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1.

¿Piensa usted que existe algo en la organización que pudiera mejorar


el IQ emocional, una vez que la persona haya sido contratada? Explique
su respuesta.

La inteligencia emocional se puede mejorar a lo largo de la vida. Las


organizaciones pueden llevar a cabo talleres de inteligencia emocional y de ser
necesarios incluir tutorías individuales de forma externa como interna; ajustándose
a las necesidades de la organización, de manera que se trabajen los valores, la
cultura, los intereses de cada uno de los empleados de forma individual y
personalizada; para lograr un cambio de conducta y de los hábitos de forma
consistente, donde la organización y los empleados se sentirán satisfechos con el
proyecto.

Los empleados tienen como responsabilidad aumentar su inteligencia


emocional mediante el desarrollo de la autoconciencia, teniendo el control de las
emociones y la automotivación; mediante el desarrollo de técnicas de comunicación
para mejorar las relaciones con los demás, ayudarse a sí mismo; porque de esta
manera podemos aportar para obtener mejoras en la organización. Por lo tanto; la
inteligencia emocional en la organización empieza por nosotros mismos, cuando
usamos nuestras emociones para reforzar el rendimiento y las relaciones en el
entorno laboral, por ello; en necesario que fomentemos entre los empleados el
desarrollo de la inteligencia emocional.

2. ¿Cómo podría un conocimiento del IQ emocional ayudar a los gerentes


a ser más eficaces?

La inteligencia emocional podría ayudar a los gerentes a ser más eficaces;


es decir los gerentes necesitan ser líderes; para ello, deben desarrollar actitudes,
destrezas y técnicas que son capaces de aprender y que pueden aplicar, que los
ayudarán a asumir el liderazgo; porque el papel principal de un líder es lograr que
otros ejecuten sus respectivos trabajos con más efectividad.
Por lo tanto los gerentes deben ser capaces de manejar situaciones
complejas de relaciones y comportamientos; además debe saber establecer una
relación de comprensión y confianza entre empleados, jefes o los directivos, saber
escuchar, ser capaz de persuadir en forma convincente, y de generar entusiasmo y
compromiso en los trabajadores; y para lograrlo, es necesario que sepa identificar
su estado de ánimo, conocer sus fortalezas y debilidades, debe saber cómo
controlar sus emociones y ser capaz de motivarse y sentirse bien con lo que hace;
para así motivar a los que lo rodean.

Podría mejorar en la toma de decisiones, de allí se desprenden planes


operativos, estratégicos, soluciones de problemas, se rentabilizan los capitales, se
gestiona el talento humano; tengan una capacidad de respuesta ágil, inmediata y
acorde a las exigencias del momento, etc.

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