El BAIT es un indicador contable de la rentabilidad de una empresa
que se calcula como ingresos menos gastos, excluyendo de los gastos los impuestos e intereses que tiene que pagar la empresa. El BAIT también se conoce como resultado operativo o EBIT (por sus siglas en inglés, Earnings Before Interest and Taxes).
BAIT = Ingresos – Coste de los bienes vendidos – Gastos operativos
Es un ratio muy utilizado en análisis financiero porque es muy fácil de comparar entre empresas y al no incluir los impuestos ni los intereses evita las discrepancias que surgen entre las diferentes formas de capital y de tasas de impuestos que pagan las empresas. Se utiliza para realizar el análisis Dupont y calcular el ROE, entre otros ratios.
EL BAIT en la cuenta de resultados
El BAIT es igual al resultado neto de una empresa si le añadimos los impuestos y los intereses. Es el precursor del EBITDA, que incluye la depreciación de los activos de la empresa. El Beneficio antes de intereses e impuestos está situado justo debajo del EBITDAen la cuenta de resultados.
EBIT es el acrónimo inglés Earnings Before Interest and
Taxes (beneficio antes de intereses e impuestos). Constituye un indicador esencial dentro de los estados contables y financieros de una determinada compañía, y sirve para comparar los resultados empresariales entre compañías.
Se trata de un indicador del resultado de explotación de una
empresa sin tener en cuenta los ingresos y costes financieros, es decir los tipos de interés, ni la carga fiscal aplicada sobre la compañía, que en líneas generales depende del tipo impositivo del impuesto de sociedades.
La fórmula de cálculo es muy sencilla a través del EBITDA, puesto
que único cálculo que habría que realizar sería la suma de las amortizaciones y depreciaciones a este primer indicador.
Cabría pensar que ésta no es una magnitud relevante para las
empresas puesto que, al fin y al cabo, lo que realmente interesa a los inversores es conocer cuál es el beneficio que queda después de haber asumido todas las obligaciones tributarias y financieras y que constituye el reparto final de beneficios entre los accionistas o socios de la empresa.
Sin embargo, y puesto que la carga fiscal varía entre países y la
forma en que esté financiado el activo es diferente en función de la estrategia financiera de las empresas, el EBIT adquiere una importancia relevante, sobre todo a la hora de comparar el beneficio de empresas diferentes. Aunque el beneficio final de dos empresas sea el mismo, tendrá más mérito el director financiero de una empresa cuya actividad se lleve a cabo en España que una empresa que tenga su sede social en Belice, puesto que la carga fiscal es mucho menor en este segundo país. Del mismo modo, el EBIT será diferente en función de la cantidad de recursos propios y ajenos utilizados para su financiación.
De este modo, el EBIT se convierte en un buen indicador
para medir la capacidad de obtención beneficios de una empresa eliminando el efecto negativo tanto de los intereses de la deuda como de los impuestos, y permite realizar comparaciones entre empresas, independientemente del país en el que desarrollen su actividad principal ni el modo en el que se hayan financiado.