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¿Para qué sirve el análisis sintáctico?

Fecha 16 julio, 2018 Autor - Rubén Conde Rubio Categoría Sintaxis

El análisis sintáctico es la asignatura pendiente de muchos alumnos y, por qué no decirlo, de muchos
profesores. Despertar el interés por la sintaxis no redunda en explicar por qué un sintagma es un
complemento directo o indirecto, o por qué un predicado es nominal o verbal. Así entendido, el análisis
sintáctico no es más que una aplicación automatizada de ciertas reglas que, de no entenderlas, pueden
resultar tediosas e inútiles. Por el contrario, la sintaxis permite tanto hablar y escribir de forma
correcta como ordenar nuestros pensamientos.

Antes de nada, conviene recordar que la sintaxis es esa disciplina de la gramática a la que le corresponde
el análisis de la combinación y disposición de las palabras para expresar significados. Esta definición, que
puede parecer muy de diccionario, en realidad nos da la clave de cómo ha de entenderse la sintaxis: como
una herramienta que le otorga un significado a lo que estamos diciendo. Aunque, como ya expuso Noam
Chomsky, puede haber oraciones sintácticamente bien formadas que carezcan de sentido alguno, como
ocurre con la siguiente oración: colorless green ideas sleep furiously («las ideas verdes incoloras duermen
furiosamente»). Pero eso es harina de otro costal. Vayamos al grano:

¿Para qué sirve analizar oraciones?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que la sintaxis y el análisis sintáctico no son lo mismo. El
análisis de oraciones está basado en una teoría; no obstante, cuando hablamos, inconscientemente
aplicamos una serie de reglas sintácticas mediante las cuales expresamos aquello que queremos decir. En
eso consiste la sintaxis.

Pero la pregunta que encabeza este artículo se centra en el análisis sintáctico. Sujetos, predicados,
sintagmas, núcleos… todos esos conceptos abstractos parecen muy alejados de la realidad, de ahí que los
alumnos, en muchas ocasiones, piensen que el análisis sintáctico —y, por extensión, la sintaxis— no sirve
para mucho. De hecho, cuando estamos hablando, no pensamos constantemente en cuáles son los
diferentes sintagmas que componen nuestros enunciados.

¿Cómo entender el análisis sintáctico?

Realizar análisis sintácticos ayuda a mejorar las competencias lingüísticas y permite entender cómo
funciona una lengua. Más allá de esto, el análisis sintáctico permite desarrollar la capacidad de expresarse
de forma correcta. Es decir, la máxima de que los períodos sintácticos muy largos diluyen aquello que
queremos expresar. Por ejemplo:

(1). Giovanna Valls, que reprendió en público a su hermano Manuel Valls, ex primer ministro francés, su
apoyo a la respuesta del Gobierno en la aplicación del artículo 155, ha lucido el lazo amarillo
independentista en las redes sociales (El País, 21 de abril de 2018).

Un análisis sintáctico de esta oración nos conduciría a pensar que, en realidad, con la oración principal se
transmite perfectamente la idea: «Giovanna Valls ha lucido el lazo amarillo independentista en las redes
sociales».

Además, tener conocimientos de sintaxis sirve para evitar ambigüedades lingüísticas. La ambigüedad que
más cometemos comúnmente es la de tipo sintagmático; esto es lo que ocurre cuando se genera una
ambigüedad debido a que una palabra puede pertenecer a un sintagma u otro. Pongamos como ejemplo el
siguiente titular:

(2). ¿Por qué deberías tomar el café siempre solo? (El Español, 13/2/2017).
En este caso, a partir del término solo podemos interpretar que se trata de un adjetivo que puede acompañar
tanto a tú como a café. De este modo, la ambigüedad podría deshacerse reagrupando los sintagmas, es
decir, de la siguiente manera:

(2a). ¿Por qué siempre deberías tomar el café (tú) solo?

(2b). ¿Por qué deberías tomar el café solo siempre?

Como se puede ver, la identificación de solo como adjetivo (esto es, el análisis morfológico) permite saber
a qué otras palabras puede complementar en dicha oración. Por consiguiente, la sintaxis no puede
entenderse sin tener una buena base de morfología. Sin conocer las categorías gramaticales resulta
prácticamente imposible llevar a cabo un correcto análisis sintáctico.

¿Cuál es el método adecuado?

Uno de los métodos que puede resultar más propicios para aprender a analizar oraciones es el método
constructivo propuesto por el gramático Ignacio Bosque. Así pues, se propondría una forma distinta al
típico “análisis por cajas”, que consiste en asignarle etiquetas o funciones a diferentes oraciones. Este
método propone que el alumno busque diferentes opciones. Por ejemplo:

1. Ponga un ejemplo de una oración subordinada introducida por un infinitivo.


2. ¿Es posible formar una pasiva con el verbo llover? ¿Y con abolir?

Con esta manera se intenta que el alumno reflexione acerca del sistema gramatical, más allá de identificar
las funciones de los sintagmas en determinados períodos oracionales. Otra opción consiste en los
ejercicios identificativos, que consisten en ofrecer al alumno diferentes opciones a raíz de un determinado
ejemplo. De este modo se fomenta un razonamiento mediante el cual se obligue al alumno a descartar
diferentes opciones y a contrastar la elegida. El siguiente ejemplo está extraído de la obra Repaso de
sintaxis tradicional, de I. Bosque:

En la oración me gustó mucho el pastel…

a) No hay sujeto.- b) No hay objeto directo.- c) No hay objeto indirecto.- d) Dos de las opciones anteriores
son correctas.- e) Las opciones anteriores son incorrectas.

En definitiva, para entender cómo y para qué utilizamos el análisis sintáctico es preciso interiorizar que
se trata de un proceso lento y escalonado, que podríamos resumir en varios pasos:

1. Comienza con el conocimiento de las diferentes categorías gramaticales (sustantivo, adjetivo,


verbo, determinantes, pronombres, adverbios, preposiciones y conjunciones).
2. ¿Cuáles son los tipos de sintagma? En nuestra lengua hay cinco: nominal, adjetival, verbal,
preposicional y adverbial.
3. Identificar los núcleos de estos sintagmas. En función del método, hay quienes proponen
identificar el núcleo verbal antes que el resto de sintagmas de la oración. De este modo, habiendo
identificado el verbo, resulta más fácil saber cuál es el sujeto y cuál es el predicado.
4. Las diferentes funciones sintácticas: sujeto, predicado, complemento directo, indirecto,
predicativo, del nombre, etc.
5. ¿Tiene sentido la oración? Como hemos señalado al principio, la sintaxis sirve para expresar ideas
o conceptos con sentido. A partir de ahí, podrían formularse otra serie de preguntas: ¿se puede
modificar algún elemento para evitar la ambigüedad sintáctica? Si cambio de lugar algún
elemento, ¿sigue significando lo mismo?

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