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Epistemología

Anacronismo versus
diacronismo en la
historia de la ciencia
Guillermo Boido / Olimpia Lombardi

En una nota a pie de página de La estructura de las revoluciones Quienes repudian la historiografía whig proponen un ideal
científicas, Thomas Kuhn menciona la dificultad de enseñar diacrónico. Escapar a la trampa whig presupone comportarse
historia de la ciencia a quienes provienen de las ciencias como un viajero del tiempo que, en la medida de lo posible,
naturales: puesto que ellos “conocen las respuestas correc- renuncia a su memoria histórica. Han de estudiarse los acon-
tas”, es particularmente difícil hacerles analizar la ciencia tecimientos del pasado en términos del contexto de creencias,
del pasado en sus propios términos. En un célebre libro de teorías, métodos, etcétera, vigentes en la época considerada.
1951, Herbert Butterfield llamó whig a este enfoque anacró- Deberá descartarse no sólo el conocimiento adquirido con pos-
nico de la historia, inaugurando una polémica que aún no terioridad a la misma sino también aquel que no pudo ejercer
ha cesado. influencia alguna sobre el agente histórico. Desde esta pers-
pectiva anti-whig, importa más saber por qué Galileo pretendía
Quienes, en el siglo XIX, redactaron la historia de Inglaterra
la fama que saber por qué hoy es famoso.
desde la perspectiva whig, concibieron la “conquista de la li-
bertad” como un proceso acumulativo que se remonta a la Car- Para el historiador whig, la ciencia tiene una existencia, al me-
ta Magna de 1215 y adquiere su mayor significación en el siglo nos en forma latente, en toda época histórica, y en relación con
XVII, cuando los adherentes al partido whig eran considerados ella pueden estimarse logros y fracasos. Pero esta valoración
amantes de la libertad, y sus adversarios, los tories, enemigos carece de sentido para la historiografía diacrónica, que prohí-
de ella. La mayoría de las “historias patrias” adoptan este es- be escribir la historia “hacia atrás”. Esta podrá evaluar logros
quema simplista y lo consagran como mito. y fracasos sólo en relación con el contexto de la época en que
acontecieron tales episodios.
Según Butterfield, quien se apropió de ese término de la
historia tradicional inglesa, la historiografía whig (lineal, El enfoque anti-whig ha dado lugar a numerosos estudios
anacrónica) es “la escritura ahistórica de la historia”: se im- de una gran riqueza histórica. Estos trabajos han dotado a
ponen al pasado los patrones del presente. Así, en el mar- la historia de la ciencia de una razonable dosis de objetivi-
co de una historia de la ciencia de carácter whig, se evalúa dad y han evitado el riesgo de convertir a la historia en un
la ciencia pretérita con referencia a la actual. Este criterio, simulacro. Sin embargo, también debe reconocerse que un
fuertemente afín a una concepción de progreso científico enfoque diacrónico estricto es utópico. Nadie escapa a su
acumulativo, característica del positivismo, expulsará de la tiempo, ni a los “anteojos del presente” que le permiten ac-
historia de la ciencia a las teorías que resultaron “erróneas” ceder a una mirada histórica. Cabría preguntarse, además,
a la luz de la ciencia posterior, salvo que se las analice para hasta qué punto el diacronismo estricto, de ser posible, es
señalar lo retrógrado de quienes las sostuvieron o el mérito deseable, ya que implica el riesgo de anticuarismo y de que
de quienes las rechazaron. Desechará, además, los factores el conocimiento histórico se vuelva inaccesible salvo para
que hoy consideramos no científicos o irracionales. Dado que unos pocos especialistas.
aun científicos de gran talla, consagrados por la historiogra-
En la actualidad, con la profesionalización de la historia de la
fía whig, cayeron en tales “errores”, se los ignorará atribu-
ciencia, se aspira a brindar diferentes perspectivas acerca del
yéndolos a momentáneos deslices del genio. La teoría de las
pasado: afirmar la necesidad de adoptar a priori un enfoque
mareas de Galileo o los intereses alquímicos y teológicos de
único y excluyente para todos los casos se considera mani-
Newton serían ejemplos de tales deslices.
festación de un cierto dogmatismo. Para el historiador actual
Las historias whig transmitidas a través de textos y enseñan- las visiones whig y anti-whig no son excluyentes, y el conflicto
zas profesionales legitiman la actividad científica por invo- desaparece una vez determinada la naturaleza del problema
cación al prestigio de figuras e instituciones patriarcales. El histórico en estudio. Como sostiene el especialista danés Hel-
carácter mítico, ejemplar, de estas historias se transfiere a la ge Kragh, el historiador de la ciencia ha de tener una bifronte
educación general y a la divulgación de la ciencia, y forma par- cabeza de Jano capaz de respetar las ventajas y reconocer las
te esencial de la identidad de cada comunidad científica. limitaciones de ambos enfoques.

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