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CAPITULO CUARTO

LIMITACIONES Y CLASES DE JURISDICCION INTERNACIONAL

1. Limitaciones a la jurisdicción internacional. 2. Costumbre


internacional. 3. Ordenamiento jurídico internacional. 4. Distingo según la
naturaleza del acto. 5. Recaudos para la notificación del Estado extranjero. 6.
Inmunidad de ejecución. 7. Inmunidad por fuente convencional. 8.
Convención de Naciones Unidas sobre inmunidades jurisdiccionales de los
Estados y sus bienes. 9. Jurisdicción Directa e Indirecta. 10. Determinación
de la jurisdicción. 11. Jurisdicción concurrente – única – exclusiva 12. Bases
para determinar la jurisdicción internacional. 12.1. Teoría del paralelismo.
12.2. Domicilio del demandado. 12.3. Fuero Internacional del Patrimonio.
12.4. Lugar de cumplimiento de las obligaciones en materia contractual. 12.5.
Autonomía de la voluntad. 12.6. Lugar donde se comete el acto ilícito.

Bibliografía sumaria:
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1. Limitaciones a la jurisdicción internacional. El acceso a la


jurisdicción es un Derecho para el goce de tutela efectiva de justicia, su extensión
la atribuye unilateralmente cada Estado, pero las bases para el ejercicio de esa
capacidad están determinadas en el Derecho internacional.
Cuando un Estado por su soberanía fija una competencia internacional, lo
hace inducido por el principio de acceso a la justicia 1, ya que es deber de los
Estados procurarle a la población procesos adecuados para que los sujetos
protejan sus derechos2. Por lo tanto, debe existir la posibilidad de acudir ante un
órgano judicial independiente e imparcial y, también, que se cuente con
procedimientos razonables e idóneos para ejercitar los derechos. Por costumbre
internacional cada Estado está obligado a facilitar el acceso a tribunales a todo
sujeto que lo requiere o necesite3.
En algunos supuestos, en cambio, en pos de la paz y armonía, se hace
necesario excluir de jurisdicción a una categoría especial de litigios: son aquéllos

1
CSJN. Fallos: 312: 2490; 319:2757; 319:2925.
2
CSJN. Fallos 318:514; 320:2105; 326:4156; 327:388; 328:3741; 329:388.
3
El Estatuto de la Corte Internacional de Justicia tipifica en el artículo 38, las Fuentes del Derecho
Internacional: Las convenciones internacionales que establecen reglas reconocidas por los Estados
litigantes; La costumbre internacional como prueba de una práctica general aceptada como ley;
Los principios generales del derecho reconocidos por las naciones; Las decisiones judiciales y la
doctrina de los autores más calificados de los distintos países, como medio subsidiario para la
determinación de las reglas jurídicas
3

donde actúa un Estado extranjero. Esa limitación surge por dos fuentes (a) el
ordenamiento jurídico internacional o (b) por naturaleza convencional.

2. Costumbre internacional. Es prohibido denegar justicia a los


extranjeros en los tribunales de cada Estado. Se incurre en denegación si un
ordenamiento estatal excluye a los extranjeros del acceso a la justicia,
impidiéndoles lograr una tutela judicial efectiva de sus Derechos; o aún
permitiéndoles el acceso, les impone trabas, cargas o dilaciones excesivas4.
Por esa directiva, es que el Proyecto de Código Civil y Comercial, en el
artículo 2610 referido a la igualdad de trato dispone: “Los ciudadanos y los
residentes permanentes en el extranjero gozan del libre acceso a la jurisdicción
para la defensa de sus derechos e intereses, en las mismas condiciones que los
ciudadanos y residentes permanentes en la Argentina”.
“Ninguna caución o depósito, cualquiera sea su denominación,
puede ser impuesto en razón de la calidad de ciudadano o residente permanente en
otro Estado”.
“La igualdad de trato se aplica a las personas jurídicas constituidas,
autorizadas o registradas de acuerdo a las leyes de un Estado extranjero”5.

3. Ordenamiento jurídico internacional. Un Estado debe abstenerse de


ejercer jurisdicción contra otro6, pues entre iguales no puede haber imperio (par in
parem non habet imperium7) es un privilegio que tiene frente a otro. Se califica
4
PÉREZ VERA, Elisa; ABARCA JUNCO, Ana Paloma; GONZALEZ CAMPOS, Julio D.;
GUZMAN ZAPATER, Mónica; MIRALLES SANGRO, Pedro Pablo y VIRGÓS SORIANO,
Miguel. Derecho Internacional Privado, Derecho Internacional Privado. Editorial Colex -
Universidad Nacional de Educación a distancia, Madrid 2000, volumen I., p. 297.
5
Las fuentes de inspiración fueron: Protocolo de cooperación y asistencia jurisdiccional en materia
civil, comercial, laboral y administrativa, Las Leñas, arts. 3 y 4 y Convención sobre procedimiento
civil, La Haya, art. 17.
6
REMIRO BROTÓNS, Antonio; RIQUELME CORTADO, Rosa M.; ORIHUELA CALATAYUD,
Esperanza; DÍEZ-HOCHLEITNER, Javier y PÉREZ-PRAT DURBÁN, Luis. Derecho
Internacional. Editorial McGraw Hill, Madrid 1997, p. 799.
7
Ningún Estado soberano puede, en contra de su voluntad, verse sometido a la jurisdicción de otro
Estado soberano. Además, esa inmunidad se extiende a los agentes diplomáticos y sus familaires,
de conformidad con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, del 18 de abril de
1961, en los artículos 31 y 32 dispone: “Artículo 31: 1. El agente diplomático gozará de inmunidad
de la jurisdicción penal del Estado receptor. Gozará también de inmunidad de su jurisdicción civil
y administrativa, excepto si se trata: a. de una acción real sobre bienes inmuebles particulares
radicados en el territorio del Estado receptor, a menos que el agente diplomático los posea por
cuenta del Estado acreditante para los fines de la misión; b. de una acción sucesoria en la que el
agente diplomático figure, a título privado y no en nombre del Estado acreditante, como ejecutor
testamentario, administrador, heredero o legatario; c. de una acción referente a cualquier actividad
profesional o comercial ejercida por el agente diplomático en el Estado receptor, fuera de sus
4

esa limitación, como inmunidad, y significa que no hay poder o debe suspenderlo
en determinados casos8.
Esa exclusión, de ejercer el poder del Estado se presenta en dos
modalidades:
(a) de jurisdicción, en virtud de la cuál el Estado extranjero no puede ser
demandado ni sometido a juicio en los tribunales de otro Estado, y
(b) de ejecución, e implica que el Estado extranjero y sus bienes no
pueden ser objetos de embargo o ejecuciones forzadas por decisiones judiciales o
administrativas que no consienta y acepte expresamente9.
El origen de la limitación, se encuentra a principios del siglo XIX y era
para otorgar inmunidad y privilegio a los soberanos de cada Estado y su cuerpo
diplomático. Su primer reconocimiento fue en los Estados Unidos, expresado por
el juez Marshall, Presidente de la Suprema Corte de ese país, al resolver el caso
The Schooner Exchange, donde dijo: “Esta perfecta igualdad y absoluta
independencia de los soberanos, y este interés común que les induce a mantener
relaciones mutuas y a prestarse servicios recíprocos, han dado lugar a una
categoría de situaciones en las que se entiende que cada soberano renuncia al
ejercicio de una parte de esa jurisdicción territorial plena y exclusiva de la que se
ha dicho que es un atributo de todas las naciones”10.
María Elsa Uzal, indica que en “Argentina hallamos esta línea de ideas
desde los fallos de la Corte federal, "José Zubiaurre c. Gobierno de Bolivia", CS,
05/06/1899, Fallos 79:124; "Baima y Bessolino c. Gobierno del Paraguay", CS,

funciones oficiales. 2. El agente diplomático no está obligado a testificar. 3. El agente diplomático


no podrá ser objeto de ninguna medida de ejecución, salvo en los casos previstos en los incisos a, b
y c del párrafo 1 de este artículo y con tal de que no sufra menoscabo la inviolabilidad de su
persona o de su residencia. 4. La inmunidad de jurisdicción de un agente diplomático en el Estado
receptor no le exime de la jurisdicción del Estado acreditante.
Artículo 32: 1. El Estado acreditante puede renunciar a la inmunidad de jurisdicción de sus agentes
diplomáticos y de las personas que gocen de inmunidad conforme al Artículo 37. 2. La renuncia ha
de ser siempre expresa. 3. Si un agente diplomático o una persona que goce de inmunidad de
jurisdicción conforme al artículo 37 entabla una acción judicial, no le será permitido invocar la
inmunidad de jurisdicción respecto de cualquier reconvención directamente ligada a la demanda
principal. 4. La renuncia a la inmunidad de jurisdicción respecto de las acciones civiles o
administrativas no ha de entenderse que entraña renuncia a la inmunidad en cuanto a la ejecución
del fallo, para lo cual será necesaria una nueva renuncia”.
8
GRACIARENA, María Carolina. La inmunidad de ejecución del Estado frente a los laudos del
CIADI. Editorial LexisNexis, 2007, p. 71.
9
DIEZ de VELAZCO, Manuel. Instituciones de Derecho Internacional Público. Editorial Tecnos,
Madrid, 2005, decimoquinta edición, p. 299.
10
UZAL, María Elsa. La inmunidad de jurisdicción y ejecución de Estados extranjeros. El rol del
Estado Argentino como "amicus curiae”, en La Ley 2003-C, 1366, señala que la Corte de Casación
francesa adoptó similares expresiones in re: "Le gouvernement espagnol c. Cassaux" (1849).
5

26/02/1916, donde se requirió el consentimiento del Estado extranjero para ser


llevado a juicio ante los tribunales de la Nación (Fallos 123:58)” 11. En
consecuencia, es una exención basada en la igualdad soberana de los Estados, con
el propósito de mantener la paz y convivencia entre las naciones, alejando
situaciones que pueden provocar conflictos.

4. Distingo según la naturaleza del acto. A partir del siglo XX comienza


a formularse una distinción entre actos de gobierno realizados por el Estado
extranjero en su calidad de soberano [iure imperii] y los actos de índole comercial
o de derecho privado [iure gestionis]. En los primeros, se mantiene el
reconocimiento de la inmunidad absoluta del Estado12 porque se piensa que está
amparado por el principio de igualdad soberana13 al ser calificados como actos
públicos del Estado extranjero, sin embargo los actos iure gestionis, que son de
contenido privado referidos a materia civil, comercial o laboral, están sujetos a la
jurisdicción del Estado y solo presentan inmunidad relativa a la ejecución.
Werner Goldschmidt enseña, que la diferencia [iure imperii y gestionis]
surgió en forma nítida a partir del régimen comunista imperante en Rusia, quien
comenzó a ejercer el comercio exterior multiplicando las relaciones entre
importadores y exportadores14. La intervención del Estado ruso en actividades
comerciales implicó que actuara como un particular, no lo hacía como un órgano
político en el comercio internacional. Entonces, son actos de gestión, que puede

11
Ibidem, p. 1366.
12
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso administrativo Federal, sala I, sentencia
del 30/08/2005, in re: Davidoff, Constantino c. Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del
Norte, en RCyS 2005-XII, 125 - JA 2005-IV, 682, declaró que “Cabe rechazar la demanda de
indemnización de los daños y perjuicios ocasionados por el personal dependiente del Estado
Extranjero demandado en ocasión de un conflicto bélico -en el caso, guerra de Malvinas-, en
atención a la falta de jurisdicción de los tribunales argentinos, pues, el hecho bélico, como acto
"iure imperio", es un supuesto de inmunidad soberana de los Estados de conformidad con la ley
24.488. La corte federal en "Coronel, Oscar A. y otros c. Ministerio de Defensa", sentencia del
9/11/2000, en La Ley Online, sostuvo que los hechos producidos en el marco de un conflicto
armado -en el caso, hundimiento del crucero General Belgrano en la Guerra de Malvinas- no son
encuadrables entre las excepciones al principio de inmunidad jurisdiccional de los Estados
extranjeros -art. 2°, ley 24.488, ya que dicha circunstancia los excluye de los denominados actos
"iure gestionis" y los asimila a los que no pueden ser juzgados por los tribunales argentinos sin el
consentimiento del Estado extranjero -"iure imperii".
13
La Resolución de Naciones Unidas Nº 2625 del 24/10/1970 declara como Principio del Derecho
Internacional “todos los Estados gozan de igualdad soberana, tienen diferentes derechos y deberes
y son iguales miembros de la comunidad internacional; pese a las diferencias de orden económico,
político, cultural y de otra índole”.
14
GOLDSCHMIDT, Werner. Sometimiento y sumisión de los Estados a extraña jurisdicción, en
LA LEY 156-1328.
6

hacer cualquier sujeto particular, que no requiere naturaleza de Estado; esa


circunstancia, es la que da lugar al concepto restringido de inmunidad15.
La República Argentina mantuvo la tesis de la inmunidad absoluta [para
todo tipo de acto] hasta el caso “Manauta” resuelto por la Corte Suprema de
Justicia, el 22 de diciembre de 1994. Allí el tribunal, cambió su doctrina judicial y
sostuvo que “no es aplicable el art. 24, inc. 1 del decreto-ley 1285/58 si no se
encuentra en tela de juicio un acto de gobierno del Estado extranjero, sino el
cumplimiento de obligaciones laborales y previsionales que en modo alguno
puede afectar el normal desenvolvimiento de una representación diplomática. Ello
así, máxime considerando que una interpretación contraria obligaría al trabajador
a una casi quimérica ocurrencia ante la jurisdicción del Estado extranjero o a
requerir el auxilio diplomático argentino por vías letradas generalmente onerosas
y extrajudiciales, poniendo en grave peligro su derecho humano a la jurisdicción,
peligro que el Derecho internacional actual tiende a prevenir”. Agregando, luego:
“En atención a la práctica actual divergente de los Estados en materia de
inmunidad de jurisdicción de las naciones extranjeras, ya no es posible sostener
que la inmunidad absoluta de jurisdicción constituya una norma de Derecho
internacional general, porque no se practica de modo uniforme ni hay convicción
jurídica de su obligatoriedad”16.
Luego, el 31 de mayo de 1995 se sancionó la ley 24.488 sobre "Inmunidad
Jurisdiccional de los Estados Extranjeros ante los Tribunales Argentinos", que
consagró la doctrina judicial del caso "Manauta", norma que distingue el carácter
de acto que celebra un Estado extranjero en la República Argentina para que, una
vez efectuada esa calificación, se otorgue tratamiento disímil, desde el punto de
vista de la inmunidad de jurisdicción ("iure imperii" o "iure gestionis").

15
Estados Unidos, fue uno de los primeros países que aceptó la tesis de inmunidad limitada de los
Estados, fue a partir del dictamen del asesor legal del Departamento de Estado (19 de mayo de
1952).
16
CSJN, in re: “Manauta, Juan J. y otros c. Embajada de la Federación Rusa”, sentencia del
22/12/1994, publicada en La Ley 1995-D, 210, con nota de Adriana S. DREYZIN de KLOR - DT
1995-A, 643 - IMP 1995-B, 2515 - DJ 1995-1, 658. También puede verse: POCLAVA
LAFUENTE, Juan C. Inmunidad de jurisdicción. Cambio de criterio, en DT 1995-A, 643. Esta
jurisprudencia fue mantenida en: “Cereales Asunción S.R.L. c. Administración Nacional de
Navegación y Puertos de la República del Paraguay”, sentencia del 29/09/1998 y en “Coronel,
Oscar A. y otros c. Ministerio de Defensa”, sentencia del 11/09/2000, Fallos: 323:3386. En sentido
similar: CNFed Civ y Com, Sala II, sentencia del 03/09/1998, in re: García, Mario E. y otro c.
Embajada de la República Islámica del Pakistán, en LA LEY, 1999-B, 96 DJ, 19991699 JA del
27/1/99, p. 31 ED, 181-393.
7

El principio general de la ley 24.488 es que el Estado extranjero actúa con


inmunidad absoluta, ya que la norma en su artículo 1 dice “los Estados extranjeros
son inmunes a la jurisdicción de los tribunales argentinos, en los términos y
condiciones establecidos en esta ley”.
Pero, luego [artículo 2] dispone: “Los Estados extranjeros no podrán
invocar inmunidad de jurisdicción en los siguientes casos:
a) Cuando consientan expresamente a través de un tratado internacional,
de un contrato escrito o de una declaración en caso determinado, que los
tribunales argentinos ejerzan jurisdicción sobre ellos;
b) Cuando fuere objeto de una reconvención directamente ligada a la
demanda principal que el Estado extranjero hubiere iniciado;
c) Cuando la demanda versare sobre una actividad comercial o industrial
llevada a cabo por el Estado extranjero y la jurisdicción de los tribunales
argentinos surgiere del contrato invocado o del derecho internacional;
d) Cuando fueren demandados por cuestiones laborales, por nacionales
argentinos o residentes en el país, derivadas de contratos celebrados en la
República Argentina o en el exterior y que causaren efectos en el territorio
nacional;
e) Cuando fueren demandados por daños y perjuicios derivados de delitos
o cuasi delitos cometidos en el territorio;
f) Cuando se tratare de acciones sobre bienes inmuebles que se encuentren
en el territorio nacional;
g) Cuando se tratare de acciones basadas en la calidad del Estado
extranjero como heredero o legatario de bienes que se encuentren en el territorio
nacional;
h) Cuando, habiendo acordado por escrito someter a arbitraje todo litigio
relacionado con una transacción mercantil, pretendiere invocar la inmunidad de
jurisdicción de los tribunales argentinos en un procedimiento relativo a la validez
o la interpretación del convenio arbitral, del procedimiento arbitral, o referida a la
anulación del laudo, a menos que el convenio arbitral disponga lo contrario”17.
“La presentación de los Estados extranjeros ante los tribunales argentinos
para invocar la inmunidad de jurisdicción, no se interpreta como aceptación de
competencia, sino que la interposición de la defensa de inmunidad jurisdiccional
17
Sigue iguales directivas que la Convención de Viena de 1961 sobre Relaciones Diplomáticas.
8

suspenderá el término procesal del traslado o citación a juicio hasta tanto dicho
planteamiento sea resuelto” [artículo 4°] y los jueces, una vez resuelto el planteo
de inmunidad, cuando el mismo sea rechazado, a pedido del Estado extranjero,
podrán ampliar prudencialmente los plazos para contestar la demanda y oponer
excepciones [artículo 5°].
La República Argentina, está facultada para pactar la prórroga de la
jurisdicción nacional ante tribunales o árbitros extranjeros en casos
exclusivamente patrimoniales [cfr. artículo 1 Código Procesal Civil y Comercial
de la Nación]18 que actúen fuera de la República, siempre que los asuntos fuesen
de índole internacional. Los límites que la norma impone es que: (a) los temas no
sean de jurisdicción exclusiva de los tribunales argentinos y (b) que no exista una
ley prohibitiva del instituto.
La Procuración del Tesoro de la Nación tiene dicho que “la prórroga de la
jurisdicción en los términos de la ley argentina no equivale ni supone resignar o
renunciar a la inmunidad soberana que protege a la potestad de imperio (ni a los
actos realizados en su consecuencia) que distingue a los Estados Nacionales de los
regímenes coloniales. En tal sentido, en el ya aludido asesoramiento de
dictámenes 209:101 también ha dicho la Procuración del Tesoro de la Nación que
"Los ordenamientos de distintos países (Foreign Sovereign Inmunities Act de
Estados Unidos, de 1976; Souvereign Inmunities Act de Gran Bretaña, de 1978; la
"European Covention on State Inmunity", ratificada por Austria, Bélgica y Chipre;
el decreto ley 2349/1978, de la República de Chile, del 13/10/1978; la ley 13998
(B.O. del 11/9/1950), el decreto ley 1285/1958 (B.O. del 7/2/1958), ratificado por
la ley 14467 (B.O. del 29/9/1958) y el decreto ley 9015/1963 (B.O. del
24/10/1963) -de nuestro país-), así como los proyectos de los organismos
internacionales (como el Proyecto de la Comisión de Derecho Internacional de la
Organización de las Naciones Unidas, publicado en A/CN4/446, Informe de la
Comisión de Derecho Internacional sobre la labor realizada en su 44 período de
sesiones) y aún jurisprudencia interna de los Estados, obligan a concluir que la
regla general que gobierna esta materia es la inmunidad de los Estados soberanos
(...) Si el Estado extranjero se somete contractualmente a la jurisdicción de los
Estados Unidos y acepta la aplicación del derecho americano, los tribunales tanto

18
Por ejemplo someterse al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a inversiones
(CIADI) para países miembros del Banco Mundial.
9

Federales como Estaduales deberán limitar su intervención en los términos y


condiciones del FSIA de 1976, no necesariamente involucrando ese sometimiento
-como ya se ha dicho- una renuncia a la inmunidad de jurisdicción o de ejecución
de ese Estado (ver "Restement of Law", vols. I y II, al pq. 390 et sus)". Si bien
este Organismo Asesor convalidó en reiteradas ocasiones la prórroga de
jurisdicción (ver dictámenes 159:142, 205:225, 207:444, 215:082, 219:113,
221:151, 226:171, 229:220, 230:8, 231:60, 232:284 y 234:096, entre otros), en el
precitado pronunciamiento de dictámenes 209:101 también se refirió a la
vinculación entre la prórroga de jurisdicción y la inmunidad soberana en los
siguientes términos: "...la prórroga de jurisdicción es un concepto sustancialmente
diverso al de la renuncia de la inmunidad soberana, aún cuando poseen evidentes
puntos de contacto. La aceptación de la competencia internacional de un tribunal
especificado en modo alguno implica abandonar los privilegios que importa la
condición de Estado soberano de un determinado país".
En consecuencia, los estados extranjeros pueden ser sometidos a la
jurisdicción nacional cuando los actos sean de gestión asimilable a los que puede
realizar un particular y, el país, puede prorrogar su jurisdicción para actos de
contenido exclusivamente patrimonial pero, no significa renunciar a su inmunidad
si el acto de ejecución atenta con su posición de imperio.

5. Recaudos para la notificación del Estado extranjero. La notificación


de la demanda a un Estado extranjero, se realiza por intermedio del Ministerio de
Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina,
a cargo del Poder Ejecutivo Nacional quien formula la comunicación a la
embajada o sector consular. Debe practicarse en la delegación extranjera, en su
domicilio y ante las personas que pertenecen a ella.
El artículo 38 del Reglamento de la Justicia Nacional, instituye que las
comunicaciones a los agentes diplomáticos extranjeros acreditados en el país se
harán por oficio dirigido al Ministerio de Relaciones Exteriores. En igual sentido
artículo 156 inc. d) del Reglamento para la Organización y Funcionamiento de la
Oficina de Notificaciones para la Justicia Nacional y Federal (C.S.J. Acordada
9/90, Fallos: 313:10)19.

19
Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, sala III, sentencia del 18/09/2003, in re: Carrizo,
Nora E. c. Embajada de la República Federal de Alemania, en DT 2004 (octubre), 1380.
10

Un caso que ilustra la cuestión, es el resuelto por la Cámara Nacional Civil


y Comercial Federal20. Se trató de una demanda interpuesta contra dos empresas
inglesas y el Gobierno de Su Majestad Británica. En atención que la pretensión
era de objeto comercial no se formuló reparo de jurisdicción internacional en la
República Argentina y se dispuso el traslado de la demanda dirigida al Embajador
del Reino Unido. La cédula no fue aceptada por la delegación diplomática, porque
no había sido cursada por medio de Oficio judicial a la Cancillería para que se le
practique la notificación. A pesar de ello, se entiende que tuvo conocimiento del
proceso y se le declara la rebeldía, cuya notificación es recepcionada por un
empleado de la Embajada. El juicio llega a sentencia, que es notificada a la
delegación diplomática quien se niega a recibirla; disponiendo el juez, entonces,
un Oficio al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto para que notificara a la
Embajada la resolución judicial. A partir de allí se plantea la nulidad de todo el
juicio respaldado porque no se requirió la conformidad para ser sometida a juicio
(art. 24 inc. 1 decreto ley 1285/1958) se violó el principio de la inmunidad de
jurisdicción de los Estados extranjeros (art. 1 ley 24488) y no se cumplió con la
forma de comunicación a los agentes diplomáticos extranjeros acreditados en el
país, prevista en el art. 38 RJN (Acordada Corte Sup. del 17/12/1952) y en la Ley
de Ministerios (leyes 22520, 22641 y 23023, t.o. decreto 438/1992, modificadas
por las leyes 24190 y 25233). En cuanto a las notificaciones cuestionadas, destaca
que la Cédula con el traslado de la demanda -al igual que la de la sentencia- no fue
aceptada por la Embajada, por lo que se devolvió sin notificar de acuerdo con lo
dispuesto en el Reglamento para la Organización y Funcionamiento de la Oficina
de Notificaciones para la Justicia Nacional y Federal [art. 156 ap. d)].
El tribunal declaró nulo el proceso desde la notificación de la demanda y
sostuvo que “no puede considerarse que el embajador británico, y por lo tanto el
Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, fuera correctamente notificado
de la demanda, habida cuenta de que su negativa, fundada en la expresa
disposición legal del art. 156 inc. d acordada 9/1990 de la Corte Suprema, y lo
dispuesto en el art. 24 inc. 1 decreto ley 1285/1958, tornó inoperante la diligencia,
que careció del pretendido efecto jurídico del que se la quiso dotar. La falta del
atribuido efecto jurídico en la diligencia de fs. 963 (notificación) importa,

20
Cámara Nacional Civil y Comercial Federal, Sala 1º, sentencia del 23/10/2001, Louge, A.
Beltrán y otro v. Gobierno de Su Majestad Británica, JA 2002-II-40.
11

consecuentemente, que la resolución de fs. 969 (fundada en que el demandado


quedó "debidamente notificado", y que decretó la rebeldía porque "no ha
comparecido"), se encuentra desprovista de presupuestos fácticos y jurídicos
exigibles para que sea legítima, por lo cual resulta nula, en tanto consideró hechos
e interpretó el derecho en forma equivocada. La conclusión alcanzada importa
considerar que se ha omitido valorar elementos conducentes y que se ha
desconocido la aplicación de las normas legales apartándose de su verdadero
sentido y con ello se ha violado la defensa en juicio del accionado (Fallos
307:1319)”.

6. Inmunidad de ejecución. Los estados extranjeros, también, tienen


inmunidad para que no se les ejecute sentencias en su contra, ni experimenten
medidas cautelares o restricciones en la disposición de sus bienes o en el uso que
de ellos realicen. Para proceder forzosamente contra propiedades de un Estado
extranjero, es necesario acreditar que el bien no está destinado a cumplir con la
finalidad de la delegación diplomática o asuntos de estado o que la Embajada
renuncie a la inmunidad de ejecución protegida por la Convención de Viena sobre
Relaciones Diplomáticas de 1961.
Alberto Zuppi, enseña que inmunidad de ejecución hace referencia a la
imposibilidad de ejecutar o hacer valer una sentencia dictada contra otro Estado
soberano21; por lo tanto ésa restricción es un límite al cumplimiento compulsivo o
forzoso de un pronunciamiento. La Corte Suprema ha sentado la doctrina que las
medidas ejecutorias contra bienes de un Estado extranjero - que implican el
empleo de la fuerza pública del Estado del foro - afectan gravemente la soberanía
e independencia del Estado extranjero, por lo que no cabe, sin más, extender las
soluciones sobre inmunidad de jurisdicción a los casos de inmunidad de
ejecución. Afirmó, asimismo, que la distinción entre la inmunidad de jurisdicción
y la inmunidad de ejecución se hace en distintos ordenamientos jurídicos,
habiéndose establecido que la renuncia a la inmunidad de jurisdicción no implica
la renuncia a la inmunidad de ejecución (Fallos: 322:2399)22.

21
ZUPPI, Alberto L. Inmunidad vs. Jurisdicción universal. La decisión de la Corte Internacional de
Justicia en el caso Yerodia Ndombasi, en LA LEY 2003-A, 1130.
22
CNFed Civ y Com, Sala II, sentencia del 29/12/2005, in re: Manauta, Juan J. y otros c.
Embajada de la Federación Rusa, en DJ 14/06/2006, 530. En sentido similar: CNTrab, Sala X,
sentencia del 29/04/2004, in re: Ramos, Silvia A. c. Taher El Sayed Hazem Mohamed, en LA LEY
2004-D, 1039.
12

Como puede verse la inmunidad de ejecución guarda estrecha relación con


el Derecho internacional [público] por ello el rol o función que hacen los órganos
judiciales nacionales son de intérpretes de la legalidad internacional. El juez,
cuando ordena la ejecución forzosa contra bienes del Estado extranjero tiene que
tener razonable demostración que, esos bienes, están destinados a actividades
civiles, industriales o comerciales, por lo tanto que no se destinan a la actividad de
la delegación diplomática; es decir, que no esté empeñada su potestad soberana23.

7. Inmunidad por fuente convencional. Los Estados convencionalmente


pueden pactar la falta de inmunidad de jurisdicción para actos iure gestionis, pero
en estos casos, generalmente, se someten a arbitraje internacional y lo hacen para
resolver determinadas materias o situaciones.
María Carolina Graciarena señala que algunos piensan que el origen de
esta tesis, proviene de las doctrinas Drago y Calvo24. La doctrina Drago fue
expuesta en el año 1902 por el Ministro de Relaciones Exteriores argentino, Dr.
Luís María Drago y establece que ningún poder extranjero puede utilizar la fuerza
contra una nación americana para recolectar una deuda 25. Se originó de las ideas
de Carlos Calvo, quien sostenía la prohibición de la intervención diplomática en el
cobro de las deudas a particulares extranjeros, hasta que no estuvieran agotados
los recursos locales.
La República Argentina ha sometido a arbitraje, como método de solución
de controversias, numerosas materias y pactado jurisdicciones judiciales en casos
exclusivamente patrimoniales. Tal como lo dispone el artículo 1 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación “La competencia atribuida a tribunales
nacionales es improrrogable. Sin perjuicio a lo dispuesto por los tratados
internacionales y por el art. 12 inciso 4º, de la ley 48, exceptúase la competencia
territorial en asuntos exclusivamente patrimoniales, que podrá ser prorrogada de

23
Cfr. sentencia inglesia del House of Lords (en funciones de Corte Suprema de Justicia de la
Nación) de 12 de abril de 1984, en el asunto Alcolm Ltd., v. Republic of Colombia, el texto de la
misma en All England Law Reports, 1984, pág. 6 y ss. Citado por RUIZ COLOME, Mari Ángeles.
La inmunidad de ejecución de los Estados extranjeros ante los tribunales españoles en la reciente
jurisprudencia constitucional.
24
GRACIARENA, María Carolina. La inmunidad de ejecución del Estado frente a los laudos del
CIADI, ob. cit. p. 99.
25
La Doctrina Drago, es una respuesta a las acciones de Gran Bretaña, Alemania e Italia, quienes
impusieron un bloqueo naval a Venezuela a finales de 1902, para presionar a Venezuela que pagara
la deuda a favor de esas naciones y que el presidente Cipriano Castro se negaba a pagar.
13

conformidad de partes. Si estos asuntos son de índole internacional, la prórroga


podrá admitirse aún a favor de jueces extranjeros o árbitros que actúen fuera de la
República, salvo en los casos en que los tribunales argentinos tienen jurisdicción
exclusiva o cuando al prórroga esté prohibida por la ley”.
La Ley 24.488, tiene establecido en su art. 2º inciso h) que no se puede
invocar inmunidad de jurisdicción “cuando, habiendo acordado por escrito
someter a arbitraje todo litigio relacionado con una transacción mercantil,
pretendiere invocar la inmunidad de jurisdicción de los tribunales argentinos en un
procedimiento relativo a la validez o la interpretación del convenio arbitral o
referida a la anulación del laudo, a menos que el convenio arbitral disponga lo
contrario”.
Esa norma ha traído dificultades al Estado argentino, por la aplicación del
Convenio sobre Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones entre un Estado y
Nacionales de otro Estado, celebrado en Washington en 1965. Ese acuerdo,
contempla la creación del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
Relativas a Inversiones (CIADI) que es un organismo arbitral donde se recaba la
solución de conflictos entre Estados y particulares nacionales de otros Estados y
que fuesen contratantes derivados de una inversión extranjera26.
Horacio Rosatti, con relación a los laudos del CIADI, sostiene el veredicto
debe someterse al control constitucional argentino, porque se pronuncian en
función de un tratado; por lo tanto pueden ser revisado por nuestros tribunales en
la medida que violenten algunos de los principios de derecho público contenidos
en nuestra constitución. Destaca que a pesar de ser acuerdos comerciales, en
algunos casos, tienen pactos de confidencialidad de sus cláusulas, cuando el
acceso y conocimiento de las obligaciones del Estado es una garantía esencial del
control de lo público27. Por ese motivo, en oportunidad de ejecutarse el laudo

26
Convenio sobre el Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de
otros Estados, Washington 1965, aprobado por ley 24.353, en vigor desde 18-11-1994. La
Argentina es uno de los pocos países que no formuló ninguna reserva al tratado, ni estableció la
necesidad de agotamiento de las vías internas, a pesar que el Convenio lo admite. Paula María All,
señala que en la década del noventa se firmaron casi indiscriminadamente una multiplicidad de
Tratados y funcionaron más que una cortesía con otros países que como una necesidad real de
promover flujos de inversión (autora citada: Casos de arbitraje CIADI en materia de inversión
extranjera en los cuales el Estado argentino es parte, en obra colectiva: Derecho del comercio
internacional. Solución de controversias. Directores Adriana Dreyzin de Klor y Diego P.
Fernández Arroyo. Editorial Zavalía, Buenos Aires, 2004, p. 386.
27
BIELSA – LAVAGNA – ROSATTI. Estado y globalización, el caso argentino. Editorial
Rubinzal Culzoni, Buenos Aires, 2005, pp. 123 y ss.
14

deberá verificarse que no se oponga al orden público las cláusulas que resguardan
la inversión y, de encontrarse censura constitucional, debe declararse su nulidad.

8. Convención de Naciones Unidas sobre inmunidades jurisdiccionales


de los Estados y sus bienes. La Naciones Unidas en su 65º sesión plenaria del 2
de diciembre del 2004 aprobó la Convención sobre inmunidad de la jurisdicción
de un Estado y de sus bienes ante los tribunales de otro Estado. El tratado dispone
que cada Estado deba abstenerse de ejercer jurisdicción en un proceso incoado
ante sus tribunales contra otro Estado y, a estos efectos, velará por que sus
tribunales resuelvan de oficio la cuestión del respeto de la inmunidad. El artículo
7 establece, que ningún Estado podrá hacer valer la inmunidad de jurisdicción en
un proceso ante un tribunal de otro Estado en relación con una cuestión o un
asunto si ha consentido expresamente en que ese tribunal ejerza jurisdicción en
relación con esa cuestión o ese asunto: a) por acuerdo internacional; b) en un
contrato escrito; o c) por una declaración ante el tribunal o por una comunicación
escrita en un proceso determinado. También instituye que e1 acuerdo otorgado por
un Estado respecto de la aplicación de la ley de otro Estado, no se interpretará
como consentimiento en el ejercicio de jurisdicción por los tribunales de ese otro
Estado; es decir, excluye la regla de la reciprocidad.
El artículo 8, contempla la renuncia tácita de inmunidad cuando un Estado
ha iniciado el juicio; o si ha intervenido o ha realizado cualquier otro acto en
relación con al fondo del asunto. El numeral 2 del artículo señala, que no se
entenderá que un Estado ha consentido en que un tribunal de otro Estado ejerza
jurisdicción si interviene en un proceso o realiza cualquier otro acto con el solo
objeto de: a) hacer valer la inmunidad o b) hacer valer un derecho o interés sobre
bienes objeto del litigio.
También la inmunidad está excluida, cuando el Estado practica una
transacción comercial con una persona física o jurídica extranjera y en virtud de
las normas aplicables de Derecho internacional privado corresponde la
jurisdicción de un tribunal determinado. Esa directiva no se aplica si la
transacción mercantil es entre Estados; o si las partes en la transacción mercantil
han pactado expresamente otra cosa.
No hay inmunidad en aquellos casos de un proceso judicial relativo a un
contrato de trabajo entre el Estado y una persona física respecto de un trabajo
15

ejecutado o que haya de ejecutarse total o parcialmente en el territorio de ese otro


Estado, salvo que el trabajador haya sido contratado para desempeñar funciones
especiales en el ejercicio del poder público o si es un agente diplomático.
Tampoco gozan de inmunidad los procesos que tenga por objeto la
indemnización por lesiones a las personas y daños a los bienes [artículo 12] ni
temas de propiedad, posesión y uso de bienes [artículo 13] o propiedad intelectual
o industrial [artículo 14] ni aquellos referidos a participación de sociedades u otras
colectividades, salvo estipulación en contrario [artículo 15]. También están
excluidos cuando exista un convenio con una persona natural o jurídica extranjera
a fin de someter a arbitraje el litigio relacionado con una transacción mercantil
[artículo 17].
La Convención, también declara, que no se podrán ejercer medidas
coercitivas [cautelares] anteriores al fallo [artículo 18) ni posteriores [artículo 19]
como ser embargo y ejecución, salvo que haya consentido expresamente la
adopción de tales medidas.
Por último, se establecen bienes que no pueden ser objeto de embargo o
ejecución, a los que se incluye:
a) los bienes, incluida cualquier cuenta bancaria, que sean utilizados o
estén destinados a ser utilizados en el desempeño de las funciones de la misión
diplomática del Estado o de sus oficinas consulares, sus misiones especiales, sus
misiones ante organizaciones internacionales o sus delegaciones en órganos de
organizaciones internacionales o en conferencias internacionales;
b) los bienes de carácter militar o los que sean utilizados o estén
destinados a ser utilizados en el desempeño de funciones militares;
c) los bienes del banco central o de otra autoridad monetaria del Estado;
d) los bienes que formen parte del patrimonio cultural del Estado, o parte
de sus archivos, y no se hayan puesto ni estén destinados a ser puestos en venta;
e) los bienes que formen parte de una exposición de objetos de interés
científico, cultural o histórico y no se hayan puesto ni estén destinados a ser
puestos en venta [artículo 21].
Hasta mayo del 2013, fue ratificada por Arabia Saudita, Austria, Bélgica,
China, Dinamarca, Eslovaquia, España, Estonia, Federación de Rusia, Finlandia,
Francia, India, Irán (República Islámica del), Islandia, Italia, Japón, Kazajstán,
Líbano, Madagascar, Marruecos, México, Noruega, Paraguay, Portugal, Reino
16

Unido, República Checa; Rumania, Senegal, Sierra Leona, Suecia, Suiza y Timor-
Leste.

9. Jurisdicción Directa – indirecta – intermedia . El tratamiento que un


país dispensa a la situación privada internacional se realiza esencialmente por dos
modos.
(i) Para que se juzgue (directa), o
(ii) cuando ya fue resuelta en el extranjero y solicita reconocerla o
ejecutarla (indirecta).
(ii) cuando se solicita cooperación internacional [intermedia].
(i) Berta Kaller de Orchansky caracteriza a la jurisdicción directa, como
aquella que debe explorar y analizar un juez nacional cuando debe conocer un
caso con elementos extranjeros28. Inés Weinberg señala que, competencia
internacional directa es la facultad de un tribunal de un Estado de declararse
competente y juzgar determinadas controversias29; la nota que presenta es, que
atribuye y concede a un juez la potestad para entender y decidir un caso de
Derecho Internacional Privado30.
En otros términos, la jurisdicción directa es la competencia internacional
que faculta interponer la acción, donde se presenta la demanda.
(ii) La jurisdicción indirecta, en cambio, tiene por fin dar efectos a la
decisión extranjera31 y persigue o bien el reconocimiento o la ejecución de la
sentencia. Para reconocer un veredicto extranjero, en primer lugar se debe
acreditar la jurisdicción directa del juez sentenciante 32 y esa competencia
internacional del juez extranjero debe coincidir con las directivas de jurisdicción
directa que la legislación argentina fija [principio de bilateralismo].
Fernández Arroyo, señala que las normas de jurisdicción provienen de
normas supranacionales que distribuyen jurisdicción o de normas autónomas de

28
KALLER de ORCHANSKY, Berta. Nuevo Manual de Derecho Internacional Privado, ob. cit., p.
453.
29
WEINBERG DE ROCA, Inés Mónica. Competencia internacional y ejecución de sentencias
extranjeras. Editorial Astrea, Buenos Aires, 1994, p.1.
30
FERNÁNDEZ ARROYO, Diego P. Aspectos generales del sector de la jurisdicción
internacional. En obra colectiva: Derecho Internacional Privado de los Estados del MERCOSUR,
ob. cit. p. 151.
31
Ibidem, p. 152.
32
DREYZIN de KLOR, Adriana y SARACHO CORNET, Teresita. Trámite judiciales
Internacionales. Editorial Zavalía, Buenos Aires, 2005, p. 78.
17

sistemas nacionales que atribuyen jurisdicción33 y será directa cuando el juez en


origen tenía atribuida o distribuida competencia internacional y será indirecta
cuando el juez sólo evalúa si se cumple la condición de que la decisión haya sido
dictada por un juez competente [jurisdicción directa].
(iii) La jurisdicción intermedia contiene la cooperación internacional o
asistencia judicial internacional. Se trata de una obligación de los Estados para
asegurar el pleno funcionamiento de la justicia y de los Derechos humanos
protegidos por los Tratados internacionales de esos derechos34 y, surge porque el
tribunal que juzga un caso con elementos extranjeros puede requerir que se
produzca en otro Estado notificaciones, o medidas de prueba; por lo tanto se le
solicita que lleve adelante tales medidas. De no existir la asistencia judicial
internacional, se frustraría el buen fin de los procesos en los casos de DIPri, ya
que sería imposible practicar pruebas o notificaciones y demás actos procesales,
en el extranjero. El proceso quedaría paralizado35
El profesor Werner Goldschmidt, distingue la jurisdicción internacional, en
esos tres aspectos. “Como jurisdicción internacional directa, cuando se entabla
demanda ante un juez argentino. Como jurisdicción internacional intermedia,
cuando un juez extranjero exhorta a un juez argentino para que le preste auxilio
judicial internacional (en este supuesto no se requiere que el juez que solicita la
cooperación tenga jurisdicción para el pedido 36). Y finalmente como jurisdicción
internacional indirecta, cuando se pide a un juez argentino que reconozca y, en su
caso, que ejecute una sentencia firme extranjera37.

10. Determinación de la jurisdicción. La Corte federal tiene dicho que


todo cuanto concierne a la interpretación y aplicación de normas de jurisdicción
internacional es materia de recurso extraordinario, cuando la decisión es adversa a
la competencia nacional38 y las reglas que la determinan, surgen de los hechos que

33
FERNÁNDEZ ARROYO, Diego P. Aspectos generales del sector de la jurisdicción
internacional, ob. cit. p. 150.
34
ARAUJO, Nadia. Direito Internacional Privado, ob. cit. p.242.
35
CALVO CARAVACA, Alfonso Luis y CARRASCOSA GONZÁLEZ, Javier. Derecho
Internacional Privado, obra citada, volumen I, p. 629.
36
Conforme: CNCom, Sala D, sentencia del 13/09/1990, in re: Federal Deposit Insurance
Corporation vs. Compañía General Inmobiliaria SA, en LA LEY 1991-A, 296 - DJ 1991-1, 707
37
GOLDSCHMIDT, Werner. Derecho Internacional Privado. Editorial LexisNexis, ob. cit., p. 459.
Del mismo autor: Metodología del Derecho Internacional Privado, en LA LEY 1985-B, 1049.
38
CSJN. Fallos 293:455; 310:1861; 321:48; 321:2894; 322:1754.
18

el actor invoque en la demanda y el derecho como fundamento de la pretensión 39.


En consecuencia, debe existir conexión de la plataforma fáctica [que se expone
como circunstancias de hecho en relación al derecho] con reglas que atribuyan
jurisdicción al país donde se desarrolle el proceso judicial. La vinculación, no
debe ser analizada abstractamente, sino con respecto a los hechos que se exponen
y guardar similitud con casos similares, donde la competencia atribuida sea un
ejercicio razonable y no exorbitante de la facultad soberana de cada país en
determinar reglas de jurisdicción internacional.
María Elsa Uzal considera que, “es aconsejable examinar, con un enfoque
global y totalizador, cuáles son los criterios atributivos de jurisdicción de cada uno
de los Estados vinculados al caso, a fin de evaluar cuales de ellos son los que se
abocarían al conocimiento de la cuestión; examinar el criterio con el que cada uno
responde al Derecho aplicable y optar, luego, por aquel foro que nos asegure una
mayor efectividad, si llega la hora de tener que ejecutar coactivamente una
eventual sentencia favorable, la efectividad y economía procesal, deberán ser el
norte de la decisión”40. En otras palabras: se analice la suerte práctica que correrá
el veredicto cuando se proceda a su reconocimiento o ejecución en el extranjero.

11. Jurisdicción concurrente – única – exclusiva. La jurisdicción directa,


además se la clasifica de: concurrente, única o exclusiva.
(a) La jurisdicción concurrente, se presenta cuando una misma cuestión es
posible juzgarla en dos o más territorios, porque hay conexiones múltiples con el
caso debatido. Por ejemplo, el Protocolo de San Luís sobre Responsabilidad Civil
emergente de accidentes de transito entre los Estados partes del MERCOSUR
(Ley 25.407) establece que detenta jurisdicción internacional, para ejercer las
acciones, a elección del actor, los tribunales (a) donde se produjo el accidente; (b)
del domicilio del demandado y (c) del domicilio del demandante [artículo 7].
En materia de contratos, el Código Civil argentino determina, que hay
jurisdicción internacional en la República Argentina para juzgar las controversias
de los negocios jurídicos que tengan como lugar de cumplimiento en la República,
aunque el deudor no fuere domiciliado, o no residiere en ella [art. 1215] y si el

39
CSJN. Fallos 308:229; 310:116; 311:172, entre otros.
40
UZAL, María Elsa. Soluciones jurisdiccionales en el ámbito internacional. Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación. Dirección: Elena I. Highton y Beatriz A. Areán. Editorial
hammurabi, Buenos Aires, 2004, tomo 1, pp. 153/4.
19

deudor tuviere domicilio o residencia en la República y el contrato debiese


cumplirse fuera de ella, el acreedor podrá demandarlos ante los jueces de su
domicilio o el del lugar de cumplimiento del contrato [art. 1216]. De allí que, por
el sistema jurídico interno la jurisdicción por obligaciones contractuales es
concurrente entre el lugar del cumplimiento o el del domicilio del demandado si
este fuera en el país.
En alimentos, el artículo 228 del Código Civil, distingue si existe juicio de
divorcio o separación o nulidad o si se carece de proceso judicial. En ese último
caso, se fija competencia concurrente a opción del actor [inciso 2] entre: (i) el juez
del domicilio conyugal, (ii) el del domicilio del demandado, (iii) el de residencia
habitual del acreedor alimentario, (iv) el del lugar del cumplimiento de la
obligación o (v) del lugar de celebración del convenio alimentario si lo hubiere y
coincidiera con la residencia del demandado, si se planteare como cuestión
principal.
En las acciones de separación personal, divorcio vincular y nulidad, así
como las que versaren sobre los efectos del matrimonio, pueden intentarse ante el
juez del último domicilio conyugal efectivo (doctrina CSJN: caso Vlasof) o ante el
domicilio del cónyuge demandado [artículo 227 del Código Civil].
En el Tratado de Derecho Civil de Montevideo de 1889 su artículo 56
establece “es competente el juez del domicilio de la ley al que está sujeto el acto
jurídico o el juez del domicilio del demandado”.
Las conclusiones aprobadas por la Comisión N° 7 en las XII Jornadas
Nacionales de Derecho Civil, Bariloche, 1989, se recomendó, de lege ferenda,
considerar que las acciones relativas a la filiación extramatrimonial se intenten
ante los jueces: a) del lugar de nacimiento; b) de la residencia habitual del posible
progenitor o de la del eventual hijo41.
La competencia internacional concurrente es mas frecuente. Por esa razón,
debe ser atribuida con razonabilidad, caso contrario puede dar lugar a varios
procesos judiciales iguales en territorios de dos o más Estados, dándose el
supuesto de litispendencia internacional o conexidad internacional. Esa situación
se presenta cuando existe

41
CALDERÓN VICO de DELLA SAVIA, Lilia María del Carmen. La filiación en el Derecho
Internacional Privado argentino, en LA LEY 1990-C, 1122 y ss.).
20

(a) identidad de partes independientemente de cual sea la ubicación


procesal de cada una de ellas;
(b) identidad de objeto o pretensiones opuestas (una parte pide la nulidad
del contrato y otra el cumplimiento);
(c) identidad de causas (que provengan del mismo negocio jurídico) y
(d) que se tramiten en Estado distintos42.
Esos elementos demuestran, que las demandas están estrechamente
vinculadas entre sí y que persiguen objetivos equivalentes, por lo tanto si se dan
estas condiciones el juzgado que comenzó actuar primeramente debe continuar el
trámite y el segundo se declare incompetente43.
En cambio, la conexidad internacional se exterioriza en aquellos procesos
que se tramitan ante tribunales de Estados diferentes y que están conectados o
vinculados pero que falta alguna identidad, sea porque alguna parte procesal no
coincide, no hay una precisa concurrencia en el objeto o las causas son múltiples.
En esos casos, la discusión versa sobre la conveniencia de evitar sentencias
contradictorias y que produzcan soluciones inconciliables 44 pero no se plantea en
términos de necesidad como ocurre con la litispendencia. En estas situaciones, el
juez que actúa en segundo lugar no está obligado [como en la litispendencia] a
declinar su competencia sino que está facultado para inhibirse de juzgar y si lo
concreta es porque entiende que de esa manera de evitan sentencias
contradictorias lo que contribuye al buen funcionamiento de la administración de
justicia.
La competencia puede plantear problemas porque, ante dos contiendas
coincidentes en identidades, hay que decidir la suspensión de un juicio hasta que
exista sentencia firme en el otro Estado y, luego, se deberá analizar el efecto de
cosa juzgada del veredicto, elementos ellos, que demuestran la problemática del
tema. En suma, en jurisdicción concurrente puede presentarse dificultades de
litispendencia o de conexidad internacional, cuya resolución es una decisión
netamente jurisdiccional.
(b) La competencia internacional única se establece por cuestiones de
índole práctico, para casos que resulta más eficaz concentrar el litigio ante un solo

42
ESPLUGUES MOTA, Carlos e IGLESIAS BUHIGUES, José Luis. Derecho Internacional
Privado. Editorial Tirant Lo Blanch. Valencia, 2008, p. 69.
43
Ibídem, p. 69.
44
ESPLUGUES MOTA, Carlos e IGLESIAS BUHIGUES, José Luis, ob. cit. p. 69.
21

juez. El ejemplo representativo lo brinda el artículo 3284 del Código Civil que
dispone que la jurisdicción sobre la sucesión, corresponde al juez del último
domicilio del causante y ante ese juez se centraliza todas las acciones. Berta
Kaller de Orchansky señala que se supone que en el último domicilio habrá bienes
y también se logra unificar los intereses de distintos herederos o acreedores,
situados en diferentes lugares45, además es lógico pensar que donde un sujeto
fallece tendrá el mayor cúmulo de relaciones de familia y patrimoniales.
Ahora bien, esta regla tiene una excepción, cuando el acervo sucesorio
tenga un bien inmueble situado en la República Argentina; esa circunstancia,
determina jurisdicción concurrente entre el último domicilio al momento del
fallecimiento y el lugar de situación de la cosa [artículo 10 Código Civil].
Lo expresado sólo alcanza el supuesto que una persona muerte con último
domicilio en el extranjero y deja algún bien inmueble en el país, ya que en ese
caso, en razón que se encuentra en territorio nacional, las autoridades argentinas
van a aplicar su derecho patrio46.
(c) La jurisdicción internacional es exclusiva cuando el legislador presume
que existen motivos y situaciones esenciales o fundamentales en cuyo resguardo
fija un solo lugar territorial para resolver. Así como en la jurisdicción única se la
atribuye por motivos prácticos en la exclusiva se lo hace por interés público, por
resguardar principios nacionales o de protección de la persona humana. Alfonso
Luís Calvo Caravaca y Javier Carrascosa González señalan que la existencia de
foros exclusivos se justifica por la estrecha vinculación de las materias con la
soberanía del Estado y por el interés estatal presente en esos litigios y su elenco
configura un numerus clausus, objeto de una interpretación restrictiva47.
También casos referidos a Derechos reales, filiación, o similares son casos
materia de jurisdicción exclusiva. De igual modo, en virtud del el art. 119 de la ley
19550, ya que establece que cuando se constituya una sociedad extranjera en el
Estado, corresponde al juez donde se intente la inscripción determinar las

45
KALLER de ORCHANSKY, Berta. Nuevo Manual de Derecho Internacional Privado, ob. cit.,
p.453.
46
Dice el art. 10 del Código Civil: “Los bienes raíces situados en la República son exclusivamente
regidos por las leyes del país, respecto de su calidad de tales, a los derechos de las partes, a la
capacidad de adquirirlos, a los modos de transferirlos, y a las solemnidades que deben acompañar
a esos actos. El título, por lo tanto, a una propiedad raíz, sólo puede ser adquirido, transferido o
perdido de conformidad con las leyes de la República”.
47
CALVO CARAVACA, Alfonso Luís - CARRASCOSA GONZÁLEZ, Javier. Derecho
Internacional Privado, ob. cit., p.130.
22

formalidades a cumplir en cada caso, con sujeción al criterio de máximo rigor


previsto en la ley. Otro supuesto es el relacionado con la nulidad o validez de esa
inscripción o respecto de decisiones de sus órganos o disolución de sociedades,
será foro exclusivo el país donde se encuentre registrada la persona jurídica.
En procesos de restitución de niños, según lo enseña la mejor doctrina,
María Susana Najurieta, el país requirente tiene jurisdicción exclusiva en el marco
de la Convención de La Haya sobre sustracción internacional de niños del 25 de
octubre de 198048 (ley 23857) y en el Convenio sobre protección internacional de
menores entre la República del Uruguay y Argentina (aprobado por la República
Argentina por ley 22.546). En estos casos, en palabras de la profesora Najurieta,
toda “oposición documentada” que quiera presentar la persona que resiste el
reintegro del niño y, si la considera “admisible”, sólo puede remitir el expediente
y la documentación al juez exhortante quien es la autoridad competente para
insistir con la restitución. Si ello sucede en el plazo debido, el juez del Estado de
refugio no tiene ninguna posibilidad jurídica de resistir la decisión con sustento en
razones de orden público internacional. Sólo se concibe que la concreta entrega
del niño sea “demorada” en caso de grave riesgo para la salud del menor.

12. Bases para determinar la jurisdicción internacional. La doctrina


judicial y autoral coinciden, sobre las bases para fijar jurisdicción internacional.
12.1 Teoría del paralelismo. Esta teoría sostiene que es competente el
juez del país cuyo Derecho material resulta aplicable. El sentido práctico de la
tesis es evidente, pues nadie mejor que juzgue un caso que el juez que aplique su
propio derecho de fondo. Es la regla del art. 56 de ambos Tratados de Derecho
Civil de Montevideo (1889 y 1940) que dispone: “Las acciones personales deben
entablarse ante los jueces del lugar a cuya ley está sujeto el acto jurídico…”.
La doctrina autoral coincide, que si bien tiene una base de conveniencia y
practicidad, ya que cada juez que aplica su propio derecho es quien mejor conoce
su ordenamiento jurídico, al mismo tiempo presenta el inconveniente que al

48
NAJURIETA, María Susana. VI JORNADAS DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO
Dedicadas al Profesor Doctor Alberto Juan Pardo. COOPERACIÓN JURISDICCIONAL
INTERNACIONAL EN CONFLICTOS RELATIVOS A LOS NIÑOS. Desplazamientos y
retenciones ilícitas, obstáculos al mantenimiento de relaciones personales con los progenitores,
cobro de alimentos.
23

momento de iniciarse el juicio no se sabe fehacientemente cual es el derecho


aplicable.
Vayamos a un ejemplo de lo expuesto: se demanda por incumplimiento
contractual, pero las partes no se ponen de acuerdo cual fue el lugar de
cumplimiento del convenio (unos aluden la Argentina y otros Chile) en esa
hipótesis se requerirá producción de prueba para verificar el lugar de ejecución,
cuya conexión determinará el derecho aplicable 49 o en supuestos donde en virtud
del método analítico (que separa la situación privada internacional y vincula cada
acto o hecho realizado en un territorio distinto) no se aplica un solo derecho sino
que están involucrados varios derechos. Esos problemas, muestran la insuficiencia
de una sola solución para determinar la jurisdicción internacional, a causa de que
se duda sobre cuál es el derecho a la materia del juicio50.
Por lo tanto, la teoría presenta beneficios en cuanto al mejor conocimiento
de Derecho aplicable de parte del juez que tenga a su cargo la resolución del caso
con elementos extranjeros, pero habrá situaciones que el Derecho que regula la
situación dependerá de actos procesales posteriores al momento de promoverse la
demanda, consecuentemente el paralelismo puede surgir con la jurisdicción del
otro Estado.
12.2. Domicilio del demandado. Es una directiva común en todas las
legislaciones; y es la que más protege y contempla la garantía de la defensa en
juicio de la persona y sus derechos. Su efectividad se aprecia al momento de
ejecutar la sentencia, pues donde un sujeto tenga su domicilio es muy probable
que mantenga bienes y pueda cumplir la condena.
El domicilio del demandado, como conexión para asignar jurisdicción
internacional, por ejemplo, está previsto en la última parte del art. 56 de ambos
Tratados de Derecho Civil de Montevideo; en la CIDIP I sobre Conflictos de
Leyes de letra de Cambio, Pagarés y Factura conformada; el Protocolo de Buenos
Aires sobre Jurisdicción Internacional en Materia Contractual; en el Protocolo de
San Luís sobre Responsabilidad Civil emergente de accidentes de transito entre
los Estados partes del MERCOSUR, entre otros.

49
KALLER de ORCHANSKY, Berta. Nuevo Manual de Derecho Internacional Privado, ob. cit.,
p.456; DREYZIN de KLOR, Adriana y SARACHO CORNET, Teresita. Trámite judiciales
Internacionales, ob. cit., pp. 81/2.
50
GOLDSCHMIDT, Werner. Derecho Internacional Privado, ob. cit., p. 461.
24

12.3. Fuero Internacional del Patrimonio. Donde una persona tenga


propiedades (en sentido constitucional) es lógico que resida y por ende ser parte
de un proceso judicial. En casos donde el litigio tenga relación con la existencia
de bienes, la jurisdicción del patrimonio se revela apta. Como por ejemplo, en la
ley 14394, supuesto de ausencia o presunción de fallecimiento, el sujeto ausente
deja relaciones jurídicas que se relacionan con varios Estados51, pero como no es
encontrado la ley fija como jurisdicción la de situación de los bienes [art. 16 in
fine].
En materia de insolvencia (ley 24522) la regla es, que los jueces argentinos
sólo pueden declarar la quiebra de las personas físicas o jurídicas con domicilio en
la Argentina; en consecuencia carecen de aptitud legal para declarar la quiebra del
deudor domiciliado en el extranjero. Pero existe una excepción contenida en el
inc. 2 del art. 2° ley de concursos y quiebras, cuando el deudor domiciliado en el
extranjero tiene bienes en la Argentina y obligaciones pagaderas en el país. En esa
cuestión tiene competencia internacional el juez argentino en virtud del foro
internacional del patrimonio.
Adolfo Rouillón señala que “la competencia del juez argentino no deriva
del domicilio del deudor sino que se basa en la existencia de bienes en el país.
Para establecer el alcance de la expresión bienes utilizada en la norma concursal,
hay que remitirse al concepto del art. 2312 del Código Civil ya que los términos
empleados por las normas atributivas de jurisdicción internacional deben
calificarse por la lex fori. Por ejemplo, la existencia de créditos exigibles en la
Argentina, convierte a su titular en sujeto con bienes en el país sometible, por
ende, a la regla del art. 2° inc. 2 de la ley de concursos y quiebras”. “Es un foro de
patrimonio que, a su vez, delimita la competencia internacional de los jueces
argentinos sólo a hacer posible la liquidación colectiva y la distribución igualitaria
de esos bienes, entre los acreedores cuyos créditos son exigibles en la Argentina.
Estos acreedores locales (pagaderos en la Argentina, cualquiera fuese su
nacionalidad, ciudadanía o domicilio), pueden pedir la quiebra del deudor, y el
juez argentino puede declarar esa quiebra, con efecto limitado a la liquidación de

51
OYARZABAL, Mario J.A. Ausencia y presunción de fallecimiento en el derecho internacional
privado. Editorial Abaco de Rodolfo Depalma, Buenos Aires, 2003, p. 28.
25

los bienes locales para distribuir su producto entre los acreedores también locales
y conforme a las reglas de reparto propias del derecho concursal”52.
Los Tratados de Derecho Civil de Montevideo de 1889 y 1940, en materia
de sucesión internacional consagran al teoría del fraccionamiento en materia de
jurisdicción, pues imponen que los juicios que de lugar la sucesión por causa de
muerte se seguirán ante los jueces del territorio en donde se hallen situados los
bienes hereditarios (arts. 66 y 63 respectivamente) 53, es decir siguen la tesis del
foro internacional del patrimonio.
12.4. Lugar de cumplimiento de las obligaciones de fuente contractual.
El Derecho internacional privado interno [artículo 1215 y 1216 Código Civil]
atribuye jurisdicción internacional, en obligaciones voluntarias, al lugar de su
cumplimiento, sea este en la República o en el extranjero. Por lugar de
cumplimiento desde el punto de vistas procesal, se entiende tanto en el que debe
ejecutarse la prestación como donde debe cumplirse la contraprestación. Es decir,
si es una compraventa es lugar de cumplimiento donde se entrega la cosa o se
paga del precio. También presenta esa conexión, cuando se trata del ejercicio de
un mandato remunerado, ya que tiene competencia internacional el juez del
Estado de realización de la representación o donde se pague.
En suma: por cumplimiento en materia procesal, se comprende la fase
dinámica del contrato, cualquiera sea la actividad que cada parte ejecute.
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, sala E, declaró: “a
los fines procesales, el "lugar de cumplimiento" del art. 1215 del Código Civil,
debe designar localizaciones evidentes a fin que las partes puedan prever los foros
ante los cuales pueden ser llevados a litigar en caso de conflicto. Por eso, la
doctrina entiende que lugar de cumplimiento a los efectos procesales, es cualquier
lugar de cumplimiento del contrato, sea o no el que se refiere a la prestación
característica”…..”Del juego de los arts. 1215 y 1216 del Código Civil, resulta
que el juez nacional es competente: a), si el contrato debe ser cumplido en la
República -aun cuando el deudor se domicilie en el extranjero- y b), si el
domicilio del deudor se encuentra en la República. Por lo tanto, de las normas se
infiere la jurisdicción concurrente del juez del país del domicilio del deudor, y del
52
ROUILLON, Adolfo A. N. Cuestiones de Derecho Internacional Privado en la Ley concursal
Argentina 24.522. Academia Nacional de Derecho.
53
KALLER de ORCHANSKY, Berta. Nuevo Manual de Derecho Internacional Privado, ob. cit.,
p.457; DREYZIN de KLOR, Adriana y SARACHO CORNET, Teresita. Trámite judiciales
Internacionales, ob. cit., pp. 82.
26

juez del país de cumplimiento del contrato”….”La jurisdicción del juez del país
donde debe cumplirse la obligación reclamada, en el caso el cobro del precio por
falta de cumplimiento de la prestación a cargo de la compradora, no es excluyente
sino que concurre con la jurisdicción del juez de otro lugar de ejecución del
contrato y con la del juez del domicilio del deudor (arts. 1215 y 1216, Código
Civil)”54.
12.5. Autonomía de la voluntad. Cuando la jurisdicción es concurrente y
la relación jurídica tiene contenido patrimonial, las partes en ejercicio de su
autonomía de voluntad pueden pactar los tribunales donde en caso de conflicto se
tramite el juicio. En esos casos, la elección de foro prevalece sobre las reglas que
la ley contempla como derecho dispositivo55. La autonomía, en competencia
internacional, se ejerce:
(a) como prórroga de jurisdicción una vez promovida la acción (como lo
dispone el Tratado de Derecho Civil de Montevideo de 1940 en su art. 56);
(b) como acuerdo convencional dentro del contenido del negocio jurídico
[cláusula del contrato] donde las partes excluyen la competencia legalmente
prevista.
El art. 1 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, alude a esa
última hipótesis y dispone: “la competencia atribuida a los tribunales nacionales
es improrrogable. Sin perjuicio de lo dispuesto por los tratados internacionales y
por el art. 12, inc. 4, de la ley 48, exceptúase la competencia territorial en asuntos
exclusivamente patrimoniales, que podrá ser prorrogada de conformidad de partes.
Si estos asuntos son de índole internacional, la prórroga podrá admitirse aun a
favor de jueces extranjeros o de árbitros que actúen fuera de la República, salvo
en los casos en que los tribunales argentinos tienen jurisdicción exclusiva o
cuando la prórroga está prohibida por la ley".
Alejandro Menicocci, llama a esta autonomía impropia, que recepta una
posición favorable en el derecho nacional y actualmente tiene vigencia en el
Protocolo de Buenos Aires de Jurisdicción en Materia Contractual (1994) tratado

54
CNCom, Sala E, sentencia del 10/10/1985, in re: Espósito e hijos, S. R. L., Antonio c. Jocqueviel
de Vieu, en LA LEY 1986-D, 49, con nota de Werner Goldschmidt - Colección de Análisis
Jurisprudencial Derecho Internacional Privado y de la Integración - Director: Sara L. Feldstein de
Cárdenas, Editorial LA LEY, 2004, 472, con nota de Mónica Sofía Rodríguez; Graciela Alicia
Oliva.
55
SOTO, Alfredo Mario. El abuso del derecho y la autonomía en materia jurisdiccional
internacional, en LA LEY 2003-C, 701.
27

que vincula a los países miembros del MERCOSUR56. Esa convención, según lo
enseña María Elsa Uzal, permite además que las partes del contrato excluyan la
competencia judicial o toda competencia Estatal para someter su diferendo a
árbitros57.
12.6. Lugar donde se comete el acto ilícito. En materia de delito o cuasi
delito civil tienen jurisdicción los jueces del Estado donde se consuma el acto
ilícito. Ésta es una solución razonable y eficaz. En ese lugar se podrán buscar las
causas del acontecimiento y establecer daños. También, tiene fundamento si se lo
analiza desde la perspectiva del “principio de proximidad” (de Lagarde) porque
juzgar responsabilidades de fuente extracontractual en el territorio donde se
generan facilita la investigación de los hechos, se encuentran testigos, las pericias
se practican en el lugar; es decir existe inmediación con el espacio donde se
consuma el ilícito.
Los casos están referidos primordialmente a accidentes de tránsito
terrestre, marítimos (abordaje) contaminación transfronteriza y responsabilidad
por productos defectuosos, excluyéndose los cuasicontratos (gestión de negocios
ajenos y enriquecimiento sin causa) que debe ser tratado como fuente autónoma
de obligaciones.
Los Tratados de Montevideo, utilizan esta conexión, ya que siguen el
principio del paralelismo (art. 56 de ambos Tratados de Derecho Civil de
Montevideo 1889 y 1940) y fijan jurisdicción en las acciones personales ante los
jueces del lugar a cuya ley está sujeto el acto jurídico y, el art. 38 del Tratado de
1889 y el art. 43 del Tratado de 1940, ambos de Derecho Civil, disponen que las
obligaciones que nacen sin convención se rigen por la ley del lugar donde se
produjo el hecho lícito o ilícito de que proceden. En consecuencia los tratados
conceden competencia internacional a los jueces del lugar donde ocurre el acto
ilícito.
Idéntica solución, aunque flexibilizada con otras conexiones (domicilio del
demandado o del actor) es la prevista en el Protocolo de San Luís en materia de
responsabilidad civil emergente de accidente de tránsito entre los Estados partes

56
MENICOCCI, Alejandro A. Incidencia del Protocolo de Buenos Aires sobre jurisdicción en
materia contractual en la posibilidad de elección de la ley aplicable a los contratos en la órbita del
Mercosur, en LLLitoral, 2000-1037 y NOODT TAQUELA, María Blanca. Los acuerdos de
elección de foro en el Mercosur, JA, Nº 5982, p. 2.
57
UZAL, María Elsa. Soluciones jurisdiccionales en el ámbito internacional. Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación. Dirección: Elena I. Highton y Beatriz A. Areán, ob. cit., pp. 181/2.
28

del MERCOSUR [artículo 7]58 y el Convenio de Responsabilidad Civil


Emergente de Accidentes de Tránsito suscrito con la República Oriental del
Uruguay [artículo 7]59.
En accidentes marítimos, el artículo 13 del Tratado de Derecho Comercial
de Montevideo de 1889 y artículo 5 de 1940 referido a la Navegación Comercial
Internacional, fijan como competencia los tribunales del país del lugar del hecho,
cuando el abordaje, se produce en aguas jurisdiccionales de los Estados partes.
Cecilia Fresnedo de Aguirre, señala que el caso Bier vs. Mines de Optase d
´Alsace resuelto por Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE) en
materia de contaminación transfronteriza aplicó la fórmula locus delicti a los
efectos de determinar la jurisdicción internacional, pero en el sentido del lugar
donde el daño se produjo o donde se produjo el acontecimiento causal, a elección
del actor.
La conexión, de competencia con el lugar donde se comete el acto ilícito o
lugar del hecho o el lugar donde se experimenta el daño es el criterio aceptado en
el Derecho comparado referido a responsabilidad extracontractual.

58
Ley 25.407.
59
Ley 24.106.

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