Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
Christie Golden
Cuando Azeroth era joven, los nobles titanes encomendaron a los cinco grandes vuelos
de dragón que protegieran aquel mundo en ciernes. Cada uno de los líderes de los
vuelos recibió una parte de los vastos poderes cósmicos de los titanes. Todos estos
majestuosos Aspectos de Dragón asumieron la responsabilidad de detener a cualquier
fuerza que amenazara la seguridad del mundo de...
Hace más de diez mil años, el Aspecto Dragón Negro, el demente Alamuerte, traicionó
a los vuelos de dragón, menguando así sus fuerzas y quebrantando su unidad. Su ataque
más reciente a Azeroth (el llamado Cataclismo) ha dejado el mundo sumido en el caos.
Entretanto, en La Vorágine, el corazón de la inestabilidad que asola Azeroth, Thrall, el
exjefe de guerra de la Horda, y otros consumados chamanes se esfuerzan por impedir
que el mundo se haga añicos ante el ataque de Alamuerte. Sin embargo, Thrall debe
afrontar otra batalla relacionada con su nueva vida como chamán del Anillo de la
Tierra, lo cual le impide valerse de sus habilidades sin parangón.
2
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
CHRISTIE GOLDEN
EDITADO POR HUSSERL MARVIN
3
Christie Golden
AGRADECIMIENTO
El más sincero agradecimiento a Leandro por todo el esfuerzo,
dedicación y tiempo que nos brinda a todos los fans de Blizzard, es
gracias a su ayuda que podemos hacerles llegar estas maravillosas
obras.
Que lo disfruten.
4
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Jeffrey Elliott
Greg Gerritsen
Kim Harris
Peggy Jeens
Anne Ledyard
Mary Martin
Anastacia Nutt
Katharine Roske
Richard Suddath
David Tresemer
Lila Sophia Tresemer
Monty Wilburn
5
Christie Golden
6
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
7
Christie Golden
8
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
9
Christie Golden
10
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
11
Christie Golden
12
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
PRÓLOGO
Si bien sabía que era el mayor reto al que jamás se iban a enfrentar
los vuelos de dragón, ignoraba a quién se iban a enfrentar. La hora
podría llegar muy pronto... o dentro de eones. ¿Acaso todo esto
tenía algo que ver con el regreso de Alamuerte? Seguro que sí... ¿o
no? El mundo se desmoronaba tras el Cataclismo, que era una de
las peores cosas que le habían pasado jamás a Azeroth.
14
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
15
Christie Golden
16
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
contactar con los elementos, interactuar con ellos y unirse con otros
que hacían lo mismo.
Podía sentir cómo el resto intentaba contactar con él; sus esencias
eran un oasis de calma en el caos. Entonces, redobló sus esfuerzos
por sumergirse en su fuero interno todavía más. Haciendo gala de
una gran fuerza de voluntad, Thrall controló totalmente su
respiración; evitó respirar en rápidos y superficiales jadeos, que
únicamente provocarían que la preocupación y la aprensión se
adueñaran de él, y se obligó a respirar el húmedo y salado aire
marino en largas y profundas inhalaciones y exhalaciones.
Inspira por la nariz... espira por la boca... extiende tu ser desde las
plantas de los pies hacia el interior de la tierra, entra en contacto
con ella a través de tu corazón. Agarra fuerte a Aggra, pero no te
aferres a ella desesperadamente. Cierra los ojos, abre tu interior, tu
espíritu. Halla el centro de tu alma y, en ese centro, encuentra la
paz. Coge la paz que halles ahí y únela a la de los demás.
Los refugios eran poco más que unas chozas improvisadas, situadas
tierra adentro, lo más lejos posible del mar, que estaban protegidas
por hechizos de vigilancia. Cada individuo o pareja sentimental
tenía su propia choza. Estas estaban dispuestas en círculo a lo largo
de una zona ritual más amplia y abierta. Los hechizos protegían a
los chamanes de las manifestaciones menores de elementos
furiosos como los relámpagos, aunque la tierra podría abrirse en
cualquier momento bajo sus pies. No obstante, ésa era una amenaza
que se cernía sobre ellos en todo momento, daba igual en qué lugar
se hallaran.
19
Christie Golden
—Vamos, amigo mío —le dijo en voz baja, a la vez que observaba
al orco con suma bondad.
Gran parte del resto no mostraron una actitud tan gentil con él; de
hecho, Thrall pudo sentir cómo una serie de miradas iracundas se
posaban sobre él mientras se aproximaba a Nobundo. Los demás
chamanes se unieron a esta reunión formal en total silencio.
Sabía que él había sido el eslabón más débil de la cadena, que había
fallado a la hora de alcanzar el estado de concentración definitiva
en el momento en que más desesperadamente lo necesitaban. Aún
era incapaz de sumergirse en su fuero interno para alcanzar el
Espíritu de la Vida que moraba ahí, lo cual era precisamente lo que
le exigían. No sabía si alguna vez iba a ser capaz de lograrlo. Y,
como era incapaz de alcanzar esa meta, sus esfuerzos conjuntos
habían fracasado.
Hacía unos meses, había tenido que tomar una decisión muy difícil:
había decidido dejar de ser el jefe de guerra de la Horda para venir
a aquel lugar, a la Vorágine, para seguir el sendero del chamán y
renunciar al de líder. En un principio, pensó que sería algo
24
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
La orca se rió entre dientes y habló con un tono de voz cálido, tan
cálido como la mano que apoyó sobre el hombro de su amado,
quien sintió ganas de quitársela de encima presa de la furia, pero se
contuvo, aunque tampoco mejoró su mal humor. Permaneció
callado en silencio, inmóvil. Ella le apretó ligeramente el hombro,
luego lo soltó y lo rodeó con el fin de mirarlo cara a cara.
—Prosigue —dijo.
—Te estás desmoronando... no a nivel físico, pues aún sigues
siendo fuerte y poderoso, sino a nivel espiritual. Es como si una
parte de ti se la llevara el viento a cada ráfaga o la arrastrara la
lluvia a cada gota. Ese dolor que sientes te destruirá si se lo
27
Christie Golden
—Tú no estabas ahí —le espetó Thrall, con un tono de voz áspero
y teñido del dolor del recuerdo—. No lo entiendes. Tuve que...
—¡Puaj! —exclamó Aggra, haciendo un gesto con la mano como
si intentara espantar unas moscas que la incordiaban, aunque en
realidad lo que intentaba espantar eran sus excusas—. Me da igual
cuáles fueran las palabras exactas de esa conversación. Quizá
tenías razón pero, en este momento, me da igual que la tuvieras o
no. La cuestión es que no escuchas. Lo dejaste al margen; fue como
si ataras bien fuerte las pieles de la entrada de una tienda para
resguardarte de una tormenta y lo abandonaras ahí bajo la lluvia.
Quizá nunca lo hubieras convencido, pero ¿acaso puedes afirmar
que lo escuchaste?
Thrall no respondió.
29
Christie Golden
Aggra resopló.
—Es una hembra humana. ¿Qué sabrá ella sobre cómo hay que
criticar a un orco? Jaina Valiente no es una amenaza ni un desafío
para ti — dijo, frunciendo el ceño meditabunda—. Como tampoco
lo era Taretha.
—Pues claro que no me desafiaba. ¡Era mi amiga!
30
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—Tal vez ése sea el problema, Go’el, tal vez eso sea lo que inquieta
a los demás de ti. Las mujeres más importantes de tu vida han sido
todas humanas.
31
Christie Golden
La orca ni se inmutó.
Thrall no respondió.
33
Christie Golden
—Amada mía, tienes un don para ver siempre el vaso medio lleno.
35
Christie Golden
Esta reunión del Acuerdo del Reposo del Dragón, a la que iba a
acudir Alexstrasza y que se iba a celebrar en el Templo del Reposo
del Dragón, sería la primera desde la caída del Aspecto de Dragón
azul. Desde el final del conflicto, el Acuerdo se había convertido
en algo aún más valioso para los vuelos... valioso y endeble.
36
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
37
Christie Golden
38
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
embargo, hoy creo que será mejor que nos centremos en tender
puentes entre los diversos vuelos y restañar las heridas.
El vuelo negro, que en su día había sido muy sólido, estable y leal,
como la tierra que tenía que proteger y de la que debía formar parte,
había seguido a su demente patriarca, Alamuerte, permitiendo así
que el mal anidara en los corazones de sus miembros. Los dragones
negros ya no se molestaban siquiera en fingir cierto interés por los
demás vuelos; ni siquiera la taimada y sonriente Nalice permanecía
en el templo. Alexstrasza dudaba de que pudiera volver a ver algún
día una reunión de dragones en la que estuvieran presentes el vuelo
rojo, azul, verde, bronce y negro. Aquel pensamiento la entristeció;
no obstante, ese dolor no era nuevo; estaba acostumbrada a
soportarlo y no dejó que frustrara las esperanzas que tenía
depositadas en la reunión.
40
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
43
Christie Golden
44
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Aquella dragona verde, que poseía una voz suave y melodiosa, dio
un par de pasos al frente tímidamente. Los demás dragones se
apartaron unos cuantos pasos para dejarle sitio para pasar. No se
movía con el paso decidido y firme propio de su raza, sino con un
paso un tanto danzarín. Sus ojos de tonalidades arco iris, que habían
permanecido eones cerrados, ahora estaban abiertos de par en par;
además, no paraba de mover la cabeza de un lado a otro como si
estuviera esperando a ver algo nuevo a cada instante.
45
Christie Golden
Aquella verdad era una herida que Arygos aún tenía abierta y muy
pocos eran lo bastante audaces como para recordárselo. La nidada
de huevos de la que habían nacido Arygos y Kirygosa había
quedado abandonada por culpa de la locura de Malygos. Fue
Korialstrasz quien descubrió su nidada abandonada así como
muchas otras y se las había llevado a Nozdormu para que las
cuidara. Más tarde, aquellos huevos habían sido entregados al
vuelo de dragón rojo. Aquél era un ejemplo perfecto de
cooperación entre tres vuelos distintos en defensa de una buena
causa: el cuidado de unos huevos que aún no habían eclosionado,
de unas crías indefensas, sin importar que fueran rojos, azules,
verdes o bronces cuando rompieran el cascarón.
Eran dragones.
49
Christie Golden
51
Christie Golden
—Por mucho que afirmes ser la gran Protectora, actúas como una
niña tonta. Será todo un placer ver cómo te desmoronas a pedazos
ante lo que está por venir.
52
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
¿Por qué?
53
Christie Golden
54
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
55
Christie Golden
56
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
*******
Ya no estaban ahí.
57
Christie Golden
¿Korialstrasz?
Silencio.
¿Amor?
58
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Nada.
—Vuelvo en un momento.
—¿Ha sobrevivido?
—No, no, es... al parecer, se suicidó.
61
Christie Golden
Había sido él quien había sugerido que era mejor que se quedara en
el sagrario.
Echó la cabeza hacia atrás y chilló de dolor; aquel fuerte grito rasgó
el aire y estremeció el suelo congelado. Dio un salto y batió las alas
al compás de su corazón desbocado, con los ojos clavados en el
hermoso Orbe de la Unidad.
63
Christie Golden
*******
El Acuerdo del Reposo del Dragón había saltado por los aires, al
igual que lo había hecho el símbolo que lo representaba, de tal
modo que el templo había perdido todo su sentido.
Ysera negó con la cabeza con gran pesar. Le resultaba muy absurdo
que una energía vital tan vigorosa hubiese sido la causa de tanta
muerte. Se agachó para acariciar una larga hoja verde y, acto
seguido, prosiguió deambulando sin rumbo.
Si bien sabía que era el mayor reto al que jamás se iban a enfrentar
los vuelos de dragón, ignoraba a quién se iban a enfrentar. La hora
podría llegar muy pronto... o dentro de eones. ¿Acaso todo esto
tenía algo que ver con el regreso de Alamuerte? Seguro que sí... ¿o
no? El mundo se desmoronaba tras el Cataclismo, que era una de
las peores cosas que le habían pasado jamás a Azeroth.
67
Christie Golden
El orco parpadeó.
69
Christie Golden
70
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Thrall inspiró aire con fuerza. Lo que le estaba pidiendo era una
tarea de muy poca importancia. Un chamán novato habría podido
manejar perfectamente esa situación. No sabía por qué aquella
mujer había venido a buscarlo para realizar una tarea tan simple,
pero tampoco le importaba.
enorme dragona que lo miraba desde gran altura y que batía las alas
sin cesar mientras descendía hacia el suelo.
72
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
El orco se ruborizó.
—No es cierto. Ahora no. Eres incapaz de hacer lo que tienes que
hacer para poder sernos de ayuda. Ya lo viste ayer... todos lo vimos.
74
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Thrall recordó aquel ritual que había tenido lugar en Garadar, que
parecía ya muy lejano en el tiempo. Se acordó de la sencilla túnica
que había tenido que vestir y de que se le insistió mucho en la idea
de que un chamán siempre debe mantener el equilibrio entre el
orgullo y la humildad.
—Iré —dijo.
*******
76
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
*******
Kirygosa miró hacia otro lado. Sin duda alguna, aquel destino era
algo más misericordioso que abandonar ahí al alce para morir;
además, los lobos necesitaban comer. Ellos, al menos, eran
criaturas inocentes sin capacidad de raciocinio. Al contrario que
sus amos.
*******
Era Alamuerte.
82
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
83
Christie Golden
—Y tú que creías que iba a ser muy fácil —dijo alguien que poseía
una nítida voz femenina—. Tú y tus grandes y complejos planes.
Ahora se te agota el tiempo del que dispones para destrozar al tal
Thrall. Las corrientes cambian de curso, Padre Crepuscular, y tu
barba ya es de color gris. Te engañas a ti mismo. No vivirás mucho
tiempo estando a su servicio. No vencerás.
El que tenían ante ellos era sin duda un dragón adulto. Pero no se
movía.
—Creía que rara vez llegaban a la madurez. Aun así... está muerto.
¿Por qué debería temer a un cadáver?
—Oh, Chromatus está muerto, de eso no hay duda —contestó el
Padre Crepuscular con displicencia—. Técnicamente es así. Por el
momento. Pero vivirá. Fue el último experimento de Nefarian.
Tuvo muchos fracasos, como seguro que ya sabes. Pero así es como
se aprende, ¿verdad? Mediante el método de prueba y error.
85
Christie Golden
—Te sorprenderá saber que, al igual que la creación que tienes ante
ti pronto disfrutará de la vida, su creador ya disfruta de ella. Sí...
Nefarian ha regresado... en cierto modo. Es un no-muerto, pero no
cabe duda que se encuentra muy activo. Para Chromatus, no
obstante... tengo otros planes.
—Así que esta... cosa... ¿es la razón por la que has hecho todo esto?
—en ese instante, se le quebró la voz—. ¿Pretendes dar vida a un
monstruo que no debería tener siquiera derecho a existir?
—¡Por favor, Kirygosa! —le reprendió jocosamente el Padre
Crepuscular—. Deberías mostrar algo más de respeto. Podrías
desempeñar un papel muy importante en la consecución de mi
objetivo.
86
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
87
Christie Golden
88
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
para poder tener una perspectiva mejor. Tal y como le había dicho
Ysera, el Reposo del Soñador era un lugar muy pequeño. Daba la
impresión de que estaba desierto; quizá todos sus habitantes se
habían ido a apagar el fuego.
¡Por los ancestros! ¡El incendio se estaba acercando cada vez más!
Pudo atisbar varios árboles situados en el extremo más lejano del
campamento, más allá de unos cuantos pabellones de viaje de color
púrpura oscuro que habían sido levantados en aquel
emplazamiento. Una vez más, tal y como la Despierta le había
asegurado, divisó una pequeña hilera de árboles; a Thrall le dio la
sensación de que, efectivamente, se trataba de una vieja arboleda.
—En efecto, son tótems —dijo alguien con voz masculina. Y lleva
abalorios de oración consigo. Date la vuelta, orco.
92
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Thrall siguió a Telaron, quien lo guió por las inclinadas colinas que
se hallaban más cerca de aquel fuego abrasador. Por fortuna, los
árboles próximos al campamento todavía no se habían incendiado
y B Thrall pudo ver que los habían rociado deliberadamente con
agua. Todos los pequeños matorrales habían sido arrancados;
únicamente quedaba ya la vieja arboleda.
Espíritus del fuego, ¿qué les aflige? Déjenme ayudarlos. Dejen que
los aleje de este lugar donde lastiman cosas muy antiguas, únicas
e irremplazables. Dejen que los lleve a un lugar donde podrán
proporcionar consuelo y cariño a seres vivos que aún respiran.
Hago lo que hay que hacer. El fuego purga, como bien sabes. El
juego quema lo impuro para que pueda regresar a la tierra y el
ciclo vuelva a empezar. ¡Es mi deber, chamán!
94
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Pero entonces...
97
Christie Golden
Desharin sonrió.
98
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
99
Christie Golden
Desharin asintió.
100
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
101
Christie Golden
102
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
103
Christie Golden
—Lo haré, amigo Thrall, aunque debes recordar que, hasta hace
muy poco, he estado en el Sueño Esmeralda y, prácticamente,
acabo de despertar. No obstante, compartiré contigo lo que sé. Hay
algo indudable: los Aspectos rara vez intervienen en los asuntos de
las razas de vidas fugaces. Mis congéneres, por otro lado... muchos
se sienten intrigados por las que algunos han dado en llamar
arrogantemente «razas inferiores». A veces, nos gusta adoptar sus
formas.
—Como la de un kaldorei.
—Exacto —replicó Desharin—, aunque puedo asumir cualquiera
que desee. Aunque cada uno de nosotros tiene una forma preferida
cada vuelo suele tener cierta tendencia a adoptar ciertas formas con
más asiduidad que otras. Por ejemplo, los dragones verdes
tendemos a asumir la forma de los kaldoreis, porque mantenemos
una excelente relación con el gran druida Malfurion Tempestira,
con quien durante mucho tiempo compartimos el Sueño.
—He observado que los dragones rojos tienen cierta debilidad por
los sin’doreis y los azules suelen preferir la forma humana.
Respecto a los dragones bronces, si bien necesitan adoptar una
amplia diversidad de formas por razón de sus obligaciones, parecen
disfrutar mucho cuando adoptan la forma de... un gnomo.
—Esta zona hace las veces de patio de las Cavernas del Tiempo —
aseveró Desharin de manera solemne—. Voy a aterrizar. Después
seguiremos avanzando a pie. Querrán saber por qué hemos venido.
—Seguro que sí —replicó Thrall.
108
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—Así que estás aquí por orden de Lady Ysera —dijo, con un tono
de voz un poco menos intimidante—. Soy Chronalis, uno de los
porteros de las Cavernas del Tiempo. Explícame por qué has
venido y quizá, por ventura, te deje pasar.
—Me llamo Desharin y he venido aquí para ayudar a este orco. Él
es Thrall, ex jefe de guerra de la Horda, y ahora miembro del Anillo
de la Tierra. Ysera la Despierta cree que necesita dar con
Nozdormu para hablar con él.
109
Christie Golden
—No sé cómo voy a ser capaz de dar con Nozdormu cuando otros
más capaces que yo han fracasado —afirmó Thrall con suma
franqueza—. Pero, como he dado mi palabra, haré todo lo posible
para encontrarlo.
—¿Qué?
—Si nunca hubieras escapado de Dumholde, el mundo no sería
como es hoy. Nunca habrías reconstruido la Horda, no habrías
liberado a tu pueblo de los campos de reclusión. Tampoco habrías
podido ser una pieza clave en la derrota de la Legión Ardiente
cuando esos demonios aparecieron en este mundo. Azeroth podría
haber sido destruida.
111
Christie Golden
112
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—Esto es tan...
El orco se quedó sin palabras; era incapaz de dar con las adecuabas,
así que se limitó a negar con la cabeza, sorprendido.
113
Christie Golden
—Creo que quizá deberías damos algo de tiempo para que nos
centremos antes de empezar nuestro viaje —replicó el dragón
verde—. La claridad de ideas se suele hallar a menudo en el
silencio y la calma; además, Thrall está abrumado por todo lo que
acaba de contemplar, como es comprensible.
—Como deseen. Pueden vagar por donde quieran pero, por favor...
presten atención y no se adentren en los senderos del tiempo si no
quieren sufrir un funesto destino. Bajo ninguna circunstancia,
deberían entrar en ellos sin haber hablado antes con uno de
nosotros. Supongo que, a estas alturas, ya entienden por qué.
Thrall asintió.
—Sí, así es. Gracias por dejarme entrar, Chronalis. Haré todo
cuanto esté en mi mano para ayudarte.
—No albergo ninguna duda de que así será —replicó el dragón
bronce, que dio un salto y, de repente, pareció difuminarse. Al
instante, se desvaneció.
—Pero ¿qué...?
114
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
115
Christie Golden
Desharin asintió.
El orco estaba muy tenso, no sólo por lo que había visto o por la
información que se le había revelado recientemente ni por los
recuerdos que esos árboles habían despertado en él con su aroma,
sino porque la última vez que había intentado sumirse en un estado
de meditación junto a otros, todo había acabado siendo un completo
desastre. El dragón se percató de lo que ocurría.
Todo sucedió tan rápido que para cuando escuchó el susurro de una
espada cortando el aire y abrió los ojos sumamente alerta, Desharin
ya no tenía la cabeza pegada a los hombros.
118
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Una sima se abrió bajos los pies del humano de la negra armadura,
quien se tambaleó y cayó con una rodilla a tierra; sus elegantes y
poderosos movimientos dieron paso a la torpeza y la desesperación
mientras luchaba por liberar su pie de aquel agujero. Thrall bramó,
alzó el Martillo Maldito y se dispuso a destrozar a su adversario...
119
Christie Golden
Antes de que Thrall pudiera decir algo (de que pudiera tomar aire
en sus constreñidos pulmones para poder hablar), el dragón bronce
descendió casi hasta el suelo y lanzó al desventurado orco hacia el
portal.
120
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Mientras corría, la arena que había bajo sus pies, que hasta entonces
había ralentizado traicioneramente su avance, se transformó
abruptamente en tierra sólida y hierba. Por encima de él, en vez del
extraño paisaje celeste de las Cavernas del Tiempo, pudo ver las
copas de los pinos, un cielo negro y unas estrellas parpadeantes.
Thrall aminoró el paso y, al final, se detuvo e intentó orientarse. El
orco supo dónde estaba gracias al familiar aroma a pino y tierra,
que resultaba más intenso al ser arrastrado por aquella atmósfera
neblinosa y un tanto gélida. Un arroyo discurría a sólo unos metros
de él y alcanzó a atisbar la copetuda cola blanca de un zorro. A
pesar de que Thrall nunca había estado en ese lugar en concreto, sí
conocía esa zona. Había crecido ahí.
Acababa de hacer algo que muy pocos habían hecho, algo que hasta
hacía muy poco no creía que fuera posible.
Thrall asintió.
—Gracias, Grukar.
124
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
O, más bien, se trataba de una sola voz. Si bien Thrall no fue capaz
de captar todas las palabras, no cabía duda de que alguien estaba
hablando sobre Gul’dan. Thrall entornó los ojos, suspicazmente,
mientras escuchaba atentamente. Según contaba aquella voz que
procedía de la tienda, Gul’dan había traicionado a los orcos. Se
había aliado con los demonios para incrementar así su propio poder
y había formado el Consejo de la Sombra para minar la autoridad
de los clanes. Y lo peor de todo era que había persuadido a los orcos
de mayor rango de Draenor para que bebieran sangre demoníaca.
125
Christie Golden
Entonces, Thrall escuchó una voz que nunca creyó que fuera a
volver a oír jamás. Aunque sonaba un poco más joven y algo más
aguda de lo que Thrall recordaba, la reconoció enseguida y se le
hizo un nudo en la garganta.
Pero eso no era lo que había ocurrido. Lo que sucedió fue que...
126
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Era él... y esos orcos que tenía ahora delante eran sus padres.
... Madre...
Thrall intentó dar una respuesta, pero no daba con las palabras
adecuadas. De improviso, Grukar le lanzó una mirada plagada de
extrañeza.
127
Christie Golden
129
Christie Golden
No podía alterar los senderos del tiempo. ¿Y si esa vil criatura debía
sobrevivir por alguna razón que ni siquiera podía imaginar?
Thrall profirió un gruñido y escupió al orco en la cara. Acto
seguido, dejó de pisarlo. Entonces, pasó por encima la enorme
espada que el otro asesino había blandido:
132
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
¡Seguía vivo!
—Ya no tienes brazos con los que abrazarlo —le dijo Thrall, con
un nudo en la garganta, a la vez que las lágrimas anegaban sus ojos
133
Christie Golden
134
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Una cosa era escuchar el relato de cómo sus padres habían muerto
intentando protegerlo y otra muy distinta ser testigo directo de ese
sacrificio. Aquel bebé había sido querido y amado profundamente
de manera incondicional, sin haber tenido que hacer nada para
ganarse ese amor. Ese niño aún no había logrado nada en la vida.
No había salvado la vida a nadie, no había librado ninguna batalla,
no había derrotado a ningún demonio. Había sido amado
simplemente por ser quien era, por ser su hijo, a pesar de las
135
Christie Golden
Thrall lo habría dado todo por haber podido salvar a sus padres, pin
embargo, los senderos del tiempo eran inmisericordes. Lo que
había ocurrido no podía cambiarse ya que, si se alterase el discurrir
normal de los acontecimientos, los agentes del vuelo de dragón
bronce intervendrían para devolver las cosas a su cauce, para hacer
lo correcto.
«Lo correcto». Dejar que gente buena, que gente inocente muriera
era «lo correcto». Era cruel. Era devastador emocionalmente. Pero
lo entendía.
Thrall intentó ver de dónde provenía ese reflejo. Pero ahí no había
nada... salvo los árboles, la tierra y el cielo. Ahí no había ningún
colosal dragón, como cabía esperar. Entonces, se puso en pie, con
el bebé aún en brazos, y volvió a observar el agua.
—¿Nozdormu?
136
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Una vez más, el orco intuyó que conocía a ese individuo, pues le
resultaba extrañamente familiar. Esa armadura... esa voz...
Thrall gruñó.
—Así que debes irte. Pero, al mismo tiempo, tienes que protegerá
tu yo niño, porque mi misión consiste en matarte... es mucho más
fácil partir a un bebé en dos que a un orco hecho y derecho.
Aunque, si se me permite la inmodestia, lo cierto es que he matado
a muchos poderosos orcos. Así que dime: qué vas a hacer, ¿eh?
¿Qué vas a hacer...?
—No se va a ir a ninguna parte —se quejó Lodonegro, quien se te-
liaba ahora más cerca, aunque a unos cuantos pasos todavía del
claro.
139
Christie Golden
*******
Habían pasado varios días desde la debacle del Templo del Reposo
del Dragón. Kalec había creído (quizá de manera estúpida, pero de
modo sincero) que, tras la trágica pero necesaria muerte de
Malygos, se abriría un proceso de reflexión que llevaría a que la
paz y la unidad volviera a reinar entre los vuelos de dragón. Había
depositado muchas esperanzas en esa reunión, donde no sólo sus
esperanzas habían quedado hechas añicos.
«No hay nada que indique que eso sea verdad», había replicado
Kalecgos. «No todos los Aspectos eran familia cuando fueron
creados». No le gustaba la actitud de Arygos y sabía que el hijo de
Malygos se sentía amenazado por alguien al que consideraba un
«advenedizo». Si había una fractura entre los vuelos de dragón,
también la había en el seno del vuelo azul. La sombra de Malygos
todavía planeaba sobre él. Había algunos, como Arygos, que
preferirían seguir los pasos que había seguido en su día su difunto
Aspecto y alejarse del mundo tanto como fuera posible y había
otros que pensaban como Kalec: que formar parte activa del
144
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
*******
145
Christie Golden
Una serie de burbujas escaparon del yelmo del humano, que soltó
la túnica de Thrall e intentó aferrarse al orco con la otra mano. Pero,
entonces, el orco le propinó una fuerte patada y se alejó de su
alcance nadando.
En ese instante, se dio cuenta de que aquel arroyo era mucho más
profundo de lo que parecía. Mucho más profundo de lo que debería
ser. Súbitamente, con el rabillo del ojo, captó un destello y volvió
la cabeza.
Eran los navíos que él, Grom Grito Infernal y los demás orcos les
habían robado a los humanos para poder seguir el consejo de un
peculiar profeta; un profeta que los había exhortado a abandonar
los Reinos del Este e ir a Kalimdor.
146
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—¡Jefe de Guerra!
149
Christie Golden
150
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Ésas eran las mismas palabras que había dicho al final de su primer
encuentro con Medivh. Sobresaltado, se dio cuenta de que esas
palabras eran tan ciertas en esta ocasión como lo habían sido
entonces. Los espíritus le estaban diciendo realmente que debería
confiar en el mago. A continuación, cerró los ojos y los abrió en su
fuero interno, donde vio los elementos de la tierra, el aire, el fuego,
el agua y la vida, que siempre se hallaban en su corazón.
151
Christie Golden
153
Christie Golden
Esa cosa metálica que alguien apretaba contra su cuello resultó ser
el cañón de un trabuco. Pensó en hacer un movimiento rápido con
el fin de girarse y desarmar a su oponente, pero concluyó que era
prácticamente imposible que pudiera hacerlo sin recibir antes un
tiro.
—Taretha —susurró.
155
Christie Golden
—Sé que esto te va a sonar muy extraño pero, por favor, te exhorto
a que me creas —le pidió el orco, intentando mantener la calma (y
la cordura) en la medida de lo posible.
156
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Ante esa respuesta, Thrall reflexionó con suma celeridad. Así que
sí había existido en este sendero del tiempo... pero había muerto
siendo un niño. Todo aquello resultaba muy difícil de asimilar. Así
que volvió a intentarlo.
Sin duda alguna, en ese sendero del tiempo era una mujer muy cruel
y amargada. No obstante, Thrall siguió insistiendo.
—¡Eso es imposible!
—Pero... ¿y si pudiera demostrártelo?
La mujer resopló.
—Si crees que voy a acercarme a ver de qué color tienes los ojos
en plena noche, lo llevas claro —le espetó—. Buen intento —
entonces, ladeó la cabeza hacía la izquierda—. Vamos, andando,
piel verde.
—¡Espera! Hay una cosa más... que te demostrará que estoy
diciendo la verdad.
—Ya he oído bastante.
—Mira dentro de la mochila —insistió—. Mira, por favor. Hay una
bolsita en su interior. Dentro de esa bolsita... creo que encontrarás
algo que te resultará familiar.
159
Christie Golden
—Le hice una marca cuando era joven —afirmó—. Sí... aquí...
En ese instante, la mujer alzó la vista y Thrall pudo ver por primera
vez a la Taretha que él recordaba devolviéndole la mirada. Poco a
poco, se fue acercando a ella y, acto seguido, se arrodilló a su lado.
*******
162
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Sí, aunque nadie admite que tenga ningún derecho sobre el trono
de Lordaeron, por supuesto. No obstante, tampoco nadie se atreve
a hacerle caer de ahí.
163
Christie Golden
Taretha asintió.
164
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—Resulta extraño, pero... creo que las cosas deberían ser como tú
dices —entonces, titubeó—. Me he fijado en que no has hecho
ninguna mención a cuál ha sido mi destino en ese otro sendero
temporal.
165
Christie Golden
Cerró los ojos por un momento. Primero, había sido testigo del
cruel asesinato de sus padres y ahora, esto.
166
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
168
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Era una reflexión muy importante, pero no entendía por qué había
elegido ese momento para repetirla.
—¿El qué?
Taretha palideció.
169
Christie Golden
170
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
10
Nuestro templo...
—Alamuerte —susurró.
*******
La cuestión era... ¿cómo iba a poder cambiar ese sendero por el que
debía discurrir el tiempo?
Thrall asintió.
—Aceptaron, claro está. Ya que así lo único que hacían era seguir
luchando contra el enemigo. Y, de ese modo, Terenas cayó.
175
Christie Golden
Taretha asintió.
Antonidas tendría que morir, Dalaran tendría que caer, al igual que
Quel’Thalas.
Y Taretha...
Se trataba de Devi, una de las jóvenes elfas nobles que aún era
aprendiz de mago.
180
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
181
Christie Golden
—El día de hoy se vuelve cada vez más y más interesante —afirmó
Krasus con una templanza fingida—. Vamos, sientense. Pediré que
nos traigan algo de comer. Sospecho que esa historia que tienes que
contarme va a ser bastante larga.
183
Christie Golden
El orco asintió. El mago dragón alzó una ceja y, acto seguido, una
mano, que sostuvo a unos quince centímetros de aquellas nubes
blancas, con los dedos muy separados, mientras esa esfera que
186
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
La muchacha asintió.
Taretha asintió.
188
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
11
190
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Sólo hay una manera de que puedas dar con lo que buscas de
verdad... sólo hay una manera de que puedas encontrarte a ti
mismo.
191
Christie Golden
Éste.
Cada momento del pasado era un mero recuerdo que había quedado
atrás. Cada instante futuro únicamente era una esperanza, o la
proyección de algún miedo, que aún no se había manifestado.
*******
Era una respuesta tan elegante, tan serena y tranquila, que Thrall
pudo quitarse al fin de encima la pesada carga que hasta entonces
había portado sobre sus hombros; la pesada carga de muchas cosas
que apenas entendía. Adiós a la obsesión por lo hecho en el pasado.
Adiós a la preocupación por el futuro.
Pero todo se tomó mucho más sencillo (todo se volvió ligero como
una pluma, mágico e inocente) en cuanto por fin lo comprendió.
Lo único que debía hacer era salir de ese círculo vicioso al centrarse
única y exclusivamente en ese momento. Entonces, Nozdormu...
193
Christie Golden
*******
194
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Sus instantes.
—¿Lo vesss?
195
Christie Golden
Aggra.
196
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
197
Christie Golden
Thrall continuó con su historia, les habló del misterioso asesino que
lo perseguía y de sus experiencias en los diversos senderos del
tiempo.
—Todos los acontecimientos que han acaecido cuyo fin era hacer
daño a los Aspectosss y a sus vuelos a lo largo de milenios... no
han sssido una mera coincidencia o un mero capricho del azar. Se
han alterado los senderosss del tiempo y se ha convertido a
Lodonegro en un monstruo con un mismo fin. La Pesadilla
Esmeralda, que tanto daño hizo a muchos; el ataque del vuelo del
dragón crepuscular; la locura de Malygosss e incluso de
Neltharion... todo está relacionado. Quizá incluso todo haya sido
orquestado por las mismas manosss siniestrasss.
El orco nunca había oído hablar de algunos de los hechos que había
mencionado el dragón. Esa conspiración era demasiado compleja
como para que intentara entenderla.
199
Christie Golden
200
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
12
—¿Qué?
—Te ayudaré por Ysera y, sobre todo, por Desharin, quien sacrificó
su vida para que yo pudiera encontrarte, Atemporal. Pero necesito
saber más. Me temo que casi todo este tiempo he actuado envuelto
en las sombras de la ignorancia y la confusión.
—Si tenemos en cuenta que fue Ysera quien te reclutó, no me
extraña que hayas actuado a ciegasss —replicó Nozdormu de
manera brusca, pero también afectuosa—. Rara vez ssse explica
con claridad. Thrall, hijo de Durotan y Draka, te doy las gracias
con total sssinceridad. Compartiremos contigo todo cuanto
sabemos... sin embargo, me temo que debes realizar esta misión
solo. Por otro lado, no me basta con esta teoría, con esta convicción
que tengo de que detrás de todo esto hay un gran plan siniestro y
tenebroso... he de saber más si quiero saber de verdad qué debemos
hacer. Pero no te preocupes: no voy a olvidar lo que me has
recordado que no debo olvidar. No me perderé en los senderos del
202
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
203
Christie Golden
—Lo intentaré —ésa fue la única respuesta que pudo dar Thrall.
*******
204
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Se quitó las botas, pues quería sentir bajo sus pies aquella tierra
dura y muerta, y no prestó atención a las ampollas que se formaron
en ellos. Escogió un sendero aún más pedregoso que el suelo que
acababa de dejar atrás, pues aquella tierra no parecía recordar qué
era la hierba y había adquirido unas tonalidades muy apagadas y
grises. Bajo las doloridas plantas de sus pies, las piedrecillas se
transformaban en polvo de un modo un tanto extraño, lo cual le
resultó reconfortante. A pesar de que percibió que en aquel lugar
205
Christie Golden
*******
206
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—Vuelve aquí cuando estés listo para marchar —le dijo al orco.
—Espero no marcharme solo de aquí. Espero que Alexstrasza me
acompañe —le recordó Thrall.
—Vuelve aquí cuando estés listo para marchar —repitió y, sin más
dilación, ascendió al cielo.
207
Christie Golden
—¿Nozdormu ha regresado?
—Sí. Lo busqué y, al fin, di con él. Como te he buscado a ti y te he
hallado —respondió Thrall—. Mientras ha estado extraviado ha
adquirido muchos conocimientos... que cree que debe compartir
contigo.
Thrall insistió.
—Nozdormu cree que muchas de las tragedias que han sufrido los
Aspectos... los misteriosos ataques del vuelo de dragón infinito, la
Pesadilla Esmeralda, incluso la locura de Alamuerte y Malygos...
están relacionadas. Cree que no se trata de una serie de sucesos
inconexos, cree que hay un patrón en todos ellos, que forman parte
de un ataque dirigido contra los Aspectos y sus vuelos. Un ataque
diseñado para irlos desgastando poco a poco hasta lograr su derrota
definitiva... quizá incluso para provocar que unos se vuelvan contra
otros.
—Si todo eso fuera cierto, dime... ¿quién está detrás de todo ese
plan?
—Ya veo.
—Me ha pedido que te encuentre, que te... te ayude a recuperarte
210
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Resultaba muy difícil creer que él, un mero chamán orco, estaba
capacitado para ayudar a la Protectora a sanar... ya que ella era, tal
vez, la mayor sanadora que había existido jamás. Esperaba, en parte
que recibiera su ayuda con desdén y la rechazara, pero no lo hizo
sino que se limitó a permanecer callada. Thrall continuó hablando.
—Si logras recuperarte, muchas otras cosas se recuperarán y
sanarán. Juntos podremos ir al Nexo a hablar con los dragones
azules y ayudarlos a recuperar la lucidez. Entonces...
—¿Por qué debería hacerlo?
211
Christie Golden
—No. Todo eso da igual. Todo. Da igual que todo eso esté
conectado. Da igual cuánto tiempo lleve desarrollándose ese plan.
Da igual que podamos detenerlo o no.
212
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
213
Christie Golden
Thrall asintió.
—Solos.
214
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
*******
216
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
13
217
Christie Golden
gran parte del viaje) dio paso a unos acantilados grises y blancos.
Aunque el orco había visto muchos lugares impresionantes a lo
largo de su existencia, el Nexo superaba prácticamente a todos
ellos.
Ahí todo era azul, con alguna que otra pincelada plateada y blanca
aquí y allá. Varios discos planos flotaban en el aire, esparcidos por
todo el Nexo. A medida que Tick se iba acercando, Thrall pudo
comprobar que esos discos eran plataformas, cuyo suelo estaba
ornamentado con unos relucientes símbolos incrustados en él. En
algunos de esos discos también había unos árboles cristalinos muy
hermosos, cuyas ramas parecían hechas de hielo y cuyas hojas
parecían hechas de escarcha.
—Para ser una criatura de vida fugaz, viene muy bien recomendado
—comentó uno de ellos.
—Thrall —dijo otro, como si intentara recordar—. El jefe de
guerra de la Horda.
—Ya no lo soy —lo corrigió el orco—. Sólo soy un chamán que
colabora con el Anillo de la Tierra para intentar sanar a un mundo
que se encuentra brutalmente herido por culpa de los actos de
Alamuerte.
*******
220
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Los miembros del vuelo azul habían debatido mucho entre ellos y,
a diario, llegaban más al Nexo para engrosar sus menguadas filas,
pero Kalecgos no tenía la sensación de que hubieran llegado a
alguna conclusión firme.
—¿Nozdormu ha regresado?
—Eso parece —contestó Narygos.
224
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
225
Christie Golden
Unos instantes después una dragona bronce, que iba escoltada por
cuatro dragones azules, hizo acto de presencia. Volaba bajo, a pesar
de que se hallaba en una caverna muy vasta; pues, al fin y al cabo,
daba cobijo a muchos dragones. Kalecgos la reconoció. Era Tick,
una de las dragonas que patrullaba regularmente la entrada a las
Cavernas del Tiempo. Que una dragona bronce tan notable
estuviera dispuesta a servir como mero medio de transporte para
ese orco era una clara señal de que Thrall era muy importante.
Thrall respiró hondo e inició su relato; les contó a los dragones que
Ysera le había encomendado una misión, que se había encontrado
con los confusos ancestros, que se había perdido en los senderos
del tiempo, pero que al final se había encontrado a sí mismo y
226
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—Con todo respeto a Ysera, tiene mucho en qué pensar tras pasarse
miles de años residiendo casi por entero en el Sueño Esmeralda. En
más de una ocasión, ha admitido que sigue... confusa, que no sabe
distinguir entre la realidad, el sueño y su propia imaginación. En lo
que a Nozdormu respecta, has dicho que había sido... quedado
227
Christie Golden
228
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—No temo para nada a ese ser inferior. No obstante, lo que estamos
debatiendo aquí tendrá profundas consecuencias para el vuelo de
230
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
*******
233
Christie Golden
—¿Algo va mal?
—En el transcurso de esta misión, me encontré con otro dragón que
se parecía mucho a ti. Se llamaba Desharin. Era...
—Un dragón verde —finalizó la frase Kalec, con una mirada
sombría—. Te has referido a él en pasado.
234
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Thrall asintió.
Thrall asintió.
235
Christie Golden
*******
Esa noche ambas lunas estaban casi llenas, lo cual era un fenómeno
natural inevitable. Arygos no podía esperar otra noche más para
hacer lo que debía hacer. Como dragón azul que era, no sentía el
frío mientras sus alas lo llevaban volando a través de la gélida
noche, que era tan clara que las estrellas parecían esquirlas de hielo
en el cielo.
236
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
De repente, lo divisaron.
237
Christie Golden
14
238
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Pero no iba a darle esa satisfacción. Así que se tragó esas palabras
teñidas de amargura.
muevo entre los que son como yo como tú te mueves entre los tuyos
y nadie, absolutamente nadie, conoce mis verdaderos planes. Es un
arte que aún debes aprender a dominar, joven dragón azul.
—¡Kalec aún tiene demasiados seguidores como para poder
permitirme el lujo de que alguien se pregunte por qué he insistido
tanto en que un mero orco muera!
—¡No se trata de un mero orco! —replicó el Padre Crepuscular—.
¿No lo entiendes? ¡Thrall te destruirá si no lo destruyes primero!
Además, ¡tanto yo como Lord Alamuerte deseamos que muera!
¿Acaso vas a atreverte a desafiar la voluntad de nuestro amo,
simplemente, porque temes que tus congéneres te acusen de
traición? ¡Creo que temes a quien no debes!
—Kalec lo ha acogido bajo su protección —masculló Arygos, con
la cabeza gacha—. No puedo hacer nada. Aunque, al menos, sé
dónde está. Puedo vigilarlo. Quizá se presente una oportunidad de
acabar con él. No obstante, pronto todo esto importará más bien
poco, porque me habré convertido en el nuevo Aspecto. Entonces,
podré hacer lo que me plazca.
—¿Lo has visto?
243
Christie Golden
244
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
*******
Thrall asintió.
Thrall asintió.
—Es como si todo esto fuera... el final de una gran pieza musical
—dijo el orco, mientras intentaba hallar las palabras correctas para
expresar su idea—. Un Aspecto es un ser tan poderoso... y ustedes,
los dragones azules, son los guardianes de la magia, los centinelas
de todo lo deslumbrante e imaginativo. Y, si no queda más remedio
que solucionar este dilema votando...
Thrall sonrió.
—No todos los que llegan a ser líderes ambicionan el poder que
conlleva ese puesto —afirmó—. Yo no quería ese poder. Pero sí
ansiaba ayudar a mi pueblo, sí quería liberarlo, sí quería darle un
246
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
247
Christie Golden
—Desde el punto de vista de casi todos los seres que habitan este
mundo, ya soy un ser muy poderoso. Siempre he sido así y, por
tanto, me resulta fácil asumir la responsabilidad que conlleva ese
poder. Pero... ¿seré capaz de asimilar la que conlleva ser un
Aspecto?
248
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Thrall asintió.
249
Christie Golden
*******
Thrall se abrigó aún más con esa capa de piel. Se encontraba en una
de las plataformas flotantes superiores del Nexo, desde donde tenía
una vista perfecta que le permitía contemplar todo el cielo abierto.
Algunos dragones, que habían adoptado formas humanoides, se
encontraban junto a él, mientras otros simplemente flotaban en el
aire a la espera. Aquella noche era más gélida de lo normal porque
era muy diáfana; las estrellas relucían con intensidad sobre el telón
de fondo de ébano del firmamento. A Thrall le alegraba que hiciera
una noche tan clara, aunque eso supusiera soportar más frío. Quería
ser testigo de aquel fenómeno tan asombroso e infrecuente; no
obstante, los dragones azules le habían asegurado que, si el cielo
hubiera estado cubierto, aquel espectáculo habría sido igual de
fascinante y bello.
251
Christie Golden
Poco a poco, la Niña Azul se fue acercando más y más hasta que
se alineó del todo: tras una larga espera que se había hecho eterna,
el fenómeno que tanto habían anhelado estaba teniendo lugar. La
luna blanca «abrazaba» a la más pequeña. Thrall sintió que lo
embargaba la alegría y una sensación total de paz mientras
simplemente observaba aquel fenómeno.
252
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Kalec respiraba cada vez más agitadamente; tenía los ojos abiertos
como platos. De repente, ascendió de un salto hacia el cielo. Thrall
alzó una mano para protegerse del brillo que emanaba de ese
Aspecto recién nacido. En esos instantes, resultaba imposible mirar
a Kalecgos, pues era tan brillante como una estrella (no, como un
255
Christie Golden
Kalecgos se rió.
—¡Necios!
Thrall intuyó más que oyó que tenía una dragona a la espalda. Al
instante, el orco se giró, apretó los dientes con fuerza y blandió a
Martillo Maldito con ambas manos. La iba a atacar con todas su
fuerzas para proteger a ese vuelo de dragón al que había llegado a
respetar y a admirar, al que había venido a ayudar a sanar.
Thrall sabía que tenía razón. Kalec colocó al orco en sus enormes
hombros, de los que brotaban unas descomunales alas, y abrió la
garra. Thrall saltó, voló por los aires unos segundos y acabó
aterrizando sobre la ancha espalda de Kalec.
260
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
15
—¿Arygos?
263
Christie Golden
—Sigue hablando.
—Ambos queremos que Thrall muera. Y ambos queremos que yo
acabe convirtiéndome en un Aspecto. Acompáñame a la batalla,
rey Lodonegro, y ejecuta tu venganza. Si asesinas al orco, Kalec
verá que no todo siempre va a salir como él desea. Si Kalec vacila,
la fe que los demás, que esos miserables vermis, han depositado en
él se resquebrajará. Entonces, Kalecgos será vulnerable y podré
destruirlo.
265
Christie Golden
El humano asintió.
266
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
*******
Thrall se encontraba a punto de alzar la vista para ver cuál iba a ser
el próximo enemigo que iba a combatir cuando el Nexo se
estremeció repentinamente. Se produjo una explosión de luz por
doquier e incluso el poderoso Aspecto tuvo que virar y alejarse de
267
Christie Golden
Si hasta entonces Thrall había creído que Kalec era muy rápido, en
ese momento descubrió que lo era todavía más, pues apenas podía
respirar por lo veloz que estaba volando el Aspecto de Dragón. Los
dragones crepusculares se estaban esforzando al máximo para
poder escapar, aunque lo hacían de manera frenética y caótica.
Estaban demasiado centrados en escapar como para plantar batalla
y todos habían adoptado sus formas inmateriales. Los azules
únicamente respondieron a su retirada con ataques mágicos. El aire
crepitaba y echaba chispas por culpa de esa blanca energía arcana
y resplandecía gracias a la escarcha helada y a las repentinas
ráfagas de una ventisca aislada. Varios enemigos cayeron, pero
muchos más escaparon.
268
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
*******
269
Christie Golden
—Yo que tú tendría mucho más cuidado con lo que dices, pequeña.
—¡Vive! ¡¡Vive!!
otros, se le habían caído las escamas, bajo las cuales a veces había
piel sana y otras veces piel putrefacta. Además, a cada una de esas
cabezas le faltaba algo: una oreja, un ojo...
272
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—¿Entender qué?
—¡Para qué ha sido creado!
—Deja que esa pequeña dragona azul parlotee. Así luego todo será
mucho más tierno. Se...
—Ya vienen —gritó la cabeza roja con una voz fuerte y clara—
¡Todavía no me he recuperado del todo! ¿Qué has hecho, Padre?
Kirygosa se echó a reír. Aunque se percató de que se reía como una
histérica, no hizo nada por remediarlo. Esas carcajadas manaron de
ella a borbotones, como un manantial recién abierto. A
continuación, alzó un dedo temblorosamente para señalar a los
dragones crepusculares que volaban raudos y veloces hacia el
templo, perseguidos a corta distancia por el valeroso vuelo azul.
—¡Has errado en tus cálculos! —gritó Kirygosa—. ¡El gran Padre
Crepuscular y sus maravillosos planes! ¡Tus dragones se han batido
en retirada demasiado pronto y aquí viene mi vuelo para destruirlos
a ellos, a tu abominación y a ti! ¿Y ahora qué planeas hacer, oh,
gran hombre sabio?
—¡Kalecgos! ¡Kalec!
Bajo ella, Chromatus echo hacia atrás todas sus cabezas y rugió;
todas sus voces (siseantes, fuertes y melodiosas) se mezclaron en
una aterradora sinfonía. Acto seguido, el monstruo ascendió al
cielo. Titubeó, pero sólo por un momento; de inmediato, aleteó con
más fuerza si cabe e inició su ataque.
—¡Mira!
*******
277
Christie Golden
Aquella aberración cargó contra ellos, con las fauces de sus cinco
cabezas abiertas de par en par. El hedor a carne putrefacta que
desprendía era abrumador. Kalec se apartó de su trayectoria. Thrall
se aferró al Aspecto azul con todas sus fuerzas. Y, justo cuando
creía que ya estaba a salvo, algo lo golpeó en el estómago, lo
aplastó como si no fuera más que una pulga sobre el lomo de un
lobo. Entonces, se percató de que, si bien Kalec lo había salvado
del ataque directo de aquel dragón cromático de muchas cabezas al
maniobrar con maestría en el aire, no había podido evitar que la
cola del monstruo lo rozara por casualidad al pasar junto a él.
Así que así es como voy a morir, pensó. Aplastado contra unas
afiladas rocas tras caer de la espalda de un Aspecto.
278
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
16
No sintió ninguna de las dos cosas. Lo que sí sintió fue que impactó
contra algo que era más suave que la piedra, algo que ralentizó pero
no detuvo su caída. Un instante después, cuando por fin se detuvo,
se dio cuenta de que una humedad fría lo envolvía. No podía ver,
apenas podía respirar. Entonces, comprendió qué sucedía: no había
caído sobre unas rocas sino sobre la nieve, que había detenido su
caída. Estaba vivo, aunque le dolía todo el cuerpo y le costaba
trabajo respirar... pero estaba vivo.
¿Qué más daba si él seguía respirando o no? ¿Qué más daba que el
Anillo de la Tierra hubiera invertido un gran esfuerzo para dar con
la manera de curar el mundo? Todo daba igual.
Salvo...
280
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—Aggra...
281
Christie Golden
Oh, cuánto deseaba poder tener la mano de Aggra entre las suyas
en ese momento. Qué reconfortante sería. Ese pequeño gesto ahora
ocupaba más espacio en su corazón que el temor a la muerte.
282
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
El Espíritu de la Vida se había abierto a él. Fluía por él, con fuerza,
con calma, reconfortándolo. La energía invadió sus extremidades,
283
Christie Golden
¡Lodonegro!
284
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
La primera vez que ese siniestro ser había surgido de las sombras
para atacarlo de manera totalmente inesperada, había decapitado a
Desharin y había cogido por sorpresa a Thrall. Después, cuando
Lodonegro lo siguió por el sendero del tiempo, donde se presentó
con el brutal propósito de asesinar a Thrall cuando era sólo un bebé,
el orco se había encontrado sumamente inquieto y nervioso pues se
veía superado por las circunstancias ya que estaba siendo testigo
del asesinato de sus padres. Y, cuando había descubierto la
verdadera identidad de ese misterioso asesino, se había quedado
consternado.
285
Christie Golden
286
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
287
Christie Golden
El hombre que tenía ante él, que blandía esa espada ancha con unos
fuertes brazos y una determinación letal, era su reverso tenebroso.
Bajo su yugo, en cierto momento, Thrall había experimentado
cómo se sentía uno cuando se encontraba indefenso y
desamparado. Se había pasado toda la vida luchando para no
sentirse nunca más tan impotente e indefenso. Además, Thrall se
percató, gracias a la lucidez que le habían proporcionado ambas
visiones y que todavía no se había disipado, de que Lodonegro
representaba todo aquello contra lo que luchaba el orco... en su
fuero interno.
Thrall comprendió por fin que esos momentos en los que Lodo-
negro lo había humillado e intimidado, en los que había minado su
fuerza de voluntad y le había hecho sentirse un ser miserable y
despreciable... habían quedado atrás, formaban parte del pasado.
Y, por eso mismo, ya no tenían ningún poder sobre él. Thrall se
hallaba en ese momento presente y en ese momento no tenía miedo.
—Por favor... —rogó con una voz ronca y débil, aunque Thrall
pudo escucharlo perfectamente—. Por favor, perdóname...
292
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
17
*******
Thrall tenía las manos extendidas sobre un brasero que ardía con
fuerza. Ese día, había estado cerca de la muerte en más de una
ocasión... de la muerte no sólo en el plano físico. Pero se había
negado a morir y ahora estaba ahí, muy contento por seguir vivo,
muy agradecido al fuego por proporcionarle su calor y a los
dragones azules por brindarle su amistad y por haber seguido
buscándolo cuando deberían haber abandonado toda esperanza de
hallarlo con vida mucho antes.
294
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—Thrall.
Kalec asintió.
—Fue una lucha que no libré solo —replicó Thrall con suma
calma—. Pero sé de alguien que se encuentra muy sola.
—Dejé a alguien atrás para poder cumplir con la tarea que Ysera
me había encomendado. He de volver a verla, con independencia
de lo que suceda en este mundo.
296
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—¿Débil?
297
Christie Golden
*******
299
Christie Golden
La cabeza roja del dragón le lanzó una mirada iracunda con sus
relucientes ojos púrpura.
301
Christie Golden
—No eres un dragón, así que no puedes entenderlos como yo. Tal
vez se encuentren divididos y desesperados, pero te aseguro que
volverán. Lo harán una y otra vez hasta que perezcan todos.
—Lo cual puede que ocurra en cuanto acabe la próxima batalla —
agregó la cabeza azul, riéndose levemente entre dientes—. No
obstante, si bajas la guardia, tú serás el verdadero necio. Todavía
no he recuperado todas mis fuerzas. Y las necesitaré todas cuando
el próximo ataque se produzca.
302
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—Sí son buenas noticias, sí. ¡Me alegro de que hayan tenido éxito!
Muy bien, ¿alguna buena nueva más?
304
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—Empezaba a pensar que iba a tener que plantarme ahí para hacer
lo que hay que hacer por mí mismo —comentó Alamuerte, con un
cierto tono de advertencia en su voz.
—No, Magno Amo. Como puedes ver, puedo servirlo muy bien.
—Lo cual resulta... reconfortante. Me encuentro en un momento
muy delicado de mis planes actuales. Y, si alguien me obligara a
dejarles de prestar atención, me enfurecería bastante. Pero tienes
305
Christie Golden
*******
306
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Otro de ellos, una trol llamada Zuuzuu, negó con la cabeza y estalló
en carcajadas.
308
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Ahora.
310
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
311
Christie Golden
Chromatus se estremeció.
315
Christie Golden
18
—La última vez que la vi, estaba ahí —le indicó Thrall.
316
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—Gracias por traerme hasta aquí —le dijo—, pero sería mejor que
no me esperes.
—El que te hayas atrevido a volver indica que debes de ser el orco
más valiente o más necio que jamás he visto —afirmó Alexstrasza.
320
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
*******
¡Kirygosa!
Alexstrasza susurró ese nombre con brusquedad. Pero su voz sólo
alcanzó los oídos de Thrall. La visión se mostró igual que la
primera vez. El orco sintió una punzada de dolor al escuchar ese
nombre. Así que... eso era lo que de verdad le había ocurrido a la
hermana de Arygos, a la que se creía perdida. Sí, estaba perdida,
pero no muerta, aún no. Y su rostro le había dicho todo cuanto
necesitaba saber.
Era espantoso.
322
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
El humano suspiró.
—Me alegro de que sólo una nidada de mis huevos tenga que ser
sacrificada por culpa de tu maldad —le espetó Kirygosa—. Como
mi consorte ha muerto, ya no te daré más.
—Ya, pero sigues siendo la hija de Malygos —señaló el Padre
Crepuscular— y quién sabe... quizá el destino o yo acabemos
encontrándote otro consorte.
324
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
326
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—Y, de este modo, todos los niños se han convertido en hijos del
demente, del gran Alamuerte —murmuró uno de los cultores.
327
Christie Golden
—¿Qué has querido decir cuando has dicho «todos los niños»?
*******
—Amada mía.
*******
—Quizá sea cierto que mi vida es muy corta, pero sí, sé qué es el
amor. Y sé cómo me sentiría si hubiera perdido a mi amada como
te ha sucedido a ti.
—Entonces, ¿cómo puedo seguir viviendo sin su amor? ¿Por qué
debería seguir adelante?
Krasus había sabido desde el principio que esa bellota no era para
él, aunque le hubiera gustado que lo fuera. Thrall se preguntó si la
dragona roja ya había adivinado que, quizá, la bellota tendría que
haber acabado en manos de su consorte. Thrall esperaba que sí.
330
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—Soy quien soy —susurró, sin apartar la mirada de esa bellota que
estaba germinando—. Ya esté alegre o ya esté sufriendo, sigo
siendo quien soy.
Tal y como le había visto hacer en una ocasión anterior, Thrall fue
testigo de cómo se elevaba en el aire de un salto y pasaba de ser
una esbelta doncella elfa a convertirse en uno de los más poderosos
Aspectos; sin duda alguna, era el ser más poderoso del mundo.
Aunque esta vez sabía que no tenía nada que temer de ella a pesar
de que hubiera adoptado esa forma.
334
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
En ese instante, giró el cuello para mirar al orco mientras batía sus
poderosas alas rítmicamente.
335
Christie Golden
19
Esa última frase la dijo con un tono de voz muy dulce pero plagada
de tristeza. Thrall sabía que hablaba así porque estaba pensando en
Korialstrasz, quien había hecho lo que debía hacer y había pagado
un terrible precio por ello.
—Lo siento, amigo mío, pero ya has visto a qué nos enfrentamos.
Lo cierto es que me gustaría contar con Nozdormu y sus dragones
bronces a nuestro lado cuando volvamos a atacarlos.
—Tranquilo, no me he sentido ofendido. Además, estoy de acuerdo
contigo —replicó Thrall con total sinceridad.
—No. Pero espero que esta información los inspire e infunda valor,
que haga renacer la esperanza. El valor y la esperanza son las armas
que necesitamos.
—¡Thrall!
Ysera asintió.
342
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Kirygosa asintió.
Con sumo cuidado, cogió ese collar con el dedo gordo y el índice.
Y, con un leve tirón, el Aspecto de Dragón azul rompió la cadena
como si no fuera nada más que una joya normal. Kirygosa sollozó
de alegría. Los demás retrocedieron, sonriendo, para darle espacio
suficiente para adoptar su verdadera forma. Thrall sonrió para sí al
verla alzarse en el aire, volando con pocas fuerzas pero con ánimos
renovados, libre una vez más.
*******
343
Christie Golden
—Les contaré todo cuanto sé. Espero que algo de lo que diga pueda
ser de ayuda —les dijo—. No obstante, hay muchas cosas que...
para ser sincera, no me hacen albergar muchas esperanzas.
—Has logrado escapar, lo cual era prácticamente imposible —
replicó Kalecgos—. Esto me hace concebir muchas esperanzas, la
verdad.
344
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—En el primer ataque, ese individuo que nos provocó con sus
burlas... afirmaba llamarse el Padre Crepuscular —comentó
Alexstrasza.
—Prosigue, querida —le pidió Ysera amablemente.
—Me mantuvieron aprisionada en mi forma de dragón hasta que
puse todos mis huevos; después, me pusieron esta cadena.
Kirygosa asintió.
—Lo único cierto es que era un devoto de ese culto, pero eso es
todo cuanto sé al respecto.
—Lo que te hizo...
—Eso es agua pasada —lo interrumpió.
—No, creo que Alamuerte tiene otros planes para él. Nuestro
enemigo deberá conformarse con contar sólo con Chromatus.
Kalec... la última vez los pillaste por sorpresa. Y el dragón
cromático acababa de nacer. Y aun así... —la voz le falló al
pronunciar las últimas palabras.
—Aun así, derrotaron a mi vuelo —concluyó la frase Kalec.
—Pero esta vez no están solos, Kalecgos —lo reconfortó
Alexstrasza—. Tres vuelos enteros nos hemos unidos. Sí, fue capaz
de derrotar a un solo vuelo, pero ¿será capaz de vencer a tres? Ha
transcurrido mucho tiempo desde la última vez que luchamos todos
juntos; no obstante, por muy monstruoso que sea... ¡no creo que un
solo dragón sea capaz de plantamos cara a todos juntos!
347
Christie Golden
Thrall abrió la boca de manera automática para decir que eso era
imposible, pero se contuvo. Había visto a Chromatus. Había sido
testigo de lo que ese monstruo era capaz. Ese dragón, que poseía
los poderes de todos los vuelos, sería un enemigo imbatible si se
encontraba en pleno uso de sus facultades...
Incluso Alamuerte.
349
Christie Golden
350
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
20
A pesar del calvario que había sufrido, Kirygosa estaba más que
dispuesta a ayudar a planear el ataque; además, estaba
perfectamente capacitada para ello. Thrall se percató de que,
incluso aquéllos que en su momento habían apoyado a Arygos, se
acercaban ahora a ella. Por otro lado, Kalec se había ganado un
hueco en el corazón y en el alma de los dragones azules cuando se
convirtió en un Aspecto bajo la luz de las dos lunas de un modo
jubiloso y gozoso. Y ahora estaba cimentando esa reputación al dar
testimonio del sereno valor de Kirygosa.
351
Christie Golden
352
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
*******
—¿Qué les puede contar? Ya saben que estamos aquí; ya saben que
existes. Quizá, al final, su huida sea toda una bendición. Ella sabe
que estabas muy débil cuando te atacaron y que, aun así, los
derrotaste completamente. Creo que la información que pueda
darles... si sobrevive... únicamente servirá para desanimarlos. Y, si
cuando nos alcemos con la victoria sigue viva, aún tendrás la
oportunidad de engendrar a todo un vuelo de dragones cromáticos.
*******
354
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Atacaron al atardecer.
*******
355
Christie Golden
356
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Y la verde inquirió:
Los dragones rojos, azules y verdes caían del cielo como gotas de
lluvia. En ese momento, el Templo de Reposo del Dragón podría
haber pasado a llamarse perfectamente el Templo del Matadero del
Dragón.
¡Esto no podía estar pasando! Los tres Aspectos y sus vuelos iban
perdiendo. Si bien el número de cultores y dragones crepusculares
había menguado, Chromatus parecía ser cada vez más fuerte a
medida que la batalla proseguía.
362
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
365
Christie Golden
21
368
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—Me has ayudado a abrir mi corazón cuando creía que estaba tan
destrozado que ya no tenía arreglo. Si crees que vas a ser capaz de
hacer esto, entonces yo también estoy más que dispuesta a
intentarlo. Pero, por favor... ¡démonos prisa!
—Hay que llevar a cabo un ritual bastante antiguo y formal —les
explicó Thrall quien, acto seguido, se bajó de la amplia espalda de
Torastrasza—. Intentaré realizarlo lo más rápido posible. Por favor,
adopten los cuatro sus formas humanoides.
371
Christie Golden
—Bendito este —dijo Thrall con una voz fuerte y firme—. Hogar
de los nuevos comienzos, el lugar por donde el sol se alza. Morada
del Aire, que inspira y rige el pensamiento y la mente. Te honro y...
—¡Se acercan!
Ese grito angustiado se escuchó por doquier. Thrall abrió los ojos
súbitamente; su concentración se había ido al traste. Entonces,
escuchó el familiar batir de cientos de alas coriáceas en el aire. Los
dragones crepusculares habían vuelto para lanzar un nuevo asalto.
Y esta vez, iban a ganar. Como los Aspectos se encontraban muy
débiles, en cuanto el revitalizado Chromatus entrara en la refriega,
no podrían hacer nada para detenerlo ya que seguían sin estar
realmente unidos.
372
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
En un momento...
373
Christie Golden
Acto seguido, fue el tumo del norte, el reino de la Tierra. Thrall vio
montañas y cavernas y contempló cómo el velo sereno y
somnoliento del invierno cubría la tierra.
374
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Creo que descubrirás que el don que te doy no es sólo una gran
obligación, que lo es, sino también una delicia, ¡que también lo es!
La magia debe ser regulada, administrada y controlada. Pero
también ha de ser apreciada y valorada, aunque nunca debe ser
acaparada. Esa es la contradicción a la que deberás enfrentarte.
Deberás cumplir tus deberes... con gozo y alegría.
Tiempo...
Y Alexstrasza...
375
Christie Golden
Y él mismo...
Mi don puede parecerte muy poca cosa comparado con el que les
ha sido otorgado a los demás: el control, cuidado y gestión del
tiempo, la vida, los sueños y la magia. Yo te ofrezco la tierra. El
suelo y sus entrañas. Debes saber que la tierra es la base de todo.
Estamos arraigados, enraizados en ella. De ahí venimos y ahí
volvemos. De aquí proviene la verdadera fuerza de la existencia.
De las entrañas... del mundo y de uno mismo.
376
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Entonces, sucedió.
377
Christie Golden
—¡Aquí viene!
—¿De verdad crees que no iba a venir a por ti? —inquirió alguien
que no era Chromatus.
Los escasos cultores que habían sobrevivido a los ataques con los
que Torastrasza había arrasado sus filas también se hallaban
subidos sobre la espalda de aquel dragón. Blandían armas cuyos
destellos Thrall pudo ver bajo la tenue luz lunar; sin lugar a dudas,
algunos de ellos sabían lanzar conjuros, por lo que eran unos
enemigos aún más peligrosos pues podían combatir a distancia. Se
dio cuenta de que el enemigo quería que ésta fuera la confrontación
final y de que el Padre Crepuscular estaba dispuesto a sacrificar
todo cuanto hiciera falta para asegurarse la victoria.
378
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
Por lo que podía ver, los Aspectos se habían recuperado más rápido
que él, a pesar de que el tipo de ritual por el que les había obligado
a pasar les había resultado muy extraño. Thrall albergaba la
esperanza de que su pronta recuperación se debiera a que estaban
haciendo lo correcto, lo que había que hacer... lo que se suponía
que deberían haber estado haciendo siempre. Entonces, los
Aspectos arremetieron raudos y veloces y con suma determinación
contra Chromatus, quien se detuvo y permaneció flotando en el
aire, batiendo esas alas extrañamente articuladas hasta que,
súbitamente, decidió abrir las bocas de sus cinco cabezas. Llamas,
hielo, una energía verde nauseabunda, arena y una aterradora nube
negra zarandeó a todos los Aspectos a la vez. Los cuatro salieron
despedidos hacia atrás debido a la intensidad de los cinco conjuros
con los que los habían atacado.
379
Christie Golden
381
Christie Golden
Thrall se tuvo que proteger los ojos, pues el impacto engendró una
luz cegadora. Las cuatro corrientes de blanco brillante que brotaban
de la boca de cada Aspecto se estrellaron contra el gran dragón, que
retrocedió dando tumbos por el aire alocadamente. Chromatus gritó
de agonía. Durante un largo momento, cayó fuera de control pero,
a continuación, batió sus alas torpemente para poder volver a
ascender. Sus cabezas, que ya no actuaban de manera armoniosa y
coordinada, sino a sacudidas y de un modo descontrolado,
volvieron a escupir llamas oscuras, pero no alcanzaron sus
objetivos por mucho. Asimismo, al intentar volver a recuperar la
iniciativa de la batalla, sólo lograba exponer aún más su pecho ya
ennegrecido. Una vez más, los Aspectos inhalaron aire al unísono
y escupieron esa extraña llama que no era una llama en dirección
hacia el corazón del dragón cromático.
Chromatus se estremeció y sufrió espasmos, y sus cabezas se
contorsionaron y lanzaron juramentos a voz en grito mientras su
cuerpo se convulsionaba.
383
Christie Golden
*******
386
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
además, el culto ha recibido un duro golpe. Así que dime: ¿Por qué
no debería arrojarte a los brazos de mis enemigos?
—¡S-sé que todavía puedo ser muy útil! —gritó el Padre
Crepuscular, agarrando el orbe como si estuviera agarrando la
mano de su amo—. Mis fieles aún confían en mí... sabes que es así.
Deja que vuelva con ellos. Deja que los lleve ante ti. El culto se ha
extendido por todo este mundo; quizá los vuelos de dragón lo hayan
destruido aquí, ¡pero jamás podrán destruirlo por completo!
¡Piensa, además, en todo el tiempo que perderías intentando
colocar a otro en una posición de poder como la que yo tengo
ahora!
—Los humanos son patéticamente codiciosos y muy fáciles de
manipular —aseveró Alamuerte—. No obstante, lo que dices tiene
sentido. Ya hemos perdido bastante tiempo. No necesito más
contratiempos. Vamos. Entrégate al humo —le dijo mientras
dejaba que su imagen, compuesta del oscuro y sedoso humo que el
orbe había emitido, se disolviera. Acto seguido, unos tentáculos
sombríos acariciaron al Padre Crepuscular, que se estremeció—.
Este portal te llevará a casa. Una vez ahí, seguirás traicionando la
confianza de aquéllos que te idolatran y cumplirás mi voluntad la
próxima vez que te pida que lo hagas.
387
Christie Golden
22
389
Christie Golden
390
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
—He oído hablar de esos seres —afirmó Thrall— pero, sin duda
alguna, ustedes saben mucho más al respecto.
Thrall se dio cuenta de que la dragona roja tenía razón, pues había
oído esas historias.
—Los tauren dicen que la primera vez que el mal dejó huella en su
pueblo fue cuando escucharon e hicieron caso a esos tenebrosos
susurros —comentó el orco.
391
Christie Golden
—Piensen en todo el daño que nos han hecho esas cosasss. Nos han
destrozado. Han hecho que desconfiemos unos de otros.
392
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
393
Christie Golden
394
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
*******
Una vez solo, cerró los ojos y, lanzando un susurro al viento, llamó
a un dracoleón. Thrall acarició con afecto a esa criatura, se subió
en ella y se dirigió al campamento.
Había una pequeña colina que parecía menos devastada que el resto
de los lugares de aquella zona. Algunas hierbas crecían ahí,
luchando por sobrevivir. Thrall sabía que Aggra solía ir a menudo
a aquel lugar a recoger frutas con sumo cuidado y a sentarse a
meditar.
397
Christie Golden
398
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
»No sabía quién era o en qué clase de Thrall me iba a convertir tras
haber dejado atrás todo cuanto ayudé a crear. Pero ahora ya sé
quién soy. Lo sé. Y sé qué debo hacer. Sé... a quién quiero.
se percató de que era realmente posible ver el amor que siente uno
por alguien reflejado en el rostro del ser amado.
401
Christie Golden
Go’el no podía parar de sonreír. Creía que ése era el momento más
feliz de su vida. Entonces, apoyó su frente sobre la de Aggra,
sumamente agradecido por haber aprendido a disfrutar del
momento, ya que éste era sin duda uno extremadamente dulce.
Pasado un rato, se apartó y dejó que ese momento se perdiera en el
402
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
FIN
403
Christie Golden
NOTAS
404
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
MÁS INFORMACIÓN
406
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
407
Christie Golden
408
World of Warcraft: El Crepúsculo de los Aspectos
LA BATALLA PROSIGUE
409
Christie Golden
410