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Literatura, cultura y tiempo histórico

Mijaíl Bajtín

Bajtín inicia el texto revelando la causa por la cual lo escribió; dice que es a raíz de que la
redacción de Novyi Mir le haga la pregunta: “¿cuál es su apreciación del estado de los estudios
literarios en nuestros días?”. En un primer momento, enuncia su opinión general al respecto que se
resume en la identificación de grandes posibilidades de los estudios literarios pero la falta de un
planteamiento audaz de problemas y la carencia de descubrimiento de nuevos, lo cual acabó en
“perogrulladas y estereotipos”. Pero reconoce también, la existencia de libros y artículos
interesantes además del desarrollo de teorías notables como la de Lotman y Konrad.
Dicho esto, propone exponer su opinión sobre dos problemas respecto de la tarea de los
estudios literarios: la cuestión de la cultura y la del tiempo histórico. Respecto a la primera, llama
la atención sobre la tendencia a referir solo a los aspectos socio-económicos y rescata los aportes de
Lotman, Konrad y Lijachov quienes coinciden en la necesidad de establecer un vínculo estrecho
entre la literatura y la cultura a la cual pertenece y comprender los fenómenos literarios dentro de
la unidad diferenciada de toda la cultura de la época.
Refiere también a la especial atención que se le dio a la cuestión de la especificidad de la
literatura dejando de lado la interconexión y la dependencia mutua de los diferentes dominios de
la cultura; señala que es en las fronteras entre estos dominios o unidades donde se da la mayor
producción cultural a causa de las luchas que allí se generan. Es por ello que el “proceso de lo
literario” de la época se estudia desvinculado de un análisis profundo de la cultura y se reduce a la
lucha superficial de corrientes literarias o a alborotos de periódicos y revistas, invisibilizando las
corrientes profundas de la cultura que, muchas veces, actúan como determinantes de las obras de
los escritores.
Otra observación que realiza el autor tiene que ver con la imposibilidad de “encerrar una
cultura de una época (...) dentro de ella misma” (p.6) pues cada unidad de la cultura es abierta y
posee posibilidades intrínsecas de sentido que se revelan en épocas posteriores. Cada una de estas
unidades con sus peculiaridades entra en el proceso único pero no lineal de formación de la
cultura de la humanidad. Asimismo, Bajtín considera que para comprender la propia cultura no es
necesario alejarse de ella sino que una cultura se revela más plena y profundamente frente a los
ojos de otra. En este sentido, introduce el término “exotopía” con el que pretende referir a un
diálogo entre culturas que supera el encierro y unilateralidad donde “un sentido revela sus
profundidades al haberse encontrado y entrado en contacto con otro sentido, con un sentido
ajeno” (p. 8). Las culturas en cuestión no se funden ni mezclan, conservan su unidad e integridad
pero se enriquecen mutuamente.
Respecto del segundo problema, el del tiempo, el autor enuncia que “las obras rompen los
límites de su tiempo, viven en los siglos, es decir, en el gran tiempo” (p.5), por ello establece
relaciones no solo con su contemporaneidad sino también con el pasado y el futuro. Todo análisis
debe partir del tiempo presente de producción de la obra y ser este también, el punto de
confrontación constante; no obstante, los “tesoros de sentido” inscritos en ellas se fueron creando y
reuniendo durante siglos, los autores construyen sus escritos tomando estos bloques de sentidos
potenciales. Es esta la relación entre los textos y el pasado lejano.
En cuanto a los tiempos futuros, es en ellos donde las obras se enriquecen. Los sentidos
potenciales que nombramos antes se encuentran de forma latente y se revelan en los contextos
culturales de sentido favorables. Esta es la razón por la cual las obras tan alejadas temporalmente
aún pueden brindar nuevos problemas, sentidos e interpretaciones a pesar de la diferencia cultural
y contextual ente ambos momentos históricos. Bajtín sostiene que los autores son cautivos de su
época y han de ser liberados por los tiempos posteriores los estudios literarios llevados a cabo.
En resumen, el texto gira en torno a dos ejes, la relación de la literatura con la cultura y con
el tiempo. El primero reúne los problemas de la separación de las unidades culturales y el análisis
superficial que esto conlleva, y la necesidad de la exotopía para comprender los sentidos
profundos de la cultura. En cuanto al tiempo, explicita la necesidad de considerar las raíces
profundas de las obras con su pasado lejano y la proyección de estas en el futuro gracias a los
tesoros de sentido que se revelan en los contextos adecuados, todo esto sin perder de vista la
contemporaneidad en la que fueron producidas, es decir, su cultura.

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