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La significación de la imagen en

instagram en el proceso de
interactividad de los y las adolescentes

Integrantes: Diego Alfaro Herrera


Ulises Clavero Romero
Javiera Delgado Cabrera
Angela Figueroa Romero
Cátedra: Taller de Integración III
Docente: Alejandro Tsukame
Ayudantes: Camilo Norambuena
Leandro Sanhueza
Fecha de Entrega: 30 de Abril de 2018
Índice

Antecedentes 3

Problema de investigación 4

Pregunta de investigación 5

Objetivo general 5

Objetivos específicos 5

Marco teórico 6

Marco conceptual 10

Bibliografía y fuentes digitales 12


Antecedentes

Cabe aclarar que al momento de recolectar información respecto al tema que hemos
elegido existe un tibio acercamiento por parte de la sociología.

Referente al material disponible encontrado, podemos señalar a José Sánchez Martínez con
“Cibercultura: semiótica del avatar y los mundos digitales” (2011) centrado en la
construcción simbólica de un cuerpo para el jugador de videojuegos. Beatríz Ramírez y Raúl
Anzaldúa con “Subjetividad y socialización en la era digital” (2014) que nos brinda una
aproximación en cómo los usuarios en internet construyen un subjetividad, además de
sentar las bases de la nuevas formas de socialización digital aplicada a la educación. Paula
Sibilia cuya tesis, “La intimidad como espectáculo” (2008), expone cómo el Yo del sujeto se
proyecta y expone en el internet en las incipientes redes sociales borrando o desdibujando
la frontera entre lo público y privado.

La tecnología al transformar y establecer nuevas formas de vida, también instaura nuevas


formas de identidad y conceptualización del cuerpo. Así como lo señala Sánchez (2010),
donde expresa que el cuerpo cumple un papel relevante en las relaciones mediadas por
internet, donde la virtualidad estructura el cuerpo para fines comunicativos. Rubio (2010) en
“Jóvenes en red, generación digital y cambio social” del mismo modo, señala la indiscutible
transformación en la socialización, atribuyendo a las redes sociales y con ello a una
‘juvenilización de la sociedad’ como dos fenómenos precedentes de este cambio.
Enfocándose en jóvenes como grupo predominante, que se identifica y construye realidades
a través de la red. En esta misma dirección, Arda (2011) expone conclusiones de una
investigación sobre una encuesta de vida digital, apuntada a los cambios de socialización y
la construcción de identidades a partir de cotidianidad de lo digital, donde el sujeto pasa a
ser un sujeto “exceso-consciente” de su representación.
Problema de investigación

Durante las últimas décadas hemos presenciado una rápida transformación en diferentes
esferas de lo social derivadas del gran impacto que ha generado los avances tecnológicos y
comunicacionales. Si bien el internet, ha estado presente desde finales del siglo XX, su
mayor auge e impacto a sucedido en la primera década del siglo XXI con el desarrollo de la
web 2.0 y la explosiva comercialización de los dispositivos móviles o smartphone. Estos
últimos, bajo la lógica de instantaneidad e interconectividad, han desarrollado y masificado
las aplicaciones digitales, siendo el principal medio por el cual las personas se comunican
en la actualidad.

Profundizando en lo anterior, tenemos que dentro de las sociedad se han generado


transformaciones basadas en, como señalan Van Dijk & Poell (2013), la infraestructura
tecnológica actual, donde se favorece la intensa actividad comunicativa que vivimos día a
día. Los sujetos se comunican vía correo electrónico, mensajería instantánea, redes
sociales, entre otras; todas estas configuran la existencia de un sistema social de
conectividad permanente donde los dispositivos móviles juegan un importante papel.
Bauman (2007) y Giddens (1997), señalan que la individualización y la intensificación de la
experiencia han provocado un proceso de transformación social y cultural, en donde la
subjetividad (la cual se entiende como subjetividades que buscan autonomía, son
deseantes, insatisfechas con el estado de cosas y expuestas a un mercado que convierte
cada creación de lenguaje, conocimiento y afecto en mercancía) y la imagen están en una
lucha por otorgarle sentido. Por ende, la confluencia de estos fenómenos provoca que los
sujetos tengan relaciones social cada vez más inmediatas (o en tiempo real), mediadas por
plataformas-aplicaciones digitales que permiten que la interacción sea por medio de perfiles
e imágenes.

En ella la interactividad es a través de perfiles que publican imágenes e historias (en vivo y
temporales), donde las relaciones sociales son mediadas por esta representación icónica
instantánea. Por ello, considerando que la imagen digital es parte crucial de este proceso,
ya que las personas consolidan y/o producen sus vínculos sociales, los significados
otorgados a la imagen digital impactan en la programación y/o configuración de las
personas. En base a esto, suponemos que los adolescentes, actualmente son protagonistas
de esta transformación digital, por tanto, compartimos con Ángel Rabadán (2016: 34) la
afirmación de que ​“​las remediaciones digitales de las vidas cotidianas juveniles forman parte
de procesos de aprendizaje complejos, donde se conforma también la competencia
emocional de quienes desarrollan estas prácticas, y su configuración como sujetos en una
red compleja de múltiples vínculos con otras personas y colectivos, pero también con
objetos y entornos materiales, poniendo en juego formas de reconocimiento y dependencia”.​
Por esto, la presente investigación se centra en la búsqueda de esas significaciones que los
y las adolescentes nacidos entre el 2000 y el 2003, le otorgan a la imagen dentro de esta
plataforma-aplicación al proceso de interactividad digital.

Pregunta de investigación

¿Cómo significan la imagen en Instagram los adolescentes entre 12 y 18 años, en la Región


Metropolitana?

Objetivo general

Comprender las significación que los adolescentes entre 12 y 18 años asignan a la imagen
en Instagram en la Región Metropolitana.

Objetivos específicos

- Explorar las significaciones de la presentación del yo en la imagen de Instagram en


los adolescentes entre 12 y 18 años de la Región Metropolitana.
- Interpretar las significaciones que el alter atribuye a la presentación del yo a partir de
la imagen de Instagram en los adolescentes entre 12 y 18 años de la Región
Metropolitana.
- Analizar las relaciones entre el yo y el alter a partir de la imagen de Instagram en los
adolescentes entre 12 y 18 años de la Región Metropolitana.
Marco teórico

La transformación dispuesta por los avances tecnológicos, han modificado la naturaleza de


los procesos sociales de las personas, y por ende las nuevas configuraciones de las
subjetividades. Ramírez y Anzaldúa (2014) plantean que las sociedades configuran sujetos
mediante un proceso de socialización, en el cual se modela un sujeto a través de sus
significaciones y las del imaginario social, para darse lugar en el mundo. La socialización se
lleva a cabo a partir de dos procesos simultáneos y complementarios, integración y
regulación, el primero remite a los sujetos y sus capacidades para poder incorporarse a la
colectividad; el segundo condiciona a los sujetos a asumir formas que van a contener sus
prácticas, sus relaciones y modos de participación en lo social. En este sentido, la dinámica
de socialización en el ciberespacio, principalmente en las plataformas móviles como
instagram, también funciona en base a estos dos postulados. Escobar y Román (2011)
plantean que las redes sociales posibilitan tanto consolidar relaciones ya establecidas en el
mundo offline como construir nuevos vínculos además de ser “portales de identidad” en los
que los usuarios construyen y expresan su “yo” o características de sí mismos, agregando y
compartiendo su actividad en Internet. Estas prácticas están diseñadas, por tanto, para
crear y mantener vínculos con otros, y este fomento de la sociabilidad hace de las redes
sociales un espacio privilegiado para la autorrepresentación, para la encarnación del “yo” en
el ámbito digital. Por tanto, las redes sociales, tomando elementos de Sánchez (2010) en
cuanto a la cibercultura, las relaciones son fluctuantes y expandidas, y quizá por ello se han
permitido erguirse como el culmen de la virtualidad tecnológica.

En las redes sociales, principalmente instagram, la utilización de imágenes por parte de los
sujetos-usuarios es el medio por el cual las personas significan y socializan. Suárez (2008:
p.29) cita a Bourdieu para referirse a la fotografía como una cosa, que responde a funciones
y necesidades sociales predeterminadas, ya que vienen a llenar funciones que preexisten a
su aparición: la solemnización y la organización de un tiempo importante de la vida colectiva
(Bourdieu, 1974: 39). ​Ninguna foto es casual, sino que más bien responde a una lectura
social, o una forma particular de leer lo social. Por lo tanto, cada elemento visual que los
usuarios comparten en sus perfiles, están cargados de intencionalidad y significado,
creando contenido de acuerdo a siete elementos constitutivos de su autoimagen: Asunto,
tema, fotógrafo y tecnología, coordenadas de situación, espacio geográfico y el tiempo
cronológico (Suárez, 2008: 36); siendo estas representantes de la cotidianidad. Ambas
imágenes digitales se separan y comienzan a ser una virtualidad que permite la intervención
y la transfiguración. Para ello es necesario reconocer la desvinculación de los medios de
comunicación de masas e internet como nuevo modo, que libera al actor-internauta de una
larga sujeción a las imágenes unidiscursivas; las imágenes digitales pueden, ahora, ser
alteradas, usadas, reinterpretadas como símbolos diversos y múltiples. Como característica
especial de las imágenes digitales aparece la intervención del sujeto para configurar y
configurarse como imagen: la imagen virtual es una imagen acción, pone en escena nuevos
modelos de subjetivación basados en la transfiguración de sí (Sánchez, 2011: p.35).
Además de la configuración de sí, y por tanto su producción como autoimagen, Dubois
(1992: p.42-50) agrega el acto de recepción y contemplación, conceptos que consideramos
influyentes a la significación de un otro distinto, a la imagen transfigurada de un yo.
(p.34-35)

Primeramente, abordaremos la presentación transfigurada del yo, sobre la idea de identidad


que poseen las personas, que según Castoriadis (2007) esta sería impulsada por la
condición de existencia basada en el “orden histórico-social pero su psique impulsa
creación radical de significaciones (representaciones, afectos y deseos), que enlazadas con
las significaciones imaginarias sociales, constituyen la realidad que se da a sí mismo
(subjetividad), para encontrar un lugar y reconocimiento en el mundo. De tal suerte,
entendemos por subjetividad el proceso donde el sujeto se constituye y modela a sí mismo,
en el entramado de dos órdenes irreductibles e inseparables: el de la psique-soma y el
histórico-social”. ​Por lo tanto, las significaciones que los sujetos le dan a sus experiencias y
a la de los otros, no pueden ser vistas de manera aislada de su contexto. El sujeto se
constituye en base a las significaciones sociales y personales, donde se presenta y
representa a un otro distinto. De esta forma, según Sánchez (2010) ​el sentido de la
identidad sólo puede ser construido a partir de la acción repetible, la incidencia de hechos
singulares en la cultura; por su parte, la alteridad se manifiesta como diferencia en tanto el
otro siempre es distinto.​ La significación del otro en tanto diferencia con el yo (o en este
caso, la identidad diluida en presentación del yo), permite tanto al yo como al otro configurar
esa identidad que supone diferenciarlo.

Los autores Ruiz-Corbella & De-Juanas Oliva (2013) plantean que el sujeto en el entorno
digital juega con diferentes colectividades o el anonimato. Se configura a partir de la
habilidad de gestionar con éxito la ​visibilidad, ​la reputación y la privacidad construyéndose a
partir de la propia actividad y la de los demás en el entorno. De esta manera, el sujeto
pasaría a ser un yo co-construido: en donde la identidad individual y colectiva se integran y
regulan, simultánea y permanentemente, teniendo como consecuencia una continua
visibilidad junto con estar agregada, fragmentada, almacenada y no controlada.

Como hemos señalado con anterioridad, uniendo la transfiguración del yo con el


planteamiento de la gestión de recursos/impresiones de Goffman (1959) tenemos que las
funciones que entrega “Instagram” permite la autoedición fotográfica (o estrategias), y
además de que esta misma gestión está regulada por las normativas de la misma red
social. Si bien, la estrategia de gestión de recursos depende de la persona que se pone en
escena, al mismo tiempo es dependiente de un sistema automatizado. De esta manera, la
identidad es una coproducción donde se cruzan las estrategias de la plataforma y las
tácticas de los ​usuarios (​ Rueda, 2015). Para entender cómo se construye una autoimagen
en las redes sociales digitales, Van Dijck y Cardon (2013), ​proponen la existencia de dos
aspectos de la presentación de sí en la vida cotidiana: en primer lugar, el papel activo de
quien desea presentarse ante un público determinado, a través de la “gestión de
impresiones” que se desarrolla de un modo narrativo verbal y visual; en segundo lugar, el
manejo del equipamiento simbólico-expresivo de acuerdo con el escenario concreto de
interacción, el cual está cargado de posibilidades y restricciones tanto materiales como
sociales y donde la auto-expresión puede traducirse también en autopromoción de sí.

Ahora bien, aunque planteamos la presentación del yo en términos digitales además de la


labor del sujeto-usuario como gestor de impresiones y manejador de elementos
simbólicos-expresivo, este sujeto es poseedor de un cuerpo. Sánchez brinda la idea de que
al cuerpo hay que concebirlo tanto espacio material de presentación, acción y significación
frente a los otros. De esta manera, el cuerpo no deja de ser una referencia identitaria al
encontrarse desplazado en la red, este cuerpo es nuestra primera facción y por tanto,
también es configurado para la presentación. El cuerpo, desde el ángulo social, es el rostro,
un rostro a partir del cual el otro es sujetado con la mirada, reconocido”.​ No existe
separación entre un cuerpo y su interioridad, ya que entra en fluidez con el interior
tecnológico; el ciberespacio es una exterioridad-interior que contiene muchos interiores
donde el cuerpo también participa de la comunicación. (Sánchez, 2010: p. 230-236). El
mismo autor, en otro escrito, plantea que las imágenes puestas en la red representan el
mundo sin el mundo y a las personas sin personas, es decir, están constituidos por
imaginarios descorporales donde la imagen es el cuerpo del imaginario, entendido lo
imaginario no únicamente como icono, sino como información subjetiva (Sánchez, 2010:
p.38)
En segundo lugar y último, la presentación del yo contiene un otro, con el que se significan
e interactúan. La existencia de un otro se presenta como alteridad a la presentación del yo,
provocando que el yo se perciba como un producto único y diferente (Sánchez, 2010). El yo
proyectado por el usuario hacia una colectividad dentro del espacio digital social, es
percibido por un otro; un público que otorga una significación a la publicación-imagen y la
cual puede manifestarse a través de los recursos que le brinda la misma plataforma.
Marco conceptual

Presentación del Yo: ​Partimos de la base que el yo es un sujeto-usuario que se ha


registrado en la plataforma-aplicación ​Instagram. ​El sujeto-usuario se caracterizar
por ser:
- Activo o que se conecte diariamente. Además de subir contenido audiovisual
al perfil o a la “story”. Que gracias a la configuración de la plataforma, explora
la búsqueda de un otro, revisa el feedback dado por el otro, guarda material,
recolecta contenido audiovisual de un otro y, por último, edita el perfil.
El “Yo” se construye por medio de la experiencia con el otro y se configura y
conforma constantemente, de esta manera se entiende como un yo co-construido.
De esta manera, la presentación deviene de una identidad digital donde confluyen
las estrategias de la plataforma (visibilidad y privacidad) y las tácticas de los
usuarios (reputación) para programar y configurar una autoimagen de sí. De esta
manera, la presentación del yo en instagram se produce mediantes la articulación
de modos narrativos, verbales y visuales.

​ s la alteridad de la presentación del yo dentro de Instagram. Este otro es


El Otro: e
entendido como un proyección de la colectividad pública dentro de la
plataforma-aplicación. El otro se caracteriza por generar el feedback o la
retroalimentación basada en las manifestaciones de la autoimagen del yo, hace uso
de su presencia en el inicio, comenta las fotos del yo, visualiza las Story, envía
mensajes vía DM y además etiqueta al yo en fotos subidas por él.

Interactividad entre el yo y el otro en relación a la imagen: ​por último, para que


suceda esta interactividad deben confluir tres elementos y/o procesos.
- Imagen digital:​ entendida como símbolo constituido tecnológicamente;
co-construcción entre un yo y un otro, mediada por la plataforma-aplicación
Instagram como su principal contenido. Esta imagen digital, en su sentido
literal, reúne un conjunto de elementos audiovisuales y escritos (pie de foto,
frases insertadas en la Story).

- Perfil: se materializa la representación del yo y yo del otro. El perfil permite la


construcción de una autoimagen biográfica constituida a partir de imágenes
digitales y descripciones escritas. La articulación entre presentación del yo y
perfil se programa por medio de las herramientas entregadas por Instagram.

- ​ n este momento, interactúan las imágenes digitales y los


Interactividad: e
perfiles. Se caracteriza por como el uso del tiempo y espacio se perciben de
manera distinta, debido al contacto simultáneo permanente y a una presencia
conectada y continua, permitiendo la expansión de fronteras, permite
fluctuación de relaciones, creando nuevos vínculos y consolidando los ya
existentes. Cabe aclarar que todo contexto interactivo se da de manera
descorporalizada entre las imágenes digitales y perfiles.

Instagram: ​Lugar donde se da la Interactividad entre el yo y el otro en relación a la


imagen, herramienta que la canaliza, entendida como una plataforma-aplicación y
red social cuya función principal es subir y almacenar contenido multimedia en el
espacio virtual y compartirlo con otros usuarios suscritos a la misma. Se caracteriza
por permitir la comunicación entre usuarios a través de material audiovisual
(especialmente fotografías pero también vídeos, imágenes, escritos; en pie de foto o
sobre las mismas) el que, de acuerdo con los intereses personales del usuario-yo,
puede ser publicado y almacenado de forma permanente en el albúm general o bien
a través de la función “Story”; caso en el que la información se retiene de forma
temporal en la red (24 hrs.) para luego desaparecer, todas estas piezas dispuestas
hacia la colectividad pueden ser almacenadas, de forma discreta, por el usuario-yo,
para ser revisadas posteriormente. Así también la plataforma posibilita comunicarse
de forma privada con los demás usuarios por medio de la función “Direct message”
(DM). Asimismo, en el contexto de la interacción, faculta al usuario-otro para
retroalimentar a través de comentarios, likes (aprobación) y las “story”, gracias a que
la aplicación permite al usuario-yo identificar que usuario las visualiza.
Bibliografía y fuentes digitales

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