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Universidad Bicentenaria de Aragua, extensión El Vigía Estado Bolivariano de Mérida.

Maestría en Derecho Penal y Criminología


Unidad Curricular: Administración de Justicia – Argimiro Carrero
“Equidad en la administración de Justicia en Venezuela, Vista a Partir de los Cambios contenidos en el Código Orgánico Procesal
Penal 2012”. Trabajo inspirado en la filosofía Socrática del Magistrado Federico Sebastián Fuenmayor Gallo

“Equidad en la administración de Justicia en Venezuela, Vista a Partir de los Cambios


contenidos en el Código Orgánico Procesal Penal 2012”.

“Vieja amiga oscuridad, otra vez quisiera hablar…porque una visión arrastrándose suavemente dejó sus semillas mientras estaba
durmiendo,… cuando mis ojos fueron apuñalados por el flash de la luz de neón, que resquebraja la noche y acaricia los sonidos del
silencio… Y en la luz desnuda vi diez mil personas, quizás más; gente hablando sin poder hablar, gente oyendo sin poder oir…
'Tontos,' dije, 'no saben que el silencio es como el crecimiento de un cáncer. Escuchen mis palabras que podría enseñarles, tomen
mis brazos que podrían alcanzarlos.
Pero mis palabras como silenciosas gotas de lluvia cayeron, e hicieron eco en los pozos del silencio.”

Los Sonidos del Silencio – Simon & Garfunkel

A modo de introducción
Se planteó en la oportunidad de la entrada en vigencia del nuevo Código
Orgánico Procesal Penal (Copp) que, éste implicaría una transformación radical de
nuestro proceso penal y lo nivelaría con las tendencias procesales modernas y con los
principios del Estado de Derecho, de acuerdo a lo expresado por Rogelio Pérez
Perdomo (1998). Sin embargo, en la práctica jurídica del presente existe una alta
preocupación sobre la posibilidad real de que el Sistema de Administración de Justicia
haya podido adaptarse fácilmente al nuevo código. En ésta presunción se retoma la
filosofía Socrática del Magistrado Federico S. Fuenmayor Gallo, en la idea del
pensamiento complejo –en nuestro caso no abarca tal complejidad-, pero sí se
circunscribe con palabras del autor citado -“con el cometido de brindar una visión… del
tema planteado y el mayor espacio posible a la autonomía del pensamiento y a la crítica
constructiva, de abrir nuevos frentes de análisis y, más allá, de estimular la aplicación
de un método que le aporte mayor eficacia al Derecho en sus múltiples dimensiones,
que le permita ganar terreno frente a la avasallante realidad del resto de fenómenos
sociales que ordinaria y, hasta cierto punto inexorablemente, andan a velocidades muy
superiores a las que lleva la legislación, la jurisprudencia y la doctrina, circunstancia que
lo aproximaría al logro cada vez más vigoroso de sus fines.”- en la búsqueda de
plantear interrogantes al lector para intentar conseguir las fortalezas que puedan
subsanar las debilidades que en la actualidad presenta el Copp en su aspecto referido a
la equidad de justicia.

Descriptores: Equidad, administración de justicia, Código Orgánico Procesal Penal


Importancia de las preguntas como fuente del pensamiento y del conocimiento

Al respecto Federico Fuenmayor en su “Aproximación al análisis de la Ley


Contra el Secuestro y la Extorsión” (pág. 6. 2018) refiere: “En ocasiones,
dependiendo de la disposición de lo subjetivo, las interrogantes conllevan posibles
respuestas pero también dudas (las mismas o diversas) y, consiguientemente, otras
preguntas enlazadas con nuevas incertidumbres, repitiéndose constantemente ese ciclo
hasta que se resuelve desacelerar o detener la vertiginosa expedición a esa cadena
infinita de incógnitas reveladoras de pensamiento, que permiten generar conocimiento
e, incluso, desde cierta perspectiva, que lo advierten por sí mismas de acuerdo a su
contenido, ubicación y otras tantas circunstancias que le pueden aportar esa valiosa
fuerza creadora” . Y es precisamente la humilde intención de éste ensayo, el provocar
en el lector las posibles respuestas de esa fuerza creadora yacente en la mente de
cada ser.

Apuntes contradictorios contenidos en la exposición de motivos del Copp de


1998, respecto del actual de 2012.

Rogelio Pérez P. (1998) refiere que “El Informe de la Comisión Legislativa de


setiembre de 1997 –respecto del Copp. De 1998- señala que no se copió "ninguno de
los códigos, ordenanzas y leyes procesales de otros países" (lo cual era una práctica
común en el pasado) y que "numerosos fueron los estudios y las jornadas de reflexión
realizadas por la Comisión Legislativa" (pág. 23). El Presidente de la Comisión
Legislativa expresó que se hicieron cálculos y estudios de planificación (Conferencia de
L.E. Oberto, IESA 15-04-98), pero al parecer no quedó testimonio escrito de esos
trabajos. Al menos no he podido identificar y localizar los estudios a los cuales hace
referencia la Comisión, por lo cual no puedo referirme a ellos, pero, es apropiado
suponer que han usado la bibliografía y datos existentes…”

De lo expresado por el autor citado, se encuentra razonable que no haya podido


identificar y localizar testimonios de los estudios referidos por la Comisión, esto en
virtud que, en uno de los párrafos de la exposición de motivos contenida en la reforma
del Copp. de 2012, contiene la afirmación siguiente:
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Unidad Curricular: Administración de Justicia – Argimiro Carrero
“Equidad en la administración de Justicia en Venezuela, Vista a Partir de los Cambios contenidos en el Código Orgánico Procesal
Penal 2012”. Trabajo inspirado en la filosofía Socrática del Magistrado Federico Sebastián Fuenmayor Gallo

“Ahora bien, lo más grave no es la preconstitucionalidad del Código, sino que los
redactores elaboraron unas normas divorciadas absolutamente de la realidad
venezolana, para ofrecer como resultado una copia del sistema alemán, que
incorporó a nuestro sistema una figura como el escabinado, ajena totalmente a
nuestras costumbres…omissis…

Y he aquí la contradicción señalada:

“…omissis…Los proyectistas del Copp de 1999 estudiaron y copiaron el


sistema anglosajón, siendo que el jurado escabinado se da en Francia, Italia,
Alemania, Suiza, Portugal, en años de tradición jurídica donde la costumbre ha
sido fuente de su ley, atendiendo a sus realidades, pero olvidaron u obviaron los
proyectistas, lo más importante, estudiar a fondo la realidad venezolana para
aplicar normas de procedimiento penal cónsonas con nuestra idiosincrasia”

Los Propósitos del Legislador.

Antes debo explicitar los propósitos de los proyectistas del Copp y dentro de
estos fijar la equidad de justicia como motivo de la presente propuesta, planteando las
interrogantes que más nos acerquen a la posibilidad de ilustrarnos en la espera del
logro de tan anhelado propósito.

Los proyectistas son explícitos en cuanto a propósitos, señalan que se propone


ofrecer: primero, "una justicia rápida", segundo, "dictada con sentido de equidad",
tercero, que contribuya "al combate de la delincuencia", y cuarto "al logro de la
seguridad jurídica" (Informe, pág. 22). Y es precisamente el segundo propósito, el
objeto que busca aflorar el desencadenamiento de las preguntas y respuestas que
nazcan de ésta lectura.

Respecto de la “justicia dictada con sentido de equidad” Rogelio Pérez (1998)


opina que “El tema de la equidad es más ambiguo. Puede referirse a la moderación de
la aplicación estricta o rigurosa de la ley, que es el sentido tradicional de equidad desde
la formulación aristotélica. Es el sentido técnico en derecho y en la filosofía del derecho.
Puede referirse igualmente a una justicia material: sabemos que en Venezuela existe
una justicia para los ricos y una muy diferente para los pobres y esto no es aceptable en
una época en que creemos en la igualdad como valor. Este sentido de equidad como
igualdad es frecuente en la literatura económica y en el lenguaje común en uso. Mi
impresión es que los proyectistas usan la expresión en el primer sentido y que se
espera una justicia menos legalista. Si el nuevo código puede producir una justicia
penal menos sensible a las desigualdades sociales es menos obvio del texto del mismo,
pero podemos conservar el tópico como problema que se ha de analizar.”

Dando sentido constitucional a la voz “equidad”, recordemos lo plasmado en la


exposición de motivos del Copp en ocasión de la reforma contenida en Gaceta Oficial
N° 6.078, Extraordinaria, de fecha 15 de Junio de 2012:

Estado de Derecho y de Justicia

“La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Consagra: “Venezuela


se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia,…”

De acuerdo a la Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal supremo de


justicia, el Estado Social de Derecho es aquél “…que persigue la armonía entre
las clases, evitando que la clase dominante, por tener el poder económico, político
o cultural. Abuse y subyugue a otras clases o grupos sociales, impidiéndoles el
desarrollo y sometiéndolas a la pobreza y a la ignorancia; a la categoría de
explotados naturales y sin posibilidad de redimir su situación. A juicio de ésta
Sala, El Estado Social debe tutelar a personas o grupos que en relación con otros
se encuentran en estado de debilidad o minusvalía jurídica, a pesar del principio
del Estado de Derecho Liberal de la Igualdad ante la ley, el cual en la práctica no
resuelve nada, ya que situaciones desiguales no pueden tratarse con soluciones
iguales…El Estado está obligado a proteger a los débiles, a tutelar sus intereses
amparados por la Constitución, sobre todo a través de los Tribunales y frente a los
fuertes, tiene el deber de vigilar que su libertad no sea una carga para todos…”

…omissis…”Como consecuencia de lo anterior, en el Estado de Derecho se


ejerce sin excepción alguna un poder limitado, circunscrito por la las leyes, lo cual
determina la seguridad jurídica. Que supone, que los ciudadanos sepan que los
actos, derechos y delitos estén previstos de antemano y, por otro lado, se asegura
un mínimo de estabilidad en las reglas del juego, y así se protegen los derechos
de los individuos, no obstante, en la aplicación sólo del Estado de Derecho, es
frecuente la frase: “es injusto, pero es la ley”. De acuerdo a la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, cualquier situación debe ser tanto legal,
como justa, y en todo caso debe prevalecer la justicia, en atención a lo
contemplado en el artículo 2 constitucional”
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Unidad Curricular: Administración de Justicia – Argimiro Carrero
“Equidad en la administración de Justicia en Venezuela, Vista a Partir de los Cambios contenidos en el Código Orgánico Procesal
Penal 2012”. Trabajo inspirado en la filosofía Socrática del Magistrado Federico Sebastián Fuenmayor Gallo

De acuerdo a lo contenido en el párrafo que antecede, los proyectistas tenían


claro que la aplicación de la tan anhelada “justicia” en el ámbito del Copp ha acusado
su ausencia y ésta sugerencia académica, está basada en la afirmación contenida en la
exposición de motivos del párrafo que sigue:

“Vale mencionar que el Estado de justicia, al que nos referimos, involucra a una
verdadera justicia posible y realizable bajo la premisa de los derechos de la
persona como valor supremo del ordenamiento jurídico, aspecto que obliga a las
instituciones y a sus funcionarios, no sólo a respetar efectivamente tales
derechos, sino a procurar y concretar en términos materiales la referida justicia”

Surge entonces la primera interrogante ¿Qué grado de percepción en la


actualidad, tiene la población en general y quienes formamos parte del poder judicial,
respecto del respeto en forma efectiva de los derechos de la persona como valor
supremo en procura de alcanzar la verdadera justicia?

Elementos que inciden en la equidad de justicia

Estudios antiguos como el de Van Groningen, (1980), -citado por Rogelio


Pérez- que por su antigüedad lo hace inservible en el presente, pero que contiene
algunos elementos que aportan pistas para nuestra propuesta, refieren en particular que
la clase social del reo hacía una diferencia importante. En casos de reos de clase alta
los juicios podían andar muy rápidamente o con mucha lentitud, mientras que en casos
de reos de clase baja, el funcionamiento de la justicia era más rutinario y uniformemente
lento. González Amado (1980) sobre Colombia en el estudio de una muestra de juicios,
estudio la historia de los procesos y encontró que mientras mayores son los ingresos
del reo es más probable que el proceso termine en etapas tempranas y no llegue al
estado de sentencia. Los abogados litigantes que siguen la realidad actual de
Venezuela de acuerdo a sus experiencias sobre el funcionamiento del proceso, refieren
que consideran similar la situación del proceso penal venezolano. Aquí encontramos el
elemento de la duración del proceso entremezclado con el de la equidad, en la segunda
acepción que hemos mencionado.
Respecto de la administración de justicia penal, puede formularse entonces la
interrogante siguiente: ¿La administración de justicia penal tiende a ser lenta y que esa
lentitud es especialmente visible cuando el reo carece de recursos para acelerar el
proceso?

Hago una salvedad teniendo en cuenta que la lentitud no puede suponerse


general. Existe la incidencia de otras variables importantes como la calidad de la
defensa, la diligencia de los jueces, entre otros.

Puede hablarse de justicia negociada y equidad?

La literatura muestra que la justicia negociada cuenta con el favor de los jueces,
los fiscales y los abogados que intervienen como defensores. Las razones son obvias:
los liberan de tener que sentarse por horas a oír declaraciones de testigos y expertos,
examinar documentos y otras pruebas y comprometerse en preguntas, objeciones y
todos los incidentes del juicio. Por ello fiscales y defensores tienden a llegar
rápidamente a una negociación, especialmente cuando el cliente no es rico. Los jueces
tienden a sentirse felices cuando notan tal acuerdo para hacer muchas objeciones o
preguntas. Las investigaciones que se han hecho con los procesados como sujetos
muestran la otra cara: los procesados sienten que han tenido que declararse culpables
de delitos que creen no han cometido o en los cuales no creen que tienen una
responsabilidad importante. La imagen que tienen del sistema es la de una verdadera
maquinaria que aplasta a la persona pequeña.

Rogelio Pérez (1998) refiere que “esto ha dado lugar a polémicas y conflictos.
Cuando Baldwin y McConville concluyeron el informe que fue publicado luego como
Negotiated justice (1977), y se puso de manifiesto la presión que recibían los
procesados para admitir los hechos y lo infelices que se sentían luego por haber
confesado delitos que no habían cometido, hubo una verdadera batalla. La
investigación había sido financiada por el Home Office y muy pronto el Ministro recibió
una carta del Presidente del Colegio de Abogados de Birmigham para que impidiera la
publicación. El Ministro envió la carta a las autoridades académicas, quienes decidieron
que era un libro riguroso e importante que debía publicarse. El Vice-Chancellor escribió
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el prólogo. La polémica posterior fue tan grande que los autores demandaron por
difamación a la directiva del colegio de abogados y ¡ganaron el pleito! (Baldwin y
McConville, 1979). “

La situación de indefensión de determinados procesados no nos sorprende. En


una obra colectiva (Pérez Perdomo, 1987), encontraron que los procesados de bajos
ingresos defendidos por defensores públicos se sentían indefensos y encontraron
motivos para tal percepción. Es superfluo decir que los procesados adinerados no
sienten una gran presión para admitir los hechos y, cuando los admiten, es porque
logran una negociación que consideran favorable.

Tenemos una sociedad enormemente desigualitaria y el aparato penal seguirá


escogiendo a las personas de bajos ingresos como sus clientes principales. En
Venezuela la policía está bien entrenada para concentrar su acción en los sospechosos
habituales y el porte de cara ilícita seguirá siendo el motivo más frecuente para ser
detenido, investigado y, eventualmente, procesado. Pero fiscales y defensores no se
sentirán demasiado felices con esta clientela y probablemente tratarán de disponer de
ella rápidamente. La presión para que se declaren culpables será muy fuerte. ¿Sigue
siendo fuerte?

El autor arriba citado opina que “…los casos en los cuales los procesados se
declararán culpables superarán en mucho los que irán a juicio, pero dada la
incertidumbre de nuestros datos es difícil traducir esto en cifras. Pero este aspecto
funcional tiene costos importantes. No hay que ser muy sagaz para adelantar que los
procesados que se declaren culpables creyéndose inocentes o que resulten
condenados no se sentirán muy contentos con el nuevo procedimiento. Sin embargo, el
efecto en la población general puede ser crítico. Puedo imaginar ya los casos en los
cuales personas que han cometido un crimen que la comunidad rechaza con intensidad,
termine castigado con una pena que se considera muy ligera pues negoció el
declararse culpable. O que una persona que se declaró culpable de algún delito y le
tocó una condena suspendida cometa un crimen odioso.
A modo de conclusión

La intención de la presente propuesta es incentivar ideas que nos lleven a


acercarnos a la posibilidad de que podemos esperar mejoras en el actual proceso penal
respecto de la equidad en la justicia penal y, plantear el problema de las acciones que
se habrán de tomar para convertir en realidad los principios y valores que están tras la
aplicación del actual Código Orgánico Procesal Penal. En apariencia se ha demostrado
que la investigación social del derecho puede hacer una contribución para que las
reformas legislativas sean más eficaces y que la ausencia de tal investigación en la
planificación legislativa puede ocasionar enormes dificultades institucionales que
pueden frustrar los objetivos que se persiguen.

Estoy consciente de que la realidad no se cambia por decreto y que nada


garantiza que el sistema de administración de justicia pueda adaptarse fácilmente a las
exigencias que demanda la sociedad en la actualidad, ya lo dijo Federico Fuenmayor:
“…y, más allá, de estimular la aplicación de un método que le aporte mayor eficacia al
Derecho en sus múltiples dimensiones, que le permita ganar terreno frente a la
avasallante realidad del resto de fenómenos sociales que ordinaria y, hasta cierto punto
inexorablemente, andan a velocidades muy superiores a las que lleva la legislación, la
jurisprudencia y la doctrina, circunstancia que lo aproximaría al logro cada vez más
vigoroso de sus fines.”-. Justamente por ello estoy personalmente preocupado; la
percepción que pueda tener la opinión pública respecto de un mal funcionamiento del
proceso penal, puede desacreditar principios que son muy importantes para la
convivencia y crear una crisis mayor del sistema institucional. No es pequeño lo que
está en juego.
Universidad Bicentenaria de Aragua, extensión El Vigía Estado Bolivariano de Mérida. Maestría en Derecho Penal y Criminología
Unidad Curricular: Administración de Justicia – Argimiro Carrero
“Equidad en la administración de Justicia en Venezuela, Vista a Partir de los Cambios contenidos en el Código Orgánico Procesal
Penal 2012”. Trabajo inspirado en la filosofía Socrática del Magistrado Federico Sebastián Fuenmayor Gallo

BIBLIOGRAFÍA

 Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Gaceta Oficial N° 5.453 del


24 de Marzo de 2000. Gaceta Oficial N° 5.908 del 19 de Febrero de 2009 (Enmienda
N° 1)

 Código Orgánico Procesal Penal. Gaceta Oficial N° 5.208 de fecha 23 de Enero de


1998.

 Código Orgánico Procesal Penal. Gaceta Oficial N° 6.078 Extraordinaria, de fecha


15 de Junio de 2012.

 Rogelio Pérez Perdomo, “El Código Orgánico procesal Penal y el


Funcionamiento de la Administración de Justicia”, Capítulo Criminológico,
Volumen 26 N° 1 (1998). Universidad del Zulia. Maracaibo – Venezuela

 FUENMAYOR GALLO, Federico S. (2018). “Aproximación al análisis de la Ley


Contra el Secuestro y la extorsión”. Editorial Académica Española. Mérida –
Venezuela.

 BALDWIN John y M. Mc Conville 1977 Negotiated justice: Pressures to plead guilty.


Martin Robertson. London. 1979 "Plea bargaining and plea negotiation in England"
Law and society review. Vol 13, No. 2.

 BOZA María E. y R. Pérez Perdomo (compiladores). 1995. Seguridad jurídica y


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 GONZÁLEZ Amado, Iván. 1984. "Nivel social y proceso penal". Derecho penal y
criminología, No. 22. El Código Orgánico Procesal Penal y el funcionamiento de la
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 PÉREZ PERDOMO Rogelio. 1987. Justicia y pobreza en Venezuela. Monte Ávila.


Caracas.

 VAN GRONINGEN Karin. 1980. Desigualdad social y aplicación de la ley penal.


Editorial Jurídica Venezolana. Caracas. WALKER Samuel. 1989.

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