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EL PROTAGONISMO DEL ESPÍRITU SANTO EN EL PROYECTO DIVINO

En la Confirmación, el Señor Jesús os comunicará el Espíritu Santo que es el Espíritu mismo de Dios. Se trata de la donación
de algo –o mejor, de Alguien– que pertenece a lo más íntimo y profundo del ser divino. Por eso, sólo lo podemos conocer por
lo que de él nos dice Dios en su Palabra. Sobre todo, por lo que de él nos ha revelado Jesucristo, que es el único que nos lo
podía contar, como nos advierte san Juan en su Evangelio: «A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno
del Padre, él lo ha contado» (Jn 1,18).

EL ESPÍRITU Y LA PALABRA DE DIOS EN LA CREACIÓN

Lectura ambiental
«Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era un caos informe; sobre la faz del Abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de
las aguas. Y dijo Dios: “que exista la luz”. Y la luz existió... Y dijo Dios: “que exista una bóveda entre las aguas”... Y así fue...». Concluida la creación del
mundo y del universo, «vio Dios que todo era bueno. Y dijo Dios: “hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”... Entonces, el Señor Dios modeló
al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo.» (Gén 1,1-2.26 y 2,7)

Desarrollo del tema


Hoy vamos a intentar entender lo primero que nos ha dicho Dios de su Espíritu, en esa primera página de la Biblia sobre la creación
del mundo y del hombre, que acabamos de escuchar:

1) Para la Biblia, la palabra «espíritu» significa «soplo o aliento vital». La respiración es, en efecto, la primera manifestación evidente
de la vida. Así, para saber si alguien se ha muerto o aún vive, nos acercamos hasta comprobar si todavía respira. Por eso, cuando el
autor bíblico nos quiere expresar que Dios era el único ser viviente antes de que se formase el universo y hubiese condiciones para la
vida, nos dice que «el Aliento o Espíritu de Dios se cernía sobre el abismo del caos original...» Ese Aliento Divino es, pues, síntoma
evidente de la Vida que Dios posee desde siempre, por ser Dios. Y nosotros sabemos –porque así se ha manifestado y finalmente se
nos reveló–, que en su esencia más íntima y vital Dios es: un Padre y el Hijo por él engendrado que, siendo un solo y único Dios, se
conocen y se aman mutuamente en el mismo y único amor. Dios es y vive así. Por eso se llama Espíritu Santo –o «Aliento de Dios»– al
Amor que, procediendo del Padre y el Hijo, constituye la vida misma de Dios como misterio de amor…

2) Por experiencia sabemos que, sólo cuando el aliento de alguien toma forma de palabra, puede decir y expresar «hacia fuera» lo
que interiormente piensa y sabe o quiere y desea quien la pronuncia. Por eso, sólo cuando Dios dice con el infinito poder vital de su
propio Espíritu lo que concibió en su Sabiduría y decidió realizar, sólo entonces se hace realidad «fuera de él»: «Y dijo Dios: “que exista
la luz”. Y la luz existió...». He aquí, pues, la primera actividad del Espíritu de Dios: su poder creador para hacer realidad lo que concibe
y quiere hacer Dios, fuera de sí, por puro amor.

3) La creación entera refleja así la Sabiduría y el Amor que su autor quería en ella plasmar. Por eso, conforme los seres por él
concebidos van tomando existencia, el escritor sagrado nos recuerda: «Y vio Dios que era bueno...» ¿Bueno para qué? No para Dios
que, por serlo, no necesita de ningún otro bien «exterior a él» que lo pueda enriquecer o del que se pueda beneficiar. Bueno para lo que
pretendía al crear: bueno para el hombre, la obra culminante de sus manos en la que él pensaba mientras hacía todas las demás. Y así,
el texto inspirado nos sigue indicando que, cuando estuvieron acabados el cielo y la tierra, dijo finalmente Dios: «“hagamos al hombre
a nuestra imagen y semejanza”... Entonces, el Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz un aliento de vida, y
el hombre se convirtió en ser vivo...».

4) Fue, pues, al modelar la naturaleza humana como quiso Dios plasmar fuera de sí, de modo visible, esa «imagen» de sí mismo que
es el Hijo, al que ama con el mismo Amor con el que es por el Hijo amado en su intimidad. El hombre aparece así: como la naturaleza
en que Dios mismo pudiera expresarse de forma visible; como el lugar donde dar cabida a «su propio Espíritu» y hacer experiencia del
amor que a él lo asemejase. He aquí pues la actividad del Espíritu de Dios en el hombre: darle la capacidad para amar al modo como
ama Dios, haciéndolo así imitador y partícipe de la vida divina... Por eso, acabará por decirnos san Juan: «el amor es de Dios, y todo el
que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor» (1Jn 4,7-8).
Evaluación
– ¿Qué cualidades de Dios manifiestan el universo y el mundo por él creados? (su sabiduría y su amor al hombre)
– ¿Qué quiere expresar la Biblia, cuando dice: «el aliento de Dios se cernía sobre las aguas del abismo o caos inicial»? (que el Espíritu
del Dios viviente es el único capaz de crear y dar ser a las cosas)
– ¿Por qué sólo al hablar de la creación del hombre dice la Escritura que «Dios sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se
convirtió en ser vivo»? (para indicar que el hombre está diseñado por Dios como ser capaz de amar y ser así semejante a Dios en
su vida, a cuya participación eterna lo destinaba)

Evaluación
– ¿Qué cualidades de Dios manifiestan el universo y el mundo por él creados? (su sabiduría y su amor al hombre)
– ¿Qué quiere expresar la Biblia, cuando dice: «el aliento de Dios se cernía sobre las aguas del abismo o caos inicial»? (que el Espíritu
del Dios viviente es el único capaz de crear y dar ser a las cosas)
– ¿Por qué sólo al hablar de la creación del hombre dice la Escritura que «Dios sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se
convirtió en ser vivo»? (para indicar que el hombre está diseñado por Dios como ser capaz de amar y ser así semejante a Dios en
su vida, a cuya participación eterna lo destinaba)

Evaluación
– ¿Qué cualidades de Dios manifiestan el universo y el mundo por él creados? (su sabiduría y su amor al hombre)
– ¿Qué quiere expresar la Biblia, cuando dice: «el aliento de Dios se cernía sobre las aguas del abismo o caos inicial»? (que el Espíritu
del Dios viviente es el único capaz de crear y dar ser a las cosas)
– ¿Por qué sólo al hablar de la creación del hombre dice la Escritura que «Dios sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se
convirtió en ser vivo»? (para indicar que el hombre está diseñado por Dios como ser capaz de amar y ser así semejante a Dios en
su vida, a cuya participación eterna lo destinaba)

Evaluación
– ¿Qué cualidades de Dios manifiestan el universo y el mundo por él creados? (su sabiduría y su amor al hombre)
– ¿Qué quiere expresar la Biblia, cuando dice: «el aliento de Dios se cernía sobre las aguas del abismo o caos inicial»? (que el Espíritu
del Dios viviente es el único capaz de crear y dar ser a las cosas)
– ¿Por qué sólo al hablar de la creación del hombre dice la Escritura que «Dios sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se
convirtió en ser vivo»? (para indicar que el hombre está diseñado por Dios como ser capaz de amar y ser así semejante a Dios en
su vida, a cuya participación eterna lo destinaba)

Evaluación
– ¿Qué cualidades de Dios manifiestan el universo y el mundo por él creados? (su sabiduría y su amor al hombre)
– ¿Qué quiere expresar la Biblia, cuando dice: «el aliento de Dios se cernía sobre las aguas del abismo o caos inicial»? (que el Espíritu
del Dios viviente es el único capaz de crear y dar ser a las cosas)
– ¿Por qué sólo al hablar de la creación del hombre dice la Escritura que «Dios sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se
convirtió en ser vivo»? (para indicar que el hombre está diseñado por Dios como ser capaz de amar y ser así semejante a Dios en
su vida, a cuya participación eterna lo destinaba)

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