Está en la página 1de 2

Interpretación de datos de lluvia

Para realizar una adecuada interpretación de los registros de precipitación se deben tener en
cuenta la lámina, la intensidad y la duración de la lluvia, con las cuales se construyen diagramas
como el hietograma que considera la distribución en el tiempo de la lluvia, o gráficos como la
curva de masa de lluvia, útiles en el diseño hidrológico.

Se entiende por lámina (L) el total de la lluvia caída en determinado tiempo (1 hora-24 horas-1
mes-1 año, etc.) En un punto (lluvia puntual) o sobre un área (lámina media). Se expresa en
milímetros (mm), así 1 mm de lámina sobre un área de 1 hectárea equivale a un volumen de agua
de 10 m3. Se define duración (D) como el período de tiempo durante el cual llueve; ésta tiene
importantes implicaciones en el diseño. Se entiende por intensidad la tasa de la precipitación
caída en un intervalo de tiempo (L/D) expresada generalmente en milímetros por hora (mm/hora).
Es un valor importante en el diseño hidrológico, por ejemplo una lluvia de intensidad de 60
mm/día tiene efectos y consecuencias muy diferentes a una de 60 mm/hora. La lluvia en función
de su intensidad, puede ser identificada como: suave (valores hasta 3 mm/h), moderada (mayor
de 3 y hasta 10 mm/h) y fuerte (mayor de 10 mm/h).

La precipitación media es la lámina media caída sobre un área dada. Es común en mediciones
puntuales asignar a cada punto un área de influencia donde se asume que llueve un valor igual al
medido. El hietograma es un gráfico de lámina o intensidad de lluvia en función del tiempo que
generalmente se aplica, en diseño hidrológico, a tormentas individuales. En la figura, se muestra el
hietograma de una tormenta histórica del 12 de febrero de 1990 registrada en la red telemétrica
del INA-CRA, en Mendoza (Argentina). En las ordenadas la lámina de lluvia para cada intervalo de 5
minutos y en las abscisas el tiempo en intervalos de 5 minutos. La curva de masa de la lluvia es un
gráfico de lámina de lluvia acumulada durante determinado tiempo.
FUENTES DE LOS DIFERENTES TIPOS DE ESCORRENTIA

Una vez que la precipitación alcanza la superficie del suelo, se infiltra hasta que las capas
superiores del mismo se saturan. Posteriormente, se comienzan a llenar las depresiones del
terreno y, al mismo tiempo, el agua comienza a escurrir sobre su superficie. Este escurrimiento,
llamado flujo en la superficie del terreno, se produce mientras el agua no llegue a cauces bien
definidos (es decir, que no desaparecen entre dos tormentas sucesivas). En su trayectoria hacia la
corriente más próxima, el agua que fluye sobre el terreno se sigue infiltrando, e incluso se evapora
en pequeñas cantidades. Una vez que llega a un cauce bien definido se convierte en escurrimiento
en corrientes. El flujo sobre el terreno, junto con el escurrimiento en corrientes, forma el
escurrimiento superficial. Una parte del agua de precipitación que se infiltra escurre cerca de la
superficie del suelo y más o menos paralelamente a él. A esta parte del escurrimiento se le llama
escurrimiento subsuperficial; la otra parte, que se infiltra hasta niveles inferiores al freático, se
denomina escurrimiento subterráneo.

Al realizar el balance hídrico de una cuenca, es frecuente disponer de datos de precipitaciones y


de escorrentía (aforos). La diferencia P - Escorrentía total se denomina “déficit de escorrentía”
queriendo decir simplemente “la precipitación que no ha generado escorrentía”. Si trata de una
cuenca hidrogeológicamente cerrada, y el balance lo estamos realizando para una serie de años
(preferiblemente más de 20 años), sabemos que el déficit de escorrentía solo puede ser debido a
la ET (Evapotranspiración); por lo tanto, en estas circunstancias serian conceptos equivalentes.

También podría gustarte