Está en la página 1de 12

Una sentencia esclarecedora sobre la acción de impugnación del reconocimiento paterno

promovida por el reconociente.


- Comentario al fallo "V.P.R. c/ S. V. N. S. S/ ORDINARIO IMPUGNACIÓN DE
FILIACIÓN" del JUZGADO DE FAMILIA DE CHAJARÍ (Entre Ríos)(*) –

Por Jorgelina
Guilisasti(*)

1. Breve reseña del caso


El padre de un niño al que había reconocido promueve la acción de impugnación de
dicho reconocimiento. Asimismo, alega que este acto debía ser anulado por dolo de su
pareja, con la que había tenido otros hijos, que lo indujo a realizar ese emplazamiento
filiatorio. Por esta razón, invoca haber sufrido daño. Como prueba de la acción acompaña
una prueba de ADN de la que surge su exclusión como padre del niño. La madre se allana
a la impugnación pero niega el resto de los hechos afirmados por el actor, en particular el
supuesto dolo, dado que el reconocimiento se produjo casi dos años después del
nacimiento, por lo que éste fue voluntario y sin participación de la madre. Por otra parte,
manifiesta que la relación con el actor es de hace varios años y de la misma nació el hijo
mayor y una niña de un año, a la que todavía no había reconocido. La jueza de familia de
la ciudad de Chajarí (Entre Ríos) da intervención al equipo técnico interdisciplinario del
juzgado de donde resultan los lazos afectivos familiares del niño hacia el actor e incluso
de éste hacia el primero. Asimismo, designa tutor especial al hijo que se pretende
desplazar. En la sentencia, con un minucioso razonamiento, en el que aplica las normas
del código vigente en forma sistémica, las constitucionales y las convencionales, define
su decisión bajo el principio que impone supeditar las resoluciones al interés superior del
niño. La resolución final es el rechazo de la acción de impugnación del reconocimiento
ya que en sus argumentos descarta la procedencia de la nulidad, sin eludir el tratamiento
de la identidad en el caso concreto. Asimismo, exhorta a la madre para que, con el debido
asesoramiento letrado o del Ministerio Público de la defensa, determine la paternidad de
sus dos hijos.

2. Análisis del fallo


El fallo bajo análisis realiza una clara diferenciación entre la acción de impugnación del
reconocimiento y la de nulidad de este acto, cuando es promovida por el reconociente.
Sin embargo, la decisión de la magistrada no se reduce a una aplicación teórica de
posturas doctrinarias sobre la procedencia de la acción, sino que se fundamenta en el
resguardo del interés superior del niño E. y el derecho a su identidad dinámica.

2.1. Acciones de estado de familia


Cabe recordar que la filiación es el vínculo jurídico que une a una persona con sus
padres. Para determinarlo, hay que establecer las fuentes de dicho vínculo, que consisten
en hechos o actos que dan origen al vínculo jurídico paterno-materno/filial.A diferencia
del Código Civil derogado, que sólo reconocía dos fuentes de filiación, la biológica y la
adoptiva, el Código Civil y Comercial de la Nación las amplía a tres: la filiación por
naturaleza, la derivada de técnicas de reproducción humana asistida y la adoptiva[1] .En
el caso de las dos primeras fuentes (por naturaleza y por TRHA), Galli Fiant sostiene que
el Código Civil y Comercial “responde a un paradigma o modelo Dualista, porque se
basa en fundamentos diferenciados según la fuente de filiación”[2]. Siguiendo a la
mencionada autora, esto se debe a que se opta “por la determinación conforme a la
verdad biológica en la filiación por naturaleza y la determinación conforme a la voluntad
procreacional en la filiación por TRHA”[3]
Esta distinción repercute en la caracterización de ambos sistemas filiatorios, en cuanto a
las condiciones legales para el ejercicio de las acciones de filiación, ya que en el caso de
las acciones por naturaleza se da un sistema amplio, mientras que en el de TRHA es
cerrado[4].En el código derogado, no se regulaba el vínculo filiatorio correspondiente a
las TRHA como fuente y a diferencia del actual, la filiación biológica preveía una
legitimación activa para el hijo sin límites, pero la restringía para los restantes
legitimados.Para analizar las acciones de filiación, es necesario hacer una breve
referencia a las acciones de estado de familia, dentro de las cuales se encuadran aquellas.
Las acciones de estado son las que tienen como finalidad declarar la existencia de los
presupuestos de un determinado emplazamiento en el estado, o constituir, modificar o
extinguir un emplazamiento.
En cuanto a las características, estas acciones son inalienables, irrenunciables e
imprescriptibles. Sin embargo, los derechos patrimoniales ya adquiridos, están sujetos a
prescripción[5]. Por otra parte, son inherentes a las personas legitimadas por la ley, por lo
que resulta inadmisible la subrogación. Sin embargo, esto no impide que sean
promovidas por los representantes de los menores de edad, de los incapaces o de las
personas con capacidad restringida[6]. Se pueden clasificar, de acuerdo al efecto de la
sentencia, en constitutivas y declarativas. En el primer caso crean o modifican un estado
de familia ex novo, y en el segundo, retrotraen sus efectos al momento en que existe el
presupuesto.
Por su vinculación con el título de estado de familia, se clasifican, a su vez, en acciones
de emplazamiento y de desplazamiento en el estado de familia. Las primeras tienden a
instituir a una persona en un vínculo de familia, mientras que las segundas la expulsan de
éste[7].Las acciones de filiación por naturaleza son siempre declarativas y desde el punto
de vista del título de estado que persiguen, pueden ser de emplazamiento (reclamación) o
de impugnación (contestación).
Este es el criterio seguido por el código unificado en relación con las acciones de
filiación, al que se le agrega el carácter matrimonial o extramatrimonial del estado
filiatorio que se pretende obtener o desplazar.
Las acciones de filiación se refieren, en principio, a la filiación por naturaleza ya que, de
acuerdo a la perspectiva del nuevo ordenamiento, se prohíben en la filiación por TRHA,
cuando hay consentimiento previo, libre e informado para el sometimiento de dichas
técnicas (artículos 576 a 593 CCCN).
En síntesis, se refieren a la determinación de la maternidad y de la paternidad,
matrimonial o extramatrimonial[8], por lo que quedan comprendidas las siguientes: a)
acciones de reclamación de la filiación: matrimonial y extramatrimonial; b) acciones de
impugnación de la filiación: de la maternidad, de la filiación matrimonial y del
reconocimiento.

2.2.Acción de impugnación del reconocimiento


Se puede describir a las acciones de impugnación como aquellas que corresponden al hijo
y a otros legitimados para lograr el desplazamiento cuando el vínculo jurídico materno o
paterno no concuerda con la verdad biológica, si la filiación es por naturaleza.
Para el estudio de las acciones de impugnación de la filiación corresponde distinguir, en
primer término, si se trata de la maternidad (matrimonial o extramatrimonial), de la
filiación presumida por la ley o del reconocimiento. Asimismo, en el segundo caso
(filiación presumida por ley), se desagregan tres acciones: la de impugnación, la de
negación y la preventiva.
Para este trabajo, nos referiremos sólo a la impugnación del reconocimiento, que es la
que se encuentra comprendida en el fallo comentado.
En este caso, lo que se impugna es el reconocimiento del padre, como consecuencia del
art. 571 CCCN, que admite sólo el reconocimiento paterno[9], ya que la maternidad se
determina conforme al art. 565 CCCN, es decir, por el parto y la identidad del niño[10].
La acción busca dejar sin efecto el reconocimiento voluntario, ante la falta de nexo
biológico entre reconociente y reconocido.
El art. 593 regula esta acción de la siguiente manera: “El reconocimiento de los hijos
nacidos fuera del matrimonio puede ser impugnado por los propios hijos o por los
terceros que invoquen un interés legítimo. El hijo puede impugnar el reconocimiento en
cualquier tiempo. Los demás interesados pueden ejercer la acción dentro de un año de
haber conocido el acto de reconocimiento o desde que se tuvo conocimiento de que el
niño podría no ser el hijo”.
La legitimación activa recae sobre el hijo, en cuyo caso la dirigirá contra el reconociente
o sus herederos. También están legitimados para accionar los terceros interesados, entre
los que se encuentra el verdadero padre y la madre del niño[11].
En este caso, la acción se promueve contra el reconociente y el hijo, como lo señala la
jueza en la sentencia, ante la deficiencia en la integración de la legitimación pasiva,
porque no se había demandado al niño E., pese a tratarse de su desplazamiento filiatorio.
Cabe señalar la posibilidad de que el reconociente, pese a no ser el padre, se pueda
oponer a que prospere la acción cuando es demandado, en virtud del vínculo afectivo que
lo une con el hijo, aunque no coincida con la verdad biológica. Sería de aplicación en este
supuesto lo sostenido por la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires
en los autos “M., J. F. c. M., E. J. s/ filiación - impugnación de paternidad”, del 5 de abril
de 2013[12], que se analizará más adelante.
El hijo puede promover la acción durante toda su vida, pero para los terceros con interés
legítimo, caduca dentro del año siguiente luego de haber “conocido el acto de
reconocimiento o desde que se tuvo conocimiento de que el niño podría no ser el hijo”.
Se advierte que el término “niño” no debe ser interpretado literalmente, dado que el
tercero pudo haber tomado conocimiento de esta circunstancia siendo adolescente o
incluso mayor de edad.
En cuanto al reconociente, consideramos que la acción de impugnación le está vedada
como consecuencia de la irrevocabilidad del reconocimiento (art. 573 CCCN)[13], como
se sostiene en el fallo, con respaldo de doctrina y jurisprudencia[14].
Sin embargo, si ese reconocimiento fue realizado sin discernimiento (art. 261 CCCN), o
con la voluntad viciada por error (art. 265 y 267 CCCN)[15], dolo (art. 271y 272 CCCN)
o violencia (art. 276 CCCN), puede ser anulado, como cualquier acto jurídico[16]. En
todos los casos, para que prospere la nulidad, deben darse dos requisitos: la falta de
discernimiento o el vicio de la voluntad y la falta de nexo biológico con el hijo
reconocido en consecuencia[17].
Es decir, la nulidad no prosperaría si, pese a darse cualquiera de las primeras situaciones,
no se da la segunda y el hijo fue concebido por el que lo reconoce. En este aspecto,
consideramos que, al tratarse de una filiación por naturaleza, no puede admitirse la
nulidad del acto por la nulidad misma, si ese tipo de vínculo existe.
Por otra parte, se sostiene que en el caso del reconocimiento complaciente, el
reconociente no podría plantear ni la impugnación de su reconocimiento ni la
nulidad[18]. En el fallo de Chajarí, la magistrada desarrolla como primera cuestión, la
referida al reconocimiento y las acciones antes mencionadas (impugnación y nulidad).
Coincidimos con todas sus consideraciones, salvo en la referida a la posibilidad de que
prospere la nulidad del reconocimiento, si hay vínculo biológico[19]. Se advierte, sin
embargo, que parte de la doctrina admite la legitimación activa del reconociente para
promover la acción de impugnación[20], postura que ha sido acogida por la
jurisprudencia en algunos casos[21]. Esta postura fue sostenida por el Ministerio Público
de la Defensa, que en el dictamen de segunda instancia propone la revocación del fallo
recurrido[22]. Por último, se destaca que, a diferencia de las acciones de reclamación y
de impugnación, sujetas a caducidad para los terceros, la acción de nulidad se encuentra
alcanzada por la prescripción, que es de dos años (art. 2562 inc a, CCCN) computados
desde el momento previsto para cada caso en el art. 2563 CCCN[23].

2.3.La identidad en el debate


En miras a destacar la relevancia del fallo, consideramos que esta deriva del modo en que
resuelve la tensión que surge de la confrontación de la acción promovida por el
reconociente y la identidad del niño reconocido. Esta tensión se refleja tanto en el debate
de las acciones promovidas: nulidad o impugnación del reconocimiento, como en el
derecho a la identidad del niño, a la luz del principio rector que obliga a atender su mejor
interés. Esta discusión se dirimió en la alzada, frente a la apelación del accionante y el
dictamen del Ministerio Público, que consideró que el fallo vulneraba el derecho a la
identidad de su representado. Consideramos que la sentencia puede generar distintas
opiniones, dado que deja de lado el paradigma de “verdad biológica”, como único
eslabón en la cadena que conduce a la identidad del niño[24]. Por otra parte, también
cabe reflexionar sobre la apreciación que hace la jueza de familia de la conducta del
actor, la que se repite con frecuencia en los tribunales y muchas veces finaliza con la
acción de desplazamiento del niño al que reconoció, a sabiendas de que no era su padre,
en virtud del mencionado paradigma. El operador jurídico deberá analizar este fallo y
cotejarlo con sus propias experiencias, ante casos similares, en los que no hay adecuación
de nexo biológico entre el niño y el reconociente.[25]
De la sentencia judicial surge que el tema a resolver se centra, en principio, en la
indisponibilidad de la acción de desplazamiento por parte del hombre que reconoció, a
sabiendas, un hijo sin ser el padre y pretende desandar ese camino a través de la acción de
impugnación. Es significativo remarcar que, en este caso, como sucede en otras
situaciones, se acompaña la prueba genética realizada con anterioridad, de cuyos
resultados surge la exclusión del reconociente como padre del niño. Por esa razón, la
madre se allana a la demanda de impugnación, pero niega categóricamente el vicio de la
voluntad invocado. Cabe advertir que para ella había caducado la acción de impugnación,
por el transcurso del plazo de un año desde el acto de reconocimiento, del que tenía
conocimiento. Sin embargo, la jueza considera, con razón, que la cuestión debatida es de
orden público y se encuentra fuera del ámbito dispositivo de las partes. Por ese motivo,
dio intervención al ETI del juzgado y designó tutor ad litem al niño, de 4 años en esa
época, dado que, en esas circunstancias, entendió que carecía de representación.

2.4.Los sentimientos del niño y su identidad


Como lo hizo la magistrada, daremos una mirada centrada en el niño y su derecho a ser
oído en esta causa que involucra sus derechos esenciales (identidad e intimidad). En la
sentencia se expresa: “En cuanto a las relaciones existentes en el grupo familiar, surge
claramente del informe del ETI de este Juzgado obrante a fs. 27/28 y vta. y del acta de
audiencia llevada a cabo en presencia de esta autoridad judicial, que el grupo familiar
está compuesto por V. S.S., P. R. V. (progenitores no convivientes) y por los niños L. A.
V. de diez años de edad, E. N. S. V. de cuatro años y la pequeña D. M.S. de apenas un año
de edad (hija del Sr. V. según los dichos de la progenitora, sin embargo el Sr. V. no
menciona a la niña, confr. informe de ETI). Conforme dicha entrevista, la relación entre
la Sra. S. y el Sr. V. data desde hace aproximadamente diez años, al comienzo no
convivieron y cada uno tenía su vida sentimental intermitente, hasta el nacimiento del
niño E. No resultan exactos, tampoco coincidentes, los datos y hechos relatados por los
adultos, sin embargo, de la audiencia celebrada surge que, el Sr. V. le ha dado trato de
padre a todos los niños y que fundamentalmente el niño E. considera al Sr. V. como su
padre (confr. acta de audiencia de fs. 29 y vta.). Los niños viven con su madre y el
progenitor los visita. Es decir que, aunque los progenitores no conviven, las conductas
desplegadas por los adultos, aún, las que intentan omitir datos, me llevan a la convicción
de que en esta familia se han entretejido a lo largo de varios años, sentimientos, lazos y
vínculos que otorgan una identidad familiar, más allá del “emplazamiento filial”.
La magistrada tuvo en cuenta la opinión del niño, a través de lo que éste expresó en la
entrevista con el E.T.I. Compartimos la opinión de la magistrada referida a la identidad
familiar expresada por el niño y convalidada por los adultos, por lo que no se puede
omitir tener en cuenta lo que el niño pueda expresar al respecto. Es determinante su
opinión en estos procesos, si la expresa con libertad y dentro de un ámbito acorde con su
edad y su capacidad progresiva. No se trata de interrogarlo sobre el litigio, pero si se lo
indaga sobre su nombre o sus familiares, con naturalidad y en forma espontánea, el niño
dará cuenta de su nombre y apellido, de quiénes son sus padres, abuelos, tíos y primos,
como cualquier niño de su edad. Desde su perspectiva, también podrá expresar sus
sentimientos, dado que, si quiere al hombre que reconoce como padre, no lo podrá
ocultar, y esto reflejará la percepción de sí mismo dentro de su entorno familiar. De eso
se trata la identidad dinámica[26], como lo señala la jueza en la sentencia[27],
argumentos que se confirman en la alzada[28]. Como cierre de estos argumentos, en
ambas instancias se analizó el derecho a la identidad dinámica del niño E. bajo el
principio de resguardo de su mejor interés, conforme al art. 3 CDN, a la ley 26061 y a la
ley 9861.
En este sentido, el hilo argumental de la sentencia de primera instancia culmina con un
resguardo del ISN, en el caso concreto, cumpliendo con el mandato convencional,
como también con los arts. 1, 2 y 706 CCCN.
3. Otros antecedentes en los que se ha rechazado la impugnación
Es oportuno recordar dos casos en los que se rechazaron acciones de impugnación, en
situaciones diferentes, ambos resueltos por Cortes provinciales. El primero es el fallo de
la Suprema Corte de Mendoza, Sala I[29], de fecha 12/05/2006, en la que el actor (sin
legitimación reconocida por el Código Civil vigente en ese entonces), promovió una
demanda por impugnación de la paternidad matrimonial pues afirmó ser el padre
extramatrimonial de la niña nacida de una mujer casada con quien relató haber tenido
relaciones extramatrimoniales y solicitó que se declare la inconstitucionalidad del art. 259
del Cód. Civil que le vedaba la legitimación activa. Tanto en primera como en segunda
instancia, se rechazó el pedido de declaración de inconstitucionalidad y se declaró
improponible la demanda porque el actor no tenía legitimación sustancial activa. Esto
dio lugar al recurso ante la máxima instancia provincial, que también rechazó los recursos
de inconstitucionalidad y de casación. En su voto, que fue compartido por los integrantes
de la Sala, la Dra. Kemelmajer de Carlucci desarrolló los argumentos que concluyeron en
apreciaciones referidas a la niña cuya identidad se encontraba controvertida. De la
conclusión de los mencionados argumentos, destacamos los que se centran en la
mencionada niña, que entonces tenía 3 años, por su conexión con el fallo analizado. Al
respecto, la magistrada sostiene que, al desconocerle la legitimación activa pretendida, se
reconoce que el marido de la madre, con quien convive, asume el verdadero rol de padre,
asumiendo todos los deberes derivados de la filiación jurídica el que, a su vez, la ama y la
cuida. Considera también que, de prosperar la legitimación pretendida y de tener éxito la
demanda, se desplazaría a la niña de su situación, con todo lo que implica para ella por lo
que el Estado, “vendría a interferir en la intimidad familiar, en el derecho a la vida
familiar de los demandados, sin tener certeza que tal modificación respeta el interés
superior de la niña, protegida hoy a través de su familia legítima más allá del dato
genético que el actor se atribuye”. Por eso concluye afirmando: “el principio de
precaución me impone, por el momento, cerrar la posibilidad de tal injerencia estatal en
el ámbito de la vida familiar de esta niña de tan corta edad.”
Las diferencias son evidentes tanto desde el punto de vista de la situación en la que se
encuentran los niños, como las acciones entabladas y sus respectivas legitimaciones. Sin
embargo, surgen similitudes si se pone en consideración la situación del niño/niña cuya
identidad estática derivada de la verdadera filiación biológica no coincide con la
dinámica que lo/la emplaza como hijo/a de un padre del que ha recibido el cuidado y el
trato de tal.
El otro caso se refiere a una acción de impugnación promovida por la madre de una niña
contra el hombre que la reconoció emplazándola como su hija extramatrimonial y fue
resuelto por la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, por mayoría,
el 5 de abril de 2013[30].La Corte, con votos divididos, hace lugar al recurso de
inaplicabilidad de ley interpuesto por el demandado, que había reconocido a la hija de su
pareja, lo que dio lugar a un vínculo paterno filial que se mantuvo en el tiempo,
consolidándose aún después de haberse separado de la madre de la niña. El Procurador
del máximo tribunal de la Provincia de Buenos Aires hace hincapié en la llamada
identidad dinámica, en virtud de la relación consolidada entre el demandado y la niña
reconocida por éste. Los argumentos vertidos en su dictamen dan cuenta de la
posibilidad de considerar otras nociones de identidad, en resguardo del interés superior
del niño, como lo dispone el art. 3 de la CDN. Esta opinión fue compartida por la
mayoría de los vocales, que resolvieron hacer lugar al recurso de inaplicabilidad de ley y
en consecuencia revocar el fallo que hizo lugar a la demanda de impugnación de la
paternidad extramatrimonial[31]. Por otra parte, en una etapa del juicio se había
escuchado a la niña, constatándose el estrecho vínculo con el demandado. También, en
este fallo existen diferencias con el caso bajo análisis, ya que la acción es de impugnación
y fue promovida por la madre en representación de su hija, frente a la oposición del
reconociente, que deseaba mantener el vínculo paterno-filial.
Sin embargo, el centro del análisis fue la identidad desde el punto de vista dinámico,
argumento sobre el que se explaya el juez en la sentencia bajo análisis.
Estos antecedentes de dos cortes provinciales dan cuenta de una perspectiva más amplia
al momento de analizar la filiación, en consonancia con la identidad, lo que implica
apartarse del paradigma de la verdad biológica, en la filiación por naturaleza.
En el ámbito provincial, encontramos un precedente con otras características pero que
arriba a la misma resolución, con el agravante de la denuncia penal contra el
reconociente, en segunda instancia.
El caso parte de una demanda de nulidad de reconocimiento paterno del hijo, presentada
tanto por el reconociente como por la madre. Esta acción de “nulidad conjunta” dio lugar
a la designación de un tutor especial del niño reconocido, la que interpone excepción de
prescripción, dado que la nulidad invocada se fundaba en el supuesto error. El juez hace
lugar a esta excepción y rechaza la demanda, considerando prescripta la acción, pero con
argumentos referidos a la identidad dinámica del niño en virtud del emplazamiento que
ostentaba[32]. A diferencia del fallo bajo análisis, no había una prueba genética realizada
con anterioridad a la demanda.
En segunda instancia se confirma la sentencia en todos sus términos[33], ampliándose los
fundamentos referidos a la falta de legitimación del reconociente para promover la
impugnación de su reconocimiento y la ausencia del error invocado como causa de la
nulidad. Además, ante la posible comisión del delito de suposición de estado, ordena la
remisión al Ministerio Público Fiscal para la denuncia penal correspondiente contra el
reconociente[34].
Cabe mencionar que, en este caso, el Ministerio Público de la Defensa también dictaminó
a favor de la revocación de la sentencia de primera instancia y solicitó tanto la realización
de la prueba de ADN como que sea escuchado. A este dictamen adhirió el Ministerio
Público Fiscal.

4. Final abierto
Este fallo destraba las tensiones existentes entre la verdad biológica y la identidad
dinámica de un niño que transita su primera infancia con sólidos fundamentos y en
resguardo de su interés superior. Esta resolución judicial esclarecedora será un pilar para
futuros casos en los que se debatan los aspectos de la identidad de un NNA.
(*)Expte. Nº 5098/17 - Expte. Nº 5098/17 - "V. P. R. c/ S. V. N. S. S/ ORDINARIO
IMPUGNACIÓN DE FILIACIÓN" – JUZGADO DE FAMILIA DE CHAJARÍ (Entre
Ríos) - 17/11/2017 (Sentencia confirmada por la Cámara de Apelaciones en lo Civil y
Comercial de Concordia) - elDial.com - AAAE45

(*)Abogada especializada en Derecho de Familia; profesora adjunta ordinaria de Derecho


de Familia de la FCJS de la UNL; profesora de Derecho de familia de la Facultad Teresa
de Avila de la UCA – Sede Paraná; Vocal titular del Colegio de Abogados de la Provincia
de Entre Ríos (CAER)
[1] “La filiación puede tener lugar por naturaleza, mediante técnicas de reproducción
humana asistida, o por adopción” (art. 558 primer párrafo CCCN).
[2] Galli Fiant, M. M., “Acciones de filiación en el Código Civil y Comercial”, en
Revista Derecho de Familia y de las Personas. Año VII. Número 9. Editorial LA LEY,
Octubre 2015, pág. 20 y ss.
[3] Galli Fiant, M.M., op. cit.. Ver también su crítica al sistema actual, desde la
perspectiva del resguardo a los derechos fundamentales de las personas y su protección
constitucional. En cambio, suscriben el sistema del CCCN, Kemelmajer de Carlucci,
A., Lloveras, N. y Herrera, M., Tratado de derecho de familia, según el Código Civil y
Comercial de 2014, T.II, Rubinzal- Culzoni, Sta Fe, 2014, p. 559
[4] Galli Fiant, op. cit.. En el mismo sentido: Basset, U. C., en Código Civil y
Comercial comentado. Tratado exegético, T III, La Ley, Bs. As. 2015, p. 569 y 570
[5] Art. 576 CCCN: “El derecho a reclamar la filiación o de impugnarla no se extingue
por prescripción ni por renuncia expresa o tácita, pero los derechos patrimoniales ya
adquiridos están sujetos a prescripción”. Esta última característica resulta de gran
trascendencia cuando se promueven acciones post mortem.
[6] Basset, U., “Código Civil y Comercial comentado. Tratado exegético”, T III, La Ley,
Bs. As. 2015, p. 569
[7] Basset, U., idem, p. 566
[8] En cuanto al método, las acciones de filiación están legisladas en los últimos tres
capítulos del Título V – Filiación - del Libro Segundo del CCCN, a las que se les asigna
el Capítulo 6 – Acciones de filiación. Disposiciones generales -, el Capítulo 7 – Acciones
de reclamación de filiación - y el Capítulo 8 – Acciones de impugnación de filiación -.
[9] El art. 571, que se refiere a las formas del reconocimiento, establece: La paternidad
por reconocimiento del hijo resulta: a) de la declaración formulada ante el oficial del
Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas en oportunidad de inscribirse el
nacimiento o posteriormente; b) de la declaración realizada en instrumento público o
privado debidamente reconocido; c) de las disposiciones contenidas en actos de última
voluntad, aunque el reconocimiento se efectúe en forma incidental.
[10] Art. 565 CCCN: Principio general. En la filiación por naturaleza, la maternidad se
establece con la prueba del nacimiento y la identidad del nacido. La inscripción debe
realizarse a petición de quien presenta un certificado del médico, obstétrica o agente de
salud si corresponde, que atendió el parto de la mujer a quien se atribuye la maternidad
del nacido. Esta inscripción debe ser notificada a la madre, excepto que sea ella quien la
solicita o que quien denuncia el nacimiento sea su cónyuge. Si se carece del certificado
mencionado en el párrafo anterior, la inscripción de la maternidad por naturaleza debe
realizarse conforme a las disposiciones contenidas en los ordenamientos relativos al
Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas.
[11] Ursula Basset sostiene que la madre no se encuentra incluida dentro de los “terceros
interesados”, por lo que la legitimación activa para impugnar el reconocimiento es más
restringida, en comparación con la impugnación de la filiación presumida por ley (op.
cit., p.620)
[12] SCBA, 05/04/2013, “M., J. F. c. M., E. J. s/ filiación - impugnación de paternidad”.
Boletín InfoJUBA n° 97 junio 2013 en
http://www.scba.gov.ar/BoletinSCBA/infojuban97.htm#Menu. La Corte bonaerense, por
mayoría, en este polémico fallo, hace lugar al recurso de inaplicabilidad de ley
interpuesto por el demandado, que había reconocido a la hija de su pareja, lo que dio
lugar a un vínculo paterno filial que se mantuvo en el tiempo, consolidándose aún
después de haberse separado de la madre de la niña. El Procurador del máximo tribunal
de la Provincia de Buenos Aires hace hincapié en la llamada identidad dinámica, en
virtud de la relación consolidada entre el demandado y la niña reconocida por éste. Los
argumentos vertidos en su dictamen dan cuenta de la posibilidad de considerar otras
nociones de identidad, en resguardo del interés superior del niño, como lo dispone el art.
3 de la CDN. Esta opinión fue compartida por la mayoría de los vocales, que resolvieron
hacer lugar al recurso de inaplicabilidad de ley y en consecuencia revocar el fallo que
hizo lugar a la demanda de impugnación de la paternidad extramatrimonial.
[13] Art. 573 del CCCN. Caracteres del reconocimiento. El reconocimiento es
irrevocable, no puede sujetarse a modalidades que alteren sus consecuencias legales, ni
requiere aceptación del hijo.
[14] La magistrada sostiene: “En este punto me inclino por la tesis que sostiene la
imposibilidad de considerar al reconociente como tercero interesado sin límites, pues ello
avalaría una conducta no sólo contraria a los propios actos, sino que también configura
un obrar ilícito tipificado en nuestro ordenamiento penal como el delito de supresión y
suposición del estado civil y de la identidad (arts. 138 y ss., C. P.)”.
[15] En un fallo de la ciudad de Paraná que se encuentra confirmado por la alzada, a raíz
de una acción de nulidad interpuesta por el reconociente en forma conjunta con la madre
del niño, el tutor especial designado interpuso excepción de prescripción. El juez de
familia hizo lugar a la excepción, por lo que la nulidad del reconocimiento no prosperó;
esta resolución fue confirmada por la Sala I de la Cámara 2ª. Apelaciones de Paraná (“B.
P. M. G. y S. J. M. s/ impugnación de reconocimiento”, Expte. Nº 16167 4, 12/06/2015,
Juzgado de Familia N° 1 – hoy n° 4-, Secretaría N° 4, de Paraná, Dr. Tulio Rodriguez
Signes; la sentencia se encuentra firme)
[16] Basset, U.C., op. cit., p. 567 y 620
[17] Ver Krasnow, A. N. y ot., “Derecho de las familias y las sucesiones”, La Ley, 2018,
p. 560 y sigs.
[18] Kemelmajer de Carlucci, A. y ot. “Tratado de derecho de familia”, T II, Rubinzal-
Culzoni, 2014, p. 886/7
[19] Luego de transcribir un fallo en este sentido, el considerando 2.1 concluye: “En
síntesis, en la acción de nulidad, no está en juego ni se discute si el reconociente es en
verdad el padre o la madre del reconocido como en la acción de impugnación”.
[20] Galli Fiant sostiene que deben darse ambos recaudos pero asignándole al
reconociente legitimación activa para promover la acción de impugnación (op. cit.)
[21] En el mismo sentido CApelEsquel, “C. C., J. A. c. B., E. B. s/ acción de nulidad de
reconocimiento”, 07/11/2014, LLPatagonia 2015 (abril), 23/04/2015, 882
[22] En la sentencia de la alzada se consigna: “se expidió la representante del Ministerio
Público de la Defensa, postulando en el memorial la revocación de la sentencia de grado,
fundando, en esencia, en que debía prevalecer el interés superior de su asistido; y la
realidad biológica por sobre la realidad fáctica”.
[23] Art. 2563. Cómputo del plazo de dos años. En la acción de declaración de nulidad
relativa, de revisión y de inoponibilidad de actos jurídicos, el plazo se cuenta: a) si se
trata de vicios de la voluntad, desde que cesó la violencia o desde que el error o el dolo se
conocieron o pudieron ser conocidos; b) en la simulación entre partes, desde que,
requerida una de ellas, se negó a dejar sin efecto el acto simulado; c) en la simulación
ejercida por tercero, desde que conoció o pudo conocer el vicio del acto jurídico; d) en la
nulidad por incapacidad, desde que ésta cesó; e) en la lesión, desde la fecha en que la
obligación a cargo del lesionado debía ser cumplida; f) en la acción de fraude, desde que
se conoció o pudo conocer el vicio del acto; g) en la revisión de actos jurídicos, desde que
se conoció o pudo conocer la causa de revisión.
[24] Ver al respecto, Kemelmajer de Carlucci y ot., op. cit., p. 890 y sigs.
[25] Como tutora ad litem, intervine en un juicio de nulidad de reconocimiento por vicio
de la voluntad en el que un niño de 6 años preguntaba, a raíz de la ruptura de la
relación por parte del reconociente, ¿por qué mi papá no me saluda? Si bien en ese juicio
todo parecía demostrar que en realidad había reconocido al niño por error, creyendo, con
fundamento, que era el padre, el sufrimiento de ese niño cuando “su papá” rompió en
forma abrupta el vínculo cuando develó la verdad, era conmovedor
[26] Fernandez Sessarego, C., Derecho a la identidad personal, Editorial Astrea, 1ª.
edición, Buenos Aires, 1992
[27] En la sentencia se concluye: “Este desarrollo permite concluir que no debe
confundirse el derecho a la identidad con el derecho a la filiación. La diferencia radica en
que mientras el derecho a la identidad en su aspecto estático comprende el acceso a la
verdad de origen; el derecho a la filiación se refiere al derecho de toda persona a contar
con un doble emplazamiento. Es así que en la actualidad se encuentra garantizado para el
niño E. ambos aspectos de su derecho a la identidad y a la filiación”
[28] En su voto el primer vocal expresa: “En el caso concreto, como bien se puso de
resalto en la sentencia recurrida, ante la tensión y pugna entre el derecho a la identidad, y
el derecho a la filiación, primó éste, que en adecuada composición y complementación
con la faz "dinámica" del primero; posibilita hoy a un niño de "casi" cinco años de edad
(partida de f. 3), formar parte de una familia (arts. 17 C.A. sobre DD. Humanos; 23 del
P.I. de DD. Civiles y Políticos); junto con sus dos hermanos (informe ETI: fs. 27/28vta.);
sosteniendo el rol de padre del impugnante; manteniendo el status quo imperante en
cuanto al doble emplazamiento filiatorio del cual goza (con las responsabilidades y
obligaciones tutelares que la paternidad impone); conforme la valoración y los afectos del
propio E.; quien en palabras de los principales adultos involucrados (acta de f. 29/vta.),
reconoce al Sr. V. como su padre, le depara afecto, y en tal carácter tiene comunicación
con él; entre otras ponderaciones correctamente seleccionadas por la magistrada de grado
y que reafirman que la solución arribada es la que mejor satisface el "interés superior"
comprometido, en su máxima extensión (arts.3 CDN; 3 ley 26061 y 7 ley 9861)”.
[29]L. C. F. por la menor A. M. G. c. A. C. A. G. P. A. C.; LLGran Cuyo 2006 (marzo),
240, con nota de Mabel Dellacqua; LLGran Cuyo 2005(julio), 663, con nota de Néstor E.
Solari
[30] SCBA, 05/04/2013, “M. , J. F. c. M. , E. J. s/ filiación - impugnación de
paternidad”. Boletín InfoJUBA n° 97 junio 2013 en
http://www.scba.gov.ar/BoletinSCBA/infojuban97.htm#Menu
[31] Remitimos a la lectura del extenso voto del Dr. Pettigiani
[32] "B. P. M. G. Y S. J. M. S/ORDINARIO ACCIÓN DE NULIDAD" (Nº 16167 4), 12
de junio de 2015, Juzgado de Familia Nº 4, Paraná (Entre Ríos). En este caso se
consideró que se trataba de un reconocimiento complaciente, dado que el actor manifestó
que comenzó la relación de noviazgo con la madre del niño luego de su nacimiento,
habiéndolo reconocido a los 6 meses de vida, mientras que la acción de nulidad fue
promovida cuando el niño tenía 6 años.
[33] "B. P. M. G. Y S. J. M. S/ORDINARIO ACCIÓN DE NULIDAD" (Nº8-9915), 15
de noviembre de 2016, Cámara II Apelaciones, Sala I, Paraná (Entre Ríos).
[34] En la alzada se sostuvo: “Por último debe agregarse que "... si el reconocimiento lo
hiciere a sabiendas de que no es el padre, su conducta importa un delito (suposición de
estado, art. 139, inc. 2, Cód. Penal) y nadie puede invocar su propia torpeza para fundar
un derecho (Bueres, Alberto-Highton, Elena I., "Código Civil y normas complementarias.
Análisis doctrinario y jurisprudencial", t. 1, p. 1119, Editor-Depalma, año 2001)”.
Citar: elDial DC26AD
Publicado el: 19/12/2018
copyright © 1997 - 2018 Editorial Albrematica S.A. - Tucumán 1440 (CP 1050) - Ciudad
Autónoma de Buenos Aires - Argentina

También podría gustarte