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MODELO INTEGRATIVO: CONCEPTO

5.9 Modelo Integrativo


Tiene como antecedente que desde la década de 1990 ha cobrado importancia la
integración de la teoría, la técnica y los factores comunes en la psicoterapia, y lo
que antes se conocía como eclecticismo, se conoce ahora como integración, que
es el término preferido para referirse a la armonización de teoría, técnica y factores
comunes. (Schaefer, Fundamentos de terapia de juego, 2012, pág. 349)

Todo lo anterior, debido a que los cambios que se han dado en la sociedad y que
continúan transformándose, han provocado que los trastornos psicológicos, en
especial en los niños y adolescentes, se tornen diversos, complejos y
multideterminados, por lo que surge la necesidad de un método de tratamiento
multifacético (Schaefer, 2003).

Además, Schaefer menciona que “en contraste directo con los modelos lineales de
la psicopatología, las teorías integradoras asumen que diversos aspectos de la
experiencia personal del cliente están entretejidos, lo que lleva a concebir a la
psicopatología desde un punto de vista multicausal. Por consiguiente, se asigna el
mismo peso a varios aspectos del funcionamiento personal y se les ve como un todo
combinado y unificado. Dicha mezcla implica una circularidad así como la
contención de múltiples relaciones observadas entre los aspectos cognitivos,
dinámicos, interpersonales y conductuales del individuo.”

El terapeuta de juego infantil no se limita a saltar de un tipo de tratamiento a otro,


sino que adopta un método integrador de tratamiento que amplíe su idea de lo que
es apropiado desde las distintas perspectivas teóricas y le ofrezca un conjunto más
amplio de herramientas con las cuales trabajar. Además, la posibilidad de cambio
en una esfera de funcionamiento posee el potencial de tener mayor resonancia y
producir cambios en todos los aspectos del funcionamiento inadaptado del cliente.
(Schaefer, Fundamentos de terapia de juego, 2012, pág. 350)

Schaefer, en su libro de Fundamentos de terapia de juego, cita a Stien y Kendall


(2004), quienes “recomiendan un método integrado desde tres frentes: Aunque las
intervenciones cognitivo-conductuales tratan conductas problemáticas y ayudan al
niño a construir nuevas habilidades, se necesitan intervenciones psicodinámicas
para ayudar a integrar las emociones y los recuerdos traumáticos junto con las
partes enterradas del sí mismo. Al mismo tiempo, el terapeuta debe prestar mucha
atención a las interacciones familiares (secuencias de acción y reacción) para
erradicar cualquier interacción que mantenga y refuerce los síntomas”, es decir, el
tratamiento no solo puede retomar lo externalizado (conducta), sino retomar lo que
la estimula (emociones y proceso cognitivo) y prestar interés y observación al
trabajo familiar.

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