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T35719 PDF
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FACULTAD DE MEDICINA
DEPARTAMENTO DE MEDICINA PREVENTIVA Y SALUD PÚBLICA E
HISTORIA DE LA CIENCIA
TESIS DOCTORAL
PRESENTADA POR
David Fraguas Herráez
Director
Madrid, 2014
FACULTAD DE MEDICINA
Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública
(Historia de la Ciencia)
Unidad Docente de Historia de la Ciencia
LA CURACIÓN POR LA
PALABRA EN EL QUIJOTE
TESIS DOCTORAL
1
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Don Quijote, dibujo a tinta china de Pablo Picasso (1955)
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A mis padres, Gerardo y Virginia, y a mi hermana Ángela
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Deudas, agradecimientos y dedicatorias
Mis abuelos —que no han podido verla—, mis tíos, mis primos y el resto de mi
familia comparten con ellos la dedicatoria.
Hace tiempo escribí que la vida es una cuestión de deudas aplazadas. Éste es
un buen momento para rendir cuentas pendientes. Muchas gracias a los amigos de la
infancia y la adolescencia —los de El Álamo, los de Villalba—; a los amigos de la
Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid; a los amigos y
compañeros del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, del Hospital Infanta Sofía de
San Sebastián de los Reyes y del Hospital Perpetuo Socorro de Albacete; a los
amigos y compañeros del Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón (el
“Prefa”).
Muchas gracias a todos los que me habéis acompañado durante estos años
desfaciendo entuertos, inventando sueños y aventuras, compartiendo ausencias,
mudanzas, alegrías. Vosotros sois los amigos de siempre, los de ahora, los de toda
la vida.
Esta tesis tiene una deuda impagable con los pacientes y familiares que he
atendido. Ellos son mis más queridos maestros de psiquiatría, quienes me han
enseñado a entender y practicar el valor curativo de la palabra.
El doctor Javier Fernández Soriano tiene buena parte de culpa de que haya
sido capaz de escribir esta tesis. Sé que le alegrará saber que al fin pude rematarla.
Va para él mi más profundo agradecimiento.
Y, por supuesto, al profesor Pedro Laín Entralgo, que iluminó mis primeros
titubeos en esta hermosa y loca aventura.
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9
Yo soy don Quijote de la Mancha, cuyo asumpto es acudir a toda
suerte de menesterosos, y, siendo esto así, como lo es, no habéis
menester, señora, captar benevolencias ni buscar preámbulos,
sino, a la llana y sin rodeos, decir vuestros males, que oídos os
escuchan que sabrán, si no remediarlos, dolerse dellos.
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11
ÍNDICE
ÍNDICE
Índice de figuras y tablas 19
Resumen 23
1. INTRODUCCIÓN
1.1. Justificación y metodología de la tesis 45
12
ÍNDICE
1.3.10. Las Novelas ejemplares. La segunda parte del Quijote. Los 253
13
ÍNDICE
14
ÍNDICE
15
ÍNDICE
16
ÍNDICE
3. CONCLUSIONES 445
4. APÉNDICES 453
5. BIBLIOGRAFÍA 469
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Índice de figuras y tablas
TABLAS
1. Cualidades de los humores 117
2. Clasificación de las enfermedades mentales según Vallés 179
3. Revisión de los diagnósticos de la locura de don Quijote 291
4. Tabla cronológica de la vida de Miguel de Cervantes 456
18
Citas, referencias y notas a pie de página
Las citas se consignan de la siguiente manera: DQ, parte del Quijote (I o II, en
números romanos), cap. número de capítulo (en números arábigos), p. número(s) de
páginas. Ejemplo: [DQ, I, cap. 6, p. 85]. Esta referencia remite a la página 85, capítulo
6 de la primera parte del Quijote. Todas las citas y referencias del Quijote siguen la
edición del Instituto Cervantes: CERVANTES, M. (2004). El ingenioso hidalgo Don
Quijote de la Mancha. Edición del Instituto Cervantes dirigida por Francisco Rico.
Barcelona. Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores.
En caso de que haya dos o más citas del mismo autor y año, se diferenciarán
mediante una letra (a, b, c) añadida tras la fecha de publicación de la edición
citada. Ejemplo: CANAVAGGIO, J. (2004a).
Por otro lado, las citas literales de otras fuentes aparecen en el texto de la tesis
entre los signos « », seguidos de un número volado que remite a una nota a pie de
página en la que figura la referencia de la cita. Ejemplo: El Diccionario de la Real
Academia Española (RAE) define «quijote [segunda acepción] (Por alusión a don
Quijote de la Mancha): 1. Hombre que antepone sus ideales a su conveniencia y obra
desinteresada y comprometidamente en defensa de causas que considera justas, sin
1
Las notas a pie de página están numeradas de forma consecutiva desde la primera nota hasta la última.
19
Citas, referencias y notas a pie de página
conseguirlo. 2. Hombre alto, flaco y grave, cuyo aspecto y carácter hacen recordar al
héroe cervantino».2
A modo de ejemplo:
Capítulos de libro: APELLIDO(S) del autor del capítulo, Nombre del autor del
capítulo (año de publicación de la edición citada) [año de publicación de la
edición original, si es diferente al de la edición citada] “Título del capítulo”. En:
APELLIDO(S) del autor del libro (se omitirá en caso de que el autor del capítulo
coincida con el autor del libro), Nombre del autor del libro. Título del libro. Lugar
de publicación. Editorial. p. números de páginas.
Ejemplo: CERVANTES, Miguel de (1986) [1613] “El coloquio de los perros”. En:
Novelas Ejemplares, vol. 2. (2 volúmenes). Edición de Harry Sieber. Madrid.
Cátedra. Letras Hispánicas, p. 299-359.
2
La primera acepción de quijote es: «(Del catalán cuixot, y este del latín coxa, cadera): 1. Pieza del arnés
destinada a cubrir el muslo. 2. En el cuarto trasero de las caballerías, parte comprendida entre el cuadril y el
corvejón», REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (Diccionario de la Lengua Española, 22ª edición).
3
SLIWA, K. (2005).
20
Citas, referencias y notas a pie de página
Ejemplo: SÁNCHEZ GRANJEL, Luis (1976) Los médicos ante el Quijote. Medicina e
historia, vol. 53, p. 8-25.
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RESUMEN
RESUMEN
1. Introducción
Esta tesis de doctorado, titulada “La curación por la palabra en el Quijote”, tiene
por objetivo describir y analizar el uso de la curación por la palabra —en tanto que
remedio psicoterapéutico— en el Quijote. La hipótesis de trabajo es que el Quijote
contiene varios y destacados ejemplos de curación por la palabra.
22
RESUMEN
23
RESUMEN
24
RESUMEN
que comprendería los seis primeros capítulos de la primera parte. De ser cierta esta
hipótesis, el Ur-Quijote habría aparecido no más tarde de 1604 como una novela corta,
al estilo de las futuras novelas ejemplares. Sin embargo, no se ha podido encontrar
esta publicación y las referencias a su existencia son poco concluyentes. En verano de
1614 apareció el Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha,
firmado por Alonso Fernández de Avellaneda. La noticia de la publicación del falso
Quijote afectó a Cervantes y lo espoleó para finalizar cuanto antes la verdadera
segunda parte del Quijote. El libro de Avellaneda ofrece una imagen humillante de don
Quijote y Sancho. Cervantes no permaneció impávido ante esta ofensa y, con un
golpe de maestría, invitó al falso Quijote a la mesa del verdadero. Así, a partir del
capítulo cincuenta y nueve de la segunda parte, los personajes cervantinos comentan
las andanzas de los falsos don Quijote y Sancho de Avellaneda.
Las primeras lecturas del Quijote en el siglo XVII y buena parte del XVIII,
enfatizaron su carácter de obra cómica, burlesca. Don Quijote era considerado un
inadaptado, un extravagante, una especie de bufón del que se podía hacer mofa. A
partir del siglo XVIII el pensamiento ilustrado introdujo una aproximación épica a las
aventuras quijotescas. El Quijote conservaba su valor cómico, pero ya no era objeto
de burla, sino de admiración y reconocimiento. Sin embargo, la auténtica
transformación de la forma de leer el Quijote vino de la mano de los autores
románticos. El Quijote dejó de ser considerado un libro cómico para convertirse en una
odisea rediviva, una obra de carácter mitológico, cuyo tema es la lucha simbólica entre
lo ideal y lo real. Los románticos sostenían que el error de don Quijote no fue tener un
ideal, sino pretender ejecutarlo en la vida, es decir, mancillarlo por el contacto con la
realidad. La idealidad de don Quijote no está en lo que hace sino en la intención con
que lo hace. Del contraste entre la intención y el acto devienen tanto la burla barroca
como la transcendencia romántica. Por supuesto, del Quijote y de su gran héroe se
han apoderado casi todas las escuelas artísticas. Cada una, a su modo, ha pretendido
legitimar su parentesco con la obra cervantina.
25
RESUMEN
protagonista, la locura del personaje le confiere un valor identitario. Don Quijote es don
Quijote porque está loco y no sería don Quijote si no lo estuviera. No es que don
Quijote sea sólo un loco y mucho menos que su locura permita explicar o justificar
todo su comportamiento. Lo que sucede es que la condición existencial de don
Quijote, como personaje en sí mismo, necesita de su locura. Alonso Quijano nunca
podría haber sido don Quijote sin el auxilio de la locura, sin el amparo moral que ésta
le procuró para salir a los caminos en busca de aventuras. El hidalgo manchego pierde
el juicio para poder ser don Quijote. Por ello, primero inventa un mundo de caballerías
y luego se inventa a sí mismo en ese mundo. Porque, ¿qué sentido tendría ser don
Quijote en un mundo sin gigantes, sin encantadores y sin doncellas en apuros? De
hecho, éste será el problema vital de la segunda parte del Quijote: cómo seguir siendo
don Quijote en el mundo común de Sancho y los demás personajes.
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RESUMEN
Por otro lado, el Quijote, sobre todo en la primera parte, está entretejido con los
relatos de las aventuras de distintos personajes que dan cuenta de sus vidas, sus
preocupaciones, sus esperanzas. Estas historias reconfortan tanto a quienes las
escuchan como a quienes las cuentan.
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RESUMEN
La ironía adquiere un valor aperturista que permite introducir una nueva forma de
entender o vivir la realidad. Sócrates, paradigma del ejercicio de la ironía clásica,
pretendía que los sujetos vieran las cosas de otra manera. La ironía ofrece una nueva
perspectiva del mundo: una alternativa de realidad. En el diálogo entre don Quijote y
Sancho a propósito de la carta a Dulcinea, Sancho proporciona a don Quijote un relato
falso, pero verosímil, sobre el supuesto encuentro con Dulcinea. ¿Qué sucedió? El
caballero había encargado a Sancho que viajara a El Toboso para llevar una carta de
amor a Dulcinea. Sin embargo, ni don Quijote entregó la carta a Sancho ni Sancho
llegó a El Toboso (y, por supuesto, no vio a Dulcinea). Andado el tiempo, don Quijote
interroga a Sancho sobre su encuentro con Dulcinea. Sancho miente: inventa un
supuesto encuentro con una Dulcinea zafia y hombruna, congruente con la imagen de
Aldonza Lorenzo, pero en las antípodas de la Dulcinea amada por don Quijote. Pese a
ello, y aquí llega la maravillosa paradoja que convoca la ironía, la ficción que Sancho
regala a don Quijote es verosímil. Y lo es no sólo para Sancho sino, especialmente,
para don Quijote. De esta manera, los planos poético y prosaico de la ficción —poético
el quijotesco; prosaico el mundo de Sancho y los demás personajes— entran en
comunicación y se superponen y confunden, creando un nuevo plano que incluye a
ambos.
29
RESUMEN
En la segunda parte, don Quijote reclama presentarse ante Dulcinea y para ello
decide poner rumbo a El Toboso. Sancho teme que se descubra el engaño que
pergeñó a cuenta de la entrega de la carta. En El Toboso el escudero ve a tres
aldeanas que se aproximan a lomos de tres borricas y, acuciado por la situación, idea
una solución genial: decide convencer a don Quijote de que las tres aldeanas no son
sino Dulcinea y sus dos doncellas encantadas.
Don Quijote, con algunos titubeos, acepta el embuste. Sabe que el encuentro
con Dulcinea es imposible, pero lo necesita para seguir siendo don Quijote. La entrada
en cualquier mundo —ya sea el mundo común, compartido con otras personas, o un
mundo propio, autista, incomunicable— exige un pago ineludible: hay que aceptar una
dosis de realidad congruente con el mundo al que se accede. No hay otra opción. Se
trata de un imperativo vital. No puede haber mundo sin realidad que lo conforme. Otra
cosa sería el vacío, la nada. De esta manera, llamo principio de realidad necesaria a la
condición que impone la existencia de una realidad que constituya la materia de que
esté hecho el mundo de cada uno. Don Quijote transita entre dos mundos: el común y
el propio de caballerías. Para ser don Quijote y habitar el segundo de estos mundos,
necesita a Dulcinea. Para continuar ligado al primero, necesita a Sancho. Hermosa
paradoja que se resuelve con el encantamiento de Dulcinea. Con este acto, Sancho
entrega a don Quijote las llaves de los dos mundos. Pero le entrega algo más, una
tercera llave mucho más poderosa y, al mismo tiempo, más peligrosa: la llave que
abre la puerta que comunica ambos mundos.
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RESUMEN
3. Conclusiones
Las conclusiones de esta tesis son: 1. El Quijote contiene destacados ejemplos
de curación por la palabra; 2. La curación por la palabra que aparece en el Quijote se
inscribe en la tradición del uso de la palabra como remedio terapéutico; y 3. Los casos
de curación por la palabra empleados en el Quijote se pueden clasificar una o más de
las siguientes categorías: 3.1. La curación por la acción mágica de la palabra; 3.2. El
ensalmo de acción psicológica; 3.3. La función psicoterapéutica del relato; 3.4. Las
ficciones y representaciones con intención psicoterapéutica; y 3.5. La ironía como
remedio psicoterapéutico.
4. Bibliografía
1. CERVANTES, Miguel de (2004) [1605 y 1615] Don Quijote de la Mancha. Edición
de Instituto Cervantes, dirigida por Francisco Rico. Barcelona. Galaxia
Gutenberg / Círculo de Lectores.
2. FRAGUAS, David (2007) ¿Hubo una psicoterapia verbal en la Grecia clásica?
Frenia, vol. 7, p. 167-193.
3. HUERTAS, Rafael (2001) Historia de la psiquiatría, ¿por qué? ¿Para qué?
Tradiciones historiográficas y nuevas tendencias. Frenia, vol. 1, p. 9-36.
4. LAÍN ENTRALGO, Pedro (2005) La curación por la palabra en la antigüedad
clásica. Barcelona. Anthropos.
5. LÓPEZ PIÑERO, José María, y MORALES MESEGUER, José María (1966) Los
“tratamientos psíquicos” anteriores a la aparición de la psicoterapia moderna.
Asclepio, vol. 18-19, p. 457-481.
6. RIQUER, Martín de (2003) Para leer a Cervantes. Barcelona. Acantilado
31
SUMMARY
SUMMARY
1. Introduction
This doctorate thesis, entitled “Talking cures in the Quijote”, aims to describe and
analyse the use of talking cures as a psychotherapeutic remedy in Don Quijote de la
Mancha. The working hypothesis is that the Quijote contains several outstanding
examples of talking cures.
The Quijote is a novel published in the 17th century (CERVANTES, M., 2004),
whereas psychotherapy is a psychological technique developed in the 19th and 20th
centuries (LÓPEZ PIÑERO, J.M., and MORALES MESEGUER, J.M., 1966). It is thus
essential to begin with a historiographic presentation that legitimises the study of
psychotherapeutic remedies in the Quijote (HUERTAS, R., 2001). In section 1.1.-
“Rationale and methodology of the thesis”, I defend the methodological validity of
studying talking cures in an historical framework – that of the Quijote – which is
chronologically earlier than the birth of psychotherapy and I explain the reasons that
allow it to be stated that the Quijote provides a valid scenario for the study of talking
cures.
The basic reference text is the Instituto Cervantes edition of the Quijote
(CERVANTES, M., 2004). When selecting additional sources, texts have been chosen
that, due to their recognised standing or to their relationship with the subject of this
thesis, were relevant for preparing the introductory chapters or the central sections of
the thesis and a systematic search has been conducted by means of key terms related
to the subject of the thesis in the main search engines, databases and archives relating
to Cervantes.
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SUMMARY
These psychotherapies in the broad sense of the term can be classified into four,
non-mutually-exclusive, large groups: 1) healing through the magical action of words;
2) the charm of psychological action; 3) healing dialogue and the therapeutic
relationship; and 4) fictions and representations with psychotherapeutic intentions (LAÍN
ENTRALGO, P., 2005).
Charms or spells (in Greek, epodé) make up the earliest known form of using
words in an attempt to cure. The words are addressed to the gods, to the forces that
govern the course of nature, and attempt to achieve by magic whatever man needs
and cannot manage by his natural resources. The ceremonies celebrated in the
religious temples of classical Greece devoted to Apollo and his son Asclepius (the
most distinguishing feature of these ceremonies being incubation, the art of curing
illness through sleep) constitute the main examples of curing through the magical
action of the word.
33
SUMMARY
Naturally, the appearance of real psychotherapies in the 19th and 20th centuries
meant a significant improvement in psychotherapeutic interventions. However, these
psychotherapies are merely the result of a technification of psychotherapeutic
resources – which comprise psychotherapy in the strict sense of the term – that existed
long before the birth of psychiatry or psychology (FRAGUAS, D., 2007).
This section describes and analyses the biography of Miguel de Cervantes in its
historical and cultural setting. His biography includes his birth in Alcalá de Henares in
1547 and childhood in Alcalá, Valladolid and Córdoba; his adolescent years in Sevilla
and his youth in Madrid and Rome; his participation in the Battle of Lepanto (1571), “la
más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los
venideros” (“the highest and most memorable occasion that past and future centuries
will ever hope to see”), and years of freedom in Italy and in captivity in Algiers (1575-
1580); fatherhood and marriage; the first publication of La Galatea in 1585; travels
through towns in la Mancha and Andalusia as a commissary for the Spanish Armada or
as a tax collector (during those years “tuve otras cosas en que ocuparme; dejé la
pluma y las comedias” (“I left the pen and the writing of plays; I had other things to
do”)); time spent in prison, especially in the Seville jail, where perhaps he glimpsed his
Quijote; his move to Valladolid and the writing and publication of the first part of the
Quijote (1605); his Novelas Ejemplares (1613), Viaje del Parnaso (1614); the second
part of the Quijote by Avellaneda (1614), and the true second part of the Quijote
(1615); his death in Madrid on 22 April 1616; his burial, with him laid out in the brown
habit of St Francis, at the convent of the Discalced Trinitarians in calle de Cantarranas,
currently calle Lope de Vega in Madrid; and the posthumous publication of Los trabajos
de Persiles y Sigismunda (1617).
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SUMMARY
which would have contained the six first chapters of the first part. For this hypothesis to
be correct, the Ur-Quijote would have had to have appeared no later than 1604 as a
short story, in the style of the future Novelas Ejemplares. However, that publication has
been impossible to find and references to its existence are inconclusive. In the summer
of 1614, the Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha appeared,
under the name of Alonso Fernández de Avellaneda. The news of the publication of
the false Quijote affected Cervantes and spurred him on to finish the true second part
of the Quijote as soon as possible. The book by Avellaneda offers a humiliating image
of Don Quijote and Sancho. Cervantes did not turn a blind eye to this offense and, with
a masterful blow, invited the false Don Quijote to join the table of the true gentleman.
Thus it is that from chapter fifty-nine of the second part, Cervantes' characters
comment on the adventures of Avellaneda's false Don Quijote and Sancho.
The earliest interpretations of the Quijote in the 17th century and for good part of
the 18th century emphasised its comic and farcical nature. Don Quijote was considered
to be a misfit, an eccentric, a sort of fool who could be mocked. From the 18th century,
enlightened thinking introduced an epic approach to Don Quijote's adventures. The
Quijote retained its comic value but it was no longer the object of ridicule, but of
admiration and recognition. However, the true transformation in the manner of reading
the Quijote was prompted by Romantic authors. The Quijote was no longer deemed a
comic book and became a revived odyssey, a mythological work, the subject of which
is the symbolic struggle between what is ideal and what is real. The Romantics upheld
that Don Quijote's error lay not in having an ideal, but in attempting to execute it in real
life, that is, of sullying it through contact with reality. The ideal of Don Quijote is not in
what he does but in the intention with which he does it. Both Barroque ridicule and
Romantic transcendence evolve from the contrast between the intention and the act.
Naturally, almost all artistic schools have seized upon the Quijote and its great hero,
and each, in its way, has attempted to legitimise its kinship with Cervantes' work.
The influence of the Quijote has also reached the field of psychopathological
thought. Its characters have served as a model for authors of all schools since the
origins of psychiatry, and the general scenario of the novel, with Don Quijote at the
head, has enriched the manner of understanding and explaining madness. As to
whether Don Quijote was or was not mad, Cervantes said, “rematado ya su juicio, vino
a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo” (“the truth is
that when his mind was completely gone, he had the strangest thought any lunatic in
the world ever had”; translation by Edith Grossman). However, although Cervantes did
35
SUMMARY
not write the Quijote as a clinical history of its protagonist, the madness of the
character bestows on it an identitary value. Don Quijote is Don Quijote because he is
mad and would not be Don Quijote if he were not. It is not that Don Quijote is just a
madman and even less that his madness allows his behaviour to be explained or
justified. The existential condition of Don Quijote, as a character in himself, needs his
madness. Alonso Quijano could never have been Don Quijote without the aid of his
madness, without the moral protection this gave him to take to the roads in search of
adventure. The gentleman of La Mancha takes leave of his senses to be able to be
Don Quijote. Therefore, first he invents a world of knights and then he invents himself
within that world. What sense would there be in being Don Quijote in a world without
giants, magicians and maidens in distress? Indeed, this will be the vital problem of the
second part of the Quijote: how to continue to be Don Quijote in the normal world of
Sancho and the other characters?
Reading the Quijote from a clinical perspective leads to the issue of nosology.
The diagnoses of Don Quijote made in the last two hundred years (monomania,
paranoia, delirium of interpretation, monothematic paranoid reaction, delusional
disorder or bipolar disorder, among others) demonstrate the changes occurring in the
nosology of madness since the 19th century and also reflect the theoretic or
conceptual affiliation of each author. However, these retrospective diagnoses are no
more than mere entertainment or fatuous gymnastics.
1.5. The study of talking cures in the Quijote: current status of the
question
Antonio Hernández Morejón was the first to highlight the psychotherapeutic value
in some contributions by characters in the Quijote. His work Bellezas de medicina
práctica en el ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha (1836) inaugurated the
study of moral treatment of madness in the Quijote. Morejón describes three
psychotherapeutic measures used in the novel and refers to them as examples of
moral treatment. The first consists of separating Don Quijote from the cause that gave
36
SUMMARY
rise to his sickness, that is, through scrutiny of his library and the burning of books
about love and knights. The second is the ruse that the priest and the barber make use
of to get him out of the Sierra Morena prison and bring him home to his housekeeper
and niece. The third is the representation of bachelor Sansón Carrasco as a knight-
errant. With regard to the curative mechanism of these measures, Morejón maintains
that it resides in the use of like to cure like.
Emilio Pi i Molist picked up the baton from Morejón in Primores del Don Quijote
en el concepto médico-psicológico y consideraciones generales sobre la locura (1886),
in which he explains the moral treatment of madness applied in the Quijote. In the
opinion of Pi i Molist, the Quijote offers an excellent example of simila similibus
curantus, that is “tratamiento del semejante por semejante; de la caballería por la
caballería” (“treating like with like; chivalry with chivalry”). Unlike Hernández Morejón,
Pi i Molist dismisses an assessment of moral treatment in the first attempt to cure Don
Quijote, that is, scrutiny and the burning of books and the ruse of the priest and the
barber to get Don Quijote out of Sierra Morena, as these measures, although well-
intentioned, do not clearly embrace the precept of “treating like with like”. According to
Pi i Molist, the real moral treatment begins with the use of chivalry to beat chivalry. The
appearance of Sansón Carrasco as a knight-errant is, therefore, the authentic moral
treatment.
The Quijote has served as working material – and often also as an excuse or
apology – for the more extravagant and exaggerated studies that can be imagined.
However, to date there has not been a rigorous and systematic study on the
psychotherapeutic remedies that appear in the Quijote.
37
SUMMARY
The cases of talking cures in the Quijote can be classified into one or several of
the following categories: 1) healing through the magical action of words; 2) the charm
of psychological action; 3) the psychotherapeutic function of narrative; 4) fictions and
representations with psychotherapeutic intentions; and 5) irony as a psychotherapeutic
remedy.
The use of charms – magical, verbal formulas – as a therapeutic tool for the ills of
the body and the spirit has existed since the earliest civilisations. The action of words
as an agent transforming reality appears in the Quijote from the moment Alonso
Quijano decides to name his horse and himself. The charm needed to prepare
Fierabrás' ointment and the charm to stick on beards are outstanding examples of
healing through the magical action of words in the Quijote.
Cervantes' strong fondness for the theatre infiltrates the novel through different
scenarios and disguises. Life itself, explains Don Quijote, is but a play. The Quijote
offers substantial examples of use of fictions, artifices and representations with
psychotherapeutic intentions: the scrutiny of Don Quijote’s library; the treatment of
Cardenio, driven mad by love; the theatre involving the priest, the barber and Princess
Micomicona (i.e., the ruses employed by the priest and the barber to remove Don
Quijote from the Sierra Morena prison successfully and return home); the impertinent
representation of Lotario; the adventure of the enchantment of the imprisoned Don
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SUMMARY
Quijote; the moral treatment of Don Quijote in the village between the second and third
sally; and the comedy of the Knight of the Woods or of the Mirrors and the Knight of the
White Moon.
The use of irony as a treatment for madness in the Quijote appears in two key
adventures: the dialogue between Don Quijote and Sancho about the delivery of a
letter to Dulcinea and the adventure of the enchantment of Dulcinea.
The alternative reality that Sancho offers does not cancel out the fictitious reality
of Don Quijote. Sancho takes as his starting point the letter written to Dulcinea – a
certain fact for both Don Quijote and Sancho – to construct a plausible fiction based on
it: the encounter between Sancho and Dulcinea. From here on, Don Quijote coexists
with the reality of the rest, exercising a minimal, and increasingly smaller, impact on it,
and introducing hardly any new, outrageous changes in it. The irony acts with the
creative quality of a metaphor: transferring the literal sense of the words into a
figurative sense, constituting a new perspective of the world. The irony proffered by
Sancho operates as a metaphor creating new realities which − without supplanting the
earlier realities, the so-called true or objective realities − shows that there are other
worlds, but they are in this one.
39
SUMMARY
In the second part, Don Quijote demands to appear before Dulcinea and so
decides to set out towards El Toboso. Sancho fears that the deception that he used
about delivering the letter will be revealed. In El Toboso, the squire sees three peasant
girls approaching riding three donkeys and, beset by the situation, comes up with a
fantastic solution: he decides to convince Don Quijote that the three peasant girls are
none other than Dulcinea and her two enchanted ladies.
Don Quijote, with some hesitation, accepts the fabrication. He knows that the
meeting with Dulcinea is impossible but he needs it to continue being Don Quijote. The
entry into any world – whether it be the common world, shared with other people, or a
personal, autistic, incommunicable world – commands an inescapable fee: the
obligation of accepting a dose of reality that is congruent with the world being
accessed. There is no other option. It is a vital imperative. There can be no world
without a reality to shape it. Anything else would be a vacuum, a void. In this way, I call
the condition that imposes the existence of a reality that constitutes the material of
which each person's world is made the necessary-reality principle. Don Quijote travels
between two worlds: the common world and the world of chivalry. To be Don Quijote
and to inhabit the latter of those worlds, he needs Dulcinea; to continue to be tied to
the former, he needs Sancho − a beautiful paradox resolved with the enchantment of
Dulcinea. With this act, Sancho has handed Don Quijote the keys to the two worlds.
However, he also delivers something more, a third key that is much more powerful and,
at the same time, more dangerous: the key that opens the doors connecting the two
worlds.
The necessary-reality principle has carried out its poetic mission thanks to the
action of irony. Dulcinea comes to life upon being enchanted. Before, she was nothing
more than a whimsical evocation of Aldonza Lorenzo. Now she is Dulcinea of Toboso
in her own right. Upon becoming enchanted, Dulcinea has taken human form in an
adventure touched by hope, a mission that will guide the course of the novel. The irony
is fascinating. The need for the disenchantment is a consequence of Dulcinea's need.
And from then on, Don Quijote's own life revolves around the disenchantment of
Dulcinea. However, once the enchantment has gone, Don Quijote senses that he will
see her no more. He falls asleep and awakens as Alonso Quijano el Bueno or, rather,
not as Don Quijote de la Mancha. Afterwards, as we know, he dies. So it is that Don
Quijote was Don Quijote while Dulcinea remained enchanted. Ultimately – a beautiful
irony – the enchantment of Dulcinea was only the enchantment of Don Quijote himself.
40
SUMMARY
3. Conclusions
The conclusions of this thesis are: 1. the Quijote contains outstanding examples
of talking cures; 2. the talking cures that appear in the Quijote follow in the tradition of
using words as a therapeutic remedy; and 3. the cases of cures from words employed
in the Quijote can be classified in one or more of the following categories: 3.1. healing
through the magical action of words; 3.2. the charm of psychological action; 3.3. the
psychotherapeutic function of narrative; 3.4. fictions and representations with
psychotherapeutic intentions; and 3.5. irony as a psychotherapeutic remedy.
4. Bibliography
1. CERVANTES, Miguel de (2004) [1605 and 1615] Don Quijote de la Mancha.
Edición de Instituto Cervantes, led by Francisco Rico. Barcelona. Galaxia
Gutenberg / Círculo de Lectores.
2. FRAGUAS, David (2007) ¿Hubo una psicoterapia verbal en la Grecia clásica?
Frenia, vol. 7, p. 167-193.
3. HUERTAS, Rafael (2001) Historia de la psiquiatría, ¿por qué? ¿Para qué?
Tradiciones historiográficas y nuevas tendencias. Frenia, vol. 1, p. 9-36.
4. LAÍN ENTRALGO, Pedro (2005) La curación por la palabra en la antigüedad
clásica. Barcelona. Anthropos.
5. LÓPEZ PIÑERO, José María, & MORALES MESEGUER, José María (1966) Los
“tratamientos psíquicos” anteriores a la aparición de la psicoterapia moderna.
Asclepio, vol. 18-19, p. 457-481.
6. RIQUER, Martín de (2003) Para leer a Cervantes. Barcelona. Acantilado.
41
1. INTRODUCCIÓN
1.
INTRODUCCIÓN
42
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.1. Justificación de la tesis
43
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.1. Justificación de la tesis
Entiendo que toda tesis de doctorado merece unas líneas de justificación que
avalen su conveniencia. Justificación que, en la tesis que ahora defiendo, debe ser
doble: por tesis y por tesis que tiene como objeto de estudio el Quijote.
Pero, ¿cómo escribir algo original sobre Cervantes o el Quijote? «No parece fácil
decir nada sobre Cervantes que no se haya dicho ya, que tenga alguna novedad»,
apunta Julián Marías (1914-2005), «pero pienso —añade Marías— que siempre se
puede hacer algo que no esté hecho».4 Por supuesto, comparto la opinión de Julián
Marías. No en vano, y vayan estas palabras de Aristóteles por delante como alivio y
descargo, «todo arte y toda investigación, y del mismo modo toda acción y elección,
parecen tender a algún bien».5 Por ello, doy por bueno el desafío. De alguna manera,
todos tenemos en algún momento de nuestra vida una intuición central sobre el
Quijote.6 Algo así como la llamada de la Mancha, la fascinación quijotesca o la locura
del caballero andante que recorre los caminos en busca de aventuras.
4
MARÍAS, J. (1990), p. 7.
5
ARISTÓTELES (2002), p. 1 [Ética a Nicómaco, 1094a].
6
Parafraseo aquí a Pedro Salinas: «Me he dado cuenta con los años y las relecturas que todos tenemos
una intuición central sobre esta novela [el Quijote]», SALINAS, P. (2005), p. 154.
44
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.1. Justificación de la tesis
En el año 2005 la editorial Anthropos publicó un libro con el título La curación por
la palabra en la antigüedad clásica, escrito por Pedro Laín Entralgo. Este libro reunía
sus investigaciones sobre el tema hasta la fecha.8 La curación por la palabra en la
antigüedad clásica fue la base desde la que proyecté el trabajo de la suficiencia
investigadora. Acudí al profesor Luis Montiel en busca de ayuda. Bajo su dirección
emprendí el viaje que ahora, varios años y muchas aventuras después, está a punto
de llegar a puerto. Centré el tema de estudio en dos obras clásicas: el Cármides de
Platón —texto que Laín considera paradigma de la racionalización platónica del
ensalmo— y las Bacantes de Eurípides. El resultado fue el trabajo ¿Hubo una
psicoterapia verbal en la Grecia clásica? Lecturas de Bacantes de Eurípides y
Cármides de Platón, defendido en 2006, y publicado, en una forma adaptada y
resumida, en la revista de historia de la psiquiatría Frenia.9 Es difícil poner en palabras
7
LAÍN ENTRALGO, P. (2001).
8
LAÍN ENTRALGO, P. (2005).
9
FRAGUAS, D. (2007).
45
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.1. Justificación de la tesis
el orgullo y la satisfacción que sentí al ver mi trabajo publicado en la misma revista que
el del profesor Pedro Laín Entralgo.
«El corazón tiene razones que la razón ignora», afirmó Blaise Pascal (1623-
1662). En cierto modo, esta frase da testimonio de la locura que constituye mi
elección: el estudio de la curación por la palabra en el Quijote. Pero la locura, explica
Shakespeare, no por ser locura deja de tener un método.10 De esta manera, expuse al
profesor Montiel las razones que soportaban mi decisión de tema de tesis. El embrujo
que ejercía sobre mí el Quijote. Las aventuras del caballero andante con su
compañero Sancho. La pugna entre ilusión y realidad. La locura como punto de fuga y
de encuentro. El diálogo que vertebra la novela y otorga un poder ejemplar a la
palabra. La delicada belleza de la llanura manchega que, no en vano, me arrancó de
mi Madrid natal y me arrastró hasta Albacete durante unos años. Y, por supuesto, el
interés que despierta en mí el valor de la palabra como agente curativo. Finalmente —
y tal vez resignado por mi terquedad— el profesor Luis Montiel aceptó dirigir mi tesis.
Vaya mi agradecimiento de antemano por la confianza que ha depositado en mi locura
quijotesca.
Sobre Miguel de Cervantes, autor del Quijote, ha escrito Julián Marías que
«pudo no nacer, o dedicarse a otra cosa, pudo morir en la batalla de Lepanto, aquellos
arcabuzazos que lo dejaron manco y malherido pudieron matarlo, o pudo morir en el
cautiverio; es decir, pudo no existir como escritor. Ahora bien, una vez existente,
resulta que no solo la literatura española, sino la realidad entera de España nos
aparece condicionada por él».11 El tiempo ha impregnado estas palabras con un barniz
de tópico, como desprendido del polvillo que vela la policromía de los viejos
artesonados. No obstante, el mensaje de Marías goza de plena vigencia: no se puede
10
«Aunque esto sea locura, aún hay un método en ello», afirma Polonio en Hamlet. En ingles en el original:
Though this be madness, yet there is method in it (Hamlet, acto 2, escena 2). El médico renacentista español
Francisco Vallés (1524-1592) se declara contrario a esta idea. Con un divertido juego de palabras afirma:
«ciertamente parece vano empeño pedir la razón del enloquecer, pues no ocurre, como quien dice, enloquecer con
razón», Tomado de PESET LLORCA, V. (1960), p. 62. Por mi parte, suscribo la tesis de Polonio.
11
MARÍAS, J. (1990), p. 15-16.
46
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.1. Justificación de la tesis
entender nuestra historia cultural sin referirse al Quijote. Porque, aunque el Quijote ya
no se lee, su argumento —o, al menos, retazos, fragmentos de éste— forman parte
del saber popular de todos los hispanohablantes y del bagaje cultural de todo el
planeta.
Pese a ello, y pese a que «la bibliografía crítica del Quijote es, como el caos
primitivo, vasta y pletórica»,12 no hay trabajo riguroso alguno dedicado al estudio de la
curación por la palabra en el Quijote.13
El primero de ellos, y que sirve de guía para los demás, es que el Quijote es una
obra de profundo espíritu psicoterapéutico. Desde el mismo prólogo se aprecia una
actitud psicoterapéutica, una inclinación hacia el consuelo y el remedio del malestar
del ánimo mediante la palabra. El narrador comienza con una postura pensativa, de
corte melancólico, «la pluma en la oreja, el codo en el bufete y la mano en la mejilla»
[DQ, I, prólogo, p. 11].14 De esta guisa melancólica, «pensando en lo que diría», lo
encuentra su amigo, «el cual, viéndome tan imaginativo, me preguntó la causa, y, no
encubriéndosela yo, le dije que pensaba en el prólogo que había de hacer a la historia
de don Quijote» [DQ, I, prólogo, p. 11]. Es decir, el amigo se preocupa por el mal que
aflige al escritor y se dispone a ayudarle.
—¿Cómo que es posible que cosas de tan poco momento y tan fáciles de
remediar puedan tener fuerzas de suspender y absortar un ingenio tan maduro
como el vuestro, y tan hecho a romper y atropellar por otras dificultades
mayores? [Pregunta el amigo al escritor] A la fe, esto no nace de falta de
habilidad, sino de sobra de pereza y penuria de discurso. ¿Queréis ver si es
verdad lo que digo? Pues estadme atento y veréis cómo, en un abrir y cerrar de
12
He tomado esta gráfica imagen de CLOSE, A. (2004b), p. 160. Francisco Ayala señala que la bibliografía del
Quijote está compuesta por una «frondosísima selva de escritos, muchos de ellos no sólo disparatados sino hasta
delirantes», AYALA, F. (2005), p. 268.
13
Al menos, no he encontrado un estudio semejante en varios años de búsqueda exhaustiva. Por supuesto,
algunos autores se han aproximado al tema. Comento estas aproximaciones en “1.5.- El estudio de la curación por la
palabra en el Quijote: estado de la cuestión”.
14
La escena descrita dibuja la clásica postura melancólica: cabizbajo, con la mano en el mentón y un tono
levemente sombrío. Sobre la iconografía de la melancolía, recomiendo consultar. KLIBANSKY, R. y otros (2006),
279-379. Las figuras 16 (Melancolía (Melencolia I), grabado de Alberto Durero) y 17 (Miguel Ángel con actitud
melancólica. Fragmento de La escuela de Atenas, obra pintada por Rafael Sanzio) de esta tesis son ejemplos de la
postura melancólica.
47
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.1. Justificación de la tesis
ojos, confundo todas vuestras dificultades y remedio todas las faltas que decís
que os suspenden y acobardan para dejar de sacar a la luz del mundo la
historia de vuestro famoso don Quijote, luz y espejo de toda la caballería
andante [DQ, I, prólogo, p. 13-14].
15
CERVANTES, M. (2003d), p. 1025 [Viaje del Parnaso, IV].
16
Cito a Castilla del Pino (1922-2009), CASTILLA DEL PINO, C. (2005), p. 116. He tomado la cita previa de
Montaigne de CASTILLA DEL PINO, C. (2005), p. 101.
48
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.1. Justificación de la tesis
El Quijote, «como ocurre con las obras maestras paradigmáticas, nunca se agota,
porque, al igual que el Hamlet, o La Divina Comedia, o la Ilíada y la Odisea —explica
Mario Vargas Llosa—, ella [la lectura del Quijote] evoluciona con el paso del tiempo y
se recrea a sí misma en función de las estéticas y los valores que cada cultura
privilegia, revelando que es una verdadera caverna de Alí Babá, cuyos tesoros nunca
se extinguen».17
Por todo ello, el Quijote, modelo literario por antonomasia, resulta un lugar muy
apropiado para el estudio de la curación por la palabra. Naturalmente, esta
aseveración requiere una fundamentación metodológica. Dedico a ello los siguientes
capítulos de la introducción.
17
VARGAS LLOSA, M. (2005).
49
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.2. Objetivos e hipótesis
El campo de estudio está formado por las dos partes de la novela Don Quijote de
la Mancha, escrita por Miguel de Cervantes.
1.1.2.2. Hipótesis
La hipótesis de trabajo se puede formular de la siguiente manera: el Quijote
contiene varios y destacados ejemplos de curación por la palabra.
Esta hipótesis asume dos cuestiones previas. En primer lugar, considera que la
curación por la palabra —entendida como remedio psicoterapéutico— está presente
en la vida cotidiana de las personas desde hace siglos. El apartado “1.2. Un recorrido
por la historia de la psicoterapia” se ocupa de la justificación histórica y conceptual de
esta cuestión. En segundo lugar, la formulación de la tesis conlleva la aceptación de
que el Quijote proporciona un escenario válido para el estudio de la curación por la
palabra. Expongo y justifico este punto en el capítulo “1.1.3.2. El Quijote como campo
de estudio de la curación por la palabra”.
doctorando, ciudadano europeo del siglo XXI. De otra, el del campo de estudio: la
España de los siglos XVI y XVII en que se desarrolla el Quijote y vivió su autor.
51
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.3.1. Fundamentos: los remedios psicoterapéuticos antes de la psicoterapia
18
Utilizo el término “remedio” de acuerdo con la acepción general de la RAE: «Remedio (Del lat. remedĭum): 1.
m. Medio que se toma para reparar un daño o inconveniente. 2. m. Enmienda o corrección. 3. m. Recurso, auxilio o
refugio. 4. m. Aquello que sirve para producir un cambio favorable en las enfermedades», REAL ACADEMIA
ESPAÑOLA, 22ª edición, http://www.rae.es. Asimismo, el uso que hago de “remedio” tiene cabida en la definición
tradicional del término en el campo de la Farmacología: remedio como producto o acción no sujetos a los saberes
técnicos que guían la farmacopea científica, LORENZO, P., y otros (2005), p. 2. Es decir, un producto cuya
prescripción se basa en un saber pre-técnico; algo que, como desarrollaré en esta tesis, defiendo para el caso de los
usos psicoterapéuticos en el Quijote.
19
El texto de Jan Goldstein procede de su libro Console and classify. La traducción es mía. El texto original es:
«The curability of insanity was not in itself a novel idea. The novel idea -and optimistic article of faith- that took root
in the state bureaucracy in the 1780s was that, with the diligent application of rational measures, the number of cures
could be made to increase», GOLDSTEIN, J. (2001), p. 43.
52
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.3.1. Fundamentos: los remedios psicoterapéuticos antes de la psicoterapia
El título de esta tesis es “La curación por la palabra en el Quijote”. ¿Qué quiero
decir con esta frase? Huarte de San Juan enseña que «precepto es de Platón (el cual
obliga a todos los que escriben y enseñan) comenzar la doctrina por la difinición del
sujeto cuya naturaleza, diferencia y propiedades queremos saber y entender».20
Con el Quijote, no hay duda, me refiero a las dos partes de la obra Don Quijote
de la Mancha, publicadas por Miguel de Cervantes en 1605 y 1615, respectivamente.
20
Con estas palabras arranca el primer capítulo del Examen de Ingenios para las ciencias de Juan Huarte de San
Juan (HUARTE DE SAN JUAN, J. (2005), p. 191 [Capítulo I]) y con ellas he querido comenzar este apartado.
21
LAÍN ENTRALGO, P. (2005).
22
WOLBERG, L. R. (1977). He tomado esta información de POCH, J. y ÁVILA, A. (1998), p. 18.
23
Schneider cita, cuando ofrece este dato, a Jules Massermann, SCHNEIDER, P.-B. (1979), p. 15.
24
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) en su 22ª edición define «psicoterapia: tratamiento de las
enfermedades, especialmente de las nerviosas, por medio de la sugestión o persuasión o por otros procedimientos
53
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.3.1. Fundamentos: los remedios psicoterapéuticos antes de la psicoterapia
psíquicos». La versión online (en: http://www.rae.es) del diccionario de la RAE, añade una enmienda a la definición
de psicoterapia (como avance de la 23ª edición) y propone una nueva definición: «psicoterapia: tratamiento de
enfermedades mentales, psicosomáticas y problemas de conducta mediante técnicas psicológicas», REAL ACADEMIA
ESPAÑOLA. Este cambio de definición muestra el interés que en los últimos años suscita el estudio de la psicoterapia.
25
La traducción es mía. He extraído el original de la Encyclopædia Britannica Online,
http://www.britannica.com/ebc/article-9376078.
26
LAPLANCHE, J. y PONTALIS, J.-B. (1996), p. 324. El Diccionario de Psicoanálisis de Laplanche y Pontalis
incluye, bajo el epígrafe “psicoterapia”, una tercera definición: «con el nombre de “psicoterapia analítica” se designa
una forma de psicoterapia basada en los principios teóricos y técnicos del psicoanálisis, aunque sin realizar las
condiciones de una cura psicoanalítica rigurosa», LAPLANCHE, J. y PONTALIS, J.-B. (1996), p. 324.
27
SCHNEIDER, P.-B. (1979), p. 43.
54
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.3.1. Fundamentos: los remedios psicoterapéuticos antes de la psicoterapia
28
EY, H. y otros (2002), GABBARD, G. O. (2000), SADOCK, B. J. y SADOCK, V.A. (2004).
29
EY, H. y otros (2002), p. 944.
30
Véanse, como ejemplos, GABBARD, G.O. (2006), SCOTT, J.G. y otros (2008) y, de forma más específica,
GABBARD, G.O. y WESTEN, D. (2003), GUIMÓN, J. (2004) y LEAR, J. (1993).
31
He tomado esta excelente definición de acción terapéutica de LEAR, J. (1993), p. 31.
32
EYSENCK, H. (1952), EYSENCK, H. (1964), EYSENCK, H. (1965).
55
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.3.1. Fundamentos: los remedios psicoterapéuticos antes de la psicoterapia
Pero, ¿qué tienen en común los distintos tipos de psicoterapia? Una revisión de
las definiciones de psicoterapia recogidas por Wolberg propone la existencia de cinco
elementos comunes a todas las definiciones: 1.- «Intervención de un especialista», 2.-
«con el propósito de aliviar o curar», 3.- «determinados trastornos de la persona», 4.-
«de base emocional», y 5.- «mediante procedimientos psicológicos».35 Esta
clasificación limita la definición de psicoterapia a la actividad intencional, ejercida por
un técnico de la psicoterapia («un especialista») y dirigida a la curación o el alivio de
padecimientos psíquicos mediante el uso de métodos psicológicos. Por tanto, excluye
las acciones de personas que no sean especialistas en psicoterapia y las
intervenciones cuyo propósito primero no sea la curación o el alivio de los trastornos
«de base emocional».36 Se trata de una definición restrictiva, que parece reducir el
campo de la psicoterapia a la práctica de los profesionales de los tratamientos
psíquicos que aparecieron a finales del siglo XIX y se consolidaron en la primera mitad
del siglo XX.
33
Véanse, entre otros, EVANS, C. y otros (2002), FONAGY, P. (2010), GUIMÓN, J. (2004), KAZDIN, A.E. (2009),
POCH, J. y ÁVILA, A. (1998).
34
Sobre este punto, la publicación de trabajos de psicoanalistas como Otto Kernberg (1928-), Peter Fonagy
(1952-) o Falk Leichsenring (1955-) han contribuido de manera fundamental a consolidar el papel del psicoanálisis
dentro del grupo de los tipos de psicoterapias que han demostrado eficacia en estudios empírico-estadísticos,
BATEMAN, A. y FONAGY, P. (2008), FONAGY, P. (2010), KERNBERG, O.F. y otros (2008), LEICHSENRING, F.
(2005), LEICHSENRING, F. y RABUNG, S. (2008), LEICHSENRING, F. y RABUNG, S. (2011).
35
POCH, J. y ÁVILA, A. (1998), p. 19.
36
La base emocional es un punto de indefinición. ¿Qué significa base emocional? Desgraciadamente ni Wolberg
ni Poch y Ávila responden a esta cuestión.
37
GILL, C. (1985), p. 307. «Una de las numerosas novedades de la medicina decimonónica —escribe López
Piñero— fue la psicoterapia en sentido estricto», LÓPEZ PIÑERO, J. M. (2002), p. 11.
38
Incurro en un deliberado presentismo histórico al etiquetar como “psicológicos” unos métodos anteriores a la
aparición de la psicología como disciplina de estudio. Sobre el problema metodológico del presentismo histórico y su
inevitabilidad en la investigación histórica, véase “1.1.5. Presentismo histórico y etnocentrismo cultural”.
56
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.3.1. Fundamentos: los remedios psicoterapéuticos antes de la psicoterapia
39
La expresiones curación del alma, curación por la palabra y curación por el espíritu, que aquí utilizo como
sinónimos, han sido tomadas, respectivamente, de GILL, C. (1985), p. 307, LAÍN ENTRALGO, P. (2005), y ZWEIG, S.
(2006).
40
A medio camino entre las psicoterapias en sentido estricto y las psicoterapias en sentido amplio se sitúa la
definición de psicoterapia que Anthony Storr formula en su libro The art of psychotherapy (El arte de la
psicoterapia): «el arte de aliviar las dificultades personales mediante el uso de la palabra y de la relación personal-
profesional» (la traducción es mía); tomado de GILL, C. (1985), p. 311.
41
BREMMER, J. N. (2002), p. 17-23, DODDS, E. R. (2003), p. 136, SIMON, B. (1984), p. 21-30.
42
DODDS, E. R. (2003), p. 136.
43
SIMON, B. (1978), p. 59. Por otro lado, desde la antigua Grecia hasta la actualidad, los estudiosos del concepto
de psykhé se han dividido en dos facciones: la «fisicalista», en el que destacan Homero, los poetas arcaicos griegos y
los presocráticos, y la «mentalista», iniciada por Sócrates y Platón, FRAMPTON, M. F. (1988), p. 265-284.
44
Tokosz Karasu identificó, en la década de 1980, más de cuatrocientos tipos de psicoterapias en sentido
estricto, KARASU, T.B. (1986).
45
GABBARD, G.O. y HOROWITZ, M.J. (2009), p. 517.
57
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.3.1. Fundamentos: los remedios psicoterapéuticos antes de la psicoterapia
Por supuesto, no existe una definición única de este concepto, pero podemos
decir que la relación terapéutica consiste en la vivencia de ser ayudado y de avanzar
en la consecución de metas u objetivos junto con el terapeuta.50 Así, el componente de
relación humana se erige como el principal factor terapéutico de toda intervención
psicoterapéutica. «La relación terapéutica trasciende la técnica y es el mejor predictor
de respuesta clínica», afirman los psicoterapeutas Glenn Gabbard y Mardi Horowitz.
Alicia es testigo de la «carrera loca», en la que los participantes corren sin que
se anuncie la salida ni se establezca la meta. Al terminar, los corredores preguntan al
46
GABBARD, G.O. (2006), p. 1667, GABBARD, G.O. y WESTEN, D. (2003), LEAR, J. (2003).
47
GABBARD, G.O. y HOROWITZ, M.J. (2009), GABBARD, G.O. y WESTEN, D. (2003).
48
Sobre este apasionante asunto pueden consultarse, entre otros, GABBARD, G.O. y WESTEN, D. (2003),
HORVATH, A.O. y LUBORSKY, L. (1993), HORVATH, A.O. (2000), HORVATH, A.O. y otros (2011), HORVATH, A.O.
y SYMONDS, D. (1991), LUBORSKY, L. y otros (1975), LUBORSKY, L. y otros (1985), PRIEBE, S. y MCCABE, R.
(2008), ROSENZWEIG, S. (1936). Por otro lado, un reciente análisis comparativo entre distintas formas de
psicoterapia ha mostrado que la relación terapéutica per se explica hasta el 45% de la eficacia de la terapia,
independientemente de la técnica terapéutica empleada, SCOTT, J.G. y otros (2008), p. 315.
49
NORCORSS, J.C. (2000).
50
GABBARD, G.O. y HOROWITZ, M.J. (2009), p. 519.
51
Novela escrita por Charles Lutwidge Dodgson, más conocido por el seudónimo de Lewis Carroll, y publicada
por primera vez en Londres en 1865.
52
ROSENZWEIG, S. (1936). Sobre el legado de la tesis de Saul Rosenzweig, véase DUNCAN, B.L. (2002).
58
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.3.1. Fundamentos: los remedios psicoterapéuticos antes de la psicoterapia
FIGURA 1
Alicia con el pájaro Dodo.
Ilustración de John Tenniel,
procedente de la primera
edición de Alicia en el País de
la Maravillas (McMillan,
Londres, 1865).
53
«At least the Dodo said, ‘Everybody has won, and all must have prizes’», CARROLL, L. (1993), p. 34.
54
LUBORSKY, L. y otros (1975).
55
Recomiendo la consulta, entre otros, de los siguientes trabajos: BRABBAN, A. y otros (2009), CAIN, D.J.
(2007), CRESPO, L.F., y FRAGUAS, G. (2009), GABBARD, G.O., y HOROWITZ, M.J. (2009), GABBARD, G.O., y
WESTEN, D. (2003), HORVATH, A.O. (2000), HORVATH, A.O., y LUBORSKY, L. (1993), HORVATH, A.O., y otros
(2011), HORVATH, A.O., y SYMONDS, D. (1991), LUBORSKY, L. y otros (1985), LUBORSKY, L. y otros (2002),
MARTIN, D.J. y otros (2000), PRIEBE, S. y otros (2011), PRIEBE, S., y MCCABE, R. (2008), SMITH, M.L., y GLASS,
G.V. (1977). La relación terapéutica en la literatura cobra un valor especial en la obra cumbre de Dante, La Divina
Comedia. El psicoanalista Nathan Szajnberg ha dedicado un excelente artículo al papel de la relación terapeútica en
el Infierno de Dante, SZAJNBERG, N.M. (1996).
56
LARSON, E.B. y YAO, X. (2005), LITTLE, M. (2005), SCHNEIDER, J. y otros (2004), SCOTT, J.G. y otros
(2008).
59
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.3.1. Fundamentos: los remedios psicoterapéuticos antes de la psicoterapia
57
Sobre este punto, véase Rethinking therapeutic action, GABBARD, G.O., y WESTEN, D. (2003).
58
Véase GABBARD, G.O. (2006), DOERING, S. y otros (2010), HØGLEND, P. y otros (2008).
59
GABBARD, G.O., y WESTEN, D. (2003), p. 824. Otro tema es la ventaja potencial de algunas técnicas en
determinadas situaciones clínicas. Por ejemplo, en un estudio con pacientes con diferentes diagnósticos la
psicoterapia de orientación dinámica obtuvo mejores resultados a medio-largo plazo que la cognitivo-conductual,
WATZKE, B. y otros (2010). Sin embargo, la terapia cognitiva resultó ser mejor que la mera intensificación de visitas
convencionales en la prevención de inicio de sintomatología psicótica en personas clasificadas como de alto riesgo de
psicosis, MORRISON, A.P. y otros (2007). Para profundizar en esta materia recomiendo la lectura de los siguientes
trabajos: BATEMAN, A., y FONAGY, P. (2009), CLARKIN, J.F. y otros (2007), GIESEN-BLOO, J. (2006), MCMAIN,
S.F. y otros (2009), VAN ASSELT, A.D. I. y otros (2008).
60
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.3.2. Fundamentos: el Quijote y el estudio de la curación por la palabra
Uno es escribir como poeta y otro como historiador: el poeta puede contar, o
cantar las cosas, no como fueron, sino como debían ser; y el historiador las ha
de escribir, no como debían ser, sino como fueron, sin añadir ni quitar a la
verdad cosa alguna [DQ, II, cap. 3, p. 708].
60
Aristóteles se refiere al poeta épico, del que es heredero el novelista. Y, entre todos, Cervantes es el poeta por
excelencia.
61
ARISTÓTELES (2003), p. 73 [Poética 1451b].
62
Sobre la disquisición de Sansón Carrasco sobre las diferencias entre la historia y la poesía, véase CASCARDI,
A.J. (2000).
63
DE CUENCA, L.A. (2011), p. 13.
64
Sentencia Claudio Magris, MAGRIS, C. (2005), p. 108.
61
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.3.2. Fundamentos: el Quijote y el estudio de la curación por la palabra
Pedro Laín Entralgo sentó las bases del estudio de la curación por la palabra en
la antigüedad a partir del análisis de textos literarios. En La curación por la palabra en
la antigüedad clásica, Laín impone una rigurosa lectura y una perenne mirada crítica
que permite formular el estudio de la curación por la palabra mediante el análisis de
textos literarios del pasado.66 El bosquejo histórico que he trazado en el apartado “1.2.
Un recorrido por la historia de la psicoterapia” ha seguido las enseñanzas de Laín en
este campo.
65
He tomado la cita del profesor José María Jover Zamora de MONTERO REGUERA, J. (1997), p. 31.
66
Véanse La racionalización platónica del ensalmo y la invención de la psicoterapia verbal, LAÍN ENTRALGO, P.
(1958a), La curación por la palabra en la antigüedad clásica, LAÍN ENTRALGO, P. (1958b) y La curación por la
palabra en la antigüedad clásica, LAÍN ENTRALGO, P. (2005).
67
FREUD, S. (1981), vol. 2, p. 1285-1336 [XXXIII, El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’, de W. Jensen].
68
Por supuesto, recomiendo leer el texto de Freud, así como el relato de Jensen, JENSEN, W. (2005).
69
FREUD, S. (1981), vol. 2, p. 1294 [XXXIII, El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’, de W. Jensen].
62
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.3.2. Fundamentos: el Quijote y el estudio de la curación por la palabra
FIGURA 2
Bajorrelieve de Gradiva.
Esta imagen sirvió de modelo
para la novela de Jensen.
Original en el Museo Vaticano.
70
«El tratamiento psíquico a que Zoe había sometido a Hanold había ejercido ya su total efecto curativo»,
sentencia Freud, FREUD, S. (1981), vol. 2, p. 1302 [XXXIII, El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’, de W. Jensen].
71
FREUD, S. (1981), vol. 2, p. 1305 [XXXIII, El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’, de W. Jensen].
72
FREUD, S. (1981), vol. 2, p. 1306 [XXXIII, El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’, de W. Jensen]. Por
supuesto, Freud no cree que la intención de Jensen fuera redactar un estudio psiquiátrico, sino una obra literaria.
63
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.3.2. Fundamentos: el Quijote y el estudio de la curación por la palabra
Todo ello es posible porque los personajes de novela, cuando son bien logrados,
como es el caso del Quijote, «tienen concordancia psicológica, es decir, una íntima
coherencia entre su modo de sentir, de pensar y de actuar».74 De hecho, la lógica de
los personajes opera más allá de su carácter literario y les confiere un valor de
individuos, cuyo devenir se puede ubicar en un escenario de representación de la vida
cotidiana que admite el estudio de los remedios psicoterapéuticos.
Por otro lado, la primacía del diálogo en la construcción del discurso narrativo del
Quijote propicia un clima vivo, dinámico, un espacio habitado que se erige, en
palabras del crítico literario Bajtin, en «campo de la percepción de los valores y de la
representación del mundo».77
Los protagonistas del Quijote son personajes que habitan un mundo definido,
pero no delimitado —constreñido— por la propia novela. Es decir, salen de la novela
para recorrer los caminos del mundo. Y de esta manera tienen un carácter asimilable a
73
TORRENTE BALLESTER, G. (2004), p. 55-97.
74
PEÑA Y LILLO, S. (1993), p. 40.
75
Edward M. Forster (1879-1970) introdujo estos conceptos en Aspectos de la novela (1927).
76
Véase SULLÀ, E. (2001), p. 35-38
77
GÓMEZ, F.V. (1985), p. 51.La estimulante tesis de Batjin puede consultarse en BAJTIN, M. (1974).
64
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.3.2. Fundamentos: el Quijote y el estudio de la curación por la palabra
Por supuesto, la crónica de toda realidad asume una inevitable condición ficticia,
a menudo no menos alejada de lo ficticio que los propios relatos de ficción. En el
Quijote, la creación fantástica, inventada, opera a partir de unas reglas de realidad —a
los personajes se les imponen los límites frustrantes de la realidad—, que confieren a
la obra un valor de escenario de vida cotidiana. Pero todos los personajes de ficción
de cualquier tiempo, cultura o nacionalidad, siguen la misma ley: «viven dentro de un
mundo que, al mismo tiempo, les constituye en lo que son y les sirve de espacio
vital».83
78
«Es por esta obediencia a la lógica del personaje por lo que Don Quijote es tan creíble como loco y como
cuerdo, sin que en ningún momento se entre en contradicción», afirma Castilla del Pino. El propio Castilla del Pino
cita a Américo Castro cuando asegura que «el núcleo radical del Quijote yace en el hecho de que sus personajes
parezcan seres vivos de carne y hueso». Y Castilla del Pino añade «Para mí, el gran tema de Cervantes, en el Quijote
y en el resto de su obra, no es la locura sino la vida humana», CASTILLA DEL PINO, C. (2005), p. 23 y p. 60,
respectivamente.
79
TORRENTE BALLESTER, G. (2004), p. 93.
80
Véanse los ensayos que conforman Cervantes y la libertad, de Luis Rosales, ROSALES, L. (1996).
81
AYALA, F. (2005), p. 30-31.
82
Sobre la libertad en el Quijote y su relación con la individualidad de los personajes, véase “1.2.16.3. El
concepto de individuo en la época del Quijote”.
83
ROSALES, L. (1996), p. 506.
84
ARISTÓTELES (2003), p. 73 [Poética 1451 b5-6]. Sobre la cita de Ricoeur, véase RICOEUR, P. (1999), p. 155.
65
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.3.2. Fundamentos: el Quijote y el estudio de la curación por la palabra
podemos, con Ricoeur, concertar que «la historia y el relato de ficción se encuentran
imbricados en el nivel de la elaboración de trama». Y la trama, asegura Ricoeur,
«depende de la prâxis de la narración y, por tanto, de una pragmática del habla».85 De
aquí podemos extraer, sin caer en laberintos lingüísticos, que el habla viva del Quijote
constituye su verdadera trama y que es en la urdimbre de la pragmática del habla de
la obra donde reside el valor del Quijote como escenario de representación de la vida
cotidiana de la época.
Aunque esta idea se ha convertido en un lugar común y han sido muchos los
que han abusado de ella, convengo, con Salazar Rincón, en que no deja por ello de
tener una especial vigencia. El Quijote, sin ser una novela social, comunica al lector
con una realidad social viva y permite así utilizar sus páginas como documento de
estudio de la sociedad de la época. En 1903, Tomás Carreras y Artau consideró que el
Quijote ofrece una representación del modo de pensar, de sentir y de obrar de las
personas del siglo XVI. Con cuidado de no caer en el positivismo acrítico que a
menudo acompaña a estas reflexiones, podemos rescatar la opinión de Antonio
Domínguez, quien afirma que los primeros capítulos de la segunda parte del Quijote
son «esenciales para el conocimiento de éste [linajes y relaciones laborales] y otros
aspectos de la sociedad española coetánea».88
Todo lo expuesto sirve de apoyo para la utilización del Quijote como campo de
estudio de la curación por la palabra. Como apunte final a este apartado, rescato la
voz de Freud con respecto al papel histórico de los poetas en el análisis de los
fenómenos mentales: «Todos los poetas dignos de tal nombre han transgredido este
85
RICOEUR, P. (1999), p. 180. Y la trama, afirma Ricouer, «depende de la prâxis de la narración y, por tanto, de
una pragmática del habla», RICOEUR, P. (1999), p. 172.
86
SALAZAR RINCÓN, J. (1986).
87
Los autores citados son Morel-Fatio, Salcedo Ruiz o Puyol Alonso. He tomado de cita entrecomillada, original
de Morel-Fatio, de SALAZAR RINCÓN, J. (1986), p. 10.
88
DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. (2004), p. 102.
66
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.3.2. Fundamentos: el Quijote y el estudio de la curación por la palabra
precepto [evitar todo contacto con la psiquiatría] y han considerado como su misión
verdadera la descripción de la vida psíquica de los hombre, llegando a ser no pocas
veces, precursores de la ciencia psicológica».89
89
FREUD, S. (1981), vol. 2, p. 1306 [XXXIII, El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’, de W. Jensen].
67
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.4. Material y textos consultados
Jstor (http://www.jstor.org/)
MedLine/PubMed (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/)
90
CERVANTES, M. (2004) [Don Quijote]. La obra está presentada en estuche de cartón con dos volúmenes; el
primer volumen incluye varios artículos de introducción a la obra, seguidos de los dos Quijotes (El ingenioso hidalgo
don Quijote de la Mancha, 1605; y El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, 1615) con anotaciones al
texto; el segundo volumen recoge una extensa bibliografía cervantina y varios trabajos sobre el Quijote en su
contexto social y cultural.
91
LÁZARO, J. y BUJOSA, F. (2000).
68
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.4. Material y textos consultados
Una vez completada esta búsqueda realicé un cribado manual de aquellos textos
que mejor se adaptaban a las características de esta tesis. La sección “9.- bibliografía”
presenta una relación alfabética de los textos empleados en la preparación de la tesis.
69
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.5. Presentismo histórico y etnocentrismo cultural
En los años 30 del siglo XX, gracias a la publicación de los trabajos de autores
como Herbert Butterfield o Hélène Metzger, la cuestión del presentismo cobró fuerza y
92
ZILBOORG, G. (1967), p. 193.
93
Sobre el presentismo anacrónico en la Historía de la psicología médica de Zilboorg, véase PORTER, R. y
MICALE, M.S. (1994), p. 6-7. En línea con este uso presentista de los datos históricos, Peter Buckley ha comparado
el riesgo que conlleva establecer una conexión directa entre el pensamiento antiguo y el nuestro —ciudadanos del
siglo XXI— con lo que él llama falacia adultomorfa, consistente en la asunción de conocimiento del mundo infantil a
partir del conocimiento de las fantasías y pensamientos adultos sobre la infancia, BUCKLEY, P. (2001), p. 456.
94
Tomado de RISSE, G.B. (1969), p. 201-202.
95
La cita de Rohde ha sido tomada de EKSTEIN, H. (1994), p. 11. Sin embargo, la advertencia de Rohde no evitó
que en su gran obra Psique éste incurriera en presentismo. Hans Ekstein defiende en su prólogo a Psique que Rohde
cae en la trampa presentista de la que él mismo alerta. Véase EKSTEIN, H. (1994). Existe una traducción castellana de
Psique publicada por el Fondo de cultura económica, ROHDE, E. (1994).
70
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.5. Presentismo histórico y etnocentrismo cultural
96
Los trabajos The Whig interpretation of History (publicado en 1931) de Butterfield y La méthode
philosophique en histoire des sciences: Textes 1914-1939 de Metzger coronan el comienzo de esta nueva etapa en la
historiografía contemporánea. Sobre el presentismo en las obras de de Butterfield y Metzger, véanse MORO ABADÍA,
Ó. (2008) y (2009). Sobre las distintas líneas de la investigación historiográfica, recomiendo el libro Tendencias
historiográficas actuales. Escribir Historia hoy de Elena Hernández, HERNÁNDEZ SANDOICA, E. (2004).
97
He tomado la cita de HUERTAS, R. (2001), p. 12.
98
Un ejemplo de ello es el uso de etiquetas psicopatológicas o clasificaciones diagnósticas modernas para
explicar los comportamientos de los hombres de la antigüedad. Sobre esta cuestión Akerknecht insiste en que ser
diferente no puede equipararse a ser psicopatológico, AKERKNECHT, E.H. (1943). Sin embargo, la tentación de
formular diagnósticos retrospectivos no ha sido ajena a grandes clínicos. Por ejemplo, Karl Jaspers defendió la
condición esquizofrénica del profeta Ezequiel; véase ROSEN, G. (1974), p. 81. Sobre los problemas metodológicos
del diagnóstico retrospectivo de esquizofrenia puede leerse FRAGUAS, D. (2009). Como trasfondo, podemos citar las
palabras de Rudolf Ekstein, quien enfatiza el «poder de la proyección, del deseo de atribuir creencias actuales y
nociones científicas al pasado», EKSTEIN, R. (1975), p. 247.
99
ROSEN, G. (1974), p. 34.
100
Edelstein comentó con rigor este tema en su trabajo Recent trends in the interpretation of ancient science,
EDELSTEIN, L. (1952).
71
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.5. Presentismo histórico y etnocentrismo cultural
En tercer lugar, el anacronismo acepta el uso de los hechos del pasado como
elementos de legitimación del presente.
72
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.5. Presentismo histórico y etnocentrismo cultural
104
La expresión Siglo de Oro fue creada por el célebre erudito y anticuario dieciochesco Luis José Velázquez,
marqués de Valdeflores (1722-1772), quien la empleó por primera vez en 1754, en su obra crítica Orígenes de la
poesía castellana, aunque él la utilizó para referirse exclusivamente al siglo XVI. Posteriormente la definición se
amplió, entendiendo toda la época de apogeo de la cultura española, esencialmente el Renacimiento del siglo XVI y
el Barroco del siglo XVII. Para la historiografía y los teóricos modernos el Siglo de Oro abarcaría desde la
publicación de la Gramática castellana de Nebrija en 1492 hasta la muerte de Calderón en 1681.
105
Sobre el principio cuántico de incertidumbre, véase LEWIS, G.N. y MAYER, J.E. (1929). El psicoanalista
André Green formuló la idea de «un principio de incertidumbre psicoanalítica tendido entre confiabilidad y
creatividad», en GREEN, A. (1995), p. 81.
106
HULL, D.L. (1979).
107
Entre otros trabajos en defensa de una historia inevitablemente presentista, véanse CAMACHO, I. (2006),
HARDCASTLE, G. (1991), HARRISON, E. (1987), JARDINE, N. (2000), TOSH, N. (2003), WILSON, A. y ASHPLANT,
73
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.5. Presentismo histórico y etnocentrismo cultural
T.G. (1988). Es de justicia reconocer que Butterfield y Metzger ya anticiparon la cuestión de la inevitabilidad de un
cierto presentismo en sus trabajos seminales. Véase MORO ABADÍA, Ó. (2009).
108
GUTHRIE, W.K.C. (2005) (vol. 3), p. 15.
109
He tomado la cita de Einstein de WATZLAWICK, P. (1992), p. 149.
110
CORNFORD, F.M. (1988), p. 19.
74
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.5. Presentismo histórico y etnocentrismo cultural
luz de la Biblia, del Quijote y de Hamlet. Y no hay otra manera de mirar hacia atrás
que no sea con nuestros ojos aturdidos tras Auschwitz e Hiroshima. Coincido con los
historiadores de la psiquiatría Hunter y Macalpine, quienes, en la década de 1960,
comentaron que no existe un método objetivo de describir o comunicar hallazgos
clínicos que no esté sujeto a la interpretación subjetiva.111 La comprensión histórica
estará siempre condicionada por el subjetivismo que impone el historiador. Un
subjetivismo que, en la investigación de las ciencias humanas, resulta imposible de
deslindar por completo de cualquier pretendido objetivismo. El subjetivismo implica
una carga de juicios de valor, de ideología, que impregna la investigación. Es
fundamental ser consciente de ello a la hora de leer un estudio histórico, ya que el
historiador habrá introducido —en mayor o menor medida, más o menos
deliberadamente— su bagaje ideológico en el trabajo. Desde aquí, se puede afirmar
—hago mías estas palabras de Rafael Huertas— que «pretender hacer una historia
“desideologizada” es un ingenuidad o una falacia».112
En línea con este asunto aparece el tercer punto: los historiadores de cada
período utilizan su propio lenguaje. Un lenguaje que ha marcado la mirada subjetiva
sobre los datos de la historia. Pero también un lenguaje que determina la expresión y
la divulgación de lo estudiado. Por supuesto, el lenguaje de cada historiador depende
de su marco social y cultural y, por ello, es hijo de su época.
Visto así, ¿cómo acercarse al estudio del pasado? Para hacerlo, Butterfield y
Metzger, entre otros autores, propusieron recurrir a la simpatía y la imaginación. El
ejercicio de la simpatía consiste en ponerse en el lugar intelectual y sentimental del
habitante del pasado. La simpatía exige un esfuerzo que puede resultar incómodo y
requerir una dosis de arrojo poético. María Zambrano lo expresa con exquisita
elegancia: «Hace muy poco tiempo que el hombre cuenta su historia, examina su
presente y proyecta su futuro sin contar con los dioses, con Dios, con alguna forma de
manifestación de lo divino. Y, sin embargo, se ha hecho tan habitual esta actitud que,
111
PORTER, R. y MICALE, M.S. (1994), p. 10.
112
HUERTAS, R. (2001), p. 19.
113
ROSALES, L. (1996), p. 654.
75
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.5. Presentismo histórico y etnocentrismo cultural
aun para comprender la historia de los tiempos en que había dioses, necesitamos
hacernos una cierta violencia».114 Esta cierta violencia, este arrojo poético —creativo,
al fin y al cabo—, es lo que a menudo necesitamos para conectar con la sociedad del
pasado. Por otro lado, mediante la imaginación el historiador hace el pasado inteligible
al presente.115
Este enfoque historiográfico asume que todo estudio histórico supone cierto
ejercicio de traducción.116 Traducción recíproca entre contextos históricos alejados en
el tiempo o en el espacio. Y traducción también del lenguaje empleado por unos y por
otros. Así, el anacronismo historiográfico ramifica su impacto cuando el estudio ha de
vérselas con traducciones de idiomas antiguos. Las dificultades en la traducción del
griego clásico nos sirven de ejemplo. Las discrepancias entre las interpretaciones de
los textos homéricos se han debido, en gran medida, a la falsa asunción de que los
términos de los lenguajes homérico y moderno son equivalentes.117 Las traducciones
de los textos griegos clásicos conllevan este riesgo, ya que las palabras que
componen la terminología moderna occidental enmascaran y adulteran el estudio del
campo semántico de las palabras del griego clásico.118 En la Ilíada la palabra thymós
es citada en 433 ocasiones. Muchas de estas veces, thymós parece poder traducirse
por corazón, como órgano palpitante del cuerpo. Sin embargo, es más frecuente que
su significado se refiera al lugar del que surgen y en el que asientan las emociones.
Otras veces, la palabra thymós es usada para designar la energía vital del cuerpo. Es
difícil saber si estas definiciones fueron en la época de Homero adscripciones
semánticas distintas o si se refirieron esencialmente a lo mismo.119 Por ello el estudio
de los escritos debe tener presente el significado que en cada contexto histórico y
semántico tienen las palabras.
114
ZAMBRANO, M. (1993), p. 13.
115
Sobre el uso de la simpatía y la imaginación como fórmulas que permiten el estudio riguroso del pasado, véase
MORO ABADÍA, Ó. (2009).
116
Gary Hardcastle ha desarrollado esta idea en varios de sus trabajos. Véase HARDCASTLE, G. (1991).
117
HARRISON, E.L. (1960), p. 63.
118
BREMMER, J.N. (2002), p.18. La medicina moderna emplea numerosos términos de raíz griega. Sin embargo,
el significado que poseen estas palabras en la actualidad no puede extraerse directamente del que tenían en la
antigüedad. Soutis presenta un estudio sobre el tema en SOUTIS, M. (2006).
119
Los datos sobre el estudio de la semántica de las expresiones de síntomas somáticos y psicológicos en la Ilíada
proceden de MUMFORD, D.B. (1996). El problema de la traducción de textos griegos médicos clásicos es tratado en
SLUITER, I. (1994).
76
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.5. Presentismo histórico y etnocentrismo cultural
120
Autores como Henry Sigerist, Erwin Ackerknercht, Arthur Kleinman, Rafael Huertas, George Rosen, Quentin
Skinner o Luis Montiel han desarrollado, desde distintas posiciones, una defensa rigurosa del valor imprescindible
del estudio del contexto histórico, AKERKNECHT, E.H. (1942), HUERTAS, R. (2001), KLEINMAN, A. (1980),
MONTIEL, L. (2000), ROSEN, G. (1974), SIGERIST, H. (1943), SKINNER, Q. (1969).
121
He extraído el fragmento del poema de Quevedo de MICÓ, J.M. y SILES, J. (Ed.) (2003), p. 493.
122
Arthur Kleinman introdujo en 1980 la noción de modelo explicativo, clave en su teoría de la etnomedicina.
Los modelos explicativos son esquemas conceptuales, más o menos definidos, de comprensión de la enfermedad en
torno a las causas de las enfermedades, los criterios diagnósticos y las opciones de tratamiento. Kleinmann estudió
los distintos modelos explicativos convivientes en Taiwan, donde la medicina “científica” comparte pacientes con las
terapias basadas en antiguos ritos mágicos, KLEINMAN, A. (1980). En este capítulo utilizo la expresión modelo
explicativo en un sentido amplio, como fórmula de comprensión de la enfermedad, de su diagnóstico y de su
tratamiento.
77
1. INTRODUCCIÓN - 1.1. Justificación y metodología de la tesis
1.1.5. Presentismo histórico y etnocentrismo cultural
Como apunte final de este apartado, me permito añadir que el estudio de los
contextos históricos debe tener en cuenta que las diferencias entre autores, posiciones
o escuelas pueden ser debidas, hasta cierto punto, a diferencias individuales. «La
distancia —ha escrito Octavio Paz— nos hace olvidar las diferencias que separan a
Sófocles de Eurípides, a Tirso de Lope. Y esas diferencias no son el fruto de las
diferencias históricas, sino de algo mucho más sutil e inapresable: la persona
humana».125
123
Sobre las bases epistemólogicas de la historiografía psiquiátrica recomiendo la lectura de HUERTAS, R.
(2001). Por otro lado, el trabajo Constructivismo e historia de la ciencia: ¿por qué resistirse al constructivismo? de
Víctor Navarro ofrece una panorámica muy interesante sobre el valor conceptual y los problemas y las ventajas de
método del constructivismo y otros enfoques en historia de la ciencia, NAVARRO BROTÓNS, V. (1999). Sobre la
interrelación entre cultura y enfermedad mental se han publicado numerosos textos. La Historia de la locura en la
época clásica de Foucault (FOUCAULT, M. (2000)) supuso un destacado punto de inflexión.
124
Benjamin Rush (1746-1813), Philippe Pinel (1745-1826), George Burrows (1801-1887), Rudolph Virchow
(1821-1902) o Edward Jarvis (1803-1884) han sido algunas de los autores del siglo XIX que señalaron el papel
destacado de la sociedad como agente responsable de la aparición o expresión de trastornos mentales. Sobre el tema
véase ROSEN, G. (1974), p. 203-227.
125
La cita de Octavio Paz procede de la introducción a El arco y la lira, PAZ, O. (1999), p. 45.
78
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.1. Los primeros pasos de la psicoterapia
79
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.1. Los primeros pasos de la psicoterapia
126
En 1871, un año antes, Tuke publicó, en la revista británica Journal of Mental Science, un artículo titulado
Illustrations of the Influence of the Mind upon the Body in Health and Disease, with Especial Reference to the
Imagination, TUKE, D. H. (1871). Cito el artículo, pero no he podido dar con él.
127
El texto de Tuke ha sido extraído de LÓPEZ PIÑERO, J. M. (2002), p. 54. Sobre la influencia de Tuke en el
desarrollo histórico de la psicoterapia, véase también SCHNEIDER, P.-B. (1979), p. 19.
128
La revista Contemporary Review, fundada en 1866, continúa publicando trabajos sobre distintos temas de
actualidad. Puede consultarse en la página web: http://www.contemporaryreview.co.uk/.
129
Frances Power Cobbe (1822-1904), luchadora infatigable en favor de los derechos de las mujeres, fue una de
las más importantes activistas del movimiento feminista de la época victoriana. Sobre F.P. Cobbe, véase su
autobiografía, Life of Frances Power Cobbe, by Herself (1894), COBBE, F. P. (1904). Asimismo, puede consultarse
una biografía de Cobbe publicada recientemente, MITCHELL, S. (2004). Sobre la influencia de la obra de Cobbe en
los cambios sociales que ocurrieron en las décadas siguientes a su muerte, véase HAMILTON, S. (2001).
130
Véase PIVNICKI, D. (1969), p. 238.
80
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.1. Los primeros pasos de la psicoterapia
En el comienzo del Génesis bíblico, la creación del mundo está mediada por la
acción de la palabra. «Dijo Dios: “Haya luz”, y hubo luz». La palabra está ligada al
origen y al destino de la humanidad. «En el principio existía la Palabra / y la Palabra
estaba junto a Dios, / y la Palabra era Dios. / Ella estaba en el principio junto a Dios. /
Todo se hizo por ella / y sin ella no se hizo nada».133
131
Véase FRAGUAS, D. (2007).
132
Este texto es el comienzo de la Biblia: el primer día de la creación, BIBLIA (1999), p. 21 [Génesis 1: 1-6].
133
BIBLIA (1999), [Juan 1: 1-3], p. 2359.
81
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.1. Los primeros pasos de la psicoterapia
Las tablas asirias, escritas en lenguaje cuneiforme alrededor del año 2500 antes
de Cristo (a. de C.), y el papiro egipcio Ebers,138 datado en torno al año 1500 a. de C.,
contienen los primeros ejemplos escritos conocidos de plegarias dirigidas a los dioses
con intención de obtener la curación de dolencias físicas o espirituales.139
134
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 30. Por supuesto, esta clasificación de las funciones impetrativa, mágica y
psicológica de la palabra es fruto de una lectura presentista. En la antigüedad, y hasta entrado el Renacimiento, los
límites conceptuales entre cada una de estas funciones eran harto imprecisos.
135
BIBLIA (1999), [Génesis 20: 17], p. 48.
136
Esta fórmula, recitada por el sacerdote católico durante la Consagración en la ceremonia de la Eucaristía,
procede del texto: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado
quedará sano», BIBLIA (1999), [Mateo 8, 8], p. 2189.
137
BIBLIA (1999), [Mateo 8, 16], p. 2189.
138
El papiro Ebers, compuesto hacia 1550 a. de C. y considerado uno de los textos médicos más importante del
antiguo Egipto, fue descubierto en Luxor en 1862 por Edwin Smith. Unos años después, el egiptólogo alemán G. M.
Ebers, a quien debe su nombre, lo compró y lo tradujo. Sobre las invocaciones con intención curativa que aparecen el
la tablas asirias y en el papiro Ebers, véase EHRENWALD, J. (1976), p. 27-31. Sobre los textos médicos del antiguo
Egipto y su papel en los orígenes de la medicina, véase LAÍN ENTRALGO, P. (1978), p. 16-22.
139
Es sabido que el uso de plegarias dirigidas a Dios o a los dioses con intención curativa se ha mantenido desde
la antigüedad hasta nuestros días, incluso cuando ha cambiado sustancialmente la manera de entender la enfermedad.
Este uso de la epodé corresponde a su función impetrativa.
140
GIL, L. (2004), p. 26-27. Como señala Sigerist, en las culturas llamadas primitivas no existía una distinción
neta entre las formas mágica y religiosa de la palabra, SIGERIST, H. (1943) p. 131-132.
141
Agrupo, siguiendo a Laín, los remedios mágicos y religiosos. Estoy de acuerdo con Luis Gil en que «la
frontera entre rito mágico y religioso, desde el punto de vista de la forma, no puede ser más impreciso», GIL, L.
(2004), p. 485, n. 2.
82
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.1. Los primeros pasos de la psicoterapia
1.- La plegaria (eukhé), dirigida a alguna divinidad; 2.- La catarsis, entendida como
purificación;142 3.- Los cultos orgiásticos (dionisiacos, coribánticos); 4.- El empleo de la
música y la danza; 5.- La terapéutica transferencial (expulsión del agente causal de la
enfermedad mediante ritos); 6.- La epodé de acción mágica; 7.- La incubación
(incubatio) o sueño en los templos de Apolo o Asclepio; y 8.- La terapéutica astrológica
e iatromecánica.143
La palabra curativa del ensalmo mágico actúa ex operere operato, es decir, una
vez pronunciada, como si al abandonar el cuerpo del que la pronuncia, la palabra
adquiriese una entidad propia que llevara aparejada su virtud mágica, ya sea «como
emanación de la dynamis de su pronunciador [...], o como algo intrínseco a su propia
contextura fónica y significativa».144 El efecto mágico de la palabra pronunciada ha
sido una importante herramienta curativa de los males del cuerpo y del espíritu desde
la antigüedad. «El empleo de ensalmos o conjuros con intención terapéutica -fórmulas
verbales de carácter mágico, recitadas o cantadas ante el enfermo para conseguir su
curación- pertenece, acaso desde el paleolítico, a casi todas las formas de la cultura
llamada “primitiva”», señala Pedro Laín.145 No en vano, en estas culturas el valor
operativo de la palabra llegaba al punto de que decir equivalía a hacer.
142
Sobre la función la psicoterapéutica de la catarsis, véase, en esta tesis, el r“1.2.7. La catarsis como remedio
psicoterapéutico”.
143
LAÍN ENTRALGO, P. (1978), p. 54.
144
GIL, L. (2004), p. 217. El término dynamis puede ser entendido como fuerza.
145
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 27-28. Jan Ehrenwald describe las tres características principales de los
ensalmos: 1.- uso de recursos fonéticos, que a menudo imitan sonidos naturales; 2.- uso de palabras que invocan,
convocan u ordenan el cumplimiento de lo deseado; 3.- alusiones mitológicas, a dioses, héroes antiguos, o ancestros
de los que se emana la magia, EHRENWALD, J. (1976), p. 71-72
146
El poder curativo de la palabra por su acción mágica está íntimamente relacionada con la «omnipotencia de las
ideas», es decir, con la analogía entre el deseo y el hecho. La palabra dicha invoca su realización como hecho. Este
pensamiento, todavía común en nuestra época, pertenece a la esfera de la función mágica de la palabra. Sobre la
magia y su relación con la «omnipotencia de las ideas», véase Tótem y tabú de Sigmund Freud, FREUD, S. (1981),
vol. 2, p. 1745-1850 [LXXIV, Totem y tabú].
147
La cita pertenece a Las Euménides, ESQUILO (2000a), p. 253 [Las Euménides, 646-650].
83
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.1. Los primeros pasos de la psicoterapia
148
Aunque más tarde le devolvió la vida, en cumplimiento de una profecía hecha por Evipe, hija de Quirón,
GRAVES, R. (2005), p. 195.
149
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 20.
150
He adaptado este diálogo de SAINT-EXUPÉRY, A. (1993), p. 48.
151
SAINT-EXUPÉRY, A. (1993), p.45-51.
152
HOMERO (2000a), p. 319-320 [Odisea, XIX, 455-458].
153
Los ritos dionisiacos y coribánticos perviven, de alguna manera, en algunas de las modernas terapias de
expresión emocional no verbal, GILL, C. (1985), p. 311.
84
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.1. Los primeros pasos de la psicoterapia
Las enfermedades enviadas por los dioses como castigo son, tradicionalmente,
tres: la lepra (el pecado como mancha que distingue al pecador), la ceguera (casos
como los de el adivino Tiresias o el poeta Estesícoro), y la locura (como les sucede a
los héroes Ayax y Heracles, o al rey Cleómenes de Esparta).160 No obstante, en
154
GIL, L. (2004), p. 231. Por el contrario, Ludwig Edelstein defendió que la magia no fue importante en la vida
griega hasta el siglo III a. C., EDELSTEIN, L. (1937), p. 219, n. 253. La posición de Edelstein no parece convincente.
Dodds, en su libro Los griegos y lo irracional, ofrece importantes argumentos contrarios a la tesis de Edelstein,
DODDS, E. R. (2003). Luis Gil cita el trabajo La magie en Grèce de Dunant como exponente de la defensa del empleo
de la magia en la Grecia clásica, GIL, L. (2004), p. 487, n. 414.
155
También conocido por los nombres de Baco, «deidad del vino y de la inspiración irracional» —NUSSBAUM,
M.C. (1995), p. 262—, Lysios «el liberador», Bromio, «el que brama», el dios del alarido —GARCÍA GUAL, C.
(1998), p.348—, y Leneo, HORACIO (1998), p. 71.
156
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 58.
157
DODDS, E.R. (2003), p. 82.
158
Los modos de concebir e interpretar la enfermedad en la antigüedad se pueden agrupar en cuatro grandes
tipos: traumático, punitivo, ambiental y demoníaco, LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 12. Esta clasificación es
compatible con otras clasificaciones de enfermedad en la antigüedad. Forrest E. Clements clasificó las
interpretaciones de la enfermedad en los pueblos “primitivos” en tres grupos: enfermedad como pérdida o evasión del
alma, enfermedad como penetración mágica de un objeto en el cuerpo, y enfermedad como posesión del hombre por
espíritus malignos, CLEMENTS, F.E. (1932). Por otro lado, Luis Gil opina que el uso de la epodé mágica se encuadra
en un concepto de enfermedad a medio camino entre el dinamismo –«efecto de la acción de fuerzas sobrehumanas»–
y el demonismo –«estado de penetración, de invasión o posesión del hombre por un espíritu, soporte o causa de la
enfermedad», GIL, L. (2004), p. 218 y 247-249. Sobre modelos de enfermedad en los pueblos “primitivos” y en la
antigüedad, véanse CLEMENTS, F.E. (1932), DEVEREUX, G. (1940), GIL, L. (2004), p. 245-280, o RIVERS, W.H.R.
(1924).
159
La cita de Galeno ha sido tomada de GIL, L. (2004), p. 127-128.
160
Véanse, al respecto, FRAGUAS, D. (2007), p. 184-187, y GIL, L. (2004), p. 105-130.
85
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.1. Los primeros pasos de la psicoterapia
161
GIL, L. (2004), p. 128-137.
162
GIL, L. (2004), p. 115-116.
163
Las prétides «atónitas después que merced a un encanto y hierbas [Melampo] las arrancó de sus delirios»,
OVIDIO, P. (2002) [Metamorfosis, XV, 325].
164
PLATÓN (1981b) [Cármides].
165
En el diálogo, Sócrates ha regresado recientemente a Atenas procedente de Potidea. Se supone que Sócrates
participó en Potidea en la famosa batalla que toma el nombre de esta ciudad. Potidea, situada en la península
calcídica, era una colonia de Corinto, dominada por Esparta. Tucídides relata el sitio de Potidea y la victoria de
Atenas en el invierno del 430-429. En el año 316 Casandro fundó, en el lugar de Potidea, la ciudad de Casandrea,
LLEDÓ, E. (1981a), p. 326, n. 1. La palestra de Táureas era un patio porticado donde se celebraban ejercicios físicos
y donde solían reunirse los jóvenes atenienses, LLEDÓ, E. (1981a), p. 326, n. 2.
166
PLATÓN (1981b), p. 331 [Cármides, 155e].
86
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.1. Los primeros pasos de la psicoterapia
Sócrates y sus amigos, Platón presenta a la epodé como productora, por sí misma, de
la sophrosyne, es decir, del cambio en el alma que implica la felicidad.167 Por eso, el
Cármides es «un poderoso esfuerzo por racionalizar la epodé»,168 por transformar la
epodé curadora por su acción mágica en epodé curadora por su acción psicológica.
167
La palabra del ensalmo ha de ser «bella» (logos kalós) para ser terapéutica. Los «ensalmos» platónicos son
«los bellos discursos», y la palabra «bella» es curativa en tanto que productora en el alma del enfermo de la
sophrosyne –sensatez, sabiduría, discreción, templanza, autodominio, moderación, castidad, prudencia, disciplina.
Sócrates afirma que los ensalmos «son los buenos discursos», PLATÓN (1981b), p. 333 [Cármides, 157a]. Emilio
Lledó revisa la dificultad de la traducción de sophrosyne en LLEDÓ, E. (1981a), p. 321.
168
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 116.
169
PLATÓN (1983a), p. 414 [Crátilo, 411e], y PLATÓN (1981b), p. 368 [Cármides, 176a].
170
DODDS, E. R. (2003), p. 61, n. 13.
171
Pedro Laín cita a Nestle, LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 207.
172
NIETZSCHE, F. (2005a), p. 202.
173
«Sabemos que nuestra medicina científica racional —escribió Erwin Ackerknecht en 1946— no está
completamente libre de tendencias y nociones sobrenaturales», AKERKNECHT, E.H. (1946), p. 467. La presencia de
estas tendencias sobrenaturales en la medicina actual ha sido estudiada, entre otros, por ASTIN, J. A. (1998),
BERNARDI, L. y otros (2001), LEIBOVIVI, L. (2001), MEIER, C.A. (1967), p. 85, y ZALEWSKI, Z. (1999).
174
Algunos autores han ido más lejos: «Platón, el último chamán, representará el espacio mediador mithos/logos
de un mundo en transición, del mundo mítico mágico religioso al logos tal como hoy le entendemos, el logos de la
ciencia, de la razón», PADRÓ, D. (2000), p. 10. Por otro lado, autores de reconocida confianza, como Pedro Laín
Entralgo o José Máría López Piñero, han señalado la importancia del papel de los pitagóricos y Empédocles en la
transformación del uso mágico al lógico-psicológico de la palabra curativa, LÓPEZ PIÑERO, J. M. y MORALES
MESEGUER, J. M. (1966), p. 459.
175
Los griegos de la Grecia clásica son «la especie más lograda de hombres habidos hasta ahora, la más bella, la
más envidiada, la que más seduce a vivir», NIETZSCHE, F. (2005a), p. 26.
87
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.1. Los primeros pasos de la psicoterapia
Sin embargo, la idea de que el uso de la palabra curativa por su acción mágica
evolucionó hacia su uso por su acción psicológica participa de una posición
presentista: lo mágico y lo psicológico son conceptos contemporáneos trasladados al
pasado, y desde los que se asume una diferencia, en cierto modo artificiosa, entre las
acciones mágica y psicológica de la palabra curativa. A favor de aceptar como buena
la lectura del cambio del uso mágico al uso racional de la palabra curativa, pese a su
carga presentista, están las declaraciones de los autores hipocráticos que perfilan una
diferencia entre lo mágico y lo racional —aquí, con todas las limitaciones que ello
implica, asimilamos lo racional con lo psicológico. Los ensalmos (epōdai) son
mencionados en tres ocasiones en el tratado hipocrático De morbo sacro (Sobre la
enfermedad sagrada), y en las tres para «rechazarlos con lúcida energía y para
denostar a los magos, catartas, charlatanes e impostores».176 Este mismo autor
hipocrático advierte que el uso de la palabra en solitario, sin la medicina curativa,
constituye un fraude, una amenaza para la salud del enfermo, y supone una acción
sumamente impía y atea.177
Algunos, efectivamente, creen que los ensalmos son cuentos de viejas, como
yo mismo creí durante mucho tiempo. Pero a la postre, por sus efectos
evidentes, me convencí de que había una dynamis en ellos. Comprobé su
utilidad en las picaduras de serpientes [...]. Son muchos los remedios
178
excelentes para cada caso, y entre ellos las epōdai logran su objetivo.
176
Se puede consultar el texto hipocrático Sobre la enfermedad sagrada en HIPÓCRATES (2001). Tomo prestadas
estas contundentes palabras de LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 152.
177
Véase GIL, L. (2004), p. 233.
178
Alejandro de Tralles cita este texto de Galeno, que procede de una obra, hoy perdida, de Galeno. He copiado
el fragmento de GIL, L. (2004), p. 235-236.
88
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.2. Psicoterapia en los templos de Apolo y Asclepio
179
La ciudad de Delfos estaba situada en la región griega de Fócida, junto a los montes Parnaso y Cirfis. El
templo de Delfos, donde habitaba el famoso oráculo, estaba dedicado a Apolo. Sin embargo, cuando Apolo tomó
posesión del oráculo de Delfos, primero tuvo que expulsar a su inquilino anterior, Dionisio. Los templos de Epidauro,
en la Argólida, en Grecia, y de Pérgamo, en la costa occidental de la actual Turquía, rendían culto a Asclepio.
180
EKSTEIN, R. (1975), p. 251.
181
PLATÓN (1981a), p. 559-560 [Protágoras, 343a]. Emilio Lledó señala que para la escuela pitagórica, el
«conócete a ti mismo» era una respuesta a la pregunta «¿qué es lo más difícil?», LLEDÓ, E. (1981a), p. 348, n. 32.
182
Tales de Mileto, Pítaco de Mitilene, Bías de Priene, Solón de Atenas, Cleobulo de Lindos, Misón de Quenea y
Quilón. Véase PLATÓN (1981a), p. 559-560 [Protágoras, 343a].
183
BUCKLEY, P. (2001).
184
BERGMANN, M. S. (1975).
185
ELLEMBERGER, H. F. (1956), PAPAGEORGIOU, M. G. (1969), PAPAGEORGIOU, M. G. (1975). Por otro lado,
Ellenberger defiende que tanto en los templos griegos de Asclepio como en las colinas habitadas por los indios
Navajos en Norteamérica pueden rastrearse las prácticas de una psicoterapia incipiente, ELLEMBERGER, H. F.
(1956).
186
El templo dedicado a Asclepio más famoso e importante era el de Epidauro, ciudad griega de la Argólida,
península al noroeste del Peloponeso. Sobre la el culto a Asclepio en el templo de Epidauro, véase CASILLAS, J.M. y
FORNIS, C. (1995). En la península Ibérica existió un templo dedicado a Asclepio en Ampurias, aunque no sabemos
si en este santuario se celebraron incubatios, GONZÁLEZ ZYMLA, H. (2007).
89
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.2. Psicoterapia en los templos de Apolo y Asclepio
187
ROHDE, E. (1994), p. 311, n. 48.
188
GIL, L. (2004), p. 358. Sobre el periodo minoico —siglos XVIII-XII a. de C.—, cuyo nombre procede del
legendario Rey Minos de Creta, véase BENGTSON, H. (2005), p. 16-20.
189
GIL, L. (2004), p. 355-356.
190
El libro Ancient incubation and modern psychotherapy, de Meier (MEIER, C. A. (1967)), el capítulo Esquema
onírico y esquema cultural, de Los griegos y lo irracional, de Dodds (DODDS, E. R. (2003), p. 103-120), y el capítulo
La incubatio, del libro Therapeia, de Luis Gil (GIL, L. (2004), p. 358-369), son excelentes revisiones sobre las
ceremonias celebradas en los templos de Asclepio. Sobre las incubaciones en los templos de Asclepio, véase también
PAPAGEORGIOU, M. G. (1975). Una de las mejores descripciones de la incubatio procede de la comedia burlesca
Pluto de Aristófanes, ARISTÓFANES (2004a), p. 241-244 [Pluto, 658-748].
191
«En cuanto llegamos al santuario del dios [Asclepio] conduciendo a ese hombre entonces muy desgraciado y
ahora dichoso y feliz si hay alguno, primero lo llevamos al mar, luego lo bañamos», ARISTÓFANES (2004a), p. 241
[Pluto 653-656].
90
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.2. Psicoterapia en los templos de Apolo y Asclepio
FIGURA 3
Escena que representa una
incubatio.
El enfermo, dormido en el
diván recibe el contacto
sanador de Asclepio. El
bajorrelieve procede de las
ruinas del templo de Asclepio
en Epidauro, Grecia.
192
La referencia a la inscripción en Epidauro, que Meier atribuye a Porfirio, ha sido tomada de GIL, L. (2004), p.
364.
193
PLATÓN (1983a), p. 402 [Crátilo, 405ab].
194
LÓPEZ SALVÁ, M. (1976), p. 147-148. Los documentos de Epidauro pueden leerse extractados en EDELSTEIN,
E. J. y EDELSTEIN, L. (1945).
195
Ejemplos de opiniones extremadamente favorables y extremadamente contrarias al valor médico de las
incubatio, son WILE, I. S. (1926), y BICK, E. M. (1927), respectivamente. Como antecedentes históricos del estudio
de las incubatio, podemos citar la Descripción de Grecia, escrita por Pausanias en el siglo II, que incluye referencias
al uso curativo de las incubatio en el templo de Epidauro, PAUSANIAS (1994). En el siglo XVIII, las nacientes
sesiones de curación mediante magnetismo animal fueron comparadas con las incubatio de las Asklepieia. A finales
del siglo, Mesmer utilizó el supuesto poder curativo del magnetismo animal en sesiones curativas magnéticas. Esta
información procede del trabajo El sueño incubatorio en el cristianismo oriental de LÓPEZ SALVÁ, M. (1976), p.
147-148.
196
GRAVES, R. (2005), p.195.
91
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.2. Psicoterapia en los templos de Apolo y Asclepio
suavidad de su voz, [...] y a veces operaba, a la par, lo que esa voz comunicaba al
enfermo».197 Es decir, actuaba unas veces mediante el «decir placentero» (terpnós
logos) y otras por acción del «decir sugestivo» (thelkerios logos).
197
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 62.
198
La cita procede de NIETZSCHE, F. (2005a), p. 139.
199
LAÍN, P. (2005), p. 59.
200
ESQUILO (2000a), p.230 [Las Euménides, 61-63].
92
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.3. La mayéutica de Sócrates
201
La cita procede de LURI MEDRANO, G. (2004), p. 15. Las principales fuentes del conocimiento de la vida y la
obra de Sócrates proceden de los textos de cuatro autores: Platón, Jenofonte, Aristófanes y Aristóteles. El problema
de las fuentes por las que conocemos a Sócrates es ampliamente discutido en GUTHRIE, W.K.C. (2005), vol. 3, p.
313-360. Sobre la biografía de Sócrates, véase la excelente Vida de Sócrates de Antonio Tovar, TOVAR, A. (2001).
202
CICERÓN (2005), p. 182 [Conversaciones en Túsculo, Libro quinto, IV, 110].
203
SIMON, B. (1984), p. 180-199. La tesis de Bennett Simon recupera las ideas que Critias expresa en el
Cármides de Platón. “Ser sensato [tener sophrosyne] es conocerse a sí mismo, porque el «Conócete a ti mismo» y el
«sé sensato [ten sophrosyne]» son la misma cosa”, PLATÓN (1981b), p. 347-348 [Cármides, 164d-165a]. En este
sentido, Jan Ehrenwald defiende el valor de los diálogos platónicos como precursores de la psicoterapia,
EHRENWALD, J. (1976), p. 157-167.
204
De forma esquemática, podemos considerar que la base del diálogo retórico es irracional, mientras que la de la
dialéctica es racional. Véase STANNARD, J. (1959). «La dialéctica, es decir el método de buscar un conocimeinto por
preguntas y respuestas, no lo inventó Sócrates. Parece hacer sido practicado primero sistemáticamente por Zenón,
discípulo nde Parménides […]. Pero hay razones para creer que Sócrates practicó y desarrolló el método», RUSSELL,
B. (2005), p. 136.
205
Este intento, según la interpretación de Bennett Simon, respondería al esfuerzo de Platón por desterrar la
escena sexual primaria —cuyos equivalentes serían la poesía y los mitos— de su obra y de su vida, SIMON, B.
(1984), p. 182-184.
93
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.3. La mayéutica de Sócrates
FIGURA 4
La muerte de Sócrates,
por Jacques-Luis David,
1787.
El cuadro se encuentra
en el Metropolitan
Museum de Nueva
York.
206
Sobre la mayéutica socrática véase GUTHRIE, W. K. C. (2005), volumen 3, p.422-423. Sobre su aplicación
como método terapéutico, véase SOLBAKK, J. H. (2006a). Sobre Sócrates y la mayéutica, véanse PLATÓN (1986b), p.
300-301 [República, 487bd]; y PLATÓN (1983b), p.315 [Menón, 87ac].
207
PLATÓN (1988), p.190 [Teeteto, 150d].
208
PLATÓN (1988), p.206 [Teeteto, 157cd].
209
CHESSIK, R. D. (1982), p.76. Chessik añade que, a diferencia de Sócrates, «Platón no era un psicoterapeuta,
sino un poeta y un visionario», CHESSIK, R. D. (1982), p.78.
94
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.3. La mayéutica de Sócrates
psicoterapéutico de Sócrates: «la salud del cuerpo la promete Hipócrates; la del alma,
Sócrates».210 Y, andado el tiempo, comprobamos que el ideal de Sócrates parece
próximo al de algunas de las actuales escuelas de psicoterapia y psicoanálisis, tales
como conocimiento integrado del self, del propio pasado, del presente y del futuro, y
de la relación entre el individuo y el grupo.211
Desde aquí se comprende que Sócrates, «el prototipo del optimismo teórico, que
[...] concede al saber y al conocimiento la fuerza de una medicina universal»,213 haya
sido considerado un precursor de la psicoterapia.214
210
He tomado la cita de Ficino de PESET, J.L. (2010), p. 119.
211
Esta tesis, que comparto en lo sustancial, es defendida por autores como Simon, Ekestein o Chessik, CHESSIK,
R. D. (2004), EKSTEIN, R. (1975), p. 251-254, SIMON, B. (1984), p. 186.
212
ARISTÓFANES (2004b), p.42 [Las Nubes, 255]. Da la impresión de que el «diván sagrado» al se refiere el
Sócrates de Aristófanes es una parodia del lecho en el que los enfermos realizaban las incubatio en los templos de
Asclepio. La tesis de Ekstein puede leerse en EKSTEIN, R. (1975), p. 251-254. Sidney Halpern amplía este tema en
HALPERN, S. (1963). Richard Chessick, defensor del papel de Sócrates como psicoterapeuta, considera que la época
actual, la era del cerebro y la neurobiología, es la era del “silencio de Sócrates”, CHESSIK, R. D. (2004).
213
NIETZSCHE, F. (2005a), p.135.
214
Reconozco la cautela —que aquí no he hecho mía— que exige el empleo del término precursor en el estudio
de la historia de las ideas. El precursor antecede a lo estudiado en su misma línea conceptual. Georges Canguilhem
recuerda que la «complacencia en buscar, encontrar y celebrar precursores es el síntoma más claro de la incapacidad
para la crítica epistemológica. Antes de poner en serie distintos recorridos sobre un camino es conveniente
cerciorarse primero de que efectivamente se trata del mismo camino [...]. En razón de haber hecho una suposición de
heliocentrismo, Aristarco de Samos no se convierte en un precursor de Copérnico». La cita de Canguilhem ha sido
extraída de LECOURT, D. (2005), p. 12-13. Desde esta posición, ¿puede considerarse que la actividad
psicoterapéutica de Sócrates —y, por extensión, de los griegos y otras culturas de la antigüedad— es, de algún modo,
precursora de la psicoterapia actual? En el artículo ¿Hubo una psicoterapia verbal en la Grecia clásica? defendí la
condición de la psicoterapia griega como antecesora —en una línea conceptual amplia, pero coherente a lo largo de
los siglos y las formas culturales— de la actual psicoterapia, FRAGUAS, D. (2007). Por supuesto, el tema no está libre
de polémica. Aprovecho para parafrasear al propio Canguilhem y afirmar que «reconocer la continuidad de los
fenómenos no significa desconocer su originalidad», CANGUILHEM, G. (2005), p. 49.
95
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.3. La mayéutica de Sócrates
215
Con respecto al foco de atención, el método neosocrático —la denominación es mía— se centra en la
autorrealización y en el cultivo cotidiano de la virtud. El uso de este método permite que los pacientes exploren y
clarifiquen aspectos relevantes de sus vidas y mejoren su carácter moral. Sobre valor psicoterapéutico del método
socrático —entendido como una combinación de elementos de la dialéctica socrática con estrategias de la moderna
psicoterapia cognitiva—, véase el trabajo de James Overholser, OVERHOLSER, J.C. (1993a), OVERHOLSER, J.C.
(1993b), OVERHOLSER, J.C. (1994), OVERHOLSER, J.C. (1995), OVERHOLSER, J.C. (1996), OVERHOLSER, J.C.
(2010),
216
GUTHRIE, W. K. C. (2003), p. 86. Por supuesto, no incluyo entre estas reacciones de rechazo la acusación
contra Sócrates que permitió su condena. Sobre la acusación de Sócrates, véase TOVAR, A. (2001), p. 349-394.
96
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.3. La mayéutica de Sócrates
que, si alguien te preguntaba algo, harías como que no sabes, o cualquier otra cosa,
antes que responder».217
Como anécdota que ilustra la estrecha relación entre Sócrates y la curación por
la palabra, merece la pena destacar las últimas palabras del pensador. En el Fedón
platónico, al despedirse de sus amigos y antes de beber la cicuta, Sócrates dedica su
último comentario a Asclepio: «Critón, le debemos un gallo a Asclepio. Así que
págaselo y no lo descuides».218
217
PLATÓN (1986b), p. 74 [República, 337a]. Chessick interpreta la atosigante conducta de Sócrates como efecto
de la contratransferencia que el contacto con los ciudadanos operaba en el filósofo, CHESSIK, R. D. (1982), p. 78. En
esta línea se sitúa Jonathan Lear cuando sostiene que el principal error de Sócrates como psicoterapeuta fue ignorar la
transferencia, LEAR, J. (1993), p.739-740. Sin embargo, estas afirmaciones incurren en un osado —aunque hasta
cierto punto deliberado— anacronismo, pues ni Sócrates era psicoterapeuta ni podía conocer el concepto
psicoanalítico de transferencia.
218
PLATÓN (1986a), p. 141 [Fedón, 118b]. Sobre el enigmático significado de esta frase de Sócrates, véase
GARCÍA GUAL, C. (2001), p. 141-142, n. 133.
97
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.4. Los sofistas: la terapia del consuelo
219
Sobre Sócrates y los sofistas, véanse GUTHRIE, W. K. C. (2003), p. 75-84, y TOVAR, A. (2001), p. 223-257.
La retórica de los sofistas jugaba un papel social semejante al de nuestra publicidad. Sobre la retórica y el
escepticismo sofísticos, véase GUTHRIE, W. K. C. (2005), Vol. 3, p. 59-60.
220
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 90-91.
221
Las ideas sobre el “ser” y su emparejamiento con el “ser sentido”, basadas en Zubiri, han sido tomadas de
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 95.
222
El estudio del sofista Antifonte está dificultado por la existencia de tres Antifontes contemporáneos del sofista
cuya labor ha sido a menudo confundida por exégetas e historiadores. Sobre el interesante debate acerca de la
identidad de Antifonte, véase GUTHRIE, W.K.C. (2005), vol. 3, p. 284-286.
223
He tomado este fragmento, original de las Vidas de los oradores del pseuso-Plutarco, de GUTHRIE, W.K.C.
(2005), vol. 3, p. 283.
224
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 97.
98
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.4. Los sofistas: la terapia del consuelo
hedonismo refinado y utilitarista, cuya máxima era que cada uno debe alcanzar “el arte
de vivir sin dolor”. Así, defendió el autocontrol, oponiéndose a la cesión a los placeres
e impulsos del momento, con el fin de lograr un estado de tranquila satisfacción. Este
estado de satisfacción ha sido comparado con la euthymía de Demócrito y la ataraxía
de Epicuro.225 De forma esquemática, la labor psicoterapéutica de Antifonte consistió
en ofrecer consuelo a las personas afligidas. Sus palabras actuaban como un
bálsamo. Por ello, según explica Filóstrato, las «recitaciones sedantes» o
«consoladoras» que Antifonte procuraba a sus pacientes le valieron el sobrenombre
de Néstor, en alusión a los consejos tranquilizadores que proporcionaba Néstor en la
Ilíada.226
225
La referencia, procedente de su Studi sul pensiero antico (Napoles, 1938) de Bignone, ha sido tomada de
GUTHRIE, W.K.C. (2005), vol. 3, p. 283.
226
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 97. Sobre los sabios consejos de Néstor, véase HOMERO (2000b), p. 138-139
[Ilíada, VII, 326-343].
99
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.5. La racionalización platónica del ensalmo (epodé)
La palabra ejerce así su poder sobre los hombres. «¿Y quién es el que manda
—pregunta Edipo al llegar a Colono— con la palabra tanto como por la fuerza?».230 El
poder de la palabra llega así a ser equivalente al del médico que cura con su
prescripción. «¿No sabes, Prometeo —pregunta Océano al Prometeo encadenado de
Esquilo— que para un temple enfermo los únicos médicos son las palabras?».231
227
Tomo prestado este título de los trabajos de Pedro Laín La racionalización platónica del ensalmo y la
invención de la psicoterapia verbal, LAÍN ENTRALGO, P. (1958), LAÍN ENTRALGO, P. (1970), LAÍN ENTRALGO, P.
(2001), incluidos en el estudio de La curación por la palabra en la antigüedad clásica, LAÍN ENTRALGO, P. (2005).
228
EURÍPIDES (1999a), p. 475 [Hécuba, 816].
229
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 67-68.
230
SÓFOCLES (2000a), p. 272 [Edipo en Colono, 68].
231
ESQUILO (2000b), p. 286 [Prometeo encadenado, 378-379].
232
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 65.
233
El verdadero nombre de Platón (427/428-347 a. de C.) era Aristocles. Platón era un apodo debido a la anchura
de sus hombros, o de su frente, o quizá debido a su estilo, LLEDÓ, E. (1981b), p.121.
100
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.5. La racionalización platónica del ensalmo (epodé)
otra cosa que intentar persuadiros, a jóvenes y viejos, a no ocuparos ni de los cuerpos
ni de los bienes antes que del alma».234
234
PLATÓN (1981c), p.168 [Apología de Sócrates, 30ab].
235
PLATÓN (1981b), p. 333 [Cármides, 157a].
236
Sócrates afirma en el Cármides que los «ensalmos son los buenos discursos», PLATÓN (1981b), p. 333
[Cármides, 157a]. Emilio Lledó revisa la dificultad de la traducción de sophrosyne en LLEDÓ, E. (1981a), p. 321.
237
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 123.
238
La cita es pronunciada por Sócrates en el Cármides, PLATÓN (1981b), p. 368 [Cármides, 176a].
239
La cita de Jenófanes ha sido tomada de GUTHRIE, W. K. C. (2005), Vol. 3, p. 420.
240
PLATÓN (1981b), p. 332 [Cármides, 155d-156d]. Zalmoxis —explica Dodds— «fue un demonio, quizá un
chamán del pasado remoto convertido en héroe», DODDS, E.R. (2003), p. 142. Emilio Lledó explica que Heródoto
tenía a Zalmoxis por el dios de la tribu tracia de los Getas, de quien aprendieron la doctrina de la inmortalidad. No
obstante, unas líneas más adelante, Heródoto dice que Zalmoxis era un esclavo tracio de Pitágoras, LLEDÓ, E.
(1981a), p. 332, n. 14. Dodds señala que Zalmoxis tenía en la frente un tatuaje, que hizo que algunos le tomaran por
esclavo, DODDS, E. R. (2003), p. 158, n. 44. Las actividades chamánicas de Pitágoras favorecieron la difusión de la
idea de la relación entre Zalmoxis y Pitágoras, DODDS, E.R. (2003), p. 141-142. Por otro lado, Diógenes Laercio
considera a Zalmoxis uno de los primeros filósofos entre los bárbaros, LLEDÓ, E. (1981a), p. 332, n.14.
101
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.5. La racionalización platónica del ensalmo (epodé)
Una vez presentado el remedio, Sócrates emprende, junto con sus compañeros,
una búsqueda de la definición de sophosyne. Sin embargo, empeñado en definir la
sophosyne, Sócrates no enseña cuál es el ensalmo que logrará su consecución.
Tampoco plantea ninguna objeción sobre el poder curativo de la epodé. Al contrario,
asume su utilidad para lograr «aquel sosiego del alma, difícil de alcanzar, que el griego
apolíneo llamaba sophrosyne».241
241
La cita procede de El nacimiento de la tragedia de Nietzsche, NIETZSCHE, F. (2005a), p. 135.
242
DODDS, E.R. (2003), p. 28-29.
243
SIMON, B. (1984), p. 59.
102
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.5. La racionalización platónica del ensalmo (epodé)
los presocráticos, y el “mentalista”, iniciado por Sócrates y Platón, quien opinaba que
la psykhé —según sugiere William Guthrie— era el verdadero yo.244
244
GUTHRIE, W.K.C. (2005) vol. 3, p. 444, y FRAMPTON, M.F. (1988). Sobre el significado de psykhé en la
Grecia clásica, véase además GUTHRIE, W.K.C. (2005) vol. 3, p. 442-445. Ángel González de Pablo ofrece una
excelente revisión del concepto de enfermedad del alma desde las vertientes «organicista» y «mentalista» en
GONZÁLEZ DE PABLO, A. (1994), p.484-495
245
PLATON (1981b), p. 368 [Cármides, 176b].
246
LEAR, J. (1993), p. 740-741. Por otro lado, autores como Pfister sostuvieron que Platón fue un «precursor del
psicoanálisis», PFISTER, O. (1922). Algunos autores han situado el interés de Platón por la palabra curativa en al
contexto de la analogía entre medicina y filosofía, LIDZ, J.W. (1995), MOES, M. (2001), NUSSBAUM, M.C. (1995),
NUSSBAUM, M.C. (2003).
103
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.6. El argumento terapéutico de Aristóteles
La analogía médica entre la filosofía curativa de los males del alma y la medicina
curativa de los males del cuerpo, fue delimitada y matizada por Aristóteles (384 a. de
C.–322 a. de C.).249 Sin embargo, pese a las equivalencias entre la argumentación
ética y la actividad psicoterapéutica, Aristóteles no mencionó en parte alguna de su
obra que el argumento ético tuviera por objeto la terapia del alma.
Por ser relativa a valores, la verdad ética queda delimitada «no sólo por lo que
podemos hacer y ser, sino también por nuestros deseos, por lo que consideramos que
247
La cita de Demócrito ha sido extraída de NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 78-79. Demócrito nació en el año 460 a.
de C. y murió en el 370.
248
ÁLVAREZ, J.M. (2006), p. 31, n. 3. La cita de Plutarco pertenece a sus Consejos para conservar la salud.
249
Aristóteles es, con Platón, el filósofo más importante de la Grecia clásica y de toda la historia de la filosofía.
Aristóteles nació en Estagira, Macedonia, en el año 384 a.de C. y, murió en Calcis, en la isla griega de Eubea, en el
322 a. de C. Su padre, Nicómaco, fue médico de la corte de Macedonia. En el año 335 a. de C. Aristóteles fundó en
Atenas el Liceo (denominado así porque estaba situado dentro de un recinto dedicado al dios Apolo Likeios), donde
enseñó filosofía y donde, desde el pensamiento de Sócrates y Platón, sentó las bases del pensamiento filosófico
occidental.
250
Martha Nussbaum desarrolla el tema de la analogía médica del argumento ético de Aristóteles en La terapia
del deseo, NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 75-137.
251
ARISTÓTELES (2002), p. 11 [Ética a Nicómaco, I, 8, 1099a]. Leto era una de las hijas de los titanes Ceo
(inteligencia) y Febe (luna), y era la madre de los gemelos Apolo y Artemisa, hijos de ella y Zeus. Los gemelos
nacieron, no sin contratiempos, en la isla de Delos, donde le erigieron un templo a Leto.
104
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.6. El argumento terapéutico de Aristóteles
FIGURA 5
Imagen tomada de
http://es.wikipedia.org/wiki/Imagen:La_sc
uola_di_Atene.jpg
252
Esta tesis es defendida por Martha Nussbaum, NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 91.
253
ARISTÓTELES (2002), p. 119 [Ética a Nicómaco, VII, 13, 1153b] y ARISTÓTELES (2002), p. 8 [Ética a
Nicómaco, I, 7, 1097b], respectivamente.
254
ARISTÓTELES (2002), p. 6 [Ética a Nicómaco, I, 6, 1096b].
255
ARISTÓTELES (2002), p. 7 [Ética a Nicómaco, I, 6, 1097a].
105
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.6. El argumento terapéutico de Aristóteles
Con respecto al orador, «tres son las causas que hacen persuasivos a los
oradores; y su importancia es tal que por ellas nos persuadimos, prescindiendo de las
demostraciones —explica Aristóteles—. Esas causas son la sensatez, la virtud y la
256
ARISTÓTELES (2002), p. 27 [Ética a Nicómaco, II, 7, 1107a]. Esta cuestión es expuesta por Nussbaum en
NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 95-99.
257
ARISTÓTELES (1999), p. 182 [Retórica, I, 2.5, 1356b].
258
ARISTÓTELES (1999), p. 199 [Retórica, I, 4.1, 1359a].
259
Recuérdese que Aristóteles no mencionó en parte alguna de su obra que el argumente ético tuviera por objeto
la terapia del alma.
260
ARISTÓTELES (1999), p. 175 [Retórica, I, 2.2, 1356a].
261
ARISTÓTELES (1999), p. 308 [Retórica, II, 1.1, 1377b].
106
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.6. El argumento terapéutico de Aristóteles
benevolencia». Por otro lado, con respecto a los oyentes, «se persuade por la
disposición de los oyentes —expone Aristóteles—, cuando éstos son movidos a una
pasión por medio del discurso. Pues no hacemos los mismos juicios estando tristes
que estando alegres, o bien cuando amamos que cuando odiamos». Las pasiones
adquieren de este modo un valor mediador, vehicular, entre la palabra persuasiva y el
cambio de creencia. «Las pasiones son, ciertamente, las causantes de que los
hombres se hagan volubles y cambien en lo relativo a sus juicios, en cuanto que de
ellas se sigue pesar y placer. Así son, por ejemplo, la ira, la compasión, el temor y
otras más de naturaleza semejante y sus contrarias».262
262
Las citas de Aristóteles proceden de ARISTÓTELES (1999), p. 309 [Retórica, II, 1.2, 1378a], ARISTÓTELES
(1999), p. 177 [Retórica, I, 2.2, 1356a] y ARISTÓTELES (1999), p. 310 [Retórica, II, 1.3, 1378a], respectivamente.
263
Pedro Laín y Martha Nussbaum coinciden en este punto, LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 171, y NUSSBAUM,
M.C. (2003), p. 113.
264
La nota sobre estructuración del mundo según la terapia cognitiva y la cita de Beck han sido extraídas de
SADOCK, B. J., y SADOCK, V.A. (2004), p. 956.
265
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 172-173.
266
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 173.
267
Insisto en que se trata de una lectura, ya que Aristóteles nunca habló de curación del alma o curación por la
palabra.
107
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.6. El argumento terapéutico de Aristóteles
Este planteamiento implica que sólo algunas personas —las sanas o las menos
enfermas, diríamos hoy—, son susceptibles de cambiar con la argumentación ética.
«Ahora bien, es inútil examinar todas las opiniones que algunos tienen acerca de la
felicidad. Muchas cosas, en efecto, se forjan los niños, los enfermos y los locos, sobre
las cuales ningún hombre sensato se plantearía problemas, puesto que no tienen
necesidad de argumentos, sino unos, tiempo para crecer y cambiar, otros, corrección
médica o política (pues el empleo de remedios, no menos que los azotes, es una
corrección)».269 No explica Aristóteles en qué consiste la corrección médica y cómo
podría ésta cambiar las opiniones sobre la felicidad. En todo caso, Aristóteles deja
patente que hay ciertos problemas que la argumentación —¿podemos leer aquí “que
la psicoterapia”?— no puede tratar, y que en esos casos es necesario recurrir a otros
métodos, entre los que se encuentran las correcciones médicas.270 Bien a las claras
resulta que algunos problemas mentales necesitan para su tratamiento una medicina
que no aporta la psicoterapia, sin que por ello la psicoterapia sea ineficaz en estos
trastornos; todo lo contrario, actúa como un excelente complemento de los remedios
farmacológicos o electromecánicos. ¿Se referirá Aristóteles a este fenómeno cuando
excluye a los enfermos y los locos del grupo de personas susceptibles de beneficiarse
de la argumentación ética? Sospecho que no, que Aristóteles no basa su criterio en
268
Por supuesto, el valor del talento del orador y la disposición del oyente recuerda el concepto de transferencia,
pero no equivale a la transferencia. Sobre la definición del concepto de transferencia, véase LAPLANCHE, J. y
PONTALIS, J.-B. (1996), p. 439-446.
269
ARISTÓTELES (1985), p. 416-417 [Ética Eudemia, I, 3, 1214b29 – 1215a8].
270
Aunque una primera lectura podría inducir a pensar que aquí Aristóteles abandona la analogía médica, una
mirada más atenta permite descubrir que es Aristóteles quien recurre en esta ocasión a la medicina como una
alternativa a la argumentación ética en los casos en los que éste no puede ejercer su función. Es más, plantea una
cierta continuidad entre la filosofía y la medicina.
108
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.6. El argumento terapéutico de Aristóteles
una cuestión de índole clínica. Sin embargo, esta situación es equivalente a la realidad
médica de un grupo de personas con enfermedad mental, y esto resulta muy
significativo.
Hasta ahora hemos visto que en la obra de Aristóteles la palabra curativa ejerce
su acción mediante la persuasión retórica. Sin embargo, Aristóteles recoge de forma
destacada otro método de curación por la palabra: la kátharsis. Al igual que sucedía
con la persuasión retórica, Aristóteles no presenta la kátharsis como un remedio
psicoterapéutico, sino que esta atribución de función terapéutica es producto de
nuestra lectura de la obra del filósofo.
109
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.7. La catarsis como psicoterapia
Desde los años heroicos de Homero (siglos IX-VIII a. de C.) hasta los turbulentos
de la polis y la democracia ateniense (siglo V a. de C.) se produjo una transición
gradual e incompleta de una cultura de la vergüenza a una cultura de la culpa.273 El
rápido aumento de población en la Grecia continental, la inestabilidad económica y la
inseguridad individual que siguieron a la invasión doria y la posterior guerra del
Peloponeso, son factores que propiciaron este cambio social.
271
Pedro Laín repasa las distintas acepciones de kátharsis en LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p.124-125.
272
LAÍN ENTRALGO, P. (1943), p. 197-200. Laín asegura que «corresponde a Freud el mérito inmenso de haber
reconocido desde un punto de vista médico la acción catártica del diálogo», LAÍN ENTRALGO, P. (1943), p. 248.
273
El helenista Dodds expone en su obra Los griegos y lo irracional la teoría del cambio de una cultura de la
vergüenza a una cultura de la culpa, DODDS, E.R. (2003), p. 39-70.
274
BENGTSON, H. (2005), p. 81-85.
275
Grotz defiende esta idea en su libro La Solidarité de la famille en Grèce. La cita ha sido tomada de DODDS,
E.R. (2003), p. 45.
110
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.7. La catarsis como psicoterapia
rebelión contra Zeus, y, así, el sentimiento de culpa moral fue a la vez sentimiento de
culpa religiosa.276
276
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 37-44.
277
Luis Gil desarrolla el tema de la “mancha” y la kátharsis en GIL, L. (2004), p. 137-152.
278
Sobre las religiones mistéricas en la antigua Grecia, véase ÁLVAREZ DE MIRANDA, A. (1961).
279
DODDS, E.R. (2003), p. 82.
280
La cita procede de NIETZSCHE, F. (2005a), p. 139.
281
DODDS, E.R. (2003), p. 81-81. Joseph Campbell defiende la interpretación de los rituales dionisíacos como
actividades catárticas que liberan y purifican en su obra El héroe con mil caras, CAMPBELL, J., p. 26.
282
NIETZSCHE, F. (2005a), p. 129.
283
VARIOS AUTORES (2005a), p.35 [Fragmentos de la poesía arcaica griega no épica].
111
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.7. La catarsis como psicoterapia
cuenta, y que por medio de piedad284 (éleos) y temor (phobos) realizan la purificación
(kátharsis) de tales pasiones».285
284
La traducción de éleos y de phobos ha dado lugar a interesantes controversias. Pedro Laín, que suele traducir
éleos por compasión y phobos por temor, repasa los problemas de traducción al castellano de estas palabras en LAÍN
ENTRALGO, P. (2005), p.183-188.
285
ARISTÓTELES (2003), p. 63 [Poética, 1449b, 24-31].
286
Pedro Laín apunta que «un temor como el que la tragedia suscita debe ir acompañado de aflicción
compasiva», LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 212. Sobre el temor, véase ARISTÓTELES (1999), p. 333 [Retórica, II,
1382a, 21-25]. Sobre la compasión, véase ARISTÓTELES (1999), p. 353 [Retórica, II, 1385b, 13-19].
287
Véase GIL, L. (2004), p. 164-166.
288
La cita ha sido tomada de LAÍN ENTRALGO, P. (1943), p. 16. Jan Ehrenwald relaciona este mecanismo
homeopático con la ley mágica de la semejanza, EHRENWALD, J. (1976), p. 66-67.
289
«El reconocimiento (anagnórisis) es, como su nombre indica –explica Aristóteles en la Poética–, un cambio
de la ignorancia al conocimiento, que lleva consigo un cambio a amistad o a odio, entre las personas destinadas a la
felicidad o a la desdicha», ARISTÓTELES (2003), p. 79 [Poética, 1452a, 29-32].
290
Jacob Bernays publicó por primera vez su influyente trabajo en 1857, en Breslau. El texto fue reimpreso en
1880 en Berlín, LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 177.
291
VERNANT, J-P. y VIDAL-NAQUET, P. (2002), vol. 1, p. 80.
112
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.7. La catarsis como psicoterapia
del teatro seguros de su capacidad de sentir, firmes en la convicción de que cada uno
es capaz de cuidar a otro.292
La catarsis puede ser, como hemos visto, catarsis verbal platónica o persuasiva,
que es una reordenación persuasiva del alma, y catarsis verbal aristotélica, o
purgación que ciertas palabras —las del poema trágico— pueden producir en la
realidad del hombre.295
292
BINSTOCK, W.A. (1973), p. 501.
293
GOLDEN, L. (1973).
294
LA CROCE, E. (1981). Jan Helge Solbakk ofrece una revisión histórica del concepto de khátarsis en la tragedia
griega y señala que la «catarsis trágica» ayuda a enfrentarse a situaciones trágicas cotidianas, como las relacionadas
con la ética médica, SOLBAKK, J.H. (2006b). Por otro lado, Stanley Jackson ha relacionado la catarsis terapéutica con
la abreacción propuesta por Breuer y Freud en El mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos (FREUD, S. (1981),
vol. 1, p. 41-50 [VI, Estudios sobre la histeria]). Jackson realiza una revisión histórica sobre la relación entre la
catarsis y la abreacción en JACKSON, S.W. (1994). Laplanche y Pontalis destacan que el concepto de abreacción,
definido como una «descarga emocional, por medio de la cual un individuo se libera del afecto ligado al recuerdo de
un acontecimiento traumático», sólo puede comprenderse recurriendo a la teoría de Freud acerca de la génesis del
síntoma histérico, LAPLANCHE, J., y PONTALIS, J.-B. (1996), p. 1. A pesar de que Freud pronto abandonó el método
catártico, «el concepto de catarsis siguió estando presente en la teoría de la cura psicoanalítica», LAPLANCHE, J. y
PONTALIS, J.-B. (1996), p. 2.
295
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 225.
113
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.8. La palabra curativa en la medicina hipocrática
FIGURA 6
Hipócrates, grabado de
Rubens, 1638.
Biblioteca Nacional de
Medicina de Estados Unidos.
Imagen tomada de
http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de
_la_medicina
Los eruditos de Alejandría reunieron, a partir del siglo III a. de C., un conjunto de
textos médicos escritos desde el siglo V a. de C. hasta los primeros años después de
Cristo por autores de la escuela de Hipócrates y de otras escuelas médicas. Este
conjunto de textos fue llamado Corpus Hippocraticum, y así ha llegado hasta nosotros,
como el cuerpo teórico de la medicina de la antigüedad, aunque no todos los autores
296
SAN ISIDORO (2004), p. 475 [Etimologías, Libro IV, 4, 1].
114
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.8. La palabra curativa en la medicina hipocrática
Esta medicina científica o fisiológica apoya sus cimientos teóricos en el valor del
logos —que fue para el griego palabra y razón— y en la concepción de la naturaleza
como physis, como armonía de las partes. En el desarrollo de esta nueva medicina
concurrieron tres condiciones históricas: empírica (acumulación de conocimientos
prácticos), religiosa (relacionada con las curaciones en los templos de Apolo y de
Asclepio) y filosófica (concepto presocrático de la physis).
De esta manera, «el arte —la tekhne— desplaza para siempre a la magia».301 El
principio del logos en la medicina hipocrática era, sin embargo, la physis del cuerpo,
entendida como armonía de las partes que lo componen. Aquí cobra valor la teoría de
los cuatro humores: bilis negra (o melancolía, mélaina kholé, atra bilis), bilis amarilla (o
cólera), flema (o pituita) y sangre. La medicina hipocrática explicó la salud y la
enfermedad a partir del concepto del equilibrio de estos cuatro humores. Según este
modelo, la cantidad y la combinación de estos humores son responsables de la
temperatura, el color y la textura del cuerpo. La sangre aporta calor y humedad, la bilis
amarilla calor y sequedad, la flema frío y humedad, y la bilis negra frío y sequedad. La
297
Los textos del Corpus Hippocraticum fueron editados en el siglo XIX por el médico y helenista Littré. Gracias
a la edición de Littré se pudo realizar un estudio reglado de los libros que componen el Corpus Hippocraticum.
298
Sobre el concepto presocrático de physis, véanse CORNFORD, F.M. (1988), p. 77-81, GUTHRIE, W.K.C.
(2005), vol. 2, p. 221-226, p. 359-362, p. 384-386, p. 425-426, y LAÍN ENTRALGO, P. (1978), p. 71-92.
299
La tekhne es un saber hacer, integrado por un saber qué se hace y un saber por qué se hace, LAÍN ENTRALGO,
P. (2005), p.140.
300
La cita, original de los Praecepta hipocráticos, ha sido tomada de LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 145.
301
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p.140.
115
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.8. La palabra curativa en la medicina hipocrática
El paralelismo entre los cuatro humores y los cuatro elementos que, según
enseñó Empédocles, componen el mundo —tierra, fuego, agua, aire— es manifiesto.
La tierra —fría y seca—, el fuego —caliente y seco—, el agua —fría y húmeda—, y el
aire —caliente y húmedo—, establecen una correspondencia natural con los humores
que forman el cuerpo humano.
302
GUTHRIE, W.K.C. (2005), vol. 2, p. 222.
303
LAÍN ENTRALGO, P. (1978), p. 79.
304
Sobre la doctrina humoral hipocrática, veáse LAÍN ENTRALGO, P. (1978), p. 71-92.
116
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.8. La palabra curativa en la medicina hipocrática
305
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 152. Laín profundiza en el tema de la función de la palabra en la práctica y en
los textos hipocráticos en LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 135-162.
306
GIL, L. (2004), p. 233.
307
LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p.141. Dodds defiende una tesis semejante, DODDS, E.R. (2003), p.74.
308
Hablo de mente y no de alma por analogía con la posición monista actual. Los griegos clásicos, no obstante,
no establecían una firme distinción entre lo que hoy entendemos por mente y por alma, BREMMER, J.N. (2002), p.
17-23, SIMON, B. (1984), p. 21-30. De hecho, la psykhé equivale tanto a mente como a alma. Por ello, en el párrafo
del que procede la nota se utiliza mente y alma como sinónimos.
309
La cita del tratado hipocrático Sobre los humores procede de LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p.155.
310
Aunque la medicina hipocrática no desarrolló una psicoterapia, sí apuntaló los cimientos de la farmacoterapia.
Véase STANNARD, J. (1961).
117
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.9. El “nacimiento del individuo” y la aparición de la psicoterapia
Pericles gobernó Atenas durante los años gloriosos del siglo V a. de C. (480-
312
431). Sin embargo, en el año 431 a. de C., el comienzo de la guerra del Peloponeso
impuso un cambio de rumbo en la vida ateniense. Atenas se enfrentó a Esparta en
una disputa que duró casi treinta años. En el verano del 430 a. de C., poco después
del comienzo de la guerra, se declaró en Atenas una epidemia de peste que acabó
con más de un tercio de la población. Los estragos de la peste y la mala situación
política y económica favorecieron el aumento del número de los creyentes en cultos
mistéricos que proporcionaban consuelo y esperanza al nuevo hombre griego.313
Asclepio fue uno de dioses que se asentaron en Atenas durante este periodo. «Es
razonable suponer —explica Dodds— que su fama [la de Asclepio] en Atenas (y quizá
también en otras partes) databa de la Gran Peste de 430. Aquella peste convenció a
algunas personas, según Tucídides, de que la religión era inútil [...], pero
311
Sobre la guerra entre Grecia y Persia, véase BENGTSON, H. (2005), p. 110-153.
312
Las fechas 480-431 marcan el período comprendido entre la batalla de Salamina, victoria griega frente a los
persas, y el inicio de la guerra del Peloponeso, que enfrentó a Atenas contra Esparta, BENGTSON, H. (2005), p. 134-
137 y p. 157.
313
La economía ateniense sufrió una grave crisis en los últimos años de la guerra del Peloponeso. Esta crisis se
prolongó durante varias décadas tras el fin de la guerra.
118
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.9. El “nacimiento del individuo” y la aparición de la psicoterapia
probablemente lanzó a otros en busca de otra magia más eficaz». Dodds interpreta el
auge de la incubatio en los templos de Asclepio, de la magia y de las religiones
mistéricas, como un movimiento de regresión, una vuelta a etapas antiguas de la
civilización.314
Finalmente, Esparta ganó la guerra, pero «la hora de la pólis griega se agotaba
lentamente».315 Los espartanos fueron incapaces de gobernar a los griegos y,
transcurridas dos generaciones, el joven Alejandro dirigió el destino de Grecia hacia
nuevas e inexploradas tierras y cambió así el mapa del mundo. Entre tanto, Atenas
mantuvo una intensa vida intelectual durante la guerra del Peloponeso. En aquellos
años, Eurípides y Aristófanes escribieron la mayor parte de sus obras, y la sofística
hizo su entrada en la ciudad como nueva doctrina. Los sofistas, como escuela de
pensamiento, enseñaron, sobre todo, el arte de la retórica. Situaron al hombre en el
punto de mira de sus discursos y relegaron a los dioses a un plano secundario. Las
famosas aseveraciones de Protágoras «el hombre es la medida de todas las cosas» y
«la existencia de los dioses es una hipótesis indemostrable» dan muestra de ello.316
Eurípides, cuya obra revela una profunda huella de la retórica, fue el portavoz
del triunfo de este principium individuationis.317 Y la retórica fue el basamento sobre el
que el subjetivismo forjó al nuevo hombre griego. Eurípides escribió sus obras para
personajes «de carne y hueso»,318 cuyo destino, a diferencia de lo que les sucede a
los héroes de Esquilo y Sófocles, no está a merced de las veleidades de los dioses.
«Eurípides —escribe Octavio Paz— es el primero que se atreve abiertamente a
preguntarse sobre la santidad y justicia de la legalidad cósmica. Al hacerlo, abandona
el campo del ser y se traslada al de la crítica moral. La culpa deja de ser una maldición
objetiva y se convierte en un concepto subjetivo y psicológico. El Destino es loco,
caprichoso e injusto, nos dicen los héroes de Eurípides». 319 Los héroes euripideos
intentan escapar a la fatalidad que conlleva la lucha contra el destino, y se permiten
dudar de la influencia de los dioses en los asuntos humanos.
314
DODDS, E.R. (2003), p.184-186.
315
BENGTSON, H. (2005), p.157.
316
Estos datos proceden de GUTHRIE, W.K.C. (2005), vol. 3, p. 16-59.
317
En este sentido, Octavio Paz tildó a Eurípides de «autor moderno», PAZ, O. (1999), p. 241.
318
MEDINA GONZÁLEZ, A. y LÓPEZ FÉREZ, J. A. (1999), p. 43-47. Nietzsche, en El nacimiento de la tragedia,
defiende que en sus obras «Eurípides no pinta ya más que grandes rasgos aislados de carácter, que saben manifestarse
en pasiones vehementes», NIETZSCHE, F. (2005a), p. 151.
319
La reflexión de Octavio Paz procede de su libro El arco y la lira, PAZ, O. (1999), p. 253-254.
320
Cita de Nietzsche procedente de Sócrates y la tragedia, NIETZSCHE, F. (2005a), p. 226.
119
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.9. El “nacimiento del individuo” y la aparición de la psicoterapia
321
NIETZSCHE, F. (2005a), p. 115-116. Nietzsche afirma que el «carácter [de Eurípides] artístico casi no-griego
puede resumirse con toda brevedad en el concepto de socratismo estético», NIETZSCHE, F. (2005a), p. 233. La
opinión de Nietzsche queda resumida en la frase «Eurípides se propuso mostrar al mundo, como se lo propuso
también Platón, el reverso del poeta “irrazonable”», NIETZSCHE, F. (2005a), p. 118.
322
NIETZSCHE, F. (2005a), p. 226.
323
NIETZSCHE, F. (2005a), p. 139. Nietzsche intuyó así el significado de la tragedia: «El mito trágico sólo
resulta inteligible como una representación simbólica de la sabiduría dionisiaca por medios artísticos apolíneos»,
NIETZSCHE, F. (2005a), p. 184.
324
NIETZSCHE, F. (2005a), p. 179.
325
La cita entrecomillada procede del Hiperión de Friedrich Hölderlin, HÖLDERLIN, F. (2004), p. 23.
120
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.9. El “nacimiento del individuo” y la aparición de la psicoterapia
326
«El Apolo formador de estados —afirma Nietzsche— es también el genio del principium individuationis, y ni
el Estado ni el sentimiento de la patria pueden vivir sin la afirmación de la personalidad individual», NIETZSCHE, F.
(2005a), p. 174-175. Según MEDINA GONZÁLEZ, A. y LÓPEZ FÉREZ, J. A. (1999), p. 48, n. 24, Delebecque, autor de
Euripide et la guerre du péloponnèse, sostiene que los personajes euripideos representan figuras reales de la política
de su tiempo.
327
DARAKI, M. (2005), p. 292. Las principales fiestas dionisíacas eran la Oreibasía y las Antesterias. La
Oreibasía era un ritual orgiástico celebrado cada dos años por las bacantes en lugares agrestes y apartados de las
ciudades, como el monte Citerón. Sobre veracidad histórica de la Oreibasía, véase DOODS, E. R. (2003), p. 251-263.
Las Antesterias, celebradas en el mes de Antesterión o enero-febrero, eran «fiestas de los muertos» DARAKI, M.
(2005), p.25. El primer día de estas fiestas se abrían los jarros –khóes– de vino nuevo. En el día de khóes, tras un
concurso de bebida, las almas de los muertos ascendían a la tierra, y permanecían entre los vivos hasta el tercer y
último día de las fiestas, KIRK, G.S. (2002), p. 222.
121
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.9. El “nacimiento del individuo” y la aparición de la psicoterapia
Como hemos visto, el triunfo del individuo permitió, de una manera decisiva, el
advenimiento de la psicoterapia. Aristóteles, heredero de la nueva cultura griega de la
razón, fue uno de los principales defensores de la atención ética —y médica— del
individuo. Por ello, el médico no considera la salud como un bien ideal, al margen de
los individuos concretos, «sino la salud del hombre, y más bien probablemente la de
este hombre, ya que cura a cada individuo».329
328
Sobre Gorgo, Dioniso y las máscaras en la antigua Grecia, véase VERNANT, J-P. y VIDAL-NAQUET, P. (2002),
vol. 2, p. 30-45.
329
ARISTÓTELES (2002), p. 7 [Ética a Nicómaco, I, 6, 1097a].
122
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.10. La psicoterapia helenística
330
Sobre los cambios sociales y políticos del período helenístico y su influencia en el pensamiento filosófico,
véase RUSSELL, B. (2005), p. 261-271.
331
NUSSBAUM, M.C. (1995). El carácter psicoterapéutico de las escuelas helenísticas ha sido comparado con el de
las corrientes existencialistas del siglo XX, MELLEY, C. (1998).
332
En todo caso, sobre la terapia del alma de los escépticos, véase el texto Purgantes escépticos: perturbación y
vida sin creencias, de Martha Nussbaum, en NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 351-393.
333
Sobre las escuelas epicúrea y estoica, véase RUSSELL, B. (2005), p. 283-314. «Las escuelas antiguas —ha
escrito el psiquiatra Fernando Colina, destacando las semejanzas de las escuelas helenísticas— son escuelas de
moderación», COLINA, F. (2005), p. 15.
123
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.10. La psicoterapia helenística
334
EPICURO (2007), p. 117.
335
Éste era el argumento central de la tesis doctoral de Marx, publicada en 1854, que señalaba el contraste, en
cuanto a la defensa del valor práctico de la filosofía, entre Epicuro y Demócrito.
336
He extraído la cita de Epicuro de NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 36. De hecho, según relata Sexto Empírico,
Epicuro definía la filosofía como una actividad que garantiza la vida floreciente (eudaimonía) por medio de
argumentos y razonamientos. Sexto Empírico fue un pensador griego, representante de escepticismo pirroniano, que
nació a finales del siglo II y murió a principios del siglo III, d. de C (Las siglas d. de C. escritas después de una fecha,
indican que ésta es posterior al nacimiento de Cristo). La referencia a Sexto Empírico procede de NUSSBAUM, M. C.
(2003), p. 154.
337
CICERÓN (2005), p. 122 [Conversaciones en Túsculo, Libro tercero, XV, 33]. Sobre la argumentación
epicúrea véase NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 165-167.
338
En este capítulo emplearé los términos “pasión” y “emoción” como sinónimos.
339
Hablo de teoría psicoterapéutica helenística en sentido amplio figurado, ya que no existió una verdadera
teoría helenística de la psicoterapia.
124
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.10. La psicoterapia helenística
Así pues, para los epicúreos, y también para los estoicos, la raíz de la dolencia
está en las creencias falsas.341 Los epicúreos sostienen que existe una íntima relación
entre creencias y emociones, de modo que las creencias falsas reposan sobre
emociones vanas. Los estoicos van más lejos y afirman que la relación entre creencia
y emoción es de identidad, es decir, la emoción es un tipo de creencia. Es más, según
los estoicos, todas las emociones son racionales en un sentido descriptivo, puesto que
todas son creencias, pero irracionales en el sentido normativo, ya que todas son
creencias injustificables y falsas.342
340
He tomado la cita de Epicuro de NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 147. Martha Nussbaum amplía este tema en
NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 139-154.
341
NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 153.
342
Crisipo, importante pensador estoico del siglo III a. de C., fue el primero en defender que las pasiones son
falsas creencias, NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 114 y 456.
343
He tomado la cita de Epicuro, procedente de sus Máximas capitales, de COLINA, F. (2005), p. 19.
125
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.10. La psicoterapia helenística
Así pues, la intervención terapéutica debe extirpar las creencias falsas. Mientras
se erradican estas falsas creencias es muy importante poner un límite a su actuación,
ya que las funciones naturales del deseo tienen un límite natural, pero las vanas
aspiraciones no tienen límite, sino que tienden al infinito y asfixian al individuo. La
filosofía, además de permitir la eliminación de estas falsas creencias, debe poner un
límite a la aspiración insaciable de las emociones vanas.
344
EPICURO (2007), p. 91 [Epístola a Meneceo, 132].
345
SÉNECA (2000), p. 281 [Diálogos, Sobre la vida feliz (De vita beata)].
346
Basado en NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 145.
347
Epicuro, en la Carta a Meneceo, expone: «Ni de joven vacile nadie en filosofar ni al llegar a viejo se canse de
hacerlo: nadie, en efecto, es demasiado novicio ni demasiado caduco en lo que a la salud del alma respecta. El que
dice que aún no ha llegado el momento de filosofar o que ese momento ya ha pasado es como quien dijera que aún no
es momento para la vida floreciente (eudaimonía) o que ese momento ya ha pasado», NUSSBAUM, M.C. (2003), p.
154.
126
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.10. La psicoterapia helenística
En este Jardín se rendía un culto casi divino a Epicuro, que servía de referente
para la marcada asimetría existente entre los maestros y los discípulos. Esta
asimetría, que ha sido comparada con la autoridad del médico sobre el paciente en el
modelo médico tradicional,349 operaba también mediante la imposición didáctica de lo
que los discípulos debían memorizar.
Los discípulos debían aprender de memoria los kýriai doxai, sentencias breves
que contenían las principales ideas del epicureismo. Epicuro defiende con encomio la
importancia de la memorización de estas frases, puesto que sólo así sería posible su
interiorización.
348
Sobre el Jardín epicúreo, véase NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 158-160.
349
Martha Nussbaum compara la asimetría maestro-discípulo del Jardín epicúreo con la del médico-paciente en
el modelo médico tradicional, NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 172.
350
Nussbaum defiende el descubrimiento del inconsciente por parte de Epicuro, NUSSBAUM, M.C. (2003), p.
176-178.
127
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.10. La psicoterapia helenística
351
Defienden esta analogía, desde distintas posiciones teóricas, autores como Martha Nussbaum, NUSSBAUM,
M.C. (2003), p. 177-178, o Fernando Colina, COLINA, F. (2005), p. 13. Otros autores han defendido el valor
terapéutico de la interpretación epicúrea de los sueños. Algo que recuerda el papel de los sueños en la terapia
psicoanalítica. Sin embargo, la aproximación epicúrea al contenido de los sueño dista mucho de la que inauguró
Sigmund Freud. Sobre la interpretación epicúrea de los sueños, véase CLAY, D. (1980).
352
«Nació el poeta Tito Lucrecio, que más tarde enloqueció tras ingerir una poción afrodisíaca. En los intervalos
lúcidos de su locura escribió varios libros, editados posteriormente por Cicerón. Luego se dio muerte a sí mismo a la
edad de 44 años». He tomado la cita, procedente de los añadidos de Jerónimo a la Crónica de Eusebio del año 94 a.
de C., de NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 185.
353
Esta idea, que remite al concepto actual de conciencia de enfermedad, introduce el valor de lo inconsciente, lo
propio no reconocido por el sujeto como propio. Naturalmente, Lucrecio no habló de conciencia de enfermedad ni de
inconsciente. Véase NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 249-252.
128
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.10. La psicoterapia helenística
En todo caso, los estoicos, al igual que los epicúreos, sostienen que el valor de
la filosofía reside en su contribución a la vida práctica, y así recurren a la analogía
médica como expresión de la finalidad práctica de la filosofía como medicina del alma.
Para conseguir la salud del alma resulta imprescindible eliminar las emociones y las
creencias. Según los estoicos, la relación entre creencia y emoción es de identidad, de
manera que toda emoción es una creencia.
354
Según Lucrecio «el espíritu —el alma— es una parte real de nuestro cuerpo», ya que «la naturaleza del alma
es corporal». He extraído estas citas de Lucrecio de COLINA, F. (2005), p. 24.
355
EPICURO (2007), p. 64 [Epístola a Heródoto, 65].
356
Sobre las partes del alma en el pensamiento estoico, véase NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 456-478.
129
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.10. La psicoterapia helenística
Las pasiones, según la definición clásica del estoico Zenón (333 a. de C. - 264 a.
de C.),359 no son otra cosa sino perturbaciones del alma opuestas a la razón y
contrarias a la naturaleza.360 Contrarias a la naturaleza porque la naturaleza de los
estoicos es racional, y lo sabio, lo saludable, es seguir el curso de esta naturaleza,
aceptar el destino natural, es decir, el destino ajustado a la razón. Por otro lado,
mediante la praemeditatio, los estoicos aprenden a aceptar las adversidades antes de
que se presenten, y así ajustan sus esperanzas y expectativas a la incertidumbre de la
vida. De esta manera, la aceptación natural del destino es una característica del
357
Estudiosos como Barth, Rist, Graeser o Kidd defienden que las pasiones de los estoicos son enfermedades. He
tomados este dato de RABEL, R.J. (1981), p. 386. Esta opción fue defendida algunos estudiosos modernos del
helenismo, como Bréhier, Pohlenz o Dyroff. Estos datos proceden de RABEL, R.J. (1981), p. 386.
358
Véase RABEL, R.J. (1981), p. 390.
359
Zenón de Citio, apodado el Estoico, nació en Chipre en el año 333 a. de C. y murió en el 264 a. de C. Zenón
ha sido considerado el fundador de la escuela estoica, RUSSELL, B. (2005), p. 283.
360
Cicerón lo explicó así: «Creo que el mejor punto de partida es la definición de la pasión de Zenón, que a mi
modo de ver es correcta. Según ella, la pasión es una perturbación del alma opuesta a la razón y contraria a la
naturaleza», CICERÓN (2005), p. 162 [Conversaciones en Túsculo, Libro cuarto, XXI, 47].
130
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.10. La psicoterapia helenística
Los estoicos defienden el valor de la razón como elemento distintivo del ser
humano. La razón permite diferenciar entre el bien y el mal y elegir la buena opción.
En consecuencia, el método para erradicar las creencias falsas es la argumentación
racional filosófica, poniendo énfasis en el perjuicio que supone la dependencia de
personas o cosas externas al individuo. «La ética estoica se funda [...] en la idea de
autarquía, de la suficiencia».363 La persona sabia —que aquí es equivalente a la
persona sana— es dueña de sí, no está a merced de los acontecimientos externos, es
decir, se basta a sí misma. Esto no significa que el hombre no pueda desear los
bienes externos; éstos pueden ser deseables y apetecibles, pero no tienen valor por sí
mismos: únicamente la virtud —es decir, la vida virtuosa— contiene valor. Michel de
Montaigne, a finales del siglo XVI, diría con claridad, en un alegato con marcado
timbre estoico: «me opongo con todas mis fuerzas a aquellas pasiones que me
distraen de mí y me apegan a otras cosas».364
Las cosas del mundo se presentan ante el ser humano como apariencias, y es
labor del hombre examinar las apariencias de las cosas y, por extensión, las creencias
que tiene de esas cosas, antes de llegar a una conclusión. Éste es el camino para
alcanzar la sabiduría que conduce a la felicidad. Y a esto enseña la filosofía. Las
falsas creencias impiden actuar según lo bueno y razonable. La filosofía permite la
erradicación de las falsas creencias que disuaden al sujeto de distinguir lo bueno de lo
malo. Las falsas creencias, como se ha dicho, no son innatas, sino fruto del contacto
361
Véase MARÍAS, J. (1998), p. 88-91.
362
Sobre la ética estoica y la relación entre ataraxia y virtud, véase CAMPS, V. (2007).
363
MARÍAS, J. (1998), p. 89.
364
MONTAIGNE, M. (2007), p. 1496 [Libro III, capítulo X, Reservar la propia voluntad].
365
He tomado las citas de Epicteto de NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 407-408.
131
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.10. La psicoterapia helenística
366
La referencia a Michel Foucault procede de NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 439.
367
Las citas de Fernando Colina proceden de COLINA, F. (2005), p. 15. Esta cuestión ha suscitado recientemente
un interesante debate. Por un lado, autores como Demetrio Barcia, defienden las semejanzas entre las terapias
estoicas y las cognitivo-conductuales. Por otro, autores como José María Álvarez, cuestionan la validez conceptual de
esta comparación, BARCIA, D. (1996) y ÁLVAREZ, J.M. (2006), p. 37-38, respectivamente.
368
He extraído la cita de Epicteto de NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 429.
369
CICERÓN (2005) [Conversaciones en Túsculo].
132
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.10. La psicoterapia helenística
pasiones como enfermedades del alma, sin haber tenido antes presentes en la mente
las Tusculanas de Cicerón».370
Cicerón, que proclama con insistencia el valor de la filosofía como medicina del
alma, se hace una pregunta fundamental: «¿A qué puede deberse, Bruto, que estando
compuestos de alma y cuerpo, se haya creado, para curar y preservar el cuerpo, una
ciencia de tanta utilidad que la atribuimos a los dioses inmortales, mientras que la
medicina del alma ni ha sido tan deseada antes de su invención ni tan cultivada una
vez descubierta, e incluso les resulta a muchos sospechosa y mal vista?».373
El primer libro, Ante la muerte, enseña que la angustia que provoca en el alma el
miedo a la muerte es inútil e injustificada, porque la muerte no supone un mal en sí
mismo, sino una liberación de los males asociados a la vida, puesto que «si
aconteciera que la divinidad parece anunciarnos la salida de la vida, estaremos
dispuestos a obedecer alegres y agradecidos, pensando que se nos libra de la cárcel y
370
La cita de Pinel, que escribió en su Tratado médico-filosófico sobre la alienación mental, ha sido tomada de
ÁLVAREZ, J. M. (2006), p. 44.
371
Las citas proceden de CICERÓN (2005), p. 111 [Conversaciones en Túsculo, Libro tercero, III, 6], CICERÓN
(2005), p. 84 [Conversaciones en Túsculo, Libro segundo, IV, 10] y CICERÓN (2005), p. 51 [Conversaciones en
Túsculo, Libro primero, XXII, 52], respectivamente.
372
«Tal vez no exista meta más excelsa que contemplar el alma con el alma misma», sostiene Cicerón. CICERÓN
(2005), p. 50 [Conversaciones en Túsculo, Libro primero, XXII, 52].
373
CICERÓN (2005), p. 109 [Conversaciones en Túsculo, Libro tercero, I, 1].
133
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.10. La psicoterapia helenística
se nos quitan los grilletes para emigrar a aquella morada eterna que es propiamente la
nuestra, o donde al menos ya no estaremos sujetos a sentimientos y
preocupaciones». Por ello, el primer paso para eliminar el sufrimiento del alma
consiste en desterrar el miedo a la muerte.374
374
La cita procede de CICERÓN (2005), p. 79 [Conversaciones en Túsculo, Libro primero, XLIX, 118]. «Quien
teme algo que no puede evitar —expone Cicerón—, de ningún modo podrá vivir con espíritu sereno. Aquel, en
cambio, que no teme la muerte, no sólo porque es una necesidad inevitable, sino porque está convencido de que no
hay en la muerte nada espantoso, se ha procurado una magnífica ayuda para una vida feliz», CICERÓN (2005), p. 81
[Conversaciones en Túsculo, Libro segundo, I, 2].
375
«Lo importante no es averiguar si el dolor es un mal sino afianzar el espíritu para soportar el dolor», dice
Cicerón. Y añade: «entiendo que el dolor no tiene tanta importancia como podría parecer y que produce en los
hombres una impresión más viva de lo debido porque lo contemplamos bajo una falsa luz», ya que «los que no
pueden soportar la idea del dolor se deprimen hasta el punto de que se sienten abatidos y ya este mismo abatimiento
los derrota». Las citas de Cicerón proceden, respectivamente, de CICERÓN (2005), p. 92 [Conversaciones en
Túsculo, Libro segundo, XII, 28], CICERÓN (2005), p. 97 [Conversaciones en Túsculo, Libro segundo, XVIII,
42], y CICERÓN (2005), p. 102 [Conversaciones en Túsculo, Libro segundo, XXIII, 54].
376
CICERÓN (2005), p. 102 [Conversaciones en Túsculo, Libro segundo, XXII, 53].
377
CICERÓN (2005), p. 110 [Conversaciones en Túsculo, Libro tercero, III, 5].
378
«Del mismo modo que los médicos consideran que una vez descubierta la causa de una enfermedad han
encontrado también su remedio, de este mismo modo nosotros, una vez descubierta la causa de la aflicción,
encontraremos el medio de curarla», CICERÓN (2005), p. 118 [Conversaciones en Túsculo, Libro tercero, X, 23].
379
CICERÓN (2005), p. 112 [Conversaciones en Túsculo, Libro tercero, V, 10]. Poco después añade: «Cuando
se dice del alguien que ha perdido el autodominio quiere señalarse que ya no es dueño de su mente, a cuyo imperio
rinden tributo, en virtud de su propia naturaleza, todas las facultades del alma. Los griegos lo llaman manía»,
CICERÓN (2005), p. 113 [Conversaciones en Túsculo, Libro tercero, V, 11].
134
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.10. La psicoterapia helenística
moderación es la vía del tratamiento de las enfermedades del alma. Esta sabiduría
permite eliminar las creencias erróneas que conducen a la turbación y al dolor del
alma, porque el mal de alma «está en la opinión, no en la naturaleza»,380 y es «la
reflexión la que mitiga el dolor, no el simple paso del tiempo».381
FIGURA 7
Cicerón y Catilina en el
Senado. Cuadro de C.
Maccari. El original se
encuentra en el Palazzo
Madama de Turín.
Imagen tomada de:
http://ar.kalipedia.com/fotos/ciceron-
catilina-senado
Sin embargo, este proceso no es sencillo, sino que «es ardua tarea demostrar a
una persona afligida que lo que la sumerge en la aflicción es su personal opinión y su
idea de que tiene la obligación de sentirse triste». Por ello, para tratar las
enfermedades del alma, «la primera medicina es enseñar que lo acontecido no es un
mal, o es muy pequeño [recordemos que el mal procede de la opinión]; la segunda es
referirse a la común condición humana o, si viene al caso, a la personal del individuo
afligido; la tercera es hacer ver que es suma necedad consumirse bajo el peso de la
tristeza cuando adviertes que no te reporta ningún provecho». Por otro lado, Cicerón
considera que el mantenimiento de la aflicción, y del mal del alma en general, es
cuestión de voluntad. «Es, por tanto, preciso reconocer que asumir o no la aflicción
depende de la voluntad y de la deliberación».382
380
CICERÓN (2005), p. 122 [Conversaciones en Túsculo, Libro tercero, XV, 31]. Cicerón repite esta idea en
CICERÓN (2005), p. 136 [Conversaciones en Túsculo, Libro tercero, XXVII, 65], y en CICERÓN (2005), p. 142
[Conversaciones en Túsculo, Libro tercero, XXXV, 81].
381
CICERÓN (2005), p. 139 [Conversaciones en Túsculo, Libro tercero, XXX, 74].
382
Las citas de Cicerón de este párrafo proceden de CICERÓN (2005), p. 141 [Conversaciones en Túsculo, Libro
tercero, XXXIII, 79], CICERÓN (2005), p. 141 [Conversaciones en Túsculo, Libro tercero, XXXII, 77], CICERÓN
(2005), p. 136 [Conversaciones en Túsculo, Libro tercero, XXXVIII, 67], respectivamente. Cicerón apostilla: «el
mal inserto en la aflicción no brota de la naturaleza sino que es el resultado de un juicio voluntario y de una opinión
errónea», CICERÓN (2005), p. 142 [Conversaciones en Túsculo, Libro tercero, XXXV, 81].
135
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.10. La psicoterapia helenística
383
Las citas de este párrafo proceden de CICERÓN (2005), p. 150 [Conversaciones en Túsculo, Libro cuarto,
VII, 14], CICERÓN (2005), p. 157 [Conversaciones en Túsculo, Libro cuarto, XV, 34] y CICERÓN (2005), p. 153
[Conversaciones en Túsculo, Libro cuarto, IX, 22], respectivamente.
384
Cicerón define alegría inmoderada, miedo y aflicción en CICERÓN (2005), p. 150 [Conversaciones en
Túsculo, Libro cuarto, VI, 13], y voluntad en CICERÓN (2005), p. 150 [Conversaciones en Túsculo, Libro cuarto,
VI, 12].
385
«Así como hay individuos proclives a unas enfermedades y otros a otras (y así decimos de algunos que son
catarrosos o disentéricos no porque lo estén ahora mismo, sino porque lo sufren con frecuencia), así también hay
quienes son proclives al miedo y otros a otras pasiones», CICERÓN (2005), p. 154 [Conversaciones en Túsculo,
Libro cuarto, XII, 27].
386
CICERÓN (2005), p. 168 [Conversaciones en Túsculo, Libro cuarto, XXVIII, 60].
387
CICERÓN (2005), p. 183 [Conversaciones en Túsculo, Libro quinto, V, 12].
388
«No existe ningún obstáculo que se oponga a la felicidad de quienes nada temen, nada les angustia, nada
desean, nada los exalta con alegría desmedida», CICERÓN (2005), p. 185 [Conversaciones en Túsculo, Libro
quinto, VII, 17].
136
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.10. La psicoterapia helenística
La filosofía es la única vía que permite seguir el rumbo cierto hacia la felicidad, y
lograr, asimismo, el reconocimiento, el darse cuenta de que se ha llegado a la
felicidad. Pero para alcanzar la felicidad, que Séneca hace equivalente a la
«disposición inmutable del espíritu» y que llama tranquilidad, es necesario evitar la
ociosidad perniciosa y recurrir a la acción.393
389
La cita, original de las Epístolas de Séneca, ha sido tomada de NUSSBAUM, M.C. (2003), p. 401.
390
SÉNECA (2000), p. 265 [Diálogos, Sobre la vida feliz (De vita beata)] y SÉNECA (2000), p. 266 [Diálogos,
Sobre la vida feliz (De vita beata)], respectivamente.
391
«Es, entonces, lo mismo vivir felizmente que conforme a la naturaleza», SÉNECA (2000), p. 269 y p. 274
[Diálogos, Sobre la vida feliz (De vita beata)]. De esta manera, según expone Séneca, «el sabio no se considera
indigno de ningún don de la suerte: no ama las riquezas, pero las prefiere», SÉNECA (2000), p. 296 [Diálogos, Sobre
la vida feliz (De vita beata)]. Estas palabras han suscitado intensas críticas contra el estilo de vida de Séneca, quien
poseía extensas fincas en Egipto y fue acusado en distintas ocasiones de haber acumulado riquezas mediante
métodos ilícitos, MARINÉ ISIDRO, J. (2000), p. 289, n. 37; y p. 297, n. 54. La conformidad con la naturaleza exige la
aceptación serena de sus manifestaciones, es decir, la athaumasía, la falta de asombro que recomendaba Zenón.
392
SÉNECA (2000), p. 269 [Diálogos, Sobre la vida feliz (De vita beata)] y SÉNECA (2000), p. 271 [Diálogos,
Sobre la vida feliz (De vita beata)].
393
SÉNECA (2000), p. 334 [Diálogos, sobre la tranquilidad del espíritu].
137
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.10. La psicoterapia helenística
FIGURA 8
Séneca añade que «debemos percatarnos de que el defecto por el que pasamos
fatigas no es de los lugares [por los que pasamos o donde vivimos], sino nuestro:
somos débiles para tolerarlo todo, no soportamos ni el trabajo ni el placer ni a nosotros
mismos ni ninguna cosa mucho tiempo». Contra esta situación de falta de tranquilidad,
de inquietud, de «tedio» —hastío vital, taedium vitae— «me preguntas qué recurso
pienso que hay que emplear. El mejor sería, según afirma Atenodoro, mantenerse
ocupado en la acción».394
En este marco, podemos comprender que uno de los métodos más importante
de la técnica terapéutica de Séneca consista en que el discípulo pase, mediante la
acción, del contexto concreto a la reflexión general y a la inversa, permitiendo que
ambas miradas se iluminen con reciprocidad.
394
SÉNECA (2000), p. 334-335 [Diálogos, sobre la tranquilidad del espíritu]. Por otro lado, Séneca defiende la
importancia del momento oportuno (kairós, momento crítico) para la aplicación de la filosofía, así como la necesidad
de avanzar en el estudio de la filosofía.
138
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.11. Artemidoro y la interpretación de los sueños
395
Sobre Artemidoro, véase EHRENWALD, J. (1976), p. 55-62. La editorial Gredos ha publicado la Oneirokritiká
de Artemidoro, ARTEMIDORO (1989).
396
FREUD, S. (1981), vol. 1, p. 351 [XVII, La interpretación de los sueños]. Sigmund Freud cita a Artemidoro
hasta en seis ocasiones a lo largo de la Interpretación de los sueños.
139
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.12. La dietética “mental” en la antigua Roma
397
Aulo Cornelio Celso fue un escritor romano, y seguramente también médico, del siglo I.
398
Asclepíades de Bitinia (124 o 129 a. C. – 40 a. C.) fue un médico griego, nacido en Prusa (Bitinia). Fundador
de la Escuela “Metódica”, llegó a Roma en el año 91 a de C., donde desarrolló casi toda su carrera médica y donde
trabó amistad con Cicerón y otras destacadas figuras romanas.
399
Tomado de KLIBANSKY, R. y otros (2006), p. 67.
400
He extraído la cita de Celso de STAROBINSKI, J. (1962), p. 21.
401
PORTER, R. (2003), p. 55.
402
Sorano de Éfeso fue un médico romano del II. Seguidor de la Escuela “Metódica”, escribió la primera
biografía conocida de Hipócrates.
403
Véanse KLIBANSKY, R. y otros (2006), p. 69, PORTER, R. (2003), p. 55, y STAROBINSKI, J. (1962), p. 22-23.
404
He extraído la cita de Celio Aureliano de STAROBINSKI, J. (1962), p. 29.
140
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.12. La dietética “mental” en la antigua Roma
Rufo de Éfeso, médico formado en Alejandría que vivió en los siglos I y II,
escribió varios textos dedicados a la práctica de la medicina, entre los que destaca el
tratado Sobre la melancolía.405 Su obra recorre el amplio y heterogéneo campo de la
melancolía, pero incide en la importancia de la melancolía hipocondriaca y en el papel
del estómago en la fisiopatología melancólica. De hecho, la sintomatología de la
melancolía incluía tanto síntomas que hoy catalogaríamos como mentales como otros
que hoy consideraríamos físicos. La obra de Rufo destaca por su fineza
psicopatológica: «el primer signo por el que uno concluye que alguien sufre de
melancolía es que se vuelve huraño, triste y ansioso más rápidamente de lo normal, y
desea permanecer solo».406 Rufo es tal vez el primer autor en citar la relación entre el
excesivo estudio —o excesiva lectura— y la melancolía. Con respecto al tratamiento
de la melancolía, Rufo defiende el papel de los evacuativos, como el eléboro, pero no
olvida que el entretenimiento y la música son aspectos claves para el tratamiento de
los síntomas mentales de la melancolía: tristeza y miedo a la muerte.407
405
Desgraciadamente, el tratado Sobre de la Melancolía de Rufo se ha perdido. Sin embargo, autores como
Galeno (aprox. 130-200), Al-Razí (aprox. 865-925), Avicena (aprox. 980-1037) o Constantino el Africano (aprox.
1020-1085), comentaron esta obra antes de su desaparición, demostrando la importante infuencia que tuvo en la
construcción de los conceptos medieval y moderno de melancolía. Peter Pormann ha editado un magnífico trabajo
que recoge los comentarios sobre la obra de Rufo, RUFO DE ÉFESO (2008).
406
Comentario de Al-Razí sobre la obra de Rufo, RUFO DE ÉFESO (2008), p. 37. La traducción del inglés (idioma
de publicación) al castellano es mía.
407
Por supuesto, la expresión síntomas mentales no es de Rufo de Éfeso, sino mía.
141
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.13. La terapia moral de Galeno
408
LAÍN ENTRALGO, P. (1978), p. 64-65. «La obra de Galeno constituye la última gran contribución creadora de
la medicina antigua, y al mismo tiempo su conclusión sistemática», afirman López Piñero y Morales Meseguer,
LÓPEZ PIÑERO, J.M. y MORALES MESEGUER, J.M. (1966), p. 465.
409
Sobre la influencia de Platón y Aristóteles en la obra de Galeno, véase DE LACEY, P. (1972), GARCÍA
BALLESTER, L. (1968) o GONZÁLEZ DE PABLO, A. (1994). El platonismo de la época de Galeno asimiló, de forma no
exenta de ambigüedad, ideas y conceptos estoicos. De hecho, Albino, uno de los maestros neoplatónicos de Galeno,
aceptó como válida gran parte de la herencia estoica, PEARCY, L.T. (1983), p. 270.
410
PEARCY, L.T. (1983), p. 259-262.
142
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.13. La terapia moral de Galeno
Por otro lado, Galeno restableció la doctrina griega del humoralismo, otorgando
especial importancia al correcto equilibro (krasis) de los cuatro humores —sangre,
flema, bilis amarilla y bilis negra— como condición necesaria para salud. El galenismo
considera que la preponderancia de alguno de los humores constituye un estado
patológico.412
FIGURA 9
Desde aquí, y en íntima relación con la doctrina humoral y apoyada sobre las
cualidades simples —caliente, frío, seco y húmedo—, cobra fuerza la nueva teoría de
los cuatro temperamentos —sanguíneo, colérico, melancólico y flemático—,
desarrollada por Galeno, aunque ya apuntada por Hipócrates. «¿Por qué unas
personas son sociables y ríen y bromean —se pregunta Galeno—, y otras son
malhumoradas, hurañas y tristes, y unas son irritables, violentas e iracundas, mientras
que otras son indolentes, irresolutas y apocadas? La causa está en los cuatro
humores. Pues los que están gobernados por la sangre más pura —continúa
Galeno— son sociables ríen y bromean, y tienen el cuerpo sonrosado, de buen color
[son los llamados sanguíneos]; los gobernados por la bilis amarilla son irritables,
violentos y osados, y tienen el cuerpo rubio, amarillento [coléricos]; los gobernados por
la bilis negra son indolentes, apocados, enfermizos y, con respecto al cuerpo, morenos
411
Véanse LÓPEZ PIÑERO, J.M. y MORALES MESEGUER, J.M. (1966), p. 466, PESET LLORCA, V. (1964), p. 4-5.
412
El galenismo entendía los temperamentos como condiciones enfermizas, morbosas. No será hasta el siglo XII,
a través de la influencia de la filosofía escolástica, cuando los temperamentos constituirán disposiciones estables de la
forma de ser y de la tendencia al enfermar. Véase KLIBANSKY, R. y otros (2006), p. 114-118.
143
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.13. La terapia moral de Galeno
de tez y pelo [melancólicos]; pero los gobernados por la flema son tristes, olvidadizos,
y, en lo que refiere al cuerpo, muy pálidos [flemáticos]».413
413
La cita de Galeno ha sido extraída de KLIBANSKY, R. y otros (2006), p. 78.
414
La enfermedad mental implica una alteración de la función racional. La alteración del raciocinio es necesaria
para que se dé la enfermedad mental. Según German Berrios, no será hasta el siglo XVIII cuando se reconozca la
existencia de enfermedades mentales basadas en alteraciones de la esfera afectiva, BERRIOS, G.E. (1985).
415
Sobre la defensa de la imposibilidad de una psicoterapia dentro del pensamiento médico de Galeno véase
LÓPEZ PIÑERO, J. M. y MORALES MESEGUER, J. M. (1966), p. 465-467, y, para más detalles, el excelente trabajo de
GARCÍA BALLESTER, L. (1974).
416
LÓPEZ PIÑERO, J. M. y MORALES MESEGUER, J.M. (1966), p. 466.
417
El caso puede leerse en GARCÍA BALLESTER, L. (1968), p. 125-126.
144
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.13. La terapia moral de Galeno
De esta manera, ante el problema del alma, Galeno parece adoptar una posición
como médico y otra bien distinta como filósofo, sin apenas comunicación entre ambas.
Como médico, Galeno negó la posibilidad de la intervención directa sobre el alma. La
acción sobre el alma es, en todo caso, indirecta, a través del cuerpo.421 Por el
contrario, como filósofo, Galeno dio cabida al uso de la palabra racional como remedio
para combatir las pasiones que ocasionan el padecimiento del alma. Esta posición
ética del principal médico de su época en defensa de una psicoterapia verbal ha sido
interpretada como el primer intento declarado de formulación de una psicoterapia
rigurosa.422 A pesar del descarado presentismo anacrónico de este planteamiento,423
Galeno supo enfatizar el papel de la palabra razonada como remedio contra el
sufrimiento del alma. Pero Galeno llama pedagogía, y no psicoterapia, a este empleo
curativo de la palabra razonada. Y, al hablar de remedios contra las pasiones, Galeno
lo hizo en un contexto filosófico y no desde una posición médica. No en vano la
influencia estoica es incuestionable y sobresaliente, y Galeno apenas añade nada
nuevo a lo expuesto por los estoicos.
418
Véase el trabajo de Luis García Ballester, GARCÍA BALLESTER, L. (1974).
419
Los griegos clásicos no llegaron a formular una teoría sobre la psicoterapia. Véase FRAGUAS, D. (2007).
420
Sobre la innegable e íntima relación entre filosófía y psiquiatría se han publicado muchos textos. véanse, entre
otros, KENDLER, K.S. y PARNAS, J. (2008), NOVELLA, E.J. (2002), PARNAS, J. y otros (2008), PORTER, R. y
MICALE, M.S. (1994).
421
GONZÁLEZ DE PABLO, A. (1994), p. 497-500.
422
Autores como Van der Elst o Riese defienden esta lectura. Véase GARCÍA BALLESTER, L. (1968), p. 114-116.
423
Hablo de presentismo —que, en este caso, adquiere un valor anacrónico— porque Galeno no formuló teoría
alguna sobre la función de la palabra como psicoterapia, sino que se limitó a destacar su papel en el tratamiento de
las pasiones.
145
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.13. La terapia moral de Galeno
Sin embargo, a pesar de la distancia existente entre las posiciones del médico y
el filósofo, Galeno intentó, en obras como De Hippocratis et Platonis decretis,
comunicar estos dos mundos. La medicina de Hipócrates y la filosofía de Platón —un
Platón matizado por Aristóteles y aderezado con una dosis de estoicismo— sostienen
esta dualidad galénica.424 Así, podemos afirmar que Galeno defendió el empleo de una
psicoterapia verbal —hablo, por supuesto, de remedios psicoterapéuticos en un
sentido amplio— como tratamiento de las pasiones que perturban el alma.
424
GARCÍA BALLESTER, L. (1974), p. 109.
425
Las citas de Galeno han sido tomadas de GARCÍA BALLESTER, L. (1968), p. 126 y p. 127, respectivamente.
426
GARCÍA BALLESTER, L. (1968), p. 129.
427
GIL, L. (2004), p. 233.
146
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.13. La terapia moral de Galeno
Algunos, efectivamente, creen que los ensalmos son cuentos de viejas, como
yo mismo creí durante mucho tiempo. Pero a la postre, por sus efectos
evidentes, me convencí de que había una dynamis en ellos. Comprobé su
utilidad en las picaduras de serpientes [...]. Son muchos los remedios
428
excelentes para cada caso, y entre ellos las epōdai logran su objetivo.
428
Con respecto a la capacidad de observación clínica, merece la pena destacar que Galeno, fino observador,
describió las ideas de perjuicio en personas con síntomas que hoy seguramente consideraríamos delirantes: «algunos
[melancólicos] creen que les han echado encima daimones las hechicerías de sus enemigos». Alejandro de Tralles
cita este texto de Galeno, que procede de una obra hoy perdida. He copiado el fragmento de Galeno de GIL, L.
(2004), p. 235-236.
429
GIL, L. (2004), p. 355-356, GIL FERNÁNDEZ, L. (2004), p. 147.
430
GIL, L. (2004), p. 370. No obstante, algunos datos sugieren que Galeno confió en el papel curativo de la
incubatio, GIL FERNÁNDEZ, L. (2004).
431
Tomado de GIL, L. (2004), p. 223. Sin embargo, no está claro si esta prescripción de Galeno responde a una
creencia firme o, por el contrario, se trata de una broma o responde al intento de evitar el abuso de somníferos.
147
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.14. La psicoterapia en la medicina islámica medieval
432
El comienzo de la Edad Media se sitúa tradicionalmente en el año 476, con la caída del Imperio Romano de
Occidente, y su fin en 1492, año de la llegada de los españoles a América, o en 1453, con la caída del Imperio
Bizantino, la invención de la imprenta (aparición de la Biblia de Gutenberg) y el fin de la Guerra de los Cien Años.
433
La mayoría de las traducciones árabes de los textos griegos no fueron directas del griego al árabe. Los textos
se traducen «del griego al siriaco, del siriaco al árabe, y a veces se intercala el hebreo. Estas traducciones árabes,
indirectísimas, son las que a su vez se vierten al latín», MARÍAS, J. (1998), p. 149. He copiado las sentencias
atribuidas a Mahoma de LAÍN ENTRALGO, P. (1978), p. 158. Las traducciones medievales de textos médicos y
filosóficos fueron fundamentales en la transmisión del legado cultural clásico al medieval; sobre este tema véase el
estudio de GARCÍA BRAVO, P. (2004).
434
Sobre la medicina en la Edad Media y su carácter continuista con la medicina antigua, recomiendo la lectura
del excelente capítulo Helenidad, monoteísmo y sociedad (Edad Media) de Pedro Laín Entralgo, LAÍN ENTRALGO, P.
(1978), p. 139-243.
435
A la cabeza de la medicina islámica se sitúan las más grandes figuras de la medicina de la época, como el
árabe Ishaq Ibn Imran (muerto en el 970), el persa Al-Razi (Abu Bakr ben Zakariyya al-Rhazí, 865-932), el persa
Avicena (Abu Alí al-Husayn ben Abd Allah Ibn Sina, 980-1037), o el andalusí Averroes (Ibn Rushd, 1126-1198). El
nombre de Al-Razi se ha transcrito en latín, y de ahí al castellano, con diferentes grafías: Razi, Rasis o Rhazes.
Utilizo aquí Al-Razi, más próximo al original árabe, siguiendo la forma que emplea Emilio Tornero en la traducción
de la obra de Al-Razi al castellano, TORNERO, E. (2004). Avicena y Averroes adquirieron pronto una importante
fama como médicos de referencia. Dante, el poeta medieval por excelencia, sitúa a Avicena y Averroes junto con
Hipócrates y Galeno, y destaca la faceta de Averroes como comentador de Aristóteles, DANTE ALIGHIERI (2002), vol.
1, p. 33 [Infierno, IV, 143-144]. Sobre Avicena, cuya vida transcurrió en lugares «que parecen existir solamente en
la poesía», véase RUSSELL, B. (2005), p. 472-474.
148
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.14. La psicoterapia en la medicina islámica medieval
Ishaq Ibn Imran fue un médico árabe que vivió en el siglo X, formado en la
tradición galénica. Nació en Bagdad y durante unos años fue médico de un soberano
de la dinastía Aghlabita de Kairouan, en la actual Túnez. Ha pasado a la posteridad
como autor del Maqâla fî âl-Malîhûliyâ (Tratado de la melancolía), única obra árabe
dedicada exclusivamente a este tema, y traducida al latín por Constantino el Africano
(1020-1087). En su Tratado de la melancolía, Ishaq Ibn Imran realiza una
aproximación psicopatológica a la melancolía. En su opinión, la melancolía ocasiona
«un cierto sentimiento de aflicción y aislamiento que se forma en el alma, algo que el
paciente cree que es real pero que en verdad es irreal». Ishaq Ibn Imran defendió la
pertinencia de una forma de tratamiento ambiental de la melancolía.436
Al-Razi (Rhazes) fue un destacado médico, filósofo y músico persa de los siglos
IX y X, hombre de vasta cultura y agudo observador clínico, que recibió el apodo de
437
Galeno de los árabes por obras como el Liber Almansorem o el Liber Continens.
Andrés Vesalio (1514-1564) elogió estos libros, atestiguando su prestigio en el mundo
médico. Pero Al-Razi fue también un hombre preocupado por la salud del espíritu.
Heredero de la tradición galénica, supo conciliar la posición somaticista recibida de
Galeno con una exquisita vigilancia médica del cuidado del alma, no exenta de una
importante huella de filosofía moral.
436
GONZÁLEZ DURO, E. (1994), p. 109.
437
El Liber Almansorem fue traducido al latín en Toledo por Gerardo de Cremona en el siglo XII. Esta obra, que
incluye la primera descripción clínica de la viruela, fue pionera en el estudio de la inmunidad a las enfermedades
infecciosas. Sobre este tema, véaase MAZANA CASANOVA, J. (1989). El Liber Continens es una especie de
enciclopedia médica que resume todo el saber médico de la época, traducida por primera vez al latín en el siglo XIII.
438
La cita de Al-Razi procede de su obra El Libro de la medicina espiritual, AL-RAZI (2004), p. 28.
439
AL-RAZI (2004), p. 29. La moderación de las pasiones que defiende Al-Razi se inscribe en la tradición
galénica de contensión de las pasiones. Como vimos, los estoicos —de quienes recibió Galeno buena parte de su
formación moral— preconizaban la extirpación, y no la moderación, de las pasiones. La idea galénica de moderación
—una suerte de término medio— demuestra la influencia de Aristóteles.
149
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.14. La psicoterapia en la medicina islámica medieval
440
AL-RAZI (2004), p. 63. Por la descripción de Al-Razi parece que éste hubiera leído el Quijote. No sabemos si
Cervantes leyó o no a Al-Razi. O si, tal vez, escuchó algún caso similar al narrado por Al-Razi. Es una posibilidad.
Lo cierto es que entre la muerte de Al-Razi y el nacimiento de Cervantes distan más de 600 años.
441
AL-RAZI (2004), p. 66.
442
AL-RAZI (2004), p. 66. Al-Razi no aclara la autoría del poema que atribuye, simplemente, «al poeta».
443
AL-RAZI (2004), p. 44.
444
AL-RAZI (2004), p. 39.
445
Véase VAKILI, N. y GORJI, A. (2006), p. 1865.
446
JELLIFFE, S.E. (1930), p. 282.
150
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.14. La psicoterapia en la medicina islámica medieval
Alfarabi (870-950), músico, matemático, filósofo, nacido a orillas del río Sir Daria,
en Asia Central, vivió en Damasco y Bagdad. Rescató la filosofía aristotélica y
defendió el valor de la felicidad como «el más preferible, el más grande y el más
perfecto de los bienes».447 Para Alfarabi, seguidor de la Ética a Nicómaco de
Aristóteles, la virtud está en el término medio. La sabiduría que permite alcanzar el
término medio de los hábitos morales guía al hombre en el camino de la felicidad. En
este sendero, Alfarabi recupera la analogía médica de los griegos y afirma que «para
hacer desaparecer las enfermedades del alma debemos seguir el ejemplo del médico
cuando hace desaparecer las enfermedades del cuerpo». Para ello, «cuando
encontramos en nosotros exceso o defecto respecto de los hábitos morales, los
hemos de restituir al término medio».448
El médico persa Avicena (Abu Alí al-Husayn ben Abd Allah Ibn Sina, 980-1037)
fue el representante más destacado del pensamiento islámico medieval. El Canon
Medicinae de Avicena ejerció una poderosa influencia en la medicina bajomedieval y
moderna. De hecho, su doctrina de las cuatro formas de la melancolía, según la cual
la melancolía puede tener una base “melancólica natural”, sanguínea, colérica o
447
Alfarabi expuso, en su libro El camino de la felicidad, las principales líneas de su pensamiento ético, en el que
destaca un fuerte compromiso con la filosofía de Aristóteles. La cita entrecomillada procede de esta obra, AL-FARABI
(2002), p. 44.
448
La analogía médica fue una constante en el pensamiento filosófico griego. Tanto Platón como Aristóteles
recurrieron a la analogía médica para enfatizar la importancia del cuidado del alma. Las citas proceden de AL-
FARABI (2002), p. 58.
449
Véase GONZÁLEZ DURO, E. (1994), p. 114.
151
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.14. La psicoterapia en la medicina islámica medieval
FIGURA 10
Averroes pensativo, apoyado en
un libro de (posiblemente)
Aristóteles. Detalle de El triunfo
de Santo Tomás, fresco de
Andrea de Bonaiuto (siglo XIV).
La obra está en la Capilla de los
Españoles de la basílica Santa
Maria Novella, Florencia, Italia.
Imagen tomada de:
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Averro
esColor.jpg
450
Véase KLIBANSKY, R. y otros (2006), p. 104-106. Merece la pena señalar la lectura que Philipp Melanchthon
(1497-1560, erudito y reformista alemán) realizó, a partir de estas ideas de Avicena, de varios ejemplos de locura de
la historia y la mitología clásicas. «Cuando la melancolía se origina de la bilis roja o está templada por mucha bilis
roja —expone Melanchthon—, surgen horribles desvaríos y furores; de esta clase fue la locura de Heracles y la de
Ayax». La cita de Melanchthon ha sido tomada de KLIBANSKY, R. y otros (2006), p. 106. Los accesos de locura de
Heracles y de Ayax son comentados en FRAGUAS, D. (2007).
451
Circula el rumor de que Avicena comentó, en una ocasión, que mejor hubiera hecho Al-Razi dedicándose a
estudiar orina y excrementos, en vez de enredar con la filosofía. Sobre las críticas de Avicena, Averroes y
Maimónides al pensamiento de Al-Razi, véase TORNERO, E. (2004).
452
Sobre el valor psicoterapéutico de las enseñanzas de Avicena, véanse, entre otros, MARTÍN ARAGUZ, A. y
otros (2002), p. 878-879, RIESE, W. (1951), p. 442 o VAKILI, N. y GORJI, A. (2006), p. 1865. Asimsmo, recomiendo
la lectura de un caso clínico de tratamiento psicoterapéutico de la afectación mental —que hoy situaríamos en la
esfera de la psicosis— de un príncipe persa, atendido con éxito por Avicena, SHAFII, M. (1972).
152
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.14. La psicoterapia en la medicina islámica medieval
453
DOLS, M.W. (1987).
454
YOUSSEF, H.A. y YOUSSEF, F.A. (1996), p. 57. Rosanna Gorini, en su trabajo Atención y cuidado de la locura
en la Edad Media Islámica en Siria, describe las carcterísticas sociales y clínicas de la vida en un bimaristan de
Alepo en el siglo XIV, GORINI, R. (2002).
455
Sobre la concepción y la clasificación de las enfermedades mentales en la sociedad islámica medieval, véase
VAKILI, N. y GORJI, A. (2006).
456
Datos extraídos de LAÍN ENTRALGO, P. (1978), p. 177. El libro de viajes de Benjamín de Tudela recoge las
descripciones y las anécdotas de sus viajes, TUDELA, B. (1982).
153
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.15. La psicoterapia en la Europa cristiana medieval
457
Sobre el papel de las traducciones en la transmisión de los saberes médicos antiguos a la Europa medieval,
véase GARCÍA BRAVO, P. (2004), p. 33-41.
458
Recordemos la orden del califa Harún al-Rashid de Bagdad de abrir un centro hospitalario junto a cada
mezquita.
459
Según reza la Regla del Gran Patriarca San Benito, ABADÍA DE SANTO DOMINGO DE SILOS (1993), p. 94.
460
Jan Ehrenwald describe varios ejemplos de plegaria con intención curativa en la Edad Media en su Historia de
la Psicoterapia, EHRENWALD, J. (1976), p. 35-47.
154
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.15. La psicoterapia en la Europa cristiana medieval
la cirugía, conocida en latín como “operación manual” –entre los griegos “mano” se
dice cheir–, y la dieta, que los latinos denominan régimen, dado que es la observación
de un sistema de vida».461 San Isidoro considera que la dieta, como régimen de vida,
es uno de los tres pilares del tratamiento médico: medicamentos, cirugía y dieta. A
pesar de ello, no hay una mención clara que permita establecer una equivalencia entre
la dieta preconizada por San Isidoro y los remedios psicoterapéuticos.
FIGURA 11
461
SAN ISIDORO (2004), p. 489. [Etimologías, Libro IV, 9, 2].
462
Sobre la historia de la medicina europea medieval, véase el magnífico resumen de Pedro Laín, LAÍN
ENTRALGO, P. (1978), p. 180-243.
463
Esta sentencia, procedente de la Colectio Salernitana, conjunto de textos médicos de la Escuela de Salerno, ha
sido tomada de LAÍN ENTRALGO, P. (1978), p. 196.
464
Tomado de BURTON, R. (2006), p. 292.
155
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.15. La psicoterapia en la Europa cristiana medieval
465
Los fragmentos de Constantino citados ha sido extraídos de KLIBANSKY, R. y otros (2006), p. 103.
466
KLIBANSKY, R. y otros (2006), p. 101-103.
467
Sigo aquí a Pedro Laín, quien sigue, a su vez, a Zubiri, LAÍN ENTRALGO, P. (1978), p. 185-186.
156
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.15. La psicoterapia en la Europa cristiana medieval
468
Sobre esta nueva actitud hacia la realidad del hombre medieval véase LAÍN ENTRALGO, P. (1978), p. 185-
188. Pedro Laín analiza las principales actitudes del pensamiento de la Edad Media en torno al problema del
principio de individualidad en LAÍN ENTRALGO, P. (1978), p. 78-81. A modo de resumen, las cuatro principales
actitudes fueron: 1.- Realismo extremado o universalismo sustancial (defendido por autores como Escoto Eúrigena y
Guillerno de Champeaux), 2.-Individualismo ex parte materiae (San Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino), 3.-
Individualismo ex parte formalitatis (Duns Escoto), y 4.- Nominalismo (Durando y Ockam).
469
Véase “1.2.9. El nacimiento del individuo y la aparición de la psicoterapia en la Grecia clásica”.
470
Véase el excelente capítulo de Laín Entralgo La historia clínica hipocrática, LAÍN ENTRALGO, P. (1998), p.
29-64. Galeno, el médico que sentó las bases de la tradición médica medieval, destacó en todos los campos de la
medicina, excepto en el de la escritura de las historias clínicas de casos particulares. «Algo más conviene observar en
la nosografía galénica: su carencia de verdaderas historias clínicas», explica Laín, LAÍN ENTRALGO, P. (1998), p. 67.
471
Sobre la historia clínica medieval es imprescindible el capítulo que Laín Entralgo dedica a este tema en su
obra La historia clínica, LAÍN ENTRALGO, P. (1998), p. 65-104.
472
Arnau de Vilanova, médico valenciano (1238-1311), fue una de las figuras médicas más importantes de la
Edad Media; docente en Montpellier, escribió sobre casi todos los temas médicos: fisiología, patología, clínica,
157
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.15. La psicoterapia en la Europa cristiana medieval
Arnau de Vilanova mantiene que el oficio y el saber del médico «deben ser
definidos por su fin, el tratamiento de los enfermos». Para Vilanova «la medicina es
arte, y el arte “ordenación de la razón”». En su pensamiento y, podríamos decir, en
todo el género consiliar, el «saber racional e inductivamente adquirido» es el eje sobre
el que se articula el ejercicio de la medicina.473 La razón es, recordemos, el basamento
conceptual del principium individuationis que permitió el advenimiento de la
psicoterapia. En este escenario, el síntoma —expresión individual de la enfermedad—
adquiere una posición fundamental en los consilia. El síntoma va de lo individual a lo
universal, permitiendo así la definición de categorías morbosas, para regresar luego al
individuo enfermo que da sentido a la medicina. «Por universal que sea —escribe Laín
Entralgo al comentar la obra consiliar de Pietro d’Abano—, el conocimiento del médico
debe estar necesaria y constantemente referido a la materia signata, es decir, a la
realidad individual».474
Sin embargo, la condición humana del individuo, su vida en tanto que ser
humano, más allá de los síntomas, no aparece en las historias clínicas medievales,
que son, a la postre, compendios de síntomas, con escasos atisbos de datos
biográficos. Por otro lado, los consilia —de la misma manera que las descripciones
clínicas hipocráticas— no contemplan una clara distinción entre lo subjetivo y lo
objetivo. La cuestión es que el concepto medieval del principio de individuación se
funda en una doctrina metafísica —amparada en la dimensión espiritual del ser
humano, las signatio materiae de Tomás de Aquino o la haecceitas de Escoto—, sin
que los pensadores de la Edad Media supieran mostrar cómo el principio de
individuación se expresa físicamente en los individuos corpóreos. Por ello, desde
nuestra lectura del siglo XXI, lo subjetivo aparece confundido con lo objetivo.
farmacología, toxicología, higiene, dietética. La obra Summa Medicinae recoge casi todos los escritos de Arnau de
Vilanova; la edición crítica de Cristina de la Rosa Cubo recoge el texto latino original, DE LA ROSA CUBO, C. (2000).
Sobre la vida y la obra médica de Arnau de Vilanova, pueden consultarse los trabajos PANIAGUA, J.A. (1949),
PANIAGUA, J.A. (1959a), y PANIAGUA, J.A. (1959b). Pietro d'Abano (1250-1325), también conocido como Petrus
De Apono, o Aponensis, fue un médico, astrólogo y filósofo italiano. Enseñó medicina en la Universidad de Padua.
Tadeo Alderotti (1210-1295), médico italiano que enseñó medicina en Bolonia, fue quien escribió las primeras
colecciones de consilia.
473
Las citas proceden de LAÍN ENTRALGO, P. (1998), p. 86-88.
474
LAÍN ENTRALGO, P. (1998), p. 93.
158
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.15. La psicoterapia en la Europa cristiana medieval
475
El uso del sustantivo adjetivador “modernidad” en el aparente oxímoron “modernidad medieval” tiene un
sentido metafórico.
476
Véase LAÍN ENTRALGO, P. (2003), 96-104.
477
La cultura musulmana no había logrado pasar de un planteamiento de “causa primera” absoluta que
condicionaba y limitaba el estudio científico de la naturaleza.
478
Esta prueba, llamada judicium aquae ferventis, aparece en varios textos legales medievales, como el Fuero de
León.
159
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.15. La psicoterapia en la Europa cristiana medieval
de la ordalía, posible gracias a los cambios sociales que acompañaron a los cambios
en el pensamiento científico,479 significó el reconocimiento de la existencia de las leyes
de la naturaleza, cuyo funcionamiento no era posible modificar sin la participación de
la “causa primera” divina en forma de milagro. Por supuesto, el reconocimiento de la
realidad natural del mundo por parte de la sociedad medieval posibilitó estos cambios.
Sobre el disparate natural de la ordalía, Federico II —que no fue filósofo, sino
emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en el siglo XIII y hombre de
mundo— escribió: «¿Cómo puede creerse que el calor natural del hierro candente se
enfríe sin causa adecuada, ni que a causa de una conciencia culpable el elemento
agua rehúse sumergir al acusado?»480
Desde una posición teológica, estas ideas permitieron conciliar el respeto por el
valor de la “causa primera” con la autonomía de las leyes naturales del mundo. Poco
después, en esta línea de pensamiento, Tomás de Aquino (1225-1274) defendería la
idea de que la autonomía de la naturaleza, así como la posibilidad de conocerla, son
cosas queridas por Dios.482 Los nuevos aires de cambio permitieron la incorporación
del pensamiento aristotélico al marco cristiano. Tomás de Aquino fue el principal
artífice de esta tarea. El aristotelismo trajo consigo una querencia por el estudio
natural del mundo y del ser humano. El hombre pasó así a ser objeto de estudio
científico como parte de la naturaleza. Esta actitud intelectual y política de la sociedad
medieval creó un clima favorable a la transformación del oficio de curar en arte de
479
El pensamiento científico medieval está enmarcado en el pensamiento filosófico. Sobre la evolución del
conocimiento intelectual medieval véase PAUL, J. (2003). Este autor nos recuerda que en la Edad Media «las ciencias
y la filosofía se distinguen mal, pues sus tareas son idénticas», PAUL, J. (2003), p. 393.
480
He tomado la cita de Federico II de LAÍN ENTRALGO, P. (2003), p. 96.
481
Nigel Barley cuenta esta anécdota sobre el recurso judicial de la ordalía en pleno siglo XX en su libro El
antropólogo inocente, BARLEY, N. (1989), p. 182.
482
Tomás de Aquino (1225-1274), conocido como doctor angélico, fue el pensador más importante de la Edad
Media. Supo incorporar el aristotelismo al marco cristiano y dotarle de una proyección moderna. Se puede consultar
un resumen del pensamiento de Tomás de Aquino en RUSSELL, B. (2005), p. 499-510. La filosofía medieval y los
trascendentales de Jan A. Aertsen es un excelente estudio sobre la obra de Tomás de Aquino, AERTSEN, J.A. (2003).
160
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.15. La psicoterapia en la Europa cristiana medieval
De otro lado, los autores medievales recuperaron, a partir del siglo XII y a través
de la influencia de la filosofía escolástica sobre la medicina, la doctrina humoralista de
los temperamentos —sanguíneo, colérico, melancólico y flemático—, desarrollada por
Galeno, y ya apuntada anteriormente por Hipócrates. Pero, a diferencia del sentido
morboso que para el médico de Pérgamo tenían los temperamentos, para los
humoralistas medievales los temperamentos no eran sino diferentes formas de
expresión comportamental y mental de la constitución humoral de las personas. Esta
constitución, que ya no implica necesariamente una condición patológica, como
ocurría en el galenismo ortodoxo, supone la tendencia o disposición a desarrollar una
enfermedad u otra.485
483
Véase LAÍN ENTRALGO, P. (2003), p. 90-100.
484
GONZÁLEZ DE PABLO, A. (1994), p. 506.
485
En el pensamiento medieval, las traducciones de Constantino el Africano son las principales representantes del
galenismo ortodoxo. El concepto de temperamentos, como formas no patológicas de expresión humoral de la
constitución del ser humano, apareció en el marco de la filosofía cristiana escolástica a partir del siglo XII. Entre los
primeros autores que rescataron esta idea, destaca Guillermo de Conques, KLIBANSKY, R. y otros (2006), p. 117-135.
486
Psicoterapia, excepto que se indique lo contrario, debe entenderse como remedio psicoterapéutico en sentido
amplio.
487
Sobre la asistencia médica caritativa en la Edad Media, véase LAÍN ENTRALGO, P. (2003), p. 75-104.
161
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.15. La psicoterapia en la Europa cristiana medieval
FIGURA 12
488
Según la Regla Benedictina: «se debe cuidar de los enfermos, sirviéndoles como si fuesen al mismo Cristo en
persona; porque Él tiene dicho: Enfermo estuve, y me visitasteis. Y: El bien que hicisteis a uno de estos pequeñuelos,
a mí mismo me lo hicisteis», ABADÍA DE SANTO DOMINGO DE SILOS (1993), p. 94.
489
He tomado la cita de GONZÁLEZ DURO, E. (1994), p. 23.
162
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.15. La psicoterapia en la Europa cristiana medieval
enfermedad más intensa, noble y sutilmente que el médico con sus instrumentos y
medicinas».490
490
He copiado el fragmento de Silicato de LAÍN ENTRALGO, P. (2003), p. 100.
491
Véase LAÍN ENTRALGO, P. (1978), p. 234. Lanfranco, médico milanés (fallecido en 1315) que realizó
importantes contribuciones en el desarrollo de la cirugía, es autor de la importante obra Chirugia magna. Arnau de
Vilanova, médico valenciano (1238-1311), fue una de las figuras médicas más importantes de la Edad Media; fue
docente en Montpellier y escribió sobre casi todos los temas médicos: fisiología, patología, clínica, farmacología,
toxicología, higiene, dietética. La obra Summa Medicinae recoge casi todos los escritos de Arnau de Vilanova; la
excelente edición crítica de Cristina de la Rosa Cubo recoge el texto latino original, DE LA ROSA CUBO, C. (2000).
Henri de Mondeville, médico francés (1260-1320), está considerado el padre de la cirugía francesa.
492
Sobre el espacio que Arnau concede a los relatos de los pacientes con alteraciones mentales puede consultarse
SALMÓN, F. (2003).
163
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.15. La psicoterapia en la Europa cristiana medieval
FIGURA 13
493
Sobre las referencias al uso de remedios psicoterapéuticos en la obra de Arnau de Vilanova, véase PANIAGUA,
J.A. (1963). La cita de Arnau ha sido tomada de PANIAGUA, J.A. (1963), p. 14, n. 39. La función del “moralista” de
Arnau, preocupado por la conducta y la felicidad humanas, recuerda, en cierto modo, a la de los actuales
psicoterapeutas.
494
Sobre la medicina espiritual y su valor como antepasado de la actual psiquiatría puede consultarse LEDERER,
D. (2003).
495
Sobre la incubatio cristiana medieval véase LAÍN ENTRALGO, P. (1978), p. 148-149.
164
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
496
Por supuesto, las obras de Pinel son una referencia conceptual que, en ningún caso, pueden tomarse como
punto de partida u origen de la psiquiatría. Sobre los mitos del origen en la historia de la psiquiatría, véase
VANDERMEERSCH, P. (1994). Como aproximación al estudio de la aparición de la psiquiatría en el siglo XIX
recomiendo la lectura de las siguientes obras: La invención de las enfermedades mentales de ÁLVAREZ, J.M. (1999),
el Ensayo sobre los paradigmas de la psiquiatría moderna de LANTÉRI-LAURA, G. (2000), El siglo de la clínica de
HUERTAS, R. (2004), o la Breve historia de la locura de PORTER, R. (2003). Por otro lado, Emil Kraepelin publicó en
1917 un breve estudio sobre los orígenes de la psiquiatría, cuya lectura es hoy muy recomendable, KRAEPELIN, E.
(1999). La psiquiatría se construyó sobre los cimientos del estudio de los síntomas mentales; German Berrios recorre
con maestría la historia de estos síntomas en BERRIOS, G.E. (1996). Sobre la epistemología de la psiquiatría, véase
BERRIOS, G.E. (2011).
497
De forma análoga al pensamiento psiquiátrico, la historia del estudio y el tratamiento del padecimiento mental
ha llevado parejo el desarrollo una cultura psicoterapéutica. Sobre el tema, puede consultarse FRAGUAS, D. (2007).
498
EY, H. y otros (2002), p. 52.
165
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
166
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
naciente clase burguesa, promotora de una moral del trabajo basada en una economía
que ensalza el manejo e intercambio de los valores más que la simple posesión de las
cosas, se erigió en un nuevo grupo de poder social y, poco a poco, sustituyó a la
aristocracia como garante del dinero y del talento.
Por todo ello, el Renacimiento trajo consigo la amenaza de los antiguos puntos
de referencia. Los valores medievales perdieron vigencia y los cimientos culturales se
tambalearon. El criterio de autoridad —reflejo de la tradición— fue, hasta cierto punto,
reemplazado por nuevas ideas basadas en la observación y en la razón. La tierra dejó
de ser centro del universo, un sentimiento general de cambio recorrió los foros
culturales y políticos, y prendió la creencia —ambigua pero intensa— en el progreso y
en el valor de acción humana sobre el mundo. Una consecuencia de esta rápida
transformación social sería la preocupación religiosa que se extendió por la Europa del
siglo XVI y que, al amparo de diferencias políticas, llevó a la ruptura de las
instituciones religiosas. El Cisma de Occidente —con la división transitoria (1378-
1414) de la Iglesia de Roma en tres ramas: Roma, Pisa y Aviñón— y la proclama
protestante de Lutero, dieron comienzo a la fragmentación de la Iglesia y a los
movimientos de Reforma en la Europa del norte (cuyo exponente más señalado fue la
aparición de las noventa y cinco tesis en la puerta de la iglesia del castillo de
Wittenberg en 1517), y Contrarreforma —que no fue sino otro tipo de reforma,
culminada en el Concilio de Trento (1545-1563)— en la del sur.503
FIGURA 14
Sesión del Concilio de
Trento, atribuido a Tiziano. El
original está en el Museo del
Louvre, París.
Imagen tomada de:
http://upload.wikimedia.org/wikipedia
/commons/d/d3/Tridentinum.jpg
503
Sobre el movimiento reformista iniciado por Lutero, se puede consultar el estudio de James Atkinson,
ATKINSON, J. (1985). Por otro lado, la página web www.luther.de ofrece interesantes enlaces con información sobre
la vida y la obra de Lutero.
167
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
intento por recuperar unos valores esenciales que le permitieran liberarse de las
cadenas de la tradición medieval.504
Por ello, el final de la Reconquista actuó como un acicate de las fuerzas que
propugnaban el cambio de las instituciones religiosas y culturales. Al amparo de este
movimiento, el cardenal Cisneros dirigió un cambio profundo en la organización de la
orden franciscana, a la que él mismo pertenecía. Una de sus primeras medidas fue
retirar de los monasterios franciscanos a los monjes de la rama conventual, quienes
vivían de sus rentas, y habitarlos con monjes observantes, que eran estrictamente
fieles al voto de pobreza evangélica. Esta decisión estaba vinculada a una
transformación de base, en línea con la espiritualidad de la observancia. Pero la
reforma cisneriana no se limitó a la orden franciscana, sino que estimuló la
transformación de las demás órdenes religiosas importantes del país: dominicos,
benedictinos y jerónimos. Con este trasfondo, el cardenal Cisneros fundó en 1499 la
universidad de Alcalá de Henares, que comenzó a funcionar en 1502. El movimiento
cisneriano, íntimamente relacionado con las corrientes humanistas y erasmistas lideró
la introducción y el desarrollo de las ideas renacentistas en España.
504
Por supuesto, desde nuestra mirada del siglo XXI, el Renacimiento no supuso una ruptura con la cultura
medieval, sino que fue más bien una evolución reformista de la sociedad bajomedieval (de Baja Edad Media, siglos
XI al XV).
168
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
Aquí reside gran parte del problema del Renacimiento español: la intolerancia
sociopolítica y la mala gestión de la economía. Por un lado, la Inquisición y la actitud
política —y social— de intolerancia, que devino en la expulsión de los judíos y los
moriscos. En 1492 los Reyes Católicos decretaron, mediante el Edicto de Granada, la
expulsión de los judíos,508 y en 1609 se ordenó la expulsión de los moriscos,
descendientes de la población musulmana convertida al cristianismo. Por supuesto, la
expulsión de los moriscos —que a medio-largo plazo resultó fatal para la economía y
la cultura del país— no se decidió a la ligera.509 Durante las décadas anteriores un
clima antimorisco se extendió por las geografía española. Entre 1567 y 1571 se
505
ABELLÁN, J.L. (2005), p. 56.
506
La cita de José Ingenieros ha sido tomada de ABELLÁN, J.L. (2005), p. 59.
507
AYALA, F. (2005), p. 57.
508
Sin embargo, la medida de la expulsión de los judíos fue vista en Europa como un acierto. La Universidad de
la Sorbona felicitó a las coronas de Castilla y Aragón, y la decisión pronto fue secundada por otros gobiernos. La
Alemania del norte expulsó a los judíos en 1510, Nápoles en 1541, Génova en 1550 y 1567, y Baviera en 1554.
509
Pedro Fernández Navarrete dedicó el discurso (capítulo) VII de su obra C
(1626) a analizar las consecuencias políticas y económicas de las expulsiones de los judíos y los
moriscos. En este capítulo se muestra claramente contrario a las expulsiones y las considera en gran medida
responsables del empobrecimieto de la España de principios del XVII. Una edición de 1792 del texto de Fernández
Navarrete puede descargarse en http://www.archive.org/details/conservaciondemo00fern.
169
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
produjo la rebelión morisca de las Alpujarras de Granada —aplastada por las tropas
monárquicas, encabezadas por Don Juan de Austria—, que contribuyó a la
propagación de murmuraciones y habladurías contra los moriscos.510 Éstos fueron
acusados de cometer horrendos crímenes, de ocasionar y atraer desgracias, de
promover en secreto la entrada en España de los Turcos, con el objetivo de derrocar
la monarquía cristiana. Una parte importante de la población se declaraba a favor de la
expulsión. En este marco, la decisión fue, en términos generales, bien acogida por el
pueblo. No obstante, hubo también personas que clamaron contra con la tremenda
injusticia que suponía la expulsión de los moriscos.511
Por otro lado, las políticas económicas de Castilla y Aragón, que privilegiaron el
sistema de latifundismo, la mesta y la organización corporativista de los gremios,
obstaculizaron el desarrollo del libre comercio y el florecimiento de la industria,
mermando así la capacidad impulsora de la burguesía, que fue el sostén del
movimiento renacentista. Es muy significativa la exigencia de los gremios, a mediados
del siglo XVI, de pruebas de limpieza de sangre, es decir, de ser cristiano viejo, para
formar parte de la estructura gremial. Estos aspectos dificultaron el calado de la
corriente renacentista en España y condicionaron las características del Renacimiento
español.
510
Sobre la guerra de las Alpujarras y su contexto sociopolítco, puede consultarse BARRIOS AGUILERA, M.
(2002).
511
Manuel Rivero relata, con prosa amena y didáctica, la situación social y poltica en esta época, RIVERO
RODRÍGUEZ, M. (2005).
170
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
mente y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti
512
mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos.
El erasmismo arraigó con especial fuerza en España, tal vez como contrapunto y
reacción a la intransigencia inquisitorial y contrarreformista. Sea como fuere, lo cierto
es que el erasmismo empapó el entramado cultural de la España del siglo XVI.
Grandes personajes de la época, desde Carlos V hasta el Cardenal Cisneros,
simpatizaron de alguna manera con el erasmismo. La influencia de este movimiento se
extendió y alcanzó a casi todos grupos sociales. «En la corte, en los conventos, en las
catedrales, en las escuelas, hasta en las posadas de los caminos, pululaban los
lectores y entusiastas de Erasmo».514 De hecho, la influencia del erasmismo se deja
ver en el Quijote, cuyo fondo humanista se sitúa en la línea del erasmismo español.515
512
BIBLIA (1999), p. 2265 [Evangelio según San Marcos, 12, 29-32].
513
Sobre la influencia del erasmismo en la cultura renacentista española recomiendo, entre otros textos, la lectura
de El erasmismo español, de José Luis Abellán, ABELLÁN, J.L. (2005) y el capítulo Erasmo en tiempo de Cervantes
de Américo Castro, CASTRO, A. (2002b), p. 501-529.
514
La cita del historiador Ricardo García Villoslada, publicada en su Historia general de las literaturas
hispánicas (1968), ha sido tomada de ABELLÁN, J.L. (2005), p. 87.
515
El primer autor que destacó el carácter erasmista del Quijote fue Américo Castro, CASTRO, A. (2002b), p.
493-499 y 501-529. Antonio Vilanova ha defendido la influencia del Elogio de la locura de Erasmo en algunos
elementos de la locura quijotesca, VILANOVA, A. (1949). Sobre la influencia del erasmismo en el Quijote recomiendo
la lectura del ensayo L h ñ : “E Q j ”, de José Luis Abellán,
ABELLÁN, J.L. (2005), p. 254-269. Francisco Ayala defiende que Cervantes absorbió el erasmismo y lo llevó dentro,
en secreto, el resto de su vida, AYALA, F. (2005), p. 29.
171
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
renacentista.516 Este tránsito, con la individualidad como telón de fondo, trajo consigo
una separación cada vez más definida entre racionalidad e irracionalidad.517
El Renacimiento supuso, como hemos visto, una cierta pérdida de los puntos de
referencia medievales, y con ello un desmoronamiento de las antiguas certidumbres,
obligando así a una búsqueda de nuevas fuentes del saber, de modo que, en los
primeros compases del Renacimiento, el amor por la verdad —como ideal
alcanzable— guió las principales innovaciones de la época. Este amor por la verdad
se erigió, en gran medida, sobre la tradición agustiniana del escrutinio íntimo del fondo
del corazón de cada persona. De esta manera, no fueron raras las expresiones que
abogaban por una defensa de la verdad frente a la autoridad. El propio Francisco
Vallés afirmó: «no queremos jurar con las palabras de nadie, sino traer la verdad en lo
que sea, la diga quien la diga».518
516
Comentario tomado de GARRABÉ, J. (2003), p. 55.
517
George Rosen afirma que en el siglo XVII se empezó a trazar un neta línea de separación entre racionalidad e
irracionalidad, ROSEN, G. (1974), p. 195.
518
Tomado de PESET LLORCA (1960), p. 59.
519
Tomado de BOUWSMA, W.J. (2001), p. 117.
520
Fernando Lázaro Carreter reflexiona sobre la independencia de los personales del Quijote en LÁZARO
CARRETER, F. (2004).
172
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
521
FERRAND, J. (1996), p. 60-61.
522
Véase “2.9. El nacimiento del individuo y la aparición de la psicoterapia en la Grecia clásica”.
523
En esta época aparecieron, entre otros, el sistema decimal (desarrollado por Simon Stevin (1548-1620)) y el
cálculo logarítmico (inventado por John Napier (1550-1617)).
173
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
524
Véase BOUWSMA, W.J. (2001), p. 305-322.
525
FÖLDENYI, L.F. (2008), p. 130-135.
526
«El objetivo del arte moderno —expone Földényi— es la creación individual de un mundo», FÖLDENYI, L.F.
(2008), p. 154.
527
FÖLDENYI, L.F. (2008), p. 160.
174
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
528
«Yo no nací sino para quereros; / mi alma os ha cortado a su medida; / por hábito del alma misma os quiero»,
escribió Garcilaso de la Vega en el siglo XVI, GARCILASO DE LA VEGA (2001), p. 47.
529
Como marco general, sobre la medicina en la época de Cervantes puede consultarse un breve resumen en
GUTIÉRREZ RODILLA, B.M. (2005). Para un conocimiento más completo, recomiendo LAÍN ENTRALGO, P. (1978),
p. 245-385.
530
«El corazón tiene razones que la razón ignora», afirmó Blaise Pascal (1623-1662).
531
La fatuitas corresponde a una disminución de la función imaginativa; en seguida, en este mismo capítulo,
trataremos sobre las funciones mentales en el Renacimiento.
175
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
532
El comentario de Francisco Vallés ha sido extraído de PESET LLORCA, V. (1960), p. 161. La cita de Vallés
posee destacadas influencias del Corpus Hippocraticum. El autor de las Epidemias afirma: «por lo general, los
melancólicos se tornan epilépticos y los epilépticos, melancólicos; lo que determina uno u otro de ambos estados es la
dirección que toma la enfermedad; si acomete al cuerpo, epilepsia; si a la inteligencia, melancolía». He tomado la cita
hipocrática de STAROBINSKI, J. (1962), p. 15.
533
Tomado de PESET LLORCA, V. (1960), p. 177 y 275.
534
BRIGHT, T. (2004), p. 57.
176
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
535
Según la tradición galénica, las alteraciones de las funciones somáticas podían ser de tres tipos: abolición,
disminución y depravación.
536
GAMBIN, F. (2008), p. 183.
537
Cita de Vallés tomada de PESET LLORCA, V. (1961), p. 68.
538
He extraído el comentario de Cristobal de Vega de PESET LLORCA, V. (1960), p. 174.
177
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
539
Comentario de Vallés tomado de PESET LLORCA, V. (1961), p. 60.
178
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
Ocasión: pues los que deliran suelen hablar de cosas que ya antes habían pensado,
principalmente cuando el delirio se inició a raíz de alguna fuerte imaginación».540
179
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
544
PESET, J.L. (2010), p. 54.
545
HUARTE DE SAN JUAN, J. (2005), p. 167 [Segundo Proemio].
546
HUARTE DE SAN JUAN, J. (2005), p. 179 [Segundo Proemio]. Como se aprecia, Huarte sigue la platónica
estructura tripartita del alma: concupiscible, irascible y racional.
547
Véase GAMBIN, F. (2008), p. 131-175.
180
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
El Examen de Ingenios tuvo una un rápido éxito editorial y una gran influencia en
la cultura renacentista. De hecho, antes de la publicación del Quijote ya habían
aparecido diez ediciones del Examen en castellano y otras tantas en otros idiomas. 551
Es muy probable que la obra de Huarte llegara a manos de Cervantes. Hay pistas de
548
HUARTE DE SAN JUAN, J. (2005), p. 176-177 [Segundo Proemio].
549
HUARTE DE SAN JUAN, J. (2005), p. 325 [Capítulo V].
550
Por el contrario, distintos autores renacentistas, entre ellos Miguel Sabuco, Bernardino Montaña de
Monserrate o Cristóbal Méndez, se adhirieron a la corriente localizacionista, que postulaba que cada función está
localizada en una región cerebral concreta. Generalmente el ventrículo anterior se relacionaba con la imaginativa, el
medio con el entendimiento, y el posterior con la memoria. Sin embargo, Huarte no aceptó esta localización
específica. En su opinión, en cada ventrículo están presentes las tres funciones mentales. Sobre la actitud de Huarte
con respecto al localizacionismo, véase GARCÍA, E. (2003).
551
IRIARTE, M. (1933), p. 500.
181
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
552
Sobre la influencia del Examen de Huarte en la obra de Cervantes se han publicado numerosos estudios. En
1905, Rafael Salillas presentó su obra Un gran inspirador de Cervantes: el Dr. Juan Huarte y su examen de ingenios,
primer estudio monográfico sobre el tema, SALILLAS, R. (1905). Después, han aparecido, enre otros, "El ingenioso
hidalgo" y "El examen de ingenios": qué debe Cervantes al Dr. Huarte de San Juan de Mauricio Iriarte, IRIARTE, M.
(1933); Realidad, voluntad y gracia en Cervantes de Otis Green GREEN, O.H. (1961); Don Quijote a la luz del
Examen de Ingenios de Huarte, de Chester Halka, en el que vuelve sobre el texto de Green y critica algunas de sus
contradicciones, HALKA, C.S. (1981). Con fecha más reciente, David Arranz resumió las aportaciones sobre el tema
en ARRANZ LAGO, D.F. (1996). Asimismo, en la introducción y las notas al Examen de Ingenios, Guillermo Serés
enriquece este asunto con jugosos comentarios, SERÉS, G. (2005). Por otro lado, sobre el pensamiento médico y
filosófico de Huarte puede consultarse ORELLA, J.L. (1996).
553
IRIARTE, M. (1933), p. 503-505. Jean Garrabé rechaza esta opinión y critica la equivalencia entre ingenio y
extravagancia. Para él, el ingenio huartiano que recoge Cervantes se refiere al carácter innato, natural, propio de cada
individuo, GARRABÉ, J. (2003), p. 56. Otis Green, partiendo del Examen de Huarte, afirma que «Don is ingenioso
because he is colérico», GREEN, O.H. (1957), p. 193. Por mi parte, no veo necesaria la escisión entre estos
planteamientos; no siguen una lógica excluyente y ambos pueden cohabitar en el escenario de hipótesis que
manejamos. En todo caso, parece claro que el Examen de ingenios de Huarte de San Juan influyó en la creación del
perfil psicológico de don Quijote. «Es muy conveniente –comenta Andrés Trapiello– mirar el Quijote a la luz del
Examen de ingenios para las ciencias», TRAPIELLO, A. (2005), p. 199.
554
HUARTE DE SAN JUAN, J. (2005), p. 449 [Capítulo X].
555
HUARTE DE SAN JUAN, J. (2005), p. 620 [Capítulo XVIII de 1594].
556
IRIARTE, M. (1933), p. 509-510.
182
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
Esta suerte de mezcla entre locura y cordura, entre desvarío y razón tiene una
base psicológica —o psicopatológica, si se quiere— en la doctrina de Huarte. «Fuera
de las simplicidades que este buen hidalgo [don Quijote] dice tocantes a su locura, si
le tratan de otras cosas discurre con bonísimas razones y muestra tener un
entendimiento claro y apacible en todo; de manera que como no le toquen en sus
caballerías, no habrá nadie que le juzgue sino por de muy buen entendimiento»,
sentencia el cura del Quijote [DQ, I, cap. 30, p. 390]. El entendimiento de don Quijote
muestra una sana rectitud que es, en muchas ocasiones, brillante. No es ahí donde
hay que buscar el asiento de su locura, sino en la imaginativa, cuya lesión —o
depravación— ocasiona los delirios del hidalgo. Esta destemplanza de la imaginativa
está muy relacionada con la melancolía adusta —también llamada cólera adusta—:
«los melancólicos por adustión —enseña Huarte— juntan grande entendimiento con
mucha imaginativa».560 El de don Quijote era, pues, un delirio de la imaginativa.
Demócrito abderita fue uno de los mayores filósofos naturales y morales que
hubo en su tiempo, aunque Platón dice que supo más de lo natural que de lo
557
Digo esto porque resulta inevitable que nuestras lecturas del Examen de Ingenios —e incluyo en el “nuestras”
las lecturas de salillas, Iriarte, Green o Halka— se hayan hecho a la sombra de la del Quijote. El Quijote imprime
necesariamente su barniz en comprensión de la obra de Huarte. Hermoso ejemplo de presentismo paradójico en la
que la interpretación de una obra está condicionada por otra más moderna.
558
Colérico y melancólico, cuerdo y loco, alegre y triste. Aparentes oximorones que definen la identidad
quijotesca.
559
HUARTE DE SAN JUAN, J. (2005), p. 374-375 [Capítulo VI].
560
HUARTE DE SAN JUAN, J. (2005), p. 460 [Capítulo X].
183
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
Y, así, dijo a los que lo habían traído que ellos eran los locos y desatinados,
pues tal juicio habían hecho de un hombre tan prudente. Y fue la ventura de
Demócrito que todo cuanto razonó con Hipócrates en aquel breve tiempo
fueron discursos del entendimiento y no de la imaginativa, donde tenía la
561
lesión.
561
HUARTE DE SAN JUAN, J. (2005), p. 213-214 [Capítulo I].
562
IRIARTE, M. (1933), p. 514. Sobre la locura de Demócrito, véase RÜTTEN, T. (2011).
563
PESET LLORCA, V. (1960), p. 66-67.
184
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
564
VIVES, J.L. (2010), p. 31. Vives publicó De anima et vita en latín. Los nuevos aires de cambio renacentistas
privilegiaron, como veremos a continuación en este mismo apartado de la tesis, el uso de las lenguas vernáculas. Sin
embargo, Vives, fiel a su erudición clásica, recurrió al latín para redactar sus obras.
565
Las citas de Vives ha sido tomadas de ARRIZABALAGA, J. (2003), p. 585.
566
VIVES, J.L. (2010), p. 19.
185
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
Vives se empapó de estos valores y los hizo suyos, incorporando una idea de
pecado como transgresión del buen orden natural de control jerárquico de lo racional
sobre lo pasional. El buen orden exige que «el cuerpo obedezca al ánimo, el ánimo a
la mente, la mente a Dios. Si uno transgrede este orden, peca».569 En el puente entre
pecado y enfermedad, Vives halla un lugar para la melancolía. El odio —explica— se
gesta en los temperamentos fríos y secos, especialmente en los de los
melancólicos.570
567
El agustinismo subrayó la inmediated y la individualidad del yo en su relación con Dios.
568
Véase BOUWSMA, W.J. (2001), p. 37-54.
569
VIVES, J.L. (2010), p. 20.
570
GAMBIN, F. (2008), p. 63.
571
He extraído las notas sobre Vives de ZILBOORG, G. (1967), p. 180-195. Foster Watson dedicó el trabajo “The
Father of Modern Psychology” publicado en 1915 en Psycological Review, vol. 22, p. 333-353) al estudio de la
aportación psicológica de Vives. Zilboorg considera que Vives no es sólo un precursor de la psicología moderna sino
también del psicoanálisis, ZILBOORG, G. (1967), p. 180-194. No me aventuro a ir tan lejos como Zilboorg.
186
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
cultural renacentista.572 Los siglos XVI y XVII, renacentistas hacia el Barroco, fueron,
de hecho, propensos a la melancolía.573
FIGURA 15
Portada de la edición de 1652 de la
Anatomía de la Melancolía de Robert
Burton.
Imagen tomada de:
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Anato
my_of_Melancholy.gif
572
Sobre este asunto, copio un excelente apunte de Roger Bartra: «El padecimiento de la locura melancólica nos
lleva a una dimensión porosa, maleable y polisémica: un especio que se expande con desmesura y que traslapa otros
territorios», BARTRA, R. (2004), p. 51.
573
Tellenbach explica que los intentos por encontrar una referencia del término “melancolía” anterior a los
autores hipocráticos han sido infructuosos, TELLENBACH, H. (1976), p. 17. Sobre la evolución histórica del concepto
de melancolía hay numerosos textos. El libro Saturno y la melancolía es un ensayo erudito y revelador, KLIBANSKY,
R. y otros (2006). En esta línea, con una mirada complementaria, está el estudio de László Földényi; el primer
capítulo, Los iniciados, se adentra en el concepto griego de melancolía, FÖLDENYI, L. F. (2008), p. 15-57. Martínez
Lorca, resume con amenidad el camino histórico del concepto de melancolía desde la antigüedad hasta el
Renacimiento en su artículo, MARTÍNEZ LORCA, A. (2006). El trabajo Cultura y melancolía de Roger Bartra resulta
imprescindible para la comprensión del significado cultural del concepto melancolía en el Renacimiento, BARTRA, R.
(2001). Anecdótico e interesante, aunque algo falto de rigor, es el estudio de Alberto Escudero, Concepto de la
melancolía en el siglo XVII, ESCUDERO ORTUÑO, A. (1950).
574
MENGAL, P. (2003), p. 111.
575
He tomado la cita de Galeno de KLIBANSKY, R. y otros (2006), p. 39, n. 42.
187
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
188
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
579
BRIGHT, T. (2004), p. 15-16.
580
Tomado de TROPÉ, H. (2010), p. 92.
581
LAÍN ENTRALGO, P. (1978), p. 252.
582
STAROBINSKI, J. (1962), p. 9.
189
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
En todo caso, dos tipos de bilis negra podían ser causantes de la melancolía
(tanto enfermedad como disposición): 1.- la bilis negra natural, es decir, el humor
melancólico; y 2.- la melancolía tostada o melancolía adusta, fruto del calentamiento
de cualquiera de los cuatro humores (sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema). Robert
Burton, siguiendo a Fracastoro (1478-1553), explica las diferencias temperamentales
en función de que la melancolía adusta proceda de uno u otro de los humores. «Los
flemáticos son torpes; los sanguíneos animados, agradables, aceptables y felices,
pero no inteligentes; los coléricos son demasiado rápidos en los movimientos, y
furiosos, impacientes en la contemplación, genios embusteros; los melancólicos tienen
los ingenios más excelentes, pero no todos».585
583
La obra Saturno y la melancolía profundiza en esta materia con exquisita erudición, KLIBANSKY, R. y otros
(2006), p. 217-237.
584
Sobre el uso del término melancolía en el Examen de Ingenios, véase, además del propio Examen, la excelente
introducción de Guillermo Serés, SERÉS, G. (2005).
585
BURTON, R. (2006), p. 229-230.
190
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
586
He tomado las citas de Andrés Velázquez y Francisco Vallés de BARTRA, R. (2001), p. 85 y p. 139,
respectivamente.
587
La doctrina de las cosas no naturales ocupó un espacio importante en el pensamiento médico antiguo, y
condicionó la enseñanza y la práctica de la medicina durante toda la Edad Media, extendiendo su influencia hasta
entrado el siglo XIX.
588
La cita, original de Francisco Vallés, procede de PESET LLORCA, V. (1964), p. 4.
191
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
Sin embargo, al finalizar el Renacimiento —y, sin duda, debido a él— el hombre
pudo liberar la melancolía del yugo de la bilis negra. Por supuesto, la melancolía
siguió, en cierto modo, atada a lo corpóreo, pero ahora gozaba de cierto grado de
libertad, y así la bilis negra se hizo prescindible, al tiempo que los nuevos modelos
científicos la consideraron errónea y obsoleta.
192
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
Vemos, por tanto, que a lo largo de los siglos, desde la antigüedad hasta el
Renacimiento, la tristeza melancólica y la locura melancólica son conceptos a menudo
indistinguibles. Pero, mientras que la locura está siempre ligada a lo morboso, la
vertiente “tristeza” de la melancolía se entiende unas veces como una condición
transitoria —el estar melancólico— y otras como un estado permanente. En este
último caso, la melancolía es descrita tanto como enfermedad como como disposición
temperamental no morbosa. La doble condición —morbosa y no morbosa— de la
melancolía perduró durante toda la Edad Media, fue común en el Renacimiento y en la
Edad Moderna y se ha mantenido hasta nuestros tiempos. «Por estos cuatro humores
se rigen los hombres sanos; por ellos padecen los enfermos», sentenció, en el lejano
Medievo, San Isidoro en sus Etimologías.591 Por supuesto, el empeño de buscar una
precisa distinción entre lo morboso y lo no morboso es fruto de una lectura
contemporánea, hija del pensamiento de los siglos XIX y XX. La línea que separaba la
tristeza melancólica como temperamento —como forma de ser no morbosa, aunque
590
Sobre la distinción entre el temperamento melancólico y la enfermedad melancólica en la Edad Media y el
Renacimiento, puede consultarse KLIBANSKY, R. y otros (2006), p. 113-135.
591
SAN ISIDORO (2004), p. 477 [Etimologías, Libro IV, 5, 7].
193
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
592
En nuestra época, la diferencia entre lo morboso —lo patológico—, y lo no morboso —digamos, lo normal—,
es también imprecisa, muchas veces fruto de una convención social. «El concepto de normal no es un concepto de
existencia, susceptible de por sí de medición objetiva —explica Georges Canguilhem—. [...] Lo patológico tiene que
ser comprendido como una especie de lo normal». Georges Canguilhem ahonda con elegancia y rigor en este tema en
CANGUILHEM, G. (2005). La cita procede de la página 154 de la obra.
593
La primera descripción clínica de melancolía, procedente de las Consultationes —conjunto de
observationes— de Giovanni Battista da Monte, médico veronés del siglo XVI, ha sido tomada de LAÍN ENTRALGO,
P. (1998), 114. La segunda, que pertenece a un caso clínico escrito en el siglo XVI por Jean Ferner, de LAÍN
ENTRALGO, P. (1998), p. 117.
594
He tomado la cita de Vives, procedente de su Tratado del alma, de GAMBIN, F. (2008), p. 63.
595
GAMBIN, F. (2008), p. 101.
596
Cita de Santa Cruz tomada de GAMBIN, F. (2008), p. 114.
194
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
En todo caso, desde el siglo XVII la melancolía, ya sea como disposición o como
enfermedad, es, cada vez con menos ambigüedad, algo indeseado, temido y
combatido.
Por otro lado, los melancólicos solían mostrarse reacios al cumplimiento de las
pautas de tratamiento. Autores renacentistas como Pedro Mercado (siglo XVI) o fray
Juan de los Ángeles (1536-1609) recuerdan esta actitud de los melancólicos: «Las
597
He tomado la definición de “Melancolía” de la versión facsímil de la edición de 1673 del Tesoro de la Lengva
Castellana o Española, compvesto por el licenciado don Sebastian de Covarrvvias Orozco, disponible en la página
web de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes,
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/80250529545703831976613/index.htm. La “melancolía” está
definida en el folio 106v de esta edición, COVARRUBIAS, S. (1673), fol. 106v.
598
BURTON, R. (2006), p. 241.
599
Véase GAMBIN, F. (2008), p. 122.
195
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
600
Felice Gambin anota esta cita procedente de los Diálogos de la conquista del Reino de Dios (1595), de fray
Juan de los Ángeles, GAMBIN, F. (2008), p. 99.
601
Otro fármaco empleado era la mandrágora, que habitualmente se ingería en forma de infusión de su raíz, y
cuyo principal efecto era la sedación. Sin embargo, el uso de la mandrágora fue controvertido y no todos los autores
lo recomiendan.
602
Tomado de GAMBIN, F. (2008), n. 90, p. 105-106.
603
Véase STAROBINSKI, J. (1962), p. 40-44.
604
He tomado la cita de los Diálogos de Pedro Mercado de GAMBIN, F. (2008), p. 83.
605
Véanse DOLS, M.W. (1987). Por otro lado, Rosanna Gorini describe las características sociales y clínicas de la
vida en un bimaristan de Alepo en el siglo XIV en GORINI, R. (2002). Sobre la concepción y la clasificación de las
enfermedades mentales en la sociedad islámica medieval, véase VAKILI, N. y GORJI, A. (2006).
196
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
La cultura cristiana tuvo que esperar hasta principios del siglo XV, con la inauguración
del primer hospital para la asistencia de locos —antepasado, en cierto modo, de los
manicomios y hospitales psiquiátricos— del occidente cristiano: el Hospital de los
Inocentes de Valencia, llamado Hospital de Santa María o dels Ignoscents, Folls e
Orats (1409).606 Después de la apertura de este hospital, surgieron otros centros
especializados en la asistencia de los locos, como el Hospital de Inocentes de San
Cosme y San Damián de Sevilla (1436), el de Nuestra Señora de la Visitación o Casa
del Nuncio de Toledo (1483) o la Casa de Orates de Valladolid (1489).607
606
Sobre la historia del Hospital de los Inocentes de Valencia, recomiendo la consulta del estudio de Hélène
Tropé, TROPÉ, H. (1994). En la Valencia del siglo XV, los términos foll y orat se utilizaban, casi como sinónimos,
para designar a los locos nocivos y agitados. Por el contrario, los ignocents eran los locos inofensivos. Tomado de
ARRIZABALAGA, J. (2003), p. 597.
607
Jon Arrizabalaga revisa, con rigor y amenidad, la asistencia de la locura en la España del Renacimiento en
ARRIZABALAGA, J. (2003).
608
Michel Foucault desarrolla la tesis de la sustitución, en el imaginario colectivo bajomedieval y renacentista, de
la lepra por la locura en su Historia de la locura en la época clásica, FOUCAULT, M. (2000), p. 13-34.
609
Las citas entrecomilladas y los datos sobre el Hospital de Inocentes de Valencia han sido tomados de
GONZÁLEZ DURO, E. (1994), p. 28-30. Sobre el concepto de locura en la sociedad renacentista española, véanse,
entre otros, GONZÁLEZ DURO, E. (1994), y TROPÉ, H. (2003), p. 10-24.
197
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
Por otro lado, se primaba el trabajo físico, tratando de evitar la ociosidad, fuente
de desastres y desvaríos. Podemos rastrear el fundamento de estos métodos
atendiendo a dos nociones. En primer lugar, el tratamiento higiénico, como forma de
poner un orden —un tosco sentido implícito— a la vida cotidiana, de acuerdo con la
terapéutica de la dietética de la doctrina de las cosas no naturales, cuyo origen se
remonta a Rufo de Éfeso.611 En segundo lugar, la concepción cristiana del trabajo
como redención del pecado, base del lema ora et labora.
610
He extraído la descripción de Francisco de Castro de ARRIZABALAGA, J. (2003), p. 584.
611
Sobre Rufo de Éfeso véase “1.2.13. La dietética mental en la antigua Roma”.
612
Sobre las formas y las máscaras de la melancolía en la sociedad renacentista, recomiendo la lectura del
excelente ensayo Azabache. El debate sobre la melancolía en la España de los Siglos de Oro, de Felice Gambin,
GAMBIN, F. (2008).
613
Rudolph Staldeman menciona la melancólica psique de la baja Edad Media, en tanto que Huizinga señala que
en el bajomedievo una sombría melancolía gravitaba sobre el alma de las gentes. Como ejemplo véanse ROSEN, G.
(1974), p. 23-24, o HUIZINGA, J. (2006).
198
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
614
«Hay mucha más necesidad de eléboro —tratamiento habitual de la melancolía— que de tabaco», afirmó
Robert Burton, BURTON, R. (2006), p. 31. «En el siglo XVI una verdadera ola de “conducta melancólica” barrió
Europa», afirmaron los Wittkower, WITTKOWER, R. y M. (2006), p. 105.
615
He tomado la cita de Teresa de Jesús de GARCÍA GIBERT, J. (1997), p. 70.
616
La crisis económica y demográfica que sufrió el reino en los siglos XVI y XVII influyó en la propagación de
un sentimiento general de decadencia. José Antonio Maravall profundiza en la idea de la decadencia española en esta
época en La cultura del Barroco, MARAVALL, J.A. (1975). Frente a esta idea se elevan voces que sostienen que la
crisis económica que azotó la península no se agudizó hasta 1640, década que marca el inicio de la decadencia del
imperio, DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. (2004), p. 112. Como anécdota, William Temple acusó, en sus Misceláneas (1690),
al Quijote de la decadencia de los Habsburgo.
617
Algunos autores han relacionado el tono melancólico que impregnó la España renacentista con la sensibilidad
del pueblo judío, amamantada en la experiencia ancestral del destierro y el desarraigo. El hispanista Marcel Bataillon
comenta, con respecto al espíritu melancólico, «si no fue creación de los creación de los “conversos” y judíos
peninsulares, fue de su particular agrado, y tal vez recobró gracias a ellos nueva resonancia». Tomado de GARCÍA
GIBERT, J. (1997), p. 76-77.
618
He tomado la cita del embajador francés de GARCÍA GIBERT, J. (1997), p. 76, n. 17.
199
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
FIGURA 16
La Melancolía
(Melencolia I). Grabado
de Alberto Durero.
El original está en la
Bibioteca Nacional de
Francia, París.
El famoso grabado “La Melancolía” (Melencolia I), realizado en 1514 por Alberto
Durero, es uno de los principales exponentes de la representación artística de la
melancolía. Este grabado favoreció la difusión del concepto popular de la melancolía,
y fue partícipe de la influencia que ésta ejerció en todos los planos de la cultura
occidental a partir del Renacimiento. «La Melencolia I de Durero se cuenta, al igual
que su Apocalipsis —han escrito Klibansky, Panofsky y Saxl—, entre las obras de arte
que parecen haber ejercido un poder casi compulsivo sobre la imaginación de la
posteridad».619
619
KLIBANSKY, R. y otros (2006), p. 355. Klibansky y sus colegas dedican dos excelentes capítulos al análisis
del grabado de Durero en su relación con la idea renacentista de la melancolía y a la influencia artística que ejerció el
grabado, KLIBANSKY, R. y otros (2006), p. 279-354, y 355-376. Por su parte, László Földényi considera que el
grabado de Durero «habla de la melancolía, pero no es melancólico», pues Durero «no estableció una relación
melancólica con el tema, sino que lo observó desde fuera». En opinión de Földéni una obra melancólica (por la forma
y por el contenido) es el cuadro de los esposos Arnolfino de Jan van Eyck. FÖLDENYI, L. (2008), p. 137-147. Sobre la
relación entre el grabado de Durero y la tradición clásica de la melancolía, véase SCHUSTER, P.-K. y VÖLLNAGEL, J.
(2008).
200
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
Los últimos capítulos del Quijote muestran la exaltación —linterna ciega que
ilumina un teatro chinesco— de la penumbra melancólica. Don Quijote renuncia a
alcanzar lo que anhela. Y lo hace como si ello fuera su deber, un deber que alberga
una amarga aceptación de la melancolía. «Todos deseaban, pero a ninguno se le
cumplían sus deseos: condición de la naturaleza humana», escribió Cervantes en el
Persiles, poco antes de morir.621
Don Quijote deseó lo que no podía cumplirse, lo que, en primera instancia —por
su imposible encarnación en lo real—, no debía cumplirse. De ahí que la melancolía
quijotesca aluda a la misma condición humana: el deseo de antemano insatisfecho.
620
El significado cultural del Barroco, y la delimitación de éste con el Renacimiento, es fuente de una amplia
controversia. Entre otros estudios sobre el tema, pueden consultarse HEIL, B.C. (1961), WÖLFFLIN, H. (1991) y
BOUWSMA, W.J. (2001).
621
CERVANTES, M. (2003c), p. 266-267 [Los trabajos de Persiles y Sigismunda, II, cap. 4].
622
GARCÍA GIBERT, J. (1997), p. 78.
623
«La nota más común que imprime a sus figuras, sobre todo a sus retratos —comenta Emilio Orozco sobre la
obra del pintor Diego de Velázquez—, es un dejo de melancolía». Comparto la opinión de Emilio Orozco. La cita,
original del ensayo El barroquismo de Velázquez, ha sido tomada de GARCÍA GIBERT, J. (1997), p. 73.
624
Sobre el sentimiento de desengaño asociado al concepto renacentista y barroco de melancolía, véase GARCÍA
GIBERT, J. (1997), p. 78-89. El propio Javier García Gibert considera que «el desengaño es, en efecto, el aspecto
característico que adquiere la melancolía en la época barroca», GARCÍA GIBERT, J. (1997), p. 81.
201
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
este aliento, con la aparición de nuevos recursos técnicos, como la armonía tonal, la
disonancia y la sección áurea.625
625
Sobre la música barroca y su relación con la melancolía, véase RODRÍGUEZ POSTIGO, R. (2003).
626
FÖLDENYI, L. (2008), p. 196.
627
La delimitación entre la acidia y la tristeza convoca una cuestión fundamental de fondo: la borrosa línea que
separa la patología del pecado en el pensamiento medieval y renacentista. Los autores que, como Casiano (vivió entre
los siglos IV y V) o Gregorio Magno (aproximadamente 540-604), distinguieron la acidia de la tristeza (o de la
melancolía, como en el caso de Gregorio) asumían una suerte de diferencia entre el pecado y la patología. Tomás de
Aquino (1225-1274) identificó la acidia con la tristeza, pero la diferenció de la pecadora pereza. Sobre el tema, véase
La acedia, neurosis claustral, LINAGE CONDE, A. (2003).
628
Así la define Jean Starobinski, STAROBINSKI, J. (1962), p. 32.
629
Virgilio, «el buen maestro», explica a Dante lo que ven en los últimos pasos del quinto círculo del Infierno.
630
DANTE ALIGHIERI (2002), tomo 1, p. 56 [Infierno, VII, 115-124].
202
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
631
La idea dual de acidia procedente de la patrística, es decir, al mismo tiempo pecado mortal y posibilidad de
salvación, tuvo un papel muy destacado en su relación con la melancolía, GAMBIN, F. (2008), n. 71, p. 98-99. El
valor de la acidia en el periodo bajomedieval y su relación con la melancolía renacentista han sido estudiados con
rigor por autores como Roger Bartra y Felice Gambin, BARTRA, R. (2001), p. 156-162 y GAMBIN, F. (2008), p. 97-
102, respectivamente.
632
KLIBANSKY, R. y otros (2006), p. 218.
633
FÖLDÉNYI, L. (2008), p. 116.
203
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
La imaginación de algunos hombres es tan vívida que ellos creen ver figuras y
apariciones en lo que no son sino reflejos de sus pensamientos, y entonces
éstos son tomados por apariciones de espíritus malignos o incluso espectros
635
de brujas.
En 1563, el médico luterano Jean Wier (Johann Weyer) publicó en latín el libro
titulado De praestigiis daemonum,636 una versión secular del Malleus Maleficarum, en
el que destacó la relación entre la brujería —por influencia del diablo— y la
melancolía. En este libro Wier señala que el diablo «se mezcla muy fácilmente con el
humor melancólico, como hallándolo apto y muy cómodo para ejecutar sus
imposturas, razón por la cual San Jerónimo dijo muy a propósito que la melancolía es
el baño del diablo».637 La aproximación clínica de Wier a la enfermedad mental estuvo
siempre atravesada por la demonología y las ideas de la Inquisición. Sin embargo, ello
no impidió que el De praestigiis daemonum incluyera excelentes descripciones clínicas
que hoy ubicaríamos dentro la esfera de la psicopatología. Uno de los aspectos más
destacados de la aproximación de Wier al padecimiento mental es su defensa del
valor clínico de las experiencias íntimas de los pacientes. Wier pedía a sus colegas
que examinaran «de cerca los pensamientos de las personas melancólicas, sus
palabras, sus visiones y sus acciones, por los que reconoceréis hasta qué punto todos
sus sentidos están deprivados por el humor melancólico que ocupa su cerebro».638 De
hecho, Wier pidió con vehemencia que las brujas, a menudo condenadas por la
Inquisición, merecerían un tratamiento médico para su melancolía y no un castigo
inquisitorial. Gregory Zilboorg, en su Historia de la psicología médica, califica a Wier
como el «primer psiquiatra clínico y descriptivo» y afirma que Wier fue el primer
634
He tomado la cita del Malleus Maleficarum de BARTRA, R. (2001), p. 125, n. 88. Sobre el Malleus
Maleficarum y su relación con el desarrollo del pensamiento psicopatológico, véanse los capítulos “las hogueras de la
Inquisición” de la Historia de la Psicoterapia de Jan Ehrenwald, EHRENWALD, J. (1976) p. 105-124, y “El golpe del
martillo de brujas” de la Historia de la psicología médica de Zilboorg, ZILBOORG, G. (1967), p. 144-174. George
Rosen comenta el valor de la brujería en el marco social renacentista que formentó el desarrollo de la psicopatología
en ROSEN, G. (1974), p. 20-23.
635
He tomado la cita del Malleus de EHRENWALD, J. (1976), p. 106. La traducción del inglés (del texto de
Ehrenwald) al castellano es mía.
636
Publicado en alemán, la lengua secular del autor, en 1567.
637
He tomado la cita de Wier de BARTRA, R. (2001), p. 53.
638
ZILBOORG, G. (1967), p. 224.
204
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
médico cuyo mayor interés se dirigió hacia la enfermedad mental y así anunció la
aparición de la psiquiatría como especialidad médica.639
639
Sobre las aportaciones de la obra De praetigiis daemonum al desarrollo del pensamiento psicoterapéutico
véanse el capítulo “Johann Weyer o el crepúsculo de las brujas” de la Historia de la Psicoterapia de Ehrenwald,
EHRENWALD, J. (1976), p. 205-208, y el aparatado quinto del capítulo “La primera revolución psiquiátrica” de la
Historia de la psicología médica de Zilboorg, ZILBOORG, G. (1967), p. 206-235.
640
Sobre el caso de Hugo van der Goes puede consultarse WITTKOWER, R. y M. (2006), p. 109-113.
641
Valga como ejemplo de presentismo histórico el tono de desdén con que solemos contemplar aquel debate.
Médicos de prestigio de la época, como Juan Huarte de San Juan o Andrés Velásquez, aceptaron —aunque no sin
algunas reservas—la capacidad profética de los melancólicos, y la atribuyeron, por lo general, a la influencia del
diablo. Huarte insistió en señalar que no en todos los casos el don profético debía ser atribuido a la acción del diablo,
puesto que en muchas ocasiones actuaban en ello causas naturales. En la parte final del cuarto capítulo del Examen
de Ingenios, Huarte expone su opinión sobre las facultades extraordinarias de los frenéticos y defiende una base
fisiológica —natural— de estas facultades y las atribuye al excesivo calor que afecta al cerebro, HUARTE DE SAN
JUAN, J. (2005), p. 308-323 [Capítulo IV]. Sobre este intrincado y apasionante debate, puede consultarse PESET
LLORCA, V. (1955). Roger Bartra ofrece un excelente resumen en BARTRA, R. (2001), p. 49-63.
642
La desarabización de la medicina española renacentista fue casi una norma en los comienzos de era moderna.
Uno de los más destacados médicos de la época, Francisco Vallés (1524-1592), impulsó con éxito una campaña
dirigida a erradicar la enseñanza del Canon de Avicena y de la lengua árabe en los estudios univrsitarios de medicina.
Sobre el tema, véase BARTRA, R. (2001), p. 24-31.
205
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
¿Por qué todos los que han sobresalido en la filosofía, la política, la poética o
las artes eran manifiestamente melancólicos, y algunos hasta el punto de
padecer ataques causados por la bilis negra, como se dice de Heracles en los
[mitos] heroicos? [...] Tenemos también las historias de Áyax y Belerofonte: el
uno perdió totalmente el juicio, mientras que el otro buscaba por morada los
lugares desiertos. [...] Entre los héroes es evidente que muchos sufrieron de la
misma manera, y entre los hombres de tiempos recientes Empédocles, Platón y
Sócrates, y muchos otros hombres famosos, así como la mayoría de los
645
poetas.
643
Roger Bartra ha comentado el Libro de la Melancolía de Velásquez en un excelente ensayo, BARTRA, R.
(2001), p. 19-150. Asimismo, recomiendo la lectura de los trabajo que Antonio Contreras ha publicado recientemente
en History of Psychiatry sobre el Libro de la Melancolía de Velásquez, CONTRERAS MAS, A. y otros (2003) y
CONTRERAS MAS, A. (2003).
644
Véanse PESET LLORCA, V. (1960), p. 180, y BARTRA, R. (2001), p. 24-31.
645
Se pregunta Aristóteles en el famoso problema XXX. El texto ha sido tomado de KLIBANSKY, R. y otros
(2006), p. 42-43. El Problema XXX —trigésimo capítulo de los Problemata— fue compilado por la escuela de
Aristóteles. Sin embargo, su autoría ha sido ampliamente cuestionada. A este respecto, Lászlo Földényi ha señalado
que «si bien [el Problema XXX] proviene, sin la menor duda, de la pluma de Teofrasto, autor, según Diógenes
Laercio, del primer (y desaparecido) libro de la melancolía, la opinión generalizada ha insistido desde la Antigüedad
en atribuirla a Aristóteles», FÖLDÉNYI, L. (2008), p. 15.
646
Sobre el tema recomiendo la lectura del capítulo “El genio, la locura y la melancolía” de Rudolf y Margot
Wittkower, WITTKOWER, R. y M. (2006), p. 100-130.
647
Ficino hace equivalentes la melancolía y la manía divina. Véase FÖLDÉNYI, L.F. (2008), p. 118.
206
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
FIGURA 17
Miguel Ángel con actitud
melancólica. Fragmento de La
escuela de Atenas, obra pintada por
Rafael Sanzio entre 1509 y 1510. El
original está en el Museo Vaticano,
Roma
648
Autores como Fadrique Furió Ceriol (1532-1592) o Alonso Martínez de Toledo (1398-1470), consideraban la
melancolía como causa de las más abyectas depravaciones y se alejaban de la tesis aristotélica. Sobre el tema, véase
GAMBIN, F. (2008), p. 53-74.
649
La relación entre la melancolía y el arte ha suscitado un gran interés desde entonces. Ejemplo de ello es la
reciente publicación, en la prestigiosa revista médica The Lancet, de un breve artículo sobre este tema, con el título
Melancholy, medicine, and the arts, SULLIVAN, E. (2008).
650
Séneca atribuye esta frase a Aristóteles. En la frase anterior Séneca apuntó, citando a Platón: «en balde llama a
las puertas de la poesía el que es dueño de sí», SÉNECA (2000), p. 370 [Sobre la tranquilidad del espíritu, 17, 10].
651
La relación entre melancolía y genialidad, postulada por Aristóteles en su Problema XXX, fue un tema común
en la tradición antigua. Su llegada al Renacimiento, gracias a varios autores, especialmente a Marsilio Ficino, fue
precedida por un largo, oscuro e incierto tránsito por los misteriosos años del Medievo. Sobre el viaje, desde
Aristóteles hasta las postrimerías de la Edad Media, de esta relación genialidad-melancolía, véase KLIBANSKY, R. y
otros (2006), p. 39-135. Por otro lado, sobre la reaparición de esta idea en el Renacimiento, véanse el capítulo
207
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
Los que poseen mucha bilis negra fría se hacen torpes y estúpidos, y en
cambio los que poseen mucha bilis caliente son exaltados y brillantes o
eróticos o prestos a la ira y al deseo, mientras que algunos se hacen locuaces
[...]. Aquellos, sin embargo, en los que el calor excesivo de la bilis se relaja
hasta un grado medio, son melancólicos, pero son más racionales y menos
excéntricos, y en muchos aspectos superiores a otros, ya sea en la cultura en
las artes o en la política [...].
“melancholia generosa” de KLIBANSKY, R. y otros (2006), p. 239-267, y las páginas de GARCÍA GIBERT, J. (1997),
p. 65-72.
652
«A Saturno —apunta Ficino en otro lugar— se debe ese talento divino y singular que Aristóteles atribuyó a los
melancólicos», FÖLDENYI, L.F. (2008), p. 111. Es más, según Ficino, «dependiendo de la conjunción de Saturno en
el momento de nacer, el melancholicus será cuerdo y capaz de raras hazañas o enfermo y condenado a la inercia y la
torpeza», WITTKOWER, R. y M. (2006), p. 105.
653
Véase GAMBIN, F. (2008), p. 78. Que Saturno sea un rey/dios destronado y maldito parece tener algo que ver
en todo esto.
208
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
654
He tomado estos fragmentos del Problema XXX de KLIBANSKY, R. y otros (2006), p. 48-49 y 53. Sobre la
constitución melancólica y la regulación del temperamento según Aristóteles puede consultarse el trabajo de
GONZÁLEZ ESCUDERO, S. (1990).
655
He tomado la cita de Vives de GAMBIN, F. (2008), p. 62-63.
656
Hago mías las palabras de Javier García Gibert, quien, en su estudio Cervantes y la melancolía, afirma que en
sus obras Cervantes presenta «no estrictamente a melancólicos sino a seres “melancolizados” por su desdichada
condición», GARCÍA GIBERT, J. (1997), p. 86.
209
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
210
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
Algunos autores han pretendido que don Quijote fuera colérico en la primera
parte y melancólico en la segunda.661 No resulta fácilmente admisible. La cuestión se
simplifica si acudimos a la idea de melancolía adusta. Vimos que Huarte establece que
«hay dos géneros de melancolía. Una natural, que es la hez de la sangre, cuyo
temperamento es frialdad y sequedad […]. Y la que se llama atra bilis o cólera adusta,
de la cual dijo Aristóteles que hace los hombres sapientísimos».662 De este modo, el
temperamento de don Quijote correspondería a un tipo colérico, cuyo extremado calor
humoral desataría las fuerzas de la imaginativa, una facultad hace que los hombres
«se pierdan por leer en libros de caballería, en Orlando, en Boscán, en Diana de
Montemayor y otros así».663 Este calentamiento imaginativo de la bilis amarilla daría
paso, por combustión, a la bilis negra que constituye la mencionada melancolía
adusta, que resplandece como el azabache y bajo cuyo brillo el alma racional alcanza
las más altas cumbres de entendimiento e imaginación.664
661
Lo defiende Mauro Olmeda en OLMEDA, M. (1973), p. 242-261.
662
HUARTE DE SAN JUAN, J. (2005), p. 374-375 [Capítulo VI].
663
La cita de Huarte procede de HUARTE DE SAN JUAN, J. (2005), p. 409 [Capítulo VIII]. Como se aprecia, la
semejanza con don Quijote no parece azarosa.
664
Hay que anotar aquí que, a diferencia de la opinión de Furió Ceriol o Santa Cruz, para Huarte de San Juan los
melancólicos adustos no son ejemplo de falta de sociabilidad, sino todo lo contrario: representar un tipo de ingenio
que renueva el saber de comunidad. Véanse GARCÍA GIBERT, J. (1997), p. 98-99 y GAMBIN, F. (2008), p. 167-171.
Por otro lado, sobre la clasificación de la bilis negra, es muy interesante el apunte de Giovan Battista Della Porta,
procedente de su De humana physiognomonia: «la bilis negra es de dos tipos: una se llama natural y la otra se
produce por combustion [adusta]. La natural es la parte más densa y seca de la sangre. La adusta se divide a su vez en
cuatro especies: la primera procede de la combustion de la melancolía natural; la segunda, de la sangre más pura; la
tercera, de la bilis amarilla y la cuarta de la pituita más salada». He tomado la cita de Della Porta de GAMBIN, F.
(2008), n. 21, p. 192.
665
Claro que Huarte no habló de esta dualidad colérico-melancólica, sino que se trata de una interpretación
contemporánea. Mauricio de Iriarte fue el primero en llamar la atención sobre la dualidad colérico-melancólica.
211
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
El Caballero de la triste figura —así lo apoda Sancho y con este nombre don
Quijote firmará la carta de amor a Dulcinea— asume su posición melancólica al intuir
que no está a la altura del personaje ideal.670 La realidad quijotesca no basta para
666
IRIARTE, M. (1933), HALKA (1981). El texto entrecomillado, de Huarte, procede de HUARTE DE SAN JUAN, J.
(2005), p. 449 [Capítulo X].
667
Extraído de GAMBIN, F. (2008), p. 89-90.
668
HUARTE DE SAN JUAN, J. (2005), p. 466 [Capítulo X].
669
Sobre la melancólica memoria de don Quijote, recomiendo leer el excelente capítulo “Melancolía” de Agustín
Redondo, REDONDO, A. (1998), 134-144.
670
Desde una lectura odontológica, Antonio del Valle y Martín Romero sostienen que Sancho apodó a don
Quijote “el caballero de la triste figura” después de que éste fuera apaleado y perdiera varios dientes. El cambio en la
conformación del rostro, secundario a la pérdida dentaria, habría inspirado a Sancho, VALLE DEL, A., y ROMERO, M.
212
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.16. Melancolía y psicoterapia en la época de Cervantes
realizar los deseos. Los últimos capítulos de don Quijote muestran la exaltación de la
penumbra melancólica. Don Quijote renuncia a alcanzar lo que anhela y al hacerlo da
por buena una amarga aceptación de la melancolía. «Todos deseaban, pero a ninguno
se le cumplían sus deseos: condición de la naturaleza humana».671
(2008). Cervantes, hijo de un dentista, bien pudo extraer esta imagen de su bagaje biográfico, VALLE DEL, A., y
ROMERO, M. (2006). Para una revisión sobre las descripciones anatómicas en el Quijote, véase ARRÁEZ-AYBAR,
Luis-Alfonso (2006).
671
CERVANTES, M. (2003c), p. 266-267 [Los trabajos de Persiles y Sigismunda, II, cap. 4].
672
He tomado la cita de Azorín de GARCÍA GIBERT, J. (1997), p. 138.
213
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.17. Los remedios psicoterapéuticos en la sociedad del Quijote
673
No asumamos, sin embargo, una sinonimia entre enfermedad mental y enfermedad de la mente. En este punto,
hago mías las palabras de Bartolomé Llopis: «las enfermedades llamadas mentales (que no son enfermedades de la
mente, como tampoco las enfermedades febriles son enfermedades de la temperatura) provocan una alteración de la
actividad mental», LLOPIS, B. (2003), p. 9.
674
Extraído de GAMBIN, F. (2008), p. 85.
675
Tomado de BARTRA, R. (2001), p. 55.
676
Cita de Pedro Mercado extraída de GAMBIN, F. (2008), p. 104.
677
Véase GAMBIN, F. (2008), p. 110-111.
214
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.17. Los remedios psicoterapéuticos en la sociedad del Quijote
detrás del planteamiento de Santa Cruz, que apunta de lleno hacia el valor curativo de
la palabra. Así, Olivia Sabuco de Nantes (nacida en 1562), en su Coloquio del
conocimiento de sí mismo (1587), proclama que «la amistad y buena conversación es
muy necessaria para la salud del hombre, porque el hombre es animal sociable».678
678
La cita de Sabuco de Nantes ha sido tomada de GAMBIN, F. (2008), n.14, p. 111.
679
BRIGHT, T. (2004), p. 16. Sin embargo, el planteamiento de Bright emana de un somaticismo esencial, que
considera que sólo el cuerpo, pero no el alma, puede corromperse. De este modo, el efecto de las pasiones (cuya sede
sería el corazón) «consiste únicamente en importunar al alma por medio de una nefasta disposición del instrumento
corporal», BRIGHT, T. (2004), p. 39.
680
PESET LLORCA, V. (1964), p. 8.
681
Según Seneca el mejor tratamiento del tedio vital es «mantenerse ocupado en la acción», SÉNECA (2000), p.
334-335 [Diálogos, sobre la tranquilidad del espíritu].
682
BURTON, R. (2006), p. 27.
215
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.17. Los remedios psicoterapéuticos en la sociedad del Quijote
Francisco Vallés sostiene que «el lenguaje no está hecho por la naturaleza, sino
por las costumbres» y, en este sentido, reivindica la acción no natural de la palabra
curativa, en contraposición a la acción natural del ensalmo. «Para Francisco Vallés, la
templanza del alma y la confianza en el médico llegan a través de la palabra, como
dieta y como remedio».684 Pero Vallés rechaza la función curativa, entendida el seno
de la dietética, del ensalmo. «Entre la gente vulgar —expone Vallés—, nada más
aceptado que con ciertas recitaciones (los españoles dicen ensalmos) se curan ciertas
enfermedades o todas».685 En su opinión, la palabra carece de acción médica curativa
por su poder natural; sólo es activa por su significado, es decir, por la costumbre, que
es una acción no natural. De esta manera, Vallés rescata el concepto platónico del
valor psicoterapéutico de la palabra. En su defensa del uso de curativo de la palabra,
Vallés se retrotrae al Cármides de Platón. «Platón, en el Cármides, en persona de
Sócrates, enseña con muchas razones que las enfermedades del alma se curan por
ensalmos, y que suprimidas las enfermedades del alma, resulta mucha salud en el
cuerpo y se quitan el dolor de cabeza y otros muchos males; pues los ensalmos
contienen preclaras razones con las que se da templanza al alma».686
El camino del significado lleva a la Retórica, «pues a este arte corresponde traer,
hablando, el ánimo del oyente donde se quiere, ya se trate de infundir amor, temor o
pudor, ya de levantar el ánimo». En lo que respecta a la segunda función, la fe —que,
en un salto presentista, podríamos equiparar a nuestros contemporáneos sugestión y
efecto placebo—, Vallés escribe que «en ocasiones, los ensalmos aprovechan para
eliminar enfermedades, a causa de la fe del enfermo. Y ciertamente —continúa
Vallés—, así como el temor, la tristeza y el desespero aumentan muchas
enfermedades y perjudican a los enfermos, la confianza y la alegría alivian muchas; y
la imaginación misma, mediante estos movimientos del alma, quita enfermedades o, al
683
BURTON, R. (2006), p. 274.
684
PESET, J.L. (2010), p. 60.
685
PESET LLORCA, V. (1964), p. 9.
686
He tomado la cita de Vallés de PESET LLORCA, V. (1964), p. 12.
216
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.17. Los remedios psicoterapéuticos en la sociedad del Quijote
menos, las disminuye». Francisco Vallés insta a la utilización de «los movimientos del
alma en la curación de las enfermedades».687 La esperanza en la curación está
relacionada, piensa Robert Burton, con el poder de la sugestión, perteneciente al
campo de la facultad imaginativa.688
687
Las citas entrecomilladas, originales de Francisco Vallés, han sido extraídas de PESET LLORCA, V. (1964), p.
13-14.
688
BURTON, R. (2006), p. 129-137.
689
Tomado de REDONDO, A. (1998), p. 130.
690
BRIGHT, T. (2004), p. 16.
691
BURTON, R. (2006), p. 43.
692
desde nuestro siglo XXI, la física espiritual recuerda bastante a la psicoterapia. David Lederer considera que
en la física espiritual se pueden rastrear los orígenes conceptuales de la psiquiatría, LEDERER, D. (2003).
217
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.17. Los remedios psicoterapéuticos en la sociedad del Quijote
Así pues, vemos que el valor curativo de la palabra era bien conocido en la
sociedad renacentista. Jacques Ferrand, en su Melancolía erótica (1623), recuerda
que los sabios consejos «son los remedios del alma enferma» y afirma, citando a
Esquilo, que «para un temple enfermo los únicos médicos son las palabras».695
693
El título original de la obra de Downame es Spiritual physicke to cure the diseases of the soule, arising from
superfluitie of choller, prescribed out of Gods Word. Tomado de GONZÁLEZ DE PABLO, A. (1994), p. 306.
694
Tomado de LEDERER, D. (2003), p. 83.
695
La cita de Jacques Ferrand procede de FERRAND, J. (1996), p. 108. La frase que Océano pronuncia en el
Prometeo encadenado de Esquilo puede encontrarse en ESQUILO (2000b), p. 286 [Prometeo encadenado, 377-378].
696
La cita de Fray Luis de León procede de la Exposición del Libro de Job [6: 4]. La obra de Luis de León puede
consultarse en http://www.cervantesvirtual.com/. Sobre el tema, véase BARTRA, R. (2001), p. 81-82.
218
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.17. Los remedios psicoterapéuticos en la sociedad del Quijote
en 1620 una pieza teatral titulada Los locos de Valencia en la que se afirma: «Tiene
Valencia un hospital famoso, / adonde los frenéticos se curan / con gran limpieza y
celo cuidadoso».697
697
VEGA, L. (2003), p. 114 [Los locos de Valencia, Acto primero, 115-117].
698
La cita de Teresa de Jesús, del Libro de las fundaciones, ha sido extríada de BARTRA, R. (2001), p. 76-77.
699
BURTON, R. (2006), p. 27.
700
HUARTE DE SAN JUAN, J. (2005), p. 308-323 [Capítulo IV]. Sobre este intrincado y apasionante debate,
puede consultarse el artículo Las maravillosas facultades de los melancólicos (un tema de Psiquiatría renacentista)
219
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.17. Los remedios psicoterapéuticos en la sociedad del Quijote
cuestión suscitó enorme interés en los grupos médicos. Como ejemplo de ello, la
publicación en 1606, a cargo del médico Alonso de Freylas de un texto titulado Si los
melancólicos pueden saber lo que está por venir, o adivinar el suceso bueno o malo
de lo futuro, con la fuerza de su ingenio, o soñando.701 Este interés no fue exclusivo de
la medicina, sino que interesó amplios sectores de la sociedad.
de Vicente Peset, PESET LLORCA, V. (1955). Roger Bartra ofrece un excelente resumen sobre el tema en BARTRA, R.
(2001), p. 49-63.
701
Roger Bartra comenta este texto en BARTRA, R. (2001), p. 60.
702
EHRENWALD, J. (1976), p. 108.
703
Jan Ehrenwald dedica unas páginas de su History of Psychotherapy a la acción psicoterapeútica del polvo de
la simpatía, EHRENWALD, J. (1976), p. 46-47.
704
La composición del polvo de simpatía está sujeta a controversia. Algunos autores, como Harvey Graham
(Historia de la cirugía, 1939), aseguran que el polvo de simpatía contenía partículas de momia, gusanos de tierra,
polvos de piedra imán, sesos de cerdo y musgo formado en el cráneo de un ajusticiado (ya fuera muerto o ahorcado)
cogido bajo el signo del planeta Venus.
705
Thomas Joseph Pettigrew (1791–1865), famoso por sus estudios sobre momias egipcias, publicó en Inglaterra,
en 1843, un interesantísimo estudio sobre las Supersticiones conectadas con la historia y la práctica de la medicina y
la cirugía (Superstitions Connected with the History and Practice of Medicine and Surgery). En esta obra incluye un
capítulo, titulado Sympathetical cures, dedicado al polvo de simpatía y a su poder curativo. El libro está disponible,
con acceso gratuito, en http://books.google.com.
706
Sobre el polvo simpático, la medicina magnética y la plausibilidad científica de unas ideas que hoy pudieran
suscitar la sonrisa, véase La Medicina Magnética. Del ungüento armario al polvo simpático de Kenelm Digby de
220
1. INTRODUCCIÓN - 1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia
1.2.17. Los remedios psicoterapéuticos en la sociedad del Quijote
Así pues, tanto en la física espiritual como en las propias relaciones sociales, la
palabra, las relaciones interpersonales y los usos higiénicos adquirieron un importante
valor psicoterapéutico en el mapa cultural de la sociedad renacentista
221
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
707
«Hacer una biografía de Cervantes. Esto se ha hecho muchas veces, quizá demasiadas —escribe Julián
Marías—, pero a última hora hay que confesar que sabemos poco de Cervantes», MARÍAS, J. (1990), p. 9. Andrés
Trapiello resume así el estado de la cuestión: «Sabemos más de la intimidad de don Quijote que de la de su autor.
Cervantes tiene, creo yo, tantas vidas como las que de él circulan, y se cuentan por cientos», TRAPIELLO, A. (2005),
p. 18.
708
MARÍAS, J. (1990), p. 10 y 12.
709
MAYANS Y SISCAR, G. (1972).
710
Entre las biografías de Cervantes merece la pena consignar, por interés del lector, las siguientes: la Vida de
Miguel de Cervantes Saavedra de Juan Antonio Pellicer y Saforcada (Madrid, 1800), la Vida de Miguel de Cervantes
Saavedra escrita e ilustrada con varias noticias y documentos inéditos pertenecientes a la historia y literatura de su
tiempo de Martín Fernández de Navarrete (Madrid, 1819), FERNÁNDEZ DE NAVARRETE, M. (2005), los Documentos
222
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
Este que véis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y
desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada;
las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro, los bigotes
grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene
sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen
correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre dos extremos, ni
grande, ni pequeño, la color viva, antes blanca que morena; algo cargado de
espaldas y no muy ligero de pies; éste digo que es el rostro del autor de La
Galatea y de Don Quijote de la Mancha, y del que hizo el Viaje de Parnaso, a
imitación del de César Caporal Perusino, y otras obras que andan por ahí
descarriadas, y, quizá, sin el nombre de su dueño. Llámase comúnmente
Miguel de Cervantes Saavedra. Fue soldado muchos años, y cinco y medio
cautivo, donde aprendió a tener paciencia en las adversidades. Perdió en la
batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo; herida que,
aunque parece fea, él la tiene por hermosa por haberla cobrado en la más
memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los
cervantinos hasta ahora inéditos de Cristóbal Pérez Pastor (Madrid, 1897), PÉREZ PASTOR, C. (2006), la
Información de Miguel de Cervantes de lo que ha servido a S.M. y de lo que ha hecho estando captivo en Argel de
Pedro Torres Lanzas (Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 3ª serie, 1905, p. 345-397), los Nuevos documentos
cervantinos de Francisco Rodríguez Marín (Madrid, 1914), la biografía Miguel de Cervantes Saavedra. Reseña
documentada de su vida de James Fitzmaurice Kelly (Oxford, 1917), la biografía El ingenioso hidalgo Miguel de
Cervantes Saavedra de Francisco Navarro y Ledesma, NAVARRO Y LEDESMA, F. (1999), y la Vida ejemplar y heroica
de Miguel de Cervantes Saavedra de Luis Astrana Marín, ASTRANA MARÍN, L. (1948-1958). En los últimos años han
aparecido muchos, casi innumerables, trabajos sobre la vida del escritor alcalaíno. Entre otros, destaco la Biografía de
Miguel de Cervantes: estado de la cuestión de Víctor Eduardo Munguía (Tesis doctoral), MUNGUÍA GARCÍA, V. E.
(1995); el ensayo En torno a Cervantes de Guillermo Díaz Plaja, DÍAZ-PLAJA, G. (1977), la Vida de Cervantes de
Antonio Rey Hazas y Florencio Sevilla, REY HAZAS, A. y SEVILLA, F. (1995), el Cervantes de Jean Canavaggio,
CANAVAGGIO, J. (2004a) y Las vidas de Miguel de Cervantes de Andrés Trapiello, TRAPIELLO, A. (2005).
711
CERVANTES, M. (2005b), p. 52 [Prólogo al lector, Novelas ejemplares].
712
CERVANTES, M. (2005b), p. 50 [Prólogo al lector, Novelas ejemplares]. Juan de Jáuregui era un conocido
pintor y poeta sevillano (1543-1641), SIEBER, H. (2005b), p. 50, n. 9.
223
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
venideros, militando debajo de las vencedoras banderas del hijo del rayo de la
713
guerra, Carlo Quinto, de felice memoria.
FIGURA 18
Retrato de Miguel de
Cervantes, atribuido a
Juan de Jáuregui.
Real Academia Española,
Madrid.
713
CERVANTES, M. (2005b), p. 51 [Prólogo al lector, Novelas ejemplares].
714
RIQUER, M. D. (2003), p. 97, SIEBER, H. (2005b), p. 50, n. 9.
715
CANAVAGGIO, J. (2007), p. 21, EISENBERG, D. (2000). Sobre este asunto, Harry Sieber cita el siguiente texto
de Lafuente Ferrari, perteneciente a La novela ejemplar de los retratos de Cervantes (Madrid, 1948), «Llegamos,
pues, a la desconsoladora conclusión de que nada nos autoriza, hoy por hoy, a creer que conocemos por vía fidedigna
en documento visual alguno la apariencia física de Cervantes», SIEBER, H. (2005b), p. 50, n. 9.
224
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
716
No fue hasta mediados del siglo XX cuando se concedió a Alcalá el título de patria de Cervantes. Hasta
entonces, la población de origen de Cervantes había sido fuente de largas disputas, entre apasionados dimes y diretes.
Esquivias, Alcázar de San Juan, Consuegra, Sevilla, Lucena, Madridejos, Herencia, Madrid, Toledo, Galicia y Alcalá
de Henares han sido algunos de los lugares propuestos como cuna de Cervantes. De hecho, Mayans y Siscar, en la
primera biografía publicada de Cervantes, en 1737, situó el nacimiento del escritor en Madrid, MAYANS Y SISCAR, G.
(1972), n. 7. Sobre este tema, véase TRAPIELLO, A. (2005), p. 25. Sobre el presunto origen gallego del escritor, tesis
propuesta por el fraile benedictino Martín Sarmiento en el siglo XVIII, véase CORCÉS PANDO, V. (2013), p. 23.
717
CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 44. Se desconoce la fecha de nacimiento de Cervantes, aunque parece
probable que naciera el 29 de septiembre, día de San Miguel, MUNGUÍA GARCÍA, V. E. (1995), p. 3. No obstante, no
hay consenso sobre esta cuestión; así, Jean Canavaggio sitúa, aunque con dudas razonables, la fecha de nacimiento en
la primera semana de octubre de 1547, «vistas las costumbres de una época en que la mortalidad infantil,
particularmente elevada, imponía no diferir el bautismo de los recién nacidos», CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 44.
718
CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 51-78, RIQUER, M. D. (2003), p. 35, TRAPIELLO, A. (2005), p. 30.
719
En el siglo XVI quienes se dedicaban al “arte de curar” estaban separados en tres categorías: los médicos
(educados en las facultades de medicina), los cirujanos-físicos (pertenecientes a la cofradía de San Cosme y
educados, en algunos casos, en la universidad) y los cirujanos-barberos. Los cirujanos-barberos eran, de estos grupos,
los últimos en categoría y estima social, RAÍCES, R. (1974). El oficio de cirujano-barbero ha sido considerado un
precursor histórico del de dentista. Sobre este tema y su relación con el oficio de Rodrigo de Cervantes, véase DEL
VALLE, A. y ROMERO, M. (2006).
720
Juan de Cervantes fue encarcelado en 1531 en la cárcel de Valladolid. Curiosamente, su hijo Rodrigo y su
nieto Miguel fueron encarcelados en esta misma prisión en 1552-53 y 1605, respectivamente.
721
Sobre el supuesto abandono de Juan de Cervantes a su mujer y a su hijo, y la influencia de este
acontecimientyo en la obra del escritor, véase LICHTENBERG, J.D. (2006).
722
«La vida de don Juan de Cervantes parece sacada de una de las novelas del nieto», escribe Trapiello,
TRAPIELLO, A. (2005), p. 27.
225
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
En Valladolid Miguel estudió sus primeras letras.725 La ciudad del Pisuerga, sin
embargo, no fue amable con la familia. Rodrigo de Cervantes, acusado de una deuda
impagada, fue encarcelado durante ocho meses. En 1553, tras la puesta en libertad de
Rodrigo, la familia abandonó Valladolid y se dirigió a Alcalá de Henares y, desde allí, a
Córdoba.
Aquí las cosas fueron mejor que en Valladolid. Rodrigo trabajó como cirujano y
la situación familiar prosperó. El año de la muerte del abuelo de Cervantes, 1556, se
produjo un cambio político de capital importancia en la historia de España: el
emperador Carlos abdicó en su hijo Felipe y se retiró al monasterio de Yuste, donde
moriría dos años más tarde. Desde 1556, y hasta 1598, Felipe II dirigió los destinos de
España y decidió los de medio mundo. El mismo año de la muerte del emperador
723
Sobre por qué Cervantes fue bautizado con el nombre de Miguel, SANTANA SANJURJO, V. (1998), p. 2-3.
724
Las vidas errabundas y los oficios inciertos del abuelo (Juan), el padre (Rodrigo) y el hijo (Miguel), han
llevado a proponer un pasado converso en la familia Cervantes. Sobre el posible origen converso de Cervantes,
véanse las tesis favorables de Américo Castro, CASTRO, A. (2002), y las contrarias de Julián Marías, MARÍAS, J.
(1990) y Martín de Riquer, RIQUER, M. D. (2003).
725
Según RIQUER, M. D. (2003), p. 36.
226
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
Carlos, 1558, falleció también María Tudor, reina de Inglaterra y esposa de Felipe II.
Tras la muerte de la Tudor, el trono inglés pasó a manos de Isabel I, iniciándose una
etapa de dura enemistad entre España e Inglaterra.
La pista de la familia Cervantes se pierde desde 1557 hasta 1564, año en el que
Rodrigo de Cervantes reaparece instalado en Sevilla, como regente de unas casas de
alquiler. ¿Qué sucedió entre 1557 y 1564? Es decir, ¿qué fue de Miguel de Cervantes
entre los 10 y los 17 años? Asumamos, como se ha hecho en la mayoría de las
biografías, que Miguel viajó a Sevilla y vivió allí su adolescencia y sus primeros años
de juventud.
Sevilla era, a finales del siglo XVI, la ciudad más importante de España. Con una
población de unas ochenta mil personas, y un continuo ir y venir de viajeros,
comerciantes, esclavos, y hombres y mujeres de toda condición, Sevilla era «la gran
Babilonia de España; centro de contratación universal; meta de aventureros; paraíso
de pícaros; lonja de busconas; sueño de ganapanes y poetas; Capua de soldados, y
sede de gariteros, comediantes y tahúres».726
726
Este retrato de la Sevilla de finales del XVI ha sido tomado de ESCRIVÁ, V. (1948), p. 27. Juan Eslava Galán
ofrece una divertida y fresca recreación de la Sevilla que conoció Cervantes en ESLAVA GALÁN, J. (2005).
727
Las pruebas sobre la educación de Cervantes en el colegio de los Jesuitas de Sevilla no son, sin embargo,
concluyentes. Véase CANAVAGGIO, J. (2007), p. 14-15.
728
Lope de Rueda regresó a Sevilla en 1564, donde quizá el joven Miguel de Cervantes tuvo la oportunidad de
conocerlo en persona. Muchos años más tarde, en 1615, escribiría Cervantes «Tratóse también de quién fue el
primero que en España las sacó de mantillas [se refiere a las comedias], y las puso en toldo y vistió de gala y
apariencia; yo, como el más viejo que allí estaba, dije que me acordaba de haber visto representar al gran Lope de
Rueda, varón insigne en la representación y en el entendimiento. [...] Fue admirable en la poesía pastoril, y en este
modo, ni entonces ni después acá ninguno le ha llevado ventaja», CERVANTES, M. (2005c), p. 7-8 [Ocho comedias y
ocho entremeses nuevos nunca representados].
729
Miguel de Cervantes fue un entusiasta admirador de Teresa de Jesús. No es improbable que, por mediación de
su hermana Luisa, Miguel hubiera tratado con ella en alguna ocasión. El destino de sus hermanas Andrea y
Magdalena terminaría, tras itinerarios bien distintos al de Luisa, también en vida conventual.
227
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
En 1566 el rey Felipe II emitió un decreto por el que los moriscos del reino de
Granada tuvieron que abandonar su lengua, renunciar a sus costumbres y renegar de
sus ritos religiosos. Los moriscos sufrieron una fuerte presión económica, con la
obligación de pagar elevados impuestos y ceder sus posesiones a cambio de eximias
compensaciones. La noche del día de Navidad de 1568, una facción de la comunidad
morisca se levantó en armas e intentó apoderarse de la ciudad de Granada. Comenzó
así la rebelión morisca de Las Alpujarras, verdadera guerra civil, que finalizaría en
730
MARÍAS, J. (1990), p. 36. Miguel Delibes relata los acontecimientos que precedieron y rodearon los autos de
fe de Valladolid en su extraordinaria novela El hereje, DELIBES, M. (2001). La celebración de estos autos de fe
coincidió con la publicación, en 1559, de la primera edición del Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum,
índice de libros prohibidos, considerados peligrosos para la fe por la Iglesia Católica.
731
La reina Isabel I de Inglaterra emitió en 1580 una orden muy similar, por la que prohibía a los ingleses
estudiar en universidades extranjeras.
732
Los dos textos entrecomillados proceden de MARÍAS, J. (1990), p. 25.
228
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
1571 con la derrota de los moriscos y la orden de expulsión de todos los moriscos del
reino de Granada. Don Juan de Austria fue el encargado de dirigir las fuerzas reales
de Felipe II contra los moriscos. Este episodio dio comienzo a un período de hostilidad
política y social contra la comunidad morisca que devino en la promulgación del
decreto de expulsión definitiva de todos los moriscos de España en 1609, firmado por
Felipe III.733
733
Sobre la expulsión de los moriscos, pueden consultarse, entre otras obras, CARO BAROJA, J. (1976), LEA,
H.C. (2001) o BARRIOS AGUILERA, M. (2002).
734
Quizá Cervantes recreó su marcha de Madrid cuando escribió, años después, estos versos incluidos en el Viaje
del Parnaso: «Adiós, dije a la humilde choza mía; / adiós, Madrid; adiós tu Prado, y fuentes / que manan néctar,
llueven ambrosía. [...] / Adiós, hambre sotil de algún hidalgo, / que por no verme ante tus puertas muerto, / hoy de mi
patria y de mí mismo salgo», CERVANTES, M. (2003d), p. 1011 [Viaje del Parnaso, I].
735
Esta información fue aportada por primera vez en 1863 por Jerónimo Morán en su Vida de Cervantes. El texto
completo de la orden de apresamiento puede leerse en SLIWA, K. (2005), P. 350-351.
736
Algunos autores han insinuado que Miguel de Cervantes actuó en defensa de la reputación de su hermana,
LICHTENBERG, J.D. (2006), p. 2.
229
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
mano derecha y al destierro, huyó primero a Sevilla y desde allí a Valencia, Barcelona
y, finalmente, Roma.737
737
No sabemos si el «Miguel de Cervantes» perseguido por la justicia es nuestro escritor. Y, aunque así fuera, no
sabríamos si Cervantes se marchó de España por ésta o por otra razón. Durante muchos años la explicación de la
marcha a Roma descansaba sobre un supuesto encuentro entre Giulio Acquaviva y Cervantes en Madrid en 1568.
Acquaviva habría viajado a Madrid para estar presente en los funerales de la reina Isabel, y aquí habría tenido noticia
de Miguel, acaso por Mateo Vázquez, antiguo compañero de escuela de Cervantes. Agradado por el joven Cervantes,
Acquaviva le habría ofrecido un puesto en su comitiva, y, así, habría partido a Italia. Proponen esta versión, entre
otros, ESCRIVÁ, V. (1948) y MARÍAS, J. (1990). Sin embargo, no por más piadosa ha de merecer más credibilidad
esta versión.
738
MARÍAS, J. (1990), p. 74. El verso de Cervantes Tú mismo te has forjado tu ventura procede del capítulo
cuarto del Viaje del Parnaso, CERVANTES, M. (2003d), p. 1025 [Viaje del Parnaso, IV]. Este aspecto de la vida de
Cervantes merece una breve digresión en el relato. Vasco Díaz Tanco publicó, en 1552, un libro titulado Los seys
aventureros de España, y cómo el uno va a las Indias, y el otro a Italia, y el otro a Flandes, y el otro está preso, y el
otro anda entre pleitos, y el otro entra en religión. E cómo en España no hay más gentes destas seis personas
sobredichas. He tomado la información sobre el autor, año de publicación y título de este libro de TRAPIELLO, A.
(2005), p. 49. Miguel no fue a las Indias, pero sí solicitó un puesto en América en dos ocasiones; estuvo casi siete
años en Italia; no fue a Flandes, pero sí lo hizo su hermano Rodrigo; estuvo tres veces preso; anduvo entre pleitos; y,
al final de su vida, profesó en la Orden Tercera de San Francisco.
739
Véase RIQUER, M. D. (2003), p. 40.
740
Sobre el alistamiento militar de Cervantes, véase CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 89-94.
741
CERVANTES, M. (2005b), p. 51 [Prólogo al lector, Novelas Ejemplares].
230
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
FIGURA 19
Fresco de la batalla de Lepanto,
de Fernando Bertelli.
Museo Histórico Naval de
Venecia.
231
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
de Lepanto. El ejército turco, liderado por Alí Bajá, contaba con doscientas cincuenta
galeras y unos noventa mil hombres. A mediodía, un intercambio de cañonazos
anunció el comienzo de una batalla «tan sangrienta y horrible que se hubiera dicho
que el mar y el fuego no eran sino uno».744
Las descripciones de la batalla evocan una lucha feroz, con combates cuerpo a
cuerpo, bajo el fuego de los cañones y los arcabuces, en una sucesión de abordajes y
naufragios sin tregua.745 La batalla se cobró más de 34.000 vidas, unas 9.000 en el
bando aliado —incluidas las de 40 soldados de La Marquesa— y 25.000 en el turco.746
Finalmente, a las cuatro de la tarde de ese domingo, día de San Marcos, la victoria de
la Liga Santa era cosa hecha.
744
Según un testigo presencial. Citado por Jean canavaggio, CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 99.
745
El historiador naval José Ramón Cumplido Muñoz imagina así la contienda: «Hubo en el mar tantos muertos y
despojos que las naves parecían haber encallado entre cadáveres», CUMPLIDO MUÑOZ, J.R. (2007). Sobre la batalla
de Lepanto, véanse, entre otros, CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 94-102, CUMPLIDO MUÑOZ, J.R. (2007), ESLAVA
GALÁN, J. (1994), GONZÁLEZ-ALLER HIERRO, J.I. (1998), p. 41-45, o JANER, F. (1861), p. 82-83.
746
Las cifras proceden de CUMPLIDO MUÑOZ, J. R. (2007).
747
Gabriel de Castañeda, alférez de la compañía de Urbina y compañero de armas de Cervantes, declaró, unos
años después, que el día de la batalla de Lepanto: «El dicho Miguel de Cervantes estaba malo con calentura, y este
testigo vio que su capitán [don Diego de Urbina] y otros amigos suyos le dijeron que, pues estaba malo, no pelease y
se retirase y bajase debajo de cubierta de la dicha galera [La Marquesa], porque no estaba para pelear; y entonces vio
este testigo que el dicho Miguel de Cervantes respondió al dicho capitán y a los demás, que le habían dicho lo
susodicho, muy enojado, “señores, en todas las ocasiones que hasta hoy en día se han ofrecido de guerra a Su
Majestad, y se me ha mandado, he servido muy bien, como buen soldado; y ansí, agora no haré menos, aunque esté
enfermo y con calentura; más vale pelear en servicio de Dios y de Su Majestad, y morir por ellos, que no bajarme so
cubierta». El texto procede de la declaración del alférez, compañero de armas de Cervantes en Lepanto. He tomado el
fragmento de RIQUER, M.D. (2003), p. 44-45, aunque el texto completo puede leerse en SLIWA, K. (2005), p. 417-
418.
748
Sobre esta decisión de Cervantes, véase «La opción de Lepanto» de Rosa Rossi, en ROSSI, R. (2000), p. 19-24.
749
«Que si ahora me propusieran y facilitaran un imposible, quisiera antes haberme hallado en aquella facción
prodigiosa que sano ahora de mis heridas sin haberme hallado en ella. Las que el soldado muestra en el rostro y en los
232
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
La victoria en Lepanto fue vivida como la última gran cruzada cristiana contra el
Islam. La realización de un tema común en los libros españoles de caballería: la
defensa de Constantinopla y la derrota del Turco.750 La conquista, en definitiva, del
sueño de los antiguos héroes. Sin embargo, el resultado de la batalla no cambió
demasiado el rumbo de los acontecimientos. El Papa Pío V falleció en mayo de 1572.
Pronto, los venecianos decidieron pactar la paz con los turcos, a fin de facilitar sus
actividades comerciales. A pesar de este pacto, la contienda española contra los
turcos continuó unos años más. Las tropas de Don Juan de Austria tomaron Túnez en
1573, aunque un año más tarde la plaza cayó de nuevo en manos turcas. Túnez y La
Goleta no pudieron ser defendidas contra una escuadra turca aún mayor que la
reunida en Lepanto. El Sultán ensalzó aquella victoria por todo el Islam como su
triunfo definitivo y, a partir de aquel momento, la guerra en Europa y en el Atlántico
recabó más atención por parte de Felipe II, por lo que el norte de África cayó poco a
poco en el olvido. A la postre, la batalla de Lepanto cerró el capítulo de la guerra naval
en el Mediterráneo.
pechos, estrellas son que guían a los demás al cielo de la honra, y al de desear la justa alabanza», escribe Cervantes
en el prólogo a la segunda parte del Quijote, DQ, II, prólogo, p. 673-674.
750
El tema de la defensa de Constantinopla y la derrota de los turcos en los libros de caballería, y su relación con
la victoria de la batalla de Lepanto, es desarrollado por RIQUER, M.D. (2003), p. 44-49.
751
El Cautivo recita dos sonetos –«Almas dichosas, que del mortal velo» y «De entre esta tierra estéril,
derribada»– que recuerdan la pérdida de La Goleta; véase DQ, I, cap. 40, p. 503-504.
233
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
Desconocemos qué lugares frecuentó durante este tiempo de vida en Italia, qué
amigos tuvo, qué amores conoció y por qué, después de varios años de aventuras,
decidió embarcarse, en septiembre de 1575, con su hermano Rodrigo, en una galera
de regreso a España. Por su parte, durante este tiempo la familia de Cervantes
continuó su vida en Madrid. El padre, Rodrigo de Cervantes, se dedicó a los negocios,
mientras que Andrea y su hija Constanza se independizaron del hogar familiar y se
establecieron por su cuenta.
752
MARÍAS, J. (1990), p. 76. Sobre la huella que Italia dejó en Cervantes, véase CANAVAGGIO, J. (2004a), p.
110-115.
753
El texto entrecomillado procede de CERVANTES, M. (1986b), p. 45 [El licenciado Vidriera, Novelas
Ejemplares].
754
Víctor Eduardo Mungía escribe, en su biografía de Cervantes, «De unas palabras alusivas de Lauso, uno de los
pastores de La Galatea (véase CERVANTES, M. (2003b), p. 106 [La Galatea, IV]), tras quien se ocultaría el escritor,
se ha deducido la traición de una misteriosa Silena [...]. Se ha llegado a suponer que de esa relación habría nacido un
niño, el mismo que Miguel ve aparecer en sueño, en el Viaje de Parnaso (véase CERVANTES, M. (2003d), p. 1046
[Viaje del Parnaso, VIII]), y al que reencuentra emocionado», MUNGUÍA GARCÍA, V. E. (1995), p. 74-75.
755
CERVANTES, M. (1986b), p. 50 [El licenciado Vidriera, Novelas Ejemplares].
756
La declaración de Gabriel de Castañeda, realizada a petición de Rodrigo de Cervantes, padre de Miguel,
cuando éste estaba preso en Argel, puede leerse en SLIWA, K. (2005), p. 418.
234
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
hasta el año 1580, cinco después de su partida de Nápoles. La galera Sol fue
apresada frente a las costas catalanas por unos corsarios berberiscos, liderados por
Arnaute Mamí. Tras una breve escaramuza, en la que perdieron la vida el capitán de
la galera y algunos marineros, los supervivientes fueron hechos prisioneros y
trasladados a Argel.
¿Qué sintió Cervantes cuando divisó las torres de Argel? Tal vez lo mismo que
Saavedra, el personaje de El trato de Argel:757
757
El trato de Argel es, tal vez, la primera pieza teatral de Cervantes. Al menos, es la primera de las que se
conservan. La obra, escrita poco después de su liberación del cautiverio en Argel, expone varios aspectos de la
experiencia de Cervantes en la ciudad africana. Sobre el tema, véase CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 178-186; SEVILLA
ARROYO, F. y REY HAZAS, A. (2005), p. 43-44. Utilizo el nombre de El trato de Argel, en vez de Los tratos de Argel,
ya que con este título se conoce la obra. Sin embargo, en la Adjunta al Parnaso y en el prólogo a las Ocho comedias y
ocho entremeses, Cervantes habló de Los tratos de Argel, CERVANTES, M. (2003d), p. 1050 [Viaje del Parnaso,
Adjunta la Parnaso], y CERVANTES, M. (2005c), p. 9 [Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca
representados, prólogo], respectivamente.
758
CERVANTES, M. (2005d), p. 856 [El trato de Argel]. Jean Canavaggio considera que Saavedra, personaje de
El trato de Argel, es un «verdadero alter ego del autor», CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 181.
235
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
Fray Jorge de Olivar, fray Jorge de Ongay y fray Jerónimo Antich, frailes de la
Merced, llegaron a Argel en abril de 1577, pero no disponían de suficiente dinero para
pagar el alto rescate que Dalí Mamí pedía por Miguel. Informado de esto, Miguel tomó
una decisión honrosa y heroica. Renunció a su derecho de primogenitura, y convenció
a los religiosos para que rescatasen a su hermano Rodrigo. Finalmente, el 24 de
agosto de 1577, los frailes consiguieron la liberación de Rodrigo de Cervantes. De
regreso en España, Rodrigo organizó sin tardanza una expedición de rescate para
liberar a su hermano. El intento resultó fallido. Pero ello no desalentó a Cervantes.
«Jamás me desamparó —dirá el Cautivo en el Quijote— la esperanza de tener
libertad» [DQ, I, cap. 40, p. 506]. La libertad, valor que guió el destino de Cervantes y
marcó profundamente su obra, «es uno de los más preciosos dones que a los
hombres dieron los cielos —dirá, años después, don Quijote a Sancho—; con ella no
pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad,
así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el
cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres» [DQ, II, cap. 58, p. 1195].
«No hay en la tierra, conforme mi parecer —afirmará, por su parte, el Cautivo—
contento que se iguale a alcanzar la libertad perdida» [DQ, I, cap. 39, p. 503].
759
Los sonetos —«Oh cuán claras señales habéis dado» y «Si ansí como de nuestro mal se canta»—pueden leerse
en CERVANTES, M. (2003a), p. 1076-1077 [Poesías sueltas].
760
CANAVAGGIO, J. (2004c), p. 285. El documento completo puede leerse en SLIWA, K. (2005), p. 12-14.
236
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
cien ducados a la causa. Entretanto, Miguel de Cervantes «se ocupaba muchas veces
en componer versos en alabanza de Nuestro Señor y de su bendita Madre y del
Santísimo Sacramento y otras cosas santas y devotas, algunas de las cuales
comunicó particularmente conmigo y me las envió que las viese».761
761
El texto procede de la Topografía e historia general de Argel, obra firmada por fray Diego de Haedo que
describe la vida de los cautivos en Argel y que incluye algunas anécdotas de la vida de Cervantes en Argel. He
copiado este fragmento de CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 142. La autoría de la Topografía e historia general de Argel
ha dado lugar a una jugosa polémica. Los estudiosos coinciden en reconocer que fray Diego de Haedo no fue su
autor. Luis Astrana Marín y otros cervantistas atribuyen la obra a Antonio de Sosa, sacerdote benedictino cautivo con
Cervantes en Argel, y amigo suyo. Por el contrario, Daniel Eisenberg aventura otra autoría para la Topografía: el
mismo Miguel de Cervantes. La hipótesis de Eisenberg puede leerse en EISENBERG, D. (1996).
762
Véanse, entre otros, CAMPOS, J. (1959), p. 29-31, ESCRIVÁ, V. (1948), p. 87-130.
763
Agi Morato fue el nombre que Cervantes eligió para el padre de la bella Zoraida en el relato de Cautivo,
incluido en la primera parte del Quijote, DQ, I, cap. 39-41, p. 493-539. El trabajo de investigación Cervantes y la
Berbería. Cervantes, mundo turco-berberisco y servicios secretos en la época de Felipe II amplía este tema, SOLA, E.
y DE LA PEÑA, J. F. (1996). Sobre Agi Morato y su relación con Cervantes, véase CANAVAGGIO, J. (2000).
764
«Hasán Bajá, rey de Argel, se indignó mucho contra el dicho Miguel de Cervantes viendo que le quería llevar
á sus caballeros; y así le mandó dar dos mil palos y echallo de entre sus cristianos, y si no le dieron, fue porque hubo
buenos terceros». Este texto procede de la declaración de Alonso Aragonés, uno de los testigos de la Información
que, a petición del propio Cervantes, se recabó en Argel en 1580 sobre la vida del escritor, SLIWA, K. (2005), p. 467.
Recogen esta idea, entre otros, CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 136-137, y TRAPIELLO, A. (2005), p. 96.
765
SÁNCHEZ, A. (1997), p. 17.
766
MEDINA, A. (2005).
767
Rosa Rossi defiende la homosexualidad de Cervantes en El desafío de Argel, ROSSI, R. (2000), p. 30. La
posible homosexualidad de Cervantes había sido comentada anteriormente por Louis Combet en COMBET, L. (1980).
237
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
Durante estos meses de cautiverio, Cervantes mantuvo una lenta y escasa, pero
continua, producción poética.768
Así las cosas, Miguel de Cervantes acudió al Consejo de Castilla para solicitar
un puesto en la corte que recompensara sus servicios militares. Como esta demanda
no fue satisfecha, decidió entonces llamar a las puertas de Mateo Vázquez, su antiguo
768
En noviembre de 1579, dedicó unas octavas a un compañero de cautiverio, Antonio Veneziano. Las octavas,
que comienzan con los versos «Si el lazo, el fuego, el dardo, el puro yelo / que obtiene, abraza, hiela y pone fría el
alma vuestra», pueden leerse en la página web del Centro de Estudios Cervantinos de la Universidad de Alcalá de
Henares, http://cervantes.uah.es/poesia/sueltas2.htm#Si%20el%20lazo.
769
Sobre la vida de Cervantes durante el período de cautiverio en Argel, véanse ABI-AYAD, A. (1998), ARRABAL,
F. (1996), GARCÉS, M.A. (2005), SÁNCHEZ, A. (1997).
238
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
compañero y ahora secretario del rey.770 Felipe II trataba por esas fechas de garantizar
por las armas su derecho al trono portugués. Don Sebastián, rey de Portugal, había
muerto en 1578. Su sucesor, el cardenal don Henrique, murió en enero de 1580,
designando heredero a Felipe II. Sin embargo, en Portugal muchos no estaban de
acuerdo con esta medida que, a la postre, implicaba la pérdida de soberanía
portuguesa y su subordinación de facto a la corona española. El bajo clero y gran
parte del pueblo, contrarios a que Felipe II ocupase el trono portugués, proclamaron a
don Antonio, prior de Crato, nuevo rey de Portugal. Felipe II decidió intervenir con el
ejército y, bajo el mando del duque de Alba, reunió un poderoso ejército que, en poco
tiempo, derrotó a las fuerzas de don Antonio. Tras la victoria, Felipe II convocó en
Tomar, ciudad situada en el centro de Portugal, a las Cortes portuguesas para prestar
juramento ante ellas como rey.
770
Mateo Vázquez ocupaba desde 1573 un puesto en la Corte, al servicio de Felipe II. Pronto Vázquez tomó
partido por posiciones cercanas a la Inquisición y la defensa de los estatutos de limpieza de sangre. Desde esta
postura, se situó como enemigo de Antonio Pérez, secretario del rey y amante de la duquesa de Éboli. Cuando
Antonio Pérez dio muestras de actuar en su propio beneficio y promovió, con el consentimiento del rey, el asesinato
en 1578 de Juan Escobedo, secretario de don Juan de Austria, Mateo Vázquez denunció las maniobras de Pérez y
contribuyó a su caída. Por tanto, Mateo Vázquez gozaba en 1580 de una posición importante.
771
En opinión de Luis Astrana Marín, Cervantes comenzó la redacción de La Galatea, así como la de El trato de
Argel, durante su cautiverio en Argel. He tomado esta información de MUNGUÍA GARCÍA, V. E. (1995), p. 92.
239
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
FIGURA 20
772
Hace poco más de medio siglo se encontró, en el Archivo General de Simancas, una copia manuscrita de la
carta que Cervantes envió a Antonio de Eraso. La carta dice así: «Ilustre señor: El Secretario Valmaseda ha mostrado
conmigo lo que yo de la que vuestra merced me había de hacer esperaba, pero ni mi solicitud ni mi diligencia pueden
contrastar a mi poca dicha la que he tenido en mi negocio es que el oficio que pedía no se provee por Su Majestad y
ansí es forzoso que aguarde a la carabela de aviso por ver si trae alguno de alguna vacante que todas las que acá
habían están ya proveídas según me ha dicho el señor Valmaseda que con muchas veras sé que ha deseado saber algo
que yo pudiese pedir. De este buen deseo suplico a vuestra merced dé el agradecimiento en las suyas que merece sólo
porque entienda que no soy yo desagradecido. En este ínterin me entretengo en criar a Galatea que es el libro que dije
a vuestra merced estaba componiendo. En estando algo crecida irá a besar a vuestra merced las manos y a recibir la
corrección y enmienda que yo no le habré sabido dar», SLIWA, K. (2005), p. 550.
773
No sabemos qué significaban las Indias para Cervantes. Lo cierto es que en el Quijote se las menciona como
un lugar de aventuras y oportunidades. Sobre el tema, véase LAMAR PRIETO, C. (2007).
774
La Diana de Jorge de Montemayor, publicada en Valencia en 1559, fue salvada del fuego por el cura en el
escrutinio de la biblioteca de don Quijote, DQ, I, cap. 6, p. 92. El éxito de La Diana fue enorme; entre su publicación
en 1559 y 1600 aparecieron veintiséis ediciones, sin contar versiones e imitaciones.
240
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
Una vez concluida La Galatea, compuso varias obras de teatro. Cervantes fue
siempre un entusiasta defensor del teatro y asiduo visitante de las reuniones de
comediantes y autores. Uno de estos lugares de reunión era la taberna de Alonso
Rodríguez, en la calle Tudescos de Madrid. El tabernero estaba casado con Ana
Franca de Rojas, una joven de veinte años. Suponemos que allí fue donde Cervantes
conoció a Ana Franca, con quien comenzó, a principios de 1584, una relación
sentimental de la que nacería a finales de año Isabel de Saavedra, única hija del
escritor. Desconocemos qué sucedió con esta relación. Resulta, en todo caso,
desconcertante, ya que el 12 de diciembre de ese año, 1584, es decir, apenas un mes
después del nacimiento de Isabel de Saavedra, Cervantes contrajo matrimonio con
Catalina de Palacios Salazar Vozmediano.
Algunos cervantistas han sugerido que Isabel de Saavedra no era hija de Miguel,
sino de su hermana Magdalena y de Juan de Urbina, y que Miguel habría asumido la
paternidad de la niña para salvar el nombre y, quizá algún dinero, de Magdalena. 776
Como de costumbre en la biografía de Cervantes, la cosa no resulta nada clara.
775
Los pastores Larsileo y Australiano ocultarían a Mateo Vázquez y don Juan de Austria, como adversario y
defensor, respectivamente, de una colaboración más estrecha entre la monarquía española y la Santa Sede.
Naturalmente, desconocemos si esta hipótesis es acertada o no. Lo cierto es que el tono y el tema de La Galatea se
inscriben en la corriente imperante del gusto literario por el género pastoril en el Renacimiento.
776
Jean Canavaggio cita a Miguel Herrero García como uno de los defensores de la hipótesis de que Isabel de
Saavedra sería hija de Magdalena y Juan de Urbina, CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 189-190.
241
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
sesenta y cinco vecinos, muy alejado de los corrales de comedias y del ambiente
literario.777
Compuse en este tiempo [1580-1585, sobre todo a partir del verano de 1583]
hasta veinte comedias o treinta, que todas ellas se recitaron sin que se les
ofreciese ofrenda de pepinos ni de otra cosa arrojadiza; corrieron su carrera sin
779
silbos, gritos ni barahúndas.
777
He tomado el dato de la población de Esquivias a finales del siglo XVI de MUNGUÍA GARCÍA, V.E. (1995), p.
153, quien, a su vez, lo toma de Astrana Marín.
778
«Astrana Marín —comenta Víctor Eduardo Munguía— continuó la hipótesis de Rodríguez Marín, quien vio
en este familiar el modelo vivo de don Quijote», MUNGUÍA GARCÍA, V.E. (1995), p. 150.
779
CERVANTES, M. (2005), p. 10 [Ocho comedias y ocho entremeses, Prólogo al lector].
780
CERVANTES, M. (2003d), p. 1050 [Viaje del Parnaso, Adjunta al Parnaso]. Desafortunadamente, de las
obras escritas en aquella época sólo se han conservado dos de ellas: El trato de Argel y La Numancia.
242
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
Por supuesto, no sabemos por qué aceptó Cervantes este empleo. ¿Estaba
cansado de la vida en Esquivias? ¿Anhelaba la vida itinerante? ¿Deseaba pasar más
tiempo en Sevilla? ¿Quería un trabajo más estable o mejor remunerado? Sea como
781
CERVANTES, M. (2005c), p. 10 [Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados, prólogo al
lector].
243
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
782
Hay noticias de su estancia en Sevilla, Écija, La Rambla, Castro del Río, Espejo, Cabra, Córdoba, Granada,
Jaén, Montilla, Úbeda, Baeza y Estepa. La vida aventurera de Cervantes durante estos años en Andalucía ha sido
novelada por Juan Eslava Galán en El comedido hidalgo, libro muy entretenido cuya lectura recomiendo, ESLAVA
GALÁN, J. (2005).
783
Don Quijote se refiere al edificio de la torre de la iglesia de El Toboso. La alusión alberga, sin embargo, una
ironía que el saber popular captó muy pronto, convirtiendo esta expresión, con la variante topado por dado, en frase
proverbial para indicar un enfrentamiento con cualquier tipo de autoridad. Véase DQ, II, cap. 9, n. 12, p. 759. La
excomunión era un recurso adoptado con frecuencia por la Iglesia en aquella época. De hecho, los reyes Carlos V y
Felipe II sufrieron excomunión en dos ocasiones. Véase CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 211.
244
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
Los meses de viajes por ciudades, aldeas y caminos, el trato con labradores, con
ricos terratenientes y con religiosos prebendados o sin prebendar, los encuentros y
desencuentros con unos y con otros, las noches en ventas bulliciosas o en cuartos
solitarios, las interminables partidas de cartas, los amores furtivos e inconfesos, la
vida, en fin, de intemperie y aventura, estimularon el deseo de Cervantes de explorar
nuevos territorios. Eso, al menos, queremos suponer, ya que en mayo de 1590 dirigió
una petición al presidente del Consejo de Indias, solicitando al rey Felipe II la
concesión de «un oficio en las Indias, de los tres o cuatro al presente están vacantes,
que es el uno la contaduría del Nuevo Reino de Granada, o la gobernación de la
provincia de Soconusco en Guatemala, o contador de las galeras de Cartagena, o
784
España había depositado grandes ilusiones en su flota naval. Se confiaba en obtener una rápida y fácil victoria
sobre las tropas inglesas. La batalla se prolongó durante varios días. Las naves españolas fracasaron en su primera
intención de desembarcar en la costa inglesa. Tras varios enfrentamientos la flota española sufrió la pérdida de unos
veinte mil hombres y cien navíos. El gasto de la expedición ascendió a cuarenta millones de ducados. En otoño de
1588, la noticia del fracaso de la Armada llegó a España. Aparecieron entonces muchos comentarios sobre la derrota.
Uno de los más extendidos acusaba a la climatología adversa del destino de nuestros barcos. «Yo envié a mis naves a
pelear contra los hombres, no contra los elementos», se dice que pronunció Felipe II. La frase es hoy considerada
apócrifa. Sin embargo, fueron entonces muchas las voces que se levantaron para consolar a la patria tras el desastre.
Entre ellas la de Cervantes, quien escribió en 1588 el poema «De la pérdida de la Armada que fue a Inglaterra». Se
puede leer en CERVANTES, M. (2003a), p. 1079 [Poesías sueltas]. Por otro lado, parece claro que la climatología
adversa estuvo lejos de ser la responsable de la derrota española.
785
Se desconocen las fechas exactas de comienzo y fin de la redacción de la Historia del cautivo; Astrana Marín
propone 1589 como año central de su escritura, ASTRANA MARÍN, L. (1948-1958), IV, p. 393-395.
786
Jean Canavaggio así lo sugiere, CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 221-222.
787
«He oído de refilón cosas muy científicas sobre los "ludópatas" —ha escrito José Jiménez Lozano en La luz de
una candela—. No sé, pero yo conozco a dos: Cervantes y Dostoieski». Tomado de ROSSI, R. (2000), p. 97.
245
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
Debemos reconocer que no sabemos por qué presentó ahora, en este momento,
una nueva solicitud. Quizá unos meses antes de entregar la petición fue a Esquivias,
pasó allí la Navidad, consultó el tema con su mujer Catalina y, entre los dos,
proyectaron viajar juntos a América. Es posible. Sea como fuere, un detalle llama la
atención en esta solicitud: Cervantes firmó con el nombre de Miguel de Cervantes
Saavedra. Por primera vez, que sepamos, empleó este segundo patronímico. La
elección de este segundo apellido, en vez del de su madre, Cortinas, ha levantado
mucha polvareda especulativa.789 Este mismo apellido será el que adoptará su hija
Isabel de Saavedra.
788
El texto completo de la solicitud puede leerse en SLIWA, K. (2005), P. 776-778.
789
Louis Combet atribuye la incorporación del segundo apellido Saavedra a un comportamiento masoquista,
COMBET, L. (1980).
790
Sirva de comparación: el Quijote se puso a la venta en 1605 al precio de un ducado y medio.
791
Sobre la compra de estos libros, véase el texto «Un hecho insólito», incluido en el libro ...y Cervantes de
Trapiello, TRAPIELLO, A. (2005), p. 89-94. Daniel Eisenberg considera que Cervantes era un bibliófilo, e imagina el
contenido de la biblioteca de Cervantes en EISENBERG, D. (1987).
792
El contrato por el que Cervantes se comprometió a entregar las comedias a Rodrigo Osorio puede leerse en
SLIWA, K. (2005), p. 844-846.
246
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
había vuelto a escribir obras de teatro. Sin embargo, todo sugiere que no llegó a
entregar las comedias. Desconocemos si las escribió o si, al menos, comenzó a
escribirlas. Quizá lo hizo y perdió los manuscritos en alguno de sus viajes. O tal vez
nunca empezó a escribir las obras y todo quedó en un contrato en falso, una artimaña
o una apuesta fallida en el regreso a las letras. Sabemos, no obstante, que entre 1590
y 1593 Cervantes compuso algunos poemas (dos odas a la Armada Invencible, y un
romance La morada de los celos) y algunas de sus novelas cortas (Rinconete y
Cortadillo, El celoso extremeño).
Lo que hizo a buen seguro es continuar con su trabajo, incautando trigo en los
pueblos de Andalucía. Esta labor pronto le deparó nuevos contratiempos. En
septiembre de 1593, Cervantes fue acusado de venta ilegal de trigo y encarcelado, a
instancias del corregidor de Écija, en Castro del Río. Al cabo de unos días fue liberado
bajo fianza, tras la mediación de su nuevo jefe, Pedro de Isunza.
247
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
La cárcel de Sevilla acogía unos dos mil presos y era una pequeña ciudad
habitada por grupos de rufianes, infortunados, aventureros y timadores. Cervantes
describiría la vida carcelaria en Rinconete y Cortadillo.795 Pero no fue esta la única
obra inspirada por la vida en la cárcel. Durante su estancia en esta prisión Cervantes
podría haber esbozado la trama del Quijote.796
793
Véase CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 243-244.
794
Cervantes ingresó en la cárcel en septiembre de 1597. Se desconoce la duración de su estancia en la prisión
sevillana. Hay datos que sugieren su salida de la cárcel en diciembre de 1597 o enero de 1598; Astrana Marín, por el
contrario, defiende que Cervantes no fue puesto en libertad hasta abril de 1598. Véase CANAVAGGIO, J. (2004a), p.
249-250.
795
CERVANTES, M. (2005a) [Rinconete y Cortadillo].
796
Sin embargo, la idea de que el Quijote fue gestado en una cárcel no deja de ser una mera suposición, basada
en una frase del prólogo de la primera parte. «¿Qué podrá engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la
historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno,
bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace
su habitación?», DQ, I, prólogo, p. 9. La mayoría de los biógrafos se han inclinado por la cárcel de Sevilla como
lugar de inspiración del Quijote. Algunos, por el contrario, defienden a Castro del Río, en cuya cárcel estuvo preso
unos días en 1592, como cuna del Quijote. Otros sitúan la cárcel en Argamasilla de Alba. Por último, lo hay que
aducen que la cárcel cervantina no fue cárcel real, sino metafórica. Como de costumbre, no lo sabemos. Sobre el
debate en torno a la gestación del Quijote en una cárcel, véanse CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 250-254, MUNGUÍA
GARCÍA, V.E. (1995), p. 267-270, RIQUER, M.D. (2003), p. 67, TRAPIELLO, A. (2005), p. 170-173.
797
Recordemos que algunos autores sugieren que Isabel no era hija de Miguel de Cervantes y Ana Franca, sino
de Magdalena y Juan de Urbina.
798
«¡Voto a Dios que me espanta esta grandeza / y que diera un doblón por describilla!, / porque ¿a quién no
suspende y maravilla / esta máquina insigne, esta braveza? / «¡Por Jesucristo vivo! Cada pieza / vale más que un
millón, y que es mancilla / que esto no dure un siglo, ¡oh, gran Sevilla!, / Roma triunfante en ánimo y riqueza. /
Apostaré que la ánima del muerto, / por gozar este sitio, hoy ha dejado / la gloria, de que goza eternamente.» / Esto
oyó un valentón, y dijo: «Es cierto / cuanto dice voacé, seor soldado, / y quien dijere lo contrario, miente». / Y luego,
encontinente, / caló el chapeo, requirió la espada, / miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.» El poema, «honra
248
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
principal de mis escritos», según lo denominó el propio Miguel de Cervantes, tuvo un éxito inmediato que aseguró su
difusión oral y escrita. Sin embargo, no fue editado hasta tiempo después de la muerte del escritor. El texto aquí
trascrito ha sido tomado de MICÓ, J. M. y SILES, J. (2003), p. 257-258.
799
La cita ha sido extraída de MARÍAS, J. (1990), p. 44.
249
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
Sin embargo, el nombre del Quijote recorría, desde unos meses antes, los
corrillos literarios del país. Lope de Vega, en una carta dirigida al duque de Sessa,
escribió, hablando de los poetas «en ciernes para el año que viene», «ninguno hay tan
malo como Cervantes, ni tan necio que alabe a Don Quijote».801 La carta de Lope está
fechada el 4 de agosto de 1604,802 cuando aún no se había publicado la obra de
Cervantes. ¿Cómo supo Lope de la existencia del Quijote? Quizá Cervantes habló de
su novela en algún corrillo. O tal vez Lope de Vega supo de la historia del Quijote por
algún trabajador de la imprenta.803 O quizá, como proponen algunos cervantistas, hubo
una edición de un primer Quijote en 1604.804 Lo que parece claro es que por esas
fechas, en 1604, las relaciones entre Lope de Vega y Cervantes no eran precisamente
cordiales. Algo debió de suceder entre los dos escritores, pues en 1602, Cervantes
había escrito un soneto de alabanza a Lope de Vega «a quien Apolo su favor no
niega, / pues con las aguas de Helicón la baña».805 Al parecer, hacia 1603 habría
aparecido una sátira, atribuida a Cervantes, contra Lope de Vega. A partir de ese
momento las relaciones entre Lope y Cervantes se habrían deteriorado.
800
CANAVAGGIO, J. (2004b), p. 48.
801
La cita de la carta de Lope de Vega procede de SLIWA, K. (2005), p. 1019. Sobre la referencia de Lope al
Quijote puede leerse también CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 283-286, RIQUER, M. D. (2003), p. 71-74.
802
Astrana Marín sitúa la escritura de la carta de Lope en diciembre de 1605, a pesar de la fecha que acompaña al
texto, ASTRANA MARÍN, L. (1948-1958), vol. 4, p. 140-146.
803
Esta idea ha sido sugerida por SANTANA SANJURJO, V. (1998), p. 7, aunque las fechas no parecen darle la
razón.
804
Sobre esta hipotética edición de 1604 véase “1.4.1. La escritura del Quijote”.
805
El fragmento ha sido tomado de CERVANTES, M. (2003a), p. 1063 [Poesías sueltas].
806
La paz entre España e Inglaterra, firmada entre los representantes de los reyes Jacobo I y Felipe III, fue la
consecuencia de largas negociaciones que tuvieron lugar en el Somerset House, de Londres, por lo que el proceso es
conocido como la conferencia de Somerset House. El tratado de Londres marca el final de la guerra anglo-española
de 1585-1604.
250
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
comitiva inglesa estaba liderada por Lord Howard, el mismo que en 1596 dirigió el
saqueo de Cádiz. Entre el personal adscrito a la casa de Lord Howard en Londres
figura William Shakespeare. A pesar de que se desconoce si el escritor inglés
acompañó o no a la comitiva de Lord Howard a tierras castellanas, la mera posibilidad
de que así fuera ha dado alas para imaginar un posible encuentro entre Cervantes y
Shakespeare en la ciudad del Pisuerga.807
FIGURA 21
Portada de El ingenioso
hidalgo don Quijote de
la Mancha, impreso por
Juan de la Cuesta en
Madrid (1604-1605), y
publicado en 1605.
Imagen tomada de la
Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes:
http://www.cervantesvirtual.co
m/index.jsp
807
Sobre el hipotético encuentro entre Shakespeare y Cervantes, véanse CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 308-309,
TRAPIELLO, A. (2005), p. 220-221.
251
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
Zaragoza. La demanda del Quijote fue tal que a los pocos meses, en la primavera de
1605, Juan de la Cuesta inició la impresión de la segunda edición.
808
Fueron apresados, entre otros, Miguel de Cervantes, su hermana Andrea, su hija Isabel, su sobrina Constanza
y su vecina Juana Gaitán. Curiosamente, Magdalena de Cervantes no fue encarcelada. Sobre este proceso judicial y el
encarcelamiento, véanse CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 309-314, ROSSI, R. (2000), p. 83-99.
809
La declaración de Andrea de Cervantes puede leerse en SLIWA, K. (2005), p. 1046-1048.
252
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
A partir del año 1607, Cervantes comenzó la redacción de la segunda parte del
Quijote.810 Quizá emprendió la escritura de esta segunda parte animado por el éxito de
la primera. De hecho, en 1607 apareció en Bruselas una reedición de la primera parte
del Quijote, a cargo del librero Roger Velpius. Poco después, en 1608, salió en Madrid,
de la imprenta de Juan de la Cuesta, la tercera edición de la primera parte del Quijote.
Ese mismo año, Nicolás Baudoin publicó en París la Nouvelle du Curieux malavisé,
traducción francesa de la Novela del curioso impertinente, historia insertada en la
primera parte de Quijote.
En 1607, Isabel de Saavedra contrajo matrimonio en Madrid con Diego Sanz del
Águila. De esta unión nacería, al año siguiente, la nieta de Miguel, Isabel Sanz,
también llamada Isabel del Águila Cervantes o Isabel Sanz del Águila.
810
Ésta es la opinión más aceptada. Sin embargo, Martín Jiménez considera que Cervantes no comenzó a escribir
la segunda parte del Quijote hasta la aparición del apócrifo de Avellaneda en 1614. Según Martín Jiménez, fue la
lectura del texto de Avellaneda lo que estimuló a Cervantes para que compusiera la verdadera segunda parte del
Quijote, MARTÍN JIMÉNEZ, A. (2004).
811
La cita, tomada de SLIWA, K. (2005), p. 1079, procede del libro de Difuntos del Archivo de la Iglesia
Parroquial de San Sebastián de Madrid.
253
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
acción judicial contra su padre, que condujo a la ruptura de relaciones entre padre e
hija.812
Un año antes, en 1609, Felipe III había firmado el decreto de expulsión de los
moriscos. La comunidad morisca, compuesta por más de doscientas mil personas, se
vio obligada a empaquetar sus enseres y abandonar sus casas y sus tierras. La
medida, que seguramente gozó del favor de gran parte de la población, tuvo
importantes repercusiones sociales y económicas. Desde la promulgación del decreto
de expulsión en 1609, y hasta 1616, alrededor de doscientos mil moriscos
abandonaron España.813
Cervantes no fue indiferente al destino de los moriscos. Sus obras rescatan este
tema y lo presentan con una elegante ironía, conciliando la ambigüedad y el
compromiso ante el destino de la comunidad morisca. Berganza, el perro dialogante
del Coloquio de los perros, habla de la «morisca canalla» entre los que «no hay
castidad, ni entran en religión ellos ni ellas: todos se casan, todos multiplican, porque
el vivir sobriamente aumenta las causas de la generación. No los consume la guerra,
ni ejercicio que demasiadamente los trabaje; róbannos a pie quedo, y con los frutos de
nuestras heredades, que nos revenden, se hacen ricos. No tienen criados, porque
todos lo son de sí mismos; no gastan con sus hijos en los estudios, porque su ciencia
no es otra que la del robarnos».814 Sin embargo, a esa «morisca canalla» pertenecía el
hortelano que acogió generosamente a Berganza. Y, en otro momento, Cervantes
dibujaría una viva estampa del destierro del pueblo morisco. Ricote, vecino del mismo
pueblo que Sancho y don Quijote, conversa con Sancho y expresa su dolor al ser
expulsado de su patria.
Doquiera que estamos lloramos por España, que, en fin, nacimos en ella y es
nuestra patria natural; en ninguna parte hallamos el acogimiento que nuestra
desventura desea, y en Berbería y en todas las partes de África donde
esperábamos ser recebidos, acogidos y regalados, allí es donde más nos
ofenden y maltratan. No hemos conocido el bien hasta que le hemos perdido; y
es el deseo tan grande que casi todos tenemos de volver a España, que los
más de aquellos, y son muchos, que saben la lengua, como yo, se vuelven a
ella y dejan allá sus mujeres y sus hijos desamparados: tanto es el amor que la
812
Sobre este embrollo, véanse CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 326-330, TRAPIELLO, A. (2005), p. 231-237.
813
De éstos, ciento treinta y cinco mil procedían de Valencia, sesenta y un mil de Aragón, cuarenta y cinco mil de
Castilla y Extremadura, cinco mil de Cataluña, dieciséis mil de Murcia, tres mil del reino de Granada —los pocos que
quedaron tras la expulsión de 1571—, y treinta y dos mil del resto de Andalucía. Estas cifras han sido tomadas del
libro Los moriscos antes y después de la expulsión, EPALZA, M. (2001).
814
CERVANTES, M. (1986a), p. 349-350 [Novelas Ejemplares, El coloquio de los perros].
254
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
El éxito de la primera parte del Quijote continuó imparable. Durante el año 1610
apareció una edición del Quijote en Milán, y un Triunfo de Don Quijote recorrió las
815
El caso de Ricote sirve de ejemplo de la forzada peregrinación hacia tierras extrañas de la comunidad morisca
que era, y se sentía, española. Sobre la influencia de la expulsión de los moriscos en el Quijote y otras obras de
Cervantes, véase CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 328, RIQUER, M. D. (2003), p. 327-330.
816
Aunque la estancia de Cervantes en Barcelona no está documentada, algunos cervantistas, basándose en los
elogios que el escritor dedica a la ciudad condal en Las dos doncellas y la segunda parte del Quijote, han sugerido la
realización de este viaje. Sobre el posible viaje de Cervantes a Barcelona y su solicitud para formar parte del grupo de
escritores que acompañarán al conde de Lemos a Nápoles, véase CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 334-336,
CANAVAGGIO, J. (2007), p. 19-20, RIQUER, M.D. (2003), p. 283-385. Los elogios de Cervantes a Barcelona pueden
leerse en DQ, II, cap. 61, p. 1234-1236.
817
Sobre la posible relación amorosa de Cervantes durante su estancia en Nápoles antes de su cautiverio en
Argel, y su hipotética paternidad fruto de esta relación, véase MUNGUÍA GARCÍA, V. E. (1995), p. 74-75.
818
Según ASTRANA MARÍN, L. (1948-1958), vol. 6, p. 401-405.
255
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
calles de Salamanca en las fiestas que tuvieron lugar para celebrar la beatificación de
San Ignacio de Loyola.819 Poco después, en 1612, Thomas Shelton publicó la primera
traducción al inglés: The History of the Valorous and Witty Knight-Errant Don Quixote
of The Mancha. Y, en seguida, en 1614, apareció L'ingénieux hidalgo Don Quichotte
de la Manche, primera traducción del Quijote al francés, publicada por César Oudin.
819
La aparición de don Quijote en la celebración de la beatificación de San Ignacio de Loyola no deja de albergar
una cierta ironía. Algunos autores sostienen que la historia de don Quijote, desde el primer capítulo hasta su muerte,
se basa en la historia de San Ignacio Loyola, y que su vida es el eje central del libro de Cervantes, ORTÉS, F. (2002).
Esta idea, que se inscribe en la corriente de interpretación esotérica del Quijote, podría estar influida por la Vida de
Don Quijote y Sancho de Unamuno, en la que se establece un paralelismo entre don Quijote y San Ignacio,
UNAMUNO, M. (2005).
820
CERVANTES, M. (2005c), p. 11 [Ocho comedias y ocho entremeses, prólogo].
821
Al acabar el siglo XVII ya se habían impreso veintitrés ediciones. Recordemos la anécdota que cuenta el
licenciado Márquez Torres con motivo de la redacción del texto de Aprobación de la segunda parte del Quijote:
«Muchos caballeros franceses, de los que vinieron acompañando al embajador, tan corteses como entendidos y
amigos de buenas letras, se llegaron a mí y a otros capellanes del cardenal mi señor, deseosos de saber qué libros de
ingenio andaban más validos; y, tocando acaso en éste que yo estaba censurando, apenas oyeron el nombre de Miguel
de Cervantes, cuando se comenzaron a hacer lenguas, encareciendo la estimación en que, así en Francia como en los
reinos sus confinantes, se tenían sus obras: La Galatea, que alguno dellos tiene casi de memoria, la primera parte
désta, y las Novelas [ejemplares]», véase DQ, II, Aprobación, p. 669-670.
256
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
Pero antes de dar a luz la segunda parte del Quijote, Cervantes publicó, a finales
de 1614, el Viaje del Parnaso,826 dirigido a Rodrigo de Tapia, e impreso en Madrid, en
la casa de la viuda de Alonso Martín. Escrito «a imitación del de César Caporal
Perusino»,827 el Viaje del Parnaso es un largo poema escrito en tercetos, un libro
otoñal con barniz de autorretrato velazqueño, compuesto para amortizar las deudas de
la memoria. En el primer capítulo del Viaje, Cervantes confiesa:
822
Tirso de Molina apodó a Cervantes “nuestro español Boccaccio”; he tomado esta información de
CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 346.
823
El fragmento procede del «prólogo al Lector» de las Novelas ejemplares, CERVANTES, M. (2005b), p. 52
[Novelas Ejemplares, prólogo al lector].
824
Cervantes expresa su opinión en CERVANTES, M. (2005b), p. 52 [Novelas Ejemplares, prólogo al lector].
Sobre el tema, véase CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 350-356.
825
CERVANTES, M. (2005b), p. 52 [Novelas Ejemplares, prólogo al lector].
826
Cervantes terminó de escribir el Viaje del Parnaso en el año 1613, CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 357.
827
Cervantes reconoció la influencia del Viaggio in Parnaso, obra publicada en 1582 y escrita por Cesare
Caporali, en su Viaje del Parnaso, CERVANTES, M. (2005b), p. 51 [Novelas Ejemplares, prólogo al lector].
828
CERVANTES, M. (2003d), p. 1010 [Viaje del Parnaso, I].
257
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
Algunos versos más adelante, tras saludar a los poetas destacados de la época,
Cervantes presenta su currículo literario:
829
Estos versos pertenecen al primer capítulo del Viaje del Parnaso, CERVANTES, M. (2003d), p. 1010 [Viaje del
Parnaso, I].
830
La Galatea, publicada en 1585, CERVANTES, M. (2003b) [La Galatea].
831
Se refiere a la primera parte del Quijote ya que, cuando escribió estos versos, aún no había publicado la
segunda.
832
Las Novelas ejemplares, publicadas en 1613.
833
La casa de los celos, CERVANTES, M. (2005e) [La casa de los celos].
258
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
FIGURA 22
834
Los trabajos de Persiles y Sigismunda, publicada como obra póstuma en 1617, CERVANTES, M. (2003c) [Los
trabajos de Persiles y Sigismunda].
835
CERVANTES, M. (2003d), p. 1024-1025 [Viaje del Parnaso, IV].
259
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
836
«Algunos años ha que volví yo a mi antigua ociosidad —escribe Cervantes en el prólogo a las Ocho comedias,
publicadas en 1615—, y, pensando que aún duraban los siglos donde corrían mis alabanzas, volví a componer
algunas comedias, pero no hallé pájaros en los nidos de antaño; quiero decir que no hallé autor que me las pidiese,
puesto que sabían que las tenía; y así, las arrinconé en un cofre y las consagré y condené al perpetuo silencio»,
CERVANTES, M. (2005c), p. 11-12 [Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados, prólogo].
837
¿Cuál fue la causa del fallecimiento de Cervantes? Las descripciones de la época hablan de hidropesía, que no
es sino un “derrame o acumulación anormal de líquido seroso”, RAE 22ª edición, artículo enmendado, avance de la
23ª edición (http://www.rae.es). El problema radica en averiguar cuál fue la causa de dicho derrame. Antonio López
Alonso sugiere que se debió a una diabetes mellitus tipo 2, EISENBERG, D. (2004).
838
CERVANTES, M. (2003c), p. 199 [Los trabajos de Persiles y Sigismunda].
839
Unos días después de la muerte de Cervantes, murió en Londres el escritor William Shakespeare. Shakespeare
murió el 23 de abril de 1616 según el calendario juliano, vigente por entonces en Inglaterra. Esta fecha equivale al 3
de mayo de 1616 del calendario gregoriano, en uso en España desde 1582.
260
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
Lector infatigable, «aficionado a leer, aunque sean los papeles rotos de las
calles» [DQ, I, cap. 9, p. 118],841 Cervantes recorrió casi todos los estilos y las épocas
literarias. La mezcla de lengua culta y popular en sus obras, especialmente en el
Quijote, ha desconcertado a muchos críticos. Algunos —como Clemencín o
Unamuno— han tildado a Cervantes de genio inconsciente, como si un divino azar
guiara su pluma. Otros —como Américo Castro o Francisco Ayala, a quienes me
siento más cercano—, optan por asumir que Cervantes era conocedor de su
grandeza. «Hay que insistir con toda energía –frente a la vieja tesis de Cervantes
ingenio lego o genio inconsciente– sobre el hecho notorio de que, en su caso, nos
hallamos ante una de las conciencias literarias más despiertas, más inquietas, más
sobre aviso, de todas las épocas», afirma Ayala.842
Anthony Close ofrece una lista de las probables lecturas de Cervantes. Incluye
los poemas de Garcilaso de la Vega (1498-1536), los textos de líricos italianos de
Petrarca, Bembo y Tansillo, La Celestina (1499) de Fernando de Rojas, el Lazarillo de
Tormes (1554), el Guzmán de Alfarache (1599, 1604) de Mateo Alemán, la Araucana
(1569) de Alonso de Ercilla, el Orlando Furioso (1516) de Ariosto, el Amadís de Gaula
(1516) de Rodríguez de Montalvo, el Tirante el Blanco (traducción castellana en 1511)
de Joan Martorell, la Diana (1559) de Jorge de Montemayor, la Diana enamorada
(1564) de Gil Polo, el teatro de Lope de Vega y el Decamerón de Boccaccio, el libro
Galeto español (1586) de Gracián Dantisco, los Diálogos de Amor (tres traducciones
castellanas en el siglo XVI) de León Hebreo, las Epístolas familiares (1539) de Antonio
de Guevara, la Philosophía antigua poética (1596) de Alonso López Pinciano,843 la
Silva de varia lección (1540) de Pero Mejía o la Historia natural de Plinio.844
840
Coincido con Eisenberg en que «no cabe duda que a Cervantes le gustaban los libros, y que leyó muchos»,
EISENBERG, D. (2002), p. 7.
841
Así se define el autor del Quijote en el noveno capítulo de la primera parte.
842
AYALA, F. (2005), p. 84.
843
Edward Riley considera que la Philosophía antigua poética de López Pinciano nutre la teoría literaria de
Cervantes, RILEY, E.C. (20 04), p. 157.
844
CLOSE, A. (2004a), p. 78-79.
845
He tomado esta lista de obras conocidas por Cervantes de TRAPIELLO, A. (2005), p. 79.
261
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
846
Tomado de MONTERO REGUERA, J. (1997), p. 121-123.
847
RIQUER, M.D. (2003), p. 40. Sobre los libros de caballería en el Quijote, véase ROUBAUD, S. (2004).
848
EISENBERG, D. (2002), p. 39. La biblioteca de Alonso Quijano aparece, con cierto detalle de títulos, en el
escrutinio de la biblioteca de hidalgo, DQ, I, cap. 6, p. 83-95. Sobre las posibilidades económicas para adquirir los
libros, Eisenbarg afirma que «tras haber contrastado el precio de los libros con los ingresos de Cervantes, vemos que
entra dentro de sus posibilidades económicas haber adquirido, antes de componer la primera parte de Don Quijote,
una biblioteca de la amplitud de la de su protagonista», EISENBERG, D. (2002), p. 39. Daniel Eisenberg ha realizado
un minucioso estudio y ha confeccionado un catálogo de los libros que compondrían la hipotética la biblioteca de
Cervantes, EISENBERG, D. (2002), p. 53-130. Sobre la biblioteca de don Quijote, véase asimismo BAKER, E. (1997).
262
1. INTRODUCCIÓN - 1.3. Vida de Miguel de Cervantes
849
CASTRO, A. (2002a), p. 44. Castro desarrolla con profundidad la relación entre Erasmo y Cervantes en
Erasmo en tiempo de Cervantes, CASTRO, A. (2002b), p. 501-529. Sobre la influencia del erasmismo en el Quijote
recomiendo la lectura del ensayo La herencia ñ : “E Q j ”, de José Luis
Abellán, ABELLÁN, J.L. (2005), p. 254-269. Francisco Ayala defiende que Cervantes absorbió el erasmismo y lo
llevó dentro, en secreto, durante toda su vida, AYALA, F. (2005), p. 29. Marcel Bataillon, quien se mostró en
principio reacio a aceptar las ideas de Castro, con el tiempo dio por buena la influencia de Erasmo en la obra de
Cervantes.
850
Sobre la influencia del Examen de Huarte en la obra de Cervantes, véase el apartado “1.2.16.7. La
psicopatología médica de Huarte de San Juan”.
851
El Libro de las quatro enfermedades, la Práctica y theórica de cirugía, la Practica in Arte Chirurgica
Copiosa, y el Dioscórides procederían, según Eisenberg, de la herencia de su padre Rodrigo, quien, al parecer, era
bastante aficionado a los libros, EISENBERG, D. (2002).
852
Véase Locos y dementes en la literatura cervantina: a propósito de las fuentes médicas de Cervantes en
materia neuropsiquiátrica, LÓPEZ-MUÑOZ, F., ÁLAMO, C., y GARCÍA-GARCÍA, P. (2008).
263
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.1. La escritura del Quijote
853
VARGAS LLOSA, M. (2005).
854
RIQUER, M. (2003), p. 99.Martín de Riquer explica que en el siglo XVI humanistas como Juan Luis Vives,
Antonio de Guevara, Juan de Valdés o Gonzalo Fernández de Oviedo lanzaron claras invectivas contra los libros de
caballerías, RIQUER, M. (2003), p. 99-102.
264
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.1. La escritura del Quijote
claridad en el Quijote, responde a la misma posición que frente a tal género literario
mantenían en España los moralistas y autores graves».855 En efecto, Cervantes se
burla de las novelas de caballería. Pero lo hace desde un profundo conocimiento de
estas obras y con un alcance que trasciende, de largo, la mera crítica de las novelas
de caballerías. Parece claro que la intención del Quijote no se limita a esta sátira, sino
que, por el contrario, «apunta ya mediante ella hacia el fondo mismo del mito
quijotesco: los ideales góticos, fuertemente estilizados en dicha literatura, chocan con
la realidad del mundo nuevo, dando lugar a un conflicto cultural».856
855
RIQUER, M. (2003), p. 111.
856
Hago mías estas palabras de Francisco Ayala, AYALA, F. (2005), p. 62.
857
Digo novela con un manifiesto anacronismo. Cervantes nunca definió el Quijote como una novela, sino que lo
hizo con el término historia. Para Cervantes novela era un relato breve, como las Novelas Ejemplares. El Quijote no
fue considerado una novela hasta el siglo XVIII. Sobre este asunto véase el texto “Historia, romance, novela: el
género del Quijote”, MONTERO REGUERA, J. (1997), 87-95.
858
MAGRIS, C. (2005), p. 109.
859
Mario Vargas Llosa cifra la modernidad del Quijote en «el espíritu rebelde, justiciero, que lleva al personaje a
asumir como su responsabilidad personal cambiar el mundo para mejor, aun cuando, tratando de ponerla en práctica,
se equivoque, se estrelle contra obstáculos insalvables y sea golpeado, vejado y convertido en objeto de irrisión. Pero
también es una novela de actualidad porque Cervantes, para contar la gesta quijotesca, revolucionó las formas
narrativas de su tiempo y sentó las bases sobre las que nacería la novela moderna. Aunque no lo sepan, los novelistas
contemporáneos que juegan con la forma, distorsionan el tiempo, barajan y enredan los puntos de vista y
experimentan con el lenguaje, son todos deudores de Cervantes», VARGAS LLOSA, M. (2005). Sobre la modernidad
de la obra, véanse, entre otros, CANAVAGGIO, J. (2004b), p. 66, y CLOSE, A. (2004b). De forma contundente afirma
Francisco Ayala: «Las técnicas novelísticas contemporáneas, esas técnicas que se han presentado como grandes
descubrimientos de última hora, estaban ya todas dentro del Quijote», AYALA, F. (2005), p. 38.
265
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.1. La escritura del Quijote
Ya sabéis que don Alonso Quijano, el Bueno, dicen que era el hidalgo don
Rodrigo Pacheco. ¿Qué vida misteriosa, tremenda, fue la de este Pacheco?
¿Qué tormentas y desvaríos conmoverían su ánimo? Hoy, en la iglesia de
Argamasilla, puede verse un lienzo patinoso, desconchado; en él, a la luz de un
cirio que ilumina la sombría capilla, se distinguen unos ojos hundidos,
espirituales, dolorosos, y una frente ancha, pensativa, y unos labios finos,
sensuales, y una barba rubia, espesa, acabada en una punta aguda. Y debajo,
en el lienzo, leemos que esta pintura es un voto que el caballero hizo a la
Virgen por haberle librado de una “gran frialdad que se le cuajó dentro del
861
cerebro” y que le hacía lanzar grandes clamores “de día y de noche…”.
860
Mencionar todas las obras influidas, más o mensos directamente, por el Quijote resulta una tarea,
sencillamente, sobrehumana. A modo de bosquejo general y panorámico, citaré la página web del Centro Virtual
Cervantes http://cvc.cervantes.es/obref/quijote/introduccion/bibliografia/default.htm, la Bibliografía del «Quijote» de
Jaime Fernández, FERNÁNDEZ, J. (2008), los Cuatrocientos años de Don Quijote por el mundo, ARMERO, G (2005),
y Don Quijote, del libro al mito de Jean Canavaggio, CANAVAGGIO, J. (2006).
861
AZORÍN (1986), p. 182.
862
La fachada de la casa del número 7 de la calle San Eugenio de Madrid ostenta una placa, colocada en 1905, en
la que se lee: «En el solar que ocupa esta casa estuvo en el siglo XVII la imprenta de Juan de la Cuesta donde se hizo
en 1615 la edición príncipe de la segunda parte del Ingenioso Caballero D. Quijote de la Mancha escrita por Miguel
de Cervantes Saavedra. Conmemoración en 1905».
266
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.1. La escritura del Quijote
lugar de inspiración del Quijote. Otros, como Jean Canavaggio, defienden a Castro del
Río, en cuya cárcel estuvo Cervantes en otoño de 1592. Los hay quienes, con menos
fundamento, sitúan la cárcel en Argamasilla de Alba. Por último, algunos cervantistas
como Nicolás Díaz de Benjumea, Américo Castro o Salvador de Madariaga aducen
que la cárcel cervantina no fue cárcel real, sino figurada o metafórica.863
Sobre este fondo, la fecha de publicación del título más reciente de los libros
mencionados en el escrutinio —El pastor de Iberia, de Bernardo de la Vega, impreso
en 1591— ha suscitado un acalorado debate entre los partidarios de situar el
comienzo de la redación del Quijote en 1592, como sostiene Geoffrey Stagg, y los de
hacerlo en 1597, como defienden Edward C. Riley o Luis Andrés Murillo. 864
863
Sobre la gestación del Quijote en la cárcel de Sevilla o en la Castro del Río, véase CANAVAGGIO, J. (2004a),
p. 250-254, MUNGUÍA GARCÍA, V. E. (1995), p. 267-270, RIQUER, M. D. (2003), p. 67, TRAPIELLO, A. (2005), p.
170-173.
864
Sobre los entresijos de la composición del Quijote, véase ANDERSON, E.M. y PONTÓN, G. (2004). Las obras
Castro del Rio, ¿cuna del Quijote? de Stagg, y La cárcel en que se engendró el Quijote de Rodríguez Marín ahondan
en la influencia de la estancia en prisión de Cervantes en la invención del Quijote. Sobre estas obras, recomiendo
consultar la nota bibliográfica de ANDERSON, E.M. y PONTÓN, G. (2004), p. 217-220. Con respecto al proceso de
redacción del Quijote recomiendo la lectura del trabajo El borrador de Cervantes: cómo se escribió el Quijote, de
Joaquín Aguirre, AGUIRRE BELLVER, J. (2005).
865
El término Ur-Quijote procede del Urfaust, o primera versión del Fausto de Goethe. La denominación Ur-
Quijote fue propuesta, en primer lugar, por el cervantista francés J.J.A. Bertrand, MONTERO REGUERA, J. (1997), p.
124.
866
Sobre estas hipótesis señala Jean Canavaggio, «hasta ahora, son meras tentativas las que se han hecho para
concretar la exacta fisonomía de una novela corta, sin que podamos determinar si abarcaría tan sólo los cinco
primeros capítulos de la primera salida, o si llegaría hasta el escrutinio o hasta el combate contra el vizcaíno»,
CANAVAGGIO, J. (2007), p. 27.
867
He tomado el fragmento del Entremés de los romances de LÁZARO CARRETER, F. (2004), p. 27. Fernando
Lázaro Carreter es un firme defensor de la influencia del Entremés en la composición del primer Quijote. Sobre el
tema véase el ensayo Las voces del Quijote, LÁZARO CARRETER, F. (2004), p. 26-27. Menéndez Pidal comentó la
267
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.1. La escritura del Quijote
De ser cierta la hipótesis del Ur-Quijote, éste habría aparecido no más tarde de
1604 como una novela corta, al estilo de las futuras novelas ejemplares. Sin embargo,
no se ha podido encontrar esta publicación y las referencias a su existencia son poco
concluyentes. Jaime Oliver Asín sostiene que autores como Francisco López de
Úbeda o Lope de Vega, entre otros, aludieron a la fama de un primer Quijote.870 Por
su parte, pese a la defensa que realiza del peso del Entremés en la redacción del
Quijote, Menéndez Pidal rechaza la verosimilitud de la redacción de un Ur-Quijote.871
La hipótesis del Ur-Quijote ha dado pie a distintas hipótesis sobre una redacción
previa de una parte del Quijote. Una de las más atrevidas —un punto irreverente, pero
no por ello exenta de un atractivo que, no puedo negar, me seduce— se funda en el
declarado tono teatral de muchas de las escenas del Quijote, como el episodio de
Cardenio y Dorotea, la historia de los amores del cautivo y Zoraida, las bodas de
Camacho o la estancia de don Quijote y Sancho en el palacio de los duques. Desde
aquí se ha planteado que las Novelas Ejemplares o el mismo Quijote podrían ser el
resultado de una prosificación de primitivos bocetos teatrales. Cervantes, dada la
pobre recepción de las obras de teatro, habría decidido redactar los textos definitivos
al modo de las novellas italianas.872
influencia del Entremés de los romances en la composición del Quijote en su artículo Un aspecto de la elaboración
del Quijote, MENÉNDEZ PIDAL, R. (2005).
868
CANAVAGGIO, J. (2007), p. 27.
869
Sobre las distintas hipótesis planteadas en torno al Ur-Quijote como primera versión del Quijote en forma de
novela corta, véanse, entre otros, LÁZARO CARRETER, F. (2004), p. 28, MONTERO REGUERA, J. (1997), p. 117-128,
o TRAPIELLO, A. (2005), p. 187.
870
OLIVER ASÍN, J. (1948).
871
Luis Andrés Murillo defiende que hubo un Ur-Quijote, pero que no fue la hipotética novela de la primera
salida, sino el relato del cautivo, luego intercalado en el Quijote con profundo sabor autobiográfico. Véase MONTERO
REGUERA, J. (1997), p. 127.
872
Grandes autores como Ortega y Gasset, Dámaso Alonso o Guillermo Díaz Plaja, han defendido el carácter
teatral de tales escenas del Quijote. Miguel Herrero García propone que las Novelas Ejemplares podrían ser el
resultado de una prosificación de obras o bocetos teatrales. Domingo Ynduráín ha ido más lejos y ha sugerido que el
mismo Quijote podría ser una prosificación de una primitiva pieza de teatro. Véase MONTERO REGUERA, J. (1997),
p. 142-148.
268
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.1. La escritura del Quijote
Por todo ello, resulta probado que la escritura del Quijote no se ejecutó de una
vez, sino, al menos, en dos fases principales. Luis Rosales se muestra contundente al
definir estas fases: «la primera comprende los seis primeros capítulos que constituye
en Quijote primitivo concebido todavía como novela corta. La segunda comprende los
restantes capítulos de la primera parte».874
«Las hazañas de don Quijote y donaires de Sancho Panza» no podían ser otras
que las nuevas aventuras de la pareja en una segunda parte del Quijote. Sin embargo,
un inesperado acontecimiento literario hizo virar el rumbo de la escritura de esta
segunda parte. En verano de 1614 apareció en Tarragona el Segundo tomo del
ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, firmado por Alonso Fernández de
Avellaneda.876 La noticia de la publicación del falso Quijote caló hondo en Cervantes,
quien, a bien seguro, tenía por entonces avanzada la escritura de la verdadera
segunda parte del Quijote.877 Fernández de Avellaneda, o comoquiera que se llamase
873
ASTRANA MARÍN, L. (1948-1958), IV, p. 393-395.
874
ROSALES, L. (1996), p. 380.
875
CERVANTES, M. (2005b), p. 52-53 [Novelas Ejemplares, prólogo al lector].
876
Algunos autores defienden la presencia de un manuscrito del Quijote de Avellaneda antes de su estampación
en Tarragona en 1614. Sin embargo, la información que nos proporciona Cervantes sugieren que éste no conoció la
obra apócrifa hasta septiembre de 1614. Sobre este debate, véase el estudio ¿Cuándo se escribió el Quijote de
Avellaneda?, SUÁREZ FIGAREDO, E. (2009).
877
La mayoría de los cervantistas sitúa el comienzo de la redacción de la verdadera segunda parte en el año 1607.
Cuando apareció el falso Quijote de Avellaneda, Cervantes se dispondría a iniciar la escritura del capítulo cincuenta y
nueve de la segunda parte. Sin embargo, no todos los cervantistas comparten esta opinión. Martín Jiménez considera
que Cervantes comenzó a escribir la segunda parte del Quijote después de la aparición del apócrifo de Avellaneda en
269
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.1. La escritura del Quijote
el autor de este Quijote apócrifo,878 desdibujó hasta la burda caricatura a don Quijote y
Sancho y les hizo parecer «un monigote acompañado de un bufón».879 De hecho, la
peregrinación de don Quijote y Sancho finaliza en Toledo, con el ingreso de don
Quijote en un manicomio.880 Por otro lado, Avellaneda utilizó las páginas de su libro
para difamar a Cervantes e insultar a Catalina de Salazar. Todo esto contribuyó a que
Cervantes se sintiera profundamente afrentado.
El Sancho y el don Quijote desa historia [dice Sancho] deben de ser otros que
los que andan en aquella que compuso Cide Hamete Benengeli, que somos
nosotros [DQ, II, cap. 59, p. 1216].
Sacaré a la plaza del mundo [dice don Quijote] la mentira dese historiador
moderno [se refiere a Avellaneda], y echarán de ver las gentes cómo yo no soy
el don Quijote que él dice [DQ, II, cap. 59, p. 1217-1218].
1614. Según Martín Jiménez, fue la lectura del texto de Avellaneda lo que espoleó a Cervantes para que compusiera
la verdadera segunda parte del Quijote, MARTÍN JIMÉNEZ, A. (2004). Por otro lado, otros autores, como Nicolás
Marís, Carlos Romero o E.C. Riley, defienden que Cervantes conoció la obra de Avellaneda mucho antes de escribir
el capítulo 59 de la segunda parte. Según estos autores, se puede apreciar la influencia del Apócrifo desde el capítulo
30, en escenas como el retablo de Maese Pedro o la carta de Sancho a Teresa Panza, e incluso en la invención de la
duquesa. Véase MONTERO REGUERA, J. (1997), p. 137-148.
878
La identidad de Alonso Fernández de Avellaneda ha sido objeto de enjundiosa controversia entre los
cervantistas. Tras la máscara de Avellaneda se ha insinuado la presencia de figuras tan distintas como Mateo Alemán,
Bartolomé de Argensola, el duque de Sessa, Juan Blanco de Paz, fray Luis de Aliaga, Jerónimo de Pasamonte e,
incluso, Lope de Vega. Martín de Riquer defiende que el pseudónimo de Avellaneda esconde a Gerónimo de
Passamonte, RIQUER, M.D. (2003), p. 387-525. Daniel Eisenberg ha sugerido que en la escritura del “falso Quijote”
medió la mano de Lope de Vega, EISENBERG, D. (1991). Sobre estas disquisiciones puede leerse en CANAVAGGIO, J.
(2004a), p. 380, MARTÍN JIMÉNEZ, A. (2004).
879
La expresión procede de CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 383.
880
FERNÁNDEZ DE AVELLANEDA, A. (2011).
881
Rosa Rossi propone que el Quijote de Avellaneda operó como un doble del cervantino, véase el ensayo «La
espantosa aparición del doble», ROSSI, R. (2000), p. 109-115.
270
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.1. La escritura del Quijote
882
El cambio que vivió don Quijote, su huida de la locura y su acercamiento al mundo de los demás personajes,
parece una consecuencia del efecto purgante que supuso la publicación del Apócrifo de Avellaneda. Véase ANDRÉS
GIL, C.M. (1996).
883
«Quizá otro cantará con mejor plectro». Cervantes tomó prestado este verso del Orlando furioso de Ariosto. El
verso aparece en DQ, I, cap. 52. p. 653.
884
Sobre las dudas y controversias en torno a la composición de la segunda parte del Quijote, véase ANDERSON,
E.M. y PONTÓN, G. (2004), p. 207-217.
885
En la segunda mitad del siglo XIX Nicolás Díaz de Benjumea identificó a don Quijote con el autor del libro y
lo considera un librepensador de la línea republicana de finales del siglo XIX. Sin caer en este libre anacronismo, no
se pueden obviar los destacados ejemplos de autobiografismo contenidos en el Quijote, VALERA, J., y DÍAZ DE
BENJUMEA, N. (2006).
886
CANAVAGGIO, J. (2004b), p. 62. Sobre las máscaras en el Quijote, véase QUINTANA TEJERA, L. (2005). José
María Merino dedica un bellísimo ensayo al problema del narrador del Quijote, MERINO, J.M. (2007). George Haley
clasifica de forma esquemática los narradores del Quijote: 1.- El “yo” que comienza la narración y presenta a don
Quijote: 2.- Un segundo autor que asume la narración tras los ocho capítulos iniciales y que basa su relato en un
manuscrito arábigo, hallado en el Alcaná de Toledo; 3.- Cide Hamete Benengeli: autor del manuscrito arábigo; 4.- Un
nebuloso autor intermediario que cobra cuerpo al final de capítulo 8 de la primera parte y en el capítulo final de la
primera parte. Sobre la clasificación de Haley, véase MONTERO REGUERA, J. (1997), p. 156-157. Otros autores,
como Robert M. Flores defienden un esquema de cinco narradores: a) primer autor, que es Cide Hamete; b) el autor
del Quijote de 1605, que es el traductor anónimo del manuscrito de Cide Hamete; c) el morisco aljamiado que
aparece en el Alcaná de Toledo y que traduce el resto del texto arábigo; d) y e) el segundo autor de 1605 y el autor de
1615, ambos serían el propio Cervantes; véase MONTERO REGUERA, J. (1997), p. 159-160. Sobre el tema de los
narradores del Quijote, puede también consultarse el trabajo Cide Hamete Benengeli y los narradores del «Quijote»,
MAESTRO, J.G. (2002). Juan Bautista Avalle-Arce considera que el Quijote introduce un asunto fundamental en la
historia de la literatura: el narrador infidente, del que el lector no se puede fiar, AVALLE-ARCE, J.B. (1987).
271
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.2. La influencia del Quijote
887
SALINAS, P. (2005), p. 149.
888
Sobre los modelos iconográficos del Quijote y su evolución desde el siglo XVII hasta nuestros días,
recomiendo la lectura y contemplación de los libros Leer el Quijote en imágenes, LUCÍA MEGÍAS, J.M. (2006), Don
Quijote, una nueva mirada, VARIOS AUTORES (2005b), o Cuatrocientos años de don Quijote por el mundo, ARMERO,
G. (2005). Por supuesto, recomiendo la consulta de la Historia gráfica de Cervantes y del Quijote, obra que inauguró
el estudio iconográfico de Cervantes y el Quijote, GIVANEL MAS, J. (1947). Sobre los recientes trabajos
iconográficos del Quijote, véase LUCÍA MEGÍAS, J.M. (2005).
889
En el estudio Don Quijote, del libro al mito Jean Canavaggio repasa con rigor y minuciosidad las lecturas del
Quijote, las más destacadas adaptaciones, secuelas e interpretaciones a que la obra ha dado lugar, CANAVAGGIO, J.
(2006).
890
PESET, J.L. (2010), p. 95.
891
Véase CANAVAGGIO, J. (2006), p. 53-59. Sobre la presencia de don Quijote en el siglo XVII, también puede
consultarse GAMECHOGOICOECHEA LLOPIS, A. (2007).
892
FERNÁNDEZ GONZALO, J. (2010), p. 44.
272
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.2. La influencia del Quijote
El éxito de la novela le permitió dar el salto a las tablas de los teatros. Las
aventuras de Sancho y don Quijote fueron fruto de numerosas adaptaciones teatrales.
El Entremés famoso de los invencibles hechos de Don Quijote (1617) de Francisco
Ávila, El Curioso impertinente (1608) de Guillén de Castro, Los disparates de Don
Quijote de la Mancha (1637) de Calderón de la Barca, Le gouvernement de Sancho
Pança (1642) de Guérin de Bouscal o The comical history of Don Quixote (1694-1696)
de Thomas D’Urfey —pieza que fue adaptada, con la participación de D’Urfey, a la
ópera por Henry Purcell en 1695— son algunos ejemplos de versiones y adaptaciones
teatrales de la novela de Cervantes.895 Como anécdota, merece la pena señalar que
en 1613 el teatro Globe, de Londres, sufrió un incendio en el que se perdieron varias
piezas teatrales. Entre las obras desaparecidas con el fuego figura una titulada The
History of Cardenio, basada en la historia de Cardenio del Quijote, y escrita por
William Shakespeare.
Las primeras lecturas del Quijote, en el siglo XVII y buena parte del XVIII,
enfatizaron su carácter de obra cómica, burlesca. Don Quijote era considerado un
inadaptado, un extravagante, una especie bufón del que se podía hacer mofa. «El
893
He tomados los datos sobre las traducciones de CANAVAGGIO, J. (2006), p. 56-57.
894
He tomado la cita de Dancout de CANAVAGGIO, J. (2006), p. 112-113. Por su parte, Pedro Salinas, dedica un
ensayo escueto pero muy hermoso a las lecturas del Quijote, Leer el Quijote, SALINAS, P. (2005), p. 149-157.
895
Datos extraídos de CANAVAGGIO, J. (2006), p. 56-78.
896
Los datos sobre las publicaciones han sido extraídos de CANAVAGGIO, J. (2006), p. 96-99.
273
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.2. La influencia del Quijote
A partir del siglo XVIII, el pensamiento ilustrado introdujo una aproximación épica
a las aventuras quijotescas. Los escritores ingleses Laurence Sterne (1713-1768),
Henry Fielding (1707-1754) y Tobias Smollett (1721-1771) fueron algunos de los
artífices de esta nueva mirada. El Quijote conservaba su valor cómico, pero ya no era
objerta de burla, sino de adminiración y reconocimiento.
FIGURA 23
En su viaje por los siglos, la lectura del Quijote pasó de la comicidad burlesca del
barroco a la risa épica del neoclasicismo ilustrado. Desde aquí se adentró en la ironía
romántica, una ironía que no entraña sarcasmo, sino contradicción, pugna entre lo
897
ROSALES, L. (1996), p. 307.
898
Sobre la evolución de las interpretaciones del Quijote desde su publicación hasta entrado el siglo XXI, puede
consultarse el ensayo de Emilio Martínez Mata, MARTÍNEZ MATA, E. (2007).
274
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.2. La influencia del Quijote
Del Quijote y de su gran héroe se han apoderado casi todas las escuelas
artísticas. Cada una, a su modo, ha pretendido legitimar su parentesco con la obra
cervantina. «Para los románticos, don Quijote era un héroe romántico que corría en
vano tras un ideal de belleza; para los realistas, Cervantes fue el primer realista; para
los modernistas, fue el primer moderno; para los surrealistas era surrealista y para los
posmodernos fue el primer posmoderno. Al parecer, don Quijote se convierte en
quienquiera que lo lee».901
899
El romántico Schelling entendió el Quijote como una antinomia entre el espíritu y la materia, entre lo ideal y
lo real.
900
NIETZSCHE, F. (2005b), p. 86-87.
901
Señala, con ironía, Margaret Atwood, ATWOOD, M. (2005), p. 18.
902
ATWOOD, M. (2005), p. 19. Los trabajos sobre la influencia de la obra de Cervantes es demasiado amplia.
Como ejemplo, José Lasaga rastrea los orígenes de la razón vital de Ortega en la obra cervantina, La llave de la
melancolía. El papel de Cervantes en los orígenes de la razón vital, LASAGA, J. (2005).
903
Sobre la estética de la recepción en el Quijote, véase MONTERO REGUERA, J. (1997), p. 101-115.
275
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.2. La influencia del Quijote
lado, la lectura romántica del Quijote, es decir, la defensa del valor simbólico de la
obra, puede encontrarse en Unamuno, Ortega y Gasset, Menéndez Pidal, Ramiro de
Maeztu o Américo Castro. Autores como Anthony Close o Daniel Eisenberg toman
partido por la lectura hard. En todo caso, ambas lecturas son complementarias, no
excluyentes, y su uso reduccionista sólo cobra sentido en contextos irreales y
profundamente anacrónicos.
904
ARMERO, G. (ed.) (2005), PUERTO, J. (2005), SANCHEZ RON, J.M. (dir.) (2005), VARIOS AUTORES (2005b),
VARIOS AUTORES (2005c), VARIOS AUTORES (2005d), respectivamente.
905
Un apunte especial merece el homenaje internacional que la revista literaria de las Naciones Unidas, Ex
Tempore (ISSN 1020-6604), rindió a Cervantes y al Quijote en su número de diciembre de 2004. La revista puede
consultarse de forma gratuitta en la página web http://www.unspecial.org/UNS640/t32.html.
906
Véase, en esta tesis, el capítulo “1.4.3.- La locura de don Quijote”.
276
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.3. La locura de don Quijote
907
Sobre la locura de don Quijote se han escrito tantos libros, artículos, reseñas, comentarios, que es vano
esfuerzo mencionarlos todos. A título informativo citaré ALONSO-FERNÁNDEZ, F. (2004), ALONSO-FERNÁNDEZ, F.
(2005), BAILÓN BLANCAS, J.M. (2006), CASTILLA DEL PINO, C. (2005), CORRAL MÁRQUEZ, R. y TABARÉS
SEISDEDOS, R. (2003), GOYANES, J. (1932), GRACIA GUILLÉN, D. (2005), HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836),
HUTCHINSON, S. (2005), LASALA, M. (1905), LÓPEZ-MUÑOZ, F. y otros (2006), MADARIAGA, S. (1967), MARTÍNEZ
TORRÓN, D. (1998), MONTIEL, L. (1994), MÚGICA RODRÍGUEZ, C. (2005), OLMEDA, M. (1973), PEÑA Y LILLO, S.
(1993), PÉREZ, N. (2006), PÉREZ ÁLVAREZ, M. (2005), PESET, J.L. (2005), PI Y MOLIST, E. (1886), QUINTANA
TEJERA, L. (2005), ROYO VILLANOVA, R. (1920), SANCHEZ RON, J.M. (2005), SANCHEZ GRANJEL, L. (1976),
SANCHEZ GRANJEL, L. (2005), SOLER, M. (2008). Por rocambolescos y originales cito algunos trabajos sobre las
causas de la locura quijotesca, GARCÍA RUIZ P.J., y GULLIKSEN L. (1999).
908
La primera acepción de quijote es: «(Del catalán cuixot, y este del latín coxa, cadera): 1. Pieza del arnés
destinada a cubrir el muslo. 2. En el cuarto trasero de las caballerías, parte comprendida entre el cuadril y el
corvejón», REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (Diccionario de la Lengua Española, 22ª edición).
909
Parece que escuchamos la voz de Luis Rosales: «el quijotismo no es compatible con el éxito», ROSALES, L.
(1996), p. 597.
277
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.3. La locura de don Quijote
condición existencial de don Quijote, no como mero sueño de Alonso Quijano,910 sino
como personaje en sí mismo, necesita de su locura.
910
Borges, en su soneto Sueña Alonso Quijano, escribe «El hidalgo fue un sueño de Cervantes / y don Quijote un
sueño del hidalgo», BORGES, J.L. (1999) p. 34.
911
Texto disponible en la página web http://cvc.cervantes.es/ciencia/cajal/cajal_articulos/quijote.htm. Se trata del
discurso leído por Ramón y Cajal en la sesión conmemorativa de la publicación del Quijote, celebrada por el Colegio
Médico de San Carlos el 9 de Mayo de 1905.
912
TORRENTE BALLESTER, G. (2004).
913
Sobre este punto explica Castilla del Pino: «los locos carecen de la capacidad de vivir como si, que caracteriza
al juego-diversión. En suma, parecen no jugar», CASTILLA DEL PINO, C. (2005), p. 26.
278
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.3. La locura de don Quijote
Por supuesto, las palabras de Alonso Quijano —«yo fui loco y ya soy cuerdo»—
remiten a una cuestión preliminar: ¿qué es estar loco y qué es estar cuerdo? No es
una pregunta fácil de responder.914 Tal vez podamos tomar por cuerdo a aquel que es
capaz de vivir en el mundo de acuerdo con las reglas del mundo. Claro que las reglas
son muchas, a menudo contradictorias, y que la barrera entre la locura y la cordura es
borrosa, permeable, imprecisa.
Por ello, debemos asumir cierto margen de indefinición para poder avanzar. A
grandes rasgos, estamos en situación de afirmar que el hidalgo manchego pierde el
juicio para poder ser don Quijote. Pero no enloquece de cualquier manera, a tontas y a
locas, sino con orden y concierto, ateniéndose a unas reglas estrictas.
Veamos: Alonso Quijano se torna loco antes de ser don Quijote. Y su locura
consiste en dar por ciertas las ficciones de las caballerías andantes.
914
Giuseppe Lanza del Vasto (1901-1981, fallecido en Elche de la Sierra, Albacete) afirmó que un hombre
cuerdo no es más que un hombre razonable y que sólo son sabios los que poseen la clave de su propia locura. He
tomado la cita de Lanza del Vasto de PEÑA Y LILLO, S. (1993), p. 31.
915
La cita corresponde a los últimos versos del poema Lo fatal, DARÍO, R. (2000), p. 371.
916
Sobre el mito de Edipo véase GRAVES, R. (2005), p. 406-407
917
La cita procede de la proposición 6.52 del Tractatus de Wittgenstein, GÓMEZ SÁNCHEZ, C. (2002b), p. 24.
279
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.3. La locura de don Quijote
Queda patente que Alonso Quijano sigue unas reglas y es riguroso y metódico
incluso al enloquecer. Lo era en su ordenada vida de hidalgo. «Una olla de algo más
vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas
los viernes, algún palomino de añadidura los domingos» [DQ, I, cap. 1, p. 38]. Y lo es
ahora que ha perdido el juicio.
918
El agua fría era buen remedio contra la locura pues contrarrestaba la sequedad y la calentura del cerebro.
280
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.3. La locura de don Quijote
agua era una preciosísima bebida que le había traído el sabio Esquife, un
grande encantador y amigo suyo [DQ, I, cap. 5, p. 80-81].
La locura de don Quijote consiste en dar por cierto lo soñado. En vivir una
fantasía. Por eso, primero inventa un mundo de caballerías y luego se inventa a sí
mismo en ese mundo. Porque, ¿qué sentido tendría ser don Quijote en el mundo real
sin gigantes, sin encantadores y sin damas en apuros? De hecho, éste será el
problema vital de la segunda parte del Quijote: cómo seguir siendo don Quijote en el
mundo común de Sancho y los demás personajes.919
No en vano, una vez bautizado como don Quijote, «apenas se vio en el campo,
cuando le asaltó un pensamiento terrible, y tal, que por poco le hiciera dejar la
comenzada empresa; y fue que le vino a la memoria que no era armado caballero, y
que, conforme a ley de caballería, ni podía ni debía tomar armas con ningún caballero;
y, puesto que lo fuera, había de llevar armas blancas, como novel caballero, sin
empresa en el escudo, hasta que por su esfuerzo la ganase. Estos pensamientos le
hicieron titubear en su propósito; mas, pudiendo más su locura que otra razón alguna,
propuso de hacerse armar caballero del primero que topase, a imitación de otros
muchos que así lo hicieron, según él había leído en los libros que tal le tenían» [DQ, I,
cap. 2, p. 49]. Es decir, el incumplimiento de las reglas del juego de la locura llega a
hacerle titubear. No todo vale. Debe atenerse a unas estrictas normas. Una vez que
Alonso Quijano es don Quijote, debe actuar como tal, y seguir las reglas de la
caballería andante. «Cada uno es hijo de sus obras», dirá don Quijote [DQ, I, cap. 4,
p. 70].920
Resulta evidente que hay un sentido en su locura. Del mismo modo que hay un
sentido —más o menos manifiesto— en toda locura humana. Y el sentido íntimo de la
locura de Alonso Quijano es conquistar la fama inmortal. Algo que está fuera del
alcance del hidalgo Quijano, pero no del caballero don Quijote de la Mancha.
—¿Quién duda sino que en los venideros tiempos, cuando salga a luz la
verdadera historia de mis famosos hechos, que el sabio que los escribiere no
ponga, cuando llegue a contar esta mi primera salida tan de mañana, desta
manera?: «Apenas había el rubicundo Apolo tendido por la faz de la ancha y
espaciosa tierra las doradas hebras de sus hermosos cabellos, y apenas los
pequeños y pintados pajarillos con sus arpadas lenguas habían saludado con
919
Dedico a este tema dos capítulos de esta tesis: “2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta de
don Quijote a Dulcinea” y “2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea”.
920
De hecho, don Quijote se acoge con rigor a las normas de la caballería. Véase el estudio Don Quijote y el
oficio de caballero, RUIZ, F. (2005). Sobre la caballería en la época de Cervantes, puede consultarse “La caballería
real en tiempos de Alonso Quijano”, CÁTEDRA, P.M. (2007), p. 81-126.
281
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.3. La locura de don Quijote
—Dichosa edad, y siglo dichoso aquel adonde saldrán a luz las famosas
hazañas mías, dignas de entallarse en bronces, esculpirse en mármoles y
pintarse en tablas para memoria en lo futuro. ¡Oh tú, sabio encantador,
quienquiera que seas, a quien ha de tocar el ser coronista desta peregrina
historia! Ruégote que no te olvides de mi buen Rocinante, compañero eterno
mío en todos mis caminos y carreras [DQ, I, cap. 2, p. 49-50].
Por supuesto, la locura de don Quijote sirve también como un recurso literario en
la novela. Cervantes no hubiera escrito esta novela de no ser por la locura de don
Quijote. Autores como Vicente Gaos o Luis Rosales apoyan la idea de que la locura
actúa como un potente recurso literario. «En el Quijote la locura del protagonista es,
ante todo, un recurso técnico, un motivo funcional y estructurante de la novela. Si Don
Quijote no estuviera loco, no habría Quijote», afirma Gaos. «Es indudable que hacer
lindar a don Quijote con la frontera de la locura es una estricta necesidad de la
naturaleza de la obra», sostiene Rosales.921 Cervantes, al dar «por loco a su
personaje, lo extrae del plano de la realidad diaria»,922 y puede así construir la historia
del héroe trasnochado que contempla el mundo a través del prisma de la realidad
deseada, «bajo la privanza de la imaginación y no de la razón».923
921
He tomado la cita de Vicente Gaos de MARTÍNEZ TORRÓN, D. (1998), p. 24. Rosales defiende esta idea en
ROSALES, L. (1996), p. 39-78. La cita ha sido tomada de ROSALES, L. (1996), p. 42.
922
AYALA, F. (2005), p. 65.
923
ROSALES, L. (1996), p. 42.
924
«Una de las razones por las que el autor de esta obra recurre a la locura de don Quijote puede ser para
garantizarle a su héroe la más absoluta forma de libertad», afirma Joaquín Czikk. He tomado la cita de CHOZA, J., y
ARECHEDERRA, J.J. (2007), p. 54.
925
La cita es de Rosales, ROSALES, L. (1996), p. 32.
282
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.3. La locura de don Quijote
926
ROSALES, L. (1996), p. 53. Rosales expone su tesis sobre la relación entre la adolescencia y la actitud de don
Quijote en ROSALES, L. (1996), p. 46-78.
927
TORRENTE BALLESTER, G. (2004).
928
Gaos va más lejos y afirma: «Los psiquiatras y otros críticos que juzgan a Don Quijote esquizofrénico,
paranoico, etc., se den o no cuenta de ello, incurren en el mismo error del personaje que estudian: confunden realidad
y ficción». La cita de Vicente Gaos procede de MARTÍNEZ TORRÓN, D. (1998), p. 24. No comparto esta idea. En
“1.1.3.2. El Quijote como campo de estudio de la curación por la palabra” de esta tesis defiendo mi posición al
respecto.
929
Palabras del psiquiatra López Ibor en su discurso de apertura del IV Congreso Mundial de Psiquiatría,
celebrado en Madrid en 1966. Tomo la cita de CHOZA, J., y ARECHEDERRA, J.J. (2007), p. 38.
283
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.3. La locura de don Quijote
hablan con juicio por algún tiempo, de suerte, que no conoceréis su enfermedad si no
tocáis ciertas cuerdas», escribió Ludovico Antonio Muratori en la segunda mitad del
siglo XVIII.930
Por otro lado, Torrente opone juego a realidad y seriedad y, sobre esta
oposición, articula su tesis. Pero la vida, la realidad, no deja de ser, en última
instancia, un juego. Un juego que va en serio y que no se opone a la seriedad, sino
que la incluye.931
Pero, sin lugar a dudas, ha sido decisiva la influencia de la lectura seria, casi
reverencial, del Quijote, que ha predominado desde el neoclasicismo. Las
interpretaciones de Gregorio Mayans (1738), Vicente de los Ríos (1780) y Diego
Clemencín (1833-1839) son destacados exponentes de la corriente neoclásica. Según
esta mirada, el Quijote es un dechado de virtudes formales y morales, equivalente a la
Ilíada homérica. Así, la locura es considerada un recurso literario, una elegante
manera de presentar la dicotomía entre ilusión y realidad.933
930
He tomado la cita de Muratoti de PESET, J.L. (2010), p. 176.
931
Lo explica mejor Gil de Biedma: «Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender más tarde / como
todos los jóvenes, yo vine / a llevarme la vida por delante», GIL DE BIEDMA, J. (1999), p. 164.
932
AYALA, F. (2005), p. 64.
933
Vicente de los Ríos fue el primero en desarrollar la tesis de la dicotomía entre ilusión y realidad en el Quijote.
Sobre las teorías de la recepción y evolución de las lecturas del Quijote, véase CLOSE, A. (2004b), p. 160-191.
284
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.3. La locura de don Quijote
Orán otorgando sus servicios sexuales a los carceleros y a los jeques, y que luego,
pudo sobrevivir en Valladolid gracias a que se convirtió en proxeneta de sus propias
hermanas».934
FIGURA 24
Imagen tomada de
ww.bne.es/es/Colecciones/Cervantes/Quijotein
teractivo
934
CHOZA, J., y ARECHEDERRA, J.J. (2007), p. 68.
935
ROSALES, L. (1996), p. 325.
285
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.3. La locura de don Quijote
No debemos olvidar que el siglo XVI está marcado, en diferentes frentes, por la
tensión histórica. El Renacimiento trajo consigo la amenaza de los antiguos puntos de
referencia sociales. Los valores medievales perdieron vigencia y los antiguos
cimientos culturales se tambalearon. La tierra dejó de ser centro del universo y un
sentimiento general de cambio recorrió los foros culturales y políticos.
936
CLOSE, A. (2004b), p. 172.
937
Francisco Ayala considera que, incluso en la época de Cervantes, el ethos medieval era «más cosa de la
imaginación que de la realidad», AYALA, F. (2005), p. 26-27.
938
Al menos, así lo considera Ayala, AYALA, F. (2005), p. 58.
939
Véase RUBIO, D. (1952), obra de rancio aliento nacionalista.
286
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.3. La locura de don Quijote
Sin embargo, la actitud de don Quijote no puede quedar confinada sin más a un
mero conflicto, a una distorsión de la realidad o un simple error de juicio. Su locura es
lo que le da sentido como personaje, su valor vital. Sin ella, don Quijote desaparece,
deja de ser como tal. Y da paso a Alonso Quijano, quien —hermosa paradoja— ya no
es capaz de vivir después de haber probado los licores de la locura. De hecho, la
940
AYALA, F. (2005), p. 86.
941
«Sin duda el Quijote estuvo loco —afirma el psiquiatra Sergio Peña y Lillo—, pero su delirio conlleva ese
anhelo ancestral del hombre de virtud y de ideal», PEÑA Y LILLO, S. (1993), p. 33.
942
En ingles en el original: Though this be madness, yet there is method in it (Hamlet, acto 2, escena 2).
943
PEÑA Y LILLO, S. (1993), p. 30. El propio Sergio Peña lo ha dicho con elegancia: «La fantasía –en condiciones
de normalidad– no es lógica, pero tampoco es arbitraria, y obedece aun orden que la determina y que cierra el círculo
de sus posibilidades. Es por eso que la imaginación, al igual que las cosas, no tiene una multiplicidad inagotable»,
PEÑA Y LILLO, S. (1993), p. 32.
287
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.3. La locura de don Quijote
fuerza del personaje don Quijote eclipsa a Alonso Quijano. El mismo narrador de la
obra, al describir la muerte del protagonista, lo llama don Quijote y no Alonso Quijano.
Así pues, la lectura del Quijote en clave clínica, como si de pacientes se tratara,
puede ser acertada —más bien legitimada— en un punto, pero fallida en muchos
otros. Fallida, sobre todo, en el análisis de la psicopatología y de la delimitación
nosológica del protagonista de la novela. No pretendo restar valor al esfuerzo de
tantas personas que han dedicado excelentes trabajos a este asunto. Scipion Pinel
944
Citado en CHOZA, J., y ARECHEDERRA, J.J. (2007), p. 29.
945
Torrente Ballester considera que en el Quijote Cervantes consigue crear un principio de realidad suficiente
que posibilita estos artificios realistas, TORRENTE BALLESTER, G. (2004), p. 55-97.
288
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.3. La locura de don Quijote
Los diagnósticos de don Quijote formulados durante los últimos doscientos años
(monomanía, paranoia, delirio de interpretación, reacción paranoica monotemática,
trastorno delirante, o delirio megalomaniaco de autometamorfosis en contexto de
trastorno bipolar, entre otros) muestran los cambios ocurridos en la nosología de la
locura, pero también reflejan la adscripción teórica o conceptual de cada autor. Este
punto es sumamente interesante, ya que nos ofrece una panorámica histórica de las
interpretaciones psicopatológicas de un mismo caso.
946
GARRABÉ, J. (2011), p. 228
947
El diagnóstico de monomanía de Esquirol se sitúa, sin embargo, en una reflexión general sobre sobre la locura
amorosa. El propio Esquirol afirmó: «l'on trouve dans don Quichotte une description admirable de la monomanie qui
regna dans presque toute l'Europa, à la suite des croisades: mélange d'extravagance amoureuse et de bravoure
chavaleresque que, chez plusiers individus, était une véritable folie» (encontramos en don Quijote una maravillosa
descripción de la monomanía que reinaba en la mayor parte de Europa, después de las Cruzadas: una mezcla de
extravagancia amorosa y de valentía caballeresca que, en ciertas personas, era una verdadera locura; la traducción
es mía). He tomado la cita de Esquirol de GARRABÉ, J. (2011), p. 227-228.
948
FRAGUAS, D. (2009). Sin embargo, la tentación de formular diagnósticos retrospectivos no fue ajena a grandes
clínicos. Por ejemplo, Karl Jaspers defendió la condición esquizofrénica del profeta Ezequiel, véase ROSEN, G.
(1974), p. 81.
289
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.3. La locura de don Quijote
Los trabajos sobre la locura de don Quijote se han visto complementados con
estudios sobre la aparente y discutida adhesión de Sancho a la locura de Quijote.
Madariaga habló de la quijotización de Sancho para definir el cambio que vive durante
el transcurso de las dos partes de la novela. Torrente Ballester sitúa la entrada de
Sancho en el juego quijotesto en el episodio de Sierra Morena. Madariaga da más
peso al efecto de las palabras de Sansón Carrasco —en el comienzo de la segunda
parte— sobre la publicación de la primera parte del Quijote. «En aquel momento se le
abre [a Sancho] el campo de la vida ante la revelanción de un placer nuevo para él.
949
CASTILLA DEL PINO, C. (2005), p. 62-63. Torrente va más lejos y afirma: «Hablar de delirio […] es salirse por
la tangente», TORRENTE BALLESTER, G. (2004), p. 60.
950
Las referencias de las obras citadas en la Tabla 3 son, por orden de aparición (filas de superior a inferior):
PEREZ, N. (2006), HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), PEREZ, N. (2006), GARRABÉ, J. (2011), PI Y MOLIST, E.
(1886), LASALA, M. (1905), ROYO VILLANOVA, R. (1920), GOYANES, J. (1932), PEÑA Y LILLO, S. (1993), CORRAL
MÁRQUEZ, R. y TABARÉS SEISDEDOS, R. (2003), ALONSO-FERNÁNDEZ, F. (2005), BAILÓN BLANCAS, J. M. (2006).
290
1. INTRODUCCIÓN - 1.4. Aproximación al Quijote
1.4.3. La locura de don Quijote
Goza entonces por primera vez del vino exquisito de la fama».951 De esta manera,
apunta Madariaga, el espíritu de Sancho ascendió de la realidad a la ilusión, al tiempo
que el de don Quijote descendía de la ilusión a la realidad, en un proceso de
sanchificación.
951
MADARIAGA, S. (1967), p. 127-135. La cita entrecomillada procede de MADARIAGA, S. (1967), p. 130.
952
Pese a defender la follie à deux de caballero y escudero, Castilla del Pino afirma: «Si don Quijote “recoge” su
locura de los libros de caballería, Sancho —ajeno hasta entonces a ese universo— lo hace desde las perspectivas que
se le prometen y se le ofrecen como factibles», CASTILLA DEL PINO, C. (2005), p. 71.
953
véase SALAZAR RINCÓN, J. (1986), p. 24-40.
954
El texto de Crespo puede consultarse en CRESPO, L.F. (1987). Castilla del Pino comenta, al hablar de la
participación de Sancho en las locuras quijotescas, que «estamos dispuestos siempre a figurarnos que somos aquello
mediante lo cual nuestra identidad se realiza», CASTILLA DEL PINO, C. (2005), p. 29.
291
1. INTRODUCCIÓN - 1.5. La curación por la palabra en el Quijote: estado de la cuestión
Laín dedicó más de medio siglo a la investigación de este tema. En 1958 publicó su
artículo La racionalización platónica del ensalmo y la invención de la psicoterapia verbal en
la revista Archivos médicos, en el que destaca el valor curativo de la palabra en la obra de
Platón.956 En el año 2005 ofreció al público general y a los interesados y especialistas en el
tema, el libro La curación por la palabra en la antigüedad clásica, en el que expone el
resultado de tantos años de estudio en esta materia.957
Los trabajos de Laín Entralgo causan admiración por su erudición y por su claridad
expositiva. En ellos defiende el papel de Platón como artífice de la transformación de la
palabra curativa de acción mágica en palabra curativa de acción psicológica, permitiendo
así el nacimiento de una psicoterapia verbal. La exposición de la tesis de Laín se asienta
sobre un estudio minucioso de la obra de Platón, especialmente del Cármides.958 Pese a
ello, Laín apenas prestó atención a la curación por la palabra en obras posteriores a
Platón. De hecho, la curación por la palabra —o, si se prefiere, los remedios
psicoterapéuticos en sentido amplio— utilizada en el Quijote no ha recibido, hasta la fecha,
la atención que merece. El magma vasto y pletórico959 que conforma la bibliografía crítica
955
FREUD, S. (1981), vol. 2, p. 1285-1336 [XXXIII, El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’, de W. Jensen].
956
LAÍN ENTRALGO, P. (1958).
957
LAÍN ENTRALGO, P. (2005). Entre 1958 y 2005 publicó otros dos trabajos sobre este tema: LAÍN ENTRALGO, P.
(1970), y LAÍN ENTRALGO, P. (2001).
958
Para más detalles véanse “1.2.5. La racionalización platónica del ensalmo (epodé)” y el trabajo FRAGUAS, D. (2007).
959
«La bibliografía crítica del Quijote es, como el caos primitivo, vasta y pletórica», CLOSE, A. (2004b), p. 160.
292
1. INTRODUCCIÓN - 1.5. La curación por la palabra en el Quijote: estado de la cuestión
del Quijote no incluye estudio específico alguno sobre el tema. Por tanto, esta tesis
constituye un punto de partida en este campo.
No obstante, algunos autores han realizado aportaciones muy valiosas sobre las
actividades psicoterapéuticas descritas en el Quijote. Este capítulo está dedicado al
estudio de estas contribuciones, que conforman el estado de la cuestión del estudio de la
curación por la palabra en el Quijote.
960
Así lo explica HUERTAS, R. (2004), p. 206-207.
961
HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), p. 15-16.
962
Sobre el desarrollo de un pensamiento psiquiátrico en el siglo XIX véase el excelente trabajo de Rafael Huertas,
HUERTAS, R. (2004). Sobre la evolución del empleo del tratamiento moral en los asilos para enfermos mentales desde el
siglo XVII hasta bien entrado el XX, véase OZARIN L.D. (1954).
963
HUERTAS, R. (2004), p. 201.
964
El texto entrecomillado procede de La Philosiphie de la folie (1791), de Joseph Daquin (1732-1815), texto que
constituye un antecedente fundamental del tratamiento moral de la locura. Tomado de HUERTAS, R. (2004), p. 205.
965
Sobre las recomendaciones de Pinel, véase HUERTAS, R. (2004), p. 206-207. El psiquiatra francés Jean-Étienne
Dominique Esquirol (1772-1840) fue uno de los defensores del aislamiento de familiares y amigos como medida
terapéutica. Véase HUERTAS, R. (2004), p. 209. José Luis Peset estudia la revolución que supuso la aportación de Pinel en
PESET, J.L. (2003). Sin embargo, en algunas ocasiones el tratamiento moral de la locura pasaba por «el aislamiento de los
alienados».
293
1. INTRODUCCIÓN - 1.5. La curación por la palabra en el Quijote: estado de la cuestión
La primera consiste «en apartarle [a don Quijote] de la causa que había producido su
mal; el escrutinio y quema de libros de caballerías y amores, tabicando hasta la puerta
donde estaban; y la persuasión de haberse ejecutado por encanto, era el paso más
sensato que podría darse en la materia».967 La medida cumple, según Hernández Morejón,
con «el precepto general que debe aplicarese a todas las enfermedades; pues es una
especie de milagro que se cure ninguna, si se permanece bajo el influjo y causas que la
engendran».968
966
HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836).
967
Así lo explica Hernández Morejón, HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), p. 16.
968
HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), p. 17.
969
HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), p. 17. Los capítulos 26 al 30 de la primera parte del Quijote —que incluyen
también la historia de Cardenio y Dorotea— describen las artimañas de que se valieron el cura y el barbero para conseguir
que don Quijote abandonara la penintencia en Sierra Morena y regresara a su casa.
970
HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), p. 18.
971
El entrecomillado es cita de Hernández Morejón del Quijote. El texto corresponde a DQ, II, cap. 6, p. 732.
294
1. INTRODUCCIÓN - 1.5. La curación por la palabra en el Quijote: estado de la cuestión
972
Cita de Hernández Morejón del Quijote. El texto corresponde a DQ, II, cap. 6, p. 734. La referencia del texto de
Morejón es HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), p. 18-19.
973
HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), p. 19.
974
HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), p. 19. Los capítulos 12 a 15 de la segunda parte del Quijote narran las aventuras
de don Quijote con el Caballero de los Espejos, DQ, II, cap. 12-15, p. 783-816. El encuentro con el Caballero de la Blanca
Luna es narrado en los capítulos 64 y 65 de la segunda parte, DQ, II, cap. 64-65, p. 1263-1274.
975
HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), p. 19-20. El médico de Capadocia es, presumiblemente, Areteo de Capadocia
(120-200).
976
HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), p. 20. Morejón escribe Haneman y Omeopatía. Se refiere a Samuel Hahnemann
(1755-1843) y a la homeopatía.
295
1. INTRODUCCIÓN - 1.5. La curación por la palabra en el Quijote: estado de la cuestión
977
HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), p. 20. Fran ois Joseph Victor Broussais (1772-1839) fue un médico francés
defensor de una medicina fisiológica. Dedicó una especial atención al estudio de la locura. Entre sus obras destaca De
l'irritation et de la folie (París, 1828). Erwin Ackerknecht dedicó su trabajo Broussais or a forgotten medical revolution al
análisis de la aportación médica de Broussais, AKERKNECHT, E.H. (1953).
978
PI Y MOLIST, E. (1886).
979
PI Y MOLIST, E. (1886), p. 311.
980
Pi y Molist recuerda que este orden homeopático trasciende la doctrina encabezada por Samuel Hahnemann (1755–
1843), PI Y MOLIST, E. (1886), p. 301.
981
En este punto Pi i Molist cita un tratado de farmacopea del Hospital de la Santa Cruz de Barcelona, publicado en
1677, en el que se detallan recetas de fórmulas contra la locura, con nombres estrambóticos como lavativa para delirantes
calenturientos, cocimiento para idiotas, jarabe usual para locos o polvos de primera clase para idiotas, PI Y MOLIST, E.
(1886), p. 302-303.
982
PI Y MOLIST, E. (1886), p. 301-304.
296
1. INTRODUCCIÓN - 1.5. La curación por la palabra en el Quijote: estado de la cuestión
Esta tesis pretende servir de punto de partida para el estudio de la curación por la
palabra en el Quijote y, por extensión, en el Renacimiento europeo.
983
Cervantes da cuenta del encuentro de don Quijote con el Caballero del Bosque o de los Espejos en DQ, II, cap. 12-
15, p. 783-816.
984
Remito a mi trabajo sobre diagnóstico retrospectivo, FRAGUAS, D. (2007) y a los capítulos de esta tesis “1.1.5.
Presentismo histórico y etnocentrismo cultural” y “1.4.3. La locura de don Quijote”.
297
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.
LA CURACIÓN POR
LA PALABRA EN EL
QUIJOTE
298
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
299
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
300
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.1. El ensalmo de acción mágica en el Quijote
985
Véase el capítulo “1.2.1. Los primeros pasos de la psicoterapia” de esta tesis.
986
Véase TORRENTE BALLESTER, G. (2004), p. 55-60.
301
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.1. El ensalmo de acción mágica en el Quijote
302
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.1. El ensalmo de acción mágica en el Quijote
procura que se me dé un poco de aceite, vino, sal y romero para hacer el salutífero
bálsamo» [DQ, I, cap. 17, p. 195-196].
987
PLATÓN (1981b), p. 331-332 [Cármides, 155e-156d].
988
La preparación del bálsamo de Fierabrás da pie a plantear el uso de los remedios psicofarmacológicos en el
Quijote. Así lo hacen Francisco López Muñuz y colegas en LÓPEZ-MUÑOZ y otros (2007).
989
VÉGUEZ, R. (2001).
303
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.1. El ensalmo de acción mágica en el Quijote
Fue el mal que al subir a las ancas el barbero, la mula, que, en efeto, era de
alquiler […], alzó un poco los cuartos traseros y dio dos coces en el aire. Con
todo eso, le sobresaltaron de manera que [el barbero, en el papel de escudero
de la princesa] cayó en el suelo, con tan poco cuidado de las barbas, que se le
cayeron en el suelo [DQ, I, cap. 29, p. 374-375].
Visto el percal, no le quedó otra al cura que ingeniar un remedio del gusto
caballeresco para salir airoso de tamaño revés. Para ello recurrió a la invocación de un
ensalmo de acción mágica. Se acercó al barbero caído y «murmurando sobre él unas
palabras, que dijo que era cierto ensalmo apropiado para pegar barbas, como lo
verían; y, cuando se las tuvo puestas, se apartó, y quedó el escudero tan bien barbado
y tan sano como de antes» [DQ, I, cap. 29, p. 375].
De todo este enredo, «se admiró don Quijote sobremanera, y rogó al cura que
cuando tuviese lugar le enseñase aquel ensalmo; que él entendía que su virtud a más
que pegar barbas se debía de estender, pues estaba claro que de donde las barbas se
quitasen había de quedar la carne llagada y maltrecha, y que, pues todo lo sanaba, a
más que barbas aprovechaba» [DQ, I, cap. 29, p. 375].
El ensalmo para pegar barbas es, en última instancia, como bien apunta don
Quijote, un ensalmo que todo lo sana, y «a más que barbas» aprovecha. Un ensalmo
poderoso, pues no necesita de una pócima ni un bálsamo, sino que por sí mismo
consigue restituir las barbas y sanar la carne.
304
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.1. El ensalmo de acción mágica en el Quijote
Y luego se hincó de rodillas e hizo una oración en voz baja al cielo, pidiendo a
Dios le ayudase y le diese buen suceso en aquella, al parecer, peligrosa y
nueva aventura, y en voz alta dijo luego:
—¡Oh señora de mis acciones y movimientos, clarísima y sin par Dulcinea del
Toboso! Si es posible que lleguen a tus oídos las plegarias y rogaciones de
este tu venturoso amante, por tu inaudita belleza te ruego las escuches, que no
son otras que rogarte no me niegues tu favor y amparo, ahora que tanto le he
menester. Yo voy a despeñarme, a empozarme y a hundirme en el abismo que
aquí se me representa, sólo porque conozca el mundo que si tú me favoreces,
no habrá imposible a quien yo no acometa y acabe [DQ, II, cap. 22, p. 889-
890].
Las plegarias que Sancho solicita actúan mediante el poder de las palabras
pronunciadas que imploran a Dios y a la Virgen. Se trata de una ceremonia enmarcada
en la cultura española del Renacimiento —y que se mantiene vigente hoy en día— que
remite a la acción mágica, trascendente, de las palabras.
305
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.2. Ensalmo de acción psicológica en el Quijote
990
Denostados desde algunas tribunas, pero cuya labor para el desarrollo de la futura psicoterapia, es
incuestionable; profundizo en este tema en el apartado “1.2. Un recorrido por la historia de la psicoterapia”.
306
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.2. Ensalmo de acción psicológica en el Quijote
1.-
—Si acaso quisieren saber esos señores quién ha sido el valeroso que tales los
puso, diráles vuestra merced que es el famoso don Quijote de la Mancha, que
por otro nombre se llama el Caballero de la Triste Figura [DQ, I, cap. 19, p.
223].
2.-
Cuando Sancho oyó las palabras de su amo, comenzó a llorar con la mayor
ternura del mundo y a decille:
—Señor, yo no sé por qué quiere vuestra merced acometer esta tan temerosa
aventura: ahora es de noche, aquí no nos vee nadie, bien podemos torcer el
991
Véase PESET, J.L. (2010), p. 22, y URBINA, E. (1991).
307
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.2. Ensalmo de acción psicológica en el Quijote
3.-
—Así es verdad —dijo Sancho—, pues sólo el ruido de los mazos de un batán
pudo alborotar y desasosegar el corazón de un tan valeroso andante
aventurero como es vuestra merced [DQ, I, cap. 20, p. 242].
4.-
La aventura de los disciplinantes terminó con que «el pobre don Quijote vino al
suelo muy mal parado» [DQ, I, cap. 52, p. 642]. Hasta tal punto que Sancho lo dio por
muerto y pronunció esta plegaria, con la que, como explica el narrador de la historia,
«revivió don Quijote» [DQ, I, cap. 52, p. 643].
—¡Oh flor de la caballería, que con solo un garrotazo acabaste la carrera de tus
tan bien gastados años! ¡Oh honra de tu linaje, honor y gloria de toda la
Mancha, y aun de todo el mundo, el cual, faltando tú en él, quedará lleno de
malhechores, sin temor de ser castigados de sus malas fechorías! ¡Oh liberal
sobre todos los Alejandros, pues por solos ocho meses de servicio me tenías
dada la mejor ínsula que el mar ciñe y rodea! ¡Oh humilde con los soberbios y
arrogante con los humildes, acometedor de peligros, sufridor de afrentas,
enamorado sin causa, imitador de los buenos, azote de los malos, enemigo de
los ruines, en fin, caballero andante, que es todo lo que decir se puede!
Con las voces y gemidos de Sancho revivió don Quijote [DQ, I, cap. 52, p.
643].
5.-
308
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.2. Ensalmo de acción psicológica en el Quijote
—Señor, las tristezas no se hicieron para las bestias —advierte Sancho a don
Quijote—, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado,
se vuelven bestias: vuestra merced se reporte, y vuelva en sí, y coja las riendas
a Rocinante, y avive y despierte, y muestre aquella gallardía que conviene que
tengan los caballeros andantes [DQ, II, cap. 11, p. 775].
6.-
—No hay mayor locura que la que toca en querer desesperarse como vuestra
merced, y créame, y después de comido, échese a dormir un poco sobre los
colchones verdes de estas yerbas, y verá como cuando despierte se halla algo
más aliviado.
Hízolo así don Quijote, pareciéndole que las razones de Sancho más eran de
filósofo que de mentecato [DQ, II, cap. 59, p. 1210].
7.-
309
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.2. Ensalmo de acción psicológica en el Quijote
don Quijote, quien sentencia, con honda y resignada lucidez: «cada uno es artífice de
su ventura. Yo lo he sido de la mía» [DQ, II, cap. 66, p. 1276].
Al salir de Barcelona, volvió don Quijote a mirar el sitio donde había caído, y
dijo:
1.-
310
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.2. Ensalmo de acción psicológica en el Quijote
2.-
—Con todo eso, te hago saber, hermano Panza —replicó don Quijote—, que
no hay memoria a quien el tiempo no acabe, ni dolor que muerte no le consuma
[DQ, I, cap. 15, p. 180].
3.-
—No tengas pena, amigo -dijo don Quijote—, que yo haré agora el bálsamo
precioso con que sanaremos en un abrir y cerrar de ojos [DQ, I, cap. 17, p.
194].
4.-
—Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que
otro. Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de
serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas; porque no es posible
que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado
mucho el mal, el bien está ya cerca [DQ, I, cap. 18, p. 214].
5.-
Sancho muestra su enojo con don Quijote porque éste le dejó solo a merced de
los palos en la aventura del rebuzno. Don Quijote le escucha paciente y le anima a
expresar sus penas: «Hablad, hijo mío, todo aquello que os viniere al pensamiento y a
la boca» [DQ, I, cap. 28, p. 944].
311
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.2. Ensalmo de acción psicológica en el Quijote
Poco después de emprender sus andanzas, don Quijote advierte que aún no ha
sido armado caballero. Avista un castillo —que no era sino venta— y hacia él se dirige
con la intención de pasar la noche y ser armado caballero. Sin embargo, al llegar a la
venta «el lenguaje, no entendido de las señoras, y el mal talle de nuestro caballero
acrecentaba en ellas la risa y en él [en don Quijote] el enojo; y pasara muy adelante si
a aquel punto no saliera el ventero» [DQ, I, cap. 2, p. 54], quien habla
«comedidamente» y tranquiliza a don Quijote:
—Si vuestra merced, señor caballero, busca posada, amén del lecho, porque
en esta venta no hay ninguno, todo lo demás se hallará en ella en mucha
abundancia.
Viendo don Quijote la humildad del alcaide de la fortaleza, que tal le pareció a
él el ventero y la venta, respondió:
—Para mí, señor castellano, cualquiera cosa basta, «porque mis arreos son las
armas, mi descanso el pelear» [DQ, I, cap. 2, p. 54-55].
992
En “2.5.2. Tratamiento de la locura de amor de Cardenio” profundizo en el concepto de locura de amor.
993
—A buena fe que es así —respondió Sancho [refiriéndose al Caballero del Bosque]—, y que debe de
ser caballero enamorado.
—No hay ninguno de los andantes que no lo sea —dijo don Quijote [DQ, II, cap. 12, p. 788].
—Por ventura, señor caballero —preguntó el del Bosque a don Quijote—, ¿sois enamorado?
—Por desventura lo soy —respondió don Quijote [DQ, II, cap. 12, p. 791].
312
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.2. Ensalmo de acción psicológica en el Quijote
—No, no —dijo el barbero—, Sancho Panza; si vos no nos decís dónde queda,
imaginaremos, como ya imaginamos, que vos le habéis muerto y robado, pues
venís encima de su caballo. En verdad que nos habéis de dar el dueño del
rocín, o sobre eso, morena.
—No hay para qué conmigo amenazas, que yo no soy hombre que robo ni
mato a nadie: a cada uno mate su ventura, o Dios, que le hizo. Mi amo queda
haciendo penitencia en la mitad desta montaña, muy a su sabor.
313
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.2. Ensalmo de acción psicológica en el Quijote
Y luego, de corrida y sin parar, les contó de la suerte que quedaba, las
aventuras que le habían sucedido y cómo llevaba la carta a la señora Dulcinea
del Toboso, que era la hija de Lorenzo Corchuelo, de quien estaba enamorado
hasta los hígados.
Quedaron admirados los dos de lo que Sancho Panza les contaba; y, aunque
ya sabían la locura de don Quijote y el género della, siempre que la oían se
admiraban de nuevo. Pidiéronle a Sancho Panza que les enseñase la carta que
llevaba a la señora Dulcinea del Toboso. Él dijo que iba escrita en un libro de
memoria y que era orden de su señor que la hiciese trasladar en papel en el
primer lugar que llegase; a lo cual dijo el cura que se la mostrase, que él la
trasladaría de muy buena letra. Metió la mano en el seno Sancho Panza,
buscando el librillo, pero no le halló, ni le podía hallar si le buscara hasta agora,
porque se había quedado don Quijote con él y no se le había dado, ni a él se le
acordó de pedírsele [DQ, I, cap. 26, p. 322-323].
Apenas detecta la falta del libro con la carta, Sancho se siente inundado de
angustia y arremete contra sí mismo, culpándose de la pérdida, que, como sabemos
nosotros, no fue tal. El cura estima el malestar de Sancho y acude en su ayuda con
palabras de consuelo.
Cuando Sancho vio que no hallaba el libro, fuésele parando mortal el rostro; y,
tornándose a tentar todo el cuerpo muy apriesa, tornó a echar de ver que no le
hallaba; y, sin más ni más, se echó entrambos puños a las barbas y se arrancó
la mitad de ellas, y luego, apriesa y sin cesar, se dio media docena de puñadas
en el rostro y en las narices, que se las bañó todas en sangre. Visto lo cual por
el cura y el barbero, le dijeron que qué le había sucedido, que tan mal se
paraba.
Y, con esto, les contó la pérdida del rucio. Consolóle el cura, y díjole que, en
hallando a su señor, él le haría revalidar la manda y que tornase a hacer la
libranza en papel, como era uso y costumbre, porque las que se hacían en
libros de memoria jamás se acetaban ni cumplían.
314
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.2. Ensalmo de acción psicológica en el Quijote
994
VINOGRADOV, S., y YALOM, I.D. (1996), p. 25-26.
995
El consejo, en forma de información bien proporcionada, es un potente factor psicoterapéutico, VINOGRADOV,
S., y YALOM, I.D. (1996), p. 27.
315
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.2. Ensalmo de acción psicológica en el Quijote
—No puedo yo negar, señor don Quijote, que no sea verdad algo de lo que
vuestra merced ha dicho, especialmente en lo que toca a los caballeros
andantes españoles; y, asimesmo, quiero conceder que hubo Doce Pares de
Francia, pero no quiero creer que hicieron todas aquellas cosas que el
arzobispo Turpín dellos escribe [DQ, I, cap. 49, p. 621].
—En lo de que hubo Cid no hay duda, ni menos Bernardo del Carpio, pero de
que hicieron las hazañas que dicen, creo que la hay muy grande. En lo otro de
la clavija que vuestra merced dice del conde Pierres, y que está junto a la silla
de Babieca en la armería de los reyes, confieso mi pecado; que soy tan
ignorante, o tan corto de vista, que, aunque he visto la silla, no he echado de
ver la clavija, y más siendo tan grande como vuestra merced ha dicho.
996
Sobre este asunto, véase “2.3.4. El argumento de realidad en el Quijote: contradecir y conceder el delirio”.
316
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.2. Ensalmo de acción psicológica en el Quijote
—Pues allí está, sin duda alguna —replicó don Quijote—; y, por más señas,
dicen que está metida en una funda de vaqueta, porque no se tome de moho.
—Todo puede ser —respondió el canónigo—; pero, por las órdenes que recebí,
que no me acuerdo haberla visto [DQ, I, cap. 49, p. 621].
Todo puede ser. Lo tuyo y lo mío. Ambas opciones son válidas. Ambos tenemos
o podemos tener una parte de razón. Este planteamiento legitima la versión delirante y
ofrece una alternativa, de modo que tiende un puente entre los dos planos.
Precisamente en este puente reside la acción psicoterapéutica de la alternativa de
realidad.
La burla de los duques alcanza una los episodios más destacados con la entrada
en escena de la «condesa Trifaldi, por otro nombre llamada la dueña Dolorida» [DQ, II,
cap. 36, p. 1036]. La dueña Dolorida requiere la ayuda del famoso don Quijote, quien,
haciendo honor a su oficio de caballero andante, le ofrece la fuerza de su brazo.
La ayuda de don Quijote no se limita a la mera acción de las armas, sino que
insta a la dueña, «a la llana y sin rodeos», a que comparta con él sus males y le ofrece
una escucha empática de sus preocupaciones. De esta manera, el caballero adopta,
como vemos, una actitud de escucha que permite el encuentro psicoterapéutico.
317
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.2. Ensalmo de acción psicológica en el Quijote
Quijote le anima a hablar, a «desbuchar todo aquello que tiene dentro de su cuitado
corazón y lastimadas entrañas».
—Sin duda alguna que a esta pobre doncella le debe de haber sucedido algo
de importancia [dijo el secretario de la ínsula], pues en tal traje, y a tales horas,
y siendo tan principal, anda fuera de su casa.
Sancho la consoló con las mejores razones que él supo, y le pidió que sin
temor alguno les dijese lo que le había sucedido [DQ, II, cap. 49, p. 1126]
Sancho recurre a las palabras razonadas, las mejores razones que él supo, es
decir, al ensalmo de acción psicológica, como medio para consolar a la desdichada
hija de Diego de la Llana.
318
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.2. Ensalmo de acción psicológica en el Quijote
—No estéis tan triste, buen hombre, porque no habéis caído en las manos de
algún cruel Osiris, sino en las de Roque Guinart, que tienen más de
compasivas que de rigurosas [DQ, II, cap. 60, p. 1222].
Pese a las palabras de Cardenio, el cura, que apenas puede evitar el espíritu
psicoterapéutico que impregna la obra, «se prevenía para decirle algunas razones de
consuelo» [DQ, I, cap. 27, p. 344].
997
Sobre la locura de Cardenio en el Quijote, véase “2.5.2. Tratamiento de la locura de amor de Cardenio”.
319
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
998
PLATÓN (1981b) [Cármides].
999
La palestra de Táureas era un patio porticado donde se celebraban ejercicios físicos y donde solían reunirse los
jóvenes atenienses, LLEDÓ, E. (1981a), p. 326, n. 2.
1000
PLATÓN (1981b), p. 331 [Cármides, 155e].
1001
REDONDO, A. (1998), p. 130.
320
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
El Quijote hereda el valor clásico del diálogo. En la novela las relaciones entre
los personajes están articuladas mediante el diálogo. La palabra adquiere un
protagonismo vivo que presta calor y cercanía a los personajes. De hecho, el diálogo
que mantienen don Quijote y Sancho es el centro de gravedad en torno al cual gira
toda la novela.1002 «En una ocasión observé que Shakespeare nos enseña a hablarnos
a nosotros mismos —comenta el crítico literario Harold Bloom—, mientras que
Cervantes instruye sobre cómo hablar los unos con los otros».1003 A la postre, el
Quijote es, como apunta Ortega y Gasset, «un conjunto de diálogos».1004
Las primeras palabras que don Quijote dirige al escudero enfatizan el papel del
diálogo y la amistad.
—Has de saber, amigo Sancho Panza, que fue costumbre muy usada de los
caballeros andantes antiguos hacer gobernadores a sus escuderos de las
ínsulas o reinos que ganaban, y yo tengo determinado de que por mí no falte
tan agradecida usanza [DQ, I, cap. 7, p. 101].
Desde este primer momento, el diálogo guía las andanzas de los protagonistas y
constituye, por sí mismo, el eje vertebrador de la novela. En la primera parte como hilo
con que se tejen las relaciones humanas y como vehículo del consuelo terapéutico. En
la segunda, el diálogo alcanza un protagonismo aún mayor, ya que las aventuras
caballerescas de la primera parte son sustituidas en la segunda por el diálogo.
El crítico literario Mijail Mijalovich Bajtín (1895-1975) ha sido unos de los más
importantes valedores del papel esencial del diálogo en la novela. Batjin defiende que
el «renacer» del diálogo como forma literaria fue posible en el Renacimiento gracias a
la nueva consciencia plurilingüe forjada en este período histórico, y que tiene un claro
paralelismo con las reformas que se llevaron a cabo en las ciencias naturales, en la
consciencia «galileana» del lenguaje, por oposición a la consciencia «ptolomea».
Batjin sostiene que el «dialoguismo» del discurso o discurso «dialógico» de la novela
«polifónica» arranca, de una manera específica, en el Renacimiento, como una forma
de recuperación y transformación de la tradición clásica, especialmente el diálogo
1002
La idea del diálogo como centro de gravedad del Quijote es de Elías L. Rivers. El escritor Carlos Fuentes
considera que el diálogo del Quijote es la matriz que da comienzo a la novela moderna, FUENTES, C. (2005). El
escritor Fernando Vallejo ofreció en 2005 una conferencia a modo de apología del diálogo quijotesco, VALLEJO, F.
(2005). Sobre el valor del diálogo entre don Quijote y Sancho, véase YOUNG, H.T. (2000).
1003
BLOOM, H. (2005), p. 13.
1004
La cita de Ortega, original de Adán en el paraíso (1963), procede de MONTERO REGUERA, J. (1997), p. 149.
321
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
1005
Conceptos extraídos de GÓMEZ, F.V. (1985), p. 49-51. Sobre el tema, puede consultarse la revisión Don
Quijote de la Mancha: dialogismo y carnavalización, diálogo socrático y sátira menipea, JOFRÉ, M. (2005).
1006
Sobre los carnavalesco en el Quijote, véase FERNÁNDEZ GONZALO, J. (2010). El papel de Sancho Panza en la
tradición carnavasleca ha sido estudiada por Agustín Redondo en “Tradición carnavalesca y creación literaria: el
personaje de Sancho Panza”, REDONDO, A. (1998), p. 191-203.
1007
Sobre la relación entre la tradición carnavalesca, la lectura batjiana y la ironía en el Quijote, vésase URBINA,
E. (1986).
1008
Dedico los capítulos “2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: a propósito de la carta de don Quijote
a Dulcinea” y “2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea” al estudio del
papel psicoterapéutico de la ironía en el Quijote.
1009
GÓMEZ, F.V. (1985), p. 51.La estimulante tesis de Batjin puede consultarse en BAJTIN, M. (1974). Darci
Strother ha utilizado la tesis batjiana para el estudio de la polifonía dialógica del prólogo de la segunda parte del
Quijote, STROTHER, D.L. (1991).
322
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
Reconozco mi deuda con Rof Carballo, quien, hace medio siglo, enfatizó el valor
curativo del diálogo en el Quijote. «Si don Quijote llega casi curado al final de su vida -
¡con qué infinita y tierna discreción nos lo da a entender Cervantes!- fue gracias a los
muchos diálogos que en sus andanzas tuvo con el buen Sancho, el que aceptó
escucharle».1010
1010
ROF CARBALLO, J. (1964), p. 66.
1011
El psicoterapeuta Jerome Frank destacó el valor esencial en toda psicoterapia de la presencia de «una intensa,
y emocionalmente cargada, relación de confianza entre la persona que ayuda y la ayudada», FRANK, J.D. (1971).
Sobre el valor psicoterapéutico del “estar-ahí”, véase LEAR, J. (1993), p. 31.
323
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
—Pues, a tenerla yo aquí, desgraciado yo, ¿qué nos faltaba? —respondió don
Quijote—. Mas yo te juro, Sancho Panza, a fe de caballero andante, que antes
que pasen dos días, si la fortuna no ordena otra cosa, la tengo de tener en mi
poder, o mal me han de andar las manos [DQ, I, cap. 15, p. 175-176].
Sancho, con profunda intuición terapéutica, pregunta a don Quijote sobre los
avatares de la vida caballeresca.
324
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
se tiene por averiguado que le dio, teniéndole preso, más de docientos azotes
con las riendas de su caballo, atado a una coluna de un patio. Y aun hay un
autor secreto, y de no poco crédito, que dice que, habiendo cogido al Caballero
del Febo con una cierta trampa que se le hundió debajo de los pies, en un
cierto castillo, y al caer, se halló en una honda sima debajo de tierra, atado de
pies y manos, y allí le echaron una destas que llaman melecinas, de agua de
nieve y arena, de lo que llegó muy al cabo; y si no fuera socorrido en aquella
gran cuita de un sabio grande amigo suyo, lo pasara muy mal el pobre
caballero. Ansí que, bien puedo yo pasar entre tanta buena gente; que mayores
afrentas son las que éstos pasaron, que no las que ahora nosotros pasamos.
Porque quiero hacerte sabidor, Sancho, que no afrentan las heridas que se dan
con los instrumentos que acaso se hallan en las manos; y esto está en la ley
del duelo, escrito por palabras expresas: que si el zapatero da a otro con la
horma que tiene en la mano, puesto que verdaderamente es de palo, no por
eso se dirá que queda apaleado aquel a quien dio con ella. Digo esto porque
no pienses que, puesto que quedamos desta pendencia molidos, quedamos
afrentados; porque las armas que aquellos hombres traían, con que nos
machacaron, no eran otras que sus estacas, y ninguno dellos, a lo que se me
acuerda, tenía estoque, espada ni puñal [DQ, I, cap. 15, p. 178-179].
Unos pasos más adelante, la valía del caballero sufre otro duro contratiempo en
la aventura de los batanes, en la que don Quijote muestra una actitud cobarde (véase
DQ, I, cap. 20, p. 226-243). Terminada esta aventura queda un regusto de amargura
en el lector contemporáneo, no sin cierta sonrisa burlona, tal vez heredera de una
lectura más próxima al gusto del Siglo de Oro.
325
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
—¿Sabes qué imagino, Sancho? Que esta famosa pieza deste encantado
yelmo, por algún estraño acidente, debió de venir a manos de quien no supo
conocer ni estimar su valor, y, sin saber lo que hacía, viéndola de oro purísimo,
debió de fundir la otra mitad para aprovecharse del precio, y de la otra mitad
hizo ésta, que parece bacía de barbero, como tú dices. Pero, sea lo que fuere;
que para mí que la conozco no hace al caso su trasmutación; que yo la
aderezaré en el primer lugar donde haya herrero, y de suerte que no le haga
ventaja, ni aun le llegue, la que hizo y forjó el dios de las herrerías para el dios
de las batallas; y, en este entretanto, la traeré como pudiere, que más vale algo
que no nada; cuanto más, que bien será bastante para defenderme de alguna
pedrada.
—Eso será —dijo Sancho— si no se tira con honda, como se tiraron en la pelea
de los dos ejércitos, cuando le santiguaron a vuestra merced las muelas y le
rompieron el alcuza donde venía aquel benditísimo brebaje que me hizo
vomitar las asaduras.
—No me da mucha pena el haberle perdido, que ya sabes tú, Sancho —dijo
don Quijote—, que yo tengo la receta en la memoria.
—Mal cristiano eres, Sancho —dijo, oyendo esto, don Quijote—, porque nunca
olvidas la injuria que una vez te han hecho; pues sábete que es de pechos
nobles y generosos no hacer caso de niñerías. ¿Qué pie sacaste cojo, qué
costilla quebrada, qué cabeza rota, para que no se te olvide aquella burla?
Que, bien apurada la cosa, burla fue y pasatiempo; que, a no entenderlo yo
ansí, ya yo hubiera vuelto allá y hubiera hecho en tu venganza más daño que el
que hicieron los griegos por la robada Elena. La cual, si fuera en este tiempo, o
mi Dulcinea fuera en aquél, pudiera estar segura que no tuviera tanta fama de
hermosa como tiene.
326
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
aparte, dígame vuestra merced qué haremos deste caballo rucio rodado, que
parece asno pardo, que dejó aquí desamparado aquel Martino que vuestra
merced derribó; que, según él puso los pies en polvorosa y cogió las de
Villadiego, no lleva pergenio de volver por él jamás; y ¡para mis barbas, si no es
bueno el rucio!
—En eso no estoy muy cierto —respondió don Quijote—; y, en caso de duda,
hasta estar mejor informado, digo que los trueques, si es que tienes dellos
necesidad estrema.
Hecho esto, almorzaron de las sobras del real que del acémila despojaron,
bebieron del agua del arroyo de los batanes, sin volver la cara a mirallos: tal
era el aborrecimiento que les tenían por el miedo en que les habían puesto.
327
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
—Hágalo Dios —respondió don Quijote— como yo deseo y tú, Sancho, has
menester; y ruin sea quien por ruin se tiene.
—Sea par Dios —dijo Sancho—, que yo cristiano viejo soy, y para ser conde
esto me basta.
—Sea ansí —respondió Sancho Panza—. Digo que le sabría bien acomodar,
porque, por vida mía, que un tiempo fui muñidor de una cofradía, y que me
asentaba tan bien la ropa de muñidor, que decían todos que tenía presencia
para poder ser prioste de la mesma cofradía. Pues, ¿qué será cuando me
ponga un ropón ducal a cuestas, o me vista de oro y de perlas, a uso de conde
estranjero? Para mí tengo que me han de venir a ver de cien leguas.
—Bien parecerás —dijo don Quijote—, pero será menester que te rapes las
barbas a menudo; que, según las tienes de espesas, aborrascadas y mal
puestas, si no te las rapas a navaja, cada dos días por lo menos, a tiro de
escopeta se echará de ver lo que eres.
—¿Qué hay más —dijo Sancho—, sino tomar un barbero y tenelle asalariado
en casa? Y aun, si fuere menester, le haré que ande tras mí, como caballerizo
de grande.
—Pues, ¿cómo sabes tú —preguntó don Quijote— que los grandes llevan
detrás de sí a sus caballerizos?
328
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
—Digo que tienes razón —dijo don Quijote—, y que así puedes tú llevar a tu
barbero; que los usos no vinieron todos juntos, ni se inventaron a una, y
puedes ser tú el primero conde que lleve tras sí su barbero; y aun es de más
confianza el hacer la barba que ensillar un caballo.
—¿Cómo dices eso? —respondió don Quijote—. ¿No oyes el relinchar de los
caballos, el tocar de los clarines, el ruido de los atambores?
—No oigo otra cosa —respondió Sancho— sino muchos balidos de ovejas y
carneros.
—El miedo que tienes —dijo don Quijote— te hace, Sancho, que ni veas ni
oyas a derechas; porque uno de los efectos del miedo es turbar los sentidos y
hacer que las cosas no parezcan lo que son; y si es que tanto temes, retírate a
una parte y déjame solo, que solo basto a dar la victoria a la parte a quien yo
diere mi ayuda.
—¡Vuélvase vuestra merced, señor don Quijote, que voto a Dios que son
carneros y ovejas las que va a embestir! ¡Vuélvase, desdichado del padre que
me engendró! ¿Qué locura es ésta? Mire que no hay gigante ni caballero
329
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
Ni por ésas volvió don Quijote; antes, en altas voces, iba diciendo:
—¡Ea, caballeros, los que seguís y militáis debajo de las banderas del valeroso
emperador Pentapolín del Arremangado Brazo, seguidme todos: veréis cuán
fácilmente le doy venganza de su enemigo Alefanfarón de la Trapobana! [DQ, I,
cap. 18, p. 211].
Con el paso de los capítulos y las nuevas aventuras, don Quijote se muestra
cada vez menos obstinado y más dialogante, dando cuenta del efecto de la acción
psicoterapéutica.
—Asolviese quieres decir, Sancho —dijo don Quijote—. Di en buen hora, que
yo responderé lo que supiere.
1012
«La andadura del escudero por el mundo le abre las puertas de la sabiduría intuitiva y del razonamiento
socrático», afirma el psiquiatra Alonso Fernández, ALONSO-FERNÁNDEZ, F, (2005), p. 10.
330
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
—Los gentiles —respondió don Quijote— sin duda están en el infierno; los
cristianos, si fueron buenos cristianos, o están en el purgatorio o en el cielo.
—Está bien —dijo Sancho—, pero sepamos ahora: esas sepulturas donde
están los cuerpos de esos señorazos, ¿tienen delante de sí lámparas de plata,
o están adornadas las paredes de sus capillas de muletas, de mortajas, de
cabelleras, de piernas y de ojos de cera? Y si de esto no, ¿de qué están
adornadas?
—Los sepulcros de los gentiles fueron por la mayor parte suntuosos templos:
las cenizas del cuerpo de Julio César se pusieron sobre una pirámide de piedra
de desmesurada grandeza, a quien hoy llaman en Roma La aguja de San
Pedro; al emperador Adriano le sirvió de sepultura un castillo tan grande como
una buena aldea, a quien llamaron Moles Hadriani, que ahora es el castillo de
Santángel en Roma; la reina Artemisa sepultó a su marido Mausoleo en un
sepulcro que se tuvo por una de las siete maravillas del mundo; pero ninguna
de estas sepulturas ni otras muchas que tuvieron los gentiles se adornaron con
mortajas ni con otras ofrendas y señales que mostrasen ser santos los que en
ellas estaban sepultados.
—Cogido le tengo —dijo Sancho—: luego la fama del que resucita muertos, da
vista a los ciegos, endereza los cojos y da salud a los enfermos, y delante de
sus sepulturas arden lámparas, y están llenas sus capillas de gentes devotas
que de rodillas adoran sus reliquias, mejor fama será, para este y para el otro
siglo, que la que dejaron y dejaren cuantos emperadores gentiles y caballeros
andantes ha habido en el mundo.
—Pues esta fama, estas gracias, estas prerrogativas, como llaman a esto —
respondió Sancho—, tienen los cuerpos y las reliquias de los santos que, con
aprobación y licencia de nuestra santa madre Iglesia, tienen lámparas, velas,
mortajas, muletas, pinturas, cabelleras, ojos, piernas, con que aumentan la
devoción y engrandecen su cristiana fama. Los cuerpos de los santos o sus
reliquias llevan los reyes sobre sus hombros, besan los pedazos de sus
331
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
huesos, adornan y enriquecen con ellos sus oratorios y sus más preciados
altares...
—¿Qué quieres que infiera, Sancho, de todo lo que has dicho? —dijo don
Quijote.
—Quiero decir —dijo Sancho— que nos demos a ser santos, y alcanzaremos
más brevemente la buena fama que pretendemos; y advierta, señor, que ayer o
antes de ayer que, según ha poco se puede decir de esta manera, canonizaron
o beatificaron dos frailecitos descalzos, cuyas cadenas de hierro con que
ceñían y atormentaban sus cuerpos se tiene ahora a gran ventura el besarlas y
tocarlas, y están en más veneración que está, según dije, la espada de Roldán
en la armería del rey, nuestro señor, que Dios guarde. Así que, señor mío, más
vale ser humilde frailecito, de cualquier orden que sea, que valiente y andante
caballero; mas alcanzan con Dios dos docenas de disciplinas que dos mil
lanzadas, ora las den a gigantes, ora a vestiglos o a endrigos.
—Todo eso es así —respondió don Quijote—, pero no todos podemos ser
frailes, y muchos son los caminos por donde lleva Dios a los suyos al cielo:
religión es la caballería; caballeros santos hay en la gloria.
—Sí —respondió Sancho—, pero yo he oído decir que hay más frailes en el
cielo que caballeros andantes.
—Muchos —respondió don Quijote—, pero pocos los que merecen nombre de
caballeros [DQ, II, cap. 8, p. 754-757].
1013
Véase el capítulo “1.2.5. La racionalización platónica del ensalmo (epodé)”.
332
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
«Has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es
el más difícil conocimiento que puede imaginarse» [DQ, II, cap. 42, p. 1059], aconseja
don Quijote a Sancho cuando éste se dispone a asumir el cargo de gobernador de la
Ínsula Barataria. La enseñanza clásica de Sócrates, la semilla de la acción curativa del
diálogo, recorre los cauces subterráneos desde la Grecia clásica hasta la llanura
manchega que pisan Sancho y don Quijote.
¿Qué hacer en este caso? Sigmund Freud, en su trabajo sobre el delirio y los
sueños en la Gradiva, defiende que, en un primer momento, no se debe contradecir el
delirio.
1014
FREUD, S. (1981), vol. 2, p. 1294 [XXXIII, El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’, de W. Jensen].
1015
ALANEN, Y.O. (2008), p. 61-62.
333
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
No quisieron las dos replicarle más, porque vieron que se le encendía la cólera.
Es, pues, el caso que él estuvo quince días en casa muy sosegado, sin dar
muestras de querer segundar sus primeros devaneos, en los cuales días pasó
graciosísimos cuentos con sus dos compadres el cura y el barbero, sobre que
él decía que la cosa de que más necesidad tenía el mundo era de caballeros
andantes y de que en él se resucitase la caballería andantesca. El cura algunas
veces le contradecía y otras concedía, porque si no guardaba este artificio, no
había poder averiguarse con él [DQ, I, cap. 7, p. 99].
—Aquellos que allí ves —respondió su amo— de los brazos largos, que los
suelen tener algunos de casi dos leguas.
—Mire vuestra merced —respondió Sancho— que aquellos que allí se parecen
no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son
las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino [DQ, I,
cap. 8, p. 103].
Sin embargo, con el paso de las aventuras Sancho adopta una posición
intermedia, fruto, en parte, de su fidelidad por don Quijote y de la deseada creencia en
los beneficios de su vida escuderil. El capítulo “2.7. Ironía y alternativa de realidad
como recursos psicoterapéuticos en el Quijote: a propósito de la carta de don quijote a
dulcinea” profundiza en el valor psicoterapéutico del diálogo entre Sancho y don
Quijote a propósito de la supuesta entrega de la carta a Dulcinea. En este diálogo,
Sancho logra la casi imposible conquista de conceder con el delirio sin dejar de ser fiel
a la realidad. En “2.7. Ironía y alternativa de realidad…” defiendo que la hipótesis de
que Sancho permite el verdadero inicio del cambio en don Quijote.
Unos capítulos más adelante, el cura, el barbero y otros amigos engañan a don
Quijote y le encierran en una jaula sobre una carreta de bueyes haciéndole creer que
va encantado —véase el capítulo “2.5.4. Don Quijote encantado y enjaulado”.
334
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
Bien podrá ser que parezca que son ellos mesmos [replica don Quijote]; pero
que lo sean realmente y en efeto, eso no lo creas en ninguna manera [DQ, I,
cap. 47, p. 610].
—¡Válame Nuestra Señora! —respondió Sancho, dando una gran voz—. Y ¿es
posible que sea vuestra merced tan duro de celebro, y tan falto de meollo, que
no eche de ver que es pura verdad la que le digo, y que en esta su prisión y
desgracia tiene más parte la malicia que el encanto? Pero, pues así es, yo le
quiero probar evidentemente como no va encantado. Si no, dígame, así Dios le
saque desta tormenta, y así se vea en los brazos de mi señora Dulcinea
cuando menos se piense… [DQ, I, cap. 47, p. 611].
[…]
—No entiendo eso de hacer aguas, Sancho; aclárate más, si quieres que te
responda derechamente.
335
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
Don Quijote, sin dar su brazo a torcer, parece intuir la verdad que esconden las
palabras de Sancho quien demuestra un exquisito tacto en cuidar la dignidad de su
amo.
—Pues, con todo eso —replicó Sancho—, digo que, para mayor abundancia y
satisfación, sería bien que vuestra merced probase a salir desta cárcel, que yo
me obligo con todo mi poder a facilitarlo, y aun a sacarle della, y probase de
nuevo a subir sobre su buen Rocinante, que también parece que va encantado,
según va de malencólico y triste; y, hecho esto, probásemos otra vez la suerte
de buscar más aventuras; y si no nos sucediese bien, tiempo nos queda para
volvernos a la jaula, en la cual prometo, a ley de buen y leal escudero, de
encerrarme juntamente con vuestra merced, si acaso fuere vuestra merced tan
desdichado, o yo tan simple, que no acierte a salir con lo que digo.
Frente a esto don Quijote no puede sino seguir la jugada, adviertiendo a Sancho
de su error, pero aceptando la oferta del escudero de intentar escapar.
—Yo soy contento de hacer lo que dices, Sancho hermano —replicó don
Quijote—; y cuando tú veas coyuntura de poner en obra mi libertad, yo te
336
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.3. El diálogo curativo en el Quijote
obedeceré en todo y por todo; pero tú, Sancho, verás como te engañas en el
conocimiento de mi desgracia [DQ, I, cap. 48, p. 613].
337
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.4. La función terapéutica del relato en el Quijote
1016
El capítulo “1.2.7. La catarsis como remedio psicoterapéutico” profundiza en este asunto.
1017
Pedro Laín apunta que «un temor como el que la tragedia suscita debe ir acompañado de aflicción
compasiva», LAÍN ENTRALGO, P. (2005), p. 212. Sobre el temor, véase ARISTÓTELES (1999), p. 333 [Retórica, II,
1382a, 21-25]. Sobre la compasión, véase ARISTÓTELES (1999), p. 353 [Retórica, II, 1385b, 13-19].
1018
La cita ha sido tomada de LAÍN ENTRALGO, P. (1943), p. 16. Jan Ehrenwald relaciona este mecanismo
homeopático con la ley mágica de la semejanza, EHRENWALD, J. (1976), p. 66-67.
338
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.4. La función terapéutica del relato en el Quijote
1019
VERNANT, J-P. y VIDAL-NAQUET, P. (2002), vol. 1, p. 80.
1020
BINSTOCK, W.A. (1973), p. 501.
339
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.4. La función terapéutica del relato en el Quijote
Sancho. Aquellos dan cuenta de sus vidas, sus preocupaciones, sus esperanzas. Se
cumple la máxima de Cipión, el perro del Coloquio: «mejor será gastar el tiempo en
contar las propias que en procurar saber las vidas ajenas».1021 Como un latido
constante, una viva actitud psicoterapéutica atraviesa toda la novela: los relatos de los
personajes afligidos se enmarcan en una intención de alivio y consuelo del malestar.
Por otro lado, los enfermos de mal de amores, que tienden a menospreciar o
desdeñar el valor curativo de la palabra, buscan y desean relatar su mal, y al hacerlo
se sienten reconfortados. Así ocurre en los casos de Cardenio y Dorotea. El cautivo,
pese al final feliz de su aventura, relata también su historia, a modo de cartarsis de las
penurias vividas.1022
1021
CERVANTES, M. (1986a), p. 301 [El coloquio de los perros].
1022
Cardenio relata sus penas en DQ, I, cap. 24, p. 286-295 y DQ, I, cap. 27, p. 333-345. Dorotea lo hace en DQ,
I, cap. 28, p. 350-363. Las del cautivo están en DQ, I, cap. 39-40, p. 493-546.
340
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.4. La función terapéutica del relato en el Quijote
Don Quijote no pasa esto por alto y así se lo hace saber a uno de los cuadrilleros
que conduce el carro de bueyes en el que viaja enjaulado.1023
—En verdad, hermano, que sé más de libros de caballerías que de las Súmulas
de Villalpando. Ansí que, si no está más que en esto, seguramente podéis
comunicar conmigo lo que quisiéredes.
—A la mano de Dios —replicó don Quijote—. Pues así es, quiero, señor
caballero, que sepades que yo voy encantado en esta jaula, por envidia y
fraude de malos encantadores [DQ, I, cap. 47, p. 595].
Don Quijote accede a relatar sus pesares al canónigo porque éste tiene la
formación adecuada para entenderle, en este caso, conocimiento sobre la caballería
andante. Es decir, no concede igual valor a todos los oyentes, sino que exige que
quien escuche sus preocupaciones sea capaz de entenderlo. Esta puntualización
cobra una importancia especial porque pone sobre la mesa un asunto que hasta ahora
se había pasado por alto: no todas las personas están preparadas para ofrecer ayuda
psicoterapéutica en todas las circunstancias. Don Quijote solicita que el oyente sea
versado en la caballería andante porque, de no serlo, «no hay para qué me canse» en
contar lo que me sucede porque no me va a entender. Y, si no me entiende, ¿cómo va
a ayudarme? ¿Qué consuelo puede ofrecerme alguien que no me comprende?
1023
Dedico el capítulo “2.5.4. Don Quijote encantado y enjaulado” al estudio de esta aventura.
1024
En el prólogo el autor y su amigo hablan del propio prólogo, convirtiendo la obra en objeto de sí misma y
sentando las bases de la novela moderna.
341
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.4. La función terapéutica del relato en el Quijote
Unos capítulos más adelante, el canónigo recuerda al cura que «el fin mejor que
se pretende en los escritos […] es enseñar y deleitar juntamente» [DQ, I, cap. 47, p.
602]. Y, poco después, don Quijote advierte al canónigo: «vuestra merced créame, y,
como otra vez le he dicho, lea estos libros, y verá cómo le destierran la melancolía que
tuviere, y le mejoran la condición, si acaso la tiene mala» [DQ, I, cap. 50, p. 625].
—Tú estás en lo cierto, Sancho —dijo don Quijote—: vete adonde quisieres, y
come lo que pudieres; que yo ya estoy satisfecho, y sólo me falta dar al alma
su refacción, como se la daré escuchando el cuento deste buen hombre.
—Así las daremos todos a las nuestras —dijo el canónigo [DQ, I, cap. 50, p.
630].
1025
Sobre el valor terapéutico de la lectura, recomiendo consultar un hermoso y simpático librito: Libroterapia,
de Miro Silvera, SILVERA, M. (2007).
342
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
EN EL QUIJOTE
1026
HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), p. 15-16.
1027
Sobre el desarrollo de un pensamiento psiquiátrico en el siglo XIX véase el excelente trabajo de Rafael
Huertas, HUERTAS, R. (2004).
343
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
siglos hace, es a ese moderno sectario Haneman, que con el nombre ridículo de
Omeopatía pretende fascinar hoy a la juventud incauta, presentando una doctrina
como nueva, conocida muchos siglos ha en España».1028
1028
HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), p. 20. Morejón escribe Haneman y Omeopatía. Se refiere a Samuel
Hahnemann (1755-1843) y a la homeopatía.
1029
PI Y MOLIST, E. (1886), p. 311.
1030
PI Y MOLIST, E. (1886), p. 301.
1031
PESET, J.L. (2010), p. 105-106.
1032
ROSALES, L. (1996), p. 326.
344
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
—¿Qué le parece a vuestra merced, señor licenciado Pero Pérez —que así se
llamaba el cura—, de la desgracia de mi señor? Tres días ha que no parecen
él, ni el rocín, ni la adarga, ni la lanza ni las armas. ¡Desventurada de mí!, que
me doy a entender, y así es ello la verdad como nací para morir, que estos
malditos libros de caballerías que él tiene y suele leer tan de ordinario le han
vuelto el juicio; que ahora me acuerdo haberle oído decir muchas veces,
hablando entre sí, que quería hacerse caballero andante e irse a buscar las
aventuras por esos mundos. Encomendados sean a Satanás y a Barrabás tales
libros, que así han echado a perder el más delicado entendimiento que había
en toda la Mancha.
—Sepa, señor maese Nicolás —que éste era el nombre del barbero—, que
muchas veces le aconteció a mi señor tío estarse leyendo en estos desalmados
libros de desventuras dos días con sus noches, al cabo de los cuales, arrojaba
el libro de las manos, y ponía mano a la espada y andaba a cuchilladas con las
paredes; y cuando estaba muy cansado, decía que había muerto a cuatro
gigantes como cuatro torres, y el sudor que sudaba del cansancio decía que
era sangre de las feridas que había recebido en la batalla; y bebíase luego un
gran jarro de agua fría, y quedaba sano y sosegado, diciendo que aquella agua
era una preciosísima bebida que le había traído el sabio Esquife, un grande
encantador y amigo suyo. Mas yo me tengo la culpa de todo, que no avisé a
vuestras mercedes de los disparates de mi señor tío, para que lo remediaran
antes de llegar a lo que ha llegado, y quemaran todos estos descomulgados
libros, que tiene muchos, que bien merecen ser abrasados, como si fuesen de
herejes.
1033
HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), p. 17.
345
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
[El licenciado] Pidió las llaves, a la sobrina, del aposento donde estaban los
libros, autores del daño, y ella se las dio de muy buena gana. Entraron dentro
todos, y la ama con ellos, y hallaron más de cien cuerpos de libros grandes,
muy bien encuadernados, y otros pequeños; y, así como el ama los vio,
volvióse a salir del aposento con gran priesa, y tornó luego con una escudilla
de agua bendita y un hisopo, y dijo:
—Tome vuestra merced, señor licenciado: rocíe este aposento, no esté aquí
algún encantador de los muchos que tienen estos libros, y nos encanten, en
pena de las que les queremos dar echándolos del mundo.
—No —dijo la sobrina—, no hay para qué perdonar a ninguno, porque todos
han sido los dañadores; mejor será arrojarlos por las ventanas al patio, y hacer
un rimero dellos y pegarles fuego; y si no, llevarlos al corral, y allí se hará la
hoguera, y no ofenderá el humo.
Lo mismo dijo el ama: tal era la gana que las dos tenían de la muerte de
aquellos inocentes; mas el cura no vino en ello sin primero leer siquiera los
títulos. Y el primero que maese Nicolás le dio en las manos fue Los cuatro de
Amadís de Gaula, y dijo el cura:
—Parece cosa de misterio ésta; porque, según he oído decir, este libro fue el
primero de caballerías que se imprimió en España, y todos los demás han
tomado principio y origen déste; y así, me parece que, como a dogmatizador de
una secta tan mala, le debemos, sin escusa alguna, condenar al fuego.
—No, señor —dijo el barbero—, que también he oído decir que es el mejor de
todos los libros que de este género se han compuesto; y así, como a único en
su arte, se debe perdonar.
—Así es verdad —dijo el cura—, y por esa razón se le otorga la vida por ahora
[DQ, I, cap. 6, p. 83-84].
346
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
quien él favorece, y le tengo de vencer, sin que él lo pueda estorbar y por esto procura
hacerme todos los sinsabores que puede» [DQ, I, cap. 7, p. 98].
Plutarco (Queronea, Grecia, hacia el año 50–hacia el 120) relató, en las Vidas
paralelas, un caso de melancolía amorosa, tal vez el primero conocido en la literatura.
El joven príncipe Antíoco se deja morir de hambre, doliéndose de una grave
enfermedad. El médico Erasístrato exploró al enfermó y averiguó que su mal era de
amores. Para conocer el origen, el médico mandó a varias personas que entraran en
la habitación del príncipe. Finalmente, supo que quien encendía la pasión del joven
era la reina Estratónica, esposa de Seleuco, padre de Antíoco. Informado el rey
Seleuco, decidió, heroico —acertado y paradójico eufemismo que tomo de
Starobinski— ceder a su hijo a Estratónica junto con una parte del reino. Una vez
hecho esto, Antíoco recuperó la salud.1036
1034
Cardenio renuncia a su plan de boda con Luscinda para cumplir el mandato paterno —inscrito en el orden
social de la época— de partir al servicio del duque. Sobre la función paterna en la historia de Cardenio, véase
CORCÉS PANDO, V. (2013), p. 30-32.
1035
Sobre la relación entre enfermedad de amor y melancolía, recomiendo GAMBIN, F. (2008), p. 121-129.
1036
He tomado la historia del mal de amores del príncipe Antíoco de STAROBINSKI, J. (1962), p. 25.
347
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
taciturno, triste, sombrío, y sus conciudadanos, que desconocían la causa del mal, lo
creyeron enfermo de melancolía; pero luego, al tener más éxito y poder gozar del
objeto amado, se tornó menos sombrío y menos atrabiliario, la dicha disipó como por
ensalmo esa apariencia de melancolía; y sólo desde este punto de vista, el amor había
sanado la enfermedad y vencido a la melancolía».1037
1037
Tomado de STAROBINSKI, J. (1962), p. 23-25.
1038
Véase SHOJA, M.M., y TUBBS, R.S. (2007).
1039
Véase GAMBIN, F. (2008), p. 121-129.
1040
El Traicté ’ g ’ h apareció en Toulouse en 1610.
Su éxito fue inmediato. En 1623 se publicó en París una segunda edición revisada. Recientemente la Asociación
Española de Neuropsiquiatría ha publicado una traducción en español con el título de Melancolía erótica, FERRAND,
J. (1996).
1041
Véase “La Celestina: An Example of Love Melancholy”, ARMAS DE, F.A. (1975).
348
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
Oyó Cardenio el nombre de Luscinda, y no hizo otra cosa que encoger los
hombros, morderse los labios, enarcar las cejas y dejar de allí a poco caer por
sus ojos dos fuentes de lágrimas [DQ, I, cap. 28, p. 360].
Desde el punto que Basilio supo que la hermosa Quiteria se casaba con
Camacho el rico, nunca más le han visto reír ni hablar razón concertada, y
siempre anda pensativo y triste, hablando entre sí mismo, con que da ciertas y
claras señales de que se le ha vuelto el juicio: come poco y duerme poco, y lo
que come son frutas, y en lo que duerme, si duerme, es en el campo, sobre la
dura tierra, como animal bruto; mira de cuando en cuando al cielo, y otras
veces clava los ojos en la tierra, con tal embelesamiento, que no parece sino
estatua vestida que el aire le mueve la ropa [DQ, II, cap. 19, p. 856-857].
Por ello, habitualmente hay que recurrir a otros remedios. Los empleados para
tratamiento de la locura de amor no difieren sustancialmente de los empleados para la
1042
FERRAND, J. (1996), p. 68-69. Véase una breve revisión reciente sobre la clínica de la enfermedad de amor
en DZAJA, N. (2008).
1043
PESET, J.L. (2010), p. 45.
349
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
melancolía convencional. Los más comunes son las medidas evacuativas (incluyendo
sangrías) y las higiénicas (con dietas, actividad física y clima benigno). Los productos
afrodisiacos que alimentan la pasión amorosa —miel, frutos exóticos, vinos dulces—
están proscritos.
Intrigado por este hallazgo, don Quijote pregunta a un cabrero de la zona sobre
el propietario de la maleta y autor del soneto. El cabrero no sabe su nombre, pero
explica que «habrá al pie de seis meses, poco más a menos, que llegó a una majada
de pastores, que estará como tres leguas deste lugar, un mancebo de gentil talle y
apostura, caballero sobre esa mesma mula que ahí está muerta» [DQ, I, cap. 23, p.
281].
—Preguntónos que cuál parte desta sierra era la más áspera y escondida;
dijímosle que era esta donde ahora estamos; y es ansí la verdad, porque si
entráis media legua más adentro, quizá no acertaréis a salir; y estoy
maravillado de cómo habéis podido llegar aquí, porque no hay camino ni senda
que a este lugar encamine. Digo, pues, que, en oyendo nuestra respuesta el
mancebo, volvió las riendas y encaminó hacia el lugar donde le señalamos,
dejándonos a todos contentos de su buen talle, y admirados de su demanda y
de la priesa con que le víamos caminar y volverse hacia la sierra; y desde
entonces nunca más le vimos, hasta que desde allí a algunos días salió al
camino a uno de nuestros pastores, y, sin decille nada, se llegó a él y le dio
muchas puñadas y coces, y luego se fue a la borrica del hato y le quitó cuanto
1044
Carlos Monroy dedicó un breve trabajo (se trata de una mirada general, panorámica, no un estudio de
investigación) al amor en el Quijote, MONROY REYES, C. (2006). Michèle Gendreaux-Massaloux analiza tres casos
de locura de amor en el Quijote (La historia de Cardenio, la penitencia de don Quijote y el falso suicidio de Basilio) y
concluye que Cervantes, al describir estos casos, pone en tela de juicio las teorías psicopatológicas de su tiempo,
GENDREAUX-MASSALOUX, M. (1981). Para una rápida visión de conjunto sobre el tema recomiendo, MONTERO
REGUERA, J. (1997), p. 167-180.
350
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
pan y queso en ella traía; y, con estraña ligereza, hecho esto, se volvió a
emboscar en la sierra […].
Como esto supimos algunos cabreros, le anduvimos a buscar casi dos días por
lo más cerrado desta sierra, al cabo de los cuales le hallamos metido en el
hueco de un grueso y valiente alcornoque. Salió a nosotros con mucha
mansedumbre, ya roto el vestido, y el rostro disfigurado y tostado del sol, de tal
suerte que apenas le conocíamos […].
Después del encuentro con Cardenio, don Quijote resuelve poner en práctica
una idea que ya le rondaba la cabeza desde tiempo atrás: imitar a Amadís de Gaula
en su penitencia en la Peña Pobre, «cuando, llamándose Beltenebros, se alojó en la
351
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
Peña Pobre, ni sé si ocho años u ocho meses, que no estoy muy bien en la cuenta:
basta que él estuvo allí haciendo penitencia, por no sé qué sinsabor que le hizo la
señora Oriana» [DQ, I, cap. 15, p. 181]. Don Quijote elige Sierra Morena para su
penitencia. Escribe una carta a Dulcinea y le encarga a Sancho que la entregue en
mano en el Toboso. Mientras tanto, el caballero se muestra decidido a ser un
enamorado penitente.
—En efecto —dijo Sancho—, ¿qué es lo que vuestra merced quiere hacer en
este tan remoto lugar?
—Paréceme a mí —dijo Sancho— que los caballeros que lo tal ficieron fueron
provocados y tuvieron causa para hacer esas necedades y penitencias, pero
vuestra merced, ¿qué causa tiene para volverse loco? ¿Qué dama le ha
desdeñado, o qué señales ha hallado que le den a entender que la señora
Dulcinea del Toboso ha hecho alguna niñería con moro o cristiano?
Esta nueva aventura constituye una suerte de “metalocura”, una locura dentro de
otra locura. Por supuesto, la imitación de Amadís no deja de ser una locura fingida,
una pose en el marco del papel de caballero andante que don Quijote se propone
representar.
Loco soy, loco he de ser hasta tanto tú no vuelvas con la respuesta de una
carta que contigo pienso enviar a mi señora Dulcinea; y si fuere tal a mi fe se le
352
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
—Cuál es más loco: ¿el que lo es por no poder menos, o el que lo es por su
voluntad?
—La diferencia que hay entre esos dos locos es que el que lo es por fuerza lo
será siempre, y el que lo es de grado lo dejará de ser cuando quisiere [DQ, II,
cap. 15, p. 816].
Sea como fuere, Sancho partió camino de El Toboso y don Quijote se subió a lo
alto de una peña de Sierra Morena
Y allí tornó a pensar lo que otras muchas veces había pensado, sin haberse
jamás resuelto en ello. Y era que cuál sería mejor y le estaría más a cuento:
imitar a Roldán en las locuras desaforadas que hizo, o Amadís en las
malencónicas [DQ, I, cap. 26, p. 317]. […]
Viva la memoria de Amadís [se dijo don Quijote a modo de plegaria], y sea
imitado de don Quijote de la Mancha en todo lo que pudiere; del cual se dirá lo
que del otro se dijo: que si no acabó grandes cosas, murió por acometellas; y si
yo no soy desechado ni desdeñado de Dulcinea del Toboso, bástame, como ya
he dicho, estar ausente della [DQ, I, cap. 26, p. 318].
353
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
«No le pareció mal al barbero la invención del cura, sino tan bien, que luego la
pusieron por obra». Y así, «el barbero hizo una gran barba de una cola rucia o roja de
buey, donde el ventero tenía colgado el peine» y «la ventera vistió al cura de modo
que no había más que ver: púsole una saya de paño, llena de fajas de terciopelo negro
de un palmo en ancho, todas acuchilladas, y unos corpiños de terciopelo verde,
guarnecidos con unos ribetes de raso blanco, que se debieron de hacer, ellos y la
saya, en tiempo del rey Bamba». Sin embargo, «apenas hubo salido de la venta,
cuando le vino al cura un pensamiento: que hacía mal en haberse puesto de aquella
manera, por ser cosa indecente que un sacerdote se pusiese así, aunque le fuese
mucho en ello; y, diciéndoselo al barbero, le rogó que trocasen trajes, pues era más
justo que él fuese la doncella menesterosa, y que él haría el escudero, y que así se
profanaba menos su dignidad» [DQ, I, cap. 27, p. 327-328].
De esta guisa emprendieron el camino hacia Sierra Morena guiados por Sancho.
Pero antes de dar con él, encontraron a Cardenio y, poco después, a Dorotea. Cada
uno contó la historia de su desdicha. Luego el barbero «contó asimesmo con brevedad
la causa que allí los había traído, con la estrañeza de la locura de don Quijote» [DQ, I,
cap. 29, p. 366].
El cura «contó luego a Cardenio y a Dorotea lo que tenían pensado para remedio
de don Quijote, a lo menos para llevarle a su casa. A lo cual dijo Dorotea que ella haría
la doncella menesterosa mejor que el barbero, y más, que tenía allí vestidos con que
hacerlo al natural, y que la dejasen el cargo de saber representar todo aquello que
fuese menester para llevar adelante su intento, porque ella había leído muchos libros
354
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
de caballerías y sabía bien el estilo que tenían las doncellas cuitadas cuando pedían
sus dones a los andantes caballeros» [DQ, I, cap. 29, p. 367].
Con estas tretas, el cura y el barbero lograron que don Quijote dejara las peñas
de Sierra Morena y acompañara al grupo. El caballero, convencido de que se dirigían
al reino Micomicón. Sancho, crédulo de la aventura que al fin el destino les había
deparado. Los demás, felices porque la representación había sido un éxito y podrían
llevar al caballero a su pueblo, donde le cuidarían hasta encontrar remedio para su
locura.
«Dos días eran ya pasados los que había que toda aquella ilustre compañía
estaba en la venta; y, pareciéndoles que ya era tiempo de partirse» [DQ, I, cap. 46, p.
586]. Pero antes de marchar, deciden organizar una nueva treta para que «pudiesen el
355
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
El narrador, que unas líneas atrás había dicho «dos días eran ya pasados los
que había que toda aquella ilustre compañía estaba en la venta», dice ahora «de
modo que a don Quijote le pareciese ser otra gente de la que en aquel castillo había
visto». Es decir, da por buena la versión común de que la venta es venta cuando habla
de los personajes que la toman por tal, pero la nombra como castillo al escribir desde
la posición de don Quijote. Destaco este curioso ejemplo porque muestra la libertad
que el narrador concede a la acción de sus personajes. Don Quijote asume que está
en un castillo y sólo así tiene sentido la representación del encantamiento que ocurre a
continuación. Aprovechando la noche y el sueño de don Quijote, el cura, el barbero y
el resto de la «ilustre compañía» encierran al caballero en una jaula en la carreta de
bueyes y le hacen creer que va encantado por algún malintencionado encantador.
356
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
Termina así la primera parte. Transcurren diez años. Diez largos años de
aventuras y desventuras para Cervantes. Y la segunda parte del Quijote arranca con el
mismo espíritu psicoterapéutico que impregnó toda la primera parte.
La segunda parte empieza allá donde terminó la primera, con don Quijote de
regreso en la aldea y con el propósito psicoterapéutico en primer plano. Con este fin,
el cura y el barbero deciden estar casi un mes sin verle, por no renovarle y traerle a la
memoria las cosas pasadas, en una medida que, de haber aparecido en una novela
del siglo XIX, no dudaríamos en relacionar con la influencia del nuevo pensamiento de
Pinel sobre la terapia moral de la locura. Cervantes no leyó a Pinel ni conoció la
corriente psiquiátrica defensora del tratamiento moral de la locura. Sin embargo, la
medida que describe es, pese a lo absurdo del anacronismo, de fuerte inspiración
pineliana.
Así lo considera Hernández Morejón, para quien este aislamiento de las cosas
que pudieran recordarle su vida de caballero andante fue complementada con «las
invectivas del ama, cuando se pronuncia de nuevo la locura, amenazándole que, si no
se está quedo en su casa, se ha de «quejar en voz y en grita a Dios y al Rey, que
pongan remedio en ello»,1045 y las de la sobrina cuando le advierte que todo lo que
decía de los caballeros andantes era fábula y mentira, y sus historias, ya que no se
quemasen, «merecían que a cada una se le echase un sambenito, o alguna señal en
que fuese conocida por infame y por gastadora de las buenas costumbres».1046
1045
El entrecomillado es cita de Hernández Morejón del Quijote. El texto corresponde a DQ, II, cap. 6, p. 732.
1046
Cita de Hernández Morejón del Quijote. El texto corresponde a DQ, II, cap. 6, p. 734. La referencia del texto
de Morejón es HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), p. 18-19.
357
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
En todo caso, al cabo de unos días «habló don Quijote con tanta discreción en
todas las materias que se tocaron, que los dos esaminadores [el cura y el barbero]
creyeron indubitadamente que estaba del todo bueno y en su entero juicio» [DQ, II,
cap. 1, p. 682]. «Pero el cura, mudando el propósito primero, que era de no tocarle en
cosa de caballerías, quiso hacer de todo en todo esperiencia si la sanidad de don
Quijote era falsa o verdadera» [DQ, II, cap. 1, p. 683]. Es decir, el cura se propuso
realizar un experimento clínico para comprobar el verdadero grado de salud de don
Quijote. No deja de sorprender la genialidad cervantina, quien, en una puntada,
introduce el tema del tratamiento de la locura y el de la experimentación para
comprobar los resultados. Durante el experimento, don Quijote volvió a sus caballerías
y, por tanto, no pasó la prueba del cura.
Para combatir los males que asolan la república, don Quijote recomienda: «¿Hay
más, sino mandar Su Majestad por público pregón que se junten en la corte para un
día señalado todos los caballeros andantes que vagan por España; que, aunque no
viniesen sino media docena, tal podría venir entre ellos, que solo bastase a destruir
toda la potestad del Turco?» [DQ, II, cap. 1, p. 685].
Demócrito abderita fue uno de los mayores filósofos naturales y morales que
hubo en su tiempo, aunque Platón dice que supo más de lo natural que de lo
divino; el cual vino a tanta pujanza de entendimiento allá en la vejez, que se le
perdió la imaginativa, por la cual razón comenzó a hacer y decir dichos y
sentencias tan fuera de términos, que toda la ciudad de Abderas le tuvo por
loco. Para cuyo remedio despacharon apriesa un correo a la isla de Coy, donde
Hipócrates habitaba, pidiéndole con gran instancia, y ofreciéndole muchos
dones, viniese con gran brevedad a curar a Demócrito, que había perdido el
juicio. Lo cual hizo Hipócrates de muy buena gana, porque tenía deseo de ver y
1047
HERNÁNDEZ MOREJÓN, A. (1836), p. 18.
358
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
Y, así, dijo a los que lo habían traído que ellos eran los locos y desatinados,
pues tal juicio habían hecho de un hombre tan prudente. Y fue la ventura de
Demócrito que todo cuanto razonó con Hipócrates en aquel breve tiempo
fueron discursos del entendimiento y no de la imaginativa, donde tenía la
1048
lesión.
El retor le dijo que aquel hombre aún se estaba loco: que, puesto que hablaba
muchas veces como persona de grande entendimiento, al cabo disparaba con
tantas necedades, que en muchas y en grandes igualaban a sus primeras
discreciones, como se podía hacer la esperiencia hablándole.
Quiso hacerla el capellán, y, poniéndole con el loco, habló con él una hora y
más, y en todo aquel tiempo jamás el loco dijo razón torcida ni disparatada;
antes, habló tan atentadamente, que el capellán fue forzado a creer que el loco
estaba cuerdo [DQ, II, cap. 1, p. 686-687].
1048
HUARTE DE SAN JUAN, J. (2005), p. 213-214 [Capítulo I].
359
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
—¿Vos bueno? —dijo el loco—: agora bien, ello dirá; andad con Dios, pero yo
os voto a Júpiter, cuya majestad yo represento en la tierra, que por solo este
pecado que hoy comete Sevilla, en sacaros desta casa y en teneros por
cuerdo, tengo de hacer un tal castigo en ella, que quede memoria dél por todos
los siglos del los siglos, amén. ¿No sabes tú, licenciadillo menguado, que lo
podré hacer, pues como digo, soy Júpiter Tonante, que tengo en mis manos los
rayos abrasadores con que puedo y suelo amenazar y destruir el mundo?
A las voces y a las razones del loco estuvieron los circustantes atentos, pero
nuestro licenciado, volviéndose a nuestro capellán y asiéndole de las manos, le
dijo: “No tenga vuestra merced pena, señor mío, ni haga caso de lo que este
loco ha dicho, que si él es Júpiter y no quisiere llover, yo, que soy Neptuno, el
padre y el dios de las aguas, lloveré todas las veces que se me antojare y fuere
menester”.
—Con todo eso, señor Neptuno, no será bien enojar al señor Júpiter: vuestra
merced se quede en su casa, que otro día, cuando haya más comodidad y más
espacio, volveremos por vuestra merced [DQ, II, cap. 1, p. 688-689].
Te hago saber, amigo Lotario, que el deseo que me fatiga es pensar si Camila,
mi esposa, es tan buena y tan perfeta como yo pienso; y no puedo enterarme
en esta verdad, si no es probándola de manera que la prueba manifieste los
quilates de su bondad, como el fuego muestra los del oro [DQ, I, cap. 33, p.
415].
1049
CERVANTES, M. (2005f), p. 111 [La gitanilla].
360
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
La demanda de Anselmo conlleva una petición de consuelo del mal que le aflige.
Y todo el artificio que se pondrá en marcha a continuación, y que, a la postre, será
fuente de la desdicha de los amigos, tiene en su origen una intención de consuelo
terapéutico.
No sé qué días a esta parte me fatiga y aprieta un deseo tan estraño, y tan
fuera del uso común de otros —confiesa Anselmo a Lotario—, que yo me
maravillo de mí mismo, y me culpo y me riño a solas, y procuro callarlo y
encubrirlo de mis proprios pensamientos; y así me ha sido posible salir con
este secreto como si de industria procurara decillo a todo el mundo. Y, pues
que, en efeto, él ha de salir a plaza, quiero que sea en la del archivo de tu
secreto, confiado que, con él y con la diligencia que pondrás, como mi amigo
verdadero, en remediarme, yo me veré presto libre de la angustia que me
causa, y llegará mi alegría por tu solicitud al grado que ha llegado mi
descontento por mi locura [DQ, I, cap. 33, p. 414].
Yo padezco ahora la enfermedad que suelen tener algunas mujeres, que se les
antoja comer tierra, yeso, carbón y otras cosas peores —reconoce Anselmo—
[…]; así que, es menester usar de algún artificio para que yo sane, y esto se
podía hacer con facilidad, sólo con que comiences, aunque tibia y
fingidamente, a solicitar a Camila [DQ, I, cap. 33, p. 425].
Sin embargo, Anselmo parece desconocer que los celos no ceden ante meros
hechos probatorios, sino que exigen un sacrificio. Así lo enseña Cervantes en su obra.
361
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
1050
Sobre la función paterna en el Quijote. véase CORCÉS PANDO, V. (2013).
1051
El cura es padre espiritual, y barbero —cirujano-barbero— era la profesión del padre de Cervantes.
1052
Tal vez el amor persiste porque Dulcinea no sólo ejerce cierta función materna, sino que actúa,
principalmente, como un componente yoico fragmentado del ideal del yo quijotesco. Sobre la relación entre don
Quijote y Dulcinea, véanse los capítulos “2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: a propósito de la carta de
don Quijote a Dulcinea” y “2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea”.
1053
Cervantes da cuenta del encuentro de don Quijote con el Caballero del Bosque o de los Espejos en DQ, II,
cap. 12-15, p. 783-816.
362
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
Quijote. Pi i Molist insiste en ello y afirma que la oportunidad de éxito del tratamiento
llega capítulos más tarde con el duelo entre don Quijote y el Caballero de la Blanca
Luna. La derrota del primero abrió, según Pi i Molist, las puertas de la curación de la
monomanía.
Dice, pues, la historia que cuando el bachiller Sansón Carrasco aconsejó a don
Quijote que volviese a proseguir sus dejadas caballerías, fue por haber entrado
primero en bureo con el cura y el barbero sobre qué medio se podría tomar
para reducir a don Quijote a que se estuviese en su casa quieto y sosegado,
sin que le alborotasen sus mal buscadas aventuras; de cuyo consejo salió, por
voto común de todos y parecer particular de Carrasco, que dejasen salir a don
Quijote, pues el detenerle parecía imposible, y que Sansón le saliese al camino
como caballero andante, y trabase batalla con él, pues no faltaría sobre qué, y
le venciese, teniéndolo por cosa fácil, y que fuese pacto y concierto que el
vencido quedase a merced del vencedor; y así vencido don Quijote, le había de
mandar el bachiller caballero se volviese a su pueblo y casa, y no saliese de
ella en dos años, o hasta tanto que por él le fuese mandado otra cosa; lo cual
era claro que don Quijote vencido cumpliría indubitablemente, por no
contravenir y faltar a las leyes de la caballería, y podría ser que en el tiempo de
su reclusión se le olvidasen sus vanidades, o se diese lugar de buscar a su
locura algún conveniente remedio [DQ, II, cap. 15, p. 814-815].
Incluso una vez derrotado don Quijote, Sansón Carrasco, el cura y el barbero
mantienen viva su intención psicoterapéutica. De regreso a la aldea, don Quijote, en
un intento por preservar su tambaleante identidad quijotesca, propone dedicarse a la
bucólica vida pastoril e incluye a sus amigos en su tosca fantasía.
363
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.5. Ficciones, artificios y representaciones en el Quijote
A la entrada del cual [aldea de don Quijote y Sancho], según dice Cide Hamete,
vio don Quijote que en las eras del lugar estaban riñendo dos muchachos, y el
uno dijo al otro:
—No te canses Periquillo, que no la has de ver en todos los días de tu vida.
—¿No adviertes, amigo, lo que aquel muchacho ha dicho: «no la has de ver en
todos los días de tu vida»?
—Pues bien, ¿qué importa —respondió Sancho— que haya dicho eso el
muchacho?
—¿Qué? —replicó don Quijote—. ¿No ves tú que, aplicando aquella palabra a
mi intención, quiere significar que no tengo de ver más a Dulcinea? [DQ, II,
cap. 73, p. 1322-1323].
1054
Véanse los capítulos “2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: a propósito de la carta de don Quijote
a Dulcinea” y “2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea”.
364
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.6. La relación terapéutica en el Quijote
Hace más de un siglo, en 1907, Sigmund Freud advirtió que «no debe
despreciarse el amor como poder curativo de los delirios».1055 El amor como fuerza
que emana de una relación entre personas. De ahí que los diferentes estudios sobre
los mecanismos subyacentes a la acción de la psicoterapia discrepen en muchos
aspectos, pero coincidan en uno básico y fundamental: la importancia esencial de la
relación terapéutica entre terapeuta y enfermo.1056
1055
FREUD, S. (1981), vol. 2, p. 1294 [XXXIII, El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’, de W. Jensen]. Es
interesante señalar que André Breton (1896-1966, poeta surrealista francés), muy crítico con la psiquiatría de su
época, considera que sólo el amor es capaz de curar la locura, citado por ROF CARBALLO, J. (1964), p. 31.
1056
GABBARD, G.O. y HOROWITZ, M.J. (2009), GABBARD, G.O. y WESTEN, D. (2003). Sobre el valor histórico
de la relación terapéutica pueden consultarse LAZARO, J. y GRACIA, D. (2006), y JACKSON, S.W. (1992). Para una
información más en profundidad, recomiendo el completo estudio La historia clínica del profesor Laín Entralgo,
LAÍN ENTRALGO, P. (1998).
1057
Numerosos estudios, procedentes de diferentes ámbitos clínicos y enfoques teóricos dispares, coinciden en
enfatizar el papel primordial de la relación terapéutica en la acción curativa de la psicoterapia. Sobre este apasionante
asunto pueden consultarse, entre otros, CATTY (2004), CRESPO, L.F., y FRAGUAS, G. (2009), FRANK, J.D. (1971),
GABBARD, G.O. y WESTEN, D. (2003), HORVATH, A.O. (2000), HORVATH, A.O. y SYMONDS, D. (1991), HORVATH,
A.O. y LUBORSKY, L. (1993), HORVATH, A.O. y otros (2011), PRIEBE, S. y MCCABE, R. (2008).
365
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.6. La relación terapéutica en el Quijote
1058
LAÍN ENTRALGO, P. (1961), p. 37.
1059
GABBARD, G.O. y HOROWITZ, M.J. (2009), p. 519.
1060
Véase notas 1052 y 1053.
1061
Como anécdota, la enciclopedia Wikipedia cita como ejemplos arquetípicos de amistad en la literatura
universal a Sancho Panza y don Quijote, los tres mosqueteros, y Sherlock Holmes y doctor Watson.
366
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.6. La relación terapéutica en el Quijote
Sancho se abrazaron y quedaron amigos» [DQ, II, cap. 7, p. 746]. Hasta tal punto
cobra fuerza esta amistad que se hace extensiva a sus monturas, «los dos continuos
compañeros y amigos Rocinante y el rucio» [DQ, II, cap. 59, p. 1211].
Por su parte, don Quijote reconoce el afecto que le tiene a Sancho. En una
conversación con la duquesa, ella pone en cuestión la lealtad del escudero, a lo que
don Quijote responde: «Sancho Panza es uno de los más graciosos escuderos que
jamás sirvió a caballero andante […]; yo no le trocaría con otro escudero, aunque me
diesen de añadidura una ciudad» [DQ, II, cap. 32, p. 983]. Poco después, cuando
Sancho parte hacia la ínsula de la que ha sido nombrado gobernador, don Quijote
1062
Véase el capítulo “2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea”.
367
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.6. La relación terapéutica en el Quijote
queda apenado, con una actitud melancólica que llama la atención de la duquesa. La
ausencia del amigo deja un hueco velado en el alma del caballero.
Por ello, para alcanzar la fama, la ínsula prometida —que recuerda, mutatis
mutandi, a la tierra prometida por Dios a los hebreos—, Sancho debe tener fe, es
decir, debe creer en don Quijote. «Si no cree, Sancho ve desvanecerse la ínsula de
sus entrañas […]. De aquí que, al par de don Quijote, Sancho ande, sin saberlo,
1063
Pese a defender el planteamiento de la follie à deux, Castilla del Pino afirma: «Si don Quijote “recoge” su
locura de los libros de caballería, Sancho —ajeno hasta entonces a ese universo— lo hace desde las perspectivas que
se prometen y se le ofrecen como factibles», CASTILLA DEL PINO, C. (2005), p. 71.
1064
Sancho reivindicó su propia identidad, pese a los cambios de hábito con motivo de su nombramiento como
gobernador de la ínsula Barataria, «Vístanme —dijo Sancho— como quisieren, que de cualquier manera que vaya
vestido seré Sancho Panza.» [DQ, II, cap. 42, p. 1057].
368
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.6. La relación terapéutica en el Quijote
—Perdóneme vuestra merced, señor mío, si le digo que de todo cuanto aquí ha
dicho, lléveme Dios, que iba a decir el diablo, si le creo cosa alguna.
—¿Cómo no? —dijo el primo—, pues ¿había de mentir el señor don Quijote,
que, aunque quisiera, no ha tenido lugar para componer e imaginar tanto millón
de mentiras?
—Yo no creo que mi señor miente —respondió Sancho.
—Si no, ¿qué crees? —le preguntó don Quijote.
—Creo —respondió Sancho— que aquel Merlín, o aquellos encantadores que
encantaron a toda la chusma que vuestra merced dice que ha visto y
comunicado allá bajo, le encajaron en el magín o la memoria toda esa máquina
que nos ha contado, y todo aquello que por contar le queda [DQ, II, cap. 23, p.
900-901].
Por supuesto, Sancho no cree que don Quijote haya vivido la suerte de
disparates que cuenta sobre la cueva de Montesinos. Pero tampoco cree, en puridad,
que mienta en su relato. Como bien dice Sancho, Merlín y los demás encantadores
encajaron esas ideas en la cabeza don Quijote. Es decir, don Quijote vivió como
reales tales aventuras, aunque sólo fueran un producto de su imaginativa enferma. No
obstante, Sancho sabe que no fue del todo así, pero cuida a don Quijote al no negarle
la mayor. La complicidad de Sancho con don Quijote supone la existencia de una
amistad, un compromiso, que constituye una forma de relación terapéutica. Por eso
mismo don Quijote recibe con afecto las palabras de Sancho.
—Como me quieres bien, Sancho, hablas desa manera —dijo don Quijote [DQ,
II, cap. 23, p. 904].
1065
MADARIAGA, S. (1967), p. 125-126.
369
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
1066
Véase, en esta tesis, el capítulo “1.2.3. Sócrates y la mayéutica”.
1067
CHESSIK, R. D. (1982), p. 76.
1068
La Enciclopedia Británica incluye en la definición de ironía el ejemplo de Sócrates: la ironía socrática
radicaba en que su aparente ignorancia enmascaraba su verdadera sabiduría, Encyclopædia Britannica, disponible en:
http://www.britannica.com/bps/search?query=irony&blacklist=294609.
1069
PLATÓN (1986b), p. 74 [República, 337a].
1070
Ironía: «1. Burla fina y disimulada. 2. Tono burlón con que se dice. 3. Figura retórica que consiste en dar a
entender algo contrario o diferente de lo que se dice, generalmente como burla disimulada», RAE 22ª edición,
artículo enmendado, avance de la 23ª edición (http://www.rae.es). El Diccionario de María Moliner proporciona una
definición más ajustada y con más matices, pero aun muy imprecisa: Ironía: «1. Manera de expresar una cosa, que
consiste en decir, en forma o con entonación que no deja lugar a duda sobre el verdadero sentido, lo contrario de una
370
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
Por supuesto, esta tesis no es lugar adecuado para formular una aproximación
académica al problema de la ironía. Sin embargo, defiendo que la ironía posee un
incuestionable valor como recurso psicoterapéutico. Por ello, debo posicionarme al
respecto. La ironía ejerce un papel activo en las relaciones humanas, actúa como un
puente, una vía de comunicación, entre dos planos —dimensiones, vertientes,
acepciones, connotaciones, enfoques, significados— de la realidad. La ironía profesa
su función tanto para denotar la acción —poner en comunicación los dos planos—
como para representar la propia comunicación entre ellos.
cosa. Constituye una figura retórica. Tono burlón con que se dice algo: "Me preguntó con ironía si me había
cansado". Guasa, ingenio ático, reticencia, sorna. Antífrasis, atenuación. Irónico, jocoso, humorístico, sardónico.
Broma. Burla. Humor. Algunos adjetivos aplicables: acerada, acre, afilada, agresiva, agria, aguda, áspera, cáustica,
corrosiva, cruel, despiadada, incisiva, mordaz, picante, punzante, sarcástica. 2. Contraste entre dos hechos que
resultan ilógicos o incongruentes: "Es una ironía del destino que su mujer le abandone justo cuando había empezado
a rehabilitarse"», Diccionario María Moliner, acceso Online gratuito
http://www.diclib.com/ironía/show/en/moliner/I/2831/2580/36/44/46716.
1071
GUTHRIE, W.K.C. (2005), vol. 3, p. 423.
1072
La Enciclopedia Stanford de Filosofía incluye ochenta y cuatro entradas bajo el término “irony” (ironía),
http://plato.stanford.edu/search/searcher.py?query=irony. Ferrater Mora comenta en su Diccionario de Filosofía las
discrepancias históricas y conceptuales en torno a la definición de ironía, FERRATER MORA, J. (2005), vol. 3, p.
1903-1905. Sobre las dificultades conceptuales de definición del término ironía, véanse también KNOX, N. (1961),
KNOX, N. (1972), MUECKE, D.C. (1980), MUECKE, D.C. (1982).
1073
FERRATER MORA, J. (2005), vol. 3, p. 1904.
1074
Extraído de FERRATER MORA, J. (2005), vol. 3, p. 1904-1905.
371
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
Desde esta mirada, la ironía adquiere un valor aperturista que permite introducir
una nueva forma de entender la realidad. Sócrates pretendía, en última instancia, que
los sujetos vieran las cosas de otra manera. Por ello, la ironía ofrece un reverso
alternativo, un enfoque novedoso del mundo que constituye el ofrecimiento de una
alternativa de realidad. El paciente, interlocutor del diálogo en el que la ironía se pone
en juego, puede, gracias a ella, articular una reconstrucción saludable del mundo
(asumo, en una cabriola psicopatológica, que la versión previa era patológica).
1075
WATZLAWICK, P. (1992), p. 9-40.
1076
Mi lectura recoge, de alguna manera, la idea central que late en la definición de ironía que formula Henry
Fowler, para quien la ironía consiste en el uso de palabras para expresar un significado a la parte iniciada de la
audiencia y otro significado distinto a la parte no iniciada, FOWLER, H.W. (1954), p. 296.
1077
Sobre el papel de la interpretación como herramienta que permite una nueva y distinta experiencia de la
realidad, véase PRIEL, B. (2013). Sobre las transformaciones hacia O véase GRINBERG, L. (2000).
1078
La actitud psicoterapéutica de Sócrates ha inspirado el desarrollo de técnicas psicoterapéuticas basadas —al
menos, según esgrimen sus defensores— en la combinación de elementos de la dialéctica socrática con estrategias de
la moderna psicoterapia cognitiva, OVERHOLSER, J.C. (1993a), OVERHOLSER, J.C. (1993b), OVERHOLSER, J.C.
(1994), OVERHOLSER, J.C. (1995), OVERHOLSER, J.C. (1996), OVERHOLSER, J.C. (2010). Aunque proclaman su
deuda con la dialéctica de Sócrates, estos trabajos no dedican atención espcífica al valor psicoterapéutico de la ironía.
372
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
1079
Las citas del hombre de las ratas proceden de FREUD, S. (1981), vol. 2, p. 1462 [XLI, Análisis de un caso
de neurosis obsesiva (caso «el hombre de las ratas»].
373
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
Por su parte, el terapeuta puede emplear la ironía con sentido terapéutico, como
puente entre dos mundos, paso de comunicación entre componentes o planos
1080
FREUD, S. (1981), vol. 2, p. 1322 [XXXIII, El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’, de W. Jensen].
1081
Martin Stein defiende, en su artículo Ironía y psicoanálisis, el papel de la ironía como agente sustancial en el
tatamiento psicoanalítico, especialmente en los procesos, relacionados entre sí, de resistencia y transferencia, STEIN,
M.H. (1985).
374
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
La ironía ejerce aquí una función vincular, transaccional, entre dos planos de
realidad. En ello radica la principal urdimbre de su labor en la acción
psicoterapéutica.1084
1082
Por supuesto, los terapeutas también pueden realizar un uso pernicioso de la ironía, al emplearla como forma
de actuación contratransferencial que, incluso, podría ocasionar un desconcierto enloquecedor en el paciente que no
acierta a comprender el significado de la ironía. De hecho, el mencionado uso que hace Freud de la ironía en el “caso
del hombre de las ratas” no posee un efecto terapéutico claro, y podría ser consecuencia de una actuación
contratransferencial.
1083
FREUD, S. (1981), vol. 2, p. 1331-1332 [XXXIII, El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’, de W. Jensen].
1084
Sobre el papel de la ironía en la acción psicoterapéutica, véase LEAR, J. (2003).
1085
Véase DQ, I, cap. 23-24, p. 275-295.
375
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
Cardenio estimula a Don Quijote y decide hacer penintencia de amor y emular así a
Amadís de Gaula en la Peña Pobre.1086
FIGURA 25
1086
DQ, I, cap. 25, p. 296-317. Amadís de Gaula cambia su nombre por el de Beltenebros y se retira en Peña
Pobre como penitencia por su amada Oriana. Véase RODRÍGUEZ DE MONTALVO, G. (1988), vol. 1, p. 699-714
[Amadís de Gaula, II, 48].
1087
SALINAS, P. (2005), p. 75. Pedro Salinas profundiza en este tema en La mejor carta de amores de la
literatura española, SALINAS, P. (2005), p. 75-94.
376
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
Sancho parte hacia El Toboso, pero no llega a su destino y, por tanto, no puede
entregar la carta a Dulcinea. Aquí, desde el principio, entra en juego la ironía que
guiará la conversación terapeútica entre caballero y escudero. La carta, el pretexto del
que se valen don Quijote y Sancho para entablar el diálogo, jamás estuvo en manos
de Sancho, porque don Quijote olvidó dársela al enviarlo a El Toboso. Curioso olvido
que ha llamado la atención de los lectores desde hace siglos. Irónico olvido, podemos
decir, porque impone —sin opciones a otras carambolas inventivas— el requerimiento
de la ficción de Sancho sobre la entrega de la carta a Dulcinea. De alguna manera,
don Quijote parece anticipar la necesidad de una ficción que mantenga su propia
ficción caballeresca. Y, por supuesto, para ello le es imprescindible la participación de
Sancho.
1088
Véase DQ, I, cap. 26-30, p. 322-384. El capítulo “2.5.3. El teatro del cura, el barbero y la princesa
Micomicona” de esta tesis profundiza en los artificios y artimañas de que se valieron el cura y el barbero para
conseguir que don Quijote abandonara la penitencia en Sierra Morena y regresara a su casa.
377
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
Y lo hace entregándole una manera distinta de ver a Dulcinea: la que compartiría con
el resto de los personajes si se encontrara con Aldonza Lorenzo. La decisión de
Sancho es fundamental en el devenir de la novela.
Unos capítulos atrás don Quijote había confesado a Sancho que Dulcinea no era
otra sino la hija de Lorenzo Corchuelo y Aldonza Nogales, «llamada por otro nombre
Aldonza Lorenzo» [DQ, I, cap. 25, p. 309], y había añadido estas enigmáticas
palabras: «bástame a mí pensar y creer que la buena de Aldonza Lorenzo es hermosa
y honesta» [DQ, I, cap. 25, p. 312]. Resulta evidente que cuando don Quijote
mantiene el diálogo con Sancho sobre la entrega de la carta, ya sabe que éste no
pudo encontrar a Dulcinea «ensartando perlas o bordando alguna empresa con oro de
cañutillo» y que para que Sancho le dé una respuesta de ese cariz debe mentirle.
Y sabe que debe mentirle porque Don Quijote ya conoce la opinión de Sancho
con respecto a Dulcinea. Unas jornadas antes, Sancho había apuntado:
—Bien la conozco —dijo Sancho—, y sé decir que tira tan bien una barra como
el más forzudo zagal de todo el pueblo. ¡Vive el Dador, que es moza de chapa,
hecha y derecha y de pelo en pecho, y que puede sacar la barba del lodo a
cualquier caballero andante o por andar que la tuviere por señora! ¡Oh
hideputa, qué rejo que tiene, y qué voz! Sé decir que se puso un día encima del
campanario del aldea a llamar unos zagales suyos que andaban en un
barbecho de su padre, y, aunque estaban de allí más de media legua, así la
oyeron como si estuvieran al pie de la torre. Y lo mejor que tiene es que no es
nada melindrosa, porque tiene mucho de cortesana: con todos se burla y de
todo hace mueca y donaire [DQ, I, cap. 25, p. 309-310].
1089
Torrente Ballester estudia el papel del personaje de Dulcinea, desde una perspectiva lógico-literaria, en
TORRENTE BALLESTER, G. (2004), p. 124-126.
378
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
honesta», «y en lo del linaje importa poco, que no han de ir a hacer la información dél
para darle algún hábito, y yo me hago cuenta que es la más alta princesa del mundo»
[DQ, I, cap. 25, p. 312], «Yo soy enamorado, no más de porque es forzoso que los
caballeros andantes lo sean; y, siéndolo, no soy de los enamorados viciosos, sino de
los platónicos continentes» [DQ, II, cap. 32, p. 972]. No en vano, «el caballero andante
sin dama es como el árbol sin hojas, el edificio sin cimiento y la sombra sin cuerpo de
quien se cause» [DQ, II, cap. 32, p. 979]. A lo largo del libro, y especialmente en el
diálogo que comentamos, las características de Aldonza impregnan a Dulcinea sin que
por ello pierda su condición de doncella amada por don Quijote. Y es personaje de
ficción, en segundo lugar, porque Dulcinea no aparece en la novela sino como
referencia. Se habla mucho de ella, pero el narrador no la saca a escena.
Por ello, podemos decir que Dulcinea actúa como una función y un pretexto en
relación con don Quijote.1090 Alonso Quijano, el caballero andante, necesita a Dulcinea
para ser don Quijote. Pero a don Quijote no le sirve una imagen realista de una joven
Aldolza, porque para don Quijote Dulcinea no es una persona real sino una exigencia
de su identidad quijotesca. «Por lo que yo quiero a Dulcinea del Toboso —afirma don
Quijote—, tanto vale como la más alta princesa de la tierra» [DQ, I, cap. 25, p. 311].
De hecho, al describirla, utiliza metáforas tan desmesuradas que imposibilitan su
propio valor descriptivo y aun metafórico. «Su nombre es Dulcinea; su patria, el
Toboso, un lugar de la Mancha; su calidad, por lo menos, ha de ser de princesa, pues
es reina y señora mía; su hermosura, sobrehumana, pues en ella se vienen a hacer
verdaderos todos los imposibles y quiméricos atributos de belleza que los poetas dan
a sus damas: que sus cabellos son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del
cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes,
alabastro su cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve» [DQ, I,
cap. 13, p. 155]. En cierto modo, como apunta Nélida Piñón, «Dulcinea es un
simulacro. Una invención casi pérfida de un caballero de la Mancha cuya integridad
casi zozobra entre las trampas que le tiende su propia imaginación».1091
1090
«Creer que don Quijote ama a Dulcinea —afirma Torrente Ballester— es una de las mayores falsedades
interpretativas a que su historia dio lugar». TORRENTE BALLESTER, G. (2004), p. 71.
1091
PIÑÓN, N. (2005), p. 114.
379
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
FIGURA 26
Imagen tomada de
http://www.unspecial.org/UNS640/t32.html
Para asombro del lector, quien unas líneas atrás ha visto cómo don Quijote se
encoleriza con Sancho por oírle decir que la princesa Micomicona es más hermosa
que Dulcinea,1093 esta vez el caballero recibe la respuesta del escudero sin irritación,
con asombrosa naturalidad, y devuelve a Sancho la pelota invitándole a continuar el
juego.
1092
Se pregunta y nos pregunta Torrente Ballester, TORRENTE BALLESTER, G. (2004), p. 124.
1093
«Don Quijote, que tales blasfemias oyó decir contra su señora Dulcinea, no lo pudo sufrir, y, alzando el
lanzón, sin hablalle palabra a Sancho y sin decirle esta boca es mía, le dio tales dos palos que dio con él en tierra; y si
no fuera porque Dorotea le dio voces que no le diera más, sin duda le quitara allí la vida», DQ, I, cap. 30, p. 386.
380
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
—Pues haz cuenta —dijo don Quijote— que los granos de aquel trigo eran
granos de perlas, tocados de sus manos. Y si miraste, amigo, el trigo ¿era
candeal o trechel? [DQ, I, cap. 31, p. 392].
Los granos de trigo eran granos de perlas tocados de sus manos, pero eran, al
mismo tiempo, granos de trigo cereal candeal o trechel.1094 Es decir, don Quijote
acepta la realidad que le ofrece Sancho, sin recurrir —como ha hecho en el pasado,
en aventuras como la de los molinos de viento— a la transformación o a la
violentación de la realidad. Sancho ha introducido ya una ficción verosímil, en
contraposición con la ficción poética que parecía demandar don Quijote. Y el caballero
acepta de buen grado la falsa realidad que le presenta Sancho. Una realidad que es
verosímil no sólo para Sancho sino, especialmente, para don Quijote, quien articula un
diálogo con Sancho en el que los planos poético y verosímil de la ficción se
superponen y confunden. Aquí radica el valor terapéutico de la ironía que contiene el
diálogo entre Sancho y don Quijote.
—Pues yo te aseguro —dijo don Quijote— que, ahechado por sus manos, hizo
pan candeal, sin duda alguna. Pero pasa adelante: cuando le diste mi carta,
¿besóla? ¿Púsosela sobre la cabeza? ¿Hizo alguna ceremonia digna de tal
carta, o qué hizo?
1094
Trigo candeal: «variedad de trigo aristado, con la espiga cuadrada, recta, espiguillas cortas y granos ovales,
obtusos y opacos, que da harina blanca de calidad superior». Trigo trechel: «Cada uno de los que se siembran en
primavera y fructifican en el verano del mismo año». Definiciones procedentes del diccionario de la RAE 22ª
edición (http://www.rae.es).
1095
Trigo rubión: «Variedad de trigo fanfarrón de grano dorado. Variedad de trigo forrajero», RAE 22ª edición
(http://www.rae.es).
381
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
—¡Discreta señora! —dijo don Quijote—. Eso debió de ser por leerla despacio
y recrearse con ella. Adelante, Sancho. Y en tanto que estaba en su menester,
¿qué coloquios pasó contigo? ¿Qué te preguntó de mí? Y tú ¿qué le
respondiste? Acaba, cuéntamelo todo, no se te quede en el tintero una mínima
[DQ, I, cap. 31, p. 392].
—En decir que maldecía mi fortuna dijiste mal —dijo don Quijote—, porque
antes la bendigo y bendeciré todos los días de mi vida, por haberme hecho
digno de merecer amar tan alta señora como Dulcinea del Toboso.
—Pues ¿cómo, Sancho? —dijo don Quijote—. ¿Haste medido tú con ella?
382
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
Hay algo en las respuestas de don Quijote que resulta enigmático. A estas
alturas de la conversación, el caballero parece saber de sobra que Sancho
desmontará todos y cada uno de los envites poéticos sobre el encuentro con Dulcinea.
Sin embargo, don Quijote insiste: «Pero no me negarás, Sancho, una cosa: cuando
llegaste junto a ella, ¿no sentiste un olor sabeo, una fragancia aromática y un no sé
qué de bueno, que yo no acierto a dalle nombre?». Esta insistencia parece encubrir el
irónico valor del agrado reconfortante con que don Quijote recibe la ficción verosímil, la
alternativa de realidad, que inventa Sancho. En esta función reside, en gran medida, la
acción psicoterapéutica de la ironía sanchesca.
—Lo que sé decir —dijo Sancho— es que sentí un olorcillo algo hombruno, y
debía de ser que ella, con el mucho ejercicio, estaba sudada y algo correosa.
—No sería eso —respondió don Quijote—, sino que tú debías de estar
romadizado o te debiste de oler a ti mismo, porque yo sé bien a lo que huele
aquella rosa entre espinas, aquel lirio del campo, aquel ámbar desleído.
—Todo puede ser —respondió Sancho—, que muchas veces sale de mí aquel
olor que entonces me pareció que salía de su merced de la señora Dulcinea;
pero no hay de qué maravillarse, que un diablo parece a otro [DQ, I, cap. 31, p.
393-394].
FIGURA 27
Sancho Panza
habla con Dulcinea.
Ilustración de
Antonio Mingote.
Imagen tomada de
CERVANTES, M. (2011),
vol. 2, p. 37
«No sería eso», dice Don Quijote, utilizando un pasado imperfecto que permite
un margen de duda. No afirma, tajante, certero, “no fue eso”, sino “no sería eso”. Es
más, a continuación dirá, con una frase que remite al condicional, «tú debías de estar
romadizado o te debiste de oler a ti mismo». «Todo puede ser», responde Sancho,
383
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
—La carta —dijo Sancho— no la leyó, porque dijo que no sabía leer ni escribir,
antes la rasgó y la hizo menudas piezas, diciendo que no la quería dar a leer a
nadie, porque no se supiesen en el lugar sus secretos, y que bastaba lo que yo
le había dicho de palabra acerca del amor que vuestra merced le tenía y de la
penitencia extraordinaria que por su causa quedaba haciendo. Y, finalmente,
me dijo que dijese a vuestra merced que le besaba las manos, y que allí
quedaba con más deseo de verle que de escribirle, y que, así, le suplicaba y
mandaba que, vista la presente, saliese de aquellos matorrales y se dejase de
hacer disparates y se pusiese luego luego en camino del Toboso, si otra cosa
de más importancia no le sucediese, porque tenía gran deseo de ver a vuestra
merced. Rióse mucho cuando le dije como se llamaba vuestra merced el
Caballero de la Triste Figura. Preguntéle si había ido allá el vizcaíno de marras;
díjome que sí y que era un hombre muy de bien. También le pregunté por los
galeotes, mas díjome que no había visto hasta entonces alguno.
—Todo va bien hasta agora —dijo don Quijote—. Pero, dime, ¿qué joya fue la
que te dio al despedirte, por las nuevas que de mí le llevaste? Porque es usada
y antigua costumbre entre los caballeros y damas andantes dar a los
escuderos, doncellas o enanos que les llevan nuevas, de sus damas a ellos, a
ellas de sus andantes, alguna rica joya en albricias, en agradecimiento de su
recado [DQ, I, cap. 31, p. 394].
¿Todo va bien hasta ahora? Dulcinea ahechando dos hanegas de trigo rubión en
un corral de su casa, con un olorcillo algo hombruno, sin haber leído la misiva de amor
de don Quijote. Y, sin embargo, ¿todo va bien hasta ahora? Aquí reside el logro
psicoterapéutico de la ironía de Sancho: don Quijote recibe bien la alternativa de
realidad. Es más, esta ficción que inventa Sancho parece brindar un marco de
384
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
—Todo va bien hasta agora —dijo don Quijote—. Pero, dime, ¿qué joya fue la
que te dio al despedirte, por las nuevas que de mí le llevaste? Porque es usada
y antigua costumbre entre los caballeros y damas andantes dar a los
escuderos […], alguna rica joya en albricias, en agradecimiento de su recado.
—Bien puede eso ser así, y yo la tengo por buena usanza, pero eso debió de
ser en los tiempos pasados, que ahora solo se debe de acostumbrar a dar un
pedazo de pan y queso, que esto fue lo que me dio mi señora Dulcinea, por las
bardas de un corral, cuando della me despedí; y aun, por más señas, era el
queso ovejuno.
—Es liberal en estremo —dijo don Quijote—, y si no te dio joya de oro, sin duda
debió de ser porque no la tendría allí a la mano para dártela [DQ, I, cap. 31, p.
394-395].
«Bien puede eso ser así, y yo la tengo por buena usanza», reconoce Sancho,
concediendo, una vez más, un margen de posibilidad a la realidad quijotesca, «pero
eso debió de ser en los tiempos pasados, que ahora solo se debe de acostumbrar a
dar un pedazo de pan y queso», propone Sancho como alternativa verosímil de
realidad, como fórmula irónica, rematada con un guiño cómico «y aun, por más señas,
era el queso ovejuno».
Don Quijote acepta la ironía —«es liberal en extremo»—, y, aunque sin eliminar
un margen de posibilidad de su realidad quijotesca —«si no te dio joya de oro, sin
duda debió de ser porque no la tendría allí a la mano para dártela»—, no recurre en
ningún momento a la transformación violenta de la realidad, sino que se acoge, con
espíritu sosegado, a la alternativa de realidad que Sancho le brinda.
385
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
1096
Con la debida distancia conceptual, el objeto ideal y su relación con lo real de la teoría de Melanie Klein
ofrece un excelente ejemplo de esta relación entre lo ideal y lo real. Relación que, parafraseando a Winnicott, basta
con que sea suficientemente buena. Por otro lado, la ironía está íntimamente relacionada con la risa, condición
sustancialmente humana. La risa como interfaz entre la realidad y la ficción, es decir, entre lo real y lo posible en
tanto que imaginable. El loco es risible en el marco de la burla. Y la misma burla que permite que nos riamos de don
Quijote constituye el sustrato de la ironía que tiende un puente entre distintos planos de la realidad. Sobre la risa y la
ironía en el Quijote, puede consultarse CHOZA, J., y ARECHEDERRA, J.J. (2007), p. 63-200.
386
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
—Quizá por no ser armados caballeros como yo lo soy [explica don Quijote a
los acompañantes en la venta en el pleito del yelmo de Mambrino] no tendrán
que ver con vuestras mercedes los encantamientos de este lugar, y tendrán los
entendimientos libres y podrás juzgar de las cosas deste castillo como ellas son
real y verdaderamente, y no como a mí me parecían [DQ, I, cap. 45, p. 572].
1097
Hasta este momento crucial, don Quijote transformaba continuamente la realidad de las cosas: los molinos
eran gigantes, los rebaños de ganado ejércitos, las ventas castillos. Claro que la Mancha era, por otro lado, un espacio
propicio a la trasformación: «Ninguna apariencia de lo real más vaga, más blanda, más indecisa –y por consiguiente
más apta a decir de ella lo que se quiera- que las polvaredas de la llanura manchega», afirma el poeta Pedro Salinas,
SALINAS, P. (2005), p. 108.
387
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
[DQ, I, cap. 44, p. 570], es decir, bacía y yelmo y ni una ni la otra. Una nueva palabra
que permite la realidad de diferentes perspectivas al mismo tiempo.1098
A partir de ahora don Quijote acepta como válida —por supuesto, con matices—
la realidad que los demás le ofrecen y sitúa la alteración en su propia percepción y no
en la condición de ser de las cosas. La locura de don Quijote se humaniza y adquiere
un valor intimista que le pone en comunicación con el mundo. Antes, don Quijote
violentaba la realidad para acomodarla a su mundo de caballerías. Ahora, don Quijote
transforma la realidad desde y en el interior de su conciencia. De alguna menara, ha
incorporado, en un plano íntimo, la operación transformadora. Esto le permite habitar
el mismo mundo que Sancho y los demás personajes. Pero a un alto precio. Ahora
don Quijote debe asumir como tal, no sin cierta resignación, lo que la realidad
caballeresca le niega a los ojos:
—Yo sé y tengo para mí que voy encantado, y esto me basta para la seguridad
de mi conciencia; que la formaría muy grande si yo pensase que no estaba
encantado y me dejase estar en esta jaula, perezoso y cobarde [DQ, I, cap. 49,
p. 613].
1098
Las interpretaciones psicoanalíticas, sobre todo las interpretaciones de la transferencia y aquellas que actúan
como transformaciones hacia O, introducen también una nueva manera de vivir la realidad: esa tercera realidad que
integra y concilia diferentes perspectivas de otras realidades. Véanse PRIEL, B. (2013) y GRINBERG, L. (2000).
1099
«En la historia de todas las naciones la poesía aparece como la forma más temprana y primitiva de expresión»
asegura Giambattista Vico (1668-1744); tomado de ROF CARBALLO, J. (1964), p. 38. Rof Carballo profundiza en
este tema en su ensayo Poesía y medicina. La actividad creadora, ROF CARBALLO, J. (1964), p. 23-66.
388
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
Por otro lado, el diálogo da pie a una secreta complicidad entre Sancho y don
Quijote más allá de lo manifiesto. Complicidad que ahonda en la relación entre los dos
y posibilita el cambio fundamental que va a suceder a partir de este momento: las
trasformaciones de Sancho —que Madariaga llamó quijotización—, y de don Quijote.
Por supuesto, el diálogo cómplice entre don Quijote y Sancho fue necesario para
la transformación del caballero: «Si don Quijote llega casi curado al final de su vida -
¡con qué infinita y tierna discreción nos lo da a entender Cervantes!- fue gracias a los
muchos diálogos que en sus andanzas tuvo con el buen Sancho, el que aceptó
escucharle».1101
1100
No comparto la opinión de algunos autores —véanse CRESPO, L.F. (1987), CASTILLA DEL PINO, C. (2005),
p. 29— de que existiera una folie a deux entre don Quijote y Sancho. Creo que sí se dio una complicidad en el delirio
quijotesco, una comunión en la esperanza de la realización de un proyecto vital —aunque cada uno el suyo—, pero
no acierto a ver lo delirante en Sancho. Profundizo en este tema en “4.3.- La locura de don Quijote”.
1101
ROF CARBALLO, J. (1964), p. 66. La cursiva es de Rof Carballo.
1102
La dogmática infalibilidad del Papa de Roma fue establecida por Pío IX en el Concilio Vaticano I de 1870, en
la constitución dogmática sobre la iglesia Pastor Æternus. Es decir, casi tres siglos después de las andanzas de
Cervantes y don Quijote.
389
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
La expresión todo puede ser —y sus variantes verbales: todo podría ser, todo
pudo ser, todo pudiera ser— introduce una alternativa de realidad y rompe con las
lecturas unívocas o monolíticas. En la primera parte del Quijote, la frase aparece en
cinco ocasiones. En ninguna de ellas es pronunciada por don Quijote. Todavía, en
esta etapa, don Quijote interpreta la realidad en clave exclusivamente caballeresca y
no acepta opciones discordantes con esta lectura.
—Todo puede ser —respondió Sancho [DQ, II, cap. 11, p. 776].
—Todo puede ser —dijo don Quijote [DQ, II, cap. 17 p. 830].
—Todo eso pudiera ser, Sancho —replicó dijo don Quijote—, pero no es así
[DQ, II, cap. 23, p. 901].
—Todo podría ser —respondió don Quijote [DQ, II, cap. 25, p. 922].
Genial Cervantes y genial don Quijote, quien, con fina ironía y hermosa
aceptación de la alternativa de realidad, apunta, con respecto a su experiencia en la
Cueva de Montesinos: «Todo eso pudiera ser, Sancho —replicó dijo don Quijote—,
pero no es así, porque lo que he contado lo vi por mis propios ojos y lo toqué con mis
mismas manos».
Alonso Quijano crea a don Quijote en un acto de ironía poética. Sancho muestra
a don Quijote que su mundo de caballerías puede ser vivido en el mismo mundo que
390
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: la carta a Dulcinea
habitan las demás personas. Por ello, el diálogo de la carta a Dulcinea abre las
puertas del cambio y conduce a don Quijote y Sancho hacia la búsqueda de una
realidad necesaria en la que puedan conciliarse la vida caballeresca y el mundo real
común de los demás personajes. El principal exponente de este cambio será la
aventura del encantamiento de Dulcinea, cuyas características y valor psicoterapéutico
analizaremos en el siguiente capítulo.
391
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
Subieron a caballo, y sin tomar determinado camino, por ser muy de caballeros
andantes el no tomar ninguno cierto, se pusieron a caminar por donde la
voluntad de Rocinante quiso, que se llevaba tras sí la de su amo [DQ, I, cap.
21, p. 249].
Es decir, en la primera parte don Quijote no persigue una aventura definida, sino
que viaja a la buena de Dios, sin camino trazado de antemano. Parafraseando
torpemente a Machado, decimos que en la primera parte no hay camino, sino que don
Quijote hace camino al andar. Por el contrario, la segunda parte, desde su comienzo,
introduce un cambio esencial. Don Quijote decide su camino según un propósito
concreto: ir a El Toboso en busca de Dulcinea. Don Quijote elige este destino y lo
hace a sabiendas de que conduce al fracaso, pues nunca podrá encontrar a Dulcinea.
La alternativa de realidad que Sancho introdujo en la aventura de la carta a Dulcinea
abrió las puertas a la libertad. Don Quijote, por primera vez, puede elegir. Sin
embargo, ejerce su conquistada libertad para vivir un engaño que no es propiamente
tal, porque don Quijote sabe y asume —tal vez desde su deseo— que es víctima de
un engaño.
—La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres
dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra
ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe
aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede
venir a los hombres [DQ, II, cap. 58, p. 1195].
1103
Cita tomada de MONTERO REGUERA, J. (1997), p. 95.
392
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
A partir de ese momento «Dulcinea es el puente que enlaza a don Quijote con el
mundo».1104 Y Sancho es el constructor de este puente en el mundo. Por supuesto, el
puente es ahora posible porque don Quijote, en su nueva forma de amar a Dulcinea,
necesita al mundo, no puede abstraerse de él como hizo en la primera parte. Vemos
que la función de Dulcinea es crucial en la evolución de los personajes y,
especialmente, en la evolución de la relación entre don Quijote y Sancho.
La carta a Dulcinea permite abrir una vía de esperanza. Aunque se trata de una
esperanza ilusoria, de un engaño aceptado y asumido por don Quijote. Como explica
Luis Rosales, «la carta no tiene más destino que despertar en don Quijote la ilusión de
esperar su imposible respuesta». De hecho, «nadie puede saber si [a don Quijote] le
interesa más las respuesta de Dulcinea que la de Sancho».1105 Don Quijote busca ser
engañado. Sabe que nunca entregó la carta a Sancho y que, de habérsela dado —en
1104
Tomado de ROSALES, L. (1996), p. 403
1105
ROSALES, L. (1996), p. 405 y p. 406, respectivamente.
393
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
—Este mi amo [dice Sancho para sí] por mil señales he visto que es un loco de
atar, y aun también yo no le quedo en zaga, pues soy más mentecato que él,
pues le sigo y le sirvo, si es verdadero el refrán que dice: «Dime con quién
andas, decirte he quién eres», y el otro de «No con quien naces, sino con quien
paces». Siendo, pues, loco, como lo es, y de locura que las más veces toma
1106
ROSALES, L. (1996), p. 406-407.
1107
Como expone Rosales, «Don Quijote tal vez no tiene certidumbre de que exista realmente Dulcinea, pero no
puede poner en duda la validez de su existencia, porque su propio vida depende de ella», ROSALES, L. (1996), p. 330-
331.
394
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
unas cosas por otras, y juzga lo blanco por negro y lo negro por blanco, como
se pareció cuando dijo que los molinos de viento eran gigantes, y las mulas de
los religiosos dromedarios, y las manadas de carneros ejércitos de enemigos, y
otras muchas cosas a este tono, no será muy difícil hacerle creer que una
labradora, la primera que me topare por aquí, es la señora Dulcinea; y, cuando
él no lo crea, juraré yo; y si él jurare, tornaré yo a jurar; y si porfiare, porfiaré yo
más, y de manera que tengo de tener la mía siempre sobre el hito, venga lo
que viniere. […]
Y sucedióle todo tan bien que, cuando se levantó para subir en el rucio, vio que
del Toboso hacia donde él estaba venían tres labradoras sobre tres pollinos, o
pollinas, que el autor no lo declara, aunque más se puede creer que eran
borricas, por ser ordinaria caballería de las aldeanas; pero, como no va mucho
en esto, no hay para qué detenernos en averiguarlo. En resolución: así como
Sancho vio a las labradoras, a paso tirado volvió a buscar a su señor don
Quijote, y hallóle suspirando y diciendo mil amorosas lamentaciones [DQ, II,
cap. 10, p. 766-767].
Sancho resuelve el problema con una pirueta genial. Decide convertir a una de
las labradoras en Dulcinea y a las otras dos en sus doncellas. Pero don Quijote no
quiere dejarse engañar de forma gratuita. Quiere un triunfo sonado, salir por la puerta
grande. Es decir, a don Quijote no le sirve una vulgar engañifa. Su propia valía anda
en juego. Por eso, cuestiona el atrevimiento de Sancho y le advierte: «Mira no me
engañes, ni quieras con falsas alegrías alegrar mis verdaderas tristezas» [DQ, II, cap.
10, p. 768]. Sancho se mantiene, como debe, firme en el fingimiento. Don Quijote deja
muy claro que ya no es el mismo de la primera parte: ahora no violenta la realidad, la
ve tal cual es. «Yo no veo, Sancho —dijo don Quijote—, sino a tres labradoras sobre
tres borricos» [DQ, II, cap. 10, p. 769].
La alternativa de realidad que le ofreció Sancho dio sus frutos.1108 Don Quijote no
puede ver a Dulcinea donde sólo hay labradoras. A Sancho no le queda otra opción
más que perseverar en el engaño y tratar a las labradoras como si fueran Dulcinea y
sus doncellas. De esta manera, entrega a don Quijote la solución perfecta, la única
válida que puede conciliar la apariencia de labradora con la necesaria realidad de
Dulcinea: el encantamiento. Dulcinea parece una labradora porque está encantada.
Acaba de nacer el mito: la nueva Dulcinea encantada, cuyo desencantamiento será el
motor argumental de la segunda parte.
1108
Véase el capítulo anterior “2.7. Ironía y alternativa de realidad en el quijote: a propósito de la carta de don
Quijote a Dulcinea”.
395
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
Es muy importante destacar que esta aventura ha sido posible gracias a dos
valores preliminares, introducidos en la aventura de la carta a Dulcinea: 1) la
complicidad entre don Quijote y Sancho, y 2) el cuidado terapéutico.
—No te entiendo, Sancho —dijo luego don Quijote—, pues no sé qué quiere
decir soy tan fócil.
—Ya, ya caigo —respondió don Quijote— en ello: tú quieres decir que eres tan
dócil, blando y mañero que tomarás lo que yo te dijere, y pasarás por lo que te
enseñare.
Podrá ser, sentencia don Quijote. Y aun pudiendo ser —y, de hecho, aun
siendo— don Quijote acepta el juego y se entretiene en esta amable broma con
Sancho. La complicidad entre ambos es palpable. Sin ella no sería posible el gran
engaño buscado del encantamiento de Dulcinea.
396
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
FIGURA 28
A Sancho se le caen las alas del corazón, se entristece, porque quiere a don
Quijote, y le duele que el afán quijotesco pueda sobre su amistad. La amistad, es
decir, la relación humana, posibilita la acción terapéutica. De hecho, en la aventura del
encantamiento Sancho cuida de su amo, «ve sufrir a don Quijote, siente piedad por él
y abre una puerta falsa que comunica con el suyo el corazón de su señor».1109 Ésta es
la raíz de toda psicoterapia: el cuidado y el consuelo de la persona que sufre. Por eso,
pese a la terquedad de don Quijote, antes de emprender rumbo a El Toboso, «don
Quijote y Sancho se abrazaron y quedaron amigos» [DQ, II, cap. 7, p. 746].
1109
ROSALES, L. (1996), p. 391.
397
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
Pero hay algo más en todo esto, algo más poderoso y a la vez más sutil: del
encantamiento de Dulcinea que permite a don Quijote seguir siendo don Quijote,
provendrá el final de su locura, la terminación de su identidad quijotesca.
398
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
En este juego Sancho finge y no finge, es decir, no representa sino hasta cierto
punto. Don Quijote tampoco finge del todo. No hay más cera que la que arde. Por eso,
la solución del encantamiento resulta verosímil. Tiene sentido en el devenir de la
novela. El lector no lo recoge como un disparate, sino como algo lógico, razonable e,
incluso, necesario e inevitable. De ahí que Sancho no pueda dar por bueno el plan de
don Quijote de ir al encuentro de Dulcinea y, del mismo modo que sucediera en el
diálogo sobre la entrega de la carta, advierte a don Quijote de lo utópico de su
empresa:
Comienza aquí, como este contundente Todo pudo ser, el nuevo encuentro con
Dulcinea. Sancho recupera el espíritu terapéutico del diálogo sobre la carta y
pronuncia estas palabras mágicas —terapéuticas, al fin y al cabo— que ofrecen una
alternativa de realidad sin desacreditar la posición de don Quijote. Vimos en el capítulo
precedente el valor psicoterapéutico de esta aproximación. Sancho le concede a don
Quijote la mayor: «Todo pudo ser», pero puntualiza que a él le parecieron bardas, y no
«galerías o corredores, o lonjas, o como las llaman, de ricos y reales palacios»,
aunque tal vez, añade, ande algo falto de memoria y eso justifique su olvido. Sancho,
a lomos de su asno, investido de un saber ancestral —el mismo que conquistaría
Freud varios siglos más tarde y Sócrates un par de milenos antes—, pronuncia estas
1114
AUERBACH, E. (1945).
399
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
palabras y abre las puertas del principio de realidad necesaria, cuyo valor
psicoterapéutico será fundamental en el cambio de don Quijote.1115
Don Quijote transita entre dos mundos: el común y el propio de caballerías. Para
ser don Quijote y habitar el segundo de estos mundos, necesita a Dulcinea. Para
continuar ligado al primero —y a Alonso Quijano—, necesita a Sancho. Hermosa
paradoja que se resuelve con el encantamiento de Dulcinea. Con este acto, Sancho
entrega a don Quijote las llaves de los dos mundos. Pero le entrega algo más, una
tercera llave mucho más poderosa y, al mismo tiempo, más peligrosa: la llave que
abre la puerta que comunica ambos mundos.
Para forjar esta llave, Sancho ha utilizado una aleación de complicidad y cuidado
terapéutico, todo ello moldeado por el efecto de la ironía. Sabemos que la ironía
permite el despliegue de un plano ideal que enriquece y complementa el plano real. En
este caso se trata de una ironía burlesca, juguetona, que nace en el seno del diálogo
cómplice entre don Quijote y Sancho, y que al hacer su aparición alimenta la
complicidad y sirve de puente entre el caballero y el escudero. La ironía actúa aquí
como sostén y catalizador de la relación terapéutica.
Sancho introduce esta ironía desde los primeros pasos de la salida hacia El
Toboso. «Todo pudo ser —respondió Sancho—, pero a mí bardas me parecieron, si
no es que soy falto de memoria». La alternativa de realidad es recogida con elegancia
por don Quijote: «Con todo eso, vamos allá, Sancho —replicó don Quijote— que como
yo la vea, eso se me da que sea por bardas que por ventanas, o por resquicios, o
verjas de jardines; que cualquier rayo que del sol de su belleza llegue a mis ojos
1115
Erich Auerbach, en su magnífico ensayo “La Dulcinea encantada”, cuya lectura recomiendo (está disponible
en la web de forma gratuita, http://cvc.cervantes.es/literatura/quijote_antologia/auerbach.htm#npasn) asegura que con
el encantamiento de Dulcinea «se evitan tanto la tragedia como la curación», AUERBACH, E. (1945). Comparto que el
encantamiento evita la tragedia, aunque lo hace a costa de introducir una nueva tragedia: la del imposible
desencantamiento de Dulcinea—, sin embargo, no estoy de acuerdo con Auerbach en que el encantamiento evite la
curación. Al contrario, el encantamiento permite la curación, como trataré de justificar en este capítulo. La ausencia
del engaño no habría abierto las puertas de la curación, sino que, presumiblemente, habría debilitado la relación con
Sancho, abocando a un aislamiento delirante, tal vez definitivo.
400
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
Pero Sancho, firme en su uso de la ironía, juega a dos bandas. Afirma que vio a
Dulcinea tras las bardas del corral. El propio don Quijote, llegados a El Toboso, se
aferra a ello. «Ya me has dicho tú que la viste ahechando trigo, cuando me trujiste la
respuesta de la carta que le envié contigo» [DQ, II, cap. 9, p. 760]. Sancho,
enigmático, responde: «No se atenga a eso, señor —respondió Sancho—, porque le
hago saber que también fue de oídas la vista y la respuesta que le truje; porque, así sé
yo quién es la señora Dulcinea como dar un puño en el cielo» [DQ, II, cap. 9, p. 760-
761]. Don Quijote no está ahora para estos naipes, pero ya los ha visto, y la ironía ha
hecho su efecto. «Sancho, Sancho —respondió don Quijote—, tiempos hay de burlar,
y tiempos donde caen y parecen mal las burlas. No porque yo diga que ni he visto ni
hablado a la señora de mi alma has tú de decir también que ni la has hablado ni visto,
siendo tan al revés como sabes» [DQ, II, cap. 9, p. 761].
Sin embargo, Sancho necesita a Dulcinea tanto como a don Quijote. Sin ella,
qué lugar quedaría para el escudero. El principio de realidad necesaria actúa con
dictado imperativo. De hecho, una vez en el bosquecillo, a las afueras de El Toboso,
401
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
don Quijote encarga a Sancho que vaya al pueblo en busca de Dulcinea. Sancho se
sienta al pie de un árbol y comienza a pensar; a hablar consigo mismo, lo llama
Cervantes. El resultado es un monólogo genial, teñido de inteligente ironía. En este
diálogo Sancho da forma al artificio, al engaño buscado en el que la realidad necesaria
y la ironía firman su compromiso terapéutico.
«No será muy difícil hacerle creer que una labradora, la primera que me topare
por aquí, es la señora Dulcinea [razona Sancho en su monólogo]; y, cuando él no lo
crea, juraré yo; y si él jurare, tornaré yo a jurar; y si porfiare, porfiaré yo más, y de
manera que tengo de tener la mía siempre sobre el hito, venga lo que viniere» [DQ, II,
cap. 10, p. 767]. El escudero declara su intención de engaño y anticipa el argumento
que utilizará don Quijote para salvar el equívoco: «quizá pensará, como yo imagino,
que algún mal encantador de estos que él dice que le quieren mal la habrá mudado la
figura por hacerle mal y daño» [DQ, II, cap. 10, p. 767].
La ironía, no exenta del barniz burlón que Sancho le confiere, es protagonista del
encantamiento de Dulcinea. Comienza en el mismo acto del plan y se desarrolla en
todo el proceso, con un énfasis especial en el hecho de que tanto don Quijote como
Sancho conocen las reglas de este juego de sombras chinescas, donde las cosas no
son lo que parecen y lo que parecen ser es sólo sombra de lo que son.
—Tan buenas —respondió Sancho—, que no tiene más que hacer vuesa
merced sino picar a Rocinante y salir a lo raso a ver a la señora Dulcinea del
Toboso, que con otras dos doncellas suyas viene a ver a vuesa merced.
—¡Santo Dios! ¿Qué es lo que dices, Sancho amigo? —dijo don Quijote—.
Mira no me engañes, ni quieras con falsas alegrías alegrar mis verdaderas
tristezas [DQ, II, cap. 10, p. 768].
402
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
1116
Genial frase de Sancho de la que, para mi sorpresa, no he encontrado un comentario entre los cervantistas
sobre su afilado sentido irónico.
1117
«El encantamiento realizado por Sancho —afirma Luis Rosales al comentar este asunto— ha sido un
encantamiento verdadero y ha transformado efectivamente a dulcinea», ROSALES, L. (1996), p. 431.
403
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
sabemos, muere. Es decir, don Quijote fue don Quijote mientras Dulcinea permaneció
encantada. A la postre —hermosa ironía—, el encantamiento de Dulcinea no fue sino
el encantamiento del propio don Quijote.
Así las cosas, Sancho y Don Quijote salen del bosquecillo en busca de la
prometida Dulcinea.
—Yo no veo, Sancho —dijo don Quijote—, sino a tres labradoras sobre tres
borricos.
—¡Agora me libre Dios del diablo! —respondió Sancho—. Y ¿es posible que
tres hacaneas, o como se llaman, blancas como el ampo de la nieve, le
parezcan a vuesa merced borricos? ¡Vive el Señor, que me pele estas barbas
si tal fuese verdad!
—Pues yo te digo, Sancho amigo —dijo don Quijote—, que es tan verdad que
son borricos, o borricas, como yo soy don Quijote y tú Sancho Panza; a lo
menos, a mí tales me parecen.
—Calle, señor —dijo Sancho—, no diga la tal palabra, sino despabile esos ojos,
y venga a hacer reverencia a la señora de sus pensamientos, que ya llega
cerca [DQ, II, cap. 10, p. 769-770].
Don Quijote ve lo que hay: tres feas aldeanas a lomos de tres borricos. De
hecho, si no fuera así, el encantamiento de Dulcinea no sería necesario. Algunos
estudiosos del Quijote sitúan el cambio —de ver la realidad transformada a verla tal
cual es— en el momento del encuentro con Dulcinea encantada. Luis Rosales le
concede una especial importancia a esta lectura. En opinión de Rosales, el
1118
«Hace casi un siglo —publicó José Luis Peset en 2010—, Pedro Miguel Obligado recordó el papel de Sancho
en curar verdaderas tristezas con falsas alegrías», PESET, J.L. (2010), p. 93.
404
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
FIGURA 29
Dulcinea.
Óleo (1911) de Marcel Duchamp.
Original en el Philadelphia Museum
of Art, Philadelphia, Estados
Unidos.
Por mi parte, considero que el cambio comenzó antes, en el diálogo entre don
Quijote y Sancho sobre la entrega de la carta a Dulcinea. Defiendo esta lectura en el
capítulo anterior “2.7. Ironía y alternativa de realidad como recursos psicoterapéuticos
en el quijote: a propósito de la carta de don quijote a dulcinea”.
1119
ROSALES, L. (1996), p. 435.
405
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
—Apártense nora en tal del camino, y déjenmos pasar, que vamos de priesa.
—Mas, ¡jo, que te estrego, burra de mi suegro! ¡Mirad con qué se vienen los
señoritos ahora a hacer burla de las aldeanas, como si aquí no supiésemos
echar pullas como ellos! Vayan su camino, e déjenmos hacer el nueso, y serles
ha sano [DQ, II, cap. 10, p. 770-771].
Por supuesto, no es difícil suponer que Cervantes escribió este capítulo con
ánimo de hacer reír. La risa burlesca es parte consustancial del Quijote. Lejos de las
posiciones rígidas y excluyentes que enfatizan el carácter solemne de la novela
cervantina, denostando toda lectura cómica, considero que la risa es plenamente
compatible con el valor trascendente de la obra y con el tono melancólico que los
lectores de nuestra época apreciamos en esta escena. Es más, el tono burlón es
portador de la poderosa ironía, y sin ella el Quijote no pasaría de ser una burda
parodia de los libros de caballería. Cervantes juega magistralmente con la ironía y con
las paradojas que encierra. Y la aventura del encantamiento de Dulcinea alberga una
406
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
irónica paradoja, que remite a una cuestión profunda y enigmática: la identidad de don
Quijote.
1120
No en vano, con el Quijote «por primera vez en la historia de la novela, el personaje literario muestra su
intimidad», ROSALES, L. (1996), p. 559.
1121
Las enseñanzas de don Quijote remiten, una vez más, al saber clásico. Para la escuela pitagórica, el «conócete
a ti mismo» era una respuesta a «¿qué es lo más difícil?», LLEDÓ, E. (1981a), p.348, n. 32.
407
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
Precisamente debido a este conocimiento de uno mismo, a partir del episodio del
encantamiento de Dulcinea el mundo quijotesco se resquebraja y se desmorona poco
a poco. Los demás personajes, con Sancho, el Bachiller Sansón Carrasco y los
Duques a la cabeza, ayudan a don Quijote a sostener su mundo. Y, al hacerlo, lo
debilitan aún más.
La duquesa, unos pasos más delante, apreciará la necesidad que don Quijote
tiene de Dulcinea y el juego que esta necesidad ha operado.
—En eso hay mucho que decir —respondió don Quijote—. Dios sabe si hay
Dulcinea o no en el mundo, o si es fantástica o no es fantástica; y éstas no
son de las cosas cuya averiguación se ha de llevar hasta el cabo [DQ, II, cap.
32, p. 979-980].
1122
La sophrosyne, que es llamada por Sócrates en el Crátilo «salvaguardia del entendimiento» (sotería
phroneseos), es el objetivo de la palabra curativa.
408
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
Don quijote apuesta por la libertad y para ello elige amar a Dulcinea. Por
supuesto, como toda libertad —y la de Quijote no es una excepción—, es una libertad
condicionada. La condición elegida, pero ineludible, es el amor por Dulcinea, por una
Dulcinea real, no una Aldonza metamorfoseada. Y don Quijote acepta esta condición y
con ella da por bueno el encantamiento.
Pero la culminación del engaño exige postrarse ante la fea aldeana como si se
tratara de la mismísima Dulcinea. Una vez de rodillas ante ella —«se adelantó a
recebir a las tres aldeanas; y, apeándose del rucio, tuvo del cabestro al jumento de
una de las tres labradoras, y, hincando ambas rodillas en el suelo»—, no hay marcha
atrás. Don Quijote ya no puede sino reconocer a la aldeana como Dulcinea encantada.
Este reconocimiento supone una renuncia de la propia condición del caballero. A la
postre, no es sino el remate de su locura, pero una locura llena de resignación y
penumbra.
Llegando el autor desta grande historia a contar lo que en este capítulo cuenta
[da comienzo así el narrador del Quijote al capítulo del encantamiento de
Dulcinea], dice que quisiera pasarle en silencio, temeroso de que no había de
ser creído, porque las locuras de don Quijote llegaron aquí al término y raya de
las mayores que pueden imaginarse, y aun pasaron dos tiros de ballesta más
allá de las mayores [DQ, II, cap. 10, p. 763].
Salvador de Madariaga vio claro el precio que don Quijote pagó por el
encantamiento: «una vez encantada Dulcinea, el caballero comienza a perder aquel
vigor vital que le hacía veces de serenidad y le daba fuerzas para imponerse a sí
mismo e imponer a los demás una realidad creada por su imaginación».1123
1123
MADARIAGA, S. (1967), p. 167.
409
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
FIGURA 30
410
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
suprimirse totalmente, en la aventura del barco encantado don Quijote vuelve a las
andadas».1124
Sin embargo, Sancho no pretende que don Quijote deje de ser don Quijote, sino
que se adentre en la realidad de todos, que pertenezca al mismo mundo que los
demás personajes de la obra. Sancho se esfuerza por combatir el aislamiento, el
mundo autístico, de don Quijote. Ésta es la gran virtud psicoterapéutica de Sancho en
la aventura del encantamiento: lograr que don Quijote viva en el mismo mundo que el
resto de los personajes.
1124
ROSALES, L. (1996), p. 343, n. 4.
1125
UNAMUNO, M. (2005), p. 181 y UNAMUNO, M. (2005), p. 180, respectivamente.
411
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
ilusión, hinque la rodilla ante la más repugnante de las realidades: una Dulcinea cerril
y harta de ajos».1126
—Hay mucho que decir —respondió don Quijote [al caballero del Verde
Gabán]— en razón de si son fingidas, o no, las historias de los andantes
caballeros.
—Pues, ¿hay quien dude —respondió el Verde— que no son falsas las tales
historias?
1126
MADARIAGA, S. (1967), p. 135.
1127
MADARIAGA, S. (1967), p. 127-135 y ROSALES, L. (1996), p. 391.
412
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
—Yo lo dudo —respondió don Quijote—, y quédese esto aquí; que si nuestra
jornada dura, espero en Dios de dar a entender a Vuesa merced que ha hecho
mal en irse con la corriente de los que tienen por cierto que no son verdaderas
[DQ, II, cap. 16, p. 822].
Pero una nueva idea le ronda al caballero. Una idea que guiará el curso de la
segunda parte del Quijote. «Pensativo además iba don Quijote por su camino
adelante, considerando la mala burla que le habían hecho los encantadores volviendo
a su señora Dulcinea en la mala figura de la aldeana, y no imaginaba qué remedio
tendría para volverla a su ser primero» [DQ, II, cap. 11, p. 775]. Don Quijote persigue
ahora el logro del desencantamiento de Dulcinea. Es el leitmotiv de la segunda parte
del Quijote. En la primera parte de la novela la conducta de don Quijote está
impulsada por el ideal de justicia, mientras que en la segunda está impulsada por el
ideal de Dulcinea.1129
—En eso hay mucho que decir —respondió don Quijote—. Dios sabe si hay
Dulcinea o no [en] el mundo, o si es fantástica o no es fantástica; y éstas no
son de las cosas cuya averiguación se ha de llevar hasta el cabo [DQ, II, cap.
32, p. 979-980].
1128
ROSALES, L. (1996), p. 437.
1129
Tomo esta idea de ROSALES, L. (1996), p. 439.
413
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
Finalmente, la noche previa al regreso a la aldea —ya derrotado don Quijote por
el Caballero de la Blanca Luna—, Sancho termina la tarea encomendada por el mago
Merlín para el desencantamiento de Dulcinea. Completado el desencantamiento y
nada más adentrarse en las lindes del pueblo, don Quijote escucha a un mozo que le
dice a otro: «No te canses Periquillo, que no la has de ver en todos los días de tu
vida» [DQ, II, cap. 73, p. 1322].
—¿No adviertes, amigo, lo que aquel mochacho ha dicho: «no la has de ver en
todos los días de tu vida»?
—Pues bien, ¿qué importa —respondió Sancho— que haya dicho eso el
mochacho?
—¿Qué? —replicó don Quijote—. ¿No vees tú que, aplicando aquella palabra a
mi intención, quiere significar que no tengo de ver más a Dulcinea? [DQ, II,
cap. 73, p. 1322-1323].
Don Quijote sabe que una vez desencantada ya tendrá opción de ver a Dulcinea.
En rigor, nunca la vio, salvo en sueños, como el de la cueva de Montesinos. Pero
ahora la congoja se le amontona en el pecho y sufre la pérdida de Dulcinea
414
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
encantada. Sufre, en última instancia, la ausencia de un motivo vital por el que seguir
siendo don Quijote.
1130
Sobre la verdad vital en el Quijote, véase ROSALES, L. (1996), p. 448-451.
1131
Sobre la función paterna en el Quijote. véase CORCÉS PANDO, V. (2013).
1132
Utilizo el singular quien porque el cura y el barbero constituyen una unidad funcional tanto en el devenir de
la novela como en el imaginario de don Quijote.
1133
El cura es padre espiritual y barbero —cirujano-barbero— era la profesión del padre de Cervantes.
1134
En los capítulos “2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: a propósito de la carta de don Quijote a
Dulcinea” y “2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea” desarrollo en
profundidad este asunto.
415
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
—Y ¿podrá vuestra merced pasar en el campo las siestas del verano, los
serenos del invierno, el aullido de los lobos? No, por cierto, que éste es
ejercicio y oficio de hombres robustos, curtidos y criados para tal ministerio casi
desde las fajas y mantillas. Aun, mal por mal, mejor es ser caballero andante
que pastor. Mire, señor, tome mi consejo, que no se le doy sobre estar harta de
pan y vino, sino en ayunas, y sobre cincuenta años que tengo de edad: estése
en su casa, atienda a su hacienda, confiese a menudo, favorezca a los pobres,
y sobre mi ánima si mal le fuere [DQ, II, cap. 73, p. 1327-1328].
Don Quijote, que apenas es ya don Quijote, intuye que la vida pastoril es vano
empeño, fútil espejismo. «Callad, hijas —les respondió don Quijote—, que yo sé bien
lo que me cumple. Llevadme al lecho, que me parece que no estoy muy bueno, y
tened por cierto que, ahora sea caballero andante o pastor por andar, no dejaré
siempre de acudir a lo que hubiéredes menester, como lo veréis por la obra» [DQ, II,
cap. 73, p. 1328].
Con éstas, don Quijote se echó dormir y despertó siendo Alonso Quijano el
Bueno. «Ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño: yo fui loco y ya soy
cuerdo; fui don Quijote de la Mancha y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano el
Bueno» [DQ, II, cap. 74, p. 1333]. O mejor dicho, despertó no siendo don Quijote de la
Mancha. Poco después, ya lo sabemos, dio su espíritu, es decir, se murió.
Don Quijote pudo seguir siendo don Quijote mientras Dulcinea permaneció
encantada. Ésta es la mayor ironía que encierra la aventura del engaño buscado: el
encantamiento de Dulcinea no fue sino el encantamiento del propio don Quijote. Algo
que el caballero ya intuyó: «pero si mi Dulcinea del Toboso saliese de los que padece,
mejorándose mi ventura y adobándoseme el juicio, podría ser que encaminase mis
pasos por mejor camino del que llevo» [DQ, II, cap. 58, p. 1198].
416
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
Por supuesto, este juego de máscaras entraña una profunda ironía. Las cosas
no son lo que parecen y, al mismo tiempo, representan ser lo que parecen. El doble
sentido irónico hace acto de presencia como protagonista de la comparsa. «Yo no veo,
Sancho —dijo don Quijote—, sino a tres labradoras sobre tres borricos». A lo que
Sancho, proverbial e irónico, responde: «¡Agora me libre Dios del diablo! —respondió
Sancho—. ¿Y es posible que tres hacaneas, o como se llaman, blancas como el ampo
de la nieve, le parezcan a vuesa merced borricos? ¡Vive el Señor, que me pele estas
barbas si tal fuese verdad!» [DQ, II, cap. 10, p. 769-770].
1135
FREUD, S. (1981), vol. 2, p. 1292 [XXXIII, El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’, de W. Jensen].
417
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
1136
FREUD, S. (1981), vol. 2, p. 1322 [XXXIII, El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’, de W. Jensen].
1137
La bibliografía de los trabajos de corte psicoanalítico basados o inspirados en el Quijote es muy amplia y
heterogénea. Cito aquí algunos de los trabajos que guardan una relación directa o indirecta con el tema de esta tesis:
COMBET, L. (1980), CORCÉS PANDO, V. (2005), CRESPO, L.F. (1987), EL SAFFAR, R.A., y ARMAS WILSON, D.
(eds.) (1993), FERNÁNDEZ SORIANO, J. (2005), GRINBERG, L., y RODRÍGUEZ, J.F. (1984), JOHNSON, C.B. (1983),
LICHTENBERG, J.D. (2006), MONTERO REGUERA, J. (1997), p. 174-176, PRIEL, B. (2006), RILEY, E.C. (1993),
RILEY, E.C. (1994), SULLIVAN, H.W. (1998), o WURMSER, L. (2005).
418
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
Otro asunto es el estudio, en clave psicoanalítica, del valor del Quijote en la vida
de su autor, Miguel de Cervantes. En este tema, el psicoanálisis nos proporciona una
herramienta de investigación insustituible. Aquí me permito un breve apunte.
Cervantes ha permanecido prisionero en Argel desde 1575 hasta 1580.
Desconocemos los detalles de lo que sucedió durante su estancia en la ciudad
norteafricana. Lo cierto es que, pese a los repetidos intentos de fuga, Cervantes
apenas recibió los usuales castigos para estos casos. Esta cuestión ha suscitado
intensos y apasionados intercambios de opiniones entre los cervantistas. Algunos han
propuesto que la actitud heroica y valerosa de Cervantes impresionó al rey Hasán y
que por eso le perdonó la vida.1140 Otros sugieren que Cervantes actuó como
informador de un enviado del Gran Turco en Argel.1141 Algunos se descuelgan con la
idea de que Cervantes, durante su cautiverio, se convirtió al Islam y fue así
perdonado.1142 Otros han propuesto la opción de una relación homosexual entre
Cervantes y el rey argelino, que explicaría por qué «Hasán Bajá, desmintiendo toda
una vida de despiadada crueldad y renegando de ella, no sólo no hizo azotar a
Cervantes (y menos empalarlo, como hacía con los reos de intentar la fuga) sino que
quiso que se quedara en su casa».1143 En todo caso, hemos de aceptar que la figura
de Hasán Bajá caló hondo en Cervantes, ya que lo hace aparecer en casi todas sus
obras.1144
Sea como fuere, una vez liberado en 1580 Cervantes regresa a España. En
1581 viaja a Orán en una extraña misión diplomática, y en 1582 solicita al Consejo de
Indias una plaza vacante en América, que le es denegada. Sorprendente petición para
alguien que pretendía ser escritor. Pero más sorprendente resulta que en 1590,
casado, con una novela publicada —La Galatea—, y sin aparentes ahogos
1138
JOHNSON, C.B. (1983).
1139
MONTERO REGUERA, J. (1997), p. 174-176. Henry Sullivan defiende la posibilidad de analizar, en clave
psicoanalítica, a don Quijote, SULLIVAN, H.W. (1998)
1140
Véanse, entre otros, CAMPOS, J. (1959), p. 29-31, ESCRIVÁ, V. (1948), p. 87-130.
1141
El trabajo de investigación Cervantes y la Berbería. Cervantes, mundo turco-berberisco y servicios secretos
en la época de Felipe II amplía este tema, SOLA, E. y DE LA PEÑA, J. F. (1996).
1142
MEDINA, A. (2005).
1143
Rosa Rossi defiende la homosexualidad de Cervantes en El desafío de Argel, ROSSI, R. (2000), p. 30. La
posible homosexualidad de Cervantes había sido comentada anteriormente por Louis Combet en COMBET, L. (1980).
1144
Sobre la vida de Cervantes en Argel, véase Cervantes en Argel: Historia de un cautivo, GARCÉS, M.A.
(2005).
419
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
económicos, Cervantes dirija una nueva petición al presidente del Consejo de Indias,
solicitando un oficio en América. «Busque por acá en que se le haga merced», le
respondieron. Hay algo quijotesco, enigmáticamente quijotesco, irónicamente
quijotesco, en las peticiones de Cervantes para obtener una plaza en América. Está
claro que, por algún motivo, no se atreve a viajar sin ciertas garantías de éxito.
Demanda un oficio al Consejo de Indias. Pero también es cierto que Cervantes
persigue una vida distinta, una vida de gloria, de aventuras y descubrimientos. Algo
que, inevitablemente, nos trae a la memoria la imagen del hidalgo manchego,
desencantado porque su vida no ha sido como él soñara. No en vano, Cervantes
comenzó la redacción del Quijote en la década de 1590, después de recibir la
decepcionante respuesta: «busque por acá en que se le haga merced».
1145
Freud explica los lazos que unen las fantasías inconscientes y la creación artística en “Un recuerdo infantil de
Leonardo da Vinci”, FREUD, S. (1981), vol. 2, p. 1577-1619 [L, Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci].
1146
HÖLDERLIN, F. (2004), p. 36. Enrich Auerbach afirma, con respecto a Alonso Quijano: «Cabría, pues,
suponer que su descabellada decisión era una huida para salir de una situación insoportable, una manera de evadirse
violentamente de ella», AUERBACH, E. (1945).
420
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
Vemos ahora, en fin, a Cervantes bajo el sol del verano manchego, a lomos de
Rocinante, en su peregrinación como recaudador de impuestos. Seguramente fue
entonces —empezó este trabajo en 1587— cuando retomó la idea de su viaje a
América. En 1590 pide de nuevo la plaza vacante. Con la respuesta negativa en el
embozo, continuó recorriendo los mismos caminos polvorientos que años después
pisarían don Quijote y Sancho. No resulta descabellado suponer que el Quijote nació,
cobró vida, en estos caminos.
1147
Sobre el viaje de Cervantes a Barcelona, véase “Cervantes en Barcelona en el verano de 1610”, RIQUER, M.
(2003), p. 359-374.
1148
SANTANA SANJURJO, V. (1998), p. 7.
421
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
Mefistófeles, lleva impreso el signo de la modernidad del goce del presente y, por ello
mismo, la garantía del mañana».1149
Luis Rosales —al igual que, entre otros, Navarro Ledesma, Unamuno,
Madariaga, Américo Castro o Dámaso Alonso— defiende que la quijotización de
Sancho comienza a definirse a partir de la aventura del encantamiento de Dulcinea.1150
En este asunto, me permito disentir de Rosales, y apoyo la tesis de Madariaga, para
quien el cambio de Sancho arranca con fuerza a partir del primer contacto de Sancho
con la fama. «La escena en que Sansón Carrasco comenta con el escudero y su amo
la historia del ingenioso hidalgo que anda impresa, constituye un momento culminante
en la vida de Sancho. En aquel momento se le abre el campo de la vida ante la
revelación de un placer nuevo para él. Goza entonces por vez primera del vino
exquisito de la fama».1151 De hecho, el éxito que persigue Sancho se resume en dos
palabras: fama e ínsula. Y puesto que el cargo de gobernador de la ínsula conlleva
una buena dosis de fama, «para Sancho la ínsula materializa el poder como para don
Quijote Dulcinea personifica la gloria».1152 Fama e ínsula que son expresiones de una
ambición teñida de avaricia: «insisto en ese Sancho loco, que se deja arrastrar por las
visiones del caballero, cuando la pasión de su avaricia le arrebata la mente».1153 Por
ello, para alcanzar la ínsula, Sancho debe creer en don Quijote. «Si no cree, Sancho
ve desvanecerse la ínsula de sus entrañas […]. De aquí que, al par de don Quijote,
Sancho ande, sin saberlo, buscando y rebuscando por doquier razones que le
fortifiquen en su creencia. La más solida de estas razones es su fe en don Quijote.»1154
Algunos autores, como Luis Fernando Crespo o Carlos Castilla del Pino,
consideran que la participación de Sancho en las locuras quijotescas responde a una
follie a deux (locura compartida) entre don Quijote y Sancho. Pese a la riqueza de sus
argumentos, no puedo compartir este punto de vista. No solo porque utilizan el
concepto de follie a deux de forma anacrónica, sino, principalmente, porque Sancho
1149
PESET, J.L. (2010), p. 22. La figura de Sancho ha recibido una atención especial desde la publicación del
Quijote. Destaco una de los primeros trabajos sobre el universal escudero: Historia del más famoso escudero Sancho
Panza, de Pedro Pablo Gatell, publicada en año 1792. «Cide Hamete creyó sin duda haber concluido su tarea al
colgar la pluma, una vez muerto Alonso el Bueno. Pedro Gatell vuelve a tomarla para narrarnos cómo atendía Sancho
la casa y las mujeres, llorando o conteniendo las lágrimas por imposición del cura», escribe José Luis Peset, PESET,
J.L. (2010), p. 149.
1150
ROSALES, L. (1996), p. 385.
1151
MADARIAGA, S. (1967), p. 130.
1152
MADARIAGA, S. (1967), p. 129.
1153
PESET, J.L. (2010), p. 66.
1154
MADARIAGA, S. (1967), p. 125-126.
422
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
—Este mi amo [dice Sancho para sí] por mil señales he visto que es un loco de
atar, y aun también yo no le quedo en zaga, pues soy más mentecato que él,
pues le sigo y le sirvo, si es verdadero el refrán que dice: «Dime con quién
andas, decirte he quién eres», y el otro de «No con quien naces, sino con quien
paces» [DQ, II, cap. 10, p. 766-767].
1155
Pese a defender el planteamiento de la follie à deux, Castilla del Pino afirma: «Si don Quijote “recoge” su
locura de los libros de caballería, Sancho —ajeno hasta entonces a ese universo— lo hace desde las perspectivas que
se prometen y se le ofrecen como factibles», CASTILLA DEL PINO, C. (2005), p. 71.
1156
véase SALAZAR RINCÓN, J. (1986), p. 24-40.
1157
El texto de Crespo puede consultarse en CRESPO, L.F. (1987). Castilla del Pino comenta, al hablar de la
participación de Sancho en las locuras quijotescas, que «estamos dispuestos siempre a figurarnos que somos aquello
mediante lo cual nuestra identidad se realiza», CASTILLA DEL PINO, C. (2005), p. 29.
1158
UNAMUNO, M. (2005), p. 180.
423
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de Dulcinea
de don Quijote —ya Alonso Quijano—, Sancho intuye que únicamente un sentido vital
sostenido por la esperanza salvará a su señor.
Don Quijote sabe que ya no habrá más caminos por recorrer. «Señores —dijo
don Quijote—, vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros
hogaño: yo fui loco, y ya soy cuerdo» [DQ, II, cap. 74, p. 1333]. Era loco y ahora es
cuerdo. Y lo es, en gran medida, gracias al amor de Sancho, a su complicidad y su
fidelidad. El amor ha sido la urdimbre y el motor del cambio terapéutico. Como ha
enseñado Sigmund Freud, «no debe despreciarse el amor como poder curativo de los
delirios».1159
1159
FREUD, S. (1981), vol. 2, p. 1294 [XXXIII, El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’, de W. Jensen].
424
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.9. La cura platónica de don Quijote
Sin embargo, el camino es largo y una densa melancolía se cuela por las
rendijas de la cordura. Luis Rosales —que no era psicólogo ni psiquiatra, sino poeta—
lo dice de manera más precisa y más hermosa: «la cordura suele ser enemiga de la
ilusión y va tiñendo de melancolía la existencia de don Quijote».1164 La cordura que
crece en don Quijote adopta, entre sus manifestaciones, la forma de la duda. Una
1160
Este capítulo está inspirado en ROSALES, L. (1996), p. 453.
1161
ROSALES, L. (1996), p. 343, n. 4. Vimos, en el capítulo “2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: a
propósito de la carta de don Quijote a Dulcinea” que, el cambio en la relación de don Quijote con la realidad
comienza un poco antes del encantamiento de Dulcinea, en el diálogo entre don Quijote y Sancho sobre la entrega de
la carta a Dulcinea.
1162
ROSALES, L. (1996), p. 461.
1163
ROSALES, L. (1996), p. 452.
1164
ROSALES, L. (1996), p. 452. Luis Rosales demuestra un profundo conocimiento de psicopatología. Ensayista
y, sobre todo, poeta, Rosales pone en práctica las palabras de Sigmund Freud: «todos los poetas dignos de tal nombre
[…] han considerado como su misión verdadera la descripción de la vida psíquica de los hombre, llegando a ser no
pocas veces, precursores de la ciencia psicológica […]. El poeta no puede por menos de ser algo psiquiatra», FREUD,
S. (1981), vol. 2, p. 1306 [XXXIII, El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’, de W. Jensen].
425
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.9. La cura platónica de don Quijote
Don Quijote creyó, sin duda, que aquél era el marqués de Mantua, su tío; y así,
no le respondió otra cosa si no fue proseguir en su romance, donde le daba
1165
Desarrollo este tema en “2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de
Dulcinea”.
1166
ROSALES, L. (1996), p. 460.
1167
Sobre el valor de la certeza en los delirios, véase en ensayo La certeza como experiencia y como axioma de
José María Álvarez, ÁLVAREZ, J.M. (2006), p. 157-174.
1168
ROSALES, L. (1996), p. 454-455.
426
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.9. La cura platónica de don Quijote
cuenta de su desgracia y de los amores del hijo del Emperante con su esposa,
todo de la mesma manera que el romance lo canta [DQ, I, cap. 5, p. 77-78].
Mire vuestra merced, señor, pecador de mí, que yo no soy don Rodrigo de
Narváez, ni el marqués de Mantua, sino Pedro Alonso, su vecino; ni vuestra
merced es Valdovinos, ni Abindarráez, sino el honrado hidalgo del señor
Quijana [DQ, I, cap. 5, p. 79].
—Yo sé quién soy —respondió don Quijote—; y sé que puedo ser no sólo
los que he dicho, sino todos los Doce Pares de Francia, y aun todos los
Nueve de la Fama, pues a todas las hazañas que ellos todos juntos y cada
uno por sí hicieron, se aventajarán las mías [DQ, I, cap. 5, p. 79].
Según Torrente Ballester, don Quijote dice «yo sé quién soy» para eludir la
respuesta sobre su identidad, para no reconocer, en suma, que él no es don Quijote,
sino el «honrado hidalgo del señor Quijana».1170 Pedro Alonso intenta desmontar la
identidad quijotesca y devolverlo a la realidad mundana. Sin embargo, don Quijote
parece replicarle: tú afirmas que no soy Valdovinos ni Abindarráez, pero puedo ser no
sólo esos, sino cualquiera otro.
En este punto, Torrente asegura que Alonso Quijano juega a ser don Quijote.1171
Sin embargo, Pedro Alonso, pese a lo que él mismo cree, no ha encontrado al
«honrado hidalgo del señor Quijana», sino al caballero don Quijote. Y don Quijote no
juega a ser don Quijote. Don Quijote es don Quijote. Y lo es por sus actos. Por eso,
puede ser «todos los Doce Pares de Francia, y aun todos los Nueve de la Fama, pues
a todas las hazañas que ellos todos juntos y cada uno por sí hicieron, se aventajarán
las mías». «Yo sé quién soy» significa que, como caballero andante, es hijo de sus
1169
Una mistificación es una forma de comunicación patógena que aparece cuando hay una contradicción entre la
comunicación y el contexto en el que tiene lugar el curso de la comunicación. Una mistificación se da cuando alguien
afirma: «Lo que tú ves (o piensas, oyes, sientes) es falso. Yo te digo lo que es verdadero (o sea, lo que tú debes ver,
oír o sentir)». Sobre las mistificaciones en comunicación, véase WATZLAWICK, P. (1992), p. 25-26.
1170
TORRENTE BALLESTER, G. (2004), p. 61-66.
1171
TORRENTE BALLESTER, G. (2004), p. 64.
427
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.9. La cura platónica de don Quijote
actos. «Cada uno es artífice de su ventura. Yo lo he sido de la mía» [DQ, II, cap. 66,
p. 1276], dirá más adelante.1172
Don Quijote necesita creer que existe un mundo de caballerías en el que tenga
sentido seguir siendo don Quijote. Desde el encantamiento de Dulcinea y gracias, en
gran medida, a la labor psicoterapéutica de Sancho, un hálito de cordura se ha filtrado
1172
Sobre el valor identitario del “yo sé quién soy”, puede consultarse el capítulo La realidad de don Quijote de
Jacinto Choza, CHOZA, J., y ARECHEDERRA, J.J. (2007), p. 87-112.
1173
ROSALES, L. (1996), p. 454.
1174
FREUD, S. (1981), vol. 1, p. 403 [XVII, La interpretación de los sueños].
1175
ROSALES, L. (1996), p. 454. Los capítulos “2.7. Ironía y alternativa de realidad en el Quijote: a propósito de
la carta de don Quijote a Dulcinea” y “2.8. Ironía y principio de realidad necesaria: la aventura del encantamiento de
Dulcinea” profundizan en el estudio de la evolución de la amistad entre don Quijote y Sancho.
428
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.9. La cura platónica de don Quijote
1176
Agustín Redondo desarrolla la idea del viaje iniciático en La Cueva de Montesinos, REDONDO, A. (1998), p.
403-420.
1177
El fragmento del Quijote citado por Rosales procede de [DQ, II, cap. 41, p. 1055]. Con «vos queréis que os
crea lo que habéis visto en el cielo», don Quijote se refiere al relato de Sancho sobre lo que habría podido entrever
durante el viaje de Clavileño por los cielos. Evidentemente, Sancho no pudo ver lo que dice ver, del mismo modo que
don Quijote no pudo vivir lo que dijo vivir en la cueva de Montesinos.
1178
ROSALES, L. (1996), p. 461-462.
429
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.10. Locura, identidad y melancolía
Sin embargo, solo «raras veces es el mundo delirante más bello que el mundo
interhumanamente común»,1181 y, de serlo, lo es al precio de un aislamiento psicótico,
una incomunicación entre el sujeto delirante y el resto del mundo. «El delirio es una
realidad privada»,1182 determinante de un modo de estar en el mundo. En ocasiones,
como en el caso de Alonso Quijano, el delirio ejerce un poder compensador: la
1179
Robert Burton, en su Anatomía de la Melancolía equipara los términos loco, melancólico y delirante.
BURTON, R. (2006), p. 29. Sobre el signicado de la melnacolía en el Renacimiento, véase “1.2.16. Melancolía y
psicoterapia en la época de Cervantes”.
1180
No pretendo dar cabida en este punto al debate sobre la locura de don Quijote. Al respecto, remito al lector al
capítulo de esta tesis “1.4.3. La locura de don Quijote”.
1181
Sigo la hermosa y precisa descripción psicopatológica de Scharfetter, SCHARFETTER, C. (1988), p. 256.
1182
SCHARFETTER, C. (1988), p. 244.
430
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.10. Locura, identidad y melancolía
Por supuesto, hay formas no delirantes en que el sujeto puede vivir una realidad
sustitutiva mediante la creación de fórmulas alternativas. James Joyce consiguió eludir
el delirio gracias a la escritura.1186 «Para dejar de ser neurósico, o enfermo
psicosomático, hace falta volverse un poco poeta —explica Rof Carballo—, es decir,
es menester que alguien -el médico, o el psicoterapeuta, u otra persona- devuelvan al
hombre una cualidad señera y radical suya que nuestra estructura social le
menoscaba: la capacidad creadora».1187
1183
SCHARFETTER, C. (1988), p. 270.
1184
He tomado la cita del Elogio de la locura de Erasmo de CASTILLA DEL PINO, C. (2005), p. 80.
1185
CASTILLA DEL PINO, C. (2005), p. 57.
1186
Sobre la función protectora de la escritura en James Joyce se ha escrito mucho. Lacan dedicó famosas páginas
a este tema. Al respecto, recomiendo el estudio James Joyce: un funámbulo del litoral, GARCÍA NIETO, R. (2007).
1187
ROF CARBALLO, J. (1964), p. 30. En los últimos años han aparecido distintos trabajos de investigación con
metodología empírico-estadística que apoyan el valor terapéutico de la escritura, SMYTH, J.M. y otros (1999),
FRISINA, P.G. y otros (2004), CARROLL, R. (2005). Sin embargo, no todos los estudios confirman estos resultados,
431
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.10. Locura, identidad y melancolía
La muerte.
Mudanza.
Locura.
HARRIS, A.H. y otros (2005). Por supuesto, hay voces que abogan, desde el rigor, por que se profundice en el
conocimiento del valor curativo de la escritura, GREENHALGH, T. (1999),
432
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.10. Locura, identidad y melancolía
—¿Ahora, señor don Quijote, que tenemos nueva que está desencantada la
señora Dulcinea, sale vuestra merced con eso? ¿Y agora que estamos tan a
pique de ser pastores, para pasar cantando la vida, como unos príncipes,
quiere vuesa merced hacerse ermitaño? Calle, por su vida, vuelva en sí, y
déjese de cuentos [DQ, II, cap. 74, p. 1331].
—Los de hasta aquí —replicó don Quijote—, que han sido verdaderos en mi
daño, los ha de volver mi muerte, con ayuda del cielo, en mi provecho. Yo,
señores, siento que me voy muriendo a toda priesa; déjense burlas aparte, y
tráiganme un confesor que me confiese y un escribano que haga mi
testamento, que en tales trances como éste no se ha de burlar el hombre con
el alma; y así, suplico que, en tanto que el señor cura me confiesa, vayan por el
escribano [DQ, II, cap. 74, p. 1331].
1188
La referencia al vencido caballero trae a la memoria los hermosos y melancólicos versos de León Felipe. No
quiero pasar la ocasión de recordarlos:
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar...
Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar...
va cargado de amargura...
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar...
va cargado de amargura...
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar...
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar...
va cargado de amargura...
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar, FELIPE, L. (1985), p. 50-51.
433
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.10. Locura, identidad y melancolía
merced habrá visto en sus libros de caballerías ser cosa ordinaria derribarse
unos caballeros a otros, y el que es vencido hoy ser vencedor mañana.
—Señores —dijo don Quijote—, vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de
antaño no hay pájaros hogaño: yo fui loco, y ya soy cuerdo; fui don Quijote de
la Mancha, y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano el Bueno. Pueda con
vuestras mercedes mi arrepentimiento y mi verdad volverme a la estimación
que de mí se tenía, y prosiga adelante el señor escribano [DQ, II, cap. 74, p.
1333].
Con cierto tono de corolario, afirma Castilla del Pino: «la parábola de don Quijote
-una de tantas, porque el Quijote es la vida misma- es que nada hay más importante
para el ser humano que ser. Pero entiéndase: ser no es meramente existir: eso es
estar, el simple vivir. Hay, además, que ser. Y ser es ser alguien».1189
1189
CASTILLA DEL PINO, C. (2005), p. 56.
1190
He tomado los casos de Heracles y Áyax del artículo que escribí a raíz de la preparación de la suficiencia
investigadora sobre psicoterapia verbal en la Grecia clásica, FRAGUAS, D. (2007), p. 184-187.
1191
EURÍPIDES (1995) [Heracles].
1192
EURÍPIDES (1995), p. 127 [Heracles, 1190]. La locura de Heracles ha sido estudiada por numerosos autores.
Véanse, entre otros, CHALK, H.H.O. (1962), GREGORY, J.W. (1977), LEE, K.H. (1982), LÓPEZ SACO, J. (2005),
PIKE, D.L. (1978), RUCK, C. (1976), SIMON, B. (1984), p. 126-135. Algunos autores consideran que el episodio de
locura de Heracles corresponde a un ataque epiléptico, DEVEREUX, G. (1940), FILHOL, E. (1989). Bennett Simon se
muestra en desacuerdo con esta opinión, SIMON, B. (1984), p. 304, n. 21.
434
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.10. Locura, identidad y melancolía
HERACLES.- ¡Ay de mí! ¿Qué me importa la vida cuando soy el asesino de mis
queridos hijos? ¿No iré a saltar desde una roca escarpada o a arrojar la
espada contra mi vientre para vengar en mí la muerte de mis hijos? ¿O
quemaré mis carnes con el fuego para apartar de mi vida el deshonor que me
aguarda?
Mas he aquí que se acerca Teseo, pariente y amigo mío, estorbando mis
1194
proyectos de muerte.
TESEO.- Nadie está libre de los golpes de la fortuna, ni los hombres ni tampoco
los dioses, si no mienten los cantos de los poetas. ¿Es qué no han trabado
entre sí uniones que no se ajustan a ninguna ley? ¿No han encadenado a sus
padres por ambicionar el poder? Sin embargo, siguen ocupando el Olimpo, y
se les perdonaron sus yerros. Así, pues, ¿qué decir si tú, que eres mortal,
1193
Anfitrión relaciona la locura, la falta de sano juicio, con las danzas de las bacantes de Hades, EURÍPIDES
(1995), p. 124 [Heracles, 1117-1119]. Las bacantes de Hades son también las bacantes de Dioniso, DARAKI, M.
(2005), p. 24-25. Heracles, en la obra de Eurípides, proclama. «te considero a ti [Anfitrión] mi padre, no a Zeus»,
EURÍPIDES (1995), p. 130 [Heracles, 1265]. Sobre la doble paternidad de Heracles, hijo de Zeus, divino y cruel, y de
Anfitrión, amoroso y mortal, véanse SIMON, B. (1984) p. 137-138, MIKALSON, J.D. (1986), PADILLA, M.W. (1994).
1194
EURÍPIDES (1995), p. 125-126 [Heracles, 1146-1155].
1195
EURÍPIDES (1995), p. 128 [Heracles, 1203]. La intervención psicoterapéutica de Teseo en el Heracles de
Eurípides ha sido comentada, entre otros, por GILL, C. (1985), p. 314-315, SIMON, B. (1984), p. 130-146, y
YOSHITAKE, S. (1994).
1196
EURÍPIDES (1995), p. 128 [Heracles, 1214-1223].
1197
EURÍPIDES (1995), p. 29 [Heracles, 1245-1247].
435
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.10. Locura, identidad y melancolía
Heracles está ahora preparado para recibir el consuelo de Teseo. Por ello, el
héroe puede ahora romper a llorar y mostrar abiertamente su dolor. Bennett Simon
señala la agudeza de Teseo para dirigir en este momento la conversación hacia la
importancia del cambio.1201
1198
EURÍPIDES (1995), p. 132 [Heracles, 1314-1324].
1199
Sobre la función psicológica de la madrastra malvada, véase BETTELHEIM, B. (2004).
1200
EURÍPIDES (1995), p. 133 [Heracles, 1346-1350].
1201
SIMON, B. (1984), p. 138-139.
1202
EURÍPIDES (1995), p. 134 [Heracles, 1394-1404].
436
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.10. Locura, identidad y melancolía
Heracles, antes de partir hacia Palas junto a Teseo, exclama: «Quien prefiere
riquezas o poder a un buen amigo, es insensato».1203 Ahora Heracles puede
emprender el viaje y recibir la ayuda material que le brinda Teseo. La intervención ha
operado un cambio en el héroe. Bien es cierto que, como señala Bennett Simon, a
diferencia de la transformación de Saúl en Pablo, Heracles sigue siendo Heracles, y
de esta manera podrá continuar su vida. 1204
1203
EURÍPIDES (1995), p. 126 [Heracles, 1425].
1204
SIMON, B. (1984), p. 139. Sobre la transformación de Saúl en Pablo, véase BIBLIA (1999), p. 2446-2447
[Hechos de los Apóstoles, 9, 1-9].
1205
SÓFOCLES (2000b).
1206
El desvarío de Áyax ha sido estudiado, con hermosa brillantez, por Jean Starobinski en La espada de Áyax,
STAROBINSKI, J. (1976).
1207
SÓFOCLES (2000b), p. 35-36 [Áyax, 585-592].
1208
Bennett Simon y Christopher Gill han destacado las diferencias entre las intervenciones de Tecmesa y de
Teseo. SIMON, B. (1984), p. 137-138 y GILL, C. (1985), p. 314, respectivamente.
1209
EURÍPIDES (1995), p. 128 [Heracles, 1203].
437
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.10. Locura, identidad y melancolía
FIGURA 31
438
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.10. Locura, identidad y melancolía
Don Quijote, molido y aturdido, sin alzarse la visera, como si hablara dentro de
una tumba, con voz debilitada y enferma, dijo:
—Eso no haré yo, por cierto —dijo el de la Blanca Luna—: viva, viva en su
entereza la fama de la hermosura de la señora Dulcinea del Toboso, que sólo
me contento con que el gran don Quijote se retire a su lugar un año, o hasta el
tiempo que por mí le fuere mandado, como concertamos antes de entrar en
esta batalla [DQ, II, cap. 64, p. 1267].
Sancho, todo triste, todo apesarado, no sabía qué decirse ni qué hacerse:
parecíale que todo aquel suceso pasaba en sueños y que toda aquella
máquina era cosa de encantamiento. Veía a su señor rendido y obligado a no
tomar armas en un año; imaginaba la luz de la gloria de sus hazañas
oscurecida, las esperanzas de sus nuevas promesas deshechas, como se
deshace el humo con el viento. Temía si quedaría o no contrahecho Rocinante,
439
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.10. Locura, identidad y melancolía
o deslocado su amo; que no fuera poca ventura si deslocado quedara [DQ, II,
cap. 64, p. 1268]
Seis días estuvo don Quijote en el lecho, marrido, triste, pensativo y mal
acondicionado, yendo y viniendo con la imaginación en el desdichado suceso
de su vencimiento. Consolábale Sancho, y, entre otras razones, le dijo:
De esta forma, con cierta negación de su propio miedo, Sancho consuela a don
Quijote y le insta a regresar al pueblo y volver a una vida tranquila. Da la impresión de
que le ruega que no se deje vencer por el fantasma de la melancolía. El caballero
recoge estas palabras, pero no puede aceptar sin más el regreso a la aldea como un
caballero derrotado. ¿Qué tipo de caballero andante sería si aceptase tan humillante
derrota? Por ello, busca un punto de fuga, un lugar que permita conciliar el abandono
de las armas, impuesto por el Caballero de la Blanca Luna, con la hermosa locura
quijotesca. Recurre de nuevo a la literatura y encuentra consuelo en la fantasía pastoril
—tema de La Galatea, primera novela de Cervantes—, de modo que ésta constituya
su proyecto de futuro, su nuevo sentido de la vida.
—Yo compraré algunas ovejas, y todas las demás cosas que al pastoral
ejercicio son necesarias, y llamándome yo el pastor Quijotiz, y tú el pastor
Pancino, nos andaremos por los montes, por las selvas y por los prados,
cantando aquí, endechando allí, bebiendo de los líquidos cristales de las
fuentes, o ya de los limpios arroyuelos, o de los caudalosos ríos. Daránnos con
abundantísima mano de su dulcísimo fruto las encinas, asiento los troncos de
los durísimos alcornoques, sombra los sauces, olor las rosas, alfombras de mil
colores matizadas los extendidos prados, aliento el aire claro y puro, luz la
440
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.10. Locura, identidad y melancolía
Don Quijote fantasea con una vida pastoril al estilo de la Edad Dorada. Una vida
plena, libre, en la que el deseo está saciado de antemano. Pero, ante todo, realiza un
desesperado intento por negar la derrota, por rechazar el inaplazable y pírrico triunfo
de Alonso Quijano. Sancho refuerza la esperanza de su señor y le ofrece su apoyo en
este proyecto.
Sin embargo, este intento por salvar la identidad quijotesca no logra sostenerse
mucho tiempo y, al fin, sucumbe ante la humillación de la desventura de la piara de
cerdos. De vuelta a su aldea, Sancho y don Quijote son pisoteados, en un grotesco
accidente, por una piara de cerdos, resquebrajando el maltrecho amor propio del
caballero. Así las cosas, la melancolía está a punto de entrar en escena.
Es, pues, el caso que llevaban unos hombres a vender a una feria más de
seiscientos puercos, con los cuales caminaban a aquellas horas, y era tanto el
ruido que llevaban y el gruñir y el bufar, que ensordecieron los oídos de don
Quijote y de Sancho, que no advirtieron lo que ser podía. Llegó de tropel la
extendida y gruñidora piara, y, sin tener respeto a la autoridad de don Quijote,
ni a la de Sancho, pasaron por cima de los dos, deshaciendo las trincheas de
Sancho, y derribando no sólo a don Quijote, sino llevando por añadidura a
Rocinante. El tropel, el gruñir, la presteza con que llegaron los animales
inmundos, puso en confusión y por el suelo a la albarda, a las armas, al rucio, a
Rocinante, a Sancho y a don Quijote.
441
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.10. Locura, identidad y melancolía
—Déjalos estar, amigo, que esta afrenta es pena de mi pecado, y justo castigo
del cielo es que a un caballero andante vencido le coman adivas, y le piquen
avispas y le hollen puercos [DQ, II, cap. 68, p. 1290-1291].
442
2. LA CURACIÓN POR LA PALABRA EN EL QUIJOTE
2.10. Locura, identidad y melancolía
443
3. CONCLUSIONES
3.
CONCLUSIONES
444
3. CONCLUSIONES
445
3. CONCLUSIONES
446
3. CONCLUSIONES
3.1. El Quijote contiene destacados ejemplos de curación por la palabra
Los ejemplos de curación por la palabra que presenta el Quijote se nutren del
vivo y profundo espíritu psicoterapéutico de la obra. Este espíritu se aprecia en:
1210
CERVANTES, M. (2003d), p. 1025 [Viaje del Parnaso, IV].
447
3. CONCLUSIONES
3.2. La curación por la palabra en el Quijote y la tradición del uso de la palabra como remedio
terapéutico
Así las cosas, podemos afirmar que los remedios psicoterapéuticos descritos en
el Quijote se inscriben con plena coherencia en la tradición del uso de la palabra como
remedio psicoterapéutico desde la antigüedad.
448
3. CONCLUSIONES
3.3. El uso de la curación por la palabra en el Quijote: cinco categorías
449
3. CONCLUSIONES
3.3. El uso de la curación por la palabra en el Quijote: cinco categorías
- Las comedias del Caballero del Bosque o de los Espejos y del Caballero
de la Blanca Luna.
450
3. CONCLUSIONES
3.3. El uso de la curación por la palabra en el Quijote: cinco categorías
451
4. APÉNDICES
4.
APÉNDICES
452
4. APÉNDICES
453
4. APÉNDICES
1211
La información utilizada para elaborar esta genealogía procede de CANAVAGGIO, J. (2004a) y (2004c).
1212
La información utilizada en esta genealogía procede de MUNGUÍA GARCÍA, V. E. (1995).
1213
La información utilizada para elaborar esta genealogía procede de CANAVAGGIO, J. (2004a) y (2004c).
454
APÉNDICE 1: Esquema cronológico de la vida de Miguel de Cervantes
Apéndice 1.
Tabla 4. Esquema cronológico de la vida de Miguel de Cervantes
Datos biográficos de
Año Contexto histórico
Miguel de Cervantes
Batalla de Mühlberg, con la victoria de las
tropas de Carlos V sobre los protestantes de
la Liga Esmalcalda.
Nace Miguel de Cervantes Saavedra en Alcalá de Muere Enrique VIII, rey de Inglaterra.
Henares.
Muere Francisco I de Francia.
Miguel, cuarto hijo de Rodrigo de Cervantes y Leonor de
1547 Jerónimo Fernández publica su Don Belianís
Cortinas, fue bautizado el 9 de octubre en la iglesia de Grecia (1545-49).1214
parroquial de Santa María la Mayor de Alcalá de
Henares. Francisco de Moraes publica El Palmerín de
Inglaterra (1547-1548).1215
Nace Mateo Alemán, autor de Guzmán de
Alfarache (1599)
Ignacio de Loyola publica sus Ejercicios
1548 espirituales.
Jerónimo de Urrea publica su traducción al
1549 castellano del Orlando el Furioso, de Ariosto.
1214
Don Belianís de Grecia fue uno de los libros “indultados” en el escrutinio de la biblioteca de don Quijote,
DQ, I, cap. 6, p. 89-90.
1215
Del Palmerín de Inglaterra dijo el cura del Quijote: «esa palma de Ingalaterra se guarde y se conserve como
a cosa única, y se haga para ello otra caja como la que halló Alejandro en los despojos de Dario, que la diputó para
guardar en ella las obras del poeta Homero. Este libro, señor compadre, tiene autoridad por dos cosas: la una, porque
él por sí es muy bueno, y la otra, porque es fama que le compuso un discreto rey de Portugal. Todas las aventuras del
castillo de Miraguarda son bonísimas y de grande artificio; las razones, cortesanas y claras, que guardan y miran el
decoro del que habla con mucha propiedad y entendimiento», DQ, I, cap. 6, p. 89.
455
APÉNDICE 1: Esquema cronológico de la vida de Miguel de Cervantes
Rodrigo reaparece instalado en Sevilla, como regente de Nace William Shakespeare en Stratford-
unas casas de alquiler. upon-Avon (Inglaterra).
En Sevilla, Miguel pudo asistir al colegio de los Jesuitas, Gaspar Gil Polo publica La Diana
1564 enamorada.1219
donde habría tenido como maestro al padre Acebedo y a
Mateo Vázquez, luego secretario de Felipe II, como Antonio de Torquemada publica en
condiscípulo. Barcelona su Don Olivante de Laura.1220
1216
El Felixmarte de Hircania, propiedad del ventero del Quijote (DQ, I, cap. 32, p. 405-406), es declarado por
el cura libro mentiroso y lleno de disparates y devaneos, DQ, I, cap. 32, p. 407.
1217
La Diana de Montemayor fue salvada del fuego por el cura en el escrutinio de la biblioteca de don Quijote,
DQ, I, cap. 6, p. 92.
1218
Don Quijote, de regreso a su casa al final de la primera salida, se figura ser el «moro Abindarráez»,
protagonista del Abencerraje, DQ, I, cap. 5, p. 78-79.
1219
El cura también salvó del fuego La Diana de Gil Polo, y la mandó guardar «como si fuera del mesmo
Apolo», DQ, I, cap. 6, p. 92.
1220
Del Don Olivante de Laura dijo el cura en el Quijote que era un libro disparatado y arrogante y, así, lo
condenó a la hoguera, DQ, I, cap. 6, p. 85.
456
APÉNDICE 1: Esquema cronológico de la vida de Miguel de Cervantes
revueltas.
1574
Cervantes decide regresar a España. Lleva cartas de
recomendación de don Juan de Austria y del duque de Felipe II declara la segunda bancarrota
Sessa. contra banqueros genoveses.
1575 A principios de septiembre embarca en Nápoles en una Publicación del Examen de ingenios para las
flotilla de cuatro galeras que se dirige a Barcelona. La ciencias de Juan Huarte de San Juan.
galera Sol, en la que viajaban Miguel y su hermano
Rodrigo, es apresada frente a las costas catalanas por
1221
CERVANTES, M. (2005b), p. 51 [Novelas Ejemplares, prólogo al lector].
457
APÉNDICE 1: Esquema cronológico de la vida de Miguel de Cervantes
Desde principios de año, reside de nuevo en Madrid. Fernando de Herrera publica sus Poesías.
1582 Participa en el ambiente literario de la Corte (donde Luis Gálvez de Montalvo publica El pastor de
Fílida1224.
coincide con Laynez, Figueroa, Montalvo, Padilla,
1222
El 2 de diciembre de 1577 san Juan de la Cruz es apresado por los Carmelitas Calzados de Ávila y trasladado
a Toledo, donde es obligado a comparecer ante un tribunal para retractarse de la Reforma teresiana. Ante su negativa,
es recluido en una prisión conventual toledana. Durante su estancia en prisión comienza a escribir el Cántico
espiritual. En agosto de 1578, con la ayuda de un carcelero, «en una noche oscura», escapa de la cárcel y se refugia
en el convento de las Madres Carmelitas Descalzas de Toledo. Estos datos proceden de ELIA, P. (1990).
1223
Del Tesoro de varias poesías dice el cura: «Guárdese, porque su autor es amigo mío, y por respeto de otras
más heroicas y levantadas obras que ha escrito», DQ, I, cap. 6, p. 93.
1224
«Guárdese como joya preciosa», sentencia el cura a propósito de El pastor de Fílida, DQ, I, cap. 6, p. 93.
458
APÉNDICE 1: Esquema cronológico de la vida de Miguel de Cervantes
Publicación del Cancionero de López Maldonado, con El Greco comienza a pintar El entierro del
1586 dos poemas preliminares de Cervantes. conde Orgaz (lo terminará en 1588); Astrana
Marín sugiere la posibilidad de que
Cervantes gana el primer premio en las justas poéticas Cervantes posase para El Greco en este
de Zaragoza. cuadro1226
Desde septiembre Cervantes es comisario real de Ejecución de María Estuardo. Inicio de las
abastos para la Armada Invencible, al servicio de hostilidades militares entre España e
Antonio de Guevara, comisario general de la provisión Inglaterra.
de las galeras reales.
Comienzan los preparativos para la Armada
Recorre los caminos de Andalucía como comisario de Invencible.
abastos dedicado a incautar grano para el Lope de Vega es acusado de difamar a
aprovisionamiento de la Armada Invencible. Jerónimo Velázquez, padre Elena Osorio,
1587
antigua amante de Lope, y condenado por
A consecuencia de las medidas impopulares que, como
ello al destierro de Madrid durante 8 años.
comisario, adopta en Écija y Cabra, Cervantes es
excomulgado en dos ocasiones. Publicación de El Monserrate de Cristóbal de
Virués.
Publicación de varios sonetos de Cervantes en alabanza
de algunos amigos suyos: López Maldonado, Alonso de Bernardo González de Bobadilla publica Las
ninfas y pastores de Henares.
Barros y Pedro de Padilla.
Cervantes continúa con su actividad como comisario de
abastos. En Écija es acusado de malversación; resulta
Fracaso de la Armada Invencible.
absuelto.
1588 Santa Teresa publica el Libro de la vida.
Muere en Esquivias Catalina de Palacios, suegra de
Cervantes.
Cervantes sigue con su labor como comisario de
abastos; ahora, tras el fracaso de la Invencible, participa
1589 en el acopio de grano y aceite para los preparativos de
una nueva campaña militar contra Inglaterra, que no
1225
«Guárdense como las más ricas prendas de poesía que tiene España», dice el cura sobre La Austriada de Juan
Rufo, La Araucana de Alonso de Ercilla, y El Monserrato de Cristóbal de Virués, DQ, I, cap. 6, p. 94.
1226
Astrana Marín propone esta idea en su Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra, ASTRANA
MARÍN, L. (1948-1958), III, p. 588-593.
459
APÉNDICE 1: Esquema cronológico de la vida de Miguel de Cervantes
llegará a realizarse.
Escribe la Novela del Cautivo, intercalada en el Quijote
1227
(capítulos 39-41 de la primera parte).
Cervantes dirige (en mayo) una petición al presidente del Antonio Pérez escapa de la cárcel, ayudado
Consejo de Indias, solicitando un oficio en las indias; la por su mujer. Huye de Madrid a Aragón,
1590 donde en 1591 es encarcelado de nuevo.
respuesta es decepcionante: «busque por acá en que se
le haga merced». Revuelta de Aragón.
Fuga de Antonio Pérez de la cárcel
aragonesa (huida desde Aragón a Francia).
Cervantes aparece en Écija, Granada, Jaén, Montilla,
1591 Úbeda, Baeza y Estepa, en funciones de comisario de Motín en Aragón.
abastos. Mueren San Juan de la Cruz y Fray Luis de
León.
Bancarrota del banquero Simón Freire de Lima, en cuya Tercera Bancarrota de Felipe II.
casa había depositado Cervantes el dinero recaudado. A Felipe II cede el gobierno de Flandes a su
consecuencia de ello Cervantes es encarcelado en la hija Isabel.
1597 Cárcel Real de Sevilla, donde permanece varios meses.
Mueren Fernando de Herrera en Sevilla, y
Durante su estancia en esta prisión, Cervantes podría Juan de Herrera en Madrid.
haber esbozado la trama del Quijote.
Publicación de los Ensayos de Francis
1227
Se desconocen las fechas de comienzo y fin de la redacción de la Historia del cautivo; Astrana Marín
propone 1589 como año central de su escritura, ASTRANA MARÍN, L. (1948-1958), IV, p. 393-395.
1228
La conversión del rey de Francia Enrique IV al catolicismo se ha interpretado como una maniobra política,
carente de devoción religiosa. Con respecto a esta conversión, se atribuye a Enrique IV la frase: «Paris vaut bien une
messe» (París bien vale una misa), dando a entender con ello que su fe calvinista seguía inalterada, y que su disfraz
católico no pasaba de ser mera apariencia.
460
APÉNDICE 1: Esquema cronológico de la vida de Miguel de Cervantes
Bacon.
Muere Felipe II en San Lorenzo de El
Escorial; le sucede en el trono su hijo Felipe
III. Gobierna España el valido del rey, el
Muere Ana Franca, madre de la hija de Cervantes, Isabel duque de Lerma.
de Saavedra. Paz de Vervins con Francia1229.
1598 Cervantes compone el soneto "al túmulo del Rey que se Lope de Vega publica La Arcadia y la
hizo en Sevilla”, sobre la ceremonia sevillana de la Dragontea.1230
muerte de Felipe II.
Tras la muerte de Felipe II se decreta el
cierre de los teatros españoles.
Inauguración del Globe Theatre de Londres.
Epidemia de peste en España; durará hasta
1601 y se cobrará más de medio millón de
vidas.
Magdalena de Cervantes, hermana del escritor, acoge a
Felipe III contrae matrimonio con Margarita
Isabel de Saavedra. de Austria.
1599
Miguel vive entre Sevilla, Toledo, Esquivias y Madrid. Nace en Sevilla el pintor Velázquez.
Mateo Alemán publica la primera parte del
Guzmán de Alfarache.
1229
Felipe II de España y Enrique IV de Francia firmaron la paz de Vervins (actual Aisne). Esta paz confirmó el
anterior tratado de Cateau-Cambrésis de 1559 entre el propio Felipe II y Enrique II de Francia, y añadió algunas
cláusulas nuevas.
1230
Lope de Vega incluye a Cervantes entre los poetas esculpidos en el palacio de la poesía de su Arcadia. Esto
lleva a pensar que las relaciones entre los dos escritores aún no se había deteriorado.
1231
La cita de Lope de Vega ha sido tomada de CANAVAGGIO, J. (2004c), p. 295. Sobre la referencia de Lope al
Quijote puede leerse también CANAVAGGIO, J. (2004a), p. 283-286, RIQUER, M. D. (2003), p. 71-74.
461
APÉNDICE 1: Esquema cronológico de la vida de Miguel de Cervantes
Mancha.
Publicación de El ingenioso hidalgo don Quijote de la
Mancha. La edición corre a cargo del librero Francisco
de Robles, y la impresión del taller de Juan de la Cuesta, Nacimiento del príncipe Felipe, futuro Felipe
en Madrid. IV.
Se ratifica en Valladolid el acuerdo de paz
El éxito del Quijote es inmediato; al poco tiempo entre Jacobo I y Felipe III La comitiva
aparecen ediciones piratas en Lisboa, Valencia y inglesa que se desplazó a Valladolid estaba
Zaragoza; a los tres meses Juan de la Cuesta inicia la liderada por Lord Howard, el mismo que en
segunda edición. 1596 dirigió el saqueo de Cádiz. Entre el
personal adscrito a la casa de Lord Howard
1605 Gaspar de Ezpeleta es herido de muerte a las puertas de en Londres figuraba el escritor William
la casa de Cervantes. Sus hermanas y su hija son Shakespeare. Esto ha dado alas para
víctima de comentarios malintencionados; a imaginar un posible encuentro entre
consecuencia de este incidente Miguel es encarcelado Cervantes y Shakespeare en Valladolid.
(del 29 de mayo al 1 de junio). Francisco López de Úbeda publica La pícara
Cervantes escribe “El casamiento engañoso” y Justina.
“Coloquio de los perros Cipión y Berganza” (marzo-abril), Fernández de Queirós llega a Australia.
y “El Licenciado Vidriera” (finales de otoño), tres de sus
novelas ejemplares.
Cervantes se traslada con su familia a Madrid.
Cervantes escribe la novela corta “La ilustre fregona”. La Corte vuelve a Madrid.
1606 Isabel de Saavedra, hija de Cervantes, contrae Nace Rembrandt en Leiden, Holanda.
matrimonio con Diego Sanz del Águila; de esta unión
nacerá, al año siguiente, Isabel Sanz.
Reedición en Bruselas de la primera parte del Quijote, a
Nueva bancarrota en España.
cargo del librero Roger Velpius.
1607 Juan de Jáuregui publica la traducción al
A finales de año comienza a escribir la segunda parte del castellano de la Aminta de Torquato Tasso.
Quijote.
El matrimonio Cervantes está instalado en el barrio
madrileño de Atocha.
Isabel de Saavedra queda viuda de Diego Sanz y se
casa, en segundas nupcias, con Luis de Molina; el nuevo
matrimonio se celebrará en marzo de 1609. Nace en Londres John Milton, autor de El
Paraíso perdido (Lost Paradise).
1608 Sale en Madrid, de la imprenta de Juan de la Cuesta, la Bernardo de Balbuena publica su obra Siglo
tercera edición de la primera parte del Quijote. de oro en las selvas de Erifile.
Nicolás Baudoin publica en París la Nouvelle du Curieux
malavisé, traducción francesa de la Novela del curioso
impertinente, historia insertada en el Quijote en los
capítulos XXXIII-XXXV.
Cervantes ingresa en la Hermandad de los Esclavos del
Santísimo Sacramento. Comienza la Tregua de los Doce Años en
los Países Bajos.
Catalina de Salazar y Andrea de Cervantes, esposa y
hermana de Miguel, respectivamente, reciben en junio, Felipe III firma el decreto de expulsión de los
tras un año de noviciado, el hábito de la Orden Tercera, moriscos.
1609 a ejemplo de Magdalena de Cervantes que las había Lope de Vega publica el Arte nuevo de hacer
precedido unos meses. comedias.
Andrea de Cervantes muere de calenturas en octubre. Johannes Kepler publica su Astronomia
«Enterrola Miguel de Cervantes, su hermano, que ambos Nova.
1232
vivían en la calle de la Madalena».
Muere Isabel Sanz, nieta del escritor. Tras esta muerte, El conde de Lemos es nombrado virrey de
comienza una batalla legal por la propiedad de la casa Nápoles.
1610 en que vivía Isabel de Cervantes. Toma de Larache, ciudad del norte de
Marruecos, que permanecerá bajo poder
Posible estancia de Cervantes en Barcelona, adonde
español hasta 1689.
habría acudido para solicitar una plaza en la comitiva
1232
La cita, tomada de ASTRANA MARÍN, L. (1948-1958), VI, p. 333, procede del libro de Difuntos del Archivo de
la Iglesia Parroquial de San Sebastián de Madrid.
462
APÉNDICE 1: Esquema cronológico de la vida de Miguel de Cervantes
que acompañará al conde de Lemos a Nápoles; Lupercio El rey de Francia Enrique IV es asesinado
Leonardo de Argensola, encargado de reclutar la en París. La autoría del crimen se ha
comitiva, lo deja fuera. atribuido a un fanático católico, vinculado a
los servicios de inteligencia pontificia. Tras la
Magdalena, hermana de Miguel, profesa desde febrero muerte de Enrique II, su hijo Luis XIII le
en la Orden Tercera de San Francisco. sucedió en el trono, aunque hasta la mayoría
de edad de éste en 1617, reinó su madre
Catalina de Salazar profesa desde julio en la Orden María de Médicis.
Tercera de San Francisco.
Aparece una edición del Quijote en Milán.
Un Triunfo de Don Quijote recorre las calles de
Salamanca durante las fiestas que tuvieron lugar para
1233
celebrar la beatificación de San Ignacio de Loyola.
Muere Magdalena, hermana de Miguel, en enero, tras
varios meses de enfermedad. En octubre muere la reina Margarita de
Austria. Tras su muerte se cerraron los
El matrimonio Cervantes se traslada en primavera, y teatros; no se reabrieron hasta verano de
1611 hasta enero del año siguiente, a Esquivias. 1613.
Cervantes escribe dos comedias: El rufián dichoso y La Aparece el Tesoro de la lengua castellana,
entretenida; y dos entremeses: “El vizcaíno fingido” y “La de Sebastián de Covarrubias.
guarda cuidadosa”.
A su regreso a Madrid, el matrimonio Cervantes,
acompañado de su sobrina Constanza, se traslada al
número 18 de la calle Huertas.
Cervantes asiste a las academias de moda; entre ellas, Publicación de La hija de Celestina, de Salas
la Academia Selvaje, fundada por Francisco de Silva y Barbadillo.
Mendoza, en su palacio de la calle de Atocha. Lope de Vega publica Los pastores de Belén
1612 Cervantes completa las Novelas ejemplares; recibe la y la Tercera parte de comedias.
aprobación y la licencia para imprimir y vender la obra; Suárez de Figueroa publica La España
las envía a su editor Francisco de Robles. defendida.
Cervantes publica las Novelas ejemplares, obra dirigida Aparecen el Polifemo y la Primera Soledad
al conde de Lemos; impresa en Madrid en el taller de de Góngora.
Juan de la Cuesta. Incendio del Globe Theatre, en Londres, en
1613 el que se pierde la obra teatral The History of
Cervantes acepta en Alcalá de Henares el hábito de la Cardenio, escrita por William Shakespeare y
Venerable Orden Tercera de San Francisco. basada la historia de Cardenio del Quijote.
Cervantes tiene avanzada la escritura de la escritura de Sale a la luz el Segundo tomo del ingenioso
la segunda parte del Quijote. No obstante, la aparición el hidalgo don Quijote de la Mancha, segunda
“falso Quijote” de Avellaneda, espolea a Cervantes para parte apócrifa del Quijote, firmada por
que finalice la redacción de la verdadera segunda parte Alonso Fernández de Avellaneda.
del Quijote. Beatificación de Santa Teresa de Ávila,
1614 fallecida en 1582.
Cervantes publica el Viaje del Parnaso, impreso en
Madrid, en la casa de la viuda de Alonso Martín. Muere en Toledo Dominico Theotocópuli El
Greco.
César Oudin publica L'ingénieux hidalgo Don Quichotte
de la Manche, primera traducción del Quijote al francés. Lope de Vega publica sus Rimas sacras.
Cervantes se muda, con su esposa, a la calle de Luis XIII de Francia se casa con Ana de
Francos, frente al mentidero de los comediantes. Austria, hija de Felipe III. Fruto de esta unión
1615 nacerá en 1638 Luis XIV, el rey Sol.
Cervantes publica la Segunda parte del ingenioso
caballero don Quijote de la Mancha, impreso en Madrid Isabel de Borbón, hija del rey francés
en la casa de Juan de la Cuesta, y editado por el librero Enrique IV y de María de Médicis, llega a
1233
La aparición de don Quijote en la celebración de la beatificación de San Ignacio de Loyola no deja de
albergar cierta ironía. Algunos autores sostienen que la historia de don Quijote, desde el primer capítulo hasta su
muerte, se basa en la historia de San Ignacio Loyola, y que su vida es el eje central del libro de Cervantes, ORTÉS, F.
(2002). Esta idea, que se inscribe dentro de la corriente de interpretación esotérica del Quijote podría estar influida
por la Vida de Don Quijote y Sancho de Unamuno, en la que se establece un paralelismo entre don Quijote y San
Ignacio, UNAMUNO, M. (2005).
463
APÉNDICE 1: Esquema cronológico de la vida de Miguel de Cervantes
1234
Shakespeare murió el 23 de abril de 1616, según el calendario juliano, vigente por entonces en Inglaterra.
Esta fecha equivale al 3 de mayo de 1616 del calendario gregoriano, en uso en España desde 1582.
464
APÉNDICES 2, 3 y 4: Genealogías de las familias Cervantes, Cortinas y Salazar
465
APÉNDICES 2, 3 y 4: Genealogías de las familias Cervantes, Cortinas y Salazar
466
APÉNDICES 2, 3 y 4: Genealogías de las familias Cervantes, Cortinas y Salazar
467
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