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Introducción
Par tiendo de la noción de representación social intentaremos presentar Antes que nada surge un núcleo central donde se cristli.za un fantasma pri-
l as l íneas principales de esta teoría . Pero antes, algunos ejemplos para ilus- mogenio, la cuna, las raíces de la ciudad: todo lo positivo se cncetra en
t ra r l a variedad de los fenómenos con que se relaciona. los barrios del nacimiento de la urbe. Luego, una corona,, h?y ineistente,
el «mur des Fermiers généraux», demolido en 1859. Este ultimo de1a en }ª
memoria colectiva la huella de un ordenamiento social, realizado por el ?aron
A. De los fenómenos representativos a la noción Haussmann, que implicó el desplazamiento de las capas populares hcia l?s
de representación social límites de la perif eria, estableciendo una segreación humaa y residencial
que aún está muy presente en las imágenes socale del an: _actual. a _es-
- En una situación experimental (J. C. Abric, 1971), varios grupos de tructuración urbana reposa sobre una base imaginaria y simbohca que. inc?e
sujetos deben llevar a cabo dos tipos de tareas , precisando cada una de ellas sobre la manera con que los parisinos viven su ciudad. Esta ?rgamzac10n
una diferente estructura de 2omumcación :latarea de resolución de proble- del espacio mediante su historia organia la pecepción de los if erentes ba-
ma reclama un ajerárquica y la tarea de creatividad exige una rrios en una representación socio-espacial ampliamente compartida.
estructura no jerárquica. En la. experiencia que nos interesa, el simple hecho Es hacia el norte y el este que serán rechazados los pobres y, sobre todo,
de que el experimentador haga intervenir una definición de la tarea que sea los inmigrantes de todo tipo. No se carece de imaginación pra _ponerles
o no congruente con su naturaleza ( en este caso, provoca la idea de que la nombres despectivos. Así vemos aparecer una nueva clase de nmigrantes:
tarea consiste en resolver un problema, cuando realmente se trata de una los «Porto-crouilles». Un neologismo espontáneo que crea una imagen, qe
prueba de crea tividad y viceversa ), basta pa ra afectar el nivel de rendimiento por sí solo resume toda la evolución de la inmigración y englo e el is-
de los grupos y para implicar diferentes procedimientos cognitivos y diversas mo desprecio a toda la mano de ora extranj ra'. Esta r uccin i?entifica
comunicaciones. '\{Los sujetos comprenden e interpretan de manera diferente a los portugueses (designados a partir de un termino genenco, inspirado en
la situación en que se encuentran y no se comportan de manera similar ante el nombre de un producto conocido, emblema de Portugal: el Porto-Cruz),
un procedimiento que se mantiene idéntico . Su rendimiento es mayor cuando y a los árabes ( que en argot también son denominados «crouillas»; record_emos
su representación concuerda con el ejercicio que deben realizar y menor al célebre héroe de Queneau «Crouilla-bey-sidi-mouilleminche» de Pierrot
cuando no concuerda con él; los sujetos se organizan según su representa- man ami ). Esta categorización de los portugueses indica que sustitu_Yen a los
ción : de forma jerárquica cuando la tarea de creatividad es vista como reso- árabes en un cierto status social, y que se asimila a ambos en un mism gru-
l ución de problema y de forma no jerárquica cuando la tarea de resolución po. Representación social que condensa en una imagen cosificante historia, re-
ele problema es vista como tarea de creatividad . Por último, ante una tarea de laciones sociales y prejuicios.
creatividad presentada como resolución de problema, hacen intervenir pro-
rcsos cognitivos adaptados a este tipo de prueba: mayor control de la produc- _ Marzo de 1983. El gobierno anuncia medidas de rigor económi_co.
ción y menor riqueza cuantitativamente y menor originalidad cualitativa- Una de ellas moviliza especialmente la atención del públic;o: la instauración
111 n te. de un carnet de cambio de divisas y la limitación del dinero que puede tran:-
La re resentación que elabora un grupo sobre lo que debe llevar a cabo, f erirse al extranjero para las vacaciones. La opinión se divide. Aparcen di-
t!dl nc objetiv os y proce lffiientos e ificoJ> rª-s2::s_mieil!bros ._Aquí de1!:_ versas posiciones en el discurso público. Entr otras, alun? denuncian qe
h1 i mos 1 ur1a primera forma derepresentación _sgci_al..;_ la elaboración _por parte la medida constituye un atentado contra las libertades individuales, mene!?·
ele u na colectividd ajQ !Pduc_ciónsocjal,=-de upa soncepción deJa_J:ara nando a este propósito el aislamiento de los países del Este, el mon?pol10
110 toma en consideración la realidad de su estructura funcional. Esta repre- de la agencia soviética «lntourist», etc. Otros se cogratulan de la reacci6n d ·
t ·111 nción incide directamente sobre el comporta.miento social :iJ_a_grgaQiz_aci&i los franceses que denotaría un cambio de mentalidad: ahora se preocu p11 1
1 h • I ¡ni po y llega a modificar el propio funcionamien_t Q_ c2gnjliYo. menos del «tener» que del «ser», ya que han demostrado_ s_e menos sc11 1
bles a los nuevos impuestos que a la restricción de las posibilidad es d • <:111 t
l n una encuesta sobre la imagen de París (S. Milgram, D. Jodelet, quecimiento que ofrecen las vacaciones en el extranjero. Más descoso d
l '1711) , l :is valuaciones de los barrios ( «arrondissements» ) desde un,,-punto consumir ocio que de acumular capital, los franceses han optad? por 111 1 1 11
di \ 1 111 de preferencia, conocimiento, elección o rechazo residencial, del cidad presente, cosa que vale más que una promesa de herenrn p111 ,1 1 t • ¡,
i1 11 1 .11 .i1 1 iv iclad y población que se observa en ellos, ponen de manifiesto sus hijos en el futuro. También aquí encontramos rresentac101tt· 111 t ,d
1111 1 1!1, 1 11111 del espacio u rbano entre un núcleo y un cinturón históricos.
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un mismo hecho es situado y analizado dentro de dos marcos dt• 1t l 1 1 1 11 t 1 1
P 11 11111' 1 11 0 y vida social 13. La representación social: fenómenos, concepto y teoría 1 473
1 11 11 1 li 11l 1dos a una prcdón..ideológica . El em.eleo de una contextuali- textos sociales o históricos, de datos recopilados mediante procedimientos
1 1• ·11 111 1 1111t •I de tipo político o sociológico cambia el significado y Ia _ gra- codificados al análisis de los discursos institucionales o espontáneos, vemos
il 111 q111 ·· presta a la medida en cuestión y produ ce dif erentes reacciones. perfectamente que siempre se trata de lo mismo. A saber: una manera de
p1 t 111 .1l iones que transmit.g¡Í_ n los medios de comunicacíón soCia int retar ens uestra realidad cotidiana, una forma de conocimiento
111 I" 1.1 respuesta del público según sus expectativas y deseos. social. Y correlativamen te, la activi a mental desplegada por individuos y
grupos a fin de fijar su posición en relación con situaciones, acontecimientos,
Un artículo del I nternational H erald T ribune comentaba en 1979 la objetos y comunicaciones que les conciernen. Lo social interviene ahí de va-
, ¡ ·1 1 i<1n <le la Sociedad Americana de Psiquia tría de sustituir los términos ane.ras: a través del contexto concreto en que se sitúan lo ividu"Os
,k <tleu rosis» y « neurótico» por la designación de «desórdenes» específicos. y los grupos; a trav.Ld comunicación que se establece entre ellos; a tra-
1 >;1ra el periodista, el abandono de estos términos por parte de la comunidad vés <lelos marcos de aprehensión que proporciona su baga je cultural; a través
< kntífica repercutirá en el empleo corriente y, así, es la posición de cada áelos códigos, valores e ideologías relacionados con las posiciones y perte-
u no respecto a las personas que son calificadas de « neuróticas» la que es nencias sociales específicas.
cuestionada. Por sus implicaciones, esta categoría representa, cuando es em- Así -pues, lay.ación de representación social nos_sitúa en _cl ]2pnto donde
pleada , una actitud de excusa, un acto de comprensión , un deseo de aj us- sejm.ersectan lo psicoló gko y _ lo social.i Antes que nada concierne a la ma-
tarse a aquellas personas que no dominan completamente lo que les sucede. nera cómo nosotros, sujetos sociales, aprehendemos los acontecimientos de
Y el periodista añade: decir que alguien tiene un «desorden» equivale a la la vida diaria , las características de nuestro medio ambiente, las informaciones
misma actitud que adoptamos al descubrir una avería en nuestro automóv il ; que en él circulan, a las personas de nuestro entorno próximo o lejano. En
ya no se trata de una excusa ni de compasión, sino de una exigencia de re- pocas palabras, el conocimiento «espontáneo», «ingenuo» que tanto interesa
paración a fin de reducir el desorden y adaptar socialmente al pacien te. Cues- en la actualidad a las ciencias sociales, ese que habitualmente se denomina
tión que no carece de consecuencias para la propia estima. La sociedad concede conocimiento de sentido común, o bien p ensamiento natural, por oposición
al neurótico un lugar honorable y, en ocasiones, deseable entre el psicótico al pensamiento científico. Este conocimiento se constituye a partir de nues-
y el hombre normal, pero no reserva ese mismo sitio para aquellos que sufren tras experiencias , pero también de las informaciones , conocimientos, y mo-
de «desórdenes» debidamente especif icados. delos de pensamiento que recibimos y transmitimos a través de la tradición,
El hombre de la calle utiliza una palabra de diccionario ara clasificar la educación y la comunicación social. De este modo, este conocimiento es,
a losindivido Esta palabra 1 g_ue onlíeva. en eiliifüjá t en te ;n a
teoría s:?- en muchos aspectos , un conocimiento socialmente elaborado y compartido .
bre su naturalezayla de sus actos, se convierte en par te integrante de nues- Bajo sus múltiples aspectos intenta dominar esencialmente nuestro entorno,
t ra cultura. Representación social queesta pal:ilira, 1m por tada del conocimien- comprender y explicar los hechos e ideas que pueblan nuestro universo de
to erudito inyecta en ellenguaJe coiidiar:ionasta conver tirse en categoría vida o que surgen en él, actuar sobre y con otras personas, situarnos respecto
del sentid; común, en instrumen to para comprender al o_gg_, pata sabe r cómo . a ellas, responder a las preguntas que nos plantea el mundo, saber lo que
rnnducirnos ante él e incluso para asigna rfe un lugar en la sociedad .
) ) - significan los descubrimientos de la ciencia y el devenir histórico para la con-
ducta de nuestra vida , etc. En otros términos, se trata de un conocimiento
práctico. Al dar sentido, dentro de un incesante movimiento social, a acon-
/ e noción de r epresen tación social tecimientos y actos que terminan por sernos habituales , este conocim iento
forj a las evidencias de nuestra realidad consensual, participa en la construc-
En tanto que f enómenos, l es sociaks §e pr§entan hajo ción social de nuestra realidad, para emplear una expresión de quienes lo
f m mas variadas, más o menos complejas. Imágenes q_ue condensan _un-co.n- han elevado a la dignidad de objeto de una nueva sociología del conocimi ·n
j1111 t o de significados; sistemas de referencia que nos permiten inter_pre tar_lo to ( P. L. Berger y T. Luckman , 1966).
q11c nos sucede, ;incluso, dar un sentido a lo inesperado; categorías que sir- En 1961, S. Moscovici considera que este mismo conocimient o const i11 1 y1
vt·11 p:t rn clasificar las circunstancias, los f enómenos y a los individyq§_ con el eje central de una psicología del conocimiento. Producción men ta l sornd ,
q11 Í¡·1 ws t rnemos algo que ver; teorías que permiten establecer hechos spbre como la ciencia , el mito , la religión y la ideología, se distingue de e l l os, 1111
el lo . Y a menudo, cuando se les comprende dentro de la realidad concreta obstante, por sus modos de elaboración y funcionamient o en socird ntlt• 1 1
1 l1 111 11•s 1 r;t vida social, las representaciones sociales son todo ello j unto. racterizadas , como la nuestra , por el pluralismo de las doct ri nas y L1 1d1 1 ,
1 ,, 1 n t'll los ejemplos que hemos citado, pasando del laboratorio a con- el aislamiento y el esoterismo de la ciencia , la movilidad soci al , ·1 r !--11 I' 1
1.). Lé1 rt:¡.J ít::St:l l lé1(.;1Url :SU(.;1'11 : Tt:llUlllt:llU :S, (.;011(.;t:¡.JlU y Ieoria 1 'I10
'1'/'1 1 Pensamiento y vida social
t al le otra cosa· persona, objeto, aconim iento ma terial o psíquico, idea , se imprime e integra mecánicamente en el espíritu. No es la r 'J ll rn l 111 1 11111
LcéLera. pasiva de un exterior en un interior, concebidos como radicalmc11t l' d1 1 1 11
.. n todos estos casos, en la representación tenemos el contenido mental tos. Como podrían hacer pensar ciertos empleos de la noción de imngt·11 q 11
concreto. ch UQ_a_Cj;Q <l:e ensaffiiue l:_estiti:re simbólicamente algo ausen la asocian a la idea de «copia conforme», especie de «sensación mc11111 l .,
t , que aproxima algo le.jano. Particularidad importante que garantiza ala «átomo cognitivo» . Los estudios sobre las representaciones sociales empl ·1111
r ·pr sentación su aptitud para fusionar perce pto y concep to y su carácter d e el término imagen en un sentido totalmente diferente, ya sea como «fig1.1 r11> ,
imagen. «conjunto figurativo», es decir, constelación de rasgos de carácter concrew,
Las metáforas teatral y política permiten avanzar en la comprensión del o bien en sus acepciones que hacen entrar en juego la intervención e ¡ i
concepto, pues señalan aspectos fundamentales de la representación social: ficante de lo imaginario, individual o social, o de la imaginación. Además,
sus aspectos de significado, de creatividad, de autonomía . La representación en sus corrientes más recientes, la psicología cognitiva ha tenido que rcfl •
teatral permite que un público vea actos y escuche palabras que hacen pre- xionar sobre las distinciones que existen entre imagen y represent ación , y
sente algo invisible: el destino, la muerte, el amor, la incomunicabilidad ; etc. considerar a la imagen como una de las especies del género representación ,
En la representación política, el elegido, el delegado, sustituye ante ciertas junto a las representaciones de lenguaje y de relaciones ( M. Denis , 1979 ).
instancias a quienes lo han designado ( el electorado , la base, etc. ). Habla en 3 / El propio concepto de representación social fue introducid o en psi-
su nombre, actúa en su lugar, decide por ellos. A través de ello se autono- cología social debido a las insuficiencias de los modelos clásicos, y en pa r ti -
miza de quienes representa y dispone de un poder creativo . cular del modelo conductista, a fin de explicar nuestras interacciones signi-
La representación mental, social, conlleva igualmente este carácter signi- ficativas con el mundo (J. J. Franks , 1974 ). En su crítica de las nociones
ficante. No solamente restituye de modo simbólico algo ausente, sino que de imagen , opinión y actitud , S. Moscovici (1969 ) explica el fracaso de toda
puede sustituir lo que está presente , como indica nuestro primer ejemplo. una tradición de investigación que pretendía predecir o cambiar los compor-
Siempre significa algo para alguien ( para uno mismo o para otra person a ) tamientos, mediante el hecho de que la relación entre el sujeto y el objeto
y hace que aparezca algo de l
quien la formula , su parte de interpretación, se reducía a una relación entre un estímulo y una respuesta, y se introducía
como en el caso del actor. Debido a ello , no es simple reproducción , sino una división entre el universo exterior y el universo interior. Ahora bien ,
construcción y conlleva en la comunicación una parte de autonomía y de según él, «el sujeto y el objeto no son congénitamente distintos» y « repre-
creación individual o colectiva. Con las siguientes consecuencias: sentarse algo es darse, conjunta e indiferenciadamente, el estímulo y la res-
puesta» . «Este fenómeno es una característica de la interacción del sujeto y
1 / El aspecto de imagen, figurativo de la representación es inseparable del objeto, que se enfrentan modificándose mutuamente sin cesan>, como
de su aspecto significante: la estructura de cada representación, dice S. Mos- dice Piaget (1968).
covici, «aparece desdoblada, tiene dos caras tan poco disociables como el an- 4 / Esto implica que siempre haya una parte de actividad de construc-
verso y el reverso de una hoja de papel : la cara figurativa y la cara simbólica. ción y de reconstrucción en el acto de representación. «Una vez en el terreno
figura . de la percepción», continúa Piaget, «el sujeto no es el simple teatro en cuyo
ccim os que: Representación = ----, lo que significa que la represen- escenario se interpretan piezas independientes de él y reguladas de antemano
sentido por las leyes de un equilibramiento físico automático, sino el actor y , a
l:t ión hace que a toda figura corresponda un sentido y a todo sentido corres- menudo, incluso el autor de estas estructuraciones que él mismo aju sta a m ·
! on da una figura» . Una de las personas interrogadas en una encuesta sobre dida que se desarrollan». A fortiori , nos sentiríamos tentados a afirmar ,
In r prese ntación del cuerpo ( D. Jodelet , 1976) designó al sexo femenino cuando nos hallamos en el terreno de la representación, puesto que el su j to
rnrn «el tabernáculo sagrado de la vida» , sin añadir nada más . Por esta considerado no es un organismo, sede de procesos psicobiológi cos, sin 1111
i 1n n g n pasa todo un mundo de significados e ideas : la cavidad del útero sujeto social, ya que su actividad es tanto simbólica como cognitiva. P 'H1
l'l'SI i 1 \ ri cia por « tabernáculo», objeto indisociable de una cultura religiosa ; aquí tenemos que dar un paso más y ver cómo el estudio de las rcpr ··1•11
. .1grn 1 » anuncia lo prohibido y « vida» la dedicación del sexo a la repro- taciones sociales analiza en todas sus facetas este proceso de constru cil'i ll cl1
1l 11t l Íl n . T do un programa y resulta evidente que pensar en tales términos la realidad.
I • 1 11 11·, 111ir1 i ncidencia sobre la vida sexual. 5 / Al decir que la representación tiene un carácter creativo v 11111111111
1 / 1•:1 n lra de lo planteado por ciertas teorías psicológicas clásicas, mo, no sólo nos situamos respecto al objeto. Volvamos a tomar 111 1111.1p1 1 1
l 1 1 1 ¡11 1·¡1 1111ci611 n es un puro reflejo del mundo exterior, una huella qu e del sexo-femenino-tabernáculo -sagrado-de-la-vida. Al expresarla, nucsl 1 1 1 111 11
,r n 1 l"tlll:S tlrllltmru y VIUCI ':IU(;li:ll
13. La representación social: fenómenos, concepto y teorío 1 '1'f'l
Moviliza una actividad representativa destinada a regular, antlClpar y justi- subrayando su pertinencia para el análisis de las representacion<.:s y ti, 111
ficar las relaciones sociales así establecidas (J. P. Di Giacomo , 1980; W. Doi- fenómenos socio-cognitivos . Además numerosas investigaciones ha n d ·1111 '"' ' 1
se, 1972, 1979). do su alcance.
Finalmente, una última persp.ecti_va ,_ más sociologizante y que hace No obstante, su interés trasciende el hecho de que tenga un caráct ·1 tl1
del sujeto el portador de determinaciones sociales, basa la actividad repre- generalidad. La naturaleza del trabajo psicológico y social que ponen d • 111n
sen t a tiva en la reproducéión de 1os esquemas de pensamiento socialmente nifiesto, las implicaciones que conllevan sus diversas modalidad es los sitú1111,
·st ablecidos, de visiones estructuradas por ideologías dorriinant- en el junto con las representaciones sociales, en la base de toda una serie de op ··
re- doblamiento analógico de relacione S--s0ciales- (L. Boltanski, 1971; P. raciones mentales que explican el funcionamiento general del pensamien to
Bour- l icu, 1980; J. Maitre, 1975; P. Robert y C. Faugeron, 1978). social. Asimismo esclarecen una importante propiedad del saber : la integra
ción de la novedad que aparece como una función básica de la represen ta
Estas ópticas se vuel ven a encontrar -y en ocasiones coinciden- en ción social.
el interior del campo de estudio de las representaciones sociales. Este ya ha
sido objeto de reseñas o comentarios sobre tendencias y metodologías (J. P.
Codo!, 1979; R. Farr, 1977, 1979; C. Herzlich, 1972; J. Jaspars , 1979;
D. Jodelet , 1982; P. Malrieu, 1977).
U· '=._a ohJetivi zaci ón: lo social en la representación
Su desarrollo permite aislar algunos sectores claves de aplicación: la co- Eneste proceso, la intervención de lo social se traduce en el agencia-
municación social , la difusión y asimilación de los conocimientos ( W. Acker- mientoy la forma de los conocimientos relativos al objeto de una represen-
mann, 1963, 1966; P. Roqueplo, 1974; B. Schiele, 1982; P. Verges, 1982); tación,articulándose con una característica del pensamiento social, la pro-
el campo educativo ( M. Gilly, 1980; M. Gorin , 1980; A. N. Perret-Cler- piedadde hacer concreto lo abstracto, de materializar la palabr a. De ..S:U:ª
mont, 1976); la genética de las representaciones (H. Deschamps y W. Doise, f.orma,
la objetivización puede definirse como una operación forma9.ów;.de '
,,. . \
1975 ; M. J. Chombart de Lauwe, 1979); la formación en los grupos ( R . Kaes, imagen y estructurante . /' ·::
// : > ..
1976; C. Vacheret, 1982); las concepciones de la salud física y mental, de
la vida psíquica y biológica ( R. Farr , 1981; C. Herzlich, 1969; D. Jodelet,
1982 , 1984; A. Palmonari, 1982) ; la percepción y la utilización del espacio
( P. E. Barjonet, 1980; D. Jodelet, 1982; S. Milgram y D. Jodelet, 1976;
1 / El proceso de la objetivización . - La representación per i:e ínter- ,
cambiar percepción y concepto. Al poner en imágenes las nociones bstractas,
da una textura material a las ideas, hace corresponder cosas con paliH:;i..s, da . :·
:jJ
Pailhous, 1979), etc. cuerpo a esquemas conceptuales. Procedimiento tanto más necesario e ClJ.a.ti-:- ' , '
Estos diversos enfoques y estudios de los f enómenos representativos abor- to que, en el flujo de comunicaciones en que nos hallamos sumergidos, el_
lan la doble cuestión que se halla en la base de la teoría: ¿cómo interviene conjunto demasiado abundante de nociones e ideas se polariza en estructu-
lo social en la elaboración psicológica que constituye la representación so- ras materiales. «Übjetivizar es reabsorber un exceso de significados materiali-
da!? , ¿cómo interviene esta elaboración en lo social? zándolos» (Moscovici, 1976).
La experiencia cotidiana nos ayuda a ello y P. Roqueplo ( 1974 ) muestra
su poder de inercia: el sentido común utiliza la noción de peso, de la que
C. Construir lo real, encarnar el pensamiento existe una evidencia sensible, para interpretar la noción de masa, concepto
abstracto definido científicamente hace tres siglos y que forma parte de nucs
A l estudiar cómo penetra en la sociedad una ciencia, el psicoanálisis, tro bagaje escolar y de nuestra cultura. De manera que la materialización
S M oscovici puso de manifiesto dos procesos principales que explican cómo de una noción de contornos poco precisos constituye un fenómeno comú n ,
I n soC'i n l transforma un conocimiento en representación y cómo esta repre- como indican las representaciones de la enfermedad mental que hemos •s
< 111 .11 ión transforma lo social. tudiado en un medio rural , donde los enf etmos mentales son colocad os, {'11
l•:s 1 os dos procesos, la obj etivización y el anclaje, se refieren a la elabo- libertad, en casa de los habitantes ( D. Jodelet , 1984). Entre otras forn111l n
1 11 11111 y n l funcionamiento de una representación social, pues muestran la ciones de una teoría «ingenua » de la enfermedad mental, cier tas a í ·., io111
1 1111 1 1lq w11c k ncia entre la actividad psicológica y sus condiciones sociales de nerviosas se explican a través de un « shock», como puede ser «un l '1tH 11 il1
1 • 1 1 11 111 l )i v ·rs s autores ( R . Kaes, 1968; C. Herzlich, 1972; P. Roqueplo, guerra», y ante un acceso de nerviosidad , se dirá : «Es el temor q111• 11 111 1
l 'J I , M C :i ll y, 1 980 ; U. Windish , 1982) han presentado estos procesos, y que ha vuelto», o bien un «shock afectivo» y se dirá: « Su 11111j t• 1 111 11 1
l't 111 11miento y vida social
13. La representación social: fenómenos, concepto y teoría 1 40:!
esta estructura gráfica se revela como el núcleo resistente y estable de las titucionales que definen su función: enseñar, coordinar la vida colectiva de
represent aciones ( Abric, 1982). la clase.
Al analizar la lógica natural que interviene en las actividades discursivas, e) Como ya hemos visto, la apanc10n del consciente y del inconsciente
J. B. Grize (1974 ) corrobora este proceso por medio de la noción de «esque- en tanto que términos del núcleo figurativo se debe a su resonancia existen-
matización». Una persona que se dirige a otra utiliza los signos de la lengua cial. Estos se hacen eco de una experiencia conflictiva íntima, en la que no
para «darle a ver» su representación en una «esquematización» compuesta están ausentes ni la dimensión imaginaria ni la dimensión mítica, con la ima-
por imágenes. Esta es construida en función de los objetivos perseguidos gen de una lucha entre «potencias» o «fuerzas antagónicas». De esta ma-
en la comunicación. Esta subordinación de la esquematización a una finali- nera, ciertos elementos del fondo cultural presente en el universo mental
dad social nos conduce a otra importante implicación del proceso de obje- de los individuos y los grupos pueden ser movilizados en la actividad de es-
tivización. tructuración y destacar a título de referentes ideológicos o modelos culturales .
b ) Este aparece, con la evicción de la libido en el caso del psicoanálisis,
Los estudios sobre las representaciones sociales del grupo han puesto de ma-
como una construcción selectiva subordinada a un valor social. Un juego de nifiesto de manera particular este proceso. Así, R. Kaes (1976) muestra que
las representaciones sociales de grupos reales, grupos corporativos o grupos
enmascaramiento y de acentuación de los elementos que constituyen el ob-
de diagnóstico, se estructuran en gran parte en torno a «organizadores socio-
jeto de la representación produce una visión de este objeto marcada por una
cul turales ». Estos son tomados de modelos que aparecen como modelos uni-
distorsión significante. Dicho f enómeno está emparentado con lo que Piaget
versales de la grupalidad ( el modelo cristiano, con el rupo de los doce após-
( 1976) definió como «pensamiento socio-céntrico», por oposición al pensa-
toles; el modelo hebraico, con la Alianza de Dios con su pueblo; el modelo
miento técnico y científico: un conocimiento elaborado para servir a las ne-
céltico, con los Caballeros de la Mesa Redonda) que proponen formas idea-
cesidades, valores e intereses del grupo.
lizadas , arquetípicas, de funcionamiento. C. Flament ( 1979) se ha consagrado
Este tipo de pensamiento cuyo funcionamiento evoca el de la ideología
a las representaciones de las relaciones sociales en el seno de un grupo. Un
es ilustrado por el caso de la representación de la violación colectiva entre
núcleo bipolar hace que coexistan relaciones que obedecen a un modelo fun-
los educadores callejeros ( P. Robert, T. Lambert y C. Faugeron, 1974). Estos cional que las relaciona con las exigencias de una producción colectiva y rela-
últimos, ante tales actos que condenan y de los que son excluidos por los ciones que obedecen a un modelo igualitario y fraternal proveniente de la
jóvenes que tienen a su cargo, entran en contradicción con su proyecto profe- ideología política revolucionaria.
sional consistente en identificarse con dichos jóvenes. Por ello construirán d ) Por último, no es necesario demostrar la generalidad de la naturali-
una imagen del acto delictivo que resulte compa tible con su permanencia en ;:ación ni su importancia en contextos sociales reales. Ya se trate de relacio-
el seno del grupo. Son puestas en práctica diversas modalidades de construc- nes étnicas, interraciales o intergrupales, o bien de juicios sociales, no faltan
ción: por ejemplo, se banalizará la violación colectiva ya sea escotomizando l os ejemplos en que la imagen, la palabra bastan para inmovilizar al otro
la violencia que conlleva, lo que reduce dicho acto a un caso de sexualidad l'n un status de naturaleza. Esto es lo que produce la «biologización» de lo
colectiva, o bien escotomizando el acto sexual, lo que reduce la violencia social cuando transfor ma dif erenciaciones sociales en diferencias de ser. Esto
a una forma común y aceptable. puede producir las teorías sociales cuya triste lección nos ha enseñado la
Si se pasa de la sociedad general a grupos y situaciones socialmente de- h istoria. Regresemos a las explicaciones de la enfermedad mental en nuestra
finidos, el modelo de construcción o de reconstrucción de la realidad permite rnmunidad rural donde viven los enf ermos mentales. Lo que se denomina
comprender la génesis de los contenidos representativos. La intervención de «desequilibrio nervioso» puede ser explicado de otra manera que por medio
lo social como determinación interna de las operaciones de construcción de la • il' un «shock» -que constituye así la clase de enfermedad más inquietante- ,
representación puede especificarse derivando los procesos cognitivos movili- t·s decir, por medio de una degeneración de la sangre. Por ello, un africano
zados por las condiciones normativas o de vital interés para la colectividad 1 11ya piel es negra será considerado menos peligroso, debido a que su sangre
o el individuo . De esta forma, el estudio de M. Gilly (1980) sobre las re- ·· más pura, que un magrebí, cuyo color de piel hace pensar en una san-
presentacion es que elaboran los maestros de sus alumnos revela que el juicio 1'.l'C mezclada, es decir, en nervios más '<lfectados. Entre los mecanismos de
sobre los niños con quienes el maestro o el educador se halla en interacción 1 t·construcción de la violación colectiva, los autores han destacado una cosi-
constante, se estructura, más allá de la diversidad de las impresiones subje- f 1rnción de la víctima, en forma de «vaginalización» : en el discurso de los edu-
tivas y partirn la res, alrededor de un núcleo compuesto por dos tipos de cua- ' .1dores, la víctima pierde todos los atributos de la feminidad, no teniendo
l idades ( in tekct uales y de relación) que corresponden a los imperativos ins- 111 ra existencia, para sí misma y para los demás , que a través de su vagina .
13. La representación social: fenómenos, concepto y teoría 1 487
486 1 Pensamiento y vida social
jeres , los intelectuales, etc.) ; expresa una relación entre los grupos sociales
La estabilidad del núcleo figurativo, la materialización y la espacializa-
( se le asocia a la lucha de clases , al antagonismo franco-norteamericano, al
ción de sus elementos les confieren el status de marco e instrumento para
modo de vida de los norteamericanos, etc.); encarna un sistema de valores
orientar las percepciones y los juicios en una realidad construida de forma
o de contra-valores ( fuente de libertad o fracaso de la voluntad, clave para
social. Y otorga sus herramientas al anclaje, segundo proceso de la represen-
la desviación o amenaza para la autonomía, etc.); incluso puede convertirse
tación social.
en emblema o signo de sexualidad o de una vida sexual liberada.
Este juego de significados externos tiene incidencia sobre las relaciones
establecidas entre los diferentes elemen tos de la representación. Dependiendo
b. El anclaje: la r epresentación en lo social
de que un grupo sitúe la práctica analítica en una perspectiva política o cien-
tífica, mostrará una tendencia a prestarle diferentes usuarios, por ejemplo, los
Este segundo proceso se refiere al enraizamiento social de la re r ta-
ricos en el primer caso, los ir:telectuales en el segundo. Y evidentemente,
ción y de su objeto. En este_.caso, a mterven_cio::_e o social e traduce en
esto dependerá a su vez del sistema de valores al que se adhiera este grupo.
el significad o y la utili ad gue!:es" son con§i os. Al nos as1_ son los /ºs
En este sentido se puede decir que el grupo expresa sus contornos y su iden-
aspectos que han retenido con r frecuencia la at1on; debido a la -1.1.11:"
tidad a través del sentido que confiere a su representación. Este aspecto del
ción social de larepresentación gue ITevan eIJarejada.
proceso de anclaje resulta importan te desde el pun to de vista del análisis teó-
- Sin embargo, el anclaje implica otro aspecto, cuya gran importancia ha rico de una representación. Al poner de manifiesto un «principio de signifi-
sido puesta de manif iesto por las recientes investigaciones en el campo de cado», provisto de apoyo social, se asegura la interdependencia de los ele-
las representaciones y de los procesos cognitivos. Este aspec_to se refiere a la mentos de una representación y constituye una indicación f ecunda para tratar
integración cognitiva del objeto representado dentro del sistema de .pensa- las relaciones existentes entre los contenidos de un campo de representación.
miento preexisten te y a las transform_!.ci :mes derivadas ste sistema, Esta demostración permite aislar una de las articulaciones entre el aspecto
tanto de una parte como de otra. Ya no se trata, como en el caso e la ?- procesal y el aspecto temático de las representaciones , y uno de los puntos
jetivización, de la constitución formal de un conocimiento, sino de su mserc10n de encuentro entre sus aspectos individual y social.
orgánica dentro de un pensamiento constituido. . Para numerosos investigadores, este enraizamiento de la representación
Más complejo y fundamen tal de lo que ha podido pree_r, e_l, proces? de en la vida de los grupos constituye un rasgo esencial del fenómeno represen-
anclaje, situado en , na relación dialéctic_a, con la. ,ob¡euv:zoon , rtICula tativo, ya que explica sus lazos con una cultura o una sociedad determinadas .
las tres funciones basicas de la represen tacion: func10n cocrm a de i
cion e a nove a , func10n e interpretación de la realidad función de 2 / El anclaje como instrumentalización del saber. - Esta modalidad
onentac10n e as conductas y las relaciones sociales. permite comprender cómo los elementos de la representación no sólo expre-
<;·Proteiforme», para utilizar una expresión de S. Moscovici, el proceso de san relaciones sociales, sino que también contribuyen a constituirlas . En el
anclaje se descompone en varias modalidades que permiten omprendr_: caso del psicoanálisis, esta modalidad transforma la ciencia en saber útil para
1/ cómo se confiere el significado al objeto representado; 2/ como se utili- Lodos, confiriéndole un valor funcional en la comprensión e interpretación
za la representación en tan to que sistema de interpretación . del m do so- de nosotros mismos y de aquellos que nos rodean. Alguno verá en el son-
cial, marco e instrumento de conducta; 3 / cómo se opera su mtegrac10n de,n- rojamiento y la cortedad, un complejo de timidez; otro, ejecutivo de pro-
tro de un sistema de recepción v la conversión de los elementos de este ul- [ esión, atribuirá la agresividad de sus subordinados al hecho de que él en-
timo relacionados con la representación . carna la imagen del padre.
Este proceso tiene lugar inmediatamente después de la objetivización.
1 / El anclaje como asignación de sentid o. - La jerarquía de valores La estructura gráfica se convierte en guía de lectura y, a través de una «ge-
que se impone en la sociedad y sus diferentes grupos contribue crear, al- 11cralización funcional» , en teoría de referencia para comprender la realidad.
rededor del psicoanálisis y su representación , u na «red de sigmfic_ados» a U. Windisch (1978), al estudiar discursos sostenidos por nacionalistas suizos
través de la cual son situadas socialmente y evaluadas como hecho social. A lo xenófobos sobre un referéndum sobre la inmigración, deduce una argumen-
largo de su penetración , el psicoanálisis se ha topa?o , en u _contexto, más 1 ación basada en oposiciones como la existente entre suizos y extranjeros , y
o menos hostil con diferentes corrientes de pensamiento ( pohtico, filosofico , d ·sviación y normalidad, que funcionan como auténticas entidades ma teria-
religioso, etc.),' que lo inscribirán en diversas perspectivas. Ya _no es consi- l ·· inmutables: el izquierdista se opone al auténtico suizo porque es, al i w1l
derado como ciencia , sino como atributo de ciertos grupos (los neos, las mu-
488 Pensamiento y vida social 13. La representación social: fenómenos , concepto y teoría [ 489
que el extranjero, un desviado; el abstencionismo, posición desviada, se ex- de cada grupo de técnicas, toda una graduación permite actuar dependiendo
plica por la presencia de extranjeros, etc. del estado atribuido al enfermo en tratamiento, tratándolo así como a un
El sistema de interpretación tiene una función de mediación entre el animal, un niño o un adulto. Además, si se piensa que los nervios «dominan»
individuo y su medio, así como entre los miembros de un mismo grupo . en una persona, no se utilizará la penalización directa: gruñir, «mostrar los
Capaz de resolver y expresar problemas comunes, transformado en código, dientes», o castigar, por miedo a una respuesta violenta o maligna; en cam-
en lenguaje común, este sistema servirá para clasificar a los individuos y los bio, se le privará de lo que le gusta o se le amenazará con recurrir a la ins-
acontecimientos, para constituir tipos respecto a los cuales se evaluará o cla- titución hospitalaria. Cuando se considera que el cerebro de una persona es
sificará a los otros individuos y a los otros grupos . Se convierte en instrumento el único afectado, se osará dar a esta persona reprimendas, alzar la voz. La
de referencia que permite comunicar en el mismo lenguaje y, por consi- distribución de recompensas sigue el mismo modelo: dar una «suavidad»
guiente, influenciar . - pastelillo , postre, tabaco .. .- cuando el cerebro está poco desarrollado;
halagar, cumplimentar, denotar su confianza cuando el «conocimiento» es
3 / Anclaje y objetivización. - La relación existente entre la cristali- mayor.
zación de una representación en torno a un núcleo figurativo, por una parte, El enfoque de las representaciones sociales en el marco experimental ha
y un sistema de interpretación de la realidad y de orientación de los com- demostrado ampliamente el lazo que existe entre el sistema de interpretación
por tamientos, por la otra, queda perfectamente ilustrada en la relación es- que éstas proporcionan y las conductas que guían. Abric (1976) ha diluci-
tablecida con los enfermos mentales por pa rte de los habitantes de la co- dado en particular los mecanismos que, desde este punto de vista, resultan
munidad rural que hemos estudiado. del juego entre la objetivización y el anclaje en situaciones experimentales
La observación de los enf ermos y el bagaje de saberes y experiencias acu- en las que se hace que los sujetos se comporten de manera cooperativa o
muladas por la tradición y transmitidas por la comunicación, hacen que se competitiva según las representaciones inducidas por el experimentador.
imponga en toda la comunidad una concepción que relaciona el estado del La situación experimental a la que se enfrenta un sujeto moviliza un tra-
enfermo con la disfunción de un sistema tripart ito, especie de teoría inge- bajo de apropiación cognitiva que permite comprenderla, anticipar lo que se
nua sobre la «estructura del organismo». En este sistema funcional, lo or- producirá, preparar la interacción con el compañero y dar sentido al pro-
gánico ( que remite a la especie ) está articulado a dos instancias independien- pio comportamiento . Todas las interpretaciones se organizan en función del
tes y antagónicas: el cerebro ( que remite a lo social) y los nervios ( que re- núcleo central de la representación de la situación experimental. Este nú-
miten a la naturaleza ). El cerebro se caracteriza por su producción (la cleo depende del objeto representado, de la relación que el sujeto mantiene
actividad mental cuyos niveles de desarrollo están estrechamente ligados con él y de la finalidad de la situación. En la situación estudiada, la repre-
al volumen de la masa encefálica, a su crecimiento con la edad y moldeados sentación se refiere al compañero con el que interactúa el sujeto por el in-
por el aprendiza je social), por una parte , y el cont rol regulador que ejerc e t ermediario del experimentador. Este compañero ficticio es representado ya
sobre el funcionamiento intelectual , orgánico y nervioso, por la otra. Los sea como una persona o bien como una máquina. El núcleo de la represen-
nervios también tienen producciones específ icas (los humores, la violencia y 1 nción se cristaliza en la noción de rigidez por lo que se refiere a la máquina
la maldad ) y una forma de regulación ( automa tismo y excitación ) que se ex- y por la noción de flexibilidad adaptativa por lo que hace a la persona. En
tiende a la vida orgánica activa y mental. De este modo, cerebro y nervios n·spuesta a un comportamiento que se mantiene idéntico, sea cual sea la
son objetivizados como realidades au tónomas: la enfermedad «cae» sobre í 1 nagen dada del compañero, el sujeto des.arrollará interpretaciones y con-
ellos, ios « toma » y los «transforma », y a través de ellos se explicará u n d11ctas diferentes, dependiendo de si piensa encontrarse ante una máquina
comportamiento o el hecho de estar enfermo: «a éste no le funciona el cerc 11 a n te una persona. Estas conductas sólo serán reactivas ante la idea de fle-
bro», «lo suyo son los nervios» . La disfu nción de este sistema reviste d i diilidad o de rigidez.
versos grados y formas que repercuten en la vida vegetativa, activa y social. Estos diferentes ejemplos muestran cómo operan estas estructuras signi-
A dichas formas de disfunción corresponden diferentes tipos de enfermos, f 11 an tes y gráficas de la representación. A menudo se plantea una pregunt a
a los que se ajustan las prescripciones que regulan la interacción con ellos. 1 t·stc respecto: ¿existen estos núcleos, estas imágenes, fuera de la recons-
Existe, en efecto, toda una gama de técnicas de influencia que permiten «adap 1 1 11eción que de ellos hace el investigador? Si no es así, se le podría tachar
tan> al enfermo al papel y al lugar que le son asignados. Estas técnicas son '11· mostrar una tendencia hacia la objetivización , a la realización de sus no
o bien técnicas de represión, penalización: «tomar por el miedo» , o bien ' 11111t·s. Conviene subrayar que las estructuras así obtenidas a menudo ti n 11
técni cas de incitación, recompensas: « tomar por la suavidad». En el interior 1 . dor de construcción hipotética y, sobre todo, que pretenden explica r 1111
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13. La representación social: fenómenos, concepto y teoría 1 491
partida colectivamente, referente a lo que debe incluirse en una clase deter 11w jn ntes al fenómeno del chivo expiatorio o Ia teoría del complot, en historia
11\1. Billig, 1978).
minada. Las propias categorías son establecidas socialmente. En un estudio
de L. Boltanski ( 1981), varios sujetos deben clasificar diferentes fichas d(• Los procesos de juicio en gue las represntaciones preestablecidas definen
filiación en grupos correspondientes a categorías socioprofesionales. La clasi l 1 11a Luraleza de la causa que se desea descubrir ponen en duda la generalidad
ficación es llevada a cabo en función de un tipo de profesión privilegiada qu · 1 l,1 teoría de la atribución en psicología social, o los pretendidos «sesgos»
encarna, por razones históricas o sociales, la categoría profesional en cuestión 1111 · I ri s teorías de la cognición descubren en el pensamien to de sentido común
Los prototipos que orientan las clasificaciones no sólo tienen propied ad1:. d 11·íerirlo al pensamiento cien tífico. Sobre todo el sesgo denominado de
I " 1 onalismo» que expresaría u na tendencia general consistente en ver en
taxonómicas, sino que corresponden a expectativas y coacciones que defin ·11
1 .i1j cto y no en las circunstancias exteriores la causa de los acontecimientos
los comportamientos adoptados. La interacción con ellos se desarrolla de 1 ,¡J
1111 lt • suceden. Ahora bien , diversos trabajos muestran que, por una parte,
forma que confirman los caracteres que se les atribuyen. De esta forma, t• I
1 1 <'11 explicaciones diferentes según los grupos sociales y que, por la otra,
anclaje garantiza la relación entre la función cognitiva básica de la repres1: 11
1 t • pi i cación a través de una causalidad personal es específica de las opcio-
tación y su función social. Además, proporcionará a la objetivización sus cl t
1 il1•ológicas propias de ciertos grupos ( U. Windisch , 1982) o depende de
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D. Conclusión