Está en la página 1de 2

2 PEDRO 1:5-11 “PONIENDO TODA DILIGENCIA POR ESTO MISMO, AÑADID A VUESTRA FE”

2 Pedro 1:5-7

“vosotros también, poniendo toda diligencia (Esforzado) por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud;
a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la
paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.” 2 Timoteo 1:7.

¿Hay algo qué añadir a nuestra fe? De acuerdo con Pedro, sí. ¿Qué es lo que hay que añadir? Virtud,
conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal, amor. Observa que Pedro no
dice: “si quieres, aquí hay una lista de algo bueno que podrías tener”. Más bien, lo que dice lo
enfatiza de la siguiente manera: “poniendo toda diligencia”. Entonces, estar en la fe involucra
diligencia (esfuerzo), esfuerzo para agregar a nuestra fe esas cosas de las que el apóstol Pedro habla.
Y ¿quién tiene que esforzarse? Muy simple: nosotros. Sí, con la ayuda del Señor, pero esa ayuda no
es coacción, sino un trabajar junto con nosotros.

Lo que Pedro dice, también lo dice Pablo, con diferentes palabras en Gálatas 5:22-26:

Gálatas 5:22-26

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus
pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos
vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.”

Y Romanos 12:1-2

“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo,
sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál
sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

Lo que ambos apóstoles nos dicen es: “camina conforme al nuevo hombre, no como el viejo,
renueva tu forma de pensar; añade a tu fe”.

De regreso en 2 de Pedro: vamos a suponer que, aunque la Palabra dice “poniendo diligencia...
añadir a vuestra fe”, alguien escoge no añadir a su fe y no se esfuerza en esa dirección. ¿Qué le
pasará en este caso? Podemos encontrar la respuesta viendo lo que sucede cuando alguien sí añade
a su fe. Viene en el verso 8 de 2 de Pedro 1:

“Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en
cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.”

Por lo cual, si “ponemos diligencia en añadir a nuestra fe” con estas cualidades entonces no serás
ocioso o infructuoso en el conocimiento del Señor. Esto a su vez significa que una persona que no
hace esto y no se esfuerza (no pone todo su esfuerzo) para añadir a su fe será tanto ociosa como
infructuosa en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Y Pedro continua:
2 Pedro 1:10

“Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque
haciendo estas cosas, no caeréis jamás.”

¿Porqué deberíamos procurar hacer firmes nuestra vocación y elección si en el pasado, una vez y
para siempre, ya estarían aseguradas en el momento que creímos? Porque en aquel momento
comenzamos en la fe, pero esa fe también tiene que echar raíces; tiene que ser complementada,
tiene que volverse fructífera. Y Pedro continúa:

2 Pedro 1:11

“Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo.”

“Porque” significa “de este modo” “por lo tanto” “con ello” nos será otorgada amplia y generosa
entrada en el reino de nuestro Señor y Salvador. Pero ¿porqué? Debido a lo que leímos en los versos
anteriores: por esforzarnos en complementar nuestra fe con lo que nos dijo Pedro, lo cual a su vez
significa que no nos volvimos inefectivos e infructuosos sino que estuvimos firmes en nuestra
vocación y elección. Por esta razón, nos será otorgada amplia y generosa entrada en el Reino de
Dios.

Ahora, lo anterior trae a la mente el siguiente pensamiento y la siguiente pregunta: ¿a caso esto
significa que aquellos que estuvieron firmes para hacer su fe fructífera, como los de la cuarta
categoría de la parábola del sembrador, serán bienvenidos en el Reino de Dios, pero aquellos que
no lo hicieron y que fueron o se volvieron infructuosos también recibirán una entrada, pero una
muy interesante? Demos un vistazo a los capítulos 2 y 3 y a los dichos del Rey que demuestran a
quiénes dará la bienvenida. Y de lo que leo, lo que entendiendo es que solo los que están listos serán
bienvenidos. Esto no significa que solo los que no hayan fallado o pecado entrarán en el reino. No
hay nadie así, excepto el Señor mismo. Lo que significa es que estamos alerta de cuidar nuestra fe.
Una cosa es tratar de vivir nuestra fe y caer aquí o allá y otra cosa es si alguien practica el pecado
como un hábito y estilo de vida ignorando su fe, cualquiera que sea. Ni las cinco vírgenes insensatas,
ni el siervo infiel, ni el que abandone la vid encontrará para sí la puerta del Reino de Dios abierta.
Dejemos que estos ejemplos nos sean útiles para poderlos evitar.

Por lo cual, cuidemos nuestra fe y a pesar de nuestros errores y fallas complementarla con “virtud
y la virtud con conocimiento el conocimiento con dominio propio y el dominio propio con firmeza y
la firmeza con pureza y la pureza con afecto fraternal y el afecto fraternal con amor...” Porque de
esta manera será para nosotros ricamente proveída la entrada al eterno Reino de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo.

También podría gustarte