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PROCESOS SUPERGENOS
Un perfil supergeno ideal puede ser modificado por sucesivos ciclos de alteración
supergena y por condiciones locales. En principio la zona de oxidación alcanza al nivel de
aguas subterráneas y su posición inferior ha sido controlada en muchos depósitos por las
posiciones del nivel de aguas subterráneas en el pasado. Consecuentemente, es función de
la evolución geomorfológica de una región.
En la porción inferior de la zona oxidada que subyace a rocas lixiviadas, se forman nuevos
minerales oxidados por reacción de cationes metálicos en solución con aniones tales como
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carbonato (Ej. malaquita) y silicato (crisocola). En condiciones áridas y salinas como las
del Desierto de Atacama los cloruros juegan también un rol importante (Ej. formación de
atacamita).
Bajo el nivel de aguas subterráneas el oxígeno está prácticamente ausente y allí los sulfatos
metálicos en solución reaccionan con los sulfuros hipógenos para formar sulfuros
supergenos. Por lo general, esta zona es de mayor ley que la zona hipógena y la oxidada en
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Los procesos supergenos han sido extremadamente importantes en la mayor parte de los
yacimientos del norte de Chile, pero los estudios detallados de estos procesos son más bien
escasos.
Las dataciones K-Ar en alunitas supergenas realizadas por Sillitoe y McKee (1996) indican
rangos de 0,4 a 6,2 Ma para el desarrollo de la actividad supergena en yacimientos del norte
de Chile. Sin embargo, el modelo teórico de Ague y Brimhall (1989) indica que en
condiciones ideales en un pórfido cuprífero típico la calcopirita pueden disolverse
completamente y la pirita destruida en un periodo de solo 12.000 años en la zona oxidada.
La diferencia entre la duración de los procesos supergenos derivada de datos
geocronológicos y del modelamiento teórico deriva probablemente del hecho que las
condiciones ideales del modelo teórico no existen en la naturaleza, pero también de las
sucesivas reactivaciones de procesos supergenos que han ocurrido en los depósitos del
norte chileno, además de las incertezas respecto al significado geológico de las edades
radiométricas de alunitas supergenas.
Los factores que controlan el desarrollo de procesos supergenos son varios e incluyen:
- Climáticos
- Mineralogía hipógena (mena y ganga)
- Composición de la roca de caja
- Estructura (fracturamiento del depósito y rocas circundantes)
- Porosidad
- Posición del nivel de aguas subterráneas
- Agentes orgánicos (H2S producido por bacterias)
En zonas de clima muy húmedo y/o altas tasas de erosión se dificulta el desarrollo de los
procesos de enriquecimiento secundario en depósitos de Cu o Ag; porque la circulación de
abundante agua percolante puede lixiviar los metales y transportarlos como sulfatos
solubles fuera del depósito, de modo que solo en condiciones excepcionales se desarrolla
enriquecimiento secundario de Cu o Ag en climas muy húmedos. Asimismo, altas tasas de
erosión pueden resultar en la exposición directa de sulfuros primarios en superficie, tal
como ocurre por ejemplo en los sectores afectados por las glaciaciones cuaternarias en el
sur de Chile, y consecuentemente no dar tiempo para el desarrollo de perfiles supergenos.
En el Norte Grande de Chile los procesos supergenos estuvieron activos entre los 34 y 14
Ma (Oligoceno a Mioceno Medio) de acuerdo a dataciones K-Ar de alunitas supergenas
(Sillitoe y McKee, 1996); en esa zona los procesos supergenos virtualmente cesaron a los
~14 Ma debido a un cambio climático desde las condiciones áridas o semi-áridas que
favorecieron su desarrollo al clima hiper-árido actual que impera desde el Mioceno Medio.
Este cambio climático prácticamente detuvo los procesos supergenos en el Norte Grande de
Chile, pero la concomitante disminución de las tasas de erosión contribuyó a la
preservación de los ricos niveles de enriquecimiento secundario de los depósitos (Alpers y
Brimhall, 1988).
La pirita (FeS2) es un mineral importante tanto arriba como debajo del nivel de aguas
subterráneas. Este mineral se meteoriza en la zona de oxidación a sulfato férrico (FeSO4) y
ácido sulfúrico (H2SO4) compuestos que se disuelven en las aguas percolantes en forma de
iones SO4-2, H+, Fe3+ y Fe2+; estos componentes funcionan como lixiviantes, produciendo la
disolución de metales en forma de sulfatos y su movilización o transporte descendente.
Debajo del nivel de aguas subterráneas la pirita actúa como huésped para la depositación de
menas, porque es relativamente soluble y aporta generosamente aniones S a los cationes
invasores de Cu o Ag.
Zn>Cd=Hg>Ag>Cu≥Mo>Co≥Ni>Au>Pb>Sn≥W≥Bi
Ahora bien, los elementos metálicos tienen cierta afinidad específica con el azufre, que se
relaciona con la solubilidad de sus compuestos de sulfuro. Cualquier metal en solución que
tenga afinidad más fuerte con el azufre que otro metal precipitará como sulfuro a expensas
del sulfuro metálico más soluble bajo el nivel de aguas subterráneas.
cualquier metal de la serie reemplazará a otro que sea más inferior de la misma (Ej. el Cu
en solución reemplazará al Fe en la pirita o al Zn en la blenda). En general, mientras más
separados estén los metales en la Serie de Schürman, más completo será el reemplazo y
mayor la proporción de reacción. Además, metales diferentes se reemplazan
selectivamente de acuerdo a sus posiciones relativas en la serie de Schürman (Ej. una
solución con Ag reaccionará más fácilmente con blenda que con calcosina o covelina).
En cuanto a la composición de la roca de caja, las reacciones con los componentes alcalinos
de las rocas neutralizan o hacen más básicas las soluciones descendentes (Ej. la hidrólisis
de feldespato potásico o plagioclasas puede causar la precipitación del contenido metálico
en la zona de oxidación) y lo mismo puede ocurrir con ciertos componentes de la ganga.
Por ejemplo, si las rocas o menas contienen calcita (CaCO3) u otros carbonatos, las
soluciones oxidantes pueden neutralizarse completamente antes de alcanzar el nivel de
aguas subterráneas y originar una zona oxidada enriquecida con carbonatos de Cu
(malaquita, azurita). Por el contrario la lixiviación de la zona de oxidación será más intensa
en ausencia de minerales reactivos con los fluidos percolantes (Ej. rocas silicificadas o con
alteración cuarzo-sericita).
El tipo de sulfuros presentes también influencia las reacciones, por ejemplo la pirrotina
(Fe0.85-1S) reacciona dos órdenes de magnitud más rápido que la pirita (Fe2S), por lo tanto si
debajo del nivel de aguas subterráneas existe pirrotina la zona con calcosina supergena será
más delgada, pero de alta ley en comparación con una zona de mayor espesor, pero con
menor ley en el caso que solo exista pirita en la misma zona.
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Existen varios tipos de bacterias que son capaces de derivar energía de la utilización de los
minerales sulfurados (entre otras: Thiobacillus ferrooxidans, Leptospirillum ferrooxidans,
Thiobacillus thiooxidans, Thiobacillus organoparus y Thiobacillus acidophilus). La
actividad de estos microorganismos es importante en el proceso de oxidación natural de
cuerpos mineralizados y su existencia ha permitido el desarrollo de tecnología de
procesamiento metalúrgico de menas usando biolixiviación. Este tipo de procesos se han
aplicado a menas cupríferas mixtas (sulfuros con óxidos), las cuales al ser tratadas con los
procesos tradicionales de flotación o lixiviación ácida dan bajas recuperaciones de Cu.
También se ha aplicado biolixiviación para menas con oro refractario (generalmente
ocluido en pirita o arsenopirita) para oxidar los sulfuros y liberar el metal precioso.
Las reacciones de oxidación que utilizan las bacterias para descomponer pirita son:
La oxidación de los minerales sulfurados que contienen oro en menas refractarias resulta en
la liberación del Au, el que subsecuentenmente puede recuperarse por métodos
convencionales como la recuperación con cianuro.
Las menas refractarias son aquellas cuyo oro no puede ser liberado satisfactoriamente por
reducción de tamaño del grano aún por molienda muy fina; generalmente se trata de menas
en que el oro está finamente diseminado dentro de sulfuros, siendo la pirita y la arsenopirita
los minerales más relevantes en este sentido. Un efecto similar ocurre en menas que
contienen materia carbonosa, puesto que en este caso aunque el oro esté libre la solución
con cianuro es absorbida por el material carbonoso.
Tradicionalmente las menas refractarias de este tipo han sido sometidas a tostación para
remover el As y descomponer los sulfuros permitiendo luego la cianuración convencional.
Sin embargo debido a los costos involucrados en este proceso, más recientemente se ha
puesto énfasis en el desarrollo de procesos hidrometalúrgicos tanto en sistemas químicos,
como biológicos.
Los depósitos estratoligados hospedados por rocas volcánicas en Chile tienen una
mineralogía hipógena dominada por calcosina y bornita (sulfuros ricos en Cu), pero escasa
pirita hipógena, lo cual puede ser la explicación de la ausencia de enriquecimiento
secundario (la ausencia de pirita redunda en poca generación de ácido sulfúrico en la zona
de oxidación). Otra posible razón, es la presencia de abundante ganga de calcita, la cual
puede haber neutralizado las soluciones ácidas supergenas e impedido la lixiviación de
cationes metálicos de la zona oxidada. Consecuentemente solo se ha producido una
oxidación in situ de los sulfuros hipógenos sin originar significativo enriquecimiento
secundario.
Las vetas cupríferas de la Cordillera de la Costa del Norte Grande presentan perfiles
supergenos bien desarrollados: la zona oxidada se extiende hasta ∼200 m de profundidad e
incluye atacamita, crisocola, malaquita, sulfatos de Cu, cuprita y en menor medida Cu
nativo. Entre 200 y 340 m de profundidad existe una zona de sulfuros hipógenos (grupo de
la calcosina y covelina), la que da paso en profundidad a la zona primaria. Tanto la zona
oxidada, como la de cementación (sulfuros secundarios) de las vetas están enriquecidas 3 a
6 veces respecto a las leyes del mineral primario.
masiva supergena, lo que indica que hay superposición de sucesivos ciclos de alteración
supergena explicando así la desviación del perfil supergeno ideal.
Pórfidos cupríferos paleocenos: Los depósitos más importantes de este tipo como Cerro
Colorado (en explotación) y Spence (en desarrollo) presentan perfiles supergenos bien
desarrollados. En Cerro Colorado existe una zona lixiviada estéril de 70 a 120 m de
profundidad, seguida hacia abajo por un nivel de 60 a 120 m de potencia de mineral
oxidado (crisocola, atacamita), luego por un nivel de enriquecimiento secundario
(calcosina) de 50 a 70 m de potencia (alcanzando localmente hasta 200 m) y finalmente
desde 180 a 310 m de profundidad por mineralización hipógena dominada por calcopirita.
En Spence existe una cubierta de gravas y de rocas lixiviadas con un espesor promedio de
70 m (las gravas cubren totalmente al depósito y su espesor varía entre 4 m en el sur hasta
130 m en el sector norte), en profundidad sigue una zona oxidada con 20 m de promedio de
potencia principalmente con atacamita (ley promedio 1,12% Cu), luego una zona de
sulfuros secundarios con espesor promedio de 60 m (principalmente calcosina; ley
promedio 0,96% Cu) y finalmente desde los 150 m hacia abajo mineralización hipógena
dominada por calcopirita (ley media 0,48% Cu).
En contraste otros pórfidos cupríferos del Paleoceno (Sierra Gorda, Lomas Bayas, Fortuna
del Cobre) presentan zona oxidadas de 140 a 250 m de profundidad en las que se presentan
atacamita, malaquita, cuprita, chalcantita y otras especies menores. La zona oxidada está
parcialmente lixiviada y con leyes bajas (0,1 a 0,4% Cu), aunque algunas bolsonadas de
minerales oxidados de Cu han sido explotadas. La zona oxidada pasa en profundidad a la
zona hipógena o a una zona mixta hipógena – oxidada. Cantidades menores de calcosina y
covelina dentro de las zona de oxidación sugieren que estos pórfidos del Cenozoico inferior
tuvieron el desarrollo de una zona de cementación, la cual fue subsecuentemente oxidada y
lixiviada por un descenso del nivel de aguas subterráneas.
Chuquicamata presenta uno de los perfiles supergenos mejor desarrollados; éste yacimiento
incluye dos tipos de menas hipógenas distintas mineralógicamente y consecuentemente el
desarrollo de oxidación supergena es también espacial y mineralógicamente distinto.
Existen rocas con alteración potásica (feldespato-K, biotita) en el lado oriental del
yacimiento, con calcopirita, bornita y digenita, y rocas con alteración fílica (cuarzo,
sericita) en el lado occidental con pirita, enargita, covelina. La porción superior de este
mega-yacimiento, con una profundidad máxima de 200 m en su parte SW, fue intensamente
lixiviada y los minerales sulfurados originales fueron reemplazados por óxidos de Fe,
principalmente hematita y limonitas. Aunque en Chuquicamata la mayor distribución de
oxidados de cobre coincide con los sectores donde domina la alteración potásica, dentro de
ella la meteorización ha producido limitada oxidación (30 a 80 m de espesor), con una
asociación de hematita > goethita, atacamita, y localmente turquesa – calcosiderita, típicas
de condiciones de pH cercanas a neutras. En contraste, en la zona con alteración fílica la
zona con óxidos de Cu alcanza hasta 230 m de potencia, con una asociación bien
desarrollada de pH bajo con natrojarosita, goethita, chalcantita, crohnquita y antlerita, pero
con ley más baja que la zona oxidada en rocas con alteración potásica. Sin embargo, la
profundidad del enriquecimiento supergeno está notablemente aumentada en las rocas con
alteración fílica alcanzando a 600 m en la porción occidental del yacimiento. Esta zona de
enriquecimiento bien desarrollada contiene calcosina, covelina y hacia abajo tiene un
contacto mal definido con la zona hipógena con pirita, calcopirita, enargita, covelina y
tenantita.
Yacimientos de plata
En la zona oxidada las vetas fueron engrosadas hasta 9 m de potencia en forma irregular,
con el desarrollo de haluros de Ag que están zonados de acuerdo a sus solubilidades. La
cerargirita (AgCl) forma la zona superior, la embolita (Ag(Br,Cl)) la zona intermedia y la
yodargirita (AgI) la zona inferior. También hay bromirita (AgBr) y yodembolita
(Ag(Cl,Br,I)) en la zona de oxidación. La ley de la zona de oxidación es 25 a 80% más rica
que la zona hipógena de las vetas.
En el Distrito de Chañarcillo se explotó muy poco mineral primario, aunque hay vetas
primarias que contienen de 1800 a 4600 g/t Ag, su profundidad, poca potencia y
considerable presencia de agua subterránea (hoy las antiguas minas están inundadas) no las
hicieron atractivas para su beneficio. La explotación histórica se concentró en el mineral
oxidado y sulfurado supergeno con mayores leyes y más cercanos a la superficie. Esto
mismo ocurrió en la mayoría de los distritos argentíferos del norte de Chile.
En contraste con el Cu o Ag los depósitos de oro tienen una tendencia menor a enriquecerse
en la zona de sulfuros supergenos. Por el contrario los yacimientos auríferos sujetos a
oxidación pueden ser enriquecidos cerca de la superficie por:
Tipo de depósito
Naturaleza de la ganga la ganga y sulfuros controlan la
Tipos de sulfuros naturaleza, solubilidad y precipitados
Minerales auríferos primarios de las agua oxidantes
Tipo de roca de caja (mineralogía)
Grado de fracturamiento del depósito y rocas circundantes
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Clima
Nivel del agua
Agentes orgánicos; el oro es soluble en ciertos compuestos orgánicos o puede ser
incorporado en complejos iónicos por productos orgánicos. Ej. H2S producido por
bacterias puede originar (AuS)-
Los minerales hipógenos de oro son Au nativo, aurostibnita, fischerita y varios telururos de
Au. La pirita, arsenopirita y pirrotina también pueden incluirse debido a que aportan una
gran proporción de Au en muchos distritos.
Existe un solo mineral supergeno de oro y que es el Au nativo. Este se presenta en pepitas,
barritas irregulares, laminillas, dendritas, alambres, ramitas, agregados, pelos, filamentos,
filigramas, láminas y metal finamente dividido llamado pintura o mostaza de oro. El oro se
presenta en partículas individuales junto con productos de oxidación tales como calcita,
yeso, azufre, caolinita y ópalo. Mucho oro microscópico o submicroscópico se presenta en
agregados tales como limonitas y wad.
El destino del oro durante los procesos de oxidación es afectado en forma importante por la
naturaleza y tamaño de las partículas de oro en el depósito primario. La solubilidad del oro
es mucho mayor cuando se libera en forma iónica de las redes cristalinas de pirita,
arsenopirita, etc. o cuando el oro es liberado en forma submicroscópica (coloidal) de esos
minerales huéspedes. Mucho de este oro coloidal o iónico puede migrar, ya sea en solución
como complejo iónico o en suspensión como coloide.
La oxidación de teluros puede dar origen a oro soluble o plata u oro muy fino conteniendo
algo de plata. La pirita aurífera, arsenopirita o pirrotina originan varios compuestos de
arsénico, oro e iones solubles; también pueden originar oro esponjoso o mostaza.
Si la zona de oxidación es esponjosa y suelta, mucho oro fino puede moverse físicamente
hacia abajo por gravedad o movido por aguas percolantes.
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Precipitación por ion manganoso 2Au+ + Mn2+ + 4OH- → 2Auº + MnO2 + 2H2O
En mucha vetas auríferas del norte de Chile se presenta una zona de oxidación que se
extiende de 50 a 100 m de profundidad con leyes >20 g/t Au. Prácticamente toda la
explotación histórica de depósitos vetiformes de oro se ha restringido a la zona de
alteración supergena, puesto que las leyes primarias de oro normalmente están en el rango
de 0,5 – 2,0 g/t Au y su potencia es menor en la zona primaria. El oro en las zona oxidadas
está frecuentemente asociado con oxicloruros, limonitas y hematita y no se restringe a las
vetas originales, sino que se extiende en las rocas de caja fracturadas adyacentes. Ej. en El
Guanaco las vetas epitermales de 0,5 a 3,0 m de potencia han producido menas oxidadas
con 40 – 50 g/t Au, pero los halos silicificados en torno a las vetas alcanzan hasta 30 m de
ancho con leyes de 0,5 a 7,0 g/t Au.
En Sierra Gorda vetas de fisura (0,1 – 1,0 m de potencia) tienen 20 g/t Au, pero las rocas
hasta 5 m de las fisuras contienen oro formando cuerpos mineralizados de 10 m de potencia
con 8 g/t Au y 1500 g/t Ag dentro de los 40 m superiores de las vetas. En Sierra Gorda no
existe un nivel de sulfuros supergenos enriquecidos y tampoco en San Cristóbal (solo existe
una zona mixta de óxidos y sulfuros primarios). En El Guanaco sí existe una zona de
sulfuros supergenos (calcosina, covelina) de 70 a 120 m de profundidad, la cual fue
explotada por sus altas leyes de Cu (3-4% Cu), más que por el Au que varía de 0,5 a 5 g/t
Au en esta zona. Los sulfuros hipógenos de El Guanaco son pirita aurífera, enargita,
luzonita y calcopirita con <2,0 g/t Au.
El estudio del enriquecimiento supergeno de oro en Sierra Gorda (Pohl, 1985-86) indica
que éste aumentó las leyes de oro (2 a 10 veces) y la potencia de los cuerpos mineralizados
(10 a 30 veces) desde cerca de la superficie y hasta 40-80 m de profundidad. La asociación
del Au con atacamita sugiere la participación de complejos clorurados de Au, pero también
de Br; existe clorargirita y bromargirita en vetas con Ag.
Los saprolitos pueden alcanzar a decenas de metros de potencia, de modo que en sectores
tropicales se originan cuerpos auríferos residuales supergenos que pueden tener gran
relevancia económica. El saprolito es un material superficial blando que es explotable por
rajo abierto, no requiere de gastos en molienda y el oro contenido está libre facilitando la
metalurgia. Consecuentemente los saprolitos pueden explotarse económicamente incluso
con leyes muy bajas de Au. Ej. Mina Omai en Guyana con ley de corte 0,4 g/t Au en
saprolito.
Lateritas: Las lateritas están constituidas por óxidos residuales y contrastan con los suelos
arcillosos silicatados de las zonas de clima templado. Para que se formen depósitos
importantes se requiere que la meteorización química sea intensa, lo cual ocurre en zonas
planas con clima tropical y altas tasas de precipitaciones. En estas regiones las rocas se
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descomponen a suelos en los que todos los materiales susceptibles de solubilizarse son
disueltos y transportados por las aguas meteóricas, restando superficialmente solo
hidróxidos de Fe y Al los que se conocen como lateritas.
Las lateritas de Fe no tienen valor económico, pero las lateritas que están formadas casi por
puros hidróxidos de Al se denominan bauxitas y constituyen la principal mena de
aluminio. Cabe señalar que el aluminio es un elemento mayor de las rocas de la corteza
terrestre, la que contiene en promedio 15,8 % en peso de Al2O3, pero los fuertes enlaces del
Al dentro de la estructura atómica de los minerales silicatados hace muy difícil y no
económico extraerlo de estos minerales.
Por otra parte, en las zonas tropicales las rocas ricas en Al y relativamente pobres en otros
materiales como las sienitas o sienitas nefelínicas u otras rocas se descomponen a boehmita
(AlO(OH)), gibbsita (Al(OH)3), diásporo (AlO(OH)) y otros óxidos hidratados de Al; estos
minerales constituyen las bauxitas, las cuales son susceptibles de ser fundidas y el Al
metálico puede recuperarse mediante electrólisis.
Para ser económicas las bauxitas es crítico el contenido de sílice porque es muy difícil de
separar; por otra parte para materiales refractarios el contenido de Fe debe ser bajo porque
el Fe baja el punto de fusión de dichos materiales. En los cementos de alta alúmina, la
bauxita reemplaza a las arcillas o puzolana en el cemento Portland y se mezcla con calizas.
Este cemento especial resiste la corrosión por agua marina o aguas sulfatadas.
Cabe mencionar, que desde hace años existe el proyecto Alumisa que intenta instalar una
planta de procesamiento de aluminio en la Región de Aysén en la porción austral de Chile.
El proyecto de Noranda involucraría la construcción de tres centrales hidroeléctricas y una
planta de procesamiento de aluminio. El propósito de dicho proyecto no es explotar
bauxitas inexistentes en Chile, sino que aprovechar el gran potencial hidroeléctrico de la XI
Región para procesar bauxitas importadas, aprovechando eventual energía eléctrica barata,
la cual es imprescindible para la recuperación del aluminio.
La mayoría de los depósitos de bauxitas son del Cenozoico, debido a que son depósitos
superficiales de metros a decenas de metros de potencia, lo que los hace muy vulnerables a
la erosión. Sin embargo, existen ejemplos de depósitos del Paleozoico en la Federación
Rusa (resultado de paleoclimas). Los productores principales de bauxitas son (producción
de 1994): Australia (42,2 Mt), Jamaica (11,6 Mt), Brasil (8,7 Mt), China (6,5 Mt), India
(4,8 Mt), Venezuela (4,8 Mt) y Surinam (3,8 Mt).
depósitos lateríticos. Cabe señalar, que actualmente el Distrito de Sudbury en Canadá, con
depósitos ortomagmáticos de Ni-Cu ha desplazado a Nueva Caledonia como el mayor
productor mundial de Ni, pero las lateritas niquelíferas siguen siendo relevantes como
fuente de este metal.
El cobalto también puede concentrarse en lateritas niquelíferas, pero en general este se fija
en wad (óxidos e hidróxidos de Mn). Los depósitos potencialmente económicos tienen 1 a
3% de Ni + Co y tonelajes de 10 a 100 Mt.
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Las serpentinas son minerales secundarios de color verde moteado derivados de la alteración de minerales
silicatados ricos en magnesio (especialmente olivino) los que tiene la fórmula (Mg,Fe)3Si2O5(OH)4.
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Lecturas recomendadas
Ague, J.J. and Brimhall, G.H., 1989. Geochemical Modeling of Steady State Fluid low and
Chemical Reaction during Supergene Enrichment of Porphyry Copper Deposits.
Economic Geology, V. 84, pp. 506-528.
Alpers, Ch.N. and Brimhall, G.H., 1988. Middle Miocene climatic change in the Atacama
Desert, northern Chile: Evidence from supergene mineralization at La Escondida.
Geological Society of America Bulletin, V. 100, pp. 1640-1656.
Boric, R., Díaz, F y Maksaev, V., 1990. Geología y Yacimientos Metalíferos de la Región
de Antofagasta, Boletín 40, SERNAGEOMIN, capítulo Procesos Supergenos, pp.
95-96.
Boyle, R.W., 1979. Chapter IV. Oxidation and secondary enrichment of gold deposits.
Geological Survey of Canada, Bulletin 280, pp. 431-435.
Chavez, W.X., 2000. Supergene Oxidation of Copper Deposits: Zoning and Distribution
of Copper Minerals. SEG Newsletter, Number 41, April 2000.
Sillitoe, R.H. and McKee, E.H., 1996. Age of Supergene Oxidation and Enrichment in the
Chilean Porphyry Copper Province. Economic Geology, V. 91, pp. 164-179.