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SOCIEDADES HUMANAS
Introducción a la macrosociología
Séptima edición
Gerhard Lenski
Patrick Nolan
Jean Lenski
Traductor
Jorge Alberto Velázquez Arellano
Traductor profesional
Revisor técnico
Frank Fernández-Esteva, Ph. D.
Catedrático en Antropología
Universidad Interamericana de Puerto Rico
*•
McGRAW-HILL
MÉXICO • BUENOS AIRES • CARACAS • GUATEMALA • LISBOA • MADRID • NUEVA YORK
PANAMÁ • SAN JUAN • SANTAFÉ DE BOGOTÁ • SANTIAGO • SAO PAULO
AUCKLAND • HAMBURGO • LONDRES • MILÁN • MONTREAL
NUEVA DELHI • PARÍS • SAN FRANCISCO • SINGAPUR
ST. LOUIS • SIDNEY • TOKIO • TORONTO
Gerente de producto: Alejandra Martínez Ávila
Supervisora de edición: Gloria Leticia Medina Vigil
Supervisor de producción: Zeferino García García
SOCIEDADES HUMANAS
Introducción a la macrosociología
Séptima edición
ISBN 970-10-1622-X
Jean Lenski fue un escritor y poeta que participó como coautor en las seis ediciones an-
teriores de Sociedades humanas, colaboró en la redacción de Power and Privilege y es el autor
de un volumen de poesía publicado en fechas recientes, Génesis: The Poetry ofjean Lenski.
En memoria de Jean Lenski, 1928-1994
CONTENIDO ABREVIADO
PREFACIO XVÍÍ
CAPÍTULO 1.
La situación humana 3
CAPÍTULO 2.
Las sociedades humanas como sistemas socioculturales 23
CAPÍTULO 3.
La evolución de las sociedades humanas 52
CAPÍTULO 4.
Tipos de sociedades humanas 78
CAPÍTULO 5.
Sociedades cazadoras y recolectoras 101
CAPÍTULO 6.
Sociedades hortícolas 135
CAPÍTULO 7.
Sociedades agrarias 175
CAPÍTULO 8.
Algunos caminos evolutivos y una breve revisión 223
Contenido abreviado
CAPÍTULO 9.
La Revolución Industrial 239
CAPÍTULO 10.
Sociedades industriales: tecnologías y economías 272
CAPÍTULO 11.
Sociedades industriales: ideologías y gobiernos 297
CAPÍTULO 12.
Sociedades industriales: estratificación social 324
CAPÍTULO 13
Sociedades industriales: la población, la familia y el ocio 344
CAPÍTULO 14.
Sociedades en proceso de industrialización 372
CAPÍTULO 15
Experimentos sociales importantes del siglo xx: probar los límites de lo
posible 407
CAPÍTULO 16
Retrospectiva y prospectiva 427
GLOSARIO 457
APÉNDICE 465
NOTAS 469
CRÉDITOS DE ILUSTRACIONES 509
ÍNDICES 511
CONTENIDO
PREFACIO XV11
CAPÍTULO 1.
La situación humana 3
CAPÍTULO 2.
Las sociedades humanas como sistemas socioculturales 23
CAPÍTULO 3.
La evolución de las sociedades humanas 52
La gran paradoja 53
Continuidad y cambio en las sociedades individuales 55
Continuidad social y cultural / Cambio social y cultural
Crecimiento y desarrollo social 66
El papel de la tecnología de subsistencia en el crecimiento y desarrollo social / El papel
de la ideología en el crecimiento y desarrollo social
Cambio en el sistema mundial de sociedades 70
Variación social y selección intersocial I Un modelo de la evolución del sistema
mundial de sociedades
La evolución sociocultural definida 75
Apéndice: Una comparación de la evolución biológica y la sociocultural 75
Xll Contenido
CAPÍTULO 4.
Tipos de sociedades humanas 78
Clasificación de las sociedades humanas 78
Tipos sociales y ambiente 81
Los tipos sociales a través de la historia 82
Eras históricas
Diferencias entre tipos de sociedades 85
Tamaño de las sociedades / Permanencia de los asentamientos / Complejidad social /
Ideología
Tipos sociales: lo que son y lo que no son 90
El determinismo tecnológico rechazado
Apéndice: Una breve historia de la sociología 94
CAPÍTULO 6.
Sociedades hortícolas 135
Causas del cambio de la caza y la recolección a la horticultura 135
La tecnología de la horticultura 137
Sociedades hortícolas simples en Asia y Europa prehistóricas 140
La primera gran revolución social
Sociedades hortícolas simples en la era moderna 147
Población y economía / La importancia continuadora del parentesco / Desarrollos en
el gobierno, la estratificación y la guerra
Sociedades hortícolas avanzadas en Asia y Europa prehistóricas 155
El cambio de la piedra a los metales / Consecuencias sociales de las herramientas y las
armas metálicas
Sociedades hortícolas avanzadas en la era moderna 162
Aumento en el tamaño y la complejidad / Desarrollo político / Sociedades hortícolas
en el sureste de Asia
Horticultura en el Nuevo Mundo: terreno de prueba para la teoría ecológica
evolutiva 167
Contenido Xlll
CAPÍTULO 7.
Sociedades agrarias 175
Sociedades agrarias simples 175
Tecnología /La religión y el crecimiento del excedente económico /Población:
crecimiento del tamaño de las comunidades y las sociedades / El gobierno: crecimiento
del Estado/La economía: los primeros sistemas monetarios y el crecimiento del
comercio /Estratificación: aumento de la desigualdad /Disminución en el índice de
innovación tecnológica
Sociedades agrarias avanzadas 188
Tecnología /Población: continuación de las tendencias /La economía: aumento en la
diferenciación / El gobierno: desarrollo con tinuado del Estado / Religión: el
surgimiento de las fes universales / Parentesco: declinación de su importancia en la
sociedad / El ocio y las artes / Estratificación: aumento de la complejidad
Variaciones sobre temas agrarios 218
Las sociedades agrarias en una perspectiva teórica 221
CAPÍTULO 8.
Algunos caminos evolutivos y una breve revisión 223
Tipos sociales especializados desde el punto de vista ambiental 223
Sociedades pescadoras / Sociedades de pastoreo / Sociedades marítimas
Una breve revisión: la evolución sociocultural en la víspera de la Revolución
Industrial 232
CAPÍTULO 10.
Sociedades industriales: tecnologías y economías 272
El fundamento tecnológico de las sociedades industriales 273
Las economías de las sociedades industriales 276
La urbanización de la producción /Aumento en la productividad y en el nivel de vida /
El cambio de las industrias de trabajo intensivo a las de capital intensivo / Cambios
en la fuerza de trabajo / El surgimiento de las economías de mercado /Movimiento
hacia las economías mixtas / Evolución de la corporación moderna
Aumento de la integración económica del sistema mundial 294
CAPÍTULO 11.
Sociedades industriales: ideologías y gobiernos 297
Ideologías en las sociedades industriales 297
Religiones teístas /Nuevas ideologías seculares
Diferencias entre sociedades industriales 307
Los gobiernos de las sociedades industriales 308
La tendencia democrática /La democracia como una variable /Causas de la tendencia
democrática /Partidos políticos masivos / Grupos de interés especial /Los medios de
comunicación masiva / Conflicto y estabilidad políticos / El crecimiento del gobierno /
Burocracias gubernamentales: su expansión y transformación
CAPÍTULO 12.
Sociedades industriales: estratificación social 324
Estratificación en las sociedades industriales 324
Estratificación política /La distribución del ingreso /La distribución de la riqueza /
Estratificación ocupacional /Estratificación educativa /Estratificación racial y étnica /
Estratificación por edad y sexo
Movilidad vertical 340
Desigualdad social: dos tendencias básicas 341
CAPÍTULO 13.
Sociedades industriales: la población, la familia y el ocio 344
Población 344
Crecimiento del tamaño de las sociedades / Tendencias en la salud y la longevidad /
Disminución de los índices de natalidad e incremento de la inmigración /
Distribución de la población: el crecimiento de las poblaciones urbanas
La familia 350
Cambio en las funciones de la familia / Causas del cambio en la familia / La familia
nuclear en las sociedades industriales / El papel cambiante de las mujeres /Los
cambios en el papel de la juventud
Contenido XV
CAPÍTULO 14.
Sociedades en proceso de industrialización 372
Tipos de sociedades en proceso de industrialización 372
Sociedades agrarias en proceso de industrialización /Sociedades hortícolas en proceso
de industrialización
Tecnología y productividad 375
El crecimiento de la población y sus consecuencias 379
Economías 382
Gobiernos 386
Estratificación social 388
Divisiones y conflictos 393
Educación 396
Ideologías antiguas y nuevas 397
Parentesco 401
La posición social de las mujeres 402
Las sociedades en proceso de industrialización desde una perspectiva
teórica 402
CAPÍTULO 15.
Experimentos sociales importantes del siglo xx: probar los límites de lo posible 407
Algunos experimentos exitosos 408
Un experimento estropeado en forma trágica 409
Algunos éxitos y éxitos parciales /Los fracasos /Resumen
Lecciones que se tienen que aprender 423
CAPÍTULO 16.
Retrospectiva y prospectiva 427
Mirar hacia atrás 427
El camino divergente /La cuestión del progreso
Mirar hacia adelante 435
Población /Los recursos naturales y el ambiente biofísica / Tecnología /Ideología /
Gobierno /Economía /El sistema mundial/Los objetivos superiores
GLOSARIO 457
APÉNDICE 465
NOTAS 469
CRÉDITOS DE ILUSTRACIONES 509
ÍNDICES
índice onomástico 511
índice temático 513
PREFACIO
Este volumen difiere de la mayoría de los libros de texto escritos para el curso
introductorio de sociología. No es una vista de conjunto de la sociedad estadounidense
contemporánea, ni una introducción estilo enciclopedia a las diferentes especialidades
que se han desarrollado dentro de la disciplina de la sociología. En vez de ello, es un
análisis comparativo e histórico de las sociedades humanas —los sistemas sociales más
grandes, más poderosos y más importantes que los humanos han creado— escrito des-
de la perspectiva de una teoría probada en forma amplia y convincente.
Sociedades humanas tiene tres objetivos básicos. El primero, es proporcionar a los
estudiantes un marco de referencia teórico global y coherente para entender a las socie-
dades humanas. Comienza, por consiguiente, con un examen de los conceptos y suposi-
ciones de su visión guiadora: la teoría ecológica evolutiva. Luego muestra cómo esta
teoría ayuda a explicar el surgimiento, desarrollo y, en algunos casos, extinción de los
tipos importantes de sociedades que han creado los humanos.
El segundo objetivo es ubicarlo en un contexto para la interpretación de las ten-
dencias recientes y el desarrollo actual. Creemos que es imperativo observar los fenó-
menos y desarrollo social contemporáneo desde una amplia perspectiva histórica y
comparativa. Con demasiada frecuencia los fenómenos sociales contemporáneos sólo son
comparados con algún ideal hipotético o dentro de una perspectiva histórica y geográfica
limitadas y estrechas. Por esta razón, se examinan las características clave de cada una de
las principales sociedades que han evolucionado a lo largo de los pasados 100 000 años
antes de considerar a las contemporáneas. Creemos que este enfoque proporciona a los
estudiantes una perspectiva nueva y estimulante sobre su propia sociedad y una mejor
comprensión de sus raíces históricas y de sus relaciones con otras sociedades en el mun-
do actual.
El tercer objetivo que perseguimos es proporcionar a los estudiantes un modelo de
cómo usar la evidencia para evaluar la validez de teorías y opiniones. Pedimos a los
estudiantes que acepten nuestros argumentos sobre las sociedades y el cambio social no
porque nos consideremos autoridades en estos temas, sino más bien porque presenta-
mos evidencia para apoyar nuestras afirmaciones. Creemos que es importante para ellos
entender el papel de la evidencia empírica en la evaluación de la verdad o de la utilidad
de opiniones e ideas respecto a la realidad (social). En este tenor, alentamos a instructo-
res y estudiantes a usar las fuentes de datos identificadas en el texto y en el Instructor's
Manual* y los exhortamos a usar estos datos para probar sus propias hipótesis acerca de
las sociedades humanas o para poner en duda las nuestras.
Este volumen es la séptima edición de Sociedades humanas y es posible que sea la
última en la que los autores originales desempeñarán un papel importante. Exhortamos a
Patrick Nolan, quien colaboró con nosotros nuevamente para esta edición, a seguir ade-
*Nota del editor: Estos materiales auxiliares sólo están disponibles en inglés para los profesores o institucio-
nes, mediante una petición por escrito dirigida a la editorial. O también es necesario ponerse en contacto
con uno de los representantes de esta casa editora.
XV111 Prefacio
lante con la búsqueda iniciada hace más de un cuarto de siglo para proporcionar a los
estudiantes una introducción grata y estimulante a los enigmas intrigantes, problemas y
maravillas de las sociedades humanas y a los logros de la sociología para explicarlos.
Ningún capítulo quedó sin cambiarse por completo en la presente edición. En al-
gunos capítulos los cambios son en gran medida estilísticos y no significativos en cuan-
to al contenido. Pero en muchos capítulos, sin embargo, hay cambios sustantivos impor-
tantes. Los capítulos acerca de las sociedades industriales se reorganizaron y renovaron
en gran medida. El capítulo 15 es nuevo por completo.
Invitamos a que hagan comentarios, y planteen sus dudas y sugerencias respecto a
Sociedades humanas. Pueden enviarlas por correo a Patrick Nolan en el Department of
Sociology, the University of South Carolina, Columbia, S.C. 29208, o por medio de
INTERNET a N050054@UNIVSCVM.CSD.SCAROLINA.EDU.
Reconocimientos
Gerhard Lenski
Patrick Nolan
]ean Lenski
PARTE UNO
FUNDAMENTOS
TEÓRICOS
1
La situación humana
Imaginemos un enorme álbum fotográfico lleno de retratos de la vida humana que co-
menzó hace 100 000 años. Imaginemos, también, que cada una de sus 1 000 páginas
proporciona un registro de la vida en un siglo diferente.
¿Cómo sería tener la oportunidad de estudiar un álbum así y qué se podría apren-
der de él?
Después de la emoción inicial de ver las primeras páginas con sus fotografías de la
vida en la Edad de Piedra hace mucho, mucho tiempo, es probable que se encontraran
las páginas siguientes muy repetitivas e incluso aburridas. De hecho, a lo largo de la
primera mitad del álbum y más allá, cientos de páginas estarían llenas con el mismo
tipo de ilustraciones: escenas de personas físicamente indistinguibles de nosotros mis-
mos, aunque desnudos o vestidos con pieles de animales, apiñados alrededor de foga-
tas frente a cavernas o junto a refugios toscos hechos de ramas y hojas, fabricando herra-
mientas y armas simples de piedra, madera y hueso, cazando con lanzas de madera,
buscando plantas comestibles, criando a los niños y realizando una cantidad limitada
de otras tareas básicas. Por más fascinantes que fueran las primeras de estas fotografías,
pronto se cansaría de la repetición y podría comenzar a saltarse páginas en busca de
algo nuevo y diferente.
Más o menos a la mitad del volumen, si aún se está prestando atención, se comen-
zaría a ver en forma gradual indicios ocasionales de innovación y cambio. Por ejemplo,
se podría ver por primera vez una fotografía de personas enterrando a alguien que
murió. Más adelante, se comenzaría, poco a poco, a encontrar evidencia creciente de
nuevas actividades. En forma ocasional, se podría ver una fotografía de personas pin-
tando en las paredes de las cavernas o realizando rituales extraños distintos a cualquier
cosa que se haya visto antes. Aparecerían en forma gradual otras innovaciones, en espe-
cial nuevos tipos de herramientas y armas —cucharas, sierras, agujas, arcos y flechas,
lámparas de aceite, incluso piraguas. Poco antes de la página 900, se comenzaría a ver
gente poniendo trampas a los peces y pescando con red, cosechando cereales silvestres
con hoces de piedra, tejiendo canastos, domesticando perros y ovejas salvajes y, sí, in-
cluso bebiendo cerveza.
Sin embargo, no es sino hasta las últimas cien páginas en donde se encontrarían
las primeras fotografías de personas cultivando, y se necesitarían otras veinte o treinta
páginas antes de encontrar la ilustración de una aldea real. Un poco antes de la página
950, se encontrarían imágenes de la construcción de las grandes pirámides de Egipto y,
más tarde todavía, se comenzarían a ver las primeras ilustraciones de individuos cuyos
4 Parte 1 Fundamentos teóricos
*Para las definiciones de éste y otros términos usados en este volumen, véase el Glosario.
Capítulo 1 La situación humana 5
pación. Su objetivo básico es entender las sociedades humanas y las fuerzas que las han
hecho lo que son. Aunque muchas preguntas importantes faltan de responder, se ha he-
cho ya un considerable progreso, y el objetivo de esta obra es proporcionar un resumen,
y una introducción, de lo que se ha aprendido hasta ahora.
Gran parte del trabajo de los sociólogos se dedica al estudio de una u otra de las
muchas partes que componen las sociedades (por ejemplo, los individuos, las familias,
las comunidades, las clases) y a características y problemas específicos (por ejemplo, el
crimen, las relaciones raciales, la religión, la política). El estudio de estos componentes y
características de las sociedades es llamado en ocasiones microsociología.
La macrosociología, en contraste, se centra en las mismas sociedades humanas.
Aunque ésta, también, está interesada en los individuos, las familias, las clases, los pro-
blemas sociales y todas las otras partes y características de las sociedades, las analiza en
relación con los sistemas sociales más grandes —las sociedades— de las que forman parte. La
diferencia entre macrosociología y microsociología es casi igual a la diferencia que exis-
te entre el estudio de sistemas mecánicos complejos, como las naves espaciales, y el
estudio de una de sus partes componentes, como sus motores propulsores o sus siste-
mas de mantenimiento.
Este volumen emplea el enfoque wwcrosociológico. Su interés principal, y el foco
de su análisis, serán las sociedades humanas en sí. Esto no significa que se ignorarán sus
componentes; eso sería imposible. Significa, sin embargo, que cuando se consideren sus
partes componentes y sus diversas características se tratarán como lo que son: partes de
sistemas sociales más grandes y más inclusivos.
Es necesario señalar otras dos características de este libro. Primera, su enfoque
para el estudio de las sociedades humanas es histórico y evolutivo. En otras palabras,
examina las sociedades abarcando periodos extensos para entender los procesos críti-
cos del cambio y el desarrollo social. Más aún, la experiencia ha mostrado que cuanto
más extenso sea el tiempo que se considere, se podrán comprender mejor los procesos
de cambio básicos en la vida humana.
Segunda, nuestro enfoque para el estudio de las sociedades humanas es comparati-
vo. La comparación es la base de la ciencia. La comprensión de cualquier cosa depende
de su comparación con otras. Para entender a un chimpancé individual, por ejemplo,
los científicos lo comparan con otros chimpancés. Para entender a los chimpancés como
especie, los comparan con otros simios, y para comprender a los simios, los comparan
con otros primates y otros mamíferos. En cada comparación se observan tanto las seme-
janzas como las diferencias para inferir por qué las cosas son como son. Sólo por medio
de comparaciones repetidas es probable que se elabore una recopilación confiable de
conocimiento sobre el mundo de la naturaleza y todo lo que contiene. Esto es verdad, ya
sea que estemos interesados en comprender los átomos, las galaxias, los petirrojos, los
chimpancés —o las sociedades humanas—.
Al hacer comparaciones, la tarea más importante para los científicos es descubrir
diferencias que marquen una diferencia. En la medicina, por ejemplo, el objetivo es descu-
brir las causas reales de las enfermedades, no sólo sus síntomas. Lo mismo sucede en
otras ciencias: el objetivo es descubrir las causas de las cosas.
Esta búsqueda de las causas de las cosas conduce a la elaboración de la teoría. Las
teorías científicas son explicaciones de varios aspectos del mundo de la naturaleza; son
explicaciones de por qué las cosas son como son. Las teorías proporcionan además un
6 Parte 1 Fundamentos teóricos
conjunto coherente de principios que forman el marco de referencia básico para un cam-
po de investigación.
Una de las características más importantes de las teorías científicas es que son
refutables. Esto significa que se plantean de tal manera que se pueden comprobar y de-
mostrar que están equivocadas, si en efecto lo están. Para ser aceptada por la comuni-
dad científica, una teoría debe resistir pruebas repetidas, y se debe apoyar en un cuerpo
sustancial de observaciones que sean consistentes con su explicación de las relaciones.
A veces parece como si la ciencia sólo fuera la acumulación paciente de hechos.
Pero los hechos en sí mismos carecen de significado; no explican nada. Para los científi-
cos, la colección de hechos es el medio para un fin muy importante, a saber, el desarrollo
y prueba de teorías diseñadas para explicar algún aspecto del mundo de la naturaleza.
Nuestro estudio de las sociedades humanas en este volumen está guiado por una
teoría así: la teoría ecológica evolutiva. Como su nombre sugiere, esta teoría está interesa-
da en dos cosas. En primer lugar, en las relaciones entre las partes de las sociedades y en
las interacciones entre éstas y sus ambientes. Y en segundo lugar, en la evolución de las
sociedades; es decir, en cómo y por qué cambian, y cómo estos cambios crean diferen-
cias entre las sociedades.
El ecosistema
global
Usted está
aquí
Organismos
pluricelulares
V
Células
Partículas
subatómicas
inanimada. Basta señalar que la estructura aumenta de manera gradual hasta el nivel de
las galaxias gigantes que giran en el espacio y termina en el mismo universo.
Las sociedades, sin embargo, son parte del mundo biótico: son una de las maneras
en que los seres vivos están organizados. De manera más específica, son una forma de
organización que se encuentra en muchas especies de organismos pluricelulares.
Esto hace surgir la cuestión de por qué algunas especies se organizan en socieda-
des mientras que otras no.
"Incluso los animales no sociales exhiben actividad cooperativa en el área de la reproducción (es decir, se re-
producen en forma sexual). Pero una especie no se clasifica como "social" si su actividad cooperativa está
limitada a esta única, aunque importante, área.
Capítulo 1 La situación humana 9
para actuar juntos en lugar de en forma individual en la solución de al menos algunos
de sus problemas.
*Es claro que la autonomía es una cuestión de grado. Por ejemplo, en la economía global actual ninguna so-
ciedad está libre por completo de las influencias económicas de otras sociedades. No obstante, todavía con-
servan una autonomía política considerable, en especial sobre sus asuntos domésticos.
"Recientemente ha habido algunos movimientos en la dirección opuesta con la obtención de una mayor in-
dependencia y autonomía de los gobiernos de Canadá y Australia de parte de los esquimales y los cree en
Canadá y los aborígenes de Australia.4 ^
10 Parte 1 Fundamentos teóricos
a)
c)
d)
12 Parte 1 Fundamentos teóricos
El hecho de que las sociedades humanas forman parte del mundo más grande de la
naturaleza no es simplemente un truismo que se deba admitir y luego olvidar; es un
hecho fundamental que se debe considerar y tomar en cuenta en cualquier esfuerzo
serio para entenderlas. Al mismo tiempo, sin embargo, las sociedades humanas no son
tan sólo un tipo más de sociedad con unas cuantas arrugas añadidas. Por el contrario,
muchas de sus características más importantes son únicas.
Al estudiar la vida humana y las sociedades humanas, es fácil enfatizar uno de
estos aspectos de la situación humana y omitir el otro. La teoría ecológica evolutiva, es
decir, la que guía nuestro estudio de las sociedades humanas, evita que esto ocurra
comenzando con tres suposiciones básicas. Primera, debido a que las sociedades huma-
nas son parte del mundo de la naturaleza, están influidas por sus ambientes en múltiples
formas. Segunda, debido a que las sociedades humanas son parte del mundo de la natu-
raleza, sus miembros, como los miembros de todas las demás especies, están dotados
con una herencia genética que influye de manera profunda sus acciones. Tercera, esta
herencia humana permite a los miembros de las sociedades humanas —y sólo a ellos—
crear herencias cidturales, las cuales confieren a la vida humana sus cualidades únicas.
Si se omite o se ignora cualquiera de estos tres factores, nuestra comprensión de las socie-
dades humanas necesariamente será defectuosa.
nos han contenido muchas clases de grandes y mortales depredadores, e incluso los de
las sociedades modernas más avanzadas desde el punto de vista tecnológico continúan
albergando incontables especies de virus, bacterias, insectos y roedores dañinos. Es más,
los esfuerzos de los grupos humanos para afrontar sus ambientes pueden, a su vez,
alterarlos y crear problemas nuevos. Por ejemplo, las sociedades pueden cazar animales
valiosos hasta extinguirlos y contaminar su aire y su agua.
El ambiente social también proporciona tanto oportunidades como amenazas. El con-
tacto entre sociedades puede producir benéficos intercambios mutuos de bienes e informa-
ción, o puede producir muerte y destrucción. En la actualidad vivimos en una economía
global donde los bienes, servicios y personas literalmente fluyen alrededor del mundo, pero
tan sólo en el siglo xx cientos de millones de personas han perdido la vida, han sido heridas
o han perdido sus hogares como resultado de la guerra. E incluso cuando la guerra se ha
evitado, las sociedades pueden ser amenazadas y dañadas por otras con diferentes medios,
como la contaminación atmosférica, la competencia económica o la subversión política.
fuente: Adaptado de Monroe Strickberger, Evolution (Boston: Jones and Bartlett, 1990), p. 384.
Capítulo 1 La situación humana 15
sociedades, no se debe a que hayamos elegido ser criaturas sociales, sino a nuestra heren-
cia genética. Del mismo modo, si confiamos en el aprendizaje como un modo básico de
adaptación al mundo en que vivimos, no se debe a que hayamos decidido que era lo
mejor, ni inventamos el aprendizaje. Más bien, es una expresión de nuestra herencia de
mamíferos y primates.
El aprendizaje es el proceso por el que un organismo adquiere, mediante la experien-
cia, información con potencial para modificar el comportamiento.6 Esto significa que cuando
se trata de solucionar problemas, un animal que puede aprender no depende por comple-
to del instinto (es decir, cuenta con el repertorio conductual proporcionado por su heren-
cia genética). En vez de ello, sus propias experiencias se convierten en un factor que mol-
dea su conducta. En el caso de los humanos y de algunos primates superiores, la evolu-
ción del cerebro anterior ha alcanzado el punto en el que les es posible almacenar una
gran variedad de información que pueden aprender por discernimiento o comprensión; en
otras palabras, pueden analizar una situación en sus mentes y, por consiguiente, evitar el
lento, costoso y a menudo doloroso proceso del ensayo y error.7
El valor adaptativo de la capacidad para aprender, aumenta mucho cuando los ani-
males viven en grupos. Esto le da al individuo mayor oportunidad de observar a otros de
su clase, y de comunicarse con ellos. En efecto, los animales sociales se benefician de la
experiencia de sus semejantes tanto como de su propia experiencia personal. En conse-
cuencia, la vida social multiplica la cantidad de información disponible para la población.
En las palabras de dos destacados estudiosos de la vida de los primates: "El grupo [primate]
es el sitio del conocimiento y la información que rebasa con mucho la del miembro indivi-
dual. Es en el grupo en el que la experiencia se reúne en un fondo común."8
El valor adaptativo de la capacidad para aprender también aumenta mucho entre
los primates por la inmadurez física prolongada de sus crías. Las crías de la mayor parte
de las especies están equipadas genéticamente para defenderse a sí mismos desde el
momento del nacimiento. Para los mamíferos, sin embargo, hay un periodo durante el
cual las crías dependen del contacto continuo con uno de los padres o con ambos. En el
caso de los antropoides, este periodo de dependencia es en especial prolongado, un
hecho que está vinculado con su gran capacidad para el aprendizaje y con su dependen-
cia del modo de vida social.
Pero, ¿qué nos hace tan diferentes de aquellos simios antropoides —chimpancés y
gorilas— con quienes compartimos más del 99% de nuestros genes?9 Después de todo,
sólo nosotros construimos rascacielos, provocamos explosiones nucleares, filosofamos,
componemos sinfonías y viajamos por el espacio. La explicación es que en algún punto
de la evolución de una línea antropoide ocurrieron una serie de cambios genéticos que,
aunque pocos en cantidad, tuvieron consecuencias revolucionarias para la conducta.
Los cambios más críticos alteraron la estructura del cerebro y cambiaron el centro de la
vocalización a la neocorteza, o parte más nueva del cerebro, donde se realiza el aprendi-
zaje y se almacena la información aprendida. Por tanto, gracias a cambios genéticos
relativamente menores, nuestros antepasados remotos adquirieron la capacidad para
crear un modo de adaptación radicalmente nuevo: la cultura.*
*Éste es un ejemplo clásico de lo que se conoce como el "efecto umbral", en el que un cambio pequeño en
una cosa tiene un efecto grande en otra —como cuando alguien camina durante kilómetros bajo una lluvia
torrencial sin ninguna mejoría en su situación y luego da uno o dos pasos adicionales y entra a un edificio
en el que escapa por completo del aguacero—.
16 Parte 1 Fundamentos teóricos
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Todas las especies de mamiferos tienen marcada capacidad para el aprendizaje. Entre los antropoides, ésta
se aumenta por la prolongada inmadurez física de las crías: familia de chimpancés, con la hermana mayor
acercándose al hermano menor que está en los brazos de la mamá.
*Para evitar confusión, debe señalarse que se define cultura como símbolos compartidos más que como con-
ducta compartida (véanse las páginas 33 y 34). Por tanto, las conductas aprendidas que son compartidas y
transmitidas en muchas sociedades de primates (por ejemplo, lavar la comida) no serían clasificadas como
cultura por esta definición.
Capítulo 1 La situación humana 17
do por completo o en gran medida por la estructura genética de los individuos que la
usan; el significado del símbolo no lo está.
La mejor manera de entender esta diferencia es ver ejemplos de los dos tipos de
transmisores de información, comenzando con las señales.10 Los animales hacen señales
con movimientos, sonidos, olores, cambios de color y cosas por el estilo, y la cantidad de
información que transmiten es muy variable. El tipo más simple de señal es aquel que se
usa en un contexto único y que sólo tiene un significado posible —la esencia sexualmente
atractiva liberada por una polilla hembra, por ejemplo—. En contraste, algunas especies
son capaces de transmitir información más compleja variando la frecuencia o intensi-
dad de una señal o combinando diferentes señales en forma simultánea o en secuencia.
Por tanto, una abeja melífera exploradora regresa a su colmena y realiza la "danza del
meneo" para dirigir a sus compañeras obreras hacia la fuente de alimento que ha loca-
lizado.11 Al variar los movimientos y vibraciones que forman la danza, comunica tanta
información sobre la dirección y la distancia que permite a sus hermanas aterrizar nota-
blemente cerca del objetivo, y al mismo tiempo añade un comentario sobre la calidad
del suministro de alimento y sobre el estado del clima.
18 Parte 1 Fundamentos teóricos
well-formed, her eyes gray as glass" (Su nariz bien formada, sus ojos grises como el
cristal). Las personas de habla inglesa simplemente han alterado muchos de sus símbo-
los desde esos días. La jerga o argot se crea por un procedimiento inverso: el símbolo en
sí permanece sin cambios, pero se le da un significado nuevo. Las palabras "pasta" y
"pavos", por ejemplo, se han llegado a usar para referirse al dinero.
Aunque los símbolos lingüísticos son básicos e importantes, no son el único tipo
de símbolos que usamos. Cualquier cosa a la que los humanos le asignen un significado
se convierte en un símbolo. Por tanto, la cruz se ha convertido en símbolo del cristianis-
mo, el martillo y la hoz en símbolo del comunismo ruso. Toda nación en el mundo actual
tiene una bandera que la representa, y símbolos uniformados comunican instrucciones
de tránsito básicas en las carreteras.
Debido a que no están determinados genéticamente, los símbolos se pueden com-
binar y recombinar de innumerables maneras para formar sistemas simbólicos de fan-
tástica complejidad, sutileza y flexibilidad. Los únicos límites son impuestos por las
características físicas de quienes los usan; es decir, por la eficiencia y la capacidad del
cerebro y del sistema nervioso humanos y de la precisión de nuestros sentidos. Los
sistemas simbólicos ayudan a vencer incluso estas limitaciones. Por ejemplo, la memo-
ria de nuestra especie (es decir, su capacidad para almacenar información) se ha
incrementado en gran medida por el uso de símbolos y registros escritos.
20 Parte 1 Fundamentos teóricos
ciones. Asume que las sociedades humanas son, por un lado, parte del mundo de la
naturaleza y, al mismo tiempo, únicas en diversas formas fundamentales.
Una de las herramientas que nos pueden ayudar a analizar las sociedades y a
construir teorías sobre ellas es una técnica conocida como modelamiento, la cual expresa
las relaciones hipotéticas de causa y efecto de manera detallada y explícita. El
modelamiento nos obliga a ser precisos respecto a las relaciones involucradas en una
teoría —más precisos de lo que podríamos ser en otras cosas. Una forma de lograrlo es
construir modelos en forma de ecuaciones matemáticas que expresan estas relaciones.
Este método se usa en forma extensa en física y economía, y a veces también en sociolo-
gía. Otro método, uno que es adecuado en especial para la macrosociología, expresa las
relaciones por medio de diagramas visuales.
En los capítulos siguientes se presentarán varios modelos en forma diagramátíca
como un medio para resumir diversos aspectos de la teoría ecológica evolutiva. En vista
de que algunas de las relaciones implicadas son complejas, algunos de los modelos tam-
bién serán complejos.
Sin embargo, el primer modelo, aunque simple, es muy importante debido a que
identifica los determinantes básicos, o causas, de las características de las sociedades
humanas tal como son entendidas por la teoría ecológica evolutiva. Como indica la
figura 1.2, esta teoría afirma que todas las características de una sociedad se deben en
última instancia sólo a tres cosas: 1) la influencia de sus ambientes biofísico y social, 2) la
influencia de la herencia genética de nuestra especie y 3) la influencia de características
sociales y culturales previas de la sociedad misma. Las flechas dobles en el modelo
indican además que las sociedades humanas no sólo son afectadas por el ambiente y la
herencia genética de nuestra especie, sino que a su vez afectan a éstas.
Ambientes
biofísico y social
de una sociedad
Características
ü
Características
sociales y sociales y
culturales previas culturales de
de la sociedad una sociedad
Herencia genética
común de
nuestra especie
FIGURA 1.2 Modelo ecológico evolutivo de las determinantes que caracterizan a las sociedades humanas.
22 Parte 1 Fundamentos teóricos
En los capítulos que siguen se amplificará y se extenderá este modelo básico con
mayor detalle. En el capítulo 2, por ejemplo, se examinará el cuadro que se encuentra en
la parte de enmedio del lado derecho de la figura 1.2 para ver con exactitud cuáles son
esas características. En el capítulo 3 se expondrá por qué y cómo cambian las sociedades
humanas. Esto nos proporcionará información que utilizaremos en el capítulo 4 para
hacer un "mapa" de los tipos y variedades principales de sociedades que han evolucio-
nado en el transcurso de los últimos 100 000 años.
Desde ese punto en adelante se examinará cada uno de los tipos principales de
sociedades y se verá cómo las fuerzas del cambio han transformado a las sociedades
humanas a lo largo del curso de la historia. Durante el proceso se extenderá en forma
gradual el modelo básico incorporando en él, y en nuestra teoría, las características y
complejidades más interesantes de la vida humana.
2
Las sociedades humanas
como sistemas socioculturales
El término sistema, el cual acabamos de vincular con "sociocultural" y que aparece con
frecuencia en los escritos sociológicos, es una palabra simple con un significado profun-
do. Puede ser aplicada a una gran variedad de cosas, muchas de ellas en el mundo de la
naturaleza. Hay sistemas físicos, como el sistema solar, los sistemas estelares, los siste-
24 Parte 1 Fundamentos teóricos
mas climatológicos y los sistemas de lagos y ríos. Todo organismo vivo es un sistema. Y
hay sistemas dentro de los organismos (digestivo, reproductor, etc.), sistemas de organis-
mos (poblaciones, sociedades) y sistemas que incluyen a organismos y sus ambientes
(ecosistemas). Luego están los sistemas creados por los humanos: sistemas mecánicos
(automóviles, pianos), sistemas políticos, sistemas lingüísticos, sistemas matemáticos,
sistemas de irrigación y sistemas de transportación. En cada caso, "sistema" se refiere a
una entidad formada por partes interrelacionadas.
La palabra clave en esta definición es "interrelacionadas". En las palabras de un
experto, un sistema es un "manojo de relaciones".1 Por esta razón, lo que le sucede a una
de las componentes de un sistema tiene implicaciones para las otras y para el sistema
como un todo. Demasiada cerveza en el estómago tiene repercusiones para el cerebro,
por ejemplo, al igual que la alineación de las ruedas de un sistema automotriz afecta a
su dirección. Francis Thompson, el poeta, capturó las cualidades sistémicas del mismo
universo en su línea: "No puedes mover una flor sin perturbar a una estrella."2
El significado del concepto sistema se comprende mejor, sin embargo, si nos enfo-
camos en un "manojo de relaciones" más específico y más pequeño, como el mecanismo
de un reloj. En orden de funcionamiento, esta entidad es un sistema mecánico. Cada
uno de sus componentes (engranajes, carátula, manecillas, etc.) también es una entidad
—y cada una sigue siendo una entidad aunque se desarme el mecanismo—. Pero cuando
las relaciones entre estos componentes se han destruido, la entidad que es el sistema deja
de existir. Es claro, entonces, que un sistema es más que la suma de sus partes: es la
suma de sus partes más todas las relaciones entre ellas.
Los sistemas varían mucho en el grado en que las funciones de las partes se co-
ordinan entre sí y con el funcionamiento del sistema como un conjunto. Usando esto
como criterio, los sistemas mecánicos son algunos de los sistemas más cercanos a la
"perfección" que se conocen. Considérese de nuevo el mecanismo del reloj. Cada com-
ponente existe, y cada uno funciona, para un solo propósito: el propósito para el que el
sistema existe y funciona (es decir, para marcar el paso del tiempo). Más aún, cada com-
ponente se relaciona sólo con las otras partes de su propio sistema y su operación de-
pende por completo de la operación de las demás.
No será una sorpresa, entonces, notar que, en lo que se refiere a cualidades sistémicas,
las sociedades de algunas especies se parecen más a un reloj de lo que se parecen a las
sociedades humanas. Las actividades que se realizan en el sistema social de las abejas
melíferas, por ejemplo, están coordinadas en forma tan bella como los engranajes y las
carátulas: todas sirven a los intereses del sistema (es decir, a la sociedad en su conjunto)
y demuestran una interdependencia casi total entre las partes. La herencia genética de
las abejas refleja claramente un plan detallado para un sistema social armónico.*
La situación es muy diferente en las sociedades humanas. Por una parte, la coordi-
nación entre sus partes componentes a menudo es deficiente. Por otra, sus componentes
no siempre funcionan en formas que conduzcan al bienestar del sistema en sí (es decir,
la sociedad). Por ejemplo, sus miembros son individualistas y a menudo son agresivos,
se resisten a los esfuerzos para coordinar y controlar su comportamiento y no subordi-
*Los biólogos han argumentado que esto se debe en gran medida al hecho de que como todos los miembros
de estas sociedades descienden de los mismos padres, casi todos son hermanos. Por tanto, desde un punto de
vista evolutivo, los intereses de los individuos y del grupo son indistinguibles.
Capítulo 2 Las sociedades humanas como sistemas socioculturales 25
nan con facilidad sus necesidades a las necesidades del grupo. En resumen, un plan
genético que es muy diferente del de las abejas, pero igual de irresistible, impide que las
sociedades humanas logren el ordenamiento estricto de las relaciones que caracterizan
a algunos sistemas.
Sin embargo, debe haber suficiente cooperación entre los miembros de una socie-
dad humana, y las diversas partes deben funcionar con la suficiente suavidad como
para que las necesidades básicas del sistema puedan satisfacerse. La alternativa es la diso-
lución de ese "manojo de relaciones" que es la sociedad.
Esto crea problemas, debido a que las necesidades del sistema y las de sus miem-
bros no necesariamente son las mismas. Por ejemplo, un individuo no tiene que tener
hijos para satisfacer sus necesidades básicas de supervivencia, pero una sociedad está
condenada si no produce nuevos miembros para remplazar a cada generación anterior
conforme va muriendo. Del mismo modo, los individuos pueden violar las leyes y códi-
gos morales de su sociedad y sobrevivir, incluso prosperar; pero ninguna sociedad pue-
de perdurar a menos que combata esas violaciones y mantenga a raya la conducta
antisocial y perjudicial.
Población
La población, el primer componente básico de la sociedad, es un término que se refiere
a los miembros de una sociedad considerados de manera colectiva. Al analizar sociedades hu-
manas, hay tres aspectos de la población que se deben tomar en cuenta: 1) las constantes
genéticas, 2) las variables genéticas y 3) las variables demográficas.
Constantes genéticas Las constantes genéticas de una población son aquellas caracte-
rísticas que reflejan la herencia genética común de nuestra especie. Como la palabra "cons-
tante" implica, estos rasgos son los mismos para cada sociedad y, para todos los propó-
sitos prácticos, son iguales de una generación a la siguiente.
Especificar los rasgos con bases genéticas que las personas de todas partes com-
parten no es una tarea fácil. Primero, simplemente no hay manera de que los científicos
puedan observar y estudiar el componente biológico de la vida humana sin influencias
culturales que se atraviesen en su camino.
El segundo problema para extraer una lista de nuestros rasgos genéticos comunes
estriba en la complejidad de la genética misma. Los científicos aún están muy lejos de
comprender por completo la materia. Una cosa que está clara, sin embargo, es que la
mayor parte de los rasgos observables —por ejemplo, una característica física o una
tendencia conductual— no es el resultado de la acción de un gene individual, sino más
bien de la interacción de varios genes diferentes. Cualquier gene individual, mientras tan-
to, generalmente no afecta a un solo rasgo individual, sino avarios rasgos diferentes. Para
complicar más el problema, la influencia de los genes en el desarrollo se puede modifi-
car por factores ambientales.
Varias ilustraciones pueden ayudar a aclarar la complejidad del problema. Prime-
ro, a pesar de muchos debates todavía no está claro si la diferencia en el desempeño de
hombres y mujeres en ciertos tipos de pruebas de aptitudes (por ejemplo, razonamiento
espacial) es el resultado de influencias culturales anteriores, de la genética o de alguna
combinación de las dos. Del mismo modo, la orientación sexual, que fue considerada
durante mucho tiempo totalmente un producto de influencias culturales, ahora se sos-
Capítulo 2 Las sociedades humanas como sistemas socioculturales 27
pecha que es, al menos en parte, el resultado de influencias hormonales en el feto du-
rante el embarazo. Y la esquizofrenia, el autismo y otras enfermedades mentales y emocio-
nales de las que alguna vez se culpó por completo a los padres culturalmente deficien-
tes y a otros factores culturales puede tener una base en la genética y el desarrollo fetal.3
Obviamente, hay mucho que no entendemos sobre la influencia de los genes en la
vida humana. Sin embargo, sabemos lo suficiente como para desechar la hipótesis de la ta-
bula rasa alguna vez tan popular.4 Los creadores de esta perspectiva afirmaban que las
mentes de los infantes recién nacidos eran como una pizarra en blanco, carente por
completo de contenido, y que el pensamiento y la acción humanos se debían en su tota-
lidad a influencias sociales y culturales experimentadas después del nacimiento.
Esta idea fue muy atractiva en un principio porque, de ser cierta, debería ser posible
eliminar por medio de la cuidadosa planificación social la mayor parte de los problemas del
mundo, ya que si las sociedades pueden hacer a las personas egoístas, crueles y agresivas,
también deberían ser capaces de hacerlas amables, compasivas e interesadas en los demás.
En la actualidad, sin embargo, después de más de un siglo de decepcionantes re-
sultados de los esfuerzos para alterar de manera fundamental la conducta humana, y
debido a los conocimientos proporcionados por las nuevas ciencias de la genética y la
primatología, es claro que las personas y sus sociedades están influidas en forma pro-
funda tanto por la herencia genética de nuestra especie como por sus culturas.5 Los as-
pectos desagradables de la vida humana, no menos que los atractivos, reflejan de modo
inevitable esta herencia evolutiva antigua y parecen destinados a permanecer como parte
de la escena humana por un largo tiempo futuro.*
Con estas advertencias y consideraciones en mente, ¿qué se puede decir sobre las
constantes genéticas?
Primero, iodos los humanos tienen las mismas necesidades básicas. Éstas incluyen re-
querimientos físicos obvios como la necesidad de alimento, agua, sueño, calor y oxíge-
no —necesidades que las personas deben satisfacer para sobrevivir—. Los individuos
necesitan además ser parte de alguna sociedad. Esto es importante en especial durante los
primeros años formativos: los bebés humanos nacen en un estado de inmadurez y des-
amparo extremos comparados con la mayor parte de los demás animales. De hecho,
durante el primer año su desarrollo físico incluye procesos como el crecimiento del cere-
bro y el endurecimiento de los huesos que en otros primates son parte del desarrollo
fetal.**6 La maduración de los humanos sucede a un ritmo inusualmente lento y requiere
de un periodo mucho más largo que los miembros de otras especies para alcanzar la
madurez y la mayor "autosuficiencia" que trae la edad adulta. Pero incluso como adul-
tos siguen siendo dependientes de la sociedad.
Además, hay una variedad de otros impulsos con base genética cuya satisfacción,
aunque no esencial para la supervivencia, motiva las acciones de los individuos. Éstos
*Esto no significa, por supuesto, que no puede hacerse nada respecto a los aspectos desagradables de la
conducta humana. Cada sociedad toma medidas para desalentarlos y suprimirlos, pero tanto la historia
moderna como nuestro conocimiento de la genética indican que hay límites a lo que las sociedades pueden
lograr a este respecto (por ejemplo, véase el capítulo 15).
**La razón por la que los humanos entran al mundo en este estado inmaduro se debe al parecer al tamaño
del cerebro. Al nacer el cerebro humano sólo tiene el 23% de su tamaño adulto, mientras que el de los chim-
pancés y los monos rhesus tiene el 41% y el 65%, respectivamente.7 Si los infantes humanos se desarrollaran
en el útero los meses adicionales necesarios para madurar más, el mayor tamaño de la cabeza haría imposi-
ble el nacimiento.
28 Parte 1 Fundamentos teóricos
*Los infantes recién nacidos, por ejemplo, tienen una preferencia decidida por la variedad visual y el con-
traste en sus alrededores y una "tendencia a explorar" que se manifiesta desde el momento del nacimiento.
Los recién nacidos también tienen tanta necesidad de contacto social y de la estimulación que ésta proporcio-
na que cuando les es negado, su salud se resiente y a menudo pueden hasta morir.9
Capítulo 2 Las sociedades humanas como sistemas sorioculturales 29
quinto punto más adelante), el grado en el que esto es posible por lo general es bastan-
te limitado.
Cuarto, en sus actividades, los humanos economizan la mayor parte del tiempo, buscan-
do la devolución óptima para su gasto de recursos.11 Esto se debe a que sus necesidades y
deseos casi siempre exceden a sus recursos. Por tanto, para maximizar la satisfacción de
las necesidades y los deseos, es esencial economizar, en especial cuando los costos
involucrados son altos. La falta de observación de este principio básico sólo puede con-
ducir a la frustración, la decepción y a necesidades y deseos insatisfechos.
Quinto, ios humanos tienen una capacidad inmensa para el aprendizaje y para modificar
su conducta en respuesta a lo que aprenden. El aprendizaje no sólo es el proceso de recordar
lo que sucedió y cuándo; también es un proceso de evaluación basado en la asociación
de cosas y acontecimientos con experiencias de placer y de dolor. Los patrones de acción
que resultan dolorosos tienden a no repetirse mientras aquellos que son placenteros
tienden a reforzarse. Debido a esta notable capacidad para el aprendizaje, los humanos
disfrutan de mucha mayor libertad de las restricciones impuestas por las conductas
programadas genéticamente que restringen las vidas de la mayor parte de los animales.
Por tanto, son capaces de desarrollar patrones de acción alternativos para la mayoría de
las situaciones que los confrontan —un hecho que ha demostrado ser una bendición y
una maldición—.
Sexto, los humanos en todas partes desarrollan diversas necesidades y deseos derivados
que reflejan sus experiencias como miembros de la sociedad. Debido a que estas experiencias
varían de una sociedad a otra y de un individuo a otro dentro de una sociedad determi-
nada, también cambia la naturaleza e intensidad de nuestras necesidades derivadas.
Todos nosotros, sin embargo, tendemos a desarrollar como mínimo la necesidad o deseo
de poseer cosas, de dar y recibir afecto, de expresarnos, de ser respetados, de tener
experiencias emocionales y estéticas y de percibir orden y significado en nuestras vidas.
Séptimo, los humanos tienen la capacidad de crear y usar sistemas simbólicos y de desa-
rrollar culturas. Esta capacidad exclusiva de los humanos depende de una variedad de
atributos con base genética, incluyendo los órganos del habla como los labios, la lengua,
el paladar, los nasales y las cuerdas vocales. De igual importancia, sin embargo, son las
peculiaridades del cerebro humano, en forma específica aquellas áreas de la corteza
cerebral que controlan el habla y el pensamiento abstracto.12 La mayoría de los lingüis-
tas actuales creen que, a pesar de las múltiples diferencias entre los 3 000 idiomas hablados
FIGURA 2.1 El cerebro humano es un recurso impresionante: puede registrar tanta información como
1 000 conjuntos de 24 volúmenes de la Encyclopaedia Brítannica. Compárese el tamaño de la corteza cerebral
de los humanos con la de otros primates.
que emplean los humanos, hay una sola estructura subyacente que es compartida por
todos y que forma parte de nuestra herencia genética común.13
Octavo, la herencia de nuestra especie incluye emociones y apetitos poderosos heredados
de ancestros prehumanos distantes. La estructura de nuestro cerebro refleja su larga heren-
cia evolutiva. Esto se debe a que conforme se desarrollaban componentes nuevos no se
remplazaba a los existentes, sino que se entrelazaban y se agregaban a éstos. Por tanto,
el nivel más alto, la corteza cerebral, que alberga nuestra capacidad para razonar, recubre
y se encuentra interconectada con los niveles más primitivos que albergan a nuestras
emociones. La naturaleza precisa de las relaciones entre estos componentes todavía no
se ha determinado, pero es obvio que nuestras acciones y pensamientos a menudo son
influidos poderosamente —en forma tanto positiva como negativa— por emociones como
el temor, el amor y el enojo.*14
Noveno y último, los humanos tienen un sentido muy desarrollado de sí mismos y están
muy motivados para poner sus necesidades y deseos propios antes que los de los demás, en espe-
cial cuando los premios son elevados.15 En parte, en especial al comienzo de la vida, esto es
instintivo y genético, pero también es producto del aprendizaje.** No hay dos indivi-
duos que puedan compartir exactamente el mismo conjunto de experiencias en el trans-
curso de sus vidas, y en vista de que la experiencia moldea nuestros valores y nuestras
percepciones de nosotros mismos, se vuelve inevitable una conciencia muy desarrolla-
da del yo y de la conducta que sirve a uno mismo. Conforme el reconocimiento de esto
penetra en forma gradual en nuestra conciencia, la distinción entre el yo y los demás se
hace cada vez más evidente. Mientras tanto descubrimos que las acciones que son pla-
centeras para los demás no siempre son placenteras para nosotros y viceversa.
Por tanto, el desarrollo de una distinción entre el yo y los demás es seguido pronto
por la distinción entre el interés en uno mismo y el interés de los demás. Debido a esto,
la competencia y el conflicto son endémicos en las sociedades humanas, aunque su for-
ma y naturaleza varía dependiendo de las circunstancias. Esto no nos impide cooperar
entre nosotros, en vista de que la mayoría de nosotros descubrimos desde la infancia y
primeros años de la niñez que los beneficios de la cooperación por lo general exceden a
los costos. En consecuencia, el interés bien informado en uno mismo asegura una canti-
dad sustancial de cooperación en toda sociedad humana.
Sin embargo, como muchos grandes novelistas y poetas lo han reconocido, una
gran tensión está incorporada en el tejido mismo de la vida humana: el homo sapiens es,
por naturaleza, tanto un animal social como un animal individualista y egocéntrico. Es
esto más que ninguna otra cosa lo que crea el drama en la vida humana, y las incerti-
dumbres. Y esto también es lo que justifica que uno de los primeros sociólogos definiera
a las sociedades humanas como sistemas de "cooperación antagónica".16
Variables genéticas Además del núcleo de rasgos que compartimos todos los humanos
y que forman la porción principal de la herencia genética de todos, cada uno de noso-
tros tiene además miles de genes que están ausentes, o que existen en formas algo dife-
rentes, en otros individuos. Debido a que estos genes no están distribuidos de manera
*Esto ayuda a explicar por qué la publicidad con que se anuncian, desde automóviles y cervezas, hasta políticos,
recurren tan a menudo a las emociones más que a la razón. Los publicistas están apostando millones a que las
emociones dominarán a la razón cuando las personas tengan que decidir acerca de compras y elecciones.
**La base genética de esto es obvia cuando comparamos las sociedades humanas con las sociedades de
insectos sociales.
Capítulo 2 Las sociedades humanas como sistemas socioculturales 31
igual entre las sociedades y sus poblaciones, son aspectos variables de la herencia genética
de las sociedades humanas. Éstos incluyen el color de la piel, la textura del pelo, la
forma de los ojos, el tipo de sangre, la incidencia de la ceguera al color, la sensibilidad al
sabor y la susceptibilidad a varias enfermedades, para nombrar unos cuantos de los que
han sido identificados hasta ahora.17 El impacto directo de estas variables en la vida de
las sociedades humanas parece haber sido de importancia limitada. Sin embargo, debi-
do a las respuestas sociales y culturales a ellos, como el estereotipamiento étnico y el
prejuicio, sus efectos indirectos a menudo han sido sustanciales.
Aunque antes de la era moderna las poblaciones humanas en diferentes regiones
del mundo no tenían contacto directo entre sí y por consiguiente no pudieron cruzarse
durante largos periodos, ningún grupo humano nunca estuvo tan aislado, ni se diferen-
ció tanto genéticamente, como para convertirse en una especie separada. Sin embargo,
durante esos periodos prolongados de aislamiento, las poblaciones humanas se diferen-
ciaron genéticamente en varias formas muy visibles, como el color de la piel, el cabello
y los ojos, el tipo de cabello, la complexión corporal y la forma del rostro y de la cabeza.
Estas diferencias, que tienden a estar interrelacionadas, al final se convirtieron en la
base del concepto moderno de raza. Una raza simplemente es una parte de la población
humana en la que alguna combinación de estos rasgos muy visibles ocurre con una fre-
cuencia que se distingue en forma apreciable de la de otras partes de la población huma-
na. Las diferencias raciales, puede señalarse, se encuentran en muchas especies, no sólo
en los humanos.18
Los miembros de las sociedades modernas a menudo tienen dificultad para apre-
ciar el valor adaptativo de las características raciales, debido a que ya no dependen de
ellas para su supervivencia o bienestar. Cuando encontramos una luz solar intensa des-
agradable, por ejemplo, nos adaptamos culturalmente: creamos una sombra artificial o le
aplicamos "pigmento" artificial a nuestros ojos (lentes para el sol) y a nuestra piel (bron-
ceador). A lo largo de la mayor parte de la historia humana, sin embargo, los atributos
genéticos de una población fueron sus medios primarios para adaptarse a los peligros de
su ambiente e incluso variaciones menores en características relevantes, como la capaci-
dad para almacenar grasa corporal como un aislamiento contra el frío extremo, podrían
determinar cuáles individuos sobrevivían y cuáles no.
Esto explica por qué muchas variables genéticas, desde el color de la piel hasta la
forma del cuerpo y de la cara, no están distribuidas al azar a lo largo del planeta, sino que
ocurren en patrones geográficos discernibles.19 Por ejemplo, el pigmento en nuestra piel
determina qué tan oscura es y protege a las células subyacentes de la exposición a los
rayos ultravioleta. La piel más oscura es universal en regiones cálidas y soleadas, con la
pigmentación más fuerte de todas en el Sudán africano, donde la radiación solar es la más
intensa y constante.20 En contraste, la pigmentación ligera en países con poca luz solar
facilita la síntesis de vitamina D, que protege a una persona contra el raquitismo.21
El "gene en hoz", presente sobre todo en poblaciones de África, Medio Oriente e
India, en áreas donde ocurre una forma particularmente mortal de malaria, proporcio-
na una ilustración un tanto diferente del valor adaptativo de las variables genéticas. Un
individuo que hereda este gene de ambos padres desarrollará anemia de célula en hoz,
una enfermedad que por lo común es fatal antes de la edad adulta. Pero una cantidad
mucho mayor de personas en la población heredan el gene sólo de un padre, desarro-
llan sólo síntomas leves de la anemia y son muy resistentes a ciertas formas virulentas
32 Parte 1 Fundamentos teóricos
Las poblaciones humanas se diferenciaron genéticamente en muchas formas muy visibles durante periodos
prolongados cuando el cruzamiento no era posible: compárese la estatura, la complexión corporal, el tipo
de cabello y el color de la piel del esquimal con el masai de Kenya.
de malaria. Como resultado, en áreas con una incidencia elevada de malaria, el gene en
hoz ha tenido gran valor adaptativo: más individuos derivan un beneficio —resistencia
a la malaria— de los que sufren un costo, la muerte por anemia de célula en hoz, y el
rasgo, por consiguiente, persiste en la población.22
La mayor parte de las variables genéticas no son tan fáciles de identificar como las
que se han discutido hasta aquí. Esto se debe a que la mayoría de nuestras característi-
cas resulta de la acción de más de un gene y no está determinada sólo por los genes. Los
genes proporcionan el potencial, pero la realidad es determinada por la interacción de
los genes y el ambience. Para complicar las cosas, el ambiente incluye además al am-
biente intrauterino del periodo prenatal, incluso la experiencia anterior a la concepción
del espermatozoide y el óvulo. Esta interacción de la genética y el ambiente se ha ilus-
trado en forma dramática muchas veces, como en el caso de los niños judíos nacidos en
los kibbutzim israelitas y los niños japoneses nacidos en América quienes, a causa de
Capítulo 2 Las sociedades humanas como sistemas socioculturales 33
mejores dietas, se destacan de sus padres nacidos en los ghettos de Europa y Japón. Es
claro que la mayor parte de las características biológicas, desde la longevidad hasta la
aptitud musical, son moldeadas tanto por los genes como por el ambiente. Pero hasta
ahora, al menos, los esfuerzos para separar los dos y medir su influencia relativa han
resultado frustrantes e infructuosos.
Sin embargo, algo ha sido aclarado: la relación entre las variables genéticas racia-
les y no raciales. Se han realizado estudios, por ejemplo, de la ceguera al color y de las
características de la sangre, las cuales son variables que pueden ser identificadas con
precisión y que son afectadas en forma mínima por los factores ambientales, y cuya
frecuencia genética en una población se puede calcular en forma precisa. Cuando las
distribuciones de estos genes se grafican en forma geográfica, cruzan las líneas raciales.
Por ejemplo, la frecuencia del gene para la sangre tipo B en esencia es la misma entre los
chinos del sur, los rusos y los africanos del oeste.23 Hallazgos como estos dejan claro que
los rasgos usados para definir la raza son un conjunto en extremo limitado de variables
que no están correlacionadas en ningún grado apreciable con otras variables genéticas
que se han analizado con cuidado.
Cultura
El segundo componente básico de todo sistema sociocultural es la cultura; es decir, los
sistemas simbólicos de una sociedad y la información que transmiten. Como se vio en el capí-
34 Parte 1 Fundamentos teóricos
tulo 1, los símbolos son transmisores de información que permiten manejar la informa-
ción en formas que son imposibles para otras criaturas. Se puede extraer más información
de una experiencia (es decir, aprender más) debido a que los símbolos nos permiten
procesos de pensamiento negados para otras especies. También podemos compartir más
información, porque los símbolos nos permiten expresar mucho de la sutileza, comple-
jidad y diversidad de nuestras experiencias. Podemos, de hecho, hacer más con la infor-
mación sea lo que sea lo que esté involucrado: para registrarla, acumularla, almacenarla,
combinarla o aplicarla, los usuarios de símbolos tienen una ventaja fantástica sobre los
usuarios de señales.
Los sistemas simbólicos y de almacenamiento de información que comprenden la
cultura de una sociedad son como un cimiento dejado por las generaciones previas.
Debido a que cada nueva generación tiene estábase sobre la cual construir, puede evitar
repetir muchas de las experiencias de generaciones anteriores. Si un grupo ya aprendió
cómo hacer y usar el fuego, o inventó el arado, o desarrolló un sistema de números, sus
miembros no necesitan repetir el lento, y a menudo difícil, proceso por el que ese ele-
mento particular de la cultura fue adquirido por primera vez. En vez de eso, pueden
enfrentar nuevos retos, los cuales pueden resultar en un enriquecimiento mayor o mo-
dificación de su cultura.
Se examinarán ambas partes básicas de la cultura con mayor detalle, comenzando
con los sistemas simbólicos.
Sistemas simbólicos Los sistemas simbólicos más básicos en cualquier sociedad son
sus lenguajes hablados* No importa cuántos otros sistemas de este tipo cree una sociedad,
éstos son los que sus miembros usan en sus procesos de pensamiento básicos y los que
soportan la mayor carga para la transmisión de información entre ellos.
En el corazón de todo lenguaje hablado hay un conjunto enorme de convenciones
sociales, o prácticas habituales, que constituyen su vocabulario y gramática. El vocabu-
lario es un conjunto de sonidos con significados vinculados a ellos, y la relación entre un
sonido y su significado está fijado en la historia de su uso por aquellos que comparten
ese lenguaje. Para aquellos que hablan español, la palabra "cama" significa un lugar
para dormir, no porque exista alguna conexión lógica o necesaria entre el sonido y la
actividad, sino porque ésta es la convención que ha evolucionado en las poblaciones de
habla hispana. Del mismo modo, las convenciones gramaticales nos dicen cómo se de-
ben combinar las palabras si han de ser significativas e inteligibles para los demás. Por
tanto, significa una cosa decir "El oso se comió a Juan", algo bastante diferente decir
"Juan se comió al oso" y nada en absoluto decir "El comió oso Juan".
Hasta que estudiamos un lenguaje extranjero, la mayoría de nosotros tiene la im-
presión de que hay algo natural —incluso inevitable— respecto a la manera en que
nuestra propia sociedad y su lenguaje separan la experiencia y el pensamiento en los
trozos de significado que llamamos palabras, y que aprender otro lenguaje sólo es cues-
tión de aprender los sonidos que otra sociedad aplica a esas mismas "unidades de expe-
riencia". Pero como saben bien las personas que están familiarizadas con dos o más
lenguajes, las palabras de un lenguaje no necesariamente tienen un equivalente en el
•
'Muchas sociedades tienen, o han tenido, dos o más lenguajes. Aun aquellos con un solo lenguaje con
frecuencia han tenido múltiples dialectos que eran mutuamente ininteligibles.
Capítulo 2 Las sociedades humanas como sistemas socioculrurales 35
otro. Los estadounidenses y los rusos se dieron cuenta de esto hace algunos años duran-
te las pláticas entre el presidente Kennedy y el secretario general Krushchef. Kennedy
dijo en forma repetida que los rusos no deberían interpretar mal ("miscalculate") la
voluntad e intenciones del pueblo estadounidense y cada vez que era traducida la pala-
bra "miscalculate", Krushchef se ruborizaba enojado. Kennedy se enteró más tarde que
el lenguaje ruso no tiene un equivalente preciso de esta palabra y el traductor había
empleado una palabra rusa, aplicada normalmente a un niño pequeño o a una persona
sin educación, que significaba "incapaz de contar". ¡Por supuesto Krushchef supuso
que Kennedy estaba implicando que él no era muy brillante!*24
Una razón de que los lenguajes separen la experiencia en unidades diferentes se
debe a que las experiencias de las personas que crean y usan los lenguajes son muy diferen-
tes. Por ejemplo, los gauchos, los famosos vaqueros de las praderas argentinas, distinguen
entre 200 colores diferentes de caballos, pero sólo usan cuatro palabras para referirse a
todas las plantas que conocen: pasto, paja, cardo y yuyos.26 Mientras tanto, los esquimales
usan numerosas expresiones para referirse a los diversos fenómenos que nosotros llama-
mos simplemente "nieve". Por ejemplo, distinguen entre nieve seca llevada por el viento,
nieve seca compacta adecuada para cortar en bloques y construir iglúes y nieve superfi-
cial de la corteza del hielo.**27 En otra parte del mundo, los Dugum Dani, horticultores de la
Edad de Piedra en la isla de Nueva Guinea, tienen setenta palabras diferentes que se re-
fieren a la batata, su cultivo básico,29 y en el Medio Oriente, el árabe tiene fama de tener mil
expresiones para espada, lo que indica el énfasis de esa cultura en la poesía y la insistencia
en los sinónimos y las figuras retóricas.30 El inglés es un lenguaje rico en números y unida-
des de medición, perfecto para describir y registrar datos matemáticos y científicos. En
resumen, un lenguaje refleja las necesidades, intereses y experiencias de quienes lo usan.
Otra razón por la que difieren los lenguajes en la forma en que categorizan y clasi-
fican la experiencia es la manera casual y espontánea en la que evolucionan. Considére-
se la evolución de la palabra "buró", por ejemplo. Un buró era originalmente algo hecho
de bayeta, una tela verde gruesa. Debido a que estos burós a menudo se colocaban sobre
las mesas de escritorio y en las cómodas, la palabra se extendió al final para significar el
mueble además de la tela. Más tarde, debido a que muchas oficinas de gobierno estaban
equipadas con burós o escritorios, las oficinas mismas llegaron a conocerse con ese tér-
mino (por ejemplo, el Buró Federal de Investigaciones [FBI]).31
Este proceso de cambio en el lenguaje se origina tan al azar que es improbable que
el mismo patrón ocurra en dos sociedades. Aun si dos sociedades comienzan con el
mismo lenguaje, como cuando un grupo pequeño se separa del grupo principal para
colonizar un territorio nuevo, se desarrollarán diferencias lingüísticas a menos que se
mantenga un alto nivel de comunicación entre ellos. No hay mejor ejemplo de esto en la
era moderna que las diferencias entre el español que se habla en España, México, Ar-
*En otro incidente durante la "guerra fría", las tensiones entre la Unión Soviética y Estados Unidos eran muy altas
y se enfocaban en la ciudad de Berlín, donde muchos temían que estallaría la Tercera Guerra Mundial en cualquier
momento. El presidente Kennedy, para asegurar a los ciudadanos de Berlín que él y Estados Unidos los apoyaban,
dijo: "Ich bin ein Berliner", tratando de decir "Yo soy un berlinés". Desafortunadamente, al insertar el artículo "ein"
en la oración cambió su significado ¡y lo que en realidad dijo fue "Yo soy una rosquilla de jalea"!25
"Vale la pena señalar que éstas en realidad no son palabras diferentes, sino combinaciones complejas de térmi-
nos.28 El punto que se resalta, sin embargo, simplemente es que estas diferencias en la nieve son de considerable
importancia para la vida esquimal, mientras que atraen poca atención en una sociedad que practica una tecno-
logía diferente.
36 Parte 1 Fundamentos teóricos
gentina, Cuba y Puerto Rico. Para los guatemaltecos, por ejemplo, "Hay suponte cuánto
chonte" significa "Mira cuántos policías".
Hasta aquí se ha discutido el lenguaje hablado como si fuera tan sólo un vehículo
neutral y pasivo para transmitir información. Pero como han reconocido desde hace
mucho los líderes políticos, propagandistas y publicistas, las palabras individuales a
menudo adquieren, mediante el proceso de asociación, connotaciones emocionales in-
tensas que les permiten transmitir más de lo que está expresado en sus definiciones
formales. Palabras como "comunista", "racista" y "sexista", por ejemplo, tienen tales
connotaciones negativas tan intensas para muchos estadounidenses que responden sin
pensar al contenido emocional de estos símbolos. Las palabras también pueden adqui-
rir asociaciones positivas intensas, y también se pueden usar para manipular las emo-
ciones. Por ejemplo, vincular términos del parentesco con organizaciones, como en
"Madre Rusia", "Madre Iglesia" o "Tío Sam", puede estimular cálidos sentimientos de
afecto.
Un lingüista sobresaliente de la última generación, Edward Sapir, llegó tan lejos
que afirmó que la manera en que las personas perciben la realidad "está incorporado en
gran medida en forma inconsciente en los hábitos de lenguaje del grupo" y que, como
resultado, diferentes sociedades viven en mundos distintos, "no solamente el mismo
mundo con diferentes etiquetas pegadas".32 Aunque pocos eruditos irían tan lejos, reco-
nocen que el lenguaje es una parte vital de la experiencia humana y que ayuda a deter-
minar lo que sentimos, lo que percibimos y lo que hacemos.33
Para complementar su lenguaje hablado, cada sociedad usa gestos y expresiones
faciales convencionales cuyos significados son evidentes para los miembros del grupo.
Este segundo tipo de sistema simbólico, el lenguaje corporal, no se debe confundir con las
expresiones faciales y movimientos corporales que hacemos en forma involuntaria cuan-
do tocamos algo caliente, o la manera en que nos arrugamos cuando probamos algo
amargo. Éstas son señales determinadas genéticamente. El verdadero lenguaje corporal
es simbólico, igual que las palabras, ya que la forma y significado de los gestos y expre-
siones están determinados por quienes los usan. Considérese, por ejemplo, el encogi-
miento de hombros. Varios grupos lo usan para transmitir indiferencia, incertidumbre o
ignorancia sobre el tema en cuestión, estando indicado el significado específico por el
contexto en el que se usa.34
Un tercer tipo de sistema simbólico en muchas sociedades es el lenguaje escrito, un
desarrollo relativamente reciente en la historia humana. Algunos de los registros escri-
tos más antiguos que existen en la actualidad fueron preparados hace miles de años por
autoridades de los templos en Mesopotamia para permitirles llevar un registro de las
transacciones comerciales.35 Estos sacerdotes eran administradores de los recursos de
sus dioses y cuando prestaban sus animales o granos, era imperativo lograr que regre-
saran. Aunque el sacerdote que hizo el préstamo podría morir, el dios esperaba que se le
pagara. Para seguirle la pista a la propiedad de su dios y por consiguiente evitar su ira,
la comunidad sacerdotal diseñó un sistema primitivo de escritura que implicaba una
mezcla de numerales, pictogramas e ideogramas.
La naturaleza arbitraria y simbólica de esta escritura es clara. Aun cuando un
pictograma (en esencia una pintura) era usado para representar a un toro, era una re-
presentación estilizada que excluía muchas de las características del animal que se po-
drían incluir. Es más, las mismas características se usaban de manera consistente, indi-
Capítulo 2 Las sociedades humanas como sistemas socioculturales 37
cando que ya se habían establecido formas convencionales de notación. Desde una fe-
cha muy antigua, el pictograma de una vasija representaba una cierta cantidad de gra-
nos, en lugar de la vasija en sí. Y por último, entre estos ejemplos antiguos de escritura
hay varios ideogramas que son símbolos "puros", en virtud de que son arbitrarios por
completo y están basados sólo en la convención. Carecen de cualquier parecido visual
con los objetos que representan, del mismo modo que el signo de dólar no guarda nin-
gún parecido con la moneda que simboliza.
Conforme se descubrieron nuevos usos para la escritura, se hicieron nuevos es-
fuerzos para traducir el lenguaje hablado a una forma escrita. Desde una fecha muy
antigua los reyes y príncipes registraban sus triunfos militares para la posteridad, los
sacerdotes sus ritos sagrados y tradiciones. Al principio, mientras se hacía clara la expe-
riencia de los sacerdotes mesopotámicos, los símbolos escritos de una sociedad sólo
podían expresar una pequeña parte de lo que era posible con símbolos hablados. De
modo gradual, sin embargo, los lenguajes escritos se desarrollaron hasta ser capaces de
transmitir la misma información que los hablados, y la escritura tomó posesión de lo
suyo como un medio de almacenar información, para la comunicación a través de las
barreras del espacio y del tiempo, y por último como un medio de expresión artística,
educación y entretenimiento.
Conforme las sociedades han adquirido más información, con frecuencia se ha
hecho necesario ir más allá de los símbolos básicos como las letras y los numerales. Por
tanto, han evolucionado nuevos sistemas simbólicos que facilitan en gran medida el
manejo de tipos de información especializados. Por ejemplo, los músicos desarrollaron
la notación musical para poder expresar la información que creaban y usaban, y los
matemáticos y científicos desarrollaron una gran variedad de sistemas simbólicos para
expresar ideas abstractas, números complejos y cosas por el estilo. Los sistemas simbó-
licos especializados que existen en la actualidad en las sociedades modernas incluyen
lenguajes para los sordos, los ciegos, ingenieros, taquígrafos, científicos de la computa-
ción y muchos otros tan numerosos como para mencionarlos.
En el curso de la historia, la importancia relativa de los tres tipos básicos de len-
guaje —corporal, hablado y escrito— se ha alterado en forma considerable. El lenguaje
corporal, incluyendo gestos y expresiones faciales simbólicos, bien pudo haber sido
dominante entre nuestros ancestros más antiguos, disminuyendo sólo cuando evolucio-
Los dos lados de una tablilla de arcilla encontrada en Irak, que contiene
una de las escrituras más antiguas conocida (alrededor de 3500 a.C).
Incluye símbolos para cabeza, mano, pie, trilladora y varios numerales.
38 Parte 1 Fundamentos teóricos
no el habla verdadera. Luego, hasta un momento bastante reciente, los símbolos hablados
permanecieron como el principal medio para transmitir la información de una persona
a otra y de una generación a la siguiente. Con la invención de la imprenta y la
diseminación subsecuente de capacidad para leer y escribir, el lenguaje escrito incrementó
en forma constante su importancia relativa, en gran parte debido a que podía vencer el
espacio y el tiempo, las barreras históricas para la comunicación. Durante el último
siglo, gracias a dispositivos como el teléfono, la radio, las películas y la televisión, el
lenguaje hablado también ha vencido esas barreras, alterando una vez más el equilibrio.
Y en el más reciente y más dramático desarrollo de todos, se ha creado una gran varie-
dad de lenguajes para las computadoras, que les permiten manejar fantásticas cantida-
des de información de diversos tipos. Sin embargo, más trascendental que estos cam-
bios en la importancia relativa de los diferentes tipos de lenguaje, es la tendencia predo-
minante que ha persistido desde los primeros tiempos prehistóricos: la expansión conti-
nua de los sistemas simbólicos antiguos y la creación de otros nuevos ha incrementado en forma
constante la capacidad de las sociedades humanas para manejar la información.
Todas las culturas contienen información creada sólo para satisfacer necesidades activadas e intensificadas
por la cultura, como la necesidad de la expresión artística y los rituales sociales: danzantes balineses reali-
zan la danza drama sagrada de La bruja y el dragón.
• Toda cultura tiene una reserva sustancial de información sobre el ambiente biofísico
al que la sociedad se debe adaptar, incluyendo su vida vegetal y animal, sus suelos y
terrenos, sus recursos minerales y suministro de agua, su clima y condiciones meteo-
rológicas.
• Toda cultura incluye información sobre el ambiente social del grupo, las otras socie-
dades humanas con las que el grupo tiene contacto.
• Toda cultura contiene información sobre la sociedad misma: su origen, sus personas,
sus héroes, su historia.
• Toda cultura contiene información que busca explicar las causas últimas de las cosas
y los sucesos.
• Toda cultura tiene información que permite a los miembros enfrentar problemas re-
currentes, desde alimentarse a sí mismos hasta resolver conflictos intragrupales.
• Toda cultura contiene información que guía a los individuos para hacer juicios sobre
lo que es bueno, sobre lo que es correcto y sobre lo que es bello.
• Toda cultura tiene información creada sólo para satisfacer las necesidades activadas
e intensificadas por la cultura, como el deseo de la expresión artística, por ejemplo, o
del ritual.
dominio de Dios. Dios era percibido como el rey sobre todos los reyes terrenales, pero
debido a que su autoridad fue desafiada por Satanás, el príncipe del mal, las personas
se enfrentaron con la elección de a quién servir. Aquellos que eligieron a Dios (quien al
final prevalecería) fueron obligados a aceptar las doctrinas de la Iglesia y someterse a su
código de moralidad. Este último obligaba a los cristianos a ser tolerantes entre sí, ho-
nestos, puros, trabajadores, monógamos (mejor aún, célibes), obedientes a todas las au-
toridades y regulares en sus devociones y adoración. En vista de que nadie podía adhe-
rirse a la perfección a estos requisitos, la Iglesia proporcionó oportunidades para que las
personas confesaran sus pecados, hicieran penitencia y obtuvieran la absolución.
Cuando se observa de cerca el cristianismo medieval se encuentran los tres ele-
mentos básicos que forman toda ideología. Primero, hay un sistema de creencias acerca
de la clase de mundo que habitamos. Segundo, hay un sistema de valores morales genera-
les que emanan de esas creencias o son justificados por ellas. Por último, hay un sistema
de normas que aplican esos valores generales a situaciones específicas y explican cómo
tienen que actuar los miembros del grupo en diversas circunstancias, lo que deben y lo
que no deben hacer.
Hay dos tipos de normas básicos en toda sociedad, y han evolucionado de mane-
ras muy diferentes. Algunas son parte de códigos de conducta oficiales o legales que
son impuestos por una autoridad, como un gobierno, una iglesia u otra organización.
Nos referimos a estas normas como leyes, regulaciones o reglas, y en ocasiones son acom-
pañadas por declaraciones explícitas de las sanciones que se usarán para castigar a quie-
nes las violen. Una ordenanza de la ciudad, por ejemplo, puede especificar una multa
de $25 por tirar basura en las calles o en las aceras.
En contraste, muchas normas son informales y no son oficiales, y las violaciones a
ellas no son sancionadas en forma oficial. Por tanto, cada sociedad y cada subgrupo en
una sociedad, desde corporaciones hasta familias, tienen muchas reglas informales, o
costumbres, que definen la conducta aceptable e inaceptable de los miembros. Las cos-
tumbres se aplican a cosas tan diversas como los modos de vestir, los estilos de peinado,
la preparación de los alimentos, la selección de cónyuges, la realización de diversas
tareas, la gramática apropiada y las actitudes hacia los niños o los ancianos —para nom-
brar sólo unas cuantas. Estas normas informales son tan importantes para el
moldeamiento de la conducta como las más formales. Las normas y sus sanciones rela-
cionadas (es decir, recompensas y castigos) son componentes básicos de todo sistema de
control social.
A veces es difícil determinar, o incluso imaginar, cómo se originaron ciertos ele-
mentos de la ideología o qué pueden decirnos sobre la experiencia pasada de una socie-
dad. Esto sucede, por ejemplo, con una de las creencias centrales del hinduismo, la creen-
cia en la santidad de la vaca. El recuadro insertado explica cómo esta creencia al parecer
extraña ha ayudado a los miembros de la sociedad india, durante siglos, a afrontar algu-
nos de sus problemas básicos y recurrentes en una forma muy adaptativa.
En sociedades muy pequeñas, por lo general todos los miembros tienen creencias
y valores comunes. Sin embargo, en sociedades más grandes y complejas, esto rara vez
sucede. Las personas en diferentes grupos ocupacionales, diferentes tipos de comuni-
dades y diferentes clases tienen intereses distintos y experiencias diferentes, y éstas de
manera inevitable conducen a creencias, valores y normas diferentes. No con poca fre-
cuencia estas diferencias causan conflictos entre las personas involucradas. En casos
42 Parte 1 Fundamentos teóricos
La concepción del hinduismo de la vaca como algo sagrado está basada en la experiencia de incontables
generaciones del pueblo indio y continúa sirviéndoles bien.
Productos materiales
El tercer componente de las sociedades humanas consiste en las cosas que se producen u
obtienen por medio del comercio. Estos productos de la tecnología van desde artículos pe-
recederos que se consumen dentro de días o incluso horas, como sucede con muchos
alimentos, hasta cosas que perduran por siglos, como las pirámides, catedrales y enva-
ses de plástico. Varían, también, de objetos utilitarios como martillos y casas hasta ar-
tículos frivolos como chicles y trompos.
La energía es con facilidad el producto más vital de la actividad social, en vista de
que sin un insumo continuo de ella, toda la actividad se detendría: ¡incluso el pensa-
miento requiere de energía! El alimento es la fuente básica de energía. En las sociedades
44 Parte 1 Fundamentos teóricos
actuales los recursos energéticos del alimento se complementan con la energía que se
obtiene de los animales, del viento y el agua y, en las sociedades industriales modernas,
de fuentes minerales (carbón, petróleo, gas natural y uranio).
Muchos de los productos materiales del trabajo humano son destinados sólo para
el consumo. Algunos, sin embargo, se crean para facilitar la producción de otros pro-
ductos. Éstos son conocidos como bienes de capital y determinan en forma importante la
riqueza de una sociedad. Cuantos más bienes de capital posee una sociedad, más bienes
es capaz de producir.
Los primeros bienes de capital fueron herramientas y armas simples hechas de
piedra, madera y hueso que permitieron a nuestros antepasados producir elementos
esenciales como fuego, comida, refugio y más herramientas y armas. Más tarde, confor-
me aumentó la reserva de información cultural y se pudo disponer de nuevos recursos
ambientales, el carácter de las herramientas cambió. Los metales se volvieron importan-
tes en especial porque combinaban la fuerza y la durabilidad con la maleabilidad. Con
la domesticación de animales se creó un nuevo tipo de bienes de capital importante. En
épocas más recientes, se han creado bienes de capital nuevos y enormemente producti-
vos en forma de grandes complejos industriales que utilizan máquinas e instrumentos
complicados que son impulsados por las formas inanimadas de energía recién descu-
biertas.
Organización social
El cuarto componente de toda sociedad es la red de relaciones entre sus miembros. Estas
relaciones permiten a los miembros satisfacer tanto sus propias necesidades como las
Los productos materiales de la cultura que se usan para producir otros bienes son conocidos como bienes
de capital: una planta manufacturera de papel en el río Penobscot cerca de Bangor, Maine.
Capítulo 2 Las sociedades humanas como sistemas socioculturales 45
dad. Todos nosotros somos capaces de racionalizar al menos algunas violaciones de las
normas de nuestra sociedad. ("Sólo fue una pequeña mentira blanca." "Todos exceden
el límite de velocidad aquí.")
La mayor parte del tiempo, sin embargo, casi todos los individuos, para el mo-
mento en que alcanzan la edad adulta, se conforman con las normas de su sociedad, en
parte debido al deseo de obtener las recompensas y evitar las penas que pueden espe-
rarse, y en parte porque terminan por aceptar las normas de su sociedad como propias.
En resumen, se han convertido en miembros contribuyentes de su sociedad, en indivi-
duos capaces de cumplir con sus deberes y conocer sus responsabilidades.
Categorías sociales, papeles y posición social Se espera que los individuos que ocupan
posiciones en una estructura social cumplan diversos papeles sociales. Estos papeles
surgen y se desarrollan en respuesta a necesidades y problemas recurrentes en las socie-
dades. Los niños pequeños, por ejemplo, requieren cuidado y atención y los papeles de
madre y padre han evolucionado en respuesta a esta necesidad. En sociedades grandes
y complejas, hay una necesidad continua de liderazgo político, y una variedad de pape-
les, que van desde miembro del consejo escolar hasta presidente o primer ministro, se
han desarrollado en respuesta.
Los papeles en la sociedad, como los papeles en el teatro, tienen expectativas y reque-
rimientos conductuales distintivos ligados a ellos.3S Por tanto, del mismo modo en que una
mujer puede desempeñar el papel de Julieta en el escenario, así puede "desempeñar"
los papeles de esposa, madre y doctora en su hogar y en la comunidad. En ambos casos,
las personas esperan que ella actúe en ciertas formas y no en otras, simplemente por los
papeles que ocupa. Cuando cumple con esas expectativas, es aplaudida o recompensa-
da. Cuando no las cumple, es criticada o algo peor.
Los requerimientos y expectativas conductuales que se vinculan con los papeles
de la "vida real" son las normas que se discutieron en la página 41. Como se vio enton-
ces, pueden ser bastante formales, como las leyes que prohiben el robo y el asesinato, o
pueden ser informales, como las expectativas de los vecinos respecto al mantenimiento
de la propiedad. Pueden implicar cuestiones morales fundamentales o pueden implicar
las minucias de la etiqueta. Las normas también varían en su alcance. Algunas se apli-
can a todos, como la ley que prohibe la bigamia en Estados Unidos; otras se aplican sólo
a unos cuantos, como las reglas que rigen la conducta de los miembros del parlamento
canadiense.
Como se verá en capítulos posteriores, los papeles cambian cuando cambian las
sociedades. Se agregan papeles nuevos y desaparecen los antiguos. Aun cuando los pape-
les persistan, a menudo cambia su contenido. Por tanto, antes del desarrollo de la tecnolo-
gía moderna, la alimentación de los infantes era un trabajo exclusivo de las mujeres. En la
actualidad, ésta es una responsabilidad a menudo compartida con los hombres.
También es importante reconocer que los papeles difieren en gran medida con
respecto al prestigio u honor social que se les concede. Por ejemplo, las personas de
sociedades industriales tienen en mayor estimación el papel ocupacional de médico que
el de mecánico automotriz.39 Los cazadores exitosos y los buenos narradores de histo-
. rias se tienen en alta consideración en las sociedades cazadoras y recolectoras. Se hace
referencia a estas clasificaciones como posiciones sociales y, como se verá más tarde, las
diferencias de posición social motivan de manera importante a las personas a ocupar
Capítulo 2 Las sociedades humanas como sistemas sodoculturales 47
ciertos papeles en las sociedades y pueden afectar su acceso a recursos sociales escasos
y valorados.
Grupos En la mayor parte de las sociedades, los individuos están organizados en una
variedad de unidades a las que llamamos grupos. Éstos van de las unidades familiares
pequeñas y camarillas a entidades corporativas gigantescas de varios tipos. En el uso
popular, el término "grupo" se aplica con frecuencia a cualquier reunión de personas,
sin importar sus otras características. Los sociólogos, sin embargo, limitan el término a
una reunión cuyos miembros 1) cooperan para satisfacer necesidades comunes o complementa-
rías, 2) tienen normas compartidas y 3) tienen un sentido de identidad común.
Como esta definición sugiere, las reuniones humanas difieren en su grado de
"grupabilidad". Mientras que algunas reuniones califican en forma clara como grupos
(por ejemplo, los Testigos de Jehová) y otras no son grupos con la misma claridad (por
ejemplo, todos los pelirrojos en Estados Unidos), muchas están en el límite (por ejemplo,
los estadounidenses descendientes de irlandeses). Este último ejemplo nos recuerda que
el grado de "grupabilidad" de una reunión no es fijo en forma permanente. Las reunio-
nes pueden reunir la mayoría de las cualidades de un grupo o pueden perder algunas.
Sus miembros pueden llegar a trabajar juntos en forma más cercana; desarrollar normas
nuevas, más fuertes y compartidas de manera más general, y adquirir un mayor sentido
de identidad común; o puede ocurrir exactamente lo opuesto, como ha sucedido con los
estadounidenses descendientes de irlandeses durante los últimos cien años.
Aun después de excluir reuniones como los pelirrojos, el concepto de "grupo"
todavía incluye tal variedad de organizaciones que es necesario diferenciarlas. La for-
ma más familiar de hacerlo es a partir de la función básica que cumplen en la sociedad.
Por tanto, diferenciamos entre familias, iglesias, escuelas, partidos políticos y así en
forma sucesiva.
Los sociólogos también han encontrado útil diferenciar entre grupos con base en
su tamaño y la intensidad de los vínculos sociales entre sus miembros. Los grupos pe-
queños en los que hay relaciones cara a cara de una naturaleza muy íntima y personal
son conocidos como grupos primarios. Los grupos primarios son de dos tipos básicos,
familias y camarillas. En otras palabras, están organizados alrededor de vínculos ya sea
de parentesco o de amistad. Los grupos más grandes y más impersonales son conocidos
como grupos secundarios.
Otros
Parentesco \ /Economía
Educación / \ Religión
Las instituciones son respuestas duraderas a problemas importantes y persistentes: juicio por jurado en
Inglaterra, Tribunal Central Criminal, Oíd Bailey.
Capítulo 2 Las sociedades humanas como sistemas socioculturales 51
monio, el sistema judicial, las elecciones por voto secreto, la propiedad privada, la reli-
gión y el derecho a la privacía.
Para muchos propósitos, a los sociólogos les interesan menos las instituciones so-
ciales específicas que los sistemas institucionales. Como el nombre lo implica, los siste-
mas institucionales sonsistemas de instituciones interrelacionadas. Cinco de dichos sistemas
son de importancia crucial en el estudio de las sociedades humanas, y gran parte de
nuestro análisis en capítulos posteriores, en especial en los capítulos 5 a 15, estará orga-
nizado alrededor de ellos.
El primero es el parentesco, el cual estructura cosas como las obligaciones y responsa-
bilidades entre parientes, las opciones matrimoniales y las relaciones entre cónyuges. El
segundo es la economía, que se centra en la producción y distribución de bienes valorados
en una sociedad. El tercero es la política, la cual se enfoca a la distribución del poder y la
toma de decisiones colectivas. El cuarto es la religión, creencias y prácticas sociales respec-
to a cosas consideradas sagradas. El quinto, y último, es la educación, que es el sistema que
prepara a las personas para asumir papeles productivos en la sociedad.
Estos son como rebanadas grandes del "pastel" sociocultural. Cada uno proporcio-
na respuestas a un conjunto de importantes problemas interrelacionados y persistentes
que confronta toda sociedad. El parentesco es el más antiguo de estos sistemas, pero to-
dos han existido durante miles de años y al parecer es probable que continúen existiendo
mientras duren las sociedades.