Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
COJV\PENDIO
DE
Historia Universal
EDAD MODERNA
BARCELONA
L IBRERIA RELIG IOSA
CALLE A viRó, 20
1915
39898
COMPENDIO
HISTORIA UNIVERSAL
EDIID MODERNII
,'
'
,'
i
:
:
1
1
1
R .1)0337, 1: .
CO¡V\FENDIO
DE
Historia Universal
EDAD MODERNA
.
LIBRERÍA RELIGIO S A
C A L LE A v1~ó, 20
1 1915
APROBACIONES
NIHIL OBST AT
El Censor ,
ER NESTO GUITART, S. J.
IMPRiMASE
El Vicario General,
]OSÉ P ALM AROLA.
IMPRIMI POTEST
RA IMU NDUS L LOBEROL A, S. J.
Praeposítus Prooinciae Araponiae
:: Reservados :·
todos l os derechos
Índice analítico de la Edad Moderna
NOTA.- En toda la obra los corchetes [] sei'lalan los mimeros marginales a que se
remite al lector.
Índice analítico
PERÍODO SEGUNDO
Desde la Paz de West{a/ia hasta la revolución del siglo XVIII (1648-1815)
CAP. V.-Inglaterra (1649-lí76). La República: Cromwell. Acta de
navegación .- La Restauración . Carlos 11 : Bill del Test. j a~o -
bo 11. L a revolución «gloriosa». Guillermo 111 .-Casa de Hanno-
ver .-Las Coloni as inglesas: en América; en Asia . 78
CAP. VI. - Hegemonía francesa 85
ART. 1.• Luis XIV el Grande: Colbert. La Paz de los Pirineos.
Guerras contra Holanda y del Palatinado. Apogeo de Luis XIV.
Política religiosa: el Gaticanismo 85
ART . 2. 0 La sucesión de Esparia: Carl os 11. Guerra de sucesión.
Paz de Utrecht . 90
ART. 3.• Los Barbones franceses : Luis XV. Luis XVI 93
0
ART. 4. Los Barbones españoles: Felipe V. Fernando VL Car·
los 111 , Carlos IV 94
ART. 5. 0 Portugal. Casa de Braganza . 97
CAP. Vll.-Alemania . • • . . 98
n
Índice analítico
PERiODO TERCERO
Desde la Santa Alianza hasta la guerra europea {1815-1914)
CAP. X.-Emancipación de América 130
ART. 1.' Los Estados Unidos. jorge Washington. Doc trin a de
Monroe. Guerra de secesión.-Imperialismo americano. 130
ART. 2. 0 Independencia de las Colonias españolas . 134
§ 1.• Virreinato del R!o de la Plata. A. Republica Argentina.
B. El Uruguay . C. El Paraguay 135
0
§ 2. Vi rreinatos del Per ú y de Nueva G ranada. A. República
de Chile. B. Perú y Bolivia C. Colombia. D. Venezuela.
E. Ecuador 137
§ 3. 0 Virreinato de México. México. Estados de Centro América. 140
ART. 3.' E/ Brasil.- Unidad religiosa de la Améri ca Latina. 141
CAP. Xl.-La Europa latina 142
ART. 1.• Esparia. Guer ra de la Independ encia. Fernando VII.
- Revolución de 1820. La Guer ra civil. Isabel 11. Revoluciones de
1854 y 1868. Alfonso XII y Alfonso XIII 142
ART. 2.' Portugal (1810-1914) . 147
ART. 3.' Francia. La Restauración : Luis XVIII. Revolución de
julio. Luis Felipe. La segunda República. El segundo Imperio:
Índice analítico
EDAD MODERNA
PRELIMINARES
~mt#t~j~
•
Tres períodos de la Edad Moderna
CAPÍTULO l
DESCUBRIMIENTOS GEOGRÁFICOS
quista del Santo Sepulcro, que había sido el ideal de sus empresas.
Todavía se le facilitó un cuarto viaje, que salió de San Lúcar
(1502) y llegó a Honduras, desde donde costeó la Amér ica Central
Cap. l. -Nuevos descubrimientos
PERÍODO PRIMERO
CAPÍTULO 11
ART. 1. 0 La Reforma
Jos obispos para tener en ellos un apoyo contra las familias seño riales,
había sido causa de que entrasen en la Iglesia muchos prelados faltos
de la vocación y virtudes clericales, y había producido los excesos de
la simonia e incontinencia, que tuvo que corregir con tanto esfuerzo
S. Gregario VIl [ 141 ].
A pesar de la reforma Gregoriana , continuando los prelados en
posesión de Estados feudales, persistieron algunos abusos. Los obis·
pados y abadías se daban a los hijos de la Nobleza, que muchas veces
vivían más como grandes se1iores que como celosos prelados, y dejaban
a vicarios mal retribuidos el gobierno de sus diócesis o monasterios,
en los cuales no residían, con gran detrimento de la discip li na manás·
tica y eclesiástica.
b). Por otra parte, el Destierro de Aviñón [303], y el Cisma
[306], debilitaron la autoridad pontificia y, aumentando sus gastos,
hicieron necesario el recurso a una tributación más rigorosa; y por
efecto de ella, Jos prelados y beneficiados que habían tenido que pagar
grandes sumas a la Curia romana, procuraban compensarse y lucrarse
con la avarienta administración de las cosas sagradas.
334. el Esta necesidad de obtener dinero, acrecentada por las
empresas contra los turcos, que, después de S. Luis, quedaron prin·
cipalmente a cargo de los Papas; se hizo sentir perniciosamente en la
materia de las indulgencias, en la cual la Iglesia Romana tuvo siempre
ideas verdaderas, pero no acertó a evitar todas las practicas incon·
venientes, de las cuales nacieron algunas ideas erróneas en el vulgo
ignorante.
E l Pnpa, como Supremo administrador del Tesoro espiritual de la Iglesia
(formado por los méritos de jesucristo, de la Virgen y de los Santos), puede
aplicar alguna parte de las satisfacciones en él contenidas, para compensar
la pena temporal debida por pecados ya perdonados cuanto a la culpa, pero
por los que no se ha hecho suficiente penitencia. Al hacer esta concesión,
que se llama indulgencia o perdón (no de culpas, sino de penas temporales),
el Papa imponía algunas obras pkzs~ vgr ., la peregrinación a Roma; y ade-
más, se solía imponer alguna limosna, ya para los pobres, o ya para un fin
piadoso. A los que deseaban ganar la indulgencia concedida a los cruzados,
pero no podían tomar parte en la Cruzada, se les concedió dicha indulgencia
si aportaban la cantidad de dinero necesaria para enviar en su lugar un
soldado o cruzado pobre .
De esta manera, sin salir un punto de la santida d de las indulgencias,
aconteció que éstas se convirtieron en fuente de Ingresos pecuniarios; y
luego, la necesidad de obtener recu rsos fué alguna vez ocasión de conceder
indulgencias.
12 Cap. 11.- Precedentes de la reforma
(1) Cf. PAstor, Hist. de los Papas, voi.II, págs. 101 y sigs.
(2) lá. id. vol. lll ,págs.259yslgs.
Cap. ll. -EI Concilio de Trento 13
(1) Con todo, Lutero no halló apoyo duradero en el puebln, que se llamó a engoi\o;
sinoenlosPríncipes.Cf.Morx ,I I07,alfin.
16
~mt:Jh ~~~·
'"'111-----...:::.
~.9
18 Cap. JI. - Inmediatos efect os ~e la rebelión luterana
------ --------
días para retractarse. Pero él, en vez de hacerlo , quemó en la
plaza tle Wittenberg la Bula del Anticristo, con los libros del
Derecho canónico; por lo cual Leó n X le excomulgó nominal-
mente (1521); y el Emperador Carlos V, en la dieta de Worms ,
después de oirle, le proscribi ó (Edicto de Worms) y mandó
destruir sus escritos.
Lutero huyó disfrazado al castillo de Wartburgo, y estuvo allí
oculto por el Príncipe Elector de Sajonia, hasta que salió para poner
coto a los desmanes que sus discípulos cometían en Wittenberg. En
aquel retiro comenzó su traducción de la Bibl ia y compuso escri tos po-
lémicos, alternando estas tareas con beber, cazar y darse a otras dis-
tracciones. ,
Entretanto, sus amigos ponían en práctica sus enseñanzas: los frai-
les dejaban sus conventos, y ellos y los curas reformados, tomaban
por mujeres a monjas escapadas de sus claustros . Se suprimfa la misa
como idolátrica, se daba la comunión bajo las dos especies, y se des-
truían las imágenes sagradas. En 1525 el mismo Lutero metía en el
antiguo convento de Agustinos de Wittenberg (cuyos frailes habían
salido de él por su propaganda), a una ex-monja, Catalina Boren , con
quien vivió de los bienes del convento y de los donativos que, a ejem-
plo de los humanistas mendicantes, obtenía de sus prote~tores.
343. Inmediatos efectos de la rebelión luterana . Mientras al-
gunos hombres de buena fe, que habían tomado al principio a Lutero
por reformador, le abandonaban al ver que no era más que un revolu-
cionario (1), proseguía él su agitación con folletos incendiarios, exci-
tando a despreciar al Papa , y a trastornar el orden eclesiástico. Los
humanistas procuraban la difusión de estos escritos, y por su parte pro-
dudan multitud de sátiras, caricatura s y libelos infames.
El primer movimiento revolucionario fué el de los 1\nabap-
tistas orebautiztlntes, capitaneados por Tomás Münzer, que se
daba por profeta y quería establecer un Reino de Dios sin auto-
ridades ni leyes (anarquista) y con comunidad de bienes.
Algunos de estos fanáticos se dirigieron a Wittenberg y produjeron
la confusión que obligó a Lutero a salir de Watburgo. Münzer encen-
dió después en Turingia la guerra de los campesinos.
(1) El mismo Ernsmo se apartó de él cuando negó abi ert amente el libre albedrio.
Cap. 11.-La contrarreforma 19
ART. 3. 0 La contrarreforma
(1) Cf. Pastor, Historia de Jos Papas, vol. X , pág. 342 y vol. XI , p!\g. 451
(2) Cf. Pastor, lbtd. vol. XII, pág. 1 y sigs.
Cap. 11.-Carl os V y Francjsco l. Sucesión de Espai1a 23
An T. 4° Carlos V y Francisco 1
J:
justificar enteramente) la
r conducta de Francisco l.
354. Francisco 1 de
Francia (1515-47), suce-
·~¡(Al("!
e""'ft;;¡,_
sor de Luis XII [262], había renovado la guerra en Ital ia, en de-
manda del Milanesado, usurpado por Jos S(orza; y se había.
apoderado de él venciendo en Mariílán a los suizos, con quie·
nes hizo una paz perpetua (1515).
De esta suerte, poseyendo un rei no unido y vigoroso, dueilo de
Génova y el Milanesado , y teniendo a su devoción la Saboya y los
suizos; podfa hacer frente al que todas las circunstancias le presenta-
ban como su rival.
2
_6_ _ _ _ __ __ C_.:
ap_. _
11._- _G_ue_rr_as_enl re Carl os V y Francisco 1
cesi taban mayor auxilio, Pizarra se dirigió a Espai1a y obtuvo del rey
(1529), el nombramiento de Adelantado del Perú para sí, el de gober-
nador de Túmbez (bahía de Guayaquil) para A lmagro, el de obispo
para Luque, y socorro de artillería y caballos.
Valiéndose de la astucia se apoderó del Inca Ata!tualpa, que rei-
naba en el Perú y se hallaba en su campamento con 40,000 soldados,
los cuales se dispersaron después de un comba te. El Inca pagó por su
rescate la cantidad de oro sufi ciente para llenar, hasta la altura que se
alcanzara con la mano, una habitación de 374 pies cuadrados; pero
Pizarra, en vez de ponerlo en libertad, le hizo ahorcar con varios pre-
textos . Los españoles siguieron victoriosamente hasta el Cuzco, y fun-
daron la ciudad de Lima (1535) .
Almagro prosiguió la conquista de Chile, pasando los Andes con
increibles penalidades . Por pretender que la provincia de Cuzco estaba
comprendida en su gobierno de Chile (otorgado por el rey), se traba la
guerra civil, en que vencido Almagro fué agarrotado (1538). Su hijo
asesinó más adelante a Francisco Pizarra (1541).
Entretanto Pedro de Valdivia reanudaba la conquista de Chile, y
fundaba la ciudad de Santiago (154 1). En una expedición posterior
fundó la de Concepción (1550); pero emprendió la guerra contra los
belicosos indios araucanos, los cuales le cogieron prisionero y le
martiri zaron.
Otros descubrimientos. Gonzalo Pizarra, dirigi éndose al Este
más allá de Quito, ll egó al río Napo, y su subordinado Orellana,
siguiendo adelante, descubrió el río Marañón, que tomó el nombre
de Las Amazonas, por ciertas mujeres que guerreaban en algunas
aldeas.
373. Colonización de las region es del Plala .-La célebre expe-
dición de Magallanes (1519) [329] se dirigió primero al Brasil y luego
a la desembocadura del Plata, donde se dió, a la colina que todavía lo
conserva, el nombre de Montevideo (1 ). Cabotto exploró los ríos Uru-
guay, Paraná y Paraguay, y por la plata que obtuvo allí por trueques
con los indígenas, dió su nombre al río de la Plata.
En 1534, D. Pedro de Mendoza entró en la bahíu del Plata y fund ó
la ciudad a que dió el nombre de Santa Marta del Buen Aire o de
Buenos Aires (patrona del gremio de navegantes de Sevi lla). Juan de
(1) Parece que por haber un gallego exclamado: Monte v/do eu!
3_s_ __ _ _ _ _C_a_:_
p._II_I. _-___:E
I protestantismo fue ra de Alemania
CAPÍTULO III
ART. 2.° F rancia. E J·Protesta ntismo y las gue rras de reli gión
(1) L os Médlci, en riqu ecidos por el comercio, hablan llegado a dominar en F loren·
cla. Su prestigio aumentó por haber salido de su familia los Papas León X y Cle-
meuteVJI.
42 Cap. 111. - Guerras de religión
§ l. 0 Inglater ra
§ 2. 0 Escocia
§ 3. 0 La Gran Bretaña
CAPÍTULO IV
el desvío hacia España del napolitano Paulo IV (Ca rala), varón de aus-
teras costumbres y eximia piedad, pero no exento de algunas rarezas
de carácter . El Papa se ali ó con Francia; pero vió sus Estados ocupa·
dos por el Duque de Alba, y hubo de pedi r la paz, que se le concedió
devolviéndole t odos sus dominios.
Los franceses estuvieron poco afortunados; pues aunque se apode-
r aron de Calais [378], fueron derrotados en San Quin/in ( 1557) y
Gravelinas . En memoria de aquella victoria ed ificó Felipe 11 el Real
Monasterio de San Lorenzo del Escorial.
401. El protestantismo v la rebelión de los Pafses Bajo s.
Los Paises Bajos, pertenecientes a la Casa de Austria por la
herencia de Borgoña [275], se hallaban preparados para la revo-
lución protestante, por el Humanismo, por la corrupción de cos-
tumbres nacida de la prosperidad industrial y mercantil, y por
el espíritu de la nobleza que, viendo caido su antiguo po-
der , deseaba emanciparse del Monarca y <librarse de sus deu-
das con los bienes usurpados a la Iglesia >. A esto se agregaba
la vecindad de Alemania, que hizo llegaran presto los escritos
de Lutero, y luego los anabaptistas perseguidos en su país.
No obstante, Carlos V hizo ejecutar en los Paises Bajos el Edicto
de Worms [342] contra los escritos del heres iarca, y dió otras dispo-
siciones severas contra los herejes; y como era muy quer ido de sus
paisanos, conservó la tranquilidad. Al contrario. Felipe 11 se halló,
respecto de los flamencos, en circunstancias análogas a las de su pa-
dre respecto de los españoles al comienzo de su reinado [352] : mirado
como extranjero (español), rodeado de consejeros espai1oles, y más
atento a sus Estados de España que a los Países Bajos. A lo cual se
añadió el considerarle los herejes como su mayor enemigo.
402. Ajustada con Francia la paz de Clzateau-Cambresis
( 1559), el rey se marchó a España dejando por gobernadora de
los Paises Bajos a su hermana Margarita de Parma (hija bas-
tarda de Carlos V), asistida por un consejo que presidía Gran-
vela (después Cardenal).
Era cabeci lla de los descontentos Guillermo de Orange (de
la Casa de Nassau), a quien Felipe 11 había nombrado goberna-
dor de Holanda, Zelandia y Utrecht; hombre astuto y doblado
60 Cap. IV. - EI protestantismo y la rebelión de los Países Bajos
Batalla de Lepanto
(Cmtdro dt \'icentino. Venecia, Pabdo ducal)
La mayor parte de los bajeles turcos fueron echados a pique, 130 lleva-
dos en triunfo a Mesina; murieron 15,<XXl enemigos, y 20,(X)() cristianos cau-
tivos alcanzaron la libertad.
Cap. !V.-Unión de Portugal 63
(!) JuanadeArc,MariaStuart,etc.
Cap. IV.- juicio sobre Felipe 11.-Felipe UI 65
~mr»t~~~
-
66 Cap. !V.-Felipe III y Felipe IV
Los moriscos
de Valencia son
expulsados de Es-
paña el mismo año
(1609), y al si-
guiente cabe la
propia suerte a los
de Murcia, Anda-
lucia y Aragón.
Esta medida fué ,
sin duda, perjudi-
cial económicamen-
te, por ser los mo-
riscos buenos agri-
cultores, y quedar
co n su destierro
menguada la pobla-
ción de aquellas pro-
vi ncias. Pero aque-
llos semitas eran un
elemento extraño y
peligroso para la na-
ción española(!), y
una continua ame-
naza de l as costas
levantinas, por sus
Felipe m intel i gencias con
(Cuadro de Ve\Uzqutt. M;~.drid, M. del Pl"::do) los piratas berbe-
riscos, que constan-
temente las infestaban. Por lo cual son muy aventurados los juicios que
ahora se forman, contra los de las personas más prudentes que entonces
abogaron por su expulsión.
410. Felipe IIJ (1621-65) no tuvo los talentos de sus abue-
los, ni las virtudes de su padre, a quien imitó en abandonar el
gobierno en manos de sus privados, especialmente de D. Gas-
par de Guzmán , Conde-Duque de Olivares. En este reinado
sobreviene el derrumbamiento del ed ificio colosal, que Felipe 11
había sostenido sobre sus hombros, y en el reinado de Felipe 111
se había mantenido en pie por su propio peso .
En lo exterior
la Guerra de los
Treinta años se
complica con la re-
novada Guerra de
Flandes ( 1621-48),
en la cual intervie-
ne Francia (Perro-
do francés de la
guerra de Treinta
años). Los famo-
sos tercios espa-
ñoles son derro-
tados en Racray
(1643), y España
pierde las ciuda-
des del Sud, que
se incorporan a
Francia . Con ésta
Felipe IV&.:..::.;:::
Se Jucha 8SÍ mÍ SmO (Cu~dro de Vel.b:qucl!!. Mru.lrid, M. dtl Pntdo)
justiciamilitardurantelaGuerradelosTreinta ai\os
(úll ot. Miserbsydesdichudelagucrra)
bien de que también Jos católicos se dedicaran con más fervor a Jos
estudios positivos o de erudición, publicando las obras de Jos Padres
antiguos, para demostrar la constante tradición de la Igles ia.
423. La Astronomía es la ciencia que realiza en este período
mayores progresos, gracias a los descubrimientos de Copérnico, Ticho
Brahe, Kepler y Galileo.
Nicolás Copémico (1473-1543) nació en Thorn, estudió en Cracovia y
Bolonia, y fué canónigo de Frauenburg. El afta jubilar 1500 tuvo en Roma
disertaciones sobre Astronomía, y Juego dedicó al Papa Paulo Ili su obra
«De revolutiona orbium caelestium » (Del movimiento g iratorio de los cuer·
pos celestes), en que enseña el sistema heliocéntrico (154.1).-Lutero y Me·
lancton lo impugnaron como contrario a la Biblia, al paso ·que los cató licos,
no sólo no lo condenaron, si no que hubo prelados, como el Cardenal de
Schomberg, que le favorecieron.
Tycho Brahe lo impugnó por la misma consideracióil, y pretendió conci-
liarlo con el sistema de Tolomeo.
Juan Kep/er (1571 -1 630), de una pobre familia de Wurtemberg {protes-
tante) , se inició en el sistema de Copérnico, inventó su telescopio y formuló
las leyes astronómicas que llevan su nombre.
Galileo (1564-1642) natural de Pisa, inventó la ley del péndulo y un
tele.scopio, y halló muchas otras verdades pertenecientes a la Física y
Astronomia (satélites de júpiter, anillo l:le Saturno, montes de la luna ,
manchas del sol, etc.); pero tu vo la petulancia de sostener que el sis·
tema de Copérnico contradecía a la Biblia; por lo cual fu é primero
amonestado ( 1616), y luego castigado por su desobediencia (1633),
con tres dias de prisión y posterior confinam iento en una finca suya,
donde prosiguió sus estudios. Los enemigos de la Iglesia han tejido
una fábula sobre este sencillo incidente. El Papa nada definió contra
el sistema de Copérnico que enseñaba Galileo.
424. Reforma del Calendario. La inexactitud en el cómputo del
tiempo había producido una notable discrepancia entre las fechas del
Calendario y Jos verdaderos tiempos astronómicos; por Jo cual, ya el
Cardenal Nicolao de Cusa propuso la reforma del Calendario en el
Concilio de Basilea (1436). El Papa Gregario XIII, gran favorecedor
de Jos estudios [336] , mandó llevar al cabo dicha reforma, siguiendo la
propuesta del médico Aloisio Lilio (m. en Roma 1576). Por una Bula
pontificia (ln/er gravissimas, 1582) se mandó que, en toda la Cris-
ti andad, se omitieran los días 5 a 14 de Octubre de 1582, y se dispuso
la sucesiva corrección por medio de los años bisiestos (suprimiendo los
que son divisibles por 100 menos Jos que Jo son por 400) .-Los cató-
Cap. !V.-Literatura. Las Artes 75
PERÍODO SEGUNDO
428. Suelen llamar los autores modernos a éste, período del abso-
lutismo ilustrado, por haberse ido inspirando g radualmente los sobe-
ranos en las ideas de la falsa filosofia, que comienza con Desearles
y culmina en la Revolución .
Rota defin itivamente, por la victoria del Protestantismo en la Paz
de Westlalia, la unidad espiritual de Eu ropa, los errores se desen-
vuelven sin el freno que les imponfa en la Edad Media la autoridad
doctrinal de la Iglesia, apoyada por la autoridad civil; y mientras
unos establecen como única ley la autoridad de los monarcas, otros '
anulan ésta y ponen por único fundamento del Derecho la voluntad del
pueblo, que puede siempre deponer y ajusticiar a los reyes. En reali-
dad, este período del absolutismo comienza por la Revolución de
Inglaterra y acaba por la Revolución francesa, sirviéndole de san-
grientos mojones, la cabeza de Carlos 1 al principio, y la cabeza de
Luis XV I hacia el fin .
Deshecha y asolada Alemania por la Guerra de los Treinta años,
y consumada la disolución política por la disolución religiosa, queda
dividida en innumerables Estados soberanos, entre los cuales se va
levantando el de Brandenburgo, que un dfa devolverá a Alemania el
sentimiento de su unidad nacional. Y debilitada por otra parte España,
y deslizándose por la pendiente de una irremediable decadencia, Fran-
cia ocupa el lugar preeminente y toma la dirección espiritual de
Europa, que comienza imponiendo sus modas cortesanas y acaba im-
poniendo sus ideas revolucionarias, recibidas por ella de Inglaterra. -
Turqu!a deja de ser un peligro para Europa; pero en su lugar se levan-
ta el Imperio Moscovita, poco menos peligroso para la civilización y .
libertad cristianas.
CAPÍTULO V
"..¡.;
Cap . V.-La Revolución «gloriosa» 81
_ _ _ _ _ _ Jacobo~a~ de Escocia)
I sabel (Federico V Palatino) Carlos 1
~rnesto Augusto de Hannover) Ca rÍos 11 Jacobo 11
~~ (Guillermo 111 de 0.) Maria Ana ---:;;~
1
jorfe 11 Edu ardo
~ Carloe t ~~a7~~~~W
Jorge IV, Oulll ermo IV, Edua rdo, Ernesto Augusto de Hannover
1 1
(Alberto de Saj. Coburg.)-V Icforia ' jorge V de Hannover
Edua rd o VIl
1
jorge V
84 Cap. V. - Las colonias inglesas '
(1) De/li·bots,barcosligeros.
_a~p_
C .V_I_
.-_H~eg~e_
mo_n_
ia_fr_an_c_es_a ______~------------ ~
CAPÍTULO VI
(1) No se conoce a punto fijo el origen de esta denom inació n, que quedó desde
en toncescomoequivalentede rebelión.
(2) Palacio de recreo constru fdo para Madama de Maintenon.
(3) Otro palacio construido por Luis XI V.
Cap. VJ. - La Paz de los Pirineos 87
recia, pues, a Felipe V; pero obstaba la renuncia que María Teresa había
hecho al casarse con Luis X IV, de sus derechos aJa sucesión de España (2).
Para prevenir el peligro de
una división de los Estados espa·
ñoles (que se l1abfa proyectado).
Ca rl os 11 nombró su heredero al
Prfncipe Elector de Baviera; pero
la muerte de éste ( 1699) dejó si n
efecto aquella disposición, y el
rey se decidió al fin por Felipe
de A njou, a quien desig nó co rno
heredero en su testamento. Pero
el Emperad or declaró este testa·
mento subrepticio, y reclamó la
herencia de Carlos 11 para su se-
gundo hi jo Carlos (que fu é lue·
go VI).
451. Guerra de sucesión.
Desde el principio estuvieron al
lado del Emperador, Prusia, que
Leopoldo reconoció corno Re ino
Rclr.IIO de Cl~udio c::J~~~~~~~drid, M. del Pntdo) ( 1701) , y Hannover, a cuyo Du ·
que hizo Prfncipe Elector; y a po·
cose le unieron además Inglaterra y Holanda , dirigidas por Gailler·
mo de Orange [435) , el irreconcili able enemigo de Luis X IV .
Aliado de Luis X IV y de Feli pe se pusieron el Príncipe Elector de
Baviera y su hermano el Elector de Colonia.
Los Generales, Prínci pe Eugenio de Saboya [46 1), y Marlbo·
rough (i nglés), vencieron generalmente a los franceses .
La guerra comenzó en Italia, donde el Prfncipe Eugenio se apoderó del
(2) Arbolgenealóglc:odeestasucealón:
BORBONES HABSBUROO
Enrique I V ....---F-eli~e-111- Ferdlnando 11
Luis XIII casado con Ana M~rfa~~~arfa Ana casada con Ferd inando 111
Lu is X I V » con María T eresa Ca rl os 11 Margarita Teresa cas. con leopoldo 1
~ Ma rfaAn lon ia joséJ,CarlosVI
Luis (m. 17 12) Felipe V Ca rl os José Femando de Bavlera (m . 1600)
Luis XV
92 Cap. VI.-La paz de Utrecht
valle del Adige y puso sitio a Mantua; aunque hubo de levantarlo vencido
por Vendome en Luzarn (1702). Pero éste no logró reunirse con los báva·
ros , que fueron rechazados del Tiro!.
juntos Marlborough y el Príncipe Eugenio derrotan a los franceses y
bávaros en Hochstiidt (1704). Luego vence Marlborough a los franceses en
Ramillies (entre Lieja y Bruselas), apoderándose de los Países Bajos; al
paso que el Príncipe Eugenio, obliga a Vendome a levantar el sitio de
Turín, y echa de Lombardfa a los franceses (1706) .
Al año siguiente (1707) los austríacos se enseñorean de Nápoles; luego
Marlborough y el Príncipe Eugenio derrotan a los fra nceses en Oudenarde
(entre Ga nte y Tournay, 1708) y Malplaquet (cerca de Mons, 1709).
La persistencia de los aliados en obligar a Lu is XIV a retirar de
España a su nieto, fué causa de que no se ajustara entonces la paz.
Pero Felipe V se aseguró el trono de España con las victorias de
Brihuega y Villaviciosa; su rival Carlos fué llamado a ocupar el
trono de Austria (por muerte de su hermano ]osé/, que había suce-
dido en 1705 a su padre Leopoldo 1), y en Inglaterra cayó el minis-
terio de Marlborough y subió el partido torg, enemigo de la gue-
rra. Todas estas circunstancias inclinaron a la paz, que se firmó en
Utrecht (1713).
452. La paz de Utrecht reconoció a Felipe V por rey de
España y de sus colonias de Indias, a condición de que sus
dominios nq se unirían nunca con Francia. Los inglese'S conser-
varon la plaza de Gibraltar (de que se habían apoderado por
sorpresa) y la isla de Menorca. En América se les dieron las
regiones (francesas) de la desembocadura del río de San Lo-
renzo (Terranova, Nueva Escocia y riberas de la bahía de
Hudson), y además se les concedieron el comercio de negros
y otras ventajas mercantiles en las Indias.
Prusia y Saboga quedaron reconocidas como Reinos, y a és-
ta se le dió Sicilia en lugar de Cerdeña . Austria obtuvo los Paí-
ses Bajos, el Milanesado, Nápoles y Cerdeña, que se separaron de
la Corona de España. Carl os VI admitió estas condiciones en Ras-
tad (1714).
Por esta paz perdió Francia la prepotencia que había log rado en
Europa, y Luis XIV no sobrevivió al fracaso de sus ambiciosas empre-
sas (1715).
Cap. V!. - Úitimos Barbones franceses 93
~mt2h ~«j~
,______ ,_J/0.'
....
•
98 Cap. VIL - Alemania
CAPÍTULO VII
ALEMANIA
ART. 2. 0 Prusia
hija del mismo Duque Alberto Federico, con lo cual adquirió además
derecho a la sucesión del Ducado de Cleves (1666).
468. Como propio fun-
dador de la grandeza de
Prusia se considera a Fede-
rico Guillermo (1640 - 88),
ll amado el Gran Elector, el
cual, en la Paz de Westfalia,
obtuvo la Pomerania orien-
tal, los obispados de Mag-
deburgo, Halberstad y Min-
den; se libró de la soberanía
de Polonia (1660), y afirmó
en sus Estados su poder ab-
soluto, formando un ejército
permanente. Engrandeció a
Federico Guillermo, Elector de Brandenburgo Berlín Y favoreció la indus·
(Cu11dro de Meri:in e! J.) tria y eJ COmerciO.
Federico 1 (1688- 1713), príncipe amante del fausto, obtuvo
del Emperador el título de Rey de Prusia , prometien do tomar
parte en la guerra de suces ión de España [450], y en la Paz de
Utrecht (1713), se le reconoció con efecto dicho titulo.
Fundó la Orden del Águila negra, la Universidad de Hall e, y, por
incitación de su amigo Leibniz (m. 1716), la AcHdemia de Ciencias.
469. Federico Guillermo 1 (1713-40), fué el reverso de su
padre: sencillo, sobrio y práctico; enemigo de la frivolidad en
que los alemanes imitaban a la Corte francesa, persiguió el lujo
y abominó de la incredulidad de los filósofos . Al racionalista
Cristián Wolfle mandó salir de Halle so pena de horca (1723);
en cambio fomentó la Escuela primaria, no menos que la agricul-
tura y las artes industriales. Introdujo en Prusia la severidad de
costumbres y puntualidad , que ha caracterizado luego su admi-
nistración , y .sido fundamento de su grandeza.
En sus modales fué grosero, y tenía sus delicias en el trato de
Cap. VII.-Prusia; Federico 11 103
El Rey sargento tenía una pasión por los mocetones de g ran talla,
y, para su Guardia de g iga ntes, los hada buscar en toda Europa, si n
ahorrar dispe ndios.
Ln completa contrariedad de incl inaciones entre el rey y su hijo Federi·
co, escéptico, amigo de los f ilósofos franceses y de sus modas y artes, pro-
dujo graves disgustos, que movieron al hijo a huir a Inglaterra; por lo cua l
fué preso y maltratado, aunque perdonado luego. En 1734, entró en relacio-
nes con Voltaire y escribió algunos tratados con el esp fr itu de la nueva Fi-
loso fía.
"470. Federico 11 (1740-86), al contrario de su padre, que
había sido fiel a la Casa de Austria, marcó el dualismo entre
Prusia y aquella Potencia, con cuyos despojos se engrandeció,
aprovechándose de la Guerra de sucesión [463) y sosten iendo la
Guerra de los Siete años (1756-63) [464], la cual dió a Prusia
importancia entre los Estados europeos.
El In¡per io. ya a ntes reducido a la impo te ncia, pierde prácticamente
su so bera nía, que un siglo más tarde había de restaurar Prusia e n pro-
vecho propio (1871 ).
Para sanar las heri das causadas a su pafs por las guerras, mejoró la con-
dición social de los labriegos, generalizó el uso de la patata, y reconstruyó
104 Cap. VIII.-Engrandecimiento de Rusia
CAPáULO VIII
ENGRANDECIMIENTO DE RUSIA
(1462- 1505) los libró enteramente del señorfo de los mongoles , sometió
a Nowgorod y constru yó en Moscou la fortaleza del Kreml in.
lwan 1\7 el Terrible (1 533-84) , considerándose como heredero
del Imperio de Constantinopla, tomó el títul o de Zar o Gran
Rey; fundó la mili cia de los Strelitzes, im puso su soberanía a Jos
l<h anes de Kasán y Astrakán, comenzó la conquista de Siberia ,
donde fué fund ada T obolsk (1587), y someti ó a Nowgorod, que
se había ~ebel ado, haciendo dar muerte allí a 60,000 hombres.
E xtin guida en su hijo la descendencia de Ruri k (1598), gobiern a
Boris Godunow, que estableció la servidumbre de los labriegos
ru sos, no suprimida hasta Al ejandro 11 (1861). L os desórdenes que a
su muerte siguieron en Rusia, los aprovecharon Suecia y Polonia para
apoderarse de sus provincias limítrofes.
106 Cap. Vlli.-Dinastía Romanow ·
( 1) DlnastiaRomanow.
M iguel R omanow (1 6 13-46}
Al éjo 1(1 646-76)
Feo~~~) So fia ~ ~~252._
Cat¡ lina Ana ( 1730-40) A lejo , Ana , Isa be l (1741-62)
Ala Pe~ro 11 0727-30) 1
lwan VI ( 1740.4 1) Pedro iii -Cat alin a 11 (176.2-96)
1
Pabl o ! (m. 180 1)
A lejandro 1 (m. 1825), Co nstantino (m. 183 1), N ico lás 1 (m . 1855)
Al eiandrJ II (m. 188 1)
1
A lejandrolll(m. 1894)
1
Nicolás JI
Cap. Vlll .-Suecia después de Gustavo Adolfo 107
de los nobles, cuya junta substituyó por un Senado (1711) como supremo
tribunal, y dividió en clases la población y la nobleza .
A la muerte del Patriarc.a
Adri ano (1700), no permit ió se
le diera sucesor, y e n 1721 es-
tableció e n su lugar la Sa nta
Slnodo, compuesta de prelados
nombrados por el Zar, el cual
l,l,.\
quedó de esta suerte, hecho
Cabeza de la Ig lesia rusa.
Aunque el mismo Pedro fué
en sus costumbres un bárbaro, j (~-. ~ ·. .
~~.. . ~. ..r·.:,.~.
... ~·~.'f:·
de crueldad y sensualidad bru-
tales, tuvo perspicacia y ene rgía . .
CAPÍTULO IX
LA REVOLUCIÓN
La Francmasonería
484. Es muy difícil hablar con seguridad de la Masonería, por
consistir su carácter esencial en ser sociedad secreta, hasta tal punto,
que la mayor parte de sus adheridos no conocen a sus jefes, su consti-
tución y sus verdaderos fines. Para suplir la ignorancia de estas cosas,
se ha provisto la Masonería de un simbolismo complicado y no pocas
veces ridículo, y ha tejido estupendísimas fábulas acerca de su origen.
El nombre de franc-masón equi vale a albar1illibre, y designó en la Edad
Media a ciertos constructores que se asociaban entre sí, para emanciparse
de Jos gremios de las Qarticulares ciudades, y llevar al cabo la construcción
de edificios importantes, como las catedrales. Estas asociaciones se recono-
cfan por ciertos signos, que imprimieron también en sus obras.
Las leyendas más comunes sobre el origen de la Masonería, son las que
lo refieren a la Orden extinguida de los Templarios, o a los constructores
del Templo de Salomón (Hiram), de quienes se dan por sucesores, o venga-
dores. De ahí los ritos en que juran aplastar a los Reyes y Papas, porque
oprimieron a los Templarios, o a la tiranía, de quien suponen víctima al anti-
guo Hiram, que contribuyó a construir el Templo de Salomón. Otros refie-
ren el origen de estas sociedades secretas, a loS misterios egipcios que se
implantaron en Grecia. Pero todo esto son puras fábulas para entretener a
los masones imbéciles.
una carta falsificada del P. General L orenzo Ricci, en que se decfa que el
rey no era hijo legitimo de Felipe V. Con esto dictó el Rey una Pragmcitica
sanción ex terminando a los jesuitas de todos sus dominios, y reserv ando en
su «real pecho» los moti vos que a ello le inducían {1761). Siguieron su ejem-
plo las Cortes Borbónicas de Nápoles y Parma.
No contentos con esto los enemigos de la Compañia, hostigaron al
Papa Clemente XIV hasta que, imaginando ser éste el único medio
para restablecer la paz , suprimió la Compañia de jesús por un Breve
(«Dominus ac Redemptor>), en que no se concreta ningún delíto de los·
jesuítas.-Estos se conservaron en Rusia y Prusia , por no haber per-
mitido Catalina ll ni Federico ll que se publícara en sus Estados el
Breve pontificio; y luego el Papa Pío VIles autorizó para segu ir con-
gregados. Pío VII, apenas sosegadas las turbaciones revolucionarias,
se apresuró a restablecer la Compañia de j esús por una solemne Bula
(1814, Sollicitudo omnium ecclesiarum) derogatoria del Breve de
Clemente XIV.
(1} Había nacido en Corte (Córcega) el 7 de Enero de 1768; pero pora hacerse pa~
sa r por francés de nacimiento, fingía haber nacido en Ajacclo el 15 de Agosto de 1160.
124 Cap. IX.- El Consulado y el Imperio
(1) Gracias a la llegada de Desaix, con cuyos 5.000 hombres reanuda la bata lla
ya pe rdida.
126 Cap. IX.-El bloqueo continental
tos), incorporándose a Holanda y toda la costa del Mar del Nor te has ta
el Elba; pero a pesa r de la buena administración y del florecimiento de
sus artes, se iba desangrando y empobreciendo con tan contrnuas
guerras.
Napoleón había conculc~do dos cosas inviolables: la Iglesia
romana y el sentimiento nacional de los pueblos, y debía co-
menzar a sentir los efectos de estos yerros.
500. Las campa ñas de t8 t2 a t8t4. El Zar Alejandro se separó del
bloqueo continental, y se alió con Inglaterra y Suecia; por lo cual Napoleón
le declaró la guerra, teniendo por aliadas a la Confederaci ón del Rhin ,
Austria y Prusia; y al freflte de un brillante ejército de 600,000 hombre s, se
dirigió cont ra Rusia . Los rusos devastaron el pafs para p~i va r de recursos a
aquel enorme ejército, y habiendo Napoleón entrado en Moscou, sus mis·
mos habitantes le pegaron fuego; por lo cual el Emperador hubo de empren-
der una desastrosa retirada, con un frío glacial y las mayores privaciones,
que destruyeron sus tropas.
Sus aliados, que le habían dejado, se levantaron entonces contra él. El
rey de Prusia se alió con Rusia , Inglaterra y Suecia; y au nque todavía los
venció Napoleón, tuvo él mismo tales pérdidas, que hubo de aceptar un ar-
misticio. Entonces también Austria se juntó con sus enemigos. Estos form a-
ron tres ejércitos (GOO.()(X) hombres) que se dirigieron hacia Leipzig1 donde
Napoleón , en una serie de sangrientos combates, fu é forzado a emprender
la retirada (1 8 13), y cometió el error de rehusar las ventajosas condiciones
de paz que le ofrecían.
Después de luchar en 1814 con varia fortuna , Jos aliados entraron
en Parfs y obliga ron a Napoleón en Fontainebleau a renun ciar la
corona, señalándole como Principado la isla de Elba, con 2 millones
anuales de re nta. En el trono de Francia fu é colocado Luis X VIII.
501. Congreso de Viena (1814-15). Para restablecer las
relaciones internacionales trastornadas en el último decenio, se
reunieron en Viena los Soberanos y dipl omáticos, y después de
prolijas negociaciones rehicieron el mapa político de Europa,
no atendiendo sino en parte a las justas reclamaciones de la
religión y del esp iritu nacional.
Austria obtu vo las provincias de Iliria, Venecia y Milán, Salzburgo y el
Tiro!.
Prusia, parte del reino de Sajonia, las regiones del Rhin y Westfalia.
Ru sia la mayor parte del Duca do de Warsovia.
Inglaterra, Malta , Hel¡¡;oland, las Islas Jónicas y parte de las colonias que
f1abfa conquistado.
_ _ _ _ _ _ _ _c_ a_:_p_
_12S . I_X .- Los cien días. La Santa Al ianza
PERÍODO TERCERO
CAPÍTULO X
EMANCIPACIÓN DE AMÉRICA
(1) L os se i'lalados con • (Nueva York, Delaware y Nueva jersey) fueron colonias
holandesashasta 1664.
(2) Terminó por el Tratado de Parfs de 1763 en que Francia cedió sus colon ias del
CanadáyLuislana.
(3) Este derecho era muy problemático, a) pues los colonos eran lnf!leses como los
de la Metrópoli y b) tenfan sus Pa rl amentos, sin cuya aprobación no se podfan imponer
tributos, segUn las libertades ln![lesas. Lns libertades Inglesas no deb ieron parecer
tanmalal osinpleses.
Cap. X.-Los Estados Unidos. Jorge Washington 131
del Callao (1819). Al año siguiente desembarcó San Martín con una
numerosa expedición, y comenzó a propalar entre la población las ideas
revolucionarias y minar la fidelidad del ejército realista, gran parte
del cual se pasó a Jos insurrectos.
Desunidos Jos españoles, y sustituido el virrey Pezuela por el gene-
ral La Serna, tuvo ést e que evacuar a Lima, que fué ocupada por
San Martfn, el cual procla mó la independencia del Perú (1821) . A poco,
sintiendo su impopularidad , San Martín abdicó y se retiró a la vida
privada, en la cual acabó pobremente en Francia (1850).
Todavía reorganizó La Serna sus tropas en la Sierra y amenazaba
a Jos insurgentes. Pero acudiendo contra él, desde Bolivia, Bolívar y
Sacre, le derrot.aron en las batallas de junln y Ayacucho, que pusie-
ron término a la dominación española (1824).
Bolívar fué nombrado Presidente vitalicio, y separó el Alto Perú
con el nombre de Bolivia como república por sí.
518. C. Colombia. A pesar de que, por influencia de los Estados
Unidos, habían precedido algunas conspiraciones sepa ratistas (espe-
cialmente la del caraceño Francisco de Miranda , en 1806), la noticia
de la invasión de España por Jos franceses no produjo mudanza en el
Virreinato de Nueva Granada, hasta que en 1810 se constituyó la
junta de Caracas para conservar aquellos países a Fernando VII; y
envió a Londres a Bolívar para arbitrar medios de defensa contra Jos
franceses. Regresó Bolívar con Miranda, y formaron un club que, con
sus secretos manejos, logró que la junta de Caracas proclamase la
independ encia (1811); pero el jefe de los leales, D. Domingo Monte-
verde, venció a los insurrectos, obligó a Miranda a capitular y a Bolí-
var a huir a Cartagena. Con Jos refuerzos que aquí halló volvió a
Venezuela y venció a Monteverde, entró en Caracas y recibió el tftulo
de Libertador.
Fernando VII envió al general Morillo (18 14) que de nuevo se apo-
deró de Caracas y de Cartagena (1815); pero por fin fué vencido por
Bolfvar, quien entró en Bogotá y estableció una .nueva República con
el nombre de Colombia .
Bolívar envió al Ecuador a Sacre, para procurar la independencia
de Guayaquil. Aymerich , presidente de Quito le venció al principio;
pero reforzado Sucre por la expedición de San Martfn, ganó la deci-
siva batalla de Pichincha, que incorporó el Ecuador a Colombia.
Colombia formó un solo Estado con Venezuela y el Ecuador, bajo la
Cap. X.-Venezuela. El Ecuador 139
§ 3° Virreinato de México
ART . 3° E l Brasil
523. El Brasil fué descubierto por Alvarez Cabra! (1500) [326] , que lo
llamó Isla de Vera Cruz, y el Gobierno portugués envió allá al principio los
malhechores y judíos, y lo reparti ó libremente a encomenderos, hasta que en
!549 nombró un Gobernador, T omás de Sousa, que fund ó a Bahla y llamó
misioneros jesuftas.
An exionado a la Corona de Espaiia con Portugal (1 580), se vió atacado
por los holandeses y ocupado alglin ti empo por la Compai'lfa holandesa de
las Indias occidentales. Portugal tomó más a pechos su explotación después
que se descubrieron minas de oro (1698) y de diamantes {1730).
La insurrección de las Colonias espaflolas repercutió en el Brasil, a donde
se habla acogido el rey de Portugal Juan VI, huyendo de los ejércitos de
Napoleó)l {l EOS). Una revolución (1821), le obligó a conceder al Brasil la
Constitución liberal portuguesa de 1820. El rey se volvió a Portugal dejando
por Regente a su hijo D. Pedro. Pero los brasilei'1os se declararon indepen-
dientes, y proclamaron a O. Pedro Emperador Cons/1/ucioual (18~). Portu-
gal, por instancia de Inglaterra, reconoció su independencia (1825).
Al morir Juan VI, D. Pedro cedió la corona de Portugal a su hi ja Doria
Maria de la Gloria {1826), y la sospecha de que empleaba los recursos del
Brasil para sostener su trono en Portugal, con tra su tfo D. Miguel, hizo hu-
popu lar al Emperador, y le obli¡¡:ó a abdicar en su hijo de seis aiios, Pedro 11.
Dec larado Pedro 11 mayor de edad a los quince anos, se fué haciendo
dueflo de la situación; ev itó las guerras civiles y promovió la prosperidad
materi al, atrayendo inmigrantes, coloriizando regiones desiertas y constru-
142 Cap. XL- La Europa latina
CAPÍTULO X I
LA EUROPA LATINA
ART . l. 0 España
~mtm ~j~
-.--------------~-·j/
146 Cap. XI.-D. Amadeo. La República . Alfonso XII
(1) Se dejó el riombrede Luis X VIl al Delfín, hijo de Luis XVI, martirizado por los
re voluci ona rios(EI za patero Simón).
Cap. XL-Revolución de Julio. La Segunda República 14
(1) En 1873 murió Napoleón 111. Su hijo murió en 1879 pe lea ndo como oficial inglés
contra los cafres zuhís. El Conde de Parls (Orleans) se reconcilió con el de Chambord
(Enrique V), el cual no subió al trono por negarse a admitir la bandera Ir/color y las
reformas libe rales. Murió en 1883. Su heredero, el Conde de Paris, muri ó en 1894 . Sus
derechos pasaron a su hijo Felipe.
Cap. XL - Colonias fra ncesas. -ltalia 153
ART. 4. 0 Italia
537. Italia fué el pais donde Napo león hizo más tra ns formaciones,
y donde se ensayaron más form as de gobiern o. Con el territorio de Géno-
va, se formó la Repliblica de Lig uria ( 1798). En Lombardía , la República
Cisalplna (1797). La Toscana, con pa rle de los Estados de la Iglesia, se hi zo
Reino de Elmria (1 80 1); los Estados Pontificios, República Romana (1798),
Nápoles Repliblica Parlenopea (1799); y luego se convirtió la República
Cisalpina en Reino de Italia (1805), al cual se inco rporaron los Estados
154 Cap. Xl.-ltalia . Reino de Nápoles y Sicilia
CAPÍTULO Xll
EUROPA GERMÁNICA
ART. 1. 0 Austria
CAPÍTULO X!ll
EL IMPERIO BRITÁNICO
ART. 1. 0 Inglaterra
CAPÍTULO. XIV
EL ORIENTE EUROPEO
ART. l. 0 Rusia
574. Mohamed /11 (1595- 1603) aseguró sus conqu istas en Hun-
gría, y A murales IV (1623-40) redujo a sus lfmites a los persas, que
se habían apode rado de Armenia y Mesopotamia. En tiempo de Moha-
med V (1648-88) las victorias de los persas y de los venecianos (en los
Dardanelos, 1656) produjeron una crisis, de la cual sacó a Turquía el
Gran Visir Mehemed Coprili, cuyo hijo Achmed Coprili quitó a los
venecianos la isla de Creta (1669) y a los polacos la Podolia y Ukrania
(1676). l<ara Musfa(d logra por última vez poner sit io a Viena, que
fu é librada por Sobiesky (1683); y desde entonces los turcos han de
retroceder definitivamente ante los austriacos y los rusos. Pierden la
ciudad de Buda ( 1886) y e l centro de Hungría ; y aunque en los reina-
dos de Solimdn 111 (1687-91), Ac!tmed 11 (1691-95) y Musta(d 11
(1695- 1703) se continuó tenazmente la lucha, la superioridad del Prín-
cipe Eugenio [461 ] decidió la victoria de los austriacos. La batalla
de Zenta (1697) determinó la Paz de Carlowifz (1699), que costó a
180 Cap. XIV.-La cuestión de Oriente
Hungría, la Morea,
Azow, la Podolia y
Ukrania.-Achmed 111
t___ _ _ _ _ _J¿;'"""'"-----' (1703·30) derrotado en
Peterwardein (1716), hubo de ceder al Austria varias provincias en la
Paz de Passarowitz (1718).
575. Desde este tiempo toma Rusia a su cargo la cuestión de
Oriente. La intervención de los rusos en Polonia , y la persecución de
los polacos fugitivos en territorio turco, obligaron al Sultán a declarar
la guerra a Catalina 11 (1768); pero los turcos sucumbieron a la táctica
de los generales rusos, y hubieron de firmar una paz (1774), en que
cedieron a Rusia Azow y le reconocieron el protectorado sobre la
Moldavia y Valaquia y los cristianos griegos. Poco después se anexio-
naron los rusos la Crimea (1783), y temeroso el Sultán de ulteriores
ataques, emprendió una nueva guerra contra Rusia y Austria unidas
(1787). Aunque al principio alcanzaron los turcos algunas ventajas
sobre los austriacos, luego fueron derrotados por Suwarow y arrojados
de Belgrado. La intervención de la diplomacia prusiana obligó a Rusia
a contentarse con Otschakow (1791 ). En 1794 los rusos fundan a
Odessa sobre el Mar Negro.
La expedición de Napoleón a Egipto resultó favorable a los turcos,
aunque de momento se aliaron contra él con Inglaterra. Pero habiendo
querido Selim 111 (1789-1807) introducir una nueva milicia para con-
trarrestar a los jen!zaros, fué destronado.
Cap. XIV.-Independencia de Grecia 181
(1) Con ellos fué a Grecia el poeta inglés Lord Byron, que murió alli de calen·
turas(l 824).
182 Cap. XIV.-Independencia de Grecia
EPÍLOGO
A. M. D.G.
Sinopsis de la Edad Moderna
PAGINAS DONDE SE ESTU DIAN
PAISES
Periodo2.0
~~.
Prusia 101
África 3; 29
153, 172 11
América 5, 35 142
Argentina 37,64 135
Bol ivia 137
B rasil 5 97 141
Canadá 9 84 174
Colombia 8 138
Chile 36, 64 137
Ecuador 139
Estados Unidos 83 130
México 35 132, 140
Paraguay 136
Perú 36 137
Uru guay 136
Venezuela 139
Asia 165
- Ind ia 85 152, 171
- japón 178
Balkáni cos(Estados) 183, 186
Bélgica 59 101 !57
Dinamarca 56 166
España 5, 20, 23, 35, 58 90,94 142
Francia 9, 25, 40 78, 85, 93, 117 148
Grecia 181
Holanda 59 68 !58
Inglaterra 8, 47, 53 78 167
- Escocia 51 79
- Irlanda 53 79 168
Italia 12,26 !53
Noruega 56 167
Oceania 166
- Australia 174
- Filipinas 64 133
Polonia 57 108, 10'1
Portugal 3, 63 97 147
Rusia 104 175
Suecia 56,71 107 166
124
Suiza
Turquía
38
28,62
1·
.[· 179
¡;
l
11
11
lf
PUBLICACIONES HISTÓRICAS
del P. Ramón Ruiz Amado, S. J.
1 ~
1
11
1!
1!
1•
[1