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ESTRATEGIA DE PRODUCCIÓN QUE CONSISTE EN HACER PREGUNTAS

HIPOTÉTICAS SOBRE OTRAS HISTORIAS

POR: Tania Greta Gutierrez Chambilla

¿QUÉ PASARÍA SI CAPERUCITA ROJA NO HABRÍA CREIDO LAS PALABRAS DEL LOBO?

LA VALENTÍA DE CAPERUCITA ROJA1

Cuando Caperucita Roja decide empezar su caminata por el


bosque, con destino a la casa de su abuelita, se encuentra con
un lobo:

– ¿Dónde vas Caperucita?

– A casa de mi abuelita a llevarle esta cesta con una


torta y mantequilla

– Yo también quiero ir a verla, así que ¿por qué no


hacemos una carrera? Tú ve por ese camino de aquí
que yo iré por este otro

– Claro

El lobo, que se cree muy listo, mandó a Caperucita por el camino más largo y éste tomó en camino
más corto. Él no sabe que Caperucita es una niña muy inteligente, siendo capaz de descubrir la
artimaña del lobo. Decide seguir al lobo, sin que éste logre verla. Ella camina siguilosamente,
observando al lobo en su recorrido por el bosque.

El lobo logra ver la casa de la abuelita, observa a su alrededor, sin encontrar a nadie que lo viera,
pues creía haber mandadó a Caperucita Roja por el camino más largo, sin saber que ella lo estuvo
siguiendo todo el camino. Con un plan en mente, el lobo se aproxima a la casa y toca la puerta,
finjiendo ser su nieta.

– ¿Quién es?, contestó la abuelita

– Soy yo, Caperucita - dijo el lobo

– Que bien hija mía. Pasa, pasa

1 Este texto fue laborado en base al cuento original titulado “Caperucita Roja”, que se halló publicada en la página
web http://www.cuentoscortos.com/cuentos-clasicos/caperucita-roja
El lobo entró, se abalanzó sobre la abuelita y se la comió de un bocado, ya con el estomago llego, se
dispuso a ponerse el camison de la abuela y meterse a la cama, esperando la llegada de Caperucita.

Caperucita Roja vió toda la escena, no sabia como rescatar a su querida abuela, por suerte encontró
a un cazador que también había visto todo. Ambos idearon un plan con el que lograrían rescatar a la
abuela, pues ella debía finjir que no sabía de las artimañas del lobo ni que se había comido a su
abuelita, por lo que llena de valor, llamó a la puerta:

– ¿Quién es?, contestó el lobo tratando de afinar su voz

– Soy yo, Caperucita. Te traigo una torta y un tarrito de mantequilla.

– Qué bien hija mía. Pasa, pasa

Cuando Caperucita entró a la casa y encontró al lobo disfrazado de su abuelita, con valor, le hizo
creer al lobo que no sospechaba nada, y le formuló varias preguntas:

– ¡Abuelita, qué ojos más grandes tienes!

– Sí, son para verte mejor hija mía

– ¡Abuelita, qué orejas tan grandes tienes!

– Claro, son para oírte mejor

– Pero abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes!

– ¡Son para comerte mejor!

En cuanto dijo esto, el lobo se lanzó sobre Caperucita para comersela; sin embargo, el cazador
ingresa a la casa y golpea fuertemente la cabeza del lobo con el palo de un hacha. El lobo perdió la
conciencia, por lo que el cazador, con ayuda de un cuchillo, abrió la tripa del animal para sacar a la
abuelita, quien seguidamente dió un gran abrazo a su pequeña nieta.

El cazador pensó en darle un castigo al lobo, asi que le llenó la tripa de piedras y se la volvió a
coser. Cuando el lobo despertó, no recordaba lo sucedido, solo sentía sed, y al acercarse al río, ¡zas!
se cayó dentro y se ahogó.

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