Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Breve Introduccion de Derechos Humanos
Breve Introduccion de Derechos Humanos
BREVE INTRODUCCIÓN:
Por ello, una persona no puede ser utilizada como instrumento con ningún
pretexto. Los seres humanos no estamos al servicio de una religión, una ideología, una
cultura, un sistema político o económico, ni de otra u otras personas, sino que todo ello,
por el contrario, sirve o contribuye a nuestro desarrollo como seres dignos.2
1
En ese sentido, los derechos humanos cumplen con una función de control de la legitimidad de todas las
normas jurídicas; aquellas que son contrarias a las normas, principios y valores relativos a los derechos
humanos no pueden ser validas ni formar parte del orden jurídico.
2
Dignidad significa el valor intrínseco que posee cada ser humano por el simple hecho de serlo. Esta dignidad
es el fundamento de los derechos más importantes, tales como la vida (es el bien más valioso de la persona,
por lo que no pude ser privada de ella en absoluto, o solo en condiciones excepcionales, como el caso de la
pena de muerte); la integridad de la persona (se prohíbe la tortura, las mutilaciones, las penas crueles y en
general toda clase de tratos y castigos denigrantes o infamantes; la integridad se refiere no solo a la física,
sino psíquica o moral); derecho a una esfera privada (a un ámbito de intimidad, en el cual se encuentra
protegida de las intromisiones del poder público o de otros particulares; esta esfera abarca su domicilio, sus
papeles y correspondencia, sus relaciones familiares, el uso de datos personales, su honor, buen nombre); los
derechos de igualad (la igualdad de todos los seres humanos ante la ley, prohíbe cualquier discriminación o
exclusión); los derechos de libertad (la libertad más importante es la libertad de la persona, es decir, su
autonomía, o sea, la posibilidad de determina por sí misma sus actos, pero existen otras libertades, tales como
la libertad de asociación, la libertad de reunión, la libertad de ocupación, la libertad de tránsito y residencia, la
libertad de expresión, la libertad de conciencia y religión); los derechos de seguridad (confieren al individuo
certidumbre sobre el alcance y permanencia de sus derechos y obligaciones frente al poder público, tales
como el principio de legalidad de los órganos del poder público, ya que sus actuaciones, tienen que sujetarse a
las formas y procedimientos establecidos en las leyes, o la no retroactividad de las leyes, el derecho de
audiencia y acceso a los tribunales, los derechos del acusado en el proceso penal); el derecho de propiedad
(consiste en la facultad de adquirir, disfrutar y disponer libremente de toda clase de bienes; este derecho está
íntimamente ligado al régimen económico del país); los derechos políticos (cumplidos ciertos requisitos, tales
como la edad y la nacionalidad, los derechos políticos confieren al individuo la facultad de participar en las
decisiones que afectan fundamentalmente a la colectividad, entre ellos tenemos, el voto o sufragio, la creación
de partidos políticos, etc. ); los derechos sociales, económicos y culturales (son aquellos que buscan proteger
a la persona humana como integrante de un grupo social, surgen después de los derechos individuales
defendidos por el liberalismo clásico y se les conoce como de segunda generación, entre ellos tenemos, el
derecho al trabajo en condiciones justas y favorables, el derecho a la seguridad social, el derecho a un nivel de
vid suficiente, los derechos de los ancianos y otros grupos desprotegidos, el derecho a la salud, el derecho de
acceso a la educación y a los beneficios de la cultura).
“Una de las paradojas más desafiantes de nuestro tiempo es la contradicción
observable entre el bien intencionando discurso sobre los derechos humanos que
producen las instituciones internacionales y los Estados nacionales, y la desdichada
realidad de las libertades ciudadanas que prevalecen en muchos países. Nunca antes
han coexistido tantas normas, instituciones y autoridades encargadas de proteger la
dignidad humana a lo largo y ancho del planeta. Y sin embargo, nunca antes como
durante el medio siglo que se extiende desde la proclamación de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos en 1948 hasta estas postrimerías del siglo y del milenio se han
registrado tantas y tan atroces violaciones de las garantías fundamentales por parte de
agentes estatales, guerrilleros o delincuentes organizados. Este dramático contraste
entre la teoría y la práctica, entre el derecho y la vida cotidiana, no puede superarse tan
sólo mediante la gestión de los aparatos estatales y los organismos internacionales. Se
requiere además la participación de la ciudadanía y de sus movimientos sociales y
partidos políticos, tanto en los espacios nacionales como en el escenario mundial, a fin de
realizar las promesas contenidas en las declaraciones y convenciones internacionales y
regionales en materia de derechos humanos”.3
“En tal virtud, como sostiene el gran jurista italiano Norberto Bobbio, el problema
de fondo relativo a los derechos humanos no es hoy tanto el de justificarlos como el de
protegerlos, pues la cuestión de su fundamentación ya ha sido resuelta por la Declaración
Universal de 1948 mediante la prueba de consenso, o sea, los consensos humanis
generis, que implica sustituir el criterio de objetividad como un valor absoluto de Dios o de
la propia naturaleza humana, por un criterio de ínter subjetividad, o sea, un valor relativo
como el acuerdo histórico de los Estados en la Organización de las Naciones Unidas.”4
Según el criterio del Doctor Carlos García Bauer “Cada época tiene sus designios.
La época actual es la época de la investigación espacial y de la investigación marina y de
los fondos marinos y oceánicos, de la utilización de la energía atómica, de la
preocupación preponderante por las cuestiones económicas y por el aumento
incontrolado y desproporcionado de la población en el mundo, que amenaza sumir a la
humanidad en un problema de incalculables proporciones. Es época de serias crisis, en
que crujen las viejas estructuras y en la que se revela la necesidad de cambios para
atender exigencias actuales y de otra clase. También es la época de los derechos
humanos, en que se busca la efectiva dignificación del hombre, en que mucho se habla
de ellos y muchos esfuerzos se hacen en pro de su respeto y observancia”.5
Tal vez el hecho de trascendencia mundial más significativo del último siglo ha sido
el desarrollo de la conciencia de la dignidad y del valor de la persona, de sus derechos y
obligaciones. La conciencia de que la libertad, la justicia y la paz tienen como base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de la igualdad, sin diferencia entre las
personas.
Este hecho, reconocido por algunos estudiosos como «La gran revolución de los
derechos humanos» ocurrida en el siglo XX, ha significado un notable avance en materia
de derechos humanos, sobre todo en lo relativo a su universalidad, interpelación e
interdependencia. Esto ha llevado a que exista en torno a ellos un reconocimiento jurídico
formal, plasmado en leyes específicas, que han sido reconocidas y suscritas por la
mayoría de los países del mundo, incluidos los nuestros.
6
MARTINEZ GALVEZ, ARTURO. “Derechos Humanos y el Procurador de los Derechos Humanos”.
Centro Editorial Vile, Guatemala, C.A. Mayo de 1990. Página X.
7
PINEDA SANDOVAL, MELVIN. “Fundamentos de Derecho.” 3ª. Edición. Editorial Serviprensa, C.A.
Enero 2000.
hacia el cultivo y desarrollo de la solidaridad, como principio universal de convivencia
humana, lo que implicaría superar todas las formas de discriminación e intolerancia.
El jurista mexicano Héctor Fix-Zamudio afirma con mucha claridad que “Los
derechos humanos son producto de una lenta y compleja evolución histórica, es decir, la
concepción y la realidad de los derechos que las sociedades reconocen al ser humano
han variado a través del tiempo”.8
“En principio, sin embargo, el Antiguo Régimen había llegado a su fin, y la Asamblea
redactó su ‘acta de defunción’, al votar la Declaración de Derechos del Hombre y del
Ciudadano que fue terminada el 26 de agosto de 1789”11.
Con la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, el poder pasó de
manos del rey al pueblo, iniciándose a la vida el moderno principio de soberanía popular,
que es el fundamento de la democracia moderna, pero entre tantas virtudes de este
instrumento francés, quiero resaltar que es per se, el acta de nacimiento de los modernos
derechos humanos, pues le reconoció facultades subjetivas públicas al individuo, de las
que no gozaba durante el antiguo régimen.
Con ello los derechos humanos alcanzaron su madurez jurídica, pero no su perfección,
toda vez que acontecimientos ocurridos en la Edad Contemporánea, en el período entre
las dos Guerras Mundiales y estas por sí mismas, pusieron en crisis a la conquista de la
modernidad: Los derechos humanos. Estos hechos son el escenario y el acicate de una
nueva etapa en el desarrollo de las libertades fundamentales del hombre, la etapa de
internacionalización de los derechos humanos, a la que debido a su trasunta importancia
para esta tesis hemos de dedicarle especial atención en el apartado que se presenta a
continuación.
De hecho, en el período entre las dos guerras, nacieron en Europa occidental fuertes
movimientos totalitarios que llevaron al poder hombres con ideas que mandaron a la
democracia y al respeto a los derechos humanos a la sepultura.
Pero fueron los hechos generados por la Segunda Guerra Mundial los que tuvieron
una participación e influencia decisiva en el proceso de formulación positiva de los
derechos humanos, estimándose que éstos no sólo eran de la incumbencia del derecho
interno de cada Estado sino la exigencia de su respeto rebasaba este ámbito para caer
dentro del plano internacional. Se consideró, en efecto, que el reconocimiento de la
subjetividad del individuo no podía quedar sólo a la aquiescencia o al capricho de un
Estado determinado porque la dignidad y la libertad del hombre eran elementos que
importaban desde el punto de vista universal. Bajo esta óptica los derechos del hombre
no aparecían tanto como una creación del Estado cuanto que un reconocimiento, por lo
que correspondía a la comunidad internacional cuidar de que dichos derechos fueran
respetados en su esencia primigenia por el sólo hecho de ser hombre, y el Estado,
cualquiera que fuere, debiera de hacer efectivo dichos derechos, máxime si se tomaba en
cuenta que el Estado ha nacido para servicio del hombre y no a la inversa”12.
Esta cita que hemos transcrito textualmente, es una cápsula histórica que sintetiza las
causas, justificación y consecuencias de la internacionalización de los derechos humanos,
de modo que en esas palabras ya podemos intuir de qué se trata este tema que nos
ocupa, pero pasemos, a continuación, de la síntesis al análisis.
12
Martínez Gálvez, Arturo. “Derechos Humanos y el Procurador de los Derechos Humanos.” Editorial
Vile. Guatemala. Primera edición. 1990. Pág. 255.
13
Travieso, Juan Antonio. Derechos Humanos y Derecho Internacional. Op. Cit. Pág. 255.
La internacionalización de los derechos humanos significó considerar “que las
violaciones de los derechos humanos dejan de ser asuntos de la jurisdicción interna de
los Estados”14.
Por otro lado, los derechos humanos vendrían a ser aquellos principios y normas
universalmente aceptados que tienen que regir los actos de las personas, las
comunidades y las instituciones si queremos que se preserve la dignidad humana y se
fomenten la justicia, el progreso y la paz.
Los Derechos Humanos son todos aquellos que tenemos como personas desde
que nacemos hasta que morimos. Esos derechos nos garantizan que podamos vivir, y
hacerlo con dignidad y libertad. Es el Estado representado en las autoridades, quienes
tienen la obligación de respetar, proteger y defender esos derechos.
14
Loc. Cit.
15
En cuanto a su fundamentación tradicional, predominante en los siglos XVIII y XIX, considera que estos
derechos son evidentes y que derivan de la naturaleza racional del hombre. Así, los revolucionarios franceses
y estadounidenses pensaban que los derechos humanos eran anteriores al Estado y a la sociedad, por lo que no
podían crearlos ni limitarlos, sino simplemente reconocerlos. Otra corriente de pensamiento crítica esta
concepción y alega la inexistencia de una naturaleza humana inmutable. Por el contrario, los derechos del
individuo son históricos y variables, creados por la sociedad y garantizados por el Estado a través del
Derecho. Esta postura argumenta, demás, que no tiene sentido proclamar derechos ni no se establecen
instituciones e instrumentos jurídicos que los hagan verdaderamente efectivos. Ambas concepciones
contienen un núcleo de verdad: Los derechos humanos no son de creación arbitraria, sino que derivan de
postulados y valores presentes, de un modo u otro, en todas las sociedades humanas. Pero por otro lado, para
que lleguen a ser derechos verdaderos y efectivos, requieren ser positivizados y garantizados por el orden
Jurídico. Soberanes, José Luis y Fix-Zamudio. Ob. Cit. Pág. 297.
La piedra angular de los derechos humanos es la libertad. Por ella, el hombre
decide su autorrealización y logro personal sin ningún tipo de presión. Es la facultad de
elegir los medios más aptos para alcanzar perfeccionamiento. Es la facultad de escoger
entre diversos medios aquel que sea más adecuado para alcanzar el bien del hombre. Es
una esfera sagrada que no permite interferencias y reduce a polvo las concesiones
arbitrarias. La libertad es negativa cuando significa independencia de la interferencia y es
positiva cuando equivale al deseo y acto de autogobierno.
Antonio Truyol y Serra afirma que “En el Contexto histórico espiritual Derechos
Humanos o Derechos del Hombre equivale a afirmar que existen derechos fundamentales
que el hombre posee por el hecho de ser hombre, por su propia naturaleza y dignidad;
derechos que le son inherentes, y que lejos de nacer de una concesión de la sociedad
política, han de ser por ésta consagrados y garantizados.”17
El mismo Truyol y Serra citado por Soler Mendizábal, indica que “Debemos
entender por derechos humanos, aquel conjunto de facultades e instituciones que, en
cada momento histórico, concretan las exigencias, de la dignidad, de la libertad y la
igualdad humana, las cuales deben ser reconocidas positivamente por los ordenamientos
jurídicos a nivel nacional e internacional.”18
Por su parte Eusebio Fernández citado por Marco Antonio Gemell, afirma que
“Toda persona posee unos derechos morales por el hecho de serlo y que éstos deben ser
reconocidos y garantizados por la sociedad, el derecho y el poder político sin ningún tipo
de discriminación social, económica, jurídica, política, ideológica, cultural o sexual. Estos
derechos son fundamentales, es decir, se hallan estrechamente conectados con la idea
de la dignidad humana y son al mismo tiempo condicionantes del desarrollo de esta idea
de dignidad”.20
16
SOLER MENDIZÁBAL, RICAURTE. “Derechos Humanos. Aspectos Procésales y Jurisprudenciales”.
17
TRUYOL Y SERRA, ANTONIO. “Los Derechos Humanos”. Editorial Tecnos, S.A. Madrid, España,
1984. Página 11.
18
Loc. Cit.
19
Loc. Cit.
20
SAGASTUME GEMELL, MARCO ANTONIO. “Curso Básico de Derechos Humanos”. Editorial
Universitaria. Universidad de San Carlos de Guatemala. 1987. Página 1.
respeto de los de más hombres, de los grupos sociales y del Estado, y con posibilidad de
poner en marcha el aparato coactivo del Estado en caso de infracción. “21
“Los derechos fundamentales son sólo aquellos que pueden hacerse valer como
anteriores y superiores al Estado; que no los otorga el Estado, sino los reconoce y protege
como dados antes que él. Estos derechos fundamentales no son, pues, según su
sustancia, bienes jurídicos, sino esferas de libertad, de las que resultan derechos y
precisamente derechos de defensa.” 24
Los derechos naturales son aquellos que posee el hombre por el sólo hecho de ser
tal. No son una gracia del gobernante o legislador a diferencia del derecho positivo que
pasa por la voluntad de éstos de alguna manera. Los derechos públicos subjetivos se
refieren a aquellos que regulan las relaciones jurídicas entre el Estado, en cuanta persona
jurídica y los particulares, dentro de un marco rigurosamente positivo.
21
SAGASTUME GEMELL, MARCO ANTONIO. “Los derechos humanos. Proceso Histórico” Consejo
Superior Universitario Centroamericano –CSUCA-. Cuadernos Educativos. Colección Derechos Humanos.
No. 1. 1ª. Edición. San, José Costa Rica. Sin editorial. 1997. Página 12.
22
Loc. Cit.
23
MARTINEZ GALVEZ, ARTURO. Ob. Cit. Página X.
24
HERRARTE, ALBERTO. “Los fundamentos del Estado de Derecho”. Tipografía Nacional. Guatemala,
C..A. 1996. Página 372.
Se les denomina también GARANTÍAS INDIVIDUALES ya que son los derechos
fundamentales de las personas, cuya finalidad es reducir los efectos de las desigualdades
entre los individuos, otorga a todos los mexicanos el derecho de disfrutar la LIBERTAD,
SEGURIDAD, IGUALDAD y PROPIEDAD, al señalar los deberes para su ejercicio.
También se les conoce como derechos individuales, fundamentales o humanos.
“Es preciso recordar qué se entiende por derechos humanos o derechos del
hombre, lo que equivale a afirmar que existen derechos fundamentales que el hombre
posee por el hecho de ser hombre, por su propia naturaleza y dignidad; derechos que le
son inherentes, y que, lejos de nacer de una concesión de la sociedad política, han de ser
por ésta consagrados y garantizados.”25
Derechos Innatos, por ser derechos que son y pertenecen al hombre antes que el
Estado se los reconozca.
Para Gregorio Peces Barba Martínez “Coherentemente con toda nuestra forma de
entender los derechos fundamentales, podemos señalar dos funciones básicas de estos.
Por un lado, desde el punto de vista objetivo, como subsistema dentro del ordenamiento,
son una prolongación de la norma básica material de identificación de normas, cuya raíz
son los valores superiores de la Constitución; y por otro lado, desde el punto de vista
subjetivo los derechos fundamentales recogen, en normas positivas, pretensiones
morales justificadas de los individuos y de los grupos, en forma de derechos subjetivos,
libertades, potestades e inmunidades.
Derechos Personales:
Estos derechos son personales, están en cada individuo, se nace con ellos.
Se tiene estos derechos por el sólo hecho de ser persona humana.
Forman parte de la dignidad humana:
Finalmente, debemos llamar la atención respecto de una situación en la
que aún vivimos estancados: la vigencia y el respeto universal de los
derechos humanos constituyen los problemas más graves de la sociedad
de ésta época. La violencia institucionalizada y la violencia revolucionaria
que se manifiestan, bajo las más diversas formas, en todas las latitudes, los
niegan y con ello niegan también la dignidad del hombre.
Son derechos anteriores y superiores al Estado:
Son anteriores y superiores al Estado, que junto con la sociedad, se limitan
a reconocerlos. Esto significa de que no son una gracia, un favor o una
concesión del gobernante.
Son Universales:
Son Universales porque todas las personas tenemos Derechos Humanos,
independientemente de nuestro origen, raza, color, sexo, idioma, edad,
religión, opinión política, posición económica o social, etcétera.
No están limitados por las fronteras; pues, la dignidad humana no está
circunscrita a un territorio. Por esta razón, estos derechos gozan de
protección internacional y frente a esta acción no cabe la invocación del
principio de no intervención que pudieran hacer los Estados que toleran o
son partícipes activos de violaciones a los derechos humanos.
Son derechos igualitarios:
Que corresponden a todas las personas y en todas las sociedades sin
diferencia alguna de raza, religión, posición política y económica o de
género.
Son derechos inalienables e imprescriptibles:
27
Son inalienables porque nadie puede renunciar o negociar la observancia y
el respeto de alguno de ellos, por ser inseparables a la condición humana.
Son irrenunciables, no se venden, ni se embargan.
Son derechos limitados:
Su Iímite lo constituye el bien común, los derechos de los demás. En
relación con el Estado, como institución específica, los derechos humanos
constituyen un conjunto de derechos que el ordenamiento jurídico reconoce
en cada país, poniéndole límite y reglamentación a la actuación estatal.
Concretizan la libertad frente al Estado y la garantizan en el sentido
normativo de una meta que hay que alcanzar. Este ‘hay que alcanzar’
significa que la función primordial de los derechos fundamentales del
hombre no es sólo afirmar su posición frente al Estado, sino lograr integrar
al hombre con el Estado y con la sociedad haciendo de ésta un verdadero
tejido de solidaridad.
La función de los derechos del hombre no puede limitarse a emancipar
parcialmente al individuo frente al Estado y a proporcionarle protección
frente al mismo, sino que debe concebirse como relaciones vinculantes
entre el individuo, el Estado y la sociedad, es decir como el fundamento de
la unidad política”. Todo esto significa también, que estos derechos no sólo
encierran facultades sino además deberes recíprocos.
Son derechos Progresivos:
Tanto los derechos de tercera generación como los de cuarta, aún no han sido
incorporados en la legislación; sin embargo, están ahí latentes en espera de condiciones
favorables para su reconocimiento.
Los hombres y las mujeres tenemos iguales derechos y somos iguales ante la
Ley.
Nadie puede quitarnos, por ningún motivo el dinero que hemos ganado por
nuestro trabajo, sino solamente cuando haya una orden escrita por un Juez y
que esté basada en razones establecidas en la Ley.
Todos los contratos o convenios que violen nuestros derechos humanos, están
prohibidos y, por lo tanto, no tienen validez.
A no ser detenido sin una orden expedida por un Juez, salvo que se sorprenda
a una persona en el acto de cometer un delito.
Su hogar es inviolable sólo con una orden de cateo expedida por un Juez,
pueden penetrar en él, sin su consentimiento.