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La Caricatura En México

El hombre, la risa y la caricatura nacieron juntos. El hombre fue hombre en la medida en que aprendió
a reír de sí mismo, al fustigar con la ironía a los demás. La risa que la caricatura promueve es el
reconocimiento del valor moral; por tal motivo, la caricatura es una protesta, una predicación y, en el
menor de los casos, una revolución mínima, cuando no es el preludio de una revolución magna.

El espíritu de lucha, el amor a la libertad, la rebelión o simplemente el descontento, fueron los


elementos esenciales que inspiraron el ingenio del caricaturista.

El más viejo caricaturista de que se tenga memoria es el griego Poson. Durante la edad media se
encuentra poca riqueza en el género de la caricatura. Pero, la caricatura, propiamente dicha, nace en
Francia en el siglo XVIII en los años inmediatos anteriores a la revolución.

Las caricaturas francesas tienen su origen en esa misma vibración del pueblo, como válvula de escape
a sus sentimientos más recónditos, tanto en el orden social, como en el moral, religioso y político.
Francia puede asegurar ser la cuna de la expresión caricaturesca en Europa. La influencia de esta
producción artística en América y esencialmente en México fue definitiva. Los artistas franceses
dejaron una honda huella en los caricaturistas mexicanos.

La caricatura fue, al iniciarse en México, una interpretación del sentir popular; se encuentran las más
ingeniosas críticas y las más finas sátiras en los barrios, en las vecindades o en la piquera.

La caricatura en México, no tiene únicamente cien años de existencia; existen antecedentes que datan
de 200 años o más, si se piensa en ella como un género periodístico común. Pero es hasta el año de
1812, cuando se publica en México la primera revista satírica “El Juguetillo”, de la que no existen
copias. Sin embargo, históricamente se considera como la primera, la que apareció en el periódico IRIS
del año de 1826, del que tampoco existen copias.

La caricatura de la oposición política nace satirizando al poder, burlándose de él, y no es que el


ambiente fuese festivo, en algunos lugares era particularmente sangriento, y fue ahí curiosamente
donde la sátira brotó más mordaz, más irreverente.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, aparece en México una gran cantidad de periódicos y revistas
satírico- olíticas. Entre ellos destacan: Don Simplicio, Burlesco, Crítico y filosófico, donde escribían:
Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez y Manuel Payno.

Los redactores y caricaturistas de estos periódicos liberales, aparte de cumplir con satirizar el poder,
incorporan en sus escritos y grabados a tipos populares: el soldado desaliñado, el borracho, la
prostituta, las emperijolladas damas de sociedad, los funcionarios grises y ramplones, los curas, los
burgueses panzones.

Otros periódicos importantes del siglo XIX son: “La Orquesta”, y “El Ahuizote”; éste último surgió a la
muerte de La Orquesta en 1873 y tenía caricaturas de Villasaña y grabadores como José Guadalupe
Posada.

El máximo florecimiento de la caricatura mexicana se produjo durante la dictadura de Don Porfirio


Díaz, cuando revistas como El Hijo del ahuizote, Mefistófeles, Don Quijote o El Ahuizote Jacobino, se
enfrentaron a los abusos del poder y la corrupción de la sociedad.

Entre los caricaturistas que han destacado en México en el siglo XX se encuentran: José Clemente
Orozco, Freyre, Fa-Cha, Puga, Bisnarck Mier, Guerrero Edwards, Abel Quezada, Alberto Huici, Renato
Leduc, Miguel Covarrubias, etc.

A Abel Quezada se le considera el primer renovador de la caricatura mexicana, él rompió con los
modelos de la solemnidad y el “sagrado respeto” al dibujo clásico. Quezada impuso un nuevo estilo de
carácter predominantemente humorístico; por primera vez alguien se reía de los políticos. Entre los
personajes inolvidables que creó Abel Quezada están: El Tapado, Don Gastón Billetes, El campesino
unidimensional, la Dama caritativa de las Lomas, el policía preventivo y muchos otros.

En 1968 nace la revista “La Garrapata” bajo la dirección colectiva de cuatro caricaturistas: AB, Helio
Flores, Naranjo y Rius. Tras innumerables problemas, la revista desaparece y reaparece nuevamente al
unirse los caricaturistas en cooperativa para una segunda época, desapareciendo nuevamente en
1970. La tercera época de La Garrapata(1980- 981) hizo surgir una nueva generación de jóvenes
caricaturistas: Feggo, Soto, Ramón, Ahumada, El Fisgón, Rocha, Jis, Bettini, Kemchs y Arau, entre otros.
La importancia de La Garrapata fue el haber sido la primera revista de humor político hecho en el
México posrevolucionario.

El 19 de marzo de 1987 se funda el Primer Museo de la Caricatura Mexicana, ubicado en la calle de


Donceles, en el ex Colegio de Cristo. El edificio también alberga el Salón de la Plástica Mexicana, y
data del siglo XVI. En la sala del Museo se alojan obras de la mayoría de los caricaturistas mexicanos
actuales, réplicas de caricaturas de dibujantes de principios del siglo XX y ejemplares prístinos de El
Ahuizote, El Colmillo, La Orquesta y otras publicaciones similares.

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