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Resumen:
La principal zona cafetera colombiana que durante la bonanza del
producto alcanzó los mayores niveles de calidad de vida en el país y se
preciaba de tener una convivencia pacífica, afronta simultáneamente
las consecuencias del desplome de la economía cafetera, un creciente
empobrecimiento de su población, el impacto de múltiples formas de
violencia y delincuencia y las complicaciones de la llegada masiva de
población desplazada por la violencia. El artículo pone de presente los
antecedentes históricos de estos procesos y analiza las relaciones y con-
Revista de Ciencias Humanas • UTP • No. 35 • Enero-Junio 2005
• Germán Toro Zuluaga. Director Ejecutivo, Red de Universidades del Eje Cafetero,
Alma Mater. 127
Palabras claves: Eje Cafetero, pobreza, violencia, caficultura, política,
desplazamiento.
Abstract:
The main Colombian coffee-production region, which reached its highest le-
vels of living standards during the boom of the product, and was proud of his
peaceful levels of co-existence, is facing now the consequences of the collapse
of the economy derived from the product, as well as an impoverishment of
its population, the impact of multiple forms of violence and crime, and the
complications derived from the massive migration caused by violence. This
article focuses on the historical background of these processes and analyzes
the relationships and foreseeable consequences of the collapse of this economic
model: the manifestations of violence, the decrease in the levels of human deve-
lopment and the condition of becoming a highly receptive area for people forced
to migrate; likewise, the article deals with the characteristics of the processes of
economic, social and political insertion, from the perspective of the displaced
population and those who receive them; and the similarities and differences
with other migration waves toward and from the region.
De la bonanza a la carencia.
A finales del siglo XIX, hacendados de Santander y Cundinamarca eran
los responsables de más del 80% de la producción cafetera de Colombia.
“No obstante, desde 1875 el sector de pequeños productores comenzaba a tener
importancia en regiones de Santander y en partes de Antioquia y de lo que hoy sería
el Viejo Caldas”1 . Entre 1900 y 1930 se produce un aumento extraordinario
de la producción de café en Antioquia, Caldas, norte del Tolima y el Valle,
generado por pequeñas y medianas propiedades.
Desde mediados de los cuarenta hasta mediados de los años ochenta del
siglo XX, es decir por cerca de cincuenta años, el precio internacional del
café colombiano estuvo siempre por encima de 2 dólares la libra, llegando a
tener picos de 5 y 7 dólares en la década del cincuenta y setenta respectiva-
mente2. Este período constituyó toda una bonanza económica para la zona,
que marcó el derrotero de la producción y las finanzas nacionales.
La Federación Nacional de Cafeteros (Federacafe), fundada en el año 1927
como una organización privada sin ánimo de lucro, ha tenido a su cargo,
desde los años treinta, la política y diplomacia cafeteras. Tiene como instru-
mento más importante y poderoso el Fondo Nacional del Café, FNC, creado
en 1940 como una cuenta del tesoro público, cuya administración ha sido
delegada a Federacafé, mediante contratos que se renuevan cada diez años.
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(con Antioquia, Caldas, Risaralda y Quindío), que llena todas estas características,
tiene la mayor incidencia de violencia”8. El bajo capital social que evidencia
este trabajo en el eje cafetero se determinó a partir de los siguientes compo-
nentes: fortaleza de la familia y grado de confianza en ella, confianza en el
barrio, los amigos y las organizaciones comunitarias. Esta hipótesis encontró
elementos de corroboración en una encuesta experimental, desarrollada en
diez municipios de la región en el marco del trabajo “Cultura de convivencia
en el Eje Cafetero”, realizado en 1996 por la Fundación Luis Felipe Vélez y
el Programa Presidencial para la Reinserción.
Claro que a este respecto, la valoración del capital social, aparecen evidentes
contradicciones en el análisis. Mientras que investigadores vinculados a
la institucionalidad cafetera como Mauricio Perfetti, Director del CRECE,
sostiene una alta valoración del capital social en la región derivado de la
participación de los caficultores en la vida interna de la Federación; otros 133
más independientes, como Juan Luis Londoño y John Sudarsky, que no
tendrían razones ideológicas o políticas para desprestigiar la sociedad
regional, han sostenido, a partir de estudios comparativos, que en el eje
cafetero se presentan evidencias de un capital social más bajo que en otras
regiones más pobres del país.
Otra muestra del malestar en la vida social de la zona se refleja en los índi-
ces de muerte violenta, que las estadísticas revelan por encima de la media
nacional desde los últimos años de la década de los ochenta y durante la
década de los 90 en los departamentos de Caldas, Quindío y Risaralda. La
tasa anual promedio de muerte violenta para esta región ha estado oscilando
alrededor de 100 por cada 100.000 habitantes, mientras que la nacional que
estuvo al principio de la pasada década alrededor de 70 ha disminuido pro-
gresivamente y la de América Latina, para tener una referencia, es menor a
30. Los recientes estudios, el de la alianza interinstitucional que impulsa la
construcción social de la ecorregión cafetera y el de Naciones Unidas sobre
desarrollo humano, reconfirman y traen a presente tendencias que alertan
sobre la inminencia de una debacle social en la región.
La caída en los precios del café a los más bajos históricamente, como se sos-
tiene en estos estudios, determina la perdida de rentabilidad del negocio y
marca un ciclo descendente de la economía regional, que se conjuga con la
recesión generalizada en el país y las consecuencias económicas y sociales
del terremoto de 1999. De otra parte, el índice de logro educativo (ILE) que
mide los avances logrados en la capacidad esencial de la población para
adquirir conocimientos y que conjuga en una sola medida dos indicadores,
matricula combinada y alfabetismo, cayó en los tres departamentos (Cal-
das, Quindío y Risaralda) entre 1993 y 2002”. La proporción de la población
adulta que sabe leer y escribir registro una reducción entre 1993 y 2002 en los tres
departamentos de la región mientras que en el país la tasa aumentó en el mismo
período”9.
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Por la vía de todas estas prácticas violentas y de las olas migratorias indivi-
duales y colectivas que las acompañó, la región cafetera también construyó
su propia sectorización política, provocando la homogeneidad liberal o
conservadora por municipios y veredas. A esto se le agrega el hecho real
de la inmensa masa migratoria que visitó por años esta tierra sin más vín-
culo con ella que su tránsito ocasional, y que nuevamente emigra una vez
concluida su faena de recolección y beneficio del café.
Durante todo el período de la bonanza cafetera, las cosas funcionaron con
el esquema de un engranaje demoníaco, como sostiene Monseñor Guzmán.
Pese al crimen y la violencia, la producción cafetera no presentó índices de
disminución. “¿Qué existían muchas fincas abandonadas? Si, pero todas explo-
tadas. ¿Qué la violencia se intensifica con la perspectiva de la cosecha? Si, pero
no rebaja el volumen de la transacción comercial. En el fondo lo que existe es toda
una cadena inaprensible de reducidores que trafican con frutos teñidos con sangre
de campesinos”, concluye el prelado.
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Cuadro 1
Eje Cafetero: Personas desplazadas, recibidas y expulsadas
por departamento, 1995-2003.
Cuadro 2
Eje Cafetero: Desplazamiento poblacional. Principales municipios
expulsores y receptores X departamento 1995-2003
Departamentos Principales Principales
municipios expulsores municipios receptores
Caldas Samaná, Pensilvania, Riosucio Samaná, Manizales, Marquetalia
Quindío Génova, Calarcá, Pijao Armenia, La Tebaida, Calarcá
Risaralda Pueblo Rico, Quinchía, Santuario Pereira, Santuario, Dosquebradas
Norte del Tulúa, Bugalagrande, Sevilla Tulúa, Sevilla , Bugalagrande
Valle del Cauca
Norte del Líbano, San Antonio e Ibagué Ibagué, El Líbano, Cajamarca
Tolima
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Además, como lo señala el mismo estudio, “la guerrilla fue percibida por buena
parte de la clase dirigente como un problema marginal” y desde los inicios de la
década de los noventa, se consideró que la región no era sede de operaciones
de ningún grupo guerrillero consolidado. Esta idea reforzó la conducta de
la dirigencia que no promovió ninguna estrategia preventiva.
Otro ejemplo de un intento por explicar la correlación producción cafe-
tera y muertes violentas se encuentra en le periódico La Tarde, ya citado.
144 Allí, se dan tres alternativas de explicación, no muy sólidas y sin mayor
fuerza, a la terrible violencia que vivió la región: la desesperación que
pudo causar en las familias cafeteras los altibajos en el precio del grano a
mediados del siglo pasado; las disputas por la tenencia de la tierra; o, la
pérdida de la capacidad de autosuficiencia de los cafeteros con la llegada
de la tecnificación. “Cualquiera de estas, o de las otras múltiples teorías, puede
ser la acertada. O una combinación de todas. Lo cierto es que la violencia en el eje
cafetero afectó para siempre las relaciones de producción de la zona”, se concluye
en la reflexión del Diario.
Por su parte, los más recientes estudios colombianos acerca de la relaciones
desarrollo, violencia y desplazamiento (Pérez Murcia, 2002), se han movido
alrededor de las siguientes hipótesis principales.
a) El conflicto armado opera como causa principal del desplazamiento
forzado de la población. La presencia de actores armados en la zona, o la
ocurrencia de enfrentamientos u otro tipo de acción de guerra, impulsan
la movilización de la comunidad atemorizada hacia otros territorios.
Detrás hay también algunas razones de tipo estructural, como disputas
por la tenencia de la tierra, estrategias de acumulación de riqueza y la
especulación con terrenos productivos.
b) Son causas objetivas como la pobreza, el abandono estatal y un modelo
de desarrollo económico excluyente e inequitativo, los que llevan a la
población a desplazarse. La falta de oportunidades y el deseo de ven-
ganza también aparecen como causas objetivas del desplazamiento.
c) Existe una relación desplazamiento- velocidad de las transformaciones
económicas y presencia de recursos estratégicos. Los desplazamientos
no se presentan tanto en zonas de economías muy deprimidas, sino en
territorios donde hay abundancia de recursos estratégicos, experimentan
transformaciones económicas a gran velocidad y en los que existen y se
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Notas bibliográficas
1. Pizano, Diego. El café en la encrucijada, evolución y perspectivas. Libros de Cambio.
Bogotá: Alfa omega-Cambio, Agosto de 2001, p. 29.
2. Ocampo, José A. “Qué tan bajos están los precios del café”. Estrategia Economica,
dic/89-ene/90, y Federacafé – Estudios especiales. Agosto de 2001.
3. Fonseca, Luz Amparo. Colombia: escenario social, económico e institucional de la
actual crisis cafetera. Bogotá: CEPAL, 2003, p.5.
4. Pizano, Diego. Op. Cit., p.11.
5. Guzmán Campos, Germán y otros. La violencia en Colombia. Tomo I. Bogotá:
Círculo de Lectores, 1988, pp. 279,280. 147
6. Red Alma Mater-Gobernación de Risaralda. Conflicto interno armado y desplazamiento
en la Ecorregión Eje Cafetero. Pereira, 2004, p. 54.
7. PNUD (1997). Drogas ilícitas en Colombia. Su impacto económico, político y social. Bogotá:
Planeta Colombiana Editorial, S.A. Página 340.
8. En: Revista Consigna No.450, IV trimestre de 1996. Bogotá, p. 16.
9. PNUD. Informe Regional de Desarrollo Humano 2004. Resumen Ejecutivo, p. 23.
10. Se conoce con ese nombre, violencia bipartidista, el enfrentamiento entre liberales
y conservadores que desangró al país, especialmente en el período entre 1946 y
1957.
11. En: El desplazamiento forzado en Colombia: compromisos desde la universidad.
Primer concurso universitario de trabajos de grado sobre desplazamiento forzado
en Colombia. OIM, Red de Solidaridad Social, ASCUN, CODHES. Bogotá, 2002.
12. Santa, Eduardo. La colonización Antioqueña, una empresa de caminos. Bogotá: TM
Editores, 1993, p. 17.
13. MejÍa, William. Prostitución femenina negocio y marginalidad, realidades y alternativas
en el Eje Cafetero colombiano. Solidaridad internacional-Colombia, Corporación Alma
Mater. Bogotá 2003.
14. Rodríguez, Pablo. “Servidumbre sexual. La prostitución en los siglos XV- XVIII”.
En: Martínez, Aida et. al. (editores y compiladores). Placer, dinero y pecado. Historia
de la prostitución en Colombia. Bogotá: Aguilar, 2002. p. 86.
15. Hoyos Körbel, Pedro Felipe. Café. Caminos de herradura y el poblamiento de Caldas.
Bogotá: TM Editores, mayo de 2001, p.90.
16. Fonseca, Luz Amparo. Colombia: escenario social, económico e institucional de la
actual crisis cafetera. Bogotá: CEPA, 2003. Página 8.
17. Guzmán Campos, Germán y otros. Op. Cit., p. 130.
18. Ibíd., p. 250.
19. La violencia y la civilización cafetera. Dominical, periódico La Tarde No.902. Pereira,
27 de enero de 2002.
20. Guzmán Campos, Germán y otros. Op. Cit., p. 276.
21. Comisión de Superación de la Violencia. Pacificar la Paz, lo que no se ha negociado
en los acuerdos de paz. IEPRI – CINEP. Bogotá, 1992, p. 66.
22. Op. Cit., p, 68.
23. Ecorregión Eje Cafetero: Un territorio de oportunidades, es un trabajo interinstitu-
cional que propone un modelo de desarrollo estratégico para la región, tomando
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como base una plataforma ecosistémica, una economía, historia y cultura común;
resume la intención de desarrollar un proceso de construcción social de la región
según el mandato constitucional.
24. La Red de Solidaridad Social ha desarrollado el Sistema Único de Registro de Po-
blación Desplazada (SUR), del cual se tomaron los datos que aparecen en el cuadro,
a febrero de 2004.
25. Diario La Tarde. Pereira, Risaralda. Julio 22 de 2004. Pág. 4ª.
26. Autor del trabajo “Desplazamiento Forzado en Colombia 1995-1999; una aproxi-
mación empírica a las relaciones entre desplazamiento, conflicto y desarrollo”,
publicado en el libro Desplazamiento forzado en Colombia Compromiso desde la
universidad, citado en este trabajo.
27. Comisión de Superación de la Violencia. «Pacificar la Paz, lo que no se ha negociado
en los acuerdos de paz». IEPRI – CINEP. Bogotá, 1992. Página 66.
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Bibliografía
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