios.
3. Aunque no hubo culpa adicional del conductor, la peligrosidad de su
actividad jugó un papel causal en la producción del daño: la teoría tradicional
diría que la indemnización debe ser total, ya que la presunción solo obra en favor 998.- EL JUEZ DEBE TRATAR DE PROBAR UNA CULPA DIFERENTE A LA MISMA

de la víctima y como en este caso es la víctima quien ejercía la actividad, el de- ACTIVIDAD PELIGROSA

mand~d~ no p~ede beneficiarse de la presunción. Sin embargo, nosotros pensa-


mos d1stmto: SI estando en marcha tanto el peatón como el vehículo, se produce el Antes de analizar este punto es necesario hacer dos salvedades: a) el juez
daño por culpa probada del peatón y por la actividad del conductor, se debe apli- debe tratar de establecer la existencia de culpas diferentes a las de la simple
car la reducción de que trata el artículo 2357 del Código Civil. actividad peligrosa 214 ; si observa, por ejemplo, que alguna de las partes violó una
señal de tránsito o iba en estado de embriaguez, esta falta absorbe la actividad
~u.nque no existe culpa probada adicional del conductor, la peligrosidad de
peligrosa y su comitente debe ser quien responde sin tener en consideración el
la a~t1v1dad es causa parcial del daño y, en consecuencia, la reducción debe pro- artículo 2356 del Código Civil, ya que nos encontramos ante la responsabilidad
ducuse; .para no~otros, no hay presunción de culpa o de responsabilidad y, por
ello no tlene sentido hablar de que la presunción solo actúa en favor de la víctima
pues ejercer una actividad peligrosa es una falta; quien sufra o cause un dañ¿ 214 En ese sentido, Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 229.
1012 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1013

directa con culpa probada del artículo 2341 del Código Civil, y b) las dos activi- y de dócil manejo, su trasporte no es actividad peligrosa, en relación con los
dades deben jugar un papel "activo" en la producción del daño. Cabe decir que, vehículos que corren por el mismo camino" 217 •
para que pueda hablarse de colisión de actividades peligrosas, estas deben haber
jugado un papel activo en la producción del daño o de los daños; no basta el Un fallo de la Corte, del 25 de octubre de 1994, pareciera orientarse en el
simple contacto material de una actividad con otra porque puede ocurrir que la mismo sentido. Dice al respecto la Corte:
una no sea más que el elemento pasivo de la otra; tal el caso de un automotor que
"Ahora bien, si corrientemente corresponde a quien la imputa demostrar la
va a golpear a otro que se halla estacionado 215 . Se exige, pues, que demandante y
culpa, en virtud de ciertas actividades que por su propia naturaleza se consi-
demandado hayan sido instrumentos del daño.
deran peligrosas se exige una peculiar diligencia en quien las ejecuta, la ley
presume que si con una actividad de esta índole se causa un daño, lo ha sido
999.- LA ACTIVIDAD MÁS PELIGROSA NO ABSORBE LA MENOS PELIGROSA por culpa del autor. En esas circunstancias la persona perjudicada no tiene la
carga de probar la culpa.
Igualmente, debemos llamar la atención sobre una teoría que ha tenido cierta
aceptación en la doctrina y la jurisprudencia colombianas, según la cual, el grado "Esa es, para este caso, la materia a que el artículo 2356 del C. C. se contrae.
de peligrosidad de las actividades permite pensar que una de ellas es peligrosa con En tales hipótesis el autor del daño es quien, para liberarse de su responsabi-
relación a otra, pero puede dejar de serlo con respecto a una tercera; por tanto, lidad tiene la carga de probar el hecho extraño o la culpa exclusiva de la
según esta teoría, se debe mirar la relación de peligrosidad existente entre la acti- víctima. Cuando el daño se dice que ha sido causado por actividades peligro-
vidad del agente y la de la víctima. sas de las dos partes, es necesario determinar la de cuál parte es prevalente o
si la de una parte absorbe por decirlo así, la culpa menor, pues si fue la del
Uno de los ejemplos consistiría en que una bicicleta constituye actividad autor del daño la prevalente o mayor, asume plenamente la responsabilidad
peligrosa con respecto a un peatón, pero no lo es con respecto a un automotor. menor, mientras que si lo fue exclusivamente la de la víctima, lógicamente se
Este punto de vista lo defiende el doctor ÁLVARO PÉREZ VIVES, quien manifiesta lo libera el autor, y si fue por la culpa de las dos partes habrá que regular, según
siguiente: la intensidad de sus culpas, la responsabilidad del autor para compensar los
efectos de las culpas, ora para disminuir su responsabilidad. Desde luego son
"Desde luego, para que el principio enunciado sea aplicado [neutralización las pruebas las que deben servir para la justa solución" 218 •
de presunciones], es preciso que la presunción tenga un mismo grado, es
decir, que la culpa a cargo de cada uno de los adversarios sea equivalente" 216 • Nos parece que esta teoría está mal fundamentada y los argumentos de nues-
tra apreciación son los siguientes:
De su lado, la Corte Suprema de Justicia, en sentencia del 30 de abril de
1976, dice: l. La responsabilidad por actividades peligrosas está estructurada sobre el
criterio de culpabilidad, elemento que consiste en un reproche a la situación sub-
"Con estrictez jurídica no puede afirmarse que la conducción de ganados por jetiva con que actuó el agente, es decir, la culpa existe independientemente del
una carretera pública entraña siempre y absolutamente una actividad peligro- daño causado y se fundamenta en el hecho de crear un peligro con determina-
sa; lo es quizá frente a los peatones que transitan por la vía y a las cosas que da actividad; en cambio, la teoría de la relatividad de las actividades peligrosas
en ella o en sus alrededores se encuentren, tanto más si la recua la integran vincula la culpa con la actividad de la víctima, situación inadmisible desde todos
animales ariscos y bravíos; pero si el rebaño está formado por ganado manso los aspectos.

215 En el choque de dos embarcaciones, de las cuales la de la víctima estaba inerte, 217 Publicada en Jurisprudencia civi/1976, p. 187.
véase cas., 29 abr. 1943, "G. J.", t. LV, pp. 285 y ss.; Álvaro Pérez Vives, ob. cit., 218 C. S. J., cas. civ., 25 oct. 1994, expediente 3000, magistrado ponente: Eduardo
t. 11, núm. 229; Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1530. García Sarmiento, proceso de Rito Antonio Avila López y otros contra José Liborio
216 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 229. Mejía Gil y otros.
1014 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1015

Incurren en la misma falta el ciclista que atropella a un peatón y el que le dad cuando la peligrosidad de las dos actividades contribuyó a causar el hecho; de
causa daños a un vehículo de mayor tamaño; en ambos casos, los daños surgen acuerdo con la teoría de los MAZEAUD-TuNc-CHABAS, cada víctima tiene derecho a
siempre de la peligrosidad de la bicicleta. N o tiene ningún sentido pensar que el reclamar la totalidad; nosotros pensamos que si el ejercicio de una actividad peli-
dueño del vehículo deba sufrir las consecuencias de la peligrosidad del ciclista grosa es en sí misma una culpa, necesariamente habrá reducción de la responsabi-
porque, teóricamente, un automotor pueda constituir una actividad peligrosa su- lidad de acuerdo con el grado de peligrosidad de las dos actividades que colisionaron.
perior a la del agente; aceptar la teoría de la relatividad será admitir que la culpa Esto lo veremos más adelante.
está en cabeza de la víctima y no en cabeza del agente.
Es de advertir que en Colombia hay una serie de cosas que no constituyen en
2. No habiendo en Colombia una responsabilidad civil por el hecho de las sí mismas una actividad peligrosa, ya que todo depende de la actividad que en el
cosas, sería difícil determinar en qué momento una actividad es peligrosa en rela- momento del daño esté desplegando su guardián; un bastón de mando que esta
ción con otra. Si un vehículo cargado de explosivos es golpeado por un motoci- guardado no constituye una actividad peligrosa; en cambio, si lo utiliza su dueño,
clista, será de gran dificultad saber cuál de las dos actividades era más peligrosa; esta será, evidentemente, una actividad peligrosa.
a primera vista podría pensarse que el vehículo cargado de explosivos es más
peligroso que la motocicleta; sin embargo, puede suceder que el daño no surja por Repitámoslo: por más que haya colisión de dos actividades lo que se requiere
la peligrosidad de los explosivos sino por la peligrosidad de la motocicleta, que es que el daño surja de la peligrosidad de una de ellas. Desde que el hecho se
tenía ciertas partes susceptibles de combustión. produzca debido a la peligrosidad exclusiva del agente, éste deberá responder, sin
tener en cuenta la peligrosidad de la actividad de la víctima; en esta forma, el
3. Si, por ejemplo, colisionan un peatón, un motociclista y un camión, el elemento subjetivo de la culpabilidad vuelve a tomar su puesto principal como
motociclista podría argumentar que el daño sufrido por el peatón se debe única- fundamento de la responsabilidad civil. Si, objetivamente, el demandante y el
mente a la mayor peligrosidad del camión, cuyo propietario deberá, en determina- demandado reali~aban actividades peligrosas al momento del daño, el juez deberá
do momento, sufrir todas las consecuencias del daño; en este caso, la víctima considerar ambas conductas como peligrosas, sin que pueda pensarse en que una
podrá perder el proceso contra el motociclista, ya que la mayor peligrosidad del actividad absorba la otra.
camión absorbe la peligrosidad de la moto; aquí, una vez más, podemos observar
el absurdo de hacer depender la culpabilidad de factores extraños a quien ejercía
la actividad peligrosa. EL PROBLEMA DE LA COLISIÓN NO SE PRESENTA SI LA VÍCTIMA
ES UN TERCERO AJENO A LAS ACTIVIDADES
4. Finalmente, en relación con el fallo de la Corte del 25 de octubre de
1994 anteriormente reproducido, el cual pareciera acoger estas doctrina, cabe afirmar El problema de la prueba en los casos de colisión de actividades peligrosas ni
que, en el fondo, lo que la Corte justificadamente expresa es que para que pueda siquiera se plantea cuando la víctima es una persona que no dirigía una de las activida-
aplicarse el artículo 2356 del C. C., tanto al demandante como al demandado, es des que colisionaron. Si dos vehículos chocan y lesionan a un peatón o a un pasaje-
preciso que las actividades del uno y del otro hayan jugado un papel activo en la ro no cabe hablar de colisión de actividades peligrosas y, en tal virtud, la víctima
producción del daño, solución ésta que nosotros hemos acogido en párrafos ante- pdede utilizar a su favor las presunciones del artículo 2356 del Código CiviF 19 .
riores (supra, T. I, 962 y ss.). No se trata, pues, de que la actividad más peligrosa
absorba a la otra, sino de determinar la incidencia causal en la producción del b)- Teorías sobre la prueba de la culpa cuando hay colisión de activi-
daño, pues nada impide que una actividad que en principio es menos peligrosa que dades peligrosas
la otra sea la única causa del daño.
Hechas estas salvedades podemos, ahora sí, pasar a examinar el caso
En conclusión, la teoría de la relatividad de las actividades peligrosas debe en que se produzca un solo daño a pesar de existir colisión de actividades peligro-
ser desechada, pues lo que interesa saber es si la peligrosidad de la actividad del sas, de las cuales una era dirigida por la víctima.
agente contribuyó a la producción del daño. Si la colisión se debió únicamente a
la peligrosidad de una de las dos actividades, el agente deberá soportar la totali-
dad del daño; más difícil es el problema de saber cómo funciona la responsabili- 219 En ese sentido, cas., 22 ago. 1945, "G. J.", t. LIX, p. 1099.
1016 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1017

1) Colisión de actividades peligrosas con una sola víctima De otro lado, en sentencia del Juzgado 11 Civil del Circuito de Medellín 224 se
aplica plenamente la teoría de la neutralización y se absuelve al demandado por
1002.- Si, a pesar de haber colisionado dos actividades peligrosas, solo no haberse probado ninguna culpa en su contra. No obstante, en un fallo del 5 de
existe una víctima, hay que discutir la incidencia que para el monto indemnizable setiembre de 1978, la Corte condena expresamente dicha teoría, modificando en
tiene la peligrosidad ejercida por el demandante y el demandado al momento de esta forma las tesis anteriores 225 .
ocurrir el daño. La incidencia de esa peligrosidad desplegada por la víctima la han
explicado en diferentes formas la doctrina y la jurisprudencia. Veamos cuáles han b) -Presunciones solo en favor de la víctima
sido los criterios sostenidos.
1004.- Esta teoría la sostiene la casi totalidad de la jurisprudencia y la doc-
a) -Teoría de la neutralización de presunciones trina francesas 226 • Ella descansa en el principio de que solo la víctima puede argu-
mentar en su favor la presunción de culpabilidad o de responsabilidad que rige
1003.- ESTA TEORÍA FUE SOSTENIDA INICIALMENTE POR PLANIOL Y RIPERT Y POR contra el agente. Por consiguiente, si solo hay una víctima, mal haría el legislador
JOSSERAND 220 . en conceder al agente una presunción en su favor y en contra del perjudicado.

Estos autores afirman que, en caso de existir dos presunciones de responsabi- "La presunción de responsabilidad creada para proteger a la víctima de acci-
lidad, se aplicaría la responsabilidad civil con culpa probada (C. C. col., art. 2341) dentes no podría ser invocada contra esta; ella no puede servir a los autores
porque, al producirse la colisión de dos presunciones, éstas se anulan entre sí y, del perjuicio para permitirles eludir sus obligaciones" 227 .
por consiguiente, la víctima debe probar la culpa de quien le causó el daño, poco
importa que haya un solo daño. Acorde con este criterio, las consecuencias que se Por su parte, el doctor ÁLVARO PÉREZ VIVES acepta plenamente este plantea-
derivan de su aplicación serán las siguientes: si en el debate probatorio ni la víc- miento:
tima ni el agente logran probar una falta en cabeza del otro, el juez debe absolver "Es preciso -dice el autor- que se hayan enfrentado dos acciones de respon-
al demandado, ya que no se le probó ninguna culpa. sabilidad. Si solo la víctima acciona, o si, no obstante el daño recíproco, una
de las partes se abstiene de acusar por cualquier causa, no habría lugar a
El doctor ÁLVARO PÉREZ VIvEs 221 parece ser partidiario de esta teoría. Sin em-
hablar de neutralización" 228 •
bargo, al desarrollar este tema se acoge a la opinión contraria, ya que la neutraliza-
ción, según él, solo se aplicaría cuando los dos agentes sean a su vez víctimas 222 .

Por su parte, la jurisprudencia colombiana ha aplicado este punto de vista. En 224 Proceso de Alberto Gutiérrez contra herederos de Francisco Bermúdez, 1979; en
sentencia de la Corte Suprema de Justicia, del16 de julio de 1945, se decide sobre el mismo sentido, Juzgado 1o Civil del Circuito de Bello, 2 nov. 1982, ordinario de
Miguel Ángel Hoyos contra Coordinadora Mercantil; en el mismo sentido, cas., 1o
la colisión de dos embarcaciones: sep 1948, "G. J.", t. LXIV, p. 265. Una curiosa decisión de la Corte, 31 ago. 1960,
sostiene que la presunción pesa contra demandante y demandado y que no pro-
"Estima la Corte que la presunción de que se habla en el artículo 2356 del C. bando alguno de ellos la causa extraña, se debe absolver; en el fondo, está apli-
C. no determina la responsabilidad en el caso de autos, porque existe una cando la neutralización. Al respecto, dice la Corte en la sentencia anotada: "Tra-
verdadera compensación de la peligrosidad de la actividad desarrollada por tándose de una actividad peligrosa tanto de parte del demandado como del actor,
no puede ponerse a cubierto de la presunción de culpa del artículo 2356 del C. C.
las dos embarcaciones que chocaron" 223 • sino aquel de los contrincantes que demuestre el caso fortuito, la intervención de
un elemento extraño, la imprudencia del otro o la ausencia de culpa; y si ninguno
de ellos logró establecer una de estas circunstancias, no podrá deducirse responsabilidad
contra ninguno" (cas., 31 ago. 1960, "G. J.", t. XCIII, p. 157).
220 Josserand, ob. cit., t. 11, núm. 550. 225 Extractos de Jurisprudencia Civi/1980, p. 99.
221 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 188 bis. 226 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 11, núm. 107; Flour y Aubert, ob. cit., núm. 755.
222 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 229. 227 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 11, núm. 1534.
223 C. S. J., "G. J.", t. LIX, p. 1062. 228 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 229.
1018 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1019

A su vez, el Tribunal Superior de Manizales, en sentencia del 19 de octubre perjuicio deberá ser reparado entre el demandante y el demandado, ya que la peli-
de 1977, aún no publicada, sostiene que: "para que haya la neutralización es nece- grosidad de las dos actividades fue la que contribuyó a causar el daño. Recuérde-
sario que se esté ante dos presunciones recíprocas de responsabilidad". se, eso sí, que no debe existir una culpa adicional de ninguna de las partes, pues
entonces el responsable de esa falta debe correr con la totalidad del daño; tampoco
Si se acepta la teoría de que la presunción de la responsabilidad solo obra en debe olvidarse que las dos actividades deben haber jugado un papel activo en la
favor de la víctima, las consecuencias serán las siguientes: producción del daño.

l. Si en el debate probatorio se demuestra una culpa adicional de cada uno El porcentaje con que deberá concurrir cada una de las partes a la indemniza-
de los causantes, la responsabilidad se graduará con base en la gravedad ción, se establecerá teniendo en cuenta la mayor o menor peligrosidad de las dos
de las culpas, haciéndose la reducción correspondiente. actividades; a mayor peligrosidad, mayor culpabilidad y, en consecuencia, mayor
responsabilidad.
2. Si se prueba una culpa exclusiva de la víctima, se destruye la presunción
que existe contra el agente y éste se exonera de toda responsabilidad. Finalmente, cabe recordar nuestra crítica a la teoría de la relatividad de las
presunciones porque, como lo vimos, nunca una presunción absorbe la otra, a
3. Si no se prueba culpa adicional del agente pero se demuestra falta no menos que haya sido causa exclusiva del daño; desde que las dos actividades
exclusiva de la víctima, también habrá lugar a la reducción, teniendo hayan causado el daño, la reducción proporcional deberá hacerse, poco importa el
como base, solamente, el grado de culpa de la víctima, por cuanto la del grado de peligrosidad de la una con relación a la otra.
agente no se probó, y no se puede graduar, puesto que solo es presunta.
Con base en nuestro punto de vista, las situaciones que pueden presentarse
4. Si en el debate probatorio ninguna de las partes demuestra culpa de la son las siguientes:
otra, la presunción tiene efecto en favor de la víctima y el demandado
tendrá que pagar la totalidad del daño sufrido por el demandante. (Ob-
l. A pesar de existir colisión de actividades peligrosas, se capta una culpa
sérvese que en la teoría de la neutralización el juez debe absolver por
adicional del demandante y del demandado: en tal situación nos regimos por el
faltar las pruebas de culpa).
artículo 2341 del C. C. y la reducción del artículo 2357 del C. C. se hará con base
en la gravedad de esas dos culpas adicionales (ejemplo: ambos conductores mane-
e) - Posición propia jaban embriagados).

1005.- En nuestro concepto, como en el artículo 2356 del C. C. no se trata 2. Existe culpa adicional únicamente en cabeza de una de las partes: en
de una presunción de responsabilidad sino de una culpa probada, no podemos caso similar, esta culpa absorbe la peligrosidad de los actores; si la culpa adicio-
hablar de que la presunción solo obre en favor de la víctima; de otro lado, siendo nal es del demandante, la sentencia deberá ser absolutoria; por el contrario, si la
la culpa presunta o probada un elemento interior a la conducta del sujeto, no ve- culpa adicional es del demandado, no habrá reducción y la indemnización deberá
mos por qué el hecho externo de concurrir dos actividades peligrosas pueda modi- ser total.
ficar elementos puramente psicológicos; si ejercer una actividad peligrosa es una
imprudencia, lo seguirá siendo, sea quien sea la víctima del daño o las actividades 3. No existe culpa adicional de ninguna de las partes: a menudo, ni el
concurrentes; por ello, seguimos considerando que lo lógico es pensar que la cul- demandante ni el demandado pueden establecer falta alguna en cabeza de la con-
pabilidad se rige por la peligrosidad de la actividad. Quien o quienes la ejerzan traparte; su única culpabilidad consiste en la peligrosidad desplegada en las
deben correr con sus consecuencias. actividades causantes del daño; no habiendo una culpa que absorba a las otras,
nos hallaremos en la situación de que el daño fue causado por la peligrosidad
De acuerdo con lo anterior, si tanto el demandante como el demandado esta- de las dos actividades. En tal caso, obra la reducción a que nos referimos ante-
ban desarrollando una actividad peligrosa y solo una de las partes sufrió daño, el riormente.
1020 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1021

Un ejemplo en el cual podremos observar con mayor claridad la solución que SENTENCIA DEL 1° DE MARZO DE 19 54
proponemos en caso de un solo daño por colisión de actividades peligrosas es el
siguiente: dos fábricas utilizan productos químicos que por sí solos no producen La Corte sostiene:
daño; al entrar en combinación, los residuos de esos elementos producen un nue-
vo elemento que destruye algún bien de uno de los propietarios; si no hay culpa "Siendo peligroso el manejo de automotores o de locomotoras, tanto la em-
adicional de uno de los causantes, no vemos por qué haya de descargarse toda la presa demandada como los dos señores Arango y el señor Gómez incurrieron
responsabilidad sobre el propietario que no sufrió daño; tan culpable es el uno simultáneamente en culpa que se demuestra previamente al ocasionarse el
como el otro; si la culpa consiste en desarrollar una actividad peligrosa, no pode- siniestro estudiado (C. C., art. 235) ( ... ), lo justo era decretar, como ahora
mos decir que en este caso solo la desarrollaba el que no sufrió perjuicio. En dispone, un 50% como reducción" 230 .
realidad, ambos cometieron culpa y, en tal virtud, el artículo 2357 del C. C. es
aplicable. Acá sobran los comentarios, pues el fallo tiene la claridad que no poseen los
que hablan de presunciones; parece que la sentencia aceptara, inclusive, nuestro
punto de vista de que el artículo 2356 del Código Civil está fundamentado en
NUESTRA OPINIÓN HA SIDO ACOGIDA POR LA JURISPRUDENCIA culpas probadas de las partes.

Nuestro punto de vista lo ha aplicado varias veces la Corte, si bien esta sigue
hablando de presunciones en contra de la víctima y del causante del daño, mien- SENTENCIA DEL 29 DE OCTUBRE DE 1979
tras nosotros consideramos que lo lógico es decir que las dos partes cometieron
una culpa probada. En este fallo, la Corte vuelve a referirse a las presunciones que pesan contra
demandante y demandado, incurriendo en la contradicción lógica de decir que la
Si se acepta que hubo presunción, entonces el principio de que ella solo obra presunción juega contra la víctima, cuando realmente, de haber una presunción,
en favor de la víctima recobraría su campo de aplicación, aspecto éste desconoci- ésta solo obraría en contra del demandado; por lo demás, la sentencia confirma
do por la Corte. En cambio, nuestra teoría permite aplicar el artículo 2357 sin nuestro punto de vista, pues exige que, no habiendo prueba de una causa extraña,
necesidad de acudir a la ficción problemática de las presunciones. la reducción del daño debe producirse porque el ejercicio mutuo de actividades
peligrosas supone culpa de ambas partes. Al respecto, dice la Corte:
Luego de esta aclaración, veamos cómo la Corte aplica la reducción par-
"Como se dejó advertido en el despacho del cargo, es indudable que se está
cial cuando a pesar de haber un solo daño, víctima y demandado han contribuido
(colisionado) a producirlo. en presencia de un caso de responsabilidad civil extracontractual por virtud
del ejercicio de una actividad considerada peligrosa, tanto por parte del
demandante como del demandado; que, por lo tanto, debe regirse a la luz del
1007.- En sentencia del11 de septiembre de 1945 consideró la Corte que si
artículo 2341, ibídem; entendiéndose que como ninguna de las partes con-
un caballista, al conducir su bestia, se enreda en una cadena y se lesiona, su in-
siguió desvanecer en su favor la presunción de culpa mediante prueba plena
demnización debe reducirse, pues también existe presunción de culpa contra él,
de caso fortuito, de la intervención de un elemento extraño, o de la culpa
por cuanto al producirse el daño también él ejercía actividad peligrosa 22 9.
exclusiva de la víctima, la obligación de reparar los perjuicios ocasionados
en el accidente no debe caer en su integridad sobre uno solo de los contrin-
Nótese que el resultado es el mismo propuesto por nosotros, con la única
cantes"231.
diferencia de que la Corte habla de presunciones de culpa de las partes, mientras
que nosotros hablamos de culpas probadas de ambos.

230 Sent., C. S. J., 1° mar. 1954, "G. J.", t. LXXVII, p. 57.


231 C. S. J., 29 oct. 1979, ordinario de Alberto Gutiérrez contra herederos de Fran-
229 Gas., 1° sep. 1945, "G. J.", t. LIX, pp. 1121-1122. cisco Bermúdez, aún no publicada.
1022 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1023

1010.- SENTENCIA DEL 17 DE JULIO DE 1985 Nótese que para la Corte la prueba de la culpa no radica en culpas adiciona-
les, sino en el hecho puro y simple de ejercer una actividad peligrosa con una
Esta misma solución fue dada de nuevo por la Corte Suprema de Justicia en bicicleta, con lo que, en el fondo, no hace más que aplicar nuestra solución.
sentencia del17 de julio de 1985.
Finalmente, obsérvese que la Corte Suprema aplica la presunción en contra
En efecto, el fallo citado se refiere a la colisión entre un pesado camión y una de la víctima, así únicamente haya existido un solo daño, con lo cual condena la
bicicleta conducida por la víctima. Al analizar las pruebas, la Corte llega a la teoría según la cual las presunciones solo se neutralizan cuando han existido da-
conclusión de que no es posible probar culpa ni en el demandante ni en el deman- ños recíprocos.
dado. En tales circunstancias, el fallo debería ser absolutorio si se aplica la teoría
de la neutralización de presunciones; o tendría que haber condenado por la totali- d) - Balance y evolución de la jurisprudencia colombiana
dad al demandado si se acepta la teoría según la cual la presunción solo opera en
favor de la víctima, así ésta también estuviese ejerciendo una actividad peligrosa. 1011.- CAOS CONCEPTUAL

Sin embargo, la Corte, partiendo del supuesto de la concurrencia de activida- En relación con este problema, la jurisprudencia colombiana ha sido caótica
no solo porque no guarda coherencia con las teorías adoptadas, sino porque la
des peligrosas considera que la presunción opera en contra del demandante y del
misma terminología que utiliza da a veces a entender que no sabe exactamente en
demandado, razón por la cual reduce el monto indemnizable.
qué consiste el problema. En realidad, al abordar un análisis de la evolución de los
fallos de la Corte y de los tribunales de segunda instancia, observamos que hay
Al respecto, la Corte expresa:
soluciones para todos los gustos, lo que nos impide precisar una línea más o me-
nos homogénea de la jurisprudencia. Y lo grave es que no se trata de períodos
"Conclusión de lo expuesto es, entonces, la de que aparece demostrada la
definidos en uno u otro sentido. Sin explicaciones, la Corte abandona su última
culpa de la víctima como concurrente con la de la demandada en la produc-
posición para retomar su opinión de décadas anteriores.
ción del daño, por la presunción emanada de conducir una bicicleta, que en
circunstancias en que se produjo el accidente tomó también la característica En efecto, hemos visto (supra, T. I, 999) que en diversas oportunidades la
de actividad peligrosa. Corte acoge en forma categórica la teoría de la relatividad de las actividades peli-
grosas, de acuerdo con la cual la actividad más peligrosa absorbe la actividad que
"Amparada pues la Corte en esta facultad discrecional que al efecto le defiere
genere menos peligros.
implícitamente el legislador, y considerando el grado de peligrosidad de la
actividad ejercida por las partes, que es mayor la de la demandada por la En otras oportunidades, la Corte acoge la teoría de la neutralización de pre-
potencialidad del peligro, no pueden, en estrictez jurídica estimarse como sunciones, según se desprende de los fallos citados y reproducidos al referirnos a
igualmente trascendentes determinantes en la producción del perjuicio cuya esta doctrina (supra, T. I, 1003).
indemnización se suplica aquí, cree que lo indicado por la equidad, es la de
que el daño sea reducido en un 30%. O sea que la aquí demandada solamente Sorprendentemente, según hemos visto (supra, T. I, 1003), la misma Corte,
debe pagar el 70% del monto de la indemnización" 232 • en fallo del 5 de septiembre de 1978, condena en forma expresa esta doctrina de la
neutralización de presunciones.
Y al graduar el monto indemnizable, la Corte redujo en un 30% la indemni-
zación a cargo del demandado. Finalmente, en no pocas oportunidades la Corte, según vimos (supra, T. I,
1006 y ss.), aplica la doctrina defendida por nosotros, según la cual así haya una
sóla víctima, aunque no se pruebe culpa adicional de ninguna de las partes, de
todas formas se debe reducir el monto indemnizable en el entendido de que tanto
232 C. S. J., cas. civ., 17 jul. 1985, "G. J.", magistrado ponente: Humberto Murcia el demandante como el demandado, contribuyeron con su actividad peligrosa a
Ballén, proceso de María del Carmen Pino Rodríguez contra Electrificadora del
Atlántico S. A. causar el daño.
1024 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1025

1012.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA que acredite uno cualquiera de los aspectos eximentes de responsabilidad a
que se ha hecho mérito" 233 .
Para que se vea el caos doctrinal de nuestra jurisprudencia en relación con el
tema que nos ocupa, analizaremos por separado las sentencias de la Corte al res- Por ninguna parte aparece la consideración fundamental de que la presunción
pecto: solo juega en favor de la víctima y solo habla de las causales de exoneración, es
decir, la fuerza mayor, el caso fortuito o la culpa de la víctima. Más adelante
argumenta el supremo tribunal, que:
1013.- SENTENCIA DE 29 DE OCTUBRE DE 1979
"No existe prueba suficiente para demostrar la culpa del demandante o del
En la primera edición de esta obra anunciábamos como teoría vigente de demandado. Ninguno, pues, precisa cómo se produjo la colisión, y cada cual,
nuestra Corte, para esa época, lo considerado en un fallo de 29 de octubre de 1979, a la vez intuye quién tuvo la culpa; el uno, supone que Bermúdez; el otro, que
que en el fondo aceptaba la doctrina por nosotros defendida según la cual, así Gutiérrez. Son simples deducciones que ellos hacen que de veras no sirvan
hubiera una sola víctima, la presunción de responsabilidad se aplicaba tanto al de sustentáculo para definir cuál de los conductores fue el causante de la
demandante como al demandado. Veamos lo esencial de dicho fallo: tragedia, y no pudiéramos dar por sentado que lo fue Bermúdez ( ... )".

Los hechos. Transitaban por la autopista sur de Medellín y en la misma direc- Sin embargo, cuando entra a dictar la sentencia de reemplazo, la Corte admi-
ción, dos automóviles, habiendo colisionado y resultando muertas varias personas te que en este caso debe aplicarse la responsabilidad civil por actividades peligro-
ocupantes de uno de los vehículos. Los herederos de las víctimas de uno de los sas del artículo 2356 del C. C. y no la responsabilidad civil directa con culpa
automotores iniciaron demanda contra los herederos del otro conductor, quien probada del artículo 2341, ibídem.
también murió; abierto el proceso, sin reconvención por parte de los demandados,
se hizo el debate probatorio y se profirió fallo de primera instancia en el Juzgado Pero la Corte sostiene que, como la presunción de responsabilidad opera tan-
11 Civil del Circuito de Medellín. Consideró el juez de primera instancia que era to en favor del demandante como del demandado, debe aplicarse el artículo 2357
procedente aplicar la teoría de la neutralización, ya que existía colisión de dos del C. C. (reducción por culpa de la víctima). Dice la Corte:
actividades peligrosas y no existiendo prueba de culpa, procedió a absolver a los
"Como se dejó advertido en el despacho del cargo, es indudable que se está
demandados. Tramitada la segunda instancia, el Tribunal Superior de Medellín,
en presencia de un caso de responsabilidad civil extracontractual por virtud
en sentencia del21 de agosto de 1978, aún no publicada, consideró que el deman-
del ejercicio de una actividad considerada peligrosa, tanto por parte del de-
dado era responsable por los daños causados, basándose en elementos probatorios
mandado como del demandante; que, por lo tanto, debe regirse a la luz del
que permitían demostrar la culpabilidad del demandado; esta decisión del Tribu-
artículo 2356 del C. C., y no por la normativa del2341, ibídem; entendiéndo-
nal no tiene en cuenta la discusión sobre las presunciones de culpabilidad, ya que
se que como ninguna de las partes consiguió desvanecer en su favor la pre-
encuentra material probatorio sobre la culpa del demandado y, en consecuencia,
sunción de culpa mediante prueba plena de caso fortuito, de la intervención
se falla con base en la responsabilidad directa con culpa probada.
de un elemento extraño, o de la culpa exclusiva de la víctima, la obligación
de reparar los perjuicios ocasionados en el accidente no debe caer en su inte-
Sometido el proceso al recurso de casación, consideró la Corte que, aun en el
gridad sobre uno solo de los contrincantes".
caso de colisión de dos actividades peligrosas, era aplicable la presunción de que
habla el artículo 2356 del C. C. (responsabilidad por actividades peligrosas). Dice
En consecuencia, la Corte no aplica la teoría de la neutralización de culpas,
la Corte:
tal como lo hace el juzgado de primera instancia; ni aplica la teoría según la cual
"No importa que el accidente generador del perjuicio se hubiere producido
durante el ejercicio de actividades peligrosas tanto por parte del demandado
como del demandante, puesto que, de todos modos, como lo ha entendido la 233 C. S. J., 29 oct. 1979, ord. Álvaro Gutiérrez contra herederos de Francisco Bermúdez,
jurisprudencia, no puede ponerse a salvo de la presunción de culpa, sino aquel aún no publicada.
1026 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1027

la presunción de culpa solo obra en favor de la víctima. Más adelante veremos que Al respecto, la Corte afirma:
la teoría de la repartición del daño es aceptada cuando tanto el demandante como
"Los dos conductores ejercían actividad peligrosa, la presunción de culpabi-
el demandado, han sufrido perjuicios y demandan la reparación. No aparece, pues,
lidad en principio obraba sobre cada uno de ellos; pues el choque pudo haber
una hilvanación ni doctrinaria ni lógica, en esta sentencia de la Corte.
ocurrido por la imprudencia, negligencia o descuido de ambos o por la culpa
de uno solo. La circunstancia de no haber alegado los demandados concu-
Pero lo que más llama la atención en la sentencia comentada es que,
rrencia de culpas y la prueba documental traída al proceso por el demandan-
partiendo de la base de la reducción, el juzgador gradúa el porcentaje de respon-
te, recogida en el propio lugar de los acontecimientos, descarta la responsa-
sabilidad considerando que hubo mayor imprudencia por parte del demandado.
bilidad del demandante y esclarece por completo quien fue el causante del
Dice la Corte:
accidente: el conductor de la buseta ( ... )Luis Alberto Ceballos" 234 •

"La reducción se hace en ese porcentaje teniendo en cuenta que es posible Pero, adicionalmente, la Corte, en el fallo que se comenta, acepta en forma
deducir mayor imprudencia en el comportamiento del conductor del jeep, expresa que la presunción se aplica tanto al demandante como al demandado cuando
que lo era precisamente Bermúdez, en razón de que el automóvil que condu- ambos ejercían una actividad peligrosa, pese a que solo exista una víctima.
cía Gutiérrez recibió el golpe en la parte de atrás, a su lado derecho, habiendo
sido desalojado de su posición varios metros, con graves destrozos, circuns- Al respecto, la Corte afirma:
tancias que a lo menos son indicativas de que el jeep, que fue a dar al río
Medellín, era llevado a excesiva velocidad, lo que dificultó su conversión "Está probado, pues, que los dos vehículos se encontraban en movimiento
oportuna hacia la derecha". cuando ocurrió el choque. Por tanto, la presunción de culpabilidad que recae
sobre quien procede en ejercicio de actividad peligrosa no puede aplicarse a
Si la Corte encuentra que la reducción se hace "teniendo en cuenta que es uno solo de los conductores, ni se destruye por el hecho de hallarse en iguales
posible deducir mayor imprudencia en el comportamiento del conductor del jeep circunstancias, sino que, en principio, es aplicable a los dos, pues como la
[el demandado]", no entendemos por qué manifiesta, con anterioridad, la inexis- Corte ha dicho "no rige exclusivamente para la parte demandada sino que se
tencia de pruebas que permitan fijar la culpabilidad del agente o de la víctima. Si presume en ambas partes la culpa". (LIX, p. 1062)" 235 •
al momento de graduar la responsabilidad se pensara en una mayor imprudencia
Esta sentencia, como se ve, acepta la teoría defendida por nosotros según la
por parte del demandado, estaríamos ante una reducción por culpa probada de
cual, en ausencia de culpas adicionales y así haya una sola víctima, la responsabi-
ambos o ante una condenación a la totalidad por culpa del demandado.
lidad por actividades peligrosas se aplica tanto al demandante como al demanda-
do y procede, por tanto, una reducción del monto indemnizable.
Si, además, se hubiese probado una culpa no exclusiva de la víctima, también
se habría podido reducir la responsabilidad sin importar la no demostración de
culpa en cabeza del demandado. 1015.- SENTENCIA DEL 17 DE JULIO DE 1985

En fallo de la anotada fecha, cuyos apartes principales ya han sido reproduci-


SENTENCIA DEL 3 DE AGOSTO DE 1983 dos (supra, T. 1, 1010), la Corte reitera la posición anterior en el sentido de aplicar
la presunción contra el demandante y el demandado cuando, no probándose una
El fallo de la fecha citada, que nosotros compartimos por completo en cuanto culpa adicional, hay colisión de actividades peligrosas con una sola víctima. En el
al tema que nos ocupa, contiene dos apreciaciones importantes.

En primer lugar, la Corte, al considerar que la culpa del demandado se halla 234 C. S. J., cas. civ., 3 ago. 1983, magistrado ponente: José María Esguerra Samper,
probada, prescinde de las presunciones contra el demandante y contra el deman- proceso de Roberto Hernando Peña contra César Soto y otros.
dado. Solución lógica, pues el problema de las presunciones recíprocas no existe 235 C. S. J., cas. civ., 3 ago. 1983, magistrado ponente: José María Esguerra Samper,
cuando se logra probar una culpa adicional de cualquiera de las partes. proceso de Roberto Hernando Peña contra César Soto y otros.
1028 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1029

caso sub judice se trataba de la colisión entre un pesado camión y una bicicleta. 1017.- SENTENCIA DEL 12 DE ABRIL DE 1991
No habiéndose probado la culpa adicional de ninguna de las partes, la Corte con-
sideró que la víctima, con su bicicleta, era copartícipe en un 30% de la causación En decisión de esta fecha, la Corte 237 retoma, literalmente hablando, la mis-
del daño. ma argumentación del fallo comentado en el número anterior, con lo que pareciera
establecerse, en forma definitiva aunque confusa, la teoría de la neutralización de
SENTENCIA DEL 25 DE FEBRERO DE 1987 presunciones.

Pero la sindéresis de los fallos anteriores se rompe abrupta y perjudicialmente 1018.- SENTENCIA DEL 25 DE OCTUBRE DE 1994
en un fallo de la Corte del 25 de febrero de 1987.
Pero el aparente sendero homogéneo asumido por la Corte en los dos fallos
En efecto, en pocas líneas la Corte introduce un gran desorden conceptual, anteriores, se rompe de nuevo en una sentencia del 25 de octubre de 1994.
pues mezcla la teoría de las presunciones recíprocas con la teoría de la neutraliza- En efecto, en dicha sentencia, la Corte incluye un considerando que se presta
ción de presunciones.
a varias interpretaciones.
En efecto, en la primera frase del párrafo correspondiente, la Corte afirma Dice al respecto:
que como tanto la víctima como el demandante conducían vehículos al momento
de la ocurrencia del daño, se presume que ambos causaron el daño en forma culposa. "Ahora bien, si corrientemente corresponde a quien la imputa demostrar la
Pareciera, pues, que se acoge la teoría de las presunciones recíprocas o la teoría culpa, en virtud de ciertas actividades que por su propia naturaleza se consi-
defendida por nosotros. Sin embargo, a renglón seguido, la Corte borra de un deran peligrosas se exige una peculiar diligencia en quien las ejecuta, la ley
plumazo el concepto anterior al afirmar que cuando ello sucede (colisión de acti- presume que si con una actividad de esta índole se causa un daño, lo ha sido
vidades peligrosas), la víctima queda obligada a probar la culpa del demandado, por culpa del autor. En estas circunstancias, la persona perjudicada no tiene
lo que en el fondo significa la aplicación de la teoría de la neutralización de pre- la carga de probar la culpa. Esa es, para este caso, la materia a que el artículo
sunciones a la que ya nos hemos referido. 2356 del C. C. se contrae. En tales hipótesis el autor del daño es quien, para
liberarse de su responsabilidad, tiene la carta de probar el hecho extraño o la
Al respecto, la Corte expresa: culpa exclusiva de la víctima. Cuando el daño se dice que ha sido causado
por actividades peligrosas de las dos partes, es necesario determinar la de
"Como ambos automotores se hallaban transitando, ambas partes están bajo cuál parte es prevalente o si la de una parte absorbe por decirlo así, la culpa
la presunción de culpa que determina el ejercicio de actividades peligrosas menor, pues si fue la del autor del daño la prevalente o mayor, asume plena-
frente al daño causado. Siendo esto así, se hallan demandantes y demandado mente la responsabilidad menor, mientras que si lo fue exclusivamente de la
en idénticas condiciones, es decir, ambos fueron causados por culpa del daño víctima, lógicamente se libera el autor, y si fue por la culpa de las dos partes
sufrido mientras no se demuestre otra cosa. Dicho de otra manera, se vuelve habrá que regular, según la intensidad de sus culpas, la responsabilidad del
a la situación inicial o sea, que quien pretende indemnización debe demostrar autor ya para compensar los efectos de las culpas, ora para disminuir su res-
los cuatro elementos dichos, incluyendo el subjetivo o culpa. Es más, puede ponsabilidad. Desde luego son las pruebas las que deben servir para la justa
graduarse la culpa con que hayan dado lugar al accidente, caso en el cual, si solución" 238 .
la proporción culposa fue la misma, se daría la compensación frente a la
indemnización o la reducción para uno si su grado de culpa fue menor, tal
como lo prevé el artículo 2357 del C. C." 236 •
237 C. S. J., cas. civ., 21 abr. 1991, radicado 1876, magistrado ponente: Ospina Botero,
proceso ordinario de Isabel Cristina Rico y otros contra áscar Enrique Quiñonez y
otros.
238 C. S. J., cas. civ., 25 oct. 1994, expediente 3000, magistrado ponente: Eduardo
236 C. S. J., cas. civ., 25 feb. 1987, "G. J.", magistrado ponente: José Alejandro Bonivento García Sarmiento, proceso de Rito Antonio Avila López y otros contra José Liborio
Fernández, proceso ordinario de Lisandro Sánchez contra Daría Maya Botero. Mejía Gil y otros.
1030 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1031

U na primera interpretación del párrafo transcrito podría consistir en que la SENTENCIA DE 22 DE FEBRERO DE 1995
Corte acepta de nuevo la doctrina de la relatividad de las actividades peligrosas
a la cual ya nos hemos referido (supra, T. I, 999). Sin embargo, como hemos En esta sentencia la Corte aplica la presunción por actividades peligrosas al
dicho en el fondo lo que la Corte quiere manifestar es que para que el problema propietario de una caseta de peaje contra la cual había chocado un automotor.
de la colisión de actividades peligrosas se presente, es indispensable que todas
las actividades que colisionaron hayan jugado un papel activo en la producción En efecto, la Corte, convertida en tribunal de instancia, consideró que el de-
del daño. mandado era responsable por actividades peligrosas pese a que también la víctima
estaba conduciendo un automotor, actividad peligrosa por excelencia.
Una segunda interpretación permitiría pensar que para la Corte, si se prueban
culpas adicionales al mero ejercicio de la actividad peligrosa, se deja de aplicar el En este asunto salvamos el voto, pues para esa época hacíamos parte de la
artículo 2356 del Código Civil, en cuyo caso lo aplicable es la responsabilidad Sala Civil de la Corte.
con culpa probada del artículo 2341 del Código Civil.
Nuestro salvamento contenía dos discrepancias de fondo: a la primera ya nos
hemos referido (supra, T. I, 958); la segunda objeción consistía en que, converti-
Por otro lado, la Corte no entra al fondo del problema de la colisión de acti-
da la Corte en Tribunal de instancia, lo lógico era que tuviera en cuenta, en uno u
vidades peligrosas, pues al analizar las pruebas da por probada la culpa del de-
otro sentido, el problema de la colisión de actividades peligrosas. Sin embargo, el
mandado, razón por la cual lo condena al pago de la totalidad del daño sufrido por
la víctima. fallo ignoró completamente el asunto y condenó por la totalidad de la indemniza-
ción del demandado, lo que en el fondo constituye una desaprobación de la teoría
de la neutralización de presunciones y el acogimiento tácito de la teoría según la
Sin embargo, más adelante, el fallo en comento trae un párrafo que daría a cual la presunción solo opera en favor de la víctima.
pensar que la Corte condena la teoría anterior de la neutralización de presunciones
y en su lugar acoge la tesis según la cual la presunción de responsabilidad solo
favorece a la víctima y no a los dos, pues se afirma en dicho párrafo que como el 1020.- CoNCLUSióN

demandado no probó la causa extraña, la presunción del artículo 2356 del Código
Civil en su contra, sigue en pie. Dice la Corte: Como conclusión de este análisis de la jurisprudencia podemos afirmar que
nuestros tribunales aún no han elaborado un derrotero cierto en uno u otro sentido,
"De las mencionadas pruebas individual y conjuntamente apreciadas, no se con el agravante de que en las consideraciones de los fallos no se hace una adecua-
advierte que el daño fuera también por culpa de las víctimas, ni que provenga da argumentación que justifique y explique la adopción de una determinada solu-
de fuerza mayor, caso fortuito o cualquier otra causa o condición eximente o ción y el rechazo de las otras. ¡El problema, pues, permanece intacto!
atenuante de la responsabilidad de los demandados. Luego no hay lugar a
disminuir la responsabilidad de estos, puesto que no desvirtuaron la presun- 2) Colisión de actividades peligrosas con dos víctimas
ción que por ley existe en su contra" 239 .
1021.- En la situación anterior nos encontrábamos frente al supuesto en
A la Corte le habría bastado afirmar que como la culpa del demandado estaba que solo se produce un daño a pesar de que, tanto el demandante como el de-
probada, el problema de la colisión no tenía cabida en el asunto sub judice. Sin mandado, ejercían una actividad peligrosa; quédanos por resolver el problema
embargo, prefirió continuar aplicando la presunción en contra del demandado y que surge cuando, de la colisión de actividades peligrosas, tanto el demandante
no del demandante, pese a que solo existió un daño. como el demandado han sufrido perjuicio; ante tal supuesto, ¿cuál solución es la
aplicable?

Además de las precisiones hechas anteriormente, debemos recalcar que el


239 Ibídem.
problema solo se presenta cuando el demandado reconviene, pues, de lo contrario,
1032 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1033

a pesar de existir dos daños reales, desde el punto de vista de ese proceso concreto De otro lado, la jurisprudencia ha aplicado esta doctrina pero sin una consis-
solo existe el perjuicio del demandante; hablamos, pues, de dos víctimas cuando tencia que permita decir que es un criterio más o menos decantado por los jue-
además de la demanda existe la reconvención por causa del daño recíproco 240 • ces; Así, el Tribunal Superior de Manizales, en sentencia de octubre 19 de 1977,
manifiesta lo siguiente:
Hecha esta aclaración, digamos que para resolver el problema se han pro-
puesto varias teorías, entre las cuales vuelve a aparecer la de la neutralización de "Empero, cuando existe una colisión de actividades peligrosas no es posible
las presunciones; además, surge de nuevo el concepto según el cual la presunción mantener la vigencia de la aludida presunción, porque es lógico que al pre-
solo tiene efecto en favor de la víctima; otra tesis es la ya estudiada sobre la sentarse en favor y en contra de cada uno de los promotores del daño ella se
relatividad de las actividades peligrosas, denominada también teoría mixta; existe neutralice, lo que ocurre siempre y cuando medien las siguientes circunstan-
asimismo la teoría de la repartición de la responsabilidad entre los agentes que cias: en primer lugar, que haya una equivalencia en la peligrosidad de las
causaron y recibieron daños por colisión; finalmente, expondremos nuestro crite- actividades. En segundo lugar, que se esté ante dos pretensiones recíprocas
rio al respecto. de responsabilidad. Y en tercer lugar, que el daño provenga de ambas activi-
dades y no de una sola.
a)- Teoría de la neutralización de presunciones
"Neutralizada la presunción de culpa, la cuestión tiene que ser examinada
acudiendo al artículo 2341 ib., para determinar el grado de culpabilidad de
1022.- Para esta teoría, la presunción de responsabilidad se neutraliza cuando
cada uno de los causantes del daño y, de este modo, precisar la responsabili-
exista colisión de actividades y siempre y cuando los agentes sean, a su vez, víc-
dad que les quepa".
timas del mismo hecho y demanden reparación del daño sufrido.
La consecuencia principal de esta teoría consiste en que, en caso de no resul-
En estos casos se aplicaría no ya la presunción de responsabilidad consa-
tar culpa probada a través del proceso, debe existir sentencia absolutoria para las
grada en el artículo 2356 del Código Civil, sino que sería necesario aplicar los
dos partes, ya que ninguna logró probar culpa de la otra ni se le probó culpa
principios de la responsabilidad directa con culpa probada establecida en el ar-
propia. Cada una corre con las consecuencias del daño sufrido.
tículo 2341, ibídem. La doctrina y la jurisprudencia colombianas han aceptado
en parte esta teoría, la cual se halla completamente en desuso en la doctrina y la
jurisprudencia extranjeras 241 • En efecto, el doctor ÁLVARO PÉREZ VIvEs manifiesta b)- Teoría de las presunciones recíprocas
que:
1023.- Para algunos doctrinantes, la teoría de la neutralización no está acorde
"En nuestro derecho, por razones que más adelante expondremos, cuando con la lógica que orienta la presunción de responsabilidad; es necesario seguir
dos presunciones de igual grado se contraponen, tienden a neutralizarse, de aplicando el principio según el cual la presunción de responsabilidad solo obra en
modo que hay que acudir al artículo 2341 del C. C. para dilucidar el grado de favor de la víctima. Para ellos, a pesar de que es uno solo el choque que produce
responsabilidad de cada adversario y, de este modo, graduar su responsabili- dos daños, lo cierto es que son dos las acciones que de esos daños se generan; cada
dad( ... ). Nuestra tesis de la neutralización tiene su principal aplicación en el uno de los agentes será víctima frente al otro y, en tal virtud, solo él tendrá dere-
caso de los perjuicios recíprocos" 242 . cho a invocar la presunción de responsabilidad. Dicen los tratadistas MAZEAUD-
TuNc-CHABAS:

"Sin duda, cuando el automóvil y la bicicleta se encuentran, no hay sino un


240 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 229. choque; pero un choque hecho justamente de la colisión de dos actividades
241 Rechazan la teoría de la neutralización: Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. contrarias. Hay, en todo caso, dos daños que nacen del mismo choque. Hay,
cit., núm. 640; Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núms. 1536 y ss.; la aceptan
actualmente Flour y Aubert, ob. cit., núm. 755; antiguamente fue aceptada por pues, no una acción única, sino dos acciones distintas, la una intentada por el
Planiol y Ripert, ob. cit., t. VI, núm. 621; Josserand, ob. cit., t. 11, núm. 550. automovilista contra el ciclista, la otra del ciclista contra el automovilista; en
242 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núms. 229 y 230. cada una juega una presunción de responsabilidad y solo una; en cada una no
1034 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1035

hay más que una víctima y solo una, un autor del daño y solo uno. Permitir a 3. No se prueba culpa de ninguna de las partes. Si durante el proceso nin-
este último invocar contra la víctima una presunción de responsabilidad, se- guna de las partes logra demostrar la culpa de la otra, tendremos, entonces, que
ría, pues, violar al principio en los términos del cual, una tal presunción no cada una paga a la contraparte la totalidad de los daños sufridos.
puede alcanzar sino al autor del daño" 243 •
e)- Teoría de la relatividad de las actividades peligrosas. (Teoría
En el mismo sentido se manifiesta la doctrina belga. Así, RoGER DALCQ ma-
nifiesta que,
mixta)

"Puesto que el demandado no puede probar la existencia de una culpa en Esta teoría sostiene que si dos actividades peligrosas contienen el
cabeza de la víctima, cada una debe ser tenida en cuenta para reparar la tota- mismo rango de peligrosidad, se anulan las presunciones de responsabilidad que
lidad del perjuicio que el hecho de su actividad ha causado al otro. No podría pesan contra los agentes de dichas actividades. De aquí se deduce que una cosa
tener lugar la repartición de responsabilidad" 244 . que ha sido considerada como peligrosa puede dejar de serlo si colisiona con otra
actividad que se considera de mucho mayor peligro. Como dice JossERAND, "la
Se deduce, pues, de esta teoría, que hay dos víctimas con dos acciones distin- responsabilidad parece como un edificio de varios pisos" 245 •
tas y que, en consecuencia, si no hay culpa probada en el proceso, cada una debe
reparar el daño sufrido por la otra. Esta teoría no tiene mayor aceptación dentro de la doctrina y la juris-
prudencia si se tiene en cuenta la imposibilidad práctica de establecer los
De la aplicación de esta teoría se desprenden las siguientes consecuencias. grados de peligrosidad de una actividad en relación con las otras. Por ejemplo, si
colisionan una tractomula y una motocicleta que explota a causa de la gasolina
l. Si en el debate probatorio se demuestra la culpabilidad de las dos partes, utilizada, cabría la dificultad de determinar si el daño se debe a la peligrosidad
se gradúa la responsabilidad de cada una en la realización del hecho, de tal forma surgida del tamaño del camión o a la proveniente del material utilizado por la
que se cubrirían los daños de acuerdo con la reducción que le quepa a las víctimas
motocicleta.
por su grado de culpabilidad; por ejemplo: si cada uno de los vehículos sufrió
daño por valor de $ 30.000.00, y en el supuesto de que puedan deducirse dos La doctrina colombiana acoge en parte este criterio. PÉREZ VIVES concreta la
tercios de culpabilidad de una de las partes y un tercio de culpabilidad a cargo de teoría de la neutralización haciendo esa salvedad. Dice:
la otra, la primera deberá correr con $ 20.000.00 de su daño, equivalente a dos
tercios de $ 30.000.00; los otros $ 10.000.00 deberá cancelarlos la contraparte. "Desde luego, para que el principio enunciado sea aplicado [la neutraliza-
Ahora bien, considerada la reparación respecto del otro demandante, tenemos que ción], es preciso que la presunción tenga un mismo grado, es decir, que la
éste asume la tercera parte de su daño y tendrá derecho a reclamar$ 20.000.00, . sea eqmva
culpa a cargo de cada uno de los adversanos . 1ent e"246 .
equivalente a las dos terceras partes de$ 30.000.00, valor de su propio daño.
Por otra parte, la Corte Suprema de Justicia, en sentencia del 30 de abril de
2. Se prueba culpa de una sola parte. En este caso se soluciona así el pro- 1976, manifiesta lo siguiente:
blema: suponiendo que se demuestra la culpa de A y no se demuestra la culpa de
B, A pagará el perjuicio de B y soporta parte del propio según la gravedad de la "Con estrictez jurídica no puede afirmarse que la conducción de ganado por
culpa probada; B paga reducido el daño de A y recibe de éste la totalidad del daño una carretera pública entraña siempre y absolutamente una actividad peligro-
propio. sa; lo es quizá frente a los peatones que transitan la vía y a las cosas que en
ella o en sus alrededores se encuentren, tanto más si la recua la integran

243 Mazeaud-Tunc-Chabas, Tratado ... , t. 11, núm. 1536; en el mismo sentido, Jacques
Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 640; Alex Weill y Frangois Terré, ob. cit.,
núm. 748. 245 Citado por Roger Dalcq, Traité ... , t. 11, núm. 2327.
244 Roger Dalcq, Traíté ... , t. 11, núm. 2327. 246 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., núm. 229.
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1037
1036 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

Para poder explicar nuestro punto de vista, en primer lugar es necesario re-
animales ariscos y bravíos; pero si el rebaño está formado por ganado manso
cordar que para que el problema se presente debe haber existido actividad generatriz
y de dócil manejo, su trasporte no es actividad peligrosa, en relación con los
del daño por parte de las dos víctimas, ya que si solo una jugó un papel activo, la
vehículos que corren por el mismo carnino" 247 •
otra no puede considerarse corno causante de perjuicio alguno; de otro lado, se
requiere que no haya culpa adicional de ninguno de los dos contendientes, ya que
d) - Teoría de la repartición entre las dos partes si así fuera, esa culpa adicional absorbería la de la peligrosidad y sería, en conse-
cuencia, causa única del perjuicio.
1025.- Otra tesis sostiene que en los casos en que no se pueda probar una
culpa en cabeza de ninguno de los dos presuntos responsables, las partes concurri- Hechas estas aclaraciones digamos que, si existe colisión de dos actividades
rán a la formación de una masa en la que se sumaría el valor de los daños sufridos peligrosas que produce daños recíprocos, la solución es la misma que se presenta
por ambas partes. cuando ha existido perjuicio recíproco en la responsabilidad directa con culpa
probada del artículo 2341 del Código Civil. En efecto, si colisionan dos vehícu-
Esta teoría ha tenido un relativo éxito en la doctrina y la jurisprudencia. Así, los, hay dos víctimas, las que, a su vez, son culpables del daño causado a otro; así
HENRI MAZEAUD aceptaba este punto de vista y decía que la repartición se hacía las cosas, entre las dos partes deberán indemnizar el daño sufrido por cada una de
por mitad luego de hacer una masa de perjuicios 248 . ellas; por ejemplo, el daño de A vale$ 100.00 y el daño de B vale$ 50.00; p~rtie~­
do de la hipótesis de que las dos actividades revisten igual grado de pehgr~s~­
El decano RENÉ SAvA TIER es quien mayor énfasis hace en esta teoría, pero dad, A soportaría$ 50.00 de su propio perjuicio e indemnizaría$ 25.00 del perJUI-
para él, en estos casos, la repartición ya no se hace sobre la idea de culpa sino cio de B; a la inversa, B soportaría$ 25.00 de su propio perjuicio e indemnizaría
sobre la del vínculo de causalidad. Manifiesta el autor: $ 50.00 del perjuicio de A.

"Se tendrá en cuenta, a la vez, la masa y la velocidad de los dos móviles, de


Esta teoría, además de ser la más lógica, corrige las iniquidades que po-
su equilibrio más o menos estable, de su facilidad de dirección, en fin, de los
drían surgir de la teoría de la neutralización y de la teoría de las presunciones
vicios que, ignorados por el guardián, podrían volver a uno de los dos parti-
recíprocas; en realidad, no vemos por qué se anule el artícul~ 2356 del.C~~igo
cularmente peligroso" 249 .
Civil por el hecho de existir una colisión; no solo es injusto smo que es llopco;
los factores externos de la víctima no tienen por qué eliminar los elementos
e)- Posición propia subjetivos de la culpa del agente; la teoría de la neutralización llevaría al absur-
do de que el demandado, para no ser víctima de la presunción, inv?c~ría un daño
1026.- La mayor parte de las teorías anteriores funcionan fundamentadas ínfimo para, en esta forma, invertir la carga de la prueba, perJudicando a la
en que la responsabilidad civil por el hecho de las cosas o por actividades peligro- víctima de un perjuicio mayor; en cambio nuestro criterio permite que la vícti-
sas reposa en una presunción, bien sea de responsabilidad, bien sea de culpabi- ma pueda utilizar a su favor la ventaja probatoria que le concede el artículo
lidad; para nosotros, por el contrario, la responsabilidad civil por actividades pe- 2356 del Código Civil.
ligrosas está fundamentada en una culpa probada, consistente en someter a los
demás al peligro de cierta actividad que se despliega; de ahí que la carga de la De otro lado, la teoría de las presunciones recíprocas está fundamentada en
prueba y la repartición del daño entre víctimas recíprocas deba conducir a resulta- una presunción que tiende a proteger equitativamente a la víctima de un daño; sin
do diferentes a los hasta aquí propuestos. embargo, esa aparente dosis de equidad desaparece cuando, v.gr., el dueño de un
taxi envejecido tiene que pagar una suma millonaria al dueño de un automotor
particular de gran valor, quien solo paga una suma ínfima al taxista; además, si el
daño de cada uno es causado por las dos actividades y nos hallamos no frente a
247 Jurisprudencia y Doctrina, t. V, núm. 54, jun. 1976, p. 302.
248 Citado por Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , núm. 1536, nota 1.
una presunción sino frente a una culpa probada, no vemos por qué el uno t~nga
que pagar la totalidad del perjuicio del otro; más aún, se le puede hacer la misma
249 René Savatier, t. 11, núm. 509.
1038 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1039

crítica que se le formuló a la teoría de la neutralización, respecto a que no hay SECCIÓN IX.- La resvo¡nsCJWU:záG~á
razón para que factores externos sean los que modifiquen la situación subjetiva de peligrosas en algunos casos especiales
la culpa.
1027.- En algunos casos, es evidente que la causa del daño tiene origen en
Finalmente, cabe resaltar que la teoría que más se aproxima a nuestro punto el éjercicio físico de una actividad peligrosa y, en tal virtud, pareciera lógico
de vista es la propuesta por RENÉ SA vATIER, quien considera que en tales casos aplicar la presunción prevista en el artículo 2356 del C. C. Sin embargo, la natu-
debe formarse una masa de los daños sufridos por las partes y la repartición se raleza de las cosas o la voluntad misma del legislador impiden tal solución. De
haría con base en la intensidad causaF50 • otro lado, en algunos eventos el legislador no se ha contentado con el principio
general del artículo 2356 del C. C. y, en su lugar, ha establecido regímenes espe-
Sin embargo, dos diferencias encontraríamos en relación con esta tesis. La ciales que obligan a darle un tratamiento jurídico diferente a aquél principio gene-
primera se refiere a que SAvATIER justifica la teoría de la responsabilidad por el ral aquí comentado.
hecho de las cosas en el riesgo, mientras que nosotros la seguimos haciendo repo-
Así las cosas, abordaremos a continuación los siguientes temas:
sar en la culpa; en segundo lugar, para nosotros la forma de repartición no sería la
intensidad causal sino la mayor o menor peligrosidad de las actividades; la activi-
La responsabilidad por actividades peligrosas no se aplica en materia con-
dad de una de las partes puede ser mucho más peligrosa que la de la otra, a pesar
tractual (subsec. I); las actividades peligrosas, y los accidentes de trabajo y las
de que la intensidad causal sea mucho menor; a veces, a mayor intensidad causal,
enfermedades profesionales (subsec. II); las actividades peligrosas y la responsa-
mayor peligrosidad, pero esto no siempre es así; por eso creemos que mientras
bilidad médica y hospitalaria (subsec. III); las actividades peligrosas y su aplica-
más peligrosa sea la actividad, más grave se debe considerar la culpabilidad del
ción a los medios de transporte (subsec. IV); las actividades peligrosas y los me-
agente; el criterio de peligrosidad deberá servir para aplicar el artículo 2357 del
dios de comunicación (subsec. V); las actividades peligrosas en la informática
Código Civil. Con perjuicio recíproco o unilateral, la culpa será más grave mien-
(subsec. VI); las actividades peligrosas y las perturbaciones de vecindario (subsec.
tras más peligrosa sea la actividad que lo generó.
VII); las actividades peligrosas y la actividad deportiva (subsec. VIII); las activi-
dades peligrosas en la responsabilidad del Estado (subsec. IX).
En el tema del perjuicio recíproco también podemos invocar el ejemplo de
las dos fábricas cuyos residuos químicos entran en contacto; anteriormente, nos
referimos al perjuicio unilateral producido por la combustión de gases provenien- SuBSECCióN 1.- La re~¡po,ns:abJllldlad
por actividades
tes de dos industrias; en este caso, por el contrario, la hipotética combustión daña- no se en materia contractual
ría a las dos factorías; sería ilógico que el daño superior del uno deba ser absorbi-
do por el otro, cuando, en realidad, los dos contribuyeron a causarlo por partes
iguales. 1028.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Cuando el daño causado por una actividad peligrosa es consecuencia de la


La orientación de la jurisprudencia colombiana no ha sido clara en los fallos
inejecución de una obligación contractual, la víctima no puede argumentar la res-
que hemos podido analizar; sin embargo, creemos que la posición lógica es la de
ponsabilidad por actividades peligrosas, aunque sea ella misma o el deudor con-
considerar viable la teoría propuesta por nosotros, puesto que si la Corte acepta la
tractual quien utiliza la actividad con la que se generó el daño y por medio de la
reducción parcial cuando hay colisión con un solo daño (supra, T. I, 1007), con
cual se cumplía el contrato 251 .
mucha mayor razón se hace aplicable el mismo criterio tratándose de la misma
colisión con daños recíprocos. Al formarse la masa de perjuicios no se hace más
que aceptar que cada uno paga, reducido, el daño del otro.
251 En este sentido, cas., 13 mayo 1942, "G. J.", t. Llll, p. 248; cas., 24 jun. 1942, "G.
J.", t. Llll, p. 656. En doctrina, veánse: Boris Starck, Droit civil. Obligatíons, núm.
2224; Marty et Raynaud, ob. cit., núm. 1496; Philippe le Torneau, ob. cit., núm.
250 René Savatier, Traité ... , núm. 509. 1132; Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1290; critican la evolución doc-
1040 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1041

En efecto, el artículo 2356 del C. C. que regula la responsabilidad por activi- el artículo 1604 del C. C. Entonces, si se trata de responsabilidad contractual
dades peligrosas está en un capítulo en el que solo se regula la responsabilidad que implique el propio tiempo del ejercicio de actividad pelig~~sa, la ~xone­
extracontractual y por este motivo dicha norma no se puede aplicar en materia de ración de la carga de probar la culpa depende no de la presuncwn prevista en
contratos. Así, pues, como el demandante no puede acumular la responsabilidad el artículo 2356 del C. C., sino de que la obligación allí asumida sea de re-
contractual y extracontractual, podemos concluir parcialmente que cuando hay un sultado, tal como lo dispone el artículo 1604 ibídem, que es norma de regu-
contrato de por medio, el acreedor perjudicado por el incumplimiento del contrato lación específica para el contrato, y de cuya interpretación cabal se deduce
no puede utilizar la responsabilidad por actividades peligrosas contra su deudor que cuando la obligación es de medio sigue gravitando sobre el demandante
contractual, ya que esa es una institución de la responsabilidad aquiliana, así el la carga de probar la culpa del demandado" 252 •
daño se produzca con una actividad peligrosa del deudor demandado.
1030.- PRECISIÓN

1029.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA


Pero, pese a que no se aplique la teoría de las actividades pel.igrosas ~la
responsabilidad contractual, debe tenerse cuidado ?~r~ no confundu los da~~s
Un fallo de la Corte, del19 de abril de 1993, es categórico y acertado en ese
sufridos por la inejecución del contrato con los perJUICIOS causados con ocaswn
sentido. En efecto, pese a la existencia de un contrato de transporte, un pasajero
del contrato mismo 253 . En los perjuicios causados en este último caso no hay un
lesionado demandó al transportador alegando que el transporte es una actividad
vínculo causal entre el daño y la obligación, de donde puede deducirse que en
peligrosa y que, en consecuencia, se debía aplicar la presunción de responsabili-
dad del artículo 2356 del Código Civil. tales casos la responsabilidad es aquiliana. Si con ocasión de un contrato (no por
el incumplimiento del mismo) el deudor o sus dependientes causan un daño al
acreedor por medio de una actividad peligrosa, la víctima po/drá utilizar la res~on­
"Es pertinente reiterar que, siendo diferentes y estando tratadas de modo di-
sabilidad por actividades de tal índole consagrada en el articulo 2356; por eJem-
verso la culpa contractual y la aquilina, no se puede demandar conjuntamente
plo, si una persona va a un supermercado y mientras escoge la mercancía es atro-
la responsabilidad que la una y la otra producen, aspecto que viene a determi-
pellada por un vehículo de esa empresa, la respons.abilidad se~~ extracontractual
nar que, cuando se invoca la primera y el incumplimiento prestacional tenga
lugar en el ejercicio de una actividad peligrosa, no se puede echar mano a la por actividades peligrosas, ya que el daño se prodUJO con ?~aswn d~l contrato de
compraventa. En cambio, si el daño se genera con una actividad peligrosa que .~a
producción de culpa que consagra el artículo 2356 del C. C., porque siendo
sido utilizada en la ejecución del contrato (ejecución defectuosa), la responsabili-
esta norma reguladora de la responsabilidad aquiliana ninguna cabida tiene
dad del artículo 2356 no podrá ser invocada, ya que las partes han convenido
ella frente a los compromisos gobernados por el contrato previo de las partes.
someterse a la responsabilidad contractual. Por ejemplo, si en cumplimiento de un
Si la obligación es de medio allí se debe probar la culpa del deudor o autor
del daño, mientras que si es de resultado ella se presume, de conformidad con contrato de transporte, el transportador causa daños a las mercancía~ tran~porta:
das, la responsabilidad del transportador frente al remitente o el desti~a~ano se~a
contractual, a pesar de que el medio utilizado sea en sí mismo una actividad peh-

(cont. nota 251) trinal en este sentido: Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 740 y
expresa algunas reservas Savatier, Traité ... , t. 11, núm. 379.
En sentido contrario: Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 745; Josserand, 252 c. s. J., cas. civ., 19 abr. 1993, magistrado ponente: P~dro Lafont Pianetta, proce-
citado por Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 742; cas., 19 abr. so de Jorge lván Velásquez Montoya contra Pedro Leon Mesa y otros.
1979 (Jurisprudencia y Doctrina, t. VIII, núm. 9°, p. 431 ), en donde se sostiene que 253 Se incurre en esta confusión en: cas., 13 sep 1957, "G. J.", t. LXXXVI, p. 306 Y
el transporte es una actividad peligrosa, razón por la cual se presume la culpa del cas., 16 feb. 1959, "G. J.", t. XC, p. 242. Sobre esta dis~inción pue?e ~~rse e~ la
transportador que incumple su contrato; olvida el fallo que la culpa del transporta- jurisprudencia francesa, cas., 28 abr. 1981, Revue Trimestnel/e de Dro1t CIVIl, Janvter-
dor se presume es debido a la obligación de resultado que contrae y no a los Mars, 1981, pp. 144 y ss. (observaciones y cita de G. Durry). Este fallo hablad~ la
medios empleados; en la acción personal extracontractual de los herederos sí se responsabilidad aquiliana por el hecho de las cosas. Respecto a que en un hosp_¡t~l
aplica el artículo 2356 del C. C.; en la personal del pasajero o hereditaria contrac- en donde un paciente se enredó en un tapiz cuando estaba en una consulta medi-
tual de sus familiares, solo se aplican las normas del Código de Comercio (arts. ca, afirma la Corte, en buen derecho, que la responsabilidad e~, aquiliana Y no
992 y SS.). contractual, pues el daño no se derivó del contrato sino con ocas10n de este.
i 042 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1043

grosa. Más adelante (infra, T. I, 1047 y ss.) veremos el especial tratamiento que A continuación veremos cómo opera la carga de la prueba de la culpa en
en ese sentido se le debe dar a la responsabilidad contractual de los médicos y aquellos casos en que existe un contrato de por medio y éste se ejecuta mediante
hospitales. el ejercicio de una actividad peligrosa.

Ahora bien, establecido que en estos casos se da una responsabilidad con-


tractual, la carga de la prueba de la culpa es necesario determinarla de acuerdo con 1°) RESPONSABILIDAD CUANDO LA ACTIVIDAD PELIGROSA ARRENDADA

la naturaleza de las obligaciones contractuales de medio o de resultado. HA CAUSADO DAÑO AL ARRENDATARIO (ALQUILER DE VEHÍCULOS)

En efecto, como puede pensarse que la no utilización del artículo 2356 cuan- Puede suceder que una persona arriende a otra una actividad peligrosa para
do hay de por medio un contrato perjudica a la víctima desde el punto de vista que ésta se beneficie de ella, como sería el caso de la empresa dedicada al alquiler
probatorio, es preciso advertir que si la obligación contractual es de resultado, la de vehículos, caso en el cual el manejo inmediato de la actividad corresponde al
carga de la prueba es idéntica a la que se presenta en la responsabilidad por acti- arrendatario. Si en el uso de la actividad el arrendatario sufre un perjuicio causado
vidades peligrosas, pues el demandado solo se libera, en ambos casos, mediante la por la cosa arrendada, la responsabilidad será contractual, de acuerdo con el artícu-
prueba de una causa extraña; pero si se trata de una obligación contractual de lo 1982 del Código Civil. Aceptándose dicha calidad contractual, deberá determi-
medio, la situación cambia, pues la víctima no podrá presumir la culpa del deu- narse la procedencia del daño para saber si el arrendador es o no responsable.
dor254. Dos ejemplos ilustran lo que venimos diciendo: el transportador responde
ante los peatones por el artículo 2356 y ante los pasajeros por la responsabilidad En efecto, si el daño del arrendatario surge de un vicio de la cosa arrendada,
contractual consagrada en el artículo 992 del Código de Comercio; ante el prime- el arrendador será responsable, ya que, de acuerdo con el artículo 1982 del Código
ro se considera que estaba ejerciendo una actividad peligrosa, en tanto que frente Civil, éste es obligado con respecto a la cosa arrendada "a mantenerla en estado de
al segundo no importan los instrumentos utilizados sino el hecho de que la obliga- servir para el fin a que ha sido arrendada"; pero, si el arrendatario conocía el vicio
ción contractual es de resultado: transportar al pasajero sano y salvo al lugar con- de la cosa, y aun así aceptó utilizarla, cesará la responsabilidad del arrendador 257 ,
venido255. En los anteriores casos solo exonera la causa extraña. pues la culpa del arrendatario absorbe la causalidad de la del arrendador.

En cambio, según veremos (infra, T. I, 1055), en la responsabilidad con- En conclusión, y tomando un ejemplo, si Pedro, como arrendador, arrienda a
tractual del médico por un acto defectuoso realizado con un instrumento peligro- Juan un vehículo y el motor explota, la responsabilidad de Pedro será contractual
so, se deberá probar la culpa de éste, aunque su obligación se cumpla por medio siempre y cuando Juan demuestre el vicio interno que generó la explosión; si
de una actividad peligrosa (rayos X, etc.), pues se trata de una obligación de me- Pedro demuestra que Juan conocía el vicio y a pesar de ello lo utilizó, cesará su
dio en la que el deudor solo se obliga a desplegar determinada conducta tendiente responsabilidad.
a obtener un resultado 256 ; en cambio si el médico causa un daño no al paciente sino
a un tercero con los instrumentos que utiliza en sus funciones, su responsabilidad Por el contrario, si el daño del arrendatario surge no de un vicio interno sino
será extracontractual o aquiliana por actividades peligrosas, pues en este caso el por la simple utilización que haga de la cosa, ninguna responsabilidad surge para
daño no se produce al paciente (acreedor contractual) durante la ejecución del el arrendador, salvo que se pruebe su culpa. Por ejemplo, si el arrendatario de un
contrato. automotor sufre un volcamiento, en el cual no incidió para nada la estructura del
vehículo, el arrendador no podrá ser responsable en forma objetiva, contractual ni
extracontractualmente, ya que hay de por medio una obligación contractual y la
254 P.hilip~e le Tourneau, ob. cit., núm. i 132; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. acumulación de acciones está prohibida. Inclusive los terceros que resulten perju-
c1t., nums. 743 y 744. dicados deberán demandar al arrendatario, que es el guardián de la actividad.
255 La acción personal de los herederos o de terceros sí se rige por el art. 2356 del C.
C.; la hereditaria contractual, por el Código de Comercio. lnfra, núm. i 87.
256 El estado de necesidad impide que cualquier proceso contractual o extracontractual
contra el médico presuma su culpa por lesiones al paciente, aunque sean terceros 257 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1405; Jacques Ghestin, Genevieve
extraños a la víctima, quienes demanden. ' Viney, ob. cit., núms. 748 y ss.
1044 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1045

1032.- 2°) DAÑO CAUSADO POR LA ACTIVIDAD PELIGROSA AL COMPRADOR En otro orden de ideas, la jurisprudencia ha creado una obligación de seguri-
DE ELLA dad o de advertencias o de reseña de acuerdo con la cual, aun en ausencia de vicio,
el vendedor en ciertos casos debe manifestar al comprador los peligros que ofrece
Puede ocurrir que la actividad peligrosa haya sido adquirida por alguien que la cosa vendida y a veces, enseñarle a manejarla. Esa obligación que pesa sobre el
con su uso sufre un daño. Supongamos que Juan compra un vehículo y el primer veddedor es de medio y, en tal virtud, el comprador no puede presumir la culpa
día que lo utiliza sufre un accidente que le causa lesiones personales a él y a un del demandado que no instruyó adecuadamente a su cliente 259 • Si, por ejemplo, un
tercero, a quien en principio le debe responder en virtud del artículo 2356, pues nuevo sistema de motores de automóvil exige una mayor cantidad de agua a la
ejercía en el momento del daño una actividad peligrosa. ¿Podrá Juan reclamar al normalmente utilizada por los vehículos corrientes, el vendedor que no haga esta
vendedor del vehículo sus propios perjuicios y los pagados al tercero invocando el advertencia al comprador deberá responder de todos los perjuicios que el compra-
artículo 2356 del Código Civil, teniendo en cuenta que el daño fue producido por dor llegue a sufrir por tal omisión.
una actividad peligrosa que le acababa de ser remitida por el vendedor? No. Por
una parte, el vendedor no tenía el poder intelectual de dirección y control de la Pasando a otro punto, pero siempre en relación con las obligaciones del ven-
actividad peligrosa; por la otra, la ley no le permite que, existiendo un contrato de dedor, digamos que el fabricante responde extracontractualmente frente a terceros
por medio, pueda acumular u optar por la acción extracontractual; en consecuen- distintos de su comprador inmediato, que solo tiene la acción contractual. Esos
cia, su acción será contractual. terceros lógicamente deben probar que el daño se debió a un defecto que tenía la
cosa en el momento en que el fabricante la puso en circulación. En tales circuns-
Esa responsabilidad contractual, al igual que en el caso del arrendatario, no tancias, tanto el comprador de la cosa como su fabricante responderán por activi-
se compromete por la simple existencia del daño, pues el vendedor, de acuerdo dades peligrosas. En efecto, el comprador era el guardián del comportamiento y el
con los artículos 1918 del Código Civil y 934 del Código de Comercio, solo res- fabricante era guardián de la estructura y, en consecuencia, el simple hecho de
ponde por los vicios redhibitorios de la cosa vendida. Mientras no haya de por poner en circulación un producto defectuoso lo hace presuntamente responsable
medio un vicio redhibitorio no habrá responsabilidad del vendedor 258 . Pero si el frente al tercero perjudicado. En consecuencia, la víctima no tendrá que probar la
vicio era conocido por el vendedor y guarda silencio o si debía conocerlo en razón culpa del fabricante ni la del dueño de la cosa260 . Ahora, cuando el dañ~ derivado
de su oficio, deberá indemnizar no solo lo relacionado con la rebaja del precio o la del producto defectuoso puesto en circulación por el fabricante es sufndo por un
resolución del contrato, sino también los perjuicios causados a otros bienes del subadquirente del mismo, la víctima podrá inclusive demandar por vía contrac-
comprador, o lo que él ha debido pagar a los terceros víctimas de la actividad tual al fabricante pues se entiende que el adquirente inicial le transmitió a la víc-
peligrosa (cosa); en cambio, si el vendedor no conocía los vicios ni debía conocer- tima la cosa defectuosa con todos sus accesorios, entre los cuales se entiende
los en razón de su oficio, no tendrá que pagar más allá de la rebaja del precio o incluida la garantía de buena calidad (supra, T. I, 117) 261 .
someterse a la resolución del contrato (C. C., art. 1918).
262
Si el comprador conocía el vicio de la cosa y a pesar de ello decidió utilizarla, 1033.- 3°) DAÑO SUFRIDO POR EL COMODATARIO DE LA ACTIVIDAD PELIGROSA
su indemnización se verá reducida, pues el vendedor podrá argumentar la culpa de
Cuando el dueño de una actividad peligrosa la presta gratuitamente a un ter-
la víctima.
cero, el daño sufrido por éste en uso de ella solo será de naturaleza contractual; al
En materia comercial se aplican los mismos principios, pues así lo establece
el artículo 934 del Código de Comercio; de otro lado, creemos que la compraventa
y construcción de inmuebles recién terminados está sometida a la garantía decenal
259 Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. i i 19; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob.
del artículo 2060 del Código Civil (infra, T. I, 1354 y ss.). cit., núms. 500 y ss.
260 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1406, parte final; "La responsabilité
des fabricants et distributeurs", en V. Ca/foque, Paris, Economica, 1975, p. 121 Y
SS.
258 En la venta de inmuebles recién terminados, la norma aplicable es el art. 2060 del 261 En este sentido Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 750. En materia
C. C. y la garantía será de diez años; en este caso se presume la culpa del empre- de ventas de inmuebles, infra, núm. 272.
sario de la construcción. lnfra, núms. 1225 y ss. 262 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1178.
1046 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS i 04 7

igual que en la venta y en el arrendamiento, el tenedor de la actividad tenía el Finalmente, conviene recordar que si el daño se produce antes que el trans-
poder de dirección y control de ella. Asimismo, esa responsabilidad del comodante portador se haga cargo del pasajero (C. de Co., art. 1003) o después que ha termi-
exige que a éste se le demuestre la existencia de un defecto en la cosa prestada al nado el transporte, la responsabilidad será la prevista en el artículo 2356 si el daño
momento de serie remitida al comodatario y que hubo negligencia del comodante, se causó con una actividad peligrosa (un vehículo o una corriente eléctrica, etc.).
bien sea en la existencia del defecto, bien sea por no revisar adecuadamente la
cosa antes de entregarla al comodatario.
1035.- 5°) DAÑO CAUSADO CON LOS INSTRUMENTOS DEL DEUDOR CONTRAC-
En efecto, el artículo 2227 del Código Civil establece que el comodante res- TUAL A UN BIEN DEL ACREEDOR DISTINTO AL OBJETO DEL CONTRATO
ponde si al momento de realizarse el contrato conocía la mala calidad de la cosa y
no lo manifestó al comodatario. En el número anterior analizamos el daño causado por una actividad peligro-
sa al objeto o persona sobre la cual debía recaer la ejecución del contrato. En
1034.- 4°) DAÑO CAUSADO POR LA ACTIVIDAD PELIGROSA QUE SIRVE DE
efecto, la obligación del deudor es la de transportar a las personas o las cosas
INSTRUMENTO PARA LA EJECUCIÓN DE UN CONTRATO (RESPONSABILIDAD
sanas y salvas; por ello el daño causado a esas personas o mercancías debe regirse
DEL TRANSPORTADOR)
por la responsabilidad contractual; en cambio, si en la ejecución del contrato (háyase
cumplido o no) se le causa un daño a otros bienes del pasajero o al dueño de la
Muchas veces el deudor contractual debe utilizar una actividad peligrosa para mercancía, con el mismo vehículo transportador o con cualquiera otra actividad
efectos de cumplir su obligación; tal, por ejemplo, en el contrato de transporte. Al peligrosa, este acreedor contractual podrá invocar la responsabilidad contempla-
igual que en los casos anteriores, la responsabilidad será contractual, basada en da en el artículo 2356, pues el daño no recayó sobre el objeto del contrato de
una obligación de resultado 263 . De allí que la víctima (pasajero) quede en las mismas transporte. En el caso extremo de que el transportador estrelle su automotor con-
condiciones probatorias que pudiera esgrimir en la responsabilidad del artículo tra la casa del pasajero, que, ya subido en el vehículo, sufre una lesión a causa del
2356 del Código Civil; así lo dispone el artículo 992 del Código de Comercio, que choque, la víctima cobrará sus lesiones personales por vía contractual, y los daños
exige la prueba de una causa extraña como factor liberatorio del transportador; de de su casa podrían ser demandados extracontractualmente por la vía del artículo
acuerdo con el artículo 1006 del Código de Comercio, los familiares del pasajero 2356 del Código Civil, es decir, por actividades peligrosas.
tienen la acción hereditaria contractual y la acción personal extracontractual que
se rige por el Código Civil; la acción hereditaria no se beneficia del artículo 2356
6°) DAÑO CAUSADO POR UNA ACTIVIDAD PELIGROSA DEL DEUDOR A UN
del Código Civil; en cambio, la acción personal de los herederos, sí.
BIEN DEL ACREEDOR DE UNA OBLIGACIÓN DE MEDIO

La explicación de que el transportador se libere únicamente con la prueba de


una causa extraña radica en la obligación de transportar las personas sanas y sal- Las obligaciones contractuales, como ya lo hemos dicho, no hacen depender
vas al lugar convenido; de otro lado, el vicio interno del vehículo utilizado no su carga probatoria de los medios empleados para cumplirlas sino de la naturaleza
libera al transportador, ya que no hay fuerza mayor ni caso fortuito, pues el vicio misma de la obligación (de medio o de resultado); por eso decimos que, mirada
interno es imputable a la esfera jurídica del deudor y bien sabemos que la causa desde el punto de vista de saber a qué se obliga el deudor, la culpa se presume o se
extraña exige que el fenómeno causante del daño sea externo jurídicamente al prueba; acorde con esto, el deudor contractual de resultado solo se libera por la
agente o al deudor 264 (infra, T. II, 46 y ss.). causa extraña, en tanto que en la obligación de medio la naturaleza de la obliga-
ción no permite que se presuma la responsabilidad.

En las obligaciones contractuales de resultado, cuya inejecución causó


263 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. i i 78; René Rodiere, Oroit des transports, un daño por medio de una actividad peligrosa del deudor, no hay desventaja
núms. 533 y 534; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 743.
para la víctima que no puede invocar el artículo 2356 del Código Civil; tal el
264 Sobre este punto véanse: Josserand, citado por Savatier, Traité ... , t. 1, núm. 388;
Savatier, Traité ... , t. 1, núms. 387 y 388; Rodiere, Droit des transports, núms. 533 caso del contrato de transporte, en el cual la obligación de seguridad que pe-
y 534; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 744; Planiol y Ripert, ob. sa contra el transportador lo deja en las mismas condiciones previstas en el artícu-
cit., t. VI, núm. 390. lo 2356.
1048 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1049

1037.- No SE PUEDE CONFUNDIR LA TEORÍA DE LOS RIESGOS EN MATERIA 1038.- TEORÍA DE LOS RIESGOS (CONTRACTUAL) Y TEORÍA DEL RIESGO CREADO
CONTRACTUAL Y LAS ACTIVIDADES RIESGOSAS EN MATERIA (EXTRACONTRACTUAL) EN MATERIA BANCARIA
EXTRACONTRACTUAL
Todavía en relación con este mismo asunto conviene advertir la confusión de
Para concluir lo relativo a las relaciones entre las actividades peligrosas o la doctrina y la jurisprudencia en materia bancaria por el pago de cheques falsos.
riesgosas y la responsabilidad contractual, debemos hacer énfasis en cuanto a una
confusa y reiterada opinión de autores y tribunales según la cual, cuando el con- En efecto, en un fallo del24 de octubre de 1994, la Corte Suprema de Justi-
trato supone una actividad riesgosa, el deudor se presume responsable. Por ello a cia, al referirse a la responsabilidad de un banco por el pago de un cheque falso,
veces se afirma que los transportadores asumen una obligación de resultado por- expresa:
que su actividad es peligrosa; igualmente, se afirma que la responsabilidad con-
tractual de los bancos es objetiva porque la actividad bancaria es riesgosa. "En otros términos, conviene insistir una vez más en que el citado artículo
1391 del Código de Comercio establece quién debe correr con los riesgos de
Sin embargo, tal planteamiento es erróneo. En efecto, fuera de los casos que los cheques falsificados, riesgo impuesto por la ley a las entidades financie-
venimos de analizar, tenemos que concluir que la peligrosidad de la actividad ras quienes, dado el volumen de transacciones que realizan, compensan las
desplegada por el deudor contractual es lo que muchas veces hace que su obliga- pérdidas que los cheques falsificados pueden causar, regla esta que, de acuer-
ción sea de medio y no de resultado. do con las disposiciones recién aludidas, tiene como obvia excepción que la
culpa de los hechos recaiga en el cuentacorrentista o en sus dependientes,
En ese sentido es elocuente la responsabilidad del transportador aéreo. En factores o representantes.
efecto, cuando la aviación no había sido suficientemente desarrollada era muy
insegura, razón por la cual la ley y la jurisprudencia fundaban la responsabilidad "El sistema legal, pues, no ofrece dificultad ninguna para su cabal entendi-
en la culpa y no en la teoría de las actividades peligrosas, pues se afirmaba que el miento, siempre y cuando se tengan presentes precisos derroteros de doctrina
transportador no tenía la posibilidad de controlar todos los riesgos del aire y que, trazados por la jurisprudencia, aún bajo la vigencia de la Ley 46 de 1923 (cfr.
en consecuencia, siendo aleatoria la obtención del resultado, la obligación debería "G. J.", t. CLII, pp. 526 y ss.). En efecto, según esta línea de pensamiento
ser de medios. que hoy en día encuentra visible reflejo en el artículo 1391 del Código de
Comercio, se estima que el ejercicio de la banca de depósito se equipara
Pero cuando la aviación se desarrolló al nivel que hoy en día posee, los ries- fundamentalmente al de una empresa comercial que, masivamente, atrae a sí
gos del aire disminuyeron ostensiblemente razón por la cual el álea de incumpli- y asume los riegos inherentes a la organización y ejecución del servicio de
miento prácticamente desapareció y, en consecuencia, la obligación del transpor- caja, luego es precisamente en virtud de este principio de la responsabilidad
tador se volvió de resultado. Es decir, a mayor áleas o riesgo de incumplir, menor de empresa, cuyos rasgos objetivos no pueden pasar desapercibidos, que el
responsabilidad y a menor áleas o riesgo de incumplir, mayor responsabilidad. El establecimiento bancario asumiendo una prestación táctica de garantía, res-
vendedor tiene mayor posibilidad de cumplir y por ello su obligación es de resul- ponde por el pago de cheques objeto de falsificación, ello en el entendido, se
tado. Este mismo argumento es el que hace que la responsabilidad contractual de repite, que es inherente a la circulación y uso de títulos bancarios de esta
los médicos se base en una obligación de medios. En efecto, en la medida en que índole el peligro de falsificación y el costo económico de tener que pagarlos
el acto quirúrgico es eminentemente riesgoso y aleatorio, el médico no está en se compensa sin duda con el lucro que para los bancos reporta el cúmulo de
capacidad de controlar ese riesgo y, por tanto, su obligación será de medio y no de operaciones que en este ámbito llevan a cabo. Pero, asimismo, no deben per-
resultado. El día en que el acto quirúrgico deje de ser riesgoso o aleatorio, la derse de vista otros postulados acogidos sin reparo para atemperar el rigor de
obligación del médico será de resultado y no de medio. esta doctrina, habida cuenta que en cuanto ella hace pesar sobre el banco en
su calidad de librado, el riesgo de "falsificación" a base de imputarle res-
Paradójicamente, pues, en materia extracontractual, la creación del riesgo ponsabilidad objetiva, lo cierto es que esta responsabilidad puede moderarse,
genera una presunción de responsabilidad; en cambio, en materia contractual, el e incluso quedar eliminada si corre culpa imputable al titular de la cuenta
riesgo de no poder cumplir puede tornar la obligación en de medios. corriente, lo cual significa, como lo dejara sentando la Corte, que " ... como la
1050 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1051

medida de la responsabilidad de un banco por el pago de un cheque falso no te al trabajador, caso en el cual la responsabilidad será contractuaF67 ; otros 268 , por
se detiene en la culpa sino que alcanza el riesgo creado, no el lleno de las el contrario, sostienen que en los accidentes de trabajo la responsabilidad es
precauciones habituales, sino que es preciso probar algún género de culpa en extracontractual, ya que el daño no surge de la inejecución del contrato de trabajo,
el titular de la cuenta para que el banco quede libre( ... )" ("G. J.", núm. 1943, sino con ocasión de la ejecución del mismo. Nosotros, en las primeras ediciones
p. 73.)"265. 1
de esta obra nos plegamos a la teoría de la responsabilidad extracontractual. Sin
embargo, ante la claridad del texto legal, pensamos que la teoría correcta es la de
Es decir, para Garrigues y para la Corte, los-bancos, en materia contractual, la responsabilidad contractual, pues, en forma expresa, el Código Sustantivo del
deben responder objetivamente porque su actividad es riesgosa. Es allí donde ra- Trabajo impone al patrono una obligación contractual de seguridad en favor de los
dica su equivocación. trabajadores. Queda por ver si esa obligación de seguridad es de medio o de resul-
tado. La solución está consagrada en forma expresa en la ley laboral.
En efecto, cuando el cuentacorrentista deposita sus dineros en el banco, éste
se hace dueño de dichos dineros por tratarse del depósito de cosa de género. Así "En ese sentido, el Decreto 1295 de 1994 que contiene los principios de la
las cosas, el banco asume el riesgo de la pérdida de la cosa que se debe. Es decir, legislación colombiana sobre accidentes de trabajo establece una responsabilidad
la plata se la roban al banco y no al cliente. Ahora, si la pérdida de la plata se objetiva en contra de la administradora de riesgos profesionales; este beneficio
origina en la culpa del cliente, se produce una compensación de deudas, lo que probatorio tiene como contrapartida una limitación en el monto indemnizable;
termina por liberar al banco de su obligación de reintegrar al cliente el valor del pero la ley laboral prescribe que en este caso la víctima tiene derecho a la indem-
cheque falsificado. nización plena de manos del patrono si prueba la culpa de este último, según se
desprende del artículo 216, del Código Sustantivo del Trabajo.
Pero esa asunción de riesgos en materia contractual es absolutamente distinta
de la responsabilidad extracontractual por el riesgo creado. Frente a sus clientes, Esta solución aparece indiscutible cuando es el trabajador mismo el que de-
la responsabilidad es contractual porque el banco asume los riesgos de la pérdida manda al patrono o cuando lo hacen sus herederos en favor de la sucesión. En
de un dinero que es suyo. Luego, no es porque la actividad bancaria sea riesgosa cambio, no es tan clara cuando esos herederos o cualquiera otro tercero perjudica-
que el banco responde contractualmente frente a su cliente. Es porque su obliga- do demandan, no a título hereditario sino a título personal. (Sobre la diferencia
ción es de resultado. Para ello no se tiene en cuenta la mayor o menor peligrosidad entre las dos acciones véase supra, T. I, 141 y ss.). Veamos por separado ambas
de la actividad bancaria. hipótesis.

1040.- 1°) ACCIÓN HEREDITARIA TRANSMITIDA POR EL TRABAJADOR FALLECIDO

SuBsEccióN 11.- Las Cuando el trabajador se lesiona o enferma y pretende una acción por indem-
los accidentes de y nización plena por accidente de trabajo o por enfermedad profesional, su acción
es contractual pues el patrón tiene para con él una obligación contractual de segu-
1039.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
ridad. Ahora, si el trabajador fallece como consecuencia del accidente o por una
enfermedad profesional, con culpa probada del patrono, la acción contra éste será,
Se ha discutido si en los accidentes de trabajo la responsabilidad que surge según hemos dicho (supra, T. I, 141), hereditaria contractual.
para el patrono es de orden contractual o extracontractual. Algunos 266 sostienen
que en tal situación el patrono tiene una obligación contractual de seguridad fren- En esa acción, la culpa del patrón deberá ser probada si el daño no es causado
por una actividad peligrosa. Y si es causada por el mismo trabajador que ejercía

265 C. S. J., cas. civ., 24 oct. 1994, expediente 4311, magistrado ponente: Carlos
Esteban Jaramillo Schloss, proceso ordinario de Sociedad Comercializadora El Esfuerzo 267 En este sentido, cas. lab., 16 feb. 1959, "G. J.", t. XC, p. 242.
S. A. contra Banco del Estado.
268 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1404; Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11,
266 André Tune, citado por Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núm. 1404. núm. 189 d).
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1053
1052 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

una actividad peligrosa del patrón durante su trabajo, también seguiremos en pre- vidad peligrosa, podrán perfectamente utilizar el beneficio probatorio previsto en
sencia de un régimen de responsabilidad con culpa probada. el artículo 2356, pues ellos no están ligados por el contrato de trabajo y la legisla-
ción laboral solo estableció la restricción probatoria con respecto a la indemniza-
Menos clara es la solución cuando el daño es imputable a un compañero de ción plena que se le debe al trabajador 270 . Si éste muere, la incapacidad y gastos
trabajo que manipulaba la actividad peligrosa del patrón, como cuando un con- médicos en que él incurre desde el momento del accidente hasta la muerte deberán
ductor de la empresa lesiona a un compañero de trabajo con el vehículo. cubrirse de acuerdo con la ley laboral; lo que los familiares o cualquier otro terce-
ro dejan de percibir después de la muerte del obrero podrá cobrarse con base en el
Si se aplica literalmente el artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo es artículo 2356 del Código CiviF71 •
innegable que también en este caso el demandante de la acción contractual tendrá
que probar la culpa del patrón. Finalmente, cabe decir que los daños causados por una actividad peli-
grosa del patrono a los bienes que el trabajador posee en la empresa por virtud de
Sin embargo, el doctor ÁLv ARO PÉREZ VIVES 269 considera que en este último su oficio, se rigen por el artículo 2356, puesto que el daño no proviene de un
caso no hay razón válida para que no se aplique el régimen de responsabilidad accidente ni se deriva de la ejecución del contrato, sino que surge con ocasión de
presunta por actividades peligrosas. éste.

En nuestro concepto, esta solución propuesta por PÉREZ VIVES es válida en lo 1042.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA Y LA CARGA DE LA PRUEBA
que se refiere a la carga de la prueba de la culpa, pero merece alguna corrección EN LA RESPONSABILIDAD POR ACCIDENTES DE TRABAJO.
conceptual. En efecto, tratándose de una acción en responsabilidad contractual, la DERROTERO GENERAL
teoría de las actividades peligrosas no es aplicable, según ya lo hemos explicado
(supra, T. I, 1028). Pero así sea una responsabilidad contractual, la presunción de Como derrotero general podemos decir que la Corte Suprema de Justicia ha
responsabilidad del patrono debiera presumirse pese a la literalidad del artículo interpretado el artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo en el sentido de
216 del Código Sustantivo del Trabajo. Los medios utilizados por el patrono ha- que en la indemnización plena por accidentes de trabajo, el asalariado o sus here-
cen que la obligación de seguridad de éste se convierta en una obligación de resul- deros deben demostrar la culpa del patrono para poder comprometer la responsa-
tado. Esa sería una interpretación equitativa de dicha disposición. bilidad de éste 272 • Sin embargo, conviene hacer algunas observaciones con respec-
to a la posición de la Corte.
En conclusión, creemos que cuando se ejerce la acción contractual propia del
trabajador, así sea por vía hereditaria, si la actividad peligrosa causante del acci-
dente de trabajo era manipulada por la víctima, la culpa del patrono debe ser
270 En el derecho francés ni siquiera la acción personal extracontractual de los familia-
probada. En cambio, cuando la actividad peligrosa causante del accidente era manipu- res permite la responsabilidad por el hecho de las cosas. En este sentido, René
lada por un compañero de trabajo o por el patrono, el demandante, sea el trabaja- Savatier, Traité ... , t. 11, núm. 541. De igual modo, en el derecho colombiano la
dor o sus herederos, no tiene que probar la culpa del patrono y éste tendrá que Corte Suprema de Justicia ignora la distinción entre las dos acciones y exige culpa
probada, aun tratándose de la acción personal de los herederos. Gas. lab., 13 sep
probar una causa extraña para poderse liberar de responsabilidad.
1957, "G. J.", t. LXXXVI, p. 306.
271 Sobre diferencia entre acción hereditaria y acción personal puede verse Álvaro
2°) ACCIÓN PERSONAL DE LOS FAMILIARES O DE TERCEROS Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núms. 231 y ss. También Arturo Alessandri Rodríguez,
ob. cit., p. 471, núm. 389; infra y nuestro artículo sobre las acciones en el contrato
de transporte, en Revista Facultad de Derecho, U. P. B., primer trimestre, 1981,
Cuando los familiares del trabajador o un tercero sufran un perjuicio perso- núm. 52, p. 117.
nal derivado del accidente de trabajo acaecido al trabajador por causa de una acti- 272 En este sentido: Sala de Neg. Gen., sent., 8 nov. 1964, "G. J.", t. LVIII, p. 741; 24
mar. 1945, "G. J.", t. LVIII, p. 836; cas., 4 dic. 1945, "G. J.", t. LIX, p. 820; C. S. J.,
27 jul. 1945, "G. J.", t. LIX, pp. 1075 y ss.; sent., 30 abr. 1946, "G. J.", t. LX, p. 407;
20 mayo 1949, "G. J.", t. LXVI, p. 79; cas., 28 mar. 1953, "G. J.", t. LXXIV, p. 433;
14 nov. 1962, "G. J.", t. C, p. 556, y 14 jul. 1964, "G. J.", t. CVIII, p. 414.
269 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., ibídem.
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a) El argumento de fondo que utiliza la Corte en la mayoría de los casos ción de la norma. En cambio, la situación es discutible cuando esa culpa es come-
sometidos a su juicio consiste en que quien utiliza directamente la actividad peli- tida, no por el patrono, sino por compañeros de trabajo de igual o de superior
grosa no puede beneficiarse con la presunción del artículo 2356 del Código Ci- jerarquía que la víctima. Se discute si esa culpa del compañero de trabajo, especie
viF73. Esta posición es errónea, por cuanto ya vimos que en algunos casos quien dealargamiento de la conducta del patrono, es suficiente para aplicar la indem-
utiliza directamente la actividad peligrosa puede beneficiarse con la presunción nización plena por accidentes de trabajo.
que pesa contra el guardián de aquella (supra, T. I, 924).
Si se concluye que en tales circunstancias la culpa del compañero de trabajo
b) Esporádicamente, la Corte ha considerado que el artículo 216 del Códi- no se considera como la culpa del patrono, se llegaría a la conclusión absurda de
go Sustantivo del Trabajo está fundamentado en una presunción de culpa; sin que el artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo solo es aplicable a aquellos
embargo, para hacer tal afirmación no acude a la responsabilidad por actividades casos residuales en los que el patrono, físicamente, dirige las actividades del tra-
peligrosas de que habla el artículo 2356 del Código Civil sino al artículo 1604 del bajador. Es decir, las personas jurídicas nunca comprometerían su responsabili-
mismo código, que obliga a probar la diligencia y cuidado de quien ha debido dad plena, pues ellas nunca cometen culpas, psíquicamente hablando. Igual cosa
emplearlos 274 . puede afirmarse de las grandes empresas de propiedad de una persona natural que,
por sus ocupaciones, nada tiene que ver físicamente con el desenvolvimiento de la
e) En algunas ocasiones, la Corte ha manifestado expresamente que la res- empresa.
ponsabilidad del artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo es de tipo con-
tractual, por cuyo motivo el patrono tiene una obligación de seguridad frente al LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA
trabajador275 .
En relación con este problema, la Corte Suprema de Justicia ha proferido
d) Corroborando el punto anterior, la Corte Suprema no distingue la natu- varias providencias en las cuales advierte que la culpa del piloto de una aeronave
raleza de las acciones incoadas. Convendría que nuestro máximo tribunal tuviera no genera derecho a indemnización plena por muerte o lesiones de los otros miembros
en cuenta que cuando los herederos demandan en tal condición, solo pueden pre- de la tripulación, ya que esa culpa del piloto no es una culpa del patrono. Desde
tender la indemnización del daño causado al trabajador; en cambio, cuando actúan luego, esos argumentos serían válidos para cualquiera otra actividad laboral.
como terceros perjudicados, solo pueden cobrar el perjuicio propio que ellos ha-
yan recibido. En uno y otro caso deberán someterse a las reglas de cada tipo de En ese sentido, en una sentencia del28 de octubre de 1994, la sala laboral de
responsabilidad. la Corte Suprema de Justicia, expresó lo siguiente:

"Ningún defecto técnico advierte la Corte en el cargo que estudia, pues, con-
1043.- LA CULPA PROBADA DE LOS COMPAÑEROS DE TRABAJO ES CONSIDERADA,
trariamente a lo que afirma la réplica, la recurrente plantea la interpretación
A VECES, COMO LA CULPA PROBADA DEL PATRONO
errónea del artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo y expresa las
razones que considera le asisten para reprocharle esta especie de violación de
Literalmente hablando, el artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo
la ley al fallo acusado.
exige que la culpa probada que da lugar a la indemnización plena por accidente de
trabajo o enfermedad profesional sea cometida por el propio patrono. Cuando "La cuestión probatoria es tema que dada la vía escogida por la impugnante
este, persona natural, comete dicha culpa, no hay problema alguno de interpreta- para formular el ataque contra la sentencia no puede ser revisada en casación,
además de ser cierto que la censura que se hace a la decisión del Tribunal
acepta la conclusión que respecto de los hechos del proceso tiene por proba-
273 Véase supra, núm. 121 y sus notas jurisprudenciales. dos el juez de apelación.
274 Cas., 16 feb. 1959, "G. J.", t. XC, p. 242.
275 Ibídem; cas. lab., 13 sep 1957, "G. J.", t. LXXXVI, p. 306; 14 nov. 1962, "G. J.", t. "Es verdad que en ningún caso la jurisprudencia es obligatoria; sin embargo,
e, p. 556. como criterio auxiliar que es de la actividad judicial, sirve para ilustrar el
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1057
1056 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

"Dada la similitud entre el presente asunto y el caso para el cual se hizo el


verdadero sentido de las leyes que en sus providencias aplican los jueces para
estudio doctrinal consignado en el varias veces mencionado fallo del 13 de
solucionar los conflictos de intereses sometidos a su decisión.
junio de 1993, conviene reproducir aquí las consideraciones que en esa opor-
"En este caso la recurrente fuera de expresar sus propios argumentos para tunidad se hicieron.
explicar y demostrar la violencia de la ley, se apoya se apoya en la sentencia "Para la correcta comprensión de la forma como el legislador colombiano
de 13 de junio de 1993, de la sala en un caso de contornos similares halló enfrentó el cubrimiento de los riesgos originados en el trabajo debe recordarse
equivocado el planteamiento del Tribunal, según el cual la culpa del piloto de que antes de la expedición de las leyes sociales que regulan la materia, el
una aeronave es imputable al patrono por ser aquel su representante. trabajador que demandaba la reparación de perjuicios por el hecho de su pa-
trono tenía que demostrar la culpa en que este hubiera incurrido por acción u
"Como se dijo en dicho fallo, es equivocada la interpretación de las normas
omisión, el daño que hubiera sufrido y la relación de causalidad entre el he-
sobre representación laboral y culpa del empleador que considera que quién
cho y el perjuicio.
es representado por otro queda obligado por los actos de su representante,
aun cuando este no actúe dentro de la órbita de su representación. "Las dificultades surgidas de este sistema de reparación de perjuicios que
inspiró a las legislaciones civiles que tienen su fuente en el derecho romano
"Por ello se afirma en la sentencia memorada que: traían como consecuencia la indefensión de los trabajadores, pues la circuns-
tancia de tener que asumir la carga de la prueba de los elementos en que se
"( ... ) quien es representado por otro quedará obligado por los actos de su fundaba la obligación de reparar el daño producido por el hecho culposo,
representante siempre que este actúe dentro de la órbita de su representación, hacía en la práctica casi imposible la indemnización.
y en este proceso los jueces de instancia no dieron por establecido que la
compañía de aeronavegación demandada hubiera prohijado o tolerado la con- "Con el fin de frenar los abusos propios de un sistema económico y jurídico
ducta descuidada de los aviadores. Por esta razón debe concluirse que si el que desconocía los gravosos efectos que sobre la salud y la integridad física
piloto llega a incurrir en algún comportamiento negligente o imprudente, su de los operarios aparejaba la introducción del maquinismo, se pasó de la
negligencia o imprudencia no suponen automáticamente la "culpa comproba- teoría de la culpa aquiliana o extracontractual a la de la responsabilidad con-
da del patrono", que es la condición exigida para que se produzca la conse- tractual elaborada por la doctrina francesa, según la cual el contrato de trabajo
cuencia jurídica según la cual el empleador debe la indemnización total y imponía al patrono la obligación de velar por la seguridad de sus trabajado-
ordinaria de perjuicios al trabajador que sufre el accidente de trabajo o pade- res y, por lo mismo, la de devolverlos sanos a la sociedad una vez concluido
ce una enfermedad profesional, o a sus beneficiarios en caso de muerte. el vínculo contractual. Dentro de esta teoría se invirtió la carga de la prueba,
presumiendo que el daño se debía a culpa del empresario. Esta teoría consti-
"Para entender las peculiaridades del régimen legal colombiano sobre res- tuyó innegablemente un gran aporte de la jurisprudencia y la doctrina france-
ponsabilidad patronal por razón de los accidentes de trabajo, se hace necesa- sa al desarrollado derecho laboral.
rio tener siempre presente, como lo destaca la recurrente, que los perjuicios
que de los mismos resulten tienen una diferente forma de reparación, según "A esta segunda etapa de desarrollo progresivo de la legislación social co-
se trate del daño nacido de la mera responsabilidad objetiva y que se resarce rresponde en nuestro derecho positivo la expedición de la Ley 57 de 1915,
con la indemnización tarifada que trae el Código Sustantivo de Trabajo o de primer estatuto sobre accidentes de trabajo dictado en Colombia y en el cual,
aquel que sea consecuencia de la culpa plenamente probada del patrono, caso además de definirse lo que se entendía por tal en términos que en lo esencial
en el cual la ley autoriza para que la víctima directa del daño o sus beneficiarios han mantenidos las normas dictadas posteriormente, se consagró en su artícu-
laborales puedan demandar del patrono la reparación íntegra de cualquier lo 2° la presunción de responsabilidad del patrono en los accidentes ocurri-
perjuicio que de allí resulte; indemnización de cuyo monto debe descontarse dos a sus operarios con motivo del trabajo.
el valor de las prestaciones en dinero pagadas en razón de las normas consa-
"Así fue consagrada esta presunción de responsabilidad: "El patrono es res-
gradas en el capítulo II de dicho código. Esta es la hipótesis que regula el
ponsable de los accidentes ocurridos a sus operarios con motivo del trabajo
artículo 216 ibídem.
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que realicen y en el ejercicio de la profesión que ejerzan, a menos que el "La Ley 6a de 1945 previó igualmente en su artículo 12 la responsabilidad
accidente sea debido a culpa del obrero, o imprudencia o descuido del opera- ordinaria por perjuicios en los casos de enfermedad profesional y de acciden-
rio, o ataque súbito de enfermedad que los prive del uso de sus facultades tes de trabajo "por culpa comprobada del patrono". La norma, que aún se
mentales o de las fuerzas físicas o a violación de los reglamentos de la em- encuentra vigente en lo que hace relación al régimen de los trabajadores ofi-
presa". ciales, fue recogida por los redactores del Código Sustantivo del Trabajo y
aparece plasmada en su artículo 216 en el cual, al igual que lo establece el,
"La misma ley, que indiscutiblemente constituyó un gran avance en la legis- último inciso del literal b) del artículo 12 de la Ley 6a, se ordena descontar
lación social y colocó a Colombia en una posición de vanguardia en esta del monto de la condenación ordinaria por perjuicios lo que se haya pagado
materia, resolvió entonces en nuestro ámbito la discusión doctrinaria en boga por concepto de la indemnización tarifada con base en la responsabilidad
en los países europeos sobre si debía dejarse a la prueba libre del trabajador objetiva del empleador.
la demostración del monto del perjuicio o si, por el contrario, debía preestablecerse
una cuantía o tarifa de indemnización proporcional al daño sufrido, inclinán- "Este breve recuento de la evolución que en nuestro medio ha tenido la repa-
dose por esta última solución, evidentemente más práctica y beneficiosa para ración de los perjuicios por los riesgos del trabajo permite fijar el contenido
el trabajador accidentado o sus beneficiarios. y alcance de las normas que regulan la materia y de las relativas a la represen-
tación del empleador que tiene determinados trabajadores frente a los restan-
"La teoría que presumía la culpa del patrono en los accidentes de trabajo tes servidores de la empresa. Siendo ahora la regla general la que el empleador
exigía de todas formas, que el trabajador, además de demostrar su condición responde objetivamente por los daños que el trabajador sufra como conse-
de tal, corriera con la carga de probar el monto de los perjuicios sufridos. cuencia de accidente trabajo o enfermedades profesionales, será siempre ex-
Precisamente por eso mismo la Ley 57 de 1915 -que únicamente se aplica- cepcional la condenación ordinaria por perjuicios y únicamente procederá
ba en determinadas empresas (art. 10)- constituyó un gran avance en esta cuando la enfermedad profesional o el accidente de trabajo se produzca por
materia. culpa comprobada del patrón, conforme los disponen tanto el artículo 12 de
la Ley 6a de 1945 como el 216 del Código Sustantivo de Trabajo.
"Continuando con el propósito de brindar la mayor protección posible al ser
"En estos eventos, el deber de indemnizar que tiene el empleador cuando
humano que vive de su trabajo asalariado, se llegó posteriormente a la teoría,
incumple su obligación contractual de evitarle daños al trabajador por razón
también de origen francés, que ha sido conocida como "teoría del riesgo pro-
o con ocasión de su trabajo, exige como presupuesto la comprobación de su
fesional", dentro de la cual no se toma en cuenta la culpa de el empleador
culpa, la que no puede presumirse en razón de la actividad peligrosa que se
sino que se establece una responsabilidad objetiva que lo obliga a reparar los
desarrolle o por cualquier otro motivo.
perjuicios que sufre el trabajador al desarrollar su labor en actividades de las
que el empresario obtiene provecho.
"De igual manera, esta culpa comprobada del empleador debe ser suya propia
y ni derivada del comportamiento del trabajador que sufra el accidente o
"A esta época corresponde, en nuestro, derecho positivo, la expedición de la padezca la enfermedad profesional.
Ley 6a de 1945 (y el Decreto 2350 de 1944 que le sirvió de antecedente), en
la cual, sin referencia a la culpa, se dispuso que mientras se organizaba el "En este caso el Tribunal de Tunja encontró que por negligencia e imprevi-
seguro social obligatorio, entre las prestaciones a cargo de los patronos, se sión del comandante y el copiloto, A vianca era culpable del accidente de
contaban las indemnizaciones por accidente de trabajo "en proporción al daño aviación en el cual, además de ellos y de los restantes miembros de la tripu-
sufrido y de conformidad con la tabla de valuaciones correspondiente, hasta lación, perdieron la vida 181 pasajeros. Esta culpa de la empleadora la dedu-
por el equivalente del salario en dos (2) años; la asistencia médica, farmacéu- jo, como ya está dicho, al considerar que por virtud de lo dispuesto en los
tica, quirúrgica y hospitalaria a que haya lugar. Además el salario completo, artículos 32 del Código Sustantivo del Trabajo y 1804 del Código de Comer-
hasta por seis (6) meses", de acuerdo con la redacción que, al modificar su cio "los capitanes de las aeronaves son representantes del patrono y como
artículo 12, determinó la Ley 64 de 1946. tales lo obligan frente a sus trabajadores" y porque correspondiendo al explo-
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RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS i 061

tador de la aeronave la designación del piloto y el copiloto no solo era impu-


"N o puede perderse de vista que por tratarse ahora de una indemnización
table a estos sino también directamente a la empleadora.
ordinaria o plena, no se está ante una responsabilidad objetiva ni ante una
"Esta interpretación de la ley, en cuanto a los efectos de la representación presunción de culpa. Y como aquí no puede presumirse la culpa, para esta-
laboral y la culpa del empleador, aparece equivocada si se considera que blecer la negligencia o el descuido del empleador no se puede partir del su-
quien es representado por otro quedará obligado por los actos de su represen- puesto preestablecido según el cual la culpa de los pilotos en un accidente
tante siempre que este actúe dentro de la órbita de su representación, y en aéreo equivale a culpa del empresario como si este y aquellos fueran una
este proceso los jueces de instancia no dieron por establecido que la compa- misma cosa, como tampoco puede considerase cumplida la exigencia legal
ñía de aeronavegación demandada hubiera prohijado o tolerado la conducta de comprobación suficiente de la culpa patronal mediante un informe o in-
descuidada de los aviadores. Por esta razón debe concluirse que si el piloto vestigación del accidente en el que simplemente se atribuya a un error de
llega a incurrir en algún comportamiento negligente o imprudente, su negli- pilotaje la causa más probable del infortunio.
gencia o imprudencia no suponen automáticamente la "culpa comprobada del
"Los tripulantes de aeronaves comerciales de transporte son normalmente,
patrono", que es la condición exigida para que se produzca la consecuencia en nuestro medio, trabajadores asalariados al servicio de empresarios cuyas
jurídica según la cual el empleador debe la indemnización total y ordinaria de órdenes y directrices deben cumplir. Por eso los aviadores civiles, al igual
perjuicios al trabajador que sufre el accidente de trabajo o padece la enferme- que los otros tripulantes de las aeronaves, pueden distinguirse claramente de
dad profesional, o a sus beneficiarios en caso de muerte. sus empleadores en el ámbito de las actividades laborales que unos y otros
"En materia de responsabilidad por los riesgos de trabajo como consecuencia desempeñan, distinción que permite explicar por qué dichos trabajadores, en
de la enfermedad profesional o del accidente de trabajo, cuando no se acepta ejercicio de sus derechos de asociación sindical y contratación colectiva, ce-
la indemnización tarifada que establece la ley con fundamento en la respon- lebran convenciones y obtienen beneficios que, naturalmente, conllevan car-
sabilidad objetiva del empleador sino que se pretende reclamar la indemniza- gas y obligaciones que el empleador debe asumir. Resulta equivocado enton-
ción ordinaria de perjuicios por culpa patronal, deben deslindarse los actos ces suponer que el piloto o copiloto de una aeronave y su explotador (C. de
propios del trabajador de los del empleador. Co., art. 1804) se identifican en los términos del artículo 32 de C. S. T., para
efectos de la responsabilidad laboral que pueda derivarse de la culpa patronal
"Resulta apenas obvio que en los accidentes laborales la culpa se concrete en los accidentes de trabajo.
siempre en un error humano de conducta. Por tanto, aquellos infortunios imputables
a culpa del empleador, cuando este sea una persona moral, se originarán ne- "Dentro del ámbito de la responsabilidad objetiva y la consecuente indemni-
cesariamente en la negligencia, imprudencia o descuido de las personas físi- zación tarifada, el accidente de trabajo no deja de serlo porque su ocurrencia
cas que actúan en su nombre o lo representan. Por eso precisamente la Corte contribuya la culpa del trabajador, salvo que ella sea calificada como grave o
ha considerado que cuando se trata de culpa del representante de una compa- que el infortunio sea consecuencia de un acto deliberado del trabajador (C. S.
ñía, por acto realizado al obrar en esa condición, "la culpa es de la institución T., art. 199).
y no del representante, porque de lo contrario se podría llegar a la total irres- "Si fuera cierto, con en el sub lite lo tuvo por establecido el tribunal, que el
ponsabilidad de la persona jurídica en todos los campos" (cas., 11 marzo accidente obedeció a negligencia grave del piloto y del copiloto de la aerona-
1952, LXXI, p. 390).
ve, que igualmente eran trabajadores de Avi anca podría suceder que, sin mucha
"Lo anterior no quiere decir, sin embargo, que por disponer el artículo 1804 lógica, respecto de ellos ni siquiera se habría producido un accidente de tra-
del C. de Co. que el capitán de la aeronave representa para efectos mercanti- bajo, pero, en cambio, en relación con los demás miembros de la tripulación,
les al explotador que lo designa, y de manera específica para aquellos que la culpa en que aquellos incurrieron hace que el mismo suceso, imprevisto y
enuncian los artículos 1806 y 1807 del mismo estatuto, deba suponerse que repentino, venga a configurar no solo accidente de trabajo sino uno en el cual
todo error de conducta en que incurra el piloto en la conducción del avión existió culpa imputable al empleador.
equivalga indefectiblemente, en materia de responsabilidad laboral, a la "culpa "Claro que es de esperar que los tripulantes al mando de las aeronaves obser-
comprobada del patrono" para los efectos del artículo 216 del C. S. T. ven en el desempeño de sus funciones aquella diligencia y cuidado que ordi-
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nariamente emplean los hombres en sus propios negocios, e inclusive puede seguridad y protección adecuadas contra los riesgos propios de su profesión
decirse que sus compañeros de tripulación, sus pasajeros, los usuarios del (C. S. T., arts. 56 y 57).
transporte aéreo y la comunidad en general, confían en que esa diligencia y
cuidado sean aún mayores que los empleados por las personas prudentes en "El anterior criterio doctrinal cabe tomarlo aquí en consideración, pues mutatis
la administración de sus negocios importantes, para usar los términos de ca- mutandis, lo allá explicado es aplicable en este caso. Significa lo dicho que el
lificación abstracta de la culpa que utiliza el artículo 63 del C. C., pues tam- tribunal incurrió en la violación de la ley que le endilga la recurrente, y que,
bién la vida de dichos tripulantes depende de esa extrema prudencia en el por lo mismo, lo expresado sería más que suficiente para casar la sentencia.
cumplimiento de una actividad en la cual los errores de conducción con fre-
cuencia resultan fatales. "No obstante, quiere en esta ocasión hacerse énfasis en la circunstancia que
de aceptarse la interpretación que aquí se censura como equivocada, de con-
"Esa misma confianza la tienen igualmente el empresario quien, como empleador, formidad con la cual la culpa en que incurre el piloto de una aeronave comer-
muchas veces está físicamente imposibilitado para indicarle a la tripulación cial tiene como inexorable consecuencia que se configure el supuesto del
de la aeronave en vuelo la manera detallada como debe operarse el avión, artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo sobre culpa plenamente com-
aspecto por el cual también aparece equivocada la conclusión jurídica que probada del patrono, conduciría a una situación paradójica, por decir menos,
identifica la culpa de los aviadores con la culpa del empleador. Este error se cual sería, por ejemplo, que la "culpa grave" del trabajador, que este caso
resalta al observar que un accidente bien puede ocurrir como consecuencia de solo sería, la rayana con el dolo, tendría la virtualidad de destruir la hipótesis
la culpa de un tripulante distinto al capitán o piloto comandante -como po- del accidente de trabajo, puesto que por definición legal, "se entiende por
dría deducirse de alguno los apartes de la sentencia que se revisa- en cuyo accidente de trabajo todo suceso imprevisto y repentino que sobrevenga por
caso quedaría sin fundamento la conclusión que obtuvo el ad quem apoyado causa o con ocasión del trabajo y que produzca la trabajador una lesión orgá-
en el artículo 1084 del C. de Co., a menos que se presuma, también contra- nica o perturbación funcional permanente o pasajera, y que no haya sido pro-
riando la ley, que la culpa de cualquier tripulante significa igualmente culpa vocado deliberadamente o por culpa grave de la víctima".
del codemandante.
"Es por esto que cuando el suceso es provocado deliberadamente se ocasiona
"Con igual orientación, ya respecto de la responsabilidad mercantil debe observarse por culpa grave de la víctima -especie de culpa que es equivalente al dolo de
cómo el Convenio de Varsovia de 1929 (L. 95 de 1965), también dispuso que acuerdo con el artículo 63 del Código Civil y que el artículo 199 del Código
el transportador aéreo era plenamente responsable, sin límite de responsabi- Sustantivo de Trabajo equipara al acto deliberado del trabajador-, no existe
lidad, del daño que produjera con dolo o del que en las mismas condiciones accidente de trabajo por expreso mandato de la ley, lo que tiene como efecto
produjeran sus representantes en el ejercicio de sus funciones (art. 24), dis- necesario que el trabajador que por acto deliberado suyo o por culpa gra-
tinguiendo claramente, para los efectos de responsabilidad derivada del transporte ve provoca una lesión en su organismo o una perturbación funcional o muere
de mercancías, la culpa del transportador de las faltas de pilotaje o de con- -como en el asunto bajo examen sucedió-, no queda amparado por las pres-
ducción de aeronaves (art. 20). taciones sociales de las cuales responde el patrono con fundamento en la
responsabilidad objetiva. Pero curiosamente este acto suyo deliberado o su
"Naturalmente la Corte no ignora que habrá casos de accidentes aéreos en los culpa grave que destruye el accidente de trabajo en el cual el patrono res-
cuales concurra la culpa los aviadores con la culpa del empleador, casos en pondería de manera total y ordinaria por existir culpas suya plenamente com-
los cuales la culpa sea exclusivamente del empresario, e igualmente acciden- probada.
tes en los que no hayan tenido culpa alguna ni los tripulantes ni el empleador.
Pero, se repite, como para los efectos de la indemnización plena (C. S. T., art. "Es por esta paradójica consecuencia que aquí se destaca que la sentencia
216) la culpa debe ser demostrada por quien la alega, en cada caso habrá el recurrida, a fuerza de equivocada, resulta ilegal, como consecuencia de haber
grado de responsabilidad contractual que le quepa al empresario como conse- interpretado erróneamente el artículo 216 del Código Sustantivo de Trabajo,
cuencia del incumplimiento -que no se presume- de su obligación de garan- al darle a dicha norma una inteligencia y alcance que no corresponde a su
tizar a los trabajadores a su servicio, incluido el capitán de aeronaves, la genuino y verdadero sentido.
1064 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1065

"Demuestra entonces el recurrente la interpretación errónea por la que acusa JAILLET sintetiza así la opinión de la doctrina:
la sentencia, y dado que el error hermenéutico fue determinante en la equivo-
cada decisión que adoptó, se casará por el mismo fallo acusado, conforme lo "En principio son calificados como substitués todas las personas a las cuales
pide esta parte al fijar el alcance principal de su impugnación" 276 • el empleador delega todo o parte de sus poderes de dirección.

En nuestro concepto, esta decisión es errónea, pero para poderlo demostrar es "La doctrina parece exigir una delegación de poderes bastante clara de parte
conveniente conocer el estado del derecho francés sobre la materia, pues de allí es del empleador, y una subordinación de la víctima bastante clara frente al
de donde se han nutrido nuestros legisladores y tribunales en relación con este substitué.
punto. "Los substitués en la dirección son, según M. SACHET, todas las personas a
quienes el empleador delega, de manera definitiva o provisional, una parte de
1045.- EL DERECHO FRANCÉS sus poderes. En una fábrica, toda persona que recibe de manos del patrón el
derecho de dar órdenes es un substitué del patrón en la dirección.
El problema que ahora nos ocupa ha sido largamente debatido en el derecho
francés. "Para MM. RouAsT-GIVORD hay que incluir a todos aquellos que constituyen
intermediarios entre el obrero y el patrón y que son como escalones jerárqui-
En una interesante obra titulada La fa ute inexcusable en matiere d 'accident cos de la empresa: jefes de personal, ingenieros, jefes de equipo, etc.'m 8•
du travail et de maladie professionnelle 277 , RENÉE JAILLET muestra las dilatadas
discusiones de los legisladores en las diversas normas que, a lo largo del siglo, Y refiriéndose a la jurisprudencia de los tribunales franceses, el mismo J AILLET,
han regido el problema en el derecho de aquel país. citando a RouAsT, afirma que:

"El maquinista y el jefe del tren son substitués frente a los empleados trans-
Fruto de esa evolución jurídica, el artículo 468 del Código de la Seguridad
portados en el tren. La compañía se substituyó en ellos en la dirección de un
Social establece lo siguiente:
trabajo determinado, la conducción del tren, y es precisamente en la direc-
"Cuando el accidente se debe a la falta inexcusable del empleador o de aque- ción de ese trabajo que ellos han cometido la falta inexcusable generadora
llos en los cuales él ha sustituido la dirección, la víctima o sus derecho- del accidente.
habientes reciben un aumento de las indemnizaciones que les son debidas en "De hecho, la jurisprudencia casi siempre los ha considerado como substitués
virtud del presente libro". de la compañía" 279 •

La norma introduce, pues, el concepto de substitué (sustituto) para indicar que Ello significa que, para la doctrina y la jurisprudencia francesas, el accidente
cuando éste actúa con culpa en la dirección que le ha sido encomendada, se entiende aéreo imputable a culpa probada del piloto compromete la indemnización plena
que esa culpa compromete la indemnización plena a cargo del patrono. No se re- de la compañía aérea en relación con los otros miembros de la tripulación que
quiere pues que se trate de un representante legal del patrono. Para que haya lugar sufrieron daño como consecuencia de dicha falta. Lo que hace que el piloto susti-
a la indemnización plena por culpa probada del patrono, basta que, de hecho, éste tuya al patrón no es su calidad de representante legal, sino el hecho de que la
haya delegado en uno de sus empleados la dirección y vigilancia de la actividad seguridad de los miembros de la tripulación, de hecho, le haya sido delegada.
que desempeñaba la víctima al momento de ocurrir el accidente de trabajo.
Finalmente, cabe observar que la culpa cometida por el substitué no compro-
mete la indemnización plena a cargo del patrono sino cuando esa culpa está rela-
276 C. S. J., 28 oct. 1994, expediente 6300, magistrado ponente: Rafael Méndez Arango,
Gaceta Jurisprudencia/, Ed. Leyer, nov., 1994, p. 47.
277 Renée Jaillet, La faute inexcusable en matiere d'accident du travail et de maladie 278 Renée Jaillet, ob. cit., núm. 402.
professionnel/e, L. G. D. J., Paris, 1980.
279 Renée Jaillet, ob. cit., núm. 406.
1066 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1067

donada con la vigilancia y dirección que le ha sido delegada. Por tanto, si un jefe parte del piloto, están equivocados. De lo que se trataba era de saber si ese piloto,
de taller, haciendo su propio trabajo material, mas no de dirección, comete una de hecho, había sido encargado por el patrono para brindar la seguridad y dirigir
culpa probada que causa daño a uno de sus subordinados, la indemnización plena el trabajo de la tripulación, independientemente de si era o no su representante
a cargo del patrono no es procedente. En cambio, si el daño se produce porque los legal. Y siendo evidente que el jefe de toda la operación dentro de la nave acciden-
obreros prendieron una máquina que negligentemente el jefe de taller ordenó po- tada era el piloto por cuya culpa se produjo el accidente, lo jurídico era considerar
ner en funcionamiento, entonces se entiende que esa culpa del jefe de taller es la que había existido la culpa probada del patrono a que se refiere el artículo 216,
culpa del patrono, así éste no haya dado físicamente la orden28 o. ibídem.

PosiCióN PROPIA Ahora, si no se quiere llegar a esa situación absurda, necesariamente habrá
que brindarle una interpretación teleológica y amplia al artículo 216. Dentro de
Después de este recuento de la jurisprudencia colombiana y del derecho fran- esa interpretación caben dos posibilidades.
cés, nos permitimos exponer nuestras propias consideraciones al respecto.
La primera consistiría en afirmar que la indemnización plena a cargo del
l. En primer lugar, debe tenerse en cuenta que, a diferencia de la ley fran- patrono es procedente cada vez que un compañero de trabajo comete una culpa
c.es~, la colombiana, en el artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo, se probada que da lugar al accidente de trabajo o a la enfermedad profesional.
hmlta a hablar de culpa del patrono sin referirse para nada a las personas que, de
una manera u otra, lo sustituyen en la dirección de la empresa. Para nosotros, esa es la solución ideal, pues no existe razón alguna para que
el daño causado por ese trabajador a un tercero ajeno a la empresa comprometa la
Frente a la avaricia de ese texto, caben dos interpretaciones posibles. responsabilidad del patrono por la totalidad de los daños sufridos por la víctima y
que, en cambio, tratándose de un accidente de trabajo, esa indemnización plena no
La primera, que parece ser la acogida por la sala laboral de la Corte en los sea procedente. Ello es más evidente, sobretodo cuando el daño causado al tercero
fallos comentados, consiste en afirmar que cuando el patrono es una persona natu- es derivado del ejercicio de una actividad peligrosa. Y el argumento es aún más
ral que delega en terceros la administración de la gestión, pero sin convertirlos en convincente cuando el trabajador que causa el daño trabaja para una persona jurí-
sus representantes legales, la indemnización plena por accidentes de trabajo nun- dica, pues según hemos dicho, la culpa de los órganos de dirección o de ejecución
ca se aplicará en contra del patrono en la medida en que, de hecho, él nunca va a es la culpa de la persona jurídica misma.
participar en la actividad física que finalmente desemboca en el daño. y si el
patrono es una persona jurídica, solo la culpa del representante legal de la misma De otra parte, el artículo 1738 del Código Civil, aunque solo se refiere a la
puede generar la indemnización plena del artículo 216 del Código Sustantivo del responsabilidad por la pérdida de la cosa que se debe, de todas formas parecie-
Trabajo lo que, así sea en menor grado que en la hipótesis anterior, de todas for- ra sentar el principio general según el cual la culpa del dependiente es la culpa
mas también es un absurdo. del propio deudor, principio que sería perfectamente aplicable al caso que nos
ocupa.
Por tanto, decidir como lo decidió la sala laboral de la Corte en el fallo que se
comenta, es despojar de toda importancia al artículo 216 del Código Sustantivo En ese mismo orden de ideas, cabe recordar que cuando el deudor contractual
del Trabajo, pues, de hecho, casi nunca el patrono, persona natural o jurídica, delega en un tercero el cumplimiento de sus obligaciones contractuales, la culpa
participa físicamente en las actividades que generalmente ocasionan los acciden- de ese tercero es la culpa del deudor contractual, sin que nada pueda exonerarlo
tes de trabajo. Tanto la Corte como el tribunal de segunda instancia, que resolvie- de responsabilidad (supra, T. I, 566 y ss.). Ahora, como el patrono tiene la obliga-
ron el problema en consideración a la posible representación legal del patrono por ción contractual de seguridad en beneficio de los trabajadores, es claro que cuan-
do el patrono utiliza a otros trabajadores el comportamiento culposo de estos se
considera como la culpa del patrono en caso de que ese trabajador culpable cause
daño a un compañero de labores. La culpa del compañero es la culpa misma del
280 Renée Jaillet, ob. cit., núm. 414. patrono.
1068 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1069

SuBSECCióN 111.- Las actividades peligrosas y la re~;po~ns:amlnolao


Pero si esa interpretación pareciera ser demasiado gravosa para el patrono,
entonces, como mínimo, si es que se quiere que la ley tenga algún sentido, habría memc:a y .... ""'"~~-" .. "'""_."._ ., ....
que considerar como culpa del patrono toda aquella cometida por las personas a
quien el patrono ha delegado la dirección de las actividades que realizaba el traba- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y PLAN
jador al producirse el accidente de trabajo o la enfermedad profesional. Es decir,
habría que aplicar la misma solución que aplican la doctrina y la jurisprudencia
La actividad médica es, desde el punto de vista físico, esencialmente peligro-
francesas.
sa, no solo porque generalmente se utilizan instrumentos y aparatos de suyo peli-
grosos, sino porque el organismo del paciente está sometido a enormes riesgos
En ese orden de ideas, el fallo de la sala laboral de la Corte que ahora comen- por el simple hecho de la actividad del médico al efectuar el tratamiento.
tamos debería haber considerado que la culpa de los pilotos de la aeronave acci-
dentada era una culpa del patrono, sin consideración a la representación legal que Por tal motivo, no ha faltado quien, en forma aislada y errónea, haya prego-
pudiera estar en cabeza del piloto. Lo importante, repetimos, es el hecho de que nado el principio general de que al médico se le aplica la presunción de responsa-
toda la dirección sobre la tripulación y la operación de la aeronave estaban en bilidad por actividades peligrosas del artículo 2356 del Código Civil.
cabeza de los pilotos por delegación del patrono.
Sin embargo, la doctrina mayoritaria está de acuerdo en que la culpa sigue
siendo elemento indispensable de la responsabilidad en los servicios de la salud.
2. Pero fuera de las anteriores precisiones, conviene advertir que el proble-
No obstante, el Consejo de Estado aplicó, desde 1992 hasta el año 2001, un prin-
ma ni siquiera se plantea cuando es la propia víctima la que ha actuado culposamente
cipio general de culpa o falla presunta en la responsabilidad médica del Estado.
en la ocurrencia del accidente de trabajo. La indemnización plena por culpa com-
Desde el año 2001, esa posición se cambió y, en lugar de la presunción, se aplica
probada del patrono es posible únicamente cuando la culpa es cometida dentro de
el principio de las cargas dinámicas de las pruebas, teoría que en la forma como es
las condiciones vistas por el patrono o por uno de sus empleados diferente del
aplicada por el Consejo de Estado conduce a la presunción que quiso eliminar.
propio trabajador perjudicado.
Sobre ello volveremos más adelante (infra, T. I, 1075 y ss.).

3. Aunque la doctrina y la jurisprudencia no se refieren expresamente al En principio, estamos de acuerdo en que la culpa médica debe probarse por la
problema, creemos de todas formas que la culpa probada del patrono, que da lugar víctima en caso de daños imputables a un acto médico defectuoso. Con todo,
a la indemnización plena del trabajador en caso de accidente de trabajo o enferme- creemos que es indispensable analizar, así sea sucintamente, todas las hipótesis
dad profesional, no tiene que ser individualizada en cabeza de un directivo con- que pueden presentarse, ya que en no pocos casos ese principio general de· culpa
creto. Basta que haya una culpa organizacional que sea causa del accidente de probada no es de recibo. Inclusive es factible que bajo determinadas condiciones,
trabajo. Según hemos dicho (supra, T. I, 675) la culpa anónima de que se habla en el médico pueda llegar a ser responsable por actividades peligrosas.
materia de responsabilidad del Estado también es predicable en la responsabilidad
civil de los particulares. Para tal efecto, procederemos a sintetizar las ideas expuestas por nosotros en
una monografía titulada Sobre la prueba de la culpa médica281 • En ese sentido
distinguiremos entre los daños que son causados por el médico sin que éste haya
Por tanto, si el accidente de trabajo o la enfermedad profesional es imputable
realizado un acto médico defectuoso (I). Luego, analizaremos la prueba de la cul-
a la omisión de medidas de seguridad por parte del patrono, el trabajador tendrá
pa cuando el daño sí se deriva de un acto médico defectuoso (II).
derecho a la indemnización plena, así no establezca que esa omisión es del propio
patrono o de alguno de sus substitutos en particular. Aunque de todas formas esa
omisión siempre será consecuencia de la falta de personas físicas, no siempre es
fácil identificar al culpable, sin que por ello se le pueda negar la indemnización 281 Javier Tamayo Jaramillo, Sobre la prueba de la culpa médica, Medellín, Biblioteca
plena a la víctima. Jurídica Diké, 1995.
1070 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1071

1.- Daños causados por el médico pero ajenos


La misma solución se presenta en tratándose de responsabilidad del Estado o
al acto médico en sentido estricto
de responsabilidad extracontractual de los médicos o de los hospitales. Frente a la
obligación legal de prestar asistencia médica a quien la solicite o requiera, al
. 1048.- E~ médico puede causar daños al paciente no solo con su comporta-
médico no le queda más camino que actuar y de no hacerlo tendrá que demostrar
miento al practicar el acto médico en sentido estricto. Hay una serie de circuns-
que una causa extraña se lo impidió o que la obligación no existía porque no tenía
t~n.cias no relacionadas con el acto médico que pueden comprometer la responsa-
conocimiento de las necesidades del paciente.
bilidad del galeno. Inclusive en algunos de esos daños la culpa del médico no es
elemento indispensable de su responsabilidad, bien sea porque se trata de una
responsabilidad c~ntractual basada en una obligación de resultado, bien sea por- 1050.- MORA DEL MÉDICO EN LA PRESTACIÓN DEL SERVICIO
que pueda ser aplicable la responsabilidad por actividades peligrosas. Veamos
esas hipótesis.
Ahora, puede suceder que, existiendo contrato o no, el médico preste el ser-
vicio requerido por el paciente, pero en forma tardía, razón por la cual el paciente
INCUMPLIMIENTO PURO Y SIMPLE POR PARTE DEL MÉDICO sufre un daño en su salud o integridad. En tales circunstancias, la culpa del médi-
co tampoco debe ser probada y es a éste a quien corresponde establecer que una
Tratándose de un contrato de prestación de servicios médicos el médico se causa extraña le impidió prestar el servicio a tiempo 285 .
presumirá responsable por el simple hecho del incumplimiento. Un~ vez celebra-
do el contrato, el médico contrae una obligación de resultado mínimo consisten- Aquí se aplica la misma solución del incumplimiento puro y simple si el
te en prestarle el servicio al paciente (supra T. I, 410 y ss.) 2s2. Así las cosas, si médico no actuó sobre el paciente a la espera de su evolución, para así tomar una
como consecuencia de ese incumplimiento el paciente sufre un daño el médico decisión sobre el tratamiento a seguir.
será responsable a menos que demuestre que una causa extraña le iro'pidió cum-
plir283. ~sí, por/ ejemplo, si el médico se obliga a intervenir quirúrgicamente a En materia contractual esta solución surge expresamente de lo dispuesto en
un paciente Y este fallece porque el médico no ejecuta la intervención, es claro el artículo 1616 del Código Civil, en virtud del cual la mora del deudor no genera
que hay responsabilidad del médico y a los familiares del paciente no les corres- responsabilidad civil si dicho deudor demuestra que el retardo se debe a una fuer-
ponderá demostrar que hubo culpa del médico al incumplir. Por el contrario el za mayor. Pero la solución es la misma tratándose de retardo por parte de las
médico tendrá que establecer que una causa extraña le impidió ejecutar la p;es- entidades de salud estatales o de responsabilidad extracontractual de los médi-
tación284. cos. En efecto, si un enfermo es llevado de urgencia a un consultorio médico o a
un hospital y la atención solo se presta cuando el paciente ya ha sufrido un daño
Ahora, es posible que el médico considere que es necesario abstenerse de como producto del retraso, al médico o a la entidad hospitalaria le corresponderá
actua~ a la espera de la evolución del paciente y que en el intervalo se produzca establecer que una causa extraña le impidió prestar el servicio a tiempo. Desde
un dan o. En. ese caso n~ hay incumplimiento puro y simple, salvo que haya culpa luego, al paciente o a sus familiares les corresponderá establecer que el médico o
en el tratamiento escogido, pues el médico estaba cumpliendo con el tratamiento sus dependientes tenían conocimiento de que el paciente se encontraba allí y re-
que creía correcto, y que le imponía abstenerse de actuar físicamente por el mo- quería sus servicios.
mento.

1051.- RESPONSABILIDAD POR SUMINISTRO DE MEDICAMENTOS DEFECTUOSOS

282 Albe~to J. Bueres, ob. cit., p. 87; Jean Penneau, ob. cit., núm. 31; Vicente Acosta Puede suceder que dentro del acto médico prestado oportunamente, el pa-
Ra.m1rez, De 1~ responsabi.lídad civil médica, Santiago de Chile, Ed. Jurídica de
Ch1l~, 1990, nu~. 162; Jav1er Tamayo Jaramillo, Culpa contractual, Bogotá, Edit. ciente sufra un daño derivado no del comportamiento mismo del médico, sino de
Tem1s, 1990, nums. 89 y ss.
283 Javier Tamayo Jaramillo, ob. cit., núm. 162.
284 Alberto J. Bueres, ob. cit., p. 87; Javier Tamayo Jaramillo, ob. cit., núm. 89.
285 Javier Tamayo Jaramillo, ob. cit., núm. 99; Alberto J. Bueres, ob. cit., p. 87.
1072 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1073

RESPONSABILIDAD POR ERRORES DE LABORATORIO


un medicamento defectuoso suministrado por éste. Piénsese en el suministro de
una sangre contaminada o de un medicamento cuyo tiempo de utilización ya se
A menudo, los médicos son los encargados de practicar o interpretar exá-
había vencido.
menes de laboratorio cuyos errores pueden significar daños al paciente. Es nece-
sario, en tales circunstancias, determinar cómo funciona la carga de la prueba de
En este caso, si el médico tuvo personalmente que ver con la elaboración o
la culpa del médico.
proceso del medicamento, su responsabilidad estará comprometida a menos que
establezca que pese a haber tenido suficiente prudencia y diligencia en el proceso Según se ha dicho (supra, T. I, 342), las denominadas obligaciones de medio
de elaboración, no pudo evitar el daño. Así, por ejemplo, si el médico suministra se presentan cuando el resultado pretendido por el acreedor es aleatorio y el deu-
al paciente sangre examinada por él y la sangre resulta contaminada, el médico dor con su prudencia y diligencia no puede garantizar la obtención de ese resulta-
será responsable a menos que demuestre que pese a haber utilizado toda la técnica do288. En cambio, la obligación es de resultado cuando en el orden normal de las
actualizada disponible, científicamente fue imposible detectar el error. En este cosas, y salvo una causa extraña, el deudor está en capacidad de obtener el bene-
caso, por tratarse del denominado riesgo de desarrollo, el médico no será respon- ficio buscado por el acreedor 289 .
sable. Se trata pues de una presunción de responsabilidad en virtud de la cual el
paciente no tiene que demostrar la culpa del médico. Estos dos criterios son aplicables a la responsabilidad de los médicos por
errores en la interpretación o elaboración de exámenes de laboratorio. Así, por
En cambio, si el medicamento no fue elaborado por el médico sino por ejemplo, en la medida en que la ciencia médica haya progresado de tal manera que
un tercero que se lo suministró, el médico, en principio, no responde por los los exámenes de laboratorio no ofrezcan riesgo de error, contra el médico pesará
daños que sufra el paciente como consecuencia del producto defectuoso, a me- una obligación de resultado 290 y, en consecuencia, el paciente no deberá probar su
nos que haya habido negligencia del médico que, pudiendo detectar el defecto culpa, y al médico solo lo libera la prueba de una causa extraña. En cambio, si la
no lo hizo 286 . Desde luego, en la mayoría de los casos esa culpa es fácilmen- ciencia médica no ha podido eliminar los riesgos de error en la elaboración o
te demostrable por la forma como ocurren los hechos. Es lo que se denomina interpretación de exámenes de laboratorio, entonces el médico solo es responsa-
culpa virtual, a la cual nos referiremos más adelante (infra, T. I, 1069). Así, por ble en la medida en que se pruebe una culpa de su parte 291 . De allí que, tratándose
ejemplo, si un médico prudente y diligente hubiera podido detectar alguna anor- de estos exámenes aleatorios, al paciente le corresponda demostrar la culpa del
malidad aparente en el producto (cambio de color, de consistencia, fecha de ven- médico laboratorista292 . ·
cimiento, etc.) y el médico sub judice no lo hizo, es claro que hay una culpa de
su parte. No sobra anotar que en los países de mayor desarrollo tecnológico y econó-
mico, como Francia, se ha organizado una responsabilidad objetiva en caso de
transfusión con sangre contaminada293 . Sin embargo, en estos casos ello solo ha
Pero, si el medicamento conserva todas las apariencias y características de
sido posible en la medida en que el Estado ha organizado un fondo especial que
un producto de buena calidad, el médico que lo suministra no será responsable
asuma esos riesgos o en la medida en que haya un seguro obligatorio que cubra los
bajo ningún aspecto, pues él no tiene por qué correr con los riesgos de un producto
que ha sido elaborado por otro y que tiene toda la apariencia de un producto de
buena calidad287 .
288 Jean Penneau, ob. cit., núm. 31; Javier Tamayo Jaramillo, Culpa contractual, Bo-
En este caso creemos, sin embargo, que al médico le corresponde demostrar gotá, Edit. Temis, 1990, núm. 123.
que su equivocación no fue culposa y que el producto tenía toda la apariencia de 289 Gérard Memeteau, ob. cit., núm. 709; Javier Tamayo Jaramillo, ob. cit., núm. 123.
buena calidad. 290 Jean Penneau, ob. cit., núms. 30 y 261.
291 Jean Penneau, ob. cit., núm. 32; Yvonne Lambert Faivre, Le droit du dommage
corporel, Paris, Dalloz, 1990, núm. 615-1.
292 Yvonne Lambert Faivre, ob. cit., núm. 615-1.
286 Gérard Memeteau, Le droit médica/, Paris, Ed. Litec, 1985, núm. 685. 293 Yvonne Lambert Faivre, Revue Trimestre/le de Droit Civil, Paris, Si rey, 1990, núm.
287 Gérard Memeteau, ob. cit., núms. 681-682. 1, pp. 12 y SS.
1074 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1075

daños. Es decir, la responsabilidad será objetiva en la medida en que, de hecho, el Finalmente, puede suceder que el daño sea imputable a la colocación misma
médico no asuma los riesgos de un daño no culposo así sea declarado judicial- de la prótesis, pese a que ésta ha sido bien prescrita, concebida y fabricada. En
mente responsable. En esta forma el riesgo se diluye como una carga social asu- tales circunstancias, estaríamos frente a un acto médico defectuoso cuya respon-
mida por gran parte de la comunidad. sabilidad se analizará más adelante (infra, T. I, 1056 y ss.). Sin embargo, digamos
desde ya que en estos casos la responsabilidad del médico se fundamenta en una
culpa probada por parte del paciente 296 • Con todo, esa culpa muchas veces es fácil-
1053.- RESPONSABILIDAD POR DAÑOS CAUSADOS POR LAS PRÓTESIS
mente demostrable acudiendo al criterio de la falta virtual (infra, T. I, 1069). En
efecto, no comporta los mismos riesgos y dificultades la colocación de una válvu-
En tratándose de daños ocasionados por las prótesis utilizadas por los pa-
la en el corazón que la colocación de un simple implante en la dentadura del
cientes, el problema de la carga de la prueba de la culpa médica ofrece algunas
paciente. En este último caso puede aparecer de bulto la culpa del médico con solo
sutilezas que es preciso distinguir. Todo depende de la actividad que el médico
apreciar el estado del paciente.
haya ejecutado en relación con dicha prótesis. En efecto, tres situaciones pueden
presentarse.
LA OBLIGACIÓN DE SEGURIDAD EN LA RESPONSABILIDAD
En primer lugar, la realización o fabricación de la prótesis por parte del mé- MÉDICA
dico se enmarca perfectamente dentro de una obligación de resultado, sobre todo
en cuanto a los materiales utilizados en su fabricación 294 . En efecto, en tales cir- En numerosos contratos, la ley, la doctrina297 y la jurisprudencia298 afirman
cunstancias el médico no se comporta como tal sino como un técnico especializa- que el deudor tiene en relación con los bienes o la persona del acreedor una obli-
do en la fabricación de tales objetos. Así las cosas, si un implante dental se rompe gación subyacente de seguridad (supra, T. I, 89 y ss.). Esa obligación existe en
causándole daños al paciente, el médico será responsable, a menos que demuestre tratándose de la responsabilidad civil médica299 • Sin embargo, ha sido muy discu-
una causa extraña, la cual podrá ser, la mayoría de las veces, el hecho o la culpa de tido en doctrina y en jurisprudencia el ámbito espacio-temporal de esa obligación
la víctima que no siguió las instrucciones dadas por el médico. de seguridad. Es decir, en qué momento y en qué lugar ella existe.

En segundo lugar, puede ocurrir que, independientemente de quien sea el En nuestro concepto, la obligación contractual de seguridad en materia médi-
fabricante de la prótesis, el daño sea imputable a la prescripción o a la concepción ca existe única y exclusivamente mientras el paciente está recibiendo los cuidados
de la misma. En tales circunstancias, la responsabilidad del médico se fundamen- del médico 300 • En ese momento, el médico adquiere dos obligaciones: la de tratar
tará en una obligación de medios dado el carácter aleatorio del resultado pretendi- de aliviar al paciente y la de tratar de que ningún daño colateral le ocurra a dicho
do con la prescripción o la concepción 295 • Así, por ejemplo, si un médico ordena
colocarle a un paciente una prótesis en uno de sus pies y pese a ello el paciente no
recupera su salud o sufre un daño colateral, el médico no responde mientras no se
296 Jean Penneau, ob. cit., núm. 33; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, Traité de
demuestre su culpa, la cual podrá ser virtual en no pocas oportunidades (infra, droit civil. La responsabilité, Paris, L. G. D. J., 1982, núm. 548.
T. I, 1069 y ss.). De igual manera, si tratando de corregir un defecto fisiológico, el 297 Roberto Vázquez Ferreyra, Prueba de la culpa médica, Buenos Aires, Hammurabi,
médico diseña un aparato para ser implantado en la dentadura del paciente, con 1991, p. 124; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núms. 499 y ss.; Philippe
tan mala suerte que no se obtiene el resultado pretendido, el médico no será res- Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 825.
ponsable mientras no se demuestre culpa de su parte. En estos casos, la prueba de 298 C. S. J., Sala Civil, cas. civ., 12 sep 1985, Informativo Jurídico Fasecolda, núm.
89, pp. 16 y SS.
la culpa o la ausencia de la misma es fácilmente detectable con un simple examen
299 Alberto J. Bueres, ob. cit., pp. 502 y ss.; Jorge Mosset lturraspe, Ricardo Loren-
de la prótesis concebida. zetti, Contratos médicos, Buenos Aires, Ed. La Rocca, 1991, p. 162; C. S. J., Sala
Civil, cas. civ., 12 sep 1985, Informativo Jurídico Fasecolda, núm. 89, pp. 16 y ss.;
Roberto Vazquez Ferreyra, ob. cit., p. 124; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob.
cit., núm. 500; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 825.
294 Gérard Memeteau, ob. cit., núm. 712. 300 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 501; Philippe Malaurie, Laurent
295 Ibídem, núm. 715. Aynes, ob. cit., núm. 879.
1076 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1077

paciente mientras dura el acto médico. Ahora, según se verá más adelante, la obli- seguridad. Se trata de una responsabilidad por cumplimiento defectuoso del servi-
gación de seguridad unas veces es de medio y otras es de resultado 301 . cio médico, a la cual nos hemos de referir más adelante.

Así las cosas, cualquier daño que se produzca dentro de los locales del médi- · En cambio, si el médico deja algún cuerpo extraño en el organismo del pa-
co, antes o después de que el médico actúe sobre el paciente, solo compromete la ciente o por mala calidad se rompe un instrumento, causando daño en otro órgano
responsabilidad extracontractual del médico por no existir aún la obligación con- que se encontraba en buen estado, entonces ese daño sí está relacionado con la
tractual de seguridad302 • obligación contractual de seguridad que pesa sobre el médico. En general, los
daños colaterales que sufra el paciente se enmarcan dentro del incumplimiento de
En ese sentido, un fallo de la sala civil de la Corte de casación francesa, del la obligación de seguridad. También habrá incumplimiento de la obligación de
1Ode enero de 1990, sin referirse extensamente al problema que nos ocupa, expre- seguridad cuando, por ejemplo, el daño se produce porque se derrumba la edifica-
sa: "El contrato celebrado entre el centro médico y el paciente se limita a la con- ción donde se encontraba el paciente; o porque explota algún objeto que se encon-
sulta y a los cuidados " 303 • traba dentro del lugar donde se practicaba la intervención, o porque se causa un
daño por la mala calidad de la mesa de cirugía donde es atendido el paciente.
Al referirse a esta decisión el tratadista PATRICE JOURDAIN expresa:
1055.- DAÑOS CAUSADOS CON COSAS AJENAS O UTILIZADAS EN EL TRATAMIENTO
"En su sentencia del10 de enero de 1990, la Corte de Casación tuvo razón al
limitar las obligaciones contractuales del centro médico a la consulta y a los Ahora, fijado el límite espaciotemporal de la obligación de seguridad, vea-
cuidados; la seguridad de los pacientes por los daños que pueden serie causa- mos cómo funciona en ella la carga de la prueba de la culpa médica, sobre todo en
dos en los locales permanece en efecto, como lo ha señalado vigorosamente tratándose de daños causados por cosas o actividades peligrosas que están bajo la
la Corte, por fuera de la ejecución del contrato médico" 304 • guarda del médico, sean o no utilizadas en el tratamiento que se sigue al paciente.

Sobre la prueba de la culpa en este tipo de circunstancias volveremos un poco En primer lugar, aquellos daños que se producen dentro del establecimiento
más adelante. Por lo pronto, lo que nos interesa es concluir que la obligación médico mientras el paciente no está recibiendo los cuidados médicos pueden lle-
contractual de seguridad a cargo del médico comienza cuando el paciente queda a gar a comprometer la responsabilidad extracontractual por actividades peligrosas
merced suya y termina, justamente, al terminar la actividad del galeno. del médico si el daño se produce por una de esas actividades y la guarda de ellas
está en cabeza del médico 306 . Así, por ejemplo, si algún aparato que está bajo la
Ahora, durante la prestación de los cuidados y del tratamiento, el paciente guarda (supra T. I, 896 y ss.) del médico explota mientras el paciente se encuentra
puede sufrir daños de diversa índole. Así, por ejemplo, si se trataba de una opera- en la sala de espera y éste sufre daños como consecuencia de la explosión, habrá
ción del corazón y ésta se hizo en forma defectuosa, por lo cual el paciente no una responsabilidad extracontractual del médico, de acuerdo con el artículo 2356
recuperó su salud, el médico no habrá violado una obligación de seguridad sino del Código Civil y, en consecuencia, el médico solo se libera mediante la prueba de
pura y simplemente su obligación principal, cual es la de tratar de aliviar las do- una causa extraña, ya que se aplica la responsabilidad por actividades peligrosas.
lencias cardíacas del paciente 305 • No hay pues allí violación de una obligación de
En cambio, tratándose de daños sufridos por el paciente mientras está bajo el
cuidado del médico, la responsabilidad será contractual, pues en ese momento
sobre el médico pesa la obligación contractual de seguridad 307 . Ahora, la carga de
301 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 824.
302 Gérard Memeteau, ob. cit., núm. 606; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit.,
núm. 879.
306 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 879; Javier Tamayo Jaramillo, La
303 Revue Trimestre/le de Droit Civil, París, 1990, núm. 3, p. 481.
responsabilidad civil, t. 1, Bogotá, Edit. Temis, 1983, núm. 11 O.
304 Ibídem, p. 483.
307 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 548; Philippe Malaurie, Laurent
305 Jorge Mosset lturraspe, Ricardo Lorenzetti, ob. cit., p. 164. Aynes, ob. cit., núm. 879.
1078 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1079

la prueba de la culpa por el incumplimiento de esa obligación de seguridad no es co, la cual solo podrá desvirtuarse mediante la prueba de que a tales equipos o
siempre la misma cuando se trata de daños causados por las cosas o los instrumen- instrumentos se les daba la revisión o el mantenimiento periódico requerido. En
tos que están bajo la guarda del médico. cambio, si se trata de instrumentos o equipos que conservan toda la apariencia de
la perfección y sobre los cuales es imposible realizar mantenimiento o revisión
Si se trata de daños causados por el acto médico con el instrumental utiliza- interna, creemos que el médico no responde mientras no se demuestre que hubo
do, es imposible pensar en la responsabilidad extracontractual por el hecho de las una culpa de su parte. En efecto, si un médico utiliza un bisturí recientemente
cosas o de las actividades peligrosas, no solo porque habría de por medio un con- adquirido de manos del fabricante y el útil se rompe intempestivamente mientras
trato sino también porque, aún en ausencia de éste, el carácter benéfico, humani- era utilizado, por la mala calidad de los materiales, nos parece que en tales cir-
tario y aleatorio del acto médico no permite una responsabilidad presunta en con- cunstancias, el médico no es responsable.
tra del galeno por el simple hecho de utilizar cosas peligrosas en su actividad 308 .
En consecuencia, la responsabilidad será contractual y para saber si se trata de una Ahora, cuando el daño se produce durante el acto médico mediante la utiliza-
obligación de medio o de resultado es preciso hacer algunas distinciones. ción de un instrumento que está en perfectas condiciones, la responsabilidad del
médico supone que se pruebe su culpa, poco importa que se trate de responsabili-
En efecto, puede suceder que los daños sean causados por mala calidad de los dad contractual o extracontractuaP 12 • Con todo, la culpa podrá considerarse como
instrumentos o de los equipos utilizados. Piénsese, por ejemplo, en la ruptura de virtual en aquellos casos en que el daño es causado por el instrumental utilizado
un bisturí que está siendo utilizado en una intervención quirúrgica o en la sobredosis en el tratamiento, pero en una parte del organismo que nada tiene que ver con la
de anestesia que recibe un paciente por deficiencias en el equipo. curación. Así, por ejemplo, si a un paciente deben irradiarlo en la cabeza y resulta
con quemaduras en el vientre o en los pies, el daño es de tal anormalidad que solo
Mientras que algunos afirman que en tales circunstancias el médico solo se una culpa del médico puede explicarlo. Igual cosa sucederá si el paciente se lesio-
exonera mediante la prueba de una causa extraña, por existir una presunción en su na inexplicablemente en la mesa de cirugía.
contra309 en virtud de una obligación de seguridad de resultado, otros sostienen
que aún en estos casos nos encontramos frente a una obligación de medios y que, Con todo, no sobra advertir que, aunque en líneas generales consideremos
por tanto, la culpa del médico debe ser probada310 , aunque a veces se acuda para que la culpa del médico deba ser probada por el paciente, de todas formas pensa-
ello a la noción de culpa virtuaP 11 . mos que en aquellos actos médicos que suponen la utilización de equipos que
puedan incidir en la producción del daño, el médico está obligado a demostrar que
Sin embargo, nosotros pensamos que es preciso hacer otra distinción. En esos equipos se encontraban aparentemente en buenas condiciones o que, por lo
efecto, si el defecto del instrumento o del equipo era detectable o evitable median- menos, recibían las revisiones y mantenimiento posibles, pues la mayoría de las
te una revisión o mantenimiento periódico por parte del médico o de un especia- veces los daños provienen de la mala calidad de los equipos o del instrumental.
lista a quien encargase de ello, habrá una presunción de culpa en contra del médi-
Finalmente, puede suceder que mientras se realiza el acto médico, el daño
sea causado por personas o cosas ajenas al tratamiento mismo, pero que estaban
308 Alberto J. Bueres, ob. cit., pp. 513-514; Jorge Bustamante Alsina, citado por Al- bajo la guarda o la dependencia del médico. Así por ejemplo, si un miembro del
berto J. Bueres, ob. cit., p. 514; Gérard Memeteau, ob. cit., núm. 687; Jean Penneau, personal paramédico, en forma dolosa o culposa le causa un daño al paciente al
ob. cit., núm. 79; Yvonne Lambert Faivre, ob. cit., núm. 626; Roberto Vázquez
Ferreyra, ob. cit., p. 124; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 742; ingresar al consultorio un determinado objeto que nada tenía que ver con el trata-
René Savatier, Comment repenser, la conception francaise actuel/e de la responsabilité miento, la obligación de seguridad será de resultado 313 • También será de resultado
civile, París, Dalloz, Sirey, núm. 80; Phi-lippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit.,
núm. 879.
309 Yvonne Lambert Faivre, ob. cit., núm. 626; Roberto Vázquez Ferreira, ob. cit., pp.
123 y ss.; Alberto J. Bueres, ob. cit., p. 505; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, 312 Alberto J. Bueres, ob. cit., p. 505; Roberto Vázquez Ferreyra, ob. cit., p. 124;
ob. cit., núm. 548; René Savatier, Comment... , núm. 80. Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 879.
31 O Jean Penneau, ob. cit., núm. 80. 313 Jean Penneau, ob. cit., núm. 80; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm.
311 Gérard Memeteau, ob. cit., núms. 704 y ss. 879.
1080 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1081

si el daño se produce por la explosión o la radiación de un equipo que se encontra- perjuicio de que en un momento determinado se acuda a la noción de culpa virtual
ba cerca del lugar donde se brindaba tratamiento al paciente, pero que nada tenía a la que nos referiremos más adelante (infra, T. I, 1069).
que ver con el tratamiento, siempre y cuando esos equipos fueran de propiedad o
estuvieren bajo la guarda del médico. Si se trata de cosas o personas que están 1Veremos por separado los textos legales que sustentan tanto la responsabili-
bajo la guarda del hospital o del propietario del local donde se prestaba el servicio dad contractual (A) como la extracontractual (B).
al paciente, la obligación de resultado pesará contra estas últimas personas y, en
consecuencia, la obligación de seguridad que pesa sobre el médico será de medio,
ya que él no tenía el poder de dirección y control de las personas o de las cosas A.- La prueba de la culpa en la responsabilidad contractual
causantes del daño. Solo en la medida que se pruebe una culpa del médico, éste
comprometerá su responsabilidad. 1058.- A continuación veremos algunos de los principios que regulan la
carga de la prueba de la culpa en la responsabilidad civil contractual por defectuo-
Para terminar, no sobra advertir que la responsabilidad del médico por daños sa prestación de los servicios médicos.
causados a terceras personas distintas del paciente con los instrumentos o con las
cosas utilizadas, será de naturaleza extracontractual, más exactamente por activi- 1059.- LA CULPA MÉDICA POR DEFECTUOSA PRESTACIÓN DEL SERVICIO

dades peligrosas, en cuyo caso, el médico solo se liberará mediante la prueba de NO SE PRESUME. REMISIÓN A LAS NORMAS QUE REGULAN EL MANDATO

una causa extraña. Desde luego, partimos del supuesto de que el médico es guar-
dián de los equipos causantes del daño 314 • En el derecho comparado, unánimemente se acepta que la responsabilidad
del médico por defectuosa prestación del servicio solo se compromete si el de-
mandante prueba la culpa del galeno 315 .
II.-La prueba de la culpa médica cuando el daño
se deriva de daños causados durante el acto médico en sentido estricto Ahora, el Código Civil colombiano carece de normas expresas que regulen el
contrato de prestación de servicios médicos, y concretamente la responsabilidad
En las hipótesis vistas en los párrafos anteriores, el daño causado civil de los médicos por defectuosa prestación del servicio. Algunos autores co-
por el médico no era imputable a un acto médico en sentido estricto. Veamos lombianos y chilenos, acudiendo al artículo 1604 del Código Civil, argumentan
ahora cómo funciona la carga de la prueba de la culpa cuando el daño se deriva de que, al igual que en todos los demás contratos, la culpa del médico se presume y
la realización del acto médico en sentido estricto. Para tal efecto, analizaremos a éste le corresponde demostrar diligencia y cuidado 316 • En ese mismo sentido se
por separado la solución en la responsabilidad civil de los médicos particulares orienta el primer fallo del Consejo de Estado que habló de la presunción de falla
(§ 1) y la responsabilidad del Estado (§ 2). del servicio médico 317 (infra, T. I, 1075 y ss.). Sin embargo, nosotros pensamos
que no es esa la solución correcta, ya que nuestro Código Civil contiene normas
§ l. LA RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS MÉDICOS PARTICULARES que permiten resolver el problema de manera más clara.

En efecto, al referirnos a la culpa contractual (supra, T. I, 389 y ss.) 318 cree-


1057.- El derecho colombiano regula por separado la responsabilidad civil
mos haber demostrado que el artículo 1604 del Código Civil no establece un prin-
contractual y la extracontractual, distinción que es también aplicable a la prueba
de la culpa por defectuosa prestación de los servicios médicos. Aunque veremos
por separado los textos legales que regulan una y otra responsabilidad, de todas
formas insistimos en que cualquiera de las dos responsabilidades que se aplique 315 Jean Penneau, ob. cit., núm. 28; C. S. J., Sala Civil, cas. civ., 5 mar. 1940, "G. J.",
por un acto médico defectuoso deberá suponer una culpa probada del médico, sin t. XLIX, p. 966.
316 Vicente Acosta Ramírez, ob. cit., núm. 276; Guillermo Ospina Fernández, Teoría
general de las obligaciones, 3a ed., Bogotá, Edit. Temis, 1980, núms. 149-152.
317 Consejo de Estado, 24 oct. 1990, Informe Jurídico Fasecolda, núm. 89, p. 83.
314 Supra, 886 y ss. 318 Javier Tamayo Jaramillo, ob. cit., núms. 67 y ss.
1082 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1083

cipio general de culpa presunta, pues pese a las apariencias, la norma se refiere ÜBJECIÓN A ESTA DOCTRINA
básicamente a la pérdida de la cosa que se debe y no a la prestación de servicios.
Con todo, suponiendo que el artículo 1604 del Código Civil consagra efectiva- Frente a esta solución propuesta por nosotros, el doctor JoRGE SuEscúN MELO,
mente un principio general de presunción de culpa contractual no podemos perder en su obra Derecho privado, ha formulado, según tuvimos oportunidad de comen-
de vista que la misma norma, en uno de sus incisos finales, establece que las tarlo (supra, T. I, 449 y ss.), algunos reparos, los cuales en parte ya habían sido
partes o normas especiales pueden modificar lo establecido en ella. expuestos por el mismo autor mediante carta que tuvo a bien enviarnos. Basándo-
se para ello en un fallo de la Corte Suprema de Justicia, el citado autor considera
Y justamente encontramos dos normas que nos permiten afirmar que la prue- que las normas del mandato no se aplican al contrato de prestación de servicios
ba de la culpa en caso de responsabilidad contractual de los médicos por servicios médicos. Con autorización del doctor SuESCúN MELO, reproducimos el párrafo
defectuosos incumbe al demandante. donde plantea su criterio.

En efecto, el artículo 2144 del Código Civil expresa que, "Los servicios de Expresa el doctor SuESCÚN MELO:
las profesiones que suponen largos estudios, o a que está unida la facultad de
representar y obligar a otra persona, con respecto de terceros, se sujetan a las "2. Ante todo debe analizarse el artículo 2144 del Código Civil, base de tu
reglas del mandato". teoría, según el cual los servicios de las profesiones y carreras que suponen
largos estudios, o a que está unida la facultad de representar y obligar a otra
De su lado, el artículo 2184 del mismo Código, al consagrar las obligaciones persona, respecto de terceros, se sujetan a las reglas del mandato.
del mandante frente al mandatario, establece que "No podrá el mandante discul-
parse de cumplir estas obligaciones, alegando que el negocio encomendado al "La jurisprudencia nacional ha limitado el alcance de esta norma, estimando
mandatario no ha tenido buen éxito o que pudo desempeñarse a menos costo; que su aplicación únicamente procede cuando, junto con la prestación de
salvo que le pruebe culpa" (resaltado fuera del texto). servicios profesionales está presente la facultad de representación. Al res-
pecto, en sentencia de casación del 25 de febrero de 1952 se dijo: "( ... ) el
Esta norma parte de la presunción de que el mandatario obró con diligencia texto del artículo 2144 del C. C. no puede entenderse en el sentido disyuntivo
y cuidado, aunque los resultados materiales del mandato no hayan tenido éxito que ofrecen sus términos, sino en el de la concurrencia del servicio con la
para el mandante 319 • Por tanto, aunque se produzca ese fracaso, el mandante no representación de la persona a quien se presta; porque si el mandato supone
podrá alegar el incumplimiento culposo del mandatario, a menos que le demuestre esencialmente un acto jurídico de obligatoriedad para el mandante, resulta a
su culpa320 . todas luces inaceptable la sola posibilidad de que llegue a estructurarlo el
simple servicio del médico que ejecuta una operación quirúrgica, o el mismo
Ahora, en la remisión que hace el artículo 2044 del Código Civil cuando abogado que se encarga de la confección de una minuta, no obstante suponer
ordena que las normas del mandato se apliquen a los servicios prestados por quie- tales servicios los dilatados estudios profesionales que supone el texto".
nes realicen largos estudios, se está incluyendo desde luego los servicios médi-
cos, según lo tienen entendido la doctrina y la jurisprudencia. En ese orden de "El tenor literal del artículo 2144 puede prestarse a polémicas, pero la expli-
ideas, el paciente adquiere los derechos y obligaciones del mandante y el médico cación de la Corte es absolutamente clara y, sobre todo, lógica, pues de no
asume los derechos y obligaciones del mandatario. De donde se deduce que si la estar presente la representación, junto con los servicios profesionales, no se
intervención del médico no es exitosa, el paciente no podrá alegar el incumpli- entendería por qué el legislador sometió tales servicios a las normas del man-
miento del médico, a menos que le demuestre su culpa321 . dato cuando existen otros tipos contractuales más afines como es, en particu-
lar, el llamado arrendamiento de servicios inmateriales, que son precisamen-
te aquellos donde predomina la inteligencia, según las voces del artículo 2063
del Código Civil.
319 Javier Tamayo Jaramillo, ob. cit., núms. 74 y 75.
320 Ibídem, núm. 75. "En efecto, cuando llevo mi perro al veterinario para que lo vacune, o cuando
321 Ídem. pido al agrónomo consejo sobre los abonos que debo poner en mi finca, o
1084 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1085

cuando solicito al arquitecto la elaboración de un diseño, no sería razonable para poder representar al mandante. Un campesino analfabeta perfectamente pue-
pensar que mis relaciones con el veterinario, el agrónomo o el arquitecto se de administrar una recua de ganado de propiedad del mandante, con la facultad
rigen por las reglas del mandato, por cuanto todos esos profesionales están adicional de enajenar el ganado en nombre y representación del propietario, y a
llamados a ejecutar meros actos materiales, en tanto que la labor del manda- nadie se le ocurriría pensar que en este caso el mandatario ha realizado largos
tario es la de realizar actos jurídicos, que obligan al mandante, por lo cual estudios.
esta facultad, en materia civil, va unida a la de la representación.
Ahora, si la distinción que hacen la Corte y el doctor SuEscúN MELO fueran
"Creo, por tanto, que la posición de la Corte Suprema de Justicia es absolu-
ciertas, no tendría ningún sentido el artículo 2158 del Código Civil, norma que
tamente lógica y que, en consecuencia, el artículo 2144 solo ha de aplicarse
regula y autoriza los servicios prestados por el mandatario con ocasión de la eje-
cuando el profesional que presta servicios tiene además el poder de represen-
cución del mandato. Es decir: ya el artículo 2158 está regulando la prestación de
tar a la persona a quien le ha suministrado tales servicios.
servicios acompañada de la autorización para celebrar negocios por cuenta del
"Como este no es usualmente el caso del cirujano o del médico que somete a mandante.
un tratamiento a su paciente, no procede, entonces, la aplicación de las nor-
mas del mandato para la determinación de la eventual responsabilidad de Por otra parte, sería absolutamente inconcebible que un jurista de las calida-
dichos profesionales de la salud. Por ello la Corte fue enfática en afirmar que des de ANDRÉS BELLO hubiese redactado el artículo 2144 para darle la interpreta-
"( ... ) resulta a todas luces inaceptable la sola posibilidad de que llegue a ción propuesta por el doctor SuEscúN MELO y por el fallo por él citado. Lo lógico
estructurarlo (el mandato) el simple servicio del médico que ejecuta una ope- habría sido, pura y simplemente, afirmar que cuando el mandato con representa-
ración quirúrgica( ... )"". ción fuera acompañado con la prestación de algún servicio, a éste se le aplicarían
las normas del mandato. No nos imaginamos a don ANDRÉS BELLO considerando
CONTRA ARGUMENTACIÓN que los servicios que suponen largos estudios se equiparan a servicios en los que
el deudor tiene la facultad de representar al acreedor.
Al responder la gentil misiva del doctor SuEscúN MELO expusimos, entre
otros, los siguientes argumentos, los cuales adaptamos a la redacción de esta Por último, ante varias interpretaciones posibles, lo lógico es escoger aquella
obra. que le permita a la norma un mayor campo de aplicación, sobre todo si permite
resolver vacíos de legislación. Así las cosas, mientras parte de la doctrina y la
N os parece que tanto el fallo en que se apoya el doctor SuEscúN MELO como jurisprudencia encuentran en el artículo 2144 sustento legal para la responsabili-
su propia argumentación parten del supuesto de que las normas del mandato no se dad de los médicos, con la interpretación del doctor SuEscúN MELO ésta última
aplican a las actividades médicas, puesto que el mandato en estas es inexistente. responsabilidad queda en el aire, a menos que se acuda al artículo 1604 del Códi-
Pero resulta que no es esta nuestra conclusión. Lo que afirmamos es que al acto go Civil, en cuyo caso, la culpa del médico se presumiría.
médico que no es un mandato se le aplican las normas de este por disposición
expresa de la ley. No sobra advertir que el doctor SuEscúN MELO comparte nuestra opinión de
que en materia civil la culpa médica debe ser probada. Solo que tal solución la
Sin embargo, es justamente el hecho de que muchas veces no exista mandato
apoya en la aplicación de la distinción entre las obligaciones de medio y de resul-
en ese tipo de servicios lo que ha hecho que el legislador, por analogía expresa,
tado y en el principio de equidad.
remita a las normas del mandato para su regulación. La interpretación que el doc-
tor SuEscúN MELO acoge prácticamente conlleva a que el artículo 2144 esté refe-
rido al mandato con representación, institución ésta que ya aparece consagrada en ÜPINIÓN DE LA DOCTRINA Y LA JURISPRUDENCIA
otras disposiciones.
La tesis que venimos defendiendo en relación con el artículo 2144 del Códi-
Por otro lado, el mandato con la facultad de representar u obligar a otra per- go Civil ha sido igualmente sostenida tanto por la doctrina como por la jurispru-
sona no supone necesariamente que el deudor haya debido realizar largos estudios dencia.
1086 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1087

En efecto, en un fallo de 29 de octubre de 1930, la Corte expresa lo si- Finalmente, en su obra El mandato civil, el chileno DAvm SnrcHKIN BRANOVER,
guiente: al comentar la disposición que venimos analizando, expresa lo siguiente:

"Para la aplicación del artículo 2144 no es preciso acreditar que el individuo "Conforme al artículo 2118 del Código Civil, los servicios de las profesiones
que ha prestado los servicios es miembro de determinado gremio profesio- y carreras que suponen largos estudios, o a que está unida la facultad de
nal, sino que basta inquirir si la profesión es de aquellas que suponen largos representar y obligar a otra persona respecto de terceros, se sujetan a las
estudios, punto este que se resuelve en abstracto, o sea sin necesidad de prue- reglas del mandato.
bas; no hay por qué exigirlas para saber, por ejemplo, que la ingeniería, la
"Observaremos, en primer término, que nuestro Código no ha calificado la
medicina y la abogacía se hallan en semejante caso" (cas., 29 octubre 1930,
naturaleza jurídica de los contratos que tienen por objeto estos servicios, sino
"G. J.", t. XXXVIII, p. 243).
que se ha limitado a decir que "se sujetan" a las reglas del mandato. Y aún
Y don ARTURO ALESSANDRI RoDRÍGUEZ, en su obra De los contratos, expresa más, estos mismos servicios se sujetan, también, a las reglas del arrenda-
lo siguiente: miento de servicios inmateriales en lo que no tienen de contrario a las del
mandato, artículo 2012 del Código Civil.
"3) Carreras de profesiones liberales. Se refieren a esta especie de arren-
"De manera, entonces, que no podemos decir que en nuestro derecho se ca-
damientos los artículos 2012 y 2118, contenido este último en el título del
lifiquen de mandato, no obstante aplicárseles principalmente las reglas de
mandato. Dice el artículo 2012: "Los artículos precedentes se aplican a los
este contrato.
servicios que según el artículo 2118, se sujetan a las reglas del mandato, en lo
que no tuvieren de contrario a ellas". Y el artículo 2118 dice: "Los servicios "En principio, los servicios a que se refiere el artículo 2118 dan origen al
de las profesiones y carreras que suponen largos estudios, o a que esté unida contrato de arrendamiento de servicios inmateriales y pueden darlo, a su vez,
la facultad de representar y obligar a otra persona respecto de terceros, se al contrato de trabajo en dos casos: cuando para el desempeño de estas funciones
sujetan a las reglas del mandato". De manera que las carreras y profesiones no se requiere la posesión de un título o grado universitario y cuando requiriéndose
liberales se rigen en primer lugar por las reglas del mandato y en seguida por dicho título o grado, el profesional presta sus servicios a un solo empleador.
las del arrendamiento de servicios inmateriales, en lo que no se contrapongan "Si la prestación de estos servicios no consiste en la gestión de uno o más
con las primeras. En realidad, los servicios prestados por los médicos, abo- negocios, el contrato será de arrendamiento de servicios inmateriales (como
gados o ingenieros, no pueden considerarse como un mandato, porque no el médico que atiende la consulta o el abogado que informa en derecho), y si
llevan envuelta la facultad de representar a otro, y si la ley ha asimilado estos tiene por objeto la gestión de uno o más negocios del comitente, habrá verda-
servicios al mandato fue porque creyó desdoroso reglamentarios en el arren- deramente mandato, como el abogado a quien se le encomienda la defensa
damiento"322.
total del juicio, pudiendo comparecer por su patrocinado.
Y en otra parte de su obra, el mismo autor expresa: "Si hay verdadero mandato se aplicarán las disposiciones de este contrato y
ni aún subsidiariamente las del arrendamiento de servicios inmateriales. Si
"Pero esta disposición [C. C. ch., art. 2118, equivalente al art. 2144 del C. C. no hay mandato sino simplemente prestación de servicios de esa especie por
col.] no significa en manera alguna que tales servicios sean mandatos, sino las personas a que se refiere el artículo 2118 de nuestro Código Civil, se
que simplemente ha determinado las reglas que se aplicarán en cuanto a los aplicarán en primer término las reglas del mandato, porque así lo dispone el
efectos de una obligación de esa clase, sin modificarles su carácter esen- precepto recién citado, y subsidiariamente, en lo que no fueren contrarias a
cial"323.
esas reglas, las disposiciones que rigen el contrato de arrendamiento de ser-
vicios inmateriales" 324 .

322 Arturo Alessandri Rodríguez, Derecho civil. De los contratos, Santiago, Ed. Zamorano
y Caperan, 1976, p. 189. 324 David Stitchkin Branover, El mandato civil, 4a ed., Santiago de Chile, Ed. Jurídica
323 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., p. 220. de Chile, 1989, p. 63.
1088 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1089

En conclusión, la interpretación más lógica y sana del artículo 2184 es la de Cosa distinta sucede en el caso que nos ocupa.
que esta disposición se aplica a todos los contratos de prestación de servicios que
suponen largos estudios, no porque tales contratos sean considerados como espe- En efecto, supongamos que el mandante demanda judicialmente al mandata-
cies de mandato, sino porque, no habiendo normas especiales para ellos, lo más riopor la responsabilidad de éste alegando que el mandato no tuvo éxito. Y, a su
útil es aplicarles las que más se aproximen a su naturaleza. De allí que podamos turno, el mandatario, dentro del mismo proceso, inicia una acción de reconven-
afirmar que la responsabilidad médica por defectuosa prestación del servicio se ción contra el mandante para que éste le pague la remuneración y, curiosamente,
rija por los artículos 2144 y 2184 del Código Civil. ambos proponen la excepción de contrato no cumplido.

Así las cosas, sería imposible que a ambos contratantes les prosperase la
1063.- INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 2184 DEL CóDIGO CIVIL excepción de contrato no cumplido. El juez necesariamente deberá decidir cuál
de las partes no cumplió para en esa forma decidir quién tiene derecho a las
El artículo 2184 del Código Civil, aplicable, como hemos dicho, a los contra- pretensiones invocadas. Y como el artículo 2184 le exige al mandante probar
tos de servicios médicos, no dice en forma expresa y categórica que la culpa del la culpa del mandatario si no quiere pagarle a este las prestaciones correspondien-
mandatario o del médico no se presuma. La disposición simplemente enumera las tes, es porque se presume que el mandatario actuó diligentemente. En consecuen-
obligaciones que para con el mandatario o el médico tienen el mandante o el pa- cia, en ausencia de dicha prueba solo habrán de prosperar las pretensiones del
ciente. Por deducción debe concluirse, al analizar detenidamente la disposición, mandatario.
que la culpa del médico o la del mandatario deben ser probadas.
Sería absurdo que si, por ejemplo, la vaca comprada por el mandatario resul-
En efecto, el artículo 2184, al establecer las obligaciones del mandante para ta apestada, éste tenga que probar que no cometió culpa para no ser condenado en
con el mandatario, afirma que el primero no podrá exonerarse de ellas alegando favor del mandante y que, al mismo tiempo, el mandante que no probó la culpa del
que el negocio encomendado al mandatario no ha tenido buen éxito, salvo que le mandatario tenga que pagar la remuneración del mandatario que no pudo desvir-
pruebe culpa (bastardilla fuera del texto). tuar la presunción de culpa que habría en su contra. Ahora, sería aún más absurdo
que si el mandante prueba la culpa del mandatario, para así exonerarse de pagar la
remuneración, sigamos hablando de una presunción de culpa en su contra, pues
Ahora, al aplicar los principios que regulan toda responsabilidad civil, es
ésta ya ha sido probada.
claro que si el mandante tiene que probar la culpa del mandatario para exonerarse
de su responsabilidad es porque la culpa del mandatario no se presume, pues si se De otro lado, sería inconcebible que el juez condenase al mandante a pagar
presumiera, bastaría al mandante demostrar un daño ocasionado con la ejecución la remuneración del mandatario si no logra demostrar su culpa y que, a su turno,
del mandato para que dicho mandante se exonerase de sus obligaciones, mientras el mandatario tenga que pagarle al mandante el valor de la vaca apestada si no
el mandatario no desvirtuase la presunción que pesa en su contra. Veámoslo con logra demostrar que no tuvo culpa. Es decir, se llegaría a la conclusión ilógica de
un ejemplo. que ambas partes incumplieron el contrato y, por tanto, la una respondería frente
a la otra; la causa de las obligaciones recíprocas desaparecería y la excepción de
En el contrato para la construcción de edificios se presume la culpa del cons- contrato no cumplido también.
tructor (art. 2060, num. 3). Así las cosas, si el constructor reclama al dueño de
la obra el valor de los servicios prestados y el dueño de la obra alega y demues- No olvidemos que el mandatario tiene derecho a su remuneración si ejecuta
tra que ésta quedó defectuosamente construida, entonces el constructor, que se diligentemente el mandato y que el mandante tiene derecho a que el mandatario le
presume culpable, deberá demostrar que no tuvo culpa y en esa forma cobrará el cumpla si a su turno él paga la remuneración. Cualquiera de las dos prestaciones
valor de sus servicios. No es el dueño de la obra quien tiene que demostrar la que falte deja sin causa a la otra. Ahora, si, con la simple ejecución material del
culpa del constructor para que éste pierda el derecho a los honorarios. Por tratarse encargo, el artículo 2184 del Código Civil faculta al mandatario para cobrarle al
de una presunción, el constructor primero tiene que demostrar que, pese a los mandante la remuneración, a menos que éste le demuestre la culpa, es porque la
defectos en la obra, no cometió culpa alguna, para en esa forma poder cobrar sus ley presume que el mandatario ejecutó bien el encargo, así el encargo hubiere
servicios. generado un daño al mandante.
1090 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1091

Todas estas ideas trasladadas al contrato de servicios médicos nos llevan a damente contrajo, de ejecutar el negocio en la forma y tiempo convenidos y
afirmar que el paciente o sus herederos no podrán negarse a pagar los honorarios del ajustándose a sus poderes. Si en estas condiciones alega el mandante que el
médico alegando que éste le causó daños al paciente, a menos que le demuestren mandatario ha faltado a su deber de diligencia y cuidado, en este caso la ley
su culpa, lo que significa que la ley presume que, aunque se le causen daños al impone al mandante la necesidad de probar la infracción de la obligación
paciente o aunque éste no recupere su salud, el médico ha actuado diligentemente. general de diligencia y cuidado que pesaba sobre el mandatario, o sea, la de
probarle culpa.
Esta solución propuesta por nosotros es compartida por el profesor DAVID
STITCHKIN BRANOVER, quien al respecto expresa: "Esta inversión aparente del onus probandi, que resulta extraña a primera
vista por tratarse de una responsabilidad contractual en que debiera presumirse
"Pero junto a estas obligaciones determinadas en cuanto a su objeto -ejecutar la culpa del deudor, se explica con arreglo a las normas generales, porque
el negocio, atenerse a las instrucciones que ha dado el mandante, etc.- existe para hacer efectiva la responsabilidad del deudor toca al acreedor allegar al
otra que podríamos calificar de indeterminada y que consiste en un deber proceso las pruebas dirigidas a establecer que concurren, en la especie, los
general de diligencia y cuidado que pesa sobre el mandatario durante toda su elementos constitutivos de la responsabilidad que persigue. Así, por ejem-
gestión. Esta obligación es muy semejante, por lo demás, al deber general de plo, cuando se persigue la proveniente de la infracción de una obligación
diligencia y cuidado que pesa sobre todos los individuos que viven en socie- contractual, el actor debe probar la existencia del contrato generador de la
dad y cuya infracción da origen a la responsabilidad extracontractual, con la obligación infringida y de los perjuicios cuya reparación reclama. Aplicados
diferencia que la primera va incorporada expresamente en el contrato de mandato estos principios al mandato, resulta que el mandante que pretende hacer efec-
y el segundo es ajeno a toda relación contractual. tiva la responsabilidad del mandatario, derivada de no haber actuado con la
debida diligencia y cuidado, deberá establecer, previamente, los hechos constitutivos
"Del carácter 'indeterminado' que reviste la obligación del mandatario de
de esa responsabilidad, esto es, debe probar la infracción que se ha cometido,
obrar con el cuidado de un buen padre de familia, resulta una consecuencia
cuya existencia no se acredita con la sola prueba del mandato, desde que el
de interés en lo tocante a la prueba. En efecto, pesa sobre el mandante la
mandatario aparece habiéndolo ejecutado en los términos convenidos" 325 .
necesidad de probar que el mandatario ha infringido esa obligación, y solo
una vez que se acredite surgirá la del mandatario en orden a probar que ha En conclusión, podemos afirmar que en tratándose de la responsabilidad ci-
empleado el cuidado suficiente o que ha concurrido un caso fortuito o una vil contractual de los médicos por defectuosa prestación del servicio, el deman-
fuerza mayor que le exonera de responsabilidad. dante debe establecer la culpa del médico 326 • Ésta es, además, la posición que
asume en varios fallos, la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia327 •
"El artículo 2158 señala las diversas obligaciones que contrae el mandante y
establece, en su parte final, que no podrá el mandante dispensarse de cumplir
estas obligaciones, alegando que el negocio encomendado al mandatario no JUSTIFICACIÓN DE ESTA SOLUCIÓN
ha tenido buen éxito o que pudo desempeñares a menos costo: salvo que le
Esta solución tradicionalmente se justifica en jurisprudencia y doctrina apli-
pruebe culpa. Esta disposición merece algunos comentarios a fin de estable-
cando la legendaria distinción entre obligaciones de medio y de resultado 328 que
cer su fundamento y alcance (remarca dentro del texto).

"Desde luego, no se refiere a los casos en que el mandatario no ha ejecutado


el encargo, lo ha ejecutado parcialmente, ha retardado su ejecución o lo ha 325 David Stitchkin Branover, ob. cit., pp. 342 y 343.
ejecutado infringiendo las instrucciones del mandante. Por el contrario, parte 326 Gérard Memeteau, ob. cit., núm. 614.
del supuesto que el negocio se ha realizado totalmente, pues de otro modo no 327 Entre otros, véanse los siguientes fallos: C. S. J., Sala Civil, cas. civ., 5 mar. 1940,
es posible que el mandante alegue "que no ha tenido buen éxito" o "que pudo "G. J.", t. LXIX, p. 996; C. S. J., Sala Civil, cas. civ., 12 sep 1985, Informativo
Jurídico Fasecolda, núm. 89, pp. 16 y ss.; C. S. J., cas. civ., 26 nov. 1986, Infor-
desempeñares a menos costo". Si ya se discute el éxito obtenido o los gastos mativo Jurídico Fasecolda, núm. 89, pp. 30 y ss.
en que ha incurrido el mandatario, es porque el negocio se ha realizado; vale 328 Gérard Memeteau, ob. cit., núm. 618; Jean Penneau, ob. cit., núm. 29; Vicente
decir, el mandatario ha dado cumplimiento a las obligaciones que determina- Acosta Ramírez, ob. cit., núm. 162; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit.,
1092 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1093

aparece abominable para casi todo el mundo, pero de la cual finalmente nadie en muchas oportunidades la forma como ocurrieron los hechos permitirá al juez
puede prescindir, así sea acudiendo a otras denominaciones. Por lo pronto no nos acudir a la noción de culpa virtual, que para algunos consiste en una culpa presun-
interesa justificar o negar la distinción, pero una cosa es cierta: cualquiera sea la ta, mientras que para otros continúa siendo una culpa probada a través de indicios
posición que se adopte, en todos los ordenamientos jurídicos del mundo, la res- (infra, T. I, 1069).
ponsabilidad civil en algunos casos se fundamenta en una culpa probada, mientras
que en otros dicha prueba no se exige, acudiéndose unas veces a la noción de Pero de estos tres riesgos o áleas consideramos como el más importante el
culpa presunta, otras, a la de responsabilidad presunta y otras, a la de responsabi- consistente en la dificultad probatoria de establecer de un lado, el nexo causal, y
lidad objetiva. del otro, la diligencia y cuidado debidos por el médico. Para nosotros es claro que
si en un caso concreto solo la culpa del médico permite explicar la producción del
Ahora, para nosotros el argumento esencial en virtud del cual la culpa médica daño, el problema está resuelto y en ese sentido nos parecen lógicas y justas las
por defectuosa prestación del servicio debe probarse tanto en materia contractual decisiones adoptadas recientemente por el Consejo de Estado. Es más: en la medi-
como extracontractual radica en lo aleatoria que resulta la actividad del médico da que la legislación lo permita, consideramos que el médico está obligado, si de
frente al paciente 329 . Esa aleatoriedad es el criterio predominante para quienes hecho le es posible, a suministrar la prueba de la causa del daño y la de su diligen-
consideran válida la existencia de las obligaciones de medio 330 . cia y cuidado.
Pero sucede que son varias las situaciones aleatorias que se presentan cuando Pero, cuando por circunstancias de hecho no queda rastro alguno para de-
el médico actúa sobre el organismo del paciente. En efecto, es aleatorio que el mostrar cuál fue la causa del daño, ni mucho menos le quede posible al médico
paciente pueda aliviarse con el tratamiento efectuado por el médico; también es demostrar su diligencia y cuidado, entonces el médico deberá ser absuelto a me-
aleatorio que el médico pueda garantizar que no se producirán daños colaterales o nos que el paciente logre demostrar su culpa.
consecuenciales del tratamiento médico 331 ; finalmente, existe el terrible riesgo de
que no se sepa finalmente cuál es la causa del daño sufrido por el paciente o que En efecto, presumir la culpa del médico sin saber cuál fue la causa del daño
ni el médico ni el paciente puedan aportar la prueba de la culpa o de la diligencia conduce, nada más ni nada menos, a una presunción de causalidad que no es más
y cuidado requeridos. que una responsabilidad objetiva. Veámoslo con un ejemplo.

Estas tres circunstancias hacen pensar no solo que existe una obligación de Si un médico practica una intervención benigna que no ofrece mayores ries-
medios contra el médico, para seguir utilizando la terminología tradicional, sino gos y pese a ello el paciente sufre un daño, es claro que, acudiendo a la noción
que esa culpa debe ser probada332 . Desde luego, y no nos cansaremos de repetirlo, de culpa virtual (infra, T. I, 1069), el médico pueda ser declarado responsable en
la medida en que, por inferencia, la única causa posible del daño sea su comporta-
miento culposo. Por el contrario, si se trata de una intervención quirúrgica de alto
(con!. nota 328) núm. 548; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 817; Ricardo de Ángel riesgo, en órganos vitales extremadamente complejos y aún inexplorados, donde
Yagüez, ob. cit., p. 206; René Savatier, ob. cit., t. 11 , núm. 775; C. S. J., cas. civ., confluyen concausas como el estado mismo del paciente y la dificultad de acertar
12 sep 1985, Informativo Jurídico Fasecolda, núm. 89, pp. 162 y ss.; C. S. J., cas. en el tratamiento, sería absurdo presumir la culpa del médico si no solo la posible
civ., 26 nov. 1986, Informativo Jurídico Fasecolda, núm. 89, pp. 30 y ss.
329 Gérard Memeteau, ob. cit., núm. 614; Jean Penneau, ob. cit., núm. 29; Vicente
culpa del médico sino otra serie infinita de causas posibles, hubieren podido pro-
Acosta Ramírez, ob. cit., núm. 162; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., ducir el daño y el médico no tiene forma de establecer que actuó con diligencia y
núm. 548; René Savatier, Comment... , núm. 67; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, cuidado 333 .
ob. cit., núm. 817; Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 21 O.
330 Javier Tamayo Jaramillo, ob. cit., núms. 119 y ss.; Philippe Malaurie, Laurent Aynes, No debe perderse de vista que una cosa es la presunción de culpa, que noso-
ob. cit., núm. 817; Genevieve Viney, ob. cit., núm. 548; Jean Penneau, ob. cit.,
núm. 29.
tros no compartimos pero que por lo menos es discutible, y otra es la presunción
331 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 548; René Savatier, Comment..., de causalidad que hasta ahora nadie se ha atrevido a pregonar abiertamente.
núm. 66.
332 Meza Barros, citado por Vicente Acosta Ramírez, ob. cit., núm. 164; Ricardo de
Ángel Yagüez, ob. cit., p. 120; C. S. J., cas. civ., 12 sep 1985, Informativo Jurídico
Fasecolda, núm. 89, p. 16. 333 En ese sentido, Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 207.
1094 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1095

Lo grave es que la presunción de culpa que ahora pregona el Consejo ría inclinarse en favor del médico, pues de lo contrario, el ejercicio de la medicina
de Estado colombiano conlleva a esa presunción de causalidad. Más adelante se torna imposible.
(infra, T. I, 1077 y ss.) analizaremos una jurisprudencia del Consejo de Estado en
ese sentido. 1065.- EL PACIENTE ASUME LOS RIESGOS

Si un experticio médico llega a la conclusión, por ejemplo, de que un daño Más adelante veremos cómo existe una radical diferencia entre la respon-
cerebral en el paciente pudo haber sido imputable a 10 ó 12 causas, entre ellas una sabilidad por riesgo en materia extracontractual (riesgo que en principio debe
posible negligencia del médico, violaría todo principio jurídico hacer recaer toda ser asumido por quien se beneficia de él), y la responsabilidad contractual
la responsabilidad en este último, todo porque no puede eliminar probatoriamente con culpa probada producto de la aleatoriedad o riesgo de la prestación, que es
su propia culpa. Si subsisten otras 1O u 11 causas posibles, ¿por qué el médico lo que jvstamente la torna en una responsabilidad con culpa probada (obligación
tiene que correr con la responsabilidad ?334 . de medio).

En las ediciones anteriores de esta obra, nosotros aceptábamos la aplicación Por lo pronto, digamos que en materia médica la prestación es triplemente
de la teoría de las cargas dinámicas de la prueba en materia de responsabilidad riesgosa según acabamos de verlo. Alguien podría afirmar que como el médico es
médica, pero, por razones que veremos más adelante, dicha doctrina es lógica- el que crea el riesgo, su culpa se presume. Pero tal criterio, que desde ya no com-
mente insostenible. De todas formas, creemos que el médico tiene la carga de partimos, solo sería discutible en materia extracontractual. En materia contractual
explicarle al juez, en la medida de lo posible, qué fue lo que ocurrió y cuál fue su se ha dicho que mientras más aleatorio sea el resultado de la prestación, más se
diligencia. Pero si tal prueba se torna imposible para el médico, no vemos cómo justifica la culpa probada del deudor.
pueda ser condenado en virtud de una presunción de culpa.
Pero es claro que en materia médica ese triple riesgo debe asumirlo alguien.
No es que creamos que al paciente le queda más fácil demostrar la culpa del La ley y la jurisprudencia que tienen por objeto realizar la verdadera justicia de-
médico que a éste probar la diligencia y cuidado. Pero aún aceptando que la situación ben escogen la persona que asuma los riesgos de la prestación médica. O los asu-
335
probatoria sea más difícil para el paciente, lo cierto es que el simple hecho de que. me el paciente o los asume el médico. Tradicionalmente se ha dicho que el
para el médico exista una mayor o menor dificultad probatoria nos obliga a presu- riesgo pertenece al primero, posición que nosotros compartimos. Los argumentos
mir su diligencia y cuidado, teniendo en cuenta lo aleatorio de su actividad y el fin son de diversa índole, siendo el principal el de la dificultad para lograr el resulta-
humano que persigue. Es absurdo pensar que la carga probatoria dependa de la do querido, el de la no exigibilidad de otra conducta, la justificación del hecho o
comparación de las dificultades probatorias en que se encuentran el médico y el el fin noble perseguido por el médico.
paciente. Lo único que importa es saber si, de hecho, el médico tiene la posibili-
dad probatoria de establecer su diligencia y cuidado, independientemente de la Pero para nosotros existe un argumento fundamental sobre todo ahora que
situación probatoria de la víctima. El orden social y jurídico debe decidir si el empieza a abrirse campo en Colombia la teoría de la presunción en contra de los
riesgo de las dificultades probatorias inherentes al ejercicio de la medicina debe médicos o de las entidades hospitalarias.
ser asumido por el médico o por el paciente. En el mundo entero se admite que es
el paciente quien debe asumir dicho riesgo. Sin embargo, la actual doctrina del En efecto, en derecho es ampliamente reconocida la teoría de la asunción de
Consejo de Estado colombiano opina lo contrario. La tesis que aquí defendemos riesgos, principio según el cual quien se expone a un riesgo en forma voluntaria
se demuestra con mayor evidencia cuando en un caso concreto, el paciente no debe correr con las consecuencias del mismo, a menos que el ordenamiento jurí-
puede probar la culpa del médico y éste no puede probar su diligencia y cuidado, dico prohíba tal comportamiento. Al respecto, JEAN HoNORAr expresa:
así éstas hubieran existido. En esa paridad probatoria, la balanza del juez debe-

335 Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob. cit., núm. 817; René Savatier, ob. cit., t. 11,
334 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 21 O. núm. 797.
1096 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1097

"La aceptación de riesgos, así considerada, se asemeja estrechamente a un por solicitud de éste o por obligación legal, cuyo organismo es en sí mismo el
consentimiento del daño: exponerse voluntariamente a un peligro, quiere decir riesgo. En el fondo, lo que crea el riesgo no es tanto la actividad del médico sino
en cierta medida, consentir un daño que de ese peligro puede resultar, puesto el organismo del paciente.
que solo corresponde a la víctima eventual eliminar toda posibilidad de rea-
lización del daño, renunciando a exponerse al riesgo" 336 . Al respecto RENÉ SAVATIER expresa:

Y para justificar este criterio en relación con la responsabilidad médica el "El automóvil no está destinado a combatir el sufrimiento, la enfermedad y la
citado autor expresa: muerte; el riesgo de la ruta es imputable al automovilista. Los riesgos de
morbilidad son, al contrario, imputables a la naturaleza" 339 .
"Para que la víctima eventual pueda validamente autorizar un acto suscepti-
ble de causarle daño, debe en todo caso tratarse de un peligro limitado cuyas
En conclusión, en la medida en que el paciente acepta correr los riesgos del
razones legítimas justifican la aceptación. Por el contrario, el individuo que
tratamiento médico y en la medida en que el ordenamiento jurídico obliga al mé-
pone sin utilidad la vida o la seguridad de otro en peligro, no puede prevaler-
dico a socorrer al enfermo, dichos riesgos deben ser asumidos por la víctima si de
se del acuerdo de los interesados para pretenderse exento de culpa" 337 .
hecho al médico le queda imposible demostrar su diligencia y cuidado.
Así las cosas, nos parece claro que si el derecho penal en especial y el orden
jurídico en general, justifican los actos médicos, a menos que se pruebe una culpa Más adelante (infra, T. I, 1078) analizaremos la posibilidad de que los daños
del practicante, éste debe ser absuelto si por cuestiones de hecho le es imposible colaterales imputables al riesgo terapéutico constituyan una responsabilidad obje-
demostrar diligencia y cuidado. Obsérvese que, en vía de discusión, ya no esta- tiva, pero siempre y cuando el riesgo patrimonial de la indemnización sea asumi-
mos exigiendo la posibilidad de que el médico permanezca totalmente pasivo en do por las compañías aseguradoras o por un fondo especial de garantías. En esta
el debate probatorio, a la espera de que se demuestre su culpa, sino que conside- forma, el médico o la entidad demandada no tendrían que soportar la pérdida
ramos que si el médico no puede demostrar la diligencia y cuidado, el riesgo de económica de la reparación.
todo lo ocurrido deba ser asumido por el paciente, a menos que demuestre la culpa
del médico. LA CORTE, EN FALLO DE 30 DE ENERO DE 2001, NO FIJA UN CRITERIO
ÚNICO SOBRE LA CARGA DE LA PRUEBA EN LA RESPONSABILIDAD
Porque, bien vistas las cosas, aunque el Consejo de Estado distingue entre la CONTRACTUAL DE LOS MÉDICOS.
presunción de culpa y la presunción de responsabilidad por actividades peligro-
sas338, de todas formas crear un principio general de presunción conlleva a que el
En fallo de 30 de enero de 2001, la Corte hizo importantes reflexiones sobre
médico deba asumir los riesgos cuando de hecho no le sea posible demostrar su
la carga de la prueba de la culpa en materia de responsabilidad médica. Algunas
diligencia y cuidado.
de sus consideraciones nos parecen acertadas, mientras que hay otras que no com-
partimos.
Es que en esto de los riesgos no puede tener el mismo tratamiento quien
utilizando un vehículo lesiona a un peatón que para nada se beneficia con dicho
automotor, que el médico que, en cumplimiento de un deber, trata a un paciente En primer lugar, según explicaremos más adelante (infra, T. I, 1067), la Cor-
te reitera el principio según el cual, en materia extracontractual, la responsabili-
dad de los médicos, se basa en el artículo 2341 y, por lo tanto, la culpa del galeno
debe ser probada, posición que compartimos.
336 Jean Honorat, L'idée d'acceptation desrisques dans la responsabilité civile, Paris,
L.G.D.J., 1969, p. 18; en ese mismo sentido, Philippe Malaurie, Laurent Aynes, ob.
cit., núm. 817; René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 797.
337 Jean Honorat, ob. cit., p. 19.
339 René Savatier, Comment..., núm. 67; en el mismo sentido, Ricardo de Ángel Yagüez,
338 C. de E., Informativo Jurídico Fasecolda, 24 ago. 1992, núm. 91, p. 49. ob. cit., p. 215.
1098 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1099

En segundo lugar, la Corte, al censurar el fallo recurrido en casación, conde- del artículo 1604 del Código Civil, conforme lo autoriza el inciso final de
na el principio general de presunción de culpa contractual médica que había sido la norma" 340 .
acogido por el tribunal y, por el contrario, afirma que no se puede sentar un prin-
cipio general de prueba de la culpa, pues todo depende de las obligaciones que en A renglón seguido, la Corte trata de ubicar el tipo de contrato dentro del
el caso concreto haya contraído el médico. cual se enmarca el de prestación de servicios médicos y al respecto expresa lo
siguiente:
Al respecto, dice la Corte:
"Acerca de la naturaleza jurídica del contrato de prestación de servicios mé-
"El tribunal de instancia en la sentencia examinada, al abordar la culpa en dicos, la jurisprudencia de la Corte no ha sido uniforme, como no lo es la
torno a la carga de probarla, afirma: "Ya que el artículo 1137 del Código postura de la doctrina, que ha visto en este contrato unas veces arrendamien-
Civil francés, del que emana el concepto de obligaciones de medio y de re- to de servicios, como también lo sostuvo la Corte en sentencia de 30 de octu-
sultado, no fue reproducido en el correspondiente al colombiano y en cambio bre de 1915 (G.J. 1282 y 1283, p. 204), o un contrato al que se le aplican las
en éste, a diferencia de aquél, en el citado 1604 estatuye la responsabilidad normas del mandato, como se predicó en sentencias de 29 de marzo de 1923
del deudor de acuerdo con la especie de culpa establecida en proporción a la (G.J. t. XXX, p. 52), 7 de diciembre de 1923 (G.J. t. XXX, p. 238) y 29 de
utilidad que a su favor surge del contrato, y determina que la prueba de la octubre de 1930 (G.J. t. XXXVIII, p. 243), o una locación de obra, o un
diligencia y cuidado incumbe al que ha debido emplearlo". contrato atípico, o un contrato "multiforme" o "proteiforme", o "variable",
es decir, un contrato que en abstracto no se puede clasificar, como ahora lo
"Este criterio del ad quemen manera alguna puede compartirlo la Corte, pues entiende la Corte, dada la falta de una regulación específica del mismo, por-
en él, como ocurre con algunas posiciones doctrinarias, se sienta un principio que en concreto, es decir, teniendo en cuenta la relación efectivamente ajus-
general absoluto de presunción de culpa contractual a cargo de los médicos, tada, bien pudiera configurarse como uno u otro contrato de los típicamente
que ciertamente, como ha venido exponiéndose, es un tratamiento no equili- previstos por la ley: arrendamiento de servicios, confección de obra, manda-
brado, y contrario a la previsión del inciso final del mismo artículo 1604 que to, de trabajo, etc., o un contrato atípico, o si se quiere "sui generis ", como
invoca el tribunal, donde luego del planteamiento inicial sobre la graduación lo califica otro sector doctrinal, inclusive la Corte cuando en sentencia de 26
de culpas y la carga de la prueba de la diligencia y cuidado, se establece que de noviembre de 1986, predicó, sin hacer calificación o clasificación alguna,
todo lo preceptuado, "se entiende sin perjuicio de las disposiciones especia- que al contrato médico de prestación de servicios profesionales le eran apli-
les de las leyes, y de las estipulaciones expresas de las partes". cables "las normas del título XII del libro cuarto del Código Civil, sobre
efectos de las obligaciones y no las relativas a la responsabilidad extracon-
"Aunque la Corte en otras ocasiones, tal como se observa en la reseña juris- tractual...", pues como lo sostuvo la Corte en la sentencia de 5 de marzo de
prudencia!, ha partido de la distinción entre obligaciones de medio y de re- 1940, no es posible sentar reglas absolutas porque la cuestión de hecho y de
sultado, para definir la distribución de la carga de la prueba en la responsabi- derecho varía, así como la apreciación de la culpa del médico.
lidad contractual del médico, lo cierto es que sin desconocer la importancia
de la sistematización y denominación de las obligaciones "de moyens" y "de "De ahí, entonces, que con independencia del caso concreto, no es dable, ni
résultat", atribuida aRené Demogue, que sin duda alguna juegan rol impor- prudente, sentar precisos criterios de evaluación probatoria, como lo hizo el
tante para efectos de determinar el comportamiento que debe asumirse, lo tribunal, pues es la relación jurídica particularmente creada, como ya quedó
fundamental está en identificar el contenido y alcance del contrato de pres- dicho, la que ofrecerá los elementos para identificar cuál fue realmente la
tación de servicios médicos celebrado en el caso concreto, porque es este prestación prometida, para a partir de ella proceder al análisis del comporta-
contrato específico el que va a indicar los deberes jurídicos que hubo de miento del profesional de la medicina y así establecer la relación de causali-
asumir el médico, y por contera el comportamiento de la carga de la prueba
en torno a los elementos que configuran su responsabilidad y particularmen-
te de la culpa, porque bien puede suceder, como en efecto ocurre, que
340 Cas. civ., Enero 30 de 2001. M. P. José Fernando Ramírez Gómez. Exp. 5.507,
el régimen jurídico específico excepcione el general de los primeros incisos Eduardo Afanador contra José Antonio Rivas.
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1101
1100 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

dad con el daño sufrido por el paciente, porque definitivamente el médico no tende. Ahora, probado este último elemento, sin duda alguna, como antes se
puede responder sino cuando su comportamiento, dentro de la estimativa pro- explicó, que lo nuclear del problema está en la relación de causalidad adecua-
fesional, fue determinante del perjuicio causado" 341 . da entre el comportamiento activo o pasivo del deudor y el daño padecido por
el acreedor, pues es aquí donde entran en juego los deberes jurídicos de aten-
A continuación, la Corte se refiere en detalle a la carga probatoria de la culpa ción y cuidado que en el caso concreto hubo de asumir el médico y el fenó-
en materia contractual médica y, al respecto, pareciera que mantiene el principio meno de la imputabilidad, es decir, la atribución subjetiva, a título de dolo
general de la culpa probada, sin perjuicio de que se aplique la denominada teoría o culpa. Pero es precisamente en este sector del comportamiento en rela-
de la carga dinámica de las pruebas. Al respecto, la Corte considera: ción con las prestaciones debidas, donde no es posible sentar reglas probato-
rias absolutas con independencia del caso concreto, pues los habrá donde el
"Aunque para la Corte es claro que los presupuestos de la responsabilidad onus probandi permanezca inmodificable, o donde sea dable hacer actuar
civil del médico no son extraños al régimen general de la responsabilidad (un presunciones judiciales, como aquellas que en ocasiones referenciadas ha
comportamiento activo o pasivo, violación del deber de asistencia y cuidado tenido en cuenta la Corte, pero también aquellos donde cobre vigencia ese
propios de la profesión, que el obrar antijurídico sea imputable subjetivamente carácter dinámico de la carga de la prueba, para exigir de cada una de
al médico, a título de dolo o culpa, el daño patrimonial o extrapatrimonial y las partes dentro de un marco de lealtad y colaboración, y dadas las circuns-
la relación de causalidad adecuada entre el daño sufrido y el comportamiento tancias de hecho, la prueba de los supuestos configurantes del tema de deci-
médico primeramente señalado), y que en torno a ese panorama axiológico sión. Todo, se reitera, teniendo en cuenta las características particulares
debe operar el principio de la carga de la prueba (CPC, art. 177), visto con un del caso: autor, profesionalidad, estado de la técnica, complejidad de la in-
sentido dinámico, socializante y moralizador, esto es, distribuyéndola entre tervención, medios disponibles, estado del paciente y otras circunstancias
las partes para demandar de cada una la prueba de los hechos que están en exógenas, como el tiempo y el lugar del ejercicio, pues no de otra manera,
posibilidad de demostrar y constituyen fundamento de sus alegaciones, pues con justicia y equidad, se pudiera determinar la corrección del acto médico
éste es el principio implícito en la norma cuando exonera de prueba las afir- (lex artis )342 .
maciones o negaciones indefinidas, precisamente por la dificultad de concre-
tarlas en el tiempo o en el espacio, y por ende de probarlas, resulta pertinente
1067.- COMENTARIOS AL FALLO ANTERIOR
hacer ver que el meollo del problema antes que en la demostración de la
culpa, está es en la relación de causalidad entre el comportamiento del médi-
El fallo anteriormente trascrito contiene una serie de consideraciones de gran
co y el daño sufrido por el paciente, porque como desde 1940 lo afirmó la
importancia. Ve amos:
Corte en la sentencia de 5 de marzo, que es ciertamente importante, "el mé-
dico no será responsable de la culpa o falta que se le imputan, sino cuando l. En primer lugar, creemos que la Corte tiene razón cuando afirma que no
éstas hayan sido determinantes del perjuicio causado".
se puede sentar un principio general y absoluto en materia probatoria y que todo
En conclusión y para ser coherentes en el estudio del tema, se pudiera afir- depende de cada caso concreto, como lo hemos explicado al comienzo de esta
mar que en este tipo de responsabilidad como en cualquier otra, deben concu- subsección.
rrir todos los elementos o presupuestos materiales para el éxito de la preten-
sión, empezando por supuesto con la prueba del contrato, que es carga del Sin embargo, nos parece erróneo hacer todo un esfuerzo para ubicar el tipo
paciente, puesto que es esta relación jurídica la que lo hace acreedor de la contractual aplicable a la prestación médica, para decir que se trata de un contrato
prestación del servicio médico, de la atención y el cuidado. Igualmente, co- multiforme y que, por tanto, habrá que averiguar en cada caso concreto a cuál de
rresponde al paciente, probar el daño padecido (lesión física o psíquica) y esos contratos pertenece el que ha sido celebrado, para de allí extraer la carga
consecuentemente el perjuicio patrimonial o moral cuyo resarcimiento pre- probatoria de la culpa.

341 Ibídem. 342 Ibídem.


1102 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 11 03

Hemos realizado enormes esfuerzos para encontrar otros contratos en los que vimos, es una culpa probada a partir de los hechos, según el principio Res ipsa
se asuman obligaciones en materia médica y que, por estar vinculados a dicho loquitur. Equivocarse donde ningún médico prudente se equivocaría por no ser
contrato, varíe la carga probatoria. Solo se nos ha ocurrido un contrato de trans- aleatorio el examen es la prueba de la culpa.
porte con fines terapéuticos denominado "turismo de la salud". Pero aun en ese
caso, si el organizador es por ejemplo una clínica que utiliza sus propios vehícu- Esta solución que proponemos no contradice nuestro criterio según el cual, el
los, es evidente que: o hay dos contratos diferentes, el uno de transporte y el otro contrato de prestación de servicios médicos se rige por el contrato de mandato,
de prestaciones médicas, o hay un solo contrato con obligaciones de naturaleza pues aunque el artículo 2184 del Código Civil establece una culpa probada para
diversa. Afirmar que por estar ligada la prestación médica a un contrato de trans- poder comprometer la responsabilidad del mandatario, dado que normalmente su
porte, al médico se le aplica la responsabilidad objetiva del artículo 992 es un resultado al ejecutar el contrato es aleatorio, habrá otras veces en que el alea no
despropósito. exista y por tanto la no obtención del resultado, es la prueba misma de la culpa
virtual. Así por ejemplo, si se encarga al mandatario adquirir en una droguería un
En realidad, que sea uno u otro contrato no es lo significativo, pues dentro de medicamento y dicho mandatario no se da cuenta que el frasco está abierto, o que
cada contrato hay obligaciones con cargas probatorias diversas y, en consecuen- la fecha de vencimiento ya había pasado, y a raíz de ello el mandante sufre un
cia, cualquiera que sea el contrato celebrado, si en él hay obligaciones médicas, su daño, la culpa del mandatario es evidente, porque conseguir un medicamento en
tratamiento será el mismo independientemente del contrato del cual se despren- buen estado no generaba álea alguno. En cambio, si se le encarga hacer una inver-
dan dichas obligaciones. Inclusive, lo que importa es averiguar que tan aleatoria sión financiera riesgosa que está sometida a los vaivenes de la política y de la
era la obtención del resultado pretendido con el acto médico, lo que no contradice economía mundial, es obvio que el resultado de una buena inversión es aleatorio
nuestra opinión según la cual al acto médico se le aplican las normas del mandato y, por tanto, la culpa del mandatario tendrá que ser probada sin que se pueda
(porque no estamos afirmando que el contrato médico es una especie de mandato). acudir a la culpa virtual.
Como la medicina avanza a pasos agigantados, pero aún queda mucho camino por
recorrer, tradicionalmente se ha dicho que la obligación contractual de los médi- Es más: hemos llegado a la conclusión de que dada la evolución de la ciencia
cos es de medio debido a lo aleatorio de la prestación, pues el médico debe contar y la tecnología es absurdo y contraproducente que el legislador determine a priori,
con una serie de situaciones concretas que hacen imposible garantizar la obten- para cada contrato, si la culpa es requisito de la responsabilidad civil o no, y si
ción del resultado buscado, o evitar la causación de un daño colateral. siéndolo, la culpa deba ser probada o presunta. La solución consistiría en sentar
un principio general según el cual, la culpa se presume o se prueba según lo alea-
Por tanto, lo que el juez debe averiguar no es el tipo de contrato celebrado torio que, a criterio del juez, sea obtener el resultado buscado por el acreedor al
entre el paciente y el médico, sino qué tan aleatorio era el resultado buscado con contratar. De esta forma nos evitaríamos los enormes esfuerzos por acompasar el
el acto médico. Por ejemplo, cuando hay una intervención quirúrgica en el cora- contrato aplicable con la realidad de los hechos. Pera nosotros es claro que, como
zón, en el cerebro, en los ojos o en la columna vertebral, es claro que la culpa del principio general, la aleatoriedad del acto médico hace que su responsabilidad se
médico debe ser probada, dado lo aleatorio y riesgoso del acto médico, sin impor- estructure con base en la culpa probada, culpa que se probará con mayor o menor
tar si estamos en presencia de un contrato u otro. facilidad dependiendo del grado de aleatoriedad. Lo que se afirma de la responsa-
bilidad médica cabe predicarse de otro tipo de obligaciones, como las derivadas
En cambio, la ciencia médica ha avanzado enormemente en ciertos trata- del contrato de mandato, pues no siempre el grado de aleatoriedad que tiene el
mientos y, en consecuencia, el médico, en el orden normal de las cosas debe obte- mandatario para obtener el resultado buscado por el acreedor, es el mismo. Por
ner el resultado buscado sin que el paciente corra riesgos de daños colaterales. eso decimos que, para guardar el respeto por los textos normativos, creemos que
Piénsese en un examen de radiología para detectar una fractura. En la actualidad, tanto en materia médica como mandataria, la culpa pueda ser virtual, si la aleato-
salvo una culpa del médico o una causa extraña, el desarrollo tecnológico y acadé- riedad para obtener el resultado es casi inexistente.
mico permite evitar los riesgos y los resultados aleatorios de tal intervención. Por
tanto, siendo lo normal que el resultado buscado se obtenga por no ser aleatorio el 2. De otro lado, la Corte consagra en el fallo analizado otro principio total-
examen (detectar si el hueso estaba fracturado), es obvio que si resulta una equi- mente excluyente del que acabamos de ver. En efecto, después de afirmar que la
vocación, no es que haya una culpa presunta sino una culpa virtual que, según ya carga probatoria depende de la prestación objeto de la obligación, luego afirma
1104 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1105

que para determinar la culpa o su ausencia se debe acudir al principio de la carga sobre él una culpa presunta ¿cuál es la razón para no aplicar esa misma solución
dinámica de las pruebas. ¿Qué sentido tiene que al aplicar la primera conclu- en materia contractual si los argumentos son exactamente los mismos?".
sión, el juez decida que de acuerdo con el contrato celebrado, la culpa se prueba
o se presume y que párrafos más adelante la Corte afirme que la carga de la 1068.- LA CORTE EN FALLO DE 13 DE SEPTIEMBRE DEL 2002 REAFIRMA
prueba de la culpa se consigue aplicando el principio de la carga dinámica de las QUE AL PACIENTE CORRESPONDE PROBAR LA CULPA DEL MÉDICO
pruebas? Y EL NEXO CAUSAL ENTRE DICHA CULPA Y EL DAÑO

Pero independientemente de esa apreciación sobre las cargas dinámicas de la En un sintético y excelente fallo de 13 de septiembre de 2002 342bis, la Corte,
prueba, cebe observar que dicha teoría está montada en una falacia y que, en últi- apoyándose en el fallo de 30 de en~ro de 2001 de la misma Corporación, conside-
ma instancia, la responsabilidad que se base en esa doctrina terminará basándose ra que la culpa del médico debe ser probada por el paciente y aunque habla tan-
en una culpa probada o en una culpa presunta. Después de analizar tanto la juris- gencialmente de "criterio dinamizador" -se supone que de las pruebas, porque el
prudencia de la Corte como la del Consejo de Estado, percibimos que ambas cor- fallo no lo dice- de todas formas omite aplicar en el caso sub júdice el principio de
poraciones aceptan aplicar la teoría de las pruebas dinámicas, pero con la enorme las cargas dinámicas de las pruebas y se limita a reiterar el principio general de la
diferencia de que, cuando ni demandante ni demandado son capaces de probar la culpa probada, la que, entre otras cosas, encuentra demostrada.
culpa o su ausencia, la Corte en posición que compartimos termina por aceptar la
presunción de inocencia del demandado, mientras que el Consejo de Estado, así Pero aún más importante es que la Corte, en dicho fallo, con muy buen crite-
diga lo contrario, termina aplicando una presunción de culpa, cuando ni el actor ni rio, exige la prueba del nexo causal entre la culpa y el daño, pues concluye que, de
el demandado son capaces de probar la culpa o su ausencia. Ello no hace más que no haber existido la culpa probada del médico tratante, el daño del paciente no se
probar que la teoría está finalmente montada en premisas falsas. habría producido. Es decir, que la Corte condenó al demandado porque encontró
probados la culpa y el nexo causal entre ésta y el daño.
Un poco más adelante, cuando analicemos la responsabilidad médica del Es-
tado (infra, T. I, 1082), explicaremos los motivos por los cuales creemos que la Con respecto a estos dos aspectos, la Corte en el fallo citado expresa lo si-
teoría de las cargas dinámicas de la prueba no es de recibo, y que no hace más que guiente:
desplazar la solución del problema probatorio.
"A este respecto la jurisprudencia de la Corte, a partir de su Sentencia de 5 de
3. Con todo, el sentido común y la bastedad de conocimientos procesales marzo de 1940 (G.J. Tomo XLIX, p. 116) ha sostenido, con no pocas vacila-
del ponente del fallo en comento, lo lleva a incluir dos frases que nos dan a enten- ciones, que la responsabilidad civil de los médicos (contractual o extracontractual)
der que el principio general, salvo excepciones, es el de la culpa probada. En está regida en la legislación patria por el criterio de la culpa probada, salvo
efecto, cuando dice que no hay un principio general absoluto de carga probatoria cuando se asume una expresa obligación de sanación y ésta se incumple, cual
de la culpa, el fallo afirma que "habrá momentos en que el onus probandi perma- sucede, por ejemplo, con las obligaciones llamadas de resultado; criterio rei-
nezca inmodificable". Y un poco antes afirma que "En torno al panorama axiológico terado en términos generales por la Sala en su fallo de 30 de enero de 2001
debe operar el principio de la carga de la prueba (art. 1.077) visto con un sentido (Exp. N° 5507), en el que ésta puntualizó la improcedencia de aplicar en esta
dinámico socializante y moralizador". materia, por regla de principio, la presunción de culpa prevista en el artículo
1604 del C.C., al sostener que, de conformidad con el inciso final de dicho
Significa lo anterior que el principio general es el de la culpa probada a cargo precepto, priman sobre el resto de su contenido "las estipulaciones de las
del demandante, pero que a veces, las circunstancias imponen a cada una de las partes" que sobre el particular existan, añadiendo por consiguiente y no sin
partes colaborar probatoriamente para probar o desvirtuar la culpa. antes reconocer la importancia de la doctrina que diferencia entre las obliga-

4. Finalmente, si la Corte, siguiendo en ello la doctrina universal considera


que en materia extracontractual del médico la culpa se debe probar debido a que
su actividad cumple un fin humanístico y loable, y que no sería justo hacer pesar 342bis Casación civ., 13 sep. 2002. Exp. 6199, M.P. Nicolás Bechara Simancas.
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1i 07
1106 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

ciones de medio y de resultado, que «lo fundamental está en identificar el efecto, aunque en todos estos ordenamientos sigue aplicándose el principio de que
contenido y alcance del contrato de prestación de servicios médicos celebra- corresponde al paciente demostrar la culpa del médico, de todas formas, y por vía
do en el caso concreto, porque es este contrato específico el que va a indicar excepcional, esa prueba se entiende establecida a partir de la demostración de
los deberes jurídicos que hubo de asumir el médico, y por contera el compor- ciertos indicios. Es decir, la forma como ocurrieron los hechos le permite inferir
tamiento de la carga de la prueba en torno a los elementos que configuran su al juez que solo un comportamiento culposo del médico pudo haber sido la causa
responsabilidad y particularmente de la culpa, porque bien puede suceder, del daño 343 .
como en efecto ocurre, que el régimen jurídico específico excepcione el ge-
neral de los primeros incisos del artículo 1604 del Código Civil, conforme lo El doctor RoBERTO VÁZQUEZ FERREYRA344 realiza un profundo análisis del de-
autoriza el inciso final de la norma". recho comparado y demuestra que en países como Italia, Argentina, Francia, Es-
paña, Alemania e Inglaterra, se aplica el criterio de la culpa virtual, aunque acu-
"Y si bien es verdad que en dicho fallo (30 de ene. del 2001) se precisó, en diendo a diversas denominaciones.
armonía con lo precedente, «que con independencia del caso concreto, no es
dable, ni prudente, sentar precisos criterios de evaluación probatoria" porque Es de anotar que algunos autores conceptúan que la culpa virtual es una
es el alcance del contrato particularmente celebrado el que "ofrecerá los ele- culpa presunta 345 , lo que en principio contradiría la noción según la cual la culpa
mentos para identificar cuál fue realmente la prestación prometida" y el que médica debe ser probada por el paciente. Sin embargo, nosotros consideramos que
permitirá "establecer la relación de causalidad con el daño sufrido por el en este caso no estamos ante una auténtica presunción sino ante una prueba por
paciente", también es de ver que en el mismo pronunciamiento la Corte dejó en indicio.
claro que por no ser la responsabilidad civil del médico extraña al régimen ge-
neral de la responsabilidad, respecto de ella «debe operar el principio de la En efecto, para que haya una presunción de culpa es necesario, pero suficien-
carga de la prueba (art. 177 del CPC.) ... ", el que, en los precisos términos de te, establecer que el demandado le causó un daño al demandante sin necesidad de
dicha providencia, en algunos eventos debe hacerse actuar en sentido dinámico. establecer los hechos que rodearon la producción del daño. Producido este último,
se presume que fue por culpa del demandado. En cambio, en la culpa virtual al
"Si, entonces, el médico asume, acorde con el contrato de prestación de ser- demandante le toca establecer una serie de hechos y circunstancias que rodearon
vicios celebrado, el deber jurídico de brindar al enfermo asistencia profesio- el daño para llevarle al juez la íntima convicción de que el demandado actuó cul-
nal tendiente a obtener su mejoría, y el resultado obtenido con su interven- posamente, así no se pueda establecer en forma totalmente clara ese comporta-
ción es la agravación del estado de salud del paciente, que le causa un perjui- miento culposo. Se aplica el aforismo romano res ipsa loquitor (las cosas hablan
cio específico, este debe, con sujeción a ese acuerdo, demostrar, en línea de por sí solas).
principio, el comportamiento culpable de aquél en cumplimiento de su obli-
gación, bien sea por incurrir en error de diagnóstico o, en su caso, de trata-
miento, lo mismo que probar la adecuada relación causal entre dicha culpa y
343 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 778; Gérard Memeteau, ob. cit., núm. 703; Jean
el daño por él padecido, si es que pretende tener éxito en la reclamación de la Penneau, ob. cit., núm. 65; Jorge Mosset lturraspe, Ricardo Lorenzetti, ob. cit., p.
indemnización correspondiente, cualquiera que sea el criterio que se tenga 383. En derecho administrativo, véase Enciclopedia Jurídica Dalloz, Répertoíre de
sobre la naturaleza jurídica de ese contrato, salvo el caso excepcional de la la responsabílíté de la puíssance publique, voz "Responsabilité des services hos-
pitaliers", núm. 43, Paris, Dalloz, 1987, núm. 73. En derecho español, véase Ricar-
presunción de culpa que, con estricto apego al contenido del contrato, pueda
do de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 212.
darse, como sucede por ejemplo con la obligación profesional catalogable 344 Roberto Vázquez Ferreyra, ob. cit., pp. 82 y ss.; en el mismo sentido, Alberto J.
como de resultado". Bueres, ob. cit., p. 83; Gérard Memeteau, ob. cit., núm. 703; Yvonne Lambert
Faivre, ob. cit., núm. 596.
345 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 778; Alberto J. Bueres, ob. cit., p. 84; Gérard
A VECES, LA CULPA ES VIRTUAL Memeteau, ob. cit., núm. 703; Yvonne Lambert Faivre, ob. cit., núm. 596; Enciclo-
pedia Jurídica Dalloz, Répertoíre de la responsabílíté de la puíssaQce publique,
Sin embargo, la mayoría de los ordenamientos jurídicos han facilitado la rúbrica: "Responsabílíté des servíces hospítalíers", núm. 74; Ricardo de Angel Yagüez,
situación probatoria de los pacientes en casos de responsabilidad civil médica. En ob. cit., p. 210.
1108 JAVIERTAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 11 09

B.-La prueba de la culpa médica 1072.- EN PRINCIPIO, EL MÉDICO NO RESPONDE POR ACTIVIDADES PELIGROSAS
en la responsabilidad extracontractual
En cuanto a la posible presunción de culpa en la responsabilidad extracon-
1070.- A continuación analizaremos los principios que regulan la carga de tractual por la prestación defectuosa de un servicio médico, el único tipo de res-
la prueba de la culpa médica en la responsabilidad civil extracontractual. ponsabilidad que podría ser discutido es el de la responsabilidad por activida-
des peligrosas. Es decir, cabría discutir si el médico puede ser condenado con
1071.- Los DIVERSOS TIPOS DE RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL base en la responsabilidad por actividades peligrosas establecido en el artículo
2356 del Código Civil. La discusión es importante porque si tal forma de respon-
A la luz del derecho positivo colombiano, tres son las fuentes de la responsa- sabilidad fuere aplicable al caso que nos ocupa, el médico se presumiría responsa-
bilidad extracontractual y en cada una de ellas la prueba de la culpa juega un papel ble y solo podría exonerarse mediante la prueba de una causa extraña (fuerza
diferente. mayor o caso fortuito, hecho exclusivo de un tercero o hecho exclusivo de la
víctima).
En efecto, el artículo 2341 del Código Civil establece un principio general de
responsabilidad civil con culpa probada (supra, T. I, 520 y ss.), según lo tienen Sin embargo, pese a un fallo aislado de la Corte orientado en ese sentido 347 ,
admitido la doctrina y la jurisprudencia, ya que la presunción establecida en el tal solución es imposible por varios motivos: en primer lugar, porque, según diji-
artículo 1604 solo sería aplicable al incumplimiento de obligaciones contractua- mos (supra, T. I, 1065), el riesgo desplegado por el médico no es un riesgo queri-
les surgidas entre las partes y no al incumplimiento del deber general de pruden- do sino un riesgo debido. Porque, como bien lo dice RENÉ SAVATIER, aunque tanto
cia establecido en el artículo 2341 del Código Civil. el médico como el automovilista ejecutan actividades riesgosas, el fin perseguido
por cada uno de ellos es completamente diferente. Al respecto, el connotado autor
Dentro de este esquema tradicional de responsabilidad extracontractual con expresa:
culpa probada se ha enmarcado siempre la responsabilidad extracontractual de los
médicos 346 , principio que en nuestra opinión, según las excepciones ya vistas, debe "Evidentemente en un servicio general de seguridad humana, el papel del
ser mantenido sin perjuicio de que en ciertos casos concretos se dé aplicación a la médico es positivo: ¡la medicina acrecienta esta seguridad! Evidentemente
noción de culpa virtual (supra, T. I, 1069). también, con respecto de la seguridad humana, el papel de la circulación
automoviliaria es peligroso ¡Su dinamismo compromete esta seguridad!
De otro lado, existe la responsabilidad extracontractual por el hecho ajeno sobre un plan de masa, ello hace presentir desde ya que es equitativo no
que, a la luz de los artículos 2347 y siguientes del Código Civil, establece una presumir la responsabilidad del médico en caso de fracaso, mientras que es
presunción de culpa en contra de las personas que deben responder legal o contrac- legítimo presumir una responsabilidad automoviliaria en caso de acciden-
tualmente por otra persona que en forma ilícita ha causado un daño (supra, T. I, tes"348.
596). Es esta tal vez la única presunción de culpa establecida en la ley que regula
la responsabilidad extracontractual. De allí que, a la luz de la responsabilidad En segundo lugar, aunque la doctrina349 y la jurisprudencia350 colombiana
civil extracontractual, no haya norma jurídica dentro de la cual pueda acomodarse sostienen que la responsabilidad por actividades peligrosas se fundamenta en
una posible presunción de culpa médica. la culpa, de todas formas es claro que ella se inspira en la teoría del riesgo (supra,

Finalmente, los artículos 2356 y ss. establecen presunciones de responsabili-


dad (supra, T. I, 864) que unos fundamentan en la culpa presunta, otros en una
presunción de responsabilidad, y no falta quienes afirmen que se trata de respon- 347 C. S. J., cas. civ., 14 oct. 1959 "G. J.", t. XCI, pp. 758 y ss.
sabilidades objetivas. 348 René Savatier, Comment... , p. 29. En el mismo sentido, C. S. J., cas. civ., 5 mar.
1940, "G. J.", t. XLIX, p. 966. Igualmente, en el derecho español Ricardo de Ángel
Yagüez, ob. cit., p. 215.
349 Javier Tamayo Jaramillo, La responsabilidad, t. 1, núms. 75 y ss.
346 Vicente Acosta Ramírez, ob. cit., núm. 277. 350 C. S. J., cas. civ., 30 abr. 1941, "G. J.", t. Ll, p. 237.
111 Ü JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1111

867) 351 , teoría que tanta incidencia ha tenido en todos los ordenamientos ju- de responsabilidad contra quien ejerce una actividad riesgosa sin una causal de
rídicos. justificación. Es la puesta en riesgo lo que genera esa presunción. En cambio, en
materia contractual la situación riesgosa produce el fenómeno contrario, es decir,
Ahora, aunque en principio se dijo que la presunción de responsabilidad pe- en la medida que el agente no puede garantizar resultados o la seguridad del acree-
saba contra quien creaba el riesgo, lo cierto es que finalmente terminó por acep- dor', su culpa no puede presumirse. La obligación del transportador aéreo era en
tarse que la responsabilidad pesaba sobre quien se beneficiaba con el mismo. No principio de medios, porque se afirmaba que la inseguridad de las aeronaves no
falta quien afirme que, en la medida en que el médico recibe alguna remuneración podía comprometerlo con una obligación de seguridad y de resultado. Fue la tecnificación
por su servicio, él es quien se beneficia con el riesgo producto del acto médico. de la aviación lo que volvió bastante seguras las aeronaves y en tal virtud, la
Sin embargo, tal solución estaría falseada, pues los bienes contrapuestos son infi- obligación del transportador se volvió de resultado. En el Convenio de Varsovia
nitamente dispares, ya que la vida y la integridad personal del enfermo tienen un de 1929 se consagró una presunción de culpa basada en una obligación de medios
valor superior. Ello quiere decir que quien se beneficia con el riesgo del acto en contra del transportador aéreo 353 . En 1971, en virtud del Protocolo de Guatema-
médico es el paciente y, por tanto, lo lógico es que sea él quien asuma ese riesgo, la, esa obligación se tornó de resultado bajo la consideración de que la tecnología
a menos que haya una culpa comprobada del médico. era diferente en ambas épocas 354 .

Por otro lado, en cierta forma, cuando el médico interviene al paciente, la 1073.- LA CORTE, EN FALLO DE 30 DE ENERO DE 2001 ACEPTA
situación es riesgosa para éste, no tanto por la actividad misma del médico sino QUE LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL MÉDICA
por el estado de salud del paciente. O sea que no sería extraño pensar que el riesgo ES CON CULPA PROBADA
lo está creando realmente el paciente, y el médico, en virtud de un deber y de una
justificación legal, trata de recuperar la salud del enfermo (riesgo debido). Es en En la Sentencia de 30 de enero de 2001, que ya hemos comentado en lo que
virtud del cumplimiento de un deber que el médico actúa. se refiere a la responsabilidad contractual médica (supra, T. I, 1066) la Corte se
refiere también y por separado a la responsabilidad extracontractual de los médi-
La responsabilidad extracontractual por el riesgo creado o por el riesgo bene- cos3ss.
ficio solo existe cuando la víctima no necesita para nada de la actividad ries-
gosa del agente y éste, sin que haya un deber jurídico de por medio, pone en Esta vez, sin el menor asomo de duda, la máxima corporación de justi-
peligro la vida o la integridad personal de los demás (riesgo querido). Es decir, cia considera que la responsabilidad extracontractual médica se basa en la
solo el agente es el creador del riesgo y es quien, en forma inconsulta, pone en culpa probada del artículo 2341; posición que compartimos, con la sola obser-
peligro la vida de los otros. Pero en la actividad médica no es el médico quien crea vación de que, en nuestro concepto, debió ser idéntica la solución en materia
el riesgo, ni quien ejercita la actividad peligrosa y, por tanto, su culpa no puede contractual.
presumirse 352 •
Al respecto, la Corte consideró lo siguiente:
De otro lado, también en materia extracontractual es aceptable el principio "Con relación a la responsabilidad extracontractual del médico, siguiendo
según el cual quien acepta correr un riesgo, corre con los daños derivados del los lineamientos del artículo 2341 del Código Civil, la Corte reitera la doctri-
mismo, a menos que demuestre la culpa del agente. na sentada el 5 de marzo de 1940, sobre la carga de la prueba de la culpa del
médico cuando se trata de deducírsele responsabilidad civil extracontractual
Finalmente, no sobra repetir lo que ya someramente habíamos advertido al
principio, en el sentido de que en materia extracontractual existe una presunción

353 Javier Tamayo Jaramillo, El contrato de transporte, Bogotá, Edit. Temis, 1991,
núms. 508 y ss.
351 Javier Tamayo Jaramillo, La responsabilidad, t. 1, núm. 75. 354 Javier Tamayo Jaramillo, El contrato ... , núm. i 6.
352 Jean Penneau, ob. cit., núm. 84. 355 Cas. civ., 30 de enero de 2001. Exp. 5.507. M. P. José Fernando Ramírez G.
1112 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1113

por el acto médico defectuoso o inapropiado (medical malpractice, como se Como el tema es de una importancia práctica evidente, hemos preferido es-
dice en EE.UU.), descartándose así la aplicabilidad de presunciones de cul- cribir una obra dedicada exclusivamente a tan espinoso problema, razón por la
pa, como las colegidas del artículo 2356 del Código Civil, para cuando el cual. remitimos al lector a lo que allí se afirma 356 . En ella se encontrará una reco-
daño se origina como consecuencia del ejercicio de una actividad peligrosa, pilación jurisprudencia! comentada357 .
tal como lo pregonó la Corte en las referidas sentencias de 1942 y 1959,
porque la labor médica está muy lejos de poderse asimilar a ellas. Sin embargo, conviene hacer una síntesis lo más apretada posible de la revo-
lucionaria doctrina de la jurisprudencia, a fin de ilustrar un poco al lector.
Ciertamente, el acto médico y quirúrgico muchas veces comporta un riesgo,
pero éste, al contrario de lo que sucede con la mayoría de las conductas que
la jurisprudencia ha signado como actividades peligrosas en consideración 1076.- FALACIA DE LOS ARGUMENTOS

al potencial riesgo que generan y al estado de indefensión en que se colocan


En efecto, con los argumentos de que al médico le queda posible demostrar la
los asociados, tiene fundamentos éticos, científicos y de solidaridad que
ausencia de culpa al amparo de la llamada teoría de la carga dinámica de las prue-
lo justifican y lo proponen ontológica y razonablemente necesario para el
bas, el Consejo de Estado instauró el principio general según el cual la falla del
bienestar del paciente, y si se quiere legalmente imperativo para quien ha
servicio médico se presume y, en consecuencia, al Estado le corresponde probar la
sido capacitado como profesional de la medicina, no sólo por el principio de
ausencia de culpa 358 .
solidaridad social que como deber ciudadano impone el artículo 95 de la
Constitución, sino particularmente, por las "implicaciones humanísticas
Pero esta doctrina está montada en una serie de artificios y maquillajes.
que le son inherentes", al ejercicio de la medicina, como especialmente lo
consagra el artículo 1o parágrafo 1o de la Ley 23 de 1981 ".
En efecto, si se aplica la teoría de la carga dinámica de las pruebas, que el
Consejo de Estado dice aplicar, es lógico esperar que no se siente ningún princi-
1074.- APLICACIÓN DE LA CULPA VIRTUAL pio general de carga probatoria, pues la citada teoría parte del supuesto de que en
cada caso concreto es el juez quien decide cuál sea la carga probatoria que incum-
No sobra advertir que el concepto de culpa virtual al que ya nos hemos refe- be a las partes. Sin embargo, el Consejo de Estado al crear el principio de la
rido (supra, T. I, 1069) es completamente aplicable a la responsabilidad extracon- presunción traiciona la teoría que dice acoger 359 .
tractual médica. De igual manera, los argumentos que contra la presunción de
falla del servicio médico en la responsabilidad del Estado expondremos más ade- De otro lado, aunque es cierto que al paciente le queda supremamente difícil
lante (infra, 1082 y ss.), son aplicables a la responsabilidad civil extracon- probar la culpa del médico, lo cierto es que un porcentaje muy alto de las jurispru-
tractual. dencias de los últimos años, del propio Consejo de Estado, llegan a la conclusión
de que hubo una culpa probada de los médicos, lo que le quita peso a la otra
§ 2.- LA PRUEBA DE LA CULPA MÉDICA premisa de que se vale la teoría de la presunción 360 .
EN LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO
Y para acabar de derrumbar las premisas de apoyo esgrimidas por el Consejo
de Estado, casi la totalidad del resto de los fallos proferidos por la misma corpo-
1075.- PRESUNCIÓN DE FALLA DEL SERVICIO. REMISIÓN

Aunque durante muchos años el Consejo de Estado acogió la tesis de la culpa


probada en materia de responsabilidad del Estado por la prestación de servicios de 356 Javier Tamayo Jaramillo, Sobre la prueba de la culpa médica, cit.
salud, lo cierto es que a partir de los últimos años dicha Corporación dió un viraje 357 Ídem.
radical creando una presunción de causalidad en contra de los entes públicos de 358 Ibídem, núm. 28.
salud, aunque los fallos insisten en que se trata solo de una presunción de falla o 359 Ibídem, núm. 30.
culpa. 360 Ibídem, núm. 45.
1114 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1115

ración en los últimos años condena al Estado porque éste no fue capaz de desvir- condenó al demandado bajo el argumento de que para dicha corporación el nexo
tuar la presunción de falla que pesa en su contra. Luego no es cierto que al médico de causalidad existía.
le quede fácil probar ausencia de culpa.
Dos preguntas: si con o sin dictamen se iba a condenar, ¿para qué nombraron
losperitos?; si a estas alturas de la discusión el fallador se arroga el derecho de
1077.- PRESUNCIÓN DE CAUSALIDAD Y NO DE CULPA ignorar a los científicos nombrados por él mismo, ¿para qué seguir afirmando que
no estarnos en presencia de una presunción de causalidad?
Ahora, lo grave es que aunque el Consejo de Estado se empecina en diferen-
ciar la presunción de falla y la presunción de causalidad, concluyendo que es la La conclusión asombrosa de esta decisión es que el Consejo de Estado presu-
primera y no la segunda la que se aplica en materia rnédica361 , la verdad es lo me que los médicos no saben de medicina, puesto que los presume culpables y
contrario, pues se presumen la culpa y la causalidad. Una vez más, se parte de presume que dicha corporación sí tiene conocimientos médicos pues afirma, sin
unas premisas para concluir contrariándolas. demostrarlo, el nexo de causalidad que los peritos nombrados no pudieron deter-
minar.
En efecto, corno lo hemos mostrado en nuestra obra sobre el tema 362 , en no
pocas oportunidades, ante la imposibilidad de saber cuál fue la causa del daño, el Uno entiende que ante una presunción, la ausencia total de prueba sobre la
Consejo de Estado termina por condenar al Estado con el argumento de que a éste causalidad pudiera interpretarse en contra del presunto responsable y las reflexio-
le correspondía probar que no había causado el daño. Si eso no es una presunción nes del juez pudieran conciliarse con la inacción probatoria. Pero si el mismo juez
de causalidad, no sabernos entonces qué lo sea. nombra los peritos y estos afirman desconocer la relación de causalidad y pese a
ello se condena, es absurdo, por decir lo menos, seguir tranquilizando los espíri-
Y en fallos posteriores el Consejo de Estado ha mantenido esa dualidad de tus anunciando con bombos y platillos que solo se trata de una sencilla presunción
conceptos sin que aparezcan claros los argumentos para asumir una u otra posi- de culpa, fácil de desvirtuar.
ción. Así, por ejemplo, en dos decisiones del 30 de enero de 1998, el Consejo
exige la prueba del nexo causaP 63 . Con todo, un par de sentencias de dicha corpo- En otra decisión reciente, del18 de febrero de 1998 365 , el Consejo de Estado,
ración contradicen abiertamente esta solución. sin soporte científico alguno, afirma que a cargo de los médicos obstetras existe
una obligación de resultado, lo que hace que pasemos de una presunción de culpa
En efecto, en una decisión del15 de octubre de 1997 364 , el Consejo de Estado, a una presunción de causalidad.
al fallar la responsabilidad del Estado por muerte de un paciente que falleció lue-
go que le fue colocada una ampolla de penicilina, advierte que de acuerdo con la Llegados a este punto la discusión se agota ya que para nadie es un secreto
necropcia, no puede determinarse cuál fue la causa del daño. Luego nombra peri- que las obligaciones de resultado se fundan necesariamente en una presunción de
tos médicos para que determinen el nexo de causalidad y, según se desprende del causalidad (supra, T. I, 343).
párrafo transcrito en la sentencia, los peritos se limitan a hablar de una probabili-
dad de causalidad. Pese a ello, el Consejo, con la mayor simpleza del mundo, 107ft- DEFINÁMONOS: O RESPONSABILIDAD CIVIL O SEGURIDAD SOCIAL

Un análisis sociológico y jurídico de los desarrollos de la jurisprudencia del


361 Ibídem, núm. 40. Consejo de Estado sobre la presunción de falla que nos ocupa nos lleva a concluir
362 Ibídem, núm. 40. que, en el fondo, estamos cruzando la frontera entre la responsabilidad civil y la
363 C. de E., 30 ene. 1998, expediente 10.463, Gaceta Jurisprudencia/, Ed. Leyer, seguridad social.
núm. 60, feb., 1998, p. 44; C. de E., 30 ene. 1998, expediente 11.650, Gaceta
Jurisprudencia/, Ed. Leyer, núm. 60, feb., 1998, p. 46.
364 C. de E., 15 oct. 1997, expediente 10.553, Gaceta Jurisprudencia/, Ed. Leyer, núm.
57, nov., 1997, p. 70. 365 C. de E., 18 feb. 1998, expediente 11.802.
1116 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1117

En efecto, según dijimos (supra, T. I, 9), cuando la víctima es indemnizada Pero ... ¿y la plata?
en forma automática por el Estado, nos encontramos frente a un sistema de segu-
ridad social y no de responsabilidad civil. En cambio, si permanecemos en el Es allí donde nuestra jurisprudencia contencioso administrativa no quiere
ámbito de la responsabilidad civil, los elementos causalidad e imputación siguen reflexionar.
primando como requisitos para condenar al demandado. Es evidente que la plata para pagar esa avalancha de condenas tiene que salir
de alguna parte. En la actualidad está saliendo del presupuesto del Estado para
Lo cierto es que la avalancha de sentencias condenatorias contra un Estado salud pública. O sea que por pagar responsabilidades objetivas, cada día el servi-
que no tiene forma alguna de defenderse y que es condenado aunque no se pruebe cio público de salud se deteriora más.
su participación causal en el daño constituye, en la práctica, un régimen de asun-
ción de riesgos o de seguridad social. Con ello no queremos decir que el Estado nunca deba ser responsable en
materia médica. Lo que afirmamos es que con un régimen de falla o causalidad
Pero si eso es lo que quiere la jurisprudencia contencioso administrativa, que presunta como el que se aplica actualmente, el presupuesto del Estado no alcanza.
lo diga claramente y sin tapujos. Tomemos partido filosófico-político sobre el Por ello, en el mundo entero se entiende que si hay una falla del servicio probada,
tema y dejemos de estar dando las apariencias de un régimen de responsabilidad el Estado debe responder.
civil basado en la culpa así sea presunta.
Para que no nos salgan ahora con demagogias, con una presunta protección
Y en ese caso, nuestra posición filosófica sobre el punto es la de acoger un de los débiles y los pobres al aplicar en su favor la presunción de falla del servicio
sistema de seguridad social si es que desde el punto de vista financiero ello es médico, pensemos que los que tienen capacidad económica no utilizan los servi-
posible. Es eso lo que se discute en la Comunidad Económica Europea en relación cios públicos de salud. Son los más pobres, por el contrario, quienes lo hacen. En
con los accidentes quirúrgicos 366 . Pero no podemos seguir estrangulando la teoría la actualidad, los hospitales públicos se cierran o los pacientes tienen que llevar
de la responsabilidad civil, conduciéndola hacia unos resultados que nada tienen las drogas y las sábanas, pues el presupuesto está siendo consagrado a pagar con-
que ver con ella. Si se presume la falla, si se presume el nexo causal y si se denas de accidentes no culposos.
presumen los perjuicios morales, no sigamos hablando de responsabilidad sino de Se nos argumentará que el fallador no puede detenerse en consideraciones
solidaridad social. Así nuestras generaciones futuras entenderán que hay una dife- económicas externas a sus decisiones judiciales. Con todo, eso sería mal razonar.
rencia entre solidaridad y responsabilidad, aunque ésta última solo sea una pieza Basta leer las obras de los autores que han estudiado las relaciones entre econo-
de museo. mía y derecho para comprender que el derecho de daños solo puede avanzar pro-
tegiendo a las víctimas en la medida en que el costo de los accidentes pueda pa-
1079.- EL PROBLEMA ES DE PLATA garse. No hacerlo así es comerse los pocos ahorros de que dispone una sociedad.
Un día llegará (¿ya llegó?) en que el Estado simplemente agote sus finanzas. A
Pero resulta que las presunciones de culpa o de responsabilidad, así como los partir de entonces, otra generación percibirá la equivocación que ahora comete-
sistemas de seguridad social, parten del presupuesto de que el riesgo se diluye mos y ... ¡a recomenzar la historia! Esperemos que cuando ello ocurra, los baremos
entre la comunidad por vía del seguro o de los impuestos. Solo en Colombia exis- indemnizatorios no dejen en la miseria a las verdaderas víctimas de errores inexcusables
te un régimen de responsabilidad objetiva sin respaldo asegurativo o impositivo. de los médicos. Lo grave es que el péndulo de la historia no perdona, sobre todo
cuando ingenuamente lo empujamos hacia uno de sus extremos.
Nosotros estamos de acuerdo: ojalá exista un sistema de solidaridad social
La prueba de lo que decimos la tenemos en la Comunidad Económica Euro-
que en materia médica indemnice a las víctimas de los accidentes médicos. Los
pea en relación con los accidentes quirúrgicos. En efecto, desde hace algunos
primeros en apoyar esa doctrina somos nosotros.
años se discute un proyecto de directiva que establece un régimen no culposo de
indemnización por accidentes quirúrgicos o riesgos terapéuticos. Y Aunque ese
sistema se alimentaría financieramente con los aportes de la comunidad en gene-
366 Javier Tamayo Jaramillo, Sobre la prueba de la culpa médica, núm. 67. ral, lo cierto es que no cubriría la totalidad de los daños.
1118 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1119

Así parezca increíble para quienes en Colombia piensan que lo económico no c_argas dinámicas de la prueba, el médico estaba en mejores condiciones probato-
debe importar en estos asuntos, lo cierto es que, a la fecha, el sistema no ha sido nas que el demandante y, por tanto, a él le correspondía probar la ausencia de
aprobado porque su financiación no es factible. Solo Francia ha implementado un culpa y, como no lo hizo, es responsable, llegando así al mismo principio general
sistema de solidaridad social para los riesgos terapéuticos mediante la Ley de 4 de de presunción de falla.
marzo 2002 367 .
Pero veamos el contenido del fallo en el que, por primera vez, se condena
CAOS JURISPRUDENCIAL POSTERIOR A 1998 formalmente. el principio general de presunción de culpa, que venía aplicándose
por el ConseJo de Estado, desde 1992. En sentencia de 10 de febrero de 2000 la
Como se verá, en los fallos que comentaremos en los párrafos que siguen, la máxima Corporación de lo contencioso administrativo dijo lo siguiente: '
jurisprudencia del Consejo de Estado tiene sumido en un caos conceptual absolu-
"En ~elación con esta posi_ción (la falla presunta), reiterada por la jurispru-
to el método probatorio de la culpa y de la causalidad de la responsabilidad del
dencia de esta Sala a partir de la expedición del fallo citado se considera
Estado en materia médica.
necesario precisar que, si bien tiene origen en el llamado principio de las
cargas probatorias dinámicas -cuya aplicación, aunque no tiene sustento en
APLICACIÓN DE LA CARGA DINÁMICA DE LAS PRUEBAS nuestra legislación procesal, puede decirse que encuentra asidero suficiente
en las normas constitucionales que relievan el principio de equidad- ha re-
Pero consciente de que la presunción de falla como principio general no po- sulta~o planteada en términos tan definitivos que se ha puesto en peligro su
día fundarse lógicamente en la teoría de las cargas dinámicas de las pruebas, el propw fundamento. En efecto, el planteamiento ha llevado a aplicar, en todos
Consejo de Estado abandonó por lo menos teóricamente la doctrina de la presun- los casos de daño causado en desarrollo de la prestación del servicio médico
ción de falla del servicio y en su defecto, consideró que no era conveniente sentar asiste~cial, la t~or~a de la falla del servicio presunta, exigiéndosele siempre a
un principio rígido ya que, como lo habíamos dicho desde hace una década en las entid~des publicas demandadas la prueba de que dicho servicio fue pres-
nuestra obra Sobre la prueba de la culpa médica368 , aunque la jurisprudencia de la tado debidamente, para poder exonerarse de responsabilidad.
falla presunta decía apoyarse en la carga dinámica de las pruebas, hacía todo lo
contrario, pues su teoría lo único que lograba era cambiar el principio general de Resulta, sin embargo, que no todos los hechos y circunstancias relevantes
la falla probada por el también principio general de la falla presunta. Consideró p~ra esta,ble_cer si la~ en:i~ades públicas obraron debidamente tienen implica-
pues el Consejo de Estado, en el citado viraje, que era en cada caso concreto ciOnes tecmcas o cientiflcas. Habrá que valorar, en cada caso, si éstas se
donde el juez definía si al paciente o a sus familiares les correspondía probar la enc~entran ~resentes o no. Así, habrá situaciones en las que, sin duda, es el
falla del servicio o si era a la institución pública demandada a quien correspondía paciente qmen se encuentra en mejor posición para demostrar ciertos hechos
probar la ausencia de culpa. Ya por lo menos, la máxima corporación de lo con- relaciona~os ~~n la ac~uaci~n de la entidad respectiva. Allí está, precisamen-
tencioso administrativo fue consecuente con el principio de la carga dinámica de t~, la exphcacwn del dm~mismo de las cargas, cuya aplicación se hace impo-
las pruebas, teoría que si bien no compartimos, por lo menos arroja o trata de sible a~te el recurso obhgado a la teoría de la falla del servicio presunta,
arrojar una igualdad probatoria para las partes. donde simplemente se produce la inversión permanente del deber probatorio.

As_í las cosas, la tarea del juzgador resulta más ardua y exigente, pues es él
Pero en la práctica, según veremos enseguida al analizar los fallos de los
qmen debe establecer, en cada caso, cuál de las partes se encuentra en condi-
últimos años, la aplicación de dicho principio es irreal, pues cada que la culpa no
ciones más favorables para demostrar cada uno de los hechos relevantes en
puede ser probada, el Consejo concluye que, en aplicación del principio de las
relación con la conducta del demandado, para adoptar la decisión"369_ '

367 Phillipe, Le Tourneau. Droit de la responsabilíté et des contrats. París, Dalloz,


2004, num. 4227 y ss. 369 C. E., febrero .1 Ode.2000, exp. 11.878, M.P. Alier Hernández. Estos mismos argu-
mentos han s1do reiterados en muchas otras oportunidades por el propio Consejo
368 Editorial Diké, 1995. de Estado.
1120 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1121

1082.- CRÍTICA A ESTA TEORÍA Y EVOLUCIÓN DE LA JURISPRUDENCIA 2. Si el juez no impone la carga probatoria desde un comienzo, se estaría
HASTA LA FECHA violando el derecho de defensa de la parte sobre la cual recae la carga probatoria.
Es injusto por ejemplo, que una vez practicada toda la prueba, el juez decida que
Pero como si fuera poco lo anotado unos párrafos atrás, esta doctrina de las era el demandante quien tenía la carga de probar la culpa. Ante situación semejan-
cargas dinámicas de las pruebas, que nosotros acogimos sin reservas en un co- te; si se quiere ser consecuente con la teoría, el juez tendría que decretar otro
mienzo, está montada sin embargo en varios sofismas que la tornan imposible de período probatorio para que el demandante aportara la prueba que el juez puso en
aplicar. Para demostrarlo nos parece útil presentar en los párrafos que siguen, un cabeza suya. Y si no decreta ese período probatorio adicional y se limita a fallar,
escrito publicado hace algún tiempo, donde justamente explicábamos los argu- el derecho de defensa se estaría violando, porque no se le brindó a la parte afecta-
mentos para rechazar la ilusión salomónica de esta doctrina. da el derecho a defenderse según la carga impuesta por el juez.

3. Independientemente de que la teoría nos guste o no, ella impide al juez


En el citado escrito, decíamos lo siguiente:
adoptar a priori como principio general, una carga probatoria para determinado
tipo de asuntos, pues si así fuera la teoría estaría siendo negada en su misma
Ante las injusticias que a veces genera el sistema rígido de las cargas pro-
esencia. Es para cada caso individualmente considerado que se aplica la teoría.
batorias establecidas a priori por la mayoría de regímenes jurídicos, surgió
Sin embargo, el Consejo de Estado razona diferente. En efecto, en sus primeras
en Argentina una sugestiva teoría denominada "las cargas dinámicas de las prue-
decisiones (C.E., jul. 30/92, Exp. 6897, p. 836) acogiendo la presunción de falla
bas". El postulado fundamental de dicha doctrina consiste en que un sistema
del servicio en materia médica, el Consejo de Estado se ampara en la doctrina de
ideal probatorio no debería establecer a priori una carga probatoria a favor de
las cargas dinámicas de las pruebas. Sin embargo, a renglón seguido establece un
demandante o demandado, sino que, en cada caso concreto, el juez, de acuerdo
principio general de presunción de falla del servicio bajo la premisa de que en
con los elementos de juicio de que disponga, impone la carga probatoria al uno o
todos los casos, al Estado le queda más fácil probar la ausencia de culpa, que al
al otro de los contendientes. Es decir, el demandante no siempre tiene que probar
paciente o a sus familiares establecer la falla del médico. Con ese criterio, la
lo que alega, ni el demandado tiene siempre que desvirtuar presunciones en su
teoría se aniquila, pues lo que el consejo hace es continuar con el sistema rígido
contra.
tradicional de carga probatoria; solo que esta vez la carga probatoria se invierte
totalmente. Es una apreciación gratuita, sentar a priori la conclusión de que siem-
Cuando escuché la tesis por primera vez, me acogí a ella sin restricciones. El pre a determinado demandado le queda más fácil probar la ausencia de culpa, que
Consejo de Estado amparado en la misma doctrina creó una presunción general de al demandante demostrar dicha culpa. La doctrina de las cargas dinámicas exige
falla del servicio en materia de salud, aunque según indicaré más adelante, en la pues que no haya cargas probatorias fijadas a priori.
práctica sus decisiones contradicen la esencia de esta doctrina. Recientemente, la
Corte Suprema de Justicia acogió la misma solución (CSJ, ene. 30/2001, Exp. 4. Hay una serie de cargas probatorias que por fuerza de las circunstancias
5507, p. 34). Con todo, una reflexión más detenida de dicha teoría, permite ver no pueden estar sometidas al sistema de la doctrina de la carga dinámica de las
que contiene una serie de falacias que hacen imposible su aplicación, si se sigue pruebas, lo que le quita fuerza a la teoría, sin que sus defensores expliquen esa
un criterio lógico de los principios probatorios. Veamos: diferencia de trato procesal. En materia de nexo de causalidad, por ejemplo, lo
lógico es que el demandante tenga la carga de probarlo, así no tenga facilida-
l. Se supone que al comenzar el proceso, el juez no dispone de elementos des para hacerlo. Es absurdo por ejemplo, pensar que el juez le imponga al deman-
de juicio suficientes para decidir a quien impone la carga probatoria. Es el de- dado por un accidente de tránsito la carga de probar que él no atropelló a la vícti-
sarrollo del proceso el que permite al juez formarse una idea de quién está en ma. En esa misma dirección se orienta el Consejo de Estado cuando en forma
mejores condiciones para hacerlo. Y si ninguna de las partes aporta pruebas para reiterada afirma que es al demandante a quien corresponde, en principio, probar el
demostrar que la otra está en mejor situación probatoria, la teoría no podrá funcio- nexo causal y que, en relación con este elemento, la teoría de las cargas dinámicas
nar. Imaginemos que ni el demandante ni el demandado se esfuercen en aportar de la prueba no se aplica (C.E., jun. 15/2000, Exp. 12.548, p. 9). De dos cosas
pruebas o no logran conseguirlas por más que lo intenten, teniendo el juez que una: o el principio opera sin restricciones y entonces el Consejo de Estado, tácita-
fallar o absolver. ¿Con base en cuál criterio toma una u otra decisión? mente, al exigirle al demandante la prueba del nexo causal en los procesos de
1i 22 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS i 123

responsabilidad médica, está presumiendo que al demandante le queda mas fácil mente a quien le corresponde la carga probatoria, que sería lo lógico, pues de lo
probar el nexo que al Estado desvirtuarlo; o bien está estableciendo una excepción contrario se niega el derecho de defensa de la parte vencida, la que solo al momen-
a la teoría que dice aplicar, pero no expone los argumentos de tan particular dis- to de ser condenada sabe qué carga probatoria tenía. Si se es consecuente, el juez
tinción. después de analizar el expediente, debe llamar a las partes para informarles cuál
es 'la carga probatoria que les corresponde, dándoles la oportunidad para pedir y
¿Será que la teoría solo se aplica a la prueba de la culpa? En caso afirmativo practicar las pruebas que exige la carga impuesta por el juez, pues de lo contrario
¿por qué? la doctrina de las cargas dinámicas es solo una ilusión. Por ese motivo, los dos o
tres fallos que dicen aplicar la teoría terminan siempre, cuando ya no hay oportu-
5. Pero el argumento central que desnuda la falacia de la teoría de las car- nidad para pedir pruebas, afirmando en la sentencia condenatoria que es al médico
gas dinámicas de la prueba lo descubrimos cuando el juez se encuentra con que o a la institución de salud demandada quien por su oficio y conocimientos estaba
ambas partes han luchado como gladiadores y ninguna de las dos ha podido pro- en mejor posición probatoria y que, como no lo hizo probando su ausencia de
bar los extremos de hecho de que depende la sentencia. Imaginemos una demanda culpa, debe ser declarada responsable. Si fuera consecuente, el juez antes de fa-
contra un médico que a media noche, de urgencia, y en mitad de la vía, atiende un llar, debía dictar un auto advirtiéndole que sobre él recae la carga de la prueba,
paciente que fallece, sin que el médico tenga la más mínima posibilidad de probar dándole la oportunidad de desvirtuarla, pues de lo contrario se desconoce el dere-
que no tuvo culpa, porque las circunstancias de espacio y tiempo que rodearon el cho de defensa.
acto médico se lo impiden (el cadáver es cremado sin analizar si hubo negligencia
en el comportamiento del médico, no hay testigos, ni exámenes de laboratorio, ni 1085.- EL CONSEJO DE ESTADO DA POR SENTADO QUE SIEMPRE ES LA ENTIDAD
forma de hacer historia clínica). Pero tampoco los demandantes tienen forma de DEMANDADA QUIEN ESTÁ EN MEJOR POSICIÓN PROBATORIA Y, POR LO
probar la culpa del médico. TANTO, IMPONE A ESTA UNA PRESUNCIÓN DE CULPA

En ese caso, el juez tiene que fallar absolviendo o condenando. Si absuelve al La virtud de la carga dinámica de las pruebas radica en que, para cada caso
médico es porque entonces la culpa no se presume, y si lo condena es porque la concreto, el juez antes de fallar decide quién está en mejor posición probatoria y,
culpa del médico es presunta. En uno y otro caso, la teoría de las cargas dinámicas con base en ello, presume la inocencia o la culpa. Pero si a priori se va a concluir
desaparece, porque debe existir un principio a priori que establezca cuál es la que siempre es al médico a quien corresponde probar ausencia de culpa, porque él
solución cuando ni el demandante es capaz de probar la culpa ni el demandado, la está en mejor situación probatoria que la víctima, el cambio jurisprudencia! fue
ausencia de culpa. Se aniquila pues la teoría. meramente ilusorio, pues todo terminará en una presunción de culpa. Ello prueba
nuestra opinión según la cual, cuando nadie puede probar culpa o ausencia de la
1083.- INCOHERENCIAS DE LA JURISPRUDENCIA DEL CONSEJO DE ESTADO
misma, el juez debe absolver, como lo considera en sus fallos la Corte Suprema de
Justicia, y entonces hay una presunción de ausencia; o condena, como lo hace el
Como consecuencia de las falencias que le hemos anotado a la doctrina de las Consejo de Estado, y entonces hay una presunción de culpa.
cargas dinámicas de la prueba, veamos las contradicciones a las que se ha visto
En ese sentido vale la pena referirnos a algunas sentencias en las que simple-
confrontado el Consejo de Estado desde cuando aceptó la mencionada solución.
mente para condenar se dice que el médico estaba en mejores condiciones proba-
torias que la víctima.
1084.- EL CONSEJO DE ESTADO NO APLICA REALMENTE EL PRINCIPIO
DE LAS CARGAS DINÁMICAS, CON LA INSTRUMENTACIÓN PROCESAL
1086.- CoNSEJO DE EsTADO, JULIO 1o DE 2004
QUE TAL DOCTRINA EXIGE

Así en un fallo de julio 1o de 2004, el Consejo de Estado consideró lo que sigue:


En primer lugar, desde cuando se sentó el principio general de la carga diná-
mica de las pruebas (feb. 10/2000), el Consejo de Estado, por lo menos en la "Por lo demás, si las conclusiones anteriores no pudieran considerarse sufi-
enorme cantidad de fallos por nosotros consultados, nunca, analiza anticipada- cientes, no le cabe duda a la Sala de que el caso concreto es uno de aquellos
1124 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1125

en los que la demostración de los hechos que estructuran la falla, salvo en so sus empleados, personal médico, de enfermería, auxiliar e instrumentador,
cuanto se refiere a la aplicación de la anestesia no indicada, resulta práctica- que son quienes presencian minuto a minuto el desarrollo de los procesos
mente imposible para la víctima, dado que se trata de acreditar la impericia médico-quirúrgicos que allí se adelantan y quienes les corresponde docu-
de un procedimiento que no fue realizado en presencia de otros profesiona- mentar en la historia clínica todas las incidencias de los mismos, historia
les distintos al directamente encargado del mismo, y sobre el cual no fue clínica con todos sus anexos, que debe reposar obligatoriamente en los archi-
posible obtener mayor información en virtud de la falta de voluntad de la vos de la institución y cuya aportación al proceso no debió representar ningu-
entidad demandada para aportar al proceso las pruebas respectivas. Sería proce- na dificultad" 371 .
dente, en estas condiciones, con fundamento en la equidad, como criterio
auxiliar de la actividad judicial, acudir, de manera excepcional, a la inver- Siendo así las cosas, ¿para qué crear la falsa expectativa de que hubo un real
sión del deber probatorio de dicho elemento de la responsabilidad, inaplican- cambio de posición, si desde un comienzo se va a concluir que el médico está
do el artículo 177 del Código de Procedimiento Civil, conforme a lo expli- siempre en mejores condiciones probatorias que la víctima y que, por lo tanto, la
cado en la primera parte de estas consideraciones, y presumir, entonces, culpa se presume? Esto prueba la falacia de la doctrina de las cargas dinámicas de
que la administración de la anestesia local a (S) se hizo con negligencia e la prueba. Porque una cosa es cierta: en materia médica, la carga probatoria no
impericia, por parte del anestesiólogo del ISS que tuvo a su cargo el procedi- consiste tanto en quien está en mejores circunstancias probatorias, sino en saber si
miento. ante la imposibilidad del paciente y del médico de probar la culpa o la ausencia de
la misma, sea el médico quien se presuma culpable. Y el simple hecho de que el
La entidad demandada, por su parte, no demostró que hubiera obrado con la médico haya practicado la operación no permite afirmar que a éste le queda más
diligencia, la prudencia y la pericia debidas, esto es, que hubiera tomado las fácil demostrar ausencia de culpa. Como lo hemos dicho, una cosa es explicarle al
precauciones necesarias para evitar la complicación indicada-utilizando una juez cómo ocurrieron los hechos que derivaron en el daño -aspecto al que sí está
aguja adecuada para las condiciones anatómicas del ojo de la paciente, veri- obligado el médico, sin duda alguna- y otra es probar que no tuvo culpa -cosa
ficando de la inexistencia, en su caso, de condiciones propias para la agrava- bien distinta y en la práctica imposible como lo demuestran los múltiples fallos
ción del riesgo, etc., o que hubiera realizado el procedimiento con la habili- condenatorios-.
dad y la destreza necesarias, por lo cual tendría que concluirse, en todo caso,
que se encuentra acreditada su responsabilidad" 370 . Además, si se mira cuantitativamente el número de condenas con culpa pro-
bada y el de condenas con culpa presunta, se verá que no es cierto que el médico
esté en mejores condiciones probatorias que el paciente o su familia.
1087.- CONSEJO DE ESTADO, DICIEMBRE 14 DE 2004

Y en una decisión más reciente, de diciembre 14 de 2004, el Consejo de 1088.- EL CONSEJO DE ESTADO A VECES OLVIDA LA DOCTRINA

Estado es todavía más contundente en afirmar que como a los médicos les queda DE LAS CARGAS DINÁMICAS DE LAS PRUEBAS Y VUELVE

más fácil probar diligencia y cuidado, que al paciente demostrar la culpa del gale- A APLICAR LA DOCTRINA DE LA FALLA PRESUNTA

no, en virtud de la carga dinámica de las pruebas, la falla del servicio se presume.
Al respecto, el citado fallo expresa: Pero para que se vea la inconsistencia de la jurisprudencia del Consejo de
Estado en la materia, basta observar que, pese a que la doctrina ya más o menos
"Lógicamente, el Hospital de Popayán estaba en mejores condiciones de apor- establecida es la de la carga dinámica de las pruebas, encontramos, sin embargo,
tar la prueba de cómo sucedieron los hechos, es decir, cómo se desarrolló el algunas decisiones que ignoran tal solución dominante y aplican como si nunca
proceso de parto de (E), puesto que se trata de un evento que transcurre en hubiera existido cambio de posición, la teoría de la falla presunta, aplicada desde
una sala especializada de la institución hospitalaria, a la que sólo tienen acce- 1992.

370 C.E., jul. 1°/2004, exp. 14.696, M.P. Dr. Alier Hernández E. 371 C.E., dic. 14/2004, exp. 12.830, M.P. Dr. Ramiro Saavedra Becerra.
1126 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1127

En ese sentido, en un fallo de julio 25 de 2002, cuando ya era pacífica la experiencia humana, la cual admite por su propia naturaleza prueba en con-
doctrina de la carga dinámica de las pruebas, el Consejo de Estado sin motivación trario; así el demandado puede probar diligencia y cuidado; es decir su fiel
alguna retoma la vieja doctrina de la falla presunta. Al respecto el fallo expresa: cumplimiento de los deberes médicos, para exonerarse de responsabilidad
cuando el demandante prueba el hecho, el daño y la relación causal, pues las
"1. Sobre esta materia ha sido reiterada exhaustivamente la jurispruden- obligaciones de la entidad médica son por lo general de medio y no de resul-
cia de la Sala. En sentencia proferida el día 30 de junio de 1992 se dijo: tado. (Sent. proferida el día 1O de feb. del 2000, Secc. Tercera, referencia:
Exp. 12.790).
"( ... ) por norma general le corresponde al actor la demostración de los hechos
y cargos relacionados en la demanda. Sin embargo, con mucha frecuencia se "De conformidad con lo expuesto, y bajo la consideración de que el régimen
presentan situaciones que le hacen excesivamente difícil, cuando no imposi- de responsabilidad a analizar es el de falla presunta en el servicio, se verán en
ble, las comprobaciones respectivas, tal es el caso de las intervenciones mé- primer lugar las imputaciones hechas en la demanda y en segundo lugar si es
dicas, especialmente quirúrgicas que por su propia naturaleza, por su exclu- posible, con las pruebas, atribuirle responsabilidad al demandado" 372 .
sividad, por la privacidad de las mismas, por encontrarse en juego intereses
personales o institucionales, etc., en un momento dado se constituyen en ba- Y para acabar de confundir las cosas, el mismo Consejo, en sentencia de
rreras infranqueables para el paciente, para el ciudadano común obligado noviembre 27 de 2002, cuando ya estaba vigente la doctrina de la carga dinámica
procesalmente a probar aspectos científicos o técnicas profesionales sobre de las pruebas, en forma más categórica aún, afirma que el principio vigente es el
las cuales se edifican los cargos que por imprudencia, negligencia o imperi- de la falla presunta. Al respecto el fallo expresa.
cia formula en ejercicio de una determinada acción judicial, contra una insti-
tución encargada de brindar servicios médicos u hospitalarios. "Así mismo, en fallo proferido el 30 de julio de 1992 (Secc. Tercera, Exp.
6897) se precisó el criterio de falla presunta y a partir de esta fecha, por lo
"Sin duda, resultaría más beneficioso para la administración de justicia en general se ha aplicado, el régimen de falla presunta; en lo relevante, se dijo:
general, al resolver esta clase de conflictos, si en lugar de someter al pacien-
te, normalmente el actor o a sus familiares, a la demostración de las fallas en "Sin duda, resultaría más beneficioso para la administración de justicia en
los servicios y técnicas científicas prestadas por especialistas, fueren estos, general, al resolver esta clase de conflictos, si en lugar de someter al pacien-
los que por encontrarse en las mejores condiciones de conocimiento técnico te, normalmente el actor o sus familiares, a la demostración de las fallas en
y real por cuanto ejecutaron la respectiva conducta profesional, quienes sa- los servicios y técnicas científicas prestadas por especialistas, fueren estos,
tisficieran directamente las inquietudes y cuestionamientos que contra sus los que por encontrarse en las mejores condiciones de conocimiento técnico
procedimientos se formulan. y real por cuanto ejecutaron la respectiva conducta profesional, quienes sa-
tisficieran directamente las inquietudes y cuestionamientos que contra sus
"Podrán así los médicos exonerarse de responsabilidad y, con ello, los cen- procedimientos se formulan.
tros clínicos oficiales que sirven al paciente, mediante la comprobación, que
"Podrán así los médicos exonerarse de responsabilidad y con ello los centros
para ellos, se repite, es más fácil y práctica, de haber actuado con la eficien-
clínicos oficiales que sirven al paciente, mediante la comprobación, que para
cia, prudencia o idoneidad requeridas por las circunstancias propias al caso
ellos, se repite, es más fácil y práctica, de haber actuado con la eficiencia,
concreto, permitiéndole al juzgador un mejor conocimiento de las causas,
prudencia o idoneidad requeridas por las circunstancias propias al caso con-
procedimientos, técnicas y motivos que llevaron al profesional a asumir de-
creto, permitiéndole al juzgador un mejor conocimiento de las causas, proce-
terminada conducta o tratamiento" (Exp. 6897).
dimientos, técnicas y motivos que llevaron al profesional a asumir determi-
nada conducta o tratamiento".
"De acuerdo con la jurisprudencia en cita, si bien es cierto que tratándose de
servicios médicos oficiales se presume la falla, esto no significa que se esté
en presencia de un régimen de responsabilidad objetiva, ni que tampoco se
trate de una presunción de derecho sino "judicial o de hombre", nacida de la 372 C.E., jul. 25/2002, exp. 13.680, M.P. Dra. María Elena Giralda Gómez.
1128 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1129

"En la actualidad, la tendencia jurisprudencia[ descrita sigue vigente, tal demandada la que más facilidades probatorias tiene, razón por la cual su falla o
como se evidencia entre otros pronunciamientos en sentencias dictadas los culpa se presume.
días 15 de julio de 2000, 28 de septiembre de 2000 y 22 de marzo de 2001
(Secc. Tercera, Exps. 12548, 11405 y 13284). 1089.- A VECES EL CONSEJO DE ESTADO EXIGE QUE LA FALLA O CULPA DEL
SERVICIO SEA PROBADA
"Así las cosas la jurisprudencia en materia de responsabilidad patrimonial
con ocasión de las actividades médicas desde 1992, por lo general ha sido el
Pero lo que más desconcierta en este mar de contradicciones conceptuales es
de falla presunta, fundamentado en la facilidad probatoria de las partes, es
que, mientras en algunos fallos el consejo es de una severidad abrumadora contra
decir, la aplicación del principio que se conoce como de las cargas dinámi-
el demandado, en otras oportunidades, aunque excepcionales, esa severidad se
cas de la prueba (se citan a título de ejemplo, los fallos de 14 de junio de
dirige contra el demandante a quien se le exige no solo probar la falla del servicio,
2002, radicación 11401; de 8 de noviembre de 2001, radicación 13093; de 21
sino también el nexo causal, con lo cual contradice todos los conceptos en que ha
de febrero de 2002, radicación 12488; de 21 de febrero de 2002, radicación
basado la mayoría de sus decisiones condenatorias.
12818, etc.)". (El resaltado no es del original) 373 .

Esta sentencia corrobora todas nuestras críticas, pues, como lo habíamos di- 1090.- CONSEJO DE ESTADO, ENERO 30 DE 1998
cho, la doctrina de las cargas dinámicas de las pruebas no puede afirmar a priori
que determinado contrato en particular permite afirmar que la responsabilidad Así por ejemplo, en una sentencia de enero 30 de 1998, el consejo, luego de
es con culpa presunta, porque entonces todo resulta siendo un sofisma. Además, recordar su doctrina de la falla presunta imperante desde 1992 y de observar que
es inconcebible que unos mismos consejeros, pasados 13 años desde cuando cuando el nexo causal es de difícil prueba el juez puede darlo por probado si existe
en su criterio la íntima convicción de que el nexo existe, termina en el caso con-
se introdujo la teoría de la presunción, y cinco desde cuando se cambió la presun-
ción por el principio de la carga dinámica de las pruebas, siga aplicando la una o creto, por negar la indemnización porque no se probó ni el nexo causal ni la falla
la otra indistintamente, y lo que es más grave: aplicar las dos teorías al mismo del servicio, como si en este caso, la prueba de la falla y del nexo causal no fuera
difícil para el demandante. Al respecto el citado fallo considera:
tiempo.
"Desde la sentencia proferida por esta sección el 30 de noviembre de 1992,
Muchas veces lo hemos dicho: si lo que se quiere es establecer un régimen
dentro del proceso radicado 6897, en aplicación del principio de la carga
automático de indemnizaciones en caso de daños médicos, díganlo abiertamente,
dinámica de la prueba, se estructuró la tesis según la cual se presume la falla
sin que les importe a los falladores la ruina del sistema de salud como de hecho ya
en la prestación del servicio médico y es a la entidad tratante a quien corres-
está ocurriendo, pero no camuflemos las cosas diciendo que se trata de un régimen
ponde desvirtuar tal presunción, a través de la prueba de la diligencia y cui-
de responsabilidad civil. Por donde se le busque, es raro el fallo en el que las
dado que se empleó en el acto médico. Pero la aplicación de esa presunción
entidades públicas de salud son absueltas y, cuando ello ocurre, es contrariando la
amerita la prueba, por parte del demandante en cuyo favor está establecida,
mayoría de los fallos en los que siendo parecidas las. condiciones probatorias, la
de otros supuestos de la cual surge, a saber: una actuación u omisión por
sentencia es condenatoria. Es posible que como no tuvimos la oportunidad de
parte de la entidad estatal hospitalaria, un daño y esencialmente el nexo cau-
analizar la totalidad de los fallos proferidos desde el año 2000, haya algunos en
sal entre el daño y la actuación (El resaltado no es del original).
los que se aplique con todo su rigor la doctrina de las cargas dinámicas de las
pruebas y, en tal virtud, se ponga en cabeza de los demandantes la carga de probar "La presunción de culpa pregonada por el Consejo de Estado, no comporta
la culpa. Pero las consideraciones que hace este fallo parecieran indicar que ello una presunción de nexo causal; en veces sucede que el nexo causal se entien-
nunca ha ocurrido ni ocurrirá, porque siempre se dirá que es la entidad pública de establecido a partir de la demostración de ciertos indicios. Es decir, la
forma como ocurrieron los hechos le permite al juez inferir que fue la activi-
dad u omisión del médico, la causante del daño. En varias ocasiones esta
373 C. E., Sec. Tercera, sent., nov. 27/2002, exp. 13832, C.P. Dra. María Elena Giralda corporación ha concluido de indicios, la existencia del nexo causal, porque
Gómez. los hechos demostrados llevan a la necesaria conclusión de que el daño que el
1130 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1131

paciente sufrió, obedeció sin lugar a dudas, al acto positivo o negativo del menos los elementos sobre la cual se estructura, a saber: la falta de prueba
médico; v. gr., la sentencia proferida el 8 de mayo de 1997, en el proceso de la existencia de demora en el trabajo de parto y de la relación de causalidad
radicado al número 11.343, con ponencia de quien proyecta esta sentencia". entre la supuesta demora y la afección sufrida por el menor. Por tanto, no es
posible declarar la responsabilidad patrimonial del ente hospitalario deman-
Y más adelante el fallo agrega: dado" (El resaltado es nuestro )374 .

"El13 de noviembre de 1988 aparece la anotación que le sirve de fundamen- Lo desconcertante es que siendo lógicos con la doctrina de la falla presunta,
to a la parte actoral para reclamar la declaración de responsabilidad de la que el magistrado ponente introdujo en 1992, y que en casos similares aplicó con
demandada. Dice así: "La cesárea fue por sufrimiento fetal y hubo inducción dureza, el Consejo debió haber condenado porque el demandado no probó su au-
fallida". sencia de culpa. Sin embargo, ya en el caso concreto, el Consejo olvida lo de la
presunción y se limita a decir que todo estuvo bien realizado y que no se acreditó
"Como posible diagnóstico se anotó hemorragia intracraneana. El15 de no- la falla del servicio ni la del nexo causal, razón por la cual absuelve.
viembre se le practicó una ecografía cerebral que determinó la existencia de
hemorragia intracerebral parietal derecho. En casos similares, la sentencia ha sido condenatoria por cualquiera de estos
motivos: porque, como en muchos otros fallos, ante la imposibilidad de descubrir
"El 22 de noviembre se le realizó un examen topográfico cerebral que demos-
la relación de causalidad, unas veces el Consejo ha condenado bajo el argumento
tró sangrado a nivel temporofrontalparietal derecho, con algún grado de efec-
de que existía una probabilidad de la existencia del nexo; en otras oportunidades,
to de masa, sobre el cuerpo ventricular derecho. La conclusión: hemorragia
ante la dificultad de que el actor demuestre el nexo causal es al demandado a
intracerebral.
quien corresponde probar que dicha causalidad no existe; finalmente, la exigencia
"Las anotaciones registradas en la historia clínica, no permiten concluir que de la prueba de la culpa estaba abolida desde 1992 y no se ve razón alguna para
la atención recibida por (A) durante el parto, hubiera sido tardía, no existen que quien introdujo la teoría de la presunción no la aplicara en este caso concreto,
los elementos de juicio necesarios para determinar que la atención se hubiera si se tiene en cuenta que en casos con menos indicios en contra de la entidad
demorado, la historia clínica indica que fue atendida constantemente. El he- demandada, el fallo siempre ha sido condenatorio.
cho de que la inducción al parto hubiera sido fallida, por sí solo, no permite
inferir que por esa razón el bebé presentó la hemorragia intracerebral. Debió En efecto, si el lector analiza los fallos que estudiamos en el capítulo relacio-
la parte actora demostrar que efectivamente tal lesión tiene como causa di- nado con la pérdida de una oportunidad (supra, T. I, 264) o en el de la prueba del
recta una demora en el trabajo de parto (El resaltado es nuestro), caso en el nexo causal (supra, T. I, 249), podrá ver que con menos argumentos para conde-
cual a la parte demandada le hubiera correspondido la carga de probar que la nar, el fallo siempre ha sido adverso al demandado. Si en todos los fallos se apli-
demora en el trabajo de parto, no le era imputable debido a que en tal proce- cara la reflexión del fallo que ahora comentamos, la presunción de culpa y la
dimiento actuó con la diligencia y cuidado que el cuadro clínico ameritaba. teoría de las cargas dinámicas de la prueba desparecerían de la jurisprudencia del
Consejo de Estado. Nosotros no afirmamos que en este caso la sentencia debió
Por otra parte los testigos oídos, médicos, quienes en algún momento aten- haber sido condenatoria. Lo que advertimos es la falta de coherencia en los fallos,
dieron al menor, en una sola oportunidad cada uno, tampoco aportan mayores lo que finalmente atenta contra el principio de la igualdad en la administración de
elementos de juicio sobre el caso. El primero de ellos señaló que el sufri- justicia.
miento fetal podía tener como causas: la anoxia por déficit en la circulación,
la ruptura de membranas, la amenaza de parto prematuro. Agregó que es No sobra reiterar lo que ya hemos dicho en otras oportunidades dentro de esta
posible en caso de sufrimiento fetal, la presencia de hemorragia intracerebral obra, en el sentido de que esa incoherencia no es producto de caprichos de los
(El resaltado es nuestro).

Estas declaraciones tampoco permiten aplicar la tesis de presunción de falla


establecida frente a la prestación de servicios médicos, porque se echan de 374 C.E., ene. 30/98, exp. 1.650, M.P. Dr. Daniel Suárez Hernández.
1132 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1133

falladores, sino de la imposibilidad lógica y práctica a que conduce la teoría de la reiterando la doctrina de las cargas dinámicas de la prueba y la consistente en que
presunción, acompañada de la exigencia de la prueba del nexo causal. En efecto, si la prueba del nexo causal es muy difícil o existe un grado de probabilidad, el
para probar el nexo causal hay que saber en qué consistió la culpa, pues si solo se juez debe darlo por demostrado, termina absolviendo porque pese a las múltiples
presume, ni el juez ni los peritos podrán jamás saber si hay causalidad o no, pues conductas que mostraban la negligencia del demandado, se concluye que no hay
para que dicha prueba sea posible es menester conocer anticipadamente cuál es el prueba de la culpa ni del nexo causal.
fenómeno físico que se le imputa al médico, y como en la doctrina del Consejo de
Estado ese fenómeno constitutivo de falla se presume, el nexo causal no tiene Al respecto, el fallo expresa lo siguiente:
forma de ligarse entre el daño y una culpa que no se sabe en qué consistió.
"Encuentra la Sala que, de los diferentes aspectos citados, uno de ellos resul-
Veámoslo con un ejemplo totalmente ajeno a la actividad médica, pero lo ta relevante para el efecto indicado: la colocación de una lente de cámara
suficientemente claro como para saber de qué hablamos: llamado un albañil para anterior genera riesgos mayores a los que implica la implantación de una
canalizar las aguas subterráneas que provienen de la parte superior del predio lente de cámara posterior. Si ello es así, podría considerarse, en principio,
superior, necesarias para llenar un estanque en el predio inferior, lo primero que que de este hecho pudo derivarse el daño sufrido por el paciente, sobre todo
tiene que hacer es encontrar el sitio exacto donde nace la corriente de aguas, para si se tiene en cuenta que uno de tales riesgos se refiere al daño del trabéculo,
desde allí tender la tubería que llevará las aguas hasta el estanque. Pero consulta- y por lo tanto, a la producción de glaucoma, patología que presentó el (pa-
do un ingeniero de suelos sobre el sitio donde debe comenzar la tubería este ciente) aproximadamente un año después de la cirugía de catarata, y que,
'
concluye que no sabe dónde está el nacimiento de aguas, pero que presume que se según lo expresado por los peritos, no se presenta, por lo general, inmediata-
encuentra en determinada finca vecina. Desde luego, esa presunción de nada le mente después de la operación, sino transcurrido un cierto tiempo.
sirve al albañil, pues el predio vecino es tan grande que si se limita a comenzar la
tubería en cualquier sitio del predio vecino, basado en la presunción del ingenie- "No obstante lo anterior, los expertos aclaran que una lente intraocular de
ro, es seguro que nunca llegará agua al estanque, porque la única forma de lograr- cámara anterior, colocada en el sitio y la forma correctos, no produce edema
lo es probando exactamente dónde comienza el nacimiento de las aguas. de córnea, y tampoco glaucoma. Si, en cambio, se encuentra en mala posi-
ción, es necesario detallar en qué consiste la anomalía (si hay toque endotelial
El vínculo entre el nacimiento del agua y el estanque solo es posible estable- del lente, luxación posterior parcial, herniación de un háptica, si fue implan-
cerlo conociendo previamente el punto de salida y el punto de llegada de las aguas. tado, invertido, etc.), para determinar si ella es la causante de la descompen-
No siendo así el albañil de nuestra historia estaría dando tumbos. Con esa misma sación corneal o del glaucoma; explican, además, que en el caso del señor...,
lógica de la vida diaria, la relación de causalidad entre la culpa y el daño solo es no se conocen detalles.
posible cuando se conozca el hecho físico de carácter culposo que dio origen al
daño. Lo demás son artificios erráticos. Y si para salir del entuerto se presume "Al ser interrogado sobre lo expresado por el demandante respecto de que la
también el nexo causal, es mejor que no sigamos hablando de responsabilidad lente había sido colocada en mala posición, el (médico) expresó: "No estaba
civil, sino de esoterismo que conduce a cometer injusticias con quien es presunto en mala posición. Porque un lente intraocular de cámara anterior se puede
culpable y presunto causante del daño. colocar en cualquiera de los 360 grados de una circunferencia, porque de
todos modos la parte central del lente, que es la importante, siempre quedará
CONSEJO DE ESTADO, JUNIO 14 DE 2001 en el centro del ojo, que es el área pupilar".

"Así, se encuentra demostrado lo siguiente: a) la implantación de una lente


Y en una decisión de junio 14 de 2001 375 , la posición del Consejo de Estado
intraocular de cámara anterior, en mala posición, puede ser causa de edema
es todavía más desconcertante, pues, pese a que comienza sus consideraciones
de córnea y de glaucoma; b) el señor ... presentó edema de córnea inmediata-
mente después de la cirugía de catarata, y glaucoma después de un año; e)
contrario a lo expresado por el médico tratante, el edema de córnea no se
375 C. E., jun. 14/2001, exp. 11.901, M.P. Dr. Alier Hernández E. presenta en el 99% de los casos en que se practica una cirugía de esta natura-
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1135
1134 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

leza, sino el 2% de ellos; d) al ser interrogado sobre la posible implanta- Vale la pena anotar, en relación con este punto, relativo a la colocación de la
ción de la lente en mala posición, el médico responde de manera evasiva, lente en mala posición, que obra a folio 309 del expediente copia autenticada
desviando el objetivo del debate y dando a entender, en últimas, que una de un concepto médico rendido por el doctor, el 12 de febrero de 1990, con
lente de cámara anterior no podría ser implantada, en ningún caso, en mala destino al Juez Segundo Penal Municipal de Cartagena, en el que se expresa
posición, afirmación que se encuentra desvirtuada por el dictamen pericial, que el (paciente) presenta en su ojo izquierdo, "glaucoma secundario por
en el que, como se anotó en el literal a), se precisa que la colocación de una lente intraocular de cámara anterior en mala posición y degeneración endotelial
lente de cámara anterior, en mala posición, puede producir edema de córnea de la córnea". En este concepto se fundan los expertos para expresar las opi-
y glaucoma. niones recogidas en el literal k) del resumen antes presentado del peritazgo
practicado y si pudiera ser valorado por la Sala, permitiría confirmar el hecho
referido, que, con base en lo expresado anteriormente, se ha considerado ape-
"Con fundamento en lo anterior y partiendo de la base de que la actitud del
nas probable".
médico tratante, al contestar la pregunta mencionada y al ofrecer informa-
ción errada en relación con el porcentaje de casos en que se presenta el edema
Y más adelante el fallo agrega:
de córnea, puede ser considerada indicativa de que existía en él la intención
de ocultar algún hecho relacionado con la posibilidad de que la lente implan- "En relación con los otros aspectos a los que se ha hecho referencia, respecto
tada estuviera mal colocada, puede considerarse probable que, al practicarse de los cuales se advierten inconsistencias en la versión ofrecida por el médi-
la cirugía de catarata al (paciente), se hubiera implantado la lente de cámara co tratante en el curso del proceso, observa la Sala que no tienen relevancia
anterior, en una posición incorrecta. Se trata, sin embargo, de una probabili- alguna para efectos de la prueba de la causalidad.
dad baja, en cuanto se infiere con apoyo en indicios que, además de contin-
gentes, pueden ser calificados de leves, si se tiene en cuenta que, según lo "En efecto, por una parte, los peritos infieren, con fundamento en los hallaz-
expresado por los peritos, existen muchas otras causas posibles del edema de gos de algunos exámenes que obran en el proceso, que la decisión de implan-
córnea y del glaucoma (para el primero: córnea con recuento endotelial dis- tar la lente en cámara anterior y no en cámara posterior, pudo tener origen en
minuido o morfología celular alterada, depósitos endoteliales, trauma endotelial la ruptura de la cápsula del cristalino, durante la cirugía de catarata, por lo
durante la cirugía y desprendimiento de membrana de descemet, entre otras; cual carece de funcionamiento la explicación que al respecto da el médico,
para el segundo: presencia de vítreo en la cámara anterior, daño trabecular y referida al cierre de la pupila. Precisan también que las lentes de cámara
sinequias, periféricas, entre otras), cuya existencia, en el caso concreto, no anterior generan algunos riesgos adicionales. Sin embargo, como ha quedado
pudo ser descartada. establecido, si su implante se produce en la forma y en el lugar correctos, no
constituyen causa del edema de córnea y el glaucoma, patologías que presen-
"Ahora bien, aun en el evento en que estuviera demostrado que la lente fue tó el paciente después de la intervención. Así las cosas, de la sola colocación
colocada en posición incorrecta, ello no permitiría concluir, con certeza o, de una lente intraocular de cámara anterior, en vez de una cámara posterior,
al menos, con un alto grado de probabilidad, que tal hecho produjo las con- no puede deducirse la existencia de una relación de causalidad entre el hecho
secuencias citadas, dado que es necesario establecer en qué consiste la mala de la entidad demandada y el daño sufrido por el (paciente). Por lo demás, los
posición, pues dichas consecuencias se producen, por esa razón, solo en peritos son claros en afirmar que la ruptura de la cápsula del cristalino, du-
algunos casos. De lo anterior resulta que la mala posición de la lente intraocular rante la cirugía, constituye un riesgo propio de ésta y no ocurre por error del
implantada al (paciente), que es un hecho apenas probable, constituye sólo médico, además de que no causa complicación alguna (ver literal C del nu-
una posible causa, entre muchas otras, de las patologías sufridas por él con meral13 de estas consideraciones), lo cual permite desechar, adicionalmente,
posterioridad a la operación de catarata. No puede considerarse demostrada la hipótesis relativa a la posible comisión de una falla en la prestación del
entonces, la relación de causalidad existente entre la acción de la entidad servicio médico.
demandada y el daño inicial sufrido por el demandante. Resulta inocuo, por
esta razón, analizar la injerencia que dicho daño pudiera haber tenido en las "Por otra parte, la aclaración hecha por los peritos, en el sentido de que,
complicaciones posteriores presentadas por el paciente. contrario a lo expresado por el médico, la exposición al humo del cigarrillo y
1i 36 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS i 137

al aire acondicionado no pueden producir las complicaciones que se presen- "Si bien no existen pruebas suficientes para establecer si, efectivamente, el
taron en el caso del (paciente) sólo descarta un argumento expuesto por el paciente utilizó las medicinas de manera indiscriminada, en relación con la
médico tratante para explicar una de las posibles causas del daño sufrido por inasistencia a las consultas médicas, considera la Sala que las afirmaciones
el (paciente), resultando infructuoso, entonces, su intento de demostrar la del médico tratante pueden considerarse probadas con fundamento en la his-
existencia de una causa extraña. Sin embargo, las conclusiones sobre la res- toria clínica que obra en el proceso, dado que la parte demandante no aportó
ponsabilidad de la entidad demandada no se modifican, en la medida en que prueba alguna para desvirtuar su contenido. Además, se advierte que, sobre
la relación de causalidad existente entre su hecho y el perjuicio reclamado no el mismo punto, la declaración del médico contiene una negación indefinida,
ha sido suficientemente demostrada. que no requiere prueba conforme al artículo 177 del Código de Procedimien-
to Civil.
"Adicionalmente, respecto de las inconsistencias advertidas en relación con
el grado de visión del paciente, no existen elementos de juicio para concluir "Así las cosas y dado que, en la consulta del13 de febrero de 1989, el edema
que se trata de un factor relevante para establecer hechos que permitan de- de córnea que presentaba el paciente había evolucionado de grado I a grado
mostrar la causalidad. En efecto, no es clara su relación con el edema de II-III, se concluye que la consulta del paciente fue descuidada y contribuyó a
córnea que presentó el paciente durante los primeros cinco meses siguientes la agravación de su situación. En efecto los controles regulares se efectuaron
a la operación, y de cualquier manera, fundados en los datos consignados en durante cinco meses, de manera que, según las recomendaciones de la ciencia
la historia clínica elaborada por el doctor, donde consta que, en ese período, médica, faltaba un mes más para adoptar una decisión definitiva sobre la
el paciente presentó edema de córnea grado I, los peritos concluyeron que el posibilidad de efectuar un transplante de córnea y cuando el paciente volvió
tratamiento prescrito fue apropiado". al consultorio del médico tratante, no solo había transcurrido nueve meses
desde la fecha de la operación, sino que la evolución negativa del edema era
Y más adelante la sentencia agrega: evidente" 376 .
"De lo anterior, se desprende, en principio, que durante un período de cuatro
meses, comprendido entre el 14 de octubre de 1988 y el 13 de febrero de ¿Será posible que los mismos magistrados que han sido tan severos con los
1989, no se realizaron controles al (paciente). Al respecto, el médico expresa médicos en los fallos anteriores, sean los mismos que en este caso pasan por enci-
en su declaración, que ello sucedió porque el paciente dejó de asistir a las ma de culpas probadas del médico? Lo más aterrador de semejante cambio de
consultas y que, cuando lo interrogó sobre su ausencia, este le expresó "que actitud, consiste en que el Consejo de Estado, en múltiples oportunidades anterio-
como era la temporada turística, trasnochaba más y que a la larga él se ponía res al fallo citado, había establecido que en circunstancias similares no solo se
sus goticas cada vez que él quería si le estaba molestando el aire, el humo, el daba por establecida la culpa, sino que, o bien, el nexo causal se daba por probado,
trasnoche (sic)", lo que implica que se administraba el tratamiento dada la imposibilidad para el paciente de demostrarlo, o en otras oportunidades
indiscriminadamente. aplicaba la doctrina de la pérdida de una oportunidad, a la que ya nos hemos
referido al analizar el nexo de causalidad.
"Agrega el médico que el paciente actuó con negligencia, dado que cuando se
presenta un edema de córnea, se deben efectuar controles regulares, hasta
que éste desaparezca, y esperar a que ello suceda, por un tiempo mínimo de 1092.- CoNSEJO DE EsTADO, muo 1o DE 2004
seis meses, luego del cual, si el edema persiste, hay necesidad de operar al
paciente, para hacerle un transplante de córnea. Este concepto es corroborado Finalmente, en un fallo del 1o de julio de 2004 377 , el Consejo de Estado, en
por los peritos. una de sus consideraciones iniciales afirma lo siguiente:
"El (paciente) por su parte, contradice la versión del médico, afirmando que
nunca dejó de ir a consulta, entre la fecha de la operación y el mes de mayo de
1989. Manifiesta además, que todo el tiempo usó los medicamentos en la 376 Ibídem.
forma indicada por el (médico). 377 C.E., jul. 1°/2004, exp. 14.696, M.P. Dr. Alier Hernández E.
1138 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1139

"Así las cosas, se concluye que la demostración de la falla en la prestación hospital donde según está probado, no se le prestó al paciente la atención que
de servicio médico asistencial será a cargo de la parte demandante, a menos requería en forma inmediata. A los pocos días falleció en el mismo centro de
que aquella resulte extraordinariamente difícil o prácticamente imposible y salud. La esposa se negó a la práctica de la necropcia del cadáver, lo que habría
dicha carga se tome, entonces, excesiva. Solo en este evento y de manera permitido constatar la causa de la muerte del paciente.
excepcional, será procedente la inversión del deber probatorio, previa la inaplicación
del artículo 177 del Código de Procedimiento Civil que obligaría a la parte Con la premisa indiscutible de que hubo una falla probada del servicio hospi-
actora a probar siempre el incumplimiento por el demandado de su deber de talario, el consejo, en este fallo en comento, se hace esta reflexión en relación con
prestar debidamente el servicio mencionado por resultar la regla en él conte- el nexo causal que, como sabemos, la misma corporación exige sin excepción
nida, en el caso concreto, contraria a la equidad, prevista en el artículo 230 alguna, por lo menos en teoría:
de la Constitución Política como criterio auxiliar de la actividad judicial"
(Resaltado fuera del original) 378 . "No existe en la plenaria prueba alguna que demuestre que la práctica de esos
exámenes hubiera contribuido a la curación del Sr. Bonilla. Empero, tampo-
Aunque el párrafo en la parte final afirma que esa prueba no se exige cuan- co existe certeza en el hecho de que la falta de esos exámenes hubiera, en
do a la víctima le es prácticamente imposible aportarla, lo cierto es que esta vez efecto, desorientado la conducta de los médicos hasta el punto de determinar
el principio general ya no es el de la falla presunta ni el de las cargas dinámicas el fallecimiento del paciente" 380 .
de las pruebas, pues enfáticamente el fallo considera que la prueba de la falla
médica corresponde al demandante. Es tan claro el viraje conceptual que carece Es decir que para el fallo, no estaba acreditada la relación de causalidad entre
de sentido repetir los argumentos ya esgrimidos en los fallos anteriormente co- la falla probada del servicio y el daño. Esa incertidumbre se acrecienta mucho
mentados. más si leemos la declaración de uno de los médicos que participó en las interven-
ciones, prueba de que echa mano el Consejo de Estado, cuando de analizar la
PRESUNCIÓN DE CAUSALIDAD existencia del nexo causal se trata.

Pero la inconsistencia de la jurisprudencia del Consejo de Estado, en materia Veamos lo que dice el fallo sobre lo declarado por el testigo:
médica no se detiene y aunque en materia de nexo causal dice mantener el princi-
pio inmodificable de que la carga de la prueba del nexo le corresponde al deman- El principal médico tratante, que ordenó esos exámenes con carácter "urgen-
dante, lo cierto es que en no pocas oportunidades, lo da por sentado, pese a que los te", explica el alcance de su orden médica así:
mismos fallos admiten que dicho nexo no está probado. A este tema del nexo
causal en la jurisprudencia sobre responsabilidad médica ya nos hemos referido Declara el Dr. Luis Carlos Reyes Ordóñez, cirujano cardiovascular:
(supra, T. I, 280 y ss.), pero vale la pena mostrar en este punto, por lo menos con
un fallo, la manera como el Consejo de Estado elude el problema del nexo causal " ... yo, solicité de acuerdo a la nota la realización de una endoscopia digesti-
que tanto defiende en teoría. va y de una ecografía abdominal para tratar de descartar dos posibilidades
diagnósticas (una úlcera del tracto digestivo superior y una ecografía abdo-
Esta contradicción la observamos en una sentencia del 28 de enero de 1999379 • minal para descartar la presencia de un hematoma subcapsular del hígado o
En efecto, un paciente fue internado en una clínica estatal para una intervención un hematoma retroperitoneal, también, evalué el resultado de las pruebas de
quirúrgica llamada "reemplazo valvular aórtico". Posteriormente, el paciente de- coagulación que estaban dentro de los límites que utilizamos (sic) en el mo-
bió ser trasladado a un hospital porque tenía problemas de sangrado ulceroso, mento para mantener un estado de anticoagulación que impidiera una trom-
bosis de la válvula que se le había colocado al paciente ... " (fl. 260).

378 Ibídem.
379 C. E., ene. 28/99, exp. 15.314, M.P. Dr. Germán Rodríguez Villamizar. 380 Ibídem.
1140 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1141

"Preguntado: Por su conocimiento y experiencia médica que tiene usted, por cédulas por milímetro cúbico, cuando lo normal es de que exista menos de 1O
su especialización esa endoscopia y ecografía que se le ordenó al paciente, mil..." (fl. 263).
debían realizarse de manera urgente, de acuerdo al cuadro que el (sic) presen-
taba? Contesto: En mi criterio, esos exámenes se debían realizar en las próxi- "También es posible que el paciente hubiera tenido una insuficiencia cardiaca
mas 24 a 48 horas después de que yo los ordené, la verdad es que como yo originada en una disfunción del ventrículo izquierdo que con alguna frecuen-
puedo deducir, revisando mis notas y tratando de reconstruir mentalmente la cia se presenta en pacientes operados de insuficiencia aórtica.
situación que vivimos con el paciente Bonilla, creo que ni mis colegas ni yo,
pensamos en ningún momento que el paciente hubiera podido fallecer, el " ... Una tercera posibilidad es la de que el paciente hubiera tenido un hema-
deterioro final de la situación del paciente se presentó en las últimas doce toma subcapsular hepático retroperitoneal que hubiese lentamente y de ma-
horas que precedieron a su muerte, la verdad es que con base en la informa- nera no muy dramática recolectado sangre y que al final. .. alguno de estos
ción brindada por el interrogatorio al paciente, por su examen físico y por los hematomas se hubiese roto y el paciente hubiese fallecido ...
exámenes que se le realizaron nunca hubo una gran alarma médica sobre la
evolución del paciente hasta el día que precedió a su muerte" (fl. 261). "En cuarto lugar yo no puedo de manera absoluta descartar que el paciente
hubiera tenido una hemorragia originada en una úlcera duodenal o gástrica,
"Sobre la intervención practicada afirma: pero definitivamente esta me parece la hipótesis menos probable" (fl. 264).

"Este paciente fue operado por mí en compañía del Doctor Francisco Uribe al "Sobre lo delicado de una operación a corazón abierto, el galeno afirmó:
comienzo de julio de 1990, (sic) al paciente se le practicó un reemplazo valvular
aórtico por una prótesis mecánica con una evolución postoperatoria sin com- "Todos debemos entender que la cirugía ... Conlleva riesgos de complicacio-
plicaciones ... reingresó dos o tres días después por un cuadro de debilidad y nes y de muerte, el caso del señor Bonilla es un caso desafortunado, pero
dolor abdominal, cuya etiología definitiva, entiendo que nunca se pudo com- científicamente ya nadie podrá saber por qué murió" (fl. 264).
probar" (fl. 259).
"Y, finalmente, sobre el hecho de que no se practicaron los exámenes y la
Sobre la relación entre la droga formulada y la reactivación de una úlcera incidencia de ese error en la evolución de la enfermedad del paciente, afirmó:
péptica, explicó:
"Es evidente que es una falla de la Institución del Seguro Social el hecho de
"Me parece poco probable, nunca durante su rehospitalización y tampoco que no se hubieran podido realizar oportunamente los exámenes que nos hu-
durante la hospitalización para la cirugía tuvimos evidencia de que el pacien- biera permitido comprobar un diagnóstico o cuando menos descartar algunas
te tuviera una hemorragia de tracto digestivo, incluso el paciente tuvo sonda de las complicaciones mencionadas.
naso gástrica, tanto para su hospitalización, como durante un (sic) día de su
rehospitalización y nadie vio sangre en el líquido que drenaba del estómago, "Si se hubiesen realizado es posible que se hubiera podido actuar médicamen-
tampoco hay ninguna evidencia de que el paciente hubiera tenido deposicio- te y que tal vez se hubiera podido cuando menos posponer la muerte del señor
nes con sangre ... " (fl. 263). Bonilla, pero honestamente habiendo revisado la historia clínica y habiendo
discutido el caso con varios de los colegas que tuvieron oportunidad de prac-
"Sobre las posibles causas del fallecimiento del paciente, el médico se la- ticar el manejo del paciente durante su rehospitalización creo que con excep-
menta que no hubiera habido necropsia para encontrarla cierta o más proba- ción de la no realización de los exámenes no veo ninguna otra falla en el
ble, pero apunta cuatro hipótesis: manejo del paciente durante esa rehospitalización" (fl. 264).

" ... Como consecuencia de una sepsis, para lo cual existen algunos indicios "Sobre la supuesta actitud renuente del Instituto de los Seguros Sociales a
en algunos de los exámenes recuerdo que había un recuento de más de 20.000 practicar la necropcia, según se denunció en la demanda, se comprobó que
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ello no ocurrió. La esposa del fallecido, se opuso a ese procedimiento que decir, que pese a que afirma que se produjo la pérdida de una oportunidad no se
hubiera ayudado a establecer lo acontecido, dice sobre el punto Jairo de Jesús redujo el monto indemnizable, como sí lo hace en casos similares.
Sepúlveda, pariente del extinto:
Esta decisión merece todo el reproche conceptual de la doctrina misma del
" ... Hablamos de una necropsia, pero la esposa Nubia Sepúlveda, mi hermana
Consejo de Estado. Veamos por qué:
no le gustó la idea de la necropsia porque ya llevaba cierto tiempo de muerto
y de todas formas ella se negó a eso" (fl. 214) 381 .
a) En primer lugar, la necropsia habría sido la prueba ideal para demostrar
Esta, que es la única prueba existente sobre el nexo causal que se repite, cuál había sido la causal del deceso del enfermo. Sin embargo, como está proba-
siempre debe ser probada por el demandante, según doctrina reiterada por el mis- do, la esposa del paciente se negó a la práctica de la misma. Aquí cabe una pre-
mo Consejo de Estado, nos demuestra que hay una incertidumbre total ya que, gunta elemental: ¿qué sentido tiene pregonar en casi todos los fallos, que la carga
entre cinco causas posibles del daño, la menos probable era la hemorragia por dinámica de las pruebas exige que quien está en mejores condiciones probatorias
úlcera gástrica, enfermedad que los demandantes alegaban ser la causa del falleci- tiene la carga de aportar dichas pruebas con el fin de determinar la culpa y el nexo
miento del paciente. causal, y que si no lo hace, el resultado del fallo le será adverso? Lo lógico, lo
justo y lo jurídico es que si la esposa se negó a la práctica de la prueba del nexo
Sin embargo, el fallo, sin el más mínimo considerando sobre la prueba del causal, ante la imposibilidad de otra prueba, ese nexo causal se tenía que dar por
nexo causal, lo da por sentado, y se limita a efectuar las siguientes considera- no probado, como de hecho nunca lo estuvo.
ciones:
b) En segundo lugar, como ya lo hemos visto (supra, T. I, 265 y ss.) el
"Adviértase que la falencia del Instituto de Seguros Sociales no fue terapéu- Consejo de Estado pregona el concepto de la pérdida de una oportunidad cuando
tica, sin embargo, los exámenes echados de menos habrían servido para con- de entre varias causas posibles está la falla del servicio público de salud. De acuerdo
firmar o descartar las patologías que ya por estudios clínicos los médicos con ese principio, la indemnización no equivale al 100% del daño, sino al porcen-
habían diagnosticado y tratado, en medio del complicado cuadro del pacien- taje de probabilidades realmente perdidas. Y aunque el fallo aquí analizado men-
te. Por eso el médico tratante atribuye a cuatro posibles complicaciones, ini- ciona la pérdida de la oportunidad, condena al 100% del perjuicio sufrido por los
ciando por la más probable: una sepsis (infección generalizada) hasta una demandantes, pese a que de cinco causas posibles, la de menor probabilidad era la
hemorragia originada en úlcera duodenal o gástrica, este como lo menos pro- del sangrado de la úlcera gástrica. Si se hubiese sido consecuente con la teoría de
bable, debido a la sintomatología. la pérdida de la oportunidad, la indemnización era del 20% o menos, teniendo en
cuenta que había otras cuatro causas posibles, siendo la de menor probabilidad
"La Sala concluye de todo lo anterior que la entidad demandada no fue dili- la que dio origen a la falla del servicio. Y si no aplicaba la pérdida de la oportuni-
gente ni cuidadosa cuando asumió el deber de brindar asistencia médica al dad, tenía que haber absuelto debido a la ausencia de la prueba de la relación de
señor Jhon de Jesús Bonilla Cardona. El servicio desatendió el pedido urgen- causalidad.
te de los exámenes cuya práctica era útil para identificar con claridad el ca-
rácter de la enfermedad del paciente y esa omisión, como lo pone de presente
e) Uno se pregunta: ¿cómo es posible que la doctrina de la presunción de
el a quo, le restó al paciente posibilidades de curación" 382 •
falla del servicio y de la carga dinámica de las pruebas, que se aplica desde 1992,
Finalmente, el fallo condena por el1 00% a la entidad demandada, como si no no haya logrado ser coherente por lo menos en los principios básicos sobre la
existiera duda alguna sobre el nexo causal entre el daño y la falla del servicio. Es prueba de la falla del servicio y del nexo causal? Esa dificultad conceptual es la
mejor prueba de que la doctrina que se viene aplicando está montada en premisas
insostenibles, pues por donde uno mire, es difícil encontrar dos fallos que se fun-
damenten en los mismos principios. Este caso es prueba fehaciente de los argu-
381 Ibídem. mentos que mencionamos en el número anterior sobre la prueba de la relación de
382 Ibídem. causalidad.
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RESPONSABILIDAD OBJETIVA Y CARGA DINÁMICA DE LAS PRUEBAS era la posición del Consejo de Estado y que por cualquier error de redacción final
EN MATERIA DE OBSTETRICIA EN UN FALLO DE 14 DE DICIEMBRE se incluyó ese párrafo. Lamentablemente, carecemos de documentos en los que el
DE 2004 383 doctor Suárez, ya fallecido, haya plasmado estas explicaciones.

El Consejo de Estado, incurriendo siempre en contradicciones, en unos de Al respecto el fallo que se analiza, después de afirmar que existía una falla
sus considerandos habla de la falla presunta, desvirtuable con la prueba de la presunta y que el demandado no probó ausencia de culpa, considera lo siguiente:
diligencia y cuidado, y en otros habla de la responsabilidad objetiva en materia de
obstetricia. "Y a la Sala ha tenido oportunidad de pronunciarse sobre el caso específico de
la responsabilidad médica en el campo de la obstetricia, en los siguientes
En efecto, en uno de sus primeros considerandos, el fallo afirma: términos 384 •

"Resulta claro entonces, que se probó el daño así como el nexo causal con el "La entidad demandada sostiene su inconformidad frente al fallo protestado
servicio; por otra parte, no obra prueba alguna en el expediente tendiente a con el argumento de que la obligación médica es de medio y no de resultado;
acreditar la diligencia, pericia y cuidado con la que actuó el personal médico de tal manera que habrá falla del servicio, no cuando teóricamente era posi-
y paramédico de la institución hospitalaria ... ble evitar el resultado dañoso, sino cuando, dentro de la realidad de los he-
chos, existió negligencia médica al no aplicar o dejar de aplicar unas técnicas
"Esta ausencia de pruebas, es una circunstancia adversa que debe soportar la que son comúnmente aceptadas en el medio científico.
entidad demandada, puesto que tratándose de la forma como se adelantaron
los procedimientos médico-quirúrgicos de un proceso de parto y las caracte- "Es cierto que, en forma pacífica, se ha aceptado la tesis según la cual, por
rísticas en las que el mismo se produjo, la información respectiva estaba en regla general, en la actividad médica la obligación es de medio, no de resul-
poder del hospital y su departamento de obstetricia, por lo cual no se entien- tado; se ha dicho que el compromiso profesional asumido en dicha actividad
de la razón para no haberla allegado; esta facilidad para probar los puntos tiende a la consecución de un resultado, pero sin asegurarlo, pues la medicina
determinantes de la actuación de la entidad demandada, hace que la carga de no es una ciencia exacta. En otros términos, el galeno no puede comprometer
la prueba se desplace en este caso, relevando de ella a la parte actora, de tal un determinado resultado, porque éste depende no solamente de una adecua-
forma que debió ser la entidad hospitalaria en la que se brindó atención a la da, oportuna y rigurosa actividad médica, sino que tienen incidencia, en ma-
señora Emely García Rojas durante su trabajo de parto y posterior alumbra- yor o menor nivel, según el caso, otras particularidades que representan lo
miento, quien acreditara tales extremos". aleatorio a que se encuentra sujeta dicha actividad y a que se expone el pa-
ciente.
Hasta acá, no se habla de la carga dinámica de las pruebas, doctrina dominan-
te desde el año 2001, en el Consejo de Estado, sino que pura y simplemente, se "Sin embargo, en el campo de la obstetricia, definida como "la rama de la
aplica la presunción de falla del servicio, que se había impuesto en 1992. medicina que se ocupa principalmente del embarazo, parto y los fenómenos
posteriores al alumbramiento, hasta la involución completa del útero", la res-
Pero cuál no será la sorpresa del lector cuando párrafos más adelante, el fallo ponsabilidad médica tiende a ser objetiva, cuando ab initio el proceso de
hace suyos unos argumentos de una anterior sentencia donde el Consejo de Estado embarazo se presentaba normal, es decir, sin dificultades o complicaciones
decía que en materia de obstetricia había una obligación de resultado y, por lo científicamente evidentes o previsibles, como sucedió en el presente caso.
tanto, a la entidad pública demandada solo le cabía probar una causa extraña. En efecto, se trataba de una mujer joven que iba a dar a luz a su primer hijo
Cabe anotar que el doctor Daniel Suárez Hernández, ponente en dicho fallo, en y quien durante el curso del proceso de embarazo no registró problemas que
múltiples conferencias dictadas a lo largo del país explicó que realmente esa no ameritaran un tratamiento especial.

383 C.E., dic. 14/2004, exp. 12.830 (r. 2.003), actor Libardo López, M.P. Ramiro Saavedra. 384 Ibídem.
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"En casos como éstos, parte de la doctrina se inclina por encontrar una obli- " ... la distribución de la carga de la prueba no es (sólo) un problema propio de
gación de resultado, puesto que lo que se espera de la actividad médica ma- la dogmática procesal, atinente a la posición de las partes en el proceso, sino
terno-infantil, es que se produzca un parto normal, que es precisamente la una verdadera cuestión sustantiva de derecho privado, que establece las re-
culminación esperada y satisfactoria de un proceso dispuesto por la naturale- glas de enjuiciamiento, ante una determinada insuficiencia demostrativa. Es
za, en donde la ciencia médica acude a apoyarlo o a prever y tratar de corregir decir, las reglas que se establezcan a la hora de ordenar la distribución de la
cualquier disfuncionalidad que obstaculice su desarrollo normal o ponga en carga de la prueba, no se dirigen sólo a disciplinar la conducta de las partes
riesgo a la madre o al que está por nacer. Lo especial y particular de la obste- dentro del proceso, sino que también orientan en un determinado camino la
tricia es que tiene que ver con un proceso normal y natural y no con una conducta del juez o tribunal encargado de emitir un juicio de responsabili-
patología". dad. Camino que se traduce en condenar a aquel que no aportó suficientes
pruebas en su descargo, o en desestimar aquella pretensión que viene apoya-
Y luego de reproducir la anterior sentencia, donde ya no se habla de presun- da en el requerido fundamento probatorio" 385 .
ción de falla del servicio, sino de responsabilidad objetiva de la cual solo exone-
raba un hecho imprevisible e irresistible, el fallo examinado continúa con sus En consecuencia, no cabe duda de que, para el fallo que venimos analizando,
propios argumentos, de la siguiente manera: no se trata de una simple presunción de falla del servicio, sino de una responsabi-
lidad objetiva de la que solo exonera una causa extraña. La pregunta es la siguien-
"Y es lo cierto que, en el presente caso, nada hacía prever complicaciones en te: si la conclusión era la de aplicar una responsabilidád objetiva de la que solo
el momento del parto, toda vez que se trataba de una mujer de 32 años que libera una causa extraña ¿qué sentido tenía en un comienzo hablar de la presun-
ya había dado a luz a otros dos hijos sin que conste que hubiera habido difi- ción de falla, arrojando así confusiones entre los lectores, jueces o abogados, quienes
cultad o problemas en esas oportunidades; y la entidad demandada no demos- finalmente no saben cuál es la posición clara y pacífica de la jurisprudencia del
tró las circunstancias imprevisibles e irresistibles que condujeron a producir Consejo de Estado?
la lesión de la menor Alejandra Garcés García en el momento de su naci-
Y ya sobre el fondo del asunto, no sabemos de dónde saca argumentos el
miento, de tal manera que no se exoneró de la responsabilidad que recaía en
fallo para decir que en materia de obstetricia no existen áleas o riesgos de daños.
principio sobre ella, de llevar a feliz término el proceso de alumbramien-
Basta consultar con los especialistas u observar los casos de la vida diaria para
to, en condiciones de indemnidad tanto para la madre, como para el recién
nacido. percibir que si alguna intervención médica tiene riesgos y es aleatoria es la obste-
tricia. De hecho, en los Estados Unidos esta profesión se está acabando porque los
"De modo que la lesión sufrida por la menor Alejandra Garcés García, obe- médicos no son capaces de soportar económicamente las indemnizaciones ni las
deció a una "tracción forzada en el parto", sin que consten las razones para extra primas que cobran las compañías aseguradoras a este tipo de profesionales.
que la misma se haya producido y la necesidad de realizarla para evitar un Inclusive, hay aseguradoras que ya no amparan a estos profesionales por lo riesgosa
daño mayor. que es su actividad. Vemos pues cómo, lo que según el doctor Daniel Suárez
Hernández fue solo una equivocación al reproducir un párrafo equivocado en la
"De acuerdo con lo anterior, resulta necesario advertir las consecuencias de sentencia en que se apoya el fallo que ahora comentamos, terminó convirtiéndose
la falta de prueba de los hechos que interesan a las partes del proceso, en en doctrina oficial e indiscutida del Consejo de Estado.
cuanto sirven de fundamento a las pretensiones o a la defensa, teniendo en
cuenta la naturaleza de la carga de la prueba, la cual, como lo reconoce la 1095.- EL ERROR EN EL DIAGNÓSTICO ES CULPA PROBADA
doctrina, asume no sólo características procesales, sino que extiende sus efectos
al mismo derecho sustantivo que se cuestiona, puesto que condiciona la deci- Si hay algún acto médico que genere equivocaciones es el relativo a los diag-
sión del juez cuando se encuentra frente a un proceso que adolece de la prue- nósticos. Generalmente, se dice que aún el mejor de los especialistas puede incu-
ba de hechos decisivos, debiendo resolver, cuál de las partes asume el resul-
tado negativo de dicha omisión, soportando en tal caso la decisión adversa a
sus intereses: 385 Ibídem.
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rrir en una apreciación o diagnóstico equivocado, razón por la cual dado el carác- Capresoca, persona jurídica que avaló ese diagnóstico y esa formulación médica;
ter aleatorio de un buen diagnóstico, la culpa debe ser probada por el demandante, más adelante a propósito del estudio del nexo de causalidad se harán otras
salvo que pruebe que el diagnóstico no era aleatorio y que habría la certeza ab- referencias.
soluta de acertar al hacer la evaluación, pero esos son eventos excepcionales que
no derogan el principio general de la culpa probada. "Esa coparticipación de conductas en la producción del hecho es indicativa
de la existencia de una obligación legal solidaria y, por tanto, da lugar a que
Con todo, el Consejo de Estado, en un fallo de junio 22 de 2001 386 , condenó ellesionado(s) pueda exigirle la obligación a cualquiera de aquellos. Sobre el
a una entidad pública de salud porque el médico tratante adscrito a dicha entidad punto el Código Civil es de absoluta claridad, cuando enseña que 'si un deli-
se equivocó en el diagnóstico realizado a un paciente. Es decir, para el Consejo de to o culpa ha sido cometido por dos o más personas, cada una de ellas será
Estado, todo diagnóstico errado constituye una culpa probada. Esta vez, el Conse- solidariamente responsable de todo perjuicio procedente del mismo delito o
jo de Estado no echa mano de la presunción de falla del servicio o de la teoría de culpa( ... )'".
la carga dinámica de las pruebas, que le permitirían al demandado probar su no
culpabilidad, sino que del simple diagnóstico equivocado deduce la responsabili- Y más adelante, el fallo afirma lo siguiente:
dad del demandado y condena.
"N ex o de causalidad. El material probatorio representa que la causa del daño
Veamos los párrafos más indicativos del fallo analizado en relación con nuestras es consecuencia eficiente y determinante de la medicación a la paciente de
críticas. estreptomicina en consideración al diagnóstico errado de tuberculosis.

"Por lo tanto, para la Sala, con base en pruebas técnicas, el diagnóstico de "El diagnóstico como se indicó fue hecho por una profesional vinculada labo-
tuberculosis fue errado si se tiene en cuenta que en el Hospital San José se ralmente al servicio de salud de Casanare, quien al efecto dispuso el trata-
registró en la correspondiente historia clínica del día 16 de julio de 1993 que miento con estreptomicina, que luego fue proseguido por la caja, situación
con los exámenes que se le practicaron (de laboratorio, sobre muestras de que indica que ese mismo tratamiento fue consentido, avalado y confirmado
esputo, radiológicos y una broncoscopia) el especialista concluyó que se des- por Capresoca; además que esa conducta también le sirvió a dicha entidad
cartaba la TBC (tuberculosis) pulmonar y que muy probablemente la sintoma- para incapacitar a la paciente y para disponer su tratamiento por la Clínica
tología presentada provenía, como ya se dijo, de la endobronquitis padecida Casanare y por el Hospital San José de Bogotá.
en el muñón pulmonar derecho; además porque ese mismo hospital registró
que en la paciente los síntomas desaparecieron hace cuatro meses. "A la anterior conclusión se suma el hecho de que el documento en el que
consta que la paciente fue atendida en el centro de salud de Maní, forme parte
"De todo lo anterior la Sala infiere que Capresoca incurrió en un error en el de la historia clínica de la señora que realizó la caja, que lo introdujo como
diagnóstico de tuberculosis lo que le sirvió de causa para medicarle estreptomicina parte integral de la mentada historia clínica. Hecho relevante si se recuerda
que la condujo al padecimiento de síndrome vertiginoso; la historia clínica que la historia clínica es un documento público revestido de autenticidad,
refleja claramente que ese diagnóstico no fue avalado por los profesionales medio probatorio por excelencia que contiene un recuento detallado de las
que atendieron a la paciente con posterioridad y a ruego de Capresoca; la evaluaciones, diagnósticos y tratamientos a que se ha sometido un paciente,
enfermedad de tuberculosis fue descartada definitivamente y enfáticamente, como también la evolución que presenta en su cuadro clínico, elaborado por
cinco meses después: el 8 de octubre de 1993. los médicos tratantes (en relación con el valor probatorio de la historia clíni-
ca puede consultarse entre otras providencias la sentencia proferida por la
"El hecho de que otra persona haya diagnosticado y recetado médicamente a
Sala el19 de junio de 1996; Exp. 10826).
la paciente no significa que tal circunstancia no pueda imputarse también a
"En el caso concreto se probó que la (paciente) estaba afiliada a la Caja de
Previsión de Casanare, lo que impone a ésta el deber de prestarle los servi-
386 C. E., jun. 22/2001, exp. 12.701. M.P. María Elena Giraldo G. cios médico asistenciales correspondientes; en particular, frente a una situa-
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ción de malestar, evaluar su estado de salud a efecto de hacer un diagnóstico conceptos claros y pacíficos sobre la prueba de la culpa y del nexo de causalidad.
y disponer el tratamiento necesario para su curación. La circunstancia de que Veamos:
la paciente hubiere sido atendida en el centro de salud de Maní, no releva-
ba a la demandada del deber de atender, diagnosticar y tratar la enfermedad 1. En una consideración inicial, la sentencia examinada afirma lo siguiente:
de la paciente. Se tiene entonces que si la caja para cumplir ese deber acogió
la evaluación y el diagnóstico dado por el centro de salud, asumió los ries- "La jurisprudencia en responsabilidad médica tiende a asegurar la indem-
gos que esa confianza otorga y es por tanto coautora del diagnóstico equivo- nización en los casos de accidentes, orientándose hacia una posible obliga-
cado". ción de resultado, o hacia una responsabilidad objetiva a favor del paciente
ilustrado sobre los riesgos inherentes a dicha actividad".
Y más adelante agrega:
Esta vez, pregona claramente una responsabilidad objetiva en materia médi-
ca, teoría que hasta la fecha siempre había negado la misma corporación. El pro-
"Todo lo anterior lleva a la conclusión de que los hechos productores del
blema es que, aunque finalmente el fallo no se apoya en ese párrafo, de todas
daño 'síndrome vertiginoso' (el error de diagnóstico y un tratamiento con
formas da a entender que también esa teoría la comparte la corporación, pues si
estreptomicina para una enfermedad de la que no sufría), sí son imputables
así no fuera, habría hecho alguna aclaración que brilla por su ausencia en el texto.
fáctica y jurídicamente a Capresoca. Con fundamento en todo lo expuesto la
Sala concluye, a diferencia del tribunal, que esta entidad de previsión sí es
responsable" 387 • 2. Pero, a renglón seguido, en una segunda consideración, el Consejo dice
que en aplicación de la carga dinámica de las pruebas. 1~ ausencia de ~ulpa y de
nexo causal corresponde a quien esté en mejores cond1c10nes probatonas. Es de-
1096.- ABANICO COMPLETO DE TEORÍAS PROBATORIAS cir que mientras en varios fallos el Consejo dice que la carga dinámica de las
pruebas nunca se aplica en materia de causalidad porque en todos los caso.s el
Pero adrede, hemos dejado para el final de este análisis jurisprudencia!, don- actor debe probar dicho nexo causal, en este fallo abierta y expresamente conside-
de hemos demostrado que no hay un criterio unificado en cuanto a la carga de la ra lo contrario.
prueba de la culpa y del nexo causal, una sentencia que recoge la totalidad del
abanico probatorio, lo que hace que finalmente no se sepa cuál es el fundamento Al respecto, el fallo afirma lo siguiente:
jurídico de la responsabilidad aceptada por la decisión.
"En estricto rigor y en aplicación de la teoría de la carga dinámica de la
Se trata de una sentencia del 24 de enero de 2002 388 , donde por lo demás el prueba, la obligación la ausencia o la ausencia nexo
tema de fondo es el de la responsabilidad por falta de advertencia de riesgos al corresponde a la parte que se sitúa en condiciones más favorables
paciente. para demostrar la imputabilidad (imputacio facti e imputa~io juri); ~n.o no
quebranta ni desconoce el artículo 90 de la C. P., que constituye el repmen
de responsabilidad que nos gobierna, en la medida en que el Estado está
En esta decisión, el Consejo de Estado condena al demandado bajo el argu-
llamado a responder por los daños antijurídicos que le sean imputables, cau-
mento de la ausencia de consentimiento informado del paciente, pese a que reco-
sados por la acción u omisión de las autoridades públicas, teniendo e~ ~uen­
noce que no hubo culpa en la intervención quirúrgica. Pero en sus consideracio-
ta que la fuente del daño constituye la misma actividad de la admmistra-
nes generales sobre la responsabilidad del Estado, el fallo incurre en una serie
ción" (la negrilla es nuestra).
de contradicciones que reiteran nuestra opinión de que el Consejo de Estado en
13 años que lleva la teoría de la falla presunta, no ha podido establecer unos
Ahora, aunque el fallo no dice en forma expresa que esa carga corresponde a
la entidad pública demandada, es fácil colegir que dicha carga siempre hace pesar
387 Ibídem. sobre ella, pues nunca podría imponerse al paciente o a sus familiares la carg~ de
388 C.E., ene. 24/2002, exp. 12.706, M.P. Jesús María Carrillo Ballesteros. probar ausencia de culpa y de nexo causal. Por el contrario, si se aplicara con ngor
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la teoría de las cargas dinámicas, es claro que a los demandantes les corresponde- Parece mentira que la máxima corporación de lo contencioso administrativo,
ría probar la culpa y el nexo si es que el juez concluye que ellos están en mejor después de hablar de responsabilidad objetiva y de afirmar que en virtud de la
situación probatoria que el demandado. Si el fallo hubiera sido consecuente, de- carga dinámica de las pruebas se presumen tanto la culpa como el nexo causal, en
bió haberse limitado a decir que la teoría de la carga dinámica de las pruebas este considerando venga a decir que no debe existir duda del nexo causal y que
impone, según cada caso concreto, la obligación al actor de probar la falla del además se debe establecer la falla administrativa, lo que significa que si el actor
servicio y del nexo causal, o que al demandado le corresponde probar ausencia de no establece la falla del servicio y el nexo causal el Estado no tiene por qué res-
culpa. Pero esta vez, de entrada, por un involuntario lapsus, se impuso en teoría a ponder. Este párrafo borra de un tajo la teoría de la falla presunta, la de la respon-
ambas partes la carga de probar la ausencia de culpa y del nexo causal, cuando lo sabilidad objetiva, la de la carga dinámica de las pruebas, la de la pérdida de la
que quería decir era que a la entidad demandada, en virtud de la carga dinámica de oportunidad y la del nexo causal deducido a partir de prob.abilidades, doctrinas
las pruebas, le correspondía probar la ausencia de culpa y de nexo causal. todas en que a menudo se apoya la jurisprudencia administrativa. ¿Cómo expli-
carle a un estudiante de responsabilidad del Estado la lógica de este fallo?
Como ya lo hemos dicho: ¿qué diferencia hay entre presumir la falla del
servicio médico y aplicar la carga dinámica de las pruebas, si en todos los casos se 4. y como para que no quede por fuera del fallo ninguna de las variables
va a decir que es el médico quien siempre está en mejor situación probatoria que probatorias, este reitera en otro de sus considerados la clásica presunción de falla
la víctima? del servicio, que se venía aplicando desde 1992, pero que fue cambiada por la de
la carga dinámica de las pruebas en el año 200 l.
Por lo demás, pese a que en reiteradas oportunidades, el Consejo de Estado
afirma que la carga dinámica de las pruebas nunca se aplica en materia de causa- Al respecto, el fallo analizado expresa:
lidad, el fallo, por lo menos en este considerando, impone al demandado, en vir-
tud de dicha teoría la carga de probar la ausencia de nexo causal. "La corporación ha venido construyendo el edificio jurisprudencia! relativo
al ejercicio de la medicina, y dentro de él ha hecho de la presunción de falla
Se concluye de todo lo anterior que, en este párrafo, el Consejo ya no se del servicio un pilar fundamental de la responsabilidad patrimonial del Esta-
contenta con presumir la falla del servicio, sino también la del nexo causal. do, en régimen del que corresponde al agente o servidor público frente al
Estado. Entonces, corresponde a la entidad demandada demostrar que el daño
Comenzamos pues con una responsabilidad objetiva en materia médica a car- por el cual se acciona, se produjo a pesar de la suficiente diligencia y cuidado
go del Estado, para luego pasar a la teoría de la carga dinámica de las pruebas, suyo, o que sobrevino por fuerza mayor, culpa exclusiva de la víctima o por
pero concluyendo que, en virtud de dicha carga, se presumen la falla del servicio el hecho exclusivo y determinante de un tercero, con lo cual o se desvirtúa la
y la causalidad. falla presunta o se fulmina el nexo causal necesario para integrar el trípode
sobre el cual se edifica la responsabilidad".
3. Como conclusión de esa premisa sentada en el párrafo trascrito, el Con-
sejo de Estado, sorprendentemente y como para no creer, afirma todo lo contrario. Como puede apreciarse, no es lógico que dentro de un mismo fallo se admi-
En efecto, dice el citado fallo: tan todas las teorías existentes sobre la carga de la prueba en materia de culpa y de
nexo causal, sobre todo si se tiene en cuenta que son ya muchos años de jurispru-
"Esta orientación (la de la carga de probar la ausencia de culpa y de nexo dencia los que han pasado desde cuando se empezó a fallar con base en presuncio-
causal) permite concluir que para efectos de determinar la responsabilidad es nes de culpa y de causalidad. En nuestro concepto, el problema radica en que, si
indispensable que no exista duda sobre el nexo causal, porque de lo contrario teóricamente la falla del servicio se presume, el nexo causal queda en el aire por-
se llegaría a aceptar que la entidad pública en todos los casos se viera aboca- que hay que tomar uno de dos caminos, todos dos insostenibles: o bien el nexo
da a responder muy seguramente por un daño que no tiene origen en su actua- causal hay que probarlo como lo predica el Consejo de Estado, y entonces la
ción o cuando la causa del aquel se desconoce. Así mismo, que establecidos presunción de culpa carece de utilidad porque como no se sabe en qué consistió la
los otros dos elementos de la responsabilidad, aparezca acreditada la falla culpa ya que se presume uno de los extremos del nexo causal (la causa) se desco-
administrativa, según el caso". noce, y entonces el efecto (el daño) no tiene cómo encontrar su relación con una
1154 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1155

culpa fantasmagórica que nadie sabe en qué consiste. Y si no se acepta esta solu- "Así ocurre en materia de pérdida de oportunidad y en cada caso se impone el
ción por lo imposible, entonces solo queda presumir tanto la culpa como el nexo examen de los hechos que permita calificar el daño. La pérdida de oportuni-
causal, y entonces ya estaremos hablando de una responsabilidad más que objeti- dad en ocasiones es un perjuicio actual y en otras un perjuicio futuro. Invoca-
va, porque si al médico le queda difícil probar que no tuvo culpa, imposible le será da la posibilidad de un perjuicio cuya realización no puede constatarse, la
probar que esa culpa que nadie sabe en qué consiste, puesto que es presunta, no incertidumbre subsistirá por siempre pero la oportunidad existía, se perdió y
fue la causa del daño (sobre este mismo punto ya hemos tenido oportunidad de en forma definitiva.
pronunciarnos extensamente, supra). De allí que el mismo Consejo de Estado in-
sista en que el nexo causal hay que probarlo, lo que termina encerrando a la cor- "Hipótesis en el terreno judicial suelen concebirse como la del abogado que
poración en una serie de problemas insolubles desde el punto de vista lógico y no apeló y por ello se perdió la oportunidad de éxito en el recurso. Si la
explica la divergencia conceptual entre un fallo y otro. oportunidad aparece como nula o prácticamente nula el perjuicio se limita a
los gastos resultantes para el cliente por el error cometido por el responsable.
1097.- CULPA POR NO EXPLICAR LOS RIESGOS AL PACIENTE
La pérdida de una oportunidad como perjuicio futuro siendo creíblemente
irremediable también puede implicar repercusiones futuras, porque o bien se
Finalmente, y aunque se trata de un problema de nexo causal, más que de prolonga en el tiempo como la pérdida de la posibilidad de una situación
falla del servicio, creemos que no sobra analizar en este capítulo, una sentencia superior, o de una curación, o de obtener asistencia alimentaria.
del Consejo de Estado de enero 24 de 2002 389 , donde se condena al Estado porque,
pese a que no hubo culpa alguna en el acto médico en sí, no se le explicó al "En el caso subanálisis, la oportunidad habría consistido, si no en curarse, sí
paciente los riesgos que corría con una intervención quirúrgica. Hay pues una en no agravarse y mantenerse en el estado en que se encontraba, y que los
falla del servicio, por no advertir al paciente los riesgos, pero queda latente el demandantes valoran como superior a aquel en que el paciente quedó luego
problema del nexo causal entre esa falla y el daño, si se advierte que no hubo de la intervención a la cual fue sometido sin la suficiente ilustración sobre el
culpa en el acto quirúrgico mismo. grave riesgo que corría (El resaltado es nuestro).

Los hechos: un paciente fue operado de un tumor en la columna vertebral, "Teniendo en cuenta que la conducta de la entidad prestataria del servicio
razón por la cual quedó paralítico y, pese a que se probó que no hubo culpa en la implica la colocación al alcance del paciente de todos los recursos técnicos,
operación, de todas formas, por no habérsele advertido de los riesgos y no haberse científicos, humanos o físicos en el procedimiento a seguir; y que en este
obtenido su consentimiento aclarado, el fallo considera que eso ya de por sí eso es caso los facultativos aplicaron el procedimiento adecuado, las maniobras y
una culpa, que le hace perder al paciente la oportunidad de seguir como estaba los elementos utilizados fueron los idóneos en la intervención quirúrgica, en
antes de la operación. principio no podría deducirse responsabilidad por ese aspecto. Pero paralela-
mente a esta conducta existía un riesgo propio producto de las condiciones
Al respecto el fallo considera: generales del paciente, la gravedad, evolución y estado de la enfermedad que
obligaban a tener en cuenta factores como los riesgos de todo paciente asis-
"En este orden de ideas, y conocidos los resultados, que por cierto sirven de
tido en un procedimiento quirúrgico, otros riesgos propios de cada persona
fundamento a esta demanda, habrá de condenarse a la demandada por falla en
en particular según las diferentes condiciones de cada organismo y otros ries-
la administración del servicio, que se repite, no consiste en falencia en la
gos atinentes a la enfermedad; pues, entre más avanzado se encuentre el esta-
atención diligente y científica, sino por la omisión en el deber de informa-
do patológico los riesgos de morbilidad son mayores. Esto quiere decir que si
ción al paciente, hecho que le impidió optar por someterse o rehusar la inter-
a pesar de aplicarse el procedimiento recomendado y aceptado mundialmen-
vención médica y con ello perdió la oportunidad de no resultar afectado por
te, el paciente no responde adecuadamente o queda sometido a condiciones
una intervención que podía aceptar o no.
de incapacidad física y mental como ocurrió en el caso concreto o en el peor
de los casos fallece, por ese solo hecho no hay lugar a imputar dicha lesión al
establecimiento público, si el daño no obedece efectivamente a falta de dili-
389 C.E., ene. 24/2002, exp. 12.706. gencia y observación de la lex artis en el procedimiento operatorio. En el
1156 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1157

caso sub judice, se recopilaron elementos demostrativos que conducen a evi- preoperatoriamente de la importancia del procedimiento planeado y de la
denciar a la vez, la diligencia y cuidado, pero en cambio la omisión en la morbilidad que de él se podía derivar (Resaltado fuera del original).
debida e ilustrada información a que tenía derecho el paciente.
3. Llama la atención la contundencia del fallo cuando afirma, en un párrafo
"En este orden de ideas, y conocidos los resultados, que por cierto sirven de que aquí no aparece reproducido, que al paciente se le debe advertir y explicar
fundamento a esta demanda, habrá de condenarse a la demandada por falla en todos los riesgos, contradiciendo así a la doctrina y a la jurisprudencia universal,
la administración del servicio, que se repite, no consiste en falencia en la según las cuales solo se debe advertir de los riesgos de mayor ocurrencia, pues es
atención diligente y científica, sino por la omisión en el deber de informa- un imposible físico explicarle al paciente la infinita cantidad de riesgos que lleva
ción al paciente, hecho que le impidió optar por someterse o rehusar la inter- consigo toda intervención quirúrgica.
vención médica y con ello perdió la oportunidad de no resultar afectado por
una intervención que podía aceptar o no. En el caso subanálisis, la oportuni- En ese sentido vale la pena tener en cuenta la declaración del médico tratante,
dad habría consistido, si no en curarse, sí en no agravarse y mantenerse en el quien así no se le crea haber advertido de los riesgos al paciente, afirma cuáles
estado en que se encontraba, y que los demandantes valoran como superior a eran los riesgos de mayor ocurrencia y que en consecuencia serían los que el
aquel en que el paciente quedó luego de la intervención a la cual fue sometido médico estaba obligado a informar al paciente. Al respecto, dicho galeno respon-
sin la suficiente ilustración sobre el grave riesgo que corría.
de a una pregunta del tribunal, en los siguientes términos.
Con respecto a esta decisión haremos las siguientes observaciones:
rrl?f!unuwo · Explique al despacho cuáles eran los riesgos que tenían las
l. Es claro que si no se explicó al paciente la existencia de los riesgos, hay operaciones realizadas a Luis Alfredo Sánchez.
una falla del servicio, pero el daño jamás será idéntico al que se causaría si hubie-
ra existido una falla en el acto quirúrgico en sí. En el caso que ahora nos ocupa, se Contesto: Los principales riesgos se deben básicamente a la manipulación
debería haber condenado a perjuicios morales o a la vida de relación, y a la su- de los vasos carotídeos y son debidos principalmente por sangrado y shock
pervivencia que habría tenido el paciente si no hubiese sido operado. hipovolémico, y en un menor porcentaje problemas de tipo vascular a nivel
de la irrigación cerebral especialmente condicionado por la presencia de
2. Aunque el fallo dice que sería preferible que el consentimiento del pa- vasos enfermos o de mala circulación por las carótidas contralaterales a
ciente quedase documentado, en ninguna parte la ley exige tal solemnidad y por lo nivel del cerebro. Dentro de la operación no se presentó ninguna de estas,
tanto, la explicación de los riesgos se puede obtener por todos los otros medios posteriormente se presenta la complicación neurológica descrita (El resalta-
legales, incluido el testimonio. Es más, el fallo da a entender que no es necesario do es nuestro).
que los riesgos se informen y se acepten por escrito, cuando dice que sería prefe-
rible que así fuera, lo que significa que no se descarta la prueba por otros medios. 4. Obsérvese que el mismo médico acepta que entre los riesgos comunes y
que normalmente se deben tener en cuenta no estaba el que finalmente le causó el
Por eso llama la atención que el fallo se limite a decir que la advertencia de
daño al paciente. Así las cosas, con la exigencia de que "todos" los riesgos deben
riesgos no aparece demostrada, pese a dos pruebas que, aunque no documentadas,
advertirse y explicarse al paciente, nunca las entidades públicas podrán exonerarse
dicen lo contrario. ¿Dónde dice la ley procesal colombiana que los testimonios
de responsabilidad, pues siempre faltarán riesgos por advertir, pues muchas veces el
para estos casos no sirven de prueba? Además son dos los declarantes que afirman
mismo médico no alcanza a imaginarlos y porque, si se advierte de todos ellos, el
que al paciente se le advirtió de los riesgos.
paciente renunciaría a la intervención y la obtención del consentimiento informa-
En efecto, el fallo, al referirse a la declaración del doctor Julio Alberto Nieto do requeriría más tiempo que la intervención misma. En teoría, toda intervención
Silva, dijo lo siguiente: quirúrgica conlleva una cadena infinita de riesgos, imposibles de advertir, incluso
por el más ducho especialista, no solo porque hay muchos que para él pueden ser
"En especial indicó que el informe de auditoría interna realizado el 3 de junio desconocidos y porque, aun si fuera posible conocerlos todos, su cantidad es tan
de 1993, llegó a cuatro conclusiones: "1. Que al paciente se le informó abrumadora que ni en un tratado sobre el tema sería posible recopilarlos todos.
1158 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1159

Son tantos los fenómenos físicos y químicos que se cruzan en una interven- q;;;;;;¡~,u,uuv.· Diga el testigo, si en el examen que le hizo al señor Luis Alfredo
ción quirúrgica, todos ellos con capacidad de producir daño, que se torna imposi- Sánchez, en el año de 1990, le dijo que tenía que volver a control y en caso
ble pensar en su advertencia. Y si se dice, como a menudo se afirma, que solo se afirmativo si anotó tal petición en la hoja de vida del citado paciente.
debe advertir de los riesgos más importantes, surge el dilema de saber si los más
Contesto: Al paciente como es rutina, después de solicitado su examen se le
importantes son los más graves o los de mayor ocurrencia. Además, porque según
advierte que debe regresar a la consulta con el resultado del examen. Eso
se ve en la jurisprudencia, una vez ocurrido el daño, los demandantes o los jueces
quedó escrito y especialmente en este que era un caso en el que el paciente se
concluyen que el riesgo no advertido que causó el daño era uno de los que se debía
encasillaba dentro de un protocolo con miras a terminar en la extirpación
haber advertido. Siéntese cualquier juez con un médico especialista para que este
trate de agotar la enumeración de todos los riesgos posibles y posteriormente se- quirúrgica.
leccione los que deben ser advertidos, y con seguridad se encontrará con la doble rn~~umtllllo · Díganos cuál era la fecha en que debía volver a control el señor
dificultad de no poderlos advertir en su totalidad al paciente, dada su cantidad y Luis Alfredo Sánchez según su respuesta anterior.
complejidad, y de no ser capaz de hacer una selección de los que ese juez conside-
ra deben ser explicados al paciente. No nos digamos mentiras, con la obligación Contesto: Cuando solicitamos un estudio de esta categoría no podemos pre-
de advertir los riesgos, obligación que nadie desconoce, se está llegando a una ver exactamente a qué término se va a realizar el examen, porque son proce-
cacería de brujas, porque siempre se encontrará que el riesgo no advertido era uno dimientos realizados por un servicio diferente al nuestro. Sin embargo, el
de los que se debía advertir. servicio de medicina nuclear del Hospital Militar nos tiene acostumbrados a
realizar sus estudios a corto plazo que pudieran ser 8 días o menos. Como es
5. De otro lado, llama la atención que el fallo haya dejado de analizar si- difícil para los pacientes a nivel de la consulta externa y siguiendo los trámi-
quiera, la culpa de la víctima, pues, pese a que dos años antes se le ordenaron unos tes regulares, obtener una nueva cita con quien ordena su examen, a ese espa-
exámenes y se le dijo que volviera tan pronto tuviera los resultados, ésta no lo cio corto de tiempo siempre tengo la precaución de advertirle que tan pronto
hizo de inmediato y aguardó hasta que ya el tumor era evidente y los dolores tengan el examen que yo deseo conocer, pueden regresar a mi consulta, aun
insoportables. Es seguro, como lo dicen los médicos declarantes, que si el pacien- sin cita formal y les advierto o ya lo conocen acerca de mi día y hora de
te hubiera seguido las órdenes del médico y hubiera llevado los resultados a tiem- consulta".
po, la operación hubiese sido más sencilla y menos riesgosa.
¿Cómo no tener en cuenta ese descuido del paciente y su evidente influencia
en el daño por él sufrido, cuando ya el tumor había comprometido otros órganos?
En la sentencia encontramos este interrogatorio al médico tratante:
6. Pero hay un punto importante que el fallo no tuvo en cuenta: el tumor, de
rn~!!~Amt,aa~o;· Diga el testigo qué clase de estudios le exigió o le solicitó, al no haberse operado, le habría disminuido enormemente las probabilidades de vida
señor Luis Alfredo Sánchez, en la visita que le hizo en el año de 1990, y si el al paciente, quien consultó justamente porque ya no soportaba los dolores. Vea-
paciente cumplió con ellos o no. mos lo que al respecto dice uno de los médicos tratantes:

"Preguntado apoderado de la parte · De acuerdo con los


Contesto: Al paciente se le solicitó una diamagrafia de glándulas salivares,
estudios radiológicos, explíquele al despacho qué compromisos revestía para
que es un procedimiento de medicina nuclear. En ese entonces teniendo en
el paciente y qué consecuencias le traerían en el evento de no ser intervenido.
cuenta que la localización de la masa tumoral era cervical alta y cabía inicial-
mente la posibilidad a descartar un tumor de glándula carótida. El paciente se Contesto: Clínicamente era un tumor que prácticamente había duplicado su
realizó ese estudio en los días subsiguientes a que fuera ordenado y en el tamaño especialmente en los últimos meses y era sintomático por dolor y
informe de medicina nuclear, consideran que la masa muy posiblemente no limitación para los movimientos laterales del cuello.
se origina en glándulas salivares, y que muy sugestivo de un tumor de un
cuerpo carotídeo. Sin embargo este estudio solo se conoce más de dos años Este hecho abre la posibilidad de que siendo como es un tumor afortunada-
después cuando el paciente regresa a la consulta con los síntomas descritos. mente en la mayoría de los casos benigno, dadas las condiciones anotadas
1160 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1161

no se podía descartar una lesión maligna que solo puede ser descartada por "Entonces, tomando como referencia el ya deteriorado estado de salud pre-
estudio histopatológico. Por otro lado, dado el tamaño y la localización, y sentado por Luis Alfredo Sánchez antes del13 de mayo de 1993, y el dicta-
teniendo en cuenta los estudios radiológicos y por otro lado la edad del pa- men médico laboral rendido con posterioridad, la Sala, en aplicación del prin-
ciente, estaba la posibilidad de que se comprometiera el flujo carotídeo o se cipio de arbitrio judicial, considera justo y proporcional al 50% del perjuicio
extendiera hacia la base del cerebro, donde posteriormente podría volverse causado, reconocer a los demandantes las siguientes sumas:
inmanejable.
Por petjuicios materiales:
Preguntado: De acuerdo con la impresión diagnóstica inicial, y conforme a
Para Luis Alfredo Sánchez, el 50% del valor del salario mínimo legal vigente
lo consignado en la historia clínica, el paciente atendió las indicaciones y
para 1993 ($ 81.510), es decir,$ 40.755. Tomando esta suma como base para
recomendaciones médicas para proseguir el tratamiento.
la condena, se liquidarán el período vencido o consolidado y el futuro o debi-
Contesto: Realmente no. Esto básicamente porque el paciente inexplicable- do, previa la actualización de tal suma, así:
mente y nunca me refirió el porqué básicamente no regresó a la consulta sino
"Fecha nacimiento demandante: 18 de julio de 1945 (fl. 1, c. 2).
dos años después en otras condiciones".
"Porcentaje a tener en cuenta: 50%
Y agrega el fallo en comento: "Fecha de los hechos: 13 de mayo de 1993
"Actualización de la base: $ 40.755:
"Julio Alberto Nieto Silva, jefe de cirugía general del Hospital Militar, en
términos similares sostuvo que conoce de este caso en particular porque en el
"a. Indemnización consolidada.
postoperatorio presentó una morbilidad derivada de procedimiento quirúrgi-
co y era su obligación evaluar de manera conjunta con el resto de los especia-
listas si hubo descuido, impericia o negligencia médica. $ 17'688.734

Pr~~f!u.nta:áo:
Sírvase explicarle al despacho si el lapso transcurrido entre el mes "b. Indemnización futura. Desde el1 o de octubre de 2001 hasta el término
de febrero 1990 y, abril de 1993, esa patología y diagnóstico inicial debido al de la vida probable de la víctima, la cual nació el 18 de julio de 1945; para la
tiempo transcurrido, qué le representa clínicamente para el paciente. fecha cuenta con 56 años y 2 meses, con una expectativa de vida de 22.11
años, esto es hasta noviembre del año 2023, lo que a partir de la fecha corres-
Contesto: En primera instancia hubo aumento de tamaño del tumor, quiero ponde a 265 meses, utilizando la siguiente fórmula:
aclarar al despacho que este tumor denominado técnicamente paragangleo-
ma o flomus del cuerpo carotídeo, es una lesión de origen eminentemente (1 +0.004867)n-1
vascular que en la medida en que aumenta de tamaño, el número de vasos que S= V A - - - - - - - -
lo nutren aumenta notoriamente hasta el punto de que se han descrito casos i (1 +0.004867)n
de síncopes cerebrales ocasionados por "robo" de la irrigación cerebral por el (1.004867)265-1
tumor, en la medida en que el tumor aumenta de tamaño el procedimiento S= V A - - - - - - - - -
quirúrgico es mucho más laborioso y difícil en razón a lo planteado anterior-
i (1.004867)265
mente, y en la medida en que el procedimiento se hace más difícil la posibi-
lidad de morbilidad derivada del procedimiento se incrementa". 2.620552
S=VA------
Es imposible una mayor prueba de la culpa de la víctima al descuidar el 0.012754
tratamiento, y la incidencia que en la gravedad de su dolencia tuvo dicha omisión. S=$ 137.752 X 205.46
7. Finalmente, cabe advertir los errores del fallo al liquidar la indemniza- S = $ 28' 302.526
ción de perjuicios. Veamos lo que al respecto dice la mencionada decisión: $ 45'991.260.
1162 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1163

Con respecto a la liquidación arriba descrita cabe observar que el período cómo indemnizar la totalidad de los riesgos o daños por áleas terapéuticos. Por
indemnizable no podía hacerse sobre la vida probable tomada en abstracto, sino ello, cuando defendemos la doctrina de la culpa probada, lo hacemos más por
teniendo en cuenta lo que probablemente habría durado el paciente si advertido de cuestiones de dinero que por principios axiológicos.
los riesgos hubiera decidido continuar con el tumor en su organismo. Porque jus-
tamente, de no haberse operado, así fuera sin su consentimiento, sus días estaban Habiendo recursos, seríamos los primeros en pregonar la introducción de un
contados dado el precario estado de salud a que lo tenía sometido el tumor extir- régimen que permita a las víctimas del acto médico ser siempre indemniza-
pado. Si el médico le hubiera advertido de los riesgos y el paciente, a consecuen- das. Pero mientras continuemos con el estado de pobreza en materia de salud,
cia de ello, hubiera rehusado operarse, su muerte era inminente y el demandado preferimos que, salvo culpa del médico o del hospital, en cuyo caso la responsabi-
no habría incurrido en responsabilidad alguna. lidad es indiscutible, los recursos se inviertan en aumentar en lo posible la cober-
tura mínima de salud, en lugar de dejar a los hospitales en la miseria, porque su
escaso presupuesto se va pagando honorarios de abogados defensores y senten-
1098.- CONCLUSIÓN Y PROPUESTA DE SOLUCIÓN PARA LA INDEMNIZACIÓN
cias condenatorias basadas en culpas y causalidades presuntas que no pueden des-
DE LOS DAÑOS PROVENIENTES DEL ACTO MÉDICO
virtuar.
Como el problema de las presunciones no es actualmente exclusivo de la
jurisprudencia colombiana, en el derecho francés, ante la inminencia de un colap- DERRUMBE DE LA TEORÍA DE LA PRESUNCIÓN DE FALLA DE SERVICIO,
so financiero de los hospitales y de los médicos que se veía venir con las primeras Y DE LA TEORÍA DE LAS CARGAS DINÁMICAS DE LA PRUEBA.
sentencias que admitían la presunción de culpa, se creó un sistema revolucionario
que permite a los médicos y a los hospitales trabajar sin la presión de demandas Gracias a la tecnología podemos incluir unas cuantas palabras sobre un fallo
permanentes, y a los pacientes, en la mayoría de los casos, obtener indemnización del Consejo de Estado del31 de agosto del año 2006 (Radicado 15.772), pues esta
de sus daños, sobre todo cuando estos son colaterales y provienen de un álea obra ya estaba en imprenta cuando conocimos la decisión.
terapéutico.
Aunque parezca mentira, en forma clara y contundente el Consejo de Estado
El sistema funciona así: todos los médicos y hospitales, públicos y privados, recoge las doctrinas de la falla presunta del servicio en materia de salud, y la
están obligados a tomar un seguro de responsabilidad para el evento en que el aplicación de las cargas dinámicas de la prueba, y vuelve a la teoría tradicional de
daño sea imputable a una culpa probada de su parte. Y si hay un daño colateral no la culpa probada, doctrinas por las que hemos luchado durante casi dos décadas.
culposo (a esta situación no culposa y ajena a la evolución normal de la enferme- El siguiente párrafo es lo suficientemente concluyente como para esperar que el
dad se le denomina "álea terapéutica"), el Estado, mediante un fondo de garantías, desorden jurisprudencia! de los últimos años comience por apaciguarse.
se encarga de indemnizar a las víctimas. En esta forma se reitera el principio
tradicional de la culpa probada, salvo para los áleas o riesgos terapéuticos (muerte Dice el Consejo de Estado:
cerebral por anestesia, no imputable a culpa del médico, por ejemplo), en cuyo
caso el Estado asume como un riesgo más de la seguridad social los daños del "Por eso, de manera reciente la Sala ha recogido las reglas jurisprudenciales
paciente imputables a ese riesgo. anteriores, es decir, las de presunción de falla médica, o de la distribución de
las cargas probatorias de acuerdo con el juicio sobre la mejor posibilidad de
Ese que es nuestro sistema ideal no ha sido instaurado en los otros países de su aporte, para acoger la regla general que señala que en materia de responsa-
la Unión Europea, debido a los costos que su puesta en práctica representa. Instaurarlo bilidad médica deben estar acreditados en el proceso todos los elementos que
en Colombia es una utopía, empezando porque no hay un mercado asegurador la configuran, para lo cual se puede echar mano de todos los medios probato-
dispuesto a amparar a todos los médicos y hospitales que lo soliciten, y porque si rios legalmente aceptados, cobrando particular importancia la prueba indiciaria
el Estado no es capaz financieramente de garantizar un mínimo de servicio de que pueda construirse con fundamento en las demás pruebas que obren en el
salud a la mayoría de los ciudadanos ni de reembolsar los costos que representan proceso, en especial para la demostración del nexo causal entre la actividad
los tratamientos obligatorios en virtud de fallos de tutela, mucho menos va a tener médica y el daño."
1164 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1165

IV.- Las actividades peligrosas y los daños


SuB SECCióN Pero, fuera de lo anterior, el transportador o el explotador de vehículos trans-
causados por medios de transporte terrestre y aéreo portadores también pueden incurrir en responsabilidad extracontractual en caso
de daños causados con tales aparatos a los bienes de terceros, así éstos no sean
1099.- INTRODUCCIÓN pasajeros transportados. Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando se lesiona o se
mata a un peatón o cuando se deteriora o se destruye una cosa ajena como conse-
La mayoría de las veces, el ejercicio de actividades peligrosas va acompa- cuencia de un choque(§ 1). Veamos primero, esta última hipótesis.
ñado de la ejecución de obligaciones contractuales. Los instrumentos por medio
de los cuales se ejecuta el contrato son considerados, objetivamente, como activi-
§ 1.- RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL POR DAÑOS CAUSADOS
dades que encierran un grave peligro no solo para las partes del contrato sino
A LAS PERSONAS O A LAS COSAS CON UN AUTOMOTOR TERRESTRE
también para terceros ajenos a la convención. El transporte es la actividad pe-
ligrosa por excelencia y casi siempre su explotación obedece a la ejecución de
INTRODUCCIÓN
un contrato. Con los daños originados por la actividad transportadora pueden cau-
sarse perjuicios no solo a los pasajeros sino también a sus familiares, puesto que
Después de la aparición de la primera edición de este libro se han presenta-
han sufrido un perjuicio de tipo personal e independiente del de la víctima directa;
do varios cambios en las normas que regulan la responsabilidad civil extracon-
también pueden producirse daños a un peatón que es atropellado por un vehículo.
tractual por daños causados con vehículos a las personas o a las cosas diferen-
El transportador aéreo y el terrestre tienen un tratamiento diferente en relación
tes de los pasajeros o las mercancías transportadas. De todas formas, cualquiera
con algunas de las consecuencias que se originan al producirse un daño al pasaje-
sea la legislación aplicable, lo cierto es que, corno antes, la víctima demandante
ro transportado; de otro lado, la acción ejercida por el pasajero tiene consecuen-
no tiene que establecer la culpa del conductor del vehículo accidentado.
cias radicalmente diferentes a la instaurada por los terceros perjudicados. Todos
estos puntos serán analizados en este capítulo, el cual versará inicialmente sobre
Dentro de esos cambios legislativos encontrarnos lo relativo al seguro auto-
el transporte terrestre (I). Posteriormente nos referimos a la responsabilidad en el
rnoviliario obligatorio. De dicha legislación se desprende, para determinados
transporte aéreo (II).
daños, una responsabilidad que es más que objetiva y que, inclusive, podría
considerarse mas bien corno un sistema de seguridad social a favor de las víctimas
1.- Responsabilidad civil por daños causados de los accidentes de la circulación (A); los daños no cubiertos por este seguro
con vehículos en el transporte terrestre obligatorio se rigen por los principios jurídicos establecidos en el artículo 2356
del Código Civil y en el artículo 261 del Código de Tránsito (B).
1100.- PLAN
A.- Responsabilidad civil por daños cubiertos
El transportador terrestre puede incurrir en responsabilidad contractual o por el seguro automoviliario obligatorio
extracontractual. La contractual puede derivarse de un transporte de mercancías o
de un transporte de pasajeros. En nuestra obra El contrato de transporte 390 se 1102.- El Decreto 1032 de 1991, hoy incorporado al Estatuto Orgánico del
aborda extensamente esta materia. Sin embargo, en las páginas que siguen sinte- Sistema Financiero, reguló lo relativo al seguro autornoviliario obligatorio. Corno
tizaremos lo referente a la responsabilidad por daños causados a los pasajeros, se verá, se trata de un seguro cuya cobertura es muy restringida, aunque, en el
pues ella está íntimamente ligada con la responsabilidad por actividades peli- fondo, establece un régimen de seguridad social más beneficioso para la víctima
grosas cuando el pasajero fallece y sus familiares inician una acción indernni- que un sistema de responsabilidad objetiva.
zatoria (§ 2).
1103.- DAÑOS CUBIERTOS

390 Javier Tamayo Jaramillo, El contrato de transporte, Santa Fe de Bogotá, Edit. Temis,
El artículo 192 del Estatuto Financiero establece que el seguro obligatorio
1991. por accidentes de tránsito solo cubre indemnización por daños corporales, es de-
1166 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1167

cir, de los daños derivados de lesiones o muerte de una persona. Por consiguiente, 2. Vigencia de la póliza. La vigencia de la póliza de seguro de
los daños a las cosas no están cubiertos por el seguro obligatorio de automotores. daños corporales causados a las personas en accidentes de tránsito
Según se verá, tampoco está cubierta la indemnización por perjuicios morales o será, cuando menos, anual, excepto en seguros expedidos con ca-
fisiológicos. rácter transitorio para los vehículos que circulen por las zonas fronte-
rizas.
1104.- CUANTÍAS DE LAS COBERTURAS Las autoridades de tránsito verificarán esta circunstancia.

El artículo 193 del Estatuto Financiero establece la cuantía de las indemniza- 3. Subordinación de entrega de póliza al pago de la prima. La
ciones a que tienen derecho las víctimas de los accidentes de tránsito. El texto de entrega de la póliza al tomador está condicionada al previo pago de
la norma es el siguiente: la prima excepto cuando se encuentra a cargo de entidades de dere-
cho público.
Art. 193.-La póliza incluirá las siguientes coberturas:
4. Improcedencia de la duplicidad de amparos. Las coberturas del
a) Gastos médicos, quirúrgicos, farmacéuticos y hospitalarios por seguro obligatorio serán exclusivas del mismo y por ello no podrán
lesiones con una indemnización máxima de quinientas (500) veces incluirse en pólizas distintas a aquellas que se emitan en desarrollo
el salario mínimo legal diario vigente al momento del accidente; de este estatuto. Adicionalmente, las entidades aseguradoras debe-
rán adecuar las pólizas y tarifas en las cuales exista coincidencia
b) Incapacidad permanente, entendiéndose por tal la prevista con las coberturas propias del seguro obligatorio, a fin de evitar
en los artículos 209 y 211 del Código Sustantivo de Trabajo, con duplicidad de amparo y de pago de primas.
una indemnización máxima de ciento ochenta (180) veces el sala-
rio mínimo legal diario vigente al momento del accidente, a la cual 5. L. 795/2003, art. 44. Facultades del Gobierno Nacional
se le aplicarán los porcentajes contenidos en las tablas respectivas; en relación con los términos de la póliza (y contribución al Fosyga).
Por tratarse de un seguro obligatorio de forzosa contratación, el
e) Muerte de la víctima como consecuencia del accidente, siempre Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Hacienda y Crédito
y cuando ocurra dentro del año siguiente a la fecha de este, en cuan- Público, señalará con carácter uniforme las condiciones ge-
tía equivalente a seiscientas (600) veces el salario mínimo legal dia- nerales de la póliza, (las tarifas máximas que puedan cobrarse por
rio vigente al momento del accidente; el mismo, así como el valor de la contribución al Fondo de Solidari-
dad y Garantía. El valor de esta contribución deberá calcularse como
d) Gastos funerarios, si la muerte ocurriere como consecuencia la suma entre un porcentaje del valor no podrá exceder un 100% del
del accidente y dentro del lapso señalado en el literal anterior, con valor de la prima anual). La Superintendencia Bancaria revisará
una indemnización máxima de ciento cincuenta veces (150) el sala- periódicamente las condiciones técnicas y financieras de la opera-
rio mínimo legal diario vigente al momento del accidente, y ción de este seguro, propósito para el cual solicitará a las entidades
aseguradoras la información que estime conveniente.
e) Gastos de transporte y movilización de las víctimas a los esta-
blecimientos hospitalarios o clínicos y las entidades de seguridad y En todo caso, en la determinación de las tarifas se observarán los
previsión social de los subsectores oficial y privado del sector sa- principios de equidad, suficiencia y moderación y se podrán esta-
lud, en cuantía equivalente a diez (1O) veces el salario mínimo legal blecer rangos diferenciales según la naturaleza de los riesgos.
diario vigente al momento del accidente.
(PAR. ] 0 - Estarán libres de contribución a cualquier institución o
Parágrafo.-El valor de estas coberturas se entienden fijadas para fondo, las primas del SOAT sobre motocicletas hasta 200 ce de ci-
cada víctima; por lo tanto, se aplicará con prescindencia (sic) del lindrada. En consecuencia, la prima del SOAT para estos vehículos
número de víctimas resultantes de un mismo accidente. cubrirá exclusivamente el costo del riesgo que actuarialmente se
1168 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1169

determine para ellos, considerándolos con un criterio de favorabi- torio asegurar los trenes ni los vehículos agrícolas o industriales que no circulen
lidad frente a otros de mayor capacidad de pasajeros y cilindrada. por vías públicas con sus propios medios.

PAR. 2°- Para efectos de la fijación de primas, el Gobierno Nacio-


1106.- RESPONSABLES A QUIENES BENEFICIA
nal fijará las políticas de imputación de la accidentalidad vial, te-
niendo en cuenta la responsabilidad en la causación del accidente). En principio, el seguro automoviliario obligatorio tiene por beneficiario in-
Nota: Los textos entre paréntesis fueron declarados inexequibles mediato a la víctima del accidente o sus herederos. Sin embargo, el numeral3 del
por la Corte Constitucional en Sentencia C-312 del 31 de marzo de artículo 194 del Estatuto Financiero, al facultar al perjudicado para demandar los
2004. Magistrado Ponente Alfredo Beltrán Sierra. daños no cubiertos por el seguro obligatorio, establece que lo pagado por dicho
seguro debe descontarse de la indemnización a cargo del responsable. Lo que
De acuerdo con dicha norma, los gastos clínicos, médicos, hospitalarios, fu- significa que desde el punto de vista patrimonial se beneficia con el seguro toda
nerarios, así como la incapacidad permanente, están sometidos a límites, lo que persona que llegue a ser responsable del accidente, sea propietario, arrendatario,
no significa que se trate de indemnizaciones automáticas por el simple hecho del comodatario, conductor, etc., sin perjuicio de que el asegurador pueda repetir contra
accidente. Es decir, la víctima debe probar esos daños y si su reparación supera dicho responsable en caso de dolo o culpa grave de éste, según lo establece el
los límites establecidos en la norma, el perjudicado tendrá que acudir a los princi- numeral 4 del mismo artículo 194 del Estatuto Financiero.
pios generales de la responsabilidad civil para recuperar lo no cubierto por el
Es de anotar que la víctima tiene derecho a cobrar el seguro obligatorio y a
seguro obligatorio.
reclamarle a otros responsables distintos del asegurado las indemnizaciones dife-
rentes a los gastos clínicos, médicos y funerarios, pues éstos pueden ser recupera-
En cambio, en lo relativo a los gastos de transporte y a las indemnizaciones
dos por el asegurador.
por muerte de la víctima, la ley establece indemnizaciones automáticas, indepen-
dientes del daño material o moral realmente sufrido por la víctima o por sus cau-
sahabientes. 1107.- SI LA VÍCTIMA NO RECLAMA, EL CONDUCTOR O EL RESPONSABLE
TIENEN DERECHO A QUE SE DESCUENTE

De otro lado, la indemnización por muerte de la víctima solo está cubierta si


Aunque la ley no lo dice expresamente, creemos que si los perjudicados con
el fallecimiento se produce dentro del año siguiente a la ocurrencia del accidente.
el accidente no demandan la cobertura del seguro obligatorio y en su lugar deman-
Si la muerte se produce después de ese plazo, los demandantes deberán acudir a la
dan toda la indemnización al responsable, de todas formas éste podrá pedir que de
vía ordinaria para cobrar la indemnización con base en la responsabilidad civil
la indemnización a que tienen derecho los demandantes se descuente el valor de lo
general.
cubierto por el seguro y no reclamado, a menos que el seguro obligatorio no cu-
briese el daño por cualquiera circunstancia imputable al responsable, como culpa
Finalmente, los límites establecidos por la ley se refieren a cada persona
grave o dolo. En efecto, en la medida en que el responsable tiene derecho a que se
lesionada o fallecida y no a cada accidente o vehículo.
le descuente lo indemnizado por el seguro obligatorio, la negativa de los deman-
dantes a reclamar el valor del seguro es una culpa que petjudica al responsable y,
1105.- VEHÍCULOS CUBIERTOS por tanto, éste no tiene porque pagar las consecuencias de dicha culpa.

El numeral 3° del artículo 192 del Estatuto Financiero define cuáles son los 1108.- VíCTIMAS AMPARADAS POR EL SEGURO OBLIGATORIO
automotores cuyo aseguramiento es obligatorio. Establece como tales todos los
aparatos provistos de un motor propulsor, destinados a circular por el suelo para El seguro automoviliario obligatorio tiene como beneficiario inmediato a la
el transporte de personas o cosas. De allí se desprende que no se aplica a las víctima de un accidente de tránsito, sea o no pasajero del vehículo accidentado y
embarcaciones fluviales o marítimas ni a las aeronaves, así éstas últimas causen el asegurado. Mientras la víctima sobreviva, solo ella tiene derecho a cobrar la in-
daño mientras efectúan operaciones de carreteo en una pista. Tampoco es obliga- demnización del seguro obligatorio.
1170 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1171

Ahora, si la víctima directa fallece, los principios clásicos de la respons~bi­ En consecuencia, si el asegurador se niega a pagar el seguro alegando que el
lidad se rompen, pues la indemnización no se paga a quien pruebe haber sufndo asegurado no es responsable, se someterá al pago de los intereses moratorios pre-
un perjuicio sino al cónyuge o compañero sobreviviente (el 50%) y a los herede- vistos en el artículo 1080 del Código de Comercio.
ros del propio fallecido (el 50% restante). Desaparece, pues, la distin~ión entre
acción hereditaria y personal, ya que solo subsiste la primera, como s1 de todas
formas se indemnizara a la víctima directa. • • ...... -- EL OBLIGADO A TOMAR EL SEGURO ES RESPONSABLE
DE LAS PRESTACIONES SI NO HA Y PÓLIZA

Si los herederos que reciben la indemnización inician una acción personal o


hereditaria en responsabilidad civil contra el responsable asegurado, tendrán de- Si al producirse el accidente, la víctima se da cuenta de que no existe seguro
recho a cobrar el daño realmente sufrido, pero, según el parágrafo del numeral obligatorio, tanto el conductor como el guardián del automotor, y en general toda
3 del artículo 194 del Estatuto, de la indemnización se descontarán los gas- persona que estuviera obligada a tomar el seguro o a evitar que el automotor circu-
t~s clínicos, médicos, hospitalarios y funerarios, pues éstos tienen carácter indemni- lara sin seguro obligatorio, estarán obligados a pagar las mismas prestaciones
zatorio. establecidas por el seguro obligatorio y no podrán exonerarse de ellas alegando
una fuerza mayor o el hecho de un tercero. Su culpa consistente en conducir o
dejar conducir un vehículo no asegurado es causa directa del daño al quedar la
Lo anterior significa que quienes, siendo herederos o no del fallecido, sufrieren
víctima desprotegida por el seguro. Su ausencia de culpa en la ocurrencia del
un perjuicio patrimonial o extrapatrimonial derivado de la mue~te tend~án ~ere­
accidente es intrascendente en este caso. Lo que interesa es el hecho de haber
cho a ser indemnizados y para nada se tendrán en cuenta las mdemmzacwnes
incumplido una obligación legal, incumplimiento que causó un daño a la víctima
pagadas por el seguro obligatorio por incapacidad o muer~e, pues estas prestacio-
directa. Desde luego, para las indemnizaciones que no cubre el seguro obligato-
nes no tienen carácter indemnizatorio a la luz de los artlculos 1139 y 1140 del
. río, sí exonera cualquier causa extraña.
Código de Comercio. La acción personal extracontractual y los principios genera-
les de la responsabilidad civil retoman su imperio.
B.- Responsabilidad por daños no cubiertos
ExoNERACióN por el seguro automoviliario obligatorio

Las normas que regulan el seguro automoviliario obligatorio guardan silen- ARTÍCULO 2356 DEL CóDIGO CIVIL
cio absoluto en cuanto a la posible exoneración del causante del daño o del asegu-
rador del vehículo accidentado. Por ello, pensamos que se trata de un seguro de Como guardián de la actividad peligrosa, en este caso del vehículo causante
accidentes y no de un seguro de responsabilidad civil. Refuerza este argu~~nto el del daño, el conductor deberá responder de acuerdo con las normas que regulan la
hecho de que el inciso 1o del artículo 194 del Estatuto Financiero no cond1c10na el responsabilidad en el Código Civil, concretamente, lo dispuesto en el artículo
pago del seguro a la existencia de una sentencia condenatoria ~n co~tra del res- 2356. Por tanto, el presunto responsable sólo se exonera mediante la prueba de
ponsable. Así las cosas, el asegurador no podrá alegar que el dano es 1mputable al una causa extraña. Finalmente, la prescripción será en este caso de 1O años, en
hecho de un tercero o a la fuerza mayor o caso fortuito. Creemos que en caso de aplicación del modificado artículo 2536 del Código Civil.
culpa grave leve o levísima de la víctima, la exoneración tampoco es posible.
Recuérdese 'que la culpa grave del asegurado, del tomador o del beneficiario ~el
seguro, es asegurable según lo establece el artículo 1127 del Código ~e C~merc1~o. § 2.- RESPONSABILIDAD CIVIL POR DAÑOS CAUSADOS
A LOS PASAJEROS EN EL TRANSPORTE TERRESTRE
Luego, en este caso, la culpa grave no se equipara al dolo. En camb:o.' s~ el dano
es imputable a dolo de la víctima directa o de alguno de los benef1c1anos. ~e la
RESPONSABILIDAD POR TRANSPORTE A TÍTULO ONEROSO
indemnización, el asegurador no está obligado a pagar el seguro. Esta soluc~on es
válida en cualquier sistema de la seguridad social y no vemos razón para no aphcarlo La responsabilidad del transportador remunerado (A) ha sido diferenciada de
en este caso. la del transportador a título gratuito o benévolo (B) por una corriente doctrinal y
1172 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1173

jurisprudencia! que durante muchos años ha impuesto su criterio. Por ello vere- gente y perjuicios morales por vía contractual; si muere sin ejercer sus derechos,
mos separadamente las dos instituciones. sus herederos toman su lugar en la acción y en tal caso su acción será la heredita-
ria contractuaP 93 .
A.- La responsabilidad civil en el transporte
terrestre remunerado de pasajeros 1115.- ACCIÓN PERSONAL EXTRACONTRACTUAL DERIVADA
DEL MISMO HECHO
1113.- ACCIONES POR DAÑOS CAUSADOS A LOS PASAJEROS
Con la muerte del pasajero se le puede causar perjuicios a otras personas.
En el desarrollo del contrato de transporte el pasajero puede sufrir un daño Estas, que normalmente son los mismos herederos, tienen la acción personal
que, lógicamente, puede ser imputable al transportador. De ese resultado dañoso extracontractual. En caso semejante, la demanda se hará argumentando la respon-
surge la acción personal contractual del pasajero; eventualmente, si el pasajero sabilidad por actividades peligrosas de que trata el artículo 2356 del Código Civil,
queda vivo, podrá resultar una responsabilidad extracontractual si se le causaron ya que si bien el hecho es uno mismo, lo cierto es que el daño y las partes son
perjuicios a terceros; tal es, por ejemplo, el caso de un empresario cuyo artista totalmente ajenas al contrato. Si la esposa e hijos del pasajero demandan el perjui-
principal resulta lesionado en el desarrollo de un contrato de transporte. Si el cio que sufrió este último entre el momento del accidente y su muerte, su acción
pasajero muere, sus herederos retoman la acción que pertenecía al causante y, en será la hereditaria contractual; en cambio, si solicitan la indemnización por lo que
tal virtud, ejercerán la acción hereditaria contractual; si los herederos, o cualquier dejarán de recibir periódicamente a causa de la muerte de aquel, la acción será
otro tercero, sufrieron un perjuicio personal derivado del hecho que originó el personal extracontractuaP 94 . Sobre la forma de ejercer esas dos acciones, véase
incumplimiento del contrato, su acción será personal extracontractual. A estas infra, 1292 y ss. 374bis.
dos acciones se refiere el artículo 1006 del Código de Comercio y de ello nos
ocupamos en la parte final de este capítulo. Por lo pronto, determinemos cuáles En el ejercicio de la acción extracontractual incoada por los peatones o por
son las normas aplicables a estas dos acciones 391 . los herederos que reclaman su perjuicio personal, el transportador terrestre solo se
libera mediante la prueba de una causa extraña (infra, T. II, 768 y ss.). De otro
1114.- ACCIÓN CONTRACTUAL
lado, como veremos más adelante, a la acción extracontractual derivada de daños
causados a los pasajeros del transporte aéreo no se aplican las normas de la res-
Si la acción la ejercen directamente el pasajero o sus herederos, pero deman- ponsabilidad por actividades peligrosas (art. 2356) sino las que consagra el Códi-
dando las mismas pretensiones del causante, la responsabilidad civil por activida- go de Comercio en sus artículos 1880 y ss.
des peligrosas no tiene ninguna aplicación y las normas pertinentes son las que
prescribe el Código de Comercio, en especial los artículos 982, 992 y 1003. Por
medio de esta acción se reclama el perjuicio causado al acreedor contractual; si el
pasajero muere en el acto, el perjuicio contractual no existe, pues la vida como tal Con base en el artículo 982 del Código de Comercio, "el transportador está
no es bien patrimonial y perjuicio moral no se causó 392 ; en cambio si el pasajero obligado a conducir a las personas sanas y salvas al lugar o sitio convenido". Esto
sobrevive al accidente, perfectamente podrá cobrar su incapacidad, daño emer-

393 En este sentido, cas., 27 ago. 1955, "G. J.", t. LXXXI, p. 162; cas., 11 jun. 1974,
391 Sobre la distinción entre las dos acciones: cas. civ., 31 mayo 1965, "G. J.", t. CXL, "G. J.", t. CXLVIII, p. 126.
p. 123; cas. civ., 22 sep 1976, "G. J.", t. CLII, p. 407; cas. civ., 23 abr. 1954, "G. 394 C. S. J., 11 jun. 1974, "G. J.", t. CXLVIII, p. 126.
J.", t. LXXV, p. 411; cas., 20 feb. 1945, "G. J.", t. LVIII, p. 611; cas., 27 ago. 1955 394bis En el ejercicio de la acción personal extracontractuallos herederos no tienen que
"G. J.", t. LXXXI, p. 162; cas., 11 jun. 1974, "G. J.", t. CXLVIII, p. 135; C. S. J., 31' acreditar tal calidad, pues en el proceso son terceros con relación al causante; lo
mayo 1965, citado por Héctor Roa Gómez, ob. cit., p. 1181; C. S. J., 20 abr. 1954, que ocurre es que ese parentesco se prueba al final, para demostrar el perjuicio,
"G. J.", t. LXXVII, p. 375. pero no es elemento de legitimación procesal; basta afirmar el perjuicio y probar-
392 En este sentido, cas., 24 jun. 1942, "G. J.", t. Llll, p. 661. lo después. En este sentido, cas., 23 abr. 1954, "G. J.", t. LXXVII, p. 411.
1174 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1175

quiere decir que el transportador no se obliga simplemente a poner toda la diligen- El texto de la norma es el siguiente:
cia y cuidado en el transporte del pasajero, sino, más bien, a cumplir el resultado
previamente buscado por el acreedor. Lo que importa es que el transporte se rea- El transportador solo podrá exonerarse, total o parcialmente de su
lice en perfectas condiciones. Si el transportador solo se obligara a desplegar pru- responsabilidad(. .. ) mediante prueba de culpa imputable exclusiva-
dencia y diligencia, nos hallaríamos frente a una obligación de medio; en cambio, mente al pasajero (resaltado fuera del texto).
como en el presente caso el transportador se obliga concretamente a determinada
prestación, decimos que existe una obligación de resultado 395 . Exactamente se tra- Creemos que ese parcialmente no se refiere a la fuerza mayor, la cual siem-
ta de una obligación de seguridad 396 . pre deberá ser causa exclusiva del daño para que pueda liberar; lo que aparece
contradictorio es que la ley hable de exoneración parcial cuando hay culpa exclu-
siva del pasajero. O bien la culpa es solo causa parcial y entonces tiene sentido la
reducción parcial, o bien la culpa del pasajero es causa exclusiva y la exoneración
1117.- CARGA DE LA PRUEBA EN EL EJERCICIO DE LA ACCIÓN CONTRACTUAL
será total. Por ello podemos concluir que la fuerza mayor y el hecho de tercero
DERIVADA DEL CONTRATO DE TRANSPORTE 397
deben ser causas exclusivas del daño para que haya exoneración total (infra, T.
5 y ss.); por fuerza mayor o por hecho de tercero nunca habrá reducción parcial.
Cuando el pasajero o sus herederos ejercen la acción derivada del contrato de
En cambio, la culpa de la víctima producirá exoneración total o parcial según sea
transporte terrestre remunerado, la simple ocurrencia del daño durante la ejecu-
o no la causa exclusiva del daño (sobre fuerza mayor, hecho de tercero y culpa de
ción del transporte genera una presunción de responsabilidad en contra del trans-
la víctima, véase infra, T. 7 y ss.).
portador398. De aquí se desprende que éste no podrá exonerarse demostrando la
simple ausencia de culpa, puesto que lo único que lo libera es la prueba de ciertas Por último, suponemos que si el daño se produce por una deficiencia física
eventualidades que constituyen una causa extraña (infra, T. 7 y ss.) 399 . A tales del pasajero, el transportador podrá exonerarse totalmente de su responsabilidad
fenómenos se refieren los artículos 992 y 1003 del Código de Comercio. si dicha deficiencia es la causa exclusiva del daño 400 .

De acuerdo con el artículo 1003, el transportador se libera si demuestra que En otro orden de ideas, conviene recalcar que la responsabilidad contractual
el hecho dañino es obra exclusiva de terceros, fuerza mayor no imputable al deu- del transportador no se fundamenta en la responsabilidad por actividades peligro-
dor, culpa exclusiva del pasajero o por lesiones orgánicas o enfermedad anterior sas401, aunque justo es reconocer la peligrosidad de los instrumentos con los cua-
del pasajero. les se cumple el contrato. Podría pensarse en un transporte en el que no interven-
gan vehículos y por ende no haya de por medio actividades peligrosas. En tales
Sin embargo, el artículo 992 de Código de Comercio, que en cierta forma casos, la carga de la prueba seguiría siendo la misma. La razón es simple: las
repite algunos principios del artículo 1003 del mismo Código, da a entender que obligaciones de resultado, independientemente de los instrumentos que se utili-
cuando la culpa de la víctima no es causa exclusiva del daño, habrá exoneración cen para su cumplimiento, presumen la responsabilidad civil del deudor, que solo
parcial. se libera mediante la prueba de una causa extraña. En la responsabilidad del trans-
portador frente a los peatones o frente a la acción personal ejercida por los fa-
miliares del pasajero, se podrá invocar la responsabilidad aquiliana por activida-

395 René Rodiere, Droit des transports, núm. 649; Philippe le Tourneau, ob. cit., núms.
1189 a 1206.
396 En este sentido, cas. civ., 11 jun. 1974, "G. J.", t. CXLIII, p. 137; Jacques Ghestin, 400 En ese sentido se orienta la jurisprudencia belga. Cfr. "Cour D'appel Uege", 17
Genevieve Viney, ob. cit., núm. 743. nov. 1981, Revue Générale des Assurances et des Responsabí/ítés (R. G. A. R.),
jun. 1982, núm. 10.500; Cour D'appel Mons, 21 mar. 1978, Revue Générale ... ,
397 René Rodiere, Droit des trasports, núm. 649; Philippe le Tourneau, ob. cit., núm.
mayo 1979, núm. 10.031.
1195.
401 Sin embargo, en cas., 19 abr. 1973 (Jurisprudencia y Doctrina, t. VIII, núm. 90, p.
398 Sobre la carga de la prueba en el transporte gratuito, véase infra, núm. 348.
431), se incurre en la confusión y sostiene que el artículo 2356 hace que se presu-
399 En este sentido, cas., 11 jun. 1974, "G. J.", t. CXLVIII, p. 135. ma culpa del transportador.
1176 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1177

des peligrosas y la carga de la prueba exigirá igualmente la demostración de una 1120.- PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN

causa extraña. Desde el punto de vista probatorio, pues, los peatones, el pasajero
y sus familiares están en una misma situación, pero la fuente de la obligación es Si el pasajero o sus herederos desean ejercer la acción hereditaria contrac-
distinta. La responsabilidad por actividades peligrosas es una institución pura- tual, deberán hacerlo dentro de los dos años siguientes a la fecha "en que el pasa-
mente aquiliana y no puede aplicarse en materia contractual (supra, T. I, 1028 y jero emprenda el viaje" (C. de Co., art. 993). Pasados esos dos años prescribe la
ss.). En ese sentido se pronuncia la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia acción; por el contrario, la prescripción de la acción personal extracontractual se
(supra, T. I, 1029). rige por lo dispuesto en el artículo 2536 del Código Civil. En efecto, la deman-
da en acción personal extracontractual tanto en contra del conductor del ve-
hículo como en contra del transportador cuyo dependiente conduciendo el
1118.- CLÁUSULAS LIMITATIVAS O EXONERATORIAS DE LA RESPONSABILIDAD
vehículo causó el daño, la prescripción será de 1O años. Esto en virtud de
las reformas tanto al artículo 2536 del Código Civil como del nuevo Código de
El artículo 992 del Código de Comercio tenía por no escritas las cláusulas de
Transporte Terrestre.
exoneración del transportador. En cuanto a las cláusulas que limitaban los montos
indemnizables, éstas solo eran válidas cuando revestían la forma de un seguro.

B.- La responsabilidad civil


Pero el Decreto 1 de 1990 modificó parcialmente, con su artículo 10, el
en el transporte terrestre gratuito
artículo 992 del Código de Comercio pues, aunque mantuvo la prohibición de
las cláusulas exoneratorias de responsabilidad, suprimió, sin embargo, el confuso
principio de la autorización de las cláusulas limitativas que revestían la forma de 1121.- CONCEPTOS

un seguro.
Los autores y tribunales han discutido si en el transporte benévolo o gratuito
Significa lo anterior que las cláusulas limitativas de la responsabilidad no el pasajero que es víctima de un accidente tiene derecho a beneficiarse de las
quedaron prohibidas expresamente, ni quedaron condicionadas a la existencia de presunciones de culpa establecidas por la ley, bien sea en la responsabilidad con-
un seguro. En consecuencia, creemos que dichas cláusulas son válidas, pero a tractual o bien en la responsabilidad extracontractual del artículo 2356 del Código
condición que el monto indemnizable convenido no sea una suma irrisoria402 • Nos Civil. Hoy la doctrina y la jurisprudencia francesas consideran unánimemente que
parece que se podría pensar en la aplicación analógica del artículo 1131 del Códi- el pasajero a título gratuito tiene derecho a beneficiarse de la responsabilidad
go de Comercio, que para el transporte de mercancías autoriza una limitación del aquiliana por el hecho de las cosas que consagra el artículo 1384 del Código de
75% del valor del daño. Napoleón403 (supra, T. I, 833).

1119.- LAS CLÁUSULAS SOBRE LIMITACIÓN DE RESPONSABILIDAD NO SE APLICAN En el derecho colombiano el problema amerita una distinción. En efecto,
A LA ACCIÓN PERSONAL DE LOS FAMILIARES durante décadas, los tribunales civiles han venido aplicando una vieja tesis fran-
cesa según la cual las presunciones de responsabilidad no se aplican en el trans-
De otro lado, cabe recordar que las cláusulas limitativas, cuando existen, porte gratuito, poco importa que la responsabilidad sea contractual o extracontractual.
solo serían oponibles al pasajero mismo cuando queda lesionado o a sus herederos Por tanto, al demandante le correspondería probar la culpa del transportador de-
cuando ellos ejercen la acción hereditaria contractual. Si los herederos o cualquier mandado (véase infra, 1364).
otro perjudicado ejercen la acción personal extracontractual, dichas cláusulas no
les son oponibles en virtud del principio del efecto relativo de los contratos.
403 Sobre la evolución jurisprudencia! puede verse: Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité, núms.
1273 y ss.; Alex Weill y Fran9ois Terré, ob. cit., núm. 728; Boris Starck, Droit civil.
Obligations, núm. 220; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 642; Flour
402 Javier Tamayo Jaramillo, El contrato de transporte, núm. 641. y Aubert, ob. cit., núms. 771, 772.
1178 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1179

Con todo, nos parece que esta tesis debe ser abandonada. grosas por excelencia, debemos definir el régimen especial que por responsabili-
dad aquiliana consagra el Código de Comercio 405 .
En efecto, cuando el transporte gratuito es accesorio de un contrato mer-
cantil, el transportador solo se exonera de acuerdo con lo dispuesto en los ar-
tículos 992 y 1003 del Código de Comercio. Así lo establece el artículo 995 del § 1.- RESPONSABILIDAD AQUILIANA DEL TRANSPORTADOR

mismo Código. Si el transporte gratuito no es accesorio de un contrato mer- AÉREO POR DAÑOS EN LA SUPERFICIE

cantil, creemos que también se debe presumir la responsabilidad del transpor-


tador, a menos que éste pruebe una causa extraña, poco importa que se trate 1123.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
de una responsabilidad extracontractual o de una responsabilidad contractual.
Nada amerita que se brinde un tratamiento diferente para el pasajero a título gra- El Código de Comercio, en su artículos 1827 y ss., consagra la responsabilidad
tuito. extracontractual por los daños causados a terceros en la superficie por medio de
aeronaves. En las líneas que siguen fijaremos los alcances de dicha legislación.
Con todo, pensamos que no habiendo culpa probada del transportador gra-
tuito, de todas formas la indemnización debe reducirse en la medida en que tam- ESTA RESPONSABILIDAD SOLO SE APLICA A AERONAVES
bién el pasajero, en cierta forma, ejercía para consigo mismo una actividad pe- QUE SE HALLEN EN VUELO
ligrosa.
Los artículos 1827 y siguientes solo se aplican a los daños causados por una
Pero la doctrina actual del Consejo de Estado no admite duda alguna en cuan- aeronave en vuelo o por una persona o cosa caída de la misma. A su vez, el
to a la aplicación de la presunción de responsabilidad en contra del Estado cuando artículo 1828 del Código de Comercio explica que la aeronave "se entenderá en
éste es un transportador gratuito. En efecto, aunque dicha corporación no acude a vuelo desde el momento en que se encienden los motores para la partida, hasta
los principios de la responsabilidad por actividades peligrosas del artículo 2356 cuando sean apagados al término del recorrido".
del Código Civil, de todas formas admite que al Estado, como transportador gra-
tuito, se le aplican los artículos 1003 y 1880 del Código de Comercio y, en tal Esto quiere decir que existe un tratamiento especial que se rige por el Código
virtud, la víctima no tiene que probar la culpa del transportador. Así se desprende de Comercio, cuando los daños a terceros son producidos por una aeronave "en
de algunas recientes decisiones de nuestro máximo Tribunal de lo Contencioso vuelo". Es, pues, una excepción a la aplicación del principio general consagrado
Administrativo 404 . en el artículo 2356 del Código Civil. Por exclusión debemos considerar que si el
daño es causado por una aeronave que no se halla en vuelo ni sus motores están
encendidos para despegar, la responsabilidad seregirá por las actividades peligro-
II.- Responsabilidad civil contractual sas del artículo 2356 del Código Civil. Por ejemplo, si un avión explota a pesar de
y extracontractual generada por el transporte aéreo estar apagado o si sus motores están encendidos por simple mantenimiento, las
normas aplicables serán las del artículo 2356 del Código Civil.
1122.- INTRODUCCIÓN
Hecha esta aclaración, nos adentramos en el estudio de la responsabilidad
En el desarrollo de la explotación del transporte aéreo se pueden originar civil aquiliana por los daños causados por una aeronave "en vuelo". En cuanto a
daños de tipo contractual o de tipo extracontractual; estos últimos pueden causar- las naves que no están en vuelo, nos remitimos a lo ya visto en el capítulo especial
se a terceros en la superficie, a pasajeros de otras naves o a terceros perjudicados de las actividades peligrosas.
con la muerte de los pasajeros. Como las operaciones aéreas son actividades peli-

405 No obstante, hay daños causados por una empresa de aviación que no constituyen
actividad peligrosa, pues no se produce como efecto directo de la actividad aérea
404 Javier Tamayo Jaramillo, La responsabilidad del Estado, núm. 96. (cas., 9 oct. 1980 en Jurisprudencia y Doctrina, t. IX, núm. 108, p. 919).
1180 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1181

PERSONAS PROTEGIDAS
daños se producen por explosión de las mercancías transportadas a nombre del
fletador, tendrá aplicación la responsabilidad por culpa en la estructura de que
Los artículos 1827 y siguientes del Código de Comercio se aplican a los hablamos al estudiar las actividades peligrosas (supra, T. I, 897). En tal virtud, la
daños causados en la superficie a personas que no tienen nada que ver con el víqtima podrá demandar al fletante con base en el artículo 1827 y siguientes del
contrato de transporte; es el caso del avión que se estrella contra una casa o contra Código de Comercio y al dueño de la mercancía con base en el artículo 2356 del
un cultivo. De otro lado, cuando se produce un abordaje o colisión de aeronaves, Código Civil407 •
la ley comercial regula la responsabilidad por daños a los otros aparatos y a sus
pasajeros, lo mismo que los daños causados a terceros en la superficie (C. de Co., En cuanto a la persona que en forma indebida se apropia de una nave, se
arts. 1834 y 1842).
presume la responsabilidad solidaria del usurpador y del explotador, quien podrá
demostrar que ha tomado todas las medidas adecuadas para evitar tal uso (C. de
Respecto a los daños causados a los pasajeros de una aeronave cuando se Co., arts. 1830 y 1832). La ley nada dice con respecto al daño causado por el
encuentra en vuelo, tanto la acción contractual como la extracontractual que per- comodatario de la nave; pero suponemos que explotador y usuario son responsa-
tenece a los herederos se rige por el artículo 1880 del Código de Comercio, norma
bles solidarios de los daños causados a terceros en la superficie.
que no hace distinción en cuanto a la fuente de la obligación. A este último aspec-
to nos referimos al final de esta subsección.
1127.- EXONERACIÓN DEL RESPONSABLE

El explotador o el usuario legítimos (C. de Co., arts. 1830, 1831 y 1836) no


El explotador de la aeronave es la persona que debe responder por los daños se liberan con solo demostrar la ausencia de culpa; realmente, lo único que los
causados a terceros (C. de Co., art. 1827). Este principio es un poco diferente al de exonera de responsabilidad es la prueba de ciertas eventualidades que constituyen
la noción de guardián de la actividad peligrosa a que nos hemos referido al estu- causa extraña. Tales causales de exoneración se pueden sintetizar así: a) conflic-
diar el artículo 2356 del Código Civil (supra, T. I, 896 y ss.), pues parece ser que tos o disturbios civiles; b) privación de la aeronave por acto de la autoridad públi-
el legislador fundamenta la responsabilidad en la teoría del riesgo creado. Como ca; e) privación de la aeronave por apoderamiento ilícito de ella, por parte de
puede presentarse alguna duda en cuanto a las personas que a diferentes títulos terceros; d) culpa exclusiva de la víctima408 .
tengan la dirección y control de la nave, trataremos de aclarar cómo actúa la res-
ponsabilidad en dichos casos. Si la culpa de la víctima es solo causa parcial del daño, habrá reducción
parcial con base en la intensidad causal que haya tenido el hecho culposo en la
Si la nave es arrendada, "el arrendatario tendrá la calidad de explotador, ya producción del daño (C. de Co., art. 1831, inc. 2°). Además, el inciso 3o del mis-
que en todo caso tendrá la dirección del aparato" (C. de Co., art. 1890). De ahí que mo artículo 1831 dispone que la culpa de la víctima se puede invocar frente a
en tales casos la guarda sea alternativa y no acumulativa406 ; el dueño de la nave cualquier demandante. En esta forma se zanja cualquier discusión semejante a la
solo responderá en caso de existir culpa probada de su parte, puesto que la direc- que pudiera surgir de la interpretación del artículo 2357 del Código Civil. No son
ción y control de la nave quedan en poder del arrendatario. causales de exoneración la fuerza mayor o el caso fortuito ni el hecho de terceros,
salvo cuando estos se apoderan de la dirección de la nave en forma ilícita. Con
Por el contrario, cuando el avión es fletado a un tercero, pero el fletante del
aparato se reserva "la dirección y autoridad sobre la tripulación y la conduc-
ción técnica de la aeronave", el fletador no adquiere la calidad de explotador, la .
cual permanece en poder del fletante (C. de Co., art. 1893). Creemos que si los 407 En este caso, el fletante y el fletador podrían discutir entre sí cuál es la causa real
del daño y así regular la repartición entre los dos, pero la víctima podrá cobrar la
totalidad a cualquiera de ellos (C. C., art. 2344).
408 Sobre las causales de exoneración en transporte aéreo, y muy especialmente en
la Convención de Varsovia, puede verse; Jean Pi erre Tasi, Responsabílité aéríenne,
406 Sobre la distinción entre guarda alternativa y acumulativa, supra, núm. 902. Paris, Edit. Litec, 1978, núms. 182 y ss., 466 y ss.
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1183
1182 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

todo, cuando el hecho de terceros se puede ubicar dentro de los conflictos o dis- monto indemnizable será determinado de acuerdo con el artículo 1834 del Código
turbios civiles, pensamos que sí se podría alegar esta situación como causa exone- de Comercio.
ratoria. Por ello, si en determinado territorio se vive una perturbación grave de
orden público, el hecho aislado, pero relacionado con la situación imperante, de- 1130.- DAÑOS CAUSADOS POR NAVE DETENIDA
berá dar lugar a la exoneración, siempre y cuando se demuestre esa relación en
forma suficiente. Si una aeronave que se encuentra detenida produce un abordaje, respon-
derá frente a los pasajeros de las otras aeronaves colisionadas de acuerdo con
En lo tocante a las causales de exoneración aceptadas por la ley, solo la culpa el artículo 1842 del Código de Comercio. Ahora, si los daños son causados a
de la víctima da lugar a reducción parcial; en los otros casos se exige que ellas personas o bienes diferentes a los pasajeros, o bienes de las otras aeronaves que
sean causa exclusiva del daño, pero, en tal virtud, la exoneración será total (infra, entraron en colisión, la responsabilidad será prevista en el artículo 2356 del Códi-
T. II, 51 y ss.). go Civil.

1128.- LíMITE DE LA RESPONSABILIDAD


ABORDAJE DE AERONAVES EN VUELO

El artículo 1835 del Código de Comercio regula el límite de la indemniza-


ción por daños causados en la superficie. No pueden beneficiarse de este límite el Cuando una nave en vuelo es la que produce el abordaje, la responsabilidad
explotador doloso ni el usuario ilegítimo (C. de Co., arts. 1832 y 1836) 409 • frente a los pasajeros de las otras aeronaves y de los daños causados a éstas o a sus
bienes a bordo es la consagrada en el artículo 1842 del Código de Comercio.
Si el daño se produce por abordaje, habrá un límite de la responsabilidad que
se consagra en el artículo 1843 del Código de Comercio. En este caso, el explota- LA PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN POR DAÑOS CAUSADOS POR AERONAVES
dor doloso o el usuario ilegítimo tampoco pueden acogerse a los límites contem-
EN LA SUPERFICIE
plados.
El artículo 1838 del Código de Comercio establece una prescripción muy
Cuando los daños a terceros en la superficie o a pasajeros se producen por un
corta para las acciones en responsabilidad civil derivada de los daños causados
abordaje o colisión de aeronaves, las víctimas podrán considerar que cada uno de
por aeronaves en la superficie o por abordaje. De acuerdo con dicha norma, "las
los aparatos ha sido el causante del daño y el explotador respectivo será responsa-
acciones fundadas en este capítulo prescribirán en dos años, contados a partir de
ble en las condiciones y límites de la responsabilidad previstos en el Código de
la fecha en que ocurrió el hecho que causó los daños". O sea, que es mucho más
Comercio (art. 1834). En tales casos, la persona que sufre los daños tiene derecho
favorable a los intereses de la víctima la prescripción de diez años del Código
a ser indemnizada hasta la suma de los límites de responsabilidad correspondien-
Civil, pues, si una aeronave que se encuentra detenida causa daño a terceros en la
tes a cada una de las aeronaves, pero ningún explotador será responsable por una
superficie, la prescripción será de diez años, mientras que la de la aeronave en
suma que exceda los límites aplicables a su aeronave, a menos que exista dolo de
vuelo solo será de dos años.
su parte (art. 1834).

1129.- COLISIÓN DE AERONAVES 1133.- EL CóDIGO DE COMERCIO EXCLUYE LA APLICACIÓN DEL ARTÍCULO
2356 DEL CóDIGO CIVIL CUANDO SE TRATA DE DAÑOS EN LA SUPERFI-

Si en el aire colisionan dos aeronaves, los daños causados a terceros en la CIE POR ABORDAJE
superficie se consideran imputables a los explotadores de cada una de ellas y el
Tratándose de una legislación especial, las normas establecidas en los artícu-
los 1827 y siguientes del Código de Comercio excluyen la posible aplicación del
artículo 2356 del Código Civil a la responsabilidad por los daños causados por las
409 Es la misma filosofía que orienta las legislaciones por accidentes de trabajo (C. S.
T., art. 216). aeronaves en vuelo.
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1185
1184 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

Con base en el artículo 1838 del Código de Comercio no se podrá demandar 1137.- RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL

con fundamento en el artículo 2356 del Código Civil, cuya acción prescribe en DEL TRANSPORTADOR

diez años; del mismo modo, la carga probatoria contemplada en el artículo 2356
Igual que en el transporte terrestre, los herederos del pasajero tienen dos
no puede aplicarse contrariando los artículos 1827 y 1831 del Código de Comer-
acciones para reclamar las respectivas indemnizaciones (infra, T. I, 1155 y ss.).
cio. La misma exclusión cabe en cuanto a los límites indemnizatorios a que se
Como sucesores del pasajero pueden ejercer la acción hereditaria contractual y
refiere el Código de Comercio; la víctima o sus familiares no pueden prescindir 410
como terceros perjudicados pueden ejercer la acción personal extracontractual .
de las normas del Código de Comercio para escapar en esta forma a la limitación
del monto indemnizable. En resumen, si la aeronave está en vuelo o hay abordaje,
se deben aplicar en su totalidad las normas del Código de Comercio. 1138.- CARGA DE LA PRUEBA

Aunque la acción hereditaria contractual está fundamentada en el contrato de


§ 2.- RESPONSABILIDAD DEL TRANSPORTADOR AÉREO
transporte y la personal extracontractual se basa en la responsabilidad aquiliana,
POR DAÑOS A PASAJEROS
en ambas la carga de la prueba se regula por el artículo 1880 del Código de Co-
mercio, de acuerdo con el cual, el transportador es responsable del daño causado
Bli?lio,!!nztiiJ! suma!ria Tamayo Jaramillo, Javier: El contrato de transporte.
en caso de muerte o lesión del pasajero, con la sola prueba de que el hecho que lo
De Juglart, Michel: Traité du droit aériene, Paris, L. G. D. J., 1989. causó se produjo a bordo de la aeronave o durante cualquiera de las operaciones
de embarque o desembarque 411 •
1135.- INTRODUCCIÓN
412
En cuanto a fuerza mayor, ella no libera al transportador aéreo . La exclusión
Al igual que en el transporte terrestre de pasajeros, también en el aéreo se le no es un olvido o capricho del legislador; obedece a los principios internacionales
puede causar daños a las personas que vayan a bordo del aparato, generando en que rigen el derecho aéreo. En efecto, el artículo 17 del Protocolo de Guatemala
esta forma perjuicios a ellas o a sus herederos y, eventualmente, a terceros. Se de 1971 establece que "el transportador es responsable del perjuicio causado en
trata de definir cuáles son los principios aplicables en cada una de esas posibles caso de muerte, por el solo hecho de que el evento que ha causado la muerte o
413
acciones cuando el pasajero ha pagado un precio por el transporte. Pero son dis- lesión corporal se produzca a bordo de la aeronave ( ... )" .
tintas las legislaciones que rigen el transporte aéreo interno o nacional (A) y el
externo o internacional (B). 1139.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA Y LA RESPONSABILIDAD
POR TRANSPORTE AÉREO
A.- Responsabilidad civil en el transporte
aéreo nacional o interno En fallo de junio 11 de 197 4, la Corte estableció que la responsabilidad del
transportador aéreo se fundamentaba en una presunción de culpa contractual y no
1136.- NORMAS APLICABLES

En principio, la responsabilidad civil por muerte de pasajeros en el transpor- 410 Gas., 11 jun. 1974, "G. J.", t. CXLVIII, p. 135. Sobre las dos acciones, véase infra,
te aéreo interno o nacional, se rige por los principios generales del contrato de 1132 y SS.
transporte consagrados en los artículos 981 y siguientes del Código de Comercio; 411 Nótese que la norma no se refiere al contrato sino a la forma como se produce el
sin embargo, los artículos 1880 y 1881 del mismo estatuto mercantil contienen daño; por ello, los principios del artículo 1880 del C. de Co. se aplican a las dos
acciones.
disposiciones específicas adicionales que son exclusivas de esta materia.
412 En este sentido, cas. civ., 11 jun. 1974, "G. J.", t. CXLVIII, pp. 135 a 145.
413 Cita y observaciones de Rodiere, Droit des transports, núm. 666; igualmente, Jean
Finalmente, en los artículos 1900 a 1903 del Código de Comercio se legisla Pierre Tosi, ob. cit., núm. 202. Los protocolos de Guatemala y Montreal modifican
lo relativo a los seguros que para proteger los riesgos del transporte aéreo de la Convención de Varsovia, que permitía al demandado probar la debida diligencia
pasajeros debe suscribir quien se dedique a dicha actividad. y cuidado.
1186 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1187

en una responsabilidad objetiva; llama la atención el hecho de que la Corte da a B.- La responsabilidad civil
entender que la creación de riesgos es en sí una falta. Dice así la Corte: en el transporte aéreo internacional

"Conclúyese de lo anterior que las nuevas normas del Código de Comercio Bibliografía Tosí, Jean Pierre. Responsabilité aérienne,
en punto de responsabilidad del transportador, en especial del que transporta Pdris, Litec, 1978; Barrera Barraza, Ramiro. Derecho aéreo colombiano, Bogotá,
por aire, no consagra la teoría de la responsabilidad objetiva, sino que si- Edit. Temis, 1979; Mapelli López, Enrique. El contrato de transporte aéreo inter-
guiendo el sentido del riesgo que para los asociados crea la explotación de nacional, Madrid, Tecnos, 1968.
ciertas máquinas, consagra simple y llanamente, en caso de inejecución o
cumplimiento defectuoso, una presunción de culpa del transportador, de la LEGISLACIÓN APLICABLE
cual solo puede liberarse en los casos expresamente contemplados por la ley
y demostrando los hechos que ella misma enumera, eventos que son los úni- Convención de Varsovia. El Código de Comercio regula el transporte aéreo
cos en que desaparece la fuerza probatoria de aquella presunción. Existe, nacional tanto de pasajeros como de mercancías. Por su parte, el transporte aéreo
pues, hoy como ayer, la necesidad de fundar la responsabilidad civil en la internacional de mercancías y de pasajeros se rige por la Ley 95 de 1965, por
idea de culpa del autor del daño, mas teniendo presente, empero, que la culpa medio de la cual Colombia ratificó el Convenio de Varsovia de octubre 12 de
no tiene que ser probada siempre, pues en muchas hipótesis legales, como en 1929 y el suscrito en La Haya en septiembre 28 de 1955, así como el Convenio de
la antes referida, la culpa es presunta" 414 • Guadalajara de 1961.

Con posterioridad a estos convenios se firmó el denominado Protocolo de


1140.- LA CARGA DE LA PRUEBA EN EL TRANSPORTE AÉREO Guatemala, el 8 de marzo de 1971, ratificado por Colombia mediante Ley 30 de
A TÍTULO GRATUITO 1973. Sin embargo, el artículo 20 expresa que el Protocolo solo entrará en vigor
cuando haya sido ratificado por un mínimo de treinta países. En la actualidad solo
Al estudiar la responsabilidad civil del transportador terrestre analizamos la ha sido ratificado por cinco Estados y parece que nunca se alcanzará la totalidad
evolución jurisprudencia! y doctrinal relativa a la carga de la prueba cuando el de las ratificaciones exigidas por el Protocolo, por lo cual nos referiremos a él
pasajero fallecido era conducido en forma gratuita y dijimos que el derecho fran- solo tangencialmente. Finalmente, en 1999, se firmó el Convenio de Montreal,
cés se orienta a concederle a la víctima la posibilidad de beneficiarse de la presun- ratificado por Colombia y ya en vigor, y que no alcanzamos a incluir en esta obra.
ción de responsabilidad por el hecho de las cosas consagrada en el artículo 1384, Pero este convenio no deroga totalmente las anteriores, razón por la cual los pá-
inciso primero, del Código Civil; y que, en Colombia, la situación ameritaba al- rrafos que siguen conservan vigencia para aquellos casos en que no se aplique
gunas distinciones, dado que durante décadas la jurisprudencia civil ha considera- Montreal1999.
do que al transportador gratuito se le debe probar su culpa. Estas distinciones son
válidas, igualmente, en el transporte aéreo y gratuito de pasajeros. Inclusive, la En resumen, la legislación aplicable es la Ley 95 de 1965, que ratificó los
jurisprudencia del Consejo de Estado se ha referido a este tipo de transporte415 • convenios de Varsovia y de La Haya y, también, está vigente la Convención de
Montreal de 1999. Veamos algunos de sus rasgos más importantes, no sin antes
Aunque todas estas ideas fueron expresadas en relación con el transporte advertir al lector que este tema lo abordamos extensamente en nuestra obra El
terrestre, podemos sin embargo hacerlas extensivas al transporte aéreo, ya que contrato de transporte.
todo el pensamiento jurisprudencia! y doctrinal antes mencionado se ha referido,
indistintamente a cualquier tipo de transporte gratuito. 1°) NOCIÓN DE PARTE CONTRATANTE

No se pueden confundir las partes en el contrato de transporte aéreo interna-


cional con las de "altas partes contratantes". Los primeros son el transportador y
414 Cas. civ., 11 jun. 1974, "G. J.", t. CXLVIII, pp. 135 a 145, citada por Héctor Roa
Gómez, ob. cit., p. 1189. el pasajero; por el contrario, por alta parte contratante debe entenderse el Estado
415 Cfr. Javier Tamayo Jaramillo, La responsabilidad del Estado, núm. 96. que ha ratificado o adherido al Convenio de Varsovia y sus posteriores modifica-
1188 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1189

ciones y que no lo ha denunciado, o que habiéndole hecho, la denuncia no ha En este sentido, el Protocolo guarda completa armonía con el artículo 1874
surtido efecto. del Código de Comercio, el cual expresa que "el contrato de transporte se consi-
dera interno cuando los lugares de partida y destino fijados por las partes están
Colombia es, pues, una alta parte contratante. Por tanto, los vuelos que co-
dentro del territorio nacional, e internacionales los demás casos".
mienzan en Colombia y que hagan escala o terminen en otro Estado, así este no
sea alta parte contratante, se rigen por el Convenio.
Sobre este punto basta agregar que lo que determina el carácter de nacional o
internacional en esta clase de transportes no es el hecho de que efectivamente la
2°) EL CONVENIO SE APLICA EN MATERIA CONTRACTUAL
nave accidentada haya partido de un país y termine su recorrido en otro. Lo im-
Y EXTRACONTRACTUAL
portante es que las partes hayan acordado ese itinerario. Del mismo modo, si las
De acuerdo con el artículo 24 del Convenio de Varsovia, modificado por el partes acordaron un recorrido de carácter nacional, no podrá considerarse como
artículo 9° del Protocolo de Guatemala, sus normas regulan toda responsabilidad internacional el trayecto si por cuestiones de hecho el vuelo termina en un país
civil que se derive de daños causados a un pasajero que sufrió daños en el curso de diferente al de la iniciación o la aeronave se accidente en él.
un trayecto aéreo internacional. En consecuencia, si no hubo acuerdo entre las par-
tes o si el transporte se hizo a título gratuito, benévolo o desinteresado, también el Finalmente, es necesario para que pueda hablarse de transporte aéreo interna-
Convenio es aplicable no solo en cuanto a la prueba de la culpa sino también en lo cional que el punto de partida esté en el territorio de una alta parte contratante,
que hace referencia a los límites de responsabilidad. De igual forma, también será aunque el destino final sea un Estado que no tenga tal calidad.
aplicable el Convenio cuando los herederos del pasajero fallecido ejerzan bien la
acción hereditaria contractual o la personal extracontractual. Lo mismo ocurriría 1146.- 4°) TRANSPORTE DE MERCANCÍAS Y DE PASAJEROS
cuando demanden terceras personas que, sin ser parientes del pasajero fallecido, han
sufrido sin embargo algún perjuicio con su muerte (caso de la concubina). El Convenio de Varsovia se aplica a toda clase de transporte internacional de
personas, equipajes o mercancías, poco importa que se trate de transporte remune-
1145.- 3°) NoCIÓN DE TRANSPORTE AÉREO INTERNACIONAL rado o gratuito (art. 1°).

De acuerdo con el Protocolo de Guatemala:


1147.- 5°) RESPONSABILIDAD DEL TRANSPORTADOR
(... ) la expresión transporte internacional significa todo transporte
en el que, de acuerdo con lo estipulado por las partes, el punto de El Convenio de Varsovia trae una serie de disposiciones particulares sobre la
partida y el punto de destino, haya o no interrupción en el transporte prueba de la culpa y el monto máximo de indemnización que debe ser pagado por
o trasbordo, están situados bien en el territorio de dos altas partes el transportador.
contratantes, bien en el territorio de una sola alta parte contratante
si se ha previsto una escala en el territorio de cualquier otro Estado, 6°) LA PRUEBA DE LA CULPA
aunque este no sea una alta parte contratante (resaltado dentro del
texto). Según el artículo 17 del Convenio, el transportador aéreo internacional se
El transporte entre dos puntos dentro del territorio de una sola alta presume responsable por el simple hecho de que el daño se produzca a bordo de la
parte contratante, sin una escala convenida en el territorio de otro aeronave. Es decir, se presume no solo la culpa del transportador sino también el
Estado, no se considerará transporte internacional a los fines del nexo causal entre esa culpa y el daño. Sin embargo, el artículo 20 del Convenio le per-
presente Convenio 416 • mite al transportador exonerarse si prueba "que él y sus representantes han to-
mado todas las medidas para evitar el daño o que les fue imposible tomarlas".

De acuerdo con lo anterior, la situación del pasajero o de sus familias es


416 Ramiro Barrera Barraza, Derecho aéreo colombiano, Bogotá, Edit. Temis, 1979, p. 75. desventajosa en comparación con la responsabilidad por actividades peligrosas o
1190 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1191

la derivada del transporte aéreo nacional, puesto que en estas dos últimas no libe- culposamente se hallaba en el ejercicio de sus funciones. Es esa la disposición
ra la ausencia de culpa, en tanto que, de acuerdo con el Convenio, sí. vigente en Colombia en la actualidad.

Fue esa una de las modificaciones importantes efectuada por el Protocolo de


1152.-JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA
Guatemala, cuyo artículo 4° creó una presunción de responsabilidad en materia
de responsabilidad por daños a los pasajeros, la cual solo podría ser desvirtuada
mediante la prueba de una causa extraña. Sin embargo, como ya lo hemos dicho, De acuerdo con el artículo 28 del Convenio de Varsovia:
el Protocolo todavía no ha entrado en vigor y por ello lo aplicable es el Convenio La acción por responsabilidad deberá ser ejercitada, a elección del
de Varsovia. demandante, en el territorio de una de las altas partes contratan-
tes, sea ante el tribunal del domicilio del transportador, de la sede
7°) PERJUICIO DE LOS PASAJEROS Y DE TERCEROS principal de su negocio, o del lugar donde tenga un establecimiento
bajo cuyo cuidado hubiese sido celebrado el contrato, o sea ante el
El Convenio se aplica no solo a las demandas provenientes del ejercicio de la tribunal del lugar de destino.
acción hereditaria contractual sino también a las acciones personales extracon-
tractuales derivadas de esos mismos hechos. A esas dos acciones se refiere el Tomando como ejemplo el accidente de A vianca en Madrid, la demanda po-
artículo 1006 del Código de Comercio. dría hacerse en Barranquilla, domicilio del demandado; también podría efectuarse
en Bogotá, sede principal de sus negocios; finalmente, podría haberse llevado a
8°) MONTO DE LA INDEMNIZACIÓN
cabo en el lugar de destino de cada pasajero. En estos casos, pues, no se aplica lo
dispuesto en el Código de Procedimiento Civil, en el sentido de que la demanda
El Convenio de Varsovia (art. 21), solo consagraba una indemnización máxi- puede instaurarse en el lugar donde ocurrieron los hechos.
ma de ciento veinticinco mil francos por cada pasajero. Sin embargo, el artículo
11 del Convenio de La Haya de 1955 suprimió el artículo 22 del Convenio de En cuanto al tribunal del lugar de destino conviene hacer algunas precisiones.
Varsovia y aumentó el tope de la indemnización hasta doscientos cincuenta mil De un lado, la doctrina y la jurisprudencia consideran que por tal debe entenderse
francos. el destino final de cada pasajero; de igual forma, si el tramo final figura como
tiquete abierto, de todas formas se seguirá considerando como tribunal competen-
La unidad monetaria (franco) a que se refieren los convenios equivale a se- te el del destino final.
senta y cinco miligramos de oro de ley de novecientas milésimas. El Protocolo de
Guatemala (que todavía no está en vigor) modificó enormemente los topes máxi- El Protocolo de Guatemala introdujo una importante adición a estas disposi-
mos de indemnización, pues que en su artículo go elevó la indemnización máxima ciones sobre competencia. En efecto, en el artículo 12 del Protocolo se estableció
a un millón quinientos mil francos. La Convención de Montreal de 1999 consagra que las acciones podrían también, intentarse "ante el tribunal en cuya demarca-
una indemnización aplicada a 100.000 dólares. ción jurisdiccional el transportista tenga un establecimiento, si el pasajero tiene
su domicilio o residencia permanente en el territorio de la misma alta parte con-
tratante".
9°) RUPTURA DEL TOPE MÁXIMO POR CULPA DEL TRANSPORTADOR

El artículo 25 del Convenio de Varsovia dispone que la indemnización no 1153.- UTILIZACIÓN DE VARIAS COMPAÑÍAS AÉREAS
tendrá límite alguno "si el daño proviene de dolo o de una falta que según la ley
del tribunal competente, se considere como equivalente al dolo". Con frecuencia el pasajero adquiere un billete de transporte con determinada
compañía aérea y en virtud del convenio lATA elige desde un principio, o con
Posteriormente, el Convenio de La Haya, en su artículo 13 sienta el mismo posterioridad, otra compañía transportadora para efectuar determinado tramo. Si
principio pero exige que el demandante demuestre que el dependiente que actuó el daño se produce cuando se encontraba a bordo de la aeronave del nuevo trans-
1192 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1193

portador, también éste será responsable, a pesar de que el billete fue inicialmente te, ya que solo a partir de esa fecha sus herederos pueden ejercitar los derechos
contratado con otra empresa. Así se desprende del Protocolo de Guadalajara de hereditarios.
1961.
El ejercicio de las acciones contractual y extracontractual
1154.- CADUCIDAD derivadas de la muerte de un pasajero (C. de Co., art. 1006)

La acción para demandar las indemnizaciones por daños causados en el trans-


1155.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
porte aéreo internacional caduca (no prescribe) dentro del plazo de dos años con-
tados a partir de la llegada a su destino o del día en que la aeronave hubiere debido Como ya lo hemos visto (supra, T. I, 141 y ss.), la muerte de un pasajero que
llegar o de la detención de la aeronave. La forma del cálculo del plazo se determi- fallece en el curso de la ejecución del contrato de transporte puede dar lugar a
nará mediante la legislación del tribunal que entiende del caso. diferentes acciones: de un lado los herederos, en calidad de tales, recogen los
derechos contractuales que pertenecían al causante; del otro, la muerte les pudo
Al respecto cabe hacer algunas aclaraciones:
producir un perjuicio personal, independiente del sufrido por el pasajero mismo.
a) Si el hecho que da origen a la acción indemnizatoria constituye a la vez En semejantes circunstancias, nos encontramos frente a una acción contractual y
un delito penal, el plazo se regula de acuerdo con la prescripción de la acción otra extracontractual que, con objetos diferentes, se encuentran en cabeza de unas
penal y no por lo prescrito en el artículo 29 de la Convención 417 . mismas personas 419 • El ejercicio de estas dos acciones en el contrato de transporte,
se encuentra regulado por el artículo 1006 del Código de Comercio. Inicialmente
b) El término de dos años comprende tanto la responsabilidad contractual analizaremos lo relativo a la naturaleza de las acciones hereditaria contractual y
como la extracontractual en que incurra el transportador aéreo internacional en personal extracontractual (§ 1); luego resolveremos lo relativo a la acumulación
razón de los daños causados a los pasajeros o mercancías transportadas. Poco de acciones en responsabilidad(§ 2) y, finalmente, aplicaremos estos conceptos al
importa que en tratándose de pasajeros no se haya suministrado el billete de trans- contrato de transporte (§ 3).
porte o que la acción incoada por los herederos no sea la hereditaria sino la perso-
nal extracontractual. Como aclaración, digamos que los principios que rigen el artículo 1006 del
Código de Comercio son aplicables tanto al transporte aéreo como al terrestre.
e) En el derecho anglosajón, así como en la mayoría de los países euro-
peos, se ha admitido que a pesar de que el artículo 29 habla no de prescripción § 1.- LAS ACCIONES CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL
sino de caducidad, ésta se interrumpe o se suspende418 • Se aduce que en ninguna DERIVADAS DE UN MISMO HECHO
parte la norma prohíbe que la caducidad pueda interrumpirse o suspenderse, pues
tal interpretación es solo doctrinal. Puesto que la teleología de la responsabilidad 1156.- DISTINCIÓN DE LAS ACCIONES EN RESPONSABILIDAD
civil es la de proteger a la víctima, no vemos objeción alguna para que el mismo
criterio sea aplicado en el derecho colombiano porque de todas formas el argu- Al producirse un daño, sea que se esté o no ejecutando un contrato, pueden
mento invocado es plenamente válido. generarse dos tipos de acciones judiciales. Esta distinción es válida sobre todo
cuando en la realización del daño muere una persona420 y el hecho se deriva de la
En consecuencia, si un pasajero lesionado durante el trayecto de un vuelo
ejecución de un contrato de transporte de pasajeros.
muere dos años más tarde a causa de tal accidente, sin haber demandado la in-
demnización, el plazo de caducidad solo empezará a contarse a partir de su muer-

419 Tribunal Superior de Medellín, sent., 26 sep. 1975, confirmada y citada por la Cor-
te en sent., 22 sep. 1976, "G. J.", t. CLII, p. 407.
417 Jean Pierre Tosi, ob. cit., núm. 393. 420 Sobre estas dos acciones y su aceptación por la jurisprudencia, véase supra, núms.
418 Jean Pierre Tosi, ob. cit., núm. 392, p. 183. 186 y SS.
1194 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1195

Si el daño se deriva de la muerte de alguien surge para sus derechohabientes "Pero es necesario guardarse de confundir los dos grupos de acciones que les
la llamada acción hereditaria, que puede ser contractual o extracontractual según pertenecen y cuyo doble juego puede, por otra parte, ser modificado, sea por
que la muerte se haya producido en la ejecución de un contrato o en ausencia el legislador particular, sea por una estipulación por otro" 421 .
de este. Pero además, puede suceder que una persona, sea o no heredera de la
víctima, sufra un perjuicio de tipo personal derivado de esa muerte. Es lo que se Por su parte, PHILIPPE LE TouRNEAU sintetiza así la posibilidad que tiene una
denomina acción personal o acción jure proprio. Estas dos acciones pueden darse persona de ejercer conjunta o alternativamente las dos acciones:
separada o conjuntamente según que los herederos sufran a su vez un perjuicio
personal. "El causahabiente puede ejercer la acción contractual o delictual que pertene-
cía al difunto, o la acción delictual que le es personal. Esas dos acciones son
Si en un accidente de tránsito mueren el pasajero que era conducido en el independientes, y eventualmente pueden concurrir en una misma persona. La
vehículo y un peatón que atravesaba la calle, pueden surgir de ese mismo hecho acción de la víctima ligada o no por un contrato con el responsable, y la ac-
las siguientes hipótesis, tomando como base la muerte del peatón y la del pasa- ción de sus herederos que invocan un derecho personal fundado sobre la res-
jero: ponsabilidad delictual del responsable, son independientes la una de la otra" 422 •

a) Los herederos del pasajero ejercerán la acción hereditaria que les permi- Realizada la diferenciación entre la acción contractual y la extracontractual,
ta recobrar el daño contractual derivado del incumplimiento del contrato de trans- hemos establecido que, cualquiera sea la acción de responsabilidad, es necesario
porte; por otra parte, podrán cobrar a título personal (acción jure proprio ), el distinguir también entre la acción hereditaria y la personal que existen en favor de
perjuicio personal que hubieren sufrido por causa del accidente. las víctimas indirectas del daño. Se ha definido igualmente que en cabeza de una
misma persona pueden concurrir las dos acciones.
b) Los herederos del peatón ejercerán la acción hereditaria para pedir in-
demnización por los daños económicos y morales que sufrió el patrimonio del 1157.- EL DAÑO U OBJETO PERTENECIENTE A CADA ACCIÓN
causante. De otro lado, ejercerán la acción personal (acciónjure proprio) a fin de
demandar el perjuicio personal que han sufrido. En ambos casos, la acción será de Uno de los aspectos que dan lugar a confusión en este punto es la ignoran-
tipo extracontractual, ya que no existe contrato de por medio. cia sobre la noción de objeto de la pretensión en un proceso de responsabilidad
civil 423 •
En estos casos, las dos acciones existen en cabeza de una misma persona,
dado que, normalmente, quien es heredero sufre igualmente perjuicios de tipo Objeto de la pretensión es lo que se pide al juez en la demanda. Un solo
personal. Pero puede ocurrir que quien sufra el perjuicio personal no sea heredero hecho puede dar lugar a que una misma persona divida su perjuicio en varias
(caso de la concubina) o que siendo heredero no sufrió perjuicio de tipo personal acciones; tal ocurriría si en un primer proceso cobrase el lucro cesante y en otro
(caso del hijo que no recibe ayuda del padre que murió). posterior, el daño emergente. En tal caso nos encontramos frente a pretensiones
con objetos distintos, situación perfectamente válida dentro del derecho procesal
Esta distinción entre las dos acciones de responsabilidad surgidas de un mis- y que no hace excluyentes las dos peticiones.
mo hecho puede considerarse como un principio jurídico adquirido por la juris-
prudencia y la doctrina. Así, para RENÉ SAVATIER, la distinción es demasiado neta El caso anterior contempla la situación de una sola víctima que reclama su
y clara: propio perjuicio pero dividido en dos acciones. Analizaremos ahora los objetos de

"La víctima directa del accidente mortal, el difunto, no puede más actuar por
sí mismo, pero su acción pasa a su sucesión. De otra parte, de una manera 421 René Savatier, Traíté, t. 1, núm. 539.
jurídicamente distinta, su deceso puede hacer otras víctimas en las personas 422 Philippe le Tourneau, ob. cit., núms. 171 a 177; véase igualmente Mazeaud-Tunc-
de los que lo amaban (daño moral) o a quienes él procuraba recursos (daño Chabas, Traité ... , núm. 141.
material). 423 Véase supra, 143.
1196 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1197

la pretensión pertenecientes tanto a la acción personal de los herederos como a la b) Por medio de la acción personal, generalmente extracontractual 424 , los
hereditaria que el causante les ha transmitido al morir (supra, T. II, 786 y ss.). terceros perjudicados, casi siempre herederos, reclaman su propio perjuicio sufri-
do a causa de la muerte de la víctima; su acción les permite cobrar lo que dejaron
Cuando la víctima directa del daño reclama la indemnización de su perjuicio de recibir desde el momento de la muerte de la víctima y lo que presumiblemente
ejerce su acción personal, contractual o extracontractual según que haya o no de hubieran recibido durante la vida probable de ésta.
por medio un contrato. Al iniciar la acción en reparación podrá cobrar la incapa-
cidad laboral que se produzca entre el momento del accidente y la reiniciación de De otro lado, esos terceros perjudicados podrán demandar el pago del lucro
labores; asimismo, cobrará los gastos clínicos y médicos como también los per- cesante que tuvieron en razón de la asistencia a la enfermedad y muerte de la
juicios morales ocasionados por la angustia que le produjo el verse lesionado. víctima, así como los gastos clínicos, médicos y funerarios si no fueron sufraga-
Ahora bien, si la víctima directa del daño muere, sus herederos se encuentran en dos con dineros del causante. Este es más o menos el normal potencial de los
una doble posición. daños pertenecientes a la acción personal de los herederos; no obstante, pueden
concurrir a ella parientes herederos y no herederos, como ocurre, por ejemplo, si
a) Como herederos ejercen la acción hereditaria (contractual o extracon- el causante socorre a sus padres y a su esposa e hijos 425 •
tractual, según que haya o no un contrato). Por medio de esta acción reclaman los
perjuicios que pudo haber cobrado el causante si él hubiere podido demandar; Así delimitadas las dos acciones, aparece claro que los objetos de la preten-
pero es preciso distinguir entre la muerte inmediata y la muerte mediata de la sión son distintos y, en consecuencia, nada se opone a que en cabeza de una mis-
víctima directa. ma persona estén las dos acciones y que conforme a ellas cobre los perjuicios
correspondientes a cada una; ni la cosa juzgada ni el pleito pendiente prosperan
como excepciones, pues eso sería beneficiar al causante del daño en perjuicio del
l. Cuando el causante sobrevive siquiera un instante al accidente, sus here-
demandante, quien por el solo hecho de recoger las dos calidades vería mermado
deros como tales cobrarán los perjuicios morales del causante mismo al verse
su patrimonio. Repetimos: desde que el demandante cobre una sola vez cada uno
lesionado; su incapacidad laboral entre el momento del accidente y el momento de
de los perjuicios de cada acción puede intentar los procesos separada o sucesiva-
la muerte; los gastos de clínica y entierro si fueron sufragados con dinero del
mente; es un principio de equidad y lógica que debe acompañar al derecho sustan-
causante; finalmente, cobrarán los daños causados a bienes de la víctima dentro
tivo y al derecho procesal426 .
del accidente mismo (por ejemplo, daños al vehículo que conducía al momento
del hecho, si era de su propiedad).
§ 2.- EN QUÉ CONSISTE LA PROHIBICIÓN
2. Ahora, si la víctima directa fallece en el acto, no transmite a sus herede- DE ACUMULAR ACCIONES EN RESPONSABILIDAD CIVIL
ros derecho a demandar perjuicios morales, pues su angustia no existió debido a la
inmediatez del deceso; podrán reclamar, eso sí, los gastos de entierro si fueron 1158.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
sufragados con dineros del causante, así como los daños causados a sus bienes
(caso del vehículo dañado en el accidente). Uno de los más graves problemas que enfrentan la responsabilidad civil y el
derecho procesal es el relacionado con la interpretación del concepto acumula-
En cambio, lo que la víctima directa deja de ganar entre el momento de la
muerte real y el momento en que presumiblemente hubiera fallecido si no hubiera
ocurrido el accidente (vida probable), no pertenece a la acción hereditaria, pues 424 En Francia, en responsabilidad por. transporte existe la opción de considerarla con-
realmente es un lucro que nunca existió en cabeza patrimonial de la víctima; por tractual o extracontractual, cuando el causante es pasajero, pues se dice que este
estipuló a favor de sus alimentarios.
ello hay que considerar erróneos los fallos que permiten por medio de la acción
425 Para tener la acción personal no se requiere vínculo de parentesco ni derecho
hereditaria reclamar lo que la víctima hubiere ganado de no haber muerto en for- subjetivo para reclamar.
ma tan temprana; habrá que recurrir a la acción personal de los demandantes para 426 Las dos acciones pueden ejercerse en forma conjunta, salvo cuando se trata de un
saber si allí tienen acomodo tales perjuicios. contrato de transporte (C. de Co., art. 1006).
1198 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS i 199

ción, problema al que ya nos hemos referido extensamente (supra, T. I, 148 y ss.) la única causa jurídica del daño es el hecho dañino y que las instituciones no
pero que acá requiere ser planteado de nuevo, así sea en forma sintética. Este caos constituyen más que diferentes medios para ejercer la acción428 .
conceptual hace que cada autor plantee las cosas desde aspectos totalmente dife-
Los partidarios de la teoría de la "pluralidad de causas" sostienen que la
rentes o que muchas veces, estando de acuerdo en la esencia de los conceptos,
víctima puede iniciar un proceso sin sujeción a otra acción anterior o coetánea, ya
todo se vuelva un simple juego de palabras. Tenemos que distinguir entre "acu-
que las fuentes jurídicas invocadas son diferentes; por el contrario, la teoría_de la
mulación de pretensiones", "acumulación de acciones", "coexistencia en un mis-
"unidad de causas" expresa que, iniciada una acción con base en determmada
mo proceso, de dos objetos diferentes" o "escoger una acción con prescindencia
institución de la responsabilidad civil, no se podrá iniciar una acción paralela o
de las otras". Hecha esta escisión, podremos lograr una clara idea sobre el artículo
sucesiva para reclamar el mismo daño 429 , pues en este caso el demandado podría
1006 del Código de Comercio.
proponer las excepciones de cosa juzgada o pleito pendiente. ~osotros no_s _plega-
mos a este punto de vista más adelante y para su argumentacwn nos rem1t1mos a
1159.- ACUMULACIÓN DE ACCIONES EN RESPONSABILIDAD
lo que ya dijimos al respecto.

Hablamos de acumulación de acciones cuando existe la posibilidad de que el


1160.- AcUMULACIÓN DE PRETENSIONES
demandante utilice varias instituciones de la responsabilidad civil con el fin de
conseguir el mismo objeto de la pretensión. Esa utilización no está prohibida cuando Hay acumulación de pretensiones cuando la víctima pretende demandar dos
en un mismo proceso se invoca una fuente como subsidiaria totalmente de la otra; 0 más veces el pago del mismo perjuicio, argumentando que el responsable ha
en caso semejante, la acción invocada y aplicada es una sola, con exclusión de la violado varias instituciones de la responsabilidad civil. Tal, por ejemplo, el daño
otra. En cambio, cuando no hay subsidiaridad en la petición de instituciones apli- sufrido por un pasajero que pretende invocar el contrato, la responsabilidad por el
cables, los problemas que se presentan son los de tratar de saber si en un mismo hecho ajeno y la responsabilidad civil por actividades peligrosas del artículo 2356
proceso se aplican principios de una y otra responsabilidad; por ejemplo, si se del Código Civil. Este problema guarda alguna relación con lo anterior, pero _en
aplica la prescripción contractual y la carga probatoria extracontractual. También este caso no se trata de cobrar una vez el mismo perjuicio argumentando vanas
se presenta el problema de la acumulación si, para demandar un mismo objeto de normas; es más radical aún: cobrar el mismo perjuicio varias veces, invocando en
la pretensión, se invocan, en procesos separados o sucesivos, fuentes de responsa- cada proceso una institución distinta. Darle a la víctima esa posib~lid~d s~ría per-
bilidades diferentes; por ejemplo, en un proceso se pide el daño emergente invo- mitirle un enriquecimiento sin causa, principio condenado por las mstltucwnes de
cando responsabilidad contractual y en un proceso por responsabilidad extracontractual derecho civil430; aquí se confirma con mayor claridad nuestra tesis de que la causa
se pide la indemnización del mismo daño. jurídica es el hecho ilícito y no las normas aplicables. Si el daño es uno, otro tanto
será el objeto indemnizable.
En lo tocante a la posibilidad de tomar principios de una y otra responsabi-
lidad, los autores son unánimes en considerar que tal cosa es imposible, pues
COEXISTENCIA DE PRETENSIONES
teniendo diferencias accesorias, los dos órdenes de responsabilidad deben per-
manecer separados. La responsabilidad que se aplica debe hacer imperar todas sus Hablamos de "coexistencia de pretensiones" cuando en un proceso se persi-
consecuencias 427 . guen dos o más fines jurídicos diferentes que se derivan de un mismo hecho Yque
pueden o no estar fundamentados en una misma causa jurídica.
En lo relativo a la idea de realizar procesos paralelos o sucesivos para cobrar
un mismo daño, invocando en cada uno de ellos fuentes distintas de la responsa-
bilidad, habrá que distinguir entre la teoría que sostiene que cada institución de la
responsabilidad civil constituye una causa jurídica diferente y la que sostiene que 428 Sobre este punto, véase supra, 144.
429 Para cobrar perjuicios distintos, la víctima podrá iniciar dos o más P.rocesos: para-
lelos 0 sucesivos, pero siempre y cuando se invoque la responsabilidad aplicable.
430 Weill y Terré, ob. cit., núm. 758. No es justo ni jurí?ic_o .que 1~ v~ctima pueda cobrar
427 En este sentido, Weill y Terré, ob. cit., núm. 758. dos veces el mismo daño argumentando fuentes JUrldicas distintas.
1200 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1201

Si, por ejemplo, Pedro lleva su vehículo a un taller para que le coloquen un En cuanto a la opción entre las varias instituciones de la responsabilidad civil
radio que compró allí mismo, habrá coexistencia de acciones si por causa de un aquiliana, se debe precisar que si el hecho solo da lugar a que se tipifique la
choque causado por el mecánico Pedro demanda en el mismo proceso el pago responsabilidad directa del artículo 2341 del Código Civil, el problema no existe,
del radio y el arreglo del carro 431 . El radio será el objeto perteneciente al incum- pu es solo ésta puede ser la norma invocada; la dificultad aparece cuando el mismo
1

plimiento del contrato y la reparación del vehículo será el objeto de la preten- hecho da lugar a la posibilidad de aplicar varias instituciones de la responsabili-
sión aquiliana; igualmente, podría pensarse en un solo proceso en que los here- dad extracontractual; por ejemplo, el caso del vehículo manejado por un depen-
deros de la víctima de un daño ejerzan la acción hereditaria transmitida por el diente del propietario. Ante tal situación, la doctrina ha considerado que la vícti-
causante y la acción personal derivada del perjuicio que sufrieron por la muerte de ma puede escoger entre cualquiera de las normas dentro de las cuales encaja la
la víctima. responsabilidad. Por ello se aconseja demandar a título principal sobre la que
mayores ventajas probatorias tenga (art. 2356) y subsidiariamente por las otras
Mientras no haya una norma especial que lo prohíba, nada impide que el (art. 234 7) hasta descender a la responsabilidad directa con culpa probada (art.
demandante haga coexistir sus dos pretensiones, siempre y cuando aparezca claro 2341). Lo importante es no acumular a título principal, pues entonces las preten-
el fundamento jurídico de cada una de ellas, ya que si se mezclan los dos objetos, siones serían contradictorias.
el juez no podrá aceptar el pago en forma indistinta, pues atentaría contra la pro-
hibición de acumular acciones. Por ello el legislador, en ciertos casos, prohíbe tal Respecto de la opción entre la responsabilidad contractual y la extracontrac-
coexistencia para evitar confusiones 432 • tual, el asunto no se plantea cuando no hay de por medio un contrato, pues ante tal
situación prima única y exclusivamente la responsabilidad aquiliana; ahora, cuan-
do el daño es exclusivamente contractual, v. gr., obligación de entregar la cosa
1162.- ÜPCIÓN (MAL LLAMADA ACUMULACIÓN) PARA QUE LA VÍCTIMA
vendida, deberán invocarse las normas de la responsabilidad contractual. De igual
ESCOJA ENTRE VARIAS INSTITUCIONES DE LA RESPONSABILIDAD
manera, si el daño es producido con ocasión de un contrato, la responsabilidad
CIVIL (SUPRA, T. I, 148 y SS.)
seguirá siendo aquiliana, pues no hay causalidad entre el contrato y el daño; por
ejemplo, el caso del vehículo chocado cuando se deja en el taller para conectar el
Si un demandante se somete a demandar un solo objeto en un solo proceso y radio. El verdadero problema de la opción o acumulación de los dos responsables
con base en una sola acción, queda por resolver aún el problema de saber si el solo se presenta cuando nos preguntamos si entre las mismas partes y para cobrar
accionante puede optar433 por una o algunas de entre varias acciones en responsa- el mismo daño, se puede invocar indistintamente cualquiera de las dos responsa-
bilidad civil. Será necesario distinguir si se trata de escoger entre varias de las bilidades434. Por tanto, si son las mismas partes pero hay un daño contractual y
instituciones de la responsabilidad civil aquiliana o de optar entre la responsabi- otro extracontractual, ambos pueden cobrarse y el problema no existe. En la mis-
lidad civil contractual y la responsabilidad civil extracontractual. ma forma, si se trata de un mismo daño causado por un tercero y por el deudor
contractual, tampoco se presentaría el problema de la opción entre las dos respon-
sabilidades y la víctima perfectamente podría pedir la indemnización a cualquiera
431 El daño del carro se cobra por vía extracontractual, pues el perjuicio se causa con
ocasión del contrato; en cambio, el radio se cobra por vía contractual; ambos se
pueden demandar en un mismo proceso. El C. de P. C. da a este fenómeno el
nombre de "acumulación de pretensiones". 434 A favor de la opción: Dalcq, ob. cit., t. 1, núm. 179; Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... ,
432 Aunque el artículo 82 del C. de P. C. habla de pretensiones acumuladas lo cierto t. 1, núm. 207; Ribert, ob. cit., pp. 24 y ss.; Savatier, Traité, t. 1, núm. 148.
es que se refiere a lo que acá llamamos coexistencia; obsérvese que 'la citada En contra de la opción: Planiol y Ripert, ob. cit., núm. 493; Louis Josserand, ob.
norma ~ermite la ~cumulación de pretensiones siempre y cuando no sean excluyentes cit., t. 11, núm. 486. Sobre el mismo punto puede verse la aceptación de la opción
entre SI. Ahora b1en, no hay un argumento de lógica jurídica ni norma especial que por parte de la jurisprudencia francesa: Jean Carbonnier, ob. cit., t. IV, núm. 114;
ord~~e que el da.ñ?, here,di~ario excluya el personal, o que el contractual excluya el Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núms. 216 y ss.; Weill y Terré, ob. cit.,
aqu11iano a cond1c1on -loglc.amente- de que esos daños tengan entidad diferente, núms. 759 y ss. En el derecho colombiano, la jurisprudencia ha dicho expresamen-
aunque provengan de un m1smo hecho. te que la acumulación está prohibida; sin embargo, la Corte confunde las nociones
433 Los autores clarifican que lo que la doctrina llama "acumulación" es realmente una de coexistencia y acumulación de acciones y, en el fondo, está permitiendo la
opción, pues la verdadera acumulación está fuera de discusión por lo absurda. opción, sobre todo tratándose de las acciones derivadas del contrato de transporte.
1202 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1203

de los dos responsables o a los dos a la vez. Así delimitado el problema, digamos demandante no mezcle dos objetos jurídicos distintos: los daños hereditarios y los
que la opción entre las dos responsabilidades solo es permitida cuando el hecho daños personales. A menudo, la víctima junta todo ello en una sola pretensión, sin
dañino que viola el contrato constituye al mismo tiempo un delito penal por el que el juez pueda saber en determinado momento cuál es el verdadero alcance y
cual es sindicado el deudor contractual (supra, T. I, 153) 435 . Por ejemplo, si un legitimación del petitum; por eso el legislador ha querido delimitar suficiente-
médico, luego de contratar con su paciente una intervención quirúrgica, le causa mente el campo esencial de las dos acciones.
lesiones en forma culposa, la víctima puede optar entre la responsabilidad con-
tractual y la extracontractual, pues al haber sido perjudicado en la operación no No obstante la claridad pretendida, el artículo 1006 del Código de Comercio
solo se incumplió el contrato sino que se cometió el delito de lesiones perso- puede dar lugar a confusiones sobre todo por lo equívoco del término acumula-
nales436. ción a que se refiere la norma; por ello, debemos precisar hasta qué punto los
conceptos que vimos en la subsección anterior guardan armonía con esta norma
También existe la opción en el caso de la responsabilidad de los fabricantes, especial y en cuales la solución debe ser diferente.
en la cual el subadquirente posterior puede beneficiarse de la garantía contractual
dada en principio al comprador inicial o si lo prefiere puede acudir a la responsa- En cuanto a la acumulación de acciones y de pretensiones, la norma no hace
bilidad aquiliana contra el fabricante. alusión alguna; sin embargo, la interdicción de tales acumulaciones sigue exis-
tiendo como principio general del derecho procesal y sustancial aplicable por igual
§ 3. APLICACIÓN DE ESTAS NOCIONES EN EL CONTRATO al caso que nos ocupa; el heredero no podrá cobrar dos veces los gastos de entierro
DE TRANSPORTE (C. DE Co., ART. 1006) y la incapacidad del pasajero; tampoco podrá utilizar lo que le convenga de cada
una de las acciones, ni le es permitido cobrar el daño hereditario acudiendo prime-
CRITERIOS GENERALES ro a la acción contractual y posteriormente a la extracontractual.

Los principios analizados en el número anterior son aplicables como crite- Por último, nos resta ver lo relativo a la coexistencia y a la opción; es allí
rios generales del derecho civil y procesal civil; sin embargo, el artículo 1006 del donde efectivamente el artículo 1006 del Código de Comercio quiere imponer
Código de Comercio consagra una norma especial que, en cierta forma, excluye la orden procesal. Por una parte, cuando la norma se refiere al término acumulativo,
aplicación de ellos al contrato de transporte. lo que está exigiendo es que no coexistan en una misma demanda la acción ten-
En efecto, la citada norma establece: diente a reclamar el objeto derivado del daño hereditario contractual y la acción
que persigue el pago del objeto derivado del perjuicio personal extracontrac-
Los herederos del pasajero fallecido a consecuencia de un acciden- tual. Aunque la ley utiliza el término acumulativo, debemos cuidarnos de confun-
te que ocurra durante la ejecución del contrato de transporte, no dir los conceptos. Como vimos, la acumulación está prohibida aunque la norma
podrán ejercitar acumulativamente la acción contractual transmiti- no lo manifieste, pero como la coexistencia no se prohíbe como principio general,
da por su causante y la extracontractual derivada del perjuicio que el artículo 1006 del Código de Comercio entra a regular la materia.
personalmente les haya inferido su muerte; pero podrán intentarlas
separada o sucesivamente. En uno y otro caso, si se demuestra, ha- Refiriéndose a la distinción de términos, RoGER DALCQ dice:
brá lugar a la indemnización del daño moral.
"Nos parece que el problema del cúmulo no se presenta aquí; se trata de dos
El sentido práctico de esta norma es el de tratar de evitar toda posible discu- acciones que tienen objetos diferentes. El problema del concurso o acumula-
sión sobre el problema de la acumulación y la opción; asimismo, se quiere que el ción (opción) de las dos acciones no se presenta realmente sino cuando les es
permitido a los herederos que actúan jure successions, invocar no solo la
acción aquiliana, sino también la acción contractual" 437 .
435 La opción permite escoger entre las dos responsabilidades, pero siempre y cuando
se cobre el daño una sola vez.
436 En contra, Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 1, núm. 202; Philippe le Tourneau,
ob. cit., núms. 351 y 352. 437 Dalcq, ob. cit., t. 1, núm. 107. En el mismo sentido, Weill y Terré, ob. cit., núm. 758.
1204 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1205

Por otro lado, cuando el artículo 1006 da a la acción hereditaria el nombre de los objetos de la pretensión son distintos. En el proceso en que actúen como here-
contractual y a la personal el apelativo de extracontractual, está prohibiendo la deros podrán cobrar los perjuicios morales del pasajero mismo, su incapacidad
opción. Quiere el legislador que la acción hereditaria sea siempre contractual, laboral entre el momento del accidente y la muerte y gastos clínicos y médicos si
aunque haya de por medio una ilicitud penal por homicidio o el ejercicio de una el causante los sufragó; por la vía de la acción personal podrán cobrar, entre otros,
actividad peligrosa; contrario sensu, la ley desea que la acción personal encuentre el propio perjuicio moral que sufrieron viendo al pasajero herido y muerto y lo
su fuente jurídica en la responsabilidad aquiliana, no obstante que el daño se pro- que dejan de recibir a causa de esa muerte 440 .
duzca con ocasión de un contrato.
Pero si lo desean, también podrán ejercer las dos acciones, una después de la
Realmente, esta fue la finalidad buscada por los redactores del Código de otra; esto es facultativo, pues nada impide hacerlo en forma coetánea. Ahora bien,
Comercio, quienes en las actas no se refieren a la verdadera acumulación o a la hay que tener en cuenta que en el proceso posterior o paralelo no se puede cobrar
coexistencia, aunque ésta también aparece prohibida expresamente en la norma: el objeto de la pretensión reclamado en el proceso inicial, pues de ser así se esta-
Hemos considerado -dicen las actas de la comisión redactora- que rían acumulando acciones y pretensiones. En el primer pleito se reclama bien el
la posición más aceptable es la que sostiene que la acción del pasa- perjuicio hereditario, bien el personal; si en el primer proceso se reclama el daño
jero, por cualquier incumplimiento del contrato de transporte, es hereditario invocando la acción contractual, no se puede iniciar un segundo pro-
una acción contractual (... ) La acción de la esposa y de los hijos ceso para reclamar ese mismo daño invocando la acción personal extracontrac-
contra el transportador es una acción extracontractual438 . tual. Si el demandante pierde o gana el primer proceso, puede perfectamente ini-
ciar el segundo, pero la cosa juzgada no tiene efecto, pues la causa petendi y las
De todas maneras, esa prohibición de la opción no puede ser absoluta. En partes son distintas, aunque las personas naturales sean las mismas. Si en el pri-
efecto, si se inicia un proceso penal contra el transportador, derivado de la muerte mer pleito se cobró el perjuicio hereditario, en el segundo se perseguirá el daño
del pasajero, al constituirse parte civil, los herederos estarán ejerciendo la acción personal.
hereditaria por vía extracontractual, lo que en cierta forma desvirtúa la prohibi-
ción439, pues en semeJ· ante caso la acción hereditaria será extracontractual· es más En conclusión, en dos procesos simultáneos pero separados, se puede ejercer
' ' las dos acciones y reclamar los dos daños (uno en cada una); se permite, en proce-
pensamos que hasta la coexistencia es autorizada, pues la ley penal permite recla-
mar mediante la constitución de parte civil todos los perjuicios (hereditarios o sos sucesivos, perseguir igualmente los dos daños; en todo caso, el proceso inicial
personales) que se derivan del delito. En conclusión, creemos que el artículo 1006 que verse sobre un perjuicio reclamado constituye cosa juzgada para efectos de
tiene plena aplicación si se utiliza por la vía puramente civil, no así cuando las volver a demandar el mismo daño; por el contrario, el proceso inicial no constitu-
acciones se ejercen dentro de un proceso penal, pues entonces allí se aplicarán los ye cosa juzgada para efectos de reclamar en un proceso posterior el daño que no
principios generales ya vistos. fue reclamado en el proceso inicial.

LAS ACCIONES PUEDEN EJERCERSE SEPARADA O SUCESIVAMENTE


1165.- CONSECUENCIAS PROCESALES CUANDO SE DAN LOS PRESUPUESTOS
DE LAS DOS ACCIONES
Con base en el artículo 1006 del Código de Comercio, los herederos ejercen
al mismo tiempo pero en procesos separados la acción hereditaria contractual y la
Estudiados los principios generales de tipo procesal que regulan la acción
personal extracontractual; perfectamente pueden cobrar los dos perjuicios, pues
personal y la acción hereditaria, cabe sentar algunos criterios relativos a la aplica-
ción acertada del artículo 1006 del Código de Comercio. Examinemos las posibi-
lidades que se presentan cuando se inicia la demanda con base en esa norma.
438 Proyecto de Código de Comercio, elaborado por la comisión revisora del Código
de Comercio, Ministerio de Justicia, t. 11, p. 240.
439 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , y Philippe le Tourneau, obs. cits., sostienen que
aun en este caso, la acción seguirá siendo contractual. 440 Sobre la naturaleza de los daños, véase supra, núm. 141 y ss.
1206 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1207

Es importante recordar que solo se puede reclamar en un mismo proceso, o tunidad de reproducir y comentar algunos de los fallos proferidos por la Corte
los perjuicios de la acción hereditaria o los de la acción personal. De acá se deri- Suprema de Justicia.
van varias posibilidades:
Por fortuna, la misma Corte, mediante fallo dell o de octubre de 1987, resuel-
a) El demandado no manifiesta expresamente qué acción ejerce. En este ve en forma acertada el problema de los daños pertenecientes a cada acción y la
caso se presentan dos hipótesis: forma como cada cual debe ser ejercida. En el asunto "sub júdice ",la esposa y los
hijos de una persona que falleció en forma instantánea reclamaban indemni-
1. En la acción y en la pretensión aparecen mezcladas las dos acciones. zación de perjuicios acudiendo a la acción hereditaria contractual. Sin embargo,
En este caso la demanda no podrá triunfar, pues el demandante está la Corte, en forma acertada, consideró que los perjuicios causados y probados
violando la disposición del artículo 1006 del Código de Comercio, al pertenecían a la acción personal extracontractual y, en consecuencia, denegó las
ejercer acumulativamente, para utilizar la terminología del código, las pretensiones.
dos acciones. (En realidad, está ejerciendo coexistentemente las dos
acciones).
Al respecto, el fallo expresa:
2. Tanto de los hechos, como de la pretensión y de los fundamentos de
derecho, se deduce una sola acción. En este caso triunfará la demanda "Estima el recurrente que el tribunal incurrió en manifiestos errores de he-
con base en lo que aparece probado, pues se está cumpliendo el artículo cho, al haber condenado a la empresa demandada con base en una acción de
1006. responsabilidad extracontractual cuando los demandantes enderezaron su
reclamación mediante una acción de responsabilidad contractual, la cual solo
b) El demandante manifiesta expresamente acogerse a una de las dos ac- les daba derecho a recibir como indemnización por la muerte del accidente de
ciones. Puede ocurrir lo siguiente: tránsito de que se trata, los perjuicios que este hubiera sufrido y transmitido
a sus herederos y no los que a ellos, en su calidad de cónyuge y de hijos
l. Si hay concordancia entre los hechos de la demanda, la pretensión y la menores del pasajero fallecido, se les hubieran causado al dejar de per-
acción acogida, la demanda triunfará siempre y cuando en la pretensión cibir los beneficios económicos que su esposo y padre les proveía con sus
figure solo el objeto que aduce en los hechos y en los fundamentos de ingresos devengados de la actividad laboral que desarrollaba. Es decir, que el
derecho. reparo a la sentencia recurrida se concreta a la indemnización de perjuicios
impuesta a la empresa transportadora, la que, por no ser la correspondiente a
2. Si el demandante escoge una acción determinada y de la pretensión y de la acción invocada en la demanda de responsabilidad contractual, debe dar
los hechos se deduce la otra acción, la demanda fracasará, pues se viola lugar a la prosperidad del cargo, según lo pretende el censor, y a absolver a la
el artículo 1006 del Código de Comercio. En realidad, el juez no puede demandada.
aplicar normas relativas a una acción cuando en la demanda se le solicita
la aplicación de la otra. "2. Como se desprende del artículo 981 del C. de Co., el transporte de
personas es un contrato en que una de las partes, el transportador, se obliga
3. En la demanda se escoge una de las acciones, pero en la pretensión apa-
con la otra, el pasajero, a conducirla de un lugar a otro, el de su destino, sana
recen vinculadas las dos acciones. En este caso, la demanda fracasará
y salva, por el medio y clase de vehículos previstos en el contrato (artículo
por violar expresamente el artículo 1006 del Código de Comercio.
982 ibídem), obligándose aquel así mismo a responder de todos los da-
ños que sobrevengan a dicho pasajero, desde el momento en que se haga
LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA cargo de este, salvo en los casos en que ellos ocurran por obra exclusiva de
terceras personas, por fuerza mayor no imputable a culpa del transportador o
Hasta 1987, la jurisprudencia colombiana fue demasiado confusa en relación por culpa exclusiva de la víctima, según se lee en el artículo 1003 de la obra
con el tema que nos ocupa. En las primeras ediciones de esta obra tuvimos opor- citada.
1208 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1209

"Y cuando el pasajero haya fallecido a consecuencia de un accidente acaeci- "Y no obstante que así lo entendieron tanto el juzgado del conocimiento,
do durante la ejecución del contrato de transporte, de cuya ocurrencia sea como el tribunal, al confirmar el fallo proferido en la primera instancia por
culpable el transportador, sus herederos podrán ejercer separada o sucesiva- aquel, en cuanto la condena de indemnizar a los demandantes impuesta a la
mente "a acción contractual transmitida por su causante y la extracontractual empresa demandada se hizo derivar de responsabilidad contractual, los per-
derivada del perjuicio que personalmente les haya inferido su muerte", como juicios que el juzgador tuvo en cuenta al fijar el monto de dicha condena
reza el artículo 1006 del C. de Co., situaciones que la Corte ha puntualiza- ciertamente no fueron, como lo sostiene el censor, los que el causante habría
do al expresar que si los herederos( ... ) "hubieran sufrido perjuicios persona- sufrido por el incumplimiento del contrato y que su cónyuge e hijos habrían
les a causa del accidente, entonces habiéndose de considerar como terceros a heredado de aquel, sino los que estos personalmente recibieron al dejar de
este respecto, bien pueden elegir entre su acción por los perjuicios propios, percibir la ayuda económica que su padre y esposo les aportaba para el soste-
que serían necesariamente la aquiliana, y la heredera del causante, como su- nimiento del hogar y demás gastos para atender las necesidades de sus hijos,
cesores de este, que sería la contractual" ("G. J.", t. CXL, pp. 123 a 125). conforme lo determinaron los peritos, es decir, que el tribunal ubicó el daño
Esto es: que la clase de acción que elijan los herederos del pasajero muerto en la responsabilidad extracontractual sin advertir que se trataba de una con-
contra el transportador dependerá de los perjuicios que quieran reclamar, ya tractual.
sean los que personalmente hayan sufrido o los que se hubieran causado a la
víctima con el incumplimiento del contrato de transporte, siendo los prime- "4. Como se desprende del segundo inciso del numeral12 del artículo 368
ros propios de la responsabilidad extracontractual y los segundos de la con- del C. de P. C., y como la Corte lo viene sosteniendo reiteradamente en su
tractual. jurisprudencia, para que el error de hecho en la apreciación de las pruebas dé
lugar a la casación de un fallo, menester es que sea manifiesto y que además
"Ahora bien: cuando de responsabilidad contractual se trate, habrá de demos- incida de tal manera en la decisión que si no se hubiera incurrido en él, esta
trarse la existencia del contrato celebrado entre las partes, el incumplimiento tendría un sentido contrario al que se le dio.
del demandado cuando le sea imputable, el daño causado al acreedor y la
relación de causalidad entre este daño y la culpa contractual del deudor, para "Al confrontar entonces este criterio con lo anteriormente expuesto, preciso
luego establecer el monto de los perjuicios sufridos por aquel cuya indemni- sea concluir que el tribunal sí incurrió en los errores de hecho que le sañala el
zación, de acuerdo con el artículo 1613 del C. C., comprende el daño emer- recurrente y en el quebranto de las normas sustanciales por él indicadas en su
gente si fuera la extracontractual, necesariamente deberá acreditarse el hecho cargo.
que la ha generado, la culpa del agente, el daño causado a la víctima y en el
nexo causal entre tales culpa y daño con el fin de determinar todos los perjui- "Es, en efecto, evidente que los perjuicios indicados pro el recurrente cuya
cios materiales sufridos por aquella junto con los perjuicios morales, en el indemnización reclamaron los demandantes y cuyo monto avaluaron los pe-
evento de que estos resulten probados, aplicables también a la condena deri- ritos en el dictamen que el tribunal acogió para condenar a la empresa de-
vada de la responsabilidad contractual generada por el fallecimiento de un mandada, no son los propios de la responsabilidad contractual, puesto que
pasajero durante la ejecución de un contrato de transporte, conforme lo dis- por no ser los que el causante habría recibido y transmitido a sus herederos en
pone el artículo 1006 del C. de Co. virtud del incumplimiento del contrato de transporte en que perdió la vida,
sino los que se les causaron al dejar de percibir el apoyo económico que
"3. Es indudable, como lo afirma el recurrente, que la pretensión de los aquel les prodigaba regularmente con sus ingresos, solamente podían pedirse
demandantes es la de responsabilidad contractual, pues así está planteada en mediante la acción de responsabilidad extracontractual, circunstancia que no
el petitum de la demanda cuando se solicita la condena a la empresa deman- advirtió el fallador y que lo llevó a dictar una sentencia condenatoria contra-
dada, cuando en los hechos segundo y tercero del libelo se dice que la misma puesta a la acción impetrada.
incumplió su obligación de conducir sano y salvo al pasajero al sitio conve-
nido en el contrato en virtud de que como fundamentos de derechos se citaron "Es además cierto que si no hubiera incurrido en los yerros fácticos referi-
los artículos 981 y siguientes del C. de Co., que son los que regulan el contra- dos, el ad quem habría visto que faltaba "uno de los elementos axiológicos de
to de transporte y la responsabilidad del transportador. la pretensión indemnizatoria, -el nexo causal entre la culpa y el daño-", como
121 Ü JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1211

lo afirma el censor, y en tales condiciones habría desestimado las súplicas de Después de esta decisión, los tribunales colombianos poco a poco se han ido
la parte actora. plegando a sus consideraciones, lo que ha permitido una cierta unificación de
criterios que finalmente redundará en beneficio de las víctimas, las cuales encon-
"En consecuencia de lo dicho, el tribunal quebrantó las normas enunciadas tra~án una mayor seguridad en las decisiones judiciales.
en el cargo por indebida aplicación y en especial dejó de aplicar el artículo
1006 del C. de Co., al no ver que la acción contractual que pueden invocar los
herederos del pasajero muerto durante la ejecución del contrato de transpor- SuBSECCIÓN. V.-Las actividades peligrosas
te, solamente puede encaminarse a reclamar los perjuicios sufridos por el y los medios de comunicación
causante y no los que ellos habrían recibido por esa muerte en cuyo caso la
acción pertinente era la de responsabilidad extracontractual.
1167.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

"5. De las consideraciones que se dejan expuestas se concluye que deberá


casarse la sentencia recurrida y, en su lugar, dictarse por la Corte, como tri- ¿Será posible aplicar la presunción de responsabilidad por actividades peli-
bunal de instancia, la de reemplazo. grosas a los daños causados en virtud de la difusión de noticias por conducto de
los diversos medios informativos?
"Sentencia sustitutiva
No se trata de los daños causados físicamente con los instrumentos informa-
"l. Como se dejó expuesto al despachar el cargo y como se desprende del tivos ni de los daños derivados por el incumplimiento de un contrato de publici-
petitum y de la causa petendi de la demanda, así como de sus fundamentos dad o de información. Acá se trata únicamente de los daños sufridos por terceros
de derecho, la acción interpuesta por la parte actora contra la empresa de- como consecuencia directa de una opinión o de una información.
mandada fue la de responsabilidad contractual derivada del incumplimien-
to del contrato de transporte, durante cuya ejecución perdió la vida del pasa- En principio, tal posibilidad repugnaría aun a las mentes más dispuestas a la
jero. responsabilidad objetiva. Sin embargo, creemos que bajo determinadas condicio-
nes el asunto es por lo menos discutible.
"Conforme lo dispone el artículo 1006 del C. de Co., cuando los herede-
ros del pasajero fallecido a consecuencia de un accidente que ocurra durante
En efecto, es indudable que la capacidad multiplicadora de los medios de
el desarrollo de dicho contrato promuevan la acción referida, solamente po-
comunicación es tan avasalladora que, una vez desencadenada, es imposible con-
drán reclamar los perjuicios sufridos y transmitidos por su causante, es decir,
trolar sus efectos. En ese sentido, pues, nuestra concepción de las activida-
los que se originen directamente en el incumplimiento del mismo contra-
des peligrosas (supra, T. I, 929 y ss.) se acomoda perfectamente a esta hipótesis,
to por el cual la empresa transportadora contratante se obliga con el pasaje-
pues quien ejerce la actividad informadora rompe el equilibrio natural existente
ro a conducirlo sano y salvo al sitio convenido, tales como los gastos de
entre los miembros de la comunidad, ya que una vez emitida la noticia, es tal su
ambulancia, primeros auxilios, atención médica, hospitalaria y quirúrgi-
efecto y su capacidad de difusión que es imposible detenerla por más que se pre-
ca, entierro y la pérdida de algún beneficio económico que esperaba recibir
tenda. Los medios de comunicación avasallan los métodos naturales para contro-
con su viaje. En consecuencia, será de cargo de la parte demandante demos-
lar sus efectos.
trar estos perjuicios para obtener que la demanda sea condenada a pagár-
selos"441.
EN PRINCIPIO SE REQUIERE CULPA PROBADA

441 c. S. J., cas. civ., 1° oct. 1987, citada por José Alejandro Bonivento Fernández, Sin embargo, si algo es sagrado en un sistema democrático es el derecho a la
Los principales contratos civiles y comerciales, t. 11, Bogotá, Ed. Librería del Pro- información y, en consecuencia, sería un absurdo pensar en un principio general
fesional, 1991 pp. 235 y ss. de responsabilidad objetiva en contra de quien ejerce ese derecho. El principio
1212 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1213

general es el inverso: salvo culpa o dolo de su parte, el informador no incurre en mas el orden jurídico quiere proteger a las víctimas de ese hecho. Habrá que bus-
responsabilidad civil, así con la información se cause daño a terceros442 • car en cada caso concreto si ~sa restricción a la información existe o no 446 •

Pero ese principio general requiere algunas precisiones que son justamente
las que han motivado la pregunta inicial sobre la aplicación de la responsabilidad 1169.- SOLUCIÓN EN CASO DE NOTICIAS FALSAS

por actividades peligrosas, así sea por vía de excepción.


Ahora, puede suceder que la información transmitida por un medio de
En primer lugar, puede suceder que el periodista transmita una información comunicación sea falsa. Y si quien transmitió esa información falsa actuó en
cierta, a lo cual tiene derecho según acabamos de ver, salvo algunas excepciones. forma dolosa o culposa, es claro que debe responder, en cuyo caso se aplica
De un lado, si esa información cierta carece de interés serio para quien la transmi- simplemente el principio general de responsabilidad con culpa probada del ar-
te y solo tiene por finalidad perjudicar a alguien, es claro que estamos ante un tículo 2341 del Código Civil447 • Es lo que ocurre a menudo con los medios de
abuso del derecho de informar la verdad (supra, T. I, 522 y ss.) 443 . Si un periodis- comunicación que en su lucha por ser primeros en la información lanzan al aire
ta, por el simple prurito de vengarse de un ciudadano anónimo, destaca a grandes noticias falsas, sin haber tomado las más elementales medidas tendientes a verifi-
títulos que éste fue amonestado en el banco por un sobregiro, es claro que estamos car la noticia.
ante una responsabilidad, pues esa información, así fuera cierta, carecía de la
importancia que exigen las noticias de gran despliegue. El único objetivo era da- Pero el asunto pasa de castaño a oscuro cuando nos damos cuenta de que la
ñar. Allí no hay responsabilidad por actividades peligrosas sino responsabilidad persona que transmitió la información falsa demuestra que no tuvo dolo y que,
por abuso del derecho.
además, puso toda la diligencia de que era capaz para verificar la información,
pese a lo cual transmitió una noticia falsa. El periodista fue víctima de una equi-
Por otra parte, es posible que el orden jurídico, bajo el imperio de normas vocación. En este caso estamos en presencia de un daño causado por el medio de
especiales, controle la transmisión de informaciones ciertas si con ellas se vio- comunicación, pese a que no hubo culpa de su parte. En tales circunstancias, ¿quién
lentan derechos a la intimidad o se pone en peligro la seguridad del Estado o de corre con el riesgo de la información falsa?
los particulares. Nada impide, por ejemplo, que la ley prohíba a los medios
de comunicación informar sobre una enfermedad vergonzante de una persona,
Entre nosotros, el Consejo de Estado ha otorgado indemnizaciones por per-
en cuyo caso la difusión de esa noticia cierta genera la responsabilidad civil
444 juicio a la vida de relación y moral a cargo de quien generó información falsa,
del agente • Igual cosa sucede con informes secretos cuya difusión pone en pe-
suministrada luego a los medios de comunicación. Por ejemplo, Consejo de Esta-
ligro el funcionamiento del Estado 445 • Aunque la noticia sea cierta, de todas for-
do, enero 25 del 2001, consejero ponente Alier Hernández Enríquez, Expediente
11413.

442 En ese sentido, Atilio Aníbal Alterini, Roberto M. López Cabana, ob. cit., pp. 299 y Algunos afirman que el derecho a la información se vería seriamente amena-
304; Enrique Bianchi, Víctor Gullco, "Responsabilidad por violación de la privacidad",
zado si el periodista fuese responsable por ese error inculpable de su parte 448 • En
en La responsabilidad, Homenaje a Isidoro Goldenberg, Buenos Aires, Ed. La Ley,
1995, p. 126. consecuencia, según esta teoría, el daño lo debe soportar la víctima.
443 Véase a Roberto Vázquez Ferreira, "Responsabilidad por difusión de noticias inexactas",
en La responsabilidad, Homenaje a Isidoro Goldenberg, Buenos Aires, Ed. La Ley,
1995, p. 657.
Sobre la tensión entre el derecho a la intimidad y el derecho a informar, véase E.
Highton, "Responsabilidad por violación de secretos", en La responsabilidad, Ho- 446 Ibídem.
menaje a Isidoro Goldenberg, Buenos Aires, Ed. La Ley, 1995, p. 641 y ss.
447 Véase Roberto Vázquez Ferreira, ob. cit., p. 654.
444 Véase Enrique Bianchi, Víctor Gullco, ob. cit., p. 131.
448 Roberto Vázquez Ferreira, ob. cit., p. 655; Enrique Bianchi, Víctor Gullco, ob. cit.,
445 Ibídem.
p. 131.
1214 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1215

APLICACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS ¿QUIÉN RESPONDE?

Con todo, nosotros creemos que ese riesgo debe asumirlo el guardián de la Así propuesta la solución, resta averiguar a quién se le aplica la presunción
actividad informativa, es decir, quien tenga el poder de dirección y control de la de .responsabilidad por actividades peligrosas en caso de noticias falsas.
misma, ya que, utilizando medios masivos de comunicación, puso a la víctima en
un estado tal de indefensión que nada hace posible resarcir o eliminar el daño. Es En primer lugar, cuando el periódico se limita a publicar una información
aquí donde pensamos que se debe aplicar la responsabilidad por actividades peli- pagada por un tercero y esa información es falsa, el periódico solo responde si
grosas por el uso de medios de comunicación. En tales circunstancias, el causante sabía que la información no era cierta o si no se toma el trabajo de efectuar una
del daño no solo está obligado a rectificar satisfactoriamente la información, sino averiguación mínima sobre la veracidad de la información. Tampoco se le puede
también a indemnizar los daños ya causados. hacer responsable por el simple hecho de la información. En este caso responde
quien encargó la publicación y suministró la noticia. Es esta persona quien res-
ponde, bien sea por su culpa probada, bien sea por actividades peligrosas, según
El argumento según el cual esta solución conduciría a un atentado contra la
lo que venimos de explicar.
libertad de información está montado en un sofisma.
En cambio, si la información la hace el medio de comunicación en el desarro-
En efecto, todas las actividades peligrosas se realizan ejercitando un dere- llo normal de su empresa, es preciso distinguir.
cho. Los accidentes automoviliarios se producen porque alguien ejerce su de-
recho de libertad y de locomoción; la caldera de una fábrica explota porque el Si se trata de informes de radio y televisión, responde, en principio, la perso-
industrial ejerce su derecho al trabajo. Sin embargo, a nadie se le ocurriría argu- na natural o jurídica que explota el noticiero, pues se entiende que ella es el guar-
mentar que por tal motivo la responsabilidad por actividades peligrosas no les dián de la actividad peligrosa. El explotador de la emisora o del canal de televi-
sería aplicable. sión no responde por actividades peligrosas a menos que el noticiero también esté
bajo su dirección.
Además, no sobra observar que bajo el ropaje del "derecho a informar", del
"derecho a ser informado" o del "cumplimiento del deber de informar", lo que Es de anotar que el artículo 17 de Ley 74 de 1966 que regula la responsabili-
se esconde es todo un fructífero negocio, producto de una cuantiosa pauta pu- dad civil de los directores de los noticieros informativos en los medios de radio-
blicitaria que solo se sustenta en la medida en que haya cosas novedosas que difusión hace responsable de informaciones falsas al director del noticiero, así
informar. No nos digamos mentiras: si ese negocio no existiera, los medios de este último sea de propiedad de un tercero o así no ejerza, de hecho, la dirección
comunicación tendrían mucha mayor prudencia al verificar y transmitir sus infor- del informativo.
maciones.
Ahora, si la información falsa fue suministrada al medio informativo por una
agencia de prensa independiente, tanto ésta como el noticiero que la transmite
En su estado puro, el derecho a informar es inalienable si de lo que se trata es
serán solidariamente responsables por actividades peligrosas.
de poder expresar lo que sucede con miras a una mayor transparencia social. Pero
justificar una noticia falsa en medio del furor de la primicia, acudiendo al deber o Finalmente, tratándose de columnistas independientes que publican sus in-
al derecho de informar cuando de lo que se trata es de hacer rentable un negocio, formaciones en un periódico escrito, solo éstos responderán por actividades peli-
no tiene justificación alguna. El que informa cosas falsas, que corra con los ries- grosas en caso de que sus informaciones sean falsas y no imputables a culpa o
gos de su equivocación. dolo de su parte.

En consecuencia, cuando por un medio masivo de comunicación se transmite No sobra advertir que tanto la víctima como el medio informativo que trans-
una noticia falsa, cuyos efectos dañinos no es posible controlar, es aplicable la mitieron la información falsa tendrán una acción contra quien originó la informa-
responsabilidad por actividades peligrosas del artículo 2356 del Código Civil. ción. Esta última hipótesis se presenta a menudo cuando fuentes estatales son las
1216 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1217

encargadas de suministrar la falsa información a los medios de comunicación. en circulación un producto defectuoso. En estos casos, se admite que el fabricante
Permanentemente, los cuerpos de seguridad del Estado lanzan informaciones fal- sigue siendo guardián de la peligrosidad de la estructura (supra, T. I, 897). Piénsese
sas en las cuales se tilda de delincuente a una persona que realmente es honesta. en el tercero que al usar un computador que tiene un defecto de fabricación en el
En nuestro concepto, ese hecho no exonera de responsabilidad al medio informa- disco duro pierde la información almacenada, lo que le causa perjuicios econórni-
tivo que transmite la noticia. En consecuencia, la víctima podrá demandar por la cbs. En este caso, el fabricante del disco duro responde, así el defecto de fabrica-
totalidad del daño tanto al Estado corno al medio de comunicación. Y si éste ción no sea imputable a culpa de su parte.
indemniza a la víctima, podrá repetir contra el Estado.

RESPONSABILIDAD DE LOS UTILIZADORES DE LA INFORMÁTICA

Pero puede suceder que los daños derivados de la informática sean impu-
tables no a un defecto de fabricación de los equipos, sino a la utilización de los
1172.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA mismos por parte de personas que los han adquirido de terceros fabricantes.

Los últimos 20 años nos han permitido asistir a la más asombrosa revolución En este caso, también es indispensable distinguir.
tecnológica de toda la historia: la de la informática. Poco a poco, todos los siste-
mas de producción, de distribución, de consumo y de comunicación general están En efecto, si la utilización errónea de un equipo informático genera el incum-
sometidos a las virtudes y defectos de la informática. · plimiento de una obligación contractual, la responsabilidad por actividades peli-
grosas no es aplicable. Lo aplicable es la responsabilidad contractual y la orienta-
Pero ese desarrollo tecnológico no ha podido controlar y evitar los daños que ción jurisprudencia! y doctrinal tiende a considerar que el simple hecho del daño
de su utilización se derivan, generándose entonces la pregunta sobre el tipo de genera la responsabilidad del deudor. Pero, en tales circunstancias, el deudor con-
responsabilidad aplicable en estos casos. ¿Será que también en estos casos es tractual que ejecuta defectuosamente su prestación solo se exonera mediante la
factible recurrir a la responsabilidad por actividades peligrosas? O, por el contra- prueba de una causa extraña. En cierta forma, su obligación se torna de resultado,
rio, ¿habrá que seguir acudiendo al sistema tradicional de la culpa probada? teniendo en cuenta los medios empleados.

Así, por ejemplo, un agente de viajes será responsable si al hacer una reservación,
1173.- RESPONSABILIDAD DE LOS FABRICANTES DE PRODUCTOS INFORMÁTICOS da al computador una orden equivocada, causando daño a su cliente, así no haya
culpa de su parte. Inclusive será responsable aunque el daño sea consecuencia de
Para resolver estos problemas es preciso distinguir entre la responsabilidad un defecto de fabricación o de mantenimiento de los equipos. En este último caso,
de los fabricantes de equipos informáticos y la responsabilidad de los usuarios de la víctima podrá demandar al fabricante o al técnico que reparó los equipos y al
los mismos. agente de viajes. Desde luego, el agente de viajes que indemniza a la víctima
podrá repetir contra el responsable del defecto, siempre y cuando este hubiera
En lo que se refiere a los fabricantes y distribuidores de equipos informáticos, sido imprevisible para él. Si se utiliza el equipo a sabiendas del defecto, el respon-
éstos responden únicamente en caso de que se produzca un daño imputable a un sable será su utilizador.
defecto de fabricación.
En todos estos casos de responsabilidad contractual se aplica lo que dijimos
Ahora, tratándose de daños causados al adquirente o al subadquirente de los en relación con las obligaciones contractuales que se cumplen acudiendo a instru-
equipos, lo aplicable es la responsabilidad contractual del Código de Comercio en mentos de suyo peligrosos (supra, T. I, 1034 y ss.).
concordancia con el denominado Estatuto del Consumidor.
Pero puede suceder que al utilizar los medios informáticos el daño se cause
Y si el daño lo sufre un tercero no adquirente ni subadquirente de los equi- por fuera de toda relación contractual. En este caso lo aplicable es la responsabi-
pos, la víctima podrá demandar por actividades peligrosas al fabricante que puso lidad extracontractual.
1218 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1219

En tales circunstancias, si se produce una información errónea imputable a l. - La responsabilidad por contaminación ambiental
culpa o dolo del utilizador, este responderá con base en la culpa probada del ar-
tículo 2341 del Código Civil. 1176.- Uno de los campos propicios para la responsabilidad civil por acti-
vi~ades peligrosas es el relacionado con los daños derivados de la contaminación
450
Y si el utilizador de la informática alega y demuestra ausencia de culpa en la a¡{¡biental. En ese sentido se han orientado la doctrina449 y la jurisprudencia
información errónea que perjudica a un tercero ajeno a un contrato, de todas ma- durante muchos años, inspiradas siempre en el artículo 2356 del Código de Co-
neras seguirá siendo responsable, pues le es aplicable la responsabilidad por acti- mercio como fuente legal de la responsabilidad civil por dichas causas.
vidades peligrosas. Al igual que en la responsabilidad de los medios de comunica-
ción, en este caso estamos ante una actividad que rompe el equilibrio de defensa Pero la conciencia generalizada sobre la importancia de un ambiente sano ha
que tienen los individuos. La capacidad multiplicadora de los medios informáticos hecho que los legisladores del mundo entero hagan especial énfasis en el llamado
imposibilita el control de sus efectos nocivos (supra, T. I, 937 y ss.). "Derecho Ecológico" y, en tal virtud, no sólo tomen medidas legales de orden
reparador, sino que, sobre todo, se interesen en prevenir los eventuales daños que
Así las cosas, el Estado será responsable en forma objetiva si, en forma equi- se derivarían de un ambiente contaminado.
vocada, suministra falsas informaciones sobre la identidad y pasado judicial de
una persona, así se trate de homónimos. Lo mismo puede predicarse de las insti- Sin embargo, la disciplina se ha tornado a veces compleja y a veces confusa,
tuciones que suministran información financiera de los particulares. En estos ca- pues la mayoría de los autores radicales defensores del medio ambiente sano sien-
sos, la víctima tiene derecho a ser indemnizada y a que se hagan las rectificacio- tan sus premisas y conclusiones como si en el desarrollo de las relaciones sociales
nes del caso, así no haya existido culpa de parte de quien al procesar los datos sólo existiera el derecho subjetivo a un ambiente sano, sin tener en cuenta otros
suministró la información equivocada. derechos y necesidades indispensables en una sociedad masificada y tecnificada
como la actual. Para ellos, el ambiente se debe conservar sano, independiente-
En la medida que la informática se torna incontrolable para su utilizador, éste mente del costo social, económico, político o jurídico que ello conlleve. Pero
estará ejerciendo una actividad peligrosa que amerita una presunción de responsa- están equivocados, pues la Constitución Nacional consagra también otra serie de
bilidad en su contra (supra, T. I, 937). derechos que en un momento dado pueden entrar en conflicto con el derecho a un
ambiente sano, tales como el desarrollo económico, la libertad de empresa, el
derecho al mínimo vital, a la recreación, a la educación, a la libre locomo-
SuBSECCIÓN VII.- Las actividades peligrosas, la cmllta.minacíóln
ción, etc. Justamente, la dificultad mayor en el estudio de la responsabilidad por
ambiental y las perturbaciones de vec~IndaJno
contaminación ambiental radica en ponderar en cada caso concreto esos derechos,
especialmente entre el desarrollo económico y el ambiente sano. Aliviar la ten-
1175.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y PLAN sión entre esos principios constitucionales es la tarea prioritaria casi imposible de
lograr.
Las perturbaciones de vecindario se han constituido en una de las institucio-
nes fundamentales de la responsabilidad civil extracontractual. En muchas opor-
Para una mejor comprensión del tema conviene, inicialmente, efectuar una
tunidades, la perturbación proviene de la contaminación ambiental, razón por la
descripción somera de las normas que, d~una manera u otra, permiten prevenir Y
cual la mayoría de los doctrinantes las trata en forma conjunta. Sin embargo, la
reparar los daños por contaminación ambiental ( § 1). El conocimiento de ese arse-
práctica muestra que hay una serie de perturbaciones de vecindad que no provie-
nal normativo nos permite vislumbrar, en toda su extensión, la ya mencionada
nen de contaminación ambiental o en las que los daños al medio ambiente son
tensión entre desarrollo económico y ambiente sano (§2); ahora, planteada ade-
producidos sin que exista una relación de vecindad entre la víctima y el causante
del daño. Por tal motivo, y pese a los puntos comunes que entre las dos institucio-
nes encontrará el lector, hemos preferido analizarlas por separado, comenzando
por la contaminación ambiental (I) y terminando con la responsabilidad por per- 449 Véase Pérez Vives, Álvaro, ob. cit., tomo 11 núm. 173 bis.
turbaciones de vecindario (II). 450 C.S.J, Cas. civ., 30 abril de 1976. Gaceta Judicial. tomo Clll, pp. 111 y ss.
1220 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1221

cuadamente esa tensión, intentaremos analizar los medios legales tendientes a la 6. De otro lado, el artículo 339, al crear el plan de desarrollo, incluye como
prevención de los daños derivados de la contaminación del medio ambiente (§3), una de las metas y prioridades de la acción estatal las orientaciones generales de
para, finalmente, analizar los principios legales que regulan la reparación de di- la política ambiental.
chos daños (§4), tema que es, en sentido estricto, el que interesa al derecho de la
responsabilidad civil. 7. Y el artículo 334, al poner en cabeza del Estado la dirección de la econo-
mía, lo autoriza para intervenir en el desarrollo de muchas actividades, entre ellas
§ l. - LEGISLACIÓN APLICABLE A LA PROTECCIÓN DEL MEDIO
la de la conservación de los recursos naturales y del ambiente sano.
AMBIENTE Y A LA RESPONSABILIDAD POR SU CONTAMINACIÓN
8. El artículo 215 permite al gobierno declarar el estado de emergencia
cuando sobrevengan hechos que perturben o amenacen perturbar en forma grave e
1177.- Prácticamente, todo el mundo normativo, en sus diversas ramifica-
inminente el orden ecológico.
ciones, establece disposiciones relativas a la conservación del medio ambiente o a
la regulación de la responsabilidad jurídica que surge de la contaminación del 9. Y el artículo 79 consagra el derecho constitucional a disfrutar de un
medio ambiente. A continuación nos permitimos describir, someramente, las dis- ambiente sano. En su inciso segundo, la misma disposición impone al Estado el
posiciones más importantes. Más adelante, analizaremos con detalle algunas de deber de proteger la diversidad e integridad del medio ambiente, conservar las
ellas. áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de
esos fines.
CONSTITUCIÓN NACIONAL
10. El artículo 67, al consagrar el derecho a la educación, establece que
La Constitución de 1991 es marcadamente ecologista, pues los constituyen- dentro de los aspectos que tal derecho comprende está el del adecuado conoci-
tes hicieron especial énfasis en este postulado ideológico. Estas son algunas de las miento para la protección del ambiente sano.
disposiciones constitucionales que se refieren al tema:
11. De su lado, el artículo 58, al regular el derecho de propiedad, afirma
l. En primer lugar, el artículo 80 establece el concepto de desarrollo soste- que a la misma le es inherente una función ecológica.
nido, en virtud del cual el progreso económico es necesario, pero sin destruir, a
12. Finalmente, el artículo 333, al consagrar el derecho a la iniciativa pri-
cualquier precio, el ambiente sano. En nuestro concepto, esta disposición debe
vada y a la actividad económica, expresa que la ley delimitará esos derechos cuan-
servir de derrotero al jurista que se sumerja en el tema del derecho ambiental.
do así lo exija el ambiente.
Quien ignore el postulado filosófico político que yace en esta norma no podrá
entender y aceptar la compaginación del desarrollo económico y del desarrollo Como puede verse, no les falta la razón a quienes afirman que la de 1991 es
ecológico de la sociedad actual. una constitución ecologista.

2. En segundo lugar, el artículo 8° impone al Estado y a los particulares la


obligación de proteger las riquezas culturales y naturales de la nación. 1179.- CóDIGO PENAL

3. De su lado, el artículo 95, en su numeral 8°, impone a todos los indivi- También la legislación penal se encarga de sancionar las conductas que aten-
duos la obligación de velar por la conservación de un ambiente sano. tan contra el medio ambiente. En este sentido, véase el capítulo único del título XI
del Código Penal (arts. 328 a 339).
4. Y el artículo 366 al establecer las finalidades del Estado expresa que una
de ellas es la del saneamiento ambiental. CóDIGO DE RECURSOS NATURALES Y MATERIAS AFINES

5. Con ese mismo objetivo, el artículo 49 de la Constitución Nacional esta- El primer intento de sistematización legal de protección al medio ambiente y
blece que el saneamiento ambiental es un servicio público a cargo del Estado. a los recursos naturales se produjo mediante la Ley 23 de 1973. Esta ley no sólo
1222 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1223

sentó algunos principios rectores en la materia, sino que facultó al gobierno para presunta por actividades peligrosas, considerándose por la doctrina y la jurispru-
que éste, mediante decreto, promulgase un código de recursos naturales. dencia que la contaminación ambiental es una de ellas.

Con base en esas facultades, el ejecutivo expidió el Decreto 2811 de 1974, Pero lo más importante es que los artículos 1005 y 2359 consagran las deno-
comúnmente llamado Código de Recursos Naturales. Según expertos en la mate- minadas acciones populares, por medio de las cuales cualquier persona puede
ria, entre ellos el profesor José Vicente Zapata Lugo, este decreto ha debido ser solicitar al juez la supresión de una actividad que está en capacidad de producir un
reformado desde hace mucho tiempo y, lamentablemente, la Ley 99 de 1993 no se daño. Estas normas no fueron derogadas por la Ley 472 de 1998, que regula las
refirió para nada al citado decreto, perdiéndose así la oportunidad de una mejor acciones populares y de grupo, pues esta última en forma expresa establece que
coherencia de todo el sistema jurídico ambiental. las acciones populares preexistentes se regirán en sus aspectos procedimentales
por lo dispuesto en la nueva ley.
Este decreto ha sido modificado o reglamentado por medio de decretos y
leyes posteriores, entre los cuales podemos citar los siguientes: decretos 1337 de
1978; 1608 de 1978; 1681 de 1978; 1715 de 1978; 1741 de 1978; Ley 9a de 1979; 1183.- CONVENIO DE BRUSELAS SOBRE CONTAMINACIÓN

Ley 10 de 1980; decretos 2857 de 1981; 2858 de 1971; 2 de 1982; 1594 de 1984 CON HIDROCARBUROS (L. 55/89)
(es de anotar que este decreto es la única herramienta sancionatoria de que dispo-
ne el orden jurídico ambiental en Colombia, aunque existen tratados internaciona- Mediante el denominado Convenio de Bruselas de 1969, se reguló internacionalmente
les que sí contemplan sanciones por daños al medio ambiente); leyes 45 de 1985; la responsabilidad civil por los daños causados por contaminación resultante del
9a de 1989; 37 de 1989; Decreto 1974 de 1989; leyes 30 de 1990 y 12 de 1992. derrame de hidrocarburos procedentes de barcos 451 . Dicha convención fue ratifi-
cada por Colombia mediante la Ley 55 de 1989 y, por lo tanto, rige en la actuali-
dad en nuestro país.
LEY 99 DE 1993

Teniendo en cuenta los avances internacionales en materia ambiental, el Congreso 1184.- ACCIÓN DE TUTELA
expidió la Ley 99 de 1993, en virtud de la cual se creó el Ministerio del Medio
Ambiente (hoy, Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial), se La acción de tutela está consagrada en el artículo 86 de la Constitución y ha
definieron normas y competencias sobre licencias ambientales, se determinaron sido reglamentada mediante el Decreto 2591 de 1991. Ella es útil en materia am-
las sanciones aplicables a quien viole las normas ambientales, etc. Esta ley sólo biental cuando, como consecuencia del deterioro del entorno, se pone en peligro
derogó algunas disposiciones del anterior Código de Recursos Naturales y algu- la vida, la salud o cualquier otro derecho fundamental de los particulares 452 •
nos de sus decretos reglamentarios, razón por la cual el intérprete debe manejar
con especial cuidado esa nueva legislación. Con posterioridad a la expedición de
la citada ley, el ejecutivo expidió varios decretos, todos ellos relacionados con el 1185.- ACCIONES DE CUMPLIMIENTO

licenciamiento ambiental, entre ellos los decretos 1753 de 1994, 1728 de 2002,
1180 de 2003 y 1220 de 2005. La acción de cumplimiento aparece consagrada en el artículo 87 de la Cons-
titución y su ejercicio fue reglamentado mediante la Ley 393 de 1997 453 • Mediante

1182.- CóDIGO CIVIL

Pero el Código Civil, pese a su antigüedad, posee normas que, aún en las 451 Sobre el análisis de dicha convención, véase Chao Wu, La pol/ution du fait du
situaciones actuales, permite una responsabilidad sin culpa por contaminación transport maritime des hydrocarbures, Pedone Mónaco, 1994.
ambiental y establece normas que permiten preservar el medio ambiente. 452 Véase Sandra Lucía Rodríguez Rojas y Naryan Fernando Alonso Bejarano. Meca-
nismos jurídicos de la protección ambiental. Ediciones Jurídicas Gustavo lbáñez,
Bogotá, 1997, pp. 74 y SS.
En efecto, el artículo 669, al definir el derecho de propiedad, exige que éste
453 Jairo Enrique Solano Sierra. Acción de cumplimiento. Ediciones Librería del Profe-
no se ejerza contra derecho ajeno; y el artículo 2356 consagra la responsabilidad sional Santafé de Bogotá, 1997.
1224 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1225

dichas acciones, cualquier persona puede pedir al juez que se ordene a las autori- Pero, lamentablemente, la densidad de la población y el consecuente aumen-
dades ambientales la protección del medio ambiente. to de las necesidades humanas en un determinado país, exigen sistemas de pro-
ducción y de distribución de bienes y servicios que, en mayor o menor medida,
atentan contra el medio ambiente. De allí que las constituciones garanticen el
1186.- AcCIONES POPULARES Y DE GRUPO
d¿sarrollo económico, bien sea mediante una economía planificada, bien sea me-
diante la iniciativa de los particulares. Y, para complicar las cosas, en no pocas
El artículo 88 de la Constitución consagra las acciones populares tendientes
oportunidades la garantía de otros derechos fundamentales también exige el dete-
a la protección de los intereses colectivos, incluidos los relacionados con el medio
rioro del medio ambiente. Los centros hospitalarios, los laboratorios farmacéuti-
ambiente. Como dijimos, estas acciones ya estaban consagradas en los artículos
cos, el excesivo tráfico y los ruidos de los colegios y escuelas, para sólo citar
1005 y 2359 del Código de Comercio; adicionalmente, desde 1989, el Decreto
algunos casos, son esencialmente necesarios para garantizar los derechos a la vida,
2400 reglamentó el ejercicio de dicha acción en materia ambiental.
a la salud, a la libertad y a la educación. Lamentablemente, casi todas esas activi-
dades atentan contra el ambiente sano y, en tales condiciones, el orden jurídico no
Pero fue la Ley 472 de 1998la que reguló en forma prolija aunque imprecisa tiene más alternativa que mediar con el fin de que, en la medida de lo posible, esos
el ejercicio de las acciones populares y de grupo, no sólo en materia ambiental derechos excluyentes entre sí puedan garantizarse en la práctica.
sino en todos los casos en que haya un daño potencial a los derechos e intereses
colectivos o daños en cabeza de un número indeterminado de perjudicados. A Hacemos estas reflexiones porque, en no pocas oportunidades, la demagogia
ellas nos referiremos más adelante (infra, T. I, 1219 y 1266). o la falta de sentido común conduce a los jueces y abogados a la toma de decisio-
nes que, en nombre del ambiente sano, pueden paralizar la producción o dejar sin
§ 2. - CONFLICTO ENTRE DESARROLLO ECONÓMICO Y AMBIENTE SANO
empleo a cientos de personas 454 . Pero, al mismo tiempo, la gran industria, so pre-
texto del empleo y del desarrollo económico, si no tiene control, arrasa con el
equilibrio del entorno: producir a como dé lugar, sin importar el costo.
1187.- TEXTOS CONSTITUCIONALES CONTRADICTORIOS

Para evitar cualquiera de esas distorsiones, se ha estructurado el concepto de


Una de las armas más peligrosas dentro de una discusión jurídica es la invo- "desarrollo sostenido", como un objetivo de los estados contemporáneos 455 . En
cación, en abstracto, de un principio constitucional, sobre todo, porque dicho principio ese orden de ideas, bajo determinadas condiciones, es inevitable el atentado con-
aparece, en la práctica, en contradicción con otros axiomas previstos en la misma tra el medio ambiente 456 • Lo que surge, entonces, es la implementación de meca-
carta máxima. Por lo tanto, el intérprete de la Constitución, necesariamente, debe nismos legales de prevención, compensación y reparación de esos daños. Dentro
basarse en las realidades y necesidades sociales para lograr una integración siste- de esa gama de soluciones, se desarrolla el aforismo de que el que contamina
mática de los principios y derechos constitucionales. Si cada uno invoca un prin- paga457 • Es decir, en los casos en que es inevitable la contaminación, el agente que
cipio constitucional, ignorando los otros principios de la misma estirpe, el dere-
cho se torna imposible de aplicar.

454 Sobre este tema vale mencionar el extenso párrafo de la obra del profesor Ricardo
Y es tal vez en relación con los derechos al desarrollo económico y a un
De Ángel Yagüez, donde puede apreciarse con claridad la dificultad y la necesidad
ambiente sano, donde encontramos una mayor tensión de principios constitucio- de conciliar el desarrollo económico y la protección del medio ambiente (ob. cit., p.
nales. En efecto, desde hace dos décadas, los derechos constitucionales y políti- 588).
cos han venido integrando como principio fundamental el derecho a un ambiente 455 Sandra Lucía Rodríguez Rojas y Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., p. 47;
Ricardo De Ángel Yagüez, ob. cit., pp. 587 y ss.; Carlos De Miguel Perales. La
sano. Los partidos políticos han incluido la conservación del entorno como una de
responsabilidad civil por daños al medio ambiente. 2a ed., Civitas, Madrid, 1993,
sus banderas fundamentales. Y eso está bien, pues, de lo contrario, los demás pp. 246 y SS.
derechos quedarían reducidos a mera teoría. En la medida de lo posible, el Estado 456 Ricardo De Ángel Yagüez. Ob. cit., pp. 587 y ss.; Carlos De Miguel Perales. Ob.
debe proveer lo necesario para conservar el ambiente sano, imponiendo a los par- cit., pp. 134 y SS.
ticulares las cargas y obligaciones tendientes a ese objetivo. 457 Ricardo De Ángel Yagüez. Ob. cit., pp. 589 y ss.
1226 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1227

lo hace debe correr, en algunos casos, con las consecuencias pecuniarias que de A.- Medidas administrativas tendientes
ello se derivan. a prevenir y atenuar la contaminación ambiental

En resumen: el juez no puede precipitarse a tomar una medida radical como 1189.- El aparato administrativo encargado de la protección del medio am-
sería, por ejemplo, la de cerrar una industria, con miras a hacer respetar el medio biente está facultado y obligado a tomar las medidas necesarias para, en la medida
ambiente a toda costa, a menos que se tratase de la única solución posible ante un de lo posible, lograr esa protección. En ese orden de ideas, el Estado es el encar-
daño de enormes magnitudes. Según veremos un poco más adelante, el fallador gado de fijar las bases para el otorgamiento de licencias y permisos ambientales,
dispone de un abanico de posibilidades para atenuar o suprimir la contaminación pero, al mismo tiempo, es el encargado para, a petición de parte o en forma oficio-
del medio ambiente o sus consecuencias dañinas. Pero el hecho de tener una licen- sa, imponer las sanciones o correcciones a que hubiere lugar cuando se incumplen
cia ambiental no puede convertirse tampoco en una patente de corso para contami- las normas o cuando, aún cumpliéndolas, los niveles de contaminación sobrepa-
nar. Según veremos, aun en casos en que el agente contaminador cumpla con las san los límites esperados.
normas ambientales, de todas formas éste será responsable si con la contamina-
ción causa un daño 458 . 1) Trámite de licencias y permisos ambientales

§ 3.- MEDIDAS CORRECTIVAS Y PREVENTIVAS


1190.- Así suene chocante, mediante las licencias y permisos ambientales,
el Estado autoriza al beneficiario de dichas facultades a contaminar dentro de
1188.- En la mayoría de los casos, el objetivo fundamental de las víctimas ciertos límites tolerables 461 • La misión de la administración, en estos casos, es dar
de la contaminación ambiental consiste no tanto en la indemnización de los daños cumplimiento al objetivo constitucional del desarrollo sostenido, es decir, la pro-
derivados de ella, sino en la prevención, corrección o supresión de la contamina- tección del desarrollo económico, sin permitir el infarto del sistema ambiental.
ción misma. Más adelante veremos (infra, T. I, 1195) cómo las medidas preventivas para la
protección ambiental son más severas en unas zonas que en otras.
En efecto, en tanto que bien de toda la comunidad, existe un especial interés
del Estado en que el medio ambiente como tal no se vea afectado con las activida- 1191.- COMPETENCIA PARA OTORGAR LAS LICENCIAS
des humanas. En tal sentido, es el ambiente mismo el objetivo de la acción pre-
ventiva del Estado 459 • Se busca que no se dañe el entorno. La Ley 99 de 1993 fija la competencia para el otorgamiento de licencias
ambientales 462 • Dicha competencia está unas veces en cabeza del Ministerio del
Pero también se pretende esa conservación con el fin de evitar que el ambien- Medio Ambiente; otras, en cabeza de las corporaciones autónomas regionales;
te contaminado atente contra la integridad física y patrimonial de los individuos 460 , otras, en cabeza de las grandes ciudades y otras, en cabeza de las entidades terri-
es decir, se pretende que la contaminación ambiental no cause, a su vez, otros toriales. La misma ley establece en qué casos cada una de estas entidades es com-
perjuicios. petente.

Para alcanzar tales objetivos, el ordenamiento jurídico dispone de herramientas 1192.- LUGARES DE LA CONTAMINACIÓN
de tipo administrativo (A) y de tipo judicial (B).
Como hemos dicho, el desarrollo económico o urbano va creando, a fuerza de
las circunstancias, una serie de lugares donde la contaminación permitida es más

458 Phillippe Le Tourneau, ob. cit., núm. 1573; Ricardo De Ángel Yagüez, ob. cit., p.
588; Yves Chartier, ob. cit., núm. 100; María del Carmen Sánchez Friera. La res-
ponsabilidad civil del empresario por el deterioro del medio ambiente. Ed. Bosch 461 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 589; Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm.
Barcelona, 1994, pp. 83 y ss. 1579.
459 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 83; Ricardo De Ángel Yagüez, ob. cit., p. 591. 462 Véase Sandra Lucía Rodríguez Rojas y Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob.
460 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 86; Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 591. cit., p. 144 y SS.
1228 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1229

intensa que la permitida en otros lugares 463 . En todas las ciudades del mundo exis- Unidos para que este país disminuyera su nivel de contaminación. Los norteame-
ten zonas industriales o recreacionales que implican un mayor nivel de ruido o de ricanos aceptaron tal reducción a condición de conseguir que otros países menos
contaminación de las aguas o del aire464 . desarrollados les concedieran parte de sus cupos de contaminación. Esto resultó
en/el llamado Protocolo de Kyoto que, como otros mecanismos (Protocolo de
Generalmente, las licencias ambientales se otorgan con base en este tipo de Montreal), intenta controlar ciertos niveles de contaminación.
tolerancia contaminante, exigiendo, desde luego, un mínimo de condiciones para
evitar, en la medida de lo posible, un excesivo deterioro del entorno 465 •
1194.- LAS TASAS DE RETRIBUCIÓN

Ahora, a medida que el desarrollo urbano o técnico lo exigen, el Estado pue-


Pero consciente del necesario impacto ambiental de las actividades humanas,
de reconvertir zonas de forma tal que la contaminación se tolere o se restrinja
el Estado, por disposición legal, impone a los beneficiarios de las licencias am-
más, de acuerdo con las necesidades. Zonas que en un momento se consideran
bientales una tasa retributiva (la Corte ha dicho que no se trata de impuestos)
como industriales, pueden ser convertidas en residenciales, en cuyo caso, el Esta-
destinada a la recuperación y mantenimiento de los recursos ambientales que se
do tiene toda la soberanía del caso para imponer las medidas ambientales que las
ven afectados con la actividad del beneficiario de la licencia470 • Así lo establecen
nuevas circunstancias exijan (art. 13 L. 23173). En consecuencia, el titular de la
la Ley 23 de 1973, en su artículo 12; el Decreto 2811 de 1974, en sus artículos 18
licencia ambiental no tiene un derecho adquirido a contaminar indefinidamente,
dentro de los mismos niveles autorizados inicialmente466 . y 19 -aunque hay jurisprudencia según la cual estas últimas disposiciones no se
aplican-, y la Ley 93 de 1993, en sus artículos 42 y siguientes.

1193.- CUPOS DE CONTAMINACIÓN


2) Sanciones y correcciones en caso de contaminación

Dentro de la planificación del Estado, éste se propone determinadas metas en


relación con la cantidad de contaminación permisible. En ese sentido, las autori-
1195.- DESARROLLO SOSTENIDO Y PERTURBACIÓN ANORMAL: CRITERIOS DE
INTERPRETACIÓN
dades ambientales le conceden a los particulares un determinado derecho o cupo
de contaminación 467 , por el cual, casi siempre, pagan una tasa determinada (en el
La ley otorga a las autoridades ambientales facultades no sólo para sancionar
caso colombiano, hablamos de tasas retributivas o compensatorias). Más allá de
a los infractores del régimen ambiental471 , sino también para modificar las licen-
ese cupo, la contaminación del titular de la licencia está prohibida468 . Inclusive,
cias existentes si el avance tecnológico aconseja medidas adicionales o si con las
dentro del mercado de demanda y oferta, esos cupos de contaminación son nego-
existentes se está excediendo el límite tolerable de contaminación472 •
ciables y en tal virtud pueden ser cedidos a terceros 469 . La situación de estrechez
contaminante ha llegado a tal extremo en el mundo entero, que en Kioto, Japón, se
Si se trata de incumplimiento de normas claras impuestas en virtud de la
llevó a cabo una cumbre mundial para buscar acuerdos de protección al medio
licencia o del permiso ambiental, es evidente que la autoridad ambiental es la
ambiente. Dentro de dicha cumbre, los países europeos presionaron a los Estados
competente para imponer las sanciones y correctivos del caso. Así se desprende
de los artículos 84 y siguientes de la Ley 99 de 1993. La situación es más comple-
ja cuando, pese al cumplimiento de las obligaciones previstas en la licencia, de
463 Philippe Le Tourneau, ob. cit. núm. 1579; Yves Chartier, ob. cit., núm. 102. todas formas existe una contaminación ambiental que causa daños al entorno y,
464 Ibídem.
465 Sandra Lucía Rodríguez Rojas - Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., pp.
140 y SS. 470 Sobre la existencia y funcionamiento de estos fondos en el derecho comparado,
466 María del Carmen Sánchez Friera, ob. cit., pp. 83 y ss. véase Carlos De Miguel Perales, ob. cit., pp. 260 y ss.; María del Carmen Sánchez-
Friera González, ob. cit., p. 319.
467 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 589
471 Sandra Lucía Rodríguez Rojas - Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., pp.
468 Ibídem.
113 y ss.; María del Carmen Sánchez-Friera González, ob. cit., pp. 87 y ss.
469 Ibídem.
472 Ibídem.
1230 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1231

consecuentemente, daños a terceros. Según acabamos de ver, también en estos de contaminación y molestias en las actividades de los demás, todos estamos obli-
casos las autoridades ambientales tienen poder para revisar las condiciones de las gados a soportar todas las perturbaciones y molestias que sean normales 477 . Es
licencias vigentes 473 . decir, sólo las perturbaciones anormales son ilícitas 478 . En la sección siguiente nos
referiremos especialmente a las perturbaciones de vecindario, dentro de las cuales
Ahora, según lo vimos al inicio de estos párrafos (supra, T. I, 1176), el dere- se encuentra desde luego la contaminación ambiental.
cho a un ambiente sano no puede ser absoluto, pues está de por medio el desarro-
llo económico y la satisfacción de muchas otras necesidades que implican necesa- Pero son el juez o la autoridad ambiental los encargados de determinar si el
riamente una mayor o menor contaminación. Es preciso pues, aliviar la tensión grado de contaminación creada por el agente es normal o anormal 479 , ya que con
entre lo que es el desarrollo económico y el ambiente sano. base en ello se decidirá si el demandado es responsable civilmente de los daños
causados o se tomarán unas medidas en lugar de otras.
Para lograr ese equilibrio, la autoridad ambiental o el juez en su caso, deberá
aplicar con sentido común los principios de desarrollo sostenido y de perturba-
En ese sentido, las medidas preventivas y la responsabilidad civil serán mu-
ción o contaminación anormal.
cho más severas si la contaminación afecta una zona residencial o comercial 480 .
Con ese mismo criterio, si la contaminación ambiental y los consecuentes daños
De acuerdo con el principio del desarrollo sostenido, al tomar una medida
se están produciendo en una zona industrial o bulliciosa, la víctima no podrá pre-
ambiental, el funcionario debe tener en cuenta la necesidad de un desarrollo eco-
tender las mismas medidas reparadoras o preventivas de la zona residencial481 .
nómico que deteriore lo menos posible el medio ambiente 474 . Ante la inevitabilidad
Las medidas dependen pues del lugar donde se produce la contaminación.
de la contaminación, como consecuencia de las actividades productivas, el Estado
debe estar vigilante para que la balanza no se incline en un sentido y en perjuicio
del otro 475 . CoMPETENCIA PARA SUSPENDER, SUPRIMIR O MODIFICAR
LAS LICENCIAS
Justamente, para intentar el logro de esa armonía, el Estado, por medio de sus
diversas autoridades administrativas, establece zonas geográficas en las cuales la Antes de la Ley 99 de 1993, las facultades para corregir, suspender o supri-
contaminación está totalmente prohibida o, en mayor o menor medida, tolerada476 . mir las actividades contaminantes estaban dispersas en diversas autoridades ad-
Pero sucede que esas zonas, muchas veces, se van estructurando con el paso del ministrativas y judiciales. Sin embargo, a partir de la citada ley, y con base en su
tiempo y al ritmo desprevenido del desanollo urbano de una determinada zona. artículo 84, la competencia para aplicar dichas medidas quedó exclusivamente en
Hace algunas décadas, ante la inexistencia de una reglamentación clara, las ciuda- cabeza del Ministerio del Medio Ambiente y las corporaciones autónomas regio-
des se iban estratificando espontáneamente, creándose sectores exclusivamente nales482.
residenciales, mientras otros adquirían vocación industrial o recreacional. Y es
claro que el grado de contaminación en cada uno de esos estratos es diferente.
477 En el derecho francés, véase Yves Chartier, ob. cit., núm. 99; Philippe Le Tourneau,
Con base en esa diferencia de destinación de las zonas geográficas, es preciso ob. cit., núm. 1554. En el derecho español, véase Carlos De Miguel Perales, ob.
acudir al principio según el cual, como toda actividad humana supone un mínimo cit., pp. 134 y ss.; María del Carmen Sánchez-Friera González, ob. cit., pp. 100 y
SS.
478 Yves Chartier, ob. cit., núm. 99; Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm. 1554; Carlos
De Miguel Perales, ob. cit., pp. 134 y ss.; María del Carmen Sánchez-Friera González,
473 Art!culo 13 de la Ley 23 de 1973. En el derecho colombiano, Sandra Lucía Rodríguez ob. cit., pp. 100 y ss.
Rojas- Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., p. 113. En el derecho español, 479 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 142; Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm.
véase María del Carmen Sánchez-Friera González, ob. cit., pp. 87 y ss. 1555.
474 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., pp. 134 y ss. 480 Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm. 1578 y ss.; Yves Chartier, ob. cit., núm. 102.
475 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 139. 481 Ibídem.
476 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 135 y ss.; Philippe Le Tourneau, ob. cit., 482 Sandra Lucía Rodríguez Rojas y Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., p.
núm. 1579; Yves Chartier, ob. cit., núm. 102. 113.
1232 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1233

En este punto, se plantea un arduo problema que se resuelve de manera dife- Toda persona podrá acudir ante la autoridad judicial definida en
rente en los diversos países. En efecto, si las licencias ambientales y su control esta ley para hacer efectivo el cumplimiento de normas aplicables
están en cabeza de las autoridades administrativas ¿podrán los jueces, sin contra- con fuerza material de ley o actos administrativos.
riar el principio de la división de los poderes, ordenar medidas correctivas o in-
cluso el cierre del establecimiento contaminante? Y el artículo 8° de dicha ley, en su inciso segundo, establece que, antes de
ejercer judicialmente la acción de cumplimiento, es necesario pedirle previa-
En la jurisprudencia española es evidente que el juez sí tiene competencia mente a la autoridad correspondiente el cumplimiento de las normas que hasta
para tomar dichas medidas 483 . En cambio, en el derecho francés, la facultad de ese momento no se cumplen. Sólo ante la negativa o el silencio de la autoridad
ordenar el cierre del establecimiento contaminante sólo está reservada a las auto- obligada a cumplir la ley procede la demanda judicial. De todo ello se deduce
ridades administrativas y, en consecuencia, la autoridad judicial no podría invadir que todos los ciudadanos tienen expedito el camino para solicitar a las autorida-
las esferas y poderes de la rama administrativa484 . La división de poderes así lo des ambientales el cumplimiento de las normas de protección del medio ambien-
exige. Con todo, la jurisprudencia francesa otorga al juez, con la limitación ante- te, incluidas las medidas correctoras o las sanciones por incumplimiento de las
rior, la facultad de ordenar todas las medidas correctivas que sean del caso 485 . normas.

En el derecho colombiano, pese a la poca claridad y homogeneidad de la 1198.- SANCIONES Y MEDIDAS CORRECTIVAS
jurisprudencia, ésta mayoritariamente no tiene inconveniente, en el trámite de las
acciones populares reguladas por la Ley 472 de 1998, no solo en anular sino tam- Es claro que la ley permite a las autoridades ambientales tomar todas las
bién en ignorar actos administrativos unilaterales y contratos administrativos com- medidas tendientes a la protección ambiental. En tal sentido, pueden imponer
pletamente lícitos, con miras a la protección de un derecho colectivo como lo es el medidas preventivas o sanciones en caso de incumplimiento de las normas am-
ambiente sano 486 .
bientales. Así se desprende de lo dispuesto en varias disposiciones, entre ellas el
artículo 13 de la Ley 23 de 1973; los artículos 83 y siguientes de la Ley 99 de
1197.- LEGITIMACIÓN PARA PEDIR LAS SANCIONES
1993; el Decreto 1594 del 19 de diciembre de 1984; y el Decreto 948 de 1995.
Pero, así no haya incumplimiento de las obligaciones impuestas en la licencia o
permiso, las autoridades ambientales pueden imponer nuevas medidas de acuerdo
De acuerdo con el artículo 118 del Decreto-Ley 2303 de 1989 y los artículos
con las necesidades y el desarrollo tecnológico (v. art. 13, L. 23/73); también
69 y siguientes de la Ley 99 de 1993, cualquier ciudadano tiene derecho a solicitar
pueden suprimir la licencia de contaminación e incluso ordenar la clausura del
a las autoridades administrativas el cumplimiento de las normas sobre protección
establecimiento donde está la fuente de la contaminación (art. 85, L. 99/93).
ambiental y participar en las decisiones que sobre la misma deban tomar dichas
487
autoridades • Esa facultad se hizo aún más explícita al entrar en vigor la Ley 393
Ahora, al momento de tomar una decisión, el funcionario, o el juez cuando es
de 1997 que regula la acción de cumplimiento, cuyo artículo 1o establece lo si-
guiente: éste el encargado de decidir una pretensión judicial, deberán tener en cuenta los
criterios de desarrollo sostenido y de anormalidad a que ya nos hemos referido
(supra, T. I, 1195). En consecuencia, el funcionario administrativo o el juez no
podrán automáticamente ordenar el cierre de una empresa por el hecho de que ésta
perjudica con su contaminación a un legítimo propietario de un predio vecino. En
483 María del Carmen Sánchez-Friera González, ob. cit., pp. 220 y ss.
este caso, como en ninguno otro, el funcionario, teniendo en cuenta el principio
484 Yves Chartier, ob. cit., núm. 100; Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm. 1585 y ss.
485 Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm. 1588.
del desarrollo sostenido, debe tomar la solución preventiva que menos costos
486 Sobre el tema, Luis Felipe Botero Aristizábal. Acción popular y nulidad de actos
humanos, sociales o económicos genere. Desde luego, esa decisión se tomará
administrativos. Legis, 2004, pp. 109 y ss. respetando los derechos que tiene la víctima a ser indemnizada de los daños que
487 Sandra Lucía Rodríguez Rojas- Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., pp. 84 le hubieren sido causados, de acuerdo con los principios que analizaremos más
y SS. adelante.
1234 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1235

En ese orden de ideas, podrían presentarse múltiples hipótesis, entre ellas las desde luego, a costa del agente contaminante 492 • El excesivo individualismo no
siguientes: puede darse el lujo de sacrificar todo un sistema de producción y de protección
social, ordenando el cierre de una empresa, todo por garantizarle a la víctima el
l. En primer lugar, se podrá autorizar al agente contaminante para que per- dere.cho de vivir donde ella quiera. En este caso, no se trata de proteger al rico a
manezca en el lugar, a condición de que tome todas las medidas correctivas y costa del débil que quiere permanecer en su propiedad. Por el contrario, se trata de
preventivas de que disponga la tecnología en ese momento, es decir, a condición proteger a la comunidad que, necesitada de bienes y servicios, puede verse afecta-
de que garantice el grado de descontaminación recomendada. Es lo que ocurriría da por el cierre de sus fuentes de trabajo y de generación de riqueza.
en zonas donde existe una gran cantidad de personas que pueden ver afectada su
salud con la contaminación y es prácticamente imposible radicadas en otro lugar. Si se toma esa solución y la víctima, pese a que se le ha indemnizado el valor
Dentro de esas medidas, el juez o el funcionario ambiental podrán limitar los de la reubicación, se niega a mudarse de lugar, el demandado no será responsa-
horarios de funcionamiento de la fuente contaminante. Inclusive, nada impide ble en caso de daños futuros causados por la misma contaminación pues, en cier-
que, en la medida en que no signifique el cierre de toda la empresa, el juez o el ta forma, puede decirse que la víctima asumió innecesariamente los riesgos 493
funcionario ambiental ordenen la clausura de una determinada actividad, como e incluso podría pensarse en que su conducta culposa es la causa adecuada
ocurriría, por ejemplo, con alguna máquina que causa excesivos ruidos 488 • del daño 494 .

2. También puede suceder que en ese balance entre contaminación ambien- 4. Finalmente, es posible que, dada la zonificación ambiental existente, el
tal y desarrollo sostenido, sea menos costoso el cierre de la fuente contaminante o grado de contaminación sea el permitido, pese a lo cual se causa daño a terceros.
su ubicación en otro lugar. En ese caso, la autoridad ambiental deberá decidirse En este caso, la autoridad ambiental puede negarse a imponer al agente contami-
por una de las dos últimas alternativas 489 • nante alguna medida adicional, si se considera que, para ese lugar en especial, el
grado de contaminación que se está produciendo es normal y el agente está cum-
3. Ahora, si el costo social y económico que generaría el cierre o la reubicación pliendo las normas ambientales 495 • No se le puede dar el mismo tratamiento a una
del establecimiento contaminante, como sería por ejemplo el desempleo, es muy zona residencial que a una zona industrial.
grande, entonces el funcionario podrá permitir que la industria continúe donde
está funcionando siempre y cuando se refuercen las medidas preventivas en la Ahora, según dijimos (supra, T. I, 1187), si pese a la legitimidad de la conta-
fuente contaminante490 • Inclusive, podría ordenar medidas correctivas en los bie- minación se le está causando un daño excesivo o anormal a la víctima, ésta, de
nes del perjudicado, como sería la implementación de muros o vidrios antirruidos todas formas, tendrá derecho a la indemnización pues, pese a la legitimidad de su
en la casa de la víctima491 . No es justo con el demandado, ni práctico para la conducta, el agente contaminante está ejerciendo una actividad peligrosa.
economía nacional, imponerle a este una medida correctiva en su empresa que
valga 200 millones de pesos, cuando la solución se puede obtener por mucho
menos dinero, haciendo obras en el inmueble del perjudicado. 1199.- UTILIZACIÓN DE LAS TASAS RETRIBUTIVAS

Es más, nos parece que en ese conflicto entre costos sociales (desempleo) y Según dijimos (supra, T. I, 1194), el legislador previó el pago de unas tasas
costos individuales del afectado con la contaminación, se puede pensar en reubicar retributivas (o compensatorias según el caso) por el derecho a contaminar conce-
a la víctima en otro lugar donde no sufra el perjuicio que se trata de suprimir, dido al titular de una licencia ambiental. Según se desprende de los artículos 42 y

488 Philippe Le Tourneau, ob. cit. núm. 1595. 492 Ídem, núm. 1590.
489 Ídem, núm. 1591. 493 Ídem, núm. 1578.
490 Ibídem. 494 Yves Chartier, ob. cit., núm. 103.
491 Ibídem. 495 Ídem, núm. 104.
1236 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1237

siguientes de la Ley 99 de 1993, esas tasas serán destinadas a la recuperación y de los particulares. Más adelante (infra, T. I, 1249 y ss.) analizaremos la acción en
mantenimiento del medio ambiente. responsabilidad civil tendiente a la reparación de los daños ya causados.

Es de anotar que las soluciones que planteamos al analizar las medidas pre-
1200.- EL PAGO DE LAS TASAS NO EXCLUYE INDEMNIZACIÓN POR DAÑOS ventivas que puede tomar la autoridad ambiental (supra, T. I, 1195 y ss.) también
pueden ser tomadas por el juez que conoce de una acción preventiva o incluso
Pero es de anotar que el pago de las tasas retributivas no libera al titular de indemnizatoria.
la licencia de sus obligaciones indemnizatorias en caso de que, en forma excesi-
va o anormal, cause daños a terceros con la contaminación. Tampoco lo legiti- Ahora para una mejor intelección del asunto es preciso distinguir entre el
ma para contaminar como bien le parezca. El parágrafo del artículo 42 de la Ley daño colectivo y el daño individual496 , pues, siendo diferentes, los mecanismos
99 de 1993 establece sanciones adicionales al pago de las tasas retributivas en judiciales de protección son distintos.
caso de que el titular de la licencia ambiental contamine más allá de los límites
En efecto, el medio ambiente es patrimonio de toda la comunidad y es así
permitidos.
como todo un conglomerado humano disfruta de un bello paisaje, de aguas puras,
de aires sin contaminar, etc. 497 . Cuando ese equilibrio ecológico se rompe o ame-
FONDOS Y SEGUROS DE RESPONSABILIDAD CIVIL naza romperse, se produce o se corre el riesgo de producirse un daño colectivo,
pues no se trata del daño sufrido por una determinada persona, sino por la comu-
Es de observar que estas tasas retributivas no se pueden confundir con los nidad toda, presente o futura. En cambio, puede suceder que, independiente de ese
fondos o seguros en virtud de los cuales el agente contaminante asegura su riesgo daño colectivo, haya perjuicios individuales 498 , como ocurre cuando un pescador
de responsabilidad civil. Mientras las tasas retributivas son una especie de im- se enferma o se ve privado de su actividad diaria como consecuencia de la conta-
puesto por contaminar, los fondos o el seguro buscan proteger al contaminante de minación de un río. En ese caso, el daño colectivo existe en la medida en que toda
todas las indemnizaciones que éste tenga que pagar a terceros como consecuencia la comunidad ribereña se perjudicó. Es decir, el daño colectivo existe así nadie en
de la contaminación. particular haya sufrido un perjuicio. En cambio, el daño individual existe en la
medida en que el perjuicio se radique en cabeza de un determinado individuo.
B.- Medidas judiciales Ahora es factible que un mismo hecho produzca tanto daños colectivos como
individuales. Lo importante es saber cuáles son los unos y cuáles son los otros.
1202.- DAÑO COLECTIVO, DAÑO DE GRUPO Y DAÑO INDIVIDUAL
Y cuando el daño in di vi dual es sufrido en forma concreta y personal por una
Pero los particulares y las entidades públicas también disponen de vías judi- cantidad más o menos importante de individuos entonces hablaremos de daños
499
ciales para conseguir la protección del medio ambiente y la exigencia de medidas grupales. Es decir, son daños individuales en cabeza de muchas personas . En
preventivas por daños contingentes, todo dentro del respeto de las competencias
judiciales y administrativas que acabamos de anotar. Para tal efecto el ordena-
miento jurídico permite, según las condiciones de cada caso, acudir a la acción de 496 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 94; Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 593.
cumplimiento, a la acción de tutela, a la acción popular, a la acción de grupo, a la La Corte Constitucional distingue entre los dos tipos de perjuicios. Véase Corte
Constitucional, tutela T-437 de 1992 citada por Sandra Lucía Rodríguez Rojas-
acción de nulidad y al proceso ordinario. Cada acción permite un determinado
Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., p. 74.
objetivo. 497 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 85; María del Carmen Sánchez-Friera González,
ob. cit., p. 229; Corte Constitucional, tutela T-437 de 1992 citada por Sandra Lucía
Pero una cosa es la acción preventiva ante los jueces, para tratar de impedir Rodríguez Rojas y Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., p. 74.
un daño contingente o potencial, y otra muy distinta, la acción en responsabilidad 498 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 87; María del Carmen Sánchez-Friera González,
ob. cit., p. 229.
civil para cobrar el daño ya causado, aunque, a menudo se dan en forma conjunta. 499 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 313; Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p.
En estos párrafos hemos de referirnos únicamente a la acción preventiva para 608. Véase Corte Constitucional, tutela T-171 de 1994, citada por Sandra Lucía
evitar o suprimir la contaminación que pueda afectar los derechos colectivos o los Rodríguez Rojas- Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., p. 74.
1238 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1239

este caso, las indemnizaciones pueden ser reclamadas en forma conjunta o separa- De acuerdo con el artículo 1o de la Ley 393 de 1997, toda persona tiene dere-
da, por todos los perjudicados. En estos casos, el derecho contemporáneo estable- cho al ejercicio de la acción de cumplimiento. Y no se requiere, como en la tutela,
ce las denominadas acciones de grupo o class actions (infra, T. I, 1266 y ss.) 500 • que .se esté amenazando un derecho fundamental. Basta el hecho objetivo del in-
cumplimiento de normas obligatorias para el Estado.
En consecuencia, mientras el daño colectivo afecta intangiblemente la cali-
dad de vida de todo un conglomerado, y la acción preventiva o reparadora debe Según el artículo 3° de la misma ley, son competentes para conocer de la
ser ejercida a nombre de la comunidad, el daño de grupo afecta a un número plural acción de cumplimiento los jueces y tribunales administrativos. No habiendo jue-
de víctimas, pudiendo cada una de ellas ejercer acciones preventivas, si por el ces administrativos, como ocurre actualmente, la segunda instancia será decidida
momento solo existe la amenaza de daño, o reclamar indemnización de su perjui- por el Consejo de Estado. En el caso concreto de la protección ambiental, la ac-
cio personal. Cuando se contamina la Bahía de Cartagena, toda la ciudad sufre un ción de cumplimiento se ejercerá contra las autoridades encargadas de cumplir y
daño que como tal es colectivo, en cuyo caso se ejerce por cualquier ciudadano hacer cumplir las normas correspondientes, de acuerdo con la Ley 99 de 1993. La
una acción popular (L. 472/98). Si un pescador se ve privado de su actividad como acción de cumplimiento procede también contra los particulares que, como órga-
consecuencia de la contaminación, su daño es individual y su indemnización la nos de la entidad obligada, se niegan a cumplir las normas, según lo establece el
logrará mediante una acción ordinaria; y si los perjudicados son varios pescadores artículo 6° de la Ley 393 de 1997.
determinados, estaremos ante un daño de grupo, cuya indemnización se logra aplicando
la Ley 472 de 1998 en el capítulo relativo a las acciones de grupo 501 • Finalmente cabe anotar que la acción de cumplimiento no procede contra los
particulares que estén contaminando. Contra éstos proceden las acciones de tute-
Vista la diferencia entre todos estos daños, en los párrafos que siguen, anali- la, cuando se atenta contra la vida; las acciones populares, cuando se trata de
zaremos las acciones judiciales para evitar cada uno de esos daños en materia prevenir un daño al ambiente sano o de reparar el ya causado; las de grupo, cuan-
ambiental. do se trata de lograr la indemnización de un mínimo de 20 perjudicados con un
mismo hecho de contaminación ambiental, o las acciones ordinarias de tipo
1) Acción de cumplimiento indemnizatorio, cuando el número de perjudicados es inferior a 20 ó cuando sien-
do más de 20, algunos de los perjudicados prefieren demandar por vía ordinaria.
PRINCIPIOS GENERALES

El artículo 87 de la Constitución de 1991 estableció la acción de cumplimien- ACCIÓN DE CUMPLIMIENTO Y ACCIÓN DE TUTELA

to por medio de la cual cualquier persona podrá acudir a la autoridad judicial para
el cumplimiento efectivo de una ley, en sentido genérico, o de un acto administra- Según el artículo 9° de la Ley 393 de 1997, la acción de cumplimiento no
tivo. Comprende pues los actos administrativos y las normas con carácter general procede cuando sea factible acudir a la acción de tutela. En consecuencia, de acuerdo
o abstracto, trátese de una ley propiamente dicha o de un decreto reglamentario. A con la jurisprudencia de la Corte ConstitucionaP 03 , cuando la contaminación am-
su turno, la Ley 99 de 1993, en su artículo 77, estableció, aunque sin desarrollarla, biental afecte un derecho fundamental como la salud o la vida de una persona en
la acción de cumplimiento en materia ambiental. Finalmente, la Ley 393 de 1997 concreto, lo procedente es la acción de tutela, mas no la de cumplimiento.
desarrolló en forma amplia los mecanismos judiciales que posibilitan el ejercicio
De otro lado, el mismo artículo 9° establece que el juez, cuando lo aplicable
de dicha acción, cualquiera sea la norma incumplida502 .
sea la acción de tutela, procederá a darle el trámite a ésta, así el actor manifieste
ejercer la acción de cumplimiento. En consecuencia, la acción de cumplimiento

500 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 313; Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p.
608.
501 Sobre la Ley 472 puede verse nuestra obra Las acciones populares y de grupo en 503 Véanse, entre otros, los siguientes fallos de la Corte Constitucional citados por
la responsabilidad civil. Baker & Mckenzie, 2001. Sandra Lucía Rodríguez Rojas- Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., pp. 74
502 Sobre la acción de cumplimiento en el derecho colombiano. Ver Jairo Enrique So- y ss.: T-171/94; T-163/93; T-254/93; T-405/93; T-92/93; T-171/94; SU-67/93 y
lano Sierra, ob. cit. T-422/94.
1240 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1241

sólo será procedente, en materia ambiental, cuando el daño aún no se haya cau- 1208.- RESPONSABILIDAD DEL ESTADO EN CASO DE INCUMPLIMIENTO
sado y siempre y cuando se trate de evitar el deterioro mismo del ambiente. Tra- DE LA LEY
tándose de daños ya causados al ambiente mismo, lo procedente es una acción
popular o una acción ordinaria; y tratándose de la amenaza al derecho fundamen- . Pero además de la acción de cumplimiento, el particular perjudicado por el
tal a la vida, como consecuencia de la contaminación, lo procedente es la acción inchmplimiento de normas ambientales podrá, pero por vía contencioso adminis-
de tutela, según lo ha decidido en forma reiterada y pacífica la jurisprudencia trativa y mediante el trámite de un proceso de reparación directa, demandar repa-
nacional. ración al Estado, si dicho incumplimiento le es imputable por acción u omisión y
es la causa del daño. En este caso, estaremos ante una falla del servicio. Ello
LA ACCIÓN DE CUMPLIMIENTO NO ES PROCEDENTE PARA RECLAMAR sucederá cuando, por ejemplo, las autoridades ambientales concedan una licencia
LA INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS ambiental o de construcción de un inmueble sin el lleno de los requisitos legales
y administrativos, cuando se nieguen a imponer las medidas correctivas que la
De acuerdo con el artículo 24 de la Ley 393, mediante la acción de cumpli- prudencia aconseje o a imponer las sanciones que por incumplimiento de dichas
miento no procede la indemnización de los perjuicios causados al medio ambiente normas le corresponden al titular de la licencia o permiso. Desde luego, nada
mismo o a los particulares como consecuencia de estos últimos, por el incumpli- impide a la víctima demandar también al particular responsable. Ahora, el Estado
miento de las normas incumplidas, en este caso, las ambientales. En tales circuns- podrá repetir contra el particular que ha causado el daño, si dicho particular es
tancias, la acción indemnizatoria sólo será procedente acudiendo a las acciones responsable de conformidad con la ley que reglamente la materia.
populares o de grupo, según el daño sea colectivo o grupal. Si no cabe ninguna de
estas dos acciones, lo procedente para una acción indemnizatoria sería el proceso
ordinario, si la demanda es contra el particular que contamina, o por medio de la 2) Acción de tutela
acción de reparación directa, si los daños son también imputables a la omisión de
las autoridades encargadas de hacer cumplir las normas, o a una entidad pública 1209.- PRINCIPIOS GENERALES
con cuya contaminación se produjo el daño.
El artículo 86 de la Constitución de 1991 consagró un principio que para bien
1206.- REQUERIMIENTO PREVIO y para mal ha revolucionado judicial y políticamente al país. Nos referimos a la
acción de tutela que, bajo ciertas condiciones, puede servir para la protección del
Según el artículo 8o de la Ley 393, la acción de cumplimiento sólo será pro- medio ambiente, según veremos más adelante.
cedente cuando previamente a la acción, el accionante haya reclamado directa-
mente a la autoridad incumplida y ésta haya persistido en el incumplimiento o no La finalidad de la acción de tutela es la de proteger en forma ágil y efectiva
haya respondido dentro de los diez días siguientes a la reclamación. los derechos fundamentales de las personas. El desarrollo legislativo de la citada
acción se produjo mediante el Decreto 2591 de 1991. En principio, la acción de
tutela procede contra cualquier autoridad pública por cuya acción u omisión se
1207.- LA ACCIÓN DE CUMPLIMIENTO NO REQUIERE LA EXISTENCIA
desconozca un derecho fundamental del actor. De otro lado, y según el inciso final
DE UN DAÑO
del artículo 86 de la Constitución Nacional, la acción de tutela también procede
contra los particulares frente a quienes el solicitante se encuentre en estado de
Para el ejercicio de la acción de cumplimiento de normas ambientales no es
requisito que dicho incumplimiento haya causado un daño a un particular o esté subordinación o indefensión.
dando lugar a la contaminación. Como medida preventiva, el actor puede solicitar
al juez que obligue a las autoridades ambientales a cumplir y a hacer cumplir las 1210.- LA ACCIÓN DE TUTELA Y LA PROTECCIÓN AMBIENTAL
normas de protección ambiental que no se estén cumpliendo, pues de no hacerlo,
con el paso del tiempo, el ambiente se puede deteriorar y, como consecuencia de En un comienzo, la jurisprudencia de la Corte Constitucional le negó toda
ello, se pueden producir daños individuales o colectivos. posibilidad a la protección ambiental mediante el ejercicio de la acción de tute-
1242 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1243

la504 . Tal solución, en principio, es correcta, pues para ello existen las accio- rio, para asegurar el goce efectivo del derecho así como el pago de las costas del
nes populares y las acciones de cumplimiento. Sin embargo, bien pronto, la alta proceso.
corporación varió su postura anterior y aceptó que cuando el deterioro del me-
dio ambiente afecta o puede afectar un derecho fundamental, como sería el dere- Pero la norma es tan confusa y tiene tantas restricciones que, en general, los
cho a la vida, la acción de tutela es procedente505 a condición de que se alle- tribunales, pese a conceder la tutela, rechazan la indemnización de perjuicios o,
gue prueba de ello, que se individualice la o las personas amenazadas 506 y que se simplemente, guardan silencio en relación con ellos. En materia ambiental, la
trate de prevenir un perjuicio irremediable507 . No basta pues invocar un daño co- situación es más categórica y se puede afirmar que la tutela sólo tiene por finali-
lectivo o invocar el simple deterioro del ambiente. Es preciso establecer la iden- dad prevenir o suprimir una actividad contaminante que daña y puede continuar
tidad de la persona cuya vida está en peligro como consecuencia de la contami- dañando al actor. En consecuencia, la indemnización de perjuicios de los particu-
nación. lares no es procedente por vía de tutela y debe ser perseguida por medio de la vía
ordinaria509 •
Adicionalmente, se requiere que se trate de la necesidad de evitar un perjui-
cio irremediable, pues de no ser así, es necesario acudir a otras vías judiciales 508 • 1212.- CONTRA QUIÉN SE EJERCE LA ACCIÓN DE TUTELA PARA LA PROTECCIÓN
DEL AMBIENTE
En conclusión, la amenaza de deterioro al medio ambiente como interés o
derecho colectivo no da lugar per se a la acción de tutela, mientras no vaya acom- La acción de tutela, para la protección del medio ambiente, con miras a la
pañada de una amenaza a un derecho fundamental de una persona en concreto. protección del derecho fundamental a la vida, puede ejercerse contra las autorida-
des ambientales encargadas de controlar, restringir o sancionar todo lo relaciona-
do con el medio ambiente.
1211.- LA ACCIÓN DE TUTELA Y LA INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS

Ahora, también procede contra el particular que esté contaminando, siempre


El artículo 25 del Decreto 2591 de 1991 consagra la posibilidad de que cuan-
y cuando el solicitante se encuentre, frente a ese particular, en estado de subordi-
do el afectado no disponga de otro medio judicial y la violación del derecho sea
nación o de indefensión. Generalmente, tratándose de contaminación ambiental,
manifiesta y consecuencia de una acción clara y abiertamente arbitraria, en
los efectos de ésta pueden ser tan devastadores que la simple negativa del agente
el fallo que conceda la tutela, el juez de oficio tiene la potestad de ordenar en
a cesar la contaminación deja al solicitante en estado de indefensión, pues mover
abstracto la indemnización del daño emergente causado, si ello fuere necesa-
otros mecanismos judiciales sería, por lo lento, inútil en la práctica. ¿Para qué le
sirve al vecino de una fábrica contaminante disponer de una acción ordinaria con-
tra el agente contaminador, si el proceso tarda cinco o seis años en decidirse y,
504 Véanse, entre otros, los siguientes fallos de la Corte Constitucional, citados y re- mientras tanto, la contaminación puede acabar con su vida? En consecuencia, nos
producidos por Sandra Lucía Rodríguez Rojas- Naryan Fernando Alonso Bejarano, parece que siempre es posible la acción de tutela contra los particulares si, pese a
ob. cit., p. 71: SU-67/93 y T-254/93.
la reclamación extrajudicial, el agente contaminante persiste en contami-
505 Véanse los siguientes fallos de la Corte Constitucional, citados y reproducidos por
Sandra Lucía Rodríguez Rojas- Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., p. 71: nar y el daño es inevitable mientras no se tomen con prontitud los correctivos del
T-171/94, SU-67/93, T-163/93, T-254/93, T-313/93, T-405/93 y T-92/93. caso 510 •
506 Véanse los siguientes fallos de la Corte Constitucional, citados y reproducidos por
Sandra Lucía Rodríguez Rojas- Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., p. 71:
T-171/94 y T-422/94.
507 Véanse los siguientes fallos de la Corte Constitucional, citados y reproducidos por 509 De hecho, la jurisprudencia guarda silencio en cuanto a los perjuicios, así acepte
Sandra Lucía Rodríguez Rojas- Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., p. 71: tutelar de acuerdo con las pretensiones del actor. Véase: CSJ, tutela 1479 de 17
C-531/93, T-437/92 y T-405/93. febrero de 1995 y tutela 1009 de 7 de julio de 1994.
508 Véanse los siguientes fallos de la Corte Constitucional, citados y reproducidos por 51 O Sin referirse expresamente al concepto de "indefensión", la Corte Suprema de Justicia
Sandra Lucía Rodríguez Rojas- Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., p. 71: aceptó una acción de tutela contra un particular. Véase CSJ, tutela 1009 de 7 de
C-531 /93, T-143/92 y T-405/93. julio de 1994.
1244 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1245

En fallo del 17 de febrero de 1995 (tutela 1479) la misma Corte Suprema 1215.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA
admitió en forma expresa que existía la indefensión entre particulares dado que la
ineficiencia del Estado en cumplir y hacer cumplir las normas ambientales permi- La Corte Constitucional fue inicialmente muy severa en cuanto a la existen-
tía al demandado acrecentar su actividad contaminadora.
ciay prueba del nexo causal entre la contaminación ambiental y la violación de un
derecho fundamental.
1213.- BASTA UN DAÑO POTENCIAL

En ese sentido, la máxima Corporación en Sentencia de tutela T -422 de 94,


La acción de tutela procede para efectos meramente preventivos cuando ha- dijo:
biéndose causado ya un daño al medio ambiente, la contaminación, de no suprimirse,
genera el riesgo de daños posteriores a la vida del particular demandante. Tam- "Del texto constitucional resulta como es lógico, que entre la acción u omi-
bién es procedente cuando, a pesar de no existir todavía daño al medio ambiente sión respecto de la cual se propone la tutela y el daño causado al derecho o el
el riesgo de que éste se produzca es inminente, poniendo en peligro la vida dei peligro que éste afronta exista un nexo de causalidad. En otros términos, la
particular511 • Lo que interesa pues es la amenaza de un atentado al derecho funda- protección judicial no tiene cabida sino sobre el supuesto de que el motivo de
mental a la vida. la lesión actual o potencial de derecho invocado proviene precisamente del
sujeto contra el cual ha sido incoada la demanda, bien por sus actos positi-
Ahora, según dijimos (supra, T. I, 1210), para que ese daño potencial dé vos, ya por negligencia que le sea imputable ... Pero claro está, la misma
lugar a la acción de tutela es indispensable que, de no existir dicho mecanismo, el jurisprudencia ha sido rotunda en declarar que las acciones de tutela así instau-
perjuicio sea irremediable. En consecuencia, si el daño no es inminente, el juez radas únicamente pueden prosperar en el entendido que hay 'una prueba fe-
deberá rechazar la tutela pues, para solucionar el problema, existen otros meca- haciente sobre el daño soportado por el solicitante o respecto de la amenaza
nismos, como serían las acciones de cumplimiento o las acciones populares. concreta por él afrontada en el campo de sus derechos fundamentales' y que
'igualmente deberá acreditarse el nexo causal existente entre el motivo ale-
1214.- DEBE EXISTIR UN NEXO DE CAUSALIDAD ENTRE LA CONTAMINACIÓN gado por el peticionario para la perturbación ambiental y el daño o amenaza
AMBIENTAL Y EL DAÑO REAL O POTENCIAL que dice padecer'.

Así las cosas, el juez debe tener la íntima convicción de que existe una rela- "En ese orden de ideas, no basta alegar que existe una determinada contami-
ción de causalidad entre la contaminación y el deterioro de la salud del solicitante. nación ambiental y ni siquiera probar que se sufre de una afección en cuya
No basta la simple potencialidad teórica del daño. virtud se corra el peligro de perder la vida si los dos elementos no están
vinculados de manera tal que el uno provenga necesariamente del otro.
Sin embargo, como veremos a continuación, la jurisprudencia de la Corte
Constitucional ha pasado por varias etapas en materia de tutela por contaminación "La circunstancia de hallarse y a la vez desenvolverse en un ambiente viciado
ambiental. En un primer momento, esa corporación negó la tutela por contamina- podría significar que la perturbación ambiental provoca el daño a la salud,
ción ambiental; luego, admitió esa posibilidad, exigiendo la prueba del nexo cau- pero esta es una mera probabilidad que no puede llevar al juez a la entera
sal como requisito para la procedencia de la acción; luego, la Corte prescindió de certidumbre sobre esa relación, por cuanto también podría ser que el mal
la prueba del nexo causal como requisito para la procedencia de la acción de tutela hubiese sido provocado por causas diferentes. Si se concediera la tutela sin
por contaminación ambiental; y finalmente, la Corte ha establecido que basta el probar el nexo causal -factor que, a juicio de la Corte, es definitivo para la
daño potencial para que proceda en esta materia la acción de tutela. prosperidad de la acción- el juez no estaría fundando su fallo en una convic-
ción sino apenas en una sospecha.

"Lo más grave es que la falta de seguridad del fallador podría conducir -en
511 Véase Corte Constitucional, T-437/92; Corte Suprema de Justicia, tutela 1479 de este como en cualquier momento del proceso- a un error judicial, es decir, a
17 de febrero de 1995.
la perpetración de una injusticia consistente en atribuir a determinado sujeto
1246 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1247

-aquel contra quien se instauró la tutela- la responsabilidad de la vulnera- demás disposiciones legales, se obtenga una recompensa o gratificación a
ción especifica del derecho constitucional fundamental de alguien" 512 (resal- título de reconocimiento por el fin altruista que motiva la preocupación de
tado fuera del texto). que prevalezca el interés general y se proteja el bienestar social.

De la misma manera, en Sentencia T-366 de 1993, M. P. Vladimiro Naranjo "Ahora bien, la Sala reconoce el hecho de que en diversas ocasiones, la pro-
Mesa, esta corporación tuvo oportunidad de precisar lo siguiente en relación tección que se pretende por medio de una acción popular, abarca, además, el
con las acciones populares: amparo de uno o varios derechos fundamentales de una determinada persona.
Tal es el caso del medio ambiente, la salubridad o el espacio público. Con-
"Por considerar que esta corporación ya se ha ocupado en repetidas oportuni- viene, entonces, remitirse a algunos de los pronunciamientos de esta corpo-
dades acerca de las características y alcances de las acciones populares, debe ración, con el fin de reafirmar que, a pesar de existir un medio de defensa
esta Sala tan solo señalar que ellas son un mecanismo consagrado en la Cons- judicial -como es el caso de las acciones populares-, es posible intentar una
titución y en la ley para la protección de los derechos e intereses colectivos, acción de tutela para la protección de los derechos constitucionales funda-
dentro de los cuales cabe destacar el patrimonio, el espacio público, el am- mentales que en cada caso se encuentren amenazados o vulnerados. Al res-
biente, la moralidad administrativa, la seguridad y la salubridad pública, se- pecto, ha dicho la Corte:
gún los términos del artículo 88 de la Carta Política. Con todo, es importante
sobre este es que señala de
advertir que la lista a que hace referencia la disposición constitucional men-
índLubUable que este derecho constitucional colectivo (gozar de
cionada, no reviste el carácter de taxativa sino, por el contrario, es meramen-
vincularse con la de otro derecho
te enunciativa, correspondiéndole al legislador asumir la tarea de definir otros
t"Uildatm{~nt:al como la la o la nnlriPOr'UH11in
derechos e intereses colectivos que podrán ser protegidos mediante la utiliza-
para obtener, por que establece el o ...1t...nll.-.
ción de este mecanismo jurídico.
Nacional, el amparo de uno y otros derechos de origen cmlstitucio~nal.
"Característica principal de este tipo de acciones, es que su ejercicio supone pues en estos casos prevalece la protección del derecho constitucional
la protección de un interés colectivo, es decir, de un interés que se encuentra fundamental y es deber del remover todos los obstáculos, ofensas y
en cabeza de una agrupación de individuos, lo que conlleva a la imposibili- amenazas que atenten contra éste. En estos casos, como se ha el
dad de enmarcarla dentro de un ámbito meramente subjetivo o particular. Sin juez al analizar la situación concreta que adquiera las señaladas caracte-
embargo, debe señalarse que se parte del supuesto de que cualquier persona rísticas de de un derecho constitucional fundamental deberá
perteneciente a un grupo o a una comunidad -dependiendo del caso-, puede ordenar la tutela que se reclama" (negrillas fuera de texto original).
acudir ante los jueces para defender a la colectividad afectada, con lo cual
logra, simultáneamente, proteger su propio interés. Adicionalmente, estos De lo anterior, se colige que no obstante que la acción de tutela ha sido con-
instrumentos jurídicos presentan como cualidad esencial, la de que su implemen- sagrada para proteger los derechos constitucionales fundamentales de carácter indi-
tación debe corresponder única y exclusivamente a una finalidad preventiva; vidual, es procedente intentar esta, cuando se trata de la presunta vulneración o
por tanto, jamás podrá intentarse una acción popular para lograr la reparación amenaza de un derecho relativo al ambiente sano, pues en estos casos, en pre-
de un daño causado por la acción o la omisión de una autoridad pública o de sencia de la conexidad de los derechos colectivos y fundamentales vulnera-
un particular. De igual forma, quien acuda ante las autoridades judiciales con dos, prevalece la acción de tutela sobre las acciones populares, convirtiéndose así
el fin de proteger un derecho colectivo, no podrá buscar un beneficio económi- en el instrumento judicial adecuado para el amparo oportuno de los derechos ame-
co o pecuniario, sin que ello obste para que, de conformidad con lo estableci- nazados.
do en las normas del Código Civil (arts. 1005 y 2359, entre otros) o en las
1216.- EL DERECHO AL AMBIENTE SANO

Conforme lo establece el artículo 79 de la Carta Fundamental, todas las per-


512 Co~te Constitucional, T-422/94 citada y reproducida por Sandra Lucía Rodríguez
RoJas - Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., pp. 83-84. sonas tienen derecho a gozar de un ambiente sano, constituyendo un deber del
1248 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1249

Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica (3); fomentar la educación ambiental (4); pla-
especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de dichos nificar el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, para garanti-
fines. zar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución (5);
prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental (6); imponer las san-
Este derecho se concibe como un conjunto de condiciones básicas que rodean ciones legales y exigir la reparación de los daños causados al ambiente (7); y,
a la persona y le permiten su supervivencia biológica e individual, lo cual garan- cooperar con otras naciones en la protección de los ecosistemas situados en
tiza a su vez su desempeño normal y su desarrollo integral en el medio social. En las zonas fronterizas (8) (C. P., arts. 79 y 80). Por otra parte, la Carta estable-
este sentido, el ambiente sano es un derecho fundamental para la supervivencia de ce que el saneamiento ambiental es un servicio público a cargo del Estado
la especie humana; sin embargo, la vulneración del mismo conlleva en determina- (C. P., art. 78).
dos casos, al quebrantamiento de derechos constitucionales fundamentales como
"En virtud del "Convenio sobre la Diversidad Biológica", suscrito en Río de
la vida o la salud. Por consiguiente, como lo dispuso el constituyente de 1991, el
Janeiro en 1992, y de la Ley 165 de 1994, aprobatoria del mismo, Colombia
Estado debe garantizar el derecho a gozar de un ambiente sano y adoptar las me-
contrajo el compromiso ·internacional de proteger la diversidad e integridad
didas encaminadas a obtener el mejoramiento de la calidad de vida de la población
del ambiente y de conservar las áreas de especial importancia ecológica, en-
y el aseguramiento del bienestar general, a fin de evitar que se causen daños irre-
tre otras cosas, obligándose a explotar sus recursos naturales de manera que
parables a la persona, ya que en tales circunstancias, dicho derecho es susceptible
no se perjudique el equilibrio ecológico. La Corte, mediante Sentencia C-519
de ser protegido, como se ha expuesto, a través del ejercicio de la acción de tutela.
de noviembre 21 de 1994, declaró exequible el convenio y la Ley 165 de
1994".
Acerca de la naturaleza y definición del mismo, cabe recordar lo expresado
por esta corporación en Sentencia C-328 de 1995, M. P. Eduardo Cifuentes Muñoz: "Igualmente se expresó en la misma providencia, que:
"No en vano el constituyente elevó el interés colectivo por el ambiente sano "Uno de los mecanismos técnicos de que dispone el Estado para el cumpli-
al rango de derecho constitucional. La conservación de los recursos natura- miento de su deber de prevenir y controlar el deterioro ambiental (C. P., art.
les y de los ecosistemas, es necesaria para garantizar la vida y la salud de 80), es el estudio de impacto ambiental que debe llevar a cabo quien planee
todos. Por su naturaleza de derecho colectivo, el ambiente goza de mecanis- realizar una obra o actividad que pueda afectar el ambiente. Las facultades de
mos constitucionales específicos para su defensa, como son las acciones po- prevención y control, permiten a la autoridad fijar los términos de referencia
pulares (C.P., art. 88) y los deberes calificados, en cabeza del Estado, para su de los estudios de impacto ambiental.
protección.
"Las entidades públicas promotoras o constructoras de obras públicas, deben
( ... ). ceñirse a los parámetros definidos en el artículo 57 de la Ley 99 de 1993.
Sólo así, la administración está en capacidad de evaluar si la persona o enti-
"La protección del ambiente sano y de los recursos naturales es un deber del dad, pública o privada, ha tenido en cuenta todas las consecuencias de la
Estado y de los particulares (C.P., arts. 8°, 58 y 95). En virtud de expreso intervención en el ambiente y ha elaborado los planes adecuados, necesarios
mandato constitucional (C.P., arts. 49, 79, 80 y 334) y de compromisos inter- y suficientes para controlar sus efectos.
nacionales contraídos por Colombia (Convención sobre diversidad biológi-
ca, art. 14), corresponde al Estado cumplir una serie de deberes específicos ( ... ).
en materia ambiental, que ninguna ley, por importante que parezca, puede
desconocer. "La licencia ambiental es el acto administrativo de autorización que otorga a
su titular el derecho de realizar una obra o actividad con efectos sobre el
"La Constitución impone al Estado los deberes especiales de garantizar la ambiente, de conformidad con las condiciones técnicas y jurídicas establecí-
participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectar el am- das previamente por la autoridad competente. La licencia ambiental es esen-
biente (1); proteger su diversidad e integridad (2); conservar las áreas de cialmente revocable.
1250 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1251

"La razón de ser de las licencias ambientales es la protección de los derechos "Todo lo anterior, se repite, consagra el ambiente sano como un derecho
individuales y colectivos. Corresponde a las autoridades públicas velar por colectivo, y le otorga unos mecanismos y estrategias de defensa particulares
estos derechos, en particular cuando el riesgo de su vulneración aumenta y plenamente identificables".
debido al desarrollo de actividades riesgosas".
"Sin embargo, el derecho que le asiste a todas las personas de gozar de un
"Acorde con lo anterior, en Sentencia T-366 de 1993, igualmente se anotó: ambiente sano, no puede entenderse como una prerrogativa absoluta que im-
plique la asistencia única y exclusiva de las autoridades estatales. Si bien las
"El artículo 79 de la Carta Política consagra el derecho de todas las personas personas gozan de instrumentos jurídicos precisos para lograr el amparo de
a gozar de un ambiente sano y la posibilidad de que la comunidad, de confor- este derecho, como es el caso de las "acciones populares para la protección
midad con las previsiones legales, pueda participar en las decisiones que de los derechos colectivos y del ambiente" (C.P., art. 88), la Constitución
puedan afectarlo. Se trata, pues, de una protección que responde a una pre- también se ha encargado de señalar algunos deberes y obligaciones de los
ocupación universal, por cuanto afecta igualmente a todos los Estados, a to- asociados frente a los asuntos de orden ambiental; tal es el caso del deber de
das las comunidades y, por ende, a todos los hombres. En cuanto a la natura- toda persona de "proteger las riquezas culturales y naturales de la Nación"
leza y alcances de este derecho, ha dicho la corporación: (C.P., art. 8°), de "obrar conforme al principio de la solidaridad social, res-
pondiendo con acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro
"El derecho al medio ambiente no se puede desligar del derecho a la vida y a la vida o la salud de las personas" (C.P., art. 95-2); y, principalmente, de
la salud de las personas. De hecho, los factores perturbadores del medio ambiente "velar por la conservación de un ambiente sano" (C.P., art. 95-8)".
causan daños irreparables en los seres humanos y si ello es así habrá que
decirse que el medio ambiente es un derecho fundamental para la existencia "De la misma manera, en la Sentencia T-284 de 1995, M. P. Antonio Barrera
de la humanidad. A esta conclusión se ha llegado cuando esta Corte ha eva- Carbonen, proferida por la Sala Plena de esta corporación en relación con el
luado la incidencia del medio ambiente en la vida de los hombres y por ello derecho al ambiente sano y su carácter de fundamental, se precisó lo siguiente:
en sentencias anteriores de tutelas, se ha afirmado que el derecho al medio
ambiente es un derecho fundamental". "El derecho al ambiente sano no tiene el carácter de fundamental, es un dere-
cho colectivo suséeptible de ser protegido a través de las acciones populares.
"El Constituyente de 1991, quiso establecer un marco jurídico adecuado para Sin embargo, cuando en razón de la acción o la omisión de las autoridades
la debida atención de este asunto; por ello señaló como una responsabilidad públicas o de un particular se amenacen o vulneren derechos fundamentales
de orden estatal, la de atender el servicio público de saneamiento ambiental, (vida, integridad física, salud u otros), e igualmente se afecte el derecho que
conforme a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad (C.P., tienen las personas de gozar de un ambiente sano, es posible accionar en
art. 49,). Puede decirse, entonces, que las obligaciones del Estado en relación tutela, tanto para la defensa directa de aquéllos como de éste.
con la preservación, conservación y protección del medio ambiente, apuntan,
todas ellas, a un mismo fin: el mejoramiento de la calidad de vida de lapo- ( ... ).
blación y el aseguramiento del bienestar general (art. 366).
"La situación ambiental, derivada principalmente del problema sanitario que
"Sobre el particular, ha señalado la Corte: afecta a toda la isla de San Andrés, conduce a establecer no sólo la existen-
cia de la vulneración del derecho que tienen los peticionarios de la tutela a
"Al derecho a un ambiente sano, se le asigna a su vez la condición de servicio gozar de un ambiente sano, sino la conexidad de dicha transgresión con la
público, y constituye, por lo mismo, junto con la salud, la educación y el amenaza de violación de los derechos fundamentales a la salud, a la integri-
agua potable, un objetivo social, cuya realización se asume como una prio- dad física y a la vida de los peticionarios e igualmente de todos los habitantes
ridad entre los objetivos del Estado y significa la respuesta a la exigencia de dicha isla. Si bien el derecho a disfrutar de un ambiente sano se halla
constitucional de mejorar la calidad de vida de la población del país (C.P., reconocido como un derecho colectivo que se ampara a través de las acciones
art. 366). populares, cuando su violación, como en el presente caso, se encuentra liga-
1252 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1253

da a su vez a la violación de derechos fundamentales, procede la acción de cionales como un derecho fundamental, que comparte la misma característi-
tutela como mecanismo judicial indirecto de protección del referido derecho ca jurídica de este. El derecho a la vida, como lo señala el artículo 11 de la
colectivo.
Carta, es inviolable e inalienable y goza de la protección del Estado como
"Ahora bien, del mandato constitucional consagrado en el artículo 79, se valor y derecho primordial e insustituible del cual es titular todo ser humano.
colige que es responsabilidad del Estado atender y garantizar la prestación
"De esta manera, si el derecho a la vida es fundamental, los derechos que
efectiva del servicio público de saneamiento ambiental, conforme a los prin-
esencialmente se derivan de él, como la salud, también lo son necesariamente
cipios de universalidad y solidaridad. Todas esas obligaciones están dirigi-
bajo ciertas condiciones, y en razón de su conexidad, emergen como funda-
das a la preservación, conservación y protección del medio ambiente, a fin de
mentales cuando su amenaza o vulneración representan peligro o daño al
obtener el mejoramiento de la calidad de vida de la población y el asegura-
derecho a la vida, de manera que es preciso ampararlo para proteger aquel.
miento del bienestar general, según lo determina el artículo 366 de la Carta
Fundamental.
"En lo concerniente al derecho a la salud, se reitera así su carácter primor-
"Así mismo, la Carta Política consagra los deberes y obligaciones que tienen dialmente prestacional, pues al lado del deber correlativo que tiene toda per-
los asociados frente al ambiente, entre los cuales se encuentra aquel según el sona de procurar el cuidado integral de su salud y la de su comunidad, se
cual le corresponde a toda persona, para proteger las riquezas culturales y encuentra el del Estado de garantizar su cumplimiento a través del suministro
naturales de la Nación (C.P., art. 8°), obrar conforme al principio de solida- de prestaciones concretas en esta materia.
ridad (C.P., art. 93-2) y velar por la conservación de un ambiente sano (C.
"Así se expresó la Corte en Sentencia T-484 de 1992, M. P. Fabio Morón
art. 95-8).
Díaz, respecto a los alcances jurídicos del derecho a la salud:
"En relación con la obligación de evaluar el impacto ambiental y reducir al
"El derecho a la salud conforma, en su naturaleza jurídica, un conjunto de
mínimo sus efectos, el artículo 14 del Convenio sobre la Diversidad Biológi-
elementos que pueden agruparse en dos grandes bloques: el primero, que lo
ca suscrito en Río de Janeiro en 1992, ratificada por Colombia, establece:
zm.mr,lru:a como un derecho a la de manera
"Cada parte contratante, en la medida de lo posible y según proceda: que atentar contra la personas
Por estos aspectos, el a la un
a) Establecerá procedimientos apropiados por los que se exija la evalua- unaalrne,nw~t. El segundo bloque de elementos, sitúa el derecho a la salud
ción del impacto ambiental de sus proyectos propuestos que puedan tener con un carácter asistencial, ubicado en las referencias funcionales del deno-
efectos adversos importantes para la diversidad biológica, con miras a evitar minado Estado social de derecho, en razón de que su reconocimiento impone
o reducir al mínimo esos efectos y, cuando proceda, permitirá la participa- acciones concretas. La frontera entre el derecho a la salud como fundamental
ción del público en esos procedimientos ... ". y como asistencial es imprecisa y sobre todo cambiante, según las circuns-
tancias de cada caso, pero en principio, puede afirmarse que el derecho a la
"Con respecto al deber de prevención y control del deterioro ambiental, es
salud es fundamental cuando está relacionado con la protección a la vida. Los
preciso destacar que este se ejerce, entre otras formas, a través del otorga-
derechos fundamentales, solo conservan esta naturaleza, en su manifestación
miento, denegación o cancelación de licencias ambientales por parte del Es-
primaria, y pueden ser objeto allí del control de tutela" (negrillas fuera de
tado. Solamente el permiso previo de las autoridades competentes hace jurí-
texto original).
dicamente viable la ejecución de obras o actividades que puedan tener efec-
tos potenciales sobre el ecosistema. "Igualmente, en cuanto al derecho a la salubridad pública, el cual se concreta
en la salud de cada uno de los asociados, esta corporación en la Sentencia T-
"El derecho a la a la salud y a la 366 de 1993 señaló que:
"Como lo ha sostenido igualmente esta corporación, la salud constituye un "Puede decirse, entonces, que salubridad significa el acto de ser de la salud,
factor integrante del derecho a la vida, reconocido en los preceptos constitu- es decir, el acto por medio del cual el ser orgánico ejerce normalmente todas
1254 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1255

sus funciones. No se trata, pues, de una manifestación potencial, sino de una edad, se predique la existencia de una conexidad necesaria. En los restantes
actual. eventos en los cuales se afecte uno o varios derechos constitucionales no
fundamentales, la tarea del juez constitucional consiste en demostrar la lla-
"Ahora bien, al ser la salubridad pública una noción que implica la realiza-
mada "conexidad eventual", a fin de dar curso al amparo constitucional soli-
ción total de la salud, supone la presencia previa de la salud individual. En
citado.
consecuencia, resulta aplicable el principio de que la lesión de la parte afecta
la del todo; así mismo, la lesión del todo (salubridad) es necesariamente la
"3. En el caso que dio lugar a la sentencia de la cual me aparto, quedó
lesión de la parte (salud individual). Si hay una vulneración grave e inminen-
demostrada la vulneración del derecho al medio ambiente. Por su parte, la
te de la salubridad pública, puede suponerse que la parte que tenga un interés
violación del derecho colectivo a la salubridad pública, generada por las omi-
legítimo en restablecer un derecho que, si bien es cierto es colectivo, también
siones de las autoridades locales, habría podido acreditarse. Sin embargo,
la afecta como singularidad, única e irrepetible. Cabe recordar que, tal como
nunca se demostró -lo que no significa que, a la postre no resulte cierta-, la
lo ha manifestado esta corporación para el caso de la protección de derechos
afectación del derecho fundamental a la vida de los habitantes de las pobla-
colectivos como el medio ambiente o el espacio público, los mecanismos de
ciones comprometidas.
amparo de esos derechos establecidos en el artículo 88 de la Carta Política
(acciones populares), no son óbice para que, en el caso de encontrarse la "En efecto, después de una larga exposición sobre la necesidad de probar la
vulneración de un derecho constitucional fundamental de una persona en par- relación de conexidad entre el medio ambiente, la salubridad pública y la
ticular, pueda acudirse a los instrumentos jurídicos correspondientes, como salud con el derecho a la vida -único derecho fundamental que, al parecer,
es el caso de la acción de tutela". resultaría afectado-, la sentencia se limita a suponerla o presumirla. Basta
verificar que la mayoría tan sólo expresa que "resulta evidente que al lado
Y en salvamento de voto, el magistrado Eduardo Cifuentes Muñoz, mani-
del interés colectivo perseguido, se encuentran comprometidos derechos fun-
festó:
damentales individuales de carácter constitucional, como lo son el derecho a
"Salvamento de Voto la vida, a la salud y a la salubridad pública ( ... )", sin aportar ninguna prueba
que fundamente su aserto.
"1. Por las razones que brevemente expongo, con todo respeto, me aparto
de la Sentencia SU-442 de 1997. A mi juicio, en la citada decisión la Corte "4. Los hechos probados, como el desbordamiento en algunas áreas de aguas
dejó de demostrar los presupuestos básicos de procedencia de la acción de residuales, la expedición irregular de licencias de construcción, la deficiente
tutela y se apartó, sin siquiera indicar la razón para ello, de la doctrina cons- recolección y tratamiento de basuras, y la existencia de partículas de carbón
titucional vigente, fundada en la evolución que ha sufrido la jurisprudencia en el aire, pueden dar lugar a graves problemas ambientales que, eventual-
constitucional desde 1992. mente, podrían afectar los derechos fundamentales -como la vida, el mínimo
vital o la integridad- de los miembros de la comunidad. Sin embargo, para
"2. La acción de tutela sólo procede contra acciones u omisiones que vul- que proceda la acción de tutela es requisito necesario demostrar tal afecta-
neren o amenacen los derechos fundamentales. La Corte ha indicado, reitera- ción y no, simplemente, suponerla.
damente, que los derechos constitucionales al medio ambiente, a la salud y a
la salubridad pública son, en principio, derechos constitucionales no fundamen- "Se imponía entonces profundizar la actividad probatoria y aguzar el análisis
tales. Sin embargo, su afectación podría, por conexidad, comprometer algu- constitucional, a fin de demostrar, como lo exige la Constitución, que las
no de estos últimos. En este evento, el juez constitucional debe demostrar la condiciones de perturbación del medio ambiente en Santa Marta y las pobla-
relación de conexidad entre el derecho constitucional claramente violado y ciones aledañas comprometen o amenazan, ciertamente, los derechos funda-
los derechos fundamentales que serían protegidos. mentales de sus habitantes.

"La doctrina consolidada de esta corporación acepta que sólo en casos como "5. Pero la sentencia no sólo omite demostrar el aspecto central que le per-
el derecho a la educación y a la seguridad social de las personas de la tercera mite al juez constitucional proceder a conceder el amparo -la conexidad-,
1256 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1257

sino que la propia mayoría entra en una grave contradicción interna y con la las normas industriales y las directrices señaladas por las autoridades, dete-
doctrina constitucional vigente. riorando el ambiente por encima de los niveles autorizados "' 513 .

"En efecto, según una parte de la sentencia, apoyada en reiterada jurispru- En nuestro concepto, tal solución le recorta enormemente los beneficios a la
dencia de esta corporación, los derechos a la salud y a la salubridad pública acción de tutela. En efecto, puede suceder que, pese a que el demandado cumpla
no son derechos fundamentales cuyo amparo pueda solicitarse a través de la con todas las normas ambientales, la contaminación sea de tal magnitud que se
acción de tutela. No obstante, en otros fragmentos de la decisión, uno de vea amenazado algún derecho fundamental del demandante. Y sería absurdo ne-
ellos arriba transcrito, la mayoría dice proteger "el derecho fundamental a la gar la tutela bajo el argumento de que el demandado cumple con las normas am-
salud y a la salubridad pública". La Corte debe hacerse cargo de preservar su bientales. Es allí, justamente, donde la fuerza filosófica de la tutela toma su impe-
tradición jurisprudencia!, lo que incluye su modificación cuando ello se im- rio. Lo más sensato sería, en circunstancias semejantes, tutelar transitoriamente al
ponga en el plano argumental o lo exija el cambio de las circunstancias. Lo demandante, ordenando a las autoridades ambientales para que éstas, si es del
que, sin embargo, nunca debe hacer es incurrir en las contradicciones que se caso, modifiquen las exigencias y correctivos que la situación amerite.
anotan, y, por el simple afán de tutelar derechos, dejar de distinguir cuáles
son fundamentales y cuáles no lo son".
1218.- QuÉ PUEDE ORDENAR EL JUEZ DE TUTELA

En nuestro concepto, la opinión del salvamento de voto es la correcta, pues Resulta particularmente delicado el problema consistente en saber qué deci-
de aprobarse la decisión mayoritaria, en la práctica, la acción de tutela siem- siones debe y puede tomar el juez que conoce la acción de tutela para proteger el
pre será procedente en caso de contaminación ambiental, pues basta demostrar derecho fundamental a la salud o a la vida, cuando éstos se ven amenazados por la
que teóricamente es posible que la contaminación atente contra un derecho funda- contaminación del medio ambiente. A este punto ya nos hemos referido en senti-
mental. do general al analizar las medidas preventivas ante las autoridades ambientales
(supra, T. I, 1189 y ss.). Esas soluciones son aplicables por el juez de tutela cuan-
1217.- LA TUTELA CUANDO EL DEMANDADO CUMPLE LAS NORMAS do es él el encargado de exigir los correctivos del caso.
AMBIENTALES
Generalmente, los solicitantes de la tutela pretenden el cierre o clausura de la
Un problema particularmente delicado se presenta cuando la acción de tutela fuente contaminante. Sin embargo, esa solución sólo sería posible cuando el per-
se instaura contra una persona que está contaminando y amenaza un derecho fun- juicio fuese irremediable, no existiese otro mecanismo de protección y siempre y
damental, pero tiene licencia ambiental y cumple rigurosamente las normas pres- cuando el cierre fuese eminentemente transitorio.
critas. El problema consiste en saber si, en tales circunstancias, la tutela es proce-
Así las cosas, ante la amenaza inminente de un daño a la salud o a la vida
dente, siempre que se llenen todos los demás requisitos procesales del amparo.
como consecuencia de la contaminación ambiental, el juez no podrá limitarse a
exigir, en forma categórica y abstracta al demandado, que deje de contaminar, sin
Hasta donde hemos investigado, la jurisprudencia nacional sólo admite la
tener en cuenta las consecuencias sociales de su decisión, la existencia de una
acción de tutela cuando el demandado está incumpliendo las normas ambientales,
licencia ambiental o la ubicación de la fuente contaminante. Por el contrario, el
de donde habría que deducir que la tutela no es procedente si el demandado cum-
juez de tutela evaluará el costo social y económico de las medidas que se deban
ple las citadas normas. En ese sentido, una sentencia de tutela de la Corte Supre-
tomar (supra, T. I, 1198). Así, por ejemplo, si las circunstancias lo permiten,
ma de Justicia (Exp. 1908, feb. 9/95) reproduce una sentencia de tutela de la Corte
podrá ordenar no el cierre de la fuente contaminante, ya que esa no es su compe-
Constitucional (T -573/93) que, al respecto expresa:
tencia, sino la reubicación transitoria o definitiva de las personas amenazadas con
"Ha sostenido la Corte Constitucional que: 'cuando una persona acude a la la contaminación. También podrá ordenar la construcción de medidas físicas pro-
acción de tutela argumentando que la expulsión de desechos industriales ori-
ginados en el proceso productivo de una empresa vulnera el derecho a un
medio ambiente sano, debe demostrar: a) que la empresa no ha cumplido con 513 CSJ, Cas. civ., 9 de febrero de 1995, exp. 1908, M.P. Nicolás Bechara Simancas.
1258 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1259

tectoras, si el apremio lo permite. Todo ello a costa del agente contaminador. Pero si última ley regula no solo el ejercicio de las acciones populares y de grupo de
la reubicación es imposible material y económicamente y la amenaza del daño no acuerdo con el objetivo central descrito y regulado en sus disposiciones, sino
permite esperar que la autoridad ambiental tome las medidas que le corresponden, también las acciones populares ya existentes a la fecha de su entrada en vigencia,
el juez podrá ordenar el cierre transitorio de la fuente contaminante, hasta que la entre ellas las contempladas en los artículos 1005 y 2359 del Código Civil. Tam-
autoridad administrativa correspondiente adopte las medidas definitivas aconse- bién se aplican sus procedimientos a la citada Ley 9a de 1989, al Decreto 2303 de
jables. Inclusive, la jurisprudencia a menudo ordena a las autoridades ambientales 1989 y al Decreto 2400 del mismo año, relativos todos a la protección del medio
el cumplimiento de tales medidas, así la tutela no esté dirigida contra ellas. ambiente. Es decir que, desde el punto de vista procesal, la acción popular para
proteger al medio ambiente se rige por lo dispuesto en la Ley 472 de 1998, y las
Finalmente, si de todas maneras, en forma equivocada, el juez de tutela orde- anteriores acciones populares relativas al mismo tema, conservan su vigencia en
na el cierre de la fuente contaminante, pensamos que si el agente implementa el aquello que no contradice lo dispuesto en esta ley.
máximo de medidas preventivas, la autoridad ambiental, sin violar el principio de
la cosa juzgada, tiene facultades para otorgarle una nueva licencia ambiental, so- En este literal trataremos de analizar esta última ley, no sólo frente al daño
bre todo, si desde el punto de vista social y económico (desempleo), el cierre es contingente que afecta intereses y derechos colectivos, sino también particulares.
perjudicial y el derecho a la vida del solicitante queda suficientemente protegido.
1220.- ACCIONES POPULARES POR DAÑO CONTINGENTE A INTERESES
Insistimos en este punto, pues la acción de tutela crea el peligro de que en un Y DERECHOS COLECTIVOS
momento dado, los propietarios de un gran complejo industrial o la autoridad
ambiental, por respeto a la tutela, decidan cerrar el establecimiento en forma de- El artículo 2° de la Ley 472 de 1998 establece que las acciones populares
finitiva porque así lo decidió, con efectos de cosa juzgada, un juez de la Repúbli- "son los medios procesales para la protección de los derechos colectivos". Y el
ca, dejando sin empleo a miles de personas. Sobre todo, si en el caso concreto, literal a) del artículo 4° de la misma ley define como interés o derecho colectivo
existen otros mecanismos de protección efectiva del derecho a la vida, sin necesi- "el goce de un ambiente sano, de conformidad con lo establecido en la Constitu-
dad de cerrar un establecimiento que tiene una licencia ambiental. Es ese temor el ción, la ley y las disposiciones reglamentarias". Finalmente, el literal g) de la
que nos lleva a pensar que el cierre del establecimiento es competencia de las misma disposición considera como derecho o interés colectivo "la seguridad y
autoridades ambientales, a menos, repetimos, que el cierre sea transitorio, mien- salubridad públicas".
tras se garantiza el derecho amenazado.
En consecuencia, podemos concluir que en Colombia, la Ley 472 de 1998
permite a cualquier ciudadano interponer acciones populares para obligar a los
3) Acciones populares particulares o al Estado a suprimir actividades que atenten contra el ambiente
sano como interés o derecho colectivo.
1219.- LEGISLACIÓN APLICABLE

ACCIONES POPULARES POR DAÑO CONTINGENTE A LOS DERECHOS


Los artículos 1005 y 2359 del Código Civil consagran las denominadas ac-
DE LOS PARTICULARES
ciones populares que tienen por finalidad impedir la consumación de un daño
contingente. De su lado, la Ley 9a de 1989, el Decreto Ley 2303 de 1989 y el Pero curiosamente, la Ley 472, al regular las acciones de grupo, en el artículo
Decreto 2400 de 1989, regularon, en forma específica, las acciones populares ten- 3°, las definió como aquellas ejercidas por un número plural de personas, pero
dientes a la protección del medio ambiente. Por otra parte, la Constitución de únicamente con el fin de obtener el reconocimiento y pago de la indemnización de
1991, en su artículo 88, consagró en forma definitiva las acciones populares y las
los perjuicios efectivamente causados.
de grupo514 , las cuales fueron reglamentadas mediante la Ley 472 de 1978. Esta
Es decir, de entrada, las acciones populares fueron establecidas para evitar el
daño contingente a un derecho colectivo, mientras que las acciones de grupo se
514 Sandra Lucía Rodríguez Rojas- Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., p. 84. establecieron para reclamar indemnizaciones de daños a un número plural de per-
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1261
1260 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

sorras. Así las cosas, pareciera que las acciones populares no permiten a los par- que la contaminación amenace el equilibrio ecológico, para que la acción popular
ticulares en forma agrupada o individual, demandar para tratar de evitar un daño sea procedente a nombre de la colectividad. De allí que cualquiera persona esté legi-
516
contingente a sus intereses individuales, puesto que éstos sólo podrían reclamar timada para interponer dichas acciones, así esa persona no sea vecina dellugar •
indemnización por los daños ya causados.
1223.- TRÁMITE JUDICIAL
Sin embargo, el artículo 45 de Ley 472 afirma que "continuarán vigentes las
acciones populares consagradas en la legislación nacional, pero su trámite y pro- En los párrafos que siguen analizaremos los principios básicos para el ejerci-
cedimientos se sujetarán a la presente ley". Y resulta que el artículo 2359 del cio de las acciones populares para suprimir la amenaza a la contaminación del
Código Civil consagra una acción popular por daño contingente en favor de cual- medio ambiente. Más adelante (infra, T. I, 1249 y ss.) nos referiremos a la forma
quiera persona que vea en peligro sus propios derechos. De acuerdo con ello, de indemnizar los daños individuales y colectivos que se deriven de dicha conta-
podemos afirmar que las acciones populares previstas en la Ley 4 72 también son minación.
aplicables en caso de amenaza a los derechos de los particulares. Y si se llegare a
la conclusión de que no es aplicable la Ley 4 72 a los daños contingentes de los • Á<Ó .......... - - LA ACCIÓN POPULAR NO EXIGE CULPA PROBADA DEL DEMANDADO
particulares, de todas formas, los artículos 1005 y 2359 conservarían su vigencia,
así sea acudiendo a procedimientos más lentos para su aplicación. Ahora, en un El doctor Germán Sarmiento Palacio517 expresa que, mientras la acción por
método de interpretación garantista como el impuesto por la Corte Constitucional daño contingente del artículo 2359 del Código Civil sólo es procedente si hay
a partir de 1991 no vemos cómo pueda un juez negarse a aplicar la Ley 472 para culpa del agente contaminante, la del artículo 1005 no tiene esa restricción. Sin
evitar un daño contingente a un derecho, sobre todo si ese derecho tiene rango embargo, creemos que tampoco la del artículo 3259 exige la culpa, por lo menos
constitucional como sería el derecho a la propiedad. ¿Tendría la frialdad un juez en la práctica. En efecto, en la medida en que la contaminación ambiental es una
de rechazar una acción preventiva por daño contingente basada en la Ley 472, a actividad peligrosa, la culpa probada no es requisito para el triunfo de la preten-
favor de un particular dueño de una casa vecina a una construcción, a sabiendas de sión así ésta sea meramente preventiva.
que si transcurren pocos días el edificio nuevo terminará por derrumbar la casa
amenazada? 1225.- RELACIONES ENTRE LA ACCIÓN DE TUTELA Y LAS ACCIONES POPULARES

Así las cosas, la Ley 472 de 1998 se aplicará cuando se dañe o se amenace y a hemos visto que, en materia de contaminación ambiental, la acción de
dañar al medio ambiente como derecho colectivo, y cuando el daño o la amenaza tutela sólo es procedente cuando con la contaminación se esté amenazando un
de daño al medio ambiente a su turno, amenace los derechos de los particulares derecho fundamental. Y que las acciones populares proceden para evitar el dete-
aunque no se trate de derechos fundamentales, como cuando los materiales utili- rioro del medio ambiente así no se atente contra un derecho de esa naturaleza.
zados en una construcción emitan sustancias que amenacen exclusivamente la Ahora, creemos que cuando la contaminación atente contra un derecho fundamen-
vida de los animales de un vecino. tal, la víctima tiene la opción de ejercer la acción de tutela o la acción popular
prevista en la Ley 472 de 1998.
1222.- BIEN PROTEGIDO: EL EQUILIBRIO ECOLÓGICO O EL PATRIMONIO
DE LOS PARTICULARES 1226.- TRÁMITE PREFERENCIAL

Mientras que la acción de tutela requiere que el deterioro ambiental amenace De acuerdo con el artículo 6° de la Ley 472 de 1998, las acciones populares
el derecho fundamental a la vida de alguien en particular, las acciones populares preventivas para que se suprima la amenaza al medio ambiente se tramitarán con
tienen por finalidad proteger el ambiente sano, como bien en sí mismo considera-
do, así no se trate de evitar un daño a algún derecho fundamentaP 15 . Basta pues,
516 Sandra Lucía Rodríguez Rojas- Naryan Fernando Alonso Bejarano, ob. cit., p. 86.
517 Germán Sarmiento Palacio. Las acciones populares en el derecho privado colom-
515 Véase Corte Constitucional, SU-67/93. biano. Banco de la República, Bogotá, 1988, p. 72.
1262 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1263

preferencia a las demás que conozca el juez competente, excepto el recurso del pondientes a efectuar, por ejemplo, una tala de árboles. Y si fue que se produjo
hábeas corpus, la acción de tutela y la acción de cumplimiento. daño real a los vecinos con la contaminación no autorizada estos, si son al menos
20, podrán ejercer una acción de grupo para cobrar su indemnización, o si son
CONTRA QUIÉN SE PUEDE EJERCER LAS ACCIONES POPULARES menos, los demandantes podrán acudir a una acción ordinaria.

Según el artículo 9o de la Ley 472 de 1998, la acción popular por contamina- 1230.- ACCIONES POPULARES CUANDO SE ESTÁ CONTAMINANDO
ción a~biental se puede ejercer contra toda persona particular o pública que esté CON AUTORIZACIÓN JUDICIAL
contammando a amenazando contaminar el medio ambiente.
Aparentemente, las acciones populares no son procedentes cuando quien está
1228.- QUIÉN PUEDE EJERCER LAS ACCIONES POPULARES deteriorando el medio ambiente lo hace con autorización gubernamental.

El artículo 12 de la Ley 472 establece quiénes pueden ejercer las acciones Sin embargo, en nuestro concepto, aunque exista esta autorización las accio-
populares, incluida la tendiente a proteger el medio ambiente. nes populares son procedentes si como lo veremos más adelante, la contamina-
ción es anormal, es decir, excede los niveles de contaminación que normalmente
. Y aunque la norma relaciona una serie de personas que pueden hacerlo, lo está obligado a soportar una persona.
Cierto es que el primer numeral abarca a todos los demás. En efecto, dicho nume-
ral establece que podrán ejercer las acciones populares: "1. Toda persona natu-
1231.- JUECES QUE CONOCEN DE LAS ACCIONES POPULARES
ral o jurídica". Es decir que toda persona está legitimada para solicitar a las au-
toridades judiciales la protección al medio ambiente cuando alguien amenaza su
deterioro. Si la contaminación ambiental la produce una entidad pública, será compe-
tente la justicia contencioso administrativa, mientras que serán los jueces civiles
los que conocen de acciones populares contra los particulares que contaminan. Y
1229.- ACCIONES POPULARES POR DETERIORO A BIENES AMBIENTALES
si el hecho es imputable a una entidad pública y a un particular, la justicia conten-
DE PROPIEDAD PARTICULAR
cioso administrativa será la competente para conocer de la acción.

Inclusive, creemos que cuando con la amenaza o el deterioro al medio am-


bie~~e se atente contra un derecho particular, cualquiera persona puede ejercer la MEDIDAS CAUTELARES

accwn popular, pues el ambiente sano es interés colectivo, así los bienes que lo
conforman sean de propiedad privada, como sería el caso de una reserva forestal El artículo 25 de la Ley 472 permite al juez, en cualquier momento, de oficio
de propiedad de una persona, dentro de la cual existe una laguna cuyos árboles o a petición de parte tomar las medidas previas que estime convenientes para
aledaños y agua están siendo dañados. Lo que sucede es que, por contragolpe, al prevenir un daño inminente o para suprimir el que se está produciendo. Ello sig-
protegerse el derecho colectivo del ambiente sano, se está protegiendo un interés nifica que, tratándose de prevenir el deterioro del medio ambiente, el juez, desde
del dueño de la reserva. la admisión de la demanda de una acción popular, puede ordenar la cesación de la
contaminación así el demandado tenga autorización para contaminar.
Pero el problema anterior es difícil de resolver cuando los bienes que confor-
man el medio ambiente son de los particulares y estos, en el ejercicio de su dere- Sin embargo, el artículo 26 de la misma ley permite al demandado interponer
cho de propiedad, deterioran ese ambiente y amenazan dañar bienes particulares los recursos de reposición y de apelación frente a dichas medidas, pero sólo en
de los vecinos. Piénsese en el mismo ejemplo de la reserva forestal. En nuestro casos especiales como serían los de evitar mayores perjuicios al interés colectivo,
concepto, también en estos casos, cualquiera persona puede ejercer la acción po- evitar perjuicios ciertos e inminentes al interés público o evitar al demandado
pular para que el particular propietario de los bienes ambientales no atente contra perjuicios cuya gravedad sea tal que le haga prácticamente imposible cumplir un
estos, a menos que el dueño esté autorizado por la ley o por las autoridades corres- fallo desfavorable.
1264 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1265

Lo anterior significa que el juez deberá, incluso antes de determinar las me- Ahora, en el pacto de cumplimiento, por ningún motivo, se le puede permitir
didas previas, analizar si al decretadas, se puede causar cualquiera de estas situa- al demandado que siga contaminando a menos que se garantice plenamente que se
ciones. Es pues, una especie de valoración de bienes en juego, pues al decretar las tomarán las medidas necesarias para evitar el deterioro ambiental. Y en lo relacio-
medidas se puede causar un daño mayor que el que se trata de evitar. nado con la cosa juzgada, creemos que ésta sólo existe para la contaminación ya
causada mas no para la futura, y por lo tanto, todo pacto de cumplimiento que
hacia el futuro autorice la contaminación, carecerá de la fuerza de cosa juzgada y
Esta situación se puede presentar cuando, por ejemplo, al ordenar el cierre de
en consecuencia, queda abierta la vía para futuras acciones populares contra el
una industria se genera un enorme desempleo que atenta contra la subsistencia de
demandado que siga contaminando.
todo un conglomerado.
Por ello, la Corte Constitucional decidió que en el pacto de cumplimiento no
Pero las medidas cautelares previstas en el artículo 25 solo proceden para puede existir un acuerdo que menoscabe el derecho colectivo objeto de la contro-
evitar que se afecte un derecho colectivo como el del medio ambiente, pero no versia. Así se pronunció esa corporación en Sentencia C-215 de 1999:
para garantizar la indemnización de los demandantes en caso de que con la conta-
minación se les cause daño a ellos. "No obstante, encuentra la Corte que cuando se trata de la protección de
derechos e intereses colectivos, no puede concederse a la sentencia que aprueba
el pacto de cumplimiento, el alcance de cosa juzgada absoluta, pues de ser así
pACTO DE CUMPLIMIENTO se desconocerían el debido proceso, el derecho de acceso a la justicia y la
efectividad de los derechos de las personas que no tuvieron la oportunidad de
La Ley 472 de 1998, en su artículo 27, consagró el denominado "pacto de intervenir en esa conciliación y que en un futuro como miembros de la misma
cumplimiento" que consiste en una audiencia especial que de oficio decretará el comunidad, se vieran enfrentadas a una nueva vulneración de los derechos
juez, con citación de todas las partes implicadas, con el fin de llegar a un acuerdo sobre cuya protección versó la conciliación.
antes de continuar con el trámite del proceso. A esa audiencia deberá asistir no
"En efecto, la naturaleza propia de los derechos e intereses colectivos impli-
solo el Ministerio Público, sino también la entidad responsable de velar por el
ca la titularidad de la acción en cabeza de un número más o menos extenso de
derecho o interés colectivo. Es decir, que tratándose de acciones populares para la
personas afectadas con la violación de tales derechos, que si bien pueden, sin
protección del medio ambiente, a dicha audiencia deberá ser citada la entidad
haber participado en ella, verse beneficiadas con una conciliación acorde con
encargada de la protección de dicho interés o derecho colectivo, así la demanda
la protección y reparación de aquellos, así mismo, estarían despojadas de la
haya sido instaurada por un particular.
posibilidad de ejercer una acción popular para corregir una nueva situación
de vulneración de esos derechos que ocurra en la misma colectividad frente a
De acuerdo con el inciso cuarto de la citada disposición, el juez tomará la las situaciones objeto del pacto.
iniciativa para que las partes establezcan un pacto de cumplimiento en el que se
determinará la forma de proteger el medio ambiente que se ha visto amenazado "No puede ignorarse la probabilidad de que a pesar de la fórmula de solución
por el demandado. El pacto que se llegue a firmar, una vez revisado por el juez, acordada, se generen para esa comunidad nuevas situaciones que vulneren
será aprobado por éste mediante sentencia, que de acuerdo con el artículo 35 de la sus derechos e intereses. No se trata en este caso, del incumplimiento de la
mencionada ley, "tendrá efectos de cosa juzgada respecto de las partes y del pú- sentencia que aprobó la conciliación, pues para subsanar esta situación, la
blico en general". ley prevé los mecanismos de control ya mencionados. El interrogante plan-
teado se refiere en particular, a la ocurrencia en la misma comunidad de nue-
En nuestro concepto, este pacto de cumplimiento es demasiado peligroso vos hechos que atentan contra los derechos e intereses colectivos objeto del
para los intereses y derechos colectivos y muy especialmente para la protección pacto de cumplimiento, que en esta ocasión obedecen a causas distintas a las
del medio ambiente, sobre todo por los efectos de cosa juzgada que tiene la provi- alegadas entonces y a la aparición de informaciones de carácter técnico de las
dencia que lo apruebe. N o es difícil que mediante ese mecanismo se le otorgue cuales no dispusieron ni el juez ni las partes al momento de conciliar la con-
patente de corso al demandado para que siga contaminando. troversia.
1266 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1267

"En este orden de ideas, concluye la Corte que la posibilidad de conciliación velar por los bienes ambientales en peligro o ya afectados. También ordenará al
prevista en el artículo 27 acusado, como un mecanismo para poner fin a una demandado la realización de conductas necesarias para volver las cosas al estado
controversia judicial en torno a la amenaza o violación de derechos e intere- anterior si ello fuere físicamente posible, o de las que fueren necesarias para su-
ses colectivos, no contradice el ordenamiento constitucional, razón por la primir el daño contingente.
cual el fallo que aprueba el pacto de cumplimiento hace tránsito a cosa juzga-
da, de conformidad con el artículo 36 de la Ley 472 de 1998. Con todo creemos que el juez, al dictar sentencia, deberá evitar que con su
decisión se caiga en algunas de las consecuencias previstas en el artículo 26 de
"Sin embargo, la Corte considera que se configura una situación diferente la citada ley. Sobre todo, evitará hasta el extremo ordenar el cierre de una in-
cuando ocurren hechos nuevos o causas distintas a las alegadas en el proceso dustria en forma definitiva. Ahora, bajo las condiciones de perjuicio inminente
que ya culminó, o surgen informaciones especializadas desconocidas por el e irremediable, el juez de la acción popular podrá ordenar cualquiera de las medi-
juez y las partes al momento de celebrar el acuerdo. Por consiguiente, en este das que hemos analizado al referirnos a las acciones de tutela por contaminación
evento, y en aras de garantizar el debido proceso, el acceso a la justicia y la (supra, T. I, 1209).
efectividad de los derechos colectivos, habrá de condicionarse a la exequibilidad
del artículo 27 acusado, en cuanto debe entenderse que la sentencia que aprueba 4) Acciones indemnizatorias (responsabilidad civil) por contaminación
el pacto de cumplimiento hace tránsito a cosa juzgada, salvo que se presenten
ambiental
hechos nuevos y causas distintas a las alegadas en el respectivo proceso, así
como informaciones técnicas que no fueron apreciadas por el juez y las par- 1235.- Pero puede suceder que la causa contaminante, que haya sido supri-
tes al momento de celebrarse dicho pacto, caso en el cual, el fallo que lo mida o no, mediante las acciones que acabamos de analizar, haya generado daños
prueba tendrá apenas el alcance de cosa juzgada relativa". bien sea colectivos o individuales. En tales circunstancias, entramos en el campo
de la responsabilidad civil, que es, en el fondo, el objeto de nuestro estudio. Si nos
Así las cosas, opinamos que el pacto de cumplimiento está supeditado a que hemos detenido en el análisis de las medidas supresoras de la contaminación, ha
lo aprueben tanto el Ministerio Público como la entidad responsable de velar por sido con miras a un estudio sistemático del problema y porque además, casi siem-
los bienes ambientales que se encuentran en peligro. Incluso, creemos que si el pre el demandante no sólo sufre un daño, sino que, necesita poner fin a la conta-
demandante es un particular, este carece de legitimación para aprobar u oponerse minación.
a ese pacto de cumplimiento, dado el carácter colectivo de los bienes en juego.
Aunque, como en toda responsabilidad, se requiere un hecho imputable al
De otro lado la indemnización o reparación que se llegare a pagar en virtud demandado (§1), un daño (§2) y un nexo de causalidad entre estos dos (§3), lo
del pacto de cumplimiento deberá ser entregada a la entidad encargada de velar cierto es que, en materia de responsabilidad por contaminación ambiental, estos
por los derechos colectivos que se encuentran amenazados, según lo previsto en el tres elementos tienen ciertas particularidades que vale la pena destacar. Ve amos
artículo 34 de la Ley 472, indemnización que deberá destinarse a la recuperación sucesivamente estos tres elementos.
de los bienes ambientales afectados o amenazados, sin perjuicio de las medidas
que se le ordene tomar al demandado. Así se desprende del artículo 34, inciso § 1.- UN HECHO IMPUTABLE AL DEMANDADO
tercero de la Ley 472.
Veamos la legislación aplicable a la responsabilidad por contaminación am-
SENTENCIA
biental:

Pero si no hay pacto de cumplimiento, el proceso debe continuar en su trámi- 1236.- RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL

te hasta dictar la sentencia definitiva que acepte o niegue las pretensiones del
actor popular. De acuerdo con el artículo 34 de la Ley 472, el juez condenará al Es factible que la contaminación ambiental dé lugar a una responsabilidad
pago de los perjuicios ya causados en favor de la entidad pública encargada de contractual. Piénsese en el arrendatario de un predio que como consecuencia de
1268 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1269

una contaminación de su empresa, causa daños en los locales arrendados. Como la En nuestro concepto, las actuales normas, vigentes con anterioridad a la promul-
ley impone al arrendatario la obligación contractual de restituir el bien arrendado gación de la Constitución actual, tienen total validez en materia de daño colectivo
en las mismas condiciones en que lo recibió al comenzar el arriendo, es claro que ambiental, pues somos de la opinión que las normas anteriores que se acomodan a
si no cumple dicha obligación como consecuencia de la contaminación, su res- la nueva Constitución, automáticamente adquieren vigencia sin necesidad de pro-
ponsabilidad será contractual (supra, T. I, 1028). Piénsese igualmente en el fumigador mulgadas nuevamente. El simple hecho de no contradecir la nueva Carta Política
de cultivos que, contratado por el dueño de un predio sembrado de algodón, como les da plena vigencia.
consecuencia de la aspersión de un determinado producto causa daños en el culti-
vo fumigado. Es evidente que, en este caso, la responsabilidad del agente es de 1239.- RESPONSABILIDAD POR INCUMPLIMIENTO DE NORMAS AMBIENTALES
tipo contractual.
Cuando la contaminación se produce como consecuencia del incumplimiento
Ahora, según hemos dicho (supra, T. I, 1031), cuando el contrato se incumple
de normas de carácter ambiental, es evidente que estamos frente a una responsabi-
como consecuencia de una actividad peligrosa que está bajo la guarda del arrenda-
lidad por culpa probada518 , más concretamente por violación de reglamentos, en
tario, la obligación contractual del deudor, en cierta forma, se torna de resultado,
cuyo caso lo aplicable es el artículo 2341 del Código Civil.
en cuyo caso, el deudor sólo se exonera mediante la prueba de una causa extraña.
No es que se aplique la responsabilidad por actividades peligrosas, pues éstas sólo
se usan en materia extracontractual (supra, T. I, 1028), sino que, siendo contrac- 1240.- RESPONSABILIDAD PESE AL CUMPLIMIENTO DE NORMAS AMBIENTALES

tual la responsabilidad, la obligación es de resultado habida cuenta de los medios


peligrosos empleados en su ejecución o de las causas peligrosas que dieron lugar Sin embargo, la importancia de la responsabilidad por contaminación am-
al incumplimiento. biental consiste en que ella puede comprometerse pese a que el agente contamina-
dor haya cumplido todas las normas impuestas en virtud de una licencia o de un
permiso ambientaP 19 . Es allí donde surge con toda su fuerza la posibilidad de una
1237.- RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL
responsabilidad en donde la culpa no sea elemento de la misma. Las instituciones
que veremos enseguida logran este objetivo. Desde luego, eso no significa que
Pero es la responsabilidad extracontractualla que, con mayor frecuencia se
absolutamente en todos los casos de contaminación ambiental el agente sea res-
ve comprometida en caso de daños derivados de la contaminación ambiental. En
ponsable. Es necesario además tener en cuenta el carácter normal o anormal de la
tal caso, son varias las normas generales o particulares aplicables.
contaminación y del consecuente perjuicio, punto al que nos referiremos más ade-
lante (infra, T. I, 1299).
1238.- ARTícuLo 88 DE LA CoNSTITUCióN NAciONAL

El artículo 88 de la Constitución Nacional consagra las acciones populares 1241.- RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS (ART. 2356 DEL C.C.)
para proteger el patrimonio ambiental. Y su inciso final establece que la ley regu-
lará los casos de responsabilidad objetiva por el daño inferido a los derechos e Hecha la anterior aclaración, pasemos al análisis de las normas vigentes en
intereses colectivos. Nada dice la norma en relación con la responsabilidad obje- materia extracontractual por contaminación ambiental.
tiva por daños individuales de una o varias personas.
En ese sentido, la norma fundamental es el artículo 2356 del Código Civil
Como desde la entrada en vigencia de la Constitución, no se han promulgado que, como vimos, consagra el principio general según el cual, quien ejerce una
leyes que regulen la responsabilidad objetiva por daños colectivos derivados de actividad peligrosa y con ella causa un daño es responsable a menos que demues-
atentados al medio ambiente, pues la Ley 472 de 1998 sólo se refiere al ejercicio
de las acciones populares, más no a la responsabilidad objetiva como tal, alguien
podría pensar que, por el momento, dicha responsabilidad por daño colectivo ne- 518 Yves Chartier, ob. cit., núm. 95; Philippe Le Tourneau, núm. 1567.
cesariamente se fundamenta en la culpa. La duda no existe, sin embargo, en tra- 519 María del Carmen Sánchez-Friera González, ob. cit., p. 86; Yves Chartier, ob. cit.,
tándose de daños individuales pues frente a ellos la norma guarda silencio. núm. 100.
1270 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1271

tre que el daño es imputable a una causa extraña (infra, T. II, 7 y ss.). Y la conta- contra del propietario que, usando o gozando la cosa, causa daño a un tercero.
minación ambiental es una actividad peligrosa por excelencia. Así ha sido ad- Esta teoría ya ha sido analizada (supra, T. I, 842 y ss.). De hecho, la jurispruden-
mitido por la jurisprudencia nacionaP 20 • En consecuencia, esta norma sería sufi- cia .colombiana, sin ser categórica y pacífica al respecto, en algunos fallos ha
ciente para predicar una responsabilidad en donde, pese a que la teoría indica lo aceptado que el derecho de dominio sirve de fundamento a las perturbaciones de
contrario, en la práctica, la culpa probada o presunta carece de relevancia (supra, vetindario, entre las cuales se encuentra la contaminación ambientaP 22 •
T. I, 868).
Así las cosas, cuando el daño por contaminación ha sido causado por el pro-
1242.- QUIÉN RESPONDE POR ACTIVIDADES PELIGROSAS DERIVADAS
pietario de la fuente contaminante, la responsabilidad del propietario es objetiva.
DE LA CONTAMINACIÓN AMBIENTAL
En este caso, la víctima puede acudir, bien sea al artículo 2356 del Código Civil,
Acá, como en las demás actividades peligrosas, el responsable es su guar- bien sea al artículo 669 del mismo estatuto. Creemos que el juez, oficiosamente,
dián, es decir, quien tiene el poder intelectual de dirección y control de la misma debe aplicar cualquiera de estas disposiciones, así el demandante se hubiere equi-
(supra, T. I, 896). vocado en la norma invocada (supra, T. I, 161). Pero es de advertir que el propie-
tario responde en la medida en que sea explotador de su propiedad contaminante.
En ese sentido, puede suceder que no sólo el dueño de la actividad contami-
nante sea su guardián sino que dicho poder se encuentre, también, en cabeza de un
LA TEORÍA DEL ABUSO DEL DERECHO
tercero, en cuyo caso, ambos serán responsables solidariamente. Así, por ejem-
plo, si el dueño de un cultivo contrata con una compañía especializada su fumiga-
Cuando se demuestra que el dueño de la actividad contaminante, en forma
ción y con ella se causa daño a terceros, serían responsables tanto el propietario
dolosa o culposa, causa un daño a un tercero como consecuencia de su comporta-
explotador del cultivo como quien fumigó. En cierta forma, aunque el dueño del
miento abusivo, lo aplicable es la responsabilidad con culpa probada del artículo
cultivo no fue quien dispersó los tóxicos, de todas formas fue el encargado de
2341 del Código Civil.
explotar el cultivo que exigió la fumigación. Desde luego, el dueño que nada tiene
que ver con la explotación del predio (el arrendador por ejemplo), no responderá
por actividades peligrosas si la fumigación no depende de él (supra, T. I, 898). En cambio, si no se prueba culpa o abuso alguno, la teoría del abuso del
Esta solución de la responsabilidad conjunta es aplicada permanentemente en la derecho no es de recibo en caso de contaminación ambiental, pues, según hemos
jurisprudencia del Consejo de Estado, cuando los daños son causados por contra- dicho (supra, T. I, 522 y ss.), el abuso del derecho supone, necesariamente, un
tistas que ejecutan trabajos ordenados por el Estado 521 • comportamiento culposo 523 . Si se quiere aplicar la responsabilidad sin culpa, es
imposible acudir a la teoría del abuso del derecho.
1243.- RESPONSABILIDAD CIVIL DERIVADA DEL DERECHO DE DOMINIO
(ART. 669 DEL C.C.) CóDIGO DE RECURSOS NATURALES (ART. 16, L. 23/73)

Pero fuera del artículo 2356, el artículo 669 del Código Civil, al definir el
Pero la Ley 23 de 1973, que sirvió de fundamento al Código de Recursos
derecho de dominio, establece en nuestro sentir una responsabilidad objetiva en
Naturales expedido en 1974, mediante el Decreto 2811, establece una responsa-
bilidad objetiva a cargo del Estado y los particulares cuando uno u otro atentan

520 CSJ, Cas. civ., 30 de abril de 1976, Gaceta Jurisprudencia/ tomo Clll, p. 130. Es
de anotar que la doctrina y la jurisprudencia francesas, en su mayoría rechazan la
responsabilidad por el hecho de las cosas, como fundamento de las perturbacio- 522 CSJ, Cas. civ., 11 de abril de 1930, Gaceta Jurisprudencia/, tomo XXXVII, p. 507;
nes de vecindario. Ver Yves Chartier, ob. cit., núm. 95; Philippe Le Tourneau, ob. CSJ, Cas. civ., 31 de agosto de 1954, Gaceta Jurisprudencia/, tomo LXVIII, p. 425;
cit., núm. 1599 y ss. CSJ, Cas. civ., 13 de marzo de 1970, Gaceta Jurisprudencia/, tomo CXXXIII, pp.
521 En nuestra obra La responsabilidad del Estado (Edit. Temis, Santafé de Bogotá, 136yss.
1997, núm. 56) explicamos los fundamentos de esta solución y citamos los fallos 523 En ese sentido Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., tomo 1, núm. 594; DALCQ, Roger 0.,
que la aplican. ob. cit., tomo 1, núm. 642 y 649; Marty, Gabriel- Raynaud, Pierre, ob. cit., núm. 464.
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1273
1272 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

De acuerdo con el numeral6° del artículo 1, el convenio regula la responsabi-


contra el patrimonio colectivo de los recursos naturales. Dice así el artículo 16 de
lidad por la contaminación resultante del derrame o descarga provenientes de un
la Ley 23 de 1973:
barco, donde quiera que ocurra dicho derrame o descarga.
El Estado será civilmente responsable por los daños ocasionados al
hombre o a los recursos naturales de propiedad privada como con- El artículo 111 del convenio establece una responsabilidad objetiva a cargo del
secuencia de acciones que generen contaminación o detrimento del propietario del barco, de la cual sólo se exonera mediante la prueba de eventos
medio ambiente. Los particulares lo serán por las mismas razones y constitutivos de una causa extraña.
por el daño o uso inadecuado de los recursos naturales de propie-
dad del Estado. Es de anotar que el numeral4° del artículo III prohíbe acudir a otras normas
diferentes de las consagradas en el convenio, cuando se persiga la indemnización
La norma es clara en cuanto a la responsabilidad del Estado. Es menos clara de los daños contemplados en dicho ordenamiento.
en lo que se refiere a la responsabilidad de los particulares. En efecto, pareciera
que la norma sólo se refiere a los daños causados por los particulares como conse-
Dice así el artículo III del convenio:
cuencia del detrimento del medio ambiente de propiedad del Estado. Sin embar-
go, si así fuera, de todas formas los citados daños se podrían cobrar acudiendo a la J. Salvo cuando se den las circunstancias previstas en los párra-
responsabilidad por actividades peligrosas, en cuyo caso el sistema de exonera- fos 2 y 3 de este artículo, el propietario de un barco al ocurrir un
ción sería el mismo. siniestro o al ocurrir el primer acontecimiento si el siniestro consis-
tiera en una serie de acontecimientos, será responsable de todos los
Con todo, nos parece que cuando un particular causa detrimento al medio
daños por contaminación causados por los hidrocarburos derrama-
ambiente público, y como consecuencia de ese daño se produce perjuicio a un
dos o descargados desde el barco a resultas del siniestro.
particuiar, también este daño personal se podrá cobrar acudiendo al artículo 16
del Código de Recursos Naturales. 2. No podrá imputarse responsabilidad alguna al propietario si
prueba que los daños por contaminación:
De otro lado, nada dice la norma sobre la forma de exoneración del responsa-
ble, de donde se colige que es una responsabilidad objetiva. Con todo, nos parece a) resultaron de un acto de guerra, hostilidades, guerra civil e
que si el daño es imputable a una causa extraña (hecho exclusivo de un tercero, insurrección o de un fenómeno natural de carácter excepcional, in-
hecho exclusivo de la víctima y fuerza mayor) (infra, T. II, 7 y ss.), el demandado evitable e irresistible, o
se libera de responsabilidad.
b) fue totalmente causado por una acción u omisión intencionada
de un tercero para causar daños, o
1246.- LEY 55 DE 1989, MEDIANTE LA CUAL SE INCORPORA A LA LEGISLACIÓN
COLOMBIANA EL CONVENIO INTERNACIONAL SOBRE RESPONSABILIDAD e) fue totalmente causada por la negligencia u otro acto lesivo de
CIVIL POR DAÑOS CAUSADOS POR LA CONTAMINACIÓN DE LAS AGUAS cualquier Gobierno u otra autoridad responsable del mantenimien-
DEL MAR POR HIDROCARBUROS DE 1969 Y SU PROTOCOLO DE 1976 to de luces, o
Mediante la Ley 55 de 1989, se ratificó en el parlamento colombiano, el 3. Si el propietario prueba que los daños por contaminación re-
Convenio Internacional de Bruselas, de 1969, sobre responsabilidad civil por da- sultaron total o parcialmente de una acción u omisión intencionada
ños causados por la contaminación derivada de derrames de hidrocarburos proce- para causar daños por parte de la persona que sufrió los daños, o de
dente de barcos 524 • Dicho convenio entró en vigor el19 de junio de 1975 y, por lo la negligencia de esa persona, el propietario podrá ser exonerado
tanto, sus normas son aplicables en el derecho colombiano. total o parcialmente de su responsabilidad frente a esa persona.

4. No podrá elevarse contra el propietario ninguna reclamación


de indemnización para resarcimiento de daños por contaminación
524 Véase WU, Chao, ob. cit.
1274 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1275

que no se atenga a las disposiciones de ese convenio. No podrá ele- ción aceptable la de que no hay lugar a la absolución del demandado cuando
varse ninguna reclamación basada en daños por contaminación, en de forma permanente desarrolla una actividad especialmente propicia a des-
virtud de este convenio o de otro modo, contra los dependientes o enlaces como el que da lugar a la reclamación" 525 •
agentes del propietario.
Con todo, nos parece que si, por ejemplo, como consecuencia de un terre-
5. Ninguna disposición de este convenio limitará el derecho que moto, se rompe un tanque que contiene combustibles contaminantes, sí se po-
ampara al propietario para interponer recurso contra terceros. drá alegar la causa extraña. Mientras que en el caso de los fenómenos atmos-
féricos, estos suelen estar presentes al momento de emitir la contaminación, en
1247.- PRINCIPIOS GENERALES SOBRE EXONERACIÓN DEL DEMANDADO el caso del terremoto nos encontramos frente a un fenómeno excepcional que
POR CONTAMINACIÓN AMBIENTAL no entra en la actividad normal de la contaminación. Es impensable la contami-
nación sin vientos y sin cambios de temperatura, pero es pensable la no contami-
Como hemos visto, excepción hecha del Convenio de Bruselas de 1969, que, nación sin terremotos.
como acabamos de ver, consagra un régimen especial de exoneración del deman-
dado, las diversas normas que regulan la responsabilidad objetiva por contamina- 1248.- CONTAMINACIÓN AMBIENTAL POR ACTOS DE TERRORISMO
ción ambiental exigen al demandado la prueba de una causa extraña, entendida
por talla fuerza mayor o caso fortuito, el hecho exclusivo de un tercero o el hecho Un problema jurídico de enormes consecuencias se ha introducido en el dere-
exclusivo de la víctima. (Sobre la causa extraña, infra, T. 11, 7 y ss.). cho colombiano, con motivo de los actos de terrorismo.

Ahora, normalmente, en casi todas las responsabilidades objetivas, los he- En efecto, mediante una orientación jurisprudencia! vacilante, el Consejo de
chos de la naturaleza pueden ser invocados como causa extraña cuando ellos son Estado ha condenado al Estado, con base en una responsabilidad puramente obje-
irresistibles y jurídicamente ajenos al demandado (infra, T. 11, 21 y ss.). Desde tiva, cuando en virtud de actos de terrorismo, cuyo destinatario era el Estado en
luego, si concurren las fuerzas de la naturaleza y la culpa del demandado, no hay cabeza de un personaje público o de una instalación de la misma naturaleza, se
causa extraña pues falta uno de sus elementos. causa daño a un tercero. Se dice que, como la víctima no estaba obligada a sopor-
tar ese daño, éste se torna antijurídico y, por lo tanto, el Estado es responsable,
Pero tratándose de responsabilidad por contaminación ambiental, creemos todo ello con fundamento en el artículo 90 de la Constitución Nacional. En tales
que el demandado no puede alegar una causa extraña cuando su actividad conta- circunstancias, el Consejo de Estado no admite la causa extraña, concretamente el
minante genera el daño al entrar en combinación con fuerzas de la naturaleza. Si hecho exclusivo de terceros, como causal de exoneración. Basta el acto terrorista
el viento, la lluvia o el calor aceleran la contaminación, no por ello el demandado para que el Estado asuma sus consecuencias.
se exonera de responsabilidad. En estos casos, los fenómenos atmosféricos están
tan ligados a la actividad contaminante, que no se da el requisito d~ la exteriori- Desde luego, esta doctrina se ha aplicado en múltiples oportunidades cuando
dad jurídica, necesario para que haya causa extraña. Al respecto, De Angel Yagüez el acto de terrorismo produce contaminación ambiental, si el acto terrorista estaba
expresa: dirigido contra el Estado. Así, por ejemplo, en sentencia del 11 de diciembre de
2003, el Consejo de Estado decidió un proceso de reparación directa, en el que se
"No obstante, lo particular del caso radica en que aquel día existió en el lugar
imputaba responsabilidad a Ecopetrol por los daños sufridos por los demandan-
una llamada inversión térmica, esto es, un fenómeno atmosférico que impi-
tes, derivados de un atentado terrorista dirigido contra el oleoducto Transandino.
dió que los humos y gases ascendieran y, por el contrario, hizo que aquellos
En dicha oportunidad, la corporación condenó a Ecopetrol a resarcir a los deman-
se mantuvieran en el plano del lugar del incendio e incluso descendieran a las
dantes, al considerar que "el ataque estuvo dirigido contra un bien estatal; tuvo
zonas más bajas del municipio afectado.

La doctrina admite que las circunstancias atmosféricas o meteorológicas puedan


atenuar e incluso eliminar la relación de causalidad. Pero parece que es solu- 525 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 599.
1276 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1277

como finalidad crear condiciones de zozobra e inestabilidad colectiva; fue reali- § 2.- EL DAÑO
zado por un grupo organizado que se opone en forma abierta al gobierno y en
especial a la política petrolera del Estado; la entidad es propietaria de las redes 1249.- Según hemos dicho, la contaminación ambiental puede originar da-
que transportan el combustible" 526 • ños colectivos (A) y daños a los particulares. Estos a su tumo, pueden ser cobra-
dds mediante el ejercicio de acciones de grupo, cuando son sufridos por un núme-
Ahora, a menudo, las demandas dirigidas inicialmente contra el Estado se ro plural de personas (B).
hacen en forma solidaria contra personas de derecho privado, o el Estado llama en
garantía de un particular en virtud de una demanda por contaminación ambiental
A.- El daño colectivo
derivada de un acto de terrorismo. En ambos casos por el foro de atracción, la
justicia administrativa termina juzgando a particulares. En tales circunstancias, el
hecho de que la competencia excepcional para juzgar a estos en ese caso, la tenga 1250.- CoNCEPTO

la rama contencioso administrativa no significa que el derecho sustantivo aplica-


ble al Estado, automáticamente le sea aplicado a los particulares. Una cosa son las A lo largo de estas páginas, hemos hecho constantemente diferenciación en-
normas procesales aplicables, entre ellas las que fijan la competencia, y otras son tre el daño colectivo y el daño individual en materia de contaminación ambiental
las normas sustantivas que regulan la responsabilidad cualquiera sea el juez que la (supra, T. I, 1229 y ss.).
decida. Por lo tanto, así al Estado se le aplique una responsabilidad objetiva refor-
zada, que más parece una compensación solidaria, lo cierto es que a los particula- El daño colectivo es aquel que se produce en los bienes de uso público, como
res se les deberá aplicar los principios propios de la responsabilidad civil juzgada serían el aire, los bosques baldíos, las carreteras, el agua, etc. Son estos daños los
por la jurisdicción ordinaria que es la propia de los particulares. Por lo tanto, el que dan lugar a las acciones populares a que nos hemos referido en párrafos ante-
particular se exonerará, si se le prueba que era guardián del bien o de la actividad riores.
víctima del acto de terrorismo, demostrando una causa extraña, incluido el hecho
de un tercero. De allí que el llamamiento en garantía formulado a un tercero por la
1251.- VíA PROCESAL PARA RECLAMARLO
entidad estatal estará sometido a que el particular llamado sea responsable de
acuerdo con la responsabilidad civil de derecho privado.
Aunque la Ley 472, en principio pareciera establecer las acciones populares
únicamente para evitar las amenazas de daño contingente a los intereses y dere-
En una obra nuestra sobre la responsabilidad del Estado 527, hemos criticado
chos colectivos, lo cierto es que el artículo 34 de la citada ley ordena al juez
radicalmente esta responsabilidad por actos de terrorismo, pues nos parece que
condenar al demandado al pago de los perjuicios que se hubieren causado a dichos
ella no se inscribe en los cánones de la mesura y buen sentido que debe orientar
intereses y derechos. Con todo, creemos que nada impide iniciar un proceso ordi-
las decisiones judiciales. Pero, por razones de espacio y de método, no es posible
nario con carácter indemnizatorio y que al mismo tiempo, si es del caso, busque
abordar con profundidad en esta obra, el análisis de ese problema. Por lo tanto,
suprimir la amenaza latente al derecho colectivo. Es más, aunque la indemniza-
remitimos al lector a lo que en dicha monografía expresamos. En ella, el lector
ción de perjuicios solo aparece como accesoria de la acción preventiva en las
encontrará abundante jurisprudencia y doctrina sobre la materia.
acciones populares, creemos que una interpretación teleológica de la norma per-
mitiría sin atentar contra la seguridad jurídica, iniciar acciones populares cuando
ya el daño colectivo se ha consumado en su totalidad y como talla amenaza ya ha
desparecido por sustracción de materia.

526 C. de E., Sección Tercera, sentencia de diciembre 11 de 2003, C.P. Ricardo Hoyos 1252.- LEGITIMACIÓN PARA RECIBIR LA INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO COLECTIVO
Duque, proceso de reparación directa de Matilde Isabel Chicaiza y otros contra
la Nación - Ministerio de Minas - y otros, radicación 12.916 (6270) y 13.627
(3627). Según hemos visto (supra, T. I, 1228), la acción popular puede ser ejercida
527 Javier Tamayo Jaramillo. La responsabilidad del Estado. ob. cit., núm. 68 y ss. por cualquier persona de derecho público o privado. Pero la indemnización sólo
1278 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1279

puede ser reclamada por la autoridad encargada de velar por los bienes ambienta- 1255.- REPARACIÓN DEL DAÑO COLECTIVO. IMPOSICIÓN DE TASAS

les afectados, según lo establece el artículo 34 de la Ley 472. O CONTRIBUCIONES

1253.- DESTINACIÓN DE LA INDEMNIZACIÓN DEL DAÑO Si bien la responsabilidad por contaminación ambiental se compromete así
COLECTIVO
se' hayan cumplido todas las normas ambientales, es claro que cuando existe la
licencia o permiso ambiental, su titular no es responsable del daño colectivo por
Tratándose de daños ambientales, el artículo 34 de la Ley 4 72, en su inciso deterioro mismo del ambiente, a menos que ese daño sea imputable al incumpli-
tercero, ordena al juez ordenar que la indemnización sea dedicada en parte, a ase- miento de las normas. Si se autoriza arrojar aguas contaminadas de carbón a una
gurar la restauración del área afectada por la acción contaminante. Sin embargo, quebrada, es absurdo pensar que el titular de la licencia deba indemnizar lo que
creemos que si esa restauración vale lo mismo o más que la indemnización acor- cueste recuperar dicho caudal si ha cumplido cabalmente las normas respectivas.
dada, la totalidad de ésta deberá destinarse a la restauración. Él tiene derecho a contaminar hasta ese nivel. Pero si excede el grado de contami-
nación autorizada, entonces sí tendrá que indemnizar el deterioro de las aguas y
suprimir el exceso o la totalidad de la fuente contaminante según lo aconsejen las
1254.- DAÑO COLECTIVO POR EL SIMPLE DETERIORO
circunstancias.
DEL AMBIENTE

La mayoría de las veces, el daño derivado de la contaminación es la degrada- Esa solución es mucho más evidente cuando el Estado impone al contami-
ción misma del entorno, independientemente de que ésta, a su turno, genere nue- nante una tasa retributiva que, en principio, tiene por finalidad recuperar el am-
vos daños colectivos o individuales 528 • Piénsese en la contaminación de las aguas biente (supra, T. I, 1194). Es una especie de reparación a priori impuesta por el
o del aire o en el deterioro del paisaje urbano. Cuando ese entorno es del Estado, mismo Estado 531 • Empero, aunque pague la tasa retributiva, el demandado deberá
entonces estaremos ante un daño colectivo529 , según lo acepta la Corte Constitu- indemnizar adicionalmente cualquier daño que cause si éste es imputable al in-
cional. En cambio, cuando el entorno afectado es de propiedad de un particular, cumplimiento de normas ambientales.
sólo éste está legitimado para cobrar la indemnización por su deterioro imputable
a un tercero, pero estará obligado a utilizar la indemnización en la recuperación En conclusión, cuando en virtud del principio del desarrollo sostenido y con
del medio ambiente deteriorado, salvo que obtenga una autorización legal o admi- miras al progreso económico (supra, T. I, 1187) se autoriza un cierto grado de
nistrativa para no recuperar las cosas como estaban antes de la contaminación contaminación, es obvio que la contaminación del medio ambiente como tal no
porque les va a dar otra destinación autorizada530 . Pero según hemos dicho, nada puede generar responsabilidad. Con todo, pensamos que tratándose de otros daños
impide que si el daño aún no se ha producido y es solo una amenaza de un tercero colectivos diferentes del deterioro del ambiente mismo, la responsabilidad del
distinto del dueño del predio, cualquier persona pueda iniciar la acción popular de contaminante existe, así se estén cumpliendo las normas ambientales, siempre y
carácter preventivo. cuando se cumplan otras condiciones como la de anormalidad, a la cual nos refe-
riremos más adelante.
Pero puede suceder que el daño esté constituido por pérdidas patrimoniales
del Estado, derivadas de la contaminación ambiental. Así, por ejemplo, si la con-
1256.- LíMITES INDEMNIZATORIOS
taminación obliga el cierre o a la reubicación de un complejo público de atraccio-
nes infantiles, es claro que estamos en presencia de un daño indemnizable diferen-
En el derecho colombiano, el principio general consiste en la reparación ín-
te del ambiente mismo.
tegra, pues no existen normas con carácter general que impongan límites a la
indemnización. Sin embargo, en el mundo entero existe la tendencia a establecer

528 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 591.


529 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 232.
530 Ibídem. 531 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 250.
1280 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1281

dichos límites, pues los daños pueden ser de tal magnitud que los particulares no propiedad de un particular, en cuyo caso, el único legitimado para cobrar la in-
son capaces de asumirlos 532 . demnización o para solicitar la restauración del bosque es su propietario o posee-
dor. Pero, normalmente, el daño de los particulares, derivado de la contaminación
Con todo, encontramos dos casos donde los límites sí existen. De un lado, ambiental, consiste en el atentado a otros bienes patrimoniales o extrapatrimoniales
Colombia, por medio de la Ley 55 de 1989 ratificó el Convenio de Bruselas de diferentes del ambiente mismo. Tal sería el caso de la persona que ve destruido su
1969, sobre responsabilidad por derrame de hidrocarburos procedentes de bar- cultivo o que adquiere una enfermedad como consecuencia de la contaminación
cos. Y el artículo V de dicho convenio estableció límites a la indemnización, a del aire o de las aguas de una fábrica vecina. Es evidente que sólo la víctima o sus
condición de que el responsable constituya un fondo equivalente a su responsa- causahabientes pueden reclamar la indemnización de dichos daños.
bilidad.
1259.- SE REQUIERE QUE LA CONTAMINACIÓN SEA ANORMAL
De otro lado, el artículo 1835 del Código de Comercio establece límites en
caso de daños causados por las aeronaves, a terceros en la superficie (supra, De pronto, el tema más difícil que suscita la responsabilidad por contamina-
T. I, 1128). En consecuencia, si al accidentarse una aeronave causa deterioros al ción ambiental surge cuando el juez, necesariamente, pone en la balanza los prin-
medio ambiente, el explotador de la misma podrá invocar los límites previstos cipios de progreso económico y ambiente sano. A ello nos hemos referido al ana-
en la citada norma, a menos que el daño se deba a culpa grave o dolosa del lizar el concepto de desarrollo sostenido (supra, T. I, 1187). Es preciso pues,
explotador o sus dependientes (art. 1833, C. de Co.). determinar, dentro de ese conflicto de principios, cuándo el daño es indemnizable,
pues si todos lo fueran, el desarrollo económico, objetivo de toda la comunidad,
B.- DAÑOS INDIVIDUALES Y DE GRUPO sería imposible 533 •

Para ir aclarando las ideas, anotemos que si el daño se produce porque el


1257.- ACCIONES INDIVIDUALES Y DE GRUPO
demandado incumplió las normas ambientales, el perjudicado tiene derecho a la
indemnización de cualquier daño que le hubiere sido causado como consecuencia
Por contraposición al daño colectivo, podemos hablar del daño individual, es
de la contaminación, por pequeño que sea dicho daño 534 .
decir, de aquel que está en cabeza de personas determinadas. Y cuando ese daño
perjudica a muchas personas, estas, bajo determinadas condiciones que veremos a En cambio, distinta es la solución cuando el demandado causa el daño pese a
continuación, podrán ejercer una acción de clase llamada por la Ley 472 acción de que cumplió las normas ambientales. En efecto, si bien la responsabilidad por
grupo. contaminación ambiental prescinde del elemento culpa como fundamento necesa-
rio para su configuración (supra, T. I, 1240), lo cierto es que, si no hay culpa del
Cuando ese daño individual es sufrido por un número inferior a 20 personas, demandado, no todo daño derivado de la contaminación ambiental da lugar a la
no es posible acudir a la Ley 472 de 1998 para lograr su indemnización y, en responsabilidad del contaminante (supra, T. I, 1187). El principio del desarrollo
consecuencia, es indispensable que en forma conjunta o separada los perjudicados sostenido exige que cuando la contaminación sea normal, es decir no sea excesi-
inicien un proceso ordinario si la acción es contra un particular, o de reparación va, y el demandado tenga la licencia correspondiente y haya cumplido las normas
directa si el responsable es una entidad estatal. ambientales, no haya responsabilidad de éste. Ahora, contaminación normal no
significa que sea aquella que se produce en cumplimiento de normas ambientales.
1258.- EN QUÉ CONSISTEN LOS DAÑOS INDIVIDUALES EN MATERIA AMBIENTAL Aún cumpliendo dichas normas, la contaminación puede ser anormal y, conse-
cuentemente, generar responsabilidad535 .
El daño individual puede consistir en el deterioro de bienes de particulares,
que conforman el medio ambiente. Tal sería el caso del incendio de un bosque de
533 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 587.
534 Yves Chartier, ob. cit., núm. 93.
532 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 597; Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 243. 535 Yves Chartier, ob. cit., núm. 1OO.
1282 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1283

Por contaminación anormal entendemos aquella que sobrepasa los niveles preocupación 542, que nosotros preferimos llamar de la ocupación previa. En efec-
que son esperables dentro de la convivencia social. Se supone que la vida en co- to, la doctrina discute si es posible exonerar de responsabilidad a un agente con-
munidad nos impone la obligación de soportar un mínimo de molestias, entre taminador que llegó primero que la víctima al lugar donde se produce la contami-
ellas la contaminación. Si no fuera así, el derecho no tendría forma de proteger las nación o si dicha situación cronológica carece de importancia543 . La doctrina y la
actividades de los individuos. Para estar juntos o interactuar, es imprescindible jurisprudencia francesas distinguen entre la preocupación colectiva y la indivi-
que soportemos un mínimo de molestias. Esta solución que existe en el mundo dual, para concluir que mientras en la primera la víctima no tiene derecho a que-
entero se explica mediante la teoría de las perturbaciones anormales o excesivas jarse de la contaminación, pues ella es normal, en la segunda es factible, bajo
de vecindario que ha sido desarrollada en muchos países 536 , pero particularmente determinadas condiciones, obtener la reparación544 . Sin embargo, creemos que en
en Francia, y que estudiaremos a continuación de este aparte (infra, T. I, 1292 y uno y otro caso la ocupación previa del agente contaminante debe tenerse en cuen-
ss.) 537 • Pero esa carga no es la misma en todos los casos. Ello depende de condi- ta por el juez al momento de decidir la anormalidad de la contaminación, aunque
ciones de tiempo, modo y lugar 538 . En efecto, bien sea por decisión administrati- no en forma rígida e inexorable.
va, bien sea por el desarrollo espontáneo de las ciudades y de las industrias, es
claro que el grado de contaminación es aceptado o tolerado en mayor medida por Así las cosas, si la víctima se queja de malos olores como consecuencia de
el orden jurídico en unos lugares que en otros 539 . De allí que el Estado disponga una procesadora de cueros al lado de la cual la víctima se instaló con posterioridad
que determinados territorios sean susceptibles de una mayor o menor contamina- a la entrada en funcionamiento de la industria, es claro que en relación con esa
ción. Por ello, se acepta que, si una persona se ubica en una zona altamente industrializada, víctima la contaminación es normal y, en consecuencia, no hay responsabilidad
el grado de contaminación tiene que ser mucho más alto para que se pueda con- del agente 545 • Pero si, pese al cumplimiento de las normas ambientales y al hecho
siderar anormal o excesiva, pues el principio del desarrollo sostenido exige que al de que la víctima llegó con posterioridad a esa zona, la contaminación destruye
contaminante se le legitime para contaminar libremente, dentro de las condicio- las casas del vecindario o le produce una enfermedad incurable a los vecinos, la
nes impuestas por las autoridades ambientales 540 • Continuando con los ejemplos, responsabilidad por contaminación ambiental es procedente, sobre todo si, aun
el grado normal de contaminación por el funcionamiento de un criadero de cerdos cumpliendo las normas ambientales, de hecho el demandado podía haber imple-
es mayor en el campo que en una zona residencial o comerciaP 41 • mentado medidas preventivas que habrían evitado el daño y no lo hizo. En este
caso, el juez, prudencialmente si lo considera del caso, reducirá la indemnización
Ahora, con el fin de señalar parámetros más o menos objetivos al momento de la víctima bajo el argumento de que ella ha aceptado correr los riesgos o, inclu-
de decidir si la perturbación es anormal o no, se ha desarrollado la teoría de la so, ha actuado en forma culposa al exponerse a la contaminación546 .

De otro lado, cuando la contaminación es excesiva o anormal, pero el agente


contaminador tiene licencia ambiental y cumple las normas, aunque conserva su
536 Sobre este problema en el derecho comparado, ver Carlos De Miguel Perales, ob.
cit., p. 135. En el derecho español, ver: Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., pp. 587 derecho a seguir emitiendo la contaminación autorizada, la indemnización puede
y SS. comprender no sólo la reparación del daño ya causado, sino también, a cargo del
537 La literatura es abundante sobre el tema en Francia; pero existe una importante demandado, medidas preventivas o, incluso, la reubicación de la víctima (supra,
obra consagrada específicamente al problema, que es punto de referencia obli- T. I, 1198). En este último caso, si la víctima se obstina en permanecer en aquel
gado para los demás autores. Se trata de la obra de Francis Caballero, titulada
Essaí sur la notíon jurídíque de nuíssance, LGDJ París, 1981. También puede con- sitio, deberá asumir los daños que en adelante sufra.
sultarse Yves Chartier, ob. cit., núm. 92 y ss.; Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm.
1544 y SS.
538 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 589; Yves Chartier, ob. cit., núm. 102; Philippe
Le Tourneau, ob. cit., núm. 1554. 542 Yves Chartier, ob. cit., núm. 103; Francis Caballero, ob. cit., núm. 211; Philippe Le
Tourneau, ob. cit., núm. 1577.
539 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 589; Yves Chartier, ob. cit., núm. 102; Philippe
Le Tourneau, ob. cit., núm. 1579. 543 Ibídem.
540 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 589; Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 544 Ibídem.
135; Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm. 1554. 545 Yves Chartier, ob. cit., núm. 104; Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm. 1578.
541 Yves Chartier, ob. cit., núm. 105. 546 Yves Chartier, ob. cit., núm. 103 y 104; Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm. 1578.
1284 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1285

Ahora, puede suceder que, aunque el agente contaminante hubiese llegado el juez no tiene por qué preguntarse si el grado de insomnio de la víctima es
primero a esa zona, el número de personas perjudicadas que llegaron con poste- normal o anormal.
rioridad sea de tal magnitud que las circunstancias hagan aconsejable exigir ma-
yores medidas preventivas, las cuales pueden consistir en mejorar la tecnología 1261.- REPARACIÓN DEL DAÑO AL AMBIENTE MISMO
para evitar o disminuir la contaminación (supra, T. I, 1198). Pero también pueden
consistir en la reubicación de la fuente contaminante o de las víctimas. Todo de- Hechas las precisiones anteriores, pasemos ahora al análisis de la reparación
pende de los costos de una u otra solución. En estos casos, el juez pedirá asesoría misma del daño ambiental.
de las autoridades ambientales antes de imponer cualquier medida que modifique
o suprima la actividad contaminadora. En primer lugar, tratándose de daño colectivo al medio ambiente, lo ideal es
que se repare en especie, de forma tal que se recupere, en la medida de lo posible,
Pero si el agente contaminador se ubica en un lugar, después de que la vícti- el equilibrio del entorno 548 , reforestando, por ejemplo, una zona que fue arrasada
ma lo hiciera en el mismo sitio, la indemnización será procedente, así el demanda- por el fuego o por materiales tóxicos. Inclusive, nos parece que si, de hecho, la
do esté cumpliendo con todas las normas ambientales. Si bien la ley lo faculta vuelta al estado anterior es imposible, el juez puede ordenar la construcción de
para ejercer la actividad peligrosa de la contaminación, ello no le exime de indem- otras obras de beneficio ambiental comunitario que compensen, en la medida de
nizar los daños que cause a los particulares que habían llegado allí con anteriori- lo posible, el daño causado 549 .
dad. No obstante, en estos casos, el juez puede condenar al demandado a pagar lo
que le cueste a la víctima la reubicación en otro lugar más sano (supra, T. I, 1198). Ahora, puede suceder que, de todas formas, la reparación en especie no sea
Todo depende de la solución que sea menos costosa dentro del principio de desa- posible, en cuyo caso procede una indemnización en dinero. La doctrina, inclusi-
rrollo sostenido. ve, sostiene que si la reparación en especie es excesivamente costosa para el de-
mandado, éste deberá ser condenado a una suma razonable, en lugar de tener que
descontaminar a precios exorbitantes 550 .
1260.- DAÑO ANORMAL Y CONTAMINACIÓN ANORMAL

Y si se trata de reparar el deterioro mismo del ambiente de propiedad de un


La doctrina propone una sutil pero importante distinción entre perturbación
particular, pensamos que el juez, si ello es posible, debe ordenar la reparación en
anormal y daño anormal derivado de la contaminación547 , preguntándose si lo que
especie, dentro de los mismos parámetros que acabamos de analizar para el daño
debe ser anormal es la perturbación o el daño que de ella se deriva. En efecto,
ambiental colectivo. Inclusive, creemos que la víctima, teniendo en cuenta la fun-
puede suceder que un establecimiento público genere un determinado nivel de
ción social de la propiedad, no puede oponerse a esta solución551 • Así por ejemplo,
ruido que causa molestias a los vecinos. Así las cosas ¿lo anormal tiene que ser el
si se destruye un bosque de propiedad privada, que en principio no estaba destina-
ruido, o las molestias que éste causa?
do a la explotación económica, el dueño no podrá negarse a la reforestación, pi-
diendo en su lugar el valor de los árboles, a menos que por autorización legal o
El problema es huidizo porque, generalmente, lo uno va ligado a lo otro, pues
administrativa decida darle otra destinación a esos lugares, como sería por ejem-
a mayor causa mayor efecto. Pero ello no siempre es igual, porque las condiciones
plo, la construcción de una zona urbanizable. Ahora, si la indemnización en espe-
de la víctima pueden ser diferentes de las de otras personas. En realidad, lo que
cie no es posible, o es excesivamente costosa, lo procedente es indemnizar en
debe ser anormal es la causa ind~pendientemente del resultado dañoso, así mu-
dinero, de acuerdo con el valor comercial del bien afectado.
chas veces dicho resultado sirva de pauta para definir la anormalidad de la causa.
En ese orden de ideas, es pensable que el ruido de una discoteca ubicada en una
zona comercial sea normal si no excede determinado nivel de sonoridad, indepen-
dientemente de los daños que con dicho nivel de ruido se produzcan. Es decir que 548 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 227; Yves Chartier, ob. cit. núm. 377.
549 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 227; Yves Chartier, ob. cit. núm. 400.
550 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 230; Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p.
587; Yves Chartier, ob. cit., núm. 396.
547 Yves Chartier, ob. cit., núm. 93; Francis Caballero, ob. cit., núm. 176 y ss. 551 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 232.
1286 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1287

1262.- REPARACIÓN DE OTROS DAÑOS PATRIMONIALES O EXTRAPATRIMONIALES cunstancias, surge la pregunta sobre el momento que debe tener en cuenta el juez
para determinar la intensidad del daño y el valor de su reparación. Según veremos
Pero, según dijimos, la contaminación ambiental puede a su turno, generar más adelante (infra, T. II, 569 y ss.), el principio general consiste en que es al
nuevos daños de tipo colectivo o de tipo privado. En este caso, la indemnización momento de la sentencia definitiva cuando el juez evalúa la intensidad y la cuan-
también puede ser en especie o en dinero, según el arbitrio del juez, y para la tía monetaria del daño. Esa solución es aplicable a los daños ambientales y a los
determinación del monto indemnizable se aplican los principios generales sobre que de ellos se derivan.
la reparación del daño (supra, T. II, 540 y ss.).
1264.- COMPENSACIÓN POR OTROS BENEFICIOS
Es de anotar que los costos que tenga la supresión o modificación de la fuen-
te contaminante no son una reparación en especie 552 • En cambio, la reforestación
A veces, la actividad contaminante, si bien genera daños a la víctima, lo
de un parque o la construcción de un muro que se destruye por la contaminación
cierto es que también, desde otro punto de vista, le genera beneficios. Piénsese en
sí lo son553 •
la carretera que valoriza un predio pero cuyo ruido genera molestias excesivas al
dueño del inmueble. En estos casos el juez compensará prudencialmente daños y
De otro lado, el juez al determinar la indemnización tendrá en cuenta la solu-
beneficios 556 sin que de ninguna manera pueda condenar al demandante perjudica-
ción que, dejando a la víctima en similares condiciones a las que tenía antes de
do y beneficiado a la vez a pagarle al demandado que reconviene la totalidad de
ocurrir el daño, sea la menos costosa para el demandado, o sea la menos pertur-
ese beneficio. La compensación sólo puede llegar hasta dejar en cero la pretensión
badora para la economía554 . En efecto, si la víctima puede ser indemnizada me-
del demandante.
diante la construcción de un muro que controle el ruido o puede ser reubicada en
otro lugar de ambiente sano en lugar de tener que cerrar el establecimiento con-
taminante o efectuar costosas reparaciones, es inconcebible que se obstine en PREDISPOSICIONES DE LA VÍCTIMA
una forma de reparación que lo deje literalmente hablando en la misma situación
anterior555 . Las predisposiciones de salud de la víctima no son tenidas en cuenta para
determinar si la contaminación es anormal o no 557 . En consecuencia, si una perso-
Inclusive, creemos que si la víctima, una vez indemnizada, tiene la posibili- na es particularmente sensible al ruido, no por ello tendrá derecho a reparación de
dad de reubicarse en otro sitio o de hacer correctivos en sus bienes y, pese a ello, los daños que sufra como consecuencia del leve ruido que genera un vecino y que
permanece en el lugar contaminado o no hace las reparaciones del caso, habrá una para la mayoría de la gente es tolerable y normaP 58 • La anormalidad se medirá de
59
culpa exclusiva o parcial de su parte y, por lo tanto, el demandado no será respon- acuerdo con el hombre medio que tiene un estado de salud normaP •
sable o lo será parcialmente. La solución es más evidente si dentro de la indemni-
zación el juez incluyó esa forma de reparación.
1266.- EL EJERCICIO DE LAS ACCIONES DE GRUPO

1263.- EL DAÑO SE EVALÚA AL MOMENTO DE LA SENTENCIA DEFINITIVA A continuación veremos los mecanismos judiciales de que disponen los per-
judicados por la contaminación ambiental cuando se trata de un número no infe-
A menudo, el daño ambiental o el que de la contaminación se deriva se agra- rior a 20 víctimas. La Ley 472 de 1998 reguló la materia. Si son menos de 20
va entre el momento de la demanda y el de la sentencia definitiva. En tales cir- víctimas sólo procede la acción ordinaria o la de responsabilidad directa.

552 Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm. 881 y ss. 556 Ídem, p. 225.
553 Ídem, núm. 884. 557 Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm. 1582.
554 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., pp. 227 y 247; Yves Chartier, ob. cit., núm. 388. 558 Ibídem.
555 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 230. 559 Yves Chartier, ob. cit., núm. 1OO.
1288 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1289

1267.- SISTEMA IDEAL DE LAS ACCIONES DE GRUPO según veremos más adelante. En los párrafos que siguen, estudiaremos los rasgos
fundamentales de estas acciones tratándose de contaminación ambiental.
Las acciones de clase o de grupo han sido concebidas en el derecho compara-
do para que la decisión judicial contra el responsable de un daño causado a un 1269.- ÜBJETIVO DE LAS ACCIONES DE GRUPO
número plural de personas pueda beneficiar incluso, a aquellas víctimas que no
demandaron en ese mismo proceso. Cuando esas acciones están bien reglamenta- Las acciones de grupo o de clase tienen, según el artículo 46 de la Ley 472,
das, se procede así: por objetivo exclusivo, obtener el reconocimiento y pago de la indemnización de
perjuicios, cuando el grupo esté integrado al menos, por 20 demandantes. Es de-
En primer lugar, el juez determina el grupo de personas a los cuales puede cir, en forma expresa, la ley está prohibiendo las acciones de grupo para evitar el
afectar el fallo, para lo cual buscará un factor de conexión como sería, por ejem- daño contingente. Sin embargo, según vimos (supra, T. I, 1229), tratándose de
plo, haber consumido un mismo producto de un mismo fabricante o haber sido evitar un daño contingente o amenazante, se puede interponer una acción popular,
afectado por un mismo vertimiento de sustancias tóxicas. así se trate de evitar daños individuales o particulares.

De otro lado, terminado el proceso de una acción de grupo puede ocurrir lo Por lo tanto, aplicando literalmente la Ley 472, si por la contaminación am-
siguiente: 1) que las víctimas convocadas mediante avisos públicos acepten o biental existen daños individuales ya causados a un grupo de personas, y existe
rechacen en forma expresa someterse al resultado del proceso. En este último una amenaza latente de nuevos daños individuales o colectivos hacia el futuro,
caso, la sentencia no perjudica ni beneficia a quien en forma expresa renunció a será necesario acudir a las acciones de grupo para obtener la indemnización, y a
los resultados del proceso y, en consecuencia, la víctima tiene abierto el camino las populares para suprimir en forma rápida la amenaza por daño contingente.
para ejercer su acción individual. 2) La sentencia condenatoria puede beneficiar a
los que sin haberse hecho parte en el proceso al momento de la citación, reclaman, Con todo, nos parece absurdo que si en el ejercicio de una acción de grupo
dentro de un plazo determinado, ante el mismo juez, la indemnización de sus por contaminación ambiental el juez encuentra que la contaminación subsiste y
propios perjuicios, mediante un incidente de liquidación de los mismos. Es decir, amenaza hacia el futuro, no pueda ordenar la supresión de la misma, bajo el argu-
la sentencia condenatoria beneficia a las víctimas que no se hicieron parte en el mento de que la ley establece las acciones de grupo únicamente con fines indem-
proceso durante el desarrollo de éste. 3) En ningún caso, la sentencia absolutoria nizatorios. Es más, según ya hemos dicho, la acción popular es aplicable cuando
perjudica a los perjudicados que conociendo o no la demanda de grupo, no recha- la amenaza recae sobre un bien particular, pues un juez no puede quedarse a la
zaron ni aceptaron someterse al resultado del proceso. 4) Si la sentencia es conde- espera de una sentencia dentro de un proceso ordinario que dura 10 años, mientras
natoria y pasado el término para que los perjudicados se presenten a reclamar su ve que la casa de una persona se derrumba por no exigirle a un constructor vecino
indemnización, alguno de ellos guarda silencio sobre sus pretensiones, de todas que tome las medidas preventivas inmediatas para evitar el daño. La interpreta-
formas le queda abierto el camino para reclamar en forma individual mientras las ción literal de la ley en este caso atentaría contra derechos constitucionales.
acciones no hubieren caducado ni prescrito.
Nos parece que la interpretación correcta del artículo 46 de la Ley 472 de
Ahora, el juez, al liquidar los perjuicios, obviamente debe tener la prueba de 1998 consiste en considerar que las acciones de grupo no son viables cuando tie-
los mismos, pues, de lo contrario, deberá limitarse a fallar en abstracto para que, nen por finalidad exclusiva prevenir un daño contingente. En cambio, son facti-
después, cada víctima demuestre el monto de sus daños. bles si pretendiendo en forma principal la indemnización de daños ya causados a
un número plural de víctimas, accesoriamente pretenden la supresión de un daño
1268.- EsE NO ES EL SISTEMA CONSAGRADO PARA LAS ACCIONES DE GRUPO latente. Opinar lo contrario, sería un despropósito y un atentado a la economía
EN LA LEY 472 DE 1998 procesal.

Pero la Ley 472 de 1998, aunque desarrolló el ejercicio de las acciones de Creemos inclusive que, si el juez que conoce de la acción de grupo de entrada
grupo, introdujo una serie de inconvenientes procesales que, finalmente la ley, observa la amenaza de agravación del daño ya causado, puede tomar las medidas
lejos de beneficiar a las víctimas del daño de grupo, terminó perjudicándolas, cautelares previstas para las acciones de grupo a que se refiere el artículo 25 de la
1290 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1291

Ley 4 72. Piénsese en las enfermedades pulmonares producidas por contaminación 55 de la Ley 472, para conformar el grupo, examine si un mínimo de 20 deman-
del aire, y que pueden agravarse o multiplicarse si no se suprime en forma inme- dantes llena esas condiciones de homogeneidad, pues la simple afirmación de ello
diata la contaminación. podría conducir a una deslealtad procesal cuando el juez perciba que hay deman-
d~ntes que nada tuvieron que ver con los hechos. Es decir, más que 20 demandan-

EN LAS ACCIONES DE GRUPO LOS DAÑOS INDIVIDUALES tes, el juez debe percatarse de que un mínimo de 20 personas llene las condiciones
DEBEN DERIVARSE DE UN DAÑO COLECTIVO para hacerse parte del grupo, así al final se pueda llegar a la conclusión de que
algunos de los miembros del grupo no tienen derecho a indemnización. Puede
En un adecuado régimen jurídico que consagre las acciones de grupo, lo fun- suceder que, por ejemplo, algunos de los demandantes prueben que consumieron
damental es que haya un número plural de perjudicados con unas condiciones un mismo alimento tóxico y que, durante el proceso, algunos de ellos no puedan
comunes, independientemente de cual haya sido la causa que originó los daños. probar daños derivados de dicho consumo.
Sin embargo, absurdamente, la Ley 472, en su artículo 55 condiciona la acción de
grupo, al hecho de que los daños individuales se deriven a su turno, de daños 1272.- LEGITIMACIÓN PARA EJERCER UNA ACCIÓN DE GRUPO
colectivos, sea que estos se originen una o más acciones u omisiones. Ello signi-
fica que no son procedentes las acciones de grupos, mientras los daños individua- De acuerdo con el artículo 46 de la Ley 472, toda persona que se vea perjudi-
les de los componentes del grupo no se deriven de daños colectivos. cada podrá demandar la indemnización de perjuicios, con base en una acción de
grupo. Pero como la ley exige que la acción sea ejercida por un grupo no inferior
Así las cosas, es preciso remitirse al artículo 4° de la Ley 472, que relaciona a 20 demandantes, es necesario analizar la forma como ese grupo puede llegar al
a título de ejemplo, los derechos e intereses colectivos. Por fortuna, los literales a) proceso.
y n) del citado artículo consagran como intereses o derechos colectivos el medio
ambiente y los derechos de los consumidores o usuarios. De allí que, tratándose Lo más fácil es que un mínimo de 20 personas, en forma personal y directa,
de daños individuales derivados de contaminación ambiental o de productos de- pero por medio de abogado, ejerzan la acción, en cuyo caso, el grupo está confor-
fectuosos o de mala calidad y eficiencia, las acciones de grupo son posibles, a mado sin dificultad alguna, y el juez, antes de admitir la demanda, según vimos
condición desde luego, de que se cumplan las condiciones previstas en la Ley 472, (supra, T. I, 1271) debe limitarse a averiguar si todos los demandantes llenan los
incluyendo un mínimo de 20 reclamantes. requisitos de uniformidad exigidos por los artículos 46 y 55, así no prueben los
perjuicios desde el comienzo.
1271.- SE REQUIERE UN MÍNIMO DE 20 DEMANDANTES CON CONDICIONES
Pero puede suceder que haya sólo un demandante que conoce la existencia de
DE HECHO UNIFORMES
un grupo de mínimo 20 personas que ha sufrido un daño que permite el ejercicio
de una acción de grupo. Nos parece que, en ese caso, la acción es procedente, así
Según vimos, el artículo 46 de la Ley 472 exige que haya un mínimo de 20 el demandante sea uno solo, pero a condición de que se identifique como mínimo
demandantes para que proceda la acción de grupo. Y exige además, que esas per- a 20 perjudicados y se les cite al proceso. En ese caso, se requiere que un grupo
sonas deriven sus daños de una misma causa, en este caso, de una misma fuente de mínimo de 20 personas citadas se abstenga de excluirse expresamente del grupo.
contaminación. Por lo tanto, si una industria causa dos contaminaciones en fechas Esa solución tiene su apoyo en el parágrafo único del artículo 48, de la Ley 472,
distintas, no podrán las víctimas de una y otra iniciar una misma acción de grupo de acuerdo con el cual, "en la acción de grupo el actor o quien actúe como deman-
pues las causas son diferentes. dante, representa a las demás personas que hayan sido afectadas individualmente
por los hechos vulnerantes, sin necesidad de que cada uno de los interesados ejer-
Pero puede suceder que, siendo 20 ó más los demandantes, en el curso del za por separado su propia acción, ni haya otorgado poder".
proceso, el juez establezca que los perjudicados reales son menos de 20. En esta
forma, lo que debería tramitarse por un proceso ordinario termina tramitándose Ahora, nos parece que al demandante no le basta afirmar que existe ese grupo
por una acción de grupo. Nos parece que lo correcto es que el juez, al analizar las de personas. El juez debe, antes de aceptar la demanda, percatarse de que efectiva-
condiciones de uniformidad de los reclamantes a que se refieren los artículos 52 y mente existe un mínimo de 20 personas que reúna las condiciones previstas en los
1292 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1293

artículos 46 y 55 de la Ley 472. Si no fuera así, el requisito de los 20 afectados se Nos parece desafortunada la última posibilidad, pues permitir la demanda en
burlaría fácilmente pues al demandante le bastaría afirmar su existencia, así a lo el domicilio del demandante, puede dar lugar a fraudes de parte tanto de los de-
largo del proceso ese hecho no se demuestre. mandantes como de los responsables. En efecto, tratándose de acciones con perju-
dicados en todo el país, es posible que se busque a una persona que se afirme
Podría pensarse en que el juez admita la demanda con la sola afirmación de perjudicado, así no lo sea, con domicilio en un lugar alejado que le impida al
que existe un mínimo de 20 personas afectadas, pero a condición de que, luego de demandado defenderse adecuadamente. Pero también puede ocurrir que el res-
hecha la publicación a que se refiere el artículo 53 de la Ley 472, se individualice ponsable, antes de ser demandado en una capital, se haga demandar en un lugar
a dichas personas. alejado donde la mayoría de las víctimas no conozca de la existencia del proceso
ni existan abogados que representen adecuadamente a todos los perjudicados.
De otro lado, conviene analizar lo dispuesto en el inciso segundo del artículo
48 de la Ley 472, de acuerdo con el cual el defensor del pueblo y los personeros Es tan peligrosa esa competencia, que pensamos que ella es inconstitucional
municipales y distritales podrán proponer acciones de grupo en nombre de cual- por ser violatoria del derecho de defensa. Lo lógico es continuar con la solución
quier persona que se lo solicite o que se encuentre en situación de desamparo o tradicional de demandar en el sitio donde ocurrieron los hechos o en el domicilio
indefensión. del demandado, alargando este de tal manera que se pueda demandar en el lugar
donde el demandado tenga algún representante comercial.
La forma como está redactada la norma daría a entender que en este caso no
se requiere un mínimo de 20 personas que conformen el grupo. Sin embargo, 1274.- AUDIENCIA DE CONCILIACIÓN
creemos que la solución correcta es la de exigir, como en todos los casos, ese
mínimo de personas que, aunque no sean demandantes, reúnan las condiciones El artículo 61 de la Ley 472 establece una audiencia de conciliación que, ante
uniformes exigidas en la ley. La ley simplemente lo que permite es que alguien el silencio de la ley, deberá tramitarse de acuerdo con lo previsto en el artículo
que no sea perjudicado tome la iniciativa de ejercer la acción a nombre de quien, 1O1 del Código de Procedimiento Civil en lo que no contradiga al artículo 61.
siendo perjudicado, de hecho no puede ejercerla.
En nuestro concepto, esta audiencia es un despropósito, mientras no se iden-
Ahora, nos parece que si la víctima, por estar fuera del país, no puede ejercer tifique a todos los perjudicados o no se tenga la forma de individualizarlos.
la acción, el defensor del pueblo o los personeros podrán hacerlo en su nombre, de
acuerdo con todo lo visto hasta ahora. En efecto, es inaudito que cuando aún no se han presentado todas las recla-
maciones ni se conoce en lo más mínimo el monto de los daños, el demandante
Finalmente, el defensor del pueblo y los personeros no podrán ejercer la ac- pueda llegar a conciliaciones que, muy seguramente, van a perjudicar a víctimas
ción de grupo, mientras no identifiquen a una víctima que se encuentre en estado que no han podido reclamar y demostrar su daño.
de indefensión, así conozca la existencia de otros perjudicados.
Es más, nos parece que en un momento determinado, los perjudicados que se
sientan engañados con las indemnizaciones otorgadas en virtud de la conciliación
1273.- JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA
podrán argumentar que esa conciliación no les es oponible, de acuerdo con lo
previsto en el literal b ), del artículo 56 de la Ley 472. Inclusive, el demandante
De acuerdo con el artículo 50 de la Ley 472, la justicia contencioso adminis- que realiza una conciliación sin verificar previamente el número de perjudicados
trativa conoce de las acciones de grupo contra las entidades estatales responsa- y el valor de los daños podría ser responsable si la conciliación no ha sido pruden-
bles. Y los jueces civiles conocen de las mismas acciones cuando el demandado
te y diligente.
sea un particular.
Esta norma, por otra parte, puede dar lugar a que el responsable, conocedor
Y serán competentes el juez del lugar donde ocurrieron los hechos, el del de la magnitud de su responsabilidad, promueva la conciliación antes de que apa-
domicilio del demandado y el del domicilio del demandante. rezcan todos los perjudicados.
1294 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS i 295

Finalmente, la conciliación se asimila a una sentencia y tiene efectos de cosa Todas las solicitudes presentadas oportunamente se tramitarán y
juzgada. Pero, como dijimos, el artículo 58, en su literal b, permite al perjudicado decidirán conjuntamente mediante acto administrativo en el cual se
que no se sintió bien representado pedir que se le excluya del grupo y, por lo reconocerá el pago de la indemnización previa comprobación de los
tanto, podrá alegar que la cosa juzgada de la conciliación no le es oponible. requisitos exigidos en la sentencia para demostrar que forma parte
del grupo en cuyo favor se decretó la condena.
1275.- CONTENIDO DE LA SENTENCIA. REPARTICIÓN DE LA INDEMNIZACIÓN
Cuando el estimativo de integrantes del grupo o el monto de las
indemnizaciones fuere inferior a las solicitudes presentadas, el juez
Pero el mayor despropósito de la Ley 472 de 1998 lo encontramos en el ar-
o el magistrado podrá revisar, por una sola vez, la distribución del
tículo 65, que regula todo lo relativo al contenido de la sentencia condenato-
monto de la condena, dentro de los veinte (20) días siguientes conta-
ria dentro de un proceso instaurado mediante una acción de grupo. Veamos el
dos a partir del fenecimiento del término consagrado para la inte-
contenido de dicha norma, para posteriormente proceder a su análisis.
gración al grupo de que trata el artículo 61 de la presente ley. Los
Dice el artículo 65: dineros restantes después de haber pagado todas las indemniza-
ciones serán devueltos al demandado.
Artículo 65. Contenido de la sentencia. La sentencia que ponga fin
al proceso se sujetará a las disposiciones generales del Código de 4. La publicación, por una sola vez, de un extracto de la senten-
Procedimiento Civil y además, cuando acoja las pretensiones incoadas, cia, en un diario de amplia circulación nacional, dentro del mes
dispondrá: siguiente a su ejecutoria o a la notificación del auto que hubiere
ordenado obedecer lo dispuesto por el superior, con la prevención a
l. El pago de una indemnización colectiva, que contenga la suma todos los interesados igualmente lesionados por los mismos hechos
ponderada de las indemnizaciones individuales. y que no concurrieron al proceso, para que se presenten al juzgado,
dentro de los veinte (20) días siguientes a la publicación, para re-
2. El señalamiento de los requisitos que deben cumplir los benefi-
clamar la indemnización.
ciarios que han estado ausentes del proceso a fin de que puedan
reclamar la indemnización correspondiente, en los términos esta- 5. La liquidación de las costas a cargo de la parte vencida, tenien-
blecidos en el artículo 61 de la presente ley. do en cuenta las expensas necesarias para la publicación del ex-
tracto de la sentencia.
3. El monto de dicha indemnización se entregará al Fondo para la
Defensa de los Derechos e Intereses Colectivos, dentro de los diez 6. La liquidación de los honorarios del abogado coordinador, que
(10) días siguientes a la ejecutoria, el cual será administrado por el corresponderá al diez por ciento (10%) de la indemnización que obten-
Defensor del Pueblo y a cargo del cual se pagarán: gan cada uno de los miembros del grupo que no hayan sido repre-
sentados judicialmente.
a) Las indemnizaciones individuales de quienes formaron parte
del proceso como integrantes del grupo, según la porcentualización
que se hubiere precisado en el curso del proceso. El juez podrá divi- 1276.- CoMENTARIOs

dir el grupo en sub grupos, para efectos de establecer y distribuir la


indemnización, cuando lo considere conveniente por razones de equi- Es inconcebible que un país queme todas las cartas posibles de democracia
dad y según las circunstancias propias de cada caso; participativa, cuando trata de desarrollar legalmente los logros conseguidos por
vía constitucional. Y es lo que ocurre, entre muchos otros casos, en las acciones
b) Las indemnizaciones correspondientes a las solicitudes que lle- de grupo. En efecto, sin proponérselo, los redactores de la Ley 472 cumplieron el
garen a presentar oportunamente los interesados que no hubieren objetivo de proteger a los responsables de daños masivos y desproteger a las víc-
intervenido en el proceso y que reúnan los requisitos exigidos por el timas de estos. El margen de maniobra de las víctimas es tan escaso que podría
juez en la sentencia. decirse que su derecho de defensa ha sido denegado. Veamos por qué:
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1297
1296 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

l. En primer lugar, la Ley 472 por ninguna parte fija parámetros claros sados, sino simplemente, de disminuir las indemnizaciones individualmente pre-
para que el juez integre el grupo de personas a las cuales afectará el fallo dentro de vistas y ponderadas.
una acción de grupo. Así las cosas, no es difícil que haya conflictos cuando resul-
ten perjudicados que, no habiéndose pronunciado dentro de los plazos previstos Con la solución establecida en la norma es muy factible que las víctimas que
en la ley, quieran plegarse a la sentencia condenatoria o quieran eludir los efectos no hicieron parte del grupo demandante se queden en la más absoluta miseria,
del fallo absolutorio. porque cuando lleguen al proceso, se van a encontrar con una indemnización co-
lectiva que al ser distribuida les va a indemnizar ínfimamente su daño.
En una adecuada legislación sobre acciones de grupo, para que haya una sen-
tencia en concreto, el juez debe conocer con exactitud el contenido del daño de La pregunta que uno se hace es: ¿hasta qué punto el juez y el demandante que
cada una de las víctimas y la identificación de estas. Por eso, en algunos ordenamientos promovió la acción de grupo están, bajo su responsabilidad civil, obligados a
jurídicos, el juez determina con anticipación a los miembros del grupo perjudica- averiguar todo lo necesario para identificar a los perjudicados y averiguar el mon-
do y cuantifica sus daños, para con base en ello, otorgar una suma determinada to de sus daños? No hay derecho a que, con un simple impulso para probar los
que será repartida entre los miembros del grupo, de acuerdo con el daño de cada daños de los que demandaron, se deje a las víctimas que no conocieron del proce-
perjudicado. so desde un comienzo, con sus derechos expoliados.

Y si no puede identificar a algunos perjudicados, fijará de todas formas los Por eso, nos parece que en cierta forma esta disposición es inconstitucional
requisitos mínimos necesarios para que víctimas desconocidas puedan conside- ya que viola el derecho de defensa de quienes no tuvieron oportunidad real de
rarse miembros del grupo y así reclamar dentro del mismo proceso. Pero en ese conocer la existencia de la acción.
caso, condenará en abstracto para que, posteriormente, mediante incidente, y den-
tro de un plazo de días o de meses, se fije la legitimación del demandante y el 3. El artículo 66 instaura un tortuoso, complicado y confuso trámite que en
monto de sus perjuicios. el fondo sólo beneficia al responsable. Lo lógico habría sido sencillamente otor-
gar las indemnizaciones individuales a los perjudicados ya identificados que hubieren
2. Pero el artículo 66 de la Ley 4 72 ordena al juez condenar en concreto a probado su daño y condenar en abstracto en favor de quienes, dentro de un térmi-
una suma fija como indemnización colectiva, "que contenga la suma ponderada no o plazo corto, no solo prueben su daño, sino también los requisitos que los
de las indemnizaciones individuales".
convierten en miembros del .grupo perjudicado.

Pero resulta que esa indemnización individual solo puede ser ponderada con
Pero en la forma como quedó redactada la norma, se corre el riesgo de que los
alguna exactitud o aproximación, conociendo el número de víctimas y los perjui-
daños valgan mucho más de lo otorgado como indemnización para todos los miembros
cios de cada una de ellas. ¿Cómo podrá el juez fijar una suma ponderada de los
del grupo. Y mientras que la ley no prevé aumentar las indemnizaciones en caso
daños individuales si desconoce, por ejemplo, el número de personas que en todo
de que resulten nuevas víctimas o que los daños sean mucho mayores, sí establece
el país resultaron intoxicadas por un alimento descompuesto? En caso similar, y
en cambio que, si sobrare dinero después de repartir la indemnización, este le sea
casi todos lo son, cualquier suma puede exceder los daños reales o quedarse corta.
devuelto al demandado.
Tratando de resolver este problema, el artículo 66 prevé que cuando el estimativo
4. El artículo 66, en su numeral 3° establece que la indemnización colecti-
de los integrantes del grupo o el monto de las indemnizaciones otorgadas por el
va será entregada al defensor del pueblo para que este se encargue de repartirla a
juez se quedaren cortos porque resultaron más perjudicados de los previstos o
estos reclamaron indemnizaciones más altas, el juez podrá revisar por una sola cada uno de los perjudicados. Y afirma el literal a) del citado numeral que se
vez la distribución del monto de la condena. pagará la indemnización a quienes se hubieren hecho parte en el proceso corno
miembros del grupo. Y el literal b) del mismo numeral establece que el defensor
Solución absurda porque con ella no se trata de condenar al responsable a una del pueblo pagará las indemnizaciones correspondientes a las solicitudes de vícti-
suma adicional para atender así los nuevos perjudicados o los mayores daños cau- mas que no se hicieron parte en el proceso, pero reúnen los requisitos estableci-
1298 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1299

dos en la sentencia. Luego establece la misma disposición que todas las solicitu- perjudicados ya reconocidos, quienes tendrán interés en que los montos indemnizables
des que sean presentadas oportunamente se tramitarán y decidirán conjuntamente no sean reducidos en razón del mayor número de reclamaciones.
mediante acto administrativo en el cual se reconocerá el pago de las indemnizaciones
de cada una de las víctimas que haya probado el lleno de los requisitos previstos 'Todo esto se habría evitado si en la ley se hubiera establecido el derecho a la
en la sentencia. indemnización a todo el que dentro de un plazo corto, pruebe sus daños, ante el
juez que conoce del proceso. Pero no. Mientras en el mundo entero, primero se
Aparentemente, el artículo 66 permite al defensor del pueblo entregar las prueba el daño y su cuantía y luego se fija el monto indemnizable, la originalidad
indemnizaciones individuales a las víctimas que se hicieron parte en el proceso, nuestra nos exige otorgar primero la indemnización para luego probar el daño y su
sin esperar a que pase el término para averiguar qué otras víctimas nuevas apare- cuantía. Si falta dinero, la pierden las víctimas; pero si sobra, la recupera el res-
cen. Si esa es la interpretación correcta, el juez deberá otorgar, además de las ponsable.
indemnizaciones individuales ya identificadas, un rubro adicional para las even-
tuales reclamaciones que aparecieren posteriormente. Y si la interpretación es la 1277.- EFECTOS DE LA SENTENCIA DE UNA ACCIÓN DE GRUPO
de que también las víctimas que hicieron parte del grupo dentro del proceso deben
someterse a la distribución mediante acto administrativo, carece de sentido otor- El artículo 66 de la Ley 472 establece que la sentencia dentro de un proceso
gar en la misma sentencia el monto indemnizable de quienes fueron partes en el por una acción de grupo, tiene efectos de cosa juzgada frente a todos los perjudi-
proceso, pues mientras no se sepa cuál es el daño total, es imposible conocer el cados, salvo contra aquellos que en forma expresa se excluyeron del grupo. Esta
monto indemnizable de los que ya recibieron su indemnización. disposición que nos parece en extremo perjudicial para las víctimas debe analizar-
se según que el fallo sea condenatorio o que sea absolutorio.
5. Pero lo más grave de toda esta telaraña procedimental consiste en que
el defensor del pueblo, mediante acto administrativo reconocerá la indemniza- 1278.- EFECTOS DEL FALLO CONDENATORIO
ción a favor de quienes sin haber sido partes en el proceso, dentro del término
legal prueben reunir los requisitos para hacer parte del grupo, previstos en la sen- El fallo condenatorio en el curso de una acción de grupo tiene efectos, desde
tencia. luego, en relación con quienes fueron partes en el proceso. Y según el artículo 55
de la Ley 472, también tendrá efectos en relación con los perjudicados que no
Para comenzar, la ilusión de un trámite rápido se desvanece cuándo percibi- siendo parte del grupo, se presentaren a cobrar sus perjuicios dentro de los 20 días
mos que todo acto administrativo es susceptible de recursos e incluso de deman- siguientes a la publicación de la sentencia condenatoria. En cambio, no beneficia-
das contencioso administrativas que duran mucho más tiempo que un proceso rá a quienes en forma expresa y oportuna se excluyeren del grupo.
ordinario. Ya no será uno sino dos procesos los que esperan a las víctimas, mien-
tras el demandado corre el riesgo de insolventarse. Esta solución es peligrosa en un medio geográfico e incomunicado como el
nuestro. En efecto, uno entiende que, por economía procesal, el fallo condenato-
Pero de otra parte, quienes hemos trasegado por el proceso indemnizatorio, rio beneficie a quienes, sin haber sido partes en el proceso, se presenten ante el
sabemos que, en el fondo, el 80% de la actividad judicial consiste en demostrar mismo juez a reclamar su indemnización, dentro de un plazo razonable. Pero es
los perjuicios y el nexo de causalidad. Es allí donde hace falta el juez, con su inaudito que una persona perjudicada, que vive en un lugar lejano de aquel donde
capacidad oficiosa para decretar pruebas y para decidir problemas de fondo. se ventila la acción de grupo, tenga escasos 20 días para presentarse a reclamar su
indemnización. Lo lógico en cualquier orden jurídico serio es que quien guardó
Con la nueva ley, el defensor del pueblo deberá enfrentarse a reclamaciones silencio dentro de los plazos previstos para reclamar dentro de la acción de grupo
multitudinarias para decidir si se llenan los requisitos para hacer parte del grupo, tenga abierta la posibilidad de reclamar en forma individual acudiendo a la vía
si los daños reclamados tienen relación de causalidad con la conducta del deman- ordinaria o contencioso administrativa. En el fondo esa es la razón de ser de lo
dado. Y desde luego, tendrá que contar con la intervención del propio demandado dispuesto en el artículo 47, cuando al referirse a la caducidad, fija un plazo de dos
que buscará que haya pocas víctimas para que así le sobre plata, y con la de los años, "sin perjuicios de la acción individual. .. ".
1300 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1301

1279.- QuÉ PASA CON OTROS PROCESOS PARALELOS QUE NO SE CONOCÍAN formas no pertenecía al grupo de medicamentos al que pertenecían los que origi-
naron el proceso. Cuando el juez determina con exactitud el lote de productos
De otra parte, hay un problema que se puede presentar en la práctica cuando afectados por la acción de grupo no hay problema. Pero ¿qué pasa el día que la
de hecho exista un proceso paralelo contra el mismo responsable o contra otro sentencia se profiera en ese sentido y la víctima que desconoció el fallo inicial
responsable del mismo daño. Desde luego, el demandado podrá proponer la ex- busque iniciar un nuevo proceso? La respuesta es que no podrá hacer nada pues el
cepción de pleito pendiente si ambos procesos son contra él. Pero ¿cuál es la primer fallo tiene efectos de cosa juzgada.
solución cuando el demandado es otra persona pero los daños son los mismos o se
derivan de los mismos hechos? ¿Podrá el demandado alegar enel proceso que aún RECURSOS CONTRA LA SENTENCIA
no ha sido fallado, que la sentencia del asunto fallado extingue el segundo proceso
aún pendiente? Desde luego que sí, pues el primer demandante representa a todos Establece el artículo 67 de la Ley 472 que la sentencia dentro de un proceso
los perjudicados, salvo a los que en forma expresa se excluyeron del primer pro- por acción de grupo es apelable en el efecto suspensivo y que, en este caso, el
ceso. Ello se desprende de la cosa juzgada prevista en el artículo 55 de la Ley 472 demandado prestará caución para garantizar las medidas cautelares de embargo y
de 1998. secuestro.

1280.- EFECTOS DEL FALLO ABSOLUTORIO DENTRO DE UNA ACCIÓN El demandado deberá garantizar su solvencia. ¿Pero qué pasa si no apela la
DE GRUPO sentencia sino que se va a dilatar el proceso del acto administrativo ante el defen-
sor del pueblo?
De otro lado, en todas partes del mundo, la acción de clase o de grupo permi-
te que los perjudicados se beneficien del fallo condenatorio dentro de una acción § 3.- EL NEXO CAUSAL EN LA CONTAMINACIÓN AMBIENTAL
de grupo, y que el fallo absolutorio sólo vincule a los demandantes.

Sin embargo, en forma absurda e injusta, el artículo 6° de la Ley 472, vincula


1282.- REMISIÓN

con el fallo absolutorio a todos los perjudicados por los mismos hechos, a menos
En otro capítulo de esta obra (supra, T. I, 246 y ss.) abordamos con cierta
que algunos de ellos en forma expresa y oportuna se excluyan.
amplitud el problema del nexo causal como elemento indispensable de la responsa-
bilidad civil. En principio, las ideas que allí expusimos son aplicables a la respon-
Ello significa que, si en un pueblo alejado se tramita una acción de grupo, los
sabilidad por contaminación ambiental. Sin embargo, en esta materia se presentan
perjudicados que muy seguramente no tendrán conocimiento de las publicaciones
algunas particularidades que ameritan ser analizadas con algún detenimiento.
convocándolos para integrarse el grupo se verán perjudicados por la sentencia
absolutoria.
1283.- SOLIDARIDAD ENTRE CONTAMINADORES

Pero ingenuamente, el artículo 56 en su literal b) establece que el perjudicado


puede huirle a la cosa juzgada si demuestra, dentro de los 5 días siguientes a la Siguiendo lo dispuesto en el artículo 2344 del Código Civil (supra, T. I, 50 y
publicación de la sentencia, que no fue defendido en forma satisfactoria. No sólo ss.), es claro que cuando varios agentes contribuyen con su conducta a la contami-
ese plazo es irrisorio, sino que no es fácil para un juez determinar si el demandan- nación del medio ambiente, no sólo son solidariamente responsables de los daños
te fue o no debidamente representado en el proceso. causados al ambiente mismo, sino que también lo son por los daños causados a los
particulares como consecuencia de dicha contaminación560 . Pero la solución pare-
ce un poco chocante en ciertas circunstancias. Veamos:
Ahora, existe también el riesgo de que haya personas que inicien un nuevo
proceso alegando que sus condiciones son diferentes de las que determinó el juez
que conoció del primer proceso, para hacer parte del grupo. Piénsese en el pacien-
te que adquiere un antibiótico que si bien era de la misma casa fabricante, de todas 560 María del Carmen Sánchez-Friera González, ob. cit., p. 257.
1302 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS i 303

1284.- CONCURRENCIA DE CONTAMINACIONES LEVES 1285.- LA CONTAMINACIÓN LEVE PUEDE LLEGAR A SER ANORMAL

En primer lugar, puede suceder que cada uno de los agentes que contamina De otro lado, vale la pena resolver una contradicción aparente que la doctrina
emita una contaminación que por sí sola no tenga la capacidad de deteriorar el ni siquiera plantea.
ambiente, pero que combinada con otras de la misma o superior intensidad sí
pueden lograrlo. En efecto, puede suceder que el grado de contaminación de cada uno de los
agentes individualmente considerado aparezca como normal, según lo que hemos
Tratándose de complejos industriales, comerciales o agropecuarios, si la com- dicho al referirnos a la contaminación anormal o excesiva (infra, T. I, 1299), en
binación de esas actividades deteriora el medio ambiente, se llenan los requisitos cuyo caso el agente no sería responsable, así, finalmente, la combinación de emi-
previstos en el artículo 2344 del Código Civil y, en consecuencia, la responsabi- siones termine produciendo una contaminación anormal o excesiva. Por lo tanto,
lidad solidaria es indiscutible561 . Tal sería el caso de varias industrias que arrojan ninguno de los agentes sería responsable pues ninguno de ellos estaría producien-
aguas ligeramente contaminadas a un mismo río, que termina deteriorándose al do una contaminación anormal.
acumularse todas esas substancias. En este caso, aunque tomada en forma indivi-
Sin embargo, ello sería mal razonar. En efecto, el criterio de contaminación
dual cada una de las fuentes contaminantes, ninguna es capaz de deteriorar el
"anormal" o "excesiva" hay que juzgarlo de acuerdo con todas las circunstancias
ambiente, el hecho de ponerlas en contacto con otras fuentes constituye una acti-
de espacio y tiempo que rodean el caso concreto. En consecuencia, en el ejemplo
vidad peligrosa. La peligrosidad no surge de emitir la contaminación, sino de
que venimos planteando, el juez puede concluir que es normal o anormal aquella
emitirla a sabiendas de que otros también lo están haciendo y, al hacerlo, el daño
contaminación que aunque por sí sola no es capaz de causar el daño, de todas
es inevitable. Inclusive, podría pensarse que la totalidad de las emisiones son una
formas se genera en un sitio donde al entrar en combinación con otras, termina
sola actividad peligrosa cuya guarda está en cabeza de todos los que contribuyen
deteriorando el entorno. Arrojar una contaminación leve en un sitio donde otros lo
a contaminar. Es lo que hemos denominado la guarda colectiva de la actividad
hacen puede o no constituir una contaminación excesiva. Al juez le corresponde
peligrosa (supra, T. I, 902).
evaluar cada caso concreto. En efecto, debemos recordar que existen zonas donde
la contaminación por concurrencia de varios agentes contaminantes no se consi-
Pero tal solución no podría ser, en lógica y en buen sentido, aplicable absolu-
dera anormal, dada la vocación industrial o comercial del lugar. En cambio, la
tamente a todas las actividades de la vida diaria de los miembros de la comunidad.
acumulación de los olores de cuatro o cinco establecimientos de comercio en un
En efecto, es claro que la circulación de 200 mil automóviles en una ciudad puede
barrio residencial puede ser considerada como anormal, así la emisión contami-
causar graves daños en la salud de las personas como consecuencia del deterioro
nante de cada uno de ellos sea muy leve.
del aire. Y sería absurdo pensar que las víctimas pudiesen reclamar la totalidad de
la indemnización a cualquiera de los conductores de esos vehículos bajo el argu-
mento de que ellos son solidariamente responsables pues todos concurrieron a la 1286.- SOLUCIÓN CUANDO LA VÍCTIMA TAMBIÉN CONTAMINA

producción del daño. En consecuencia, esta solidaridad sólo es aplicable cuando


Pero también puede suceder que el daño lo sufra, no un tercero ajeno a la
se trata de un grupo relativamente pequeño de agentes contaminantes que explo-
contaminación, sino una persona que parcialmente contribuye a la contamina-
tan complejos industriales, comerciales o agropecuarios. Es de anotar que esta
ción que desemboca en su propio daño. Piénsese en la industria que emite una
solidaridad rompe el principio de la conditio sine qua non de todas las teorías de
leve contaminación que, al entrar en combinación con otra contaminación vecina
la causalidad, pues un demandado podría alegar que con y sin su contaminación '
destruye la maquinaria de la primera. En este caso, el juez deberá buscar si hay
leve el daño de todas formas se habría producido. Pero si se aplica este principio
alguna culpa probada de los agentes contaminantes y, en caso de hallarla, conde-
a la contaminación ambiental se produce la paradoja de que mientras más contaminadores
nará al culpable o negará la indemnización si el culpable es la víctima. Si tanto la
haya, más desprotegida queda la víctima (supra, T. I, 306 y ss.)
víctima como los otros agentes actuaron con culpa, habrá reducción del monto
indemnizable (supra, T. II, 52 y ss.). Y si todos los agentes sufren daños, las
cargas indemnizatorias se repartirán entre todos, en cuyo caso se aplicará todo lo
561 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 595. que dijimos al referimos a la colisión de actividades peligrosas (supra, T. I, 997 y ss.).
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1305
1304 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

Y si no se encuentra culpa en ninguno de los contaminantes, de todas formas 1288.- RESPONSABILIDAD DEL DUEÑO DE UN BIEN CONTAMINANTE
QUE ANTES DE SU ADQUISICIÓN Y A HABÍA CAUSADO EL DAÑO
la víctima tendrá derecho a la indemnización, pero ésta se reducirá de acuerdo con
el grado de contaminación que hayan emitido la víctima y el demandado o deman-
Como en todo problema de responsabilidad civil, el nexo causal, para que
dados.
pueda generar responsabilidad solidaria entre varios responsables, supone que todos
1287.- LA CONTAMINACIÓN AMBIENTAL Y LAS TEORÍAS TRADICIONALES
ellos, con su comportamiento, hayan contribuido causalmente a producir el daño.
SOBRE LA CAUSALIDAD (CAUSALIDAD CONCURRENTE)
En efecto, según hemos visto al analizar el tema del nexo causal imputable a
varias personas, la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia tiene estableci-
Al analizar las teorías sobre el nexo causal, nos detuvimos en el estudio de la do que el adquirente de un inmueble que ya había causado el daño durante su etapa
teoría de la causalidad adecuada y en la de la equivalencia de las condiciones de construcción no trasmite la responsabilidad al adquirente posterior, porque,
(supra, T. I, 306 y ss.). En principio, en ambas teorías se parte del presupuesto cuando este llegó, ya el daño se había producido. Otro es el problema por los
según el cual aquella de las causas, sin la cual de todas formas el daño se habría daños que ese propietario cause hacia el futuro ahora que es propietario.
producido, no se considera jurídicamente como causa del daño 562 • Por ello se dice
que el médico que en estado de embriaguez opera un paciente que de todas mane- Ese mismo principio se aplica en materia de contaminación ambiental. En
ras iba a morir del mal que motivó la operación, no es causante del daño, así la efecto, si una persona llega a un medio ya totalmente contaminado y con daños ya
operación hubiere sido deficiente como consecuencia de la embriaguez. Es decir, causados al ambiente y a los particulares, es obvio que en lo referente a esos daños
sólo son causa~ jurídicas del daño aquellas sin las cuales el daño no se habría ya causados, el nuevo adquirente no tiene responsabilidad, así uno de los contami-
producido 563 . nantes anteriores haya sido el anterior propietario, pues la responsabilidad no la
trasmite la propiedad.
Pero sucede que en materia de contaminación ambiental esa teoría conduce a
soluciones aberrantes. En efecto, imaginemos que varias industrias emiten una
1289.- PRUEBA DEL NEXO CAUSAL
contaminación que, por sí sola, cada una de ellas es capaz de producir un daño. Si
la víctima demanda sólo a una de las industrias contaminantes, el demandado,
Al igual que en los demás tipos de responsabilidad civil, en la derivada de la
amparado en el principio que venimos de explicar, podría argumentar que, como
contaminación ambiental, a la víctima le corresponde probar el nexo de causalidad
con o sin su contaminación el daño de todas formas se habría producido, pues las
entre la contaminación y el daño (supra, T. I, 249 y ss.) 566 . Desde luego, la prueba
otras fuentes contaminantes eran capaces por sí solas de causar el daño, su con-
de esa causalidad no tiene que ser absoluta y el juez, en cada caso concreto, podrá
ducta no se considera jurídicamente causa del perjuicio.
darla por establecida a partir de indicios y del número de probabilidades 567 • Así
Sin embargo, si ello fuera así, la víctima se vería ante la desagradable sorpre- por ejemplo, si periódicamente un cultivador arroja tóxicos a una quebrada y aguas
sa de no poder obtener la indemnización, pues cada uno de los agentes contami- abajo perece un cultivo de peces como consecuencia del consumo de tóxicos del
nantes podría esgrimir el mismo argumento. Frente a ese absurdo, la doctrina 4,
56 mismo tipo, el juez podrá dar por establecido el nexo causal, si no hay otros he-
en solución que compartimos, expresa que en circunstancias semejantes cada uno chos que puedan ser la causa del daño, así no se establezca con exactitud que
de los agentes contaminantes deberá responder solidariamente por la totalidad del fueron los tóxicos del propietario del predio que se encuentra aguas arriba los que
daño. Se habla entonces de una causalidad concurrente565 . causaron la muerte. Es tan enorme el cálculo de probabilidades que sería ilógico
pensar en no dar por establecido el nexo causal. Pero si el demandado prueba que

562 Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm. 527, 528 y 754.


563 Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm. 527. 566 Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm. 523; María del Carmen Sánchez-Friera González,
564 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 600; María del Carmen Sánchez-Friera González, ob. cit., p. 242.
ob. cit., p. 262. 567 Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm. 524; Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 164;
María del Carmen Sánchez-Friera González, ob. cit., p. 243.
565 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 600.
1306 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1307

ese día no arrojó tóxicos a la quebrada, el indicio se desvanece y el nexo no se vierten sus aguas a la misma fuente. Es en este tipo de situaciones donde nos
tendrá por establecido. En estos casos de prueba por indicios no estamos ante una parece que la teoría de la solidaridad de todos los miembros del grupo se hace
presunción de causalidad sino ante una prueba por inferencia. insostenible como principio general. En el caso de varios agentes que arro-
jaron los tóxicos, hay un elemento axiológico que aconseja la responsabilidad
1290.- LA PRUEBA DE LA CAUSALIDAD Y EL GRUPO DE AGENTES solídaria, pues todos ellos han realizado una conducta capaz de producir el daño.
CONTAMINANTES CUYA AUTORÍA SE DESCONOCE En cambio, cuando la conducta capaz de producir el daño fue realizada por una
sola persona cuya identidad se desconoce, pierde toda lógica y todo sentido de
Uno de los problemas estelares de la responsabilidad civil, en la actualidad, equidad condenar a todos los que vertieron aguas, solidaria o conjuntamente.
es el de saber cómo se establece el nexo causal cuando el causante del daño perte-
nece a un grupo de agentes posibles, pero no es posible identificar al verdadero
causante del daño 568 • A este tema nos hemos referido ampliamente (supra, T. I, II.- La responsabilidad por perturbaciones de vecindario
260 y ss.).
1291.- Bibliografía sumaria. Derechos colombiano y chileno: Pérez Vi-
Buena parte de la doctrina 569 preconiza una responsabilidad solidaria o com- ves, Álvaro: ob. cit., t. II, núm. 173 bis; Durán Trujillo, Rafael: ob. cit., núm. 154
partida en este tipo de circunstancias. Nosotros hemos mirado con mucho recelo y ss., especialmente el núm. 156; Alessandri Rodríguez, Arturo: ob. cit., núm.
esta solución y creemos que ella sólo es aplicable en excepcionales casos (supra, 183. En derecho francés: Boris Starck, Droit civil. Obligations, núm. 319 y ss.;
T. I, 259 y ss.) pues, de lo contrario, se darían decisiones que, por aberrantes, Alex Weill y Frangois Terré, ob. cit., núms. 153 y ss.; Marty y Raynaud, ob. cit.,
serían impensables. Sin embargo, creemos que en el caso de la contaminación núms. 462 y ss.; Philippe le Tourneau, ob. cit., núms. 1544 y ss.; Lambert-Pieri,
ambiental, esta teoría, bajo ciertas condiciones, podría ser aplicable. ob. cit.; Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. I, núms. 70 y ss. En derecho belga:
Roger Dalcq, Traité ... , t. I, núms. 642 y ss.; André Robert, ob. cit., pp. 368 y ss.
En efecto, en el ejemplo ya planteado de la contaminación de aguas por tóxi-
cos arrojados que caen en un cultivo de peces que se envenenan, puede suceder
que los tóxicos sean arrojados por separado por varios agricultores, sin que se INTRODUCCIÓN
sepa cuál de ellos arrojó el tóxico que realmente envenenó los peces. En este caso,
nos parece que se podría pensar en hacerlos a todos solidariamente responsables, En muchas ocasiones, el ejercicio de una actividad peligrosa se produce den-
a menos que alguno de ellos pruebe no haber sido el agente causante del daño, en tro de un predio, causando daño a los fundos vecinos. Surge por tanto la dificultad
cuyo caso, quien adujo dicha prueba deberá ser exonerado. El hecho de que todos de saber si en tales circunstancias la víctima deberá regirse por los principios que
crearon no sólo un riesgo tóxico sino también un riesgo de imposibilidad probato- regulan el derecho de dominio o si podrá acudir igualmente a la responsabilidad
ria aconseja la responsabilidad solidaria. En este caso hablamos de un sólo cau- civil por actividades peligrosas. La solución de problemas semejantes ha hecho
sante del daño, sin que sea posible identificarlo. Porque si lo que ocurre es que que la doctrina y la jurisprudencia hayan elaborado lo que se denomina la teoría
todos con su dosis de contaminación causaron el daño, la responsabilidad solida- de la responsabilidad por perturbaciones de vecindario. Tradicionalmente, el es-
ria es evidente. tudio de esta institución se halla vinculado con la teoría del abuso del derecho de
propiedad570 . Asimismo, aparecen yuxtapuestos muchas veces los principios de la
Pero la solución que aquí proponemos no puede aplicarse cuando siendo va- responsabilidad civil por la ruina de los edificios y la responsabilidad por pertur-
rias las personas que arrojan sus aguas a la quebrada, sólo una de ellas arrojó bación de vecindario 571 • Los párrafos que siguen tratan de ilustrar el deslinde de
tóxicos, sin que se sepa cuál de ellas fue. En este caso, por más que se acuda a conceptos y su adecuada aplicación.
criterios de equidad, es impensable condenar a todo el grupo de personas que

570 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 183; Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11,
568 Philippe Le Tourneau, ob. cit., núm. 523 y ss. núm. 173 bis; Philippe le Tourneau, ob. cit., núms. 1544 y ss.
569 Carlos De Miguel Perales, ob. cit., p. 173. 571 Sobre este punto, Lambert-Pieri, ob. cit., núms. 38 y ss.
1308 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1309

1293.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA estas actividades deben ser indemnizados, así se trate de la simple desvaloriza-
ción de la propiedad a causa de la perturbación, siempre que ésta sea excesiva.
Cuando existe culpa probada de un propietario que en el ejercicio de su dere-
cho de dominio causa daño a un vecino, entonces estaremos frente a la responsa-
bilidad directa prevista en el artículo 2341 del Código Civil (supra, T. I, 515 y 1295.- ACUMULACIÓN DE RESPONSABILIDAD POR PERTURBACIONES
DE VECINDARIO Y OTRAS FUENTES DE RESPONSABILIDAD
ss.). Tal sería el caso de quien levanta una edificación antiestética motivado por
su deseo de desvalorizar los predios vecinos o de quien levanta un edificio sin
efectuar previamente los estudios del suelo. De otro lado, cuando la actividad Aunque la doctrina pareciera referir la responsabilidad por perturbación de
desplegada por una persona reúne los visos de peligrosidad, los daños causados a vecindario solo a aquellos casos donde no sea aplicable otro tipo de respon-
los vecinos encajan dentro de la responsabilidad civil por actividades peligrosas sabilidad575, nosotros pensamos que nada impide a la víctima optar entre varias
de que trata el artículo 2356 del Código Civil (supra, T. I, 855 y ss.). Con todo, fuentes de responsabilidad cuando las circunstancias lo permitan. En efecto, la
puede suceder que un propietario, en el goce de su derecho de dominio, cause responsabilidad por perturbaciones de vecindario puede darse acompañada de
perjuicio a los vecinos sin que haya de por medio culpa probada ni actividad la responsabilidad por actividades peligrosas; piénsese, por ejemplo, en la conta-
peligrosa. En este caso, ¿existiría alguna base jurídica para que la víctima pueda minación ambiental proveniente de una industria576 ; sería el caso, igualmente, del
reclamar la indemnización al vecino que sin culpa causó un daño? La respuesta se dueño de una construcción que dirige personalmente la obra (infra, T. I, 1332). En
halla en la institución de las perturbaciones de vecindario. En efecto, la orienta- estos casos, la víctima podrá invocar bien sea el artículo 2356 del Código Civil,
ción doctrinal y jurisprudencia! actual está encaminada a otorgar indemnizaciones bien sea la responsabilidad por perturbaciones de vecindario. Lo aconsejable es
a las víctimas que sufren perjuicios por los inconvenientes excesivos de vecinda- que la víctima invoque las dos fuentes de responsabilidad a condición, lógicamen-
rio, aunque no haya culpa por parte de los demandados 572 . Sin embargo, las difi- te, de que la una se proponga como subsidiaria de la otra.
cultades surgen cuando se trata de hallar el fundamento jurídico de esa responsa-
bilidad y sus límites. A continuación exponemos algunos criterios que conducen 1296.- DIFERENCIA ENTRE LA RESPONSABILIDAD POR ABUSO DEL DERECHO
a la fundamentación de tal doctrina dentro del derecho colombiano. Y LA RESPONSABILIDAD POR PERTURBACIONES DE VECINDARIO

1294.- A QUÉ DAÑOS SE APLICA LA RESPONSABILIDAD POR PERTURBACIÓN Mientras que la responsabilidad por el abuso del derecho de propiedad se
DE VECINDARIO fundamenta en la culpa del causante del daño (supra, T. I, 547 y ss.), la responsa-
bilidad por perturbaciones de vecindario puede prescindir perfectamente del ele-
En principio, cualquier daño es susceptible de ubicarse dentro de la respon- mento culposo 577 . Allí reside precisamente la objetivación de tal responsabilidad.
sabilidad por perturbaciones de vecindario. Las jurisprudencias francesa y colom-
biana573 aceptan que los daños causados a predios vecinos por una construc-
ción comprometen la responsabilidad del dueño, argumentando las perturbaciones 1297.- FUNDAMENTO DE ESTA RESPONSABILIDAD

de vecindario. Del mismo modo, el ruido excesivo, los malos olores, la descom-
posición estética del lugar, la contaminación ambientaP 74 , etc., son susceptibles La responsabilidad civil por perturbaciones de vecindario se fundamenta en
de generar esta responsabilidad; en consecuencia, los perjuicios que se deriven de el goce jurídico que se deriva del derecho de propiedad. En efecto, el artículo 669
del Código Civil establece que el dominio es el derecho que tiene una persona

572 Lambert-Pieri, ob. cit., núms. 14 y ss.; Marty y Raynaud, ob. cit., núm. 464; Mazeaud-
Tunc-Chabas, Traité ... , t. 1, núm. 594. 575 En ese sentido, Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 1, núm. 594.
573 En ese sentido, cas., 31 jul. 1954, "G. J.", t. LXXVIII, pp. 425 y ss.; cas. civ., 13 576 En ese sentido, sent. Trib. Sup. de Medellín, 17 feb. 1975, confirmada por cas.
mar. 1970, "G. J." t. CXXXIII, pp. 136 y ss. civ., 30 abr. 1976, "G. J.", t. CLII, pp. 111 y ss.
574 En ese sentido, Trib. Sup. de Medellín, sent., 17 feb. 1975, confirmada por cas. 577 Sobre esta diferencia: Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 1, núm. 594; Roger Dalcq,
civ., 30 abr. 1976, "G. J.", t. CLII, pp. 111 y ss. Traité ... , t. 1, núms. 642-649; Marty y Raynaud, ob. cit., núm. 464.
131 Ü JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1311

sobre un bien para que use y goce de él, siempre y cuando no sea contra derecho día- 578 que la responsabilidad surge del goce y uso que da el derecho de propie-
ajeno. Ya antes manifestamos (supra, T. 1, 842 y ss.) que esta norma establecía un dad, aunque al tenerlos no se sea dueño. En consecuencia, el arrendatario que en
principio general de responsabilidad civil por el hecho de las cosas, independien- el goce de su derecho causa daño a un vecino, puede incurrir en responsabilidad
temente de cualquier conducta negligente o dolosa del propietario. por perturbaciones de vecindario; igualmente, cuando la víctima es arrendatario,
tainbién tiene derecho a fundamentarse en tal responsabilidad. En uno y otro caso
Si el daño surge no solo por el goce que se haga de la propiedad, sino también nos encontramos ante personas no propietarias. Lo que se dice del arrendador
por una conducta culposa de quien tiene ese goce, entonces la víctima tendrá la puede decirse igualmente del usufructuario o de quien de alguna manera tenga el
opción de demandar bien sea con base en la responsabilidad con culpa o bien con goce de la propiedad. Pero en este caso, la responsabilidad se funda en la culpa
fundamento en la responsabilidad puramente objetiva. Ahora bien, cuando en el probada del artículo 2341 del Código Civil o en las actividades peligrosas del
goce del derecho de propiedad se causa daño a un vecino, nos encontramos, en- artículo 2356 del Código Civil.
tonces, frente a una responsabilidad por perturbaciones de vecindario.
Ahora bien, la noción de vecino se aplica no solo a quienes viven al lado del
Nuestra idea de que las perturbaciones de vecindario se fundamentan en una demandado. Perfectamente puede ocurrir que el goce de una propiedad cause da-
responsabilidad puramente objetiva basada en el derecho de dominio, no excluye ños a un tercero que se encuentre físicamente alejado del predio del responsable.
la posibilidad de entrar a determinar si en la mayoría de los casos existe alguna También tendrá derecho a reclamar indemnización, basado en esta responsabili-
culpa probada que apuntale, aún más, los fundamentos de la responsabilidad. En dad, quien sufra un perjuicio, a pesar de que el daño no recaiga sobre un derecho
efecto, la mayoría de las veces no existe culpa del demandado en el preciso mo- de dominio. Piénsese, por ejemplo, en el vendedor de comestibles que ve dismi-
mento en que está realizando determinada obra o actividad; tal, por ejemplo, el nuidas sus ventas por una industria cuyos malos olores desvían la clientela. En
dueño de una construcción que cumple todos los requisitos técnicos y arquitectó- este caso, perfectamente se puede acudir a la teoría de las perturbaciones de ve-
nicos exigidos por la ingeniería y por el orden administrativo. ¿El hecho de no cindario.
encontrar tal culpabilidad en el desarrollo inmediato de la obra excluirá la posibi-
lidad de buscar otra falta en un momento anterior a la ejecución de ella? Nosotros
1299.- LA RESPONSABILIDAD SOLO SE APLICA CUANDO LAS PERTURBACIONES
creemos que no la excluye. En realidad, si una persona, en el uso legítimo de su
SON ANORMALES O EX CES IV AS
derecho de dominio, inicia la construcción de una obra a sabiendas de que los
vecinos sufrirán perjuicios, por más técnica que sea la obra, estaremos frente a un
N o toda perturbación producida por un propietario a sus vecinos da lugar a
dolo eventual, ya que a pesar de no existir deficiencia técnica en la edificación, el
que éstos puedan demandar indemnización; la jurisprudencia y la doctrina han
propietario sabía el daño que iría a causar y, en consecuencia -pues su derecho de
fijado un límite y, con base en él, "el derecho de un propietario de gozar de su
dominio no es ilimitado-, su conducta no es la misma que hubiese desplegado un
cosa de manera absoluta, está limitado por la obligación que tiene de no causar,
hombre prudente y normal. En este caso, la culpabilidad no consiste en una impe-
a la propiedad de otro, ningún daño que sobrepase los inconvenientes normales
ricia de la técnica de construcción, pues que ella se cumplió. La imprudencia
reside en haberse decidido a iniciar una obra a sabiendas de que muy seguramente
de vecindario" 579 •
con ella iba a causar daños a los vecinos. De ahí que quepa la posibilidad de
fundamentar la responsabilidad en la idea de culpa. Con todo, y ante eventuales En consecuencia, toda persona está obligada a soportar las molestias o incon-
interpretaciones diferentes por parte de la doctrina y la jurisprudencia, debemos venientes normales que se produzcan como resultado del goce del dominio ajeno.
fundamentar tal responsabilidad en el ejercicio ilegal del derecho de dominio, Contrario sensu, cuando una persona, en el goce de su derecho de dominio, sobre-
independientemente de toda falta. pasa esas molestias normales, está obligada a indemnizar todos los perjuicios cau-

1298.- NOCIÓN DE VECINO


578 En ese sentido, Marty y Raynaud, ob. cit., núm. 462; Roger Dalcq, Traité ... , t. 1,
Inicialmente, la responsabilidad por perturbaciones de vecindario solo se apli- núm. 707 ter.; Philippe le Tourneau, ob. cit., núms. 1561 y ss.
caba entre propietarios. Sin embargo, puede pensarse -y así se acepta hoy 579 Sent. de la Cour de Cassation, cit. por Lambert-Faivre, ob. cit., núm. 18.
1312 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1313

sados, independientemente de que haya cometido falta. La dificultad estriba en la mente soporta una persona común y corriente; por ejemplo, en las grietas o de-
ambigüedad del concepto anormalidad. Por ello será el juez, en cada caso concre- rrumbamientos que se pueden producir en una edificación vecina a causa de la
to, quien determine si el demandado ha causado a los vecinos más molestias de las construcción de un edificio. En este caso nos encontramos frente a un daño exce-
que normalmente son causadas en situaciones similares. sivo o anormal.

Sin embargo, consideramos necesario aclarar algunas ideas para establecer No obstante, debe tenerse en cuenta que la anormalidad del daño ha de ser
cuándo los inconvenientes son excesivos o anormales. En realidad, el tema es considerada con base en los perjuicios que normalmente soporta una persona que
verdaderamente caótico, por cuanto el criterio de anormalidad puede estribar no está en las mismas condiciones de la víctima. En consecuencia, no hay que exami-
solo en los daños sino también en las causas que los producen, sin que la jurispru- nar cuáles son los daños que normalmente produce una actividad dentro de un
dencia y la doctrina hayan precisado a cuál de esos conceptos se refiere la anorma- medio determinado. Por ejemplo, el hecho de construir en una zona afectada de
lidad o el exceso. erosión no legitima al propietario de la construcción para causar daños a los veci-
nos agrietando sus propiedades, con el argumento de que todas las construcciones
Por una parte, la anormalidad puede estar referida a los comportamientos del lugar son susceptibles de originar perjuicio. Lo que debe precisarse es cuáles
desplegados por el demandado. Para ello será necesario tener en cuenta el lugar son los daños que normalmente soporta cualquier persona en situación similar. En
dentro del cual se producen los daños. Si en el sector existen industrias o activida- efecto, aparece normal que todo el mundo soporte cierta cantidad de polvo, des-
des similares a las desplegadas por el demandado, entonces su comportamiento aseo o deterioro mínimo de su propiedad a causa de una construcción; en cambio,
será normal. Igual cosa ocurre, por ejemplo, si se establece una porqueriza o una nadie estará dispuesto a soportar el derrumbe de su casa, por más que en el medio
caballeriza, pues la situación será normal si ellas se radican en una zona rural o en donde el daño se produce ocurra con frecuencia el fenómeno dañino. La frecuen-
un sector donde tradicionalmente existen empresas similares; en cambio, no pue- cia del daño no lo normaliza; asimismo, la frecuencia de la culpa dentro de un
de considerarse como normal el comportamiento de quien trata de establecer tales medio social no hace que esta desaparezca.
empresas dentro de una zona residencial más o menos lujosa. Cuando ese com-
portamiento es anormal, la víctima no tiene por qué sufrir absolutamente ningún
1300.- LAS PERTURBACIONES DE VECINDARIO EN LA JURISPRUDENCIA
perjuicio y el causante de los daños debe indemnizar al demandante, pues está
COLOMBIANA
incurriendo en perturbación de vecindario.
Nuestro concepto sobre la fundamentación de las perturbaciones de vecinda-
Ahora bien, aunque el comportamiento sea normal teniendo en cuenta el medio
rio es el mismo que ha seguido casi unánimemente la jurisprudencia colombiana
circundante, habrá que contemplar la posibilidad de que los daños causados por
cuando ha debido resolver problemas relacionados con daños causados en predios
ese comportamiento normal puedan ser anormales o excesivos.
vecinos. A partir de 1927, la Corte Suprema ha sostenido que las perturbaciones
de vecindario dan lugar a reparación "por inculpables que se supongan" 580 • Asi-
En efecto, puede suceder que un comportamiento normal produzca daños
mismo, una sentencia del 11 de abril de 1930, sin mencionar expresamente el
anormales. Allí entra en juego, de nuevo, la responsabilidad por perturbación de
artículo 669 del Código Civil, admite que la responsabilidad por perturbacio-
vecindario. Piénsese, por ejemplo, en la situación que se presenta cuando en un
nes de vecindario está fundamentada en el derecho de dominio 581 . Mediante fallo
sector residencial se inicia la construcción de un edificio. Aunque el hecho de
del 31 de agosto de 1954582 , la Corte hace aplicación expresa del artículo 669 del
construir es una actividad normal en el lugar, lo cierto del caso es que no todos los
Código y del artículo 30 de la Constitución Política para fundamentar en estas dos
daños que se deriven de la construcción deben ser soportados o indemnizados. En
normas la responsabilidad por perturbaciones de vecindario. Este concepto de la
realidad, la condición de vecino exige que cada quien soporte en cierta medida las
molestias que naturalmente provengan del ejercicio del derecho de propiedad.
Con base en ello, una construcción implica que los vecinos sufran cierta cantidad
de polvo, de desaseo o de caída de pequeños guijarros, situación que es normal 580 Sent., 6 mayo 1927, "G. J.", t. XXXIV, p. 264.
dentro de operaciones semejantes. En cambio, por muy normal que parezca el 581 Sent., 11 abr. 1930, "G. J.", t. XXXVII, p. 507.
comportamiento de construir, habrá daños que pueden salirse de lo que normal- 582 Sent., 31 ago. 1954, "G. J.", t. LXXVIII, p. 425.
1314 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1315

Corte fue aplicado posteriormente en los siguientes fallos: 13 de marzo de 1970583 ; creemos que tanto al constructor como al dueño de la obra se les puede aplicar la
sentencia del Tribunal Superior de Medellín, del 7 de febrero de 197 5584 y, final- responsabilidad por perturbaciones de vecindario, pues aunque el constructor solo
mente, sentencia de la Corte Suprema de Justicia del 30 de abril de 1976585 . está en el lugar transitoriamente, de todas formas su comportamiento está causan-
do daños anormales a los vecinos.
Sin embargo, la doctrina transcrita no ha sido unánimemente aceptada por
la Corte. En efecto, en sentencia del 17 de mayo de 1946 y en decisión del 28 1303.- LAS FORMAS DE EXONERACIÓN EN LA RESPONSABILIDAD
de julio de 1970586 , se considera que la culpa sigue siendo la fundamentación de POR PERTURBACIONES DE VECINDARIO
la responsabilidad civil, aunque el daño provenga de una perturbación de vecin-
dario. Siempre que las perturbaciones sean excesivas o anormales, solo la culpa de
la víctima da lugar a la exoneración total o parcial del responsable. Ni la fuerza
En conclusión, salvo los dos últimos fallos mencionados, la doctrina predo- mayor, ni el hecho de un tercero, ni el cumplimiento de las normas administrati-
minante en las jurisprudencias de la Corte afirma el hecho de que las perturbacio- vas dan lugar a la liberación del demandado 587 . En efecto, desde el punto de vista
nes de vecindario constituyen una responsabilidad puramente objetiva fundamen- causal, la fuerza mayor solo concurre parcialmente a la producción del daño, pues
tada en el derecho de dominio. el exceso o anormalidad de la perturbación debe considerarse como uno de los
factores que determinaron el daño. Esto quiere decir que la perturbación, al inter-
1301.- LAS PERTURBACIONES DE VECINDARIO Y LA CONTAMINACIÓN venir causalmente en la producción del daño da lugar a que el propietario respon-
AMBIENTAL da por la totalidad del perjuicio.

Una de las clásicas aplicaciones de la teoría de las perturbaciones de vecinda- CóMO SE REPARA EL DAÑO PROVENIENTE DE PERTURBACIONES
rio está constituida por los daños causados por la utilización de productos quími- DE VECINDARIO
cos y que contaminan el medio ambiente. Aunque en estos casos es perfectamente
aplicable la responsabilidad civil por actividades peligrosas, conviene resaltar que El juez ordenará tomar todas las medidas necesarias para suprimir el perjui-
la víctima puede utilizar igualmente a su favor la responsabilidad por perturbacio- cio causado por el demandado a la víctima de unas perturbaciones de vecindario.
nes de vecindarios. Inclusive, si el demandante no ha citado expresamente estas Ciertamente, puede suceder que el perjuicio desaparezca mediante la realización
dos instituciones o alguna de ellas, el juez está facultado para fallar con base en de trabajos en los predios de la víctima; además, puede solucionarse el problema
las mismas. tomando ciertos correctivos en la propiedad del demandado. Cualquiera que sea el
sitio donde se presenten dichos trabajos, el costo de ellos deberá sufragado el
1302.- LAS PERTURBACIONES DE VECINDARIO Y LOS DAÑOS DERIVADOS demandado. Pero si la ejecución de tales obras no resuelve el problema, surge la
DE LA CONSTRUCCIÓN dificultad de saber cuál será la solución propuesta por el juez. En este punto se
trata más de una compensación a favor de la víctima que de una indemnización
El hecho de levantar una construcción constituye el ejercicio de una activi- a cargo del demandado 588 . Con base en ello, el juez tratará de no cometer un aten-
dad peligrosa. Si la obra está a cargo del constructor, serán responsables el cons- tado contra la economía nacional ordenando la destrucción del inmueble del de-
tructor y el dueño de la obra con base en el artículo 2356 del Código Civil, pues mandado. Así, por ejemplo, podrá permitirle al demandado la permanencia de
ambos son guardianes de la actividad peligrosa de la construcción. Con todo, su construcción, pero condenándolo al pago de todos los daños sufridos por el
demandante. Mas si el daño sufrido por el demandante es mayor que la obra recién
construida, entonces el juez, teniendo en cuenta el sentido común de la economía,
583 Cas. civ., 13 mar. 1970, "G. J.", t. CXXXIII, pp. 136 y ss.
584 Trib. Sup. de Medellín, sent., 17 feb. 1975, "G. J.", t. CLII, p. 130.
585 C. S. J., sent., 30 abr. 1976, "G. J.", t. CLII, p. 130. 587 En ese sentido, Lambert-Pieri, ob. cit., núms. 164 y ss.
586 Sent., 28 jul. 1970, "G. J.", t. CXXXV, pp. 56 y ss. y 19 se suprimieron. 588 Roger Dalcq, Traité ... , t. 1, núm. 705 bis.
1316 JAVIERTAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1317

podrá ordenar la demolición de la nueva obra, pues no hay razón lógica ni práctica 1.- Daños causados y sufridos por el propio deportista
para que se mantenga un bien con un valor inferior.
1307.- RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL
Lo importante es resaltar que, no tratándose de una responsabilidad por cul-
pa, el juez no debe aceptar indiscutiblemente la solicitud de demolición de la Imaginemos que un patinador o un nadador se fracturan o fallecen al practi-
obra. Todo dependerá, como ya lo hemos visto, de las posibles soluciones que car en forma independiente, individual y no colectiva sus respectivos deportes,
existan para que la víctima quede en la misma situación en que se encontraba sin que otro deportista o un tercero hayan intervenido para nada en la ocurrencia
antes de iniciarse las perturbaciones. del accidente. Es claro que si los instrumentos o el lugar donde ocurrió el acciden-
te estaban bajo la guarda del deportista accidentado, el problema de la responsabi-·
lidad por actividades peligrosas ni siquiera se plantea y, en consecuencia, el de-
SuBSECCIÓN VIII.- Las actividades peligrosas
portista accidentado o los perjudicados con su muerte deberán asumir los daños
y la actividad deportiva
mientras no se pruebe la culpa de algún responsable. El problema se plantea cuan-
do el deportista lesionado, en virtud de un contrato de trabajo, de un contrato de
1305.- Bibliografía sumaria. René Savatier, ob. cit. t. II, núm. 853 y ss.;
entretenimiento o de hospedaje o de un contrato de aprendizaje, usa los campos o
Philippe le Tourneau, Lo1c Cadiet, ob. cit. núm. 1004 y ss.; Boris Starck, por
los instrumentos de juego que le son facilitados por el patrono, por el explotador
Roland y Boyer, Les obligations, 2a ed. Ed. Litec, Paris, 1985 vol. 1, núm. 236 y
de la empresa de entretenimientos o por el instructor. En tales circunstancias,
ss.; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit. núms. 157,498, 523-2; Jacques Ghestin, Genevieve
frente al deportista perjudicado, ¿cuál es el tipo de responsabilidad aplicable y
Viney, ob. cit. t. IV, núm. 561.
cuál la carga de la prueba de la culpa y de la exoneración del demandado?

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y PLAN En primer lugar, en uno u otro caso, tratándose de lesiones personales, esta-
mos ante una responsabilidad contractual, pues el daño se deriva de la ejecución
La práctica del deporte es, desde el punto de vista físico, una de las mayores de un contrato válido entre el demandado y el demandante 589 • Se dice que sobre el
actividades peligrosas, así se practique sin utilizar cosas, como sería el caso del patrono y sobre el organizador del entretenimiento pesa, en relación con la vícti-
atletismo. Basta pensar en los golpes entre boxeadores, las fracturas entre los ma, una obligación de seguridad (supra, T. I, 89 y ss. 590 , la cual será de resultado
futbolistas, los accidentes en las carreras de autos o en los lanzamientos desde el o de medio, de acuerdo con lo que se dirá en seguida. Recuérdese que la responsa-
trampolín de una piscina, la caída de una tribuna, el golpe con una bola de juego bilidad por actividades peligrosas es eminentemente extracontractual (supra, T. I,
a un espectador, etc. En general, el deporte es vertiginoso y riesgoso por esencia. 1028 y ss.).
Así las cosas, fácil sería afirmar que todos los daños que se causen como conse-
cuencia de una actividad deportiva generan una presunción de responsabilidad 1308.- ACCIDENTE DE TRABAJO
por actividades peligrosas, del artículo 2356 del Código Civil, en la que la culpa
probada y la ausencia de culpa carecerían de importancia. Sin embargo, la solu- Si la víctima sufre el daño mientras está ejecutando un contrato de trabajo,
ción no es así de sencilla, pues en no pocos casos la actividad deportiva está como sería el caso del patinador profesional que durante un entrenamiento o du-
justificada por el ordenamiento jurídico y, en consecuencia, la responsabilidad rante una competencia se fractura una pierna, se aplican los principios analizados
objetiva por riesgo o por actividades peligrosas no es de recibo. al referirnos a la responsabilidad por accidentes de trabajo (supra, T. I, 1039 y
ss.). Se trata de una obligación de seguridad a cargo del patrono 591 . La misma
Como se verá a continuación, las hipótesis que suelen presentarse son múlti-
ples y con soluciones distintas. Para comprobarlo, es preciso analizar por separa-
do la responsabilidad cuando es la misma víctima la que ejercía la actividad de-
589 Boris Starck, por Roland y Boyer, núm. 237; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1,
portiva que le produce el daño (I); la responsabilidad cuando el daño es causado núm. 157; Philippe le Tourneau, Lo"ic Cadiet, ob. cit., núm. 1546.
por uno de los competidores a otro (II), y la responsabilidad cuando el daño es 590 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 157.
causado por los deportistas a un tercero no competidor (III). 591 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 156.
1318 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1319

solución se aplicará cuando, en virtud de la práctica de un deporte patrocinado por defecto de diseño, de fabricación o de mantenimiento 593 . Mientras una de estas
la empresa en los ratos libres de sus empleados, cualquiera de éstos sufre un daño. circunstancias no exista, habrá que concluir que el deudor no es el causante del
En consecuencia, el deportista trabajador cobrará su indemnización de base, de daño.
acuerdo con las normas de la seguridad social, sin necesidad de recurrir a la res-
ponsabilidad con culpa probada. Y si trata de cobrar la indemnización plena a que Pero puede suceder que, pese al papel activo del deportista al momento de
se refiere el artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo, la víctima tendrá que la ocurrencia del daño, éste no se derive de dicha actividad sino de una acti-
probar la culpa del patrono, según lo establece la misma disposición. Piénsese en vidad peligrosa ajena al competidor lesionado. Piénsese en el competidor que
el deportista que sufre una lesión porque el patrono no le suministró el casco sin estar compitiendo con los demás, mientras practica su deporte se ve lesionado
protector aconsejable en esa práctica deportiva. con una máquina de propiedad o bajo la guarda del organizador de la activi-
dad deportiva, activada o no por otro deportista. En este caso nos parece que el
Ahora, si el trabajador fallece como consecuencia del accidente y la acción deudor es responsable a menos que pruebe una causa extraña, pues el causante
indemnizatoria es ejercida por los herederos del trabajador o por los que de él del daño no estaba rivalizando con la víctima y los medios utilizados por el deu-
dependían, también aplicaremos las soluciones propuestas por nosotros en la sub- dor o por otros deportistas durante la ejecución del contrato son esencialmente
sección ya citada (supra, T. I, 1039 y ss.). peligrosos 594 .

1309.- CONTRATO DE ENTRETENIMIENTO O DE ALOJAMIENTO En cambio, si el deportista, al momento de ocurrir el daño y practicar el
deporte, asume un papel pasivo, la obligación contractual de seguridad que pesa
A menudo sucede que la víctima del daño sufre el accidente cuando, en vir- contra el deudor es de resultado y, por tanto, la culpa carece de importancia (supra,
tud de un contrato de prestación de servicios, utiliza las canchas o los implemen- T. I, 104)595 . Piénsese en el aficionado a la pesca submarina que mientras es trans-
tos deportivos de quien presta el servicio. Piénsese en las unidades deportivas que portado en la nave sufre una lesión como consecuencia de un accidente marítimo.
se arriendan a los deportistas o en las instalaciones deportivas de los hoteles. En este caso, el deudor solo se exonera mediante la prueba de una causa extraña,
También en este caso es preciso distinguir entre la reclamación hecha por la pro- pues la obligación de seguridad es de resultado 596 • Esta solución también es apli-
pia víctima que es lesionada y la reclamación hecha por terceros cuando la vícti- cable cuando el deportista asume un papel activo en la práctica del deporte y
ma directa fallece. el daño se produce con una actividad peligrosa dentro de las instalaciones pero
no durante la práctica de su actividad. Piénsese en la explosión que se produce
En el caso de la víctima que no fallece se dan dos hipótesis en las instalaciones del deudor con la cual se lesiona el deportista mientras almor-
zaba.
En la primera, el deportista desempeña un papel activo en la ejecución de la
práctica deportiva y, en consecuencia, la obligación de seguridad que pesa contra Pero puede suceder que el deportista fallezca y la indemnización sea recla-
el organizador del entretenimiento es de medio, pues el álea de ocurrencia de un mada por sus herederos o por otros terceros que alegan haber sufrido un daño
daño impide que la obligación sea de resultado 592 • A este punto ya nos hemos como consecuencia de la muerte de la víctima. En este caso tendremos que distin-
referido en la parte relativa a la responsabilidad contractual (supra, T. I, 104 y
ss.). En los ejemplos del patinador o del nadador que sufren el daño mientras
nadaban o mientras patinaban, la solución es evidente pues, en cierta forma, fue-
593 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 553; Mazeaud-Tunc-Chabas,
ron ellos los causantes de sus daños. El organizador del entretenimiento solo es ob. cit., t. 1, núm. 157-2; Philippe le Tourneau, Lo"ic Cadiet, ob. cit., núm. 1017.
responsable si hay culpa de su parte o si los patines o la piscina tenían algún 594 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 856; Boris Starck, por Roland y Boyer, ob. cit.,
núm. 247.
595 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 158; Philippe le Tourneau, Lo"ic Cadiet,
ob. cit., núm. 1017.
592 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 555; Mazeaud-Tunc-Chabas, 596 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 553; Philippe le Tourneau,
ob. cit., t. 1, núm. 157-2; Philippe le Tourneau, Lo"ic Cadiet, ob. cit., núm. 1017. Lo"ic Cadiet, ob. cit., núm. 1017.
1320 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1321

guir entre el daño hereditario y el daño personal y las acciones pertenecientes a II.- Daños causados por un deportista a otro competidor
cada uno de ellos (supra, T. I, 141 y ss.). Si cobran el daño hereditario, lo aplica-
ble es la responsabilidad contractual de acuerdo con los principios que acabamos Puede suceder que el daño sea causado por un competidor a otro. En
de analizar, pues se entiende que ejercen las acciones contractuales del deportista es te caso, si los deportistas practicaban en forma independiente y no por una com-
1

fallecido. petición entre ellos, el deudor que facilita las instalaciones y el deportista causan-
te del daño responden objetivamente. El deudor, con base en una obligación con-
En cambio, si ejercen la acción personal, lo aplicable es la responsabilidad tractual de seguridad y de resultado; el competidor causante del daño responde
extracontractual, en cuyo caso cabe la pregunta sobre la procedencia de la respon- extracontractualmente por actividades peligrosas 599 • Piénsese, por ejemplo, en el
sabilidad por actividades peligrosas. tenista que jugando en una cancha arrendada, lanza la bola hasta otra cancha,
también arrendada, donde juega otro tenista que es lesionado por la bola.
Cuando la víctima ejerce un papel activo en la producción del daño, se en-
tiende que es ella quien ejerce la actividad peligrosa y, por tanto, el organizador En cambio, si los deportistas jugaban entre ellos en forma individual o como
del entretenimiento no será responsable por actividades peligrosas. Solo en la miembros del mismo equipo o de equipos contrarios en una competencia o en un
medida en que se pruebe una culpa de su parte o un defecto de los implementos o entrenamiento, entonces se plantea el verdadero problema de la responsabilidad
canchas deportivas, habrá responsabilidad de su parte. Pero si la víctima asumía en materia deportiva que tanto ha sido discutido por la doctrina600 • Cuando ello
una actitud pasiva al ocurrir el daño y éste es causado por una actividad peligrosa sucede, puede haber responsabilidad por accidente de trabajo, responsabilidad del
que estaba bajo la explotación del deudor, habrá que entender que el guardián de deportista causante del daño, responsabilidad de los organizadores o responsabi-
dicha actividad es el deudor y, en consecuencia, éste se presume responsable y lidad del superior del causante del daño.
solo se exonerará si prueba una causa extraña.
RESPONSABILIDAD POR ACCIDENTE DE TRABAJO

1310.- CONTRATOS DE APRENDIZAJE DEPORTIVO El daño puede ser constitutivo de un accidente de trabajo si el hecho se pro-
duce mientras el deportista competía p or cuenta de su patrono, así el daño haya
Finalmente, puede suceder que el daño sufrido por el propio deportista se sido causado por un compañero o por un contrario. En tales circunstancias, se
produzca cuando se encontraba recibiendo lecciones en un establecimiento de- aplican todos los principios vistos al analizar la responsabilidad cuando era el
dicado a la enseñanza de algún deporte. En este caso, el deudor encargado de la mismo deportista el causante de su daño (supra, T. I, 104).
instrucción del deportista asume una obligación contractual de seguridad597 • En
principio, podemos aplicar en este caso las mismas soluciones que acabamos de 1313.- RESPONSABILIDAD DEL DEPORTISTA CAUSANTE DEL DAÑO
ver en relación con los contratos de entretenimiento o de alojamiento. En efec-
to, el daño derivado de la actividad deportiva como tal solo es indemnizable si Universalmente se acepta que mientras no exista una culpa caracterizada del
se prueba la culpa del instructor o sus dependientes 598 • En ese orden de ideas, deportista causante del daño, los otros deportistas que con él competían deben
el instructor será responsable si tratándose de un deporte peligroso y riesgoso, asumir los riesgos propios de la competición deportiva601 • A ello nos hemos de
permite al aprendiz realizar en forma libre algún movimiento cuando la pruden-
cia aconsejaba no hacerlo todavía. Pero no serán responsables el instructor ni
sus monitores si, enseñando al deportista a lanzar un golpe o a controlar al rival,
599 Boris Starck, por Roland y Boyer, ob. cit., núm. 247; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob.
el profesor lesiona al aprendiz, a menos que haya una falta de su parte. cit., t. 1, núm. 523-2, pié de página 1ter.
600 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 854; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t.
IV, núm. 561; Boris Starck, por Roland y Boyer, núms. 236 y ss.; Mazeaud-Tunc-Chabas,
ob. cit., t. 1, núm. 523-2; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núms. 1004 y ss.
597 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 157.
601 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 854; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit.,
598 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 157. t. IV, núm. 560; Boris Starck, por Roland y Boyer, núms. 239 y ss.; Mazeaud-Tunc-
1322 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1323

referir más adelante. Pese a que estamos frente a una actividad de suyo peligrosa, RESPONSABILIDAD DEL EQUIPO DEL CAUSANTE DEL DAÑO
el ordenamiento jurídico la justifica y legitima y, en consecuencia, es impen-
sable una responsabilidad objetiva o presunta por actividades peligrosas o por el Ahora, si el daño sufrido por uno de los deportistas lo causa el miembro del
hecho de las cosas animadas o inanimadas 602 . La solución sería la misma inclusive equipo contrario y la víctima o sus herederos deciden demandar al patrono del
si se aceptase, como lo acepta SAVATIER603 , que en tales circunstancias hay una deportista causante del daño, se aplicarán los principios de la responsabilidad
especie de contrato entre los competidores. Se estima que en materia deportiva el extracontractual por el hecho ajeno de las personas naturales o jurídicas, según el
hecho se justifica por una aceptación consciente de los riesgos 604 o porque esta- caso (supra, T. I, 559 y 678), pues entre la víctima y el demandado no existe
mos ante una de las llamadas conductas de adecuación social, de acuerdo con la vínculo contractual en virtud del cual se haya producido el daño. Pero, en este
cual la sociedad termina por tolerar dicho comportamiento mientras no haya culpa caso, tampoco entrarán en juego las presunciones de responsabilidad por activida-
probada del competidor causante del daño. Parte de la doctrina francesa afirma des peligrosas o por el hecho de las cosas, pues la justificación beneficia no solo
que, adicionalmente, cuando el daño se produce con un objeto utilizado en forma a los deportistas sino también a sus patronos o superiores. Es preciso, pues, pro-
colectiva durante la competición deportiva, la responsabilidad por el hecho de las bar la culpa del causante del daño (directamente responsable), la del civilmente
cosas no se aplica, pues también la víctima era guardián de la cosa causante del responsable o la de los otros dependientes de éste.
daño 605 .
RESPONSABILIDAD DE LOS ORGANIZADORES DEL ESPECTÁCULO
No sobra anotar que cometer una falta del reglamento no es por sí solo una O DEL EXPLOTADOR DE LAS INSTALACIONES DEPORTIVAS
culpa que comprometa la responsabilidad civil del causante del daño. Se requiere
una negligencia en la que no habría incurrido un deportista prudente y diligente 606 . Puede suceder que los perjudicados orienten su acción indemnizatoria contra
A ello nos referiremos más adelante al analizar la aceptación de riesgos como el organizador del espectáculo o contra el guardián de las instalaciones con el
principio general (infra, T. II, 73 y ss.). En consecuencia, no habrá culpa civil si argumento de que el daño causado por uno de los competidores a otro competidor
el daño se produce porque uno de los competidores lanza el balón con una de sus se produjo cuando los demandados estaban, en su conjunto, ejerciendo una activi-
manos cuando ello está prohibido en el juego 607 . En cambio, si deslealmente uno dad peligrosa.
de los jugadores derriba a un contrario que cae lesionado, no solo habrá falta a la
luz del reglamento, sino culpa civil que compromete la responsabilidad del cau- Sin embargo, también en este caso, la no aplicación de la responsabilidad por
sante del daño 608 . actividades peligrosas o por el hecho de las cosas beneficia al organizador y
al guardián de las instalaciones. Mientras no se pruebe que el daño causado por
un competidor a otro es imputable a una culpa en la organización del espectácu-
(con!. nota 601) Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 1486; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núms. lo o en el mantenimiento de las instalaciones, estos demandados deberán ser ab-
1004 y SS. sueltos609.
602 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 854; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit.,
t. IV, núm. 637; Boris Starck, por Roland y Boyer, núm. 242; Mazeaud-Tunc-
Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 1288; Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm.
1004.
Responsabilidad por daños causados a
603 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 853.
los espectadores u otros terceros
604 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 854; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit.,
t. IV, núms. 560 y 561; Boris Starck, por Roland y Boyer, núm. 245; Mazeaud- 1316.- Finalmente, puede suceder que la actividad deportiva cause daños a
Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 1500. terceros que no estaban compitiendo, como sería el caso de los espectadores de
605 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 637; Boris Starck, por Roland una carrera de automóviles que sufren un daño como consecuencia del volcarriiento
y Boyer, núm. 242; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 1288.
606 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 523-2.
607 Ibídem.
608 Ibídem. 609 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 859.
1324 JAVIER TAMAYO JARAMILLO RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS 1325

de un vehículo competidor. En este caso, la responsabilidad unas veces es con- causante del daño y no la responsabilidad por actividades peligrosas. Por ello es
tractual y otras veces es extracontractual. normal que los autores franceses afirmen que la obligación de seguridad del orga-
nizador es siempre de medios 614 • En consecuencia, en Francia, el organizador del
1317.- RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL espectáculo no respondería por el accidente causado por el automotor que perte-
n~ce a un competidor o al dueño de un equipo, mientras no haya culpa probada de
su parte, pues él no sería el guardián de la cosa causante del daño 615 • Por ello
En no pocas oportunidades, los organizadores de un espectáculo deportivo
hemos insistido en que nuestra responsabilidad por actividades peligrosas del ar-
cobran el valor del ingreso a las instalaciones deportivas. Cuando ello ocurre, los
tículo 2356 del Código Civil es mucho más dinámica y amplia que la responsabi-
organizadores asumen una obligación contractual de seguridad en favor de los
lidad por el hecho de las cosas del derecho francés (supra, T. 1, 931). En Colom-
espectadores (supra, T. 1, 88 y ss.) 610 • En tales circunstancias, algunos doctrinantes
bia, la presunción de responsabilidad surge cuando se crean peligros excesivos
consideran que dicha obligación es de medios 611 • Sin embargo, nosotros, siguiendola
sea mediante cosas o sin ellas (supra, T. 1, 931). En cambio, en Francia se requie-
otros doctrinantes 612 , consideramos que, habida cuenta de los medios utilizados
re que el daño sea causado con una cosa y el responsable será solo su guardián
para cumplir el contrato, la obligación es de resultado (supra, T. 1, 1036) y, en
consecuencia, todo daño que sufra un espectador hará responsable al deudor, es
(supra, T. 1, 881 y ss.). El simple hecho de organizar el espectáculo no hace al or-
ganizador guardián de las cosas utilizadas por los participantes en la competencia.
decir, el organizador, a menos que pruebe una causa extraña. Aunque la responsa-
bilidad sea contractual, el deudor es responsable de todas las actividades peligro-
sas que, puestas o toleradas por él dentro del espectáculo, puedan afectar la segu-
ridad de los espectadores que pagaron su ingreso, sin perjuicio de repetir contra el
responsable cuando a ello hubiere lugar. Puede suceder que la responsabilidad por daños causados a un tercero no
competidor sea extracontractual. Veamos:
Así las cosas, si se produce un accidente automoviliario que causa daño a un
espectador durante una competencia de autos, el organizador, deudor contrac- En efecto, es posible que el daño sea sufrido por terceros, espectadores o no,
tual frente al espectador lesionado, es responsable contractualmente, a menos que que no celebraron contrato alguno con el organizador, en cuyo caso la responsabi-
pruebe una causa extraña, pues su obligación de seguridad es de resultado 613 • Y no lidad de éste es extracontractual por actividades peligrosas, así el causante directo
podrá alegar, por ejemplo, que el vehículo causante del daño no estaba bajo su del daño sea un deportista que no dependía del organizador y así no se haya utili-
guarda sino bajo la guarda de un competidor. En efecto, dicho automotor, en ese zado una cosa en la producción del daño. Así, por ejemplo, si en una carrera de
momento, hacía parte del riesgo asumido contractualmente por el organizador, atletismo uno de los corredores durante la carrera se choca contra un peatón, el
pues él permitió o incluso se benefició con la actividad causante del daño y, con- organizador será responsable por actividades peligrosas, pues la carrera de atletis-
secuentemente, del incumplimiento del contrato. La actividad peligrosa, como un mo como tallo es y el organizador en cierta forma es el guardián de toda la com-
todo, fue organizada por el deudor quien sometió al espectador a sus posibles petencia (en Francia no se aplicaría la responsabilidad objetiva, pues el daño no
riesgos. fue causado con una cosa). En consecuencia, las víctimas o los terceros perjudica-
·dos podrán invocar contra el organizador la responsabilidad por actividades peli-
En este punto es preciso advertir que la solución en el derecho francés sería grosas, así el deportista o el instrumento causante del daño estén bajo el poder de
diferente, pues en aquel país existe la responsabilidad del guardián de la cosa dirección y control de un competidor o de una empresa participante. En este caso,
la actividad peligrosa está constituida por el espectáculo en su totalidad y dicho
espectáculo está bajo el poder de dirección y control del demandado.

61 O René Savatier, ob. cit., t. 11, núms. 853-855; Boris Starck, por Roland y Boyer,
núm. 237; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm. 157-2.
611 Ibídem. 614 Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núms. 157 y ss.
612 Philippe le Tourneau, Lo'ic Cadiet, ob. cit., núm. 1008. 615 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 863; Mazeaud-Tunc-Chabas, ob. cit., t. 1, núm.
613 Ibídem. 1160.
RESPONSABILIDAD POR ACTIVIDADES PELIGROSAS i 327
1326 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

1319.- RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DE LOS DEPORTISTAS,


también sus padres serán responsables solidariamente si se llenan los requisitos
DE LOS DUEÑOS DE EQUIPOS O DE INSTALACIONES DEPORTIVAS
de la responsabilidad por el hecho de los hijos menores que habitan la misma
casa619 (supra, T. I, 609 y ss.).
También podrá haber responsabilidad no solo del organizador del espectácu-
lo, sino también del directamente causante del daño o del patrocinador responsa- En cambio, en la segunda hipótesis se trata de una competencia en la que
ble del equipo en caso de daños causados a terceros no competidores. En este participan deportistas que están patrocinados por un tercero o donde hay de por
caso, la doctrina616 distingue entre daños causados con un objeto utilizado en for- medio un organizador del espectáculo. En estos casos, los competidores, en tanto
ma individual y daños causados con un objeto utilizado en forma colectiva. que dependientes del patrocinador del equipo o del organizador del espectácu-
lo, no se consideran guardianes y responsables por actividades peligrosas (supra,
Para el primer caso, piénsese en la competencia con armas de fuego, en la T. I, 896 y ss'.). Solo en la medida en que se pruebe su culpa, el deportista podrá
que, sin proponérselo y aún sin culpa, un competidor lesiona a un espectador o a ser declarado responsable. En consecuencia, la responsabilidad presunta por acti-
cualquier otro tercero. En este caso, solo el competidor, su empresa patrocinadora vidades peligrosas por daños causados a terceros no participantes con un objeto
y el organizador de la competencia617 responderán por actividades peligrosas o por utilizado en forma colectiva estará en cabeza de los explotadores de los
el hecho de las cosas y solo se exonerarán demostrando una causa extraña. Así las equipos participantes y de los organizadores del espectáculo, así se individualice
cosas, los otros competidores no serán responsables por actividades peligrosas, al jugador que ha dado el golpe final causante del daño. En este caso, lo peligroso
pues ellos no eran guardianes de la actividad causante del daño. La víctima podrá es la competencia como tal y como todos los organizadores y los dueños de los
demandarlos a los tres por la totalidad de la indemnización, teniendo cuidado de equipos la organizan o dirigen, se entiende que todos son sus guardianes y respon-
explicar en la demanda el tipo de responsabilidad aplicable a cada uno de los sables.
demandados.
Finalmente, puede ocurrir que los daños sean imputables al mal estado de las
En cambio, si el daño es causado a un tercero con un objeto manipulado por instalaciones deportivas que no son de propiedad de los organizadores del espec-
todos los competidores, será preciso contemplar dos hipótesis. táculo. Piénsese en el accidente de autos que se produce por el mal estado de las
pistas. En este caso, si los organizadores son arrendatarios o comodatarios de las
En la primera, se trata de una competencia espontánea sin organizador, em-
instalaciones deportivas, serán responsables los organizadores, el patrocinador
presario o patrocinador de por medio. Piénsese, v. gr., en el transeúnte que, al
del equipo o del deportista, el causante del daño y el explotador que haya facilita-
pasar cerca de un campo deportivo resulta golpeado por un balón utilizado duran-
do dichas instalaciones, pero este último siempre y cuando estas se encuentren en
te un partido de fútbol jugado entre aficionados vecinos de un determinado barrio.
estado defectuoso. Los primeros no podrán alegar como causa extraña el mal es-
En esas condiciones, todos los participantes que tengan más de 1O años, en cierta
tado de las instalaciones.
forma actúan por su propia cuenta, lo que significa que la actividad peligrosa del
deporte es ejercida por todos y, en consecuencia, en caso de daños causados a
terceros no competidores, todos serán responsables por actividades peligrosas, así SUBSECCIÓN IX.- Las !:lll'f1vírll!:114rh•101 noiUlill''ll>~·:l~

al ocurrir el daño el objeto utilizado en la competencia haya sido lanzado por un y la


competidor identificado y así se trate de un contrario. En estos casos, la doctrina
considera que todos los competidores son guardianes colectivos de la cosa o acti- 1320.- PRINCIPIO Y REMISIÓN
vidad causante del daño 618 . Y si el juego era practicado por menores de 18 años,
La responsabilidad por actividades peligrosas es permanente y pacíficamente
aplicada por los tribunales administrativos en los proceso por responsabilidad
616 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 863.
617 René Savatier, ob. cit., t. 11, núm. 863-865; Philippe le Tourneau, Lo'lc Cadiet, ob.
cit., núm. 1016.
619 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 676; Boris Starck, por Roland
618 Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., t. IV, núm. 378; Mazeaud-Tunc- Chabas,
ob. cit., t. 1, núm. 1184-2; Philippe le Tourneau, Lo'lc Cadiet, ob. cit., núm. 1016. y Boyer, núm. 489.
1328 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

patrimonial del Estado, aunque a veces se le denomina como responsabilidad por


riesgo excepcional. Salvo algunas diferencias accesorias, podemos afirmar que
todos los principios hasta ahora analizados son aplicables en dicha materia. Sin
embargo, dada la complejidad de la jurisprudencia, hemos preferido incluir el
tema en una monografía de nuestra autoría titulada La responsabilidad del Esta-
do620, a la cual remitimos al lector.

CAPÍTULO III

CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO


DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS

1321.-Bibliografía sumaria. René Savatier, Traité ... , t. I, núms. 417 y ss.;


Philippe le Tourneau, ob. cit., núms. 1872 y ss.; 210 y ss.; Mazeaud-Tunc-Chabas,
Traité ... , t. II, núms. 1070-2 y ss., 1019 y ss.; Planiol y Ripert, ob. cit., t. VI, núm.
607; Boris Starck, Droit civil. Obligations, núms. 577 a 587; Álvaro Pérez Vives,
ob. cit., t. II, núm. 193, h); Bernard Soinne, La responsabilité des architectes et
entrepreneurs apres la reception des travaux, t. II, París, L. G. D. J., 1969; Arturo
Alessandri Rodríguez, ob. cit., núms. 344 y ss.; Lambert-Pieri, Construction inmobiliaire
et dommages aux voisins, Paris, Economica, 1982, p. 184; Ghestin-Viney, ob.
cit., t. IV.

1322.- PLAN

En el capítulo primero de esta parte del título tercero, nos referimos al prin-
cipio general de responsabilidad por el hecho de las cosas en el derecho colombia-
no; dijimos entonces que nuestro Código Civil no consagraba en el capítulo de la
responsabilidad aquiliana norma similar a la del artículo 1384, inciso 1°, del Có-
digo de Napoleón, del cual los franceses han tomado la fundamentación de su
responsabilidad por el hecho de las cosas; posteriormente delimitamos la posibi-
lidad de extraer ese principio general del artículo 669 del Código Civil, en el cual
se definen las obligaciones que surgen del derecho de domnio. Adicionalmente, la
doctrina y la jurisprudencia, según hemos visto (supra, T. I, 855 y ss.) estructuró
la responsabilidad por actividades peligrosas, que en muchos aspectos se aplica a
la responsabilidad por el hecho de las cosas cuando su utilización es peligrosa.

Pero si nuestro Código Civil no contempla el principio general de respon-


sabilidad por el hecho de las cosas, basado en la culpa, la verdad es que varias de
sus normas establecen casos especiales de responsabilidad civil por el hecho de
620 Javier Tamayo Jaramillo, Responsabilidad del Estado, Santa Fe de Bogotá, Edit. determinados objetos. Es así como se consagra la responsabilidad por la ruina de
Legis, 1997. los edificios; la responsabilidad contractual y extracontractual de los constructo-
1330 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1331

res por la mala calidad de la construcción; la responsabilidad por la cosa que cae Derecho francés (C. C., art. 1386): El propietario de un edificio es
de la parte superior de un edificio; la responsabilidad por el hecho de los animales. responsable del daño causado por su ruina, cuando ella ocurre como
consecuencia de un defecto de mantenimiento o por vicio de su cons-
Como en las secciones anteriores hemos analizado los principios generales trucción.
de responsabilidad por el hecho de las cosas y por actividades peligrosas, y mu-
chos de esos principios son aplicables a estos casos especiales, nos proponemos Derecho colombiano (C. C., art. 2350): El dueño de un edificio es
abordar a continuación los siguientes temas: la responsabilidad por efecto de las responsable de los daños que ocasione su ruina, acaecida por haber
construcciones (sec. I), la responsabilidad civil por el hecho de los animales (sec. omitido las reparaciones necesarias, o por haber faltado de otra
II); en una obra separada, que esperamos publicar posteriormente, analizaremos manera al cuidado de un buen padre de familia.
la responsabilidad civil por productos defectuosos. Por su nula aplicación prácti-
ca, omitiremos referirnos a la responsabilidad por los daños causados por la cosa No habrá responsabilidad si la ruina acaeciera por caso fortuito,
que cae de la parte superior de un edificio. De hecho, esta responsabilidad ha sido como avenida, rayo o terremoto.
absorbida por la responsabilidad por actividades peligrosas.
Si el edificio perteneciere a dos o más personas proindiviso, se di-
vidirá entre ellas la indemnización, a prorrata de sus cuotas de do-
minio.
SECCIÓN 1.- La responsabilidad civil por los daños
en las construcciones o causados por estas
Con base en estos dos textos podemos ir recibiendo, con beneficio de inven-
1323.- Los artículos 2350 y 2351 del Código Civil consagran una de las tario, las doctrinas y jurisprudencias relativas al Código de Napoleón.
pocas especies de responsabilidad civil por el hecho de las cosas, normada en el
capítulo de la responsabilidad civil aquiliana: la denominada responsabilidad ci- Por vía de exclusión estudiaremos aquellos contornos que, proviniendo de
vil por la ruina de los edificios que compromete a los propietarios (subsec. I). otras fuentes de responsabilidad civil, tienen que ver con los daños causados por
Pero, de otra parte, el artículo 2351 del Código Civil regula la responsabili- los edificios, pero que no se rigen por el artículo 2350 (I); de otro lado, será
dad civil extracontractual de los constructores de inmuebles. Esta última está pro- necesario determinar cuáles son las personas que se hallan obligadas por esta
fundamente ligada a la responsabilidad contractual de los constructores y de los responsabilidad (II); igualmente, fijaremos criterios sobre la noción de ruina (III);
vendedores de inmuebles por los daños originados en la construcción misma. Ello luego se verá cómo funciona la carga de la prueba de los diferentes elementos de
amerita que abordemos esas responsabilidades por y en las construcciones en for- esta responsabilidad (IV); por último, analizaremos las formas de exoneración
ma conjunta (subsec. II). que puede tener el demandado (V).

SuBSECCióN 1.- Responsabilidad civil


l. - Diferentes tipos de responsabilidad de los propietarios
del dueño de un inmueble
de inmuebles por daños no provenientes de su ruina
1324.- Tanto el Código Civil francés como el colombiano prevén la responsabi-
lidad civil por efectos de la ruina de un edificio. 1325.- Debido a la complejidad que en la vida práctica presentan las dis-
tintas circunstancias que acompañan los daños producidos directa o indirectamen-
Con algunas diferencias, el régimen de las dos legislaciones se fundamenta te por una construcción, queremos abordar inicialmente una serie de hipótesis
sobre los mismos lineamientos. Debido a la influencia que los autores france- que, en general, comprometen la responsabilidad civil del dueño de un edificio,
ses han tenido en este campo, transcribimos el texto comparativo de las dos legis- · sin que haya de por medio una ruina de la construcción. Ello nos permitirá preci-
laciones en materia de responsabilidad aquiliana proveniente de la ruina de un sar en su íntima esencia la responsabilidad civil por el hecho de la ruina de una
edificio. construcción.
1332 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1333

1326.- RESPONSABILIDAD FRENTE A LOS VECINOS DEL EDIFICIO EN EL CUAL Reproducimos los apartes de la sentencia relativos a este punto:
SE PRODUCE LA RUINA
"Por regla general, el dueño de un edificio responde a terceros de los daños
que les cause la ruina culposa de esa edificación. En principio, cualquier
Una primera limitación aparece establecida en los artículos 988 y siguientes 1
persona que sufra perjuicios por esta causa tiene derecho a exigir la repara-
del Código Civil colombiano. De acuerdo con esta norma, "El que tema que la
ción correspondiente. Hay sin embargo dos casos en que esta regla no tiene
ruina de un edificio vecino le depare perjuicio, tiene derecho de querellarse al juez
aplicación en los términos prescritos por el mismo artículo 2350. El primero
para que se mande al dueño de tal edificio a derribarlo( ... ). Si notificada la quere-
de estos casos concierne a las personas que se hallan vinculadas al propieta-
lla cayere el edificio por efecto de su mala condición, se indemnizará de todo
rio de la construcción por un contrato relativo al uso o goce de ella. Tales
perjuicio a los vecinos ( ... )". (C. C., art. 990).
personas son el arrendatario, el usufructuario, el usuario y el habitador. Cuando
la víctima de la ruina es persona que tiene una de estas calidades, la respon-
Estos preceptos parecen mostrar un conflicto de leyes con el artículo 2350
sabilidad del dueño de la edificación desplomada no es extracontractual sino
del Código Civil; veremos si tal conflicto es real·o aparente. contractual, y se rige en consecuencia por las normas convencionales o lega-
les que regulan las relaciones jurídicas de las partes. Ello significa, en otros
Para ALESSANDRI RoDRÍGUEZ, existe concordancia entre las dos normas y, términos, que la responsabilidad consagrada por el citado artículo 2350 del
además, cuando la víctima de la ruina de un edificio es un vecino, el responsable C. C. no toca con la esfera contractual, o sea, en los casos en que la víctima
solo está obligado a indemnizar cuando ha existido previa querella por parte del del agravio inferido por la caída de un edificio está ligada al dueño por una
perjudicado 1• convención relacionada con el uso y goce de la misma construcción.

Por su parte, ÁLVARO PÉREZ VIVES sostiene que si la víctima tuvo conoci- "El otro caso es el de los vecinos que han tenido conocimiento del mal estado
miento del peligro, "No hay lugar a reparación, porque el daño se produjo por del edificio y de su inminente peligro de ruina.
culpa de los vecinos que, conociendo el mal estado del edificio, omitieron ponerlo
en conocimiento del dueño" 2 • "Los artículos 988, 990 y 991 del C. C. se refieren a los vecinos que, teniendo
conocimiento del mal estado del edificio contiguo, temen que su ruina les
Para este autor, el artículo 2350 no se aplica cuando el vecino, a sabiendas, cause perjuicios para el efecto de autorizarlos a promover [denuncia] contra
omitió querellarse; en cambio, si no conoció el peligro, el dueño del edificio de- el dueño del interdicto de obra vieja, a fin de obtener que este derribe o repare
berá responder; en este caso, el silencio ignorante del vecino no excluirá la res- esa construcción, según el caso. Si el edificio se derrumba, los vecinos lesio-
nados por la caída tienen derecho a resarcimiento de los daños, si propusie-
ponsabilidad.
ron y notificaron la querella antes de producirse la ruina; en caso contrario,
no podrán exigir la indemnización. Tales normas contemplan una relación de
1327.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA (CAS., 4 DIC. 1963) vecindad e imponen a los vecinos que pueden y deben darse cuenta del mal
estado y del inminente peligro de ruina que ofrece la construcción aledaña, la
La Corte, en fallo de la fecha citada, acoge plenamente la teoría del doctor obligación de contribuir a precaver los posibles daños de esta, mediante la
PÉREZ VIvEs, según la cual el artículo 2350 del Código Civil no tiene aplicación a promoción y notificación de la querella de obra vieja. La abstención en el
favor de los vecinos que, sabiendo el mal estado de la construcción arruinada, no cumplimiento de esta obligación priva a dichos vecinos del derecho a la repa-
se querellaron. ración de los perjuicios que les cause la caída del edificio, y ello, porque esa
omisión constituye una culpa que hace presumir que los propios vecinos se
expusieron voluntariamente a las consecuencias nocivas de dicha ruina. De
donde se ve que el aludido interdicto de obra vieja no es un derecho renunciable
ARTURO ALESSANDRI RoDRíGuEz, De la responsabilidad civil extracontractual en el
derecho civil, Santiago de Chile, Edit. Nascimento, 1949, núm. 344. a su arbitrio por los vecinos conocedores del peligro que ofrece el mal estado
2 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 193, h). de la construcción contigua, sino una obligación de vecindad establecida en
1334 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1335

provecho recíproco de los mismos vecinos. Quien incumple tal obligación, sea culposo, solo habría lugar a una reducción parcial del monto de la indemni-
incurre en una culpa que compensa o purga la del dueño de la edificación por zación4. Mientras que el artículo 988 no exige culpa del dueño del edificio, el
falta de las reparaciones necesarias, o por cualquier descuido. artículo 2350 exige comportamiento imprudente de su parte; en el primer caso, el
silencio de la víctima exonera de responsabilidad; en el segundo, la culpa del
"Como ya ha tenido oportunidad de anotarlo la Corte, la doctrina anterior responsable no se desvirtúa por el silencio del perjudicado.
concierne a los vecinos que tienen conocimiento cierto del mal estado del
edificio contiguo y de su inminente peligro de ruina, pero no a los vecinos De acuerdo con la distinción, podemos decir que el artículo 2350 no tiene en
que ignoran estas circunstancias, por no estar a su alcance percibirlas, de cuenta para nada la previa querella del vecino que posteriormente sufre daño por
modo que la situación y el derecho de resarcimiento de estos últimos se rigen la ruina de un edificio; en ese caso, la víctima no podrá argumentar la responsabi-
y quedan superados por la regla del artículo 2350 citado, y no están subordi- lidad objetiva de los artículos 988 y siguientes, pero podrá alegar la responsabili-
nados a la notificación previa del interdicto de obra vieja que consagran los dad culposa del artículo 2350, siempre y cuando se llenen los requisitos de dicha
artículos 988 y siguientes del C. C." 3 • norma; en conclusión, el artículo 2350 se aplica en favor de todas las personas,
vecinas o no, que sufran daños como consecuencia de la ruina culposa del edifi-
No obstante la aparente claridad de los argumentos de la Corte y del doctor cio, poco importa que exista o no la querella previa de su parte; al contrario, la
PÉREZ VIvEs, creemos que la solución al problema es distinta de como ha sido responsabilidad objetiva del artículo 988 solo se aplica si ha existido queja del
planteada. vecino perjudicado.

1328.- NUESTRA POSICIÓN 1329.- ABUSO DEL DERECHO DEL DUEÑO DE UN EDIFICIO

En nuestro concepto, los artículos 988 y siguientes están estructurados sobre En múltiples ocasiones, el propietario de un predio o de un edificio construye
bases diferentes a los de la responsabilidad civil del artículo 2350 del Código sin un interés serio y con la finalidad de causarle perjuicios a un tercero. Los
Civil. Mientras que el artículo 2350 exige una actividad culposa consistente en daños que esa edificación produzca se rigen por el artículo 2341 del Código Civil,
omitir las reparaciones necesarias, o en faltar de cualquier otra manera a los debe- que en el fondo es la norma que sirve de base a la responsabilidad civil por abuso
res de un buen padre de familia, el artículo 988 consagra una responsabilidad de del derecho (supra, T. I, 522 y ss.). Pero en no pocas oportunidades habrá respon-
tipo objetivo, ya que la norma no cualifica el motivo por el cual se produce la sabilidad del dueño del inmueble por una culpa común y corriente que no consti-
ruina. Si al dueño se le notifica la querella y el edificio cae, se deberá reparación tuye un abuso del derecho. Ya hemos visto (supra, T. I, 539) que no pocas veces
sin entrar a detallar la causa de la ruina; de allí que, siendo una responsabilidad se confunde el abuso del derecho con el simple ejercicio culposo del derecho.
puramente objetiva, la ley no garantice a la víctima que no se querelló el resarci-
miento del daño sufrido.
1330.- DAÑOS CAUSADOS SIN RUINA DEL EDIFICIO
En cambio, si la ruina se produce por omisión de reparaciones necesarias,
abandonamos el artículo 988 y nos colocamos en la institución de la ruina culposa Tradicionalmente, la responsabilidad civil de los dueños de edificios aparece
del artículo 2350 del Código Civil. En realidad, si el dueño del edificio ha omitido englobada dentro de lo establecido en el artículo 2350 del Código Civil; sin em-
reparaciones necesarias, el vecino que es víctima de la ruina del edificio no tiene bargo, esta norma solo es aplicable cuando se produce la ruina total o parcial de la
por qué sufrir las consecuencias de la culpa del dueño de la construcción. El conocimiento construcción causante del daño; en consecuencia, quedan por fuera de tal institu-
del riesgo no implica su aceptación, y aun aceptando que ese silencio de la víctima ción jurídica todos los daños causados con una construcción, a pesar de no haber-

3 Cas., 4 diciembre 1963, "G. J.", t. Clll, pp. 279-280; en el mismo sentido, cas. civ., 4 La culpa de la víctima solo da lugar a reducción parcial cuando ella no es causa
13 marzo 1970, "G. J.", t. CXXXIII, pp. 136 y ss. exclusiva del daño.
1336 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1337

se producido su ruina5 . Tales daños pueden producirse durante la construcción del "había violado la obligación de no causar al vecino una perturbación que sobrepa-
edificio, después de terminado, o durante su demolición. Para una mayor claridad, sara los inconvenientes normales de vecindad" 6 •
estudiaremos por separado cada uno de estos tres casos, pues en ellos se puede ver
involucrada la responsabilidad de otras personas. La segunda decisión expresó que,

"Si el propietario vecino de quien construye legítimamente sobre su fundo es


1331.- DAÑOS CAUSADOS SIN RUINA DESPUÉS DE TERMINADA LA CONSTRUCCIÓN
obligado a sufrir los inconvenientes normales de vecindad, también es cierto
que tiene el derecho a exigir una reparación desde que esos inconvenientes
Puede suceder que después de terminada una construcción, y a pesar de que excedan allímite" 7 .
no se produzca su ruina, se causen, sin embargo, daños a terceros. Si ha existido
un vicio en la construcción y de allí se deriva el perjuicio, la responsabilidad Esta doctrina se ha mantenido desde entonces, pero el deslinde de tal responsabilidad
incumbe al constructor, con base en el artículo 2351 del Código Civil (infra, T. I, con la del hecho de las cosas se manifiesta expresamente en la sentencia del 1Ode
1362 y ss.). Por otra parte, el dueño del edificio podrá ver comprometida su res- enero de 1978, según la cual el dueño de un edificio fue condenado no solo en
ponsabilidad, pero en este caso habrá que hacer una distinción entre el daño ya razón de una falta que él había cometido personalmente, sino porque había oca-
causado y el daño contingente. sionado a sus vecinos perturbaciones que sobrepasaban los inconvenientes nor-
males de vecindario 8 •
En cuanto a los perjuicios que ya se han causado, sin que haya ruina de por
medio, podemos decir que existen dos fuentes de responsabilidad que comprome- Esta evolución del derecho francés ha sido muy lenta porque, como ya lo
ten al dueño. De una parte, siendo la construcción considerada como una activi- vimos (supra, T. I, 842), el Código de Napoleón no tiene la suficiencia del colom-
dad peligrosa, toda persona que se sienta perjudicada con ella podrá demandar biano en relación con las obligaciones que se derivan del.derecho de dominio. En
a quien tenga el poder de dirección y control, situación que generalmente se pre- efecto, el artículo 669 del Código Civil colombiano permite perfectamente esta-
senta en cabeza del propietario. De otro lado, y tratándose de vecinos de la edifi- blecer la responsabilidad del dueño de un edificio que, sin arruinarse, cause daños
cación, la víctima podrá beneficiarse de la responsabilidad objetiva por pertur- en los predios vecinos. Dicha norma prescinde de la idea de culpa y condiciona el
baciones de vecindario consagrada en el artículo 669. En efecto, la institución goce del dominio al hecho de no causarle daños a los derechos ajenos. Con base en
de las perturbaciones de vecindario, que inicialmente solo se aplicó a los daños esta premisa, todo el que construya un edificio que cause daño a terceros está
causados por ruido, malos olores y en general contaminación ambiental, se ha violando el artículo 669 y, en tal virtud, está obligado a indemnizar, independien-
hecho extensiva a todos los daños que se deriven de una construcción, siempre y temente de cualquier culpa de su parte.
cuando provengan de perturbaciones anormales del predio causante del daño (supra,
T. I, 1292 y ss.). Por consiguiente, podemos decir que todos los daños que sean consecuencia
del peso, volumen y tipo de construcción de un edificio, etc., hacen a su dueño
Ese cambio doctrinal y jurisprudencia! ha tenido un enorme desarrollo en el responsable, independientemente de cualquier culpa de su parte. Tal ocurre, por
derecho francés; desde 1971 la responsabilidad por perturbación del vecindario ejemplo, en el caso de las tapias o muros vecinos que se caen o se agrietan como
fue deslindada de la responsabilidad civil por el hecho de las cosas y ha pasado a consecuencia de un inmueble aledaño; asimismo, los terrenos cuyo margen de
constituirse en una responsabilidad puramente objetiva. En efecto, el 4 de febrero utilización se ve disminuido por la construcción contigua, obligan al dueño de
de 1971, mediante dos fallos consecutivos, la Corte de Casación francesa estable- esta a pagar las indemnizaciones correspondientes.
ció la responsabilidad por perturbaciones de vecindario independientes de toda
culpa. En una de tales sentencias, la Corte sostuvo que el dueño de una obra,

6 Cas. civ., G. Durry, Revue Trimestrielle de Droit Civil, 1971, p. 859.


7 Ibídem.
5 Hablamos de ruina del edificio del demandado; la ruina del edificio del demandante 8 Lambert-Pieri, ob. cit., núm. 18. En el mismo sentido, puede verse Weill y Terré,
no tiene importancia para que se aplique uno u otro tipo de responsabilidad. ob. cit., núms. 148 y ss.
1338 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1339

Lo aquí dicho compromete al propietario de la construcción cuando ya se han das en la noción de culpa, pero mientras el artículo 2356 se aplica a los daños ya
causado los daños y solo resta indemnizar por ellos. Faltaría analizar las posibles causados, el 2359 se aplica a los daños contingentes.
acciones que tenga la víctima de un daño contingente.
No obstante, una corrección se impone. En efecto, la interpretación del con-
En efecto, puede suceder que una construcción que haya sido terminada cepto contingente no puede hacerse en forma ilimitada, ya que ello paralizaría
amenace causar daños, a pesar de que no se haya producido ruina o que ni siquiera toda actividad humana, pues en el fondo todas las actividades peligrosas existen-
aparezca como probable. tes conducen a aumentar las probabilidades de que su utilización cause daño a
terceros. Lo correcto, pues, es considerar que hay un daño contingente cuando se
Para tales circunstancias, la ley civil colombiana dispone en el artículo han creado unas condiciones de hecho en las cuales solo falta el transcurso del
2359 que, tiempo para que el daño se produzca, es decir, la cadena causal que desemboca en
el perjuicio ya ha comenzado y solamente un determinado correctivo puede impe-
"Por regla general se concede acción en todos los casos de daño contingente, dir que el daño se produzca. Obsérvese que hay una serie de actividades que,
que por imprudencia o negligencia de alguno amenace a personas determina- siendo muy peligrosas, solo poseen un margen de probabilidad de que causen
das; pero si el daño amenaza solamente a personas determinadas, solo alguna daño. Por ejemplo, la utilización permanente de un automotor no hace que por el
de estas podrá intentar la acción". simple transcurso del tiempo se le cause daño a terceros; puede inclusive decirse
que solo en el instante inmediatamente anterior al accidente se desata la cadena
El artículo 88 de la Constitución Política de 1991 y la Ley 472 de 1998 regu- causal generadora del perjuicio. Toda la permanencia anterior del automotor care-
laron lo relativo a estas mismas acciones; sobre ello volveremos al analizar el ce de importancia en la producción del daño. En cambio, el peso de un edificio es
carácter cierto del daño (infra, T. II, 342 y ss.). una causa permanente que a la larga puede terminar causando un perjuicio. En
conclusión, para que el artículo 2359 sea aplicable no basta la simple probabilidad
Estas normas son de singular utilidad en nuestro derecho y permiten solucio-
de que el daño se produzca, sino que es indispensable que su causa se esté gestando
nar una serie de conflictos doctrinales. Con base en lo establecido en ellas, la
o que no quepa duda de que, de no intervenir a tiempo, comenzará a gestarse.
persona que se dé cuenta de que un edificio vecino le causará un perjuicio en el
futuro por el hecho del volumen o peso de su construcción, podrá demandar al Finalmente, cabe resaltar que el artículo 2359 del Código Civil no repite lo
propietario con el fin de que se le garanticen sus derechos. establecido en el artículo 216 del Código Nacional de Policía (D. 135511970). En
efecto, esta norma se refiere únicamente a los edificios que amenazan ruina, mientras
La única dificultad que se presenta es la de saber cuál será la solución adop-
que el artículo 2359 no solo cobija la ruina contingente, sino también cualquier
tada por el juez en relación con la garantía de los derechos de la víctima. En
otro perjuicio que pueda producirse por causa de la nueva edificación. Sin embar-
primer lugar, obligará al dueño de la construcción causante del perjuicio contingente
go, creemos que lo dispuesto en el artículo 216 del Código de Policía debería
a realizar todas las obras que impidan el daño, bien sea que deban realizarse en su
extenderse al edificio que, no amenazando ruina, está sin embargo en camino de
propiedad o en la del demandante, pero siempre a cargo del demandado. De no ser
perjudicar a los vecinos.
factible tal solución o si esta es demasiado costosa, se ordenará la demolición del
edificio causante del perjuicio si es que tiene un valor inferior al del predio perju-
dicado; si, por el contrario, la nueva edificación tiene un mayor valor y no hay 1332.- DAÑOS CAUSADOS DURANTE LA CONSTRUCCIÓN

posibilidad de impedir el daño con obras accesorias, el juez ordenará una indem-
nización, pues sería un atentado contra la economía del país ordenar la demolición En el número anterior estudiamos el caso de los perjuicios causados sin ruina
de una obra con el fin de mantener la subsistencia de una edificación de un valor del edificio una vez terminada la construcción. Pero puede ocurrir -y es lo más
inferior. En tales casos se tratará más bien de una compensación que de una in- común- que durante la construcción, con o sin ruina, se cause daño a terceros,
muy especialmente a los vecinos. Ante esta situación, el propietario de la cons-
demnización.
trucción responderá con fundamento en las perturbaciones de vecindario de que
El artículo 2359 del Código Civil es perfectamente aplicable, pues está ínti- hablamos antes, pero solo si los daños ya se han causado. Se trata, pues, conforme
mamente relacionado con el2356. Obsérvese que las dos instituciones están fundamenta- lo explicamos, de una responsabilidad puramente objetiva.
1340 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1341

Además, el constructor puede verse comprometido desde dos aspectos dife- "Ahora bien, el daño puede causarse no solamente mientras se ejerce la acti-
rentes: si el daño ya se causó, responderá con base en el artículo 2356, pues el vidad peligrosa de edificar, pues también es posible que ocurra, como lo
hecho de construir constituye una actividad peligrosa que obliga a su guardián a prevén los artículos 2350 y 2351 del C. C., por la "ruina del edificio", que
indemnizar los daños causados a terceros y, generalmente, el constructor es el acaece independientemente del desarrollo de actividad peligrosa. En el even-
guardián de la construcción que dirige. to contemplado en la primera disposición, el responsable de los daños será el
dueño de la edificación que cae, si se prueba, además, que su ruina ocurrió
En ediciones anteriores considerábamos que, en este caso, el dueño de la por haber omitido las reparaciones necesarias, "o por haber faltado de otra
obra no respondía por actividades peligrosas, por daños causados durante la cons- manera al cuidado de un buen padre de familia". No hay, pues, en este caso,
trucción, pues la guarda de la construcción estaba en cabeza del constructor. Con presunción de culpa, como tampoco la hay cuando "el daño causado por la
todo, según veremos, el dueño, así no esté directamente dirigiendo la construc- ruina de un edificio proviene de un vicio de su construcción", hipótesis en la
ción, de todas formas es el gran manejador de su obra, así sea por medio de con- cual, como lo dispone el artículo 2351 citado, el obligado a la indemnización
tratistas; puede que no tenga la guarda concreta de las personas o de las cosas es el constructor. No obstante, los dos preceptos apuntados solo pueden apli-
causantes del daño, pero en la medida en que él vigila y está pendiente de su obra carse cuando los daños son causados por la ruina de un edificio, vale decir,
peligrosa, se le considera guardián. En conclusión, el dueño responderá por acti- por su caída, mas no por haber sido demolido voluntariamente, o cuando el
vidades peligrosas o por perturbaciones de vecindario. daño se generó durante su construcción y a causa de la misma, casos en los
cuales la norma aplicable es la del artículo 2356, como antes se expresó, pues
Ahora, cuando el daño solo sea contingente, será contra el constructor y con- las actividades dirigidas tanto a demoler edificios como a construirlos, son
tra el dueño que debe dirigirse la demanda para que cese la potencialidad del de las llamadas peligrosas" 10 •
perjuicio que puede causarse al demandante9 •
El criterio de la Corte es parcialmente cierto, pues el artículo 2350 no puede
1333.- RESPONSABILIDAD DURANTE LA DEMOLICIÓN DEL EDIFICIO
aplicarse cuando no ha existido ruina del edificio. Sin embargo, la sentencia se
queda en mitad del camino al no tener en cuenta la posible aplicación de la teoría
Puede suceder que los perjuicios resulten por la demolición de la construc- de las perturbaciones de vecindario, que, como ya vimos, debe fundamentarse en
ción. En tal circunstancia no se aplica el artículo 2350, pues la ruina proviene de el artículo 669; por otra parte, el fallo no expresa si la responsabilidad por activi-
la demolición y no del simple hecho de haber omitido reparaciones necesarias. En dades peligrosas está en cabeza del dueño del edificio o del constructor, asunto
tales casos, la responsabilidad es similar a la que estudiamos respecto al daño este de trascendental importancia práctica.
producido durante la construcción del edificio. En consecuencia, el dueño respon-
derá por las perturbaciones de vecindario y por actividades peligrosas, mientras 1335.- LA ACUMULACIÓN DE RESPONSABILIDAD POR LA RUINA DEL EDIFICIO
que el demoledor solo responderá con base en esta última, sin perjuicio de aplicar Y POR LAS ACTIVIDADES PELIGROSAS
lo que acabamos de ver en relación con los daños contingentes.
El artículo 2350 del Código Civil consagra un tipo de responsabilidad espe-
1334.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA
cialísima, que solo surge cuando el daño se ha producido por la ruina del edifi-
cio11. Cualquier daño proveniente del edificio, pero que no se origine en su ruina,
Nuestra jurisprudencia hace una distinción inicial, y en virtud de ella sostie-
ne que, en ausencia de ruina, los artículos 2350 y 2351 no son aplicables. Al
respecto, un fallo del 27 de abril de 1972 afirma: 10 Sent., 27 abril 1972, "G. J.", t. CXLII, p. 174; en el mismo sentido, cas., 8 mayo
1969, "G. J.", t. CXXX, p. 103; cas., 5 abril1962, "G. J.", t. XCIII, p. 343; cas., 13
marzo 1970, "G. J.", t. CXXXIII, pp. 136 y ss.; Tribunal Superior de Bogotá, 31
octubre 1979, en Jurisprudencia civi/1979, t. 111, Bogotá, Edit. Lex, p. 1526; cas.
9 El artículo 2359 del C. C. no se aplica al que simplemente tiene el carácter de civ., 5 abril 1978, en Jurisprudencia y Doctrina, t. VIl, núm. 77, p. 279.
dueño; se requiere tener poder de dirección y control de la construcción. 11 En este sentido, Cas. civ., 13 marzo 1970, "G. J.", t. CXXXIII, p. 136.
1342 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1343

exige otro tipo de responsabilidad distinta a la del artículo 2350; sin embargo, la si la ruina se produce por una actividad peligrosa o por causa de un animal, la
situación se complica a menudo, pues la ruina se puede producir por circunstan- víctima puede escoger entre la responsabilidad del artículo 2350 y la de los artícu-
cias que comprometen la responsabilidad en otras instituciones, v. gr., si la ruina los 2353, 2354 ó 2356, según el caso.
se produce por una actividad peligrosa del dueño del edificio.
Lo dicho hasta acá está relacionado con las culpas por medio de las cuales se
El artículo 2350 del Código Civil parece insinuar que desde que el daño se origina la ruina; en cambio, puede suceder que a causa de la ruina, el daño se
produzca por ruina del edificio, solamente se aplica esta norma. El texto de la produzca en forma inmediata por un hecho que encuadraría dentro de otro tipo de
disposición engloba cualquier culpabilidad, cuando dice que el dueño es respon- responsabilidad; en ese caso hay posibilidad de escoger entre el artículo 2350 o
sable porque "ha faltado de otra manera al cuidado de un buen padre de familia". aquella norma con la cual se tipifica la conducta del demandado; si, por ejemplo,
Podría pensarse que desde que la ruina acaezca por culpa del dueño, la responsa- a raíz de una ruina un cable de la energía queda al descubierto y posteriormente un
bilidad solo se enmarca dentro de esta institución. tercero sufre los efectos de la corriente, creemos que la víctima puede demandar
con base en la responsabilidad por actividades peligrosas (art. 2356) o con base en
La solución que parece simple a primera vista ofrece algunas dificultades; en la responsabilidad por la ruina de los edificios (art. 2350).
efecto, la responsabilidad por la ruina de los edificios es una responsabilidad no
solidaria, lo que implica que la indemnización debe repartirse entre los propieta- 1336.- ÜCUPACIÓN DE PREDIOS VECINOS
rios del inmueble arruinado; en cambio, en los otros tipos de responsabilidad sí se
da la solidaridad entre los diferentes coautores (art. 2344). Puede ocurrir que el propietario de un edificio localice las fundaciones de su
construcción en terrenos de un vecino, en cuyo caso la víctima puede invocar la
Si se acepta que la institución de la responsabilidad por ruina absorbe a las reivindicación, la accesión, o inclusive la responsabilidad directa con culpa pro-
demás, tenemos que la norma, lejos de beneficiar a la víctima, puede perjudicarla bada o presunta, según que haya existido o no actividad peligrosa. Sin embargo,
si la ruina se produce por una actividad peligrosa imputable a los mismos copro- creemos que en este caso es bastante difícil que la actividad sea peligrosa, ya que
pietarios. En realidad, aunque el hecho de ejercer la actividad peligrosa es prueba el daño no consiste en el deterioro producido por una actividad, sino en dolo o en
suficiente de que la ruina se produjo por culpa del dueño, también es cierto que un simple error del dueño al no verificar con exactitud los linderos de su predio.
como guardianes de la actividad peligrosa responden solidariamente, mientras
que como copropietarios su obligación es divisible.
1337.- LA RESPONSABILIDAD DE LOS DUEÑOS POR LA RUINA DE LOS EDIFICIOS
NO SE APLICA EN MATERIA CONTRACTUAL
En cambio, si se acepta que la víctima puede optar entre la acción en respon-
sabilidad por la ruina del edificio y la derivada por el ejercicio de actividades
peligrosas, se cumplirá la finalidad pretendida por la jurisprudencia: tratar de be- Para que la responsabilidad civil aquiliana por la ruina de un edificio entre en
neficiar probatoriamente a la víctima del daño. En esta forma, si demanda por juego, se requiere que la ruina no implique el incumplimiento de un contrato 12 • Si
actividades peligrosas, la responsabilidad de los propietarios es solidaria; si invo- la ruina del edificio causa un daño al arrendatario, la responsabilidad será contrac-
ca el artículo 2350, la obligación es divisible. tual y, en este caso, él puede invocar la violación de la obligación contractual de
seguridad, implícita en las reglas relativas al contrato de arrendamiento. No puede
No vemos por qué la víctima no pueda invocar cualquiera de las dos acciones olvidarse que el arrendador está obligado a entregar la cosa arrendada de forma tal
si la ruina proviene de actividades peligrosas; podría pensarse en la responsabili- que esta sirva para el fin perseguido por el arrendatario al momento de arrendar.
dad por actividades peligrosas a título principal y en la responsabilidad por la Acá es necesario distinguir entre la obligación derivada del incumplimiento del
ruina de los edificios a título subsidiario. contrato y la obligación derivada del daño causado con ocasión del contrato. En el

En conclusión, si la culpa en la ruina no está determinada por una actividad


peligrosa o por el hecho de un animal, la responsabilidad por la ruina del edificio 12 Acepta que el artículo 2350 del C. C. no se aplica en materia contractual. Cas., 4
(C.C., art. 2350) absorbe la responsabilidad directa del artículo 2341; en cambio, diciembre 1963, "G. J." t. Clll, p. 279.
1344 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1345

caso del daño causado al arrendatario, no cabe duda de que el daño surgió de la al dueño de este por una convención relacionada con el uso y goce de la
inejecución del contrato y, en consecuencia, la responsabilidad será contrac- misma construcción" 13 •
tual (supra, T. I, 85); por el contrario, si una persona se encuentra en el local del
arrendatario y sufre un daño por la ruina del edificio, la responsabilidad del II.- Responsabilidad del dueño de inmuebles que se arruinan
dueño se rige por el artículo 2350, ya que el daño es extracontractual; el perjuicio
se causó no por la inejecución del contrato de arrendamiento, sino con ocasión de 1339.- DELIMITACIÓN DEL TEMA
su ejecución.
Analizadas casi todas las hipótesis de responsabilidad del dueño de un edi-
Ahora bien, si los familiares del acreedor contractual sufren un daño, su ac- fico que causa daño a terceros, a continuación abordaremos la responsabili-
ción es extracontractual, pues siguen siendo terceros frente al contrato; inclusive dad específica por la ruina del edificio contemplada en el artículo 2350 del Códi-
si el padre de familia (arrendatario, por ejemplo) demanda su propio perjuicio go Civil.
derivado de la muerte del hijo, la acción será extracontractual, pues en este caso
su daño no se deriva del incumplimiento del contrato; si la ruina causó lesiones al 1340.- RESPONSABILIDAD DEL DUEÑO DEL EDIFICIO
padre y la muerte del hijo, el padre podrá cobrar por vía contractual el daño deri-
vado de sus lesiones y por vía extracontractual el perjuicio generado por la muerte El artículo 2350 del Código Civil colombiano es claro: solo el dueño del
del hijo. edificio que se arruina es responsable frente a las víctimas del daño. Esto no im-
pide que otras personas respondan con base en otros preceptos. Sin embargo, la
solución no es tan simple como a primera vista pudiera parecer, pues el derecho
1338.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA de propiedad presenta distintas variantes que es necesario tener en cuenta.

En fallo del4 de diciembre de 1963, la Corte acepta plenamente que cuando


hay de por medio un contrato, el artículo 2350 no se aplica, pues dicha norma solo
se aplica en materia extracontractual. Cuando la propiedad está desmembrada en nuda propiedad y en usufructo,
pueden presentarse dos posibilidades.
Al respecto este dice:
l. La ruina puede provenir de ausencia de reparaciones necesarias o de
"( ... ) por regla general, el dueño de un edificio responde a terceros de los falta de mantenimiento 14 . En el primer caso, la responsabilidad es del nudo pro-
daños que les cause la ruina culposa de esa edificación. En principio, cual- pietario, que tiene la facultad de repetir contra el usufructuario 15 •
quier persona que sufra perjuicios por esta causa, tiene derecho a exigir la
reparación correspondiente. Hay sin embargo dos casos en que la regla no 2. Si el daño se produce por falta de mantenimiento, el responsable será el
tiene aplicación en los términos prescritos por el mismo artículo 2350 del usufructuario 16 •
C. C. El primero de estos casos concierne a las personas que se hallan vincu-
Este caso refuerza nuestro criterio en el sentido de que la ausencia de repara-
ladas al propietario de la construcción por un contrato relativo al uso o goce
ciones necesarias no se presume y que la víctima deberá probar cuál fue la causa
de esta. Tales personas son el arrendatario, el usufructuario, el usuario y el
de la ruina para saber contra quién entabla la demanda (infra, T. 1, 1348 y ss.).
habitador. Cuando la víctima de la ruina es persona que tiene una de estas
calidades, la responsabilidad del dueño de la edificación desplomada no
es extracontractual sino contractual, y se rige en consecuencia por las nor-
mas convencionales o legales que regulan las relaciones jurídicas de las par- 13 Cas., 4 diciembre 1963, "G. J.", t. Clll, p. 279.
tes. Lo que significa, en otros términos, que la responsabilidad por el citado 14 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 193, h).
artículo 2350 del C. C. no toca con la esfera contractual, o sea, en los casos 15 Ibídem.
en que la víctima del agravio inferido por la caída de un edificio está ligada 16 Ibídem.
1346 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 134 7

Podría pensarse que el dueño es quien se presume responsable desde un principio, artículo 2350 del Código Civil sino por el artículo 2341, o por el 2356, según el
pero ello sería perjudicial para la víctima, que después de un largo proceso vería caso. Si, por ejemplo, el arrendatario o comodatario de un edificio lo sobrecarga
esfumadas sus pretensiones ante la prueba de que es otra la causa de la ruina. Si se de mercancía y a causa de ello se produce la ruina, su responsabilidad será la
piensa en asignar responsabilidad al dueño y al usufructuario, de todas maneras la directa prevista por el artículo 2341. En ese caso, el dueño no responde con base
víctima deberá pagar las costas procesales de quien resulte absuelto, situación aun en el artículo 2350 del Código Civil, pues el daño no le es imputable; asimismo,
desventajosa; es más, siendo excluyentes entre sí los dos demandados, esto podría si ese tercero tiene una fábrica o depósito de explosivos por cuya causa se produce
entrabar la marcha del proceso. la ruina, la responsabilidad del arrendatario será la contemplada en el artículo
2356, habida cuenta de la peligrosidad de la actividad. Tampoco en este caso el
EDIFICIO DE PROPIEDAD DE VARIAS PERSONAS propietario de la construcción es responsable ni por actividades peligrosas ni por
la ruina del edificio, pues no existe nexo de causalidad entre su conducta y el
El artículo 2350 establece que, "si el edificio pertenece a dos o más personas daño. Si la ruina proviene de la culpa de la persona por quien debe responder el
proindiviso, se dividirá entre ellas la indemnización, a prorrata de sus cuotas de dueño del edificio, se podría pensar en el artículo 2347, vale decir, en la respon-
dominio". sabilidad por el hecho ajeno; sin embargo, pensamos que en este caso la responsa-
bilidad sigue siendo la prevista en el artículo 2350, puesto que la culpa presunta o
Si el edificio pertenece, pues, a varias personas proindiviso, se repartirá entre
probada del directamente responsable hace presumir la culpa personal del civil-
ellas la reparación del daño. Más difícil es la situación que se presenta cuando la
mente responsable, en este caso, el dueño del edificio; la culpa en la vigilancia,
propiedad es divisible, por ejemplo, en los edificios reglamentados por propiedad
aplicable en este caso, cabe perfectamente en las exigencias del artículo 2350 17 •
horizontal. En este caso existen las siguientes posibilidades.

l. El daño se produce en las zonas comunes. Aquí se aplica el artículo 2350 NOCIÓN DE EDIFICIO
y, en consecuencia, se repartirá el monto del daño en proporción a las cuotas de
los propietarios. Si se prueba que el daño se debe a culpa de algún copropietario, El artículo 2350 del Código Civil es aplicable a la ruina de los edificios. Por
este será responsable de todo el daño. edificio debe entenderse la estructura de materiales durables, hecha por la mano
del hombre y adherida al suelo en forma permanente 18 • Esta noción cobija los
2. El daño se origina exclusivamente en parte de la edificación, pertene- conceptos de casa, iglesia, puente, túnel, bodega, establo, acueducto, etc.
ciente a un solo dueño. En este caso, el propietario del apartamento u oficina
donde se originó la ruina será responsable de todos los daños. En nuestro concepto, el artículo 2350 solo se aplica cuando la ruina proviene
de los elementos estructurales del edificio y no de los equipos mecánicos acceso-
3. La situación se complica cuando la ruina se produce en varias partes del rios. Aplicarle a tales aparatos la responsabilidad por la ruina de los edificios será
edificio, perteneciente cada una de ellas a determinado propietario; tal, por ejem- perjudicial para los intereses de la víctima, ya que esta debería probar la causa de
plo, si un bloque de apartamentos sufre ruina por causa de los apartamentos A y B.
la ruina y, además, no podría demandar solidariamente a los propietarios proindiviso.
En este caso, la responsabilidad es solidaria y la víctima podrá obtener la totali- En cambio, si a tales circunstancias se les aplica la responsabilidad por activida-
dad de la indemnización de cualquiera de los dos propietarios si se prueba que
des peligrosas, el perjudicado no solo gozaría del beneficio probatorio de la culpa,
cada uno de ellos omitió las reparaciones necesarias o cometió cualquier otra cul- sino también de la solidaridad entre los coautores.
pa. Para efectos jurídicos es como si se hubieran arruinado dos edificios, lo que
anula la divisibilidad de la deuda y la lleva al campo de la solidaridad consagrada
en el artículo 2344 del Código Civil.
17 El artículo 2350 del C. C. habla de la responsabilidad del dueño "por haber faltado
de cualquier otra manera al cuidado de un buen padre de familia; el caso típico de
1343.- RUINA CAUSADA POR CULPA DE UN TERCERO esa falta es la mala vigilancia o elección sobre el directamente responsable.
18 Sobre la noción de edificio, véase Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 347;
Si la ruina del edificio que causó el daño proviene de la culpa de un tercero Jean Carbonnier, ob. cit., núm. 105; Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 193; h);
diferente del dueño o del constructor, la responsabilidad civil no se regirá por el Planiol y Ripert, ob. cit., t. VI, núm. 608.
1348 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1349

Ahora, no se puede confundir la ruina de los ascensores o accesorios con la Al respecto, dice la Corte:
ruina del edificio proveniente del uso de tales implementos. Si, por ejemplo, un
transformador explota o los cables de un ascensor se revientan generando la ruina "El artículo 2350 se refiere no solo al fracaso de un edificio en su estructura
de la edificación, la víctima podrá escoger entre la responsabilidad por activida- integral, sino al de cualquiera de sus partes o elementos adherentes, destina-
des peligrosas (art. 2356) y la responsabilidad por la ruina de los edificios (art. dos con carácter permanente a su uso y beneficio, lo que comprende por lo
2350). Obsérvese que en este ejemplo lo que se arruina es el edificio, si bien su tanto aquellos elementos que, no obstante estar dotados de cierta movilidad
causa es el ejercicio de una actividad peligrosa. relativa, permanecen confinados a espacios fijos en el inmueble mismo, como
ocurre con los ascensores.
PÉREZ VIVES sostiene que la noción de edificio, para efectos del artículo 2350,
puede aplicarse a los árboles; para ello, argumenta que el artículo 992 del mismo Mas, en apoyo de la conclusión que se estudia, se ofrece también la regla
Código se refiere a esta serie de objetos 19 • Con todo, creemos que si la respon- general del artículo 2356 del Código Civil" 21 .
sabilidad civil del dueño de un edificio frente al daño causado a los vecinos es
diferente a la del artículo 2350 del Código Civil, no es posible la analogía, máxi- III.- Noción de ruina
me si se tiene en cuenta que en el capítulo sobre la responsabilidad aquiliana hay
normas suficientes para que la víctima de los daños causados por un árbol obtenga
reparación. La responsabilidad directa que prevé el artículo 2341, o la responsabilidad 1346.- QuÉ SE ENTIENDE POR RUINA
por actividades peligrosas del artículo 2356, suplen con suficiencia el artículo
2350 en este caso; es más, si se llegara a aceptar nuestra tesis de la responsabili- En múltiples ocasiones hemos sostenido que para poder aplicar el artículo
dad civil por el hecho de las cosas, contemplada en el artículo 669 del Código 2350 del Código Civil se requiere que el daño provenga de ruina del edificio. Por
Civil, esta sería base suficiente que permitiría también prescindir del artículo 2350. ruina debe entenderse el desprendimiento o destrucción total o parcial de los materiales
Aunque ALESSANDRI RoDRÍGUEZ no entra en los detalles que acabamos de esbozar, que estructuran el edificio 22 •
tiene, sin embargo, el mismo criterio nuestro 20 .
La ruina puede ser total o parcial, pero, en todo caso, conforme dice ALESSANDRI
RODRÍGUEZ,
1345.- EL ARTÍCULO 2350 NO SE APLICA A LOS ASCENSORES Y OTROS
ACCESORIOS "( ... )es esencial que el daño provenga de la caída de los materiales incorpo-
rados al edificio; de los materiales que lo forman o constituyen; solo enton-
De otro lado, conviene resaltar que si alguna de las partes que estructuran el ces hay ruina. De ahí que la caída de una teja, de una cornisa, de un balcón, de
edificio constituye una actividad peligrosa, no nos regiremos por el artículo 2350 un trozo de mampostería, de una chimenea o de cualquier otro material incor-
del Código Civil sino por el artículo 2356, que regula la responsabilidad por acti- porado al edificio, por insignificante que sea, constituye una ruina que hace
vidades peligrosas. Así, si el daño es causado por la ruina de un ascensor, o de un aplicable los artículos 2323 y 2324 (arts. 2350 y 2351 del C. C. colombiano).
transformador de energía, adheridos al edificio, no estaremos ante una responsa- De ahí también que estos artículos no tengan aplicación tratándose de los
bilidad por la ruina de un edificio. No obstante, un fallo de la Corte, del 1o de daños que cause la caída de objetos que no están incorporados al edificio, que
octubre de 1963, afirma que aun en caso de daño producido por un ascensor, la no formen parte de la construcción, como la caída de un macetero colocado
víctima podrá pedir que se aplique no solo el artículo 2356 sino también el artícu- sobre un balcón; en tal caso no hay ruina. Rige entonces el artículo 2328, y si
lo 2350.

21 Cas. civ., 1° octubre 1963, "G. J.", t. Clll, pp. 172 y ss;
22 En este sentido, cas. civ., 1° octubre 1963, "G. J.", t. Clll, pp. 172 y ss.; cas., 4
19 Álvaro Pérez Vives, ob. y núm, cits.
diciembre 1963, "G. J.", t. Clll, p. 279. Sobre la noción de ruina, véase Arturo
20 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 347. Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 348; Jean Carbonnier, ob. cit., núm. 105.
1350 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1351

este no fuere aplicable, el derecho común: la víctima deberá probar el dolo o segundo supuesto, la responsabilidad será del constructor; y a ella nos referiremos
la culpa de su autor" 23 (el art. 2328 del C. C. chileno es igual al 2355 del C. más adelante (infra, T. I, 1376 y ss.).
C. colombiano).

La carga de la prueba
1347.- DE QUÉ ÉPOCA DEBE PROVENIR LA RUINA

La ruina del edificio puede ocurrir durante o después de su construcción. Si 1348.- LA CARGA DE LA PRUEBA EN LA RESPONSABILIDAD DEL ARTÍCULO 2350
el daño se produce durante su construcción y la causa es la ruina del edificio, DEL CóDIGO CIVIL
responderán solidariamente el constructor y el propietario. El primero responderá
con base en los artículos 2356, 2347 ó 2341 del Código Civil, según sea la causa Lo primero que la víctima debe probar es que el daño ha sido causado por la
del daño 24 • El propietario, conforme al artículo 2350 o al artículo 2356, pues tam- ruina del edificio; en segundo lugar, que el demandado era el propietario del in-
bién él es guardián de la actividad peligrosa de construir (supra, T. I, 1332). Si el mueble al momento de producirse la ruina; resta saber cómo funciona la carga de
daño ocasionado durante la construcción no se produce por ruina del edificio, sino la prueba de la ausencia de reparaciones necesarias, o del incumplimiento de las
por el hecho mismo de la construcción (por ejemplo, energía mal canalizada, grie- obligaciones de un buen padre de familia, lo mismo que el vínculo de causalidad
tas a los predios vecinos, etc.), el constructor será responsable por actividades entre la ruina y esa ausencia de reparaciones. ·
peligrosas, ya que él tiene la guarda de la construcción y es patrón de los obreros;
a su vez, el dueño responde por perturbaciones de vecindario (art. 669), o por En cuanto a la carga de la prueba de la culpa, es necesario recordar que en
actividades peligrosas, según lo acabado de anotar. este caso especial, el legislador considera que el hecho de omitir las reparaciones
necesarias es en sí mismo una culpa. No es que la ley presuma imprudencia o
De otro lado, puede demandarse en responsabilidad directa con culpa proba- negligencia por el hecho de omitir reparaciones necesarias; la norma considera
da a los trabajadores que ejecutan directamente la obra pero bajo la dependencia que tal omisión constituye por sí sola esa imprudencia o esa negligencia. No se
del constructor o del dueño; contra ellos no cabe la presunción del artículo 2356 puede indagar si esa omisión ha sido negligente o imprudente; ello haría inagota-
del Código Civil, ya que si bien tienen la dirección material de la actividad, la ley ble la búsqueda de la culpabilidad; el legislador considera que quien ha omitido
considera que el verdadero poder intelectual de dirección y control corresponde al reparaciones necesarias "ha faltado al cuidado de un buen padre de familia" 25 •
constructor o eventualmente al propietario (supra, T. I, 1332).
Precisamente, el artículo 2350 no solo prescribe que la culpabilidad consiste
Finalmente, si el daño proviene de una cosa que cae de la parte superior de la en omitir reparaciones necesarias, sino que deja abierto un concepto genérico,
construcción, sin que ella constituya actividad peligrosa, la responsabilidad será cual es el de considerar que incurre en esta responsabilidad el que haya dejado
del propietario, de acuerdo con el artículo 2355 del Código Civil; también cabría arruinar el edificio "por haber faltado de otra manera, al cuidado de un buen padre
allí una responsabilidad por el hecho ajeno contra el constructor, o en responsabi- de familia". Así, si el propietario deposita mercancías demasiado pesadas en un
lidad directa con culpa probada, contra el trabajador culposo. piso superior, por cuya causa se derrumba la edificación, evidentemente se podrá
considerar que ha faltado a los deberes de un buen padre de familia y, en ese caso,
Ahora bien, si la ruina se produce después de la recepción de los trabajos, su responsabilidad será la prevista en el artículo 2350; desde que haya ruina, el
tiene aplicación bien el artículo 2350 contra el dueño de la obra arruinada, o el artículo 2341 desaparece para el propietario.
2351 del Código Civil contra el constructor, según sea la causa de la ruina; en el
Ahora bien, esa falta de reparaciones necesarias o de cuidados como los hu-
biera tenido un buen padre de familia, ¿deberán probarse? o, por el contrario,
23 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 348.
24 En realidad, si el constructor es el guardián de la actividad peligrosa, él es el
responsable, de acuerdo con el artículo 2356 del C. C.
25 Sobre los conceptos de culpa probada y culpa presunta, supra, núm. 201.
1352 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1353

¿podrá presumirse en contra del propietario? El asunto ha sido discutido por la cualquiera otra negligencia y descuido. A continuación presentamos nuestros ar-
doctrina. gumentos son los siguientes:

PÉREZ VIVES sostiene que, a) Es cierto que el inciso 2° del artículo 2350 del Código Civil indica que
no habrá lugar a la responsabilidad si el daño proviniere de caso fortuito o fuerza
"( ... )el damnificado debe probar que el perjuicio fue causado por la ruina del mayor; pero lo que el legislador quiere decir es que si pese a la existencia de la
edificio, o la caída del árbol, para que se presuma que una y otra se debieron culpa en el mantenimiento, la ruina se produce por una fuerza mayor que habría
precisamente a la falta de las necesarias reparaciones, es decir, a culpa del arruinado el edificio, así no hubiese existido la culpa del dueño, no habrá lugar a
dueño" 26 • la indemnización, pues no hay relación de causalidad entre la culpa y el daño. Si
un caso fortuito hubiese arruinado un edificio bien reparado, la misma razón jurí-
Sostiene, además, que la doctrina y la jurisprudencia francesas no son aplica- dica que asiste al propietario de este edificio para exonerarse de su responsa-
bles en nuestro derecho, ya que el artículo 1386 del Código francés exige vicio de bilidad debe servir al propietario que omitió reparaciones que no fueron el factor
la construcción o defecto de mantenimiento. En nuestro concepto, este último determinante de la ruina. Este argumento podemos deducirlo del artículo 1731 del
argumento no es válido porque si bien las causales son diferentes en los dos ordenamientos, Código Civil, en el que se regula la pérdida de la cosa que se debe. Dicha norma
lo cierto es que ello no tiene trascendencia para invertir la carga de la prueba. De sostiene lo siguiente:
otra parte, el doctor PÉREZ VIVES piensa que el demandado solo puede exonerarse
Si el cuerpo cierto perece por culpa o durante la mora del deudor, la
mediante la prueba de una fuerza mayor o caso fortuito 27 •
obligación de este subsiste, pero varía de objeto; el deudor es obli-
gado al precio de la cosa y a indemnizar al acreedor: Sin embargo,
EDUARDO ZuLETA ÁNGEL acepta igualmente la teoría de la presunción, pero
si el deudor está en mora, y el cuerpo cierto que se debe perece
admite que el demandado puede demostrar que no tuvo culpa28 •
por caso fortuito, que habría sobrevenido igualmente a dicho cuerpo,
en poder del acreedor, solo se deberá la indemnización de los per-
En cuanto a la teoría del doctor ZuLETA ÁNGEL, digamos que no resiste análi-
juicios de la mora. Pero si el caso fortuito pudo no haber sucedido
sis alguno, puesto que la ley es muy clara al prescribir que la liberación del dueño
igualmente en poder del acreedor, se debe el precio de la cosa, y
del edificio solo se produce por medio de una causa extraña; en lo referente a la
los perjuicios de la mora (negras fuera del texto )29 •
opinión del doctor PÉREZ VIVES, esta se fundamenta en un argumento de aparente
validez, puesto que el artículo 2350 del Código Civil sostiene que "no habrá responsa- En conclusión, la víctima debe probar la culpa del dueño del edificio y, una
bilidad si la ruina acaeciera por caso fortuito, como avenida, rayo o terremoto". vez establecido ese presupuesto, la ley presume que fue a causa de esa culpa que
se produjo la ruina; es allí cuando tiene efecto la exoneración mediante la demos-
Con base en ello, podría pensarse que siendo la causa extraña la única manera tración de un caso fortuito. Recuérdese: lo que la causa extraña rompe es el víncu-
de exoneración, la ley está contemplando una presunción contra el propietario del lo de causalidad y no la culpa del demandado.
bien que se arruina.
b) En nuestro concepto, la presunción de culpa solo existe contra el cons-
No obstante la autoridad de los juristas citados, seguimos pensando que en la tructor por vicio en la construcción. En sana lógica, un edificio puede caerse bien
responsabilidad por la ruina de los edificios no existe presunción de culpa y que, sea por una fuerza mayor o caso fortuito, por el ejercicio de una actividad peligro-
en consecuencia, la víctima deberá probar la omisión de reparaciones necesarias o sa, por ausencia de reparaciones, o por un vicio en la construcción. Si existe la
fuerza mayor o el caso fortuito, todo el mundo se libera, ya que es un fenómeno no
imputable a persona alguna; si se produce por una actividad peligrosa, el respon-
26 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., núm. 193, h).
27 Álvaro Pérez Vives, ob. y núm. cits.
28 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 193, h). 29 Código Civil colombiano, art. 1731.
1354 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1355

sable de esta actividad será el encargado de indemnizar; quedan, por vía de elimi- responsable bajo el pretexto de que ha omitido reparaciones; aun probando que el
nación, dos posibilidades: o bien la ruina se produjo por omisión de reparaciones, propietario ha omitido reparar el edificio nuevo, habría que seguir pensando que
o bien por un vicio en la construcción. Dentro de un criterio de normalidad y la ruina es causada por un vicio en la construcción, ya que no hay ausencia de
teniendo en cuenta las reglas de la experiencia, es más explicable que un edificio reparaciones capaz de originar la ruina de un edificio recién acabado; ahora, si es
se arruine por vicio en la construcción que por ausencia de reparaciones. Lo co- otra falta distinta a la ausencia de reparaciones, debe ser tan notoria que no sería
rriente es que la causa de la ruina sea el vicio en la construcción; lo excepcional es necesario presumirla.
que se produzca por ausencia de reparaciones; eso es tan cierto que los artículos
2351 y 2060 establecen una garantía de 10 años en contra del constructor, partien- En conclusión, consideramos que para comprometer la responsabilidad del
do del hecho de que la ruina que proviniere durante ese tiempo sería generada por dueño de un edificio cuya ruina ha originado un daño, será necesario probar la
un vicio de construcción. ausencia de reparaciones necesarias, o cualquiera otra culpa capaz de originar el
daño, a menos que se trate de ruina causada por actividades peligrosas, en cuyo
e) De acuerdo con el artículo 2355, la cosa que cae de la parte superior de caso, la prueba de la culpa surge del simple hecho de demostrar la peligrosidad de
un edificio establece una presunción verdadera en contra de todos los propietarios la causa de la ruina.
del inmueble, presunción que se desvirtúa demostrando que cualquiera de los co-
propietarios es el exclusivo culpable. En el caso de la ruina del edificio y en el
LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA Y LA CARGA DE LA PRUEBA
supuesto de que haya varios copropietarios, cuyas partes comunes e individuales
EN LA RESPONSABILIDAD POR LA RUINA DE LOS EDIFICIOS
se han arruinado, la ley no les permite a estos demostrar que la ruina se debe a
culpa exclusiva de uno de ellos 30 • La razón es muy simple: si la culpa se presumie-
ra, todos serían responsables, pues la ruina ocurrió no solo en las zonas comunes, La jurisprudencia colombiana no ha sido abundante en relación con los liti-
sino también en las zonas que pertenecen exclusivamente a cada uno de los pro- gios surgidos por la ruina de un edificio. A continuación reproducimos las consi-
pietarios. Precisamente la prueba de esa ausencia de reparaciones o de cualquiera deraciones más importantes de los pocos fallos que se han referido a la materia.
otra culpa es lo que les permite a la víctima y a los demás propietarios saber quién
es el responsable. a) Sentencia del29 de mayo de 1931. La Corte decidió un litigio en el que
se pedía indemnización por la caída de la torre de una iglesia. Refiriéndose a lo
d) Si lo que pretende la teoría de las presunciones es favorecer a la víctima probado en el proceso, dijo:
de un daño, vemos que es mucho más fácil probar una falta de reparaciones que un
vicio de construcción; de ahí que sea más lógico presumir que la ruina se produjo "Por consiguiente, es forzoso estarse a lo declarado por los testigos, quienes
por vicio en la construcción y no por ausencia de reparaciones; al fin y al cabo, afirman que el siniestro ocurrido en el templo se debió al empleo de malos
probar lo último no es difícil y ello hace inútil la presunción. materiales y a mala dirección de la obra" 31 •

e) Para que un edificio se arruine por ausencia de reparaciones se requiere O sea, la Corte condena con base en que durante el juicio se probó que la
que haya transcurrido mucho tiempo después de su construcción; la ley, en sus ruina se había producido por culpa del dueño de la construcción.
artículos 2351 y 2060, presume que toda ruina que se produzca en un edificio
durante los 1O años siguientes a su construcción, hace que al constructor le sea b) Negocios Generales, 9 de octubre de 1963. Mediante esta decisión, la
imputable el daño. Es absurdo pensar que a una persona que recibe un edificio, Corte se plegó a la opinión del doctor ÁLVARO PÉREZ VIVES y, en consecuencia,
cuya terminación se ha producido una semana antes de arruinarse, se le presuma sostuvo que el artículo 2350 consagra una presunción contra el propietario, ya que
la víctima solo tendría que probar la ruina y el daño. Dice la Corte:

30 Obsérvese que si se acepta la teoría de Pérez Vives, el copropietario no se libera-


ría de la presunción si demuestra que la culpa era exclusivamente de otro copro-
pietario. 31 Sent., 29 mayo 1931, "G. J.", t. XXXIX, p. 66.
1356 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1357 .

"De manera pues que la presunción del artículo 2350 encuentra una justa y Acaecida la ruina del edificio y comprobado que ella se debió a falta de las
evidente explicación en las leyes físicas, porque si la edificación y sus par- reparaciones necesarias o del cuidado que emplea una persona prudente,
tes están dentro de la norma del plano de sustentación, no ocurriría el si- queda establecida la culpa que compromete la responsabilidad del propie-
niestro" 32 • tario por los daños causados a terceros. La omisión de las reparaciones y del
cuidado expresados constituye una presunción de culpa del dueño de la cons-
e) Casación civil del 4 de diciembre de 1963. En esta sentencia, la Corte trucción derruida, presunción que no puede infirmarse sino mediante la prue-
aplicó la solución propuesta por nosotros. Aunque la sentencia habla de culpa ba de que la ruina se produjo por caso fortuito. A este propósito dispone el
presunta, lo cierto es que de su contexto surge claramente que el demandante debe inciso segundo del propio artículo 2350 que "no habrá responsabilidad si la
probar la omisión de reparaciones necesarias o cualquiera otra imprudencia; esta- ruina acaeciera por caso fortuito, como avenida, rayo o terremoto". El pro-
blecidas esas omisiones o esa negligencia, el demandado solo se exonera si prue- pietario del edificio arruinado por su culpa no se exonera de esta sino con el
ba que el daño se debió a una fuerza mayor o caso fortuito. Los siguientes son los aporte de la prueba de que la caída obedeció a un caso fortuito o al hecho de
apartes del fallo citado, relativos al punto que nos ocupa: tercero que asume la misma categoría" 33 • (Resaltado fuera del texto).

"El artículo 2350 del C. C. consagra la regla general de que el propietario de d) Salvamento de voto. Sentencia del 26 de julio de 1977. En el fallo cita-
un edificio responde a terceros de los daños que les cause la ruina de esa do, el doctor RICARDO URIBE HoLGUÍN, mediante salvamento de voto, expresa
construcción, cuando ella se debe, no a caso fortuito, sino a la omisión en que el demandante debe establecer que el demandado "omitió las reparaciones
hacerle las reparaciones necesarias o a la falta de cuidado de un buen padre necesarias" 34 .
de familia. El dueño de cualquier construcción está obligado a mantenerla en
buen estado y a evitar su caída, pues si esta llega a producirse por falta de las e) Sentencia del5 de abril de 1978. Finalmente, una decisión de esta fecha
reparaciones necesarias o por otro descuido o imprudencia imputable dentro confirma claramente la doctrina de la Corte Suprema, según la cual, la víctima
de esa medida al mismo dueño, debe este resarcir los daños que tal ruina debe probar la culpa del dueño de la edificación que se arruine; al respecto dice:
ocasione a terceros. Lo cual significa que incurre en culpa quien tiene una "En el evento contemplado en el artículo 2350 del C. C., el dueño será res-
edificación de su propiedad en estado de amenazar ruina. ponsable (... ) si se prueba además que su ruina ocurrió por haber omitido
reparaciones necesarias( ... ). No hay en este caso presunción de culpa, como
Esta se produce cuando se derrumban todos o parte de los materiales que
tampoco la hay cuando el daño causado por la ruina de un edificio proviene
forman la construcción, o que están incorporados a ella como elementos inte-
de un vicio de su construcción" 35 (resaltado fuera del texto).
grantes de la misma.
Como conclusión del análisis de estas jurisprudencias, podemos afirmar que
Según la norma aludida, las causas de la ruina culposa deben consistir en
la mayoría de las veces, la Corte ha exigido que se pruebe la culpa del dueño de un
haber omitido el dueño hacer las reparaciones necesarias o faltado de otra
edificio cuya ruina produce un daño para poder comprometer su responsabilidad.
manera al cuidado de un buen padre de familia. Por reparaciones necesarias
se entienden aquellas obras que son indispensables para darle solidez y fir-
1350.- LA PRUEBA DEL NEXO DE CAUSALIDAD
meza a la edificación, con el fin de evitar la caída total o parcial de los mate-
riales que la componen. Y por falta de cuidado de un buen padre de familia se Sabemos que debe existir un vínculo de causalidad que permita asegurar que
comprende todo acto o error de conducta que no suele cometer una persona fue por falta de reparaciones como se produjo la ruina; este es un elemento esen-
advertida y prudente. En esta materia tendría este carácter la ejecución de
obras que pusieran en peligro la resistencia y estabilidad de la construcción.
33 Cas., 4 diciembre 1963, "G. J.", t. Clll, pp. 279 y 280, citada por Héctor Roa Gómez,
ob. cit., pp. 1220 y 1221.
32 Neg. Gen., 9 octubre 1963, "G. J.", t. Clll, p. 708; en el fondo, la Corte acepta que 34 Sent., 26 julio 1977, en Jurisprudencia y Doctrina, t. VI, pp. 609 a 612, núm. 69.
es la mala construcción lo que hace presumir la ruina. 35 Sent., 5 abril1978, en Jurisprudencia y Doctrina, t. VIl, p. 279, núm. 177.
1358 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS i 359

cial de cualquier tipo de responsabilidad (supra, T. I, 246 y ss.). Pero, en este darse pasivo a este respecto). Si la ausencia de reparaciones o cualquiera otra
caso, creemos que el nexo de causalidad entre la culpa y la ruina debe presumirse culpa han sido establecidas en el proceso, el demandado solo se exonerará demos-
y, en consecuencia, la víctima no tiene por qué demostrar que la ruina se produjo trando una causa extraña, es decir, una fuerza mayor o caso fortuito, el hecho
a causa de la culpa ya probada. Nuestro argumento se base en el mismo texto exclusivo de un tercero, o el hecho exclusivo de la víctima. Es decir, deberá pro-
legal; en efecto, el artículo 2350 del Código Civil, en su inciso 2°, sostiene que bar que, pese a su culpa, el daño es imputable completamente a la causa extraña,
"no habrá responsabilidad si la ruina acaeciera por caso fortuito como avenida, lo que se establecerá generalmente, probando que así el edificio estuviera bien
rayo o terremoto". Simplemente, la víctima demuestra la ausencia de reparacio- mantenido, de todas formas, ante ese fenómeno extraordinario, se habría caído. Si
nes. La ley presume que por dicha culpa se produce la ruina: el demandado se el daño es causado parcialmente por la omisión de reparaciones y por un evento
libera si demuestra que a pesar de existir la falta, el daño fue causado por una exterior e irresistible, no hay lugar a ninguna exoneración, ya que dicho evento,
fuerza mayor o un caso fortuito. La víctima, pues, debe demostrar que la ruina le en este caso, no es causa exclusiva del daño (infra, T. 54). Repetimos: el dueño
causó un daño y que el dueño omitió hacer esas reparaciones; con base en estas solo se libera si demuestra que, no obstante su culpa, el daño se produjo por causa
dos premisas, la ley presume que esa culpa es la causa de la ruina. exclusiva de una fuerza mayor, es decir, que aunque no hubiese culpa, el edificio
también se habría arruinado.
1351.- DESDE CUÁNDO Y HASTA CUÁNDO ES RESPONSABLE EL DUEÑO
DE UN EDIFICIO

Los autores franceses 36 sostienen que el propietario es responsable aunque no


haya entrado en posesión del inmueble, o no haya tenido la posibilidad de detectar
los daños que hacían prever la ruina del bien. Nosotros pensamos que este punto 1353.- INTRODUCCIÓN Y PLAN

de vista es erróneo; la responsabilidad aquiliana no es garantía real porque está


Hasta principios del siglo XX, los contratos para la construcción de inmuebles
fundamentada en el elemento subjetivo del responsable. Si un propietario descui-
eran relativamente simples, no solo por el personal e instrumental utilizado en la
da un inmueble y posteriormente lo vende a un tercero, no es lógico que si ese
construcción, sino también porque el mercadeo o distribución de dichos bienes
tercero no tuvo tiempo de detectar y corregir los perjuicios, tenga que responder
era prácticamente inexistente para ese entonces. Por otro lado, eran escasos los
por los daños causados por la ruina, mientras que el dueño anterior, verdadero
eventos en que terceras personas ajenas al contrato de construcción sufrían daños
culpable, se libera de su obligación por el simple hecho de que ya no es el propie-
no solo durante el levantamiento de la obra, sino también con posterioridad a su
tario. Si el nuevo dueño no tiene tiempo de reparar, el perjuicio deberá ser impu-
entrega.
tado al dueño anterior. Claro está que el principio no es absoluto; si el nuevo
dueño tuvo la oportunidad de percibir la ausencia de reparaciones y no corrigió el
Pero el avance de la tecnología y de la distribución de bienes de consumo
defecto a su debido tiempo, la culpa del nuevo propietario absorberá la del dueño
creó una serie de relaciones jurídicas nuevas que desbordaron las instituciones
anterior, poco importa que este último hubiese descuidado, poco o mucho, el edi-
jurídicas vigentes tanto en el Código Civil como en el de Comercio. Fue así como
ficio.
aparecieron los denominados contratos de administración delegada, los contratos
de interventoría, los contratos de promoción inmobiliaria y los contratos de com-
V.- Formas de exoneración praventa de vivienda nueva. Así mismo, la complejidad de las obras hizo multi-
plicar la intervención de personas que en forma independiente prestan sus servi-
1352.- Para que el demandado por la ruina de un edificio pueda liberarse de cios en la construcción de inmuebles, lo que dificulta en muchas oportunidades la
su responsabilidad, deberá inicialmente demostrar que no había omitido hacer las
identificación de la persona causante de los daños. Finalmente, el volumen de las
reparaciones o que no ha cometido ninguna otra culpa (teóricamente, puede que-
nuevas construcciones y la peligrosidad de los equipos utilizados han aumentado
considerablemente los daños a terceras personas, generalmente propietarios de
predios vecinos, que deben soportar el deterioro de sus propios inmuebles o daños
36 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 11, núms. 1032 y ss. de diversa naturaleza.
1360 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1361

Así las cosas, consideramos oportuno analizar por separado la responsabili- como director general de la obra (D). Desde luego, en algunos aspectos estas
dad de los constructores de inmuebles (I) y la responsabilidad de los vendedores obligaciones tienen un tratamiento jurídico diferente en lo que se refiere a la res-
de inmuebles (II). En la primera de ellas nos referiremos a la responsabilidad de ponsabilidad por su incumplimiento, lo que nos obliga a su análisis por separado.
los promotores inmobiliarios.
Adicionalmente, al ejecutar sus obligaciones, el administrador delegado pue-
1- Responsabilidad de los constructores de inmuebles de causar daños a terceros ajenos al contrato, en cuyo caso se compromete la
responsabilidad extracontractual. A medida que vayamos analizando cada una de
sus obligaciones contractuales, veremos la forma como su responsabilidad extracon-
1354.- LEGISLACIÓN APLICABLE Y PLAN
tractual puede comprometerse.
En el Código Civil solo existe, como norma específica aplicable a la cons-
trucción, el artículo 2060 relativo a la responsabilidad decena! del empresario que A) Obligaciones y responsabilidad como constructor y director de la obra
edifica una obra por un precio único prefijado. De su lado, el Código de Comer-
cio, pese a la importancia que en la actividad mercantil tiene la construcción, 1356.- Solo el artículo 2060 del Código Civil, contiene una norma expresa
guarda silencio absoluto en relación con dicha responsabilidad, quedando solo la que regula la responsabilidad civil contractual de los constructores. De acuerdo
posibilidad de acudir a las normas que regulan el contrato de compraventa cuando con el numeral 3° de dicha norma:
de la venta de inmuebles se trata. Finalmente, la Ley 400 de 1997 establece el
Si el edificio perece o amenaza ruina, en todo o en parte, en los diez
denominado código de normas sobre construcciones sismorresistentes. Lamenta-
años subsiguientes a su entrega, por vicio de la construcción o por
blemente, esta última legislación, pese al avance que incorpora en ciertos aspec-
vicio del suelo que el empresario o las personas empleadas por él
tos, guarda silencio en relación con otros problemas, causando conflictos de inter-
hayan debido conocer en razón de su oficio, o por vicio de los mate-
pretación, según veremos más adelante.
riales, será responsable el empresario; si los materiales han sido
suministrados por el dueño, no habrá lugar a la responsabilidad del
Al igual que en las demás actividades, la responsabilidad de los constructo-
empresario sino en conformidad al artículo 2057, inciso final.
res puede ser contractual o extracontractual. No obstante, aunque dicha distinción
se mantenga, es conveniente, por cuestión sistemática, advertir que esa responsa-
Es de anotar que dicha norma se aplica a aquellos contratos para construcción
bilidad contractual o extracontractual del constructor se enmarca de manera dife-
celebrados con un empresario que se encarga de toda la obra por un precio único
rente según que su actividad se desarrolle en virtud de un contrato de administra-
prefijado. Sin embargo, por analogía, la norma también es aplicable a quienes
ción delegada (§1), o de un contrato de empresa (§2).
construyen total o parcialmente un edificio, así no se haya pactado previamente
un precio único.
§ 1.- RESPONSABILIDAD DEL CONSTRUCTOR EN VIRTUD
DE UN CONTRATO DE ADMINISTRACIÓN DELEGADA
Por otro lado, el artículo también se aplica a los constructores que tienen la
calidad de comerciantes, puesto que el Código de Comercio no regula dicho con-
1355.- EN QUÉ CONSISTE trato, pero en el artículo 822 prescribe que a las actividades mercantiles no regu-
ladas en el Código de Comercio se le aplican los principios que sobre la materia
En virtud del contrato de administración delegada, el administrador se obliga consagre el Código Civil.
a gerenciar totalmente la realización de un proyecto de construcción de un inmue-
ble, adquiriendo una serie de obligaciones de naturaleza diversa que van desde Así las cosas, si el administrador delegado se obliga a construir total o par-
construir con sus propios medios y empleados parte de la edificación, hasta aseso- cialmente la obra administrada, con sus propios equipos y con su propio personal,
rar a los propietarios del proyecto en la adquisición de materiales destinados a la entonces los daños que se deriven de esa construcción se regirán por lo dispuesto
misma. En general, tales obligaciones pueden sintetizarse así: obligación de cons- en la norma transcrita, en cuyo caso, cualquier daño que se produzca durante los
truir (A), obligación de asesorar (B), obligación de actuar como mandatario (C) y diez años siguientes a la entrega deberá ser indemnizado por el constructor. Y la
1362 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1363

prescripción, que es hoy de 10 años (C. C., art. 2536), empezará a contarse desde En ese mismo orden de ideas, cabe afirmar que si en cumplimiento de tales
el momento en que apareció el daño. actividades, un tercero sufre un daño, el administrador delegado solo responderá
en la medida en que se pruebe su culpa, pues se aplica la responsabilidad por el
Por lo pronto nos abstendremos de analizar ese tipo de responsabilidad, pues hecho propio del artículo 2341 del Código Civil. Así, por ejemplo, si por un des-
a ella nos referiremos extensamente más adelante. Cabe anotar, sin embargo, que perfecto en los ascensores que fueron recomendados por el administrador, un ter-
en relación con esta obligación como constructor, el administrador delegado se cero sufre daños, es imposible aplicarle al administrador una responsabilidad por
presume responsable y que para poderse exonerar deberá demostrar una causa actividades peligrosas. Solo si se prueba que fue imprudente en la selección y
extraña, es decir, una fuerza mayor o caso fortuito, el hecho exclusivo de un ter- recomendación de los ascensores, habrá responsabilidad de su parte.
cero o el hecho exclusivo de la víctima. Se dice que como constructor, el adminis-
trador delegado adquiere una obligación de resultado.
C) Obligaciones y responsabilidad como mandatario
Desde luego, si en cumplimiento de su actividad como constructor, el adminis-
trador delegado le causa daño a un tercero, su responsabilidad será extracontrac- 1358.- Finalmente, lo más corriente es que el administrador delegado ad-
tual, según los derroteros que expondremos más adelante (infra, T. I, 1376 y ss.). quiera los equipos o materiales necesarios para la obra, o celebre los contratos de
prestación de servicios con otras personas naturales o jurídicas, encargadas de
ejecutar algunos trabajos dentro de la construcción.
B) Obligaciones y responsabilidad como asesor
En tales circunstancias, el administrador delegado actúa como mandatario
1357.- Pero en la práctica, el administrador delegado no pone los materia-
del dueño del proyecto y al igual que en el caso anterior, su obligación será de
les para la construcción, ni realiza la totalidad de los trabajos, sino que se limita a
medio, lo que significa que mientras no se pruebe una culpa de su parte, su res-
servir de consultor o de asesor del dueño del proyecto en lo relativo a la adquisi-
ponsabilidad no se verá comprometida. Así, por ejemplo, si el administrador se
ción de los materiales o equipos y en la contratación de personas naturales o jurí-
limita a celebrar un contrato para las instalaciones eléctricas y estas resultan de
dicas encargadas de realizar el resto de los trabajos. Es lo que ocurre, por ejemplo,
mala calidad, este simple hecho no hace responsable al administrador delegado.
con la asesoría para la consecución de los ascensores del edificio, o para la contra-
Pero si la contratación se hizo sin pedir las referencias mínimas o sin verificar la
tación de la persona encargada de ejecutar las instalaciones eléctricas.
capacidad técnica o económica del contratista, entonces el administrador será res-
En ese tipo de obligaciones, la responsabilidad del administrador delegado es ponsable contractualmente de su negligencia. Esa responsabilidad será extracon-
de medio, pues se le aplican las reglas del mandato en virtud del artículo 2144 del tractual con culpa probada si el daño lo sufre un tercero ajeno al contrato.
Código Civil; esto significa que por el simple hecho de la mala calidad de los
bienes o de los servicios cuya contratación se aconsejó, no se produce la respon- Al igual que en su responsabilidad como asesor, las acciones contractuales o
sabilidad del administrador delegado. Es preciso demostrar que la asesoría se hizo extracontractuales contra el administrador delegado prescriben en diez años, con-
sin tener los elementos de juicio necesarios para ello, sea por no tener conoci- tados desde el momento en que se haya producido el daño.
mientos sobre el asunto, sea por no haber actuado con la prudencia requerida en
gestiones tan delicadas. Conviene observar que cuando el administrador delegado actúa como man-
datario para la adquisición de materiales o equipos, o para la contratación con
En efecto, no sería lógico ni justo que si el administrador delegado aconseja terceras personas que se encargan de realizar parte de la obra, puede hacerlo con
la adquisición de equipos reputados como de buena calidad en el comercio, vaya o sin representación del dueño del proyecto.
a ser responsable de los vicios ocultos de dichos bienes. En cambio, si por desco-
nocimiento de normas técnicas de construcción, el administrador delegado acon- Si actúa sin representación, entonces es el administrador delegado y no el
seja unos quipos inadecuados, entonces habrá responsabilidad de su parte, pues dueño de la obra, quien puede reclamarle contractualmente al contratista o al ven-
no es justificable que alguien se comprometa como asesor pese al desconocimien- dedor de los materiales o equipos. En cambio, si actúa con representación del
. to para cumplir tales funciones. dueño del proyecto, entonces es este quien adquiere los derechos y obligaciones
1364 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1365

del contrato celebrado con el contratista o con quien suministra los materiales o ria contractual, se han producido en Francia (A) en los últimos años, pues se trata
equipos. de reformas verdaderamente importantes que en un momento dado pueden servir
de orientación al intérprete colombiano. ·
D) Responsabilidad por actividades peligrosas como director general
de la obra A) Reformas legislativas en el derecho francés

1359.- Por último, cabe anotar que normalmente el administrador delegado 1361.- El desarrollo técnico de la construcción ha multiplicado el número
tiene un control general sobre la obra, así haya contratistas independientes ejecu- de personas que en una u otra forma, e independientemente, contribuyen a la cons-
tando parcialmente los trabajos. En ese caso, su responsabilidad extracontractual trucción de un inmueble. Consecuente con ello, el legislador francés ha interveni-
por actividades peligrosas podría comprometerse no solo en relación con las obras do varias veces con el fin de suplir las deficiencias del viejo Código de Napoleón,
que él mismo ejecuta como constructor, sino también en las actividades ejecuta- el cual, como se sabe, fue redactado en una época en que las construcciones esta-
das por esos contratistas en la medida en que tenga algún poder de dirección y ban todas bajo la dirección de una sola persona, llamada generalmente maestro de
control sobre el contratista que construye la obra causante del daño. Así, por ejemplo, obra (maitre de l'ouvrage).
si en la colocación de los ascensores, el administrador delegado participa dando
La primera de las reformas presentadas en el derecho francés con respecto a
órdenes y organizando el trabajo, tanto el contratista de los ascensores como el
la responsabilidad por los daños causados en los edificios data del 3 de enero de
administrador delegado responderán por actividades peligrosas si dichos aparatos
1967. Estas normas trataron de recoger la mayoría de las decisiones jurisprudenciales
le causan daño a un tercero. De igual manera, si un objeto cae de la parte superior
y las doctrinas que durante un siglo entero habían sido aportadas por los tribuna-
de la obra, causándole daño a terceros, es dable pensar que, al igual que el cons-
les y autores. En la citada ley se reemplazó el antiguo artículo 1792 del Código
tructor de la obra de donde cayó el objeto, el administrador delegado responde por
Civil francés, y su nuevo texto fue el siguiente:
actividades peligrosas, pues él tenía el control general de la construcción, lo que
lo obligaba a ejercer vigilancia sobre los contratistas. Habrá pues, una responsabi- Si el edificio perece en todo o en parte por el vicio de la construc-
lidad solidaria. ción, y aun por el vicio del suelo, los arquitectos, empresarios y
otras personas ligadas al dueño de la obra por un contrato de arren-
§ 2.- RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL damiento de obra, son responsables durante 1Oaños.
DEL CONSTRUCTOR EN SU CALIDAD DE EMPRESARIO
Aunque esa reforma fue significativa, puesto que con ella se zanjaban algu-
nas discrepancias jurisprudenciales, lo cierto del caso es que pocos años después
1360.- INTRODUCCIÓN
el legislador se vio obligado a intervenir de nuevo y fue así como se expidió la
Ley 7812 del4 de enero de 1978. Esa ley reemplaza al artículo 1792 del Código
Si bien en el mundo moderno los contratos de administración delegada para
Civil, y sus rasgos fundamentales son los siguientes.
la construcción de inmuebles tienden a imponerse cada día más, lo cierto es que
la clásica responsabilidad de los constructores, tanto contractual como extra- En primer lugar, se prescinde de un mismo plazo de garantía para toda la
contractual, se enmarca dentro de las garantías decenales consagradas en los ar- construcción, pues resulta claro que no todos los componentes de un inmueble
tículos 2060 y 2351 del Código Civil, sin perjuicio de que se pueda aplicar en pueden tener la misma duración y calidad. Se establece en consecuencia, una do-
algunas situaciones especiales la Ley 400 de 1997, reguladora de las construccio- ble garantía: de un lado, la garantía de perfecto acabado, cuya duración es de dos
nes sismorresistentes. Se habla entonces, de la responsabilidad del constructor en años, contados a partir de la recepción de los trabajos. De acuerdo con ella, todo
su calidad de empresario de la construcción. A dicha responsabilidad, tanto con- inconveniente, daño o deterioro que se presente en la construcción durante esos
tractual como extracontractual, está consagrada esta sección. dos años compromete en forma objetiva, la responsabilidad del constructor.

Antes de adentrarnos en el análisis del derecho colombiano (B), conviene Del otro, se establece una garantía adicional de ocho años, denominada ga-
detenernos un poco en las últimas reformas que sobre el tema, pero solo en mate- rantía de solidez de la obra. De acuerdo con ella, todo daño que comprometa la
1366 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1367

solidez o los equipamientos ligados en forma permanente a la construcción com- trar algunas fuentes de interpretación que nos ayudan a suplir los vacíos de la
promete durante ese plazo la responsabilidad del constructor, a menos que pruebe legislación colombiana al respecto. En efecto, la ley colombiana dispone de pocos
una causa extraña. textos en relación con esta responsabilidad. De manera, pues, que se hace necesa-
rio modernizar la ley, teniendo en cuenta la complejidad actual de la construcción.
En segundo lugar, la nueva ley extiende la responsabilidad no solo a los constructores
en el sentido tradicional del término, sino que comprende a los vendedores, a los Entre los pocos textos legales existentes podemos resaltar los artículos 2060,
promotores y a los fabricantes de materiales incorporados a la construcción, lo 2061 y 2351 del Código Civil. Los dos primeros fijan las bases para la responsa-
que ya de por sí es un notorio avance en favor de los adquirentes y subadquirentes. bilidad contractual de las personas que se encargan de la construcción de un edi-
En ese sentido, el artículo 1792-1 del Código Civil francés actualmente vigente, ficio por los daños causados al acreedor contractual que encargó la obra. De otro
es del siguiente tenor: lado, el artículo 2351 del Código Civil establece la responsabilidad extracontractual
o aquiliana de los constructores por los daños causados a terceros que no tenían
Se reputa constructor de la obra: vínculo contractual alguno con quien realizó la construcción.
1) Todo arquitecto, empresario, técnico u otra persona ligada al No obstante estar en capítulos separados, el artículo 2351 se remite expresa-
dueño de la obra por un contrato de arrendamiento de obra; mente a lo dispuesto en el artículo 2060, razón por la cual deberemos estudiarlos
2) Toda persona que venda, después de terminada, una obra que en forma conjunta, teniendo en cuenta la naturaleza del daño y la víctima de este.
ella ha construido o ha hecho construir; Aquí hay una profunda diferencia con lo que ha sido el derecho francés, ya que en
el ordenamiento civil de aquel país no existe la concordancia mencionada.
3) Toda persona que, aunque actuando en calidad de mandatario
del propietario de la obra, cumple una misión asimilable a la de un Adicionalmente, la Ley 400 de 1997 regula las normas sobre construcciones
arrendador de obra. sismorresistentes y aunque dicha ley básicamente establece normas técnicas de
construcción, de todas formas introduce algunas disposiciones que afectan el sis-
Como se ve, la nueva ley francesa define muy claramente quiénes son res-
tema general de responsabilidad contractual y extracontractual de los constructo-
ponsables por los vicios en las construcciones, quiénes son las personas protegí-
res. A ellas nos referiremos a medida que avance la exposición.
das, cuáles son los daños indemnizables y cuál es la duración de la garantía.
Es de anotar que algunos juristas, entre ellos nuestra distinguida discípula,
En lo tocante a la responsabilidad aquiliana de los constructores en el dere-
DIANA LucíA BARRIENTOS, consideran que esta ley derogó el artículo 2060 arriba
cho francés, esta no se regula por una norma especial, sino que sigue los lineamientos
anotado. Con todo, nosotros consideramos que dicha norma no ha sido deroga-
generales de la responsabilidad directa (C. C., art. 1382), de la responsabilidad por
da, pues no contradice lo dispuesto en la Ley 400 de 1997. En efecto, esta última
el hecho ajeno o por el hecho de las cosas (C.C., art. 1384) 37 • En consecuencia, la
guarda silencio absoluto sobre la duración de las garantías del constructor y, en
garantía de los diez años solo existe en materia contractual.
consecuencia, no queda más camino que seguir acudiendo a lo dispuesto en el
artículo 2060 del Código Civil. Ahora, lo que sucede es que el concepto de vicio
B) Las normas colombianas que regulan la responsabilidad contractual de la construcción y las definiciones de construcción, empresario, etc., se deter-
y aquiliana de los constructores minan de acuerdo con lo previsto en la Ley 400 de 1997. Ello quiere decir que la
nueva ley lo que hace es ayudar a definir por vía legal algunas de las nociones
1362.- Si nos hemos detenido un poco en presentar la nueva legislación contenidas en los artículos 2060 y 2351 del Código Civil.
francesa concerniente a la responsabilidad civil de los constructores, es para ilus-
ÜRIGEN DEL DAÑO

37 En ese sentido, Mazeaud-Tunc-Chabas, Traíté ... , t. 11, núms. 1070-2 y ss.; en el La mayoría de las nociones citadas en la subsección anterior, en lo atinente a
derecho francés no existe el equivalente del artículo 2351 del C. C. la responsabilidad de los dueños de los edificios, son aplicables a la responsabili-
1368 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1369

dad de los constructores. En efecto, ambas responsabilidades se fundamentan en que, en cierta forma, son imperceptibles al momento de la recepción de los traba-
el daño generado por la ruina de un edificio; ahora, la diferencia estriba en que jos, o durante los primeros meses posteriores a la entrega.
mientras los dueños responden de cualquier culpa, aquí los constructores solo
responden por vicios en la construcción; fuera de ello, en la responsabilidad de los Sin embargo, creemos que el vacío legal no tiene mucha importancia, por
constructores se contempla una garantía de diez años, carga que no se hace exten- cuanto nuestro artículo 2060 habla de que la garantía decena! es aplicable si el
siva al propietario del edificio arruinado. Finalmente, cabe recordar que los cons- edificio "perece o amenaza ruina" (resaltado fuera del texto). Esto quiere decir
tructores responden tanto contractual como extracontractualmente, según sea la que cualquier defecto de construcción que haga eventual la producción de un daño
víctima del daño. debe considerarse amparado por la norma. Si, por ejemplo, el desnivel de un piso
hace que el agua lluvia se precipite sobre una de las habitaciones, la responsabili-
dad del constructor existirá ante la amenaza de que las aguas lluvias produzcan el
1364.- No SOLO LA RUINA COMPROMETE AL CONSTRUCTOR
deterioro de la construcción interior o de sus accesorios. En conclusión, podemos
decir que la garantía decena! de los artículos 2060 y 2351 del Código Civil es
Los artículos 2060 y 2351 del Código Civil solo hablan de los daños que sean aplicable a todos los daños provenientes de un vicio en la construcción, indepen-
causados por la ruina de una edificación 38 • Queda por resolver el problema de los dientemente de que haya ruina.
daños que no provienen de una ruina o la amenaza de ella; tal, por ejemplo, unas
escaleras que sin amenazar con derrumbarse presentan un defecto de construcción
que las haga inservibles, o que por su causa produzcan daño a terceros. Antes de 1365.- PARALELO ENTRE LAS RESPONSABILIDADES CONTRACTUAL
Y EXTRACONTRACTUAL DE LOS CONSTRUCTORES
las modificaciones realizadas por el legislador francés, y ante el mismo problema
planteado, la jurisprudencia y la doctrina de aquel país habían resuelto que "en
aras de la simplificación, era sin duda preferible considerar que los artículos 1792 Dada la similitud que existe entre la responsabilidad contractual y extracontractual
y 2270 se aplicaran conjuntamente a todos los trabajos inmobiliarios y a todos los de los constructores, queremos ir avanzando lentamente en cada una de las conse-
órdenes sin amarrarse a los términos "edificio" y "pérdida" del artículo 1792. Las cuencias tanto contractuales como extracontractuales que se derivan de la inter-
pérdidas y defectos de todas las obras serían sometidos a las mismas reglas. (En pretación de los artículos 2060 y 2351 del Código Civil.
ese sentido, Tribunal de gran instancia, París 22, ave. 1975, D. 1975, 711, N. J.
MAZEAUD)" 39 •
1366.- CONCURSO DE RESPONSABILIDAD ENTRE EL DUEÑO DEL EDIFICIO
Y EL CONSTRUCTOR
La Ley de 1978, ya citada, zanjó cualquier discusión y hoy día puede decirse
que en el derecho francés todo daño proveniente de un vicio de construcción hace Si el daño se produce por un vicio en la construcción después de su termina-
responsables a los constructores. ción, los perjuicios que el empresario deba pagarle al propietario se rigen por la
responsabilidad contractual 40 • En cambio, si los daños son causados a un tercero y
No vemos porqué en el derecho colombiano no pueda hacerse extensiva la la causa de la ruina es imputable tanto al propietario como al empresario, la vícti-
garantía a daños diferentes a los de la ruina. La voluntad del legislador al consa- ma puede demandar a los dos solidariamente, pues se considera que ambos son
grar la garantía decenal es la de obligar a los constructores a edificar en forma coautores de un mismo delito o culpa; aquel de los demandados que indemnice se
adecuada. Piénsese, así mismo, que la mayoría de los defectos de construcción
solo se pueden percibir al cabo de los años y, por tanto, prácticamente le es impo-
sible al comprador o al dueño del edificio detectar los defectos de construcción
40 Sin embargo, hay que diferenciar entre los daños causados con la defectuosa ejecución
del contrato y los producidos con ocasión de este. Por ejemplo, las lesiones sufri-
das por el dueño mientras revisa la obra se rigen por la responsabilidad aquiliana
(C. C., art. 2356); en cambio, si el edificio se arruina después de entregado, la
38 Sobre la noción de ruina, véase supra, núm. 1346. responsabilidad frente al dueño será contractual; en este sentido, véase Mazeaud-
39 Citada por Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1230. Tunc-Chabas, Traíté ... , t. 11, núm. 1070-3.
1370 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1371

podrá subrogar contra el otro. La acción contra el dueño se hará por vía de los 1368.- SI EL DAÑO EXTRACONTRACTUAL SE PRODUCE DURANTE
artículos 2350 y 2356 del Código Civil; contra el constructor se hará con funda- LA CONSTRUCCIÓN NO SE APLICA EL ARTÍCULO 2351
mento en el artículo 2351 del mismo estatuto41 . DEL CóDIGO CIVIL SINO LA RESPONSABILIDAD DEL ARTÍCULO
2356 DEL CóDIGO CIVIL

1367.- RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL DE LOS CONSTRUCTORES DURANTE


LOS TRABAJOS Del mismo modo, los daños causados a terceros durante la construcción, se
rigen por los principios generales de la responsabilidad civil; esto quiere decir
Las normas del derecho común contractual son aplicables a la responsabili- que generalmente la víctima podrá invocar la responsabilidad civil por activida-
dad de los constructores por los daños causados durante la construcción de la des peligrosas, ya que la construcción de edificios es una de las hipótesis que más
obra. De acuerdo con el artículo 2057 del Código Civil, "la pérdida de la materia fácilmente caben dentro del artículo 2356.
recae sobre su dueño"; sin embargo, la pérdida de la materia no es el único daño
que puede provenir desde el punto de vista contractual. Podemos decir que, en No siendo el daño imputable a una actividad peligrosa del constructor, habría
general, todos los daños contractuales que se producen durante la construcción de que demandar a este o a sus dependientes, conforme al artículo 2341 del Código
la obra están excluidos del artículo 2060 del Código Civil. Civil, si es que se les prueba una culpa diferente. Es de anotar que el parágrafo
único del artículo 1o de la Ley 400 de 1997 también es aplicable a la responsabi-
Sin embargo, cabe observar que el parágrafo único del artículo 1o de la ley lidad extracontractual de los constructores. Según hemos dicho, la citada disposi-
400 de 1997 pareciera modificar lo· establecido en el artículo 2057, pues da a ción es un poco confusa, aunque en nuestro sentir, lo que establece es que si no se
entender que el constructor responde de los daños derivados de ciertos sismos, cumplen las normas de construcciones sismorresistentes, el constructor se hace
aunque hubiese cumplido todas las normas de construcciones sismorresistentes responsable de los daños derivados de un movimiento sísmico si, de haberse cum-
(infra, T. I, 1389). Con todo, como analizaremos más delante (infra, T. I, 1389), plido con las normas de construcción, la edificación no se hubiera afectado (infra,
la interpretación del mencionado parágrafo es otra y, por tanto, creemos que si el T. I, 1386).
constructor cumple con todas las normas de sismorresistencia y pese a ello como
consecuencia de un sismo, el edificio se derrumba durante la construcción, el Aquí es necesario aclarar que la responsabilidad por actividades peligrosas
artículo 2057 del Código Civil es perfectamente aplicable. correspondería a quien tenga el poder de dirección y control de la edificación.
Normalmente es el constructor quien tiene dicho control, quedando por decidir si
Ahora bien, no se descarta la posibilidad de que el constructor incurra, frente también el dueño responde por actividades peligrosas. En las ediciones anteriores
al dueño de la obra, en una responsabilidad aquiliana por actividades peligrosas, a de este libro sosteníamos que el dueño solo respondía por actividades peligrosas
pesar de que el daño haya ocurrido durante la ejecución de la obra, siempre que el si él vigilaba y de alguna manera dirigía la obra. Sin embargo, ahora considera-
daño no se derive de la inejecución misma del contrato sino que sea un daño ajeno mos que en la medida en que el dueño creó toda la empresa de la construcción, es
al mismo. Por ejemplo, si el dueño de la obra es atropellado por un automotor del lógico que él responda por actividades peligrosas así contrate con terceros la eje-
constructor, o por uno de sus dependientes durante la revisión de la obra, la res- cución de la obra. En este caso, debe tenerse en cuenta que mientras en Francia
ponsabilidad será extracontractual por actividades peligrosas; igual cosa sucede nuestra teoría inicial sería válida, pues allá se responde por el hecho de las cosas,
si, por ejemplo, explota una botella de gas que, a su vez, derrumba parte de la en Colombia se responde por ejercer una actividad peligrosa con cosas o sin ellas.
construcción, la que a su turno lesiona a su dueño. En este caso se presume la Y es innegable que el dueño, al tener la facultad de ordenar los trabajos, es guar-
responsabilidad del constructor. La acción se hará con base en el artículo 2356 del dián de la construcción, considerada esta como una empresa. Es allí donde puede
Código Civil. hablarse del riesgo de empresa.

No debe olvidarse (supra, T. I, 903) que la guarda de la actividad peligrosa


41 En este sentido, véase Cas., 5 abril, 1978, en Extractos de jurisprudencia civil, puede ser acumulativa y, en consecuencia, tanto el dueño de la obra como su
1980, pp. 33-34. constructor pueden ser solidariamente responsables si cada uno tiene injerencia
1372 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1373

suficiente para evitar el daño; adicionalmente, con base en las perturbaciones de creemos que ellas se hacen en beneficio de la seguridad jurídica y que, en el
vecindario podría demandarse al dueño de la obra, si el daño es causado a un fondo, mejoran más al deudor que al acreedor. En realidad, de acuerdo con
vecino (supra, T. 1, 1154 y ss.). los principios generales del derecho, la prescripción solo empieza a contarse
a p¡irtir del momento en que aparece el daño. Si no existiera donación limitada de
1369.- RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL
la garantía, la ruina acaecida 12, 15 o más años después de construido el edificio
DE LOS CONSTRUCTORES DESPUÉS DE LA ENTREGA DE LOS TRABAJOS
permitiría a la víctima demandar la reparación del daño, contándose los plazos de
prescripción a partir de la fecha de aparición del perjuicio. No obstante, el legis-
El artículo 2060 del Código Civil establece las condiciones de la responsabi- lador ha querido que, en general, ciertos deudores sean descargados de una per-
lidad contractual de los constructores a partir de la entrega de la obra; a su vez, el manente obligación de garantía.
artículo 2351 del Código Civil consagra la responsabilidad aquiliana de esos
mismos constructores por daños causados a terceros después de la recepción de Pero esa garantía de diez años es peligrosa e in equitativa para los construcutores
los trabajos. Finalmente, según analizaremos más adelante, el parágrafo único en relación con los daños producidos en algunos componentes de la construcción.
del artículo 1o de la Ley 400 de 1997, aunque no fija la duración de la garantía, Uno entiende que la garantía de diez años se aplique a la estructura de la construc-
pareciera establecer una especie de responsabilidad objetiva de los constructores, ción y a ciertos equipamientos, pero no es justo ni lógico que el constructor tenga
tanto contractual como extracontractual, cuando los daños son causados por tem- que responder durante diez años por la calidad de la pintura, o por la calidad de
blores de tierra, todo dependiendo de su intensidad. Más adelante (infra, T. 1, algunos componentes eléctricos. De allí que, como vimos (supra, T. 1, 1361), en
1386) determinaremos el alcance de dicha disposición. el derecho francés se consagraron dos garantías: una de perfecto acabado, de dos
años, que cubre absolutamente todos los daños; y una garantía de diez años que
Como síntesis de estas disposiciones podemos afirmar lo siguiente: a) los cubre la solidez de la obra y de algunos componentes.
artículos 2060 y 2351 solo son aplicables cuando los daños se producen con pos-
terioridad a la entrega de los trabajos; en cambio, el parágrafo único del artículo
1o de la Ley 400 de 1997 se aplica durante la construcción o durante los diez años 1371.- ÜPINIÓN DE LA DOCTORA DIANA LUCÍA BARRIENTOS
siguientes a la entrega de la misma; b) tanto en materia contractual como extracon-
tractual, el constructor debe responder durante diez años por los daños causados, La profesora Diana Lucía Barrientos, miembro del Instituto Antioqueño de
plazo contado a partir de la entrega de los trabajos. En este punto son radicalmen- Responsabilidad Civil y del Estado, en una conferencia aún no publicada sobre
te diferentes la legislación colombiana y la francesa, puesto que en el derecho la responsabilidad de los constructores, sostiene que el artículo 2060 del Códi-
francés la garantía decenal solo existe en materia contractual y, en consecuencia, go Civil ha sido derogado por la Ley 400 de 1997. Al referirse a la citada ley
la responsabilidad aquiliana del constructor se rige por las otras instituciones de explica cómo en ella, aunque se guarda silencio sobre la duración de las garan-
la responsabilidad civil extracontractual, tales como la responsabilidad por el he- tías, se distingue entre daños estructurales y no estructurales. Ante ese silencio
cho de las cosas, por el hecho ajeno, o por el hecho propio. legal, la doctora Barrientos opina que la garantía por daños estructurales tiene
una duración de veinte años, mientras que la garantía por daños no estructurales
1370.- DURACIÓN DE LA GARANTÍA dependería de cada caso concreto, teniendo en cuenta las partes afectadas.

El legislador, en el artículo 2060 del Código Civil, ha establecido un plazo Con todo, pese a lo original de su posición, creemos que ella es insostenible
específico dentro del cual se debe producir la ruina que por vicio de construcción dados los estragos que causaría a la seguridad jurídica. En efecto, ya hemos dicho
hace responsable al empresario, bien sea contractual o extracontractualmente. que desde el punto de vista lógico no son incompatibles la Ley 400 de 1997 y el
De acuerdo con la norma citada, la ruina debe producirse durante los diez años artículo 2060 de nuestro Código Civil, máxime que la Ley 400 nada dice sobre
subsiguientes a su entrega. Pasado este término, ninguna responsabilidad po- duración de las garantías. Luego es preferible aplicar la garantía decenal, prevista
drá increpársele al empresario. En general, las cláusulas que consagran garantías expresamente en el artículo 2060, que salir a proponer plazos no previstos en la
parecieran estar beneficiando a las víctimas de los daños sufridos; sin embargo, ley.
1374 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1375

Las dos normatividades no son incompatibles puesto que basta considerar prescripción en caso de la ruina de un edificio. En consecuencia, la prescripción
que el artículo 2060 es aplicable cada vez que el constructor incumpla las obliga- se rige por los principios generales del artículo 2536. Según esto, podemos decir
ciones previstas en la Ley 400 de 1997. Esta ley sirve para precisar el concepto de que basta con que el daño ocurra dentro del plazo de garantía de diez años consa-
vicio en la construcción. grado por la ley; ocurrido el daño dentro del período de garantía se vincula la
responsabilidad del constructor y a partir de la aparición del daño comenzará a
Finalmente, la doctora Barrientos al igual que el derecho francés, identifica correr el término de diez años de prescripción de las acciones.
los plazos de prescripción con los plazos de duración de la garantía. Pero dicha
identificación no es factible en Colombia. En efecto, en nuestro país, el daño debe Parece que ALESSANDRI comprendió el error de su interpretación inicial y es
ocurrir durante el término de la garantía, que según vimos, es de diez años. Y así como en su obra De los contratos civiles cambia de opinión y acepta la tesis
ocurrido el daño, empieza a correr el plazo de prescripción que, según el artículo de que la prescripción es ordinaria y empieza a contarse a partir de la aparición
2536 del Código Civil, modificado por el artículo 8° de la Ley 791 de 2002, es de del daño 44 •
diez años.

1373.- CAUSAS POR LAS CUALES DEBE RESPONDER EL CONSTRUCTOR EN


1372.- PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN MATERIA CONTRACTUAL O EXTRACONTRACTUAL

Fijado el punto de partida para empezar a contar el plazo de garantía, será El constructor responde ante el dueño por vicio en la construcción, por vicio
necesario determinar los alcances de la norma en cuanto al ejercicio que de la del suelo, o por vicio de los materiales; en el fondo, la noción de "vicio de la
acción en reparación deba hacer la víctima. construcción" engloba las anteriores, pues no sabemos cómo pueda no existir vi-
cio en la construcción si el empresario no hizo un suficiente estudio de suelos, o
En su obra La responsabilidad extracontractual en el derecho civil, ALESSANDRI no conocía los materiales con los cuales iba a edificar.
RoDRÍGUEZ sostiene que, "( ... ) este plazo [diez años] no es solo para que acaezca la
ruina, sino también para ejercitar la acción" 42 • Por ello, aunque el artículo 2351 del Código Civil solo se refiere a la respon-
sabilidad aquiliana por vicio en la construcción, la verdad es que esta norma se
En esta forma el autor trata de implantar en el derecho chileno las mismas aplica a los vicios de los materiales o de los suelos, siempre y cuando esos vicios
directrices que para la garantía decena! se contemplan en el derecho francés. Sin debieran ser conocidos por el constructor en razón de su oficio.
embargo, el autor no advierte que en el Código de Napoleón hay una norma espe-
cial (art. 2270) según la cual,
1374.- PERSONAS PROTEGIDAS POR LA LEY EN LA RESPONSABILIDAD DE LOS
El plazo de dos o diez años se aplica a la vez a la duración de la CONSTRUCTORES
garantía y a la de la acción en responsabilidad. Esta debe, pues, ser
ejercida en los dos o diez años, no de la manifestación del vicio, sino Los constructores responden tanto contractual como extracontractualmente,
de la recepción de los trabajos 43 . de los daños causados por un vicio en la construcción.

De suerte que en aquel país sí es válida la doctrina sustentada por el jurista l. Responsabilidad contractual
ALESSANDRI RoDRÍGUEZ. En cambio, el artículo 2060 del Código Civil colombiano
y su equivalente en el derecho chileno no contemplan ningún plazo especial de 1375.- El artículo 2060 del Código Civil garantiza los daños causados no
solo al dueño inicial que ordenó la construcción de la obra o parte de ella, sino

42 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 355.


43 Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1235. 44 Arturo Alessandri Rodríguez, De los contratos civiles, p. 185.
1376 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1377

también a los adquirentes y subadquirentes (supra, T. I, 154). La acción de los En este sentido, el legislador francés, comprende bajo la denominación de
adquirentes posteriores tiene notable importancia en la actualidad, habida cuenta constructor a todas las personas que participan independientemente en el diseño,
del auge que ha tenido la construcción y posterior comercialización de apartamentos construcción y comercialización de la obra. Al respecto, el artículo 1792-1 del
y oficinas. Un poco más adelante detallaremos la forma como obran las posibles Código Civil francés (supra, T. I, 1361), especifica claramente quién debe ser
acciones que estén en cabeza de esas personas que adquieren un inmueble con considerado como constructor y en tal virtud hace responsable al empresario, al
posterioridad a su terminación. arquitecto, al vendedor, al promotor y al fabricante de materiales incorporados a
la obra.
2. Responsabilidad aquiliana
La jurisprudencia y la doctrina españolas 45 , pese a que tienen las mismas
falencias normativas de nuestra ley civil, han hecho extensiva la responsabilidad
1376.- Ahora bien, desde el punto de vista de la responsabilidad extracontractual
decenal a todas las personas que en forma independiente participan en la ejecu-
o aquiliana, los constructores, conforme al artículo 2351 del Código Civil, están
ción, diseño y comercialización del inmueble, aproximándose en esa forma al
obligados a indemnizar por los daños causados a terceras personas con las cuales
derecho vigente en Francia.
no han celebrado contrato alguno después de entregada la obra.
La ley colombiana nunca ha sido modificada y en consecuencia, trataremos
En este punto conviene resaltar que los subadquirentes posteriores tienen de interpretar las normas vigentes para determinar quiénes deben considerarse
la opción de demandar al constructor, bien sea por responsabilidad contractual, constructores en el derecho colombiano.
subrogándose en los derechos del dueño inicial, o bien con base en la responsabi-
lidad aquiliana, en la medida en que se les considere terceros ajenos al contrato
a) El empresario o constructor
(supra, T. I, 154). De otro lado, los familiares del dueño inicial o del adquirente
posterior, en su calidad de terceros, deberán demandar siempre su propio perjui- 1378.- En una interpretación literal del artículo 2060 del Código Civil de-
cio con fundamento en la responsabilidad aquiliana. En consecuencia, si una de bemos entender por empresario aquella persona que por sí misma, o por medio de
esas personas muere, el dueño o el adquirente posterior podrán demandar con base otras, se obliga para con alguien a la realización de una obra por un precio fijo. Es
en la responsabilidad extracontractual el perjuicio derivado de la muerte del pa- lo que tradicionalmente se denomina maestro de obra. Más concretamente, el
riente, ya que en tal virtud no están reclamando un perjuicio derivado de la inejecución artículo 4° de la Ley 400 de 1997 define al constructor o empresario como "el
del contrato, sino el daño personal que les ha producido el cuasidelito en que profesional, ingeniero civil o arquitecto, bajo cuya responsabilidad se adelanta la
incurrió el constructor (supra, T. I, 114). Inclusive, la misma ruina podría produ- construcción de una edificación".
cir al mismo acreedor no solo un daño contractual (reparación de la edificación),
sino también del daño extracontractual, derivado de las lesiones a uno de sus Tratándose de edificaciones, a él le corresponde la compra de materiales,
familiares, de que hemos hablado. coordinación de trabajos, pago de salarios, etc. Sin embargo, la complejidad ac-
tual de la construcción hace que muchas veces existan varias personas que desde
1377.- PERSONAS RESPONSABLES
diferentes ángulos intervienen con cierta autonomía en el desarrollo de un proyec-
to de construcción. Desde que alguna de esas personas tenga independencia en su
Según el artículo 2060 del Código Civil, la determinación de las personas trabajo, debe considerarse como empresario y, en tal virtud, los artículos 2060 y
responsables ofrece algunas dificultades similares a las que incidieron en los cam- 2351 del Código Civil y el artículo 1o de la Ley 400 de 1997 le son aplicables,
bios de la legislación francesa. En realidad, las antiguas normas del derecho fran- pero solo en relación con los daños que provengan de un vicio de la obra realizada
cés y nuestros artículos 2060 y 2061 del Código Civil solo hablan de la responsa- por él. Pero ocurre muchas veces que el empresario tiene la calidad de arquitecto
bilidad del empresario y del arquitecto. Pero en la actualidad esas normas están y él mismo dirige técnicamente la construcción de la obra. En tales circunstan-
superadas por la realidad económica, pues hoy día la construcción es una empresa
compleja en la que en forma independiente participan muchas personas, lo que
exige definir el régimen de responsabilidad de todas ellas. 45 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit., p. 624.
1378 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1379

cias, su responsabilidad se compromete no solo por su calidad de empresario den ser sino afirmativas, cuando se considera que la acción decenal del ad-
(C. C., art. 2060), sino también por cuanto es técnico de la construcción (C. C., quirente tiene por fundamento una estipulación para otro, insertada por el
art. 2061). En síntesis, podemos decir que el empresario responde contractualmente dueño de la obra a favor de los adquirentes sucesivos del inmueble.
frente al dueño inicial de la obra con quien convino su realización.
Todo tercero beneficiado puede, en efecto, renunciar al beneficio de la esti-
Con todo, sucede con frecuencia que el dueño inicial de la obra la enajena pulación establecida en su derecho, y ejercer una acción en su propio nombre
total o parcialmente a un subadquirente que nada tuvo que ver contractualmente sobre el fundamento de la violación del deber general de no dañar a otro. El
con el empresario. En situación semejante, el subadquirente tiene la opción de reconocimiento de una acción delictual en beneficio del adquirente no parece
demandar al constructor, bien sea por vía contractual, o bien por vía extracon- hoy en día discutible" 47 •
tractual (supra, T. I, 154). La posibilidad de demandar contractualmente consiste
en que el dueño inicial transmite no solo la propiedad de la construcción, sino Finalmente, si el daño causado por un vicio en la construcción tiene como
también las garantías que favorecen este derecho. víctima a un tercero que ni siquiera posee la calidad de subadquirente de la obra,
la responsabilidad del empresario será aquiliana y se fundamentará en el artículo
Al respecto, PHILIPPE LE TouRNEAU expone: 2351 del Código Civil.

"Ninguno de los que suceden al dueño de la obra en la propiedad, en tanto En conclusión, el empresario responde contractualmente ante el dueño ini-
que causahabientes [sic], inclusive a título personal, es tercero y se beneficia cial (C. C., art. 2060); responderá aquilianamente ante los terceros que sufran
de la acción contractual, porque la garantía es una protección legal ligada a la perjuicio por el vicio de la construcción (C. C., art. 2351); el subadquirente pos-
propiedad del inmueble" 46 • terior tiene la opción de escoger entre una y otra responsabilidad, siempre y cuan-
do cobre una sola vez el perjuicio. Para evitar confusiones en este último caso es
Esta opinión doctrinal tiene perfecta aplicación en Colombia, de acuerdo con aconsejable demandar a título principal con base en alguna de las dos acciones,
el artículo 928 del Código de Comercio, norma según la cual "el vendedor está argumentando la otra a título subsidiario. Lo importante es no ejercer las dos a
obligado a entregar lo que reza el contrato con todos sus accesorios" (resaltado
título principal.
fuera del texto). En efecto, se considera que las garantías forman parte de esos
accesorios que se transmiten conjuntamente con el derecho de propiedad.
b) El arquitecto o ingeniero
Pero de otro lado, el subadquirente puede beneficiarse, si así lo quiere, de la
responsabilidad aquiliana, ya que es persona totalmente ajena a la convención 1379.- Al lado del empresario puede existir bien sea un ingeniero o un
inicial. Lógicamente, podrá cobrar el perjuicio una sola vez. La responsabilidad arquitecto encargado de dirigir técnicamente los trabajos. En la época en que se
aquiliana del empresario frente a ese subadquirente se fundamentará en el artículo redactó el Código, a ese "director de orquesta" se lo denominaba genéricamente
2351 del Código Civil. Refiriéndose a la posibilidad de esa opción, BERTRAND arquitecto. A él se refiere en forma expresa el artículo 2061 del Código Civil,
SmNNE dice: haciéndolo responsable, al igual que al empresario. Si el ingeniero, el arquitecto o
el calculista contrataron en forma independiente con el dueño del edificio, les
"( ... )la puesta en obra de esas acciones puede ser insuficiente para permitirle serán aplicables los mismos principios de responsabilidad que ya hemos visto en
al adquirente obtener reparación íntegra del perjuicio sufrido, como conse- el caso de los empresarios. En consecuencia, su responsabilidad podrá ser aquiliana
cuencia de las condiciones que su ejercicio supone reunidas. ¿Podrá'entonces o contractual según la calidad de la persona que recibió el daño. No se objete el
el adquirente colocarse sobre el terreno delictual haciendo abstracción [sic] hecho de que los ingenieros son diferentes de los arquitectos. El término arquitec-
de su calidad de cocontratante del dueño de la obra? Las respuestas no pue- to es un concepto genérico que cuando se redactó el Código comprendía a todos

46 Philippe le Tourneau, ob. cit., p. 204. 47 Bertrand Soinne, ob. cit., t. 1, p. 203.
1380 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS i 381

los que en forma científica colaboraban en la realización de una obra. La división responsabilidad contractual se orientaría por las normas del mandato y su respon-
del trabajo ha exigido que los arquitectos se encarguen de ciertas labores, dejando sabilidad extracontractual se regiría por la responsabilidad con culpa probada
a otros las restantes. del artículo 2341 del Código Civil.

Como lo dice LE TouRNEAU, Con todo, al igual que la doctrina y la jurisprudencia españolas 49 , país en
donde existe el mismo déficit legal, pensamos que en el derecho colombiano, el
"El arquitecto, así como el empresario o todo técnico de la construcción, es promotor inmobiliario debe considerarse como un constructor y, en consecuencia,
presumido en falta cuando el dueño de la obra establece que el inmueble ha
le son aplicables los artículos 2060 y 2351 del Código Civil. En efecto, en la
perecido" 48 •
práctica, la actividad del promotor inmobiliario está tan ligada a la ejecución mis-
ma de la obra, que éste perfectamente está en posibilidad de controlar la calidad
e) Responsabilidad de los dependientes del empresario o de los arquitectos de la misma. Él, como conocedor de su profesión, tiene la posibilidad y la obliga-
ción de garantizar la calidad de los trabajos. No se trata, pues, de un simple man-
1380.- Si la ruina es imputable a un dependiente o técnico que no contrató datario que solo se encarga de asesorar a los dueños de la obra y a gestionar los
con el dueño de la obra, la responsabilidad de estas personas será siempre aquiliana, diferentes contratos de la obra. Dicho de otra manera, en materia contractual, su
así el daño sea causado al dueño de la obra, ya que no hay de por medio un contra- obligación es de resultado. Y lo es porque cuando la aleatoriedad del resultado
to. Ahora bien, aun admitiendo la naturaleza aquiliana de la responsabilidad de buscado por el acreedor es mínima, la obligación es determinada y no de simple
los dependientes, debemos decir que las normas aplicables son las de la responsa- diligencia (supra, T. I, 443). En materia extracontractualle es perfectamente apli-
bilidad directa con culpa probada del artículo 2341 del Código Civil; no se aplica cable la responsabilidad del artículo 2351 del Código Civil por los mismos moti-
la responsabilidad por actividades peligrosas (C. C., art. 2356), puesto que el vos. El promotor inmobiliario tiene la obligación de garantizar que las obras con-
dependiente no tiene la guarda de la actividad; tampoco es aplicable la institución cebidas y dirigidas por él, no le causen daños a terceros.
del artículo 2351 del Código Civil porque esta norma comprende a los empresa-
rios que dirigen en forma independiente la realización de los trabajos y esto es
incompatible con la calidad de dependencia. e) Responsabilidad de los ingenieros o arquitectos, socios de una persona
moral que actúa como constructor
d) Promotores inmobiliarios
1382.- Los principios generales de la responsabilidad civil indican que si
1381.- Una particular dificultad se presenta en la actualidad en relación con una persona jurídica es responsable contractual o extracontractualmente por culpa
la responsabilidad civil de los promotores inmobiliarios, pues no existen normas de uno de sus órganos, la víctima podrá demandar en forma aquiliana a la persona
que regulen su responsabilidad. que actúa dentro de las funciones asignadas al órgano respectivo. Así las cosas, la
víctima puede demandar no solo a la sociedad, sino también al funcionario o depen-
En el derecho francés el problema quedó resuelto, pues, según vimos (supra, diente que con su culpa causó un daño a otro.
T. I, 1376 y ss.), a ellos se les considera como constructores y, en consecuencia,
se les aplica la responsabilidad objetiva de todo constructor. Sin embargo, en Estas nociones son aplicables cuando la ruina o defecto de construcción ge-
ausencia de textos expresos, la solución es más compleja, pues en principio, el neren la responsabilidad de una sociedad cuyos socios han levantado la obra
promotor es un mandatario que cumpliendo órdenes de los dueños de la obra co- directamente. Muchas veces, a fin de eludir responsabilidades, se constituyen
ordina todos los trabajos con contratistas independientes sin que, en principio, sociedades con un capital ínfimo y de corta duración, lo que deja a los dueños
participe para nada como constructor o contratista independiente. En tal virtud, su posteriores de la construcción en total desamparo. Por ello, aunque la sociedad

48 Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1231. 49 Ricardo de Ángel Yagüez, ob. cit. p. 624.
1382 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1383

que se obliga contractualmente, este disuelta o insolvente, sus socios responderán tía si es que este es condenado en el proceso a pagarle al demandante; por último,
con su patrimonio por vía de la responsabilidad extracontractual, ya que por su digamos que si el subadquirente demanda al mismo tiempo al constructor y al
culpa personal y directa se ha producido la ruina de la construcción. Ya no será vendedor, podrá cobrarle la totalidad del daño a cualquiera de ellos, pues aunque
eficaz la responsabilidad del artículo 2060, puesto que solo la sociedad se obligó no hay solidaridad entre los demandados, la obligación in solidum es perfecta-
contractualmente; serán los artículos 2351 y 2341 del Código Civil los que se mente aplicable (supra, T. I, 54).
deberán aplicar porque el constructor directo (socio de la empresa constructora) y
el comprador del inmueble son terceros entre sí. RESPONSABILIDAD AQUILIANA

En el párrafo anterior nos referimos a la solidaridad en la responsabilidad


1383.- LA SOLIDARIDAD O LA OBLIGACIÓN AL TODO ENTRE CONSTRUCTORES
contractual de los constructores; en lo tocante a su responsabilidad aquiliana, la
RESPONSABLES CONTRACTUALMENTE
situación es menos complicada: en efecto, si dos o más constructores han partici-
pado en el levantamiento de un edificio que se arruina como consecuencia de un
Si hay varios constructores que en forma independiente trabajan en la obra
vicio de la parte de la obra por ellos efectuada, su responsabilidad será solidaria,
que se arruina, se tendrán en cuenta las siguientes hipótesis.
ya que así lo establece el artículo 2344 del Código Civil; en tal virtud, la víctima,
que no celebró contrato alguno con los constructores, podrá cobrar la totalidad del
El responsable será el contratista causante del perjuicio, y si dicho contrato
daño a todos o a cada uno de ellos. Tómese el ejemplo planteado en el número
es mercantil y ha sido suscrito por dos o más personas, todas ellas serán responsa-
anterior del daño imputable a un mal estudio de suelos y a la deficiente construc-
bles solidariamente del incumplimiento del contrato, así uno solo de los deudores
ción de las columnas del edificio.
haya causado el daño. Pero si el daño es imputable a dos o más contratistas inde-
pendientes, regidos o no por el derecho mercantil, no habrá presunción de solida- Finalmente, no sobra advertir que en todos estos casos se puede demandar
ridad entre todos ellos, pues dicha solidaridad sólo existe para los deudores de un también al dependiente que trabaja en la construcción bajo la subordinación de
mismo contrato. Siendo dos o más los contratos y habiendo sido los contratistas uno de los constructores si a él le es imputable el daño. En ese caso, el constructor
"cocausantes" del daño, no hay solidaridad, pero como se considera que todos son contratista, patrono del dependiente, responde con base en el artículo 2351 y el
causantes del perjuicio, entonces se aplicarán los principios que vimos sobre la dependiente, con base en el artículo 2341 del Código Civil.
denominada obligación in solidum 50 , que hemos preferido denominar como "obli-
gación al todo" y en consecuencia, la víctima podrá demandar por la totalidad de Ahora bien, si la víctima es un tercero, también podría demandarse solidaria-
la indemnización a cualquiera de los contratistas, lo que en el fondo conduce a los mente al dueño de la construcción y al constructor, siempre y cuando el daño se
mismos efectos de la solidaridad. produzca dentro de la garantía decenal; al dueño podrá demandarlo conforme a los
artículos 2350 ó 2356 del Código Civil, si prueba la ausencia de reparaciones; al
El subadquirente posterior puede demandar por la totalidad del daño no solo constructor lo demandaría según el artículo 2351 del Código Civil; si ha pasado la
al vendedor inicial, sino también al constructor o constructores; en este caso, el garantía decenal, solo responde el dueño del edificio arruinado de acuerdo con los
vendedor responderá contractualmente y el constructor en forma aquiliana; si de- artículos 2350 y 2356 del Código Civil (supra, T. I, 1331).
manda al constructor por vía contractual, tendrá que prescindir de demandar al
vendedor, puesto que este ya le cedió la acción contractual que tenía contra el 1385.- LA FORMA DE EXONERACIÓN CUANDO HAY VARIOS CONSTRUCTORES
constructor. Pero si la víctima demanda al vendedor inicial, argumentando la ac- COMPROMETIDOS
ción contractual, el demandado podrá llamar en garantía al constructor valiéndose
del artículo 2060; así las cosas, el constructor tendría que responder bien sea fren- En principio, cuando varios empresarios o constructores han participado en
te al demandante, si fue que este lo demandó, bien sea frente alllamante en garan- la construcción del edificio, la presunción obra contra todos los que participaron
en la concepción y ejecución de la parte de la obra que causó el daño. Y si no se
sabe cuál es la parte de la obra que tenía el vicio causante del daño, todos los
constructores se presumen responsables. Sin embargo, los demandados pueden
50 Philippe le Tourneau, ob. cit., núm. 1222; André Robert, ob. cit., núm. 644.
CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1385
1384 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

liberarse al demostrar que la ruina se debe exclusivamente a uno o varios de los "( ... ) si el daño lo sufre el dueño que contrató la construcción del edificio,
constructores que intervinieron; por ejemplo, podría probarse una falla en el estu- puesto que la responsabilidad es contractual, no necesita probar la culpa ~el
dio de suelos o en el de cálculos, lo cual hace responsable exclusivamente a la empresario, arquitecto, ingeniero o constructor que la tuvo a su cargo, m el
persona que se encargó de esas tareas. vicio de construcción. Será el que ejecutó la obra quien deberá probar que la
51
ruina no provino de un vicio de esa especie, ni de otra causa que le sea imputable" .
1386.- No TODA RUINA HACE RESPONSABLE A TODOS LOS CONSTRUCTORES y refiriéndose a la responsabilidad extracontractual del artículo 2351 del
Código Civil, manifiesta que,
Lo dicho hasta el momento no implica que, cuando haya varios constructores
comprometidos en la edificación de una obra, se deba considerar a todos como "Si la víctima es un tercero, incluyendo en este al dueño del edificio que no
presuntos responsables; si el edificio se derrumba, no vemos porqué se presumiría contrató su construcción, por ejemplo un adquirente posterior, debe probar que
la responsabilidad de quien dirigió la decoración del inmueble, en caso de que la el daño ha sido ocasionado por la ruina del edificio y que esta proviene de un
52
ruina no tenga relación con la labor del decorador; en este caso, serán responsa- vicio de construcción, prueba que puede hacer por todos los medios legales" •
bles quien hizo el estudio de suelos, el calculista y quien dirigió la elaboración de
las columnas y pisos; por el contrario, si lo que se arruina es la decoración del A su vez, ÁLVARO PÉREZ VIVES manifiesta que,
edificio, no hay razón para que se vaya a presumir la responsabilidad del calcu-
lista o de quien hizo el estudio de suelos, pues el responsable sería el decorador. "Corresponde al demandante comprobar que la ruina del edificio se debió a
Una regla práctica servirá a las partes para determinar quién es el responsable: vicio de la construcción, de los materiales o del suelo, demostrado lo cual, se
aquella parte de la edificación arruinada permitirá presumir que quienes fueron presume que el empresario estaba en el deber de conocer el vicio por razón de
encargados de construirla son responsables de la ruina; ciertas partes del edificio su profesión" 53 •
comprometen a varios de los intervinientes; otras, solo comprometen a quien específi-
El autor se refiere únicamente a la responsabilidad extracontractual.
camente las construyó.
En nuestro concepto, la responsabilidad contractual y extracontractual de los
1387.- NULIDAD DE LAS CLÁUSULAS constructores prevista en los artículos 2060 y 2351 del Código Civil es presunta;
cuando nos referimos a la responsabilidad del dueño por la ruina del edificio ex-
En general, puede decirse -y así lo aceptan la doctrina y la jurisprudencia- pusimos nuestros argumentos, según los cuales, al dueño hay que probarle la cul-
que la garantía de diez años establecida por el artículo 2060 del Código Civil es de pa, mientras que al constructor se le presume su ilicitud (sup~a, T~ I, 1_34~). En
orden público y que, en consecuencia, cualquier modificación en estos plazos es sana lógica, lo normal es que si un edificio se cae durante los d1ez anos s1gmentes
ineficaz, no solo en relación con la duración de la garantía, sino también en rela- a la entrega, su ruina se deba a un vicio de la construcción; es más, si un edificio
ción con la carga de la prueba de la culpa. se cae durante los diez años por falta de reparaciones, es porque su construcción
es defectuosa, ya que esta simple falta de reparaciones no es suficiente para oca-
1388.- CARGA DE LA PRUEBA DE LA CULPA DEL CONSTRUCTOR sionar su caída habiendo transcurrido tan poco tiempo desde su terminación. Repetimos:
un edificio puede caerse por una actividad peligrosa, por una culpa genérica o por
Uno de los puntos difíciles que tiene la responsabilidad civil por vicios en la un vicio en la construcción; ausentes las dos primeras causas, necesariamente la
construcción es el relativo a la carga de la prueba de la culpa y del vínculo de
causalidad. Veamos cómo se soluciona el problema a la luz del artículo 2060 del
Código Civil, de un lado, y del parágrafo único del artículo 1o de la Ley 400 1997, Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 356.
51
del otro. 52 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. y núm. cits. Pensamos que el adquirente poste-
rior se subroga en los derechos del propietario inicial y su demanda es contractual;
otro tercero sí demanda extracontractualmente.
1389.- Refiriéndose a la responsabilidad del Código Civil, Alessandri Rodríguez
53 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 193 bis.
considera que,
1386 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1387

ruina debe proceder de un vicio en la construcción. De ahí que consideremos, pues, las fuerzas incontrolables de la naturaleza. Lo último que le faltaba al legislador
que el vicio en la construcción se presume en el constructor y que la víctima está colombiano era imponerle deberes a las fuerzas de la naturaleza. Pensamos que no
liberada de probar la culpabilidad y el vínculo de causalidad que lo compromete54 • es absolutamente seguro que el edificio que cumple las normas sismorresistentes
no se caiga a causa de determinados sismos.
Pero, según hemos dicho, la Ley 400 de 1997 modificó en parte la responsa-
bilidad de los constructores prevista en el Código Civil. En ese sentido, el pará- En consecuencia, pensamos que aún aplicando el parágrafo único del artículo
grafo único del artículo 1o de la citada ley (supra, T. 1, 1368) establece que todo 1o de la Ley 400 de 1997, el constructor se exonera si prueba que, pese a haber
edificio que cumpla los requisitos de construcciones sismorresistentes debe ser cumplido las normas de construcción sismorresistente y a no existir otra culpa de
capaz de resistir sismos de variada intensidad. su parte, el daño es imputable a una causa extraña.
El texto es el siguiente:
LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA
PAR.-Una edificación diseñada siguiendo los requisitos consagra-
dos en las normas que regulen las construcciones sismo resistentes En fallo del 24 de junio de 1942, la Corte acepta nuestro punto de vista,
debe ser capaz de resistir además de las fuerzas que le impone su según el cual, el constructor de un andamio es presunto responsable a causa del
uso, temblores de poca intensidad sin daño, temblores moderados derrumbamiento de la obra. Al respecto expresa:
sin daño estructural, pero posiblemente con algún daño en elemen-
tos no estructurales y un temblor fuerte con daños a elementos es- "Cuando un andamio se desprende, se desploma o se cae, es de suponerse que
tructurales y no estructurales pero sin colapso. fue por errores de técnica en su construcción, o mal calculada la resistencia
para el peso que debía soportar, o algo análogo ( ... )" 55 •
Absurdamente, la norma pareciera establecer una responsabilidad objetiva
de los constructores que, pese a cumplir la ley sobre construcciones, deben asu-
mir, en algunos casos, los riesgos derivados de temblores de tierra. Decimos que DE QUÉ RESPONDE EL CONSTRUCTOR

la norma es absurda porque uno entiende que cuando no se construye de acuerdo


con lo previsto en la ley, el constructor incurre en culpa y es responsable. Y tam- Contractualmente, el constructor responde por vicios de los materiales, por
bién entiende que cuando, pese a cumplirse las normas de construcción, el tem- vicios del suelo y por vicios de la construcción; extracontractualmente, el artículo
blor de tierra causa daños en la edificación, el daño es imputable a una causa 2351 del Código Civil solo habla de los vicios en la construcción; sin embargo,
extraña y, por tanto, el constructor se exonera a la luz de lo previsto en los princi- pensamos que la mayoría de las veces el vicio de los materiales y los vicios del
pios generales sobre la responsabilidad objetiva. Pero es absurdo exigir al cons- suelo hacen responsable al constructor si en razón de su oficio ha debido conocer-
tructor la garantía de que el edificio sea capaz de resistir determinados temblores los; es decir, cuando los vicios de los materiales y del suelo constituyen en sí
de tierra, pese a que se cumplan las normas de construcción sismorresistente. Eso mismos un vicio en la construcción, será responsable de ello el constructor. En
se sale de las manos del constructor y no hay razón que justifique que él deba conclusión, si el daño se produce por un simple vicio en la construcción, el res-
responder por esos daños. ponsable aquiliano será el empresario o constructor; si el vicio en los materiales o
en el suelo debiera haberlo conocido el constructor, este responde; si los debió
En nuestro concepto, la norma lo que quiere decir es que, en el orden normal haber conocido el dueño, el responsable será este, de acuerdo con el artículo 2350
de las cosas, una construcción bien hecha no debería caerse. El término "debe ser del Código Civil; si tanto el uno como el otro fueron negligentes al no prever
capaz" contemplado en la ley no se refiere a un deber jurídico sino a un acontecer dichos daños, los dos serán responsables solidariamente; de todas maneras, desde
esperable de la naturaleza. Pero en el fondo, el legislador fue soberbio, pues él no que la ruina se produzca, se presumirá que fue por vicio en la construcción, en
puede por vía normativa establecer si la edificación debe o no ser capaz de resistir cuyo caso el empresario se liberará, como veremos en seguida.

54 Esta misma solución es avalada por Emiliani Román, ob. cit., p. 97. 55 Cas., 24 junio 1942, "G. J.", t. Llll, p. 656.
1388 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1389

1392.- FORMAS DE EXONERACIÓN DEL CONSTRUCTOR 16 de febrero de 2004 por el Tribunal Arbitral integrado por Rafael H. Gamboa
Serrano, José Alejandro Bonivento Fernández y Ramón Eduardo Madriñán de la
Para que el constructor pueda liberarse de su responsabilidad contractual Torre para solucionar las diferencias que se presentaron entre Conavi Banco Co-
o extracontractual, deberá probar una causa extraña, entendida por tal la fuerza mercial y de Ahorros S.A. y Conconcreto S.A. con ocasión de la ejecución de un
mayor, el hecho de un tercero o el hecho exclusivo de la víctima (infra, T. II, 7 contrato de construcción de un edificio por el sistema de administración delegada
y ss.). Desde el punto de vista contractual, el empresario o constructor podrá el cual se refirió a distintos temas relacionados con la responsabilidad contractual
alegar, por ejemplo, que el dueño le suministró materiales deficientes, le garanti- del constructor.
zó que no había vicios del suelo, o desautorizó los planos iniciales adecuada-
mente elaborados; en cuanto al hecho de terceros, o la fuerza mayor, nos debemos En primer término, el laudo se ocupó del contrato de construcción de edifi-
regir por los principios generales (infra, T. II, 7 y ss.). Respecto a la responsabi- cios, haciendo referencia específica a la modalidad de construcción mediante el
lidad aquiliana, el empresario o constructor podrá argumentar que el edificio no sistema de administración delegada. Es importante resaltar que la decisión arbi-
se arruinó por vicio en la construcción sino por vicio en el suelo o de los materia- tral explica con gran claridad que las reglas de responsabilidad del constructor
les, los cuales no son imputables a la construcción misma; en ese caso, el respon- previstas en el artículo 2060 del Código Civil resultan aplicables al constructor
sable será el dueño del edificio, de acuerdo con el artículo 2350, sin perjuicio que contrata mediante el sistema de administración delegada, por expresa remi-
de la responsabilidad que le pueda caber al fabricante de dichos materiales defec- sión del artículo 2061 del mismo estatuto.
tuosos; de ahí que sea aconsejable que la víctima demande, a un mismo tiempo,
no solo al constructor, sino también al propietario y, eventualmente, al fabricante, Sobre estos temas consideró el Tribunal Arbitral:
cuando el daño se derive de un material defectuoso. En el ejemplo propuesto, la
culpa del dueño puede ser argumentada por el constructor como el hecho de un
tercero; el vicio del suelo no imputable al constructor ni al dueño podría constituir "Entre las formas de locación o arrendamiento que el Código Civil regula se
fuerza mayor; asimismo, si la víctima tenía conocimiento del peligro que ofrecía encuentra el de confección de obra material consistente en que una parte se
la construcción y, a pesar de ello, violó la prohibición de entrar en ella, su culpa obliga para con otra, por un precio, a realizar una obra material sin que medie
podrá proponerse como causal de exoneración. subordinación o dependencia. Y si la obra ha de consistir en la construcción,
reparación, modificación, conservación de un edificio, o sea de una estructu-
1393.- CASO ESPECIAL DE LOS INTERVENTORES ra de materiales durables, adquiere particular relevancia como contrato de
empresa. Pero siempre en la línea de la confección de obra.
En la mayoría de las construcciones de cierta envergadura se contrata a un
interventor para que vaya .supervisando y recibiendo los trabajos; creemos que a "En el contrato de obra material se tiene en cuenta, como objeto de la presta-
estos profesionales les son aplicables los artículos 2060 y 2351 del Código Civil, ción debida, el resultado final a cargo del artífice, de acuerdo con las previ-
ya que su oficio consiste precisamente en ir detectando, antes de terminar la cons- siones convencionales y legales.
trucción, todos los vicios que pueden aparecer en el edificio; su obligación con-
"Como producto de la autonomía de la voluntad, la modalidad de construc-
tractual o extracontractual es de resultado, y por ello creemos que solamente la
ción de un edificio puede revestirse de especiales caracterizaciones si se acu-
causa extraña no imputable a su culpa, podrá liberarlos.
de a identificar la forma de convenirse la prestación a cargo del dueño de la
obra: a precio único prefijado, a precio unitario o por administración delega-
1394.- LA JURISPRUDENCIA ARBITRAL SOBRE RESPONSABILIDAD DECENAL da. Y si bien es cierto que el Código Civil, en el artículo 2060, destaca unas
DE LOS CONSTRUCTORES reglas cuando la construcción es a precio único prefijado, entre ellos la ex-
cepcional posibilidad de revisarse los precios, también lo es que varias de las
Recientemente la jurisprudencia arbitral colombiana se refirió con bastante reglas de dicho precepto también son de aplicación para todos los contratos
profundidad a los temas que han sido expuestos en esta parte de la obra. Por su de construcción de edificio que se encargan a profesionales de la materia,
claridad conceptual, consideramos pertinente analizar el laudo arbitral dictado el arquitectos o ingenieros, como establece el artículo 2061.
CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1391
1390 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

"Entonces, el contrato de construcción de edificio por el sistema de adminis- "Desde ya el Tribunal hace la precisión sobre lo que significa ruina de un
tración delegada, asimismo encaja en las reglas previstas en el ordenamiento edificio: desprendimiento o destrucción parcial o total que experimenta la
privado para el contrato de confección de obra. Entendiéndose que el contra- construcción o los materiales empleados con el desempeño de un papel acti-
to de construcción por administración delegada surge cuando la prestación a vo, bien porque se caigan o se desprendan, ora porque se deterioren o dañen.
cargo del dueño u ordenador de la obra se satisface con el precio que guarda
"Y como quiera que el empresario asume el deber de ejecutar la obra en los
relación con el valor total o parcial de la obra a que tiene derecho el empre-
términos que se convienen, el resultado, de ese modo, debe estar en conso-
sario -porcentaje- y que aquél asume sobre lo invertido (materiales, manos
nancia con el deber negocia!. Por eso, se afirma que la obligación del artífice
de obra, etc.).
de una obra es de resultado, y no de medio".
"Debe decirse, pues, que las prestaciones se regulan por las disposiciones y
principios rectores del contrato tipo convenido y, por consiguiente, se apli- En el proceso arbitral se discutía entre las partes acerca del contenido de las
can de manera preferente". obligaciones que surgen para el constructor que realiza la obra mediante el siste-
ma de administración delegada. El laudo explicó que es posible que en el contrato
El laudo se refirió igualmente a la garantía decena! regulada en el artículo celebrado entre el propietario de la obra y el constructor se incorporen obligacio-
2060 del Código Civil y al concepto de ruina del edificio. Sobre estos temas con- nes propias del contrato de confección de una obra material y prestaciones propias
sideró el Tribunal Arbitral: del mandato; el laudo explica además que esta coexistencia de obligaciones no
implica la modificación de la prestación a la cual se ha obligado el constructor, la
"La regla 3a del artículo 2060 de Código Civil consagra la responsabilidad de carga de la prueba y el régimen de exoneración del constructor cuando se le atri-
la garantía decenal, a cargo del empresario, en el evento de que perezca o buyen fallas de tipo constructivo. El laudo hace énfasis en que las obligaciones
amenace ruina la edificación por vicio de la construcción, o por vicio del del constructor, en virtud de lo establecido en la regla tercera del artículo 2060 del
suelo que el empresario o las personas empleadas por él hayan debido cono- Código Civil son de resultado. Véamos:
cer en razón de su oficio, o por vicios de los materiales, salvo que éstos hayan
sido suministrados por el dueño. "1. El contrato de y el contrato
"Los vicios de construcción determinantes de la ruina de la edificación, pro-
"Como quiera que el apoderado de la parte convocada, en su alegato de con-
venientes por la mala calidad de los materiales, o de dirección, originados
clusión, sostuvo que al contrato de obra, en la modalidad de administración
por la defectuosa aplicación de las reglas de la construcción directamente,
delegada, le son aplicables determinadas normas del mandato, particularmente
sirven para ubicar la responsabilidad del artífice; y se presume la culpa del
aquellas que se refieren a la responsabilidad del mandatario en el cumpli-
contratista por el comportamiento en la ejecución, pues éste debe garantizar
miento del encargo cuando sigue las instrucciones impartidas por el mandante,
el resultado de que la obra no ha de presentar ninguna clase de imperfeccio-
el Tribunal considera pertinente detenerse, de manera breve, en el análisis de
nes. Los vicios del suelo, en cambio, sólo comprometen al contratista en la
esas especies de contratación privada.
medida que ha debido conocerlos en razón de su oficio. Es una responsabili-
dad profesional en cuanto la actividad es desplegada por persona que supone
"Y a se expuso de manera sucinta la identificación del contrato de obra en
tiene un grado de capacitación y formación suficientes para la realización de
general, en cuanto los extremos propios: la realización de una obra material
la obra encomendada o encargada.
y el pago de un precio por el trabajo, y que, en tratándose de la ejecución de
"El artículo 2061 del Código Civil hace, como se dijo, extensión de la regla la construcción de una edificación -casas, puentes, edificios-, tiene fijado un
3a del artículo 2060 ibídem a la construcción a cargo de un arquitecto o de ámbito de responsabilidad del empresario, en el evento de que amenace ruina
una persona natural o jurídica que profesionalmente se dedica a las labores o llegue a perecer.
de construcción, en cuanto la responsabilidad que aquel precepto le impone
por la ruina que padezca o amenace una edificación por los vicios de direc- "Entre las obligaciones del dueño o comitente está la de colaborar en la eje-
ción y de construcción. cución de la obra cuando a ello hubiere lugar. Pero este deber, en principio,
1392 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1393

no aminora ni libera al artífice de la responsabilidad por los defectos que mandada. Y en el de medio, debe demostrar el que alega el incumplimiento
evidencie la obra, salvo que sean de tal grado de influencia en la imperfecta no sólo el hecho dañino sino la culpa de la otra parte y la relación causal entre
ejecución que permita pensar que la incumplida colaboración fue causa de- aquel y ésta.
terminante de la mala ejecución.
"Como ha dicho la doctrina, son obligaciones de medio aquellas en las cuales
"Empero, no se cambia o altera la responsabilidad del empresario, derivada el deudor sólo promete diligencia y aptitudes suficientes para que, normal-
de las obligaciones a su cargo, por el simple hecho de que el dueño o comi- mente y no en forma necesaria, se produzca el resultado apetecido por el
tente se comprometa a colaborar. La obra debe ejecutarse en los términos acreedor, y las de resultado, aquellas en que el deudor se compromete con el
convenidos, asumiendo aquél, como se dijo, la obligación de resultado: la acreedor con una prestación determinada y a procurarle un resultado concre-
entrega en la forma prevista y sin que adolezca de defectos o imperfeccio- to, a consecuencia de lo cual se entiende que el deudor garantiza la verifica-
nes que atenten contra la estabilidad e integridad de la obra. De ese modo, ción del resultado convenido.
la responsabilidad se radica en cabeza del constructor por el resultado bus-
cado y sólo podría exonerarse si prueba una causa extraña: fuerza mayor o "Cuestión distinta es que en un contrato se pacten obligaciones que partici-
caso fortuito, la intervención de un tercero o la culpa del dueño o contra- pan de distintas relaciones obligatorias. Cuando esto acontece se tendrá en
tante. Con mayor razón si el constructor es un profesional en esa específica cuenta que a las obligaciones se le aplican las reglas de los respectivos con-
materia. Y como preceptúa el artículo 2056 del Código Civil: "Habrá lugar tratos sin que con ello se desnaturalice la convención. Siendo así, si la obli-
a reclamación de perjuicios, según las reglas generales de los contratos, gación pertinente es de medio, sea cual fuere la denominación que se le diere
siempre que por una o por otra parte no se haya ejecutado lo convenido, o al negocio jurídico, se accederá a la reglamentación del caso, y si es de resul-
se haya retardado su ejecución". tado, se le imprimirá el mismo criterio rector que la rige.

"El contrato de mandato, como es sabido, es aquel en que una parte le confía "En este orden de ideas, al contrato de obra no le son aplicables, como
a otra la realización de unos o varios negocios por cuenta y riesgo de la pri- criterio básico, las normas del mandato ni viceversa. Uno y otro se rigen
mera. Y si el mandato es comercial el objeto es la realización de actos de por los principios y reglas previstos en el ordenamiento privado. Y el he-
comercio. De las definiciones surge la diferencia entre el mandato y el con- cho de que el artículo 2144 del Código Civil estipule que los servicios de
trato de obra: en el primero hay la obligación de realizar actos o negocios las profesiones y carreras que supongan largos estudios, o a que esté unida
fundamentalmente jurídicos, en el segundo la confección de una obra mate- la facultad de representar y obligar a otra persona respecto de terceros, se
rial o inmaterial sin que suponga un acto o negocio. sujetan a las reglas del mandato, en nada cambia la diferencia entre los dos
contratos en comento, pues esta norma lo que persigue es que los servicios
"Por eso, no se puede confundir el contrato de mandato, civil o comercial, de los profesionales que llevan representación se sujeten a las reglas del
con el de confección de obra. Esto significa que estos negocios jurídicos mandato. Y la realización de obras por profesionales no encaja en esos
participan de las propias reglas que los caracterizan y gobiernan. Del mismo supuestos.
modo, la responsabilidad que deviene por el incumplimiento de los deberes
negociales se rige, por tanto, por los preceptos que la ley contractual estable- "Tampoco es pertinente tomar normas de un contrato para hacerlas regir a
ce para cada relación obligatoria. otro por el hecho de que se crea o sostenga que le son aplicables, cuando cada
uno de los negocios mantiene su identidad sustancial. Afirmar que las nor-
"Si en un contrato se aplica el principio de la obligación de resultado y en mas del mandato que se relacionan con los actos del mandatario, como la de
otro de medio, no es dable combinar o extender los mismos alcances, salvo seguir las instrucciones del mandante, so pena de desviarse de la ejecución,
que en particulares circunstancias se puedan considerar reglas obligacionales se deben tener en cuenta para el contrato de obra, carece de proyección jurí-
de ambas especies. Por ejemplo, en el primero se aligera a favor de la parte dica para alterar el alcance de las obligaciones del comitente o artífice o, para
demandante la carga de la prueba en cuanto sólo debe acreditarse que no se modificar su responsabilidad. Salvo que el contrato incorpore obligaciones
logró el resultado convenido, comprometiéndose la responsabilidad de la de- propias del mandato.
1394 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1395

"Son situaciones distintas: el artículo 2157 del Código Civil establece que el re frente al dueño de la obra (futuro vendedor) la garantía decenal a que se refiere
mandatario debe ceñirse rigurosamente a los términos del mandato, para sig- el artículo 2060, numeral 3 del Código Civil. Es necesario entonces averiguar qué
nificar, en desarrollo del encargo recibido, que al mandatario se le impone acciones tiene el adquirente posterior de la obra, no solo contra el constructor sino
una regla de comportamiento acorde con la voluntad del mandante que, de también contra el vendedor.
apartarse, lo llevaría al incumplÍmiento del contrato y, por ende, a responder
por los perjuicios causados. Y con todo, si el mandato o los actos que el 1398.- AcCIÓN CONTRA EL CONSTRUCTOR
mandatario deba realizar resultan perniciosos para el mandante, es decir, que
de realizarlos, no obstante las instrucciones de éste, lo perjudican, la misma Quien compra un inmueble nuevo a una persona natural o jurídica que a su
ley civil dispone que el mandatario debe abstenerse de ejecutarlos -artículo turno encargó la ejecución de la obra a un contratista independiente, tiene contra
2174 ejusdem-. este, en principio, una acción extracontractual, de acuerdo con lo dispuesto en el
artículo 2351 del Código Civil. Pero según dijimos (supra, T. I, 1378), si lo pre-
"En tanto, el empresario profesional en la materia debe ejecutar la construc- fiere, puede invocar una acción contractual, puesto que el constructor le otorgó al
ción de un edificio en los términos previstos en el contrato, pero siempre bajo vendedor inicial una garantía contractual de diez años, la cual se transmite al
el entendido que se alcance el resultado buscado, de modo que si amenaza adquirente con motivo de la enajenación del inmueble (supra, T. I, 1378).
ruina o perece, después de la entrega, responde al dueño de la obra, salvo que
acredite la presencia de circunstancias de exoneración señaladas en el artícu- Desde luego, siempre y cuando se llenen los requisitos que veremos más
lo 2060-3 del Código Civil o cualesquiera otras constitutivas de causa extra- adelante, el adquirente podrá demandar, aún dentro de un mismo proceso, tanto al
ña. Además, el contratista debe aportar todos sus conocimientos y experien- constructor como al vendedor.
cias de suerte que debe aconsejar y asesorar al comitente pues no le basta con
aducir que en la ejecución ha seguido las instrucciones del dueño en cuanto
1399.- ACCIÓN CONTRA EL VENDEDOR
su obligación supera el criterio de una simple y mecánica ejecución".
Tratándose de comerciantes que se dedican a la venta de inmuebles y que
II.- Responsabilidad de los vendedores de inmuebles encargan a terceros independientes la construcción de la obra, creemos que no
les es aplicable la garantía decenal a que se refiere el numeral 3 del artículo
1395.- En la actividad de la construcción encontramos comerciantes cuya
2060 del Código Civil. En efecto, el Código de Comercio regula el contrato de
labor consiste en la enajenación y particularmente en la venta de inmuebles que ya
compraventa mercantil, dentro del cual se comprende, desde luego, la venta de
han sido construidos. A continuación analizaremos la responsabilidad civil de
inmuebles.
dichas personas en razón de la mala calidad de las obras vendidas.
Sin embargo, no es tarea fácil la de delimitar el tipo de responsabilidad apli-
1396.- VENDEDOR QUE CONSTRUYE cable en cada caso concreto, pues la ley regula diversas instituciones dependiendo
del origen del daño. En consecuencia, es preciso distinguir la responsabilidad por
Según dijimos, cuando el vendedor directamente se encarga de la construc-
vicios aparentes, la responsabilidad por vicios ocultos y la garantía de calidad o
ción de las obras vendidas, su responsabilidad no se rige por el contrato de com-
eficiencia del inmueble vendido.
praventa, sino por la derivada del contrato de construcción y, en tal virtud, le es
aplicable la garantía decenal a que se refiere el numeral 3 del artículo 2060 del
Código Civil a que ya nos hemos referido. 1400.- RESPONSABILIDAD POR VICIOS APARENTES

Ocurre a menudo que aun con anterioridad a la tradición de la propiedad del


1397.- VENDEDOR QUE ENCARGA LA CONSTRUCCIÓN A UN TERCERO
inmueble vendido, el adquirente reclama al vendedor por algún defecto en la construc-
Pero también puede suceder que la persona que se dedica a la venta de inmuebles ción. Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando se advierte la existencia de filtracio-
encargue su construcción a un constructor independiente que en tal virtud adquie- nes de agua que desde un principio son notificadas por el adquirente al vendedor.
1396 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS i 397

En tales circunstancias, el vendedor está obligado bien sea a reparar los pro- en responsabilidad deben ocurrir dentro de dicho plazo, pues de lo contrario, el
blemas que presenta la construcción, bien sea a indemnizar los daños sufridos por constructor podrá alegar la excepción de prescripción.
el adquirente, pues según el artículo 931 del Código de Comercio "Salvo prueba
en contrario, se presumirá que el comprador quiere adquirir la cosa sana, comple-
ta y libre de gravámenes, desmembraciones y limitaciones al dominio". 1402.- RESPONSABILIDAD POR FALTA DE EFICIENCIA

Puesto que se trataba de vicios aparentes oportunamente reclamados, la pres- Finalmente, los daños en la cosa vendida pueden provenir no solo de vicios
cripción será de diez años (art. 2536 del C. C., modificado por el art. go de la L. aparentes u ocultos, sino simplemente de la poca durabilidad de la calidad espera-
791 de 2002), ya que no hay norma especial, y empezará a correr desde el momen- da; es decir, que el bien, al ser usado, se va deteriorando y pierde así la eficiencia
to en que se haya celebrado el contrato de compraventa, pues no se trata de vicios esperable en este tipo de objetos. Es lo que ocurriría, por ejemplo, cuando al cabo
ocultos, ni de falta de calidad o eficiencia, daños que tienen su regulación legal de varios meses, los muros del inmueble se agrietan, los pisos se rompen, o las
propia, según veremos a continuación. instalaciones eléctricas o de acueducto, se tornan inservibles, pese a que se encon-
traban en buen estado al momento de la compraventa. Es, en el fondo, la misma
Es de anotar que en estos casos, el vendedor solo podría alegar como exone- garantía de eficiencia y calidad que el artículo 2060, numeral 3 del Código Civil
ración parcial de su responsabilidad, la culpa del comprador, en caso de que este le impone al constructor.
con su comportamiento haya agravado la situación. En efecto, del texto del artícu-
lo 931 se desprende la existencia de una garantía objetiva, de acuerdo con la cual, No sobra advertir que cuando la falta de eficiencia es imputable a un vicio
si el comprador prueba que el daño proviene de un defecto de calidad y eficiencia, oculto del bien, el comprador puede renunciar a la responsabilidad por vicios
el vendedor no podrá alegar que el daño fue imputable adicionalmente al hecho de ocultos, y ampararse en su lugar en la responsabilidad por falta de eficiencia, en
un tercero o a una fuerza mayor. cuyo caso la prescripción será de diez años en lugar de seis meses.

1401.- RESPONSABILIDAD POR VICIOS OCULTOS Pero como ya lo hemos dicho, el artículo 2060 no le es aplicable al vende-
dor de inmuebles nuevos que no ha hecho directamente la construcción. Tratán-
De otro lado, el artículo 934 del Código de Comercio regula la responsabili- dose de un vendedor comercial, necesariamente deberemos acudir al Código
dad civil del vendedor por vicios ocultos. Esta responsabilidad surge cuando el de Comercio para tratar de conocer la responsabilidad del vendedor en estos
inmueble vendido aparentemente se encuentra en buen estado y solo con posterio- casos.
ridad aparecen defectos que se encontraban ocultos, cuya causa era anterior al
contrato y que fueron ignorados sin culpa por el comprador. Tal sería el caso de En efecto, el artículo 932 de dicha codificación, preceptúa lo siguiente:
fisuras graves en la estructura de la obra, disimuladas mediante pintura o cual-
Si el vendedor garantiza por tiempo determinado el buen funciona-
quier otro producto.
miento de la cosa vendida, el comprador deberá reclamar al vende-
En este caso, el comprador tiene derecho a pedir la resolución del contrato o dor por cualquier defecto de funcionamiento que se presente duran-
la rebaja del precio del inmueble, según justa tasación. te el término de la garantía, dentro de los treinta días siguientes a
aquel en que lo haya descubierto, so pena de caducidad.
En uno u otro caso, el vendedor del inmueble deber indemnizar de perjuicios
El vendedor deberá indemnizar los perjuicios causados por cual-
al comprador si el vendedor conocía, o debía conocer al tiempo del contrato, el
quier defecto de funcionamiento que sea reclamado oportunamente
vicio o el defecto del inmueble vendido. Tratándose de vendedores profesionales
por el comprador (C. C., art. 1613).
de inmuebles, dicho conocimiento se presume.
Las garantías sin determinación de plazo expirarán al término de
Ahora, según el artículo 938 del Código de Comercio, las acciones por vicios dos años, contados a partir de la fecha del contrato (958; decretos
ocultos prescriben en seis meses, lo que significa que tanto el daño como la acción 3466 de 1982, 11; 2153 de 1992, 2°).
1398 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1399

Y el artículo 933 expresa lo siguiente: "se presumen vendidas con garantía En consecuencia, no cabe duda de que los bienes inmuebles se venden con
las cosas que se acostumbra vender de ese modo (3°, C. C., 66)". garantía mínima presunta, y a falta de estipulación sobre la duración de la misma,
ella será de dos años contados desde la celebración del contrato.
Significa lo anterior que cuando el vendedor garantiza por un tiempo deter-
minado el buen funcionamiento de la cosa vendida, y cualquier daño o falta
de calidad aparece durante ese tiempo, el vendedor será responsable de los per- En nuestro concepto, las partes pueden pactar una duración de la ga-
juicios causados, a menos que el daño sea imputable a una causa extraña, la cual rantía superior a dos años, mas no inferior, ya que es una norma de orden pú-
no podrá alegarse si de todas formas el bien era de mala calidad. Así por ejemplo, blico tratándose de compraventa de inmuebles y, por tanto, el contrato no pue-
si por una mala impermeabilización, un fuerte aguacero genera filtraciones de de desmejorar la posición del comprador que es, en cierta forma, la parte débil
agua, el vendedor no se exonera de responsabilidad, como tampoco se exonerará del contrato.
si los baldosines de los baños, se desprenden fácilmente con ocasión de un simple
juego infantil. DIFERENCIA ENTRE GARANTÍA, CADUCIDAD Y PRESCRIPCIÓN

DURACIÓN DE LA GARANTÍA Constantemente, la doctrina y jurisprudencia confunden los conceptos de ga-


rantía, caducidad y prescripción, cuando en realidad lo único que tienen en común
Si las partes no han pactado la duración de la garantía, esta, según lo prescri- es su duración en el tiempo.
be el artículo 932 del Código de Comercio, será de dos años contados a partir de
la fecha del contrato de compraventa; es decir, tratándose de inmuebles desde el
En efecto, según acabamos de verlo, la garantía es el período de tiempo du-
momento en que se firman las escrituras respectivas.
rante el cual el bien adquirido debe conservar su buena calidad. Ello significa que
todo daño ocurrido durante ese período debe ser indemnizado por el vendedor.
Ahora, si las partes omiten pura y simplemente la garantía, nos preguntamos
si de todas formas ella seguirá existiendo.
Ahora, según el artículo 932 del Código de Comercio, cuando el daño se
La respuesta es afirmativa, pues según hemos visto, se presumen vendidas produce dentro del término de la garantía, el comprador debe reclamar al vende-
con garantía las cosas que se acostumbra vender de este modo (C. de Co., art. dor, extrajudicialmente, dentro de los treinta días siguientes a aquel en que haya
933). Lo que significa que tratándose de compraventa de inmuebles, la garantía descubierto el daño, so pena de caducidad.
está tácitamente incluida, pues la costumbre en nuestro medio es que el vendedor
otorgue dicha garantía al adquirente. Otra cosa es el plazo de duración de la mis- Finalmente, si luego de esa reclamación amistosa o extrajudicial hecha en
ma, el cual, desde luego, puede variar en cada situación concreta. tiempo oportuno, el vendedor no satisface los reclamos del comprador, entonces
este puede actuar judicialmente, quedando por resolver cuándo prescriben dichas
Ahora, tratándose de una costumbre mercantil, podría pensarse que el de- acciones. Como el Código de Comercio no regula expresamente la prescripción
mandante está obligado a probarla, pues de lo contrario habría que entender que en caso de violación de la garantía de eficiencia, entonces la prescripción será de
el inmueble se vendió sin garantía alguna. Sin embargo, nuevos textos legales diez años en aplicación del artículo 2536 del Código Civil.
han hecho innecesaria la prueba de la costumbre. En efecto, el Decreto 3466
de 1982, o Estatuto del Consumidor, establece la garantía mínima presunta en la En consecuencia, si la garantía es de dos años y el daño aparece catorce me-
enajenación de bienes y servicios, entre los cuales están incluidos los bienes inmue- ses después de adquirido el bien, entonces el vendedor será responsable de dichos
bles. Y la ley de reforma urbana establece la garantía mínima presunta para bie- daños. Pero el comprador deberá reclamarle amistosamente dentro de los treinta
nes inmuebles, lo que quiere decir que ya no se requiere la prueba de la costum- días siguientes a aquel en que el daño apareció. Si no lo hace, la acción ha cadu-
bre sobre otorgamiento de la garantía, sino que esta última está impuesta por el cado. Y si pese a la reclamación oportuna, el vendedor no satisface los reclamos
legislador, con lo que se deroga, en este punto, el artículo 933 del Código de del comprador, este tendrá diez años para demandar judicialmente al vendedor,
Comercio. contados desde el momento en que el daño apareció. Ahora, a menudo, desde un
1400 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1401

comienzo, el vendedor acepta la existencia de los daños en la obra, así no sea SEccióN II.- La responsabilidad civil por el hecho de los animales
mediante una notificación formal del comprador. Es lo que ocurre, por ejemplo,
cuando al momento de entregar el inmueble es evidente que el vendedor es cons- 1407.- INTRODUCCIÓN
ciente de los desperfectos en la obra. En situación semejante, la reclamación extrajudicial
del comprador sobra. Los artículos 2353 y 2354 del Código Civil consagran la responsabilidad
civil por el hecho de los animales. Estas normas fijan los principios de dos tipos
de responsabilidad civil un poco diferentes entre sí, dadas las características pro-
1405.- EN OCASIONES EL COMPRADOR PUEDE ESCOGER ENTRE LAS TRES
pias del animal o del servicio que este preste. La primera de esas formas de res-
ACCIONES
ponsabilidad está fundamentada en la falta de vigilancia adecuada sobre el animal
causante del daño (subsec. I); la segunda se refiere al hecho de tener un animal
Y a dijimos que cuando se trataba de vicios aparentes detectados desde un fiero que no reporta utilidad (subsec. II).
principio, el vendedor no se podría amparar en los cortos plazos de garantía de
eficiencia, o en el corto plazo de prescripción por vicios ocultos. En tales circuns- SUBSECCIÓN I.- por el hecho
tancias, al comprador le quedan diez años para demandar al vendedor. Ello es de un animal no fiero que no fue adecuadamente vigilado
evidente pues el daño existe desde antes de comenzar el plazo de la garantía y, el
vendedor tiene conocimiento de dicho daño.
1408.- INTRODUCCIÓN

Pero puede suceder que tratándose de un vicio oculto o de un vicio aparente, Como ya lo hemos visto, el artículo 2353 del Código Civil establece un tipo
la víctima, sin embargo, opte por reclamar con base en la falta de eficiencia garan- de responsabilidad especial, derivada de los daños causados por un animal no
tizada por el vendedor. En tales circunstancias, nada impide el éxito de la deman- fiero, que no ha sido debidamente vigilado. Para una mejor comprensión del tema
da. En efecto, puede suceder que el vicio oculto se haga aparente durante el perío- describiremos los elementos que estructuran este tipo de responsabilidad, hacien-
do de garantía, quitándole calidad y eficiencia a la cosa comprada, en cuyo caso, do las respectivas interpretaciones.
es claro que la víctima puede ampararse en cualquiera de las dos formas de res-
ponsabilidad, siempre y cuando ninguna de ellas haya prescrito. Si prescribió la El texto de la norma es el siguiente:
acción por vicios ocultos, pero no ha prescrito la de la garantía de eficiencia,
entonces el juez deberá acoger la reclamación hecha con base en esta acción. Igual El dueño de un animal es responsable de los daños causados por
sucede con los vicios aparentes detectados desde un principio y que toman ineficiente el mismo animal, aun después que se haya soltado o extraviado, sal-
el inmueble adquirido durante el plazo de garantía. vo que la soltura, extravío o daño no puedan imputarse a culpa
del dueño o del dependiente encargado de la guarda o servicio del
animal.
1406.- EL VENDEDOR PODRÁ REPETIR CONTRA EL CONSTRUCTOR
Lo que se dice del dueño se aplica a toda persona que se sirva de un
animal ajeno; salva su acción contra el dueño si el daño ha sobreve-
Según hemos dicho, el constructor otorga una garantía de diez años al dueño
nido por una calidad o vicio del animal, que el dueño con mediano
de la obra. En consecuencia, si el dueño de la obra posteriormente vende el inmue-
cuidado o prudencia, debió conocer o prever, y de que no le dio
ble a terceros a quienes debe indemnizar por la mala calidad del bien, perfecta-
conocimiento.
mente podrá repetir contra el constructor acudiendo a la acción que le brinda la
garantía decena! consagrada en el artículo 2060, numeral 3 del Código Civil. Y el
comprador podrá demandar separada o conjuntamente tanto al vendedor como al ELEMENTOS QUE ESTRUCTURAN ESTA RESPONSABILIDAD

constructor, todo dentro de los principios de responsabilidad aplicables a cada


uno de ellos, según hemos visto. Para que se dé la responsabilidad del artículo 2353 del Código Civil son
necesarias las siguientes características: personas responsables: son responsables
1402 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1403

el dueño del animal o cualquier persona que se sirva de él (I); fundamento de la del daño. Por ello se presume que el propietario es quien se sirve del animal; sin
responsabilidad: esta responsabilidad se produce por cualquier culpa del agen- embargo, el dueño podrá demostrar que una persona diferente es la que lo utiliza
te, pero muy especialmente por la inadecuada vigilancia del animal (II); durante y que, en consecuencia, esta y no el dueño, será la responsable, a menos que se
qué época responde: mientras el animal esté bajo el cuidado del dueño, o pruebe una culpa adicional del dueño, en cuyo caso ambos serán solidariamente
aun después que se haya soltado o extraviado (III); clase de animal: esta norma responsables.
comprende todo tipo de animal, advirtiendo que cuando el daño se deriva de la
fiereza del animal, lo aplicable es el artículo 2354 del Código Civil y no el artícu- Ahora bien, no son excluyentes la responsabilidad del dueño y la de quien se
lo 2353 (IV); forma de exoneración: el demandado se exonera demostrando sirve del animal. Recordemos que en Colombia la guarda es acumulativa y no
buena diligencia y cuidado, es decir, ausencia de culpa. Generalmente, deberá alternativa (supra, T. I, 903). Perfectamente puede ocurrir que el dueño y un ter-
probar adecuada vigilancia del animal; puede invocarse, además, la causa extraña cero se sirvan de un animal. Tal el caso de un criadero de caballos en que el dueño
(V). del establo parte las utilidades que el animal produzca con el dueño de este; inclu-
sive podría suceder que dos o más personas diferentes al dueño se sirvieran del
De esta enumeración veamos, aisladamente, las consecuencias que de ella se animal. En ambos casos, los responsables lo son solidariamente. De la misma
derivan. manera, si la propiedad perteneciera correlativamente a dos o más personas, todas
ellas serán responsables solidariamente (C. C., art. 2344) (supra, T. I, 901).

I.- Personas responsables Por otra parte, es bueno recordar que al igual que en la responsabilidad por
actividades peligrosas (supra, T. I, 905), el dependiente no es responsable si el
1410.- De acuerdo con el artículo 2353 del Código Civil, el dueño del ani- animal pertenece al patrono, ya que este último es quien tiene el poder intelectual
mal es responsable del daño causado por este. Es claro que el derecho de dominio de disposición del animaP 7.
permite al propietario ejercer toda clase de vigilancia sobre las cosas animadas o
inanimadas que le pertenecen. Inclusive, al igual que en la responsabilidad civil Finalmente, el que tiene un animal, sin ser su dueño y sin servirse de él, no
por actividades peligrosas (supra, T. I, 898), el demandante puede presumir que puede ser responsable por este artículo. Sería el caso, por ejemplo, del dueño de
el responsable del hecho del animal es el dueño, quien, a su vez, puede demostrar una posada, de un veterinario, de un depositario, etc., donde se halla el animal,
que otra persona es la que se sirve del animal y, en esta forma, desplazar la pre- pero sin que el tenedor se sirva del mismo 58 . Solo en la medida en que se pruebe la
sunción. culpa de estas personas serán responsables, pero entonces lo aplicable será el ar-
tículo 2341 del Código Civil, que regula la responsabilidad directa o por el hecho
Con base en esto último podemos afirmar que se presume culpable frente a propio.
las víctimas demandantes no solamente al dueño del animal sino también a todo
aquel que se sirva de él. A título de síntesis, fijemos algunos principios que ya han
II .-Fundamento de la responsabilidad
sido esbozados en el capítulo relativo a las actividades peligrosas.
1411.- Esta responsabilidad reside en la culpa que pesa sobre el dueño
Ante todo, conviene recalcar que algunos autores 56 han estructurado la teoría
o sobre aquel que se sirve del animaP 9 por no haberlo vigilado adecuadamen-
de la "guarda de la cosa" con base en esa responsabilidad que pesa contra el que se
sirve de un animal. De un caso especial se ha podido derivar un principio general.
En realidad, se sirve de un animal quien tiene el poder intelectual de dirección y
control de este y, en consecuencia, tiene la posibilidad de impedir la producción 57 En ese sentido, Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 332; Flour y Aubert,
ob. cit., núm. 734; René Savatier, Traité ... , t. 1, núm. 337.
58 En ese sentido, véase Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 326; en sentido
contrario, Flour y Aubert, ob, cit., núm. 734.
56 Mazeaud-Tunc-Chabas, Traité ... , t. 1, núm. 1157; A. Weill y F. Terré, ob. cit., núm. 59 En ese sentido, véase Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 319; en la teoría
723; Jacques Ghestin, Genevieve Viney, ob. cit., núm. 675. del riesgo, René Savatier, Traité ... , t. 1, núm. 31 9; Flour y Aubert, ob. cit., núm. 735.
1404 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1405

te 60 • A la carga de la prueba y a la forma de exoneración nos referiremos más Desde luego, no es la víctima la que debe demostrar la falta del demandado;
adelante. por el contrario, a este se le presume culpable, presunción que puede ser desvir-
tuada mediante la prueba de diligencia y cuidado, factor este último que se de-
III. - Durante qué época responde muestra por hechos positivos de buena vigilancia; de otro lado, si el daño se pro-
dujo mientras el animal estaba extraviado o abandonado, el demandado podrá
1412.- El dueño del animal, o quien se sirve de este, responden durante
demostrar concretamente que la puesta en libertad o extravío no se deben a su
todo el tiempo que tengan sobre el mismo el poder intelectual de dirección y
negligencia o imprudencia62 •
control (poder que muchas veces es también material); igualmente se los presume
culpables si el daño se produce después que el animal se suelta o extravía. En el
Decimos que hay una presunción de culpa, ya que esta puede ser desvirtuada;
primer caso, la culpa consiste en tener el poder de impedir el daño y no haberlo
si esta responsabilidad fuese objetiva o estuviese basada en la teoría del riesgo, al
hecho; en el segundo, la falta está constituida por el hecho de haber abandonado o
demandado no le bastaría demostrar la adecuada diligencia y cuidado. Solo una
dejado extraviar el animal.
causa extraña lo liberaría.
De otro lado, si el daño es causado por un animal muerto no se configura esta res-
ponsabilidad y, en tal virtud, habría que pensar en la responsabilidad directa del
artículo 2341, si es que se establece la culpa del demandado; también podría pro-
1415.- RECURSO CONTRA EL DUEÑO, DEL QUE SIRVIÉNDOSE DEL ANIMAL
FUE OBLIGADO A PAGAR EL DAÑO
ducirse una responsabilidad por actividades peligrosas, sobre todo si el dueño de-
ja pasar un tiempo prudencial para tomar las medidas tendientes a evitar el daño.
Cuando un tercero diferente del dueño ha sido demandado y condenado por
el daño causado por un animal del cual se servía, podrá recurrir contra el propie-
IV.- Clase de animal
tario si a este se le puede imputar la falta de no haberlo puesto en conocimiento de
1413.- El artículo 2353 se refiere a toda clase de animales, sin hacer distin- un vicio o calidad del animal que un hombre prudente tendría que haber conocido
ción de tamaño ni especie. Sin embargo, cuando el daño surge de la fiereza del o previsto. Pensamos, inclusive, que este recurso del responsable es procedente
animal, lo aplicable es el artículo 2354, al que nos referiremos más adelante. Lo contra otras personas diferentes del dueño que le hayan entregado el animal sin
que importa es que se trate de un animal que esté o haya estado bajo el dominio de observación alguna. Tal sería el caso de un mandatario que entrega un caballo del
alguien; comprende los animales domésticos y domesticados; de la misma manera, mandante en arrendamiento a un tercero. Quien repite puede demandar al dueño la
los animales salvajes o bravíos que no sean res nullius están comprendidos por el totalidad del perjuicio pagado a la víctima, sin que el propietario pueda benefi-
artículo 2353; por esto, el dueño de una finca no será responsable de los daños cau- ciarse de la presunción de la norma contra ese tercero que se sirvió del animal63 ; el
sados por un animal salvaje cuya presencia se ignora y que, por tanto, puede ser ocu- dueño podrá pedir exoneración total o parcial si, por otro lado, existe culpa proba-
pado por cualquier persona61 • En este caso, solo la responsabilidad del artículo da de quien pagó inicialmente; por ejemplo, si el arrendatario de un caballo omite
2341 o, eventualmente, la del artículo 2356 puede comprometer al dueño del predio. amansado periódicamente y esa es la causa del daño, o si un tercero que pagó a la
víctima había sustraído el animal sin autorización del dueño, nada podrá reclamar
V.- Forma de exoneración contra este; por el contrario, si el dueño conocía la mala calidad o vicio del animal
y no dio aviso de ello al que se sirvió de él, podrá efectuarse una reducción si a su
1414.- La responsabilidad por culpa en la vigilancia del animal de que trata vez este último estaba embriagado al momento de utilizarlo, motivo por el cual el
el artículo 2353 está fundamentada en la culpa del demandado, que no lo vigiló en daño se produjo. Desde luego, en ese caso, la víctima también podrá demandar al
forma eficiente.

62 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 341; el Trib. Su p. de Villavicencio exige
60 En ese sentido, véase Cas., 11 marzo 1976, "G. J.", t. CLII, p. 60, cita Sent. del causa extraña, cit. en cas., 11 marzo 1976, "G. J.", t. CLII, p. 61; la Corte confirma
Tribunal Superior de Villavicencio. la teoría del Tribunal Superior de Villavicencio.
61 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 331. 63 Las presunciones solo obran en favor de la víctima.
1406 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS i 407

dueño que culposamente omitió comunicarle el vicio que fue causa del daño a sin que pueda evitarse su acción dañina, a no ser que se tomen medidas extremas.
quien que se sirvió del animal. Ahora bien, no se puede generalizar diciendo que el animal que ha sido amaestra-
do deja de ser fiero, pues, a pesar de ello, habrá situaciones en las que el animal
conserva la fiereza, no obstante la aparente mansedumbre; desde que el daño se
SuBSECCióN II.- Responsabilidad por el hecho de los animales fieros produzca por el solo instinto agresivo del animal, este debe considerarse como
fiero; si unos conejos acaban con un sembrado, estaremos en el caso del artículo
2353 del Código Civil; en cambio, si un toro bravo, un perro, o un tigre lesionan
1416.- INTRODUCCIÓN
a una persona, estaremos ante el supuesto comprendido dentro de la responsabili-
dad por los animales fieros. Pero hay que distinguir la naturaleza del daño para
Nuestro Código Civil, en su artículo 2354, consagra un tipo especial de res-
saber cuál es la norma aplicable en algunos casos. Si un toro de casta se introduce
ponsabilidad civil que no se encuentra establecido en el Código de Napoleón. En
a un predio vecino y allí se come el pasto que encuentra, la acción se rige por el
efecto, nuestro legislador concibió la idea de una responsabilidad más radical en
principio general del artículo 2353, pues el daño no surge de la fiereza del animal,
el caso del daño causado por un animal fiero, del cual no se obtiene ninguna
sino de la condición de inconsciencia e instinto que rige el comportamiento ani-
utilidad; mientras el artículo 2353 del Código Civil se refiere a cualquier animal
mal; igual daño habría sido causado por un animal no fiero; en cambio, si ese
y la presunción de culpa puede desvirtuarse, en el artículo 2354, la fiereza de la
mismo toro embiste a un tercero, el daño debe ser imputado a su fiereza (art.
bestia no permite al que la tenga demostrar su ausencia de culpa; como los presu-
2354).
puestos de la norma varían en relación con el principio general del artículo 2353,
queremos disecar la norma, conforme lo hicimos en la subsección anterior; con
base en ello podemos decir que los elementos principales de esta institución son II.- El animal fiero no debe reportar utilidad para la guarda o servicio
los siguientes: características del animal: en este tipo de responsabilidad se re-
quiere que el daño haya sido causado por un animal fiero (I); se requiere que el Cuando el animal es útil para la guarda o el servicio de un predio,
animal no reporte utilidad alguna. Si el animal fiero sirve para la guarda o servicio cesa esta responsabilidad; por tanto, debemos determinar qué se entiende por guarda
de un predio, entonces no hay la responsabilidad prevista en el artículo 2354 del y por servicio y qué recurso le queda a la víctima cuando el animal se encuentra en
Código Civil y habrá que determinar si ante esa situación cabe otro tipo de res- uno de estos dos casos.
ponsabilidad aquiliana (II); quién es responsable: el responsable es el tenedor del
animal; solo queda por determinar qué debe entenderse por tal (III); la responsa- Cuando se tiene el animal fiero para la vigilancia de un predio, aparentemente
bilidad está fundamentada en la culpa de tener un animal fiero a sabiendas de los se ve clara la exclusión de la norma; sin embargo, pensamos que cabe hacer algu-
peligros que ello origina (IV); el responsable no puede liberarse alegando que no nas distinciones. En efecto, la norma solo deja de aplicarse en aquellos casos en
ha podido impedir el hecho (V). que el acceso al predio está prohibido y, precisamente, la finalidad es evitar que
los terceros penetren en él; de ahí que si el dueño ha creado la costumbre de no
1- El daño debe ser causado por un animal fiero permitir el acceso a su propiedad y un tercero es mordido por un perro cuando
violó la interdicción, la responsabilidad no se produce, pues el animal estaba allí
1417.- Puede existir la tendencia a identificar los conceptos de animal fiero para evitar la intromisión de la víctima o de cualquiera otra persona; en cambio, si
y animal salvaje o bravío; sin embargo, las nociones no son iguales. En efecto, el que tiene el animal lo pone a vigilar en sitios donde habitualmente penetran
muchos animales, siendo salvajes, son mansos; por ejemplo, los peces, las ardi- varias personas, no se podrá pedir la exclusión del artículo 2354, pues, de una
llas, etc. 64 ; otros, por el contrario, siendo domésticos o domesticados conservan parte, el animal no tiene la capacidad de discernir sobre cuáles personas debe
una agresividad que esperada o inesperadamente los lleva a atacar a las personas, ejercer vigilancia y, por otra parte, la gente puede equivocarse al creer enlaman-
sedumbre de un animal que se encuentra en un lugar a donde van muchas perso-
nas. Por ejemplo, si Pedro tiene un perro bravo en su finca, a la que no permite la
entrada de particulares, entonces podremos decir que los daños causados por el
64 Sobre esta diferencia, véanse Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 332 y
Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 200, nota 318. animal no se rigen por el artículo 2354 del Código Civil; pero si Pedro lleva su
1408 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1409

perro para cuidar la oficina, a la que permanentemente entra gente distinta, enton- la guarda o servicio del predio no se aplique el artículo 2354. Podría argumentarse
ces habrá responsabilidad por el hecho de los animales fieros a que nos estamos que el fin noble pretendido con el animal justifica la no aplicación del artículo
refiriendo. 2356; sin embargo, vemos que actividades tan loables y necesarias como la ener-
gía eléctrica o el transporte están sometidas al imperio de la responsabilidad por
actividades peligrosas del artículo 2356 del Código Civil. ALESSANDRI RoDRÍGUEz66
Cuando decimos que no se aplica el artículo 2354 si el animal sirve para la
sostiene que en el caso aquí tratado debe aplicarse el artículo 2326 del Código
guarda de un terreno, debemos clarificar que esta exclusión solo es válida si el
Civil chileno, cuyo equivalente textual en nuestro derecho es el artículo 2353 del
daño se produjo porque el animal atacó a quien violaba el predio de vigilancia,
Código Civil; es de advertir que cuando el autor chileno escribió su obra, apenas
pues si la bestia sale a morder a los vecinos que no han entrado al fundo al cual
comenzaba la evolución jurisprudencia! y doctrinal de la responsabilidad civil por
pertenece, no hay razón para pensar que la norma no se aplique; el que tiene un
actividades peligrosas.
animal fiero para la vigilancia de su predio debe garantizar los daños que cause
por fuera de ese ámbito de la actividad.
111- Fundamento de la responsabilidad por el animal fiero
Por otra parte, la vigilancia debe ser legítima, pues si el dueño la ejercía
sobre algún predio que no tenía por qué cuidar, la norma debe aplicarse. 1419.- Algunos autores franceses 67 sostienen que la responsabilidad por el
hecho de los animales está fundamentada en la "teoría del riesgo" y no en la de la
Pasando a otro punto, digamos que cuando el animal presta un servicio al culpa.
predio, tampoco se da la responsabilidad del artículo 2354. ALESSANDRI RoDRí-
GUEZ65 hace extensiva la exclusión a los animales de un circo o de un zoológico; Aunque la jurisprudencia, no ha aceptado jamás tal punto de vista, conviene
sin embargo, nos parece que la norma solo deja de ser aplicable a los animales que rescatar lo sugestivo de este concepto que, en algunos casos, ha sido tomado por
sirven para aumentar la producción, la vigilancia o la capacidad de trabajo, verbi-
la doctrina colombiana68 .
gracia, una yunta de bueyes; finalmente, creemos que tampoco se aplicaría en el
caso de aves de corral, cuya carne o huevos aumentan la productividad del predio;
El hecho de que el artículo 2354 del Código Civil manifieste expresamente
en cambio, los zoológicos y los circos explotan los animales fieros, valiéndose
que el demandado no será oído si alegare no haber podido impedir el hecho ha
precisamente de lo exótica que es su forma de vida y su procedencia; inclusive
llevado a los partidarios del riesgo a rechazar la aplicación de la noción de culpa;
podría pensarse en una responsabilidad contractual (persona que paga su ingreso
es el mismo argumento que sirve a estos autores para fundamentar la responsabi-
a un espectáculo) o extracontractual, aún más radical para los explotadores de
lidad por el hecho de las cosas, del artículo 1384 del Código de Napoleón, en la
estos establecimientos, pues las víctimas verían engañada su legítima confianza
"teoría del riesgo", pues en la aplicación de esta norma no se le permite al deman-
en que los animales están bien amaestrados.
dado alegar la ausencia de culpa y solo lo libera la prueba de una causa extraña.

Finalmente, pensamos de todos modos que si el daño es causado por un ani-


Con todo, nosotros consideramos que la culpa sigue siendo el fundamento
mal fiero que sirve para la guarda o servicio de un predio, la víctima podrá invocar
filosófico de esta responsabilidad; al igual que ALESSANDRI RoDRíGuEz69 , pensa-
la responsabilidad civil por actividades peligrosas de que habla el artículo 2356
mos que el que tiene un animal fiero que no reporta utilidad alguna ha cometido
(así lo decidió la Corte en fallo del 6 de abril de 1989, que será analizado más
por ese solo hecho una imprudencia. Es más, creemos que no se trata de una culpa
adelante -infra, T. 1, 1423-) o los principios consagrados en el artículo 2353; en
realidad, si un animal fiero es más peligroso que un automóvil o un poste de la
energía, no vemos porqué no pueda acudirse al artículo 2356 cuando en razón de
66 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 332.
67 René Savatier, Traité ... , t. 1, núm. 319; Flour y Aubert, ob. cit., núm. 735
68 Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, núm. 200.
65 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 332; en sentido contrario Álvaro Pérez
Vives, ob. cit., t. 11, núm. 200. ' 69 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 319.
141 Ü JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1411

presunta sino de una culpa probada70 . Así como en la responsabilidad por activi- exige la prueba de una causa extraña sino la demostración de adecuada edu-
dades peligrosas y por la ruina de los edificios, el legislador, a priori, ha conside- cación y vigilancia. Con esa prueba ataca la presunción de culpa y la destruye.
rado que omitir reparaciones necesarias en una construcción, o tener un animal
fiero, son conductas que no habría realizado un hombre prudente; de ahí que, En cambio, en el artículo 2354 del Código Civil se le dice al accionado que
probado el presupuesto, ya no hay presunción sino culpa probada. Habría presun- si alegare ausencia de culpa, ello no será suficiente y deberá responder, pues ya
ción si el demandado pudiera demostrar diligencia y cuidado (si fuera oído). De se le probó la culpa de tener un animal inútil y no hay posibilidad lógica de
otro lado, no hay que buscar la presunción de que el dueño del animal se comportó que demuestre que ha sido prudente. Pero eso no impide que pueda exonerar-
culposamente en el manejo de este. En efecto, el juez no debe indagar cómo se se total o parcialmente demostrando la culpa exclusiva o compartida de la víc-
habría comportado un hombre diligente en el caso de tener un animal fiero; por el tima. Aunque en las ediciones anteriores de esta obra considerábamos que el
contrario, lo que debe averiguar es si un hombre prudente y diligente se habría demandado se exoneraba probando cualquiera causa extraña, ahora pensamos que
llevado un animal fiero para la casa, sin que preste ninguna utilidad. Repitámoslo: la fuerza mayor o el hecho exclusivo de un tercero deben ser asumidos por el
la culpa consiste en tener un animal fiero sin necesidad ni utilidad; por ello, pro- responsable.
bada la tenencia del animal sin necesidad ni utilidad (establecida la culpa), el
demandado no puede desvirtuarla, pues ya está probada y no tiene sentido la prue-
Y pensamos que la culpa exclusiva de la víctima exonera de responsabilidad
ba de diligencia y cuidado. De allí que sea absurdo hablar de responsabilidad por
porque en tal caso, aunque la negligencia del demandado subsiste, lo cierto es que
riesgo o por culpa presunta.
el origen del daño se debe a un fenómeno que no le es imputable. Cuando se
presume de derecho una culpa, esta no puede desvirtuarse; pero esto no quiere
Es de anotar que esta tesis que aquí defendemos, fue avalada por la Corte
decir que el vínculo causal se presuma de derecho; aunque el lazo de causa a
Suprema de Justicia, mediante sentencia del6 de abril de 1989, que será analizada
efecto se presume, la culpa exclusiva de la víctima permite desvirtuarlo, dejando
más adelante (infra, T. 1, 1423).
incólume la existencia de la falta, pero ya sin incidencia causal con el daño. Sabe-
mos (infra, T. 7 y ss.) que la causa extraña rompe el vínculo causal entre la
IV.- El demandado no será oído si alegare conducta y el daño, y eso es lo que ocurre en esta hipótesis. Por eso pensamos que
no haber podido impedir el hecho si la víctima introduce la mano imprudentemente en la boca del animal, o un
intruso se lanza al predio donde hay un toro bravo, el demandado podrá exo-
1420.- El artículo 2354 del Código Civil establece que si el dueño del ani- nerarse alegando la culpa de la víctima 72 ; desde luego, habrá casos en que sea
mal alegare no haber podido impedir el hecho, no será oído; de ahí que algunos previsible tal conducta de niños, por ejemplo, en cuyo caso la responsabilidad
autores, entre ellos ALESSANDRI RoDRÍGUEZ, sostengan que en estos casos ni aun la subsiste por no haberse tomado las previsiones del caso; lo mismo ocurriría si un
causa extraña puede liberar al demandado 71 • Veamos los textos legales para tomar tercero abre un recipiente seguro en el que se guarda una serpiente venenosa.
una posición al respecto.
Apuntala nuestra opinión el hecho de que cuando la ley, al regular la respon-
En la responsabilidad por el hecho ajeno, del artículo 2347 del Código Civil, sabilidad por el hecho ajeno (supra, T. 1, 596 y ss.) se refiere, en el artículo 2347
al civilmente responsable se le presume culpable, a menos que pruebe que con el del Código Civil, a la posibilidad que tiene el civilmente responsable de demos-
debido cuidado que su calidad le confiere no pudo impedir el hecho; es decir, la trar que no pudo impedir el hecho, no está exigiendo prueba de causa extraña sino
norma permite que el demandado sea oído, que desvirtúe la presunción; no se le de diligencia y cuidado. O sea que el civilmente responsable sí será oído. Contra-
rio sensu, cuando el artículo 2354 del Código Civil afirma que el demandado no
será oído, lo que está estableciendo es que dicho demandado no puede alegar

70 Arturo Alessandri Rodríguez sostiene que se trata de culpa presunta, ob. cit., núm.
340.
71 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 342; en el mismo sentido, Álvaro Pérez 72 Aun en la teoría del riesgo la culpa de la víctima exonera de responsabilidad; C. S.
Vives, ob. cit., t. 11, núm. 200. del T., art. 199; C. de Co., art. i 831 (daños causados por las aeronaves).
1412 JAVIER TAMAYO JARAMILLO CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1413

ausencia de culpa. Pero ello no le impide demostrar que el daño fue producido por Pero si el daño causado por el animal no se deriva de la ejecución del contra-
la culpa de la víctima; en esa forma podrá exonerarse de su responsabilidad; pero to, sino que surge con ocasión de este, entonces tiene plena aplicación el artículo
si la culpa de la víctima no es causa exclusiva del daño, entonces habrá la reduc- 2354 del Código Civil. Si, por ejemplo, el vendedor está haciéndole al eventual
ción parcial a que se refiere el artículo 2357 del Código Civil (infra, T. II, 54 y ss.). comprador de un animal la demostración de este, y a raíz de ello se produce un
accidente causado por el animal al eventual comprador, la responsabilidad será
extracontractual, pues el contrato aun no se ha celebrado. Lo mismo ocurriría si el
V.- La responsabilidad pesa contra el que tenga el animal dueño de una mascota lleva su animal donde un veterinario, con tan mala suerte
que dicho dueño es mordido por un perro del veterinario.
1421.- El daño causado por un animal fiero será imputable "al que lo ten-
ga". Esta responsabilidad tiene un campo más amplio en cuanto a las personas
responsables; mientras el artículo 2353 del Código Civil se refiere al dueño o al 1423.- LA JURISPRUDENCIA COLOMBIANA Y LA RESPONSABILIDAD
POR LOS ANIMALES FIEROS
que se sirva del animal, en el artículo 2354 se alude a todo el que sea tenedor, sin
hacer hincapié en la calidad de dueño o de servicio. Basta ser simple tenedor para
que la responsabilidad se produzca73 . Pero no debe olvidarse que el dependiente En fallo del6 de abril de 1989, la Corte acoge la mayoría de nuestras opinio-
en este caso tampoco incurre en responsabilidad, pues aunque tenga el control nes sobre el fundamento de la responsabilidad por los daños causados por los
material sobre el animal, lo cierto es que lo hace a nombre de su patrono. No nos animales fieros. En efecto, cuando dicha Corporación tenía el control constitucio-
imaginamos al cuidador de un circo respondiendo por los daños causados por las nal de las normas, decidió una demanda de inexequibilidad del artículo 2354 del
fieras que están a su cuidado. Estas personas solo serían responsables conforme al Código Civil, regulador de dicha responsabilidad, y al respecto expresó:
artículo 2341 del Código Civil si se les prueba otra culpa específica, pero nunca
con base en el artículo 2354 del Código CiviF4 • "l. En reiterada doctrina jurisprudencia! esta corporación viene sostenien-
do que el artículo 2354 del Código Civil pertenece al grupo de disposiciones
que en el título 34 del mismo estatuto regulan la responsabilidad por el "hecho
1422.- LA RESPONSABILIDAD POR LOS ANIMALES NO SE APLICA EN MATERIA
de las cosas" cuando estas escapan al dominio del hombre, modalidad que
CONTRACTUAL
tiene ciertas peculiaridades que la distinguen de los demás grupos, y en espe-
cial del de la responsabilidad por el hecho propio que regula en términos
Al igual que en las actividades peligrosas, la responsabilidad extracontractual generales, el artículo 2341 del Código Civil.
consagrada en los artículos 2353 y 2354 del Código Civil no se aplica en materia
contractual. En efecto, el arrendatario de un caballo, por ejemplo, tendrá que va- "2. El mencionado texto establece una responsabilidad que toma su apoyo
lerse de la responsabilidad contractual si quiere reclamar indemnización por los
en la sola tenencia del animal fiero de que no se reporta utilidad para la
daños que tal animal le cause en desarrollo del contrato. En tal virtud, deberá guarda o vigilancia del predio, hecho este que por su propia naturaleza es
establecer la culpa del arrendador y, en consecuencia, no podrá beneficiarse de demostrativo de la culpa de quien se sirve de él o lo utiliza, razón por la cual
ninguna presunción. De igual manera, si la fiera de un zoológico muerde a un no le es permitido alegar que no le fue posible evitar el daño, y si lo hiciere,
visitante que pagó su derecho a ingresar al lugar, habrá responsabilidad contrac- no será oído, elevando así la ley dicha inferencia al rango de presunción de
tual del dueño del espectáculo, pues él tiene una obligación de seguridad y de
derecho o juris et de jure, por que la experiencia indica que ese hecho es
resultado (infra, T. I, 104 y ss.), de la cual solo se libera mediante la prueba de la ilícito de por sí.
culpa de la víctima. Creemos que en este caso tampoco libera la fuerza mayor y el
hecho de un tercero.
"Esta responsabilidad, como en general la de los demás casos que contempla
el citado título del Código Civil se cimenta en la culpa del tenedor; y a pesar
de que se aproxima o penetra de cierto modo en la esfera de la responsabili-
73 Arturo Alessandri Rodríguez, ob. cit., núm. 329. dad objetiva, no logra sin embargo adquirir la naturaleza de esta en vista de
74 En ese sentido, Álvaro Pérez Vives, ob. cit., t. 11, num. 200. que la culpa presunta que consagra el canon aludido, es su fundamento.
1414 JAVIER TAMAYO JARAMILLO
CASOS ESPECIALES DE RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS ANIMADAS E INANIMADAS 1415

"La culpa del tenedor del animal fiero en el evento del artículo 2354, consiste
rechaza también en forma terminante, la prueba del hecho que legalmente se
no propiamente en la falta de vigilancia o cuidado de este, sino en el simple
presume; y además porque conforme al artículo 176 del Código de Procedi-
hecho de tenerlo en su poder sin que de ello se derive utilidad para la guarda
miento Civil el hecho legalmente presumido admite prueba en contrario cuando
o servicio de un predio, lo que por sí solo constituye falta de diligencia y
la ley lo autorice expresamente.
cuidado de su parte. La presunción en este caso no acarrea la mera inversión
de la carga de la prueba de la culpa que se desplazaría del demandante al "Ahora bien: en el caso que ocupa la atención de la Corte la presunción per-
demandado como sucede en la presunción juris tantum, sino que equivale a tenece a la estirpe de las de derecho, pues el demandado no puede alegar ni
una culpa automática y constituye un medio más eficaz de protección a la intentar probar siquiera, que con el empleo de su diligencia y cuidado el daño
víctima del daño, por extremar la ley así la diligencia exigible al tenedor del no se habría evitado.
animal a quien no le permite alegar que observó suficientes precauciones en
su custodia para evitar el perjuicio ya que la sola producción de este revela "Está entonces eximida la parte demandante de la prueba de la culpa, pero no
que aquellas fueron inadecuadas. de la de los otros elementos de la responsabilidad que deben ser acreditados por
el actor por no quedar comprendidos en la presunción. Su ausencia puede alegarse
"Mientras esté en poder del tenedor el animal fiero, o abandonado a sus pro- por el demandado cuando aquél no los acreditó debidamente en el proceso.
pios impulsos o haya escapado a su cuidado, perdura la culpa de aquél por la
virtualidad o potencialidad en que está el animal causador del daño. "5. Es dable considerar finalmente, que la responsabilidad que sanciona el
artículo 2354 del Código Civil fluye también del especial peligro que consti-
"3. Pero la presunción tal como se configura en el canon que se analiza, se
tuye la tenencia del animal "fiero", no propiamente bravío en el sentido que
refiere únicamente al elemento subjetivo de la responsabilidad, esto es decir,
señala el artículo 687 del Código Civil, ya que como ser vivo, obra a impul-
la culpa de quien tiene la cosa. Los otros presupuestos necesarios para la
sos propios y esta en aptitud permanente de causar daño; por tanto, la respon-
integración de la responsabilidad como son el perjuicio y la relación de causalidad
sabilidad de quien lo tiene se puede enmarcar dentro del espíritu del artículo
y también el hecho que le sirve de antecedente a la presunción, escapan al
2356 del Código Civil según la interpretación jurisprudencia! que viene ha-
ámbito de esta por formar parte del onus probandi a cargo del demandante
ciendo de este texto a partir de los fallos de su Sala de Casación Civil de 30
quien debe evidenciarlos en el proceso so pena de verse expuesto a sucumbir
de noviembre de 1935; 14 de marzo y 31 de mayo de 1938 ("G. J.", t. XLVI)" 75 •
en la pretensión indemnizatoria.

"La prohibición de oír la alegación del tenedor del animal sobre la inevitabi- 1424.- COMENTARIOS
lidad del daño, se circunscribe a la mera culpa por incurrir en ella automáticamente.
Al demandado le es permitido por tanto, alegar la ausencia del daño o la El citado fallo amerita algunas observaciones.
causa extraña de este, lo cual supone como es obvio que la norma acusada
respeta y acata las garantías del debido proceso consagradas en el artículo 26 En primer lugar, la Corte acepta que a los daños causados por los animales
del Estatuto Fundamental que por esta razón, lejos de ser vulnerada por las fieros se les puede aplicar la responsabilidad por actividades peligrosas, tal como
expresiones del artículo 2354 que son materia de la presente impugnación nosotros lo hemos sostenido, lo que le permite a la víctima contraponerse al argu-
constitucional, adquieren su cabal operancia y efectividad dentro del respec- mento de que el animal causante del daño prestaba alguna utilidad al demandado.
tivo proceso, con la ya anotada restricción. Como la teoría de las actividades peligrosas no condiciona la presunción a nada
diferente de la peligrosidad, el artículo 2354 del Código Civil pierde prácticamen-
"4. La Corte no comparte la tesis del procurador para quien la presunción es te toda utilidad al ser absorbido de hecho por el artículo 2356, pues la víctima va
de rango meramente legal por no haberle dado la ley expresamente como lo a preferir plantear su demanda con base en el 2356 y no en el 2354.
exige el artículo 66 del Código Civil, el calificativo de presunción de derecho.

"Según esta disposición es de derecho cundo la ley expresamente "presume


75 C. S. de J., sala plena, 6 abril1989, expediente 1887, Jurisprudencia y Doctrina, t.
de derecho" una cosa o hecho; o, cuando sin emplear esos términos sacramentales
XVIII, núm. 211, Bogotá, Legis, julio 1989, pp. 465 y ss.
1416 JAVIER TAMAYO JARAMILLO

En segundo lugar, la Corte acepta nuestra tesis según la cual, el artículo 2354
del Código Civil se fundamenta en la culpa probada consistente en tener un ani-
mal fiero sin necesidad ni utilidad alguna.

Lamentablemente, el fallo de la Corte incurre de nuevo en la confusión entre


culpa probada y culpa presunta con presunción de derecho, como si se tratara de la
misma cosa. Ya hemos mostrado el absurdo de considerar que probada una con-
ducta negligente, se presume de derecho la culpa. Una de dos: o la culpa es proba-
da y entonces no cabe hablar de presunción de culpa, así sea presunción de dere-
cho, o la culpa es presunta y entonces la simple ocurrencia del daño genera la
presunción, sin necesidad de probar presupuestos fácticos adicionales. Es lo que
ocurre, por ejemplo, en la responsabilidad por el hecho ajeno del artículo 2347 del
Código Civil. Por ello nos parece acertada la Corte cuando afirma que el simple
hecho de tener un animal fiero que no reporta utilidad es demostrativo de culpa.
La misma ley está considerando (no presumiendo) como culposa dicha conducta.
La prueba de la condición prevista en la norma es la prueba de la culpa.

Afirmar, como lo hace la Corte, que la culpa consiste en tener un animal fiero
que no representa utilidad alguna y que, probado ese presupuesto, la culpa se Este libro se terminó de imprimir,
presume de derecho, es tanto como decir que quien es sorprendido violando las en septiembre de 2015, en la planta industrial de Legis S.A.,
normas de tránsito se presume culpable y que no podrá desvirtuar la culpa. Si así Av. Calle 26 No 82-70 Tel. 425 5255 A.A. 98888
Bogotá, D.C. - Colombia
fueran las cosas, la culpa nunca sería probada. Seamos claros: probada una con-
ducta que se considera culposa, la culpa está probada. Por estar probada no es
posible en lógica jurídica desvirtuarla. Luego según el artículo 2354 del Código
Civil, el demandado no podrá alegar que no cometió culpa no porque la norma
consagre una presunción de derecho, sino porque como la culpa ya fue probada es
un imposible lógico probar que la culpa no existió.

Finalmente, la Corte acepta que el demandado en responsabilidad por los


daños causados por un animal fiero puede exonerarse demostrando una causa ex-
traña, con lo cual explica el alcance que tiene la frase del artículo 2354 según la
cual el demandado no será oído si alegare que no pudo impedir el hecho. En el
fondo, esa ha sido la posición defendida anteriormente por nosotros. Pensamos,
sin embargo, y así lo expresamos en esta edición, que lo único que exonera al
demandado es la culpa exclusiva o parcial de la víctima, no así la fuerza mayor o
el hecho de tercero. Con todo, lo importante del fallo és que considera que cuando
la norma dice que el demandado no será oído, lo que está significando es que la
simple ausencia de culpa no exonera de responsabilidad. Pero ello no significa
que el demandado no tenga otros medios de defensa.

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