Está en la página 1de 2

Evolución del pensamiento geográfico

A lo largo del tiempo, la geografía ha estado en constante búsqueda de una epistemología


que le permita estudiar el espacio geográfico acorde a las necesidades y al pensamiento
hegemónico de cada época, estableciéndose así escuelas de pensamiento con fines,
metodologías y visiones ontológicas distintas. A medida que un tipo de pensamiento se
posiciona por sobre otro, masificándose y predominando académicamente, se establece
un paradigma, definiendo un objeto de estudio y una metodología en un tiempo
determinado.

En un principio, la geografía era utilizada por los eruditos para narrar sus exploraciones, o
las de otros, por el mundo, describiendo paisajes, culturas, flora, fauna y todo aquello que
observaban en sus viajes. Durante el siglo XIX, a partir de la nueva configuración
geopolítica europea y la consolidación de las fronteras, nace una nueva concepción sobre
la geografía, al ser útil para las naciones dado el pensamiento imperialista predominante.
Los geógrafos buscan establecer a la disciplina como una ciencia y encuentran en la
biología un sustento para su objeto de estudio, así nace el Darwinismo Social desde la
teoría de selección natural y establece una relación de competencia entre los seres vivos
en el espacio, dando origen al Determinismo Geográfico, corriente positivista que
postulaba a la sociedad como un elemento determinado por el espacio. El mayor
exponente de esta corriente fue Friedrich Ratzel, geógrafo alemán que impulsó la teoría
del Espacio Vital, en donde las comunidades competían por el territorio. El determinismo
se centra en explicar esta competencia por medio de leyes, por ejemplo las establecidas
por Ratzel para la expansión de los Estados y el territorio nacional. Este modelo de análisis
geográfico fue el sustento de políticas europeas como el Nacional Socialismo, sin embargo
recibirá críticas del francés Paul Vidal de la Blache, quién difiere en que la determinación
del espacio sea absoluta y postula que está mediada por la cultura de las sociedades
inmersas en dicho espacio, teniendo muchas posibilidades diferentes. Así se da origen a la
era del Posibilismo y al concepto de Región, área con características únicas e irrepetibles,
y a una geografía descriptiva que se centraba en definir y diferenciar regiones a partir de
monografías que incluían elementos físicos, productivos, sociales y culturales entre otros.
Al mismo tiempo, dentro del contexto del Darwinismo Social, el ruso Piort Kropotkin
proponía la teoría de que las especies que se adaptan no lo hacen mediante la
competencia sino por el apoyo mutuo y la colaboración, dándole al espacio la connotación
de “social”.

No fue sino hasta mediados del siglo XX, durante el período post-guerra y la revolución
científica, que la geografía cambió su visión del objeto de estudio, ya que los paradigmas
anteriores no servían para abordar las nuevas problemáticas espaciales de este mundo

Constanza Elgueta Vivanco, Jueves 18 de Junio, 2014


reconfigurado y en proceso de reconstrucción, fue necesario dejar de pensar en el espacio
como contenedor (Espacio absoluto) y comenzar a analizar las relaciones e interacciones
entre los objetos de ese espacio (Espacio relativo). Por primera vez el objeto de estudio es
el espacio geográfico en sí mismo y los geógrafos se centran en explicar la distribución de
objetos a partir de modelos basados en geometría y estadística, convirtiendo a la
geografía en una disciplina cuantitativa y teorética. Es de esta manera como el
Neopositivismo toma forma en la geografía de la mano de David Harvey, creando leyes
generales y haciendo una extensiva abstracción de variables como la localización, el uso
del suelo, la ausencia/presencia de elementos, entre otros factores. Motivadas por la
excesiva cuantificación de esta nueva geografía, nacen las críticas desde la misma escuela
creando un método distinto, que ocupara las misma técnicas pero dando énfasis a lo
humano y subjetivo, centrándose en el comportamiento y relaciones de las sociedades
que habitan el espacio. Esta nueva Geografía de la percepción toma elementos subjetivos
desde las valoraciones de cada individuo y los transforma en factores cuantificables para
localizarlos en el “Espacio Percibido”, sin embargo no dejan de lado la gran abstracción
que caracteriza a la ciencia espacial y tiende a no reflejar elementos de la realidad
humana. Debido a esta deficiencia, nacen en la segunda mitad del siglo XX tres geografías
críticas de los modelos anteriores, la primera de ellas se centra en el “Espacio Vivido” y se
interesa en comprender el comportamiento único del ser humano. La llamada Geografía
Humanística toma elementos desde la fenomenología, etnología y existencialismo para
explicar el vínculo afectivo y el sentido de pertenencia de las personas con una porción del
espacio geográfico, llamando a este fenómeno “lugar”. Aproximadamente en la década
de los 70’, los geógrafos marxistas (David Harvey) y anarquistas (Richard Pitt) retoman el
concepto de Espacio Social para aplicarlo a un tipo de geografía centrada en la dialéctica y
en las desigualdades sociales y espaciales, ya que criticaban el servicio de la geografía
hacia los centros de poder, estableciendo al espacio como un producto social a partir del
modo de producción dominante. La Geografía Radical toma técnicas tanto cualitativas
como cuantitativas para analizar la realidad social, sin embargo, se le acusa de poseer un
carácter fatalista y estructuralista además de no contribuir a transformar el espacio
analizado. A partir de ésta crítica y para reconstruir territorios después de las dictaduras,
se genera en Latinoamérica la Geografía Crítica que mantiene la dialéctica, el vínculo con
la fenomenología y las técnicas cualitativas y cuantitativas de la geografía radical, pero
agrega una relación entre el modo de producción y el sujeto además de proponer la
necesidad de devolver el conocimiento a las comunidades y contribuir a la transformación
social, a través del Espacio Dialógico.

De esta manera se constituye una de las formas de análisis geográfico más utilizadas en la
actualidad, la secuencia de observar, describir, analizar, explicar y transformar,
complementando todas las etapas de la evolución del pensamiento geográfico.

Constanza Elgueta Vivanco, Jueves 18 de Junio, 2014

También podría gustarte