Está en la página 1de 54

Amor

Policromatico

Edwardo Quintero
Introducción
Como protagonista de esta historia, me
declaro un enamorado del amor, del drama
y de la ironía.

Explorando en la profundidad de mi
desesperación y tratando de encontrarle
sentido a la inmensa confusión que me
llevó a deprimirme durante centenares de
días, he querido comenzar a ponerle orden a
todas las cosas que he estado haciendo mal.

Cuando te das cuenta que has estado triste


durante ya varios meses, llega un momento
en el que tienes que empezar a darle forma
y nombre a las cosas que te han hecho mal, y
sobre todo a las que has estado haciendo mal.

Por eso, hoy estás a punto de leer algo que


jamás debió haber salido a la luz.

He decidido explorar en los rincones más


oscuros de todas mis relaciones pasadas, con
la finalidad de entender qué fue lo que hice
mal.
Qué les hice a todas esas personas que en
algún momento entraron en mi vida, y qué
fue lo que me hicieron ellos.

Aquí encontrarás todos los reclamos que he


tenido guardados durante años, para todos y
cada uno de mis ex amores.

Pero también he venido a agradecerles por lo


bueno que trajeron. Me río de todo lo que yo
creí que podíamos llegar a ser. Y me libero de
cualquier atadura que aún pudiera tener con
ellos.

Y ¿para qué?, simple y sencillamente porque


quiero saber qué fue lo que hice mal para
arreglarlo y no repetirlo en el futuro. Quiero
dejar de arrastrar el pasado.

Y asimismo, quiero pedir una disculpa por


todo el caos que seguramente llevé a sus vidas.

Todo esto para sellar ciclos que jamás deben


de volver a abrirse.

Estas son mis historias de amor. Con mis ex


novios, ex crushes, ex quedantes y ex nadas.
Porque no todos supieron que caí perdida-
mente enamorado de ellos.

Pero todos me ayudaron a descubrir el color


que llevo dentro.

No estoy seguro de qué es lo que estás por


leer, pero sé que es revelador, y absolutamen-
te terapéutico.

Gracias por llegar hasta aquí.


Valor de los Colores
He decidido asignarle un color a cada uno de
los amores que estoy por revelar.

Porque los colores son luces que irradian por


sí solas y poseen significados increíblemente
hermosos.

Son emociones, experiencias, aromas,


recuerdos, y pueden ser lo que tú quieras.

Con cada uno explicaré por qué elegí su color,


y por qué su anonimato queda resguardado
bajo el nombre de esa fuerza única y poderosa.

De igual forma, he decidido contar una


canción con la que asocio a algunos de los
chicos, para hacerlo más interesante.

Espero disfrutes la iridiscencia que posee esta


historia.
Prólogo
Necesité desesperadamente salir de un
agujero sin fondo y comenzar a colorear todo
lo que soy. Y logré hacerlo en el momento en
que me amé a mí mismo.

Y comencé a amarme cuando me vi fallar,


cuando todo se tornó oscuro, cuando todos
me dijeron que debía cambiar.

Me amé cuando empecé a colorear sobre las


paredes del pozo en el que me hundía.

Me amé porque supe que necesitaba un


cambio, me amé porque quería seguir
amando a los demás, me amé porque aún
con todos los motivos que les di a las per-
sonas para irse, decidieron quedarse.

Me amé porque entendí que no estuve


haciéndolo durante mucho tiempo.
Lo que estás por leer es un grito victorioso de
alguien que ha sabido superar la depresión y
se ha detenido a meditar sobre sus errores del
pasado.

Esto es un diario y un confesionario. Y si tú


quieres puede ser un espejo.

Pero también es un manual. Un instructi-


vo para saber cómo funciona mi corazón, y
si te interesa saber quién soy, cómo me gusta
sentir y cómo suelo pensar, presta aten-
ción a las entrelineas de esta historia, y a las
declaraciones explicitas de cariño, amor y
obsesión que guardo en estas páginas.

Esto es una guía detallada (y a color) de cómo


encontré al amor de mi vida, y de cómo
aprendí a enamorarme de mí mismo cuando
más lo necesité.

Esto es un recuento de los daños, y una dis-


culpa para quienes lastimé. Esto es un reclamo
para quienes me hirieron, y una ruptura de las
cadenas que me ataron a los viejos amores, a
los buenos, a los malos, a los imposibles y a los
que siempre guardé en secreto.
Pero permítanme aclarar una cosa…
esta historia no me curó de la depresión.

Decidí escribir esto una vez que supe que me


amaba a mí mismo, y que necesitaba comen-
zar a arreglar lo que había estado haciendo
mal sin darme cuenta.

Por eso hago esto.

Y claro, porque, ¿a quién no le gusta recordar


los viejos lugares en donde uno fue feliz?

Este amor es policromático porque me amo a


mí, y todos ellos me ayudaron a descubrirlo
poco a poco.
Blanco
Hay amores tan fugaces que no sirven para escribir
una canción, sirven, en su defecto, solamente para el
comienzo de algo que jamás ha de tener futuro.

Comenzaré contigo, primer descubrimiento.

No, no eres mi primer amor, ni siquiera


estuviste cerca de serlo, pero fuiste mi primer
acercamiento a este mundo lleno de colores
que se convertiría en todo lo que soy ahora.

Contigo descubrí que no me gustaba lo mismo


que a mis amigos en la secundaria.

Me ayudaste a darme cuenta de que


cuando eres un puberto, no vives bajo ninguna
etiqueta, y no te molesta ver las cosas más allá
de lo que todos están acostumbrados a ver.

Eres el color blanco porque contigo inició


todo. Después de ti comencé a colorearme.
Fuiste mi primer lienzo, y por consiguiente,
fuiste mi primer error. Chico heterosexual.
Te conocí en una ciudad cercana a la mía,
siendo imprudente, inquieto y despreocupa-
do.

Mi mamá y tu tío eran mejores amigos. Y tú y


yo también lo éramos.

Hasta que me di cuenta que en realidad me


gustabas.

Fuiste mi primer lienzo, y cuando quise con-


tarle al mundo que estaba listo para pintar
sin ataduras ni miedos, llegó la sociedad y me
hizo saber que no todos estaban listos para
aceptarlo.

Llegó mi familia y me hizo saber que ni


siquiera podían escucharme hablar sobre
mis colores. Porque les dolía, y si yo decidía
convertirme en artista del amor, segu-
ramente era una enfermedad que ten-
dría que tratarse con un psicólogo.

Porque el cariño que yo sentía por ti “no era


normal”, y “era una etapa”.
“Algún día se me iba a quitar”, y entonces
todo volvería a la normalidad.

Y no sucedió nada eso. Pero sí me olvidé de ti.

Eras un apoyo y una motivación invaluable,


pero también fuiste mi primer tropiezo con
un hombre heterosexual.

¿Y entonces por qué me enamoré de ti?

Porque te gustaba tratarme como si estuviéra-


mos destinados a estar juntos.

Esos abrazos cuando caía la noche no se le


dan a cualquiera, esas primeras borracheras
no deberían haber terminado en sinceridad y
en tomadas de mano, y todos esos mensajes de
texto no debieron jamás haber sido para mí.

Y definitivamente, yo no debí haber alimen-


tado una ilusión de algo que ni siquiera tenía
principio.

Pero no voy a ser tan duro con nosotros.


Éramos pubertos.
Y así como yo creí que me querías como yo a
ti, tú creíste que me quedaría a recibir migajas
de algo que ni siquiera podía ser amor.

Pero no fue así. Me fui cuando menos lo


esperabas, y dejé de visitarte, dejé de
textearte, y dejé de hablarle a la gente sobre ti.

Porque no me convenías, porque no me


querías, y porque jamás ibas a hacerlo.

Sin embargo, quiero darte las gracias por


haberme ayudado a descubrir a mi yo homo-
sexual.

Gracias, porque si no hubiera sido por nuestra


relación tan relajada y sin prejuicios, no me
hubiese aceptado a mí mismo.

Aceptarte a ti mismo siempre es el inicio de


todo lo que vale la pena. Gracias por ayudar-
me con eso.

Sé que seguramente te quedaste esperando al-


guna explicación, ojalá algún día leas esto.
Morado
Gorgeous - Taylor Swift

Eres uno de los pocos colores a los que voy a


agradecerle más cosas de las que pienso recla-
mar.

¿Sabes algo? Comenzaste a gustarme de


manera repentina, estrepitosa e intensa, y de
la misma forma fui desenamorándome de ti.

Te conocí en la escuela, eres menor que yo


por dos años, bajito, delgado y de ojos claros.
Así como me gustan.

Siempre le dije a mis amigos que si algún día


ambos nos encontrábamos solteros o despe-
chados, te buscaría a ti para casarnos y vivir
con un hombre que tiene todo lo que yo
quiero.

Pero verás, no fuiste más que un amor


platónico, porque aún a la fecha ni siquiera
creo que seas gay.
Nadie, nunca, hemos sabido cómo llegar a
adentrarnos en tu compleja e inmadura men-
te.

Dejaste de gustarme con la misma rapidez con


la que me fijé en ti.

Porque eres alguien que nunca ha sabido


apreciar los sentimientos de las personas, y
porque aunque seas un amor, dulce, cariñoso,
atento, lindo, perfecto, único, y muchas co-
sas más… eso es solo una cara superficial que
trata de cubrir un rostro frívolo e insensible.

¿Recuerdas nuestras pláticas en el baño?

Cuando me dijiste directamente que eres


alguien a quien no le interesan los senti-
mientos de las personas. Y yo estaba ahí,
recargado en el lavamanos pensando en lo
guapo que te veías usando gorra y tus len-
tes de sol que siempre me encantaron.

Mientras tú me confesabas las carencias emo-


cionales que habías vivido, y la manera en que
tus relaciones con algunas chicas no habían
funcionado, yo estaba contemplando tus ojos
cafés, pensando en lo mucho que me gustabas.

Y nunca te lo dije. Hasta ahora.

Porque no podía soportar saber que fui


un idiota, que se fijó en un chico al que no
le importa otra cosa más que el qué dirán.

Verás, Morado, he tenido suficiente de ti.


Y eso es que nunca tuve nada. Por-
que hasta nuestra amistad fue a medias.

Contigo todo siempre es a medias.

Por eso elegí este color para ti, porque me pa-


rece uno de los más hermosos, pero también
uno de los más débiles, una de las mezclas más
inestables y a medias de todo el círculo cro-
mático. Me parece que es un color inestable y
difícil de combinar.

Y eso es lo que me llevó a desenamorarme


platónicamente de ti.

Jamás pude ver en ti algo que no fuese insegu-


ridad, miedo o vergüenza.
Gracias por no mirarme a los ojos nunca, y
por no responder nunca mis mensajes.
Gracias por tu indiferencia, tu frivolidad y tu
falta de interés.

Gracias por recordarme que siempre puedes


ser cautivado por unos hermosos ojos hetero-
sexuales que jamás voltearán a verte.

Gracias por nunca haberte quedado.

Es más, así de sencillo, gracias por jamás haber


creado un lugar en el que pudieras quedarte.

Porque hombres como tú me enseñaron que


el amor verdadero va más allá de un flecha-
zo repentino en el que imagines un final feliz,
enamorados, sin importar lo que suceda, sin
importar la sexualidad, la sociedad o la edad.

Esas son solo estupideces.

Gracias Morado, porque me hiciste sentir mu-


chas cosas jóvenes e incongruentes, me ayu-
daste a conocer esa faceta mía, adolescente,
que veía un chico lindo y se derretía.
Gracias porque de ti aprendí que para lograr
decirle a alguien “hey, me gustas”, se necesita
de mucho valor. Y necesité de muchos panta-
lones para decírtelo a ti.

Gracias por haber entrado en mi vida, y por


haber sido mi amigo, o mi conocido.

Gracias porque quizás soy el único chico


que ha querido entrar en tu vida, pero, ¿qué
crees?, no fuiste lo suficiente hombre como
para lograr enamorarme de ti.

Lo lamento, lo siento, pero es cierto.

Eres increíble, eres guapísimo, eres agradable,


eres gracioso, eres tierno, eres amable, eres
muchas cosas, pero no tuviste lo necesario
para ser uno de los mejores amores de mi vida.

Gracias a tipos como tú, Morado, entendí que


el amor es mucho más de lo que siempre nos
han enseñado. Es algo que debes descubrir,
vivir y hacer crecer.

Gracias por haberme hecho sentir mariposas en


el estómago cuando estuve solo y triste,
y gracias por hacer que mis piernas temblaran
con tu voz, con tus palabras, pero sobre todo
con tus miradas.

Beso a nuestro recuerdo desde acá, imaginan-


do que alguna vez lo hicimos, porque lo ansiaba
con creces.

Ansié tus labios a diario durante mucho tiempo,


y hoy decido decirte adiós para siempre.
Guinda
Si tú no lo dices - Paty Cantú

Hola, amigo.

Eres un color bastante interesante, porque el


guinda es un tono misterioso, compuesto por
pigmentos pasionales, y peligrosos, pero tam-
bién oscuros y prohibidos.

Eres alguien con quien se debe tener mucho


cuidado.Porque eres actor. Manipulador,
obsesivo y agresivo.

Y la pasión lo es todo para ti.

Eres alguien que pareciera no prestar atención


a las cosas, pero siempre estás observando.

No se te escapa nada.

Te conocí en fiestas organizadas por mis ami-


gos cuando éramos jóvenes.
Supe que eres gay, y que también sabía quién
es tu novio.
Yo le dije en varias ocasiones a mis amigos: “yo
hubiera andado con él”.

Pero jamás te lo he dicho, ¿sabes por qué?

Porque aspiras tanto de la vida, que me asustó


pensar que algún día nuestras aspiraciones cho-
caran y terminaran haciéndonos mucho daño.

Amigo, date cuenta.

Tu novio te hace muy feliz, pero no aceptes el


lugar a medias que te está dando.

Si tú estuvieras conmigo, serías muy feliz. Solo


para aclarar.

Pero ese no es el caso, así que solamente quiero


agradecer porque siempre fuiste un enamora-
miento de imaginación, en donde yo me decía a
mí mismo “¿y qué pasaría si…?”.

Todo el tiempo pensé en cómo sería besarte,


acariciarte, reírnos juntos, incluso ser novios.
Eso es lo que quiero agradecerte, me ayudaste a
volar mi imaginación sin límites.
Y discúlpame por haberte aconsejado que te
quedaras con tu novio cuando en realidad,
quizás, querías dejarlo.

Después crecimos, y supe que no debías saber


esto nunca.

Ojalá algún día lo sepas, aunque no sea de mi


boca.
Azul
Nada de Nada - Marco Di Mauro

Una vez leí que para matar a alguien lenta y


dolorosamente, debes llenarlo de amor e irte
sin motivo alguno.

Eso hiciste, Azul, y no solo conmigo, sino con


muchas otras personas.

Este capítulo está dedicado a mi primer amor,


a ese que me hizo ver galaxias enteras en su
sonrisa.

Estas palabras son para el primer chico que


amé intensamente, por el que hubiera muer-
to, por el que hubiera hecho cualquier cosa.

Eres alguien tan complejo, que ni siquiera


creo que estos párrafos tengan congruencia
para nadie que no sea yo.

Eres bajito, de cabello claro y tez blanca. Ojos


grandes, pestañas rizadas y una complexión
muy delgada.
Eres alguien asquerosamente hábil para men-
tir.

Te encanta enamorar a las personas y después


irte sin importante ningún sentimiento.

Nos rompiste el corazón a tantas personas, que


ya ni siquiera sé porque te amábamos tanto.

Me hiciste tanto daño. Todo el que yo permití,


y pensé que moriría cuando te fuiste, pero lo
único que sucedió fue que me ayudaste a con-
vertirme en el hombre fuerte que soy ahora.

Me cuesta hablar sobre de ti, porque a veces


no tengo nada bueno que decir.

Muchas veces soñé con que te disculparas


conmigo, por haberme roto, por haberme
enamorado a base de engaños, por haberte
ido, y por haberme destruido.

Pero hoy ya no necesito tus disculpas.

Hace poco escuché una de las muchas verda-


des que nunca quise saber de ti.
Fuiste novio de uno de mis mejores amigos
mientras que a mí me ilusionabas y me hiciste
creer que me amarías enormemente.

Eres una persona horrible, que merece pagar


todo el sufrimiento que has ocasionado en
tanta gente.

Me duele haber elegido este color para ti, por-


que es mi color favorito. Pero cuando te fuis-
te, escribí una historia que llevaba por nom-
bre Amor Escrito en Azul.

En donde hablaba de lo mucho que te amé, y


de lo mucho que te lloré.

Hablé del azul porque es un color que inspira


a la tristeza, sentimiento que me provocaste
cada vez tuviste oportunidad de hacerlo.

En realidad solo te daré las gracias por una


cosa, por haberme ayudado a descubrir el
amor.

Porque gracias a ti supe que soy capaz de amar


intensa y alocadamente, como ya casi nadie
ama.
Fuera de eso, no hay nada más que quiera de-
cir sobre ti.

Fuiste mi primer amor, pero jamás el amor


más grande de toda mi vida.

Espero no saber de ti nunca más.


Rosa
Este será el capítulo más apresurado, y el más
informal, porque sinceramente, hablé tanto
de los protagonistas de este color, que hoy ya
no tengo ganas ni de mencionarlos.

Este color está dedicado a los chicos que lle-


van Alejandro por nombre.

Fueron 3.

Alex 1
Cassis - Gazette

Fuiste mi primer novio, y me terminaste por


otro, lloré por ti, mucho. Gracias por nada.

Alex 2
Kiss Me Slowly - Parachute

Fuiste mi… la verdad no sé qué fuimos, me


dejaste por otro, que se llamaba Chris. Gracias
por tus ojos hermosos, y discúlpame por ha-
berte reclamado durante tanto tiempo que me
engañaras. Ya te perdoné.
Alex 3
Despiértame - Gloria Trevi

La neta tampoco sé qué fuimos tú y yo.

Me gustaste muchísimo, fuiste el último chi-


co antes de mi relación actual. Me lastimaste
tanto que decidí escribir un relato llamado
Besos Sabor Baileys inspirándome en todas
las cosas negativas que me provocaste.

Ah, porque, también tú me dejaste y al poco


tiempo te fuiste con otro.

Gracias por tu caballerosidad, por tu perfec-


ción y por tu educación. Discúlpame si hablé
mal de ti con mucha gente.

Los asoció a los 3 con el rosa, porque fueron


muy delicados, y de repente se alejaron.
El rosa es un color tan noble y hermoso, que
tiende a ser débil, igual que nuestras relacio-
nes.
Con ustedes sentí que lo tenía todo, que eran
perfectos, pero al poco tiempo me ayudaron
a descubrir que el hombre perfecto no existe.

Gracias por… la verdad no sé por qué.


Por aguantarme, supongo.
Gris
She Looks So Perfect - 5SOS

Dicen que los amores platónicos son más adic-


tivos que imposibles.

Ay, Gris. Suspiré tantas veces por ti. Que has-


ta vergüenza me doy.

Suspiros asesinos, de esos que te llenan el


alma un segundo y después te dejan vació por
meses.

Suspiros incongruentes, inmaduros y capri-


chosos.

Eres el único en la lista al que voy a conside-


rar un crush.

Te asocio con el gris, porque todas tus fotos


son siempre en blanco y negro, y este color
me ayuda a describir tu forma de vida tan
poco radiante.

Porque así te gusta a ti.


En realidad te conocí poco, pero fuiste alguien
que me cautivaba con tan solo ver tus fotos.

Nuestras pláticas siempre fueron muy super-


ficiales.

Y todos los días le pedía a la vida que me dije-


ras que yo también te gustaba.

Pero jamás sucedió. Tercer chico hetero-


sexual.

Actualmente no me provocas absolutamente


nada, pero me gusta poder presumir que fuiste
mi crush más importante.

De estatura baja, cabello muy oscuro con fle-


quillo, ojos oscuros, tez blanca, y complexión
delgada.

Jamás encontraré las palabras suficientes para


decirte lo que mucho que me gustabas, inclu-
so he llegado a pensar que sería inútil, y sin
duda alguna, no valdría la pena decírtelo.

Porque eres frívolo e insensible cuando sien-


tes un poco de cariño, y porque sueles alejarte
de las personas que te quieren.

Te conocí a mis 15 años. Y tu recuerdo siem-


pre quedará vivo en esa etapa.

Gracias, por responder mis mensajes cuando


me armé de valor para hablarte, gracias por
permitirme entrar en tu vida.

Gracias, Gris, por mostrarme que siempre


puedo ver lo más hermoso de las personas,
porque a ti jamás te vi ni un maldito defecto.
Marrón
A lo largo de la historia has conocido 3 chicos
heterosexuales de los que caí perdidamente
enamorado. Bueno, pues ha habido más, no
me he enamorado de ellos, pero vaya que mis
hormonas me hicieron cometer estupideces
por ellos.

Una de las cosas más difíciles de sentirte atraí-


do de alguien que no puede corresponderte,
es saber que jamás se fijará en ti porque le gus-
tan las mujeres, y eso lo vuelve prohibido. O
sea que lo vuelve incuso más atractivo que un
chico gay que pueda corresponderte.

En este color hablaré brevemente de 3 chicos


que, además de ser hetero, comparten otra ca-
racterística, los conocí mientras estudiaba.

Elegí este color porque para mí es el tono de


la masculinidad.
Chico A
Nunca quise dedicarte ninguna canción

Para empezar, no hay mucho que decir de ti.


Pero a la vez hay tanto.

Compañeros de clase, eras el bufón de mi


generación, de mi estatura, tez morena cla-
ra, ojos cafés, y una capacidad increíble para
mandar todo a la chingada.

Me gustaste porque me hiciste reír en un mo-


mento de vulnerabilidad, me llamaste estando
ebrio para que me preocupara por ti, y te acer-
caste lo suficiente a mí como para tocar a mi
yo estúpido que es capaz de deslumbrarse por
una sonrisa heterosexual.

Me gustaste con tal fugacidad, que de la mis-


ma manera te fuiste.

Y te doy gracias por las borracheras, por las


risas, por las pláticas sin sentido, por hacerme
sentir acogido cuando sentía que no le intere-
saba a ningún hombre.
Pero le doy gracias a Dios de que te fuiste.
Mi error contigo fue que te abrí tanto las
puertas de mi vida, que comenzaste a aprove-
charte de mí, y quisiste beneficiarte conmigo,
con mi trabajo, con mi dinero, y sobre todo
con mi atención.
Ojalá que tu futura esposa, con quien piensas
casarte pronto, te permita ser esa persona su-
misa que necesitas para ser feliz.

Chico E
Lastimosamente no nos une ninguna canción

¿Sabes? Fuiste novio de una amiga a quien


quise muchísimo.

Eres más bajito que yo (como siempre), eres


de tez blanca, cabello claro, un trasero magní-
fico, debo admitirlo, y una voz increíble.

Eres un tenor que canta de manera sublime.

No eres muy inteligente, debo admitirlo, por-


que sueles no darte cuenta de muchas cosas,
pero eres muy noble.
Lastimaste a mi amiga, y cuando ella estaba
decidiendo entre batearte o darte el sí, yo le
escribí lo siguiente:

“Hazlo, tienes a un hombre increíble babean-


do por ti, si yo pudiera, andaría con él sin pen-
sarlo dos veces, no desaproveches esa oportu-
nidad por la que yo moriría”.

Oh sí, que melodramático fui. Pero así fue.


Me gustaste cada vez que te veía con ella, y
desee estar en sus tacones en muchas ocasio-
nes.

Una vez, cuando ustedes terminaron, te vi ca-


minando por la escuela, llevabas un smocking
negro puesto, y no pude evitarlo, te mencioné
lo guapo que te veías, y sonreíste con tanta
inocencia que hubiera deseado que fueses mi
novio para poder llenarte de cumplidos todos
y cada uno de los días de mi vida.

Mi error contigo fue que en muchas ocasiones


sentí odio hacia mi amiga porque yo no era
ella, sentí rabia y nunca nadie lo supo.
Fuiste la discordia entre una amistad que, si
bien no salimos mal por ti, si estábamos desti-
nados a alejarnos con el tiempo.

Le pido al cielo nunca más volverme a topar


contigo.

Chico I
Goma de Mascar – Paty Cantú

Fuiste quizás el más significativo de los marro-


nes, dado que nos conocimos en la primaria.
Sí, lo he dicho.

Para ti será sencillo darte cuenta de que este


color es tuyo, si es que alguna vez lees esto, los
detalles son escasos pero importantes. Sabrás
reconocerlos.

Nos conocimos en la primaria, fuiste mi mejor


amigo, y, no me di cuenta de que siempre me
gustaste hasta que tuvimos 14 años.

Eres moreno, más bajo que yo, de ojos oscuros


y una voz peculiar que no es ni muy grave ni
muy delgada. Es extraña.
Te dedico Goma de Mascar, porque en alguna
ocasión, te canté esta canción mientras íbamos
en la parte de atrás de una camioneta, después
de un día de campo con nuestros compañeros
de la secundaria. Que estúpido me siento es-
cribiendo esto.

Mi error contigo fue que jamás me atreví a


decirte lo que sentía por miedo a arruinar
nuestra amistad. Pero lo supiste gracias a una
amiga mía, que después terminó siendo novia
tuya.

La vida da muchas vueltas.

Siempre quise ser algo más para ti, en lo emo-


cional y en lo físico. Pero jamás lo logré.

Me gustabas muchísimo, y de todos los hete-


rosexuales a los que he de mencionar en esta
historia, eres el único que tenía todo para ser
mi novio.

Quiero darte las gracias, por tu apertura, por


tu increíble personalidad, por tus ojos que son
hermosos y por tus labios besables (que nunca
probé pero siempre los añoré).
Gracias por no lastimarme.
Gracias por demostrarme en su momento que
eres un hombre de verdad.
Amarillo
Don’t Speak - No Doubt

Hola, Amarillo.

Eres, sin duda alguna, el peor error de toda mi


larga lista de ex amores.

Y el peor tropiezo que he tenido en toda mi


vida.

Elegí este color porque me parece uno de los


más hermosos, igual que el morado, pero el
más traicionero de todos.

El más complejo, el más agresivo, el que aso-


cio con las mentiras.

Y por eso lo elegí para ti.

Porque contigo solamente asocio las mentiras


y la TRAICIÓN con mayúsculas para que me
escuches hasta donde quiera que estés.

Pero tranquilo, no creo que todo sea culpa


tuya, gran parte fue mía.
Porque me enamoré de ti por internet, sin
conocerte.

(Lector, si esto te parece estúpido, entonces


mejor salta al siguiente color, si quieres saber
qué sucedió, quedas advertido a que hablaré
de un amor por internet).

Quiero llamarte por tu nombre, porque me


gusta pensar que es lo único que fue real con-
tigo.

Hola, Alan, es un increíble placer para mí es-


cribir sobre lo mucho que te odio.

Y te odio porque aún a la fecha ni siquiera sé


si fuiste real.

Y me odio a mí, por haber permitido que eso


sucediera.

Te conocí un 24 de Diciembre por la noche,


y yo juré que eras el mejor regalo de Navidad
que pude haber pedido al universo.

A los 7 días exactamente me di cuenta de que


me encantaba hablarte.
Eras increíble, me diste tantos motivos para
quererte, que hasta pensé que podías ser mi
alma gemela.

Me hacías reír muchísimo, me leías cuando


tenía problemas, me contabas los tuyos, y
aparte de todo, no eras para nada feo.

O al menos en las fotos que yo podía ver.

Eras alto, de tez blanca, cejas pobladas, ojos


verdes, delgado, cabello lacio que peinabas
hacia arriba, y una sonrisa, Dios, una estúpida
sonrisa que me hizo creer todas y cada una de
tus asquerosas palabras.

Y un día, Alan, ojalá recuerdes lo que sucedió.

Te fuiste.

Desapareciste y me hiciste sentir un vacío


enorme dentro de mí.

Te odié tanto por irte, que aún a la fecha ten-


go ganas de romperte tu nariz perfecta.
Te busqué, Alan, como no tienes idea, te bus-
qué de todas las maneras humanamente posi-
bles, y jamás supe nada real de ti.

Nunca conocí a nadie que supiera algo de ti,


nunca nadie pudo garantizarme tu maldita
existencia.

Hasta hace poco.

Que alguien respondió un mensaje de Face-


book que mandé hace mucho, cuando quise
encontrarte desesperadamente.

Así es, Amarillo, hoy, en mi actualidad, cuan-


do tengo una relación increíble, y estoy más
enamorado que nunca, alguien decide hablar-
me de ti. Hoy, cuando ya no quiero saber ab-
solutamente nada de ti.

Esta persona dijo:

“Sí existe, no es un engaño, es solo que vio que


te estabas enamorando de él, y prefirió irse,
porque se encariñó contigo, pero no lo sufi-
ciente. Él es un interesado”.
Y definitivamente no sé cómo esto debería
ayudarme a odiarte menos, pero bueno, no
estoy buscando lograr eso.

Gracias por nada Amarillo, ojalá encuentres a


alguien que te destruya de la misma manera
en que lo hiciste conmigo, y seguramente con
muchos más.
Y entonces al final del arco iris,
encontré la mejor fortuna que pude
haberle pedido a la vida.
Rojo
Begin Again - Taylor Swfit

Debo confesar que jamás me gustó este color.


Y nunca creí que me gustaría. Siempre me he
sentido seguro con el azul, pero el rojo ha lo-
grado causar estragos intensos dentro de mí.

Elegí Begin Again, porque dentro de las mil


y un canciones que te he dedicado, es la que
más me gusta. Porque cuenta una historia casi
idéntica a la nuestra.

Este color es para el chico por el que siento


lo que ya escribí, pero todo junto y al mismo
tiempo.

Es para el hombre que me ha devuelto lo que


la vida me robó.

Él me hace sentir cosas reales, imperfectas,


maduras y con los pies en la tierra. No como
todos esos enamoramientos fugaces.

Esto es para el amor con el que no quiero re-


petir los errores de los demás colores.
Porque he de confesar, que era el último color
que me hacía falta. Él me hace sentir que ya
no necesito colorear con nadie más, nunca.

Porque lograste ver el color que escondía de-


bajo de mi ropa negra.

Lo nuestro comenzó cuando yo ya no espera-


ba iniciar nada con nadie.

Empezó rompiendo esquemas, ignorando re-


glas, señalando ambiciones y planeando sue-
ños.

Empezó un día de los enamorados. Y ese día le


dije sí a la aventura más emocionante de toda
mi vida.

Tomando pequeñas decisiones inundadas de


valentía que terminaron marcando una dife-
rencia.

Este color es para un chico que logró equili-


brar mi ambivalente corazón y vino a resca-
tarme de la oscuridad.
Es para alguien que ha sanado mis heridas y
ha abrazado mis defectos.

Me declaro un enamorado del amor, porque


lo he conocido desde muchas perspectivas, y
terminé obsesionándome con él.

Pero cuando llegas a un callejón sin salida, te


das cuenta de que amar al amor no es sufi-
ciente, necesitas un compañero que te ayude
a no hundirte en tu cabeza cuando sientes que
todo va mal.

Y la vida me ha sorprendido con este amor


tan inmarcesible que me ha hecho feliz in-
mensamente desde hace algunos años.

Porque aunque en el pasado me hubiese ena-


morado con intensidad, jamás me enamoré
con tanta sinceridad.

Ninguna de las pruebas de amor ha sido tan


increíble como las que tú me has obsequiado.

He conocido lugares hermosos con tan solo


cerrar los ojos y dejar que tus manos recorran
mi cuerpo.
Elijo el color rojo porque es el más intenso y
pasional de todos, como este amor. Y aunque
es el más peligroso, es también el más fuerte.

Y sé que si por alguna razón no eres la otra


punta de mi hilo rojo, al menos siempre te he
de confesar como el amor más grande de toda
mi vida.

Hoy te dedico esto y confieso que te quiero


vivir como se viven las cosas que no se pueden
tener.

Quiero amarte por siempre, y quiero poder


despertar junto a ti todos los días de mi vida.

Porque en la madrugada tu alma me abraza a


la distancia. Mi corazón te piensa incesante-
mente, y mi cuerpo te grita “te extraño” desde
acá.

Y esta belleza de sabernos nuestros es tan


inexplicable, que la amo por el simple hecho
de existir, y te amo a ti por el complejo hecho
de darme motivos para querer ser mejor día
con día, y por representar todo lo que siempre
quise para mí.
Me he enamorado de tus raíces para no soltar-
te cuando las estaciones sean difíciles, y tú te
enamoraste de mí por mi sonrisa inmarcesible
que no le teme a nada.

Y estoy convencido de que nuestro amor está


bendecido y nadie podrá derrotarnos.

Este color es para el dueño de la última son-


risa que quiero besar en mi vida y de los ojos
más hermosos que conoceré jamás.

Es para alguien que me ha enseñado que la


felicidad también consiste en aceptar que hay
cosas que no puedes cambiar. Y que el amor
nunca debe de ser perfecto.

Y por eso te amo tanto.

Por hacerme enormemente feliz con tu im-


perfección. Y por abrazar mis defectos como
nadie nunca lo ha hecho.

Y te amo, también, porque me has amado


cuando me has visto fallar.
Eres alguien único, que merece toda la
admiración del mundo.

Eres alguien que siente muchas cosas pero


no las dice, y con el paso del tiempo me doy
cuenta de que siempre has sentido algo pero
tardas en decirlo. Desde el primer día, desde
el primer beso.

Siempre hemos vivido bajo un amor intenso,


que nos cubre con pasión y dedicación, pero
he tardado en darme cuenta.

Y hoy, quiero gritarle al mundo que mi cora-


zón alberga el amor más grande que ha surgi-
do entre dos hombres, y es nuestro.Y de nadie
más.

Por más difícil que sea, y por arriesgado que


resulte.

Este color es para el hombre con el que quiero


pasar el resto de mis días.

Gracias, amor, por caminar a mi lado aunque


la tormenta no cese, y aunque yo sea alguien
increíblemente difícil de tratar.
Esto es todo lo que tengo, y ahora es tuyo
también, gracias, por ser todo lo que siempre
quise de alguien y ya no esperaba de nadie.

Tu Eddy, siempre tuyo.


Epílogo
Y gracias a ti. Por llegar hasta aquí. Has sido
testigo de mis declaraciones de amor más
grandes y de algunas de mis peores equivo-
caciones.

Espero haberte inspirado, es para mí un ho-


nor que me leyeras y me permitieras contarte
quién fui y quién soy ahora.

Nunca olvides amar al amor con toda la


intensidad que te sea posible.

Hasta la próxima.

Edwardo Quintero
Esto es una guía detallada
(y a color) de cómo encontré al
amor de mi vida, y de cómo
aprendí a enamorarme de mí
mismo cuando más lo necesité.

También podría gustarte